Metafisica (trilingüe)

Table of contents :
Dedicatoria......Page 4
AGRADECIMIENTO......Page 6
PRÓLOGO......Page 7
EL TEXTO GRIEGO......Page 8
TEXTO DE LA TRADUCCIÓN LATINA......Page 10
TRADUCCIONES ESPAÑOLAS DE LA METAFÍSICA......Page 17
SOBRE LA TRADUCCIÓN DE ALGUNOS TÉRMINOS TÉCNICOS......Page 26
PRÓLOGO A LA SEGUNDA EDICIÓN......Page 35
SELECCION BIBLIOGRAFICA......Page 45
METAFÍSICA DE ARISTÓTELES TEXTO TRILINGÜE......Page 50
LIBRO I......Page 51
LIBRO II......Page 133
LIBRO III......Page 147
LIBRO IV......Page 199
LIBRO V......Page 265
LIBRO VI......Page 351
LIBRO VII......Page 369
LIBRO VIII......Page 459
LIBRO IX......Page 486
LIBRO X......Page 529
LIBRO XI......Page 579
LIBRO X II......Page 647
LIBRO X III......Page 697
LIBRO XIV......Page 775
VOCABULARIO GRECO-LATINO (LIBROS I-XII)......Page 819
INDICE GENERAL......Page 876

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APIΣΤΟΤΕΛΟΥΣ ΤΑ ΜΕΤΑ ΤΑ ΦΥΣΙΚΑ ARISTOTELIS METAPHYSICA METAFISICA ,DE ARISTÓTELES

EDICIÓN TRILINGÜE POR

VALENTÍN

GARCÍA

YEBRA

SEGUNDA EDICIÓN REVISADA

& EDITORIAL GREDOS

BIBLIOTECA HISPÁNICA DE FILOSOFÍA Fundada por

ANGEL GONZALEZ ALVAREZ

© VALENTÍN GARCÍA YEBRA, 1998. EDITORIAL GREDOS, S. A. Sánchez Pacheco, 81, Madrid.

1970. 1982. 3.a reimpresión, 1998.

P r im e r a

S eg un da

e d ic ió n

,

e d ic ió n

,

Depósito Legal: M. 407-1998. ISBN 84-249-2176-3. Impreso en España. Printed in Spain. Gráficas Cóndor, S. A. Esteban Tenadas, 12. Polígono Industrial. Leganés (Madrid), 1998.

SIT TIBI HOC OPUS VXOR CARISSIMA GRATI ANIMI SIGNIFICATIO

AGRADECIMIENTO

Quiero que conste aquí mi agradecimiento a cuantas per­ sonas o entidades me han ayudado en esta larga y áspera empresa. Debo mencionar, en particular, a la Fundación «Juan March», que la subvencionó con una «beca de estudios en España» para el curso 1968-1969. Los catedráticos de la Fa­ cultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Madrid D. Dámaso Alonso, D. Ángel González Alvarez, D. Leopoldo Eulogio Palacios, D. José María Sánchez de Muniáin y D. Ser­ gio Rábade Romeo me ayudaron con sus consejos y con palabras de aliento, o me prestaron libros que de otro modo quizá no habrían estado a mi alcance. El profesor González Álvarez dirigió, además, mi tesis doctoral, cuyo tema fue precisamente el «estudio del texto latino de la Metafísica de Aristóteles según la traducción de Guillermo de Moerbeke»; de ella proceden las Notas a la traducción latina que he incorporado a la presente obra. Estoy en deuda también con los catedráticos de la misma Facultad D. Manuel FernándezGaliano, D. Sebastián Mariner Bigorra y D. Antonio Ruiz de Elvira, quienes, junto con D. Ángel González Álvarez y D. Ser­ gio Rábade Romeo, constituyeron el tribunal que juzgó dicha tesis. Al honrarme unánimemente con la calificación máxima, me animaron a seguir adelante. Debo gratitud especial y profundísima a mi mujer, María Dolores Mouton I báñez, a quien dedico este trabajo, que casi debía ella firmar conmigo. Sin su amorosa y sacrificada ayuda, difícilmente hubiera yo podido llevarlo a cabo. Madrid, 25 de agosto de 1970.

PRÓLOGO

La idea de publicar una edición trilingüe (greco-latinoespañola) de la Metafísica de Aristóteles viene ocupándome desde hace ya casi dos lustros. Al emprender el trabajo, no sospechaba que iba a prolongarse tanto. Pero quien conozca la situación del profesorado español de Enseñanza Media sabe que son muy pocas las horas que a un catedrático de Instituto le quedan para tareas de las que no cabe esperar rendimiento económico. Mi primitiva idea fue publicar una edición bilingüe, con el texto griego y la traducción española, semejante a la edi­ ción latino-española de las Disputaciones Metafísicas de Fran­ cisco Suárez, que la editorial Gredos publicó de 1960 a 1966. Pero, al comprobar la dificultad de la versión española, siempre amenazada por los riesgos de una excesiva literali­ dad, que la haría casi ininteligible, o de una libertad sobrada, por la que fácilmente degeneraría en glosa o comentario, pensé que podría ser útil convertir la proyectada edición en trilingüe, incluyendo una traducción latina. La lengua de Ci­ cerón suele ser para los estudiosos de la filosofía, al menos en España, más familiar que la de Aristóteles, y, dada la pro­ ximidad sintáctica entre ambas, el texto latino podría facilitar la comprensión ceñida del griego. Por otra parte, las doctri­ nas aristotélicas hallaron su eco principal y su desarrollo en el Tomismo y en la Escolástica, que en su época clásica fue* ron de expresión latina y llegaron al conocimiento del Estagirita no por el texto griego, sino a través de traducciones. También esta razón histórica abogaba por el trilingüismo de la edición proyectada.

XII

Metafísica de Aristóteles

Para proceder a la realización del proyecto había que establecer o seleccionar el texto griego, elegir la traducción latina y, a falta de una traducción española satisfactoria, intentar otra nueva.

EL TEXTO GRIEGO

Las ediciones del texto griego de la Metafísica anteriores al siglo XIX apenas conservan más valor que el histórico. Han quedado definitivamente superadas por las ediciones críticas modernas. He aquí las principales de éstas: Aristotelis et Theophrasti Metaphysica, ad veterum codi­ cum manuscriptorum fidem recensita indicibusque instructa in usum scholarum, edidit Christianus Augustus B randis. Accedunt scholia e Graecis Commentatoribus maximam par­ tem excerpta. 2 vols. Berlin, 1823-1837. (El vol. 2.° contiene los escolios.) Aristotelis Opera, ex recensione I mmanuelis B ekkeri, edi­ dit Academia Regia Borussica, Berlin, 1831-1870. 5 vols. — El texto griego (Aristoteles Graece) ocupa los volúmenes I y II, y la Metafísica, las páginas 980 a 1093 del vol. II. Ambos volúmenes se reimprimieron en I960 por la editorial Walter de Gruyter, de Berlín, así como, en 1961, el vol. IV, que con­ tiene los scholia in Aristotelem, recogidos por Chr. Aug. B randis (en las págs. 518-833 los relativos a la Metafísica), y el Supplementum scholiorum Syriani in Metaphysica Com­ mentaria, editado por Herm. Usener (págs. 837-942), y el vo­ lumen V, integrado por el Index Aristotelicus, de Herm. B onitz. Falta el volumen III, que sustituirá las traducciones latinas de la edición de Bekker por fragmentos de Aristóteles. Die Metaphysik des Aristoteles. Grundtext, Uebersetzung und Commentar von Dr. A. S chwegler. 4 vols. Tübingen, Fues, 1847-1848. Aristotelis Metaphysica, recognovit et enarravit Hermannus B onitz. 2 vols., Bonn, Marcus, 1848-1849. (El primer vo­ lumen incluye el texto; el segundo, un comentario latino justamente celebrado).

Prólogo

X III

Aristotelis Opera omnia graece et latine cum indice no­ minum et rerum absolutissimo. 5 vols., Paris, Firmin-Didot, 1874-1878. Aristotelis Metaphysica, recognovit W. Christ. Leipzig, 1886. Nova impressio correctior, Leipzig, Teubner, 1906. α ρ ι ς τ ο τ ε λ ο υ ς t a m e t a τ α φ υ σ ι κ ά . Aristotle’s Metaphys­ ics. A revised text with introduction and commentary by W. D. Ross. 2 vols., Oxford, Clarendon Press, 1924. Reprinted lithographically, Oxford University Press, 1948, 1953 (with corrections) 1958. Aristotle. The Metaphysics, with an English Translation by H. Tredennick. 2 vols., London and Cambridge (Mass.), Loeb, 1945. Aristotelis Metaphysica, ed. W. J aeger (0. C. T.), 1957. La edición fundamental sigue siendo la de Bekker. Los escritos de Aristóteles se citan, según costumbre internacio­ nal, refiriéndose a la página, columna y línea de esta edición. En lo relativo a la Metafísica, los editores posteriores han mejorado el texto en numerosos pasajes. Fue sin duda H. Bonitz quien más contribuyó a tales mejoras. De él dice W. D. Ross (I, clxvi) que contribuyó a restaurar el texto de la Metafísica más que todos sus antecesores juntos: «all these together have done less for it than Bonitz, who... has con­ vincingly amended almost every page of the work». Digamos también que el Index Aristotelicus de Bonitz está reconocido por todos como un instrumento de trabajo de valor incalcu­ lable y absolutamente imprescindible para cualquier clase de estudio serio, no sólo de la Metafísica, sino de cualquier obra de Aristóteles. El texto de la presente edición se basa fundamentalmente en el de W. D. Ross, de quien me declaro deudor con admi­ ración y agradecimiento. Ross no sólo se benefició de los trabajos de sus antecesores, sino que hizo muchas y muy valiosas aportaciones personales, fruto de su minucioso y penetrante estudio de varios códices, especialmente del Vindobonensis phil. gr. C., simbolizado por Ross con la sigla J, así como del comentario de Alejandro y de la traducción

XIV

Metafísica de Aristóteles

latina de Guillermo de Moerbeke. En algunos pasajes, sin embargo, me aparto del texto de Ross, ora modificando la puntuación, ora sustituyendo grafías como ούθείς, μηθείς por οόδείς, μηδείς, ora, finalmente, eligiendo variantes que o bien eran tradicionales y han sido postergadas sin una razón irrefutable, o que parecen dar un sentido más claro o más de acuerdo con el contexto. Estos cambios se justifican a veces, pero no sistemáticamente, en nota a la traducción española del pasaje correspondiente.

TEXTO DE LA TRADUCCIÓN LATINA

El más célebre de los traductores medievales de Aristó­ teles fue sin duda Guillermo de Moerbeke. No es mucho lo que sabemos de este traductor insigne. Ni siquiéra se conoce con certeza el lugar ni la fecha de su nacimiento, que debió de ocurrir hacia 1215, quizá en Lovaina. Ingresó en la Orden de Predicadores, y residió algún tiempo en Grecia, de donde fue llamado a Roma para desempeñar en la Curia Pontificia, durante los reinados de Urbano IV, Clemente IV y Grego­ rio X, las funciones de Penitenciario y Capellán papal. En Roma le conoció y trabó amistad con él su hermano en reli­ gión Tomás de Aquino, quien le rogó que tradujera al latín obras de Aristóteles y de otros autores griegos. Su actividad traductora se desarrolló principalmente entre 1262 y 1272: terminó en 1268 su traducción de la Elementatio theologica de Proclo; en junio de 1271, la del Comentario de Simplicio al de Cáelo et Mundo de Aristóteles. Sto. Tomás utilizó tra­ ducciones suyas para los comentarios al De Generatione et Corruptione, «In librum De sensu et sensato» e «In librum De memoria et reminiscentia»; usó también, para su comen­ tario a los tres libros De anima, la traducción moerbekiana de la paráfrasis de Temistio Se atribuye también a Moer­ beke la traducción del comentario de Alejandro de Afrodisia i Cfr. G. M. Manser, O. P., La esencia del tomismo, trad. esp. de V. G.a Yebra, C. S. de I. C., 2.a ed., Madrid, 1953, págs. 20 y 28 ss.

Prólogo

XV

al De sensu aristotélico2. En 1278 fue nombrado Arzobispo de Corinto, y murió hacia 1286. Taddeo da Parma le cita entre los representantes de la «geomantia»3. Las obras de Aristóteles cuya traducción llevó a cabo Gui­ llermo de Moerbeke habían sido ya traducidas por otros, al menos en parte. Pero estas traducciones eran generalmente incompletas o poco correctas. Moerbeke se limitó, en algunos casos, a corregirlas (así las de De Cáelo et Mundo libr. I-II, Politicorum libr. I-II y De Partibus Animalium). En otros casos, o por desconocer la existencia de tales traducciones o porque le parecieran incorregibles, no las tuvo en cuenta y realizó traducciones nuevas (por ejemplo, la de la Rheto­ rica) 4. En cuanto a la Metafísica, ya en 1923 demostró F. Pelster5, basándose en su descubrimiento de la Metaphysica Medie Translationis, que Moerbeke sólo tradujo por completo un libro de esta obra, el XI, limitándose a corregir la traducción ya existente de los otros. He aquí la relación de las traduc­ ciones anteriores a la revisión moerbekiana6: a) Metaphysica Vetustissima. «Omnes homines scire de­ siderant natura. Signum autem est sensuum dilectio. Et nam­ que sine utilitate...» Fue descubierta y bautizada por A. Birkenmajer, y se conocen ocho códices en que aparece sola o con la Metaphysica nova. Pertenece al siglo xn. Contiene los tres primeros libros y parte del IV, correspondiente al texto griego que termina en la página 1007a32 de la edición de Bekker. 2 A. Mansion, «Le De sensu et sensato d’Aristote», en Mélanges Mandónnet, t. I, 91-94. 3 Cfr. M. Grabmann, «Studium iiber den Averroisten Taddeo da Parma», en Mélanges Mandonnet, t. II, pág. 340. Para más amplia información, v. del mismo Grabmann Guglielmo di Moerbeke, O. P., il traduttore delle opere di Aristotele. Miscellanea Hist. Pontif., vol. XI, n.° 20. Trad. it. de Mons. Parisella. Roma, Pont. Univ. Greg., 1946. 4 G. Lacombe, Aristoteles Latinus. Codices descripsit G. L., vol. I, Roma, 1939, pág. 19. 5 F. Pelster, S. I., Die griechisch-lateinischen Metaphysikiibersetzungen des Mittelalters. Beitrage Suppi. Bd. II, Festgabe zum 70. Geburtstag C. Báumkers. Münster (1925) 89-118. * E sta relación se basa en la descripción de Lacombe, O. c., págs. 61 ss.

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Metafísica de Aristóteles

b) Metaphysica Medie Translationis. «Omnes homines natura scire desiderant. Signum autem... agere convenientes... concupiscimus». Descubierta y llamada así por F. Pelster. Se conocen diez códices en que aparece sola, y otros muchos que contienen la Metaphysica Vetus, más la Nova, más los libros X III y XIV de esta Met. Med. Translationis. Los diez códices proceden todos de Italia. Comprende los libros I-XIV, con excepción del XI. Según el cod. Vatic, lat. 6944, esta traducción sólo abarcaba primitivamente once libros: llegaba hasta el fin del XII, pero omitía el XI. Lacombe cree que los libros X III y XIV, si no fueron traducidos cuando los otros, ciertamente lo fueron poco más tarde, pues el cod. Cantabr. Corp. Christi Colleg. 239, escrito antes de 1250, los incluye después de la Metaphysica N ova7. Como esta traducción es más antigua que la Metaph. Vetus, que ya existía hacia el año 12308, no parece aventurado referir a ella las conocidas palabras de Guillermo Bretón (t 1226): «In diebus illis (se refiere al año 1210) legebantur Parisius libelli quidam ab Aristotele, ut dicebatur, compositi, qui docebant Metaphysicam, delati de novo a Constantinopoli et e graeco in latinum translati»9. No pueden referirse a la Metaph. Vetustissima, porque ésta era conocida ya antes. Del traductor nada cierto se sab e10. c) Metaphysica Vetus. «Omnes homines natura scire de­ siderant. Signum autem est sensuum delectatio. Preter enim utilitatem... convenientes... concupiscimus». Así titulan algu­ nos códices una traducción que termina en el mismo pasaje ? Lacombe, O. c., pág. 62. s Ib. 9 Tomo la cita de Lacombe, ib. Sobre este punto, v. M. Grabmann, «Forschungen über die lateinischen Aristotelesiibersetzungen des 13. Jahrhunderts», en Beitrage zur Geschichte der Philosophie des Mittelalters, XVII, 5-6, Münster, 1916. 10 El cod. Brooklyn, de la Bibl. Kelsónica apenas da alguna luz sobre el particular en la siguiente rúbrica: Incipit liber Metaphysicae Aristotelis Novae secundum translationem Canoniensis. S. de Ricci piensa que Canoniensis debe leerse Cononiensis, que a su vez sería corrupción de Bononiensis. Lacombe, o. c., pág. 63, no está de acuerdo con esta lectura. Pero, aun dándola por correcta, poco es lo que nos dice del traductor.

Prólogo

XVII

que la Vetustissima. Según Lacombe11, esta Metaph. Vetus no es más que una contaminación del texto de la Vetustissi­ ma con el de la Metaph. Medie Translationis, y, por consi­ guiente, no merece fe la rúbrica que se lee al principio en los cod. Burdigalensis 421, f. 257, y Matritensis Bibl. Palacii 427: «Liber Aristotelis de Metaphysica Vetus translatus a Boethio de greco in latinum». Pelster afirma que han llegado hasta nosotros varias versiones de esta Metaph. V etus12. A juicio de Lacombeu, la colación atenta de los códices demuestra que las diferencias entre unos y otros son sólo variantes de lectura poco importantes y que deben ser atri­ buidas a los amanuenses e incluso a lectores doctos. La tra­ ducción fue hecha antes de 1230, pues en esta fecha la utili­ zaba ya Amoldo el S ajó n 14. d) Metaphysica Nova. «Consideratio quidem in veritate difficilis...» Es una traducción del árabe, que se aparta mu­ cho del texto griego. Apareció hacia 1220, y recibió el nombre de Metaphysica Nova ya antes de 125015. Está dividida en once libros, que corresponden a α Μλαττον, A (cap. 5 ss.), B-I y Λ. Omite los cuatro primeros capítulos de A, todo el libro XI (K) y la última parte del XII. A esta traducción se refiere una nota del s. xiii, al margen de la Metaph. Nova en el cod. Paris. Bibl. Nat. lat. 12953, f. 340: «...in secunda translatione non invenitur principium sive pars prohemialis...; durat ista translatio usque versus finem undecimi ( = XII), ubi defficit ultimum capitulum eiusdem» 16. Valentin Rose estudió detenidamente, a mediados del siglo pasado, todas las lagunas de esta traducción17, y, más tarde, el orden H Ib., pág. 63, n. 3. « L. c. 13 O. c., pág. 63. 14 Según W. D. Ross, Aristotle's Metaphysics, I, clxiv, esta traducción era conocida en París poco antes de 1210, y se cree que fue hecha en Constantinopla. Probablemente se basa Ross en las palabras de Guillermo Bretón citadas antes, referidas por Lacombe y otros a la Metaphysica Medie Translationis. 15 Ross dice que la primera huella de esta traducción «es su aparición en un manuscrito fechado en 1243». O. c., I, clxiv. W Cit. por Lacombe, O. c., pág. 64. 17 De Aristotelis librorum ordine et auctoritate. Berolini, 1854, págs. 145 s.

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Metafísica de Aristóteles

de cada uno de sus libros18. La Metaph. Nova casi nunca aparece sola en los códices; se halla con frecuencia entre la Vetus y los libros XIII-XIV de la Metaph. Medie Transla­ tionis, o incluida en la versión latina del Commentarium Magnum Averrois, junto con el cual parece haber sido tra­ ducida 19. Lacombe, aunque ningún códice lo garantiza, piensa que el autor de esta traducción fue Miguel Escoto20. Todas las traducciones latinas de la Metafísica menciona­ das hasta ahora aparecen ya en códices anteriores a 1250, frecuentemente unidas entre sí. Esta yuxtaposición de los textos se hacía sin duda para que los maestros y las escuelas pudieran confrontarlos fácilmente y deducir de ellos con la mayor garantía posible el verdadero pensamiento del Estagirita. La práctica de la confrontación de textos se refleja bien en el Comentario de Sto. Tomás a los doce primeros libros, donde muchas veces se citan dos o tres versiones de un mismo pasaje. e) Queda por reseñar el Metaphysicae Fragmentum Vati­ canum. «Desiderium sciendi est innatum generi hominum». Esta traducción difiere notablemente de las anteriores, dis­ tinguiéndose por la relativa elegancia de su estilo y por su notable libertad frente a la letra del texto griego, aunque generalmente respeta el sentido. Está limpia de palabras grie­ gas, que tanto abundan en las demás traducciones de esta época. No parece que se trate de una traducción del árabe, pues tampoco contiene palabras de esta lengua, como era corriente en las traducciones de tal procedencia. Fue descu­ bierta por Lacombe en el cod. Vatic. Ottobonian. 2048, que ya era conocido, sobre todo por las investigaciones de Pelster. Este códice fue escrito en el s. xm . El fragmento ocupa sólo noventa líneas, y corresponde a las setenta y dos primeras del texto griego de A 980a21 - 981bl3. 18 Verzeichnis der lateinischen Handschriften der Kgl. Bibliothek zu Ber­ lin, I, 1893, págs. 453 s. 19 Lacombe, O. c., pág. 64, n. 2, explica las razones en que apoya este aserto, y anuncia que Birkenmajer expondrá con más amplitud y detalle los argumentos que él se limita a esbozar. 20 O. c., pág. 65. Según Ross (Z. c., clxiv), se debe probablemente a Gerardo de Cremona o a Miguel Escoto.

Prólogo

XIX

La Metaphysica Nove Translationis. «Omnes homines na­ tura scire desiderant. Signum autem... Preter enim... agere debentes... elegimus». Con este título se menciona la recen­ sion de la Metaphysica Medie Translationis llevada a cabo por Guillermo de Moerbeke, quien además tradujo del griego el lib. XI, completando así la traducción latina de la Meta­ física21. Lacombe supone, pero sin base cierta, como reco­ noce él m ism o22, que esta traducción fue hecha en Nicea. Basa su conjetura en una rúbrica truncada, escrita en el s. X III sobre el cod. Cantabrig. Bibi. Domus Petri 22, f. 240: «Aristotelis phiüosophi de graeco) in latünum translatus a Gui)lelmaltere supra libros prime Philosophie Aristotelis (Metaphysica I-IV)... Acce­ dit Metaphysica Vetus Aristotelis. Opera hactenus inedita Rogeri Baconi. Fase. XI. Oxford, 1932. Steenberghen, F. van, Aristote en Occident. Les origines de l’aristotélisme parisien. Louvain, 1946. Wingate, S. D., Mediaeval latin versions of the Aristotel­ ian scientific Corpus. London, 1931.

METAFÍSICA DE ARISTÓTELES TEXTO TRILINGÜE

ΑΡΙΣΤΟΤΕΛΟΥΣ ΤΩΝ ΜΕΤΑ ΤΑ ΦΥΣΙΚΑ Α

980a

Πάντες άνθρωποι τού είδέναι ορέγονται φύσει, σημεΐον δ’ ή των αισθήσεων άγάπησιςκαί γάρ χωρίς τής χρείας άγαπώνται δι’ αότάς, καί μάλιστα τών άλλων ή. διά τών όμμάτων. οό γάρ μόνον ϊνα πράττωμεν άλλά καί μηδέν 25 μέλλοντες πράττειν τό όραν αίρούμεθα άντί πάντων ώς είπείν τών άλλων. αϊτιον δ ’ δτι μάλιστα ποιεί γνωρίζειν ήμδς αΰτη τών αισθήσεων καί πολλάς δηλοι διαφοράς,. , φύσει μέν οδν αϊσθησιν ^χοντα γίγνεται τά ζώα, έκ δέ ταύτης τοΐς μέν αύτών ούκ έγγ[γνεται μνήμη, τοΐς δ’ έγγίγνεται. 980b Kotl διά τούτο ταυτα φρονιμότερα καί μαθητικώτερα τών μή δυναμένων μνημονεύειν έστί, φρόνιμα μέν άνευ του μανθάνειν δσα μή δύναται τών ψόφων άκούειν (οΐον μέλιττα κάν εϊ τι τοιουτον άλλο γένος ζφων ëon), μανθάνει 25 δ’ δσα πρός τη μνήμη καί ταύτην εχει τήν αΐσθησιν. τά LIBRO I 980a

Todos los hombres desean por naturaleza saber. Así lo indica el amor a los sentidos; pues, al margen de su utilidad, son amados a causa de sí mismos, y el que más de todos, el de la vista. En efecto, no sólo para obrar, sino también cuando no 25 pensamos hacer nada, preferimos la vista, por decirlo así, a todos los otros. Y la causa es que, de los sentidos, éste es el que nos hace conocer más, y nos muestra muchas diferencias 1. 1 Cfr. De sensu 437-9: «la facultad de ver muestra muchas y muy va­ riadas diferencias, porque todos los cuerpos participan del color, de suerte que sobre todo a través de este sentido se perciben también los sensibles

ARISTOTELIS METAPHYSICORUM LIBER I

1. Omnes homines natura scire desiderant. Signum autem 980a est sensuum dilectio. Praeter enim utilitatem, propter seipsos diliguntur, et maxime aliorum, qui est per oculos. Non enim solum ut agamus, sed et nihil agere debentes, ipsum videre 25 prae omnibus (ut dicam) aliis eligimus. Causa autem est, quia hic maxime sensuum nos cognoscere facit, et multas differen­ tias demonstrat. 2. Animalia quidem igitur natura sensum habentia fiunt. 3. Ex sensibus autem quibusdam quidem ip­ sorum memoria non infit, quibusdam vero fit. Et propter hoc alia quidem prudentia sunt, alia vero disciplinabiliora non possi- 980b bilibus memorari. Prudentia quidem sunt sine addiscere, quae­ cumque sonos audire non potentia sunt, ut apis, et utique si aliquod aliud huiusmodi est animalium genus. Addiscunt autem quaecumque cum memoria et hunc habent sensum. 4. Alia 25 Por naturaleza, los animales nacen dotados de sensación; pero ésta no engendra en algunos la memoria, mientras que en otros sí. Y por eso éstos son más prudentes y más aptos para apren- 980b der que los que no pueden recordar; son prudentes sin aprender los incapaces de oír los sonidos (como la abeja y otros animalés semejantes, si los hay); aprenden, en cambio, los que, además de memoria, tienen este sentido2. 25 comunes (llamo sensibles comunes a la figura, al tamaño, al movimiento, al número». Alejandro 1, 21-2, 2, y Ascl. 6, 15, dan otra razón: las diferen­ cias de color entre el blanco y el negro son mucho más numerosas, p. ej., que las que pueden percibirse entre lo caliente y lo frío, lo seco y lo húmedo. 2 El oído.

4

Τών μετά τά φυσικά A, 1

μέν οδν άλλα ταΐς φαντασίαις Çrj καί ταΐς μνήμαις, έμ­ πειρίας δέ μετέχει μικρόν- τό δέ τών άνθρώπων γένος καί τέχνη καί λογισμοΐς. γίγνεται δ’ έκ τής μνήμης έμπειρία τοΐς άνθρώποις' αί γάρ πολλαί μνήμαι τού αύτοΟ πράγμα981a ΧΟς μιάς έμπειρίας δύναμιν άποτελουσιν. καί δοκεΐ σχεδόν έπιστήμη καί τέχνη δμοιον είναι καί έμπειρία, άποβαίνει δ’ έπιστήμη καί τέχνη διά τής έμπειρίας τοΐς άνθρώποις' ή μέν γάρ έμπειρία τέχνην έποίησεν, ώς φησί Πώλος, ή 5 δ’ απειρία τύχην. γίγνεται δέ τέχνη δταν έκ πολλών τής έμπειρίας έννοημάτων μία καθόλου γένηται περί τών όμοίων ύπόληψις. τό μέν γάρ Μχειν όπόληψιν δτι Καλλί