Obras completas

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EX-LIBRIS M. A. BUCHANAN -

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PRESENTED TO

THE LIBRARY BY

PROFESSOR MILTON

A.

BUCHANAN

OF THE

DEPARTMENT OF ITALIAN AND SPANISH 1906-1946

, respondió también,

Y

así el

Y

en Portugal se quedó,

cantar se inventó,

Por siempre jamás, amén.

Por

escocía a los portugueses

si

músicos todos cuantos

allá

la

broma, añade Lope que «son

nacen», porque

Su misma lengua es canción

Sería de todo punto temerario e impertinente aquí, amén de ocio-

un estudio acerca de San Francisco y su influencia en el arte. Temas de tal magnitud no deben tocarse por incidencia, cuando no so,

hay seguridad de decir algo importante y nuevo. Prosigamos, pues, con otros santos menos conocidos. IX.

San Nicolás de

peregrino, por lo cual

mió postuma en ragoza, 1641).

—No incluida en

halla citada

en catálogos del

siglo

de El Santo de los Milagros, San Nicolás de La vida de San Nicolás de Tolentino, frayle de

título

Agustín, se escribe de esta manera en P.

las listas

de E¿

creerla posterior a 1618. Se impri-

Veintiquatro parte perfeta de sus Comedias (Za-

la

Se

Tolentino.

debemos

el

pasado con

el

Tolentino. la

Orden de San

Flos Sanctorum (i) del

Rivadeneira (IO de septiembre):

«San Nicolás de Tolentino, padre y doctor de

la

llamada San Angelo, de

iglesia la

religioso

de

la

Orden

del glorioso

San Agustín, nació en una aldea

ciudad de Fermo, que es en

la

provincia

la Marca de Ancona. Su padre se llamó Campañano y su madre Amata. Eran honrados y muy buenos christianos: y habiendo sido casados muchos días, no tenían hijos, y por eso andaban muy con-

de

goxados y

afligidos.

La madre Amata tomó por medianero

Nicolás, obispo, con quien tenía particular devoción,

yr a

visitar su

(1)

Tomo

II,

sagrado cuerpo, que está en páginas 636-638.

la

a

San

y prometió de ciudad de Barí, en el

ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA

6

Keyno de Ñapóles, Fué revelado

colás,

un

y

allí

Dios

a sus padres

le

daba un hijo y

le

cumplía

que

el

deseo.

de nacer. Pu-

dellos había

de San Ni-

camino, llegaron a Bari, visitaron la iglesia se les apareció el Santo,

hijo a quien

su.

que hiziessen aquella romería, porque en

quién había de ser

ella se les diría

siéronse en

si

y

los hizo ciertos

que tendrían

pondrían nombre Nicolás, por haberle alcanzado

por su intercession, y que sería siervo fidelíssimo de Dios y varón ejemplar, y de gran penitencia. Todo se cumplió assí, porque

muy

Amata el

concibió

a su tiempo parió

y

qual desde niño fué

taba las

muy

un

inclinado

hijo,

que

se llamó Nicolás,

de Dios, frequen-

al servicio

missa y rezaba con mucha devoción, huía las muchachos traviesos, gustaba de tratar con reli-

iglesias, oía

compañías de

los

giosos, hazía bien a los pobres,

ayunaba y ocupábase en

el

estudio,

y oraba con tanta devoción y atención, que se dize haber visto, aun siendo mozo y orando en la iglesia, a Christo nuestro Señor con los ojos corporales,

y como yba creciendo en edad, yba creciendo tam-

bién en virtud y ciencia. Hiziéronle canónigo de una iglesia de San Salvador,

y aunque

vivía loablemente,

no estaba contento, porque

Y

siempre anhelaba a otro estado de mayor perfección. biendo oydo un sermón de un famoso predicador de

San Agustín del menosprecio del mundo, como

el

la

assí

ha

Orden de

corazón estaba

de Dios que cayó

centella de la palabra

dispuesto

y

en

encendió de manera que Nicolás, abrasado del amor di-

ella, la

seca

la leña, la

vino, se determinó dar libelo

de repudio a todas

las

y buscar con grande ansia y solicitud las del tomó el hábito de San Agustín, en el convento de

rra,

lentino,

y

los

religiosos del se le dieron

cosas de la tiecielo.

la

Para esto

ciudad de To-

con gran voluntad, cono-

ciendo quán santa era su vida y quán grande su ciencia y habilidad, y esperando que había de ser (como lo fué) gran ornamento de su sagrada religión. Luego comenzó San Nicolás a darse a todas las virtudes, y más a las que son más propias del religioso, a la humil-

dad y a

la

pobreza,

al silencio, a la

penitencia; de suerte

obediencia, a

que era espejo de

la

religiosos,

oración, al ayuno

como

lo fué

de

y

sa-

cerdotes siendo sacerdote,

aunque en todas que

se escribe

las

y de predicadores siendo predicador. Pero virtudes se esmeró mucho, y fue excelente, lo

de su abstinencia pone grande admiración: porque

COMEDIAS DE VIDAS DE SANTOS treynta años estuvo en

huevos

ni pezes, ni

convento de Tolentín

el

Fué

caydo malo y llegado

esto con tanto extremo, a

punto de muerte,

daron que comiesse carne, porque

no se

ellos lo

lo

sin

comer carne

ni

cosas de leche ni aun manzanas, agora estuviesse

sano, agora enfermo.

vez

/

assí

los

que habiendo una médicos

many como

le

convenía a su salud:

pudiessen persuadir, fué necessario que su superior se

mandasse en virtud de santa obediencia. Baxó

cabeza

la

el

santo,

y probó la carne que le truxeron, y pidió al prior que se contentasse con aquella obediencia y que no le apretasse más, ni le hiquebrantar

ziesse

atado a

la

carne ni a

se la dio el

semana

el

Señor

propósito que tenía, porque Dios no estaba

de Medicina para darle salud, y

las reglas

muy

entera dentro de pocos días.

los lunes, miércoles, viernes

miendo una vez

sola:

y desde

y sábados,

los siete

días cada semana, imitando en esto a

a

assi

Ayunaba cada

pan y agua, co-

años de su edad ayunó tres

San

Nicolás, obispo,

el

qual

siendo niño, los miércoles y viernes no quería tomar más de una vez

pecho. Disciplinábase

el

noches con una cadena de hierro.

las

Su túnica era pobre, áspera y remendada, de

penitente; su oración era

las

noches se

le

muy

passaban, o en

el

cama dura y propia y y casi todas

la

fervorosa

coro (en

continua;

el

qual era

el

primero) o

en atenta y regalada contemplación del Señor. Mas el Demonio, que siempre vela para nuestro mal, procuró con varias tentaciones apartar

al

santo de su dulce conversación: y una noche, estando

como solía, mató la lámpara y la arrojó y la hizo pedazos, y poniéndose sobre el techo de la comenzó a destejarle y hazer tanto ruydo que parecía que

orando delante de un

en

altar,

el suelo,

iglesia,

se quería caer la iglesia. fieras

para espantarle: y

Tomó como

ción, le dio tantos y tan

para

varias

el

cuerpo

su siervo) que por

las señales

do a hacer oración delante de un

y

le

toda

maltrató de manera que la vida:

oración

y

pero

gracias,

él,

le

de

las

de bestias

el

muchos

Señor días le

Otra vez, entran-

Demonio

le

derribó

dexó por muerto y quedó coxo por

assí le

enemigo. Fué devotísimo de

las heridas.

crucifixo, el

esforzado por

porque

figuras

grandes golpes (permitiéndolo

mayor prueba y corona de

quedaron en

y horribles

santo no se moviesse de su ora-

el

el

Señor, se levantó y hizo su

probaba y

le

daba

vitoria

de su

ánimas del Purgatorio por una

vi-

ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA

8

sión que tuvo: en la qual vio gran

que con grande instancia missas;

pedían

le

y habiéndolas dicho,

menor su caridad para con con gran cuydado a

sitaba

número de ánimas de el

sufragio de sus oraciones

le hizieron gracias

los vivos los

Purgatorio,

por

que para con

ello.

Y

y

no era

los difuntos.

Vi-

enfermos, y compadecíase dellos. Re-

creábalos con sus palabras, animábalos a llevar con paciencia su trabajo, Íes

y

dábales todo

huéspedes como

tristes.

Consolaba a

rría a los pobres.

mente,

la

y venido

la

le

regalo. Recebía a los fray-

fueran ángeles del cielo. Alegraba a los

los afligidos.

Reconciliaba a los discordes. Soco-

vida de San Nicolás era

tro Señor. Seys

ba

que podía para su

si

Libraba a los cautivos y a los encarcelados. Final-

del cielo:

Maytines,

lo

y como

como de un hombre perfectísimo y regaló mucho nues-

a tal le favoreció

meses antes que muriesse, cada noche, a hora de

dieron música los ángeles: y

hora de su dichosa muerte, y assí

él

entendió que se llega-

la profetizó,

y

avisó della a

y aviendo caydo malo, y agravádossele la enfermedad, y rogó que le perdonassen sus faltas: y al Prior que le absolución de todos sus pecados, y le administrasse los San-

sus frayles; los llamó,

diesse la tos

Sacramentos de

la Iglesia, los

quales recibió con grandíssima de-

voción y abundancia de lágrimas. Después se hizo traer una cruz

en que estaba un pedazo de

la

de nuestra redención,

con profundíssima humildad, suplicando santíssima Cruz le salvase

la

y

le

al

gocijábase sobremanera por el desseo

y

ver a Dios.

qual adoró

Señor que por virtud de

defendiesse en aquella jornada, del

mal encuentro y engaño del cruel enemigo. Iubilaba su deste cuerpo

la

que

espíritu,

tenía de salir de

la

y

re-

cárcel

Y como* los frayles le preguntassen por qué

y alegre, respondió: «Porque mi Señor Jesu acompañado de su dulce madre, y de nuestro Padre San > Agustín me convida a la partida, y me dize que me alegre y entre

estaba tan contento »Christo,

en

el

gozo de mi Dios>.

Y

hazia la Cruz

alma

y

al

que

manus ¿uas, manos y los ojos

diziendo aquellas palabras in

Domine, commendo spiritum meum, levantadas tenía presente,

las

con maravillosa tranquilidad dio su

Señor, a los diez de setiembre del año de mil

seys. Ilustró

y

treszientos

Dios a San Nicolás con muchos y grandes milagros,

en vida y en muerte. Tuvo don de profecía. Dio salud a muchos enfermos que estaban afligidos con graves dolencias. Dio vista a los cié-

COMEDIAS DE VIDAS DE SANTOS gos. Libró la

muchos endemoniados.

Y

9

no solamente

los

que vivían en

ciudad de Tolentín y en toda su comarca, sino otros muchos más

apartados recibieron grandes beneficios y singulares gracias por su intercession. Entre las otras cosas notables

que una noche

ció, fué una,

dad,

la

qual venía de

la

le

con que Dios

le

esclare-

apareció una estrella de gran clari-

aldea de

San Ángel, donde

él

había nacido,

y por derecha línea iba a dar a Tolentin, y se paraba sobre el altar donde el santo solía dezir missa y hazer oración. Queriendo Dios con

esta visión declarar

que este santo era como una

estrella

muy

resplandeciente en su Iglesia, y que habiendo tenido su origen en

un lugar de poco nombre, sería enterrado

como él

lo fué.

Y

se acabaría

debaxo de aquel

altar

y tendría fin en Tolentín, y donde se paraba la estrella;

después de muerto, cada año,

murió, aparecía en aquel lugar

la

misma

mismo

el

estrella: la

gente que aquel día concurría de todas partes

al

día en

que

qual veía

la

sepulcro del santo

por su devoción y por alcanzar salud de sus enfermedades, y alivio trabajos: y esto duró muchos años. Después el Papa Eugenio

de sus

Cuarto, año del Señor de mil y quatrocientos y quarenta y seys, le canonizó, y le puso en el catálogo de los Santos: y el Papa Sixto Quinto, nientos

el

y ochenta y

se rezasse

en toda

primero año de su Pontificado, que fué

mandó que

a los

de San Nicolás de Tolentín, con solemnidad de dúplex,

la Iglesia

mado de

cinco,

de mil y quidiez días de setiembre el

la

Católica (aunque después, en el Breviario Refor-

Santidad de Clemente VIII, se pone semiduplex). La

qual, habiendo sido

muchos años

afligida

con grandes divisiones y

con una larga cisma, luego que fué San Nicolás canonizado, por sus merecimientos y oraciones, tuvo paz y unión. La vida de San Nicolás escribió

un frayle grave y antiguo de su Orden, y

padre fray Lorenzo Surio en tos,

y

el

Martirologio

Increíble parece

Romano

que de

quinto tomo de

el

comedia

la

divertida,

(o, si se

si

bien,

de su género, sólo guarda del teatro sagrado

weck

la

analiza

los

San-

hagiografía haya podido salir una

comedia. Pero es cierto que

quiere, farsa a lo

como

otras

muchas

las apariencias.

con bastante exactitud en su Historia de

Elocuencia en España:

refiere el

de

haze mención del.»

tal

divino) resulta interesante

y

la

las vidas

la

Buter-

Poesía y

ESTUDIOS SOrtRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA

I0

«De todas

las

Vega

obras dramáticas de Lope de

Vidas de Santos son, bajo todos aspectos,

más

las

— dice—, sus

irregulares: carac-

teres alegóricos, bufones, santos, galanes, estudiantes, reyes, el

Jesús, el diablo

cebirse andan sorio.

tino

y todos

allí

más heterogéneos que pueden con-

La música parece un indispensable acce-

La comedia de Lope de Vega Vida de San Nicolás de Tolen-

comienza con una conversación mantenida por una cuadrilla de

estudiantes,

Entre

ellos

que hacen alarde de su agudeza y saber escolástico. está el futuro Santo, cuya piedad contrasta con la des-

ordenada alegría de ra,

los seres

revueltos.

Niño

viene a unirse a

los

que

le

y

Aparece en

la partida.

abren los cielos y descúbrese la Justicia

rodean. El Diablo, vestido de másca-

al

los aires

un espectro,

Misericordia, que le ruegan alternativamente.

la

se

Altísimo, sentado en su tribunal con

después una intriga de amor entre una

dama llamada

Viene

Rosalía

y un

caballero llamado Feniso. El futuro Santo vuelve a salir a la escena,

y pronuncia un sermón en redondillas. Sus pacongratulan de tener tal hijo, y esta escena forma la conclu-

vestido de canónigo,

dres se

sión del primer acto.

»A1 principio del segundo hay escenas de

la

vida soldadesca. El

Santo entra acompañado de algunos monjes y recita una plegaria en

forma de soneto. Fray Peregrino cuenta

la

romántica historia de su

y se relatan numerosas Segunda oración de San Nico-

conversión. Síguense discusiones teológicas

anécdotas de lás

las vidas

y segundo

de

los santos.

soneto. El poder de su fe le levanta en los aires

Virgen y San Agustín bajan del

>En

el

chas.

al

La música de

remonia, durante colás aparece

la

pueblo las

Roma, donde dos

Santo Sudario a

aumenta

el

la

la luz

fraile,

empeñado en

de dos antor-

y

las

la

esta ocupación son

el

acom-

irrita al

hora de tentar a San Nicolás. Muéstran-

se en escena los tormentos de las almas del Purgatorio.

nuevo

San Ni-

devotas reflexio-

coro invisible de los ángeles. Esta música

Demonio, que ve llegada

car-

solemnidad de esta ce-

cual se pronuncian piadosos discursos.

remendando su hábito de

nes que hace mientras está

pañadas por

el

chirimías

la

cielo a recibirle.

tercer acto la escena se traslada a

denales muestran

y

Diablo, rodeado de leones, serpientes

mañas; pero en una escena burlesca, un

fraile,

Aparece de

y armado con un gran otras horribles ali-

COMEDIAS DE VIDAS DE SANTOS hisopo, ahuyenta

cuya

pieza, el Santo, lo

las

Diablo y a su séquito.

al

En

II

la

conclusión de.

la

beatificación es ya completa, desciende del cie-

con un manto tachonado de

estrellas,

y en cuanto

toca

la tierra,

almas de su padre y de su madre salen del Purgatorio por una

roca que se entreabre; dres

al cielo

y

Santo se vuelve mano a

el

música

la

los

mano con

acompaña mientras suben»

sus pa-

(i).

Sismondi, según su costumbre, no hace más que traducir servil-

mente

Buterweck, de quien procede

a

obra contiene, a

menos en

lo

lo

lo

poquísimo bueno que su

tocante a las literaturas de nuestra

Península (2).

Xo han

pone

nor, que

mucho más blandos

sido

esta

comedia entre

los críticos posteriores.

las

very strange andextravagant,

nota, con razón, que cada acto es una pieza aislada,

dicho que cada escena la

verdad. Sólo

el

Padre Eterno,

el

el

si

hubiera

mucho de

también, no se habría alejado

Virgen Santísima,

Ticknor

la

analiza, a su

sermón del

fraile

ellos

Historia, la Misericordia, la

manera,

contrando bastante animada y graciosa fanático

y

primer acto tiene veintiún personajes, entre

la

Justicia, Satanás.

lo es

Tick-

la

el

primer acto, en-

escena de

las

máscaras,

y sumamente chocarreros (of the rudest

lnanour) los chistes del lego Ruperto (3).

Schack terweck

al

(4),

contra su costumbre, sigue casi textualmente a

Bu-

citar de paso esta comedia, llena de cosas estrambóticas

(seltsamkeiten).

History of Spanish and Portugúese Literature. By Frederick BouterTranslated from the original gemían, by Thomasina Ross. London, Boosey, 1823, t. I, páginas 385 y 386. (Es la traducción de la parte relativa a las literaturas castellana y portuguesa en la Geschichte der Poesie utid Beredsamkeit seit dem Ende der dreizehnten Jahrhundert, de Buterweck, to(1)

weck.

mos

III

(2)

y IV de la edición de Gottingen, 1805-1819.) De la Littérature du Midi de l'Europe, por J. C. L. Sismonde de Sis-

mondi. Bruselas,

1837, t II, páginas 353 y 354Historia de la literatura española (traducción de esta parte de

muy adicionada Amador de los Ríos).

Sismondi, José

(3)

Tomo

II

de

la

la

obra de

y corregida por D. José Lorenzo Figueroa y don Sevilla, 1842,

t. II,

pág. 69.

edición inglesa de 1863, pág. 247, y

II

de

la

traducción

castellana, páginas 365 y 366, nota. (4)

Tomo

nas 165 y 166.

II

de

la

edición alemana, pág. 385, y ni de

la castellana,

pági-

ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA

12

Klein, en su indigesta compilación, tan exactamente calificada

de idropico operone por un la

más

rara monstruosidad

crítico italiano, cita

como

El cardenal de Belén y

el

ejemplares de

San Nicolás de

Tolentino (i).

Sólo Grillparzer (2) que, además de insigne poeta dramático, ha sido el

más profundo conocedor

del teatro de Lope, ha fijado la

atención en dos escenas de primer orden que esta comedia contiene: el

encuentro del licencioso mancebo Fulvio Ursino con una másca-

ra

que

pleito el

atrae a una cita amorosa,

le

de

la

Misericordia y

la

donde encuentra en

Justicia

destino de su alma, salvada, al

fin,

te Nicolás. Este fantástico episodio,

por

la

muerte, y el

Tribunal de Dios sobre

el

oraciones de su parien-

las

que en algo recuerda

de D. Juan y otras análogas, no es pura invención de sía

de Lope, puesto que

ellos el P.

M.

le

apuntan

que tenemos en nuestra lengua

(3),

el

escenas habla a

la

imaginación y produce

y

la

el

Alma, lugar común en

cuérdese

el

Mascarón

más copioso de

los

el

Todo

lo

que en

estas

terror trágico, es a

tremenda visión del Tribunal divino, parece

añadido por nuestro gran poeta sobre

con

fanta-

y entre

pero limitándose a indicar que

Gentil Ursino había sido alevosamente muerto.

saber, la máscara

la

los biógrafos del Santo,

Bernardo Navarro, que es

fray

leyenda

la

la

base del pleito del Diablo

de

los misterios

la

Edad Media

(re-

catalán), introduciendo para ello los dos obli-

gados personajes alegóricos Justicia y Misericordia.

No podemos

afirmar

si

esta

comedia es o no anterior

table obra poética consagrada a

a otra no-

San Nicolás de Tolentino.

Me

refie-

poema de D. Fernando de Salgado y Camargo (más propiamente fray Hernando de Salgado y Camargo, de la Orden de San

ro al

Agustín), publicado en aucriistiniano

que

al

(1)

1628 con

San Nicolás de

Tolentino.

frente de la obra escribió

Geschichte des

Drama 's

título

el

Era

de El Santo milagroso

el

autor amigo de Lope,

un soneto laudatorio y unas déci-

von J. L. Klein,

t.

X, pág. 501.

Vid. también Schaeffer, Geschichte des Spanischen Nationaldramas,

t.

I,

pág. 207. (2)

Studien

tomo XVII, pág. (3)

zum Spanischen Iheatir

(Grillparzers Sammtliche Werke),

192.

Vida de San Nicolás de Tolentino. Barcelona, 161 2,

8.°

3

COMEDIAS DE VIDAS DE SANTOS

1

mas, y en El laurel de Apolo (silva VII), hizo de

él

muy

expresiva

conmemoración: Con mil Por

laureles en

estilo tan

Con que

la

sacra frente,

puro y elocuente

tus rimas y tu patria honraste,

Dulce Camargo, a Nicolás

cantaste,

Después de haber cantado en verso

La sagrada

triste

elegía,

Muerte de Dios y llanto de María, Que de tu nombre fuiste Dulcísima armonía

Aquí

se alude

Segunda parte de

también a otro poema de Camargo, Primera y

la

muerte de Dios por vida del hombre, en décimas

(Madrid, 1619). Pero limitándonos ahora

al

San Nicolás de

Tolenti-

no, hay que confesar que este poema, no olvidado enteramente por les críticos

modernos

demuestra dotes no vulgares de

(i),

dor, cierta imaginación lozana

y grandilocuente,

fértil

versifica-

en invencio-

nes alegóricas, estudio de los poetas italianos, especialmente del Tasso, y, aunque desigual y enmarañado en algunas partes, se deja leer

con menos

fatiga

Consta de 20

que otros muchos de su género. cuyos encabezamientos reproduzco para

libros,

que, comparándolos con las escenas de el

diverso desarrollo que

«Libro

I.

la

comedia de Lope,

ambos poetas dieron

al

mismo

se vea

asunto:

Anunciación milagrosa del Santo a sus progenitores,

por un ángel y San Nicolás, obispo.

Nacimiento alegre del Santo milagroso Nicolás de Tolen-

jJI.

tino, su » III.

ve en

la

bautismo y niñez. Presentan

al

santo niño Nicolás en

hostia a Christo

el

templo sus padres;

Señor nuestro, hecho niño y

glorioso.

Va el santo niño Nicolás a la escuela, donde por las letras A, B, C considera grandes misterios. A\ De los estudios del Santo y de las inculpables costumbres »IV.

del

(1)

Le mencionan con

elogio los traductores de Ticknor en una nota del

tomo III la

(páginas 4S2 y 484) y fray Conrado Muiños Sáenz en su estudio sobre «Influencia de los agustinos en la poesía castellana», publicado en el Álbum

del

XV Centenar/o de la conversión de San Agusti?i,

pág. 184.

ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA

jj

de su juventud. Pónese por curiosidad la división y excelencias de las ciencias y artes la Sagrada Escritura, donde se incluyen todas liberales.

Inspira Dios a

»VI.

San Nicolás

el

estudio de la Religión por

medio de un sermón que oyó a un predicador de los ermitaños de la Orden de San Agustín; pónelo por obra, y toma el hábito en el convento de la ciudad de Tolentino, de la misma Orden.

Viendo

j>VII.

San

la

Nicolás, va a la

de vida en

del deleite, dale cuenta de su aspereza

Religión, convócase

la

pormenor algunas de Es

»VIII.

Discordia los heroicos principios del glorioso

morada

San Nicolás de Tolentino un epílogo y

las virtudes

dechado de todas pueblo, favorece a

cuóntanse

él;

sus virtudes, ordénase de sacerdote.

glorioso

el

Infierno contra

el

Predícase su santidad, predica

al

ciudad de Tolentino milagrosamente en una

la

grande hambre que padeció. Haze una fuente milagrosa en su convento.

»IX.

El provincial, atendiendo

nos conventos de

la

Orden, manda

Villazanes, donde, con

y

sacrificios, saca del

primo, de

las

la

al

provecho

al

glorioso

espiritual

San Nicolás

Purgatorio infinitas almas,

penas del Infierno.

mente

Ve una

y

la

de Gentil, su

procesión de ángeles, en

y

fin,

así,

vuelve a su convento, hallando milagrosa-

licencia para ello.

»X.

La

del glorioso ridad,

dellos, se

de

al

austeridad de su gran penitencia, oración

forma de niños, cantándole que en Tolentino ha de ser su

acompañado

de algu-

Religión, ilustrada con las heroycas virtudes

San

Nicolás, se descubre,

en metáfora de una ninfa

muy

y santidad

con toda su grandeza y autohermosa; muestra

al

Santo

el

varón a quien Dios ha señalado por fundador y padre de las religiones, que es el gran doctor de la Iglesia, San Agustín, especial-

mente de

la

suya, llamada de los heremitas, cuyo principio

y

anti-

güedad se pone »XI. otra sala,

Prosigue

y en

Religión, y muestra al glorioso San Nicolás más famosa rama del Orden de los Hermita-

la

ella la

ños de San Augustín, con todas militares,

las religiones, assí

que della proceden y son de su

monásticas

como

instituto.

»XII. Descríbense tres milagros famosos por exemplares en su

5

COMEDIAS DE VIDAS DE SANTOS

muchos que

género, de los

en vida como en muerte, hijos

hizo, así

Demonio, procurando

de su oración. Persigúele el maltratándole con palos

1

golpes,

y

divertirle della r

hasta dexarle coxo y

medio

muerto. »XIII. Vuelve to.

el

Demonio con

sus sequaces a perseguir al San-

Azótanle cruelmente, permitiéndolo Dios en prueba de su san-

tidad

y

ligiosos

paciencia. Tiene alivio del cielo: vénle

en

el

Coro echar de

muchas veces

hábito de estrellas. Aparécesele un lucero que sale de

Santángel hasta Tolentino, hasta

el

el

Castro de

coro.

>XIY. Libra que

el

qual le sirve de guía desde su oratorio

el

glorioso

San Nicolás del Limbo

niño que murió sin bautizarse; sana a un tal

los re-

rayos y resplandores, adornado



se dio en

un

pie;

convierte

el

agua en vino estando diziendo

un novicio que quería dexar

misa; reduze a

toque de su mano, no habiendo bastado

de otros dos religiosos que perseverase; hace salir al

le

alma de un

el

hombre de una herida mor-

las

con sólo

hábito,

el

el

persuasiones del Prior

y

habían amonestado con exemplos que

demonio

del cuerpo de

un hombre a quien

maltrataba cruelmente; conoce por espíritu profético sus vicios,

y

amonéstale que se enmiende dellos.

>XV. Enferma el Santo; mándale comer carne la pónele duda el Demonio sobre si agrada a Dios con su padeze cruel batalla de escrúpulos acerca de

esto,

obediencia, abstinencia:

véncela, apare-

ciéndole Christo Señor nuestro, prosigue con áspera penitencia, resucita el perdigón; visítale, en

Padre,

la

Virgen Santísima, ordénale

único remedio para todas

las

>XVI. Llora San Nicolás considerando que en

ya mayor no

le ve.

altos misterios;

ella

la

medicina en pan y agua,

necesidades. la

pérdida del estado de

siendo niño vio a Christo en

Por sus lágrimas y suspiros se

le

inocencia,

la

la

hostia,

y

manifiestan

goza ocho días de un dulce y maravilloso rapto.

Seis meses antes lestiales

compañía de San Augustín nuestro

de su muerte oye por todo

el

discurso dellos ce-

músicas de ángeles, vísperas de su gloria.

•XVII. Muere Nicolás santíssimamente, tiene antes que espire divinos coloquios con Christo

y

su

Madre, que

compañía de San Augustín antes de su

se

le

aparecen en

tránsito, sienten su

muerte

los

ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA

l6

religiosos sus

hermanos, despídese de

ellos,

dan sepultura a su

grado cuerpo, obra dos maravillosos milagros en

>XVIII. Glorias del sepulcro de San Nicolás: grandezas,

y en medio de una tempestad

la

sa-

el entierro.

la

fama

scisma de

refiere sus

la Iglesia,

que

apaciguó Dios por intercesión del Santo. Cuéntanse algunas de sus admirables virtudes: cantan los ángeles en su sepulcro, sobre

ven

él

se

de extraordinaria hermosura.

estrellas

»XIX. Descríbense algunos de

los

innumerables milagros que

por intercesión del Santo obró Dios antes y después de su glorioso ahuyenta los demonios en varias partes, sana de incurables

tránsito;

y

y en

peligrosas dolencias,

diversas provincias

y ciudades haze proy de pestes.

digios notables, librándolas de cercos de enemigos

»XX. Favorece en

partos peligrosos; pronostica sucessos veni-

deros; resucita al hijo de la ilustrísima señora Blanca María, mujer

de Francisco

Esforza,

Canoniza

tas

lébrase

la fiesta

la

duque de Milán; socorre en peligrosas tormen-

santidad de Eugenio Quarto

al

glorioso santo; ce-

en todas partes con extraordinaria

alegría.

bense algunos milagros en su canonización; extiéndese su santidad por toda

Europa»

Cotejados detenidamente creer que

el

te por faltar ingirió

en

la

el

fama de

la

(i).

poema y

el

primero precedió a

en

Descrí-

la

segunda.

poema de Camargo

comedia, pero que

la

comedia,

Y

esto

me

no precisamen-

los lances profanos

el escritor

inclino á

que Lope

agustino tenía que evitar

en obra de más severo carácter; sino por otras circunstancias más •extrínsecas. .

los

Lope conocía

el

poema

del P.

Camargo y

le

alabó en

términos más encarecidos, hasta decir en unas décimas:

Lector, no hay sílaba aquí

Que de

oro puro no sea

El santo milagroso augus l interno San Nicolás de Tolentino. Sus excelenmuerte y milagros. Poema heroyco, repartido en veinte libros. A don Juan Enriques de Borja, marqués de Oropesa, etc. Por D. Fernando de Sal(

i

)

cias, vida,

gado y Camargo. E?i Madrid, bada.), 4.

,

e?i

la

Imprenta Real, año de 1628 (Portada gra-

12 hojas preliminares, 140 páginas.

Entre los versos preliminares, los hay no sólo de Lope de Vega, sino de Mira de Mescua, VakHvielso v Salas Barbadillo.

.

COMEDIAS DE VIDAS DE SANTOS

Camargo, por

el

por enterado de

ría

mente haber sido bre

existencia de su comedia,

y

primero que ha escrito en verso castellano so-

de tan milagroso santo, fué mi gusto, mi devoción

tamente por diferenciarme de son más de 20 autores, en

muchos que

los

latín,

y

han

la

y excelenvoto: jus-

escrito,

que

en toscano y en nuestra lengua,

como San Antonino de Floren-

y algunos dellos santos canonizados,

Y

se

afirma redonda-

asunto: «El intento de haber escrito la vida, muerte

tal

c.is

el

amigo y favorecido de Lope, no

contrario, la

IJ

aunque tantos escritores ha habido de su vida y milaninguno la escribió en verso, sino es Bautista Mantuano. Mas

cia

gros,

así,

en

r>or ser

latín,

y no para todos, quise yo hazer

della este

poema en

romance, para tener más lugar de extender sus grandezas, por ser el verso

Si

más capaz de alabanzas que

la

prosa»

ya para entonces hubiese existido comedia castellana del

y escrita por tal poeta como Lope, no es posible que el Camargo hubiera omitido mencionarla. Juzgo, por consiguien-

Santo, P. te,

que su poema antecedió

a la comedia,

y que debe contarse

entre los precedentes de ésta, quizá más que las vidas del Santo en prosa.

El Santo Negro Rosambuco

X. itada

:

en

la

segunda

lista

malamente llamada Tercera parte de

!a

mesto que su

mismo añade y

título

de la ciudad de Palermo.

las

Comedias de Lope deVega,

otros autores,

mente, puesto que sólo tres de las doce piezas del x de los Ingenios. 'ida \\\

y

La de Rosambuco tiene por

publicó por

es pirata

muy sí

estragado,

es efectiva-

así

tomo son título

en

del Féla

lista

como en

como en

otras

profano vale más que

y

escenas de

todas

las

cautivo, interesa

amor

lo

muchas de

el

llamadas, de

santo Negro

más que después de su conversión. Las

del primer acto entre el capitán Molina

D. Pedro y Niseya, parecen

más informes y

ya, e intolerable

las

sagrado. Mientras

el

principio de una bizarra

capa y espada. Luego todo se echa a perder, y

Menkndez

%

Partes que Lope no

mismo.

comedia,

esta

. Este cuaderno,

cuya narración alcanza hasta

que

reales

libro antiguo,

el

corregidor Bernal de

la

Mata, que

le hizo

pergamino y poner en el arca del Concejo. En sus noel famoso comunero Gonzalo de Ayora su

hubo de apoyar

Epílogo de algunas cosas dignas de memoria pertenecientes a la y Ilustre e

muy

magnífica e

quible,

no ya sólo en

aun en

la

muy la

leal

ciudad de Avila, obrilla

primitiva edición de Salamanca,

Y

moderna reimpresión de 185 1.

dio nuevos toques a

la

casi inase1

aun antes del

5

19, sino P.

Ariz

leyenda otro regidor de Avila, llamado don

Luis Pacheco.

De ninguno de tento. El

estos libros se valió

que de seguro tuvo a

mente un año antes de la vida, invención,

obispo de Avila,

y

la

Lope de Vega para su

vista,

es

in-

uno publicado precisa-

escribir él su comedia. Titúlase Historia de

milagros y translación de San Segundo, primero recopilación de los obispos successores suyos hasta

D. Gerónimo Manrique de Lara, inquisidor general de España, compuesta y ordenada por Antonio Cianea, natural de la (Madrid,

por Luis Sánchez, 1593-

4-°)-

la

ciudad de Avi-

ESTUDIOS SOBKE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA

28

Lo que reduce a

la historia eclesiástica

muy

pocas palabras. Fué uno de los siete varones apostóli-

cos evangelizadores de España, pal caiga fuera

tada por

el P.

y

Castellana,

puede afirmar de San Segundo se

de

Bética,

la

Flórez, no,

y

el

único de ellos cuya

aceptamos

que reduce

como

citada por Ptolomeo

si

esta

Lo

cierto es

episcosusten-

al

abulense a

Adula de

Bastitanos,

los

el

cuer-

que pue-

las circunstancias

referidas largamente en Cianea,

Avila

la

que en Avila se venera

po del santo, descubierto en 15 19 c° n

den verse

silla

común opinión

iglesia

otros quieren,

(i).

la

y que parecen robustecer Román de

la

tradición castellana contra las temerarias novedades de

la

Higuera, a quien siguieron dócilmente los dos historiadores del

reino de Jaén, Buches y Jimena.

Todo

lo

demás, es decir, su misión y su martirio, es común a

San Segundo con

memora

los otros seis

varones apostólicos, y juntos los con-

nuestro Breviario gótico o mozárabe, en un

cuya antigüedad vindicó sabiamente tal

de este

oficio,

en

la

el P.

parte histórica, es

Flórez el

(2).

himno;

mismo La

sin

oficio,

pieza capi-

duda

el

más

antiguo que tenemos de los dedicados a santos particulares de nuestra Iglesia:

Romuleae jam toga candida

Urbis

Septem Pontificum destina promicat Missos Hesperiae quos ab Apostolis Assignat

fidei prisca relatio.

Hi sunt perspicui luminis índices Torquatus, Tesiíons atque Hesicius,

Hic Indalecius, sive Secundus Juncti Eufrasio, Caecilioque sunt

Hi evangélica lampade praediti Lustrant occiduaea partis arentia,

Ouo

sic catholicis

Ut cedant

En

este

himno

ignibus ardeant

facibus furna nocentia

se consigna por primera vez la llegada

rones apostólicos a Acci (Guadix) en

el

de

los va-

momento en que

se

estaba

XIV de

la

España

Véase, para toda esta discusión geográfica, (1) Sagrada, páginas 1-1 3.

el

t.

Tomo III de la España Sagrada (segunda edición), páginas 144-152, y (2) en los documentos que van al fin del tomo, páginas 361-400.

COMEDIAS DE VIDAS DE SANTOS celebrando una te

fiesta gentílica, el

29

milagro del hundimiento del puen-

por donde venía persiguiéndolos

la

turba pagana,

la

mer

conversión prestísima de casi todo

baptisterio

y

la

protección

la

santa matrona Luparia, la fundación del pri-

que encontraron en

Accis continuo próxima

fit

el

pueblo:

viris

Bis senis stadiis, quá procul insident

Mittunt asseclas esculenta quaerere, fessa dapibus

membra

discipuli Idola

gentium

Quibus Illic

reficerent.

Vanis inspiciunt ritibus excoli:

Quos dum agere

fletibus

immorant,

Terrentur potius ausibus impiis.

Mox In his

insana fremens turba Satellitum

cum

Ad pontem

stigmata nosceret,

fidei

fluvii

usque per ardua

Incursu celeri hos agit in fugam.

Sed pons praevalido múrice

fortior

pronus resolvitur,

In partes súbito

Justos ex manibus hostium eruens,

Hostes flumineo gurgite subruens.

Haec prima

fidei est vía

plebium,

ínter quos mulier Sancta Luparia

Sanctos adgrediens cernit et obsecrat,

Sanctorum mónita pectore conlocans.

Tune

Christi fámula

Sanctorum,

Ouo

statuit

Baptisterii

adtendens obsequio,

condere fabricam,

undae patescerent

Et culpas omnium gratia tergeret. Illic

Sancta Dei íoemina tingitur,

Et vitae lavacro tincta renascitur; Plebs hic continuo pervolat ad fidem,

Et

fit

catholico

dogmate múltiples.

Post haec Pontificum clara sodalitas Partitur properans septem in urbibus,

Ut

divisa locis

dogmata funderent,

Et sparsis populos ignibus urerent

La distribución de parte del oficio, pero

las sí

sedes no consta en

en

la

Vida de

el

himno

Jos siete apostólicos,

Leccionario complutense y calificada por

el P.

ni

en otra

sacada del

Flórez de uno de los

ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA

30

más preciosos y antiguos monumentos de

de

la historia eclesiástica

España. «Per diversas urbes dividuntur: Torquatus Acci, TisefonsBergis, Secundus Adula, Indalecius Urci, Caecilius Eliberri, Isicius Carcesea, Euphrasius Eliturgi» (i). ¿Precedió esta biografía, cierta-

mente vetustísima,

al oficio

y

al

himno? Creemos más verisímil

contrario, por aparecer amplificada

de Senatrix dado a Luparia.

vas, entre ellas el calificativo

Xo

lo

con algunas circunstancias nue-

existiendo verdadera leyenda de San Segundo, puesto que el

de Cianea pocos elementos dramatizables contenía, Lope tuvo

libro

que inventarla en gran parte con recursos que luego fueron comunes en este género de obras; pero que, en ésta, tan antigua, tienen el

mérito de

la

novedad: intervención del mágico Hermógenes y de

queda confundido

su discípulo Fileto; disputa teológica en que

mago y llero

el

a la postre se convierte; episodio amoroso en que el caba-

Vandalino pretende seducir con

el

ejemplo de

gentilidad a la casta Luparia, sacerdotisa

oráculo de

la diosa,

los dioses

de

la

de Diana; consulta del

que, por permisión divina, declara

la

vanidad

de su culto y exhorta a Luparia a buscar a Cristo; astucias del Demonio, que, en disfraz de mujer, quiere pervertir a Segundo, y otra vez escribe herejías en los papeles del Santo; situación esta última

que

se repite

en

La columna

mos ahora por primera

fogosa,

comedia que también publica-

vez. Intercaló, además, en

este

tejido

las

principales tradiciones de nuestra Iglesia primitiva: predicación de

Santiago, aparición del Pilar. las

Puede

figurar,

por consiguiente, entre

crónicas dramáticas de España inmediatamente después de

La

amistad pagada (cuya acción pasa en tiempo de Augusto); pero atendiendo a ser un Santo

el

protagonista, la

damos aquí más adecuado

lugar.

Con

ser el

San Segundo muestra de un

teatro bastante primitivo,

ya notable aparato escénico y abunda, como todas las piezas de su clase, en tramoyas y apariciones, que debían de exigir una

tiene

maquinaria bastante complicada; te: al les,

son de

las chirimías

a posar sus plantas en

(i)

España Sagrada,

la

música interviene constantemen-

desciende Nuestra Señora, con dos ángebendito pilar de

el

t. III,

pág. 383.

la

ribera del Ebro;

hay

COMEDIAS DE VIDAS DE SANTOS

cuadros de grande espectáculo,

como

el

de

ñesta pagana de Acci,

la

con guitarras, sonajas, adufes y guirnaldas;

3

como

la

aparición de

Diana, en tramoya, y detrás de ella un demonio de fuego, y

hundimiento del templo; es frecuente

el

jes alegóricos,

como

la Idolatría,

que

nes de oro pintadas»; baja del cielo

el

la

sale

como

intervención de persona-

«con una ropa de imáge-

apóstol Santiago en una nube,

con un báculo de obispo, y sube, por invención, San Segundo

a re-

cogerle.

En conjunto el espectáculo, aunque muy distante todavía de la pompa y magnificencia que a mediados del siglo xvn llegaron a tener las

representaciones sagradas, especialmente los autos, debió de en-

cantar los ojos

y

la

probablemente fué representado por vez primera en Santo.

Todo

muy

todas

las

y la versificaamena, abundando mucho, y

fluida

obras primitivas de Lope,

faltan versos sueltos,

las listas

entre los

las quintillas

versos cortos y entre los mayores las octavas

y

tercetos.

Tampoco

pero sólo hay cuatro romances, narrativos todos.

El capellán de

XIII.

fiestas del

las

respira devota compostura en esta pieza,

ción es, por lo general,

como en

muy

imaginación del pueblo de Avila, donde

la Virgen,

San

de El peregrino. La publicó

el

Ildefonso.

— No incluida en

mismo Lope en

la

Décima-

octava parle de sus comedias (1623), cuyo texto seguimos. Precede

dedicatoria a doña Catalina de Aviles, mujer del contador Juan

Mu-

ñoz de Escobar. Esta comedia, cuya acción pasa en

el

reinado de Recesvinto,

podría colocarse también entre las de historia de España, precedien-

do

a la Vida

aquí por

en su

el

fiesta,

y

muerte del rey Vamba, pero hemos preferido ponerla

carácter sagrado de su protagonista, a quien la Iglesia,

llama estrella de España (sidus Hesperiae), y cuyo

bre honró a tantos monarcas nuestros. Séanos

alguna extensión,

la

gloriosa

popular siempre en España

memoria de

como

lícito

nom-

renovar, con

este Padre toledano, tan

defensor de

la

inmaculada pureza

de Nuestra Señora.

Dos la

biógrafos tuvo San Ildefonso, y

ambos sucesores suyos en

Sede metropolitana de Toledo: San Julián, que

familiarmente (1)

como

discípulo

España sagrada,

t.

V

(i),

y

le

conoció y trató

Cixila, que, viviendo

(tercera edición), pág. 463.

no

muy

ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA

32

entrado

A

el siglo

vm, pudo recoger incorrupta

estas dos auténticas Me/norias,

Ildefonso, nos ceñiremos

La

harto dados a

y

mismos de San

autoridad, que sólo encontramos con-

signadas en hagiógrafos del siglo tense (2),

tradición del vn (i).

en este relato, apuntando sólo de pasada

menor

algunas tradiciones de

la

y a los escritos

xm

o posteriores,

como

Cerra-

el

lo fabuloso.

de San Ildefonso no consta con certeza, pero suele

patria

tenérsele por toledano; a su padre llama la tradición Estéfano o Es-

madre Lucía, nombres que parecen indicar

teban, a su na,

aunque

el

argumento

es

de Ildefonso sea visigodo.

De

todas suertes, pequeño

que puede sacarse de

los

nombres,

el

godos convertidos

nombres

estirpe lati-

latinos.

cristianismo tuvieron

al

Fué

como

visto

que

los

a gala el adoptar

educación de San Ildefonso aquella sólida y las escuelas monásti-

la

generosa educación cristiana que se recibía en cas

y en

Escritura

los Padres,

y

mandó

episcopales que

las

toledano in uno conclavi

atrii.

algunos clásicos de

logías isidorianas, vasto repertorio así

como

profanos

establecer

sagrados;

el

cuarto Concilio

Dieron pasto a su entendimiento

la

las

Etimo-

de extractos de muchos

libros,

la

antigüedad y

especie de enciclopedia, maravillosa

para aquella edad.

Foco de llos días

los

agaliense.

que suele llamarse isidoriano, eran por aque-

este saber,

En

famosos monasterios servitano, dumiense, biclarense y el último de ellos se encerró San Ildefonso desde muy

niño, posponiendo todo afecto de las cosas trariando,

movido por más

su padre, que, ciego de

ira, le

pesar de haber penetrado en

pudiera nunca dar con su

mundanas, y aun conexpresa voluntad de

alta inspiración, la

siguió hasta el monasterio, sin que, a él

hijo,

extraordinario favor del cielo.

con gran golpe de gente armada,

que permaneció oculto y salvo por

Ya monje San

Ildefonso, fué por

chos años espejo de su comunidad; llegó a dirigirla

formó

las

como

mu-

abad; re-

costumbres y norma de vida de sus monjes y fundó un

cenobio de vírgenes consagradas a Dios en

la villa

Deidzensi, dotán-

dole ricamente a sus propias expensas.

De

la

quietud monástica fué arrancado San Ildefonso,

(1)

España

(2)

Ibídem, pág. 502.

sagj-ada,

t.

V

(tercera edición), pág. 485.

como per

COMEDIAS DE VIDAS DE SANTOS fuerza, para sustituir

en

metropolitana de Toledo a su maes-

la silla

poeta cristiano San Eugenio.

tro, el insigne

33

había trabajado constreñido y limado

De

él

escribe Cixila que

ingenio de San Ildefonso,

el

como con Jilo de hierro, hasta hacerle sapientísimo y consumado en los primores de la poesía y de la música, como lo mostró componiendo con excelente ritmo y melodía los oficios de los Santos Cos-

me y

Damián, bajo cuya advocación estaba su monasterio.

Por nueve años y diez meses ocupó San Ildefonso episcopal de Toledo (i), desde

el

la

cátedra

año nono de Recesvinto, hasta

el

decimoctavo, cada día con mayor fama de santidad y de letras. «Fué dice su inmediato sucesor San Julián varón grande en el temor





de Dios, fervoroso en

la religión,

extraordinario en la compunción,

grave en su aspecto, laudable por su honestidad, singular por su paciencia, guardador de todo secreto,

extremado en sabiduría,

digne en el arte lógica, vehemente en la oratoria, en

la

in-

locución

y copiosísimo, de tal suerte, que sus palabras no parecían de este mundo, sino que Dios hablaba por boca suya.» «Su virtud añade Cixila fué como ardiente antorcha que iluminó toda Esafluente





como

paña; su doctrina su

sol

y luna que resplandecieron en

memoria como bendición de

olor

y composición de

la Iglesia;

incienso.»

Singulares favores del cielo hicieron patente y manifiesta a los ojos del pueblo la santidad

de Ildefonso. Había defendido contra

perpetua virginidad de Nuestra Señora, y ella le premió de exquisita manera, según refieren antiquísimas tradiciones herejes e infieles

la

toledanas recogidas por

En

túmulo de

obispo Cixila.

de Santa Leocadia vio con asombro

la fiesta

bre que llenaba el

el

el

templo levantarse

in coelo,

cadia, cubierta Ildefonso,

y mientras

el

el

velo de las vírgenes,

pronunciando en voz

pueblo clamaba Dea

misma Santa Leo-

y adelantarse hacia San

inteligible estas palabras:

mina mea per vitam Ildephousi. El clero comenzó Aunque

muchedum-

mozos robustos ape-

deo gratias in coelo, levantarse la

con

la

pesadísima losa que cubría

Santa, losa tan pesada que 30

la

nas hubieran logrado removerla;

gratias

la

Vivit do-

a entonar el Alle-

prelado de Toledo era metropolitano de la Cartaginense u no encontramos usado el nombre de arzobispo hasta el tiempo de Elipando. (1)

obispo primae

Menkxdez

el

sedis,

y

Pflavo.— Estudios sobre

el

Teatro de Lope de Vega.

3

ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA

;4 ¡nía

y prosiguió con un himno que

compuesto en loor de

la

el

mismo San

Santa: Speciosa facta

Ildefonso había

est, et

odor tuus velut

balsamum non mistum. La Santa puso su velo en manos de so, y él cortó para reliquia una leve porción con la daga

Ildefondel rey

Recesvinto, que se le presentó sollozando y de rodillas, implorando el

perdón de sus iniquidades, tantas veces reprendidas por

Santo

el

con evangélica fortaleza.

De

más admirable

otro portento, aun

cabe (omitido asimismo

si

por San Julián), dieron cuenta a Cixila

Urbano y

obispos

los

Evancio.

Era una de

las festividades

devotísimo siempre de

ella,

de Nuestra Señora, y San Ildefonso,

había ordenado o reformado

de

el oficio

aquel día enriqueciéndole con nuevos himnos. Levantóse a maitines

y entró en

la iglesia

seguido de todo su clero; pero abiertas

quedáronse atónicos

tas del atrio,

henchida de un resplandor

que dejaron caer

que

penetrar en

que

les

manos

las

tal suerte,

y,

dejando

más

entre coros de ángeles, se volvieron,

vivos, a contar a sus

compañeros

extraño caso. Le-

el

giones celestiales circundaban a San Ildefonso,

ebúrnea cátedra episcopal de donde ia

puer-

viéndola

la iglesia,

deslumhró de

antorchas que traían en

las

solo al metropolitano rr.uertos

al

celestial,

las

él solía

y sobre

predicar

al

la

misma

pueblo,

y

a

cual después ningún obispo toledano fué osado a subir, sino sólo

el

prevaricador y regicida Sisberto, aparecía

la

misma Virgen,

y

sonaban distintamente estas palabras: «Acércate, carísimo siervo de Dios; recibe

mi

de mis manos este don que traigo para

Hijo; úsale sólo en el día

viste los ojos fijos

ñiste tus

en mí y

lomos con

el

el

de mi

festividad.

Y

ánimo dispuesto a mi

cíngulo de

la virginidad,

servicio,

y con

la

cuencia de tu labio derramaste en los corazones de los glorias

y

loores, adórnate

ya en

con

esta vida

la

de

del tesoro

ti

como siempre y

tu-

ce-

dulce elofieles

mis

túnica de la gloria,

para alegrarte después en mi morada con los demás siervos». Cayó extático Ildefonso al recibir la sagrada casulla, sonó

dulce armonía de ie

la basílica

las

suave

legiones angélicas

humo

de incienso, mientras

fonso permanecían clavados en la

visión

que desaparecía.

y

el

de nuevo

la

esparcióse por los ámbitos

ábside,

los ojos

de San

como queriendo

Ilde-

retener

COMEDIAS DE VIDAS DE SANTOS

Las noticias que ya en

xm

el siglo

drigo Manuel Cerratense a

añadió

el

^5

dominico fray Ro-

de

sencilla narración

la

Cixila, tienen

>oca o ninguna autoridad entre los hagiógrafos, y algunas son de

todo punto erradas,

San le

como

cuando sólo

Isidoro,

suponer a San Ildefonso discípulo de

el

lo fué

de San Eugenio, y

que San'Eugenio ascendiese a

Muchas obras nos y cuyos

faltan

la

»'>te

la

en

oficio

que San Ildefonso compuso,

el

catálogo que formó San Ju-

Patris

et Filii ct

el

opúscu-

Spiritus Sancti, el de

diurno, el de las Anotaciones a los sagrados

de sus Epístolas, en que

libros, la colección

antes

las

Prosopopeia imbecillitatis propriae,

De proprietate personarían Anotaciones del

manos de San Heladio,

cátedra toledana.

hoy de

títulos están registrados

Se han perdido

lián.

las

decir que

ordenó de diácono, cuando consta por testimonio del mismo San

Ildefonso que recibió la ordenación de

lo

el

el

Santo (según afirma

su biógrafo) usaba, a veces, de forma dramática, introduciendo diversas personas; I

la

himnos, epitafios,

colección de sus sermones y

la

de sus versos

Gran parte del oficio español, llamado vul-

etc.).

garmente gótico o mozárabe, debe de pertenecerle, puesto que consta

de

61

que

fué fecundísimo en la composición de misas

nos, pero todos ellos están

obra

común de

y de himanegados y como perdidos en aquella

nuestra Iglesia, y es casi imposible deslindarlos.

Quedan, pues, como únicos restos de bastantes por

raciones

De perpetua y

solos para llevar su

más remotas que habiten

ría Santísima

deserti



el

(como

se la llamaba

virginitate B.

De

las

obras de San Ildefonso,

memoria suavísima

esta tierra

en

el

famoso libro

tres infideles, el

cognitione baptismi, dos epístolas

viris ¿llustribus,

gene-

de España, dote de Ma-

siglo xvn), el

Mariae adversus

a las

continuación del de San Isidoro.

De itinere

y el opúsculo De Los editores de la

magnífica colección de los Padres toledanos añaden algunos sermones,

cuya paternidad quieren vindicar para San Ildefonso.

El tratado fieles:

De

la

perpetua virginidad va dirigido contra tres in-

Helvidio, Joviniano

y un judío que aparece

allí

como en

representación de su secta. Helvidio y Joviniano no eran herejes españoles ni contemporáneos del santo metropolitano de Toledo, sino

que habían

escrito

mucho

antes, en

tiempo de San Jerónimo.

Quizá algún fautor de tales herejías hubiera penetrado en

la

España

ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA.

?6

aunque

visigoda,

ni

en

tratado de San Ildefonso, ni en la carta

el

que Quirico, obispo de Barcelona,

escribió felicitándole, se lee

le

nada que pueda inducir a sospecharlo. Quizá fué lo único que obligó

al

pertinacia judaica

la

santo metropolitano a renovar

la

contro-

que ya San Jerónimo, San Agustín y San Ambrosio hasus armas. De todas suertes, el calor extraordinario con medido bían que el libro está escrito, arguye, no un mero ejercicio retórico o de versia en

estilo,

sino una controversia actual

y

viva.

Y

verdaderos entes de razón a los dos herejes fantaseó

Román de y

ticos Helvidio

Higuera para

la

Pelagio,

que

el

aunque tengamos por Tendió

Eladio, que

y

no menos fantás-

sustituir a los

arzobispo D. Rodrigo supone con-

elocuencia y dialéctica de San Ildefonso, no por eso hemos de negar en absoluto que además de los judíos hubiera en España algún partidario de aquella impura y grosera herejía, no ex-

fundidos por

la

todo con

tinta del

la

muerte de sus antiguos

Sacó por primera vez de fray Miguel Carranza,

que

le

la

1

576, de

el

carmelita

imprimió en Valencia en I55°\ siendo

reimpreso a poco y con más corrección por dent, en París en

fautores.

oscuridad este tratado

donde pasó

el

franciscano Feuar-

a las bibliotecas

y

coleccio-

nes patrísticas.

Llámase comúnmente Libro de

los sinónimos,

placido San Ildefonso en acumularlos a te,

como queriendo

por haberse com-

modo de granizada o torren-

sepultar bajo lluvia de piedras a sus adversarios.

Era esta forma oratoria, aunque de dudoso gusto,

muy

usada y ce-

y ya San Isidoro había alegoría semidramática (imitada de la

lebrada en aquella edad de decadencia,

dado muestra de

ella

en

la

Consolación de Boecio) que se conoce con los títulos de Soliloquia,

Synonima y Lamentum anhnae peccat?icis. Usáronla, después de San Ildefonso, otros autores eclesiásticos nuestros de los siglos vn y viü, siempre que quisieron levantar el tono y el estilo, prefiriéndola con especial delectación el ermitaño del Bierzo,

más

color

y

visiones. Gala fué, así

digalidad

mada y nistas

y aun

la

San Valerio, para dar

realce a sus relaciones autobiográficas

el

de

los teólogos

en

el

a sus místicas

como de los cronistas, la procomo lo eran la prosa ri-

abuso de los sinónimos,

simetría de las antítesis, de que

(v. gr.,

y

Pacense) larga muestra.

hay en

los

mismos ero

-

COMEDIAS DE VIDAS DE SANTOS

37

Pero sería no pequeño error suponer que en este lujo

infantil

st-.mibárbaro se cifran las excelencias literarias del tratado

Al

defonso.

.

contrario,

rebosa de verdadera

templan tundir

la

al

bellos

de

y

los sinónimos, sino a pesar

natural elocuencia,

dulzura con

adversario,

los loores

y

no por

fervor suave

como de acero para con-

y candorosísimo para publicar las

primeras hojas tanta

como que-

acumulación de verbos y tanto repetir una misma cosa la

polémica, pero acaba uno por dejarse

arrastrar de la impetuosa avenida?

alma y

Xo

admirando a un tiempo

el calor

austera dialéctica del autor.

la

descuella ciertamente

el

tratado

De

la

ninguna otra obra expositiva o de controversia de por

ellos,

Señora, que pocas veces han sonado más

en ninguna lengua humana. Cansa en

riendo dar más fuerza a

de

donde armoniosamente se

la fortaleza: rigidez

la celestial

o

de San

lo original del plan

y

del desarrollo. Tratado

virginidad (como la

época visigoda)

ya

el

asunto en

términos que dejaban poco lugar a emulación, por San Jerónimo y otros padres, a ellos fué a buscar San Ildefonso inspiración y armas.

Pero

la

doctrina aprendida y asimilada acertó a convertirla en jugo

propio, y la metodizó

y expuso

a su

modo, distribuyendo

en tres secciones: una contra Joviniano, que negaba

de Nuestra Señora antes del acertaba a comprender

la

parto;

la

libro

virginidad

otra contra Helvidio,

concepción sacratísima; y

el

que no

tercera con-

la

cuya negación, por ser rotunda y extenderse a los estados de la vida de Nuestra Señora, le dio ocasión de volver

tra los judíos,

tres

sobre los primeros adversarios y descargarles los últimos y decisivos golpes.

Otras obras sobre crítica a

el

mismo asunto

se

han atribuido con poca

San Ildefonso. El opúsculo De partn

dent publicó

como

Virginis,

suyo, es del abad Pascasio Ratberto,

que Feuar-

como

pro-

bó Mabillon hasta no dejar resquicio de duda. Tampoco han de tenerse por obras del metropolitano de Toledo los doce sermones de la

Virgen, que

tado

De

la

el

mismo Feuardent divulgó como apéndice

perpetua virginidad, y que rechazaron

como

al

tra-

espurios

el

Poza en su Elucidario, Teófilo Raynaud, Nicolás Antonio, y después de ellos todos los críticos. Ni el estilo, ni la doctrina, ni el me1



.

do parecen de San Ildefonso

ni

de ningún Padre de

la iglesia

es-

ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA

38

pañola. El P. Flórez publicó otros tres sermones, cuya autenticidad

también ha padecido contradicción, dejando

la

De

la

mismos

editores de los Padres toledanos.

gen, que

el P.

Alba en

el

tomo

II

cuestión indecisa los

Corona de

Vir-

la

de su Biblioteca Mariana no tuvo

escrúpulo en atribuir (aunque dudosamente y con un forte) a San

aunque obra piadosa y elegante, xn, porque está llena de versos leoni-

Ildefonso, sólo ocurre decir que,

no puede nos,

ser anterior al siglo

y de trozos, copiados a

Continuemos fonso,

la letra,

enumeración de

la

de San Bernardo.

las

obras auténticas de San Ilde-

de que por breve tiempo nos ha apartado

el

catálogo de los

apócrifos opúsculos marianos. Tenemos, en primer libros

De

itinerc deserti

y De

doctor no aspiró ciertamente

lugar, los

cognitione baptismi, en al lauro

de

que

reduciéndose a juntar y eslabonar sentencias de los anti-

el estilo,

conforme

etcétera),

godos había dado tres libros

de

al

el

las Sentencias,

San

Isidoro,

de Tajón y San Valerio,

los

es la gloria

más

tros doctores

de

los

alta la

antes de Pedro

estilo propio,

hace originales a su modo:

Lombardo"

como tam-

pero hay algo el método.

Esta

de nuestra escuela visigoda. Herederos núes"

inmensa biblioteca

patrística,

dua labor de juntar en libros didácticos, breves,

y adecuados

visi-

en sus

verdadera piedra angular del método

muchos años

en estos libros de San Isidoro y San Ildefonso,

que vale más y que

Magno,

el

ejemplo que a todos nuestros doctores

universal maestro de ellos,

escolástico en Occidente,

poco en

aun en

la originalidad, ni

guos Padres (San Agustín, San Jerónimo, San Gregorio

No hay

dos

Santo

el

a la enseñanza, toda la sabiduría

comienzan fáciles,

que

la

sistemáticos

los antiguos

dres derramaron en apologías, exposiciones dogmáticas

ar-

Pa-

y controver-

con herejes. Allí estaban esparcidas y labradas, cada cual de por todas las piedras del edificio de la ciencia cristiana. la Esco-

sias sí,

A

lástica

pertenecía levantar con esos materiales

teológico

meros

la

De la

y

es gloria

de

mano en obra

los

la

fábrica del saber

Padres españoles haber puesto

los

pri-

tan gloriosa e imperecedera.

correspondencia de San Ildefonso, que debió de ser copiosí-

sima, quedan por reliquia única dos cartas a Quirico, obispo de Barcelona, que le había

colmado de loores por su tratado De

nidad, exhortándole de paso a interpretar

las

la virgi-

Sagradas Escrituras,

COMEDIAS DE VIDAS DE SANTOS lo cual el

Santo llegó a hacer, aunque en

menta de

diferirlo tanto

La

historia española

De

tálogo

por

la

turbación

39

la

segunda epístola se la-

y

miseria de los tiempos.

debe a San Ildefonso un suplemento

viris illustribus

al ca-

de San Isidoro, continuación a su vez de

de San Jerónimo y Gennadio. Gracias a San Ildefonso vive

los

buena memoria de Asturio y de Montano, guir los retoños de

la

que acabó de extin-

herejía priscilianista; del africano Donato, fun-

dador del monasterio Servitano; de Juan

de elegantes

el

la

el

de Zaragoza, compositor

de Heladio y Justo, metropolitanos de Toledo; del palentino Conancio, poeta a la vez y músico, insigne oficios eclesiásticos;

por sus melodías;

y de

otros varones,

aunque nos haya robado sus

Iglesia,

También de San

Isidoro,

ornamento grande de nuestra escritos

el

tiempo envidioso.

de San Braulio y de San Eugenio hace

honrosa, aunque breve, conmemoración. ¡Lástima que la

el

torrente de

invasión sarracena viniera a interrumpir estos catálogos bibliográ-

ficos

de autores

eclesiásticos,

que con tanta constancia y regulariel siglo v: en ellos hubiéramos teni-

dad venían sucediéndose desde

do un

hilo

de oro para

La gravedad que en

la

la historia literaria

de nuestra

Iglesia!

hagiografía impone, nos prohibe detenernos

absurdas falsificaciones con que algunos impostores han pre-

las

más bien manchar y Corría en el siglo xm, y llegó a

tendido, en diversos tiempos, enriquecer, o

confundir

manos tra

en

las

obras de San Ildefonso.

del Tudense,

que con su candidez habitual

la

insertó a la le-

Chronicon mundi, que formó, por orden de

el

Berenguela, una continuación desatinada de

la

la

reina doña

Crónica de San

Isi-

doro, atribuida a nuestro egregio metropolitano de Toledo. Narrá-

base ña,

allí,

y

entre otras cosas, un fantástico viaje de

su lucha con

món Mago contra San Pedro. En cuanto a los epigramas, no poco con nombre de San Ildefonso andan Juliano,

Mahoma

a Espa-

San Isidoro a poder de prodigios, cual otro

elegantes e ingeniosos, que

al fin

del Chronicon del seudo

redondamente deben tenerse por obra del

Higuera (poeta nada

infeliz),

Si-

P.

Román de

aunque Nicolás Antonio, con menos

la

se-

veridad que de costumbre, se inclina a reconocer por auténticos en su origen,

ma

si

bien interpolados y falseados después tres de

limpieza clásica del estilo los denuncia

como obra

ellos.

La mis-

del siglo xvi.

ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA

40

La mejor edición de en

el

primer tomo de

la

las

obras de San Ildefonso es

monumento

51S.

PP. To~

Matriti, 1782, apnd Ibarran;

Ictanorum quotquoi extant opera (páginas 94 a 451),

que se lee

la

magnífica colección intitulada

insigne de la esplendidez

y docta cardenal arzobispo de Toledo D. Francisco Anto-

munificencia del nio Lorenzana.

Las leyendas

relativas a

San Ildefonso se difundieron mucho,

aun fuera de España. Constan en te

de Beauvais

(lib.

Hildephonsuní)

Méon, 1808,

y en

Scala Coeli, citar,

Specidian Historíale de Vicen-

miraculis circa Sanctun:

otras

muchas colecciones que

impertinente

sería

tratándose de una tradición nacida en nuestra casa,

nosotros se comunicó

De tres: la

San

al

resto

y que por

de Europa.

versiones españolas en lengua vulgar basta tener en cuenta

de Gonzalo de Berceo

Nuestra Señora), de

el

CXX: De

en Gautier de Coinci (Fabüaux de Barbazan y 270, y edición del abate Poquet, col. yy), en la

,

I,

t.

VIII, cap.

la

el

primero de

los

Milagros de

segunda Cantiga de Alfonso

poema

Ildefonso,

(es

del Beneficiado de

el Sabio, y la Vida Ubeda, conocido ya por

Sánchez, pero no impreso hasta nuestros días (y ciertamente por

pésima copia) en

la

colección de Janer (Poetas anteriores al sigio xv,

páginas 323-330). Este mester de clerezia, que a pareció de los primeros años del siglo xiv, institución

de

la

solemne

fiesta del

Amador de

Santo para toda

nes

y mucha agudeza, Antonio

del tal Beneficiado, apenas

de

la

Edad Media,

Posteriores

nueva biografía

al

muy

como ha mostrado, con buenas Restori

no importa mucho, porque obra más

(i).

infeliz

Ríos la

la diócesis tole-

dana, hecha por el Concilio de Peñafiel en 1302, puede ser algo anterior a esta fecha,

los

y contemporáneo de

La cuestión en

y menos

el

bien razo-

fondo

poética que la

puede encontrarse en toda

la literatura

tan abundante en fárrago rimado.

poema (llamémosle

latina

así)

del Beneficiado, son una

(Vita S. Ildefonsi Toletani Episcopi), cono-

cida por la del seudo Juliano: paráfrasis verbosa de Cixila

y del Ce-

y la muy notable Vida de San Ildefonso en prosa castellacomenzada a escribir en 1444 por el famoso archipreste de Ta-

rratense; na,

(1)

Alcuni Appunti su la Chiesa di Toledo

los Atti delta

R. Accademia

fiel

secólo

xm. Turín,

delle Scienze di Torino, vol. 28.)

1893. (En

COMEDIAS DE VIDAS DE SANTOS Javera,

4

Alfonso Martínez de Toledo, autor del Corbacho o Reproba-

amor mundano. Esta Vida no se ha impreso nunca: además manuscrito, sobre manera mutilado, de El Escorial, citado por

ción del

del

Amador de

los Ríos,

hay otro

al

parecer lleno de variantes,

el

tratado

De

Como no hay

el

mismo

y

archipreste.

Flos sanctorum

San Ildefonso no

crónica de España en que

ni

se consigne

creo de todo punto imposible

la

la

más o menos extensamente,

averiguación de cuál fué

texto

el

dado caso que necesitase alguno y memoria para tener presente una historia tan popu-

que Lope pudo tener a no

completo, de linda escritura

perdurable virginidad de Sancta María, puesto en

¡a

lengua vulgar por

vida de

muy

que para en mi poder. Le acompaña

le bastase la

la vista,

en España y que tantas veces habría rezado en las lecciones de su Breviario. Lo único que puede tenerse por seguro es que no acular

dió a las fuentes primitivas, sino que

en que

gótico; conservándose, por lo demás,

en medio del anacronismo de glo vn, sino del xvn. so,

Además de

San Isidoro

boca cuando niño, viaje portentoso a

el

(el

tradición en

la

forma

fiel al

espíritu

de

visi-

la historia,

costumbres, que no son del sila

vida

y milagros de San

Roma

compilaciones del siglo posteriores.

de

la

sabido, falta

Un

enjambre de abejas que

apólogo de ),

del Santo, pero consignadas

no

la

Ildefon-

contiene esta notable crónica dramática algunas tradiciones fabu-

losas relativas a

el

las

tomó

un color más español que

corría en su tiempo, dándola

la

piedra y

el

desconocidas de los antiguos biógrafos

en

muy

de su

cuerda del pozo,

la

el

Santoral del Cerratense y en otras

xm, de donde pasaron

episodio

salió

a los Flos sanctorum

romántico en esta comedia es también

cueva de Hércules, tradición de origen arábigo, como es si

bien fundada en circunstancias topográficas (por lo cual

quien ingeniosamente quiera darla explicación histórica),

transmitida por

el

arzobispo D. Rodrigo a los compiladores de

la

xv por

el

y prodigiosamente amplificada en

(

rúnica general

r.

itor del libro de caballerías que lleva por título Crónica de

Rodrigo, y que más irracina.

comúnmente

Como Lope

íj comedia de

se designa con

el siglo

el título

Don

de Crónica

explotó esta novela de Pedro del Corral para

El postrer godo de España, entonces será ocasión de

f-studiar las vicisitudes

de esta leyenda, que aquí, por raro capricho,

ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA

42 retrae

Lope a

la

era del rey Recesvinto o Recisundo,

como

él le

llama.

Esta comedia de El capellán de la Virgen,

inconexo de

los episodios

peño de dramatizar

como una de

y de

la falta

si

de

se prescinde

de unidad inherente

al

lo

em-

vida entera de un santo, puede considerarse

la

mejores de su género, y parece escrita por Lope con especial cuidado y pulcritud de estilo. Entre otros fragmentos las

dignos de estimación, citaré

las estancias

puestas en boca de San

Ildefonso:

Bienes del

y

la

mundo leves

lindísima escena villanesca de los labradores de la Sagra, en el

acto tercero, que rebosa de alegría

Son bastante numerosas que en todo o en parte Entre

ellas

las

y movimiento.

obras poéticas de nuestra literatura

se refieren a los milagros

poema

sobresale el larguísimo

Valdivielso, poco anterior a

la

del

de San Ildefonso

maestro Joseph de

comedia de Lope Sagrario de Toledo,

impreso por primera vez en 1616 (Madrid, por Luis Sánchez) y reimpreso en 1618 (Barcelona, por Esteban Liberes). (no

menos que de mil

En

poema

este

octavas) descansa principalmente la grandio-

sa trilogía dramática Origen, perdida

y restauración de la

Virgen del

Sagrario, única obra que entre las del repertorio de Calderón conserva aquel género de inspiración épica que tanto abunda en

Lope de Vega. El primer acto de La Virgen exactamente

mismo asunto que El

el

capellán de la Virgen,

dente que Calderón tuvo esta comedia a

la vista,

el

de

del Sagrario tiene

como

lo

y

es evi-

prueba

el

nombre de Recisundo dado cipales escenas,

a Recesvinto y la similitud de las prinaunque tratadas por cada uno de los dos grandes

poetas en su peculiar

En do de

los índices

otra

estilo.

expurgatorios de fines del siglo xvn queda recuer-

comedia de El capellán de

de D. Fernando de Zarate, es suya, sino

si

bien

el

la Virgen, publicada a

nombre

índice da a entender que no

de Antonio Enríquez Gómez. La prohibición que

el

Santo Oficio hizo de esta comedia (quizá por algún error teológico

que en

ella vertiera el

judaizante Enríquez Gómez) ha sido causa de

COMEDIAS DE VIDAS DE SANTOS

43

su pérdida, puesto que nadie dice haberla visto ni da

No podemos

el

párrafo del índice.

guiente,

si

era una refundición adulterada de

mismo

pieza nueva sobre el

XIV. Isidro.

La

niñez de

— XVI.

la

de Lope o bien una

asunto.

San

Isidro.

— XV.

La juventud

San Isidro labrador de Madrid. comunidad de

tres piezas por la

formar una especie de

más razón de

determinar, por consi-

que

ella

trilogía

de

San

de

— Reúno aquí estas

y porque juntas vienen a vida del Santo patrón de Madrid.

su asunto la

Pero debo advertir que, aunque en esta edición van colocadas según el

orden de

los

hechos que en

ellas se

den de su composición, puesto que

el

dramatizan, no fué este

San

el or-

Ma-

Isidro labrador de

drid estaba impreso cinco años antes que fuesen compuestas y representadas las otras dos comedias. El San Isidro labrador de insertas en la

es la última de las

comedias

Séptima parte, de Lope, publicada en lól?.

Las dos comedias de

La

niñez

fueron

respectivas loas,

sus

Madrid

y La juventud de San

escritas,

representadas

Isidro,

e

con

impresas

en IÓ22, y forman parte del libro que Lope publicó aquel año con el título

de Relación de las fiestas que

la insigne villa

en la canonización de su bienaventurado hijo las dos

comedias que se representaron

Ambas comedias

poética se escribieron.

en

libre

la plaza

y

de Palacio, con

de Madrid hizo

y patrón San Isidro, con

los versos

que en

la

fueron representadas

las circunstancias

Jusüi al aire

que Lope declara

en su Relación:

Lo que hubo móvil quarenta pies de nube, encima della

alto, su la

ángeles que volaban fuera

fué

una tramoya sobre un theatro; era de

fundamento un

fuerte, su

al

rededor, sin verse su

máquina semoviente o autómata, de

extremo una

mano y quatro movimiento, como si

Fama con una bandera en las

la

que escribe Herón

Alejandrino, jamás vista en España

»Hubo asimismo quatro medios

carros, de

extremada pintura

temple, con apariencias notables para representar dos comedias.

primera de Las niñeces de San Isidro, la

Villa

la

segunda La juventud. Quiso

que fuessen mías; representáronlas con

y Avendaño

al

La

rico

adorno Vallejo

La víspera de este día fueron a Palacio, en alarde

con música de trompetas y chirimías, todas

las

danzas que

la

Villa

ESTUDIOS SOrtRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA

44

tenía prevenidas

mos

y

como previniendo

los carros referidos,

de

a la esperanza

y alegrando

las fiestas

los

a Sus Majestades,

áni-

que

favorecieron este día con su real presencia.

»La primera parte representó Yallejo,

mayor que

riqueza de los vestidos fué la theatro,

porque ahora representan

personas, supliendo con

las

hasta aquel día se vio en

como en

las galas,

adorno

el

segunda Avendaño. La

la

de

la falta

otro tiempo

las acciones. Salie-

ron sus Majestades y Altezas a los balcones bajos de Palacio, en ienz o

con

que confina con

guarnecían

theatro

el

que

vestuarios, invenciones

divide,

los

curso del pueblo las chirimías

Xo hay

nueva, donde estaban

la torre

que sirven de

las casas

y

que

apariencias,

parte eminente

y en

y trompetas»

quien ignore (y en

los carros,

al

con-

(i).

biografía escrita por el docto

la

el

La

Barrera ha podido verse con extensión) cuánta importancia tiene en la

vida

y en

las

obras de Lope

la

devoción

al

Santo labrador, patro-

no de Madrid, y de qué modo contribuyó con

el

prestigio de su rica

y hacer popular, dentro y fuera de los muros de culto del humilde y venturoso labriego, a quien amaba

poesía a difundir la villa, el

doblemente por razón de paisanaje y por aquel espíritu llano y democrático que en el alma de Lope reinaba (a despecho de afectaciones contrarias),

y que en

la

sanísima y vigorosa poesía de su

teatro histórico tantas veces se desborda. Si a esto se

sión

que presentaba

dros

idílicos,

dolos,

de

la

vida de

los falsos colores

como

la

la

musa de Lope,

égloga, sino con

su alma de poeta épico

comprenderá su

el Isidro,

del cual

él,

oca-

la

atavian-

genuinos

los

la

Recon-

reconstituía o adivinaba,

especial predilección por este argumento,

desde que

muy joven

y

el

publicó, en l$99i

castellano (en que hay mucho fárrago y broza, pero pueden entresacarse fragmentos admirables); hasta que

poema

en 1622, entusiasmado con

la

canonización del Santo, fué

el

alma

Obras sueltas de Lope de Vega, edición de Sancha, t. XII, págiEn este tomo se reprodujeron las dos comedias, y la presenpor tanto, tercera edición de ellas.

nas 57, 63 y 74. te es,

de

la

Isidro para trazar aquellos cua-

vida rústica de Castilla en los primeros tiempos de

que tantas veces volviera a

(1)

San

en que tanto se complacía

no con

quista, tal

se

la

añade

COMEDIAS DE VIDAS DE SANTOS

del certamen, el autor de la relación ofi-

las fiestas, el secretario

de

y de

cial

poema de San

el

sagradas por llegue

dos comedias que entonces se representaron.

las

Siendo

Lope

Isidro

la

más extensa de

obras con-

las

a su Santo predilecto, reservamos para

cuando

poema el estudiar comparativamente estas de un mismo tema e investigar sus fuentes. Lope

turno de aquel

el

distintas versiones

nunca

45

las

declara de un

modo

explícito,

si

poema

dice

comunicó

frav

bien para

haberse valido de los procesos y probanzas que

le

el

Domingo de Mendoza. Por ahora baste advertir que

de San Isidro es del siglo

xiii el

de

con hijo,

la

leyenda

diácono Juan; códice precioso, que existió en

San Andrés, de Madrid, y

Tradújole

la catedral.

el título

fuente primordial de

Vida y milagros del Santo que compuso a

la

chivo parroquial de el

la

al

no, arcediano de la

la

misma

Ar-

hoy en

se conserva

castellano fray Jaime Bleda, en 1622,

de Vida y milagros del glorioso San Isidro

abogado y patrón de

fines

el

el lab i ador,

Real Villa de Madrid, por Juan Diáco-

Villa,

con adiciones por

el

Padre presenta-

do Jray Jayme Bleda, predicador general de la Orden de Predicado-

Santo Oficio de

res, calificador del

libros dirigidos

por

Tomás

a

la noble,

Junti, 1622).

Santo, puesto que

la

la Inquisición de

coronada y

leal Villa de

Pero no fué ésta

la

había precedido en

En

Valencia.

dos

Madrid (Madrid,

primera biografía del

1592 (Madrid, por Luis

Vida de San Isidro labrador, de Alonso de Villegas, extractada más brevemente de Juan Diácono, a quien también sigue

Sánchez)

el

la

franciscano fray Juan Ortiz Lucio en su Flos Sancionan o

pendio de vidas de preso por

Mayo

el

los

P. Daniel

Papebroquio en

la

el

(páginas 514-524, Amberes, IÓ80)

cha más corrección, por de

Historia

(t.

el P.

tomo

III

de

Santos de

Fita en el Boletín de la

Real Academia

IX, páginas 97-157)- Pero es cierto que en la

el

texto

piedad co-

y que en las comedias de Lope aparecen. Ya Bleda: «No nos dice el nombre del hijo del Santo,

tiene recibidas,

lo advirtió el P. ni

los

y modernamente, con mu-

de Juan Diácono no se encuentran muchas cosas que

mún

Com-

Santos (Madrid, 1597). El texto latino fué im-

de su mujer bendita; no cuenta cómo fueron casados;

lagro de passar ella por el río

fuentes

y pozos que sacó

el

Jarama a pie enxuto, y Santo; la resurrección de la

calla el

mi-

de

las

los hija

de su

ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA

46

amo, y cómo dio vida que la composición de

que

caballo

la

leyenda original, con

se le

Lope, tiene su lugar indicado en

la dio

precedió a

murió»

al

las tres piezas

la

forma poética que

la ilustración

dramáticas y fué

Pero repito

(i).

del Isidro,

que

fondo común de todas

el

ellas.

más antigua de las tres, del San Isidro labrador de Maforma Ticknor un juicio bastante atinado: «Esta composición

De drid,

la

— dice— tiene toda

y variedad de acción y de carácter propias del drama español profano. Hay en ella escenas de grande interés entre guerreros recién llegados a Madrid de una incursión feliz

tierra

de moros; otras de mucho regocijo y

cantares rústicos, para festejar

y

zas el

en

riqueza

la

nacimiento de su

grotesca,

como

y

las

la del sacristán

isidro tiene

con

se muere,

el

y

hijo;

el cielo

el

alegría,

con dan-

matrimonio de San Isidro y

hay también propias de una

que se queja de que con

no gana nada en

el

los entierros,

farsa

poder que pues nadie

Santo parece haber vencido y desterrado a

la

muer-

carácter amable

y

devoto del Santo, que da una especie de unidad y fuerza poética

al

te.

Pero en medio de esta variedad predomina

conjunto. Los ángeles bajan a arar por

de abandonar sus labores por oír misa;

el

para que no se

él,

le

acuse

toque de su aijada brota

al

una fuente de agua purísima (hoy mismo contemplada con reverencia),

que en medio de un cálido desierto apaga

señor. Cantos

que

y

poesías populares,

como

el

la

sed de su injusto

muy animado romance

principia:

Al villano se

La

la

dan

cebolla con el pan,

Para que

el

tosco villano,

Cuando quiere

alborear,

Salga con su par de bueyes

Y

su arado, ¡otro que

Le dan

tal!

pan, le dan cebolla,

Y vino también

le

dan

una parodia del viejo romance fronterizo:

(1)

Libro

I,

páginas 208 y 209.

consta en Juan Diácono.

Tampoco

el

nombre de

I

van de Vargas

COMEDIAS

i)E

VIDAS DE SANTOS

47

Río Verde, Río Verde,

Más negro vas que

la tinta,

De sangre de los cristianos, Que no de la morería alusiones a

domésticas para

al

de San

a la iglesia

diálogo, pinturas todas familiares

y

vecindario de Madrid, y cuya representación he-

el

cuerdas que a

ría

Almudena y

sagrada imagen de la

la

Andrés, prestan animación

sazón vibraban aún en todos

la

corazones

los

»S¡n duda que una comedia de esta especie,

cuyo argumento

dura de cuarenta a cincuenta años, con un sinnúmero de persona1

jes;

entre los cuales figuran ángeles

tira

y

el río

y demonios,

la

en tiempo de Lope, táculos, sino

público no sólo acudía con

el

que recibía con agrado

que hacían familiar

la

la

Men-

la

vida del Santo

bienhechor. Si a esto se agregan

las

fe

a tales espec-

representación de milagros,

y sus benéficas

enlazaban con su propio tiempo, haciéndole mirar

la

Envidia,

Manzanares, parecería hoy grotesca e irreverente. Pero

virtudes,

como

trabas impuestas

al

y

le

su personal teatro (i)

y

extraordinaria facilidad, gracia e ingenuidad del estilo de Lope,

atento siempre a consultar y seguir

el

gusto popular, tendremos to-

dos los elementos necesarios para explicar

mas

religiosos

que compuso, ya en

ya de historias de

la

el

gran número de dra-

forma de misterios o

Sagrada Escritura o de vidas de santos»

Las dos comedias de

compuestas en 1622,

la

me

La

niñez

y La

autos, (2).

juventud de San Isidro,

parecen por todo extremo inferiores a

la

primera en gracia y frescura, aunque mejor concertadas y escritas con más esmero, y aun con alarde de versificación y estilo, especialmente en

1)

las bellas

octavas narrativas, que abundan mucho. Fue-

Esta es una de las muchas vulgaridades críticas que afean

Ticknor. Nunca hubo para

el

teatro tales restricciones y trabas,

la

obra de

como no fuese

de un modo transitorio e ineficaz, pues siempre el gusto popular consiguió romperlas o eludirlas. No hay teatro que se haya desenvuelto con más libertad y franqueza, ni que menos se haya contagiado de escrúpulos puritanos Tumo II de la edición inglesa, páginas 247-249, y t. II de la traduc(2) ción castellana, páginas 366-369.

IX, páginas 598-609) expone en caricatura, con su peculiar y exestilo, el argumento de las tres comedias. Grillparzer habla olamente del San Isidro labrador de Madrid (páginas 133 y 134). Klein

(t.

travagantísimo

48

ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA

ron obras de circunstancias y se resienten de su origen. Prefiero

con mucho

espontaneidad,

el brío, la

comedia primitiva, cuyas jor entre lo

la

candorosa sencillez de

deliciosas escenas villanescas son

mucho bueno que Lope

nada:

Ya camina, ya se acerca, Ya llega, ya empieza a arar. Los surcos lleva derechos; la tierra está!

«Por acá>, dice

Y

al

al

Manchado

,

Tostado: «Por allá».

Arada tiene

la tierra:

El villano va a sembrar;

Saca

La

el trigo del alforja,

falda llenando va.

¡Oh,

qué bien arroja

el trigo!

¡Dios se lo deje gozar!

Las aves

Que

mirando:

se vaya aguardarán.

Junto a

No

le están

las

hazas del trigo

está bien el palomar;

Famosamente ha crecido: Ya se le acerca San Juan. Segarlo quiere

el villano:

La hoz apercibe ya; ;Qué de manadas derriba! ¡Qué buena priesa se

Quien bien ¡Oh,

qué bien atadas

Llevándolas va a

¡Qué

da!

bien desata;

ata,

van!

las eras;

parva tendrá!

gentil

Ya se aperciben los trillos, Ya quiere también trillar. ¡Oh,

qué contentos caminan!

Pero mucho sol

La mano en Los pies en

la

les da.

frente ponen,

el trillo

van;

¡Oh, qué gran sed les ha dado!

:Quién duda qué beberán?

Ya beben, ya

lo

me-

hizo en su género. Véanse, por

ejemplo, algunos versos del baile rústico que hay en

¡Qué buena

de

la

se recrean;



la

primera jor-

COMEDIAS DE VIDAS DE SANTOS ¡Qué caliente

Brindis.

Aventar quieren

Ya comienzan ¡Oh, qué

buen

Volando

las

49

está!

el trigo.

a aventar.

aire les hace!

pajas van;

Extremado queda

el trigo,

Dése limpio y candeal; ¡A Fernando, que Dios guarde, Se pudiera hacer

el

pan!

Ya lo llevan al molino, Ya el trigo en la tolva está. Las ruedas andan Furiosa está

las piedras,

la canal;

Ya van haciendo ¡Qué presto

la

la harina,

cernerán!

¡Oh, qué bien cierne el villano!

El horno caliente está.

¡Qué bien masa! ¡Qué bien hiñe!

Ya pone en Esta comedia fué

muy

la

tabla el pan

popular, y merecía serlo. Aun enla segunda

mitad del siglo xvn, cuando

Lope yacía injustamente postergado

turbamulta de sus imitadores y plagiarios, fué

dor una de

el

San

pocas piezas suyas que lograron figurar en

las

a la

Isidro labrala

colec-

ción ambiciosamente titulada Comedias escogidas de los mejores in-

genios de España, en cuyo

en 1667, puede leerse

La

XVII. de

las

parte vigesimaoctava, publicada

vida de San Pedro Nolasco.

listas

de El Peregrino

y,

— No consta en

ninguna

por consiguiente, ha de haber

Menéndez y Pelayo terminaba aquí

'

la

dos

tomo o

*.

la

Introducción del tomo IV de

edición académica, con estas palabras:

Lope de Vega que no han podido

«Las demás comedias de santos de trar

en

el

presente volumen, serán incluidas en

el quinto,

que ya

en-

está en

prensa.»

El

tomo

V

comenzaba del siguiente modo:

«Contiene este tomo diecinueve obras dramáticas de Lope de Vega, catorce de las cuales pertenecen al género de comedias de Santos, y las restantes al

de comedias

tar este

tomo y

breve y, por tanto, adecuada para complede los dramas profanos del grande ingenio. De

pastoriles, sección

abrir la serie

éstas obras, cuatro eran inéditas hasta ahora.

gunas observaciones acerca de todas Mknkndez

y

Pelayo.— Estudios sobre

Brevemente expondremos

ellas. > (A. B.)

el

Teatro de Lope de Vega.

4

al-

ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA

5

Además, en

sido escrita después de 1618.

ofrecida a Felipe

IV el Magno,

los últimos versos se dice

a luz

en

Parte perfeta de las Comedias del Fénix de España

tumo que sacó

No

parece

determinar cuál de

Nolasco y crónicas de

llano fray

fe-

la Veintidós ,

libro pos-

a luz en 1635 Luis de Usátegui, yerno de Lope. fácil

Orden de

la

tían sirvió principalmente

la

las biografías

Merced que en

de San Pedro

su tiempo exis-

de base a esta comedia de Lope. La más

y copiosa obra de

acreditada

más su

lo cual restringe todavía

que tiene que ser posterior a 1621. Salió

cha,

este género

era sin

duda

la del sevi

-

Bernardo de Vargas, procurador general de su Orden en

Roma, Chronica

sacri et militaris ordinis Deiparae Virginis

Mariae

de Mercede (Palermo, 1619, dos tomos folio) a la cual sirve de com-

plemento lasci et

la

Additio

ad opiisculum

de vita et gestis Sancti Petri

quorundam venerabilium filiorwn

también con aprecio

el

breve y

útil

ejus (Messina, 1629). Corría

compendio

del palentino fray

Francisco Zumel, famoso profesor de Teología,

Merced:

De

(Salamanca,

fundatione 1588)

aparte de otras

Pedro Nolasco, del

Orden de

la

(I).

y

general de

la

ejusdemque viris illustribus

Ordinis

En

No -

lengua vulgar pudo consultar Lope,

menos famosas, La vida

del Siervo

de Dios fray

segundo deste nombre; sacerdote observantíssimo

el

Merced (Valencia, 1591), obra

fray Felipe de Guimerán;

y

del obispo de Jaca,

los diversos libros del

entonces tan ce-

lebrado poeta dramático fray Alonso Ramón, Historia general de la

Orden de Nuestra Señora de drid, por Luis Sánchez,

la

Merced, Redención de Cautivos (Ma-

1618); Geroglíficos de la vida de

San Pe-

dro Nolasco, con declaraciones morales; Vida de San Pedro Nolasca, fundador

de

la

Merced; Fiestas de San Pedro Nolasco (1630)

Todo nos induce a creer, que la fuente principal de Lope fué P Ramón, a quien sucedió, como es sabido, en

crónica del plaza

la

.

de historiógrafo de su Orden,

el

la la

egregio fray Gabriel Téllez,

Va acompañado de los escolios a la Regla de San Agustín, votos de (1) Merced, instrucción de oficios, manual de coro, etc. El P. Zumel fué discípulo de otro famoso teólogo de la Orden de la Mer-

ced, y profesor salmantino: fray Gaspar de Torres, electo obispo de Canarias y titular de Madaura, a quien fray Pedro de San Cecilio, en su libro manuscrito

den,

De

Scriptoribus

Mcrcenar iorum,

probablemente manuscrita.

atribuye una breve historia de su

Or-

COMEDIAS DE VIDAS DE SANTOS

5

l

Je quien todavía permanece inédita una extensa obra sobre el mis-

mo

argumento.

Con

ser tan famoso el Santo

historia eclesiástica, reina

juicio,

reduce a

muy

los orígenes

con su habitual parsimonia y

este piadoso instituto. Zurita,

dad de

y tan insigne su Orden en nuestra

no poca obscuridad sobre

pocas líneas

lo

averiguado y exento de toda controversia

de

severi-

que puede tenerse por

(lib. II,

cap. VII de sus

Anales).

E dixo mas este testigo niño.... el

lo supiese,

carretas e traían botas de sardinas, e al-

(i),

dicho Benito García

que quando crucificaron

salió

de

la

cueva

al

dicho

e buscó unas

yerbas espinosas, e bolvió a la cueva, e fizo dellas una guirnalda re-

donda

a

manera de

chapereta, e la puso en la cabeza del dicho niño

estando crucificado y aspado.» (i)

Es nueva declaración del

i.°

de agosto de 1491.

OQ

COMEDIAS DE VIDAS DE SANTOS

Juan de Ocafía, otro de nato, declaró en

los

cómplices de aquel sacrilego asesi-

20 de octubre de

1

49 1, que «quando crucificaron

Franco judío e

este testigo e el dicho Jucé

que desían todos muchos vituperios

como

Christo, así

pecialmente

le

los otros al

niño contra

al

dicho niño,

Jhesu Christo nuestro Señor estoviera

si

desían quando

le

«A

azotaban:

la

ley de

Moysén; e agora pagarás aquí

es-

allí;

este traydor,

ñador, que quando predicava, predicava mentiras contra

Dios e contra

de Jhesu

fe

la

engaley de

la

que

las cosas

desías en aquel tiempo.»

Este es
Juntáronse en Francia muchos judíos dañados, con mal corazón r

buscando qué manera temían para vengarse de todos pereciesen y

la

absolutos señores de

los christianos

inquisición con ellos, para la tierra

que

ellos

y que

quedasen

para hacer cumplir y guardar su ley

judaica o mosaica. Por revelación diabólica fué a ellos revelado, o

por consejo de algún judío sabio

o,

por mejor dezir, hechizero,

el

y consejo para el maleficio que tenían manera siguiente. Que tomasen el corazón de un

qual dio industria, horden

pensado hazer en

la

niño inocente, sin pecado, y el Santísimo Sacramento del altar, todo quemado y hecho polvos y echado en las aguas que oviesen de beber los christianos;

todos

y

que luego, en bebiendo

reventarían,

Prosupuesto

esto,

las

dichas aguas, rabiarían

y de esta manera serían

y muy determinados de

los judíos

hazello,

vengados.

creyendo que

vendrían en efecto su diabólica voluntad, procuraron de intentarlo

de esta manera, que estando, como estaban, en lugar de Francia, salén, estaba hijos;

y

ellos,

allí

el

qual buscaban que fuese

cierta cibdad, villa

muy

un hombre hidalgo y pobre,

el

o

semejante a Jeru-

qual tenía

muchos

viendo su necesidad, parecióles que sería bien llamar

a aquel hidalgo pobre,

y muy secretamente

juramento o palabra, que

descubrirle,

les tubiese secreto lo

que

le

debaxo de

querían dezir;

y que le harían bienaventurado en dalle gran cantidad de dineros, con que saliesse de miseria y con que remediasse sus hijos, y no se viese en tanto trabajo de pobreza

prometióles de les tener

mucho

y

necessidad. El pobre hidalgo

secreto,

y dixo que

le

dixessen lo

que querían, y no temiesen. Los judíos viéndolo, y paresciéndoles la voluntad del hidalgo ser muy determinada, dízenle así: «Sábete que »

tenemos mucha necessidad, y nos va en

ello la vida,

en que uno

COMEDIAS DE VIDAS DE SANTOS •

de todos tus

»

lo hizieres,

y

tú,

tan afligido. Por tanto, mira

y

>

tos

corazón, y nos

si

como

yo tengo

viéndote,

ellos,

ninguno de cuan-

ello servido».

yo

Des-

parece ser que este buen hombre dio quenta de

ellos,

todo esto a su mujer, contándole cía}

te vees,

cathólico christia-

hijo

determino de pasar mi miseria, pues Dios es de pidiéndose de

como

crueldad cometa, que, aunque soy pobre,

ni tal

si

puedes hacer». El pobre hidalgo

lo

cNunca Dios quiera que yo mate

dixo:

y

le des;

que quisieres para que no bivas en

como hombre de buena sangre y como

respondió no,

lo

el

y más valdrá que muera uno que no pe-

y pobreza;

rezcan todos de hambre,

i

saques

le

hemos todo

darte

tanta miseria

mates y

hijos

73

La mujer, como

el

caso y diziéndole de ¿qué le pares-

y también porque

astuta,

las

mujeres, según se

ve por experiencia o por su natural, suelen dar consejos

muy deter-

minados, de presto y casi sin pensar respondió: «Señor, no tengáis pena, que yo os diré téis a

dezis

>

le

daría algún

¿cómo os pareze que

díxole:

a esos judíos sin

«Dad

acá, ahí

tal

consuelo

como

se hiziese,

y

díxole: «Pues

podría hazer?» Respondióle

se

tenemos esa puerca y

-

matémosla, y sacarémosle

-

hijo;

el

la

y

pequeña; tomalda y corazón, y diremos que es de nuestro

y a nuestro hijo esconderle hemos donde no parezca, y diremos que le enterramos y así los engañaremos; y, por tanto, tened maña como tornéis a hablarles». Paresciéndole buen consejo el de

tóles

que para qué querían

que era para hacer que El

si le

el

cierta cosa o sacrificio,

parescía que lo podía hazer,

buen hidalgo comenzóles a

decir:

cesidad que tengo, que no sé qué

*

si

-

matar mi

como, señores, hijo,

dezís, lo

ra

de traernos aquí

mujer

llévasele

le

pensáis hazer, todavía el

corazón». Va este

Ellos,

como

la

hiziesse para salir della;

me

ne-

mas

disporné a

dolor que siento en ello».

«Pues vé luego, y procu-

hombre

a su casa,

había aconsejado, mata su puerca y sácale

a los judíos.

lo dexasse.

«Por Dios! que es tanta

los judíos, dixéronle: el

que se requería hacer; y

que por dineros no

me

aunque Dios sabe

Viendo su intención

y pregun-

corazón de su hijo? Ellos respondieron

>

»

mujer,

es

su mujer, procura de hacerse encontradizo con los judíos,

la

que ma-

nuestro hijo y sin que lo sientan, y darnos han ese dinero que que darán». El pobre hidalgo alegróse mucho creyendo que

mujer

la

cómo engañemos

vieron

el

el

y como

corazón y

corazón, creyendo

ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA

74

realmente que era del niño, tomáronle

muy

muy

gozosos,

y pagáronselo pudo salir

largo al dicho hidalgo pobre, con que largamente

de miseria.

»Haviendo ya ávido

quedávales de buscar manera

corazón,

el

cómo pudiessen aver el santíssimo sacramento. Y no hallando aderezo como a su propósito viniese, conviene a saber, que le quisieran aver todo entero como está en la custodia, procuraron a lo menos de averio como pudieren; y tuvieron esta astucia. Cerca de ellos bivía una mujer vieja y muy pobre, mucho más que el hidalgo; a que fueron y

la

dixeron:

le

queremos rogar; y

»

te

>

deslo hazer

muy

si

bien».

«Hermana, a

ti

hemos una

haces, darte

lo

Dixo

conviene hacer

pobrecilla que

la

saya,

que

y pué-

pudiese

lo

si ella

lo

y dixéronle:

mano, y tómala, y sácala de

»

hemos

la

mirando

la

comas

ni

los paladares, o haz la

como que

y aun más que

saya,

al interés

de

la

saya, o lo

te vas a limpiar

con

la

y tómala y tráenosla; y darte

boca, tú

quisieres....»

que

le

La mala mujer,

prometieron, por ventura

creyendo que no era cosa que importara mucho, o pensando que fuera para hazer alguna devoción, o para guardar para reliquia, díxoles

que

ella lo traería

y

sacramento a

pagaron a largo,

como

la vieja diabólica

lo

hechizo;

los herejes

pudiese traer, que

tomaron y guardaron para

tenían concertado

les tuviese secreto.

buscado

lo

que deseaban para hacer su

quemándolo y haciéndolo todo polvos,

puerca que

ellos

creían ser del niño,

cramento, van y échanlo en inñcionar o hechizar toda

el

día la mal-

traerles el santíssi-

y creído; y que habían prometido y muy más lo

porque juntamente con esto

»Aviendo ya

la

él,

lo

manera como pudo

los judíos, los quales le

hazer los hechizos con

si

Yendo, pues, otro

se lo daría sin falta.

dita vieja a comulgar, tuvo

mo

y que

procuraría de hazer;

ella lo

el río

como

así el el

corazón de

santísimo sa-

que por aquella parte iba para

agua o aguas de que se proveían para

gente christiana; para que en bebiendo, luego reventasen

beber

la

todos.

Viendo Dios su dañada intención, dio lugar a todo

que mostró milagro para que

esta

esto,

aun-

maldad fuese descubierta; y fué

COMEDIAS DE VIDAS DE SANTOS

que todos

puercos y puercas que de

los

las

Jj

aguas bebieron, reven-

taban y morían. Viendo esta maravilla, no pensando ni sabiendo

qué cosa fuese aquélla

estando

tal,

gente escandalizada, vino aquel

la

hidalgo pobre a quien habían pedido los judíos

cubrió

que había pasado con

lo

conocimiento de »

maldad

la

dichos judíos, y

los

vinieron en

así

(I).

Volviendo, pues, estos judíos, o algunos dellos a

siendo

ya

ckristianos a lo

menos en

el

corazón que en Francia se

el

les

Castilla,

y

nombre, procuraron de vol-

como

supieron de cierto

había dado

y vendido, que no

ver a acabar de hacer su maldad, sabiendo

que

corazón, y des-

el

y que por eso avían reventado los fuera de niño que así murieran mala muer-

era de niño sino de puerca,

puercos. Creyendo que

veras

si

procuraron con mayor diligencia hacerlo

te los christianos,

y muy conforme a la pasión de Christo; y buscan por y que en el asiento o aparejo representare

lugar convenible salén.

Y

muy de Castilla

a Jeru-

paresce ser que no hallaron lugar más a su propósito, que

de La Guardia, y en aquel montecico, donde están

fué esta villa

ag ora los palacios o cuevas que se dizen del inocente; y estando ya

de asiento en esta

de La Guardia, como vezinos cuatro o cinco

villa

años avía, comenzaron a entender en su negocio. Avila, o de aquella parte de Avila, estaba

un judío

Y

para ello en

rabí,

gran

letra-

do, o por mejor decir gran hechizero, al qual iban estos malos christianos

herejes, llamados los Francos,

y

que eran cuatro hermanos o

con otros acompañados, que todos eran onze, y con

parientes,

ellos

un contador del prior de Sant Juan, vezino de Tembleque, persona de mucha manera e autoridad: la

como

sentencia

la dio,

tonces mientras vivió

el prior;

cado; que después fué

También

la

y

el

qual fué Pilato para aver de dar

éste libróse

que no

le

quemasen por en-

mas después de muerto, pagó

intervención de este personaje parece,

si

no inven-

tada, a lo

menos exagerada por Damián de Vegas, porque

Pilatos,

quien

i)

a

Todo

en 1545, y

el P.

el

Yepes llama Flernando de

este cuento, teñido

Fortalitium. Fidci,

ya advirtió

P.

el

de

lib.

Fita.

III,

de

la

más grosera

consideración

Fray Alonso de en 1420.

la vieja

su pe-

quemado en Toledo. >

la

del

tal

Rivera, no hay

superstición, procede dei punto 3, números 4, 6 y 7, como Espina pone el suceso del hidalgo

7,

ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA

/U

en

rastro

proceso, aunque

el

No creemos que Lope



en

las

Damián de Vegas, que no

protonotario

la vista,

Historia déla

glorioso martirio

llaman de

La

prosista fray

y

y

sigue con

mucho

fué la

el

elegante

Rodrigo de Yepes, monje de San Jerónimo

el

Real de

la

la

discurso de lo tocante

al

La Guardia «una

plicidad». Pero es cierto

que

el

Suprema

se

refiere a

Inquisición,

gunos errores de Vegas, especialmente

y con mucha sim-

y con

un testimonio de

edad del niño, hijo

comedia de Lope, y sacado también del

el clásico

poema

latino

tres

su auxilio rectifica al-

el relativo a la

cuyo nombre y padres fija además, llamándole «Juan, so de Passamontes y de Juana la Guindera». la

y

cronista Jerónimo tuvo acceso a otras

más seguras, puesto que

Anterior a

Yepes cuando

larga relación

Sancto Innocente y su martyrio y dos sen-

tencias contra los culpados; escripto a lo antiguo

secretarios de la

Memoria de Da-

cual manifiestamente alude el P.

dice que su padre le envió desde

Yepes, es

Lo que

rigor,

Guardia, publicada en Madrid, 1583, por

mián de Vegas, a

P.

Memoria del

del Sancto Innocente que

Madrid. El fondo principal de esta historia fué

fuentes

la

llegó a imprimirse.

indudablemente tuvo a mite?-te

tradiciones populares (i).

conociese directamente

de Jerónimo Ramírez,

de Alon-

libro del

De

raptu

Como este Hernando de Rivera figura en la comedia de Lope, con'(1) viene advertir que se encuentran noticias de su persona en la Relación de la villa de

Felipe

Tembleque

[t.

III

de

las Relaciones topográficas

hechas en tiempo de

II):

«A los treinta y siete capítulos se responde que en esta villa hombre que fué llamado Fernando de la Rivera, y fué contador del

vivió

un

prior de

San Juan, que a la sazón era; el qual se dice que fué natural de Almagro, y se intituló y puso nombre de Pilatos; y entre él y sus secuaces, forasteros de esta villa, hurtaron un niño, y en él ejecutaron la pasión que en nuestro Señor Jesuchristo executaron los Judíos, azotándole; y éste dio sentencia contra él en que fuese crucificado, y se lavó las manos para ello, según siempre se ha dicho: y lo crucificaron en una cueva en la villa de La Guardia, extramuros de ella, que está dos leguas de esta villa; donde al presente hay una devota hermita y tiene la advocación del Santo Inocente. Dicen que habrá que esto acaeció más de setenta años; y a éste quemaron en Toledo; y hoy hay en esta villa, en la iglesia della, un sambenito de él.> De la existencia del personaje y de haber sido quemado por el Santo Oficio, no puede dudarse; pero la sentencia que llegó a manos del P. Yept-s tiene visos de apócrifa, o a lo menos de interpolada.

COMEDIAS DE VIDAS

DIÍ

scx {Matritri, apud Petrunt

Innoccutis Martyris

Guardiensis

Madrigal, 1592)

Algunas alteraciones

lato del P.

(i).

libri

7~

SANTOS

felices

que hizo en

el re-

Yepes, inducen a creer que también consultó documentos

originales.

El asunto de El Niño Inocente de

La Guardia

no

es dramático:

produce efectos de horror, no de terror trágico. La crucifixión del niño en escena, los atroces martirios que

cúmulo de

sacrilegios

los personajes,

impresionan

bajo acabar

la lectura,

intolerable

aun para

el

ánimo de

y parece que los

la

tal suerte,

que cuesta

tra-

representación había de ser

nervios de espectadores acostumbrados a

presenciar los autos de fe en

(1)

acompañan, todo aquel

la

repulsivos, la vileza antipática de casi todos

la

plaza pública

Reimpreso por Cerda y Rico en Hispanorum opúsculo,

colección Clarorum

el

tomo

selecta

I

y no en

el teatro.

Y

(único publicado) de su

ettariora (1781).

Comienza:

Flagra cano,

saevamque necem renovataque

Christi

Vulnera, et invisae scelus execrable gentis,

Ouae

trucii indómitas effundens pectoris iras

Insontem puerum praerupti in vertid montis Compulit exiguo majorem corpore molem Ferré humeris, tensosque cruci praebere lacertos

Posteriores ala comedia de

Lope hay

otros libros sobre el

mismo argu-

mento; por ejemplo:

El Niño

Inocente, hijo de Toledo

y mártir de La Guardia, por

el licenciado

Sebastián de Nieva Calvo, notario y comisario del Santo Oficio de la Inqui sición y natural de la villa de Tembleque. Toledo, 1628.

Historia del Inocente Trinitario, el Sa?icto Niño de La Guardia, natural di ciudad de Toledo y oriundo del Reyno de Aragón. Escr/vela el Antonio de Guzmán (Trinitario calzado). Madrid, 1720. (Publicó íntegro el testimo-

P

la

.

nio de los tres secretarios.)

Historia del martirio del Santo Niño de

mente de

los procesos contra los reos

parroquial de dicha

villa,

por

el

y

La

Guardia, sacada principal-

otros testimonios existentes en el Archivo

doctor D.

Martin Martínez Moreno. Madrid,

1866.

La Guardia es villa importante del partido de Lillo, provincia de Toledo, Datos para su historiase encuentran recogidos por el P. Fita en el tomo XI -del Boletín de la Real Academia déla Historia (373-431).

ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA

78

i

con todo, este drama, que tan penosamente nos originalidad poesía,

y

do, el

y de

y hay en todo

fuerza,

cuya misteriosa

y

hábito

un

de sangre contra

los judíos;

de

terrible

poeta, aun revestido con

al

venera de familiar del Santo Tribunal. Será,

la

quiere, la obra de

llega a tal

y

siniestra

apodera del ánimo más preveni-

eficacia se

hace admirar mal de su grado

le

aflige, está lleno

una

él

fanático, rebosará en todas sus

se

si

cláusulas odio

pero este mismo sentimiento, cuando

grado de sincera exaltación y sombrío entusiasmo, pue-

de ser fuente de interés poético, y en Lope plan es desconcertado y mal compuesto:

el

lo es

seguramente. El

autor sigue paso a paso

y por frecuentes e intolerables mutaciones de escena nos transporta alternativamente de Toledo, donde pasa la el libro

del P. Yepes,

Ródano, donde

infancia del Santo Niño, a las orillas del

vos judíos preparan

estratagema de lo

el

la vieja.

cómico que a

de

Todo

primer acto más bien pertenece a

este

la

y contra

lo trágico,

hostia

lo

que suele acontecer en

teatro de Lope, es notoriamente inferior a los dos

en

el

segundo ¡qué

felices rasgos

tro de la

madre

niño perdido!

Y

niño con

del

en toda

logo, contrastando

con

la

la

que siguen. Pero

tierna poesía en el encuen-

comedia, ¡qué apacible y natural

lobreguez del argumento, y atenuando en

de Lope, no sólo por

lo

muchas

su estructura, sino principalmente porque la impresión

y desasosiego que

se para

en

o sólo acierta a conmoverle con físico.

la

la

y no

los nervios el

fiero

y

la tortura,

La

se

llega al espíritu,

brutal espectáculo del

dureza del cuadro; pero Lope, que no era poeta místico,

La comedia de tulo de

él

se trata

sino poeta francamente realista, insiste de tal

nores de

que de

emoción de inquie-

de un martirio, y que la consiintervención visible de lo sobrenatural, tem-

Es verdad que

deración religiosa y plan algo

bellezas

imperfecto y tosco de

recibe no es la pura emoción estética, sino otra

dolor

el diá-

drama, digalo que quiera Schack, no puede contar-

se entre los mejores

tud

el

ciega que cantaba la oración del

la

parte sus depresivos efectos! Pero a pesar de sus parciales, este

la

de costumbres! ¡Qué linda descrip-

La Guardia! ¡Qué

ción de las huertas de

los fugiti-

y son víctimas de

sacrilegio

que

D

casi

modo en

los

porme-

nos hace sentir sus angustias.

José de Cañizares, que corre suelta con

viva imagen de Cristo:

El Santo Niño de

la villa

el tí-

d¿

La

COMEDIAS DE VIDAS DE SANT< ¡S

Guardia

como

es,

plagio de la de

XX.

otras

Lope

muchas

suyas,

las

Lope de Vega en

dos

listas

— Esta comedia, no mencionada

de El peregrino, fué impresa como de

tomo

rarísimo

el

de fuera de Madrid) que

lleva

(de los llamados extravagantes o

por

1634. Sólo pertenecen a

das en este volumen;

título

En

Vega Carpió: Parte veinte j nueve.

Año

mera refundición, o más bien

(i).

Los mártires de Madrid.

en ninguna de

79

Doce comedias de Lope de

Huesca, por Pedro Blusón.

Lope cuatro de

las restantes

las

comedias conteni-

son de Mira de Amescua, Clara-

monte, Luis Vélez

y

llevan los

En

de Guevara, Francisco Barrientos y Montalbán, nombres de sus autores respectivos.

cuanto a

legitimidad de

la

Lope, no cabe duda alguna, porque

suyo

y,

mas de

la

atribución de esta comedia a

el estilo está

diciendo a voces ser

además, muchas escenas parecen arrancadas de otros poesu pluma, especialmente de

debo advertir que

esta

La pmeba

de los amigos. Pero

comedia de Los mártires de Madrid es ente-

ramente diversa de El mártir de Madrid, comedia de Mira de Amescua, escrita

en 1619, de

la

manuscrito procedente de

en su argumento, de ciosa

y Moreto)

drid, inserta

la

titulada

cual existe en la Biblioteca Nacional un la

de Osuna; y es diversa también, hasta

comedia de

tres ingenios (Cáncer, Villavt-

Dejar un reino por

en la Parte quarenta

y

otro

y

Mártires de

Año

1678.

muy

digna de estimación, aunque no pueda contarse entre

selecto

La que reimprimimos no

Ma-

quatro de comedias nuevas.

sólo es genuina

de Lope, sino lo

más

de su repertorio. El primer acto anuncia una buena come-

dia de costumbres,

con primor y gallardía; en el segundo hay escenas soldadescas dignas de aprecio y copiadas del En Schack

y

está escrito

III de traducción castellana, X, 505-507), y Schaeífer(I, 103-104), pueden encontrarse diversos análisis y juicios de esta comedia. Schack la admiraba mucho, aunque con restricciones: «Die altes bildet ein wundcrbares und tief ergreifmdes Gemalde, von dem man nich weiss. ob man es wegen seinet kohen dichlerisches Sch'ónheit bewundcrn, oder wegen seiner Wildheit und Selt samkeit tadeln solí». Por el contrario, Klein (que era udío, si no me equi-

(1)

(t. II

del original, 391 -393;

174-176); Grillparzer (147 148); Klein

voco) se desata en invectivas contra

(t.

Lope y sus

panegiristas, y

espíritu de su comedia, llamando a su autor poeta de Belial,

esta ocasión, arte

dichter BeliaF s

y

condena

el

a su arte, en

de prestigios diabólicos y de ascinación engañosa: ¿Eín seine Kunsi Teufelsblenwerk und Gaukelspieh.

und

ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA

§0 natural;

y

en

el resto

nada segunda, está

muy en

de

la

obra

la

reconocimiento del padre y

el

acción es embrollada e inverisímil, los hijos,

con que termina

la jor-

preparado y traído con poca habilidad, aunque

teatralmente presentado. El diálogo es

muy

bizarro

y

conciso

y hay buenos trozos líricos en todo que se halle tan estragado el texto en

las situaciones culminantes,

hace sentir

el

drama,

el

único ejemplar que poseemos. El tercer acto cae

Jugares

lo cual

mucho en

los

comunes propios de nuestras comedias y novelas de cautivos

y renegados.

No

he podido averiguar

obra, pero

no

la

el

fundamento

que

sirvió a

del mártir

infieles,

español Gerardo

y

fué convertido en

la

episodio

de Ei

comedia a principios del

si-

Los mártires de Toledo

Juan de Dios y Antón Martín. — Con

de Dios está citada en la segunda lista de

consiguiente, es anterior a

«n

el

intercaló en su novela

Palomeque.

XXI. Juan

presente

la

algo semejante a

D. Gonzalo de Céspedes y Meneses para

Fernando Palomeque, que

glo xvín por Gerardo Lobo, con el título de v tejedor

de

creo invención de Lope, sino tomada de alguna

anécdota contemporánea de martirio entre la

histórico

Décima parte de

las

1618. Aquel

el título

El peregrino

mismo año

de San y, por

fué impresa

comedias de Lope (Madrid, por Alonso

Martín, 1618).

Esta comedia de Lope es una de tantas y está escrita con notable desaliño. El autor presenta

uno

tras otro, sin artificio alguno, los

principales hechos de la vida del portentoso fundador de la

de

los Hospitalarios

Orden

y de su venerable compañero y discípulo

el

fundador del hospital que en Madrid lleva su nombre. Las escenas

apenas tienen trabazón, ni puede decirse que exista fábula dramática.

En

realidad,

hay dos acciones mal combinadas entre

dación del hospital de Granada por pastor, soldado

el

sí:

la

fun-

Santo portugués, antiguo

y vendedor ambulante de

libros

y estampas, con-

vertido por la evangélica voz del apóstol de Andalucía, Juan de

y el heroísmo con que Antón Martín supo vencerse a sí mismo, ahogando los ímpetus de la venganza y perdonando al matador

Avila,

de su hermano. Estas dos acciones caminan dañan que

se favorecen, sin

que de

las

y más bien se una verdadera

paralelas,

dos resulte

COMEDIAS DE VIDAS DE SANTOS

comedia, pero

pamento y res



8

escenas de gran color histórico,

el hospital,

y

lo

de Lope, pedazos de

la

que nunca

en

falta

humana

vida

las

como

las del

cam-

obras más inferio-

llevados a las tablas con

asombroso poder de realidad.

Hubo de

servir

y muy

primitiva

de fondo principal a esta comedia de Lope,

estimable biografía, compuesta por

la

sacerdote

el

granadino Francisco de Castro, capellán del hospital fundado por Santo, Miraculosa vida y santas obras del beato

dador de

la religión

da, 161 3,

8.°;

Burgos, 162 1, 4.

traducida

),

cisco Bordini (Florencia, 1589,

más

Juan de

que cura enfermos (Granada, 1588,

Dios, fun-

biografía,

extensa, del portugués fray Antonio de Govea, de la

San Agustín, obispo de Cirene, Historia de lagros del glorioso Patriarcha

y

Padre de

vida

la

Grana-

8.°;

por Juan Fran-

al italiano

y Turín, 1611). La

el

y

mucho

Orden de

mtierte v mi-

pobres San Juan de

los

Dios, fundador de la Orden de la Hospitalidad (Madrid, 1624), es posterior a

la

comedia de Lope y también

Santo. Todavía lo es

la

la

Moura (Madrid,

tonio de

que

más

que da Lope en

De

1632).

lo

que no queda más

los últimos versos

discurso poético de Gabriel

Y

a la beatificación del

Vida de San Juan de Dios, de fray

de esta comedia,

Lobo y Laso de

la

An-

noticia es

del

Vega:

todas en un discurso

Que

en versos heroicos hace

Gabriel Lasso de

Vega

fértil

la

Vega,

y admirable.

Prometió Lope una segunda parte de esta comedia, pero no consta que llegara a escribirla.

XXII. Henares. la

El saber por no saber

y

vida de San Julián de Alcalá de

— Esta comedia, no citada en

última que figura en

la

las listas

de El peregrino, es

Parte veinte y tres de las comedias de Lope

de Vega (Madrid, 1638), libro postumo publicado por su yerno Luis

de Usátegui, con un prólogo de Faria y Sousa. Nada de particular ofrece esta comedia que no hayamos otras

muchas de su género. Es

de un bienaventurado lego de para Dios y simple para Menkndbz

y

el

la

historia

la

mundo,

Pklato.— Estudios sobre

el

de

las santas

visto

en

candideces

Orden de San Francisco, sabio a quien Lope conoció segura-

Teatro I

de-

Lope de Vega.

6

ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA

82

mente en Alcalá siendo tura de costumbres

estudiante.

Santo está presentado con los episodios

publicó en

la

muy

poca novedad;

de amores y desafueros

El

XXIII.

La viveza de expresión y

pin-

la

merecen aplauso, como siempre. El carácter del

rústico del cielo.

que más vale son

lo

estudiantiles.

— Lope

la

llamó tragicomedia y

la

Décimaoctava parte de su colección (Madrid, 1623), con

dedicatoria a su amigo Francisco Ouadros de Salazar, en que se leen

Admirado Salvador (que así se llamaba), le llevó sin réplica a una tienda y le compró dos camisas; sin esto se juntaban en el vestuario de la comedia muchos niños de gente principal, y salían a cantar con

él al teatro

y

pan que

a recibir aquel

les

daba, sin enfado de sus

padres; gran prueba de la santidad de este rústico celestial, pues así lo fingido se

merecía

memoria

respetaba,

y en

la

imitación hallaba la veneración que

Hallaréis cosas a que estuvistes presente las

escuelas de Alcalá>.

y

traeréis a la

COMEDIAS DE VIDAS DE SANTOS

Estas noticias, necesarias para completar

¡S3

la historia del

drama,

nos dan razón, no sólo de sus orígenes, sino del actor que por

pri-

mera vez hizo

el

piadoso que

obra obtuvo y, finalmente, del inusitado obsequio con

la

papel del protagonista, del éxito popular y aun

que reyes tan poco favorecedores del teatro como Felipe

y

III

su

mujer Doña Margarita de Austria, honraron esta representación

como habían honrado en puede

del estreno

de

la

prolijas

y minuciosas alusiones, de en 1 599-

Esta comedia es del

como

escrita

de Valencia en

las

mismo género que la de El saber por no samucho antes, parece menos floja y amanera-

La santa simplicidad

duce escenas agradables, .¡rama religioso.

ril

las fiestas

los reyes,

ber; pero,

gría,

aproximadamente por algunos conceptos

mismo Lope de Vega se introduce nombre poético de Belardo y habla como de cosa reciente,

bodas de

da.

La fecha

ella.

tercera jornada, en que el

bajo el

con

fijarse

vida al humilde sujeto de

pero

Hay

del protagonista raya en lo si

bien

en todo

más propias

y chocarrero. En

el

poema mucho movimiento y

el

ale-

que pertenece tiene algo de pueteatro no se puede abusar de nada, y menos

género de devoción

el

cómico y proque del

del entremés

a

que de nada del tipo de un siervo de Dios, pero tonto de nacimiento,

a

como

se pinta al

un hombre

sin

y hermanos a rejil,

como

si

hermano Francisco, que en edad madura mata

darse cuenta de su acción, y llama tinoso

quisiera parodiar

dor, incluso las bestias mortíferas. franciscana, parece aquí la

y

al

pe-

sublime ingenuidad con que

la

Patriarca de Asís llamaba frate al sol

no tiene

al diablo,

los rábanos, a las berenjenas, a las zanahorias

y

el

a todas las obras del Crea-

Lo que

es sublime en la leyenda

una interpretación grotesca. Pero de esto

mayor culpa Lope, cuyo

teatro era espejo

fiel

de cuanto

y pensaba su siglo, sino el malo y torcido rumbo que comenzaba a tomar ya, por exceso de democracia frailuna, la devoción creía

española, inclinándose a la apoteosis de lo vulgar

que pueden

ser compatibles

con

la

mayor

que no son elementos indispensables de Los chistes y simplicidades a del

lo

Niño Jesús, figuran en muchos

t-jemplo, en el tan

y de

lo sórdido,

elevación espiritual, pero

ella.

divino del libros

Hermano Francisco

de ejemplos devotos, por

conocido del P. Boneta, Gracias de

la

Gracia:

ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA

84

Saladas agudezas de

hay

los

Santos y milagros de su eutrapelia.

biografías particulares

merece

la

palma

la

de este ejemplar varón, entre

Además

las cuales

Historia de la vida y virtudes de¿ venerable her-

mano fray Francisco

del

Niño Jesús, de

Descalzos de Nuestra

los

Señora del Carmen, obra del elegante prosista fray José de Jesús María, impresa en Uclés, 1624; reimpresa en Madrid, 1670; traducida

al latín

en Colonia, 1618, y

al

italiano

en Brescia, 1619. Pero

quizá en esta historia, con ser tan esmerada, no se forma tan cabnl

y

gráfica idea del personaje,

como en

bajó sobre recuerdos personales hasta

el

desaseo y

XXIV.

La

tra-

logró poetizar ingeniosamente

penetrante olor del beato enfermero.

el

niñez del Padre Rojas.

manuscrito autógrafo de

Osuna)

y

comedia de Lope, que

la

la



Inédita hasta ahora. El

Biblioteca Nacional (procedente de la de

de 4 de enero de 1625 y

lleva la fecha

la

aprobación de

Pedro de Vargas Machuca.

y decorosa y

Esta comedia, bien escrita

por

devota, pero

muy

fría

y por la intervención de personacomo La Virtud, El Vicio, Los siete pecados caLa Ociosidad y La Música, no comprende más que tradi-

escaso interés de los lances

el

jes alegóricos, tales pitales,

ciones de

muy

incierto origen (i)

y acaso meras

(bien sobrias, por lo demás), acerca de

que

trinitario calzado,

Isabel

las

ficciones poéticas

niñeces de aquel beato

fué confesor de Felipe III

y de

la

Reina Doña

de Borbón, primera mujer de Felipe IV.

Lope, según su costumbre, anunció, pero dejó sin

escribir, la

segunda parte de esta comedia:

Esta es

4

primera parte,

la

Madrid, desta dulce historia

Para conocer

lo restante

de

la

vida del P. Rojas, o

hay que acudir

más bien

lo

verdaderamente histórico de

ella,

tario toledano fray Francisco

de Arcos, Primera y segunda parte de

la vida

(1)

y

muerte del venerable P.

M. fray Simón

«..Píamente se cree algo de lo que

mismo aprobante de

la

al

libro del trini-

de Roxas, con doce

aquí escribe Lope de Vega», dice

comedia, Pedro de Vargas Machuca.

el

COMEDIAS DE VIDAS DE SANTOS

sermones que predicaron las religiones, Villa

y

S5

Clero (Madrid, 1670,

por Julián de Paredes).

XXV el

La

.

segundo

buena guarda o

título está

en

el

La encomienda

bien

guar aada.

manuscrito autógrafo que posee

qués de Pidal (fecha de 16 de abril de 1610). El primero es

Lope

definitivamente adoptó

cimaquinta de siguiendo

la

las

publicar esta comedia en

al

suyas (Madrid, 162

1).

Hartzenbusch

lección del manuscrito original, en el

Comedias escogidas de Lope, que compiló para deneyra; pero sin notar impreso.

Aquí

excepción va a

se la

las variantes

ponen a

la

la

libre voluntad del poeta las

en

la

oue

que

imprimió,

de

III

la Biblioteca

sitio

ambos

textos,

de preferencia,

edición, resulta evidente

de

el

las

de Riva-

que presenta, respecto del texto

vista del lector

y en

cabeza,

jorque cotejándole con

tomo

mar-

parte dé-

la

la

— Con

el

muchas

alteraciones

pero por

manuscrito,

el

que no nacieron que se advierten

parte décimaquinta. Todas ellas tienen un solo objeto: evitar

acción pase en un convento de monjas y en un pueblo de-

la

terminado. Sin duda, exigencias de los censores después de

la

repre-

sentación (y no antes, porque no se dice palabra de esto en las

aprobaciones y licencias del drama) hicieron a Lope borrar bre de Ciudad-Rodrigo, que

al

principio había puesto,

convento en un oratorio de doncellas, con la

lo cual evitó

y

el

nom-

convertir

el

también que

heroína fuese monja profesa. Para todo esto tuvo que modificar

muchos

versos

tándose de

los

y estropear

su obra bajo

datos fundamentales de

el

aspecto dramático, apar-

la

leyenda que seguía. Por

fortuna, el manuscrito original nos ha conservado el texto íntegro esta pieza, ;.r.a

de

No

las

que

es, sin

duda,

la

de

joya del Teatro religioso de Lope y

obras más bellas de su Repertorio.

es propiamente

comedia de santos, sino leyenda piadosa, de

más antiguas y vulgarizadas en todas las literaturas de Europa. Es la historia de la monja infiel a sus votos, que abandona el convento para seguir a su amante, pero que, en medio de todos los extravíos ]as

ce su el

vida, conserva la

devoción a Nuestra Señora y obtiene de

ella

extraordinario favor de que, revistiéndose de su propia figura,

ocupe su lugar en

el

monasterio durante su ausencia, hasta que vuel-

ve arrepentida y penitente y se halla con esta maravillosa duplicación de su personalidad. Esta leyenda, que a unos parecerá candida

ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA

¿>6

y el

y que

a otros irreverente,

peligro de exagerar hasta

como

tiene quizá,

todas las de su clase,

un extremo temerario

la

confianza en

más grandes

misericordia divina aun respecto de los

criminales, es

de todas suertes admirablemente poética y ha sido desenvuelta nitas veces,

infi-

con más o menos tacto y habilidad, por muchos auto-

entre los cuales, a mi juicio,

res,

la

el

gran poeta castellano merece

la

palma.

No

amontonar

es del caso

fácil

erudición sobre este punto. Quien

esté versado en los libros de ejemplos

bién en

la

moderna

y leyendas piadosas, y tam-

literatura romántica, encontrará

muy

conviene hacer mérito, ya por

primitivas,

finalmente, por su celebridad y raro mérito. rior

(i),

en

distinción VII, ejemplo

la

dialogorwn de miracidis, visionibus también, con

llase

Tomás Wright

que

el

et

núm. 106, entre

(Londres, 1842),

los predicadores,

glo xv,

ya por españolas, ya,

No

se cita texto ante-

de Cesáreo de Heisterbach, monje cisterciense

al

en 1245

las

tituló su

fallecido

34 de sus Líbri duodeciw

exemplis (Colonia,

1

59 1 )- Há-

Latín Stories, que compiló

y en varios repertorios para uso do

especialmente en

el

de Juan Hervet, autor del

más generalmente conocido por

el

nombre de

si-

el Discípulo,

obra Promptuarium exemplorum per ordinem alphabeti-

cum (Nuremberg,

1486). Es

el

milagro 25 de esta colección.

Pronto fué puesto en verso, y entró en nes de milagros de la

en su memoria,

gran esfuerzo, muchas variantes de este tema. Pero de algunas

sin

la

las

principales coleccio-

Virgen en lengua vulgar. Lleva

el

núm. 19 en

francesa de Gautier de Coincy (códice de Soissons), con esta rú-

(1)

«Este fué monje de Císter, del monasterio del valle de San Pedro o muy docto para en aquellos tiempos. Floreció en los años de

Heisterbace, y

mil y doscientos y veinticinco, siendo Sumo Pontífice Honorio III y Emperador Federico II. Escribió unos diálogos de mucha erudición y la Vida de San Engelberto, arzobispo de Colonia, y la dirigió a Henríco, su sucesor en el Ar zobispado, y un libro de exemplos. Todo lo que escribe es dulce y propio

para convertir a Dios a cualquier pecador, y hazer al perfeto más perfeto; y por esto entre los de su religión ha sido y es en mucho tenido y alabado.» Así el doctor Juan Basilio Santoro, en el proemio de la segunda parte de su Prado espiritual (Lérida, 16 19), que es una de las colecciones de ejemplos

más copiosas que tenemos. Entre título

de Flores, no está

el

de

la

los

que traduce del abad Cesáreo, con

monja.

el

COMEDIAS DE VIDAS DE SANTOS brica:

De

la

gran poine

Xo

está

nonnain que Nostre

delivra de grana blasme et de

(i).

en Berceo; pero

núm. 93, y como

esta es la



en

las

Cantigas del

Rey

Sabio, con el

más antigua versión conocida en nuestra

Península, conviene ponerla a «.Esta é

Dame

87

la letra:

como Santa María servíu en logar de

la

monta que

sse

foi do moesterio.

E guárda-nos de

falir,

Et ar quer-nos encobrir

Ouando en

erro caemos;

Des'í faz-nos repentir t

Et a emenda

vijr

Dos pecados que fazemos. D'este un miragre mostrar

En un

abadía,

Quis a Reynna sen par Santa que nos guía.

De vergonna 710 s guardar... Hva dona ouv' alí Que, per quant' eu aprendí, Era menynna fremosa; Demáis sabía assí

Teer

Hua

sa orden,

que

ni

atan agucosa

Era di aproveytar

Ouanto mais podía; Et porén

A

foran dar

lie

tesourería

De vergonna nos

guardar...

Mail-o demo, que prazer

Non

ouv' én,

fez-lie

querer

Tal ben a un cavaleiro,

Que

lie

non dava

Tra en que

(1)

lezer,

a foi fazer

Que sayú do

moesteiro;

Mais ánt'ela

foi

leixar

Edición del abate Poquet, 1857. Este y otros milagros de Gautier de las colecciones de fiabliaux, de Barba

Coincy habían sido publicados ya en zan y Méon.

ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA

Chaves que

tragía

Na

cinta, ant'

Da

en que criya

o altar

De vergonna

nos guardar

— iAy, Madre de Deus

(enton

Dise ela en ssa razón) Léixo-vos ést' en comenda, Et a vos de coragon

M' acomend' Por ben

—E

Con aquel que Mais ca

íoi-ss'

e non

fazer sa fazenda,

si'

Et foi gran

muit'

am ar

sabía,

tempo durar

Con él en folia. De vergonna nos guardar. ..* E o cavaleyro fez, Poil' a

En

levou d' essa vez,

ela filhos et filhas;

Mais

la

Virgen de bon prez

Que nunca amou

sandez,

Emostrou y maravillas;

Que

a vida estrannar

Lie fez que

Por

U

fazía,

en sa claustra tornar

ante vivía.

De vergonna nos guardar..... Mais en quant' ela andou Con mal sen, quanto leixou

Aa

Virgen comendado

Ela mui ben o guardou; Ca en seu logar entrou

Et deu a todo recado quant' ouv' arecader,

De

Que ren non

falía

Segundo no semellar De quen a viía De vergonna nos guardar Mais pois que ss'arrepentiú

A

monia

et se partiú

mui cedo, Nunca comeu nen dormiú

Do

cavaleiro

Tro o moesteyro

viú.

COMEDIAS DE VIDAS DE SANTOS Et entrou en Et

éi a

fillou' ss' a

medo,

preguntar

Os que conocía

Do estado do logar Que saber quería. De

vergomia nos guardar

Disséron— 11' enton sen

— Abadess' avernos Et

ál:

tal

priol' e tesoureira;

Cada hua

d' elas val

Muito, et de ben sen mal

Nos fazen de gran maneira. Quand' est' oyú, a sinar

Logo se prendía Porque ss' assi nomear Con elas oía. De vergonna nos guardar

E ela con gran pavor Tremendo et sen coor, Foi-sse pera a eigreia;

Mais

Madre do sennor

la

Lie mostrou tan grand' amor (Et porén beeita seia)

Que

U

as chaves foi achar

postas avía,

Et seus panos

íoi filiar

Que ante vestía. De vergonna nos guardar E tan tosté, sen desden Et sen vergonna de ren

Aver, iuntou o convento, Et contou-lles o gran ben

Que

O

lie

fezo a

que ten

mund' en seu mandamento;

Et por

lies

Ouanto

todo provar

llesdizía

Fez seu amigo chamar

Que 11' o contar-ía. De vergonna nos guardar

O

convento por mui gran

Maravilla teu' a pran, Pois

que

a cousa provarla

89

ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA

90

Virón, diziendo que tan

Fremosa, par San Johan,

Nunca

contada

lies fora

Et fillaron-ss' a cantar

Con grand'

alegría:

do amor,

«Sálve-te, strela

Deus, lume do día>.

»

De

Con

vergomia nos

guardar

» (i).

esta Cantiga tienen analogía otras varias; pero

como

ninguna tan

cuya acción está localizada en España y como una mera variante. La monja se fuga del considerarse puede directamente

la

55>

convento con un abad, vive con

al

monasterio

él

mucho tiempo en

Lisboa, hasta

el

impúdico sacerdote. Vuelve

muy arrepentida, y queda

maravillada de ver que nadie

que, viéndose en cinta,

la

abandona

había notado su ausencia. La Virgen había ocupado su lugar,

y

la

candorosa irreverencia del narrador llega a añadir que un ángel

monja en

asistió a la

En un

el

libro de devoción,

fuese, siendo tantos los ra,

parto

hubo de

leerla

se encargó

y

la

que no parece

que contienen

una señora

escribiese

una comedia sobre actos.

la

crianza del niño.

fácil

la historia

destos reinos,

mil a tres

de

determinar cuál la

monja

el

tesore-

cual quiso que

este asunto, dilatándole con

El gran ingenio aceptó

esta obra deliciosa, llena

de

encargo, y de

lo

él

Lope

verosí-

resultó

de interés y poesía, y en la cual están sallos escollos del argumento. El seduc-

vados con gran destreza todos tor es el

mayordomo

entradas

y

salidas

del convento, lo cual hace

en aquella santa casa y

el

más

verisímiles sus

desarrollo de tan extra-

ña pasión en su pecho. Las escenas de amor están tratadas con suma delicadeza,

y

la resistencia

de

la

monja (que aquí no

es tesorera, sino

abadesa) se prolonga lo bastante para hacer simpática su figura, en vez de

la

brutal franqueza con

que en

lucha interior de ningún género. tipo del hipócrita

Pero

las

mayores

demandadero

otras versiones se entrega sin

Hay mucha

fuerza

cómica en

el

Carrizo, personaje digno de Moliere.

bellezas están en los actos

segundo y tercero.

Lope, con su admirable talento dramático, comprendió que era pe-

(i)

Tomo

I,

pág. 146 de la edición académica de las Cantigas.

COMEDIAS DE VIDAS DE SANTOS ligrosa e inconveniente la presentación

se

oye su voz, que manda

ángel de

al

de

la

la

QI

Virgen en escena. Sólo

Guarda de

la

descarriada

revestirse de su rostro y de sus hábitos y sustituirla en el Lo que no parece bien es que la transformación alcance al mayordomo, ni menos al bellaco del demandadero. Las escenas

monja

coro.

entre

y el verdadero hacen reír en el Anfitrión, de donde Lope manifiestamente las ha imitado; pero el Cafingido desentona en La buena guarda, como si fuese una pael

falso Sosia

Plauto, de rrizo

rodia del caso milagroso que lunar,

que

lo es

y no

leve,

poeta quiere enaltecer. Pero este

el

por

lo

que daña a

la

pureza y simplicidad

del efecto estético, no basta para obscurecer los rasgos de sublime

poesía de que está cuajada idilio del

la

parte seria de esta pieza:

prado en que sestean

los fugitivos

ciones del pastorcillo que busca

Ya

la

amantes,

suavísimo

el

las

dos apari-

oveja perdida.

D. Juan Eugenio Hartzenbusch indicó, aunque de pasada,

extraña y casi

literal

al

analogía que presentan estas dos bellísimas

escenas de alegoría mística con otras dos que en situación parecida y

con

el

mismo

fin

de preparar

El Condenado por

la

conversión del pecador, hallamos en

desconfiado, admirable pieza

que generalmente

pasa por obra del maestro Tirso de Molina. Insistiendo en esta coincidencia,

y esforzándola con su habitual ingenio y agudeza,

logrado crítico D. Manuel de

la

paternidad de El Condenado y adjudicársela a Lope. tir

el

ma-

Revilla (i) llegó a negar a Tirso la

No he de

repe-

aquí las razones que recientemente he expuesto contra esta atri-

bución^ que me mueven a mantener aTirso en quieta y pacífica posesión de esta obra maestra del drama religioso español (2). Nuestros dramáticos del siglo xvn se imitaban, copiaban y refundían unos a otros sin escrúpulo.

Sabemos

Guarda (16 10). Ignoramos

la

la

fecha en que fué compuesta

de El Condenado, pero

haber sido impreso hasta 1635, es ya indicio deser das las probabilidades de

la

el

LaBnena

hecho de no

muy posterior.

To-

invención original están a favor de Lope,

poeta de más edad que Tirso, y que era ya maestro universal de

la

escena española cuando éste comenzó a escribir. Pero tampoco Lope, (1)

Vid. Obras de D. Afauuel de la Revilla (Madrid, 1883), páginas 349 a

354. (2)

Vid. mis Esludios de Critica Literaria (segunda serie), pág. 179.

ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA

según indica su contemporáneo Ricardo del Turia, y puede comprobarse en varios casos, se desdeñaba de aplicar a sus propias invenciones aquellos lances y pasos que más le agradaban, o que mejor habían parecido en las ajenas (i). De todos modos la imitación (que en nuestros tiempos pasaría por plagio) es aquí accidental,

no recae sobre en

el

La Buena Guarda y

se encaminen,

si

y

fondo del argumento, que es enteramente diverso

en El Condenado, aunque ambos dramas

bien por distinto sendero y con

fuerza teológica, a

inculcar

La Buena Guarda

es

la

confianza en

muy

desigual

misericordia divina.

la

una encantadora leyenda dramática, pero Ec

el más vigoroso y triunfante eshumano para dar viva y eficaz representación a conceptos más radicales de la Etica cristiana; y Lope no era

Condenado por desconfiado es quizá fuerzo del ingenio ¡os

bastante teólogo para escribir este drama.

¿Y

grandes dramaturgos podemos atribuir

preparación escolástica,

sino al que fué toda su

vida Lector

tal

a quién de nuestros

y Maestro de

esculpidas sus glorias en el teatro o paraninfo de Alcalá, según

el

dicho de Cervantes? Sólo de

gran teólogo y de un gran poeta en este

drama

único, en

que

ni

la

la

la

Teología,

la

y dejó

Universidad de

un

rara conjunción de

misma

persona, pudo nacer

libertad poética

empece

a la severa

precisión dogmática, ni el rigor de la doctrina produce aridez,

y

concepto dramático y

el

corta las alas a la inspiración,

sino

que

el

concepto trascendental parece que se funden en uno

modo, que poesía, ni

ni

queda nada en

formado por

No

queda nada en

la

la

la

solo;

de

tal

doctrina que no se transforme en

poesía que no esté orgánicamente in-

doctrina.

llega a tales alturas

La Buena Guarda, pero

entre las innu-

merables obras de su género que posee nuestro antiguo Teatro, hay (i)

En

su Apologítico de las comedias españolas que precede

la poesía española (1616), dice el fingido

al

Ricardo del Turia: «Pues es

Norte de infalible

que la naturaleza española pide en las comedias lo que en los trajes, que son nuevos usos cada dia; tanto, que el príncipe de los poetas cómicos de nuestros tiempos, y aun de los pasados, el famoso y nunca bien celebrado Lope de Vega, suele, oyendo así comedias suyas como ajenas, advertir los pasos que hacen maravilla, y granjean aplauso, y aquéllos, aunque sea impropios, imita en todo, buscando ocasiones en nuevas comedias, que, como de fuente perenne, nacen incesablemente de su fértilísimo ingenio».

COMEDIAS DE VIDAS DE SANTOS

como

pocas tan simpáticas y agradables

93

bien escritas y

esta, tan

versificadas. Tiene defectos, sin duda, y ya se han indicado algunos, a los cuales puede añadirse el de una intriga de amor subal-

terna y nada interesante; pero en lo que toca

empleo de

y

rrizo)

sobrenatural (salvo

lo

desarrollo poético de

al

hábil

y decoroso

malhadada duplicación de Ca-

la

la

al

leyenda, creemos que Lope ha

vencido a todos los que antes o después de

él

trataron este

mismo

argumento.

En

1614, tres años después de la composición de

(iuarda, pero

amistad que

parecer sin tener noticia de

al

se le

supone con Lope),

el fingido

ella

(a

La Buena pesar de

Avellaneda, que yo (por indicios que expondré en otra parte)

tro capítulos (desde el

XVII

al

XX inclusive),

de Los Felices Amantes, y es esta misma

contada, con

el

pruebas en su

talento

libro,

Tomó

mismo de

la

y amenidad nada vulgares de que dio hartas falta

empañan

de delicadez.!

sus mejores pá-

leyenda del libro de ejemplos de Herolt, según

dice, «en el

autor

y maestro que por humildad quiso llamarse

bien conocido y aprobado, apócrifo

el

de

la

vida claustral, tan nimios

y

el

y

modo,

al

le

espa-

exornó con muchos de-

le

y bien observados, que han encubierto

quizá confesor de monjas, así

ción que manifiesta

grave

por cuyo testimonio a nadie parecerá

inducido a algunos a suponer que fraile

el

el discípulo; libro

referido milagro». Pero le amplificó a su

ñolizó enteramente en las costumbres talles

él

milagro veinticinco, de los noventa y nueve que

Virgen Sacratísima recogió en su tomo de sermones

la

era

una que llama nove-

historia, bastante bien

pero también con aquella

moral, y aquel gusto soez y estragado que ginas.

me

que se llamaba Alfonso Lamberto, intercaló en cua-

inclino a creer

la

como

rivalla

de Cervantes

particular devo-

Santo Rosario ha movido a otros a tenerlo

por dominico. El cuento de Avellaneda divierte e interesa, pero estropean algunos detalles groseros y de todo punto algún bárbaro narrador de hacer parir a

más joz

bestial:

la

autor del Quijote de

la

la

Edad Media

se había

inútiles.

le

Va

complacido en

monja. Avellaneda tuvo otra ocurrencia todavía

cuando

los

dos

apurados de recursos,

la

felices

amantes se encuentran en Bada-

monja abre tienda de prostitución, y

caballero se convierte en rufián y cobra

el

el

barato. Lesage, al tradu-

ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA

94 cir

libremente

al

crudeza de este pasaje,

No podemos de Margarita no de

la

Quijote de Avellaneda, templó algo

francés el

como de

determinar en qué libro encontró Zorrilla

la Tornera,

le

se le preguntaba

fuerte la erudición, ni

mismo no

lo

recordaba a punto

esta narración poética,

gusto no de

las

No

era sj

aun aplicada a sus obras propias, que, ade-

que

es

de

las

más

De

por consiguiente,

la

más

mística e ideal,

versión del Quijo-

la

las

la

que conocemos.

y aunque

haya expurgado de todo pormenor poco limpio,

mucho más profano que en

todos modos,

aunque para mi

célebres,

mejores, de su autor, recuerda

de Avellaneda, más bien que ninguna otra de es,

fijo.

sobre los orígenes de sus leyendas, solía

más, afectaba mirar con cierto desdén y enfado.

te

asunto

aprendió de los libros y sermón o plática que

dar indicaciones vagas y aun positivamente equivocadas.

No

el

tradición oral, transmitida en algún

hubiese oído en su niñez. El

Cuando

que

es

si

la

otros muchos.

Zorrilla la

cuento resulta

el

comedia de Lope y que en la suave y que en 1837 publicó el delicioso

exquisita Légende de Sceur Béatrix,

cuentista Carlos Nodier,

tomando

el

asunto, según dice, del domi-

nico polaco Bzovio, continuador de Baronio.

No la

intento contradecir

Tornera entre

que

lo

más

la

opinión general, que pone a Margarita

selecto

de

dude de mi admiración por

se

tradiciones; pero



he de decir

ce inferior a su fama

lo

las

obras de Zorrilla, ni quiero

este último cantor

que

e inferior a otras

muchas de

de nuestras

leyenda

siento, esta

poeta nos ha dejado. La ejecución es desigual, y a ratos saica

que

y

le

desaliñada;

el

me

pare-

que aquel gran

las

muy

pro-

cuento se dilata con impertinentes adiciones,

quitan unidad y sentido;

el tipo del

galán pendenciero, juga-

dor y escalador de conventos está mejor presentado en otras innumerables producciones del

mismo

Zorrilla,

y

el

D. Juan de Alarcón,

vecino de Palencia, resulta un D. Juan Tenorio

Sus más tarlas.

muy en pequeño. el modo de con-

enormes calaveradas parecen pueriles por

Peor es

monja. La

la

Doña

carácter de

la

y apasionada de Lope;

la

degeneración que se observa en Clara vehemente, sincera

el

sor Beatriz, místico lirio tronchado, en la leyenda de Carlos Nodier,

son mujeres de verdad; no

así

Margarita

la

Tornera,

mema de

miento a pesar de su poético nombre. Zorrilla se evita

el

naci-

trabajo de

COMEDIAS DE VIDAS DE SANTOS preparar su caída con

cómodo

el

salva la leyenda en algunas

neidad de

artificio

de hacerla

de sus partes, es

dicción poética,

95

la

tonta.

Lo que

maravillosa esponta-

opulenta y generosa vena de su autor, unida a los prestigios propios del argumento, que contado de la

modo, siempre

cualquier

Apenas puede

citarse

da de Arólas, Beatriz mas. Declara

al

la

la

deleita.

más que como curiosidad

portera

comenzar que

(i), la

literaria la leyen-

compuesta toda

ella

en déci-

tomó de Cesáreo de Heisterbach:

Cesáreo nos da una historia

Con vislumbres de misterio, Que en un santo monasterio Dejó célebre memoria;

Por su autoridad notoria Referirla es conveniente,

Para que

el

lector

Su devoción Iris

de amor,

aumente

a María, luz

y guía

Del corazón penitente.

A

pesar de

tal

anuncio, y a pesar del gran talento poético de su

modo más vulgar

autor, la leyenda está tratada del

con cierto género de humorismo de baja escritor profano, cuanto

XXVI.

La fianza

más en un satisfecha.

y

que repugnaría en un

ley,

religioso

—No

e indecoroso,

como

el P.

se encuentra

Arólas.

más que en

ejemplares sueltos del siglo pasado, lastimosamente estragados con intercalaciones que, por su estilo hinchado

de Lope, y

al

mismo tiempo con

y

crespo, no pueden ser

notoria falta de

será imposible restablecer mientras la fortuna

muchos versos que

no nos depare alguna

edición del siglo xvn. Quizá ninguna de las comedias de

tes

Lope pade-

en manos de bárbaros impresores y comedianfamélicos. El texto que leemos parece una refundición grosera-

ció tanto

como

ésta

mente estropeada, pero a través de mentos de

la

la

obra primitiva, que todos

cual se descubren los linealos chafarrinazos del refundi-

dor no alcanzan a encubrir.

i)

Arólas,

Poesías religiosas\ caballerescas, amatorias y orientales de D. Juan pág. 244 (Valencia, 1860).

t. II,

ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA



El valiente pensamiento de

y

con El burlador de

Sevilla,

El condenado por

la

lizó el

primero

de

obra,

el

bárbaro y original carác-

según otros con

desconfiado,

ción de varios críticos, que distintos puntos

la

remota semejanza que presenta, según unos,

ter del protagonista

le

este

drama

y

Schack, que

religiosos.

de obra notabilísima, en que

la

le

ana-

fantasía

poética se desborda sin trabas, produciendo a veces escenas truosas

aten-

la

han ensalzado o condenado, según sus

vista estéticos

(i), le califica

bandolero Enrico de

el

han atraído sobre

mons-

extravagantes, pero compensadas con tales relámpagos de

y

genio, que nos obligan a rendir

homenaje

poeta, aun en sus

al

ma-

yores extravíos. Contra este juicio protesta Klein con su habitual intemperancia de libre pensador; pero sólo alega razones morales, sin entrar

en

el análisis artístico

de

la

obra

leyó en junta pública de

de 1862, Sobre Vega

(3),

el

drama

corrobora

y

sin

notable discurso que

Academia Española

el juicio

terrible

el

religioso español antes

La fianza

«El primer acto de co, dramático

la

y probablemente

(2)

haberla visto. Nuestro D. Manuel Cañete, en

28 de septiembre

el

y después de Lope

de

de Schack con nuevas observaciones:

más

satisfecha (dice) es de lo

enérgi-

que se puede concebir. La maldad e impía

soberbia de Leonido está representada con pincel digno de Shakes-

peare y con una verdad que aterra.

En

segunda mitad del acto

la

tercero se ofrecen delicados rasgos de ternura

y una enseñanza por

extremo ejemplar y consoladora. El resto paga tributo a

los defectos

propios del drama novelesco de aquella época.»

Conforme yo en advertir que el

lo sustancial

con este juicio, no puedo menos de

exceso de barbarie y fiereza en

nido, no sólo produce escenas increíbles

público del

modo

la

mundo

toleraría hoy;

y no

los lindes

(1)

Tomo

II

de

sólo

compromete en

la caricatura,

lo terrorífico suelen confinar

del original, pág. 388;

pág. 170. Geschichte des (2) (3)

carácter de Leo-

y repugnantes, que ningún cierto

Majestad Divina, haciéndola fiadora de tan execrable mal-

vado, sino que toca muchas veces en

que

el

Memorias de

la

Drama' s, X,

tomo

III

de

con

la

porque sabido es los

de

lo grotes-

traducción castellana,

505.

Academ/a Española (Madrid, 1870), pág. 398.

COMEDIAS DE VIDAS DE SANTOS

97

y tal es el mayor peligro de este género de representaciones. Est modus in rebus; y Lope, contra su costumbre, llega aquí a los más violentos extremos del furor melodramático y del delirio san-

co,

guinario. Para encontrar algo semejante a las enfáticas atrocidades

de en

esta pieza,

Tito

el

hay que acordarse, no de Shakespeare (como no sea

Andrónico, que no

arte brutal,

que

es seguro

aunque poderoso, de

los

le

dramaturgos ingleses contem-

poráneos de Shakespeare o poco anteriores a Cristóbal Marlowe. Leonido es de

misma

la

pertenezca), sino del

familia

héroes del Tamberlain y del jfudío de Malta; es

confunde el

casi

con

la

especialmente de

él,

que

el

los

bárbaros

hombre que

se

animalidad y no obedece a otro impulso que

de sus apetitos ciegos y brutales.

De

él

puede repetirse con entera

exactitud lo que Taine dijo de algún personaje de Marlowe: «Las súbitas

y extremas decisiones

nas imagina

las

media entre

la

él».

el

nada

con

él

el

deseo: ape-

que para nosotros

idea de una acción y la acción misma, no existe para

abunda en

nuestro. Sólo faltase

el

primitivo Teatro inglés, pero es figura solitaria

Lope de Vega

se atrevió a presentarle, para

en su repertorio, tan vasto como

atroces desafueros de

La

confunden en

Este personaje, enteramente fisiológico, ebrio de sangre y de

lujuria,

en

se

cosas, las hace; el gran intervalo

Don Juan

el

mundo. Los más

Tenorio, de Enrico, del Eusebio de

devoción de la Cruz, del Ludovico Enio de El Purgatorio de

Patricio,

y de todos

los

que

San

grandes criminales que han cruzado por

nuestra escena, parecen travesuras de poco

momento

al

lado del

rabioso furor y las satánicas pasiones de Leonido, que, a vista y paciencia de los espectadores, intenta violar a su hermana, la hiere

feamente

el

rostro en venganza de su resistencia, da de palos a su

cuñado, abofetea a su padre en

el

acto primero y en el segundo

saca los ojos, reniega de la fe cristiana en

Túnez y cuenta

al

le

rey

moro, entre otras hazañas de su vida, que había forzado más de

30 doncellas y había querido afrentar con lascivos pensamientos a su propia madre.

Sería manifiesta calumnia contra

con semejante monstruo; y, además, difieren radicalmente en su fin y, lo

Don la

Juan Tenorio confundirle

obra de Tirso y

que es

muy

la

de notar,

de Lope la justicia

dramática del desenlace está en razón inversa del grado de perverMbnkndkz

y

Pklato.— Estudios sobre

el

Teatro de Lope de Vega.



ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA

gS

sidad de los protagonistas. Tirso condena

burlador de Sevilla a

al

penas eternas:

las

Esta es justicia de Dios:

Quien

Lope, por

que

le

el

que

tal hizo,

pague;

contrario, no sólo convierte

hace obtener

la

Ambas

de espinas, a imitación de Cristo.

el

poeta que se incline a

la

de

la misericordia.

como que va

y

salva a Leonido, sino

corona del martirio, crucificado y coronado

igualmente legítimas dentro del

ce

tal

dogma

parte de

la

soluciones caben

católico;

y tan

como

la justicia,

y son

cristiano será

el

que esfuerce

El diverso pensamiento de ambas obras pare-

envuelto en

continuamente repiten

los

las

dos

frases, a

modo de

dos personajes: «¡Tan largo me

exclama a cada momento Don Juan, y se deja en

esta temeraria confianza

muletillas,

el

ir

que

lo fiáis!»,

a la perdición

arrepentimiento de última hora;

«

por Dios

ha de ser mi fiador-», dice a cada paso Leonido:

Que lo pague Dios por

Y

mí,

pídamelo después.

Y Cristo paga la fianza, hasta que llega la hora de cobrar la deuda a Leonido. Y entonces, en una suavísima égloga mística, análoga a otras

que hemos

desconfiado, el

visto

Buen

viene buscando

la

en

La Buena Guarda y

en El Condenado por

Pastor, descalzo, ensangrentados los pies, sobre-

oveja perdida. «Las escenas en que se presenta

(dice Schack), procurando ablandar el duro corazón del delincuente,

respiran tan tierno sentimiento religioso, son tan profundas

de evangélica unción, y contrastan tan admirablemente con rror de las

escenas más próximas, para aumentar

el

y

llenas el

ho-

efecto poético^

que quizá haya pocas comparables a ellas en el vasto imperio de la Poesía.» Una voz secreta comienza a hacerse oír en el pecho de Leonido para responder Pastor,

y

a la vocación divina; habla entonces el

dice:

En

este zurrón pobre

Está lo que Si es justo

Pues

lo

me

que

debes; considera lo cobre,

pagué por

ti.

COMEDIAS DE VIDAS DE SANTOS

Leonido abre la

zurrón que

el

corona de espinas,

para mirar

lanza

en

a Jesucristo



y

Pastor

presenta,

le

y

halla

cuando levanta

los clavos;

la

en

él

cabeza

Pastor, después de contemplar aquellos objetos, ve

al

delante de

la

el

QO,

la cruz,

y oye

Ya, Leonido, llegó

estas palabras:

tiempo

el

En que al justo satisfagas Lo mucho que has mal llevado,

i.

Haciéndome

tu lianza.

El pecador cae en tierra anonadado, y cuando vuelve en su sen-

de

tido, arroja lejos

sí el

turbante y

de cerda, vuelve a profesar en de con planta segura al fin,

te le

muere en

abren

recobra

el

la cruz,

el capellar,

camino de

penitencia

la

bendiciendo a

los infieles,

en

la vista

el

momento en que

él

expira.

ra nuestra desdeñosa indiferencia, todo esto

ánimo (según expresión de Schack) una nueve y

La

la

La

y que con

tal

muer-

es

Diga

lo

que quie-

grande y deja en

el

doloroso, alegría.

Li?npiesa no manchada.

— Texto de

la

Parte dezi-

meior parte de las comedias de Lope (Madrid, 1632).

fecha de esta comedia

en

ción, constan la

y empren-

del martirio, y,

puertas de la gloria, y bendecido de su padre, que

las

XXVII.

cúbrese con un saco

altas voces la fe cristiana,

el

y

las circunstancias

de su representa-

curioso libro titulado Relación de las fiestas que

Universidad de Salamanca celebró desde

2~j

hasta ji de octubre del

año de 1618, al juramento del nuevo estatuto, hecho en 2 de dicho año, de que todos los

graduados defenderán

la

mayo

del

pura y limpia

Concepción de la Virgen Nuestra Señora, concebida sin mancha de

pecado original. Ordenada por mandado

Universidad en su claustro pleno, on lamanca, en

la

y

comisión de la

licencia del Cordinario.

misma

En Sa-

imprenta de Antonia Ramírez, viuda, año 161 S.

«Lunes 29 de octubre se representó en yores una comedia de

la

Concepción,

el

escrita

patio de escuelas

ma-

por Lope de Vega

Carpió, clérigo, presbítero

Universidad

lo

general de

la

porque

obra

tró la

la

y familiar del Santo Oficio, a quien la encomendó, fiando el desempeño de la expectación

dulzura de su pluma. El suceso respondió salió

satisfacción

tan dulce,

del

al

deseo,

devota y regocijada, cuanto mos-

pueblo, que no habiendo faltado a

verla

ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA

IOO

persona de cuenta de

él, la

pidió otras tres veces en el teatro den-

tro de seis días; cosa de tan pocos exemplos,

Salamanca. Representóla

la

y por ventura

vista

en

compañía de Baltasar de Pinedo.»

Parece extraño que Barrera diese esta comedia por perdida, y no cayese en la cuenta de que no podía ser otra que La Limpieza

no manchada, en cuya dedicatoria a

que

marquesa de Toral se

la

lee lo

sigue:

«Mandáronme las Escuelas de Salamanca escribir esta comedia con título de La Limpieza no manchada, para el juramento que hicieron de defenderla, que fué la acción más heroica y de mayor Repremajestad y grandeza que desde su fundación se ha visto sentóse en ellas con tanto aplauso de sus doctores y maestros, que pudiera desvanecer

la

humildad que no fuera mía.»

Creemos también que debe Asombro de cipio de

La

la limpia Concepción,

identificarse

esta

comedia con

que elogia Tirso de Molina

el

al prin-

Villana de Vallecas:

¿Qué hay en Madrid de comedias?

— La corte había alborotado Con el Asombro, Pinedo, De la limpia Concepción,

Y

fuera la devoción

Del nombre, afirmaros puedo

Que en

este género llega

A ser la

prima.

— ¿Y de quién?



De Lope: que no están bien Tales musas sin tal Vega. Esta pieza de circunstancias no es en rigor una comedia, sino

una extensa loa a

lo divino, repartida

tervienen grandísimo

Quietud,

la

Duda,

la

número de

en tres actos, y en

Contemplación,

el

la

cual in-

alegóricas e historiales: la

figuras

Pecado

original, la

Sober-

Fama,

la

Universidad de Salamanca, Ale-

mania, Francia, España, Etiopía,

el

profeta Jeremías,

bia, el

tista,

Género humano,

Asuero y

la

pio autor bajo el

la

San Juan Bau-

reina Ester, cuatro estudiantes gorrones

y

el pro-

nombre de Belardo.

Dramáticamente no vale mucho, pero

los versos

son esmerados

COMEDIAS DE VIDAS DE SANTOS

y de

los

101

mejores de Lope. Véase una parte de

Asuero y Ester, en que nuestro poeta intercala del Cantar de los cantares:

¡Ay, dulce esposa mía!

¿Por qué medrosa truecas

Tus encarnadas rosas

En

blancas azucenas?

¡Por

qué

te

me

desmayas?

¿Por qué temblando llegas, Si sabes

que

los brazos

De mi poder

Temí

tu ley,

Y viendo

te cercan?

Rey mío,

tu grandeza,

Caer pensé

a tus plantas;

Faltáronme

las fuerzas.

¡Oh, como eres hermosa, Toda graciosa y bella, No hay en ti mancha alguna!

CONTEMPLACIÓN

¡Qué dúlcela requiebra! ASUERO

Tus

ojos de

paloma

Tu mansedumbre

muestran;

Tus

el sol

cabellos,

que

Para rayos quisiera,

Parecen a

Oue

las cabras,

iguales lanas peinan,

Subiendo por

Y

las

cumbres

verdes asperezas

Del monte Galaad

Pirámides de yerba:

la

escena entre

felices imitaciones

ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA

102

¡Oh,

qué venda de grana

Tus

labios hermosea!

¡Qué púrpura de Tiro

Tu

dulce aliento cerca!

La

torre de

Tu

cuello representa,

David

Inexpugnable alcázar

Fundado en mi

De cuyos Por

defensa,

homenajes,

las orillas

cuelgan

Mil dorados escudos,

Mil aceradas piezas:

Dos

tiernos cabritillos

Tus pechos Entre

Y

son,

cárdenas violetas,

Hasta que caiga

Y

que juegan

lirios azules

por

la

el

día,

tarde fresca,

Las inclinadas sombras Sus luces obscurezcan:

Ven, pues, esposa mía; Pondréte en

la

cabeza

Una corona de oro

Que

al sol

en rayos venza:

La de Amana y Hermón,

Y

de Sain, te espera;

Y

el

Líbano sus palmas

Humilla

a tu grandeza:

Ven, reina a coronarte

De las ocultas cuevas De pardos y leones Que tus Reales puertas

A todas horas Y hay

guardan

;

quien te ronda y vela

Con más

abiertos ojos:

¡Tan cierta es tu defensa!

XXVIII.

Los Terceros de San Francisco.

— Inédita hasta ahora.

Imprímese aquí conforme a un manuscrito bastante incorrecto que perteneció a D. Agustín Duran, y se conserva hoy en la Biblioteca Nacional.

COMEDIAS DE VIDAS DE SANTOS Esta comedia fué escrita por el

IO3

Lope de Vega en colaboración con

doctor Juan Pérez de Montalbán, con las notables circunstancias que

Fama postuma

éste refiere en la

de su maestro: «Hallóse en Madrid

Roque de Figueroa, autor de comedias, tan el corral

de

una que fué

representó

la

Cupo

visto.

La

con

figura del Santo

Lope

a

tal

Lope y yo nos juntamos para escribirle a toda Tercera Orden de San Francisco, en que Arias

su diligencia, que prissa

que estaba

falto dellas,

Cruz cerrado, siendo por Carnestolendas, y fué

la

la

mayor verdad que jamás

primera jornada y a mí

la

cribimos en dos días, y repartióse

la

ha

se

segunda, que es-

la

tercera a ocho hojas cada uno,

y por hacer mal tiempo me quedé aquella noche en su casa. Vienyo no podía igualarle en el acierto, quise intentarlo

do, pues, que (

a la diligencia,

ñana, y a

dín

muy

cómo

le

las

y para conseguirlo me levanté

onze acabé mi parte:

salí

a las dos de la

a buscarle

y

me

«A

respondió:

pero ya habrá una hora que acabé

cinco empezó a

las

jornada; almorcé un

»

escribir,

»

torrezno, escribí una carta de cincuenta tercetos,

»

que no

este jardín,

me

me

la

Y

ha cansado poco».

leyó las ocho hojas y los tercetos, cosa que

conociera su abundantísimo natural y

el

ma-

el jar-

y preguntando

divertido con un naranjo que se helaba:

había ido de versos,

en

hállele

y regué todo

sacando los papeles

me

admirara,

no

si

imperio que tenía en los

consonantes». Esta anécdota tan bien contada, vale más que

como obra de dos nos de gría,

salir

muy

y uno de

figura hizo

Fn

la

y escrita con tal premura, no podía meSu asunto es la vida de Santa Isabel de Hun-

los personajes es el

parte,

Rey de

Francia, San Luis, cuya

que no creo que llegara

lista

fin se

promete

a escribirse.

La Bienaventurada Madre Santa

segunda

comedia, que,

ingenios

floja.

probablemente Roque de Figueroa. Al

una segunda

XXIX.

la

Teresa de Jesús.

de sus comedias que puso Lope de Vega en Ei

Peregrino en su patria (edición de 1618), incluye una titulada

Madre Teresa de



Jesús.

En

el

La

rarísimo volumen que lleva el rótulo

de Doce comedias de varios autores, impreso enTortosa por Francisco Martorell, año de 1638, aparece una comedia de

rada Madre Santa Teresa de lez

de Guevara, y puede

J-esiís,

muy

que

allí

La

Bienaventu-

se atribuye a Luis

bien ser suya, aunque

el

estilo

Vémás

ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA

104

parece de Lope

(*).

En

en obsequio a su rareza y es obra tan

duda

la

la

incluyo, no obstante; siquiera sea

al interés

de su asunto, pues por

mediana, que no puede añadir

corona de ninguno de

más merecía de

la

los

ni

una hoja de

lo

demás

laurel a la

dos poetas a quienes se atribuye. Algo

musa dramática española

la

sublime reformadora

del Carmelo; pero quizá ni su historia ni su doctrina espiritual eran

para llevadas a

Vélez

las tablas.

lo intentó a

Todavía con menos éxito que Lope o Luis

unes de aquel siglo D. Juan Bautista Diamante en

su comedia de Santa Teresa de Jesús que está en %

el

tomo

II

de

las

suyas (1674).

XXX. lleva el

Los primeros mártires del Japón.

de Osuna, hoy de

En

— Comedia

nombre de Lope de Vega en un manuscrito de la

inédita

que

la biblioteca

Nacional de Madrid.

algunos trozos tiene visos de refundición hecha por algún

poeta culterano, pero otros son

muy dignos

de

la

abundante y loza-

na fantasía de Lope. Además, esta comedia (que por su asunto nada tiene

que ver con

la

relación historial

que

el

mismo Lope compuso

y publicó en 1618, con el título de Triunfo de la fe en los reinos del Japón por los años de 16 1 4 y iói 5) tiene parentesco, y muy estrecno, con la comedia de Barlaam y Josafat, a la cual se parece tanto en algunos trozos, que es imposible negar que ambas obras hayan salido de la

misma mano. El encerrado príncipe Tayco

es

una va-

riante del príncipe Joasaf:

No ha Ni sabe

visto en su vida el sol, si

es noche o día,

Ni cómo su luz envía

Con su dorado arrebol; Nunca ha visto de la tierra Los

ejércitos

Que

de

flores,

a las fuentes

con amores

Publican gustosa guerra;

Y

porque llegues

Lo bárbaro que ha

En

su vida ha conocido

Ni sabe (*)

de

esta

a ver

vivido,

lo

que

es mujer.

mencionada recensión, cita un manuscrito parmense comedia, algunos de cuyos folios le parecen autógrafos de Lope. (A.B.) Restori, en su

COMEDIAS DE VIDAS DE SANTOS

Tayco no gada por alto

y

el

sutil

es imbécil,

tirano

aunque

Emperador;

para salvar su vida, ama-

tal se finja

es,

por

contrario,

el

I05

mancebo de muy

entendimiento, pues por raciocinio natural se eleva

conocimiento de

la

verdad de Dios; pero realmente su cautividad

ha impedido conocer

el

al

le

mundo:

Flores, luz, estrellas, rayos

Contemplo; pero no sé Sino los nombres; que ignoro

Las propiedades del

ser.

El cuento de los hermosos animales llamados mujeres, uno de los

más famosos

del Barlaam, está puesto en acción en esta comedia.

Cuando Tayco, persiguiendo

a

un jabalí, tropieza con

doras Xerea y Quildora, exclama

como

el

las bellas

príncipe de

caza-

la India:

Nunca aquestos animales

He

visto;

Esta

debe de ser

la bella

mujer

Que no han querido que

vea;

¿Luego sois mujeres?

—Sí. ¡Ah,

qué bellos animales!

No he

visto en toda

mi vida

Otra ninguna mujer; Divino es vuestro poder.

Su primer amor, y luego viveza dramática,

sus celos, están expresados con

y acreditan una vez más

los rasgos

de Lope: ¡Quildora, Guale, Nerea!

Responded Esperad

Oid

a

No

a

a quien os llama,

quien os ama,

quien os desea. es

la gloria

que conquisto

La que da hermosura ¡Vive el

sol,

que

me

al

prado.

he turbado

Esta vez de haberla visto!

de

la

mucha pluma

ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA

SOÓ

Siento una pasión tan

Un

fiera,

cuidado y un pesar,

Que

la

quisiera matar

Cuando adorarla

No



qué es

quisiera.

esto:

me

inclino

Con impulsos impacientes

A matarla

con

los dientes

Por besarla de camino.

No



si

es rabia o

temor

Esto que en mi pecho

lidia;

Parece que siento envidia,

Parece que siento amor.

Con un

oculto misterio

Aborrezco a Dayso agora,

Más por hablar con Quildora,

Que por quitarme

el

imperio.

Mármol soy que no se mueve Helado y ardiente estoy;

Que me parece que soy Volcán cubierto de nieve.

¿Qué enfermedad es

¿Qué mal nuevo

Que Polemo me pues

Sí,

pues

lo sé

Sí,

pues no

Sí,

pues

padecer;

lo sé decir.

estas reminiscencias

de Barlaam

no parecerá inoportuno que ampliemos aquí

las noticias

ya que hemos tropezado con

Josafat.,

literarias

que dimos sobre

donos del reciente y las

decía?

me siento morir; me siento perder;

Sí,

y

mía?

serán estos los celos

¿Si

Y

la

es éste, cielos?

muy

Modern Language

el

argumento de aquella comedia, valién-

interesante trabajo que en el

iXotes,

tomo

de Baltimore, ha publicado

el

X

de

joven

erudito holandés F. de Haan.

Su Memoria España,

que en

el

tiene por objeto adicionar, en la

magistral estudio de Ernesto

las literaturas

Kuhn

modernas ha recibido

sobre

esta

parte relativa a las varias

formas

famosa novela mís-

San Juan Damasceno, y que, como es notorio, tiene sus orígenes en la leyenda buddhista del Lauta Vistara, o más bien es tica,

atribuida a

una transformación

cristiana

de

ella.

COMEDIAS DE VIDAS DE SANTOS El escrito de Kuhn, que

duda,

es, sin

I

O?

más importante que

el

sobre esta materia ha aparecido, después de los de Félix Liebrecht

Max

y

Müller, tiene por título

Barlaam undjosazaph:

eine bibliogra-

y forma parte de las Memorias Academia Real de Ciencias de Baviera (l. a clase, t. XX, Mu-

phisch-literaturgeschichtliche Studie, rie la

nich, 1893).

Resumiremos Divide

Kuhn

su trabajo en los siguientes grupos:

Traducciones castellanas de

a)

y

que

sus noticias, para dar a conocer después las

doctor Haan ha añadido.

el

Josaphat. Cita dos:

la

la

novela completa de Barlaam

de Juan de Arce Solórzano (1608) y

la

de

fray Baltasar de Santa Cruz (Manila, 1692).

Versiones abreviadas de

b)

la

misma

La Estoria

novela.

cada por Lauchart, que está tomada del Speculum cente de Beauvais (libro

XV,

historíale

publi-

de Vi-

compen-

capítulos 9-64). El elegante

dio del P. Rivadeneyra en su Flos Sanctorum.

Producciones

C)

literarias

acerca de Barlaam

y

Iosaphat.

La

comedia de Lope de Vega. Producciones

d)

literarias

que contienen

nombres de Barlaam y Iosaphat. No

cita

la historia,

pero no los

ninguna castellana, aunque

luego veremos que hay una de grande importancia.

Versiones especiales de

é)

las

parábolas contenidas en

el

Bar-

laam. Las encuentra en El conde Lucanor, en El libro de los gatos,

en

los Castigos et

documentos del Rey

del caballero Cifar. rriente, sino

que

De

las

Don Sancho y en

parábolas que no están en

se añadieron

en

la

la el

Historia

texto co-

versión hebrea hecha por

el

bar-

celonés Ibn Chasdai, encuentra una en las Leyendas moriscas publi-

cadas por Guillen Robles, y esta misma se lee en tias,

de

Ramón

Entre

los

a

la

versión latina medioeval,

Jorge Trapezuncio, no menciona

existente en España; pero, por lo menos,

siglo xii, el

Hn

de

Libro de las bes-

Lull.

manuscritos que contiene

malamente atribuida

guno

el

la

Kuhn nin-

tenemos uno, del

Biblioteca Nacional (F. I5 2 )-

el

primer grupo nada ha encontrado que añadir Haan, salvo

la noticia

(apuntada por Carolina Michaelis) de una traducción por-

tuguesa y

la

de otra catalana, rarísima, de Francisco Alegre (Barce-

ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA

I()8

lona, 1494), registrada en el catálogo

de D. Fernando Colón, pero

no descubierta hasta ahora.

Al segundo grupo de compendios o traducciones abreviadas hay que

referir todos los textos del

Flos Sanctorum derivados de

genda áurea de Jacobo de Vorágine. Del nos, dos castellanos

y uno

catalán. Pero tiene

en un códice de 1470, que lleva en

Morel-Fatio en

Pasando de aquí a

el

bao, 1580)

la

y en

Biblioteca de Palacio

la

el

rótulo

descrito por

las

colecciones hagiográficas impresas, parece

que no es sólo

que incluye

presencia en

me-

mucha más importan-

y ha sido cuidadosamente Romanía (X, pág. 300).

la

Le-

la lo

(i)

casi superfluo advertir

deneyra

xv hay, por

independiente y original, que se contiene

cia la versión, al parecer

de Leyes de Patencia

siglo

el

Flos Sanctorum del P. Riva-

esta leyenda. El doctor

Haan hace

notar su

Hagiografía del doctor Juan Basilio Santoro el

(Bil-

primer tomo del Flos Sanctorum de Alonso de

Villegas (Madrid, 1594), cuyo relato es

Rivadeneyra, aunque suprime todas

vadeneyra conservó una

sola, la

más extenso que

las

del padre

el

parábolas, de las cuales Ri-

famosísima del joven educado en

soledad y que ve por primera vez los hermosos diablos llamados mujeres. bola,

Verdad

como

es

que también Villegas insertó después

ejemplo aislado, en el último

esta pará-

y más raro y más

intere-

sante de los volúmenes de su obra, en el Fructus Sanctorum, del cual nos da el doctor

Haan una muy

rectificando de paso algunos errores

cerniente a

la

obra

total.

Por

lo

cabal y detallada descripción,

de

los bibliógrafos

en

demás, aunque incluidos en

lo

con-

las

co-

lecciones generales, no parece que estos santos llegasen a penetrar

en

breviarios particulares de

los

nuestras iglesias.

A lo

sido negativo el resultado de las pesquisas del doctor

(1)

menos ha Haan en los

de la vida de Berlan et del rey Ioasapha de de Dios, et de como el rrey de India martiriava monges et los hermitanos et los segudava de su tierra et

«Aquí comienza

el libro

India, siervos et confesores los christianos et los

de como

se tornó christiano el rey Iosapha.

»Segúnd cuenta Sant Johan Damasceno q fué griego muy sancto et muy » sabedor que ovo escripto en griego esta vida de Berlan et del rey Iosapha (Folio 94 vuelto del códice.)

COMEDIAS DE VIDAS DE SANTOS

IOO,

veinte que ha examinado, todos ellos impresos y pertenecientes a

nuestra Biblioteca Nacional.

A

comedia de Lope de Vega, única que conoció Kuhn,

la

añade Haan

los títulos

de

otras cinco

las

que constan en

el

Ca-

de Barrera, y presenta extractos de la titulada El príncipe del desierto y ermitaño de Palacio, de Villanueva Xúñez y José de tálogo

Luna (manuscrito de

la

Biblioteca Nacional, procedente de la de

Osuna).

Por

lo

tocante a obras literarias que reproducen los datos funda-

leyenda de Barlaam y Josaphat, sin mencionar expresamente a estos dos santos, la más importante es, sin disputa, el Limentales de

la

bro de los Estados, de D. Juan Manuel; pero por las razones que he

indicado en

introducción

la

Lope, esta forma de

ma

cristiana

la

tomo

al

referido de las comedias de

tradición budhista no

y occidental de

la

puede

referirse a la for-

novela, sino directamente

Vistara, por intermedio de algún

Lalita

al

texto árabe desconocido hasta

el

presente.

En

cuanto a

las

parábolas que forman parte

tan importante del

Barlaam, y requieren especial comparación con indios, especialmente

con

los del

Hitopadesa,

los

y

demás apólogos

los

del Sendibad,

bien puede decirse que se encuentran por todas partes, lo

en

los tratados

mismo

y de ejemplos ascéticos, que en las colecy en otros libros de recreación y pasatiempo. o mas bien imposible, es el agotar !a materia.

piadosos

ciones de cuentos

Aquí

lo

difícil,

Sobre todo,

de

los

el

ya aludido apólogo de

las

mujeres y

el

de

más explotados por

los antiguos narradores.

A

los libros

dos por Kuhn, añade Haan nuevas comparaciones con los

la

prueba

amigos, pertenecen a un fondo común, de los que han sido

Enxemplos, de Clemente Sánchez de Verdal; con

satíricos,

de Torquemada; con

curiosa, de Julián de

el

Libro de

los Gatos;

ya indica-

el

Libro de

los Coloquios

con

la

Silva

Medrano (cuyos cuentos están tomados

casi

literalmente del Alivio de caminantes, de Ti moneda), y hasta con

Segunda

Celestina,

de Feliciano de

la

Silva.

El trabajo del doctor Haan, ejecutado con loable precisión y severo, representa un gran avance en la parte española de

método

este fecundísimo

tema de

literatura

comparada; pero creemos que

ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA

IIO

en

la

intención de su autor no es todavía

mucho más

índice de un estudio

XXXI.

El Truhán

más que

programa o

el

amplio.

del cielo y loco santo.

— Esta pieza, inédita y

desconocida de nuestros bibliógrafos, se conserva en un manuscrito

de

los

primeros años del siglo xvn, que forma parte de

colección de comedias existente en

Dio noticia de

prímese aquí siguiendo

di Lope de

que ha llevado su

de

la

copiosa

Memoria

1

891).

ella

Im-

nos ha

Universidad de Padua, E. Teza,.

extremo de hacer

bizarría hasta el

ción por su propia mano, para

Vega Carpió (Liorna,

esmeradísima que de

copia

la

ilustre profesor

el

la

Biblioteca Palatina de Parma.

profesor A. Restori en su importante

ella el

Una collezione decommedie remitido

la

mayor seguridad

la

transcrip-

del acierto.

Esta comedia, que indisputablemente es de Lope, para lo cual la

prueba del

tulo de

estilo basta,

podría creerse idéntica a

San Antonio de Padua

El Peregrino pues aunque

se

que

la

que con

el tí-

lista

de

taumaturgo portugués aparezca en esta obra, como

aparece también San Francisco, el

la

segunda

la

inclinamos a creer que es diversa,

(1618); pero nos el

menciona en

da nombre,

el

verdadero protagonista de

el

truhán del

cielo

y

loco santo\ es fray

ella,

Junípe-

cuyan sublimes insensateces y santas simplezas se dramatizan aquí, siguiendo, aunque de lejos, el relato de los catorce capítulos ro,

que

le

dedican los Fioretti di S. Francesco, conocidos de Lope, ya

directamente, ya por medio de

las

crónicas franciscanas.

Por no haber parecido a tiempo esta comedia, no va en su lugar propio, que hubiera sido a continuación de no,

donde ya aparece

días,

practicando

El Serafín humalas

sabidas inge-

pezuña a un cerdo vivo, y guisar comida para echando en la caldera los pollos con pluma y los hue-

nuidades de cortar

quince

fray Junípero

la

vos con cascara. El no haber repetido aquí Lope estos dos episodios tan cómicos

y populares, puede inducir

raba El Truhán del cielo

como una segunda

mano; pero contradice esta presunción incidente en

ambas

obras,

desarrollo, el peligro

aunque con

Lo más

verisímil es

que conside-

hecho de figurar como

muy

desigual extensión

que fray Junípero corrió de

y

ser ahorcado en

falsa acusación y sugestión que Lope, cuando escribió la se-

Viterbo de orden del tirano Nicolás, por del diablo.

el

a creer

parte de El Serafín hu-

COMEDIAS DE VIDAS DE SANTOS

gunda comedia, no punto

fijo

de

tenía a la vista la

que en

lo

ella

III"

primera, ni se acordaba a

había puesto.

No

es el único caso de re-

puede encontrarse en su inmenso Teatro.

petición que

Además de

30 comedias de vidas de santos y leyendas pia-

las

hemos podido

dosas que en esta edición escribió otras

que

recoger, consta que

han perdido, y además se

se

le

Lope

atribuyen algunas

de no probada autenticidad.

En la primera lista de El Peregrino en su patria, que comprende, como tantas veces se ha dicho, las piezas anteriores a 1604, hallamos los siguientes títulos de obras desconocidas: San Andrés

carmelita.

San Julián

de Cuenca.

San Roque. San Tirso de España.

Fray Martín de

En

la

segunda

Valencia.

lista

(1618) se añaden

San Adrián y Santa Natalia.

las siguientes:

(Este título figura también en

el-

índice general alfabético de comedias que tenían a la venta los here-

deros del librero Francisco Medel del Castillo en 1735,

ba que en

el siglo

lo cual

prue-

pasado todavía se conservaba manuscrita o im-

presa.)

San Ángel

(También

carmelita.

la

tuvo

el

librero

Medel y

la

anunció en su catálogo.)

San Antonio de Padua.

San Martín.

(Citada también en el catálogo de Medel.)

(Está en el catálogo de Medel.)

Santo Tomás de Aquino. (ídem

La Bárbara anónima en

el

del cielo.

catálogo de Huerta,

nombre de Guillen de montes,

y

estilo, ni

id.)

(También

Mártir del de Lope,

ni

Castro, con

cielo,

la

tuvo Medel. Se

1785.) el

título

la cita

La que corre

como

suelta a

de El Prodigio de

los

Santa Bárbara, no parece digna, por su

de Guillen de Castro.

ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA.

112

La

mejor enamorada,

la

Magdalena. (Citada en

Medel y Huerta. Una comedía anónima

mo

los catálogos

de

mis-

e incompleta sobre el

asunto, posee D. Pascual de Gayangos.)

El Mártir de

No dicado

Florencia. (Está en el catálogo de Medel.)

haré mención de los títulos dobles, puesto que ya los he inal tratar

de cada comedia.

Llevan en algún manuscrito o edición suelta

pero

sin

el

nombre de Lope,

prueba intrínseca o extrínseca que nos obligue a tenerlas

por suyas,

las siguientes:

El casamiento por

Cristo. (Manuscrito

de

la

colección Osuna.)

Santa Casilda. (¿Será idéntica con Los lagos de San Vicente, de Tirso de Molina, publicada en

La Orden lo

la

parte quinta de sus comedias?)

de Redención y Virgen de los Remedios. (Con este

títu-

poseyó lord Holland una comedia falsamente atribuida a Lope,

en opinión de Chorley. Acaso Calderón, Nuestra Señora de cita otra

anónima

las escogidas,

del

hay una

mismo

esta pieza fuese la desconocida

los

Remedios. El catálogo de Huerta

título;

titulada

y en

la

parte vigésimaquinta de

La esclavitud más dichosa y

Remedios, de Francisco de Villegas y Jusepe Rojo, bién se encuentra suelta.)

la

los

La Pena

de Francia. (Con

de Francia está en

el

el título

Santa Úrsula y

las once

la

de Medel y Huerta. Sólo Mesonero Romanos de Vega.) el

la

Peña

La Peña

parte cuarta de sus comedias.)

mil vírgenes. (Anónima en

Santa Brígida. (Citada en

Virgen de cual tam-

de Nuestra Señora de

catálogo de Huerta. Puede ser

Francia, de Tirso, publicada en

de

la

de (*).

los catálogos

atribuye a

Lope

catálogo de Medel. Puede ser

La

limpieza no manchada, entre cuyos personajes figura aquella Santa.)

Santa Polonia. (Citada únicamente en

los catálogos

de Medel y

Huerta.)

Santa Teodora. (Citada en

La comedia La Peña

los

mismos

catálogos.

No puede

ser

de Francia, como ha observado Restori XXII, 294), no es de vidas de Santos, sino El casamiento en la muerte y hechos de Bernardo del Carpió, identidad ya advertida por La Barrera. La Peña de Francia de Tirso es obra independiente, que trata del mismo argumento que la de Lope, pero según fuentes distintas. (A. B.) (*)

(Zeiischrifl citada,

COMEDIAS DE VIDAS DE SANTOS

El prodigio de Etiopia, por

las

I I

razones que alegamos

al

3

publicar esta

pieza.)

Nada decimos aquí de cas,

Fray Diablo

dos notables piezas religioso- fantásti-

las

(original

de El Diablo predicador, comúnmente

atribuido a Luis de Belmonte)

y El mayor prodigio

o

El Purgatorio en

vida (original de El Purgatorio de San Patricio, de Calderón), por

que

la

atribución de estas dos comedias a Lope, aunque apoyada por

tan respetable autoridad

como

la

de Schaeffer, todavía no está exenta

de controversia y requiere particular estudio, que tendrá su propio lugar cuando tratemos de las comedias atribuidas a Lope.

que para entonces podamos añadir estas dos románticas creaciones, ria,

pero que bastarían para

Mbnéndbz

y

la

a su repertorio,

que Lope no necesita para su glo-

de cualquier otro poeta.

Pelavo. -Estudios sobre

Y ojalá

con prueba plena,

el

Teitro de Lope de Vega.

V

COMEDIAS PASTORILES

Aunque, según

orden y clasificación que establecimos

el

al

co-

mienzo de esta publicación del Teatro de Lope, correspondería este lugar a las comedias mitológicas,

con

esta sección para abrir

con un grupo de se, el

de

las

los

hemos preferido reservar íntegra tomo siguiente, y completar éste

ella el

más breves que en su repertorio pueden

comedias

pastoriles,

que

se

reduce a cinco

El verdadero amante, gran pastoral Belarda.

I.

hallar-

piezas.

—Primera come-

dia de Lope de Vega Carpió, se titula la presente en

el

tomo o Parte

catorce de su Teatro (Madrid, 1620, por Juan de la Cuesta).

zenbusch (que

que esa

la

reimprimió

al

calificación fué debida

Hart-

frente de su colección selecta) opina

simplemente

al librero;

pero

posición no parece verisímil cuando se repara que este

tal

tomo

su-

es

de

que Lope publicó y dirigió por sí mismo, y nadie se hubiera atrevido a estampar tal noticia sin su consentimiento. Lo que puede los

concederse a Llartzenbusch es que

Lope no ha de ser entendido

de Primera comedia de

el título

a la letra, sino

en

el

primera obra dramática suya que juzgó digna de

que

él

mismo

sentido de ser

la

la

estampa, puesto

dice en el Arte nuevo de hacer comedias que las había

de once y doce años de a cuatro actos y de a cuatro pliegos. El verdadero amante no pudo ser compuesto antes de los trece escrito

años, edad que tenía pieza: «Esta

el hijo

de Lope cuando su padre

le

dedicó esta

comedia llamada El verdadero amante quise dedicaros,

por haberla escrito de los años que vos tenéis, que aunque entonces se celebraba, conoceréis

está

por

ella

en cuatro actos, sino en

mis rudos principios». Además, no

tres,

según

la

división ordinaria del

Teatro español; pero Hartzenbusch hace notar que tiene casi tantos versos

que Lope,

al

como

los otros

el

primero con-

dos juntos, de donde infiere

imprimir esta pieza, refundió

los

dos primeros actos

I

ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA

iS

uno

originales en

Lope debió de

solo.

corregir

hermosos trozos de

Esto es

mucho

muy

verisímil,

y

versificación,

también que

lo es

que hay en

esta comedia, puesto

ella

que no parecen de poeta princi-

piante.

Don Leandro Fernández de

Moratín, en unas breves pero curio-

que han sido reco-

sas observaciones sobre varias obras dramáticas,

gidas en

rapidez

el

la

tomo

de sus Obras postumas

III

(i),

«Comedia de pastorcitos y

presente.

juzga con desdeñosa pastorcitas

A

todos enamorados y celosos y llorando desvíos.

Lope

quiso

imitar

El Aminta y El pastor Fido; pero

que

se cansa presto.

Fábula mal urdida y peor desatada. Desigualdad de

y

— dice—,

ratos parece

excelente

estilo,

pestilente versificación».

Prescindiendo de que una comedia compuesta a

nunca puede tener más que te despiertan

interés de curiosidad

el

primicias de

las

los catorce

años

que naturalmen-

un gran poeta, todavía

este juicio

de

Moratín parece extremado y riguroso. El verdadero amante adolece ciertamente de

y de

tenece,

la insipidez

las cuales, a

libran del todo los

ocasión,

aunque

frialdad propias del género a

pesar de admirables bellezas

mismos modelos

italianos

el instinto

misma, imperfecta

sin

que per-

líricas,

no se

que Lope seguía en

imitarlos servilmente; cosa

sin

un principiante. Además, la fábula

y

muy

escénico de

esta

de reparar en

Lope

se revela en

como

duda, pero no tan mal hilada

da a entender Moratín. Hay un germen de conflicto dramático en acusación de

falsa

como matador de

Jacinto, le delata

solución

muy

pastor, a

modo de composición

teatral

de realidad y de

cos,

y

se tendrá

lo

judicial.

pastoril,

el

casamiento obligado del

Múdense que sólo

los

y de Corneille, y a

nombres; quí-

sirve para privar-

interés; trasládese la acción a los

una situación trágica

Guillen de Castro

meja nada de

máscara

y una

su difunto esposo Doristo;

de este conflicto en

tese a los personajes la los

la

pastora Amaranta, que, enamorada del zagal

la

tiempos heroi-

muy semejante a la

cual ni

que puede encontrarse en

del

Cid de

remotamente

se ase-

la

las pastorales italianas.

El niño que a los trece años era capaz de imaginar tales escenas y de adivinar tales efectos, pertenecía indudablemente a una casta poética

(i)

Pág. 134.

COMEDIAS PASTORILES •superior a la del correctísimo

no hacía nunca versos

aun en llas

salía

de

la

las quinti-

de su pluma Lope

flojísima dejó caer

y

infantil

que

pero que ya se hubiera holgado,

escuela de primeras letras.

La pastoral

II.

difícilmente fácil /narco Célenlo,

pestilentes,

de ñesta, de que fuesen suyas muchas de

los días

que en esta pieza

cuando

y

liQ

de Jacinto.

— Esta comedia, con

el título

de Los

Jacintos y Celoso de sí mismo, fué impresa por primera vez en un

tomo muy .

Luis de

raro,

que

lleva

por

título

Cuatro comedias famosas de

Góngoray Lope de Vega Carpió, recopiladas por Antonio imprenta de Luis Sánchez, 1617). Lope

Sánchez (Madrid, en

la

cluyó en 1623 en

Décimaoctava parte de sus comedias, con

La

tulo de

ser la

la

pastoral de Jacinto.

misma que en de

rios títulos

las

Y

a juzgar por su

el tí-

argumento, puede

de El peregrino se designa con

los va-

La pastoral de Albania y La pastoral de los celos;

esto no es seguro,

De

las listas

la in-

aunque haya en dichas

todos modos, esta comedia es

la

listas

pero

otros títulos dobles.

segunda en antigüedad entre

que conocemos de Lope, después de El verdadero amante. Dice

Montalbán, en

la

Fama postuma, de

su maestro: «Por no ser su ha-

mucha y tener algún arrimo que ayudase a su lucimiento, se acomodó con D.Jerónimo Manrique, obispo deAviia,a quien agradó sumamente con unas églogas que escribió en su nombre, y con la cienda

comedia de La pastoral de Jacinto, que fue tres jornadas,

porque hasta entonces

la

primera que hizo de

la

comedia

consistía sólo

diálogo de cuatro personas, que no pasaba de tres pliegos, escribió otras,

Lope de Vega muchas, hasta

y

en un destas

introducir la novedad de las

para que sepan todos que su perfección se debe sólo a su ta-

lento, pues las halló rústicas

De

este pasaje

cuando esto

estaba dividida

dad es que

hay que

escribió,

las

al

y

las hizo

inferir,

damas?.

o que Montalbán no se acordaba,

de El verdadero amante, o que

principio en tres actos,

como

la

esta

comedia no

vemos hoy. Ver-

palabras de Montalbán son tan confusas, o

tan inexactas, que de ellas podría deducirse que

la

más bien

primitiva

comedia

española no era más que un diálogo de cuatro personas, sin división alguna; concepto enteramente falso, puesto que ya en

de Torres Xaharro (15 ristóbal

de

1/),

Castillejo,

aparece

la división

la

Propalladia,

en cinco jornadas, que

en su Constanza, y Luis de Miranda, en su

ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA

120

Comedia pródiga, extendieron nada menos que a Juan de

como

el

y

siete,

otros,

como

Cueva y Cervantes, restringieron a cuatro, y algunos,

la

capitán Cristóbal de Virués, a tres; sin que en esto hubiese

antes de

Lope

mero de

interlocutores.

regla

ni antes ni

fija,

después de

en cuanto

él

al

nú-

Esta comedia debe de encubrir alguna historia auténtica de amo-

pareciéndome que con y Lope lo indica en la dedicatoria: « más honestidad se cubren los amorosos afectos de esta corteza rústica, como se ve en las églogas que los poetas griegos y latinos más

res,

honestos nos dejaron escritas, de quien no menos nuestros españoles

sacaron tantas imitaciones. Por esta causa,

yor

libertad, dulzura

fuentes, lo

y

hablar con

y por

ma-

gracia entre las soledades, árboles, ríos

que por ventura pasaba en

y

suntuosos palacios de los

los

príncipes». Pero no poseyendo la clave del enigma, no gustamos de

quiebran y que nada gloria del poeta, aunque puedan ser pábulo de

perdernos en conjeturas, que de puro

importan para

la

sutiles se

más digno de notarse en

curiosidad ingeniosa. Para nosotros lo esta pieza, casi tan

como El

infantil

genioso y altamente dramático

de

mismo por



intrigas

verdadero amante, es

rival;

trozos de versificación así en quintillas ,

pastor Jacinto, celoso

y

la

amenidad de algunos

y

redondillas (i),

Estas, por ejemplo, tan fáciles y galanas,

(i)

Hermosa

estás

tiempo

Dar

al

Y

campo

al

luz

aljófar

No he visto yo

de

la

En

A

la

nieve

esta tierra tan propia,

igualarte

no se atreve,

otoño con

copia

y vida,

Ni

y grana.

Que el trigo y la fruta llueve. No es el estío tan bello

el

mediodía

el

Con más puro y

claro sol,

Cuando rinde

Ni cuando de

él

se desvía,

Para

Tarde con

arrebol

tal

Y

al

el

la

al

arado

yugo

durazno y

al

membrillo

esta

Da

No

iguala las tuyas bellas,

Pareces con ese brío,

vega sombría. La noche, con sus estrellas,

primavera hermosa, plantas de rosa Las viene poniendo en ellas. Ni

la

color y quita

Ansí que ya

el cuello

el novillo,

En

Cuando con

como en

primera jornada:

El invierno con

y lozana;

No he visto yo la mañana De más colores vestida

al

el vello.

alma mía

Alba, tarde, noche, día,

Primavera, otoño, estío,

Y

in-

del

artificio

de su

el

nieve de invierno

fría.

COMEDIAS PASTORILES octavas,

I ).

121

Véase una muestra de cómo escribía y describía Lope

apenas salido de

la infancia:

Conmigo

Que

estás bien casado;

a la arena

de este

Excede

el

Por esa

sierra nevada.

río

ganado mío

Aquí tendrás de mi mano El invierno, caza y pesca

Del monte y

Y

orilla fresca,

alegre fruta en verano.

La avellana coronada Dentro en su cascara hojosa,

Y

la

De

castaña sabrosa,

su tierno erizo armada-

Verde melón, o amarillo, La serba de heno cubierta, La dulce granada abierta,

Con

Y Y de

el

pálido membrillo.

cuando esas viñas subas, tu hacienda te acuerdes,

Cogerás almendras verdes Entre moscateles uvas.

Tendrás

el lino

No porque Cjue esas

le

en su

flor,

has de gastar;

manos han de

estar

Sólo entre guantes de olor.

Por eso no te atribules;

Y tendrás entre estas quiebras, De azafrán las rojas hebras Entre sus (i)

que en

Verbigracia, las

Ninfa

más

la

bella

flores azules.

misma jornada que del

sol los

recita Frondelio:

rayos

donde, juntamente con felices imitaciones del Cíclope, de Teócrito, y del pasde Virgilio, se encuentran versos de tanta novedad de expresión

tor Coridón,

como

éstos:

Más Manca que mosqueta o flor de Pluma de cisne o voladora garza.

Más Más

falsa

que espadañas en laguna, que el mar y que la luna.

instable

zarza,

ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA

122

Lope de Vega, según bajo

el disfraz pastoril

sonajes,

su costumbre, se introduce en esta pieza

de Belardo. Sobre

los

nombres de otros per-

puede hacerse también alguna razonable conjetura. La heroí-

na se llama Albania, y pudo ser alguna señora de la casa de Alba. El pastor Jacinto procedía también de las orillas del Tormes, pero había trasladado su ganado a las del Tajo. El asunto de esta fábula es distinto del

de

La Arcadia,

y algunos de

pero hay cierta relación entre ambas obras,

los personajes,

ser los mismos.

aunque con nombres diversos, parecen

Entregamos estos

indicios a los

que sean más

aficio-

nados que nosotros a este género de investigaciones anecdóticas, en

que siempre conviene proceder con mucha Belardo

III.

lista

— Esta

pieza, citada

la lista

desconocida hasta nuestros

de

las

que supone perdidas.

mese ~quí conforme de

Furioso.

ya en

la

primera

de El peregrino en su patria (1604), ha permanecido no sólo

inédita, sino

en

el

cautela.

a

un manuscrito

días,

incluyéndola Barrera

No es así, por fortuna. Imprímuy correcto de la Biblioteca

Palacio, del cual nos dio la primera noticia el erudito bibliógraío

D. Manuel R. Zarco del Valle. Esta comedia, cuya composición debe remontarse a

años de za.

En

juventud de Lope, no tiene de pastoril más que

la

rigor, es una obra autobiográfica;

jornada, aunque con leves variantes

con

la

de

histórico

la

Dorotea, y viene a confirmar

Don Fernando, con

tío

el

diversos,

la

primeros la

corte-

primera

concuerda

carácter rigurosamente la

identidad de su pro-

Lope, que aquí se presenta en escena

con su bien conocido seudónimo llama en esta comedia Jacinta,

acción de

y y nombres la

de esta célebre novela dramática, y

tagonista,

un

los

pastoril

la cual,

de Belardo. Dorotea se

pérfidamente aconsejada por

suyo, Pinardo (no más honesto personaje que

la

Gerarda de

proposiciones del rico labrador Nemoroso

la novela),

da oídos a

y

a su antiguo amante Lope, que sólo podía pagarla en ver-

sacrifica

las

sos y papeles:

¿Cómo

A

piensas pasar

lumbre de papeles y

el frío

invierno

pal abrasa-

De los que agora son más principales, Un mancebo que llaman Nemoroso, De hacienda y talle iuntamente iguales,

COMEDIAS PASTORILES

123

Tiene por cielo aquese rostro hermoso. Si con honesta fe tu

Y

mano

toca,

muestras amor, aunque forzado,

Si le

en darle algún contento no eres loca,

Mira esos montes llenos de ganado,

Que desde

aquí parece blanca nieve,

Huertas, sembrados, viñas, hierba y prado, Y esas colmenas, que de nueve en nueve

De ese cercado las paredes cubren; Que hacerte dueño suyo amor le mueve. Por todo este horizonte no descubren

Los

ojos tierra en

que no tenga hacienda.

Este es amor, aquesta



que es prenda;

Y

no que por seguir a un pobre y Una loca mujer ¿as suyas venda; Pobres parientes tienes en

Solían

comer de

roto,

el valle;

tu favor, solían;

Déjaslos ya; ¿quién ha de haber que calle?

Otro tiempo sus casas guarnecían

De

los ricos presentes

Con que

los

de tu mano,

mayorales te servían;

Agora, ¡por Apolo soberano!

Y

yo

el

primero, de hambre están muriendo

Por un rapaz, por un rapaz

Tan

villano.

interesados argumentos acaban por convencer a la liviana

que se separa de Belardo después de una escena de celos y fingido desmayo. El desesperado pastor trata de ausentarse del valle,

Jacinta,

y,

con no mayor delicadeza que

en busca- de recursos para

el

protagonista de la Dorotea, acude

el viaje a la

generosidad de otra mujer, a

quien había querido antes que a Jacinta. La Marfisa de llama aquí

Cristalin:;:

Que Y él

Y Y

Cristalina por Belardo muere, la

quiso primero que a Jacinta,

cuantos más desprecios y desdenes

más agravios

la

hace,

más

le

adora.

la

Dorotea se

ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA

124

Mas quien sabe

la historia

y lo que ha sido

Esclava Cristalina de ese loco,

Dándole, por ventura, su hacienda

En

fe de casamientos y palabras, Por imposible tiene que la quiera.

Bebardo, pues, se presenta a su antigua dama, pretextando que tiene

que huir

por haber matado en una pendencia a un

a Italia

hombre: La

justicia

anda

Si tienes algo

buscarme;

al

que darme,

Muestra aquí tu piedad;

Aunque mi mucha maldad Te desobligue a ayudarme.

La

afligida Cristalina cae

labras de Belardo,

y

le

en

que

el lazo

da dinero para

tienden las

le

falsas

pa-

la fuga:

Ve luego, que en la ventana Me hallarás de buena gana; Echarete una cadena

Y

una bolsa de oro

Que Por

esta sucinta exposición del

semejanza, o

más

bien

llena;

soy necia y no villana.

la

primer acto, se verá patente

identidad, entre

condenó Lope

obras. Quizá por ser tanta,

el al

la

argumento de ambas olvido este primer bos-

quejo, después de haberle utilizado para una de sus obras maestras*

Lo que da estalla

en

fidelidad

el

título a esta

acto segundo

comedia, es al oír

la

locura del protagonista, que

de labios del propio Pinardo

de Jacinta y sus amores con Nemoroso:

Yo ya

los

he

visto andar,

Como palomos en nido, Un pico del otro asido Con un ronco murmurar. Hale dado joyas grandes, Más de rey que de pastor, Ricas sayas de color, Tapicerías de Flandes;

la in-

COMEDIAS PASTORILES

12;

Collar, cintura, cadenas,

Granates y perlas finas, Corales, aguasmarinas,

Arracadas y patenas; Copete a lo cortesana, Sortijas, banda, manillas.

Arandelas, gargantillas, Botín y calzas de grana; Cofres, camas, espetera

Desde la

momento,

este

la

obra decae notablemente. Los accesos de

locura de Belardo no son dramáticos ni interesan. Sólo la versifi-

cación se sostiene, aunque sin los trozos de resalto que hallamos en la

jornada primera.

Lo que

inspira

más curiosidad en

estos últimos actos es el per-

sonaje Galterio, padre de Belardo. ¿Será, efectivamente, representa-

Lope de Vega, de quien tan poco sabemos?

ción del padre de

Un Ya

hijuelo engendré, por

sabéis

que es Belardo

mi ventura;

este enemigo,

Que ha borrado mi honor con Este, seis años (creed lo

su locura;

que os

digo),

Perdido anduvo por aquesta dama,

Que

al

uno y otro con razón maldigo;

Al cabo de

los cuales,

o

la

llama

Del rapaz se templó, o

ella le olvida;

Que

parlera fama.

en esto es varia

la

Un hechizo me dicen que le ha dado, Con que por estos montes anda loco Y cerca de morir precipitado.

La acusación de Galterio contra Jacinta, por haber trastornado con bebedizos

el

seso de su hijo; la defensa que de ella hace su nuevo

amante Nemoroso (i)

(i); el

recobro del juicio de Belardo, mediante

;De qué nace esta invención decir que es hechicera Una mujer que pudiera Dar honra a nuestra Nación?

De

los

ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA

126

conjuros de Siralbo y

de ambos amantes, y

la

escenas anuncia competir con

recuerda

y que

mos

lo

sirvió

peor de

la

ele

Jacinta; la reconciliación

de Cristalina

sobremanera embrollado, de

final, -

aparición

la

la

esta pieza, que,

si

la

el

por sus primeras

Dorotea, por su absurdo desenlace

novela pastoril que Lope tituló

de fondo a

y boda

con Nemoroso, constituyen

La

Arcadia,

comedia del mismo nombre, de que pasa-

a dar cuenta.

IV.

La

Arcadia.

—No

está citada en las listas

de El peregrino,

verisímil que pertenezca a la primera y, por consiguiente, no es mitad de la carrera dramática de Lope. Este la publicó en la Trezena

parte de sus comedias (1620), dedicándosela

al

doctor Gregorio Ló-

pez Madera, autor de Los Santos de Granada, de Las grandezas de

España y de otros farragosos pada

las

escritos,

en que defiende a capa y

patrañas de los libros plúmbeos

Lope quería tener

propicio

al

y de

es-

los falsos cronicones.

magistrado Madera, que, a título de

protector de los hospitales de Madrid, venía a ser de hecho

el

con-

sejero encargado de la inspección de los teatros. Dedicóle, pues,

primera comedia

del

tomo XIII de

las

según convenía dirigiéndose a tan gran pedante como

Madera, que, «puesto que es de pastores de

de imitación antigua,

si

bien

el

la

suyas, advirtiéndole de paso,

la

el

leguleyo

Arcadia, no carece

uso de España no admite

las rústicas

Bucólicas, de Teócrito, antiguamente imitadas del famoso

Lope de

Rueda».

Algo

tiene,

en efecto, de imitación antigua, no sólo en

cias del pastor Cárdenlo, que enseña a

las

las astu-

aves parleras a publicar su

El más verdadero hechizo Fué su hermosura y belleza; Prended la Naturaleza Porque hechicera la hizo.

¿Donde hay tantos Apolos Sujetos al gusto suyo,

Buscara del hijo tuyo Versos y requiebros solos?

Se ve que la ungida Jacinta era afecta a los poetas y, quizá, poetisa ella misma. También a Dorotea se atribuye singular destreza en la poesía y en el canto.

COMEDIAS PASTORILES sabiduría, a la

12;

manera de aquel cartaginés Safón, que enseñó a

lor

pájaros a decir «Safón es Dios», sino en las escenas en que el pastor

Bato toma disfraz de lobo para sorprender a Flora. Todo este episodio procede del libro primero de las Pastorales de Longo, que

de Vega habría leído en traducción tan vulgarizada, de Aníbal Caro.

muy

o en

latina,

la italiana,

Aquí pondremos aquel

Lope

entonces

pasaje en la

elegante y exquisita versión con que D. Juan Valera ha enri-

quecido nuestra lengua

(i).

El boyero Dorcón, «mozuelo ya con barbas y harto sabido en cosas de amor», se prenda de

«Y como

des para lograrla.

alternativamente a beber

una

de

treta propia

el

la

había notado que Cloe y Dafnis traían

ganado,

tomó

zagal:

pastora Cloe y discurre varios ardi-

un

é!

ia piel

dicha le

en

los a los talones

y

el

rrero. Disfrazado así

las

en

le

ocultado

allí

momento de

vacada,

de

se cubrió co' 1

.

patas de delante

la

cabeza

casco de guese fué a la la

ella

formaban matorral tantos

rastreros,

que fácilmente se hubiera

veras. Allí se escondió

venir a beber

como

ovejas después de pacer. Estaba

y enebros

un lobo de

las

y

menos mal que pudo,

y y en torno de

asustar a Cloe con su disfraz

>A poco

tapaba

fiera, lo

fuente donde bebían cabras

espinos, zarzas, cardos

ella otro, se valió

patas traseras se extendían desde los mus-

hocico

fuente en un barranco,

la

hombros, de modo que

los

cubrían los brazos,

y

de un gran lobo, que un tor

había muerto con sus astas defendiendo piel puesta

día

Dorcón, espiando

el

ganado y con grande esperanza de y de apoderarse de ella.

el

llegó Cloe a la fuente

con

el

ganado, mientras Dafnis

cortaba verdes tallos y renuevos para que los cabritillos se regalasen

después del pasto. Los perros que guardaban

como

Cloe y,

el

rebaño seguían a

tenían buena nariz, sintieron a Dorcón, que ya se dis-

ponía a caer sobre Cloe; se pusieron a ladrar, se echaron sobre

como

si

fuera lobo, le rodearon y, antes de

que volviese del

él

susto, le

mordieron. Al principio, con vergüenza de ser descubierto y recatándose aún con la piel de lobo, Dorcón yacía silencioso en el matorral. Cloe, entretanto, llena

que

la socorriese.

(1)

Y

terror, había

llamado a Dafnis para

ya

la piel

de lobo, mor-

o Las pastorales de Longo. Traducción directa del griey notas. (Madrid, iS8o, pág. 19.)

Dafnis y Cloe

go, con i?itroduccio'n

de

los perros, destrozada

ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA

128

dían sin piedad

el

cuerpo de Dorcón,

grandes voces, acabó

el cual, a

amparasen a Cloe y a Dafnis, que ya había llegado. Éstos mitigaron pronto el furor de los perros con las voces por suplicar que

le

que tenían de costumbre. Después llevaron que había sido herido en los muslos y en mordeduras, donde se veía

la

a la fuente a

las espaldas.

Dorcón,

Le lavaron

las

impresión de los dientes, y pusieron

encima corteza mascada y verde de olmo. La ignorancia de ambos en punto a atrevimientos amorosos les hizo considerar la empresa de

Dorcón como broma y le

niñería pastoril, y, en vez de enojarse con

consolaron con buenas palabras y

le

se dice,

de

la

boca del lobo, sino de

mano como

llevaron un poco de la

hasta que le despidieron. Él, salvo de tan grave peligro, la del

y

él,

no,

perro, fué a curarse las

heridas.»

Pero aparte de esta y otras reminiscencias de diversos originales,

La

Arcadia, comedia de Lope, tiene

el

mismo argumento que La

Arcadia, novela pastoril, compuesta en su juventud y publicada

en 1602. Cuando llegue

el

turno a esta obra en nuestra colección,

insistiremos en su carácter rigurosamente histórico, biográfico,

declarado por

el

tos rústicos pensamientos,

ran

(Jarla

no de esto

mismo Lope en

aunque nacidos de ocasiones

para iguales discursos,

los floridos ingenios

como en

y en

si

como yo fui

de nuestro Tajo

lo

parte auto-

su preámbulo:

testigo

altas,

de

pudie-

ellos,

hubiera sido;

y

sus amores fué desdichado su dueño, ser ajenos

propios, de no haber acertado

me

bien en pensamientos de otros,

si

disculpe;

«Es-

algusi

en

y no

que nadie puede hablar

alguno no advirtiere que, a vuel-

tas de los ajenos, he llorado los míos. Tal, en efecto, como

honrarme en

pues era imposible honrarlos,

escribirlos,

a mis soledades materia

triste

como quien

fué quise acomodando

tan lejos vive de cosa

alegre».

Las alusiones de

Asunto de

la

la

novela son, en efecto, bien transparentes.

fábula son unos

Alba D. Antonio,

nieto. del

Anfriso, nieto de Júpiter»).

amores desgaciados del duque de

Gran Duque D. Fernando

En

el libro

IV

se habla

de

(cel pastor la

pastora

Bresinda, su madre, o sea doña Brianda de Beaumont, condesa de Lerín,

madre de D. Antonio. Fn

Anfriso a

la sabia

el

mismo

Polimnestra, indica que era

libro IV, dirigiéndose el

heredero de su casa,

COMEDIAS PASTORILES

y que

I

madre que

tenía a la sazón veintitrés años: .

La- selva sin amor. (Égloga Pastoral que se cantó a Su

Majestad en

1630 en

el

fiestas

de su

salud).

— Publicada

por primera vez en

Laurel de Apolo, con otras rimas (Madrid, por Juan Gon-

zález).

Sobre

y otras circunstancias de esta pieza singular, que más antigua ópera compuesta y cantada en lengua

fecha

la

duda

es sin

la

con su habitual ingenio, amenidad y erudición,

castellana, escribió

nuestro difunto compañero D. Francisco Asenjo Barbieri, en su estudio sobre los orígenes del transcribir sus palabras, nes, fundadas

drama

lírico

en España

en más recientes trabajos.

Lope de Vega, no

satisfecho con dar tan gran participación a

una écloga pastoral intitulada

ra,

La

selva sin amor, que fué pues-

íntegramente en música y ejecutada en

ta

el

Real Palacio

1629. Al publicarla Lope en 1630 con dedicatoria Castilla, decía

visto

V. E.

esta égloga,

que

a sus Majestades y Altezas, cosa nueva en

Lo menos que

>

del theatro hizo

(1)

año

Almirante de

se representó

Cosme

cantada

España

en ella hubo fueron mis versos

La máquina

Lotii, ingeniero florentíu

Los instrumentos ocupaban vistos

al

el

textualmente:

«No habiendo

»

Conviene

música en sus obras, llegó a escribir un verdadero libreto de ópe-

la

-

(2).

que nos darán pie para algunas observacio-

primera parte del theatro sin ser

la

13).

Tomo

II

del original, 3S1;

III

de

la

traducción castellana, 160. Cf.

Klein, 558-561.

Sirve de prólogo a la Crónica de la Ópera Italiana en Madrid desde e! 17jó' hasta nuestros días, por D. Luis Carmena y Millún (Madrid, Minué* 1878), páginas y siguientes.

(2)

.iño sa,

X

(3)

Y

aquí añade Barbieri: «Traslado a los que ponderan

troducida por "Wagner

presentación de

el

año 1876 en

la trilogía

Va veremos que

ni

El

la

la

novedad

colocación de su orquesta para

anillo de tos Nitbelungos*.

aun en 1629 era novedad esto.

in-

la re-

ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA

^2

>Teixidor y otros historiadores

de

que suponen,

esta obra, sino

ver a Madrid Felipe

III,

có en Casa-Rubios, y

la

grave enfermedad que

que todos parecen conformes

lo

música fué compuesta por D. Bernardo

fundamento

tiene

>Dice Venus en

En

le ata-

y cuándo

es

en que

el

la

Pero nada de esto

la vista

por

el libreto

para

se representó.

prólogo:

el

la corte de

Donde

Clavijo.

pues basta pasar

sólido,

comprender fácilmente dónde

al vol-

dos años más tarde, cuando vino

los otros,

En

Príncipe de Gales.

el título

unos, que se representó

los

después de

no sólo equivocan

(I),

España,

Amor

querido,

Felipe e Isabel divina

Reinan en paz, y muchos años reinen.

,

Más

adelante, en la escena

dice

III,

Este es Madrid, aquella

Del gran

Que de

Y

la

El Amor: montaña

Felipe, espléndido solsticio,

su luz inaccesible baña,

la bella Isabel, gloria

de España,

Lirio divino que bajó del cielo

En puro hermoso

velo.

Aquí me ofrecen sus amores /rufo,

Y

tengo por tributo

Pues

La

Y

la

etc.

hermosa A/aria,

Reina serenisiina de Hungría,

el invicto

Fernando

Previenen glorias a mis triunfos, dando Esperanzas suaves

De En »

la

Fijándose en

producir el

las

las

imperiales aves

sagrado nido.

palabras que he subrayado, no cabe duda que

función se efectuó en Madrid durante

(i)

Entre

ellos,

no quiso mencionar

el

reinado de Felipe IV,

Soriano Fuertes, a quien por consideraciones de amistad Barbieri, pero cuya Historia de la Música española ha

sido y continúa siendo un semillero de errores.

COMEDIAS PASTORILES

llamado el Grande ^y de su esposa a la sazón se hallaba en cinta. la

la

Reina Isabel de Borbón,

Presenciaba también

hermana del Rey,

Infanta María,

1

el

la

espectáculo

Hungría hasta después de su desposorio, efectuado en Madrid de

de

abril

cuando

1

el

de 2$

629, y partió para Alemania ocho meses después,

Reina Isabel había dado a luz

la

cual

cual no se tituló Reina

la

33

Príncipe D. Baltasar Car-

al

en 27 de octubre del mismo ano IÓ29.

los,

>Todo amor, lleva ser escrita

desde >

unido a que

esto, la

la

primera edición de

selva sin

el

tiempo que media

octubre del año 1629.

abril a

así,

no es posible que

D. Bernardo Clavijo, porque consta en

murió en

que

este ilustre organista

tres

años antes de ser escrita

averigua quién fué

el

al servicio

Romero,

Carlos Patino,

y

La

autor de

la

I.°

el

el

autor de

la

música fuese

Archivo del Real Palacio

de febrero de 1626, es decir,

selva sin amor. Entretanto

que se

música de esta égloga, puede

atri-

muchos compositores que por entonces

buirse a alguno de los

.Mateo

La

fecha de 1Ó30, da por resultado que la obra debió

y representada precisamente en

Siendo esto

hallaban

la

se

del Rey, entre los cuales se contaba el célebre

El Maestro Capitán,

fecundísimo y popular los organistas D. Francisco Clavijo y Sebastián

alias

el

Martínez Verdugo.

»Me he

detenido

que importan

mucho en todos

esos detalles, no sólo por lo

a la historia del arte lírico-dramático español, sino por

desvanecer también otro error grave en que han incurrido Lichtenthaly otros historiadores, suponiendo que

la

primera ópera espa-

ñola data del año 1719. Esta suposición es insostenible después de

conocida

La

selva sin amor, verdadera ópera

paña, representada

que en

el

se fundara la ópera francesa,

Italia este

>>La

y

la

primera de Es-

año 1629, es decir, cuarenta y dos años antes

y

treinta

después de inventarse

género de espectáculo.

primera ópera alemana se representó en

el

año 1627.

La primera española, en 1629. La primera

inglesa,

en 1660.

»La primera francesa, en 1671.

Y entiéndase

bien que en esto

propiamente dicha, es decir,

al

me

reñero únicamente a

la

ópera

espectáculo dramático todo cantado. •>

Ij

ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA

[

Xada hay que lo

que toca

objetar a

a la fecha

su representación.

de

la

luminosa demostración de Barbieri en

de esta pieza

y

lírica

Lo que no parece

a las circunstancias de

verisímil, es

que

el

compositor

música fuera español. Aquel espectáculo palaciego, entera-

la

mente nuevo en España, según advierte sunto o imitación de

la

ingeniero florentino,

Cosme

el

mismo Lope,

era

ópera cortesana o aristocrática de Lotti, hizo la

máquina

un

tra-

Un

Italia.

del teatro y las

y aun casi seguro, que otro italiano hicieduerma ignorada en algún rincón de los

decoraciones; es probable,

que quizá

se la partitura,

archivos del Real Palacio.

En 1629 el

en efecto, ya más de treinta años de existencia

llevaba,

drama musical

italiano,

en

el

riguroso sentido de

palabra, sin

la

contar precedentes más lejanos, que casi se remontan a

renovación del sentimiento personal y de la

música.

En

que

este sentido, es claro

la

los

la

época de

expresión dramática en

grandes maestros

giosos de mediados del siglo xvi, los Palestrinas

y

Victorias, son pre-

cursores del arte profano en lo que tiene de más apasionado

más profundo. Desde sical

de

ia

el

reli-

y de

momento en que existió una expresión mu-

vida interna, aplicada a

la

tragedia

más sublime de

todas,

nació de hecho la música dramática, que resonó por primera vez bajo las bóvedas del templo, velada en

la

forma de

los

motetes y de

los responsos.

El advenimiento del drama musical profano fué preparado, además, por ciertas formas ya rigurosamente teatrales, aunque

ble

en

y extendida el

Norte de

el

madrigal polifónico,

Italia

la sinfonía coral,

muy

más nota-

diversas de la ópera en cuanto a su estructura, siendo la

que triunfó

hasta la aparición de Monteverde

a Orazio Vecchi, de

Módena, a

la

y que condujo singular creación de la que llamó

comedia armónica, desempeñada por cantores invisibles y actores recitantes tos

de

que sólo servían para decir

las escenas,

Pero una cosa es nas de Berlioz)

y

el

dando, por decirlo la

otra

prólogo y anunciar los asun-

así, el

programa de

la fiesta.

sinfonía dramática (por ejemplo, las

muy diversa

la

moder-

ópera, de la cual no puede ne-

garse que nació en Fiorencia a fines del siglo xvi, por iniciativa de

humanistas y literatos más bien que de músicos, y con quimérica, sin duda, pero

muy

la

aspiración

fecunda por su temeridad misma, de

COMEDIAS TASTORILES

135

restaurar la tragedia griega. Inicióse esta pretensión en obras técnicas,

y

padre de Gaiileo fué quien se puso

el

publicando en

to,

na. a la

En

movimien-

et della

mo-

con coros

Edipo Tirano, de Sófocles, exornado

Gabrieli, fué representado solemne-

que Paladio había levantado en Vicenza.

teatro clásico

el

del

58 1 su Dialogo della música antica

manera griega por Andrea

mente en

En

1585,

1

el

al frente

1589, para solemnizar las bodas del Gran

Duque de Toscana,

Fernando de Médicis, con Cristina de Lorena, Lucas Marenzio puso en música

De

El combate de Apolo con

el

que todavía

estos ensayos, en

la serpiente la

Python.

declamación tenía

la

mayor

académicos florentinos que se con-

parte, pasaron bien pronto los

verdadero

gregaban en casa del conde Bardi

al

y entonces nació propiamente

ópera, por obra de los músicos

la

estilo representativo,

lacopo Peri y Julio Caccini y del poeta Octavio Rinuccini. La Dafne, representada en el Carnaval de 1597 en casa del humanista

y

Jacopo Corsi, con asistencia del Gran

dilettanie musical

Duque de Toscana y de

los principales personajes

de su corte, es

el

primer documento cronológico del nuevo género. Rinuccini había escrito las palabras, Peri la música.

A este

ensayo, acogido con pla-

cer y estupor por un auditorio que gozaba por primera vez de tal espectáculo, siguió en IÓOO un nuevo

mismo compositor y en 1600 en

el

mismo

del

el

poeta, la

mismo

el

del

Eurídice, representada

palacio Pitti con ocasión de las bodas de Enrique

y María de Médicis. Sobre

aun sobre

poema dramático-musical

IV

mismo tema de Orfeo y Eurídice,

libreto, hizo

nueva música Caccini, que

el

y mismo

año se había dado a conocer por una corta pieza a modo de égloga, //

Rap intento

di Ce/alo.

Entonces fué cuando un verdadero genio musical, Claudio Monteverde, de Cremona, apoderándose de aquella ingeniosa diversión

de príncipes, de magnates y de académicos, que era hasta entonces una planta de invernadero,

que ensanchaba el

uso de

la

la

esfera

disonancia,

mental, fundó en

el

la

de

convirtió en arte popular; los recursos

y

a la vez

armónicos, generalizando

y dando algún desarrollo

a la parte instru-

principio de la expresión moral la base de su

revolución melódica. El

Orfeo, de Monteverde, representado en

Mantua en 1607, marca

principio de una era nueva,

el

y

fué seguido

ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA

136

mismo maestro, la y los Amores de Diana

a corta distancia por otras producciones del

Ariadna (1608), cuya

y el

Endimión (16 17),

partitura se ha perdido,

sin contar otras

que no entran directamente en

género o que son posteriores a 1629, puesto que Monteverde

vivió-

y precisamente del año anterior a su muerte es una de incoronatione di Poppea, cantada por prisus óperas más notables, mera vez en Venecia en la temporada de otoño de 1642, en uno de hasta 1643,

L

los teatros públicos

de drama musical que aquella ciudad tenía desde

1637 (O-

En

Florencia, de

táculo a España, na,

como

es

da Gagliano lonia

y

a

la

donde

se transmitió este espec-

ópera conservó su carácter de diversión cortesa-

de ver en (letra

—según creo —

la

Dafne (1607) y

la

Flora (1628), de Marco

de Salvadori), y de Florencia se comunicó a Bo-

Roma, donde muy pronto tomó

la

forma original e intere-

sante de Oratorio.

Grandes son

las nieblas

que envuelven nuestra

historia musical

del siglo xvn, pero nada nos autoriza para suponer que en dicho siglo existiese aquí otra

forma de drama musical que una imitación

del estilo recitativo italiano.

Eso debió de ser La

eso las óperas o zarzuelas (El laurel de Apolo, rosa

J,

cuyo texto

literario

y de Bances Candamo.

encontramos en

Sólo en

el siglo xvni

las

selva sin amor,

La púrpura

obras de Calderón

comenzó

a emanciparse

modestamente nuestra nacionalidad musical, creando sobre del canto popular

zarzuela

el

castizo

moderna en

lo

ensayo de

la

y

de la

Tonadilla,

la

base

germen de

la

que tiene de más indígena.

Pero aunque La selva sin amor pertenezca a un género exótico,

y no pueda

reputarse por legítimo producto del arte lírico nacional,

es sin disputa

uno de

los

más antiguos

libretos

en cualquiera nación de Europa, excepto

de ópera compuestos

Italia.

En

las cortes

nas, en Francia, en Inglaterra, la ópera fué durante el siglo

género de importación aristocrático

y

italiana,

un

artículo

de

lujo,

alema-

xvn un

un espectáculo

palaciego, sin raíces en el gusto popular.

La primera

ópera alemana, que es de 1627, como advierte Barbieri,

La

la

Dafne r amor

mismo que

el

ignorado maestro de

hizo uso constante y sistemático de te en los orígenes de la ópera.

la

orquesta invisible, y esto lué lo corrien-

(1)

Monteverde,

lo

selva sin

r

COMEDIAS PASTORILES

137

de Schütz (cuya partitura se ha perdido), es traducción hecha por
la

pira del

y de Séneca.

buscarse en este capricho dramático, compuesto de

acciones inconexas, entre las cuales no existe ficial,

al

y abrasado en

que

otra cosa que lo

el

más que un

lazo arti-

autor quiso poner, es decir, sonoros

de decoraciones y pompas teatrales. Era un espectáculo más bien para los ojos y para el oído que para el enten-

versos

y mucho

dimiento,

y

el

lujo

desarrollo es tan superficial, que

pararle con las piezas de los

Schmidt

llega a

com-

teatros de muñecos. Sin embargo, cuen-

tan los contemporáneos que a este juguete cortesano debió Calderón el

hábito de Santiago, que no hubiera obtenido por méritos de

La

vida es sueño o de El Príncipe Constante, ya escritos antes de aquefecha.

lla

La célebre

poetisa de Méjico, sor Juana Inés de la Cruz, imita-

dora de Calderón en

lo

dramático,

(imitaciones casi siempre frustradas,

como de Góngora en lo lírico en que malgastó mucha parte

de su natural y agudo ingenio, que sólo campea con espontaneidad en sus versos amatorios y otra comedia,

Amor

del virrey-conde de del

es

familiares), hizo a

más

Teseo protagonista de

labyrinto, escrita para festejar los días

Galve; pieza

muy

argumento mitológico, sino por

endeble, no sólo por culpa

vicio

de culteranismo, por mala

contextura dramática y, sobre todo, por estar afeada con un císimo acto segundo, que no es de el

licenciado D. Juan de Guevara.

malo de

la

la

En

infeli-

monja, sino de su colaborador,, el

primer acto, que es

lo

menos

comedia, pueden elogiarse algunos toques valientes y

calderonianos, así en

el relato

Embajador de Atenas. Todavía

de Teseo como en está escrita

el

discurso del

con peor gusto que

la

El labyrinto de Creta, fiesta de la zarzuela repreSu Majestad (Carlos II), por D. Juan Bautista Diamante,

pieza de sor Juana,

sentada a

inserta en la Parte de'cimaséptima de

Comedias varias nunca impres-

sas, compuestas por los mejores ingenios de

En

Francia,

Tomás

Corneille,

España (Madrid, 1677).

aunque inspirándose menos de

lo-

COMEDIAS MITOLÓGICAS

que debiera en

I95

divina poesía de Catulo, hizo una Ariadna (1672)

la

elocuente y patética, davía hoy alcanza

la

muy

superior

al

resto de sus obras,

honra de ser reimpresa

al

las

y que

to-

de su glo-

hermano.

rioso

La ópera

italiana se había

La segunda Favola

in

apoderado

muy

pronto de este asunto.

música, de Claudio Monteverde, fué una

Ariadna, representada en Mantua en 160S en del Príncipe heredero

La

ñn de

de aquel ducado con

la

las fiestas

de

la

boda

Princesa de Saboya.

partitura se ha perdido, pero entre los madrigales a cinco voces

mismo Monteverde (1614) está // lamento d'Arianna, que debe de proceder de la misma ópera, la cual, en el invierno de 1639, fué repetida en Venecia (i). Cuando nació la ópera francesa, fué el Tesen del

de Ouinault (música de Cítase también

Lulli)

uno de sus primeros ensayos (1675).

un Teseo de La Fosse, trágico secundario del tiempo

de Luis XIV.

En

nuestra lengua, fuera de las antiguas comedias ya citadas (2)

y de dos poemas

culteranos

(3),

no recuerdo más que

la

cantata de

Ariadna, de D. Manuel José Ouintana, que figura en todas (1)

Rolland, op.

c/'t.,

las edi-

páginas 85-86.

El melodrama en un acto, con periodos de miísica, « Ariadna abandor en A axos>, que Rita Luna y Manuel García representaron en 1794, tie-

(2)

?iada

ne todas las trazas de ser traducción, y muy descuidada por cierto. Es el primero la Ariadna de D. García de Salcedo Coronel (Madrid, (3) 1024). Lope de Vega dice de él en la aprobación que «está escrito en estilo grave, con versos dulces y numerosos, altas, propias y castas locuciones». Pero, a la verdad, el poema es digno de un tan ferviente devoto como Salcedo fué de la última manera de Góngora, sobre cuyas obras compuso un enorme y pedantesco, aunque no inútil, comentario que le ha dado más celebridad que todos sus versos propios. Poeta gongorino no menos furibundo fué el cordobés D. Miguel Colodrero de Villalobos, que en el tomo de sus Varias rimas (Córdoba, 1629) tiene una Fábula de Theseo y Ariadna. El soneto de D. Juan de Arguijo, Ariadna, es una elegante imitación de algunos versos de Catulo:

Sed quid ego ignaris nequicquam conqueror auris; Externata malo? Quce nullis sensibus auctíc Nec missas audire queunt, nec reddere voces. Ule autem prope jam mediis versatur in undis,

Nec quisquam adparet vacua

mortalis in alga.

ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA

Ig6

de 1802, y que, a

ciones de sus poesías desde

la

más que un ensayo

poco adecuado a

gran poeta

lírico

El

V.

juvenil

cuyo nombre

Vellocino de Oro.

presentación se infieren de la

la

verdad, no es

condiciones del

lleva (*).

— Texto de

comedias de Lope (1623). La

las

la

las

la

Parte de'cimanovena de

fecha y circunstancias de

dedicatoria a

Doña

la

re-

Luisa Briceño de

Cueva, recién casada entonces con D. Antonio Hurtado de Men-

doza

{el discreto

de Palacio), ingenioso poeta

montañés

(i) y,

como

semipaisano de Lope, que parece haberle profesado singular

tal,

estimación.

«Esta fábula de Jasón (dice Lope), ni escrita ni representada

en competencia y oposición de la que ilustró con su presencia y hermosura el Sol de España, sino representada y escrita para acom-

pañar su el

fiesta

de

mundo, como

da a Ymd.,

la

Aran juez,

mayor que de aquel género ha

la

He

dedico y ofrezco

obligación con tan humilde ofrenda,

ños que tuvo, porque

como

el

visto

D. Antonio tendrán adverti-

las relaciones del Sr.

si

querido que

Vmd.

sepa mi

bien calificada con los due-

manto obscuro de

la

noche recibe

tanto honor de las estrellas, así los rudos versos desta fábula del res-

plandor de

las señoras

damas que

pues aunque no estuvieran hicieron día

el

representaron.

SS. MM., su bizarría

allí

Mal

dije noche;

y hermosura

la

»

Trátase aquí de brar

la

la fiesta,

trágicamente famosa, que para cele-

cumpleaños del Rey Felipe IV

de mayo de 1622

(2),

y en

la

se celebró

en Aranjuez

el

15

cual fueron representadas, por las

Restori menciona, además, el Laberinto de Creta, de Silva; las Haza(*) ñas de Tlieseo, zarzuela anónima, y Los hechos de Theseo, zarzuela o comedia, anónima también. (A. B.) Nació en Castro -Urdíales, y era alguacil mayor de aquella villa, se(1) gún resulta de las pruebas que hizo para tomar el hábito de Calatrava en 1623.

pero se retrasó más de un mes, quiza (dice el cronista de Felipe IV), y sus principios fueron toi-os, y luego dos grandes comedias, y de tan noble ostentación, que sus magníficos teatros casi pudieran competir con los famosos que celebra la venerable antigüedad. Mas ni en tan quieta diversión, (2)

por

el

Debió haber sido el mal tiempo. «En fin,

8

de

abril,

las fiestas

empezaron

y en quien se hallaron nuestros Reyes y los Infantes sus hermanos, y embaxadores de los Príncipes y la nobleza cortesana, quiso faltarles la fortuna

COMEDIAS MITOLÓGICAS

damas de

la

conde de Yillamediana (en que hizo papel mudo

Reina misma), y El Vellocino de Oro, de Lope de Vega.

narraciones de este festejo, pero todas ellas se refieren la

comedia del primer día

(la

de Yillamediana) que a

zando por prosa

y

se hallan en todas las ediciones

y

la

de Zaragoza, 1629; y con

otra en verso,

las cuales se refiere

de

la

la del

«En

seguna

de sus obras, comen-

dos relaciones, una en

las

Lope en la

la

dedicatoria de esta comedia. Extrac-

parte general de

la fiesta,

y

lo particular

pieza de Lope, prescindiendo de todo lo relativo a

del maldiciente

faltan

que compuso D. Antonio de Mendoza, y a

taremos de una y otra de Niquea, punto ya

Xo

más bien a

mismo Conde puso

do. Tal acontece con las acotaciones que el

su comedia,

Qf

Reina Doña Isabel de Borbón, dos comedias, Las Glo-

rias de Niquea, del la

I

muy

Las glorias

curiosamente dilucidado por los biógrafos

y desventurado Yillamediana.

este sitio, pues (dice el

Conde, después de hacer un pomla Reyna Nuestra Señora haDamas de su palacio, en recuerRey nuestro señor, que fuera ocho

poso elogio de Aranjuez), determinó zer una fiesta

do

como

nacimiento del

del dichoso

días del

suya, con las

mes de

abril,

dilató hasta los quinze

animó

que por gozar más de aquél regalado de mayo deste año

su soberbia traza,

que

y jaspes, ostentó vanaglorias, más hermosa y el

bien no

la vio

mismo

Romanos

estilo

Coliseos

la

sitio se

arquitectura

executada en pórfidos

aunque en materias

luzida entre bosquejos de

grave opulencia de

En

si

Aquí

débiles,

madera y

lienzo

viéndose

que en

la

(I ).>

retumbante y gongorino, y con la relación, de

impertinentes y prolijos rodeos prosigue

los la

mismos

cual sólo

con sus reveses ordinarios. Era de noche, y proseguíanse con gran aplauso comedias, cuando su propia admiración, entre el silencio divertida, dio tiempo y causa a que una luz, cayendo encima de un dosel, con emprenderle, y assi mesnid algunos ramos del teatro, pusiesse en riesgo su auditorio, y con tan grande turbación que apenas pudo preservarle de la violencia de las llamas la más prevista diligencia, mezclando entonces un temor las aguijadas, y los cetros, y las personas más supremas con las más ínfimas y bajas. Tal dexo tuvo el regozijo de Aranjuez.»— (Céspedes y Meneses: Historia de FeUpe IV. Barcelona, 1634, fol. 101.) Obras de D. Juan de Tarsis, conde de Villamediana y correo mayor (1) de Su Majestad, recogidas por el licenciado Dionisio Hipólito de los Valles Madrid, por Diego Díaz de la Carrera. Ano 1634, fol. 2 y siguientes. las

ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA

Ig8

apuntaré aquellas cosas que sirven para comprender cénico con que fueron presentadas ambas piezas. entre nubes de oro

y

«

el

aparato es-

Despeñóse

el sol,

y púrpura encaminó su carro a los Campos la noche más serena y apacible que rega-

Américos, dando lugar a

y templados

laron auras suaves

tanto miedo que, mientras duró

zéfiros, a

quien miraba

la tiesta,

mucho

al artífice

estrellas

que

la

la

no se

isla:

le

diera

noche, aunque fuera de envidia, turbara

las

de su manto; porque en vez de sus luces adornó con tan-

coronado espacio, que

tas el

calor con

no se atrevió a passar de

palenques que sirven de vistosa corona a

los

el

la

Astrología, privada de conocer mil

y

y dos estrellas, hallara nuevas márgenes de faroles y antorNuestro gran Monarca Filipo, que chas en más crecido número veinte

guarde

el Cielo,

ocupó lugar debido

cuyo lado

a su persona, a

taban los Infantes Carlos y Fernando, y a sus espaldas, en pie,

gunos Señores de

que entorno

al

Castilla,

voz que corrió en

la

que sirven en su cámara,

Coliseo ocupaban asientos iguales; la

suerte, fuera otra calle

sin los

es- N al-

demás

fué acertada

y

corte del rigor de

la

entrada, pues de otra

Mayor de Madrid

la

menor de

los jardines

de Aranjuez, y el ímpetu de la gente hiziera estorbos al aplauso que pretendieron los Reyes, si bien no se vio lugar vazío, aviendo tantos. »

Sonaron instrumentos músicos en diferentes coros, y la señora y Damas salieron a danzar una máscara, que, para que la

Infanta vista

pudiera darles atención, fué importante cubrirse

a dexarse ver, pienso

de

los trages,

y

que perdieran su

su valor las piedras,

Orientales avian abortado en aquel

a

la

lustre la

que parece que

sitio

su

máscara, y con humildes reverencias a

teatro,

los

montes

que a no ocuparle tan presto, entre consonancias de nuevos

adornaban

esta

máscara y de una

loa, dióse principio a la

media del Conde. Las damas que tomaron parte en ción (además de

y de

espacio que

el

luces.»

Después de

cisca

que,

mayor tesoro. Dióse fin Su Magestad dexaron el

instrumentos, un opulento carro, bañaran tinieblas

ra,

el rostro;

pompa y grandeza

la

la Infanta)

Reina, que apareció

como

la

diosa de

co-

representa-

la

Hermosu-

fueron doña Margarita de Tabara, doña Fran-

de Tabara, doña Antonia de Acuña, doña Isabel de Aragón,

COMEDIAS MITOLÓGICAS

doña María de

99

1

doña Bernarda de Bilbao, una negra, grande

Salazar,

cantora, criada de ¡a Reina, doña María de Aragón, doña Leonor

de

Güiros, doña Lucía Ortiz, doña Francisca de Zarate, doña Inés

de Zamora, doña Antonia de Mendoza, doña María de Guzmán. Terminada del libro de

Niquea (cuyo asunto caballeresco estaba tomado

la

Don

las

el

soneto de

Amadís de

continuaciones del

montaña y cubrióse

la

músicos cantaron

los

una de

Florisel,

Gañía), «cerróse

el teatro;

y en tanto que

segunda escena, se volvió a

la

di-

monte, y pareció en lo superior del trono un jardín, bella translación de Hiblea, y las gradas con blancos macetones de flovidir el

res,

y yerbas

a los lados fuentecillas

y

diferentes,

del Tajo estaban percibiendo la fiesta, para

relación

al

Rey de

las aguas;

na nuestra señora y el teatro,

con que tuvo

espías

llevar su

entre las hermosas flores parecieron

sentadas todas las Ninfas que introduxo

ocuparos

que por

que pudiese

la fábula,

y con

ellas la

Rei-

señora Infanta, de donde con alegres passos

la

y

compás de dulces instrumentos danzaron,

al

fin la fiesta.»

El relato de Mendoza tiene más sustancia, y es menos crespo

y

-enmarañado. Empieza también con una descripción de los jardines

y campos de Aranjuez, y teria del modo siguiente:

de

del jardín

la Isla,

y luego entra en ma-

«Estas representaciones, que no admiten

comedia, y se

más que

me

verdadera, que

escribo con ;>

el

nombre vulgar de

Ageno

me empeña

hallé presente,

en esta noticia,

y entonces

lo

si

no ingeniosa,

admiré, y agora

Dividióse Palacio en dos quadrillas para hacer distintas las

de

la

primera se nombró dueño

Leonor Finiente! sólo

»A (i)

lo

fabricar

el

la

Reyna, que con

la

fies-

grandeza

de

(i),

sí; y de ¡a segunda fué autora la señora doña dama de aventajado entendimiento, y que con

pudo prometerse

la

competencia,

aparato de

Amiga y favorecedora

Filomena,

hoy

gusto

recelo de su ofensa.

della la hizo digna

•él

el

decencia de Palacio (desprecio

merecía más atinada pluma

tanto),

(y no mi presunción)

tas;

la

imitación de los espectáculos antiguos, de que aun

presume

Italia

da de invención

le

La Andrómeda

la

si

fuera possible.

invención de

Su Magestad vino

del ingenio de Lope, quien

y otros poemas suyos.

la

dedicó

a

La

ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA

200

Aranjuez

mayor y superReyno de Ñapóles, hijo de

capitán Julio César Fontana, ingeniero

el

intendente de

fortificaciones del

las

aquel tan celebrado arquitecto por

las fábricas

de Sixto V, y com-

parable artífice con su padre. Levantóse un teatro de ciento y quin-

y setenta y ocho de ancho, y

ze pies de largo

con

parte,

pilastras, cornijas

y

por cada

siete arcos

chapiteles de orden dórico,

eminente dellos unas galerías de balaustres de,oro, plata y

y en

azul,

lo-

que

ceñían en torno, y sustentaban sesenta blandones con hachas

las

blancas

en que se afirmaba un toldo, imitado de

pies de alto,

de

con unos términos de relieve de diez

luzes innumerables,

y

la

serenidad

noche, multitud de estrellas entre sombras claras, y en

la

blado dos figuras de gran proporción,

la

el ta-

de Mercurio y Marte, que

y de correspondencia a la fachada, corredores muchas estatuas de bronze, y

servían de gigantes fantásticos

y en

las cornijas

de

los

pendientes de los arcos unas esferas crystalinas que hazían quatro

y alrededor tablados para

luzes,

valla

hermosísima que detenia

trono donde estavan las Carlos

sillas

y Don Fernando,

sus

los cavalleros

el

paso a

la

y

el

gente,

y una y en medio un pueblo,

Rey y de los Señores Infantes Don hermanos, y abaxo tarimas y estrados del

Señoras y damas: formábase una montaña de cinquenta pies de latitud y ochenta de circunferencia, que se divide en dos; y con para

ser

las

máquina tan grande,

dad; cubría

el aparato,

movía un solo hombre con mucha

la

era de la

y

misma orden

dórica,

y

por muchas gradas a un nicho espacioso, poblado de muchas lo

que ocultaba

este

monte

se descubrirá

relación de las apariencias en

>Era

el

sujeto la Gloria

Amadís; escrivióse saber

la

con

que

se

han de

han criado lexos de »Estava señalada

ción de tanta fábrica ritu Santo,

los

la fábula.

libros

él

a los versos

en que se ven poco pláticos

para

el

día de

dilató hasta el

San

Filipe,

los

de por

y el que

Es muy de reparar

el al

y

la

ocupa-

primero de Pasqua de Espí-

que estuvo ya en perfección todo. Al

parte alguna de su relación

(i)

lugar en que sirvieron en

severidad de su escuela.

la fiesta la

fieras;

vaya haciendo

atención a la soberanía de Palacio,

escrivir,

la

se

de Niquea, conocida en

corta licencia que se les concede en

atino con se

(I)

el

quando

facili-

se subía

fin del día se

en-

estudio que hace Mendoza para no nombrar en conde de Villamediana.

2" I

COMEDIAS MITOLÓGICAS

cendieron

las luzes,

con que quedó dudosa

noche; tomaron sus

la

puestos los que tuvieron permisión de verla, que fué limitada; porque, a dar licencia general, fuera

que acudiera de Madrid, y tezas era bastante para

paron

los

dos estrados

uno

juez: el

la

que no las

mucho

embaraco con

el

gente

la

que camina con sus Magestades y Alle faltasse

señoras

Ocu-

grande auditorio

y damas que

Aran-

se hallaron en

condessa de Olivares y doña Francisca Clarut, mujer

la

de D. Baltasar de Zúñiga;

la

Margarita de Meló, su

y

hija,

marquesa de Castel-Rodrigo y doña la

condesa de Barajas; y

otro las

el

Ana

señoras doña juana de Aragón, doña Leonor Pimentel, doña

Bazán, doña María Sande, guarda mayor de

doña Margarita de Tabora y >Hizo señal

la

Damas;

las

señora

la

condesa de Castro, dueñas de honor.

la

música de trompetas y chirimías que salían

y los Infantes al sitial de sus assientos, y luego muchos violones y el maestro de danzar con

salieron ellos,

al

el

Rey

tablado

y dando

lugar

los menestriles a los instrumentos, se abrieron dos puertas y se em-

pezó una gallarda muestra.» Sigue una descripción los trajes

de

y

las

acabada

circunstanciada de la máscara, con

damas; y luego se expone, con

detalles, el aparato

sis,

y,

de

muy

de

la loa

y de

la

cual «cubrió de improviso la

la

volvióse luego a abrir aquella

con novedad no esperada,

lo

misma

la

prolijidad

comedia de D. Juan de Tar-

máquina

a!

montaña todo

que fué monte y

vertido en bellísimos jardines, con flores

el

teatro

son de los instrumentos, edificio

vimos con-

naturales, tan in-

y fuentes

geniosamente y con tanta presteza transformadas, que, con ser mu-

cho ta

el artificio,

de

la

se dio la admiración a

Reyna nuestra Señora con

la

la

brevedad.

Y para

la

apues-

señora doña Leonor Pimentel

(observando una costumbre antigua de Palacio, que se llama adivinación, en que se pone una joya por gusto y no por precio), aparecían en lo eminente de

y meninas sentadas en

un trono Su Magestad y las

la

Infanta, las

todas ceñían su brazo derecho con un listón carmesí, iguales lazados de forma que

untándolos todos

que

el

la

no hazían distinción. Era

la

el

y y en-

precepto que,

señora doai Leonor, para vencer acertasse con

pendía del brazo de

¡Llegó

damas

gradas haziendo generosa apariencia,

la

Reyna.

señora doña Leonor, y perdió solamente

el

poder ga-

ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA

202 nar;

que para acabar de perder era ley que

fiesta

con

el

la

Reyna

atinasse en su

que ceñía su mano. Acompañaron

listón

esta

acción

todos los instrumentos y cantores, que, siendo España naturaleza de las

más excelentes voces

pilla Real,

tonos

la destreza

facistol a lo

y

dulce de

la guitarra,

la

y todo logrado en

señora doña

la

las

mejores se funda

y

la

Ca-

Música haver juntado en

a la eminencia

blandura de Juan Blas y

lo

los

crespo del

de su arte

el espíritu

la

no-

de Alva-

esta ocasión.

;>Dióse fin a la fiesta la

mundo, de

buen ayre de cantar, ajustando

el

vedad de Palomares, ro,

del

que a su maestro deve

danzando

Ana María

el tu?'dióu la

Reina,

la

Infanta

Manrique, con espadas y sombreros;

señoras doña Isabel de Aragón, doña Antonia de

y

las

Mendoza y doña

Francisca de Tabora.»

De

la

segunda

mos más que

dirigida por

fiesta, la

Leonor Pimentel, no sabe-

mismo Mendoza quiso decirnos en un lóbrego y conceptuoso romance, cuya última parte debemos transcribir íntegramente, como ilustración necesaria a la comedia de Lope, de la cual,

lo

que

el

por otra parte, contiene una especie de análisis o resumen:

Escucha, ¿que ruido es este

Que

en

el

jardín de los negros,

Entre selva y edificio Es lo dudoso más cierto?

Otro segundo theatro Miro,

si

no del primero

Competencia, ya de todos

Admirable menosprecio.

Ya

la

De

ilustre fiesta,

música es principio

y de un nuevo Trono, que aun del sol no fuera

Dorado blasón pequeño. Sale una máscara hermosa

En que Las

del otro hemisferio

luzes, contra sí

Hazen duda

al

mismas,

vencimiento

(i).

(i) Al margen del texto de Mendoza se lee esta acotación: «La máscara de quatro quadrillas de a tres. La primera, la señora Infanta. Las señoras doña María de Guzmán y doña Francisca de Tabora».

COMEDIAS MITOLÓGICAS

En De

lo

hermoso y peregrino

los trajes, descubrieron

Su demasía

Y

poder

el

el ingenio.

su elección

Oye Que

a la

fama y

pisando

envidia,

la

el sitio

Publican de

la

ameno,

otra fiesta

Nobles encarecimientos.

La fábula empieza, y Coicos

Y Jason dan el sujeto, Y la pluma el Fénix claro, Cisne de Apolo

más

el

tierno.

¡Qué lastimeros gemidos

Suenan en

el

mar, que

el

centro

Assalta en azules ondas

Del Sol •

los

dorados cercos!

Neptuno

¡Favor,

divino!»,

Dice una voz*y otra luego: «¡Ondas, dexadnos passar,

Templad

los rigores vuestros;

"Piadosa ninfa

de

Tetis,

Socorre dos marineros

(i)

Que el aire cortan sin velas, Que el mar dividen sin remos!» En bajel de rizos de oro Salen

al

buscado puerto

Los quexosos fugitivos, Del mundo hermanos más

No De

bellos.

es el Géminis famoso igual belleza, ni fueron

Las verdes selvas testigos

De

tanto Adonis y Venus.

Enamóranse

las Ninfas,

Bellas hijas de Nereo,

De

su dorado animal,

Imagen de un

En

rico necio:

desconocidas playas

Los hermosos extranjeros

A

lo

peregrino fían

Las esperanzas de un Reyno.

(i)

«Las señoras doña Ana de Sande y doña María Coutiño.»

203

204

ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA Friso refiere lo noble

De su grande nacimiento, De una madrastra la envidia,

Y

de una envidia

En

su

triste

Los anima

veneno

el

desamparo guerrero;

el dios

Que a lástimas de la tierra No se llama sordo el cielo. Una generosa dama (i) Hace un divino compuesto

De Marte y

Narciso, entrambos

Sin lo vano y lo soberbio:

De

fuertes luzidas armas

Ciñe su bizarro cuerpo,

Y

de arneses victoriosos

Las paredes de su templo.

De

los ínclitos

varones

Publica los claros #hechos,

Que

viven siempre inmortales

Sobre

hombros

los

Que

a los

Les

avisa;

del tiempo.

montes se retiren

que de buenos,

Grandes varones, fué siempre

Huésped sagrado

el desierto.

El vellocino le ofrecen,

Que será blasón al cuello De tantos grandes Filipes, El Quarto, en todos primero.

De

su querida

Medea

Sale quexoso Fineo;

Que

desdichadas finezas

Labran desdenes de

Segundo parto

hielo.

del mar,

Principio a tanto escarmiento.

Es

t)^rano

de

las

ondas,

Volante animoso leño. Para quexa de los

siglos,

Hércules, Jason, Teseo,

Dan nueva guerra a las vidas En campañas de agua y viento;

(i)

«La señora doña Luisa

Carrillo.'

COMEDIAS MITOLÓGICAS

Con más

codicia

Rompen

el

que

mar; que

gloria al

sediento

Afán de ambición humana

No

bastan golfos en medio.

Conquistar

el

vellocino

Es su empresa, y a su intento Armas previenen y assombros Los admirados isleños.

Medea y

A

Rey

el

se inclinan

diferentes afectos:

El, a

Y

defender sus muros,

ella a

rendir pensamientos.

Solicitan

de

hija y

padre

Jason y sus compañeros

El agrado, aunque ninguno

Es

falso, y todos son griegos. Fineo celoso mira

La novedad, y en

el

pecho

Iras fabrica y venganzas;

Que •

son traydorcs los zelos.

La bella Elenia se muestra Su amante, y un jardinero Galán su desdén acusa

En

dulces suspiros tiernos.

Mal

fiada

de sus

Busca Medea

De

el

ojos,

esfuerzo

encantos, que sin belleza

Son delito y no remedio; La hermosura es solo encanto,

Y

en sus bellos ojos preso

Jason no quiere otro hechizo;

Que hermoso

basta un cabello:

Desconfía por amante,

No por hombre, Jardín, de

y en un fresco

amores Reales

Vulgarísimo tercero, Hablarle intenta Medea,

Y

Elenia en blandos concentos

Lo

A

triste del

lo

alma

fía

dulce de un soneto:

.Sirenas halia en

Mas que en

el

la tierra,

mar; mas, ¿qué es esto,

205

ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DÉ VEGA.

2»6

Que ya todo Es

el

aparato

jurisdicción del fuego?

Llama veloz penetrando otro ramo seco,

De uno en

Penacho es de

luz,

y en plumas

Ardientes vuelan los techos.

La seguridad advierte De aquel hermoso mancebo

Que

Por quitar

Por

(i),

a la alteración se niega

él

el

temen

Mira seguro

susto ageno. todos,

el

y

él

incendio,

Que en la turbación de todos No se aparta del sosiego; Ni de su lado, aquél siempre Sólo a su servicio atento

De No

(2),

fama y la gloria serán testigos muertos, quien

la

Del Numeroso auditorio Mira a lo baxo y plebeyo, Que ya es en él confusión

Lo que bastaba El

temor es

recelo;

el peligro.

Y

en la luga y el aprieto, Del remedio que procura

Se compone todo

Ya

el

el riesgo.

gallardo ilustre joven,

Quanto

es dulce parentesco

Del amor y de la sangre, Vínculos del alma estrechos, Saca en sus bizarros brazos,

Más

fino

que con

el viejo

Noble padre, aquel Troyano Fénix del ardor sangriento.

Animosa

Con

De

el

la

la

hermosura

semblante sereno,

blanca aurora imita

Los albores más risueños;

(1)

«El

Rey nuestro Señor.»

Es seguramente Mendoza. (2)

el

conde duque de Olivares, aunque no

lo

acota

COMEDIAS MITOLÓGICAS

A las humanas deidades Las dexan de amparo lexos. Los viles con el espanto, Los nobles con

el respeto,

Hasta que necessitando

De

cortés atrevimiento,

Con decencia

la

osadía

Se pone animosa en medio;

Como

a sagrados

Penates

El dulce glorioso peso

Dan

al

hombro, que a

las plantas

Fueran profanos trofeos: ¡Quántas atentas finezas

Se malograron, que abriendo Lugar, dio

Ouien no Alguno

al

agua peligros

las halló

en

el

fuego!

quien bellos ojos

a

Callado favor pidieron, Sin dolerse ni empeñarse,

Todo

miraba Ñero

lo

Dio treguas

(1).

el alboroto,

Los sustos aplauso dieron, Festivo quedó

Y quedó

el peligro,

corrido el miedo.

Sólo tuvo de desdicha

Lo que

los ojos perdieron,

Quitando

Lo que

a la

ser

admiración

pudo escarmiento.

Mereció ser competencia

Y

sirvió

De

con

el

suceso

luminaria que tuvo

Hasta en lisonjas extremos.

Dexó engañarse la faina De relaciones; fingiendo La novedad desaliños,

Y la

ignorancia mysterios:

Hasta

el accidente

Nos dexó

mismo

alegría, haziendo

Los donayres experiencias

De

(1)

Alusión

al

los

engaños d ti pueblo

antiguo romance

Mira Ñero

de Tarpeya.

207

ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA

208

Altamente celebrados;

Ansí los años Febeos

Del Sol quedan inmortales,

Ya que no pueden Los últimos versos se

nadamente obscuro, no

sólo por el estilo habitual del poeta, sino por

a las extrañas voces

y

(i).

aunque de un modo intenciona-

refieren,

consideraciones de otro orden, teatro,

eternos

al

accidente del incendio súbito del

que entonces corrieron sobre

la

causa

del siniestro, y que hallamos consignadas en los viajes de madame d'Aulnoy y de Van Aarsens de Sommerdyck, los cuales no dudan en suponer que el mismo conde de Villamediana, loco de amor por la Reina Isabel, pegó fuego al improvisado escenario para poder

que nos parece novelesca e

sacarla en sus brazos. Esta tradición,

que seguramente tuvo origen en alguna voz que co-

verisímil, pero

muy

rrió

in-

acreditada entre los contemporáneos (como lo indica

mismo empeño con que

el

el

cortesano poeta Mendoza procura des-

virtuarla y hacer que sea Felipe quien, rompiendo por las llamas,

salve a la Reina), acaba de rodear de

una aureola romántica

esta fá-

bula de Lope.

Con cede a

estas explicaciones

la

podrá entenderse

comedia, o más bien invención^

se llamase a estas representaciones

de

la

como

Palacio,

loafaniosa que pre-

quería

Mendoza que

de

cuales

las

comunes de

él

mis-

mo

dice que «no se rinden a los preceptos

que

es una fábula unida; ésta se fabrica de variedad desatada, en

que

la vista lleva

más en (i)

lo

que

mejor parte que

se ve

El Fénix

que en

castellano D.

lo

el

que

oído,

y

la

las farsas,

ostentación consiste

se oye». Hasta

en

la

extensión

Antonio de Mendosa, renascido de la gran Lis-

Bibliotheca del ilustrissimo Sr. D. Luis de Sonsa, arzobispo de Lisboa boa, en la imprenta de Miguel Manescal, 1690, páginas 426-445.

En vano hemos buscado relación de estas fiestas en las Cartas de Andrés Almansa Mendoza (1621 1626), principal noticiero de esta época, y a quien •cuadra mejor que al Mendoza poeta el retrato que en una de sus cartas al Duque de Sessa hace Lope de aquel Mendoza, «retrepado siempre en los co•de

ches de los grandes y títulos

asistente perpetuo a la comedia, calificador de

sermones entre los poetas, y de los dramas entre los oradores sagrados, consultor de los sonetos, embajador de la Señoría de la discreción en esta Corte, agente de la puerta de Guadalajara,y Mercurio de las nuevas y sátiras de los

este reino*.

COMEDIAS MITOLÓGICAS

y

20Q

distribución se aparta de las reglas generales del Teatro de Lope,

muy

puesto que es consiguiente,

breve y no tiene división de actos

un espectáculo palaciego

muy

análogo a

Lope, sin embargo, con mejor acuerdo que

Es, por

(*).

ópera.

la

conde de Villa-

el

mediana, que había tomado de un libro de caballerías su embrolla -dísimo argumento, difícil de desarrollar en tan corto espacio, prefirió acudir al arsenal

de

la

donde encontró una

mitología,

fábula

perfectamente acomodada para este género de exhibición pomposa,

con

ventaja de ser ya familiar a los espectadores, lo cual permi-

la

más rapidez en

tía

la

acción, subordinada,

como

tenía

que

estarlo, a

máquinas, decoraciones, danzas, músicas y tramoyas. Sembró

las

toda

la

obra de versos bellísimos

condiciones de

la

obra apenas

le

y

triunfó

como

lírico,

ya que

las

permitían mostrar su talento dra-

mático.

El mito geográfico de los argonautas (conocido ya del autor de la Odisea),

y

antiguo con siodo,

el

él

de

los

amores y encantos de Medea, enlazado de

(puesto que ya aparecen juntos en

la

Teogonia de He-

aunque son de origen diverso), habían sido poetizados de mil

maneras por

los autores clásicos,

daba novedad posible en dia de Eurípides (i)

tal

y de

y

al

poeta moderno apenas le que-

argumento. Prescindiendo de

todas aquellas en que

la trage-

Medea no

es la

virgen de Coicos enamorada y hechicera, sino la esposa vengativa, la

maga ofendida y

relato épico-lírico

celosa; podía escoger entre el

que se contiene en

poema de Apolonio de Rodas, obra

la

Pítica

solemne y

IV de

triunfal

Píndaro;

y refinada del Medea (canto 3.

exquisita

alejandrino, a la cual el patético episodio de

el

arte )

da

un valor psicológico y sentimental, sólo igualado o superado entre los antiguos

por

el lib,

IV de

dramática de Ovidio en

la

el lib.

Eneida;

VII de

las

la

exposición también

Metamorfosis

y

al

muy

cual pue-

Günthner y Restori, hacen notar que la comedia se divide en dos acaunque no aparezca exteriormente la división. (A. B.) Sófocles había tratado el asunto de los argonautas en dos tragedias (1) Los Scitas y Las mujeres de Coicos, citadas varias veces por el escoliasta de Apolonio. Quizá la Medea latina de Attio, de la cual ha conservado Cicerón (De natura Deorum, II, 35) un curioso fragmento, en que se pinta el asombro de un pastor al ver por primera vez un barco, era imitación de esta tragedia, más bien que de la Medea de Eurípides. (*)

tos,

Menkndez

y

Pela y o. —Estadios sobre

el

Teatro de Lope de Vega.

n

2IO

ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA

de añadirse

la

Heroída XII, composiciones una y otra en que es vi-

sible la influencia análisis

de

los

de Eurípides y de Apolonio, especialmente en

afectos de

Medea, y del conflicto y

el

de contra-

lid

puestas pasiones que arde en su pecho; y, finalmente, hasta la dura

y seca Argondutica

latina

de Valerio Flaco, no

falta

de mérito,

sin

embargo, en su concisión sentenciosa.

Lope de Vega, según lo

mismo han hecho

do a

las tablas este

tomó por guía a Ovidio, y poetas modernos que han lleva-

su costumbre,

casi todos los

argumento. Antes de indicar rápidamente algu-

nas de estas obras, advertiré que esta ta fué repetida

fiesta

palaciega de nuestro poe-

en 1633 en Viena, y en 1649 en Milán

(1).

El acto primero de Los tres mayores prodigios, de Calderón, logía

de que ya dimos cuenta en

el artículo

a la conquista del vellocino de oro.

que

el

mismo Valentín Schmidt

nociendo en esta ocasión

la

No

tri-

anterior, está dedicado

insistiremos sobre esta pieza,

califica

de aborto dramático, reco-

superioridad del arte sencillo de Lope.-

Ni hablaremos de Los encantos de Medea, de D. Francisco de Rojas,

porque esta monstruosa comedia, en

la cual

nada hay digno del

autor de García del Castañar, no tiene por asunto

de

la

leyenda de Jasón, sino

ganza de Medea. Con

la

segunda, esto

de El

el título

la

primera parte

es, los celos

y

la

ven -

vellocino de oro conquistado cita

Salva en su Catálogo un drama anónimo en un acto, sin advertir le tenía

en

si

impreso o manuscrito. Probablemente será traducción, hecha

el siglo

pasado, de alguna

sobre este argumento

(2).

de

Con

las

óperas extranjeras compuestas

efecto, así

como

los celos

de Medea

Hallo esta noticia en un escrito reciente sobre Lope, que contiene (1) muchas indicaciones eruditas y útiles a pesar de su brevedad: Studien zu Lope de Vega, von Professor Engelbert Günthner. (Program des Kónigl. Gymnasiums in Rottwfil zum Schlusse des Schuljahrs, 1S04-05) Pudo ser la misma que corre impresa en italiano y castellano, for(2) mando parte de la serie, ya rara, de las óperas cantadas en el teatro del Buen Retiro en tiempo de Fernando VI. El vellón de oro conquistado. Composición dramática para representarse en el Real Coliseo del Buen Retiro, festejándose el Jeliz día ?iatalicio de Su Magestad Cathálica, el Rey nuestro Señor Don Fernando VI, en el año .

de I749>

La música

es

de Juan Bautista Melé.

No

consta el

nombre

del poeta.

La

COMEDIAS MITOLÓGICAS

son materia propia de

211

tragedia, sus encantamientos pertenecen

la

más bien a la jurisdicción del drama lírico, que los ha explotado muchas veces. Creemos que abre la serie el Jasón, de Francisco Ca(verdadero fundador de

valli

de Jacinto A. Cicognini, en

la 1

ópera veneciana), cantado con

649, en

el

teatro de

letra

San Cassiano; obra

más conocida y famosa de aquel compositor, que en los cantos de Medea puso, según dice Gevaert, una pasión salvaje, y en los de

la

Jasón acertó a contrastar con arte sentimientos

muy

La

diversos (i).

Toisón d' Or, de Pedro Corneille, tiene algún interés para los españoles,

por haber sido representada en 1661, con ocasión de

de los Pirineos

mo

y

del matrimonio de Luis

XIV, precisamente

la

paz

al

mis-

tiempo en que nuestro Calderón, celebrando idéntico suceso,

componía para de Corneille

el

teatro del Retiro

lleva el título

La púrpura

de la rosa.

de tragedia, pero en rigor no

La pieza lo

es, ni

tampoco una ópera, sino una pieza de grande espectáculo, en que declamación ocupa más lugar que la

la

música; una especie de zarzue-

heroica o seria. Sólo se recuerdan de ella algunos elocuentes ver-

sos del prólogo, relativos a los desastres de la guerra. Otra ópera

El

la

de

Vellocino de Oro, de Juan Bautista Rousseau, yace en el olvido

más profundo. Pero

lo

la trilogía

más digno de recordarse en un estudio acerca de Lope,

sobre El Vellocino de Oro, que compuso

mirador y profundo

crítico

piezas diversas los tres la

de nuestro poeta, Grillparzer, tratando en

momentos de la leyenda:

expedición de los Argonautas,

animándolo todo con

el

tumbres griegas y

de

derosa en

la

las

el

el

asesinato de Frixo,

abandono y la venganza de Medea;

poético e interesante contraste entre los bárbaros.

las cos-

Así Medea, encantadora po-

Cólquida, siente que su prestigio mágico

la

abandona en

traducción es del médico italiano D. Orlando Boncuore, y tan detestable todas las suyas.

Hay

es

más grande ad-

el

otra posterior de poeta

como

anónimo y músico español o domiciliado en

España: Jaso'n o la conquista del Vellocino. Zarzuela heroica que

han de representar

compañías de cómicos de Madrid en el teatro del Principe este año de IJÓ8. Puesta en miísica por D. Cayetano Bruneti, músico de la Real Capilla de Su Magestad. E?i Madrid, e?i la imprenta de la viuda de Elíseo Sánchez. las dos

(i)

Rolland, op,

cit.,

púg. 173.

ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA

2 2 1

y que

Corinto,

la

serena luz del helenismo triunfa de

supersticiones del Ponto inhospitalario.

y obscuras

poeta ha humanizado

po

el

las

suaves tintas de

cado

el terrible

nioso

admira en

Argonáutica, de Apolonio, y aun ha modifi-

la

desesperación de

la

simplicidad de motivos que se

que se abrazan a su

Medea

rival Creusa;

al

no ya de un arrebato de verse abandonada por sus

combinación que parece ha-

ber imitado Legouvé en su conocida tragedia sobre

No hay en

Al mismo tiem-

desenlace mediante un recurso sentimental e inge-

los antiguos), haciéndole nacer,

de

sangrientas

carácter de Medea, presentándole con

el

bien algo apartado de

(si

celos, sino hijos,

la

las

la

trilogía

el

mismo

asunto.

de Grillparzer reminiscencias del Jasón,

de Lope, cuyo Teatro apenas había comenzado a estudiar en aquella

y aunque algunos

fecha (1824);

críticos, entre ellos

han creído notar cierta semejanza entre

la

escena de

W. la

Scherer,

llegada de

Frixo con los griegos a Coicos y otra de El Nuevo Mundo, de Lope

de Vega,

coincidencia, que, por lo demás, es

tal

que ser enteramente crítico

Lope

casual, pues,

Arturo Farinelli en su excelente

(I), el

muy

remota, tiene

como demuestra el agudo y docto libro sobre Grillparzer

y

poeta austríaco no había leído todavía en 1822, fecha

de aquella parte de

la trilogía

Los huéspedes (Gastfreundes), ninguna

comedia de Lope, y sólo dos años después alcanzó a ver hasta seis o siete, ninguna de las cuales es El Nuevo Mundo, cuyo estudio no hizo hasta

18

50

(*).

El marido más firme.

VI.

—Texto de

la

Parte veinte de

las

co-

medias de Lope, publicada por su autor en 1630. La composición

de

la

obra no debe de ser

gancia

y

de Lope,

corrección del el

muy

estilo,

anterior,

propios de

como la

lo

persuaden

última

la ele-

y mejor manera

cual dirigió esta obra al fecundísimo polígrafo portugués

Manuel de Faria y Sousa, en agradecimiento de la dedicatoria que éste le había hecho de su fábula de Narciso. La epístola de Lope es curiosa,

(1)

ho sólo por

Grillparzer

el

notable elogio que contiene del «abundante,

und Lope

de Vega, von Arturo Farinelli. Berlín, 1894.

comedia anónima: Triunfos de Jasan, el auto de Calderón: El divino Jasdn, y la comedia burlesca de Francisco de Avellaneda, titulada: El Templo de Palas, en la cual hay un entremés titulado: Triunfo del (*)

Restori cita

Vellocino. (A. B.)

la

COMEDIAS MITOLÓGICAS insigne, dulce, -heroico, grave

213

y amoroso caballero Juan

rino», ídolo poético de aquellos tiempos, sino por recta

cretos términos, que la




poema dramático

pretender entrar aquí en

dice. Sin

que se refieren a

la

las

es la fábula

de Orfeo y Eury-

múltiples

difíciles cuestiones

y

personalidad mítica de Orfeo, cuyo nombre no

como iniciador de los como poeta sacerdotal a quien se atribuyen innumerables himnos, y como fabuloso patriarca de la

aparece citado antes de Píndaro, pero que, misterios

y de

las purificaciones,

doctrina llamada órfica y de

pendia y domina manifestaba a

prácticas teúrgicas

las

y mágicas, com-

toda la historia de la teología helénica, tal

los iniciados

en

las

como

se

asociaciones secretas, recibiendo

luego más complejo y trascendental sentido merced a los neoplatónicos alejandrinos, sólo

la

exégesis de

nos cumple decir que de este

Orfeo mistagogo y teosófico no hay huella apenas en los poetas tinos,

que fueron

en general, en

de que Lope se

los únicos

la literatura

moderna, hasta

valió; la

como no

aparición del

la

la-

hay,

poema

simbólico que en prosa compuso Ballanche por los años de 1830,

obra algo nebulosa, pero pensada con rara elevación y nobleza y con gran sentido de

las

cosas divinas de la antigüedad, en lo que tienen

de más profundo. El Orfeo de que aquí tratamos es un personaje

mucho más hu-

mano, y no esconde su cabeza en la penumbra del símbolo. Es amador de Eurydice, el marido más firme, que por ella baja

leal

Infierno

cida del

al

y la rescata, y vuelve a perderla por una imprudencia, namismo exceso de su amor, y la llora inconsolable por los

hielos hiperbóreos la

el

nocturna orgía,

y por le

los

montes

hacen pedazos

didas de su desdén, y arrastra repite con fría lengua flébil elegía

el

el

Rífeos, hasta que, en el furor las

de

bacantes de Tracia, ofen-

Hebro

su cabeza, que todavía

nombre de Eurydice. Tal

es el Orfeo,

repiten los divinos versos dé Virgilio en

el

cuya

libro

IV

ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA

214

de

las

Geórgicas (484-527),

como un prolongado y

lánguido sus-

piro:

Te, dulcís coojunx, te solo in litore secum, Te, veniente die, te decedente canebat.

Ovidio también, con menos profundidad de sentimiento, y menos pureza y castidad de forma, aspiró a r«novar este argumento en 85 primeros versos del libro

los

X

de sus Metamorfosis que por ',

cierto terminan

con un rasgo repugnante,

toda poesía a

leyenda:

la

Ule etiara Thracum populis

el

cual basta para quitar

^Etatis

breve ver,

et

amorem

fuit auctor,

In teneros transferre mares; citraque

primos carpere

juventam flores.

Varios poetas castellanos se han ejercitado sobre feo,

pero aquí sólo citaré dos, que

contemporáneos de Lope,

En 1624

apareció

el

Orfeo

lo

hicieron

ya uno de

si

(I),

no fué

rivalidad, él

mismo.

de D. Juan de Jáuregui, florido y

zanísimo ingenio sevillano, educado en

acérrimo impugnador de

como en

ellos

de Or-

la fábula

las viciosas

Italia

en

el

lo-

gusto clásico,

innovaciones de Góngora,



bien en este tiempo ya comenzaba a dar muestras de inficionarse de

no siendo tan puro y natural su

ellas,

Rimas; contagio debido acaso

al trato

estilo

como en

asiduo con Lucano,

ra de la antigua

Roma, cuya Farsalia

entonces. Es

Orfeo obra de transición entre

el

sus primeras

se

las

como en

la

Góngo-

dos maneras de

Jáuregui; pero las faltas de gusto que en él se observan

graves ni tan continuas

el

ocupaba en traducir por

no son tan

versión parafrástica de la Farsa-

Orfeo, de Don Juan de jáuregui. Al Excelentissbno Señor Don GasGuzmán, conde de Olivares, sumiller de Corps, cavallerizo mayor, etc En Madrid, por Juan González. Año 1624. 4. El poema se divide en cinco (1)

par

de

cantos.

Fué

incluido este

en

1

68 1

poema en

1681,

como obra de D. Agustín de

Salazar y

colección postuma de sus obras líricas y dramáticas, publicada con el título de Cylkara de Apolo; pero este error del colector del

Torres, en

la

que fué D. Juan de Vera

de Arpropiedad del poema, imprimiéndole, junto con su Farsalia, en 1684, edición postuma también. libro,

Tassis, fué deshecho por Sebastián

mendáriz, que restituyó a Jáuregui

la

COMEDIAS MITOLÓGICAS lia.

El

mismo severísimo Quintana no dudó en dar entrada en

colección selecta a

la

dido y abreviado por serva forma

«En el

215

el

parte principal de este poemita,

con mucho

él

siguiente juicio,

acierto.

las octavas

que con-

que no queremos retocar en nada:

gran versificador,

ellas se luce el

De

su

bien refun-

si

el escritor

ameno y

elegante,

No

poeta que cuenta o pinta con resolución y con brío.

hay,

ciertamente, bastante variedad de formas, pero las que usa son be-

y aunque

llas;

se ve bien

que

cho estudio y mucho esmero, tériles, y, sin

a

ofender a

el

autor ha puesto en su trabajo

este

mu-

esmero y este estudio no son

la facilidad,

producen

que aspiran. Hay pasajes de mérito

muy

casi

siempre

el

es-

efecto

superior: tales son los

presentimientos tristes de los dos esposos en medio de sus delicias, la

descripción de los lugares por donde se pasa

tos del canto

de Orfeo en

las

márgenes del Aqueronte, y

ción súbita y espantosa de los amantes al

ma que más

el

la

salir del infierno.

separa-

Es

lásti-

discurso de Orfeo a Plutón, que debiera ser el trozo de

resalto, sea lo

Hay,

al infierno, los efec-

sin

más

débil del

embargo, en

él

poema».

un rasgo ingenioso y

feliz,

que Quinta-

na aplaude mucho; es cuando Orfeo, para enternecer a Plutón, recuerda

el

Fué

triunfo tuyo tu feliz consorte:

Yo, imitando tu amor, busco

El Orfeo, de Jáuregui, escrito con al

Polifemo, de Góngora,

el

y

obscuro, excitó la

la

el

la

mía.

intención de contraponerle

y confirmar con

teóricamente había predicado en culto

le

rapto de Proserpina:

la

práctica lo

mismo que

Discurso poético contra

el

hablar

mordaz agudeza del poeta de Córdoba en

soneto que principia: Es

donde

el

Orfeo del señor don Juan

se burla con gracia,

y no

sin razón,

de haber censurado tan agriamente estilo, viniera a la

latinismos

y

la

de que Jáuregui, después

obscuridad y afectación de su

postre a imitarle, sobre todo en

la

introducción de

otras voces exóticas, por lo cual acaba llamándole «cisne

gentil de la infernal palude*.

2l6

ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA

Pero aunque Jáuregui fuese tan declarado enemigo de Góngora,.

no por eso tenía

muy

grupo, sino que era a

cordiales relaciones con

modo de

corifeo

Lope de Vega y su

de una pequeña escuela poé-

que aspiraba a mantenerse a igual distancia de

tica

uno y del culteranismo del género de dicción

aunque en número escaso,

y remontada. No

muy

llaneza del

por eso de cultivar

otro, sin dejar

artificiosa

la

le

que llegasen a

fervorosos,

cierto-

faltaban devotos,, titularle

príncipe de los poetas de España, rótulo que encontramos manuscrito,

de

letra del

tiempo,

al

margen de

la

portada de un ejemplar de-

sús Rimas. Ofendidos por esta u otras razones los parciales de Lope,

molde aquel mismo año otro

hicieron correr de

Orfeo, también en

y en cuatro cantos (uno menos que el de Jáuregui), que nombre del predilecto discípulo de Lope, Dr. Juan Pérez de Montalbán (i). Fué voz muy acreditada entonces, y queoctavas

lleva al frente el

luego ha encontrado no pocos valedores,

la

de ser Lope de Vega

verdadero autor del poema con que se estrenó Montalbán en

de

blica

las letras,

por generosa o calculada dádiva de su maestro, a

quien acaso no pareció decoroso presentarse riendo arrebatar

la

palma

a Jáuregui. Nicolás

mente por de Lope, y un ejemplar de

(

i

El Orfeo en lengua

)

rreira de la Cerda gios de rias.)

la

el»

repú-

castellana.

A

la

la

al

público

Antonio

le

como queda resuelta-

primera edición, que perte-

décima musa doña Bernarda Feal fin de los Sucesos y Prodi-

Madrid, 1624. (Reimpresa

Amor, de Montalbán, en

la

edición de Barcelona, 1640, y en otras vacomo cuida de advertirlo Lope de Vega

El título tiene algo de irónico,

en una carta que va al principio: cEl título, a mi modo de sentir, es extremado; con él por lo menos no se enojarán con v. m. esos señores que se llaman cultos, pues ya confiesa que escribe en la lengua castellana, con cuyo advertimiento se abstrahe de toda voz y locución peregrina, menos las recebidas, > La alusión a? y que blandamente sirven de ornamento al estilo grande

Jáuregui es evidente, y todavía lo es más esta otra: «Todos los que escriben estas tropelías reprehenden en los otros lo que ellos mismos hacen, censu-

rando por desatinos en los libros ajenos lo que en los suyos veneran por oráculos; pero no es mucho que no se conozcan si andan a escuras: yo a lo menos en esta confusión hallo de una misma suerte a los cultos que a los t¡nidos, que habiéndolos conocido antes, ahora estudio en conocerlos. V. m. finalmente acierta en apartar este Poema suyo desta tercera lengua, como lo declara el título, y así pienso que lo harán de aquí adelante los naturales de Castilla, a diferencia de lo que se va introduciendo, a quien cada provincia dará su nombre

»

COMEDIAS MITOLÓGICAS necio a Gallardo

y hoy

al Sr.

217"

Sancho Rayón, tiene en

acotación de algún curioso de aquel tiempo:

es tal, ciertamente, el intento

cuando mira bajo aspecto tan diverso

que guía estas

a la crítica

moderna

mismas cosas que

tanto-

escandalizaban a los preceptistas de antaño, los cuales, por otra par-

COMEDIAS MITOLÓGICAS

221

no dejan de tener razón en aquellos reparos de sentido común

te,

que son tan obvios como

irrefutables,

y que ninguna

escuela

contradecir. Tal acontece con lo inoportuno de los chistes alforjas sí

de Fabio: no porque

el

la

las

gracioso del Teatro español sea en

mismo condenable, puesto que no

dosísimo confidente de

puede

y de

con ventaja

sólo suple

al

enfa-

tragedia francesa o a la nodriza de las tra-

gedias de Eurípides, sino que muchas veces desempeña con supe-

una función análoga a

rior sentido

do

armonía de

la

nista, sino

los afectos¡

porque, dado

de Orfeo, se destruye

la

del coro antiguo, restablecien-

perturbada por

la

pasión del protago-

carácter especial de la fábula mitológica

el

efecto de su bajada a los infiernos hacién-

el

dole acompañar por un criado chistoso,

cuyas sandias ocurrencias

quitan toda poesía y majestad a estas escenas.

de Montiano, no

Si es justa esta censura

más, y a casi todas

de

misma preceptiva dramática que

]a

afectos amorosos

no sean

la

única ni

la

él

es

obras de Esquilo, y tengan

menos

que son

cierto

parecen tanto

las

de-

profesaba. Pues

muy

aunque

los

principal materia de la tra-

gedia, sobre todo de la tragedia ateniense, las

lo

puede darse cumplida satisfacción dentro

ellas

y estén

casi

ausentes de

secundario lugar en Sófocles, no

que imperan ya en muchas obras de Eurípides, y que vive y se alimenta aquel Teatro

principal fuego de

el

por Montiano tan admirado. La obra más perfecta de

clásico francés

ese Teatro es Fedra, una tragedia de amor. Sino que nuestros críti-

cos del siglo pasado eran tan estrechos

y

recoletos,

que no dudaban

en adicionar con nuevos y caprichosos mandamientos tico

el

credo poé-

de sus maestros. También Jovellanos quería excluir, o poco

menos, de

la

poesía lírica el amor, por parecerle materia poco digna

de un hombre grave.

Que

las ficciones

consiguiente,

las

de

la

antigüedad sean poco verisímiles, y, por

más extrañas y repugnantes

gicos:», parecería sentencia

muy

a los preceptos trá-

propia en boca de un romántico

intransigente, pero implica contradicción en Montiano, tan acérrimo

defensor de

ba de

la

la

tragedia clásica francesa,

la

cual ordinariamente toma-

antigüedad sus fábulas, y que sólo por excepción trató

asuntos bíblicos en Ester y Ata/la, o asuntos cristianos en Polieucto, o asuntos de

la

Edad Media en El

Cid.

ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA

222

La duplicidad de acción

es innegable

en esta comedia de Lope,

y no lo es menos la inutilidad de algunos personajes pegadizos, que, con sus amoríos e intrigas particulares, distraen la atención y enervan

el interés

de

la fábula.

Pero

y

tales interlocutores parásitos

ac-

ciones subalternas han sido plaga de todos los teatros del mundo, y

no se

como

libró lo

de

ellos la tragedia francesa en~sus obras

prueba

personaje de

el

la

Infanta en

más

El Cid y

selectas,

de Aricia

el

en Fedra. El conflicto que en

de reinar y

de

el

el

ánimo de Albante surge entre

deseo de vengar

al espíritu

de

la

ambición

honra de su hermana, nada tiene

la

inverisímil; antes es esencialmente trágico.

contrario

la

Puede tacharse,

antigüedad; pero en descargo de

sí,

Lope ha

de alegarse que todo dramaturgo, queriéndolo o no, atribuye acciones de sus personajes a aquellos motivos del orden moral

comprensibles para sus espectadores, sin

de

las-

más

lo cual correría el peligro

de no ser entendido por nadie. El desenlace o solución de atiende a

la

la

acción subalterna de

único en lo que pertenece a

tragedia es ciertamente doble la

lealtad conyugal

la

si

se

venganza de Albante, pero es

de Orfeo y a

la

pér-

dida de su esposa. La impresión de esta catástrofe y las alternativas

de esperanza y temor por donde el ánimo de Orfeo va pasando, no aminoran el interés, como no le aminora en la Alceste, de Eurípides,, el verla

La

primero muerta y luego resucitada.

tragedia de

Lope termina ofreciendo una segunda

probablemente no llegó a biera contenido, puesto

parte,

que

y que no sabemos lo que hufábula de las bacantes que despeda-

escribirse,

que

la

zaron a Orfeo no parece asunto propio del teatro, sobre todo con explicación que de

tal

Después de Lope

segunda parte,

si

mito da Ovidio.

trató este

su comedia Eurídice y

la

argumento D. Antonio de

Solís

en

Orfeo, que también acaba prometiendo una

bien de contenido diferente:

Y

con

esto,

Señores míos, se acaba

La gran fábula de Orfeo Sin mi mujer, porque nada Tenga de

trágico el cuento.

COMEDIAS MITOLÓGICAS

223

Al curioso que quisiere,

Muy atacado a lo cierto De una fábula, que vuelva Eurídice a los infiernos,

Para

Se

la

segunda parte

convida.

le

Laus Deo.

Esta promesa quedó sin cumplir,

como

tantas otras,

La comedia pertenece

dad, no se perdió mucho.

y

a la ver-

género de

al

las

mitológicas de Calderón, a quien Solís imitaba constantemente en sus obras de grande espectáculo, tales

tuna

y Las Amazonas. No

versificación

muy

faltan

como Triunfos de amor y

for-

en estas piezas de aparato trozos de

estimables, y, en general, el estilo de Solís, aun-

que aliñado y culto en demasía, con visos de culterano, es menos enfático

que

de Calderón, de quien, por otra parte, no tiene

el

la

ni la pompa y agudo ingenio del futuro historiador de la conquista de Méjico, que no iba acompañado de grandes alientos poéticos, se acomodaba mucho mejor al cortesano discreteo de

sonora robustez,

ni la

imaginación potente y colorista,

heroica y altisonante. El vivo

comedia de costumbres, y en este género mostró cierta originalidad sutil y alambicada, cuyo tipo es la comedia de El amor al uso.

la

mismo

Pero en sus

fiestas palaciegas, el

forzado

afectación del estilo insípida. Por lo demás, el

y

la

mitológico está tratado

desarreglo

del plan parece

como una comedia de capa y

parte del embrollo estriba en haber perdido Orfeo Eurídice; hay cuchilladas

muestran VII.

y

muy enterados de las La bella Aurora. — Es

leyes del duelo la

primera de

sertas en la Parte veintiuna (postuma)

en 1635 por su

Da la

hija

doña Feliciana

asunto a esta pieza

la

y Aristeo y

escondites,

de

las

(*)

Restori

ra. (A. B.)

cita,

la

retrato

de

Felisardo se

comedias in-

de Lope, publicada

del Carpió.

fábula mitológica de Céfalo, Procris

primera en

además,

el

(*).

las 12

Aurora, que Ovidio narró dos veces, venciéndose a

suavidad y elegancia;

tema

espada; gran

el

Amor

el



Arte amatoria

co?ista?ite,

de

Zabala

y mismo en

(libro

y

III,

Zamo-

ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA

224 v.

685-746), aconsejando a

la

mujer enamorada y celosa que no se

deje engañar fácilmente por vanas apariencias:

Nec

cito credideris:

Exemplum

la

segunda en

se

pone

la

el libro

quantum

cito

VII de

las

relación en boca del

primera,

la

el

y

los

el

661-685), donde

ellas leves discordancias. el

calor, se

acoge

purpúreos collados del Himeto,

abandonando sus criados y sus

allí,

(v.

Céfalo. Idéntico es el sentido

cazador Céfalo, agobiado por

cerca de una fuente sagrada en

césped e invoca

;

Metamorfosis

mismo

de ambas narraciones, aunque haya entre

En

credere laedat,

vobis non leve Procris erit

perros, se tiende en el verde

aura refrigerante:

Accipienda sinu, mobilis Aura, veni

Alguien, movido de mala voluntad o interpretando erradamente este suspiro, lleva

noticia a Procris, que, juzgándose

la

por su marido, cae en todos los extremos de

la

engañada

pasión celosa, des-

garra sus vestiduras, ensangrienta frenéticamente su rostro con las uñas,

por

y vuela por

los

campos como una furibunda bacante azuzada

de Lieo:

el tirso

Ut

rediit

animus, tenues a pectore vestes

Rumpit, et indignas sauciat ungue genas.

Nec mora: per medias sparsis furibunda

capillis

Evolat; ut thyrso concita Baccha, vias.

Encamínase gas de

al

paraje en que su marido solía reposar de las

la caza; llega

mediodía, y repite su acostumbrada invocación

Comprende hojas para

y al aura. mueve las

a lanzarse en los brazos de su esposo, éste, creyendo

sentir los pasos cris

al céfiro

Procris su error, y, cuando, llena de alegría,

ir

fati-

Céfalo a templar en la fuente los ardores del

de una

muere bendiciendo

fiera,

la

lanza contra ella mortífero dardo. Pro-

mano que

la

ha herido y consolándose en

su agonía con no haber sido ofendida en su amor por rival ninguna.

COMEDIAS MITOLÓGICAS

Todo

lo expresa,

con

sulmonense en estos

la tierna

molicie propia de su

Hoc faciet posit:e te Nomine suspectas jam Illa

poeta

estilo, el

versos:

Ante diem morior, sed

Labor

22 5

io!

nulla pellice lcesa:

mihi, térra, levem. spiritus exit in auras:

Cara lumina conde

irianu,

sinu domince morientia corpora moesto

Sustinet, et lacrimis vulnera sceva lavat.

Exit, et incauto paulatim pectore lapsus,

Excipitur miseri spiritus ore

Mas complicada, y no .Metamorfosis. Allí za

de

la

la



más

si

causa de

viri.

poética, es la leyenda

la catástrofe es el

amor y

la

en

las

vengan-

Aurora, que arrebata a sus palacios aéreos a Céfalo; pero se

ve desdeñada por

él,

mado en amores de

que entonces, más que nunca, se hallaba Procris,

infla-

con quien era reciente su consorcio: Ego Procrin amabam;

,

Pectore Procris erat, Procris mihi semper in ore: Sacra

tori,

coitusque novos, thalamosque recentes,

Primaque deserti referebam foedera

La Aurora hace concebir -que

por bía

huye la

lecti.

a Céfalo infundados celos de su mujer,

a las selvas, donde, víctima

palabra au?a, muere herida por

donado en prenda de amores

al

del el

funesto error producido

mismo dardo que

ella

ha-

gallardo cazador, de quien se

despide en versos suavísimos: Per nostri foedera

lecti,

Perqué Déos supplex oro, superosque, meosque; si quid merui de te bene; perqué manentem Nunc quoque, quum pereo, causam mihi mortis, amorem; Nc thalamis Auram patiare innubere nostris.

Per

En

este

segundo

relato

de Ovidio se inspiró principalmente Lope

de Vega para su tragedia, que Grillparzer (i)

Página

(i) considera

como obra

48.

Mené.ndbz y Pklayo.— Estudios sobre

el

Teatro de Lope de Vega.

15

ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA

226

de

la

decadencia del gran poeta, y que, en efecto, no deja de mosde cansancio, disimulados, sin embargo, con la pureza

trar signos

y

del estilo

esplendidez de

la

en que

versificación, cualidades

la

Lope, en vez de decaer, se aventajó a

mismo en



sus últimos años.

Pero adviértase que este cansancio parece nacido, no de agotamiento

de

la fantasía

de su autor, que, por

el contrario, se

mostraba en otras

composiciones de aquellos días tan fresca y lozana, sino de

la

des-

ventaja del argumento mitológico, que, por estribar en un juego de palabras, llevaba consigo cierta insipidez.

materia menos propia del teatro que de los había tratado Ovidio, a

miento y

sin

de Céfalo

el

elegía,

de que carecía. Procuró,

interés dramático

rece particular atención, por

la

el senti-

ya que no estaba en su mano dar

embargo, animarla con diversos episodios, entre

los cuales

me-

gracia poética con que está desen-

de Céfalo por

vuelto, el del rapto

elegiacamente-

y

quien Lope procuró emular en

en la facilidad melódica,

a la fábula

Los celos de Procris eran la

oportuna observación de Schaeffer,

la

Aurora, que recuerda, según

la

leyenda de Tannháuser y su

(i).

Ingeniosa y bien imaginada

estancia en la

montaña de Venus

también es

escena en que Céfalo se presenta a su esposa, para

la

probar su virtud, disfrazado de mercader de joyas (situación que parece reminiscencia de varios cuentos orientales). La escena que

precede a dos,

ésta, tiene

mucha semejanza con

otra del

Examen

de mari-

de D. Juan Ruiz de Alarcón, comedia no impresa hasta 1631,

pero cuya representación refiere a 102$, con buenos indicios, ilustre biógrafo

Por su

de aquel ingenio. de tragedia no podía librarse

título

iras censorias

so (2), la

tragedia,

porque se reduce a

en

la sustancia,

ris

a ésta.

título

en

Todo

el

La

«No

la fábula

modo y



Aurora de

bella

cómo puede

las

bella

aspirar a ser

de Céfalo y Procris, alterada

hasta en los nombres, pues llama Flo-

moda de su y como no tiene

su contexto es cómico, a

trágico, sino la

de

La

de D. Agustín Montiano, que, en su ya citado Discur-

juzga en estos términos:

hay de

el

muerte de

Floris;

la

Aurora, no se sabe cuál acción es

(1)

Geschichte des Spanischen National dramas,

(2)

Página 51.

I,

199.

la

arte;

nada

relación

al

que corres-

COMEDIAS MITOLÓGICAS

ponde

a la tragedia; de suerte que, al parecer, la triste

y

la accesoria,

amorosa y divertida

Ja

Esto es cuanto a Montiano se

cuya versificación lago

es tan deliciosa

le

¿Qué importa

y

funesta es

principal».

ocurrió decir sobre una pieza

que sólo puede negarse a su halos oídos al

mágico poder

cambio de nombre de Procris en Flo-

de

la poesía.

ris

(cambio dictado seguramente por

el

la eufonía), ni

tampoco

la

mez-

dos acciones, que ya Ovidio había presentado juntas, y nin-

guna de de

la

que tenga enteramente tapiados

el

cla ile

22;

ellas

las cuales es

como

cómica,

dice Montiano, aunque sólo una

tenga desenlace lastimoso; siendo, por

demás,

lo

los

amores

Aurora precedente necesario para explicar y justificar dramá1 Lamente los celos de la mujer de Céfalo? ¿Qué importa todo esto,

de

la

digo, ni

menos

la

cuestión técnica de

media o tragedia, cuando se lee

la

pieza ha de llamarse

si la

co-

tierna despedida del Príncipe

de

Tebas y su reciente esposa; o los versos líricos en que la Aurora, no rendida aún a las flechas del Amor, canta la esquivez de las selvas y

la

dulce compañía de

la

nas de su enamoramiento, y

casta Diana; o las apasionadas esce-

la

audacia gallarda con que está pre-

sentado aquel levantarse del tálamo a! sol

la

ninfa celeste para preceder

en su carrera, y aquel remordimiento que va disipando

briaguez de los sentidos de Céfalo y renueva en

él la

la

em-

memoria de

su primero e inculpado amor? Léanse, finalmente, las endechas de Floris en el acto segundo:

Divina Diana, Gloria de las selvas

y

se verá a

qué queda reducida

la

,

impertinente crítica de Montiano.

Calderón volvió a tratar este argumento en su fiesta cantada, Celos,

aun del

aire,

matan, que se estrenó en

Retiro antes de 1662, y de

la

cual él

mismo

el coliseo

de!

Buen

hizo una parodia en su

comedia burlesca Céfalo y Procris, representada a Sus Majestades,

el

día de Carnestolendas, en el salón Real de Palacio; farsa disparatada

pero de al^ún chiste, en pasajes de otra

modo que

la

cual Calderón

comedia suya, Auristela

remeda también

y

Aristófanes parodiaba escenas de

varios

Lisidante, no de otro las

tragedias de Eurí-

ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA

228 pides.

Por

una de

las

que toca a

lo

aun del

Celos,

matan,

aire,

sin disputa,

es,

que mejor demuestran

piezas mitológicas

la

admirable

aptitud de Calderón para la poesía lírica cantable; pero no merece

enmarañado

tanta alabanza el

de

de Lope, mezcla con

la sencillez

Eróstrato,

que quemó

el

el

El tema mitológico de

el

la

feliz

ya en

to la cuarta

serio,

ya en burlas. De

y

Procris, en

y

Antequera en 1639

sus

la

uno de de

los

por

noticia.

intención, pero con

el

de

y

Iriarte sobre la

menos

estro,

el

Silva,

los

que

que

cantó

las

prosaico poema, todavía

Música, que

le sirvió

de

(3). el

teatro

de

la

ópera no podían

los autores primitivos del

Procris.

Ya

estilo representativo,

uno

faltar Céfalo

género o

y

precursores de Monteverde, Julio Caccini, hizo representar

en 9 de octubre de 1600, en

el

Palazzo Vecchio de Florencia, con

ocasión de las bodas de María de Médicis con Enrique

(1)

(2).

Entre

y desenfadado,

lo suelto

Pintura en un sensato

más olvidado hoy que

En

leerse,

mocedades D. Diego Antonio Rejón de

más noble

excelencias de

modelo

el

compo-

última de las églogas venatorias que, juntas,

poemas jocosos merece luego, con

cual en-

el

octavas reales,

canónigo Porcel dedicó en su mayor parte a este asun-

nen su Adonis, de que ya hemos dado alguna

compuso en

los pri-

y elegante in-

imitador de los poetas latinos,

sus Rimas, impreso en

raro tomito de

(I).

comedia de Lope ha sido tratado por

cabezó con una Fábula de Céfalo

el

fábula de Céfalo la historia de

licenciado D. Jerónimo de Porras, culto

genio antequerano y

También

la

en que, huyendo

la pieza,

templo de Diana en Efeso

varios poetas líricos españoles,

meros fué

de

artificio

Uno de

los

más aventajados

IV de Fran-

discípulos de Calderón, D. Agustín de

Salazar y Torres, volvió a tratar el asunto de Céfalo y Procris en su comedia El Amor más desdichado, «fiesta que se representó a los excelentísimos se •

ñores duques de Alburquerque», siendo el duque virrey de Sicilia. Véase esta pieza en el segundo tomo de la Cythara de Apolo, colección postuma de las obras líricas y dramáticas de Salazar, publicada por su mayor amigo,

D. luán de Vera Tassis y Villarroel (Madrid, 1694). (2)

Rimas varias de

el

Licenciado D. Gero'nimo de Porras, natural de

Impreso en Antequera, por Juan Bautista Moreira, año de 1630. Fábula de Céfalo y Procris, escrita en octavas jocoserias. Publicada

Antequera (3)

en

el

Memorial Literario de

julio

de

1788, y

Poetas líricos del siglo XVIII, pág. 506.

reimpresa en

el

tomo

III

de

los

220

COMEDIAS MITOLÓGICAS

una breve pieza pastoril

cia,

muy marcado de

rácter

hacer sospechar que

la

rapimento di Cefalo, El ca-

titulada: II

ópera que tiene

la

tragedia de Lope, puede

obra lírico-musical del florentino influyese

y que acaso una música semejante a la de La Selva sin amor acompañase algunas, por lo menos, de sus principales esceen

suya,

la

nas (i).

El Amor enamorado.

VIII.

— Publicóse en

postuma de obras

naso, colección

líricas

La Vega

la

del Par-

y dramáticas de Lope,

dadas a luz por su yerno Luis de Usátegui en 1637. Debe de ser

una de llase

las

últimas obras de su autor, y

también en

la

el estilo así lo

persuade. Há-

Parte treinta y una de Comedias escogidas de los

mejores ingenios de España (1669), atribuida por groserísimo yerro del colector a

I).

con su nombre y

Aunque res

Juan de Zabaleta, y también se ha impreso suelta el

el título

de D. Sebastián de Villaviciosa. parece que anuncia un drama sobre

de Psiquis y Cupido, conforme

los

a la bellísima fábula de

(que dio tema para otra comedia de Lope, hoy perdida),

muy

amo-

Apuleyo el

argu-

y comprende dos partes; una mitológica, y otra de pura invención del poeta: La mitológica es la transformación de Dafne en laurel: lo que Lope añade, es decir, los amores de

mento

es

Cupido con

la

diverso

zagala Sirena, pertenece

también podría

clasificarse esta

al

género

en

el

cual

la tersura,

ele-

pastoril,

comedia, notable por

gancia y riqueza de su bellísima versificación, más que por ficio

dramático, que es exiguo,

Pero todo

lo disimula el lujo

rara vez alcanza, aun en

el

como en

las

demás

y esplendor de

la

el arti-

piezas de su clase.

dicción poética, que

mismo Lope, un grado de

brillantez tan

constante.

(1)

de

las

La más antigua pieza sobre este asunto en el teatro de Italia, y una más antiguas de asunto profano después del Orjeo, de Poliziano, es la

i-'avola di

Cephalo, compuesta por Nicolo da Correggio y representada en duque Hércules de Este, en 1486; fiesta cor-

Ferrara, bajo los auspicios del tesana, en cinco actos, la

de tendencias

clásicas,

pero en

la

cual todavía se nota

huella de las antiguas representaciones sacras.

(Vid. A. de Ancona, Origini del teatro italiano,

II,

pág.

5.)

ópera Aurora ingannata del conde Ridolfo Campeggi, con música de Girolamo Giacobbi (Venetia, Vincenti, 1608); y el [Restori menciona, además,

la

Cefalo y Procris de Vidal Salvador. (A.

\\.)\

ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA

2jO

Del

final

de esta obra se infiere que fué

de Palacio, repre-

fiesta

sentada delante de Felipe IV:

Y

aquí,

Divino planeta cuarto, Luna, madre de otro

Que

gocéis por

Dé fin

sol,

muchos

años,

en vuestro servicio

El Amor enamorado.

La

fábula de Apolo,

de

los episodios

Dafne y

de esta

sis ovidianas (v.

la

pieza,

416-567),

serpiente Pitón, que constituye

procede del

cuencia han sido traducidas e imitadas en

Juan de Arguijo

la

lib.

y ha sido una de la

Gregorio Silvestre

y

la

fre-

Don

(1).

de sus coplas

Dos veces

la trató el

con

(2)

castellanas. El

Granada D. Agustín Collado del Hierro, hizo sobre (3).

Metamorfo-

poesía moderna.

había contado en quintillas*

fluidez características

mance

las

que con más

redujo a un soneto:

Victorioso laurel, Dafnes esquiva

cia

de

I

las

uno

ella

la

gra-

médico de

un largo ro-

conde de Villamediana, una tam-

bién en romance, y otra en octavas reales, todavía mas anochecidas

y lóbregas que

las

de su Faetonte.Tres veces por

lo

menos, Que-

vedo, no sólo en los sabidos sonetos,

Bermejazo platero de

las

cumbres

Tras vos un alquimista va corriendo.

sino en una linda fábula en quintillas, composición de su

que por no aparecer en ninguna de

las

rúbricas fueron coleccionados sus versos,

to,

mocedad,

Nueve Musas, bajo cuyas

y



solamente en

las

Fio-

Otro soneto muy endeble, de Salas Barbadillo, sobre el mismo asun(1) puede verse en sus Rimas castellanas (Madrid, 1618, fol. 13 vto.). Está en el segundo libro de sus Obras (Edición de Granada de 1599). (2) Dafne y Apolo, en 8.°, 36 páginas, sin lugar ni año. (3)

COMEDIAS MITOLÓGICAS

231

res de poetas ilustres de Pedro de Espinosa (Valladolid, 1605), es

menos conocida de

lo

que merece. El

estilo,

más parece de

o de Luis Barahona que de Quevedo; prueba patente de lidad de aquel río los

Gil Polo

la flexibi-

grande ingenio, nacido para dominar con igual seño-

tonos más diversos.

burlesca de Apolo y Dafne,' de

La. fábula

Salvador Jacinto Polo de Medina, composición aguda y chistosa,

aunque no exenta de chocarrerías, logró mucha popularidad a mediados del siglo

y

xvii,

sirvió

de tipo a otras innumerables parodias

.mitológicas, ninguna de las cuales tiene el picante desenfado

no

estilo

de

la

primera.

Uno de

los últimos cultivadores

de

y ameeste gé-

nero fué el ya citado poeta gaditano D. Francisco Nieto y Molina, que en su Fabulero (I/64) tiene también un poemita burlesco de

Apolo y Dafne. El combate de Apolo con

la

tema

serpiente Pitón había sido ya

.musical entre los griegos. Julio Pollux, en su Onomasticón (IV, 84),

nos ha conservado

lo

que hoy llamaríamos

el

programa

del

nomo

J>ítico, especie de sonata o concierto, de género esencialmente des-

criptivo e imitativo,

que se

más de

con

serpiente se dividía en cinco partes.

la

seiscientos años antes de Jesucristo.

miento se aspiró a

la

¿on

La lucha del dios

Cuando en

el

Renaci-

imitación de la música griega, un compositor

de Florencia, Lucas Marenzio, ciales del

de Argos y se remon-

atribuía a Sacadas

taba a

escribió en 1589, para las fiestas nup-

gran duque Fernando de Médicis, un Combate de Apolo

la serpiente Pitón, del cual sólo

Délos, a doce, cuatro

y ocho

escrito las palabras del diálogo, sico Peri, la

quedan

tres coros del

voces. Octavio

compuso más

pueblo de

Rinuccini, que había adelante, con el

primera ópera sobre este argumento,

la

mú-

Dafne, repre-

Carnaval de 1597 en casa del sabio y generoso Mecenas de este arte nuevo, Jacopo Corsi. En la poesía, Rinuccini quiso

sentada en

remedar el

el

forma del yambo; en

la

secreto de

medio entre

que

fué lo

la la

música, Peri intentó descubrir

diastemática de los antiguos, buscando un término

rapidez de

la

declamación y

que desde entonces se llamó

tura de esta Dafne se ha perdido.

mismo

la

libreto

En

la

lentitud del canto,

estilo recitativo.

La

parti-

1608, Gagliano hizo sobre

el

de Rinuccini una nueva música, que se conserva. La

.más antigua ópera alemana es también una Dafne,

la

de Enrique

ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA

23*

Schütz, escrita sobre

el

texto de Rinuccini, traducido por Opitz..

Esta partitura, compuesta en 1627, se ha perdido también

Ya

indicamos,

al tratar

de La Selva sin amor, que

los

(1).

primeros

ensayos de este género hechos en España debieron de ser también

meras imitaciones del presa) de lo

estilo recitativo italiano.

más particular sucedido

en España,

En una Relación (imFrancia, Flan-

Italia,

des t Alemania y en otras partes, desde abril del año pasado de

hasta Un de febrero de 636 julio se representó

en

el

(2),

se léela siguiente noticia:

Retiro la comedia de

la

635

«En 29 de

fábula de

Da fne Y

con notables tramoyas, de grande costa y artificio, que ordenó Cos-

me Lotti,

peregrino ingenio para ellas».

Opinó D. JuanEugenio Hartzenbusch que

pudo

ser

esta

comedia de Dafne

El Laurel de Apolo de D. Pedro Calderón; pero

no puede admitirse, porque no consta que fuese representada hasta el 4 de

la

tal

opinión

zarzuela de Calderón

marzo de 1658, en

las

fiestas

del

nacimiento del Príncipe D. Felipe Próspero. Pudo ser más bien El

amor enamorado, de Lope de Vega (que no murió aquel

mismo año de

1635), ° quizá alguna otra

hasta agosto de

Dafne que hoy

no-

conocemos.

El

laurel de Apolo,

de Calderón, es una zarzuela en dos jornadas.,

que su autor caracteriza

muy

exactamente en estos términos:

No es comedia, sino Una fábula pequeña En que, a imitación de

sólo

Italia,

Se canta y se representa.

Con razón

elogió D. Alberto Lista, en su estudio sobre Calderón-

considerado como poeta lírico il)

La más antigua ópera

(3), el artificio

italiana cantada

y

la

armonía de

los ver-

en España fué una Dafne, úni-

ca composición dramática conocida del músico hispano -siciliano barón

nuel de Astorga. Esta representación fué organizada en

la

Ma-

Casa Lonja de Bar-

celona, en 1709, por el Consejo de los Veinte, para festejar al

Archiduque de

Austria, pretendiente a la corona de España.

Dictionnaire bibliographique des musiciens de Sir Jorge Grower, y el curioso estudio histórico -crítico La Opera en Barcelona, de; F. Virelles Cassañes (Barcelona, 1888). Citada por D. Juan Eugenio Hartzenbusch en las notas a Calderón (2) Revista de Madrid, t. III, 1839. (3)

(Véase

el

París, 1872,

COMEDIAS MITOLÓGICAS sos de esta composición teatral,

y

la

233

riqueza de imágenes poéticas

que atesora. La declaración amorosa de Apolo de algunas sombras de afectación, zos líricos

uno de

que pueden entresacarse de

las

los

a

Dafne

es,

a pesar

más hermosos peda-

obras de aquel inmortal

poeta dramático.

La comedia de tiene,

en sustancia,

En

Salazar y Torres, Triunfo

como en

este Triunfo,

todas sus piezas de aparato, se luce

de su tiempo en oído musical; pero todas

tanto

como

dejó,

El encanto

la

da Celestina

única

venganza de amorr laurel de Apolo.

y numeroso, que seguramente aventajó

versificador gallardo los

y

mismo argumento que El

el

y

deliciosa

sin encanto,

ellas

el

a todos

juntas no valen

comedia de costumbres que Salazar

más conocida por

el título

de

La segun-

{*).

Además de

las siete

comedias mitológicas impresas aquí, com-

puso Lope otras del mismo género, que no han llegado a nosotros. Parece que podemos referir a esta sección los siguientes

mados de

La

la

primera

lista

títulos, to-

de El peregrino (1604):

Abderite.

Los amores de Narciso. (Quizá quedará alguna reminiscencia de ella

en

la

de Calderón, Eco y Narciso.)

El ganso de

oro.

(¿Sería la fábula

de Júpiter y Leda? Escabrosa

parece para puesta en escena, pero nuestros dramaturgos se atrevían a todo) (**).

Hero y Leandro. (La que

(*)

Restori

cita,

existe impresa, suelta,

con nombre de

además, una zarzuela de Apolo y Dafne, de D. Juan de

Henavides; una ópera anónima: Dafne y Apolo, o Triunfos de amor y desdén; el auto de Salvo y Vela: Laurel de Apolo, y la ópera portuguesa de Nobrega:

Os rendimeutos de Apolo

A

e

as esquivancas dt Dafne. (A. B.)

la comedia de /caro y Dédalo, de Melchor Fernández de León, citada por Restori, en la cual se sacan a escena todas las aventuras de Leda y el cisne, entre diálogo y canto. La comedirs se representó el 25 de agosto de 1684. (A. B.)

(**)

tanto se atrevían, que ahí está

ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA

2 34

Mira de Amescua, cita el

es,

seguramente, de este ingenio, y

como suya

la

M. Tirso de Molina.)

Psyches y Cupido. (Sobre esta bellísima fábula de Apuleyo com-

Amor se libra de amor.) La reina de Lesbos. La torre de Hércules. La tragedia de Aristea. En la segunda lista (1618) añadió los siguientes títulos: La casta Penélope. La Atalanta (*). De ninguna de esas piezas queda más noticia.

puso también Calderón su comedia Ni

IX.

Contra valor no hay desdicha.

medias insertas en en 1638 por

el

la

— Es

primera de

la

las

12 co-

Parte veintitrés (postuma) de Lope, publicada

de Madrid Pedro Coello, a quien Luis de

librero

Usátegui, yerno del poeta, había cedido el privilegio. Hállase tam-

bién en

han

la

Parte treinta y una de las mejores comedias que hasta hoy

salido, recogidas

celona, 1638), raro

por

el doctor

Francisco Toribio Ximenez (Bar-

tomo que pertenece

a la colección de diferentes

autores, llamada extravagante o defuera de Madrid, para distinguirla

gran colección madrileña en 48 volúmenes. Hállase, finalmen-

de

la

te,

en edición suelta del

de su

clase.

segundo

En

título

do y Medel

siglo pasado, tan incorrecta

los últimos versos

como

todas las

de esta comedia añade Lope

de El primero rey de Persia.

En

los índices

el

de Fajar-

se la llama Ciro (o Zirro), hijo de la perra, y, según

Barrera, lleva también (no sé dónde)

Juan Eugenio Hartzenbusch

la

el título

de Ciro y Arpago.

reimprimió en

el

tomo

Don

de su co-

III

lección selecta.

Sirve de base a este infancia de Ciro, tal

Muchos

poema dramático,

como

la

la historia fabulosa

de Rómulo y Remo, o a

Abidis, de la cual nos presenta

Trogo Pompeyo. Todo

la

cuenta Herodoto en su Clio (107-123).

rasgos de esta tradición antiquísima son

comunes

análogas de diversos tiempos y naciones, por ejemplo, a latina

de

la

la

a

otr.'is

leyenda

leyenda turdetana de Gargoris y el abreviador de

un resumen Justino,

esto indica

un fondo mitológico común y

Restori sospecha, con fundamento, que La Atalanta es (*) Venus, en cuyo primer acto se introduce aquella fábula. (A. B.)

el

Adonis y

COMEDIAS MITOLÓGICAS anterior a todas

da

fondo que reaparece en muchos cuentos po-

ellas,

pulares. Dice así

ingenua narración del padre de

la

lengua más

a nuestra

una

hija

que su

el

trono

llamada Mandane.

hija

(a

los

xvm

Barto-

el jesuíta

(I):

Cyaxares) su hijo Astyages, que tuvo

A este

monarca

le

pareció ver en sueños

despedía tanta orina que, no solamente llenaba con

ciudad, sino que inundaba toda

la

siglo

Historia, traí-

la

que poéticamente por

fiel

lomé Pou, aventajado helenista del Viviendo ya Mandane en compañía de Cambyses su marido, volvió Astyages en aquel primer año a tener otra visión, en

la

cual

pareció que del centro del cuerpo de su hija salía una parra que

le

cubría con su sombra toda

sueño a

los

mismos

el

Asia.

Habiendo participado

taba ya en los últimos días de su embarazo, y objeto de matar a

el

la

la

nuevo

este

adivinos, hizo venir de Persia a su hija,

que

es-

puso guardias con

prole que diese a luz, por haberle manifes-

tado los intérpretes que aquella criatura estaba destinada a reinar en su lugar. Queriendo Astyages impedir que se,

la

predicción se realiza-

luego que nació Cyro, llamó a Harpago, uno de sus más familia-

más

res, el

fiel

de

los

negocios, y, cuando

le

medos y

«Mira, no descuides, Harpago, > tale

y vaya, por

a mí,

>

Toma

(1)

ministro encargado de todos los

el

le

habló de esta manera:

asunto que te encomiendo. Ejecú-

puntualmente, no sea que por consideración a otros

>

> tale,

el

tuvo en su presencia,

el

niño que

último, a descargar

Mandane ha dado

sepultándole después

Los nueve

te parezca».

y má-

«Nunca, señor

Herodoto de Halicarnaso, traducida

del griego al castellano por el P. Bartolomé Pou, jesuíta. Madrid, 1846,

páginas 55-07.

faltes

golpe sobre tu cabeza.

a luz, llévale a tu casa

como mejor

libros de la Historia de

el

me

tomo

I,

ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA

23$ »

— respondió Harpago —

»

que pueda disgustaros; en

»

faltar a lo

ü>

a nadie conviene tanto

que os debo.

»Harpago dio

,

habréis observado en vuestro siervo nada sucesivo,

lo

como

a



esta respuesta, y,

ricamente vestido, para llevarle a

y comunicó a su mujer

casa

«Y ¿qué »

dio

»

ya

el

piensas hacer?»

marido

está,



nunca

,

le

me

yo

lo

el ejecutarla

cuando

puntualmente.»

le

había pasado.

aunque Astyages se ponga más furioso de

lo

que

obedeceré en una cosa tan horrible como dar

Tengo para obrar

%

sión varonil,

>

dañe, cuyo hijo

>

me

nieto.

así

la

muchos motivos. Además

muerte a su

viejo,

no tiene suce-

corona debe pasar después de su muerte a Man-

me ordena

sacrificar a sus

restan sino peligros por todas partes?

ambiciosos recelos; ¿qué

Mi seguridad exige

»

tamente que este niño perezca; pero conviene que sea

»

alguno de

»Dicho

niño,

— le dijo ella — «¿Qué pienso hacer?— respon-

de ser este niño mi pariente, Astyages es ya

del

el

muerte, se fué llorando a su

la

que con Astyages

»

la

cosa se haga,

la

entregaron

le

>

y

guardaré bien de

que

Si vuestra voluntad es

la familia

de Astyages y no de

esto, envió sin dilación

el

cier-

matador

mía.>

la

un propio a uno de

los pastores

ganado vacuno de Astyages, de quien sabía que apacentaba sus

rebaños en abundantísimos pastos dentro de unas montañas pobladas de

fieras.

Este vaquero, cuyo nombre era Mitradates, cohabitaba

con una mujer consierva suya, que en lengua de Spacciy

a

la

y en

la

de

los griegos debería llamarse

parte que mira país es

al

sobremanera montuoso,

>Vino

el

la

muy

mayor

pastor con la

más

ca lo más pronto posible.

>

que,

si

la

los Sappires. Este

elevado y lleno de bosques,

y

llanura.

diligencia,

manda tomar

Tengo orden para

y Harpago

este niño

desierto de tus montañas, para

>

paraje

ma-

Norte de Ecbatana por

presteza

habló de este modo: «Astyages te donarle en

el

al

Media una continuada

»

s>

se llamaba

Kynos, pues los medos

Ponto Euxino, y confina con

siendo lo restante de

» la

Media

perra llaman Spaca. Las faldas de los montes donde aquel

yoral tenía sus praderas, vienen a caer

le

la

y aban-

que perez-

decirte de su parte

dejares de matarle o por cualquiera vía escapase el niño de

muerte, serás tú quien

la

padezca en

el

yo mismo estoy encargado de ver por mis

» infante >.

más horrible ojos la

suplicio;

y

exposición del

COMEDIAS MITOLÓGICAS »

mo

Recibida esta comisión, tomó Mitradates

camino que

buena suerte que diese a

los

dos llenos de zozobra

parto de su mujer,

el

el

un

luz

Durante

niño.

uno por

la

cer ya de vuelta, y no esperándole tan pronto,

y quiso

solícito

por

le

le vio

compare-

preguntó

el

moti-

mu-

vo de haber sido llamado con tanta priesa por Harpago. «¡Ah,

— respondió



cuando llegué

»

jer mía!

>

cosas que pluguiese

>

nunca

»

estaba sumergida en llanto; entro asustado

> >

>

el

pastor

al

;

jamás hubiese

cielo

el

de toda costumbre,

que

a su marido. Así, pues,

mis-

ausencia estaban

marido

el otro; el

el

partió para la

día con dolores de parto,

ésta recelosa, porque, fuera

y Harpago había llamado

y por

niño,

el

Cuando

a su cabana.

trajo volvióse

ciudad, se hallaba su mujer todo la

237

a la ciudad, vi

visto

oído,

ni

y



y que

pudiesen suceder a nuestros amos. La casa de Harpago

ellas

en ella, y me veo en medio a un niño recién nacido, que, con vestidos de oro y de va-

y lloraba. Luego que Harpago me ve, punto me ordena que, tomando aquel niño, me vaya con él y

rios

palpitaba

colores,

>

exponga en aquella parte de

>

fieras,

>

dome

los

montes donde más abunden

diciéndome que Astyages era quien las

mayores amenazas imaginando

>

vengo con

>

sospechar su verdadero

él,

sería

Tomo

me

de alguno de sus domésticos y

sin

lo

cumplía.

Sin embargo,

linaje.

ataviado con oro

>

tanto lloro en la casa. Pero bien presto supe en

>

de un criado que, conduciéndome fuera de

>

brazos

>

Cambyses. Tal

al

vestidos,

niño, que éste era hijo de

mujer, toda

es,

^Diciendo esto,

le

el

me pasmaba

»

y preciosos

las

mandaba, y dirigién-

lo

niño y

no

si

al

le

y de que por

la

la historia,

la

el

de verle hubiese

él

camino, de boca

ciudad, puso en mis

princesa

Mandane y de

y aquí tienes

descubre y enseña a su mujer,

la

al

niño>.

cual, vién-

dole tan robusto y hermoso, se echa a los pies de su marido, abraza sus rodillas y, anegada en lágrimas, le ruega encarecidamente

que

por ningún motivo piense en esponerle. Su marido responde que no

puede menos de hacerlo

Harpago para

verle,

y

él

así,

porque vendrían espías de parte de

mismo

perecería desastradamente

no

lo

a su marido, le dice

de

vean espuesto, haz, por

lo

si

ejecutaba.

>La mujer entonces, no pudiendo vencer nuevo: >

«Ya que

menos,

lo

es

que voy

indispensable que a decirte.

le

Sabe que yo también he parido y que

ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA

238

un niño muerto.

»

fué

»

mos

de

al

A

puedes esponer, y nosotros criare-

éste le

de Astyages como

la hija

si

fuese nuestro. Así no correa

peligro de ser castigado por desobediente

> el

al

tendremos

rey, ni

>

después que arrepentimos de nuestra mala resolución. El muerto,

»

además, logrará de este

» existe :>

Parecióle

blaba

muy

él

al

y

el otro,

le

que

este otro

y

pastor que, según las circunstancias presentes, ha-

pues,

suyo difunto, y

venir

sepultura regia,

bien su mujer, y, sin esperar más, hizo lo que

La entregó,

ponía. el

modo una

conservará su vida».

le

el

niño que tenía condenado a muerte;

metió en

más

>A1 tercer día se marchó

galas,

solitario del

vaquero a

el

pro-

tomó

misma canasta en que acababa de

la

adornándole con todas sus

dejó expuesto en lo

ella le

y después se fué con

monte. la

ciudad, habiendo de-

jado en su lugar por centinela a uno de sus zagales, y, llegando a casa de Harpago, le dijo que estaba pronto a enseñarle el cadáver ce aquella criatura.

Harpago envió

monte algunos de

al

que entre todos tenía por más

los

fieles,

y cerciorado

sepultura al hijo del pastor. El otro niño, dio

el

a quien

sus guardas,,

del

hecho dio

el

tiempo se

con

nombre de Cyro, luego que le hubo tomado la pastora, fuéella, poniéndole un nombre cualquiera, pero no el de-

criado por

Cyro.

¿Cuando

1

una casualidad hizo que se des-

los diez años,

llegó a

En

cubriese quién era.

aquella aldea,

donde estaban

sucedió que Cyro se pusiese a jugar en

chos de su edad. Estos, en pastor de vacas. le

En

el

la calle

los

rebaños,

con otros mucha-

juego, escogieron por rey

virtud de su nueva dignidad,

mandó

al hijo

a

del

unos que

fabricasen su palacio real; eligió a otros para que le sirviesen de

guardias;

nombró

ces, ojo del rey);

los recados, y,

con

los otros

a éste inspector, ministro (o,

por

le

fin,

a cada

ellos,

que

le

entrase

era hijo de Artémbares,

hombre

Medos, y como este niño no obedeciese a

mandaba, dio orden a

obedecieron

se decía enton-

uno distribuyó su empleo, jugaba

muchachos uno que

principal entre los

Cyro

como

hizo al otro su gentilhombre, para

y

le

los otros

mandó Cyro

ramente. El muchacho, llevando

para que

azotar,

muy

no de

le

lo

que

prendiesen;,

burlas, sino áspe-

a mal aquel tratamiento,

que

consideraba indigno de su persona, luego que se vio suelto, se fué a

COMEDIAS MITOLÓGICAS la

ciudad y se quejó amargamente a su padre de

¿59 lo

que con

había

él

ejecutado Cyro, no llamándole Cyro (que no era todavía este su

nombre), sino aquel muchacho, hijo del vaquero de Astyages. Enfurecido Artémbares, fuese a ver

Rey, llevando consigo a su

al

y lamentándose del atroz insulto que se

— decía — ,cómo nos ha tratado

1

ñor

»

clavo»;

y

les

el hijo

del vaquero, vuestro es-

decir esto descubría las espaldas lastimadas de su hijo.

al

>Astyages, que

tal

y

oía

queriendo vengar

veía,

insolencia

la

honor ultrajado de su padre,

usada con aquel niño y volver por

el

hizo comparecer en su presencia

vaquero juntamente con su

al

Luego que ambos

se

presentaron, vueltos los ojos a Cyro,

Astyages: «¿Cómo

tú,

siendo hijo de quien eres, has tenido

de

bías ser hijo

-

señor

»

béisde saber que

»

ellos, se



le

la

hijo.

dice

osadía

con tanta insolencia y crueldad a este mancebo, que

>

»

tratar

hijo,

había hecho. «Mirad, se-

de una persona de



responde Cyro

le

los

,

sa-

primeras de mi corte?» «Yo,

las

tuve razón en lo que hice; porque ha-

muchachos de

la aldea,

siendo ese uno de

concertaron jugando en que yo fuese su rey, pareciéndoles

»

que era yo

»

otros niños obedecían puntualmente mis órdenes: sólo éste era

»

que, sin hacerme caso, no quería obedecer, hasta que, por último,.

»

recibió la pena merecida. Si por ello soy yo también digno de cas-

>

tigo, aquí

el

me

que más merecía

serlo por mis prendas.

Todos

los el

tenéis dispuesto a todo.»

Mientras Cyro hablaba de esta suerte, quiso reconocerle

As-

tyages, pareciéndole que las facciones de su rostro eran semejantes

que

a las suyas,

y que mente con

za,

el

se descubría

tiempo en que

la

en sus ademanes cierto aire de noblele

mandó esponer convenía

edad de aquel muchacho. Embebido en

hasta que, vuelto en

estuvo largo rato sin hablar palabra,

de despedir a Artémbares con obligarle a confesar la verdad.

la

Al

perfecta-

estas ideas,

mira de coger a solas efecto, le dijo:

al

sí,

trató

pastor

y

«Artémbares, que-

»

da a mi cuidado hacer cuanto convenga porque tu hijo no tenga

»

motivo de quejarse por

pidió,

y

al

mismo tiempo

dentro a Cyro. Solo con cibido aquel el

el

insulto

el

vaquero,

muchacho y quién

otro que era hijo suyo,

que se

los criados,

y que

le

le hizo».

Y luego los des-

por orden suya, se llevaron

preguntó de dónde había re-

se le había entregado, contestando la

mujer de quien

le

había tenido

ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA

240

habitaba con

mirase por

se quisiese esponer a

pastor y descubrió toda

su principio, acogiéndose,

humildemente que »

ndo

se echasen sobre él,

verdad del hecho desde

la

por último, a

las súplicas

y pidiéndole

perdonase.

le

Astyages, después de esta declaración, se mostró menos

con

que

rigores del tormento

los

una señal para que

los guardias

el

volvió a decirle Astyages

misma cabana;

la

y no



y haciendo a tuvo miedo

en

él

irrita-

vaquero, dirigiendo toda su cólera contra Harpago, a

el

quien hizo llamar inmediatamente por medio de sus guardias. Luego

que vino, »

le

habló

«Díme, Harpago, ¿con qué género de muerte

así:

de mi

hiciste perecer al niño

Harpago

viese

minaba por

la

que estaba

me

puse a pensar

recibí el niño,

»

tras

órdenes

>

mo

»

este vaquero, y entregándole

»

que

>

orden para que

sin incurrir

matador del

el

la hiciese

no

la

*

los

mayores

manos? >

tus

temiendo ser cogido

morir,

ca-

ejecutar vues-

hice, pues?

la criatura, le dije

más

solitario del

si

no

lo

pultura.

¡»

el

muerte del niño, envié a

aquí, señor, la verdad

y

el

los

Cuando

eunucos de más

>

Ved

monte y que

ejecutaba puntualmente.

confianza para quedar seguro del hecho y para que

la

a

en tanto que respirase, amenazándole con

me

dio noticia de

Llamé

que vos mandabais

»

le

diesen se-

modo como

pereció

niño». »

Disimulando Astyages

refirió

primeramente

lo

que

diciendo que, puesto que cho. «Porque, a la

mandado

verdad

el

el

el

enojo de que se hallaba poseído,

vaquero

le

niño vivía,

— añadió—

,

me

había

sufrir la idea de la ofensa

le

había contado, y concluyó

lo

daba todo por bien he-

pesaba en extremo

ejecutar con aquella criatura inocente,

»

»

cometida contra mi

hija.

lo

que

y no podía

Pero ya que

fortuna se ha convertido de mala en buena, quiero que envíes

>

a tu hijo para

»

mo

>

sacrificio

>

si

esto seguramente dije la verdad. Díle

y en

suplicios

¿Qué

la Princesa.

espusiese en lo

la

cómo podría

3>

» la

Como

en vuestra indignación y sin ser yo mis-

de

hijo

perdiese de vista

>

que puse en

pastor,

senda de la mentira, dijo sin rodeos: «Luego, señor,

que

»

hija,

allí el

por

que haga compañía

al

recién llegado,

vengas hoy a comer conmigo, porque

el

a los dioses, a quienes

y que

tú mis-

tengo resuelto hacer

un

debemos honrar y dar gracias

beneficio de haber conservado a mi

nieto.

COMEDIAS MITOLÓGICAS •¿Harpago, después de hacer

rey una profunda reverencia, se

a su casa lleno de gozo por haber salido con tanta dicha de

marchó

aquel apuro el

al

24!

monarca

y por

el

lacio al hijo tínico

grande honor de ser convidado a celebrar con

Lo primero que

hallazgo.

el feliz

que

tenía,

de edad de trece años, encargándole

que Astyages

hiciese todo lo

hizo, fué enviar a pa-

le

ordenase; y, no pudiendo contener

su alegría, dio parte a su esposa de toda aquella aventura. Astyages,

luego que llegó

el

mandó

niño, le

degollar, y dispuso que,

dazos, se asase una parte de su carne estuviese pronto

y reunidos

los

y y bien condimentado. Llegada ya

convidados, se pusieron para

el

la

puso también tar

la

suya, pero con la carne de su

había gustado

le

mido con mucho

el

con

de

las

ella lo

canasta

y

manos y que más

mismo

si

él

sus

se le

hijo, sin fal-

y

le



de antemano prevenidos, cabeza de su

y toma-

Obedeció Harpago; descubrió

hijo,

la

pero todo sin consternarse, per-

mismo y conservando

serenidad. Astyages

conocía de qué especie de caza era

respondió que

la

dijeron que la descubriese

le gustase.

de su

Astyages

respondiese que había co-

canasta donde estaba

la

pies,

vio los restos

preguntó

y como

placer, ciertos criados,

maneciendo dueño de le

Harpago

estar satisfecho, le preguntó

convite;

presentaron cubierta

hijo,

se

demás

ella más que la cabeza y las estremidades de los pies y maque quedaban encubiertas en un canasto. Comió Harpago, y

cuando ya daba muestras de

le

los

de

nos,

si

hora de comer

rey y

respectivas mesas llenas de platos de carnero, y a

hecho pe-

y que todo

otra se hirviese

carne que había

la

y que daba por bien hecho cuanto disponía su soberano; y recogiendo los despojos de su hijo, los llevó a su casa con el objeto, a mi parecer, de darles sepultura.» comido:

él

sí,

Prosigue refiriendo Herodoto

gos y cómo se aquietó con

la

cómo Astyages

su sueño había tenido exacto cumplimiento con las

que de Cyro habían hecho para rey

lo cual

consultó a los ma-

seguridad que éstos

los

le

la

dieron de que

elección de bur-

muchachos, después de

no debía tener ningún temor de que llegase nunca a ser

rey de veras.

«Alegróse le dijo: >

mucho

el

rey con tales razones, y llamando a Cyro,

«Quiero que sepas, hijo mío, que, inducido por

poco sincera de un sueño, Menésdkz

t

traté

Pklayo.— Estudios sobre

el

la visión

de hacerte una sinrazón; pero tu Teatro de Lope de Vega.

16

ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA

242 »

buena fortuna

»

daré buenos conductores, y

»

ferentes de Mitradates

ha salvado. Vete, pues, a Persia, para donde

te

allí

te*

encontrarás otros padres bien di-

y de su mujer, la vaquera». »En seguida despachó Astyages a Cyro, el cual, llegado

a casa

de Cambyses, fué recibido por sus padres, que no se saciaban de

como quienes

abrazarle,

estaban en

persuasión de que había

la

muerto poco después de nacer. Preguntáronle de qué modo había conservado infortunio

y

la vida,

y

él

que

les dijo

había vivido en

el

al

principio nada sabía de su

engaño; pero que en

había sabido todo por las personas que

el

camino

lo

acompañaban, porque

le

antes se creía hijo del vaquero de Astyages, por cuya mujer había sido criado.

Y

como en

todas ocasiones, no cesando de alabar a

buena mujer, tuviese su nombre en

esta

dres

y determinaron

esparcir la voz de que su hijo había sido cria-

do por una perra, con Persas

más

los labios, oyéronle sus pa-

el

objeto de que su aventura pareciese a los

prodigiosa, de

donde

vino, sin duda, la

fama que se di-

vulgó sobre este punto. »

Cuando Cyro hubo llegado

das varoniles

y amable

a la

mayor edad, y por

carácter descollaba entre todos sus iguales,

Harpago, enviándole regalos,

le iba solicitando

no

le sería fácil asestar

ganarse un compañero tan

particu-

sus tiros contra el monarca, procuraba útil

desgracias de aquél habían sido

antemano

contra Astiages, de

como persona

quien deseaba vengarse; porque viendo que lar

sus pren-

para sus planes, supuesto que

muy

iba disponiendo las cosas;

Ya

semejantes a las suyas.

y sacando partido de

la

las

de

con-

ducta de Astyages, que se mostraba duro y áspero con los Medos, se insinuaba

poco a poco en

el

ánimo de

los sujetos

maña que convenía deponer

aconsejándoles con

principales,

a Astyages del

colocar en su lugar a Cyro.»

y Aquí

trono

la

Lope haber enviado Harpago

narración de Herodoto se extiende en detalles que

suprimió o trató de otra manera,

como

el

una carta a Ciro dentro de una liebre que había cazado;

que Ciro tuvo para levantar a nizar

y

aprestar

un

dado por

la traición

pasa a

con

él

la

los persas contra los

ejército contra su abuelo,

y

el

arte

medos, y orgatriunfa ayu-

de quien

de Harpago, que, sediento de venganza, se

mayor

parte de sus huestes.

COMEDIAS MITOLÓGICAS

cDe

este

243

modo, pues, Astiages, habiendo reinado

treinta

y

cin-

co años, fué depuesto del trono; por cuya dureza y crueldad los

Medcs cayeron nido cio

el

bajo

el

dominio de

los Persas,

imperio del Asia superior más

allá del río

de ciento veintiocho años, exceptuando

daron

los Escitas.

Así que

en

los Persas,

cerca de él

sí a

Astyages

el

Asia.

tiempo que

el

el

Halys por espa-

tiempo en que manreinado de Astyages,

el

Medos y Cyro, desde entonces, mantuvo

teniendo a su frente a Cyro, sacudieron

empezaron a mandar en

después de haber te-

le

el

yugo de

quedó de

los

vida, sin

tomar de

ninguna otra venganza.» Tal es la leyenda

que nos ha transmitido Herodoto, y que Lope Historia, y no de Justino, que también

tomó principalmente de su la

trae,

aunque abreviada y con algunas

epítome de Trogo Pompeyo

(I).

Así nos

variantes, en el lo

persuade

el

lib. I

de su

nombre

del

El romance erudito de Lorenzo de Sepúlveda (núm. 492 de Darán) (1) que comienza

En

la provincia de Media Otro tiempo un rey había

está fundado en la narración

que no

se halla

de Justino, como lo prueba el detalle siguiente sí en aquel compendiador:

en Herodoto, y

Pero

la

gente de Ciro

Con temor

Y no Ya

se retraía,

pudiendo

las

sufrir,

espaldas volvía.

Sus madres y sus mujeres Al encuentro les salían, Rogando que a pelear Tornasen con osadía;

Mas tornar Ninguno de

a la batalla ellos quería.

Ellas, alzando las faldas,

Las vergüenzas descubrían: Pregúntanles si en los vientres Otra vez entrar querían: La gente con la vergüenza

A

la batalla

volvía

« Pulsa i laque quum Persaroum acies paullatim cederé t, malves el uxores corum obviam occurrunt: orant in pralium rever tantur. Cunctantibus, subíala

veste,

obscena corporls oslendunl, rogantes, *mim

m

uleros

matrum

vel uxo-

ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA

244

vaquero Mitradates (Mitrídates en Lope), que está en Herodoto, pero

no en Justino; a

que Ciro mande azotar a un

el

como

varios,

dice

el

compendiador

que entre ambos textos

cias

que Lope, cuya

latino,

se notan.

No queremos

como ya hemos

lectura,

y

muchacho, y no

solo

algunas otras diferendecir con esto

muy

visto, era

extensa y

variada, dejase de consultar también a Justino. El germen, por ejem-

sueño de Ciro, de que Lope sacó tan admirable partido dra-

plo, del

mático, está

Hay un

en Justino

episodio en esta comedia que no procede de la leyenda

Ciro, pero

de

cer,

(I).



de una tradición

de origen persa. Es

sobre cuáles son los capítulos III

la

y IV

más

hoy

del

fuertes.

canon de

pero que todavía siguió estampándose en glo lio

xvi,

De

Don Sancho IV sa

fijo

(cap.

este cuento oriental se

Bravo en

el

XXXIII)

caprichosamente

el

Cipriano de Valera

rum

velint refugere*

.

(*).

las

Sagradas Escrituras,

muchas

Biblias del

el libro

de

aprovechó ya en los Castigos et

el

si-

Conci-

el siglo

xm

documentos a

Pero esta curiosa versión altera y abrevia

apólogo

original,

que dice

así,

traducido por

(2):

Hac repressi

castigatione, in

pralium redcunt:

impressione, quos fugicbant, fugere compcllunt^ (Just. Hist.,

El mismo rigor

pare-

Este enigma se halla en

aun después de haberle rechazado como apócrifo

de Trento.

al

de Esdras (llamado también de

del libro III

Zorobabel), libro excluido

antigua también, y,

disputa entre Ciro y otros mancebos

cosas

las tres

muy

literal

que en

I,

et jacta

6.)

estas líneas, se observa en todo lo

demás del

romance. Lectis Ule epistolis eadem somnio adgredijussus est: sed pmmonitus (i) ut qucm primum póstera die obvium habuisset, socium cozptis adsumcret. (Justino,

I, 5.)

Hoy, después de los trabajos de los Sres.Groussac y Foulché-Delbosc, se juzga eme los Castigos e documentos no son obra de Sancho IV, sino de (*)

un anónimo que

utilizó la versión castellana del tratado

De

regimine princi-

Egidio Colonna, hecha entre 1345 y 1350 por Juan García de Castro^eriz. (Cons. J. Fitzmaurice-Kelly: Historia de la Literatura aspañola; ed. de

fum de

Madrid, 1916, pág. 34). (A. B.) No parecerá superflua tan larga (2)

cita, si se reflexiona que, por no inmodernas los libros III y IV de Esdras, son tan poco conocidos estos apócrifos, que persona tan docta como el Sr. Amador de los Ríos, al tratar del libro de Don Sancho, no acertó a identificar el Zorobabel, perdiéndose en inútiles conjeturas por creer que se trataba de un libro de apólogos al modo de Calila y Dina o del Scndcbar.

cluirse en las Biblias

COMEDIAS MITOLÓGICAS Capítulo

245

III:

Siendo Darío rey hizo una gran cena a todas sus gentes y

«I.

criados.

Y

>2.

de Media y de Persia; a todos sus

a todos los grandes

y cónsules y prepósitos, desde la India

capitanes

gobernadores,

hasta la Ethiopía, que eran ciento

siete provincias.

y veynte y

Y

»3.

hartos, el

desque ovieron bien comido y bevido, y se volvieron rey Darío se subió a su cámara, y durmió hasta que se

despertó.

Entretanto tres mancebos de

»4.

cuerpo del rey, dixeron

el

uno

guarda, que guardaban

la

al otro:

Digamos cada uno nuestro dicho

«5. »

pareciere aver hablado

»

le

Que

excelente, para que el

más sabiamente que

dé grandes dones en señal de »ó.

el

que

rey Darío

los otros, el

victoria:

de púrpura, que beba en oro, que duerma

se vista

»

sobre oro, que ande en carro con freno de oro, que trayga diade-

»

ma

de

fino lino

Y

>7. »

que

y

collar

se asiente

de oro a su cuello: en

el

lugar, después

segundo

de Darío,

por su sabiduría, y que sea llamado pariente de Darío.» »8. Entonces cada uno escrivió su dicho, y lo firmó; y pusié-

ronlo debaxo del almohada del rey Darío, diziendo:

Quando

«9. » »

aquel cuyo dicho fuere juzgado por

como

lo

el

más

de Persia, serle ha dado

los tres príncipes

» ria,

»

rey se levantare, dársele ha aqueste escripto; y

el

el

premio de

>lO.

El uno escrivió: «Poderosísima cosa es

el

vino».

El otro escrivió: «Poderosísima cosa es

el

rey».

»I2.

El otro escrivió: las cosas

Y

»I3.

y

los dieron,

>I4.

Y

Media, y a »

1

5.

la victo-

avernos escripto.»

»ll.

todas

y por

sabio, por el rey

sobrepuja

como

el

Poderosísimas son la

las

mujeres;

masa

Verdad».

rey se levantó,

ellos,

tomando

sus escriptos, se

él los leyó.

envió a llamar a todos los príncipes de Persia

los

y de

gobernadores, capitanes, prepósitos y cónsules.

Y sentándose a Consejo, fueron leydos los escriptos delan-

te dellos.

»l6.

Entonces

el

rey dixo:


20. »

haze olvidar toda tristeza y deuda.

El haze ricos los ánimos de todos,

»2I.

de rey

y que

de gobernador. Haze que no se hable sino por

ni

»

ria

»

lentos.

>

amistad ni de hermandad, y desde a poco desenvaynen

s

padas.

Y

»22.

Y

»23. »

de

»

que

lo

memo-

haya

ni

que después que han bebido, no se acuerden

ni

ta-

de

las es-

después que son libres del vino, nadie tiene memoria

que ha hecho. Por ventura, oh varones, ¿no es potentísima cosa

>24.

fuerza a hazer todo esto?»

Y

el vino,

desque éste hubo dicho,

calló.»

Capítulo IV:

Entonces

«I.

rey,

comenzó

Oh

«2.

el

segundo, que había dicho de

todas

las

»3. »

a hablar:

»

4.

ellos,

y

les

la

más po-

mar, y de

ellas?

el

manda

más poderoso, pues que a todos,

y

se enseñorea

hazen todo lo que

ellos

Si él les dize

que hagan guerra

el

uno

al otro, ellos la

zen. Si él los envía contra los enemigos, ellos van

montes, y >5-

»

hay en

y de

la tierra

dize. -»

»

cosas que

El rey, pues, será

de todos

» él

potencia del

varones, ¿por ventura los hombres no son los

» derosos, pues que se enseñorean de .

la

los

muros, y

lo

traen

los

las torres.

Matan, y son muertos, y no salen de

vencen, todo

y derriban

ha-

al rey, ansí los

la

despojos

palabra del rey. Si

como

lo

demás.

COMEDIAS MITOLÓGICAS

Lo mismo hazen

só. »

bran

Lo que

la tierra.

los

lo traen,



al

9

sueltan.

»

derriban;

Si

»J.

que hieran,

Y

todo

el

Y

ellos le

Oh

Y

Entonces

sI3.

mas todos

Oh

« 14.

el

15. » ellos?

ai

¿Qué

el

el

la

2 16.

»l/.

de

ni

muchos hom-

y tendrá señorío sobre la

mar y en

ellas criaron a

y

los

la tierra.

que plantaron

el vino.

y

los

hombres no pueden

que

vivir sin

Si ellos

han allegado oro o

plata,

o qualquiera otra cosa

hermosa, en viendo una mujer hermosa y bien aderezada, 1

19.

¿Xo ponen la

los ojos

boca

plata, ni a otras cosas

»20. r

qual había

Ellas hazen las ropas de los hombres; ellas hazen lo

» están mirando s>

el

mujeres.

»lS. *

es

mujeres? Las mujeres engendraron

las

haze a los hombres honrados, » ¡as

Rey más poderoso, pues

más poderoso.

quales es hecho

las

y ninguno puede

son obedientes.

el

pueblo, que domina en

el

del,

Rey, aunque es grande,

Ellos nacieron dellas,

» las viñas,

le

cosa, pues, les es superior

a todo

él,

Verdad, comenzó a hablar:

vino, es el

¿Por ventura no son

Rey y

que planten, plantan.

que era Zorobabel,

tercero,

varones, ni

tampoco

dize

calló.

icho de las mujeres y de

> bres, ni

si

come y bebe y duerme,

varones, ¿cómo no será

ansí obedecido?»

que derriben,

edifican.

guardan puestos arredor

yr a hazer sus negocios, 12:

Rey

los tributos

pueblo y sus potestades obedecen a uno; y

tretanto, está assentado,

sil.

ellos hieren; si dize

que corten, cortan;

Si él dize

»9. 2>IO.

la-

matan. Si dize que suelten,

ellos

que edifiquen,

dize

si

mas

batallan,

ni

siegan, después de haber sembrado, al

que maten,

dize

él

Si él dize

»S.

>

que no guerrean

y los unos a los otros se compelen a pagar Rey, aunque 61 no sea más de un hombre solo.

>

y>

247

ella,

dexando todo

lo

demás, y

desseándola más que a oro

la

ni a

hermosas?

El hombre dexa a su padre que lo ha criado, y a su pro-

rÁa tierra,

>2I.

en

abierta,

y

se junta

con su mujer.

Passa su vida con su mujer, y ni tiene

> ni de madre, ni de su tierra.

memoria de padre,

24S

ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA

De

»22. »

aquí, pues,

lo traeys

después a

y

>

o a navegar sobre

Toma

»22.

Vee

2*24.

hurto,

»25. >

»

y

Y

su espada

mar o

león,

el

muchos

por causa

>2J.

Muchos

days

y

sale fuera a saltear

y

robar,

los ríos.

camina de noche; quando habrá hecho

el

su padre ni

de

se tornaron locos por la vista

las mujeres,.

dellas, fueron vueltos siervos.

y cayeron y peccaron por causa de

se perdieron

mujeres.

las

me

¿No

creeys, pues, ahora? ¿Por ventura el rey no es

grande en su poder, pues todas

Con todo

»2Q.

de Bartaco

el

eso,

yo he

regiones temen de tocarle?

las

visto a él

y

a

Apames, su amiga,

Magnífico, la cual estaba asentada a su

mano

derecha.

Y

»30. »

la

otros,

» hija »

hombre

el

lo

mujeres?

las

madre.

»28. »

mujeres dominan

y robado y despojado, tráelo todo a su amiga. Porque más ama el hombre a su mujer que a

»2ó. s>

las

sobre vosotros. ¿No trabajays y afanays vosotros, y todo

»

»

podreys conocer que

suya,

y

le

quitaba

hería al

la

diadema de su cabeza y

Rey con

mano

su

la

ponía sobre

la

izquierda.

Y el Rey, a todo esto, la estaba mirando con la boca abier-

»3I. 3

ta. Si ella se le reía, él se reía

»

él la

lisonjeaba para hacer

también;

si

él,

paz.

la

¿Cómo, pues, oh varones, no serán

»32.

enojaba con

ella se

las

mujeres

las

más

poderosas, pues hacen tales cosas?»

A

»33. »

Y

él

comenzó

Oh

«34. :~

:>

s>

sas?

esto el

La

rrera,

Rey y

Príncipes se miraban

los

el

uno

al

otro-

a hablar de la Verdad.

varones

(dize); las

mujeres, ¿no son

las

más podero-

en su cagrande y y porque en un día da una vuelta al cielo y se torna a su. tierra es

el cielo alto,

el sol

ligero

lugar.

»35. » 36.

Pues

el

que ha hecho

y todas

las cosas

»

celebra,

»

iniquo donde ella está. »37.

estas cosas ¿no es grande?

A la Verdad invoca toda la la

El vino es iniquo,

tierra;

reverencian

el

Rey

y

y también la

el cielo

la

temen, y nada hay

es iniquo, las

mujeres son ini-

COMEDIAS MITOLÓGICAS »quas, toda la naturaleza de los »

son iniquas: no hay en

hombres

ellos

2^0,

es iniqua

y todas sus obras

Verdad, y en su iniquidad pe-

recen.

Empero

»38. y

hace todas

.

En

»40. » la

3 »

>

la

y maldad

injusticia

se apar-

sus obras.

hay

injusto: ella es la fortaleza, el reyno,

majestad de todos los siglos. Bendito sea

el

Dios

de Verdad.*

y todo el pueblo clamó y más poderosa.

Esto dicho,

calló:

Verdad

es grande,

y

la

»42.

Entonces

el

Rey

le dixo:

«Demanda

quanto eres hallado

y

serás llamado

Y

>43.

él

más

respondió

sabio, tú te assentarás

la

después de mí,

al

Rey: «Acuérdate del voto que heziste

possesión de tu Reyno, de reedificar a Je-

Contra valor no hay desdicha, es

Lope compuso sobre argumenten de

la historia

la

mejor que

antigua,

y una de

buenas de su inmenso repertorio. Hubo de ser también una de

las últimas,

como parecen

Y

Abandonando Lope las

indicarlo los postreros versos:

aquí dio

Que aun

en

quisieres,

(i).

Esta comedia,

las

que

«La

mi pariente.»

que tomaste

rusalem»

el

lo

dixo:

concederemos: por

aliende de lo que está escripto, que nos te lo

» el día >

y de toda

cosas justas,

su juizio nada

potencia y

>4l! >

las

Todos aprueban

> ta.

»

Verdad permanece en su vigor eternamente,

la

y vive y domina por siglos de siglos. En ella no hay acepción ni diferencia de personas, mas »39.

el

fin el

poeta,

vive para serviros

procedimiento enteramente épico que

comedias heroicas de su juventud había seguido, de poner

en acción y representación una crónica entera, acumulando chos por

(i)

el

La

orden mismo en que sucedieron,

sin

los

he-

buscar entre ellos

y Nuevo Testamento. Hebreos y Griegos y con di-

Biblia, que es los Sacros Libros del Viejo

Segunda edición

revi si a y conferida con los textos

versas translaciones. Por Cypriano de ¡'alera

Lorenzo Jacob i, 1602.

En

Awsterdatn, en casa de

ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA

25O

mas

artificioso enlace

que

el

que en

la historia

tienen,

y evitando

toda narración previa o incidental, construye aquí más dramática-

mente su

plan,

excluyendo de

nacimiento e infancia de Ciro,

él el

a quien presenta ya mancebo, y aclarando gradualmente rio

el

miste-

de su origen mediante largos relatos de Astyages mismo y de

Harpago.

De

este

modo,

a la vez

que

aprovechan en

se

la

pieza casi

todos los datos tradicionales (suprimiendo únicamente algunos de-

masiado primitivos y ya inadmisibles en el teatro, como el primer sueño de Astyages), aparecen agrupados en torno de un núcleo dramático, que es

y

revelación

la

de Ciro, retardado en vano por

el

las

cumplimiento del

en esta comedia mucho que aplaudir, no sólo en inspiración fresca

genial,

y

alto destino

malas artes de su abuelo.

que nunca

falta

el

Hay

sentido de la

en Lope, sino también

y el estudio, que parecen menos compatibles con su producción enorme y acelerada. Sin necesidad de ideolo-

en

el

gías,

de

la reflexión

como

dice Grillparzer, acierta a darnos nuestro poeta desde la

primera escena cabal noción del arrogante carácter de Ciro, cuando ignorante todavía de su excelsa prosapia, expresa de este modo, dirigiéndose a su supuesto padre,

vaquero Mitrídates,

el

pensamientos que bullen confusamente en su alma: Padre, no penséis que vos

Sólo mi

artífice fuistes;

Porque,

si el

cuerpo

me

distes,

Las almas infunde Dios. Corta un escultor un leño

Y

señala una figura,

Que Por

acabar después procura las líneas del diseño.

Este leño os debo a vos.

Figura

muda y en

Que

perfección del alma

la

Sólo se

la

calma;

debo a Dios.

¿Todo ha de ser cultivar

La

tierra y seguir dos bueyes? ¿No tienen los dioses leyes

Para saberlos honrar?

los

altos

COMEDIAS MITOLOGICxVS

Las escenas de

supuesta coronación de Ciro,

la

muchachos convertido en

más de

resalto la

25

y

I

del juego de

de animación, y ponen vigorosa juventud de ánimo y cuerpo del protaveras, están llenas

gonista:

Xo hay hombre en toda Que no le tema, señor,

aldea

la

Ni por fuerza o por amor

Moza que suya no

sea.

Él goza, sin que con él

Ruego o

De De

las

El

Y

colmenas

come

coge

Un

Y

aproveche,

justicia

las ovejas la leche,

lo

oso

a

lo

la miel.

que no

ara;

que no siembra;

brazos desmicmbra,

una tigre desquijara

Este personaje, que lleva en su frente ción para

el

imperio, y que, conducido a

sello

el la

de

la

predestina

presencia del

Rey As-

tyages, repite con indómito brío:

Y

yo también en mi aldea

Soy rey de

tiene, 11er,

como todos

por ejemplo),

grandes ambiciosos

los la

los labradores

,

(el

Wallenstein de Schí-

superstición astrológica, la confianza ciega en

su estrella, mezclada con la confianza en su propio valor:

Que

huyeren

si

Estará firme a

las estrellas,

menos

lo

La que nació con mi

Venga Que,

el

si

mundo

dicha.

contra mí;

con valor

nací,

Contra valor no hay desdicha.

Guarnecido

el

pecho de

tal

armadura, logra sobreponerse a

agüeros, cortando las piernas a su caballo cuando rra en el

momento de

su aclamación:

le

los

derriba en tie-

ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA

252

Ya, vasallos,

En mi

el

agüero

caballo cayó;

Él es muerto y yo soy vivo:

Con que

el

agüero cesó;

Que no hay fortuna contraria Oue no la venza el valor.

Así

resiste

che antes de

que

a la procesión de sombras

la batalla;

escena que recuerda

inmediatamente otra

admirable del Ricardo III de Shakespeare, aunque en Lope brenatural es siempre

relámpago. Ni

la

más rápido y cruza por del cometa,

tos de conquistador están

de que va

escena

la

voz del espectro de su padre, que

ni el fatídico presagio

a ser el

lo so-

como un

le incita a huir,

bastan a intimidarle. Sus alien-

moralmente realzados por

vengador de

no-

asaltan la

le

la

conciencia

inocente sangre del hijo de Har-

la

pago. Pero, satisfecha ya su venganza, perdona magnánimamente a su abuelo, sublimando raleza,

y

feliz,

que no es ya sino la del

y

joven temerario,

Eso Si

su propia natu-

aventurero osado

no;

venció

no supo perdonar.

Porque es tan

alta la gloria

De perdonarte vencido, Que hasta este punto no Verdadera

la

la del

monarca sabio y prudente:

Que ningún hombre

En

modo

purificando de este

la del

ha sido

la victoria.

creación de este carácter,

al

cual se contrapone hábilmen-

te la hipócrita crueldad de Astyages, consiste el principal, pero el

no

único mérito de este drama, donde, aparte del interés novelesco

del argumento,

ejemplo,

el

hay situaciones

teatrales hábilmente preparadas (por

encuentro de Ciro y Harpago

al

fin

de

la

jornada

se-

gunda); escenas idílicas de aquel género en que tanto sobresale Lope; versificación

y

estilo

generalmente intachables;

frases poéticas

y

fe-

COMEDIAS MITOLÓGICAS

253

en medio de su llaneza y sabroso realismo, y aun máximas

lices (i)

morales expresadas con sentenciosa concisión.

Lope de Vega ha repetido en

varias comedias (por ejemplo, en

El Gran Duque de Moscovia, en El Hijo de teres análogos al

los leones, etc.)

de Ciro, y lances que tienen semejanza con

esta obra.

También

La rueda

de la fortuna (pieza cuyas relaciones

de Calderón,

En

carac-

la

tiene el Heraclio del Dr. Mira de

esta vida todo es

consiguiente, con el

los

más remotas con

verdad y todo

de

Mescua en la

y por Héraclius de Corneille, hizo ya notar Hartzenes mentira,

busch, no sin oposición de Viguier):

En

la

corte de los reyes

No hay mancebo más

bizarro;

El movimiento de un carro

Detiene con cuatro bueyes.

Tan

Que

ligero corre

y

salta,

alguna vez ha alcanzado

Al corzuelo remendado

Por

la

montaña más

Es una cuartana

alta.

fría

Del león bravo y furioso; Es un vaguido del oso, Del lobo melancolía.

Porque

al

lobo, oso y león

Los acobarda y

destierra;

Y

la

sobre todo, a

guerra

Tiene extraña inclinación.

Xo hay en

sólo es patente la imitación la

de

la

de Ciro, sino que

figura

fabulosa historia que del emperador Heraclio finge Mira

de Mescua, un trueque de niños, un príncipe villano y otro destro¿Pensáis

(i)

que viene enseñado

Sobre una tabla de pino,

Este fuerte capitán Al regalado faisán

Y

Y

Los nabos en

al

vino aromatizado?

Oh! Bien haya, dije yo, ¡Debajo de un pobre techo La olla de un labrador, Los rotos manteles puestos

aquel ver

salir

hirviendo

El repollo en el verano, el

invierno

Porque los contentos, Filis, hay en el mundo contentos,

Si

No

están en las ceremonias,

Sino en

el

gusto y

el

sueño.

ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA

254

nado, con circunstancias no idénticas, pero que de todos modos pa-

recen reminiscencias. La situación

de La Vida es sueño, en que

final

Segismundo vence y perdona a su padre, coincide también, hasta cierto punto, con la de Ciro venciendo y perdonando a su abuelo. Sobre los

el

mismo argumento de

la

comedia de Lope versa uno de Ciro Riconosciuto (música del

mejores libretos de Metastasio,

Caldara), representado por primera vez en el jardín de

Favorita, de Viena, en presencia de los soberanos,

de 1736, para jer

Lope y tase.



festejar el día natalicio

de Carlos VI

En

(i).

de

la

el

La

Lmperial

28 de agosto

Emperatriz Isabel, mu-

Metastasio conocía una parte del Teatro de

estimaba mucho, pero no creo que en esta ocasión

le

el

le

imi-

prólogo no cita más que a Herodoto, Ctesias y Valerio

ambas obras

Máximo. Por

otra parte, el plan de

niendo en

de Metastasio grande intervención

la

es

muy diverso, te-

los

padres de Ciro,

Cambises y Mandane, que no aparecen en la de Lope. Hay, sin embargo, algunas escenas que se parecen bastante; por ejemplo, aquella en que Astyages reconoce a su nieto:

É

quello

Di Mitridate

il

ñglio?

ARPAGO

Appunto. ASTIAGE

Oh Che nobil

volto!

Poco s'accorda

II

Dei,

portamento altero

alia natia caparina

Arpago, e puré In quel sembiante

Che non

un no so che ritrovo

distinguo, e

non mi giunge novo.

Opere del signor Abate Ptetro Metastasio, (1) dova Herissant, 780, pág. y siguientes. 1

1 1

1

t.

V, In Parigi, presso

la ve-

COMEDIAS MITOLÓGICAS

2

=

5

El poeta moderno prepara esta anagnórisis con más destreza técnica que

el

antiguo.

En

Lope, Astyages dice candorosamente en

cuanto oye hablar a Ciro:

¡Vive Júpiter sagrado,

Que Que

tanto a

Mandane

imita,

tiene en el rostro escrita

La verdad de mi cuidado! Éste, sin duda, es

Que en

mi

nieto;

aquel rudo horizonte

No fuera el parto de un monte Tan atrevido y discreto; Porque son precisas leyes, De que tengo claras señas, Que peñas engendran

Y Este libreto, lo traducido

mismo que

al castellano,

imitado por

el

peñas,

reyes producen reyes.

casi todos los

de Metastasio, fué tra-

aunque infelizmente, en

el siglo

cómico José Concha en su pésimo drama

pasado, e

Ciro, prín-

cipe de Persia.

X.

y

la

Las grandezas de Alejandro.

dedicó

al

Duque de

— Lope

la

llamó tragicomedia,

Alcalá, virrey del Principado de Cataluña.

Está impresa en la Parte décimasexta de

las

comedias de su autor

(Madrid, 162 1 ).

Creemos

inútil

detenernos en

el análisis

de esta desatinada pie-

za,

en que

do

o de cualquier otro autor de los más conocidos, acumula en tres

el autor,

siguiendo a escape

la

narración de Quinto Cur-

actos una gran parte de la historia de Alejandro, presentando

Ios-

menor trabazón dramática y del modo más informe y grosero que puede imaginarse. Es una de las pocas obras enterahechos

sin la

mente malas que nos ha dejado Lope. Nada hay en

ella

digno del

ingenio de su autor, a excepción de algunos trozos de versificación,.

y

muy

telo

en

especialmente del precioso romance puesto en boca de Vila

primera jornada:

En

los

montes de Corinto

Guardaba cabras, señor

ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA

.256

Por mi cabana una noche Este mancebo pasó:

No

le di el faisán preciado,

Ni

vino espirando olor;

el

No

sábanas que amortajan

Al avariento señor. Dile en

la tejida

encella

El candido naterón, Miel virgen en su alcornoque,

Blanco pan, que

La cama de

nació;

allí

pieles blancas

Donde algunas veces yo No tuve envidia a los reyes,

Y

.

que envidiara

Figura en esta pieza,

como

el

mayor

episodio, la generosidad de Alejan-

dro con Apeles que sirve de tema a una comedia de Calderón, Darlo todo y no dar nada, Apeles y Campaspe. El filósofo cínico Diógenes es uno de los personajes de esta pieza, y aparece también en la

de Lope cantando unas bellas estancias en loor de

la

soledad:

Puro, divino cielo,

Libro donde se escribe

La más

Hay, además en

la

nes de combates y de

alta

y mejor sabiduría

tragicomedia de Lope pomposas descripciofiestas, brillantes

retazos

que pudieran

lucir

en mejor paño. Pero fué temeridad llevar a las tablas tal argumento, aun sin contar con lo rudo y primitivo de la ejecución. Las hazañas de Alejandro son materia esencialmente épica, y todo poeta que las trate en otra forma tiene que estrellarse. Bien lo prueban, dentro de escuelas

muy

distintas, el fracaso

de

la

tragicomedia de Lope

en España, y del Alexandre de Racine en Francia. Prometió nuestro poeta una segunda parte, que quizá no llegó a escribir,

y que

debía contener

después de su entrevista con cual puso término a

la

el

el

resto

de

la

historia del

sumo sacerdote hebreo

héroe

Jado, en la

primera, sin duda para darla una especie de

.conclusión religiosa.

XI.

El Honrado Hermano.— Publicó Lope

esta

tragkotnedia

COMEDIAS MITOLÓGICAS zn

Parte décimaoctava (Madrid, 1623); pero debía de tenerla es-

la

mucho

crita

antes

como creemos,

si,

de Los Horacios se 1

2$7

Ha

1604).

cita

ya en

es

misma que con

la

primera

la

de El Peregrino Ochoa en el tomo II

lista

sido reimpresa por D. Eugenio de

Tesoro del Teatro español, publicado en París por

del

el título

el

editor

está indicada por él

mismo

Baudry.

La tuente de

comedia de Lope

esta

Juan Muñoz de Escobar: «Esta roma-

.en la dedicatoria al contador

na

de

historia

Horacios y Albanos, que en su primer libro es-

los

cribe el príncipe de ella, Tito Livio, ofrezco a v. fuese fábula, sino verdadera historia,

deñó San Agustín de en

cap.

el

escribirla

XIV, disculpando

las

en

el

m

No

quise que

y tan calificada que no se desde su Ciudad de Dios,

lib. III

lágrimas de Horacio con

el

ejemplo

de Eneas y de Marcelo en Sicilia; que cuando no tuviera esta calidad y la que le dan los principios de la sagrada Roma, haberla dedicado a

m. y honrado de su nombre era calificación bastante».

v.

El texto de Tito Livio (capítulos XII y XIII del

Década) dice

en

así

la

de

lib. I

la

I*

vetusta traducción de fray Pedro de Vega,

corregida por Francisco de Encinas, que era

la

que corría con más

crédito en tiempo de Lope: XII.

Muerto

Entrereyes.

E

el

Rey Xuma, tornó

Rey, no sólo fué desemejable la

paz,

el

regimiento del

Reyno

después fué eligido por Rey Tulo Hostilio

mas aun

fué

más

pasado (Numa), en

al

feroz

ciudad se envejecía con ocio, buscaba todas para despertar guerra.

E

el

que Rómulo. Pues como las

a

Este

procurar de viese

que

la

causas que podía

acaesció que los labradores

Romanos roba-

ron los campos de los Albanos, y los labradores de Alba también se entregaron en los

campos de

Alba entonces Gayo

Civilio.

estas

dos ciudades a repetir

que

los

(1)

(2)

esto es,

Albanos negarían,

Romanos.

En un tiempo (i) las cosas

suyos que no hiciesen cosa

los

los

et

sin su así

E

tenía el Reino

vinieron los legados de

tomadas.

mandamiento

tendría

él

de

E

Tulo mandó a

(2),

porque creía

ocasión para les hacer

En

el sentido latino de repeleré, reclamar. Mal traducido. El texto dice: Ne quid prius quam mandato, agerent, que no tratasen de nada antes de cumplir el mandato que llevaban.

Mksénbbz

y Pri

ayo.— Estudios sobre

el

Teatro

(te

Lope de Yegn.

§j

ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA

258

guerra

Tulo mandó

(I).

rescibir

muy amigablemente

a los mensaje--

ros de Alba, et hízoles grandes ñestas. Entretanto, supo de los su-

cómo

yos

Albanos

los

habían negado

les

las cosas

tomadas y cómo

habían denunciado guerra para dende en treinta

les

Tulo mandó a

los legados

de Alba que dixesen

lo

Entonces

días.

que querían. Ellos,

Romanos habían hecho en su ciudad, dixeron cómo les pesaba si en aquella embaxada dixesen alguna cosa que al Rey Tulo no agradase mucho, mas que no podían hacer otra cosa, y que venían a pedir las cosas que los Romanos habían toignorando

mado sen

lo

que

los

a los Albanos,

restituir, les

y

tenían mandamiento, que

no gelas quisie-

si

denunciasen guerra. Oyendo Tulo esta su embaxa-

que

da, respondióles et díxoles: «Decid a vuestro Rey,

Romanos hace

a los Dioses testigos,

»

los

»

no quisieron otorgar a

»

por

esto, ellos

son

la

legados

los

Romanos

causa de esta guerra.»

dores con esta respuesta, entrambas venir a la batalla.

E

bien

rientes, ca del linaje talla hizo la

que primero las

E tornados

las partes se

civil fué esta

la

los

En

gente que en

ella

moraba

cándolo con grandes cavas.

de

Rey de

la

los

por

las

manos.

En

los

de Alba, fué pasada

Roma. Pues

a

los

Albanos

le

murió

este real

Civilio,

el

vinie-

campo

Roma,

cer-

Rey de Alba r

enemigos, et vino

al

castigar bien a los

Albanos

habían movido, pasó de noche

al real

campo de Alba. Sabiendo esto Meció más que pudo al de los Ro-

guardas, acercó su exército lo

E

envió un legado a Tulo a

gunos de

los suyos,

batalla es

medio a

rogar que ante que se diese

le

viniesen entrambos a habla.

salieron los dos capitanes en

(1)

su real a cinco millas de

Romanos, con deseo de

guerra injusta que

la batalla

>

ba-

la

suyos hicieron dictador a Meció Sufecio. Entretanto, Tulo,

los

por

de

fin

ron primero con gran exército y comenzaron a destruir

feroz

embaxa-

aparejaban para

guerra menos miserable, ca no se peleó en haz ordena-

Romano, y asentaron después

y

Rey de

guerra, porque fué entre pa-

Troyano decendían todos

da, et siendo destruidos los tejados et paredes

toda

el

y su pueblo cosas tomadas; que él

E la

puestas

y dixo Meció: «Yo he

que nuestro Rey

Civilio,

El texto latino añade pie, esto

visto

porque no

es,

las

haces a punto,

habla acompañados con

que

la

al-

causa desta

le quisistes

dar

las

co-

piadosa, religiosamente, sin faltar

a la santidad de los juramentos y de los tratados.

COMEDIAS MITOLÓGICAS

que a

Romanos habían

sas

»

no dudo que

>

se ha

y

pueblos vecinos y conjuntos por sangre, es

tú,

Tulo, tengas

el

mismo achaque. Mas

de hablar, más creo yo que

>

que no

la

>

acierto

que

»

mas

del tornar a esta

la

demandar

haya sido

la

E

a ella.

si la

E

verdad

causa de esta guerra entre dos la

codicia del imperio,

Yo

cosas tomadas.

las

intención del

que yo, después que

esto es cierto,

movió

sido tomadas, se

>

los

259

la

Rey de

no



si

Albanos,

los

guerra es comenzada,.

mí me paresce que será mejor que nos-

>

soy hecho Capitán.

»

otros nos

>

no esperan otra cosa sino que nosotros peleemos en uno, para que

a

ayuntemos contra

los

Hetruscos y Yolscos, los cuales

puedan después acometernos más

» ellos

a salvo.

Pues

si

los

»

nos aman, no miramos que, no contentos con

»

que agora tenemos, queremos cometer

>

dable todo nuestro poder

»

por

»

berar quál destos dos pueblos se enseñoreará del otro.»

la

qual, sin

y

al

Dioses

cierta libertad

la

juego de

fortuna

la

mu-

Busquemos, pues, alguna

señorío.

derramamiento de nuestra sangre,

se

vía

pueda

deli-

No

des-

agradó a Tulo este partido, como quiera que era de mayor corazón y tenía gran esperanza de alcanzar

E

la victoria.

halláronse a

caso en cada uno de los exércitos tres hermanos de un vientre, iguales

y

por edat et fuerzas.

los otros Curiacios.

E los unos de éstos eran llamados Horacios, E gran error hallo en no estar escripto por

quál de estos dos nombres eran llamados los tres mancebos que se hallaron en

Romanos

el

exército

Romano. E

los

más dicen que

los

mi ánimo. Pues con estos seys hermanos acordaron de manera que con aquellos quedase

librar el pleyto,

alcanzasen el

de

campo los

i

Esta fué

[I.

los

las fuerzas

tanto iba.

E

de

la

las pleytesías

el

que

el

pueblo

señorío del otro.

semejante, poniendo solamente

mancebos todo

luego que

Reyes de

imperio que

primera pleytesía o pacto que hallamos que

Romanos en caso tres

mucho

antes que entrasen los seys mancebos en

los

esto concertados, el Fecial,

firmar

los el

se hizo conveniencia entre los dos exércitos,

hayan hecho en

E

la victoria.

que venciesen, en pacífica concordia, tomase !

mancebos

fueron llamados Horacios, y a creer esto se inclina

el

negocio de

la batalla

en que

dos Reyes con sus exércitos fueron en

que era

el

que tenía cargo de

o conveniencias hechas por

hizo los auctos et ceremonias

al tal

el

tratar et

pueblo Romano,

caso pertenescientes, requirien-

ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOrE DE VEGA

26o

do a su Rey,

et

haciéndole hacer los juramentos acostumbrados.

leyendo después en presencia de todos

las leyes

que entre

E

dos

los

pueblos estaban firmadas, hizo esta oración diciendo: «Oye, ¡oh Júpiter! Oye tú, padre fundador del pueblo de los Albanos; oye agora »

pueblo Albano, que guardaréis firmemente

tú,

rezado en estas tablas.

> sido »

ello

E

si el

pueblo

lo

que agora os ha

Romano

viniere contra

primero por consejo público o secreto, tú Júpiter,

lo hiere

como yo heriré agora este puerco, y tanto más lo > castiga, cuanto más eres que ellos poderoso». E diciendo esto, hirió con una piedra un puerco. De la misma manera los Sacerdo»

en aquel día,

tes

de

Albanos hicieron sus juramentos según su costumbre.

los

Estas cosas acabadas, los seys hermanos tomaron sus armas, et

nos de

las

medio de

voces de los que las

dos haces.

E tocada

la

señal para se

cebos tiernos que tenían en sus corazones des exércitos, se llegaban unos a otros.

Ea

el

lle-

campo en combatir, los man-

expectaban, salieron

los

al

esfuerzo de dos gran-

los

primeros encuentros,

En

los dos de los Romanos cayeron muertos uno encima de otro.

cuya

caída,

Romanos

como

el

pueblo de los Albanos diese voces con gozo,

que no quedaba de

los

suyos sino uno vivo,

cios tenían cercado. Este

al

los

viendo

se turbaron et perdieron la esperanza del señorío,

qual los tres Curia-

mancebo Romano, viendo

el peligro,

considerando que los contrarios estaban heridos, y que

si

et

junto con

todos tres se combatiese que no podría vencerlos, hizo que huía,

porque

de

así los

la batalla

pudiese apartar de en uno.

un poco, miró

atrás et vido

Curiacios lo seguían, no juntos,

do con saña

al

primero, asióse

E como como

mano,

él, lo

mató como

viese que estaba

>

he enviado

>

éste

los

al

primero.

al igual,

dos hermanos

que queda, porque

» nos>. la

al

E diciendo

los

hermanos

hermano, ya

habiendo a aquel muerto, iba a buscar al segundo.

do con

por

los tres

mas uno en pos de otro. E tornancon él. E como los Albanos diesen

voces a los otros para que corriesen a ayudar

ro, et

huyese del lugar

E como

E

quedase solo

crecióle el corazón et dixo: al

otro

Romanos

el

Ro-

pelean-

el

terce-

«Yo que

mundo, también enviaré se enseñoreen

a

de los i\lba-

esto, arremetióse contra él, et dióle

una lanzada

garganta, que cayó luego en tierra muerto. Et tomándole los

despojos, salió con gozo del campo, resabiéndolo los

Romanos con

26

COMEDIAS MITOLÓGICAS

E tanto

placer incomparable.

mor

antes fuera

más

gozo fué mayor, quanto

este su

el te-

intenso. Enterraron los cuerpos de los suyo?;

no con iguales corazones, porque unos

los

como vence-

enterraban

como vencidos; unos como acrescentados en su impecomo subjetos a señorío ageno. E fueron enterrados en el

dores, otros rio,

otros

mesmo

lugar que cada uno de ellos cayó muerto.

dos exércitos se partiesen, Meció, Rey de

los

allí

gún

lo

que

mandaba

le

dixo que tuviese en armas

de hacer guerra a

se hobiese

los exércitos a sus casas.

los tres

hermanos.

E como

desposada con uno de ante de

menzó llorando

E

a llamar el

espada

la

manos, y

mató con

al

mando

Muy

hermano vencedor, que

y

el

bien de

feo paresció este

la

os

doy

¡a patria, lloras el

caso a los Padres

facultad para

la

»

na, et

»

pónganla en un palo, porque a

fuese vencido, azótenle,

que juzguéis

él

la

quisieran dar por libre, no osaron,

1

pronunció

íoracio sea muerto. Por

el

verdugo

le

pusiese

que ha-

la

ende

el lazo,

triste juicio, lla-

a

sea castigo,

mas

y

la

a otros

como

si

es bue-

cabeza, et

exemplo

'.

quiera que lo

antes condenándolo a muer-

sentencia, diciendo: tú,

Horacio a muer-

apelación

y después córtenle

Estos varones, recibiendo este poderío del Rey,

ellos

y

ene-

a todo

causa a dos varones, di-

apelare de vuestra sentencia, véase

te, et si

uno de

tor-

impedimento de esto fué presentado

sin

»

si

co-

muerte de tus her-

su pena el beneficio reciente

consejo del pueblo, sometió

«Yo

y

diciendo: «Vete, pues, agora con

Rey. El Rey, por no ser juzgador de tan

el

ciéndoles:

te,

de

del esposo. Estas lágrimas de la

ira al

ella,

la victoria del vivo,

hecho a Roma. Mas

preso

los despojos

ella hiciera, soltó los cabellos

nombre

mas impedía mucho

pueblo,

bía

si

tor-

muertos, lo saliese a rescebir

desordenado amor, pues que, olvidando

migo Romano». el

Horacio llevaba

los Curiacios

hermana despertaron en tan gran

>

mayormente

Veyos. Estas cosas acabadas,

una su hermana virgen, que había sido

una vestidura de su esposo, que

tu

los

puerta Capena, et viese sobre los hombros del hermano

la

la

Rey de

juventud Albana, para que es-

la

los

náronse

>

Albanos, se-

hacer. Tulo, usando del seño-

tuviese aparejada cada vez que la hubiese menester,

nando

antes que de

conveniencias et pactos firmados, dixo a Tulo,

las

Romanos, qué era río, le

E los

verdugo, átale

Horacio apeló

al

las

«Yo juzgo que manos> E como .

Rey, diciendo que

ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA

202

podía temprar

rigor de las leyes.

el

E

puesta

la

apelación delante

el

pueblo, fueron todos movidos a compasión en este juicio, mayor-

mente por por bien

la

el

padre de Horacio, que daba voces y decía que

pocos dían antes,

la hija,

rían dexar sin ninguno.

todo

pueblo

el

duunviros: »

do,

¿>

ojos

los

de

E

llegándose

al hijo,

los

pueblo sufrir

lo

la

con

vistes entrar

Albanos no las

besábalo mostrando a

despojos de los Curiados.

«¿Cómo podéis ver debaxo de

que poco antes

al

E

volviéndose a los

horca, azotado

victoria?

podrían mirar».

¿cómo?

No pudo

E

dase sin algún castigo, mandaron

Esta traducción, harto débil

por su sencillez y sabor arcaico recientes, dista

al

et

non que-

mucho de

(i).»

y sumamente abreviada, pero que no hemos dudado en preferir a otras

reproducir, ni de lejos siquiera, el

la

au-

sagrado poder

fórmulas jurídicas (lex horrendi carminis fcedus ictum) que

de

las

en

él intercala,

,

y en

las cuales creía

adivinar Niebuhr restos de la

primitiva poesía romana. , dando música y cantando

versos a las mujeres, insultando a los pacíficos transeúntes

dando

las

a cuchilladas

con

la justicia,

y an-

poco tienen de romanas; pero

en su género son amenas y chistosas, y recuerdan otras análogas en (i)

(2)

Nerón

Discurso primero sobre las tragedias españolas, pág. 50.

¿Qué ma\r or burla que

esta reflexión

de un labrador, después que

se mata?

cosas de su tiempo. No sabemos si

quiera dar realce a las más vulgares les

sugería

el

espectáculo de

las

este librillo acerca

de Felipa Catanea fué anterior o posterior

gico suceso de

Maríscala de Ancre, pero parece aludir a

la

al tráél

en

todas sus circunstancias.

La

obrita de Pedro Matheo, curiosa

por su asunto, aunque

fas-

No hemos visto la primera edición, cuyas aprobaciones, transcritas segunda, son de 1624. Esta segunda, que pertenece a la serie de nove-

(1)

en las

la

y libros de entretenimiento reimpresos por

el

famoso librero

Padilla,

tiene el título siguiente: Historia de la prosperidad infeliz de Felipa de Catanea, la lavandera de Ñapóles. Escrita en francés por Pedro Matheo, chronis-

Rey christianissimo, y en castellano, por Juan Pablo Máriyr Rizo. Aora añadido un tratado en alabanza del color verde. Segunda impresión. Año de 1736. En Madrid, a costa de D. Pedro Joseph Alonso y Padilla. 8.° ta del

Precede a la obrita un juicio de D. Francisco de Quevedo, que nota de historiador apasionado y poco puntual a Pedro Mateo, y ofrece escribir la historia de Felipa Catanea con toda certeza y diligencia, para que, bien infoj -

mudos los que aliendeti a ta que el gran polígrafo

Menémet

r

tales estudios,

tengan la

?ioticia sin

mancha. No cons-

llegase a realizar su propósito.

Píi.ayo.— Estudios sobre

el

Teatro de Lope de Vega.

20

ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA

306

tidiosamente escrita, tuvo muchos lectores,

y de

principalmente los autores de El monstruo de

chando, no obstante,

las principales

repitiendo textualmente

ella se valieron

Fortuna, aprove-

la

situaciones de la de Lope,

y

famoso verso Madruga y mata primero.

el

La tragedia de Rojas y sus colaboradores, aunque inferior a la de el estilo, que no está exento de manchas de culteranismo Y

Lope en

y menos poética que ella en algunos pormenores, está mejor concertada y es más propia para la escena, donde se ha sostenido hasta

como

nuestro siglo, ella

lo

prueba

D. Alberto Lista en

que juegan en

el

el artículo

tomo

XV

acción no son tan

la

que en

1

822 escribió sobre

de El Censor. Las pasiones

viles; los

crímenes se consuman

con circunstancias menos atroces y repugnantes; hay más lógica en desarrollo de

el

la

rrores fisiológicos;

de

el

sano,

humilde

hay terror trágico y no meramente hopersonaje de Felipa Catanea, levantada des-

fábula;

y

oficio

el

de lavandera hasta

y despeñada luego en un abismo de

vando en medio del crimen llevan a dar

y honra les

el

la

del favor corte-

desdichas, pero conser-

y grandeza, que

cierta generosidad

talento de los tres poetas

la

que

le

crearon, entre los cua-

dirección Rojas, tan apto para manejar

la

puñal de Melpómene. El

el

cumbre

vida por salvar a su señora, es original e interesante

tuvo probablemente

dignamente so,

la

estilo es

noble

pero frecuentemente afectado. Lo más débil de

la

y

sentencio-

obra

es,

como

sin

duda alguna,

el

carácter de la Reina, pero no creemos,

que haya en

la

pieza duplicidad de acción, puesto que su asunto

principal

no

es el asesinato

de Felipa Catanea, que es la

la

de Andrés, sino

la

Lista,

prosperidad y caída

verdadera heroína de

la tragedia,

y no

Reina Juana, como sucede en Lope. Precisamente por haber que-

rido los tres ingenios concentrar todo el interés dramático en el ca-

de

la

das tintas

el

rácter

renunciar a

lavandera, descuidaron tanto

de la

la

Reina.

Dado

el

y dibujaron con

plan que siguieron, les fué forzoso

anécdota del cordón, que no sólo estaba en

dia de Lope, sino en el libro de

tan páli-

Pedro Matheo

(1).

Pero

la

come-

la

escena

«No hubo mucho intervalo entre el intento y la ejecución. La noche (1) precedente (el Collenucio lo dice así, más no lo afirma) hizo la Reyna un cordón de oro y seda. Andrés le preguntó que qué hazla. Y ella respondió: «Esto se hace para ahorcaros.

COMEDIAS DE HISTORIA EXTRANJERA final del

segundo

en que Juana y su favorita conciertan

acto,

crimen y salen juntas a para

el

te

efecto teatral

y

realizarlo, está

el

admirablemente calculada

de aplauso seguro.

es

— El Rey sin Reino. — Publicada por

III.

307

de sus comedias (1625), dirigiéndosela

Lope en al

la

capitán

fr.

Parte vein-

Alonso de

Contreras, del hábito de San Juan, cuyas hazañas se refieren larga-

mente en

la

dedicatoria.

Son argumento de

esta pieza las turbulencias

y estado anár-

quico del reino de Hungría, que precedieron a la elección del

La

Matías Corvino (1457).

en

La

Imperial de Otón,

Mexía

(i),

en

el

cap.

«Pasada, pues,

III

de

el

tenía grande cuidado,

Lope hubo de

Historia Imperial

la

la

la victoria

Hungría, del Turco,

gracia, había

fuente de

biografía del

y

Rey como

ser aquí,

Cesárea de Pero

Emperador Federico

III:

habida por Juan Huniades, capitán de

Emperador Federico, que de aquella guerra y aunque el Rey Ladislao estaba en su des-

ya acudido y socorrido para

ella

todo

lo

que mejor

pudo, luego entendió en procurar paz en Alemania para prevenir a lo

de adelante

murió

el

Rey

si

se ofreciese.

dieciocho años, estando en del

Rey de

Y

andando entendiendo en

esto,

Ladislao de Hungría y Bohemia, siendo de edad de la

ciudad de Praga, esperando

la hija

Francia, con quien estaba asentado de casar,

sospecha que murió de yerbas.

quedar herederos,

los reinos

y túvose Vacaron por su muerte, por no

de Hungría y Bohemia, y también lo lo cual no poca inquietud causó

que tenía del Ducado de Austria; en

la tierra,

y en ambos reinos hubo grandes

alteraciones sobre

la

a ello;

y sucesión, pretendiendo diversos príncipes tener derecho pero al cabo los de Bohemia tomaron por rey a Jorge Pogia-

bracio,

que era gobernador desde vida de Ladislao, y hombre de

elección

gran linaje y valor. Los húngaros eligieron a Matías, hijo del exce-

amor y respeto que a su pacomo por tener de su persona contentamiento y que era mancebo de diecinueve años, y estaba

lente capitán Juan Huniades, así por el

dre habían tenido,

buena esperanza,

preso en Bohemia por

la

bracio rey dio libertad,

primero con su (1)

hija,

Página 590.

y

muerte del conde de

y

se vino

a

Cilia.

Al cual Pogia-

reinar a Hungría,

fué después valeroso

casándolo

y excelente Rey.»

ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA

508

Esta comedia, de fastidiosa lectura, no ofrece materia a ninguna

observación particular. plicada

Tampoco

intentaré desenmarañar su

extravagante urdimbre. Parecen notarse en

y

reminiscencias de

ella

El Gran Duque de Moscovia, última

com-

algunas

pieza de las

incluidas en este tomo.

El Gran Duque de Moscovia

IV.

Texto de

Séptima parte de

la

las

reimpresa por Hartzenbusch en

comedias de Lope (1617). el

tomo IV de su

al

el siglo

xvn

lo

había sido en lengua holandesa con

groo ten hertoghevan Moskovien traducción en

cita otra

Tengo entendido que

(i).

el título

Ya en

de Den

oft ghewcldighe heerschappije (1672).

misma lengua por Francisco Woutera.

la

existe

Ha sido

colección. Tra-

alemán por M. Rapp en su Spanisches Tkeater

ducida

Se

y Emperador perseguido. —

también versión rusa, o a

lo

menos

al-

gún estudio o monografía sobreestá comedia. El Príncipe perseguido, obra de tres ingenios, Luis de Belmonte, Moreto y D. Antonio

El mejor de

Martínez, incluida en

los

mejores libros que han salido

de comedias nuevas (Madrid, 1653), es una mera refundición de El

Gran Duque de Moscovia

(2).

El impostor conocido con ció en Polonia en 1603

y

fué

después estaba ya impresa la

la

el

nombre

del falso

Demetrio apare-

muerto en Moscou en 1606. Diez años

comedia de Lope.

No podemos

fijar

fecha de su representación; pero debe de ser bastante anterior,

porque en la

mayor

y

pacífica

ella el falso

Demetrio (verdadero para Lope, como para

parte de sus contemporáneos) queda con vida

guiente, a

posesión de su imperio.

España

la

No

y en

quieta

había llegado, per consi-

nueva de su muerte, acaecida en un tumulto

popular a los once meses escasos de su reinado. ¿Cuál pudo ser relación que

Europa sobre

(1)

de

la

Lope tuvo

la

presente, entre las varias que corrieron por

este peregrino acontecimiento? La

que parece más con-

Los cuatro primeros tomos están consagrados a Lope. Forma parte

Bibliothck auslandischer Klassiker in deutscher Uebcrtragung (Hildburg-

hausen, 1868;. (2)

A la

segunda jornada, que escribió Moreto, pertenece aquella

dísima descripción de

la

vida conventual:

Dices bien que es purgatorio

sala-

COMEDIAS DE HISTORIA EXTRANJERA

forme es

la

del italiano Barezzo Barezzi (1606)

castellana por el .

mismo

y quizá hubo otra

Pero seguramente no se valió de

estilo.

impresa en Colonia en 1608

'raga-dia moscovítica,

como ya

(I),

3O9

su título lo indica, alcanza hasta

la

(2),

porque

la

ésta,

muerte de Demetrio.

Cabe también

la hipótesis

que hay en

comedia) de que no se valiera Lope de relación im-

presa, sino

la

(y a ella

inducen

los errores históricos

de informes orales de algún jesuíta polaco o de algún es-

pañol residente en los colegios de Polonia, único conducto por don-

de entonces podían tenerse en España nuevas de un país tan remo-

y

to

tan incomunicado con

de Polonia empresa

nuestro.

el

se acusó entonces

Es sabido que al

crédito

buena

fe

seguramente)

del falso Demetrio, creyéndole (de

legítimo heredero del Imperio, ranzas que daba de abrazar

el

a los jesuítas

de haber contribuido

y dejándose engañar por

catolicismo

y poner

fin al

y

las

a la

espe-

cisma grie-

go en Rusia. Los pormenores de en

la clásica

y famosa

historia

interesante monografía lla

dignos de serlo

uno y otro

menos (4).

de Rusia, de Karamsin

(3),

ya en

T

)

a

la

que Próspero Merimée compuso con aque-

y penetrante agudeza que

precisión de estilo

jos históricos,

vida de este aventurero pueden leerse,

la

leídos

realzan sus traba-

que sus admirables novelas, pero

Compendiaremos en dos

hechos que pueden servir de

autor, los principales

muy

palabras, siguiendo a ilus-

tración a esta comedia.

Iván

IV

el Terrible,

Zar y Gran Duque de Moscovia, murió en

1584, dejando dos hijos, Fedoro y Demetrio. El primero, que tenía

ya veintidós años,

y

le

sucedió en

trono; pero enfermizo de cuerpo

el

débil de espíritu, dejó las riendas del (1)

De

ella cita

gobierno en manos de su

Mérimée una traducción francesa: Discours merveitleux par te jeune Démétrius, gra?id-duc de Mos-

et véritable de la conqueste faite

du sceptre de son /rere, aveuue en cette année 1605, avec son couronnement du dernier juillet, par Barezc Barezi. (Arras, 1606.) Tragccdia moscovítica, sive de vita et morte Demetrii, qui vuper apud (2) Ruthenos imperium tenuit, narra tio ex Ji.de dignis scriptis et lilteris excerpta. covie,

(Colonite, (3)

apud Gerardum Grenenbruc,

afino ióoS.)

Histoire de l'empire de Russie,

Ai. de Divo//..... París, Bossange, 1S26. (4)

Episode de V histoire de Russie.

tiou. Paris,

Michel Lévy,

1

S75.

par

Al. de

Tomo

Karamsin, traduit par

XI.

— Les faux

Démétrius. Troisiéme tdi~

ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA

3 lO

cuñado Boris Godunof,

muy

Demetrio, que era dre, al

ambicioso, hábil

político

niño, fué relegado, en

sin escrúpulos.

y

compañía de su ma-

pueblo de Uglitch, donde pereció trágicamente

mayo de

1

el

15 de

591, a los diez años de edad, atribuyéndose su muerte a

haberse clavado un cuchillo en uno de los ataques de epilepsia que padecía,

si

bien

voz pública culpó a Boris de haberle hecho ase-

la

sinar para abrirse

más fácilmente

camino del trono. La indigna-

el

ción popular contra los asesinos del niño Demetrio produjo en

Uglitch un tumulto espantoso, del cual resultaron innumerables víctimas. Boris castigó aquellos excesos

con represalias todavía más

horribles: destruyó casi totalmente la ciudad, hizo cortar la cabeza

o

lengua a muchos de sus moradores, deportó a los restantes a

la

Siberia, encerró en

un monasterio a

la

rarse tranquilo poseedor del Imperio

no

sin sospechas

como

1

y pudo conside-

598 murió Fedoro,

la historia

mismo

tantas otras invenciones del

le

cuando en

de envenenamiento, que

misma conducta que corona que se

Zarina viuda,

formal rechaza

siguiendo

la

otros grandes ambiciosos, fingió rechazar

!a

venía a las manos,

jaez. Boris,

y representó la comedia polítimucho ahinco por el

ca de no ceñirla sino después de instado con

por los boyardos y por el pueblo. Gobernó Boris algunos años dando muestras de prudencia y

clero,

meza; pero sus reformas

exacciones

legislativas, sus

fir-

fiscales, el favor

que daba a algunos extranjeros, principalmente alemanes, y hasta sus conatos para mejorar la civilización de su pueblo, le atrajeron la

animadversión de una gran parte de sus descontento con

de el

1

hambre y

el

la

60 1 a 1603. Precisamente en

rumor de que

Polonia.

En

el

efecto;

vasallos,

acrecentándose

peste que afligieron estos

el

momentos empezó

Príncipe Demetrio vivía

y

el

país des-

a correr

estaba refugiado en

un joven de veinte a veintidós años, que servía a

un gran señor de Lituania en calidad de

paje,

según unos, o de co-

cinero, según otros, descubrió con gran secreto a su señor

que

él

era el hijo de Iván escapado milagrosamente del cuchillo de Boris gracias a hijo

un error de

de un

siervo,

los asesinos,

cuya persona había sustituido a

al

Príncipe,

la

al

del Príncipe,

Además de ciertas señas personales como la de tener un brazo más largo que

su médico, deseoso de salvarle.

que convenían

que habían matado en su lugar

COMEDIAS DE HISTORIA EXTRANJERA otro, el desconocido presentaba,

3

como prueba de

1

su identidad, un

armas de Rusia y una cruz de diamantes, que decía haber recibido de su padrino de bautismo, según la costumbre sello

de oro con

las

Aunque el aspecto del pretendiente era algo vulgar y no mucho en su favor, daba muestras de haber recibido edu-

griega.

prevenía

cación caballeresca

muy

superior

al

desempeñaba. Era diestro en todos esgrima, hablaba y escribía con aun tenía algunas nociones de

humilde los

de equitación y

igual facilidad el ruso latín,

y el polaco, y aprendidas probablemente en

como

algún convento. Su verdadera personalidad, postores, continúa siendo

que en Polonia

oficio

ejercicios

un enigma para

la

la

de otros im-

posteridad.

Su enemigo

Boris afirmó siempre que Demetrio era un monje apóstata

y

fugitivo

llamado Jorge Otrepief, y esta opinión ha sido generalmente admiti-

da por

los

Pero Merimée opone

historiadores, incluso Karamsin.

algunas dificultades no leves a

la

identificación de

Demetrio un cosaco de

ambos personajes

Ukrania y en el y monje Otrepief un mero instrumento suyo, un emisario encargado prefiere ver en el falso

de sublevar en su nombre Fraile o cosaco,

favor de

el

las

la

hordas del Nieper y del Don.

audaz aventurero se granjeó

muchos señores

timidad de sus pretensiones, pero animados por

la

nal contra los rusos, por la esperanza del botín,

por

el espíritu

inquieto

y

muy

aversión nacio-

y principalmente

y afectaron

tratarle

como

a príncipe

soberano. El principal de estos fervientes partidarios fué

Mniszek, a cuya hija Marina dio

el

mismo Rey de

triunfo.

Polonia, Sigismundo, consintió,

entusiasmo, en reconocer a Demetrio

rizó a los caballeros polacos para asistirle

También

el palatino

impostor palabra de matrimonio,

cumplida luego en Moscou después de su El

el

la legi-

belicoso que caracterizó siempre a aquella

nobleza, abrazaron su causa

mucho

pronto

polacos, que, convencidos o no de

como

aunque no con

zarevitz,

y auto-

con sus armas y con su

Nuncio del Papa, y los jesuítas se le mostraron favorables por haber abjurado, aunque en secreto, del cisma griego.

dinero.

el

Al mismo tiempo,

los

cosacos del Don, que constituían una es-

pecie de república militar independiente, sublevados por caciones de Otrepief, juntaron sus hordas con llante ejército

el

las

predi-

pequeño pero

que en Polonia había levantado Demetrio,

bri-

el cual,

ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA

312

penetrando en

ruso con éxito casi siempre favorable a-

el territorio

sus armas, derrotó o inutilizó, a fuerza de arrojo

masas enormes, pero indisciplinadas, que Boris la

le

y

habilidad, las

opuso; introdujo-

deserción en sus tropas, supo atraerse a los principales boyardos

y, finalmente, triunfó

después de una campaña de cerca de un año,.

sucumbiendo Boris menos de entermedad que de

y

peración, hijo

deses-

y el

único-

que dejaba.

El impostor, en quien su condición de

magnánimo y de

príncipe cou,

tristeza

siendo estrangulado por sus infieles partidarios

no excluía dotes de

político notable, entró

donde reinó un año, que

vencedor en Mos-

fué tiempo suficiente para

de grandes pensamientos

indicios

tal

civilizadores,

parados nada menos que con los de Pedro

pos no estaban maduros para

tales

el

que diera

que han sido com-

Grande. Pero los tiem-

empresas, y

falso

el

Demetrio

sólo acertó a concitarse el odio de su pueblo por la afición

que ma-

nifestaba a los extranjeros, especialmente a los polacos,

y por

matrimonio con una

católica. Estalló, pues,

su

una insurrección formi-

Kremlin y hecho pedazos el usurpador, en 27 de mayo de 1606, sirviéndole de sangrientos funerales la matanza de la mayor parte de los polacos que había en la ciudad. dable, en

Como

que fué asaltado

se ve, el falso

el

Demetrio sobrepujó mucho

príncipes supuestos de qué ciertos puntos de contacto

la

con

de

el nivel

los

Historia está llena, aunque tuviera el tipo

general de estos aventureros,.

en quienes suele haber una mezcla extraña de impostura y de alucinación de grandezas. Había salido de

la

nada; su patria

y

su

nom-

bre son todavía un misterio; tenía veinticinco años cuando murió, y a esa

edad, por

el solo

esfuerzo de su brazo

y de

su inteligencia,,

había conquistado un grande imperio, cosa a que nunca pudieron llegar, ni lio el

con cien leguas,

calabrés, ni los

el

pastelero de Madrigal, ni

demás

Marco Tu-

Sebastianes, ni los numerosos

falsos

Luis XVII, que tan poco rastro han dejado de su paso por

el

mun-

do, fuera del hecho de su impostura.

Un tasía

de

personaje tan original parece que estaba convidando los poetas dramáticos.

lo llevó a la escena,

si

Lope

fué, sin

duda,

el

la fan-

primero que

no en vida del protagonista mismo, porque

apenas hubo tiempo para esto dado

lo

efímero de su reinado, a

lo-

COMEDIAS DE HISTORIA EXTRANJERA

menos en la

años que inmediatamente siguieron a su muerte. La

los

historia está

francamente alterada, como de nación tan lejana, y de

cual el autor

El Gran lo,

y no

313

y su público debían de tener

noticias harto confusas.

Duque de Moscovia, padre de Demetrio,

resulta aquí abue-

se llama Iván el Terrible, sino Basilio.

Sus dos

hijos

son

Fedoro) y Juan. Teodoro está pintado como un imbécil, que perdió el seso por hierbas que le dieron. En cambio,

Teodoro (en

el

la historia

niño Demetrio es discretísimo; Pero

abuelo Basilio tiene puesto

el

su cariño exclusivamente en Juan; aborrece de muerte a Teodoro, a su mujer Cristina

y

sión a la corona.

La Princesa

corre su valor

y

y

a su hijo,

hijo, se le confía

fidelidad, para

y

se

empeña en

Cristina,

hijo

que

Iván de

el

suyo de

le

tenga oculto en su

misma edad.

la

doro, con

la

la vida del

Con

suce-

y

le

eduque

en compañía

que es tan bárbaro o más

y mata de un

que amaba, haciendo luego grandes

al hijo

esto

la caballería,

Basilio,

demostraciones de duelo y muriendo de talidad le causa.

castillo

abofetea á su nuera Isabel

la historia,

garrotazo en la cabeza

la

a Lamberto, caballero tudesco de probado

que

adoctrine en los ejercicios propios de

de un

apartarlos de

temerosa de los riesgos que

la

pena que su propia bru-

queda por Gran Duque

el

estúpido

Teo-

regencia de Boris, que desde luego pone asechanzas a

niño Demetrio, cuya vida salva Lamberto poniendo en su

lugar a su propio hijo.

En trio,

el

acto segundo, el

que busca

consagrarse a

asilo

la

fiel

Lamberto muere en brazos de Deme-

en un monasterio, con

vida ascética

V con

mejor intención de

y contemplativa: nombre como hombre

disfrazado

Vivir, Rufino,

Que

la

para morir nací.

Ya no soy

Un pobre

rey.

fraile

¿Qué queréis?

soy ya.

Haced cuenta que estoy muerto: Ya no quiero otra corona

Pero todavía en aquel quieto y religioso recelos de Boris, a cuyos oídos ha llegado

el

asilo le

persiguen los

vago rumor de que De-

ESTUDIOS SOBRE EL TEATRO DE LOPE DE VEGA

314

metrio vive todavía, y pasando por el monasterio nota la extraña semejanza entre su sobrino y aquel novicio, cuya muerte propone

ambages

sin

ha oído

y

la

Afortunadamente,

al prior.

conversación con tiempo, cuelga los hábitos de un árbol

donde hace primero

se refugia en Livonia,

entra después, del

como

Margarita

hija

enamorado. Desde aquí

la historia, si

bien difiere de

ella

da de puñaladas por librarse de

que

advertir, sin

quien atribuyese

la

(la

Marina de

la historia)

comedia va más de acuerdo con

en suponer que

manos de

las

embargo, que entre la

de segador, y la servidumbre

oficio

picaro o pinche de cocina, en

conde Palatino, de cuya

se había

encubierto Príncipe, que

el

el

tirano Boris se

su adversario.

contemporáneos no

los

Hay faltó

repentina muerte de Boris a suicidio.

El texto de esta pieza ha llegado a nosotros en un estado deplorable,

como generalmente sucede con todas las comedias que Lope sí mismo. Hay trozos en que evidentemente faltan

no imprimió por versos,

Aun

y

que parece notarse intercalación de ajena mano.

otros en

descontando todo

más descuidadas de su

muy

vivo

y

de gran efecto dramático, como

libre

la

Boris cuando cree reconocer a su sobrino en

son,

dos

anónimos y D. Agustín Moreto, cuyo nombre consta en un manuscrito

parmense. Página 68, línea

crito del auto

a

3.

— Restori

da noticia de un manus-

Los acreedores del hombre, que

Página 85, línea 21.



lleva la fecha

de 1620.

Restori, en su estudio: Collezione

de Diferentes Autores (Stadj di Filología romanza, VI, 1893; nú-

mero que

77/), cita otro auto, con el

es anterior al

mismo

título

de Vuelta de Egipto,

de Lope y parece haber servido de modelo a este

último.

Página 107, línea nuscrito

parmense que da

a

9. el

— De este auto cita Restori

verdadero

título:

un ma-

El desengaño

del

Mundo. Página 114, línea

9.

a

— Este

auto consta igualmente en

un antiguo manuscrito parmense, citado por Restori.

APÉNDICE

320

Página 114, líneas 17 a 20.

.

con razón) El Hijo de

la Iglesia

—La

Barrera distingue (y

de El triunfo de

la Iglesia

t

autos

bien diferentes.

Página 115, línea 26. el

auto de

Página 133, línea Página 186, líneas

Chorley

— La

Barrera cita

como anónimo

La Araucana.

(y, siguiéndole,

La

a

5.

—Dice: a

5-

a.

II.

«1624»;

— Esta

léase:

«1640».

tercera jornada,

pertenece en rigor, a juicio de Restori, a

la

comedia, sino que es

un auto independiente, de Lope, añadido arbitrariamente a primeras jornadas por El auto es

el

que

Barrera) juzgó enteramente nueva, no

los colectores

de

la

las

dos

Parte 26? extravagante.

de La Concepción de Nuestra Señora.

A. B.

CORRECCIONES

En

la

página 234, línea

sobre argumentos de

12,

debe comenzar

la historia clásica».

el capítulo:

Los números IX,

X

«VIL Comedias y XI, que

ran en las páginas 234, 255 y 256, han de ser, por consiguiente,

Mbnbndbz y Pklato.- Estudios

sobre el Teatro de

Lope de Vega.

I,

II

y

figu-

III.

ÍNDICE Páginas.

IV.

— Comedias de

vidas de santos (conclusión)

— Comedias pastoriles VI. — Comedias mitológicas V.

VII.

— Comedias

sobre argumentos de

i

115

139 la historia clásica

234

VIII.— Comedias de historia extranjera

279

Apéndice

319

Correcciones

321

índice

323

OBRAS COMPLETAS DE

DON MARCELINO MENÉNDEZ Y PELAYO EDICIÓN" DEFINITIVA,

REVISADA POR

El.

AUTOR

TOMOS PUBLICADOS Tomo

I.— Historia de

los

Heterodoxos españoles.

Tomo

I.

Madrid, 1911.

»

III.

— Historia de la Poesía hispano-americana. Tomo — Historia de la Poesía hispano-americana. Tomo

»

IV.

— Historia

>

II.

de la Poesía castellana en la

I.

II.

Madrid, 191

1.

Madrid, 1913.

Edad Media. Tomo

I.

Ma-

II.

Ma-

III.

Ma-

drid, 191 1-1913. »

V.—-Historia

de la Poesía castellana en la

Edad Media. Tomo

drid, 19 14. »

VI.

— Historia de la Poesía castellana en la Edad Media. Tomo drid, 19 6. 1

»

VIL — Historia de

los

Heterodoxos españoles.

>

VIII.— Historia de

los

Heterodoxos españoles.

II.

Madrid, 191

III.

— Ensayos de crítica Madrid, 19 — Estudios sobre Teatro de Lope de Vega. Tomo Teatro de Lope de Vega. Tomo XI. — Estudios sobre

»

IX.

»

X.

»

Tomo Tomo

filosófica.

18.

el

I.

Madrid, 1919.

el

II.

Madrid, 1921.

EN PRENSA Estudios sobre

el

los

Tomo III. Tomo IV.

Teatro de Lope de Vega.

Historia de los Heterodoxos españoles.

Tratado de

romances

7.

Madrid, 1918.

viejos.

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