Mis Memorias

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q u e n o l i r o c n m r m - i n o n f ' t r r r c r o n n . n l > , n i f m y , I >« I ' r " r ' n f ' f - q u c f r r o n o / o i cflc roclSulo dc un.i lorid.nl lecomendablc. f o r nr.a part,-, tod,., |,„ | , „ . n v e i )U: ' ' l a ' - m bn-n .pie u r n rr.ilmn Im j.inte n o !'• p , I f u r ,i u n v i l rn . n t r . n d c b a n d o l e r o * , v . j u e > f i : p . , *

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' • r crecisa con que su buen juicio y su fantasia ocurrente y pintoresca formulaban en atrevida sintesis muchas co­ sas. Pero quien mas puede quejarse de la falta de institutos profesionales, de universidad y estimulos para los hombres de ciencias en el pais, es el menor, Juan Euclides, quien despues de ha­ ber sido el mejor estudiante de su tiempo, y de haber acaparado ciencia y erudition muy vasta, sobre todo para un joven de 20 anos, se vio al cabo sin carrera ni quien se la diese, a causa de la falta de medios para salir a buscarla fuera del pais; y hubo de meterse a farmaceutico de un pueblo de la Isla, sepultandose alii con su gusto por las letras, con sus conocimientos y su clara, aplicada y afanosa inteligencia; y gracias que su vida y su inte-

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ALEJANDRO TAPIA V IUVERA

ligencia no se hayan resenlklo on la oscuridad y ol vacio que asfixia. ;Y, cuantos 110 liabra como los eilados por lo locanle a disposiciones felices, abismados en la general incuria y en la falta de atmosfera intelectual! ;A cuantas energlas naturales no habra arrojado en los abismos del vieio o del egolsmo desesperante, la falta de estimulos para ser algo! [Cuantos que habiendo nacido para ser utiles, se ban convertido en desdichas ignoradas o eri entidades noeivas a la sociedad que los dejo sin cultural VI Sigamos con la breve historia de la imprenta y del periodismo en nuestra tierra. En 1814, poco mas o menos, fundo el Intendente Ramirez, primero que bubo en esta Isla, un Diario Economical1 que bemos visto y que supongo 110 duran'a muebo tiempo o, por lo menos, el breve que paso en Puerto Rico aquel funcionario, trasladado pocos anos despues a Cuba a causa de sus merecimientos. Fue, pues, un verdadero adelanto tras de los periodicos de las cpocas constitucionales que he mencionado y que desaparecieron con ellas, la imprenta que fundo don Santiago Dalmau, despues de Gimbernat y en la actualidad de Acosta, con su pequena libreria, primera y unica entonces; y la publicacion en 1839 de un periodico titulado Bolct'm Instructivo y Mercantil,12 que venla siendo en tamano la cuarta parte, todo lo mas, del ac­ tual Bolct'm Mercantil, "organo de los espanoles sin condiciones" como se titula. En este periodico, publicaba sus versos el poeta peninsular don Jacinto de Salas y Quiroga, persona de indisputable talento que vino a servir aqui un destino de correos, y que antes, perteneciendo a la carrera diplomatica espanola, babia ocupado meior puesto en la America del Sur. Su venida a este pais equivalia a pal,' c.mLf

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Cuccta y dejo de publieara en Kj]H n!n'.,, , T ™mo sepmd0 en_ duration a la dominaci6n J a politica eonservadora'deTGobierno. D'"a"te represento

MIS MEMOHIAS

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un destierro politico debido a sus ideas liberales. En los apuntes para una Bibliotcca, de don Eugenio de Ochoa, figura entre los poetas espanoles de sus dias con algunas de s u ; eompoSones Aqui fueron populaces algunas estrofas de las poesias que publicaba en el d.cho periddico, tales como una dirigida a ur"a bella senorita de esta ciudad que acababa de cumplir los 15 anosverdadera pr.mavera de la mujer, ,,orque en semejante edad es cuando se ofrece al amor en todas sus flores y hermosura. La co1 I a m a base Emilia, y era digna de los cantos de un poeta. Quince anos. Dorada puerta de una vida que se ignora, y en que un ser que el cielo llora entre Iirios se despierta. Yo que oia nombrar y conocia de vista a la heroina de los versos y que siempre me parecio bella, al oirla mencionar como mspiradora de poetas, veiala a traves de semejantes estrofas mas coniTb

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contaba 12 o 13 anos confundido el original con la pintura en mi fantasia, cual de los dos objetos me cautivaba mas.

Aiiadire, que al ver a de Salas y Quiroga, y oirle llamar poeta, contemplabale al pasar, como ser perteneciente a un mundo de suenos parecido al que habitaba en mi fantasia, pues podia disponer de hadas y silfos a su antojo. Imaginabame que el debia ver cosas que otros no veian, como las que mi imaginacion vislumbraba a traves de los libros, que eran cielo y deleite mio en noTOlver

3 ' lnde scriptible

edad, eden perdido para

A 1 ° l r C °^° m e " c i o " a b a n l a s mujeres al poeta, suponia que ste era un magico dotado del poder de fascinarlas, y la dulce envidia me hacia suspirar. Poseer el don de hacer sonar a las hermosas, poseer el talento, la varita magica para hacerse amar, yo, que era tan enamoradillo desde mis primeros y mas tiernos anos y o , p a r a quien el encanto ideal de la mujer fue siempre un movil hasta para lr a la escuela, por quien todo, valor, virtud, ta­ lento, todo he querido tenerlo; yo, que siempre vi un rostro de s e ralin o de mujer en el fondo de todo espacio, de todo tiempo, de tocta idea, de todo ensueno, cuyos ojos y sonrisas eran un paraiso que en imagen en recuerdo, en esperanza vivia siempre como un encanto en mi fantasia; jque envidia del poeta! ;Pero noble en-

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vidia! jQue dicha la del poeta! jQuien pudiera serlo! Esto me ocurria en tales ocasiones y por eso lo he contado. ,/Sen'a acaso presentimiento de lo que he creido o se me ha hecho creer despues: que naci tambien poeta? jAh, pero entonces 110 vei'a sino las flores; las espinas de la mision vendrian despues! Despues ha dicho de mi una semblanza: El drama es su unico anhelo, y sonador, sin segundo, tiene los pies en el mundo y la cabeza en el cielo. iY que mundo! jPero que cielo. . . ! Cuantas veces me ha ocurrido, al examinar el uno y sonar con el otro, exclamar con el poeta: I Ah! i Si Dios de mis males apiadado las alas de un espiritu me diera, cual por los campos del espacio huyera de este mundo tan bello y... desdichado! EI Salas y Quiroga a que me he referido, escribio un opiisculo que no he podido haber y que se titulaba Un entrcacto de mi vida cn Puerto Rico. Recuerdo solo una sintesis de el que he oi'do mencionar a mis amigos de mas edad. la cual resumia con estas palabras, todo el pensamiento de aquel ilustrado pensador: "Puer­ to Rico es el cadaver de una sociedad que no ha nacido". Esto se escribia respecto de 1839 y aun podn'a hoy ser verdad en mavor 0 menor parte. De aqui fue Salas a la isla de Cuba, y en La Habana escribio y publico un hbro en que se revelaba su talento de escritor, su pensamiento de hombre ilustrado y su corazon de liberal verdadero y justo. . ? a f i e ' P ' n t U r a d e a 9 u e l l a sociedad, en que hacia justicia a los habitantes; pero mostrabase ardiente abolicionista y justo cen­ sor de las omnimodas y de las instituciones coloniales. Pintaba a los gobernadores como podn'a pintarse al Gran Mikado del Japon con quien guardaban entonces grande analogia. Esta comparacion me ocurno al leer su pmtura. Sondeo el atraso de la instruccion y e otras cosas, maldijo el trafico negrero y nada dejo por decir, 1

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designando la responsabilidad de males presentes y venideros a quien correspond 1 a. El libro, como era natural, fue prohibido, y no era consiguiente que aque pen.nsu ar medrase en America, en donde veia la iusJ ticia con tal claridad. , No volyx a saber de el. Debe haber muerto y me pareee que e, no se cuando, sernejante noticia en un periodico. En cuanto al ibro Via/e a la isla de Cuba no lo encontre alii, o tal vez no hice lodo el esfuerzo necesano de que ahora me arrepiento. El libro merecia un lugar distinguido en nuestras bibliotecas. Preste uno ejem'plar! 3Ce

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Solo poseo de este autor un compendio de la historia de Ing aterra, asi como regale, no por desden, sino como obsequio. un ejemplar de otro compendio suyo sobre la historia de Francia. Ambos estaban bien escritos y bien compaginados. Su criterio: el de siempre, el liberal, el de un escritor ilustrado y un filosofo en las apreciaciones. Se propuso escribirlos sin duda para la generalidad, que no quiere obras largas, y para las escuelas a cuya ensenanza se prestaba por su claridad y metodo. .. Yo ^ebo el estimulo de su presencia; pocas veces logro el nino por mas que dejaba gustoso los juegos de su edad para buscar la conversacion de los mayores ilustrados, sacar el debido provecho de la suya. No es frecuente que los hombres jovenes pasen mucho tiempo en departir con los ninos. Esto es mas propio de los ancianos. ^ digo esto, a proposito de un senor septuagenario por lo menos, un senor a quien recuerdo con carino como a uno de los mentores de mi infancia: el respetable don Jose Power, visita de im casa, a quien todas aquellas generaciones miraban con gran estimacion por su noble caracter civico y sus cualidades de cumplido caballero. Era bermano de nuestro diputado doceaiiista don Ramon. Para conversar con aquel senor daba punto a las travesuras infantues, dejaba a mis camaradas Perico Albelda y Luis Quijano, y las travesuras y combates y ejercitos de plomo, y todo lo habria Sa" J"a" en 1775 y fallecio en Cadiz m 1R H Dm Ram6j" P°Wer y 9 i r a l t " a c i ° en 1813. Mar.no de guerra, diputado a las Cortes de Cidiz, fue primer vicepresidente de ese augusto cuerpo. Favorecio grandemente la libertad de comercin y logro Ja eonces.on de importantes medidas en beneficio de la Isla.

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dejado por venir a oirle y a comermele a preguntas sobre cosas pasadas, que podria comprenderlas un niho de catorce anos. Por el supe mucho de su tiempo y de su ilustre hermano. Tambien me pasaba boras enteras en Monte Eden, Guaynabo, oyendo contar lances de todas clases, y sobre todo maritimos, a un tio politico que luego mencionare. Si fuese posible reconstruii aquella casa de campo y mi ninez, no seria completa aquella restauracion de tiempo y edades, si habian de faltar semejantes \eladas, que ban dejado en mi hondo y grato recuerdo. En aquella quinta pasaba algunos dias de mi infancia y sobre todo las vacaciones escolares. VII Contimia, ojala que sea sin nuevas digresiones, la historia de los periodicos, etc. I\o es culpa mia, sino de los recuerdos que se agolpan en mi mente como alud de los Alpes, y que me da pena desechar. Don Ignacio Guasp tomo a su cargo aquel periodico, el Boletin, alia por los anos de 1841 a 43, unico aun con imprenta es­ pecial suya. Dicho papel no tenia caracter politico. Publicabase bajo los auspicios y con subvencion de la Junta de Comercio, de Fomento despues, y suprimio lo de instructivo. Siguio luego sirviendo de organo a todas las opiniones, que no podian llamarse politicas, porque estas, si las habia, no osaban manifestarse; asi como a las manifestaciones literarias nacientes en el pais, porque su director Guasp hacia versos y era amante decidido de las Musas. Eso si, ministerial lo era y lo fue siempre aquel periodico, puesto que tenia incienso para todos los que mandaban; aunque en justicia para con su dicho director, quizas mas bondadoso de lo conveniente, habia encomios y alientos para todo el mundo. Pero volvamos a la epoca de mi narracion, es decir, algunos anos antes. Leiase poco: aunque ahora, con infinitamente mayores pretensiones, no podemos decir que se lee mucho. Reductase en aquel tiempo la libreria a algunos Catones, con San Casiano a la cabeza, el Fleury y el Ripalda, que se vendian en la tiendecita del viejo Catalan Blanas, esquina a la calle de la Fortalcza, junto a la que hoy lleva el nombre de Felipe Hecht; asi como habia en otra tienda, la de don Juan Marti, calle de San Francisco y junto a mi

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casa, libros de igual clase y ademas groseras estampas de santos entre pieles, marroquies y otros artlculos bastante extranos a los Jibros. Extendiase la venta de estos en ambas libreri'as a Las tardes de la granja, Veladas de la quinta, Aho cristiano, Devocionarios Bartoldo, Los Doce Pares de Francia, El Quijote, Gil Bias, Robin­ son, Via/c de Enrique Vanton al pais dc las monas y gracias si algunas nove as de Walter Scott, Mme. de Cenlis, Mme. Cottin, Ana Macliffe, Arlincourt y Chateaubriand, etc., algunas comedias espanolas venian a ennquecer o amenizar tales catalogos. loda la filosofia se reducia al Padre Arnat y a Condillac • If" " cuaJito a obras morales El Eusebio, El hombre feliz de Almeida y la Guia dc casados, del Padre Osuna, etc J odas las matematicas se comprendian en Vallejo, y la fisica en Libet, de texto en el Seminario, con algunas obras LloSas teoloSlcas y asceticas para uso de devotos y eclesiasticos. P°r eso, eran felices aquellos tiempos, diran algunos, porque 1 q no pululaba tanto libro pernicioso. Cuidadito responden'amos, que si no se encontraban con frecuencia en las hbrenas publicas, sin duda porque aquellas no de1!amarsj la e*> "0 dejaban de figurar en las particulates v procedentes de algunas de estas, lei despues en mi juventud varias obras como la de os enciclopedistas francesas y otras de mavor Y trascendencia que las que se vendian publicamente r i . ,, 0 '°cante a bibliotecas d e particulares, aunque pocas las ! ™

paracion, bastante raros. Puedo aseeurar " COm" no he vis,„ „inguno ni c.su,lmente, de Io que me feliciU)105 "C*

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pas del rebenque, aprendi a medio conocer las letras; pero para tsto, habian ya comenzado a venficarse circunstancias en mi familia que debian influir notoriamente en mi porvenir deeidr 1 p a d r e ' d e s f u 6 s d e padecer algun tiempo del estomago, se decidio a usar de la real hcencia que tenia concedida, y se embarco en el queche espanol Atrevido el 21 de febrero de 1831 con destino a Cartagena de Levante.

Creo recordar bien su despedida. Ayudada mi memoria de nino de cuatro anos, por lo que mas tarde me refino el mismo, pareceme que lo veo bajar la referida escalerilla de nuestra casa. Leve cuenta podia yo darme de lo que pasaba; pero me alucino, duIce aunque tristemente ahora, con recordar su semblante conmovido y el decaimiento de sus fuerzas a causa de la enfermedad agravada en aquellos dias. Eran como las 9 de la maiiana de un dia claro y sereno. El queche Atrevido aguardaba la brisa tropical que debia alzar a las e z , para izar velas y salir del puerto. Mi padre iba para abordo. Yo, con la indiferencia de la edad, jugaba tocando el tambor en la escalera mencionada; llegose mi padre a mi, suspendiome en sus brazos, comiome a besos, baiiome en lagrimas y, poniendome otra vez en tierra, dio el brazo al amigo que le acompanaba y casi le ayudaba a sostenerse, por lo debil de fuerzas en que su cronico padecimiento, unido a la reciente emocion, le habian dejado. Acabo de bajar, con su apoyo, los pocos escalones que faltaban hasta la puerta de la calle y traspuso por ultimo aquellos umbrales que no veria nunca mas. En cuanto a mi, sorprendieronme tan tristes caricias v subi a ver a mi madre con el fin de interrogar la causa. Recibiome en sus brazos, anegada en llanto, que impedia toda explicacion. En seguida arroje el tambor y contemple aquella alcoba algo en desorden y con el vacio o la soledad melancolica que deja en su hogar el padre que muere, o que se ausenta indefinidamente: vacio que se hace mas triste con la presencia de los seres que lejos de Ilenar aquella soledad, por tenerla tambien en su corazon, la tornan mas yerta y desolada con algun entrecortado gemido y con sus lagrimas. Embarcose mi padre aquel dia, emprendiendo su viaje a Cartagena, a donde he visto despues por su pasaporte que llego el 17 de abril, es decir, al cabo de dos meses menos tres o cuatro dias.

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IX A proposito del queche Atrevido, capitan don Baudilio Pell, muy conocido entonces en este puerto, dire que la clase de barcos nacionales que veianse por aqui, era alguna polacra o saetia y alguno que otro queche, mistico o goleta, pues los bergantines hacianse desear, y las fragatas no se diga, eran pez gordo y aristocratico y por lo tanto rarisimas en este puerto. Mas comunes habian sido, en punto a alto bordo, los de guerra. El respetable anciano don Jose Power, a quien ya me he referido como amigo de mi casa, y otros de su tiempo, habian visto navios de linea de nuestra armada, y mas de uno a la vez, atracados al Arsenal o fondeados junto al mismo; pero en la epoca a que se contrae mi narracion, ya no se veia esto, a causa del glorioso desastre de Trafalgar, habiendose hecho rara la presencia aqui de buques de guerra nacionales en la decada a que me refiero. Los correos de Cadiz eran cuatro bergantines-goletas bastantes veleros, conocidos con los numeros del 1 al 4. A las 24 horas de llegar a Cadiz salian para La Habana, si el tiempo no se oponia; aunque a la verdad, esto no era frecuente y el servicio solia hacerse con bastante regularidad. De La Habana volvian los dichos correos a Cadiz dejandonos, como hasta hace poco, sin comunicacion directa con la Peninsula. Hoy (1880) ya viene un vapor correo de La Habana el 10 de cada mes y sigue el mismo dia para Cadiz. Una carta sencilla de la Metropoli y demas puntos de Espana costaba en mi ninez aqui, medio peso macuquino, unica moneda procedente de Caracas, que corria en este pais; plata cortada, muy susceptible de falsificacion y lima, que hubo de recogerse canjeandola por moneda espanola, traida de la Peninsula con este objeto, en 1857. En la epoca a que aludo (1826 a 1840 y tantos), no habia sellos de lranqueo ni carteros, ni aquel era previo como ahora Todo esto se prestaba a algunos abuses en contra de la renta; aunque la correspondencia era escasa respecto de hoy que ha centuplicado. _ Las cartas para la Peninsula tenian que esperar la salida de algun buque de vela o lr por La Habana. En cuanto a la via extranP™ t °R" C O r r e ° S

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Habia que enviar, con frecuencia, las cartas a la mano de algun pasajero, ave rara, o capitan de barco que a no ser v alguno que otro ingles cargado de azucar, tampoco eran muchos. Asi es que para ir a Espana habia que aguardar la salida y hasta la entrada, descarga y carga de algun buque nacional, y para otros puntos de Europa, tenia el pobre y raro pasajero que ocurrir a Santo Tomas en busca de transporte, embarcandose aqui como para cualquier otro punto de la Isla, en alguna goletilla o lo mas frecuente, balandra, que en la remontada debia tardar dos o tres dias, si el temor de buque sospechoso no le hacia arribar en Fajardo u otro puerto del este a toda vela. Para un viaje a Ponce, por ejemplo, habia que llevar lo mismo que para viajar por tierra, hasta los viveres. [Cuantos accidentes! Para ir a Europa o Norte America, ; hasta testamento! Los colchones con la ropa de cama (y esto pasaba tambien con los viajes de travesia a Europa) eran de cuenta del pasajero, lo mismo que las jofainas, toallas y demas enseres de uso particular. En cuanto a los vapores ingleses de la llamada Mala Real, debeles el mundo mucho adelanto, por haber abreviado desde hace largo tiempo las comunicaciones universales, poniendo en contacto los diversos y mas apartados puntos del globo con beneficio de la civilizacion, y que por este motivo, hubo de anticiparse en su obra. Ahos despues han reanudado esta red de comunicaciones algunas empresas de otros paises; pero sin la inglesa que abrevio por este medio las comunicaciones mucho antes que otra alguna, no para servicio exclusivo de su nacion, sino para todas, habrian durado dos decadas mas por lo menos, los inconvenientes y atraso universal, propios del aislamiento relativo en que yacian unos pue­ blos respecto de otros. Pero no se acordaron de esta insula hasta 1840 o por ahi. Por cierto que solicitaron del Gobierno de la misma (creo que era Gobernador Mendez Vigo)" que se les permitiera fijar en este puerto su estacion. Hecho que hubiera sido de muy favorables consecuencias para la Isla, como es facil de suponer. Pero no falto quien dijese, que como cosa de abolicionistas ingleses, esta peticion se hacia con el fin de sublevar las esclavitudes; verdad es que estas 14 El general Santiago Mendez Vigo, Conde de Santa Cruz, tomo posesion de la gobernaeion de Puerto Rico cl 2 de octubre de 1840. La ciudad de Mayagiiez honra su memoria, ya que bajo su gobierno se adoptaron las medidas de reconstruccion. luego de ser destruida por el incendio del 30 de enero de 1841. Fue relevado el 26 de febrero dc 1844.

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se hallaban sobrado lejos de este puerto para temerse en realidad semejante cosa; pero se nego la peticion, y en vista de tan ilustrada negativa, los ingleses establecieron en Santo Tomas la estacion mencionada. Desde entonces, han llevado alii almacenes, diques y el movimiento de pasajeros; riqueza y contacto con los otros pueblos, inherente todo a una estacion naval mercante, cada vez mas entroncada con el mundo entero. A proposito de esto, voy a copiar algunos parrafos que he leido en un expediente oficial. Hablando de la citada peticion de la compania de vapores in­ gleses, dice: "Las gestiones hechas al efecto fueron resueltas negativamente por iguales razones a las que mas tarde (1850) expuso el Gobernador Superior Civil de la Isla (don Juan de la Pezuela)15 acerca del puerto franco de San Juan Bautista; razones fundadas en los perjuicios que habia de sufrir el fisco por los privilegios, franquicias, etc." Fundabase, ademas, la negativa en consideraciones de religion y de politica expuesta tambien por las autoridades de la Isla. Respecto al primer particular, se aducia que las leyes y costumbres se oponian a los cultos no cristianos y que seria funesto se ofreciera al pais un ejemplo vivo de extranos ritos de impiedad y menosprecio por las cosas religiosas y santas. Con referencia al orden politico, y dejando de examinar la cuestion bajo el punto de vista militar para concretarse al civil solamente, se exponia "que el gobierno no podia enajenarse el derecho de averiguar por me­ dio de una policia exquisita, no vejatoria, ni visible, pero si activa, diligente y celosa, el origen, los antecedentes, las opiniones y el objeto privado y los pretextos publicos de cuantos fueran a establecerse en aquel suelo americano, y de cuantos entrasen en el mismo, por cualquier motivo, en cualquiera ocasion, bajo cualquier bandera". Asi vemos que, por intolerancia religiosa, por suspicacia y por no renunciar al espionaje politico, se denego lo que hoy todos convienen en que era altamente ventajoso para Puerto Rico. [Siempre is El Teniente General don Juan de la Pezuela y Ceballos, Marques de la Pezuela y futuro Conde de Cheste, nacio en el Peru, siendo su padre el virrey imou T'- ,.erntor1?- Asumid el mando de Puerto Rico el 5 de setiembre de 1848 Promulgo el opresivo Reglamento de Jornaleros; puso en vigor un rigido Bando de Policia y Buen Gobierno y desterro a don Alejandro Tapia Rivera y a don Julio Vizcairondo. Ceso en el gobierno de la Isla el i de marzo de 1861.

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Torquemeda y Maquiavelo! jSiempre el siglo 16! jPobre pais, a que gente estaba encomendado. . .! X Volvamos a mi infancia. Recuerdo haber visto una noche desde el balcon de mi citada casita, calle de San Francisco, pocos dias antes de la partida de mi padre para la Peninsula, la iluminacidn de la Casa Consistorial, compuesta de vasitos de colores que aun brillan en mi fan­ tasia con la impresidn que me produjeron entonces. Aquello era para mi incalificable. j Asi son los niiios! No hay fantasia que iguale la suya en presencia de la luz armonizada con los colores. Dos seducciones en toda edad; ^pero que poeta podria idealizar esto mejor? Para mi se representa aquella noche serena con su reflejo de luces azules y rojas, verdes y amarillas, aun a traves de la bruma que tiende a envolver todo recuerdo, como mas hechicera que cuantas maravillas y portentos he visto descritos despues en cuentos de hadas y representados en espectaculos de igual linaje. La fascinacion de la luz para la mariposa, el sueno con angeles y paraiso, nada ha sobrepujado en mi vida a emocion semejante. Segun deduzco de las fechas, celebrabase el nacimiento de Isabel II,' 6 en los dias 31 de enero al 6 de febrero de 1831. El dia 2 de este se dio por el Ayuntamiento un baile en la Casa Consistorial, y el 5 otro en el mismo local por los empleados civiles y militares. Habian adornado la dicha casa con alusivos y transparentes y vistosa iluminacion, decorandose la fachada con mas de 3,000 luces, segun la descripcion que he leido, cuando podia ya darme cuenta de estos pormenores. No puedo recordar de que baile, de los dos citados, se trataba. Acaso era el segundo el que se ha grabado en mi memoria Mis padres asistieron vestidos de etiqueta, que entonces era esto de mayor rigor que ahora. Mi madre envuelta en sedas y gasas con su cabellera de color rubio castano formando bucles que hacian resaltar su mate blancura y con sus ojos azules que me parecian tan dulces y tan bellos, jay!, como pueden parecer los de una madre a su hijo de Reina de Espana del 1833-1868. Hija de Fernando VII y Maria Cristina de Borbon. Fue destronada a raiz de la Revolucion de 1868. En 1870 abdico en favor de su hijo Alfonso XII.

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cuatro aiios que la contempla absorto. Mi padre alto, airoso, esbelto y bien proporcionado, a pesar de la dolencia que tiempo habia le minaba, vestido de gala con el vistoso traje militar de aquel tiempo, llevando con gallardia sus cbarreteras, la gorra de pelos de granaderos a la francesa, con el brillante uniforme de la infanteria espanola en aquel tiempo, y la espada al cinto, formaba un conjunto de colorines y relumbrones, que debia parecer en cierto modo a mis ojos infantiles, algo asi como un semidios o ente sobrenatural en armonia con aqueila noche de iluminacion fantastica y esplendida. Viles partir con el anhelo de acompanarles, y quedeme en el balcon algo mohino ]>orque no me llevaron. Asi es que, sordo a la voz de la criada negra, Amalia, y del asistente Erro, navarro de provincia y soldado viejo, pues casi estaba ya para cumplir sus anos de servicio y no era mozo, quienes por recomendacion de mis padres pretendian que me fuera a la cama, bube de permanecer en el balcon bastante tiempo, extasiado ante las coloreadas luces de la calle y de la fachada consistorial ornada con luminosa escalera exterior que se habia adicionado al edificio, para que las personas invitadas subiesen o bajasen comodamente. Este subir y bajar continuo a la hora de comenzarse el baile, pareciame desde mi balcon un hormiguero de oro; tal era el bullir de tanto relumbron y vistosos colorines. [Que noche tan serena y luminosa! jQue mucho que mi maravillosidad se exaltase, si despues cuando uno llega a hombre no es otra cosa que un nifio algo menos nino! Rebajemos un poco a la novedad de impresiones que es propia de la fantasia en el rapaz, despues tan envidiada, y decidme si todavia no vivimos alucinados con tantas cosas. Pues, que, ,;las vistosas iluminaciones, los fuegos de artificio, los brillantes uniformes, las gasas y tocados de las damas se han hecho principalmente para la admiracion y encanto de los nifios? ^Con que otra cosa se gana a los hombres sino con confites como a los chicos? Segun decia Napoleon I, refiriendose a las vanas distinciones que tenia que prodigar como monarca, "^Hase divorciado el mundo de los oropeles? ^Dejase seducir por otra cosa, ni ha podido nunca prescindir de que el fausto y los oropeles le gobiernen?" jRaro pueblo y aun dentro de este, raros hombres que ya verdaderamente tales, no se dejen alucinar por similares semejantes! Despues he sido poco o nada sensible a las fastuoSas apariencias. Cuantos me conocen saben que hasta en el arte, soy severo y puritano.

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En cuanto a uniformes y charreteras, condecoraciones y sa­ bles, les soy opuesto en absoluto. En punto a ejercitos, a que tam­ bien lo soy, por desgracia, los pueblos lo hacen en poco o en raucbo necesarios, y la mayoria de los hombres presencian boquiabierta como los ninos, una gran parada, y se extasian ante el numero, simetria, marcha y brillantez de los batallones. Acaso yo no sea siempre extrano a lo vistoso de estos espectaculos o apariencias aunque mi razon no quiera darles importancia. Tambien, por mi desgracia, naci demasiado temprano para alcanzar la abolicion de todas estas cosas, que algun dia habran de verse eon horror o con sonrisa desdenosa en museos o antiguedades. Por lo que respecta a aquella noche, primera en lo memora­ ble para mi mente de nino, me acoste tarde, me dormi casi de madrugada y soiie con luces y colores, aereas gasas y sedas primorosas, oro y diamantes, en una palabra: con portentos y maravillas. Aquella noche fue para mi una de las mil y una de los cuentos arabes. XI Y a proposito de la fachada de la Casa Consistorial. No se parecia entonces a la de hoy sino en pequena parte, pues solo tenia una toriecilla en el lado izquierdo, o sea el mas proximo a la calle de San Francisco. Alii estaba el reloj cuyo eco resuena hoy todavia para mi como un eco de la infancia. Mientras le oigo, recuerdo aquel hermoso tiempo, o como si no hubiese pasado, vu'elvo por leve instante a la edad de entonces. _ torrecilla que daba abrigo al reloj, componiase de una pe­ quena cupula sustentada por columnitas del orden dorico, coronando la dicha cupula, una figura de bronce dorado con forma de angel en ademan de tanar una trompeta. En mi concepto no pretendia simbolizar la dicha figura otra cosa que la entidad mitologica de la Fama. He oido atribuir el diseno de la estatua a un senor don Juan r agundo, natural de Cadiz, que inauguro aqui la primera academia de dibujos lineal y natural, y a quien conoci ya anciano, como maestro que tambien lo fue mio, en el Liceo de San Juan. Eralo principalmente de la Sociedad Economica. Por cierto, que muerto ahos despues don Manuel Sicardo. catedratico que fue de matematicas en la clase que sostenia la refe-

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rida Sociedad, y que tambien regento la de dibujo lineal, vacante por fallecimiento de Fagundo, no ba vuelto a haberla en el pais, segun mis noticias. La ensenanza del dibujo natural se continuo por don Juan Cleto Noa y algun otro; pero en lo del lineal, con alguna excepcion que no aseguramos, no han tenido Fagundo y Sicardo. substituto. Hace algun tiempo que nos vemos privados de estas clases; la de Oiler, de pintura, ofrecio pocos resultados y a lo ultimo dio motivo, por ausencia del maestro, a que el Ayuntamiento oscurantista que siguio a la segunda venida del Anticristo, en 1874, la suprimiese como la de musica y gimnastica que subvencionaba el Municipio, fundandose en que el maestro de la primera, Gu­ tierrez, se hallaba temporalmente en Europa. Aun se recuerdan las expresiones con que el Alcalde dio pasaporte a estas clases, que debieron reorganizarse, pero no suprimirse. Respecto de la primera, dijo en aquella sesion por tantos titulos memorables, "que se fuesen con la musica a otra parte" y respecto de la segunda, el gimnasio, tan litil y aun necesario para la juventud y niiiez en estos climas, "que no se querian maromas" Recuerdo un aforismo que tenia siempre en los labios don Juan Fagundo para recomendarlo a sus discipulos: Hojas, nubes y cabellos que se hagan ellos. El edificio consistorial primitivo, fue levantado en 1602 du­ rante el gobierno de Sancho Ochoa de Castro17 y reedificado luego en otra epoca que no tengo presente en estos momentos. Mas tarde, alia de 1838 a 41, se vario la fachada, desapareciendo la torrecilla y sustituyendola dos, una de cada lado, en la forma que hoy tiene. Este nuevo diseno se debio al arquitecto del Municipio, don Pedro Garcia, que entonces era, ademas, director del Colegio Museo de la Juventud, en donde estaba yo de medio pensionista. Alii recibi del mismo, algunas lecciones de dibujo topografico. En el diseno a que me refiero, se propuso al arquitecto dar a la fachada de la Casa Consistorial, la mayor semejanza posible con la de Ma17 De don Sancho Ochoa de Castro, caballero vizcaino, capitan de galeones de la armada real y gobernador de Puerto Rico de agosto de 1602 a julio de 1608, no hay otras noticias que las de sabersele envuelto en turbios negocios que le valieron la calificacion de soldado vicioso y antojadizo, a mas de la memoria de su nombre en la fuente de La Fortaleza y en uno de los baluartes del Morro.

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dud, de donde era natural, lo que consiguio bastante. EI reloi paso a la torre del otro extreme, y la figura de bronce fue a coronar despues la entrada del cementerio, cuando este hubo de reformarse liace pocos arios. En este lugubre sitio, representa sin duda, el angel del juicio final, convocando a son de trompeta a los vivos y a los muertos para la asamblea universal en el famoso valle. debe nParecerextranas semejantes transformaciones, pues 1 . sabe que el San Pedro que se admira en el Vaticano, represento o fue en otro tiempo, un Jupiter olimpico, y despues se ha dicho no respondo de la certeza, que el San Jgnacio que se adora en la Jesia de Santo Domingo, de nuestra ciudad, hoy de San Jose de los jesuitas, es una imagen de Santo Domingo a cuya cabeza sus' tituyeron la representativa del referido San Ignacio

XII Despues de la marclia de mi padre, fuimos mi madre mi herman a m e n o r y u n i c a , M e r c e d e s , y y o a v i v i r a l a c a l l e < \ p 'in C casa que hoy lleva el numero 27 ' de la CrUZ'

local en que nada me reeuerda aquellos tiempos

rral 7s al H expresado corral era el reairo tie mis iueeos inlantiles

mohadones de crin o cerda-sill ie t

t

aciza

con asientos y al-

sadas como los ve,adores y mesas de la propirTmadera, algun^miiy

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rara de marmol jaspeado por cierto que de puro firmes, solidos y gruesos los bien torneados pies, que ademas soli'an estar adornados de figuras labradas en las mismas piezas, pareci'a una vez asentados, a prueba de un terremoto. La sillena de las casas, mas a la moderna, era de madera pintada que traian de Norte America, lo mismo que los sofas o ada­ pts, verdaderos potros, por la dureza de su asiento aquellos v estos; pues el ajuar de rejilla no comenzo a usarse sino hasta 1830 y tantos. Tambien habfa en casa algun sillon de caoba, como era entonces todo el mobiliario decente, con asiento muy comodo y hob gado de fino marroqui adherido a la espalda y demas partes del mueble, por doradas tachuelas. Las sillasy sillones de las casas menos ricas eran de paiapero no de rejilla, sino tales como se usa en las sillas de palo bian­ co y tosco que aun se fabrican en Cangrejos. Las camas matrimoniales eran tambien de lustrosa y pulida caoba, amplia como las antiguas de Espana, con grandes colchones, a pesar del clima. Las de hierro vinieron mucho despues. Usabanse catres cameros, o sea, catres comunes con cielo raso ya con mosquiteros, ya con cortinas blancas simplemente y como J adorno. El ture que ya apenas existe, asiento en forma de gancho, de madera barnizada y con respaldar y asiento de cuero o badana, usabase tambien para labores y costuras. I ara dormir, ponianse a veces sobre las camas, con obieto de neutralizar el calor de los colchories cuando estos no eran de cerda sino de lana, badanas o pieles pulimentadas. Lsabanse a mas de los pesados escritorios de nogal o caoba, necesarios jiupitres o papeleras a manera de cajon abierto por me­ dio de quita y pon sobre las mesas. En las oficinas veianse grandes tinteros y arenilleros de guayacan, mas duros que el marmol. Los roperos y comodas eran gruesos y de caoba, asimismo, con forma igual o parecida a la de los actuates. Usabase en vez de los modernos quinques, la guardabrisa, tubo grueso de cristal que servla de resguardo a una vela en candelero de jilata o cobre, adornado con papel de color picado a tijera lambien se colgaba del techo el fanal, cono de cristal invertido, con una plancha convexa de lo mismo a guisa de sombre­ ro, que se mantenia con separacion del fanal, pero unido a este por tres cadenitas de metal.

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La. bomba o bombon era por el mismo estilo, aunque de for­ ma cihndrica; una y otra Servian de resguardo a una vela, de sebo en casa pobre, de esperma de ballena en las ricas, la cu'al se introducia por la parte inferior del sencillo aparato. Con esto se ponia la lluminacion en los balcones, cuando las fiestas publicas o particulares la requerian.

A la vela de esperma, sucedieron las bujias estearicas, a estas el quinque de aceite, despues con un liquido claro e inflamable que precedio a la tambien peligrosa kerosina. Las hamacas, como las de hoy; las lujosisimas de pluma casi ban desaparecido. Aiin se introducen algunas espaciosas de tela* las de maguey pintadas se fabrican en la Isla en abundancia, y de varios tamanos y adornos. En el campo se manejan aun los p'obres con sus chinchorros de emajagua. Alcance para dias de felicitaciones, en vez de tarjetas impresas en cartulina, papeletas manuscritas en papel espanol con calados y adornos caligrafos, algunas que por cieTto hoy nos parecerian de muy mal gusto.

, ,Tanibi®n ha ven'do despues el uso del sobre, asi como las felicitaciones de Ano Nuevo por tarjeta. Ln cuanto a las costumbres, todavia alcanzo la juventud coetanea de mis padres, algo de los tiempos de capa y espada. A1 anochecer, como el alumbrado era malo y escaso, saliase con espada bajo el brazo en busca de las citas nocturnas por antepechos y tras corrales a hurtadillas; asi como tras las casas de juego, pues se jugaba en todas partes y todo el mundo, hasta las personas de autoridad. Li an frecuentes las rinas en las calles, desprovistas de serenos que no se pusieron hasta en tiempo de Lopez Banos18 y gracias si la patrulla compuesta de vecinos (del comercio y artesanos generalmente) no tenia que retirarse ante los nocturnos galanes y jugadores (que lo eran todos).

XIII En aquella casa se verified el matrimonio de mis padres, y la excelente anciana, casi octogenaria, dona Margarita Andino de Zarate, que sirvio de segunda madre a la mia, fue mi madrina de bautismo. ivf 18 P, ^ ^ diciembre de 1837 se hizo cargo del mando de Puerto Rico el Manscal don Miguel Lopez de Banos y ceso el 2 de octubre de 1840.

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La casa tenia salas y habitaciones mas espaciosas y claras que Jas que ahora cuenta, recordando aquellas moradas que alcanzo v describio nuestro primer historiador Fray Inigo." Habia varias casas en igual forma, y aunque feuchas y antiguas eran espaciosas. La del lado que hacia esquina con la calle a Luna era tambien de tejas y tenia un corralon que ha durado mas, pues en 1844 o 45 no se habia renovado todavia Ln el tiempo que me refiero (1833) fabricabanse de azotea y cesSi

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jUe quedaban con tejados; asi como por la ne-

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Mucho calor y sombra de los cocos aludiendo a los numerosos cocoteros de los corrales

de EstadSla, DS^^dViridf'IS/"'la secretario del Obispo Manuel Jimlne/pL

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Pais como 0na, geoerajica, civil y natural dc la Islu dr- £ 1° » ar Rico, S°t°mayor en 1788. gunda edicion se publicd en San Juan en 1831 r La sede Cordova.J.a tercera, y mis conocidaf„e M' j °m° 1 de las Memorial on Jos® Ji'ian A costal Una !,/, v"°v J p.° ? • Cn San Juan en '866 y ed,c,on se Publ'eo por la versidad de Puerto Rico en 1959. Unifaha d!'3! eS,.Seiiora una Pequena islilla ! de hastimentos y dineros, andan los negros como en esa en cueros y bay mas gente en la carcel de Sevilla, aqui estan los blasones de CastiJla en pocas casas, muchos caballeros todos tratantes en xenxibre y cueros los Mendozas, Guzmanes y el Padilla, ay agua en los aljibes si ha Uovido glesia catedral, clerigos pocos, ermosas damas, falta de donaire,

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lo mejor de todo un poco de ayre.

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la actualidad, ni cocoleros ni corrales hanquedado eracias al enorme cmturon de piedra que ci5e la ciudadToudeMndo „

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