Poesía neolatina en México en el siglo XVI 9683617107, 9789683617101

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Poesía neolatina en México en el siglo XVI
 9683617107, 9789683617101

Table of contents :
Poesía neolatina en México en el siglo XVI

Índice

I. Introducción
Prehistoria del latín en América
Los valores culturales
Escuelas y colegios, los maestros
Colegio franciscano de San José de los Naturales
Colegio de Santa Cruz de Tlatelolcó
Otros centros de enseñanza del latín
Profesores particulares
La Universidad de México
La imprenta (1539)

II. El primer periodo (1540-1572)
Su característica
Su influencia clásica
Poetas neolatinos principales de este periodo
Cristóbal Cabrera
Francisco Cervantes de Salazar

III. El segundo periodo (1573-1600)
Su característica
Llegada de los jesuítas
Diversas oportunidades generadas
Poemas puestos en los preliminares
Mètrica mucho más variada
Grupos de poemas neolatinos
Es una poesía escrita en un latín humanístico
El poeta más importante
Otros autores jesuitas
Juan Laurencio
Cristóbal de Cabrera
Pedro Flores

IV. Apéndice
1. Chritophorus Cabrera Burgensis ad lectorem sacri baptismi ministrum dicolon icastichon (1540) / Cristóbal Cabrera, burgalés, dícolo icástico para el ministro lector del santo bautismo (1540)

2. Epigrammatarii nomen poetae [fratris Stephani Salazarii] lectis primis litteris complectentes, in laudem auctoris et magistri sui (1554) / Versos epigramáticos, cuyas primeras letras, leídas, completan el nombre del poeta [fray Esteban de Salazar]: en alabanza del autor y su maestro (1554)

3. Glyconicum carmen eiusdem [fratris Stephani Sálazarii] (1554) / Canto glicónico del mismo [fray Esteban de Salazar] (1554)

4. Frater Hieronymus Vanegas Minorita in laudem patris Maturini Gilberti huius artis auctoris, ad Calliopem ceterasque Musas (1559) / Fray Jerónimo Vanegas, fraile menor, en alabanza del padre Maturino Gilberti, autor de este arte, a Calíope y demás Musas
(1559)

5. Anónimo en el Túmulo imperial (1560)

6. Hymnus ad Sanctorum omnium Reliquias (Anónimo en la Carta del padre Pedro de Mdrales... (1579) / Himno a las reliquias de todos los santos (Anónimo en la Carta del padre Pedro de Morales (1579)

7. Pro Sancto Michaële, a patre Christobal de Cabrera (1585) / A San Miguel, por el padre Cristóbal de Cabrera (1585)

8. Dialogus pro patris Antonii de Mendoza adventu factus in Colegio Divi Ildephonsi, a patre Bernardino de Llanos. Fragmento (1585) 7 Diálogo por la visita del padre Antonio de Mendoza representado en el Colegio de San Ildefonso, por el padre Bernardino de Llanos. Fragmento (1585)

9. Dialogus in adventu inquisitorum factus in Collegio Divi Ildephonsi, a patre Bernardino de Llanos. Fragmento (1589) / Diálogo en la visita de los inquisidores representado en el Colegio de San Ildefonso, por el padre Bernardino de Llanos. Fragmento (1589)

10. Hymnus super Psalmum 127, a patre Petro Flores (¿1591?) / Himno sobre el Salmo 127, por el padre Pedro Flores (¿1591?)

11. Ecloga inter Lusitaniam et Brasilieon, a, patre Juan Laurencio(1594) / Égloga entre Lusitania y Brasilicón, por el padre Juan Laurencio (1594)

Notas a los textos latinos

V. Bibliografía

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JO SÉ Q U IÑ O N E S M ELGOZA

P o e s ía n e o la tin a en M é x ic o en el sig lo x v i

«ggiB&riftopborus Cabrera :0u rgen fu ISgal ad lectorem facrí baptiíiniimúui ItrikBtcolon icarfíd?on. Sípauc'pnoflecup^ucnerádcfacerdos: 0 1ba ptisan quílíbetl ndue ba bet: bbérecu paruaeleme'radocem i&utcqdadulrusinersfcirereneturite: âuaeqjfienrpfcis pftb9fandra:porbcm 0tforetad rítú rinct» adultus aqua: ©tneSfpícíatfforsitáfublíme/Cbarífma i ndulus ignarus teres quatercp mifer: Kducmaib^fa:tefe:plege:diliaelib:um: iRilmín^obfcuriKmímagtfeítmtídum. Siplicic doctecs tfdír modo Qafc^acut* &ddo 0uíroga me? pfulabundepíus* Sígula ppédens mbtlide reqrerepoíTíe: S i placet- oélegas ordínedifpontuni. 10evideartf caue tfacrís íguau ne a bu tí: S is decerad uígilásnmrtiro defidiam. IñépebonümbdúcÜfecerítofcírabudus* ©iffíctJe eft pulcbriudictírat 3,nríqras, Sed rat?é:qd me remorar? plurib^inqs* Sitian?: ? facía?quod precorrati^ uale.

UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO

BIBLIOTHECA HVMANISTICA MEXICANA

8

INSTITUTO DE INVESTIG ACIONES FILOLÓGICAS CENTRO DE ESTUDIOS CLÁSICOS

JOSÉ QUIÑONES MELGOZ'A

POESÍA NEOLATINA EN MÉXICO EN EL SIGLO XVI

U N IV E R SID A D NAC IO N AL AUTÓNOM A DE MEXICO M EXICO, 1991

Primera edición: 1991 DR © 1991, Universidad Nacional Autónoma de México Ciudad Universitaria, 04510 México, D. F. In s t i t u t o

de

I n v e s t i g a c i o n e s F il o l ó g ic a s

Impreso y hecho en México ISBN 968-36-1710-7

' In d ic e I. INTRODUCCIÓN. . . . v . » v . . . . . . . . . . ! . . . . . > Prehistoria del latín en A m érica............. .. . . . . . ........... Los valores culturales................... . . . . ............................ Escuelas y colegios, los maestros . ...................... .......... Colegio franciscano de San José de los Naturales . . Colegio de Santa Cruz de Tlatelolco.................... Otros centros de enseñanza del la tín ......... . . .......... Profesores particulares............................................ La Universidad de México.............................................. La imprenta (1 5 3 9 )...................................................., .

'7 8 12 13 14 14 15 15 16 16

II. EL PRIMER PERIODO (1540-1572) ...... ......................19 Su característica ................................................... 19 Su influencia clásica . . . . . . . . . . . . . . . ........... .. . . . . . . 19 Poetas neolatinos principales de este periodo . .. . . _____ 20 Cristóbal C ab rera............... .................................... . . 21 . Francisco Cervantes de Salazar ............................... .. 22 III. EL SEGUNDO PERIODO (1573-1600)...... 29 Su característica .................................................................... 29 Llegada de los jesuítas........................ ...............................29 Diversas oportunidades generadas . . . . . . . . . . . . . . . . . . 29 Poemas puestos en los preliminares................................... 32 Métrica mucho más variada........................................... .... 33 Grupos de poemas neolatinos ............................................33 Es una poesía escrita en un latín humanístico..................34 El poeta más im portante..................................... 34 Otros autores je su ítas................. 35 5

Juan Laurencio.............................. .. . ...............................36 Cristóbal de C abrera......................................... 36 Pedro Flores . . ...................................................................... 36 IV. APÉNDICE.................................................. ................... . 39 V. NOTAS A LOS TEXTOS LATINOS................................... 53 VI. BIBLIOGRAFIA.................................... 55 A. Básica . . . .*. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . , . . . . . . . 55 B . Suplementaria. .... ............................... 57

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1. INTRODUCCIÓN

América es descubierta por Cristóbal Colón el 12 de octubre de 1492, y 25 años más tarde (fines del segundo decenio del siglo XVI ) las costas del. que hoy llamamos territorio mexicano co­ mienzan a ser tocadas por los exploradores españoles en forma continua y persistente. Cierra la serie de éstos Hernán Cortés, quien desembarca en 1519 en San Juan de Ulúa y se interna venturosamente hasta Tenochtitlan, la capital del imperio mexica, la cual caerá vencida dos años más tarde, en 1521. A partir de entonces la conquista por las armas y la sumisión medrosa del indio a los símbolos cristianos se acelera, penetran­ do las más recónditas y abruptas arterias del país. Con la con­ quista ingresa también, y se expande vertiginosamente, la cultu­ ra occidental europea; La lengua española, compañera del ven­ cedor, jala tras sí, como secuela medieval de la enseñanza y de la religión, a otro leguaje, el latín, quizá más significativo en el aspecto ideológico de la cultura que habrá de dominar el ámbito Social de las conquistas en el Nuevo Mundo. De este modo, México producirá, al par de -la española, una poesía neolatina que en el siglo XVI puede dividirse grosso mo­ do en dos grandes periodos. El primero (que abarca hasta 1572) ayuda, por la cadena de valores culturales que introduce, a con­ solidar el segundo, de suerte que ya en éste, por la llegada de los jesuítas y la implantación de su método educacional, se institu­ cionaliza de una manera más firme la enseñanza del latín y de la cultura grecorromana, hasta entonces débiles e inseguras. Antes de abordar plenamente la poesía neolatina mexicana, con­ viene señalar la 7

Prehistoria del latín en América. Como principio, diré que en México, para que se produzca la poesía neolatina, no hacen falta (aunque ya existan) ni los maes­ tros, ni las gramáticas, ni los centros de enseñanza de la lengua latina, puesto que los conquistadores llegados, militares o reli­ giosos, traen aprendido el latín como parte integral de su forma­ ción ideológica. El mismo Cortés era latino,1 lenguaje que apren­ dió con las leyes en la Universidad de Salamanca y que ha­ bía practicado después como escribiente en la misma España y como secretario del gobernador Diego Velázquez en Santo Domingo y Cuba. También los soldados de Cortés algo debían saberlo, sobre todo Bernal Díaz del Castillo, cuyo pádre había sido regidor de Medina del Campo,2 para poder escribir a Cortés en las blancas paredes del palacio de Goyoacan, luego de lograda la conquista de Tenochtitlan y viendo que tardaba la partición del botín: “ ¡Oh que triste está el anima mea hasta que la parte vea!”3 • Paremos aquí para recordar'también (mientras logro empare­ jar cronológicamente los sucesos de toda América con los de México) que al igual que el español, el latín desde temprano, a raíz del descubrimiento del Continente, comienza a mezclarse con VOces antillanas (caribes, jíbaras, haitianas 0 boricuas). La noche anterior al descubrimiento (jueves 11 de octubre de 1492), ya como a 90 millas de la isla de San Salvador, los ma­ rineros dijeron cantando la Salve Regina, acto que repetirán en el segundo y tercer viajes.4 Sería por fines de noviembre de 1493 (segundo viaje de Colón, en que ya con certezá trajo frailes, 1 Fray Bartolomé de Las Casas, Historia de las Indias. Reimpresión,*Ed. de Agus­ tín Millares Carlo y Estudio prel. de Lewis Hanke. México, FCE, .1981 (Bibl. Ameri­ cana, serie Cronistas de Indias), 3v. II, lib. 2o., cap. 27, p. 528. _ 2 Miguel León Portilla, “Introducción”, eri Bernal Díaz del Cástillo¿Historia ver­ dadera de la conquista de la Nueva España. 2a. ed. Ed., introd. y notas de ___ ■*', , ,. Madrid, Historia 16, 1984 (Col. Crónicas de Amériça, 2), 2 v., I, p. 18*, 3 Díaz del Castillo, op. cit., H, cap. 157, p. 125 (cursivas puestas por mí). ‘ 4 Cristóbal Colón, Textos y documentos completos (Relaciones de viajes, cartas y memoriales). 2a. ed, Éd., pról„ introd. “II” y notas de Consuelo Varela [introd. “I” de Juan Gil], Madrid, Alianza Editorial, 1984 (Alianza Universidad), p. 29. Las Casas, op. cit., I, lib. lo ., cap. 39, p. 197, y cap. 84, p. 352; II, lib. lo ., cap. 131, p. 9.

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entre ellos a fray Bernardo Boil),56 cuando se escuchó en La Española el latín de la primera misa en América, la cual se relata así: Por lo pronto [Colón], ha escogido un lugar despejado, próximo a cierto río, para fundar una ciudad, y habiendo construido allí en unos cuantos días, según lo consintió la brevedad del tiempo, unas casas y una capilla, celebraron el Santo Sacrificio de la Misa con arreglo a nuestro r ito .. . con asistencia de trece sacerdotes.®

Después de 1508, habiendo ya colonos españoles establecidos en Cuba, J amaica, Haití y Puerto Rico, las misas harán sonar su latín día a día. Una misa que se menciona con especial emoción, porque es la primera oficiada por un nuevo sacerdote en toda América, fue el cantamisa de fray Bartolomé de las Casas, cele­ brado (quizá en domingo) entre el 3 y el 9 de noviembre de 1510, en la ciudad de Concepción de la Vega de la isla La Espa­ ñola (Santo Domingo). Años después fray Bartolomé, cuando escribió su Historia de las Indias, la recordará así: En este mismo año [1510] y en estos mismos días que el padre fray Pe­ dro de Córdova fue a la Vega, había cantado misa nueva un clérigo lla­ mado Bartolomé de las Casas, natural de Sevilla, de los antiguos de esta isla, la cual fue la primera que se cantó nueva en todas estas lndias;-y por ser la primera, fue muy celebrada y festejada del Almirante y de todos los que se hallaron en la ciudad de la Vega, que fueron gran parte de los vecinos desta isla, porque fue tiempo de fundición, a la cual, por traer cada uno el Oro que había, con los indios que tenía, a fundirlo, ayuntábanse muchos, como cuándo se llegan las, gentes a los lugares donde hay ferias para sus pagamentos en Castilla.. . 7

Por mediados del siglo xvm, nuestro Eguiára, al escribir la biobiblipgrafíá de fray Bartolomé de las Casas, relata: . . . unus fuisse dicatur e duodecim clericis, moribus iuxta litterisque

conspicuis, quos, se cum in Hispaniolam A postolicus Nuncius F. Bailus 5 Las Casas, op. cit., I, lib. Io., cap. 81, pp. 343-344. 6 Pedro Mártir de Anglería, Décadas del Nuevo Mundo, Est. y Apéndices por Edmundo O’Gorman. Trad, del latín por Agustín Millares Carlo. México, José Porrúa e Hijos Sucs., 1964, 2 v., I, p. 125. 7 Las Casas, op. cit., II, lib. 2o., cap. 54, pp. 385-386.

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pro gentis Christiana institutione detulerit, cui e t si alii refragantur, collatitia tamen omnes tenent suffragatione e prim is nostrum fuisse presbyteris in prim atem illam A m erican commigrantibus, neosacerdos prim um in urbe D e la Vega dicta, quae insulae caput erat, sacrum so ­ llem ni pom pa fecit, propterea frequentiore Hispanorum e t ‘Indorum corona, gestientium que significationibus celebratum, quod nullum adhuc in occiduae plagae Indiis n eom ystem ad aras facientérh excepe­ rant. . . 8

Modernamente Juan Gii, al ventilar la amistad de fray Barto­ lomé con don Diego Colón-, primogénito del ilustre genovés, apunta: Las Casas y 'D. Diego Colón, el primogénito, se conocieron en la Espa­ ñola, a la que D. Diego había llegado como Almirante en 1509. Desde entonces se estableció una fuerte corriente de simpatía entre ambos. Cuándo Las Casas abrazó el sacerdocio (1510), D. Diego hizo grandes festejos al acto, pues era la primera consagración sacerdotal que tenía lugar en la isla.9

Para Seguir con las misas, pero esta vez referidas al territorio mexicano, tenemos que una de las primeras se dijo (quizá por fray Bartolomé de Olmedo) en las costas de San Juan de Ulúa el viernes santo del año 1519, según lo refiere el autor de 1&Histo­ ria verdadera de la conquista de la Nueva España; En jueves santo de la Cena del Señor de 1519 años llegamos con toda la armada al puerto de San Juan de Ulúa. . . y al otro día, que fue viernes

8‘ Juan José de Eguiara y Eguren Bibliotheca Mexicana. Tómus primus exhibens litteras ABC. Ed, facs. coordinada por Ernesto de la Torre. México, UNAM, 1986, p. 364: “. . . se dice que fue uno dé los doce clérigos, sobresalientes en costumbres lo mismo que en letras, a quienes el Nuncio Apostólico fray Boil llevó consigo a La Es­ pañola para la cristiana enseñanza de la gente. Y si algunos se oponen a esto, sin em­ bargo por voto común todos tienen que el nuestro fue de los primeros presbíteros emigrantes a aquella primitiva América. Neosacerdote ofició con solemne pompa el primer sacrificio [de la misa] en la ciudad llamada De la Vega, que era cabeza de la isla: fue celebrado con muy abundante concurrencia de españoles e indios y con ma­ nifestaciones jubilosas, porque las comarcas occidentales en las Indias aún no habían recibido a ningún neocelebrante oficiando cabe las aras.” [Tr. del autor] Por cjerto que el Bailus del texto latino de Eguiara está equivocado, pues no hay duda de que se refiere al catalán fray Bernardo Boil (Buil lo llama Las Casas» op. cit.,1, p. 143, y Lino Gómez Cañedo, Evangelización y conquista : experiencia franciscana en Hispa­ noamérica. México, Edit. Porrúa, 1977, pp. 3-5 y 148, 9 Cristóbal Colón, op. cit., p. ix.

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santo de la Cruz, desem barcafflbs, así caballos c ó m o artillería, en unos m on ton es de arena, que n o h a b ía tierra llana, sino to d o s arenales, y asentaron los tiros c o m o m ejor le pareció al artillero, que Se d ecía Mesa, e hicimos un altar, adonde se dijo luego misa, e h icieron chozas y enra­ madas para Cortés y para los capitanes. , . 10

Y así, camino a Tenochtitlan, día a día las misas se fueron repitiendo. Ya establecidos en la capital, lps españoles las siguie­ ron haciendo hasta que, cansados de alzar y quitar altares, pi­ dieron a los mayordomos de Moctezuma que cerca de sus aposentos les construyeran una iglesia. Y cuando se hizo, “allí se decía misa cada día”.11 Casi al mismo tiempo que Tenochtitlan sucumbía por el sitio y las armas españolas, se escribían los primeros poemas neolati­ nos (hasta hoy sabidos) en el Nuevo Mundo. Son dos odas que el humanista italiano Alessandro Geraldini (1455-1524), uno de los primeros obispos de Santo Domingo, incluyó en su Itinera­ rium,12 escrito por 1522, pero publicado hasta 1631, Las odas se refieren, una (pp. 242-245) a la construcción de la catedral ( “Dum occuparetur in urbe S. Dominici apud Indos, in templo Dive Marie Primarie aedificando”) y la otra (pp. 246-249), al viaje que hizo de España a Santo Domingo {“Ode de adventu suo ad terras aequinoctii”), a donde llegó en 1520. De la prime­ ra (compuesta en estrofas sáficas) se encuentran citados estos versos; . . . . nam solet totas refouere térras fronte serena. 10 Díaz del Castillo, op. cit., I, cap. 38, p. 160 (cursivas puestas por mí). Las anteriores, de que se tiene noticia, son: la que dijo el P. Juan Díaz en Cozumel (juzga­ da la primera), luego del rescate de Jerónimo Aguilar en uno de los últimos días de febrero de 1519, antes de zarpar de allí rumbo a Tabasco, el lo . de marzo. Otra dijo fray Bartolomé de Olmedo (probablemente el 19 de manto del mismo año) en el pue­ blo que luego llamaron Santa María de la Victoria, a causa del triunfo final que las huestes de Cortés obtuvieron contra la coalición de caciques de Tabasco, y una más al día siguiente, ibid,, I, cap. 27¿ p. 132 y éap. 36, pp. 155-156. 11 Ibid., I, cap, 38, p, 161; cap. 52, p, 201 y cap. 93, p. 340. 12 Itinerarium ad regiones sub aequinoctiali plega constitutas.. . Nunc primo edidit Onuphrius Gcraldinus Catenaccis.. . authoris abnepos. Roma, Typis Guilielmi Fascciotti, 1631.

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E t solet gentes recreare maestas, pallio súbter retínete soneto ; ' et solet turbae misere vocanti ferre leuamen. Haec supra celsas renitebit aras picta praeclari manibus magistri, atque caelestis facie beata oreque m iti,. ,,13 Jos cuales, referidos a la Virgen Maria, he traducido de este mo­ do: ..... pues suele entibiar con frente serena todas las tierras. Y restaurar suele a gentes enfermas y bajo su santo manto guardarlas; y suele auxiliar a turba que invócala míseramente; Refulgirá ésta sobre aras excelsas pintada por manos de ilustre artista y, celeste, con beatífico rostro y suave b oca.. . Para México empiezan a perfilarse entonces y a aparecer secuencialmente, extendiéndose por su territorio, Los valores culturales de Occidente, los cuales contribuirán más tarde a definir el ros­ tro adusto (folklórico para muchos) de su humanística persona­ lidad. Existen ya, cuando comienzan a abrirse ; 13 Pedro Henricjuez Ureña, “La cultura y las letras coloniales en Santo Domingo”, en Obra crítica. Ed., bibliografía e indice onomástico por Emma Susana Speratti Pi: ñero. Pról. de Jorge Luis Borges. México, FCE, I960, pp. 345-346 y 395-396. Tam­ bién Joaquín García Icazbalceta, Bibliografía Mexicana del siglo XVI. Nueva ed. por Agustín Millares Cario. 2a. ed. rév. y aument, México, FCE, 1981 (Biblioteca Ameri­ cana), pp. 518-519.

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Escuelas y colegios, los maestros que, además de artes y oficios y otras materias, enseñan gramá­ tica latina. Las escuelas son: la primera fundada en Texcoco a fines de 1523, y el Colegio de San José de los Naturales, anexo al Convento de San Francisco, en la ciudad de México, en 1526. Y los maestros, en un principio solo y principalmente fray Pe­ dro de Gante, fundador de ambos centros,14 quien, apremiado por la necesidad de proveer de músicos y cantores en latín a “las muchas iglesias que iban edificando”,15 comenzó las clases de latín, lo cual debió acontecer no antes de la llegada de los doce franciscanos (junio de 1524), y cuando todavía no aparece por aquí el que se considera “oficialmente” el primer maestro de gramática latina, el bachiller Blas de Bustamante, que por 1528 puso escuela de gramática latina en la ciudad de México (Cuevas no puede imaginarse “para qué discípulos en esa fecha”), y lue­ go colaboró con los dominicos en la enseñanza de los novicios, entre los cuales suele contarse a fray Domingo de la Anuncia­ ción.16 Más tarde, al ser inaugurada la Universidad, obtuvo la cátedra de gramática latina. Por 1554, Francisco Cervantes de Salazar lo describe así: Ille quem vides inambulantem per illud amplum inferius gym nasium in tanta scholasticorum frequentia, magister est Bustamantius, qui m atuti­ no tem pore ab octaua ad nonam, e t pom eridiano a secunda ad tertiam industrie pariter e t diligenter Grammaticam profitetu r; cuius est prim a­ rius m oderator, explicat auctores sedulo, laberynthos solu it e t quae su nt potiora d o cte satis obseruat. in Dialectica e t Philosophia, quarum est magister, non leuiter versatus, e t quia p er annos vigin tisex, indefes­ sus iuuentutem Mexicanam instituit: vix est vtlus, qui au t con don etu r, • 1H * au t doceat, qui non eius fu e rit discipulus . . ,

En tan poco tiempo prosperó la enseñanza del mencionado 14 Çf. Elias Trabulse, “La educación y la Universidad”, en Historia de México. México, Salvat, 1974,11 v., V ,p p . 169-170. 15 García Icazbalceta, op. cit., p. 96. . 15 Cf. José Mariano Beristain, Biblioteca hispano americana septentrional. 2a. ed. por Fortino Hipólito Vertu Amecameca, Tip, del Colegio Católico, 1883, 3 v., I, pp. 149 (bajo Anunciación, fray Domingo) y 299 (bajo Bustamante, Blas de). García Icazbalceta, op, cit., p. 194« Marnano Cuevas, Historia de la iglesia en México. México, Editorial Patria, 1947, 5 V., II, pi 311. , 17 Francisco Cervantes de Salazar, Life in the Imperial and Loyal City of Mexico

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Colegio franciscano de San José de los Naturales que muy pronto en él pudieron impartirse materias avanzadas y muy pronto también se halló convertido “en una verdadera academia de artes y oficios”. Con ello vino la necesidad d e se­ parar la enseñanza superior de las disciplinas humanísticas de aquella otra aplicada sólo alas artes y oficios y al conocimiento primario de las letras y la religión cristiana. Asi el •

Colegio de Santa Cruz de Tlatelolcó (partícipes de su creación, don Sebastián Ramírez de Fuenleal, el virrey don Antonio de Mendoza y el obispo fray Juan de Zumárraga) se inauguró el 6 de enero de 1536, el cual albergó des­ de entonces los estudios superiores de gramática latina, retórica, filosofía, teología, música y medicina, y donde enseñaron, aparte de algunos de sus mismos colegiales, maestros como Arnaldo Basa­ cio (quien llegado en 1530, no sólo cóñtinuó la enseñanza del latín, iniciada por fray Pedro de Gante, sino que la fortaleció y regularizó), Bernardino de Sahagún, Andrés de Olmos, Francis­ co Bustamante, Jùah Focher y médicos indígenas, que sacaron distinguidísimos alumnos, como la llamada generación de “in­ dios latinistas”, mencionados por fray Juan Bautista en el prólo­ go de su Sermonario (México, 1606).18 De allí en adelante

in New Spam and Pontifical University o f Mexico as described in the Dialogues for study o f the Latin Language prepared by ----- -------------— —, for use in his classes and printed in 1554 by Juan Pablos. Now published in facs. with a transi, by Minnie Lee Barrett Shepard and Introd. and Notes by Carlos Eduardo Castañeda. Austin, University of Texas Press, 1953, p. (facs.) 250 v: “ Ese que Ves caminando por aquel Salón de abajo entre tanta concurrencia de escolares^ es el maestro Bustamante, que por la mañana de las ocho a las nueve y por la tarde dé las dos a las tres cuidadosa igual que diligentemente enseña la gramática [latiná],de que es primer profesor: ex­ plica solícitamente los autores, resuelve las dificultades y muy sabiamente observa lo mejor. En dialéctica y filosofía, de que es maestro grandemente versado, y porque a través de veintiséis años enseñó sin descanso a ia juventud mexicana, apenas hay algu­ no, que predique o que enseñe, que no haya sido su discípulo.. . ” [Trad, del autor], 1 Trabulse, op. cit., V , pp. 170-171.. García Icazbalceta, op. cit., pp. 474-476.

Otros centros de enseñanza del latín se extendieron por todos lados. Hallándose establecidas ya en la Nueva España las tres principales Ordenes Religiosas —francis­ canos (1524), dominicos (1526) y agustinos (1533)—, sus con­ ventos capitales o más importantes tuvieron para sus novicios y algunos estudiantes seglares las clases de gramática latina: asi Oaxaca, Puebla, Xochimilco, Toluca, Valladolid etcétera. Sur­ gieron además otros centros de enseñanza superior y más espe­ cializada. Consta que por un tiempo, a partir de. 1532, fray Juan de Zumárraga tuvo funcionando en su palacio una escuela epis­ copal con clases superiores de filosofía, teología, griego, gramá­ tica y composición latina. En. 1538 don Vasco de Quiroga fundó en Pátzcuaro el Colegio de San Nicolás con el propósito de pre­ parar clérigos para el trabajo misional, donde se creé que Cristó­ bal Cabrera fue maestro, luego de que antes había perfecciona­ do sus estudios humanísticos en la escuela,episcopal sustentada por Zumárraga.19 En 1540 fray Alonso de la Vera,Cruz fundó la primera escuela agustina de estudios superiores en Tiripetío, do­ tada de una magnífica biblioteca. Posteriormente en la ciudad de México, donde antes tuviera fray Pedro de Gante el hospi­ tal de San Juan de Letrán, quedó fundado (1547) el Colegio del mismo nombre para niños mestizos, los más hábiles de los cuales hacían carrera de letras durante siete, años, preparación que les permitía luego asistir á las cátedras universitarias. Finalmente, hubo también . _

Profesores particulates que enseñaron latín en: sus domicilios. Quizá por la época en que se abrió la Universidad, se hallaban aquí el bachiller Pue­ bla, párroco de la capilla del Sagrario de México, el también bachi­ ller Gonzalo Vázquez de Vaiverde, primero á quien se dio título 19 Juan F. Alcina Royira, “Cristóbal Cabrera en Nueva España y susMeditatiuncülae ad principem Philippum”, en Nova Tellus, 2 (México, UNAM, 1984), pp. 132 y 135.

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para enseñar gramática, el 8 de octubre de 1536, Tarragona, Martín Fernández y el mismo Francisco Cervantes de Salazar (al tiempo de su llegada a México, 1551, según cree Icazbalceta, deduciéndolo de un pasaje de sus Diálogos), “se dedicó a ense­ ñar gramática latina en una escuela particular”.20 Dejo, por cier­ to, de mencionar otros muchos centros de enseñanza que surgie­ ron desde aquí hasta el final del siglo, porque todos los antedi­ chos fundamentan de forma evidente el que por fin se fundará

La Universidad de México, inaugurada el 3 de junio de 1553 con un grupo de excelentes profesores, como fray Alonso de la Verá Cruz, Francisco Cer­ vantes de Salazar y Blas de Bustamante, entre otros muchos, con cátedras de gramática latina* retórica y filosofía. La funda­ ción de la Universidad fue preparada por un cúmulo de aconteceres cultúrales, de los cuales la educación y los colegios fueron sólo una parte.

La imprenta (1539), pensada en un principiò para resolver los problemas de cvangelización con Doctrinas cristianas (Manuales o Cartillas) y otros libros de administración civil o religiosa, vino pronto, por la madwez alcanzada durante sus primeros 15 años, a servir no só­ lo de vehículo difusor de cultura, sino de colosal ayuda para la educación superior y la enseñanza universitaria. Ya plenamente probada la capacidad editorial de sus prensas, Cervantes de Salazar publica en ellas sus Diálogos para la enseñanza del latín, fray 20 Francisco Cervantes de Salazar* “México en 1554, Tres diálogos latinos,. . ' trad, al castellano y anotados por D. Joaquín García Icazbalceta (1875)”, en Obras de D. J. García Icazbalceta. México, Imprenta de V. Agüeros, 1896-99, ÍOv., VI, pp. 166 y 259. Agustín Millares Cario, “Apuntes para un estudio biobibliográfico del hùmaìlista Francisco Cervantes de Salazar”, en Cuatro estudios bibliográficot rnexicanos. México, FCE, 1986, p. 27.

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Alonso sus tratados didácticos de filosofía y moral, y Maturino Gilberti su Gramática latina. Y no olvido que a la par de las obras de enseñanza van imprimiéndose los primeros poemas neolatinos de México, de los cuales, como poesía neolatina me­ xicana del siglo XVI, me habré dé ocupar en seguida. •

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II. EL PRIMER PERIODO (1540-1572) Su característica es tener gran número de poemas impresos en los preliminares de las obras que iban saliendo editadas, compuestos en dísticos ele­ giacos, a excepción de alguno sólo en hexámetros, otro en gliconios y otro más en falecios. Dichos poemas suelen contener elogios para el autor del libro, para la obra editada, para la materia que se aborda o bien (raro) para algún personaje del go­ bierno.

Su influencia clásica se da en razón directa de la preferencia que se tiene por los dís­ ticos elegiacos, y nos señala que Ovidio está entre los primeros y más importantes autores clásicos que desde temprano hacen sentir su presencia (vuelta posteriormente influencia) en la lite­ ratura mexicana. El dístico elegiaco (tan del gusto del Sulmo­ nense) bien se prestaba entonces, como ya lo había hecho en la época de los Césares, para la epístola y el epigrama, composicio­ nes que más se frecuentaron en México en este periodo, como subgéneros literarios que adoptó, adaptándolos a nuevos conte­ nidos, el alud del Renacimiento. No hay duda de que los Fastos, las epístolas y las elegías del destierro de Ovidio se leían e inter­ pretaban en las aulas seminarísticas o conventuales de España, pues en su mayoría fueron frailes o clérigos venidos de allá quie­ nes primeramente se ejercitaron en el arte versificatorio y com­ positivo, no exento de poesía. De este modo las epístolas y 19

epigramas compuestos aquí encierran preponderantemente tan­ to léxico como versos o hemistiquios de las dichas obras ovidianas, por ejemplo: crimen abesse mihi, ingeniosus opus, omne patebit iter, barbara verba loqui y sanguine tinxit humum,21 entre otros que infortunadamente casi no aparecen en los poe­ mas seleccionados para el Apéndice. Mas no se crea que sólo se encuentra Ovidio, aunque por me­ tro, léxico y reminiscencias sea el más frecuentado. Los mismos dísticos (como integración y mezcla universal del pensamiento clásico) incluyen también léxico, ideas y reminiscencias de Virgi­ lio, Horacio, Lucrecio, Salustio, Plauto, Cicerón y otros menos notables. Todos ellos, retraídos desde su antigüedad por la ebu­ llición incontenible del Renacimiento, recrean a través de los poetas que aquí componen no sólo los tópicos clásicos sobre el paisaje y la psicología humana, sino el ambiente mismo que priva en las obras clásicas. Hay metidos en los poemas desde los nombres de regiones (la India, la Cimeria, el Erebo); pueblos (Troya, Andes); montes (Helicón, Pindo, Parnaso, Cilene); nos (Pactolo, Tajo); fuentes (Hipocrene, Aganipe, Castalia), y vien­ tos (el Austro, el Céfiro), hasta los de dioses (Titán, Apolo —Febo—, Júpiter, Venus, Vulcano, Minerva, Neptuno) ; semidioses (Hércules); divinidades alegóricas (Sofía, Calíopc, Amaltea, Piérides, Libitina, Musa); personajes históricos (Néstor, Virgilio, Creso, Cleantes), y pobladores (galos, argivos, dáñaos, griegos, moros), en fin, todo ese mundo complejo y alucinante de la mitología grecorromana. Dos son los

Poetas neolatinos principales de este perioda:

.

Cristóbal Cabrera y Francisco Cervantes de Salazar. Los Hamo principales, porque su poesía rebasa los poemas sólo ocasionales y preliminarísticos de los o presentación de obras y autores edi­ tados. 21 Cf. respectivamente: Fastos, I, 4 8 4 } Tristes,% # , 288; Ép&taías desdé el Pon­ to, I, i, 85, y Fastos, VI, 82 o 4 6 2 .

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Cristóbal Cabrera, nacido en Burgos, provincia de España, hacia 1513, llega a Mé­ xico en 1531 y es acogido por el obispo fray Juan de Zumárra­ ga, en cuyo Colegio Episcopal perfecciona el grueso de su educa­ ción humanística. A los conocimientos que ya trae sobre gramática latina añade aquí la lectura de los clásicos, la compo­ sición latina y el aprendizaje del griego. Tal vez, al mismo tiem­ po que completaba su formación, haya cumplido en el Colegio alguna tarea docente. Ÿa clérigo (había recibido de Zumárraga el subdiaconado y el diaconado) acompaña a don Vasco de Quiroga (1538) a la diócesis de Michoacán. Como notario apos­ tólico certifica el traslado de la catedral (de Valladolid) a Pátzcuaro, donde se presume que fue uno de los primeros pro­ fesores del Colegio de San Nicolás que el obispo acababa de fundar. Ordenado sacerdote, vuelve a lajñudad de México hacia 1540. Pasa dos o tres años en Cuernavaca, quizá al servicio de Hernán Cortés, y regresa por 1544 a España. Más tarde va a Roma, donde vive hasta su muerte en 1598. En México escribió el Dicolo icástico (vea el * en las “Notas a los textos latinos”) que aparece al fin del Manual de Adultos (México, 1540), poema contemporáneo de sus Flores de Conso­ lación que, según José Bartolomé Gallardo (único que vio la1 edición de 1550) son 89 consejos o sentencias de tono estoico escritos en versos latinos. Zumárraga había enviado a Cuernava­ ca una copia manuscrita de ellas a la marquesa del Valle (esposa de Cortés), quien encargó la traducción (sin saber que era su autor) al propió Cabrera. La obra se imprimió luego en Valladolid (1550), España, y hasta hoy parece irremediablemente per­ dida. Atribuida a otro autor (porque Cabrera no se había atrevi­ do a ponerle su nombre) se tradujo al italiano y se imprimió en Venecia (1562). Por la época de su estadía en Cuernavaca, escri­ bió también los In philosophorum, oratorum, historicorum classicorum opera extemporalia epigrammata et carmina varia, donde se encuentran dos epístolas de sabor horaciano en hexá­ metros latinos, que muestran preocupación por la historia natu­ ral y la vegetación que rodea a Cuernavaca. Una está dirigida 21

a cierto “Frater Ieronymus Franciscanus”, y ia otra, quizá a Manuel Flórez, deán de la catedral de México,22 Dentro de la evolución espiritual de sus tendencias religiosas, las “Meditacioncillas”, o Meditatiunculae (ad serenissimum Hispaniarum principem Philippum) son su obra capital, tanto por haber sido impresas (Valladolid, 1548) cuanto por ser en parte secuencia de sus Flores de Consolación (acaso muchas de ellas se recogerían en las Meditatiunculae), y además porque seguramente algunas se escribieron en México y otras, aunque escritas en España hasta principios de 1548, guardan recuerdos, paisajes e imágenes de nuestro suelo o datos biográficos de los años y sobresaltos pasados en la Nueva España, como es el casó del “Ecstasis”, puesto casi al fin de su libro, poema autobiográ­ fico compuesto en 326 hexámetros latinos, el cual con tintes apocalípticos describe la destrucción del indio (el buen salvaje). Quizá desencantado del paraíso que acá soñó que se daría (nue­ vos hombres y renovada la fuerza primitiva de la religión), vol­ vió a España, donde ya había Conseguido asegurarse una buena canonjía. En cuanto a‘' Francisco Cervantes de Salazar, don Marcelino Menéndez y Pelayo tuvo la feliz suposición dé cr.eer que los poemas así latinos como castellanos intercalados en el Túmulo imperial eran de este humanista y, por tanto, podía considerársele poeta: No dice él Maèstro Cervantes de Salazar los nombres de sus autores; pero como no las elogia al transcribirlas, podemos creer que todas [las letras] o la mayor parte fueran suyas. Si así fue, valía como poeta mu­ cho menos que como prosista, aunque por-versos de circunstancias no puede juzgarse a nadie. Los latinos son algo mejores que los castellanos, sin duda porque Cervantes de Salazar, como otros muchos humanistas, tenía más hábito de versificar en la lengua sabia que en la propia,. .23 22 Alcina Rovira, op. cit., passim. García Icazbalceta, op. cit., pp. 60-61. Son “Improvisados epigramas y variados poemas para las obras de los filósofos, oradores e historiadores clásicos”. 23 Marcelino Menéndez y Pelayo, Historia de la poesía hispano-americana. Ed.

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José María Vigil, por un soneto dialogado de, Eslava, sugería que fueran de éste; pero García Icazbalceta las estimó “de diversas plumas”, aunque sin excluir (como probable autor de algunas) a Cervantes de Salazar.24 Yo, por mi parte, tengo serias dudas para considerar poeta a Cervantes de Salazar. Veamos, pues, y analicemos textos y datos de nuestro humanista. En la dedicatoria del Túmulo imperial al virrey don Luis de Velasco, dice Cervantes de Salazar que , Esto [las exequias a Carlos V] se hizo mediante la industria y consejo de V.S. tan aventajadamente, que conocido lo que acá se puede (como parecerá por este libro), hizo mucha ventaja a todo lo que se hizo en el Antiguo Mundo, porque para ésto halló V.S. las entrañas y corazones, así de españoles como de naturales, tan aparejadas, que cada uno, según su talento, con gran voluntad se empleó en lo que le mandaron, e hizo el sentimiento que al fallecimiento de tan gran monarca se debía, como si de cada uno fuera padre natural indulgentísimo. Y porque acto tan célebre, manifestador de la fidelidad y amor que a su rey y señor este Nuevo Mundo tiene, era razón que en el Antiguo no estuviese encubier­ to, y que la Majestad del rey don Phelipe nuestro rey y señor supiese cuán lealmente es servido, determiné eserebir este libro y dirigirle aV . S., así por haber sido la principal causa; dél, como porque la Justicia y Regimiento desta insigne ciudad, cuyo coronista soy, llamándome a su cabildo, me mandó que escripias estás Obsequias Imperiales, las publi­ case.. . 25

El texto es claro, Cervantes de Salazar es» a la fecha del acto luc­ tuoso,, cronista de la ciudad y escribe el libro (no cuanto el libro contiene) por mandato del gobierno virreinal. Lo hace (descri­ biendo el festejo, como dirá al principio de la obra —“y porque p a grandeza, artificio y majestad del Túmulo, no puede parecer sino por su descripción y por la declaración de sus figuras y emblemas, describirlo he con toda la más brevedad que pudie­ re” —), para que quede memoria del acto y para mostrar amor y prep. por Enrique Sánchez Reyes. Santander, Aldus de Artes Gráficas, 1948,2 v., I, p. 20. 24 Alfonso Méndez Planearte, Poetas novohispanos: primer sigh (1521-1621). 2a. ed. Estudio, selec. y notas d e ----------------------------- - México, UNAM, 1964, p, XXV. 25 García Icazbalceta, op. cit., p. 163.

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servicios personales. El virrey ha podido llevarlo a cabo, porqué contó con “las entrañas y corazones asi de españoles como de naturales, tan aparejadas, que cada uno, según su talento, con gran voluntad se empleó en lo que le mandaron”. Estas palabras implican no sólo armar el catafalco y monumento, sino ej ador­ no de calles y del local con emblemas y textos alusivos a la gran­ deza y hazañas realizadas por el emperador fallecido. Los natu­ rales y los españoles participaban en lo que se ocupase. Textos e inscripciones que explicasen y se adaptasen a las pinturas y em­ blemas debieron tocar a asociaciones intelectuales, comò a maestros y estudiantes de la Universidad (Cervantes dé Sálazar ya no era profesor en 1560), de los Colegios de San José y Santa Cruz de Tlatelólco así como a los conventos de las diferentes Ordenes religiosas: E ntretanto que la arquitectura del T úm ulo se proseguía, p orq u e las f i­ guras y escudos de armas im periales y reales, y otras pinturas que se h ab í­ an dé poner por las paredes viniesen a tiem p o cuando el T úm ulo estuviese acabado, diose orden que en tod a la com arca de M éxico se pintasen gran cantidad de escudos im périales y reales, y otras m uchas historias y figuras, co m o en el discurso de esta obra parecerá, las cuales' fueron m uchas y en extrem ó m u y avisadas,* pintadas m u y b ien al natural de lo que representaban. Las letras e inscripciones, unas en verso y las m á s en prosa, que con gran brevedad com prehendían y daban a entender lo que cada figura representaba.26

Muy endeble resulta, por tanto, él argumento de don Marce­ lino: “pero como no las elogia al transcribirlas, podernos creer que todas o la mayor parte fueron suyas”. Yo creo qué de quien menos pueden ser son de Cervantes de Salazar, porqué él allí es solamente cronista. Y un cronista ni elogia ni critica, se atiene a reseñar y a describir imparcialmenté lo que ve y lo que pasa. Por otra párte, quizá lo más concluyénté sea que docu­ mentalmente no se conoce ningún poema compuesto por él. Epístolas y dedicatorias en prosa, puestas en libros propios o ajenos, es cuanto sale de la severa pluma de nuestro humanista, 26 Ibid., p. 164.

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lo cual no autoriza a nadie a creer que alguna vez intentase el juego poético de los versos, » Por el juicio de Menéndez Pelayo, Alfonso Méndez Planearte compiló en sus Poetas npvohispánós tres sonetos en español de los copiados en el Túmulo imperial, aplicándoselos a Cervantes de Salazar,2?, no comulgando así con la mala opinión que el crí­ tico santánderinó se formó de ellos: “los [versos] latinos , son algo mejores que los castellanos”, Como de Cervantes de Salazar, pues, podemos seguir considerándolos todos, porque aquí pasa lo que se dice que pasa con los hijos: que de ellos es más padre quien los cría que quien los engendra. Así Cervantes de Salazar, por haberlos conservado dentro de su descripción, es más su autor que quienes los hayan escrito. Francisco Cervantes de Salazar nació en Toledo (España) muy probablemente en 1518. Estudió en Salamanca el bachille­ rato en cánones. Conoció personalmente a Hernán Cortés, fue secretario de latín del cardenal Loaisa y catedrático de retórica en la Universidad de Osuna. Vino a la Nueva España en 1551, llamado por su primo Alonso de Villaseca, con quien luego tuvo dificultades, y en cuya casa vivió cuatro años. Es probable que en un principio enseñara gramática latina con clases particulares: Más tarde, cuando se abrió la Universidad, se le encomendó inaugurar los estudios con una (oración latina el 3 de junio, con­ cediéndosele también la cátedra de retórica, curso que comenzó a impartir el 12 de julio, y qué conservó hasta él 14.de febrero de 1557. Obtuvo aquí el grado de bachiller en cánones, estudios que había reaüzado en Salamanca, así como los grados de licen­ ciado y maestro en artes, y de bachiller, licenciado y doctor en teología, siendo en .¡esta última facultad álumno de fray Alonso de la Vera Cruz. Fue también cronista de la ciudad, canónigo de la iglesia metropolitana, dos veces rector de la Universidad, con­ sultor del Santo Oficio de la Inquisición y esperaba algún día poder llegar a ser inquisidor u obispo, cargos éstos y otros muchos que nunca se obtienen por méritos; sino por amista­ des y adulaciones. Enfermo y abatidas sus esperanzas por el27 27 Méndez Flanearte, op. cit,, pp. 3-4.

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destino, murió en la ciudad de México el l4 de noviembre de 1575. En España tradujo y comentó la Introducción y camino para la sabiduría de Luis Vives, el Apólogo de la ociosidad y el traba­ jo de Luis Mejia y terminó el Diálogo de la amistad del hombre, dejado inconcluso por Hernán Pérez de Oliva. En México publi­ có comentados los diálogos latinos {Exercitationes Linguae La­ tinae) de Luis Vives, a los que anadió otros siete suyos: cuatro para juegos que Vives no expuso y tres dedicados a la descrip­ ción de la ciudad de México: la ciudad, sus alrededores y su Uni­ versidad, el Túmulo imperial y dejó manuscrita la Crónica de la Nueva España. Todo esto, no contando varias epístolas y dedi­ catorias impresas, tanto latinas como castellanas; pero sin que se halle un solo poema que pueda autorizar a creerlo autor de facto no de iure, de algunos de los poemas recogidos en el men­ cionado Túmulo imperial.™ A los nombres de Cabrera y Cervantes de Salazar añadamos ahora los de aquellos que como poetas no pasaron (hasta donde se sabe) de editar sus composiciones ocasionales en los prelimi­ nares de nuestras primeras obras impresas: Juan de laPeña, Es­ teban de Salazar, Luis Hurtado, Francisco Beteta, Jerónimo Vanegas, Melchor Téllez y Enrique Tovares, que no son todos, pues muchos otros prefirieron el anonimato. Ni se crea tampoco que los poemas, del primer periodo sólo se reducen a los ya men­ cionados de Cabrera, a los recogidos por Cervantes de Salazar en el Túmulo imperial y a una veintena más de los conservados en lós preliminares de las obras impresas. Debió haber más. Y algunos quedarían manuscritos, como los que se sabe que escri­ bió don Vasco de Quiroga, y que Cabrera vio y pudo haber co­ rregido.2829 Quizá, pues, algún día puedan ser encontrados los de don Vasco y muchos otros anteriores a los poemas de Cabrera y, desde luego, posteriores, como los que se supone que escribirían los colegiales de San José de los Naturales y Santa Cruz de Tla28 Cf. para todo esto a Millares Cario, op. cit., pp. 19-66, 29 Alcina Rovira, op. cit., p. 136.

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telolco ; pero se me ocurre que, aunque los hiperbólicos cronis­ tas franciscanos hablen de que aquéllos componían “versos hexámetros y pentámetros bien medidos”, esos versos debieron ser sólo como prácticas del aprendizaje y tareas escolares; nunca como labor poética personal, lo cual podría explicar hasta ahora la ausencia de más datos y la falta absoluta de muestras docu­ mentales. Pienso que si hasta en la mejor generación de los llamados “indios latinistas” falta un poeta (cosa que me quita el optimismo, pues fray Juan Bautista se ufanaría en pregonarlo, como pregona el que Antonio Valeriano escribiera cartas al esti­ lo ciceroniano), debió faltar también en las otras generaciones menos felices. Todos cuantos menciona (que son los sobresalien­ tes) son buenos latinos y buenos para traducir del latín (tanto al castellano como al náhuatl) sermones, oraciones y prácticas piadosas (que era lo urgente para que la evangelización fuera completa y avanzara más allá de lo rudimentario), y dejan au n lado (por entonces) la inútil fioritura de componer poemas.30

30 C f García Icazbalceta, op. çit., pp. 474-476.

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III. EL SEGUNDO PERIODO (1573-1600); Su característica es que, aunque más corto en cinco años, sea literariamente mu­ cho más intenso que el primero a causa de varios fenómenos que registra y que necesariamente van a favorecer el incipiente desa­ rrollo de la poesía neolatina. Entre éstos, se cuenta en primer lugar, la famosa

Llegada de los jesuítas, que institucionaliza, por decirlo así, el estudio de la lengua lati­ na por medio de una enseñanza más regular, programada y metódica, y que pronto (bajo el ejemplo de sus maestros) hará rendir frutos poéticos a los alumnos más aventajados. Ya no serán sólo los hombres (clérigos, frailes o civiles) venidos de ul­ tramar y formados en el Viejo Mundo los que con un poco de Ovidio, otro poco de Virgilio'y algo menos de Horacio, compon­ gan poemas neolatinos; serán también los jóvenes ya nacidos, aquí quienes alternen en la composición de piezas que no sólo incrementan el monto cuantitativo, sino el cualitativo de nues­ tra literatura. En segundo lugar, las

Diversas oportunidades generadas (y desde luego muy bien aprovechadas) permiten que el pensa­ miento propio mexicano, permeándose y casi sublimándose de 29

los tradicionales estratos ideológicos recibidos, comience a despuntar sus divergencias. Dichas oportunidades, como la pre­ sentada antes con las exequias hechas por la muerte del empera­ dor Carlos V y relatadas en el Túmulo imperial, no sólo se con­ tinúan, sino que se multiplican: a) con los festejos de 1578, descritos en la Carta del padre Pedro de Morales; b) la celebra­ ción por la canonización de San Jacinto, descrita por Antonio de Hinojosa (1597), y c) los funerales para el rey Felipe II, des­ critos en la Relación historiada.. . (1600) de Dionisio Ribera Flores. Y esto, para hablar sólo de las festividades cuya relación y poemas contenidos se imprimieron, porque de fiestas y certá­ menes menos públicos y realizados al interior de la Compañía de Jesús quedan muchísimas referencias, aunque las muestras literarias que persisten manuscritas, por cierto no muy escasas, tampoco son sobradamente extensas. N o hay duda, pues, de que la producción poética latina a par­ tir de la llegada de los jesuitas fue abundantísima. A cuatro años de estar en México, ya refieren en su Carta anual correspondien­ te al año de 1576 que los estudiantes de gramática, además de , sus tareas semanales, “cada mes acometen una labor diligentísi­ ma tanto para componer diálogos en prosa, como también para escribir églogas.. . aun en el mismo día, dos elegantísimos poe:s tas. . . entonaban sus versos panegíricos, salidos de su propio ingenio, a la vida de aquel santo que. . . en ese día había toca­ do”.31 Ya para 1578, con la llegada de las sagradas reliquias enviadas por el papa Gregorio XIII, desatan una verdadera eufo­ ria literaria, y se produce, como la llama Xavier Gómez Roble­ do, una “sobreproducción literaria”.32 En la cual participan todos los colegios jesuíticos: San Pedro y San Pablo, San Gre­ gorio, San Bernardo y San Miguel. Sin contar la tragedia El triunfo de los Santos (representada dos veces: 2 y 9 de noviem­ 31 C/. Bernardino de Llanos, Diálogo en la,visita de los inquisidores representado en el Colegio de San Ildefonso (siglo XVI), y otros poemas inéditos. Paleografía, introd., versión rítmica y notas de José Quiñones M, México, UNAM, Inst, de Invest. Filológicas: CEC, 1982 (Cuadernos, 15), pp. xxvi-xxvii. 32 Xavier Gómez Robledo, Humanismo en México en el siglo X V I: el sistema del Colegio de San Pedro y San Pablo.México, Editorial Jus, 1954, p. 75.

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bre) se representaron durante la octava de la fiesta (2, 4-9 de noviembre) otras ocho piezas teatrales entre diálogos, entreme­ ses y coloquios, aparte de recibirse un gran cúmulo de poemas inscritos para los cinco certámenes convocados. Y lo que más llena de orguUo a Gómez Robledo es que “tanto esta tragedia con que se cerraron las fiestas de 1578, como todo lo demás que se representó en coloquios,'diálogos, y todo género de verso, se hizo y se acomodó a. . . las fiestas y no se tomó prestado de’ autores antiguos”.33 . Por lo regular los jesuítas, además de que en algunos años se encargaban personalmente de las representaciones en las fiestas del Corpus Christi, de San Hipólito, patrono de la ciudad (13 de agosto), o de la Navidad, representaban obras al inicio o al término de sus cursos escolares, en las festividades de sus santos patronos y titulares de sus sacras congregaciones, en la llegada de sus pro­ vinciales y en las fiestas propias o comunes con el clero secular o con las otras religiones. Parece que al remarcar esto me he olvidado de la poesía para referirme al teatro, pero es que el teatro jesuítico hacía florecer o condicionaba enormemente el desarrollo de la poesía latina, pues aquí (como tierra de excepción) los jesuítas en cuanto-al teatro no cumplían las reglas de la Compañía. Estas mandaban (para no distraer demasiado a los estudiantes) que sólo una vez al año se representasen comedias (cosa que, como vimos, aquí re­ sultaba imposible de cumplir), y que ellas fueran siempre en latín. Como el hacerlas en dicha lengua tenía sus dificultades, las autoridades de la Compañía ordenaban que los estudiantes compusieran poesías latinas que se declamaban al fin de las representaciones hechas en español, y de otros muchos actos, para de ese modo salvar un poco las reglas.34 Numerosas fueron las representaciones en español donde al final se recitaban poesías latinas compuestas por los estudiantes, numerosos tam­ bién los festejos que se conmemoraban con declamaciones, los certámenes privados para festividades con temas escogidos ad 33 Ibid., pp. 85-86. 34 Cf. Llanos, op. cit., pp. xxiv-xlviii.

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hoc, y las competencias usuales éntrelos colegiales de los diver­ sos claustros jesuíticos. Poemas todos que, si se hubieran conser­ vado (fuera de los compuestos como meros ejercicios escolares), nos darían ahora estudios para muchos volúmenes. Entre los actos y festejos, de los que nos han quedado poe­ mas manuscritos, se cuentan (puestos por orden cronológico) los siguientes: a) La visita del padre Antonio de Mendoza al Colegia de San Ildefonso (1585); b) Un certamen sobre ángeles (1585); c) La celebración del Tercer Concilio Mexicano (1585); d) La visita de los inquisidores al Colegio de San Ildefonso (1589); e) La entrada a México del virrey don Luis de Velasco, hijo (1590); f) Un certamen en honor de San Ignacio (¿1591?); g) Un certamen sobre las siete bellezas de la Virgen María (1592); h) La conmemoración del martirio del padre Azebedo y de sus socios (¿1594?) e i) Los funerales por la muerte del rey Felipe II (1599). Todo esto y lo anteriormente expuesto dio por resultado (y como lógica consecuencia) que momentáneamente casi desaparecieran los

Poemas puestos eti los preliminares de las obras que las prensas publicaban. Si no está hecho mal el recuento, solamente hay dos versos latinos (versos, no poesías) al reverso de la portada de la obra Arte y dictionaño con otras obras en lengua Michoacana (1574) de fray Juan Bautista Lagu­ nas; tres poemas de fray Antonio de la Cruz dedicados respecti­ vamente al autor de los Coloquios de la paz y tranquilidad cris­ tiana en lengua mexicana (1582), a ¡la obra misma y al lector, y tres o cuatro al fin de la Relación historiada de las exequias funerales. . . del rey D. Philippo / / , . . ( 1 6 0 0 ) , contra los aproximadamente, veinte que aparecían en el primer perio­ do. Esta aparente sustitución de poemas circunstanciales por otros más libres en contenido, forma y temática, permite que sea la

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Mètrica mucho más variada que en el primer periodo y que no sólo contenga dísticos (y como excepción algunos hexámetros, glicónicos o falecios), sino que, yendo desde églogas, diálogos en hexámetros (sin duda los más abundantes) y epigramas en dísticos elegiacos, contenga también himnos en estrofas sáficas, alcaicas asclepiadeas y de versos glicónicos. Y así como el primer periodo (dado el metrò, el léxico y las reminiscencias) se hallaba preferentemente domi­ nado por la influencia de Ovidio, este segundo lo está (dadas las anteriores circunstancias) por Virgilio; péro éste no está solo, lleva a su lado a Ovidio, cuya selección de elegías Tam de Tris­ tibus quam de Ponto imprimían los jesuítas en 1577, y más a la zaga aparecen Horacio, Plauto, Lucrecio y otros. En consecuen­ cia, los

Grupos de poemas neolatinos son dos: a) Los hechos para grandes y públicas celebraciones, que en general corren anónimos, como los recogidos por la Carta del padre Pedro de Morales con ocasión de là llegada de las sagradas reliquias, y los que cdnsignan lós folios 186-187 de la Relación historiada de las exequias funerales... del rey... Philippo II. . . (Entre paréntesis, es una lástima que hasta hoy no pueda encontrarse ningún ejemplar de la obra que relataba los festejos hechos en México por la canonización de San Jacin­ to, 1597, pues cuentan qùë era una obra amenísima, en que se hallaban muchas poesías latinas y castellanas de varios ingenios mexicanos. Francisco Javier Alegre, a propósito de esos festejos, señala en su Historia de la Provincia de la Compañía de Jesús de Nueva España que a las puertas de la iglesia de la Profesa se levantaba u n herm oso ed ificio sobre dos a r c o s .. , La parte inferior, que estuvo a cargo de la n ob le ju ven tu d de nuestros e s tu d io s .. . se veía llen a d e . . . cárteles y pinturas de diversas in ven cion es, de em blem as, em presas, enigm as, epigramas, him nos y gran diversidad de ruedas, la-

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berintos, acrósticos y otro género de versos exq u isitos, lo s más en le n ­ gua latina, italiana y castellana, y algunos en griego y en h eb reo .)35

y b) Aquellos otros que abarcan tanto los pocos aparecidos en los preliminares de las obras impresas (con nombre del autor) como los surgidos en los festejos privados, exclusivos de la Compañía de Jesús, de los que ya hablé antes, todos los cuales se hallan en el Manuscrito 1631 de la Biblioteca Nacional de Mé­ xico, y la mayoría con los nombres de los autores. De ésta ma­ nera puede afirmarse que toda la poesía neolatina de este perio­ do, más que la del anterior, Es una poesía escrita en un latín humanístico, y quizá por el tipo de las mismas festividades, festejos y certá­ menes donde surge y por la clase de autores que la escriben, se sienta en ella, excepción hecha de los Diálogos de Llanos y de alguna que otra égloga, una fuerte tendencia religiosa, lo cual es explicable por las razones expuestas, pero no contradictorio, pues el latín humanístico no temía plegarse a las exigencias de Una fe y de una religión bien intencionadas; mejor dicho, el poe­ ta) sin perder sus creencias, utiliza un lenguaje metafóricamente profano para encubrir su religiosidad. Digamos que la poesía religiosa, para que no parezca simplemente religiosa, sino tam­ bién! humanística, y pueda tener más aceptación entre los doc­ tos, se presentaba casi siempre disfrazada con la vestimenta de los usos, adornos, nombres y mitos clásicos, pero sobrepasán­ dolos y buscando expresar los más apropiados y representativos, como símbolos, metáforas y perífrasis sustituyentes del lenguaje directo y la ideología pura del cristianismo. El poeta más importante

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de este periodo es el jesuíta Bernardino de Llanos, quien por voluntaria complacencia en la imitación del estilo, del género, 35 García Icazbalceta, op. cit., pp. 426-427.

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de los personajes y (¿por que no?) del aimai es también el pri­ mer Virgilio mexicano. Nació en Ocaña, diócesis de Toledo (Es­ paña), en 1560. Luego de estudiar latinidad en su ciudad natal, filosofía en Alcalá y cánones en Salamanca, ingresó en 1580 a la Compañía de J esús. Embarcado en Cádiz con otros muchos jesuitas, que traía a Nueva España el recién nombrado Provin­ cial, Antonio de Mendoza, llegó a Veracruz el 10 de septiembre de 1584, y seguramente, al inaugurarse los cursos (18 de octu­ bre) del periodo lectivo 1584-85, ya estuvo como profesor de. gramática. Sustituyendo al inestable Lamichi, se destacó en la organización de los estudios latinos y la preparación de materia­ les didácticos, elaborando antologías y compendiando conoci­ mientos de gramática, retórica, oratoria y preceptiva literaria., Luego de más de cuarenta años de enseñanza (como los grandes maestros), murió el 22 de octubre de 1639. De este humanista se han conservado manuscritos en latín, además de vatios poemas menores presentados para festejos o certámenes dos obras dramáticas: Dialogus pro patris Antonii de Mendoza adventu factus in Collegio Divi Ildephonsi . y Dialogus in adventu inquisitorum factus in Collegio Divi Ilde* phonsi (vea su edición en Bibliografía “Básica”, bajo Llanos). Como obras de enseñanza, quedaron impresas las siguientes: Illustrium auctorum collectanea. .. (1604), So/ufae orationis fragmenta. .. (1604), Poeticarum institutionum liber. .. (1605) y las Advertencias para mayor noticia de lagramática.. . (1615), las cuales merecieron ser reimpresas varias veces durante el siglo XVII. Se sabe que también escribió el Coloquio latino represen­ tado en 1596 en honor del virrey don Gaspar Zúñiga y Acevedo, y up ¡Anuario mariano o Floremlhs marianas,; que hasta hoy andan perdidas.36 Otros autores jesuitas

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que aparecen con poemas en el Manuscrito 1631, ya menciona­ do, dentro de los festejos y certámenes que tuvieron lugar en el 36

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Cf. Llanos, op. cit., pp. lix-lxiv.

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siglo X V I, áoní M. Larios, Juàri Laurencio, Luís ;Feña, Cristóbal de Cabrera, Pedro Flores, Nicolás Vázquez, Bartolomé Cano, Tomás de Montoya, Mateó Sánchez, Diego Díáiz deíPangua, Carrascal, Gaspar de Villerías y Juan de Ledesma.

Juan:Laurencio, nacido en España, vino a México eri .1588, cuando era teólogo de segundó año. Acá se ordenó sacerdote en 1589, y desde entonces hasta 1595 estuvo en la ciudad de México y en Tepotzotlán, lugar últim o’donde aprendía la lengua mexicana; antes de ser rector en 1596 del Seminario de San Ildefonso, y de 1599 a l604 fue superior del noviciado de Tepotzotlán.37

Cristóbal de Cabrera, nacido en la ciudad de México en 1553, se ordenó'sacerdote; , jesuíta éri 1584. Antes de irse en 1588 a una misión de indios;, donde enfermó, estuvo durante los años 1585-1587 en el Co­ legio de México y en el Seminario de San Gregorio, en los cuales leyó humanidades y retórica.38 - y ; ;• .

Pedro Flores,

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nacido en México cerca de 1560, fue ordenado sacerdote antes de 1592. Entrenado para misiones, se le encuentra (último da­ to que se conoce de su vida.) en 1607 en San Luis de la Paz (Guanajuato) como 15° doctrinero. Hasta hoy se le conocen cinco poemas menores: cuatro conservados en el Manuscrito 1631 de la Biblioteca Nacional de México y uno más en los 37 Francisco Zambrano, Diccionario bio-biblio gráfico de la Compañía de Je­ sús en México. México, Editorial Jus-Editorial Tradición, 1961-1977, 16 v. [los v, 12-16 fueron realizados por José Gutiérrez Casillas] VIH, pp. 329-330. 38 ¡bid., I, pp. 220-222.

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preliminares del Poeticarum institutionum liber. . . de Ber­ nardino de Llanos. Son, pues, tres epigramas y dos himnos en estrofas aicaicas. Es probable que la obra De arte rhetorica libri tres, puesta al principio del mencionado Manuscrito 1631, sea suya. Y como suya también se cita una Allegorica e t sacra epopeia pro Virginis Mariae Elisabetham invisentis celebritate, esto es, “Alegórica y sagrada epopeya para la festividad de la virgen M ana visitando a Isabel”, cuyo paradero, hasta hoy, se deseo* noce. 90

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¡bid., VI, p. 788.

37

IV. APÉNDICE Finalmente, y para que el lector tenga una idea aproximada de la poesía neolatina mexicana del siglo X V I, transcribo y traduzco en seguida varios poemas y fragmentos de otros, lo mismo del primer periodo que del segundo, donde podrán apre­ ciarse conceptos, imágenes, cólones o versos completos de los autores clásicos que antes mencioné. He agregado al final de ellos dos o tres notas al latín, que los revisores juzgaron estric­ tamente necesarias, puesto que la finalidad del presente trabajo no fue el estudiar y traducir poemas neolatinos del siglo xvi en México, sino presentar metódicamente el panorama objetivo de su presencia.

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1 Chmtophorus Cabrera Burgensis ad lectorem sacri baptismi i ministrum dicolon icastichon (1540),

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Si paucis pernosse cupis, uenerande sacerdos, ut baptizari quilibet Indus habet, quaeque prius debent ceu pania elementa doceri, quicquid adultus iners scire tenetur item,quaeque sient priscis patribus sancita per orbem, ut foret ad ritum tinctus adultus aqua, ut ne despiciat (fors) tam sublime charisma ( Ihdulus ignarus terque quaterque miser, hunc manibus versa, tere, perlege, dilige librum: nil minus obscurum, nil magis est nitidum. Simpliciter docteque dedit modo Vascus acutus, addo Quiroga, meus praesul abunde pius. Singula perpendens, nil inde requirere possis: (si placet) omne legas ordine dispositum. Ne videare (caue) sacris ignauus abuti, sis, decet, aduigilans, mittito desidiam. Nempe bonum nihil unquam fecerit oscitabundus. Difficile est pulchrum, dictitat Antiquitas. Sed satis est. “Quid me remoraris pluribus?”, inquis. Sit satis, et facias quod precor, atque uale.

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1 Cristóbal Cabrerai húrgales, dicolo icástico para el ministro lector del santo bautismo (1540)

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Si en poco, venerable sacerdote, saber bien ansias cómo cualquier indio ha de ser bautizado, y qué antes, cual rudimentos pequeños, debe enseñársele (aun cuanto tiene que saberse el adulto ocioso), y qué por el mundo fue prescrito pór los prístinos padres, cómo rectamente se moje el adulto en agua para que no desprecie (quizá) tan sublime carisma el indito ignorante, mil veces misérable, ' hojea, repasa, lee enteramente y ama este libro: nada menos oscuro, nada más claro existe. Sencilla y doctamente lo edita hoy el agudo [don] Vasco (añado Quiroga), mi obispo muy piadoso'. Fijando cada cosa, nada después podrás requerir: lee (pues lo manda) cuanto sabiamente es dispuesto. Porque no vean (cuida) que flojo, de los ritos abusas, sé vigilante (es útil) y arroja la desidia. Por cierto nunca nada bueno hará el que bosteza. Es difícil lo hermoso, la Antigüedad repité. Pero basta. “ ¿Por qué -d ic e s- me entretienes con tanto?” Baste, haz lo que ruego, y tu salud conserva.

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2, Epigrammatarii nomen poetae [fratris Stephani Salazarii] lectis primis litteris complectentes, in laudem auctoris et magistri sui (1554)

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Facta suis tibi qui refert haec carmina modis, refert hic quantum sit tibi, lector, opis. Alphonsus scribit Logicae sublimia pulchre: tenuit et medium, feliciterque tulit et palmam atque gloriam. Et miscuit utile dulci, reddidit et breui ingeniosus opus. Scripsit librum, respicitur quo littera pulchra, tenens ipsius nomen et ingenium. Et cognosce simul, quantos tibi reddidit annos. Pone supercilium, auctor amoenus adest. Hic quoque doctorem nostrum lustrabis amoenum: aptaque praeclaris dogmata discipulis. Nec tu propterea spretis pulcherrimis vndis, vndis Castalicis, lector amice, fuge. Siderea splendent per pulchros lumina libros, dantur et ex dulci mella iucunda fauo, Ecce fluit nectar, praeclaraque dogmata fulgent, sicque, Venus, fulget Mulciber ille tuus. Atque ut fulget Titan, clarus et fulget Apollo, lucet sic splendor maximus iste libri. Altaque quasati cadunt sophismata mundi, Zephyrus ac Auster principiumque nocens. Altaque iam surgunt praeclara haec lumina caeli resplendentque opera, doctor hac alme, tua. 41

2 Versos epigramáticos, cuyas primeras letras, leídas, completan el nombre del poeta [fray Esteban de Salazar]: en alabanza delautor y su maestro (1554) Quien, hechos en sus medidas, te canta estos versos, ése canta, lector, cuánta riqueza tienes. Bellamente [fray] Alonso lo sublime escribe a la lógica: detentó el recurso y felizmente obtuvo 5 la palma como la gloria. Lo útil mezcló con lo dulce, e ingenioso entregó con brevedad su obra. Un libro escribió en que bella letra se mira, conteniendo su mismo nombre y su ingenio. Y al mismo tiempo conoce cuántos años te ha dado. 10 Depón tu ceño, tienes aquí un autor ameno. También aquí meditarás a nuestro ameno doctor y a preclaros discípulos acomodados dogmas. Y tú por esto de las despreciadas ondas bellísimas, las castálidas ondas, lector amigo, no huyas. 15 Por medio de bellos libros, siderales luces esplenden, y de dulce panal se dan sabrosas mieles. He aquí fluye el néctar, como fulgen dogmas preclaros así aquel, Venus, Múlciber tuyo fulge. Y como fulge Titán y fulge el nítido Apolo, 20 así, máximo, luce este esplendor del libro. Tanto los altos sofismas del mundo cansado decaen, el Céfiro y el Austro y el fundamento malo, como altas ya surgen estas preclaras luces del cielo y acá, doctor fecundo, tus obras resplandecen. 41

3 Gly conicum carmen eiusdem [fratris Stephani Sálazarii] (1554) Gazam vomite et Indicum aurum, Croesi et Apollinis pulchri sideris, diuites. Iam enim ex Indica fertilis 5 messe fructusque pulchrior, Pactoli, Tagi arenaque f surgit, quam tulit clarus hic Alphonsus, Heliconis et Pindi prodigus incola.

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3 Canto glicónico del mismo [fray Esteban de Salazar] (1554) Vomitad, ricos, la mina y el índico oro de Creso y de Apolo, astro precioso. Ya, pues, desde índica mies 5 un fértil fruto y más bello surge, y arena del Tajo . y el Pactolo, que dio el claro Alonso, habitante pródigo del Helicón y del Pindo.

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4. Frater Hieronymus Vanegas Minorità in laudem patris Maturini Gilberti huius artis auctoris, ad Calliopem ceterasque Musas

Aspice, Calliope, formosi Heliconis ab alto ad Maturini Grammaticale nemus. Ardenti studio siluam produxit opimam: huc rudis accedat, vt cito doctus eat. 5 Maturam frugem fert Maturinus in isto Codice, nam totus commoda multa dabit. Hinc rudimenta potest discens excerpere tyro: hic satis inueniet, quod reperire cupit. Atque etiam expertis huius repetitio libri 10 ornate fandi nempe iuuamen erit. Tempora, Picrides, sertis redimite rosarum vestri Gilberti, grandis in Arte sua.

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4 Fray Jerónimo Vanegas, fraile menor, en alabanza del padre Maturino Gilberti, autor de este arte, a Calíope y demás Musas (1559) Mira desde lo alto del hermoso Helicón, Calíope, hacia la matutina gramatical floresta. Con dedicado estudio produjo una selva copiosa: llegue acá el rudo, porque rápido vaya docto. 5 Fruto maduro en este códice [fray] Maturino consigue, pues el todo dará provechos muchos. De él los rudimentos puede extraer el alumno novicio: encontrará aquí mucho de lo que hallar ansia. Y aun para expertos la relección de este libro 10 será, por cierto, ayuda de hablar con galanura. Ceñid, Piérides, con guirnaldas de rosas las sienes de vuestro Gilberti, descomunal en su Arte.

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5 Anònimo en el Túmulo imperial (1560) Flandria nutrivit claris me regibus ortum, Hispanos rexi sceptraque sacra tuli. Gallorum vici regem, Turcasque repressi, et Mauros fregi, captaque Roma tremit. 5 Tunetum bello cepi, indique Sicambros; germanos domui, Thuscia fracta fuit. Indos subieci, stravi simulacra deorum, nunc Libitina potens linquere cuncta facit.

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5 Anónimo en el Túmulo imperial (1560) Me nutrió Flandes a m í nacido de reyes preclaros, a españoles regí y tuve sagrados cetros. Vencí al rey de los franceses y contuve a los turcos, deshice a los moros y tembló, tomada, Roma. 5 Capturé en guerra a Túnez y disgregué a los sicambros; me impuse a los germanos, Toscana fue deshecha. Subyugué a los indios, los simulacros derribé de sus dioses: hoy fuerte Libitina hace que deje todo.

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Hy mnus ad Sanctorum omnium Reliquias (Anònimo en la Carta del padre Pedro de Mdrales. . . (1579) O principes Ecclesiae!, o Martyres fortissimi !, o vos Magistri gentium!, o Virgines1purissimae! 5 O vos labore serio, Christum fatentes móribus !, ■ quorum sacrata corpora videre datur Mexico. Apostoli fidem date, 10 et Martyres constantiam, lumen Magistri mentibus, vitam pudicam Virgines. Pio favore cordibus adeste, vota ut supplicum 15 exaudiat piissimus, qui corda nostra prospicit. Tandem labore strenuo prolixa bella, milites, devicta qui iam cernitis, 20 praestate robur gratiae! Vt membra linquens spiritus ascendat alta culmina, et nostra demum corpora sint iuncta vestris ossibus. 45

6 H i m n o a la s r e l i q u i a s d e t o d o s l o s s a n t o s d e l p a d r e P e d r o d e M o r a le s

(Anónimo en la C a r ta (1579)

¡Oh príncipes de la Iglesia!, ¡oh mártires valentísimos !', ¡oh maestros de las gentes!, ¡oh vírgenes tan purísimas!" 5 ¡Vos que con serio trabajo mostráis a Cristo en las vidas!, cuyos consagrados cuerpos es dado mirar a México. Apóstoles, dadnos fe, 10 y dadnos constancia, mártires; luz, maestros, a las mentes; vos, vírgenes, vida honesta. • Con pío aplauso del pecho venid, porque suplicantes 15 ruegos oiga piadosísimo, q-uien ve nuestros corazones. Por fin, soldados, pues ya miráis vencidas con arduo trabajo las largas guerras, 2 0 i dad fortaleza a la gracia!, porque alma libre de miembro,s ascienda a las altas cumbres, y nuestros cuerpos por fin a vuestros huesos se junten. 45

7 Pro Sancto Michaële, a patre Christobal de Cabrera (1585) Aliger o Michaël, procerum dignissime princeps, quos nitido caeli confovet aula sinu. Tu fidei nobis primus vestigia linquis presso polo, et flammas, queis novus arsit amor. 5 Fregisti tumidi primus tu pectoris ausus proque Deo primus belligerare doces. Tu scelus antiquum solio dum deicis alto, effertur virtus, noscitur alma quies. Certandum? dux es. Vincendum? de hoste triumphas. 10 Vivitur? es custos. Itur ad astra? comes. Debitor ecquis non tibi? tellus, sidera, pontus, qui vivit, moritur virque senexque, puer.

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7 A San Miguel, por el padre Cristóbal de Cabrera (1585) ¡Oh alígero Miguel!, de los proceres dignísimo príncipe, los que àula del cielo en su nítido seno abriga. Tú primero vestigios de fe nos dejas y flamas con que abrasó un nuevo amor al oprimido polo. 5 Tú primero rompiste osadías de un pecho soberbio, y primero por Dios a combatir enseñas. Mientras tú arrojas desde alto solio el crimen antiguó, se da la virtud, la fértil quietud se aprende. ¿Debe lucharse? Eres jefe. ¿Vencerse? Triunfas del hoste. 10 ¿Viven? Eres custodio. ¿Van a los astros? Socio. ¿Quién no te debe? La tierra, las estrellas, el ponto; el niño que vive, y hombre y anciano muere.

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8 Dialogus pro patris. A utom i de Mendoza adventu factus in Colegio Divi Ildephonsi, a patre Bernardino de Llanos. Fragmento (1585)

1 hyrsis; Has inter salices vacua proicctus in umbra, dum placidae spirant aurae pronisque susurrat flumen aquis, miserum meditabor arundine carmen .absentemque diu spectabo Daphnida. Daphnis, 5 curita tardus abes? cur nos ita tardus amantéis , ,¡ v inmenso du dum crucias angisque dolore? Has inter salices vacua lacrimabor in umbra, donec adesse velis contingat et ora tueri. Non vitrei dulcem libabo fluminis undam, 10 me non excipient herboso margine ripae, non dorso nemoris solabitur aura iacentem, donec adesse velis contingat et ora tueri. Nec cum sol oritur, nec cum se condit in umbras, née mihi iam pecudes, nec pingues pascere tauros 15 gratum erit aut pastos ad flumina ducere grata, donec adesse velis contingat et ora tueri. Tantum inter silvas aut solo in litore mecum rupibus aereis et surdis conquerar arvis: “Daphnis, deliciae pastorum, gloria, Daphnis, 20 pars animae, et cordis pars, Daphnis, maxima nostri. .. 47

8 Diálogo por la visita del padre Antonio de Mendoza representado en el Colegio de San Ildefonso, por el padre Bernardino de Llanos. Fragmento (1585) Tirsis:

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Entre estos sauces, tendido en la sombra vacía, mientras espiran plácidas aguas y el río susurra . con bruscas aguas, ensayaré en la flauta un mísero canto y esperaré al largo tiempo ausente Dafnis. Oh Dafnis, ¿por qué así tardo estás lejos? ¿Por qué así tardo, hace [mucho, si te amamos, con inmenso dolor nos torturas y afliges? Entre estos sauces he de llorar en la sombra vacía, hasta que quieras venir y acontezca que mire tu rostro. No del río vitreo he de libar la onda dulce, no de la margen herbosa me apartarán las riberas, no al que yace de dorso consolará el aura del bosque, hasta que quieras venir y acontezca que mire tu rostro. Ni cuando salga el sol, ni cuando en las sombras se esconda, ya grato me será ni ovejas, ni pacer pingües toros o, apacentados, guiarlos arios sabrosos, hasta que quieras venir y acontezca que mire tu rostro. Tan sólo entre selvas o en litoral solitario conmigo, me quejaré a las rocas agudas y a los sordos barbechos: “Dafnis, delicia de pastores, gloria; parte del alma, Dafnis, y de nuestro corazón, Dafnis, máxima parte. . . 47

9 Dialogus in adventu inquisitorum factus in Collegio Divi Ildephonsi, a patre Bernardino de Llanos. Fragmento (1589) Ly eidas: Te fragües coryli cupiunt humilesque myricae, tu vero spes fida gregis, quaenam arva pererras? nam mihi nec gelidi fontes nec pascua, Daphnis, laeta placent sine te, mihi sordent numina raris; 55 huc ades, et gelidi fontes et laeta placebunt pascua, nec quidquam fuerit mihi dulcius agris. Formosi colles et Nymphis cognita rura et liquidi fontes atque abdita fontibus antra silvarumque undae, quae Daphnim causa retardat? Thyrsis: 60 Ne nostros, Lycida, cogas renovare dolores neve iterum tristes effundere pectore voces, quin potius, tantum quoniam lenire dolorem carmina nulla queunt, pariter surgamus et ante quam Vesper seros ostendat noctifer ignes. 65 Hic haedos depone tuos, quaeramus et ülos. .

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Lycidas:



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Hic placet, o Thyrsis, deserta per avia Daphnim quaerere. Spirabant Zephyri, spirantibus illis, ' cantabam quo sole pyrum, quo sidere vitem insererem et sertis mandarem semina sulcis; ' " ’ 70 nunc tamen, o Thyrsis, quid non nisi triste canemus, donec Daphnis abest?. 48

9 Diálogo en la visita de los inquisidores representado en el Colegio de San Ildefonso, por el padre Bernardino de Llanos. Fragmento (1589) Lícidas: Frágiles avellanos te ansian y humildes tarajes, mas tú, fiel esperanza de la grey, ¿qué barbechos recorres?, pues sin ti, Dafnis, hi gélidas fuentes ni pastos alegres me agradan, aquí y allá me son desprecio sus númenes; 55 llega acá, y gélidas fuentes y pastos alegres me agradarán y nada más dulce tendré que los agros. Hermosos collados y campiñas que conocen las Ninfas y líquidas fuentes y por las fuentes antros ocultos , y ondas de las selvas, ¿qué causa a Dafnis retarda? Tirsis: 60 Nuestros dolores, Lícidas, no a renovar nos obligues ni otra vez tristes voces a derramar desde el pecho; más bien, puesto que dolor tan grande no pueden cantos ningunos calmar, a u n tiempo surjamos y antes que muestre SUS fuegos tardíos noctífero Véspero. 65 Abandona aquí tus Cabritos, y a buscarlos vayamos. Lícidas: Me agrada aquí, o Tirsis, por parajes desiertos a Dafnis buscar. Soplaban los céfiros, y yo, en tanto ellos soplaban, cantaba bajo qué sol el peral, bajo qué astro plantara la vid, y qué simientes mandara a los surcos dispuestos; 70 no obstante hoy, oh Tirsis, si no tristeza, ¿qué cantaremos, mientras dista Dafnis?. . . 48

10 H y m n u s s u p e r P s a lm u m 1 2 7 , a p a tr e P e tr o F lo r e s

(¿1591?)

Salvé, Tonantis signifer inclyte, salve, tuorum gloria militum, cui fas coronato Penates aethereos habitare, salve. 5 0 te beatum, cui timor ossibus haesit regentis sidera numinis, ' cuius fuit vitae magister Christus, iter superas ad arces. 10

O ter beatum, qui bona possides aeterna, duris parta laboribus, hinc contra da votis habenas, omnia iam venient secunda.

En uxor implet casta progenie, quantum quadrigis sol adit aureis, 15 ceu vitis ulmum quae maritam pampineis locupletat uvis. Non sic olivae germina pullulant, aut laeta fructu aut fronde virentia, ut quae tuas mensas opimas 20 aurea progenies coronat. , ' ■ ; Haec Numen illis divite dextera háee doria fundit, quos timor abstinet 49

io H im n o s o b r e e l S a lm o 1 2 7 , p o r e l p a d r e P e d r o F lo r e s

(¿1591?)

Salve, del Tonante alférez ínclito, salve, oh gloria de tuyos milites, a quien lícito es, coronado, lares del éter habitar, salve. 5 Oh feliz tú, al que en huesos detúvose temor del dios que a los astros da órdenes de quien fue maestro de vida Cristo, camino a casas supernas.

10

Oh muy feliz, que bienes sin término posees, hechos de afanes ásperos; de aquí, en cambio, a ruegos da riendas, ya próspera vendrá toda cosa.

Ve, casta esposa en progenie inúndate, cuanto va el sol en cuadrigas áureas, 15 como vid que al olmo marido enriquece con uvas pampineas. No así de oliva germinan vástagos, o en fronda o frutos fecundos árboles, como aquella áurea progenie 20 que tus opimas mesas corona. Dios estos dones con diestra pródiga, éstos riega a quien temor impídeles 49

ne poma decerpant negata Tartarei monitu Colubri. 25 Sed quae tibi non munera contulit Sion ab alta, prata nitentia caeli dedit longum per aevum agmen et aligerum videre. Necnon tuorum crescere copiam, qui compulerunt regna vel ultima litis sagittis et pharetris, laurigeram celebrare pacem.

50

que negadas pomas arranquen bajo instancia de sierpe tartárea. 25 Pero no te aplazó aquellas dádivas de alta Sion; antes bien prados nitidos del cielo, por tiempo infinito, te dio ver y la alígera tropa; 30

y aun crecer de los tuyos el cúmulo los que a reinos forzaron, hasta últimos de teñidas flechas y aljabas, a celebrar laurigera paz.

50

El. E c l o g a i n t e r L u s i t a n i a m e t B r a s i l i e o n , a, p a t r e J u a n L a u r e n c i o

(1594) ' ,

;

Lusitania: Dic mihi, Brasilicon, subito quis tanta capellis otia concessit? quae alternis morsibus ictae, carne olim et tepido saturabant sanguine ventrem? B r a s ilic o n :

Percurram paucis fortunae exordia tantae, 5 forte super viridi recubo dum gramine volvens tum miseri rabiem pecoris, tum tristia damna. Ecce repente mihi totum ablatura dolorem Tethys adest graciles Nympahe quam mille sequuntur gestantes plenas ferventi sanguine conchas, 10 quarum prima mihi trepidante haec ordine fatur: “quattuor huc decades pastorum Hispana propago misserat, ut pecori medeantur fonte salubri, Gallica turba tamen felicibus invida coeptis hos necat in mortem generoso corde ruentes. 15 húmida mox sacro rubuerunt regna cruore, quo properae Nymphae complentes vasa marina venimus, ut saltem conspersi hoc sangine campi hinc meliora tuis producant pascua capris”. Sic ait. Et sparso redierunt sanguine, nosque 20 sensimus hinc melius nostras habuisse capellas. 51

11 Égloga entre Lusitania y Brasilicón, por el padre Juan Laurencio H 594Ì

Lusitania: Dime pronto, Brasilicón, ¿quién concedió ocios tan grandes a las cabritas? ¿Cuáles, heridas con altemos mordiscos, con su came y tibia sangre otrora un apetito saciaron? Brasilicón: Te contaré en poco los inicios de infortunio tan grande, 5 mientras quizá me tumbo sobre la verde grama, pensando ya rabia de mísera bestia, ya sus daños funestos. He aquí, de repente, para el dolor completo quitarme, Tetis llega, a quien siguen mil gráciles Ninfas, llevando de hirviente sangre unas conchas repletas; 10 la principal de éstas, temblando el séquito, ésto me dice: “cuatro decenas acá de pastorés la estirpe española había enviado,-porque en fuente salubre el rebaño curaran; mas turba francesa envidiosa de felices empresas los mata, y ruedan a la muerte con corazón generoso. 15 Después con sacra sangre enrojecieron los húmedos reinos. Por eso a colmar vasos marinos presurosas las Ninfas venimos, porque, al menos rociados con tal sangre, los'campos desde hoy para tus cabras mejores pastos produzcan” . Dijo así. Y tomaron, esparcida la sangre, y nosotros 20 sentimos que desde allí mejor nuestras cabritas vivieron. 51

NOTAS A LOS TEXTOS LATINOS * Dícolo icástico. . . Palabras provenientes del griego. Dicolo, adjetivo derivado de dícolos, significa compuesto de versos alternados. Generalmente los versos pares son más cortos, como en los Epodos de Horacio. Aquí es el dístico elegiaco, compuesto de hexámetro y pentá­ metro dactilicos. Icástico, derivado de et/ctífcu, “re­ presentar” , se refiere a la representación de lós objetos. ¿Tendrá que ver el poema con los carmina figurata para decir al lector por medio de símbolos y emblemas más de Ib que naturalmente significan las palabras, o sencillamente el autor dice que éste es un poema espontáneo que va escrito de modo natural y sin ador­ nos, significado que el Diccionario de la Real Academia Española da a la palabra icástico? García Icazbalceta, en la página 58 (nota 1) de su Bibliografía Mexicana del siglo XVI, dice: “palabras griegas que en sustancia significan ‘composición de veinte versos alternados’ ” . De este modo parece haber relacionado Icastichon con ef/cwat(ü), “veinte”, y anX°s, “verso”, dando ra­ zón de los 20 versos que tiene el poema; sin embargo, en ese caso, Cabrera habría escrito Icostichon. 1, 6 Ad ritum, . . A manera de adverbio, equivalente a. rite. 1, 14 Si placet — siquidem mandat. Véase el significado de placet como impersonal. En consecuencia, luego que el autor expone cuanto es necesario observar para la recta administración del bautismo, no puede dejar co­ mo opcional “si quieres” ; sino más bien, “puesto que se manda, hazlo” . // Ordine. . . Funciona como ádver53

bio. La expresión recte atque ordine, suele traducirse como “recta y sabiamente” . 2, 17-18 Éreclaraque. . . Meque. . . Polisíndeton, donde, además, hay elipsis de ut. C f los versos 19-20. 6, 6 Moribüs. . . Costumbres o modos de vida, asimilados por metonimia a la misma vida. 6,13 Cordibus = pectore. Doble sinécdoque: plural por sin­ gular y contenido por continente. 7, 3-6 Primus primum\ Catacresis: él adjetivo por el adver­ bio. 10, 31 Litis sagittis et pharetris. . . Ablativos entre de materia y de instrumento, esto es: reinos que usan de aljabas y flechas untadas de veneno, o que llevan aljabas y fle­ chas. Posible alusión a varios pueblos aborígenes de América, principalmente a Ids del Caribe. 11, 2-3 Concessit. . . saturabant. . . A veces en latín el perfecto y el imperfecto, vecinos sin temporalidad fija, son equi­ valentes. Cf. Emout, Synt. lat., núm. 242, p. 222. Sa­ ciaron, pues el apetito de quienes ansiaban su muerte.

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Poesía neolatina en México en el siglo XVI, editado por el Instituto de Investigaciones Filológicas, se terminó de’imprimir en los talleres de Impresos Chávez, S.A. de C.V., el día 28 de febrero de 1991. La edición estuvo al cuidado del autor, y consta de 2,000 ejemplares.