Polifonías del Pasado: Tramas locales en la historia reciente desde una mirada interdisciplinaria 9789871399970

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Polifonías del Pasado: Tramas locales en la historia reciente desde una mirada interdisciplinaria
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Polifonías del pasado

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Imagen de tapa; Gentileza de Prof. Iris Peñiñorey artista plástica local. Obra pictórica realizada con las técnicas del collage y mosaiquismo sobre soporte rígido de 0.90 x 0.70 cm.

nuevos tiempos

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Las historias que aquí se entretejen forman parte de una polifonía de voces sobre el pasado, que hace que nuestro aporte no constituya en modo alguno una visión acabada y rígida. Lejos de pensar en una imagen uniforme y homogénea, nos gusta pensar más bien como el resultado de la unión de pequeños pedazos o retazos. En otras palabras, la metáfora adecuada para describir este libro sería la del “mosaiquismo”: un conjunto de trabajos sobre el pasado reciente que recupera una multiplicidad de miradas en tensión y perspectivas ideológicas disímiles. Al igual que ocurre en el arte, la mirada final dependerá del espectador/lector, y de las conclusiones que elabore luego de su lectura.

Polifonías del pasado. Tramas locales en la historia reciente desde una mirada interdisciplinaria

Tramas locales en la historia reciente desde una mirada interdisciplinaria

nuevos tiempos

Lautaro Emiliano; Gallardo - Ignacio Daniel; Guzmán Mario Eduardo; Jaime - Marcelo Alejandro; Muñoz

Polifonías del pasado

Tramas locales en la historia reciente desde una mirada interdisciplinaria

Lautaro Emiliano Gallardo Ignacio Daniel Guzmán Mario Eduardo Jaime Marcelo Alejandro Muñoz

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Polifonías del pasado. Tramas locales en la historia reciente desde una mirada interdisciplinaria

ÍNDICE

Palabras preliminares

© EDICIONES NUEVOS TIEMPOS, 2023. Mail: [email protected]

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Introducción

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“La Fábrica de papel”. Políticas públicas de la industria del cemento en Argentina. “El Gigante” de la provincia de San Luis, 1944 – 1952.

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Historia, políticas de memorias y políticas de olvido. Los “Nunca Más” no publicados. El caso de la Universidad Nacional de San Luis

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La psicología académica en San Luis en los años 70. Estudio comparativo de dos contextos y dos planes de estudios (1974 y 1978). Rupturas y continuidades

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Género y Generación en el conflicto de trabajadores y trabajadoras de Alimentaria San Luis, durante el año 1986 en Villa Mercedes, San Luis.

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La autonomía en los idearios de resistencia. El caso de San Luis: de la doble intendencia a la multisectorial (2003-2005)

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Sobre los autores

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ISBN N°: 978-987-1399Queda hecho el depósito que marca la ley 11.723 Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina. Printed in Argentina - Impreso en Argentina

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Polifonías del pasado. Tramas locales en la historia reciente desde una mirada interdisciplinaria

Palabras preliminares

Las páginas siguientes forman parte de un trabajo colectivo que comenzó en San Luis a principios del año 2019, a partir de nuestro recorrido en la formación de posgrado en las carreras de Maestría en Historia en la Universidad Nacional de Tres de Febrero y Maestría en Derechos Humanos y Ciudadanía en la Universidad Nacional de San Luis. Dentro de este trayecto, fuimos identificando puntos de convergencia en lecturas e intereses académicos, desde la heterogeneidad de nuestras formaciones de grado (Psicología, Ciencias Políticas, Historia y Antropología), y al mismo tiempo, en las temáticas de historia reciente y memoria. A partir de estos intercambios -durante estos últimos años-, comenzamos a establecer reuniones semanales, con lecturas y discusiones en torno a bibliografías, herramientas epistemológicas y académicas.  En estos encuentros cotidianos, sentimos la necesidad de nuclearnos como un grupo de trabajo, estudio e investigación abocados a explorar ciertas áreas de vacancia en la historiografía local. En este sentido, los escasos estudios sobre temáticas del pasado reciente, nos interpelaban primeramente como problemas iniciales concretos: se hacía difícil encontrar análisis científicos o académicos anteriores a nuestras producciones sobre los acontecimientos que estábamos investigando. Así, transcurrimos la etapa de formación de posgrado, sintiendo que estas investigaciones aportaban algo novedoso sobre el pasado reciente en San Luis. Teniendo en cuenta el área de vacancia historiográfica mencionada, nos pareció importante poder verter este compilado de investigaciones en un formato accesible a toda la ciudadanía y sobre todo a las nuevas generaciones. De esta forma, surgió la idea de plasmar en un libro aportes que consideramos relevantes sobre el pasado de la provincia de San Luis. Asimismo, pensar un formato accesible a docentes de Historia, estudiantes y a cualquiera que pueda estar interesado en las temáticas aquí abordadas de ninguna manera constituye un declive de la rigurosidad académica y científica con la que han sido escritas estas páginas. Por el contrario, buscan interpelar discusiones en 4

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las cuales consideramos que el pueblo de San Luis también debe ser partícipe. En este sentido, muchos lectores podrán identificar voces cercanas -sino propias-, producto del trabajo con fuentes orales que impregnan todas nuestras investigaciones. Las historias que aquí se entretejen forman parte de una polifonía de voces sobre el pasado, que hace que nuestro aporte no constituya en modo alguno una visión acabada y rígida. Lejos de pensar en una imagen uniforme y homogénea, nos gusta pensar más bien como el resultado de la unión de pequeños pedazos o retazos. En otras palabras, la metáfora adecuada para describir este trabajo sería la del “mosaiquismo”: un conjunto de trabajos sobre el pasado reciente que recupera una multiplicidad de miradas en tensión y perspectivas ideológicas disímiles. Al igual que ocurre en el arte, la mirada final dependerá del espectador/lector, y de las conclusiones que elabore luego de su lectura. En los intentos de aproximarnos a construir múltiples miradas sobre el pasado reciente de San Luis, nuestros campos de formación nos permitieron enriquecer y complejizar los análisis a partir de cada orientación disciplinar (Historia, Ciencias Políticas, Antropología, y Psicología). En estos diálogos y debates emergieron otras vertientes dialógicas -como parte de nuestros intereses académicos y profesionales- que colaboraron con este intercambio. Estas investigaciones que se exponen a continuación desde enfoques y objetos de aproximación diferentes, intentan saldar un vacío historiográfico en los abordajes de la historia reciente en San Luis, permitiéndonos resignificar las tensiones y conflictos que atraviesan las diversas temáticas trabajadas, a los fines de poder aportar nuevas perspectivas instrumentales hacia afuera de los ámbitos academicistas. El primer capítulo, a cargo de Ignacio Guzman, titulado La Fábrica de papel. Políticas públicas de la industria del cemento en Argentina. “El Gigante” de la provincia de San Luis, 1944 – 1952 presenta un estudio donde se analizan las problemáticas económicas e industriales que llevaron al gobierno provincial de San Luis a una carrera vertiginosa buscando establecerse como Estado Empresario, haciendo foco sobre el inicio del proyecto de la Fábrica El Gigante. Se estudia aquí el surgimiento del proyecto industrial cementero de la provincia de San Luis, que se vincula con el fatídico episodio que destruyó la provincia vecina de San Juan en 1944 y las necesidades, tanto provinciales como regionales, que se debían satisfacer luego del mismo. Se analizará por qué contando con las materias primas, caminos y un mercado en crecimiento, el proyecto quedó olvidado por más de tres décadas para ser retomado en 1972. Los gobiernos nacional y provincial buscaban rentabilidad explotando los recursos naturales, tanto productivos como energéticos. Estas iniciativas, ¿amenazaban 6

al sector privado de la industria del cemento? La provincia de San Luis: ¿buscó insertarse en la coyuntura nacional de manera oportuna? ¿Qué tenía de atractivo la provincia, más específicamente El Gigante del Departamento Belgrano para el proyecto Nacional?. Esta investigación es el primer resultado de tres etapas de un trabajo integral que se encuentran actualmente en desarrollo. El proyecto de la Fábrica de Cemento El Gigante tuvo una consecución en el tiempo, demorando su inauguración por 30 años. En el segundo capítulo,  a cargo de Marcelo Alejandro Muñoz y Sebastian Chiesa, titulado Historia, políticas de memorias y políticas de olvido. Los “Nunca Más” no publicados. El caso de la Universidad Nacional de San Luis, presenta un análisis a partir de tres informes y libros elaborados en el marco de la Universidad Nacional de San Luis, sobre lo que significó la última dictadura cívico– militar, con sus devenires y consecuencias. Si bien han nacido desde los espacios más profundos de la propia institución, con interés y recursos institucionales, no han visto la luz, aunque se hallen culminados, o en estado de casi finalización. Estos trabajos son: Nunca Más en la Universidad; La memoria y el mañana. Para que Nunca Más en la Universidad; y 1976- 1983 La época del terror en la Universidad Nacional de San Luis. En términos generales, nuestra intención es poder desentrañar algunos de los motivos del porqué de la no publicación de los libros- informes, tomando a los mismos como objeto de estudio, tratando de hacer un examen desde diferentes variables que hemos considerado importantes para la situación planteada. Escribir la historia de estas tramas ocultas y traumáticas ha tenido por finalidad ayudar a elaborar una mayor consciencia de lo ocurrido para enfrentar dilemas con el pasado, pensando y encontrando en esa tarea una identidad, a lo mejor diferente. Dentro de este proceso de investigación surgieron una serie de interrogantes: ¿por qué estos trabajos, que analizamos aquí, no han sido publicados?, ¿cuáles fueron los motivos?, ¿qué mostraron estos informes que amenazó a los responsables de esta omisión y/o ocultamiento?, ¿fue realmente una omisión que podría considerarse intencionada o el desinterés por su publicación respondió a otros motivos? ¿Se darán a conocer en algún momento estos informes- libros, como parte de una historia política de la institución? El tercer capítulo, a cargo de Marcelo Alejandro Muñoz, se titula: La psicología académica en San Luis en los años 70. Estudio comparativo de dos contextos y dos planes de estudios (1974 y 1978). Rupturas y continuidades. La intención de este trabajo es poder dilucidar la relación de los contextos políticos como marco general y el universitario en particular, tanto de 1974 y 1978, y como esto tuvo su impacto en los dos planes de estudios seleccionados para nuestro 7

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trabajo: el 22/74 y el 17/78. Este texto, a su vez, forma parte de una serie de trabajos inéditos y/o presentados en eventos académicos, donde estudiamos -por aquel entonces- la psicología en la Universidad Nacional de San Luis en el periodo que va desde 1973- 1983, con especial énfasis en lo ocurrido en la dictadura militar. La primera fecha corresponde a un periodo donde existe una democracia en transición y donde la Universidad Nacional de San Luis, que había sido recientemente creada, está tratando de consolidarse en su propio proyecto. La segunda fecha, como es sabido, corresponde a un periodo de dictadura y donde dicha universidad fue intervenida. La metodología que se utilizó para esta investigación estuvo basada en análisis bibliográfico, el relevamiento y análisis de documentos de archivos, como asimismo fuentes testimoniales. Para el abordaje de este trabajo, desde el marco de una historia de la psicología crítica, se ha enfatizado en la comprensión de los procesos de continuidad y ruptura entre ambos planes de estudios y su relación contextual. Esta concepción de historia debe develar procesos de continuidades, donde hubo procesos de rupturas, y donde hubo rupturas, procesos de continuidades1. Como bien se planteó anteriormente en los párrafos iniciales, este trabajo surgió a través de las indagaciones sobre la psicología académica en San Luis. El mismo es un estudio comparativo de lo sucedido en dos contextos que se presentan como opuestos entre sí y sus respectivos planes de estudios: la ordenanza 22 de 1974 y la ordenanza 17 de 1978. El cuarto capítulo a cargo de Lautaro Emiliano Gallardo, titulado Género y Generación en el conflicto de trabajadores y trabajadoras de Alimentaria San Luis, durante el año 1986 en Villa Mercedes, San Luis. aborda el conflicto de la fábrica Alimentaria San Luis durante el año 1986. Este conflicto de características singulares permite una mirada renovada en torno a la conflictividad sindical durante el gobierno de Raúl Alfonsín. A partir de un diálogo disciplinar que abreva en la antropología, historiografía, y la historia oral, se reconstruyen las trayectorias previas de trabajadores y trabajadoras de Alimentaria San Luis, desde una mirada intergeneracional. La dimensión de género, presente en este conflicto por la participación activa de mujeres trabajadoras y reclamos directamente vinculados a la esfera de lo femenino, adquiere una relevancia trascendental. El periodo de 1983-1989 en Argentina estuvo marcado por la tensión entre sindicatos y gobierno nacional. Esta situación se explica por diversas posturas que reconstruyen la conflictividad, poniendo el énfasis en diferentes aspectos: salarial o económico, político o sindical. Escasos análisis explican el

surgimiento de luchas de trabajadores y trabajadoras a partir de motivaciones ligadas a lo sociocultural. Esta investigación pretende contribuir a este debate a partir de tomar las categorías de género y generación para el conflicto de Alimentaria San Luis. Finalmente, el quinto y último capítulo, a cargo de Mario Jaime, titulado La autonomía en los idearios de resistencia. El caso de San Luis: de la doble intendencia a la multisectorial (2003-2005), aborda las tensiones históricas- políticas de la provincia de San Luis a través de los conflictos generados en torno a la “autonomía municipal” y los hechos que derivaron en la creación de una doble intendencia en la capital de San Luis durante los años 2003-2005. En este sentido, el presente trabajo se inscribe, por un lado, en un punto de exterioridad para analizar las condiciones de posibilidad socio-históricas -de forma previa y posterior-, en el proceso de transición democrática y los modos en que se fue estructurando el sistema político dentro de la provincia de San Luis. Por otro lado, la investigación recupera las nociones gramscianas, en torno a las formas de subjetivación y de experiencia colectiva, a partir de un controversial hecho histórico-político e institucional generado por la creación de una doble intendencia en la provincia. Este capítulo propone analizar críticamente las demandas de los trabajadores municipales, su relación con otros sectores sociales en lucha y las respuestas del gobierno provincial ante la atmósfera de conflictividad política del período.

1 Klappenbach (1994)

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Introducción ¿En qué momento la historia se convierte en historia?

Mario Eduardo Jaime, Ignacio Guzmán, Marcelo Alejandro Muñoz, y Lautaro Emiliano Gallardo

Somos conscientes que al momento de entrar en contacto con algún “retazo u óleo del pasado” de un lugar en particular, el arco temporal por el cual este ha sido atravesado nos permite elucidar que aquellos sujetos partícipes conviven sobre un escenario dual: la historia de un “lejano ayer” y otra relacionada con las vivencias actuales. En este sentido, ese “lejano ayer” o aquel “pasado cercano”, nos interpela sobre las experiencias, testimonios y recuerdos de los grupos y actores históricos- sociales que han tenido alguna injerencia en una época o en un determinado escenario que “ya no es”. Frente a este dilema tan particular, nos preguntamos: ¿cómo se configuran los procesos históricos, en perspectiva de un “pasado” complejo de experiencias colectivas e individuales? ¿En qué medida los modos de subjetivación de los actores sociales forman parte de ese “saber histórico”? ¿Cuáles son los criterios de selección en la validación de fuentes historiográficas? Todos estos interrogantes nos han orientado a abrirnos hacia diferentes vías de indagación metodológica y analítica. Sobre este punto -advertimos al lector- que lejos estamos de establecer certezas, más bien en proponer incertidumbres que inciten a indagar una vacancia evidente en el campo. En lo referido a los “enfoques” de aproximación sobre los procesos históricos, estos son representados bajo las aristas de un “pasado dinámico” y en constante exploración. Dentro del campo de las Ciencias Sociales, hemos podido ir complejizando las “maneras” de entrever el fenómeno historiográfico desde una secuencia multitemporal atravesada por las condiciones contextuales de producción. El ámbito de lo social transmuta al mismo tiempo que lo hace la sociedad como fruto del complejo tiempo/política/subjetividad y las propias tensiones gestadas entre estas variables2. 2 Franco y Levin (2007), p.6.

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De este modo, las complejidades sociales que integran la trama histórica forman parte de un territorio en tensión que, según los criterios de selección, pueden ser motivo de exclusión/inclusión de su régimen de historicidad y memoria. Si bien cada corriente historiográfica crea su propia tradición-prácticas que muy lejos están de ser rígidas o estructuradas, mutan de acuerdo a las condiciones de producción socio-históricas que faciliten o no esas transformaciones. ¡Hacer historia es una práctica! Afirma Michel De Certeau. Como práctica, queda sujeta a un lugar y a un tiempo que condiciona sus técnicas de producción3. Al descubrir nuestro objeto, escribir, o investigar la historia se hace historia:  Partiendo de desperdicios, de papeles, de legumbres, y hasta de glaciares y nieves eternas, el historiador hace historia, artificializa la naturaleza, participa en el trabajo que convierte a la naturaleza en un medio ambiente y modifica, por lo tanto, la naturaleza del hombre. Sus técnicas lo sitúan precisamente en esta articulación. Al colocarse en el nivel de esta práctica, el historiador no encuentra más la dicotomía que opone lo social a lo natural, sino la conexión entre una socialización de la naturaleza y una naturalización (o materialización) de las relaciones sociales4. Lo que decimos es que la única continuidad histórica que iría desde el pasado hasta el presente es la práctica: prácticas de lucha, prácticas de saber, prácticas de subjetividad. Eso es lo que establece la correlación entre las formaciones históricas y el aquí-ahora. Pues, una vez que hemos planteado la cuestión del aquí-ahora, de pronto podemos preguntarnos si después de todo la historia no se hizo perpetuamente a través de luchas transversales. ¿No ha sido la historia perpetuamente a través de luchas transversales, antes de que esas luchas sean centralizadas? ¿No ha pasado todo de esa manera? 5 A la pregunta ¿cuáles son los criterios que forman parte del “saber histórico”?, puede convenirle una respuesta descentralizada, transversal, que desmenuce la historia en una multiplicidad de focos, de formas y transformaciones, en cuyos principios y evidencias están las prácticas. Prácticas sujetadas -a su vez- a las fuerzas que condicionaron y posibilitaron su producción y formación en una época dada. El hacer historia es socavar sedimentos para detectar la incidencia de las interrupciones.

3 De Certeau (1999), p.82. 4 Ídem, p.84 5 Deleuze (1986), p.30.

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Retrospectivas del pasado reciente en San Luis Al adentrarnos en los estudios de la historia reciente, partimos desde una visión que entrelaza los acontecimientos históricos en la dimensión nacional en perspectiva con las condiciones de producción históricas locales. Dicha trama tiene un anclaje multidisciplinar desde los aportes de la historia, la psicología, la ciencia política y la antropología. Desde cada disciplina, los autores, han abordado diferentes estudios de casos cuyas narrativas aparecen impulsadas por la cercanía temporal, territorial y al mismo tiempo, por las diversas prácticas socioculturales que han irrumpido en el escenario de San Luis.  Esta elaboración colectiva ha sido producto de una serie de discusiones y cuestionamientos en torno a la vacancia de producciones escritas, documentales, académicas e historiográficas sobre el campo de la historia reciente de San Luis. No pretendemos desmerecer aquellos esfuerzos individuales que diversos autores han logrado aportar sobre la trama histórica local. Por el contrario, consideramos que para reconstruir las narrativas y vivencias de ese pasado cercano en la provincia es necesaria la construcción de espacios de discusión colectivos que nos permita entrar en tensión con las problemáticas ontológicas, conceptuales y específicas sobre la historia reciente; ya que, consideramos que todavía persiste una mirada endogámica y erudita, nucleada sobre temáticas lejanas en el tiempo. Esto no hace más que desvincular a la población de un pasado que está lejos de su apropiación y ser protagonizado. En este sentido, la historia reciente busca acercar a cada uno de los actores que fueron y forman parte de la reconstrucción de ese pasado, social e individual, que entreteje lo más íntimo de las experiencias biográficas y colectivas. Todos estos condicionamientos nos llevan a interpelar los modos en que la sociedad de San Luis, se imbrica con las experiencias y procesos históricos, entrelazados en un “pasado cercano”, que coexiste con los problemas del presente6. En este sentido, el recorrido que realizamos al momento de entrelazarnos en los acontecimientos de la historia local, pertenecen al orden de un pasado que es coetáneo con temporalidades o procesos fragmentados. Al aproximarnos a las condiciones históricas locales (particularmente en lo que respecta a los hechos locales en su interacción contextual con los procesos políticos a nivel nacional) es posible identificar una diversidad de narrativas históricas que se constituyen a un nivel más lento que las lógicas de historicidad que suponen las visiones imperantes en términos de unilateralidad o progreso-atraso7 . 6  Las autoras Marina Franco y Florencia Levin, realizan un recorrido epistemológico sobre los aportes y perspectivas del campo de la historia reciente, retomando el carácter cambiante del tiempo histórico “se trata, en suma, de un pasado “actual” o, más bien, de un pasado en permanente proceso de “actualización” y que, por tanto, interviene en proyecciones a futuro” Franco, M. y Levín, F (2007). 7  Sobre este punto, recuperamos la referencia que toma Waldo Ansaldi sobre el trabajo de

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De este modo, coincidimos con Hilda Sabato en lo que se refiere a las razones e intenciones que orientan nuestro acercamiento al campo de la historia reciente: “la historia ofrece una manera de relación con ese pasado anclada en el presente, pero que busca dar cuenta de lo que aquel tiene de diferente, de verdaderamente “otro” (...) para tratar de entender sus valores, descifrar sus códigos, reconstruir sus vidas y recuperar sus muertes” 8. Retomemos entonces nuestro problema inicial ¿Cuáles son las técnicas y estrategias de producción historiográfica que son admisibles?, esa historia formada que previa a la práctica histórica se mantenía en el plano de la no-forma. Desde esta perspectiva, podríamos suponer que las múltiples prácticas históricas de sus corrientes historiográficas producen y reproducen una forma histórica, es decir: la estratifican, la fijan, la actualizan, la transforman.  Así, dentro de los cánones habituales en el que se nos propone a priori conocer e interrogar sobre el pasado, este último suele ser exhibido como un cúmulo concreto de datos históricos, disociados de la conciencia y experiencia de los sujetos partícipes.  Coincidimos con Michel-Rolph Trouillot, quien plantea que en las producciones teóricas/academicistas sobre la historia “tiende a privilegiarse una cara de la historicidad por encima de la otra (...) y que este carácter de unilateral en sí mismo es posible porque la mayoría de las teorías de la historia son construidas sin prestar demasiada atención al proceso de producción de las narrativas históricas”.9

Referencias Ansaldi, W y Giordano V. “América Latina”. La construcción del orden: Tomo I. Ed. Ariel, Buenos Aires, 2012. De Certeau, M. La escritura de la historia. Universidad Iberoamericana A.C., México, 1999. Deleuze, G., El poder: curso sobre Foucault II. la ed. Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Cactus, 2014. Franco, M. y Levin F. (compilación). Historia Reciente: Perspectivas y desafíos para un campo en construcción. Editorial Paidos, Buenos Aires, 2007. Trouillot, M. R. Silenciando el pasado: El poder y la producción de la historia. Editorial Comares, Granada, 2017

José de Souza Martins “Sociología de la historia lenta”, en el sentido que desde esta perspectiva es posible “descubrir e integrar en el análisis, estructuras, instituciones, concepciones y valores enraizados en relaciones sociales plenas de sentido en el pasado y que hoy (y solo), adquieren vida propia. Ansaldi (2012), p. 98 8 Hilda Sabato (2007) p.230 9 Trouillot (2017), p.4.

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“La Fábrica de papel”. Políticas públicas de la industria del cemento en Argentina. “El Gigante” de la provincia de San Luis, 1944 – 1952.

Ignacio Daniel Guzmán

Introducción A partir de la Revolución Industrial, los Estados han jugado un papel de suma importancia en el campo de los asuntos comerciales. Su conformación como Estados Modernos se encuentra articulada con los procesos de industrialización. A partir de la Segunda Revolución Industrial, con el desarrollo a gran escala del petróleo, químicos, farmacéuticos, aceros, etc., Alemania e Italia intervinieron activamente a nivel industrial y empresarial10. Las investigaciones en historia económica han demostrado que la idea de una economía impulsada exclusiva o incluso principalmente por empresas y mecanismos del mercado es una “ficción”11. De hecho, una economía mixta ha dominado la mayor parte del mundo industrializado, al menos desde la Segunda Guerra Mundial. Así, los historiadores empresariales han examinado las diferentes intervenciones públicas, distinguiendo dos grandes modelos: por un lado, un capitalismo de estilo angloamericano, con una limitada influencia gubernamental y la dominación de los objetivos y mercados financieros. Por otro lado, un capitalismo ejemplificado por Alemania y Japón, donde los gobiernos han intervenido más ampliamente en el desarrollo económico, con empresas que persiguen otros objetivos, además de maximizar ganancias y valor de acciones. Matthias Kipping advierte que estos contrastes podrían ser “exagerados” y sugiere que hasta mediados del siglo XX la experiencia de Estados Unidos fue muy similar a la de otros países industrializados, diferenciándose solamente a partir de la Segunda Guerra Mundial, cuando la influencia directa del gobierno aumentó significativamente12. 10 Kipping (2014), p. 346. 11 Ibidem. 12 Idem, p. 347

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La historiografía de las últimas décadas hizo énfasis en que los esfuerzos estatales estaban basados en una multiplicidad de argumentos. Los objetivos de estas gestiones públicas trascienden los beneficios económicos o incluso, reemplazaron los mismos por otros. En este sentido, la historiografía económica lograba el consenso según el cual a partir de 1945 hubo un cambio gradual, perceptible, en la política de los Estados hacia la colaboración mixta, tanto en Europa como en Japón. Algunos autores han justificado esto como una consecuencia de resultados militares, políticos, económicos e ideológicos dominantes de Estados Unidos en la economía internacional. En el ámbito local, Jorge Schvarzer sostiene que las empresas de gestión estatal forjadas durante el periodo 1940-1953 en Argentina son factibles de análisis a partir de dos grandes grupos: las compradas por el Estado y las creadas con un determinado fin. El autor aclara que las empresas creadas por el Estado nacieron sujetas a regulaciones ambiguas y objetivos pocos precisos13. Estos dos grupos nos permiten observar la complejidad de análisis, al tener una vasta heterogeneidad en los componentes que conforman las dos categorías. Por otro lado, la emergencia de empresas de gestión pública visibilizaba un nuevo escenario de tensión y control sobre las empresas del sector privado.

Una mirada local al debate. Yendo hacia atrás para avanzar Uno de los ejes centrales de la historiografía económica argentina, gira en torno a los aciertos o límites del desarrollo industrial y al rol del Estado frente a las políticas industriales que nuestro país fue desplegando desde comienzos de la década de 1930, denominado industrialización como modelo de sustitución de importaciones (ISI). ¿Podríamos, entonces, suponer que previo a estos años, el Estado Nacional jugó un papel poco relevante en el desarrollo industrial del país? Nada más alejado de esa suposición. Entre los historiadores existe un consenso en que el origen de la industria moderna en la Argentina provino del impulso generado por la exitosa inserción agroexportadora. Aunque esta colocación de bienes en el mercado dependía de la demanda extranjera. “El aumento de la capacidad exportadora, el incremento de la población gracias a las corrientes migratorias, la urbanización y el incremento del ingreso nacional permitieron la conformación de un mercado interno dinámico, condición para el surgimiento de la industria”14. Argentina fue incorporándose al sistema económico mundial, tras un complejo proceso, que comenzaba a darse a mediados del siglo XIX, ampliamente 13 Schvarzer (1996) p. 201. 14 Ibidem.

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ligado a la exportación de productos primarios e importación de manufacturas. Esta incorporación se lograba gracias a políticas de penetración interna que el Estado Nacional comenzaba a establecer a partir de la década de 1880, brindando seguridad a las inversiones extranjeras15. La segunda revolución industrial, acompañada por la expansión y modernización del transporte, permitieron que la Argentina muy rica de recursos naturales se insertará en un mercado mundial. Las inmigraciones acompañadas de capitales extranjeros de inversión generaron un impacto que transformó la geografía pampeana. Este crecimiento, lejos de estar exento de las crisis, mostraba la vulnerabilidad del mismo frente al contexto internacional16. Las inversiones principalmente inglesas destinadas a los ferrocarriles dieron unidad al mercado Nacional. El esencial papel que desempeñaban los ferrocarriles en la política económica produjo que el Estado Nacional tuviera un gran interés por las vías férreas. Es muy importante para este trabajo resaltar que en las zonas fuera de la región pampeana en donde el capital privado restaba interés, el Estado Nacional avanzó en el tendido de las mismas, como lo fue el caso del Ferrocarril Oeste. Los ferrocarriles fueron la principal empresa estatal de las últimas décadas del siglo XIX, pero no la única. Tras la fiebre amarilla, la provisión de agua potable y cloacas se convirtió en un tema de agenda pública. En 1892 se crea la Comisión de Obras de Salubridad y finalmente en 1912 se sanciona la Ley que dispone agua corriente y cloacas en todo el país17. Andrés Regalsky y Elena Salerno sostienen que el “Estado Empresario” comienza su gesta en los primeros años del siglo XX ante dos factores que actuaron en forma consecuente: por un lado, el crecimiento del aparato estatal y por el otro, el aumento del gasto público. Los autores resaltan el éxito a nivel nacional del caso de Obras Sanitarias que le daría sustento a los primeros pasos de ese “Estado Empresario”18. En los años 20, surgieron iniciativas que serían fundamentales como empresas del Estado. Tras el hallazgo del yacimiento petrolífero en Comodoro Rivadavia en 1907, luego de varios contratiempos, en 1922 se crea la Dirección General de Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF). La otra gran iniciativa fue la Fábrica Militar de Aviones, siendo una empresa enteramente estatal y en un principio no vendía su producción en el mercado. Los años 30 marcaron una acentuación de la intervención estatal a fin de limitar los efectos desestructurantes del mercado internacional ocasionados por la Depresión. Durante este periodo el Estado Nacional creó diversos organismos de intereses mixtos 15 Oszlak (1999), pp. 104, 105, 132. 16 Ferrer (2000), p. 118. 17 Belini-Rougier, 2008, p. 23. 18 Regalky-Salerno (2008) p. 22.

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(públicos/privados) que fueron dando como resultados el nacimiento de diferentes Comisiones destinadas a regular las actividades productivas19.

Cuadro 1. Fuente: Rougier/Belini 2008

Pese a las intervenciones del Estado, Claudio Belini advierte que el intrínseco cambio estructural del modelo agroexportador a la producción en masa estuvo, desde sus inicios, “condicionado” a la demanda interna, no permitiendo su despegue del consumo local20. Ya centrados en el periodo de nuestro trabajo, 1944-1952, Pablo Gerchunoff y Damian Antunez señalan que, pese a las singularidades en las políticas económicas, el peronismo no fue novedoso en sus contenidos, pero sí en la intensidad y velocidad de su ejecución. Sostienen que Perón le dio rapidez a la intervención estatal en la economía que ya se venía dando desde los años 30. Los autores dividen el periodo económico en tres etapas: la primera (19461949) momento favorable para “gastar”; la segunda (1949-1952) momento de transición y cambios derivados de la profunda crisis; finalmente, la tercera etapa (1952- 1955) donde se introduce un giro al modelo original21. En “Frustración de un proyecto económico”, Marcelo Rougier coincide con Gerchunoff y Antunez al establecer tres etapas en la economía del pe19 Regalky-Salerno (2008), p. 22. 20 Belini (2003), p. 118. 21 Gerchunoff y Antunez (2002), p. 145.

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ronismo, pero amplía el análisis afirmando que en la primera etapa, a la que ubica entre 1946 y 1949, el objetivo era sostener el pleno empleo y concluye que los años de bonanza fueron muy fugaces. De hecho, sostiene que la no integración industrial combinada con los recortes al agro tuvo resultados negativos que se verían en el futuro, es decir, un éxito de bases “endebles”22. La existencia de un estímulo industrial en el periodo a través de un crédito barato, control de las importaciones, tipos de cambio preferenciales y una intervención directa del Estado sobre los procesos productivos, es una característica general del momento, aunque para Claudio Belini, en concordancia con Rougier, no había un “plan” industrializador coherente. Los resultados económicos fueron dispares, la falta de un diseño de política industrial permite ver al “Estado Empresario” con dificultades para poner en marcha esas políticas23. Al decir “Estado Empresario” nos referimos a la gestión directa por parte del sector público, a través de agencias, empresas mixtas o empresas públicas, sobre los servicios, sistemas financieros o productivos, como también la capacidad estatal de ejercer control sobre empresas de gestión privadas. Es importante advertir que no es posible establecer con precisión qué engloba la definición. Claudio Belini y Marcelo Rougier sostienen que esto se debe a  cuatro  factores que actúan de manera articulada. En primer lugar, la existencia de diferentes formatos y estatutos que adquirieron las empresas públicas, no hace fácil la identificación de las mismas bajo un mismo concepto24. En Argentina, la variedad de tipo comercial, por ejemplo, en 1946, cuando se crea las sociedades de economía mixtas (SEM)25; las empresas del Estado en 1955; las sociedades anónimas de participación estatal mayoritaria (SAPEM) entre 1967 y 1972; alcanzando finalmente en 1974 el régimen de sociedades del Estado (SE)26. Esta diversidad económica y jurídica no permite unificar a todas las empresas bajo el mismo concepto. El segundo punto que resaltan Belini y Rougier, es el vacío historiográfico existente aún frente al desempeño específico de las empresas públicas. Justamente esta investigación tiene la ambición de contribuir a la escasez de estudios específicos de las empresas públicas. En tercer lugar, la influencia del Estado 22 Rougier (2006), p. 16. 23 Belini (2003), p.251. 24 Belini-Rougier (2008), p. 15. 25 La continuidad temporal de la investigación nos permitió observar que la Legislatura de la Provincia de San Luis para septiembre de 1959 sanciona la Ley n° 2741 donde se constituya la Sociedad de Economía Mixta, cuya finalidad principal era celebrar el contrato con la empresa importadora de maquinarias e instalación y montaje de la fábrica. 26 Carbajales (2011).

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sobre el interés privado. Finalmente, la falta de estudios frente a la interacción entre diseño institucional, burocracia estatal y desarrollo económico27 28. Las advertencias de los autores sobre los matices que adquieren las emergentes empresas de gestión estatal frente a sus configuraciones, objetivos e influencias sobre sectores específicos de producción nos permiten inscribir este estudio en la historia del desempeño empresarial, por parte del Estado, con foco en el análisis singular del proyecto de producción pública del cemento, en la provincia de San Luis. Ese desempeño estatal se analiza en su etapa embrionaria, lo que denominamos la “fábrica de papel”, primeros proyectos, estudios y planificaciones por parte del Estado provincial y Nacional para delinear la obra civil, adquisición de maquinarias y montaje de la Fábrica El Gigante de San Luis. La provincia de San Luis asentaba sus bases en una economía agraria, buscó sin resultados significativos en el periodo 1944-1952 dar un giro radical en sus políticas económicas, adhiriéndose a la vorágine industrialista nacional, en búsqueda de establecerse como “Estado Empresario”. La aceleración en políticas de desarrollo industrial y fabril del país favorecía los proyectos que buscaban la explotación de recursos minerales y energéticos. Ahora bien, no todos los Estados provinciales lograron subirse a esa ola industrialista. Su desigual inserción dependía, en primer lugar, del atractivo de sus recursos, y en segundo lugar, de las posibilidades para atraer capital privado, nacional o mixto para la explotación de los mismos. Esta hipótesis inicial se relaciona, en forma directa, con los procesos de instalar una planta productora de cemento en la provincia, cuyo proyecto se transformó en el más importante del periodo a nivel local.

Fuentes y organización del trabajo La investigación se sustenta en una amplia diversidad documental. Fuentes primarias y secundarias consultadas: informes geológicos de la Secretaria de Industria y Minería de la Nación de 1948 obtenidos a partir del archivo administrativo de la Compañía Cementos Avellaneda, con el fin de lograr vislumbrar cuáles era las aspiraciones concretas del Estado Nacional frente a los recursos naturales de la Sierra el Gigante de San Luis. Boletín Oficial, Sesiones 27 Se resalta que, más allá de lo legal, la empresa pública (organización que combina los distintos factores de la producción, esto es, desarrolla una actividad empresarial para generar bienes o servicios y cuya propiedad, el capital y/o la administración es ejercida por el sector público), Es preexistente al periodo estudiado, como en 1892 se crea la Comisión de Obras de Salubridad y finalmente en 1912 se sanciona la Ley que dispone agua corriente y cloacas en todo el país. 28 Belini-Rougier (2008), p. 16

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Ordinarias de la Cámara de Senadores de 1949 y 1952 y presentación del Proyecto por el Dr. Francisco Luco de la Fábrica del Cemento Portland en la provincia de san Luis, extraído de la Biblioteca del Congreso de la Nación, se estudian en ellos los fundamentos propuestos para la instalación de la planta y reconstruir la vida política del Senador. Anuarios de la Asociación de Fábricas de Cemento Portland (AFCP). Archivo de la Provincia de San Luis, Decretos y Boletín Oficial sobre las políticas industriales, Archivo de la Legislatura de la Provincia de San Luis, momento en que el Senador Nacional Francisco Luco presentaba el proyecto, Ley y decretos de expropiación. Diarios provinciales del periodo La Opinión y La República, y fuentes orales recopiladas de entrevistas a personas vinculadas con la fábrica de cemento. La elección de las fuentes mencionadas tiene por finalidad examinar la información de los procesos de la naciente industria de la provincia de San Luis, reconstruir los aspectos económicos, políticos y sociales del momento histórico que permitan dar luz a los intentos del gobierno provincial de insertarse en el colectivo nacional. Este trabajo consta de dos partes, en la primera, se estudiarán brevemente las etapas que llevaron a la elaboración del producto final del cemento portland, se observarán las características principales del desarrollo de la industria del cemento y cuando esta tomó mayor impulso en Argentina. Por otro lado, se analizarán sintéticamente los vaivenes económicos, resultado de las políticas nacionales y provinciales que influyeron y demoraron el proyecto “El Gigante”. Se describen los aspectos políticos y económicos de la provincia de San Luis con el objetivo de focalizar en el proyecto de una cementera del Senador Francisco Luco, en el marco de un Estado provincial que buscaba rentabilidad y crecimiento. Finalmente, se considera al fatídico terremoto que aconteció en la vecina provincia San Juan como condición de posibilidad para la gesta del proyecto “El Gigante” en la provincia de San Luis. Una segunda etapa; donde se analizan las condiciones de desarrollo posible de San Luis. Se hace foco en la presentación de un novedoso e innovador proyecto de producción de cemento de gestión pública. Finalmente, se analiza el papel de la Dirección Nacional de Empresas del Estado (DINIE) y el Banco de Desarrollo Industrial, instituciones que durante el gobierno peronista fueron utilizadas para la promoción y financiación de las políticas industriales.

El cemento Portland. Características esenciales. Producir cemento es un proceso arduo, complejo y prolongado29. En pri29 Es considerado un proceso altamente dificultoso, no sólo por la exactitud de la proporción

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mer lugar: es una actividad minera que consiste en la explotación y extracción de materia prima, y un segundo momento, el proceso industrial, donde en proporciones exactas se mezcla la caliza con la arcilla sometiéndolas a calcinación para alcanzar el clinker (en el horno el proceso es calcinación y clinkerización, evaporando el agua. El producto alcanzado entre los 1200º y 1600º aproximadamente se llama clinker) que posteriormente es pulverizado y mezclado con yeso para evitar que se fragüe. El proceso puede darse de dos formas: vía húmeda o vía seca, esta segunda permite abaratar los costos de energía, por lo que es la más usada en la producción de industrias cementeras, principalmente, en la que hemos elegido como objeto de estudio. En el método seco se procesan todas las materias primas duras y luego la arcilla sin arena30. La piedra caliza es una roca sedimentaria, su color depende de las impurezas que posea. Además de estos materiales naturales se colocan minerales y ferrosos que permiten alcanzar la fusión a menores temperaturas. Ahora bien, ¿Cómo se obtiene la materia prima? Por extracción de voladuras de alta precisión. Estos elementos obtenidos se desmenuzan para su elaboración. El material triturado obtenido al pie de la cantera se almacena en silos. Este material se vierte en proporciones correctas desde las tolvas, en tuberías especialmente diseñadas, donde es secado de humedad natural por flujos de aire caliente que transporta las partículas pequeñas, dejando caer las grandes para repetir el proceso y trasladarlo al molino. Antes de la cocción se mezcla y pulveriza en molinos especiales, de manera tal que la materia prima ingresa al horno en forma de polvo. Los hornos donde ingresa el crudo final, son cilindros de 2 a 6 metros de diámetros y hasta 150 metros de longitud, construidos de chapa de acero y revestidos con material refractario, el cual gira alrededor de su eje. En el extremo opuesto al ingreso de material se sitúan los quemadores que pueden utilizar como combustible: gas natural, fueloil o carbón mineral31. El Clinker es enfriado inmediatamente para no perder sus propiedades, de color grisáceo, es mezclado con yeso para evitar que fragüe rápidamente al contacto con el agua y envasado en bolsas de papel de aproximadamente 50 kg. cada una o a granel.

de sus componentes, sino además por la complejidad y precisión en la extracción de materias primas (U.T.N) 30 Se entiende por materias primas: Cal, sílice, aluminio, óxido de hierro, siendo la roca caliza y la arcilla, materias primas por excelencia (U.T.N) 31 Para el periodo analizado el gas natural no estaba disponible para el sector industrial aún y el fueloil se debía importar.

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Breve reseña de la evolución industrial del Cemento en Argentina Producto de un gran desarrollo demográfico a finales del siglo XIX gracias al proceso inmigratorio, se inicia un gran crecimiento que va modificando la geografía urbana de Argentina. El ferrocarril facilitaba el acceso a diferentes zonas, ocupando territorios, instalando centros turísticos, sanitarios o militares. Con las enseñanzas europeas sobre la fabricación de cemento, el producto comienza a ingresar al mercado argentino a través de la importación. El ladrillo comenzó a fabricarse en el país a partir de 1863 en Rosario, estos eran utilizados en las obras públicas, o viviendas particulares de gerentes ferroviarios, el hierro combinado con el vidrio permitían la máxima luz y estructuras livianas para la construcción en altura32. A finales del siglo XIX se instalan en Rosario, Buenos Aires y Córdoba pequeñas plantas para fabricar tierra romana y cemento, iniciativas que fracasaron por sus altos costos. En 1907 se inaugura en Córdoba la Fábrica Nacional de Cemento Portland con una capacidad de 12 mil toneladas, pero su producción apenas lograba satisfacer la demanda local. La primera Guerra Mundial modifica la situación, ante la dificultad o imposibilidad de importar el producto, se iniciaron nuevos emprendimientos33 34. En 1917 se fundó una nueva planta en Córdoba, con capacidad de 6 mil toneladas, con el objetivo de abastecer el consumo local. El gran cambio se produce en 1918 con la instalación de la Compañía Argentina de Cemento Portland en la Ciudad de Olavarría, provincia de Buenos Aires de capitales norteamericanos. A tan solo 300 km. del principal centro de consumo, con una capacidad de 170 mil toneladas, tres hornos y 200 empleados que permitía abastecer más del 25% de la demanda interna35 . Al analizar el cuadro N°2 se puede observar que al inicio de la contienda mundial en el territorio argentino el 99,1% del consumo aparente de cemento debía importarse. El inicio de la Primera Guerra Mundial provocó un considerable aumento en la estructura de costos del material, principalmente en sus fletes, trepando el precio del producto un 350% entre 1913 y 1918. Este contexto facilitó la emergencia de nuevos emprendimientos36. En 1920 el aumento de la demanda interna corresponde al ingreso de consorcios extranjeros al país, destinados a la construcción de edificios, carreteras, 32 Liernur (2000), p. 421. 33 Se debe tener en cuenta que la Primera Guerra Mundial no representa un corte, quiebre o alteración del sistema agrexportador, sino más bien una alteración producto de las dificultades de navegar el Océano Atlántico, dificultad que se sorteará al finalizar la contienda. 34 Palacio (2000) p.104. 35 AFCP Anuario en Belini Claudio. “La industria durante el primer peronismo” 36 Belini (2003), p. 346.

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muelles, etc. que le dan gran impulso a la industria del cemento gracias a la difusión del hormigón armado en la construcción37.

Cuadro N°2. Número de plantas, capacidad instalada, producción, importación y consumo de Cemento Pórtland, Fuente: Asociación de Fabricantes de Cemento Pórtland en Belini 2003

Pero este crecimiento en la industria del cemento no estaba alejado de los problemas en lo que se refiere a las tarifas aduaneras para importar maquina37 Liernur (2000), p. 426.

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rias. Los empresarios industriales se oponían a toda restricción para importar, principalmente, combustibles. Pero lo más relevante del periodo fue que impidieron la sanción de la Ley que liberará la importación del cemento, este éxito hizo que la industria radicada en el país se expandiera e incentivaran nuevas inversiones38. Así lo hizo Alfredo Fortabat en 1928, cuando inauguró su planta Loma Negra en la localidad de Olavarría, la primera de capitales argentinos con una capacidad anual de producción de 150 mil toneladas. Al año siguiente en Córdoba se inicia la construcción de la Compañía Sudamericana de Cemento Portland S.A. de la familia Minetti que comenzó a producir en 1933. Este auge de la industria local era acompañado por políticas que favorecían al sector desde los gobiernos militares del año 1930, la protección oficial incentivaba la expansión y las nuevas inversiones. La pequeña fábrica de Vezini y Garlot se convierte en la Compañía Cementera Argentina S.A. modificando y ampliando sus hornos por nuevos adquiridos en EE. UU. y en 1939 inaugura su nueva planta en la ciudad de La Plata, con una capacidad de 200 mil toneladas anuales. Loma Negra amplía su planta de Olavarría e instala una nueva en Santiago del Estero. Juan Minetti e hijos suma a su planta en 1939 otra en Mendoza y posteriormente en Salta. Calera Avellaneda S.A. se traslada a Olavarría y mejora las tecnologías de producción. Finalmente, la Compañía de cemento Portland amplió su producción e instaló una nueva planta en Paraná. Para fines de la década del 1930, la producción superaba el 1.8 millones de toneladas distribuidas en once plantas39. En resumen, al iniciar los años de 1940 la industria del cemento estaba mercantilizada entre seis firmas que poseían once plantas distribuidas en el país, cuyas fábricas se fueron localizando, teniendo en cuenta los yacimientos de caliza y el mercado de consumo. Un momento coyuntural para la industria del cemento en Argentina es el inicio de la Segunda Guerra Mundial. A partir de 1939 se estancó la capacidad de producción debido al quiebre del comercio con Europa, recordemos que Argentina alimentaba sus hornos rotativos con fuel oil, el cual se debía importar. Pese a ello la industria buscó sustitutos como el trigo, la leña, el carbón o aceite de lino40. Ante la escasez por la Segunda Guerra, por primera vez se fijó el precio máximo al consumidor en 1939 por decreto 49.964, el cual se iba ajustando de acuerdo al precio del fuel oil. 38 Belini (2003), p. 347. 39 Ídem, p. 348. 40 Veremos en el capítulo posterior que justamente esta situación, llevaba al Senador Nacional por la provincia de San Luis, Francisco Luco a proponer en su proyecto innovador, la utilización de carbón de jarilla como fuente de energía

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El terremoto de San Juan de 1944 y el aumento de la demanda del cemento en la región El 15 de enero de 1944, a las 20:48 horas, las calles angostas, adoquinadas y veredas de piedra laja de la Ciudad de San Juan presumían su arquitectura colonial, al igual que San Luis y otras ciudades “hispanoamericanas”. En su plaza mayor, central 25 de mayo, los transeúntes podían observar la hora en los dos grandes relojes que sobresalían de los techos de las pequeñas viviendas. Tan solo un minuto después, el paisaje de la vecina provincia se transformaba en algo desolador. Siete segundos de un fuerte movimiento telúrico alcanzaron para cambiar el paisaje de esa acalorada tarde de enero. Las viejas construcciones de adobe, como las escasas y recientes estructuras de hormigón armado, sucumbían sobre las calles. El Palacio de Justicia, el Club Social, la Casa de Gobierno quedaban reducidas en despojos, miles de cuerpos yacían sepultados entre los escombros, los armados, heridos, deambulaban sin rumbo alguno. La agonía y desesperación buscando a seres queridos se respiraba junto a las nubes de polvo que prevalecían en el aire. La mañana siguiente sorprendía a los vecinos desorientados con una suave llovizna que dificultaba las tareas de rescate. Previendo enfermedades se trazó una zanja o fosa común en las puertas del cementerio municipal al que llegaban los camiones, volquetes cargados de cuerpos para ser calcinados. “San Juan, destruida”, “Un terremoto devastó San Juan”,”La cifra de muertos y heridos en San Juan se torna en estos momentos incalculables” titulaban la prensa gráfica del momento.41 Rápidamente, comenzaron las tareas de rescate y ayuda de provincias vecinas. Mendoza se transformó en la sede central de las tareas de reconstrucción. En Buenos Aires, el Coronel Juan Domingo Perón, quien en esos momentos estaba a cargo de la Secretaría General del Trabajo y Previsión Social, se responsabilizó de las tareas de recolección de donaciones y junto a artistas organizaron un acto en el Luna Park. Así se reportaba el hecho en la prensa: “En la tarde de hoy, una comisión de artistas, integrada por: Luisita Vehil, Olinda Bozan, Angrelina Pagano, Pierina Dealessi, Aida Alberti, Nini Marshall, Blanca Podestá, Libertad Lamarque, Iris Marga, Mecha Ortiz, Silva Roth, Eva Duarte, Enrique Muiño, Angel Magaña, Pepe Arias, Manuel Alcon, Francisco Alvarez y Oscar Valichelli, conjuntamente con los soldados del Ejército Argentino y la Armada que los acompañaron, recolectó fondos entre la concurrencia de los comercios más importantes de la ciudad y otros lugares”.42

El Poder Ejecutivo Nacional, a cargo del General Farrell, decreta los pri41 Diario Crítica 16/1/1944 Diario La gaceta 16/1/1944 Diario Los Andes 16/1/1944 42 Fragmento del discurso del Coronel Juan Domingo Perón en el festival que la comunidad artística realizaba en beneficio de las víctimas del terremoto de San Juan en enero de 1944.

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meros días de junio la creación del Consejo de Restauración de San Juan, un organismo autárquico que tuvo como único objeto realizar todos los estudios previos para la toma de decisiones del emplazamiento de la nueva Ciudad de San Juan y dar inicio a los trabajos relativos de la reconstrucción. El documento contemplaba la necesidad de una gestión logística ferroviaria, automotriz, aérea y marítima para el traslado de personal y materiales de necesidad. 43 Los problemas de reconstrucción no tardaron en llegar. Existía una creencia compartida que las construcciones de adobe eran más resistentes frente a los movimientos telúricos, afirmación que quedaba rápidamente desestimada luego de la tragedia. Según los expertos, los altos techos, la fragilidad del material, sumada la ausencia de refuerzos a las estructuras, desprotegían a las construcciones, que colapsaron ante el temblor. En los meses posteriores al terremoto, los especialistas fueron llegando a San Juan con el objeto de evaluar la magnitud del desastre y sugerir medidas de prevención a futuro. Los más destacados fueron miembros de la Corporación para la Promoción del Intercambio, creada en 194044. En el caso San Juan, estos especialistas tenían por objeto, además del estudio del terreno para definir el lugar de la nueva ciudad, relevar las áreas mineras con el fin de establecer una fábrica de cemento: “El equipo más destacado fue enviado por un organismo semi gubernamental dedicado a promover la industrialización. Tenían una agenda clara: se les había encomendado no solo estudiar el suelo para definir lugares posibles para la construcción, sino también relevar los yacimientos de minerales con miras a establecer una fábrica de cemento45”.

La certeza entre los especialistas de las bondades del hormigón como el material ideal para la construcción de la nueva ciudad aumentaba considerablemente la necesidad del producto del cemento portland en la región, A lo que se sumaba las ambiciones del Estado Nacional por ingresar en la actividad de este sector industrial. Soñar con una ciudad de hormigón armado era sinónimo de modernidad. La industria del cemento estaba en crecimiento, las construcciones de este material mostraban al mundo él progreso social, así que la utopía comenzaba a darse forma. El adobe mantenía la historia local, pero el hormigón era considerado el material antisísmico más apropiado. En la pulseada, pese a los 43 Boletín Oficial de la Nación 11/6/1944 Decreto 17.432/44 44 La Corporación para la Promoción del Intercambio fue creada por Decreto 78466/40, su Directorio estaba integrado por los ejecutivos de las principales empresas norteamericanas radicadas en Argentina. Tornquinst, Bemberg, Bunge BornLengs Roberts, entre otros. Institución que entre 1943 a 1946 fue transformándose en el antecedente más cercano a la IAPI. Kabat (2013), p. 86. 45 Healey (2013) p, 137.

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costos que ello implicaba, el imaginar una ciudad moderna fue ganando puestos entre los ingenieros, aunque pensar en una ciudad de hormigón pondría en movimiento un proceso de abastecimiento muy complejo por las distancias de las plantas productoras de cemento. Según los geólogos, la obtención de la materia prima era fácil. Existía además un seguro mercado en la reconstrucción, lo que entusiasmaba la idea de una Fábrica de Cemento en el mismo San Juan, pero la provincia tenía un altísimo costo de energía eléctrica, por lo que poco a poco la idea de la fábrica en San Juan se fue diluyendo46. Cinco meses más tarde al terremoto, el gobierno nacional buscará regular el precio del cemento a través del decreto 32.635/44, luego de los informes entregados por la comisión del Consejo Nacional de Racionamiento, quienes mencionan que el costo de la producción de cemento había ascendido progresivamente a partir de 1939 producto del aumento del combustible.

Cuadro N° 3. elaboración propia fuente Decreto N° 32.635/44

En las estaciones o empalmes del ferrocarril se fijaba como precios máximos:

“Los aumentos sobre el producto final autorizados por el Poder Ejecutivo habrían compensado el valor mayor de los elementos del costo directo, a su vez la disminución de la producción habría incidido en forma apreciable en el costo final del producto. Por otro lado, no se tiene constancia de que la disminución de la producción sea por negligencia o falta de interés del sector industrial, sino por la escasez de combustibles y falta de transportes, la comisión designada, concluye que la situación económica del sector industrial del cemento para 1943 habría sido normal si se hubiera mantenido la producción. Los precios máximos fijados son teniendo en cuanta las zonas de país y los fletes correspondientes” 47.

46 Idem, pp. 137, 140. 47 Comisión creada el 26 de agosto de 1943 con el objetivo de estudiar los costos de producción y comercialización del cemento portland para determinar los precios máximos de ventas definitivos. Decreto N° 6.826

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Cuadro N°4. Elaboración propia fuente Decreto N° 32.635/44

Estos precios fijados por el decreto regían para el intercambio entre el productor del material al revendedor. Los precios para el consumidor final no podrían exceder los quince centavos (m$u 0.15) por bolsa de 50 kg. Pero estos precios no se respetaban en el interior del país que se vendían tres veces más caros, lo que motivará las denuncias en la misma Cámara del Senado de la Nación como veremos más adelante. La especulación y el desabastecimiento del sector privado llevaron al Estado a intervenir.

El interés Nacional en la Sierra “El Gigante” de la provincia de San Luis De acuerdo con el ingeniero Mario Ponce: “El Gigante” fue puesto, como se pusieron tantos otros, muy al comienzo de esas corrientes colonizadoras que fluyeron por estas tierras y fue precisamente debido a ese mogote milenario que ahí existe”48 49. Esta piedra rojiza, arcillosa, rugosa y ahuecada se presume en el extremo sur de las Sierras el Gigante acompañado por catas, jotes y otras aves que le ponen música a la brisa cálida del paisaje. El mogote, testigo de la existencia de numerosas lagunas en las orillas del Río Desaguadero, Guanacache, El Porvenir, La Faldiquera, Silverio, Las Lagunitas, entre otras, que en tiempos pasados daban una próspera vida a la región, como también refugio a quienes escapaban del asedio español. Hoy estos humedales han desaparecido. Un clima hostil con largos periodos de sequías dejaba sus campos desérticos en comparación con épocas pasadas, donde se hacía muy dificultosa la 48 El Ingeniero Mario Ponce fue entrevistado como protagonista de la conformación de la Fábrica El Gigante como el primer presidente de la Comisión Directiva en 1974. A su vez, contribuye a la historia de la Provincia de San Luis, tras despertar la inquietud por su descendencia, que dio fruto a un trabajo de genealogía familiar titulado: “Tras las huellas de Mariano Ponce”. 49 Ponce (2018), p. 102

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vida cotidiana, ello explica la poca población residente, hacían de La Calera un pueblo inhóspito y de muy poca relevancia en la provincia. Pero la fatídica noche del 15 de enero de 1944, que reduce a la ciudad vecina de San Juan en escombros de adobe y más de diez mil muertos, sumado a las nuevas políticas industriales de un nuevo contexto político y económico disímil a épocas pasadas, van a observar las Sierra del Gigante con amplias ambiciones frente a sus recursos naturales. A solicitud del Ministerio de Economía y la Secretaria de Estado de Minería y dirigida al Subsecretario de Obras Públicas y Turismo de la Provincia, el ingeniero José María Ojeda, el geólogo Mario T. Suarez presenta en 1948 el informe sobre las calizas cristalino-granulosas de la Sierra el gigante de la provincia de San Luis. La Sierra el Gigante está situada al Noroeste de la Provincia de San Luis, entre los paralelos 32° 48´ y 33° L.S. y entre los meridianos 66° 50´y 66° 57´O.G. con un largo de 22 kilómetros y un ancho de 11 kilómetros. Constituye la parte meridional del cordón más occidental de las sierras pampeanas, formado por la Sierra de Famatina, La Huerta, Pie de Palo, continuando en la Provincia de San Luis con las Sierras de Guayaguas, quijada y El Gigante50. Ubicada en el departamento Belgrano, morfológicamente constituye una serie de elevaciones muy gastadas por la erosión, cuya mayor altura presenta el Cerro Ignacio (1100) metros, surcada por cañadas de considerables profundidades.51 En lo referido a las vías de comunicación, el informe aclara que a lo largo de la sierra se distribuyen estancias y puestos, comunicados entre sí, pero factibles de ser mejorados. Por la zona pasa un camino en construcción de San Luis a San Juan. Es un camino enripiado, llano y circulable para vehículos pesados. La distancia al centro de la metrópoli puntana es de 76 kilómetros. En su trabajo, Suarez solo se refiere a los mayores afloramientos de calizas cristalino-granulosas de los numerosos de la zona. Distingue las siguientes calidades de calizas en la Sierra El Gigante: Caliza compacta gris clara, la buena calidad de ella no presenta obstáculos para la fabricación de cal. Caliza blanca de grano grueso, de poca cantidad pero excelente cal. Caliza gris oscura de grano grueso, de cal deficiente. Caliza gris de grano mediano, posee cal de buena calidad. Caliza gris de grano fino, que otorga cal de muy buena calidad.52 Ante los resultados previos realizados por Suarez la Secretaria de Industria y Comercio de la Nación, a través de la Dirección de Minas y Geología, soli50 Informe del Geólogo Mario T. Suárez Sobre las calizas Cristalino granulosas de la Sierra El Gigante en San Luis dirigido al Sr. Secretario de Obras Públicas y Turismo de la Provincia de San Luis, Ingeniero José María Ojeda en 1948 51 Ídem. 52 Ídem.

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cita un informe más exhaustivo sobre los yacimientos de calizas cristalinas de la Sierra El Gigante, ya con vista a la instalación de una fábrica de cemento portland en el Departamento Belgrano, el mismo a cargo de Luis Enrique Cannele y Galliano Juan Cenere. El informe elevado a la Secretaria de Industria y Comercio de la Nación, según expediente 102.657/48 estudia las posibilidades de instalar una planta productora de cemento portland en la Sierra el Gigante. Dada la urgencia requerida por el subdirector del proyecto se limitaron las tareas a realizar por la comisión al estudio de los yacimientos calizos de la Sierra El Gigante, corriendo por cuenta del Sr. Delfo F. Stegman estudió los yacimientos de arcilla y yeso ubicados en las proximidades de la Sierra.53 El acceso al faldeo occidental es muy arduo, las sendas de pésimo estado, los yacimientos “el pajarito” y “los jesuitas” se pudieron inspeccionar gracias a la colaboración prestada por el Sr. Director de Obras Públicas de San Luis, Ingeniero Bona, quien puso a disposición de la comisión una camioneta Jeep54. Las únicas aguas superficiales en la zona del Gigante se encuentran exclusivamente durante los periodos de lluvia, cuando las aguas torrenciales bajan de la sierra formando numerosos surcos que duran solo pocas horas. En lo concerniente al agua subterránea, al pie del faldeo occidental se observa una serie de vertientes alineadas. En la zona, los habitantes se proveen de agua a través de aljibes donde se almacenan las aguas de lluvia o de los reservorios naturales subterráneos que los arroyos forman en sus lechos arenosos, por lo que el informe concluye la utilización de estos afluentes como aprovisionamiento de la futura fábrica55. Existen en la zona dos tipos de vegetación que corresponden exactamente a las dos unidades geomorfológicas descritas previamente. El tipo de vegetación dominante en la llanura es el piemifructiuceta, en comunidades discontinuas, constituidas por elementos que van desde el arbusto enano hasta el árbol. Los individuos compuestos por Larrea sp y bulnesia. Son utilizados como combustible en las hornallas para la calcinación de la piedra caliza. El rendimiento por hectárea de este combustible, en término medio, es de 10 toneladas. Para concluir, luego del análisis de la caliza en la zona, existe cantidad y utilidad de caliza cristalina, capaz de abastecer las necesidades de una planta de cemento portland de 600 a 650 toneladas diarias. 53 Informe Sobre los Yacimientos de Calizas Cristalinas de la Sierra El Gigante con vista a la instalación de una Fábrica de Cemento Portland en el Dto. Belgrano, Prov. De San Luis, 1948. 54 El Ingeniero Bona posteriormente estará a cargo de Energía Hidráulica de la Provincia de San Luis, y será protagonista del tendido eléctrico a la planta, desarrollado en la segunda parte de la investigación. 55 Para el periodo analizado solamente era realizable la producción de cemento por vía húmeda.

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San Luis y el nacimiento del peronismo local Si buscamos en las bases del surgimiento de poder de la doctrina peronista, hallamos al sector obrero como pilar fundamental de su construcción. Sector que a su vez fue configurando características distintivas y propias. La Segunda Guerra estimuló positivamente la industrialización en Argentina, esta demanda de trabajadores industriales sumada la mecanización de la agricultura provocó una migración de trabajadores rurales hacia Buenos Aires o Ciudades del interior. Así se produjo la incorporación de peones y jornaleros del campo que migraban hacia centros urbanos en búsqueda de mejores condiciones de vida, laborales y salariales56. Pero, ¿qué sucedió en el caso San Luis, donde la masa obrera era minoritaria? De acuerdo con Omar Samper, las dinámicas regionales y provinciales mostraron al interior del país una composición y coaliciones particulares. La provincia de San Luis no logró grandes beneficios durante el modelo agroexportador (1880-1930) por sus condiciones geográficas, comparándolas con sus vecinas Mendoza, Córdoba y La Pampa57. Samper sostiene, basándose en los censos del periodo, que la población rural predominaba y se mantendría así hasta el censo de 1947. Desde la perspectiva del autor, el bajo porcentaje de inmigrantes comparado con otras provincias perjudicaba a San Luis, ya que afectaba las posibilidades de conformación de un sector medio y obrero. En San Luis para 1943 la sustitución de importaciones alcanzaba solo el 16% de la ocupación de mano de obra58. Podemos afirmar, entonces, que en el período aquí analizado la provincia de San Luis tenía todavía un escaso desarrollo urbano y de sectores medios, sin industrias ni obreros capacitados y, en consecuencia, no organizados sindicalmente. En el ámbito político, la provincia estuvo gobernada desde el siglo XX por una élite conservadora y a partir de 1920, alternando con radicales, con numerosas intervenciones federales. Los liberales representaban la confluencia de varios sectores, (PAN, mitristas, demócratas) en 1920 surge el Partido Liberal y se institucionalizó. Para 1931 este partido pasó a llamarse Demócrata Nacional, que desde la fecha hasta 1942 impuso su hegemonía ganando elecciones. Su apoyo radicaba en las zonas rurales, a diferencia de la UCR, que eran fuertes en centros urbanos. Se debe destacar como vimos previamente que la mayoría de la población de la provincia residía en la zona rural. Además, la continuidad en el poder se daba por el otorgamiento de empleo público59. 56 Baily (1967) p. 90. 57 Samper (2015), pp. 215, 219. 58 Ibidem. 59 Samper (2018) p. 220.

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La Revolución de 1943 se traducirá en un cambio en las políticas económicas de la provincia de San Luis. Se produjo en ese momento el quiebre de la hegemonía liberal y un cambio político, concibiendo como el inicio de un nuevo proceso de permanencia del peronismo hasta nuestros días. En las elecciones de 1946 encontramos al partido demócrata en oposición a la intervención militar, al igual que la UCR antipersonalistas. En San Luis, la división del radicalismo tiene sus raíces en el personalismo y antipersonalismo, este último sector es quien asume el poder en las elecciones de 1946 de la mano de Ricardo Zavala Ortiz60. Omar Samper afirma que el sector radical personalista tenía en común con los laboristas su adhesión a Perón, pero eran muy diferentes en sus orígenes sociales, no solo por las experiencias políticas de los radicales, sino además por sus estatus sociales. Por otro lado, sostiene que los laboristas no tenían bases electorales. Estas diferencias hicieron que los radicales ocuparan los cargos nacionales y provinciales, entre ellos el Senador Francisco Luco.

San Luis entre las ansias del desarrollo posible y el estancamiento (1946 – 1955) Para analizar el desarrollo económico e industrial en San Luis en el período trabajado se tomaron como referencia los datos proporcionados por los censos nacionales de 1947 y de 1960, además de prensa periódica del periodo y bibliografía secundaria. Los hechos locales se contrastaron con las situaciones de las provincias vecinas: Mendoza y San Juan, con el fin de alcanzar un marco regional. Desde 1930 el país comenzaba un largo proceso de cambio en la orientación económica, producto de la gran crisis del 29. El mercado exterior dejaba de ser el impulsor de crecimiento a través de las exportaciones agropecuarias, el desarrollo posible de una industria focalizada en el mercado interno comenzaba a dar un nuevo y moderado estímulo económico a lo que se sumaba un acelerado intervencionismo estatal61. Ampliar ese mercado interno se transformaba en una necesidad, lo que derivó en un incremento considerable de las obras públicas. Se trató principalmente como lo llaman Ballent y Gorelik “a la búsqueda del país urbano” para el sector industrial y “modernización de la infraestructura de transporte, riego y almacenamiento de la producción” para el sector agrario con el objetivo de construir un territorio cohesionado y homogéneo62 60 Idem, p. 218. 61 Korol (1997), p. 24. 62 Ballent y Gorelik (2001) p. 151.

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Las provincias buscaron adherirse a estas novedosas políticas económicas, pero con resultados muy desiguales, ya que dependía de dos factores su inserción: sus recursos y sus orientaciones políticas. Mendoza lograba estimular considerablemente la industria vitivinícola, el cemento, el petróleo y el turismo. San Juan impulsó empresas estatales, vialidad y viviendas63. San Luis concluía algunas obras de edificios públicos de importancia: Tribunales (1938), Honorable Cámara Legislativa (1938), Hotel el Volcán (1938), firma de los contratos del Dique Cruz de Piedra, obras de riego en Piedra Blanca, Merlo, Talita, San Francisco; Quines; Trapiche, Concarán; Villa Praga64. Pero la provincia era una jurisdicción agrícola ganadera y las severas sequías del período repercutieron negativamente sobre la economía al afectar sus principales fuentes de recursos. Para 1922 la provincia contaba con 900 mil cabezas de ganado vacuno, al llegar a 1951 este número había descendido a 300 mil65. La abrupta caída se le atribuye a que San Luis no contaba con regadíos para formar campos de pastoreo, sin los cuales se hacía imposible la explotación ganadera; además, la falta de lluvias hacía perder las siembras. Ambas situaciones combinadas producían un retroceso en la economía provincial. En 1950 la sequía se extendió de enero a noviembre, lo que no permitió salvar cultivos ni mantener campos de pastoreo o acumular forrajeras. El alivio recién llegaba en febrero de 1951, pero el cimbrón económico se hacía notar66. En la región de Cuyo, como observamos en el Cuadro N° 5, el mayor número de establecimientos industriales se ubicaba en Mendoza, que desde 1935 a 1947 duplicó su cantidad. San Juan lograba en este periodo un crecimiento mayor al 50%. Al detenernos en San Luis, observamos que su crecimiento en números fue exponencial entre estos años, superando el 300%

Cuadro N° 5. Elaboración propia base de datos. Censo Nacional Industrial 1947

63 López (2010), pp. 192 – 197. 64 Pastor (1970) p. 306 65 Diario La Opinión 1949 66 Diario La Opinión 16/03/1951 pág. 2

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Cuadro N° 6. elaboración propia base de datos. Censo Nacional Industrial 1947

Gráfico N°1. Elaboración propia con datos correspondientes al Censo Nacional Industrial de 1947

Sin embargo, pese a estos exponenciales crecimientos, como observamos en el gráfico N°1, si analizamos el tipo de industria, tipos de productos y el valor agregado encontramos diferencias entre estas provincias. Así lo detalla Cristina Auderut quien sostiene que San Luis, si bien contaba con una pequeña industria extractiva de minerales, como la piedra caliza y canteras de mármol, arena y otros materiales, sin embargo, eran establecimientos de acotado personal y de menor valor agregado que las provincias vecinas67 68. Efectivamente, al contrastar los datos aportados por el Censo Industrial de 1947, se observa que la industria extractiva de la provincia de Mendoza era menor en cantidad numérica de establecimientos, pero colosalmente mayor en productividad y valor agregado en comparación con la de San Luis. Esto se explica porque la provincia vecina contaba con dos importantes yacimientos petrolíferos y cuatro establecimientos de extracción de combustibles minerales sólidos sumamente relevantes para el contexto Nacional.

67 El Censo Nacional Industrial obtiene el “valor agregado” deduciendo del valor de la producción los valores correspondientes a combustibles, materias primas y lubricantes consumidos y corriente eléctrica comprada. Obteniendo así una cifra que representa el monto gastado durante el ejercicio en sueldos, salarios, seguros, arrendamientos, impuestos y gastos generales, así como amortizaciones y la utilidad de las empresas. 68 Auderut (2017) p. 109.

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Durante los años peronistas algunas provincias lograron un amplio crecimiento: Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y la región Patagonia crecieron a ritmos de expansión industrial. Mientras que las provincias norteñas y cuyanas, a excepción de Mendoza, mantuvieron un estancamiento el cual se buscó subsanar recién a partir de 1973 con la Ley de Promoción Regional y Sectorial. Las economías regionales en general, pero las de Cuyo en particular, sufrieron la falta de créditos y las fluctuaciones de la economía nacional. Se debe tener muy en cuenta que para 1955 el 30% de la inversión efectuada provenía del sector estatal69. Si observamos la distribución de establecimientos industriales en el país, considerando a estos de acuerdo al Censo Nacional de 1947 como: fábricas, plantas industriales, talleres, yacimientos o minas, etc., entre los años 1935 y 1946 la gran concentración de establecimientos industriales se dio en Capital Federal y la Provincia de Buenos Aires. Santa Fe y Córdoba acompañarán en significativa menor proporción, pero con un importante desarrollo industrial. Mendoza y Entre Ríos fueron las últimas provincias que resaltaron en su desarrollo industrial. El mismo análisis puede observarse también en el reciente trabajo de Marcelo Rougier, que en términos de distribución geográfica, la Capital Federal y la provincia de Buenos Aires concentraron desde finales del siglo XIX más de mitad de la ocupación industrial70.

69 Aroskind (2003),pp. 75 - 76. 70 Rougier (2021) p. 91

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Cuadro N°7. Elaboración propia base de datos. Censo Nacional Industrial 1947

Gráfico N°2: Evolución de los establecimientos industriales 1935-1946. Elaboración propia en base a Censo Nacional Industrial 1947

Los datos censales de la industria de 1954, publicados en 1960 por la Secretaría de estado de Hacienda, Dirección Nacional de Estadísticas de Censos, nos permiten observar la evolución del sector industrial. La provincia de Buenos Aires superó a Capital Federal, colocándose en el primer lugar de mayor concentración de establecimientos industriales. Santa Fe, Córdoba y Mendoza continuarán en un lugar de relevancia a nivel Nacional. Lo destacable es que en esta carrera de crecimiento industrial eran muy pocos los reales contendientes, y solo dos, Buenos Aires y Capital Federal, concentraron el 56 % de la totalidad de establecimientos industriales del país por estos años.

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Gráfico N°3. Elaboración propia: evolución de los establecimientos industriales 1946-1954 Cuadro N°8. Elaboración propia base de datos. Censo Nacional Industrial 1954

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Las cifras son muy distintas en detrimento del interior si comparamos los años 1946 a 1949 si observamos el cuadro N°8 , a su vez en ese “interior”, las provincias más favorecidas fueron Buenos Aires y Santa Fe que obtuvieron casi el 60% de los créditos otorgados.

Cuadro N° 9. Elaboración propia base de datos. Censo Nacional Industrial 1947 43

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Gráfico N°4. Elaboración propia con datos correspondientes al Censo Nacional Industrial de 1954

Si bien hay un aumento considerable en las industrias de la Región, la productividad y valor agregado continuará siendo contundentemente desventajoso para San Juan y San Luis, reeditando la situación de años anteriores.

Cuadro N°10. Elaboración propia con datos correspondientes al Censo Nacional Industrial de 1954

Gobierno de Ricardo Zavala Ortiz (1946-1952), las sociedades mixtas de explotación minera en la agenda política. A partir del año 1943 los intereses industriales comienzan a desarrollarse con resultados promisorios en distintas localidades de la provincia de San 44

Luis. Motivada por el auge industrializador de la Nación, la nueva dirigencia política peronista de San Luis buscó modificar las fuentes de recursos económicos de la provincia. Advertían de la necesidad de ampliar las industrias ya existentes y crear nuevos y adecuados establecimientos que favorecieran su economía. La explotación en la zona noroeste y sur, de grandes extensiones de bosques, sumado el auge de la explotación minera, fueron seguidas por otros tipos de explotación industrial como lo es la piedra de cantera y marmolería en general. En San Luis y Villa Mercedes, sus ciudades principales, prosperaron pequeñas industrias emergentes como textiles, tabaco, zapatería, aserraderos, etc. En lo referente a la industria forestal, las firmas Bennet y Whith al sur y en el norte Quindimil conocida por la fabricación de parquets de calidad, amplían sus productos y comienzan a fabricar marcos, dinteles, etc., que la reconstrucción de San Juan exige con premura. En la Ciudad Capital se instala la fábrica de cigarros. En lo referente a la industria minera, la Sociedad Anónima Berilo Argentina (compradora de Wolfram), Sominar, Euca (compradora de plomo), Camei (compradora de Venadio) y la Anglo Argentina (compradora de Tungsteno) actúan adquiriendo gran parte de la producción puntana. El 24 de febrero de 1946 sellado por la voluntad de un amplio veredicto popular, el Dr. Ricardo Zavala Ortiz se imponía en las urnas como Primer Magistrado de la Provincia de San Luis como candidato del Partido Laborista ante su opositor el Dr. Juan Agustín Luco. El juramento del nuevo mandatario se llevó a cabo en el Salón Blanco de la Casa de Gobierno, donde el interventor federal, Abelardo Álvarez Prado, hizo el traspaso del poder. En su discurso, el nuevo Gobernador colocaba en agenda la explotación minera: “el fomento de la minería será fundamental riqueza de nuestra tierra, constituirá preocupación constante de este gobierno tratando de asegurar su dirección técnica”71 Prontamente, el nuevo ministro de Hacienda, Dr. Marcial Rodríguez, puso en relieve la necesidad de lograr a corto plazo técnicos especializados en minería con el objetivo de impulsar la explotación del sector. El ministro sostenía que San Luis poseía yacimientos valiosísimos, los que se mantienen ignorados por la falta de recursos técnicos y humanos para tal fin. Desde un primer momento se consideraba al Banco Mixto de la Provincia de San Luis, creado en 1942, como el medio para facilitar las necesidades crediticias de comerciantes, agricultores, ganaderos locales e industriales.72 El atraso económico y productivo de San Luis frente a sus vecinas Mendo71 Diario La Opinión 7 de marzo de 1946 72 Diario La Opinión 20 de marzo de 1946

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za y San Juan cobraba visibilidad a partir de la denuncia pública por la Exposición Industrial que se llevó a cabo entre los actos de la Fiesta de Vendimia, evento en el que no se invitó a participar a la provincia de San Luis. 73 En concordancia con el Plan Nacional, la provincia dio a conocer un vasto plan de obras públicas que contemplaba ejecutar nuevas construcciones y ampliar otras ya existentes, como escuelas, edificios públicos en el interior provincial, principalmente, hosterías, desagües, viviendas, etc. El objetivo se focalizaba en tres aspectos considerados de vital importancia por la dirigencia provincial: economía, salud y cultura. En la provincia de San Luis, el Plan Quinquenal Nacional aspiraba iniciar las obras de la central hidroeléctrica de Río Quinto, La central térmica, Ampliación de la Escuela Nacional y creación de dos Colegios Industriales, creación de una estación de agricultura y ganadería, una estación meteorológica y cuatro correos. Además, se proponía la finalización del Dique La Florida y construcción de los Diques Paso de las Carretas y La Huertita junto a numerosas obras de riego74. El primer Plan Quinquenal (1947) poseía ambiciosos objetivos a nivel nacional, tales como: “Transformar la política económica social gracias al desarrollo industrial, nacionalización de servicios públicos para evitar la vulnerabilidad frente a los capitales externos, elevar el ingreso de los más desfavorecidos por medio de una redistribución de la riqueza, un ambicioso y extenso plan de obras y servicios públicos referidos a sanidad, educación y vivienda. Todo ello se lograría gracias a las acumuladas reservas de oro y divisas obtenidas en el intercambio favorable del periodo de guerra. A su vez, se resaltaba la importancia de consolidar industrias creadas en la década previa, como así también la implementación de nuevas industrias que elaboren materias primas nacionales”75.

Las Agencias mineras, por intermedio del Banco de Crédito Industrial Argentino (BCIA) otorgarían los préstamos y financiaciones necesarias para el fomento a la industria minera, principalmente para pequeños mineros y cooperativas. A su vez, tendría participación en la formación de sociedades, gestionando la exportación de los excedentes y promoviendo la importación de equipos, accesorios e insumos.76 Para atender estas funciones, el BCIA creaba las Agencias de Rescate de Minerales en los distritos de importancia minera. El problema de explotación minera cobró visibilidad a partir del Decreto N° 7 – H – 47, que, siguiendo los lineamientos del Plan Quinquenal, dio 73 Diario La Opinión, 10 de febrero de 1947 74 Plan Quinquenal 1947 – 1951. Biblioteca del Congreso 75 Rapoport (2012), p. 384. 76 Decreto P.E 9782/50 art. 5

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lugar a la creación por parte del ejecutivo provincial de la “Comisión de Minería” integrada por el Ing. Isaac Sosa Páez, Geólogo Víctor Hugo Agundez, Ing. José María Ojeda y Francisco Sánchez Pagano quienes fijaron las bases de la conformación del “Centro Minero de la Provincia”. Para mayo de 1951, con la apertura en La Toma, San Luis, de la “Agencia de Rescate de Minerales” se esperaba un despegue económico. Una “Nueva era económica de San Luis” publicaban los medios locales. Aspiraban así a ocupar un lugar privilegiado entre las provincias productoras de minerales: “Jujuy se destaca por sus minas de plomo, zinc y estaño, San Luis por sus yacimientos de Wolfram y Berilo”77. Rápidamente, el Ministerio de Industria acuerda un importante convenio con la Universidad Nacional de Cuyo por intermedio de su Facultad de Ingeniería y Ciencias Exactas, estableciendo por parte de la Dirección Nacional de Minería, absorber ingenieros y geólogos egresados de dicha facultad78. La obra pública, privada y mixta proyectada a nivel nacional y local evidenciaba el incremento de la demanda del Estado nacional por el cemento portland. Pese a ello, el Primer Plan Quinquenal no le dio a la industria del cemento un lugar relevante. Como se menciona en el capítulo previo, los sucesos trágicos de San Juan junto al plan Nacional generaron en la región un agio del cemento portland. En 1947 la provincia de Mendoza restringía por decreto la salida de cemento de producción local fuera de su territorio. La medida complejiza las relaciones comerciales interprovinciales. La misma atribuía su fundamento en que las fábricas no podían hacer entrega de las partidas pactadas para el consumo local: “las partidas de cemento portland que circulen en tránsito por la jurisdicción provincial y para el caso indicado carecen de constancia o certificación que se precisan, serán detenidas con el auxilio de la fuerza pública” 79

1949 presentaciones del proyecto “El Gigante” Al mencionar el apellido Luco, hacemos referencia a una de las familias tradicionales y de significativo protagonismo en la vida política de la provincia puntana. Juan y Francisco Luco hermanos de sangre, ambos apasionados y dedicados al bienestar población y la medicina, pero muy opuestos en sus personalidades. Juan un hombre de carácter fuerte, juicioso y previsor, mientras que Francisco se caracterizaba por su gran humor, carisma y versátil oratoria, por otro lado, también se distanciaron en su militancia y pensamiento político. 77 Ing. Ramón Torres presidente de la M. Legislatura de la provincia 78 Diario La Opinión 16/07/1951 79 Diario La Opinión 2/2/1947

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El Dr. Juan Agustín, quien fue candidato a gobernador por la provincia de San Luis en dos oportunidades, 1946 y 1958 por el Partido Demócrata. En oposición, su hermano Francisco comienza su militancia en la Unión Cívica Radical, siendo primeramente candidato a intendente por la ciudad de Mercedes. Una vez producida la división del radicalismo, se encolumna en la UCR Junta Renovadora. Apoyaba la necesidad de un cambio radical en las estructuras económicas y políticas. En oposición al imperialismo internacional apoya la fórmula Perón Quijano, comienza así a militar junto a su amigo Reynaldo Lázaro Ojeda en el Partido Laborista. Luego de las diferencias internas con Ricardo Zavala Ortiz, Francisco Luco pierde su candidatura por el partido laborista a gobernador y es elegido por el pueblo de San Luis como Senador Nacional por dos periodos consecutivos. Su trabajo como camarista fue muy rico en aportes bien diferenciados. Su amistad con el Ministro de Salud Nacional Dr. Ramón Carrillo y su cercanía con Eva Duarte le permitieron una dinámica gestión y la concreción de proyectos en la Ciudad de Villa Mercedes, como lo fue el Hogar Escuela, el inicio de obras del Hospital de Villa Mercedes y de la Ciudad de San Luis, como también la presentación del Proyecto de la Fábrica de Cemento. Fue presidente de la Comisión Permanente de Industria y Comercio junto a la Secretaria Ilda Leonor Pineda y el Vocal el Dr. Alberto Durand. 80 Gran lector de filosofía, admirador crítico de las teorías marxistas, consideraba al Segundo Plan Quinquenal una obra de arte, en sus palabras: “… Se contrapone a los principios marxistas de que la anarquía de la producción es la fuente de tanta pobreza y es al mismo tiempo el origen de todo progreso, Marx se refiere aquí solo al aspecto económico, pero aun así no puede negarse que oculta un sofismo, o sea que el despilfarro, el desorden y la anarquía pueden ser el origen del progreso…” 81

Sostenía que Argentina tenía todo lo que necesitaba en su suelo, sólo había que aprender a producirlo. El Estado debía ser el garante y regulador de toda producción, estar presente y activamente en la mecanización y equipamiento, como también, en la comercialización para defender los precios en el mercado internacional. Su rol y deseo como representante de San Luis lo llevan a proponer a la provincia como inminentemente minera, y así, acelera el proyecto de la fábrica de cemento “El Gigante”. El Senador Nacional por la provincia de San Luis, Francisco Luco, como 80 Agradezco a la Sra. Amalia San Martín Luco y al Sr. Reynaldo Ojeda por sus contribuciones sobre la vida y obra del Senador Nacional Francisco Luco 81 Diario de Sesiones de la Cámara de Senadores, año 1952, pág. 944

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se mencionó, presentó el proyecto de mayor interés para el pueblo sanluiseño ante la Honorable Cámara del Senado en septiembre de 1949. En primer lugar, se solicitaba la suma de 40 millones de pesos para los trabajos preparatorios, compra de maquinarias y adquisición de terrenos para la instalación de una fábrica de cemento portland en la localidad de La Calera del departamento Belgrano de la provincia de San Luis. Esta industria dependería directamente su dirección, organización, fabricación y comercialización de la Dirección Nacional de Industrias del Estado (DINIE) y del Ministerio de Industria y Comercio de la Nación. Los fundamentos presentados por el Senador Luco para la instalación de una planta de cemento portland en la provincia radicaba en el vertiginoso aumento de la demanda del producto en la región, sumado al desarrollo industrial del país que no justificaba la importación de cemento. Así lo presentaba Luco frente a la prensa provincial: “la necesidad de este material indispensable para construir fábricas, viviendas, diques, caminos, puentes, etc. Que el país necesita con urgencia más que nunca” 82 . Para Luco, que admiraba a Perón por su visión de estadista y economista, no se debía escatimar en esfuerzos para adquirir maquinarias, técnicos y operarios especializados del extranjero83. Por otro lado, señalaba que la provincia de San Luis no había tenido la evolución y el progreso industrial que le correspondería por sus riquezas naturales. En San Luis, el aumento de la producción del cemento y el hierro como material esencial de construcción habían sido considerables, pero no han alcanzado a completar la demanda de la región. El Senador para este período contaba con la siguiente información, la que transcribe en su proyecto.

Cuadro N° 11. Fuente: Diario la Opinión 1949

Es de resaltar que la información con la que contaba el Senador no difiere con lo aportado por la Asociación de Fabricantes de Cemento Portland, 82 Senador Luco, Diario la Opinión, 6 de septiembre de 1949 83 Diario la Opinión de San Luis, 07 de septiembre de 1949, pág. 1

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los datos corresponden al anuario de 1948, el proyecto se presenta un año después y la producción de cemento aumentó considerablemente en 1949 haciendo disminuir la necesidad de importar el mismo.

Cuadro N° 12. Fuente: Diario la Opinión 1949

A su vez, el Senador sostenía que el Poder Ejecutivo había suspendido algunas obras públicas y cancelado otras por los escases del cemento portland, lo que llevó a la suspensión de trabajos iniciados en la construcción de los Diques: Los Molinos, Río Tercero, La Viña, La Florida y San Felipe, ello era sumamente perjudicial para la Provincia. Agregaba que las obras de los cuatro Diques demandarían un mínimo de 30.000Tn. de cemento anual durante cinco años. En su propuesta, Luco garantizaba que la futura cementera estaría dotada de las técnicas más modernas del momento, podría alcanzar el más alto estándar de rendimiento gracias a los medios obtenidos en las ya experimentadas plantas cementeras de Estados Unidos. Otro gran señalado punto a favor del proyecto era la cocción, donde las técnicas de sus modernos hornos tendrían en cuenta el entorno para lograr abaratar costos de producción. Se preveía, además, la construcción de un barrio urbanizado de viviendas para todo el personal y sus familias, con baños, pileta de natación, campo de deportes, biblioteca, plaza pública, y todo o que aconseje la actividad industrial moderna para asegurar la comodidad, bienestar y salud de los obreros. En referencias a las obras proyectadas, el Senador Luco afirmaba: “… No se hará más en esto que cumplir uno de los postulados básicos de nuestro partido, siguiendo el espíritu de comprensión humana y justicia social que anima y hace grande toda la gestión gubernativa de nuestro presidente…”84

El informe del estudio realizado por la Dirección Nacional de Industria del Estado (DINIE) con fecha del 27 de julio de 1948, consideraba conveniente la instalación de una fábrica de cemento portland en la provincia de San Luis, desde el punto de vista técnico-comercial, por presentar una solución 84 Senador Luco: Diario la Opinión, 7 de septiembre de 1949

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vital al problema económico e industrial de la provincia. Además, la fábrica aseguraría la provisión normal del cemento necesario en las obras iniciadas y proyectadas no solo en San Luis, sino también en las provincias limítrofes, permitiendo con ello la descongestión en el transporte del producto. Las materias primas existentes en el lugar representan la calidad requerida para la utilización, excepto el material arcilloso que, si bien es abundante, debería ser sometido a un proceso de mejoramiento a determinar mediante investigaciones y ensayos. La capacidad de la planta podría ser fijada luego del estudio de las necesidades presentes y futuras de la zona de su influencia. Pero puede, sin embargo, adelantarse que sobrepasaría las 300 Tn. Hasta un máximo de 600 Tn. diarias. Lo más novedoso y atractivo del proyecto del Senador Luco era respecto al combustible a emplearse, teniendo la posibilidad de usar leña de jarilla, que debe ser objeto de una cuidadosa investigación. No solo de las reservas existentes, sino también de la reforestación destinada a utilizarse en futuro, acompañando un mejoramiento climático de la zona. Por otro lado, el uso de la leña permitiría a la planta la independencia de combustibles líquidos, cuya escasez debido al desarrollo del país se hacía notar. Es de resaltar que con el uso de este tipo de leña como combustible se podría reducir un 50% aproximadamente en el costo, ya que no se encontraba disponible el gas para uso industrial. Se estimaba que esta planta podría alcanzar mayor rendimiento que las instaladas en Mendoza y Córdoba, logrando reducir importantes costos en su producción. Se intentaba demostrar que esta obra produciría grandes y positivos resultados gracias a la inmensa cantidad de materias primas y combustible de la zona. Una planta que poseía siendo aún un proyecto, materias primas, combustibles, caminos y un mercado seguro en crecimiento, era presentada como garantía de éxito y rentabilidad. Por otro lado, era necesario declarar de utilidad pública y sujeto a expropiación los terrenos y yacimientos que no fuesen propiedad de la Nación, necesarios para la explotación y montaje de la planta de cemento y así se hizo por decreto Nacional Nº 23489/49 , donde se declara zona de reserva la comprendida entre los paralelos 32º 49´45´´ y 33°03´25´´ y los meridianos 66°37´40´´ y 66°55´45´´ que encierra entre sus límites la totalidad de la sierra El Gigante y los parajes denominados El Peje, La Aguada, La María Luisa, La Florida, Estancia el Médano, Almacén Los Araditos, Escuela San Pedro, San Roque, estancia San Agustín, El Realito, Santa Rosa, La Calera, El Pajarito, El Gigante y Los Morteritos de la provincia de San Luis85.(Ver Mapa 1) Dentro de dichas zonas quedó prohibido el otorgamiento de permisos de exploración y manifestaciones de descubrimientos de minas, debiendo ser des85 Boletín Oficial de la República Argentina 3/10/1949, pág. 2

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estimadas las solicitudes de cateo que se encontrasen en trámite a la fecha de ese Decreto y devueltas las manifestaciones de descubrimientos y solicitudes de cateo que se presenten en adelante. El Decreto fue firmado por el presidente Perón y el Ministro José C Barros. Dos años después el 17 de octubre de 1951 la Honorable Legislatura de la Provincia de San Luis sancionaba con fuerza de Ley Nº 2319 , se declaraba de utilidad pública y sujeta a expropiación con destino a la Dirección Nacional de Industrias del Estado, para instalar una fábrica de cemento portland e industrias complementarias con sus dependencias una superficie de terreno de hasta 1500 Has., las que se irían expropiando a medida que fueran necesarias dentro de la reserva minera dispuesta por el decreto 23.489 ampliados en el párrafo anterior, del departamento Belgrano de la provincia de San Luis. Los gastos de expropiación que generasen el cumplimiento de la Ley serían abonados por la DINIE, debiendo el Poder Ejecutivo Nacional transferir a dicha entidad la posesión y el dominio de las tierras expropiadas.

Mapa 1: Zona de Reserva de acuerdo al Decreto Nacional publicado el 3 de octubre de 1949 en el Boletín Oficial de la Nación (elaboración propia)

El Banco de Crédito Industrial Argentino en San Luis El Segundo Plan Quinquenal (1952), detalla los objetivos especiales de cada sector. La industria siderúrgica, en primer lugar, seguida por la metalúrgica; en tercer lugar, la industria del aluminio y el magnesio, seguida por la química; en quinto, la industria mecánica, seguida por la industria eléctrica, para alcanzar el último lugar la industria de la construcción. En la presentación que el presidente Perón realizó en la Cámara de Di52

putados quedaba claro el lugar asignado a la industria de la construcción y la relevancia de San Luis para ese proyecto: “La producción de cemento deberá alcanzar en 1957 a 2.500.000 de toneladas, cantidad equivalente a un aumento del 61% sobre la producción de 1951, debiendo procurarse que ese incremento de la producción no acentúe las necesidades nacionales de importación de combustible”.

“La producción actual es de 1.500.000 toneladas, o sea, tendríamos un déficit del millón de toneladas de cemento que sería necesario cubrir hasta el año 1957. , en este sentido, mediante el aprovechamiento de la capacidad integral de las fábricas actuales de cemento, podrán lograrse alrededor de 1.800.000 toneladas; mediante la ampliación de las mismas, 300.000 toneladas más, y con la instalación de nuevas fábricas, sobre todo por parte del Estado, En comodoro Rivadavia y en San Luis, será posible la producción de otras 400.000 que hacen un total de 2.500.000 toneladas que es el objetivo previsto”.86 Como se puede observar, el Estado Nacional tenía dos ambiciosos proyectos frente a la producción del cemento, por un lado, el proyecto de la Provincia de Chubut, más específicamente la nacionalización de la Petroquímica en Comodoro Rivadavia, que comenzará a producir cemento a comienzos de la década del 50 y por el otro, el proyecto de la “Fábrica el Gigante” más específicamente en el departamento Belgrano, La Calera, presentado por el Senador Nacional por la provincia de San Luis Francisco Luco. Como analizamos en apartados previos, en 1949 el Senador nacional Francisco Luco con la anuencia de su bloque, presentaba ante la Cámara de la que formaba parte un proyecto para la instalación de una fábrica de cemento en la localidad de La Calera del departamento Belgrano, con el objeto de insertar a San Luis en la economía nacional y generar puestos laborales a la población local. En 1950 se reactiva la Mina Los Cóndores en Concarán, y se instala una Agencia de Rescate de Minerales en La Toma. Además, comienzan las obras del Dique la Huertita. A partir de las fuentes disponibles analizadas, se considera que el crédito industrial fue el medio principal por el cual el gobierno nacional desplegaba el estímulo de actividades industriales en la provincia de San Luis. La necesidad de instalar una sucursal del Banco de Crédito Industrial Argentino (BCIA) que facilitara el acceso al crédito y la burocracia administrativa local se hacía evidente. La inauguración de esta sede se hará el 12 de diciembre de 1951 en la intersección de las calles San Martín y Belgrano, siendo su primer Gerente designado el señor D. Raúl Guzzetti. Posteriormente sus delegaciones en la Ciudad 86 Segundo Plan Quinquenal, pág. 369

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de Villa Mercedes y Santa Rosa. Estas sucursales tenían el fin de asegurar el intercambio financiero con el resto del país. Se vislumbraba en el periodo un ánimo optimista frente al futuro fabril de la provincia.87 Pero esas ideas de prosperidad permanecerían por muy corto plazo. A nivel local, los créditos otorgados fueron en pequeña escala, más del 70% de los mismos se concederían en la Capital Federal y sus alrededores.

dio a la provincia de San Luis un lugar relevante en las políticas económicas nacionales.

En síntesis, el caso de la economía de San Luis en el periodo analizado (1946-1955) podemos enmarcarlo en un “exponencial” crecimiento de pequeñas industrias privadas, en su mayoría de carácter familiar y un intento “fallido” o “trunco” de integración provincial a las políticas públicas económicas nacionales”. Los inicios de políticas y proyectos industriales de la provincia coinciden con los ajustes iniciados por la administración nacional en 1949. Para reducir la inflación se recurrió a restringir las inversiones y el gasto interno. Se proclamó “la vuelta al campo”, se volvía a asignar créditos al agro en detrimento del sector industrial con resultados evidentes en el estancamiento de ese sector a nivel nacional. Este giro en la economía nacional postergaba las inversiones en San Luis en forma indefinida, donde además se hacía visible que en la distribución geográfica de los préstamos y la promocionada descentralización del peronismo no

La Dirección Nacional de Industrias del Estado (DINIE) y el proyecto “El Gigante” del Senador Luco Una vez declarada la guerra al eje, el Estado Argentino intervendrá las empresas alemanas, presionado por las políticas norteamericanas que solicitaban la liquidación de estas empresas para pagar indemnizaciones a las víctimas del eje. El Estado sostuvo la necesidad de aplicar esa liquidez al desarrollo industrial. Como la situación no estaba dada para la desaparición de estas industrias, el Estado por decreto 1921/47 dispone la compra de estas empresas. Poco tiempo después, por decreto 18.991/47 se crea la DINIE dependiente de la Secretaria de Industria y Comercio. Claudio Belini sostiene que el surgimiento de esta Dirección no estaba planificado y no se tuvo una clara definición en cuanto a su rol principalmente por no figurar dentro del Plan Quinquenal. El autor analiza las funciones de la DINIE en cuatro puntos, a) fomento de nuevas industrias, b) capacitación de mano de obra, c) colaboración con el Plan Quinquenal y d) regulación del mercado interno. Para nuestra investigación serán trascendentales el primero y el último punto. En 1949 la DINIE anuncia sus primeros proyectos, el más importante a nivel nacional era el desarrollo de la industria química en la Patagonia. Se proponía la producción de soda cáustica, negro de humo, cemento, carburo de calcio y zinc metalúrgico, entre otros productos. Por otro lado, se planteaba el desarrollo de una destilería en San Nicolás (pcia. de Buenos Aires) para la producción de alcohol etílico e industrial, como tercer proyecto de importancia aparece la instalación de una fábrica de cemento en el centro del país, más específicamente en la provincia de San Luis. El cuarto punto mencionado por Belini alude a la regulación del mercado. La DINIE tratará de evitar la caída de las empresas controladas previamente por capitales privados, entendiendo a estos como ineficaces, sumándole que la gestión estatal sobre empresas claves se convertía en un mecanismo más para regular el movimiento de precios, ya que se reconocían los límites de las políticas de congelamiento de precios. En ese momento se afirmaba que la DINIE no buscaba competir con las empresas privadas89. El gobierno peronista controló el precio del cemento a través del decreto 32.63590, el mantenimiento de estos precios no afectó al sector gracias al re-

87 Diario La Opinión, 17/12/1951, pág. 1 88 Rougier (1999), p. 201.

89 Belini (2001) p, 116. 90 Boletín Oficial de la Nación 12/12/1946 pág. 14

Cuadro N° 13. Fuente: Rougier Marcelo Tesis de Maestría 1999

En las memorias anuales del BCIA se justifican las variaciones de la siguiente manera: “Como es natural, la capital federal y alrededores absorben la mayor cantidad de los créditos, ya que es natural, allí donde se encuentran radicadas la mayor parte de las empresas industriales. Con todo, se advierte que ha habido un aumento en el porciento de los préstamos que han correspondido al resto del país”. 88

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torno de combustibles e insumos en el periodo de postguerra, pero 1948 se produce una importante caída de la producción que afectó los precios.

Cuadro N° 14. Fuente: Asociación de Fabricantes de Cemento Pórtland, Anuario,

Se abría así todo un momento de especulación en torno al cemento. De acuerdo al gremio de la construcción, se paralizarían las obras iniciadas San Luis91. Esta situación se agudizaría debido al funcionamiento de un mercado negro, principalmente de sociedades clandestinas organizadas para especular con diferentes mercaderías. La Dirección de Vigilancia de Abastecimiento de la Policía Federal iniciará una investigación para desarticular y penalizar a estas organizaciones92. El Senador salteño y vocal de la Comisión Nacional Permanente de Industria y Comercio, Alberto Durand, presentaba un proyecto donde proponía declarar de utilidad pública todas las fábricas de cemento del país. Denunciaba que en el mercado negro el cemento se vendía en el interior tres veces más caro que en Capital. Sostenía, además, que en el país escaseaba el cemento, pero en realidad sobraban los recursos naturales no solo para la demanda interna, sino también para poder exportar. La Asociación de Fabricantes de Cemento Portland (AFCP) respondía que las afirmaciones de Durand respecto de los precios eran infundadas y que si se abastecía de combustibles, maquinarias e insumos a la industria, esta inundaría los mercados de producción. La iniciativa de Durand se estancó para luego desaparecer como tal, aunque motivó nuevas ideas emergentes. La amenaza más firme fue presentada en 1949, donde el gobierno nacional planeaba crear dos industrias enteramente estatales. La primera propuesta fue planteada por el senador Francisco Luco en la provincia de San Luis, ya desarrollada en apartados previos y la segunda situada en Comodoro Rivadavia que, canalizada por la DINIE, adquirió en 1950 las maquinarias de una planta en desuso de EE. UU y en 1951 inició su montaje en la provincia de Chubut. El proyecto de San Luis fue postergado, ya que el sector privado observaba con recelo la instalación de una planta estatal en el centro del país que abarataría costos a través de los fletes en todo el interior y combustible gracias a la leña. Este sector en 1952 logró acordar con el Estado los créditos necesarios para 91 Diario La Opinión, 22/04/1949, pág. 2 92 Diario La Opinión, 22/04/1949, pág. 2

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modernizar y ampliar sus plantas, lo que llevó al proyecto de San Luis a una postergación indefinida93.

Conclusiones Esta investigación nos permite observar que la provincia de San Luis tradicionalmente asentaba sus bases en una economía agraria. A partir de 1943, con la emergente clase política que adhería al peronismo y se posicionaba en las más altas esferas del poder provincial en 1946, buscarán adherirse al proyecto nacional integral de una vorágine industrialista, dando un giro radical en las políticas económicas provinciales. Se observa que la actividad industrial privada y mixta proyectada a nivel local entre 1944-1955, pese a los esfuerzos y gestiones de la nueva clase política, no visibiliza cambios significativos a las bases agrarias que tradicionalmente se asentaban en la provincia de San Luis. Si bien hay un aumento considerable de establecimientos industriales, los mismos contaban con una escasa clase obrera y un reducido valor agregado. Por otro lado, el desarrollo económico industrial de la provincia en el periodo trabajado, desde sus inicios, se vio claramente condicionado a la distribución de los créditos otorgados por el Banco de Crédito Industrial Argentino. Tres cuartas partes de estos créditos se concentraron en Capital Federal y Gran Buenos Aires. Para el resto del país, el mayor porcentaje se distribuyó entre las provincias de Córdoba, Mendoza y Santa Fe. La economía regional de Cuyo en particular sufrió la falta de créditos y las fluctuaciones de la economía nacional. Los datos censales demuestran que en esta vorágine industrialista eran muy pocos los reales contendientes y que a nivel regional Mendoza concentraba el interés de inversiones privadas y nacionales. Si bien hay un aumento considerable en la cantidad de industrias de la región, la productividad y valor agregado continuará siendo contundentemente desventajoso para San Juan y San Luis, reeditando la situación de años anteriores. La provincia de San Luis contaba con una importante riqueza mineral, el Estado Empresario provincial buscó a través de la instalación de la Agencia de Rescate en la localidad Toma atraer capitales privados y nacionales para la conformación de sociedades mixtas de industrias extractivas, aunque sin éxito significativo. Los fatídicos sucesos que acontecieron en la provincia vecina de San Juan 93 Belini (2001) p. 118.

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en 1944 y las múltiples obras proyectadas en el Primer Plan Quinquenal a nivel local y regional produjeron un agio del cemento portland. Rápidamente, el Estado Nacional buscó regularizar la situación por decreto a través de un control de precios del cemento, contemplando los costos y fletes de acuerdo a la localidad. El producto tenía un sobreprecio en el interior del país, lo que motivó múltiples denuncias y proyectos de expropiación, aunque sin efectos concretos. Se sostiene que el Estado Nacional ejerció presión en las negociaciones sobre el sector privado a partir del proyecto El Gigante presentado en 1949, que posteriormente concluye con el acuerdo de créditos hacia el sector privado en 1952. La idea formal de instalar una planta de cemento portland en la provincia fue presentada por el Senador Nacional Francisco Luco en septiembre de 1949. La instalación y gestión de la misma quedaría a cargo de la DINIE y financiada por el BCIA. Su mayor atractivo y fundamento radicaba en las riquezas y condiciones topográficas de la zona, en las laderas del Cerro El Gigante. El Estado provincial buscaba salir de la situación económica desfavorable vinculándose al proyecto nacional. La cementera era, como se demostró, el proyecto más importante a nivel industrial de todo el territorio provincial. Además, es importante resaltar que tendrá consecución en el tiempo a pesar de los vaivenes económicos, nacionales y provinciales. La coyuntura nacional que se vivía en los años del primer peronismo no propiciaba tales inversiones, ya que para ese momento (1949) el gobierno nacional debió dar un giro en su política económica, limitando o cancelando nuevas inversiones industriales. Se suma a ello que para 1952 el sector privado lograba acordar con el Estado créditos para ampliar y mejorar sus plantas distribuidas por el país, garantizando el abastecimiento del producto. Por otro lado, la integración regional propiciada en el periodo no daba relevancia a los proyectos de San Luis. Los avances que alcanzó el Estado Empresario en la producción de cemento, contaron desde sus inicios con una fuerte oposición de la Asociación de Fabricantes de Cemento Portland, que veía amenazado su interés por la competencia estatal. Se imponen así los límites de las políticas industriales públicas de producción del cemento. Para 1952 el competitivo proyecto “El Gigante” quedó desactivado y postergado por tiempo indefinido, haciendo del mismo una fábrica de papel. Se remarca que la historia de la cementera está siendo trabajada y completada a partir de dos periodos más, los que se mencionan algunas características distintivas para poder desarrollar a futuro las investigaciones que registren el 58

trayecto integral de la fábrica hasta 1978: Una segunda instancia desde 1955 hasta 1974, extenso período en el cual se inicia las obras de la planta para ser inaugurada y comenzar su producción. En dicha investigación se están analizando los motivos de su demora y las importaciones de maquinarias realizadas. Su importancia llevó a la intencionalidad de varios gobiernos de cederla a terceros para su puesta en marcha y producción. Debido a la interferencia de intereses privados, las obras se mantuvieron paralizadas y su montaje se demoró hasta 1972. En este año, la Cementera (sin concluir) entra en discusiones sobre la privatización de las instalaciones de la Planta, que para este período ya contaba con obras eléctricas de alta tensión y las obras civiles totalmente terminadas. Finalmente, fue inaugurada en 1974.

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Fuentes Orales Entrevista Dr. Verges Roberto. Ministro de Hacienda año 1972 4 de abril de 2018 San Luis Entrevista a la actual Sra. Senadora Provincial Mabel Leyes ex intendente La Calera Departamento Belgrano Provincia de San Luis. 27 septiembre de 2019 San Luis Entrevista Ing. Isac Sosa Paez Presidente de la Comisión de Minería (1947) ex Jefe Energía Hidráulica de San Luis (1960) 15 de marzo de 2018 San Luis Entrevista Ing. Mario Ponce (Presidente de la Comisión Directiva Sociedad Mixta El Gigante. 1974) 23 de octubre de 2018 San Luis Entrevista Sra. Amalia San Martín Luco 11 de septiembre de 2019 San Luis Entrevista Dr. Reynaldo Oscar Ojeda 24 de julio de 2019 Villa Mercedes

Historia, políticas de memorias y políticas de olvido. Los “Nunca Más” no publicados: El caso de la Universidad Nacional de San Luis

Marcelo Alejandro Muñoz Enrique Sebastián Chiesa

“No debiera arrancarse a la gente de su tierra o país, no a la fuerza. La gente queda dolorida, la tierra queda dolorida. Nacemos y nos cortan el cordón umbilical. Nos destierran y nadie nos corta la memoria, la lengua, las calores. Tenemos que aprender a vivir como el clavel del aire, propiamente del aire94”.

Introducción Una versión preliminar y más acotada de este trabajo fue escrita allá por el 2009 y presentada en una jornada académica. Y ha perseguido el único fin de mostrar que la construcción de la memoria, fue y es, sin dudas, un espacio de disputa, de tensiones constantes, entre lo que busca salir a la luz y lo que se queda oculto en los viejos archivos de los húmedos subsuelos. También de voces y versiones de los hechos, que no han tenido la oportunidad de hablar sobre lo sucedido. Por eso estamos convencidos que exteriorizar, analizar, poner en discusión, ha sido y es mejor que el olvido intencional. Este artículo se realizó en el marco del proyecto de investigación que dirige la Dra. Andrea Piñeda y co-dirige Dr. Hugo Klappenbach: PROICO 120718 La investigación en psicología y su incidencia en la formación del psicólogo. El análisis que hemos desarrollado aquí fue a partir de tres informes- libros, elaborados desde la Universidad Nacional de San Luis, sobre lo que significó la última dictadura cívico– militar, con sus devenires y consecuencias. Los que han nacido desde los espacios más profundos de la propia institución, con intereses y recursos institucionales, y no han visto la luz aunque se hallen culminados o en estado de casi finalización. 94 Juan Gelman (2011), p. 25

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Estos trabajos son: Nunca Más en la Universidad95; La memoria y el mañana. Para que Nunca Más en la Universidad; y 1976- 1983. La época del terror en la Universidad Nacional de San Luis. En este escrito, en términos generales, hemos buscado desentrañar algunos de los motivos del porqué de la no publicación de los libros- informes, tomando a los mismos como objeto de estudio, tratando de hacer un examen desde diferentes variables que hemos considerado importantes para la situación planteada. Desde ya, estamos convencidos de que escribir la historia de estas tramas ocultas y traumáticas, ha tenido por finalidad ayudar a elaborar una mayor consciencia de lo ocurrido, para enfrentar dilemas con el pasado, pensando y encontrando en esa tarea una identidad, a lo mejor diferente. Es por eso que nos surgieron una serie de interrogantes: ¿por qué estos trabajos, que analizamos aquí, no han sido publicados?, ¿cuáles fueron los motivos?, ¿qué mostraron estos informes que amenazó a los responsables de esta omisión y/u ocultamiento?, ¿fue realmente una omisión que podría considerarse intencionada o el desinterés por su publicación respondió a otros motivos? ¿Se darán a conocer en algún momento estos informes- libros, como parte de una historia política de la institución? Preguntas que nos hemos hecho mientras nos introducíamos en las diferentes lecturas y análisis sobre dichos documentos.

Argentina entre los años 1976 - 1983 “Una vez, hace años, mataron a unos jóvenes y arrojaron aquí, en esta playa, sus cadáveres; por eso la gente ya no quiere venir a soñar a este lugar. La gente ya no sueña en este mar96”.

Durante este periodo se dio la última, y, por cierto, la más cruenta dictadura militar. La historia y la memoria, se han ocupado de manera exigente en poder revelar los trasfondos de tipo políticos, económicos, sociales, culturales y motivacionales que dieron lugar a esta política de lo bestial y la crueldad. Ante la brutalidad de los hechos, mirar el pasado con los elementos de la historia, no siempre alcanza. Muchas veces, la densidad de los datos, omiten 95 Al momento de la escritura del borrador de este capítulo, este libro se encontraba inédito (aunque se podía visualizar de manera online en la web de la UNSL). En el año 2023 fue editado en formato papel bajo el título “Nunca más en la Universidad Nacional de San Luis”, Universidad Nacional de San Luis (Autor), Sonia E. Riveros (Editora). 96 Arístides Vargas (2012), p.70.

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la sensibilidad del dolor. La historiografía, no necesariamente es ajena a todo esto: habla del dolor de los hechos pero necesita de la memoria para que ese dolor relatado alcance la sensibilidad necesaria. Es preciso que se argumenten de manera complementaria, a su vez es importante recurrir a las metodologías de la memoria en el sentido que va más allá de lo estrictamente historiográfico. “Los historiadores buscan pruebas documentales para reconstruir los hechos históricos, explicando sus causas, motivos y razones para encadenarlos en la escritura historiográfica. En este caso, los testimonios, las fuentes orales, las memorias son sometidas a los resguardos metodológicos de los historiadores como cualquier otra fuente. La memoria, por su parte, se afana en recuperar celosamente las experiencias de los testigos, en las historias mínimas, próximas y vitales, en reconocer su carácter único e irremplazable97”.

Antes de avanzar más en este apartado, hemos querido mostrar en la cita que viene a continuación -de un libro extraordinario- sobre lo que significó la dictadura militar en el ámbito de lo subjetivo y también en lo familiar: “Hay mucho para decir, pero el papel es muy corto y se necesita gran cantidad de él, para que entiendan con exactitud lo que se vive, se siente, se piensa, lo que se espera del futuro, lo que se sueña98” Sin dudas, es difícil entender en todas las dimensiones que ha operado la dictadura militar. La violencia despiadada y cruel como ofensiva y como respuesta, fue su excusa para ejecutar un “plan sistemático” de ruptura del tejido social solidario. Desmembrar todas las fuerzas vivas que buscaron el bien común. Claro está que la escalada de violencia que se registró a lo largo del gobierno peronista antes del golpe, fue generando el terreno y puesta a punto de plena instrumentación del “plan sistemático” de represión y aniquilamiento, que las Fuerzas Armadas concibieron con cuidadoso detalle. Se puso a prueba en la provincia de Tucumán durante el año 1975 y se extendió a lo largo de todo el país, por lo menos, hasta el año 197999. A su vez, permanecieron en el poder hasta finales del año 1983, cuando a través de las elecciones acaecidas en octubre, fue electo el presidente radical Raúl Ricardo Alfonsín. Sobre esto, coincidimos con Bayer cuando planteó: “No pudieron talar todos los árboles. No pudieron pisar todas las flores. No pudieron ahogar todos los pensamientos. Por más que se llamarán Videla, Massera, Camps, Astiz. No pudieron castrar todas las rebeldías. Los bosques de la Memoria nacieron de inmediato y fueron 97 Gonzalez & Pagés (2014), pp. 280- 281. 98 Lolo, en Reati & Simón (2021), p. 131. 99 Novaro & Palermo (2003).

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creciendo, poblándose de pájaros, flores silvestres y pensamientos lozanos de libertad, generosidad y rebeldía solidaria100”

En este periodo, mientras los militares estuvieron en el poder, dejaron un trágico saldo de asesinados y asesinadas, desaparecidos y desaparecidas, exiliados y exiliadas, un gran proceso de desindustrialización a través de una economía de libre mercado, un fuerte deterioro de los lazos sociales, y una recalcitrante militarización de la vida cotidiana de los ciudadanos y las ciudadanas en la que el rigor del miedo era una forma de control estatal. Vale decir, que estas fueron entre sus consecuencias más conocidas y visibles. Algunas de ellas perduraron por mucho tiempo e incluso, en menor medida, hasta la actualidad. A nivel institucional, y centrándonos en nuestro tema de estudio, las universidades nacionales fueron todas intervenidas por el poder militar. No obstante, en breve tiempo, algunas de ellas volvieron a estar en manos de civiles que seguían las disposiciones vertidas por el poder castrense. Ejemplo de esto es el caso de la Universidad Nacional de San Luis.

Sobre la historia o el pasado reciente en la Universidad Recordar a los desaparecidos con un muro donde figuran sus nombres es intolerable para los asesinos y sus huestes. Pero no hay silencio posible. Miles de nombres, grabados uno debajo del otro a lo largo de enormes paredes de cientos de metros de largo, nos traen a su recuerdo.101”

Si tenemos en consideración este pasado reciente, esta historia oscura, dolorosa, difícil de cerrar, las tramas sociales se tensionaron todo el tiempo. Y que en el presente pone a la comunidad universitaria frente a la necesidad -entendida también como desafío- de buscar la verdad de los hechos que tanto pesar provocaron. Las instituciones públicas, especialmente las universidades, en ese momento histórico de la última dictadura militar, tuvieron su lugar épico de resistencia. Pero también su pasado oscuro. Ese pasado que nadie quiere que vuelva a repetirse y que hay que poner en evidencia y en discusión, para mostrar esas heridas que siempre están en “carne viva”. Según un informe elaborado por la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (CONADEP) un 21% de los desaparecidos eran estudiantes universitarios. Algunos de ellos y ellas fueron secuestrados en el mismo ámbito 100 Bayer (2009), p.143. 101 Tarnopolsky (2011), p. 308.

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donde estudiaban. Y un 6% eran docentes. La mayor parte de las y los estudiantes secuestrados fueron asesinados y asesinadas en centros clandestinos de detención. Lo mismo ocurrió con algunas de las autoridades universitarias. Es imposible no mencionar la figura de nuestro primer rector de la Universidad Nacional de San Luís, el filósofo y teólogo de la liberación, Mauricio López, secuestrado en enero de 1977 y asesinado mientras era sometido a torturas. Hasta nuestros días no se ha encontrado su cuerpo. Los militares sostenían que a través de la educación se difundió el “virus subversivo” que luego penetraba en todos los ámbitos sociales102. Sin dudas, ha sido muy dificultoso transitar un presente consecuente, sin este tipo de análisis, sin esta verdad puesta en discusión. Por eso, es siempre valioso el trabajo de una memoria consciente, intersubjetiva, y buscando, de alguna manera, una función reparadora. A la par de esto, ha sido y es posible canalizar todos esos sentimientos generados en esos años, tales como la tristeza, la impotencia, la nostalgia y melancolía, la bronca, el cansancio y la resignación. Los “años de plomo” dejaron una marca, una herida, un trauma, tremendamente difícil de saldar, de cerrar. Por parte de algunas instituciones del estado ha habido una gestión del dolor colectivo que fue tomando diferentes aristas. Todo esto ayudó a pensar en los acontecimientos, y en esta etapa histórica de otra manera, mirando hacia atrás con un ojo maduro, crítico, que posibilitó plantear un futuro distinto. La Universidad, como bien sabemos, fue objeto de control, especialmente por las Fuerzas Armadas, ya que se consideró hogar del pensamiento crítico por antonomasia y que representó una amenaza para el proceso militar. Fue por ello que se tornó evidente el interés por parte del gobierno militar de intervenir en ella de distintas y variadas maneras. La Universidad Nacional de San Luis no fue ajena a este tipo de sojuzgamiento autoritario. A modo de interrogante y en términos de futuro partimos de la siguiente reflexión: ¿Es posible pensar qué sucedería en procesos de políticas de memoria si estos informes– libros salieran a la luz, e intentaran aclarar de manera sistemática y contundente esa parte de ese pasado? Este texto surgió, como decíamos párrafos arriba, del encuentro con una serie de trabajos previos sobre lo ocurrido durante la última dictadura militar que nos resultó interesante destacar. Nacidos en el ámbito de la Universidad -no publicados formalmente- estos materiales (informes- libros) han tenido y tienen un grado de elaboración que podemos entender como culminados. Esto nos muestra, a su vez, la seriedad con la que han sido tomados y emprendidos en su momento, aunque no publicados a la comunidad universitaria en particular y a la sociedad argentina en general. 102 Montes (2011).

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Nos resultaron relevantes los datos allí contenido, y la necesidad de que sean llevados a la escena pública, en conjunto con los motivos por lo que esto no fue posible. Al mismo tiempo, es importante destacar el carácter institucional que tuvieron: para su elaboración y compilación se dedicaron recursos, tiempo, y labor de profesionales comprometidos. Como mencionamos anteriormente, las fuentes de análisis son: “Nunca Más en la Universidad”; “La memoria y el mañana. Para que Nunca Más en la Universidad” y “1976- 1983. La época del terror en la Universidad Nacional de San Luis”. La Universidad Nacional de San Luis, en términos de políticas de memoria, inmersa en una comunidad mayor, también gozó de defectos o incoherencias, que, en primera instancia, contradecían sus fines. En muchos casos, sin ánimo de juzgar, la hemos percibido como una “burbuja”, en la cual se han mantenido incólume las jerarquías y privilegios por parte de sus autoridades. Observamos en esto, puntos flojos, como la especulación sobre estos materiales y no un ánimo de construcción real. No obstante, de su propio cuerpo institucional “memorias subterráneas” afloraron y afloran en ciertos momentos, rompiendo ciertos cercos que permitieron y permiten contemplar una realidad diferenciada, distinta a este pasado que se intentó callar103. La Universidad -en general- y la Universidad Nacional de San Luis -en particular- ha tenido y tiene claramente un rol social, en tanto pueda tratar seriamente las problemáticas de su pasado con la memoria. La Universidad no ha podido avanzar sobre la construcción de su historia y su memoria. Este pasado reciente, doloroso, y conocido por la comunidad universitaria, no se ha puesto en tensión. Esto no significa que estos actores no dejan de buscar una resignificación o una disputa, que intente desnaturalizar lo normado sobre las interpretaciones en relación a estos hechos. Todo ello, “contra los militantes del olvido, traficantes de documentos, asesinos de memoria, contra los revisores de enciclopedias y conspiradores del silencio104” Esta historia se ha constituido en un diálogo de demandas e interpretaciones que el pasado le formuló al presente, lo interpeló, con los desafíos racionales y necesarios.

103 Pollak, (s/f) 104 Yerushalmi (s/f), pág. 12.

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Políticas de memorias y políticas de olvidos “El verdadero arrepentimiento ante un acto criminal solo puede surgir con posterioridad al castigo, y no como un modo de escapar de él105”.

Sin dudas, la política de la memoria es contraria a la política del olvido. Ese instrumento del poder para obstruir los necesarios floreceres de la memoria. Es un dispositivo que el poder de turno tiene en sus manos y lo ejecuta de acuerdo a su conveniencia. Y si esa conveniencia no es a favor, por las diferentes razones que se ponen en juego en una institución, aparece el instrumento ocultador, que obstruye y dificulta cualquier proceso. Es por eso que en una primera observación, nos ha parecido extraño encontrarnos con la no publicación (hablando de los libros-informes) de este material tan valioso para la comunidad universitaria. La institución universitaria de San Luis siempre ha tenido un discurso de políticas de la memoria pero atento a la falta de divulgación de estos informes o trabajos, que contaron inicialmente con un impulso institucional, ha elegido fragmentariamente el olvido o la omisión de memoria. El olvido pudo ser una acción involuntaria -en términos individuales- pero en términos colectivos y comunitarios el olvido se convirtió en una acción política. Cada uno de esos documentos y protagonistas de testimonios que sirvieron de base y fundamento para la elaboración de los trabajos, pudieron y pueden ser considerados historias en sí mismas. Estos recuerdos dolorosos y singulares, al coexistir en el marco de esos trabajos han podido, pueden o podrían transformarse en narrativas de esa historia colectiva y social. Toda memoria es una reconstrucción, no un recuerdo. El pasado empieza a ocupar un lugar central en que se moviliza al presente. O como dice Mario Benedetti, “el olvido está lleno de memoria/ que a veces no caben las remembranzas106”. La memoria se construye y cobra un valor de importancia al enfrentar el silencio, el olvido o la falsificación de los hechos. Con ella relacionamos el pasado con el presente, vinculándonos con la comunidad, dándonos sentido de pertenencia e identidad (identificación). Podemos decir que la memoria permite disputar sentidos sobre el pasado dentro de luchas actuales107: “Abordar la memoria involucra referirse a recuerdos y olvidos, narrativas y actos, silencios y gestos. Hay en juego saberes, pero también hay emociones. Y hay también huecos y fracturas”.108 105 Feierstein (2014), p.400. 106 Benedetti (2004) p. 355. 107 Jelin (2017). 108 Jelin (2002),p. 17.

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En lo que se refiere a los elementos que componen a la memoria, estos trabajos se han orientado sin lugar a dudas a desenmarañar, a traer claridad, a buscar verdades, a generar identidad dentro de la comunidad universitaria. Inicialmente, no se dio lugar a las políticas del olvido y el silencio, sino que se revalorizó la documentación y testimonios de los actores. En estos informes se han puesto en relevancia, con rigor científico, los acontecimientos documentados, las personas participantes en ellos y los lugares donde han sucedido. Después todo quedó en la nada misma, con un enorme hueco en la propia historia institucional. No existe una memoria única: dentro de la memoria colectiva podemos encontrar una multiplicidad de memorias que conviven, se contradicen, se complementan o disputan un relato sobre el pasado.109 La memoria así entendida -y sobre todo los procesos de memoria por los que ha atravesado toda la comunidad, y la Universidad, particularmente- han sido producto de crisis (cambios) constantes, los cuales guardan relación con los momentos políticos. Estos permiten hacer una vuelta reflexiva sobre el pasado. El pasado está allí para ser reinterpretado, revisitado desde otro lugar, desde diferentes perspectivas. Para que “memoria, verdad y justicia”, no sea o haya sido un eslogan vacío. La Universidad Nacional de San Luis tiene los recursos y escenarios propicios para la elaboración de trabajos de este tipo, por eso entendemos que la falta de publicación responde a una decisión política. Que podemos traducir en un dispositivo ocultador del relato de la memoria.

La historia y las memorias (memoria histórica, social y colectiva) Son los pueblos mi memoria con su presencia sin rostro, y si pudiese encerrar a todo el mal de nuestro tiempo en una imagen, escogería esta imagen, que me resulta familiar: un hombre demacrado, con la cabeza inclinada, y las espaldas encorvadas, en cuya cara y en cuyos ojos no se puede leer ni una huella de pensamiento110

Es lícito resaltar lo difícil que se nos ha hecho poder redefinir algunos de los conceptos que expresamos en este texto. La versatilidad de los mismos, en sus usos y difusión, han complejizado aún más esta tarea. En esta línea, se precisa que hay al menos tres denominaciones distintas a los hechos de la historia 109 Flier (2019) 110 Primo Levi (2015), p. 121.

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y que hacen a la historia en el sentido amplio y coloquial de la palabra: historia y memoria. También desde el punto de vista de la memoria y sus denominaciones: “memoria social”, “memoria colectiva” y “memoria histórica”. Esta manera de designar, que provienen desde lo académico, lo social o lo político, en nuestro caso particular nos han remitido a las situaciones ocurridas en la Argentina en el pasado reciente. Estas últimas calificaciones sobre la “memoria”, en muchos casos se han presentado y se presentan como sinónimos. Desde nuestra perspectiva, en los usos cotidianos, creemos que sí lo son. Estos conceptos de acuerdo a los escenarios académicos o políticos, o los esbozados por ciertos organismos vinculados a los Derechos Humanos, son expresados de manera diferenciada entre sí. Y la diferencia radica -entre otras cuestiones- en los públicos a los cuales están dirigidos sus textos y discursos, asimismo las interpretaciones surgidas de acuerdo a las construcciones socioculturales y académicas. A su vez, está claro que el concepto de “memoria” es un fenómeno biológico- neurofisiológico, muy importante para la vida humana. Este concepto es extraído de allí, y es aplicado a las teorías políticas y a las tramas sociales. También creemos, que hay que diferenciar este fenómeno de la “memoria histórica”, “memoria social”, “memoria colectiva”, de la historia y la historiografía. No obstante, desde nuestra perspectiva, son muchos los puntos de convergencias y menos los de divergencias. La diferenciación entre ambas (historia y tipos de memoria), tal vez radica en la función principal de la historia como discurso académico. A su vez, la historiografía y la historia pueden analizar con dispositivos técnicos- metodológicos propios estos tipos de memorias. Como decíamos anteriormente, es la historia la que describe el dolor y lo argumenta desde cierto rigor, pero es la memoria la que va a generar la sensibilidad necesaria para empatizar con eso que se describió. Tal vez, se convierte la historia y la historiografía en un discurso más difuso, cuando necesita de alguna manera ampararse en relación a los tres conceptos de memorias, ya que los mismos no son conceptos exclusivamente historiográficos. O sea, que si la historia se presenta ante un auditorio académico, su discurso queda validado por sus métodos y metodologías de construcción. Pero si se presenta ante un escenario distinto, su discurso, que es estrictamente académico, se convierte en algo denso y abstracto para explicar fenómenos sociales donde hay una trama social dolorosa de fondo, que, a nuestro entender, son más complejos como las de los tipos de memorias. Por supuesto, que en esto no hay acuerdos, sino, por el contrario, hay nuevos y abundantes estudios que intentan teorizar al respecto. 71

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Creemos, que tanto la historia como los desarrollos conceptuales de “memoria histórica”, “memoria colectiva” y “memoria social” además de afirmarse entre sí, se afirma en otras disciplinas. Aunque su diferenciación radica en la dimensión subjetiva que ambas pretenden abarcar como producto o discurso final. Siguiendo de alguna manera una línea argumentativa de Klappenbach, en una interpretación sobre los planteos de José Luis Romero, en la que este distinguía “dos actitudes históricas”: la primera de ella, la “conciencia histórica” y la segunda, el “conocimiento” o la “ciencia histórica”. Desde aquí, se sostiene que la conciencia histórica no pretende ser racional y es constitutiva de procesos de identidad colectiva. La segunda, es una crítica a la constitución de esos procesos de identidad y dado que la ciencia histórica tiene el poder de cuestionar estos procesos identitarios, y que los mismos, son necesariamente individuales111. En esta dirección, y tratando de comprender un poco más esta trama conceptual, es que podemos suponer que los aspectos de la “memoria histórica”, “memoria colectiva” o “memoria social”, están en procesos intermedios de estos polos conceptuales (ciencia y conciencia histórica). Por un lado, se procura procesos identitarios propios de la conciencia histórica, y por el otro, la posibilidad que tiene la historia como ciencia histórica y disciplinar de poder analizar estos procesos tan complejos en la vida cotidiana de los ciudadanos y las ciudadanas, en que el dolor y la crueldad hacia ciertos sectores sociales ocupan un lugar específico. En relación a esto, no es ajeno al debate que ha propuesto Enzo Traverso, donde planteó que la historiografía no es solamente un lugar de producción de saberes, es también un lugar de reproducción de lagunas de memoria, de rechazos y cuestiones reprimidas de la sociedad. Cuando los revela, los analiza y los pone en debate y en tensión, es cuando cumple su función crítica112. Este mismo autor italiano se ha preguntado: ¿De dónde viene la obsesión por la memoria? Nos atrevemos a decir que proviene del dolor que ha provocado en la trama social la crueldad de la política genocida: de la muerte; de la desaparición de personas; del relato crudo de los y las sobrevivientes a los campos de concentración; de los cuerpos, en el relato de Scilingo, que fueron arrojados al mar en los “vuelos de la muerte”; de los que fueron fusilados y fusiladas, asesinados y asesinadas, masacrados y masacradas a sangre fría; de los que fueron torturados y torturadas; de los que fueron encarcelados y encarceladas sin la posibilidad de un juicio justo; y de la apropiación ilegal de niños y niñas. Es allí donde está la respuesta a la pregunta. Algo se convierte 111 Romero (1943), en Klappenbach (2002). 112 Traverso (2010)

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en obsesión cuando surge la necesidad de construir el relato para reparar las venas y las arterias del corazón vivo de una sociedad. En palabras de Beatriz Sarlo: “Pero es preciso interrogarse también sobre las formas de esta obsesión por la memoria. La memoria, entendida como las representaciones colectivas del pasado tal como se forjan en el presente, estructura las identidades sociales, inscribiéndolas en una continuidad histórica y otorgándoles un sentido, es decir, una significación y una dirección. En todas partes y siempre, las sociedades humanas han poseído una memoria colectiva y la han mantenido a través de ritos, ceremonias, incluso con políticas113”

En esta misma línea de argumentación, retomamos el libro de Sarlo “Tiempo Pasado”, comienza el mismo de la siguiente manera, citamos: “El pasado es siempre conflictivo. A él se refieren, en competencia, la memoria y la historia, porque la historia no siempre puede creerle a la memoria, y la memoria desconfía de una reconstrucción que no ponga en su centro los derechos del recuerdo (derechos de vida, de justicia, de subjetividad). Pensar que podría darse un entendimiento fácil entre estas perspectivas sobre el pasado es un deseo o un lugar común114”.

También compartimos a continuación un extraordinario fragmento del clásico texto de Nora, en la misma dinámica que lo anterior, para poder pensar la relación entre historia y memoria: “La historia es la reconstrucción, siempre problemática e incompleta, de lo que ya no es. La memoria es un fenómeno, siempre actúa un lazo vivido en presente eterno; la historia, una representación, del pasado. Porque es afectiva y mágica, la memoria solo se acomoda de detalles que la reconfortan; ella se alimenta de recuerdos vagos, globales o flotantes, particulares o simbólicos, sensible a todas las transferencias, pantallas, censura o proyecciones. La historia, como operación intelectual y laica, utiliza análisis y discurso crítico. La memoria instala el recuerdo en lo sagrado, la historia lo desaloja, siempre procesa. La memoria sorda de un grupo que ella suelda, lo que quiere decir, como lo hizo Halbwachs, que hay tantas memorias como grupos; que ella es por naturaleza múltiple y desmultiplicable, colectiva, plural e individualizable. La historia, al contrario, pertenece a todos y a nadie, lo que le da vocación universal. La memoria tiene su raíz en lo concreto, en el espacio, el gesto, la imagen y el objeto. La historia solo se ata a las continuidades temporales, a las evoluciones y a las relaciones entre las cosas. La memoria es un absoluto y la historia sólo conoce lo relativo”115 113 Traverso (2007) p. 69. 114 Sarlo (2005), p. 9. 115 Nora (s/f), p. 3.

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Al entrar en la pretensión de definir breve y operacionalmente los conceptos de “memoria colectiva, memoria histórica y memoria social”, los entendemos de alguna manera como sinónimos, ya que al haber una demanda de explicar fenómenos socio-históricos y políticos tan complejos (como los ocurridos con la última dictadura militar y también situaciones del presente en la Argentina). Por “memoria colectiva” entendemos como la memoria de los miembros de un grupo que reconstruyen su pasado a partir de marcos de referencias y también de marcos de referencias presentes116. Al mismo tiempo, toda memoria colectiva tiene por soporte a un grupo limitado en el espacio y en el tiempo117. Esta concepción ha sido más bien utilizada por algunos organismos de Derechos Humanos, haciendo referencia generalmente a esa generación de militantes sociales, políticos, gremiales y de grupos sociales, etc., que la dictadura militar en la Argentina y en otros países latinoamericanos, también les quitó la vida de una manera brutal, ya sea haciéndolos desaparecer o asesinándolos. Por “memoria social”, entre los textos consultados, el que ha hecho y hace uso de esta noción fue Hugo Vezzetti, planteándola como: el deber y la necesidad de que la memoria social pueda enfrentar el silencio y la falsificación de los hechos. En este sentido, algunos de los organismos de Derechos Humanos, en la construcción de la memoria social, escenifican tres componentes de proclamas en esta acción: reclamo por la verdad, demanda de justicia e imperativo de la memoria. Todo esto a partir de la resignificación y lucha contra las formas históricas e institucionales de olvido o de la falsificación de lo sucedido118: “Ese espacio de la memoria social es un campo de luchas en el que actores reconocidos (o que pugnan por serlo) buscan producir e imponer ciertas visiones en una formación que incluye más ampliamente una representación sobre el presente119” Por “memoria histórica” Gaborit lo ha definido como: procesos cognitivos complejos, y esta debe tener la intención de reparar el tejido social rasgado por las mentiras oficiales, los discursos encubridores y el cinismo de ciertas políticas. Esta recuperación de la memoria implica directamente la resignificación de estas y la integración de esos recuerdos a la vida cotidiana, personal y colectiva120. En esta línea de ideas, Escolano Benito planteó: “La recuperación de la 116 Rivero, Bellelli y Backurst (2000), en Gaborit (2008). 117 Halbwachs (1968) 118 Vezzetti, (2002; 2007; 2009) 119 Vezzetti (2002),p. 193. 120 Gaborit (2008).

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memoria histórica, y aún más la que corresponde al ciclo del llamado tiempo presente, no es, pues, un ejercicio retórico ni un imperativo de la burocracia académica, sino una función esencial de toda la comunidad que aspire a instalarse integrada y críticamente en la tradición y a caminar con prudencia desde el bagaje de las experiencias aprendidas y de los valores compartidos. Recordar es (…) revivir para ver y para no avanzar a ciegas, porque el futuro cesa en el albergue del presente121” El sociólogo e historiador experto en genocidios, Daniel Feierstein argumentó que es sumamente importante el valor de las neurociencias y de las ciencias cognitivas para comprender el fenómeno del problema de la “memoria”. Para entender, la trama del dolor humano en las cuestiones sociales y colectivas, como un asunto que trasciende el individuo y que se incrusta necesariamente en esa dinámica social compleja122. El rango biológico de la “memoria” siempre se ha entendido como cuestión individual, y solamente -como mencionamos párrafos arriba- la cuestión de lo colectivo como una traslación de los conceptos, con la intencionalidad política, pero sin poder explicar la dinámica de lo individual en lo colectivo y lo colectivo en lo individual. Al respecto, el autor citado anteriormente añadió: “Se puede definir entonces a los procesos de memoria como la construcción de sentido -en la interacción con otros- que surge de un intento de articulación coherente de un conjunto de estímulos y sensaciones dispersos por los sistemas perceptivos que se vinculan con el presente a través de la acción. “Construir un recuerdo implica simultáneamente construir identidad, en tanto se construye un sujeto consciente que se relaciona con dichos elementos dispersos del pasado y construye de ese modo una escena, un ‘presente recordado’ en el cual surge una narración de sí mismo123”

Desde un lugar diferente, pero en el mismo sentido, el autor español y responsable catedrático de Psicología de la Memoria de la Universidad Autónoma de Madrid, Ruiz -Vargas, sobre este encuentro entre la memoria como proceso biológico, pero en un entramado social y político, agregó: “Nuestra memoria está preparada para guardar las experiencias hasta el final de sus días. Se puede coartar la manifestación externa o pública de la memoria, se puede inocular, mediante campañas de terror, el miedo a hablar, pero nada de eso tiene por qué afectar a las vivencias guardadas en la memoria. Los recuerdos pueden sufrir todo tipo de presiones para que no se expresen y, de hecho, se puede debilitar lo que los expertos llaman su “fuerza de recuperación”, pero eso no afectará a 121 Escolano Benito (2003), p. 11. 122 Feierstein (2019). 123 Idem, p. 59.

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su “fuerza de almacenamiento” por mucho tiempo que permanezcan aplastados124”

No obstante, Ruiz-Vargas, en un artículo posterior y desde una perspectiva de la psicología cognitiva puso en tela de juicio, tanto la validez, como los abordajes teóricos de dichas conceptualizaciones en torno a la “memoria”. Argumentó que los términos: memoria colectiva, memoria social y sobre todo el de memoria histórica han carecido de justificación científica y epistemológica. Propuso una revisión y redefinición conceptual en los usos de estos términos, bosquejando que son meramente derivaciones y proposiciones cognoscitivas de la “memoria semántica” y la “memoria autobiográfica”. Abordadas estas formas de memorias, desde un punto de vista ecológico de las neurociencias y ciencias cognitivas, que se contempla en esta, a partir de una relación dialéctica entre lo individual y lo social125. Más allá de la inexistencia científica y poco valor epistemológico de estas conceptualizaciones -y sobre todo el concepto de memoria histórica-, esta ha tenido el valor y un deber moral y político, ya que se ha ido integrando al lenguaje cotidiano, cumpliendo una importante función social, la de mantener viva la memoria de las víctimas126: “No en vano la memoria histórica aflora allí donde se han violado grave, sistemáticamente y masivamente los derechos humanos127”. Finalmente, el mismo autor, en uno de los artículos anteriormente citado, nos sumó una reflexión sumamente valiosa sobre el padecer individual y también colectivo, de los que han sufrido la malicia y la crueldad de parte de la política de Estado: “Todas las víctimas de la violencia humana sufren una doble ofensa: la agresión física de sus verdugos y la tortura psicológica de llevárselos a todos en su memoria. Esa es la herencia perversa y cruel de todos los fascismos: una memoria emponzoñada para siempre por la presencia de los verdugos128”.

No nos ha sido fácil salir de esta encrucijada conceptual de la que hemos querido mostrar brevemente. Son situaciones ya hartamente discutidas y cada vez más disparidad entre los acuerdos y desacuerdos. Lo importante es que se ha hecho lo posible, aun dentro de esta inmensa maraña, poder reflexionar sobre estas temáticas y diversidad conceptual; y esto, no solo les corresponde las generaciones que vivieron estas circunstancias tan contrarias a las de poder vivir en libertad y sin miedo a la muerte, también lo será para las nuevas ge124 Ruiz-Vargas (2006), p. 37. 125 Ruiz-Vargas (2008). 126 Ibidem. 127 Idem, p. 76. 128 Ruiz-Vargas (2006), p. 38.

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neraciones que no vivimos en estos años oscuros, no solo en Argentina, sino también de América Latina. Estos fenómenos del pasado, tan complejos, no solo han dejado víctimas por miles y victimarios en muchos casos libres de culpas; también han redefinido el valor de la justicia y del Estado. Para esto, fue necesario una amplitud disciplinar, miradas transversales, intra e inter disciplinar, a las disciplinas más clásicas que los han venido abordando a estos temas.

La Universidad Nacional de San Luis, los libros y la censura “-¿Adónde vas?- dijo él -Salgo. -Hace más de un año que lo buscás. ¿Te das cuenta? -Sí. Eso significa que tengo que seguir129”.

Las fuentes de las que hemos hablado, que han pasado por un proceso de reflexión, con un orden determinado, han sido elaboradas sobre la base de documentos oficiales. Son documentos de la comunidad universitaria construidos, que poseen valor en sí mismos, de la historia oral y escrita, aportada por referentes de la comunidad universitaria de esos años. Nosotros hemos realizado una cronología histórica para poder estudiar el caso. Si bien estamos en presencia de una memoria lastimada y dañada, es evidente que el resultado de estos trabajos, si se hicieran públicos, sería la de entrar en un proceso de claridad, madurez y saneamiento memorial e identitario. Cabría el interrogante de si esto es posible. Como se mencionó, en la Universidad Nacional de San Luis son tres los libros-informes referidos a lo ocurrido durante la última dictadura que institucionalmente se intentó publicar y que a lo largo de estos años no ha sido posible. Estos trabajos son: Nunca Más en la Universidad; La memoria y el mañana. Para que Nunca Más en la Universidad y 1976- 1983. La época del terror en la Universidad Nacional de San Luis.130 Solo uno de ellos, a más de veinte años después, tomó carácter público y siendo instituido por la Universidad, estando hoy en la página web de la institución131, que fue tomado como fuente primaria para este capítulo. 129 Gorini (2018), p. 37. 130 Al momento de la escritura del borrador de este capítulo, este libro se encontraba inédito (aunque se podía visualizar de manera online en la web de la UNSL). En el año 2023 fue editado en formato papel bajo el título “Nunca más en la Universidad Nacional de San Luis”, Universidad Nacional de San Luis (Autor), Sonia E. Riveros (Editora). 131 http://www0.unsl.edu.ar/nunca-mas.htm: Nunca más en la Universidad.

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Estos libros-informes, han tratado de echar luz sobre esta historia del pasado reciente en la Universidad. Pero sus intentos de publicación fueron ya en épocas de democracia. Asimismo, no llegaron al alcance de todos. Ya sea como una publicación u otros dispositivos de hacer público todo ese material. Y esto, como parte de la historia “oscura” pero propia, han aparecido ciertos mecanismos de censura, y en todos los casos por parte de la misma institución universitaria. Lo paradójico de esto, es que, en todos los casos, también, era la misma institución universitaria la que promovía estas investigaciones y luego sus restricciones. La Universidad Nacional de San Luis se creó en 1973. Apenas tres años desde su creación, fue cuando se propició el golpe de estado de 1976. Como decíamos anteriormente, todas las instituciones públicas fueron intervenidas, entre ellas las universidades en general y la Universidad Nacional de San Luis en particular. Su primer rector fue el Profesor Mauricio López. Manteniéndose en el cargo hasta en el momento de su expulsión el día 25 de marzo. Mauricio López en la primera noche de 1977 fue secuestrado y posteriormente desaparecido en Mendoza. En su lugar, los dictadores nombraron al vice-comodoro Fernández, que perduró en el cargo hasta septiembre. Fue nombrado en su reemplazo, el químico Genaro Neme. Este era parte integrante del equipo de secretarios que acompañaron hasta meses antes a López132. Cuyo equipo de secretarios, de los cinco, cuatro, fueron re- designados en sus mismos cargos por las autoridades de la dictadura133. El tercer rector nombrado por estos años en la Universidad Nacional de San Luis, fue el profesor Cardozo Biritos en 1982. Estuvo en el cargo hasta la normalización universitaria, meses después de que Raúl Alfonsín asumiera la presidencia de la Nación en 1983. El Profesor Pascual Colavita fue a su vez el segundo rector elegido en democracia por parte de la Universidad puntana, y ocupó el cargo desde 1984 hasta 1986. Saliendo de estas nóminas de rectores, fue por estos primeros años del retorno a la democracia, que se nombró a la primera comisión encargada de generar informes a partir de las distintas leyes de aplicación nacional para la reincorporación de docentes, no docentes y estudiantes que hubiesen sido expulsados en los años de dictadura. Existió también una segunda comisión conformada por el Consejo Superior, para realizar una investigación de lo sucedido al interior propio de la

Universidad. Este informe, según testimonios a nuestro alcance, tuvo la intención de ser publicado como libro. Texto similar al Nunca Más pero propio de la Universidad Nacional de San Luis. Este primer libro denominado Nunca Más en la Universidad en su primera página rezó: “dedicamos este trabajo a todas las víctimas de la represión en la Universidad, en la persona del Rector desaparecido, Profesor Mauricio A. López, Rector de la U.N.S.L134”. A su vez, en el prólogo del mismo texto, se agregó:

132 Arias (1995); Universidad Nacional de San Luis, (2010) 133 Muñoz (2008)

134 Universidad Nacional de San Luis (s/f). 135 Ídem

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“Por eso este informe debe interpretarse como un modesto aporte a una de las múltiples áreas en la que podría completarse la ejemplar tarea de la CONADEP. Es así como se ha concebido: inscripto en la misma intención y en el mismo objetivo, y motivado por igual necesidad de justicia. De modo que las coincidencias entre el informe de la CONADEP y el presente no son casuales, son consecuencias de la imitación. Hemos seguido el ejemplo del NUNCA MÁS de la CONADEP porque creemos que aparte de su indiscutible e imponderable valor intrínseco, constituye un verdadero modelo para este tipo de informes. “En este trabajo nos centramos en los daños infligidos a los miembros de la comunidad universitaria de San Luis135”

La estructura general de este libro–informe contó de tres capítulos y un anexo. En el capítulo uno, que fue denominado: “La acción represiva”, se detalló todo lo referido a la acción represiva por parte del Estado Nacional, como ser distintos tipos de leyes: ley de Prescindibilidad, ley de Seguridad y ley Universitaria, entre otras. A su vez, en este marco jurídico, cuáles fueron las resoluciones y ordenanzas que el rectorado dictó. Se incluyó en este apartado, ejemplos de resoluciones de expulsión tanto a docentes, alumnos y alumnas y no docentes. Asimismo, se agregó un listado de todos las y los docentes que estuvieron en los cargos públicos, ya sean como rector, decanos, secretarios rectorales o de facultad. Nominados en este informe, como ejecutores de la acción represiva en la Universidad Nacional de San Luis. Se sostuvo allí una hipótesis, que hubo coordinación entre las distintas universidades nacionales, para la ejecución de esta acción represiva. En el capítulo dos, que fue denominado: “Las víctimas”, se incluyó una tabla con cuadro y apartados distintos, en que se fue detallando en ello los siguientes datos: apellido y nombre del expulsado o expulsada; claustro al que pertenecía; número de resolución por la cual fueron expulsados o cesanteado y quién es la o el que refrendó esa resolución, sea esta autoridad de facultad o rectoral.

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Una aclaración que encontramos en el texto, es que no fueron incluidos allí algunas y algunos docentes que aparecen como renunciados o renunciadas, pero que en realidad fue lo que el informe denominó “cesantía encubierta”. Como comentario agregado a este capítulo, algunas de las y los estudiantes, no docentes y docentes que figuran en esa nómina como expulsados o expulsadas fueron muertos o desaparecidos. Cito ejemplos: Profesor Mauricio López, Pedro Ledesma, Sandro Santana Alcaraz, Dante Bodo, entre otras personas. En capítulo tres, que fue denominado: “La reparación”, se incluyó todo lo referido a lo que sucedió luego de que asumieron las autoridades democráticas tanto en el Estado Nacional, como en la Universidad. Clara fue la intención que sostuvo esta comisión del Consejo Superior que investigó sobre lo sucedido en esas épocas recientemente pasadas. Cada una de las cuestiones planteadas allí, estuvo sustentada con documentos públicos como “fuerza de prueba”. A su vez, encontramos el claro reflejo de lo que significó “Nunca Más” publicado por la CONADEP. Las preguntas que nos surgen son: ¿por qué no se publicó este texto? ¿Qué circunstancias institucionales están asociadas a estos documentos, que, por un lado, promueve su investigación y por el otro su negación a publicarlo?. Vale comentar que se nos ha hecho muy difícil conseguir informantes claves o información pública sobre este informe o pretendido libro. Solamente contamos con notas que elaboramos a partir de conversaciones con una persona que conoció de cerca esta situación136. Sabemos, por ello, que no se pudo publicar por circunstancias propias de lo que sucedía al interior del Consejo Superior. En el mismo, había un grupo que impulsaba por publicarlo, y otro que no. Parte de los argumentos eran que en ese informe existían listas tanto de los que habían sido expulsados como de los que expulsaban137. Es importante retomar posteriormente el tema de las listas confeccionadas para este primer informe. En tanto, el segundo libro, surgió, según conocemos, a partir de conformarse nuevamente una comisión en el Consejo Superior para elaborar un texto desde una óptica distinta. En primer lugar, generar que ronden en una reflexión sobre lo sucedido. Fue por esto, que en uno de los considerandos de la resolución que nombra a esta nueva comisión, planteó: “La universidad, como comunidad pensante, tiene como deber rescatar en su total dimensión, para afianzarlo, es un derecho que ha sido reiteradamente vulnerado y por 136 Para nosotros no tiene el carácter de testimoniante, en el sentido estricto, ya que esta persona consideró mantener su anonimato y no ser referenciada como tal. Es necesario aclarar que su importancia sí radica en que a partir de lo que nos dijo pudimos completar una visión de las situaciones asociadas a esta. 137 Anónimo, comunicación personal (abril, 2008)

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el cual se llegó a la violación de otros en pos de su supresión: la libertad de pensamiento138”. Esta segunda comisión del Consejo Superior estuvo integrada por: Gloria Trocello, Julio Benegas, Antonio Iglesias y Eduardo Spuri, ampliándose luego por la inclusión de otros integrantes de la comunidad universitaria, como el caso de: Graciela Castro, Silvia Angiano, Eduardo Llosa y Patricio Torne139. El libro contó con varios capítulos, de artículos de reflexión en torno a diferentes temáticas. En el primer capítulo, denominado “¿Por qué nos pasó?” Hay artículos que expusieron sobre el sentido ideológico que se ocultó en el llamado: “Proceso de Reorganización Nacional”. El segundo capítulo, fue designado como: “¿Qué sentimos?” se abordó las temáticas vinculadas al sentimiento que emergió por los hechos y las situaciones que se sucedieron en la Argentina de esa época. Se abordó también de manera reflexiva recuerdos y pensamientos sobre Mauricio López. El capítulo tres: “¿Qué nos pasó?” se osciló entre una reflexión casi literaria y con interesantes interpretaciones políticas acerca de lo sucedido en estos años oscuros y por qué la dictadura actuó de la forma en que lo hizo. Abordaron, también, el modelo autoritario que se impuso en la educación por esos años. En tanto, también se analizó lo sucedido en Facultad de Villa Mercedes como en la de San Luis, cierre de carreras, expulsiones, etc. Y finalmente en el capítulo cuatro: “¿Qué nos pasa?”, se presentan artículos que mostraron cuáles eran las situaciones del presente de la Argentina luego de la dictadura, su tarea para la reconstrucción de la democracia y de la participación universitaria. Se reflexionó también sobre cuál es el papel de las universidades y de la sociedad civil en el nuevo proyecto surgido en democracia. Nos quedaron algunos interrogantes luego de hacer una lectura detenida sobre este texto. En este libro-informe, por ejemplo, no hay listas de ningún tipo, a diferencia del texto anterior. En las resoluciones que se presentan como ejemplo de alguna situación -como las de expulsión- fueron tachados tanto los nombres de los expulsados como de los expulsadores, teniéndose como única fuente y valor solamente los considerandos y el articulado de estos considerandos. En relación con el primer texto, a partir de lo que se pudo reconstruir, el problema principal fue- entre otros-, las listas agregadas allí. Ya sean de todos aquellos docentes que ocuparon cargos públicos en la época de la dictadura, como aquellos que fueron expulsados y quienes los expulsaron. Pero en este 138 Universidad Nacional de San Luis, Resolución Nº 687, en Somaré; Auderut; Riveros (2003), p. 1. 139 Ibídem.

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segundo libro-informe símil al Nunca Más eso no está. Son solamente construcciones reflexivas sobre lo que sucedió y lo que sucedía. Nos preguntamos: ¿Por qué no se publicó este segundo libro? Este es el segundo intento frustrado de publicar un Nunca Más en la Universidad. Vale mencionar que la construcción de estos textos, para ser luego publicados como libro, se realizó entre los años 1986 y 1988 aproximadamente. Políticamente, la Universidad era conducida por la misma gestión y probablemente un mismo Consejo Superior, ya que fue este órgano político, el que finalmente decidió que ambos libros no sean publicados. Ya entrando en el tercer libro-informe: 1976 - 1983. La época del terror en la Universidad Nacional de San Luis, cuyos autores -a partir de una prueba de galera a la que accedimos- son Marcelino Iglesias, Valentín González y Rene Marder. O al menos, las tres conferencias son las de ellos. Rene Marder estuvo muy cercano a Mauricio López, en cuya conferencia habló emotivamente sobre su figura y su persona. Marcelino Iglesias y Valentín González eran estudiantes, y al momento del golpe militar, recién recibidos. El primero de ellos, fue un reconocido militante de la Unión Cívica Radical, cuyo brazo universitario era la Franja Morada. Su conferencia es una rememoración de lo sucedido en la política argentina por estos años. El segundo de ellos, también un reconocido militante de la Juventud Peronista, Valentín González, acompañó desde muy cerca la gestión rectoral de Mauricio López. Luego del golpe se exilió en Suecia.140 Su conferencia se centró en lo que significó el exilio para otros tantos. También reflexionó en torno a la figura de Mauricio López. Asimismo, encontramos anexos documentales, como lo es la Ley de Seguridad, la Ley de Prescindibilidad y otras disposiciones rectorales en el marco de estas leyes. La diferencia inicial y sustancial de este libro para con los anteriores es que este tiene el sello de la editorial de la Universidad: Nueva Editorial Universitaria. Lo único que no encontramos es el ISBN, ya que figuró en el texto que está en trámite. En la estructura de este libro: en la primera página se publicó una carta de Mauricio López, supuestamente enviada desde donde estuvo secuestrado. Luego un prólogo del que fue rector en ese momento, Alberto Puchmuller, “Atrás quedan el silencio cómplice de los que callaron o 140 Luego de saber de la existencia de este libro iniciamos un rastreo para saber más sobre el mismo. Entre otras cosas, nos contactamos con Valentín González, básicamente consultándole sobre este libro. Este nos respondió que no conocía la existencia del mismo (Comunicación personal, 2007,). Este hecho fue una sorpresa para nosotros ya que uno de los supuestos autores de este libro, no sabía de su existencia. Nuestra hipótesis aquí, es que era un libro en preparación y luego de completado el mismo iban a ser solicitadas sus autorizaciones correspondientes para ser editados. Y antes de ser publicados, empezaron a circular pruebas de galera y de corrección del texto.

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participaron por miedo o convicción. A ellos ya la historia y sus conciencias serán los que juzguen141”. También en este texto hallamos una tabla similar a la construida, para cuando se intentó publicar en el primer libro. Donde se contempló: el nombre del expulsado, el claustro al que pertenecía, número de resolución y quién fue el firmante de esa resolución. Vale aclarar que suponemos que está lista también fue uno de los problemas mayores por el cual este libro no se publicó. Por la información que tenemos de este libro, el mismo tendría que haber sido publicado en los últimos meses del año 2000 o ya en el inicio del ciclo académico del 2001. Ya que el artículo de Marcelino Iglesias llevó como título: “Mendoza, agosto del 2000”. Tenemos una segunda hipótesis, que se nos ha sido difícil de confirmar, pero factible para nuestro análisis, que la no publicación también responde a una coyuntura política por esos años. Esto se debió básicamente a la elección de rector de la Universidad. Es posible que alguno de los candidatos, o cercanos a los mismos, estuvieran en las listas nominados allí como que han expulsado a docentes, no docentes y estudiantes de la Universidad en esos años oscuros.

A modo de conclusión Queremos aclarar antes que nada que nos ha sido muy difícil poder trabajar con estos materiales. Si bien algunos de los testimoniantes, con los que conseguimos conversar, nos muestran algunas faltas de precisión en los dichos y hechos, también hay en algunos otros casos ocultación de cierta información. Sabemos que son temas difíciles de hablar, y que publicar materiales así puede afectar y remover situaciones, y observamos que algunos más que hablar, quisieran olvidar. No obstante, este trabajo no tiene por objeto condenar, pero ha pretendido elaborar herramientas de comprensión de los informes y sus coyunturas. También creemos que su imposibilidad de dar a conocer estos textos ha sido por distintos motivos: que van desde razones políticas y a su vez, expresiones políticas en la coyuntura universitaria, hasta razones individuales y personales de intereses, que las mismas pudieran haberse visto afectadas si estos textos tomaran estado público. ¿Qué representaciones sociales, o imaginarios sociales, hacemos de la comunidad universitaria sino se aboca al trabajo serio, consciente y constante 141 Puchmuller (s/f), p. 7, en Iglesias; González; Marder (s/f).

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de su propia historia? ¿Qué beneficios sostiene al momento de elegir la incertidumbre y el silencio? ¿Qué se busca con ello? ¿Cuál es el status quo que se pretende mantener? Si estos trabajos no se publican: ¿por qué no se digitalizan los documentos que le sirvieron de base y ofrecen en consulta a cualquier interesado? Nos cabe un interrogante para finalizar: ¿Qué nos pasa como institución que no podemos construir una “memoria histórica”, “memoria colectiva”, “memoria social” propia? ¿Por qué aún estos temas nos afectan tanto? A modo de propuesta final, este trabajo invita a pensar en nuevas políticas de memoria que puedan superar las dificultades que existen, generando los espacios propicios para la publicación de estos informes-libros.

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La psicología académica en San Luis en los años 70. Estudio comparativo de dos contextos y dos planes de estudios (1974 y 1978). Rupturas y continuidades

Marcelo Alejandro Muñoz

“… Qué pensarán los que se encaminan a la máquina buitre a la tortura hiena, qué quedará a los que jadean de impotencia, qué a los que salieron semimuertos e ignoran cuándo volverán al cepo, qué rendija de orgullo qué gramo de vida ciegos en su capucha mudos de soledad inermes en la espera142”

Introducción En este trabajo hemos estudiado y comparado la relación de los contextos políticos como marco general y el universitario en particular, tanto de 1974 y 1978, y como esto tuvo su impacto en los dos planes de estudios seleccionados para nuestro trabajo: el 22/74 y el 17/78. En este punto nos ha parecido importante hacer una aclaración: este trabajo fue una reelaboración y ampliación de un escrito nuestro presentado en el II Congreso Internacional. XVII Jornadas de Investigación. Sexto Encuentro de Investigaciones. Facultad de Psicología, realizado en la Universidad de Buenos Aires en el 2010. En el marco, a su vez, de una serie de trabajos inéditos y/o presentados en eventos académicos, en los cuales estudiamos, por aquel entonces, la psicología en la Universidad Nacional de San Luis, en el periodo que va desde 1973- 1983, con especial énfasis en la lo ocurrido en la dictadura militar. 142 Mario Benedetti (2011), p. 137

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Este artículo, a su vez, se realizó en el marco del proyecto de investigación que dirige la Dra. Andrea Piñeda y co-dirige Dr. Hugo Klappenbach: PROICO 120718 La investigación en psicología y su incidencia en la formación del psicólogo. La primera fecha corresponde a un periodo donde existe una democracia en transición, y donde la Universidad Nacional de San Luis, recientemente creada, está tratando de consolidarse en su propio proyecto. La segunda fecha, como es sabido, corresponde a un periodo de dictadura y donde dicha universidad ha sido intervenida. La metodología que se utilizó para esta investigación estuvo basada en análisis bibliográfico, el relevamiento y análisis de documentos de archivos, como asimismo fuentes testimoniales. Para el abordaje de este trabajo, desde el marco de una historia de la psicología crítica, hemos enfatizado en la comprensión de los procesos de continuidad y ruptura entre ambos planes de estudios y su relación contextual. Esta concepción de historia debe develar procesos de donde hubo procesos de rupturas, y donde hubo rupturas, procesos de continuidades143. Como bien hemos comentado en los párrafos iniciales, este trabajo ha surgido a partir de analizar la psicología académica en San Luis. El mismo es un estudio comparativo de lo sucedido en dos contextos que se presentan como opuestos entre sí y sus respectivos planes de estudios esbozados en dichos contextos. Las mismas son: la ordenanza 22 de 1974 y la ordenanza 17 de 1978. Desde la historia de la psicología, no se ha pretendido hacer una mirada erudita hacia el pasado, y allí descubrir los antecedentes de las certezas u ortodoxias que sostienen la práctica psicológica contemporánea144. Sin caer en una “historia externalista” de la psicología, hemos analizado algunos de los procesos políticos, tanto a nivel del Estado Nacional como de las universidades argentinas que han condicionado los procesos institucionales en el “campo psi”. Y a nivel local, lo propio con la historia de la Universidad Nacional de San Luis. En tal dirección, tampoco hemos pretendido caer en una “historia internalista” de la psicología, y cerrarnos solamente a analizar las propuestas académicas que se esbozan en dichos planes de estudios mencionados, sin tener en cuenta los contextos y las coyunturas políticas, que han ido condicionando, sin dudas, un estado de la cuestión. Aunque, para alcanzar lo pretendido con nuestro objeto de estudio, nos hemos encontrado con algunos de los problemas que hacen al hecho de histo143 Klappenbach (1994). 144 Ídem.

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riar, al hecho del historiador y sus perspectivas y a los hechos que en sí mismos se historian: instituciones, prácticas, ideas, tecnologías, personalidades, planes académicos etc. En tanto, la historia de la psicología, reconoce una constitución compleja y esta, se superpone con campos afines y examina diferentes perspectivas y enfoques145. No obstante, el historiador se encuentra con una serie de dificultades, entre ellas: “1) la constitución de un campo propio para la historia de la psicología; 2) la historia tradicional de la psicología versus una historia crítica de la psicología; 3) la historia y la historia de la psicología; 4) estatuto epistemológico- institucional de la historia de la psicología; 5) historias monolíticas versus historias policéntricas; 6) el sentido de la historia de la psicología146” Para superar barreras y sesgos, tanto metodológicos como teóricos; hemos trabajado desde una historiografía interdisciplinaria. Apoyándonos en estas, para hacer una historiografía no reduccionista, y paradójicamente que no sea de carácter a-histórico. Entre las disciplinas a las que acudimos, entre ellas: la política, la historia política, social y económica, la sociología, la historia de las ideas y la historia de las ciencias, la filosofía y la antropología147. Asimismo, intentamos hacer una historia que no sea completamente “objetivista”, debido a la imposibilidad del historiador para pensar y escribir sin no ser parte del objeto que describe. Pero tampoco hacer una historia “subjetivista”, para no caer en el polo opuesto de lo que el historiador pretende superar148. La empresa que hemos pretendido, fue la de hacer una historia crítica, con la rigurosidad de los documentos históricos, y con la posibilidad creativa de la interpretación de dichos datos a la luz de una prudencia metodológica. Es necesario remarcar, que la historia surgida, a partir de concebir a la misma, desde una historia crítica de la psicología, exige mantenerse vigilante con las posiciones propias del historiador149. Nuestro abordaje será desde una posición dialéctica, tratando de superar algunos de los problemas planteados y recurriendo tanto a los análisis “externalistas” como “internalistas”, asumiendo ambas en un sentido complementario. Lo que pretendemos, es discutir lo que, generalmente, se muestra como “historias oficiales”. Si bien, en estos periodos, se han mostrado muy convul145 Klappenbach (2003). 146 Sanz Ferramola (1997), p. 99. 147 Klappenbach (2004). 148 Grupo Manifiesto Historia a Debate (2001) 149 Klappenbach (2002).

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sionados, y en cierta medida confusa y contradictorios. Es sobre estos periodos donde las rupturas parecen obvias y las continuidades entre sí imposibles.

Antes de la dictadura de 1976 “La de opiniones se repitió, una y otra vez, en aquellos años decisorios: en el caso de muchos analistas, es posible trazar coordenadas y representar cada cambio de actitud mediante un punto (1972, 1973, 1974, 1976…), para unir los puntos como en los acertijos del Billiken y ver surgir una trayectoria serpenteante y ondulada150”

Luego de 18 años de persecuciones políticas y proscripciones electorales, el peronismo volvió al poder. Las elecciones en marzo de 1973, culminaron en la victoria de la fórmula para la presidencia Cámpora- Solano Lima, cuyo gobierno fue fugaz. Y abrió la puerta real para el regreso de su viejo líder, Juan Domingo Perón. En tal dirección, señaló Terragno: “Cámpora fue derrocado. Su renuncia puede interpretarse desde distintos puntos de vista, pero era la formalización de un golpe de estado; o sea, el acto por el cual el poder efectivo hace valer su supremacía respecto del gobierno151”. Lastiri, por ser presidente de la Cámara de Diputados de la Nación, asumió como Presidente Provisional, hasta que ocupó la conducción del país Juan Domingo Perón y a cargo de la Vicepresidencia María Estela Martínez de Perón, fórmula de gobierno, concretizada en las elecciones realizadas en setiembre de ese mismo año. Asimismo, para entonces la guerrilla ya había aparecido de manera abrupta. Existían algunos grupos peronistas de filiación en la izquierda como: Las Fuerzas Armadas Peronistas (FAP), Las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) y Montoneros152. Existían, también, grupos peronistas con orientaciones de derecha, donde su primera gran actuación como grupos paramilitaresposteriormente, denominados Triple A-, fue en la “masacre de Ezeiza153”. Aunque en esto, hay interpretaciones y puntos de vista de la historia absolutamente distintos, por ejemplo, para la historiadora Inés Izaguirre, Ezeiza inició el periodo de una guerra civil abierta… “A nuestro juicio, Ezeiza inicia el periodo de la guerra civil abierta, que prosigue hasta el 24 de marzo de 1976. Ezeiza es el nombre del lugar 150 Terragno (1981) p. 4 151 Terragno (1974) p. 34. 152 Rock (1993) 153 Verbitsky (2006)

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donde se produce un gran enfrentamiento armado el 20 de junio de 1973. Ese día se realiza una gigantesca movilización de masas obreras y fuerzas revolucionarias llegadas de todas partes para recibir a Perón en la ruta al Aeropuerto de Ezeiza. Al llegar cerca del palco donde se harían los discursos, las fuerzas contrainsurgentes -civiles y paramilitaresinician una ofensiva contra las conducciones de izquierda de las masas, la mayoría peronistas, que llegaban por la autopista, produciendo un combate desigual con 13 muertos y 365 heridos, y apresan a dirigentes revolucionarios, que son torturados en las inmediaciones del Aeropuerto, en el Hotel Internacional154”

En la diversidad de perspectivas teóricas y análisis de las circunstancias, si hemos podido poner en relevancia, que Ezeiza, será el inició, o más bien, una puerta abierta a lo que vendrá después. A manos de los militares en el poder, Ezeiza, será solo una anécdota, ya que lo que vino después, fue la perpetración y la sistematización de un genocidio con los brazos propios del estado155. Recordemos también que en su haber criminal, la Triple A, tuvo el asesinato del diputado nacional Rodolfo Ortega Peña, las serias sospechas que también asesinaron al Padre Mugica, entre otras personalidades del campo intelectual y político, como asimismo un sinfín de atentados, como los dos que sufrió Hipólito Solari Yrigoyen156 157. Al respecto, el ex- policía Almirón Sena fue acusado de asesinar a ambas figuras, como también a Silvio Frondizi, -hermano del expresidente Arturo Frondizi y del ex- rector de la UBA Risieri Frondizi- pero murió en el 2008, sin condena158. Este accionar fue provocando, no solo una nueva manera de la compresión de los hechos políticos y militares, sino también la transformación de las relaciones sociales en la sociedad. La instauración de nuevos patrones de comportamiento social, fueron la clave, entre otras, de la eficacia de la nueva política a cargo de Videla y de su junta de comandantes, con complicidades civiles, eclesiásticas y también empresariales. Desde el inicio de la década del 70, el peronismo fue creciendo y desafiando al gobierno militar, en especial en las universidades159. El último presidente de facto, el general Lanusse, recordando a Onganía, reconoció la actitud del gobierno de la Revolución Argentina como un error, en torno a las políticas que sostuvo para con las universidades nacionales. En este sentido dice: “Fue nuestro primer gran error. Y lo cometimos a los treinta 154 Izaguirre (2009) p. 87. 155 Feierstein (2014). 156 Celesia & Waisberg (2007) 157 De Biase (2009) 158 Sucarrat (2017) 159 Fernández Lamarra (2002).

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días de llegar al poder, con la intervención. Nos equivocamos. Y ello porque no supimos enfocar correctamente el problema160” En tanto y retomando lo sucedido en 1973, con el gobierno de Cámpora, Taiana fue nombrado al frente del Ministerio de Educación. En medio de estas disputas al interior del peronismo. Este se mantuvo allí hasta la muerte de Perón en 1974. En su concepción política, hay un valioso intento de articular y vincular a la Universidad con las necesidades del país y de las clases populares. En este marco, en 1974, se sancionó la “Ley Taiana”. Esta fue la primera ley discutida democráticamente en la Argentina, a su vez, tratando de conciliar la autonomía universitaria y la planificación nacional. Aunque había ciertos objetivos implícitos, como la de peronizar la Universidad161. “Acepto la entrega de este patrimonio ocupado en nombre del pueblo y protegido en nombre del pueblo (...) todo esto significa algo más que ocupar la universidad, significa impulsar la universidad en el proceso popular en toda su amplitud. No se trata de que las puertas de la universidad se abran al pueblo; eso es una concesión. Es la universidad del pueblo; es el pueblo dentro de la universidad. Este es el significado de la presencia de ustedes aquí162”

En esta misma óptica, hasta julio del año 1974 (periodo Taiana), la influencia de la Juventud Universitaria Peronista y Montoneros fue notoria en las principales universidades públicas163. El escenario político a nivel nacional se volvió rápidamente cada vez más caótica en la vida cotidiana, por la fuerte presencia paramilitar de organizaciones políticas de derecha como de izquierda, estas no hacían un clima propicio para lo que necesitaba la universidad. Las violaciones de Derechos Humanos se habían empezado a recrudecer en un país que iba hacia un abismo en esta materia. Luego de la muerte de Perón, la política universitaria dará giros de 180 grados. Asume el Ministerio de Educación, Ivanissevich. Este pretendía denunciar, una conjura internacional detrás de los tumultos universitarios164, mientras las distintas universidades del país sufrían intervenciones por parte del Gobierno de Isabel Martínez de Perón. En consonancia con esto: “La ‘Misión Ivanissevich’, como se la denominó en su momento, se inició con el cambio de los rectores normalizadores designados y con cesantías del personal de las universidades nacionales. Aplicando las normas legales sancionadas bajo la administración anterior (Ley de 160 Onganía, citado en Lanusse, (1977), pp. 128- 129. 161 Pérez Lindo (1985). 162 Jorge Taiana, Mayo de 1973, en Ariz e Iciar Recalde (s/f); p. 233. 163 Pérez Lindo (1985) 164 Sáenz Quesada (2003)

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Prescindibilidad y Ley Universitaria) y se promovió una ‘depuración’ de la educación superior, coincidentes con la acción de grupos parapoliciales”, estos actuaban ilegalmente bajo el manto de legalidad que el gobierno nacional les permitió165. En San Luis, sobre este escenario nacional, en 1973 se creó la Universidad Nacional de San Luis, basada en un decreto firmado por el Presidente de facto Alejandro Lanusse y el Ministro de Educación, Gustavo Malek, que dividió la Universidad Nacional de Cuyo, en tres centros: Mendoza, San Juan y San Luis. A su vez, se inscribe en el marco de la política de descentralización del sistema universitario ideado por Alberto Taquini. Este proyecto apuntó a iniciar una política universitaria en torno a “la expansión de la población estudiantil” y a la “problemática cultural, científica y tecnológica de las distintas zonas del país166”. En tanto, el “Plan Taquini” como se lo conoció, se apoyaba en dos ideas básicas: a) redistribución de las grandes universidades ya existentes cuyo tamaño dificultaba un adecuado funcionamiento; b) regionalización del sistema, favoreciendo de este modo otras ciudades más pequeñas con la creación de nuevos centros, a partir de la descentralización de las grandes universidades167. Luego de este decreto ley que permitió la creación de la Universidad Nacional de San Luis, ya en tiempos de Cámpora, el Poder Ejecutivo designó como Delegado Organizador a Mauricio López, graduado en filosofía, el cual se desempeñaba como Secretario Académico de la Facultad de Pedagogía y Psicología de la Universidad Nacional de Cuyo168. El Rector Organizador impulsó una reorganización nueva en relación con la estructura heredada de la Universidad de Cuyo; en tal sentido, “el proyecto se orientaba a un replanteo de la organización académica, impulsando las áreas de integración curricular, en contraposición al sistema tradicional de cátedras, lo que implica un basamento filosófico distinto: el primero implica una organización cooperativa, más horizontal y con mayor plasticidad, en tanto que el segundo instala al Jefe de la Cátedra en un sitial muy por encima del resto y de allí nace un elitismo, un inmovilismo que solo se resuelve a través del cambio de liderazgo cuando el jefe agota su vida169”. En camino a esto, Mauricio López, respaldó sus decisiones políticas de transformación, a partir de cambios que de igual talla se llevaban a cabo en la desmembrada Universidad Nacional de Cuyo, bajo la conducción rectoral 165 Cano (1985), p. 17. 166 Taquini; Urgoiti; Rifé; De Cea (1972) p. 112. 167 Arias (1995). 168 Idem. 169 Puchmüller (1987), p. 28.

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de Carretero y Roig desde la Secretaría Académica170. Al respecto enunció Mauricio López: “No podemos callar que el destino de la Universidad con el destino de la participación va estrechamente unido al destino de la sociedad democrática. Su existencia solo es posible en un clima general de libertad; de lo contrario, ni siquiera el problema mismo de su ser tendría sentido. La cuestión radica ahora en saber cómo la Universidad partícipe debe responder a los derechos que le otorga una sociedad libre171”

En tal dirección, en diciembre de 1973 envió al Poder Ejecutivo Nacional, la propuesta de la nueva organización departamental de las facultades existentes al interior de esta Universidad. La Universidad Nacional de San Luis no sufrió intervención, cuando casi en todas las universidades nacionales sucedía eso. Mauricio López permaneció como rector hasta el 24 de marzo, cuando fue dejando cesante172. En 1977, fue secuestrado en la Provincia de Mendoza y es actualmente uno de los desaparecidos de la dictadura. Desde la muerte de Perón, se fueron instalando las condiciones estructurales a nivel de la concepción del Estado Nacional, como asimismo en las universidades públicas, políticas de corte autoritario. Surgen de allí esbozos de una democracia quebrantada desde y hacia los tres poderes (Ejecutivo, Legislativo y Judicial). En este sentido, Botana dijo: “Agotado, luego de la muerte de Perón, un gobierno que descansaba exclusivamente en su liderazgo, en marzo de 1976, se puso en marcha un engranaje ya aceitado en los meses previos a esa fecha. Quedó entonces en claro que la ilegitimidad, como las alegorías sobre el infierno, contiene círculos descendentes que equivalen a grados de sufrimiento colectivo de más en más intensos173”

Durante la dictadura “Nada distancia más a un gobierno de la moral que el apelar a los tormentos y la muerte174” “¿Acaso soy otra cosa? Vinieron dictaduras militares, gobiernos civiles y nuevas dictaduras militares, me quitaron los libros, el pan, el hijo, desesperaron a mi madre, me echaron del país, asesinaron a mis hermanitos, a mis compañeros los torturaron, deshicieron, 170 Roig (2003); Muñoz (2009). 171 López (1987), pp. 124-125. 172 Arias (1995); Somaré; Márquez; Quiroga; Romero & Muñoz (2013); Muñoz (2009). 173 Botana (1998), p. 268 174 Solari Yrigoyen (1983), p.25.

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los rompieron. Ninguno me saco la calle donde estoy llorando al lado de mi perro. ¿Qué dictadura militar podría hacerlo? ¿Y qué militar hijo de puta me sacará el gran amor de esos crepúsculos de mayo, donde la ave del ser se balancea ante la noche? (…) “Es justo que la extrañe. Porque siempre nos quisimos así: ella pidiendo más de mí, yo de ella, dolidos ambos del dolor que el uno al otro hacía, y fuertes del amor que nos tenemos. “Te amo, patria, y me amas. En ese amor quemamos imperfecciones, vidas175”

A partir de la muerte de Perón, el gobierno de Isabel mostró un estilo de conducción orientada claramente desde el autoritarismo, opuesta a lo que pretendió su viejo líder con la tercera presidencia. Asimismo, expuso una absoluta incapacidad de rectificación. En esta dirección, el clima político, social y económico, se volvió por momentos intolerable: la escasa cohesión interna del partido gobernante, la conmoción provocada por los actos de violencia, la lucha por el poder de las distintas corrientes peronistas, el enfrentamiento con los sindicatos llevaron a un vacío de poder. El tercer gobierno peronista llegó a su fin176. El golpe de estado se llevó a cabo el 24 de marzo de 1976. Por estas acciones las Fuerzas Armadas -aliados a sectores civiles- dieron lugar a la más cruenta dictadura ocurrida en Latinoamérica. Desastres de todo tipo en lo económico y social, con el agregado de las más terribles violaciones a los Derechos Humanos de la ciudadanía argentina. En esta dirección, se hizo efectiva la abolición de todos los derechos constitucionales, asimismo, el quebrantamiento de las instituciones públicas. Raúl Eugenio Zaffaroni, planteó, en este sentido, que se empezó a ejecutar un “sistema penal subterráneo”, explicándolo: “funcionó como una máquina de delinquir planificada y que operaba con toda frialdad, ocupándose de aterrorizar o suprimir a todos los enemigos que, por definición, eran todos los que no demostraban ser amigos177”. Sobre esto, el autor agrega que: “Llegó y se instaló el terrorismo de estado con su sistema penal subterráneo. Hubo noche de los lápices y noche de todo y de cualquier cosa. Se decapitó a una generación. Los asesinos no tuvieron piedad para nadie, toda mente innovadora era sospechosa y por ende, enemiga. Todo progresismo político era subversión y quienes lo postulaban eran enemigos. Nada se salvó, no el psicoanálisis, ni la sociología, ni la medicina homeopática, ni la lógica formal o matemática, ni la Difunta Correa, ni 175 Bayer & Gelman, en Exilio: “Bajo la lluvia ajena” (2009), p. 17. 176 San Martino de Dromi (1988); Novaro & Palermo (2003); Quiroga (2004). 177 Zaffaroni (2006), p. 136.

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la Pachamama, nada. La anarquía represiva más criminal de la historia tenía la pretensión de un totalitarismo que todo lo abarcara. No hubo un aspecto de la vida social en que no se metiera la dictadura, desde el cine hasta el deporte, desde la universidad hasta los sindicatos, desde el sexo hasta la literatura. Libros prohibidos, filmes cortados, quema de ediciones, todo178”

Si bien el estado de derecho se violentó en marzo de 1976, anterior a esto el mismo a través de distintas disposiciones del propio gobierno justicialista, se liberaron zonas francas para la acción militar y la eliminación de la subversión. En este sentido, unas de las zonas liberadas fue la de monte salteño- tucumano, allí en algunos pocos meses destruyeron al ERP (Ejército Revolucionario del Pueblo), causando asimismo a posteriori la desaparición de Roberto Santucho, entre otros179. Alrededor de los tres años de la instalación de la dictadura militar, los cuerpos de guerrillas habían sido prácticamente desarticulados en su totalidad. Muchos muertos- fusilados- desaparecidos, otros tantos presos, y algunos otros tantos exiliados. Un país en ruinas y con una profunda desintegración social y política. En relación a esto, un tiempo antes y después del golpe militar, tanto el terror y el miedo esparcidos de estas fuentes de poder y de fuerza militar y paramilitar, hicieron que la vida cotidiana fuera configurándose desde la sospecha, la persecución, “él no te metas”, el “algo habrán hecho”. Estos, fueron instalando el miedo como forma de dominio180. Consecuencia de esto, también fue la pérdida del nivel de vida. Martínez de Hoz, en la cartera de economía, aplicó proyectos económicos que fueron desacertados, ya que no pudo frenar los fuertes procesos inflacionarios, cayendo a valores desmejorados los salarios y el consumo181. Estas políticas se llevaron a cabo en el marco de las recetas económico- financieras propias de la época, auspiciadas para América Latina por el economista neoliberal Milton Friedman182. En tanto, para nuestro interés, es necesario mencionar que el exilio de intelectuales y científicos fue masivo. En torno a esto, Boccanera, explicó el sentimiento y el sufrimiento de los exiliados por el proceso dictatorial, en un libro en el cual se registran testimonios de algunos intelectuales- escritores, que partieron al exilio: 178 Idem, p.137. 179 Verbitsky (2006) 180 Rodríguez Kauth (2006) 181 Rock (1991). 182 Dellatorre (2006).

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“Desde que me negué a dormir entre violentos y asesinos, los años pasan. Todo parece simple y claro a lo lejos, pero al recordarlo mis palabras se convierten en piedras y soy como un borracho que hubiera asesinado a su memoria. (…) “La soledad también enseña a gobernar la lengua. Pero ya no quiero estar solo, ni olvidar, ni callar. No quiero que la noche me sorprenda con mi propio rencor. “Cuando decidí partir, dejar lo que amaba y era mío, sabía que era para siempre, que no iba a ser una simple ausencia, sino un acto irreparable, penoso y vergonzante, como una fuga. En realidad todas mis partes fueron fugas. Creo que es la única forma de irse183”

Luego de marzo de 1976, las fuerzas represivas actuaron abiertamente bajo la protección del Estado. No obstante, estas prácticas comenzaron allá por 1973, con las formaciones paramilitares como lo fueron la Triple A, y algunas formaciones de izquierda, (aunque luego pasaron a las acciones desde la clandestinidad, en un primer momento, también estaban amparadas en el poder del Estado). Si bien es discutible esta última hipótesis, ya que fue el argumento usado para justificar el terrorismo de estado. Rota ya las relaciones entre las izquierdas y el movimiento peronista, la derecha empezó a actuar ya sin poca meticulosidad, con toda su ferocidad, contra los militantes de estos, como asimismo contra cualquier otro ciudadano, particularmente artistas o intelectuales, que esbozaran una crítica contra los mismos. Las listas negras, las amenazas y también los atentados contra la vida de algunas personas, se ejecutaron con total amparo del Estado. Se tensionó en la cotidianidad todo lo que hace a las expresiones políticas. Después de marzo de 1976, todo se incrementará a máximos niveles. Algunos métodos ya practicados por el poder de Estado a lo largo de su historia, comenzaron a utilizarse nuevamente con total impunidad. Se pueden mencionar dos de las metodologías que se implementaron a nivel estatal: “las torturas” y “la desaparición forzada de personas”. Formas represivas de total brutalidad, asimismo violando todo tipo de reglamentaciones internacionales. En tanto, en relación a las “desapariciones forzadas de personas”, el general Videla en el 1977 dijo: “hay cuatro tipos de desaparecidos: los que pasaron a la clandestinidad y se sumaron a la subversión, los eliminados por la guerrilla por considerarlos traidores, los irreconocibles por mutilaciones debidos a incendios y explosivos en enfrentamiento, y solo por último los que padecieron lo que se llamó excesos cometidos por la represión184”. 183 Tizón en Boccanera: “La casa y el viento” (1999), p. 293. 184 Verbitsky (2006), p. 17.

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Asimismo, Videla se expresó sobre los actos de matanzas, diciendo: “No reconocemos culpas bajo ninguna circunstancia, porque si hubo necesidad de matar, nunca fue por matar en sí, sino porque uno tenía necesidad de matar para defender ciertos valores185”. Y en una entrevista que le hizo el periodista Reato, agregó: “La verdad es que durante cinco años hice prácticamente todo lo que quise. Nadie me impidió gobernar; ni la Junta Militar ni ningún factor de poder186” Los métodos de torturas utilizados en Argentina, tenían, por un lado, características propias, como así también a partir de la inspiración de la “Escuela de las Américas”. Recetas y entrenamiento, para la obtención de información en la interrogación de los torturados. Documentos de circulación de estas escuelas, que los militares argentinos conocían bien, decían al respecto: “Interrogación/interrogatorio es el arte de cuestionar y examinar a una fuente con el fin de obtener la máxima cantidad de información utilizable (usable), en el menor tiempo posible. (…) “El interrogador debe hacer todo esfuerzo para obtener información precisa del informante. Debe estar seguro de que entiende al informante correctamente, repitiendo preguntas durante intervalos variantes. Sin embargo, el interrogador no es el analista final y no debe rehusar o degradar información que pugne con información anterior. La misión primordial del interrogador es la recolección de información, no la evaluación. A la inversa, el interrogador no debe aceptar toda información como verdad; debe tratar toda información con escepticismo y, al punto en que permitan su capacidad y tiempo, debe tratar de confirmar o negar la información recibida187”

En tanto, la tortura tiene una larga data en la historia política argentina, atravesó periodos tanto de dictaduras como de gobiernos constitucionales. Rodríguez Molas, hizo un rastreo detallado sobre el mismo desde los inicios de la conformación del estado nacional hasta 1984. Explicó así, las distintas modalidades que fue adquiriendo esta, en estos tiempos modernos: “tiempos de guerra y paz”. “Debemos insistir, en primer lugar, en el hecho ya advertido de que ningún orden social totalitario perdura sin cierto apoyo de los más, el de la masa, sea a través de una conformidad sustentada en valores abstractos o, ya en los tiempos modernos, en otros seculares, en la esperanza de aspiraciones comunes que asocian al pueblo y a la élite del poder. Como se ha observado, los Estados totalitarios contemporáneos y sus prefiguraciones preindustriales hacen siempre uso de las más va185 “The Times” de Londres (2/6/80), en Centro de Estudios Legales y Sociales (1981), p. s/n. 186 Videla, en Reato (2012), p. 16. 187 Escuelas de las Américas, en Anónimo (2007), p. s/n.

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riadas técnicas y métodos para establecer esa coordinación. Y desgraciadamente, para el poder siempre la coordinación significa conformidad absoluta impuesta con argumentos irracionales y sostenida por la fuerza. La conformidad del miedo y del silencio188”.

No obstante, en épocas de democracia transicional, como lo fue el periodo que va del 1973 al 1976, los teóricos explayados en la derecha, y cercanos al poder de gobierno, plantearon jurídicamente la pena de muerte, aplicándola contra la llamada subversión, justificando esta, en una guerra justa contra el terrorismo. Al respecto, Carlos Domínguez menciona que: “Para nosotros (…) la aplicación de la pena de muerte debe tener en cuenta la situación, el compromiso revolucionario del agente, sus reincidencias fictas, los delitos cometidos y su propia peligrosidad biotipológica. La pena de muerte ha de usarse así en función estratégica, computándose todos los factores aludidos y las demás reacciones psicológicas que sean dable prever189”

Sobre este escenario tan políticamente caótico y perverso, la Universidad Argentina, no quedó afuera. La universidad pasó a ser, unas de las instituciones predilectas para su ataque. Se convirtió estas universidades de corte reformistas- populistas, en la era Taiana, en modelos de marcado autoritarismo, con fuerte corte represivo, a partir de la asunción de Ivanissevich a la cartera de Educación. Incrementándose todo esto en el 1976, luego del golpe de estado. En tanto, luego ocurrido el golpe, se reafirman algunos de los preceptos y objetivos de la derecha peronista en la universidad. Se propulsan otros objetivos en esta dirección: “1º) purgar el cuerpo docente de elementos sospechosos de subversión; 2º) erradicar de escuelas y universidades toda actividad política; 3º) extirpar de escuelas y universidades la ideología marxista, o lo que se entendía o creía bajo ese rótulo190”. Durante el periodo de 1976- 1982, la educación fue un área de gobierno muy inestable, y esta inestabilidad tuvo una clara influencia en los objetivos pedagógicos, buscando estos, solamente su pretensión de orden. Seis Ministros de Educación, en seis años. Todos enfatizaron la defensa de la patria, de los valores occidentales y cristianos, de la cultura191. El gobierno militar entendió que en las universidades argentinas existía un semillero de subversión, se duplicaron los esfuerzos, que hasta este momento lo había hecho la “Misión Ivanissevich”, con la aplicación de leyes restrictivas. La purga comenzó de un modo más abrupto, dejando cesantes autoridades, 188 Rodríguez Molas (1984) p. 17. 189 Domínguez (1983), p. 218. 190 San Martino de Dromi (1988), p. 382. 191 Southwell (2003).

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docentes y alumnos, y en algunos casos no docentes también. La Universidad Nacional de San Luis no quedó ajena a todo esto. En dirección a esto, en 1977, desde el Ministerio de Educación, escribieron e hicieron circular un pequeño “librito” o “folleto”, para que los docentes y autoridades del colegio y de universidades, estén en condiciones de reconocer a los subversivos que pudieran existir en las distintas instituciones educativas. Entre los considerandos de dicho folleto se explicaban que era para la “defensa de la moral cristiana”, “la tradición nacional” etc192. Cito brevemente algunos párrafos del “folleto”: “Así es como en el país hemos de hablar de guerra, de enemigo, de subversión, de infiltración, términos estos poco acostumbrados en la historia argentina contemporánea y sobre todo en ámbitos como él, de la educación y la cultura; pero esa es la cruda realidad y como tal se debe asumir y enfrentar: con crudeza y valentía. (…) “El texto que llega en esta publicación a los docentes, tiende, pues a facilitar la comprensión del fenómeno subversivo que vive la Argentina de estos días, especialmente en el ámbito educativo. Al recorrer sus páginas se advertirá el afán de explicar en forma directa y clara los principales acontecimientos sucedidos y de brindar elementos de juicio sobre el accionar del marxismo193”

Fue el marco propicio para que se cerraran carreras o se redujera sus ingresos a las mismas, los planes de estudios fueron modificados, sobre todo los que contenían formación en humanidades. Las purgas y quemas de libros secuestrados de las librerías y bibliotecas también fueron elementos considerados como subversivos, etc194. No obstante esto, la investigadora Bekerman, ha realizado una pesquisa recientemente publicada en nuestra Universidad, donde fue analizado la política militar para la investigación científica, y puso al descubierto como desde las Fuerzas Militares, se utilizó al CONICET como su principal protagonista y a la creación de institutos y descentralización como sus principales herramientas, provocando una reestructuración completa del campo científico, que dio origen a una nueva estructura de relaciones195. Nos permitimos hipotetizar, a partir de esta información, que nada de esto incluyo a las ciencias humanas, en esta estrategia, salvo aquellos grupos que estuvieran abiertamente en consonancia con el poder militar de turno. Como mencionamos párrafos arriba, en nuestra Universidad Nacional de San Luis, la cosa no fue para nada ajena a todo lo que estaba sucediendo en 192 Ministerio de Cultura y Educación (1977). 193 Idem (1977), pp. 5- 6). 194 Spitta, en San Martino de Dromi (1988). 195 Bekerman (2022).

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ese momento en el país. Para expresarlo brevemente, entre 1976 hasta 1983, se sucedieron tres gestiones diferentes a nivel de rectorado. El 25 de marzo de 1976, asume el rectorado el Vice- Comodoro Fernández. En septiembre del mismo año, lo hace Genaro Neme (este había sido del grupo de confianza del profesor López). Ya en 1982 lo hace Cardozo Biritos196. El testimonio de Roberto Iglesias, de uno de los integrantes del cuerpo de secretarios del rectorado, a cargo de Mauricio López; el mismo cesanteado de su cargo docente, dirá: “hubo complicidad entre civiles universitarios y la intervención militar: casi todos los secretarios que acompañaban a Mauricio López, Rector del período democrático anterior, fueron personas de confianza para el interventor”197 El saldo de esta dictadura, para la Universidad Nacional de San Luis, fue la expulsión de al menos 19 profesores. Si bien no hay una información clara, de cuántos fue el porcentaje de expulsión de los estudiantes, hay algunos casos de trascendida relevancia, ya que fueron muertos- desaparecidos, como lo es el caso de Pedro Ledesma y Sandro Santana Alcaraz198. En tanto, el primer rector de esta Universidad, Mauricio López, también será un muerto- desaparecido. El mismo fue secuestrado de su casa en Mendoza el primero de enero de 1977, no obstante, también fue un caso de relevancia internacional, en su momento199. Actualmente, su memoria se conserva en esta institución, como uno de los hombres más nobles y espiritualistas, un militante del pensamiento libre y comprometido. Por recortes metodológicos, el pensamiento de Mauricio López y su concepción política y teológica lo hemos abordado en otros trabajos.

Los dos planes de estudios de psicología: 22/74 y 17/78 Ya hemos descrito brevemente el contexto que va desde 1974 hasta 1978, enfatizándolo desde los términos rupturas y continuidades, del desplazamiento de la política argentina, desde una frágil democracia hacia una derecha autoritaria. Como, asimismo, brevemente los procesos de resistencia y ataque entre estos dos modelos ideológicos- políticos. No obstante, hemos hecho una mirada política, sobre las configuraciones pedagógicas ocurridas en este periodo descrito, especialmente a nivel universitario. 196 Auderut; Carreño; Cometta; Clavijo (2003); Arias (1995) 197 Auderut; Carreño; Cometta; Clavijo (2003); p.168 198 Auderut; Carreño; Cometta; Clavijo (2003) 199 González (2000).

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En este apartado, queremos ya iniciar una mirada interna a la psicología, y cómo de este contexto universitario local se desprenden ambos planes de estudios. El primero de ellos, es un plan de psicología, cuya ordenanza es la 22/74, aprobada el 19 de abril de 1974. El segundo plan de estudios, es la ordenanza 17/78, aprobada el 5 de mayo de 1978. Nuestra idea ha sido compararlos, allí analizar cómo se desprendió en nivel discursivo- político de los mismos, dado que se aprueban en contextos radicalmente contradictorios. Entre otras cosas, hemos descrito brevemente los objetivos que persiguió cada uno. Como, asimismo, la posible ruptura y/o continuidades sustanciales, de un plan a otro, al nivel de los contenidos teóricos transmitidos. Ordenanza 22/74 El Plan de estudios para la carrera de psicología, tanto el profesorado como la licenciatura, se estableció a través de la Ordenanza 22/74, la cual reflejaba el fervor popular del contexto sobrevenido en marzo de 1973. Tal Ordenanza esbozó el perfil que se pretendió conseguir tanto para el Licenciado en Psicología como para el Profesor. Brevemente, nos interesó rescatar algunos de los considerandos y de los objetivos que hacen a los fundamentos tanto académicos como políticos del mismo. Los considerandos: “Que los proyectos han sido preparados por especialistas y responden fundamentalmente a las demandas actuales acordes con los requerimientos de las políticas nacionales en vigor. (...) “Que las innovaciones introducidas en la currícula de las carreras deberán evaluarse de modo sistemático a los efectos de su perfeccionamiento y reajuste a los constantes reclamos de una realidad dinámica de permanente proceso de transformación y cambio200”

Los objetivos para la Licenciatura en Psicología: “I- Comprender el objeto de la Psicología, la conducta humana. “II- Asumir el fundamentar la psicología científicamente, partiendo de una fundamentación epistemológica congruente. (...) “IV- Mantener una actitud de compromiso y crítica permanente respecto a las circunstancias históricas- sociales concretas del medio en que se actúa. “V- Reconocer los determinantes socioeconómicos, políticos y culturales que influyen sobre la conducta individual y/o grupal (institucional, colectiva, comunitaria, etc.)201” 200 Ordenanza 22/74 (1974). 201 Ibidem.

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Los objetivos para el Profesorado en Psicología: “II- Asumir la responsabilidad del compromiso, implicado en el logro del aprendizaje, implementación tecnológica y formación personal, como una definida orientación crítica, antielitista y preocupada por el contexto nacional y latinoamericano. (...) “V- Proveer, a partir de un análisis doctrinario- ideológico- político (orientado a esclarecer las resultantes culturales y socioeconómicos de la realidad regional, nacional, latinoamericana, y mundial) un marco de referencia tentativo de su quehacer universitario y del compromiso que la Universidad asume al medio y a las ideas de transformación y cambio202”.

Ordenanza 17/78 Este plan se desprendió, ya de un contexto militar. Los considerandos no son nada explicativos en los preceptos políticos que los mismos persiguen. Algunos considerandos del plan: “Que una comisión ha precedido al análisis de los Planes Estudios establecidos en la Ordenanza 5/77 en vigencia, y ha sugerido las modificaciones que deberán introducirse los mismos203”. Los objetivos para la licenciatura y el Profesorado en Psicología: “a- Describir, explicar y comprender los fenómenos de la conducta humana, individual y colectiva. “b- Asumir a la psicología como una disciplina científica a partir de su fundamentación epistemológica congruente. (…) “d- Favorecer la integración del profesional psicólogo en equipo interdisciplinario. (…) “f- Desarrollar el sentido crítico y creativo en su campo de actividades, animado de una vocación de servicio en la solución de los problemas manifestados en las personas y/o instituciones psicológicas”. “g- Afirmar el uso ético de su profesión204”.

Algunos puntos de análisis de los planes de estudios de psicología Los dos primeros objetivos, de los dos planes (de 1974 y 1978), si bien son muy distintos en sus preceptos políticos- discursivos, se repitió su concepción para con el profesional psicólogo. No obstante, si nos remitimos a indagar a nivel de los contenidos básicos expresados, la situación discursiva- política, de las distintas asignaturas, son 202 Ibídem. 203 Ordenanza 17/78. 204 Ibidem.

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algo diferentes. Pero las materias que hay a lo largo de los años del cursado de la carrera, poco cambian. Aunque el número final de materias en el primero es alrededor de 48, con optativos y una residencia psicológica. En el segundo caso, es de 35 materias. En tanto, la cantidad de horas de los distintos planes son: del plan de 1974, alrededor de, 2544 horas, además hay que sumar los seminarios de quinto año. En el plan de 1978, tuvo, aproximadamente, 3640 horas. Ambos planes se terminaban con una tesis de licenciatura, obteniendo allí el grado académico. Aunque se repite el mismo corpus general, hay algunas materias que desaparecen del 1978 y que estaban en el plan de 1974, por mencionar algunas: Teorías de grupos; Percepción; Actitudes y Estructuras cognitivas; Organizaciones Formales; Entrevista, etc.… Asimismo, hay otras materias que cambiaron de denominación. O las que anteriormente mencionábamos, que ya no estaban en el plan del 1978, aparecieron en contenidos de materias maximizadas, aglutinando ciertos contenidos, que en años anteriores se daban por separado. Es el caso de las materias: Doctrinas sociológicas contemporáneas y Elementos de sociología, que son del plan de 1974, en el 1978 apareció nada más que la materia Sociología General. Cabe mencionar aquí, un dato no menor, después de 1976, fueron expulsados dos sociólogos, vinculados al rector Mauricio López, como fue el caso de Roberto Iglesias y Rene Marder. Ambos dictaban contenidos de sociología en la naciente Universidad Nacional de San Luis. No obstante, los contenidos mínimos de Sociología General son claramente distintos. Y parte de la diferencia radicó, sustancialmente, en que en 1974 se enseñaba la teoría sociológica de Marx, la althusseriana y el pensamiento francés, y Lukacs. Luego, ya no aparecen de esa manera, sino más bien, una sociología de corte funcionalista. Apareció también en el plan de 1978, materias como: Psicología Racional. Se cambió en estos planes la denominación: Psicoanálisis en 1974 por Psicología Psicodinámicas en 1978. Ambos planes de estudios tuvieron una fuerte concepción y orientación a la práctica clínica. Abundaron materias, en este sentido. Ambos conservan los ámbitos de aplicación del psicólogo/a. En el primero con una modalidad de seminarios. Los mismos son: Orientación clínica; Orientación Laboral; Orientación Educacional; Orientación Experimental; Orientación Criminológica. En el segundo, como materias: Psicología Clínica I y II; Psicología Jurídica; Orientación Vocacional y profesional; Psicología Laboral. En relación con algunas diferencias y similitudes, hay que remarcar que en 106

ambos planes de estudios, se visualizó la búsqueda de una psicología científica. Su concepción política de las mismas, fue, a nuestro entender, la que los diferenció. Podemos decir que la psicología en San Luis sufrió fuertemente las embestidas de la dictadura militar a nivel del personal docente, como asimismo el estudiantado. Para nuestra grata sorpresa nos hemos encontrado con un trabajo reciente publicado en la Universidad Nacional de San Luis de las investigadoras Paula Delgado y Soledad Martínez, donde se analizó los mismos planes de estudios (22/74- 17/78), su transformación, sus rupturas y continuidades, pero en la carrera de Ciencias de la Educación205. Es imposible no pensar que la dictadura quería destruir y deshacer todo aquello que vinculara con estos campos de conocimientos, con perspectivas para construir profesiones con sensibilidad social, con una matriz de pensamiento crítico, buscando en las comunidades donde tocase trabajar, la igualdad, la promoción de los derechos de cada persona en la comunidad.

A modo de conclusión Entre las primeras conclusiones que exponemos, nos pareció interesante rescatar el marco conceptual y político al explicar que se persigue con la función y el perfil del psicólogo/a de un año y de otro son bien diferentes. En el primer caso, enfatizó con cierta firmeza su compromiso social, tanto desde lo particular o disciplinar a lo mancomunado, en su inserción del trabajo social a favor de los objetivos nacionales y populares. Se buscó un psicólogo/a comprometido con las causas populares, trabajando a favor de una nación en crecimiento. Enfatizó la búsqueda, para el psicólogo/a, un pensamiento crítico sobre la realidad. El segundo de los casos expuestos, solamente expresó tímidamente el sentido social de la psicología. Anulando cualquier concepción política del rol del psicólogo/a. Mostrando así, más una concepción técnica que politizante del rol del psicólogo/a. En un análisis más estructural, pero también funcional, podemos mencionar que entre 1976 y 1977 se produjo el mayor número de cesantías, aún cuando las mismas se prolongarán hasta el final del periodo dictatorial206. En tanto, y retomando un trabajo anterior, hemos clasificado tales cesan205 Delgado & Martínez (2022). 206 Auderut, Carreño, Cometta & Clavijo (2003); Muñoz (2010).

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tías producidas en la Facultad de Ciencias de la Educación en cuatro grupos: 1) Psicólogos/as de la Facultad de Ciencias de la Educación; 2) Estudiantes de Psicología de la Facultad de Ciencias de la Educación; 3) Profesores de la Carrera de Psicología o Profesores en Psicología expulsados de la Facultad de Ciencias de la Educación; y 4) Otros cesanteados de la Facultad de Ciencias de la Educación sin relación con la carrera de psicología207. En el primer grupo hemos conformado una lista provisoria de 16 docentes. En la segunda categoría, la lista conformada es de 16 estudiantes. En el tercero de los grupos descritos es de 9; de los cuales 8 son docentes de la carrera en psicología, pero sin titulación en la misma. Entre ellos encontramos a 2 sociólogos, 1 licenciado en pedagogía, tres filósofos, dos médicos y, uno de ellos, psiquiatra. El último de este grupo, era docente de la Facultad, aunque no era docente en la carrera de psicología, pero sí tenía titulación en psicología. Y en el cuarto de los grupos analizados son 9. De ellos, 2 eran docentes y 7 estudiantes, en su mayoría de ciencias de la educación. Es necesario aclarar que uno de estos dos docentes era el ex rector Mauricio López, muerto-desaparecido en Mendoza en 1977. Y dos de estos 7 estudiantes: eran Pedro Ledesma y Horacio Flores, muertos también por los fusiles de la dictadura208. El total de los docentes y estudiantes expulsados de la Facultad de Ciencias de la Educación alcanzó a 52. Aproximadamente la mitad de las resoluciones de cesantías fueron firmadas por la Decana Irma Olivera de Jofré. En tanto, la otra mitad aproximadamente fueron refrendadas dichas resoluciones con firmas de los distintos rectores, tanto el Vice- Comodoro Fernández o el químico Genaro Neme y sus respectivos secretarios generales. Antes de las cesantías, todos las y los docentes, tantos profesores como auxiliares, fueron declarados “en comisión” en restricciones de su cargo al 31 de marzo de 1976 (resolución, 188). Se revisó, en qué cargo revestía cada uno de los docentes, se anuló todas las efectividades en dichos cargos. En casi todos los casos, los docentes que continuaban en esta condición fueron expulsados. No obstante, no siempre las cesantías eran de forma directa y abiertamente. En varias ocasiones solían hacerse con ciertos mecanismos encubiertos209”. Y en un debate más nacional, también nos ha importado demarcar cuáles fueron las discusiones en torno a la figura del psicólogo. Considerando la periodización de la psicología que propuso Klappenbach, el cuarto periodo corresponde al de la Discusión del rol del psicólogo y de la psicología psicoanalítica (1960- 1983). En este período fue cuando comenzaron a recibirse los primeros gradua-

dos, y a partir de allí se analizó los debates en torno al rol del psicólogo, con posiciones antagónicas entre quienes sostenían la posición del rol del “psicólogo como psicoanalista”, o el rol del psicólogo como “agente de cambio”, antagonismo que no excluía el que ambas posiciones se apoyaran en desarrollos del psicoanálisis210. Dicho debate se produjo en un contexto más complejo todavía, ya que también se debatía fuertemente cuál sería el rol social de la psicología. En este sentido, el clima de ideas tanto de fines de la década de 1960, como en la década de 1970, tanto en lo político como en lo cultural, lo hacía propicio. Fue muy intenso y con una realidad política muy cambiante. En relación al debate, acerca del rol del psicólogo, en la sociedad, la psicología en San Luis, tanto desde el punto de vista político como académico, corrió suerte parecida y a su vez una especie de suerte distinta a lo que sucedió en el resto del país. En relación con las semejanzas con la situación de la psicología a nivel nacional, hemos podido afirmar que tanto los docentes como los estudiantes que adherían a modelos de pensamiento psicoanalítico, en algunos casos, especialmente aquellos que simpatizaban o participaban en organizaciones políticas de izquierda -como Montoneros entre otros- fueron los que tuvieron más impacto dentro de la Universidad de San Luis. Es posible que estos, adhirieran a lo planteado por Bleger, el psicólogo, como “agente de cambio”. En esa dirección: “La función del psicólogo clínico no debía ser básicamente la terapia, sino la salud pública y dentro de ella, la higiene mental. Trabajar en el campo de la psicohigiene significaba, para él, inevitablemente estar actuando en los problemas sociales y en las condiciones de vida de los seres humanos211”. En relación con las diferencias, para 1969 en San Luis, se formó el Centro de Estudiantes de Psicología Científica (EPCI). Comenzó a reunirse para debatir los puntos que consideraron débiles del psicoanálisis y para exigir mayor formación y material de la teoría comportamental. Mediante reuniones periódicas, ateneos y seminarios comenzaron a estudiar las obras de Pavlov, específicamente los textos de Harry K. Wells “Iván P. Pavlov hacia una Psicología y Psiquiatría Científicas”, “Sigmund Freud, una crítica pavloviana” y “Quiebra del Psicoanálisis, de Freud a Fromm”; el libro de Iñesta sobre “Modificación de Conducta”, Jates “Terapia del comportamiento”, y autores como Ardila, entre otros212.

207 Muñoz (2010). 208 El Calidoscopio (2006), en Muñoz (2010). 209 Muñoz (2010).

210 Klappenbach (2006);(2000). 211 Bleger (1974), citado en Sanz Ferramola (2000), p.48. 212 Calabresi & Polanco (2008).

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En esa misma dirección, alrededor de 1973, se formó un grupo fuerte, con algunos estudiantes y docentes interesados, que reivindicaron los preceptos de la psicología objetivista de Iván Pavlov, desde una mirada de izquierda213. Estos grupos fueron prácticamente desintegrados por completo luego del golpe, algunos de ellos fueron expulsados a lo inmediato del golpe, a otros silenciados y pudieron continuar en funciones, casi desde el anonimato, de lo que había sido su militancia anterior214. Luego de 1976, la psicología fue denominada por los militares en el gobierno, como psicología exótica. Como menciona Sanz Ferramola: “No obstante, en los aciagos años del último gobierno de facto (sobre todo en los primeros años), varios campos disciplinares científicos fueron incluidos en las listas negras de los represores por ser consideradas nocivas para la ‘nacionalidad’. La psicología fue una de ellas; categorizada por los militares como “ideología exótica” por no concordar con sus ideales de ‘patria’. Indicadores precisos y objetivos hablan de esta exclusión disciplinar, producto de haberse operado en Argentina, una transvaloración: cierre de carreras, expulsión de docentes y alumnos de las carreras de psicología en distintas universidades nacionales, relación ideológica entre psicología y subversión215”

A partir de 1975 comienza una etapa particularmente funesta para la psicología. La carrera de psicología en la U.B.A., en el año lectivo 1975 cierra la inscripción de ingresantes, aunque continuaban cursando los alumnos que estaban. A los dos años se reabre el ingreso. Las carreras de psicología que se cierran totalmente son las de La Plata y Mar del Plata, y nunca más tienen ingresantes hasta recuperar la democracia, en 1984. En Tucumán, Rosario y Córdoba, también la psicología fue castigada con la imposibilidad de ingreso a sus carreras durante algún tiempo. San Luis fue la única carrera de psicología del país que nunca cerró su inscripción de ingresantes. ¿Qué transacciones se hicieron?, es algo que todavía no hemos estudiado, pero conjeturamos que las hubo. Durante los años 1976 y 1977 se produjeron la mayoría de los secuestros de psicólogos, que aún hoy, no podemos más que denominar bajo esa triste, indefinida y desfondada categoría de “desaparecidos216”. No obstante, los psicólogos/as muertos-desaparecidos, fueron alrededor de treinta y uno217. Aunque hay notorios procesos de rupturas, tomando lo planteado por Sanz Ferramola, pero recurriendo a algunos datos de nuestro rastreo, a nivel de los planes, los mismos se marcan más cercanos a las continuidades que a las rupturas.

Es posible pensar que las rupturas se dieron más en nivel de lo discursivo- político, pero en lo disciplinar estrictamente, se dan más procesos de continuidad. Aunque sin ánimo de juzgar, y con mucho interés de profundizar la investigación en este aspecto, podemos plantear que algunos de los referentes de la constitución disciplinar de la psicología en San Luis, estuvieron como parte, en las funciones organizativas- institucional, luego de producido el golpe. Como asimismo a otros se los expulsó. No obstante, es necesario que a este tema debamos indagarlo con mayor profundidad, para acceder desde una mirada crítica a la conformación disciplinar de la psicología en San Luis en los “años de plomo”. Preguntas que nos quedan a responder: ¿a qué se debe las contradicciones que estamos mostrando en nuestra historia de la psicológica en San Luis, (en este periodo) en lo referido a lo local, con lo que sucedía a nivel nacional? ¿Se debe a que hubo una psicología aquí, más bien cercana al funcionalismo del poder político militar?. Son preguntas que nos hacemos para indagar, al menos en el interior de nuestra Universidad Nacional de San Luis en general y la psicología en particular. Así poder investigar sobre cuál estatuto institucional- político- psicológico-, se construyó el perfil del profesional por aquellos años. ¿Y este perfil profesional como se hizo? ¿A espaldas de querer mostrar la crueldad de realidad y que justificó científicamente sus muertos- desaparecidos? O ¿una realidad donde se amparó a las y los perseguidos/as, se cuestionó a las y los muertos/as, a las y los asesinados/as, que sufrió por las pérdidas de las y los exiliados/as, y que contuvo a los que sufrían a diario temor, miedo y arbitrariedades de todo tipo, pero que trataba de defender la libertad de pensamiento? ¿Sobre qué realidad habrá sido? Sin dudas tenemos certezas que hubo tantas formas de construcción de realidades al interior de modelos homogeneizantes del perfil del psicólogo/a.

213 Ibídem. 214 Ibíd. 215Sanz Ferramola (2000) p. 43. 216 Ídem. 217 Espacios y Propuestas (1985), en Sanz Ferramola (2000)

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Género y Generación en el conflicto de trabajadores y trabajadoras de Alimentaria San Luis, durante el año 1986 en Villa Mercedes, San Luis.

Lautaro Emiliano Gallardo

Introducción A mitad de la década de 1980, en Villa Mercedes ocurrió uno de los mayores conflictos sindicales de la historia reciente de la Provincia de San Luis, protagonizado por trabajadores y trabajadoras de la empresa Alimentaria San Luis S.A. (subsidiaria de Bagley S.A.). Esta investigación estudia el conflicto de Alimentaria San Luis en 1986 y sus distintas etapas (paros sorpresivos, desalojo y acampé frente a la fábrica) a partir del análisis de las voces de trabajadores y trabajadoras que participaron en él, privilegiando las categorías de género y generación. Considero que las causas principales que influyeron en las dimensiones que tomó la protesta fueron: en primer lugar, las experiencias de trabajadores y trabajadoras -anterior al ingreso a la fábrica- en relación a la militancia sindical y sus trayectorias laborales previas. Este aspecto alude a una confluencia de dos generaciones con características y vivencias dispares que se amalgamaron e interpenetraron al estallar la disputa. En segundo lugar, la influencia del colectivo de mujeres trabajadoras sobre las demandas llevadas a cabo durante el conflicto y sus problemáticas particulares impulsaron un crecimiento de la huelga y le otorgaron matices específicos (algunos de ellos eran: mejores tratos de supervisores y apuntadores y del personal jerárquico -jefes, gerentes-, mayor flexibilidad hacia los pedidos para concurrir al sanitario, mejores condiciones de higiene, día por menstruación). Los relatos sobre las condiciones laborales femeninas, sumado a las experiencias pasadas de lucha sindical resignificadas y articuladas en un contexto democratico, dan cuenta que hubo una influencia directa sobre el grado de combatividad alcanzado durante las semanas de paros sorpresivos, desalojo y posterior acampe frente a la fábrica. 116

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Los estudios historiográficos sobre la etapa del sindicalismo durante la vuelta de la democracia, en la presidencia de Raúl Alfonsín, a partir del año 1983, son llamativamente escasos. Por el contrario, existe una abundante producción analítica que abarca la etapa anterior: 1976-1983. Los temas abordados por estas diversas investigaciones son: análisis con una mirada micro a partir de estudios de casos; estudios desde una perspectiva macro sobre el accionar del sindicalismo durante este contexto; sobre el impacto de la represión y el terrorismo de estado sobre trabajadores y sindicatos; y sobre el accionar de la clase obrera durante la dictadura.218 Por otro lado, sobre el contexto de retorno democrático encontramos análisis nacionales sobre sindicalismo, con una mirada global o macro sobre los conflictos abordados, lo que nos plantea una primera diferenciación con respecto al ciclo anterior (1976-1983). Estas investigaciones abordan los aspectos políticos de la tensión entre el gobierno de Alfonsín y los sindicatos. Maria Victoria Murillo, Ricardo Gaudio y Andrés Thompson se centran en la política sindical llevada a cabo por el radicalismo y las oscilaciones entre acciones de confrontación y acuerdo, centrados en análisis de matriz política y sociológica; en contraposición, autores como César Bonanotte, Norberto Zeller, y Pablo Belardinelli analizan la conflictividad obrera durante la década privilegiando una mirada nacional sobre el comportamiento del sindicalismo en estas circunstancias. Un aspecto rescatable de estos autores - y aquí debemos incluir a Gaudio y Thompson, Pozzi y Schneider en este aspecto- es el análisis de datos cuantitativos sobre los conflictos desagregados por sector industrial o por año. Por último, es destacable la mirada de Steven Levitsky sobre los cambios dentro del justicialismo, con la aparición del peronismo renovador, la modificación de las lógicas internas dentro del movimiento, y la pérdida de poder de los sindicatos dentro del partido justicialista.219 Si se compara la producción académica sobre el período 1976-1983 con la etapa posterior 1983-1989, queda al descubierto la escasez de estudios de caso en un nivel micro, lo que indica que estos pierden relevancia en la investigación historiográfica. Esta particularidad es llamativa, dado que durante el gobierno de Alfonsín la participación de los sindicatos en conflictos nacionales y locales fue significativa, debido al enfrentamiento que originó la Ley de Reordenamiento Sindical, más conocida como “ley Mucci”.220 218 Abós (1984); Bitrán y Schneider (1992); Carminati (2008; 2009; 2012a; 2012b); Dicósimo (2008); Dicósimo y Carminati (2013); Fernandez (1984; 1988); Ghigliani (2012); Mason (2007); Pozzi (1988); Prospitti (2013); Schneider (2003); Zorzoli (2016). 219 Gargarella et al. (2010); Gaudio y Thompson (1990); Villanueva et al. (1994); Levitsky (2004); Pozzi y Schneider (1994). 220 La Ley “Mucci” o Ley de Reordenamiento Sindical, pretendía -en términos políticos- disputar la base social del peronismo opositor, a partir de la normalización de los sindicatos. Además, consolidaba una postura beligerante hacia el sindicalismo, que de alguna forma es-

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Esta investigación retoma las miradas historiográficas en perspectiva de análisis micro y a partir de un estudio de caso, avanza hacia el periodo siguiente -década de 1980/ gobierno de Alfonsín-, con un abordaje particular y específico. En este sentido, se trata de un análisis desde una perspectiva local sobre estas problemáticas, sin perder de vista el contexto nacional. Entre los abordajes que priorizan una historia local se encuentran: Pablo Pozzi y Alejandro Schneider (1994) y Agustín Prospitti (2015). El primero se trata de un libro que reúne diversos análisis de casos sobre el papel de los sindicatos y la clase obrera argentina durante el alfonsinismo221. De una importancia vital para el problema investigado, dado que los autores analizan los conflictos en relación a las experiencias previas, continuando con su búsqueda de una historia “desde abajo”. Vinculan la realidad de la clase obrera durante este periodo con el pasado reciente pero a través del lente de los protagonistas, procurando no referenciarlos de manera reduccionista en las actitudes políticas de las dirigencias sindicales. En este sentido, se privilegia una mirada sobre el accionar “subterráneo” de la clase obrera durante la dictadura y la capitalización posterior de esas experiencias durante el período democrático. Siguiendo a Pablo Pozzi y Alejandro Schneider se destaca la importancia de otorgarle un papel protagónico, durante los conflictos obreros que tuvieron lugar en la década de 1980, a las experiencias de generaciones anteriores en diálogo con una nueva cohorte generacional: Esta memoria existe latente en cada trabajador (...) cuando la situación lo requiere, repentinamente, el trabajador recurre a la experiencia atesorada en la memoria. Y esta experiencia es por definición colectiva y clasista (...) Aparentemente lo que se atesora en la memoria histórica del trabajador, y el recuerdo que emerge en las nuevas luchas, no es el resultado de tal o cual conflicto, sino más bien el protagonismo de haber luchado.222

Agustín Prospitti explica este vínculo intergeneracional entablado en el lugar de trabajo y militancia sindical: La lucha por reconquistar el sindicato estuvo también atravesada por el encuentro de dos generaciones, los viejos referentes setentistas que protagonizaron los conflictos sindicales del primer quinquenio de los’70 y los nuevos activistas que ingresaron en la fábrica en tiempos taba condensada en la imagen del entonces Ministro de Trabajo Antonio Mucci. Ver: Gaudio y Thompson (1990), 29-64; Murillo (2013); Palomino (2005). 221 Véase también Andujar y D’Antonio (2020); Andujar y Lichtmajer (2019); Bilbao (2013); Di Liscia (2008); Longa (2016); Barrancos (2004); Gutierrez y Pita (2019); Lobato (1995); Molinaro (2018); James (1992; 2004); Ferreyra y Nieto (2019). 222 Pozzi y Schneider (1994), 23.

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dictatoriales y comenzaron a familiarizarse, por la transmisión oral y las reuniones clandestinas, con la historia de luchas y los proyectos de la generación.223

Además de estos aportes historiográficos, se debe destacar que esta investigación dialoga con los estudios de género al abordar las problemáticas particulares que movilizaron a las mujeres trabajadoras a implicarse activa y masivamente, imprimiendo un sello local e identitario a las demandas de la huelga. Este punto resulta significativo, puesto que dentro del campo de la Historia (historia de las mujeres; historia social del género y trabajo en Argentina) este periodo histórico aún no ha sido trabajado en profundidad.224 Desde la sociología y antropología se recuperan los aportes en torno a “generación”, por ello, resultan significativos los aportes de la antropología de las edades. Sobre “género” resultaron interesantes las contribuciones de la antropología del trabajo y antropología del género. Metodologia y fuentes La principal fuente sobre el conflicto fueron los testimonios orales -a partir de un enfoque biográfico- obtenidos a través de metodología cualitativa y trabajo de campo (entrevistas abiertas, semiestructuradas, y en profundidad).225 Se realizaron 15 entrevistas en profundidad a diferentes protagonistas del conflicto.226 El criterio de selección de las mismas fue la participación activa durante la primera etapa y la presencia sostenida en el periodo de acampe frente a la fábrica, dado que durante esta etapa, si bien un número significativo participaba de asambleas y otras actividades de visibilización, fue un grupo reducido el que mantuvo la presencia mediante “guardias” en “las carpas” montadas frente a la empresa. Se intentó dar cuenta de la heterogeneidad del colectivo a partir de entrevistados y entrevistadas que reflejaran distintos aspectos y miradas sobre el conflicto: trabajadores y trabajadoras de base, delegados y delegadas, un miembro del sindicato, y un apuntador. La saturación de los datos obtenidos sobre el conflicto impulso a detener el trabajo de entrevistas en este número, puesto que permitieron la triangulación con las fuentes periodísticas y heme223 Prospitti (2015), 17. 224 Barrancos (2004); Bilbao (2013); Di Liscia (2008); Lobato (2002); Lobato et al. (1995); Gutierrez y Pita (2019); Andújar (2017); Andújar y D’Antonio (2020). 225 Sobre el trabajo historiográfico con fuentes orales véase Pozzi y Necoechea Gracia (2008); Necoechea Gracia y Torres Montenegro (2011), Piovani y Muñiz Terra (2018), Llona (2018); Portelli (1991; 2004). Sobre enfoques biográficos e historias de vida y su aporte a las investigaciones en Ciencias Sociales, ver Piovani y Muñiz Terra (2018) y Llona(2018). 226 Catalogadas bajo las siguientes siglas: CD1, CD2, NR1, A1, DB1, DB2, DK1, DK2, SW1, SW2, GR, PF, PF2, EA, AA.

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rográficas y la construcción de las categorías utilizadas (términos nativos: “veteranos” y “debutantes” para la dimensión de generación y para la dimensión de género “mujeres trabajadoras”). La historia oral, como método de indagación sobre el pasado reciente, constituye algo más que una obtención fragmentada de información. En palabras de Cristina Viano, por su capacidad de dar cuenta de esferas ocultas -difícilmente accesible con otras metodologías de investigación- es una “herramienta de trabajo insoslayable para el análisis del pasado reciente”.227 Por otra parte, siguiendo a Portelli, se debe destacar que el carácter inconcluso de las fuentes orales, afecta a todas las otras fuentes. Dado que ninguna investigación (respecto de un tiempo histórico del que se dispone de memorias vivas) está completa a menos que se hayan agotado las fuentes tanto orales como escritas, y que las fuentes orales son inagotables, el objetivo ideal de agotar todas las fuentes posibles se torna inviable. El trabajo histórico que emplea fuentes orales es inconcluso por la naturaleza de las fuentes; el trabajo histórico que excluye las fuentes orales (cuando son disponibles) es incompleto por definición.228

Otras fuentes utilizadas fueron: publicaciones del Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Alimentación y de la Federación de Trabajadores de la Industria de la Alimentación (libro 25 años. 1981-2006 Juntos. STIA San Luis. Reseña Histórica, y la revista Nuestra Voz. Órgano de los trabajadores de la Alimentación, 30 años Conducción Lista Verde); y archivos personales (fotografías cedidas para su digitalización por un ex trabajador). Entre las fuentes documentales se utilizaron dos fuentes periodísticas (Diario La Opinión, Diario de la República, pertenecientes ambas al Grupo Payne) a partir de la búsqueda en el archivo privado de la empresa y del Archivo Histórico de la Provincia de San Luis. Con esto se complementaron y contrastaron datos y fechas claves con los testimonios orales y publicaciones del sindicato/federación. La investigación se organiza en torno a la magnitud alcanzada por la huelga de Alimentaria San Luis. La exposición y análisis se estructura de la siguiente forma: En el apartado “Contexto previo (1983-1986) al conflicto”, se aborda el contexto nacional del Sindicalismo durante los años 1983-1986, y las huelgas nacionales que impulsaron la conflictividad a nivel nacional y local. Además, se mencionan algunos aspectos relevantes sobre el contexto de radicación de Alimentaria San Luis en Villa Mercedes. En el apartado “Veteranos y debutantes: encuentro de dos generaciones”, se vislumbra la importancia de dos generaciones diferenciadas y la puesta en diálogo de sus experiencias en el 227 Viano (2001), 283. 228 Portelli (1991), 48-49.

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ámbito fabril y sindical. En “Mucha injusticia adentro: mujeres trabajadoras”, se analiza la influencia y participación femenina en la protesta. Finalmente, en “Cronología del conflicto”, se propone una detallada periodización del mismo, ahondando en el análisis a partir de las categorías trabajadas previamente. Pertinencia del problema de investigación Sumado a la escasez de investigaciones historiográficas a partir de estudios de caso en la década de 1980, esta investigación aporta una mirada local sobre un conflicto de singulares características. El proceso de migración hacia la ciudad de Villa Mercedes iniciado con la promoción industrial durante este periodo (analizado en detalle en el apartado 2.3 del presente capítulo) posibilitó el retorno de villamercedinos y sanluiseños que habían emigrado con anterioridad en búsqueda de mejores condiciones laborales. En estas etapas de desarraigo tomaron contacto y formaron parte de otras dinámicas laborales, políticas y sindicales. En otro plano, la demanda de mano de obra local, empujó a la contratación de mujeres para el trabajo en la fábrica Alimentaria San Luis. Esta condición está relacionada con la dinámica generizada del trabajo en el rubro de alimentación (entre otros rubros tradicionalmente feminizados en la esfera industrial).229 Asimismo, es esta variable (género) la que le imprime al conflicto un carácter local por fuera del marco nacional de lucha salarial. La interacción entre las generaciones partícipes en el conflicto explica e introduce experiencias y prácticas adquiridas en etapas anteriores: saberes subterráneos que emergieron con el retorno democratico y el clima político de la época. Siguiendo a Carles Feixa, “las generaciones no son estructuras compactas, sino solo referentes simbólicos que identifican vagamente a los agentes socializados en unas mismas coordenadas temporales”.230 Tomando los aportes de la sociología y antropología para pensar “la construcción generacional de la cultura”, este autor plantea que su estudio se trata de estudiar las formas mediante las cuales cada grupo de edad participa en los procesos de creación y circulación cultural, lo que pue229 Siguiendo a Linda McDowell, “En materia de género, los empleos no son neutrales; por el contrario, se crean para el hombre, o para la mujer, y para el conjunto de prácticas sociales que los constituyen y los mantienen, y asumen desde el principio características socialmente sancionadas, aunque variables, de feminidad y masculinidad.” McDowell (1999), 144. En consonancia con esta definición, desde la Antropología del género, Aurelia Martín Casares señala que “la división generizada del trabajo es universal, pero la forma que adopta varía significativamente de una sociedad a otra. De manera que en todas las sociedades existen unos trabajos que realizan fundamentalmente los hombres, otros que realizan mayoritariamente las mujeres y otros que realizan ambos indiferentemente, pero el tipo de trabajos que se asigna consensuadamente a cada categoría de género varía de una sociedad a otra e incluso en una misma sociedad a lo largo de su historia.” Martín Casares (2006), 135-136. 230 Feixa (2000), 87.

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de traducirse en determinadas percepciones del espacio y del tiempo, en formas de comunicación verbal y corporal, en mecanismos de resistencia y cohesión social, en producciones estéticas, lúdicas y musicales, en discursos simbólicos e ideológicos, y en apropiaciones sincréticas de los flujos transmitidos por las grandes agencias culturales. La cultura aparece como un constructo modelado por las relaciones generacionales, cuyos agentes filtran y remiten constantemente los mensajes culturales.231

La complejidad presente en el conflicto de Alimentaria San Luis se incrementa al quedar de manifiesto que ha sido invisibilizado como un hecho de relevancia política y sindical para los trabajadores y trabajadoras de San Luis. Este punto resulta de interés para desnaturalizar un imaginario de resistencias y luchas sindicales entendidas como experiencias exclusivas de las grandes urbanizaciones de la Argentina. Un último aspecto destacable es que permite a nivel local explicar una tradición de conflictos sindicales posteriores con amplia participación femenina y su contraparte: una invisibilización de estas experiencias cuando entran en contradicción con el discurso del gobierno provincial u otros sectores dominantes de la provincia, o simplemente por la pertenencia a sectores sindicales cuya conducción es masculina.232 Además, el estudio de caso pone en evidencia que, si bien existen trabajos que abordan de manera general la actividad política y sindical de las mujeres durante la década de 1980, los conflictos sindicales que articulan género dentro de la rama de la industria alimenticia presentan estudios de caso en etapas anteriores233 y posteriores234 al abordado. Según Dora Barrancos (2004-2005) los aspectos centrales que presenta la historiografía de las mujeres en la Argentina pueden enumerarse de la siguiente manera: - Se constata un claro predominio epocal de fines del siglo XIX y primeras décadas del XX. - Se registra una nítida hegemonía de espacios geográficos: Buenos Aires en primerísimo lugar, luego siguen las grandes ciudades. - Los análisis han priorizado la acción del movimiento de mujeres/movimiento feminista. Se destacan los análisis en torno de figuras precursoras o muy destacadas, así como su inscripción política e ideológica. - Se corrobora una inclinación hacia las trabajadoras de ciertas ramas 231 Feixa (1996), 16. 232 Para un análisis sobre trabajo y masculinidades ver: Palermo (2015; 2016; 2018); Palermo y Capogrossi (2020). 233 Estudio de caso con características similares es abordado por Lenguita (2018; 2020) sobre un conflicto en Bagley durante la década de 1974. 234 Para la década de 1990, ver Kandel (2003; 2006) sobre Terrabusi; y para el siglo XXI: Chaves y Cambiasso (2017), sobre un conflicto en Kraft/ Mondelez en 2011.

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industriales y de servicios (textiles, frigoríficos, telefonía, industria pesquera, magisterio). También hay un amplio abordaje de la prostitución. - Los análisis de mediados del siglo XX han relevado sobre todo la figura central del peronismo -Eva Perón- y a las mujeres identificadas con esta expresión política. - Las principales dimensiones para otear la condición femenina se han ceñido a salud e higienismo, política, familia, educación y trabajo.235

Esta breve caracterización sirve para identificar las áreas de vacancia dentro de la historia de las mujeres y el aporte que realiza la presente investigación desde el periodo abordado (década 1980), la ruptura en torno a la hegemonía de espacios geográficos, priorizando el accionar colectivo por sobre figuras individuales trascendentales, tomando el ámbito del sindicalismo, y optando por una rama industrial que está por fuera de las enumeradas por Dora Barrancos (alimentaria industrial).

Contexto previo (1983-1986) al conflicto Contexto nacional: sindicalismo durante el gobierno de Alfonsín Con el advenimiento de la democracia en 1983, tras la elección de Raúl Alfonsín, el sindicalismo inició una nueva etapa marcada por dos grandes problemáticas: las tensiones con el gobierno radical y la pérdida paulatina de poder hacia adentro del peronismo.236 Es necesario señalar que desde la campaña electoral, el candidato de la Unión Cívica Radical denunció un pacto militar-sindical, planteando de manera directa sus lineamientos sobre la política que llevaría adelante luego de su asunción el 10 de diciembre de 1983 y posicionándose en contra de la burocracia sindical.237 La principal disputa durante la década de 1980 fue originada por la Ley de Reordenamiento Sindical (más conocida como “Ley Mucci”) y marcó un periodo de confrontación de las centrales sindicales con el gobierno radical que duró aproximadamente hasta el año 1987. Desde el inicio de su mandato, y durante la gestión de Antonio Mucci en el Ministerio de Trabajo, Alfonsin se enfrentó deliberadamente con el sindicalismo. Este último, en ese momento histórico, capitalizaba la base social del peronismo, sin embargo, a nivel partidario, perdía capacidad de articular su fortaleza hacia el interior del Justicialismo tras los cambios impulsados por el ala “renovadora”.238 235 Barrancos (2004-2005), 64. 236 Levitsky (2004); Rocca Rivarola (2009); Sangrilli (2010); Murillo (2010; 2013); Gutiérrez (1998). 237 Belardinelli (1994); Rocca Rivarola (2009); Sangrilli (2010); Gaudio y Thompson (1990). 238 Levitsky (2004), 3, 4, 6, 14; Rocca Rivarola (2009), 139; Sangrilli (2010), 149, 157, 158, 160; Murillo (2010), 140-143.

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Sin embargo, esta no fue la única razón para el aumento de la conflictividad en los años 1983-1989. César Bonanotte destaca que “el alto nivel de conflictividad del año 1984 se debe al cambio de régimen político. En este sentido, 1984 actuó como espacio de descompresión de las tensiones acumuladas por los sectores trabajadores durante el gobierno militar”.239 Del mismo modo, Pablo Pozzi y Alejandro Schneider explican que “ante la descompresión represiva generada por la apertura democrática, los trabajadores aprovecharon el momento para plantear sus reivindicaciones”.240 Esta conflictividad aumenta considerablemente hacia el año 1986, y se puede apreciar en dos indicadores: la cantidad de paros generales por año (cuatro, el máximo anual de la década) y setecientos veinticinco conflictos.241 De este modo, la década de 1980 estuvo política y socialmente marcada por las tensiones del gobierno radical con el sindicalismo. Hacia el interior de este último surgieron tres cambios cruciales: 1) una paulatina “desindicalización” del peronismo por la llegada de los peronistas renovadores a cargos públicos, 2) la pérdida del poder económico de los sindicatos, y 3) la problemática novedosa de que los vínculos informales no institucionalizados que mantenían sindicatos y partido peronista se tornaron repentinamente una debilidad.242 Esto dio lugar a un terreno fértil para las demostraciones de fuerza: en primer lugar, a nivel social, trece paros generales impulsados en contra del gobierno nacional como parte de la confrontación iniciada con la Ley Mucci. En segundo lugar, hubo demostraciones de fuerza hacia adentro del peronismo: intentando visibilizar su capacidad de acción política a la manera tradicional, para ostentar su capacidad de choque y valorizar su posición dentro del Justicialismo. Previa al conflicto: nivel local En la etapa del retorno democrático, el Sindicato de Industria de la Alimentación a nivel nacional sufrió cambios importantes. Como detalla Mariela Cambiasso la renovación de la conducción, a partir del triunfo de la Lista Verde encabezada por Rodolfo Daer en 1984, reafirmó la tradición peronista del sindicato, y por ende, una oposición directa con el gobierno de Raúl Alfonsín.243 239 Bonanotte (1994), 73. 240 Pozzi y Schneider (1994), 51. 241 Vease Pozzi y Schneider (1994), 50. 242 Levitsky (2004). 243 Según Cambiasso sobre la Lista Verde: “sus inicios se remontan a los primeros meses del año 1982. Según el relato oficial, un grupo de delegados y trabajadores comenzaron a reunirse en un bar ubicado en el barrio de Constitución [Buenos Aires], en las cercanías del sindicato. Por aquellos años, se encontraban allí emplazadas algunas de las fábricas más grandes, como Terrabusi, Noel, Bagley, Canale y Águila. Rodolfo Daer era uno de los cuatro

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Cambiasso señala que el primer gran conflicto de este sector de la industria en la etapa democrática ocurrió en 1984 en Terrabusi (plantas de Capital Federal y Gral. Pacheco) y duró aproximadamente 20 días.244 En dicha ocasión, los trabajadores “impulsaron acciones y medidas de lucha sin contar con el aval ni el apoyo del gremio”.245 Dos años después -en los meses de marzo y abril del año 1986- eclosionó el conflicto de Bagley o Alimentaria San Luis, a partir de un reclamo por aumento salarial a nivel nacional impulsado por la Federación de Trabajadores de la Industria de la Alimentación (FTIA). Estas experiencias son rescatadas en los relatos de ex trabajadores y trabajadoras, puesto que fueron las primeras acciones dentro de la fábrica (la creación y organización del sindicato sucedió entre los años 1981-1985). El testimonio de CD246-un delegado de la fábrica- lo relata así: Estaba volviendo la democracia en el 83, sí, que se empezaron todos a manifestar, Bagley, Terrabusi en Buenos Aires también pararon todo. Así que habíamos parado un par de veces así. Primero por un conflicto -no me acuerdo de que era- paramos una hora por día, bueno, a la semana se arregló. Después, como a los seis, siete meses, otro conflicto: dos horas -creo que llegamos a las 2 horas- se arregló también. Entonces se empezaron medio como a cebar y después le mandaron el grande este, porque veían que en realidad tenían así que y bueno se empezó, hasta que llega el conflicto grande”.247

Esta primera parte del Gobierno de Alfonsín (1983-1987) estuvo marcada por la conflictividad con el sindicalismo, a partir de la Ley Mucci y de las distintas pujas salariales. Las asociaciones gremiales como el Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Alimentación (STIA) y la Federación de Trabajadores de la Industria de la Alimentación (FTIA) no escaparon a esta situación. Como se menciona en el testimonio anterior, también formaban delegados que representaba a la Comisión Interna de la fábrica de golosinas Noel. Referenciada en la CGT-Brasil, cuyo Secretario General era Saul Ubaldini, la Agrupación Verde intervino activamente en la campaña del peronismo para las elecciones presidenciales de 1983 y se opuso sistemáticamente a las medidas sindicales y económicas que impulsó Raúl Alfonsin una vez en la presidencia. En este sentido, además de la militancia sindical en algunas fábricas más grandes del sector, la legitimidad y fortaleza de la Lista Verde se erigió sobre una activa participación en la política nacional y en los vínculos establecidos con ciertos sectores de poder dentro del sindicalismo. Sin embargo, su consolidación al frente del sindicato recién se produjo con el proceso de reorganización sindical promovido por el gobierno radical hacia 1984” Cambiasso (2018), 41. Para el análisis completo ver Cambiasso (2018) y Nuestra Voz. Órgano de los trabajadores de la Alimentación, 30 años Conducción Lista Verde (2014). 244 Cambiasso (2018), 49. 245 Idem, 50. 246 Por razones de confidencialidad y pedido expreso de algunos trabajadores y trabajadoras, se omitieron nombres y apellidos. De aquí en adelante se mencionan los testimonios por las iniciales en el cuerpo del texto. 247 Entrevista a CD, realizada el 12 abril de 2018.

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parte de esta realidad, el grueso de trabajadores y trabajadoras de una fábrica recientemente instalada en Villa Mercedes: Alimentaria San Luis. Leyes de promoción industrial y alimentaria San Luis Los antecedentes en la legislación que hizo extensiva la promoción industrial a la provincia de San Luis se remontan a 1938 con una ley de fomento fabril. El conjunto de leyes sobre esta temática traspasó distintos gobiernos democráticos y golpes de Estado, en consiguiente el abordaje y los propósitos fueron cambiando contextualmente. El día 20 de octubre de 1972 se sancionó la Ley N° 19.904 de Promoción Industrial durante el último periodo de la dictadura cívico-militar impuesta en el año 1966 llamada Revolución Argentina, en el mandato del Teniente General Agustin Lanusse. Un año después, en diciembre de 1973, durante la presidencia de Juan Domingo Perón, se sancionó la Ley 20.560, conocida como Nuevo régimen de promoción industrial para nuevas actividades y expansión, perfeccionamiento y modernización de las existentes. De la comparación entre ambas, queda vista la diferencia en los objetivos que motivaron su sanción. La ley 19.904 buscaba: Asegurar el desarrollo de las industrias necesarias para la defensa nacional (…) Promover la concentración y fusión de empresas, a fin de poder acceder a etapas más avanzadas de industrialización (…) Apoyar especialmente las instalaciones industriales en las zonas de frontera, para consolidar el establecimiento y arraigo de población.

De esta forma queda demostrado que -ligados a los intereses contextuales del gobierno dictatorial- había una notable ausencia de industrias en la provincia de San Luis. En contraste, en la ley 20.560, encontramos consideraciones sobre la población, los trabajadores y el impacto en terreno que podía tener el establecimiento de empresas: Armonizar los objetivos de promoción industrial con las necesidades socioeconómicas de la población; ningún beneficio podrá otorgarse si no se contemplan dichas necesidades (…) Preservar el medio ambiente y las condiciones adecuadas de vida de la contaminación y el envilecimiento a que pueden verse sometidos las personas y los recursos naturales por la actividad industrial (…) Favorecer a la producción y el pleno empleo con prioridad a los beneficios del capital (…) Asegurar condiciones de vida digna y adecuadas al personal que empleen las empresas respectivas.

Este punto introdujo una temática sumamente relevante para el caso es127

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tudiado, al tener en cuenta los impactos y consecuencias que la promoción industrial podría generar a nivel local en aspectos sociales, económicos, laborales, geográficos y ambientales. Luego, la firma del Acta de Reparación Histórica incluyó a las provincias de Catamarca, La Rioja y San Luis y se ratificó con el decreto 893 de 1974.248 Años después se consolidó esta política -ya bajo la última Dictadura Cívico-Militar- en junio del año 1979, cuando se sancionó la ley 22.021 que hizo extensiva la promoción industrial a las provincias de San Luis, San Juan y La Rioja. Con esta legislación, la ciudad de Villa Mercedes situada en la Provincia de San Luis, fue mutando de una pequeña urbe ligada a la producción agrícola-ganadera, dejando de lado el predominio de la producción del ámbito rural, para posicionarse paulatinamente como una ciudad con un fuerte componente industrial.249 Esta situación impactó en el crecimiento demográfico, urbano, y en cambios geográficos y sociales.250 Según los datos del INDEC, el Censo Nacional de Población del año 1980 para Villa Mercedes registró 50.856 habitantes; y el del año 1991, arrojó 77.077 habitantes, un crecimiento que sin duda se vio influenciado por la migración que produjo la instalación de industrias en la zona. En este sentido Mónica Páez y Mónica Busetti señalan que las variaciones más importantes registradas entre 1980 y 1991 se refieren al aumento de los ocupados en la Industria. En efecto, mientras que en 1980 la Industria concentraba solo al 10% de los ocupados, en 1991 -luego de la puesta en marcha de las leyes de promoción industrial- agrupaba a más del 23%.251

En términos urbanísticos, la ciudad se expandió, producto de la instalación de las distintas industrias en el área periurbana (sobre todo en la ruta nacional 7 y la ruta provincial 147 extremo sur). De igual modo, se modificó su aglomeración urbana con el recibimiento de migrantes internos, y migrantes de otras provincias que con motivo de traslados por parte de las empresas acabaron viviendo en la ciudad.252 Como señala Mónica Busetti “fueron diversos los factores que incidieron en esa localización: además de las potenciales ventajas 248 El Acta de Reparación Histórica de la Provincia De Catamarca, La Rioja y San Luis, fue suscrita en la Ciudad de San Fernando del Valle de Catamarca, entre el Gobierno de la Nación y el Gobierno de la Provincia de Catamarca, el 25 de agosto de 1973 y por el Poder Ejecutivo de la Provincia de San Luis, el día 27 de agosto de 1973. En ella, el gobierno nacional se comprometió con las tres provincias y el apoyo a su crecimiento económico, reparando así el apoyo que estas brindaron en las Guerras de Independencia. 249 Argentina. Gobierno de la provincia de San Luis, Ministerio de Cultura y Educación, Geografía de la Provincia de San Luis: el hombre y la tierra, (1989), 451, 452. 250 Busetti (2007), 45. 251 Páez y Busetti (2005), 4. 252 Martinez y Aguirre (2016).

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derivadas de su ubicación sobre el eje de la Ruta Nacional N° 7, influyeron la disponibilidad de servicios –agua, luz, gas, por ejemplo−”.253 En ese contexto, se instaló en la Ruta Nacional N°7, km 704, en el extremo noroeste de la ciudad, la fábrica Alimentaria San Luis S.A. y comenzó a producir en 1980.254 Durante el año 1981 se conformó a partir de operarios de esa fábrica el Sindicato de la Industria de la Alimentación de Villa Mercedes, y durante el año 1986, fue escenario del conflicto de aproximadamente cuarenta y cinco días. Esta huelga implicó la realización de paros sorpresivos, sabotajes, cortes de rutas, protestas en la ciudad, asambleas multitudinarias, y -desoyendo la Conciliación Obligatoria que los intimaba a retomar sus labores y continuar las negociaciones- un acampe frente a las instalaciones de la empresa. Los protagonistas de estos hechos fueron trabajadores y trabajadoras mercedinos/as que volvieron a su ciudad natal tentados por un empleo estable, y otros que, nunca habiendo salido de ella, buscaron en esta fábrica nuevas oportunidades laborales. Es necesario recalcar que este aspecto de la contratación bajo relación de dependencia no es un tema menor, puesto que comenzaron a organizarse mediante el Sindicato amparados por la legislación que regula esta dinámica laboral. En consonancia con esto, se debe aclarar que quedaron por fuera del conflicto un conjunto de trabajadores y trabajadoras contratados, empleados de manera temporal, cuya precarización laboral les impedía mantener una participación activa.

Veteranos y debutantes: encuentro de dos generaciones El encuentro generacional que tuvo lugar en la transición democrática fue uno de los aspectos esenciales del conflicto de Alimentaria San Luis, sucedido en 1986, y en el sostenimiento del plan de lucha que no acató la Conciliación Obligatoria.255 Este encuentro se dio hacia principios de 1980, cuando se radican la mayoría de las empresas en Villa Mercedes, y cuando se comienza a conformar el Sindicato hacia el año 1981. El entrevistado CD lo resume así: En aquellas épocas había habido -porque como mucha gente se había ido- me acuerdo (...) era como que habían estado -uno mismo estuvo 253 Busetti (2007), 37. 254 En la web se encuentra un Video institucional del año 1981 de Saieva Patagonica -la contratista del montaje de un sector de Alimentaria San Luis- donde se pueden visualizar las dimensiones y ubicación de la fábrica en el comienzo de actividades. Disponible en https://www.youtube.com/watch?v=c0je87NOuhE. Una foto actual del establecimiento puede verse en la Web oficial de la empresa: https:// www.arcor.com/ar/plantas-industriales/bagley-villa-mercedes 255 Para un análisis sociocultural de la categoría “generación” entendida de manera relacional y en diálogo con otras variables como clase social y género, véase Margulis (2009) y Alanen (2009).

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Buenos Aires- y al haber trabajo acá se vuelven. Pero se vuelve con otra... ya como más obrero, más capaz de defender tus derechos, un poco más chillón. Había sido gente que volvía, entonces eso, en ese aspecto eran bastante piolas, de todas maneras en eso no dejaba de haber gente que era de acá, del Norte, pero gente que vuelve y gente que estaba más o menos de armar el sindicato.256

La migración y retorno -en el caso de los mercedinos- a Villa Mercedes y el comienzo en la actividad laboral fabril fueron dos dimensiones características de las generaciones que confluyeron en el conflicto de Alimentaria San Luis. Se debe destacar este punto, puesto que gran parte del discurso exitista del gobierno provincial sobre la radicación industrial, colocó el peso en la generación de empleo, en el fomento del arraigo poblacional, y, sin embargo, dejó de lado la incidencia de la radicación del capital fabril en problemáticas socioeconómicas, demográficas, urbanísticas, ambientales y políticas. Siguiendo a Agustín Prospitti, Pablo Pozzi y Alejandro Schneider, este encuentro generacional puso en juego experiencias disímiles de relacionamiento con el mundo sindical.257 Se articularon nuevas experiencias propias de nuevos contextos politicos y sociales con saberes que habían permanecido de manera subterránea durante los años de dictadura, y con prácticas que permitieron hacerle frente a la represión del terrorismo de estado sin poner en evidencia a sus gestores como parte del movimiento obrero de base. Veteranos: trayectorias laborales y político-sindicales previas Un pequeño grupo de trabajadores y trabajadoras pertenecientes a la generación de mayor edad en el contexto del conflicto, en su etapa de comienzo laboral, emigraron en búsqueda de oportunidades de empleo fuera de la provincia de San Luis. Este contacto con otro tipo de experiencia los introdujo en el mundo sindical antes y durante las dictaduras de 1966-1973 y 1976-1983. Son estas experiencias que resalta el testimonio de CD cuando señala que permitian “volverse más obrero”, “más chillón”.258 En este sentido, el testimonio de NR ejemplifica las trayectorias de una generación que tuvo sus primeras experiencias laborales entre los años 19691980: El Chocón- Cerros Colorados, venía de conflictos muy grandes, yo...es decir. La experiencia mía... Por eso, en realidad, vos viste que el manejo de la comisión interna, y de todo eso, yo más o menos la tenia media clara (...) porque venía remandola de aquellos años.”259 256 Entrevista a CD, realizada el 12 abril de 2018. 257 Prospitti (2015); Pozzi y Schneider (1994). 258 Entrevista a CD, realizada el 12 abril de 2018. 259 Entrevista a NR, realizada el 1 septiembre de 2018.

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Noelia Barbeito señala que existía una “subjetividad que estalló en el Cordobazo y se sucedió por todo el país” que impulsaba a obreros sin tradición política a movilizarse, y a otros de distintas tendencias a hacerlo conjuntamente.260 Este fue el caso de NR261: la migración lo lleva a trabajar en Buenos Aires (Molinos Río de la Plata, en el Mercado del Abasto), luego a Neuquen, (El Chocón-Cerros Colorados). Es en este lugar donde comenzó su contacto con el ámbito sindical (en asambleas, conflictos, e intercambios con otros trabajadores migrantes, bajo la órbita de la UOCRA).262 Tal experiencia de resistencia e intercambio sindical se comprueba en el siguiente testimonio: ¡Oh! Venían unos paraguayos, bolivianos, chilenos. Todos sindicalistas de carácter fuerte (…) [Conflictos] fuertes y duros. Vino la gendarmería, y... nos pegó una garroteada a fondo. Y a un montón de gente.263

Continúa trabajando en Futaleufú, Chubut y luego se traslada a Mar del Plata a hacerlo en la industria pesquera, hasta que vuelve a Villa Mercedes en el año 1980. El testimonio de una trabajadora procedente del sur de San Luis evidencia un recorrido similar: “cuando era joven, 18 años, estuve viviendo en Buenos Aires, nueve años. Ahí trabajé en una fábrica de calzado. Nueve años trabajé ahí, así que experiencia de fábrica tenía”.264 Desde Buenos Aires, emigró a Villa Valeria, Córdoba, donde trabajó como cocinera en un campo: “Me casé, y vine a Villa Valeria. Ahí era cocinera, mi marido encargado(...) En un campo, si, si. Una estancia”.265 Finalmente, se radicó en Villa Mercedes en 1981, año en que ingresó a Alimentaria San Luis. Otros testimonios destacan la presencia de un trabajador de origen uruguayo “A.S.” durante la creación del sindicato en el año 1981 -algunos lo vincularon con un pasado politizado durante la década del 1970 en su país-. Según RA: Había un muchacho uruguayo (...) de control de calidad. Ese muchacho daba la media quincena de trabajo, para traer la personería jurídica, donaba la mitad. Todos poníamos una moneda, yo no ponía eso porque no me daba por la familia, pero él, media quincena, ponía para que viajara todo el grupo a Buenos Aires para traer la personería jurídica.266

Para ejemplificar la importancia de estos intercambios, el testimonio de 260 Barbeito (2009), 5. 261 Entrevista a NR, realizada el 1 septiembre de 2018. 262 Para un análisis detallado ver Barbeito (2009). 263 Entrevista a NR, realizada el 1 septiembre de 2018. 264 Entrevista a DK, realizada el 23 febrero de 2019. 265 Ibíd. 266 Entrevista a RA, realizada el 29 de agosto de 2018.

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NR resulta paradigmático. El entrevistado señala que al momento de ofrecerle ser delegado GG lo hizo de la siguiente forma: “me dice ‘vos que sos el mayor de todos, -porque en realidad el de más años de edad que había en el sector, era yo- y sé que tenes algo de experiencia en estas cosas... vos querrías ser’... ‘si conta conmigo, no hay ningún problema’”.267 Esta valoración positiva de su trayectoria política y sindical explica en parte la fortaleza esgrimida durante la huelga de 1986. En este sentido, Pablo Pozzi y Alejandro Schneider señalan que La conflictividad aumentó entre 1983 y 1987. Esto responde, por un lado, al hecho de que en distintos gremios surgieron nuevas direcciones y por el otro a la apertura democrática que dio pie al accionar de los activistas forjados durante la dictadura anterior. Es notable también (...) una tendencia hacia la mayor participación de la base.268

Estos testimonios forman parte de un conjunto de historias de vida que son representativas de una experiencia colectiva compartida por una cohorte o generación.269 Miren Llona, retomando el concepto de memoria colectiva de Maurice Halbwachs, señala que: Los recuerdos individuales se gestan colectivamente. Por ello, y aunque parezca paradójico, solo podemos acceder a los significados de la memoria colectiva a través de versiones individuales de la misma. Existe, entonces, una interdependencia permanente entre las experiencias individuales y su modo particular de iluminar la memoria colectiva y la manera en que esta, que se encuentra en constante reformulación, ayuda a dar forma y a significar constantemente las experiencias personales.270

Los contactos previos con el mundo sindical y con otras formas de trabajo determinaron una experiencia que se capitalizó hacia principios y mediados de 1980 en el conflicto de Alimentaria San Luis. Como lo demuestran algunos de los testimonios hasta aquí presentados, el factor de la emigración fue fundamental para que los trabajadores y trabajadoras que durante la década del ochenta retornaron a la ciudad trajeran consigo esta experiencia de resistencia acumulada en distintos lugares, trabajos y contextos. Se debe señalar qué gran parte de este recorrido se realizó en condiciones desfavorables, bajo represión de dictaduras como la autodenominada Revolución Argentina (1966-1973) y la dictadura cívico-militar del autodenominado Proceso de Reorganización Nacional (1976-1983) y en un contexto social de alta politización de la clase obrera (sobre todo, en etapas previas y posteriores al Cordobazo). Este fue un 267 Entrevista a NR, realizada el 1 septiembre de 2018. 268 Pozzi y Schneider (1994), 90. 269 Feixa y Leccardi (2011) también vinculan el concepto de “generación” con “memoria”. 270 Llona (2018), 23.

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factor fundamental que quedó demostrado en la articulación de saberes “subterráneos” sobre estrategias de lucha obrera y sindical, y en el aprovechamiento de los marcos legales que otorgó el nuevo contexto democrático: el ejercicio de la libre sindicalización, derecho a huelga, decisión por asamblea democrática. Aunque minoritaria, se debe destacar la experiencia previa que algunos de los trabajadores mercedinos poseían en empresas pequeñas (frigoríficos y curtiembres).271 A pesar de que resultaba escasa, esta experiencia brindaba algunas herramientas sobre prácticas del sindicalismo para el mundo laboral. Sin embargo, respecto al trabajo fabril no constituyó una aproximación representativa de lo que luego fueron las pautas y condiciones laborales cotidianas de Alimentaria San Luis para los actores. Como demuestran los testimonios, tanto la cantidad de personal ocupado como las dimensiones de la fábrica, eran de mayor envergadura en Alimentaria San Luis. El testimonio del entrevistado RA lo ejemplifica comparando a las fábricas locales con un Club de fútbol de Villa Mercedes (Colegiales) y a Bagley/Alimentaria San Luis con uno Nacional (River): Sí, sí. Allá [Alimentaria San Luis] era un ​monstruo. Haga de cuenta que jugaba al fútbol en Colegiales y se iba a River. Sí, sí. Era un monstruo eso. No sabes, te perdías el primer tiempo, tenías que andar con una guía para ir al baño. Sí, la verdad. [La curtiembre] Era una fábrica, vendría a ser hoy como las PyMEs. (..) Chica, veintipico obreros, treinta llegábamos ahí.272

De igual forma, el testimonio del entrevistado PF demuestra que el único frigorífico de la ciudad era una experiencia previa de trabajo comparable -en menor escala- a las condiciones laborales de una fábrica: “como mucho, había algunos que habían trabajado en el frigorífico, que era lo único a nivel Industrial que había acá en Mercedes”.273 En la misma sintonía, una trabajadora reflexiona sobre el papel del trabajo fabril a nivel local de la siguiente manera: Y a lo mejor, acá nunca hubo una fábrica, entonces la gente no sabía cómo manejarse. Yo trabaje en Buenos Aires, pero nunca tuvimos el sindicato porque era tan poquita la gente, eran tan buenos los patrones, eran dos, dos patrones.274

Estos testimonios de trabajadores y trabajadoras remarcan la importancia de la salida de la Provincia para tomar contacto con otras dinámicas laborales (industrial), sindicales (sindicatos, asambleas, represión) y políticas. 271 Es el caso del frigorífico “La Morocha”, hoy “Quickfood” perteneciente al grupo empresario Marfrig-Quickfood. 272 Entrevista a RA, realizada el 29 de agosto de 2018. 273 Entrevista a PF, realizada el 28 julio de 2018. 274 Entrevista a DK, realizada el 23 febrero de 2019.

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Debutantes: trayectorias laborales y político-sindicales previas Si bien una parte pequeña, pero influyente de los trabajadores contaba con experiencia previa, la gran mayoría encontró en Alimentaria San Luis y en otras industrias instaladas durante 1980 su primer trabajo fabril. Este sector importante del colectivo de trabajadores y trabajadoras de Alimentaria San Luis eran en gran parte oriundos de la ciudad de Villa Mercedes y de otros lugares de la provincia, para quienes la radicación industrial brindaba una posibilidad de inserción laboral en el sector fabril hasta ese momento inexistente. Los trabajos previos en el caso de las mujeres se reducían al trabajo doméstico, y en el caso de los trabajadores a changas o trabajos informales. De acuerdo con el testimonio de NR, para el caso de Alimentaria San Luis, “el 95 por ciento era la primera vez que marcaba una tarjeta de reloj, no tenían experiencia... cero”.275 Para esa cohorte generacional, la ausencia de experiencia en militancia política se relaciona directamente con la juventud y adolescencia transcurrida durante la última dictadura cívico-militar. En este sentido, algunos de ellos ingresaron a la empresa con apenas dieciocho años de edad, tal es el caso del entrevistado PF que destaca que esta condición era compartida por gran parte de los trabajadores de la fábrica: Fue mi primer trabajo. Fue el debut laboral (...) nadie sabía de qué se trataba todo esto. Había la gente que estaba en la misma, que era su primer laburo (...) la mayoría era su primer laburo en fábrica (...) la mayoría éramos todos debutantes dentro de la faja industrial, de la ciudad, de la provincia (...) Y gente que no tenía ni idea de lo que era, yo también, yo tampoco, y la gente que volvía o que venía de afuera por ahí tenía algún tipo de experiencia.276

Desde la perspectiva de las mujeres, SW - trabajadora de la fábrica-, comenta algo similar: “Yo soy de Villa Mercedes. Y, trabajaba en quehaceres domésticos. (...) No, no, no, yo no tuve nada de política ni militancia, yo era... Mi juventud, mi primer trabajo laboral fue Bagley”.277 Esta conjunción de experiencias, resultaba para algunos novedosas (la frase de PF resulta sumamente sugestiva: “nadie sabía de qué se trataba todo esto”278) y para otros conocidas -incluso en los aspectos negativos como la represión y la persecución- (NR lo ejemplifica de manera concisa cuando señala que “más o menos la tenía media clara (...) porque venía remandola de aquellos años”279). Estas dos frases -junto con los testimonios mencionados 275 Entrevista a NR, realizada el 1 septiembre de 2018. 276 Entrevista a PF, realizada el 28 julio de 2018. 277 Entrevista a SW, realizada el 15 octubre de 2018. 278 Entrevista a PF, realizada el 28 julio de 2018. 279 Entrevista a NR, realizada el 1 septiembre de 2018.

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anteriormente- nos permiten definir y postular que se trata de dos “generaciones”. Para este análisis utilizaremos la categoría “generación”280, entendida desde un punto de vista relacional, la misma: Alude a las condiciones históricas, políticas, sociales, tecnológicas y culturales de la época en que una nueva cohorte se incorpora a la sociedad. Cada generación se socializa en la época en que le toca nacer y vivir: internaliza los códigos de su tiempo y da cuenta del momento social y cultural en que cada cohorte ingresa a un sector social determinado.281

En estas dos generaciones se visualizan códigos distintos, momentos sociales y culturales muy alejados entre sí. Sin embargo, queda de manifiesto la existencia de un intercambio o diálogo que permitió retroalimentar las experiencias particulares de cada una de las cohortes interactuantes y resignificarlas en un escenario novedoso y diferente para ambas. Siguiendo a Rafael Blanco y Pablo Vommaro: Los primeros años de la década de 1980 están marcados por varios elementos. Por un lado, un clima micropolítico de recomposición de las formas de organización, participación y formación. Por el otro, la reactivación de espacios de militancia juvenil que se asientan tanto sobre tradiciones políticas y familiares anteriores, como así también sobre la reelaboración de experiencias previas, lenguajes y formas de apropiación del pasado reciente a partir de lo que aparece como lo novedoso: la valorización la democracia como causa movilizadora de las prácticas cotidianas.282

Este nuevo significante “democracia”- estructurador de las prácticas y los repertorios de acción- fue la principal disociación entre la vieja generación (“veteranos”) que había sido socializada en la vida política en contextos dictatoriales con breves y escuetos períodos democráticos , y esta nueva generación (“debutantes”).

“Mucha injusticia adentro”: mujeres trabajadoras Sin lugar a dudas, la variable generación aislada no resulta del todo explicativa a los fines de entender el grado de conflictividad alcanzado en el caso de Alimentaria San Luis. Uno de los aspectos que dialogan e intersecan la cuestión generacional y el contexto sociopolítico de vuelta a la democracia es la dimensión de género.283 280 Para un recorrido histórico de “generación” ver Feixa y Leccardi (2011) 281 Margulis (2001), 46. 282 Blanco y Vommaro (2018), 844. 283 Ambas son categorías relacionales. Para una articulación entre generación y género véase: Alanen (2009), y Margulis (2001; 2009).

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El género como categoría analítica en historiografía284 , siguiendo a Joan Wallach Scott (2008): Denota unas determinadas “construcciones culturales”, toda la creación social de las ideas acerca de los roles apropiados para las mujeres y para los hombres. Es una forma de referirse exclusivamente a los orígenes sociales de las identidades subjetivas de hombres y mujeres. Según esta definición, el género es una categoría social impuesta a un cuerpo sexuado (...) El empleo de género hace hincapie en todo un sistema de relaciones que puede incluir el sexo, pero que no está directamente determinado por este ni tampoco es directamente determinante de la sexualidad.285

Para el caso de las mujeres trabajadoras en San Luis y su inserción en el empleo fabril, debemos destacar y hacer mención al proceso de radicación de empresas producto de promoción industrial. Según Mónica Busetti: Entre 1980 y 2001 la Población Económicamente Activa (pea) creció más del 25 por ciento. Este incremento se vio fuertemente potenciado por la progresiva incorporación de las mujeres al mercado laboral. Este fenómeno, si bien se corresponde con una tendencia general, ha mostrado en San Luis una magnitud más acentuada, a partir de que muchas industrias comenzaron a demandar mano de obra femenina con distintos grados de calificación. Como consecuencia, la tasa de actividad femenina pasó de poco menos del 25% a casi el 50 por ciento.286

La categoría género es útil, porque en el caso de Bagley o Alimentaria San Luis, gran parte del personal de la fábrica eran mujeres y fueron ellas las que introdujeron al conflicto salarial del sindicato los reclamos de falta de condiciones dignas de higiene, maltrato, y abuso de poder.287 El maltrato, que estaba íntegramente vinculado a la condición de mujeres trabajadoras, fue una de las características que la mayoría de los entrevistados identificó como una causal para reafirmar el descontento general con relación a la empresa. Desde este punto, tomar en cuenta sólo la esfera de la cohorte generacional masculina resulta insuficiente para dar cuenta de la virulencia alcanzada por trabajadores y trabajadoras durante el año 1986 y para abordar la construcción del pasado que efectúan los trabajadores y trabajadoras. Según Maria Di Liscia (2008) la variable generación es también aplicable a las trabajadoras, y resulta explicativa de la falta de experiencia y del clima de participación femenino: 284 Para un análisis completo sobre la temática ver Scott (2008); Conway, Bourque y Scott (1987); Martin Casares (2006). 285 Scott (2008), 53. 286 Busetti (2007), 39. 287 Un caso similar, de rescate a través de archivo y testimonios orales, lo constituye el libro de Ibáñez y Zavala (2007) sobre las Galleteras de Deusto. Sin embargo, esta historización se centra en la fábrica como eje organizador del relato.

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Actuando desde las sombras en los regímenes militares, o desde la inexperiencia de no haber participado ni tener demasiados elementos por su socialización de género, a partir de las acciones del movimiento de mujeres, comienza a vislumbrarse [...] una ‘recalificación de la democracia’, que extiende el ejercicio de la ciudadanía a las prácticas cotidianas, a las relaciones familiares y de pareja, al ejercicio de la sexualidad, el tiempo libre y los roles laborales. Por estos años la acción política de las mujeres no se centra en los espacios ni en los mecanismos de la política formal (...) en Argentina el movimiento de mujeres se nutrió de varias corrientes -movimientos populares, autónomos, militantes partidarios y sindicales y organismos específicamente feministas- que integraban diferentes capas sociales y desarrollos políticos. Partidos políticos y sindicatos representaron lugares difíciles de ocupar y sostener, pero a la par que se luchaba dentro de ellos, las mujeres fueron construyendo y mostrando otras modalidades de participar, de gestionar, de demandar y de presionar.288

En el mismo sentido, Francisco Longa hace uso de la categoría generación para diferenciar la irrupción y participación política de las mujeres en las décadas de 1970, 1980, y 1990: Surge con claridad entonces que la década del `80 y los principios de los años `90 fueron años de visibilización y consolidación de la actividad política que las mujeres venían ejerciendo desde tiempo atrás. Esta visibilización se dio principalmente a partir de espacios institucionales (secretarías y organismos) en el campo del activismo sindical y también del movimiento de derechos humanos. (...) este escenario, que caracterizamos como de visibilización e institucionalización de la cuestión de género en la generación política ochentista, debe ser matizado, por otra parte, a partir del surgimiento –años más tarde - de nuevas organizaciones sociales donde se comenzará a reconfigurar una vez más el vínculo entre mujer y política.289

En el ámbito sindical, la década de 1980 trajo un clima de apertura hacia ciertas problemáticas de género290. Según Silvia Chejter y Claudia Laudano: En los años ochenta, en Argentina, se crearon los departamentos o secretarías que comenzaron a plantear la cuestión de la discriminacion, mostrando el sexismo en las prácticas sindicales y también en la vida cotidiana de trabajadores y trabajadoras. En algunos sindicatos, donde hubo activistas feministas, el marco de las reivindicaciones incluyo la visibilidad de las distintas formas de violencia hacia las mujeres, fundamentalmente el acoso sexual y la violencia laboral, así como la discriminacion salarial.291 288 Di Liscia (2008), 159,160. 289 Longa (2016), 65. 290 Longa (2016), Di Liscia (2008), Chejter y Laudano (2002), Bilbao (2013). 291 Chejter y Laudano (2002), 151.

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En la misma sintonia, Nelida Bonaccorsi y Marta Carrario, señalan que desde la apertura democrática hasta la actualidad, los avatares del sindicalismo y la inserción de las mujeres en el mundo laboral asalariado y con ello su sindicalización, ha pasado por diversas instancias que respondieron fundamentalmente al modelo económico instaurado desde 1983 y el aumento de su participación en el mercado de trabajo.292

Estas autoras resaltan que esa inserción, no estuvo exenta de sufrir “mayor precariedad laboral en la ocupación y la persistencia de inequidades de género”.293 Con respecto a esto, la opinión de CD en este sentido resulta iluminadora: “el tema que eran cruel con las mujeres. En realidad, las que llevaban ahí el perro muerto eran las mujeres. La injusticia grande ahí era con las mujeres. Las cosas que se vieron ahí, ¡Santo Dios!”.294 Pablo Pozzi y Alejandro Schneider, a partir de la categoría “compañero” aplicado a las mujeres trabajadoras, señalan que se puede entender la contradicción entre machismo y algún grado de aceptación durante la época abordada (década de 1980): el trato hacia las compañeras también es contradictorio (...) El machismo y la opresión de la mujer en la sociedad argentina ubica a las trabajadoras en un papel subordinado al hombre, pero al mismo tiempo tanto la noción del “compañerismo” como la propia combatividad de las compañeras les ha permitido ganar un lugar de respeto entre los trabajadores.295

Asimismo, se debe destacar que en experiencias similares, el aporte que las fuentes orales brindan, permite borrar las sombras proyectadas sobre la esfera femenina en entornos (híper) masculinizados como el sindicalismo.296 Paula Lenguita señala que: El sesgo historiográfico se evidencia no sólo por el ocultamiento del protagonismo femenino en el movimiento huelguístico. Más aún, es una narrativa hegemonizada por un relato heroico y masculino, donde la lucha no se representa por mujeres. La narrativa patriarcal en los estudios de fábricas, en todos los tiempos, excluye en el lenguaje y las diversas formas de representación del rol femenino en estas historias.297

Desde la misma óptica Pilar Díaz Sánchez demuestra la dificultad de acceder a estos testimonios a partir de los métodos tradicionales, puesto que: los estudios sobre las mujeres carecen de fuentes convencionales, ya 292 Bonaccorsi y Carrario (2012), 132. 293 Ibíd. 294 Entrevista a CD, realizada el 12 abril de 2018. 295 Pozzi y Schneider (1994), 178. 296 Díaz Sánchez (2018). 297 Lenguita (2018), 7.

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que están infrarrepresentadas en los documentos oficiales y en los archivos en los que trabaja tradicionalmente la comunidad científica, de ahí que dichos estudios se organicen de forma paralela a la renovación de las fuentes históricas, siendo la fuente oral una de las que más riqueza muestra para cubrir los estudios más recientes.298

Como se verá en los siguientes apartados, esta metodología permitió dar cuenta de las injusticias cotidianas que fueron generando un clima de disconformidad entre las mujeres trabajadoras. Muchas de estas situaciones -si bien son mencionadas- son subestimadas en los discursos que elaboran los trabajadores hombres sobre el conflicto, por lo que se tornan indispensables herramientas teóricas (como el concepto de género) y metodológicas (historia oral) para dar cuenta de la participación femenina en el conflicto. Reclamos vinculados al género Los testimonios de las mujeres trabajadoras destacan situaciones de maltrato y abuso de poder (llevadas a cabo por Supervisores, Apuntadores, Jefes, Médico de la Empresa) y la falta de contemplación en torno a dos problemáticas: el acceso al toilette en horario de trabajo y el problema de la menstruación en la línea de producción (situación agravante de la primera).299 Algunos de los testimonios ponen énfasis en la presión ejercida por supervisores y apuntadores hacia el personal femenino. Específicamente existía una rigurosidad inquebrantable con respecto a las condiciones de accesibilidad al sanitario durante el turno de trabajo. Fue contra estas normas que se solicitó cierta flexibilidad, sobre todo teniendo en cuenta que en algunas ocasiones no se contemplaba la necesidad del personal femenino de higienizarse durante el periodo de menstruación. Según CD -delegado sindical de la fábrica- en una ocasión: “una mujer un día (...) entró a las 2 de la tarde... hasta las 6 de la tarde toda manchada con la menstruación, un asco”.300 Esta situación de humillación y maltrato se generó por la negativa de “dar relevo” durante los turnos laborales del personal femenino. La trabajadora DK, lo sintetiza de la siguiente manera: El hecho puntual que nunca entendian el tema de la mujer, ¿no es cierto? Vos, ¿sabes lo que es la mujer que tiene sus ciclos menstruales, todas esas cosas? Ellos no te daban un relevo, chorrea, lo que te dije y bueno, y después te damos el relevo cuando a vos te toque. Pero ni siquiera eso, 298 Idem, 188, 189. 299 Si bien los trabajadores hacen mención al maltrato sufrido por las mujeres, estos problemas aparecen como complemento o agravante de la situación de reclamo salarial y de la lucha en su esfera sindical. 300 Entrevista a CD, realizada el 12 abril de 2018.

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ser considerado en una situación que es natural, creo yo, ¿no es cierto? Este, eso se veía. Había, había chicas que se iban al diablo. “​ Che, yo me tengo que ir a higienizar” y listo. Higienizar es una manera de decir, porque lo único que había en el baño era un inodoro, ¿no es cierto?.301

Esta situación era controlada por supervisores y apuntadores. Otro tramo del testimonio de DK, trabajadora de la fábrica, ilustra esta situación: Esa presión, que vos tenías a los jefes encima, ¿no? Tenías los jefes encima, encima. Esa presión, ¿viste? Y las supervisoras eran bastante guachitas, bastante guachitas eran las supervisoras. Y si, cada uno cuidaba su puchero. No, no, no eran ningunas flexibles.302

Otro de los testimonios (SW, trabajadora de la fábrica) introduce un actor que -junto con supervisores- condensaba el descontento del personal femenino, el médico de la empresa: Y bueno, por ejemplo, en mi línea, donde yo trabajaba en chocolatada, no había maltrato porque teníamos una supervisora muy buena, ¿viste? Pero en las otras líneas, cuando salíamos de chocolatada, por ejemplo la línea 2, la línea 4, ehh, mmm, la otra línea que era la de las galletitas Oblea. Oblea también era bravísima, y bueno, las chicas pobrecitas muchas veces estaban (...) ​indispuestas, y tenían que ir a cambiarse y no las dejaban ir a cambiarse. Había niñas, mujeres que hasta tuvieron pérdidas en las líneas porque el doctor Mercau no... iba y les decían: “Sigan trabajando”.​Y ese era el gran problema que teníamos. A parte de que también pedíamos más sueldo, en esa época. (..) El maltrato, el maltrato del médico por lo general. (...) ​Y las supervisoras: te daban 10 minutos, y tenías que ir y volver. Aparte después teníamos, cuando íbamos a comer, veinte minutos, fíjese lo que teníamos nada más. Pero el gran problema que teníamos era el médico en esa época, a parte de que queríamos un poquito más de sueldo.303

En una anécdota narrada por DK, introduce parte de la problemática con el médico de la empresa y parte de los maltratos recibidos en los cuales se reforzaba la imagen de la mujer como frágil, débil, e incapaz: El Mercado, yo me acuerdo el médico. Yo me acuerdo una compañera, una compañera mía, se le murió la mamá. Y era tan apegada, una chica grande, soltera, y bueno, y tardo como una semana en ir, y después, cuando fue, bueno, de allá, fue al médico. Vos faltas, al médico. Vino, eran lágrimas de sangre la mujer y le digo: “​ ¿Qué te pasó Alba?”. “¿Sabes lo que me dijo el Mercado? Me dijo: -¿Por qué no vino a trabajar? -Se me murió mi mamá. Yo estaba muy mal. -¡¿Que se cree, que a usted 301 Entrevista a DK, realizada el 23 febrero de 2019. 302 Ibíd. 303 Entrevista a SW, realizada el 15 octubre de 2018.

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nomas se le muere la madre?! ¡A todos se les muere la madre! ¡Hay que trabajar!” Así que imaginate.304

Estas situaciones resumen lo que NR en una entrevista sintetiza de la siguiente forma: “la gente estaba muy mal, estaba muy oprimida, no podían hablar, las cagaban a pedo, las maltrataban, yo las he visto, maltrato, pero maltrato, de algunos supervisores, notodos, de algunos”.305 Estos hechos involucran un componente de clase -el reclamo salarial-, un componente generacional -el clima de reapertura democrática para ambas generaciones- y finalmente, un componente de género -demandas de mejores tratos, flexibilización del reglamento interno de control, contemplación ante la menstruación-. Este estereotipo de mujer débil o frágil resulta sumamente contrastante con la fortaleza que las trabajadoras tuvieron durante el conflicto, y dejan entrever que ante estos maltratos individuales, la reacción fue colectiva y multicausal. El papel de las trabajadoras Dada esta situación de descontento entre las trabajadoras con el trato que recibían por parte del personal jerárquico y mandos medios (jefes, supervisores y apuntadores) tuvieron una especial participación en el conflicto. El entrevistado CD comenta de esta forma una anécdota que ejemplifica el grado de malestar y reacción del conjunto de trabajadoras. Una tarde se hizo una asamblea. Estaba todo lleno, ahí se vinieron todos de adentro, la hicieron afuera, creo que no querían que se hicieran adentro, y las mujeres decían -había como 20 colectivos- ¡¿querés que demos vuelta los colectivos?!.306

Esta imagen de las trabajadoras instigando a la dirigencia del sindicato y -de manera indirecta- a los hombres trabajadores hace pensar en el carácter colectivo de la reacción ante la opresión, e incluso queda demostrado con esta suerte de demostración o exacerbación de fortaleza. De igual forma, la participación de las trabajadoras fue esencial en los momentos intensos y álgidos del conflicto -cuando trascendió las instalaciones de la fábrica-: recolectaron entre quienes pasaban por la ruta 7 dinero para realizar ollas populares, realizaron vigilancia en cada uno de los turnos junto a sus compañeros trabajadores, participaron de asambleas y de distintas acciones de visibilización del conflicto. Los siguientes testimonios dan cuenta del lugar activo de las trabajadoras: 304 Entrevista a DK, realizada el 23 febrero de 2019. 305 Entrevista a NR, realizada el 1 septiembre de 2018. 306 Entrevista a CD, realizada el 12 abril de 2018.

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Las mujeres paraban los (...) camiones, que pasaban por la ruta 7 por ahí, paraban los camiones y le pedían plata para hacer, y hacían como una olla popular.307 La mayoría éramos mujeres. Te digo que nos parabamos en la ruta, parabamos los camiones, pedíamos plata para hacer la comida (...) Hacíamos... Teníamos fuerza las mujeres en ese sentido. Y bueno, nunca quedaban las carpas solas, siempre había una guardia, no de una, sino de varias durante todo el término de la huelga que hicimos, el conflicto.308

Se debe destacar que tanto la variable de género como las distintas experiencias previas a la transición democrática no son recuperadas en la narración histórica del STIA Villa Mercedes, ni en la del FTIA. La esfera femenina resulta siempre minimizada: a lo largo del libro 25 años. 1981-2006 Juntos. STIA San Luis. Reseña Histórica, en pocas oportunidades se resalta el papel de las mujeres trabajadoras en la construcción y consolidación del gremio de la Alimentación en Villa Mercedes. En cambio, se privilegia una mirada sesgada que gira en torno a la conducción del sindicato llevada a cabo por hombres. De esta forma, la construcción de la historia del conflicto y del sindicalismo en Villa Mercedes deja de lado una experiencia importante y trascendental que está netamente influenciada por el accionar sindical de las mujeres mercedinas. Este relato tiende a presentar una visión heroica de los hombres sindicalistas e invisibiliza el aporte de las bases y de sus reclamos particulares. Así, el sindicalismo se reduce a una descripción de figuras masculinas y conflictos del orden sindical o gremial resuelto con mayor o menor éxito por la dirección del STIA. En otras palabras, las diferentes capas o tramas que este relato tiene involucran distintas voces y diferentes niveles de invisibilización. En estos solapamientos, siguiendo a Aura Cumes, “los privilegios que cada sujeto o sujeta tiene en la cadena de poderes, no permite cuestionar su propio poder en la reproducción de las estructuras”.309 En este caso, los silenciamientos o memorias amnésicas en distintos estratos van desde el discurso estatal provincial, sindical nacional (STIA y FTIA), sindical local (seccional Villa Mercedes del STIA), el patriarcal-masculino de base (trabajadores) y finalmente, el femenino de base (trabajadoras). Es allí, donde queda en evidencia el modo en que “las formas de dominación interactúan, se fusionan y crean interdependencias”.310 Como se verá en el siguiente apartado, las categorías de género y generación, resultan explicativas para analizar el conflicto de Alimentaria San Luis. Estas permiten complejizar los niveles de análisis, evitando caer en reduccio307 Entrevista a CD, realizada el 28 de julio de 2018. 308 Entrevista a SW, realizada el 15 octubre de 2018. 309 Cumes (2012), 5. 310 Cumes (2012), 6.

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nismos que propician una mirada nacional, perdiendo de vista la especificidad, como mencionan Silvana Ferreyra y Agustín Nieto.311 Los peligros de no subsumir la historia local a un nivel macro simplemente explicando la primera como un sub relato o una consecuencia de hechos de mayor envergadura a nivel país, quedan fuera de lado al utilizar ambas esferas -género y generacióncomo variables de relevancia para este estudio de caso.

Cronología del conflicto En esencia el desarrollo de la lucha de Bagley o Alimentaria San Luis en el año 1986 puede dividirse en 5 etapas: 1) previa al conflicto (engloba los paros de 1984 y 1985) y el recrudecimiento progresivo del año 1986 (paros de 1 a 4 hs.); 2) el comienzo: paros sorpresivos; 3) la salida de las instalaciones de la fábrica (“la calle”: un punto intermedio entre la ruta y las puertas del establecimiento, dentro del predio de la misma); 4) posterior desalojo y, acampe en “las carpas” (en ruta nacional N° 7, frente a la fábrica); y 5) la finalización del conflicto. El comienzo: paros sorpresivos El año 1986 inició con un paro general el 24 de enero. Como señalan Ricardo Gaudio y Andrés Thompson, este clima de tensión había quedado marcado desde finales de 1985 tras los anuncios del gobierno sobre la negativa de incrementar los salarios para recuperar la pérdida producida por la inflación anual. Resulta significativo el incremento de conflictividad durante 1986 que los autores señalan a partir de los picos de confrontación que se dan en julio y octubre.312 Este marco de conflictividad comenzó a crecer hacia marzo de 1986, e impactó en Alimentaria San Luis, cuyo Sindicato de la Industria de la Alimentación acató las medidas convocadas por la Federación de la Industria de la Alimentación, implementando la progresión de medidas de fuerza. Las mismas aumentaron paulatinamente hasta llegar a las 4 horas por turno: Era el gobierno de Alfonsín y el conflicto se inicia como siempre en este país por la inflación y la economía. Se pedía un 15% -creo que era 15%- de aumento, no me acuerdo que otra cuestión, pero era irrisorio... pero el gobierno se cerró: que no, que no. Fuimos a paritarias -si fuimos a paritarias- y se cerraron “qué no” el gobierno, ponele que eran a tiempo de hoy más de un 2% un 5 no te damos, entonces está311 Ferreyra y Nieto (2019). 312 Gaudio y Thompson (1990), 143, 144-147, 165, 189.

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bamos lejos, entonces se decidió llegar a la medida de fuerza. Fue muy progresiva, muy muy progresiva, no me acuerdo muy bien cómo se fue implementando, sí me acuerdo los hechos: que primero hacíamos paro por media hora en un turno. Pero que incluso, para demostrarle buena fe, le avisabamos: “Mira mañana a las 3:30 de la tarde te vamos a parar”. Entonces a la empresa le dabas tiempo que no largara los amasijos de galletas, si no se queman, hacíamos así... bueno se fue haciendo cada vez más fuerte: 1 hora, 2 horas, 3 horas, hasta que con 4 horas y no aflojaba, no aflojaba, entonces dijeron “Bueno vamos a empezar a hacer paro sorpresivo.313

de un metro y pico delante de la puerta. ¿Viste? Y todos venían con el palo y metían la z​ orrita pa’ levantar y querían salir disparando, cuando salían disparando se caían todos.​(...) Cuando nosotros salíamos del paro, le poniamos todos los contenedores, todos... medio salidos así, ¿viste? Y venían las forras de las supervisoras, todo, ponían la ​zorrita​así, salían, queria salir disparando y se les volteaba todo (​ RISAS) No podes ni alzar la galleta ¿viste? Nosotros estábamos sentados así, ¿viste? Yo un día, también, me agarra el paro y me dice una supervisora: “​Che, para la máquina”. “No”,​le digo yo​, “Si estoy de paro”. Tuvo que dar la vuelta, apagar ella, porque yo estaba de espaldas, no podía hacer nada.317

Como hemos mencionado anteriormente, si bien el origen del conflicto fue por un reclamo sindical, tanto los ex trabajadores y trabajadoras como documentos del STIA destacan el clima de disconformidad y malestar que se vivía en la empresa.314 En este sentido, se debe rescatar el hermetismo y la cohesión de delegados y trabajadores en los perjuicios que ocasionaba el paro sorpresivo (pérdida de materia prima, interrupción de la producción, acciones de sabotaje indirecto). Los supervisores representaban una amenaza para el accionar sorpresivo, por ello la circulación de la información y la puesta en práctica del paro eran parte de la estrecha relación entre trabajadores y delegados. El testimonio de PF, operario de la fábrica lo narra de la siguiente forma:

Como se describe en los relatos, la intención era perjudicar a la empresa y, en la misma acción, a los supervisores. Es esta misma efectividad en la ocasión de perjuicios reales a la empresa y su producción lo que inició las represalias de manera activa. Las mujeres trabajadoras también participaban de estas acciones, como lo comenta DK:

Entonces era cuando el delegado te ponía en marcha todo: entrabamos nosotros a trabajar, las máquinas estaban funcionando y por ahí los delegados pasaban por el medio del pasillo de la nave y avisaban, hacen la seña de corte y pa! nos parábamos al lado de las máquinas. Las máquinas quedaban andando y los supervisores corriendo a apagar máquinas, a poner contenedores para la galleta.315

Las palabras de RA, un trabajador de la fábrica, demuestran la relación distante y cautelosa que mantenían con los supervisores en relación a las medidas de fuerza: Ni él sabía [el Supervisor] porque lo llevábamos nosotros. ​“Che, y ¿a qué hora van a ser los paros?”. “No, no sé. Mira, serán sorpresivos”. Pero no le decíamos, eh! Porque nosotros sabíamos que ese podía batirnos, viste?.316

El sabotaje indirecto se realizaba con los contenedores de galletas dentro de las instalaciones fabriles. RA lo relata de la siguiente forma: Los poniamos así, mal puesto, para que cuando salieran, era una pila 313 Entrevista a PF, realizada el 28 julio de 2018. 314 25 años. 1981-2006 Juntos. STIA San Luis. Reseña Histórica., Octubre de 2006, 19. 315 Entrevista a PF, realizada el 28 julio de 2018. 316 Entrevista a RA, realizada el 29 de agosto de 2018.

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Yo ahí era la que le hacía seña a las chicas que paráramos, ¿viste?, porque era de tal hora a tal hora, y eran los paros sorpresivos, para que se fuera... la producción al diablo. Para que surtiera efecto, entonces, ya venía la mayor delegada y me decía: ​“Bueno, paramos las dos”, ¿viste? Y bueno, y entonces vos hacías correr la bolilla... que despelote se hacía. A mí me causaban inspiración (​ RISAS).318

Según detallan César Bonanotte y Norberto Zeller sobre las medidas adoptadas en los conflictos “a partir del II/85, la preferencia por las medidas duras es claramente observable”.319 En paralelo, detallan la aparición de nuevas formas de lucha durante la década de 1980: Un dato interesante es aquel que muestra el porcentaje de sabotajes u ocupaciones de lugares de trabajo en el sector privado, desde 1984 y hasta 1988, tiene porcentajes similares o superiores al 4%. (...) Esto permite destacar que en el contexto de defensiva, los trabajadores del sector privado mantuvieron un alto grado de combatividad.320

Otro de los hechos de especial atención se dio el día 14 de marzo de 1986. El entonces Gobernador Adolfo Rodríguez Saá entregó el edificio de la sede de la CGT (Confederación General del Trabajo) en la ciudad de Villa Mercedes, en la calle Chacabuco 48.321 En ese acto también se encontraban los trabajadores y trabajadoras de Alimentaria San Luis y realizaron un intercambio con el Gobernador Rodríguez Saá.322 Según los relatos, recibieron una reprimenda 317 Entrevista a RA, realizada el 29 de agosto de 2018. 318 Entrevista a DK, realizada el 23 febrero de 2019. 319 Bonanotte y Zeller (1994), 95. 320 Bonanotte y Zeller (1994), 99. 321 Diario La Opinión, Año LXXII, N° 32.457, Ejemplar del 14 de Marzo de 1986. 322 STIA Villa Mercedes solo hace referencia a una “caldeada reunión en la sede de la

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por parte de Adolfo, que mencionó que había recibido la visita de la cúpula de la U.I.A.(Unión Industrial Argentina) en la cual le habían pedido que “arreglara esos 200 locos”: “cuando el Adolfo entrega nos llama y nos caga a pedo y nos dice ‘Se vinieron en un avión exclusivamente y me dijeron que ahí hay 200 locos a ver si lo arreglas’”.323 Esta escena introduce parte de la visión tanto del empresariado como del poder ejecutivo: el reclamo fue visto como algo fuera de lo común, algo desmesurado para Villa Mercedes y para la provincia. Al mismo tiempo, el accionar de trabajadores y trabajadoras colisionó con el discurso del gobierno provincial para el cual la promoción industrial era un éxito incuestionable.324 Estos hechos se transformaban en una impugnación hacia esa mirada hegemónica y paternalista (aquí encarnada por el Gobernador y por el sector empresarial). Como respuesta ante las palabras del Gobernador, espontáneamente, un grupo de trabajadores y trabajadoras se dirigió a apedrear casas del personal jerárquico: Cuando nos dice eso el Adolfo que los tipos habían venido ahí, el Adolfo se va a la mierda, pero quedamos ahí. Como que Robelli [Sec. Gral. del STIA Villa Mercedes] estaba apoyado por toda la gente de la fábrica: muchas mujeres, mucha gente. 200-300 acá era mucho!, salió espontáneamente ir a apedrear (...) esa vez salimos -que la verdad estábamos hechos unos guerrilleros- salimos a apedrear las casas de los jefes que había allá, unos mendocinos (...) por la General Paz.325

Este hecho es trascendental para comprender el papel de trabajadores y trabajadoras de la fábrica durante el conflicto: deja en claro que ni el gobernador, ni el sindicato tenían control sobre los mismos. Esta autonomía que desarrolló CGT, cuando los trabajadores se movilizaron hacia la misma, enterados que se encontraba el gobernador y algunos funcionarios” (25 años. 1981-2006 Juntos. STIA San Luis. Reseña Histórica., Octubre de 2006, 20). 323 Entrevista a CD, realizada el 12 abril de 2018. 324 Según Becerra “Desde mediados de los años ochenta, la Provincia de San Luis es un caso particular de desarrollo socioeconómico tardío en el contexto de la cíclica y reprimarizada economía argentina. En el período 1980-1997, la economía de San Luis creció un 377%”. Becerra et al (2014), 96. Bianchi caracteriza el proceso de esta forma: “En 1983, Adolfo Rodríguez Saá, miembro de una familia tradicional, ganó las elecciones provinciales. El gobierno liderado por este joven líder peronista reaccionó rápidamente a la Promoción Industrial creando el Ministerio de Industria, buscando volver más eficiente el proceso burocrático. Sin ninguna experiencia o plan debido a la ausencia de una tradición industrial, el gobierno provincial promulgó discrecionalmente decretos de autorización para quien lo quisiera. El resultado fue impresionante. Atraídas por los considerables beneficios fiscales, alrededor de 2.000 industrias se asentaron en San Luis en la década de 1980. La producción industrial, que en 1983 representaba el 16.2% del grueso del producto provincial, en 1990 fue del 63.4% (...)El trabajo industrial creció de 4.488 a 25.00 entre 1984 y 1994, un crecimiento del 245%.” Bianchi (2016), 351. Estas posturas están en consonancia con los trabajos de Olguín et al (2002); Páez (2007); Busetti (2007) sobre la economía provincial y el empleo durante la década de 1980. 325 Entrevista a CD, realizada el 12 abril de 2018.

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el grupo de trabajadores y trabajadoras, si bien estaba enmarcada en el reclamo sindical, desbordó el marco gremial como se verá en el siguiente apartado. Afuera: en la puerta A partir de la situación de conflictividad que no cesaba, la empresa comenzó a intimar a los trabajadores y trabajadoras de manera directa: Primero, nos intiman con unos telegramas porque nos apuraban: teníamos que no plegarnos a los paros, nada, porque íbamos a ser sancionados. Y nosotros fuimos todos y tirabamos el telegrama allá, ¿te acuerdas?, en la entrada para el lado de las oficinas casi. Tirábamos todos los coso… ¿viste? (...) Todo, todo. Era una nube de papeles. Bueno, yo creo que, a nosotros, más nos marcaban.326

Este tipo de acciones simbólicas, que dejaban en evidencia una postura firme de trabajadores y trabajadoras, se transformaron en elementos de fuerte cohesión interna.327 Sin embargo, esta cohesión nucleaba a los trabajadores y trabajadoras que estaban afiliados al sindicato o que tenían un tipo de contratación que permitía este accionar con ciertas seguridades que otros trabajadores carecían: los trabajadores “contratados”. El testimonio de un entrevistado da cuenta de estos hechos de la siguiente manera: Cuando empieza el conflicto, se empieza adentro. Empezamos con paros sorpresivos, porque venían y decían [los Supervisores]: -​“¿A qué hora es el paro?” - “No, no se puede decir”. ​Se empezó a tirar mucha galleta y entonces, nos sacan afuera, no nos dejan entrar más. Entonces nosotros, ¿qué hicimos?, no los dejamos entrar a ellos, a la otra gente. No entraban los delegados todo, y no dejábamos entrar a los que querían trabajar. (...) nosotros estábamos en la puerta, no los dejábamos entrar, entonces, el mismo día, al segundo día de que pasa eso a la noche, viene el juez, fue el coso este [se refiere a alguien de la empresa], y trajo él, un juez de San Luis para desalojar ahi, por que dice que: ​“Ahí era propiedad de ellos”. Como que nos desalojaron entonces ahí, nos tiraron a la ruta.328

Desde otra perspectiva, en la narración del STIA-Villa Mercedes, este hecho es retratado de la siguiente manera: 326 Entrevista a RA, realizada el 29 de agosto de 2018. 327 Tirar los telegramas en la oficina fue una respuesta provocadora ante una advertencia, equiparable a ir a apedrear las casas de gerentes tras la reprimenda del gobernador. La primera constituyó una forma eufemizada de dejar en claro nuevamente la intransigencia del colectivo de trabajadores y trabajadoras. La segunda situación queda caracterizada, según los testimonios de trabajadores y trabajadoras, como una respuesta que se equipara con el accionar de “guerrilleros”. 328 Entrevista a CD, realizada el 28 de julio de 2018.

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A comienzos de abril sucedió lo previsible: el ministerio de Trabajo dictó la conciliación obligatoria, que obligaba a levantar la protesta para que trabajadores y patronal intentaran encontrar una solución al conflicto por medio del diálogo y la negociación. Ante la aplicación de la conciliación obligatoria aplicada a nivel nacional, la asamblea de trabajadores, al igual que en otras partes del país, resolvió no acatarla y continuar con el plan de lucha En esa ocasión, desde la Comisión Directiva se advirtió a los compañeros sobre los riesgos de despido que podían acaecer, ante la decisión adoptada, no obstante respetarse lo resuelto democráticamente en dicha asamblea.329

Este punto resulta sumamente significativo: desde el STIA Villa Mercedes como desde la FTIA, se narran estos hechos como un “error”. En la Revista Nuestra Voz se lee: Las medidas de fuerza se realizaban en todo el país. El Ministerio de Trabajo dictó la Conciliación Obligatoria (Ley 23.736). Se la acató en todas las empresas del país con excepción de Bagley (Capital y Villa Mercedes - San Luis) y Terrabusi (Pacheco- prov. de Bs As y Capital) La alta politización en estos establecimientos hizo que se sometiera a votación el acatamiento o no de la resolución del Ministerio de Trabajo (gravísimo error). La votación en Bagley (Capital) y Terrabusi (Capital y Pacheco) resultó en el rechazo de la Conciliación Obligatoria.330

Ambos discursos ponen el énfasis en las consecuencias “negativas” y no en la explicación del surgimiento de tales acciones. Además, se señala la “alta politización” de las plantas en un tono peyorativo, casi en consonancia con el mote de “locos” esgrimido por los dirigentes de la U.I.A. y el gobernador, en la situación mencionada anteriormente. Resulta interesante retomar lo propuesto en torno a la categoría “generación” para el análisis de estas acciones. Según el testimonio de NR, aquí tuvo incidencia directa la inexperiencia de los y las “debutantes”: Fue la mejor estrategia, de salir de la planta, no tendríamos que haber abandonado nunca la planta, fue estratégico, viste como son (...) se tomaron muchas decisiones acá, que Robelli [Sec. Gral. del STIA Villa Mercedes] no tenía mucha experiencia en eso (...) él no le explica con claridad que, en realidad, cuando se dicta una ley de conciliación obligatoria, vos la tenes que cumplir. Y nosotros desoímos, y claro, sí, ahí nos cagan, ¡y yo le digo todavía!, porque, ahí está el tema, ¿sabes por qué la gente toma confianza en mí?, porque yo les dije la verdad: “nos van a echar a 200, porque nosotros no estamos acatando la ley de con329 25 años. 1981-2006 Juntos. STIA San Luis. Reseña Histórica., Octubre de 2006, 20. 330 Nuestra Voz. Órgano de los trabajadores de la Alimentación, 30 años Conducción Lista Verde. 2014.

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ciliación!”. Y algunos decían, “no, R se está entregando”… así decían algunos por atrás, “quiere que perdamos el conflicto”, otros decían, “no, tiene razón”.331

El STIA Villa Mercedes, continúa el relato de lo acontecido de la siguiente manera: Como desenlace inevitable, el no acatamiento provocó el dictado de la declaración de ilegalidad de la medida de fuerza, por parte del Ministerio de Trabajo, dejando a los trabajadores desguarnecidos y a merced del arbitrio de las empresas, que en el caso de Bagley, despidió 196 compañeros, entre ellos delegados gremiales, que habían perdido su fuero sindical como consecuencia de la ilegalidad de la medida. Como los trabajadores resolvieron permanecer en la puerta de la planta, la empresa efectuó una presentación judicial aduciendo usurpación de la propiedad privada y dio intervención a la justicia penal, la que recayó en el juzgado del juez Omar Uriz. Este se hizo presente una noche, con la fuerza policial, y emplazó a los trabajadores a abandonar el playón de entrada donde se desarrollaba la protesta o ingresar a la planta, por considerar que se estaba cometiendo el citado delito.332

Además de dejar en evidencia la construcción del pasado que realiza el STIA-Villa Mercedes y la FTIA, este breve paso por la puerta de la fábrica exhibe la gradualidad del conflicto -que en este contexto estaba notablemente in crescendo- y una diferenciación al interior del colectivo de trabajadores. Esta complicidad entre delegados y trabajadores, a simple vista, haría suponer una homogeneidad armónica que resaltaría la alteridad en oposición al personal de la Empresa. Sin embargo, en este punto irrumpe la heterogeneidad que existía entre “los contratados” y el resto de trabajadores y trabajadoras, y la manera en la que esta era aprovechada de manera estratégica por la Empresa: los paros sorpresivos y el sabotaje de la producción eran minimizados por el trabajo de “los contratados”. El testimonio de SW da cuenta de esto: Hasta que llegó el día que las cosas no se solucionaban, decidimos hacer el paro. Primero hicimos los paros adentro, a la orilla de las máquinas, paraban, toda, toda la gente. Y para ellos, era como si nada, ¿viste? No les importaba nada. Como también había gente que quería trabajar porque recién eran contratados y era difícil.333

Las respuestas de la fábrica ante el bloqueo de la puerta, fue el desalojo acompañado por los despidos de 196 operarios y operarias.

331 Entrevista a NR, realizada el 1 septiembre de 2018. 332 25 años. 1981-2006 Juntos. STIA San Luis. Reseña Histórica., Octubre de 2006, 20. 333 Entrevista a SW , realizada el 15 octubre de 2018.

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Las carpas Luego del breve paso por la puerta de la fábrica y el desalojo, trabajadores y trabajadoras recibieron los telegramas de despido. La reacción fue organizar un acampe frente a la fábrica en la banquina norte de la ruta nacional N° 7: Y bueno, hasta que, un día fuimos y no nos dejaron entrar. Así pasó: no nos dejaron entrar. Entonces decidimos hacer las carpas afuera, y bueno, ahí yo creo que estuvimos como un mes y pico, dos más o menos.334

Se instalaron varias carpas de camping, con la finalidad de resguardar la entrada a la fábrica para que no ingresaran trabajadores contratados, y como medida de visibilización del conflicto gremial. Trabajadores y trabajadoras cumplieron la vigilancia de acuerdo a los turnos de trabajo: Ahí se arma la carpa (...) y como a defender lo mismo. Que era igual, los de la mañana iban...los que estaban de acuerdo también. También de esos que había muchos que iban allá a la carpa, infiltrados y después venían y traían todo el puterio a los jefes. Y los jefes sabían todo, todo lo que pasaba. No los jefes, sino los supervisores, seguramente que los supervisores después le pasaban a los que tienen más arriba.335

De cierta forma, el papel de la asamblea democrática marcando el rumbo del Sindicato para la toma de decisiones fue un factor fundamental para canalizar el deseo de las bases de trabajadores y trabajadoras sobre el rumbo de la huelga: La asamblea de trabajadores evaluó ambas opciones [finalizar el conflicto o continuar] y resolvió trasladar la protesta al exterior, instalando carpas al costado de la ruta 7.336 Epílogo del conflicto Luego de treinta y cinco días de conflicto, finalmente se acordó finalizar con el acampe y las medidas de fuerza. Según STIA: “El desgaste sufrido por las compañeras y compañeros tras más de 35 días de conflicto, sin poder cobrar, llevaron a que el día 14 de abril se resolviera levantar las medidas de fuerza.”337 Según testimonios como el de DK, trabajadora de la fábrica: Pero jugaron, jugaron con la necesidad de la gente, porque yo me acuerdo que el sindicato ayudaba mucho con comida, ¿viste? comestibles, pero había una señora que dijo que no tenía ni para la garrafa y 334 Entrevista a SW, realizada el 15 octubre de 2018. 335 Entrevista a CD, realizada el 28 de julio de 2018. 336 25 años. 1981-2006 Juntos. STIA San Luis. Reseña Histórica., Octubre de 2006, 20. 337 25 años. 1981-2006 Juntos. STIA San Luis. Reseña Histórica., Octubre de 2006, 21.

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dijo: “​ Yo disculpenme pero yo voy a volver a trabajar, yo voy a volver a la fábrica. No tengo ni para comprar la garrafa”. Y es entendible, es entendible. Jugaron, ¿viste? con la necesidad de la gente. Estiraron, estiraron, estiraron, dijo, ¡tenes que largar! No hay otra, no hay otra. Juegan con la necesidad de la gente.338

Además del desgaste, en términos de las economías domésticas de los trabajadores y trabajadoras de la empresa, el testimonio de PF -trabajador de la fábrica- incluye otros factores de importancia: Se estaba haciendo cada vez más insostenible para la gente porque, primero -al parar por poco tiempo- era, vos perdías un poco, ya cuando empezaste a parar las 8 horas dentro de la planta no te pagaba nada, y ya cuando estuvimos fuera era totalmente nada. Incluso no había medios para ir a la planta porque antes cuando hacíamos paro adentro nos llevaban los colectivos, siempre íbamos con la esperanza de empezar a trabajar. Entonces a medida que ya está y se para, era muy jodido, porque para colmo no había los medios que hay ahora, no había autos, no existían las motitos, había que ir en bicicleta o alguno que te agarraba y te llevaba, era bastante complicado. Y qué pasó, había miedo también porque decían que si la gente no iba -habían entrado a correr bola- que la empresa estaba juntando gente en la ciudad para ir con colectivos custodiados con la policía para que entrarán a la planta y la pusieran en marcha. Entonces nosotros con ese miedo decíamos “no, no podemos ahora abandonar el puesto”. Habíamos puesto carpas afuera de la planta y siempre había gente por el miedo... de todas maneras llegado el caso no íbamos a poder poner mucha fuerza ante la policía o antes, hasta a veces decían que hasta el ejército los iba a custodiar, no íbamos a poder hacer mucho.339

El temor a la ruptura de la huelga a través de trabajadores contratados apoyados por la intervención de la Policía o el Ejército, introduce preocupaciones propias de la transición y consolidación democrática. Trabajadores y trabajadoras escucharon las palabras del Gobernador, y -lejos de temerlerespondieron con una reacción hacia la empresa, desoyendo esta reprimenda. Lo mismo sucede con los telegramas de despido arrojados en la puerta de la oficina. Sin embargo, al narrar el rumor de la intervención de las Fuerzas Policiales o Ejército, es cuando emerge el miedo como una sensación que formó parte del proceso de lucha y que está ligada íntimamente a la reciente y frágil consolidación democrática durante el periodo 1983-1986. Algunas miradas de los actores, refuerzan aspectos ya delineados en capítulos anteriores: la “falta de experiencia”. En palabras de PF: 338 Entrevista a DK, realizada el 23 febrero de 2019. 339 Entrevista a PF, realizada el 28 julio de 2018.

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lo que sí se llegó a todo, con la gente que estaba convencida y que quería apoyar. Como en toda lucha de estas, acá tampoco había experiencia, nada de eso... los que se creían que era algo muy sencillo se encontraron con una pared. Nunca se pensaron que hacer un paro era una cosa... que las empresas cedían, que habían tratativas... y el problema fue ese y el que se encontraron con esa medida que se fue alargando, se fue alargando, se fue alargando y que quedas a mitad de camino, no sabes qué hacer si seguir o volverte...Pero era porque siempre se aprovechan del empleado en pegar donde más te duele: que es que no cobres.340

Estos testimonios dejan en evidencia el peso de las condiciones históricas en las que fueron socializados trabajadores y trabajadoras de Alimentaria San Luis: los que “venían remandola de aquellos años” y los que “creían que era algo sencillo”. Esta interacción entre diferentes cohortes, no se limitó a la experiencia de lucha sindical, sino que interactuó con las demandas de un grupo extenso y numeroso de mujeres que sufrían humillaciones y atropellos en su primera experiencia laboral en un ámbito fabril y sindical341 (“las que llevaban el perro muerto”). La interrelación de estas dimensiones y la complejidad que implica, hace que sea imposible escindirlas al tomar una mirada global del conflicto, puesto que aisladas no revisten capacidad explicativa sobre el origen, ni la dinámica del mismo. Se debe destacar que Cesar Bonannote y Norberto Zeller (1994) mencionan que para el periodo estudiado la conflictividad general se produce a nivel fábrica, en parte porque: la reconversión industrial en el periodo repercutió de modo directo sobre las regionales, las que debieron contener las demandas de los delegados de las empresas afectadas, mucho más que sobre las instancias nacionales, que se orientaron hacia una estrategia más política y a la reivindicación salarial.342

Un aspecto importante en torno a la discusión sobre el sindicalismo durante la década de 1980, es que las causales de la creciente conflictividad se explican por variables políticas (pujas entre ubaldinistas, grupo de los 15, miguelismo, comisión de los 25 o 62 organizaciones343; disputas hacia adentro 340 Entrevista a PF, realizada el 28 julio de 2018. 341 Longa deja en claro que durante la década de 1980 diversas “agrupaciones sindicales inauguraron secciones o secretarías específicas para los asuntos de la mujer entre mediados de la décadas del `80 y del `90 [...] Esta panorámica del plano sindical cobra aún más relevancia en lo que refiere a la cuestión de género en la generación política de los `80, si la comparamos con el recorrido que llevaron otros organismos e instituciones en este período” Longa (2016), 65. 342 Bonanotte y Zeller (1994), 100. 343 Fernandez (1988); Gargarella et al. (2010); Gaudio y Thompson (1990); Villanueva et al. (1994).

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del justicialismo344, o a nivel nacional entre radicales y peronistas), por motivos económicos (salariales) o laborales (sobre todo por mayor estabilidad). La dimensión simbólica en relación a tradiciones de luchas pasadas o tramas de desigualdad con anclaje en el género no resultan explicaciones generalizadas (a excepción de los aportes mencionados de Pablo Pozzi y Alejandro Schneider y Agustín Prospitti). Si bien se rescata el aporte de datos estadísticos y miradas globales -como las de César Bonanotte, Norberto Zeller, Arturo Fernandez, Victoria Murillo, y Pablo Belardinelli- cabe preguntarse si las explicaciones sobre la causalidad de la conflictividad obrera en la década del 1980 no superan lo salarial, politico y economico. Las dimensiones de generación y género puestas en diálogo en este análisis dejaron en evidencia que el intercambio generacional y la incorporación de mujeres al empleo industrial mercedino incidieron directamente en el grado de confrontación. En este sentido, sería lícito cuestionar el solapamiento que se realiza cuando las causales se circunscriben directamente sobre lo salarial o lo político.345 346 De esta forma, acabó el conflicto Alimentaria San Luis, sin dudas uno de los mayores conflictos de la historia reciente de la provincia de San Luis. Hemos visto, hasta aquí, una periodización realizada en base a los testimonios orales y fuentes del sindicato. Sin embargo, como toda construcción teórica y analítica, no es única, ni inacabada. De todos modos, aunque es una elaboración arbitraria, resume de manera segmentada cada una de las etapas, en las que se puede visualizar la situación local de trabajadores y trabajadoras en torno a la huelga.

Conclusiones Hemos visto hasta aquí, en las aristas que el conflicto Alimentaria San Luis tiene para desentrañar y explicar, que categorías como género y generación para abordar la magnitud del mismo resultaron sumamente fructíferas y explicativas en el análisis desarrollado anteriormente. A modo de cierre, quisiera mencionar algunas implicancias particulares que el caso ha dejado planteadas: 344 Levitsky (2004). 345 Un análisis con explicaciones salariales y políticas lo realizan: Cesar Bonanotte y Norberto Zeller, y Pablo Belardinelli. Este último autor señala que “A partir del año 1986 adquiere relevancia la reivindicación por aumentos salariales, acompañada por las declaraciones de carácter político partidario (...) en el año 1986.” Belardinelli (1994), 145. 346 Un análisis netamente político sobre las dinámicas internas del sindicalismo y sus corrientes es visible en Fernandez (1988).

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1. sin contemplar el nivel local, es imposible entender este conflicto (aunque formó parte de una huelga de carácter nacional y surgió encadenada a esta); 2. sin la dimensión de género no se puede explicar el grado de conflictividad alcanzado; 3. sin la categoría generación resulta imposible dar cuenta del grado de participación y conflictividad. Algunos (veteranos) aportaron su experiencia en el mundo sindical, y otros (debutantes) sus “ansias” de participación democrática activa; 4. la transición democrática (retomando lo expuesto en el análisis del sindicalismo en la década de 1980) brindó un marco para el resurgimiento de los conflictos que estaban silenciados por el terrorismo de estado, y -en paralelo- la existencia de una confrontación en términos políticos entre Alfonsín y los sindicatos ayudó a que escalara la tensión al pico del año 1986; 5. las características particulares de la promoción industrial favorecieron indirectamente esta confluencia: la “vuelta” de los emigrados, la inserción inmediata de las generaciones “jóvenes” y la rápida incorporación de mujeres al mundo laboral industrial; 6. lo que queda en evidencia es que, lejos de subsumirse a un conflicto nacional (macro), trabajadores y trabajadoras de Alimentaria San Luis aprovecharon estratégicamente la coyuntura del conflicto salarial para vehiculizar sus demandas locales. Esto es clave, pues inserta a los actores en un rol activo y estratégico: utilizaron el marco que les brindaba la democracia, el sindicato, y un reclamo salarial a nivel nacional para introducir sus problemáticas y trascender las peticiones por mayor poder adquisitivo del sueldo (a nivel local). Es decir: lograron priorizar sus problemas y converger en la huelga con una respuesta o reacción netamente colectiva y local; y 7. la mayor parte de la producción académica sobre el sindicalismo durante la década del 1980 buscó explicar la conflictividad a base de variables que no contemplaban como causales aspectos simbólicos (por ejemplo, género y generación). Si bien estas demandas de carácter simbólico fueron articulados con reclamos salariales o de mejoramiento de condiciones laborales, el contexto de ebullición de la participación femenina en distintas esferas de la política347, de los jóvenes348 y de los militantes de una generación anterior, nos permite complejizar esa mirada en torno a la conflictividad durante la década de 1980. 347 Feijoó y Cogna (1985). 348 Palermo (1987).

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Como oportunamente han señalado Georges Duby y Michelle Perrot “durante mucho tiempo, la historia fue la historia de los hombres, a los que se concebía como representantes de la humanidad”.349 Estos silenciamientos dentro de la narrativa histórica, están estrechamente relacionados con el papel del poder dentro de la construcción del pasado, tal como lo ha señalado Michel-Rolph Trouillot. Para este autor, la inscripción de sucesos del pasado como “no-acontecimientos”, interpela directamente a tomar posturas que puedan superar tanto el positivismo ingenuo centrado en la búsqueda de la Verdad, y las miradas posmodernas que, llevadas a un extremo, posicionan a la investigación histórica como un trabajo meramente literario.350 La interacción entre género y generación permitió dar cuenta de las matrices culturales e históricas de los grupos que conformaron el colectivo de trabajadores y trabajadoras de Alimentaria San Luis y explicar los motivos subyacentes al reclamo salarial que afectaron en la virulencia de la huelga. El resultado de la investigación demuestra que existe un plano subterráneo de experiencias que eclosionó durante la década de 1980, y que existe riesgo de subsumirlo bajo causales netamente económicas o políticas. En este sentido, es importante reafirmar la utilización de fuentes orales, puesto que permitieron sacar a la luz esferas que permanecían ocultas y construir las categorías analíticas esgrimidas a lo largo de esta investigación. La propuesta de este trabajo fue visibilizar un conflicto de trabajadores y trabajadoras mediante el uso de categorías como género, clase social, generación, atendiendo al contexto histórico, político, y al universo simbólico de ciertas prácticas y saberes. Desde un inicio, la necesidad de mantener una postura crítica cimentó una preocupación que se plasmó tanto en la elección de la temática, en la metodología de trabajo de campo, en la importancia de las fuentes orales, y en el proceso de análisis, reflexión y redacción.

349 Duby y Perrot (1992), volumen 5, 10. 350 Trouillot (2017).

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La autonomía en los idearios de resistencia. El caso de San Luis: de la doble intendencia a la multisectorial (2003-2005)

Jaime Mario Eduardo

Introducción La presente investigación pretende rastrear las características particulares del conflicto político-social e institucional, entre el gobierno municipal capitalino, en conjunto con sus trabajadores y el gobierno de la provincia de San Luis durante el periodo (2003-2005), a partir de la creación de una intendencia paralela por parte de la gestión de Alicia Lemme (con el aval de los funcionarios políticos Alberto y Adolfo Rodríguez Saa). La finalidad es poder reconstruir los sucesos previos que dieron lugar a la creación de una doble intendencia e identificar qué tipo de repercusiones tuvieron las demandas de los trabajadores municipales en el sistema político provincial, y en la gestación de movimientos de resistencia multisectoriales. Para ello, se pretende a través de la contrastación de fuentes periodísticas y corpus legales (leyes, decretos legislativos, medidas judiciales locales y nacionales), junto con los testimonios de los trabajadores municipales, poder analizar cuáles fueron los factores que tuvieron injerencia en la creación de la doble intendencia y de qué manera incidieron las experiencias de lucha de los trabajadores municipales en el sistema político provincial y en las dinámicas del movimiento Multisectorial. Al llevar adelante el planteamiento del problema, es posible hallar, dentro del contexto socio-histórico provincial, un escenario complejo con respecto a los modos de abordajes teórico-políticos, en lo que respecta a la configuración del sistema político en San Luis y sus formas de representación colectiva. De este modo, la primera disyuntiva de la investigación pone de manifiesto el ejercicio de una “matriz socio-política” que permite dar cuenta de “las relaciones entre Estado, política o sistema de representación y mediación, y sociedad civil o base social, articuladas institucionalmente por el régimen político351”. La aclaración anterior se debe a que en gran parte de los estudios indagados 351 Garreton y Espinoza (1992), p.142.

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sobre el gobierno de San Luis durante el período 1983-2001, aluden la existencia de un “régimen político” de dominación sobre la sociedad sanluiseña.352 Es necesario aclarar que la aprehensión hermenéutica dentro de la condición histórica local, en su interacción contextual, supone una relación dialéctica vinculada con los procesos políticos a nivel nacional. En América latina el despliegue de las estructuras institucionales al interior de los Estados-Nación, con la llegada de las oleadas democratizadoras a mediados de la década de 1980, comenzaban a experimentar un proceso de descentralización, por el cual, los gobiernos nacionales se encargaron de transferir gran parte de los recursos económicos y políticos para las entidades subnacionales (gobernaciones, provincias, municipios). En el caso de Argentina, la delegación de responsabilidades y facultades a las gobernaciones provinciales, si bien adoptó las formas de un federalismo democrático, hacia dentro de sus sistemas políticos ha dado lugar a regímenes “híbridos subnacionales” o la existencia de provincias con formas “poco democráticas y autoritarias” que, de acuerdo con Carlos Gervasoni, conviven con otras entidades subnacionales democráticamente distintas dentro del régimen político nacional.353

Estado del arte En el escenario de San Luis, el desarrollo del proceso de radicación de fábricas por medio de la ley de promoción industrial354, a partir de 1983, constituye para Gloria Trocello (2008) y Matias Bianchi (2016) el pilar de concentración del poder. Los cinco gobiernos consecutivos de Adolfo Rodríguez Saa durante el período 1983-2001 y el arribo de su hermano Alberto Rodríguez Saa al gobierno en el año 2003, evidencian el despliegue de una multiplicidad de estrategias políticas que posibilitaron una mayor concentración de los recursos económicos, culturales y mediáticos para dominar todas las esferas del sistema político sanluiseño. El análisis de Trocello por otra parte, señala que dentro del régimen político de San Luis, no solamente se ha configurado un sistema de patronazgo estatal, sino también un sistema de dominación política que mantuvo cautiva a la ciudadanía.355 Siguiendo estos lineamientos, Bianchi coincide con Gloria Trocello sobre 352 Este tipo de caracterizaciones aparecen presentes en Wiñazki (1995); Trocello (2008); José Samper (2012) y (2006). 353 Gervasoni (2009). 354 La ley de promoción industrial, devino del Acta de Reparación Histórica firmada entre el gobierno nacional y la provincia de San Luis, bajo la gobernación de Elías Adre. Con el arribo de Adolfo Rodríguez Saa al gobierno, comenzaría a producirse una mayor radicación de fábricas. 355 Trocello (2008)

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los beneficios otorgados por el régimen de promoción industrial para que Adolfo Rodríguez Saa pudiera monopolizar el aparato del Estado. Por otro lado, sostiene que el régimen político “rodriguezsaaista”, además de conservar los beneficios cosechados de las rentas fiscales locales, también, disminuía los fondos de las instituciones municipales de toda la provincia de San Luis, con el objetivo de fortalecer las acciones del ejecutivo provincial. Sobre estas consideraciones se vislumbra el entramado contextual del sistema político en San Luis; pues guarda una estrecha relación con las prácticas y mecanismos del orden social y político, instituidos a través del Estado bajo la hegemonía de la dirección gobernante. 356 Esta situación particular hace que “lo político” esté limitado a una mirada sobre el conjunto de estrategias de dominación, ejercidas bajo una estructura monolítica del poder en manos de Adolfo y Alberto Rodríguez Saa357. De esta manera, como el centro de gravedad reposa sobre la arquitectura del régimen político sanluiseño, las líneas argumentales o trabajos de investigación sobre los conflictos políticos-sociales y los espacios de resistencia gestados alrededor del sistema provincial, sobre todo con el gobierno municipal, son escasos. Este hecho nos permite visualizar las formas de representación que adquiere el “pasado cercano” y sus experiencias históricas sobre la sociedad de San Luis y su relación con los procesos histórico-políticos actuales358. Estas fracturas sociales, perduran en los escenarios políticos provinciales e importan representaciones antagónicas que ponen en cuestión a las propias esferas gobernantes.

Marco epistemológico elegido Indagar sobre los conflictos políticos y sociales en Argentina, implica rever las particularidades coyunturales en el que se imbrican los actores involucrados. Por lo que, al momento de asumir una perspectiva teórico epistemoló356 Gramsci sobre el concepto de Hegemonía, supone una situación de un orden social y político determinado por la preeminencia de la dirección ideológica, “en la medida en que el desarrollo de la economía y por consiguiente de la legislación, que expresa tal desarrollo, favorece el pasaje (molecular) de los grupos dirigidos al grupo dirigente” Gramsci (1975),p. 313. 357 De acuerdo, con las apreciaciones de Schmitt: “Lo político puede extraer su fuerza de los más diversos ámbitos de la vida humana; de contraposiciones religiosas, económicas, morales y otras (…) por sí mismo, no acota un campo propio de la realidad, sino sólo un cierto grado de intensidad de la asociación o disociación de personas (…) y tener como consecuencia en cada momento y época, uniones y separaciones diferentes” Schmitt (1991),p. 68. 358 En suma, tal vez la especificidad de esta historia no se defina exclusivamente según reglas o consideraciones temporales, epistemológicas o metodológicas sino, fundamentalmente, a partir de cuestiones siempre subjetivas y siempre cambiantes que interpelan a las sociedades contemporáneas y que trasforman los hechos y procesos del pasado cercano en problemas del presente (Levin y Franco (2007), p.3)

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gica en el abordaje del estudio en cuestión, los aportes de Antonio Gramsci en cuanto al análisis de coyuntura, permiten reconstruir el modo particular en que se desarrollan las relaciones de fuerza en el plano “estructural” y lo “ocasional”, del fenómeno político y social en San Luis. Es por ello que para lograr entender el escenario de conflicto de la doble intendencia en San Luis, es de vital importancia el entrelazamiento contextual entre el plano nacional y el provincial, a los fines de poder reconstruir las condiciones de posibilidad socio-históricas en el terreno de disputa local. Siguiendo las interpretaciones de Juan Carlos Portantiero sobre las concepciones gramscianas, estas pueden ser consideradas como: La herramienta que permite leer tanto al “acontecimiento” como a la “estructura”, en su forma coyuntural” (…) como cruce de temporalidades específicas, como resultado del desigual grado de desarrollo de las distintas “relaciones de fuerzas” (…) en el interior del “acontecimiento”, de los límites puestos por los datos de la “estructura” combinados con la eficacia específica con que actúa –como aceleración o como bloqueo- la articulación compleja de las “superestructuras”.359

Teniendo en cuenta que la construcción y predominio de la “hegemonía” aparece como un elemento constitutivo dentro del escenario provincial, las lógicas que caracterizan al grupo dirigente o “dirección ideológica” en la esfera estatal provincial, se conforman de acuerdo a su base estructural, por lo que, se trata de un proceso dinámico en el que conviven tensiones dentro la sociedad civil. Puesto que, no solamente se trata de un dominio político unidireccional hacia los grupos dirigidos, sino que también-en el ámbito del consenso- se generan crisis o espacios de resistencia en la lucha hegemónica; así, como se podrá visualizar en los episodios de la “rebelión popular” en San Luis, en la que, siguiendo los postulados de Edward Palmer Thompson, se materializan los primeros atisbos de “experiencia social”. Sobre todo, en el momento en el que los actores, “retornan como sujetos que experimentan las situaciones productivas y las relaciones dadas en que se encuentran en tanto que necesidades e intereses y en tanto que antagonismos, elaborando luego su experiencia dentro de las coordenadas de su consciencia”. 360 De este modo, a los fines de hacer aprehensible las formas y percepciones que forman parte del conflicto político- social, la investigación se aboca también a recuperar el análisis de documentos jurídico-legales de la época, en tensión con lo dialógico que contrastan las fuentes periodísticas con los testimonios de los trabajadores implicados. Es necesario aclarar que los elementos mencionados están insertos sobre 359 Portantiero (1977),pp. 179-181 360 Thompson (1981), p. 253

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una matriz ideológica y simbólica, en tanto los sujetos pertenecen a un universo de significaciones colectivas que los interpela como espectadores de un proceso político, en el que las experiencias de lucha, las formas de dominación política, intentan elucidar la trama histórica del conflicto en cuestión. Bajo estos preceptos, resulta importante recuperar las formulaciones de James Scott en cuanto a las formas que adquieren las prácticas de “resistencia” en los sujetos, particularmente en aquellos que están presentes en el conflicto provincial, pero se ubican en los márgenes de las disputas partidarias. Así, el espacio de la “Infrapolítica” se encuentra presente en el escenario político-social del conflicto y particularmente en ciertas expresiones de cuestionamiento que poseen los grupos sociales subordinados, aunque sea de forma discreta, contra las expresiones de dominación”. 361 De esta manera, los modos en que los sujetos logran articularse con la acción política, de acuerdo con la noción gramsciana, cobran un sentido “catártico” dentro de la coyuntura histórica en cuestión. En este sentido, la dinámica de los actores políticos involucrados en el conflicto provincial, se encuentra entrelazada con las formas de subjetivación política dentro de la realidad puntana; situación que aparece presente en los trabajadores municipales, en cuanto a la superación “del momento meramente económico (o egoísta- pasional)”, y el pasaje “al momento ético-político (…) de lo “objetivo a lo subjetivo” y de la necesidad a la libertad”362. Sobre todo, con el sentido reivindicatorio de la “autonomía municipal” y el entrecruzamiento con los demás sectores multisectoriales. Es por ello que para avanzar en las indagaciones históricas de los conflictos políticos en San Luis, se propone centrar la atención en la articulación entre el análisis de coyuntura política y las lógicas de poder que han persistido dentro del escenario provincial. En este sentido, uno de los supuestos de la investigación es que las formas de representación y participación política en la provincia, particularmente, durante el proceso último de transición democrática en Argentina, tuvieron un desarrollo desigual e interrumpido debido a las preexistentes prácticas políticas de las elites gobernantes, en el periodo histórico previo a la “vuelta de la democracia”.

Algunos interrogantes y objetivos Dentro de estas referencias descansa el segundo apartado de las indagaciones. En este sentido, los antecedentes que son recuperados en esta investiga361 Scott (2000), p.44. 362 Gramsci (1975) Vol IV, p.142

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ción intentan visibilizar las tensiones estructurales derivadas – en principio- a raíz de una situación política controversial, generada por las intenciones del gobierno provincial de dividir la ciudad de San Luis en cuatro municipios, a través de un proyecto de ley, en detrimento de la gestión municipal del momento, conducida por Carlos Ponce. Estos hechos, ocurridos durante el año 2000, dieron lugar a una multitudinaria manifestación protagonizada por los trabajadores municipales, en defensa de la autonomía municipal y sus puestos de trabajo, con la actuación de diversas organizaciones vecinales y varios sectores de la militancia, opuestos a la estructura gubernamental provincial. Aquellos sucesos marcaron el hito de las primeras experiencias de resistencia dentro del sistema político. La disputa entre el ejecutivo provincial contra el gobierno municipal y sus trabajadores, posteriormente, volvió a resurgir en el año 2003, sobre todo, con los hechos que derivaron en la creación de una intendencia paralela, en el centro capitalino. La confluencia de estos elementos, tiene la intención de recuperar las experiencias de lucha en el escenario político provincial; por lo cual, para poder develar las dinámicas entrelazadas en el conflicto, cabe preguntarse: ¿El municipio de la capital de San Luis, amenazaba a los intereses políticos del gobierno provincial? De este modo, se sostiene como hipótesis que la crisis de representación política gestada alrededor del gobierno rodríguezsaaista (en referencia al dominio ejercido sobre las estructuras del sistema político provincial), contribuyó en la proliferación de diversos espacios políticos -de carácter “independiente”- al gobierno provincial. En principio, estas se desarrollaron alrededor del municipio capitalino y el conjunto de sus trabajadores, durante el conflicto por la doble intendencia. La conformación de este espacio de resistencia, permaneció latente junto con el desarrollo del movimiento social Multisectorial, particularmente porque se enunciaba como un espacio de participación política, alejado de la cooptación personalista del gobierno provincial. El objetivo general de la investigación, es poder dilucidar las características y dinámicas del conflicto por la doble intendencia, entre el gobierno municipal y el gobierno de la provincia de San Luis (2003-2005), para poder ahondar sobre las disrupciones generadas hacia dentro del sistema político provincial y el surgimiento de los movimientos multisectoriales. Se disgregan tres objetivos específicos: 1) Identificar cómo afectaron los mecanismos institucionales utilizados por el gobierno provincial sobre el municipio y el conjunto de los trabajadores municipales; 2) Analizar las estrategias de protesta y de contestación de poder desarrolladas por los trabajadores municipales y otros actores involucrados; y 3) Conocer las acciones y respuestas del sistema político provincial ante las demandas de los trabajadores municipales y los movimientos multisectoriales. 168

Para la reconstrucción del escenario en el conflicto municipal y el clima de las protestas sociales, a partir del emergente movimiento Multisectorial en San Luis- a principios del año 2004- han sido recuperadas, las siguientes fuentes: boletín oficial y las sesiones de la cámara de diputados de San Luis. También se consultaron una serie de textos legislativos: en el proyecto de Ley Nro. 5394 Facultad del poder ejecutivo a convocar a elecciones en noviembre del año 2003, ley de caducidad de los mandatos (5324), el decreto provincial 117/03 y la Ley N° XII-0353-2004 (5414). Con ello se pretende reconstruir los fundamentos políticos que facultaron al poder ejecutivo provincial para el llamado a elecciones de autoridades provinciales y municipales y en la creación de una intendencia paralela. Presentación de medidas judiciales por el Dr. Carlos Ponce, Juan Barbeíto y otros concejales, contra el gobierno local de la provincia de San Luis, analizando las acciones legales realizadas por las fuerzas allegadas a la intendencia de Daniel Persico, ante la Corte Suprema de la Nación; con el objetivo de poder analizar, el carácter del reclamo, peticionado por los sectores políticos opositores. Diarios (portales digitales, provinciales, nacionales) inscritos en el momento histórico: El Diario de la República, El Chorrillero, Clarín, Página 12, Diario Judicial, La Política en San Luis (LPSL), y archivo audiovisual “Otoño en San Luis”, a los fines de poder reconstruir el contexto del conflicto y el panorama de las protestas sociales. Fuentes orales por medio de entrevistas semi-estructuradas a trabajadores municipales que estuvieron presentes en las disrupciones por la intendencia, para así identificar las perspectivas políticas sobre el conflicto, las acciones llevadas a cabo por el sector de trabajadores y sus implicancias con el movimiento Multisectorial. La elección de las fuentes mencionadas, tienen por finalidad examinar las experiencias de resistencia de los trabajadores municipales en el conflicto por la doble intendencia entre el gobierno municipal y el gobierno de la provincia de San Luis, a partir de las indagaciones testimoniales de los actores implicados, vinculados con las narrativas de los medios de comunicación nacionales y provinciales de la época; y en contraste con el análisis de archivos y resoluciones legislativas, peticionadas por el poder ejecutivo provincial (Leyes N°53245394, 5424, 5382 y el decreto 117/03). Bajo estos preceptos, la intención es poder aportar en las producciones de conocimiento, sobre las expresiones identitarias de lucha en San Luis, en torno al campo de la historia reciente. A continuación se adjunta una exposición general de la investigación, por medio de los siguientes apartado, con la finalidad de revalorizar las prácticas o experiencias de resistencia en la provincia de San Luis. 169

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Exposición general: I En este apartado se propone, reconstruir las condiciones de posibilidad socio-históricas del contexto político a nivel nacional –a partir de la trama de los procesos de transición democrática- con el propósito de situar los antecedentes que devinieron en una primera disputa entre la gestión municipal y el gobierno de la provincia de San Luis en el año 2000. Se pretende realizar un recorrido contextual sobre los mecanismos y respuestas proselitistas, económicas y sociales, llevadas adelante por los consecutivos gobiernos de Adolfo Rodríguez Saa en San Luis durante el período 1983 y 2001. Este apartado buscará sintetizar las relaciones políticas y financieras del municipio capitalino bajo la dirección de Carlos Ponce con respecto al gobierno provincial. Asimismo, se definirá el rol de los trabajadores municipales, en cuanto a los principios estipulados por su propia carta orgánica y en relación a las funciones que cumplen dentro de la ciudad de San Luis; con el objeto de exponer las repercusiones que generaban, las medidas de fuerza tomadas por el sector de municipales sobre el gobierno sanluiseño. II Este apartado tiene por objeto introducir una visión panorámica del conflicto político-institucional, a partir de la creación de una doble intendencia en San Luis, en el año 2003. Se buscará indagar las particularidades de los mecanismos legales e institucionales, utilizados por el ejecutivo provincial presidido por Alicia Lemme (bajo el aval dirigencial de su sucesor, Alberto Rodríguez Saa), que justificaban la caducidad de todos los mandatos de cargos electivos provinciales y municipales, de forma anticipada e irrevocable, así como, la convocatoria inmediata a elecciones. La intención es poder recuperar las controversias políticas entre las dos administraciones municipales paralelas en la ciudad de San Luis; pretendiendo distinguir, al sector organizado de los trabajadores municipales, identificados con el ex intendente Carlos Ponce y la gestión municipal de Daniel Pérsico, frente a la recién fundada intendencia de María Angélica Torrontegui reconocida, además, por el gobierno de Alberto Rodríguez Saa. En este sentido, el objetivo es poder recuperar las experiencias de resistencia de los trabajadores municipales, sus formas de resolución durante el conflicto de la doble intendencia y sus articulaciones con el movimiento Multisectorial, como medio de canalización de las demandas.

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I: En los albores de una transición turbulenta Los procesos políticos, sociales y económicos tienden a desarrollarse de forma heterogénea y particular en cada coyuntura histórica. Para comprender cabalmente los orígenes del conflicto político-social e institucional en el conflicto de la doble intendencia, entre la municipalidad y el gobierno de la provincia de San Luis, es necesario recorrer el entramado histórico-político de los gobiernos rodriguezsaaistas como fuerza gobernante en el sistema político sanluiseño, desde el último período de transición democrática en Argentina, para ahondar luego en la contextualización y los factores que devinieron en una primera disputa entre la gestión municipal, en conjunto con sus trabajadores, y el gobierno de la provincia de San Luis en el año 2000. En Argentina, la etapa inaugural de los años ochenta, trajo consigo un proceso de deterioro institucional de los gobiernos autoritarios o dictaduras, en el que, las medidas graduales de democratización política (elecciones libres, libertad de participación, alternancia partidaria, etc.) a través de la liberalización del sistema político, suponían una garantía eficaz de pluralismo e igualdad de derechos. Sobre este punto, Juan Linz señala que en los procesos de transición democrática, cuanto menos se asociara los condicionamientos económicos, sociales y culturales con la transición del régimen democrático, sería más factible que algunos sectores de la sociedad toleraran estos cambios, sin el cuestionamiento o rechazo, de las instituciones y el sistema político.363 Desde esta perspectiva, la configuración de los marcos normativos e institucionales al interior del Estado Nacional, traía aparejados problemas estructurales en términos socio-económicos, por lo que, la “vuelta a la democracia” tenía una significancia cuasi ecuménica o como sugiere Garreton, “se le asignaba a las nuevas democracias grandes responsabilidades en materia de recuperación de niveles de vida y de desarrollo social”.364 De ahí que la etapa de regeneración del sistema político en Argentina, durante la presidencia de Raúl Alfonsín en 1983, no tuviera un desarrollo uniforme en el plano territorial-provincial. Esta situación, no solamente estaba entrelazada con los condicionamientos económicos de la crisis post-dictadura, sino también, con la persistencia de rupturas sociales o “clivajes” anclados en los márgenes institucionalizados del sistema democrático365. Es decir, mientras transitaba el período de reconstrucción democrática del sistema político a nivel nacional, todavía prevalecían enclaves con una cultura política interrum363 Linz (1990), p. 24. 364 Garreton (1997), p. 5. 365 Martin Lipset y Stein Rokkan, se refieren al término “clivaje” como una división estructural generada por “el conflicto entre la cultura central que construye la nación y la resistencia creciente de las poblaciones sometidas de las provincias y las periferias, étnica, lingüística o religiosamente diferenciadas” Lipset y Rokkan (2001).

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pida dentro de los canales de participación política, sobre todo en las esferas estaduales locales. 366 En el caso de San Luis, al hacer alusión a las prefiguraciones políticas provinciales, resulta conveniente destacar que las dinámicas de las dirigencias gobernantes, hasta mediados del siglo XX, estuvieron signadas por el dominio de un grupo de familias tradicionales con fuertes inclinaciones conservadoras, que habrían de alternarse en el gobierno-“por lazos de parentesco”- de forma sucesoria. De ahí que las formas de representación política sanluiseñas, propias del “sistema de partidos”, se hayan instituido bajo el predominio de un bipartidismo entre conservadores y radicales que, a posteriori, se trasladaría en las filas del partido justicialista provincial367. En este sentido, la injerencia de las elites tradicionales en la realidad política puntana, se vieron fagocitadas por las condiciones socioeconómicas imperantes; pues la fisonomía de la estructura poblacional, hasta la década del cincuenta y sesenta, estaba determinada por el predominio de una población rural, dedicada principalmente a las actividades de producción ganadera y agrícola (moliendas de cereales, frigoríficos) de tipo artesanales. En tanto que los sectores terciarios de la economía provincial y las fuentes de trabajo de la población urbana, se mantuvieron entrelazadas con las actividades comerciales y la administración pública368. Otro de los condicionamientos de la época, siguiendo las consideraciones de Samper, era “la ausencia de industrias y el lábil u casi inexistente impacto inmigratorio; puesto que, en nuestro país, la inmigración ultramarina fue un factor clave sobre el desarrollo económico, la formación de los sectores medios y también en la formación del movimiento obrero”.369 A estas caracterizaciones sobre la matriz social y productiva de la provincia, se le debe agregar que durante la primera mitad del siglo XX, se realizaron diversas intervenciones federales dentro del sistema político sanluiseño370. Por lo que, a diferencia de las regiones centrales del país -donde el pasaje a un modelo político con participación ampliada, devino como el corolario de una sociedad de masas en ascenso, que se expresaba por otras vías de representación 366 El sociólogo chileno Manuel Garreton, llama la atención respecto a que, generalmente, las transiciones en regímenes democráticos como Argentina podían considerarse incompletas, o mejor dicho, “como regímenes que aunque fueran democráticos, en algunas regiones mantenían rasgos autoritarios” Garreton (1997) 367 Omar Samper en sus estudios sostiene que, los sectores de las elites políticas tradicionales, concretamente del radicalismo puntano, a través de diversos mecanismos, fueron los que dieron origen al peronismo en la provincia. “Procurando así, un quiebre en la hegemonía política conservadora y un cambio político, que se podría interpretar como el comienzo de la hegemonía del partido peronista” Samper (2015). 368 Martínez y Aguirre (2016). 369 Samper ( 2015), 219. 370 Ibídem

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política- las esferas gobernantes de la provincia permanecieron sin conflictos o alteraciones de movimientos internos que se expresasen por las vías de la protesta social. En este sentido, el proceso de reapertura política que se inicia a principios de 1970- tras la capitulación de la dictadura militar- coloca a la gobernación del peronista Elías Adre durante el período 1973-1976, como un primer hito de pluralismo y alternancia dentro del esquema político provincial371. Sobre todo por la cercanía del gobierno de Adre con las agrupaciones y tendencias de base peronista, como la Juventud Peronista (JP) o la Juventud Trabajadora Peronista local (JTP). A esto se le agregaba que los funcionarios de su gabinete estaban vinculados con las tendencias revolucionarias o vistos como cercanos a la “izquierda” dentro del peronismo; esta situación lo dejaba posicionado a Adre dentro de una línea más progresista en comparación con los gobiernos antecesores y sobre todo, dentro de la rama del justicialismo provincial. 372 Por otra parte, la lindante atmósfera política a nivel nacional tras el regreso de Juan Domingo Perón a la presidencia y el acordado “pacto social” con los sectores de la ortodoxia sindical y el ala “derecha” del Partido Justicialista (PJ), tuvieron repercusiones dentro del campo político provincial. Por lo que, ante el panorama de “depuración373” que había comenzado internamente el peronismo sobre los gobiernos provinciales de carácter “filo marxistas”, estas acciones serían tildadas como una “desviación” de la doctrina justicialista y denunciadas por las fuerzas intrapartidarias del justicialismo opositor (junto con los sectores conservadores), de ser un gobierno “montonero” que prestaba “apoyo logístico a los centros de instrucción guerrilleros374”. Dentro de estas consideraciones, los aportes del historiador José Samper en su libro acerca de 371 A partir de la destitución de Frondizi en 1962 y los hechos que posteriormente devinieron con la autodenominada “Revolución Argentina” durante 1966- 1973- gobernada en principio por Juan Carlos Onganía y posteriormente sucedida por Roberto Levinston y Agustin Lanusse-, se llevaron adelante diversas intervenciones federales a las provincias. En el caso de San Luis, tras la deposición del gobernador Santiago Besso en 1966, el sistema político provincial estuvo controlado por continuos interventores de facto, designados por el gobierno militar hasta la finalización de la dictadura. 372 La presencia de Julio Everto Suarez- proveniente de la JP - en la dirección del ministerio de gobierno de Elías Adre, fue una de las principales denuncias y cuestionamientos hacia la gobernación. En 1974, con la “ruptura” entre Perón con los montoneros, Adre le pide la renuncia a Suarez. Posteriormente, sería detenido, acusado de ser parte de la organización montoneros. Véase en “La historia detrás de la carta a Massera y las simpatías militares de los Saá”, en www.lapolíticaensanluis.com, 13 de marzo de 2018. 373 Marina Franco en su trabajo sobre “La depuración interna del peronismo como parte del proceso de construcción del terror de Estado en la Argentina de la década del 70”, manifiesta que: “esta lucha se dio, en particular, en las estructuras partidarias y de gobierno provinciales, donde la acusación de “infiltración marxista” fue utilizada para dirimir las disputas entre sectores internos del peronismo por espacios de poder en el Estado (…) pujas sectoriales en los poderes provinciales y hasta para resolver conflictos personales” Franco. M (2011), p.34. 374 Pablo Bonavena (2009) p.174.

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“la identidad de los puntanos”, en cuanto a la gobernación de Elías Adre durante 1973-1976, resultan bastante sugerentes: El arco de la oposición conservadora en alianza con el diputado peronista, Adolfo Rodríguez Saa- a través del Movimiento Popular Provincial- entre ambos, dejan prácticamente debilitado y en minoría a la “tendencia” del Adrismo en el ejecutivo provincial. Además, con la ayuda de la iglesia católica, esta situación, no tuvo reparo por parte de la sociedad puntana. Por lo que, la llegada del golpe militar, no hace más que terminar con el gobierno y con las pocas libertades que se habían conseguido.375

Dicho de este modo, y en relación a la etapa previa del proceso de transición dictadura-democracia en San Luis, la consagración del régimen político provincial, retomando los criterios de O’ Donell, se entrama dentro de las lógicas del propio Estado, desempeñando un papel custodial respecto a las clases dominadas y como garante de las clases dominantes o, en este caso particular, de las facciones conservadoras sobre el aparato estatal376. A este hecho se le debe agregar que las diversas intervenciones federales, además de tener influencia en el predominio de las fuerzas políticas conservadoras en las esferas de gobierno, al mismo tiempo impactó dentro del régimen electoral y en las formas de representación política dentro de la provincia. Así, el advenimiento de la dictadura militar, tendió a permear sobre el modelo político de la provincia y sobre las estructuras republicanas de gobierno- que se mantuvieron intermitentes-, influyendo en los canales de participación democrática en los sectores de la sociedad civil y la ciudadanía sanluiseña. Las condiciones de posibilidad en el orden “descentralizado” Bajo este contexto, se vaticina la llegada de Adolfo Rodríguez Saa a la gobernación de San Luis, por medio del peronismo en el año 1983, con la puesta en marcha de la Ley de Promoción Industrial377. Este hecho permitió el impulso de una masiva radicación de diversas industrias con capitales privados, generando grandes transformaciones económicas y sociales en la provincia, dado que, la gran demanda de mano de obra industrial, atrajo a diversos sectores sociales del país. Como consecuencia, se produjeron alteraciones en la 375 Samper (2012), p.67. 376 O’ Donell (1982), pp. 16, 17 377 La ley de promoción industrial, surge a partir del “Acta de Reparación Histórica” firmada entre el gobierno nacional y la provincia de San Luis, bajo la gobernación de Elías Adre en 1973. La inclusión de San Luis, al igual que las provincias de Catamarca y La Rioja en el acta, parte del reconocimiento hacia las provincias, por sus aportes a la gesta independentista sanmartiniana. De este modo, la nación se veía en la obligación “arbitrar las medidas necesarias para promover el crecimiento de las provincias (…) como reparación histórica por su contribución a la formación de la Nación”. (Ley N° 21.608)

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estructura poblacional, al igual que cambios en la estructura productiva y en el mercado laboral sobre la sociedad sanluiseña. Otro de los fenómenos que trajo aparejado el régimen de promoción industrial, fueron las grandes migraciones internas de los departamentos locales hacia los centros con mayores cordones industriales, es decir, las ciudades de San Luis y Villa Mercedes. De este modo, el dinamismo que adquirió el sector industrial se consagró como el principal impulsor del crecimiento económico en San Luis378. Las políticas industriales implementadas por el gobierno provincial, generaron un acelerado proceso de crecimiento económico en la provincia que tuvo una notable impronta en el desarrollo de las estructuras y sectores urbanos379. Estas modificaciones, a su vez, derivaron en una política de renovación en infraestructura que, ante el aluvión fabril y el creciente aumento de la población, produjeron una mayor diversificación ocupacional, sobre todo en las actividades de construcción (por medio de un programa masivo de viviendas, centros de salud, escuelas, obras de pavimentación, etc.), que junto a los rubros de las actividades comerciales y turísticas, generaron un efecto “modernizador” sobre las localidades sanluiseñas con mayores aglomeraciones. En este sentido, los cambios otorgados por la Ley de Promoción Industrial, proveyeron al gobierno de Adolfo Rodríguez Saa de una imagen positiva y una mayor legitimidad dentro de la sociedad puntana. Según la autora Gloria Trocello, estos beneficios fueron aprovechados por el gobernador para hacerse del control de los recursos mediáticos más importantes de la provincia, como el Diario la República y Canal 13 (conducido por Alberto Rodríguez Saa desde 1984), manteniendo el control de la agenda pública y así poder capitalizar el rédito generado por la industrialización sobre su figura carismática380. De ahí que la efusión discursiva del gobernador estuviese orientada a identificar el “progreso” de la provincia como una proeza de su gestión de gobierno y también, como eje fundamental de propaganda política. 381 Es necesario aclarar que, previamente al arribo de la gobernación, la familia Rodríguez Saa había precedido con anterioridad las esferas del gobierno provincial, por lo que, la trayectoria política de este tipo de clase política, de378 Martínez y Aguirre (2016), pp. 3,4 379 Bianchi (2016) 380 En lo referente a los gobiernos de Adolfo y Alberto Rodríguez Saa en la provincia de San Luis, gran parte de los aportes y estudios realizados- Samper (2006); Trocello (2008); Rodríguez Luiz (2004)-, retoman las caracterizaciones, desde la concepción weberiana del poder patrimonialista-neopatrimonialista. Es decir que, el gobierno de Rodríguez Saa- a través de diversos recursos políticos, institucionales y culturales- se encargó de consolidar un régimen político en la provincia centrado sobre la figura carismática de su persona. De este modo, el monopolio del aparato estatal aparece intrínsecamente ligado a las arbitrariedades del “señor” patrimonial u en este caso, la figura de Adolfo Rodríguez Saa. 381 Trocello (2008)

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viene de un esquema de prácticas, gestadas de manera tradicional en la propia esfera estatal382. La aclaración anterior se debe a que el entramado contextual que descansa sobre la construcción hegemónica “rodriguezsaaista” (desde la visión patrimonialista y neo-patrimonialista), ofrece una visión sesgada a las voluntades y artimañas de una dirección gobernante que se adueño “por merito propio” del aparato estatal. Dicho esto, resultan interesantes rescatar las enunciaciones de María Inés Belgrano, sobre la construcción del relato sobre la “puntanidad” y sobre todo, en relación a la construcción del poder político provincial: Podemos afirmar que la posibilidad de sostener el poder en el tiempo se relaciona, entre otros elementos, con la construcción de un relato cuya articulación entre memoria y olvido debe necesariamente homogeneizar la mirada y sacar del escenario todas aquellas prácticas y discursos que puedan erosionar las bases de dicho poder (…) En estas delimitaciones de qué es ser o no ser puntano/a se cuela la mirada hegemónica sobre el pasado, el conflicto (o su ausencia).383

Conforme a las variantes coyunturales de la época, es pertinente tener en cuenta que la industrialización gestada en San Luis, formó parte de un proceso de descentralización industrial y administrativa, del estado nacional hacia las provincias del interior. En este sentido, el proyecto de ley de promoción industrial, efectuado bajo la presidencia de Raúl Alfonsín (1983-1989), de acuerdo con Matias Bianchi: “consistió principalmente en la exención impositiva en productos finales y en la delegación absoluta del control a los gobiernos provinciales (…) San Luis recibió el 62.6% de los proyectos eximidos fiscalmente, y el 70% de ellos fue asentado en la ciudad de San Luis”384. Teniendo en cuenta el análisis que realiza de Bianchi (2006), se prevé que 382 Marcela Navarrete y Cintia Martínez, en su trabajo sobre “El Golpe de Estado del 55 en la prensa sanluiseña”, se hace presente la familia Rodríguez Saa dentro del poder político provincial y también, como propietaria del diario La Opinión: “el diario fue fundado el 16 de marzo de 1913 (…) por Umberto Rodríguez Saá, entonces presidente de la Legislatura, a finales del mandato de gobierno provincial de su hermano Adolfo Rodríguez Saá, apodado ‘El Pampa’” (…) En el momento de producirse el Golpe del 55, de acuerdo a la Sra. Teresa Bernal de Rodríguez Saá, el director de este periódico era su marido, el Dr. Raúl U. Rodríguez Saá, labor que desempeñó hasta su muerte en 1961. Posteriormente serán la viuda y su hijo mayor, Eduardo Rodríguez Saá los que dirigirán La Opinión durante las décadas subsiguientes” Navarrete y Martinez (2012), pp. 2 y 3. 383 Belgrano (2019), p. 11 384 En cuanto a la política de descentralización, esta forma parte del “achicamiento estatal”, conforme a las reformas neoliberales que llevo adelante el gobierno de Carlos Saúl Menem (1989-1998). Sobre este punto, se atiene a la definición de Catalina Smulovitz y Adriana Clemente: “Las políticas de descentralización suponen el pasaje de poder y atribuciones desde los gobiernos nacionales hacia los gobiernos locales o subnacionales (provincias, municipios o regiones). Este pasaje implica no sólo la reducción del tamaño del gobierno nacional sino también la transferencia de responsabilidades en la toma de decisión hacia las unidades locales” Smulovitz y Clemente (2004), p.40

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el gobierno de Adolfo Rodríguez Saa a partir del régimen de promoción industrial, gestó un estado rentista que permitió al gobernador provincial, a través de la autorización de los decretos sobre las fábricas que pretendían radicarse en la provincia, absorber la mayoría de los recursos fiscales locales y de los fondos de coparticipación federal385. En este sentido, la ley de coparticipación federal dispuso para San Luis, un monto proporcional del 2,37 %- de la recaudación total de la nación- para la provincia, lo que implicaba una suma importante para el gobierno provincial, sobre todo si se equivale la alícuota establecida, en relación a la cantidad de habitantes en San Luis hacia principios de los años noventa; puesto que los gravámenes impositivos -por habitante- otorgaron una amplia diferencia de ingresos en las arcas fiscales de la provincia. 1960

1970

1980

1991

174.316

183.460

214.416

286.458

Cuadro 1: Población total de la provincia de San Luis. Censos nacionales de 1960, 1970, 1980 y 1991. Fuente: INDEC. Censos Nacionales 1960, 1970, 1980 y 1991.

En este sentido, el proceso de descentralización política y fiscal hacia el gobierno sanluiseño terminó por cristalizarse con la reforma de la constitución provincial en 1987. Bajo esta reforma, se estableció la reelección indefinida, posibilitando la continuidad de Adolfo Rodríguez Saa en el gobierno durante cinco consecutivos gobiernos a través del partido justicialista (1983, 1987, 1991, 1995). De acuerdo a las sugerencias de Samper, “el control de la sucesión política por parte del gobernador hizo menos competitivo el sistema político provincial y la acumulación de poder fue progresiva”386. Por otro lado, las fuerzas partidarias opositoras, particularmente la UCR, comenzaron a decrecer en las disputas electorales de la provincia -en lo referido particularmente a la gobernación-, lo que permitió un ascendente predominio del Partido Justicialista sobre el poder ejecutivo y legislativo provincial, ya que, contaba siempre con los dos tercios de los votos necesarios en ambas cámaras que aseguraran la aprobación de los proyectos presentados por el gobernador387. No obstante, es necesario aclarar que a pesar de que la UCR 385 Con la reforma constitucional nacional de 1994, se le dio rango constitucional al sistema de coparticipación federal (Art 75. Inc 2) devenida de la ley de coparticipación federal (23.548); en el cual se delimitaba la asignación de recursos públicos- desde el gobierno nacional- para la ejecución de las políticas estatales provinciales (…) De esta manera, las contribuciones tributarias (directas e indirectas) hacía las provincias federales, se establecieron de forma automatizada y directa a los gobiernos provinciales” Elorza, Ocampo y Quiroga (2009), pp. 2-3 386 Samper (2008) p.10. 387 Trocello (2008)

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-como principal partido opositor de la provincia-, tuviese menos posibilidades de disputar en la contienda electoral contra el PJ sobre los cargos legislativos, siguió obteniendo bancas y representación en la cámara de diputados dentro del parlamento provincial, además, continúo disputando en los escalafones de gobierno de las intendencias locales388. A partir del siguiente cuadro, se puede contrastar el carácter diferencial de votos. Partido

1983

1987

1991

1995

1999

PJ

41,2 %

52,0%

50,0 %

71,5 %

54, 9 %

UCR

37,8 %

32,8 %

37,7 %

16,5 %

FrePaSo Partido Demócrata liberal

11,0 % 6,8 %

Alianza para el Trabajo, la Justicia y la Educación1

44,5 %

Cuadro 2: Resultados de las elecciones a gobernador en San Luis Fuente: Trocello, 2008.

Dentro de lo señalado anteriormente, se puede observar que las políticas implementadas por el gobierno provincial se mantuvieron entrelazadas con los síntomas de desregulación económica que se vaticinaban a nivel nacional. Por lo que, las medidas de descentralización política y fiscal que fueron otorgadas hacia el gobierno de San Luis, proveyeron de un aumento en la capacidad estatal para el despliegue de diversas políticas públicas. Por otra parte, la desigual jerarquía de cargos políticos en las disputas partidarias, particularmente entre la Unión Cívica Radical y el Partido Justicialista, permitió que el justicialismo provincial impusiera su dominio en la esfera política sanluiseña. Ahora bien, teniendo en cuenta lo mencionado en el apartado anterior, dentro de la “clase política” en San Luis, la relación dual entre las fuerzas partidarias- ambas provenientes de sectores conservadores-, se escindió del histórico modelo bipartidista que predominaba en él sistema político. En este sentido, siguiendo las observaciones de Gaetano Mosca, la recomposición de la clase política durante el período de transición y consolidación democrática en San Luis, genero un desequilibrio entre las fuerzas políticas, por el cual, 388 El radicalismo con Juan Bautista Picco, asumió la intendencia durante 1983- 1987. Posteriormente le siguió su correligionario Javier Cacace entre 1987 y 1991.

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la tendencia con mayor capacidad para adaptarse y hacerse del monopolio de la autoridad estatal (en este caso, el Partido Justicialista), fue, en cierta manera, generada por las propias condiciones contextuales que imperaban en la provincia. Es decir, ambas clases políticas tenían que adecuarse a las nuevas expectativas coyunturales que trajo consigo la apertura democrática aunque -a diferencia de sus predecesores-, ya no podían ejercer o tener las mismas cualidades que los llevaron al poder389. La cuestión Municipal La extensión de la política descentralizada hacia la jurisdicción provincial, tuvo disímiles repercusiones en el gobierno municipal de la ciudad de San Luis, ya que, con la reforma de la constitución provincial, se le atribuyó al gobierno municipal, el reconocimiento de sus facultades políticas y financieras, así como su autonomía institucional, con capacidad para redactar su propia “Carta Orgánica390”: En el capítulo XXVI de la constitución de San Luis está establecido que los municipios de acuerdo al número de habitantes que posee, determinando diferentes categorías: municipio, comisión municipal, comisionado y delegación municipal. Las municipalidades que cuentan con un número de habitantes mayor de 25.000, pueden dictar su Carta Orgánica Municipal conforme a la Constitución Provincial, por lo que solamente los Municipios con mayor número de habitantes la poseen en toda la provincia, es decir, San Luis y Villa Mercedes.

Sin embargo, las potestades tributarias y su alcance político-institucional, estuvieron supeditados a las disposiciones del poder ejecutivo provincial. En otras palabras, aunque el gobierno provincial reconociera que el municipio sanluiseño, tuviese “formalmente” su autonomía, este último, no recibió capacidades o mecanismos de recaudación económica y de recursos propios. Por lo que la principal fuente de financiamiento que tenía la intendencia capitalina, era a través de los fondos de coparticipación que les designaba el gobierno provincial. Sobre este punto, Matías Bianchi sostiene que, “a pesar de que los ingresos fiscales de la provincia se multiplicaran considerablemente, la parte destinada a los gobiernos municipales decreció. De hecho, las municipalidades en San Luis solo recibieron alrededor del 5-6% de los fondos 389 Mosca (1992), pp.31- 34 390 Con la reforma constitucional de 1994 se introdujeron importantes cambios hacia dentro de los gobiernos federales, uno de ellos fue el reconocimiento de la autonomía municipal. El artículo 123 de la constitución nacional expresa: “Cada provincia dicta su propia constitución, conforme a lo dispuesto por el artículo 5° asegurando la autonomía municipal y reglando su alcance y contenido en el orden institucional, político, administrativo, económico y financiero”. En el caso de San Luis, si bien la reforma constitucional fue en 1987, también se incorporó con el artículo 248, el reconocimiento de la autonomía municipal.

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compartidos”391. En consecuencia, la retención de los recursos fiscales por parte del gobierno provincial, fue retrotrayendo las capacidades del gobierno municipal para afrontar los gastos de obras y servicios públicos392. Por otro lado, se hace necesario aclarar que las limitaciones financieras del municipio no significaban que no tuvieran recursos, sino que estaban en una situación de constante dependencia del ejecutivo provincial. Paradójicamente, si bien el ejecutivo provincial institucionalizó la autonomía política e institucional del municipio de San Luis, también se encargó de mantener su injerencia sobre los candidatos electos, particularmente con los que surgieron desde las filas partidarias del justicialismo. En el año 1995, tras finalizar el mandato de Mirtha Verbeke (1991-1995) como intendenta, asumió Carlos Ponce el gobierno municipal, también de la mano del justicialismo provincial. Dentro de este período, también comenzó a avizorarse un estancamiento económico en la provincia, dado que había finalizado el régimen de promoción industrial (con vigencia de diez años) y por ende, el ejecutivo provincial, dejaba de contar con los ingresos fiscales que provenían de las exenciones impositivas fabriles. Asimismo, la etapa de mediados de 1990 a nivel nacional estuvo signada por las políticas del modelo neoliberal, implementadas durante la presidencia de Carlos Menem, con la “supervisión” del Fondo Monetario Internacional. En efecto, las medidas de ajuste estatal (recortes del gasto público, privatizaciones, desocupación, desempleo, etc.), también repercutieron en los niveles provinciales. En el caso de San Luis, los síntomas de crisis económica y el alcance de las reformas políticas, estaban presentes en la retórica del ejecutivo provincial, sobre todo en la inauguración del período de sesiones legislativas393: Esta Reforma del Estado que resulta absolutamente necesaria para salir de la crisis económica y social en que se encuentra la provincia (…) debo anunciarles que seguirán siendo ustedes los protagonistas de la Reforma del Estado que debe profundizarse tanto como sea necesario, para garantizar un estado sano (…) especialmente nos permitirá reiniciar las finanzas provinciales para reiniciar el camino de la generación de fuentes de trabajo394. 391 Bianchi (2016), p. 354 392 En lo referido a las obras y servicios públicos, según la carta orgánica municipal se encuentran comprendidas, según el artículo 63: “todos aquellos que satisfagan necesidades básicas de los habitantes radicados en el ‚éjido municipal”. Es decir, obras de pavimentación, redes de agua potable y cloacas, alumbradas, barridas y limpieza, plazas, etc. 393 Durante el período de 1995 y 2000, comenzó a regir la instrumentación de la emergencia económica y social del Estado provincial. Esto implicó la supresión de ministerios, secretarías del Estado; la privatización del Banco de la provincia; la reestructuración del sistema de salud, bajo las medidas de autogestión sanitarias, reformas en el sistema de educación, entre otras medidas de descentralización y ajuste” Informes de Secretaría General de la Gobernación (1995). 394 Mensaje del Sr. Gobernador Dr. Adolfo Rodríguez Saa en la inauguración del IX Perío-

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De esta manera, los gobiernos municipales de la provincia, se vieron afectados por las medidas políticas y económicas implementadas por el poder ejecutivo, lo que implicó, una reducción importante de los fondos transferidos al gobierno municipal. Paralelamente, el gobierno provincial sancionó la Ley 5145 (Régimen de coparticipación Municipal), estableciendo que, en lo respectivo a las formas de saneamiento financiero y los proyectos de inversión de los municipios, pasaban a ser administrados por el poder ejecutivo de la provincia395. Frente a este panorama de agotamiento, el reciente intendente electo Carlos Ponce decidió abrirse de las filas del justicialismo y conformar su propia fuerza política a través del Movimiento Patriótico de Liberación (MPL), logrando ser reelecto en 1999. Bajo estas circunstancias, la reelección de Carlos Ponce en la intendencia, logró posicionarlo como referente de, hasta aquel entonces, una lábil oposición política; de ahí que desde el gobierno municipal, con su efusiva sobre la defensa de la “autonomía municipal”, intentara ocupar aquel vacío de representación o de espacios políticos alternativos, generando adhesiones en diversos sectores del centro y las zonas aledañas a la capital provincial. Además, es necesario tener en cuenta que dentro de los niveles de ocupación, en la población sanluiseña, la Administración Pública representaba la principal rama laboral con mayor importancia en la provincia396. Este dato hace posible visualizar la importante nómina de trabajadores que había dentro del municipio y que, paralelamente, fue utilizada como argumento del ejecutivo provincial para la modificación de las partidas presupuestarias y en la instrumentación normativa del ejecutivo sobre el régimen de coparticipación municipal397. En relación a los ya mencionados acontecimientos, es oportuno destacar que el “ascenso” como figura opositora del intendente reelecto, se funda en las limitaciones del gobierno provincial de ejercer el control político sobre el centro capitalino de la provincia. Esta situación se puede visualizar en el trabajo de Gustavo Heredia, particularmente en su análisis de las elecciones de 1999, en las cuales, el gobierno provincial, atento a los posibles resultados del Partido Justicialista a nivel nacional -sobre todo por los efectos de la política do Ordinario Bicameral de Sesiones. Cámara de Diputados de San Luis, 1 de abril de 1996. pp. 5-6. 395 El artículo 9 de la ley 5145 dispone que: “La administración del fondo estará a cargo del Poder Ejecutivo Provincial, quien estará facultado para: revisar y aprobar el proyecto, fijar las pautas financieras, plazo de devolución, plazo de gracia, plazo de garantía, tasa de interés, limite del préstamo y/o garantías, como así también aceptar o no el programa de saneamiento financiero, monto del préstamo a otorgar y el orden de prelación de los solicitantes” Ley N°5145 (1998). 396 Paez y Bussetti (2005), p.47 397 Samper (2006)

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neoliberal en todo el país-, se encargó de desdoblar las elecciones nacionales de los comicios provinciales. Esto permitió al justicialismo ganar en la provincia, aunque perdió en la Capital, donde se concentra la clase media crítica al gobierno398. A pesar de que los resultados hayan sido atribuidos al gobierno municipal en las disputas personalistas dentro de la política local, es importante tener en cuenta que -en aquel momento- el 40 % de la población de San Luis residía en el departamento de la Capital399. Pues, aquella expresión negativa de los sectores medios urbanos con el gobierno provincial, puede ser comprendida como una línea de aversión hacia la estructura hegemónica imperante, ya que, los efectos de la crisis económica estaban latentes en la provincia y además, porque dentro de estos sectores sociales permanecía un cierto halo de rechazo sobre las formas simbólicas del poder provincial. Probablemente, ese ideario esté vinculado a las controversias generadas con el Poder Judicial y también, por la cercanía de los núcleos urbanos con las fuerzas políticas opositoras que siguieron teniendo injerencia en la política local400. Siguiendo las nociones de Thompson (1981), dentro de la ciudadanía sanluiseña, se conforma una incipiente y “significativa consciencia social” que, en la medida que se funda con la “experiencia” del conflicto, también conforma su identidad; mientras tanto, los actores sociales actúan sobre su situaciónen mayor medida-, “a través de las estructuras de clase a ellos sobrevenidas” o en este caso, por las fuerzas o figuras opositoras que también forman parte de la clase política, aunque, se configuran de acuerdo a sus beneficios. Rebelión Popular A mediados del año 2000, las asperezas entre el gobierno municipal de la capital y el ejecutivo provincial, se recrudecieron a partir de la presentación de un proyecto de ley de división del municipio de la ciudad de San Luis en cuatro intendencias401. La solicitada del gobierno provincial, pretendía “la creación de tres nuevos municipios en el Departamento La Capital de la provincia de San Luis”, bajo el fundamento de poder “descentralizar la extensión territorial, política y administrativa del gobierno municipal” a los fines de poder garantizar un efectivo control sobre “la eficiencia en la prestación de servicios y el mejoramiento de la calidad de vida de los habitantes involucra398 Heredia (2019), p.306 399 Idem, p. 307 400 Ídem, pp.255- 269 401 Por aquel entonces, el proyecto fue promocionado por el gobernador Adolfo Rodríguez Saa junto con su hermano Alberto Rodríguez Saa, quien ocupaba el cargo de Senador Nacional. Durante los anteriores gobiernos de Adolfo Rodríguez Saa, también había desempeñado el mismo cargo, en los períodos de 1983-1989 y 1991-1994.

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dos”. A su vez, este proyecto también fue impulsado desde los medios locales a través de diversos eslóganes relacionados con la “creación de nuevas ciudades” o “la refundación de la ciudad de San Luis”, “que le garantizaría a la población una calidad de vida que no tiene”402. Sin embargo, el proyecto tenía intereses más socavados y vinculados con las potestades del poder político provincial de poder influir sobre el gobierno municipal.403 Es por ello que la presentación del proyecto de ley sobre la división de los municipios generó animosidad sobre un sector de los trabajadores municipales y el Sindicato de Trabajadores Municipales de San Luis, conducido por el dirigente gremial Francisco Rosales. Además, se sumaron organizaciones militantes de raíz peronista como la agrupación “Gilberto Sosa”, diversos sectores vecinales de la ciudad de San Luis y algunos dirigentes de la oposición política. A mediados de septiembre, después de conocerse la positiva del senado para que el proyecto sea tratado en la cámara de diputados, trabajadores municipales junto a vecinos, el gremio municipal, algunos concejales allegados al municipio y sectores de la militancia, realizaron un corte sobre la ruta nacional 7- ubicada en las afueras de la ciudad de San Luis- que se extendió por dos días, hasta que fueron desalojados por la policía provincial. Finalmente, el 18 de septiembre del 2000 (día de tratamiento del proyecto), se produjo una multitudinaria movilización que congregó a miles de manifestantes, provenientes de diversos sectores y de variantes políticas disímiles, frente al palacio legislativo. Es importante aclarar que la conducción de la protesta venía principalmente de dirigentes políticos allegados a la intendencia y los trabajadores municipales, quienes veían amenazados sus puestos de trabajo y también, organizaciones vecinales junto con otros sectores de la militancia; probablemente, el arrimo espontáneo de múltiples sectores sociales en el conflicto, haya estado entrelazado con la propia cercanía que imbrican al municipio y sus funciones urbanas o sociales, con el principal centro urbano de la provincia de San Luis, La Capital. Esta apreciación resulta fundamental, sobre todo, si tenemos en cuenta que en cuanto a las históricas prácticas políticas en la provincia, no hubo una confluencia articulada entre las fuerzas políticas opositoras y la ciudadanía sanluiseña que cuestionara las lógicas del poder gobernante. 402 San Martin, C. “Graves disturbios en la capital de San Luis”, en www.lanación.com.ar, 20 de septiembre de 2000. 403 Los elementos y fundamentos del proyecto de ley, fueron recuperados de las intervenciones jurídicas e institucionales, del constitucionalista Antonio María Hernández sobre el conflicto municipal de San Luis. En el artículo N°5 del proyecto provincial, se autorizaba al poder ejecutivo para “adoptar las medidas necesarias para la instalación de las municipalidades que se crean” y también para “elegir e instalar autoridades municipales” con la designación de “personal temporario y un delegado organizador para cada municipio inter se cubran los cargos electivos” Hernandez (2007), pp. 608- 609.

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Como consecuencia de la multitudinaria movilización hacia la legislatura de San Luis, se desataron las acciones represivas por parte de los efectivos policiales con balas de goma y gases lacrimógenos, dejando a varios manifestantes heridos404. A raíz de la violencia policial, la concurrencia vecinal fue en aumento, al igual que las asonadas respuestas contra los vidrios y oficinas del edificio legislativo405. Con el transcurso de las horas, las acciones de protesta de miles de sectores sociales, lograron que el tratamiento del proyecto de ley se suspendiera406. En los meses que siguieron, el gobierno provincial decidió ceder sobre la implementación de dicho proyecto, sin embargo, los conflictos con la intendencia no desistieron. En efecto, la movilización que emprenden los municipales, se transformó en un medio catalizador del descontento y las disidencias generadas en algunos sectores de la sociedad sanluiseña -ante la desazón de las fuerzas opositoras-, contra el gobierno provincial. Si bien el conflicto expresa una situación coyuntural que, al principio, gira alrededor de las disputas internas entre la clase política o “dirigente” (encarnadas en principio por la intendencia municipal y el gobierno provincial, ambos provenientes del Justicialismo). Posteriormente, el conflicto se intensifica y trasciende al plano de los municipales con “capacidad de agencia” y el desarrollo de la “experiencia colectiva” que convoca a una multitudinaria manifestación frente a la Legislatura Provincial, la cual, una vez efectuada la represión, los estados de ánimo y el ímpetu de la protesta se transformaron, provocando un creciente aumento de otros actores sociales que se involucraron en el conflicto407. De esta manera, la reivindicación de la “autonomía municipal”, se instaló en el imaginario político de la provincia y logró la adhesión de algunos sectores sociales que eran reacios al gobierno provincial. Esto aparece también en los dichos de uno de los trabajadores municipales entrevistados: “Con el tema de Ponce y la Autonomía Municipal, nosotros salimos a defenderla porque era nuestra fuente de laburo y después si también, porque era lo único de lo que no eran dueños los Rodríguez Saa, era el bastión que no tenían (…) nosotros teníamos la agrupación Gilberto 404 “Reacción Popular en San Luis: Protesta contra Rodríguez Saa. Rebelión en San Luis por la división de la ciudad”, en www.clarín.com.ar 19 de septiembre de 2000. 405 “Graves incidentes en la Legislatura, hubo manifestantes y policías heridos. No trataran el proyecto y se irán a referéndum”, Diario La República 19 de septiembre de 2000. 406 El Honorable Concejo Deliberante de la provincia de San Luis, manifestó su rechazo al proyecto de división del municipio y a los hechos represivos mencionados. Posteriormente dio lugar a la inauguración de un monolito frente a la legislatura, con una leyenda que reivindica la heroica hazaña de los vecinos de San Luis en defensa de la autonomía municipal. Posteriormente, la avenida que recorre el frente del palacio Legislativo se la renombraría como “18 de septiembre”. 407 Se estima una participación de aproximadamente más de 7000 personas dentro de la denominada “pueblada” del año 2000.

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Sosa, nos decían los quebrachos de San Luis. Había de todo ahí, parte del PJ opositor y sindicatos”408

Ahora bien, de acuerdo con el testimonio anterior, se hace notoria la distinción de intereses que entraman la dinámica del conflicto por la “autonomía municipal”, particularmente por que se erige sobre la “esfera de la necesidad”, materializada en la fuente de trabajo de los municipales y luego, se abstrae en la acción colectiva como emergente, donde se expresa una voluntad de cambio y resistencia hacia dentro de la hegemonía imperante. Por otra parte, la disputa del intendente reelecto y los sectores políticos opositores- también por la “autonomía municipal”-, se funda en el ámbito de lo institucional y en las formas en que se erige el poder político, principalmente entre dirigentes de los partidos tradicionales de la provincia. En este sentido, dicha puja, a pesar de estar condensada sobre el descontento hacia el gobierno provincial, no deja de gestarse en el seno entre “dos conformismos” o de una lucha de hegemonía, por permanecer dentro de la política vernácula, sobre todo, con las disputas posteriores en aras de la doble intendencia.409 Siguiendo las consideraciones anteriores, en el año 2001, el intendente en el cargo -con mandato hasta el 2003-, se presenta como candidato a senador nacional desde las filas opositoras del Partido Popular y es derrotado por los candidatos oficialistas del gobierno provincial en las elecciones de octubre. La derrota electoral, no solamente se plasmó en el plano legislativo nacional, sino también en el legislativo local, ya que el triunfo de los candidatos concejales por el justicialismo, dejó en minoría la posición del intendente dentro del Concejo Deliberante. Al poco tiempo de esta derrota, se impulsó desde diversos sectores allegados al gobierno oficialista, junto al principal medio local “El Diario de la República”, una campaña en contra del intendente de la ciudad, con diferentes eufemismos como: “Chau Ponce”, “Salvemos a San Luis”, “por una Navidad sin Ponce”410. Sobre estos hechos, Trocello nos comenta que: Se organizaron cinco marchas y dos caravanas solicitando su renuncia que finalizaban frente al edificio de la Municipalidad, siendo el orador central Alberto Rodríguez Saa, hermano del gobernador y por ese entonces Jefe de Gabinete del gobierno provincial. La presión ejercida a través de la movilización popular se topó con la férrea decisión del intendente de permanecer en el cargo.411

Por otra parte, estas campañas fueron lanzadas por dirigentes allegados al gobierno provincial en los diversos barrios: “Las bases de los barrios, lo mane408 Entrevista a Martin, realizada el 6 de abril de 2020. 409 Gramsci (1975), p.154 410 O´Donnell, S. “San Luis, una provincia que parece ajena a la crisis que vive el país”, en www.lanación.com.ar, el 30 de diciembre de 2001. 411 Trocello (2008), p.297.

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jaban los Rodríguez Saa (…) En esas unidades básicas, hacían esas campañas de Una Navidad sin Ponce (…) Filmaron a los vecinos pidiendo que Ponce se fuera”.412 En el mes de diciembre, la mayoría de los concejales -afines al gobernadorintentaron destituir al intendente de su cargo, determinando la suspensión de sus funciones políticas a través de una solapada sesión del Concejo Deliberante413. Esto generó que algunos trabajadores municipales y vecinos, salieran a cortar las calles cercanas a la Municipalidad de la capital sanluiseña, en respaldo al intendente. Sin embargo, la asunción de Adolfo Rodríguez Saa, el 23 de diciembre de 2001, en la Presidencia de la Nación, mermó los intereses e intentos de deponer al intendente en el cargo.

II: El conflicto de la doble intendencia La situación política nacional del año 2001, tras la renuncia de Fernando de la Rúa a la Presidencia de la Nación y los episodios anteriores que habían culminado con la renuncia del vicepresidente Carlos “Chacho” Álvarez, se condensó en un clima de conflictividad social en el que, a diferencia de la etapa de transición democrática de mediados de 1980- como se menciona en el capítulo anterior- los condicionamientos económicos y sociales recayeron sobre la estructura del sistema político, provocando un rechazo generalizado desde las diversas capas sociales. Dentro de este panorama, el vaticinio de la crisis del modelo neoliberal hacia finales de 1990 y principios del año 2000, además de estar marcada por las variables económicas imperantes y el deterioro de las condiciones sociales (desempleo, pobreza, etc.), se le debe agregar las crecientes acciones de protesta que fueron gestándose en diversos puntos del país en contra de las políticas de ajuste implementadas y también, hacia los propios representantes del régimen democrático414. Sobre este punto, Mónica Gordillo señala que, “la falta de respuesta del gobierno a las demandas de inclusión y defensa de derechos de todo tipo fueron construyendo una representación de injusticia que llevaría 412 M. de Barrio Eva Perón, entrevista realizada el 7 de noviembre de 2019. 413 Uno de los principales argumentos que utilizaron los concejales para destituir al intendente Ponce, era que los disturbios ocasionados por la “pueblada” en el palacio legislativo, el 18 de septiembre del año 2000, habían sido incitados y planificados por el intendente. 414 Entre 1995 y 1998 comenzaron a avizorarse los síntomas de una crisis, a partir de la fuerte reducción de las inversiones y el rápido incremento del endeudamiento externo, causado por las consecuencias del “efecto tequila”, las crisis del Sudeste asiático y Rusia. Ya en el año 2001, la caída de reservas del banco central y la importante fuga de depósitos del sistema financiero, generaron mayores incertidumbres respecto a las capacidades del gobierno de poder afrontar la caída abrupta de la actividad económica y sostener la convertibilidad como política cambiaria, sin financiamiento externo e interno” Rapoport (2007), p.11.

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paulatinamente a conformar entre distintos sectores sociales una identidad de afectados por esas políticas y, posteriormente, por los políticos415”. Sobre la base de estos hechos, fueron gestándose diferentes movimientos de protesta que dieron lugar a nuevos modos de representación, organización y acción en diversos sectores de la ciudadanía en respuesta al escenario de crisis que se venía incubando. Estas medidas de lucha o también, formas de insurgencia-como el caso de las “puebladas”-, que surgieron a mediados de 1990 en diversas localidades del país-, a medida que adquirían una creciente visibilidad a nivel local y nacional, se fueron convirtieron en novedosas y particulares formas de contestación a las políticas económicas aplicadas por el gobierno de Carlos Saúl Menem416. De esta manera, a medida que emergían las organizaciones de piqueteros-desocupados, la recuperación de fábricas, las asambleas barriales, trabajadores estatales junto con actores sindicales, estos fueron tomando una mayor visibilidad en el plano local y nacional, aunque con consignas y divergencias ideológicas. La confluencia de estos sectores sociales encontró, a través de las manifestaciones multitudinarias y los cortes de ruta, un espacio de reconocimiento que, de manera temporal, funcionó como medio catalizador del creciente descontento social. En este sentido, el pico de conflictividad social que tuvo lugar en los episodios de diciembre del año 2001, no sólo puso en cuestionamiento las tradicionales formas de representación política a partir del clamor popular “que se vayan todos” y las efímeras sucesiones presidenciales que se dieron en el lapso de quince días417. Al mismo tiempo, promovió la conformación de 415 Monica Gordillo en su trabajo sobre “Las temporalidades del 2001”, manifiesta que dentro del ideario de la ciudadanía se conformó una forma de representación colectiva que, en general, “no buscaban un cambio de sistema, no era la república o el régimen político lo que parecía estar en cuestión; no el sistema de representación sino la representatividad, no la legalidad sino la legitimidad lo que se exigía hacer efectivas. Ese era el contenido destituyente que se fue construyendo activamente durante 2001” Gordillo (2011), p.39 416 Ruben Laufer y Claudio Spiguel en su artículo señalan que, en el país, durante la segunda mitad de 1990, se produjo un gradual proceso de intensificación y ascenso de movilizaciones obreras y populares que fueron extendiéndose hacia otros sectores sociales. Allí, la oleada de puebladas y rebeliones provinciales como el Santiagueñazo de 1993, el “Cutralcazo” en Neuquén de 1996, y las masivas “puebladas” en el norte del país, como las de Tartagal/General Mosconi (Salta) y Libertador General San Martín (Jujuy), estallaron a partir de urgencias reivindicativas (…) las acciones de protesta se impusieron frente al poder de las autoridades y de las fuerzas represivas” Laufer y Spiguel (1999). 417 Tras la renuncia de Fernando de la Rúa a la presidencia, se designó a Ramón Puerta como presidente provisional (desde su condición de presidir la cámara de senadores), posteriormente es reemplazado por Adolfo Rodríguez Saa, designado por la Asamblea Legislativa con la intención de que se realizara una pronta convocatoria a elecciones. Después de una semana en el cargo y bajo las pretensiones del ex gobernador sanluiseño de extender su mandato, desde el Partido Justicialista se generó una fuerte oposición que lo llevaron a presentar su renuncia, tras una semana en el cargo. Su reemplazo fue ocupado por Eduardo Camaño y, finalmente el congreso designó a Eduardo Duhalde como presidente hasta concluir el mandato iniciado por De la Rúa, es decir en 2003.

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un ideario autónomo e independiente con voluntad política, más allá de las vías institucionales y republicanas- en el sentido formal-, en un escenario de “crisis hegemónica”, en el cual se quebró la relación entre representantes-representados, poniendo en vilo la autoridad de la clase política a partir de la movilización activa en amplios sectores de la ciudadanía.418 De manera contigua y en sintonía con los hechos que tuvieron lugar durante la crisis política a nivel nacional en el año 2001, tras el breve arribo a la presidencia de Adolfo Rodríguez Saa y con la asunción interina de Alicia Lemme en la gobernación,resurgieron los síntomas de disputa entre el ejecutivo provincial y el municipio419. Como se detalla en el apartado anterior, la rebelión popular del año 2000 protagonizada por los trabajadores municipales junto con el Gremio de Empleados Municipales, la participación del Intendente en gestión, diversos sectores sociales y políticos, además de algunos docentes provinciales y universitarios, que se expresó en las puertas del Palacio Legislativo, tuvo como elemento detonante, los intentos del gobierno provincial de dividir la ciudad en cuatro municipios a través de un proyecto de ley, por medio del cual se establecía la designación de forma temporaria a un nuevo personal del municipio (poniendo en peligro sus puestos de trabajo) y el desplazamiento del intendente electo en el cargo. De esta manera, las manifestaciones que transcurrieron en los episodios de la “Pueblada” en San Luis, encontró a través de la defensa de la “autonomía municipal”, una acción legitimadora que contó con un amplio apoyo consensual de los vecinos y la comunidad hacia la lucha de los trabajadores. Ahora bien, los sucesos que tuvieron lugar durante este conflicto entre el municipio de la capital y el gobierno de la provincia, se mantuvieron latentes durante los años posteriores. Desde el punto de vista del poder estatal, el conflicto local y con el panorama de crisis a nivel nacional durante el 2001, obligó a modificar y reformular sus metodologías de acción, particularmente en sus prácticas políticas e institucionales dentro del régimen democrático y la ciudadanía. Los Mecanismos Institucionales De esta manera, mediante la implementación de la Ley N°5324- sancionada en el año 2002- el gobierno provincial dispuso de una cláusula transitoria 418 Gramsci (1972), p.63 419A partir de la asunción de Adolfo Rodríguez Saa en la presidencia de la Nación en el año 2001, la sucesión en el ejecutivo provincial vino por parte de Alicia Lemme hasta terminar el mandato en el año 2003. Para aquel entonces, Lemme había ocupado el cargo de vicegobernadora desde el año 1999.

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de caducidad de todos los mandatos de cargos electos420. Es decir, se solicitaba a aquellos que ocupaban cargos electivos provinciales y municipales de forma anticipada e irrevocable a presentar sus renuncias al cargo y disponer inmediatamente de la convocatoria de elecciones de nuevas autoridades para el 27 de abril del año 2003, según lo dispuesto por el decreto 117/03, con el objetivo de “facilitar el completo recambio de las autoridades”421. Frente al dictado de esta normativa, el Intendente Municipal Carlos Ponce, junto a un grupo de nueve legisladores, recurrieron a la suspensión del procedimiento electoral ante la Corte Suprema de la Nación; alegando que la Ley provincial N° 5324 y el decreto 117/03, son violatorios de la Constitución Nacional, particularmente del “sistema representativo republicano de gobierno, del principio de la soberanía popular, la autonomía municipal y de sus derechos políticos422”. De este modo, días antes de las elecciones del 27 de abril, la Corte Suprema de Justicia falló en contra de la “Ley de Caducidad de Mandatos” y dispuso que el gobierno provincial, se abstuviera de seguir adelante con la alteración del período de vigencia de los mandatos y cargos en ejercicio, sobre todo en la elección a intendente por la ciudad de San Luis. De ahí que, en los comicios de abril del año 2003 se estableció que solamente se votaran las fórmulas para presidente, gobernador y las intendencias de las otras localidades de la provincia, exceptuando San Luis y Villa Mercedes. En estas circunstancias, el Partido Justicialista, con Alberto Rodríguez Saa como candidato, se impuso en la gobernación de San Luis con el 90% de los votos, ante un escenario nulo de oposición partidaria -sobre todo en la UCR-, debido a los efectos que trajo consigo la crisis política nacional. Es necesario aclarar que aquel 90% de los votos, al mismo tiempo, no disimulaba cierto recelo que pendía dentro del escenario político y representativo, sobre todo si tenemos en cuenta que hubo un 20% de votos en blanco, con una participación electoral cerca del 80 %. En los meses posteriores de la asunción del gobernador en la provincia, las controversias políticas e institucionales se profundizaron dentro de las diversas fuerzas partidarias. Durante el mes de agosto de 2003, el Poder Legislativo sancionó la Ley N°5394 - con mayoría de legisladores del Justicialismo y algunos sectores de la oposición-, para facultar al poder ejecutivo de convocar 420 Dentro de los fundamentos de la Ley N°5394, aparecen las referencias que convalidaron la aprobación de la Ley Nro 5324, sosteniendo que el gobierno de la provincia de San Luis- en un ejemplo de voluntad soberana-, se hacía eco del reclamo popular, conocido públicamente como “que se vayan todos”, por el cual, se solicitaba las renuncias anticipadas de los cargos ejecutivos, legislativos y municipales electos de modo irrevocable. En este sentido, la presentación de las renuncias anticipadas fueron consideradas como un acto de “grandeza y patriotismo” de los representantes del gobierno” Ley N°5394. 421 Véase en Hernández, M (2007), pp. 617-618. 422 Fallo de la CSJN, 180. LXXXIX, originario, BARBEITO, JUAN CRISTOBAL y OTROS, provincia de S/ acción declarativa de certeza, 25 de mayo de 2003.

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a “elecciones el día 23 de noviembre para la elección de diputados nacionales y autoridades provinciales y municipales en forma simultánea”. Dentro de los argumentos suscitados en esta ley, se plantea que “ante la proximidad del recambio institucional”, dado que el 10 de diciembre del año 2003 se vencían los mandatos de los legisladores nacionales y provinciales, además de los cargos a intendente y concejales de la provincia, era necesario “realizar la convocatoria con una antelación de noventa días con el fin de lograr la simultaneidad de los actos eleccionarios para autoridades nacionales y locales”. Sin embargo, estas modificatorias tenían como principal objetivo influir sobre las autoridades del gobierno municipal capitalino, ya que, en el mes de octubre, comenzó con la convocatoria a los comicios para el día 9 de noviembre, de acuerdo a los principios que establece y dispone la carta orgánica municipal en cuanto a sus facultades para conformación de su propio Tribunal Electoral y llamado a elecciones423. De esta manera, sancionada la Ley 5394, el gobierno provincial y el Superior Tribunal de Justicia de San Luis, desconoció el llamado a elecciones del municipio y lanzó una convocatoria paralela sobre las autoridades municipales para el día 23 de noviembre. De esta forma, se realizaron dos elecciones de autoridades municipales en el mismo mes. La primera elección del 9 de noviembre, convocadas por el entonces intendente Carlos Ponce, que dio lugar al triunfo del candidato opositor Daniel Pérsico. Por otro lado, en los comicios convocados por el poder ejecutivo, resultó electa María Angélica Torrontegui, con el aval político del arco justicialista y el gobierno provincial; por lo que el municipio de la capital quedó dividido con dos administraciones paralelas. Dentro de los mecanismos mencionados, es posible identificar la conjugación de elementos de carácter “estructural” y otros vinculados al plano “coyuntural”, al momento de analizar el entramado político-institucional y social que, posiblemente, haya detonado el conflicto por la intendencia. En cuanto a las condiciones “estructurales”, el panorama de crisis política y económica que tuvo como corolario los hechos desarrollados hacia fines del año 2001, puede ser catalogada en el plano de lo que Gramsci denomina “Crisis Orgánica”, es decir, al producirse el rechazo generalizado sobre el sistema político, con consecuentes efectos económicos, también entró en tensión el Estado en su conjunto (como aparato dominante) y en efecto, la “autoridad” de la clase política: Si la clase dominante ha perdido el consentimiento, ósea, ya no es “dirigente”, sino solo dominante, detentadora de la mera fuerza coer423 Están dispuestos en el “Capítulo IX- Régimen Electoral”-, de la Carta Orgánica Municipal, conforme a los artículos 125 y 126. Carta Orgánica Municipal de la ciudad de San Luis, p. 38

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citiva, ello significa que las grandes masas se han desprendido de las ideologías tradicionales, no creen ya en aquello en lo cual antes creían, etc. La crisis consiste precisamente en que muere lo viejo y sin que pueda nacer lo nuevo, y en ese interregno ocurren los más diversos fenómenos morbosos.424

De esta manera, ante un panorama post-crisis y con las secuelas económicas que tuvieron repercusiones en todo el país, la opción de las fuerzas políticas fue buscar relegitimar al sistema político a través del fortalecimiento el aparato estatal y asimismo, poder disipar las fisuras internas o las pujas sectoriales en distintas regiones. De acuerdo con Waldo Ansaldi, el proceso de recomposición política, a partir del 2002, estuvo orientado principalmente por el aumento de la represión de los conflictos y movilizaciones sociales y la instrumentalización de diversas políticas de contención sobre diversos sectores de la sociedad civil, sobre todo, con el movimiento piquetero y los sectores desocupados, permitiendo un importante control sobre la protesta425. Sobre este panorama general, deviene el marco “coyuntural” en el que se desenvolvieron los actores involucrados y los mecanismos institucionales que fueron propiciados desde la estructura estatal en detrimento de las fuerzas opositoras al gobierno provincial de San Luis, particularmente en la esfera municipal local. En este sentido, la arquitectura institucional que implementa el gobierno provincial de San Luis, a través de la Ley de Caducidad de los Mandatos (5324), apela en lo discursivo y simbólico a apropiarse del reclamo popular “que se vayan todos”, como muestra de que la “vieja” política había claudicado y comenzaba a inaugurarse un “nuevo” consenso y compromiso con la ciudadanía. Sin embargo, estos mecanismos buscaban en lo concreto, eliminar la oposición sectorial-política que se nucleaba sobre el municipio de la ciudad capital y, por la cual, el gobierno provincial ya había disputado años anteriores. Además, como se mencionó anteriormente, el deterioro de las condiciones económicas en la provincia comenzó a visualizarse desde finales de la década del noventa y principios del año 2001, particularmente en términos de desocupación (alcanzaba un 16%) y, dentro de los índices de pobreza la situación de San Luis llegaba a tener un 40, 5 % de personas en esas condiciones426. Frente a ello, una de las medidas tomadas por el gobierno provincial en el año 2003, fue la implementación del Plan de Inclusión Social. Con la puesta en marcha de este plan asistencial, el gobierno se encargó de mitigar los efectos de la crisis económica a través del otorgamiento de cuarenta y cinco mil planes sociales hacia los sectores desocupados, es decir, un cuarto de la población de la provincia. 424 Gramsci (2013), p. 313 425 Ansaldi (2012), p.56 426 Trocello (2008)

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En este sentido, con la caldeada atmósfera política que transcurría en la disputa por la intendencia y ante la alarmante situación de los desocupados en la provincia, se impuso la lógica de cooptación del gobierno provincial sobre las capas mayoritarias precarizadas o desempleadas, a los fines de controlar un eventual levantamiento generalizado. La autonomía en los idearios de resistencia A raíz de los hechos mencionados, la serie de conflictos judiciales que se desataron tuvieron resonancia dentro del sistema político provincial y al mismo tiempo, en la Corte Suprema de la Nación hasta su dictamen resolutivo en el año 2005. Mientras tanto, dentro del panorama político-social local, fue el puntapié inicial para el desarrollo de diversas expresiones de lucha gestadas al interior de la organización de un sector de los trabajadores municipales, junto con la presencia del sindicato de municipales y el gremio de Obras Sanitarias de San Luis. En este sentido, teniendo en cuenta las apreciaciones de Gramsci, la intención de este apartado es poder analizar el desarrollo del conflicto por la doble intendencia, en cuanto a la “relación de fuerzas políticas; es decir, la valoración del grado de homogeneidad, autoconciencia y organización alcanzado por los diferentes grupos sociales”, sobre todo en las formas de articulación de las protestas municipales427. Para este caso, las fuentes testimoniales que emergen dentro del conflicto por la intendencia, nos permiten dialogar con aquella conjunción de la memoria local y su complejidad coyuntural, entendida como “un producto de los actores sociales que se oponen y articulan entre sí (…) y que adquieren un significado en cuanto sirven para justificar una acción practica, una iniciativa de voluntad”, como respuesta a las diversas maniobras y metodologías coercitivas del Estado provincial428. En consonancia con los preceptos anteriores, cabe señalar que el epicentro de las disidencias se asienta sobre las bases del mismo Estado y sus relaciones en el conflicto. Para Rhina Roux, se trata de un espacio en donde se tejen los lazos materiales e inmateriales que unen a dominadores y dominados en una comunidad estatal: el tejido de vínculos que reproducen ese orden en la mente y en la conducta de los individuos consigo mismos y en sus relaciones con los otros.429 Bajo estas consideraciones, es necesario tener en cuenta que desde el momento en que comienzan las elecciones municipales hacia finales del año 427 Gramsci (1980), p.57 428 Portantiero (1977), pp.191-192 429 Roux (2011), p.18

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2003, ya había delineadas ciertas expresiones simbólicas y estratégicas dentro de la estructura del gobierno municipal con el conflicto en vilo. En este sentido, el gobierno provincial, a través de diversos medios de comunicación de la provincia430, había solicitado a los ciudadanos que en los comicios convocados por el municipio para el día 9 de noviembre, las personas no fueran a votar y al mismo tiempo, no se dispusieran de las escuelas para realizar el acto electoral. Esto implicó que desde la propia intendencia recurrieran al armado de las mesas o “cuartos oscuros”, en otros lugares (terminal de ómnibus, sede del sindicato municipal, Colegio Nacional, la Escuela Normal Juan Pascual Pringles, entre otros). Para quienes participaron de aquella contienda electoral, el hecho es recordado como algo “bastante épico, porque no solo había que armar los lugares, sino llevar a la gente, porque si no había gente que le diera contenido a esa pelea, entonces esa pelea estaba condenada al fracaso. Más o menos entre el 25 u 30% del padrón va a votar431”. Esta situación expresa la capacidad de movilización y convocatoria que acaparaba el municipio dentro de la escena política, sobre todo, en la Capital como principal centro urbano. Por otra parte, tras producirse el desconocimiento sobre los comicios efectuados por el municipio capitalino y con la puesta en marcha de la intendencia paralela, el Poder Legislativo de la provincia dispuso de sus oficinas como despacho administrativo del “nuevo”432 municipio. Los motivos de esta decisión, estaban relacionados con la imposibilidad de la intendenta oficialista de acceder al edificio municipal433, ya que, había sido ocupado434 por parte de los trabajadores municipales junto con sus organizaciones gremiales y también las autoridades ejecutivas. Por otra parte, con la puesta en marcha de la sede administrativa paralela las partidas presupuestarias del municipio opositor, estuvieron constantemente en vilo. En efecto, como la principal fuente de ingreso de los municipios de San Luis dependen de los fondos de copartici430 Véase en Heredia (2019) p. 411 431 “Todos los partidos políticos que habíamos conformado esa elección- la del 9 de noviembre-, hicimos un pacto de gobernabilidad, porque si no, no se podía seguir. Se hizo una alianza entre el primer candidato y segundo candidato. Es más yo recuerdo que el Concejal Zaragoza Muñoz-que fue con nosotros-, había una diferencia de votos y todas las fuerzas políticas fuimos al tribunal electoral y determinamos que no era correcto discutir por tres o cuatro votos y se le permitió acceder a la banca” Entrevista a Marcelo Padovani (ex funcionario de la Municipalidad de Daniel Pérsico), realizada el 7 de mayo de 2021. 432 Esta referencia hace alusión a la intendencia oficialista de María Angélica Torrontegui. A partir de la creación de la intendencia paralela, el Poder Legislativo a través de la Ley 5414, estableció que la sede administrativa estuviese situada dentro del Palacio Legislativo. (Ley N°5414) 433 El histórico edificio municipal, se encuentra ubicado en el centro urbano de la Capital de San Luis, entre las calles San Martín y Belgrano. 434 “El edificio municipal durante un año permaneció ocupado por los empleados municipales que se turnaban día y noche para evitar que los Rodríguez Saa ingresaran por la fuerza” Heredia (2019), p. 451.

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pación que otorga el gobierno provincial435 y, al haber sido invalidadas las autoridades opositoras electas, la justicia provincial decidió bloquear las cuentas del municipio y girar los fondos sobre la intendencia oficialista. De este modo, mientras las controversias judiciales continuaban, desde el palacio municipal comenzaron a desarrollarse continuas movilizaciones con otros sectores de trabajadores, hacia diversos puntos del centro urbano: Las marchas arrancaban del edificio municipal, iban por calle San Martin, llegaban al correo (normalmente había alguien que hacia un acto). Seguíamos por calle Junín hasta calle Rivadavia y ahí dábamos vuelta hasta la casa de gobierno, frente a la plaza independencia. (…) Las marchas se organizaban con lo básico, andábamos personalmente en el corralón, en todas las áreas municipales en donde hubiera trabajadores. Se les explicaba qué era lo que pasaba y obviamente la municipalidad se paralizaba. 436

A partir de esta situación, comenzaron a desarrollarse las primeras acciones de confrontación de los trabajadores municipales con el municipio paralelo: en el mes de diciembre, la intendencia oficialista había ordenado a una cuadrilla de trabajadores ir a instalar un tendido de luces navideñas sobre una de las avenidas que se encuentra en el centro. Pero, el municipio opositor dispuso que fueran retiradas, dado que estaban conectadas a las bocas eléctricas del edificio municipal. En ese momento en que los trabajadores del municipio comenzaron a sacar las luces, aparecieron las fuerzas policiales para intimar a los trabajadores a dejar el tendido como estaba. Ante la situación, se sumaron otros doscientos municipales que “venían con las retroexcavadoras y todas las otras máquinas que andaban dando vueltas por ahí”, además de algunos vecinos, obligando a la policía a retirarse. Al mismo tiempo, se desarrollaba una de las movilizaciones semanales de los municipales frente a la Casa de Gobierno, en reclamo de los sueldos adeudados a los trabajadores y personal de la intendencia, debido al bloqueo que la justicia dictaminó sobre las cuentas del municipio opositor437. Nuevamente la tensión con las fuerzas policiales se hizo presente, hasta que la justicia resolvió girar los fondos para pagar los sueldos, aunque, debían hacerse desde el banco438. Por otra parte, otra de las medidas que utilizó el municipio paralelo fue intentar cooptar a los trabajadores de la intendencia opositora para que trabajaran en ambas comunas: Lo que pasa es que, cuando se da la doble intendencia, “vos” pertenecías a la intendencia que está en la calle San Martín. Pero la intendencia de la To435 Las referencias sobre los ingresos y formas de saneamiento de la municipalidad, están propiamente referidas dentro del capítulo I. 436 Entrevista a Marcelo Padovani, realizada el 7 de mayo de 2021. 437 En aquel momento, la Casa de Gobierno estaba ubicada en la calle 9 de julio entre las calles San Martín y Rivadavia, dentro del área céntrica de la Capital (a dos cuadras del edificio Municipal). 438 Clarín. 23 de diciembre de 2003.

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rrontegui, venía y te decía “quédense donde están, pero pueden trabajar para nosotros también (…) En ese tiempo, yo estaba en una cuadrilla con el “Pato” y lo que hacía era: arreglaba un reclamo de la municipalidad de Pérsico y después (…) ayudaba a las cuadrillas de la municipalidad de la Torrontegui 439 Teniendo en cuenta los testimonios de la época, es necesario señalar que la presencia del PJ opositor y sectores afines al radicalismo dentro del municipio opositor, les permitió construir un aparato de disputa de poder que le aseguraba una significante “fuerza de tracción” frente al gobierno provincial. Por otra parte, es interesante destacar del testimonio anterior cómo algunos sectores municipales, aunque no inquirieron en el plano de la disputa político-institucional, de todas maneras disponían de sus servicios para ambas administraciones comunales. Este hecho, además de vincularse con la esfera salarial, también puede interpretarse como una expresión discreta de cuestionamiento sobre el marco del conflicto o sus principales detractores; puesto que, el marco laboral se sitúa como el nexo que prima dentro de los trabajadores. Al respecto, se estima que aproximadamente entre doscientos y trescientos trabajadores municipales eran los que participaban de las marchas, acciones y asambleas alrededor de la intendencia opositora. Asimismo, este sector compartía ciertos lazos de “fraternidad” con las causas de otros trabajadores: Con Vialidad, como siempre te los encontrabas a ellos en el laburo (…) ahí había como una cuestión hermanada por el mismo rubro de trabajo (…) suponte, los que arreglan caño o hacen el asfalto, siempre te encontrabas con ellos (ellos también habían entrado en conflicto) (…) El tema cual era que, vos al tener la maquinaria tenías cierto poder: Por que vos imagínate: vialidad, la municipalidad tienen camiones y cosas que valen muy caro. Por eso había una cuestión de hermandad con respecto a lo laboral.440

En este sentido, las formas de protesta de los municipales tenían un carácter más volátil, particularmente por la posesión de máquinas y las herramientas que tenían a su alcance. Estas medidas de acción -generalmente-, eran utilizadas para amedrentar las maniobras que utilizaba el gobierno provincial para “sofocar” el conflicto441: “obviamente, todo giraba en torno en que, vos no sabías si a fin de mes ibas a cobrar el sueldo, por que dependía de la recaudación que tenía la municipalidad de Pérsico (en este caso) y si el gobierno provincial, no te retenía los sueldos”.442 439 Entrevista a Martin, realizada el 6 de abril de 2020. 440 Ibídem. 441 Una de las medidas lanzadas por la intendencia de María Angélica Torrontegui- a través de una importante campaña de prensa-, fue instar a los vecinos a que no pagaran las tasas municipales en el edificio municipal del centro. (Diario La República, 12 de diciembre de 2003. Extraído de Gustavo Heredia (2019). “El archivo de los Rodríguez Saa”, p.450 442 Entrevista a Martin, realizada el 6 de abril de 2020.

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En el mes de marzo de 2004 cientos de trabajadores municipales se trasladaron hacia el Poder Legislativo -sede de la intendencia paralela-, en reclamo del pago de los salarios adeudados; ya que, el municipio oficialista era el que contaba con los fondos presupuestarios provinciales. En ese momento, dentro de la Legislatura provincial se estaba por llevar a cabo la apertura del periodo de sesiones ordinarias del Concejo Deliberante paralelo. El despliegue del acto de sesiones, estuvo totalmente vallado y custodiado por efectivos de la policía. La negativa de dejar ingresar a los municipales, fue acompañada de una violenta represión de la policía con palos, gases y balas de goma que dejó herido a algunos trabajadores y otros fueron detenidos. Ante la reacción policial, los municipales con camiones de la dirección municipal de SerBa y una topadora, destrozaron algunos móviles de la policía. La represión en la puerta de la Legislatura se extendió por horas hasta que los trabajadores se desconcentraron y volvieron al edificio municipal del centro. Así como lo demuestran los hechos anteriores, aparte de la coerción estatal que recaía sobre el municipio y sus trabajadores, también podemos observar una estructura de base organizada dentro de los municipales que contiene sus propias metodologías y tácticas de lucha frente al conflicto. Además de ello, resulta llamativo cómo se reflejan los acontecimientos dentro del imaginario social, sobre todo, en el sentido de las muestras de “solidaridad” que adquiere con otros trabajadores (en el caso de vialidad), y también con el apoyo de los vecinos aledaños: Una consecuencia inesperada de esta incertidumbre fue un aumento sin precedentes en la recaudación. Mientras que apenas entre el 18 y el 22 por ciento de los contribuyentes solía abonar sus tributos municipales, desde que estalló la pelea ese número trepó al 32 por ciento. Todos señalan que sólo se explica como un gesto de rechazo explícito hacia el Alberto.443

Como se puede visualizar, la acción de protesta en la medida en que reconoce al gobierno provincial como su antagonista, se “funde en una media colectiva, una resultante común”, nucleada en la acción consciente y voluntaria de otros actores en el conflicto444. A través de estas condiciones, el proceso de subjetivación política de los sujetos comienza a imbricarse en la construcción de un espacio independiente o de “autonomía” que condensa diversas expresiones disidentes a las formas representativas imperantes. Los lazos con la Multisectorial Durante los primeros meses del año 2004, la diversidad de sectores con443 Alfredo Ves Losada “Todo por dos en San Luis, que tiene dos intendentes”, en https:// www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-29905-2003-12-30.html, el 30 de diciembre de 2003. 444 Thompson (1981), p.144

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tendientes contra el gobierno provincial se amplió, de la misma manera que la concurrencia a las marchas en el centro de San Luis. Además de la disputa de los municipales, también coexistían otros conflictos abiertos con el gobierno provincial, aunque movilizados por otras demandas. Estos reclamos y conflictos, siguiendo los aportes de Funes, Olguín y Enríquez, están relacionados con los siguientes hechos: La intervención de setenta escuelas en toda la provincia; el retiro a las órdenes religiosas de la gestión de centros de asistencia social (Hogar de Ancianos y Colonia Hogar); la cesantía de trabajadores viales; el conflicto con los trabajadores judiciales provinciales; La “Revisión de Leyes”445 (desde Mayo de 2003) que produjo un “vacío jurídico”, entre otras áreas, respecto del régimen de las escuelas privadas, de la vigencia del Estatuto Docente Provincial y del Estatuto de la Policía Provincial.446

A partir de estas circunstancias, comenzaron a producirse diversas movilizaciones desde sectores pertenecientes a la Iglesia provincial, nucleados como “Laicos Autoconvocados”, además de docentes provinciales sindicalizados e independientes, trabajadores viales de la provincia y también el sector de la Sociedad Rural447. Con la confluencia de todos estos actores sociales, las formas de protesta comenzaron a agudizarse dentro de la provincia, particularmente con el sector de docentes, quienes, ya habían tenido experiencias de lucha contra el gobierno provincial448. Al principio, los diversos sectores en conflicto -laicos, docentes y municipales, etc-, se movilizaban por separado y con sus propias reivindicaciones: los docentes habían instalado una carpa blanca frente a la casa de gobierno, los municipales tenían tomado el edificio de la municipalidad y los laicos colocaron una imponente cruz de madera al lado de la carpa449. En efecto, como 445 En consonancia con la cita anterior, el Poder Legislativo, por medio de la Ley N°5382, decidió rever la totalidad de la legislación vigente de la Provincia de San Luis, estableciendo un plazo perentorio a partir del cual, “Las leyes que no fueran ratificadas expresamente hasta el 30 de abril del año 2004, quedarán derogadas automáticamente “. (Ley N°5382) 446 Funes, Olguín y Enríquez (2005), p. 6. 447 Rodríguez Luiz plantea que La Sociedad Rural en San Luis: “era un sector de pequeños productores disconformes con lo que consideran una política errática política provincial que constituía tradicionalmente la principal producción local, y en principio no participa del “boom económico” que a la provincia trajo la industrialización” Luiz (2004), p. 9. 448 Olga Pelayes en su trabajo sobre “las políticas Neoliberales en la provincia de San Luis”, plantea que desde mediados de 1990, el gobierno provincial había comenzado con una serie de reformas y recortes en educación, en detrimento de la “Educación Pública” y las condiciones laborales de los docentes en la provincia. En consonancia con estas medidas de flexibilización laboral, en 1999, el Poder Legislativo puso en marcha un Proyecto de Ley para la implementación de las “escuelas chárter” o “Autogestionadas”. Lo que produjo una importante protesta en la Legislatura, llevada a cabo por docentes, padres y alumnos, que impidieron la sanción del proyecto. Sin embargo, por medio del decreto Nº 2562 del Poder Ejecutivo, estas modalidades fueron aprobadas” Pelayes (2001), p.169 449 Heredia (2019), p.466.

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consecuencia de las constantes y crecientes movilizaciones que sucedían en el escenario político provincial, comenzó a gestarse un amplio movimiento de protesta que derivó en la conformación de “La Multisectorial”. 450 La conjunción de todos estos sectores dentro de la protesta Multisectorial, permitió que otros actores de la ciudadanía sanluiseña se sumaran de forma amplia y casi espontánea. El repudio general se encontraba entrelazado con el deterioro de las formas político-representativas e institucionales de la provincia, asociadas al gobierno provincial. De este modo, esta forma de organización tendió a convertirse en un instrumento de canalización de reivindicaciones, demandas e intereses de múltiples sectores. Dentro de estos preceptos, lo que necesariamente interesa resaltar dentro del conflicto Multisectorial son las experiencias y formas de participación municipales dentro del movimiento. Desde mediados de marzo de 2004, con el surgimiento de la Multisectorial, los niveles de protesta se intensificaron dentro de la provincia y sobre todo frente a la Casa de Gobierno. La caldeada atmósfera de conflicto, además de copar las calles del centro capitalino, había logrado la adhesión de una sorpresiva cantidad de manifestantes frente a la Casa de Gobierno451. En este sentido, las marchas semanales, en las que confluían trabajadores, docentes, municipales, viales, laicos, padres y alumnos de escuelas intervenidas y dirigentes de la Cámara de Comercio, entre otros, comenzaron a llevarse a cabo los días jueves, a los fines de asegurar un alto nivel de concurrencia y visibilidad durante el conflicto452: Cada marcha se preparaba minuciosamente: el recorrido, que organización la encabezaba, quien preparaba el Documento a leer desde el palco, conseguir el palco que siempre lo ponía la Municipalidad (…) era muy importante el aporte de la Municipalidad (…) siempre esperábamos con satisfacción la columna siempre numerosa de compañeras y compañeros que pertenecían a la intendencia popular. 453

Por otra parte, a pesar de que los múltiples sectores convergían en las protestas multisectoriales de forma semanal y unificada, los actores en conflicto de igual manera continuaban realizando sus habituales marchas. En el caso 450 De acuerdo a los testimonios de la época, los inicios de este movimiento comienzan como una organización abierta convocada por delegados gremiales de ATE, CTA y con un destacado rol del sociólogo Roberto “Tato” Iglesias que junto a la Universidad Trashumante, dieron su aporte desde lo metodológico y al marco organizativo para la confluencia de los diversos sectores. 451 Estas cifras van variando de acuerdo a los puntos álgidos de la protesta. De acuerdo con Rodríguez Luiz, “se han barajado cifras de hasta 30.000 personas, desde los organizadores y algunos medios nacionales, mientras que el gobierno estimó la cifra de 15.000 personas, en el momento de máxima movilización” Luiz, (2004), p.7 452 El presente relato forma parte de una compilación de testimonios sobre la rebelión en San Luis durante el año 2004, plasmados en la revista “Cuadernos Rebeldes: voces múltiples y diversas”. 453 Cuadernos Rebeldes, marzo de 2013, p.

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de los municipales, estos siguieron movilizándose los días martes también. Otro de los elementos a tener en cuenta son las representaciones sociales que vinculaban a algunos sectores: “el municipal siempre fue visto como el “negro” violento, por que cuando se armaban los bardos, los únicos que respondíamos en general, siempre éramos nosotros”454. Este hecho, además de enmarcarse en las precedentes acciones de lucha que habían realizado los municipales en diversos episodios, también responde a una visión estereotipada de los sectores medios urbanos en el imaginario local, para los que se desempeñan dentro del rubro municipal455. Además, se le debe agregar las injerencias de los medios locales que constantemente deslegitimaban las acciones de protesta de los trabajadores.456 Sobre este marco también se enlazan las delimitaciones políticas y de intereses junto con las tramas identitarias de cada sector. En sí, las dinámicas de protesta de la Multisectorial no mantuvieron una integración plena, ni definitiva entre sus diversos actores, particularmente los laicos y docentes457. Esto se debe a que dentro de cada sector en lucha, las formas de representación del conflicto tenían una anatomía diferente conforme al sentido ideológico o “pluriverso político” de las demandas o reivindicaciones en pugna458. En otras palabras, la defensa de la “autonomía municipal” tenía un mayor grado de relevancia para los trabajadores municipales que para el sector docente; quienes se nucleaban alrededor del reclamo por la defensa de la “educación pública” y el “estatuto docente”. Sin embargo, esta diferenciación no era un impedimento para que los municipales acompañaran o se plegaran a las medidas de fuerza de los docentes. Hacia finales de abril, un amplio sector de docentes, junto con familias autoconvocadas y una coordinadora de padres, ocuparon y se encadenaron dentro de la Legislatura provincial, reclamando por la aprobación del Estatuto Docente que había sido confeccionado con la participación de la Asociación Sanluiseña de Docentes Estatales (ASDE) y diversos actores de la comunidad educativa. En la madrugada del 29 de abril, la justicia provincial dio la orden 454 Entrevista a Iván, realizada el 30 de abril 2020. 455 Teniendo en cuenta el análisis que realiza García Canclini sobre las prácticas de consumo en lo “popular”, es posible vincular esta referencia- aunque requiere de un estudio más exhaustivo-, con el concepto de “habitus” bourdieano, en tanto este sector aparece identificado con los barrios populares de la periferia de la provincia y con las propias formas de comportamiento en lo laboral y social (en un sentido festivo), que se expresan en las prácticas de la vida cotidiana” Canclini (1984), pp. 75-82. 456 Heredia (2019), pp. 444-454 457 Luiz (2004), p.9 458 Siguiendo los conceptos de Carl Schmitt, “de la característica conceptual de lo político surge el pluralismo del universo de Estados. La unidad política presupone la posibilidad real del enemigo y, con ello, presupone también la presencia de otra unidad política coexistente. En este sentido, la alteridad política que nuclea a cada sector, tiene diversas acepciones valorativas” Schmitt (2015), p.33

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de desalojo y posteriormente, las fuerzas policiales llevaron adelante una virulenta represión hacia las docentes, familias, dirigentes gremiales y algunos municipales, que habían permanecido encadenados dentro del edificio. Tras la violenta represión policial, se produjo una multitudinaria concentración frente a la Casa de Gobierno -donde también estaba la Carpa Blanca Docente-, que confluyó en una masiva movilización desde la Multisectorial. El 30 de abril, la protesta contra la represión se mantuvo, aunque con otras medidas: se organizaron “piquetes” en distintos puntos de la ciudad desde primeras horas de la mañana (…) Durante la tarde las calles del Centro de la Ciudad y de la Casa de Gobierno permanecieron cortadas, lo que nuevamente dificultó la salida de los funcionarios del Gobierno459. En cuanto a los “piquetes”, estos también fueron efectuados por los municipales y los trabajadores de Vialidad en algunos accesos principales dentro del Centro460. Durante la noche del 30 de abril y la madrugada del 1 de mayo, las fuerzas policiales comenzaron con una virulenta represión con balas de goma, gases lacrimógenos sobre la multitudinaria manifestación que tenía lugar frente a la Casa de Gobierno. A partir de la reacción policial, los diversos sectores comenzaron a dispersarse por las calles del centro, produciéndose una extensa persecución de la policía hacía los manifestantes por toda la ciudad. Con la desenfrenada represión, se produjeron varias detenciones ilegales por parte de la policía, a través de “varias Traffics blancas que se llevaban detenidas a personas que después terminaban en la comisaría de Nogolí o en la comisaría de la Punta”461 462. Como consecuencia de estos hechos, se produjeron más de cincuenta detenciones (incluyendo a la secretaría de gobierno del municipio opositor) y una veintena de heridos. Entre ellos, Marcelo Padovani quién recibió un tiro de escopeta con balas de goma, a veinte centímetros del rostro: Empezó esa represión totalmente feroz, salvaje. Nosotros nos encontramos en la puerta de la municipalidad porque nos había llegado de que en ese momento iban a intentar ingresar (…) cuando en un momento que no se puede ver nada, por los gases lacrimógenos, gas pimienta (…) quede solo: me dan la voz de alto, yo levanto las manos y en un momento cuando voy a mirar hacia un costado, veo un fogonazo, pierdo un rato la conciencia. Yo ya me veía muerto, me di cuenta que había sido un itakazo por el fogonazo463 459 Enríquez, Funes y Olguín (2005), p.13. 460 Los municipales quemaron cubiertas frente al edificio de la Municipalidad y del Concejo Deliberante. Los trabajadores Viales hicieron lo mismo sobre la avenida España (sede del edificio de Vialidad). Además, se produjeron otros cortes (generados por docentes y estudiantes), frente a la Universidad Nacional de San Luis, la Escuela Nacional y la Legislatura. 461 Las localidades de la Punta y Nogolí, se encuentran aproximadamente entre 20 y 50 km, en las afueras de la ciudad Capital. 462 Entrevista a docente, realizada el 5 de mayo de 2020. 463 Entrevista a Marcelo Padovani, realizada el 7 de mayo de 2021).

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En el transcurso de la semana posterior a estos hechos, comenzaron los preparativos desde la multisectorial para realizar una nueva marcha en repudio al gobierno provincial y a los episodios de la represión ocurrida. De esta manera, el 7 mayo se originó una multitudinaria marcha por el centro de la capital, con la participación de Adolfo Pérez Esquivel (Premio Nobel de la Paz), Nora Cortiñas y por Mirta Miravalles (Madres de Plaza de Mayo), y la presencia de algunos diputados nacionales. Paralelamente, el gobierno provincial, ante el vaticinio de la movilización y la llegada de los medios nacionales para transmitir el conflicto, realiza una convocatoria hacia miles de beneficiarios del Plan de Inclusión Social en la Casa de Gobierno, junto con un centenar de afiliados de la Unión Obrera de la Construcción (UOCRA), para sopesar la creciente deslegitimidad que recaía sobre las autoridades del gobierno y asimismo, amedrentar a los manifestantes464. En efecto, la movilización Multisectorial, que contó con la participación de aproximadamente quince mil personas, quienes avanzaron desde la Plaza Pringles465 hacia la Casa de Gobierno, provocó algunos enfrentamientos, golpizas hacía los manifestantes y hacía algunos periodistas466. En el marco de esta movilización, la principal reivindicación y consigna que nucleó la protesta Multisectorial, estaba vinculada con la expulsión de las autoridades del gobierno por medio de una Intervención Federal desde el Estado Nacional. De ahí que, en diversas oportunidades, algunos referentes de la Multisectorial habían tenido encuentros con funcionarios del Gobierno Nacional, a los cuales denunciaban los atropellos judiciales y políticos que sucedían en la provincia y les solicitaban la intervención. Por otra parte, en el transcurso del conflicto por la doble intendencia, algunos empleados municipales, y también concejales, junto con el intendente opositor, mantenían algu464 De acuerdo con las narrativas testimoniales de ambos municipales, el arribo de los beneficiarios del Plan de Inclusión tenía que ver, sobre todo, con una “obligación” de asistir, más que una “convocatoria” a la Casa de Gobierno. Cabe aclarar que, aunque esta referencia hace alusión al dominio y capacidad de movilización de la maquinaria clientelar de las personas del Plan de Inclusión, también se había extendido una especie de rumor relacionado con que la manifestación y los protestantes buscaba que los beneficiarios “se quedaran sin trabajo”.Si tenemos en cuenta los enunciados de Scott: “el rumor es un pariente cercano del chisme y de la agresión mágica. Aunque no tenga necesariamente corno objeto a una persona en particular, se trata de una poderosa forma de comunicación anónima que puede servir a intereses muy específicos” Scott (2000), p.175. Es probable que este factor haya incidido dentro de la “convocatoria” hacia los trabajadores del Plan de Inclusión 465 Se encuentra ubicada en el epicentro de la Capital urbana entre las intersecciones de las calles San Martin, Junín, Rivadavia y Pringles. Generalmente las diversas protestas, los actos político-sociales y culturales se desarrollan en este lugar. 466 “Hubo algunos heridos y si no se produjo un desastre fue gracias a la presencia de dirigentes nacionales comprometidos con la defensa de los derechos humanos y por la oportuna aparición del ministro de la Legalidad. Todo frente a la pasiva presencia del reducido grupo de policías presentes. El grueso de la fuerza policial había liberado las calles de la capital puntana” Página 12, 7 de mayo de 2004)

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nos encuentros con el Ministro del Interior -cargo ocupado en ese momento por Aníbal Fernández-, entregando firmas y peticiones. Además, realizaban panfleteadas e intervenciones en la Cámara de Diputados y en las puertas de la Corte Suprema de Justicia en defensa de la “autonomía municipal”, asimismo, la solicitud de la intervención del Poder Judicial.467 Aparte de la intervención de los municipales dentro de la Multisectorial, se puede observar que la defensa por la “autonomía municipal” se mantiene de manera continua en el plano de la lucha política. En palabras de un trabajador municipal, “una de las cuestiones era: somos autónomos y no necesitamos que el gobierno venga a tomar lo poco que nos queda a nosotros que es la autonomía municipal”468. Sobre este enunciado, resulta interesante señalar que el carácter reivindicatorio de la “Autonomía”, al vincularse con los otros sectores en conflicto, pasó a constituirse -en el sentido gramsciano-, como medio “catártico” en el que la acción colectiva de los municipales trascendió sobre la “esfera de la necesidad” particular y comenzó a cobrar sentido hacia un terreno político-cultural más amplio; ya que, en el pasaje a la acción transformadora, los actores municipales se enmarcaron en una nueva e incipiente “forma ético-política, en origen de nuevas iniciativas”, sobre todo en su capacidad de hacer acciones conjuntas con otros trabajadores. De ahí que, la “experiencia colectiva” al adquirir consciencia plena de sus intereses, haya logrado extenderse más allá del “momento meramente económico (o egoísta- pasional)”. Por otra parte, a la crisis por la doble intendencia y la reivindicación de la “Autonomía Municipal”, se le debe agregar el fallecimiento del ex-intendente Carlos Ponce a mediados de ese año. Este hecho tuvo una significancia relevante en el ánimo de los municipales, quienes continuaron con la extensión del conflicto durante todo el año 2004: La herencia de esa lucha [haciendo referencia a Ponce] (…) se sostenía con los de abajo. Yo no sé si hubiera llegado a tanto por los que conducían, sino por cómo se sostenía la lucha con los de abajo (…) no acompañaba la cuestión histórica con la cuestión política469

Las movilizaciones de la Multisectorial continuaron realizándose a lo largo de todo el año, aunque con niveles de menor concurrencia; puesto que, a diferencia de los municipales, los otros sectores en conflicto como el caso de los docentes y los trabajadores de Vialidad, fueron desmovilizándose a partir de diversas maniobras de cooptación por parte del gobierno provincial, con la

467 Página 12, 2004. 468 Entrevista a Martin, realizada el 6 de abril 2020) 469 Entrevista a Marcelo Padovani, realizada el 7 de mayo de 2021

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injerencia de autoridades nacionales470 471. En este sentido, desde el municipio opositor y sus autoridades de gobierno, a partir de la muerte del ex intendente, continuaron profundizando las relaciones con el Gobierno Nacional en cuanto a la búsqueda de una estructura dentro del justicialismo, que les permitiera desplegar un nuevo aparato dentro del municipio. Esto se puede visualizar en la narrativa de un ex concejal e integrante de la agrupación Gilberto Sosa: “Se pedía la intervención, pero la intervención había andado bien en Santiago del Estero, en otro contexto. Y que decía Néstor Kirchner: intervenir San Luis para después perder por el 72% de los votos, no. Y tenía razón por lo que había parado como estructura era Ponce que se estaba muriendo (…) y bueno sostuvimos la pelea como pudimos (…) Pérsico, que no era lo más brillante pero ahí estaba el tipo, no es como para ponerse contento pero era el intendente que habíamos elegido”472

Finalmente, el 24 de febrero del año 2005, la Corte Suprema de la Nación dio por finalizado el conflicto de la doble intendencia al declarar la inconstitucionalidad de las elecciones municipales que habían sido lanzadas por el gobierno provincial y que dieron lugar al funcionamiento de la sede comunal paralela. De esta manera, el fallo emitido le otorgó legitimidad al municipio opositor, avalando la candidatura de Daniel Pérsico como único intendente electo en las elecciones del 9 de noviembre del año 2003.

Conclusiones Lo expuesto hasta aquí permite vislumbrar las hendiduras históricas que han guardado las prácticas políticas en el sistema político sanluiseño. En sí, el entramado de relaciones que erigen el poder en la provincia se vinculan estrechamente con las variantes coyunturales del momento y el aprovechamiento de las mismas por parte de un grupo dominante -de raíces conservadorasque mantuvo el control hegemónico sobre un escenario político fragmenta470 La conducción gremial de ASDE hizo un acuerdo con el gobierno provincial a “puertas cerradas”, sin consultar a los amplios núcleos de los sectores docentes. Este hecho concluyó con la sanción de un nuevo Estatuto Docente, a través de la Cámara de Diputados el 20 de Mayo de 2004. Tras este hecho, los docentes realizaron una multitudinaria asamblea que resolvió expulsar, las conducciones de Graciela Murua y Gonzales Espindola dentro del gremio, dando lugar a una nueva conducción. Sin embargo, las concesiones que habían sido otorgadas por ambos dirigentes hacia el gobierno provincial “creó gran confusión, desconcierto y quebrantamiento de la resistencia en los trabajadores de la educación, con consecuencias en todos los sectores de la Comunidad Educativa” Enríquez, Funes y Olguín (2005), p.16 471 En el caso de los trabajadores Viales, el gobierno provincial había pactado con el Sindicato de Trabajadores Viales Provinciales, la reincorporación de algunos trabajadores que habían sido despedidos y hostigados políticamente durante el conflicto. Finalmente esa reincorporación no se produjo. 472 Cuadernos Rebeldes (2013), p.43.

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do; puesto que, las endebles formas de representación intermedias de corte democrático en la provincia (organizaciones de trabajadores y sindicatos de base, partidos políticos de las minorías, federaciones, etc.), gestaron una participación ciudadana con una “fisonomía” de alcance limitado, particularmente orientadas por las tradicionales esferas gobernantes de la provincia. En relación a estos enunciados, resultan interesantes las observaciones de Eduardo Basualdo, en las que ofrece un paralelismo entre la crisis de 1989 y la de 2001, entendiendo que existe una reconfiguración del sistema político por parte de la clase dominante, a través de la cooptación o “transformismo” (en términos gramscianos) de los cuadros dirigentes pertenecientes a los partidos mayoritarios del país: UCR y PJ473. De esta manera, como la institucionalidad democrática de la provincia -desde 1983- sólo dio a conocer un gobierno que derivó de las filas del predominio justicialista, los indicios de una alternativa política fueron fragilizándose cada vez más. Además, con el clima de recomposición política que transcurría a nivel nacional, las condiciones para monopolizar “el control de la maquinaria estatal”, fueron, en gran medida, favorables al Partido Justicialista, sobre todo por las constantes crisis y “transfuguismo” que fue atravesando orgánicamente la UCR como principal partido opositor. No obstante, la estructura del PJ provincial también sufrió sus alteraciones, particularmente a partir de la reelección del intendente del municipio. Aunque, a pesar de integrarse en nuevas coaliciones o fórmulas electorales, la estructura política se mantuvo dentro de los cánones del Justicialismo, pero en forma opositora. Ahora bien, más allá de las disputas intrapartidarias y personalistas, dentro de los sectores medios de la ciudadanía sanluiseña, se pueden visualizar ciertas formas de cuestionamiento hacia el gobierno provincial, aunque de forma discreta o desde lo “infrapolítico”: ya sea por las vías electorales, acompañando el reclamo de los municipales y, hasta cortando las calles del edificio municipal. Esto deja entrever que dentro de las acciones colectivas, como el caso de la rebelión popular o “pueblada” del año 2000, si bien la expresión reivindicativa venía por el lado de la “autonomía municipal”, el valor de las expresiones individuales también aparecen dentro de las protestas, aunque estas finalmente se “funden en un media colectiva, una resultante común”, encausando a otros sectores sociales474. En cuanto al conflicto de la doble intendencia, las razones políticas y pragmáticas sugieren que el espacio municipal como institución representativa se constituyó en un espacio político de reclamo, fundado desde las experiencias de los trabajadores y, su acción conjunta con otros sectores en disidencia a las políticas del gobierno provincial. De esta manera, después de encontrar que

los municipales cobran su iniciativa histórica, a través de la voz de la “autonomía municipal” como un nuevo camino de protagonismo y confrontación que buscó por momentos aislar al gobierno provincial, cabe preguntarse ¿Por qué el municipio no pudo convertirse en una alternativa de “poder paralelo” al gobierno provincial?, a lo cual, considero necesaria las percepciones de los protagonistas sobre las propias autoridades y la continuidad del conflicto: “no acompañaba la cuestión histórica con la cuestión política”, expresaba el ex funcionario del municipio. En sí, la crisis político-representativa que se desarrollaba a nivel nacional en el año 2001, no impactó de manera directa dentro del sistema político provincial, aunque tuviera algunos rasgos semejantes, sobre todo en los puntos más álgidos de la protesta social, como el caso de la Multisectorial. Siguiendo estas consideraciones es posible enmarcar los episodios de la “rebelión popular” o pueblada del año 2000, así como la situación por la doble intendencia dentro del “multiverso” de conflictos socio-políticos que sucedieron de manera previa y posteriormente a la crisis del año 2001. Al mismo tiempo, si bien las experiencias de lucha por la doble intendencia, aparecen graficadas como una cuestión “sostenida por los de abajo” y desarrollada como un espacio “autónomo”, de todas formas siguió involucrada con los problemas de las autoridades representantes. Así pues, el proceso resultante del conflicto quedó trunco de extenderse hacia las vías de imponerse como fuerza política, capaz de echar abajo el aparato gubernamental. Sobre todo, porque el espacio de disputa siguió erigiéndose entre las voluntades y liderazgos políticos ya consolidados, aggiornando las posibilidades de dinamizar a los trabajadores de base como nuevos y posibles dirigentes con capacidad de influir políticamente en los canales de demanda.

473 Basualdo (2011), p. 43 474 Thompson (1981), p. 144

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Sobre los autores

Ignacio Daniel Guzmán Es Profesor en Historia graduado por el IFDC-SL (Instituto de Formación Docente Continua de San Luis), Magister en Historia por la UNTREF (Universidad Nacional Tres de Febrero), Doctorando en Historia (UNTREF) Investigador del proyecto “Hacer la Historia construir la memoria. Su impacto en la Ciencias Humanas” dependiente de la Facultad de Ciencias Humanas (FCH) de la Universidad Nacional de San Luis (UNSL). Miembro de número de la Junta de Estudios Históricos de la Provincia de San Luis. Realiza investigaciones sobre temáticas de historia económica e historia de la educación. Marcelo Alejandro Muñoz Es Licenciado en Psicología, por la Universidad Nacional de San Luis. Doctorando en Psicología por la Facultad de Psicología- Universidad Nacional de San Luis. Estudiante de la Maestría de Derechos Humanos y Ciudadanía, de la Facultad de Ciencias Humanas- Universidad Nacional de San Luis. Docente e investigador en la Facultad de Psicología, en el campo de Historia de la Psicología. Realiza investigación sobre temáticas en Psicología de la Liberación y Pensamiento Latinoamericano. Ha coordinado recientemente una publicación colectiva: Ignacio Martín- Baró, la psicología, la liberación y el pensamiento latinoamericano hoy por la Nueva Editorial de la Universidad Nacional de San Luis. Lautaro Emiliano Gallardo Es Licenciado en Ciencias Antropológicas -orientación sociocultural(UBA), Especialista en Epistemologías del Sur (CLACSO), y Magíster en Historia (UNTREF), Doctorando en Antropología (UBA). Docente de la Facultad de Ciencias Humanas- Universidad Nacional de San Luis (UNSL), Investigador en el Proyecto de Investigación “Abordaje antropológico a problemáticas de salud, género y memoria. Propiciando el trabajo interdisciplinar.” (FCH-UNSL); y docente de grado y posgrado en la Universidad Nacional de 210

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Villa Mercedes (UNViMe). Actualmente investiga sobre temáticas de antropología del trabajo, memoria e historia reciente. Mario Eduardo Jaime Profesor de Ciencia Política graduado del IFDC-SL (Instituto de Formación Docente Continua San Luis) y Magíster en Historia de la Universidad Nacional de Tres de Febrero (UNTREF). Ha realizado investigaciones sobre la “rebelión popular” en San Luis durante el año 2000 y en torno al conflicto de la doble intendencia y las experiencias de lucha municipales. Actualmente, se desempeña como profesor de historia y derecho en el nivel secundario en la EPA N.º 11 “Dr. Carlos Juan Rodríguez”. Enrique Sebastián Chiesa Abogado, por la Universidad Católica de Salta. Escribano, por la Universidad Empresarial Siglo 21. Con especialidades en resolución alternativa de conflictos -mediación- y en derecho penal. Director General de Relaciones Institucionales del Ministerio de las Mujeres, Género y Diversidad de la nación. Maestrando en la Maestría en Derechos Humanos y Ciudadanía, de la Facultad de Ciencias Humanas - Universidad Nacional de San Luis y Universidad Nacional de La Plata. Investigando sobre el sistema punitivo y la criminalización de la marginalidades. Militante social.

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