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Spanish Pages [346]
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EX-LIBRIS M. A. BUCHANAN -
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PRESENTED TO
THE LIBRARY BY
PROFESSOR MILTON
A.
BUCHANAN
OF THE
DEPARTMENT OF ITALIAN AND SPANISH 1906-1946
, respondió también,
Y
así el
Y
en Portugal se quedó,
cantar se inventó,
Por siempre jamás, amén.
Por
escocía a los portugueses
si
músicos todos cuantos
allá
la
broma, añade Lope que «son
nacen», porque
Su misma lengua es canción
Sería de todo punto temerario e impertinente aquí, amén de ocio-
un estudio acerca de San Francisco y su influencia en el arte. Temas de tal magnitud no deben tocarse por incidencia, cuando no so,
hay seguridad de decir algo importante y nuevo. Prosigamos, pues, con otros santos menos conocidos. IX.
San Nicolás de
peregrino, por lo cual
mió postuma en ragoza, 1641).
—No incluida en
halla citada
en catálogos del
siglo
de El Santo de los Milagros, San Nicolás de La vida de San Nicolás de Tolentino, frayle de
título
Agustín, se escribe de esta manera en P.
las listas
de E¿
creerla posterior a 1618. Se impri-
Veintiquatro parte perfeta de sus Comedias (Za-
la
Se
Tolentino.
debemos
el
pasado con
el
Tolentino. la
Orden de San
Flos Sanctorum (i) del
Rivadeneira (IO de septiembre):
«San Nicolás de Tolentino, padre y doctor de
la
llamada San Angelo, de
iglesia la
religioso
de
la
Orden
del glorioso
San Agustín, nació en una aldea
ciudad de Fermo, que es en
la
provincia
la Marca de Ancona. Su padre se llamó Campañano y su madre Amata. Eran honrados y muy buenos christianos: y habiendo sido casados muchos días, no tenían hijos, y por eso andaban muy con-
de
goxados y
afligidos.
La madre Amata tomó por medianero
Nicolás, obispo, con quien tenía particular devoción,
yr a
visitar su
(1)
Tomo
II,
sagrado cuerpo, que está en páginas 636-638.
la
a
San
y prometió de ciudad de Barí, en el
ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA
6
Keyno de Ñapóles, Fué revelado
colás,
un
y
allí
Dios
a sus padres
le
daba un hijo y
le
cumplía
que
el
deseo.
de nacer. Pu-
dellos había
de San Ni-
camino, llegaron a Bari, visitaron la iglesia se les apareció el Santo,
hijo a quien
su.
que hiziessen aquella romería, porque en
quién había de ser
ella se les diría
siéronse en
si
y
los hizo ciertos
que tendrían
pondrían nombre Nicolás, por haberle alcanzado
por su intercession, y que sería siervo fidelíssimo de Dios y varón ejemplar, y de gran penitencia. Todo se cumplió assí, porque
muy
Amata el
concibió
a su tiempo parió
y
qual desde niño fué
taba las
muy
un
inclinado
hijo,
que
se llamó Nicolás,
de Dios, frequen-
al servicio
missa y rezaba con mucha devoción, huía las muchachos traviesos, gustaba de tratar con reli-
iglesias, oía
compañías de
los
giosos, hazía bien a los pobres,
ayunaba y ocupábase en
el
estudio,
y oraba con tanta devoción y atención, que se dize haber visto, aun siendo mozo y orando en la iglesia, a Christo nuestro Señor con los ojos corporales,
y como yba creciendo en edad, yba creciendo tam-
bién en virtud y ciencia. Hiziéronle canónigo de una iglesia de San Salvador,
y aunque
vivía loablemente,
no estaba contento, porque
Y
siempre anhelaba a otro estado de mayor perfección. biendo oydo un sermón de un famoso predicador de
San Agustín del menosprecio del mundo, como
el
la
assí
ha
Orden de
corazón estaba
de Dios que cayó
centella de la palabra
dispuesto
y
en
encendió de manera que Nicolás, abrasado del amor di-
ella, la
seca
la leña, la
vino, se determinó dar libelo
de repudio a todas
las
y buscar con grande ansia y solicitud las del tomó el hábito de San Agustín, en el convento de
rra,
lentino,
y
los
religiosos del se le dieron
cosas de la tiecielo.
la
Para esto
ciudad de To-
con gran voluntad, cono-
ciendo quán santa era su vida y quán grande su ciencia y habilidad, y esperando que había de ser (como lo fué) gran ornamento de su sagrada religión. Luego comenzó San Nicolás a darse a todas las virtudes, y más a las que son más propias del religioso, a la humil-
dad y a
la
pobreza,
al silencio, a la
penitencia; de suerte
obediencia, a
que era espejo de
la
religiosos,
oración, al ayuno
como
lo fué
de
y
sa-
cerdotes siendo sacerdote,
aunque en todas que
se escribe
las
y de predicadores siendo predicador. Pero virtudes se esmeró mucho, y fue excelente, lo
de su abstinencia pone grande admiración: porque
COMEDIAS DE VIDAS DE SANTOS treynta años estuvo en
huevos
ni pezes, ni
convento de Tolentín
el
Fué
caydo malo y llegado
esto con tanto extremo, a
punto de muerte,
daron que comiesse carne, porque
no se
ellos lo
lo
sin
comer carne
ni
cosas de leche ni aun manzanas, agora estuviesse
sano, agora enfermo.
vez
/
assí
los
que habiendo una médicos
many como
le
convenía a su salud:
pudiessen persuadir, fué necessario que su superior se
mandasse en virtud de santa obediencia. Baxó
cabeza
la
el
santo,
y probó la carne que le truxeron, y pidió al prior que se contentasse con aquella obediencia y que no le apretasse más, ni le hiquebrantar
ziesse
atado a
la
carne ni a
se la dio el
semana
el
Señor
propósito que tenía, porque Dios no estaba
de Medicina para darle salud, y
las reglas
muy
entera dentro de pocos días.
los lunes, miércoles, viernes
miendo una vez
sola:
y desde
y sábados,
los siete
días cada semana, imitando en esto a
a
assi
Ayunaba cada
pan y agua, co-
años de su edad ayunó tres
San
Nicolás, obispo,
el
qual
siendo niño, los miércoles y viernes no quería tomar más de una vez
pecho. Disciplinábase
el
noches con una cadena de hierro.
las
Su túnica era pobre, áspera y remendada, de
penitente; su oración era
las
noches se
le
muy
passaban, o en
el
cama dura y propia y y casi todas
la
fervorosa
coro (en
continua;
el
qual era
el
primero) o
en atenta y regalada contemplación del Señor. Mas el Demonio, que siempre vela para nuestro mal, procuró con varias tentaciones apartar
al
santo de su dulce conversación: y una noche, estando
como solía, mató la lámpara y la arrojó y la hizo pedazos, y poniéndose sobre el techo de la comenzó a destejarle y hazer tanto ruydo que parecía que
orando delante de un
en
altar,
el suelo,
iglesia,
se quería caer la iglesia. fieras
para espantarle: y
Tomó como
ción, le dio tantos y tan
para
varias
el
cuerpo
su siervo) que por
las señales
do a hacer oración delante de un
y
le
toda
maltrató de manera que la vida:
oración
y
pero
gracias,
él,
le
de
las
de bestias
el
muchos
Señor días le
Otra vez, entran-
Demonio
le
derribó
dexó por muerto y quedó coxo por
assí le
enemigo. Fué devotísimo de
las heridas.
crucifixo, el
esforzado por
porque
figuras
grandes golpes (permitiéndolo
mayor prueba y corona de
quedaron en
y horribles
santo no se moviesse de su ora-
el
el
Señor, se levantó y hizo su
probaba y
le
daba
vitoria
de su
ánimas del Purgatorio por una
vi-
ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA
8
sión que tuvo: en la qual vio gran
que con grande instancia missas;
pedían
le
y habiéndolas dicho,
menor su caridad para con con gran cuydado a
sitaba
número de ánimas de el
sufragio de sus oraciones
le hizieron gracias
los vivos los
Purgatorio,
por
que para con
ello.
Y
y
no era
los difuntos.
Vi-
enfermos, y compadecíase dellos. Re-
creábalos con sus palabras, animábalos a llevar con paciencia su trabajo, Íes
y
dábales todo
huéspedes como
tristes.
Consolaba a
rría a los pobres.
mente,
la
y venido
la
le
regalo. Recebía a los fray-
fueran ángeles del cielo. Alegraba a los
los afligidos.
Reconciliaba a los discordes. Soco-
vida de San Nicolás era
tro Señor. Seys
ba
que podía para su
si
Libraba a los cautivos y a los encarcelados. Final-
del cielo:
Maytines,
lo
y como
como de un hombre perfectísimo y regaló mucho nues-
a tal le favoreció
meses antes que muriesse, cada noche, a hora de
dieron música los ángeles: y
hora de su dichosa muerte, y assí
él
entendió que se llega-
la profetizó,
y
avisó della a
y aviendo caydo malo, y agravádossele la enfermedad, y rogó que le perdonassen sus faltas: y al Prior que le absolución de todos sus pecados, y le administrasse los San-
sus frayles; los llamó,
diesse la tos
Sacramentos de
la Iglesia, los
quales recibió con grandíssima de-
voción y abundancia de lágrimas. Después se hizo traer una cruz
en que estaba un pedazo de
la
de nuestra redención,
con profundíssima humildad, suplicando santíssima Cruz le salvase
la
y
le
al
gocijábase sobremanera por el desseo
y
ver a Dios.
qual adoró
Señor que por virtud de
defendiesse en aquella jornada, del
mal encuentro y engaño del cruel enemigo. Iubilaba su deste cuerpo
la
que
espíritu,
tenía de salir de
la
y
re-
cárcel
Y como* los frayles le preguntassen por qué
y alegre, respondió: «Porque mi Señor Jesu acompañado de su dulce madre, y de nuestro Padre San > Agustín me convida a la partida, y me dize que me alegre y entre
estaba tan contento »Christo,
en
el
gozo de mi Dios>.
Y
hazia la Cruz
alma
y
al
que
manus ¿uas, manos y los ojos
diziendo aquellas palabras in
Domine, commendo spiritum meum, levantadas tenía presente,
las
con maravillosa tranquilidad dio su
Señor, a los diez de setiembre del año de mil
seys. Ilustró
y
treszientos
Dios a San Nicolás con muchos y grandes milagros,
en vida y en muerte. Tuvo don de profecía. Dio salud a muchos enfermos que estaban afligidos con graves dolencias. Dio vista a los cié-
COMEDIAS DE VIDAS DE SANTOS gos. Libró la
muchos endemoniados.
Y
9
no solamente
los
que vivían en
ciudad de Tolentín y en toda su comarca, sino otros muchos más
apartados recibieron grandes beneficios y singulares gracias por su intercession. Entre las otras cosas notables
que una noche
ció, fué una,
dad,
la
qual venía de
la
le
con que Dios
le
esclare-
apareció una estrella de gran clari-
aldea de
San Ángel, donde
él
había nacido,
y por derecha línea iba a dar a Tolentin, y se paraba sobre el altar donde el santo solía dezir missa y hazer oración. Queriendo Dios con
esta visión declarar
que este santo era como una
estrella
muy
resplandeciente en su Iglesia, y que habiendo tenido su origen en
un lugar de poco nombre, sería enterrado
como él
lo fué.
Y
se acabaría
debaxo de aquel
altar
y tendría fin en Tolentín, y donde se paraba la estrella;
después de muerto, cada año,
murió, aparecía en aquel lugar
la
misma
mismo
el
estrella: la
gente que aquel día concurría de todas partes
al
día en
que
qual veía
la
sepulcro del santo
por su devoción y por alcanzar salud de sus enfermedades, y alivio trabajos: y esto duró muchos años. Después el Papa Eugenio
de sus
Cuarto, año del Señor de mil y quatrocientos y quarenta y seys, le canonizó, y le puso en el catálogo de los Santos: y el Papa Sixto Quinto, nientos
el
y ochenta y
se rezasse
en toda
primero año de su Pontificado, que fué
mandó que
a los
de San Nicolás de Tolentín, con solemnidad de dúplex,
la Iglesia
mado de
cinco,
de mil y quidiez días de setiembre el
la
Católica (aunque después, en el Breviario Refor-
Santidad de Clemente VIII, se pone semiduplex). La
qual, habiendo sido
muchos años
afligida
con grandes divisiones y
con una larga cisma, luego que fué San Nicolás canonizado, por sus merecimientos y oraciones, tuvo paz y unión. La vida de San Nicolás escribió
un frayle grave y antiguo de su Orden, y
padre fray Lorenzo Surio en tos,
y
el
Martirologio
Increíble parece
Romano
que de
quinto tomo de
el
comedia
la
divertida,
(o, si se
si
bien,
de su género, sólo guarda del teatro sagrado
weck
la
analiza
los
San-
hagiografía haya podido salir una
comedia. Pero es cierto que
quiere, farsa a lo
como
otras
muchas
las apariencias.
con bastante exactitud en su Historia de
Elocuencia en España:
refiere el
de
haze mención del.»
tal
divino) resulta interesante
y
la
las vidas
la
Buter-
Poesía y
ESTUDIOS SOrtRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA
I0
«De todas
las
Vega
obras dramáticas de Lope de
Vidas de Santos son, bajo todos aspectos,
más
las
— dice—, sus
irregulares: carac-
teres alegóricos, bufones, santos, galanes, estudiantes, reyes, el
Jesús, el diablo
cebirse andan sorio.
tino
y todos
allí
más heterogéneos que pueden con-
La música parece un indispensable acce-
La comedia de Lope de Vega Vida de San Nicolás de Tolen-
comienza con una conversación mantenida por una cuadrilla de
estudiantes,
Entre
ellos
que hacen alarde de su agudeza y saber escolástico. está el futuro Santo, cuya piedad contrasta con la des-
ordenada alegría de ra,
los seres
revueltos.
Niño
viene a unirse a
los
que
le
y
Aparece en
la partida.
abren los cielos y descúbrese la Justicia
rodean. El Diablo, vestido de másca-
al
los aires
un espectro,
Misericordia, que le ruegan alternativamente.
la
se
Altísimo, sentado en su tribunal con
después una intriga de amor entre una
dama llamada
Viene
Rosalía
y un
caballero llamado Feniso. El futuro Santo vuelve a salir a la escena,
y pronuncia un sermón en redondillas. Sus pacongratulan de tener tal hijo, y esta escena forma la conclu-
vestido de canónigo,
dres se
sión del primer acto.
»A1 principio del segundo hay escenas de
la
vida soldadesca. El
Santo entra acompañado de algunos monjes y recita una plegaria en
forma de soneto. Fray Peregrino cuenta
la
romántica historia de su
y se relatan numerosas Segunda oración de San Nico-
conversión. Síguense discusiones teológicas
anécdotas de lás
las vidas
y segundo
de
los santos.
soneto. El poder de su fe le levanta en los aires
Virgen y San Agustín bajan del
>En
el
chas.
al
La música de
remonia, durante colás aparece
la
pueblo las
Roma, donde dos
Santo Sudario a
aumenta
el
la
la luz
fraile,
empeñado en
de dos antor-
y
las
la
esta ocupación son
el
acom-
irrita al
hora de tentar a San Nicolás. Muéstran-
se en escena los tormentos de las almas del Purgatorio.
nuevo
San Ni-
devotas reflexio-
coro invisible de los ángeles. Esta música
Demonio, que ve llegada
car-
solemnidad de esta ce-
cual se pronuncian piadosos discursos.
remendando su hábito de
nes que hace mientras está
pañadas por
el
chirimías
la
cielo a recibirle.
tercer acto la escena se traslada a
denales muestran
y
Diablo, rodeado de leones, serpientes
mañas; pero en una escena burlesca, un
fraile,
Aparece de
y armado con un gran otras horribles ali-
COMEDIAS DE VIDAS DE SANTOS hisopo, ahuyenta
cuya
pieza, el Santo, lo
las
Diablo y a su séquito.
al
En
II
la
conclusión de.
la
beatificación es ya completa, desciende del cie-
con un manto tachonado de
estrellas,
y en cuanto
toca
la tierra,
almas de su padre y de su madre salen del Purgatorio por una
roca que se entreabre; dres
al cielo
y
Santo se vuelve mano a
el
música
la
los
mano con
acompaña mientras suben»
sus pa-
(i).
Sismondi, según su costumbre, no hace más que traducir servil-
mente
Buterweck, de quien procede
a
obra contiene, a
menos en
lo
lo
lo
poquísimo bueno que su
tocante a las literaturas de nuestra
Península (2).
Xo han
pone
nor, que
mucho más blandos
sido
esta
comedia entre
los críticos posteriores.
las
very strange andextravagant,
nota, con razón, que cada acto es una pieza aislada,
dicho que cada escena la
verdad. Sólo
el
Padre Eterno,
el
el
si
hubiera
mucho de
también, no se habría alejado
Virgen Santísima,
Ticknor
la
analiza, a su
sermón del
fraile
ellos
Historia, la Misericordia, la
manera,
contrando bastante animada y graciosa fanático
y
primer acto tiene veintiún personajes, entre
la
Justicia, Satanás.
lo es
Tick-
la
el
primer acto, en-
escena de
las
máscaras,
y sumamente chocarreros (of the rudest
lnanour) los chistes del lego Ruperto (3).
Schack terweck
al
(4),
contra su costumbre, sigue casi textualmente a
Bu-
citar de paso esta comedia, llena de cosas estrambóticas
(seltsamkeiten).
History of Spanish and Portugúese Literature. By Frederick BouterTranslated from the original gemían, by Thomasina Ross. London, Boosey, 1823, t. I, páginas 385 y 386. (Es la traducción de la parte relativa a las literaturas castellana y portuguesa en la Geschichte der Poesie utid Beredsamkeit seit dem Ende der dreizehnten Jahrhundert, de Buterweck, to(1)
weck.
mos
III
(2)
y IV de la edición de Gottingen, 1805-1819.) De la Littérature du Midi de l'Europe, por J. C. L. Sismonde de Sis-
mondi. Bruselas,
1837, t II, páginas 353 y 354Historia de la literatura española (traducción de esta parte de
muy adicionada Amador de los Ríos).
Sismondi, José
(3)
Tomo
II
de
la
la
obra de
y corregida por D. José Lorenzo Figueroa y don Sevilla, 1842,
t. II,
pág. 69.
edición inglesa de 1863, pág. 247, y
II
de
la
traducción
castellana, páginas 365 y 366, nota. (4)
Tomo
nas 165 y 166.
II
de
la
edición alemana, pág. 385, y ni de
la castellana,
pági-
ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA
12
Klein, en su indigesta compilación, tan exactamente calificada
de idropico operone por un la
más
rara monstruosidad
crítico italiano, cita
como
El cardenal de Belén y
el
ejemplares de
San Nicolás de
Tolentino (i).
Sólo Grillparzer (2) que, además de insigne poeta dramático, ha sido el
más profundo conocedor
del teatro de Lope, ha fijado la
atención en dos escenas de primer orden que esta comedia contiene: el
encuentro del licencioso mancebo Fulvio Ursino con una másca-
ra
que
pleito el
atrae a una cita amorosa,
le
de
la
Misericordia y
la
donde encuentra en
Justicia
destino de su alma, salvada, al
fin,
te Nicolás. Este fantástico episodio,
por
la
muerte, y el
Tribunal de Dios sobre
el
oraciones de su parien-
las
que en algo recuerda
de D. Juan y otras análogas, no es pura invención de sía
de Lope, puesto que
ellos el P.
M.
le
apuntan
que tenemos en nuestra lengua
(3),
el
escenas habla a
la
imaginación y produce
y
la
el
Alma, lugar común en
cuérdese
el
Mascarón
más copioso de
los
el
Todo
lo
que en
estas
terror trágico, es a
tremenda visión del Tribunal divino, parece
añadido por nuestro gran poeta sobre
con
fanta-
y entre
pero limitándose a indicar que
Gentil Ursino había sido alevosamente muerto.
saber, la máscara
la
los biógrafos del Santo,
Bernardo Navarro, que es
fray
leyenda
la
la
base del pleito del Diablo
de
los misterios
la
Edad Media
(re-
catalán), introduciendo para ello los dos obli-
gados personajes alegóricos Justicia y Misericordia.
No podemos
afirmar
si
esta
comedia es o no anterior
table obra poética consagrada a
a otra no-
San Nicolás de Tolentino.
Me
refie-
poema de D. Fernando de Salgado y Camargo (más propiamente fray Hernando de Salgado y Camargo, de la Orden de San
ro al
Agustín), publicado en aucriistiniano
que
al
(1)
1628 con
San Nicolás de
Tolentino.
frente de la obra escribió
Geschichte des
Drama 's
título
el
Era
de El Santo milagroso
el
autor amigo de Lope,
un soneto laudatorio y unas déci-
von J. L. Klein,
t.
X, pág. 501.
Vid. también Schaeffer, Geschichte des Spanischen Nationaldramas,
t.
I,
pág. 207. (2)
Studien
tomo XVII, pág. (3)
zum Spanischen Iheatir
(Grillparzers Sammtliche Werke),
192.
Vida de San Nicolás de Tolentino. Barcelona, 161 2,
8.°
3
COMEDIAS DE VIDAS DE SANTOS
1
mas, y en El laurel de Apolo (silva VII), hizo de
él
muy
expresiva
conmemoración: Con mil Por
laureles en
estilo tan
Con que
la
sacra frente,
puro y elocuente
tus rimas y tu patria honraste,
Dulce Camargo, a Nicolás
cantaste,
Después de haber cantado en verso
La sagrada
triste
elegía,
Muerte de Dios y llanto de María, Que de tu nombre fuiste Dulcísima armonía
Aquí
se alude
Segunda parte de
también a otro poema de Camargo, Primera y
la
muerte de Dios por vida del hombre, en décimas
(Madrid, 1619). Pero limitándonos ahora
al
San Nicolás de
Tolenti-
no, hay que confesar que este poema, no olvidado enteramente por les críticos
modernos
demuestra dotes no vulgares de
(i),
dor, cierta imaginación lozana
y grandilocuente,
fértil
versifica-
en invencio-
nes alegóricas, estudio de los poetas italianos, especialmente del Tasso, y, aunque desigual y enmarañado en algunas partes, se deja leer
con menos
fatiga
Consta de 20
que otros muchos de su género. cuyos encabezamientos reproduzco para
libros,
que, comparándolos con las escenas de el
diverso desarrollo que
«Libro
I.
la
comedia de Lope,
ambos poetas dieron
al
mismo
se vea
asunto:
Anunciación milagrosa del Santo a sus progenitores,
por un ángel y San Nicolás, obispo.
Nacimiento alegre del Santo milagroso Nicolás de Tolen-
jJI.
tino, su » III.
ve en
la
bautismo y niñez. Presentan
al
santo niño Nicolás en
hostia a Christo
el
templo sus padres;
Señor nuestro, hecho niño y
glorioso.
Va el santo niño Nicolás a la escuela, donde por las letras A, B, C considera grandes misterios. A\ De los estudios del Santo y de las inculpables costumbres »IV.
del
(1)
Le mencionan con
elogio los traductores de Ticknor en una nota del
tomo III la
(páginas 4S2 y 484) y fray Conrado Muiños Sáenz en su estudio sobre «Influencia de los agustinos en la poesía castellana», publicado en el Álbum
del
XV Centenar/o de la conversión de San Agusti?i,
pág. 184.
ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA
jj
de su juventud. Pónese por curiosidad la división y excelencias de las ciencias y artes la Sagrada Escritura, donde se incluyen todas liberales.
Inspira Dios a
»VI.
San Nicolás
el
estudio de la Religión por
medio de un sermón que oyó a un predicador de los ermitaños de la Orden de San Agustín; pónelo por obra, y toma el hábito en el convento de la ciudad de Tolentino, de la misma Orden.
Viendo
j>VII.
San
la
Nicolás, va a la
de vida en
del deleite, dale cuenta de su aspereza
Religión, convócase
la
pormenor algunas de Es
»VIII.
Discordia los heroicos principios del glorioso
morada
San Nicolás de Tolentino un epílogo y
las virtudes
dechado de todas pueblo, favorece a
cuóntanse
él;
sus virtudes, ordénase de sacerdote.
glorioso
el
Infierno contra
el
Predícase su santidad, predica
al
ciudad de Tolentino milagrosamente en una
la
grande hambre que padeció. Haze una fuente milagrosa en su convento.
»IX.
El provincial, atendiendo
nos conventos de
la
Orden, manda
Villazanes, donde, con
y
sacrificios, saca del
primo, de
las
la
al
provecho
al
glorioso
espiritual
San Nicolás
Purgatorio infinitas almas,
penas del Infierno.
mente
Ve una
y
la
de Gentil, su
procesión de ángeles, en
y
fin,
así,
vuelve a su convento, hallando milagrosa-
licencia para ello.
»X.
La
del glorioso ridad,
dellos, se
de
al
austeridad de su gran penitencia, oración
forma de niños, cantándole que en Tolentino ha de ser su
acompañado
de algu-
Religión, ilustrada con las heroycas virtudes
San
Nicolás, se descubre,
en metáfora de una ninfa
muy
y santidad
con toda su grandeza y autohermosa; muestra
al
Santo
el
varón a quien Dios ha señalado por fundador y padre de las religiones, que es el gran doctor de la Iglesia, San Agustín, especial-
mente de
la
suya, llamada de los heremitas, cuyo principio
y
anti-
güedad se pone »XI. otra sala,
Prosigue
y en
Religión, y muestra al glorioso San Nicolás más famosa rama del Orden de los Hermita-
la
ella la
ños de San Augustín, con todas militares,
las religiones, assí
que della proceden y son de su
monásticas
como
instituto.
»XII. Descríbense tres milagros famosos por exemplares en su
5
COMEDIAS DE VIDAS DE SANTOS
muchos que
género, de los
en vida como en muerte, hijos
hizo, así
Demonio, procurando
de su oración. Persigúele el maltratándole con palos
1
golpes,
y
divertirle della r
hasta dexarle coxo y
medio
muerto. »XIII. Vuelve to.
el
Demonio con
sus sequaces a perseguir al San-
Azótanle cruelmente, permitiéndolo Dios en prueba de su san-
tidad
y
ligiosos
paciencia. Tiene alivio del cielo: vénle
en
el
Coro echar de
muchas veces
hábito de estrellas. Aparécesele un lucero que sale de
Santángel hasta Tolentino, hasta
el
el
Castro de
coro.
>XIY. Libra que
el
qual le sirve de guía desde su oratorio
el
glorioso
San Nicolás del Limbo
niño que murió sin bautizarse; sana a un tal
los re-
rayos y resplandores, adornado
sí
se dio en
un
pie;
convierte
el
agua en vino estando diziendo
un novicio que quería dexar
misa; reduze a
toque de su mano, no habiendo bastado
de otros dos religiosos que perseverase; hace salir al
le
alma de un
el
hombre de una herida mor-
las
con sólo
hábito,
el
el
persuasiones del Prior
y
habían amonestado con exemplos que
demonio
del cuerpo de
un hombre a quien
maltrataba cruelmente; conoce por espíritu profético sus vicios,
y
amonéstale que se enmiende dellos.
>XV. Enferma el Santo; mándale comer carne la pónele duda el Demonio sobre si agrada a Dios con su padeze cruel batalla de escrúpulos acerca de
esto,
obediencia, abstinencia:
véncela, apare-
ciéndole Christo Señor nuestro, prosigue con áspera penitencia, resucita el perdigón; visítale, en
Padre,
la
Virgen Santísima, ordénale
único remedio para todas
las
>XVI. Llora San Nicolás considerando que en
ya mayor no
le ve.
altos misterios;
ella
la
medicina en pan y agua,
necesidades. la
pérdida del estado de
siendo niño vio a Christo en
Por sus lágrimas y suspiros se
le
inocencia,
la
la
hostia,
y
manifiestan
goza ocho días de un dulce y maravilloso rapto.
Seis meses antes lestiales
compañía de San Augustín nuestro
de su muerte oye por todo
el
discurso dellos ce-
músicas de ángeles, vísperas de su gloria.
•XVII. Muere Nicolás santíssimamente, tiene antes que espire divinos coloquios con Christo
y
su
Madre, que
compañía de San Augustín antes de su
se
le
aparecen en
tránsito, sienten su
muerte
los
ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA
l6
religiosos sus
hermanos, despídese de
ellos,
dan sepultura a su
grado cuerpo, obra dos maravillosos milagros en
>XVIII. Glorias del sepulcro de San Nicolás: grandezas,
y en medio de una tempestad
la
sa-
el entierro.
la
fama
scisma de
refiere sus
la Iglesia,
que
apaciguó Dios por intercesión del Santo. Cuéntanse algunas de sus admirables virtudes: cantan los ángeles en su sepulcro, sobre
ven
él
se
de extraordinaria hermosura.
estrellas
»XIX. Descríbense algunos de
los
innumerables milagros que
por intercesión del Santo obró Dios antes y después de su glorioso ahuyenta los demonios en varias partes, sana de incurables
tránsito;
y
y en
peligrosas dolencias,
diversas provincias
y ciudades haze proy de pestes.
digios notables, librándolas de cercos de enemigos
»XX. Favorece en
partos peligrosos; pronostica sucessos veni-
deros; resucita al hijo de la ilustrísima señora Blanca María, mujer
de Francisco
Esforza,
Canoniza
tas
lébrase
la fiesta
la
duque de Milán; socorre en peligrosas tormen-
santidad de Eugenio Quarto
al
glorioso santo; ce-
en todas partes con extraordinaria
alegría.
bense algunos milagros en su canonización; extiéndese su santidad por toda
Europa»
Cotejados detenidamente creer que
el
te por faltar ingirió
en
la
el
fama de
la
(i).
poema y
el
primero precedió a
en
Descrí-
la
segunda.
poema de Camargo
comedia, pero que
la
comedia,
Y
esto
me
no precisamen-
los lances profanos
el escritor
inclino á
que Lope
agustino tenía que evitar
en obra de más severo carácter; sino por otras circunstancias más •extrínsecas. .
los
Lope conocía
el
poema
del P.
Camargo y
le
alabó en
términos más encarecidos, hasta decir en unas décimas:
Lector, no hay sílaba aquí
Que de
oro puro no sea
El santo milagroso augus l interno San Nicolás de Tolentino. Sus excelenmuerte y milagros. Poema heroyco, repartido en veinte libros. A don Juan Enriques de Borja, marqués de Oropesa, etc. Por D. Fernando de Sal(
i
)
cias, vida,
gado y Camargo. E?i Madrid, bada.), 4.
,
e?i
la
Imprenta Real, año de 1628 (Portada gra-
12 hojas preliminares, 140 páginas.
Entre los versos preliminares, los hay no sólo de Lope de Vega, sino de Mira de Mescua, VakHvielso v Salas Barbadillo.
.
COMEDIAS DE VIDAS DE SANTOS
Camargo, por
el
por enterado de
ría
mente haber sido bre
existencia de su comedia,
y
primero que ha escrito en verso castellano so-
de tan milagroso santo, fué mi gusto, mi devoción
tamente por diferenciarme de son más de 20 autores, en
muchos que
los
latín,
y
han
la
y excelenvoto: jus-
escrito,
que
en toscano y en nuestra lengua,
como San Antonino de Floren-
y algunos dellos santos canonizados,
Y
se
afirma redonda-
asunto: «El intento de haber escrito la vida, muerte
tal
c.is
el
amigo y favorecido de Lope, no
contrario, la
IJ
aunque tantos escritores ha habido de su vida y milaninguno la escribió en verso, sino es Bautista Mantuano. Mas
cia
gros,
así,
en
r>or ser
latín,
y no para todos, quise yo hazer
della este
poema en
romance, para tener más lugar de extender sus grandezas, por ser el verso
Si
más capaz de alabanzas que
la
prosa»
ya para entonces hubiese existido comedia castellana del
y escrita por tal poeta como Lope, no es posible que el Camargo hubiera omitido mencionarla. Juzgo, por consiguien-
Santo, P. te,
que su poema antecedió
a la comedia,
y que debe contarse
entre los precedentes de ésta, quizá más que las vidas del Santo en prosa.
El Santo Negro Rosambuco
X. itada
:
en
la
segunda
lista
malamente llamada Tercera parte de
!a
mesto que su
mismo añade y
título
de la ciudad de Palermo.
las
Comedias de Lope deVega,
otros autores,
mente, puesto que sólo tres de las doce piezas del x de los Ingenios. 'ida \\\
y
La de Rosambuco tiene por
publicó por
es pirata
muy sí
estragado,
es efectiva-
así
tomo son título
en
del Féla
lista
como en
como en
otras
profano vale más que
y
escenas de
todas
las
cautivo, interesa
amor
lo
muchas de
el
llamadas, de
santo Negro
más que después de su conversión. Las
del primer acto entre el capitán Molina
D. Pedro y Niseya, parecen
más informes y
ya, e intolerable
las
sagrado. Mientras
el
principio de una bizarra
capa y espada. Luego todo se echa a perder, y
Menkndez
%
Partes que Lope no
mismo.
comedia,
esta
. Este cuaderno,
cuya narración alcanza hasta
que
reales
libro antiguo,
el
corregidor Bernal de
la
Mata, que
le hizo
pergamino y poner en el arca del Concejo. En sus noel famoso comunero Gonzalo de Ayora su
hubo de apoyar
Epílogo de algunas cosas dignas de memoria pertenecientes a la y Ilustre e
muy
magnífica e
quible,
no ya sólo en
aun en
la
muy la
leal
ciudad de Avila, obrilla
primitiva edición de Salamanca,
Y
moderna reimpresión de 185 1.
dio nuevos toques a
la
casi inase1
aun antes del
5
19, sino P.
Ariz
leyenda otro regidor de Avila, llamado don
Luis Pacheco.
De ninguno de tento. El
estos libros se valió
que de seguro tuvo a
mente un año antes de la vida, invención,
obispo de Avila,
y
la
Lope de Vega para su
vista,
es
in-
uno publicado precisa-
escribir él su comedia. Titúlase Historia de
milagros y translación de San Segundo, primero recopilación de los obispos successores suyos hasta
D. Gerónimo Manrique de Lara, inquisidor general de España, compuesta y ordenada por Antonio Cianea, natural de la (Madrid,
por Luis Sánchez, 1593-
4-°)-
la
ciudad de Avi-
ESTUDIOS SOBKE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA
28
Lo que reduce a
la historia eclesiástica
muy
pocas palabras. Fué uno de los siete varones apostóli-
cos evangelizadores de España, pal caiga fuera
tada por
el P.
y
Castellana,
puede afirmar de San Segundo se
de
Bética,
la
Flórez, no,
y
el
único de ellos cuya
aceptamos
que reduce
como
citada por Ptolomeo
si
esta
Lo
cierto es
episcosusten-
al
abulense a
Adula de
Bastitanos,
los
el
cuer-
que pue-
las circunstancias
referidas largamente en Cianea,
Avila
la
que en Avila se venera
po del santo, descubierto en 15 19 c° n
den verse
silla
común opinión
iglesia
otros quieren,
(i).
la
y que parecen robustecer Román de
la
tradición castellana contra las temerarias novedades de
la
Higuera, a quien siguieron dócilmente los dos historiadores del
reino de Jaén, Buches y Jimena.
Todo
lo
demás, es decir, su misión y su martirio, es común a
San Segundo con
memora
los otros seis
varones apostólicos, y juntos los con-
nuestro Breviario gótico o mozárabe, en un
cuya antigüedad vindicó sabiamente tal
de este
oficio,
en
la
el P.
parte histórica, es
Flórez el
(2).
himno;
mismo La
sin
oficio,
pieza capi-
duda
el
más
antiguo que tenemos de los dedicados a santos particulares de nuestra Iglesia:
Romuleae jam toga candida
Urbis
Septem Pontificum destina promicat Missos Hesperiae quos ab Apostolis Assignat
fidei prisca relatio.
Hi sunt perspicui luminis índices Torquatus, Tesiíons atque Hesicius,
Hic Indalecius, sive Secundus Juncti Eufrasio, Caecilioque sunt
Hi evangélica lampade praediti Lustrant occiduaea partis arentia,
Ouo
sic catholicis
Ut cedant
En
este
himno
ignibus ardeant
facibus furna nocentia
se consigna por primera vez la llegada
rones apostólicos a Acci (Guadix) en
el
de
los va-
momento en que
se
estaba
XIV de
la
España
Véase, para toda esta discusión geográfica, (1) Sagrada, páginas 1-1 3.
el
t.
Tomo III de la España Sagrada (segunda edición), páginas 144-152, y (2) en los documentos que van al fin del tomo, páginas 361-400.
COMEDIAS DE VIDAS DE SANTOS celebrando una te
fiesta gentílica, el
29
milagro del hundimiento del puen-
por donde venía persiguiéndolos
la
turba pagana,
la
mer
conversión prestísima de casi todo
baptisterio
y
la
protección
la
santa matrona Luparia, la fundación del pri-
que encontraron en
Accis continuo próxima
fit
el
pueblo:
viris
Bis senis stadiis, quá procul insident
Mittunt asseclas esculenta quaerere, fessa dapibus
membra
discipuli Idola
gentium
Quibus Illic
reficerent.
Vanis inspiciunt ritibus excoli:
Quos dum agere
fletibus
immorant,
Terrentur potius ausibus impiis.
Mox In his
insana fremens turba Satellitum
cum
Ad pontem
stigmata nosceret,
fidei
fluvii
usque per ardua
Incursu celeri hos agit in fugam.
Sed pons praevalido múrice
fortior
pronus resolvitur,
In partes súbito
Justos ex manibus hostium eruens,
Hostes flumineo gurgite subruens.
Haec prima
fidei est vía
plebium,
ínter quos mulier Sancta Luparia
Sanctos adgrediens cernit et obsecrat,
Sanctorum mónita pectore conlocans.
Tune
Christi fámula
Sanctorum,
Ouo
statuit
Baptisterii
adtendens obsequio,
condere fabricam,
undae patescerent
Et culpas omnium gratia tergeret. Illic
Sancta Dei íoemina tingitur,
Et vitae lavacro tincta renascitur; Plebs hic continuo pervolat ad fidem,
Et
fit
catholico
dogmate múltiples.
Post haec Pontificum clara sodalitas Partitur properans septem in urbibus,
Ut
divisa locis
dogmata funderent,
Et sparsis populos ignibus urerent
La distribución de parte del oficio, pero
las sí
sedes no consta en
en
la
Vida de
el
himno
Jos siete apostólicos,
Leccionario complutense y calificada por
el P.
ni
en otra
sacada del
Flórez de uno de los
ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA
30
más preciosos y antiguos monumentos de
de
la historia eclesiástica
España. «Per diversas urbes dividuntur: Torquatus Acci, TisefonsBergis, Secundus Adula, Indalecius Urci, Caecilius Eliberri, Isicius Carcesea, Euphrasius Eliturgi» (i). ¿Precedió esta biografía, cierta-
mente vetustísima,
al oficio
y
al
himno? Creemos más verisímil
contrario, por aparecer amplificada
de Senatrix dado a Luparia.
vas, entre ellas el calificativo
Xo
lo
con algunas circunstancias nue-
existiendo verdadera leyenda de San Segundo, puesto que el
de Cianea pocos elementos dramatizables contenía, Lope tuvo
libro
que inventarla en gran parte con recursos que luego fueron comunes en este género de obras; pero que, en ésta, tan antigua, tienen el
mérito de
la
novedad: intervención del mágico Hermógenes y de
queda confundido
su discípulo Fileto; disputa teológica en que
mago y llero
el
a la postre se convierte; episodio amoroso en que el caba-
Vandalino pretende seducir con
el
ejemplo de
gentilidad a la casta Luparia, sacerdotisa
oráculo de
la diosa,
los dioses
de
la
de Diana; consulta del
que, por permisión divina, declara
la
vanidad
de su culto y exhorta a Luparia a buscar a Cristo; astucias del Demonio, que, en disfraz de mujer, quiere pervertir a Segundo, y otra vez escribe herejías en los papeles del Santo; situación esta última
que
se repite
en
La columna
mos ahora por primera
fogosa,
comedia que también publica-
vez. Intercaló, además, en
este
tejido
las
principales tradiciones de nuestra Iglesia primitiva: predicación de
Santiago, aparición del Pilar. las
Puede
figurar,
por consiguiente, entre
crónicas dramáticas de España inmediatamente después de
La
amistad pagada (cuya acción pasa en tiempo de Augusto); pero atendiendo a ser un Santo
el
protagonista, la
damos aquí más adecuado
lugar.
Con
ser el
San Segundo muestra de un
teatro bastante primitivo,
ya notable aparato escénico y abunda, como todas las piezas de su clase, en tramoyas y apariciones, que debían de exigir una
tiene
maquinaria bastante complicada; te: al les,
son de
las chirimías
a posar sus plantas en
(i)
España Sagrada,
la
música interviene constantemen-
desciende Nuestra Señora, con dos ángebendito pilar de
el
t. III,
pág. 383.
la
ribera del Ebro;
hay
COMEDIAS DE VIDAS DE SANTOS
cuadros de grande espectáculo,
como
el
de
ñesta pagana de Acci,
la
con guitarras, sonajas, adufes y guirnaldas;
3
como
la
aparición de
Diana, en tramoya, y detrás de ella un demonio de fuego, y
hundimiento del templo; es frecuente
el
jes alegóricos,
como
la Idolatría,
que
nes de oro pintadas»; baja del cielo
el
la
sale
como
intervención de persona-
«con una ropa de imáge-
apóstol Santiago en una nube,
con un báculo de obispo, y sube, por invención, San Segundo
a re-
cogerle.
En conjunto el espectáculo, aunque muy distante todavía de la pompa y magnificencia que a mediados del siglo xvn llegaron a tener las
representaciones sagradas, especialmente los autos, debió de en-
cantar los ojos
y
la
probablemente fué representado por vez primera en Santo.
Todo
muy
todas
las
y la versificaamena, abundando mucho, y
fluida
obras primitivas de Lope,
faltan versos sueltos,
las listas
entre los
las quintillas
versos cortos y entre los mayores las octavas
y
tercetos.
Tampoco
pero sólo hay cuatro romances, narrativos todos.
El capellán de
XIII.
fiestas del
las
respira devota compostura en esta pieza,
ción es, por lo general,
como en
muy
imaginación del pueblo de Avila, donde
la Virgen,
San
de El peregrino. La publicó
el
Ildefonso.
— No incluida en
mismo Lope en
la
Décima-
octava parle de sus comedias (1623), cuyo texto seguimos. Precede
dedicatoria a doña Catalina de Aviles, mujer del contador Juan
Mu-
ñoz de Escobar. Esta comedia, cuya acción pasa en
el
reinado de Recesvinto,
podría colocarse también entre las de historia de España, precedien-
do
a la Vida
aquí por
en su
el
fiesta,
y
muerte del rey Vamba, pero hemos preferido ponerla
carácter sagrado de su protagonista, a quien la Iglesia,
llama estrella de España (sidus Hesperiae), y cuyo
bre honró a tantos monarcas nuestros. Séanos
alguna extensión,
la
gloriosa
popular siempre en España
memoria de
como
lícito
nom-
renovar, con
este Padre toledano, tan
defensor de
la
inmaculada pureza
de Nuestra Señora.
Dos la
biógrafos tuvo San Ildefonso, y
ambos sucesores suyos en
Sede metropolitana de Toledo: San Julián, que
familiarmente (1)
como
discípulo
España sagrada,
t.
V
(i),
y
le
conoció y trató
Cixila, que, viviendo
(tercera edición), pág. 463.
no
muy
ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA
32
entrado
A
el siglo
vm, pudo recoger incorrupta
estas dos auténticas Me/norias,
Ildefonso, nos ceñiremos
La
harto dados a
y
mismos de San
autoridad, que sólo encontramos con-
signadas en hagiógrafos del siglo tense (2),
tradición del vn (i).
en este relato, apuntando sólo de pasada
menor
algunas tradiciones de
la
y a los escritos
xm
o posteriores,
como
Cerra-
el
lo fabuloso.
de San Ildefonso no consta con certeza, pero suele
patria
tenérsele por toledano; a su padre llama la tradición Estéfano o Es-
madre Lucía, nombres que parecen indicar
teban, a su na,
aunque
el
argumento
es
de Ildefonso sea visigodo.
De
todas suertes, pequeño
que puede sacarse de
los
nombres,
el
godos convertidos
nombres
estirpe lati-
latinos.
cristianismo tuvieron
al
Fué
como
visto
que
los
a gala el adoptar
educación de San Ildefonso aquella sólida y las escuelas monásti-
la
generosa educación cristiana que se recibía en cas
y en
Escritura
los Padres,
y
mandó
episcopales que
las
toledano in uno conclavi
atrii.
algunos clásicos de
logías isidorianas, vasto repertorio así
como
profanos
establecer
sagrados;
el
cuarto Concilio
Dieron pasto a su entendimiento
la
las
Etimo-
de extractos de muchos
libros,
la
antigüedad y
especie de enciclopedia, maravillosa
para aquella edad.
Foco de llos días
los
agaliense.
que suele llamarse isidoriano, eran por aque-
este saber,
En
famosos monasterios servitano, dumiense, biclarense y el último de ellos se encerró San Ildefonso desde muy
niño, posponiendo todo afecto de las cosas trariando,
movido por más
su padre, que, ciego de
ira, le
pesar de haber penetrado en
pudiera nunca dar con su
mundanas, y aun conexpresa voluntad de
alta inspiración, la
siguió hasta el monasterio, sin que, a él
hijo,
extraordinario favor del cielo.
con gran golpe de gente armada,
que permaneció oculto y salvo por
Ya monje San
Ildefonso, fué por
chos años espejo de su comunidad; llegó a dirigirla
formó
las
como
mu-
abad; re-
costumbres y norma de vida de sus monjes y fundó un
cenobio de vírgenes consagradas a Dios en
la villa
Deidzensi, dotán-
dole ricamente a sus propias expensas.
De
la
quietud monástica fué arrancado San Ildefonso,
(1)
España
(2)
Ibídem, pág. 502.
sagj-ada,
t.
V
(tercera edición), pág. 485.
como per
COMEDIAS DE VIDAS DE SANTOS fuerza, para sustituir
en
metropolitana de Toledo a su maes-
la silla
poeta cristiano San Eugenio.
tro, el insigne
33
había trabajado constreñido y limado
De
él
escribe Cixila que
ingenio de San Ildefonso,
el
como con Jilo de hierro, hasta hacerle sapientísimo y consumado en los primores de la poesía y de la música, como lo mostró componiendo con excelente ritmo y melodía los oficios de los Santos Cos-
me y
Damián, bajo cuya advocación estaba su monasterio.
Por nueve años y diez meses ocupó San Ildefonso episcopal de Toledo (i), desde
el
la
cátedra
año nono de Recesvinto, hasta
el
decimoctavo, cada día con mayor fama de santidad y de letras. «Fué dice su inmediato sucesor San Julián varón grande en el temor
—
—
de Dios, fervoroso en
la religión,
extraordinario en la compunción,
grave en su aspecto, laudable por su honestidad, singular por su paciencia, guardador de todo secreto,
extremado en sabiduría,
digne en el arte lógica, vehemente en la oratoria, en
la
in-
locución
y copiosísimo, de tal suerte, que sus palabras no parecían de este mundo, sino que Dios hablaba por boca suya.» «Su virtud añade Cixila fué como ardiente antorcha que iluminó toda Esafluente
—
—
como
paña; su doctrina su
sol
y luna que resplandecieron en
memoria como bendición de
olor
y composición de
la Iglesia;
incienso.»
Singulares favores del cielo hicieron patente y manifiesta a los ojos del pueblo la santidad
de Ildefonso. Había defendido contra
perpetua virginidad de Nuestra Señora, y ella le premió de exquisita manera, según refieren antiquísimas tradiciones herejes e infieles
la
toledanas recogidas por
En
túmulo de
obispo Cixila.
de Santa Leocadia vio con asombro
la fiesta
bre que llenaba el
el
el
templo levantarse
in coelo,
cadia, cubierta Ildefonso,
y mientras
el
el
velo de las vírgenes,
pronunciando en voz
pueblo clamaba Dea
misma Santa Leo-
y adelantarse hacia San
inteligible estas palabras:
mina mea per vitam Ildephousi. El clero comenzó Aunque
muchedum-
mozos robustos ape-
deo gratias in coelo, levantarse la
con
la
pesadísima losa que cubría
Santa, losa tan pesada que 30
la
nas hubieran logrado removerla;
gratias
la
Vivit do-
a entonar el Alle-
prelado de Toledo era metropolitano de la Cartaginense u no encontramos usado el nombre de arzobispo hasta el tiempo de Elipando. (1)
obispo primae
Menkxdez
el
sedis,
y
Pflavo.— Estudios sobre
el
Teatro de Lope de Vega.
3
ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA
;4 ¡nía
y prosiguió con un himno que
compuesto en loor de
la
el
mismo San
Santa: Speciosa facta
Ildefonso había
est, et
odor tuus velut
balsamum non mistum. La Santa puso su velo en manos de so, y él cortó para reliquia una leve porción con la daga
Ildefondel rey
Recesvinto, que se le presentó sollozando y de rodillas, implorando el
perdón de sus iniquidades, tantas veces reprendidas por
Santo
el
con evangélica fortaleza.
De
más admirable
otro portento, aun
cabe (omitido asimismo
si
por San Julián), dieron cuenta a Cixila
Urbano y
obispos
los
Evancio.
Era una de
las festividades
devotísimo siempre de
ella,
de Nuestra Señora, y San Ildefonso,
había ordenado o reformado
de
el oficio
aquel día enriqueciéndole con nuevos himnos. Levantóse a maitines
y entró en
la iglesia
seguido de todo su clero; pero abiertas
quedáronse atónicos
tas del atrio,
henchida de un resplandor
que dejaron caer
que
penetrar en
que
les
manos
las
tal suerte,
y,
dejando
más
entre coros de ángeles, se volvieron,
vivos, a contar a sus
compañeros
extraño caso. Le-
el
giones celestiales circundaban a San Ildefonso,
ebúrnea cátedra episcopal de donde ia
puer-
viéndola
la iglesia,
deslumhró de
antorchas que traían en
las
solo al metropolitano rr.uertos
al
celestial,
las
él solía
y sobre
predicar
al
la
misma
pueblo,
y
a
cual después ningún obispo toledano fué osado a subir, sino sólo
el
prevaricador y regicida Sisberto, aparecía
la
misma Virgen,
y
sonaban distintamente estas palabras: «Acércate, carísimo siervo de Dios; recibe
mi
de mis manos este don que traigo para
Hijo; úsale sólo en el día
viste los ojos fijos
ñiste tus
en mí y
lomos con
el
el
de mi
festividad.
Y
ánimo dispuesto a mi
cíngulo de
la virginidad,
servicio,
y con
la
cuencia de tu labio derramaste en los corazones de los glorias
y
loores, adórnate
ya en
con
esta vida
la
de
del tesoro
ti
como siempre y
tu-
ce-
dulce elofieles
mis
túnica de la gloria,
para alegrarte después en mi morada con los demás siervos». Cayó extático Ildefonso al recibir la sagrada casulla, sonó
dulce armonía de ie
la basílica
las
suave
legiones angélicas
humo
de incienso, mientras
fonso permanecían clavados en la
visión
que desaparecía.
y
el
de nuevo
la
esparcióse por los ámbitos
ábside,
los ojos
de San
como queriendo
Ilde-
retener
COMEDIAS DE VIDAS DE SANTOS
Las noticias que ya en
xm
el siglo
drigo Manuel Cerratense a
añadió
el
^5
dominico fray Ro-
de
sencilla narración
la
Cixila, tienen
>oca o ninguna autoridad entre los hagiógrafos, y algunas son de
todo punto erradas,
San le
como
cuando sólo
Isidoro,
suponer a San Ildefonso discípulo de
el
lo fué
de San Eugenio, y
que San'Eugenio ascendiese a
Muchas obras nos y cuyos
faltan
la
»'>te
la
en
oficio
que San Ildefonso compuso,
el
catálogo que formó San Ju-
Patris
et Filii ct
el
opúscu-
Spiritus Sancti, el de
diurno, el de las Anotaciones a los sagrados
de sus Epístolas, en que
libros, la colección
antes
las
Prosopopeia imbecillitatis propriae,
De proprietate personarían Anotaciones del
manos de San Heladio,
cátedra toledana.
hoy de
títulos están registrados
Se han perdido
lián.
las
decir que
ordenó de diácono, cuando consta por testimonio del mismo San
Ildefonso que recibió la ordenación de
lo
el
el
Santo (según afirma
su biógrafo) usaba, a veces, de forma dramática, introduciendo diversas personas; I
la
himnos, epitafios,
colección de sus sermones y
la
de sus versos
Gran parte del oficio español, llamado vul-
etc.).
garmente gótico o mozárabe, debe de pertenecerle, puesto que consta
de
61
que
fué fecundísimo en la composición de misas
nos, pero todos ellos están
obra
común de
y de himanegados y como perdidos en aquella
nuestra Iglesia, y es casi imposible deslindarlos.
Quedan, pues, como únicos restos de bastantes por
raciones
De perpetua y
solos para llevar su
más remotas que habiten
ría Santísima
deserti
sí
el
(como
se la llamaba
virginitate B.
De
las
obras de San Ildefonso,
memoria suavísima
esta tierra
en
el
famoso libro
tres infideles, el
cognitione baptismi, dos epístolas
viris ¿llustribus,
gene-
de España, dote de Ma-
siglo xvn), el
Mariae adversus
a las
continuación del de San Isidoro.
De itinere
y el opúsculo De Los editores de la
magnífica colección de los Padres toledanos añaden algunos sermones,
cuya paternidad quieren vindicar para San Ildefonso.
El tratado fieles:
De
la
perpetua virginidad va dirigido contra tres in-
Helvidio, Joviniano
y un judío que aparece
allí
como en
representación de su secta. Helvidio y Joviniano no eran herejes españoles ni contemporáneos del santo metropolitano de Toledo, sino
que habían
escrito
mucho
antes, en
tiempo de San Jerónimo.
Quizá algún fautor de tales herejías hubiera penetrado en
la
España
ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA.
?6
aunque
visigoda,
ni
en
tratado de San Ildefonso, ni en la carta
el
que Quirico, obispo de Barcelona,
escribió felicitándole, se lee
le
nada que pueda inducir a sospecharlo. Quizá fué lo único que obligó
al
pertinacia judaica
la
santo metropolitano a renovar
la
contro-
que ya San Jerónimo, San Agustín y San Ambrosio hasus armas. De todas suertes, el calor extraordinario con medido bían que el libro está escrito, arguye, no un mero ejercicio retórico o de versia en
estilo,
sino una controversia actual
y
viva.
Y
verdaderos entes de razón a los dos herejes fantaseó
Román de y
ticos Helvidio
Higuera para
la
Pelagio,
que
el
aunque tengamos por Tendió
Eladio, que
y
no menos fantás-
sustituir a los
arzobispo D. Rodrigo supone con-
elocuencia y dialéctica de San Ildefonso, no por eso hemos de negar en absoluto que además de los judíos hubiera en España algún partidario de aquella impura y grosera herejía, no ex-
fundidos por
la
todo con
tinta del
la
muerte de sus antiguos
Sacó por primera vez de fray Miguel Carranza,
que
le
la
1
576, de
el
carmelita
imprimió en Valencia en I55°\ siendo
reimpreso a poco y con más corrección por dent, en París en
fautores.
oscuridad este tratado
donde pasó
el
franciscano Feuar-
a las bibliotecas
y
coleccio-
nes patrísticas.
Llámase comúnmente Libro de
los sinónimos,
placido San Ildefonso en acumularlos a te,
como queriendo
por haberse com-
modo de granizada o torren-
sepultar bajo lluvia de piedras a sus adversarios.
Era esta forma oratoria, aunque de dudoso gusto,
muy
usada y ce-
y ya San Isidoro había alegoría semidramática (imitada de la
lebrada en aquella edad de decadencia,
dado muestra de
ella
en
la
Consolación de Boecio) que se conoce con los títulos de Soliloquia,
Synonima y Lamentum anhnae peccat?icis. Usáronla, después de San Ildefonso, otros autores eclesiásticos nuestros de los siglos vn y viü, siempre que quisieron levantar el tono y el estilo, prefiriéndola con especial delectación el ermitaño del Bierzo,
más
color
y
visiones. Gala fué, así
digalidad
mada y nistas
y aun
la
San Valerio, para dar
realce a sus relaciones autobiográficas
el
de
los teólogos
en
el
a sus místicas
como de los cronistas, la procomo lo eran la prosa ri-
abuso de los sinónimos,
simetría de las antítesis, de que
(v. gr.,
y
Pacense) larga muestra.
hay en
los
mismos ero
-
COMEDIAS DE VIDAS DE SANTOS
37
Pero sería no pequeño error suponer que en este lujo
infantil
st-.mibárbaro se cifran las excelencias literarias del tratado
Al
defonso.
.
contrario,
rebosa de verdadera
templan tundir
la
al
bellos
de
y
los sinónimos, sino a pesar
natural elocuencia,
dulzura con
adversario,
los loores
y
no por
fervor suave
como de acero para con-
y candorosísimo para publicar las
primeras hojas tanta
como que-
acumulación de verbos y tanto repetir una misma cosa la
polémica, pero acaba uno por dejarse
arrastrar de la impetuosa avenida?
alma y
Xo
admirando a un tiempo
el calor
austera dialéctica del autor.
la
descuella ciertamente
el
tratado
De
la
ninguna otra obra expositiva o de controversia de por
ellos,
Señora, que pocas veces han sonado más
en ninguna lengua humana. Cansa en
riendo dar más fuerza a
de
donde armoniosamente se
la fortaleza: rigidez
la celestial
o
de San
lo original del plan
y
del desarrollo. Tratado
virginidad (como la
época visigoda)
ya
el
asunto en
términos que dejaban poco lugar a emulación, por San Jerónimo y otros padres, a ellos fué a buscar San Ildefonso inspiración y armas.
Pero
la
doctrina aprendida y asimilada acertó a convertirla en jugo
propio, y la metodizó
y expuso
a su
modo, distribuyendo
en tres secciones: una contra Joviniano, que negaba
de Nuestra Señora antes del acertaba a comprender
la
parto;
la
libro
virginidad
otra contra Helvidio,
concepción sacratísima; y
el
que no
tercera con-
la
cuya negación, por ser rotunda y extenderse a los estados de la vida de Nuestra Señora, le dio ocasión de volver
tra los judíos,
tres
sobre los primeros adversarios y descargarles los últimos y decisivos golpes.
Otras obras sobre crítica a
el
mismo asunto
se
han atribuido con poca
San Ildefonso. El opúsculo De partn
dent publicó
como
Virginis,
suyo, es del abad Pascasio Ratberto,
que Feuar-
como
pro-
bó Mabillon hasta no dejar resquicio de duda. Tampoco han de tenerse por obras del metropolitano de Toledo los doce sermones de la
Virgen, que
tado
De
la
el
mismo Feuardent divulgó como apéndice
perpetua virginidad, y que rechazaron
como
al
tra-
espurios
el
Poza en su Elucidario, Teófilo Raynaud, Nicolás Antonio, y después de ellos todos los críticos. Ni el estilo, ni la doctrina, ni el me1
tí
.
do parecen de San Ildefonso
ni
de ningún Padre de
la iglesia
es-
ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA
38
pañola. El P. Flórez publicó otros tres sermones, cuya autenticidad
también ha padecido contradicción, dejando
la
De
la
mismos
editores de los Padres toledanos.
gen, que
el P.
Alba en
el
tomo
II
cuestión indecisa los
Corona de
Vir-
la
de su Biblioteca Mariana no tuvo
escrúpulo en atribuir (aunque dudosamente y con un forte) a San
aunque obra piadosa y elegante, xn, porque está llena de versos leoni-
Ildefonso, sólo ocurre decir que,
no puede nos,
ser anterior al siglo
y de trozos, copiados a
Continuemos fonso,
la letra,
enumeración de
la
de San Bernardo.
las
obras auténticas de San Ilde-
de que por breve tiempo nos ha apartado
el
catálogo de los
apócrifos opúsculos marianos. Tenemos, en primer libros
De
itinerc deserti
y De
doctor no aspiró ciertamente
lugar, los
cognitione baptismi, en al lauro
de
que
reduciéndose a juntar y eslabonar sentencias de los anti-
el estilo,
conforme
etcétera),
godos había dado tres libros
de
al
el
las Sentencias,
San
Isidoro,
de Tajón y San Valerio,
los
es la gloria
más
tros doctores
de
los
alta la
antes de Pedro
estilo propio,
hace originales a su modo:
Lombardo"
como tam-
pero hay algo el método.
Esta
de nuestra escuela visigoda. Herederos núes"
inmensa biblioteca
patrística,
dua labor de juntar en libros didácticos, breves,
y adecuados
visi-
en sus
verdadera piedra angular del método
muchos años
en estos libros de San Isidoro y San Ildefonso,
que vale más y que
Magno,
el
ejemplo que a todos nuestros doctores
universal maestro de ellos,
escolástico en Occidente,
poco en
aun en
la originalidad, ni
guos Padres (San Agustín, San Jerónimo, San Gregorio
No hay
dos
Santo
el
a la enseñanza, toda la sabiduría
comienzan fáciles,
que
la
sistemáticos
los antiguos
dres derramaron en apologías, exposiciones dogmáticas
ar-
Pa-
y controver-
con herejes. Allí estaban esparcidas y labradas, cada cual de por todas las piedras del edificio de la ciencia cristiana. la Esco-
sias sí,
A
lástica
pertenecía levantar con esos materiales
teológico
meros
la
De la
y
es gloria
de
mano en obra
los
la
fábrica del saber
Padres españoles haber puesto
los
pri-
tan gloriosa e imperecedera.
correspondencia de San Ildefonso, que debió de ser copiosí-
sima, quedan por reliquia única dos cartas a Quirico, obispo de Barcelona, que le había
colmado de loores por su tratado De
nidad, exhortándole de paso a interpretar
las
la virgi-
Sagradas Escrituras,
COMEDIAS DE VIDAS DE SANTOS lo cual el
Santo llegó a hacer, aunque en
menta de
diferirlo tanto
La
historia española
De
tálogo
por
la
turbación
39
la
segunda epístola se la-
y
miseria de los tiempos.
debe a San Ildefonso un suplemento
viris illustribus
al ca-
de San Isidoro, continuación a su vez de
de San Jerónimo y Gennadio. Gracias a San Ildefonso vive
los
buena memoria de Asturio y de Montano, guir los retoños de
la
que acabó de extin-
herejía priscilianista; del africano Donato, fun-
dador del monasterio Servitano; de Juan
de elegantes
el
la
el
de Zaragoza, compositor
de Heladio y Justo, metropolitanos de Toledo; del palentino Conancio, poeta a la vez y músico, insigne oficios eclesiásticos;
por sus melodías;
y de
otros varones,
aunque nos haya robado sus
Iglesia,
También de San
Isidoro,
ornamento grande de nuestra escritos
el
tiempo envidioso.
de San Braulio y de San Eugenio hace
honrosa, aunque breve, conmemoración. ¡Lástima que la
el
torrente de
invasión sarracena viniera a interrumpir estos catálogos bibliográ-
ficos
de autores
eclesiásticos,
que con tanta constancia y regulariel siglo v: en ellos hubiéramos teni-
dad venían sucediéndose desde
do un
hilo
de oro para
La gravedad que en
la
la historia literaria
de nuestra
Iglesia!
hagiografía impone, nos prohibe detenernos
absurdas falsificaciones con que algunos impostores han pre-
las
más bien manchar y Corría en el siglo xm, y llegó a
tendido, en diversos tiempos, enriquecer, o
confundir
manos tra
en
las
obras de San Ildefonso.
del Tudense,
que con su candidez habitual
la
insertó a la le-
Chronicon mundi, que formó, por orden de
el
Berenguela, una continuación desatinada de
la
la
reina doña
Crónica de San
Isi-
doro, atribuida a nuestro egregio metropolitano de Toledo. Narrá-
base ña,
allí,
y
entre otras cosas, un fantástico viaje de
su lucha con
món Mago contra San Pedro. En cuanto a los epigramas, no poco con nombre de San Ildefonso andan Juliano,
Mahoma
a Espa-
San Isidoro a poder de prodigios, cual otro
elegantes e ingeniosos, que
al fin
del Chronicon del seudo
redondamente deben tenerse por obra del
Higuera (poeta nada
infeliz),
Si-
P.
Román de
aunque Nicolás Antonio, con menos
la
se-
veridad que de costumbre, se inclina a reconocer por auténticos en su origen,
ma
si
bien interpolados y falseados después tres de
limpieza clásica del estilo los denuncia
como obra
ellos.
La mis-
del siglo xvi.
ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA
40
La mejor edición de en
el
primer tomo de
la
las
obras de San Ildefonso es
monumento
51S.
PP. To~
Matriti, 1782, apnd Ibarran;
Ictanorum quotquoi extant opera (páginas 94 a 451),
que se lee
la
magnífica colección intitulada
insigne de la esplendidez
y docta cardenal arzobispo de Toledo D. Francisco Anto-
munificencia del nio Lorenzana.
Las leyendas
relativas a
San Ildefonso se difundieron mucho,
aun fuera de España. Constan en te
de Beauvais
(lib.
Hildephonsuní)
Méon, 1808,
y en
Scala Coeli, citar,
Specidian Historíale de Vicen-
miraculis circa Sanctun:
otras
muchas colecciones que
impertinente
sería
tratándose de una tradición nacida en nuestra casa,
nosotros se comunicó
De tres: la
San
al
resto
y que por
de Europa.
versiones españolas en lengua vulgar basta tener en cuenta
de Gonzalo de Berceo
Nuestra Señora), de
el
CXX: De
en Gautier de Coinci (Fabüaux de Barbazan y 270, y edición del abate Poquet, col. yy), en la
,
I,
t.
VIII, cap.
la
el
primero de
los
Milagros de
segunda Cantiga de Alfonso
poema
Ildefonso,
(es
del Beneficiado de
el Sabio, y la Vida Ubeda, conocido ya por
Sánchez, pero no impreso hasta nuestros días (y ciertamente por
pésima copia) en
la
colección de Janer (Poetas anteriores al sigio xv,
páginas 323-330). Este mester de clerezia, que a pareció de los primeros años del siglo xiv, institución
de
la
solemne
fiesta del
Amador de
Santo para toda
nes
y mucha agudeza, Antonio
del tal Beneficiado, apenas
de
la
Edad Media,
Posteriores
nueva biografía
al
muy
como ha mostrado, con buenas Restori
no importa mucho, porque obra más
(i).
infeliz
Ríos la
la diócesis tole-
dana, hecha por el Concilio de Peñafiel en 1302, puede ser algo anterior a esta fecha,
los
y contemporáneo de
La cuestión en
y menos
el
bien razo-
fondo
poética que la
puede encontrarse en toda
la literatura
tan abundante en fárrago rimado.
poema (llamémosle
latina
así)
del Beneficiado, son una
(Vita S. Ildefonsi Toletani Episcopi), cono-
cida por la del seudo Juliano: paráfrasis verbosa de Cixila
y del Ce-
y la muy notable Vida de San Ildefonso en prosa castellacomenzada a escribir en 1444 por el famoso archipreste de Ta-
rratense; na,
(1)
Alcuni Appunti su la Chiesa di Toledo
los Atti delta
R. Accademia
fiel
secólo
xm. Turín,
delle Scienze di Torino, vol. 28.)
1893. (En
COMEDIAS DE VIDAS DE SANTOS Javera,
4
Alfonso Martínez de Toledo, autor del Corbacho o Reproba-
amor mundano. Esta Vida no se ha impreso nunca: además manuscrito, sobre manera mutilado, de El Escorial, citado por
ción del
del
Amador de
los Ríos,
hay otro
al
parecer lleno de variantes,
el
tratado
De
Como no hay
el
mismo
y
archipreste.
Flos sanctorum
San Ildefonso no
crónica de España en que
ni
se consigne
creo de todo punto imposible
la
la
más o menos extensamente,
averiguación de cuál fué
texto
el
dado caso que necesitase alguno y memoria para tener presente una historia tan popu-
que Lope pudo tener a no
completo, de linda escritura
perdurable virginidad de Sancta María, puesto en
¡a
lengua vulgar por
vida de
muy
que para en mi poder. Le acompaña
le bastase la
la vista,
en España y que tantas veces habría rezado en las lecciones de su Breviario. Lo único que puede tenerse por seguro es que no acular
dió a las fuentes primitivas, sino que
en que
gótico; conservándose, por lo demás,
en medio del anacronismo de glo vn, sino del xvn. so,
Además de
San Isidoro
boca cuando niño, viaje portentoso a
el
(el
tradición en
la
forma
fiel al
espíritu
de
visi-
la historia,
costumbres, que no son del sila
vida
y milagros de San
Roma
compilaciones del siglo posteriores.
de
la
sabido, falta
Un
enjambre de abejas que
apólogo de ),
del Santo, pero consignadas
no
la
Ildefon-
contiene esta notable crónica dramática algunas tradiciones fabu-
losas relativas a
el
las
tomó
un color más español que
corría en su tiempo, dándola
la
piedra y
el
desconocidas de los antiguos biógrafos
en
muy
de su
cuerda del pozo,
la
el
Santoral del Cerratense y en otras
xm, de donde pasaron
episodio
salió
a los Flos sanctorum
romántico en esta comedia es también
cueva de Hércules, tradición de origen arábigo, como es si
bien fundada en circunstancias topográficas (por lo cual
quien ingeniosamente quiera darla explicación histórica),
transmitida por
el
arzobispo D. Rodrigo a los compiladores de
la
xv por
el
y prodigiosamente amplificada en
(
rúnica general
r.
itor del libro de caballerías que lleva por título Crónica de
Rodrigo, y que más irracina.
comúnmente
Como Lope
íj comedia de
se designa con
el siglo
el título
Don
de Crónica
explotó esta novela de Pedro del Corral para
El postrer godo de España, entonces será ocasión de
f-studiar las vicisitudes
de esta leyenda, que aquí, por raro capricho,
ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA
42 retrae
Lope a
la
era del rey Recesvinto o Recisundo,
como
él le
llama.
Esta comedia de El capellán de la Virgen,
inconexo de
los episodios
peño de dramatizar
como una de
y de
la falta
si
de
se prescinde
de unidad inherente
al
lo
em-
vida entera de un santo, puede considerarse
la
mejores de su género, y parece escrita por Lope con especial cuidado y pulcritud de estilo. Entre otros fragmentos las
dignos de estimación, citaré
las estancias
puestas en boca de San
Ildefonso:
Bienes del
y
la
mundo leves
lindísima escena villanesca de los labradores de la Sagra, en el
acto tercero, que rebosa de alegría
Son bastante numerosas que en todo o en parte Entre
ellas
las
y movimiento.
obras poéticas de nuestra literatura
se refieren a los milagros
poema
sobresale el larguísimo
Valdivielso, poco anterior a
la
del
de San Ildefonso
maestro Joseph de
comedia de Lope Sagrario de Toledo,
impreso por primera vez en 1616 (Madrid, por Luis Sánchez) y reimpreso en 1618 (Barcelona, por Esteban Liberes). (no
menos que de mil
En
poema
este
octavas) descansa principalmente la grandio-
sa trilogía dramática Origen, perdida
y restauración de la
Virgen del
Sagrario, única obra que entre las del repertorio de Calderón conserva aquel género de inspiración épica que tanto abunda en
Lope de Vega. El primer acto de La Virgen exactamente
mismo asunto que El
el
capellán de la Virgen,
dente que Calderón tuvo esta comedia a
la vista,
el
de
del Sagrario tiene
como
lo
y
es evi-
prueba
el
nombre de Recisundo dado cipales escenas,
a Recesvinto y la similitud de las prinaunque tratadas por cada uno de los dos grandes
poetas en su peculiar
En do de
los índices
otra
estilo.
expurgatorios de fines del siglo xvn queda recuer-
comedia de El capellán de
de D. Fernando de Zarate, es suya, sino
si
bien
el
la Virgen, publicada a
nombre
índice da a entender que no
de Antonio Enríquez Gómez. La prohibición que
el
Santo Oficio hizo de esta comedia (quizá por algún error teológico
que en
ella vertiera el
judaizante Enríquez Gómez) ha sido causa de
COMEDIAS DE VIDAS DE SANTOS
43
su pérdida, puesto que nadie dice haberla visto ni da
No podemos
el
párrafo del índice.
guiente,
si
era una refundición adulterada de
mismo
pieza nueva sobre el
XIV. Isidro.
La
niñez de
— XVI.
la
de Lope o bien una
asunto.
San
Isidro.
— XV.
La juventud
San Isidro labrador de Madrid. comunidad de
tres piezas por la
formar una especie de
más razón de
determinar, por consi-
que
ella
trilogía
de
San
de
— Reúno aquí estas
y porque juntas vienen a vida del Santo patrón de Madrid.
su asunto la
Pero debo advertir que, aunque en esta edición van colocadas según el
orden de
los
hechos que en
ellas se
den de su composición, puesto que
el
dramatizan, no fué este
San
el or-
Ma-
Isidro labrador de
drid estaba impreso cinco años antes que fuesen compuestas y representadas las otras dos comedias. El San Isidro labrador de insertas en la
es la última de las
comedias
Séptima parte, de Lope, publicada en lól?.
Las dos comedias de
La
niñez
fueron
respectivas loas,
sus
Madrid
y La juventud de San
escritas,
representadas
Isidro,
e
con
impresas
en IÓ22, y forman parte del libro que Lope publicó aquel año con el título
de Relación de las fiestas que
la insigne villa
en la canonización de su bienaventurado hijo las dos
comedias que se representaron
Ambas comedias
poética se escribieron.
en
libre
la plaza
y
de Palacio, con
de Madrid hizo
y patrón San Isidro, con
los versos
que en
la
fueron representadas
las circunstancias
Jusüi al aire
que Lope declara
en su Relación:
Lo que hubo móvil quarenta pies de nube, encima della
alto, su la
ángeles que volaban fuera
fué
una tramoya sobre un theatro; era de
fundamento un
fuerte, su
al
rededor, sin verse su
máquina semoviente o autómata, de
extremo una
mano y quatro movimiento, como si
Fama con una bandera en las
la
que escribe Herón
Alejandrino, jamás vista en España
»Hubo asimismo quatro medios
carros, de
extremada pintura
temple, con apariencias notables para representar dos comedias.
primera de Las niñeces de San Isidro, la
Villa
la
segunda La juventud. Quiso
que fuessen mías; representáronlas con
y Avendaño
al
La
rico
adorno Vallejo
La víspera de este día fueron a Palacio, en alarde
con música de trompetas y chirimías, todas
las
danzas que
la
Villa
ESTUDIOS SOrtRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA
44
tenía prevenidas
mos
y
como previniendo
los carros referidos,
de
a la esperanza
y alegrando
las fiestas
los
a Sus Majestades,
áni-
que
favorecieron este día con su real presencia.
»La primera parte representó Yallejo,
mayor que
riqueza de los vestidos fué la theatro,
porque ahora representan
personas, supliendo con
las
hasta aquel día se vio en
como en
las galas,
adorno
el
segunda Avendaño. La
la
de
la falta
otro tiempo
las acciones. Salie-
ron sus Majestades y Altezas a los balcones bajos de Palacio, en ienz o
con
que confina con
guarnecían
theatro
el
que
vestuarios, invenciones
divide,
los
curso del pueblo las chirimías
Xo hay
nueva, donde estaban
la torre
que sirven de
las casas
y
que
apariencias,
parte eminente
y en
y trompetas»
quien ignore (y en
los carros,
al
con-
(i).
biografía escrita por el docto
la
el
La
Barrera ha podido verse con extensión) cuánta importancia tiene en la
vida
y en
las
obras de Lope
la
devoción
al
Santo labrador, patro-
no de Madrid, y de qué modo contribuyó con
el
prestigio de su rica
y hacer popular, dentro y fuera de los muros de culto del humilde y venturoso labriego, a quien amaba
poesía a difundir la villa, el
doblemente por razón de paisanaje y por aquel espíritu llano y democrático que en el alma de Lope reinaba (a despecho de afectaciones contrarias),
y que en
la
sanísima y vigorosa poesía de su
teatro histórico tantas veces se desborda. Si a esto se
sión
que presentaba
dros
idílicos,
dolos,
de
la
vida de
los falsos colores
como
la
la
musa de Lope,
égloga, sino con
su alma de poeta épico
comprenderá su
el Isidro,
del cual
él,
oca-
la
atavian-
genuinos
los
la
Recon-
reconstituía o adivinaba,
especial predilección por este argumento,
desde que
muy joven
y
el
publicó, en l$99i
castellano (en que hay mucho fárrago y broza, pero pueden entresacarse fragmentos admirables); hasta que
poema
en 1622, entusiasmado con
la
canonización del Santo, fué
el
alma
Obras sueltas de Lope de Vega, edición de Sancha, t. XII, págiEn este tomo se reprodujeron las dos comedias, y la presenpor tanto, tercera edición de ellas.
nas 57, 63 y 74. te es,
de
la
Isidro para trazar aquellos cua-
vida rústica de Castilla en los primeros tiempos de
que tantas veces volviera a
(1)
San
en que tanto se complacía
no con
quista, tal
se
la
añade
COMEDIAS DE VIDAS DE SANTOS
del certamen, el autor de la relación ofi-
las fiestas, el secretario
de
y de
cial
poema de San
el
sagradas por llegue
dos comedias que entonces se representaron.
las
Siendo
Lope
Isidro
la
más extensa de
obras con-
las
a su Santo predilecto, reservamos para
cuando
poema el estudiar comparativamente estas de un mismo tema e investigar sus fuentes. Lope
turno de aquel
el
distintas versiones
nunca
45
las
declara de un
modo
explícito,
si
poema
dice
comunicó
frav
bien para
haberse valido de los procesos y probanzas que
le
el
Domingo de Mendoza. Por ahora baste advertir que
de San Isidro es del siglo
xiii el
de
con hijo,
la
leyenda
diácono Juan; códice precioso, que existió en
San Andrés, de Madrid, y
Tradújole
la catedral.
el título
fuente primordial de
Vida y milagros del Santo que compuso a
la
chivo parroquial de el
la
al
no, arcediano de la
la
misma
Ar-
hoy en
se conserva
castellano fray Jaime Bleda, en 1622,
de Vida y milagros del glorioso San Isidro
abogado y patrón de
fines
el
el lab i ador,
Real Villa de Madrid, por Juan Diáco-
Villa,
con adiciones por
el
Padre presenta-
do Jray Jayme Bleda, predicador general de la Orden de Predicado-
Santo Oficio de
res, calificador del
libros dirigidos
por
Tomás
a
la noble,
Junti, 1622).
Santo, puesto que
la
la Inquisición de
coronada y
leal Villa de
Pero no fué ésta
la
había precedido en
En
Valencia.
dos
Madrid (Madrid,
primera biografía del
1592 (Madrid, por Luis
Vida de San Isidro labrador, de Alonso de Villegas, extractada más brevemente de Juan Diácono, a quien también sigue
Sánchez)
el
la
franciscano fray Juan Ortiz Lucio en su Flos Sancionan o
pendio de vidas de preso por
Mayo
el
los
P. Daniel
Papebroquio en
la
el
(páginas 514-524, Amberes, IÓ80)
cha más corrección, por de
Historia
(t.
el P.
tomo
III
de
Santos de
Fita en el Boletín de la
Real Academia
IX, páginas 97-157)- Pero es cierto que en la
el
texto
piedad co-
y que en las comedias de Lope aparecen. Ya Bleda: «No nos dice el nombre del hijo del Santo,
tiene recibidas,
lo advirtió el P. ni
los
y modernamente, con mu-
de Juan Diácono no se encuentran muchas cosas que
mún
Com-
Santos (Madrid, 1597). El texto latino fué im-
de su mujer bendita; no cuenta cómo fueron casados;
lagro de passar ella por el río
fuentes
y pozos que sacó
el
Jarama a pie enxuto, y Santo; la resurrección de la
calla el
mi-
de
las
los hija
de su
ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA
46
amo, y cómo dio vida que la composición de
que
caballo
la
leyenda original, con
se le
Lope, tiene su lugar indicado en
la dio
precedió a
murió»
al
las tres piezas
la
forma poética que
la ilustración
dramáticas y fué
Pero repito
(i).
del Isidro,
que
fondo común de todas
el
ellas.
más antigua de las tres, del San Isidro labrador de Maforma Ticknor un juicio bastante atinado: «Esta composición
De drid,
la
— dice— tiene toda
y variedad de acción y de carácter propias del drama español profano. Hay en ella escenas de grande interés entre guerreros recién llegados a Madrid de una incursión feliz
tierra
de moros; otras de mucho regocijo y
cantares rústicos, para festejar
y
zas el
en
riqueza
la
nacimiento de su
grotesca,
como
y
las
la del sacristán
isidro tiene
con
se muere,
el
y
hijo;
el cielo
el
alegría,
con dan-
matrimonio de San Isidro y
hay también propias de una
que se queja de que con
no gana nada en
el
los entierros,
farsa
poder que pues nadie
Santo parece haber vencido y desterrado a
la
muer-
carácter amable
y
devoto del Santo, que da una especie de unidad y fuerza poética
al
te.
Pero en medio de esta variedad predomina
conjunto. Los ángeles bajan a arar por
de abandonar sus labores por oír misa;
el
para que no se
él,
le
acuse
toque de su aijada brota
al
una fuente de agua purísima (hoy mismo contemplada con reverencia),
que en medio de un cálido desierto apaga
señor. Cantos
que
y
poesías populares,
como
el
la
sed de su injusto
muy animado romance
principia:
Al villano se
La
la
dan
cebolla con el pan,
Para que
el
tosco villano,
Cuando quiere
alborear,
Salga con su par de bueyes
Y
su arado, ¡otro que
Le dan
tal!
pan, le dan cebolla,
Y vino también
le
dan
una parodia del viejo romance fronterizo:
(1)
Libro
I,
páginas 208 y 209.
consta en Juan Diácono.
Tampoco
el
nombre de
I
van de Vargas
COMEDIAS
i)E
VIDAS DE SANTOS
47
Río Verde, Río Verde,
Más negro vas que
la tinta,
De sangre de los cristianos, Que no de la morería alusiones a
domésticas para
al
de San
a la iglesia
diálogo, pinturas todas familiares
y
vecindario de Madrid, y cuya representación he-
el
cuerdas que a
ría
Almudena y
sagrada imagen de la
la
Andrés, prestan animación
sazón vibraban aún en todos
la
corazones
los
»S¡n duda que una comedia de esta especie,
cuyo argumento
dura de cuarenta a cincuenta años, con un sinnúmero de persona1
jes;
entre los cuales figuran ángeles
tira
y
el río
y demonios,
la
en tiempo de Lope, táculos, sino
público no sólo acudía con
el
que recibía con agrado
que hacían familiar
la
la
Men-
la
vida del Santo
bienhechor. Si a esto se agregan
las
fe
a tales espec-
representación de milagros,
y sus benéficas
enlazaban con su propio tiempo, haciéndole mirar
la
Envidia,
Manzanares, parecería hoy grotesca e irreverente. Pero
virtudes,
como
trabas impuestas
al
y
le
su personal teatro (i)
y
extraordinaria facilidad, gracia e ingenuidad del estilo de Lope,
atento siempre a consultar y seguir
el
gusto popular, tendremos to-
dos los elementos necesarios para explicar
mas
religiosos
que compuso, ya en
ya de historias de
la
el
gran número de dra-
forma de misterios o
Sagrada Escritura o de vidas de santos»
Las dos comedias de
compuestas en 1622,
la
me
La
niñez
y La
autos, (2).
juventud de San Isidro,
parecen por todo extremo inferiores a
la
primera en gracia y frescura, aunque mejor concertadas y escritas con más esmero, y aun con alarde de versificación y estilo, especialmente en
1)
las bellas
octavas narrativas, que abundan mucho. Fue-
Esta es una de las muchas vulgaridades críticas que afean
Ticknor. Nunca hubo para
el
teatro tales restricciones y trabas,
la
obra de
como no fuese
de un modo transitorio e ineficaz, pues siempre el gusto popular consiguió romperlas o eludirlas. No hay teatro que se haya desenvuelto con más libertad y franqueza, ni que menos se haya contagiado de escrúpulos puritanos Tumo II de la edición inglesa, páginas 247-249, y t. II de la traduc(2) ción castellana, páginas 366-369.
IX, páginas 598-609) expone en caricatura, con su peculiar y exestilo, el argumento de las tres comedias. Grillparzer habla olamente del San Isidro labrador de Madrid (páginas 133 y 134). Klein
(t.
travagantísimo
48
ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA
ron obras de circunstancias y se resienten de su origen. Prefiero
con mucho
espontaneidad,
el brío, la
comedia primitiva, cuyas jor entre lo
la
candorosa sencillez de
deliciosas escenas villanescas son
mucho bueno que Lope
nada:
Ya camina, ya se acerca, Ya llega, ya empieza a arar. Los surcos lleva derechos; la tierra está!
«Por acá>, dice
Y
al
al
Manchado
,
Tostado: «Por allá».
Arada tiene
la tierra:
El villano va a sembrar;
Saca
La
el trigo del alforja,
falda llenando va.
¡Oh,
qué bien arroja
el trigo!
¡Dios se lo deje gozar!
Las aves
Que
mirando:
se vaya aguardarán.
Junto a
No
le están
las
hazas del trigo
está bien el palomar;
Famosamente ha crecido: Ya se le acerca San Juan. Segarlo quiere
el villano:
La hoz apercibe ya; ;Qué de manadas derriba! ¡Qué buena priesa se
Quien bien ¡Oh,
qué bien atadas
Llevándolas va a
¡Qué
da!
bien desata;
ata,
van!
las eras;
parva tendrá!
gentil
Ya se aperciben los trillos, Ya quiere también trillar. ¡Oh,
qué contentos caminan!
Pero mucho sol
La mano en Los pies en
la
les da.
frente ponen,
el trillo
van;
¡Oh, qué gran sed les ha dado!
:Quién duda qué beberán?
Ya beben, ya
lo
me-
hizo en su género. Véanse, por
ejemplo, algunos versos del baile rústico que hay en
¡Qué buena
de
la
se recrean;
•
la
primera jor-
COMEDIAS DE VIDAS DE SANTOS ¡Qué caliente
Brindis.
Aventar quieren
Ya comienzan ¡Oh, qué
buen
Volando
las
49
está!
el trigo.
a aventar.
aire les hace!
pajas van;
Extremado queda
el trigo,
Dése limpio y candeal; ¡A Fernando, que Dios guarde, Se pudiera hacer
el
pan!
Ya lo llevan al molino, Ya el trigo en la tolva está. Las ruedas andan Furiosa está
las piedras,
la canal;
Ya van haciendo ¡Qué presto
la
la harina,
cernerán!
¡Oh, qué bien cierne el villano!
El horno caliente está.
¡Qué bien masa! ¡Qué bien hiñe!
Ya pone en Esta comedia fué
muy
la
tabla el pan
popular, y merecía serlo. Aun enla segunda
mitad del siglo xvn, cuando
Lope yacía injustamente postergado
turbamulta de sus imitadores y plagiarios, fué
dor una de
el
San
pocas piezas suyas que lograron figurar en
las
a la
Isidro labrala
colec-
ción ambiciosamente titulada Comedias escogidas de los mejores in-
genios de España, en cuyo
en 1667, puede leerse
La
XVII. de
las
parte vigesimaoctava, publicada
vida de San Pedro Nolasco.
listas
de El Peregrino
y,
— No consta en
ninguna
por consiguiente, ha de haber
Menéndez y Pelayo terminaba aquí
'
la
dos
tomo o
*.
la
Introducción del tomo IV de
edición académica, con estas palabras:
Lope de Vega que no han podido
«Las demás comedias de santos de trar
en
el
presente volumen, serán incluidas en
el quinto,
que ya
en-
está en
prensa.»
El
tomo
V
comenzaba del siguiente modo:
«Contiene este tomo diecinueve obras dramáticas de Lope de Vega, catorce de las cuales pertenecen al género de comedias de Santos, y las restantes al
de comedias
tar este
tomo y
breve y, por tanto, adecuada para complede los dramas profanos del grande ingenio. De
pastoriles, sección
abrir la serie
éstas obras, cuatro eran inéditas hasta ahora.
gunas observaciones acerca de todas Mknkndez
y
Pelayo.— Estudios sobre
Brevemente expondremos
ellas. > (A. B.)
el
Teatro de Lope de Vega.
4
al-
ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA
5
Además, en
sido escrita después de 1618.
ofrecida a Felipe
IV el Magno,
los últimos versos se dice
a luz
en
Parte perfeta de las Comedias del Fénix de España
tumo que sacó
No
parece
determinar cuál de
Nolasco y crónicas de
llano fray
fe-
la Veintidós ,
libro pos-
a luz en 1635 Luis de Usátegui, yerno de Lope. fácil
Orden de
la
tían sirvió principalmente
la
las biografías
Merced que en
de San Pedro
su tiempo exis-
de base a esta comedia de Lope. La más
y copiosa obra de
acreditada
más su
lo cual restringe todavía
que tiene que ser posterior a 1621. Salió
cha,
este género
era sin
duda
la del sevi
-
Bernardo de Vargas, procurador general de su Orden en
Roma, Chronica
sacri et militaris ordinis Deiparae Virginis
Mariae
de Mercede (Palermo, 1619, dos tomos folio) a la cual sirve de com-
plemento lasci et
la
Additio
ad opiisculum
de vita et gestis Sancti Petri
quorundam venerabilium filiorwn
también con aprecio
el
breve y
útil
ejus (Messina, 1629). Corría
compendio
del palentino fray
Francisco Zumel, famoso profesor de Teología,
Merced:
De
(Salamanca,
fundatione 1588)
aparte de otras
Pedro Nolasco, del
Orden de
la
(I).
y
general de
la
ejusdemque viris illustribus
Ordinis
En
No -
lengua vulgar pudo consultar Lope,
menos famosas, La vida
del Siervo
de Dios fray
segundo deste nombre; sacerdote observantíssimo
el
Merced (Valencia, 1591), obra
fray Felipe de Guimerán;
y
del obispo de Jaca,
los diversos libros del
entonces tan ce-
lebrado poeta dramático fray Alonso Ramón, Historia general de la
Orden de Nuestra Señora de drid, por Luis Sánchez,
la
Merced, Redención de Cautivos (Ma-
1618); Geroglíficos de la vida de
San Pe-
dro Nolasco, con declaraciones morales; Vida de San Pedro Nolasca, fundador
de
la
Merced; Fiestas de San Pedro Nolasco (1630)
Todo nos induce a creer, que la fuente principal de Lope fué P Ramón, a quien sucedió, como es sabido, en
crónica del plaza
la
.
de historiógrafo de su Orden,
el
la la
egregio fray Gabriel Téllez,
Va acompañado de los escolios a la Regla de San Agustín, votos de (1) Merced, instrucción de oficios, manual de coro, etc. El P. Zumel fué discípulo de otro famoso teólogo de la Orden de la Mer-
ced, y profesor salmantino: fray Gaspar de Torres, electo obispo de Canarias y titular de Madaura, a quien fray Pedro de San Cecilio, en su libro manuscrito
den,
De
Scriptoribus
Mcrcenar iorum,
probablemente manuscrita.
atribuye una breve historia de su
Or-
COMEDIAS DE VIDAS DE SANTOS
5
l
Je quien todavía permanece inédita una extensa obra sobre el mis-
mo
argumento.
Con
ser tan famoso el Santo
historia eclesiástica, reina
juicio,
reduce a
muy
los orígenes
con su habitual parsimonia y
este piadoso instituto. Zurita,
dad de
y tan insigne su Orden en nuestra
no poca obscuridad sobre
pocas líneas
lo
averiguado y exento de toda controversia
de
severi-
que puede tenerse por
(lib. II,
cap. VII de sus
Anales).
E dixo mas este testigo niño.... el
lo supiese,
carretas e traían botas de sardinas, e al-
(i),
dicho Benito García
que quando crucificaron
salió
de
la
cueva
al
dicho
e buscó unas
yerbas espinosas, e bolvió a la cueva, e fizo dellas una guirnalda re-
donda
a
manera de
chapereta, e la puso en la cabeza del dicho niño
estando crucificado y aspado.» (i)
Es nueva declaración del
i.°
de agosto de 1491.
OQ
COMEDIAS DE VIDAS DE SANTOS
Juan de Ocafía, otro de nato, declaró en
los
cómplices de aquel sacrilego asesi-
20 de octubre de
1
49 1, que «quando crucificaron
Franco judío e
este testigo e el dicho Jucé
que desían todos muchos vituperios
como
Christo, así
pecialmente
le
los otros al
niño contra
al
dicho niño,
Jhesu Christo nuestro Señor estoviera
si
desían quando
le
«A
azotaban:
la
ley de
Moysén; e agora pagarás aquí
es-
allí;
este traydor,
ñador, que quando predicava, predicava mentiras contra
Dios e contra
de Jhesu
fe
la
engaley de
la
que
las cosas
desías en aquel tiempo.»
Este es
Juntáronse en Francia muchos judíos dañados, con mal corazón r
buscando qué manera temían para vengarse de todos pereciesen y
la
absolutos señores de
los christianos
inquisición con ellos, para la tierra
que
ellos
y que
quedasen
para hacer cumplir y guardar su ley
judaica o mosaica. Por revelación diabólica fué a ellos revelado, o
por consejo de algún judío sabio
o,
por mejor dezir, hechizero,
el
y consejo para el maleficio que tenían manera siguiente. Que tomasen el corazón de un
qual dio industria, horden
pensado hazer en
la
niño inocente, sin pecado, y el Santísimo Sacramento del altar, todo quemado y hecho polvos y echado en las aguas que oviesen de beber los christianos;
todos
y
que luego, en bebiendo
reventarían,
Prosupuesto
esto,
las
dichas aguas, rabiarían
y de esta manera serían
y muy determinados de
los judíos
hazello,
vengados.
creyendo que
vendrían en efecto su diabólica voluntad, procuraron de intentarlo
de esta manera, que estando, como estaban, en lugar de Francia, salén, estaba hijos;
y
ellos,
allí
el
qual buscaban que fuese
cierta cibdad, villa
muy
un hombre hidalgo y pobre,
el
o
semejante a Jeru-
qual tenía
muchos
viendo su necesidad, parecióles que sería bien llamar
a aquel hidalgo pobre,
y muy secretamente
juramento o palabra, que
descubrirle,
les tubiese secreto lo
que
le
debaxo de
querían dezir;
y que le harían bienaventurado en dalle gran cantidad de dineros, con que saliesse de miseria y con que remediasse sus hijos, y no se viese en tanto trabajo de pobreza
prometióles de les tener
mucho
y
necessidad. El pobre hidalgo
secreto,
y dixo que
le
dixessen lo
que querían, y no temiesen. Los judíos viéndolo, y paresciéndoles la voluntad del hidalgo ser muy determinada, dízenle así: «Sábete que »
tenemos mucha necessidad, y nos va en
ello la vida,
en que uno
COMEDIAS DE VIDAS DE SANTOS •
de todos tus
»
lo hizieres,
y
tú,
tan afligido. Por tanto, mira
y
>
tos
corazón, y nos
si
como
yo tengo
viéndote,
ellos,
ninguno de cuan-
ello servido».
yo
Des-
parece ser que este buen hombre dio quenta de
ellos,
todo esto a su mujer, contándole cía}
te vees,
cathólico christia-
hijo
determino de pasar mi miseria, pues Dios es de pidiéndose de
como
crueldad cometa, que, aunque soy pobre,
ni tal
si
puedes hacer». El pobre hidalgo
lo
cNunca Dios quiera que yo mate
dixo:
y
le des;
que quisieres para que no bivas en
como hombre de buena sangre y como
respondió no,
lo
el
y más valdrá que muera uno que no pe-
y pobreza;
rezcan todos de hambre,
i
saques
le
hemos todo
darte
tanta miseria
mates y
hijos
73
La mujer, como
el
caso y diziéndole de ¿qué le pares-
y también porque
astuta,
las
mujeres, según se
ve por experiencia o por su natural, suelen dar consejos
muy deter-
minados, de presto y casi sin pensar respondió: «Señor, no tengáis pena, que yo os diré téis a
dezis
>
le
daría algún
¿cómo os pareze que
díxole:
a esos judíos sin
«Dad
acá, ahí
tal
consuelo
como
se hiziese,
y
díxole: «Pues
podría hazer?» Respondióle
se
tenemos esa puerca y
-
matémosla, y sacarémosle
-
hijo;
el
la
y
pequeña; tomalda y corazón, y diremos que es de nuestro
y a nuestro hijo esconderle hemos donde no parezca, y diremos que le enterramos y así los engañaremos; y, por tanto, tened maña como tornéis a hablarles». Paresciéndole buen consejo el de
tóles
que para qué querían
que era para hacer que El
si le
el
cierta cosa o sacrificio,
parescía que lo podía hazer,
buen hidalgo comenzóles a
decir:
cesidad que tengo, que no sé qué
*
si
-
matar mi
como, señores, hijo,
dezís, lo
ra
de traernos aquí
mujer
llévasele
le
pensáis hazer, todavía el
corazón». Va este
Ellos,
como
la
hiziesse para salir della;
me
ne-
mas
disporné a
dolor que siento en ello».
«Pues vé luego, y procu-
hombre
a su casa,
había aconsejado, mata su puerca y sácale
a los judíos.
lo dexasse.
«Por Dios! que es tanta
los judíos, dixéronle: el
que se requería hacer; y
que por dineros no
me
aunque Dios sabe
Viendo su intención
y pregun-
corazón de su hijo? Ellos respondieron
>
»
mujer,
es
su mujer, procura de hacerse encontradizo con los judíos,
la
que ma-
nuestro hijo y sin que lo sientan, y darnos han ese dinero que que darán». El pobre hidalgo alegróse mucho creyendo que
mujer
la
cómo engañemos
vieron
el
el
y como
corazón y
corazón, creyendo
ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA
74
realmente que era del niño, tomáronle
muy
muy
gozosos,
y pagáronselo pudo salir
largo al dicho hidalgo pobre, con que largamente
de miseria.
»Haviendo ya ávido
quedávales de buscar manera
corazón,
el
cómo pudiessen aver el santíssimo sacramento. Y no hallando aderezo como a su propósito viniese, conviene a saber, que le quisieran aver todo entero como está en la custodia, procuraron a lo menos de averio como pudieren; y tuvieron esta astucia. Cerca de ellos bivía una mujer vieja y muy pobre, mucho más que el hidalgo; a que fueron y
la
dixeron:
le
queremos rogar; y
»
te
>
deslo hazer
muy
si
bien».
«Hermana, a
ti
hemos una
haces, darte
lo
Dixo
conviene hacer
pobrecilla que
la
saya,
que
y pué-
pudiese
lo
si ella
lo
y dixéronle:
mano, y tómala, y sácala de
»
hemos
la
mirando
la
comas
ni
los paladares, o haz la
como que
y aun más que
saya,
al interés
de
la
saya, o lo
te vas a limpiar
con
la
y tómala y tráenosla; y darte
boca, tú
quisieres....»
que
le
La mala mujer,
prometieron, por ventura
creyendo que no era cosa que importara mucho, o pensando que fuera para hazer alguna devoción, o para guardar para reliquia, díxoles
que
ella lo traería
y
sacramento a
pagaron a largo,
como
la vieja diabólica
lo
hechizo;
los herejes
pudiese traer, que
tomaron y guardaron para
tenían concertado
les tuviese secreto.
buscado
lo
que deseaban para hacer su
quemándolo y haciéndolo todo polvos,
puerca que
ellos
creían ser del niño,
cramento, van y échanlo en inñcionar o hechizar toda
el
día la mal-
traerles el santíssi-
y creído; y que habían prometido y muy más lo
porque juntamente con esto
»Aviendo ya
la
él,
lo
manera como pudo
los judíos, los quales le
hazer los hechizos con
si
Yendo, pues, otro
se lo daría sin falta.
dita vieja a comulgar, tuvo
mo
y que
procuraría de hazer;
ella lo
el río
como
así el el
corazón de
santísimo sa-
que por aquella parte iba para
agua o aguas de que se proveían para
gente christiana; para que en bebiendo, luego reventasen
beber
la
todos.
Viendo Dios su dañada intención, dio lugar a todo
que mostró milagro para que
esta
esto,
aun-
maldad fuese descubierta; y fué
COMEDIAS DE VIDAS DE SANTOS
que todos
puercos y puercas que de
los
las
Jj
aguas bebieron, reven-
taban y morían. Viendo esta maravilla, no pensando ni sabiendo
qué cosa fuese aquélla
estando
tal,
gente escandalizada, vino aquel
la
hidalgo pobre a quien habían pedido los judíos
cubrió
que había pasado con
lo
conocimiento de »
maldad
la
dichos judíos, y
los
vinieron en
así
(I).
Volviendo, pues, estos judíos, o algunos dellos a
siendo
ya
ckristianos a lo
menos en
el
corazón que en Francia se
el
les
Castilla,
y
nombre, procuraron de vol-
como
supieron de cierto
había dado
y vendido, que no
ver a acabar de hacer su maldad, sabiendo
que
corazón, y des-
el
y que por eso avían reventado los fuera de niño que así murieran mala muer-
era de niño sino de puerca,
puercos. Creyendo que
veras
si
procuraron con mayor diligencia hacerlo
te los christianos,
y muy conforme a la pasión de Christo; y buscan por y que en el asiento o aparejo representare
lugar convenible salén.
Y
muy de Castilla
a Jeru-
paresce ser que no hallaron lugar más a su propósito, que
de La Guardia, y en aquel montecico, donde están
fué esta villa
ag ora los palacios o cuevas que se dizen del inocente; y estando ya
de asiento en esta
de La Guardia, como vezinos cuatro o cinco
villa
años avía, comenzaron a entender en su negocio. Avila, o de aquella parte de Avila, estaba
un judío
Y
para ello en
rabí,
gran
letra-
do, o por mejor decir gran hechizero, al qual iban estos malos christianos
herejes, llamados los Francos,
y
que eran cuatro hermanos o
con otros acompañados, que todos eran onze, y con
parientes,
ellos
un contador del prior de Sant Juan, vezino de Tembleque, persona de mucha manera e autoridad: la
como
sentencia
la dio,
tonces mientras vivió
el prior;
cado; que después fué
También
la
y
el
qual fué Pilato para aver de dar
éste libróse
que no
le
quemasen por en-
mas después de muerto, pagó
intervención de este personaje parece,
si
no inven-
tada, a lo
menos exagerada por Damián de Vegas, porque
Pilatos,
quien
i)
a
Todo
en 1545, y
el P.
el
Yepes llama Flernando de
este cuento, teñido
Fortalitium. Fidci,
ya advirtió
P.
el
de
lib.
Fita.
III,
de
la
más grosera
consideración
Fray Alonso de en 1420.
la vieja
su pe-
quemado en Toledo. >
la
del
tal
Rivera, no hay
superstición, procede dei punto 3, números 4, 6 y 7, como Espina pone el suceso del hidalgo
7,
ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA
/U
en
rastro
proceso, aunque
el
No creemos que Lope
sí
en
las
Damián de Vegas, que no
protonotario
la vista,
Historia déla
glorioso martirio
llaman de
La
prosista fray
y
y
sigue con
mucho
fué la
el
elegante
Rodrigo de Yepes, monje de San Jerónimo
el
Real de
la
la
discurso de lo tocante
al
La Guardia «una
plicidad». Pero es cierto
que
el
Suprema
se
refiere a
Inquisición,
gunos errores de Vegas, especialmente
y con mucha sim-
y con
un testimonio de
edad del niño, hijo
comedia de Lope, y sacado también del
el clásico
poema
latino
tres
su auxilio rectifica al-
el relativo a la
cuyo nombre y padres fija además, llamándole «Juan, so de Passamontes y de Juana la Guindera». la
y
cronista Jerónimo tuvo acceso a otras
más seguras, puesto que
Anterior a
Yepes cuando
larga relación
Sancto Innocente y su martyrio y dos sen-
tencias contra los culpados; escripto a lo antiguo
secretarios de la
Memoria de Da-
cual manifiestamente alude el P.
dice que su padre le envió desde
Yepes, es
Lo que
rigor,
Guardia, publicada en Madrid, 1583, por
mián de Vegas, a
P.
Memoria del
del Sancto Innocente que
Madrid. El fondo principal de esta historia fué
fuentes
la
llegó a imprimirse.
indudablemente tuvo a mite?-te
tradiciones populares (i).
conociese directamente
de Jerónimo Ramírez,
de Alon-
libro del
De
raptu
Como este Hernando de Rivera figura en la comedia de Lope, con'(1) viene advertir que se encuentran noticias de su persona en la Relación de la villa de
Felipe
Tembleque
[t.
III
de
las Relaciones topográficas
hechas en tiempo de
II):
«A los treinta y siete capítulos se responde que en esta villa hombre que fué llamado Fernando de la Rivera, y fué contador del
vivió
un
prior de
San Juan, que a la sazón era; el qual se dice que fué natural de Almagro, y se intituló y puso nombre de Pilatos; y entre él y sus secuaces, forasteros de esta villa, hurtaron un niño, y en él ejecutaron la pasión que en nuestro Señor Jesuchristo executaron los Judíos, azotándole; y éste dio sentencia contra él en que fuese crucificado, y se lavó las manos para ello, según siempre se ha dicho: y lo crucificaron en una cueva en la villa de La Guardia, extramuros de ella, que está dos leguas de esta villa; donde al presente hay una devota hermita y tiene la advocación del Santo Inocente. Dicen que habrá que esto acaeció más de setenta años; y a éste quemaron en Toledo; y hoy hay en esta villa, en la iglesia della, un sambenito de él.> De la existencia del personaje y de haber sido quemado por el Santo Oficio, no puede dudarse; pero la sentencia que llegó a manos del P. Yept-s tiene visos de apócrifa, o a lo menos de interpolada.
COMEDIAS DE VIDAS
DIÍ
scx {Matritri, apud Petrunt
Innoccutis Martyris
Guardiensis
Madrigal, 1592)
Algunas alteraciones
lato del P.
(i).
libri
7~
SANTOS
felices
que hizo en
el re-
Yepes, inducen a creer que también consultó documentos
originales.
El asunto de El Niño Inocente de
La Guardia
no
es dramático:
produce efectos de horror, no de terror trágico. La crucifixión del niño en escena, los atroces martirios que
cúmulo de
sacrilegios
los personajes,
impresionan
bajo acabar
la lectura,
intolerable
aun para
el
ánimo de
y parece que los
la
tal suerte,
que cuesta
tra-
representación había de ser
nervios de espectadores acostumbrados a
presenciar los autos de fe en
(1)
acompañan, todo aquel
la
repulsivos, la vileza antipática de casi todos
la
plaza pública
Reimpreso por Cerda y Rico en Hispanorum opúsculo,
colección Clarorum
el
tomo
selecta
I
y no en
el teatro.
Y
(único publicado) de su
ettariora (1781).
Comienza:
Flagra cano,
saevamque necem renovataque
Christi
Vulnera, et invisae scelus execrable gentis,
Ouae
trucii indómitas effundens pectoris iras
Insontem puerum praerupti in vertid montis Compulit exiguo majorem corpore molem Ferré humeris, tensosque cruci praebere lacertos
Posteriores ala comedia de
Lope hay
otros libros sobre el
mismo argu-
mento; por ejemplo:
El Niño
Inocente, hijo de Toledo
y mártir de La Guardia, por
el licenciado
Sebastián de Nieva Calvo, notario y comisario del Santo Oficio de la Inqui sición y natural de la villa de Tembleque. Toledo, 1628.
Historia del Inocente Trinitario, el Sa?icto Niño de La Guardia, natural di ciudad de Toledo y oriundo del Reyno de Aragón. Escr/vela el Antonio de Guzmán (Trinitario calzado). Madrid, 1720. (Publicó íntegro el testimo-
P
la
.
nio de los tres secretarios.)
Historia del martirio del Santo Niño de
mente de
los procesos contra los reos
parroquial de dicha
villa,
por
el
y
La
Guardia, sacada principal-
otros testimonios existentes en el Archivo
doctor D.
Martin Martínez Moreno. Madrid,
1866.
La Guardia es villa importante del partido de Lillo, provincia de Toledo, Datos para su historiase encuentran recogidos por el P. Fita en el tomo XI -del Boletín de la Real Academia déla Historia (373-431).
ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA
78
i
con todo, este drama, que tan penosamente nos originalidad poesía,
y
do, el
y de
y hay en todo
fuerza,
cuya misteriosa
y
hábito
un
de sangre contra
los judíos;
de
terrible
poeta, aun revestido con
al
venera de familiar del Santo Tribunal. Será,
la
quiere, la obra de
llega a tal
y
siniestra
apodera del ánimo más preveni-
eficacia se
hace admirar mal de su grado
le
aflige, está lleno
una
él
fanático, rebosará en todas sus
se
si
cláusulas odio
pero este mismo sentimiento, cuando
grado de sincera exaltación y sombrío entusiasmo, pue-
de ser fuente de interés poético, y en Lope plan es desconcertado y mal compuesto:
el
lo es
seguramente. El
autor sigue paso a paso
y por frecuentes e intolerables mutaciones de escena nos transporta alternativamente de Toledo, donde pasa la el libro
del P. Yepes,
Ródano, donde
infancia del Santo Niño, a las orillas del
vos judíos preparan
estratagema de lo
el
la vieja.
cómico que a
de
Todo
primer acto más bien pertenece a
este
la
y contra
lo trágico,
hostia
lo
que suele acontecer en
teatro de Lope, es notoriamente inferior a los dos
en
el
segundo ¡qué
felices rasgos
tro de la
madre
niño perdido!
Y
niño con
del
en toda
logo, contrastando
con
la
la
que siguen. Pero
tierna poesía en el encuen-
comedia, ¡qué apacible y natural
lobreguez del argumento, y atenuando en
de Lope, no sólo por
lo
muchas
su estructura, sino principalmente porque la impresión
y desasosiego que
se para
en
o sólo acierta a conmoverle con físico.
la
la
y no
los nervios el
fiero
y
la tortura,
La
se
llega al espíritu,
brutal espectáculo del
dureza del cuadro; pero Lope, que no era poeta místico,
La comedia de tulo de
él
se trata
sino poeta francamente realista, insiste de tal
nores de
que de
emoción de inquie-
de un martirio, y que la consiintervención visible de lo sobrenatural, tem-
Es verdad que
deración religiosa y plan algo
bellezas
imperfecto y tosco de
recibe no es la pura emoción estética, sino otra
dolor
el diá-
drama, digalo que quiera Schack, no puede contar-
se entre los mejores
tud
el
ciega que cantaba la oración del
la
parte sus depresivos efectos! Pero a pesar de sus parciales, este
la
de costumbres! ¡Qué linda descrip-
La Guardia! ¡Qué
ción de las huertas de
los fugiti-
y son víctimas de
sacrilegio
que
D
casi
modo en
los
porme-
nos hace sentir sus angustias.
José de Cañizares, que corre suelta con
viva imagen de Cristo:
El Santo Niño de
la villa
el tí-
d¿
La
COMEDIAS DE VIDAS DE SANT< ¡S
Guardia
como
es,
plagio de la de
XX.
otras
Lope
muchas
suyas,
las
Lope de Vega en
dos
listas
— Esta comedia, no mencionada
de El peregrino, fué impresa como de
tomo
rarísimo
el
de fuera de Madrid) que
lleva
(de los llamados extravagantes o
por
1634. Sólo pertenecen a
das en este volumen;
título
En
Vega Carpió: Parte veinte j nueve.
Año
mera refundición, o más bien
(i).
Los mártires de Madrid.
en ninguna de
79
Doce comedias de Lope de
Huesca, por Pedro Blusón.
Lope cuatro de
las restantes
las
comedias conteni-
son de Mira de Amescua, Clara-
monte, Luis Vélez
y
llevan los
En
de Guevara, Francisco Barrientos y Montalbán, nombres de sus autores respectivos.
cuanto a
legitimidad de
la
Lope, no cabe duda alguna, porque
suyo
y,
mas de
la
atribución de esta comedia a
el estilo está
diciendo a voces ser
además, muchas escenas parecen arrancadas de otros poesu pluma, especialmente de
debo advertir que
esta
La pmeba
de los amigos. Pero
comedia de Los mártires de Madrid es ente-
ramente diversa de El mártir de Madrid, comedia de Mira de Amescua, escrita
en 1619, de
la
manuscrito procedente de
en su argumento, de ciosa
y Moreto)
drid, inserta
la
titulada
cual existe en la Biblioteca Nacional un la
de Osuna; y es diversa también, hasta
comedia de
tres ingenios (Cáncer, Villavt-
Dejar un reino por
en la Parte quarenta
y
otro
y
Mártires de
Año
1678.
muy
digna de estimación, aunque no pueda contarse entre
selecto
La que reimprimimos no
Ma-
quatro de comedias nuevas.
sólo es genuina
de Lope, sino lo
más
de su repertorio. El primer acto anuncia una buena come-
dia de costumbres,
con primor y gallardía; en el segundo hay escenas soldadescas dignas de aprecio y copiadas del En Schack
y
está escrito
III de traducción castellana, X, 505-507), y Schaeífer(I, 103-104), pueden encontrarse diversos análisis y juicios de esta comedia. Schack la admiraba mucho, aunque con restricciones: «Die altes bildet ein wundcrbares und tief ergreifmdes Gemalde, von dem man nich weiss. ob man es wegen seinet kohen dichlerisches Sch'ónheit bewundcrn, oder wegen seiner Wildheit und Selt samkeit tadeln solí». Por el contrario, Klein (que era udío, si no me equi-
(1)
(t. II
del original, 391 -393;
174-176); Grillparzer (147 148); Klein
voco) se desata en invectivas contra
(t.
Lope y sus
panegiristas, y
espíritu de su comedia, llamando a su autor poeta de Belial,
esta ocasión, arte
dichter BeliaF s
y
condena
el
a su arte, en
de prestigios diabólicos y de ascinación engañosa: ¿Eín seine Kunsi Teufelsblenwerk und Gaukelspieh.
und
ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA
§0 natural;
y
en
el resto
nada segunda, está
muy en
de
la
obra
la
reconocimiento del padre y
el
acción es embrollada e inverisímil, los hijos,
con que termina
la jor-
preparado y traído con poca habilidad, aunque
teatralmente presentado. El diálogo es
muy
bizarro
y
conciso
y hay buenos trozos líricos en todo que se halle tan estragado el texto en
las situaciones culminantes,
hace sentir
el
drama,
el
único ejemplar que poseemos. El tercer acto cae
Jugares
lo cual
mucho en
los
comunes propios de nuestras comedias y novelas de cautivos
y renegados.
No
he podido averiguar
obra, pero
no
la
el
fundamento
que
sirvió a
del mártir
infieles,
español Gerardo
y
fué convertido en
la
episodio
de Ei
comedia a principios del
si-
Los mártires de Toledo
Juan de Dios y Antón Martín. — Con
de Dios está citada en la segunda lista de
consiguiente, es anterior a
«n
el
intercaló en su novela
Palomeque.
XXI. Juan
presente
la
algo semejante a
D. Gonzalo de Céspedes y Meneses para
Fernando Palomeque, que
glo xvín por Gerardo Lobo, con el título de v tejedor
de
creo invención de Lope, sino tomada de alguna
anécdota contemporánea de martirio entre la
histórico
Décima parte de
las
1618. Aquel
el título
El peregrino
mismo año
de San y, por
fué impresa
comedias de Lope (Madrid, por Alonso
Martín, 1618).
Esta comedia de Lope es una de tantas y está escrita con notable desaliño. El autor presenta
uno
tras otro, sin artificio alguno, los
principales hechos de la vida del portentoso fundador de la
de
los Hospitalarios
Orden
y de su venerable compañero y discípulo
el
fundador del hospital que en Madrid lleva su nombre. Las escenas
apenas tienen trabazón, ni puede decirse que exista fábula dramática.
En
realidad,
hay dos acciones mal combinadas entre
dación del hospital de Granada por pastor, soldado
el
sí:
la
fun-
Santo portugués, antiguo
y vendedor ambulante de
libros
y estampas, con-
vertido por la evangélica voz del apóstol de Andalucía, Juan de
y el heroísmo con que Antón Martín supo vencerse a sí mismo, ahogando los ímpetus de la venganza y perdonando al matador
Avila,
de su hermano. Estas dos acciones caminan dañan que
se favorecen, sin
que de
las
y más bien se una verdadera
paralelas,
dos resulte
COMEDIAS DE VIDAS DE SANTOS
comedia, pero
pamento y res
sí
8
escenas de gran color histórico,
el hospital,
y
lo
de Lope, pedazos de
la
que nunca
en
falta
humana
vida
las
como
las del
cam-
obras más inferio-
llevados a las tablas con
asombroso poder de realidad.
Hubo de
servir
y muy
primitiva
de fondo principal a esta comedia de Lope,
estimable biografía, compuesta por
la
sacerdote
el
granadino Francisco de Castro, capellán del hospital fundado por Santo, Miraculosa vida y santas obras del beato
dador de
la religión
da, 161 3,
8.°;
Burgos, 162 1, 4.
traducida
),
cisco Bordini (Florencia, 1589,
más
Juan de
que cura enfermos (Granada, 1588,
Dios, fun-
biografía,
extensa, del portugués fray Antonio de Govea, de la
San Agustín, obispo de Cirene, Historia de lagros del glorioso Patriarcha
y
Padre de
vida
la
Grana-
8.°;
por Juan Fran-
al italiano
y Turín, 1611). La
el
y
mucho
Orden de
mtierte v mi-
pobres San Juan de
los
Dios, fundador de la Orden de la Hospitalidad (Madrid, 1624), es posterior a
la
comedia de Lope y también
Santo. Todavía lo es
la
la
Moura (Madrid,
tonio de
que
más
que da Lope en
De
1632).
lo
que no queda más
los últimos versos
discurso poético de Gabriel
Y
a la beatificación del
Vida de San Juan de Dios, de fray
de esta comedia,
Lobo y Laso de
la
An-
noticia es
del
Vega:
todas en un discurso
Que
en versos heroicos hace
Gabriel Lasso de
Vega
fértil
la
Vega,
y admirable.
Prometió Lope una segunda parte de esta comedia, pero no consta que llegara a escribirla.
XXII. Henares. la
El saber por no saber
y
vida de San Julián de Alcalá de
— Esta comedia, no citada en
última que figura en
la
las listas
de El peregrino, es
Parte veinte y tres de las comedias de Lope
de Vega (Madrid, 1638), libro postumo publicado por su yerno Luis
de Usátegui, con un prólogo de Faria y Sousa. Nada de particular ofrece esta comedia que no hayamos otras
muchas de su género. Es
de un bienaventurado lego de para Dios y simple para Menkndbz
y
el
la
historia
la
mundo,
Pklato.— Estudios sobre
el
de
las santas
visto
en
candideces
Orden de San Francisco, sabio a quien Lope conoció segura-
Teatro I
de-
Lope de Vega.
6
ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA
82
mente en Alcalá siendo tura de costumbres
estudiante.
Santo está presentado con los episodios
publicó en
la
muy
poca novedad;
de amores y desafueros
El
XXIII.
La viveza de expresión y
pin-
la
merecen aplauso, como siempre. El carácter del
rústico del cielo.
que más vale son
lo
estudiantiles.
— Lope
la
llamó tragicomedia y
la
Décimaoctava parte de su colección (Madrid, 1623), con
dedicatoria a su amigo Francisco Ouadros de Salazar, en que se leen
Admirado Salvador (que así se llamaba), le llevó sin réplica a una tienda y le compró dos camisas; sin esto se juntaban en el vestuario de la comedia muchos niños de gente principal, y salían a cantar con
él al teatro
y
pan que
a recibir aquel
les
daba, sin enfado de sus
padres; gran prueba de la santidad de este rústico celestial, pues así lo fingido se
merecía
memoria
respetaba,
y en
la
imitación hallaba la veneración que
Hallaréis cosas a que estuvistes presente las
escuelas de Alcalá>.
y
traeréis a la
COMEDIAS DE VIDAS DE SANTOS
Estas noticias, necesarias para completar
¡S3
la historia del
drama,
nos dan razón, no sólo de sus orígenes, sino del actor que por
pri-
mera vez hizo
el
piadoso que
obra obtuvo y, finalmente, del inusitado obsequio con
la
papel del protagonista, del éxito popular y aun
que reyes tan poco favorecedores del teatro como Felipe
y
III
su
mujer Doña Margarita de Austria, honraron esta representación
como habían honrado en puede
del estreno
de
la
prolijas
y minuciosas alusiones, de en 1 599-
Esta comedia es del
como
escrita
de Valencia en
las
mismo género que la de El saber por no samucho antes, parece menos floja y amanera-
La santa simplicidad
duce escenas agradables, .¡rama religioso.
ril
las fiestas
los reyes,
ber; pero,
gría,
aproximadamente por algunos conceptos
mismo Lope de Vega se introduce nombre poético de Belardo y habla como de cosa reciente,
bodas de
da.
La fecha
ella.
tercera jornada, en que el
bajo el
con
fijarse
vida al humilde sujeto de
pero
Hay
del protagonista raya en lo si
bien
en todo
más propias
y chocarrero. En
el
poema mucho movimiento y
el
ale-
que pertenece tiene algo de pueteatro no se puede abusar de nada, y menos
género de devoción
el
cómico y proque del
del entremés
a
que de nada del tipo de un siervo de Dios, pero tonto de nacimiento,
a
como
se pinta al
un hombre
sin
y hermanos a rejil,
como
si
hermano Francisco, que en edad madura mata
darse cuenta de su acción, y llama tinoso
quisiera parodiar
dor, incluso las bestias mortíferas. franciscana, parece aquí la
y
al
pe-
sublime ingenuidad con que
la
Patriarca de Asís llamaba frate al sol
no tiene
al diablo,
los rábanos, a las berenjenas, a las zanahorias
y
el
a todas las obras del Crea-
Lo que
es sublime en la leyenda
una interpretación grotesca. Pero de esto
mayor culpa Lope, cuyo
teatro era espejo
fiel
de cuanto
y pensaba su siglo, sino el malo y torcido rumbo que comenzaba a tomar ya, por exceso de democracia frailuna, la devoción creía
española, inclinándose a la apoteosis de lo vulgar
que pueden
ser compatibles
con
la
mayor
que no son elementos indispensables de Los chistes y simplicidades a del
lo
Niño Jesús, figuran en muchos
t-jemplo, en el tan
y de
lo sórdido,
elevación espiritual, pero
ella.
divino del libros
Hermano Francisco
de ejemplos devotos, por
conocido del P. Boneta, Gracias de
la
Gracia:
ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA
84
Saladas agudezas de
hay
los
Santos y milagros de su eutrapelia.
biografías particulares
merece
la
palma
la
de este ejemplar varón, entre
Además
las cuales
Historia de la vida y virtudes de¿ venerable her-
mano fray Francisco
del
Niño Jesús, de
Descalzos de Nuestra
los
Señora del Carmen, obra del elegante prosista fray José de Jesús María, impresa en Uclés, 1624; reimpresa en Madrid, 1670; traducida
al latín
en Colonia, 1618, y
al
italiano
en Brescia, 1619. Pero
quizá en esta historia, con ser tan esmerada, no se forma tan cabnl
y
gráfica idea del personaje,
como en
bajó sobre recuerdos personales hasta
el
desaseo y
XXIV.
La
tra-
logró poetizar ingeniosamente
penetrante olor del beato enfermero.
el
niñez del Padre Rojas.
manuscrito autógrafo de
Osuna)
y
comedia de Lope, que
la
la
—
Inédita hasta ahora. El
Biblioteca Nacional (procedente de la de
de 4 de enero de 1625 y
lleva la fecha
la
aprobación de
Pedro de Vargas Machuca.
y decorosa y
Esta comedia, bien escrita
por
devota, pero
muy
fría
y por la intervención de personacomo La Virtud, El Vicio, Los siete pecados caLa Ociosidad y La Música, no comprende más que tradi-
escaso interés de los lances
el
jes alegóricos, tales pitales,
ciones de
muy
incierto origen (i)
y acaso meras
(bien sobrias, por lo demás), acerca de
que
trinitario calzado,
Isabel
las
ficciones poéticas
niñeces de aquel beato
fué confesor de Felipe III
y de
la
Reina Doña
de Borbón, primera mujer de Felipe IV.
Lope, según su costumbre, anunció, pero dejó sin
escribir, la
segunda parte de esta comedia:
Esta es
4
primera parte,
la
Madrid, desta dulce historia
Para conocer
lo restante
de
la
vida del P. Rojas, o
hay que acudir
más bien
lo
verdaderamente histórico de
ella,
tario toledano fray Francisco
de Arcos, Primera y segunda parte de
la vida
(1)
y
muerte del venerable P.
M. fray Simón
«..Píamente se cree algo de lo que
mismo aprobante de
la
al
libro del trini-
de Roxas, con doce
aquí escribe Lope de Vega», dice
comedia, Pedro de Vargas Machuca.
el
COMEDIAS DE VIDAS DE SANTOS
sermones que predicaron las religiones, Villa
y
S5
Clero (Madrid, 1670,
por Julián de Paredes).
XXV el
La
.
segundo
buena guarda o
título está
en
el
La encomienda
bien
guar aada.
manuscrito autógrafo que posee
qués de Pidal (fecha de 16 de abril de 1610). El primero es
Lope
definitivamente adoptó
cimaquinta de siguiendo
la
las
publicar esta comedia en
al
suyas (Madrid, 162
1).
Hartzenbusch
lección del manuscrito original, en el
Comedias escogidas de Lope, que compiló para deneyra; pero sin notar impreso.
Aquí
excepción va a
se la
las variantes
ponen a
la
la
libre voluntad del poeta las
en
la
oue
que
imprimió,
de
III
la Biblioteca
sitio
ambos
textos,
de preferencia,
edición, resulta evidente
de
el
las
de Riva-
que presenta, respecto del texto
vista del lector
y en
cabeza,
jorque cotejándole con
tomo
mar-
parte dé-
la
la
— Con
el
muchas
alteraciones
pero por
manuscrito,
el
que no nacieron que se advierten
parte décimaquinta. Todas ellas tienen un solo objeto: evitar
acción pase en un convento de monjas y en un pueblo de-
la
terminado. Sin duda, exigencias de los censores después de
la
repre-
sentación (y no antes, porque no se dice palabra de esto en las
aprobaciones y licencias del drama) hicieron a Lope borrar bre de Ciudad-Rodrigo, que
al
principio había puesto,
convento en un oratorio de doncellas, con la
lo cual evitó
y
el
nom-
convertir
el
también que
heroína fuese monja profesa. Para todo esto tuvo que modificar
muchos
versos
tándose de
los
y estropear
su obra bajo
datos fundamentales de
el
aspecto dramático, apar-
la
leyenda que seguía. Por
fortuna, el manuscrito original nos ha conservado el texto íntegro esta pieza, ;.r.a
de
No
las
que
es, sin
duda,
la
de
joya del Teatro religioso de Lope y
obras más bellas de su Repertorio.
es propiamente
comedia de santos, sino leyenda piadosa, de
más antiguas y vulgarizadas en todas las literaturas de Europa. Es la historia de la monja infiel a sus votos, que abandona el convento para seguir a su amante, pero que, en medio de todos los extravíos ]as
ce su el
vida, conserva la
devoción a Nuestra Señora y obtiene de
ella
extraordinario favor de que, revistiéndose de su propia figura,
ocupe su lugar en
el
monasterio durante su ausencia, hasta que vuel-
ve arrepentida y penitente y se halla con esta maravillosa duplicación de su personalidad. Esta leyenda, que a unos parecerá candida
ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA
¿>6
y el
y que
a otros irreverente,
peligro de exagerar hasta
como
tiene quizá,
todas las de su clase,
un extremo temerario
la
confianza en
más grandes
misericordia divina aun respecto de los
criminales, es
de todas suertes admirablemente poética y ha sido desenvuelta nitas veces,
infi-
con más o menos tacto y habilidad, por muchos auto-
entre los cuales, a mi juicio,
res,
la
el
gran poeta castellano merece
la
palma.
No
amontonar
es del caso
fácil
erudición sobre este punto. Quien
esté versado en los libros de ejemplos
bién en
la
moderna
y leyendas piadosas, y tam-
literatura romántica, encontrará
muy
conviene hacer mérito, ya por
primitivas,
finalmente, por su celebridad y raro mérito. rior
(i),
en
distinción VII, ejemplo
la
dialogorwn de miracidis, visionibus también, con
llase
Tomás Wright
que
el
et
núm. 106, entre
(Londres, 1842),
los predicadores,
glo xv,
ya por españolas, ya,
No
se cita texto ante-
de Cesáreo de Heisterbach, monje cisterciense
al
en 1245
las
tituló su
fallecido
34 de sus Líbri duodeciw
exemplis (Colonia,
1
59 1 )- Há-
Latín Stories, que compiló
y en varios repertorios para uso do
especialmente en
el
de Juan Hervet, autor del
más generalmente conocido por
el
nombre de
si-
el Discípulo,
obra Promptuarium exemplorum per ordinem alphabeti-
cum (Nuremberg,
1486). Es
el
milagro 25 de esta colección.
Pronto fué puesto en verso, y entró en nes de milagros de la
en su memoria,
gran esfuerzo, muchas variantes de este tema. Pero de algunas
sin
la
las
principales coleccio-
Virgen en lengua vulgar. Lleva
el
núm. 19 en
francesa de Gautier de Coincy (códice de Soissons), con esta rú-
(1)
«Este fué monje de Císter, del monasterio del valle de San Pedro o muy docto para en aquellos tiempos. Floreció en los años de
Heisterbace, y
mil y doscientos y veinticinco, siendo Sumo Pontífice Honorio III y Emperador Federico II. Escribió unos diálogos de mucha erudición y la Vida de San Engelberto, arzobispo de Colonia, y la dirigió a Henríco, su sucesor en el Ar zobispado, y un libro de exemplos. Todo lo que escribe es dulce y propio
para convertir a Dios a cualquier pecador, y hazer al perfeto más perfeto; y por esto entre los de su religión ha sido y es en mucho tenido y alabado.» Así el doctor Juan Basilio Santoro, en el proemio de la segunda parte de su Prado espiritual (Lérida, 16 19), que es una de las colecciones de ejemplos
más copiosas que tenemos. Entre título
de Flores, no está
el
de
la
los
que traduce del abad Cesáreo, con
monja.
el
COMEDIAS DE VIDAS DE SANTOS brica:
De
la
gran poine
Xo
está
nonnain que Nostre
delivra de grana blasme et de
(i).
en Berceo; pero
núm. 93, y como
esta es la
sí
en
las
Cantigas del
Rey
Sabio, con el
más antigua versión conocida en nuestra
Península, conviene ponerla a «.Esta é
Dame
87
la letra:
como Santa María servíu en logar de
la
monta que
sse
foi do moesterio.
E guárda-nos de
falir,
Et ar quer-nos encobrir
Ouando en
erro caemos;
Des'í faz-nos repentir t
Et a emenda
vijr
Dos pecados que fazemos. D'este un miragre mostrar
En un
abadía,
Quis a Reynna sen par Santa que nos guía.
De vergonna 710 s guardar... Hva dona ouv' alí Que, per quant' eu aprendí, Era menynna fremosa; Demáis sabía assí
Teer
Hua
sa orden,
que
ni
atan agucosa
Era di aproveytar
Ouanto mais podía; Et porén
A
foran dar
lie
tesourería
De vergonna nos
guardar...
Mail-o demo, que prazer
Non
ouv' én,
fez-lie
querer
Tal ben a un cavaleiro,
Que
lie
non dava
Tra en que
(1)
lezer,
a foi fazer
Que sayú do
moesteiro;
Mais ánt'ela
foi
leixar
Edición del abate Poquet, 1857. Este y otros milagros de Gautier de las colecciones de fiabliaux, de Barba
Coincy habían sido publicados ya en zan y Méon.
ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA
Chaves que
tragía
Na
cinta, ant'
Da
en que criya
o altar
De vergonna
nos guardar
— iAy, Madre de Deus
(enton
Dise ela en ssa razón) Léixo-vos ést' en comenda, Et a vos de coragon
M' acomend' Por ben
—E
Con aquel que Mais ca
íoi-ss'
e non
fazer sa fazenda,
si'
Et foi gran
muit'
am ar
sabía,
tempo durar
Con él en folia. De vergonna nos guardar. ..* E o cavaleyro fez, Poil' a
En
levou d' essa vez,
ela filhos et filhas;
Mais
la
Virgen de bon prez
Que nunca amou
sandez,
Emostrou y maravillas;
Que
a vida estrannar
Lie fez que
Por
U
fazía,
en sa claustra tornar
ante vivía.
De vergonna nos guardar..... Mais en quant' ela andou Con mal sen, quanto leixou
Aa
Virgen comendado
Ela mui ben o guardou; Ca en seu logar entrou
Et deu a todo recado quant' ouv' arecader,
De
Que ren non
falía
Segundo no semellar De quen a viía De vergonna nos guardar Mais pois que ss'arrepentiú
A
monia
et se partiú
mui cedo, Nunca comeu nen dormiú
Do
cavaleiro
Tro o moesteyro
viú.
COMEDIAS DE VIDAS DE SANTOS Et entrou en Et
éi a
fillou' ss' a
medo,
preguntar
Os que conocía
Do estado do logar Que saber quería. De
vergomia nos guardar
Disséron— 11' enton sen
— Abadess' avernos Et
ál:
tal
priol' e tesoureira;
Cada hua
d' elas val
Muito, et de ben sen mal
Nos fazen de gran maneira. Quand' est' oyú, a sinar
Logo se prendía Porque ss' assi nomear Con elas oía. De vergonna nos guardar
E ela con gran pavor Tremendo et sen coor, Foi-sse pera a eigreia;
Mais
Madre do sennor
la
Lie mostrou tan grand' amor (Et porén beeita seia)
Que
U
as chaves foi achar
postas avía,
Et seus panos
íoi filiar
Que ante vestía. De vergonna nos guardar E tan tosté, sen desden Et sen vergonna de ren
Aver, iuntou o convento, Et contou-lles o gran ben
Que
O
lie
fezo a
que ten
mund' en seu mandamento;
Et por
lies
Ouanto
todo provar
llesdizía
Fez seu amigo chamar
Que 11' o contar-ía. De vergonna nos guardar
O
convento por mui gran
Maravilla teu' a pran, Pois
que
a cousa provarla
89
ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA
90
Virón, diziendo que tan
Fremosa, par San Johan,
Nunca
contada
lies fora
Et fillaron-ss' a cantar
Con grand'
alegría:
do amor,
«Sálve-te, strela
Deus, lume do día>.
»
De
Con
vergomia nos
guardar
» (i).
esta Cantiga tienen analogía otras varias; pero
como
ninguna tan
cuya acción está localizada en España y como una mera variante. La monja se fuga del considerarse puede directamente
la
55>
convento con un abad, vive con
al
monasterio
él
mucho tiempo en
Lisboa, hasta
el
impúdico sacerdote. Vuelve
muy arrepentida, y queda
maravillada de ver que nadie
que, viéndose en cinta,
la
abandona
había notado su ausencia. La Virgen había ocupado su lugar,
y
la
candorosa irreverencia del narrador llega a añadir que un ángel
monja en
asistió a la
En un
el
libro de devoción,
fuese, siendo tantos los ra,
parto
hubo de
leerla
se encargó
y
la
que no parece
que contienen
una señora
escribiese
una comedia sobre actos.
la
crianza del niño.
fácil
la historia
destos reinos,
mil a tres
de
determinar cuál la
monja
el
tesore-
cual quiso que
este asunto, dilatándole con
El gran ingenio aceptó
esta obra deliciosa, llena
de
encargo, y de
lo
él
Lope
verosí-
resultó
de interés y poesía, y en la cual están sallos escollos del argumento. El seduc-
vados con gran destreza todos tor es el
mayordomo
entradas
y
salidas
del convento, lo cual hace
en aquella santa casa y
el
más
verisímiles sus
desarrollo de tan extra-
ña pasión en su pecho. Las escenas de amor están tratadas con suma delicadeza,
y
la resistencia
de
la
monja (que aquí no
es tesorera, sino
abadesa) se prolonga lo bastante para hacer simpática su figura, en vez de
la
brutal franqueza con
que en
lucha interior de ningún género. tipo del hipócrita
Pero
las
mayores
demandadero
otras versiones se entrega sin
Hay mucha
fuerza
cómica en
el
Carrizo, personaje digno de Moliere.
bellezas están en los actos
segundo y tercero.
Lope, con su admirable talento dramático, comprendió que era pe-
(i)
Tomo
I,
pág. 146 de la edición académica de las Cantigas.
COMEDIAS DE VIDAS DE SANTOS ligrosa e inconveniente la presentación
se
oye su voz, que manda
ángel de
al
de
la
la
QI
Virgen en escena. Sólo
Guarda de
la
descarriada
revestirse de su rostro y de sus hábitos y sustituirla en el Lo que no parece bien es que la transformación alcance al mayordomo, ni menos al bellaco del demandadero. Las escenas
monja
coro.
entre
y el verdadero hacen reír en el Anfitrión, de donde Lope manifiestamente las ha imitado; pero el Cafingido desentona en La buena guarda, como si fuese una pael
falso Sosia
Plauto, de rrizo
rodia del caso milagroso que lunar,
que
lo es
y no
leve,
poeta quiere enaltecer. Pero este
el
por
lo
que daña a
la
pureza y simplicidad
del efecto estético, no basta para obscurecer los rasgos de sublime
poesía de que está cuajada idilio del
la
parte seria de esta pieza:
prado en que sestean
los fugitivos
ciones del pastorcillo que busca
Ya
la
amantes,
suavísimo
el
las
dos apari-
oveja perdida.
D. Juan Eugenio Hartzenbusch indicó, aunque de pasada,
extraña y casi
literal
al
analogía que presentan estas dos bellísimas
escenas de alegoría mística con otras dos que en situación parecida y
con
el
mismo
fin
de preparar
El Condenado por
la
conversión del pecador, hallamos en
desconfiado, admirable pieza
que generalmente
pasa por obra del maestro Tirso de Molina. Insistiendo en esta coincidencia,
y esforzándola con su habitual ingenio y agudeza,
logrado crítico D. Manuel de
la
paternidad de El Condenado y adjudicársela a Lope. tir
el
ma-
Revilla (i) llegó a negar a Tirso la
No he de
repe-
aquí las razones que recientemente he expuesto contra esta atri-
bución^ que me mueven a mantener aTirso en quieta y pacífica posesión de esta obra maestra del drama religioso español (2). Nuestros dramáticos del siglo xvn se imitaban, copiaban y refundían unos a otros sin escrúpulo.
Sabemos
Guarda (16 10). Ignoramos
la
la
fecha en que fué compuesta
de El Condenado, pero
haber sido impreso hasta 1635, es ya indicio deser das las probabilidades de
la
el
LaBnena
hecho de no
muy posterior.
To-
invención original están a favor de Lope,
poeta de más edad que Tirso, y que era ya maestro universal de
la
escena española cuando éste comenzó a escribir. Pero tampoco Lope, (1)
Vid. Obras de D. Afauuel de la Revilla (Madrid, 1883), páginas 349 a
354. (2)
Vid. mis Esludios de Critica Literaria (segunda serie), pág. 179.
ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA
según indica su contemporáneo Ricardo del Turia, y puede comprobarse en varios casos, se desdeñaba de aplicar a sus propias invenciones aquellos lances y pasos que más le agradaban, o que mejor habían parecido en las ajenas (i). De todos modos la imitación (que en nuestros tiempos pasaría por plagio) es aquí accidental,
no recae sobre en
el
La Buena Guarda y
se encaminen,
si
y
fondo del argumento, que es enteramente diverso
en El Condenado, aunque ambos dramas
bien por distinto sendero y con
fuerza teológica, a
inculcar
La Buena Guarda
es
la
confianza en
muy
desigual
misericordia divina.
la
una encantadora leyenda dramática, pero Ec
el más vigoroso y triunfante eshumano para dar viva y eficaz representación a conceptos más radicales de la Etica cristiana; y Lope no era
Condenado por desconfiado es quizá fuerzo del ingenio ¡os
bastante teólogo para escribir este drama.
¿Y
grandes dramaturgos podemos atribuir
preparación escolástica,
sino al que fué toda su
vida Lector
tal
a quién de nuestros
y Maestro de
esculpidas sus glorias en el teatro o paraninfo de Alcalá, según
el
dicho de Cervantes? Sólo de
gran teólogo y de un gran poeta en este
drama
único, en
que
ni
la
la
la
Teología,
la
y dejó
Universidad de
un
rara conjunción de
misma
persona, pudo nacer
libertad poética
empece
a la severa
precisión dogmática, ni el rigor de la doctrina produce aridez,
y
concepto dramático y
el
corta las alas a la inspiración,
sino
que
el
concepto trascendental parece que se funden en uno
modo, que poesía, ni
ni
queda nada en
formado por
No
queda nada en
la
la
la
solo;
de
tal
doctrina que no se transforme en
poesía que no esté orgánicamente in-
doctrina.
llega a tales alturas
La Buena Guarda, pero
entre las innu-
merables obras de su género que posee nuestro antiguo Teatro, hay (i)
En
su Apologítico de las comedias españolas que precede
la poesía española (1616), dice el fingido
al
Ricardo del Turia: «Pues es
Norte de infalible
que la naturaleza española pide en las comedias lo que en los trajes, que son nuevos usos cada dia; tanto, que el príncipe de los poetas cómicos de nuestros tiempos, y aun de los pasados, el famoso y nunca bien celebrado Lope de Vega, suele, oyendo así comedias suyas como ajenas, advertir los pasos que hacen maravilla, y granjean aplauso, y aquéllos, aunque sea impropios, imita en todo, buscando ocasiones en nuevas comedias, que, como de fuente perenne, nacen incesablemente de su fértilísimo ingenio».
COMEDIAS DE VIDAS DE SANTOS
como
pocas tan simpáticas y agradables
93
bien escritas y
esta, tan
versificadas. Tiene defectos, sin duda, y ya se han indicado algunos, a los cuales puede añadirse el de una intriga de amor subal-
terna y nada interesante; pero en lo que toca
empleo de
y
rrizo)
sobrenatural (salvo
lo
desarrollo poético de
al
hábil
y decoroso
malhadada duplicación de Ca-
la
la
al
leyenda, creemos que Lope ha
vencido a todos los que antes o después de
él
trataron este
mismo
argumento.
En
1614, tres años después de la composición de
(iuarda, pero
amistad que
parecer sin tener noticia de
al
se le
supone con Lope),
el fingido
ella
(a
La Buena pesar de
Avellaneda, que yo (por indicios que expondré en otra parte)
tro capítulos (desde el
XVII
al
XX inclusive),
de Los Felices Amantes, y es esta misma
contada, con
el
pruebas en su
talento
libro,
Tomó
mismo de
la
y amenidad nada vulgares de que dio hartas falta
empañan
de delicadez.!
sus mejores pá-
leyenda del libro de ejemplos de Herolt, según
dice, «en el
autor
y maestro que por humildad quiso llamarse
bien conocido y aprobado, apócrifo
el
de
la
vida claustral, tan nimios
y
el
y
modo,
al
le
espa-
exornó con muchos de-
le
y bien observados, que han encubierto
quizá confesor de monjas, así
ción que manifiesta
grave
por cuyo testimonio a nadie parecerá
inducido a algunos a suponer que fraile
el
el discípulo; libro
referido milagro». Pero le amplificó a su
ñolizó enteramente en las costumbres talles
él
milagro veinticinco, de los noventa y nueve que
Virgen Sacratísima recogió en su tomo de sermones
la
era
una que llama nove-
historia, bastante bien
pero también con aquella
moral, y aquel gusto soez y estragado que ginas.
me
que se llamaba Alfonso Lamberto, intercaló en cua-
inclino a creer
la
como
rivalla
de Cervantes
particular devo-
Santo Rosario ha movido a otros a tenerlo
por dominico. El cuento de Avellaneda divierte e interesa, pero estropean algunos detalles groseros y de todo punto algún bárbaro narrador de hacer parir a
más joz
bestial:
la
autor del Quijote de
la
la
Edad Media
se había
inútiles.
le
Va
complacido en
monja. Avellaneda tuvo otra ocurrencia todavía
cuando
los
dos
apurados de recursos,
la
felices
amantes se encuentran en Bada-
monja abre tienda de prostitución, y
caballero se convierte en rufián y cobra
el
el
barato. Lesage, al tradu-
ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA
94 cir
libremente
al
crudeza de este pasaje,
No podemos de Margarita no de
la
Quijote de Avellaneda, templó algo
francés el
como de
determinar en qué libro encontró Zorrilla
la Tornera,
le
se le preguntaba
fuerte la erudición, ni
mismo no
lo
recordaba a punto
esta narración poética,
gusto no de
las
No
era sj
aun aplicada a sus obras propias, que, ade-
que
es
de
las
más
De
por consiguiente,
la
más
mística e ideal,
versión del Quijo-
la
las
la
que conocemos.
y aunque
haya expurgado de todo pormenor poco limpio,
mucho más profano que en
todos modos,
aunque para mi
célebres,
mejores, de su autor, recuerda
de Avellaneda, más bien que ninguna otra de es,
fijo.
sobre los orígenes de sus leyendas, solía
más, afectaba mirar con cierto desdén y enfado.
te
asunto
aprendió de los libros y sermón o plática que
dar indicaciones vagas y aun positivamente equivocadas.
No
el
tradición oral, transmitida en algún
hubiese oído en su niñez. El
Cuando
que
es
si
la
otros muchos.
Zorrilla la
cuento resulta
el
comedia de Lope y que en la suave y que en 1837 publicó el delicioso
exquisita Légende de Sceur Béatrix,
cuentista Carlos Nodier,
tomando
el
asunto, según dice, del domi-
nico polaco Bzovio, continuador de Baronio.
No la
intento contradecir
Tornera entre
que
lo
más
la
opinión general, que pone a Margarita
selecto
de
dude de mi admiración por
se
tradiciones; pero
sí
he de decir
ce inferior a su fama
lo
las
obras de Zorrilla, ni quiero
este último cantor
que
e inferior a otras
muchas de
de nuestras
leyenda
siento, esta
poeta nos ha dejado. La ejecución es desigual, y a ratos saica
que
y
le
desaliñada;
el
me
pare-
que aquel gran
las
muy
pro-
cuento se dilata con impertinentes adiciones,
quitan unidad y sentido;
el tipo del
galán pendenciero, juga-
dor y escalador de conventos está mejor presentado en otras innumerables producciones del
mismo
Zorrilla,
y
el
D. Juan de Alarcón,
vecino de Palencia, resulta un D. Juan Tenorio
Sus más tarlas.
muy en pequeño. el modo de con-
enormes calaveradas parecen pueriles por
Peor es
monja. La
la
Doña
carácter de
la
y apasionada de Lope;
la
degeneración que se observa en Clara vehemente, sincera
el
sor Beatriz, místico lirio tronchado, en la leyenda de Carlos Nodier,
son mujeres de verdad; no
así
Margarita
la
Tornera,
mema de
miento a pesar de su poético nombre. Zorrilla se evita
el
naci-
trabajo de
COMEDIAS DE VIDAS DE SANTOS preparar su caída con
cómodo
el
salva la leyenda en algunas
neidad de
artificio
de hacerla
de sus partes, es
dicción poética,
95
la
tonta.
Lo que
maravillosa esponta-
opulenta y generosa vena de su autor, unida a los prestigios propios del argumento, que contado de la
modo, siempre
cualquier
Apenas puede
citarse
da de Arólas, Beatriz mas. Declara
al
la
la
deleita.
más que como curiosidad
portera
comenzar que
(i), la
literaria la leyen-
compuesta toda
ella
en déci-
tomó de Cesáreo de Heisterbach:
Cesáreo nos da una historia
Con vislumbres de misterio, Que en un santo monasterio Dejó célebre memoria;
Por su autoridad notoria Referirla es conveniente,
Para que
el
lector
Su devoción Iris
de amor,
aumente
a María, luz
y guía
Del corazón penitente.
A
pesar de
tal
anuncio, y a pesar del gran talento poético de su
modo más vulgar
autor, la leyenda está tratada del
con cierto género de humorismo de baja escritor profano, cuanto
XXVI.
La fianza
más en un satisfecha.
y
que repugnaría en un
ley,
religioso
—No
e indecoroso,
como
el P.
se encuentra
Arólas.
más que en
ejemplares sueltos del siglo pasado, lastimosamente estragados con intercalaciones que, por su estilo hinchado
de Lope, y
al
mismo tiempo con
y
crespo, no pueden ser
notoria falta de
será imposible restablecer mientras la fortuna
muchos versos que
no nos depare alguna
edición del siglo xvn. Quizá ninguna de las comedias de
tes
Lope pade-
en manos de bárbaros impresores y comedianfamélicos. El texto que leemos parece una refundición grosera-
ció tanto
como
ésta
mente estropeada, pero a través de mentos de
la
la
obra primitiva, que todos
cual se descubren los linealos chafarrinazos del refundi-
dor no alcanzan a encubrir.
i)
Arólas,
Poesías religiosas\ caballerescas, amatorias y orientales de D. Juan pág. 244 (Valencia, 1860).
t. II,
ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA
gÓ
El valiente pensamiento de
y
con El burlador de
Sevilla,
El condenado por
la
lizó el
primero
de
obra,
el
bárbaro y original carác-
según otros con
desconfiado,
ción de varios críticos, que distintos puntos
la
remota semejanza que presenta, según unos,
ter del protagonista
le
este
drama
y
Schack, que
religiosos.
de obra notabilísima, en que
la
le
ana-
fantasía
poética se desborda sin trabas, produciendo a veces escenas truosas
aten-
la
han ensalzado o condenado, según sus
vista estéticos
(i), le califica
bandolero Enrico de
el
han atraído sobre
mons-
extravagantes, pero compensadas con tales relámpagos de
y
genio, que nos obligan a rendir
homenaje
poeta, aun en sus
al
ma-
yores extravíos. Contra este juicio protesta Klein con su habitual intemperancia de libre pensador; pero sólo alega razones morales, sin entrar
en
el análisis artístico
de
la
obra
leyó en junta pública de
de 1862, Sobre Vega
(3),
el
drama
corrobora
y
sin
notable discurso que
Academia Española
el juicio
terrible
el
religioso español antes
La fianza
«El primer acto de co, dramático
la
y probablemente
(2)
haberla visto. Nuestro D. Manuel Cañete, en
28 de septiembre
el
y después de Lope
de
de Schack con nuevas observaciones:
más
satisfecha (dice) es de lo
enérgi-
que se puede concebir. La maldad e impía
soberbia de Leonido está representada con pincel digno de Shakes-
peare y con una verdad que aterra.
En
segunda mitad del acto
la
tercero se ofrecen delicados rasgos de ternura
y una enseñanza por
extremo ejemplar y consoladora. El resto paga tributo a
los defectos
propios del drama novelesco de aquella época.»
Conforme yo en advertir que el
lo sustancial
con este juicio, no puedo menos de
exceso de barbarie y fiereza en
nido, no sólo produce escenas increíbles
público del
modo
la
mundo
toleraría hoy;
y no
los lindes
(1)
Tomo
II
de
sólo
compromete en
la caricatura,
lo terrorífico suelen confinar
del original, pág. 388;
pág. 170. Geschichte des (2) (3)
carácter de Leo-
y repugnantes, que ningún cierto
Majestad Divina, haciéndola fiadora de tan execrable mal-
vado, sino que toca muchas veces en
que
el
Memorias de
la
Drama' s, X,
tomo
III
de
con
la
porque sabido es los
de
lo grotes-
traducción castellana,
505.
Academ/a Española (Madrid, 1870), pág. 398.
COMEDIAS DE VIDAS DE SANTOS
97
y tal es el mayor peligro de este género de representaciones. Est modus in rebus; y Lope, contra su costumbre, llega aquí a los más violentos extremos del furor melodramático y del delirio san-
co,
guinario. Para encontrar algo semejante a las enfáticas atrocidades
de en
esta pieza,
Tito
el
hay que acordarse, no de Shakespeare (como no sea
Andrónico, que no
arte brutal,
que
es seguro
aunque poderoso, de
los
le
dramaturgos ingleses contem-
poráneos de Shakespeare o poco anteriores a Cristóbal Marlowe. Leonido es de
misma
la
pertenezca), sino del
familia
héroes del Tamberlain y del jfudío de Malta; es
confunde el
casi
con
la
especialmente de
él,
que
el
los
bárbaros
hombre que
se
animalidad y no obedece a otro impulso que
de sus apetitos ciegos y brutales.
De
él
puede repetirse con entera
exactitud lo que Taine dijo de algún personaje de Marlowe: «Las súbitas
y extremas decisiones
nas imagina
las
media entre
la
él».
el
nada
con
él
el
deseo: ape-
que para nosotros
idea de una acción y la acción misma, no existe para
abunda en
nuestro. Sólo faltase
el
primitivo Teatro inglés, pero es figura solitaria
Lope de Vega
se atrevió a presentarle, para
en su repertorio, tan vasto como
atroces desafueros de
La
confunden en
Este personaje, enteramente fisiológico, ebrio de sangre y de
lujuria,
en
se
cosas, las hace; el gran intervalo
Don Juan
el
mundo. Los más
Tenorio, de Enrico, del Eusebio de
devoción de la Cruz, del Ludovico Enio de El Purgatorio de
Patricio,
y de todos
los
que
San
grandes criminales que han cruzado por
nuestra escena, parecen travesuras de poco
momento
al
lado del
rabioso furor y las satánicas pasiones de Leonido, que, a vista y paciencia de los espectadores, intenta violar a su hermana, la hiere
feamente
el
rostro en venganza de su resistencia, da de palos a su
cuñado, abofetea a su padre en
el
acto primero y en el segundo
saca los ojos, reniega de la fe cristiana en
Túnez y cuenta
al
le
rey
moro, entre otras hazañas de su vida, que había forzado más de
30 doncellas y había querido afrentar con lascivos pensamientos a su propia madre.
Sería manifiesta calumnia contra
con semejante monstruo; y, además, difieren radicalmente en su fin y, lo
Don la
Juan Tenorio confundirle
obra de Tirso y
que es
muy
la
de notar,
de Lope la justicia
dramática del desenlace está en razón inversa del grado de perverMbnkndkz
y
Pklato.— Estudios sobre
el
Teatro de Lope de Vega.
-¡
ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA
gS
sidad de los protagonistas. Tirso condena
burlador de Sevilla a
al
penas eternas:
las
Esta es justicia de Dios:
Quien
Lope, por
que
le
el
que
tal hizo,
pague;
contrario, no sólo convierte
hace obtener
la
Ambas
de espinas, a imitación de Cristo.
el
poeta que se incline a
la
de
la misericordia.
como que va
y
salva a Leonido, sino
corona del martirio, crucificado y coronado
igualmente legítimas dentro del
ce
tal
dogma
parte de
la
soluciones caben
católico;
y tan
como
la justicia,
y son
cristiano será
el
que esfuerce
El diverso pensamiento de ambas obras pare-
envuelto en
continuamente repiten
los
las
dos
frases, a
modo de
dos personajes: «¡Tan largo me
exclama a cada momento Don Juan, y se deja en
esta temeraria confianza
muletillas,
el
ir
que
lo fiáis!»,
a la perdición
arrepentimiento de última hora;
«
por Dios
ha de ser mi fiador-», dice a cada paso Leonido:
Que lo pague Dios por
Y
mí,
pídamelo después.
Y Cristo paga la fianza, hasta que llega la hora de cobrar la deuda a Leonido. Y entonces, en una suavísima égloga mística, análoga a otras
que hemos
desconfiado, el
visto
Buen
viene buscando
la
en
La Buena Guarda y
en El Condenado por
Pastor, descalzo, ensangrentados los pies, sobre-
oveja perdida. «Las escenas en que se presenta
(dice Schack), procurando ablandar el duro corazón del delincuente,
respiran tan tierno sentimiento religioso, son tan profundas
de evangélica unción, y contrastan tan admirablemente con rror de las
escenas más próximas, para aumentar
el
y
llenas el
ho-
efecto poético^
que quizá haya pocas comparables a ellas en el vasto imperio de la Poesía.» Una voz secreta comienza a hacerse oír en el pecho de Leonido para responder Pastor,
y
a la vocación divina; habla entonces el
dice:
En
este zurrón pobre
Está lo que Si es justo
Pues
lo
me
que
debes; considera lo cobre,
pagué por
ti.
COMEDIAS DE VIDAS DE SANTOS
Leonido abre la
zurrón que
el
corona de espinas,
para mirar
lanza
en
a Jesucristo
sí
y
Pastor
presenta,
le
y
halla
cuando levanta
los clavos;
la
en
él
cabeza
Pastor, después de contemplar aquellos objetos, ve
al
delante de
la
el
QO,
la cruz,
y oye
Ya, Leonido, llegó
estas palabras:
tiempo
el
En que al justo satisfagas Lo mucho que has mal llevado,
i.
Haciéndome
tu lianza.
El pecador cae en tierra anonadado, y cuando vuelve en su sen-
de
tido, arroja lejos
sí el
turbante y
de cerda, vuelve a profesar en de con planta segura al fin,
te le
muere en
abren
recobra
el
la cruz,
el capellar,
camino de
penitencia
la
bendiciendo a
los infieles,
en
la vista
el
momento en que
él
expira.
ra nuestra desdeñosa indiferencia, todo esto
ánimo (según expresión de Schack) una nueve y
La
la
La
y que con
tal
muer-
es
Diga
lo
que quie-
grande y deja en
el
doloroso, alegría.
Li?npiesa no manchada.
— Texto de
la
Parte dezi-
meior parte de las comedias de Lope (Madrid, 1632).
fecha de esta comedia
en
ción, constan la
y empren-
del martirio, y,
puertas de la gloria, y bendecido de su padre, que
las
XXVII.
cúbrese con un saco
altas voces la fe cristiana,
el
y
las circunstancias
de su representa-
curioso libro titulado Relación de las fiestas que
Universidad de Salamanca celebró desde
2~j
hasta ji de octubre del
año de 1618, al juramento del nuevo estatuto, hecho en 2 de dicho año, de que todos los
graduados defenderán
la
mayo
del
pura y limpia
Concepción de la Virgen Nuestra Señora, concebida sin mancha de
pecado original. Ordenada por mandado
Universidad en su claustro pleno, on lamanca, en
la
y
comisión de la
licencia del Cordinario.
misma
En Sa-
imprenta de Antonia Ramírez, viuda, año 161 S.
«Lunes 29 de octubre se representó en yores una comedia de
la
Concepción,
el
escrita
patio de escuelas
ma-
por Lope de Vega
Carpió, clérigo, presbítero
Universidad
lo
general de
la
porque
obra
tró la
la
y familiar del Santo Oficio, a quien la encomendó, fiando el desempeño de la expectación
dulzura de su pluma. El suceso respondió salió
satisfacción
tan dulce,
del
al
deseo,
devota y regocijada, cuanto mos-
pueblo, que no habiendo faltado a
verla
ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA
IOO
persona de cuenta de
él, la
pidió otras tres veces en el teatro den-
tro de seis días; cosa de tan pocos exemplos,
Salamanca. Representóla
la
y por ventura
vista
en
compañía de Baltasar de Pinedo.»
Parece extraño que Barrera diese esta comedia por perdida, y no cayese en la cuenta de que no podía ser otra que La Limpieza
no manchada, en cuya dedicatoria a
que
marquesa de Toral se
la
lee lo
sigue:
«Mandáronme las Escuelas de Salamanca escribir esta comedia con título de La Limpieza no manchada, para el juramento que hicieron de defenderla, que fué la acción más heroica y de mayor Repremajestad y grandeza que desde su fundación se ha visto sentóse en ellas con tanto aplauso de sus doctores y maestros, que pudiera desvanecer
la
humildad que no fuera mía.»
Creemos también que debe Asombro de cipio de
La
la limpia Concepción,
identificarse
esta
comedia con
que elogia Tirso de Molina
el
al prin-
Villana de Vallecas:
¿Qué hay en Madrid de comedias?
— La corte había alborotado Con el Asombro, Pinedo, De la limpia Concepción,
Y
fuera la devoción
Del nombre, afirmaros puedo
Que en
este género llega
A ser la
prima.
— ¿Y de quién?
—
De Lope: que no están bien Tales musas sin tal Vega. Esta pieza de circunstancias no es en rigor una comedia, sino
una extensa loa a
lo divino, repartida
tervienen grandísimo
Quietud,
la
Duda,
la
número de
en tres actos, y en
Contemplación,
el
la
cual in-
alegóricas e historiales: la
figuras
Pecado
original, la
Sober-
Fama,
la
Universidad de Salamanca, Ale-
mania, Francia, España, Etiopía,
el
profeta Jeremías,
bia, el
tista,
Género humano,
Asuero y
la
pio autor bajo el
la
San Juan Bau-
reina Ester, cuatro estudiantes gorrones
y
el pro-
nombre de Belardo.
Dramáticamente no vale mucho, pero
los versos
son esmerados
COMEDIAS DE VIDAS DE SANTOS
y de
los
101
mejores de Lope. Véase una parte de
Asuero y Ester, en que nuestro poeta intercala del Cantar de los cantares:
¡Ay, dulce esposa mía!
¿Por qué medrosa truecas
Tus encarnadas rosas
En
blancas azucenas?
¡Por
qué
te
me
desmayas?
¿Por qué temblando llegas, Si sabes
que
los brazos
De mi poder
Temí
tu ley,
Y viendo
te cercan?
Rey mío,
tu grandeza,
Caer pensé
a tus plantas;
Faltáronme
las fuerzas.
¡Oh, como eres hermosa, Toda graciosa y bella, No hay en ti mancha alguna!
CONTEMPLACIÓN
¡Qué dúlcela requiebra! ASUERO
Tus
ojos de
paloma
Tu mansedumbre
muestran;
Tus
el sol
cabellos,
que
Para rayos quisiera,
Parecen a
Oue
las cabras,
iguales lanas peinan,
Subiendo por
Y
las
cumbres
verdes asperezas
Del monte Galaad
Pirámides de yerba:
la
escena entre
felices imitaciones
ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA
102
¡Oh,
qué venda de grana
Tus
labios hermosea!
¡Qué púrpura de Tiro
Tu
dulce aliento cerca!
La
torre de
Tu
cuello representa,
David
Inexpugnable alcázar
Fundado en mi
De cuyos Por
defensa,
homenajes,
las orillas
cuelgan
Mil dorados escudos,
Mil aceradas piezas:
Dos
tiernos cabritillos
Tus pechos Entre
Y
son,
cárdenas violetas,
Hasta que caiga
Y
que juegan
lirios azules
por
la
el
día,
tarde fresca,
Las inclinadas sombras Sus luces obscurezcan:
Ven, pues, esposa mía; Pondréte en
la
cabeza
Una corona de oro
Que
al sol
en rayos venza:
La de Amana y Hermón,
Y
de Sain, te espera;
Y
el
Líbano sus palmas
Humilla
a tu grandeza:
Ven, reina a coronarte
De las ocultas cuevas De pardos y leones Que tus Reales puertas
A todas horas Y hay
guardan
;
quien te ronda y vela
Con más
abiertos ojos:
¡Tan cierta es tu defensa!
XXVIII.
Los Terceros de San Francisco.
— Inédita hasta ahora.
Imprímese aquí conforme a un manuscrito bastante incorrecto que perteneció a D. Agustín Duran, y se conserva hoy en la Biblioteca Nacional.
COMEDIAS DE VIDAS DE SANTOS Esta comedia fué escrita por el
IO3
Lope de Vega en colaboración con
doctor Juan Pérez de Montalbán, con las notables circunstancias que
Fama postuma
éste refiere en la
de su maestro: «Hallóse en Madrid
Roque de Figueroa, autor de comedias, tan el corral
de
una que fué
representó
la
Cupo
visto.
La
con
figura del Santo
Lope
a
tal
Lope y yo nos juntamos para escribirle a toda Tercera Orden de San Francisco, en que Arias
su diligencia, que prissa
que estaba
falto dellas,
Cruz cerrado, siendo por Carnestolendas, y fué
la
la
mayor verdad que jamás
primera jornada y a mí
la
cribimos en dos días, y repartióse
la
ha
se
segunda, que es-
la
tercera a ocho hojas cada uno,
y por hacer mal tiempo me quedé aquella noche en su casa. Vienyo no podía igualarle en el acierto, quise intentarlo
do, pues, que (
a la diligencia,
ñana, y a
dín
muy
cómo
le
las
y para conseguirlo me levanté
onze acabé mi parte:
salí
a las dos de la
a buscarle
y
me
«A
respondió:
pero ya habrá una hora que acabé
cinco empezó a
las
jornada; almorcé un
»
escribir,
»
torrezno, escribí una carta de cincuenta tercetos,
»
que no
este jardín,
me
me
la
Y
ha cansado poco».
leyó las ocho hojas y los tercetos, cosa que
conociera su abundantísimo natural y
el
ma-
el jar-
y preguntando
divertido con un naranjo que se helaba:
había ido de versos,
en
hállele
y regué todo
sacando los papeles
me
admirara,
no
si
imperio que tenía en los
consonantes». Esta anécdota tan bien contada, vale más que
como obra de dos nos de gría,
salir
muy
y uno de
figura hizo
Fn
la
y escrita con tal premura, no podía meSu asunto es la vida de Santa Isabel de Hun-
los personajes es el
parte,
Rey de
Francia, San Luis, cuya
que no creo que llegara
lista
fin se
promete
a escribirse.
La Bienaventurada Madre Santa
segunda
comedia, que,
ingenios
floja.
probablemente Roque de Figueroa. Al
una segunda
XXIX.
la
Teresa de Jesús.
de sus comedias que puso Lope de Vega en Ei
Peregrino en su patria (edición de 1618), incluye una titulada
Madre Teresa de
—
Jesús.
En
el
La
rarísimo volumen que lleva el rótulo
de Doce comedias de varios autores, impreso enTortosa por Francisco Martorell, año de 1638, aparece una comedia de
rada Madre Santa Teresa de lez
de Guevara, y puede
J-esiís,
muy
que
allí
La
Bienaventu-
se atribuye a Luis
bien ser suya, aunque
el
estilo
Vémás
ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA
104
parece de Lope
(*).
En
en obsequio a su rareza y es obra tan
duda
la
la
incluyo, no obstante; siquiera sea
al interés
de su asunto, pues por
mediana, que no puede añadir
corona de ninguno de
más merecía de
la
los
ni
una hoja de
lo
demás
laurel a la
dos poetas a quienes se atribuye. Algo
musa dramática española
la
sublime reformadora
del Carmelo; pero quizá ni su historia ni su doctrina espiritual eran
para llevadas a
Vélez
las tablas.
lo intentó a
Todavía con menos éxito que Lope o Luis
unes de aquel siglo D. Juan Bautista Diamante en
su comedia de Santa Teresa de Jesús que está en %
el
tomo
II
de
las
suyas (1674).
XXX. lleva el
Los primeros mártires del Japón.
de Osuna, hoy de
En
— Comedia
nombre de Lope de Vega en un manuscrito de la
inédita
que
la biblioteca
Nacional de Madrid.
algunos trozos tiene visos de refundición hecha por algún
poeta culterano, pero otros son
muy dignos
de
la
abundante y loza-
na fantasía de Lope. Además, esta comedia (que por su asunto nada tiene
que ver con
la
relación historial
que
el
mismo Lope compuso
y publicó en 1618, con el título de Triunfo de la fe en los reinos del Japón por los años de 16 1 4 y iói 5) tiene parentesco, y muy estrecno, con la comedia de Barlaam y Josafat, a la cual se parece tanto en algunos trozos, que es imposible negar que ambas obras hayan salido de la
misma mano. El encerrado príncipe Tayco
es
una va-
riante del príncipe Joasaf:
No ha Ni sabe
visto en su vida el sol, si
es noche o día,
Ni cómo su luz envía
Con su dorado arrebol; Nunca ha visto de la tierra Los
ejércitos
Que
de
flores,
a las fuentes
con amores
Publican gustosa guerra;
Y
porque llegues
Lo bárbaro que ha
En
su vida ha conocido
Ni sabe (*)
de
esta
a ver
vivido,
lo
que
es mujer.
mencionada recensión, cita un manuscrito parmense comedia, algunos de cuyos folios le parecen autógrafos de Lope. (A.B.) Restori, en su
COMEDIAS DE VIDAS DE SANTOS
Tayco no gada por alto
y
el
sutil
es imbécil,
tirano
aunque
Emperador;
para salvar su vida, ama-
tal se finja
es,
por
contrario,
el
I05
mancebo de muy
entendimiento, pues por raciocinio natural se eleva
conocimiento de
la
verdad de Dios; pero realmente su cautividad
ha impedido conocer
el
al
le
mundo:
Flores, luz, estrellas, rayos
Contemplo; pero no sé Sino los nombres; que ignoro
Las propiedades del
ser.
El cuento de los hermosos animales llamados mujeres, uno de los
más famosos
del Barlaam, está puesto en acción en esta comedia.
Cuando Tayco, persiguiendo
a
un jabalí, tropieza con
doras Xerea y Quildora, exclama
como
el
las bellas
príncipe de
caza-
la India:
Nunca aquestos animales
He
visto;
Esta
debe de ser
la bella
mujer
Que no han querido que
vea;
¿Luego sois mujeres?
—Sí. ¡Ah,
qué bellos animales!
No he
visto en toda
mi vida
Otra ninguna mujer; Divino es vuestro poder.
Su primer amor, y luego viveza dramática,
sus celos, están expresados con
y acreditan una vez más
los rasgos
de Lope: ¡Quildora, Guale, Nerea!
Responded Esperad
Oid
a
No
a
a quien os llama,
quien os ama,
quien os desea. es
la gloria
que conquisto
La que da hermosura ¡Vive el
sol,
que
me
al
prado.
he turbado
Esta vez de haberla visto!
de
la
mucha pluma
ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA
SOÓ
Siento una pasión tan
Un
fiera,
cuidado y un pesar,
Que
la
quisiera matar
Cuando adorarla
No
sé
qué es
quisiera.
esto:
me
inclino
Con impulsos impacientes
A matarla
con
los dientes
Por besarla de camino.
No
sé
si
es rabia o
temor
Esto que en mi pecho
lidia;
Parece que siento envidia,
Parece que siento amor.
Con un
oculto misterio
Aborrezco a Dayso agora,
Más por hablar con Quildora,
Que por quitarme
el
imperio.
Mármol soy que no se mueve Helado y ardiente estoy;
Que me parece que soy Volcán cubierto de nieve.
¿Qué enfermedad es
¿Qué mal nuevo
Que Polemo me pues
Sí,
pues
lo sé
Sí,
pues no
Sí,
pues
padecer;
lo sé decir.
estas reminiscencias
de Barlaam
no parecerá inoportuno que ampliemos aquí
las noticias
ya que hemos tropezado con
Josafat.,
literarias
que dimos sobre
donos del reciente y las
decía?
me siento morir; me siento perder;
Sí,
y
mía?
serán estos los celos
¿Si
Y
la
es éste, cielos?
muy
Modern Language
el
argumento de aquella comedia, valién-
interesante trabajo que en el
iXotes,
tomo
de Baltimore, ha publicado
el
X
de
joven
erudito holandés F. de Haan.
Su Memoria España,
que en
el
tiene por objeto adicionar, en la
magistral estudio de Ernesto
las literaturas
Kuhn
modernas ha recibido
sobre
esta
parte relativa a las varias
formas
famosa novela mís-
San Juan Damasceno, y que, como es notorio, tiene sus orígenes en la leyenda buddhista del Lauta Vistara, o más bien es tica,
atribuida a
una transformación
cristiana
de
ella.
COMEDIAS DE VIDAS DE SANTOS El escrito de Kuhn, que
duda,
es, sin
I
O?
más importante que
el
sobre esta materia ha aparecido, después de los de Félix Liebrecht
Max
y
Müller, tiene por título
Barlaam undjosazaph:
eine bibliogra-
y forma parte de las Memorias Academia Real de Ciencias de Baviera (l. a clase, t. XX, Mu-
phisch-literaturgeschichtliche Studie, rie la
nich, 1893).
Resumiremos Divide
Kuhn
su trabajo en los siguientes grupos:
Traducciones castellanas de
a)
y
que
sus noticias, para dar a conocer después las
doctor Haan ha añadido.
el
Josaphat. Cita dos:
la
la
novela completa de Barlaam
de Juan de Arce Solórzano (1608) y
la
de
fray Baltasar de Santa Cruz (Manila, 1692).
Versiones abreviadas de
b)
la
misma
La Estoria
novela.
cada por Lauchart, que está tomada del Speculum cente de Beauvais (libro
XV,
historíale
publi-
de Vi-
compen-
capítulos 9-64). El elegante
dio del P. Rivadeneyra en su Flos Sanctorum.
Producciones
C)
literarias
acerca de Barlaam
y
Iosaphat.
La
comedia de Lope de Vega. Producciones
d)
literarias
que contienen
nombres de Barlaam y Iosaphat. No
cita
la historia,
pero no los
ninguna castellana, aunque
luego veremos que hay una de grande importancia.
Versiones especiales de
é)
las
parábolas contenidas en
el
Bar-
laam. Las encuentra en El conde Lucanor, en El libro de los gatos,
en
los Castigos et
documentos del Rey
del caballero Cifar. rriente, sino
que
De
las
Don Sancho y en
parábolas que no están en
se añadieron
en
la
la el
Historia
texto co-
versión hebrea hecha por
el
bar-
celonés Ibn Chasdai, encuentra una en las Leyendas moriscas publi-
cadas por Guillen Robles, y esta misma se lee en tias,
de
Ramón
Entre
los
a
la
versión latina medioeval,
Jorge Trapezuncio, no menciona
existente en España; pero, por lo menos,
siglo xii, el
Hn
de
Libro de las bes-
Lull.
manuscritos que contiene
malamente atribuida
guno
el
la
Kuhn nin-
tenemos uno, del
Biblioteca Nacional (F. I5 2 )-
el
primer grupo nada ha encontrado que añadir Haan, salvo
la noticia
(apuntada por Carolina Michaelis) de una traducción por-
tuguesa y
la
de otra catalana, rarísima, de Francisco Alegre (Barce-
ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA
I()8
lona, 1494), registrada en el catálogo
de D. Fernando Colón, pero
no descubierta hasta ahora.
Al segundo grupo de compendios o traducciones abreviadas hay que
referir todos los textos del
Flos Sanctorum derivados de
genda áurea de Jacobo de Vorágine. Del nos, dos castellanos
y uno
catalán. Pero tiene
en un códice de 1470, que lleva en
Morel-Fatio en
Pasando de aquí a
el
bao, 1580)
la
y en
Biblioteca de Palacio
la
el
rótulo
descrito por
las
colecciones hagiográficas impresas, parece
que no es sólo
que incluye
presencia en
me-
mucha más importan-
y ha sido cuidadosamente Romanía (X, pág. 300).
la
Le-
la lo
(i)
casi superfluo advertir
deneyra
xv hay, por
independiente y original, que se contiene
cia la versión, al parecer
de Leyes de Patencia
siglo
el
Flos Sanctorum del P. Riva-
esta leyenda. El doctor
Haan hace
notar su
Hagiografía del doctor Juan Basilio Santoro el
(Bil-
primer tomo del Flos Sanctorum de Alonso de
Villegas (Madrid, 1594), cuyo relato es
Rivadeneyra, aunque suprime todas
vadeneyra conservó una
sola, la
más extenso que
las
del padre
el
parábolas, de las cuales Ri-
famosísima del joven educado en
soledad y que ve por primera vez los hermosos diablos llamados mujeres. bola,
Verdad
como
es
que también Villegas insertó después
ejemplo aislado, en el último
esta pará-
y más raro y más
intere-
sante de los volúmenes de su obra, en el Fructus Sanctorum, del cual nos da el doctor
Haan una muy
rectificando de paso algunos errores
cerniente a
la
obra
total.
Por
lo
cabal y detallada descripción,
de
los bibliógrafos
en
demás, aunque incluidos en
lo
con-
las
co-
lecciones generales, no parece que estos santos llegasen a penetrar
en
breviarios particulares de
los
nuestras iglesias.
A lo
sido negativo el resultado de las pesquisas del doctor
(1)
menos ha Haan en los
de la vida de Berlan et del rey Ioasapha de de Dios, et de como el rrey de India martiriava monges et los hermitanos et los segudava de su tierra et
«Aquí comienza
el libro
India, siervos et confesores los christianos et los
de como
se tornó christiano el rey Iosapha.
»Segúnd cuenta Sant Johan Damasceno q fué griego muy sancto et muy » sabedor que ovo escripto en griego esta vida de Berlan et del rey Iosapha (Folio 94 vuelto del códice.)
COMEDIAS DE VIDAS DE SANTOS
IOO,
veinte que ha examinado, todos ellos impresos y pertenecientes a
nuestra Biblioteca Nacional.
A
comedia de Lope de Vega, única que conoció Kuhn,
la
añade Haan
los títulos
de
otras cinco
las
que constan en
el
Ca-
de Barrera, y presenta extractos de la titulada El príncipe del desierto y ermitaño de Palacio, de Villanueva Xúñez y José de tálogo
Luna (manuscrito de
la
Biblioteca Nacional, procedente de la de
Osuna).
Por
lo
tocante a obras literarias que reproducen los datos funda-
leyenda de Barlaam y Josaphat, sin mencionar expresamente a estos dos santos, la más importante es, sin disputa, el Limentales de
la
bro de los Estados, de D. Juan Manuel; pero por las razones que he
indicado en
introducción
la
Lope, esta forma de
ma
cristiana
la
tomo
al
referido de las comedias de
tradición budhista no
y occidental de
la
puede
referirse a la for-
novela, sino directamente
Vistara, por intermedio de algún
Lalita
al
texto árabe desconocido hasta
el
presente.
En
cuanto a
las
parábolas que forman parte
tan importante del
Barlaam, y requieren especial comparación con indios, especialmente
con
los del
Hitopadesa,
los
y
demás apólogos
los
del Sendibad,
bien puede decirse que se encuentran por todas partes, lo
en
los tratados
mismo
y de ejemplos ascéticos, que en las colecy en otros libros de recreación y pasatiempo. o mas bien imposible, es el agotar !a materia.
piadosos
ciones de cuentos
Aquí
lo
difícil,
Sobre todo,
de
los
el
ya aludido apólogo de
las
mujeres y
el
de
más explotados por
los antiguos narradores.
A
los libros
dos por Kuhn, añade Haan nuevas comparaciones con los
la
prueba
amigos, pertenecen a un fondo común, de los que han sido
Enxemplos, de Clemente Sánchez de Verdal; con
satíricos,
de Torquemada; con
curiosa, de Julián de
el
Libro de
los Gatos;
ya indica-
el
Libro de
los Coloquios
con
la
Silva
Medrano (cuyos cuentos están tomados
casi
literalmente del Alivio de caminantes, de Ti moneda), y hasta con
Segunda
Celestina,
de Feliciano de
la
Silva.
El trabajo del doctor Haan, ejecutado con loable precisión y severo, representa un gran avance en la parte española de
método
este fecundísimo
tema de
literatura
comparada; pero creemos que
ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA
IIO
en
la
intención de su autor no es todavía
mucho más
índice de un estudio
XXXI.
El Truhán
más que
programa o
el
amplio.
del cielo y loco santo.
— Esta pieza, inédita y
desconocida de nuestros bibliógrafos, se conserva en un manuscrito
de
los
primeros años del siglo xvn, que forma parte de
colección de comedias existente en
Dio noticia de
prímese aquí siguiendo
di Lope de
que ha llevado su
de
la
copiosa
Memoria
1
891).
ella
Im-
nos ha
Universidad de Padua, E. Teza,.
extremo de hacer
bizarría hasta el
ción por su propia mano, para
Vega Carpió (Liorna,
esmeradísima que de
copia
la
ilustre profesor
el
la
Biblioteca Palatina de Parma.
profesor A. Restori en su importante
ella el
Una collezione decommedie remitido
la
mayor seguridad
la
transcrip-
del acierto.
Esta comedia, que indisputablemente es de Lope, para lo cual la
prueba del
tulo de
estilo basta,
podría creerse idéntica a
San Antonio de Padua
El Peregrino pues aunque
se
que
la
que con
el tí-
lista
de
taumaturgo portugués aparezca en esta obra, como
aparece también San Francisco, el
la
segunda
la
inclinamos a creer que es diversa,
(1618); pero nos el
menciona en
da nombre,
el
verdadero protagonista de
el
truhán del
cielo
y
loco santo\ es fray
ella,
Junípe-
cuyan sublimes insensateces y santas simplezas se dramatizan aquí, siguiendo, aunque de lejos, el relato de los catorce capítulos ro,
que
le
dedican los Fioretti di S. Francesco, conocidos de Lope, ya
directamente, ya por medio de
las
crónicas franciscanas.
Por no haber parecido a tiempo esta comedia, no va en su lugar propio, que hubiera sido a continuación de no,
donde ya aparece
días,
practicando
El Serafín humalas
sabidas inge-
pezuña a un cerdo vivo, y guisar comida para echando en la caldera los pollos con pluma y los hue-
nuidades de cortar
quince
fray Junípero
la
vos con cascara. El no haber repetido aquí Lope estos dos episodios tan cómicos
y populares, puede inducir
raba El Truhán del cielo
como una segunda
mano; pero contradice esta presunción incidente en
ambas
obras,
desarrollo, el peligro
aunque con
Lo más
verisímil es
que conside-
hecho de figurar como
muy
desigual extensión
que fray Junípero corrió de
y
ser ahorcado en
falsa acusación y sugestión que Lope, cuando escribió la se-
Viterbo de orden del tirano Nicolás, por del diablo.
el
a creer
parte de El Serafín hu-
COMEDIAS DE VIDAS DE SANTOS
gunda comedia, no punto
fijo
de
tenía a la vista la
que en
lo
ella
III"
primera, ni se acordaba a
había puesto.
No
es el único caso de re-
puede encontrarse en su inmenso Teatro.
petición que
Además de
30 comedias de vidas de santos y leyendas pia-
las
hemos podido
dosas que en esta edición escribió otras
que
recoger, consta que
han perdido, y además se
se
le
Lope
atribuyen algunas
de no probada autenticidad.
En la primera lista de El Peregrino en su patria, que comprende, como tantas veces se ha dicho, las piezas anteriores a 1604, hallamos los siguientes títulos de obras desconocidas: San Andrés
carmelita.
San Julián
de Cuenca.
San Roque. San Tirso de España.
Fray Martín de
En
la
segunda
Valencia.
lista
(1618) se añaden
San Adrián y Santa Natalia.
las siguientes:
(Este título figura también en
el-
índice general alfabético de comedias que tenían a la venta los here-
deros del librero Francisco Medel del Castillo en 1735,
ba que en
el siglo
lo cual
prue-
pasado todavía se conservaba manuscrita o im-
presa.)
San Ángel
(También
carmelita.
la
tuvo
el
librero
Medel y
la
anunció en su catálogo.)
San Antonio de Padua.
San Martín.
(Citada también en el catálogo de Medel.)
(Está en el catálogo de Medel.)
Santo Tomás de Aquino. (ídem
La Bárbara anónima en
el
del cielo.
catálogo de Huerta,
nombre de Guillen de montes,
y
estilo, ni
id.)
(También
Mártir del de Lope,
ni
Castro, con
cielo,
la
tuvo Medel. Se
1785.) el
título
la cita
La que corre
como
suelta a
de El Prodigio de
los
Santa Bárbara, no parece digna, por su
de Guillen de Castro.
ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA.
112
La
mejor enamorada,
la
Magdalena. (Citada en
Medel y Huerta. Una comedía anónima
mo
los catálogos
de
mis-
e incompleta sobre el
asunto, posee D. Pascual de Gayangos.)
El Mártir de
No dicado
Florencia. (Está en el catálogo de Medel.)
haré mención de los títulos dobles, puesto que ya los he inal tratar
de cada comedia.
Llevan en algún manuscrito o edición suelta
pero
sin
el
nombre de Lope,
prueba intrínseca o extrínseca que nos obligue a tenerlas
por suyas,
las siguientes:
El casamiento por
Cristo. (Manuscrito
de
la
colección Osuna.)
Santa Casilda. (¿Será idéntica con Los lagos de San Vicente, de Tirso de Molina, publicada en
La Orden lo
la
parte quinta de sus comedias?)
de Redención y Virgen de los Remedios. (Con este
títu-
poseyó lord Holland una comedia falsamente atribuida a Lope,
en opinión de Chorley. Acaso Calderón, Nuestra Señora de cita otra
anónima
las escogidas,
del
hay una
mismo
esta pieza fuese la desconocida
los
Remedios. El catálogo de Huerta
título;
titulada
y en
la
parte vigésimaquinta de
La esclavitud más dichosa y
Remedios, de Francisco de Villegas y Jusepe Rojo, bién se encuentra suelta.)
la
los
La Pena
de Francia. (Con
de Francia está en
el
el título
Santa Úrsula y
las once
la
de Medel y Huerta. Sólo Mesonero Romanos de Vega.) el
la
Peña
La Peña
parte cuarta de sus comedias.)
mil vírgenes. (Anónima en
Santa Brígida. (Citada en
Virgen de cual tam-
de Nuestra Señora de
catálogo de Huerta. Puede ser
Francia, de Tirso, publicada en
de
la
de (*).
los catálogos
atribuye a
Lope
catálogo de Medel. Puede ser
La
limpieza no manchada, entre cuyos personajes figura aquella Santa.)
Santa Polonia. (Citada únicamente en
los catálogos
de Medel y
Huerta.)
Santa Teodora. (Citada en
La comedia La Peña
los
mismos
catálogos.
No puede
ser
de Francia, como ha observado Restori XXII, 294), no es de vidas de Santos, sino El casamiento en la muerte y hechos de Bernardo del Carpió, identidad ya advertida por La Barrera. La Peña de Francia de Tirso es obra independiente, que trata del mismo argumento que la de Lope, pero según fuentes distintas. (A. B.) (*)
(Zeiischrifl citada,
COMEDIAS DE VIDAS DE SANTOS
El prodigio de Etiopia, por
las
I I
razones que alegamos
al
3
publicar esta
pieza.)
Nada decimos aquí de cas,
Fray Diablo
dos notables piezas religioso- fantásti-
las
(original
de El Diablo predicador, comúnmente
atribuido a Luis de Belmonte)
y El mayor prodigio
o
El Purgatorio en
vida (original de El Purgatorio de San Patricio, de Calderón), por
que
la
atribución de estas dos comedias a Lope, aunque apoyada por
tan respetable autoridad
como
la
de Schaeffer, todavía no está exenta
de controversia y requiere particular estudio, que tendrá su propio lugar cuando tratemos de las comedias atribuidas a Lope.
que para entonces podamos añadir estas dos románticas creaciones, ria,
pero que bastarían para
Mbnéndbz
y
la
a su repertorio,
que Lope no necesita para su glo-
de cualquier otro poeta.
Pelavo. -Estudios sobre
Y ojalá
con prueba plena,
el
Teitro de Lope de Vega.
V
COMEDIAS PASTORILES
Aunque, según
orden y clasificación que establecimos
el
al
co-
mienzo de esta publicación del Teatro de Lope, correspondería este lugar a las comedias mitológicas,
con
esta sección para abrir
con un grupo de se, el
de
las
los
hemos preferido reservar íntegra tomo siguiente, y completar éste
ella el
más breves que en su repertorio pueden
comedias
pastoriles,
que
se
reduce a cinco
El verdadero amante, gran pastoral Belarda.
I.
hallar-
piezas.
—Primera come-
dia de Lope de Vega Carpió, se titula la presente en
el
tomo o Parte
catorce de su Teatro (Madrid, 1620, por Juan de la Cuesta).
zenbusch (que
que esa
la
reimprimió
al
calificación fué debida
Hart-
frente de su colección selecta) opina
simplemente
al librero;
pero
posición no parece verisímil cuando se repara que este
tal
tomo
su-
es
de
que Lope publicó y dirigió por sí mismo, y nadie se hubiera atrevido a estampar tal noticia sin su consentimiento. Lo que puede los
concederse a Llartzenbusch es que
Lope no ha de ser entendido
de Primera comedia de
el título
a la letra, sino
en
el
primera obra dramática suya que juzgó digna de
que
él
mismo
sentido de ser
la
la
estampa, puesto
dice en el Arte nuevo de hacer comedias que las había
de once y doce años de a cuatro actos y de a cuatro pliegos. El verdadero amante no pudo ser compuesto antes de los trece escrito
años, edad que tenía pieza: «Esta
el hijo
de Lope cuando su padre
le
dedicó esta
comedia llamada El verdadero amante quise dedicaros,
por haberla escrito de los años que vos tenéis, que aunque entonces se celebraba, conoceréis
está
por
ella
en cuatro actos, sino en
mis rudos principios». Además, no
tres,
según
la
división ordinaria del
Teatro español; pero Hartzenbusch hace notar que tiene casi tantos versos
que Lope,
al
como
los otros
el
primero con-
dos juntos, de donde infiere
imprimir esta pieza, refundió
los
dos primeros actos
I
ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA
iS
uno
originales en
Lope debió de
solo.
corregir
hermosos trozos de
Esto es
mucho
muy
verisímil,
y
versificación,
también que
lo es
que hay en
esta comedia, puesto
ella
que no parecen de poeta princi-
piante.
Don Leandro Fernández de
Moratín, en unas breves pero curio-
que han sido reco-
sas observaciones sobre varias obras dramáticas,
gidas en
rapidez
el
la
tomo
de sus Obras postumas
III
(i),
«Comedia de pastorcitos y
presente.
juzga con desdeñosa pastorcitas
A
todos enamorados y celosos y llorando desvíos.
Lope
quiso
imitar
El Aminta y El pastor Fido; pero
que
se cansa presto.
Fábula mal urdida y peor desatada. Desigualdad de
y
— dice—,
ratos parece
excelente
estilo,
pestilente versificación».
Prescindiendo de que una comedia compuesta a
nunca puede tener más que te despiertan
interés de curiosidad
el
primicias de
las
los catorce
años
que naturalmen-
un gran poeta, todavía
este juicio
de
Moratín parece extremado y riguroso. El verdadero amante adolece ciertamente de
y de
tenece,
la insipidez
las cuales, a
libran del todo los
ocasión,
aunque
frialdad propias del género a
pesar de admirables bellezas
mismos modelos
italianos
el instinto
misma, imperfecta
sin
que per-
líricas,
no se
que Lope seguía en
imitarlos servilmente; cosa
sin
un principiante. Además, la fábula
y
muy
escénico de
esta
de reparar en
Lope
se revela en
como
duda, pero no tan mal hilada
da a entender Moratín. Hay un germen de conflicto dramático en acusación de
falsa
como matador de
Jacinto, le delata
solución
muy
pastor, a
modo de composición
teatral
de realidad y de
cos,
y
se tendrá
lo
judicial.
pastoril,
el
casamiento obligado del
Múdense que sólo
los
y de Corneille, y a
nombres; quí-
sirve para privar-
interés; trasládese la acción a los
una situación trágica
Guillen de Castro
meja nada de
máscara
y una
su difunto esposo Doristo;
de este conflicto en
tese a los personajes la los
la
pastora Amaranta, que, enamorada del zagal
la
tiempos heroi-
muy semejante a la
cual ni
que puede encontrarse en
del
Cid de
remotamente
se ase-
la
las pastorales italianas.
El niño que a los trece años era capaz de imaginar tales escenas y de adivinar tales efectos, pertenecía indudablemente a una casta poética
(i)
Pág. 134.
COMEDIAS PASTORILES •superior a la del correctísimo
no hacía nunca versos
aun en llas
salía
de
la
las quinti-
de su pluma Lope
flojísima dejó caer
y
infantil
que
pero que ya se hubiera holgado,
escuela de primeras letras.
La pastoral
II.
difícilmente fácil /narco Célenlo,
pestilentes,
de ñesta, de que fuesen suyas muchas de
los días
que en esta pieza
cuando
y
liQ
de Jacinto.
— Esta comedia, con
el título
de Los
Jacintos y Celoso de sí mismo, fué impresa por primera vez en un
tomo muy .
Luis de
raro,
que
lleva
por
título
Cuatro comedias famosas de
Góngoray Lope de Vega Carpió, recopiladas por Antonio imprenta de Luis Sánchez, 1617). Lope
Sánchez (Madrid, en
la
cluyó en 1623 en
Décimaoctava parte de sus comedias, con
La
tulo de
ser la
la
pastoral de Jacinto.
misma que en de
rios títulos
las
Y
a juzgar por su
el tí-
argumento, puede
de El peregrino se designa con
los va-
La pastoral de Albania y La pastoral de los celos;
esto no es seguro,
De
las listas
la in-
aunque haya en dichas
todos modos, esta comedia es
la
listas
pero
otros títulos dobles.
segunda en antigüedad entre
que conocemos de Lope, después de El verdadero amante. Dice
Montalbán, en
la
Fama postuma, de
su maestro: «Por no ser su ha-
mucha y tener algún arrimo que ayudase a su lucimiento, se acomodó con D.Jerónimo Manrique, obispo deAviia,a quien agradó sumamente con unas églogas que escribió en su nombre, y con la cienda
comedia de La pastoral de Jacinto, que fue tres jornadas,
porque hasta entonces
la
primera que hizo de
la
comedia
consistía sólo
diálogo de cuatro personas, que no pasaba de tres pliegos, escribió otras,
Lope de Vega muchas, hasta
y
en un destas
introducir la novedad de las
para que sepan todos que su perfección se debe sólo a su ta-
lento, pues las halló rústicas
De
este pasaje
cuando esto
estaba dividida
dad es que
hay que
escribió,
las
al
y
las hizo
inferir,
damas?.
o que Montalbán no se acordaba,
de El verdadero amante, o que
principio en tres actos,
como
la
esta
comedia no
vemos hoy. Ver-
palabras de Montalbán son tan confusas, o
tan inexactas, que de ellas podría deducirse que
la
más bien
primitiva
comedia
española no era más que un diálogo de cuatro personas, sin división alguna; concepto enteramente falso, puesto que ya en
de Torres Xaharro (15 ristóbal
de
1/),
Castillejo,
aparece
la división
la
Propalladia,
en cinco jornadas, que
en su Constanza, y Luis de Miranda, en su
ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA
120
Comedia pródiga, extendieron nada menos que a Juan de
como
el
y
siete,
otros,
como
Cueva y Cervantes, restringieron a cuatro, y algunos,
la
capitán Cristóbal de Virués, a tres; sin que en esto hubiese
antes de
Lope
mero de
interlocutores.
regla
ni antes ni
fija,
después de
en cuanto
él
al
nú-
Esta comedia debe de encubrir alguna historia auténtica de amo-
pareciéndome que con y Lope lo indica en la dedicatoria: « más honestidad se cubren los amorosos afectos de esta corteza rústica, como se ve en las églogas que los poetas griegos y latinos más
res,
honestos nos dejaron escritas, de quien no menos nuestros españoles
sacaron tantas imitaciones. Por esta causa,
yor
libertad, dulzura
fuentes, lo
y
hablar con
y por
ma-
gracia entre las soledades, árboles, ríos
que por ventura pasaba en
y
suntuosos palacios de los
los
príncipes». Pero no poseyendo la clave del enigma, no gustamos de
quiebran y que nada gloria del poeta, aunque puedan ser pábulo de
perdernos en conjeturas, que de puro
importan para
la
sutiles se
más digno de notarse en
curiosidad ingeniosa. Para nosotros lo esta pieza, casi tan
como El
infantil
genioso y altamente dramático
de
mismo por
sí
intrigas
verdadero amante, es
rival;
trozos de versificación así en quintillas ,
pastor Jacinto, celoso
y
la
amenidad de algunos
y
redondillas (i),
Estas, por ejemplo, tan fáciles y galanas,
(i)
Hermosa
estás
tiempo
Dar
al
Y
campo
al
luz
aljófar
No he visto yo
de
la
En
A
la
nieve
esta tierra tan propia,
igualarte
no se atreve,
otoño con
copia
y vida,
Ni
y grana.
Que el trigo y la fruta llueve. No es el estío tan bello
el
mediodía
el
Con más puro y
claro sol,
Cuando rinde
Ni cuando de
él
se desvía,
Para
Tarde con
arrebol
tal
Y
al
el
la
al
arado
yugo
durazno y
al
membrillo
esta
Da
No
iguala las tuyas bellas,
Pareces con ese brío,
vega sombría. La noche, con sus estrellas,
primavera hermosa, plantas de rosa Las viene poniendo en ellas. Ni
la
color y quita
Ansí que ya
el cuello
el novillo,
En
Cuando con
como en
primera jornada:
El invierno con
y lozana;
No he visto yo la mañana De más colores vestida
al
el vello.
alma mía
Alba, tarde, noche, día,
Primavera, otoño, estío,
Y
in-
del
artificio
de su
el
nieve de invierno
fría.
COMEDIAS PASTORILES octavas,
I ).
121
Véase una muestra de cómo escribía y describía Lope
apenas salido de
la infancia:
Conmigo
Que
estás bien casado;
a la arena
de este
Excede
el
Por esa
sierra nevada.
río
ganado mío
Aquí tendrás de mi mano El invierno, caza y pesca
Del monte y
Y
orilla fresca,
alegre fruta en verano.
La avellana coronada Dentro en su cascara hojosa,
Y
la
De
castaña sabrosa,
su tierno erizo armada-
Verde melón, o amarillo, La serba de heno cubierta, La dulce granada abierta,
Con
Y Y de
el
pálido membrillo.
cuando esas viñas subas, tu hacienda te acuerdes,
Cogerás almendras verdes Entre moscateles uvas.
Tendrás
el lino
No porque Cjue esas
le
en su
flor,
has de gastar;
manos han de
estar
Sólo entre guantes de olor.
Por eso no te atribules;
Y tendrás entre estas quiebras, De azafrán las rojas hebras Entre sus (i)
que en
Verbigracia, las
Ninfa
más
la
bella
flores azules.
misma jornada que del
sol los
recita Frondelio:
rayos
donde, juntamente con felices imitaciones del Cíclope, de Teócrito, y del pasde Virgilio, se encuentran versos de tanta novedad de expresión
tor Coridón,
como
éstos:
Más Manca que mosqueta o flor de Pluma de cisne o voladora garza.
Más Más
falsa
que espadañas en laguna, que el mar y que la luna.
instable
zarza,
ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA
122
Lope de Vega, según bajo
el disfraz pastoril
sonajes,
su costumbre, se introduce en esta pieza
de Belardo. Sobre
los
nombres de otros per-
puede hacerse también alguna razonable conjetura. La heroí-
na se llama Albania, y pudo ser alguna señora de la casa de Alba. El pastor Jacinto procedía también de las orillas del Tormes, pero había trasladado su ganado a las del Tajo. El asunto de esta fábula es distinto del
de
La Arcadia,
y algunos de
pero hay cierta relación entre ambas obras,
los personajes,
ser los mismos.
aunque con nombres diversos, parecen
Entregamos estos
indicios a los
que sean más
aficio-
nados que nosotros a este género de investigaciones anecdóticas, en
que siempre conviene proceder con mucha Belardo
III.
lista
— Esta
pieza, citada
la lista
desconocida hasta nuestros
de
las
que supone perdidas.
mese ~quí conforme de
Furioso.
ya en
la
primera
de El peregrino en su patria (1604), ha permanecido no sólo
inédita, sino
en
el
cautela.
a
un manuscrito
días,
incluyéndola Barrera
No es así, por fortuna. Imprímuy correcto de la Biblioteca
Palacio, del cual nos dio la primera noticia el erudito bibliógraío
D. Manuel R. Zarco del Valle. Esta comedia, cuya composición debe remontarse a
años de za.
En
juventud de Lope, no tiene de pastoril más que
la
rigor, es una obra autobiográfica;
jornada, aunque con leves variantes
con
la
de
histórico
la
Dorotea, y viene a confirmar
Don Fernando, con
tío
el
diversos,
la
primeros la
corte-
primera
concuerda
carácter rigurosamente la
identidad de su pro-
Lope, que aquí se presenta en escena
con su bien conocido seudónimo llama en esta comedia Jacinta,
acción de
y y nombres la
de esta célebre novela dramática, y
tagonista,
un
los
pastoril
la cual,
de Belardo. Dorotea se
pérfidamente aconsejada por
suyo, Pinardo (no más honesto personaje que
la
Gerarda de
proposiciones del rico labrador Nemoroso
la novela),
da oídos a
y
a su antiguo amante Lope, que sólo podía pagarla en ver-
sacrifica
las
sos y papeles:
¿Cómo
A
piensas pasar
lumbre de papeles y
el frío
invierno
pal abrasa-
De los que agora son más principales, Un mancebo que llaman Nemoroso, De hacienda y talle iuntamente iguales,
COMEDIAS PASTORILES
123
Tiene por cielo aquese rostro hermoso. Si con honesta fe tu
Y
mano
toca,
muestras amor, aunque forzado,
Si le
en darle algún contento no eres loca,
Mira esos montes llenos de ganado,
Que desde
aquí parece blanca nieve,
Huertas, sembrados, viñas, hierba y prado, Y esas colmenas, que de nueve en nueve
De ese cercado las paredes cubren; Que hacerte dueño suyo amor le mueve. Por todo este horizonte no descubren
Los
ojos tierra en
que no tenga hacienda.
Este es amor, aquesta
sí
que es prenda;
Y
no que por seguir a un pobre y Una loca mujer ¿as suyas venda; Pobres parientes tienes en
Solían
comer de
roto,
el valle;
tu favor, solían;
Déjaslos ya; ¿quién ha de haber que calle?
Otro tiempo sus casas guarnecían
De
los ricos presentes
Con que
los
de tu mano,
mayorales te servían;
Agora, ¡por Apolo soberano!
Y
yo
el
primero, de hambre están muriendo
Por un rapaz, por un rapaz
Tan
villano.
interesados argumentos acaban por convencer a la liviana
que se separa de Belardo después de una escena de celos y fingido desmayo. El desesperado pastor trata de ausentarse del valle,
Jacinta,
y,
con no mayor delicadeza que
en busca- de recursos para
el
protagonista de la Dorotea, acude
el viaje a la
generosidad de otra mujer, a
quien había querido antes que a Jacinta. La Marfisa de llama aquí
Cristalin:;:
Que Y él
Y Y
Cristalina por Belardo muere, la
quiso primero que a Jacinta,
cuantos más desprecios y desdenes
más agravios
la
hace,
más
le
adora.
la
Dorotea se
ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA
124
Mas quien sabe
la historia
y lo que ha sido
Esclava Cristalina de ese loco,
Dándole, por ventura, su hacienda
En
fe de casamientos y palabras, Por imposible tiene que la quiera.
Bebardo, pues, se presenta a su antigua dama, pretextando que tiene
que huir
por haber matado en una pendencia a un
a Italia
hombre: La
justicia
anda
Si tienes algo
buscarme;
al
que darme,
Muestra aquí tu piedad;
Aunque mi mucha maldad Te desobligue a ayudarme.
La
afligida Cristalina cae
labras de Belardo,
y
le
en
que
el lazo
da dinero para
tienden las
le
falsas
pa-
la fuga:
Ve luego, que en la ventana Me hallarás de buena gana; Echarete una cadena
Y
una bolsa de oro
Que Por
esta sucinta exposición del
semejanza, o
más
bien
llena;
soy necia y no villana.
la
primer acto, se verá patente
identidad, entre
condenó Lope
obras. Quizá por ser tanta,
el al
la
argumento de ambas olvido este primer bos-
quejo, después de haberle utilizado para una de sus obras maestras*
Lo que da estalla
en
fidelidad
el
título a esta
acto segundo
comedia, es al oír
la
locura del protagonista, que
de labios del propio Pinardo
de Jacinta y sus amores con Nemoroso:
Yo ya
los
he
visto andar,
Como palomos en nido, Un pico del otro asido Con un ronco murmurar. Hale dado joyas grandes, Más de rey que de pastor, Ricas sayas de color, Tapicerías de Flandes;
la in-
COMEDIAS PASTORILES
12;
Collar, cintura, cadenas,
Granates y perlas finas, Corales, aguasmarinas,
Arracadas y patenas; Copete a lo cortesana, Sortijas, banda, manillas.
Arandelas, gargantillas, Botín y calzas de grana; Cofres, camas, espetera
Desde la
momento,
este
la
obra decae notablemente. Los accesos de
locura de Belardo no son dramáticos ni interesan. Sólo la versifi-
cación se sostiene, aunque sin los trozos de resalto que hallamos en la
jornada primera.
Lo que
inspira
más curiosidad en
estos últimos actos es el per-
sonaje Galterio, padre de Belardo. ¿Será, efectivamente, representa-
Lope de Vega, de quien tan poco sabemos?
ción del padre de
Un Ya
hijuelo engendré, por
sabéis
que es Belardo
mi ventura;
este enemigo,
Que ha borrado mi honor con Este, seis años (creed lo
su locura;
que os
digo),
Perdido anduvo por aquesta dama,
Que
al
uno y otro con razón maldigo;
Al cabo de
los cuales,
o
la
llama
Del rapaz se templó, o
ella le olvida;
Que
parlera fama.
en esto es varia
la
Un hechizo me dicen que le ha dado, Con que por estos montes anda loco Y cerca de morir precipitado.
La acusación de Galterio contra Jacinta, por haber trastornado con bebedizos
el
seso de su hijo; la defensa que de ella hace su nuevo
amante Nemoroso (i)
(i); el
recobro del juicio de Belardo, mediante
;De qué nace esta invención decir que es hechicera Una mujer que pudiera Dar honra a nuestra Nación?
De
los
ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA
126
conjuros de Siralbo y
de ambos amantes, y
la
escenas anuncia competir con
recuerda
y que
mos
lo
sirvió
peor de
la
ele
Jacinta; la reconciliación
de Cristalina
sobremanera embrollado, de
final, -
aparición
la
la
esta pieza, que,
si
la
el
por sus primeras
Dorotea, por su absurdo desenlace
novela pastoril que Lope tituló
de fondo a
y boda
con Nemoroso, constituyen
La
Arcadia,
comedia del mismo nombre, de que pasa-
a dar cuenta.
IV.
La
Arcadia.
—No
está citada en las listas
de El peregrino,
verisímil que pertenezca a la primera y, por consiguiente, no es mitad de la carrera dramática de Lope. Este la publicó en la Trezena
parte de sus comedias (1620), dedicándosela
al
doctor Gregorio Ló-
pez Madera, autor de Los Santos de Granada, de Las grandezas de
España y de otros farragosos pada
las
escritos,
en que defiende a capa y
patrañas de los libros plúmbeos
Lope quería tener
propicio
al
y de
es-
los falsos cronicones.
magistrado Madera, que, a título de
protector de los hospitales de Madrid, venía a ser de hecho
el
con-
sejero encargado de la inspección de los teatros. Dedicóle, pues,
primera comedia
del
tomo XIII de
las
según convenía dirigiéndose a tan gran pedante como
Madera, que, «puesto que es de pastores de
de imitación antigua,
si
bien
el
la
suyas, advirtiéndole de paso,
la
el
leguleyo
Arcadia, no carece
uso de España no admite
las rústicas
Bucólicas, de Teócrito, antiguamente imitadas del famoso
Lope de
Rueda».
Algo
tiene,
en efecto, de imitación antigua, no sólo en
cias del pastor Cárdenlo, que enseña a
las
las astu-
aves parleras a publicar su
El más verdadero hechizo Fué su hermosura y belleza; Prended la Naturaleza Porque hechicera la hizo.
¿Donde hay tantos Apolos Sujetos al gusto suyo,
Buscara del hijo tuyo Versos y requiebros solos?
Se ve que la ungida Jacinta era afecta a los poetas y, quizá, poetisa ella misma. También a Dorotea se atribuye singular destreza en la poesía y en el canto.
COMEDIAS PASTORILES sabiduría, a la
12;
manera de aquel cartaginés Safón, que enseñó a
lor
pájaros a decir «Safón es Dios», sino en las escenas en que el pastor
Bato toma disfraz de lobo para sorprender a Flora. Todo este episodio procede del libro primero de las Pastorales de Longo, que
de Vega habría leído en traducción tan vulgarizada, de Aníbal Caro.
muy
o en
latina,
la italiana,
Aquí pondremos aquel
Lope
entonces
pasaje en la
elegante y exquisita versión con que D. Juan Valera ha enri-
quecido nuestra lengua
(i).
El boyero Dorcón, «mozuelo ya con barbas y harto sabido en cosas de amor», se prenda de
«Y como
des para lograrla.
alternativamente a beber
una
de
treta propia
el
la
había notado que Cloe y Dafnis traían
ganado,
tomó
zagal:
pastora Cloe y discurre varios ardi-
un
é!
ia piel
dicha le
en
los a los talones
y
el
rrero. Disfrazado así
las
en
le
ocultado
allí
momento de
vacada,
de
se cubrió co' 1
.
patas de delante
la
cabeza
casco de guese fué a la la
ella
formaban matorral tantos
rastreros,
que fácilmente se hubiera
veras. Allí se escondió
venir a beber
como
ovejas después de pacer. Estaba
y enebros
un lobo de
las
y
menos mal que pudo,
y y en torno de
asustar a Cloe con su disfraz
>A poco
tapaba
fiera, lo
fuente donde bebían cabras
espinos, zarzas, cardos
ella otro, se valió
patas traseras se extendían desde los mus-
hocico
fuente en un barranco,
la
hombros, de modo que
los
cubrían los brazos,
y
de un gran lobo, que un tor
había muerto con sus astas defendiendo piel puesta
día
Dorcón, espiando
el
ganado y con grande esperanza de y de apoderarse de ella.
el
llegó Cloe a la fuente
con
el
ganado, mientras Dafnis
cortaba verdes tallos y renuevos para que los cabritillos se regalasen
después del pasto. Los perros que guardaban
como
Cloe y,
el
rebaño seguían a
tenían buena nariz, sintieron a Dorcón, que ya se dis-
ponía a caer sobre Cloe; se pusieron a ladrar, se echaron sobre
como
si
fuera lobo, le rodearon y, antes de
que volviese del
él
susto, le
mordieron. Al principio, con vergüenza de ser descubierto y recatándose aún con la piel de lobo, Dorcón yacía silencioso en el matorral. Cloe, entretanto, llena
que
la socorriese.
(1)
Y
terror, había
llamado a Dafnis para
ya
la piel
de lobo, mor-
o Las pastorales de Longo. Traducción directa del griey notas. (Madrid, iS8o, pág. 19.)
Dafnis y Cloe
go, con i?itroduccio'n
de
los perros, destrozada
ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA
128
dían sin piedad
el
cuerpo de Dorcón,
grandes voces, acabó
el cual, a
amparasen a Cloe y a Dafnis, que ya había llegado. Éstos mitigaron pronto el furor de los perros con las voces por suplicar que
le
que tenían de costumbre. Después llevaron que había sido herido en los muslos y en mordeduras, donde se veía
la
a la fuente a
las espaldas.
Dorcón,
Le lavaron
las
impresión de los dientes, y pusieron
encima corteza mascada y verde de olmo. La ignorancia de ambos en punto a atrevimientos amorosos les hizo considerar la empresa de
Dorcón como broma y le
niñería pastoril, y, en vez de enojarse con
consolaron con buenas palabras y
le
se dice,
de
la
boca del lobo, sino de
mano como
llevaron un poco de la
hasta que le despidieron. Él, salvo de tan grave peligro, la del
y
él,
no,
perro, fué a curarse las
heridas.»
Pero aparte de esta y otras reminiscencias de diversos originales,
La
Arcadia, comedia de Lope, tiene
el
mismo argumento que La
Arcadia, novela pastoril, compuesta en su juventud y publicada
en 1602. Cuando llegue
el
turno a esta obra en nuestra colección,
insistiremos en su carácter rigurosamente histórico, biográfico,
declarado por
el
tos rústicos pensamientos,
ran
(Jarla
no de esto
mismo Lope en
aunque nacidos de ocasiones
para iguales discursos,
los floridos ingenios
como en
y en
si
como yo fui
de nuestro Tajo
lo
parte auto-
su preámbulo:
testigo
altas,
de
pudie-
ellos,
hubiera sido;
y
sus amores fué desdichado su dueño, ser ajenos
propios, de no haber acertado
me
bien en pensamientos de otros,
si
disculpe;
«Es-
algusi
en
y no
que nadie puede hablar
alguno no advirtiere que, a vuel-
tas de los ajenos, he llorado los míos. Tal, en efecto, como
honrarme en
pues era imposible honrarlos,
escribirlos,
a mis soledades materia
triste
como quien
fué quise acomodando
tan lejos vive de cosa
alegre».
Las alusiones de
Asunto de
la
la
novela son, en efecto, bien transparentes.
fábula son unos
Alba D. Antonio,
nieto. del
Anfriso, nieto de Júpiter»).
amores desgaciados del duque de
Gran Duque D. Fernando
En
el libro
IV
se habla
de
(cel pastor la
pastora
Bresinda, su madre, o sea doña Brianda de Beaumont, condesa de Lerín,
madre de D. Antonio. Fn
Anfriso a
la sabia
el
mismo
Polimnestra, indica que era
libro IV, dirigiéndose el
heredero de su casa,
COMEDIAS PASTORILES
y que
I
madre que
tenía a la sazón veintitrés años: .
La- selva sin amor. (Égloga Pastoral que se cantó a Su
Majestad en
1630 en
el
fiestas
de su
salud).
— Publicada
por primera vez en
Laurel de Apolo, con otras rimas (Madrid, por Juan Gon-
zález).
Sobre
y otras circunstancias de esta pieza singular, que más antigua ópera compuesta y cantada en lengua
fecha
la
duda
es sin
la
con su habitual ingenio, amenidad y erudición,
castellana, escribió
nuestro difunto compañero D. Francisco Asenjo Barbieri, en su estudio sobre los orígenes del transcribir sus palabras, nes, fundadas
drama
lírico
en España
en más recientes trabajos.
Lope de Vega, no
satisfecho con dar tan gran participación a
una écloga pastoral intitulada
ra,
La
selva sin amor, que fué pues-
íntegramente en música y ejecutada en
ta
el
Real Palacio
1629. Al publicarla Lope en 1630 con dedicatoria Castilla, decía
visto
V. E.
esta égloga,
que
a sus Majestades y Altezas, cosa nueva en
Lo menos que
>
del theatro hizo
(1)
año
Almirante de
se representó
Cosme
cantada
España
en ella hubo fueron mis versos
La máquina
Lotii, ingeniero florentíu
Los instrumentos ocupaban vistos
al
el
textualmente:
«No habiendo
»
Conviene
música en sus obras, llegó a escribir un verdadero libreto de ópe-
la
-
(2).
que nos darán pie para algunas observacio-
primera parte del theatro sin ser
la
13).
Tomo
II
del original, 3S1;
III
de
la
traducción castellana, 160. Cf.
Klein, 558-561.
Sirve de prólogo a la Crónica de la Ópera Italiana en Madrid desde e! 17jó' hasta nuestros días, por D. Luis Carmena y Millún (Madrid, Minué* 1878), páginas y siguientes.
(2)
.iño sa,
X
(3)
Y
aquí añade Barbieri: «Traslado a los que ponderan
troducida por "Wagner
presentación de
el
año 1876 en
la trilogía
Va veremos que
ni
El
la
la
novedad
colocación de su orquesta para
anillo de tos Nitbelungos*.
aun en 1629 era novedad esto.
in-
la re-
ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA
^2
>Teixidor y otros historiadores
de
que suponen,
esta obra, sino
ver a Madrid Felipe
III,
có en Casa-Rubios, y
la
grave enfermedad que
que todos parecen conformes
lo
música fué compuesta por D. Bernardo
fundamento
tiene
>Dice Venus en
En
le ata-
y cuándo
es
en que
el
la
Pero nada de esto
la vista
por
el libreto
para
se representó.
prólogo:
el
la corte de
Donde
Clavijo.
pues basta pasar
sólido,
comprender fácilmente dónde
al vol-
dos años más tarde, cuando vino
los otros,
En
Príncipe de Gales.
el título
unos, que se representó
los
después de
no sólo equivocan
(I),
España,
Amor
querido,
Felipe e Isabel divina
Reinan en paz, y muchos años reinen.
,
Más
adelante, en la escena
dice
III,
Este es Madrid, aquella
Del gran
Que de
Y
la
El Amor: montaña
Felipe, espléndido solsticio,
su luz inaccesible baña,
la bella Isabel, gloria
de España,
Lirio divino que bajó del cielo
En puro hermoso
velo.
Aquí me ofrecen sus amores /rufo,
Y
tengo por tributo
Pues
La
Y
la
etc.
hermosa A/aria,
Reina serenisiina de Hungría,
el invicto
Fernando
Previenen glorias a mis triunfos, dando Esperanzas suaves
De En »
la
Fijándose en
producir el
las
las
imperiales aves
sagrado nido.
palabras que he subrayado, no cabe duda que
función se efectuó en Madrid durante
(i)
Entre
ellos,
no quiso mencionar
el
reinado de Felipe IV,
Soriano Fuertes, a quien por consideraciones de amistad Barbieri, pero cuya Historia de la Música española ha
sido y continúa siendo un semillero de errores.
COMEDIAS PASTORILES
llamado el Grande ^y de su esposa a la sazón se hallaba en cinta. la
la
Reina Isabel de Borbón,
Presenciaba también
hermana del Rey,
Infanta María,
1
el
la
espectáculo
Hungría hasta después de su desposorio, efectuado en Madrid de
de
abril
cuando
1
el
de 2$
629, y partió para Alemania ocho meses después,
Reina Isabel había dado a luz
la
cual
cual no se tituló Reina
la
33
Príncipe D. Baltasar Car-
al
en 27 de octubre del mismo ano IÓ29.
los,
>Todo amor, lleva ser escrita
desde >
unido a que
esto, la
la
primera edición de
selva sin
el
tiempo que media
octubre del año 1629.
abril a
así,
no es posible que
D. Bernardo Clavijo, porque consta en
murió en
que
este ilustre organista
tres
años antes de ser escrita
averigua quién fué
el
al servicio
Romero,
Carlos Patino,
y
La
autor de
la
I.°
el
el
autor de
la
música fuese
Archivo del Real Palacio
de febrero de 1626, es decir,
selva sin amor. Entretanto
que se
música de esta égloga, puede
atri-
muchos compositores que por entonces
buirse a alguno de los
.Mateo
La
fecha de 1Ó30, da por resultado que la obra debió
y representada precisamente en
Siendo esto
hallaban
la
se
del Rey, entre los cuales se contaba el célebre
El Maestro Capitán,
fecundísimo y popular los organistas D. Francisco Clavijo y Sebastián
alias
el
Martínez Verdugo.
»Me he
detenido
que importan
mucho en todos
esos detalles, no sólo por lo
a la historia del arte lírico-dramático español, sino por
desvanecer también otro error grave en que han incurrido Lichtenthaly otros historiadores, suponiendo que
la
primera ópera espa-
ñola data del año 1719. Esta suposición es insostenible después de
conocida
La
selva sin amor, verdadera ópera
paña, representada
que en
el
se fundara la ópera francesa,
Italia este
>>La
y
la
primera de Es-
año 1629, es decir, cuarenta y dos años antes
y
treinta
después de inventarse
género de espectáculo.
primera ópera alemana se representó en
el
año 1627.
La primera española, en 1629. La primera
inglesa,
en 1660.
»La primera francesa, en 1671.
Y entiéndase
bien que en esto
propiamente dicha, es decir,
al
me
reñero únicamente a
la
ópera
espectáculo dramático todo cantado. •>
Ij
ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA
[
Xada hay que lo
que toca
objetar a
a la fecha
su representación.
de
la
luminosa demostración de Barbieri en
de esta pieza
y
lírica
Lo que no parece
a las circunstancias de
verisímil, es
que
el
compositor
música fuera español. Aquel espectáculo palaciego, entera-
la
mente nuevo en España, según advierte sunto o imitación de
la
ingeniero florentino,
Cosme
el
mismo Lope,
era
ópera cortesana o aristocrática de Lotti, hizo la
máquina
un
tra-
Un
Italia.
del teatro y las
y aun casi seguro, que otro italiano hicieduerma ignorada en algún rincón de los
decoraciones; es probable,
que quizá
se la partitura,
archivos del Real Palacio.
En 1629 el
en efecto, ya más de treinta años de existencia
llevaba,
drama musical
italiano,
en
el
riguroso sentido de
palabra, sin
la
contar precedentes más lejanos, que casi se remontan a
renovación del sentimiento personal y de la
música.
En
que
este sentido, es claro
la
los
la
época de
expresión dramática en
grandes maestros
giosos de mediados del siglo xvi, los Palestrinas
y
Victorias, son pre-
cursores del arte profano en lo que tiene de más apasionado
más profundo. Desde sical
de
ia
el
reli-
y de
momento en que existió una expresión mu-
vida interna, aplicada a
la
tragedia
más sublime de
todas,
nació de hecho la música dramática, que resonó por primera vez bajo las bóvedas del templo, velada en
la
forma de
los
motetes y de
los responsos.
El advenimiento del drama musical profano fué preparado, además, por ciertas formas ya rigurosamente teatrales, aunque
ble
en
y extendida el
Norte de
el
madrigal polifónico,
Italia
la sinfonía coral,
muy
más nota-
diversas de la ópera en cuanto a su estructura, siendo la
que triunfó
hasta la aparición de Monteverde
a Orazio Vecchi, de
Módena, a
la
y que condujo singular creación de la que llamó
comedia armónica, desempeñada por cantores invisibles y actores recitantes tos
de
que sólo servían para decir
las escenas,
Pero una cosa es nas de Berlioz)
y
el
dando, por decirlo la
otra
prólogo y anunciar los asun-
así, el
programa de
la fiesta.
sinfonía dramática (por ejemplo, las
muy diversa
la
moder-
ópera, de la cual no puede ne-
garse que nació en Fiorencia a fines del siglo xvi, por iniciativa de
humanistas y literatos más bien que de músicos, y con quimérica, sin duda, pero
muy
la
aspiración
fecunda por su temeridad misma, de
COMEDIAS TASTORILES
135
restaurar la tragedia griega. Inicióse esta pretensión en obras técnicas,
y
padre de Gaiileo fué quien se puso
el
publicando en
to,
na. a la
En
movimien-
et della
mo-
con coros
Edipo Tirano, de Sófocles, exornado
Gabrieli, fué representado solemne-
que Paladio había levantado en Vicenza.
teatro clásico
el
del
58 1 su Dialogo della música antica
manera griega por Andrea
mente en
En
1585,
1
el
al frente
1589, para solemnizar las bodas del Gran
Duque de Toscana,
Fernando de Médicis, con Cristina de Lorena, Lucas Marenzio puso en música
De
El combate de Apolo con
el
que todavía
estos ensayos, en
la serpiente la
Python.
declamación tenía
la
mayor
académicos florentinos que se con-
parte, pasaron bien pronto los
verdadero
gregaban en casa del conde Bardi
al
y entonces nació propiamente
ópera, por obra de los músicos
la
estilo representativo,
lacopo Peri y Julio Caccini y del poeta Octavio Rinuccini. La Dafne, representada en el Carnaval de 1597 en casa del humanista
y
Jacopo Corsi, con asistencia del Gran
dilettanie musical
Duque de Toscana y de
los principales personajes
de su corte, es
el
primer documento cronológico del nuevo género. Rinuccini había escrito las palabras, Peri la música.
A este
ensayo, acogido con pla-
cer y estupor por un auditorio que gozaba por primera vez de tal espectáculo, siguió en IÓOO un nuevo
mismo compositor y en 1600 en
el
mismo
del
el
poeta, la
mismo
el
del
Eurídice, representada
palacio Pitti con ocasión de las bodas de Enrique
y María de Médicis. Sobre
aun sobre
poema dramático-musical
IV
mismo tema de Orfeo y Eurídice,
libreto, hizo
nueva música Caccini, que
el
y mismo
año se había dado a conocer por una corta pieza a modo de égloga, //
Rap intento
di Ce/alo.
Entonces fué cuando un verdadero genio musical, Claudio Monteverde, de Cremona, apoderándose de aquella ingeniosa diversión
de príncipes, de magnates y de académicos, que era hasta entonces una planta de invernadero,
que ensanchaba el
uso de
la
la
esfera
disonancia,
mental, fundó en
el
la
de
convirtió en arte popular; los recursos
y
a la vez
armónicos, generalizando
y dando algún desarrollo
a la parte instru-
principio de la expresión moral la base de su
revolución melódica. El
Orfeo, de Monteverde, representado en
Mantua en 1607, marca
principio de una era nueva,
el
y
fué seguido
ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA
136
mismo maestro, la y los Amores de Diana
a corta distancia por otras producciones del
Ariadna (1608), cuya
y el
Endimión (16 17),
partitura se ha perdido,
sin contar otras
que no entran directamente en
género o que son posteriores a 1629, puesto que Monteverde
vivió-
y precisamente del año anterior a su muerte es una de incoronatione di Poppea, cantada por prisus óperas más notables, mera vez en Venecia en la temporada de otoño de 1642, en uno de hasta 1643,
L
los teatros públicos
de drama musical que aquella ciudad tenía desde
1637 (O-
En
Florencia, de
táculo a España, na,
como
es
da Gagliano lonia
y
a
la
donde
se transmitió este espec-
ópera conservó su carácter de diversión cortesa-
de ver en (letra
—según creo —
la
Dafne (1607) y
la
Flora (1628), de Marco
de Salvadori), y de Florencia se comunicó a Bo-
Roma, donde muy pronto tomó
la
forma original e intere-
sante de Oratorio.
Grandes son
las nieblas
que envuelven nuestra
historia musical
del siglo xvn, pero nada nos autoriza para suponer que en dicho siglo existiese aquí otra
forma de drama musical que una imitación
del estilo recitativo italiano.
Eso debió de ser La
eso las óperas o zarzuelas (El laurel de Apolo, rosa
J,
cuyo texto
literario
y de Bances Candamo.
encontramos en
Sólo en
el siglo xvni
las
selva sin amor,
La púrpura
obras de Calderón
comenzó
a emanciparse
modestamente nuestra nacionalidad musical, creando sobre del canto popular
zarzuela
el
castizo
moderna en
lo
ensayo de
la
y
de la
Tonadilla,
la
base
germen de
la
que tiene de más indígena.
Pero aunque La selva sin amor pertenezca a un género exótico,
y no pueda
reputarse por legítimo producto del arte lírico nacional,
es sin disputa
uno de
los
más antiguos
libretos
en cualquiera nación de Europa, excepto
de ópera compuestos
Italia.
En
las cortes
nas, en Francia, en Inglaterra, la ópera fué durante el siglo
género de importación aristocrático
y
italiana,
un
artículo
de
lujo,
alema-
xvn un
un espectáculo
palaciego, sin raíces en el gusto popular.
La primera
ópera alemana, que es de 1627, como advierte Barbieri,
La
la
Dafne r amor
mismo que
el
ignorado maestro de
hizo uso constante y sistemático de te en los orígenes de la ópera.
la
orquesta invisible, y esto lué lo corrien-
(1)
Monteverde,
lo
selva sin
r
COMEDIAS PASTORILES
137
de Schütz (cuya partitura se ha perdido), es traducción hecha por
la
pira del
y de Séneca.
buscarse en este capricho dramático, compuesto de
acciones inconexas, entre las cuales no existe ficial,
al
y abrasado en
que
otra cosa que lo
el
más que un
lazo arti-
autor quiso poner, es decir, sonoros
de decoraciones y pompas teatrales. Era un espectáculo más bien para los ojos y para el oído que para el enten-
versos
y mucho
dimiento,
y
el
lujo
desarrollo es tan superficial, que
pararle con las piezas de los
Schmidt
llega a
com-
teatros de muñecos. Sin embargo, cuen-
tan los contemporáneos que a este juguete cortesano debió Calderón el
hábito de Santiago, que no hubiera obtenido por méritos de
La
vida es sueño o de El Príncipe Constante, ya escritos antes de aquefecha.
lla
La célebre
poetisa de Méjico, sor Juana Inés de la Cruz, imita-
dora de Calderón en
lo
dramático,
(imitaciones casi siempre frustradas,
como de Góngora en lo lírico en que malgastó mucha parte
de su natural y agudo ingenio, que sólo campea con espontaneidad en sus versos amatorios y otra comedia,
Amor
del virrey-conde de del
es
familiares), hizo a
más
Teseo protagonista de
labyrinto, escrita para festejar los días
Galve; pieza
muy
argumento mitológico, sino por
endeble, no sólo por culpa
vicio
de culteranismo, por mala
contextura dramática y, sobre todo, por estar afeada con un císimo acto segundo, que no es de el
licenciado D. Juan de Guevara.
malo de
la
la
En
infeli-
monja, sino de su colaborador,, el
primer acto, que es
lo
menos
comedia, pueden elogiarse algunos toques valientes y
calderonianos, así en
el relato
Embajador de Atenas. Todavía
de Teseo como en está escrita
el
discurso del
con peor gusto que
la
El labyrinto de Creta, fiesta de la zarzuela repreSu Majestad (Carlos II), por D. Juan Bautista Diamante,
pieza de sor Juana,
sentada a
inserta en la Parte de'cimaséptima de
Comedias varias nunca impres-
sas, compuestas por los mejores ingenios de
En
Francia,
Tomás
Corneille,
España (Madrid, 1677).
aunque inspirándose menos de
lo-
COMEDIAS MITOLÓGICAS
que debiera en
I95
divina poesía de Catulo, hizo una Ariadna (1672)
la
elocuente y patética, davía hoy alcanza
la
muy
superior
al
resto de sus obras,
honra de ser reimpresa
al
las
y que
to-
de su glo-
hermano.
rioso
La ópera
italiana se había
La segunda Favola
in
apoderado
muy
pronto de este asunto.
música, de Claudio Monteverde, fué una
Ariadna, representada en Mantua en 160S en del Príncipe heredero
La
ñn de
de aquel ducado con
la
las fiestas
de
la
boda
Princesa de Saboya.
partitura se ha perdido, pero entre los madrigales a cinco voces
mismo Monteverde (1614) está // lamento d'Arianna, que debe de proceder de la misma ópera, la cual, en el invierno de 1639, fué repetida en Venecia (i). Cuando nació la ópera francesa, fué el Tesen del
de Ouinault (música de Cítase también
Lulli)
uno de sus primeros ensayos (1675).
un Teseo de La Fosse, trágico secundario del tiempo
de Luis XIV.
En
nuestra lengua, fuera de las antiguas comedias ya citadas (2)
y de dos poemas
culteranos
(3),
no recuerdo más que
la
cantata de
Ariadna, de D. Manuel José Ouintana, que figura en todas (1)
Rolland, op.
c/'t.,
las edi-
páginas 85-86.
El melodrama en un acto, con periodos de miísica, « Ariadna abandor en A axos>, que Rita Luna y Manuel García representaron en 1794, tie-
(2)
?iada
ne todas las trazas de ser traducción, y muy descuidada por cierto. Es el primero la Ariadna de D. García de Salcedo Coronel (Madrid, (3) 1024). Lope de Vega dice de él en la aprobación que «está escrito en estilo grave, con versos dulces y numerosos, altas, propias y castas locuciones». Pero, a la verdad, el poema es digno de un tan ferviente devoto como Salcedo fué de la última manera de Góngora, sobre cuyas obras compuso un enorme y pedantesco, aunque no inútil, comentario que le ha dado más celebridad que todos sus versos propios. Poeta gongorino no menos furibundo fué el cordobés D. Miguel Colodrero de Villalobos, que en el tomo de sus Varias rimas (Córdoba, 1629) tiene una Fábula de Theseo y Ariadna. El soneto de D. Juan de Arguijo, Ariadna, es una elegante imitación de algunos versos de Catulo:
Sed quid ego ignaris nequicquam conqueror auris; Externata malo? Quce nullis sensibus auctíc Nec missas audire queunt, nec reddere voces. Ule autem prope jam mediis versatur in undis,
Nec quisquam adparet vacua
mortalis in alga.
ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA
Ig6
de 1802, y que, a
ciones de sus poesías desde
la
más que un ensayo
poco adecuado a
gran poeta
lírico
El
V.
juvenil
cuyo nombre
Vellocino de Oro.
presentación se infieren de la
la
verdad, no es
condiciones del
lleva (*).
— Texto de
comedias de Lope (1623). La
las
la
las
la
Parte de'cimanovena de
fecha y circunstancias de
dedicatoria a
Doña
la
re-
Luisa Briceño de
Cueva, recién casada entonces con D. Antonio Hurtado de Men-
doza
{el discreto
de Palacio), ingenioso poeta
montañés
(i) y,
como
semipaisano de Lope, que parece haberle profesado singular
tal,
estimación.
«Esta fábula de Jasón (dice Lope), ni escrita ni representada
en competencia y oposición de la que ilustró con su presencia y hermosura el Sol de España, sino representada y escrita para acom-
pañar su el
fiesta
de
mundo, como
da a Ymd.,
la
Aran juez,
mayor que de aquel género ha
la
He
dedico y ofrezco
obligación con tan humilde ofrenda,
ños que tuvo, porque
como
el
visto
D. Antonio tendrán adverti-
las relaciones del Sr.
si
querido que
Vmd.
sepa mi
bien calificada con los due-
manto obscuro de
la
noche recibe
tanto honor de las estrellas, así los rudos versos desta fábula del res-
plandor de
las señoras
damas que
pues aunque no estuvieran hicieron día
el
representaron.
SS. MM., su bizarría
allí
Mal
dije noche;
y hermosura
la
»
Trátase aquí de brar
la
la fiesta,
trágicamente famosa, que para cele-
cumpleaños del Rey Felipe IV
de mayo de 1622
(2),
y en
la
se celebró
en Aranjuez
el
15
cual fueron representadas, por las
Restori menciona, además, el Laberinto de Creta, de Silva; las Haza(*) ñas de Tlieseo, zarzuela anónima, y Los hechos de Theseo, zarzuela o comedia, anónima también. (A. B.) Nació en Castro -Urdíales, y era alguacil mayor de aquella villa, se(1) gún resulta de las pruebas que hizo para tomar el hábito de Calatrava en 1623.
pero se retrasó más de un mes, quiza (dice el cronista de Felipe IV), y sus principios fueron toi-os, y luego dos grandes comedias, y de tan noble ostentación, que sus magníficos teatros casi pudieran competir con los famosos que celebra la venerable antigüedad. Mas ni en tan quieta diversión, (2)
por
el
Debió haber sido el mal tiempo. «En fin,
8
de
abril,
las fiestas
empezaron
y en quien se hallaron nuestros Reyes y los Infantes sus hermanos, y embaxadores de los Príncipes y la nobleza cortesana, quiso faltarles la fortuna
COMEDIAS MITOLÓGICAS
damas de
la
conde de Yillamediana (en que hizo papel mudo
Reina misma), y El Vellocino de Oro, de Lope de Vega.
narraciones de este festejo, pero todas ellas se refieren la
comedia del primer día
(la
de Yillamediana) que a
zando por prosa
y
se hallan en todas las ediciones
y
la
de Zaragoza, 1629; y con
otra en verso,
las cuales se refiere
de
la
la del
«En
seguna
de sus obras, comen-
dos relaciones, una en
las
Lope en la
la
dedicatoria de esta comedia. Extrac-
parte general de
la fiesta,
y
lo particular
pieza de Lope, prescindiendo de todo lo relativo a
del maldiciente
faltan
que compuso D. Antonio de Mendoza, y a
taremos de una y otra de Niquea, punto ya
Xo
más bien a
mismo Conde puso
do. Tal acontece con las acotaciones que el
su comedia,
Qf
Reina Doña Isabel de Borbón, dos comedias, Las Glo-
rias de Niquea, del la
I
muy
Las glorias
curiosamente dilucidado por los biógrafos
y desventurado Yillamediana.
este sitio, pues (dice el
Conde, después de hacer un pomla Reyna Nuestra Señora haDamas de su palacio, en recuerRey nuestro señor, que fuera ocho
poso elogio de Aranjuez), determinó zer una fiesta
do
como
nacimiento del
del dichoso
días del
suya, con las
mes de
abril,
dilató hasta los quinze
animó
que por gozar más de aquél regalado de mayo deste año
su soberbia traza,
que
y jaspes, ostentó vanaglorias, más hermosa y el
bien no
la vio
mismo
Romanos
estilo
Coliseos
la
sitio se
arquitectura
executada en pórfidos
aunque en materias
luzida entre bosquejos de
grave opulencia de
En
si
Aquí
débiles,
madera y
lienzo
viéndose
que en
la
(I ).>
retumbante y gongorino, y con la relación, de
impertinentes y prolijos rodeos prosigue
los la
mismos
cual sólo
con sus reveses ordinarios. Era de noche, y proseguíanse con gran aplauso comedias, cuando su propia admiración, entre el silencio divertida, dio tiempo y causa a que una luz, cayendo encima de un dosel, con emprenderle, y assi mesnid algunos ramos del teatro, pusiesse en riesgo su auditorio, y con tan grande turbación que apenas pudo preservarle de la violencia de las llamas la más prevista diligencia, mezclando entonces un temor las aguijadas, y los cetros, y las personas más supremas con las más ínfimas y bajas. Tal dexo tuvo el regozijo de Aranjuez.»— (Céspedes y Meneses: Historia de FeUpe IV. Barcelona, 1634, fol. 101.) Obras de D. Juan de Tarsis, conde de Villamediana y correo mayor (1) de Su Majestad, recogidas por el licenciado Dionisio Hipólito de los Valles Madrid, por Diego Díaz de la Carrera. Ano 1634, fol. 2 y siguientes. las
ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA
Ig8
apuntaré aquellas cosas que sirven para comprender cénico con que fueron presentadas ambas piezas. entre nubes de oro
y
«
el
aparato es-
Despeñóse
el sol,
y púrpura encaminó su carro a los Campos la noche más serena y apacible que rega-
Américos, dando lugar a
y templados
laron auras suaves
tanto miedo que, mientras duró
zéfiros, a
quien miraba
la tiesta,
mucho
al artífice
estrellas
que
la
la
no se
isla:
le
diera
noche, aunque fuera de envidia, turbara
las
de su manto; porque en vez de sus luces adornó con tan-
coronado espacio, que
tas el
calor con
no se atrevió a passar de
palenques que sirven de vistosa corona a
los
el
la
Astrología, privada de conocer mil
y
y dos estrellas, hallara nuevas márgenes de faroles y antorNuestro gran Monarca Filipo, que chas en más crecido número veinte
guarde
el Cielo,
ocupó lugar debido
cuyo lado
a su persona, a
taban los Infantes Carlos y Fernando, y a sus espaldas, en pie,
gunos Señores de
que entorno
al
Castilla,
voz que corrió en
la
que sirven en su cámara,
Coliseo ocupaban asientos iguales; la
suerte, fuera otra calle
sin los
es- N al-
demás
fué acertada
y
corte del rigor de
la
entrada, pues de otra
Mayor de Madrid
la
menor de
los jardines
de Aranjuez, y el ímpetu de la gente hiziera estorbos al aplauso que pretendieron los Reyes, si bien no se vio lugar vazío, aviendo tantos. »
Sonaron instrumentos músicos en diferentes coros, y la señora y Damas salieron a danzar una máscara, que, para que la
Infanta vista
pudiera darles atención, fué importante cubrirse
a dexarse ver, pienso
de
los trages,
y
que perdieran su
su valor las piedras,
Orientales avian abortado en aquel
a
la
lustre la
que parece que
sitio
su
máscara, y con humildes reverencias a
teatro,
los
montes
que a no ocuparle tan presto, entre consonancias de nuevos
adornaban
esta
máscara y de una
loa, dióse principio a la
media del Conde. Las damas que tomaron parte en ción (además de
y de
espacio que
el
luces.»
Después de
cisca
que,
mayor tesoro. Dióse fin Su Magestad dexaron el
instrumentos, un opulento carro, bañaran tinieblas
ra,
el rostro;
pompa y grandeza
la
la Infanta)
Reina, que apareció
como
la
diosa de
co-
representa-
la
Hermosu-
fueron doña Margarita de Tabara, doña Fran-
de Tabara, doña Antonia de Acuña, doña Isabel de Aragón,
COMEDIAS MITOLÓGICAS
doña María de
99
1
doña Bernarda de Bilbao, una negra, grande
Salazar,
cantora, criada de ¡a Reina, doña María de Aragón, doña Leonor
de
Güiros, doña Lucía Ortiz, doña Francisca de Zarate, doña Inés
de Zamora, doña Antonia de Mendoza, doña María de Guzmán. Terminada del libro de
Niquea (cuyo asunto caballeresco estaba tomado
la
Don
las
el
soneto de
Amadís de
continuaciones del
montaña y cubrióse
la
músicos cantaron
los
una de
Florisel,
Gañía), «cerróse
el teatro;
y en tanto que
segunda escena, se volvió a
la
di-
monte, y pareció en lo superior del trono un jardín, bella translación de Hiblea, y las gradas con blancos macetones de flovidir el
res,
y yerbas
a los lados fuentecillas
y
diferentes,
del Tajo estaban percibiendo la fiesta, para
relación
al
Rey de
las aguas;
na nuestra señora y el teatro,
con que tuvo
espías
llevar su
entre las hermosas flores parecieron
sentadas todas las Ninfas que introduxo
ocuparos
que por
que pudiese
la fábula,
y con
ellas la
Rei-
señora Infanta, de donde con alegres passos
la
y
compás de dulces instrumentos danzaron,
al
fin la fiesta.»
El relato de Mendoza tiene más sustancia, y es menos crespo
y
-enmarañado. Empieza también con una descripción de los jardines
y campos de Aranjuez, y teria del modo siguiente:
de
del jardín
la Isla,
y luego entra en ma-
«Estas representaciones, que no admiten
comedia, y se
más que
me
verdadera, que
escribo con ;>
el
nombre vulgar de
Ageno
me empeña
hallé presente,
en esta noticia,
y entonces
lo
si
no ingeniosa,
admiré, y agora
Dividióse Palacio en dos quadrillas para hacer distintas las
de
la
primera se nombró dueño
Leonor Finiente! sólo
»A (i)
lo
fabricar
el
la
Reyna, que con
la
fies-
grandeza
de
(i),
sí; y de ¡a segunda fué autora la señora doña dama de aventajado entendimiento, y que con
pudo prometerse
la
competencia,
aparato de
Amiga y favorecedora
Filomena,
hoy
gusto
recelo de su ofensa.
della la hizo digna
•él
el
decencia de Palacio (desprecio
merecía más atinada pluma
tanto),
(y no mi presunción)
tas;
la
imitación de los espectáculos antiguos, de que aun
presume
Italia
da de invención
le
La Andrómeda
la
si
fuera possible.
invención de
Su Magestad vino
del ingenio de Lope, quien
y otros poemas suyos.
la
dedicó
a
La
ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA
200
Aranjuez
mayor y superReyno de Ñapóles, hijo de
capitán Julio César Fontana, ingeniero
el
intendente de
fortificaciones del
las
aquel tan celebrado arquitecto por
las fábricas
de Sixto V, y com-
parable artífice con su padre. Levantóse un teatro de ciento y quin-
y setenta y ocho de ancho, y
ze pies de largo
con
parte,
pilastras, cornijas
y
por cada
siete arcos
chapiteles de orden dórico,
eminente dellos unas galerías de balaustres de,oro, plata y
y en
azul,
lo-
que
ceñían en torno, y sustentaban sesenta blandones con hachas
las
blancas
en que se afirmaba un toldo, imitado de
pies de alto,
de
con unos términos de relieve de diez
luzes innumerables,
y
la
serenidad
noche, multitud de estrellas entre sombras claras, y en
la
blado dos figuras de gran proporción,
la
el ta-
de Mercurio y Marte, que
y de correspondencia a la fachada, corredores muchas estatuas de bronze, y
servían de gigantes fantásticos
y en
las cornijas
de
los
pendientes de los arcos unas esferas crystalinas que hazían quatro
y alrededor tablados para
luzes,
valla
hermosísima que detenia
trono donde estavan las Carlos
sillas
y Don Fernando,
sus
los cavalleros
el
paso a
la
y
el
gente,
y una y en medio un pueblo,
Rey y de los Señores Infantes Don hermanos, y abaxo tarimas y estrados del
Señoras y damas: formábase una montaña de cinquenta pies de latitud y ochenta de circunferencia, que se divide en dos; y con para
ser
las
máquina tan grande,
dad; cubría
el aparato,
movía un solo hombre con mucha
la
era de la
y
misma orden
dórica,
y
por muchas gradas a un nicho espacioso, poblado de muchas lo
que ocultaba
este
monte
se descubrirá
relación de las apariencias en
>Era
el
sujeto la Gloria
Amadís; escrivióse saber
la
con
que
se
han de
han criado lexos de »Estava señalada
ción de tanta fábrica ritu Santo,
los
la fábula.
libros
él
a los versos
en que se ven poco pláticos
para
el
día de
dilató hasta el
San
Filipe,
los
de por
y el que
Es muy de reparar
el al
y
la
ocupa-
primero de Pasqua de Espí-
que estuvo ya en perfección todo. Al
parte alguna de su relación
(i)
lugar en que sirvieron en
severidad de su escuela.
la fiesta la
fieras;
vaya haciendo
atención a la soberanía de Palacio,
escrivir,
la
se
de Niquea, conocida en
corta licencia que se les concede en
atino con se
(I)
el
quando
facili-
se subía
fin del día se
en-
estudio que hace Mendoza para no nombrar en conde de Villamediana.
2" I
COMEDIAS MITOLÓGICAS
cendieron
las luzes,
con que quedó dudosa
noche; tomaron sus
la
puestos los que tuvieron permisión de verla, que fué limitada; porque, a dar licencia general, fuera
que acudiera de Madrid, y tezas era bastante para
paron
los
dos estrados
uno
juez: el
la
que no las
mucho
embaraco con
el
gente
la
que camina con sus Magestades y Alle faltasse
señoras
Ocu-
grande auditorio
y damas que
Aran-
se hallaron en
condessa de Olivares y doña Francisca Clarut, mujer
la
de D. Baltasar de Zúñiga;
la
Margarita de Meló, su
y
hija,
marquesa de Castel-Rodrigo y doña la
condesa de Barajas; y
otro las
el
Ana
señoras doña juana de Aragón, doña Leonor Pimentel, doña
Bazán, doña María Sande, guarda mayor de
doña Margarita de Tabora y >Hizo señal
la
Damas;
las
señora
la
condesa de Castro, dueñas de honor.
la
música de trompetas y chirimías que salían
y los Infantes al sitial de sus assientos, y luego muchos violones y el maestro de danzar con
salieron ellos,
al
el
Rey
tablado
y dando
lugar
los menestriles a los instrumentos, se abrieron dos puertas y se em-
pezó una gallarda muestra.» Sigue una descripción los trajes
de
y
las
acabada
circunstanciada de la máscara, con
damas; y luego se expone, con
detalles, el aparato
sis,
y,
de
muy
de
la loa
y de
la
cual «cubrió de improviso la
la
volvióse luego a abrir aquella
con novedad no esperada,
lo
misma
la
prolijidad
comedia de D. Juan de Tar-
máquina
a!
montaña todo
que fué monte y
vertido en bellísimos jardines, con flores
el
teatro
son de los instrumentos, edificio
vimos con-
naturales, tan in-
y fuentes
geniosamente y con tanta presteza transformadas, que, con ser mu-
cho ta
el artificio,
de
la
se dio la admiración a
Reyna nuestra Señora con
la
la
brevedad.
Y para
la
apues-
señora doña Leonor Pimentel
(observando una costumbre antigua de Palacio, que se llama adivinación, en que se pone una joya por gusto y no por precio), aparecían en lo eminente de
y meninas sentadas en
un trono Su Magestad y las
la
Infanta, las
todas ceñían su brazo derecho con un listón carmesí, iguales lazados de forma que
untándolos todos
que
el
la
no hazían distinción. Era
la
el
y y en-
precepto que,
señora doai Leonor, para vencer acertasse con
pendía del brazo de
¡Llegó
damas
gradas haziendo generosa apariencia,
la
Reyna.
señora doña Leonor, y perdió solamente
el
poder ga-
ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA
202 nar;
que para acabar de perder era ley que
fiesta
con
el
la
Reyna
atinasse en su
que ceñía su mano. Acompañaron
listón
esta
acción
todos los instrumentos y cantores, que, siendo España naturaleza de las
más excelentes voces
pilla Real,
tonos
la destreza
facistol a lo
y
dulce de
la guitarra,
la
y todo logrado en
señora doña
la
las
mejores se funda
y
la
Ca-
Música haver juntado en
a la eminencia
blandura de Juan Blas y
lo
los
crespo del
de su arte
el espíritu
la
no-
de Alva-
esta ocasión.
;>Dióse fin a la fiesta la
mundo, de
buen ayre de cantar, ajustando
el
vedad de Palomares, ro,
del
que a su maestro deve
danzando
Ana María
el tu?'dióu la
Reina,
la
Infanta
Manrique, con espadas y sombreros;
señoras doña Isabel de Aragón, doña Antonia de
y
las
Mendoza y doña
Francisca de Tabora.»
De
la
segunda
mos más que
dirigida por
fiesta, la
Leonor Pimentel, no sabe-
mismo Mendoza quiso decirnos en un lóbrego y conceptuoso romance, cuya última parte debemos transcribir íntegramente, como ilustración necesaria a la comedia de Lope, de la cual,
lo
que
el
por otra parte, contiene una especie de análisis o resumen:
Escucha, ¿que ruido es este
Que
en
el
jardín de los negros,
Entre selva y edificio Es lo dudoso más cierto?
Otro segundo theatro Miro,
si
no del primero
Competencia, ya de todos
Admirable menosprecio.
Ya
la
De
ilustre fiesta,
música es principio
y de un nuevo Trono, que aun del sol no fuera
Dorado blasón pequeño. Sale una máscara hermosa
En que Las
del otro hemisferio
luzes, contra sí
Hazen duda
al
mismas,
vencimiento
(i).
(i) Al margen del texto de Mendoza se lee esta acotación: «La máscara de quatro quadrillas de a tres. La primera, la señora Infanta. Las señoras doña María de Guzmán y doña Francisca de Tabora».
COMEDIAS MITOLÓGICAS
En De
lo
hermoso y peregrino
los trajes, descubrieron
Su demasía
Y
poder
el
el ingenio.
su elección
Oye Que
a la
fama y
pisando
envidia,
la
el sitio
Publican de
la
ameno,
otra fiesta
Nobles encarecimientos.
La fábula empieza, y Coicos
Y Jason dan el sujeto, Y la pluma el Fénix claro, Cisne de Apolo
más
el
tierno.
¡Qué lastimeros gemidos
Suenan en
el
mar, que
el
centro
Assalta en azules ondas
Del Sol •
los
dorados cercos!
Neptuno
¡Favor,
divino!»,
Dice una voz*y otra luego: «¡Ondas, dexadnos passar,
Templad
los rigores vuestros;
"Piadosa ninfa
de
Tetis,
Socorre dos marineros
(i)
Que el aire cortan sin velas, Que el mar dividen sin remos!» En bajel de rizos de oro Salen
al
buscado puerto
Los quexosos fugitivos, Del mundo hermanos más
No De
bellos.
es el Géminis famoso igual belleza, ni fueron
Las verdes selvas testigos
De
tanto Adonis y Venus.
Enamóranse
las Ninfas,
Bellas hijas de Nereo,
De
su dorado animal,
Imagen de un
En
rico necio:
desconocidas playas
Los hermosos extranjeros
A
lo
peregrino fían
Las esperanzas de un Reyno.
(i)
«Las señoras doña Ana de Sande y doña María Coutiño.»
203
204
ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA Friso refiere lo noble
De su grande nacimiento, De una madrastra la envidia,
Y
de una envidia
En
su
triste
Los anima
veneno
el
desamparo guerrero;
el dios
Que a lástimas de la tierra No se llama sordo el cielo. Una generosa dama (i) Hace un divino compuesto
De Marte y
Narciso, entrambos
Sin lo vano y lo soberbio:
De
fuertes luzidas armas
Ciñe su bizarro cuerpo,
Y
de arneses victoriosos
Las paredes de su templo.
De
los ínclitos
varones
Publica los claros #hechos,
Que
viven siempre inmortales
Sobre
hombros
los
Que
a los
Les
avisa;
del tiempo.
montes se retiren
que de buenos,
Grandes varones, fué siempre
Huésped sagrado
el desierto.
El vellocino le ofrecen,
Que será blasón al cuello De tantos grandes Filipes, El Quarto, en todos primero.
De
su querida
Medea
Sale quexoso Fineo;
Que
desdichadas finezas
Labran desdenes de
Segundo parto
hielo.
del mar,
Principio a tanto escarmiento.
Es
t)^rano
de
las
ondas,
Volante animoso leño. Para quexa de los
siglos,
Hércules, Jason, Teseo,
Dan nueva guerra a las vidas En campañas de agua y viento;
(i)
«La señora doña Luisa
Carrillo.'
COMEDIAS MITOLÓGICAS
Con más
codicia
Rompen
el
que
mar; que
gloria al
sediento
Afán de ambición humana
No
bastan golfos en medio.
Conquistar
el
vellocino
Es su empresa, y a su intento Armas previenen y assombros Los admirados isleños.
Medea y
A
Rey
el
se inclinan
diferentes afectos:
El, a
Y
defender sus muros,
ella a
rendir pensamientos.
Solicitan
de
hija y
padre
Jason y sus compañeros
El agrado, aunque ninguno
Es
falso, y todos son griegos. Fineo celoso mira
La novedad, y en
el
pecho
Iras fabrica y venganzas;
Que •
son traydorcs los zelos.
La bella Elenia se muestra Su amante, y un jardinero Galán su desdén acusa
En
dulces suspiros tiernos.
Mal
fiada
de sus
Busca Medea
De
el
ojos,
esfuerzo
encantos, que sin belleza
Son delito y no remedio; La hermosura es solo encanto,
Y
en sus bellos ojos preso
Jason no quiere otro hechizo;
Que hermoso
basta un cabello:
Desconfía por amante,
No por hombre, Jardín, de
y en un fresco
amores Reales
Vulgarísimo tercero, Hablarle intenta Medea,
Y
Elenia en blandos concentos
Lo
A
triste del
lo
alma
fía
dulce de un soneto:
.Sirenas halia en
Mas que en
el
la tierra,
mar; mas, ¿qué es esto,
205
ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DÉ VEGA.
2»6
Que ya todo Es
el
aparato
jurisdicción del fuego?
Llama veloz penetrando otro ramo seco,
De uno en
Penacho es de
luz,
y en plumas
Ardientes vuelan los techos.
La seguridad advierte De aquel hermoso mancebo
Que
Por quitar
Por
(i),
a la alteración se niega
él
el
temen
Mira seguro
susto ageno. todos,
el
y
él
incendio,
Que en la turbación de todos No se aparta del sosiego; Ni de su lado, aquél siempre Sólo a su servicio atento
De No
(2),
fama y la gloria serán testigos muertos, quien
la
Del Numeroso auditorio Mira a lo baxo y plebeyo, Que ya es en él confusión
Lo que bastaba El
temor es
recelo;
el peligro.
Y
en la luga y el aprieto, Del remedio que procura
Se compone todo
Ya
el
el riesgo.
gallardo ilustre joven,
Quanto
es dulce parentesco
Del amor y de la sangre, Vínculos del alma estrechos, Saca en sus bizarros brazos,
Más
fino
que con
el viejo
Noble padre, aquel Troyano Fénix del ardor sangriento.
Animosa
Con
De
el
la
la
hermosura
semblante sereno,
blanca aurora imita
Los albores más risueños;
(1)
«El
Rey nuestro Señor.»
Es seguramente Mendoza. (2)
el
conde duque de Olivares, aunque no
lo
acota
COMEDIAS MITOLÓGICAS
A las humanas deidades Las dexan de amparo lexos. Los viles con el espanto, Los nobles con
el respeto,
Hasta que necessitando
De
cortés atrevimiento,
Con decencia
la
osadía
Se pone animosa en medio;
Como
a sagrados
Penates
El dulce glorioso peso
Dan
al
hombro, que a
las plantas
Fueran profanos trofeos: ¡Quántas atentas finezas
Se malograron, que abriendo Lugar, dio
Ouien no Alguno
al
agua peligros
las halló
en
el
fuego!
quien bellos ojos
a
Callado favor pidieron, Sin dolerse ni empeñarse,
Todo
miraba Ñero
lo
Dio treguas
(1).
el alboroto,
Los sustos aplauso dieron, Festivo quedó
Y quedó
el peligro,
corrido el miedo.
Sólo tuvo de desdicha
Lo que
los ojos perdieron,
Quitando
Lo que
a la
ser
admiración
pudo escarmiento.
Mereció ser competencia
Y
sirvió
De
con
el
suceso
luminaria que tuvo
Hasta en lisonjas extremos.
Dexó engañarse la faina De relaciones; fingiendo La novedad desaliños,
Y la
ignorancia mysterios:
Hasta
el accidente
Nos dexó
mismo
alegría, haziendo
Los donayres experiencias
De
(1)
Alusión
al
los
engaños d ti pueblo
antiguo romance
Mira Ñero
de Tarpeya.
207
ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA
208
Altamente celebrados;
Ansí los años Febeos
Del Sol quedan inmortales,
Ya que no pueden Los últimos versos se
nadamente obscuro, no
sólo por el estilo habitual del poeta, sino por
a las extrañas voces
y
(i).
aunque de un modo intenciona-
refieren,
consideraciones de otro orden, teatro,
eternos
al
accidente del incendio súbito del
que entonces corrieron sobre
la
causa
del siniestro, y que hallamos consignadas en los viajes de madame d'Aulnoy y de Van Aarsens de Sommerdyck, los cuales no dudan en suponer que el mismo conde de Villamediana, loco de amor por la Reina Isabel, pegó fuego al improvisado escenario para poder
que nos parece novelesca e
sacarla en sus brazos. Esta tradición,
que seguramente tuvo origen en alguna voz que co-
verisímil, pero
muy
rrió
in-
acreditada entre los contemporáneos (como lo indica
mismo empeño con que
el
el
cortesano poeta Mendoza procura des-
virtuarla y hacer que sea Felipe quien, rompiendo por las llamas,
salve a la Reina), acaba de rodear de
una aureola romántica
esta fá-
bula de Lope.
Con cede a
estas explicaciones
la
podrá entenderse
comedia, o más bien invención^
se llamase a estas representaciones
de
la
como
Palacio,
loafaniosa que pre-
quería
Mendoza que
de
cuales
las
comunes de
él
mis-
mo
dice que «no se rinden a los preceptos
que
es una fábula unida; ésta se fabrica de variedad desatada, en
que
la vista lleva
más en (i)
lo
que
mejor parte que
se ve
El Fénix
que en
castellano D.
lo
el
que
oído,
y
la
las farsas,
ostentación consiste
se oye». Hasta
en
la
extensión
Antonio de Mendosa, renascido de la gran Lis-
Bibliotheca del ilustrissimo Sr. D. Luis de Sonsa, arzobispo de Lisboa boa, en la imprenta de Miguel Manescal, 1690, páginas 426-445.
En vano hemos buscado relación de estas fiestas en las Cartas de Andrés Almansa Mendoza (1621 1626), principal noticiero de esta época, y a quien •cuadra mejor que al Mendoza poeta el retrato que en una de sus cartas al Duque de Sessa hace Lope de aquel Mendoza, «retrepado siempre en los co•de
ches de los grandes y títulos
asistente perpetuo a la comedia, calificador de
sermones entre los poetas, y de los dramas entre los oradores sagrados, consultor de los sonetos, embajador de la Señoría de la discreción en esta Corte, agente de la puerta de Guadalajara,y Mercurio de las nuevas y sátiras de los
este reino*.
COMEDIAS MITOLÓGICAS
y
20Q
distribución se aparta de las reglas generales del Teatro de Lope,
muy
puesto que es consiguiente,
breve y no tiene división de actos
un espectáculo palaciego
muy
análogo a
Lope, sin embargo, con mejor acuerdo que
Es, por
(*).
ópera.
la
conde de Villa-
el
mediana, que había tomado de un libro de caballerías su embrolla -dísimo argumento, difícil de desarrollar en tan corto espacio, prefirió acudir al arsenal
de
la
donde encontró una
mitología,
fábula
perfectamente acomodada para este género de exhibición pomposa,
con
ventaja de ser ya familiar a los espectadores, lo cual permi-
la
más rapidez en
tía
la
acción, subordinada,
como
tenía
que
estarlo, a
máquinas, decoraciones, danzas, músicas y tramoyas. Sembró
las
toda
la
obra de versos bellísimos
condiciones de
la
obra apenas
le
y
triunfó
como
lírico,
ya que
las
permitían mostrar su talento dra-
mático.
El mito geográfico de los argonautas (conocido ya del autor de la Odisea),
y
antiguo con siodo,
el
él
de
los
amores y encantos de Medea, enlazado de
(puesto que ya aparecen juntos en
la
Teogonia de He-
aunque son de origen diverso), habían sido poetizados de mil
maneras por
los autores clásicos,
daba novedad posible en dia de Eurípides (i)
tal
y de
y
al
poeta moderno apenas le que-
argumento. Prescindiendo de
todas aquellas en que
la trage-
Medea no
es la
virgen de Coicos enamorada y hechicera, sino la esposa vengativa, la
maga ofendida y
relato épico-lírico
celosa; podía escoger entre el
que se contiene en
poema de Apolonio de Rodas, obra
la
Pítica
solemne y
IV de
triunfal
Píndaro;
y refinada del Medea (canto 3.
exquisita
alejandrino, a la cual el patético episodio de
el
arte )
da
un valor psicológico y sentimental, sólo igualado o superado entre los antiguos
por
el lib,
IV de
dramática de Ovidio en
la
el lib.
Eneida;
VII de
las
la
exposición también
Metamorfosis
y
al
muy
cual pue-
Günthner y Restori, hacen notar que la comedia se divide en dos acaunque no aparezca exteriormente la división. (A. B.) Sófocles había tratado el asunto de los argonautas en dos tragedias (1) Los Scitas y Las mujeres de Coicos, citadas varias veces por el escoliasta de Apolonio. Quizá la Medea latina de Attio, de la cual ha conservado Cicerón (De natura Deorum, II, 35) un curioso fragmento, en que se pinta el asombro de un pastor al ver por primera vez un barco, era imitación de esta tragedia, más bien que de la Medea de Eurípides. (*)
tos,
Menkndez
y
Pela y o. —Estadios sobre
el
Teatro de Lope de Vega.
n
2IO
ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA
de añadirse
la
Heroída XII, composiciones una y otra en que es vi-
sible la influencia análisis
de
los
de Eurípides y de Apolonio, especialmente en
afectos de
Medea, y del conflicto y
el
de contra-
lid
puestas pasiones que arde en su pecho; y, finalmente, hasta la dura
y seca Argondutica
latina
de Valerio Flaco, no
falta
de mérito,
sin
embargo, en su concisión sentenciosa.
Lope de Vega, según lo
mismo han hecho
do a
las tablas este
tomó por guía a Ovidio, y poetas modernos que han lleva-
su costumbre,
casi todos los
argumento. Antes de indicar rápidamente algu-
nas de estas obras, advertiré que esta ta fué repetida
fiesta
palaciega de nuestro poe-
en 1633 en Viena, y en 1649 en Milán
(1).
El acto primero de Los tres mayores prodigios, de Calderón, logía
de que ya dimos cuenta en
el artículo
a la conquista del vellocino de oro.
que
el
mismo Valentín Schmidt
nociendo en esta ocasión
la
No
tri-
anterior, está dedicado
insistiremos sobre esta pieza,
califica
de aborto dramático, reco-
superioridad del arte sencillo de Lope.-
Ni hablaremos de Los encantos de Medea, de D. Francisco de Rojas,
porque esta monstruosa comedia, en
la cual
nada hay digno del
autor de García del Castañar, no tiene por asunto
de
la
leyenda de Jasón, sino
ganza de Medea. Con
la
segunda, esto
de El
el título
la
primera parte
es, los celos
y
la
ven -
vellocino de oro conquistado cita
Salva en su Catálogo un drama anónimo en un acto, sin advertir le tenía
en
si
impreso o manuscrito. Probablemente será traducción, hecha
el siglo
pasado, de alguna
sobre este argumento
(2).
de
Con
las
óperas extranjeras compuestas
efecto, así
como
los celos
de Medea
Hallo esta noticia en un escrito reciente sobre Lope, que contiene (1) muchas indicaciones eruditas y útiles a pesar de su brevedad: Studien zu Lope de Vega, von Professor Engelbert Günthner. (Program des Kónigl. Gymnasiums in Rottwfil zum Schlusse des Schuljahrs, 1S04-05) Pudo ser la misma que corre impresa en italiano y castellano, for(2) mando parte de la serie, ya rara, de las óperas cantadas en el teatro del Buen Retiro en tiempo de Fernando VI. El vellón de oro conquistado. Composición dramática para representarse en el Real Coliseo del Buen Retiro, festejándose el Jeliz día ?iatalicio de Su Magestad Cathálica, el Rey nuestro Señor Don Fernando VI, en el año .
de I749>
La música
es
de Juan Bautista Melé.
No
consta el
nombre
del poeta.
La
COMEDIAS MITOLÓGICAS
son materia propia de
211
tragedia, sus encantamientos pertenecen
la
más bien a la jurisdicción del drama lírico, que los ha explotado muchas veces. Creemos que abre la serie el Jasón, de Francisco Ca(verdadero fundador de
valli
de Jacinto A. Cicognini, en
la 1
ópera veneciana), cantado con
649, en
el
teatro de
letra
San Cassiano; obra
más conocida y famosa de aquel compositor, que en los cantos de Medea puso, según dice Gevaert, una pasión salvaje, y en los de
la
Jasón acertó a contrastar con arte sentimientos
muy
La
diversos (i).
Toisón d' Or, de Pedro Corneille, tiene algún interés para los españoles,
por haber sido representada en 1661, con ocasión de
de los Pirineos
mo
y
del matrimonio de Luis
XIV, precisamente
la
paz
al
mis-
tiempo en que nuestro Calderón, celebrando idéntico suceso,
componía para de Corneille
el
teatro del Retiro
lleva el título
La púrpura
de la rosa.
de tragedia, pero en rigor no
La pieza lo
es, ni
tampoco una ópera, sino una pieza de grande espectáculo, en que declamación ocupa más lugar que la
la
música; una especie de zarzue-
heroica o seria. Sólo se recuerdan de ella algunos elocuentes ver-
sos del prólogo, relativos a los desastres de la guerra. Otra ópera
El
la
de
Vellocino de Oro, de Juan Bautista Rousseau, yace en el olvido
más profundo. Pero
lo
la trilogía
más digno de recordarse en un estudio acerca de Lope,
sobre El Vellocino de Oro, que compuso
mirador y profundo
crítico
piezas diversas los tres la
de nuestro poeta, Grillparzer, tratando en
momentos de la leyenda:
expedición de los Argonautas,
animándolo todo con
el
tumbres griegas y
de
derosa en
la
las
el
el
asesinato de Frixo,
abandono y la venganza de Medea;
poético e interesante contraste entre los bárbaros.
las cos-
Así Medea, encantadora po-
Cólquida, siente que su prestigio mágico
la
abandona en
traducción es del médico italiano D. Orlando Boncuore, y tan detestable todas las suyas.
Hay
es
más grande ad-
el
otra posterior de poeta
como
anónimo y músico español o domiciliado en
España: Jaso'n o la conquista del Vellocino. Zarzuela heroica que
han de representar
compañías de cómicos de Madrid en el teatro del Principe este año de IJÓ8. Puesta en miísica por D. Cayetano Bruneti, músico de la Real Capilla de Su Magestad. E?i Madrid, e?i la imprenta de la viuda de Elíseo Sánchez. las dos
(i)
Rolland, op,
cit.,
púg. 173.
ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA
2 2 1
y que
Corinto,
la
serena luz del helenismo triunfa de
supersticiones del Ponto inhospitalario.
y obscuras
poeta ha humanizado
po
el
las
suaves tintas de
cado
el terrible
nioso
admira en
Argonáutica, de Apolonio, y aun ha modifi-
la
desesperación de
la
simplicidad de motivos que se
que se abrazan a su
Medea
rival Creusa;
al
no ya de un arrebato de verse abandonada por sus
combinación que parece ha-
ber imitado Legouvé en su conocida tragedia sobre
No hay en
Al mismo tiem-
desenlace mediante un recurso sentimental e inge-
los antiguos), haciéndole nacer,
de
sangrientas
carácter de Medea, presentándole con
el
bien algo apartado de
(si
celos, sino hijos,
la
las
la
trilogía
el
mismo
asunto.
de Grillparzer reminiscencias del Jasón,
de Lope, cuyo Teatro apenas había comenzado a estudiar en aquella
y aunque algunos
fecha (1824);
críticos, entre ellos
han creído notar cierta semejanza entre
la
escena de
W. la
Scherer,
llegada de
Frixo con los griegos a Coicos y otra de El Nuevo Mundo, de Lope
de Vega,
coincidencia, que, por lo demás, es
tal
que ser enteramente crítico
Lope
casual, pues,
Arturo Farinelli en su excelente
(I), el
muy
remota, tiene
como demuestra el agudo y docto libro sobre Grillparzer
y
poeta austríaco no había leído todavía en 1822, fecha
de aquella parte de
la trilogía
Los huéspedes (Gastfreundes), ninguna
comedia de Lope, y sólo dos años después alcanzó a ver hasta seis o siete, ninguna de las cuales es El Nuevo Mundo, cuyo estudio no hizo hasta
18
50
(*).
El marido más firme.
VI.
—Texto de
la
Parte veinte de
las
co-
medias de Lope, publicada por su autor en 1630. La composición
de
la
obra no debe de ser
gancia
y
de Lope,
corrección del el
muy
estilo,
anterior,
propios de
como la
lo
persuaden
última
la ele-
y mejor manera
cual dirigió esta obra al fecundísimo polígrafo portugués
Manuel de Faria y Sousa, en agradecimiento de la dedicatoria que éste le había hecho de su fábula de Narciso. La epístola de Lope es curiosa,
(1)
ho sólo por
Grillparzer
el
notable elogio que contiene del «abundante,
und Lope
de Vega, von Arturo Farinelli. Berlín, 1894.
comedia anónima: Triunfos de Jasan, el auto de Calderón: El divino Jasdn, y la comedia burlesca de Francisco de Avellaneda, titulada: El Templo de Palas, en la cual hay un entremés titulado: Triunfo del (*)
Restori cita
Vellocino. (A. B.)
la
COMEDIAS MITOLÓGICAS insigne, dulce, -heroico, grave
213
y amoroso caballero Juan
rino», ídolo poético de aquellos tiempos, sino por recta
cretos términos, que la
poema dramático
pretender entrar aquí en
dice. Sin
que se refieren a
la
las
es la fábula
de Orfeo y Eury-
múltiples
difíciles cuestiones
y
personalidad mítica de Orfeo, cuyo nombre no
como iniciador de los como poeta sacerdotal a quien se atribuyen innumerables himnos, y como fabuloso patriarca de la
aparece citado antes de Píndaro, pero que, misterios
y de
las purificaciones,
doctrina llamada órfica y de
pendia y domina manifestaba a
prácticas teúrgicas
las
y mágicas, com-
toda la historia de la teología helénica, tal
los iniciados
en
las
como
se
asociaciones secretas, recibiendo
luego más complejo y trascendental sentido merced a los neoplatónicos alejandrinos, sólo
la
exégesis de
nos cumple decir que de este
Orfeo mistagogo y teosófico no hay huella apenas en los poetas tinos,
que fueron
en general, en
de que Lope se
los únicos
la literatura
moderna, hasta
valió; la
como no
aparición del
la
la-
hay,
poema
simbólico que en prosa compuso Ballanche por los años de 1830,
obra algo nebulosa, pero pensada con rara elevación y nobleza y con gran sentido de
las
cosas divinas de la antigüedad, en lo que tienen
de más profundo. El Orfeo de que aquí tratamos es un personaje
mucho más hu-
mano, y no esconde su cabeza en la penumbra del símbolo. Es amador de Eurydice, el marido más firme, que por ella baja
leal
Infierno
cida del
al
y la rescata, y vuelve a perderla por una imprudencia, namismo exceso de su amor, y la llora inconsolable por los
hielos hiperbóreos la
el
nocturna orgía,
y por le
los
montes
hacen pedazos
didas de su desdén, y arrastra repite con fría lengua flébil elegía
el
el
Rífeos, hasta que, en el furor las
de
bacantes de Tracia, ofen-
Hebro
su cabeza, que todavía
nombre de Eurydice. Tal
es el Orfeo,
repiten los divinos versos dé Virgilio en
el
cuya
libro
IV
ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA
214
de
las
Geórgicas (484-527),
como un prolongado y
lánguido sus-
piro:
Te, dulcís coojunx, te solo in litore secum, Te, veniente die, te decedente canebat.
Ovidio también, con menos profundidad de sentimiento, y menos pureza y castidad de forma, aspiró a r«novar este argumento en 85 primeros versos del libro
los
X
de sus Metamorfosis que por ',
cierto terminan
con un rasgo repugnante,
toda poesía a
leyenda:
la
Ule etiara Thracum populis
el
cual basta para quitar
^Etatis
breve ver,
et
amorem
fuit auctor,
In teneros transferre mares; citraque
primos carpere
juventam flores.
Varios poetas castellanos se han ejercitado sobre feo,
pero aquí sólo citaré dos, que
contemporáneos de Lope,
En 1624
apareció
el
Orfeo
lo
hicieron
ya uno de
si
(I),
no fué
rivalidad, él
mismo.
de D. Juan de Jáuregui, florido y
zanísimo ingenio sevillano, educado en
acérrimo impugnador de
como en
ellos
de Or-
la fábula
las viciosas
Italia
en
el
lo-
gusto clásico,
innovaciones de Góngora,
sí
bien en este tiempo ya comenzaba a dar muestras de inficionarse de
no siendo tan puro y natural su
ellas,
Rimas; contagio debido acaso
al trato
estilo
como en
asiduo con Lucano,
ra de la antigua
Roma, cuya Farsalia
entonces. Es
Orfeo obra de transición entre
el
sus primeras
se
las
como en
la
Góngo-
dos maneras de
Jáuregui; pero las faltas de gusto que en él se observan
graves ni tan continuas
el
ocupaba en traducir por
no son tan
versión parafrástica de la Farsa-
Orfeo, de Don Juan de jáuregui. Al Excelentissbno Señor Don GasGuzmán, conde de Olivares, sumiller de Corps, cavallerizo mayor, etc En Madrid, por Juan González. Año 1624. 4. El poema se divide en cinco (1)
par
de
cantos.
Fué
incluido este
en
1
68 1
poema en
1681,
como obra de D. Agustín de
Salazar y
colección postuma de sus obras líricas y dramáticas, publicada con el título de Cylkara de Apolo; pero este error del colector del
Torres, en
la
que fué D. Juan de Vera
de Arpropiedad del poema, imprimiéndole, junto con su Farsalia, en 1684, edición postuma también. libro,
Tassis, fué deshecho por Sebastián
mendáriz, que restituyó a Jáuregui
la
COMEDIAS MITOLÓGICAS lia.
El
mismo severísimo Quintana no dudó en dar entrada en
colección selecta a
la
dido y abreviado por serva forma
«En el
215
el
parte principal de este poemita,
con mucho
él
siguiente juicio,
acierto.
las octavas
que con-
que no queremos retocar en nada:
gran versificador,
ellas se luce el
De
su
bien refun-
si
el escritor
ameno y
elegante,
No
poeta que cuenta o pinta con resolución y con brío.
hay,
ciertamente, bastante variedad de formas, pero las que usa son be-
y aunque
llas;
se ve bien
que
cho estudio y mucho esmero, tériles, y, sin
a
ofender a
el
autor ha puesto en su trabajo
este
mu-
esmero y este estudio no son
la facilidad,
producen
que aspiran. Hay pasajes de mérito
muy
casi
siempre
el
es-
efecto
superior: tales son los
presentimientos tristes de los dos esposos en medio de sus delicias, la
descripción de los lugares por donde se pasa
tos del canto
de Orfeo en
las
márgenes del Aqueronte, y
ción súbita y espantosa de los amantes al
ma que más
el
la
salir del infierno.
separa-
Es
lásti-
discurso de Orfeo a Plutón, que debiera ser el trozo de
resalto, sea lo
Hay,
al infierno, los efec-
sin
más
débil del
embargo, en
él
poema».
un rasgo ingenioso y
feliz,
que Quinta-
na aplaude mucho; es cuando Orfeo, para enternecer a Plutón, recuerda
el
Fué
triunfo tuyo tu feliz consorte:
Yo, imitando tu amor, busco
El Orfeo, de Jáuregui, escrito con al
Polifemo, de Góngora,
el
y
obscuro, excitó la
la
el
la
mía.
intención de contraponerle
y confirmar con
teóricamente había predicado en culto
le
rapto de Proserpina:
la
práctica lo
mismo que
Discurso poético contra
el
hablar
mordaz agudeza del poeta de Córdoba en
soneto que principia: Es
donde
el
Orfeo del señor don Juan
se burla con gracia,
y no
sin razón,
de haber censurado tan agriamente estilo, viniera a la
latinismos
y
la
de que Jáuregui, después
obscuridad y afectación de su
postre a imitarle, sobre todo en
la
introducción de
otras voces exóticas, por lo cual acaba llamándole «cisne
gentil de la infernal palude*.
2l6
ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA
Pero aunque Jáuregui fuese tan declarado enemigo de Góngora,.
no por eso tenía
muy
grupo, sino que era a
cordiales relaciones con
modo de
corifeo
Lope de Vega y su
de una pequeña escuela poé-
que aspiraba a mantenerse a igual distancia de
tica
uno y del culteranismo del género de dicción
aunque en número escaso,
y remontada. No
muy
llaneza del
por eso de cultivar
otro, sin dejar
artificiosa
la
le
que llegasen a
fervorosos,
cierto-
faltaban devotos,, titularle
príncipe de los poetas de España, rótulo que encontramos manuscrito,
de
letra del
tiempo,
al
margen de
la
portada de un ejemplar de-
sús Rimas. Ofendidos por esta u otras razones los parciales de Lope,
molde aquel mismo año otro
hicieron correr de
Orfeo, también en
y en cuatro cantos (uno menos que el de Jáuregui), que nombre del predilecto discípulo de Lope, Dr. Juan Pérez de Montalbán (i). Fué voz muy acreditada entonces, y queoctavas
lleva al frente el
luego ha encontrado no pocos valedores,
la
de ser Lope de Vega
verdadero autor del poema con que se estrenó Montalbán en
de
blica
las letras,
por generosa o calculada dádiva de su maestro, a
quien acaso no pareció decoroso presentarse riendo arrebatar
la
palma
a Jáuregui. Nicolás
mente por de Lope, y un ejemplar de
(
i
El Orfeo en lengua
)
rreira de la Cerda gios de rias.)
la
el»
repú-
castellana.
A
la
la
al
público
Antonio
le
como queda resuelta-
primera edición, que perte-
décima musa doña Bernarda Feal fin de los Sucesos y Prodi-
Madrid, 1624. (Reimpresa
Amor, de Montalbán, en
la
edición de Barcelona, 1640, y en otras vacomo cuida de advertirlo Lope de Vega
El título tiene algo de irónico,
en una carta que va al principio: cEl título, a mi modo de sentir, es extremado; con él por lo menos no se enojarán con v. m. esos señores que se llaman cultos, pues ya confiesa que escribe en la lengua castellana, con cuyo advertimiento se abstrahe de toda voz y locución peregrina, menos las recebidas, > La alusión a? y que blandamente sirven de ornamento al estilo grande
Jáuregui es evidente, y todavía lo es más esta otra: «Todos los que escriben estas tropelías reprehenden en los otros lo que ellos mismos hacen, censu-
rando por desatinos en los libros ajenos lo que en los suyos veneran por oráculos; pero no es mucho que no se conozcan si andan a escuras: yo a lo menos en esta confusión hallo de una misma suerte a los cultos que a los t¡nidos, que habiéndolos conocido antes, ahora estudio en conocerlos. V. m. finalmente acierta en apartar este Poema suyo desta tercera lengua, como lo declara el título, y así pienso que lo harán de aquí adelante los naturales de Castilla, a diferencia de lo que se va introduciendo, a quien cada provincia dará su nombre
»
COMEDIAS MITOLÓGICAS necio a Gallardo
y hoy
al Sr.
217"
Sancho Rayón, tiene en
acotación de algún curioso de aquel tiempo:
es tal, ciertamente, el intento
cuando mira bajo aspecto tan diverso
que guía estas
a la crítica
moderna
mismas cosas que
tanto-
escandalizaban a los preceptistas de antaño, los cuales, por otra par-
COMEDIAS MITOLÓGICAS
221
no dejan de tener razón en aquellos reparos de sentido común
te,
que son tan obvios como
irrefutables,
y que ninguna
escuela
contradecir. Tal acontece con lo inoportuno de los chistes alforjas sí
de Fabio: no porque
el
la
las
gracioso del Teatro español sea en
mismo condenable, puesto que no
dosísimo confidente de
puede
y de
con ventaja
sólo suple
al
enfa-
tragedia francesa o a la nodriza de las tra-
gedias de Eurípides, sino que muchas veces desempeña con supe-
una función análoga a
rior sentido
do
armonía de
la
nista, sino
los afectos¡
porque, dado
de Orfeo, se destruye
la
del coro antiguo, restablecien-
perturbada por
la
pasión del protago-
carácter especial de la fábula mitológica
el
efecto de su bajada a los infiernos hacién-
el
dole acompañar por un criado chistoso,
cuyas sandias ocurrencias
quitan toda poesía y majestad a estas escenas.
de Montiano, no
Si es justa esta censura
más, y a casi todas
de
misma preceptiva dramática que
]a
afectos amorosos
no sean
la
única ni
la
él
es
obras de Esquilo, y tengan
menos
que son
cierto
parecen tanto
las
de-
profesaba. Pues
muy
aunque
los
principal materia de la tra-
gedia, sobre todo de la tragedia ateniense, las
lo
puede darse cumplida satisfacción dentro
ellas
y estén
casi
ausentes de
secundario lugar en Sófocles, no
que imperan ya en muchas obras de Eurípides, y que vive y se alimenta aquel Teatro
principal fuego de
el
por Montiano tan admirado. La obra más perfecta de
clásico francés
ese Teatro es Fedra, una tragedia de amor. Sino que nuestros críti-
cos del siglo pasado eran tan estrechos
y
recoletos,
que no dudaban
en adicionar con nuevos y caprichosos mandamientos tico
el
credo poé-
de sus maestros. También Jovellanos quería excluir, o poco
menos, de
la
poesía lírica el amor, por parecerle materia poco digna
de un hombre grave.
Que
las ficciones
consiguiente,
las
de
la
antigüedad sean poco verisímiles, y, por
más extrañas y repugnantes
gicos:», parecería sentencia
muy
a los preceptos trá-
propia en boca de un romántico
intransigente, pero implica contradicción en Montiano, tan acérrimo
defensor de
ba de
la
la
tragedia clásica francesa,
la
cual ordinariamente toma-
antigüedad sus fábulas, y que sólo por excepción trató
asuntos bíblicos en Ester y Ata/la, o asuntos cristianos en Polieucto, o asuntos de
la
Edad Media en El
Cid.
ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA
222
La duplicidad de acción
es innegable
en esta comedia de Lope,
y no lo es menos la inutilidad de algunos personajes pegadizos, que, con sus amoríos e intrigas particulares, distraen la atención y enervan
el interés
de
la fábula.
Pero
y
tales interlocutores parásitos
ac-
ciones subalternas han sido plaga de todos los teatros del mundo, y
no se
como
libró lo
de
ellos la tragedia francesa en~sus obras
prueba
personaje de
el
la
Infanta en
más
El Cid y
selectas,
de Aricia
el
en Fedra. El conflicto que en
de reinar y
de
el
el
ánimo de Albante surge entre
deseo de vengar
al espíritu
de
la
ambición
honra de su hermana, nada tiene
la
inverisímil; antes es esencialmente trágico.
contrario
la
Puede tacharse,
antigüedad; pero en descargo de
sí,
Lope ha
de alegarse que todo dramaturgo, queriéndolo o no, atribuye acciones de sus personajes a aquellos motivos del orden moral
comprensibles para sus espectadores, sin
de
las-
más
lo cual correría el peligro
de no ser entendido por nadie. El desenlace o solución de atiende a
la
la
acción subalterna de
único en lo que pertenece a
tragedia es ciertamente doble la
lealtad conyugal
la
si
se
venganza de Albante, pero es
de Orfeo y a
la
pér-
dida de su esposa. La impresión de esta catástrofe y las alternativas
de esperanza y temor por donde el ánimo de Orfeo va pasando, no aminoran el interés, como no le aminora en la Alceste, de Eurípides,, el verla
La
primero muerta y luego resucitada.
tragedia de
Lope termina ofreciendo una segunda
probablemente no llegó a biera contenido, puesto
parte,
que
y que no sabemos lo que hufábula de las bacantes que despeda-
escribirse,
que
la
zaron a Orfeo no parece asunto propio del teatro, sobre todo con explicación que de
tal
Después de Lope
segunda parte,
si
mito da Ovidio.
trató este
su comedia Eurídice y
la
argumento D. Antonio de
Solís
en
Orfeo, que también acaba prometiendo una
bien de contenido diferente:
Y
con
esto,
Señores míos, se acaba
La gran fábula de Orfeo Sin mi mujer, porque nada Tenga de
trágico el cuento.
COMEDIAS MITOLÓGICAS
223
Al curioso que quisiere,
Muy atacado a lo cierto De una fábula, que vuelva Eurídice a los infiernos,
Para
Se
la
segunda parte
convida.
le
Laus Deo.
Esta promesa quedó sin cumplir,
como
tantas otras,
La comedia pertenece
dad, no se perdió mucho.
y
a la ver-
género de
al
las
mitológicas de Calderón, a quien Solís imitaba constantemente en sus obras de grande espectáculo, tales
tuna
y Las Amazonas. No
versificación
muy
faltan
como Triunfos de amor y
for-
en estas piezas de aparato trozos de
estimables, y, en general, el estilo de Solís, aun-
que aliñado y culto en demasía, con visos de culterano, es menos enfático
que
de Calderón, de quien, por otra parte, no tiene
el
la
ni la pompa y agudo ingenio del futuro historiador de la conquista de Méjico, que no iba acompañado de grandes alientos poéticos, se acomodaba mucho mejor al cortesano discreteo de
sonora robustez,
ni la
imaginación potente y colorista,
heroica y altisonante. El vivo
comedia de costumbres, y en este género mostró cierta originalidad sutil y alambicada, cuyo tipo es la comedia de El amor al uso.
la
mismo
Pero en sus
fiestas palaciegas, el
forzado
afectación del estilo insípida. Por lo demás, el
y
la
mitológico está tratado
desarreglo
del plan parece
como una comedia de capa y
parte del embrollo estriba en haber perdido Orfeo Eurídice; hay cuchilladas
muestran VII.
y
muy enterados de las La bella Aurora. — Es
leyes del duelo la
primera de
sertas en la Parte veintiuna (postuma)
en 1635 por su
Da la
hija
doña Feliciana
asunto a esta pieza
la
y Aristeo y
escondites,
de
las
(*)
Restori
ra. (A. B.)
cita,
la
retrato
de
Felisardo se
comedias in-
de Lope, publicada
del Carpió.
fábula mitológica de Céfalo, Procris
primera en
además,
el
(*).
las 12
Aurora, que Ovidio narró dos veces, venciéndose a
suavidad y elegancia;
tema
espada; gran
el
Amor
el
sí
Arte amatoria
co?ista?ite,
de
Zabala
y mismo en
(libro
y
III,
Zamo-
ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA
224 v.
685-746), aconsejando a
la
mujer enamorada y celosa que no se
deje engañar fácilmente por vanas apariencias:
Nec
cito credideris:
Exemplum
la
segunda en
se
pone
la
el libro
quantum
cito
VII de
las
relación en boca del
primera,
la
el
y
los
el
661-685), donde
ellas leves discordancias. el
calor, se
acoge
purpúreos collados del Himeto,
abandonando sus criados y sus
allí,
(v.
Céfalo. Idéntico es el sentido
cazador Céfalo, agobiado por
cerca de una fuente sagrada en
césped e invoca
;
Metamorfosis
mismo
de ambas narraciones, aunque haya entre
En
credere laedat,
vobis non leve Procris erit
perros, se tiende en el verde
aura refrigerante:
Accipienda sinu, mobilis Aura, veni
Alguien, movido de mala voluntad o interpretando erradamente este suspiro, lleva
noticia a Procris, que, juzgándose
la
por su marido, cae en todos los extremos de
la
engañada
pasión celosa, des-
garra sus vestiduras, ensangrienta frenéticamente su rostro con las uñas,
por
y vuela por
los
campos como una furibunda bacante azuzada
de Lieo:
el tirso
Ut
rediit
animus, tenues a pectore vestes
Rumpit, et indignas sauciat ungue genas.
Nec mora: per medias sparsis furibunda
capillis
Evolat; ut thyrso concita Baccha, vias.
Encamínase gas de
al
paraje en que su marido solía reposar de las
la caza; llega
mediodía, y repite su acostumbrada invocación
Comprende hojas para
y al aura. mueve las
a lanzarse en los brazos de su esposo, éste, creyendo
sentir los pasos cris
al céfiro
Procris su error, y, cuando, llena de alegría,
ir
fati-
Céfalo a templar en la fuente los ardores del
de una
muere bendiciendo
fiera,
la
lanza contra ella mortífero dardo. Pro-
mano que
la
ha herido y consolándose en
su agonía con no haber sido ofendida en su amor por rival ninguna.
COMEDIAS MITOLÓGICAS
Todo
lo expresa,
con
sulmonense en estos
la tierna
molicie propia de su
Hoc faciet posit:e te Nomine suspectas jam Illa
poeta
estilo, el
versos:
Ante diem morior, sed
Labor
22 5
io!
nulla pellice lcesa:
mihi, térra, levem. spiritus exit in auras:
Cara lumina conde
irianu,
sinu domince morientia corpora moesto
Sustinet, et lacrimis vulnera sceva lavat.
Exit, et incauto paulatim pectore lapsus,
Excipitur miseri spiritus ore
Mas complicada, y no .Metamorfosis. Allí za
de
la
la
sé
más
si
causa de
viri.
poética, es la leyenda
la catástrofe es el
amor y
la
en
las
vengan-
Aurora, que arrebata a sus palacios aéreos a Céfalo; pero se
ve desdeñada por
él,
mado en amores de
que entonces, más que nunca, se hallaba Procris,
infla-
con quien era reciente su consorcio: Ego Procrin amabam;
,
Pectore Procris erat, Procris mihi semper in ore: Sacra
tori,
coitusque novos, thalamosque recentes,
Primaque deserti referebam foedera
La Aurora hace concebir -que
por bía
huye la
lecti.
a Céfalo infundados celos de su mujer,
a las selvas, donde, víctima
palabra au?a, muere herida por
donado en prenda de amores
al
del el
funesto error producido
mismo dardo que
ella
ha-
gallardo cazador, de quien se
despide en versos suavísimos: Per nostri foedera
lecti,
Perqué Déos supplex oro, superosque, meosque; si quid merui de te bene; perqué manentem Nunc quoque, quum pereo, causam mihi mortis, amorem; Nc thalamis Auram patiare innubere nostris.
Per
En
este
segundo
relato
de Ovidio se inspiró principalmente Lope
de Vega para su tragedia, que Grillparzer (i)
Página
(i) considera
como obra
48.
Mené.ndbz y Pklayo.— Estudios sobre
el
Teatro de Lope de Vega.
15
ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA
226
de
la
decadencia del gran poeta, y que, en efecto, no deja de mosde cansancio, disimulados, sin embargo, con la pureza
trar signos
y
del estilo
esplendidez de
la
en que
versificación, cualidades
la
Lope, en vez de decaer, se aventajó a
mismo en
sí
sus últimos años.
Pero adviértase que este cansancio parece nacido, no de agotamiento
de
la fantasía
de su autor, que, por
el contrario, se
mostraba en otras
composiciones de aquellos días tan fresca y lozana, sino de
la
des-
ventaja del argumento mitológico, que, por estribar en un juego de palabras, llevaba consigo cierta insipidez.
materia menos propia del teatro que de los había tratado Ovidio, a
miento y
sin
de Céfalo
el
elegía,
de que carecía. Procuró,
interés dramático
rece particular atención, por
la
el senti-
ya que no estaba en su mano dar
embargo, animarla con diversos episodios, entre
los cuales
me-
gracia poética con que está desen-
de Céfalo por
vuelto, el del rapto
elegiacamente-
y
quien Lope procuró emular en
en la facilidad melódica,
a la fábula
Los celos de Procris eran la
oportuna observación de Schaeffer,
la
Aurora, que recuerda, según
la
leyenda de Tannháuser y su
(i).
Ingeniosa y bien imaginada
estancia en la
montaña de Venus
también es
escena en que Céfalo se presenta a su esposa, para
la
probar su virtud, disfrazado de mercader de joyas (situación que parece reminiscencia de varios cuentos orientales). La escena que
precede a dos,
ésta, tiene
mucha semejanza con
otra del
Examen
de mari-
de D. Juan Ruiz de Alarcón, comedia no impresa hasta 1631,
pero cuya representación refiere a 102$, con buenos indicios, ilustre biógrafo
Por su
de aquel ingenio. de tragedia no podía librarse
título
iras censorias
so (2), la
tragedia,
porque se reduce a
en
la sustancia,
ris
a ésta.
título
en
Todo
el
La
«No
la fábula
modo y
sé
Aurora de
bella
cómo puede
las
bella
aspirar a ser
de Céfalo y Procris, alterada
hasta en los nombres, pues llama Flo-
moda de su y como no tiene
su contexto es cómico, a
trágico, sino la
de
La
de D. Agustín Montiano, que, en su ya citado Discur-
juzga en estos términos:
hay de
el
muerte de
Floris;
la
Aurora, no se sabe cuál acción es
(1)
Geschichte des Spanischen National dramas,
(2)
Página 51.
I,
199.
la
arte;
nada
relación
al
que corres-
COMEDIAS MITOLÓGICAS
ponde
a la tragedia; de suerte que, al parecer, la triste
y
la accesoria,
amorosa y divertida
Ja
Esto es cuanto a Montiano se
cuya versificación lago
es tan deliciosa
le
¿Qué importa
y
funesta es
principal».
ocurrió decir sobre una pieza
que sólo puede negarse a su halos oídos al
mágico poder
cambio de nombre de Procris en Flo-
de
la poesía.
ris
(cambio dictado seguramente por
el
la eufonía), ni
tampoco
la
mez-
dos acciones, que ya Ovidio había presentado juntas, y nin-
guna de de
la
que tenga enteramente tapiados
el
cla ile
22;
ellas
las cuales es
como
cómica,
dice Montiano, aunque sólo una
tenga desenlace lastimoso; siendo, por
demás,
lo
los
amores
Aurora precedente necesario para explicar y justificar dramá1 Lamente los celos de la mujer de Céfalo? ¿Qué importa todo esto,
de
la
digo, ni
menos
la
cuestión técnica de
media o tragedia, cuando se lee
la
pieza ha de llamarse
si la
co-
tierna despedida del Príncipe
de
Tebas y su reciente esposa; o los versos líricos en que la Aurora, no rendida aún a las flechas del Amor, canta la esquivez de las selvas y
la
dulce compañía de
la
nas de su enamoramiento, y
casta Diana; o las apasionadas esce-
la
audacia gallarda con que está pre-
sentado aquel levantarse del tálamo a! sol
la
ninfa celeste para preceder
en su carrera, y aquel remordimiento que va disipando
briaguez de los sentidos de Céfalo y renueva en
él la
la
em-
memoria de
su primero e inculpado amor? Léanse, finalmente, las endechas de Floris en el acto segundo:
Divina Diana, Gloria de las selvas
y
se verá a
qué queda reducida
la
,
impertinente crítica de Montiano.
Calderón volvió a tratar este argumento en su fiesta cantada, Celos,
aun del
aire,
matan, que se estrenó en
Retiro antes de 1662, y de
la
cual él
mismo
el coliseo
de!
Buen
hizo una parodia en su
comedia burlesca Céfalo y Procris, representada a Sus Majestades,
el
día de Carnestolendas, en el salón Real de Palacio; farsa disparatada
pero de al^ún chiste, en pasajes de otra
modo que
la
cual Calderón
comedia suya, Auristela
remeda también
y
Aristófanes parodiaba escenas de
varios
Lisidante, no de otro las
tragedias de Eurí-
ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA
228 pides.
Por
una de
las
que toca a
lo
aun del
Celos,
matan,
aire,
sin disputa,
es,
que mejor demuestran
piezas mitológicas
la
admirable
aptitud de Calderón para la poesía lírica cantable; pero no merece
enmarañado
tanta alabanza el
de
de Lope, mezcla con
la sencillez
Eróstrato,
que quemó
el
el
El tema mitológico de
el
la
feliz
ya en
to la cuarta
serio,
ya en burlas. De
y
Procris, en
y
Antequera en 1639
sus
la
uno de de
los
por
noticia.
intención, pero con
el
de
y
Iriarte sobre la
menos
estro,
el
Silva,
los
que
que
cantó
las
prosaico poema, todavía
Música, que
le sirvió
de
(3). el
teatro
de
la
ópera no podían
los autores primitivos del
Procris.
Ya
estilo representativo,
uno
faltar Céfalo
género o
y
precursores de Monteverde, Julio Caccini, hizo representar
en 9 de octubre de 1600, en
el
Palazzo Vecchio de Florencia, con
ocasión de las bodas de María de Médicis con Enrique
(1)
(2).
Entre
y desenfadado,
lo suelto
Pintura en un sensato
más olvidado hoy que
En
leerse,
mocedades D. Diego Antonio Rejón de
más noble
excelencias de
modelo
el
compo-
última de las églogas venatorias que, juntas,
poemas jocosos merece luego, con
cual en-
el
octavas reales,
canónigo Porcel dedicó en su mayor parte a este asun-
nen su Adonis, de que ya hemos dado alguna
compuso en
los pri-
y elegante in-
imitador de los poetas latinos,
sus Rimas, impreso en
raro tomito de
(I).
comedia de Lope ha sido tratado por
cabezó con una Fábula de Céfalo
el
fábula de Céfalo la historia de
licenciado D. Jerónimo de Porras, culto
genio antequerano y
También
la
en que, huyendo
la pieza,
templo de Diana en Efeso
varios poetas líricos españoles,
meros fué
de
artificio
Uno de
los
más aventajados
IV de Fran-
discípulos de Calderón, D. Agustín de
Salazar y Torres, volvió a tratar el asunto de Céfalo y Procris en su comedia El Amor más desdichado, «fiesta que se representó a los excelentísimos se •
ñores duques de Alburquerque», siendo el duque virrey de Sicilia. Véase esta pieza en el segundo tomo de la Cythara de Apolo, colección postuma de las obras líricas y dramáticas de Salazar, publicada por su mayor amigo,
D. luán de Vera Tassis y Villarroel (Madrid, 1694). (2)
Rimas varias de
el
Licenciado D. Gero'nimo de Porras, natural de
Impreso en Antequera, por Juan Bautista Moreira, año de 1630. Fábula de Céfalo y Procris, escrita en octavas jocoserias. Publicada
Antequera (3)
en
el
Memorial Literario de
julio
de
1788, y
Poetas líricos del siglo XVIII, pág. 506.
reimpresa en
el
tomo
III
de
los
220
COMEDIAS MITOLÓGICAS
una breve pieza pastoril
cia,
muy marcado de
rácter
hacer sospechar que
la
rapimento di Cefalo, El ca-
titulada: II
ópera que tiene
la
tragedia de Lope, puede
obra lírico-musical del florentino influyese
y que acaso una música semejante a la de La Selva sin amor acompañase algunas, por lo menos, de sus principales esceen
suya,
la
nas (i).
El Amor enamorado.
VIII.
— Publicóse en
postuma de obras
naso, colección
líricas
La Vega
la
del Par-
y dramáticas de Lope,
dadas a luz por su yerno Luis de Usátegui en 1637. Debe de ser
una de llase
las
últimas obras de su autor, y
también en
la
el estilo así lo
persuade. Há-
Parte treinta y una de Comedias escogidas de los
mejores ingenios de España (1669), atribuida por groserísimo yerro del colector a
I).
con su nombre y
Aunque res
Juan de Zabaleta, y también se ha impreso suelta el
el título
de D. Sebastián de Villaviciosa. parece que anuncia un drama sobre
de Psiquis y Cupido, conforme
los
a la bellísima fábula de
(que dio tema para otra comedia de Lope, hoy perdida),
muy
amo-
Apuleyo el
argu-
y comprende dos partes; una mitológica, y otra de pura invención del poeta: La mitológica es la transformación de Dafne en laurel: lo que Lope añade, es decir, los amores de
mento
es
Cupido con
la
diverso
zagala Sirena, pertenece
también podría
clasificarse esta
al
género
en
el
cual
la tersura,
ele-
pastoril,
comedia, notable por
gancia y riqueza de su bellísima versificación, más que por ficio
dramático, que es exiguo,
Pero todo
lo disimula el lujo
rara vez alcanza, aun en
el
como en
las
demás
y esplendor de
la
el arti-
piezas de su clase.
dicción poética, que
mismo Lope, un grado de
brillantez tan
constante.
(1)
de
las
La más antigua pieza sobre este asunto en el teatro de Italia, y una más antiguas de asunto profano después del Orjeo, de Poliziano, es la
i-'avola di
Cephalo, compuesta por Nicolo da Correggio y representada en duque Hércules de Este, en 1486; fiesta cor-
Ferrara, bajo los auspicios del tesana, en cinco actos, la
de tendencias
clásicas,
pero en
la
cual todavía se nota
huella de las antiguas representaciones sacras.
(Vid. A. de Ancona, Origini del teatro italiano,
II,
pág.
5.)
ópera Aurora ingannata del conde Ridolfo Campeggi, con música de Girolamo Giacobbi (Venetia, Vincenti, 1608); y el [Restori menciona, además,
la
Cefalo y Procris de Vidal Salvador. (A.
\\.)\
ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA
2jO
Del
final
de esta obra se infiere que fué
de Palacio, repre-
fiesta
sentada delante de Felipe IV:
Y
aquí,
Divino planeta cuarto, Luna, madre de otro
Que
gocéis por
Dé fin
sol,
muchos
años,
en vuestro servicio
El Amor enamorado.
La
fábula de Apolo,
de
los episodios
Dafne y
de esta
sis ovidianas (v.
la
pieza,
416-567),
serpiente Pitón, que constituye
procede del
cuencia han sido traducidas e imitadas en
Juan de Arguijo
la
lib.
y ha sido una de la
Gregorio Silvestre
y
la
fre-
Don
(1).
de sus coplas
Dos veces
la trató el
con
(2)
castellanas. El
Granada D. Agustín Collado del Hierro, hizo sobre (3).
Metamorfo-
poesía moderna.
había contado en quintillas*
fluidez características
mance
las
que con más
redujo a un soneto:
Victorioso laurel, Dafnes esquiva
cia
de
I
las
uno
ella
la
gra-
médico de
un largo ro-
conde de Villamediana, una tam-
bién en romance, y otra en octavas reales, todavía mas anochecidas
y lóbregas que
las
de su Faetonte.Tres veces por
lo
menos, Que-
vedo, no sólo en los sabidos sonetos,
Bermejazo platero de
las
cumbres
Tras vos un alquimista va corriendo.
sino en una linda fábula en quintillas, composición de su
que por no aparecer en ninguna de
las
rúbricas fueron coleccionados sus versos,
to,
mocedad,
Nueve Musas, bajo cuyas
y
sí
solamente en
las
Fio-
Otro soneto muy endeble, de Salas Barbadillo, sobre el mismo asun(1) puede verse en sus Rimas castellanas (Madrid, 1618, fol. 13 vto.). Está en el segundo libro de sus Obras (Edición de Granada de 1599). (2) Dafne y Apolo, en 8.°, 36 páginas, sin lugar ni año. (3)
COMEDIAS MITOLÓGICAS
231
res de poetas ilustres de Pedro de Espinosa (Valladolid, 1605), es
menos conocida de
lo
que merece. El
estilo,
más parece de
o de Luis Barahona que de Quevedo; prueba patente de lidad de aquel río los
Gil Polo
la flexibi-
grande ingenio, nacido para dominar con igual seño-
tonos más diversos.
burlesca de Apolo y Dafne,' de
La. fábula
Salvador Jacinto Polo de Medina, composición aguda y chistosa,
aunque no exenta de chocarrerías, logró mucha popularidad a mediados del siglo
y
xvii,
sirvió
de tipo a otras innumerables parodias
.mitológicas, ninguna de las cuales tiene el picante desenfado
no
estilo
de
la
primera.
Uno de
los últimos cultivadores
de
y ameeste gé-
nero fué el ya citado poeta gaditano D. Francisco Nieto y Molina, que en su Fabulero (I/64) tiene también un poemita burlesco de
Apolo y Dafne. El combate de Apolo con
la
tema
serpiente Pitón había sido ya
.musical entre los griegos. Julio Pollux, en su Onomasticón (IV, 84),
nos ha conservado
lo
que hoy llamaríamos
el
programa
del
nomo
J>ítico, especie de sonata o concierto, de género esencialmente des-
criptivo e imitativo,
que se
más de
con
serpiente se dividía en cinco partes.
la
seiscientos años antes de Jesucristo.
miento se aspiró a
la
¿on
La lucha del dios
Cuando en
el
Renaci-
imitación de la música griega, un compositor
de Florencia, Lucas Marenzio, ciales del
de Argos y se remon-
atribuía a Sacadas
taba a
escribió en 1589, para las fiestas nup-
gran duque Fernando de Médicis, un Combate de Apolo
la serpiente Pitón, del cual sólo
Délos, a doce, cuatro
y ocho
escrito las palabras del diálogo, sico Peri, la
quedan
tres coros del
voces. Octavio
compuso más
pueblo de
Rinuccini, que había adelante, con el
primera ópera sobre este argumento,
la
mú-
Dafne, repre-
Carnaval de 1597 en casa del sabio y generoso Mecenas de este arte nuevo, Jacopo Corsi. En la poesía, Rinuccini quiso
sentada en
remedar el
el
forma del yambo; en
la
secreto de
medio entre
que
fué lo
la la
música, Peri intentó descubrir
diastemática de los antiguos, buscando un término
rapidez de
la
declamación y
que desde entonces se llamó
tura de esta Dafne se ha perdido.
mismo
la
libreto
En
la
lentitud del canto,
estilo recitativo.
La
parti-
1608, Gagliano hizo sobre
el
de Rinuccini una nueva música, que se conserva. La
.más antigua ópera alemana es también una Dafne,
la
de Enrique
ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA
23*
Schütz, escrita sobre
el
texto de Rinuccini, traducido por Opitz..
Esta partitura, compuesta en 1627, se ha perdido también
Ya
indicamos,
al tratar
de La Selva sin amor, que
los
(1).
primeros
ensayos de este género hechos en España debieron de ser también
meras imitaciones del presa) de lo
estilo recitativo italiano.
más particular sucedido
en España,
En una Relación (imFrancia, Flan-
Italia,
des t Alemania y en otras partes, desde abril del año pasado de
hasta Un de febrero de 636 julio se representó
en
el
(2),
se léela siguiente noticia:
Retiro la comedia de
la
635
«En 29 de
fábula de
Da fne Y
con notables tramoyas, de grande costa y artificio, que ordenó Cos-
me Lotti,
peregrino ingenio para ellas».
Opinó D. JuanEugenio Hartzenbusch que
pudo
ser
esta
comedia de Dafne
El Laurel de Apolo de D. Pedro Calderón; pero
no puede admitirse, porque no consta que fuese representada hasta el 4 de
la
tal
opinión
zarzuela de Calderón
marzo de 1658, en
las
fiestas
del
nacimiento del Príncipe D. Felipe Próspero. Pudo ser más bien El
amor enamorado, de Lope de Vega (que no murió aquel
mismo año de
1635), ° quizá alguna otra
hasta agosto de
Dafne que hoy
no-
conocemos.
El
laurel de Apolo,
de Calderón, es una zarzuela en dos jornadas.,
que su autor caracteriza
muy
exactamente en estos términos:
No es comedia, sino Una fábula pequeña En que, a imitación de
sólo
Italia,
Se canta y se representa.
Con razón
elogió D. Alberto Lista, en su estudio sobre Calderón-
considerado como poeta lírico il)
La más antigua ópera
(3), el artificio
italiana cantada
y
la
armonía de
los ver-
en España fué una Dafne, úni-
ca composición dramática conocida del músico hispano -siciliano barón
nuel de Astorga. Esta representación fué organizada en
la
Ma-
Casa Lonja de Bar-
celona, en 1709, por el Consejo de los Veinte, para festejar al
Archiduque de
Austria, pretendiente a la corona de España.
Dictionnaire bibliographique des musiciens de Sir Jorge Grower, y el curioso estudio histórico -crítico La Opera en Barcelona, de; F. Virelles Cassañes (Barcelona, 1888). Citada por D. Juan Eugenio Hartzenbusch en las notas a Calderón (2) Revista de Madrid, t. III, 1839. (3)
(Véase
el
París, 1872,
COMEDIAS MITOLÓGICAS sos de esta composición teatral,
y
la
233
riqueza de imágenes poéticas
que atesora. La declaración amorosa de Apolo de algunas sombras de afectación, zos líricos
uno de
que pueden entresacarse de
las
los
a
Dafne
es,
a pesar
más hermosos peda-
obras de aquel inmortal
poeta dramático.
La comedia de tiene,
en sustancia,
En
Salazar y Torres, Triunfo
como en
este Triunfo,
todas sus piezas de aparato, se luce
de su tiempo en oído musical; pero todas
tanto
como
dejó,
El encanto
la
da Celestina
única
venganza de amorr laurel de Apolo.
y numeroso, que seguramente aventajó
versificador gallardo los
y
mismo argumento que El
el
y
deliciosa
sin encanto,
ellas
el
a todos
juntas no valen
comedia de costumbres que Salazar
más conocida por
el título
de
La segun-
{*).
Además de
las siete
comedias mitológicas impresas aquí, com-
puso Lope otras del mismo género, que no han llegado a nosotros. Parece que podemos referir a esta sección los siguientes
mados de
La
la
primera
lista
títulos, to-
de El peregrino (1604):
Abderite.
Los amores de Narciso. (Quizá quedará alguna reminiscencia de ella
en
la
de Calderón, Eco y Narciso.)
El ganso de
oro.
(¿Sería la fábula
de Júpiter y Leda? Escabrosa
parece para puesta en escena, pero nuestros dramaturgos se atrevían a todo) (**).
Hero y Leandro. (La que
(*)
Restori
cita,
existe impresa, suelta,
con nombre de
además, una zarzuela de Apolo y Dafne, de D. Juan de
Henavides; una ópera anónima: Dafne y Apolo, o Triunfos de amor y desdén; el auto de Salvo y Vela: Laurel de Apolo, y la ópera portuguesa de Nobrega:
Os rendimeutos de Apolo
A
e
as esquivancas dt Dafne. (A. B.)
la comedia de /caro y Dédalo, de Melchor Fernández de León, citada por Restori, en la cual se sacan a escena todas las aventuras de Leda y el cisne, entre diálogo y canto. La comedirs se representó el 25 de agosto de 1684. (A. B.)
(**)
tanto se atrevían, que ahí está
ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA
2 34
Mira de Amescua, cita el
es,
seguramente, de este ingenio, y
como suya
la
M. Tirso de Molina.)
Psyches y Cupido. (Sobre esta bellísima fábula de Apuleyo com-
Amor se libra de amor.) La reina de Lesbos. La torre de Hércules. La tragedia de Aristea. En la segunda lista (1618) añadió los siguientes títulos: La casta Penélope. La Atalanta (*). De ninguna de esas piezas queda más noticia.
puso también Calderón su comedia Ni
IX.
Contra valor no hay desdicha.
medias insertas en en 1638 por
el
la
— Es
primera de
la
las
12 co-
Parte veintitrés (postuma) de Lope, publicada
de Madrid Pedro Coello, a quien Luis de
librero
Usátegui, yerno del poeta, había cedido el privilegio. Hállase tam-
bién en
han
la
Parte treinta y una de las mejores comedias que hasta hoy
salido, recogidas
celona, 1638), raro
por
el doctor
Francisco Toribio Ximenez (Bar-
tomo que pertenece
a la colección de diferentes
autores, llamada extravagante o defuera de Madrid, para distinguirla
gran colección madrileña en 48 volúmenes. Hállase, finalmen-
de
la
te,
en edición suelta del
de su
clase.
segundo
En
título
do y Medel
siglo pasado, tan incorrecta
los últimos versos
como
todas las
de esta comedia añade Lope
de El primero rey de Persia.
En
los índices
el
de Fajar-
se la llama Ciro (o Zirro), hijo de la perra, y, según
Barrera, lleva también (no sé dónde)
Juan Eugenio Hartzenbusch
la
el título
de Ciro y Arpago.
reimprimió en
el
tomo
Don
de su co-
III
lección selecta.
Sirve de base a este infancia de Ciro, tal
Muchos
poema dramático,
como
la
la historia fabulosa
de Rómulo y Remo, o a
Abidis, de la cual nos presenta
Trogo Pompeyo. Todo
la
cuenta Herodoto en su Clio (107-123).
rasgos de esta tradición antiquísima son
comunes
análogas de diversos tiempos y naciones, por ejemplo, a latina
de
la
la
a
otr.'is
leyenda
leyenda turdetana de Gargoris y el abreviador de
un resumen Justino,
esto indica
un fondo mitológico común y
Restori sospecha, con fundamento, que La Atalanta es (*) Venus, en cuyo primer acto se introduce aquella fábula. (A. B.)
el
Adonis y
COMEDIAS MITOLÓGICAS anterior a todas
da
fondo que reaparece en muchos cuentos po-
ellas,
pulares. Dice así
ingenua narración del padre de
la
lengua más
a nuestra
una
hija
que su
el
trono
llamada Mandane.
hija
(a
los
xvm
Barto-
el jesuíta
(I):
Cyaxares) su hijo Astyages, que tuvo
A este
monarca
le
pareció ver en sueños
despedía tanta orina que, no solamente llenaba con
ciudad, sino que inundaba toda
la
siglo
Historia, traí-
la
que poéticamente por
fiel
lomé Pou, aventajado helenista del Viviendo ya Mandane en compañía de Cambyses su marido, volvió Astyages en aquel primer año a tener otra visión, en
la
cual
pareció que del centro del cuerpo de su hija salía una parra que
le
cubría con su sombra toda
sueño a
los
mismos
el
Asia.
Habiendo participado
taba ya en los últimos días de su embarazo, y objeto de matar a
el
la
la
nuevo
este
adivinos, hizo venir de Persia a su hija,
que
es-
puso guardias con
prole que diese a luz, por haberle manifes-
tado los intérpretes que aquella criatura estaba destinada a reinar en su lugar. Queriendo Astyages impedir que se,
la
predicción se realiza-
luego que nació Cyro, llamó a Harpago, uno de sus más familia-
más
res, el
fiel
de
los
negocios, y, cuando
le
medos y
«Mira, no descuides, Harpago, > tale
y vaya, por
a mí,
>
Toma
(1)
ministro encargado de todos los
el
le
habló de esta manera:
asunto que te encomiendo. Ejecú-
puntualmente, no sea que por consideración a otros
>
> tale,
el
tuvo en su presencia,
el
niño que
último, a descargar
Mandane ha dado
sepultándole después
Los nueve
te parezca».
y má-
«Nunca, señor
Herodoto de Halicarnaso, traducida
del griego al castellano por el P. Bartolomé Pou, jesuíta. Madrid, 1846,
páginas 55-07.
faltes
golpe sobre tu cabeza.
a luz, llévale a tu casa
como mejor
libros de la Historia de
el
me
tomo
I,
ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA
23$ »
— respondió Harpago —
»
que pueda disgustaros; en
»
faltar a lo
ü>
a nadie conviene tanto
que os debo.
»Harpago dio
,
habréis observado en vuestro siervo nada sucesivo,
lo
como
a
mí
esta respuesta, y,
ricamente vestido, para llevarle a
y comunicó a su mujer
casa
«Y ¿qué »
dio
»
ya
el
piensas hacer?»
marido
está,
—
nunca
,
le
me
yo
lo
el ejecutarla
cuando
puntualmente.»
le
había pasado.
aunque Astyages se ponga más furioso de
lo
que
obedeceré en una cosa tan horrible como dar
Tengo para obrar
%
sión varonil,
>
dañe, cuyo hijo
>
me
nieto.
así
la
muchos motivos. Además
muerte a su
viejo,
no tiene suce-
corona debe pasar después de su muerte a Man-
me ordena
sacrificar a sus
restan sino peligros por todas partes?
ambiciosos recelos; ¿qué
Mi seguridad exige
»
tamente que este niño perezca; pero conviene que sea
»
alguno de
»Dicho
niño,
— le dijo ella — «¿Qué pienso hacer?— respon-
de ser este niño mi pariente, Astyages es ya
del
el
muerte, se fué llorando a su
la
que con Astyages
»
la
cosa se haga,
la
entregaron
le
>
y
guardaré bien de
que
Si vuestra voluntad es
la familia
de Astyages y no de
esto, envió sin dilación
el
cier-
matador
mía.>
la
un propio a uno de
los pastores
ganado vacuno de Astyages, de quien sabía que apacentaba sus
rebaños en abundantísimos pastos dentro de unas montañas pobladas de
fieras.
Este vaquero, cuyo nombre era Mitradates, cohabitaba
con una mujer consierva suya, que en lengua de Spacciy
a
la
y en
la
de
los griegos debería llamarse
parte que mira país es
al
sobremanera montuoso,
>Vino
el
la
muy
mayor
pastor con la
más
ca lo más pronto posible.
>
que,
si
la
los Sappires. Este
elevado y lleno de bosques,
y
llanura.
diligencia,
manda tomar
Tengo orden para
y Harpago
este niño
desierto de tus montañas, para
>
paraje
ma-
Norte de Ecbatana por
presteza
habló de este modo: «Astyages te donarle en
el
al
Media una continuada
»
s>
se llamaba
Kynos, pues los medos
Ponto Euxino, y confina con
siendo lo restante de
» la
Media
perra llaman Spaca. Las faldas de los montes donde aquel
yoral tenía sus praderas, vienen a caer
le
la
y aban-
que perez-
decirte de su parte
dejares de matarle o por cualquiera vía escapase el niño de
muerte, serás tú quien
la
padezca en
el
yo mismo estoy encargado de ver por mis
» infante >.
más horrible ojos la
suplicio;
y
exposición del
COMEDIAS MITOLÓGICAS »
mo
Recibida esta comisión, tomó Mitradates
camino que
buena suerte que diese a
los
dos llenos de zozobra
parto de su mujer,
el
el
un
luz
Durante
niño.
uno por
la
cer ya de vuelta, y no esperándole tan pronto,
y quiso
solícito
por
le
le vio
compare-
preguntó
el
moti-
mu-
vo de haber sido llamado con tanta priesa por Harpago. «¡Ah,
— respondió
—
cuando llegué
»
jer mía!
>
cosas que pluguiese
>
nunca
»
estaba sumergida en llanto; entro asustado
> >
>
el
pastor
al
;
jamás hubiese
cielo
el
de toda costumbre,
que
a su marido. Así, pues,
mis-
ausencia estaban
marido
el otro; el
el
partió para la
día con dolores de parto,
ésta recelosa, porque, fuera
y Harpago había llamado
y por
niño,
el
Cuando
a su cabana.
trajo volvióse
ciudad, se hallaba su mujer todo la
237
a la ciudad, vi
visto
oído,
ni
y
oí
y que
pudiesen suceder a nuestros amos. La casa de Harpago
ellas
en ella, y me veo en medio a un niño recién nacido, que, con vestidos de oro y de va-
y lloraba. Luego que Harpago me ve, punto me ordena que, tomando aquel niño, me vaya con él y
rios
palpitaba
colores,
>
exponga en aquella parte de
>
fieras,
>
dome
los
montes donde más abunden
diciéndome que Astyages era quien las
mayores amenazas imaginando
>
vengo con
>
sospechar su verdadero
él,
sería
Tomo
me
de alguno de sus domésticos y
sin
lo
cumplía.
Sin embargo,
linaje.
ataviado con oro
>
tanto lloro en la casa. Pero bien presto supe en
>
de un criado que, conduciéndome fuera de
>
brazos
>
Cambyses. Tal
al
vestidos,
niño, que éste era hijo de
mujer, toda
es,
^Diciendo esto,
le
el
me pasmaba
»
y preciosos
las
mandaba, y dirigién-
lo
niño y
no
si
al
le
y de que por
la
la historia,
la
el
de verle hubiese
él
camino, de boca
ciudad, puso en mis
princesa
Mandane y de
y aquí tienes
descubre y enseña a su mujer,
la
al
niño>.
cual, vién-
dole tan robusto y hermoso, se echa a los pies de su marido, abraza sus rodillas y, anegada en lágrimas, le ruega encarecidamente
que
por ningún motivo piense en esponerle. Su marido responde que no
puede menos de hacerlo
Harpago para
verle,
y
él
así,
porque vendrían espías de parte de
mismo
perecería desastradamente
no
lo
a su marido, le dice
de
vean espuesto, haz, por
lo
si
ejecutaba.
>La mujer entonces, no pudiendo vencer nuevo: >
«Ya que
menos,
lo
es
que voy
indispensable que a decirte.
le
Sabe que yo también he parido y que
ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA
238
un niño muerto.
»
fué
»
mos
de
al
A
puedes esponer, y nosotros criare-
éste le
de Astyages como
la hija
si
fuese nuestro. Así no correa
peligro de ser castigado por desobediente
> el
al
tendremos
rey, ni
>
después que arrepentimos de nuestra mala resolución. El muerto,
»
además, logrará de este
» existe :>
Parecióle
blaba
muy
él
al
y
el otro,
le
que
este otro
y
pastor que, según las circunstancias presentes, ha-
pues,
suyo difunto, y
venir
sepultura regia,
bien su mujer, y, sin esperar más, hizo lo que
La entregó,
ponía. el
modo una
conservará su vida».
le
el
niño que tenía condenado a muerte;
metió en
más
>A1 tercer día se marchó
galas,
solitario del
vaquero a
el
pro-
tomó
misma canasta en que acababa de
la
adornándole con todas sus
dejó expuesto en lo
ella le
y después se fué con
monte. la
ciudad, habiendo de-
jado en su lugar por centinela a uno de sus zagales, y, llegando a casa de Harpago, le dijo que estaba pronto a enseñarle el cadáver ce aquella criatura.
Harpago envió
monte algunos de
al
que entre todos tenía por más
los
fieles,
y cerciorado
sepultura al hijo del pastor. El otro niño, dio
el
a quien
sus guardas,,
del
hecho dio
el
tiempo se
con
nombre de Cyro, luego que le hubo tomado la pastora, fuéella, poniéndole un nombre cualquiera, pero no el de-
criado por
Cyro.
¿Cuando
1
una casualidad hizo que se des-
los diez años,
llegó a
En
cubriese quién era.
aquella aldea,
donde estaban
sucedió que Cyro se pusiese a jugar en
chos de su edad. Estos, en pastor de vacas. le
En
el
la calle
los
rebaños,
con otros mucha-
juego, escogieron por rey
virtud de su nueva dignidad,
mandó
al hijo
a
del
unos que
fabricasen su palacio real; eligió a otros para que le sirviesen de
guardias;
nombró
ces, ojo del rey);
los recados, y,
con
los otros
a éste inspector, ministro (o,
por
le
fin,
a cada
ellos,
que
le
entrase
era hijo de Artémbares,
hombre
Medos, y como este niño no obedeciese a
mandaba, dio orden a
obedecieron
se decía enton-
uno distribuyó su empleo, jugaba
muchachos uno que
principal entre los
Cyro
como
hizo al otro su gentilhombre, para
y
le
los otros
mandó Cyro
ramente. El muchacho, llevando
para que
azotar,
muy
no de
le
lo
que
prendiesen;,
burlas, sino áspe-
a mal aquel tratamiento,
que
consideraba indigno de su persona, luego que se vio suelto, se fué a
COMEDIAS MITOLÓGICAS la
ciudad y se quejó amargamente a su padre de
¿59 lo
que con
había
él
ejecutado Cyro, no llamándole Cyro (que no era todavía este su
nombre), sino aquel muchacho, hijo del vaquero de Astyages. Enfurecido Artémbares, fuese a ver
Rey, llevando consigo a su
al
y lamentándose del atroz insulto que se
— decía — ,cómo nos ha tratado
1
ñor
»
clavo»;
y
les
el hijo
del vaquero, vuestro es-
decir esto descubría las espaldas lastimadas de su hijo.
al
>Astyages, que
tal
y
oía
queriendo vengar
veía,
insolencia
la
honor ultrajado de su padre,
usada con aquel niño y volver por
el
hizo comparecer en su presencia
vaquero juntamente con su
al
Luego que ambos
se
presentaron, vueltos los ojos a Cyro,
Astyages: «¿Cómo
tú,
siendo hijo de quien eres, has tenido
de
bías ser hijo
-
señor
»
béisde saber que
»
ellos, se
—
le
la
hijo.
dice
osadía
con tanta insolencia y crueldad a este mancebo, que
>
»
tratar
hijo,
había hecho. «Mirad, se-
de una persona de
—
responde Cyro
le
los
,
sa-
primeras de mi corte?» «Yo,
las
tuve razón en lo que hice; porque ha-
muchachos de
la aldea,
siendo ese uno de
concertaron jugando en que yo fuese su rey, pareciéndoles
»
que era yo
»
otros niños obedecían puntualmente mis órdenes: sólo éste era
»
que, sin hacerme caso, no quería obedecer, hasta que, por último,.
»
recibió la pena merecida. Si por ello soy yo también digno de cas-
>
tigo, aquí
el
me
que más merecía
serlo por mis prendas.
Todos
los el
tenéis dispuesto a todo.»
Mientras Cyro hablaba de esta suerte, quiso reconocerle
As-
tyages, pareciéndole que las facciones de su rostro eran semejantes
que
a las suyas,
y que mente con
za,
el
se descubría
tiempo en que
la
en sus ademanes cierto aire de noblele
mandó esponer convenía
edad de aquel muchacho. Embebido en
hasta que, vuelto en
estuvo largo rato sin hablar palabra,
de despedir a Artémbares con obligarle a confesar la verdad.
la
Al
perfecta-
estas ideas,
mira de coger a solas efecto, le dijo:
al
sí,
trató
pastor
y
«Artémbares, que-
»
da a mi cuidado hacer cuanto convenga porque tu hijo no tenga
»
motivo de quejarse por
pidió,
y
al
mismo tiempo
dentro a Cyro. Solo con cibido aquel el
el
insulto
el
vaquero,
muchacho y quién
otro que era hijo suyo,
que se
los criados,
y que
le
le hizo».
Y luego los des-
por orden suya, se llevaron
preguntó de dónde había re-
se le había entregado, contestando la
mujer de quien
le
había tenido
ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA
240
habitaba con
mirase por
se quisiese esponer a
pastor y descubrió toda
su principio, acogiéndose,
humildemente que »
ndo
se echasen sobre él,
verdad del hecho desde
la
por último, a
las súplicas
y pidiéndole
perdonase.
le
Astyages, después de esta declaración, se mostró menos
con
que
rigores del tormento
los
una señal para que
los guardias
el
volvió a decirle Astyages
misma cabana;
la
y no
sí
y haciendo a tuvo miedo
en
él
irrita-
vaquero, dirigiendo toda su cólera contra Harpago, a
el
quien hizo llamar inmediatamente por medio de sus guardias. Luego
que vino, »
le
habló
«Díme, Harpago, ¿con qué género de muerte
así:
de mi
hiciste perecer al niño
Harpago
viese
minaba por
la
que estaba
me
puse a pensar
recibí el niño,
»
tras
órdenes
>
mo
»
este vaquero, y entregándole
»
que
>
orden para que
sin incurrir
matador del
el
la hiciese
no
la
*
los
mayores
manos? >
tus
temiendo ser cogido
morir,
ca-
ejecutar vues-
hice, pues?
la criatura, le dije
más
solitario del
si
no
lo
pultura.
¡»
el
muerte del niño, envié a
aquí, señor, la verdad
y
el
los
Cuando
eunucos de más
>
Ved
monte y que
ejecutaba puntualmente.
confianza para quedar seguro del hecho y para que
la
a
en tanto que respirase, amenazándole con
me
dio noticia de
Llamé
que vos mandabais
»
le
diesen se-
modo como
pereció
niño». »
Disimulando Astyages
refirió
primeramente
lo
que
diciendo que, puesto que cho. «Porque, a la
mandado
verdad
el
el
el
enojo de que se hallaba poseído,
vaquero
le
niño vivía,
— añadió—
,
me
había
sufrir la idea de la ofensa
le
había contado, y concluyó
lo
daba todo por bien he-
pesaba en extremo
ejecutar con aquella criatura inocente,
»
»
cometida contra mi
hija.
lo
que
y no podía
Pero ya que
fortuna se ha convertido de mala en buena, quiero que envíes
>
a tu hijo para
»
mo
>
sacrificio
>
si
esto seguramente dije la verdad. Díle
y en
suplicios
¿Qué
la Princesa.
espusiese en lo
la
cómo podría
3>
» la
Como
en vuestra indignación y sin ser yo mis-
de
hijo
perdiese de vista
>
que puse en
pastor,
senda de la mentira, dijo sin rodeos: «Luego, señor,
que
»
hija,
allí el
por
que haga compañía
al
recién llegado,
vengas hoy a comer conmigo, porque
el
a los dioses, a quienes
y que
tú mis-
tengo resuelto hacer
un
debemos honrar y dar gracias
beneficio de haber conservado a mi
nieto.
COMEDIAS MITOLÓGICAS •¿Harpago, después de hacer
rey una profunda reverencia, se
a su casa lleno de gozo por haber salido con tanta dicha de
marchó
aquel apuro el
al
24!
monarca
y por
el
lacio al hijo tínico
grande honor de ser convidado a celebrar con
Lo primero que
hallazgo.
el feliz
que
tenía,
de edad de trece años, encargándole
que Astyages
hiciese todo lo
hizo, fué enviar a pa-
le
ordenase; y, no pudiendo contener
su alegría, dio parte a su esposa de toda aquella aventura. Astyages,
luego que llegó
el
mandó
niño, le
degollar, y dispuso que,
dazos, se asase una parte de su carne estuviese pronto
y reunidos
los
y y bien condimentado. Llegada ya
convidados, se pusieron para
el
la
puso también tar
la
suya, pero con la carne de su
había gustado
le
mido con mucho
el
con
de
las
ella lo
canasta
y
manos y que más
mismo
si
él
sus
se le
hijo, sin fal-
y
le
sí
de antemano prevenidos, cabeza de su
y toma-
Obedeció Harpago; descubrió
hijo,
la
pero todo sin consternarse, per-
mismo y conservando
serenidad. Astyages
conocía de qué especie de caza era
respondió que
la
dijeron que la descubriese
le gustase.
de su
Astyages
respondiese que había co-
canasta donde estaba
la
pies,
vio los restos
preguntó
y como
placer, ciertos criados,
maneciendo dueño de le
Harpago
estar satisfecho, le preguntó
convite;
presentaron cubierta
hijo,
se
demás
ella más que la cabeza y las estremidades de los pies y maque quedaban encubiertas en un canasto. Comió Harpago, y
cuando ya daba muestras de
le
los
de
nos,
si
hora de comer
rey y
respectivas mesas llenas de platos de carnero, y a
hecho pe-
y que todo
otra se hirviese
carne que había
la
y que daba por bien hecho cuanto disponía su soberano; y recogiendo los despojos de su hijo, los llevó a su casa con el objeto, a mi parecer, de darles sepultura.» comido:
él
sí,
Prosigue refiriendo Herodoto
gos y cómo se aquietó con
la
cómo Astyages
su sueño había tenido exacto cumplimiento con las
que de Cyro habían hecho para rey
lo cual
consultó a los ma-
seguridad que éstos
los
le
la
dieron de que
elección de bur-
muchachos, después de
no debía tener ningún temor de que llegase nunca a ser
rey de veras.
«Alegróse le dijo: >
mucho
el
rey con tales razones, y llamando a Cyro,
«Quiero que sepas, hijo mío, que, inducido por
poco sincera de un sueño, Menésdkz
t
traté
Pklayo.— Estudios sobre
el
la visión
de hacerte una sinrazón; pero tu Teatro de Lope de Vega.
16
ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA
242 »
buena fortuna
»
daré buenos conductores, y
»
ferentes de Mitradates
ha salvado. Vete, pues, a Persia, para donde
te
allí
te*
encontrarás otros padres bien di-
y de su mujer, la vaquera». »En seguida despachó Astyages a Cyro, el cual, llegado
a casa
de Cambyses, fué recibido por sus padres, que no se saciaban de
como quienes
abrazarle,
estaban en
persuasión de que había
la
muerto poco después de nacer. Preguntáronle de qué modo había conservado infortunio
y
la vida,
y
él
que
les dijo
había vivido en
el
al
principio nada sabía de su
engaño; pero que en
había sabido todo por las personas que
el
camino
lo
acompañaban, porque
le
antes se creía hijo del vaquero de Astyages, por cuya mujer había sido criado.
Y
como en
todas ocasiones, no cesando de alabar a
buena mujer, tuviese su nombre en
esta
dres
y determinaron
esparcir la voz de que su hijo había sido cria-
do por una perra, con Persas
más
los labios, oyéronle sus pa-
el
objeto de que su aventura pareciese a los
prodigiosa, de
donde
vino, sin duda, la
fama que se di-
vulgó sobre este punto. »
Cuando Cyro hubo llegado
das varoniles
y amable
a la
mayor edad, y por
carácter descollaba entre todos sus iguales,
Harpago, enviándole regalos,
le iba solicitando
no
le sería fácil asestar
ganarse un compañero tan
particu-
sus tiros contra el monarca, procuraba útil
desgracias de aquél habían sido
antemano
contra Astiages, de
como persona
quien deseaba vengarse; porque viendo que lar
sus pren-
para sus planes, supuesto que
muy
iba disponiendo las cosas;
Ya
semejantes a las suyas.
y sacando partido de
la
las
de
con-
ducta de Astyages, que se mostraba duro y áspero con los Medos, se insinuaba
poco a poco en
el
ánimo de
los sujetos
maña que convenía deponer
aconsejándoles con
principales,
a Astyages del
colocar en su lugar a Cyro.»
y Aquí
trono
la
Lope haber enviado Harpago
narración de Herodoto se extiende en detalles que
suprimió o trató de otra manera,
como
el
una carta a Ciro dentro de una liebre que había cazado;
que Ciro tuvo para levantar a nizar
y
aprestar
un
dado por
la traición
pasa a
con
él
la
los persas contra los
ejército contra su abuelo,
y
el
arte
medos, y orgatriunfa ayu-
de quien
de Harpago, que, sediento de venganza, se
mayor
parte de sus huestes.
COMEDIAS MITOLÓGICAS
cDe
este
243
modo, pues, Astiages, habiendo reinado
treinta
y
cin-
co años, fué depuesto del trono; por cuya dureza y crueldad los
Medcs cayeron nido cio
el
bajo
el
dominio de
los Persas,
imperio del Asia superior más
allá del río
de ciento veintiocho años, exceptuando
daron
los Escitas.
Así que
en
los Persas,
cerca de él
sí a
Astyages
el
Asia.
tiempo que
el
el
Halys por espa-
tiempo en que manreinado de Astyages,
el
Medos y Cyro, desde entonces, mantuvo
teniendo a su frente a Cyro, sacudieron
empezaron a mandar en
después de haber te-
le
el
yugo de
quedó de
los
vida, sin
tomar de
ninguna otra venganza.» Tal es la leyenda
que nos ha transmitido Herodoto, y que Lope Historia, y no de Justino, que también
tomó principalmente de su la
trae,
aunque abreviada y con algunas
epítome de Trogo Pompeyo
(I).
Así nos
variantes, en el lo
persuade
el
lib. I
de su
nombre
del
El romance erudito de Lorenzo de Sepúlveda (núm. 492 de Darán) (1) que comienza
En
la provincia de Media Otro tiempo un rey había
está fundado en la narración
que no
se halla
de Justino, como lo prueba el detalle siguiente sí en aquel compendiador:
en Herodoto, y
Pero
la
gente de Ciro
Con temor
Y no Ya
se retraía,
pudiendo
las
sufrir,
espaldas volvía.
Sus madres y sus mujeres Al encuentro les salían, Rogando que a pelear Tornasen con osadía;
Mas tornar Ninguno de
a la batalla ellos quería.
Ellas, alzando las faldas,
Las vergüenzas descubrían: Pregúntanles si en los vientres Otra vez entrar querían: La gente con la vergüenza
A
la batalla
volvía
« Pulsa i laque quum Persaroum acies paullatim cederé t, malves el uxores corum obviam occurrunt: orant in pralium rever tantur. Cunctantibus, subíala
veste,
obscena corporls oslendunl, rogantes, *mim
m
uleros
matrum
vel uxo-
ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA
244
vaquero Mitradates (Mitrídates en Lope), que está en Herodoto, pero
no en Justino; a
que Ciro mande azotar a un
el
como
varios,
dice
el
compendiador
que entre ambos textos
cias
que Lope, cuya
latino,
se notan.
No queremos
como ya hemos
lectura,
y
muchacho, y no
solo
algunas otras diferendecir con esto
muy
visto, era
extensa y
variada, dejase de consultar también a Justino. El germen, por ejem-
sueño de Ciro, de que Lope sacó tan admirable partido dra-
plo, del
mático, está
Hay un
en Justino
episodio en esta comedia que no procede de la leyenda
Ciro, pero
de
cer,
(I).
sí
de una tradición
de origen persa. Es
sobre cuáles son los capítulos III
la
y IV
más
hoy
del
fuertes.
canon de
pero que todavía siguió estampándose en glo lio
xvi,
De
Don Sancho IV sa
fijo
(cap.
este cuento oriental se
Bravo en
el
XXXIII)
caprichosamente
el
Cipriano de Valera
rum
velint refugere*
.
(*).
las
Sagradas Escrituras,
muchas
Biblias del
el libro
de
aprovechó ya en los Castigos et
el
si-
Conci-
el siglo
xm
documentos a
Pero esta curiosa versión altera y abrevia
apólogo
original,
que dice
así,
traducido por
(2):
Hac repressi
castigatione, in
pralium redcunt:
impressione, quos fugicbant, fugere compcllunt^ (Just. Hist.,
El mismo rigor
pare-
Este enigma se halla en
aun después de haberle rechazado como apócrifo
de Trento.
al
de Esdras (llamado también de
del libro III
Zorobabel), libro excluido
antigua también, y,
disputa entre Ciro y otros mancebos
cosas
las tres
muy
literal
que en
I,
et jacta
6.)
estas líneas, se observa en todo lo
demás del
romance. Lectis Ule epistolis eadem somnio adgredijussus est: sed pmmonitus (i) ut qucm primum póstera die obvium habuisset, socium cozptis adsumcret. (Justino,
I, 5.)
Hoy, después de los trabajos de los Sres.Groussac y Foulché-Delbosc, se juzga eme los Castigos e documentos no son obra de Sancho IV, sino de (*)
un anónimo que
utilizó la versión castellana del tratado
De
regimine princi-
Egidio Colonna, hecha entre 1345 y 1350 por Juan García de Castro^eriz. (Cons. J. Fitzmaurice-Kelly: Historia de la Literatura aspañola; ed. de
fum de
Madrid, 1916, pág. 34). (A. B.) No parecerá superflua tan larga (2)
cita, si se reflexiona que, por no inmodernas los libros III y IV de Esdras, son tan poco conocidos estos apócrifos, que persona tan docta como el Sr. Amador de los Ríos, al tratar del libro de Don Sancho, no acertó a identificar el Zorobabel, perdiéndose en inútiles conjeturas por creer que se trataba de un libro de apólogos al modo de Calila y Dina o del Scndcbar.
cluirse en las Biblias
COMEDIAS MITOLÓGICAS Capítulo
245
III:
Siendo Darío rey hizo una gran cena a todas sus gentes y
«I.
criados.
Y
>2.
de Media y de Persia; a todos sus
a todos los grandes
y cónsules y prepósitos, desde la India
capitanes
gobernadores,
hasta la Ethiopía, que eran ciento
siete provincias.
y veynte y
Y
»3.
hartos, el
desque ovieron bien comido y bevido, y se volvieron rey Darío se subió a su cámara, y durmió hasta que se
despertó.
Entretanto tres mancebos de
»4.
cuerpo del rey, dixeron
el
uno
guarda, que guardaban
la
al otro:
Digamos cada uno nuestro dicho
«5. »
pareciere aver hablado
»
le
Que
excelente, para que el
más sabiamente que
dé grandes dones en señal de »ó.
el
que
rey Darío
los otros, el
victoria:
de púrpura, que beba en oro, que duerma
se vista
»
sobre oro, que ande en carro con freno de oro, que trayga diade-
»
ma
de
fino lino
Y
>7. »
que
y
collar
se asiente
de oro a su cuello: en
el
lugar, después
segundo
de Darío,
por su sabiduría, y que sea llamado pariente de Darío.» »8. Entonces cada uno escrivió su dicho, y lo firmó; y pusié-
ronlo debaxo del almohada del rey Darío, diziendo:
Quando
«9. » »
aquel cuyo dicho fuere juzgado por
como
lo
el
más
de Persia, serle ha dado
los tres príncipes
» ria,
»
rey se levantare, dársele ha aqueste escripto; y
el
el
premio de
>lO.
El uno escrivió: «Poderosísima cosa es
el
vino».
El otro escrivió: «Poderosísima cosa es
el
rey».
»I2.
El otro escrivió: las cosas
Y
»I3.
y
los dieron,
>I4.
Y
Media, y a »
1
5.
la victo-
avernos escripto.»
»ll.
todas
y por
sabio, por el rey
sobrepuja
como
el
Poderosísimas son la
las
mujeres;
masa
Verdad».
rey se levantó,
ellos,
tomando
sus escriptos, se
él los leyó.
envió a llamar a todos los príncipes de Persia
los
y de
gobernadores, capitanes, prepósitos y cónsules.
Y sentándose a Consejo, fueron leydos los escriptos delan-
te dellos.
»l6.
Entonces
el
rey dixo:
20. »
haze olvidar toda tristeza y deuda.
El haze ricos los ánimos de todos,
»2I.
de rey
y que
de gobernador. Haze que no se hable sino por
ni
»
ria
»
lentos.
>
amistad ni de hermandad, y desde a poco desenvaynen
s
padas.
Y
»22.
Y
»23. »
de
»
que
lo
memo-
haya
ni
que después que han bebido, no se acuerden
ni
ta-
de
las es-
después que son libres del vino, nadie tiene memoria
que ha hecho. Por ventura, oh varones, ¿no es potentísima cosa
>24.
fuerza a hazer todo esto?»
Y
el vino,
desque éste hubo dicho,
calló.»
Capítulo IV:
Entonces
«I.
rey,
comenzó
Oh
«2.
el
segundo, que había dicho de
todas
las
»3. »
a hablar:
»
4.
ellos,
y
les
la
más po-
mar, y de
ellas?
el
manda
más poderoso, pues que a todos,
y
se enseñorea
hazen todo lo que
ellos
Si él les dize
que hagan guerra
el
uno
al otro, ellos la
zen. Si él los envía contra los enemigos, ellos van
montes, y >5-
»
hay en
y de
la tierra
dize. -»
»
cosas que
El rey, pues, será
de todos
» él
potencia del
varones, ¿por ventura los hombres no son los
» derosos, pues que se enseñorean de .
la
los
muros, y
lo
traen
los
las torres.
Matan, y son muertos, y no salen de
vencen, todo
y derriban
ha-
al rey, ansí los
la
despojos
palabra del rey. Si
como
lo
demás.
COMEDIAS MITOLÓGICAS
Lo mismo hazen
só. »
bran
Lo que
la tierra.
los
lo traen,
•
al
9
sueltan.
»
derriban;
Si
»J.
que hieran,
Y
todo
el
Y
ellos le
Oh
Y
Entonces
sI3.
mas todos
Oh
« 14.
el
15. » ellos?
ai
¿Qué
el
el
la
2 16.
»l/.
de
ni
muchos hom-
y tendrá señorío sobre la
mar y en
ellas criaron a
y
los
la tierra.
que plantaron
el vino.
y
los
hombres no pueden
que
vivir sin
Si ellos
han allegado oro o
plata,
o qualquiera otra cosa
hermosa, en viendo una mujer hermosa y bien aderezada, 1
19.
¿Xo ponen la
los ojos
boca
plata, ni a otras cosas
»20. r
qual había
Ellas hazen las ropas de los hombres; ellas hazen lo
» están mirando s>
el
mujeres.
»lS. *
es
mujeres? Las mujeres engendraron
las
haze a los hombres honrados, » ¡as
Rey más poderoso, pues
más poderoso.
quales es hecho
las
y ninguno puede
son obedientes.
el
pueblo, que domina en
el
del,
Rey, aunque es grande,
Ellos nacieron dellas,
» las viñas,
le
cosa, pues, les es superior
a todo
él,
Verdad, comenzó a hablar:
vino, es el
¿Por ventura no son
Rey y
que planten, plantan.
que era Zorobabel,
tercero,
varones, ni
tampoco
dize
calló.
icho de las mujeres y de
> bres, ni
si
come y bebe y duerme,
varones, ¿cómo no será
ansí obedecido?»
que derriben,
edifican.
guardan puestos arredor
yr a hazer sus negocios, 12:
Rey
los tributos
pueblo y sus potestades obedecen a uno; y
tretanto, está assentado,
sil.
ellos hieren; si dize
que corten, cortan;
Si él dize
»9. 2>IO.
la-
matan. Si dize que suelten,
ellos
que edifiquen,
dize
si
mas
batallan,
ni
siegan, después de haber sembrado, al
que maten,
dize
él
Si él dize
»S.
>
que no guerrean
y los unos a los otros se compelen a pagar Rey, aunque 61 no sea más de un hombre solo.
>
y>
247
ella,
dexando todo
lo
demás, y
desseándola más que a oro
la
ni a
hermosas?
El hombre dexa a su padre que lo ha criado, y a su pro-
rÁa tierra,
>2I.
en
abierta,
y
se junta
con su mujer.
Passa su vida con su mujer, y ni tiene
> ni de madre, ni de su tierra.
memoria de padre,
24S
ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA
De
»22. »
aquí, pues,
lo traeys
después a
y
>
o a navegar sobre
Toma
»22.
Vee
2*24.
hurto,
»25. >
»
y
Y
su espada
mar o
león,
el
muchos
por causa
>2J.
Muchos
days
y
sale fuera a saltear
y
robar,
los ríos.
camina de noche; quando habrá hecho
el
su padre ni
de
se tornaron locos por la vista
las mujeres,.
dellas, fueron vueltos siervos.
y cayeron y peccaron por causa de
se perdieron
mujeres.
las
me
¿No
creeys, pues, ahora? ¿Por ventura el rey no es
grande en su poder, pues todas
Con todo
»2Q.
de Bartaco
el
eso,
yo he
regiones temen de tocarle?
las
visto a él
y
a
Apames, su amiga,
Magnífico, la cual estaba asentada a su
mano
derecha.
Y
»30. »
la
otros,
» hija »
hombre
el
lo
mujeres?
las
madre.
»28. »
mujeres dominan
y robado y despojado, tráelo todo a su amiga. Porque más ama el hombre a su mujer que a
»2ó. s>
las
sobre vosotros. ¿No trabajays y afanays vosotros, y todo
»
»
podreys conocer que
suya,
y
le
quitaba
hería al
la
diadema de su cabeza y
Rey con
mano
su
la
ponía sobre
la
izquierda.
Y el Rey, a todo esto, la estaba mirando con la boca abier-
»3I. 3
ta. Si ella se le reía, él se reía
»
él la
lisonjeaba para hacer
también;
si
él,
paz.
la
¿Cómo, pues, oh varones, no serán
»32.
enojaba con
ella se
las
mujeres
las
más
poderosas, pues hacen tales cosas?»
A
»33. »
Y
él
comenzó
Oh
«34. :~
:>
s>
sas?
esto el
La
rrera,
Rey y
Príncipes se miraban
los
el
uno
al
otro-
a hablar de la Verdad.
varones
(dize); las
mujeres, ¿no son
las
más podero-
en su cagrande y y porque en un día da una vuelta al cielo y se torna a su. tierra es
el cielo alto,
el sol
ligero
lugar.
»35. » 36.
Pues
el
que ha hecho
y todas
las cosas
»
celebra,
»
iniquo donde ella está. »37.
estas cosas ¿no es grande?
A la Verdad invoca toda la la
El vino es iniquo,
tierra;
reverencian
el
Rey
y
y también la
el cielo
la
temen, y nada hay
es iniquo, las
mujeres son ini-
COMEDIAS MITOLÓGICAS »quas, toda la naturaleza de los »
son iniquas: no hay en
hombres
ellos
2^0,
es iniqua
y todas sus obras
Verdad, y en su iniquidad pe-
recen.
Empero
»38. y
hace todas
.
En
»40. » la
3 »
>
la
y maldad
injusticia
se apar-
sus obras.
hay
injusto: ella es la fortaleza, el reyno,
majestad de todos los siglos. Bendito sea
el
Dios
de Verdad.*
y todo el pueblo clamó y más poderosa.
Esto dicho,
calló:
Verdad
es grande,
y
la
»42.
Entonces
el
Rey
le dixo:
«Demanda
quanto eres hallado
y
serás llamado
Y
>43.
él
más
respondió
sabio, tú te assentarás
la
después de mí,
al
Rey: «Acuérdate del voto que heziste
possesión de tu Reyno, de reedificar a Je-
Contra valor no hay desdicha, es
Lope compuso sobre argumenten de
la historia
la
mejor que
antigua,
y una de
buenas de su inmenso repertorio. Hubo de ser también una de
las últimas,
como parecen
Y
Abandonando Lope las
indicarlo los postreros versos:
aquí dio
Que aun
en
quisieres,
(i).
Esta comedia,
las
que
«La
mi pariente.»
que tomaste
rusalem»
el
lo
dixo:
concederemos: por
aliende de lo que está escripto, que nos te lo
» el día >
y de toda
cosas justas,
su juizio nada
potencia y
>4l! >
las
Todos aprueban
> ta.
»
Verdad permanece en su vigor eternamente,
la
y vive y domina por siglos de siglos. En ella no hay acepción ni diferencia de personas, mas »39.
el
fin el
poeta,
vive para serviros
procedimiento enteramente épico que
comedias heroicas de su juventud había seguido, de poner
en acción y representación una crónica entera, acumulando chos por
(i)
el
La
orden mismo en que sucedieron,
sin
los
he-
buscar entre ellos
y Nuevo Testamento. Hebreos y Griegos y con di-
Biblia, que es los Sacros Libros del Viejo
Segunda edición
revi si a y conferida con los textos
versas translaciones. Por Cypriano de ¡'alera
Lorenzo Jacob i, 1602.
En
Awsterdatn, en casa de
ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA
25O
mas
artificioso enlace
que
el
que en
la historia
tienen,
y evitando
toda narración previa o incidental, construye aquí más dramática-
mente su
plan,
excluyendo de
nacimiento e infancia de Ciro,
él el
a quien presenta ya mancebo, y aclarando gradualmente rio
el
miste-
de su origen mediante largos relatos de Astyages mismo y de
Harpago.
De
este
modo,
a la vez
que
aprovechan en
se
la
pieza casi
todos los datos tradicionales (suprimiendo únicamente algunos de-
masiado primitivos y ya inadmisibles en el teatro, como el primer sueño de Astyages), aparecen agrupados en torno de un núcleo dramático, que es
y
revelación
la
de Ciro, retardado en vano por
el
las
cumplimiento del
en esta comedia mucho que aplaudir, no sólo en inspiración fresca
genial,
y
alto destino
malas artes de su abuelo.
que nunca
falta
el
Hay
sentido de la
en Lope, sino también
y el estudio, que parecen menos compatibles con su producción enorme y acelerada. Sin necesidad de ideolo-
en
el
gías,
de
la reflexión
como
dice Grillparzer, acierta a darnos nuestro poeta desde la
primera escena cabal noción del arrogante carácter de Ciro, cuando ignorante todavía de su excelsa prosapia, expresa de este modo, dirigiéndose a su supuesto padre,
vaquero Mitrídates,
el
pensamientos que bullen confusamente en su alma: Padre, no penséis que vos
Sólo mi
artífice fuistes;
Porque,
si el
cuerpo
me
distes,
Las almas infunde Dios. Corta un escultor un leño
Y
señala una figura,
Que Por
acabar después procura las líneas del diseño.
Este leño os debo a vos.
Figura
muda y en
Que
perfección del alma
la
Sólo se
la
calma;
debo a Dios.
¿Todo ha de ser cultivar
La
tierra y seguir dos bueyes? ¿No tienen los dioses leyes
Para saberlos honrar?
los
altos
COMEDIAS MITOLOGICxVS
Las escenas de
supuesta coronación de Ciro,
la
muchachos convertido en
más de
resalto la
25
y
I
del juego de
de animación, y ponen vigorosa juventud de ánimo y cuerpo del protaveras, están llenas
gonista:
Xo hay hombre en toda Que no le tema, señor,
aldea
la
Ni por fuerza o por amor
Moza que suya no
sea.
Él goza, sin que con él
Ruego o
De De
las
El
Y
colmenas
come
coge
Un
Y
aproveche,
justicia
las ovejas la leche,
lo
oso
a
lo
la miel.
que no
ara;
que no siembra;
brazos desmicmbra,
una tigre desquijara
Este personaje, que lleva en su frente ción para
el
imperio, y que, conducido a
sello
el la
de
la
predestina
presencia del
Rey As-
tyages, repite con indómito brío:
Y
yo también en mi aldea
Soy rey de
tiene, 11er,
como todos
por ejemplo),
grandes ambiciosos
los la
los labradores
,
(el
Wallenstein de Schí-
superstición astrológica, la confianza ciega en
su estrella, mezclada con la confianza en su propio valor:
Que
huyeren
si
Estará firme a
las estrellas,
menos
lo
La que nació con mi
Venga Que,
el
si
mundo
dicha.
contra mí;
con valor
nací,
Contra valor no hay desdicha.
Guarnecido
el
pecho de
tal
armadura, logra sobreponerse a
agüeros, cortando las piernas a su caballo cuando rra en el
momento de
su aclamación:
le
los
derriba en tie-
ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA
252
Ya, vasallos,
En mi
el
agüero
caballo cayó;
Él es muerto y yo soy vivo:
Con que
el
agüero cesó;
Que no hay fortuna contraria Oue no la venza el valor.
Así
resiste
che antes de
que
a la procesión de sombras
la batalla;
escena que recuerda
inmediatamente otra
admirable del Ricardo III de Shakespeare, aunque en Lope brenatural es siempre
relámpago. Ni
la
más rápido y cruza por del cometa,
tos de conquistador están
de que va
escena
la
voz del espectro de su padre, que
ni el fatídico presagio
a ser el
lo so-
como un
le incita a huir,
bastan a intimidarle. Sus alien-
moralmente realzados por
vengador de
no-
asaltan la
le
la
conciencia
inocente sangre del hijo de Har-
la
pago. Pero, satisfecha ya su venganza, perdona magnánimamente a su abuelo, sublimando raleza,
y
feliz,
que no es ya sino la del
y
joven temerario,
Eso Si
su propia natu-
aventurero osado
no;
venció
no supo perdonar.
Porque es tan
alta la gloria
De perdonarte vencido, Que hasta este punto no Verdadera
la
la del
monarca sabio y prudente:
Que ningún hombre
En
modo
purificando de este
la del
ha sido
la victoria.
creación de este carácter,
al
cual se contrapone hábilmen-
te la hipócrita crueldad de Astyages, consiste el principal, pero el
no
único mérito de este drama, donde, aparte del interés novelesco
del argumento,
ejemplo,
el
hay situaciones
teatrales hábilmente preparadas (por
encuentro de Ciro y Harpago
al
fin
de
la
jornada
se-
gunda); escenas idílicas de aquel género en que tanto sobresale Lope; versificación
y
estilo
generalmente intachables;
frases poéticas
y
fe-
COMEDIAS MITOLÓGICAS
253
en medio de su llaneza y sabroso realismo, y aun máximas
lices (i)
morales expresadas con sentenciosa concisión.
Lope de Vega ha repetido en
varias comedias (por ejemplo, en
El Gran Duque de Moscovia, en El Hijo de teres análogos al
los leones, etc.)
de Ciro, y lances que tienen semejanza con
esta obra.
También
La rueda
de la fortuna (pieza cuyas relaciones
de Calderón,
En
carac-
la
tiene el Heraclio del Dr. Mira de
esta vida todo es
consiguiente, con el
los
más remotas con
verdad y todo
de
Mescua en la
y por Héraclius de Corneille, hizo ya notar Hartzenes mentira,
busch, no sin oposición de Viguier):
En
la
corte de los reyes
No hay mancebo más
bizarro;
El movimiento de un carro
Detiene con cuatro bueyes.
Tan
Que
ligero corre
y
salta,
alguna vez ha alcanzado
Al corzuelo remendado
Por
la
montaña más
Es una cuartana
alta.
fría
Del león bravo y furioso; Es un vaguido del oso, Del lobo melancolía.
Porque
al
lobo, oso y león
Los acobarda y
destierra;
Y
la
sobre todo, a
guerra
Tiene extraña inclinación.
Xo hay en
sólo es patente la imitación la
de
la
de Ciro, sino que
figura
fabulosa historia que del emperador Heraclio finge Mira
de Mescua, un trueque de niños, un príncipe villano y otro destro¿Pensáis
(i)
que viene enseñado
Sobre una tabla de pino,
Este fuerte capitán Al regalado faisán
Y
Y
Los nabos en
al
vino aromatizado?
Oh! Bien haya, dije yo, ¡Debajo de un pobre techo La olla de un labrador, Los rotos manteles puestos
aquel ver
salir
hirviendo
El repollo en el verano, el
invierno
Porque los contentos, Filis, hay en el mundo contentos,
Si
No
están en las ceremonias,
Sino en
el
gusto y
el
sueño.
ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA
254
nado, con circunstancias no idénticas, pero que de todos modos pa-
recen reminiscencias. La situación
de La Vida es sueño, en que
final
Segismundo vence y perdona a su padre, coincide también, hasta cierto punto, con la de Ciro venciendo y perdonando a su abuelo. Sobre los
el
mismo argumento de
la
comedia de Lope versa uno de Ciro Riconosciuto (música del
mejores libretos de Metastasio,
Caldara), representado por primera vez en el jardín de
Favorita, de Viena, en presencia de los soberanos,
de 1736, para jer
Lope y tase.
•
festejar el día natalicio
de Carlos VI
En
(i).
de
la
el
La
Lmperial
28 de agosto
Emperatriz Isabel, mu-
Metastasio conocía una parte del Teatro de
estimaba mucho, pero no creo que en esta ocasión
le
el
le
imi-
prólogo no cita más que a Herodoto, Ctesias y Valerio
ambas obras
Máximo. Por
otra parte, el plan de
niendo en
de Metastasio grande intervención
la
es
muy diverso, te-
los
padres de Ciro,
Cambises y Mandane, que no aparecen en la de Lope. Hay, sin embargo, algunas escenas que se parecen bastante; por ejemplo, aquella en que Astyages reconoce a su nieto:
É
quello
Di Mitridate
il
ñglio?
ARPAGO
Appunto. ASTIAGE
Oh Che nobil
volto!
Poco s'accorda
II
Dei,
portamento altero
alia natia caparina
Arpago, e puré In quel sembiante
Che non
un no so che ritrovo
distinguo, e
non mi giunge novo.
Opere del signor Abate Ptetro Metastasio, (1) dova Herissant, 780, pág. y siguientes. 1
1 1
1
t.
V, In Parigi, presso
la ve-
COMEDIAS MITOLÓGICAS
2
=
5
El poeta moderno prepara esta anagnórisis con más destreza técnica que
el
antiguo.
En
Lope, Astyages dice candorosamente en
cuanto oye hablar a Ciro:
¡Vive Júpiter sagrado,
Que Que
tanto a
Mandane
imita,
tiene en el rostro escrita
La verdad de mi cuidado! Éste, sin duda, es
Que en
mi
nieto;
aquel rudo horizonte
No fuera el parto de un monte Tan atrevido y discreto; Porque son precisas leyes, De que tengo claras señas, Que peñas engendran
Y Este libreto, lo traducido
mismo que
al castellano,
imitado por
el
peñas,
reyes producen reyes.
casi todos los
de Metastasio, fué tra-
aunque infelizmente, en
el siglo
cómico José Concha en su pésimo drama
pasado, e
Ciro, prín-
cipe de Persia.
X.
y
la
Las grandezas de Alejandro.
dedicó
al
Duque de
— Lope
la
llamó tragicomedia,
Alcalá, virrey del Principado de Cataluña.
Está impresa en la Parte décimasexta de
las
comedias de su autor
(Madrid, 162 1 ).
Creemos
inútil
detenernos en
el análisis
de esta desatinada pie-
za,
en que
do
o de cualquier otro autor de los más conocidos, acumula en tres
el autor,
siguiendo a escape
la
narración de Quinto Cur-
actos una gran parte de la historia de Alejandro, presentando
Ios-
menor trabazón dramática y del modo más informe y grosero que puede imaginarse. Es una de las pocas obras enterahechos
sin la
mente malas que nos ha dejado Lope. Nada hay en
ella
digno del
ingenio de su autor, a excepción de algunos trozos de versificación,.
y
muy
telo
en
especialmente del precioso romance puesto en boca de Vila
primera jornada:
En
los
montes de Corinto
Guardaba cabras, señor
ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA
.256
Por mi cabana una noche Este mancebo pasó:
No
le di el faisán preciado,
Ni
vino espirando olor;
el
No
sábanas que amortajan
Al avariento señor. Dile en
la tejida
encella
El candido naterón, Miel virgen en su alcornoque,
Blanco pan, que
La cama de
nació;
allí
pieles blancas
Donde algunas veces yo No tuve envidia a los reyes,
Y
.
que envidiara
Figura en esta pieza,
como
el
mayor
episodio, la generosidad de Alejan-
dro con Apeles que sirve de tema a una comedia de Calderón, Darlo todo y no dar nada, Apeles y Campaspe. El filósofo cínico Diógenes es uno de los personajes de esta pieza, y aparece también en la
de Lope cantando unas bellas estancias en loor de
la
soledad:
Puro, divino cielo,
Libro donde se escribe
La más
Hay, además en
la
nes de combates y de
alta
y mejor sabiduría
tragicomedia de Lope pomposas descripciofiestas, brillantes
retazos
que pudieran
lucir
en mejor paño. Pero fué temeridad llevar a las tablas tal argumento, aun sin contar con lo rudo y primitivo de la ejecución. Las hazañas de Alejandro son materia esencialmente épica, y todo poeta que las trate en otra forma tiene que estrellarse. Bien lo prueban, dentro de escuelas
muy
distintas, el fracaso
de
la
tragicomedia de Lope
en España, y del Alexandre de Racine en Francia. Prometió nuestro poeta una segunda parte, que quizá no llegó a escribir,
y que
debía contener
después de su entrevista con cual puso término a
la
el
el
resto
de
la
historia del
sumo sacerdote hebreo
héroe
Jado, en la
primera, sin duda para darla una especie de
.conclusión religiosa.
XI.
El Honrado Hermano.— Publicó Lope
esta
tragkotnedia
COMEDIAS MITOLÓGICAS zn
Parte décimaoctava (Madrid, 1623); pero debía de tenerla es-
la
mucho
crita
antes
como creemos,
si,
de Los Horacios se 1
2$7
Ha
1604).
cita
ya en
es
misma que con
la
primera
la
de El Peregrino Ochoa en el tomo II
lista
sido reimpresa por D. Eugenio de
Tesoro del Teatro español, publicado en París por
del
el título
el
editor
está indicada por él
mismo
Baudry.
La tuente de
comedia de Lope
esta
Juan Muñoz de Escobar: «Esta roma-
.en la dedicatoria al contador
na
de
historia
Horacios y Albanos, que en su primer libro es-
los
cribe el príncipe de ella, Tito Livio, ofrezco a v. fuese fábula, sino verdadera historia,
deñó San Agustín de en
cap.
el
escribirla
XIV, disculpando
las
en
el
m
No
quise que
y tan calificada que no se desde su Ciudad de Dios,
lib. III
lágrimas de Horacio con
el
ejemplo
de Eneas y de Marcelo en Sicilia; que cuando no tuviera esta calidad y la que le dan los principios de la sagrada Roma, haberla dedicado a
m. y honrado de su nombre era calificación bastante».
v.
El texto de Tito Livio (capítulos XII y XIII del
Década) dice
en
así
la
de
lib. I
la
I*
vetusta traducción de fray Pedro de Vega,
corregida por Francisco de Encinas, que era
la
que corría con más
crédito en tiempo de Lope: XII.
Muerto
Entrereyes.
E
el
Rey Xuma, tornó
Rey, no sólo fué desemejable la
paz,
el
regimiento del
Reyno
después fué eligido por Rey Tulo Hostilio
mas aun
fué
más
pasado (Numa), en
al
feroz
ciudad se envejecía con ocio, buscaba todas para despertar guerra.
E
el
que Rómulo. Pues como las
a
Este
procurar de viese
que
la
causas que podía
acaesció que los labradores
Romanos roba-
ron los campos de los Albanos, y los labradores de Alba también se entregaron en los
campos de
Alba entonces Gayo
Civilio.
estas
dos ciudades a repetir
que
los
(1)
(2)
esto es,
Albanos negarían,
Romanos.
En un tiempo (i) las cosas
suyos que no hiciesen cosa
los
los
et
sin su así
E
tenía el Reino
vinieron los legados de
tomadas.
mandamiento
tendría
él
de
E
Tulo mandó a
(2),
porque creía
ocasión para les hacer
En
el sentido latino de repeleré, reclamar. Mal traducido. El texto dice: Ne quid prius quam mandato, agerent, que no tratasen de nada antes de cumplir el mandato que llevaban.
Mksénbbz
y Pri
ayo.— Estudios sobre
el
Teatro
(te
Lope de Yegn.
§j
ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA
258
guerra
Tulo mandó
(I).
rescibir
muy amigablemente
a los mensaje--
ros de Alba, et hízoles grandes ñestas. Entretanto, supo de los su-
cómo
yos
Albanos
los
habían negado
les
las cosas
tomadas y cómo
habían denunciado guerra para dende en treinta
les
Tulo mandó a
los legados
de Alba que dixesen
lo
Entonces
días.
que querían. Ellos,
Romanos habían hecho en su ciudad, dixeron cómo les pesaba si en aquella embaxada dixesen alguna cosa que al Rey Tulo no agradase mucho, mas que no podían hacer otra cosa, y que venían a pedir las cosas que los Romanos habían toignorando
mado sen
lo
que
los
a los Albanos,
restituir, les
y
tenían mandamiento, que
no gelas quisie-
si
denunciasen guerra. Oyendo Tulo esta su embaxa-
que
da, respondióles et díxoles: «Decid a vuestro Rey,
Romanos hace
a los Dioses testigos,
»
los
»
no quisieron otorgar a
»
por
esto, ellos
son
la
legados
los
Romanos
causa de esta guerra.»
dores con esta respuesta, entrambas venir a la batalla.
E
bien
rientes, ca del linaje talla hizo la
que primero las
E tornados
las partes se
civil fué esta
la
los
En
gente que en
ella
moraba
cándolo con grandes cavas.
de
Rey de
la
los
por
las
manos.
En
los
de Alba, fué pasada
Roma. Pues
a
los
Albanos
le
murió
este real
Civilio,
el
vinie-
campo
Roma,
cer-
Rey de Alba r
enemigos, et vino
al
castigar bien a los
Albanos
habían movido, pasó de noche
al real
campo de Alba. Sabiendo esto Meció más que pudo al de los Ro-
guardas, acercó su exército lo
E
envió un legado a Tulo a
gunos de
los suyos,
batalla es
medio a
rogar que ante que se diese
le
viniesen entrambos a habla.
salieron los dos capitanes en
(1)
su real a cinco millas de
Romanos, con deseo de
guerra injusta que
la batalla
>
ba-
la
suyos hicieron dictador a Meció Sufecio. Entretanto, Tulo,
los
por
de
fin
ron primero con gran exército y comenzaron a destruir
feroz
embaxa-
aparejaban para
guerra menos miserable, ca no se peleó en haz ordena-
Romano, y asentaron después
y
Rey de
guerra, porque fué entre pa-
Troyano decendían todos
da, et siendo destruidos los tejados et paredes
toda
el
y su pueblo cosas tomadas; que él
E la
puestas
y dixo Meció: «Yo he
que nuestro Rey
Civilio,
El texto latino añade pie, esto
visto
porque no
es,
las
haces a punto,
habla acompañados con
que
la
al-
causa desta
le quisistes
dar
las
co-
piadosa, religiosamente, sin faltar
a la santidad de los juramentos y de los tratados.
COMEDIAS MITOLÓGICAS
que a
Romanos habían
sas
»
no dudo que
>
se ha
y
pueblos vecinos y conjuntos por sangre, es
tú,
Tulo, tengas
el
mismo achaque. Mas
de hablar, más creo yo que
>
que no
la
>
acierto
que
»
mas
del tornar a esta
la
demandar
haya sido
la
E
a ella.
si la
E
verdad
causa de esta guerra entre dos la
codicia del imperio,
Yo
cosas tomadas.
las
intención del
que yo, después que
esto es cierto,
movió
sido tomadas, se
>
los
259
la
Rey de
no
sé
si
Albanos,
los
guerra es comenzada,.
mí me paresce que será mejor que nos-
>
soy hecho Capitán.
»
otros nos
>
no esperan otra cosa sino que nosotros peleemos en uno, para que
a
ayuntemos contra
los
Hetruscos y Yolscos, los cuales
puedan después acometernos más
» ellos
a salvo.
Pues
si
los
»
nos aman, no miramos que, no contentos con
»
que agora tenemos, queremos cometer
>
dable todo nuestro poder
»
por
»
berar quál destos dos pueblos se enseñoreará del otro.»
la
qual, sin
y
al
Dioses
cierta libertad
la
juego de
fortuna
la
mu-
Busquemos, pues, alguna
señorío.
derramamiento de nuestra sangre,
se
vía
pueda
deli-
No
des-
agradó a Tulo este partido, como quiera que era de mayor corazón y tenía gran esperanza de alcanzar
E
la victoria.
halláronse a
caso en cada uno de los exércitos tres hermanos de un vientre, iguales
y
por edat et fuerzas.
los otros Curiacios.
E los unos de éstos eran llamados Horacios, E gran error hallo en no estar escripto por
quál de estos dos nombres eran llamados los tres mancebos que se hallaron en
Romanos
el
exército
Romano. E
los
más dicen que
los
mi ánimo. Pues con estos seys hermanos acordaron de manera que con aquellos quedase
librar el pleyto,
alcanzasen el
de
campo los
i
Esta fué
[I.
los
las fuerzas
tanto iba.
E
de
la
las pleytesías
el
que
el
pueblo
señorío del otro.
semejante, poniendo solamente
mancebos todo
luego que
Reyes de
imperio que
primera pleytesía o pacto que hallamos que
Romanos en caso tres
mucho
antes que entrasen los seys mancebos en
los
esto concertados, el Fecial,
firmar
los el
se hizo conveniencia entre los dos exércitos,
hayan hecho en
E
la victoria.
que venciesen, en pacífica concordia, tomase !
mancebos
fueron llamados Horacios, y a creer esto se inclina
el
negocio de
la batalla
en que
dos Reyes con sus exércitos fueron en
que era
el
que tenía cargo de
o conveniencias hechas por
hizo los auctos et ceremonias
al tal
el
tratar et
pueblo Romano,
caso pertenescientes, requirien-
ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOrE DE VEGA
26o
do a su Rey,
et
haciéndole hacer los juramentos acostumbrados.
leyendo después en presencia de todos
las leyes
que entre
E
dos
los
pueblos estaban firmadas, hizo esta oración diciendo: «Oye, ¡oh Júpiter! Oye tú, padre fundador del pueblo de los Albanos; oye agora »
pueblo Albano, que guardaréis firmemente
tú,
rezado en estas tablas.
> sido »
ello
E
si el
pueblo
lo
que agora os ha
Romano
viniere contra
primero por consejo público o secreto, tú Júpiter,
lo hiere
como yo heriré agora este puerco, y tanto más lo > castiga, cuanto más eres que ellos poderoso». E diciendo esto, hirió con una piedra un puerco. De la misma manera los Sacerdo»
en aquel día,
tes
de
Albanos hicieron sus juramentos según su costumbre.
los
Estas cosas acabadas, los seys hermanos tomaron sus armas, et
nos de
las
medio de
voces de los que las
dos haces.
E tocada
la
señal para se
cebos tiernos que tenían en sus corazones des exércitos, se llegaban unos a otros.
Ea
el
lle-
campo en combatir, los man-
expectaban, salieron
los
al
esfuerzo de dos gran-
los
primeros encuentros,
En
los dos de los Romanos cayeron muertos uno encima de otro.
cuya
caída,
Romanos
como
el
pueblo de los Albanos diese voces con gozo,
que no quedaba de
los
suyos sino uno vivo,
cios tenían cercado. Este
al
los
viendo
se turbaron et perdieron la esperanza del señorío,
qual los tres Curia-
mancebo Romano, viendo
el peligro,
considerando que los contrarios estaban heridos, y que
si
et
junto con
todos tres se combatiese que no podría vencerlos, hizo que huía,
porque
de
así los
la batalla
pudiese apartar de en uno.
un poco, miró
atrás et vido
Curiacios lo seguían, no juntos,
do con saña
al
primero, asióse
E como como
mano,
él, lo
mató como
viese que estaba
>
he enviado
>
éste
los
al
primero.
al igual,
dos hermanos
que queda, porque
» nos>. la
al
E diciendo
los
hermanos
hermano, ya
habiendo a aquel muerto, iba a buscar al segundo.
do con
por
los tres
mas uno en pos de otro. E tornancon él. E como los Albanos diesen
voces a los otros para que corriesen a ayudar
ro, et
huyese del lugar
E como
E
quedase solo
crecióle el corazón et dixo: al
otro
Romanos
el
Ro-
pelean-
el
terce-
«Yo que
mundo, también enviaré se enseñoreen
a
de los i\lba-
esto, arremetióse contra él, et dióle
una lanzada
garganta, que cayó luego en tierra muerto. Et tomándole los
despojos, salió con gozo del campo, resabiéndolo los
Romanos con
26
COMEDIAS MITOLÓGICAS
E tanto
placer incomparable.
mor
antes fuera
más
gozo fué mayor, quanto
este su
el te-
intenso. Enterraron los cuerpos de los suyo?;
no con iguales corazones, porque unos
los
como vence-
enterraban
como vencidos; unos como acrescentados en su impecomo subjetos a señorío ageno. E fueron enterrados en el
dores, otros rio,
otros
mesmo
lugar que cada uno de ellos cayó muerto.
dos exércitos se partiesen, Meció, Rey de
los
allí
gún
lo
que
mandaba
le
dixo que tuviese en armas
de hacer guerra a
se hobiese
los exércitos a sus casas.
los tres
hermanos.
E como
desposada con uno de ante de
menzó llorando
E
a llamar el
espada
la
manos, y
mató con
al
mando
Muy
hermano vencedor, que
y
el
bien de
feo paresció este
la
os
doy
¡a patria, lloras el
caso a los Padres
facultad para
la
»
na, et
»
pónganla en un palo, porque a
fuese vencido, azótenle,
que juzguéis
él
la
quisieran dar por libre, no osaron,
1
pronunció
íoracio sea muerto. Por
el
verdugo
le
pusiese
que ha-
la
ende
el lazo,
triste juicio, lla-
a
sea castigo,
mas
y
la
a otros
como
si
es bue-
cabeza, et
exemplo
'.
quiera que lo
antes condenándolo a muer-
sentencia, diciendo: tú,
Horacio a muer-
apelación
y después córtenle
Estos varones, recibiendo este poderío del Rey,
ellos
y
ene-
a todo
causa a dos varones, di-
apelare de vuestra sentencia, véase
te, et si
uno de
tor-
impedimento de esto fué presentado
sin
»
si
co-
muerte de tus her-
su pena el beneficio reciente
consejo del pueblo, sometió
«Yo
y
diciendo: «Vete, pues, agora con
Rey. El Rey, por no ser juzgador de tan
el
ciéndoles:
te,
de
del esposo. Estas lágrimas de la
ira al
ella,
la victoria del vivo,
hecho a Roma. Mas
preso
los despojos
ella hiciera, soltó los cabellos
nombre
mas impedía mucho
pueblo,
bía
si
tor-
muertos, lo saliese a rescebir
desordenado amor, pues que, olvidando
migo Romano». el
Horacio llevaba
los Curiacios
hermana despertaron en tan gran
>
mayormente
Veyos. Estas cosas acabadas,
una su hermana virgen, que había sido
una vestidura de su esposo, que
tu
los
puerta Capena, et viese sobre los hombros del hermano
la
la
Rey de
juventud Albana, para que es-
la
los
náronse
>
Albanos, se-
hacer. Tulo, usando del seño-
tuviese aparejada cada vez que la hubiese menester,
nando
antes que de
conveniencias et pactos firmados, dixo a Tulo,
las
Romanos, qué era río, le
E los
verdugo, átale
Horacio apeló
al
las
«Yo juzgo que manos> E como .
Rey, diciendo que
ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA
202
podía temprar
rigor de las leyes.
el
E
puesta
la
apelación delante
el
pueblo, fueron todos movidos a compasión en este juicio, mayor-
mente por por bien
la
el
padre de Horacio, que daba voces y decía que
pocos dían antes,
la hija,
rían dexar sin ninguno.
todo
pueblo
el
duunviros: »
do,
¿>
ojos
los
de
E
llegándose
al hijo,
los
pueblo sufrir
lo
la
con
vistes entrar
Albanos no las
besábalo mostrando a
despojos de los Curiados.
«¿Cómo podéis ver debaxo de
que poco antes
al
E
volviéndose a los
horca, azotado
victoria?
podrían mirar».
¿cómo?
No pudo
E
dase sin algún castigo, mandaron
Esta traducción, harto débil
por su sencillez y sabor arcaico recientes, dista
al
et
non que-
mucho de
(i).»
y sumamente abreviada, pero que no hemos dudado en preferir a otras
reproducir, ni de lejos siquiera, el
la
au-
sagrado poder
fórmulas jurídicas (lex horrendi carminis fcedus ictum) que
de
las
en
él intercala,
,
y en
las cuales creía
adivinar Niebuhr restos de la
primitiva poesía romana. , dando música y cantando
versos a las mujeres, insultando a los pacíficos transeúntes
dando
las
a cuchilladas
con
la justicia,
y an-
poco tienen de romanas; pero
en su género son amenas y chistosas, y recuerdan otras análogas en (i)
(2)
Nerón
Discurso primero sobre las tragedias españolas, pág. 50.
¿Qué ma\r or burla que
esta reflexión
de un labrador, después que
se mata?
cosas de su tiempo. No sabemos si
quiera dar realce a las más vulgares les
sugería
el
espectáculo de
las
este librillo acerca
de Felipa Catanea fué anterior o posterior
gico suceso de
Maríscala de Ancre, pero parece aludir a
la
al tráél
en
todas sus circunstancias.
La
obrita de Pedro Matheo, curiosa
por su asunto, aunque
fas-
No hemos visto la primera edición, cuyas aprobaciones, transcritas segunda, son de 1624. Esta segunda, que pertenece a la serie de nove-
(1)
en las
la
y libros de entretenimiento reimpresos por
el
famoso librero
Padilla,
tiene el título siguiente: Historia de la prosperidad infeliz de Felipa de Catanea, la lavandera de Ñapóles. Escrita en francés por Pedro Matheo, chronis-
Rey christianissimo, y en castellano, por Juan Pablo Máriyr Rizo. Aora añadido un tratado en alabanza del color verde. Segunda impresión. Año de 1736. En Madrid, a costa de D. Pedro Joseph Alonso y Padilla. 8.° ta del
Precede a la obrita un juicio de D. Francisco de Quevedo, que nota de historiador apasionado y poco puntual a Pedro Mateo, y ofrece escribir la historia de Felipa Catanea con toda certeza y diligencia, para que, bien infoj -
mudos los que aliendeti a ta que el gran polígrafo
Menémet
r
tales estudios,
tengan la
?ioticia sin
mancha. No cons-
llegase a realizar su propósito.
Píi.ayo.— Estudios sobre
el
Teatro de Lope de Vega.
20
ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA
306
tidiosamente escrita, tuvo muchos lectores,
y de
principalmente los autores de El monstruo de
chando, no obstante,
las principales
repitiendo textualmente
ella se valieron
Fortuna, aprove-
la
situaciones de la de Lope,
y
famoso verso Madruga y mata primero.
el
La tragedia de Rojas y sus colaboradores, aunque inferior a la de el estilo, que no está exento de manchas de culteranismo Y
Lope en
y menos poética que ella en algunos pormenores, está mejor concertada y es más propia para la escena, donde se ha sostenido hasta
como
nuestro siglo, ella
lo
prueba
D. Alberto Lista en
que juegan en
el
el artículo
tomo
XV
acción no son tan
la
que en
1
822 escribió sobre
de El Censor. Las pasiones
viles; los
crímenes se consuman
con circunstancias menos atroces y repugnantes; hay más lógica en desarrollo de
el
la
rrores fisiológicos;
de
el
sano,
humilde
hay terror trágico y no meramente hopersonaje de Felipa Catanea, levantada des-
fábula;
y
oficio
el
de lavandera hasta
y despeñada luego en un abismo de
vando en medio del crimen llevan a dar
y honra les
el
la
del favor corte-
desdichas, pero conser-
y grandeza, que
cierta generosidad
talento de los tres poetas
la
que
le
crearon, entre los cua-
dirección Rojas, tan apto para manejar
la
puñal de Melpómene. El
el
cumbre
vida por salvar a su señora, es original e interesante
tuvo probablemente
dignamente so,
la
estilo es
noble
pero frecuentemente afectado. Lo más débil de
la
y
sentencio-
obra
es,
como
sin
duda alguna,
el
carácter de la Reina, pero no creemos,
que haya en
la
pieza duplicidad de acción, puesto que su asunto
principal
no
es el asesinato
de Felipa Catanea, que es la
la
de Andrés, sino
la
Lista,
prosperidad y caída
verdadera heroína de
la tragedia,
y no
Reina Juana, como sucede en Lope. Precisamente por haber que-
rido los tres ingenios concentrar todo el interés dramático en el ca-
de
la
das tintas
el
rácter
renunciar a
lavandera, descuidaron tanto
de la
la
Reina.
Dado
el
y dibujaron con
plan que siguieron, les fué forzoso
anécdota del cordón, que no sólo estaba en
dia de Lope, sino en el libro de
tan páli-
Pedro Matheo
(1).
Pero
la
come-
la
escena
«No hubo mucho intervalo entre el intento y la ejecución. La noche (1) precedente (el Collenucio lo dice así, más no lo afirma) hizo la Reyna un cordón de oro y seda. Andrés le preguntó que qué hazla. Y ella respondió: «Esto se hace para ahorcaros.
COMEDIAS DE HISTORIA EXTRANJERA final del
segundo
en que Juana y su favorita conciertan
acto,
crimen y salen juntas a para
el
te
efecto teatral
y
realizarlo, está
el
admirablemente calculada
de aplauso seguro.
es
— El Rey sin Reino. — Publicada por
III.
307
de sus comedias (1625), dirigiéndosela
Lope en al
la
capitán
fr.
Parte vein-
Alonso de
Contreras, del hábito de San Juan, cuyas hazañas se refieren larga-
mente en
la
dedicatoria.
Son argumento de
esta pieza las turbulencias
y estado anár-
quico del reino de Hungría, que precedieron a la elección del
La
Matías Corvino (1457).
en
La
Imperial de Otón,
Mexía
(i),
en
el
cap.
«Pasada, pues,
III
de
el
tenía grande cuidado,
Lope hubo de
Historia Imperial
la
la
la victoria
Hungría, del Turco,
gracia, había
fuente de
biografía del
y
Rey como
ser aquí,
Cesárea de Pero
Emperador Federico
III:
habida por Juan Huniades, capitán de
Emperador Federico, que de aquella guerra y aunque el Rey Ladislao estaba en su des-
ya acudido y socorrido para
ella
todo
lo
que mejor
pudo, luego entendió en procurar paz en Alemania para prevenir a lo
de adelante
murió
el
Rey
si
se ofreciese.
dieciocho años, estando en del
Rey de
Y
andando entendiendo en
esto,
Ladislao de Hungría y Bohemia, siendo de edad de la
ciudad de Praga, esperando
la hija
Francia, con quien estaba asentado de casar,
sospecha que murió de yerbas.
quedar herederos,
los reinos
y túvose Vacaron por su muerte, por no
de Hungría y Bohemia, y también lo lo cual no poca inquietud causó
que tenía del Ducado de Austria; en
la tierra,
y en ambos reinos hubo grandes
alteraciones sobre
la
a ello;
y sucesión, pretendiendo diversos príncipes tener derecho pero al cabo los de Bohemia tomaron por rey a Jorge Pogia-
bracio,
que era gobernador desde vida de Ladislao, y hombre de
elección
gran linaje y valor. Los húngaros eligieron a Matías, hijo del exce-
amor y respeto que a su pacomo por tener de su persona contentamiento y que era mancebo de diecinueve años, y estaba
lente capitán Juan Huniades, así por el
dre habían tenido,
buena esperanza,
preso en Bohemia por
la
bracio rey dio libertad,
primero con su (1)
hija,
Página 590.
y
muerte del conde de
y
se vino
a
Cilia.
Al cual Pogia-
reinar a Hungría,
fué después valeroso
casándolo
y excelente Rey.»
ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA
508
Esta comedia, de fastidiosa lectura, no ofrece materia a ninguna
observación particular. plicada
Tampoco
intentaré desenmarañar su
extravagante urdimbre. Parecen notarse en
y
reminiscencias de
ella
El Gran Duque de Moscovia, última
com-
algunas
pieza de las
incluidas en este tomo.
El Gran Duque de Moscovia
IV.
Texto de
Séptima parte de
la
las
reimpresa por Hartzenbusch en
comedias de Lope (1617). el
tomo IV de su
al
el siglo
xvn
lo
había sido en lengua holandesa con
groo ten hertoghevan Moskovien traducción en
cita otra
Tengo entendido que
(i).
el título
Ya en
de Den
oft ghewcldighe heerschappije (1672).
misma lengua por Francisco Woutera.
la
existe
Ha sido
colección. Tra-
alemán por M. Rapp en su Spanisches Tkeater
ducida
Se
y Emperador perseguido. —
también versión rusa, o a
lo
menos
al-
gún estudio o monografía sobreestá comedia. El Príncipe perseguido, obra de tres ingenios, Luis de Belmonte, Moreto y D. Antonio
El mejor de
Martínez, incluida en
los
mejores libros que han salido
de comedias nuevas (Madrid, 1653), es una mera refundición de El
Gran Duque de Moscovia
(2).
El impostor conocido con ció en Polonia en 1603
y
fué
después estaba ya impresa la
la
el
nombre
del falso
Demetrio apare-
muerto en Moscou en 1606. Diez años
comedia de Lope.
No podemos
fijar
fecha de su representación; pero debe de ser bastante anterior,
porque en la
mayor
y
pacífica
ella el falso
Demetrio (verdadero para Lope, como para
parte de sus contemporáneos) queda con vida
guiente, a
posesión de su imperio.
España
la
No
y en
quieta
había llegado, per consi-
nueva de su muerte, acaecida en un tumulto
popular a los once meses escasos de su reinado. ¿Cuál pudo ser relación que
Europa sobre
(1)
de
la
Lope tuvo
la
presente, entre las varias que corrieron por
este peregrino acontecimiento? La
que parece más con-
Los cuatro primeros tomos están consagrados a Lope. Forma parte
Bibliothck auslandischer Klassiker in deutscher Uebcrtragung (Hildburg-
hausen, 1868;. (2)
A la
segunda jornada, que escribió Moreto, pertenece aquella
dísima descripción de
la
vida conventual:
Dices bien que es purgatorio
sala-
COMEDIAS DE HISTORIA EXTRANJERA
forme es
la
del italiano Barezzo Barezzi (1606)
castellana por el .
mismo
y quizá hubo otra
Pero seguramente no se valió de
estilo.
impresa en Colonia en 1608
'raga-dia moscovítica,
como ya
(I),
3O9
su título lo indica, alcanza hasta
la
(2),
porque
la
ésta,
muerte de Demetrio.
Cabe también
la hipótesis
que hay en
comedia) de que no se valiera Lope de relación im-
presa, sino
la
(y a ella
inducen
los errores históricos
de informes orales de algún jesuíta polaco o de algún es-
pañol residente en los colegios de Polonia, único conducto por don-
de entonces podían tenerse en España nuevas de un país tan remo-
y
to
tan incomunicado con
de Polonia empresa
nuestro.
el
se acusó entonces
Es sabido que al
crédito
buena
fe
seguramente)
del falso Demetrio, creyéndole (de
legítimo heredero del Imperio, ranzas que daba de abrazar
el
a los jesuítas
de haber contribuido
y dejándose engañar por
catolicismo
y poner
fin al
y
las
a la
espe-
cisma grie-
go en Rusia. Los pormenores de en
la clásica
y famosa
historia
interesante monografía lla
dignos de serlo
uno y otro
menos (4).
de Rusia, de Karamsin
(3),
ya en
T
)
a
la
que Próspero Merimée compuso con aque-
y penetrante agudeza que
precisión de estilo
jos históricos,
vida de este aventurero pueden leerse,
la
leídos
realzan sus traba-
que sus admirables novelas, pero
Compendiaremos en dos
hechos que pueden servir de
autor, los principales
muy
palabras, siguiendo a ilus-
tración a esta comedia.
Iván
IV
el Terrible,
Zar y Gran Duque de Moscovia, murió en
1584, dejando dos hijos, Fedoro y Demetrio. El primero, que tenía
ya veintidós años,
y
le
sucedió en
trono; pero enfermizo de cuerpo
el
débil de espíritu, dejó las riendas del (1)
De
ella cita
gobierno en manos de su
Mérimée una traducción francesa: Discours merveitleux par te jeune Démétrius, gra?id-duc de Mos-
et véritable de la conqueste faite
du sceptre de son /rere, aveuue en cette année 1605, avec son couronnement du dernier juillet, par Barezc Barezi. (Arras, 1606.) Tragccdia moscovítica, sive de vita et morte Demetrii, qui vuper apud (2) Ruthenos imperium tenuit, narra tio ex Ji.de dignis scriptis et lilteris excerpta. covie,
(Colonite, (3)
apud Gerardum Grenenbruc,
afino ióoS.)
Histoire de l'empire de Russie,
Ai. de Divo//..... París, Bossange, 1S26. (4)
Episode de V histoire de Russie.
tiou. Paris,
Michel Lévy,
1
S75.
par
Al. de
Tomo
Karamsin, traduit par
XI.
— Les faux
Démétrius. Troisiéme tdi~
ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA
3 lO
cuñado Boris Godunof,
muy
Demetrio, que era dre, al
ambicioso, hábil
político
niño, fué relegado, en
sin escrúpulos.
y
compañía de su ma-
pueblo de Uglitch, donde pereció trágicamente
mayo de
1
el
15 de
591, a los diez años de edad, atribuyéndose su muerte a
haberse clavado un cuchillo en uno de los ataques de epilepsia que padecía,
si
bien
voz pública culpó a Boris de haberle hecho ase-
la
sinar para abrirse
más fácilmente
camino del trono. La indigna-
el
ción popular contra los asesinos del niño Demetrio produjo en
Uglitch un tumulto espantoso, del cual resultaron innumerables víctimas. Boris castigó aquellos excesos
con represalias todavía más
horribles: destruyó casi totalmente la ciudad, hizo cortar la cabeza
o
lengua a muchos de sus moradores, deportó a los restantes a
la
Siberia, encerró en
un monasterio a
la
rarse tranquilo poseedor del Imperio
no
sin sospechas
como
1
y pudo conside-
598 murió Fedoro,
la historia
mismo
tantas otras invenciones del
le
cuando en
de envenenamiento, que
misma conducta que corona que se
Zarina viuda,
formal rechaza
siguiendo
la
otros grandes ambiciosos, fingió rechazar
!a
venía a las manos,
jaez. Boris,
y representó la comedia polítimucho ahinco por el
ca de no ceñirla sino después de instado con
por los boyardos y por el pueblo. Gobernó Boris algunos años dando muestras de prudencia y
clero,
meza; pero sus reformas
exacciones
legislativas, sus
fir-
fiscales, el favor
que daba a algunos extranjeros, principalmente alemanes, y hasta sus conatos para mejorar la civilización de su pueblo, le atrajeron la
animadversión de una gran parte de sus descontento con
de el
1
hambre y
el
la
60 1 a 1603. Precisamente en
rumor de que
Polonia.
En
el
efecto;
vasallos,
acrecentándose
peste que afligieron estos
el
momentos empezó
Príncipe Demetrio vivía
y
el
país des-
a correr
estaba refugiado en
un joven de veinte a veintidós años, que servía a
un gran señor de Lituania en calidad de
paje,
según unos, o de co-
cinero, según otros, descubrió con gran secreto a su señor
que
él
era el hijo de Iván escapado milagrosamente del cuchillo de Boris gracias a hijo
un error de
de un
siervo,
los asesinos,
cuya persona había sustituido a
al
Príncipe,
la
al
del Príncipe,
Además de ciertas señas personales como la de tener un brazo más largo que
su médico, deseoso de salvarle.
que convenían
que habían matado en su lugar
COMEDIAS DE HISTORIA EXTRANJERA otro, el desconocido presentaba,
3
como prueba de
1
su identidad, un
armas de Rusia y una cruz de diamantes, que decía haber recibido de su padrino de bautismo, según la costumbre sello
de oro con
las
Aunque el aspecto del pretendiente era algo vulgar y no mucho en su favor, daba muestras de haber recibido edu-
griega.
prevenía
cación caballeresca
muy
superior
al
desempeñaba. Era diestro en todos esgrima, hablaba y escribía con aun tenía algunas nociones de
humilde los
de equitación y
igual facilidad el ruso latín,
y el polaco, y aprendidas probablemente en
como
algún convento. Su verdadera personalidad, postores, continúa siendo
que en Polonia
oficio
ejercicios
un enigma para
la
la
de otros im-
posteridad.
Su enemigo
Boris afirmó siempre que Demetrio era un monje apóstata
y
fugitivo
llamado Jorge Otrepief, y esta opinión ha sido generalmente admiti-
da por
los
Pero Merimée opone
historiadores, incluso Karamsin.
algunas dificultades no leves a
la
identificación de
Demetrio un cosaco de
ambos personajes
Ukrania y en el y monje Otrepief un mero instrumento suyo, un emisario encargado prefiere ver en el falso
de sublevar en su nombre Fraile o cosaco,
favor de
el
las
la
hordas del Nieper y del Don.
audaz aventurero se granjeó
muchos señores
timidad de sus pretensiones, pero animados por
la
nal contra los rusos, por la esperanza del botín,
por
el espíritu
inquieto
y
muy
aversión nacio-
y principalmente
y afectaron
tratarle
como
a príncipe
soberano. El principal de estos fervientes partidarios fué
Mniszek, a cuya hija Marina dio
el
mismo Rey de
triunfo.
Polonia, Sigismundo, consintió,
entusiasmo, en reconocer a Demetrio
rizó a los caballeros polacos para asistirle
También
el palatino
impostor palabra de matrimonio,
cumplida luego en Moscou después de su El
el
la legi-
belicoso que caracterizó siempre a aquella
nobleza, abrazaron su causa
mucho
pronto
polacos, que, convencidos o no de
como
aunque no con
zarevitz,
y auto-
con sus armas y con su
Nuncio del Papa, y los jesuítas se le mostraron favorables por haber abjurado, aunque en secreto, del cisma griego.
dinero.
el
Al mismo tiempo,
los
cosacos del Don, que constituían una es-
pecie de república militar independiente, sublevados por caciones de Otrepief, juntaron sus hordas con llante ejército
el
las
predi-
pequeño pero
que en Polonia había levantado Demetrio,
bri-
el cual,
ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA
312
penetrando en
ruso con éxito casi siempre favorable a-
el territorio
sus armas, derrotó o inutilizó, a fuerza de arrojo
masas enormes, pero indisciplinadas, que Boris la
le
y
habilidad, las
opuso; introdujo-
deserción en sus tropas, supo atraerse a los principales boyardos
y, finalmente, triunfó
después de una campaña de cerca de un año,.
sucumbiendo Boris menos de entermedad que de
y
peración, hijo
deses-
y el
único-
que dejaba.
El impostor, en quien su condición de
magnánimo y de
príncipe cou,
tristeza
siendo estrangulado por sus infieles partidarios
no excluía dotes de
político notable, entró
donde reinó un año, que
vencedor en Mos-
fué tiempo suficiente para
de grandes pensamientos
indicios
tal
civilizadores,
parados nada menos que con los de Pedro
pos no estaban maduros para
tales
el
que diera
que han sido com-
Grande. Pero los tiem-
empresas, y
falso
el
Demetrio
sólo acertó a concitarse el odio de su pueblo por la afición
que ma-
nifestaba a los extranjeros, especialmente a los polacos,
y por
matrimonio con una
católica. Estalló, pues,
su
una insurrección formi-
Kremlin y hecho pedazos el usurpador, en 27 de mayo de 1606, sirviéndole de sangrientos funerales la matanza de la mayor parte de los polacos que había en la ciudad. dable, en
Como
que fué asaltado
se ve, el falso
el
Demetrio sobrepujó mucho
príncipes supuestos de qué ciertos puntos de contacto
la
con
de
el nivel
los
Historia está llena, aunque tuviera el tipo
general de estos aventureros,.
en quienes suele haber una mezcla extraña de impostura y de alucinación de grandezas. Había salido de
la
nada; su patria
y
su
nom-
bre son todavía un misterio; tenía veinticinco años cuando murió, y a esa
edad, por
el solo
esfuerzo de su brazo
y de
su inteligencia,,
había conquistado un grande imperio, cosa a que nunca pudieron llegar, ni lio el
con cien leguas,
calabrés, ni los
el
pastelero de Madrigal, ni
demás
Marco Tu-
Sebastianes, ni los numerosos
falsos
Luis XVII, que tan poco rastro han dejado de su paso por
el
mun-
do, fuera del hecho de su impostura.
Un tasía
de
personaje tan original parece que estaba convidando los poetas dramáticos.
lo llevó a la escena,
si
Lope
fué, sin
duda,
el
la fan-
primero que
no en vida del protagonista mismo, porque
apenas hubo tiempo para esto dado
lo
efímero de su reinado, a
lo-
COMEDIAS DE HISTORIA EXTRANJERA
menos en la
años que inmediatamente siguieron a su muerte. La
los
historia está
francamente alterada, como de nación tan lejana, y de
cual el autor
El Gran lo,
y no
313
y su público debían de tener
noticias harto confusas.
Duque de Moscovia, padre de Demetrio,
resulta aquí abue-
se llama Iván el Terrible, sino Basilio.
Sus dos
hijos
son
Fedoro) y Juan. Teodoro está pintado como un imbécil, que perdió el seso por hierbas que le dieron. En cambio,
Teodoro (en
el
la historia
niño Demetrio es discretísimo; Pero
abuelo Basilio tiene puesto
el
su cariño exclusivamente en Juan; aborrece de muerte a Teodoro, a su mujer Cristina
y
sión a la corona.
La Princesa
corre su valor
y
y
a su hijo,
hijo, se le confía
fidelidad, para
y
se
empeña en
Cristina,
hijo
que
Iván de
el
suyo de
le
tenga oculto en su
misma edad.
la
doro, con
la
la vida del
Con
suce-
y
le
eduque
en compañía
que es tan bárbaro o más
y mata de un
que amaba, haciendo luego grandes
al hijo
esto
la caballería,
Basilio,
demostraciones de duelo y muriendo de talidad le causa.
castillo
abofetea á su nuera Isabel
la historia,
garrotazo en la cabeza
la
a Lamberto, caballero tudesco de probado
que
adoctrine en los ejercicios propios de
de un
apartarlos de
temerosa de los riesgos que
la
pena que su propia bru-
queda por Gran Duque
el
estúpido
Teo-
regencia de Boris, que desde luego pone asechanzas a
niño Demetrio, cuya vida salva Lamberto poniendo en su
lugar a su propio hijo.
En trio,
el
acto segundo, el
que busca
consagrarse a
asilo
la
fiel
Lamberto muere en brazos de Deme-
en un monasterio, con
vida ascética
V con
mejor intención de
y contemplativa: nombre como hombre
disfrazado
Vivir, Rufino,
Que
la
para morir nací.
Ya no soy
Un pobre
rey.
fraile
¿Qué queréis?
soy ya.
Haced cuenta que estoy muerto: Ya no quiero otra corona
Pero todavía en aquel quieto y religioso recelos de Boris, a cuyos oídos ha llegado
el
asilo le
persiguen los
vago rumor de que De-
ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA
314
metrio vive todavía, y pasando por el monasterio nota la extraña semejanza entre su sobrino y aquel novicio, cuya muerte propone
ambages
sin
ha oído
y
la
Afortunadamente,
al prior.
conversación con tiempo, cuelga los hábitos de un árbol
donde hace primero
se refugia en Livonia,
entra después, del
como
Margarita
hija
enamorado. Desde aquí
la historia, si
bien difiere de
ella
da de puñaladas por librarse de
que
advertir, sin
quien atribuyese
la
(la
Marina de
la historia)
comedia va más de acuerdo con
en suponer que
manos de
las
embargo, que entre la
de segador, y la servidumbre
oficio
picaro o pinche de cocina, en
conde Palatino, de cuya
se había
encubierto Príncipe, que
el
el
tirano Boris se
su adversario.
contemporáneos no
los
Hay faltó
repentina muerte de Boris a suicidio.
El texto de esta pieza ha llegado a nosotros en un estado deplorable,
como generalmente sucede con todas las comedias que Lope sí mismo. Hay trozos en que evidentemente faltan
no imprimió por versos,
Aun
y
que parece notarse intercalación de ajena mano.
otros en
descontando todo
más descuidadas de su
muy
vivo
y
de gran efecto dramático, como
libre
la
Boris cuando cree reconocer a su sobrino en
son,
dos
anónimos y D. Agustín Moreto, cuyo nombre consta en un manuscrito
parmense. Página 68, línea
crito del auto
a
3.
— Restori
da noticia de un manus-
Los acreedores del hombre, que
Página 85, línea 21.
—
lleva la fecha
de 1620.
Restori, en su estudio: Collezione
de Diferentes Autores (Stadj di Filología romanza, VI, 1893; nú-
mero que
77/), cita otro auto, con el
es anterior al
mismo
título
de Vuelta de Egipto,
de Lope y parece haber servido de modelo a este
último.
Página 107, línea nuscrito
parmense que da
a
9. el
— De este auto cita Restori
verdadero
título:
un ma-
El desengaño
del
Mundo. Página 114, línea
9.
a
— Este
auto consta igualmente en
un antiguo manuscrito parmense, citado por Restori.
APÉNDICE
320
Página 114, líneas 17 a 20.
.
con razón) El Hijo de
la Iglesia
—La
Barrera distingue (y
de El triunfo de
la Iglesia
t
autos
bien diferentes.
Página 115, línea 26. el
auto de
Página 133, línea Página 186, líneas
Chorley
— La
Barrera cita
como anónimo
La Araucana.
(y, siguiéndole,
La
a
5.
—Dice: a
5-
a.
II.
«1624»;
— Esta
léase:
«1640».
tercera jornada,
pertenece en rigor, a juicio de Restori, a
la
comedia, sino que es
un auto independiente, de Lope, añadido arbitrariamente a primeras jornadas por El auto es
el
que
Barrera) juzgó enteramente nueva, no
los colectores
de
la
las
dos
Parte 26? extravagante.
de La Concepción de Nuestra Señora.
A. B.
CORRECCIONES
En
la
página 234, línea
sobre argumentos de
12,
debe comenzar
la historia clásica».
el capítulo:
Los números IX,
X
«VIL Comedias y XI, que
ran en las páginas 234, 255 y 256, han de ser, por consiguiente,
Mbnbndbz y Pklato.- Estudios
sobre el Teatro de
Lope de Vega.
I,
II
y
figu-
III.
ÍNDICE Páginas.
IV.
— Comedias de
vidas de santos (conclusión)
— Comedias pastoriles VI. — Comedias mitológicas V.
VII.
— Comedias
sobre argumentos de
i
115
139 la historia clásica
234
VIII.— Comedias de historia extranjera
279
Apéndice
319
Correcciones
321
índice
323
OBRAS COMPLETAS DE
DON MARCELINO MENÉNDEZ Y PELAYO EDICIÓN" DEFINITIVA,
REVISADA POR
El.
AUTOR
TOMOS PUBLICADOS Tomo
I.— Historia de
los
Heterodoxos españoles.
Tomo
I.
Madrid, 1911.
»
III.
— Historia de la Poesía hispano-americana. Tomo — Historia de la Poesía hispano-americana. Tomo
»
IV.
— Historia
>
II.
de la Poesía castellana en la
I.
II.
Madrid, 191
1.
Madrid, 1913.
Edad Media. Tomo
I.
Ma-
II.
Ma-
III.
Ma-
drid, 191 1-1913. »
V.—-Historia
de la Poesía castellana en la
Edad Media. Tomo
drid, 19 14. »
VI.
— Historia de la Poesía castellana en la Edad Media. Tomo drid, 19 6. 1
»
VIL — Historia de
los
Heterodoxos españoles.
>
VIII.— Historia de
los
Heterodoxos españoles.
II.
Madrid, 191
III.
— Ensayos de crítica Madrid, 19 — Estudios sobre Teatro de Lope de Vega. Tomo Teatro de Lope de Vega. Tomo XI. — Estudios sobre
»
IX.
»
X.
»
Tomo Tomo
filosófica.
18.
el
I.
Madrid, 1919.
el
II.
Madrid, 1921.
EN PRENSA Estudios sobre
el
los
Tomo III. Tomo IV.
Teatro de Lope de Vega.
Historia de los Heterodoxos españoles.
Tratado de
romances
7.
Madrid, 1918.
viejos.
-
V #3
'Tr-IV^Í
^
-
*
^
Sr*^
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