Metropolizacion Concentracion Economica Y Desigualdades Espaciales En Mexico Y Francia

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Metropolización, concentración económica y desigualdades espaciales en México y Francia

D iana R. V illarreal González D om inique M ign o t

Coordinadores

m í UNIVERSIDAD AUTÓNOMA METROPOLITANA casaabMa ai t»mpo UNIDAD XO CHIMILCO

División de Ciencias Sociales y Humanidades

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C asa ab ierta al tiem po

UNIVERSIDAD AUTÓNOMA METROPOLITANA

R ector general, José Lema Labadie Secretario general, Luis Javier Melgoza Valdivia UNIVERSIDAD AUTÓNOMA METROPOLITANA-XOCHIMILCO

Rector, Cuauhtém oc V. Pérez Llanas Secretaria, H ilda Rosario Dávila Ibáñez DIVISIÓN DE CIENCIAS SOCIALES Y HUMANIDADES

Director, Alberto Padilla Arias S ecretario académ ico, Jorge Alsina Valdés y Capote J efe d e la Sección d e Publicaciones, M iguel Ángel H inojosa Carranza CONSEJO EDITORIAL

Gerardo Ávalos Tenorio / Gisela Espinosa Damián Arturo Gálvez Medrano / Sofía de la M ora Campos COMITÉ EDITORIAL

Francisco Luciano Concheiro Bórquez (presidente) Anna M aría Fernández Poncela / Elsie M cPhail Fanger Jaim e Osorio Urbina / José M anuel Juárez Núñez Lidia Fernández Rivas / M aría del Carmen de la Peza Cázares M aría Dolores París Pombo / M ary Goldsmith C onnelly Salvador García de León y Campero

Diseño de la portada: Iraís Hernández Güereca

Primera edición, 29 de noviembre de 2007 DR

© 2007 UNIVERSIDAD AUTÓNOMA METROPOLITANA

Universidad Autónom a M etropolitana Unidad Xochimilco Calzada del Hueso 1100 C olonia Villa Q uietud, Coyoacán 04960, México, D.F. ISBN: 978-970-31-0873-2 Impreso en M éxico / P rinted in M éxico

Indice

P r e s e n t a c ió n

D iana R. Villarreal González........................................................................................................ 9 P r im e r a P a r t e P e r m a n e n c ia

d e las f o r m a s d e m e t r o p o l iz a c ió n

Capítulo I. Metropolización, concentración y segregación en las ciudades europeas y latinoamericanas: una comparación de Costa Rica, Francia y México D om inique M ign o ty D iana R. Villarreal González........................................................... 15 Capítulo II. Subcentros en las metrópolis francesas, identificación e impacto sobre la movilidad D om inique M ignot, Anne Aguilera y D aniele B lo y ...............................................................47 Capítulo III. Concentración del empleo y movilidad de la población trabajadora en la Zona Metropolitana de la Ciudad de México, 2000-2005 D iana R. Villarreal González...................................................................................................... 75 S egun da Parte M

e t r o p o l iz a c ió n y c o n c e n t r a c ió n e n l o s c e n t r o s c o m e r c ia l e s

Y CORREDORES, ¿ES SINÓNIMO DE DESARROLLO?

Capítulo IV. La naturaleza central de los grandes centros comerciales de la ciudad de México Liliana López L evi................................................................................................................... 107 Capítulo V. Desarrollo en el corredor industrial Tula-Tepeji del Río Enrique Contreras M ontiel..................................................................................................... 123 Capítulo VI. Polarización y formación de corredores industriales en el estado de Tlaxcala D arío González G u tiérrez..................................................................................................... 149

ÍNDICE

T M

ercera

Parte

e t r o p o l iz a c ió n y s e g r e g a c ió n s o c ia l e n el e s p a c io u r b a n o

Capítulo VII. Desplazamientos y desigualdades en las metrópolis: el caso de Francia D om inique M ig n o ty Christelle P aulo.................................................................................. 169 Capítulo VIII. Metropolización y segregación en la ciudad de México H ilda R. D ávila Ibáñez, Roberto M. Constantino Toto y C uauhtém oc V Pérez L lanas......................................................................................... 181 Capítulo IX. Metropolización y segregación: el caso del Area Metropolitana de la Ciudad de Monterrey, 1990-2000 H ilda R. D ávila Ibáñ ez .......................................................................................................... 209 C ¿C

uarta

Parte

u á l es el f u t u r o d e las z o n a s r u r a l e s en las m e t r ó p o l is?

Capítulo X. Urbanización y áreas naturales protegidas Liliana López Levi y Alejandra Cazal F er re ira ................................................................ 247

Presentación

L O S PROCESOS DE METROPOLIZACIÓN han sido objeto de numerosos estudios e investi­ gaciones en Francia, España, los Estados Unidos y México. Se estudia la forma urba­ na metropolitana para conocer el modelo que predomina, si es monocéntrico o policéntrico, ya que conforme se expande la metrópoli se generan nuevos polos de empleo que atraen población trabajadora de otras zonas y se crea la necesidad del desplaza­ miento cotidiano del hogar al trabajo, misma que con el paso del tiempo varía y se multiplica. En el año 2001 iniciamos una investigación comparativa entre las metrópolis fran­ cesas, mexicanas y costarricenses. En este libro presentamos los resultados de dicha investigación comparativa, organizados en cuatro partes y diez capítulos. La Primera Parte está dedicada a mostrar la permanencia de las formas que asumen las metrópolis mexicanas y francesas. En la Segunda Parte se analiza si la concentración de las activi­ dades económicas en los centros comerciales y los corredores industriales contribuye al desarrollo económico. En la Tercera se estudia el proceso de segregación social en las metrópolis mexicanas y francesas, y en la Cuarta se dan elementos para mostrar los efectos de la urbanización en las zonas rurales que rodean al Distrito Federal. En el primer capítulo se presentaron los objetivos de la investigación conjunta y las conclusiones que se revisaron y discutieron en los dos seminarios realizados en la ciudad de México en los años 2001 y 2004. En el segundo se analiza la forma urbana de las metrópolis francesas y sus repercusiones en la movilidad de la población. El análisis de siete áreas metropolitanas revela enormes contrastes por la polarización y la especialización del espacio. En las ciudades más dinámicas aparecen nuevas áreas de atracción que conforman subcentros donde se desarrollan actividades específicas, y la forma urbana tiende a modificarse hacia las ciudades policéntricas. En primer lugar se dan criterios para identificar los subcentros de acuerdo con las escalas apropiadas, y enseguida los autores analizan el impacto en la movilización de la población trabaja­ dora; identifican al centro ampliado caracterizado por la proximidad entre el lugar del empleo y la vivienda y los subcentros periféricos, más pequeños y localizados cerca de

METROPOL1ZACIÓN, CONCENTRACIÓN

ECONÓMICA

las autopistas o ejes de transporte, los cuales cuentan con zonas residenciales cercanas a los lugares de empleo, y ello reduce los tiempos de traslado al trabajo. En el tercer capítulo se analiza la forma urbana que asume la Zona Metropolitana de la Ciudad de México (ZMCM), se muestra que sigue siendo monocéntrica polifuncional y además cuenta con polos primarios y secundarios y con subpolos periféricos. El análisis se realiza con base en las variables población, población ocupada y viajes al trabajo, con las cuales se estimaron las densidades promedio para conformar con ellas agrupamientos de las delegaciones y los municipios con características semejantes. Para estudiar los conglomerados (clusters) se usa el análisis multivariado para confirmar las hipótesis de que la forma urbana que asume la ZMCM es monocéntrica polifuncional porque siguen predominando el centro y el centro ampliado, al mismo tiempo que surgen nuevos polos que concentran empleos. La ZMCM es compleja, ya que tiene algunas características de las ciudades globales, como son la concentración de las ac­ tividades estratégicas para el funcionamiento de la economía global en el corredor Reforma-Alameda-Santa Fe y al mismo tiempo asume características propias de las metrópolis de los países en desarrollo, como son las actividades tradicionales — como el comercio informal— que coexisten al lado de las dinámicas y globalizadas. En el cuarto capítulo se analiza el carácter central de los centros comerciales de la ZMCM, a los que se considera subpolos o subcentros por su funcionalidad y por la atrac­ ción que ejercen en la población. Los centros comerciales, además de ser atractivos por su multifuncionalidad, adquieren un carácter central por el valor que la sociedad actual le ha dado al consumo, lo que le da un lugar privilegiado en la jerarquía urbana. En el quinto capítulo se revisa la conformación del corredor industrial Tula-Tepeji del Río, en el estado de Hidalgo. En él se muestra el proceso de formación de polos a partir de la instalación de plantas industriales y cementeras, lo que evidencia el paso de corredor industrial a un conglomerado de parques industriales, en. donde cada uno de ellos presenta una especialización de acuerdo con sus factores productivos. Se mues­ tra asimismo que el tipo de plantas industriales instaladas en esta zona y su función dinamizadora han dado pie a la formación de polos regionales y subpolos que se loca­ lizan en la periferia de la Zona Metropolitana de la Ciudad de México. En el sexto capítulo se analizan los efectos de la política de desconcentración de la actividad económica y la creación de nuevos polos para desarrollar las zonas atrasadas y desahogar las grandes metrópolis, como la ZMCM. Se estudia la conformación de los nuevos polos de desarrollo generados en Tlaxcala en los últimos treinta años a partir de la política de creación de parques industriales, así como del corredor industrial Puebla-Tlaxcala. La influencia de la empresa trasnacional Volkswagen ubicada en Pue­ bla es fundamental para explicar los encadenamientos productivos y el desarrollo re­ gional. Sin embargo, se ha dificultado la puesta en práctica de planes integrales para difundir los beneficios del crecimiento económico fuera de las grandes concentracio­ nes urbanas. 10

PRESENTACIÓN

En el séptimo capítulo se analizan los viajes al trabajo en las metrópolis francesas teniendo en cuenta las desigualdades sociales entre la población que se desplaza coti­ dianamente. Los autores examinan en primer lugar las disparidades y la disponibilidad de un automóvil propio para desplazarse. En la medida en que se cuenta con mejores sistemas de transporte se reduce el uso del automóvil particular, especialmente en la ciudad de París. En el octavo capítulo los autores se preguntan si el proceso de segregación es común a las grandes metrópolis, ¿cuáles son las características particulares que asumen en los países en desarrollo?, ¿cuáles son estas especificidades?, ¿cómo se distribuyen en el es­ pacio?, ¿tiende a agudizarse esta diferencia? Para responder estas preguntas analizan el caso del Area Metropolitana de la Ciudad de México de 1990 al 2000. Aplicaron una metodología basada en el análisis factorial con el objetivo de obtener un indicador de la dinámica del proceso de segregación y su expresión territorial. Se elaboró un índice para estratificar el espacio urbano, de acuerdo con diferentes rangos de marginación que expresan las condiciones de vida de la población. Entre sus conclusiones desta­ can que la marginación en la metrópoli se caracteriza porque algunos grupos no tienen acceso a los beneficios del desarrollo, principalmente a la educación, los servicios pú­ blicos y la infraestructura urbana. Además, sus ingresos son precarios, al igual que las condiciones de sus viviendas. En el noveno capítulo se analiza la relación entre el proceso de metropolización y la segregación social en el Área Metropolitana de Monterrey, Nuevo León. La pre­ gunta es si se puede definir un modelo de segregación espacial característico de las grandes ciudades de los países en desarrollo. Los autores utilizan el análisis factorial para obtener un indicador de la dinámica del proceso de segregación y su expresión territorial para la década 1990-2000. Se confirma que el proceso de metropoliza­ ción implica la desconcentración de la población y de las actividades productivas, pero en forma paralela se da el proceso de segregación en el interior de la ciudad, esto a pesar de que las condiciones de vida han mejorado, si bien las diferencias entre los grupos sociales se han ampliado y se manifiesta —al igual que en el Area Metropoli­ tana de la Ciudad de México— en la periferia, especialmente al norte y al oriente del municipio de Monterrey En el último capítulo se estudia la urbanización que se ha dado en las áreas natu­ rales protegidas del Distrito Federal. A partir de la adscripción de México a los trata­ dos internacionales sobre la conservación del medio ambiente y el desarrollo autosustentable se analiza la aplicación de estos principios en las delegaciones que tienen áreas naturales protegidas, algunas de las cuales están ya totalmente urbanizadas. Se sostiene que debe haber una cultura ciudadana y políticas públicas en donde haya una relación armónica con el ambiente y no hacer divisiones regionales fijadas arbitraria­ mente, segregando por una parte a las zonas de conservación y, por la otra, permitien­ do al lado de ellas prácticas destructivas en el plano ecológico, como si las condicio­

METROPOLIZACIÓN, CONCENTRACIÓN

ECONÓMICA

nes naturales del terreno fueran diferentes. En este trabajo se busca explicar la aparente contradicción que existe entre los asentamientos humanos y el suelo desti­ nado a la conservación. Para ello se parte del discurso ecológico y de la normatividad sobre el territorio, para posteriormente abordar el problema de su urbanización y de las incongruencias existentes. D ia n a

12

R. V

il l a r r e a l

G on zález

Primera Parte

Permanencia de las formas de metropolización

Capítulo I Metropolización, concentración y segregación en las ciudades europeas y latinoamericanas: una comparación de Costa Rica, Francia y México D om in iq u e M ig n o t D ian a R. V illarreal G onzález

Introducción

El INTERÉS PARA REALIZAR ESTA INVESTIGACIÓN fue conocer las formas que asumen las metrópolis, definidas esencialmente a partir de tres características: la concentración, la extensión urbana y la emergencia de polaridades dentro de estos espacios periurbanos que se desarrollan. La tendencia a la metropolización selectiva y desequilibrada, marcada por el creci­ miento de las disparidades interurbanas e intraurbanas, ha sido demostrada por nume­ rosos estudios (May, 1993, 1994; Buisson y Mignot, 1996; Bassand, 1997; Buisson y Rousier, 1998; Lacour y Puissant, 1999). Esta tendencia, ya evocada en nuestro proyecto de investigación, ha sido confirmada, como lo pudimos demostrar, en el es­ tudio comparativo de siete aglomeraciones francesas (Mignot et al., 2004a) y como lo muestran numerosos estudios recientes (Buisson et al., 2001; Aguilera y Mignot, 2003; Villarreal et al., 2003). El proceso de metropolización afecta todos los espacios, inclu­ so los rurales, razón por la cual C. Lacour (2003) habla incluso de metropolización rural. Las principales hipótesis que sosteníamos eran que estas tendencias de concentración selectiva, de extensión generalizada, de emergencia de polaridades..., se notaban en todas partes, a diferentes escalas espaciales, en contextos nacionales diferentes, por ejemplo, en Francia y México. Distinguíamos así tres temas principales. El primero se refiere a la comparación de las estructuras urbanas en las grandes metrópolis. El propó­ sito es distinguir las formas urbanas y, a la vez, relacionarlas con la dinámica de las acti­ vidades. ¿Existe una emergencia de polaridades periféricas, y en qué condiciones? El segundo tema se refiere a la naturaleza de los polos secundarios. ¿Se caracterizan por contar con dinámicas de autonomización?, ¿qué empresas participan en estas di­ námicas?, ¿participan sectores de actividades especiales en la autonomización o en la estructuración del territorio? ¿Se pueden especificar las relaciones de competencia o complementariedad con el centro?

METROPOLIZACIÓN, CONCENTRACIÓN ECONÓMICA

El tercer tema concierne a los territorios y a las poblaciones marginadas. Al lado de los espacios que se desarrollan, tal como se muestra en las R egiones q u e g a ­ n a n ... de Benko y Lipietz (1992), se debe realizar un análisis más detallado de los territorios a menudo definidos como baldíos. ¿Es que existe una ruptura de es­ tos territorios? La hipótesis central es que hay una fuerte permanencia de la metropolización y de la segregación de las poblaciones y de las actividades en las mismas, en especial por la emergencia de polaridades periféricas situadas en los principales ejes de transporte. Respecto de las estrategias de localización de los establecimientos, la hipótesis es tam­ bién la de una permanencia del comportamiento de las empresas, que va más allá de los contextos nacionales y de las escalas espaciales. La comparación se realiza en un marco nacional, basándonos en ciudades de dife­ rentes tamaños y en un marco internacional, por la comparación de las situaciones de las ciudades costarricenses, mexicanas y francesas. En Francia, elegimos trabajar en aglomeraciones a p r io r i más bien monocéntricas (por ejemplo, Burdeos o Dijon) o, al contrario, marcadas por formas urbanas muy extendidas (por ejemplo, Marsella). En el caso de México, el análisis se efectúa en la Zona Metropolitana de la Ciudad de México (ZMCM) y en los corredores industriales Toluca-Lerma (Estado de México), Tula-Tepeji del Río (Hidalgo y Tlaxcala-Puebla), donde se han generado nuevos polos de actividad económica que muestran una de las formas en que se integran una serie de ciudades medias de la Región Centro del país a la ZMCM y no sólo las ciudades capitales de los estados vecinos. Se estudia también la Zona Metropolitana de Monterrey, Nuevo León, en el norte del país. En Costa Rica sólo se estudió la ciudad de San José. Se pueden identificar dos esca­ las o niveles: • El nivel de las ciudades mundiales como México DF y París, así como sus sistemas regionales megalopolitanos (región parisiense y región central de México). • Las ciudades centro de provincia en Francia (Burdeos, Dijon, Lyón y Marsella) y en México la Zona Metropolitana de Monterrey, a las que agregaremos la ciu­ dad de San José, que por su tamaño y a pesar de su estatus de capital es, de he­ cho, más parecida a Lyón o a Monterrey que a París o a la Zona Metropolitana de la Ciudad de México. En estos espacios, las preguntas que intentamos contestar son: ¿se traduce de la misma manera la tendencia global hacia la concentración, cualesquiera que sean los contextos nacionales y cualquiera que sea el tamaño de las ciudades estudiadas?, ¿qué pasa en los diferentes contextos nacionales, por ejemplo en los Estados Unidos, donde la literatura es abundante, pero también en otros países como México o Costa Rica, donde los estudios y la literatura sobre el tema son menos importantes?, ¿qué pasa en 16

METROPOLIZACIÓN, CON CENTRACIÓN Y SEGREGACIÓN

el interior de estos espacios, caracterizados por profundas mutaciones?, ¿en los espacios intraurbanos se presentan fenómenos comparables?, ¿qué pasa al lado de los territorios que ganan?, ¿no serán ciertas ciudades o metrópolis donde se dé una nueva centralidad urbana?, o, por lo contrario, ¿se trata de un fenómeno más general? Los diferentes estudios realizados respecto de Costa Rica, Francia y México, nos llevaron a insistir más acerca de la dimensión de la segregación en las transformaciones recientes. Mientras que para las ciudades francesas, por ejemplo, el doble fenómeno de concentración y expansión parecía poder describir globalmente los cambios actuales, nos parece necesario hablar de un triple fenómeno de concentración, extensión urbana y segregación. En efecto, estos estudios convergen para confirmar estas tres caracterís­ ticas de la metropolización: • Los centros históricos conservan un papel importante, aun cuando aparecen y se desarrollan polaridades periféricas, especialmente a lo largo de los ejes de trans­ porte. • Sigue la expansión urbana. • La segregación se desarrolla dentro de las metrópolis. Estas tres características permiten describir y explicar el fortalecimiento de las jerar­ quías urbanas a escala mundial en torno a las metrópolis, que son cada vez más exten­ didas pero también más segregadas. Lo que Saskia Sassen (1996) destacó en las ciuda­ des globales se aplica de hecho a numerosas metrópolis, aunque a distinta escala. El objetivo de este capítulo es tratar de establecer un primer balance de los estudios recientes que permiten demostrar las tres características del fenómeno en tres contex­ tos nacionales muy diferentes.

Hoy y siempre la concentración

La concentración de las actividades y de la población en las metrópolis cada vez más grandes y extendidas parece ser una característica esencial del proceso de metropoliza­ ción, como lo han mostrado o sugerido numerosos estudios basándose en diversas es­ calas espaciales (Fujita, 1994; Krugman, 1995; Arthur, 1995; Lacour y Puissant, 1999). Varios estudios han mostrado también el papel fundamental de los servicios en el crecimiento económico (Jouvaud, 1997, 1998) y la acentuación de la jerarquía ur­ bana (Damette, 1995). Los servicios —especialmente los servicios a las empresas— participan activamente en la metropolización, por su concentración y su diversifica­ ción (Bassand,1997; Jouvaud, 1998; Leo y Philippe, 1998; Aguilera, 2002). Estas tendencias poco abordadas en las ciudades latinoamericanas se confirman en ellas notablemente. 17

METROPOLIZACIÓN, CONCENTRACIÓN ECONÓMICA

Los estudios realizados en los tres países muestran que se sigue desarrollando en forma privilegiada la concentración de los grupos sociales que tienen la calidad de vida más elevada de la jerarquía urbana. Muestran también que dentro de las aglomeracio­ nes ocurre lo siguiente: • El centro histórico sigue desempeñando un papel importante (especialmente en lo que se refiere a las actividades de servicios y las inversiones extranjeras en México), situación que en el modelo estadounidense no se generaliza. • La concentración se realiza también en espacios privilegiados (en el centro y en otras partes), cuyos polos periféricos están bien ubicados a lo largo de los ejes de transporte. Una primera comparación de las ciudades estudiadas sugiere numerosas similitudes entre las mismas (cuadro 1.1). Las ciudades capitales de Francia y México concentran 19.1 y 18.3% respectivamente de la población total del país, mientras que en Costa Rica la concentración de la población en su capital es de 31%. Las ciudades de jerar­ quía urbana están muy por debajo de estas capitales (Lyón concentra 2.8% de la po­ blación francesa y Monterrey 3.4% de la mexicana). En Francia y México la población se reparte en un mayor número de ciudades medias. En el cuadro 1.1 se observa que la población del centro de las metrópolis estudiadas sigue siendo importante, aunque la concentración es menor en París y en las zonas metropolitanas de las ciudades de México y de Monterrey es aún más baja.

C u a d r o 1.1

La importancia del centro en las aglomeraciones metropolitanas París 1999

Lyón 19 99

México 2000*

Monterrey 20 0 0

San José 20 0 0

Metrópoli

AU

AU

ZMVM

ZMM

AMSJ

Población de la metrópoli (en millones de habitantes)

11.2

1.6

17.8

3.3

1.2

Concentración de la población total del país (porcentajes)

19.1

2.8

18.3

3.4

31

Población del centro de la metrópoli (porcentajes)

19

9.4

6.4

27

27

cuadro elaborado con base en Ben Am ar y Vega, 2003; M ignot, Aguilera y Bloy, 2004a; V illa­ rreal y Aguirre Acosta, 2003. * C iudad central.

FUENTE:

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METROPOLIZACIÓN, CON CENTRACIÓN Y SEGREGACIÓN

El p a p el d el centro histórico En las ciudades francesas se confirma la permanencia del doble fenómeno de concen­ tración en las áreas urbanas y de extensión de las mismas. Las poblaciones, empleos y establecimientos se van extendiendo cada vez más, sin que el centro pierda su papel dominante, aun cuando se haya reducido su importancia en términos relativos. Al con­ trario de lo que pasa en las grandes ciudades estadounidenses, que dieron lugar a estu­ dios sobre las “ciudades orilla” (edge cities) (Garreau, 1991), donde el centro queda despoblado pero crece su área de atracción, por los empleos generados y las migracio­ nes alternantes que se dirigen al centro (Mignot et al., 2004a, 2004b). En las ciudades, la zona centro es muy importante (cuadro 1.2) y sigue representan­ do más de la mitad de las zonas urbanas estudiadas. En todos los casos, el empleo está más concentrado que la población y se nota que París concentra aún más de 30% de todo el empleo de su área urbana. Finalmente, es en esta disparidad espacial (spatial m ism atch) (Gaschet y Gaussier, 2003) donde ciertos autores encuentran la razón esen­ cial de la persistencia del desempleo o de las dificultades de acceso al empleo para una parte de la población y, por tanto, de la segregación espacial. Por otro lado, el centro mantiene un papel preponderante porque conserva y con­ trola los empleos relacionados con la toma de decisiones. En efecto, el centro históri­ co es siempre, tanto en Costa Rica como en Francia o en México, donde se localizan C u a d r o 1.2 Localización de la población económicamente activa*y de los empleos ofrecidos en 1999** (porcentajes)

Tipo 1: áreas urbanas concentradas MarsellaAix

SaintÉtienne

Tipo 2: áreas urbanas desconcentradas

Dijon

Lyón

Burdeos

Grenoble

París

PEA (porcentajes) Centro

54.7

56.8

46.3

35-8

22.9

28.2

20.0

Periferia

45.3

43.2

53.0

64.2

11A

71.8

80.0

Empleos Centro

61.0

67.2

60.9

44.3

40.1

38.8

32.5

Periferia

39.0

32.8

39.1

55.7

59.9

61.2

67.5

etal., 2004a, p. 25. * Se trata únicamente de las personas económicamente activas que tienen un empleo en el área ur­ bana donde residen. ** Se trata sólo de los empleos ocupados por la población económicamente activa que reside en el área urbana considerada. F u e n t e : M ignot

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METROPOLIZACIÓN, CONCENTRACIÓN ECONÓMICA

preferentemente las actividades de servicios a las empresas (Aguilera, 2002; Villarreal y Aguirre, 2003). Se puede recalcar que para ciertos servicios el centro consolida su posición. Así, la ciudad de México DF concentraba 59.5% del producto interno bruto de los servicios bancarios en el año 2000, contra 49% en 1993 (Villarreal yAguirre, 2003). Un indicador más específico que puede utilizarse para el caso de México es el grado de inversión del capital extranjero. En este caso, la ciudad de México perdió inversio­ nes de capital extranjero, ya que en 1993 atrajo 65%, mientras que en 2002 la inver­ sión fue de 54.6% (Correa, 2003, 2004); aun así, el papel del centro sigue siendo primordial. Finalmente, cabe hacer notar la tendencia hacia la concentración de las actividades comerciales en las ciudades estudiadas; por ejemplo, el desarrollo de megacentros co­ merciales en las grandes avenidas de México (López, 2004). El Área Metropolitana de San José (A M Sj) concentra 80% de las actividades comerciales, el total de los estableci­ mientos de los médicos especializados y 70% del transporte... (Ben y Vega, 2003). El papel del casco histórico de las ciudades sigue siendo muy importante en los tres contextos nacionales, aunque seguramente es menos trascendente en las ciudades mexicanas, acerca de las cuales un estudio reciente de la localización de los centros de investigación e innovación (Tecuanhey y Rozga, 2004) sugiere una localización privi­ legiada para algunas de estas actividades fuera de México DF.

C oncentración en ciertos polos p eriféricos En la problemática de la economía espacial sobre las formas de la metropolización, los análisis subrayan la existencia de polaridades periféricas. Estos polos atraen actividades (industrias de punta o servicios en Francia, servicios e inversiones con capitales extran­ jeros en México). Una de las características de los polos periféricos es la concentración de actividades especializadas, tales como los servicios y las industrias de alta tecnología o tecnología de la información y de la comunicación (Beckouche y Vire, 1998). Así, las polaridades periféricas pueden ser destacadas en las ciudades costarricenses (Ben y Vega, 2003), francesas (Gaschet, 2001; Mignot et al., 2004a, 2004b) y mexica­ nas (Villarreal yAguirre Acosta, 2003; Villarreal, 2004). En el caso de las ciudades francesas, estos polos fueron constituidos por la agrupa­ ción de municipios, que atrajeron 85% de los desplazamientos alternos hacia la peri­ feria. Así, se nota que en las siete áreas urbanas estudiadas, menos de 25% de los mu­ nicipios periféricos atraen 85% de las migraciones hacia la periferia. De modo que se pueden agrupar en polos, cuyo número es muy variable según la aglomeración, y varía de 2 en Saint-Etienne o 3 en Burdeos, Dijon y Marsella (en donde Aix-en-Provence desempeña un papel de verdadero polo secundario), a 11 en Lyón y a 25 en París. 20

METROPOLIZACIÓN, CON CE NTR ACI ÓN Y SEGREGACIÓN

En la mayoría de los casos estos polos se ubican en la primera periferia y en los casos de Lyón y París se sitúan más lejos de la periferia, en especial en los ejes comunicados por las autopistas. La localización de las actividades motrices periféricas, definidas por el criterio de un importante número de empleos y por la creación reciente de varias empresas (Buisson et al., 2001), en todos los casos se concentra principalmente en los polos definidos con anterioridad (cuadro 1.3). Así, estos polos agrupan más de 70% de las actividades motrices localizadas fuera del centro del área urbana, y en las ciudades más grandes se concentra más de 75% e incluso 80% de las actividades motrices de servicios para las empresas, lo cual con­ firma, a la vez, el efecto de atracción de los polos periféricos y el papel de las activida­ des de servicios en el desarrollo de estos polos. En México y en San José pueden subrayarse también algunas polaridades. Un aná­ lisis de los polos que generaron empleo en México en 1994 y en 2000 muestra la existencia de polaridades periféricas que atraen empleos y viajes al trabajo, y se observa que éstas se mantienen estables en el mismo periodo. Así, no hubo modificaciones importantes en los viajes al trabajo ni en los empleos formales ofrecidos en esos años. Pero, al mismo tiempo, notamos que los antiguos polos de desarrollo industrial ubica­ dos en las delegaciones Azcapotzalco y Venustiano Carranza, así como en el municipio de Naucalpan, tuvieron tasas muy bajas de crecimiento del empleo, mientras que los polos secundarios donde el empleo tuvo tasas positivas se localizan en las delegaciones Iztapalapa, Alvaro Obregón, Iztacalco y Coyoacán, así como en los municipios de Tlalnepantla y Ecatepec (Villarreal y Aguirre, 2003). Respecto de este último punto, cabe destacar también que las polaridades evidenciadas en las ciudades francesas per­ manecieron estables en el tiempo. En San José, el distrito Urruca, sector industrial y comercial de la ciudad, concentra las mayores empresas manufactureras y agroalimentarias. Es un sector atractivo para las actividades comerciales y de servicios para las person^. Por otra parte, este sector dis­ pone de autopistas que facilitan un enlace rápido entre las diferentes redes de carrete­ ras del territorio nacional y metropolitano (Ben y Vega, 2003). Estos estudios confirman la emergencia y la existencia de polaridades periféricas que concentran sobre todo las actividades de alto valor agregado. Sin embargo, ¿dichos polos constituyen verdaderas áreas de desarrollo económico para su territorio? Si la pregunta se hace de esta manera en algunos estudios (Villegas, 2004), pocos elementos permiten contestarla.

21

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METROPOLIZACIÓN, CON CENTRACIÓN Y SEGREGACIÓN

C oncentración de las actividades en las principales autopistas y carreteras La influencia de las carreteras en la localización no es nueva y es una forma de intru­ sión del espacio o la no isotropía en los modelos precursores, ya se trate de la localiza­ ción agrícola de Von Thünen (Huriot, 1994) o de la localización industrial de Weber (Aydalot, 1985). Es interesante señalar el papel siempre primordial de éstos, en una época en que las tecnologías de la información y de la comunicación tenderían a hacer desaparecer el espacio. Como se vio anteriormente, las actividades se concentran en ciertos polos periféri­ cos, ubicados en los ejes principales del transporte. Algunas de estas zonas concentran actividades dinámicas. Los estudios realizados sobre México DF muestran claramente el papel de los ejes en la localización de las actividades: Se pueden evidenciar algunos corredores industriales (Villegas, 2004; Julián, 2004; Villarreal y Aguirre, 2003), como por ejemplo: • En el Eje 6 (el corredor industrial Naucalpan, Tlalnepantla y Cuautitlán Izcalli), bien comunicado por la autopista del TLC que concentra toda clase de activida­ des industriales (Villarreal y Aguirre, 2003), así como Ecatepec en el Eje 1, en la autopista México-Pachuca. • La autopista México-Querétaro es el lugar donde se localizan importantes zonas industriales, especialmente de la industria automotriz (Daville, 2005). Se pueden identificar otros corredores con otras actividades. Por ejemplo, el desa­ rrollo de las actividades de servicios y de las inversiones con capital extranjero a lo largo del nuevo corredor Alameda Reforma-Santa Fe es un buen ejemplo de ello (Co­ rrea, 2003, 2004). Finalmente, varios estudios, tanto en Francia como en México, subrayan la locali­ zación de las actividades en zonas o parques ubicados a lo largo de carreteras de circun­ valación y avenidas importantes de las zonas metropolitanas (figura 1.1). Más allá de estos polos o zonas, se puede también mostrar una localización privile­ giada y generalizada de las actividades a lo largo de los ejes principales de transporte (Mignot et al., 2004a).

La expansión urbana Aunque algunos en Francia hayan predicho el fin de la expansión urbana, ésta sigue siendo una de las características más importantes de las áreas urbanas francesas y lati­ noamericanas. La expansión metropolitana es una realidad en México (Villarreal y Aguirre, 2003), en San José (Ben y Vega, 2003; Rosales, 2004) y en las ciudades fran­ cesas (Mignot et a i, 2004a, 2004b). 23

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