Macro-ecología de los Andes peruanos. Situación actual y dinámica de cambio en los últimos 20 000 años 9782821844414, 9789972500541

El libro presenta los aspectos referidos a la dinámica de cambio que ha impuesto la naturaleza sobre las condiciones mac

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Macro-ecología de los Andes peruanos. Situación actual y dinámica de cambio en los últimos 20 000 años
 9782821844414, 9789972500541

Table of contents :
ÍNDICE
A manera de prólogo
Introducción
Objetivos
Organización, alcances y limitaciones
Aspectos metodológicos
Capítulo I. Identificación de los periodos de cambio climático en los Andes
1.0 Aspectos generales
1.1 El reloj de la vida y de la historia humana desde la formación del planeta Tierra
1.2 Cambios y tendencias climáticas en el continente americano para los últimos 125 000 años
1.3 Cambios climáticos y sus efectos en el nivel del mar en el continente sudamericano en los últimos 125 000 años
1.4 Identificación de las edades y periodos en los Andes en los últimos 30 000 años y correspondientes periodos climáticos andinos
1.5 Enmarcamiento cronológico de los periodos correspondientes a los últimos 5 000 años
1.6 Posibles relaciones entre las tendencias climáticas y los ciclos de la precesión del eje terrestre en los últimos 125 000 años: hipótesis de las estaciones terrestres de muy largo plazo
1.7 Interpretación de los efectos de las «estaciones terrestres» de muy largo plazo en las variaciones del clima-vegetación en América del sur
Capítulo II. Principales características macro ecológicas de los Andes peruanos
2.0 Aspectos generales
2.1 Fisiografía y morfología de la eco-región de los Andes sudamericanos
2.2 Regiones andinas longitudinales y altitudinales
2.3 El clima en las zonas andinas y de la amazonia peruana
2.4 La particularidad en la distribución de los factores de clima-vegetación en los Andes peruanos: contraste norte-sur y oeste-este
2.5 Características macro-hidrológicas de la cordillera de los Andes peruanos
2.6 El sistema de zonas geo-hidrológicas andinas: Cuencas hidrográficas
2.7 La diversidad y amplitud territorial del sistema de zonas geo-hidrográficas
Capítulo III. Dinámica de cambio en las condiciones macro ecológicas de los Andes
3.0 Aspectos generales
3.1 Distribución de las condiciones de clima-vegetación en las diferentes regiones de América del sur
3.2 El clima-vegetación en Sudamérica en los últimos 30 000 años
3.3 Los períodos de cambio climático en los Andes peruanos en los últimos 30 000 años: principales características climáticas-hidrológicas- orográficas- y de vegetación
3.4 Modificaciones en la hidrología, morfología y el clima-vegetación durante las etapas o fases del período del ‘gran cambio climático’
3.5 Variaciones del clima-vegetación en la zona del altiplano en el lago Titicaca en los últimos 30 000 años
3.6 La profundización de los procesos de desertificación andina: la formación de la doble diagonal «árida» en las bandas latitudinales y altitudinales de los Andes
Capítulo IV. Hipótesis sobre las posibles “rutas de ingreso” y de “poblamiento” de los Andes y ensayos cronológicos sobre las culturas andinas peruanas
4.0 Aspectos generales
4.1 Posibles «rutas de ingreso» y de poblamiento de los Andes
4.2 Hipótesis explicativa sobre los procesos y las zonas de ocupación de los Andes peruanos
4.3 Hipótesis sobre los posibles periodos de ocupación territorial de las zonas del altiplano del lago Titicaca, el colapso de la cultura Tiawanaku y surgimiento del Tahuantinsuyo de la cultura Inca del Cuzco
4.4 Cronología de la ocupación del territorio de los Andes por las culturas peruanas prehispánicas relacionada con los eventos de naturaleza catastrófica del fenómeno denominado ‘Super- El Niño’ o ‘El Gran Niño’
4.5 Hipótesis sobre la «desaparición» de culturas basada en las relaciones de hechos catastróficos del fenómeno denominado ‘Super-El Niño’
4.6 Ensayo comparativo cronológico de las eras culturales andinas peruanas dentro de los principales hechos a nivel mundial
4.7 Elementos adicionales de enmarcamiento cronológico
Anexo A. Componentes metodológicos
Bibliografía

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Macro-ecología de los Andes peruanos Situación actual y dinámica de cambio en los últimos 20 000 años

José A. Salaverry Llosa

DOI: 10.4000/books.ifea.5502 Editor: Institut français d’études andines, Consejo Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación Tecnológica - CONCYTEC Año de edición: 2006 Publicación en OpenEdition Books: 4 junio 2015 Colección: Travaux de l'IFEA ISBN electrónico: 9782821844414

http://books.openedition.org Edición impresa ISBN: 9789972500541 Número de páginas: 312 Referencia electrónica SALAVERRY LLOSA, José A. Macro-ecología de los Andes peruanos: Situación actual y dinámica de cambio en los últimos 20 000 años. Nueva edición [en línea]. Lima: Institut français d’études andines, 2006 (generado el 15 juillet 2019). Disponible en Internet: . ISBN: 9782821844414. DOI: 10.4000/books.ifea.5502.

Este documento fue generado automáticamente el 15 julio 2019. Está derivado de una digitalización por un reconocimiento óptico de caracteres. © Institut français d’études andines, 2006 Condiciones de uso: http://www.openedition.org/6540

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El libro presenta los aspectos referidos a la dinámica de cambio que ha impuesto la naturaleza sobre las condiciones macro-ecológicas de los Andes desde la era arcaica y formativa de las culturas agrarias andinas peruanas que ocuparon el territorio peruano. Principalmente se ocupa de las modificaciones en las condiciones geo-hidrográficas y de climavegetación que se han producido, relacionadas a los periodos de cambio climático universales repercutiendo en el paisaje y el Hombre en las zonas andinas peruanas. Una visión histórica acerca del desarrollo de las poblaciones y culturas pre-hispánicas que ocuparon el territorio desde haceunos 12 a 14 mil años ¿Cuáles fueron las condiciones de clima-vegetación en los Andes peruanos en las eras arcaica y formativa de la agricultura? ¿Es cierto, que los desiertos de la Costa peruana eran bosques en dichas eras? ¿En qué magnitud los procesos de desertificarón, aridización, salinización, deforestación, son el resultado de hechos naturales o producidos por el Hombre? Aficionado con el tema concreto del presente libro, es que en la última década se dedica a la ecología de los Andes peruanos, a la arqueo-astronomía aplicada a los monumentos arqueológicos del Perú prehispánico. El autor plantea las posibles "rutas de ingreso" y de poblamiento de los Andes, así como una hipótesis explicativa acerca de los periodos —y zonas— de ocupación territorial de los Andes peruanos, además de una cronología histórica de eventos ‘El Niño’ de carácter catastrófico obtenidas en los paleo-registros y las cuales se relacionan con las posibles explicaciones acerca de la "misteriosa desaparición" de muchas de las culturas pre-incaicas e inicio del periodo incaico.

JOSÉ A. SALAVERRY LLOSA José A. Salaverry Llosa se graduó de Ingeniero Agrónomo en la Universidad Agraria La Molina en Lima e hizo su Doctorado en Economía en lowa State University Ames, lowa, Estados Unidos de Norteamérica. A lo largo de su vida trabajó ejerciendo su carrera en el sector público, privado y en el académico así como en la consultoría internacional. Ha publicado varios libros y documentos referidos al sector financiero y rural como "Financiamiento Integral del Agro" (1985), "El Proceso Ahorro-Inversión y el Sistema Financiero en el Crecimiento Económico" (1988), "Políticas de Desarrollo Integral y el Sector Agrario Peruano: Importancia y rol en las últimas cinco décadas" (1989), "Sistema Financiero Rural" (2001).

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ÍNDICE A manera de prólogo Introducción Objetivos Organización, alcances y limitaciones Aspectos metodológicos

Capítulo I. Identificación de los periodos de cambio climático en los Andes 1.0 Aspectos generales 1.1 El reloj de la vida y de la historia humana desde la formación del planeta Tierra 1.2 Cambios y tendencias climáticas en el continente americano para los últimos 125 000 años 1.3 Cambios climáticos y sus efectos en el nivel del mar en el continente sudamericano en los últimos 125 000 años 1.4 Identificación de las edades y periodos en los Andes en los últimos 30 000 años y correspondientes periodos climáticos andinos 1.5 Enmarcamiento cronológico de los periodos correspondientes a los últimos 5 000 años 1.6 Posibles relaciones entre las tendencias climáticas y los ciclos de la precesión del eje terrestre en los últimos 125 000 años: hipótesis de las estaciones terrestres de muy largo plazo 1.7 Interpretación de los efectos de las «estaciones terrestres» de muy largo plazo en las variaciones del clima-vegetación en América del sur

Capítulo II. Principales características macro ecológicas de los Andes peruanos 2.0 Aspectos generales 2.1 Fisiografía y morfología de la eco-región de los Andes sudamericanos 2.2 Regiones andinas longitudinales y altitudinales 2.3 El clima en las zonas andinas y de la amazonia peruana 2.4 La particularidad en la distribución de los factores de clima-vegetación en los Andes peruanos: contraste norte-sur y oeste-este 2.5 Características macro-hidrológicas de la cordillera de los Andes peruanos 2.6 El sistema de zonas geo-hidrológicas andinas: Cuencas hidrográficas 2.7 La diversidad y amplitud territorial del sistema de zonas geo-hidrográficas

Capítulo III. Dinámica de cambio en las condiciones macro ecológicas de los Andes 3.0 Aspectos generales 3.1 Distribución de las condiciones de clima-vegetación en las diferentes regiones de América del sur 3.2 El clima-vegetación en Sudamérica en los últimos 30 000 años 3.3 Los períodos de cambio climático en los Andes peruanos en los últimos 30 000 años: principales características climáticas-hidrológicas- orográficas- y de vegetación 3.4 Modificaciones en la hidrología, morfología y el clima-vegetación durante las etapas o fases del período del ‘gran cambio climático’ 3.5 Variaciones del clima-vegetación en la zona del altiplano en el lago Titicaca en los últimos 30 000 años 3.6 La profundización de los procesos de desertificación andina: la formación de la doble diagonal «árida» en las bandas latitudinales y altitudinales de los Andes

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Capítulo IV. Hipótesis sobre las posibles “rutas de ingreso” y de “poblamiento” de los Andes y ensayos cronológicos sobre las culturas andinas peruanas 4.0 Aspectos generales 4.1 Posibles «rutas de ingreso» y de poblamiento de los Andes 4.2 Hipótesis explicativa sobre los procesos y las zonas de ocupación de los Andes peruanos 4.3 Hipótesis sobre los posibles periodos de ocupación territorial de las zonas del altiplano del lago Titicaca, el colapso de la cultura Tiawanaku y surgimiento del Tahuantinsuyo de la cultura Inca del Cuzco 4.4 Cronología de la ocupación del territorio de los Andes por las culturas peruanas prehispánicas relacionada con los eventos de naturaleza catastrófica del fenómeno denominado ‘Super- El Niño’ o ‘El Gran Niño’ 4.5 Hipótesis sobre la «desaparición» de culturas basada en las relaciones de hechos catastróficos del fenómeno denominado ‘Super-El Niño’ 4.6 Ensayo comparativo cronológico de las eras culturales andinas peruanas dentro de los principales hechos a nivel mundial 4.7 Elementos adicionales de enmarcamiento cronológico

Anexo A. Componentes metodológicos Bibliografía

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A manera de prólogo

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Durante más de cuarenta años he cultivado dos aficiones directamente relacionadas con unos ciento veinte viajes que he realizado alrededor de este espacio físico y humanoeconómico que llamamos nuestro Perú. Estas aficiones que con el tiempo se convirtieron en verdaderas pasiones, son la combinación de un conjunto de conocimientos en campos que gusto denominar disciplinas de la geografía-ecológica y de la agronomíaarqueológica, por considerar que son las que mejor expresan las ramas de los conocimientos científico-tecnológicos alrededor de los «paisajes» naturales –y de los creados por el Hombre- que podemos observar en los Andes.

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La primera disciplina comprende los diversos aspectos que nos brinda el «paisaje» geográfico, geológico, hidrológico, orográfico, agronómico y en general, las condiciones ecológicas de vida –de clima y vegetación– que caracterizan las diversas zonas andinas peruanas. Estas, nos develan no sólo las condiciones que prevalecen en la actualidad, sino que a través de sus relictos o vestigios, las condiciones y características que prevalecieron en épocas pasadas en los Andes. Los conocimientos que nos ha sido necesario adquirir al respecto son materia del presente estudio.

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La segunda disciplina la llamamos de la agronomía-arqueológica porque combina conocimientos en las diferentes ramas de ciencias de la agro-astro-climatología andinas con aquellas relacionadas a la disciplina de la geografía-ecológica. Los conocimientos adquiridos al respecto los hemos plasmado en dos estudios: el primero, combina conocimientos en arqueología y astronomía para develar los conocimientos astrogeométricos y matemáticos que sirvieron de base para las múltiples invenciones de carácter científico-tecnológico alcanzadas por las culturas agrarias andinas prehispánicas.

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El segundo estudio lo denominamos: ’Las geniales obras de alta ingeniería en el Perú prehispánico’, que abarca las «obras» de ingeniería edafológica, hidráulica, agronómica, de ingeniería civil y social; verdaderas invenciones de carácter científico-tecnológico que nos han legado las culturas que ocuparon, durante miles de años, los territorios de los Andes.

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En los referidos estudios tratamos de desentrañar ese conjunto admirable de ciencias, tecnologías y técnicas, creadas y aplicadas por nuestros antepasados en el devenir de sus actividades económicas y humanas, que les permitió hacer frente a los retos que

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significaron –y significan, hoy en día– las muy difíciles condiciones que presentan los medios físicos, ecológicos y humano-económicos andinos. 6

En tal sentido, el presente estudio, tiene como objetivo central aprender a enseñarnos, a querer lo nuestro, lo andino. Lo anterior significa: no sólo revalorizar los conocimientos sobre el medio ambiente físico –el paisaje que nos ofrece la naturaleza– sino y fundamentalmente, rescatar y revalorizar los conocimientos científico-tecnológicos que sirvieron de base para alcanzar dichos logros. Porque sólo a través de dichos conocimientos podremos estar en condiciones de plantear soluciones reales e imaginativas, apropiadas y adecuadas a nuestro medio físico modelado por la inventiva, la creatividad y el esfuerzo de nuestros antepasados.

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Los trabajos presentados en esta oportunidad, como todos los que he publicado y en ejecución, no los hubiese podido hacer sin la participación de mi señora esposa Elsa Arrieta Crosby quién, además de ayudar en la revisión de literatura referida a los vestigios arqueológicos de cada zona y lugares visitados, ha tomado la mayor parte de las fotografías y los apuntes de todo aquellos elementos, factores y condiciones macroecológicas que observábamos y caracterizan las diversas zonas andinas peruanas; habiendo efectuado el procesamiento en limpio y la edición final de los trabajos.

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El Autor

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Abril del 2005

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Durante el largo periodo de clima óptimo en los Andes, señalado hace unos 9 000 a 3 500 años antes del presente (años ap) el clima en la región de la costa peruana era cálido y húmedo; las lomas costeras -hoy en día reducidas a pequeñas áreas- abarcaban zonas mucho más extensas, que presentaban abundante vegetación de lomas, tal como la que podemos observar en pequeños relictos en las lomas de Lachay (foto derecha) y, de vegetación más abundante en las ricas y extensas lomas de Atiquipa (foto abajo).

Lomas de Lachay, Huacho. Foto: J.A. Salaverry

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Alrededor de 3 100-3 200 años antes del presente (años ap) se produce el periodo del ’Gran cambio climático’ en los Andes, periodo que señala la profundización del proceso de desertificación que se venía produciendo secularmente en las diferentes latitudes y altitudes de los Andes, de norte a sur y de las bajas alturas a mayores elevaciones.

Lomas de Atiquipa, Chala. Foto: J.A. Salaverry 12

Durante el largo periodo de clima óptimo en los Andes, los valles cortos y medianos de la costa, hoy en día quebradas secas y en zonas áridas, presentaban abundante vegetación.

Relictos de bosques de huarango y espinos, Caral, Supe. Foto: J.A. Salaverry

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Vegetación de lomas, Atiquipa, Chala. Foto: J.A. Salaverry 13

Igualmente, los valles largos que actualmente descargan sus aguas al mar, presentaban abundantes bosques ribereños (fotos de Supe, Chancay, Fortaleza). Más aún, en áreas aledañas al lecho de los ríos crecían montes ribereños con árboles y arbustos enmarañados, impenetrables y pantanosos en épocas de entrada de los ríos. Pequeños relictos se observan hoy en día en algunos valles de la costa.

Huarango, lomas de Atiquipa, Chala. Foto: J.A. Salaverry

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Introducción

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El estudio que presentamos comprende el ordenamiento de un conjunto de trabajos basados en la revisión de los conocimientos sobre los elementos, factores y condiciones macro-ecológicas que caracterizan las diversas zonas andinas peruanas, en particular, la dinámica de cambio que explica, en los últimos veinte mil años, su evolución hacia la situación actual.

Objetivos 2

Los trabajos están orientados, a proporcionar las informaciones y conocimientos que hemos considerado necesario adquirir para un cabal entendimiento de las situaciones hidro-orográficas, y de clima-vegetación que imperaron en el pasado, dando forma a las características y condiciones de vida que presentan en la actualidad las diversas zonas de las regiones naturales andinas peruanas definidas por la cordillera de los Andes. 1

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Consideramos que estas situaciones deben ser conocidas por los habitantes de las zonas andinas peruanas para un correcto enmarcamiento de sus actividades humanoeconómicas: para el uso racional de los recursos naturales, en especial en las actividades productivas y como parte de su propio desarrollo educativo científico-tecnológico, es decir, como parte de la cultura general que debe tener todo habitante del Perú.

Organización, alcances y limitaciones 4

El estudio ha sido ordenado en cuatro capítulos orientados al logro de los siguientes objetivos específicos y con los siguientes alcances y limitaciones:

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En el capítulo I, con el objeto de determinar en el tiempo el horizonte de interés intertemporal del estudio, presentamos la identificación de los periodos de cambio climático en los Andes referidos a la determinación de las tendencias climáticas correspondientes a los últimos 20 000 años en que se reporta el ingreso del Hombre a Sudamérica y se realiza la ocupación progresiva de los territorios de los Andes.

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Sin embargo, debido a la serie de inquietudes presentadas por interesados en conocer las condiciones ecológicas que imperaron en los Andes en eras anteriores a la presencia del

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Hombre2 tratamos de entender y explicarnos la evolución del clima-vegetación, en periodos glaciales anteriores señalados entre hace unos 55 000 a 35 000 años antes del presente (ap) y 26 000 a 15 000 años (ap). Periodos en que los paleo-antropólogos reportan «olas» de inmigración del Hombre a Norteamérica y en el último, el ingreso del Hombre a Sudamérica e «inicio» de la ocupación de los Andes. En tal sentido, hemos considerado necesario proporcionar: • En primer lugar una visión de los horizontes del pasado en el planteamiento que denominamos ‘El reloj de la vida y de la historia humana en el planeta Tierra’, en el cual nos remontamos a miles de millones, a millones, a cientos de miles y decenas de miles de años, a los relativamente pocos miles de años en que se produce la inmigración del Hombre a Norteamérica y posterior ocupación de los Andes sudamericanos. • En segundo lugar, proporcionamos las tendencias climáticas y sus efectos en el nivel de mar en los últimos 125 000 años en el continente americano. • En tercer lugar, planteamos las hipótesis respecto a las posibles relaciones entre las tendencias climáticas y los ciclos de la precesión del eje terrestre en los últimos 125 000 años. • En cuarto lugar, contando con dichos elementos efectuamos la identificación de las edades y periodos de los Andes en los últimos 30 000 años y correspondientes periodos climáticos andinos. 7

En el capítulo II ingresamos a la revisión de la situación actual macro-ecológica de los Andes peruanos. El trabajo en este capítulo proporciona los elementos necesarios para determinar y especificar la complejidad ecológica de los «medios ambientes» que caracterizan las regiones naturales de Costa, Sierra y Selva del Perú en la actualidad 3.

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El principal objetivo en esta parte del trabajo es presentar una visión macro -de vuelo a gran altura- acerca de las principales características y restricciones que impone la naturaleza en las zonas andinas peruanas, particulares en su mayor extensión, mas no en forma exclusiva, a las zonas quechuas y alto andinas de la región natural de la sierra del país.

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Tratamos de proporcionar una idea global del denominado «mosaico ecológico» (O. Dollfus, 1 978 cita de E Morlon, 1 982: 11) de micro espacios en que está modelado el territorio andino peruano, posiblemente mejor entendido por nosotros como un gigante «rompecabezas ecológico» en el cual podríamos detallar las características de sus micro– espacios. Aspectos, usualmente referidos, en los estudios de los ecosistemas de «alta montaña» andinos, como las situaciones y condiciones que determinan la gran variedad y heterogeneidad ecológica de sus espacios de ocupación territorial4. Interesa en esta parte del trabajo resaltar los siguientes aspectos: • La principal –y más definida– característica morfológica y geo-hidrológica 5 de los Andes peruanos está determinada por el sistema de cordilleras que atraviesan longitudinalmente su territorio y definen transversalmente los espacios andinos que la conforman: éstos se caracterizan por la existencia de amplias cuencas hidrográficas que colectan las aguas que provienen de las precipitaciones pluviales en las zonas de alta montaña. • La notoria escasez del recurso suelos agrícolas que es señalada como la limitante mayor de las actividades agrarias en el país (J.A. Salaverry: 1 967a, 1 967b, 1 989) 6. • La otra característica señalada, íntimamente relacionada a la anterior, es la contradicción hídrica, la escasez en la disponibilidad y la variabilidad de la oferta del recurso aguas de regadío, dentro de la abundancia de los recursos hídricos que tienen su origen en las cuencas hidrográficas del Perú. Dichos recursos provienen de fuentes pluviales (lluvias y nieve), y en

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menor escala, de fuentes glaciales (deshielos) y de los lagos, lagunas y manantiales, cuyo origen se remonta a las anteriores y los cuales regulan estacionalmente la dotación de las aguas, principalmente las de escorrentía de sus ríos. • Las principales zonas de precipitaciones pluviales estacionales en los Andes peruanos son: a) las zonas quechua (medio y altas) y las alto andinas de la cordillera occidental (de origen de las aguas de escorrentía de los ríos que desembocan en la vertiente del Océano Pacífico); b) las zonas interandinas y las zonas quechua y de selva alta de la cordillera oriental (de origen de las aguas de escorrentía de los ríos que desembocan en la vertiente del Océano Atlántico); y c) las que alimentan la cuenca cerrada del lago Titicaca (vertiente del Titicaca). 10

En el capítulo III, presentamos los aspectos referidos a la dinámica de cambio que ha impuesto la naturaleza sobre las condiciones macro-ecológicas de los Andes desde la era arcaica y la formativa de las culturas agrarias andinas peruanas que ocuparon sus territorios7. La especificación está referida, principalmente, a las modificaciones en las condiciones geo-hidrográficas y de clima-vegetación que se han producido, relacionadas a los periodos de cambio climático universales8 repercutiendo en el paisaje y el Hombre en las zonas andinas peruanas. • Efectuamos la identificación de los periodos de cambio climático en los Andes referida a la determinación de las tendencias climáticas correspondientes a los últimos 20 000 años. • Introducimos los elementos que nos proporcionan los registros paleo-ambientales referidos a los periodos de cambio climático que se han producido en los Andes.

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Por último, en el capítulo IV completamos la visión técnica acerca de la dinámica de cambio climático en los Andes peruanos, con una visión histórica acerca del desarrollo de las poblaciones y culturas pre-hispánicas que ocuparon sus territorios desde hace unos 12 a 14 mil años.

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Planteamos las posibles «rutas de ingreso» y de poblamiento de los Andes, así como una hipótesis explicativa acerca de los periodos –y zonas- de ocupación territorial de los Andes peruanos, aspectos que hemos encontrado son de importancia fundamental para el correcto entendimiento –y emplazamiento en la historia- de las culturas andinas. • En el capítulo presentamos la cronología histórica de eventos ‘El Niño’ de carácter catastrófico obtenidas en los paleo-registros y las relacionamos con las posibles explicaciones acerca de la «misteriosa desaparición» de muchas de las culturas pre-incaicas e inicio del período incaico, sus relaciones con los grandes períodos climáticos al nivel universal y regional andino, con los grandes estadios culturales y con los períodos arqueológicos, territoriales y culturales. El conjunto de hipótesis sobre la «desaparición» «aparición» de las diversas culturas andinas comprende siete hechos catastróficos del fenómeno denominado ‘super–El Niño’. • En el planteamiento de hipótesis sobre las zonas de ocupación de los Andes peruanos no podemos dejar de referirnos a los posibles periodos de ocupación territorial de las zonas del Altiplano del lago Titicaca, el colapso de la cultura Tiawanaku y surgimiento del periodo de la cultura Inca del Cuzco que alcanza sus mayores niveles durante el Tahuantinsuyo. • Para una mejor ubicación en el tiempo y en la historia efectuamos un ensayo comparativo cronológico de las eras culturales andinas peruanas dentro de los principales hechos a nivel mundial y construimos una cronológica comparativa con otras culturas en el mundo (Mesoaméricana, egipcia, griega y romana) y principales hechos históricos que permitan enmarcar mejor las hipótesis presentadas al respecto.

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• Por último, presentamos el análisis de la información que proporciona A. Núñez Jiménez (1986) sobre la ocupación territorial de los Andes peruanos referida a localidades con presencia de petroglifos pertenecientes a la era arcaica y formativa de la agricultura andina.

Aspectos metodológicos 13

La característica básica de la metodología utilizada en el trabajo es la compilación de los conocimientos referidos a ecología, paleo-ecología y materias relacionadas, tales como, climatología, paleo-climatología, geografía física, agronomía, edafología, hidrología antropología y arqueología.

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En tal sentido, para cumplir con los objetivos de nuestros trabajos, ha sido necesario: a) brindar la especificación en dichas materias de la situación actual -como una fotografía de los aspectos estáticos; y b) desarrollar aquellos aspectos referidos a la dinámica de cambios macro-ecológicos que se han producido en los Andes en miles de años de ocupación de sus territorios por parte del Hombre.

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Adicionalmente, en el anexo A nos referimos a tres componentes metodológicos utilizados ampliamente en nuestro trabajo que nos han ayudado en el entendimiento de los factores y condiciones macro-ecológicas que explican la evolución de los Andes hacia la situación actual. Ellos son los siguientes: 1. Las principales dificultades o «barreras» que caracterizan las diversas zonas hidrológicas de los Andes y que limitan las actividades humano-económicas que se realizan en ellas. 2. Los tipos de registros o archivos paleo climáticos clasificados por los expertos paleoambientalistas. 3. Clasificación de los largos períodos en el tiempo utilizados en la especificación de la dinámica de cambio climático en los Andes.

NOTAS 1. Las diversas zonas y regiones andinas propiamente dichas del Perú comprenden: las regiones naturales de Costa, Sierra y Selva alta, abarcando el 80 % de su territorio; siendo el 20 % restante zonas que corresponden a la región natural de la Selva baja o amazonia peruana. Así como consideramos la región natural de la Costa parte de los Andes, por tener orígenes comunes geológicos, hidrológicos y orográficos y por tanto, formar parte de la fisiografía y morfología de sus cordilleras, posiblemente, deberíamos considerar a la región natural de la Selva baja o Amazonia peruana como parte andina, por tener sus suelos sedimentarios origen en las zonas andinas y posiblemente el mismo origen geológico, aunque diferente historia hidrológica y orográfica. La hoya amazónica peruana comprende las grandes cuencas de los ríos alto Amazonas, Ucayali, bajo Marañón y las cuencas de los ríos Yarúa, Purús y Madre de Dios y sus tributarios principales y secundarios. 2. Múltiples preguntas relacionadas a las características y condiciones hidrográficas, hidrológicas, orográfícas, de clima-vegetación, al nivel del mar y de los lagos altiplánicos, etc., que imperaron en los Andes en las diferentes eras y periodos del pasado. Preguntas entre las que

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resaltan: ¿Cuáles fueron las condiciones de clima-vegetación en los Andes peruanos en las eras arcaica y formativa de la agricultura? ¿Es cierto, como lo afirman algunos estudios (F. Ramírez Prado, y J, Deza Rivasplata, 2002) que los desiertos de la costa peruana eran bosques en dichas eras? ¿En qué magnitud los procesos de desertificación, aridización, salinización, deforestación, reducción de las áreas de lomas, erosión masiva de los Andes, etc., son el resultado de hechos naturales o producidos por el Hombre? 3. Aspectos referidos, específicamente, a la revisión de los elementos y condiciones macroecológicas (orográfícas, hidrológicas, climáticas y agronómicas) que impone la naturaleza en las diferentes regiones y múltiples zonas andinas. 4. Aspectos centrados, en su mayor parte, en las especificidades que tienen influencia en el desarrollo de las áreas de superficie con potencial y uso activo en actividades productivas agropecuarias y forestales (M. Tapia, 1996: 15-17). 5. En los trabajos citados, en particular en el de «Políticas de desarrollo integral y el sector agrario peruano» (J. Salaverry, 1 989) hacemos referencia a la reducida base agrícola del Perú en términos de la relación tierra cultivable/hombre comparándola con las correspondientes a los países limítrofes, países centro americanos y asiáticos. 6. La referencia a la escasez del recurso suelos agrícolas la hacemos extensiva a los suelos aptos para pastos naturales y forestales en las diferentes zonas andinas. 7. Según los estudios arqueológicos la era arcaica comprende el horizonte en el tiempo de hace unos 14 000 años antes del presente (años ap) a hace unos 7 000 años ap y la era formativa de las culturas agrarias andinas peruanas de los 7 000 años ap a 3 000 años ap. 8. Períodos correspondientes a la transición glacial–postglacial (hace unos 15 500 a 10 500 años) e inicio del holoceno; desde el inicio de la desglaciación que siguió en forma inmediata e ininterrumpida el último avance glacial hace unos 15 000 – 14 500 años y el óptimo de las temperaturas que empezó hace unos 11 000 años y alcanzó el máximo a los 9 000 años (C. Villagrán, 1 993).

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Capítulo I. Identificación de los periodos de cambio climático en los Andes

Cambios climáticos y fluctuaciones del nivel del mar en los últimos 125 000 años en el continente sudamericano

Fuente: Elaborado por J.A. Salaverry con base al gráfico presentado por W.E. Arntz y E. Fahrbach, 1 996: 227

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1.0 Aspectos generales 1

Para determinar en el tiempo el horizonte inter-temporal e identificar los periodos de cambio climático en los Andes debemos de tener en cuenta, básicamente, las informaciones que nos proporcionan los estudios del pasado acerca de los periodos en que se reporta la presencia del Hombre en los hemisferios norte y sur del continente americano.

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Según postula la teoría inmigracionista asiática más aceptada por los estudiosos 1 el poblamiento del continente de América se produce en los dos últimos periodos glaciales cuya ocurrencia está señalada entre hace unos 55 000 a 35 000 años antes del presente (años ap) y entre 26 000 a 15 000 años ap. Dichas fechados marcarían, en ambos casos, la llegada del Hombre a Norteamérica, su larga migración hacia el sur y en el segundo periodo, al mismo tiempo, el ingreso del Hombre a Sudamérica e «inicio» de los procesos de ocupación de los territorios de las cordilleras de los Andes. Ampliamos la explicación de dichos procesos: • Entendemos, de acuerdo con la citada teoría inmigracionista asiática, que una «primera ola» de grupos de inmigrantes a Norte América se efectuó a través del puente terrestre creado en el estrecho de Bering por la disminución del nivel del mar en el periodo glacial, reportada su ocurrencia hace unos 55 000 a 35 000 años ap y centrada, para fines de estudio, hace unos 40 000 años ap. • Una «segunda ola» de inmigrantes corresponde, al igual hecho de disminución del nivel del mar y formación de un puente terrestre en el estrecho de Bering, durante la última glaciación, hace unos 26 000 a 15 000 años (años ap) con un máximo de disminución de temperaturas entre los 22 000 a 18 000 años (años ap). • Dicho periodo, entre unos 25 000 años (años ap) y unos 14 500 años (años ap), el que incluye el último pequeño avance glacial hace unos 15 000-14 500 años (años ap), es centrado para fines de estudio, hace unos 20 000 años (años ap). Este periodo es señalado, igualmente, como el de ingreso del Hombre a Sudamérica a través del istmo de Panamá e «inicio» de los procesos de ocupación de los territorios de la cordillera de los Andes. Entendemos que dicho proceso se dio a través de «olas migratorias» de pequeños grupos de poblaciones de pescadores- cazadores-recolectores nómadas que se desplazaron «hacia el sur» en búsqueda de condiciones ambientales más apropiadas que les ofrecía la naturaleza para su sustento 2.

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En tal sentido consideramos que el horizonte inter-temporal de interés en nuestros trabajos debería limitarse a aquellas edades y periodos entre los dos últimos grandes periodos glaciales, comprendiendo las explicaciones que realizan los expertos en sus estudios basados en los registros paleo ambientales acerca de los cambios climáticos que se han producido a través de las eras geológicas del pleistoceno medio y tardío (entre hace unos 27 000 años (años ap) a unos 10 500 años (años ap) y durante el holoceno (a partir de hace unos 10 500 años) y los correspondientes periodos climáticos en el planeta Tierra, en general, en Sudamérica y en los Andes, en particular.

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En el curso de las revisiones efectuadas no pretendíamos (por estar fuera de nuestro alcance y términos de los horizontes de interés de los trabajos) tratar de entender y explicarnos la evolución del clima-vegetación en los Andes, en edades y periodos glaciales anteriores a los dos últimos señalados. Sin embargo, debido a que observamos en las revisiones efectuadas una insuficiencia –y en algunos casos– carencia total en el enmarcamiento inter-temporal de los horizontes utilizados en la identificación de los

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desarrollos de las diversas materias tratadas, hemos encontrado necesario dar respuesta a preguntas o inquietudes respecto a las condiciones naturales imperantes en periodos anteriores al que se considera el ingreso del Hombre a los Andes. Informaciones que, si bien las hemos obtenido en forma parcial, consideramos que son de gran utilidad reportarlas con la finalidad de completar aquellas referidas al enmarcamiento intertemporal de los horizontes de interés de nuestro estudio. Dichas informaciones están referidas: • En primer lugar, a aquellos aspectos que presentamos en el numeral 1.1 en los planteamientos que denominamos «el reloj de la vida y de la historia humana» en el planeta Tierra orientados a dar una visión de los horizontes que se remontan en el pasado a miles de millones, millones y cientos de miles de años del presente, a los pocos miles de años en que se produce la inmigración del Hombre a Norteamérica y posterior ocupación de los Andes sudamericanos. • En segundo lugar, aspectos referidos a la determinación de las tendencias climáticas y a sus efectos en el nivel de mar en los últimos 12 5000 años en el continente americano presentados en los numerales 1.2 y 1.3 respectivamente. • En tercer lugar, en el numeral 1.4 identificamos las edades y periodos en los Andes en los últimos 30 000 años y correspondientes periodos climáticos andinos; y en el numeral 1.5 presentamos el enmarcamiento cronológico de los periodos correspondientes a los últimos 5 000 años. • En cuarto lugar, consideramos que los anteriores elementos nos proporcionan los elementos necesarios para intentar explicar las posibles relaciones entre las tendencias climáticas y los ciclos de la precesión del eje terrestre en los últimos 125 000 años, entendimiento que hacemos en el planteamiento de la que denominamos hipótesis de las estaciones terrestres de muy largo plazo, aspectos que presentamos en el numeral 1.6. Por último, la interpretación de su efecto en las variaciones del clima-vegetación en América del sur la presentamos en el numeral 1.7.

1.1 El reloj de la vida y de la historia humana desde la formación del planeta Tierra 5

Dando respuesta a preguntas e inquietudes respecto a la historia humana, proporcionamos a continuación algunos de los principales hechos de la historia de la evolución del planeta Tierra desde su formación, aspectos que presentamos, en forma de datos del 1 al 14 resumidos en el cuadro 1-1.

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Informaciones que nos permiten considerar lo poco que conocemos, lo poco enterados que estamos, acerca de los conocimientos existentes sobre los hechos que se han dado desde la formación de nuestro planeta. Nos referimos a: el origen de la vida; la evolución de plantas y animales; la emergencia de las especies de los homínidos (del tronco homo); la emergencia de la propia especie humana «moderna» (los homo sapiens); las teorías migratorias basadas en los paleo registros estudiados acerca del origen del hombre americano; entre muchas otras preguntas colaterales que podemos hacernos al respecto, las que tratamos de abordar en esta parte del estudio. Aunque la falta de conocimientos que tenemos y nuestro limitado entendimiento, dejen enormes vacíos y posiblemente, planteen mayores inquietudes que las respuestas que intentamos dar.

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1.1.1 EL RELOJ DE LA VIDA DESDE LA FORMACIÓN DEL PLANETA TIERRA 7

Para un mejor entendimiento de la historia humana en el planeta Tierra podemos construir -y utilizar- una cronología de los referidos hechos, que mostramos en la figura 1-1 en una escala que consideramos «manejable» en la cual colocamos cronológicamente y lo denominamos el ‘reloj de la vida desde la formación del planeta Tierra’.

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La escala de ocurrencias señala, en un día de 24 horas (de 1 440 minutos ó 86 400 segundos) la ocurrencia de los datos consignados en el referido cuadro 1-1 respecto al paso de los hechos en los últimos 4 600 millones de años, desde que la Tierra se condensa a partir del gas y polvo interestelares (Dato 2 en el cuadro 1-1) utilizado como punto de partida para construir la referida cronología.

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En ella podemos observar que la escala que hemos considerado «manejable» no nos permite representar «visiblemente» los hechos a partir del dato 9: (la presencia, hace unos 10 millones de años de los primeros seres que se parecían fielmente a los seres humanos) hecho representado en la escala escogida por unos 181 segundos (alrededor de 3,2 minutos) sólo por un pequeño punto dentro de los 60 minutos, de la última hora (de los últimos 188 millones de años) a partir de los 4 530 millones de años desde que se inició la condensación del planeta Tierra. Cuadro 1-1. Historia de la evolución del planeta Tierra y principales hechos en la historia humana

Fuentes.- Cosmos, Cari Sagan, Ed. Planeta, 10a. Ed. 1987; National Geografic Society, Estados Unidos de Norte América; Los orígenes el hombre, National Geographic Magazine, edición especial, noviembre del 2 002; El origen de los mamíferos, National Geographic Magazine, abril del 2 003; diversas fuentes de Historia Universal, de América y del Perú.

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Figura 1-1. El reloj de la vida desde la formación del planeta Tierra (Fuente: J.A. Salaverry1)

LEYENDA: Dato 9 Presencia, hace unos 10 millones de años, de los primeros seres que se parecían fielmente a los seres humanos, representado por unos 187 segundos (alrededor de tres minutos). Un pequeño punto dentro de los 60 minutos, de la última hora (de los últimos 200 millones de años) a partir de los 4 600 millones de años desde que se inició la condensación del planeta Tierra. Dato 10 Hace dos a tres millones de años emergen los primeros humanos «auténticos. La especie humana «moderna», representado por los últimos 47 segundos (menos de medio minuto). Dato 11 Hace unos 150 000 años los paleo arqueólogos señalan la hipótesis de «inicio» del proceso migratorio, de pequeños grupos humanos de poblaciones, representado por los últimos 3,5 segundos. Dato 12. Hace unos 40 000 años se produce la llegada del Hombre a Norteamérica, representado por menos de 1 segundo (0,72 de segundo). Dato 13 Hace unos 20 000 años se produjo el ingreso del Hombre a los Andes a través del istmo de Panamá, representado por menos de tí segundo. Dato 14 Era arcaica temprana de las culturas andinas peruanas hace unos 12 000 a 7 000 años antes ap y la era lormativa de la agricultura andina a hace unos a 7 mil - 5 mil años ap.

1.1.2 EL RELOJ DE LA VIDA DESDE LA «HISTORIA HUMANA MODERNA » EN EL PLANETA TIERRA 10

Posiblemente, una mejor apreciación del paso en el tiempo de la historia humana en el planeta Tierra la podemos obtener, si tomamos como punto de partida una nueva escala para construir la cronología de la figura 1-2; el fechado que se señala en el dato 10 está referido a la emergencia de los primeros humanos «auténticos» (la especie humana «moderna») hace unos 3 millones de años antes del presente (años ap); hace pocos millones de años, hablando en términos geológicos.

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En la cronología de la citada figura 1-2 efectuamos la expansión de la escala presentada en la figura 1-1 representando: en un día de 24 horas (de 125 mil años por hora); día de 1 440 minutos (de unos 2 080 años por minuto) y; día de 86 400 segundos (de unos 35 años por segundo) la ocurrencia de los principales hechos en la historia humana desde el referido dato 10: Hace dos a tres millones de años emergen los primeros humanos «auténticos», la especie humana «moderna». Adicionalmente, en la referida figura 1-2 podemos observar que lo señalado en el dato 11 de «inicio» de los procesos de poblamiento del resto de continentes, en la teoría migracionista de expansión de la

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especie humana (denominada hipótesis Eva que revisamos a continuación) desde el continente africano hace unos 200 mil a 150 mil años (años ap), está representado en la escala por sólo una y media hora en nuestro reloj de la historia humana «moderna» en el planeta Tierra. Figura 1-2. El reloj de la vida desde la historia humana “moderna” en el planeta Tierra (Fuente: J.A. Salaverry2)

LEYENDA: Dato 12 Hace unos 40 000 años se produce la llegada del Hombre a Norteamérica, representado por unos 20 minutos de la última hora en nuestro reloj de la vida desde la historia humana «moderna» en el planeta Tierra. Dato 13 Hace unos 20 000 años se produjo el ingreso del Hombre a los Andes a través del istmo de Panamá representado por unos 10 minutos de la última hora en nuestro reloj de la vida desde la historia humana «moderna» en el planeta Tierra. Dato 14 Era arcaica temprana de las culturas andinas peruanas hace unos 12 000 a 7 000 años ap y la era formativa de la agricultura andina a hace unos a 7 mil - 5 mil años ap.

1.1.2.1 Teoría migracionista de los procesos de poblamiento de los continentes: hipótesis «Eva» 12

Modernas explicaciones de los paleo-antropólogos acerca de los procesos de poblamiento de los continentes (Rick Gore 2002: 126-133)3 señalan en la denominada teoría migracionista, el «inicio» de dichos procesos desde el continente africano hace sólo unos 200 mil a 150 mil años. La teoría está basada en la llamada hipótesis de una primitiva «Eva» de convergencia de todas las razas humanas hacia una sola mujer en el continente africano «demostrada», según exponen, por estudios de ADN de fósiles humanos encontrados en África, la hipótesis postula el «inicio» de la colonización de los otros continentes, desde el continente africano; a través de pequeños grupos humanos de poblaciones nómadas de cazadores- recolectores-pescadores que paulatinamente se fueron desplazando de continente en continente. La referida hipótesis ha estado vigente hasta principios de la década de 1990.

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Que difícil es para nosotros entender dicha hipótesis de «inicio» de los procesos migratorios a partir de una «Eva» primitiva en el continente africano «hace sólo» 150 mil a 200 mil años. Decimos difícil de entender, si consideramos que habían pasado más de dos y medio millones de años de evolución de la especie humana «moderna», del homo

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sapiens (entendemos limitado a alguna zona o zonas del continente africano) sin que se hubiese iniciado algún proceso migratorio en todo ese largo lapso de tiempo. Aún, aceptando la hipótesis de «inicio» de los procesos migratorios a partir de la «Eva» primitiva en el continente africano «hace sólo» 150 mil a 200 mil años, nos es más difícil de entender que en ese largo lapso de tiempo en que se produce el poblamiento de los continentes (europeo, asiático, australiano) no se hubiese producido algún proceso migratorio hacia América con anterioridad a la migración a Norte América, señalado por la teoría inmigracionista asiática del poblamiento de América hace unos 40 000 años 4. 1.1.2.2 Teoría de la evolución paralela de los procesos de poblamiento de los continentes 14

A la teoría que postula la convergencia del origen de todas las razas humanas en una mujer africana hace solo unos 200 mil años, llamada la hipótesis «Eva», se contrapone la teoría de la evolución paralela de los procesos de poblamiento de los continentes: • La teoría de la evolución paralela, actualmente vigente, se basa en los últimos descubrimientos fósiles en China: cráneos de ‘homo sapiens’ de unos 350 mil años de antigüedad; de restos humanoides de hace unos 600 mil años encontrados en Indonesia; y de restos de ‘homo habilis’ encontrados en la república de Georgia. • La teoría de la evolución paralela plantea diferentes procesos migratorios y evolutivos, en periodos anteriores y paralelos de especies primitivas. • La teoría encuentra asidero en la desaparición de especies que convergieron en el hombre «moderno» ‘homo sapiens’ considerando que hace medio millón de años aparece en su forma arcaica una variable del ‘homo sapiens’, el hombre de Neandertal que existió entre 230 mil años hasta hace sólo 30 mil años atrás 5.

1.1.3 EL RELOJ DE LOS PROCESOS MIGRATORIOS: LOS ÚLTIMOS 150 MIL AÑOS DE COLONIZACIÓN DE LOS CONTINENTES 15

Nuestro entendimiento acerca del poblamiento de los continentes se complica aún más si tomamos en cuenta los conocimientos que nos proporcionan los expertos acerca de los aspectos evolutivos de la especie humana, referidos a la «homonización» que dicen determinó la aparición del ser humano a partir de los homínidos o seres antropomorfos que le precedieron; en las explicaciones resaltan la existencia de otras ramas diferentes a la del «homo sapiens» que habían desarrollado en otros continentes diferentes al africano, de adelante hacia atrás, los Cro-Magnon, los Neandertal, del hombre de Pekin, del de Java, de Olduvai.

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Contando con las informaciones que nos proporcionan los estudios efectuados por los paleo ambientalistas, en especial de los restos fósiles encontrados, tratamos de imaginarnos las condiciones hidro-geológicas y de clima-vegetación -de la existencia de flora y fauna- que imperaron en ese entonces en los continentes africano, australiano, europeo, asiático y en el propio continente americano. En particular, las condiciones hidro-geológicas y de clima-vegetación que determinaron la tardía expansión humana en el continente americano, en relación con el poblamiento del resto del mundo.

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En todo caso, la nueva escala de la figura 1-2 queda «corta» para representar los hechos ocurridos en los últimos 40 000 años en que los paleo-arqueólogos plantean que recién se produjo el ingreso del hombre a América.

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Razones por la cuales nos limitamos a presentar en la cronología de la figura 1-3 una nueva expansión de la escala que sea visible al ojo humano y comprenda los últimos 150 mil a 200 mil años de historia del planeta, periodo que de acuerdo a la tesis planteada por algunos expertos, explicada en el numeral anterior, corresponde a la colonización o «poblamiento» de los continentes; periodo que hemos expresado correspondería sólo a los últimos 3,5 segundos de edad de la Tierra si tomamos como punto de partida el reloj de la vida desde su formación hace 4 600 millones de años (Ma) antes del presente (Ver figura 1-1): o, de la última hora y media, si tomamos como punto de partida el reloj de la historia humana «moderna» es decir los últimos 2’850 000 años desde la evolución de la especie humana «moderna». (Ver figura 1-2).

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La expansión de escala tomando como punto de partida hace unos 150 mil años (Dato 11) nos permite apreciar: a. En cada hora representando el paso de 6 250 años (alrededor de 100 años por minuto y de unos 2 años por segundo) el paso del Hombre desde su ingreso a Norteamérica (hace 40 mil años ap) representado por unas 6,4 horas en el reloj de los procesos migratorios de la figura 1-3. b. El ingreso del hombre a los Andes (hace 20 mil años ap) representado en la escala por unas 3,2 horas. c. Las eras arcaica y formativa de las culturas andinas representadas por unas 1,6 horas; todo ellos en relación con los procesos migratorios, el dato 12 señalado por la referida hipótesis de «inicio» de los procesos migratorios hace unos 150 mil años representado en la escala por 24 horas del reloj de los procesos migratorios.

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Como información complementaria presentamos en la figura 1-4 la correspondiente a la formación del «puente terrestre» a través del estrecho de Bering, durante la glaciación de hace unos 55 000 a 40 000 años ap Un primer «puente» terrestre creado cuando el nivel del mar descendió hasta unos 60 m, y un segundo «puente» creado durante la última glaciación, hace unos 22 000 a 18 000 años (años ap) cuando el nivel del mar descendió hasta unos 80-90 m. La teoría inmigracionista6 plantea una primera «ola o grupos de inmigrantes centrada hace unos 40 000 años (años ap) y una segunda «ola» hace unos 20 000 años (años ap). Al mismo tiempo, el ingreso del hombre a los Andes a través del istmo de Panamá al continente sudamericano es centrado en este último periodo que corresponde a la última glaciación.

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Figura 1-3. El reloj de los procesos migratorios: los últimos 150 000 años a partir de la hipótesis de colonización de los continentes (Fuente: J.A. Salaverry3)

Figura 1-4. Poblamiento de América según la teoría inmigracionista del origen asiático (Fuente: J.A. Salaverry.)

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Entendemos que la llegada de los primeros pobladores a Sudamérica, ingreso a los Andes y migración hacia el sur, es una problemática relacionada a los efectos hidro-orográficos producidos en los territorios andinos por los procesos de cambio climático. Lo anterior está relacionado a los seculares procesos de glaciación-desglaciación y periodos secoshúmedos que se han sucedido en la historia humana «moderna» en el planeta Tierra.

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Por otro lado, la teoría actualmente vigente de la evolución paralela que hacemos referencia en el numeral 1.1.2 plantea, para el resto de continentes (excepto el caso del continente americano) diferentes procesos migratorios y evolutivos en periodos

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anteriores y paralelos a los planteados por la denominada hipótesis Eva y por tanto, entendemos, cuestiona la teoría inmigracionista de poblamiento de los continentes. 23

Lo anterior permite que especulemos acerca del poblamiento en las américas, en el sentido de preguntarnos, entre otras inquietudes: • ¿El porqué no se dio el proceso de poblamiento en las américas en periodos anteriores siguiendo los procesos de inmigración al resto de continentes? • ¿Difiere el «fechado» de la llegada del Hombre a los Andes del señalado para el ingreso de los primeros inmigrantes al continente sudamericano? • ¿Qué rutas de acceso, de llegada de los primeros inmigrantes a los territorios del Perú actual, son las más probables o posibles, teniendo en cuenta los cambios en la orografía (actividad tectónica y volcánica), hidrología y el clima-vegetación imperantes en dichos periodos?. Trataremos de dar respuesta a dichas inquietudes y otras relacionadas, en el curso de nuestras revisiones acerca de la dinámica de cambio que presentamos en el capítulo III y en especial, en el capitulo IV al tratar sobre las posibles rutas de ingreso y de poblamiento de los Andes.

1.1.4 DATOS RESPECTO A LA FORMACIÓN GEOLÓGICA DE LOS ANDES DENTRO DEL RELOJ DE LA FORMACIÓN DEL PLANETA TIERRA Y DEL RELOJ DE LA HISTORIA HUMANA «MODERNA 24

Por considerarlo de interés, presentamos algunos datos a nuestro alcance referidos a la formación geológica de los Andes, los que son complementarios a aquellos que presentaremos en los numerales 2.1. «Fisiografía y «Morfología de la eco región de los Andes» del capítulo II.

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Los datos obtenidos de los estudios realizados por los geólogos han sido tomados del anexo I escrito por Etienne Jaillard; en el trabajo de A. M. Hocquenghem (2001: 412), referidos a la fisonomía del «margen activo» andino en la actualidad (del corte transversal que muestra la subducción de la placa oceánica dentro de la placa continental y la morfología de la cordillera de los Andes), aspectos que mostramos en la figura 1-5. Figura 1-5. Fisonomía simplificada del «margen activo» en la actualidad de la cordillera de los Andes (Fuente: Elaborado con base al anexo I, escrito por Etienne Jaillard; en A.M. Hocquenghem, 2 001:412)

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En el cuadro 1-2 conjugamos los datos sobre la formación geológica de los Andes con los datos sobre el reloj de la vida y de la historia humana desde la formación del planeta Tierra presentados en el cuadro 1-1 y expuestos en los numerales anteriores 1.1.1 a 1.1.3. Consideramos que dichos datos sobre la formación geológica de los Andes nos proporcionan importantes elementos de enmarcamiento adicionales en la tarea que nos hemos impuesto en esta parte del trabajo.

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Los datos sobre la formación geológica de los Andes y sus relaciones con el reloj de la vida y de la historia humana, presentados en el cuadro 1-2, los resumimos en la figura 1-6. En ella representamos en la escala: un día de 24 horas (de 10 millones de años por hora); día de 1 440 minutos (de unos 167 000 años por minuto) y; de 86 400 segundos (de unos 3 años por segundo).

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En suma, la historia geológica de la construcción de la cadena de la cordillera de los Andes nos señala que es el resultado de un conglomerado de procesos, lentos y complejos, que contribuyeron al levantamiento y deformación progresiva de los Andes hasta llegar a su fisonomía actual. Nos enseña que la ocurrencia de dichos procesos es relativamente reciente medida en edades geológicas, desde el «inicio» de la formación de los Andes hace unos 100 millones de años (Ma) con el proceso de subducción de la placa oceánica dentro de la placa continental. La acción brutalmente violenta de carácter tectónico-volcánico, hidrológica erosiva y sedimentaria que se produjo durante decenas de millones de años hasta bien entrada la era cuaternaria; acciones que continúan produciéndose al presente, en menor escala y grado de intensidad. Cuadro 1-2. Datos sobre la formación geológica de los Andes dentro del reloj de la vida y de la historia humana (Cuadro 1-1)

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Figura 1-6. Formación geológica de los Andes y su ubicación en el reloj de la vida desde la formación de la Tierra (Fuente: J.A. Salaverry4)

1.2 Cambios y tendencias climáticas en el continente americano para los últimos 125 000 años 29

Nos referimos a las variaciones globales del clima de la Tierra (en los parámetros oceanográfico-climatológicos) que se producen, secularmente en diferentes escalas en el tiempo, por causas naturales de carácter astronómico y geo-físico y sus efectos océanoclimatológicos en el planeta Tierra7. Basados en estudios de los paleo ambientalistas respecto a los cambios climáticos en el continente americano entre los cuales podemos señalar los trabajos de: C. Villagrán (1993); O. Dollfus. (1964); P Kaulicke (1993); L. Martin et. al. (1992); F. Ramírez y J. Deza (2002); A. Brack Egg (2003); A. K. Craig (1992); L. G. Thompson (1992); G. Vargas y L. Ortilieb (1998); L. E. Wells (1987, 1990); R. Woodman y A. Mabres (1993) podemos visualizar en los últimos 125 000 años tres posibles periodos de tendencias climáticas repetitivas: de enfriamiento, calentamiento e intermedias, dentro las fluctuaciones climáticas seculares con sus variaciones de periodos calientes y fríos, épocas glaciales e inter-glaciales, épocas secas y húmedas, situaciones relacionadas a cambios en el nivel del mar (aspecto éste último que revisamos en el siguiente numeral 1.3).

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En el gráfico de la figura 1-7 mostramos el primer aspecto referido a las fluctuaciones climáticas -y nuestra interpretación respecto a las tendencias climáticas seculares en los últimos 125 000 años dentro de dichos periodos climáticos. En ellos resaltamos los dos periodos de clima muy frío durante los cuales se produce la conexión Asia-América que hemos revisado en el numeral 1.1.2.1.

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Figura 1-7. Cambios y tendencias climáticas en el continente americano en los últimos 125 000 años y los ciclos de precesión del eje terrestre (Fuente: J.A. Salaverry.)

LEYENDA: Tendencias climáticas: Intermedias

Enfriamiento Calentamiento

Periodos de la precesión del eje terrestre asume que HOY el eje terrestre se encuentra en la posición o ubicación (I) de giro del eje terrestre. Ciclos de la precesión del eje terrestre en su recorrido de unos 25 800 años. Periodos de la precesión del eje terrestre que HOY el eje terrestre se encuentra en la posición o ubicación (I) de giro del eje terrestre. Ciclos de la precesión del eje terrestre en su recorrido de unos 25 800 años. 31

asume

Entendemos que el ingreso del Hombre a los Andes, trasladándose en pequeños grupos de poblaciones de pescadores-cazadores-recolectores, de norte a sur, se realizó a través del istmo de Panamá siguiendo los cambios climáticos en el hemisferio norte durante el último periodo glacial. Las informaciones respecto a las fluctuaciones del nivel del mar en

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el continente americano en el último periodo glacial (20 000 a 18 000 años –años ap–) señalan que su nivel era del orden de unos 60 m a 90 m inferior al actual, tal como hemos expuesto, algunos estudios señalan un nivel del mar sólo 30 m inferiores al nivel actual (ver numeral siguiente 1.3). 32

Por su lado, las informaciones respecto a las condiciones de clima-vegetación vigente en ese instante, que presentamos en el capítulo III, numeral 3.2.2 señalan un clima muy frío, de temperaturas menores en unos 102 C a 12° C con relación a la temperatura media actual, temperaturas alcanzadas durante la máxima depresión del periodo glacial hace unos 18 000-20 000 años del presente.

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Entendemos que la depresión de temperaturas se presentaba en bandas latitudinales, descendiendo, desde la máxima depresión alcanzada en las latitudes altas de los polos hacia las zonas tropicales en las latitudes bajas de altas temperaturas tanto en el hemisferio norte como en el hemisferio sur. Tratamos de visualizar las condiciones de clima-vegetación imperantes bajo dichas circunstancias y su dinámica de cambio en los últimos 20 000 años, desde el ingreso del Hombre a los Andes; tratamos de entender que, tal como es «hoy», la distribución no uniforme de los climas en las bandas latitudinales de los hemisferios norte y sur, lo fue «ayer» como resultado del fenómeno de precesión del eje terrestre8.

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Para la identificación de las tendencias climáticas nos basamos en los estudios sobre las evidencias encontradas en los registros paleo ambientales9 en el continente americano y, en particular, en las zonas andinas de Sudamérica, estas últimas referidas a las zonas de interés que ocupan los territorios del Perú actual y parte de Bolivia. Específicamente, interesa para los fines de nuestro trabajo la determinación de las etapas o fases de cambio climático en los Andes correspondientes a: • Los periodos de transición glacial-postglacial (hace unos 25 000 a 15 000 años ap). • El pequeño avance glacial hace unos 15 000-14 500 años (años ap). • El periodo de rápida e ininterrumpida desglaciación que siguió al último pequeño avance glacial hace unos 14 500 a 10 500 años (años ap). • El periodo óptimo de las temperaturas que empezó hace unos 10 500 años (años ap) y alcanzó el máximo de temperatura a los 9 400 años (años ap) y se extendió hasta hace unos 5 000 años (años ap) (C. Villagrán, 1993). • Así como, las modificaciones posteriores en los últimos 3 000 años relacionadas con los periodos de cambio climáticos universales que se han producido después del periodo que denominamos «El gran cambio climático», centrada sus ocurrencias hace unos 3 200 a 3 100 años (años ap) (1 200 a.C a 1 100 a.C).

1.3 Cambios climáticos y sus efectos en el nivel del mar en el continente sudamericano en los últimos 125 000 años 35

En el gráfico de la figura 1-8 presentamos la identificación de los cambios climáticos y fluctuaciones del nivel del mar en los últimos 125 000 años en el Océano Pacífico sur del continente americano, por ser de interés tanto en el enmarcamiento de los principales hechos climáticos y de vegetación que caracterizaron durante el pleistoceno tardío y durante el holoceno a los Andes, así como en la identificación de las relaciones

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cronológicas elaboradas en el capítulo IV Al respecto, con base a los estudios que citamos específicamente a continuación, podemos señalar: • Que el nivel del mar durante la época glacial señalada alrededor de hace unos 55 000 a 35 000 años del presente (años ap) y durante la última glaciación, alrededor de hace unos 26 000 a 15 000 años (años ap), habría sido de unos 60 m a 90 m inferior al nivel actual del mar (W E. Arntz y E. Fahrbach, 1996:227). • En el hemisferio sur, la desglaciación en latitudes altas siguió inmediata e ininterrumpidamente al último avance glacial de los 15 000 a 14 500 años (años ap) (Mercer, 1976, 1984: cita de C. Villagrán, 1993: 253). • El largo periodo del holoceno de clima óptimo en los Andes, periodo climático (c) del óptimo de las temperaturas, empezó en el hemisferio sur a los 11 000 años (años ap), alcanzándose el máximo a los 9 400 años (años ap), simultáneamente al enfriamiento Younger Dryas del hemisferio norte, precediendo así en alrededor de unos 2 000 a 3 000 años al máximo de temperaturas alcanzado en el hemisferio norte. (C. Villagrán, 1993: 255, citando a Hays et al., 1976: Labeyrie, 1986; Harrison et al., 1984). • Es de importancia anotar que el señalado desfase en el tiempo en las ocurrencias de los procesos de glaciación-desglaciación entre los hemisferios norte y sur, se produce debido a que el avance de los glaciares en la tierra no siempre fueron acompañados al mismo tiempo por un enfriamiento en el mar y que los procesos de desglaciación (producidos por aumento en las temperaturas y sus efectos hidrológicos) no fueron simultáneos en latitudes altas, medias y bajas en los hemisferios norte y sur del continente americano. • Se señala igualmente que al inicio del holoceno (hace 10 500 años del presente) el nivel del mar en el hemisferio sur habría sido de unos 20 m a 30 m inferior al nivel actual, dicho nivel alcanzó su máximo al menos en unos 5 m superiores al nivel actual, alrededor de los 9 400 años ap). • Adicionalmente, señalan que aproximadamente hace unos 5 000 años (años ap) la elevación del nivel del mar cesó y que la corriente peruana de aguas frías o Corriente de Humboldt llegó a las alturas de Paita (4°LS). • La citada investigadora C. Villagrán (1993: 253) expresa que algunos autores interpretan los cambios abruptos, señalados por los registros paleo climáticos e investigaciones arqueológicas relacionadas con el periodo (6) de máxima inestabilidad océano-atmosférica (hace 5 000 a 3 000 años ap), como la «hora de nacimiento» de las ocurrencias de eventos del fenómeno océano-climatológico de El Niño Oscilación Sur (ENOS). En particular, se refieren a la súbita aparición de capas de sedimentos característicos de ocurrencias de eventos muy fuertes del citado fenómeno de El Niño o posible ocurrencia de un ‘Mega-El Niño’ (N. A. Mórner, 1992, 1993:1-11; J. Macharé y L. Ortilieb, 1993: 35-52; C. Villagrán, 1993:-250-256; M. E. Moseley, 1983: 429; L. Ortilieb, M. Fournier y J. Macharé, 1993: 191-212; W. E. Arntz y E. Fahrbach, 1996: 223-231). • En nuestra interpretación, dicho periodo lo relacionamos con el que denominamos la etapa o fases del ‘Gran cambio climático en los Andes’, (hace unos 4 000 a 3 000 años ap), centrado por los expertos entre los 3 200 y 3 100 años (años ap). Estos aspectos son explicados en extenso en el numeral 3.3 del capítulo III. • En la determinación de los paleo-registros que nos señalan la presencia del Hombre en su recorrido norte-sur del continente americano es de importancia señalar que, la fuerte elevación del nivel del mar producida en forma casi ininterrumpida desde hace unos 18 000 años (años ap), excepto por el pequeño periodo (3) de nueva glaciación, hace 15 000 a 14 500 años (años ap), habría destruido muchas fuentes sedimentológicas y arqueológicas en la costas del Océano Pacífico (M. E. Moseley, 1983: 429).

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Figura 1-8. Cambios climáticos y fluctuaciones del nivel del mar en los últimos 125 000 años en el continente sudamericano (Fuente: J.A. Salaverry, elaborado con base al gráfico presentado por W.E. Arntz y E.Fahrbach, 1996: 2275)

1.4 Identificación de las edades y periodos en los Andes en los últimos 30 000 años y correspondientes periodos climáticos andinos 36

Contando con todos los elementos proporcionados en los numerales anteriores 1.1 a 1.5, presentamos en el gráfico de la figura 1-9 el horizonte en el tiempo referido a las diferentes edades y periodos durante el pleistoceno y el holoceno en los Andes para los últimos 30 000 años y correspondiente identificación de los periodos climáticos andinos.

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El gráfico está referido, en la escala horizontal, a miles de años ap y en la escala vertical, a temperaturas mayores (+ +) o menores (- -) que el promedio del presente en las diferentes edades y periodos, durante el pleistoceno tardío y el holoceno en los Andes y correspondiente identificación de los periodos climáticos andinos.

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Consideramos que dicha información nos permite enmarcar los trabajos que desarrollamos en los siguientes capítulos, en particular en el capítulo III, acerca de la dinámica de cambio que ha impuesto la naturaleza en las condiciones macro-ecológicas de los Andes, dentro de las siguientes clasificaciones utilizadas por los expertos para identificar en el tiempo las condiciones del clima-vegetación que imperaron en el pasado: A. Las edades y periodos en los Andes durante el pleistoceno tardío y el holoceno, identificadas en el cuadro 1-3. B. Grandes periodos climáticos andinos correspondientes a los periodos climáticos universales, presentados en el cuadro 1-4.

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C. Añadimos a las anteriores, la identificación en el tiempo de las eras y estadios de desarrollo de las culturas andinas peruanas en épocas prehispánicas, las que mostramos en el cuadro 1-5. Figura 1-9. Temperaturas mayores (+ +) y menores (- -) que la media del presente en las diferentes edades y periodos durante el pleistoceno y el holoceno en los Andes en los últimos 30 000 años e identificación de los periodos climáticos andinos (Fuente: J.A. Salaverry)

LEYENDA:

Escala horizontal: Miles de años ap Linea gruesa intermitente: temperatura promedio actual de referencia Escala vertical: Variaciones de temperatura mayor o menor que el promedio actual por periodos A. Cuadro 1-4: Edades y períodos del pleistoceno y holoceno: con las letras minúsculas romanas (i) a la (vii). B. Cuadro 1-5: Correspondientes periodos climáticos andinos: con la letras (a) a la (I). C. Cuadro 1-6: Eras y estadios de desarrollo en épocas prehispánicas: con los números (1) al (9).

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Cuadro 1-3. Edades y periodos del pleistoceno tardío y durante el holoceno en los Andes

Cuadro 1-4. Grandes periodos climáticos andinos

(*) a.C. = antes de Cristo; d.C. = después de Cristo

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Cuadro 1-5. Eras y estadios de desarrollo de las culturas andinas peruanas6

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Por su parte, en el cuadro 1-6 resumimos los conocimientos adquiridos respecto a los períodos seculares de cambio climático en los Andes, los que hemos enmarcado dentro de los grandes períodos climáticos universales y añadido las eras y estadios culturales en el Perú; aspecto, éste último, que presentamos en el capítulo IV, en los ensayos cronológicos que nos atrevemos a construir en base a los conocimientos adquiridos al respecto.

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Cuadro 1-6. Períodos de cambio climático en los Andes enmarcados dentro de las edades y periodos del pleistoceno tardío y durante el holoceno en los Andes -hace unos 14 500 años del presente (años ap)- los grandes períodos climáticos universales y las eras y estadios culturales en el Perú

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El referido cuadro 1-6 contiene, en forma resumida: • Las edades y periodos del pleistoceno tardío y durante el holoceno en los Andes con las letras minúsculas romanas (i) a la (vii,) presentados en el cuadro 1-3. • Los periodos climáticos andinos con las letras (b) a la (1), presentados en el cuadro 1-4, los que corresponden a las tendencias climáticas a escala mundial en los estudios referidos y utilizadas para enmarcar los periodos de las ocurrencias registradas del fenómeno de El Niño. • Las eras y estadios culturales en el Perú, señaladas, respectivamente, con las letras mayúsculas de la (A) a la (E) y con los números (1) al (9) los cuales corresponden a los ensayos cronológicos elaborados en el estudio, presentados en el cuadro 1-5.

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Consideramos, que dichas informaciones nos proporcionan la indispensable dimensión inter-temporal que nos permita visualizar los procesos que han dado forma, a través de miles de años, al complejo medio ambiente en el «mundo» andino.

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En particular, interesa en el capítulo III la revisión de los cambios en las condiciones de clima-vegetación que se han producido en los Andes: • En el periodo: (2) correspondientes a la última glaciación, hace 22 000 a 17 000 años (años ap), periodo que incluye el periodo de máxima depresión de temperaturas hace 20 000 a 18 000 años (años ap), reportado por los expertos como de ingreso del Hombre a los Andes a través del istmo de Panamá. • En el periodo (3) de nueva glaciación, hace 15 000 a 14 500 años (años ap), el primero señalado como el periodo de probable llegada de los primeros pobladores a los Andes (hace unos 20 000 antes del presente).

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• En el periodo (4) de rápida e ininterrumpida desglaciación, hace 14 500 a 11 000 años (años ap). • Seguido por los periodos (5) el largo periodo de clima óptimo en los Andes, hace 11 000 a 5 000 años (años ap). • El periodo (6) de máxima inestabilidad océano-atmosférica, hace 5 000 a 3 000 años (años ap), que denominamos en nuestro trabajo el periodo del ‘Gran cambio climático en los Andes’ cuyas ocurrencias son centradas hace unos 3 200 a 3 100 años (años ap) 1 200 a.C a 1 100 años a.C.

1.5 Enmarcamiento cronológico de los periodos correspondientes a los últimos 5 000 años 43

En este capítulo mostramos en el gráfico de la figura 1-10 una ampliación de la escala del gráfico de la figura 1-9 correspondiente a los periodos climáticos andinos en los últimos 5 000 años, dentro de los cuales enmarcamos las siete probables fases o etapas de cambio climático que interpretamos en base a los registros del fenómeno de ‘El Niño’ en gran escala10 . Las siete etapas o fases de cambio climático que ha sido posible identificar, son las siguientes: I. Etapas o fases del «gran cambio climático»: Hace 4 000 a 3 000 años ap (entre los años 2 000 a.C. y 1 000 a.C). II. Etapa de cambio climático: Hace 2 300 a 2 000 años ap (entre los años 300 a.C. a 0. d.C). III. Etapa de cambio climático, entre los años 250 d.C. a 300 d.C. Hace 1 750 a 1 700 (años ap). IV. Etapa de cambio climático, entre los años 500 d.C. a 600 d.C. Hace 1 500 a 1 400 (años ap). V. Etapa de cambio climático entre los años 1 050-1 100 d. C. a 1 200 d.C. Hace 950-900 a 800 (años ap). VI. Etapa de cambio climático entre los años 1 450 d.C. a 1 460 d.C. Hace 550 a 560 (años ap). VII. Posible etapa de cambio climático 1 870-1 890. Hace 130 a 110 (años ap). Etapas o fases de cambio climático del (I) al (VII)

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Figura 1-10. Ampliación de la escala de los periodos climáticos andinos en los últimos 5 000 años: fases o etapas de cambio climático según los registros del fenómeno de ‘El Niño’ en gran escala (Fuente: J.A. Salaverry7)

LEYENDA:

Escala horizontal: miles de años del presente (años ap). Equivalencia en anos antes de Cristo (a.C) y después de Cristo (d.C). Linéa gruesa intermitente: temperatura promedio actual de referencia. Escala vertical Variaciones de temperatura mayor o menor que el promedio actual por periodos. Periodos climáticos andinos: de la (d) a la (l)

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Dicho enmarcamiento lo hacemos con el propósito de ordenar en el tiempo los hechos reportados, las inferencias que nos permite alcanzar las conclusiones de los estudios de los expertos respecto a la ocurrencia de los diferentes tipos de eventos del fenómeno de ‘El Niño’ en el pasado, todo lo cual nos permite entender y reportar sus hallazgos e hipótesis explicativas y presentarlas en forma correcta.

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A su vez, proporcionan, tal como expresa J. Macharé y L. Ortilieb (1993: 45-48), «un ‘esbozo’ de los tipos de paleoregistros utilizados en que pueden haber quedado registrados los eventos de El Niño». Diríamos nosotros, una suerte de «comprobación» de los resultados reportados en base a la interpretación de las evidencias que nos reportan los expertos, aspectos que no pasan, en muchos casos, del planteamiento de algunas hipótesis. Tal como expresa C. Villagrán (1993: 244), «gran parte de las evidencias paleo ambientales que documentan pasados eventos ENOS I El Niño Oscilación Suri no cumplen con los criterios de refutabilidad necesarios para determinar si se trata de eventos singulares, series de eventos, o simplemente fenómenos análogos».

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Contando con todo estos elementos de enmarcamiento cronológico pasamos a revisar en el siguiente capítulo la situación actual de los Andes peruanos, dejando para el capítulo III la presentación de la dinámica de cambio en sus condiciones hidro-orográficas y de climavegetación.

1.6 Posibles relaciones entre las tendencias climáticas y los ciclos de la precesión del eje terrestre en los últimos 125 000 años: hipótesis de las estaciones terrestres de muy largo plazo 47

Teniendo en cuenta las explicaciones del geo-físico N. A. Mörner (1993) respecto a las posibles causales de carácter astronómico y geofísico del complejo conglomerado de hechos y fenómenos océano-climatológicos que se dan en el planeta Tierra, indagamos acerca de las posibles relaciones entre las tendencias climáticas con las alteraciones en el plano del ecuador terrestre producidas por el fenómeno de precesión del eje terrestre 11,12.

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Al respecto, nos preguntamos: • ¿Las referidas tendencias climáticas están relacionadas al movimiento de precesión del eje terrestre, en su ciclo repetitivo de largo plazo de aprox. 25 800 años? • ¿En qué forma interactúan y cuáles son los efectos combinados de lo anterior con el movimiento de traslación del sistema solar? • Y si añadimos a la anterior, la pregunta ¿En qué forma interactúan y cuáles son los efectos combinados de todo lo anterior con el movimiento de la Tierra como sistema terrestre?

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Para dar respuesta a dichas inquietudes consideramos que debemos interpretar, en primer lugar, cual es que la posición relativa del eje terrestre al presente, resultante de su movimiento de precesión. Para ello, tenemos en cuenta la ocurrencia del último periodo glacial hace unos 25 000 a 18 000 años (años ap). Partiendo de dicho dato, estimamos las últimas 16 condiciones o «tendencias climáticas» correspondientes al último ciclo de largo plazo de aproximadamente, 25 800 años, las que se reportan en el cuadro 1-7.

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En dicho cuadro se expresan: las tendencias climáticas en el último giro de 25 800 años del movimiento de precesión del eje terrestre con los números (1) al (16), las que

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corresponden a los grandes periodos climáticos andinos señalados con las letras de la (a) a la (i): • Cada sub-periodo de «clima de largo plazo» de unos 1 612,5 años; totalizando 16 periodos para un giro completo de 25 800 años del movimiento de precesión del eje terrestre (cada cuadrante o cuarto de giro de unos 6 450 años; la mitad del giro de unos 12 900 años). • Las tendencias climáticas: sub-periodos fríos, más fríos, muy fríos con los signos • (-), (- -), (- - -); para los sub-periodos calientes, más calientes, muy calientes con los • signos (+),(+ +) y (+ + +); y para los periodos intermedios con los signos ( - +) y (+ -). Cuadro 1-7. Interpretación de las tendencias climáticas en los últimos 25 800 años del movimiento de precesión del eje terrestre con los números del (1) al (16), intercalando los grandes periodos climáticos andinos con las letras de la (a) a (k)

FUENTES.Números del (1) al (16): Corresponden a los 16 sub-periodos de tendencias climáticas en el último giro de 25 800 años del movimiento de precesión del eje terrestre. Ver explicación en el texto. Letras de la (a) a la (k): Corresponden a los grandes periodos climáticos andinos que se presentan en el capítulo III, numeral 3,1; cuadro 3-4. Han sido intercalados con los subperiodos fríos, más fríos, muy fríos con los signos (-), (- -), (- - -); para los sub-periodos calientes, más calientes, muy calientes con los signos (+), (+ +) y (+ + +); y para los subperiodos intermedios con los signos ( - +) y (+ -) con la finalidad de mostrar su correspondencia con el movimiento de precesión del eje terrestre. 51

Si los supuestos señalados son correctos, la posición relativa del eje terrestre se encontraría HOY cerca a la posición (IV) de giro tal como se muestra en el gráfico de la figura 1-11.

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Figura 1-11. Posición o ubicación de giro del eje terrestre en el movimiento de precesión (Periodos en miles de años antes del presente - años ap) (Fuente: J.A. Salaverry)

(*) Elaborado con base al cuadro 1-3 52

Lo expuesto nos permite intentar dar respuesta a las inquietudes planteadas respecto a las posibles relaciones entre las tendencias climáticas y los ciclos de la precesión del eje terrestre en los últimos 125 000 años, aspecto que presentamos en forma resumida en la figura 1-12 extractada de la figura 1-9.

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Lo que es más difícil de entender y explicar son las tendencias climáticas de muy largo plazo resultantes de los ciclos del movimiento de precesión del eje terrestre, las que tratamos de visualizar en la referida figura 1-12 y cuya explicación la planteamos en forma de hipótesis que denominamos: de las ‘estaciones terrestres de muy largo plazo’, referida a los cambios y tendencias climáticas seculares en los últimos 125 000 años relacionadas al movimiento de precesión del eje terrestre.

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Tendencias climáticas de enfriamiento, calentamiento e intermedias que visualizamos, dentro las fluctuaciones climáticas seculares, con sus variaciones de periodos calientes, fríos, muy fríos e intermedios; épocas glaciales e inter-glaciales, épocas secas y húmedas, así como de «frecuentes» cambios en el nivel del mar, hablando en términos de periodos geológicos y reportados en los estudios revisados.

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En lo que respecta al entendimiento de los factores causales (relaciones causa-efectocausa) del conglomerado de eventos singulares y sistemas acoplados que explican los hechos y fenómenos de carácter astronómico y geofísico, climatológico y oceanógrafico que tienen influencia sobre el planeta Tierra, sólo nos queda expresar con Morner (1993: 41) que: «sin duda alguna, son un sujeto-materia de estudio real y profundamente interdisciplinario», aspectos que están fuera de nuestro alcance por carecer de los conocimientos necesarios para efectuar una interpretación mayor que la que tratamos de hacer en el numeral siguiente.

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Figura 1-12. Posibles relaciones entre las tendencias climáticas y los ciclos de la precesión del eje terrestre en los últimos 125 000 años (Fuente: J.A. Salaverry)

LEYENDA: Tendencias climáticas: Intermedias Enfriamiento Calentamiento Ciclos de la precesíon del eje terrestre (25 800 años

1.7 Interpretación de los efectos de las «estaciones terrestres» de muy largo plazo en las variaciones del clima-vegetación en América del sur 56

Basados en las explicaciones anteriores tratamos de determinar cómo las tendencias climáticas de muy largo plazo y, por tanto las variaciones del clima-vegetación universales -y particulares para el hemisferio sur del continente americano- están relacionadas a los efectos combinados producidos por los fenómenos de carácter astronómico, geofísico y océano-climatológicos que experimenta el planeta Tierra.

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Encontramos esta inquietud en forma reiterada en las revisiones efectuadas de los trabajos de los expertos en relación con las explicaciones de los factores causales de muy

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largo plazo (referido a ciclos de miles de años). En nuestro trabajo buscamos respuesta a dicha inquietud partiendo de los planteamientos efectuados por el geofísico N. A. Mörner (1993: 3-12) respecto al movimiento de la tierra como ‘sistema terrestre’ (referido en la nota No. 11 al pie de página) y la teoría planteada en 1941 por el matemático y astrónomo serbio Milutin Milancovitch (1879-1958) sobre los movimientos de la tierra y sus influencias a largo plazo en los cambios climáticos llamada teoría de los ciclos Milancovitch13. Según entendemos, los ciclos que se producen en los movimientos orbitales de la Tierra producen modificaciones en la cantidad de insolación -radiación (luz y calor)- recibida del Sol por la Tierra en sus dos hemisferios. 58

En nuestro entendimiento, si bien los movimientos de largo plazo explican las variaciones climáticas que hemos denominado estaciones terrestres. En plazos menores, entendemos con Morner que el complejo conglomerado de hechos y fenómenos de carácter astronómico y geofísico explicaría la ocurrencia de los hechos y fenómenos océanoclimatológicos, de carácter repetitivo, más o menos regular y de intensidad variable como es el caso de los eventos del fenómeno de ‘El Niño’.

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Nos referimos a los fenómenos de carácter astronómico y geofísicos que experimenta la Tierra en el curso de sus movimientos que realiza alrededor del sol, junto a la totalidad de los demás astros del sistema solar, siguiendo su traslación al centro de la Vía Láctea, que tratamos de mostrar en la figura 1-13.

Interpretación de la hipótesis de las estaciones terrestres de muy largo plazo 1. En primer lugar, nos referimos a los fenómenos de carácter astronómico y geofísico que experimenta la Tierra por efecto de las alteraciones del plano del ecuador terrestre que resulta de los principales movimientos terrestres considerados: a) cambios de dirección del eje de rotación de la tierra o movimiento de precesión en un ciclo de unos 25 800 años; b) cambios en la obliquidad del eje de la tierra en un ciclo de 41 000 años; y c) cambios en la excentricidad de la órbita alrededor del sol en ciclos de 100 000 a 400 000 años. En conjunto, dichos movimientos, tienen influencia sobre las estaciones del planeta Tierra. 2. En segundo lugar, nos referimos a los efectos combinados que experimenta la Tierra, en los hechos y fenómenos de carácter astronómico y geofísico con los océano-climatológicos entre los que podemos nombrar, por su gran importancia en la ecología de los Andes peruanos, el fenómeno de ‘El Niño’.

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Figura 1-13. Ciclos Milancovitch: principales movimientos orbitales de la Tierra que producen modificaciones en la cantidad de insolación recibida del Sol en sus dos hemisferios (Fuente: J.A. Salaverry)

LEYENDA: Los principales movimientos de carácter astronómico del planetaTierra, los podemos clasificar en función al plazo de su ocurrencia en los siguientes: a) Los tres primeros, que son los principales o clásicos, clasificados como movimientos de corto plazo (medidos en periodos de un año o menores), son: (1) el movimiento de traslación del sistema solar; (2) el movimiento de traslación de la tierra en su órbita alrededor del sol o elíptica (3) el movimiento de rotación de la tierra sobre su eje; b) El cuarto, quinto y sexto movimientos del planeta Tierra los clasificamos, los dos primeros como movimientos de largo plazo (medidos en periodos de miles o decenas de miles de años) y el sexto, como de muy largo plazo (medido en periodos de cientos de miles de años); dichos movimientos son los siguientes: (4) el movimiento de giro del eje terrestre o fenómeno de precesión del eje terrestre en un giro que completa en 25 765 años, llamado también de precesión de los equinoccios; (5) el quinto corresponde a un pequeño movimiento de largo plazo de vaivén del eje terrestre en un ciclo de unos 41 000 años, denominado movimiento Milancovitch; (6) el sexto movimiento producido por la excentricidad de la órbita terrestre está clasificado como de muy largo plazo, de duración de unos 4 a 16 ciclos de precesión del eje terrestre (100 000 a 400 000 años). 60

En la figura 1-14 mostramos la posición relativa de los planos del ecuador producidos por el movimiento de precesión del eje terrestre en un «círculo» que completa al cabo de unos 25 800 años.

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En la referida figura 1-14 presentamos nuestra interpretación de las zonas de iluminación en el hemisferio sur del continente americano, con el objeto de explicar mejor el efecto de las «estaciones terrestres» de muy largo plazo en las variaciones del clima-vegetación en América del sur aspectos que, en su conjunto, permitirán en el capítulo III una mejor apreciación de la dinámica de cambio en las condiciones macro ecológicas en los Andes.

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Figura 1-14. Posición relativa de los planos del ecuador producidos por el movimiento de precesión del eje terrestre en un «circulo que completa al cabo de unos 25 800 años (Fuente: J.A. Salaverry 8)

(**) Numeral 1.5, figura 1-10. 62

En la figura 1.15 tratamos de mostrar en forma gráfica nuestro entendimiento acerca de la hipótesis de las estaciones terrestres de muy largo plazo producidas por las alteraciones en el plano relativo del ecuador terrestre con respecto al sol a través del tiempo, por el efecto combinado de los movimientos de la Tierra de largo y muy largo plazo.

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Por último, en la figura 1-16 mostramos la posición relativa del continente americano al plano del ecuador terrestre y al plano de la órbita terrestre como resultado del movimiento de precesión del eje terrestre.

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Figura 1-15. Hipótesis de las estaciones terrestres de muy largo plazo: cantidad de insolación solar que recibe la Tierra - relativas a los perihelios y afelios9 (Fuente: J.A. Salaverry.)

Figura 1-16. Posición relativa del continente americano al plano del ecuador terrestre y al plano de la órbita terrestre como resultado del movimiento de precesión del eje terrestre (Fuente: J.A. Salaverry)

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NOTAS 1. Planteada por el investigador norteamericano Alex Hrdlicka (1869-1943). La otra teoría complementaria a la teoría inmigracionista asiática del poblamiento del continente de América planteda por el antropólogo francés Pablo Rivet (1876-1958) afirma que al continente americano llegaron seres humanos no sólo por el Estrecho de Bering, sino también navegando por el Océano Pacífico. Las rutas serían: La australoide, de llegada del Hombre por el mar al extremo sur del continente, hace unos 12 000 años ap provenientes de Australia y Tasmania; y la MelanésicaPolinésica de poblamiento de Sudamérica, hace unos 14 000 años ap por navegantes llegados de dichas islas. Ambas teorfes señalan un ingreso del Hombre y poblamiento de Sudamérica muy cercano en el tiempo, muy «joven», en relación con los fechados señalados por los paleo arqueólogos para las «huellas» o vestigios de ocupación territorial, tanto en Norteamérica, como en Sudamérica. Dichos fechados se remontan, respectivamente, a periodos cercanos a los 40 000 y 20 000 años antes del presente (años ap). En todo caso, el poblamiento de América continúa siendo materia de intensa controversia. 2. En el capítulo IV presentamos un análisis de las posibles «rutas de ingreso» y de poblamiento de los Andes, así como el planteamiento de una hipótesis explicativa sobre los procesos y las posibles zonas de ocupación de los Andes peruanos. 3. Estos aspectos han sido extractados de la publicación «Los orígenes del hombre: de los primeros humanoides al homo sapiens», Rick Gore «Los albores de la humanidad los primeros de nuestra especie» National Geographic Magazine, edición especial, invierno del 2002: 126-133. 4. Según la teoría inmigracionista asiática, el inicio del poblamiento del continente americano se produjo sólo hace unos 45 mil a 35 mil años ap inmigración que se produjo del continente asiático a Norteamérica a través del paso terrestre creado por la disminución del nivel del mar en el estrecho de Bering durante la referida glaciación (Dato 12 en la cronología de la figura 1-2 y del cuadro 1-1). 5. Neandertals, National Geographic Magazine, enero 1 955. 6. F.Kauffmann Doig (1 986: 105) expresa que la teoría inmigracionista cuenta con la mayor aceptación en el mundo científico. A finales de los años noventa encontramos que la problemática de poblamiento de América en general, continúa siendo materia de múltiples debates., aunque los paleo arqueólogos han encontrado evidencias en Norteamérica de un proceso de poblamiento norte-sur de lechados que confirman las inmigraciones a través del estrecho de Bering. El ingreso del Hombre a Sudamérica parece estar «confirmado» por los trabajos últimos sobre ADN de poblaciones aborígenes. 7. En los numerales 1.6 y 1.7 intentamos (dentro del escaso conocimiento que tenemos y difícil entendimiento de dicho complejo conglomerado de hechos y fenómenos que se dan en el planeta Tierra) una explicación e interpretación al respecto. Los cambios climáticos lo diferenciamos de las variaciones que se producen por causa del Hombre en los parámetros de temperatura, precipitaciones, nubosidad los cuales se refieren al calentamiento global o cambio climático antropogénico, comúnmente utilizado como sinónimo. 8. La ciencia de la astronomía moderna nos enseña que desde el punto de vista de la observación terrestre las estrellas (por supuesto dentro de ellas el sol) no son «inamovibles». Se producen variaciones en las observaciones en el tiempo como resultado del fenómeno denominado de la precesión del eje terrestre del movimiento de pro del eje de la tierra debido a la acción de gravitación del sol y particularmente, de la luna. El movimiento del fenómeno denominado de precesión del planeta Tierra puede ser entendido aplicando los principios del giróscopo, aparato

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inventado por Foucault (1852) para demostrar el movimiento de rotación de la tierra. Se basa en la 'composición de fuerzas’ que aplican sobre un «sólido» en movimiento de rotación sobre su eje a una velocidad dada, sobre el cual aplican fuerzas de gravedad que tienden a variar el eje de giro. Un análisis completo del movimiento de precesión requiere conocimientos muy avanzados de mecánica de «sólidos» en movimiento. 9. En el anexo, punto A.2 (Aspectos metodológicos adicionales) presentamos la definición y clasificación de los tipos de registros o archivos paleo ambientales naturales, históricos y arqueológicos realizada por J. Macharé y L. Ortilieb (1993: 35-52) en su trabajo sobre «Registros del Fenómeno El Niño en el Perú». 10. Las siete probables fases de cambio climático han sido identificadas en el estudio que hemos efectuado al fenómeno de ‘El Niño’ ((J.A. Salaverry en edición, 2007). 11. Según los planteamientos efectuados por el geofísico N. A. Morner (1993: 3-12) respecto al movimiento de la Tierra como ‘sistema terrestre’, -multicuerpos- es aquel en el cual :«— las diferentes capas o estratos de las masas de aire (la atmósfera), de las «mareas» de masas oceánicas (la hidrosfera), la «sólida» tierra, el «líquido» centro (outer core) y el sólido centro (inner core)» están suspendidas» y rotan a velocidades diferenciales detrás de la «sólida» tierra; medidas sus velocidades de rotación en millonésima de segundo de la longitud de la duración del día...». 12. En los efectos combinados producidos por los fenómenos de carácter astronómico y geofísico debemos de considerar aquel que experimenta la Tierra en el curso de su movimiento que realiza junto a la totalidad de los demás astros del sistema solar, siguiendo al sol en su traslación en torno al centro de la Vía Láctea, expresados por los efectos del llamado fenómeno de la precesión del eje terrestre: del lento movimiento de muy largo plazo de giro del eje terrestre en un «círculo» que completa al cabo de unos 25 800 años como principal movimiento terrestre de largo plazo. 13. Milutin Milankovitch fue uno de los primeros visionarios en desarrollar teorías relativas al movimiento de la tierra y sus influencias a largo plazo en los cambios climáticos. Los principales movimientos terrestres considerados son: cambios de dirección del eje de rotación de la tierra o movimiento de precesión en un ciclo de unos 25 800 años; cambios en la obliquidad, del eje de la tierra en un ciclo de 41 000 años; y cambios en la excentricidad de la órbita alrededor del sol en ciclos de 100 000 a 400 000 años. En conjunto, dichos movimientos, tienen influencia sobre las estaciones del planeta Tierra.

NOTAS FINALES 1. Elaborado con base a los datos del cuadro 1-1 2. Elaborado con base a los datos del cuadro 1-1 3. Eaborado con base a los datos del cuadro 1-1 4. Elaborado con base a los datos del cuadro 1-1 5. Gráfico representando los cambios climáticos en el continente norteamericano y sus efectos en el nivel del mar. Información para el continente norteamericano, la que consideramos aplica a los cambios climáticos y fluctuaciones del nivel del mar en el continente sudamericano teniendo en cuenta el desfase de alrededor de unos 2 000 a 3 000 años que precedió el inicio del proceso de rápida e ininterrumpida desglaciación que siguió al último avance glacial en el hemisferio sur

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alrededor de hace 15 000 a 14 500 años del presente, en relación con similar proceso en el hemisferio norte (C. Villagrán, 1993). 6. La relación de las eras y estadios de desarrollo de las culturas andinas peruanas desde la llegada de los primeros pobladores a los Andes hace unos 20 000 años por su Importancia en la construcción de los ensayos cronológicos de las principales culturas andinas peruanas relacionados con los eventos de naturaleza catastrófica del fenómeno de «El Niño» que presentamos en el capítulo IV. 7. Elaborado con base a las informaciones contenidas en el estudio sobre El fenómeno de ‘El Niño’ en el Perú: bases técnicas, definición, registros efectos y causas ( J. A, Salaverry en edición, 2007). 8. Informaciones e interpretación en el numeral 1-6, cuadro 1-7 y figuras 1-11 y 1-12. 9. Afelio = Tierra más cercana al Sol; perihelio = Tierra más alejada del Sol. Las direcciones y las estaciones se muestran para el hemisferio sur para los cuatro cuadrantes de los puntos cardinales en el recorrido de un giro completo de los últimos 25 600 años. Las direcciones y las estaciones aplican para los próximos 25 600 años.

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Capítulo II. Principales características macro ecológicas de los Andes peruanos

Perú en la cordillera de los Andes en Sudamérica

Fuente: J.A. Salaverry

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2.0 Aspectos generales 1

Nuestro objetivo en este capítulo del trabajo es presentar una visión macro -de vuelo a gran altura- acerca de la situación ecológica actual de los Andes peruanos determinada por sus principales características macro-ecológicas, climáticas y geo-hidrológicas. Situación actual relacionada con las condiciones de clima-vegetación que presentan las diferentes zonas andinas peruanas, en particular, referidas a las severas restricciones que impone la naturaleza en la disponibilidad de sus recursos de suelos y aguas de uso agrícola1.

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Interesa proporcionar una adecuada caracterización de la situación actual de la macroecología de los territorios que comprenden a las zonas andinas peruanas dentro de la cordillera de los Andes en Sudamérica, referida a los siguientes aspectos: su ubicación geográfica, fisiografía y morfología; las características comunes y singulares a sus regiones latitudinales (longitudinales) y altitudinales (transversales.) señalando aquellas que son comunes y aquellas que son singulares dentro las zonas de alta montaña en el mundo. Lo anterior está definido por sus características permanentes o inherentes a sus condiciones ambientales (su diversidad ecológica, biodiversidad y topografía accidentada).

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Para ello contamos con la ayuda de las revisiones de los estudios de los expertos (A. Brack Egg, 1986, 2003, 2004; R. Ferreyra, 1985, 1986, 1993; M. Iberico, 1986; J. Pulgar Vidal 1946,1993; M. Tapia, 1996) que en diferentes disciplinas han evaluado las regiones andinas e intentado describir su alta variabilidad y heterogeneidad ecológica. En tal sentido, intentamos proporcionar una idea global del «mosaico ecológico» (O. Dollfus, 1978) de micro-espacios en que esta modelado el territorio andino peruano, posiblemente, mejor entendido por nosotros como un gigante 'rompecabezas ecológico' en el cual podríamos detallar las características de los referidos micro-espacios. Aspectos usualmente referidos en los estudios de los ecosistemas de «alta montaña» andinos (M. Tapia, 1966) como las situaciones y condiciones que determinan la gran variedad y heterogeneidad ecológica de los espacios de ocupación territorial, centrados, en su mayor parte, en las especifidades que tienen influencia en el desarrollo de las áreas de superficie con potencial y uso activo en actividades productivas agropecuarias y forestales.

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Gigante ‘rompecabezas ecológico’ el cual consideramos debe ser conocido en sus principales características por todos los peruanos para un cabal entendimiento de la realidad de las condiciones ecológicas en que realizamos nuestras actividades y a su vez, como cultura científica que nos permita comprender mejor el «mundo» en que vivimos.

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El enmarcamiento que hacemos está orientado a ubicar las zonas andinas que comprenden en la actualidad el territorio de los Andes peruanos con énfasis en: • Su contexto macro-ecológico que define las cuatro regiones ambientales que caracterizan la eco región andina (Andes verdes o tropicales, Andes amarillos o subtropicales, Andes secos y Andes mediterráneos). • El enmarcamiento geográfico y agro-climatológico de la región andina peruana resultante de la revisión de las condiciones geológicas, hidrológicas, y climáticas que impone la naturaleza en las zonas andinas de las regiones naturales de Costa, Sierra y Selva. La caracterización macro-ecológica de los Andes peruanos está determinada por las condiciones -y relacionesparticulares de los factores que determinan el «clima», la disponibilidad de suelos de cultivo y el acceso a aguas de regadío. Dicha caracterización pasa: de un lado, por la caracterización

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del clima en las zonas andinas y de la amazonia peruana, resaltando la especificación o formación de los climas estacionales andinos y de otro lado por la especificación de las grandes cuencas geo-hidrográficas que comprenden las zonas andinas y de la amazonia peruana. • La especificación de las grandes cuencas geo-hidrográficas está determinada por el sistema mismo de cordilleras que atraviesan el territorio andino delimitando sus cuencas, subcuencas y micro-cuencas. Espacios en donde se encuentran ubicados los micro-espacios que definen sus suelos de cultivo, en su mayor proporción de origen antropromorfo 2. • La caracterización de las zonas de cuencas hidrográficas, de las sub-cuencas conformadas por sus ríos tributarios principales y secundarios que alimentan sus aguas y, en particular, las numerosas micro-cuencas que contienen, nos permite presentar los aspectos que denominamos indicadores de la variedad y heterogeneidad de las condiciones agroecológicas que conforman los miles de espacios de ocupación humano-económica del «mundo andino». Indicadores referidos: a) a la diversidad del sistema hidrográfico andino peruano, b) al grado de dispersión de los micro-espacios de ocupación territorial de las zonas quechua y alto andinas, c) a la notoria escasez del recurso suelos agrícolas y d) a la que denominamos, la ‘contradicción hídrica’. 6

Aspectos que consideramos de la mayor relevancia en el entendimiento de la complejidad de los «medios ambientes» dentro de los cuales las poblaciones andinas peruanas -desde la antigüedad- realizan sus actividades humano-económicas. Los estudios revisados muestran cuán complejo es el entendimiento de la variabilidad y heterogeneidad de dichos «medios ambientes» andinos y cuán importante es contar con una especificación técnica que permita abordar con suficiencia los espacios ecológicos de interés en los trabajos técnicos realizados.

2.1 Fisiografía y morfología de la eco-región de los Andes sudamericanos 7

La gran eco-región andina está constituida por un vasto territorio conformado por la cordillera de los Andes la que recorre el continente sudamericano, en los hemisferios norte y sur por unos 7 200 kilómetros, en forma paralela y cercana al litoral de las costas occidentales del Pacífico sur.

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Tal como podemos observar en el mapa 2-1 la cordillera de los Andes corre a partir de los 50° LS de sur a norte en la divisoria del territorio de Chile y Argentina y se desvía del sudeste al noreste en el territorio del Perú, a la altura del paralelo 18o LS hasta el paralelo 14o LS, en donde vuelve a cambiar de rumbo hacia el nor-noroeste hasta el paralelo 6 o LS y continúa hacia el nor-noreste hacia Ecuador, Colombia y Venezuela. M.Iberico (1986: 237 ) señala que el rasgo fisiográfico más saltante de la configuración del territorio peruano es la cordillera de los Andes que corre cercana a la línea del litoral.

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En la morfología de la cordillera de los Andes que mostramos en los mapas 2-1 y 2-2 debemos de considerar tres grandes zonas definidas por su relieve terrestre positivo o sobre el nivel del mar, como rasgo más visible de los paisajes andinos y que le dan su mayor variedad latitudinal y altitudinal, a las que debemos de añadir una cuarta zona, la morfología terrestre negativa o hundida en el mar, el zócalo continental. En tal sentido las zonas naturales son las siguientes: 1. La faja costanera de la vertiente occidental.

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2. El macizo montañoso y sus cordilleras. 3. La vertiente oriental. 4. El zócalo continental. 10

1) La faja costanera de la vertiente occidental, paralela al mar, hasta los 1 000 msnm y de amplitud variable que alcanza hasta los 200 kms de ancho; con sus bosques mediterráneos subtropicales y templados lluviosos al sur de Chile, las zonas semidesérticas y desiertos hiperáridos hasta latitudes cercanas al ecuador terrestre y las regiones ecuatoriales al norte hasta Panamá y Venezuela.

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2) El macizo montañoso y sus cordilleras, con sus alturas definidas a partir de elevaciones mayores a los 1 000 msnm, que dividen los territorios de Chile y Argentina hacia el sur, con su zona altiplánica al norte de Bolivia y sur del Perú, sus cordilleras occidental y oriental y enormes cuencas y valles interandinos en el Perú, desde el Nudo de Vilcanota, pasando por el Nudo de Pasco hasta el Nudo de Loja en Ecuador y su continuación hacia el norte hacia Colombia y Venezuela. Figura 2-1. Relieve terrestre positivo de la cordillera de los Andes en Sudamérica (Fuente:J,A, Salaverry)

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3) La vertiente oriental, que desciende hacia el monte, pampa y estepa de la patagonia argentina, a la enorme hoya amazónica, las llanuras o sabanas de Colombia y la cuenca del Orinoco en Venezuela. En particular resaltamos las grandes zonas de sedimentación de la amazonia peruana, debido a que ellas reciben las enormes masas de aguas y sólidos en suspensión que provienen de las zonas intercordilleranas y de las estribaciones hacia el este de la cordillera oriental de los Andes.

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4) El zócalo continental, la zona fisiográfica terrestre negativa o hundida en el mar que continúa, del nivel del mar hacia los fondos marinos, con su declive promedio de 70 m cada kilómetro y ancho variable que, en el Perú, alcanza una amplitud máxima de 140 km

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y que desciende bruscamente hacia las fosas marinas que alcanzan profundidades hasta los 7 000 m frente a las costas del sur del Perú y norte de Chile. Figura 2-2. Alturas de los principales nevados y volcanes de la cordillera de los Andes (Fuente: J. A, Salaverry)

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En tal sentido, tal como se muestra en el esquemas de las figuras 2-3 y 2-4 en el perfil transversal de los Andes resalta la fisiografía de la cordillera de los Andes con sus desniveles de más de 13 000 m alcanzados entre las profundidades de las fosas submarinas (la del Perú-Chile y la de Nazca) y las alturas de los picos nevados más altos de la cordillera, en distancias máximas que no sobrepasan 200 kms. en el norte del Perú y a distancias menores hacia el sur, en los paralelos que pasan por las zonas de Nazca, Moliendo y Arica.

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La ubicación de las profundas fosas submarinas, en particular la fosa de Nazca, relativamente cercana al litoral de las costas del Perú y Chile, tiene gran influencia en las corrientes y en los fenómenos de afloramiento marinos lo que determina modificaciones locales en el clima de las diferentes latitudes de la eco región andina3.

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En lo que respecta a la morfología el experto C. Peñaherrera del Aguila (1986: 16-19) señala que la región de la cordillera de los Andes es una de las que presenta mayor variedad de zonas naturales y es una de las más extensamente accidentadas a nivel mundial. Por su lado, el experto M. Iberico (1986; 247) destaca la gran complejidad y diversidad de sus formaciones geológicas, tal como lo muestran los estudios a escala mundial, continental y regional que corresponden a las diversas eras, etapas y fases de formación de los Andes durante millones de años.

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En el curso de la formación geológica de los Andes, en millones de años, sucedieron fenómenos de inmersión, sumersión, deposición, intrusión de origen tectónico y volcánico, que produjeron gigantescos levantamientos y plegamientos de la corteza

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terrestre que conforman hoy en día sus cordilleras. En particular, debemos enfatizar los masivos procesos de erosión glacial, pluvial y fluvial, eólicos, y sismológicos (de origen tectónico y volcánico) que modificaron su estratificación geológica inicial y que han dado forma a su modelado actual, procesos que, en menor escala y frecuencia, continúan dando forma a los Andes, afectando las actividades humano-económicas de las poblaciones que lo habitan4. Figura 2-3 Morfología de la cordillera de los Andes (FuenteJ.A.Salaverry, adaptado de Atlas Departamental del Perú, diario La República, 2003:89, Tomo IV y A. Brack Egg, 2004: 22, Tomo VI)

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Como ejemplo máximo de la continuación del «modelado» de la morfología de los Andes en épocas contemporáneas podemos señalar la ocurrencia de la catástrofe de Ranrahirca, Huaraz, resultante del huayco (avalancha) de enormes proporciones que se produjo por el desprendimiento de parte del nevado Huandoy de la Cordillera Blanca, Callejón de Huaylas, por efecto del sismo de 1970.

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La historia geológica de la construcción de la cadena de los Andes es, evidentemente, el resultado de un conglomerado de procesos, lentos, complejos y progresivos, en los que resaltan: 1. El proceso principal de subducción de la placa oceánica dentro de la placa continental, cuyo inicio es señalado hace unos 100 millones de años (Ma), referido a la formación de la fosa continental o fosa de subducción (de más de 8 000 metros de profundidad, p.e. fosa PerúChile actual) del arco magmático y las cuencas sedimentarias, su aceleración hace 80 Ma. 2. La acción tectónica, volcánica y marítima en diferentes fases. 3. La acción de la erosión glacial, pluvial y fluvial (erosión de nieve y hielos, lluvias, torrentes, huaycos y ríos) que cavaron de manera incansable a medida que se levantaron los Andes y depositaron sus sedimentos en sus cuencas y en el mar.

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Complejo conglomerado de procesos que contribuyeron al levantamiento y deformación progresiva de los Andes hasta llegar a su fisonomía actual, mostrado en su «margen activo» el cual podemos apreciar para el borde de una placa continental en la citada figura 2-4.

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Figura 2-4. «Margen activo» en la actualidad de la cordillera de los Andes (Fuente: A.M. Hocquenghem, 2001:412)

2.2 Regiones andinas longitudinales y altitudinales 21

La revisión de las informaciones y conocimientos que nos proporcionan los estudios (M. Tapia, 1996; L. Masson, 1993; E Morlón, 1992; O. Dollfus, 1978; Morlon et al, 1982) se refieren a los aspectos más relevantes que caracterizan las eco regiones andinas de alta montaña, limitadas a la región natural de la Sierra del país. Ello, debido a que, en dichas zonas andinas de alta montaña se presentan las condiciones más restrictivas, más complejas y de mayores dificultades para su ocupación territorial (M. Tapia, 1996).

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A diferencia de la definición restrictiva de las zonas andinas a zonas de alta montaña, en nuestra concepción, los Andes peruanos, incluyen las tres regiones naturales de Costa, Sierra y Selva alta (excluyendo sólo la zona de la Selva baja o de la amazonia peruana).

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En nuestra definición de zonas macro-ecológicas andinas -zonas andinas peruanas incluimos, adicionalmente a las zonas quechuas, alto andinas y del altiplano peruano tradicionales, en primer lugar, la región natural de la Costa por ser parte integrante y sustancial de los Andes, desde su formación y dependencia total del origen de sus aguas de escorrentía y de gran parte de sus aguas subterráneas; y en segundo lugar, la región de la Selva alta, debido a que la mayor parte de las aguas y la totalidad de sus suelos, provienen de las zonas inter-cordilleranas y de la vertiente oriental de los Andes. Sin duda alguna, reconocemos que estos aspectos de origen de suelos y aguas aplican, igualmente, a las zonas de Selva baja, correspondientes a la hoya amazónica peruana; sin embargo, debido a sus características ecológicas particulares, esta zona es separada de las zonas andinas propiamente dichas.

2.2.1 VARIABILIDAD DE LA ECO-REGIÓN ANDINA PERUANA 24

La variabilidad de la eco-región andina peruana -el territorio mismo de los Andes peruanos- está definida por la particularidad de la cordillera de los Andes al cruzar ésta longitudinalmente los territorios que dividen las cordilleras occidental y oriental,

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comprendiendo todas las regiones ecológicas latitudinales y altitudinales. Tal como podemos observar en el cuadro 2-1 y figuras 2-1, 2-2 y 2-5 las regiones ecológicas latitudinales andinas y de la amazonia comprenden, dentro de la gran eco-región andina: • Parte de los Andes verdes o tropicales (región 1, sub-regiones 1.1, 1.2 y 1.3). • La totalidad de los Andes amarillos o subtropicales o centrales (región 2, sub-regiones 2.1, 2.2 y 2.3). • Gran parte de los Andes secos desérticos y altiplánicos (región 3, sub-regiones 3.1.2, 3.1.3 y 3.2.1). 25

Los Andes peruanos cubren más del 60% de la extensión de los territorios de la eco-región andina sudamericana e incluyen las condiciones ecológicas de tres, de sus cuatro regiones y un total de nueve sub-regiones de doce al nivel de la gran eco-región andina sudamericana.

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Esta gran variedad de situaciones macro ecológicas es una característica singular de los Andes peruanos dentro de la totalidad de la eco-región de los Andes sudamericanos. Las condiciones orográficas, hidrológicas, edafológicas y de clima-vegetación que los caracterizan imprimen, de por sí, esa heterogeneidad y multiplicidad en sus ambientes y paisajes que nos es difícil de especificar y que incluyen casi todas las clasificaciones a nivel universal utilizadas por los expertos en sus campos de interés y disciplinas de estudio. En tal sentido, utilizamos las especificaciones hechas por los expertos de la referencia que nos permiten apreciar mejor la gran variabilidad de la eco-región andina peruana.

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El estudioso Mario Tapia (1996: 15, 85-87) en su trabajo sobre «Ecodesarrollo de los Andes altos», citando a Johda (1992) y adaptando los sistemas de montaña en el mundo a las condiciones de alta montaña de la Sierra peruana (zonas quechuas, alto andinas y del altiplano peruano), señala que para las condiciones de alta montaña, existen ciertas especificidades de primer orden que tienen una influencia directa sobre su desarrollo: 1. La inaccesibilidad, debida tanto a la ubicación, como a la altitud, pendiente y diferentes condiciones fisiográficas, resaltando en estas especificidades de primer orden las manifestaciones físicas del aislamiento, la pobre comunicación y limitada movilidad de las poblaciones que ocupan dichos espacios, así como las dimensiones socioculturales y económicas que producen manifestaciones físicas de aislamiento. 2. La fragilidad, referida a la fragilidad física de sus suelos, altamente susceptibles a la erosión; y a la fragilidad genética, reflejada en las variedades adaptadas a los riesgos climáticos y la fragilidad económica de sus sistemas de producción. 3. La marginalidad, referida básicamente al abandono y descuido de los espacios humanoeconómicos alto andinos por parte de las administraciones gubernamentales, desde épocas coloniales a las republicanas. El referido abandono y descuido es particularmente sentido en la insuficiente institucionalidad de gobierno y de los servicios administrativos de carácter productivo y sociales requeridos para generar las condiciones que permitan satisfacer las necesidades de las poblaciones alto andinas. Se señala, como principales causas explicativas, el desconocimiento de los factores de producción andinos y en particular, de los principios básicos de complementariedad y reciprocidad, como valores fundamentales de la conducta de sus poblaciones y su organización social. 4. La diversidad, referida a la biodiversidad, señalando la variedad de eco-zonas como consecuencia propia del grado de heterogeneidad en altitudes y de condiciones edáficas y geológicas, lo que origina la existencia de una diversa adaptación biológica de plantas y animales. Las numerosas variaciones ecológicas que se encuentran en las condiciones de

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montaña (aún a cortas distancias), se incrementa por la posición tropical y sub-tropical de los Andes centrales. 28

Por su parte, E Morlón en su estudio sobre «Tecnologías agrícolas tradicionales en los Andes centrales: perspectivas para su desarrollo» (Morlón et al, 1982: 11) caracteriza los Andes centrales, como una región: 1. Difícil, debido a la topografía accidentada y los climas extremos. 2. Insegura, en cuanto a la producción por los riesgos climáticos, sequía e inundaciones. 3. Frágil, donde cualquier empleo inadecuado puede provocar catástrofes repentinas y brutales, como los derrumbes, o paulatinas y lentas, como la erosión o la salinización de los suelos. 4. Extremadamente variada, es decir un verdadero «mosaico tecnológico» (O. Dollfus, 1978) que reúne, a una distancia más corta que cualquier otra parte del mundo, medios ecológicos diferentes con producciones diversas gracias a la combinación de un gradiente general de humedad (de las selvas húmedas del noreste a los desiertos del sureste) con el gradiente de las temperaturas en función de la altura, y una inmensa variedad de situaciones topográficas y de suelos.

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Otras características macro-ecológicas importantes de las eco-regiones andinas señaladas por los expertos, son las siguientes: • En la distribución mundial de los sistemas ecológicos, las áreas de alta montaña (consideradas de alturas mayores a los 1 000 msnm) son las de mayor elevación, la que presenta mayores desigualdades y dificultades físicas, hidrológicas y climatológicas para la ocupación humana (O. Dollfus, 1978); (Morlon et al, 1982) y condiciones ecológicas tropicales y subtropicales más diversas del mundo (Tapia, 1996). • Las eco-regiones de los Andes amarillos y de los Andes secos están consideradas como una de las regiones más profundas y extensamente accidentadas de los Andes y constituyen el sistema continuo de alta montaña más extenso del mundo (M. Tapia, 1996: 17). • En dichas eco-regiones, a pesar de las enormes dificultades o «barreras» naturales que presenta, se establecieron y desarrollaron numerosas culturas agrarias andinas, tanto en su faja costera del norte y centro del Perú, como en sus zonas de alta montaña correspondientes a las cordilleras occidental y oriental de los Andes peruanos. • Dentro de ellas, las áreas de alta montaña de los Andes, como lo expresa M. Tapia (1996: 16) «es uno de los pocos espacios en el planeta que comprende terrenos habitados hasta los 4 500 m de altitud en forma continua que, además son utilizados en una agricultura altamente diversificada». • Sólo en el territorio peruano, L. Masson (1993: 190) señala que se distingue: «Ocho regiones naturales; 84 zonas de vida (de las 104 determinadas en el mundo); 28 tipos de climas (de los 31 existentes en el mundo); 7 regiones edáficas; 262 cuencas hidrográficas; 12 000 lagunas alto andinas, miles de cochas o lagunas en la amazonia y de manantiales y de fuentes termales en la sierra». • Una característica de interés de las eco-regiones de alta montaña señalada por M. Tapia (1996:15) es el menor grado de integración con otros ecosistemas, situación que señala se presenta en los países con menor desarrollo como los ubicados en el Himalaya, la Sierra Madre de Centroamérica, los Andes, las montañas de Etiopía y Kenia, etc., con relación a los ecosistemas de las montañas de los países llamados «desarrollados» como los Alpes, los Apeninos, las Montañas Rocallosas, etc.

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2.2.2 LAS REGIONES ECOLÓGICAS LONGITUDINALES (LATITUDINALES) Y TRANSVERSALES (ALTITUDINALES) DE LA CORDILLERA DE LOS ANDES 30

Las grandes zonas del relieve terrestre fisiográfico e hidrológico que caracterizan la región andina continental nos permite determinar, con mayor precisión, las regiones naturales longitudinales (latitudinales) y transversales (altitudinales) que están definidas y delimitadas, como una unidad, por la cordillera de los Andes, con sus múltiples variaciones y su heterogeneidad determinadas por sus condiciones particulares de carácter orográf'ico, hidrológico, biológico, etc. La identificación de las regiones se presenta en la figura 2-5. Figura 2-5. Identificación de las regiones ecológicas latitudinales y altitudinales de la cordillera de los Andes (Fuente: J.A. Salaverry, adaptado de M. Tapia, 1996:17)

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En el cuadro 2-1 se presenta la clasificación cruzada de las regiones ecológicas longitudinales (latitudinales) y transversales (altitudinales) de la eco-región andina sudamericana. Dentro de ella trataremos en los siguientes numerales de especificar las principales características fisiográficas, hidrológicas, climatológicas y de vegetación que corresponden al territorio de los Andes peruanos.

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Cuadro 2-1. Caracterización macro-ecológica de la eco-región andina sudamericana: clasificación cruzada de regiones ecológicas latitudinales y altitudinales

2.2.2.1 Los cinturones o bandas longitudinales (latitudinales) 32

Tomando la clasificación de las eco-regiones de los Andes que señala Mario Tapia (1996: 17) en su trabajo sobre «Ecodesarrollo en los Andes altos» podemos distinguir a nivel macro-ecológico las siguientes cuatro condiciones ambientales diferentes, en los denominados cinturones o bandas latitudinales que mostramos en la figura 2-6. Figura 2-6. La eco-región andina en Sudamérica: las cuatro condiciones ambientales diferentes en los denominados cinturones latitudinales (J.A. Salaverry, adaptado de M. Tapia, 1996:17)

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1) Los Andes verdes o Andes tropicales, que se extienden desde Venezuela, Colombia hasta el sur del Ecuador y norte del Perú (de 10o LN hasta aproximadamente 6 o LS). Región ecológica tropical y húmeda de los Andes, modelada por precipitaciones pluviales determinadas por la zona de confluencia intertropical ecuatorial y los vientos continentales amazónicos.

34

2) Los Andes amarillos, Andes centrales o Andes subtropicales, que recorren en su totalidad parte del territorio del Perú, desde los 6o LS hasta el Nudo de Vilcanota en el Perú, 14o LS. Región ecológica modelada por masivas precipitaciones pluviales, descargas fluviales y a escala local, por procesos glaciales que se han producido sobre los altos picachos de las montañas andinas. En la vertiente oriental debemos resaltar, las extensas superficies de sus cuencas de recolección y zonas de vegetación que contribuyen, en forma predominante, al sistema hidrográfico del Amazonas.

35

3) Los Andes secos, desde el Nudo de Vilcanota en el Perú 14o LS hasta los 24 o LS en el norte de Chile. Eco-región que la dividimos en dos sub-regiones claramente diferenciables:

36

3a) Los Andes altiplánicos, de alturas superiores a los 3 800 metros ocupando, en el lado occidental la meseta del Collao y la hoya del lago Titicaca, en los territorios al sur del Perú y la región occidental de Bolivia y hacia el lado oriental, las vertientes húmedas que van hacia la amazonia, las importantes cuencas de los ríos Madre de Dios en el lado del Perú y del Beni en Bolivia, tributarios del Amazonas.

37

3b) Los Andes desérticos, delimitados hacia el este por la cadena volcánica más extensa de los Andes y hacia el oeste por la cordillera de la Costa o cadena costanera, que se extiende desde la península de Paracas (Pisco) hasta Arica conformando el denominado valle intercordillerano de la costa, zonas de las pampas de Nazca, de la Joya y Clemesí en el Perú y hacia los desiertos de Atacama y Tarapacá en el norte de Chile.

38

4) Los Andes meridionales o Andes templados, al sur del paralelo 24o LS, que se extienden por todo el territorio en donde la cordillera divide los territorios de Chile y Argentina. Región ecológica modelada por los procesos glaciales, de climas templados en las zonas centrales y templados fríos hacia el sur del Trópico de Capricornio. 2.2.2.2 Los cinturones o bandas transversales (altitudinales)

39

Los perfiles transversales (altitudinales) de la cordillera de los Andes que presentamos en las figuras 2-7 y 2-8, correspondientes a los cuatro cortes (corte A-A’, corte B-B’, corte CC, y D-D’) señalados en la figura 2-8.

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Figura 2-7. Cortes transversales (altitudinales) de las tres regiones naturales peruanas (Fuente: Adaptado del mapa Físico Político del Perú, Esc. 1:1000000 y Carta Nacional 1:1000000 IGN, Pulgar Vidal, 1996:19)

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Figura 2-8. Alturas de los cortes transversales de las cordilleras de los Andes peruanos (Fuente: M.Tapia,1996:18-19)

Fuente: Mapa Físico Político del Perú, Esc. 1:1000000 y Carta Nacional 1:1000000 IGN, Pulgar Vidal (1996: 19)

2.2.3 SUPERFICIE DEL TERRITORIO PERUANO POR VERTIENTES DE LA CORDILLERA DE LOS ANDES Y POR REGIONES NATURALES 40

Con la finalidad de dar una idea de las extensiones que comprende el territorio andino y amazónico peruano presentamos en el cuadro 2-2 las zonas de la superficie del territorio nacional: por vertientes de las cordilleras de los Andes y por regiones naturales.

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• Como podemos observar en el cuadro 2-2, de la superficie total de 1'285 216 km2 del territorio nacional del Perú, el territorio que corresponde a las zonas andinas abarca 511 490 km2 (40% del total del territorio nacional) y el territorio de la Selva 773 726 km 2 (60% del total del territorio nacional).

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Cuadro 2-2. Superficie del territorio nacional: territorio andino y amazónico por vertientes de las cordilleras de los Andes peruanos (En kilómetros cuadrados y porcentajes del total del territorio nacional y del territorio andino)

LEYENDA: % (a) = del total del territorio nacional % (b) = del territorio andino Fuente primaria: ONERN (1982) 42

• Del territorio andino propiamente dicho de 511 490 km2 (40% del total nacional) la vertiente occidental (zonas de la yunga costera, quechua y alto andinas) comprende 229 258 km2 (45% del total del territorio andino y el 18% del territorio nacional) y la vertiente oriental (zonas inter-cordilleranas y del altiplano abarcan 282 132 km2 (55 % del total del territorio andino y el 22 % del territorio nacional).

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• Tal como explicaremos posteriormente en el numeral 2.5 al tratar acerca de las zonas hidrológicas del país el territorio de la región andina sobrepasa el 50 % del área del territorio nacional, debido a que incorpora las zonas de la Selva alta, desde el punto de vista geológico, hidrológico y orográfico. Es importante anotar que algunos estudiosos (M. Tapia, 1996) delimitan el territorio andino a alturas superiores a los 2 000 msnm que corresponde: a) Sólo a parte de las zonas quechua de las cordilleras occidental y oriental (excluye las zonas quechua bajas); b) Las zonas alto andinas y c) Las zonas intercordilleranas, en conjunto con una extensión de unos 416 551 km2 (32 % del territorio nacional del Perú).

2.3 El clima en las zonas andinas y de la amazonia peruana 44

En este numeral presentamos la caracterización del clima en las zonas andinas y de la amazonia peruana. La presentación enfatiza: los tres regímenes climáticos globales latitudinales que deberían corresponder al Perú por su ubicación geográfica y los factores

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modificadores del clima en las zonas andinas peruanas, con énfasis en la especificación de los climas estacionales andinos. 45

Este intento de caracterización climática utiliza el análisis de los vientos y corrientes marinas y su influencia sobre las áreas terrestres en la especificación de los tipos de clima que se dan en diferentes zonas andinas peruanas al nivel global, regional y local. Los diferentes tipos de clima están determinados por los fenómenos y hechos de la naturaleza señalados por las variables atmosféricas y oceanográficas, influenciados por los denominados ‘factores modificadores del clima’. En dichos factores nos referimos a los denominados contrastes norte-sur y oeste-este en los regímenes climáticos andinos generados por la combinación de los efectos de la Corriente Peruana o de Humboldt, los afloramientos costeros y la modificación de las condiciones de clima-vegetación que ejerce la altitud de los Andes en los regímenes climáticos que deberían corresponder, latitudinalmente, a las zonas andinas por su ubicación geográfica en el Pacífico sur del continente americano.

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La explicación del «clima» está referida a los vientos, temperaturas y precipitaciones imperantes en las diversas regiones, zonas y áreas andinas, lo que nos permite un mejor entendimiento de los hechos y fenómenos de carácter climatológico en el «mundo andino». Completamos la explicación con la presentación de la singularidad en la distribución del clima-vegetación en las diversas regiones, zonas y áreas andinas, la que denominamos la ‘doble diagonal árida (longitudinal o latitudinal y transversal o altitudinal) aspectos que nos permiten tratar, en la forma más concreta posible, la problemática creada por la gran diversidad y heterogeneidad en la distribución de zonas climáticas y de vegetación andinas.

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La distribución de las zonas climáticas y de vegetación de los Andes peruanos se efectúa utilizando criterios cruzados de climas latitudinales y altitudinales que modifican aquellos que deberían corresponder a las regiones andinas de acuerdo a su ubicación geográfica. Dicha clasificación utiliza como base la correspondiente a las regiones climáticas globales, modificada por los citados ‘factores modificadores del clima’ andino.

2.3.1 LA FORMACIÓN DE LOS CLIMAS DE LAS ZONAS ANDINAS Y DE LA AMAZONÍA PERUANA 48

En términos generales, en los estudios acerca de las condiciones que caracterizan las diferentes regiones y en las que se clasifican los diferentes regímenes climáticos a nivel mundial se señala que el clima es el conjunto de fenómenos y hechos de la naturaleza en donde se revela más la influencia de los vientos y de las corrientes marinas sobre las áreas terrestres; las corrientes atmosféricas y marinas modifican el clima, determinando que regiones que se encuentran a igual latitud tengan diferentes climas.

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Nuestro entendimiento de la complejidad señalada por los factores que determinan los tipos de clima -y de los factores modificadores del clima- pasa por la explicación de la circulación de las masas de aire (los vientos y corrientes aéreas) que conducen la humedad atmosférica producida por evaporación de las aguas las que se condensan en forma de nubes, neblinas o «garúa», rocío y escarcha y precipitan en forma de lluvias, nieve o granizo.

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Dentro de la clasificación de los regímenes climáticos a nivel global el tipo de clima que debería corresponder a las zonas andinas peruanas por su ubicación en el globo terrestre

62

(latitudes entre el ecuador terrestre y los 18,5 grados sur) bañado por las costas del océano Pacífico sur occidental del continente sudamericano, es el de un clima caluroso y húmedo característico de las zonas tropicales y subtropicales. 51

Sin embargo como factores modificadores del clima en las costas del Pacífico sur occidental, de las zonas de las yungas de la Costa y Selva alta, zonas quechua y alto andinas se debe considerar: de un lado, la cordillera de los Andes, la que impide el paso de las nubes procedentes de la vertiente oriental del continente sudamericano; y del otro, las relaciones entre la predominancia de los vientos alisios del sureste y las temperaturas frías de la Corriente Peruana o de Humboldt, los que al enfriar el aire, impiden la evaporación de las aguas del Océano Pacífico y por lo tanto, que se produzcan, «normalmente», lluvias en la extensa franja costera, determinando que el sur del Perú y el norte de Chile sean considerados como las zonas más secas del mundo.

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Tal como mostramos en la figura 2-9 la cordillera de los Andes es considerada por los expertos como una «barrera climática». C. Peñaherrera del Águila (1986; 33-34), expresa al respecto: «... la altitud, factor determinado por la cordillera andina, relieve intertropical con una altura media de 4 000 msnm que constituye importante barrera climática al impedir la libre circulación atmosférica y el contacto de las masas de aire del anticiclón del Pacífico sur y aquellas que vienen de la actividad intertropical del Amazonas. Ambas masas de aire, al chocar con las altas cumbres andinas, se condensan y precipitan, ya sea en forma de lluvia o de nieve. Las esporádicas masas de aire que pueden sobrepasar los Andes por algunos pasos interandinos no están aún bien estudiadas...» Figura 2-9. La cordillera de los Andes: verdadera «barrera climática» (Fuente: J.A. Salaverry)

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En tal sentido las explicaciones sobre dichos factores las vamos a referir a los vientos, en los que en forma genérica incluimos, los movimientos de masas de aire horizontales (los vientos propiamente dichos) y los movimientos verticales de masas de aire en las capas superiores de la atmósfera (las corrientes aéreas).

2.3.2 LOS TIPOS DE VIENTOS EN LAS ZONAS ANDINAS Y EN LA AMAZONÍA PERUANA 54

En los esquemas de las figuras 2-10 y 2-11 resumimos las principales características de los vientos (nubes y lluvias) durante el 'invierno andino' (junio a noviembre) y el 'verano andino' (diciembre a mayo), respectivamente, en las zonas andinas y en la amazonia

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peruana. Nos referimos a los siguientes vientos: (a) Los vientos alisios del sureste; (b) Las brisas andinas, conformadas por (b.l) las brisas mar-tierra-mar y (b.2) las brisas de valles y montañas; (c) Los vientos locales (los paracas de la costa peruana) y (d) Los vientos continentales amazónicos. Los referidos vientos tienen incidencia sobre el clima del litoral de la costa occidental del Pacífico de la cordillera de los Andes y de las zonas amazónicas. 55

En las explicaciones que siguen, trataremos de mostrar los efectos de «barrera climática» en los desplazamientos de las masas de aire producidos por la cordillera de los Andes, al que añadimos los posibles efectos en el comportamiento de las nubes, lloviznas o garúas y lluvias en el territorio peruano el que denominamos «tobogán climático», que es la forma como entendemos los efectos de «barrera climática» en los desplazamientos de las masas de aire producidos por la cordillera de los Andes. Figura 2-10. Comportamiento de los vientos durante el ‘invierno andino’ (J.A. Salaverry)

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Figura 2-11. Comportamiento de los vientos durante el ‘verano andino’ (Fuente: J.A. Salaverry)

2.3.2.1 Los vientos alisios del sureste Los vientos alisios del sureste durante el ‘invierno andino’ 56

En primer lugar, referido a los vientos planetarios alisios del sureste durante el 'invierno andino', los cuales en «años normales»5 soplan con relativa fortaleza y constancia, con temperaturas frías a templadas, que van incrementando del sur al norte. Los vientos alisios y las aguas frías de la Corriente Peruana o de Humboldt durante su largo recorrido, no permiten una mayor evaporación y formación de nubes.

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Por efecto de la corriente de vientos predominantes del oeste constituidos por las masas de aire que predominan en las zonas medias, entre las zonas subtropicales y por efecto de la «barrera climática» que significa la cordillera de los Andes, se da en la Costa del Perú una «contradicción termodinámica» que hace que las corrientes de nubes descarguen sus lluvias, las que caen en el Océano Pacífico al oeste del litoral peruano.

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En ésta «contradicción termodinámica» el techo de nubes formado sobre el litoral de la costa occidental del Pacífico peruano y la parte occidental de la cordillera de los Andes es constante y estable. Se desplaza en dirección sureste y tiende a desviarse hacia el oeste sobrepasando el ecuador terrestre al alcanzar la zona de confluencia intertropical. Los Andes constituyen así una real barrera física - una verdadera «barrera climática» - que limita la convergencia de las masas de aire proveniente de los vientos continentales amazónicos que circulan de este a oeste, la actividad inter-tropical del Amazonas y los vientos que ascienden sobre las laderas del flanco oriental de los Andes. Los vientos alisios del sureste durante el ‘verano andino’

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Durante el ‘verano andino’ (diciembre a mayo), en «años normales»6 los vientos planetarios alisios del sureste soplan con relativa debilidad y constancia, con

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temperaturas templadas a cálidas, que van incrementando del sur al norte. El clima varía de cálido, semi-cálido y seco, en la costa central y sur, a cálido y lluvioso en la costa norte, influenciado por los efectos de los vientos que provienen de la actividad inter-tropical del ecuador terrestre. 2.3.2.2 Las brisas andinas Las brisas mar-tierra- mar 60

La diferencia de presión y temperatura entre la tierra y el mar, es causa de las brisas de mar y tierra: • Durante el día la tierra se calienta más rápidamente que el mar y sobre ella, se forma un centro de baja presión sobre el cual sopla la brisa procedente del mar a tierra; los pescadores del litoral la denominan «brisa mar afuera» o «varazón», la que se presenta con mayor fuerza en las tardes. • De noche la tierra se enfría más rápidamente que el mar (el mar conserva mejor el calor) y se convierte en una zona de alta presión, la que mantiene una baja presión; la brisa sopla de tierra a mar durante la noche y es llamada «brisa mar adentro» o «terral» y se presenta con mayor evidencia en la madrugada.

Las brisas de valle y montaña 61

Tiene también su origen en la diferencia de presión y temperatura durante el día y la noche: • De día se calientan las masas de aire más próximas al suelo de los valles y montañas y el viento sopla desde los valles hacia las altas vertientes y mesetas andinas o punas. • Por la noche, las laderas de los Andes se enfrían más rápidamente que el fondo de las quebradas de los valles y el viento sopla desde las punas hacia los valles.

2.3.2.3 La formación de las lomas costeras 62

El comportamiento estacional de las 'brisas andinas' -las de mar y tierra, y, de valle y montaña- tiene gran importancia en el clima-vegetación que caracterizan a las diferentes regiones geográficas latitudinales y altitudinales de los Andes, en particular, en la formación de las lomas costeras7: • Durante el 'invierno andino' se producen los movimientos de ascenso y descenso del techo de nubes que caracteriza el litoral de la costa central y sur peruana de los 6-8 o LS hasta los 18,5o LS. Los intercambios térmicos entre el suelo y las masas de aire que conducen la humedad atmosférica (los vientos alisios y las brisas andinas) se condensan y producen neblinas, lloviznas o «garúas» en las zonas de microclimas de vegetación natural costera de especies arbóreas y herbáceas permanentes y especies anuales estacionales, denominadas lomas costeras las que se presentan en altitudes entre 300 msnm a 800 msnm y ocasionalmente, hasta altitudes mayores a los 1 000 msnm. • La persistencia de las lomas y la supervivencia de algunas de sus especies vegetales a través de los siglos nos permite visualizar, hacia el pasado, en forma parcial, la distribución de los climas -y la vegetación- que caracterizaron las costas peruanas con anterioridad al período del ‘gran cambio climático’ del orden y magnitud mayores, cambio radical del medio ambiente cuya ocurrencia es centrada en el período comprendido entre 2 500 años a. C. a l 500 a. C.

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• La propia supervivencia de las biomasas conformadas por especies cactáceas, de numerosas especies arbustivas, herbáceas y florísticas que se presentan en zonas de laderas de quebradas de la vertiente occidental costera andina, entre los 6-8 o LS y 18,5° LS está relacionada a los movimientos de masas de aire húmedo trasladadas por las ‘brisas andinas’. • Su importancia es aún mayor en las zonas quechua de los Andes. El descenso de masas de aire muy frías de las altas montañas y punas, hacia los niveles agrológicos altos y medios (zonas quechua altas e interandinas entre los 2 000 a 3 500 msnm), produce las heladas en los meses de otoño-invierno, en los cuales la gradiente de temperaturas entre el día y la noche alcanza su máximo.

2.3.2.4 Los vientos locales: los ‘paraca’ de la costa peruana 63

De particular incidencia en el litoral de la costa del Perú tenemos los vientos denominados ‘paraca’ propiamente dichos en las zonas de Atiquipa (Arequipa), Paracas (Ica) los más conocidos, Casma (Lima). De carácter similar, aunque de menor intensidad en las zonas de los desiertos de las pampas de Clemesí, La Joya, pampas de Majes y Vítor en Arequipa, los desiertos de Nazca-Ica-Pisco y los de Casma hacia las zonas desérticas en La Libertad, norte de Chiclayo y los desiertos de Olmos y el gran desierto de Sechura en Piura.

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En las revisiones efectuadas no hemos encontrado mayores referencias acerca de los fuertes vientos denominados ‘paraca’; pero sí referencias a los efectos de erosión eólica producidos por vientos extraordinariamente fuertes y de erosión hídrica producida por abundantes precipitaciones pluviales que encontramos en diversos estudios sobre vestigios arqueológicos; en particular, referencias a los procesos de arenamiento de las pampas de la costa peruana y la formación de dunas en trabajos de J. Broggi (1952; 14); C. Schweigger (1964; 28-32); C. Peñaherrera del Águila (1986; 11-16).

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Por nuestra parte, debemos señalar que las enormes acumulaciones de arenas de origen eólico que observamos a lo largo de determinadas zonas costeras señalan la enorme relevancia de vientos tipo ‘paraca’ -o más fuertes aún en edades geológicas del pasado- de dichos procesos en la conformación de zonas secas -desérticas- intermedias a los actuales valles con avances, en algunos casos hacia zonas de cultivo. Igualmente, señalan la relevancia de dichos vientos en los procesos vigentes de desertificación latitudinales y altitudinales.

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Una observación adicional que debemos señalar es que dichas acumulaciones de arenas de origen eólico se presentan como «islas» o «lenguas» en forma parecida a la vista de satélite de las denominadas áreas de «islas» o «lenguas» de aguas frías de afloramiento marino frente a las costas del Perú. Lo anterior nos sugiere o lleva a plantear la posible relación entre dichos dos hechos: vientos tipo ‘paraca’ y afloramientos costeros, ambos más fuertes que los actuales en edades geológicas del pasado.

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En tal sentido, podemos aventurarnos en plantear que si bien los vientos tipo ‘paraca’, aparentemente, se deben a fenómenos locales, posiblemente no lo sean y sus causas radiquen en un potenciamiento de las brisas mar-tierra (la ocurrencia más frecuente de los vientos paracas es a partir del medio día), resultante de las temperaturas elevadas que alcanza el suelo en las zonas desérticas lo que hace que los vientos 'paraca' se muevan con gran fuerza del mar hacia la tierra.

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Sin embargo, la explicación técnica que nos permite entender las condiciones en que se producen los afloramientos costeros recae, además del empuje de los vientos alisios del

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sureste que soplan predominantemente paralelos a la costa, en las diferencias de gradientes de presión en los océanos; ambos fenómenos producen corrientes de compensación perpendiculares a la costa. Podemos imaginarnos las condiciones extremas que dieron origen en el pasado a vientos y afloramientos marinos extraordinariamente fuertes y sostenidos por muy largos periodos. 69

Por su lado, el origen de los vientos 'paraca' que se dan en la actualidad, de carácter muy fuerte, podría estar relacionado a tele-conexiones (efectos globales o regionales) en la ocurrencia de eventos océano-atmosféricos que proceden de zonas de depresión (zonas de bajas presiones sobre el océano) donde ocurren continuos aguaceros y en las cuales se produce y transmiten energía cinética continua. Entre dichos eventos podemos señalar eventos tales como huracanes y anticiclones que se producen a finales del verano y comienzos del otoño en el Océano Pacífico sur. Estos «hechos» son de la mayor importancia en el entendimiento de la dinámica de cambio en las condiciones macroecológicas en los Andes peruanos. 2.3.2.5 Los vientos continentales amazónicos

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Tipificados como vientos continentales de carácter estacional que se producen por efectos del calentamiento diferencial entre la gran masa continental sudamericana y el Océano Atlántico. • Durante el verano (noviembre - diciembre a abril - mayo), el continente se calienta más que el océano, las regiones de los bosques amazónicos alcanzan elevadas temperaturas y muy alta humedad atmosférica, mientras que las temperaturas del océano son menores. Sobre el continente se produce un área de baja presión y en el océano un área de alta presión; por tanto, el viento sopla con fuerza, desde el océano sobre las zonas amazónicas hacia los Andes y transporta gran cantidad de humedad, lo que produce fuertes lluvias de verano. • Durante el invierno (mayo - junio a octubre - noviembre) la situación es totalmente contraria, el clima es tropical - seco y con precipitaciones muy reducidas.

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Las zonas andinas, entre las cordilleras occidental y oriental de los Andes y las laderas de la cordillera oriental reciben las precipitaciones que dan lugar a las mayores masas de agua de los ríos amazónicos, debiendo notarse zonas de precipitaciones mayores a 5 000 mm/año tales como las de Quincemil, Patria-Manu, Tingo María, Aucayacu, entre otras (de las mayores a nivel mundial).

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La formación de los climas estacionales es explicada por el desplazamiento de las corrientes atmosféricas planetarias formadas por los vientos alisios y los vientos predominantes del oeste correspondientes a las diversas zonas de circulación en los hemisferios norte y sur8. Las corrientes ecuatoriales, que corren al norte del ecuador terrestre durante el ‘invierno andino’ (junio a noviembre) se trasladan hacia el sur durante el ‘verano andino’ (diciembre a mayo).

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Durante el verano, la zona de convergencia intertropical (ZCIT), situado al norte del ecuador terrestre, las corrientes ecuatoriales oceanograficas y los frentes subtropical y polar, se desplazan hacia el sur, produciendo abundantes lluvias que alcanzan en 'años normales' a las zonas tropicales y subtropicales del norte del país.

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2.4 La particularidad en la distribución de los factores de clima-vegetación en los Andes peruanos: contraste norte-sur y oeste-este 74

Desde el punto de vista macro-ecológico la característica singular en la distribución del tipo de clima-vegetación de las zonas andinas peruanas radica en su marcado contraste norte-sur y oeste-este Esta particularidad está referida a los regímenes globales climáticos -y de vegetación- que deberían corresponder al Perú por su ubicación latitudinal al sur del ecuador terrestre propios a regiones tropicales y sub-tropicales del globo terrestre. Sin embargo, los regímenes climáticos de los Andes peruanos son francamente modificados por acción de los efectos combinados que ejercen: la Corriente Peruana o de Humboldt, los afloramientos marinos costeros y la altitud de las cordilleras.

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La predominancia de los vientos alisios del sudeste, de temperaturas frías de la Corriente Peruana, de las islas o lenguas de agua fría de los afloramientos marinos y las modificaciones altitudinales que producen la presencia de la cordillera de los Andes, determinan las condiciones que caracterizan el clima andino en las costas del Océano Pacífico occidental sur, tanto en la vertiente occidental de los Andes, como en las vertientes interandinas, altiplánica y oriental y en la propia amazonia peruana.

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Teniendo en cuenta la enorme complejidad y necesario alto grado de especialización profesional que significa el enmarcamiento de los climas-vegetación en el «mundo» andino, consideramos necesario presentar la clasificación cruzada altitudinal - latitudinal que resulta de la aplicación de los conocimientos y especificaciones del clima - vegetación correspondiente a los siguientes estudios: • Las ocho regiones naturales definidas por J. Pulgar Vidal (1996). • La descripción del clima para las regiones geográficas y pisos altitudinales de C.Peñaherrera del Águila (1986; 33-60). • La especificación de los climas del Perú presentada por A. Brack Egg (1986; 195-2000). • La consideración de los factores de altura, precipitaciones y temperatura y sus relaciones con respecto a la flora y vegetación de R. Ferreyra (1986; 35-174). • Todo ello concordado con las zonas agroecológicas definidas por M. Tapia (1996; 39-84), con especial referencia a los tipos de clima y resto de condiciones que se dan en la sierra andina peruana señaladas en el referido estudio.

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La especificación de las zonas de clima-vegetación que presentamos en el cuadro 2-3 está referida a los siguientes elementos: a) Las ocho zonas tradicionales (J. Pulgar Vidal, 1946, 1993) y correspondientes sub-zonas; b) Los tipos de clima que corresponde -y caracterizaa cada zona y sub-zona, y c) Los rangos de alturas (msnm), precipitaciones (volúmenes en mm/año) y temperaturas (promedio anual en grados Celsius).

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En la especificación efectuada, hemos encontrado necesario diferenciar las sub-zonas que se presentan en el cuadro 2-4 y que corresponden a las siguientes zonas:

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1) Yunga costera (1a) Llanuras fluviales (1b) Valles (1c) Pampas y mesetas (1d) Lomas

69

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2) Intermedias entre las zonas de Yunga costera y Quechua

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3) Valles interandinos

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4) Quechua (4a) Quechua baja (4b) Quechua intermedia (4c) Quechua alta

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5) Punas andinas / Altiplano

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6) Alta montaña

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7) Selva alta

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8) Selva baja

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Obtenemos así un total de 8 zonas y 14 sub-zonas transversales de clima-vegetación, lo que nos permite apreciar el grado de diferenciación de los climas altitudinales que se dan en el Perú.

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Cuadro 2-3. Perú: Zonas de clima-vegetación transversales Clima: rangos de alturas, precipitaciones y temperaturas

LEYENDA Y FUENTES (**)....»... no es posible seguir sosteniendo como varios autores lo han sugerido y expresado, que el clima de la costa es semitropical o subtropical. En realidad, es un clima sui-géneris que no podemos ni debemos* tratar de acomodar dentro de ninguna de las pautas o cuadros de los climas mundiales, ni tampoco de los climas americanos.» (J. Pulgar Vidal, 1996; 42). (1) Zonas transversales: Las ocho zonas transversales tradicionales y principales sub-zonas (J. Pulgar Vidal, 1946). (2) Tipos de clima: A. Brack Egg (1968; 195-200), según H.W. Koepke (1961); R.E. Orbegoso, clasificación según C. Nicholson (1969); R. Schroeder (1969). A = Árido SA = Semiárido C = Cálido T = Templado CT = Cálido templado H = Húmedo F = Frío MF = Muy frío (3) Altura: Rango de altura en msnm que corresponde a cada zona y sub-zona. (4) Precipitaciones: Volumen de precipitación en mms/año que corresponde a cada zona y sub.zona. (5) Temperatura: Promedio anual en grados Celsius.

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Cuadro 2-4. Relaciones entre las zonas transversales de clima – vegetación y las ocho regiones naturales de Pulgar Vidal

(*) Geografía del Perú ,J. Pulgar Vidal (1946). 88

Sin embargo, consideramos que dicha diferenciación no es suficiente para especificar la excepcional diversidad de climas-vegetación que se presentan en el Perú. El propio Pulgar Vidal (1996; 38 - 43) diferencia cinco «sectores» latitudinales sólo para la región Chala o Costa, explicando siete causales que determinan un clima que denomina «sui-generis» para la región. De la mayor importancia es señalar que la diferenciación latitudinal de climas se presenta en todas las zonas transversales correspondientes a las regiones ecológicas naturales de los Andes peruanos.

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En tal sentido, en el cuadro 2-5 y figura 2-12 mostramos la gran diversidad de climas en el Perú que resulta de la muy compleja interrelación de los elementos y factores según lo señalado en los citados trabajos de los expertos. En dicho cuadro, en el cual hemos detallado los tipos y sub-tipos de climas correspondientes a las zonas quechuas de la vertiente occidental y oriental de los Andes peruanos, podemos observar del orden de 46 tipos y sub-tipos de climas a nivel nacional, clasificados por zonas y regiones naturales: • Por zonas: 16 correspondes a las zonas norte, 14 a las zonas centro, y 16 a las zonas sur. • Por regiones naturales: 14 corresponden a climas de la costa, 26 a la sierra y 6 a la selva.

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Cuadro 2-5. Perú: Clasificación de tipos y sub-tipos de climas por regiones y zonas (*)

Figura 2-12. Climas del Perú (Fuente:A. Brack Egg, 1986; 195-200: fuente:original R. Schroder, 1959)

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90

En el cuadro 2-6 resumimos los resultados de la revisión de los referidos trabajos y de la aplicación de los criterios de clasificación que hemos venido utilizando en nuestro trabajo. Obtenemos así 28 zonas de clima-vegetación que resultan al considerar las tres zonas latitudinales correspondientes a las regiones ecológicas de los Andes peruanos y las diez zonas altitudinales correspondientes a las ocho regiones naturales de Pulgar Vidal (1996), ampliando la zona quechua en las sub-zonas quechua baja, intermedia y alta; y aplicando la zonificación agrológica andina de M. Tapia (1996; 39-84) referida a las 18 zonas alto andinas. Cuadro 2-6. Perú: Distribución latitudinal-altitudinal de las zonas de clima-vegetación

LEYENDA.Zonas y climas altitudinales (transversales) (1) Yunga costera SA/A = SEMIÁRIDO A=ÁRIDO - SEMI SECO-SECO (2) Intermedias CT = CÁLIDO-TEMPLADO - SECO (3) Valles interandinos T = TEMPLADO - SEMI SECO (4a) Quechua baja TC = TEMPLADO-CÁLIDO - SEMI SECO/SEMIHÚMEDO (4b) Quechua intermedia T = TEMPLADO - SEMI HÚMEDO (4c) Quechua alta TF = TEMPLADO FRÍO - SEMI HÚMEDO A HÚMEDO (5) Punas andinas Altiplano F = FRÍO – HÚMEDO (6) Alta montaña MF = MUY FRÍO - SEMI HÚMEDO (7) Selva alta CH = CÁLIDO – HÚMEDO (8) Selva baja MCH = MUY CÁLIDO - HÚMEDO Zonas latitudinales: - ZONAS DEL NORTE, hasta los 6,5o LS, zonas de transición a los Andes verdes, de clima subtropical tropical (STR) (TR); - ZONAS DEL CENTRO, de los 6.5o LS a los 12.5o LS, amplias zonas de los Andes amarillos o centrales, de clima semi-desértico (SD). - ZONAS DEL SUR, de los 12,5o LS a los 18,5o LS, zonas de los Andes secos, de clima desértico (D). 91

En el cuadro 2-7 se resume los 46 climas correspondientes a las tres regiones latitudinales y ocho pisos altitudinales de los Andes peruanos: el número de climas por subregión, subtotales (ST) y su división en climas comunes a más de una región (C) y propios de la región (P). De los 46 climas al nivel nacional, 29 son climas comunes a más de una región y 17 son climas propios.

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Cuadro 2-7. Resumen de los tipos de climas por pisos altitudinales y regiones naturales (*)

Fuente.- (*) Símbolos de los de los tipos de climas del Cuadro 2-6 (**) Alturas Cuadro 2-3 LEYENDA: ST = Subtotales por regiones naturales Costa, Sierra y Selva C = Número de climas comunes a varias regiones P = Climas propios de cada región T = Número total de tipos de climas

2.5 Características macro-hidrológicas de la cordillera de los Andes peruanos 92

Desde el punto de vista macro-hidrológico, la característica mayor de la cordillera de los Andes es que ésta constituye la divisoria continental de las aguas o ‘divortium acquorum’ que da lugar: 1. En la vertiente occidental, a extensas zonas de cultivo de mayor productividad en la región, cuyos llanos, sabanas y valles están íntimamente ligados y sujetos a los fenómenos de carácter pluvial y fluvial de ocurrencia en las zonas de montaña de la vertiente occidental. 2. En la vertiente oriental, a las nacientes de uno de los cursos de aguas de la mayor importancia ecológica a nivel mundial, el sistema hidrográfico del Amazonas y dentro de este, las extensas superficies del Perú en dicho sistema- con sus grandes cuencas de recolección y zonas de vegetación. 3. La anomalía fisiográfica de la cuenca del Titicaca, denominada así por no tener salida hacia ningún océano y una evolución geológica diferente, con su característica de cuenca cerrada que alimenta las extensas llanuras que conforman las extensas cuenca del Altiplano peruano-boliviano del lago Titicaca a 3 809 msnm. Conectado, a través del río Desaguadero con la cuenca del lago Poopó a 3 697 msnm (paleolago Tauca); y el Salar de Uyuni a 3 653

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msnm (cuenca en el pasado del paleolago Michin relacionada a las anteriores) tal como podemos observar en el figura 2-13. 93

Una idea de la extensión de la gran cuenca de la zona del Altiplano del Lago Titicaca la obtenemos si tenemos en cuenta que la vertiente hidrográfica altiplánica del Lago Titicaca, en el Perú actual (ver cuadro 2-6) abarca unos 72 874 km2 de extensión (5,7 % del total del territorio nacional de 1’285 216 km2). En ella se identifican 37 ríos que desembocan sus aguas en el Lago Titicaca, existiendo un solo río -el Desaguadero- entre Perú y Bolívia por donde descarga sus aguas (Ver numeral 2.6:).

94

El Lago Titicaca (fotografía de la figura 2-14) es el lago navegable más alto del mundo (3 890 msnm) es un gran embalse de agua fresca, siendo la extensión actual del espejo de agua del lago de unos 8 000 km2, con unos 200 kms. de largo y 85 kms. de ancho y de unos 200 m promedio de profundidad. El lago recoge las aguas de precipitaciones de la vertiente occidental de la cordillera oriental de los Andes y de la vertiente oriental de la cordillera occidental de los Andes a través de 37 ríos y correspondientes sub-cuencas principales con una extensión de unos 48 775 km2. Figura 2-13. Cuencas del altiplano peruano-boliviano (Fuente: Mapa de M. Servant y J.C. Fontes , 1978)

76

Figura 2-14. El Lago Titicaca, el lago navegable más alto del mundo (3 890 msnm).

2.5.1 LOS NEVADOS Y SISTEMAS GLACIARES EN LAS CORDILLERAS DE LOS ANDES PERUANOS 95

De acuerdo con los informes de la unidad de Glaciología y Recursos Hídricos del Instituto de Recursos Naturales del Perú (INRENA-PERÚ), las principales zonas de nevados que subsisten en la zona alto-andinas de las cordilleras occidental y oriental que cruzan a lo largo el territorio del Perú, clasificados por departamentos, del norte al sur, son los siguientes: • Nevados en las cordilleras Blanca, Negra, Huayhuash y Huallanca (Ancash). • Central, La Viuda, Raura Pariacaca (Lima). • Huaytapallana y Oriental (Junín). • Vilcanota y Urubamba (Cuzco). • Apolobamba, Carabaya y Barros (Puno). • Ampato y Coropuna (Arequipa).

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En la fotografía de la figura 2-15 mostramos parte de la Cordillera Blanca en el Callejón de Huaylas (Departamento de Ancash).

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Figura 2-15. Nevado del Huascarán - Cordillera Blanca - Callejón de Huaylas (Huaraz) (Fuente: E. Arrieta de Salaverry)

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El Instituto Nacional de Recursos Naturales (INRENA) informa, igualmente, que debido al aumento global de la temperatura en los últimos 30 años, la capacidad glaciar de los nevados en el Perú se ha reducido: de unos 2 041 kilómetros cuadrados (km2)2 a unos 1 595 km2, del orden de 446 km2 (22%); los principales factores que ocasionan esta situación son: la sequía (proceso secular de desertificación de los Andes), el mal uso de recursos naturales hídricos y forestales, y la creciente contaminación ambiental.

2.5.2 LAGOS Y LAGUNAS EN ZONAS ALTAS DE LOS ANDES PERUANOS 98

Dentro de las características macro-hidrológicas de la cordillera de los Andes los expertos señalan, adicionalmente a la existencia de lagos mayores como el lago Titicaca (Departamento de Puno, frontera con Bolivia) la existencia de más de 12 000 lagunas principales alto andinas (L.Masson, 1982) que son consideradas de la mayor importancia en la hidrología del país al regular, en sus reservorios naturales, las aguas de deshielos y precipitaciones pluviales9, aspecto que tratamos de representar en las fotografías de la figura 2-16 con la lagunas de Piquicocha y Hualhua localizadas en el lecho del rio Cañete, la primera entre Tinco Alis-Cañete y el poblado de Vitis; y la segunda, entre los poblados de Huancaya y Vilca, distritos de la región del alto Yauyos, departamento de Lima.

2.5.3 EVIDENCIAS DE LA EXISTENCIA DE LAS DENOMINADAS PALEO-LAGUNAS EN DIFERENTES ZONAS ALTITUDINALES DE LOS ANDES 99

La observación acerca de la subsistencia de lagunas alto andinas en el lecho de algunos ríos, como es el caso señalado de las lagunas del río Cañete, nos lleva a señalar una

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observación adicional que hemos efectuado acerca de la formación geológica de los Andes. Esta es referida a la existencia de estratos o «capas» de suelos sedimentarios formados por depósitos de arcilla y limo muy finos que siguen un mismo nivel, observables, hoy en día, al subir a las zonas quechua en los caminos inter-cordilleranos de las quebradas de los ríos, en zonas de alturas intermedias de algunas de las laderas de las quebradas de los valles de la vertiente occidental de la cordillera central y sur de los Andes peruanos. Observación que consideramos permite completar el entendimiento acerca de los eventos de relativa corta edad en la formación geológica (hidrológicaorográfica) de la cordillera de los Andes. 100

La formación de estratos o «capas» de sedimentos de arcilla y limo muy finos que podemos observar en laderas de la quebrada de algunos valles de la cordillera occidental es explicada por los geólogos como producto de la acumulación de dichos materiales en el fondo de las denominadas paleo-lagunas durante miles de años. Dichas paleo-lagunas existieron en diferentes épocas y zonas altitudinales en quebradas de los Andes correspondientes a la yunga media y la chaupi-yunga, la quechua baja y quechua media (alturas entre los 700 msnm a 1 700 msnm). Figura 2-16. Lagunas de Piquicocha y de Hualhua - lecho del río Cañete, distritos de Vitis, Huancaya y Vilca, - región del alto Yauyos. La cuenca comprende más de 200 lagunas. (Fuente: E. Arrieta de Salaverry)

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101

Por su lado, la formación misma de dichas paleo-lagunas se explica por la presencia en diferentes periodos glaciales de estribaciones o «lenguas» de los respectivos glaciares alto andinos (cuyos relictos de nevados hemos expuesto en el numeral 2.5.1 los que se proyectaban, siguiendo las cuencas y valles, a alturas inferiores a unos 700 msnm., habiendo llegado en algunas zonas de los Andes centrales (Andes amarillos) y de los Andes del sur (Andes secos) muy cerca de la costa.

102

Observaciones de dichos «relictos» de paleo-lagunas las hemos efectuado en laderas de las quebradas de los siguientes valles de la cordillera occidental: a) al subir de la costa a la sierra por el camino de Lunahuaná a Yauyos en el valle de Cañete; b) en el camino de Chiclayo a Cajamarca a alturas de Tembladera; c) camino Cocachacra-Cocotea en el valle de Tambo. Los residuos de estratos o «capas» de sedimentos los podemos entender mejor observando las lagunas alto andinas que existen hoy en día, por ejemplo, en el cauce del río Cañete, departamento de Lima, a partir de la laguna de Piquicocha (3 000 msnm) y numerosas lagunas río arriba.

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Estos aspectos son de particular importancia en la explicación de las posibles rutas de ingreso a los Andes y zonas de ocupación de sus territorios, que presentamos en el numeral 4.1 del capítulo IV; explicación de las posibles rutas de ingreso a los Andes durante la última glaciación hace unos 25 000 a 15 000 años antes del presente (años ap) tal como hemos señalado en el numeral 1.2 del capítulo I, a la posible existencia de las estribaciones o «lenguas» de los glaciares alto andinos y a la formación de las denominadas paleo-lagunas y su violenta desaparición durante la última desglaciación (15 000 a 11 000 años ap). Todos estos hechos relacionados a la ocurrencia de enormes disrupciones, de gigantescos huaycos -avalanchas de agua, lodo y piedras- que siguieron a la ocurrencia de periodos de lluvias torrenciales de gran magnitud alternados de periodos de severa sequía con efectos catastróficos en el medio ambiente de las zonas tempranas de ocupación humana.

104

Podemos imaginar los efectos catastróficos producidos por las gigantescas avalanchas -los enormes huaycos- que se produjeron al romperse y desaparecer las lagunas que existían

80

en los cauces de los valles a alturas intermedias y bajas de las quechuas andinas procesos de disrupción que dieron forma definitiva a la orografía de los Andes y que se siguen produciendo en mucho menor escala en la actualidad.

2.6 El sistema de zonas geo-hidrológicas andinas: Cuencas hidrográficas 105

En nuestra concepción de los espacios andinos la principal -y más definida- característica morfológica e hidrológica de los Andes peruanos, determinada por el sistema de cordilleras que atraviesan longitudinalmente su territorio, es la existencia de amplias cuencas hidrográficas de colección de las aguas que provienen de diversas fuentes en las zonas de alta montaña.

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Los profundos procesos que en épocas geológicas formaron las cordilleras de los Andes y aquellos de erosión glacial, pluvial, fluvial y eólica y los producidos por movimientos sismológicos, han modificado profundamente su estratificación geológica inicial. Estos procesos no sólo han dado forma a sus quebradas, gargantas, cañones, valles y conos de deposición que muestra su accidentada y variada orografía y topografía, sino también han conformado sus mesetas, laderas y zonas de sedimentación en sus valles y quebradas que caracteriza su modelado actual. Aspectos que son materia de amplias descripciones en los estudios de los geógrafos y geólogos revisados que hemos citado en los numerales anteriores.

107

Fundamentalmente, los procesos geológicos históricos han dado forma al sistema de cuencas los que constituyen los espacios físicos de ocupación territorial de mayor interés e importancia para el desarrollo de las actividades humanas. En ellos encontramos los suelos de formación in situ y sedimentarios con mayor potencial para su uso agrícola, ganadero y forestal de interés económico y consecuentemente, los lugares de ubicación de las poblaciones en centros urbanos y rurales.

108

Planteamos que la caracterización macro-agro-ecológica de los Andes peruanos, determinada por las condiciones -y relaciones- particulares de los factores que determinan su clima-vegetación y en particular, la disponibilidad de suelos de cultivo y aguas de regadío, debe pasar por la especificación de las grandes cuencas hidrográficas definidas por las cordilleras de los Andes, de sus sub-cuencas y micro cuencas que delimitan esos espacios de ocupación humano-económicos.

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En las sub-cuencas de las zonas de las amplias cuencas hidrográficas y en particular en las micro-cuencas de sus ríos tributarios principales y secundarios, es donde encontramos los miles de espacios de ocupación humano-económica, de superficies de suelos de cultivo y pastos naturales, caracterizados por la variedad y heterogeneidad de sus condiciones agro-ecológicas y para la mayor parte de espacios, en particular en las zonas de alta montaña, por su inaccesibilidad y complejas condiciones socio-económicas, características a las que nos hemos referido en el numeral 2.2.2.

2.6.1 CARACTERÍSTICAS E IMPORTANCIA DE LAS ZONAS GEOHIDROLÓGICAS DEL PAÍS 110

A continuación, intentamos dar una visión macro-hidrológica que nos permite relievar las características principales -y la importancia relativa- de las diferentes zonas geo-

81

hidrológicas del país, la que será complementada, en los numerales siguientes con el análisis de las relaciones entre las cuencas hidrográficas y la disponibilidad de los recursos de suelos y aguas para las actividades agropecuarias en las zonas andinas peruanas. 111

Tal como podemos observar en el figura 2-17 el sistema de cordilleras andinas en el Perú divide el territorio en tres amplias vertientes hidrográficas colectoras de sus aguas: 1. la vertiente occidental cuyas aguas descargan en el Océano Pacífico; 2. la vertiente oriental cuyas aguas descargan en la Amazonia y 3. la vertiente altiplánica o del lago Titicaca. Figura 2-17. Perú: Mapa físico de las vertientes hidrográficas andinas y sus grandes cuencas (Fuente: J.A. Salaverry, adaptado del Atlas Geográfico del Perú)

En nuestra concepción de los espacios andinos, la principal -y más definida- característica morfológica e hidrológica de los Andes peruanos es la existencia de amplias cuencas hidrográficas de colección de sus aguas que provienen de diversas fuentes de las zonas de alta montaña. 112

Las grandes cuencas geo-hidrográficas propiamente andinas correspondientes al sistema de cordilleras de los Andes peruanos, son las siguientes: 1. Vertiente occidental o del Océano Pacífico: conformada por 53 cuencas, de las cuales 48 tienen su origen en la vertiente occidental de la cordillera de los Andes y 5 en las zonas intercordilleranas (Santa, Ocoña, Majes, Chili-Vitor y Tambo). 2. Vertiente oriental, que comprenden el resto de cuencas de origen en las zonas inter cordilleranas, conformadas por las grandes cuencas del Marañón, Huallaga (alto y medio), Tarma-Chanchamayo, Mantaro, Apurimac, Urubamba y Paucartambo. 3. Vertiente altiplánica del Titicaca (cuencas que desembocan en el lago Titicaca), que comprende 36 cuencas y sub-cuencas de los ríos que alimentan con sus aguas el lago Titicaca y un solo río Desaguadero.

82

113

La altitud es el factor más notorio que determina las características y condiciones de las regiones naturales, zonas de vida natural, zonas ecológicas, zonas agro-ecológicas de las regiones andinas peruanas, en sus diferentes zonas, áreas y unidades que la conforman. Así lo demuestra los trabajos de los expertos señalados por M. Tapia (1996) en su revisión de las tres aproximaciones de clasificaciones con bases ecológicas que señalamos a continuación. A las anteriores debemos añadir una cuarta aproximación que es la propia contribución efectuada por M. Tapia (1996, 39-84) referida a las zonas agro-ecológicas. Las aproximaciones de clasificaciones con bases ecológicas: 1. Las regiones naturales (Weberbauer, 1945; Pulgar Vidal, 1946; Troll, 1968). 2. Las zonas de vida natural (Tossi, 1960; ONERN, 1976,). 3. Las zonas ecológicas y sus relaciones con el el desarrollo (Beck y Ellenburg, 1977; Mayer y Fonseca, 1979; INADE, 1982; Ministerio de Agricultura, 1988). 4. La zonificación agro-ecológica y el eco-desarrollo de los Andes (M. Tapia, 1996).

114

La aplicación de los criterios señalados en dichos trabajos nos permite distinguir, siguiendo la clasificación de las ocho regiones naturales del Perú especificadas por el sabio Pulgar Vidal (1946; 10a ed., 1996) las correspondientes ocho zonas geo-hidrológicas que caracterizan transversalmente (altitudinalmente) el territorio peruano, aspectos que presentamos en el mapa de la figura 2-18.

115

La aproximación que hacemos en este trabajo de las ocho zonas geo-hidrológicas que caracterizan transversalmente (altitudinalmente) el territorio peruano se presenta en el cuadro 2-8. Dejamos expresa constancia que, en la especificación de las ocho zonas geohidrológicas transversales, aplican las correspondientes características de los relieves presentados por Pulgar Vidal (1946; 10a ed., 1996) en su sistematización acerca de la geografía, orografía, clima, flora y vegetación- fauna, la obra del hombre (antiguo y actual) y el paisaje, y relieves andinos, los que han sido complementados con las especificaciones del clima e hidrografía presentados en la geografía física de C. Peñaherrera del Águila (1986: 33-209).

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Figura 2-18. Las ocho regiones naturales del Perú (Fuente: J. Pulgar Vidal, 1996:17)

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Cuadro 2-8. Clasificación de las zonas geo-hidrológicas que caracterizan transversalmente (altitudinalmente) el territorio peruano y comparación las ocho regiones naturales señaladas por Pulgar Vidal

(1) Zona Geo-hidrológicas definidas en nuestro estudio; (2) Regiones naturales definidas por Pulgar Vidal (Geografía del Perú, 1996) (*) Zonas quechuas en ambas cordilleras occidental y oriental

2.6.2 DESCRIPCIÓN DE LAS ZONAS GEO-HIDROLÓGICAS CORRESPONDIENTES A LAS REGIONES NATURALES 116

En las fotografías de las figuras 2-19 a 2-29 mostramos las ocho zonas geo-hidrológicas transversales (altitudinales) que corresponden a las cuatro regiones naturales consideradas en nuestro estudio: a. Región del Mar peruano; b. Región de la Costa; c. Región de la Sierra; y d. Región de la Selva:

117

a. Región del Mar peruano, figura 2-19.

118

b. Región de la Costa:

119

1) Zona de las yungas costeras:

120

zonas áridas e hiper-áridas, desiertos, pampas, tablazos, tabladas, quebradas cortas y medias, figura 2-20: zonas de lomas - figura 2-21, zonas de los valles e irrigaciones figura 2-22.

121

2) Zona de las áreas intermedias entre las yungas costeras y las quechuas.

122

c. Región de la Sierra

123

3) Zona de quebradas y valles interandinos, valles interandinos figura 2-23.

124

4) Zonas quechuas

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125

zonas quechuas - figura 2-24.

126

5) Zona de las punas andinas

127

zonas de pampas, de las altiplanicies, de las punas heladas, zonas de los nevados andinos figura 2-25.

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6) zonas de los nevados andinos

129

zonas de los nevados alto andinos - figura 2-26

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d. Región de la Selva:

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7) Zona de áreas de Selva alta

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Zonas de Selva alta - figura 2-27.

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8) Zona de áreas de Selva baja

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Zonas de Selva baja - figura 2-28. Figura 2-19. Región del mar peruano (Fuente: E. Arrieta de Salaverry)

La riqueza del mar peruano se debe al zoo y fito plancton (micro animales y algas) que alimentan las especies marinas cuya proliferación está favorecida por las aguas frías de la corriente peruana o de Humboldt, el afloramiento de aguas profundas ricas en sales y minerales, la deposición de millones de toneladas de suelos erosionados traídos por los 53 ríos de la vertiente de Océano Pacífico y, la simbiosis aves guaneras - anchoveta alrededor de islas, puntas y bahías. 135

1) Zona de las yungas costeras, en la que se encuentran localizadas los deltas o llanuras fluviales formados por los ríos en su desembocadura (hasta los 300 msnm) y valles (300 a 700 msnm.), zonas de la mayor importancia por conformar las áreas más extensas de cultivo, de mayor productividad y de concentración de la población y actividades económicas en la actualidad. En algunas zonas inter-valles de la costa del país encontramos las lomas de vegetación estacional.

86

136

En la referida clasificación de Pulgar Vidal comprende la región Chala o Costa, desde las orillas del mar hasta los 500 msnm. Figura 2-20. Región de la Costa - zonas áridas e hiper-áridas Desiertos, pampas, tablazos, tabladas, quebradas cortas y medias (Fuente: J. A. Salaverry)

Las zonas áridas e hiper-áridas de la región de la costa comprenden: desiertos, pampas, tablazos, tabladas quebradas cortas (que ingresan a una distancia menor de 30 kms. del litoral), quebradas medias (que ingresan a una distancia entre 30 y 50 kms. del litoral); éstas están separadas por quebradas largas por donde discurren los 37 principales ríos que riegan los valles e irrigaciones de la costa.

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Figura 2-21. Región de la Costa - zona de lomas (Fuente: Lomas de Mollendo. A. Brack E. Ecología de un país complejo, 1986:232)

Lomas de Lachay.

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Figura 2-22. Región de la Costa: zonas de los valles e irrigaciones (Fuente: J. A. Salaverry)

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2) Zona de las áreas intermedias entre las yungas costeras y las quechuas, entre rangos de altitud de 700-1 000 msnm a 1 000-1 200 msnm. Las referidas estribaciones hacia el oeste de la vertiente occidental son áreas desérticas, de grandes pendientes y suelos muy inestables. Áreas en las que en los períodos cíclicos de años de mayor precipitación pluvial, se producen lluvias que dan lugar a los grandes huaicos, cortando caminos y causando otros desastres naturales. En algunas quebradas de los ríos de la vertiente del Pacífico se puede observar vestigios de pongos o zonas de pequeños cañones que delimitan las áreas quechua de las zonas de yunga costeras (p.e. en las cuencas del Santa, Cañete, Ocoña, Majes), así como vestigios de lagunas bajo andinas en las laderas de las quebradas, cuya génesis geológica no ha sido determinada.

138

Comprende parte de la región yunga marítima de las estribaciones hacia el oeste de la vertiente occidental.

139

3) Zona de quebradas y valles interandinos, localizadas a alturas entre los 1200 a 2 300

140

msnm de climas templados a cálidos, secos o húmedos, en las que debemos distinguir dos sub-zonas: 3a) los valles interandinos de la vertiente occidental, 3b) los valles entre la vertiente occidental y oriental. Corresponden a las áreas de las quebradas y cañones cortados por los ríos principales y sus tributarios en las estribaciones hacia el oeste de la cordillera occidental y en los macizos de alta montaña entre la cordillera occidental y oriental.

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Figura 2-23. Región de la Sierra: zonas de quebradas y valles inter-andinos (Fuente: J. A. Salaverry)

Quebradas de valles interandinos en la región natural de la sierra. 141

Áreas que desde épocas antiguas se han caracterizado por su importancia socio económica en la producción e intercambio complementario y recíproco de alimentos para satisfacer las necesidades de las comunidades locales y distritales, y que a partir de la construcción de carreteras (década de los años treinta) han sido crecientemente utilizadas en producciones de pan llevar (cultivos de alimentos para el consumo humano), especialmente de hortalizas y frutales, así como del cultivo de alfalfa para ganado vacuno y de engorde, destinados a satisfacer mercados mayores a nivel departamental y nacional.

142

Comprende parte de la región yunga fluvial señalada de alturas variables entre los 500 a 2 300 msnm.

90

Valle inter-andino del Mantaro. 143

4) Zonas quechuas, en las cuales debemos distinguir aquellas pertenecientes a la vertiente occidental de la cordillera de los Andes y a la vertiente oriental y tres sub-zonas en cada una de ellas: la quechua baja, intermedia y alta, respectivamente señaladas por alturas entre los 2 300 msnm a 2 800 msnm, los 2 800 a 3 300 msnm y los 3 500 msnm a 4 000 msnm de las estribaciones hacia el este y oeste de las laderas de las cordilleras y de sus numerosas quebradas, cuencas y micro – cuencas intercordilleranas.

144

En las zonas de la quechua baja se encuentran localizadas las áreas de terrazas naturales, de cultivos intensivos, las que en algunas zonas geográficas del país alcanzan miles de hectáreas (p.e. Cajamarca, Junín, Arequipa); pero en general y mayoritariamente, los suelos de cultivo se encuentran en áreas de las zonas de la quechua intermedias y alta, localizadas en las laderas de las quebradas de los ríos tributarios que forman micro cuencas, con sus pequeñas superficies de cultivo (áreas en promedio de rango entre 20-30 Has a 150-170 Has por micro-cuenca), en terrazas y andenes hechos por el hombre, bajo riego al secano y en menor escala, dotadas de sistemas hidráulicos de captación, conducción y distribución de las aguas de riego. Las zonas quechua son las principales áreas de ocupación humano - económica desde épocas antiguas preincaicas al presente.

145

Comprende la región quechua señalada entre 2 300 a 3 500 msnm y la región suni señalada entre 3 500 a 4 000 msnm.

91

Figura 2-24. Región de la Sierra: zona quechua (Fuente: E. Arrieta de Salaverry)

Quebrada de Cañete -camino Tinco Alis-Vilca a Huancaya- Alto Yauyos. Andenería en las laderas andenes de cultivo y andenes para el control de la erosión. Las micro-quebradas no se cultivan y se dejan con vegetación primaria evitando así la erosión. 146

5) Zona de las punas andinas, por encima de los límites de la agricultura, entre los 4 000 a 4 800 msnm, respectivamente. Áreas de pequeñas extensiones de cultivos de altura (básicamente, bajo riego al secano -régimen estacional de lluvias- y en zonas húmedas o cochas) y de producción pecuaria en sus grandes extensiones de pastos naturales.

147

Áreas de abundantes precipitaciones pluviales estacionales (período anual de lluvias de 5 a 6 meses al año). En dichas áreas están localizadas decenas de miles de lagunas alto andinas que regulan las descargas de aguas durante el período anual de estiaje, cientos de las cuales son utilizadas en la captación de aguas de riego agrícola, mediante pequeñas represas, tomas y canales de conducción hacia las áreas de cultivo de las zonas quechua alta, intermedia y en algunos casos, hasta las áreas de la quechua baja.

148

Comprende la puna, señalada entre los 4 000 a 4 800 msnm.

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Figura 2-25. Región de la Sierra: zonas de las pampas, de las altiplanicies y de las punas heladas (Fuente: J.A. Salaverry)

Pampa altiplánica de Puno. 149

6) Zonas de los nevados andinos, de alturas mayores a los de 4 800 msnm en las cuales, como en las áreas de la quechua alta y punas andinas, se producen fuertes precipitaciones estacionales. Área de ocupación humana muy limitada, sólo con fines de explotación minera.

150

Comprende la región jalca, de alturas que sobrepasan los 4 800 msnm. Figura 2-26. Región de la Sierra: zonas de los nevados andinos (Fuente: E. Arrieta de Salaverry)

Nevado Huascarán - Cordillera Blanca. Callejón de Huaylas, altura de Caraz.

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Cordillera Blanca - Callejón de Huaylas.

Nevados zona de Tíclio - Carretera central. 151

7) Zona de áreas de selva alta, denominada por Pulgar Vidal Rupa – Rupa o región de la selva alta, localizada entre los 400 a 1 000 msnm y que comprende:

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Figura 2-27. Región de la Selva: Zonas de selva alta (Fuente: J.A. Salaverry, sobrevuelo en helicóptero, río Chinchipe)

Vista aérea del río Chinchipe - Departamento de Amazonas. 152

7.1) Las áreas intermedias o medias de las grandes cuencas intercordilleranas (Marañón, Huallaga, Chanchamayo - Perené, Mantaro, Apurímac, Urubamba y Paucartambo). Áreas entre las zonas de quechua baja y las zonas de selva baja delimitadas, éstas últimas, a través de los denominados pongos los que, como grandes «puertas» o «barreras» geográficas permiten el paso de los caudalosos ríos intercordilleranos que alimentan con sus aguas la vertiente de la amazonia.

153

7.2) Las áreas de las cuencas que nacen en las estribaciones hacia el este de la cordillera oriental de los Andes, áreas de las zonas muy húmedas y de fuertes precipitaciones pluviales.

154

Zona de creciente ocupación humano-económica facilitada por la construcción de los denominados caminos de penetración y la carretera marginal de la selva. Al respecto, Pulgar Vidal (1996:156) señala: «Quizá con el transcurso de los siglos ésta región RupaRupa o selva alta sea incorporada, en parte por la yunga fluvial que avanza a la par que la tala de los bosques va haciendo cambiar la faz de los cerros orientales del Perú».

155

8) Zona de áreas de selva baja, con sus llanos, terrazas, colinas, altos y cursos de sus ríos que van desde los 400 msnm hasta los 80 msnm que conforman la hoya amazónica peruana, al este de los Andes, en la que podemos señalar dos grandes cuencas, la del Amazonas y del Madre de Dios y dos cuencas menores, la del Yurúa y del Purús comprende la región Omagua.

95

Figura 2-28. Región de la Selva: Zonas de selva baja (Fuente: R. Ferreira, 1986:105)

Aguajal de la zona del Huallaga bajo (tomado de Flora y Vegetación del Perú, R. Ferreira, 1986:105).

Vegetación de la zona de Tocache, valle del Huallaga (tomado de Flora y Vegetación del Perú. R. Ferreira, 1986:105).

96

2.6.3 CLASIFICACIÓN DE LAS GRANDES CUENCAS HIDROGRÁFICAS POR VERTIENTES DEL SISTEMA DE CORDILLERAS ANDINAS EN EL PERÚ 156

Siguiendo la descripción de las zonas geo-hidrológicas correspondientes a las regiones naturales presentamos en los cuadros 2-9 y 2-10 la clasificación de las grandes cuencas por vertientes del sistema de cordilleras andinas en el Perú (Clasificación cruzada latitudinal y altitudinal). A. Cuencas de la vertiente occidental del Océano Pacífico

157

A.1 Cuencas de origen en la vertiente occidental de la cordillera de los Andes 48 cuencas del total de 53 que desembocan en el Océano Pacífico.

158

A.2 Cuencas de origen en las zonas inter cordilleranas

159

Cinco (5) cuencas de la vertiente occidental que tienen origen en zonas intercordilleranas y que desembocan en el Océano Pacífico:

160

1 Santa, 2 Ocoña, 3 Majes, 4 Chili, 5 Tambo. B. Cuencas de la vertiente oriental

161

B.1 Cuencas de origen en las zonas inter cordilleranas 1 Marañón, 2 Huallaga, 3 TarmaChanchamayo- Perené, 4 Mantaro, 5 Apurímac, 6 Urubamba -Paucartambo.

162

B.2 Cuencas de origen en la vertiente oriental de la cordillera de los Andes Numerosos ríos tributarios de las cuencas B.1.1 y B.3.

163

B.3 Cuencas amazónicas: las grandes cuencas de la amazonia peruana, que colectan las aguas provenientes de las zonas inter-cordilleranas y del flanco occidental de la cordillera oriental de los Andes, así como las propias aguas producidas por precipitaciones en las hoya amazónica peruana, son las siguientes: bajo Marañón, Huallaga bajo, Perené-Ucayali, las que forman el río Amazonas; las cuencas de los ríos Yurúa, Purús y Madre de Dios que desembocan en ríos tributarios del Amazonas brasileño.

164

B.4 Cuenca del lago Titicaca: 36 ríos que coleccionan las aguas de sus correspondientes cuencas que desembocan en el lago y un río Desaguadero.

165

En la parte inferior del referido cuadro 2-9 presentamos la referencia de las zonas transversales (Altitudinales) referidas a la clasificación que presentamos en el cuadro 2-8. Cuadro 2-9. Clasificación de las grandes cuencas hidrográficas por vertientes del sistema de cordilleras andinas en el Perú (Clasificación cruzada latitudinal y altitudinal)

97

Cuadro 2-10. Zonas geo-hidrológicas altitudinales (transversales)

Fuente: Cuadro 2-8 166

En el cuadro 2-11 presentamos el número de zonas de cuencas del sistema hidrográfico peruano, mientras que en el cuadro 2-12 las características principales de las cuencas por vertientes que incluyen: número de zonas de cuencas del sistema hidrográfico peruano,

98

superficie de las vertientes en km2, volumen de las descargas de sus ríos en M3 por segundo y número de ríos tributarios principales y secundarios que se encuentran en cada cuenca. Dichas informaciones provienen de los cuadros 2-13 a 2-15 en los cuales se presenta el resumen general de las cuencas por vertientes, resaltando en ella las referidas características de superficie, descargas y ríos tributarios. Cuadro 2-11. Número de zonas de cuencas del sistema hidrográfico peruano

99

Cuadro 2-12. Características principales de las cuencas hidrográficas peruanas por vertientes: número de zonas, superficie, descargas y número de ríos

Leyenda columnas: (a) Número de zonas y su denominación (b) Superficie de la vertiente en km2 y porcentaje del total nacional (c) Descargas: Módulo en m3 por segundo y porcentaje del total (d) Número de ríos (cuencas) tributarios principales y secundarios Fuente: Cuadros 2-7 y 2-8 37 ríos principales de 560 ríos a nivel nacional. 72 874 km2 (5,7 % del territorio peruano 1’285 216 km2)

100

Cuadro 2-13. Cuencas de la vertiente del Océano Pacífico clasificadas por zonas y áreas de cuencas hidrográficas

LEYENDA: (1) Zonas y áreas hidrográficas definidas según criterios de sistematización presentados en el anexo A. (2) Denominación de las cuencas según código ONERN y numeración correlativa P-1 a P-53 (3) Altura de origen más lejano de las aguas superficiales en metros sobre el nivel del mar (4) Longitud de la quebrada principal y río de la cuenca en kilómetros (km) (5) Área total de la cuenca en kilómetros cuadrados (km2): Áreas de cuencas mayores a 1 500 Km2, (6) Módulos de descargas máximas registrados en metros cúbicos x segundo (m3/seg) (7) Número de ríos tributarios principales que descargan sus aguas en la cuenca y por tanto, número de sub-cuencas que conforman cada cuenca Fuente: Inventario y Evaluación Nacional de Aguas Superficiales, Oficina Nacional de Evaluación de Recursos Naturales ONERN, Lima 1980. Cuadro A-2, anexo A.

101

Cuadro 2-14. Resumen de las cuencas inter-cordilleranas correspondientes a la vertiente del Amazonas y vertiente altiplánica del Titicaca clasificadas por zonas y áreas de las cuencas

Leyenda Columnas: (a) Número, código y denominación de las zonas y áreas de las cuencas (b) Área en km2 y porcentaje del total de cuencas intercordilleranas (c) Descargas: m3 x segundo (d) Número de ríos (cuencas) tributarios principales y secundarios

102

Cuadro 2-15. Resumen por zonas de las cuencas Inter-cordilleranas correspondientes de la vertiente oriental del Amazonas y altiplánica

Leyenda columnas: (a) Zonas y áreas de las cuencas (b) Área en km2 (c) Descargas: Módulo en m3 x segundo (d) Número de ríos (cuencas) tributarios principales y secundarlos Fuente: Inventario y Evaluación Nacional de Aguas Superficiales, Oficina Nacional de Evaluación de Recursos Naturales ONERN, Lima, 1980. 167

La clasificación efectuada nos permite señalar la existencia en el extenso territorio del Perú de 26 amplias zonas de cuencas hidrográficas, de las cuales 16 corresponden a zonas de cuencas hidrográficas andinas (definición amplia) y 10 a zonas amazónicas propiamente dichas (Cuencas de la selva baja): • De las 16 zonas de cuencas hidrográficas andinas (definición amplia) que recogen las aguas que derivan a las vertientes occidental, oriental y altiplánica, 13 zonas las hemos clasificado estrictamente como pertenecientes a zonas hidrográficas andinas (definición restringida); las otras tres, correspondientes a las estribaciones hacia el oeste de la cordillera oriental (flanco occidental) las hemos añadido a las zonas amazónicas a pesar de que, dichas zonas, pertenecen, de acuerdo a los criterios orográficos e hidrológicos, a la base oriental de los Andes, a la selva alta, entre los 400 msnm y 1 000 msnm. • Por su parte, las 13 zonas hidrográficas andinas están conformadas por 294 cuencas de ríos tributarios principales y secundarios. L. Masson, (1993: 190) señala su número en 262; y la existencia de miles de micro-cuencas (con sus arroyos, manantiales e infraestructura de riego en las cuales se encuentran localizados los espacios de superficie de suelos de utilización agrícola. Igualmente, señala la existencia de más de 12 000 lagunas y numerosos manantiales, muchos de los cuales son utilizados para dotar de aguas de riego de los espacios agrícolas (C.F. Morales 1993: 103; L. Masson 1993: 190). • En las amplias cuencas de las zonas hidrográficas, en las sub-cuencas y en particular, en las micro-cuencas de sus ríos tributarios, donde se encuentran los miles de espacios de

103

ocupación humano-económica, de superficies de suelos de cultivo y pastos naturales, caracterizados por la variedad y heterogeneidad de sus condiciones agroecológicas y para la mayor parte de espacios en particular, en las zonas de alta montaña, por su inaccesibilidad y complejas condiciones socio-económicas.

2.7 La diversidad y amplitud territorial del sistema de zonas geo-hidrográficas 168

De los análisis efectuados en los anteriores numerales acerca del sistema hidrográfico andino peruano una de las primeras características que resalta es la diversidad -amplio número de cuencas- medida en términos del número de sub-cuencas y ríos tributarios principales y secundarios; y amplitud territorial en términos de la extensión territorial, de la existencia de relativamente grandes espacios de territorio por cuenca.

169

Lo anterior, aplicando criterios de clasificación latitudinales y altitudinales, nos permite definir 26 grandes zonas de cuencas hidrográficas pertenecientes a las tres vertientes que coleccionan sus aguas, 13 de las cuales son definidas, de acuerdo con criterios restringidos, como cuencas hidrográficas propiamente andinas y las otras 13 como cuencas amazónicas.

170

La diversidad del sistema hidrográfico peruano está señalada por: 1. 26 grandes cuencas que conforman las vertientes hidrográficas andinas perteneciente a las vertientes occidental, oriental y altiplánica del Titicaca; 2. por 294 sub-cuencas señaladas por sus ríos tributarios principales y secundarios; 3. por unas 2 652 micro-cuencas, con sus arroyos, manantiales e infraestructura de riego, en las cuales se encuentran localizados los espacios de superficie de suelos de utilización agrícola.

171

En el cuadro 2-16 mostramos el número y la superficie total de las regiones hidrográficas correspondientes a las zonas de cuencas andinas peruanas.

104

Cuadro 2-16. Superficie por región hidrográfica de las zonas andinas peruanas (Total y promedio por zona, áreas, cuencas hidrográficas y ríos principales y secundarios

LEYENDA: Z = Número de zonas de cuencas por región hidrográfica A = Número de áreas de cuencas por reglón hidrográfica C = Número de cuencas de ríos principales por región hidrográfica R = Número de ríos tributarios principales y secundarios por reglón hidrográfica T = Total nacional Z/T = Superficie promedio en km2 por zona de cuencas hidrográficas Z/T = Superficie promedio en km2 por zona de cuencas hidrográficas A/T = Superficie promedio en km2 por área de cuencas hidrográficas C/T = Superficie promedio en km2 por cuenca de río principal R/T = Superficie promedio en km2 por río tributario principal y secundario Fuentes: - Geografía física del Perú, , C. Peñaherrera del Águila, (1987) Inventario y Evaluación de Aguas Superficiales, ONERN (1980) 172

En los 511 490 km2 de superficie territorial de las cuencas andinas peruanas encontramos: • 13 zonas (Z) de cuencas hidrográficas con una superficie promedio (Z/T) de aproximadamente 40 000 km2 por zona (4’000 000 de hectáreas, Ref. 1 km2 = 100 Has.); • 33 áreas (A) de cuencas hidrográficas con una superficie promedio (A T) de aproximadamente 15 500 Km2 por área (1’550 000 Has.); • 103 cuencas (C) principales con una superficie promedio (C/T) de aproximadamente 5 000 Km2 por cuenca principal (500 000 Has.); • 294 sub-cuencas de ríos tributarios principales y secundarios (R) con una superficie promedio (R/T) de aproximadamente 1 700 km2 por cuenca (170 000 Has.); • unas 2 652 micro-cuencas, con sus arroyos, manantiales e infraestructura de riego, en las cuales se encuentran localizados los espacios de superficie de suelos de utilización agrícola, pecuaria y forestal.

173

Una primera apreciación acerca del amplio número de micro-cuencas y relativamente grandes espacios de territorio que comprende el sistema de cuencas correspondientes a las zonas y áreas hidrográficas andinas del Perú (exceptuando las 53 cuencas de las zonas

105

de la yunga costera) la podemos obtener en base a los estudios de casos revisados para las cuencas, sub - cuencas, micro - cuencas y espacios comunales, entre los que podemos señalar los siguientes: ONERN, (1965, 1982, 1985, 1989); J. Cotler, (1986); C. Fonseca y E. Mayer, (1988); L. Masson, (1983); Denevan (1986, 1989); M. Benavides, (1986). 174

Los referidos estudios señalan la siguiente información promedio por cuenca:

175

Utilizando la ley de los grandes números, podemos generalizar dichos datos para las 241 cuencas de ríos principales y secundarios, que corresponden a las zonas de cuencas quechua y alto andinas (79 cuencas ), intercordilleranas (125 cuencas) y vertiente del altiplano (37 cuencas).

176

Obtenemos un total de 2 652 micro-cuencas (con sus arroyos, manantiales e infraestructura de riego) en las cuales se encuentran localizados los espacios de superficie de suelos de utilización agrícola, distribuidos en 1 687 distritos y unas 4 820 a 5 200 comunidades. Dichos espacios presentan una extensión total promedio por micro-cuenca de 236 km2 (23 600 Has. (1,13% del total de superficie por micro-cuenca y el 36,3% de la superficie cultivable) y una superficie de pastos naturales explotados promedio de 1 700 Has. (7,2% del total de superficie por micro-cuenca).

177

Del total de superficie cultivada de 2,74 millones de Has.; 1,36 millones de Has. (aproximadamente 49,6% de dicha superficie cultivada) son suelos agrícolas sujetos a riego artificial y 1,38 millones de Has. (50,4%) son áreas bajo riego al secano o sujetas al régimen de lluvias.

2.7.1 GRADO DE DISPERSIÓN DE LOS MICRO-ESPACIOS DE OCUPACIÓN TERRITORIAL DE LAS ZONAS QUECHUA Y ALTO ANDINAS 178

Correspondiendo a la diversidad del sistema hidrográfico andino peruano y grado de dispersión de los micro-espacios de ocupación territorial, en particular de las zonas quechuas y alto andinas, debemos referirnos a uno de las características singulares adicionales que forma parte de la realidad agro ecológica de las zonas andinas: La excepcional diversidad de micro-climas que se presentan dentro de la gran diversidad de climas en el Perú señalados en el punto anterior.

179

La diversidad de micro climas se presentan en las zonas andinas peruanas, en particular de las zonas quechuas y alto andinas, más no exclusivamente, a nivel de los micro espacios de ocupación territorial.

106

180

Si bien el número de micro-cuencas nos permite apreciar la ‘diversidad’ de los microespacios (medido en términos de su amplio número y relativa gran extensión de su territorio), no nos permite apreciar en su totalidad el grado de dispersión de los microespacios de ocupación territorial en los cuales las poblaciones rurales realizan sus actividades agrícolas y ganaderas y que determinan la gran variabilidad y heterogeneidad que se observa, en particular, en el medio ambiente y paisajes de las zonas quechua y alto andinas, con sus pequeñas superficies de terrazas naturales y andenes de cultivo al secano y bajo riego.

181

Esta visión complementaria indirecta la podemos obtener si consideramos el número de localidades con poblaciones menores a los 2 000 habitantes que muestran los censos de población. La información que hemos proyectado para el año 2 000, contenida en el cuadro 2-17, nos señala la existencia del orden de 105 000 pequeñas localidades, las que se encuentran distribuidas ampliamente en todo el territorio nacional, con una población agrícola-rural total del orden de 8,6 millones de habitantes (32% de la población total del país) y un promedio de 82 habitantes por localidad.

182

La gran mayoría de dichas localidades, posiblemente del orden del 85% del total (unas 90 000 localidades), están relacionadas a los referidos micro-espacios de ocupación territorial en los cuales las poblaciones rurales de las zonas quechua y alto andinas realizan sus actividades agrícolas y ganaderas.

183

Adicionalmente, contamos con información respecto a la distribución de la población para dichas localidades menores a 2 000 habitantes, que incluimos en el referido cuadro 2-17 la cual, si bien atrasada (para 1 980), nos permite señalar que alrededor de 95 000 localidades (97% del total de localidades con poblaciones menores a 2 000 habitantes) tendrían menos de 200 habitantes, con un promedio de 30 habitantes (correspondientes a rancherías, pequeños caseríos y anexos de comunidades); y que en las localidades en los rangos entre 200 a 500 habitantes, 500 a 1 000 habitantes y 1 000 a 2 000 habitantes se encontrarían la totalidad de las capitales distritales que, en el orden de 1 750 corresponden a los distritos cuya población se dedica a actividades agrícola – rurales a nivel país.

184

En particular, nos señalan el pequeño número de habitantes (promedio de 73 habitantes con un rango entre 50 a 550 habitantes por localidad) dispersos en más de 90 000 localidades menores, ocupando un territorio promedio de 7,0 km2 (700 Has.), con 22 Has. cultivables, 8 Has. cultivadas y 50 Has. de pastos naturales explotados.

185

Si llevamos estas estimaciones al número de familias por «localidad» con un promedio de 3,7 personas por familia; obtenemos indicadores estimados promedio de 1,1 Has. cultivables; 0,4 Has. cultivadas y 2,5 Has. de pastos explotados por «familia», señalando el hecho que uno de los factores limitantes mayores de los niveles de producción, empleo e ingreso de las poblaciones agrícola - rurales del país es la escasez del recurso suelos agrícolas10.

107

Cuadro 2-17. Población por rangos, número de localidades y promedio de habitantes por localidad (población en millones de habitantes M.H,)

Fuente: Elaboración basada en la Información de los últimos cuatro Censos Nacionales de Población proyectada al año 2 000 y estudio (J. Salaverry 1989; 31-76) sobre “Políticas de Desarrollo Integral y el Sector Agrario Peruano (Importancia y Rol en las Ultimas Cinco Décadas) publicado en La Semilla Germinación de una Nueva Era, Segundo Seminario Anual de Semillas, Fundación para el Desarrollo del Agro, Lima, 1989. 186

A su vez, debemos tener en cuenta que, los micro-espacios de ocupación territorial están relacionados a las fuentes de aguas de manantiales, de lluvia y de aguas de escorrentía superficiales para sus cultivos y pasturas y a las obras de ingeniería, de formación o «creación» de suelos de cultivo mediante terrazas y andenes y a las obras hidráulicas para dotarlos de aguas de riego (de represas en lagunas, tomas de agua de manantiales, arroyos y pequeños ríos tributarios y sus canales de conducción y distribución de las aguas de riego). Cuadro 2-18. Distribución por rangos de población de las localidades con menos de dos mil habitantes (población en millones de habitantes)

187

En la figura 2-29 resaltamos la principal característica morfológica e hidrológica de los Andes peruanos: la existencia de amplias cuencas hidrográficas de colección de las aguas que provienen de diversas fuentes en las zonas quechuas y las punas de la alta montaña, con sus numerosas cuencas y sub-cuencas por donde discurren sus principales ríos,

108

tributarios principales y secundarios y numerosas micro-cuencas que conforman cada una de ellas. Figura 2-29. Vista tridimensional de una sub-cuenca alto andina y sus micro cuencas (Fuente: Adaptada del estudio Ecodesarrollo de los Andes altos de M. Tapia,1996: 62)

2.7.2 LA NOTORIA ESCASEZ DEL RECURSO SUELOS AGRÍCOLAS 188

La característica fundamental señalada por los expertos, como limitante mayor de las actividades agrarias en el país, que resume de un análisis a profundidad acerca de las condiciones geomorfológicas, hidrológicas, edafológicas y de clima-vegetación y sus relaciones con los espacios de ocupación humano-económicos, es la notoria escasez del recurso suelos agrícolas11. La otra característica señalada, íntimamente relacionada a la anterior, es la escasez en la disponibilidad y la variabilidad de la oferta del recurso aguas de regadío cuyo análisis lo efectuamos en el siguiente numeral.

189

En un análisis a profundidad acerca de las características geomorfológicas, hidrológicas, edafológicas y de clima-vegetación y sus relaciones con los espacios de ocupación humano-económicos, la característica fundamental señalada por los expertos, como limitante mayor de las actividades agrarias en el país es la notoria escasez del recurso suelos agrícolas. La otra característica señalada, íntimamente relacionada a la anterior, es la escasez en la disponibilidad y la variabilidad del recurso aguas de regadío cuyo análisis lo efectuaremos en el siguiente punto. 2.7.2.1 Escasez de la superficie de suelos apta para cultivos intensivos y permanentes (cultivable)

190

La escasez del recurso suelos agrícolas está señalada en los estudios de clasificación de suelos por capacidad de uso mayor realizador por ONERN (1 982). La información respectiva, que se presenta en el cuadro 2-19 muestra que la superficie total de suelos del Perú apta para cultivos intensivos alcanza sólo 49 000 km2 (4’900 000 Has), y que la superficie total de suelos del Perú apta para cultivos permanentes es de sólo 27 000 km2 (2’700 000 Has).

109

191

Es decir, sólo el 3,8% y 2,1% respectivamente de la vasta extensión de 1'285 216 km2 del territorio nacional. Un subtotal de superficie apta para cultivos intensivos y permanentes (subtotal cultivable) de 76 100 km2 (7'610 Has), es decir sólo el 5,9% de la superficie total. Cuadro 2-19. Perú: Superficie de suelos por capacidad de uso mayor por cultivos y regiones naturales (En millones de hectáreas y porcentajes)

Fuente: ONERN, “Clasificación de Tierras por Capacidad de Uso Mayor”, Lima, 1982; Inventario Nacional de Tierras del Perú, Lima, 1984; Perú: Agro en Cifras, H. Maletta et al, 1984. 192

Si solo consideramos la superficie correspondiente a las regiones naturales de costa y sierra, presentada en el cuadro 2-14, prácticamente consideradas como territorios andinos en nuestro trabajo, la superficie de suelos apta para cultivos intensivos y permanentes (sub total cultivable) alcanza aproximadamente 3 millones de Has. (2,4% de la extensión total del territorio nacional), siendo la superficie apta para pastos naturales 12,2 millones de Has. (9,5% de la extensión total del territorio nacional) y la superficie apta para forestales 2,3 millones de Has.; 1,7% de la extensión total del territorio nacional). 2.7.2.2 Un indicador adicional de la escasez de suelos agrícolas; uso actual de la superficie potencial de suelos agrícolas

193

En el cuadro 2-20 comparamos la superficie de suelos con capacidad de uso mayor y la superficie de suelos de uso actual o activa. Al nivel nacional la superficie cultivada es de 0,83 millones de Has. en la costa (0,65% de la superficie total); 1,20 millones de Has. en la sierra (0,93% de la superficie total) y 0,71 millones de Has. en la selva (0,55% de la superficie total); con un total de tan solo 2,74 millones de Has: Sólo el 2,13% de la superficie total del territorio nacional.

110

Cuadro 2-20. Perú: superficie de suelos por capacidad de uso mayor por cultivos y regiones naturales subtotal territorios andinos y total nacional (en millones de hectáreas y porcentajes)

Fuente: ONERN, “Clasificación de Tierras por Capacidad de Uso Mayor”, Lima, 1982; Inventario Nacional de Tierras del Perú, Lima, 1984; Perú: Agro en Cifras, H. Maletta et al, 1984.

111

Cuadro 2-21. Perú: comparación de la superficie de suelos por capacidad de uso mayor-con potencial de uso- y la superficie de uso actual por cultivos y regiones naturales: sobre uso o sub uso (en millones de hectáreas y porcentajes de la superficie nacional)

(*)Incluyendo la superficie en descanso y barbecho, la superficie cultivada de la sierra es señalada en 2,34 M Has. Por tanto, los expertos señalan un sobre uso de 0,98 millones de Has. en la sierra (0,76% de la superficie total nacional) Fuente: ONERN, “Clasificación de Tierras por Capacidad de Uso Mayor”, Lima, 1982; Inventario Nacional de Tierras del Perú, Lima, 1984; Perú: Agro en Cifras, H. Maletta et al, 1984, Cifras para la Superficie de Uso Actual Actualizadas a 1995.

2.7.3 LA CONTRADICCIÓN HÍDRICA: ABUNDANCIA DE DESCARGA DE LOS RÍOS Y LA GRAN ESCASEZ EN SU DISPONIBILIDAD 194

En el Perú, adicionalmente a la notoria escasez del recurso suelos agrícolas especificada en el numeral anterior, una de las mayores contradicciones que se pueden señalar es la referida a la escasez en la dotación de recursos naturales hídricos, la que denominamos la ‘contradicción hídrica’, señalada por: 1. la abundancia de los volúmenes de aguas de descarga de los ríos (aún considerando sus variaciones estacionales); 2. la gran escasez en la disponibilidad del recurso agua dulce de fácil acceso para su uso en la agricultura (aguas de riego al secano o cultivos bajo lluvia y de aguas de riego artificial) y de uso para fines agrícolas, domésticos industriales, de creciente demanda en función del crecimiento de las áreas de sembrío, población e industrias.

195

La abundancia de los recursos hídricos tiene origen en las cuencas hidrográficas del Perú; provienen de fuentes pluviales (lluvias y nieve) y en menor escala, de fuentes glaciales (deshielos) y de los lagos, lagunas y manantiales, cuyo origen se remonta a las anteriores y los cuales regulan estacionalmente la dotación de las aguas, principalmente de escorrentía de sus ríos.

112

196

Las principales zonas de precipitaciones pluviales estacionales en los Andes peruanos son las zonas quechua (medio y altas) y las alto andinas de la cordillera occidental (de origen de las aguas de escorrentía de los ríos que desembocan en la vertiente del Océano Pacífico), las zonas interandinas y las zonas quechua y selva alta de la cordillera oriental (de origen de las aguas de escorrentía de los ríos que desembocan en la vertiente del Océano Atlántico) y las que alimentan la cuenca cerrada del lago Titicaca (vertiente del Titicaca).

197

El 98 % de los recursos hídricos del país se concentran y producen en la hoya amazónica peruana y son vertidos hacia el Océano Atlántico a través de los ríos que salen de la hoya amazónica peruana hacia los territorios de Brasil y Bolivia: El río Amazonas, los ríos Yurúa, Purúa y el Madre de Dios.

198

Una idea global de la contradicción señalada entre la abundancia de los recursos hídricos que tienen origen en las cuencas hidrográficas del Perú y la gran escasez en su disponibilidad y la variabilidad estacional de su oferta, la podemos obtener de las informaciones que se dan a continuación y resumen en los cuadros 2-22 y 2-23:

199

a. Del volumen total promedio anual de aguas superficiales o de escorrentía fluvial en el Perú, estimado en unos 2 044 millones de m3 de los cuales, sólo 35 millones de m 3 (1,7% del total) corresponde a las cuencas cuyos ríos desaguan en la vertiente del Océano Pacífico, 1 999 millones de m3 (97,8%) a la vertiente del Atlántico (Amazónica) y 10 millones de m3 (0,5%) a la cuenca cerrada del Titicaca (ONERN, 1980). Cuadro 2-22. Perú: volumen de recursos fluviales por vertientes hidrográficas total de aguas fluviales, descargas en las vertientes y consumo total (millones de m3 promedio anual y porcentajes por vertientes)

* M m3 = Millones de metros cúbicos

113

Cuadro 2-23. Perú: volumen de recursos fluviales por vertiente (millones de m3 promedio anual y porcentajes por vertientes)

Fuente; Inventarlo y Evaluación de Aguas Superficiales, ONERN (1980) 200

b. El río Amazonas en la frontera con Brasil y el río Madre de Dios en la frontera con Bolivia, contribuyen con un volumen promedio anual de 1 670 millones de m3 y 234 millones de m3, respectivamente. Un total de 1 905 millones de m3. Es decir, más del 93% del total de aguas superficiales o de escorrentía contribuyen a la formación del gran sistema del Amazonas.

201

c. De otra parte, si comparamos la oferta y la utilización o consumo de aguas de escorrentía fluvial en la costa, señaladas en 35 y 20 millones de m3 resulta que más del 40% de las aguas son descargadas en el Océano Pacífico (ONERN, 1980).

202

d. La utilización de las aguas de escorrentía fluvial en la agricultura, consumo humano e industrial, no sobrepasa los 25 millones de m3 (1,2% del total de la oferta de aguas superficiales), de la cual, unos 20 millones de m3 (80%) se concentra en la costa. Sin embargo, estudios recientes sobre el balance hídrico de las 53 cuencas de la vertiente occidental muestran que el 90% de dichas cuencas son deficitarias en razón a su régimen estacional hídrico. En el caso de la sierra, región en la cual el 70% de la agricultura se efectúa con riego al secano (régimen de lluvias estacional), estudios de balances hídricos efectuados en diversas zonas muestran que el déficit de aguas alcanza más del 50% de los requerimientos de los cultivos (C.F. Morales, 1993: 101-111).

NOTAS 1. Restricciones particulares en su mayor extensión, mas no en forma exclusiva, a las zonas quechuas y alto andinas de la región natural de la Sierra del Perú. La naturaleza impone, igualmente, severas restricciones particulares a la región natural de la Costa (con su predominancia de zonas áridas, valles fértiles y abundancia estacional de aguas de escorrentía de sus ríos) y la región de la Selva alta y baja, con sus propias particularidades de clima, suelos y aguas. 2. De los estudios revisados se puede deducir que más del 80 % de los suelos de cultivo del Perú son terrazas y andenes de origen antropromorfo: hechos por el Hombre. Entre los trabajos revisados podemos referirnos a los efectuados por: J. A. Salaverry (1967, 1989); Luis Masson (1984,

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1986); M. Santiago E. Antunez de Mayolo (1985); Pablo Sánchez (1986); Hilda Araujo (1985); William M. Donovan (1986): C. F. Morales (1993); M. Tapia (1996); adicionalmente, las estadísticas del Ministerio de Agricultura; INRENA (ONERN). A diferencia de muchas regiones del hemisferio, en las zonas andinas peruanas, las terrazas y zonas de cultivo de origen natural bajo el régimen llamado de cultivos al secano (bajo precipitaciones pluviales directas) alcanzan menos del 20 % del total de la superficie bajo cultivo en las tres regiones naturales del Perú. 3. Aspectos relacionados a las revisiones y explicaciones acerca de los movimientos de las masas de aire -y de las corrientes de aguas del mar- y sus influencias en el clima de las zonas andinas y la productividad del mar que efectuamos en nuestro estudio. El fenómeno océano-climatológico de ‘El Niño’ en el Perú: bases técnicas y registros en gran escala, históricos e instrumentales (J. A. Salaverry, 2007 en evaluación). 4. En los procesos que continúan dando forma, en menor escala y frecuencia, al modelado actual de los Andes, afectando las actividades humano-económicas de las poblaciones que lo habitan se señala, modernamente, la ocurrencia de huaycos (avalanchas de lodo y piedras) que se producen en la Sierra durante la estación de lluvias, de especial incidencia en los caminos construidos en los Andes debido a la desestabilización de las laderas de los cerros; así como por efecto de la creciente erosión de suelos producto del sobre pastoreo, deforestación y cultivo en áreas de alta pendiente. 5. Por «años normales» nos referimos a la secuencia de ‘años secos’ y ‘años de aguas’ dentro del ciclo interanual de mediano plazo del fenómeno de ‘El Niño’, estimado entre 7 y 11 años. En el referido ciclo, anualmente, en la estación del verano se producen eventos del denominado fenómeno de ‘El Niño’ de diferente grado de magnitud. 6. Por «años normales» nos referimos a la secuencia de ‘años secos’ y ‘años de aguas’ dentro del ciclo interanual de mediano plazo del fenómeno de ‘El Niño’, estimado entre 7 y 11 años. En el referido ciclo, anualmente, en la estación del verano se producen eventos del denominado fenómeno de 'El Niño' de diferente grado de magnitud. 7. Nos referimos a las lomas, del sur a norte: de Sama (Tacna), de Jesús (Islay entre Arequipa y Moquegua), Moliendo, Camaná, Ocoña y Atiquipa, Pampa de Yauca (Arequipa), Pampa de Ñoco (Chincha), Pisco, Villacurí y Huayuri y cerro de Tunga (lea), Quilmaná, Supe, Lachay y Medio Mundo (Lima); Mata Caballo (Huarmey) y los cerros de Mongón (Ancash), Chimputur (La Libertad). 8. En las latitudes medianas, entre la zona sub-tropical y el frente inter-tropical se presenta lo que los expertos denominan una ‘contradicción termodinámica’ que resulta de la formación y desplazamiento de las masas de aire entre las zonas de alta presión y baja presión explicada por el movimiento de rotación de la tierra sobre su eje denominado fuerza de coriolis el que tiene influencia tanto en la atmósfera como en la hidrósfera. 9. La regulación de las aguas de deshielos y precipitaciones pluviales en cientos de dichas lagunas principales alto andinas mediante la construcción de diques y reservorios, ha sido práctica de las comunidades quechuas que se remonta a épocas pre-incaicas, la cual subsiste al presente. En nuestros días, el creciente proceso de desertificación y la escasez del recurso agua con fines agrícolas y/o industriales y/o domésticos está revalorizando las prácticas ancestrales de regulación de las aguas de deshielos y precipitaciones pluviales en lagunas alto andinas; dichas prácticas, como las del riego por machaco (inundación) son consideradas fundamentales en las nuevas técnicas de recarga de los acuíferos de la costa. 10. Tal como señaláramos en estudio anterior (J. Salaverry, 1989; 52), el problema de la base agrícola del Perú no sólo esta determinado por la escasez relativa de tierras de cultivo, pastos naturales y recursos forestales; fundamentalmente, está referido a la baja producción que presenta la utilización de los recursos naturales agrarios -niveles de producción, rendimientos y rentabilidad- de las actividades del sector en relación con el uso de insumos de capital y a las inversiones en el mejoramiento del área base agrícola.

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11. La referencia a la escasez del recurso suelos agrícolas la hacemos extensiva a los suelos aptos para pastos naturales y forestales en las zonas andinas.

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Capítulo III. Dinámica de cambio en las condiciones macro ecológicas de los Andes

1

La doble diagonal del clima-vegetación en la cordillera de los Andes: Procesos de glaciación y desglaciación en el continente americano

Fuente: Elaborado por J.A. Salaverry con base al gráfico presentado por W. E. Arntz y E. Fahrbach, 1996:227

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3.0 Aspectos generales 2

En este capítulo abordamos los aspectos centrales del trabajo referidos a la dinámica de cambio que ha impuesto la naturaleza sobre las condiciones macro-ecológicas de los Andes en los últimos 20 000 años. Horizonte inter-temporal de interés definido por la presencia del Hombre en sus territorios a partir de su ingreso a Sudamérica durante la última glaciación e inicio de los procesos migratorios de ocupación de sus territorios (Ver numeral 1.1.3 del capítulo I).

3

Iniciamos los trabajos con la revisión de la distribución de las condiciones de climavegetación en las diferentes regiones de América del sur, especificando el contraste esteoeste en las condiciones de clima-vegetación y dentro de ello los regímenes climáticos que deberían corresponder a los Andes en las bandas o cinturones latitudinales y altitudinales al oeste del continente sudamericano en las zonas andinas peruanas comparándolos con las condiciones climáticas actuales.

4

En segundo lugar revisamos la dinámica de cambio en las condiciones macro-ecológicas de los Andes referidas a las evidencias que nos señalan los registros paleo-ambientales 1 sobre las variaciones climáticas en el pasado. Para la elaboración de los trabajos contamos con una amplia literatura que ha permitido evaluar la periodicidad de los cambios climáticos, así como la variabilidad e intensidad de sus ocurrencias que se interpretan relacionadas con el fenómeno de ‘El Niño’, tal como se manifiestan en las numerosas investigaciones en la ciencias de la arqueología, glaceología, edafología, sedimentología, etc. en cuya base se han construido los referidos registros en gran escala e históricos del fenómeno2. En dichos trabajos el énfasis recae en los denominados ‘Mega-Niño’ y ‘SuperNiño’ que en el pasado han producido cambios geomorfológicos y/o ambientales afectando, local o regionalmente, el medio ambiente y el «normal» desarrollo de las poblaciones y culturas en el «mundo» andino peruano. Dentro de ellos, resaltamos los factores explicativos que relacionan los cambios climáticos con la ocurrencia de eventos de carácter catastrófico de dicho fenómeno.

5

Las revisiones efectuadas sobre las variaciones climáticas (hidro-orográficas y en el climavegetación) en los Andes descansan fuertemente en nuestro entendimiento de los modelos océano-atmosféricos de interpretación basados en las evidencias paleoambientales de Sudamérica planteados por C. Villagrán (1993: 243-255) propuestos en la literatura para explicar los cambios regionales en el clima-vegetación. Dichos modelos y el referido horizonte inter-temporal de interés abarcan los periodos que corren: • Desde los últimos avances glaciales, señalada su ocurrencia hace 25 000 a 15 000 años antes del presente (años ap). • El que incluye el periodo de máxima depresión de temperaturas hace 22 000 a 18 000 años ap y un periodo de nueva glaciación hace 15 000 a 14 500 años ap. • Seguido, en forma rápida e ininterrumpida, por el periodo de desglaciación señalado entre 15 000-14 500 a 11 000-10 000 años ap. • El periodo de transición glacial-post glacial, del pleistoceno al holoceno (hace unos 11 000-10 000 años ap) de máxima inestabilidad océano-atmosférica, de lluvias torrenciales alternadas por etapas de severas sequía; periodo que se considera de ocurrencia de grandes disrupciones hidrológico-orográficas en los Andes, de notables cambios océanoatmosféricos.

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• Seguido del largo periodo (que corre de los 10 500 a 4 000 años ap) periodo que comprende el holoceno temprano de 10 500 a 8 000 años ap y el holoceno medio de 8 000 y 4 000 años ap); periodo del clima óptimo en los Andes –el ‘optimun climaticum’ universal– de clima cálido y húmedo que permitió abundante vida-vegetación en las zonas centrales andinas. • Posteriormente, en los últimos 5 000-4 000 años correspondientes al holoceno tardío, consideramos los periodos de modificaciones en el clima-vegetación en los Andes relacionados al periodo que se inicia con el denominado periodo del «Gran cambio climático» y posteriores periodos de cambio climático hasta nuestros días. 6

Las explicaciones e hipótesis hechas al respecto nos permiten plantear, como interpretación general, que los estudios parecen mostrar la asociación intrínseca de las ocurrencias del fenómeno de carácter oceanográfico-climatológico de ‘El Niño’ con la variabilidad paleo-climática en las diferentes regiones de clima-vegetación de los Andes y de la amazonia peruanos.

7

Contando con dichas informaciones intentamos una interpretación inter-temporal que comprende miles de años de cambios climáticos; de amplias y profundas variaciones en las condiciones del clima-vegetación -en las condiciones geo-hidrológicas y orográficas subyacentes-que se han producido en las diversas zonas de los Andes afectando el desarrollo de las poblaciones y culturas que ocuparon sus territorios3.

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En lo que se refiere a las condiciones climáticas los estudios señalan que las diferentes zonas de América del sur y sus Andes han sufrido en el pasado, en eras geológicas anteriores, proyectándose a finales del pleistoceno, periodos alternativos de avances glaciales, de desglaciación e intermedios, los que han incluido etapas muy frías o muy calurosas; de lluvias torrenciales o de severas sequías que han producido profundos cambios en las condiciones climáticas (geo-hidrológicas, orográficas y de vegetación). Los referidos cambios están relacionados a la ocurrencia de eventos periódicos, ¿con cierta regularidad? de diferente frecuencia e intensidad, del fenómeno océano-climatológico de ‘El Niño’, algunos de ellos de carácter catastrófico que han producido cambios sustanciales en el medio ambiente y las poblaciones que ocuparon sus territorios.

9

Los trabajos en este campo de los cambios climáticos en los Andes son completados con explicaciones acerca del clima-vegetación en el altiplano peruano-boliviano relacionadas a fluctuaciones que han ocurrido en el nivel del lago Titicaca en los últimos 30 000 años.

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Todos los elementos anteriores sirven, adicionalmente, para tratar de averiguar e informar en el capítulo IV acerca de las posibles «rutas de ingreso» del Hombre a los Andes y zonas de las primeras ocupaciones que siguieron a las condiciones de climavegetación que imperaron en dichos periodos en Sudamérica. Dichos datos han sido relacionados con las interpretaciones climáticas lo que nos ha permitido construir la correspondiente cronologías que relacionan los períodos de cambio climático en los Andes, enmarcados dentro de grandes períodos climáticos universales y entre los estadios culturales en el Perú.

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3.1 Distribución de las condiciones de climavegetación en las diferentes regiones de América del sur 11

Iniciamos la revisión de la distribución de las condiciones de clima-vegetación en las diferentes regiones de América del sur siguiendo las evidencias paleo ambientales señaladas por C. Villagrán (1993: 244) quién en su estudio plantea la existencia de una singularidad climática impuesta por la cordillera de los Andes. Al respecto dice: «... la singularidad en la distribución actual de las condiciones de clima-vegetación que caracteriza el hemisferio sur del continente americano reside en su marcado contraste este-oeste. Este contraste está determinado por los denominados factores modificadores del clima-vegetación que debería corresponder a los cinturones latitudinales al oeste del continente sudamericano de acuerdo a su ubicación en el globo terrestre. Factores modificadores del clima-vegetación que determinan sustanciales cambios en las zonas tropicales, subtropicales, templadas y glaciales». Figura 3-1. Situación actual del clima-vegetación en Sudamérica: cinturones latitudinales y contraste oeste-este en la vegetación de bosques (Fuente: J.A. Salaverry; mapa tomado de M. Tapia, 1996:19)

12

Existe un marcado contraste en las condiciones de clima-vegetación que se dan en las costas de los océanos Atlántico y Pacífico en el hemisferio sur del continente americano. Tal como podemos observar en el mapa de la figura 3-1 el marcado contraste se da en las condiciones de clima-vegetación en términos de los tipos de bosques señalados por C. Villagrán (1993: 245-248) las que encontramos en las siguientes bandas latitudinales de las eco-regiones de los Andes señaladas por M. Tapia (1996: 18-20): 1. Andes verdes o tropicales (desde 10° LN hasta aproximadamente 6°-8° LS). 2. Andes amarillos o subtropicales (desde los 6° LS hasta el Nudo de Vilcanota en el Perú, 14° LS).

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3. Andes secos altiplánicos y desérticos (desde el Nudo de Vilcanota en el Perú, entre los 14° LS hasta los 24° LS en el norte de Chile). 4. Andes mediterráneos (al sur de la latitud 24° LS). 13

En la referida figura 3-1 describimos las condiciones de clima-vegetación en los cinturones latitudinales y contraste oeste-este en la vegetación de bosques:

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a) En el lado derecho, presentamos las condiciones de clima-vegetación en los cinturones latitudinales al este de la cordillera de los Andes de Sudamérica bajo influencia de las corrientes y vientos del Océano Atlántico, los cuales pueden ser expresados por sus tipos de bosques, los cuales exhiben una transición gradual que transitan: • Desde bosques siempre verdes tropicales lluviosos en las grandes cuencas del Orinoco y del Amazonas. • Siguiendo la presencia de bosques deciduos, bosques secos, bosques subtropicales mixtos, en las sabanas y palmares al noroeste, centro y centro-sur de Brasil y del Gran Chaco. • Culminando en los semidesiertos del monte, pampa y estepas patagónicas al sur, en la Argentina.

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b) En el lado izquierdo del mapa de la referida figura 3-1 describimos las condiciones de clima-vegetación en los cinturones latitudinales al oeste de la cordillera de los Andes los cuales exhiben marcado contraste oeste-este producido por los efectos modificadores del clima, como la presencia de la cordillera de los Andes, el fenómeno del afloramiento de las aguas profundas marinas y la corriente peruana o de Humboldt. Condiciones de climavegetación descritas por los tipos de bosques que transitan: • Desde bosques tropicales a subtropicales en las costas de Colombia a Ecuador y extremo norte del Perú hasta los 4°-6° LS. • Pasando a semidesiertos y desiertos hiper-áridos que se extienden, estos últimos, desde latitudes tropicales 4° a 6° LS en el Perú hasta los 24° LS en Chile. • Y un marcado límite señalado por los 24° a 30° LS, con bosques mediterráneos subtropicales y templado lluviosos al centro y sur de Chile.

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Los cinturones latitudinales al oeste de la cordillera de los Andes exhiben: condiciones de clima-vegetación totalmente diferentes y contradictorias a su posición latitudinal. Situación que la citada autora C. Villagrán (1993: 244) denomina la «diagonal árida» que determina, en gran medida, el contraste oeste-este en las condiciones del climavegetación en Sudamérica desarrolladas bajo la inñuencia: del anticiclón del Pacifico sur; los vientos planetarios alisios y predominantes del oeste que convergen en la zona de confluencia intertropical (ZCIT). Bajo los efectos modificadores latitudinales y altitudinales producidos por: a) La presencia de la cordillera de los Andes; b) el fenómeno del afloramiento de las aguas profundas marinas; y c) la corriente peruana o de Humboldt.

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Entendemos que el marcado contraste oeste-este está caracterizado por: un desplazamiento latitudinal y una mixtura altitudinal de las zonas de clima-vegetación existentes en las vertientes occidental y oriental de la cordillera de los Andes, situaciones que presentaremos en el curso de las revisiones posteriores, denominándolas, en forma más apropiada, como la «doble diagonal árida» de los Andes peruanos. Aspecto que diferencia y caracteriza a los Andes centrales y a los Andes secos o del sur del Perú con singularidad en relación a las otras eco-regiones andinas (Andes verdes del norte y Andes mediterráneos al sur).

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Dichas zonas se hacen evidentes, en particular, más no exclusivamente, en las zonas de la cordillera occidental –inter cordilleranas– de la cordillera oriental y de la altiplanicie del Titicaca en el territorio que ocupa el actual Perú, correspondiente a los Andes verdes peruanos (del ecuador 0° a 6° LS), de los Andes amarillos (6° LS a 14° LS) y de los Andes secos (14° LS a 18,5° LS); zonas que presentan la mayor variabilidad y heterogeneidad en sus condiciones macro ecológicas.

3.1.1 REGÍMENES CLIMÁTICOS QUE DEBERÍAN CORRESPONDER A LOS ANDES EN LAS BANDAS O CINTURONES LATITUDINALES Y ALTITUDINALES AL OESTE DEL CONTINENTE SUDAMERICANO Y REGÍMENES CLIMÁTICOS ACTUALES EN LAS ZONAS ANDINAS PERUANAS 19

De acuerdo a su posición latitudinal el Perú debería tener climas tropicales y subtropicales, climas cálidos, húmedos y lluviosos (de precipitaciones entre 1 300 a 1 500 mms anuales y temperaturas medias anuales superiores a los 24° C) en anchas bandas latitudinales, descendiendo del norte hacia el sur hasta los 15° LS a 30° LS y, por lo tanto, comprendiendo la totalidad del territorio del Perú actual (hasta los 18,5° LS).

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En el mapa de la figura 3-2 tratamos de mostrar gráficamente los cinturones o bandas latitudinales del continente sudamericano. Los climas que deberían corresponder a los cinturones latitudinales al oeste del continente sudamericano, en las zonas de la cordillera de los Andes, por su ubicación en el globo terrestre, deberían ser de climas cálidos, húmedos y lluviosos, de precipitaciones entre 1 300 a 1 500 mms anuales y temperaturas medias anuales superiores a los 24° C característicos de climas tropicales y subtropicales, en anchas bandas latitudinales, descendiendo del norte hacia el sur hasta los 15° LS a 30° LS y, por lo tanto, comprendiendo la totalidad del territorio del Perú (hasta los 18,5° LS) • Climas tropicales cálidos y hiper-húmedos a cálidos y húmedos, desde los 10° LN a los 6° a 8° LS. • Climas sub-tropicales cálidos y húmedos a semi-húmedos, desde los 6° a 8° LS hasta los 24° a 30° LS. • Climas templados semi-húmedos fríos a secos, de los 24° a 30° LS a los 40° LS. • Climas glaciales semi-secos y húmedos estacionales de los 40° LS a los 60°LS.

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Figura 3-2. Clima-vegetación que deberían corresponder al continente sudamericano en los cinturones latitudinales por su ubicación en el globo terrestre (Fuente: J.A. Salaverry; mapa tomado de M. Tapia, 1996: 19)

Nota.- Tener en cuenta que el Perú actual abarca desde el ecuador terrestre (0° latitud sur) hasta los 18,5 de latitud sur (LS); y, por tanto, los climas que deberían corresponder a dichos cinturones latitudinales deberían ser: climas tropicales cálidos y hiper-húmedos del ecuador O° de latitud a 6° LS a 8° LS; climas cálidos y húmedos 6°-8° LS a 12°-14° LS; a climas sub-tropicales cálidos y semihúmedos en latitudes mayores. . .

3.1.2 REGÍMENES CLIMÁTICOS ACTUALES EN LAS ZONAS ANDINAS PERUANAS 21

Los denominados factores modificadores del clima-vegetación en los Andes: la presencia misma de la cordillera de los Andes, el fenómeno del afloramiento de las aguas profundas marinas y la corriente peruana o de Humboldt, imponen características climáticas particulares, tanto longitudinales como altitudinales, las que determinan condiciones especiales del tipo de vegetación de sus diferentes zonas climáticas. Nos referimos a los tres regímenes climáticos globales, revisados en el numeral anterior, que deberían corresponder al Perú de acuerdo a su posición latitudinal y a las respectivas modificaciones de los climas andinos que se presentan en las zonas geográficas del norte, centro y sur del país (señaladas por sus rangos de latitud) determinadas por los factores modificadores del clima en los Andes los que producen un cambio significativo del clima en sus bandas latitudinales determinando la existencia de climas subtropicales (hasta los 8° LS), semidesérticos (entre los 8° LS y 14° LS) y desérticos (entre los 14° LS y 18° LS) y una gran variedad de climas contrastantes especificados por los expertos en sus diferentes sistemas de clasificación (A. Brack Egg, 1986; 194-200).

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En general, se tiene un enfriamiento creciente del clima, del norte al sur, caracterizado por menores temperaturas y un menor régimen de lluvias del que correspondería a todas

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las zonas tropicales y subtropicales, señaladas por los regímenes climáticos globales. Un clima relativamente frío y seco, de relativa alta humedad atmosférica que, en las zonas costeras produce neblinas y su condensación en esporádicas garúas o lloviznas durante el ‘invierno andino’, en particular en las zonas del centro y sur del Perú y un clima cálido y seco, durante el ‘verano andino’, exceptuando las zonas del norte cercanas al ecuador. Pero, posiblemente, lo que más caracteriza la costa del Perú es la presencia de zonas desérticas hasta casi los 3° LS. 23

Las relaciones latitudinales-altitudinales determinan una excepcional diversidad de climas-vegetación en el Perú, la que es resaltada por L. Masson (1993; 190) al señalar la existencia en sus 8 regiones naturales de: 84 zonas de vida (de las 104 determinadas en el mundo) y 28 tipos de climas (de los 31 existentes en el mundo).

3.2 El clima-vegetación en Sudamérica en los últimos 30 000 años 24

Los principales «hechos» de interés en los horizontes en el tiempo materia de revisión en las secciones de este numeral, comprenden los siguientes periodos: • Desde el «ingreso» del Hombre a Sudamérica e «inicio» del poblamiento de los Andes (aspectos revisados en el numeral 4.1) centrado con fines de estudio hace unos 20 000 años ap. • Los periodos de migración hacia el sur y la determinación de las probables o posibles «rutas de ingreso» a las diferentes zonas de los Andes, señalados entre los 20 000 a 14 500 años ap. • La ocupación de los Andes centrales y de los Andes del sur del Perú actual (eco-regiones andinas de los Andes amarillos y de los Andes secos) desde los 14 500 años ap al presente 4. • Entre otros «factores explicativos» relacionados al desarrollo de las culturas agrarias que ocuparon sus cuencas, sub-cuencas y micro.-cuencas hidrográficas. Entre ellos, introducimos la explicación acerca de las denominadas dificultades o «barreras» naturales, a las que se añaden las barreras de origen humano que limitaron las diversas zonas de ocupación territorial por parte de las poblaciones y culturas, dificultando o impidiendo su avance geográfico de unas zonas a otras y a su vez, permitieron el desarrollo paralelo, y probablemente no independiente, de sus culturas.

3.2.1 EL CLIMA-VEGETACIÓN DURANTE LOS PERIODOS INTERGLACIALES, DE LA ÚLTIMA GLACIACIÓN, NUEVA GLACIACIÓN Y RÁPIDA E ININTERRUMPIDA DESGLACIACIÓN EN AMÉRICA DEL SUR 25

Las edades y periodos del pleistoceno medio y tardío considerados, clasificados en el cuadro 1-4 del capítulo I, son los siguientes:

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Los correspondientes grandes periodos climáticos andinos clasificados en el cuadro 1-3 del capítulo I, son:

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En el cuadro 3-1 presentamos los principales hechos climáticos que prevalecieron en los cinturones o bandas latitudinales de Sudamérica (columna 1) al oeste (columna 2) y al este (columna 3) de la cordillera de los Andes, durante los citados periodos, expresados en forma gráfica en el mapa de la figura 3-3 a fin de facilitar su ubicación latitudinal.

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Nuestro entendimiento de las explicaciones que nos ofrecen los expertos acerca de los citados hechos climáticos, es el siguiente:

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• Que en los cinturones o bandas latitudinales de la eco-región andina en Sudamérica (Andes verdes o tropicales, los Andes amarillos o sub-tropicales, a los Andes mediterráneos o templados) la máxima depresión de las temperaturas y avances glaciales ocurrieron entre 20 000 y 18 000 años ap en fase con el hemisferio norte (Claperton, 1990; 1991; Mercer, 1976; 1984; Porter, 1981; cita de C. Villagrán, 1993: 245).

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• El ingreso del Hombre a Sudamérica e inicio de los procesos migratorios a los Andes es centrado en este periodo de máxima depresión de las temperaturas en la eco-región andina y disminución del nivel del mar de unos 60 m a 90 m inferior al nivel actual (Ver numeral 1.3 y figura 1-8, capítulo I: «Cambios climáticos y fluctuaciones del nivel del mar en los últimos 125 000 años en el continente sudamericano»).

125

Cuadro 3.1. Principales hechos climáticos que prevalecieron durante el pleistoceno tardío

Fuente.- Preparado en base de estudios paleo-ambientales diversos referidos en la Bibliografía Figura 3-3. Principales hechos climáticos que prevalecieron durante los periodos del pleistoceno tardío (Fuente: J.A. Salaverry; mapa tomado de M. Tapia, 1996:19)

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31

• Un segundo avance de los glaciares entre hace 15 000 – 14 500 años ap precedió a una rápida desglaciación que comenzó inmediata e ininterrumpidamente (14 500 a 10 000 años ap) no registrándose reversiones inequívocas equivalentes a la oscilación Younger Dryas del hemisferio norte5.

32

• En los Andes verdes o tropicales, el aumento de la vegetación abierta del tipo subpáramo y páramo y descenso del bosque andino de alrededor de unos 1 500 m en altitud, sugiere condiciones glaciales húmedas y descensos significativos de las temperaturas.

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• En el cinturón latitudinal de los Andes verdes o tropicales (10° LN a 6° LS) al nor-oeste de Sudamérica, las condiciones glaciales fueron más áridas, de clima frío y seco estacionalmente, con una vegetación más árida que la actual, alcanzando las regiones ecuatoriales de Panamá, Colombia y Venezuela.

34

• Las zonas de las sabana colombiana, en los Andes tropicales, los registros de la sabana de Bogotá (4° a 5° LN) muestran, durante las edades glaciales, un aumento de la vegetación abierta de sub-páramos y páramos y un descenso del bosque andino de 1 500 m lo que sugiere condiciones glaciales sub-húmedas y descensos significativos de las temperaturas. Una entremezcla de elementos cálidos del bosque tropical y sub-andinos fríos, sin análogos en la actualidad.

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• Las condiciones en el Pacífico subtropical de los Andes amarillos fueron de un clima glacial más frío y seco que el actual.

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• En las actuales latitudes desérticas y semidesérticas de los Andes amarillos, secos y mediterráneos, entre los 6° LS a 24° hasta 30° LS se presentaba un clima árido y frío durante la máxima depresión de temperaturas (20 000-18 000 años ap), de la última era glacial, con una gradiente de temperaturas de 6° a 9° grados Celsius menores que las actuales.

37

• En las zonas altiplánicas de los Andes amarillos o subtropicales (entre 6° LS y 14° LS) y de los Andes secos (entre 14° a 24° LS) no se desarrollaron glaciares durante la depresión máxima de temperaturas a los 20 000-18 000 años ap. Los glaciares se presentan a los 30 000 años ap y entre 16 000-15 000 años ap con reavances menores entre 12 000 y 10 000 años ap indicando la existencia de condiciones más húmedas.

38

• En las zonas quechuas y alto andinas no se desarrollaron glaciares durante la máxima depresión de temperaturas (20 000-18 000 años ap) los que se presentaron a los 30 000 años ap y entre 16 000 a 12 000 años ap bajo condiciones más húmedas, con avances menores de glaciares entre 12 000 y 10 000 años ap.

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• Las zonas de los Andes secos, zonas quechuas y del altiplano peruano-boliviano (14° 16° LS a 20° LS) durante el interglacial (27 000 a 22 000 años ap) y la última -y nuevaglaciación- (22 000 a 18 000 años ap incluyendo el pequeño avance glaciar hace 14 500 años ap) tuvieron un clima glacial muy frío y probablemente húmedo, con la presencia de bosques en las montañas aledañas, helechos y plantas acuáticas.

40

• Durante la transición glacial-postglacial (10 500-10 000 años ap) los registros del altiplano peruano-boliviano muestran una clara tendencia hacia un clima más cálido y seco, evidenciado por el incremento de gramíneas y desaparición de los elementos de bosque de montaña y taxa acuática.

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• En general, durante la última –y nueva- glaciación- los niveles lacustres altiplánicos fueron bajos. Los niveles de los lagos altiplánicos muestran descensos durante el máximo

127

glacial (23 000 y 13 000 años ap) precedidos y seguidos por fases de niveles más altos, antes de los 22 000 años ap y entre 13 000 y 11 500 años ap. 42

• En las zonas orientales de la cordillera de los Andes, de la vertiente andina de la amazonia, se sugiere durante la última era glacial la existencia de una mezcla de condiciones húmedas a sub- húmedas y de temperaturas muy frías, indicando un significativo descenso altitudinal de la vegetación en alrededor de 1 500 metros y depresiones de las temperaturas en unos 7,5 grados Celsius de los mínimos actuales.

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• En las zonas longitudinales al nor-este y sur-este, en las zonas de la amazonia de Ecuador, Colombia, Perú y Brasil, gradualmente entre los 6° LS y 20° LS se señala la dominancia de los actuales bosques tropicales lluviosos y microalgas de aguas profundas y zonas pantanosas.

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• La zona mediterránea y templada de Chile, entre los 30° LS a 45° LS muestra en la última glaciación una expansión hacia el norte de especies pertenecientes a formaciones templado-frías más australes con abundancia de especies herbáceas (gramíneas y compuestas), sugiriendo un paisaje de parque arbolado, sin equivalente con la vegetación de especies de los bosques actualmente presentes, con un clima más frío, probablemente estacional.

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• Desde inicios del holoceno (11 000-10 500.años ap) los registros de las latitudes medias (40° a 45° LS) muestran el reemplazo de los bosques nor-patagónicos (coniferas, fagáceas y mirtáceas) por elementos más termófilos de latitudes mayores al norte, situación que presenta su máximo hacia los 7 000 años ap; destacan que después de 3 000 años reaparece la vegetación nor-patagónica.

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• Las latitudes australes de América del sur, antes de 10 000 años ap en la Patagonia argentina, entre los 35° LS a 50° LS, muestra una vegetación glacial dominada por gramíneas, típica de condiciones muy frías, las que han sido interpretadas como una extensión hacia el norte de la estepa patagónica hacia las actuales ocupadas por el semidesierto del monte. Dichas condiciones están sugeridas también por los registros de vegetación para las latitudes australes chilenas mayores a 50° LS los que mostraban una vegetación abierta con dominancia de gramíneas sugiriendo un clima muy frío.

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Consideramos los citados hechos climáticos de la mayor importancia en la especificación de las condiciones que prevalecieron en el pasado, desde el ingreso del Hombre a los Andes y en el planteamiento de hipótesis acerca de las posibles rutas migratorias, periodos y zonas de ocupación humana de los Andes peruanos.

3.2.2 CAMBIOS CLIMÁTICOS EN EL PASADO EN LAS ZONAS TROPICALES DE LA CORDILLERA DE LOS ANDES EN SUDAMÉRICA: EL AVANCE Y RETIRO DE LOS GLACIALES DURANTE LA ÚLTIMA EDAD GLACIAL 48

Estudios recientes liderados por Geoffrey O. Seltzer de la Universidad de Syracuse 6, que tratan acerca de los cambios climáticos ocurridos en el pasado en las zonas ecuatoriales y tropicales de Sudamérica cuestionan los conocimientos -y el entendimiento tradicionalsobre los mecanismos que produjeron el avance y retiro de los glaciares durante la última edad glacial. Consideramos del mayor interés completar nuestros conocimientos sobre los cambios climáticos en los Andes con informaciones de dichas recientes investigaciones.

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El pensamiento tradicional sobre los mecanismos que produjeron el avance y retiro de los glaciares durante la última edad glacial postula que las condiciones climáticas en las latitudes del hemisferio norte generaron el avance y retiro en las condiciones globales de glaciación; y que el retiro de los glaciares se produjo durante condiciones de clima seco y cuando la radiación solar estuvo en sus máximos niveles.

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Dichas investigaciones permiten afirmar: • Que los glaciares de la cordillera de los Andes en las zonas ecuatoriales (hasta 10° del ecuador) y tropicales (que van de los 10° a los 25°) se retiraron varios miles de años antes que se produjera el retiro de los glaciares en América del norte, durante un periodo de condiciones climáticas húmedas y en un tiempo en que la radiación solar estaba al mínimo. El calentamiento temprano a nivel global en el hemisferio sur se produjo de las bandas latitudinales ecuatoriales y tropicales a las bandas subtropicales (que se extienden entre 25° y 35°) hacia las latitudes medias (entre 35° y 55°), la subártica-subantártica entre 55° y 60°, la antartica entre 60° y 75°, y finalmente, la polar entre 75° y 90°. • Que las zonas ecuatoriales y tropicales de los Andes (latitudes bajas de la costa oeste del hemisferio sur del continente americano) se calentaron varios miles de años antes que las latitudes bajas del hemisferio norte, «... sugiriendo que existe algún otro mecanismo que influenciaron los cambios climáticos que todavía no lo entendemos ...» (Geoffrey Seltzer, Syracuse University, NSF PR 02-48, Mayo 2002). • Que de ser cierto que el calentamiento temprano a nivel global se produjo a partir de sus zonas ecuatoriales y tropicales -de las bandas latitudinales bajas a altas- en el hemisferio sur, entonces se puede deducir que las condiciones de circulación atmosférica y oceanográfica resultantes se transmitieron al hemisferio norte para producir los procesos de desglaciación. • Los referidos estudios conducen a plantear a G. Seltzer y colegas (2002) que los intricados movimientos alternativos entre latitudes bajas y altas en los hemisferios sur y norte comandan o siguen las condiciones climáticas de muy largo plazo. En resumen, las informaciones proporcionadas permiten un mejor entendimiento de las condiciones climáticas que generaron el avance y retiro de los glaciares durante la última edad glacial, inter-glacial y de la última desglaciación. • La desglaciación en los Andes ecuatoriales, tropicales y sub tropicales se produjo varios miles de años antes a los procesos de calentamiento en latitudes mayores. Los glaciares en las zonas ecuatoriales y tropicales de la cordillera de los Andes se retiraron varios miles de años antes que se produjera el retiro de los glaciares en América del norte en similares latitudes, durante un periodo de condiciones climáticas húmedas y en un tiempo en que la radiación solar en el hemisferio norte estaba al mínimo. • Los procesos de desglaciación se produjeron de las zonas ecuatoriales-tropicales hacia latitudes mayores (sub-tropicales, medias -del ecuador terrestre hacia los polos); y en los Andes, de altitudes bajas hacia altitudes altas. • En Sudamérica, ambos procesos, los de glaciación y de desglaciación, fueron influenciados por los denominados factores modificadores del clima-vegetación (ver numeral 3.1.1 factores que ejercen efectos modificadores del clima-vegetación: efectos en los denominados cinturones latitudinales y altitudinales (de oeste a este) en la costa oeste del Pacífico sur y en todo el continente sudamericano, en lo que denominamos la doble diagonal del climavegetación en la cordillera de los Andes. Todos estos aspectos referidos a los procesos de glaciación y desglaciación en el continente americano, de la doble diagonal del climavegetación en la cordillera de los Andes los tratamos de mostrar gráficamente en la figura 3-4, en donde:

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▪ Los procesos de glaciación: el avance de los glaciares se produjo de las bandas latitudinales altas a las bajas (de los polos al ecuador terrestre) y altitudinalmente de alturas mayores a menores. ▪ Los procesos de desglaciación: la retirada de los glaciares se produjo de las bandas latitudinales bajas a las altas; de las zonas ecuatoriales y tropicales a los polos y altitudinalmente de alturas menores a mayores. ▪ En las zonas de los Andes los procesos altitudinales de avance y retirada de los glaciares no fueron homogéneos; fueron determinados por la posición relativa a los polos a la insolación solar -radiación solar, luz y calor recibidas por los hemisferio norte y surproducidos en los movimientos de largo plazo del planeta Tierra7 y por los citados factores modificadores del clima-vegetación de la cordillera de los Andes. ▪ La glaciación y desglaciación son procesos asimétricos; no sólo en las bandas latitudinales en los hemisferios norte y sur sino, en particular, en las bandas altitudinales; en ambos casos, influenciados por los denominados factores modificadores del climavegetación en la costa oeste del Pacífico sur. ▪ Los procesos de glaciación se produjeron de las latitudes altas hacia latitudes menores. Figura 3-4. La doble diagonal del clima-vegetación en la cordillera de los Andes. Procesos de glaciación y desglaciación en el continente americano (Fuente: J.A. Salaverry)

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▪ Los procesos de desglaciación se produjeron de las zonas tropicales (latitudes bajas) hacia latitudes mayores. ▪ La desglaciación en los Andes tropicales se produjo varios miles de años antes a los procesos de calentamiento en latitudes mayores.

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▪ En Sudamérica, ambos procesos, los de glaciación y de desglaciación, fueron influenciados por los denominados factores modificadores del clima-vegetación.

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En todo caso, nuestro entendimiento acerca de los referidos procesos nos lleva a visualizarlos como procesos asimétricos, no sólo en las bandas latitudinales en los hemisferios norte y sur sino, en particular, en las bandas altitudinales. En ambos casos, influenciados por los denominados factores modificadores del clima-vegetación en la costa oeste del Pacífico sur.

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Por último, nuestro entendimiento acerca de las explicaciones de los expertos sobre los factores causales, referidas a las condiciones de insolación (máximas y mínimas) y de circulación océano-atmosféricas en que se dieron los procesos de glaciación-desglaciación está expuesta en el numeral 3.5. En él presentamos las posibles relaciones entre las tendencias climáticas con las alteraciones en el plano del ecuador terrestre producidas por el fenómeno de precesión del eje terrestre.

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Efectuamos en este numeral la revisión de las informaciones a nuestro alcance acerca de las fluctuaciones en los niveles del lago Titicaca en los últimos 30 000 años y correspondientes explicaciones acerca del clima-vegetación imperante en el altiplano peruano-boliviano en dichos periodos climáticos del pasado. Aspectos que los expertos consideran de la mayor importancia en el entendimiento de las condiciones de climavegetación y de los cambios climáticos producidos, en general, en la cordillera de los Andes y en las zonas amazónicas; tanto en las zonas quechua y altiplánicas de los Andes amarillos (entre 4° y 6° LS a 14° LS); de los Andes secos (entre 14° LS a 24° LS) y, en particular, dentro de la eco-región de los Andes secos, en la gran zona que forma la cuenca del altiplano peruano-boliviano del Titicaca.

3.2.3 VISUALIZACIÓN DE LOS CAMBIOS EN EL CLIMA-VEGETACIÓN EN LAS BANDAS LATITUDINALES Y ALTITUDINALES DE LOS ANDES PERUANOS DURANTE LOS PERIODOS DE LA ÚLTIMA Y NUEVA GLACIACIÓN, INTERGLACIAL Y DE LA RÁPIDA E ININTERRUMPIDA DESGLACIACIÓN 62

En este numeral debemos referirnos a nuestra visualización acerca de los cambios en el clima-vegetación producidos en las bandas latitudinales y altitudinales de los Andes peruanos en los grandes periodos climáticos andinos8. Complementamos así lo expuesto acerca del clima-vegetación durante los periodos de la última y nueva glaciación9 interglacial y de la rápida e ininterrumpida desglaciación en América del sur: • En las actuales latitudes desérticas y semidesérticas de los Andes centrales o Andes amarillos y de los Andes del sur o Andes secos, entre los 6° LS a 24° LS se presentaba un clima árido y frío, con una gradiente de temperaturas de 6° a 9° grados Celsius menores que las actuales. • En la banda latitudinal a partir del ecuador 0° de latitud a los 4°-6° LS había un clima glacial, húmedo a sub-húmedo y frío, con una vegetación más árida que la actual, especificada por los expertos como una vegetación abierta del tipo sub-páramo y páramo y un descenso del bosque andino de alrededor de 1 500 m en altitud. Una entremezcla de elementos cálidos del bosque tropical y sub-andinos fríos, sin análogos en la actualidad. • En la banda latitudinal correspondiente a las zonas de los Andes amarillos o subtropicales entre 6° LS a 14° LS imperaba un clima glacial, más frío, seco, árido, que el actual, lo que

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permitía una vegetación parecida a la de las bandas anteriores, abierta del tipo sub-páramo y páramo y bosque sub-andino frío a alturas mayores, pero de menor densidad. • Las zonas quechuas y del altiplano peruano-boliviano de los Andes secos (banda latitudinal a partir de los 14° hasta 16° LS a 20° LS) tuvieron un clima glacial muy frío y probablemente húmedo, con la presencia de pasturas, bofedales y de bosques en las montañas aledañas con presencia de helechos y plantas acuáticas. • El periodo siguiente significó un clima crecientemente cálido y húmedo, en el tiempo y a partir de las bandas latitudinales -y altitudinales- bajas hacia las altas. • El periodo corresponde al último ciclo glacial-postglacial, la transición pleistoceno-holoceno (11 000-10 500 años ap) e inicio del largo periodo de clima óptimo en los Andes, el -optimun climaticum universal en las zonas andinas; periodo en que se dieron condiciones de máxima inestabilidad oceánica y atmosférica, de etapas o fases de cambio climático del orden y magnitud mayores que los expertos denominan «Ciclos de alteración ambiental radical (Radical environmental alteration cycles REAC, en su sigla en inglés) precedidos por grandes sismos que dieron lugar a profundas modificaciones en el paisaje y en las sociedades.

3.2.4 EL CLIMA-VEGETACIÓN EN SUDAMÉRICA DURANTE EL HOLOCENO AL PRESENTE 63

Las edades y periodos en los Andes durante el holoceno temprano (10 500 a 8 000 años ap), del holoceno medio (8 000 y 4 000 años ap) y del holoceno tardío (a partir de los 4 000 años ap), ver figura 3-5, señaladas por los numerales romanos (V) a (VII), son las siguientes:

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Los correspondientes grandes periodos climáticos andinos (ver cuadro 3-2) señalados por las letras del alfabeto (c) a (1) y siguiendo los referidos trabajos de C. Villagrán (1993) podemos expresar nuestro entendimiento de los principales hechos climáticos que prevalecieron en el hemisferio sur durante los periodos del holoceno temprano (10 500 a 8 000 años ap) y del holoceno medio (8 000 y 4 000 años ap); permitiéndonos saber:

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Figura 3-5. Principales hechos climáticos que prevalecieron durante el holoceno temprano y medio (Fuente: J.A. Salaverry; mapa tomado de M. Tapia, 1996: 19)

• El óptimo de temperaturas en el hemisferio sur se inicia a los 11 000-10 500 años ap y alcanza su máximo a los 9 400 años ap simultáneo al enfriamiento Younger Dryas del hemisferio norte. • En el holoceno medio (8 000 a 4 000 años ap) hay evidencias para señalar una segunda fase húmeda con formación de paleo suelos y niveles lacustres altos afectando los Andes desérticos y la vertiente oriental de los Andes.

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• El óptimo de temperaturas en el hemisferio sur precedió unos 3 000 años al máximo del hemisferio norte, en el cual sólo a partir de los 9 500 años ap empieza el aumento gradual de temperaturas, alcanzándose el óptimo en el holoceno medio entre 7 000 y 6 000 años ap. • En el Pacífico sur se dan a partir de los 11 000 años ap y durante el holoceno temprano (10 500-8 000 años ap) y medio (8 000 y 4 000 años ap), las condiciones para un progresivo debilitamiento de la circulación atmosférica y oceánica asociadas eventualmente al paulatino descenso de las presiones atmosféricas en el dominio del anticiclón del Pacífico sur. • En el holoceno temprano y medio los expertos reportan un desplazamiento hacia el norte de la vaguada atlántica de la zona de convergencia intertropical (ZCIT) asociada a un aumento de las temperaturas oceánicas en el hemisferio norte y consiguiente robustecimiento del anticiclón del Atlántico sur. • Al finalizar el holoceno medio e inicios del tardío se darían las condiciones de máxima inestabilidad oceánica-atmosférica, compatibles con la alternancia de fases secas y húmedas entre distintas regiones de América del sur que caracterizan los actuales eventos El Niño Oscilación Sur (ENOS). • El periodo que denominamos del gran cambio climático correspondería al periodo (VI) más reciente de máxima inestabilidad océano-atmosférica, de ocurrencia señalada por los expertos hace 5 000 a 3 000 años ap; periodo clasificado en los correspondientes grandes periodos climáticos andinos como el periodo (d) de alternancia seco-húmeda. • Después de hace unos 4 000 años ap la intensidad y recurrencia de paleo eventos tipo SuperNiño o Mega-El Niño parecen haberse atenuado. • Los registros palinológicos de América del sur muestran después de 3 000 años ap una vegetación parecida a la actual. Es posible que los eventos tipo El Niño Oscilación Sur (ENOS) hayan adquirido, a partir de esa fecha, una dinámica parecida a la actual (Mcglove, et.al. 1992; cita de C. Villagrán, 1993: 254).

3.3 Los períodos de cambio climático en los Andes peruanos en los últimos 30 000 años: principales características climáticas-hidrológicas- orográficas- y de vegetación 65

Contando con los elementos proporcionados en lo que va del trabajo podemos plantear la visualización que nos hemos formado acerca de las profundas modificaciones que se han producido en las condiciones climáticas, hidrológico-orográficas y de vegetación ( condiciones de clima-vegetación) que imperaron en las diversas zonas latitudinales y altitudinales de los Andes en los últimos 20 000 años en que se reporta el ingreso del Hombre a los Andes. En especial, referidas a los últimos 12 000-14 000 años ap en que los arqueólogos reportan la presencia del Hombre en el territorio de los Andes peruanos.

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En el cuadro 3-2 tratamos de especificar el clima-vegetación imperante en los Andes peruanos en las edades y periodos que los arqueólogos ubican las culturas que ocuparon sus territorios y, por supuesto, correspondientes periodos climáticos andinos identificados en el numeral 1.4 y reportados en los cuadros 1-4 a 1-6 del capítulo I.

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Cuadro 3-2. Eras arcaica y formativa de la agricultura andina peruana y correspondientes periodos climáticos andinos

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En el referido cuadro 3-2 presentamos: • Las eras arcaica y formativa de la agricultura andina, identificadas con la letra (A), con sus estadios culturales que comprenden: el periodo (1) desde que los estudiosos reportan la presencia del Hombre en los Andes peruanos, señalada hace unos 14 500-12 000 años del presente (años ap) a los estadios culturales del periodo (2) pre-agrícola hace unos 12 000 a 9 000 años ap; y el periodo (3) de inicio de la agricultura incipiente hace unos 5 000 años ap. • Dichos períodos corresponden, a su vez, a los siguientes períodos climáticos universales aplicados a los Andes: periodo (a) postglacial, de la retirada glacial entre hace 14 500 años ap a hace 11 000 años ap; periodo (b) de clima óptimo, (el optimum climaticum) caracterizado por un clima cálido y húmedo señalado entre los 11 000 a 4 000 años ap incluyendo un subperíodo (c) de alternancia de fases secas y húmedas, al finalizar el período de clima óptimo, señalado entre los años 4 000 a 3 000 años ap. • En períodos correspondientes a la transición glacial-postglacial, hace unos 15 000 a 10 000 años ap y el inicio del holoceno; desde el inicio de la desglaciación que siguió en forma inmediata e ininterrumpida el último avance glacial hace unos 15 000-14 500 años ap y el periodo óptimo de las temperaturas que empezó hace unos 11 000 años ap alcanzó el máximo a los 9 400 años ap y se extendió hasta hace unos 5 000 años ap.

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Previamente, debemos llamar la atención del lector respecto a dos conceptos o formas de pensar comunes acerca de los sustanciales cambios que se han dado en las condiciones de clima-vegetación en los Andes.

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En primer lugar, generalmente, al referirnos acerca de los sustanciales cambios que se han dado en las condiciones de clima-vegetación se tiende a pensar en los procesos que dieron lugar a la formación de los Andes en edades geológicas mayores referidas a decenas de miles de años, de cientos de miles a millones de años. No es así, a los periodos

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de interés geológicamente «modernos», referidos a «sólo» los últimos 20 000 años de inicio de los procesos de ocupación humana de los territorios de los Andes: • En tal sentido, dejamos claramente establecido que en el trabajo no nos estamos refiriendo al complejo conglomerado de procesos geológicos que contribuyeron al levantamiento y deformación progresiva de los Andes con elementos que profundicen más allá de lo expresado al respecto en el numeral 2.1 (capítulo II) referido a la fisiografía, morfología y otras características macro-ecológicas de los Andes; y en el numeral 2.2 (capítulo II) en el cual presentamos algunos datos complementarios respecto a la formación geológica de los Andes. • Sin duda alguna, en los últimos 20 000 años nos estamos refiriendo «sólo» a datos de los «últimos segundos» de formación geológica de los Andes en el reloj de la vida desde la formación de la Tierra (ver el cuadro 1-2 y figura 1-5 en el capítulo I: datos sobre la formación geológica de los Andes y sus relaciones con el reloj de la vida y de la historia humana: representados en la escala de un día de 24 horas de 10 millones de años por hora; día de 1 440 minutos de unos 167 000 años por minuto; y; de 86 400 segundos de unos 3 años por segundo). 70

En segundo lugar, nos referimos a periodos de modificaciones en la morfología, hidrología-orografía y el medio ambiente. A cambios radicales que se han producido en el clima-vegetación en los Andes peruanos, detectados por los expertos en sus estudios, basados en los paleo registros ambientales y arqueológicos existentes, los que señalan la ocurrencia de enormes disrupciones producidas por lluvias torrenciales de gran magnitud que dieron lugar a grandes avalanchas -huaycos- de agua, piedras y lodo con efectos catastróficos en el medio ambiente de las zonas tempranas de ocupación humana:

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En tal sentido, dejamos claramente establecido que en el trabajo nos referimos, específicamente, a la ocurrencia de etapas o fases de cambio climático del orden y magnitud mayores que los expertos denominan: «Ciclos de alteración ambiental radical (Radical environmental alteration cycles REAC, en su sigla en inglés) precedidos por grandes sismos que dieron lugar a profundas modificaciones en el paisaje y en las sociedades (Moseley, et al., 1981, Macharé, J. y Ortilieb, 1993: 43; Kaulicke, E 1993: 284).

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El clima-vegetación de las zonas de la cordillera de los Andes peruanos, en las zonas de la yunga costeras, de las quechua y alto andinas, en las eras arcaica y formativa de la agricultura, pasa por crecientes fases cálidas y húmedas a la alternancia de fases secas y húmedas hacia finales del periodo en que se produjo el ‘Gran cambio climático’ en los Andes. De acuerdo con lo que nos señalan los estudios paleo- ambientales, en dichos periodos se producen sustanciales modificaciones en el tipo de vegetación según se dan las variaciones en los regímenes de precipitaciones pluviales y temperaturas en las diferentes zonas latitudinales y altitudinales en los Andes.

3.3.1 CARACTERÍSTICAS CLIMÁTICAS, HIDROLÓGICAS Y DE VEGETACIÓN EN LAS ZONAS DE LAS YUNGAS COSTERAS DURANTE LAS ERAS ARCAICA Y FORMATIVA DE LA AGRICULTURA ANDINA 73

Para gran parte del largo período de clima cálido y húmedo hace unos 11 000 a 5 000 años ap (entre los años 9 000 a 3 000 a. C.) correspondiente al período (b) de clima optimo en los Andes, incluyendo el sub-período (c) de alternancia de fases secas y húmedas hace

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unos 5 000 a 3 000 años ap (entre los años 3 000 a 1 000 a. C.) podemos plantear la visión retrospectiva que nos hemos formado, en base a la revisión efectuada de los trabajos de los expertos, acerca de las principales características hidrológicas, orográficas y de climavegetación que reinaban en esa parte del «mundo» andino: • Grandes extensiones de las yungas de la costa del Perú estaban cubiertas, en ese entonces, por sabanas, praderas y bosques costeños abarcando pampas, tablazos, colinas, acantilados y cerros, con presencia estacional de pequeños arroyos, lagunas y manantiales. • Las sabanas de praderas y bosques en pampas, tablazos, colinas, acantilados y cerros hasta alturas de unos 1 200-1 500 msnm abarcaban zonas y áreas mucho más amplias que las ocupadas en la actualidad por las reducidas lomas. Tal como explicaremos a continuación, dichas zonas comprendían, las denominadas quebradas cortas y medias y amplias zonas de lomas que abarcan áreas, hoy en día, semi-desérticas a desérticas hiper-áridas. • Una idea parcial del clima-vegetación que imperaba durante gran parte del periodo de clima óptimo en las referidas zonas de las yungas costeras la podemos obtener de la visualización de la vegetación en las fotografías de las figuras 3.6 a 3.12 tomadas en áreas semi-húmedas actuales comprendiendo: Figura 3-6. Vegetación de las zonas de Tumbes (al interior de Máncora-Cancas-Punta Sal: bosques de algarrobo, espino, otras especies arbóreas y pastizales) (Fuente: J.A. Salaverry)

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▪ En la figuras 3-6 y 3-7 mostramos la vegetación de las zonas de Tumbes (al interior de Máncora-Punta Sal) y de Lambayeque (Bosque de Batán Grande); consideramos que los bosques de algarrobo, de espino y otras especies arbóreas y de pastizales que observamos al presente en dichas zonas del norte del país son indicativos del clima-vegetación imperante en el pasado en latitudes mayores. De hecho, conocemos por los estudios históricos que a la llegada de los españoles en el siglo XVI existían bosques de «algarrobos» en las terrazas aledañas a la mayor parte de los valles de la costa, del norte al sur del país (M. Rostworowski, 1981:56-69).

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Figura 3-7. Vegetación de las zonas de Lambayeque (Bosque de Batán Grande: bosques de algarrobo, de espino, otras especies arbóreas y pastizales) (Fuente: J.A. Salaverry)

Figuras 3-8. Áreas semi-húmedas actuales de las zonas altas de las lomas de Lachay- (Huacho) que han sobrevivido los procesos de desertificación de los Andes por más de tres mil años1 (Fuente: J.A. Salaverry)

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Figuras 3-9. Relictos de bosques de Tara y otras especies2 en zonas húmedas en las alturas de las lomas de Lachay (Huacho) (Fuente: E. Arrieta de Salaverry)

Figura 3-10. Vegetación de lomas verdes -de abundantes comunidades herbáceas, arbóreas y florísticas de las lomas de Lachay- (Huacho) que ha sobrevivido los procesos de desertificación de los Andes por más de tres mil años (Fuente: J.A. Salaverry)

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Figuras 3-11. Áreas semi-húmedas actuales de las lomas de Atiquipa (Chala)3: Las lomas de mayor abundancia y riqueza en vegetación de la costa (Fuente: J.A. Salaverry)

(*) Esta fotografía muestra un lito (usno en quechua) caído en la zona arqueológica de las lomas de Atiquipa.

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Figuras 3-12. Bosque de Guarango (Prosopis paluda- Huarango o ttaco en quechua) en las terrazas aluviales de Caral (Supe)4 (Fuente: E. Arrieta de Salaverry)

• En las figuras 3.8 y 3.9 podemos observar la vegetación de las lomas de Lachay (Huacho); en la figura 3-8 observamos las áreas semi-húmedas actuales de las zonas altas de las lomas de Lachay (Huacho) que han sobrevivido los procesos de desertificación de los Andes por más de tres mil años. Tal como nos enseñan los geólogos, la observación de los hechos «geológicos» al presente son una clara indicación de los hechos del pasado. Aplicando dicha enseñanza a la observación de la orografía en las zonas altas de las lomas de Lachay, podemos observar en las rocas la erosión producida durante «miles de años» por la gran condensación de la humedad atmosférica y su precipitación en forma de garúa o llovizna, y en el pasado durante el periodo de clima óptimo, posiblemente de lluvias estacionales mayores. • En la figura 3-9 abundamos más sobre lo expuesto respecto a las características climáticas, hidrológicas y de vegetación en las zonas de las yungas costeras durante las eras arcaica y formativa de la agricultura andina mostrando los relictos de bosques de tara y otras especies en zonas húmedas en las alturas de las lomas de Lachay (Huacho). • Una mejor apreciación de la vegetación de lomas verdes -de abundantes comunidades herbáceas, arbóreas y florísticas -la podemos obtener observando en la figura 3.-10 - las lomas de Lachay- (Huacho). • Por su lado, en la figura 3-11 mostramos la vegetación de las lomas de Atiquipa (Chala); las lomas de mayor abundancia y riqueza en vegetación de la costa. • Por último, en esta serie, observamos en la figura 3-12 la vegetación de las terrazas aluviales aledañas a las pirámides de Caral (Supe). 75

En las fotografías de las figuras 3.8 a 3-12 mostramos áreas semi-húmedas actuales de las lomas Lachay (Huacho); de Atiquipa (Chala); y de Caral (Supe) para señalar las muy pequeñas extensiones de áreas de microclimas de mayor humedad que todavía podemos encontrar en las citadas lomas -y que encontramos en pequeñas quebradas en las alturas de mayor parte de otras lomas- conteniendo especies de plantas que han sobrevivido los procesos de desertificación de los Andes por más de tres mil años.

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En todo caso, la vegetación de las lomas que podemos observar en las fotografías nos dan una idea del «verdor» de las amplias zonas húmedas que existieron en la costa, extendiéndose de los Andes verdes del norte del país (zonas de mayor humedad), a los Andes centrales (zona de la mayor densidad de ocupación humana en las eras arcaica y formativa de las culturas agrarias andinas) hacia los Andes secos del sur (con características especiales de las lomas en la cordillera de la costa de Marcona a Tacna lomas de Chala - Moliendo - Ensenada- Moquegua y Tacna).

3.3.2 LAS ZONAS DE LOMAS Y QUEBRADAS DE LAS YUNGAS DE LA COSTA DEL PERÚ 77

Las zonas y amplias áreas de las yungas de la costa del Perú que estuvieron cubiertas durante el largo periodo de clima óptimo por sabanas de praderas y bosques las identificamos de acuerdo a las áreas que nos señalan los expertos10 y que han tenido presencia del Hombre en ese entonces; dichas zonas y áreas comprenden: • En primer lugar, las amplias áreas de lomas, mucho mayores que las actuales áreas reducidas de ellas11. • En el cuadro 3-3 y correspondiente mapa de la figura 3-13, señalamos las zonas y localización de las principales lomas y quebradas cubiertas durante el periodo de clima óptimo (entre 11 000 y 3 500 años ap) por sabanas de praderas y bosques.

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Cuadro 3-3. Localización de las principales zonas de lomas y quebradas durante el periodo de clima óptimo entre 11 000 y 3 500 años antes del presente (años ap) cubiertas por sabanas de praderas y bosques

LEYENDA.(1) Localización / nombre de las 82 principales tomas (L) y quebradas (Q) cubiertas por sabanas de praderas y bosques durante el largo periodo de clima óptimo en los Andes (entre 8 500 y 3 500 años ap) periodo de clima cálido y húmedo. (2) Z/A clasificación de las áreas de acuerdo a su situación actual del clima-vegetación en las cuales se encuentran localizadas las lomas y quebradas: L = lomas que existen en la actualidad: D = zona desértica; QD = zona quebrada desértica; V = zona de valle; Q = zona de quebrada seca; QV = zona de quebrada valle; Q = zona de quebrada seca; QV = zona de quebrada valle; QH = zona de quebrada huaycos. (3) Distrito / provincia, de localización de las lomas o quebrada. (4) Río / afluente / pampa / tablazo / tablada / de la localidad. (5) Altura, metros sobre el nivel del mar (msnm).

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Figura 3-13. Localización de las principales zonas de lomas y quebradas (J. A. Salaverry, mapa adaptado de A. Nuñez Jiménez, 1986)

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• En segundo lugar, las denominadas por J. Deza (2001: 23-24); Fidel Ramirez y Jaime Deza, 2001: 27-34): • quebradas cortas que en número de unas 100 ingresan del litoral hacia el interior unos 20 a 30 kms.; • quebradas medias, que en número de unas 50 ingresan del litoral hacia el interior unos 30 a 50 kms.; y • quebradas largas, que corresponden a los 53 actuales ríos que desembocan en el Océano Pacífico los cuales ingresan del litoral hacia la cordillera occidental de los Andes por más de 50 kms. Algunas de las quebradas cortas y medias son denominadas «ríos secos» que en ciertos años tienen avenidas de aguas, en particular, en años de ocurrencias del fenómeno de ‘El Niño’.

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Podemos imaginarnos del orden de 150 quebradas cortas y medias (ingresando hasta unos 50 kms del litoral) adicionales a las 53 cuencas de los actuales ríos (ingresando más de 50 kms del litoral) recorriendo zonas y áreas aledañas a cerros, pampas y médanos, hoy en día zonas áridas e hiper-áridas y de extensas zonas de lomas con mayor humedad que la actual.

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En el mapa de la figura 3-14 mostramos las 53 cuencas de la vertiente occidental del Océano Pacífico: 48 de origen en la vertiente occidental de la cordillera de los Andes y 5 cuencas (Santa, Ocoña, Majes. Vitor y Tambo) que tienen su origen más profundo, en zonas intercordilleranas.

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Sólo así podemos entender las tempranas zonas de ocupación humana, en donde las poblaciones nómadas y semi-nómadas realizaban sus actividades de recolección-caza y pesca. Zonas, en su mayor parte áridas hoy en día, que nos señalan los vestigios o

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«huellas» arqueológicas de basurales, talleres líticos, conchales, monolitos de las culturas líticas de pescadores localizados en puntas y bahías del litoral, petroglifos diseminados en pampas y cerros, observatorios astronómicos-centros ceremoniales circulares como los de Caral, Aldas, Salinas de Chao e innumerables otros «centros cultistas» , «centros de poder» o de «irradación cultural», todo ello remontándose a las eras arcaica y formativa de la agricultura andina, al periodo de clima óptimo en los Andes, hace 11 000 a 5 000 años ap (entre los años 9 000 a 3 000 a. C.). 82

Zonas que se extendían latitudinalmente, descendiendo en densidad, humedad y tipo de vegetación: desde el ecuador hasta la altura de Paracas-Ica-Nazca y más al sur, de los 12° 14° LS a las actuales zonas de lomas de Moliendo, Moquegua y Tacna a los 18,5° LS hasta los 24° LS; y altitudinalmente, a alturas superiores a los 1 500 msnm. Figura 3-14. Perú: Mapa físico de las vertientes hidrográficas andinas y sus grandes cuencas (Fuente: J. A. Salaverry, adaptado de. ONERN, 1986)

3.3.2.1 Vegetacion de las lomas costeñas 83

Según la tipificación de vegetación existente hoy en día efectuada por R. Ferreyra (1986: 51-96) podemos señalar la existencia de manglares, chaparrales, ceibales y montes perennifolios, característicos de zonas tropicales húmedas, hoy sólo en las zonas de Tumbes y Piura, las que se extendían más al sur, posiblemente hasta los 8° LS (alturas de Chimbote, desembocadura del río Santa).

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En zonas de la cordillera occidental de los Andes peruanos las zonas de lomas se extendían hasta altitudes de los 1 500 msnm a 2 000 msnm desde las latitudes tropicales de Piura hasta Tacna al sur, alcanzando en Chile hasta el marcado límite de los 24° LS. en donde en ese entonces se iniciaban los bosques templados lluviosos del sur de las costas de la vertiente occidental de la cordillera de los Andes.

146

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Los expertos, siguiendo la citada tipificación de vegetación existente hoy en día efectuada por R. Ferreyra (1986: 51-96) señalan la existencia de bosques de la familia de las leguminosas (Leguminosae) de las especies denominadas: «algarrobos» o «guarangos» ( Prosopis pallida-Huarango o ttaco en quechua) asociados con otras especies, tales como la «tara» (Caesalpina tara, leguminosae) ; «Faique» (Acacia macrocantha, leguminosae), «sapote» (Capparis angulata, Capparacea), «palo santo» (Bursera graveolens, Burseraceae), entre otras menores. Igualmente, de extensas zonas de lomas verdes –de abundantes comunidades herbáceas, arbóreas y florísticas – en pampas, tablazos, colinas, acantilados y cerros hasta alturas mayores a los 1 500 msnm. En todos ellos abundaba la fauna silvestre de venados, pumas, tigrillos, perezosos, reptiles, monos y aves. 3.3.2.2 Vegetacion de los montes y bosques ribereños

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Igualmente, se presentaban abundantes montes y bosques ribereños a lo largo de las casi 200 quebradas cortas, medias y largas cuyos remanentes pueden observarse, hoy en día, en pequeñas áreas ribereñas, de pocas hectáreas a lo largo de algunos valles de la costa (p.e. en el valle de Cañete, zonas intermedias entre Cañete, Lunahuaná a Magdalena, subida a Yauyos; en el valle de Jequetepeque, zona de Trapiche; en el valle de Tambo, zona de Cocotea).

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Podemos especificar que los montes y bosques ribereños, siguiendo igualmente la tipificación de vegetación existente hoy en día efectuada por R. Ferreyra (1986: 51-96), estaban conformados por gramíneas, tales como: la «caña brava» (Gynerium sagittata, Gramineae) y el «carrizo» (Phragmites australis, Gramineae); arbustos, tales como, el «chilco» (Baccharis lanceolata, Compositae), el «pájaro bobo» (Tessaria integrifolia, Compositae); y árboles tales como el «sauce álamo» (Salix peruvianus, Salicaceae), «sauce común» (Salíx humbolianus, Salivinae) «sauce llorón nativo» (Salix chilensis, Salicaceae), el «faique» (Acacia macrocantha, Leguminosae) el «guarango» (Prosopis pallida, Leguminosae) la «tara, el «cerezo (Muntingea calabura, Elaercopaceae), el «boliche» (Sapindus saponaria, Sapindaceae), entre otros.

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Los montes de arbustos y árboles en los deltas de los ríos «valle abajo» estaban conformados por las mismas especies que se han señalado para los montes y bosques ribereños, pero eran enmarañadas (de mayor densidad de plantas y de árboles y malezas traídas en las avenidas de los ríos). Eran impenetrables e insalubres (en particular por la presencia endémica de la malaria) constituyéndose en verdaderas barreras físicas y ambientales para que podamos plantear su ocupación territorial temprana como zonas de cultivo por parte de las poblaciones, pero si como zonas de recolección y caza. 3.3.2.3 Lagunas y pantanos (ciénagas) y vegetación de los deltas de los ríos

89

En los deltas de los valles, en particular en las épocas de avenida de los ríos se distribuían en numerosos «brazos de río» que eran represados por los arbustos y árboles formando diques o «tirantes» naturales de malezas y sedimentos acarreados por las aguas de zonas de «valle arriba», conformando en la desembocadura de los ríos grandes lagunas y pantanos. En muchos valles, las lagunas y pantanos se formaban en ambas márgenes extendiéndose paralelos al litoral marino por todo el ancho del delta.

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La existencia de lagunas y pantanos (ciénagas) se encuentra ampliamente documentada en los archivos históricos de los cronistas, tal como lo expresa la estudiosa de nuestro

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pasado Dra. María Rostworowski (1981:25-33) cuando nos dice: «Sabemos de la existencia, hasta fines del siglo XIX, de extensas lagunas en cada valle costeño próximas al océano. En ellos crecían gramadales, grandes juncales y carrizales (en especial la totora o matara) y los habitaban gran variedad de aves y peces». De norte a sur, enumera, las siguientes lagunas: la de Portochuello en Chipillico (Piura), de Chinto en Chérrepe (Saña), de Huanchaco (Trujillo), los Wachaques o médanos de la Joya (Chanchán), de Guambacho (Samanco); montes, lagunas y cañaverales de Huaura y Huarmey lagunas de Callao, de Villa y de Pachacamac, lagunas de Coaillo y Chilca (Mala), Tambo de Asia, Iguanco y Cerro Azul (Cañete), de Pampa Colorada (entre Ocoña y Camaná); a las que podemos añadir, las lagunas de Santa y Chimbote, la Albufera de Medio Mundo (Huacho), las lagunas de Mejía en la desembocadura del río Tambo (Islay, Arequipa), entre otros. 91

La formación de diques naturales (denominados también «tirantes» o «caballadas» en algunas zonas del país), conformados por maleza, troncos y ramas de árboles, sedimentos y piedras de río, permitía la inundación de extensas áreas y la formación de terrazas de suelos sedimentarios en las riberas de los ríos en donde crecían extensos montes formados por malezas, arbustos y árboles. En particular, podemos señalar entre ellos, los bosques de «algarrobo» o «huarango», que se extendían desde Piura hasta Tacna, ocupando determinadas áreas de los valles costeros, siendo importante resaltar los relictos de bosques del norte, en Tumbes, Piura y Lambayeque (crecientemente depredados) y los de Calango y Santa Lucía en Ica (existentes hasta hace unos 60-70 años, actualmente desaparecidos).

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Asimismo, visualizamos, durante el largo periodo de clima óptimo (de unos 5 000 años de duración) con crecientes fluctuaciones cálido-húmedas a cálido-secas y profundizacíón de las dos estaciones, que la existencia de dichas condiciones de clima, flora y fauna silvestre permitieron un medio ambiente favorable para las actividades de las poblaciones nómadas de recolectores-cazadores y, posteriormente, de agricultores-recolectorescazadores, durante los estadios culturales pre-agrícola y de agricultura incipiente.

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Visualizamos que las primeras poblaciones de agricultores-recolectores-cazadores dieron «inicio» a una agricultura incipiente utilizando pequeñas áreas de laderas sedimentarias de los ríos y espacios de suelos humedecidos por arroyos y manantiales para el inicio del cultivo de semillas. Sin duda alguna, dichas actividades fueron complementadas con aquellas que ejercían los grupos humanos de pescadores-cazadores-recolectores en el litoral marino, intercambiando sus productos o dedicándose estacionalmente a algunas de ellas.

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Estos hechos tienen gran importancia en la explicación del clima-vegetación de las zonas de influencia de las tempranas zonas de ocupación territorial en las yungas de la costa, el desarrollo de los denominados ‘centros cultistas’ y la explicación del aprendizaje de las técnicas de riego por inundación practicadas por las culturas agrícolas costeñas preincaicas en etapas posteriores, acerca del desarrollo de las ‘culturas del riego’ en las zonas de yunga costeras, quechuas y alto andinas.

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3.3.3 CARACTERÍSTICAS CLIMÁTICAS, HIDROLÓGICAS Y DE VEGETACIÓN EN LAS ZONAS QUECHUAS Y ALTO ANDINAS DURANTE LAS ERAS ARCAICA Y FORMATIVA DE LA AGRICULTURA ANDINA 95

El clima-vegetación en las zonas quechuas y alto andinas de la cordillera de los Andes peruanos en las eras arcaica y formativa de la agricultura andina peruana, durante el periodo de clima óptimo andino era, en general, mucho más cálido y húmedo, de mayores precipitaciones pluviales, lo que permitía la existencia de abundantes bosques y pasturas a altitudes entre los 1 500 a más de 3 800 msnm. Sin embargo, presentaba grandes variaciones en altitud y vegetación descendiendo, en precipitaciones y temperaturas, de las zonas actuales de transición de los Andes verdes (hasta los 3,5° LS), los Andes amarillos o Andes centrales (desde los 3,5° LS hasta el Nudo de Vilcanota 12,5° LS) y los Andes secos del sur (al sur del Nudo de Vilcanota hasta el marcado límite de los 24° LS).

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En las zonas correspondientes a los Andes verdes, los registros muestran niveles máximos y desarrollo óptimo del bosque lluvioso entre los 10 000 a 8 000 años ap (8 000 a.C. a 6 000 a. C.) seguido de un retroceso a mayores altitudes; una alternancia de fases húmedas tropicales y menos húmedas entre los años 8 000 y 6000 años (6 000 a. C. y 4 000 a. C.) y un clima más húmedo en la Amazonia del Perú. La máxima regresión del bosque húmedo se registra entre los 7 000 y 5 000 años ap. (5 000 a. C. y 3 000 a. C).

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Durante las etapas tempranas de la era rormativa de la agricultura andina (hace unos 9 000 años ap las zonas mejor protegidas y de acceso más fácil a los recursos naturales por parte de las poblaciones recolectoras y cazadoras y posteriormente, de más fácil acceso a las fuentes de agua de riego para sus cultivos, se encontraban entre la quechua alta y la puna (3 200 a 4 200 msnm) de los Andes amarillos o centrales. Lo anterior parece coincidir con los vestigios arqueológicos de las primeras ocupaciones territoriales en las diferentes zonas andinas de la región natural de la Sierra peruana.

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En los Andes desérticos occidentales la fase cálido-húmeda en la cordillera se presenta entre los años 7 000 a. C. y 2 000 a. C, fases húmedas con formación de paleo suelos y niveles lacustres altos entre los años 6 000 a. C. y 4 000 a. C. y después de 2 000 años a. C, regresiones con alternancia de fases húmedas y secas.

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En las fotografías de las figuras 3-15 a 3-20 mostramos relictos de bosques de queñuales en zonas de laderas alto andinas sobre los 3 500 msnm y hasta 4 200 msnm que se encuentran en abras de la Cordillera Blanca en el Callejón de Huaylas y de Conchucos.

100

En el altiplano del Perú, los registros muestran una clara tendencia a un clima más cálido y seco, aumento de gramíneas y disminución de los bosques de montaña y los taxa subacuáticos, con desecación de las lagunas entre los 7 000 a 4 000 años ap (5 000 a. C. a 2 000 a.C).

101

Es importante referirnos a los bosques que ocupaban áreas de microclimas apropiados de las laderas de quebradas de las zonas quechuas y alto andinas en los pisos medios y superiores, entre 2 400-2 600 msnm a 3 200-3 800 msnm y mayores, cuyas extensiones han disminuido sustancialmente en los ecosistemas alto andinos, hasta quedar hoy en día pequeños residuos o vestigios de los mismos localizados en áreas de microclimas especiales de quebradas alto andinas.

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102

Los bosques que existían en los Andes centrales y Andes secos del sur estaban conformados por especies, tales como: el «molle macho» (Haplorhus peruviana); el «molle» (Schinus Molle); el «Hoque» (Kageneckia lanceolata); el «quinual» (Polylepis incana); «queñoal» (Polylepis villosa); «quishuar» (Buddleia incana); la «tara» (Caesalpinia tara); la «puya raimondi» (puya raimondii); entre otras especies arbóreas que dotaron de madera para combustible, construcción de viviendas y de implementos.

103

La depredación de dichos bosques es señalada por los expertos en el planteamiento de dos hipótesis explicativas. La primera por causas de la acción del hombre, por tala indiscriminada e incendios provocados; y la segunda por la acción de elementos naturales como la erosión y «huaicos». Si bien el uso intensivo -y posibles prácticas depredadorashecho por parte de las poblaciones que han ocupado los territorios quechuas y alto andinos durante miles de años, puede explicar la desaparición de bosques enteros y la acción posterior de elementos naturales hasta alcanzar situaciones ecológicas que hacen casi imposible su recuperación, planteamos que la explicación causal mayor recae en los ‘cambios climáticos que se han producido en los medios ambientes del «mundo andino». Figura 3-15. Relictos de bosque de quishuares (buddeleja langifolia) y queñuale (polylepsia spp.) en zonas alto andinas en el Callejón de Huaylas (Fuente: J.A. Salaverry)

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Figura 3-16. Relictos de bosque de quishuares (buddeleja langifolia) y queñuale (polylepsia spp.) en zonas alto andinas en el Callejón de Conchucos (Fuente: J.A. Salaverry)

Figura 3-17. Relictos de bosque de quishuares (buddeleja langifolia) y queñuale (polylepsia spp.) en zonas alto andinas de la laguna de Llanganuco en el Callejón de Huaylas (Fuente: E. Arrieta de Salaverry)

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Figura 3-18. Quenuales a más de 4 000 msnm. Camino de Huancaya a Vilca - Alto Yauyos (Cuenca del río Cañete) (Fuente: J. A. Salaverry)

Figura 3-19. Relictos de árboles de Hoque - subida a alto Yauyos - entre Magdalena y Llapay Camino Cañete-Alis-Tinco-Negro Bueno – Huancayo (Fuente: J. A. Salaverry)

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Figura 3-20. Bosquecillos de especies hidrófitas en el lecho del río Cañete camino Huancaya a Vilca a 3 800 msnm - y en las laderas relictos de queñuales y Hoque en las cañadas protegiendo a los suelos de la erosión. - Nótese la andenería: andenes de cultivo y de control de la erosión(Fuente: J. A. Salaverry)

Figura 3-21. Andenería de cultivo y vegetación en las cañadas para control de la erosión -no se cultiva en las cañadas- Carania - Alto Yauyos (Fuente: J. A. Salaverry)

3.4 Modificaciones en la hidrología, morfología y el clima-vegetación durante las etapas o fases del período del ‘gran cambio climático’ 104

Al finalizar el largo período de clima óptimo, entre los años 4 000 a 3 000 antes del presente (2 000 a 1 000 años a.C.) se presentan etapas o fases en las que se dieron, nuevamente, condiciones de gran inestabilidad oceánica y atmosférica, seguramente

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parecidas, más no en duración y amplitud de cambios, a las máximas condiciones de inestabilidad oceánica y atmosférica que se dieron durante el último ciclo glacialpostglacial, al final del pleistoceno e inicio del holoceno12. 105

Nos referimos, específicamente, a la posible ocurrencia de etapas o fases del período que denominamos del «gran cambio climático», del orden y magnitud mayores que los expertos denominan «Ciclos de Alteración Ambiental Radical, CAAR (Radical Enviromental Alteration Cycles, REAC, en sus siglas en inglés) precedidos por grandes sismos y que dieron lugar a profundas modificaciones en el paisaje y en las sociedades (Moseley et al., 1981; Macharé, J. y Ortilieb, 1993: 43; Kaulicke, E 1993: 284).

106

La ocurrencia de tales eventos, planteada por los expertos entre los 4 000 a 3 000 años ap (2 000 a 1 000 años a.C.) con posible mayor incidencia entre los años 1 200 a 1 100 a.C, corresponde al período de transición entre el largo período de clima óptimo en los Andes -de clima cálido y húmedo- y la adaptación a un clima crecientemente seco y frío que se venía produciendo como resultado de los procesos de desglaciación: por el aumento gradual de las temperaturas océano-atmosféricas que alcanzaron su máximo hace unos 9 000 años ap (7 000 años a.C).

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Al respecto, en los cuadros 3-4 y 3-5 presentamos:

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a. La cronología de las siete etapas o fases de ‘cambio climático’: de ocurrencia de eventos - fenómeno de ‘El Niño’ en gran escala extraordinariamente fuertes denominados Mega-El Niño, de menor intensidad denominados Super-El Niño con efectos catastróficos regionales y locales. La especificación se inicia por la etapa o fase (I) del ‘gran cambio climático’ hace 4 000 a 3 000 años ap (entre los años 2 000 a.C. y 1 000 a.C) y sigue por las otras seis etapas de ‘cambio climático’.

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b. La relación de los factores modificadores del clima-vegetación en los Andes, de acuerdo a las informaciones obtenidas en la revisión de los estudios paleo climáticos, la etapa I del ‘gran cambio climático’ es también señalada en el planteamiento de hipótesis referidas a: • El enfriamiento de la corriente peruana o de Humboldt y las modificaciones en la hidrología, morfología y medio ambiente andinos. • La profundización del largo proceso de desertificación andina. • El inicio de las ocurrencias «regulares» del fenómeno de «El Niño». • La subsistencia de las anomalías denominadas eventos muy fuertes del fenómeno «El Niño».

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Cuadro 3-4. Cronología de las siete etapas o fases de ‘cambio climático’

Fuente.- La identificación de las etapas o fases de cambio climatico, presentada con los numerales romanos (I) al (VII) la hacemos, en el capítulo I, numeral 1.2. Cuadro 3-5. Cronología de las siete etapas o fases de ‘cambio climático’5 y relación de los factores modificadores del clima-vegetación en los Andes relacionadas a las etapas o fases del periodo (I) del ‘gran cambio climático’

110

c. La cronología efectuada relaciona las ocurrencias de naturaleza catastrófica del fenómeno denominado ‘Super-El Niño’ -y quizás a algunos posibles «Mega-El Niño»-con

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las etapas o fases de ‘cambio climático’13 y con la ocupación del territorio andino por las diferentes culturas peruanas: • Respecto a lo primero, las etapas o fases (I) del período que denominamos del ‘gran cambio climático’ parecen corresponder, como hemos expresado, a la ocurrencia de una serie de eventos de carácter oceanográfico-climatológico del fenómeno denominado Mega-El Niño y la posible ocurrencia en algunos períodos climáticos de eventos singulares del tipo denominados «Super-El Niño» reportados en los estudios geológicos y arqueológicos citados por J. Macharé y L. Ortilieb (1993: 45); L. Ortilieb, M. Fournier, J. Macharé (1993: 192). • Respecto a lo segundo, la ocupación del territorio andino por las diferentes culturas peruanas, podemos señalar, utilizando conceptos expuestos por E Kaulicke (1993: 284) que: «corresponden a la dinámica cíclica de alteraciones que han producido continuas modificaciones en la morfología, hidrología y medio ambiente, determinando cambios en el paisaje y el hombre andino» relacionadas a impactos profundos producidos en las sociedades andinas que ocuparon local o regionalmente las zonas de las yungas, quechuas y alto andinas afectadas. 111

Continuando con la visualización retrospectiva de los profundos cambios producidos en la morfología, hidrología y medio ambiente andinos, presentamos los factores modificadores del clima-vegetación en los Andes relacionados a las etapas o fases del periodo del ‘gran cambio climático’.

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Tal como hemos expresado al iniciar éste numeral, al finalizar el largo período de clima óptimo, entre los 4 000 a 3 000 años ap (2 000 a 1 000 años a.C.) se presentan etapas o fases en las que se dieron, nuevamente, condiciones de gran inestabilidad oceánica y atmosférica que determinaron: • El incremento en la ocurrencia de lluvias torrenciales evidenciadas por el aumento de fases erosivas y formación de conos aluviales (evidencias geo-morfológicas que sugieren una fase húmeda con formación de paleo-suelos) produciendo cambios permanentes en los cauces de quebradas y ríos, modificando permanentemente los acuíferos costeros, con desaparición de las zonas húmedas, de los arroyos y pequeñas lagunas y disminución de los niveles de humedad de las praderas y amplias zonas de lomas costeras existentes en ese entonces. • Como resultado de las lluvias torrenciales asociadas con las ocurrencias de los citados eventos del fenómeno de ‘El Niño’ se produjeron efectos catastróficos en las zonas afectadas de las yungas costeras y quechua bajas, en particular en las zonas áridas del norte al centrosur del Perú, entre los que podemos señalar: la ocurrencia de grandes inundaciones que ahondaron el lecho de los ríos; destruyendo terrazas, montes y bosques ribereños en los valles y sus deltas; depositando los enormes avalanchas (huaycos) sus sedimentos característicos en pampas, quebradas y valles afectados. • Los enormes volúmenes de sólidos acarreados por las avalanchas ocasionadas por las lluvias de intensidad extraordinaria, precipitadas en las zonas altitudinales intermedias entre las zonas yunga y quechua de la vertiente del Océano Pacífico, hicieron desaparecer las lagunas que aún existían en algunas de las cuencas, remanentes de su destrucción en periodos anteriores de gran inestabilidad oceánica y atmosférica 14 ahondando profundamente las quebradas de los valles y produciendo cambios permanentes en los cauces de sus ríos. • La sedimentación en estratos sucesivos dio lugar, en el mar litoral, a la formación de enormes cordones litorales15 lo que hizo incrementar aún más su nivel (fenómeno postglacial que se venía produciendo) creando nuevos deltas en la desembocadura de los ríos y modificando las zonas de montes, bosques, arroyos, lagunas y pantanos de los valles afectados. En particular, nos referimos a la serie de eventos reportados en los estudios

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geológicos y arqueológicos que han estudiado los depósitos aluviales 16 y a datos arqueológicos de las zonas de ocupación territorial temprana y de los denominados ‘centros cultistas’ de las culturas antiguas peruanas, su abandono, retiro hacia el interior, en donde aparecen nuevas construcciones en fechas posteriores. • Al respecto, tenemos en cuenta que las condiciones hidrológicas, de ocurrencia de periodos muy húmedos, de lluvias torrenciales, modificaron sustancialmente la orografía de los Andes. Situaciones que hoy en día podemos observar en los inmensos depósitos sedimentarios, en particular en zonas de la cordillera occidental de los Andes, con modificaciones en algunos de sus estratos producidas durante el periodo que denominamos del ‘gran cambio climático’; y modificaciones topográficas de carácter más superficial-local (de menor traslación de masas de tierra y piedras) producidas en los subsiguientes periodos de cambio climático; de ciclos de alteraciones radicales del medio ambiente relacionados con ocurrencias del fenómeno de ‘El Niño’ en gran escala -Mega ‘El Niño’.

3.5 Variaciones del clima-vegetación en la zona del altiplano en el lago Titicaca en los últimos 30 000 años 113

Consideramos que una revisión de las condiciones de cambio climático en los Andes no puede ser completa sin la especificación de las variaciones del clima-vegetación que se han producido en el pasado en la amplia zona del altiplano del lago Titicaca, la que hacemos extensiva a la zona de los Andes secos (14° LS a 24 ° LS). La revisión comprende: a) Las fluctuaciones del nivel de las aguas del lago Titicaca en los últimos 30 000 años, b) Las variaciones del clima-vegetación en la zona del altiplano del Titicaca -en la zona de los Andes secos- en los últimos 30 000 años. La explicación de las causas de las fluctuaciones en los niveles del lago Titicaca y su correlato en las variaciones del climavegetación en la zona del Altiplano -en la zona de los Andes secos- en dichos periodos.

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Debido a la gran importancia señalada en las recientes investigaciones acerca de las condiciones paleo climáticas del lago Titicaca17 partimos con la descripción y ubicación geográfica de la cuenca del altiplano del Titicaca peruano-boliviano y de las cuencas de los paleo lagos Tauca y Minchín. La ubicación de dichos lagos en Sudamérica la mostramos en el mapa de la figura 3-22.

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El lago Titicaca, el lago navegable más alto del mundo (3 889 msnm) es un gran embalse de agua fresca, siendo la extensión actual del espejo de agua del lago de unos 8 000 km2, con unos 200 kms. de largo y 85 kms. de ancho y de unos 200 m promedio de profundidad. El lago recoge las aguas de precipitaciones de la vertiente occidental de la cordillera oriental de los Andes y de la vertiente oriental de la cordillera occidental de los Andes a través de 37 ríos y correspondientes sub-cuencas principales con una extensión de unos 48 775 km2.

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En la fotografía de la figura 3-23 mostramos una vista en tres dimensiones del relieve terrestre positivo de la cordillera que forma la anomalía fisiográfica de la cuenca del Titicaca. La anomalía fisiográfica de la cuenca del Titicaca, denominada así por no tener salida hacia ningún océano y una evolución geológica diferente. Se le caracteriza por ser de cuenca cerrada pues comprende 37 cuencas de ríos que alimentan con sus aguas las extensas llanuras que conforman el altiplano peruano-boliviano, conectado a través del río Desaguadero, con el lago Poopó y terminando en el salar de Uyuni.

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3.5.1 FLUCTUACIONES DEL NIVEL DE LAS AGUAS DEL LAGO TITICACA EN LOS ÚLTIMOS 30 000 AÑOS 117

En el gráfico de la figura 3-24 tratamos de mostrar las fluctuaciones del nivel de las aguas del lago Titicaca que acompañaron en los últimos 30 000 años, los cambios climáticos en la cuenca del altiplano peruano-boliviano. Figura 3-22. Ubicación de las cuencas del altiplano peruano-boliviano en Sudaméricaµ Lago Titicaca y de los paleo-lagos Tauca (hoy Lago Poopó) y Minchín (mar menor interior - hoy Salar de Uyuni) (Fuente: Adaptado de la revista Science, Junio, 26-2001)

El lago Titicaca, el lago navegable más alto del mundo (3 889 msnm): la extensión actual del espejo de agua del lago de unos 8 000 km2, con unos 200 kms. de largo y 85 kms. de ancho y de unos 200 m promedio de profundidad. La vertiente hidrográfica altiplánica o del lago Titicaca, en el Perú actual abarca unos 72 874 km2 de extensión (5,7% del total del territorio nacional de 1’285 216 km2). En ella se identifican 37 ríos -y correspondientes sub-cuencas principales con una extensión de unos 48 775 km2.) que desembocan en el lago Titicaca, existiendo un solo río -el Desaguadero- entre Perú y Bolivia por donde descarga sus aguas.

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Figura 3-23. Cuenca del lago Titicaca6 (Fuente: National Science Foundatios News, Julío,20-2002)

Figura 3-24. Fluctuaciones del nivel del lago Titicaca durante los últimos 30 000 años (Fuente: J.A. Salaverry)

(*) ver el texto para explicación de las etapas o fases, de la (A) a la (J), de fluctuaciones del nivel de las aguas del lago Titicaca en los últimos 30 000 años. 118

El gráfico ha sido elaborado en base a las interpretaciones preliminares que creemos haber logrado alcanzar acerca de las informaciones y conocimientos proporcionados por las evidencias geomorfológicas y sedimentológicas (geológicas) y climatológicas

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proporcionadas por los estudios de los expertos a que hemos hecho referencia; en particular, nos referimos: • En primer lugar, a aquellas proporcionadas por los estudios y referencias contenidas en el trabajo de la estudiosa C.Villagrán M. (1993: 243-258) sobre «Una interpretación climática del registro palinológico del último ciclo glacial-postglacial en Sudamérica». • En segundo lugar, a las recientes investigaciones paleo climáticas y arqueológicas que vienen siendo financiadas por el National Science Foundation..(NSF) de los 119

Estados Unidos de Norteamérica, investigaciones lideradas por Paul A. Baker de la Universidad de Duke y Geoffrey O. Seltzer de la Universidad de Syracuse (Revista Science, junio, 26-2001) en base de testigos geológicos tomados de los sedimentos del fondo del lago Titicaca, relacionados con las condiciones de clima.vegetación imperantes en cada periodo histórico, completados con estudios de los geólogos de la Universidad de Stanford Robert B. Dunbar y E A. Baker publicados en la revista Science (junio, 26-2001). sobre precipitaciones históricas en la zona volcánica aledaña de Sajama (Bolivia) en base a testigos de hielo de los glaciares relacionando el clima con fechados usando técnicas de radio carbono catorce.

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Una idea de los continuos y profundos cambios climáticos que se han producido en el altiplano peruano-boliviano en los últimos 30 000 años la podemos obtener si tenemos en cuenta la sucesión de periodos húmedos y secos en el pasado: • Durante el pleistoceno medio y tardío, hace unos 30 000 a 15 000 años ap la gran cuenca de la zona del altiplano del lago Titicaca, conjuntamente con las cuencas de los paleo lagos Tauca y Minchín, sufrieron etapas amplias de periodos hiper-húmedos, con precipitaciones señaladas de alrededor de un 20 % superiores a los niveles actuales. Lo anterior significaría descargas superiores a los 2 000 millones de m3 anuales a través del río Desaguadero hacia los paleo lagos Tauca y Minchín. • En el pleistoceno medio señalan la ocurrencia de la denominada fase Minchín de lluvias torrenciales hace unos 27 000 a 22 000 años ap. Esta fase está referida geográficamente a la existencia en ese entonces de un mar menor interior conocido como el lago Minchín el cual, hoy desecado, es el Salar de Uyuni en Bolivia, de unos 12 000 kilómetros cuadrados de extensión (de gran extensión comparada con unos 8 000 kilómetros cuadrados del actual lago Titicaca). • Los niveles mínimos de las aguas lago Titicaca fueron alcanzados durante el último máximo glacial (22 000 a 18 000 años ap). • A partir de los 15 000 años ap el lago Titicaca sufrió una serie de cambios dramáticos: Se inició una fase seca que duró unos 2 000 años produciendo un descenso significativo de los niveles de las aguas del lago. • En el pleistoceno tardío (desde los 13000 años ap e inicios del holoceno hace 10 500 años ap) los expertos señalan una nueva fase de lluvias torrenciales denominada fase Tauca (entre 13 000 años a 11 500 años ap) en la cual los niveles de las aguas del lago Titicaca alcanzan nuevamente sus máximos de descargas a través del río Desguadero. • Al periodo húmedo, de lluvias torrenciales siguió un periodo de unos 2 000 años secos (entre los 13 000 a 11 000 años ap) produciendo el descenso sustancial de sus aguas del orden de unos 40 m. en relación a los actuales niveles de las aguas. • A este periodo siguió unos 1 500 años de sequedad relativa (11 000 a 8 500 años ap), seguido de otro de unos 2 500 años de fuertes precipitaciones e incremento del nivel del lago (8 500 a 6 000 años ap). • Seguido por un periodo de lluvias torrenciales por unos 1 000 años (7 000 a 6 000 años ap).

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• Posteriormente, entre 6 000 y 5 000 años ap, se produjo un paulatino descenso de los niveles del lago Titicaca hasta alcanzar niveles mínimos, de unos 60 m a 80 m debajo de los niveles actuales. Periodo extremamente seco en el cual el lago Titicaca alcanza sus mínimos niveles en 25 000 años. • Entre 5 000 y 3 000 años ap los niveles se mantienen bajos y fluctuantes sin llegar, en ningún momento, a los niveles actuales alcanzados en los últimos 3 000 años. • En los últimos 3 000 años el lago Titicaca incrementa sus niveles de las aguas alcanzando los actuales hace unos 1 500 - 2 000 años ap. 121

Las etapas o fases de fluctuaciones del nivel de las aguas del lago Titicaca en los últimos 30 000 años consideradas en la construcción del referido gráfico de la figura 3.24, son las siguientes: 1. Fase Minchín de lluvias torrenciales (hace unos 27 000 a 22 000 años antes del presente (años ap). 2. Niveles mínimos de las aguas del lago Titicaca alcanzados durante el último máximo glacial (22 000 a 18 000 años ap). 3. Entre los 15 000 a 13 000 años ap periodo de unos 2 000 años secos. 4. Fase Tauca de lluvias torrenciales (entre 13 000 años a 11 500 años ap). 5. Periodo de sequedad relativa, (11 500 a 9 000 años ap). 6. Desde hace 11 000 años ap se produce un paulatino descenso de los niveles del lago Titicaca hasta alcanzar niveles mínimos de unos 60 m a 80 m debajo de los actuales hace alrededor de unos 7 700 años ap. 7. Hace unos 8 000 a 6 000 años ap los niveles de las aguas del lago Titicaca descendieron rápidamente, en pocos cientos de años a sus niveles mínimos de unos 60 m a 80 m de los actuales. 8. Entre 7 000 y 4 000-3 000 años ap los niveles se mantienen bajos y fluctuantes, sin llegar en ningún momento a los actuales alcanzados en los últimos 3 000 años. 9. Fase Titicaca de rápida elevación de los niveles de sus aguas, fase que se inició hace unos 4 500 años ap con continuas variaciones hasta alcanzar los niveles de las aguas del lago que conocemos hoy en día. 10. Nivel actual.

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En forma resumida, en el referido gráfico de la figura 3-24 podemos observar:

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1) Que los máximos niveles de las aguas del lago Titicaca alcanzados en los últimos 30 000 años corresponden a las denominadas fases de lluvias torrenciales, con sus efectos hidrológicos y orográficos que se observan en los vestigios de sedimentaciones tomados del lecho del lago y de glaciares en zonas aledañas: • La fase Minchin, hace unos 27 000 a 22 000 años ap (años ap). • La fase Tauca hace unos 13 000 a 11 500 años ap. • A la que debemos añadir una nueva fase muy húmeda, la que denominamos fase Titicaca, de rápida elevación de los niveles de sus aguas, fase que se inició hace unos 4 500 años ap, con continuas variaciones hasta alcanzar los niveles de las aguas del lago que conocemos hoy en día.

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2) Los niveles mínimos de las aguas del lago Titicaca fueron alcanzados durante el último máximo glacial (22 000 a 18 000 años ap), periodo en que los niveles muestran descensos de unos 40 metros (alrededor de hace 7 700 años ap) en relación al nivel actual, precedido y seguido por la señaladas fases Minchin y Tauca de niveles más altos.

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3) En general, durante la última -y nueva- glaciación- los niveles lacustres altiplánicos fueron bajos, muestran descensos durante el máximo glacial (23 000 y 13 000 años ap) precedidos y seguidos por fases de niveles más altos, antes de los 22 000 años ap y entre 13 000 y 11 500 años ap.

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4) Los expertos señalan que los periodos en gran escala (ciclos de miles de años) de extrema humedad y sequedad en el altiplano del Titicaca, con incidencia al este de la cordillera de los Andes y en las zonas de la Amazonia, estuvieron relacionados a la temperatura y clima y ello, a su vez, relacionado a las corrientes marinas y a los vientos predominantes del este, provenientes del Océano Atlántico.

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5) Los periodos de inusual baja temperatura de la aguas del Océano Atlántico en ciclos de 1 000 años o más, seguidos por cientos de años de intensas precipitaciones, estuvieron asociados en el altiplano del Titicaca con periodos extremadamente lluviosos.

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Para ayudar a una mejor interpretación de los cambios climáticos, presentamos en el siguiente numeral algunas informaciones proporcionadas por los expertos sobre las variaciones del clima-vegetación en la zona del altiplano del Titicaca - en general para la zona de los Andes secos- en los últimos 30 000 años.

3.5.2 VARIACIONES DEL CLIMA-VEGETACIÓN EN LA ZONA DEL ALTIPLANO DEL TITICACA -EN LA ZONA DE LOS ANDES SECOS- EN LOS ÚLTIMOS 30 000 AÑOS 129

En lo que se refiere al clima-vegetación en el altiplano peruano-boliviano correspondiente a las fases o periodos señalados en los numerales anteriores, los expertos señalan: • Que los glaciares se desarrollaron a los 30 000 años ap y entre 16 000 a 15 000 años ap con reavances menores entre 12 000 y 10 000 años ap bajo condiciones de un clima glacial muy frío y húmedo, como en todo el altiplano (entre 7° LS y 27° LS) y no durante la máxima depresión de temperaturas en el último avance glacial en el hemisferio sur (bandas latitudinales) de ocurrencia entre 20 000 a 18 000 años ap. • Que los registros palinógicos en los periodos o fases lacustres altas correspondientes a la fase Minchín (27 000 a 22 000 años ap) y a la fase Tauca (13 000 a 11 500 años ap) sugieren condiciones de lluvias torrenciales, de clima muy húmedo, con presencia de bosques en las montañas aledañas, helechos y plantas acuáticas. • Que fases más secas, con máximos de gramíneas, se registran a los 18 000 años ap y después de los 12 000 años ap. • Durante la transición pleistoceno-holoceno (11 000-10 000 años ap), hacia el holoceno temprano (10 500 a 8 000 años ap) y parte del holoceno medio (8 000 y 4 000 años ap) los paleo registros ambiéntales del altiplano peruano-boliviano muestran una clara tendencia hacia un clima más cálido y seco, evidenciado por el incremento de gramíneas y desaparición de los elementos de bosque de montaña y taxa acuático. En dichos periodos, tal como hemos expuesto, los niveles del lago Titicaca se mantienen bajos y fluctuantes, sin llegar en ningún momento a los niveles superiores actuales alcanzados en los últimos 3 000 años. • En los últimos 4 000 a 3 000 años las variaciones del clima-vegetación (variaciones en los regímenes de lluvias interpretadas por las evidencias geomorfológicas y sedimentológicas) en el altiplano parecen haber sido muy amplias, con periodos de climas muy lluviosos,

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produciendo una rápida elevación de los niveles de las aguas lacustres, intercalados por periodos secos y muy secos resultando en el descenso de sus aguas. • A partir de los 3 000 años ap los registros palinológicos del altiplano muestran un climavegetación francamente estacional, de fases interanuales frías y húmedas secas y húmedas parecidas a las actuales. Los niveles del lago Titicaca son cada vez mayores sin alcanzar los niveles actuales. 130

En la figura 3-25 tratamos de resaltar las informaciones proporcionadas respecto a las variaciones del clima correspondientes a los últimos 30 000 años referidas, en particular, a la zona del altiplano del Titicaca y en general en las zonas altiplánicas de los Andes amarillos (Andes centrales del Perú) y Andes secos. Para ello comparamos dichas informaciones con aquellas consignadas en el numeral 3.5.1 respecto a las fases Michin y Tauca de lluvias torrenciales de clima muy frío, húmedo y fases intermedias. Figura 3-25. Variaciones del clima-vegetación en la zona del altiplano del Titicaca -Andes secos- en los últimos 30 000 años (Fuente: J.A. Salaverry)

(*) Fases Minchin y Tauca: lluvias torrenciales - clima muy frío y húmedo

3.5.3 EXPLICACIÓN DE LAS CAUSAS DE LAS FLUCTUACIONES EN LOS NIVELES DEL LAGO TITICACA, DE LAS VARIACIONES DEL CLIMA-VEGETACIÓN EN LA ZONA DEL ALTIPLANO -EN LA ZONA DE LOS ANDES SECOS- EN LOS ÚLTIMOS 30 000 AÑOS 131

Las explicaciones de las causas de las fluctuaciones seculares en los niveles del lago Titicaca -de las variaciones del clima-vegetación en la zona del Altiplano -en las zonas de los Andes secos- recae en la ocurrencia de las denominadas estaciones terrestres de largo plazo producidas por el fenómeno de la precesión del eje terrestre en los últimos 125 000 años y nuestra «Interpretación del efecto de las estaciones terrestres de muy

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largo plazo en las variaciones del clima-vegetación en América del sur» que tratamos de visualizar en las figuras 1-11 y 1-12 del capítulo I. 132

Sin embargo, para complicar aún más las interpretaciones, los expertos que vienen realizando recientes investigaciones paleo climáticas en el lago Titicaca18 señalan que: alrededor de hace unos 8 000 a 6 000 años ap los niveles de las aguas del lago descendieron rápidamente, en pocos cientos de años, a su nivel mínimo de unos 80-90 m menores al actual, por causas que aún no han sido claramente determinadas De hecho, señalan que los estudiosos no tienen una completa explicación de los cambios climáticos que se han producido en las diversas zonas del altiplano y en general en los Andes en los últimos 30 000 años.

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Por nuestra parte, debido a los insuficientes conocimientos que tenemos y a las informaciones fragmentarias con que contamos, recomendamos mantener las explicaciones e interpretaciones alcanzadas en este numeral en su carácter de tentativas o preliminares. Más aún, si tenemos en cuenta que los periodos tratados cubren miles de años en los cuales se han producido continuas variaciones climáticas que duraron décadas a cientos de años, caracterizadas por desfases en el tiempo en la ocurrencia de los procesos de glaciación-desglaciación entre los hemisferios norte y sur del continente americano y en el avance-retiro de los glaciales en las zonas altitudinales en general -y del altiplano en particular- en relación al avance-retiro de los glaciares alcanzado en las bandas latitudinales de los Andes.

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En todo caso, de las informaciones e interpretaciones presentadas por los estudiosos, consideramos de la mayor importancia llamar la atención lo señalado respecto: 1. Al comportamiento asimétrico de los cuerpos de agua en las zonas del altiplano andino, en general y en particular del lago Titicaca, en relación al comportamiento del climavegetación reportado para otras zonas latitudinales andinas. 2. En particular, el desfase observado en las diferentes edades y periodos durante el pleistoceno medio y tardío y el holoceno en los últimos 30 000 años de unos 2 000 a 4 000 años de retraso en el avance-retirada glacial en las zonas del altiplano en relación al avanceretirada alcanzado en las bandas latitudinales de los Andes, aspectos que consideramos de la mayor importancia para entender las condiciones de clima-vegetación imperantes en las diferentes eras y edades, y por tanto, en la explicación de la ocupación de las diversas zonas de los Andes.

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En tal sentido, en el gráfico de la figura 3-26 combinamos las informaciones contenidas en el capítulo I, numeral 1.4 y figura 1-9 en las que identificamos las edades y periodos en los Andes en los últimos 30000 años y correspondientes periodos climáticos andinos, con las informaciones que se presentan en el numeral 3.5.1 y figura 3-24 respecto a las fluctuaciones del nivel del lago Titicaca y explicaciones del clima-vegetación en el altiplano peruano-boliviano que se presentan en el numeral 3.5.2 y figura 3-25.

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En el referido gráfico de la figura 3-26 resalta el señalado desfase del orden de unos 3 000 a 4 000 años de retraso en el avance glacial en las zonas del altiplano, en relación al alcanzado en las bandas latitudinales en Sudamérica y altitudinales en los Andes: • Entendemos que el referido desfase o retraso en el periodo de avance glacial en las zonas del altiplano, del orden de unos 2 000 a 4 000 años, se presenta, igualmente, para el siguiente periodo de rápida e ininterrumpida desglaciación el que, en el altiplano, se presenta entre los 10 500-11 500 años ap y los 8 000-9 000 años ap, en vez de los 14 500 a 10 000 años ap en las bandas latitudinales andinas.

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• Igualmente, entendemos que el periodo de clima óptimo en las zonas altiplánicas se presenta entre los 8 000-9 000 a 2 000-3 000 años ap, en vez de hace 11 000 a 5 000 años ap en las bandas latitudinales andinas. • En nuestro entendimiento, existe un doble desfase en el tiempo en la ocurrencia de las etapas o fases de cambio climático en los Andes: latitudinalmente de norte al sur y altitudinalmente de oeste a este. Doble desfase que denominaremos la doble diagonal del clima-vegetación de los Andes latitudinal-altitudinal que introduce una mayor complejidad en el entendimiento e interpretación de las condiciones de cambio hidrológicas y orográficas y de clima-vegetación que imperaron en el pasado. • Ello, debido a que, tal como lo señalan los expertos, el avance de los glaciares en la tierra no siempre fueron acompañados al mismo tiempo por un enfriamiento en el mar y que los procesos de desglaciación (producidos por aumento en las temperaturas y sus efectos orográfico-hidrológicos) no fueron simultáneos en latitudes altas, medias y bajas en los hemisferios norte y sur del continente americano y en las correspondientes zonas altitudinales andinas. Figura 3-26. Desfase de unos 2 000 a 4 000 años de retraso en el avance-retiro glacial en las zonas del altiplano del Titicaca en relación al alcanzado en las bandas latitudinales de los Andes en las diferentes edades y periodos durante el pleistoceno y el holoceno en los últimos 30 000 años (Fuente: J.A. Salaverry)

Fuente.- Combinación de los gráficos de la figuras 1-9 (capítulo I), figura 3-24 y 3-25. 137

Contando con los elementos aportados estamos en mejores condiciones de entender las explicaciones de los expertos sobre los cambios climáticos en el pasado en la cordillera de los Andes en Sudamérica, sus causales y efectos; aunque esto nos sea muy difícil imaginar, más allá de las tendencias, fluctuaciones o variaciones que han tardado decenas, cientos o miles de años de ocurrencia, presentadas en las figuras que hemos elaborado.

165

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En todo caso, lo que si es posible imaginarnos son las enormes disrupciones hidrológicas y. por tanto, orográfícas que se produjeron en las diferentes zonas andinas por efecto del avance-retiro de los glaciares en las zonas del altiplano.

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Estudios recientes, entre los que podemos referimos a los trabajos realizados por Peter deMenocal y colaboradores (2001: 667-673); basados en informaciones paleo climáticas y arqueológicas disponibles19 relacionan las respuestas culturales a cambios climáticos ocurridos en los últimos 7 000 años.

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Dichos estudios muestran, posiblemente más allá de una simple coincidencia con los estimados de fechado de sus periodos o fases de ocurrencia que hemos presentado en el capítulo anterior y en lo que va de este capítulo, la ocurrencia de grandes eventos climatológicos de amplios periodos de sequías precedidos o seguidos de lluvias torrenciales e inundaciones-que se relacionan con la desaparición de poblaciones y culturas completas.

3.6 La profundización de los procesos de desertificación andina: la formación de la doble diagonal «árida» en las bandas latitudinales y altitudinales de los Andes 141

Corresponde a la etapa o fases del período de ‘gran cambio climático’ la profundización de los procesos de ‘desertificación andina’, procesos que venían produciéndose secularmente desde fases anteriores20 por efecto del enfriamiento de la corriente peruana o de Humboldt, el consiguiente enfriamiento del clima y disminución de las precipitaciones pluviales en las costas del continente sudamericano bañadas por el Océano Pacífico.

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Profundización de los procesos de ‘desertificación andina’ en sus contrastes latitudinales, del sur al norte, en la costa del Océano Pacífico de Sudamérica y las modificaciones que ejercen los Andes, en sus contrastes altitudinales, de oeste a este, situaciones que hemos denominado la ‘doble diagonal árida en los Andes’ al revisar la singularidad de la distribución del clima-vegetación en las diversas zonas andinas.

3.6.1 FORMACIÓN DE LA DOBLE DIAGONAL «ÁRIDA» EN LAS BANDAS LATITUDINALES Y ALTITUDINALES DE LOS ANDES 143

a) Con sus efectos de ‘desertificación latitudinales’, de creciente incremento y profundización de las zonas desérticas y semidesérticas en la zonas de las yungas de la costa del Perú, desde el norte al sur procesos de creciente desertificación que forman hoy en día los desiertos de Sechura - Chicama - Casma, pasando por Nazca - Paracas - Ica Majes - La Joya - Clemesí, hasta las zonas de Atacama.

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Igualmente, la conformación de zonas secas -desérticas- por efecto de la disminución creciente de las descargas pluviales que se venía produciendo en las zonas intermedias a los valles actuales o «valles largos» y a los «valles antiguos» cortos y medios, según descripción que hemos hecho referencia efectuada por J. Deza (2001: 24). En las zonas intermedias de los «valles antiguos» cortos y medios -hoy quebradas secas, sin agua, excepto en años de ‘El Niño’- encontramos relictos de vegetación que nos dan una idea de lo que existió en el pasado pero, sobre todo, encontramos vestigios (de talleres líticos, de

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múltiples sitios de petroglifos) que señalan la ubicación de las primeras ocupaciones humanas de dichos territorios en épocas arcaica y formativa de la agricultura andina que se remonta a más de 7 000 - 9 000 años ap. 145

Una observación adicional en la conformación de zonas secas -desérticas con respecto a los procesos de ‘desertificación latitudinales’ en algunas zonas de la costa del país, es la existencia de enormes acumulaciones -denominadas «cerros»- de arenas eólicas producidas por efecto de vientos de gran intensidad (del tipo viento paraca revisado en el numeral 2.3.2.4) que precedieron y sucedieron a los eventos de carácter catastrófico que caracterizaron las referidas fases o etapas del ‘gran cambio climático’. Dichas acumulaciones de arenas eólicas penetran algunos kilómetros al interior del litoral como «lenguas» o «islas», que guardan similitud a las de las zonas de afloramientos marinos costeros dando a entender la existencia de zonas de ocurrencia de dicho fenómeno en el pasado de enorme intensidad, algunas de las cuales podemos hoy en día observar: por ejemplo, en zonas como las de Atiquipa (Departamento de Arequipa), Paracas (Departamento de Ica), La Gramita-Cerro Mongón de Las Aldas (Departamento de Ancash); Punta Corrientes-Chepeconde (Departamento de Lima).

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b) Con sus efectos de ‘desertificación altitudinales’ en las correspondientes zonas andinas quechuas altas, intermedias y bajas; de modificación de sus zonas climáticas traducidas en una reducción de las bandas de altitud de sus pisos ecológicos.

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De la existencia de abundantes pasturas y bosques, de climas templados y húmedos, hasta los 3 800 – 4 200 msnm, señalando zonas de ocupación agrícola de mayor seguridad y de fácil acceso a los recursos de suelos y aguas en las terrazas naturales y primitivos andenes en los niveles superiores, relativamente altos, entre los 3 200 msnm a 3 800 msnm.

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Las modificaciones climáticas en los pisos ecológicos de las zonas quechuas y alto andinas, producidas por las etapas o fases del ‘gran cambio climático’, caracterizadas por: limitaciones de acceso al riego producidas por cambios en las fuentes permanentes de aguas de regadío (disminución de las aguas de manantiales, destrucción de reservorios, tomas-canales por huaycos, etc.); un aumento en la ocurrencia de heladas y el incremento del riesgo de heladas; y creciente clima frío y seco que aumenta con la altura, obligaron a las poblaciones a ocupar zonas climáticas en pisos ecológicos inferiores, adaptándose a las nuevas condiciones, construyendo nuevos andenes y sistemas de riego en zonas quechua correspondientes a los actuales niveles intermedios y bajos entre los 2 500 a 3 500 msnm dependiendo de su ubicación en las laderas de las vertientes de las microcuencas y sus terrazas aluviales adyacentes.

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Una observación adicional en la conformación de zonas secas -desérticas en los procesos de ‘desertificación altitudinales’, es la existencia en la actualidad, de las denominadas zonas de los huaycos; de ocurrencia en años de lluvias y ubicados básicamente, entre los 700 msnm a 1 200 msnm; zonas ecológicas muy frágiles, de difícil manejo, de donde proviene la mayor parte de las avalanchas de agua, lodo y piedras destruyendo, en especial, caminos de penetración de los valles costeros a las zonas quechua intermedias y altas; arrasando cultivos, ganado y en algunas ocasiones, poblados enteros.

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3.6.2 LOS MODERNOS PROCESOS DE ARIDIZACIÓN Y SALINIZACIÓN 150

Por último, con respecto a los procesos de ‘desertificación andinos, no podemos dejar de lado y referirnos a la diferencia entre dichos procesos y los modernos procesos de aridización y salinización que, en forma creciente, observamos en los valles de la costa peruana: • Los procesos de desertificación andinos son procesos naturales, de carácter secular, construidos dentro de las características propias, en particular, más no exclusiva, de las zonas de los Andes amarillos y secos (Andes peruanos en su mayor parte). • Por su lado, los modernos procesos de aridización y salinización tienen su origen, fundamentalmente, en el mal uso de los recursos de agua y suelos hechos por el Hombre; mal uso que, si bien su origen puede remontarse al uso más intensivo de las aguas y tierras agrícolas en el siglo

XVIII

(crecimiento de la población) se acelera a partir de las primeras

décadas del siglo pasado (aceleración del crecimiento de la población) con la adopción de «nuevas técnicas» o modalidades más intensivas de riego y de uso de los suelos con fines agrícolas y ganaderos. 151

Nos explicamos con algunos ejemplos concretos que permiten entender mejor el incremento de la aridez en las zonas yungas y quechuas: • Cambio de las técnicas tradicionales utilizadas por las culturas andinas pre-hispánicas en los valles de zonas semi-desérticas, desde Piura a Ica, de riego por inundación -riego por machaco- en pozas, dameros o cuadriláteros- en donde se depositaba grandes cantidades de agua, humedeciendo los suelos con uno o dos riegos -machacos-en la época de avenida de los ríos; al uso exclusivo de riegos por surcos a medida que se mejoraron las tomas de agua de los canales madre construidas en las riberas del lecho de los ríos -se hicieron más fuertes, con diques de defensa, menos susceptibles a desaparecer en las avenidas de los ríos- y a medida que los cultivos se hicieron más intensivos. • De la mayor importancia es tomar en cuenta que la técnica tradicional de riego por inundación -riego por machaco- permitía reemplazar los acuíferos de los valles y pampas aledañas, que permitían el «verdor» que mostraban en el pasado dichas zonas, complementados por el cultivo de especies tales como el sauce álamo (Salix peruvianus) con fines maderables, aspectos que dan cuenta los historiadores de los periodos pre-hispánicos, la Colonia y bien entrado el periodo de la República. • Técnicas similares a las de riego por inundación, llamadas técnicas de colmatación fueron utilizadas para obtener el reemplazo de los suelos mediante la inun la :ión con aguas de avenidas de los ríos ricas en suelos de cultivo (traídas por las avenidas de los ríos «de las alturas»). Así como, el uso de técnicas de lavado de la salinidad de los mismos mediante riegos de machaco, fueron utilizadas, coadyuvando, como en el caso anterior, al reemplazo de los acuíferos y el mejoramiento de la calidad de los suelos de cultivo. • No podemos dejar de señalar como factores de mal uso de los recursos de aguas y suelos de cultivo los efectos de los desagues de las nuevas irrigaciones; el mal drenaje de las zonas desecadas; o, de la misma construcción de carreteras, como el paso de la Panamericana por tierras de cultivo de muchos valles cortando el drenaje natural con la pérdida por mal drenaje de miles de hectáreas de las mejores tierras de cultivo; y/o por causa de inundaciones producidas por acequias de regadío sin las necesarias obras de arte.

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• En las zonas quechuas, en particular en la quechua alta, resalta la falta de conservación de bofedales (zonas muy húmedas ricas en pastos naturales) lagunas, reservorios y manantiales (puquiales) los cuales, con sus represas, tomas, canales y andenes de captación de las aguas de lluvia, conforman los sistemas de andenes y terrazas de cultivo bajo riego y al secano o cultivo con riego con aguas directa de lluvias.

3.6.3 LAS OCURRENCIAS CÍCLICAS, INTERANUALES Y PERIÓDICAS DEL FENÓMENO DENOMINADO ‘EL NIÑO’ 152

Corresponde, igualmente, a la etapa o fases del período de ‘gran cambio climático’ el probable inicio de las ocurrencias cíclicas, interanuales y periódicas del fenómeno denominado ‘El Niño’ como las conocemos hoy en día; y la subsistencia de las denominadas anomalías cíclicas periódicas -mas no regulares- interanuales de los eventos muy fuertes del fenómeno, las que debemos diferenciar de las anomalías denominadas «Super-El Niño», identificadas propiamente como ciclos de alteración ambiental radical (de duración de décadas hasta de 100-150 años) y más aún, de las denominadas «Mega-El Niño» (de menor frecuencia, mayor duración y amplitud de cambios, de «magnitud pleistocénica» reportados por M.E. Moseley (1983: 429); M.A. Morner (1993: 3-12); W.H. Quinn (1933:11-34); J. Macharé y L. Ortilieb (1993: 35-52); L. Ortilieb, M. Fournier y J. Macharé (1993: 191-212); W.E. Arntz y E. Fahrbach (1996: 223-231).

3.6.4 EL PERIODO DEL ‘GRAN CAMBIO CLIMÁTICO’ Y EL «DILUVIO UNIVERSAL» 153

De otra parte, el periodo del ‘gran cambio climático’ en el hemisferio sur parece corresponder al período de «cambio climático universal», centrada su ocurrencia por los estudiosos del pasado hace unos 3 200 a 3 100 años ap (entre los años 1 200 a. C. a 1 100 a. C.) señalado como de ocurrencia de fases de grandes alteraciones acompañadas por una serie de terremotos, a los que siguieron disturbios sociales y una «era oscura» en las sociedades del «mundo» occidental conocido en ese entonces en el hemisferio norte. Nos preguntamos: ¿la etapa del ‘gran cambio climático’ correspondería al diluvio universal? señalado en los documentos históricos y en los mitos y leyendas de la mayor parte de culturas universales, como es el caso de la civilización andina peruana.

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Utilizando las expresiones al respecto de E Kaulicke (1993: 284) podemos concluir con él diciendo: que la ocurrencia de tales fenómenos ocasionaron profundos cambios geomorfológicos y ambientales cuyas consecuencias han sido observadas por los expertos en los paleo-registros climatológicos, geológicos y arqueológicos, produciendo: la desaparición de las abundantes zonas de recolección y caza -y de cultivo- en las yungas de la costa peruana y cambios radicales en las zonas iniciales de ocupación de los territorios de las quechuas y alto andinas, impactando en las poblaciones y culturas en formación que ocupaban dichas zonas, obligándolas adaptarse -o, a emigrar- a las nuevas y cambiantes condiciones y limitaciones de clima-vegetación, imperantes en las diferentes zonas de temprana ocupación territorial21.

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La identificación de las etapas de ‘cambio climático’ desde el período del ‘gran cambio climático’ hasta el periodo que hemos denominado de ‘inicio del riego’, correspondiente a la transición entre los estadios culturales (3) y (4), (centrado entre los años 2 000 a. C. a 250 a. C. - 300 d. C) nos permite afirmar, más allá de la consideración de elementos que

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podrían interpretarse como simple coincidencia, que si se han producido cambios climáticos sustanciales en los últimos 7 000 años y que, por lo tanto, el clima-vegetación correspondiente a las diversas zonas de los Andes peruanos, sí ha tenido variaciones de mayor amplitud durante todas las etapas o fases del desarrollo de las culturas agrarias andinas prehispánicas, cambios profundos, radicales que han repercutido en la ecología, el paisaje y el hombre en las zonas andinas peruanas. 156

La referida etapa o fases del período de ‘gran cambio climático’ en los Andes produjeron efectos catastróficos que determinaron, entre otros, la desaparición de las abundantes zonas iniciales de recolección y caza -e, iniciales de cultivo, aunque incipiente- en las yungas de la costa peruana. Así como, produjeron cambios radicales en las zonas de los valles por efecto del ahondamiento de los lechos de los ríos (destrucción de terrazas, montes y bosques en las riberas y en los deltas de los valles) y la ocurrencia de largos periodos de sequía posteriores, de fuertes vientos y arenamiento costero (de formación de las zonas o «lenguas» de grandes acumulaciones de arena eólica).

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Igualmente, se produjeron modificaciones en los pisos ecológicos de las zonas quechuas y alto andinas, caracterizados por un aumento en la ocurrencia de heladas y en cambios en el acceso a las fuentes permanentes de aguas de regadío (lagunas, puquiales y riachuelos) determinando la necesidad de que las poblaciones se localicen en zonas más bajas de las laderas de las vertientes de las micro-cuencas y sus terrazas aluviales adyacentes, de alturas de los 3 500 – 3 800 msnm a alturas de los 2 800 – 3 200 msnm.

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La revisión que hemos efectuado en este Capítulo acerca de las siete etapas de ‘cambios climáticos’ en los Andes peruanos, relacionadas con los registros en gran escala del fenómeno océano-climatológico de El Niño, nos permite afirmar la ocurrencia de grandes eventos climatológicos -de amplios periodos de sequías precedidos o seguidos de lluvias torrenciales e inundaciones- relacionados con dichos eventos.

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En el capítulo IV abordamos los aspectos que relacionan la ocurrencia de los referidos grandes eventos climatológicos -de amplios periodos de sequías precedidos o seguidos de lluvias torrenciales e inundaciones- con la desaparición de poblaciones y culturas completas. De acuerdo a las informaciones que nos proporcionan los referidos registros paleo-ambientales en los últimos 3 000 - 4 000 años de ocupación de los Andes peruanos.

NOTAS 1. La definición y clasificación de los denominados registros paleo ambientales la incluimos en el anexo A del estudio. El entendimiento y explicaciones acerca de la dinámica de cambio en las condiciones macro ecológicas de los Andes se basa en numerosos estudios reportados por los expertos acerca de dichos registros paleo-ambientales naturales, arqueológicos, históricos e instrumentales. En el curso de los trabajos citaremos en forma específica los principales estudios revisados al respecto. 2. Nos referimos a los paleo-registros de ocurrencias de eventos en gran escala -o serie de eventos- de carácter ‘Súper-El Niño’ que explicarían los periodos de grandes cambios climáticos de duración alrededor de 50 a 150 años y de intensidad variable; y la posible ocurrencia de un

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«Mega-El Niño», de menor duración, pero de mayor intensidad, en los últimos 8 000 a 4 000 años, materia de estudio, planteamientos e interpretaciones por parte de los expertos N. A. Mórner (1992;1993:1-11); J. Macharé y L. Ortilieb (1993: 35-52); C. Villagrán (1993:250-256); M. E. Moseley (1983: 429); W. H. Quinn (1933:11-34); L. Ortilieb, M. Fournier y J. Macharé (1993: 191-212); W. E. Arntz y E. Fahrbach (1996: 223-231). 3. En el capítulo IV presentamos las relaciones entre dichos factores relacionados con la ocurrencia de grandes cambios climáticos y la desaparición de sociedades enteras, ambos hechos relacionados a su vez con la ocurrencia de eventos de larga escala del fenómeno océanoclimatológico de ‘El Niño’. 4. En el capítulo IV hacemos el planteamiento de hipótesis respecto a los «probables «periodos de ocupación territorial de los Andes relacionadas a las características y condiciones del climavegetación imperantes en ese entonces. 5. En el hemisferio sur, la desglaciación en latitudes altas siguió inmediata e ininterrumpidamente al último avance glaciar de los 15 000 a 14 500 años ap (Mercer, 1976, 1984; cita de C. Villagrán, 1993: 253). El largo periodo del holoceno de clima óptimo en los Andes, periodo climático (c) del óptimo de las temperaturas, empezó en el hemisferio sur a los 11 000 años ap, alcanzándose el máximo a los 9 400 años ap, simultáneamente al enfriamiento Younger Dryas del hemisferio norte, precediendo así en alrededor de unos 2 000 a 3 000 años al máximo de temperaturas alcanzado en el hemisferio norte.» (C. Villagrán, 1993: 25-26; citando a Hays et al., 1976; Labeyrie, 1996; Harrison et al. 1994). 6. Estudios financiados por The National Science Foundation (NSF) de los Estados Unidos de Norteamérica a través de su programa Earth System History (ESH). Revista Science; mayo -2002. Ref. Dave Verardo, Director, NSF’s paleocltimatic program / dverardo nsf.gov. El programa incluye la referida expedición al lago Titicaca-y al lago Junín- y la toma de muestras de sedimentos profundos del lecho del lago (sediment cores). 7. Movimientos de precesión del eje terrestre de ciclo de unos 25 800 años; de inclinación del eje terrestre o movimiento o ciclo Milancovitch de unos 41 000 años y de cambio en la excentricidad de la órbita de la Tierra alrededor del Sol de ciclos de 100 000 a 300 000 años. 8. Durante la última glaciación (22 000 a 18 000 años antes del presente ap) y nueva glaciación entre hace 15 000 y 14 500 años ap que precedió a una rápida desglaciación -retirada glacial- que comenzó inmediata e ininterrumpidamente (14 500 a 10 000 años ap). 9. Comprende un segundo avance de los glaciares entre hace 15 000 y 14 500 años ap que precedió a una rápida desglaciación -retirada glacial- que comenzó inmediata e ininterrumpidamente (14 500 a 10 000 años ap). 10. para identificación de las áreas hemos utilizado información de los siguientes estudios: a) Sobre el clima-vegetación de las lomas que nos proporcionan en la Gran Geografía del Perú los expertos Prof. Ra nón Ferreyra sobre la Flora y Vegetación del Perú (1986) y el Dr. Antonio Brack Egg sobre Ecología Re n País Complejo (1986), Registros de Vegetación en la costa peruana en relación con el Fenómeno de El Niño (1993). b) El extenso trabajo sobre petroglifos del Perú de Antonio Nuñez Jimenez (1978), de donde extractamos las zonas o áreas en las cuales se encuentran localizados los petroglifos que damos cuenta en el análisis de los procesos tempranos de ocupación territorial de los Andes. c) El trabajo sobre recursos Naturales Renovables y Pesca de la Dra. María Rostworowski (1981). d) Las múltiples informaciones sobre los registros paleo arqueológicos y paleo ambientales que utilizamos a través de todos los trabajos de nuestro estudio. 11. Reducidas áreas de lomas por efecto del milenario proceso natural de desertificación, acelerado por efecto del mal uso dado por el Hombre (sobrepastoreo y deforestación). 12. Aspectos planteados por la paleo-ambientalista C. Villagrán, (1993: 243-258) en sus estudios sobre evidencias paleo ambientales en Sudamérica para dar cuenta de los cambios regionales de clima-vegetación durante dicho ciclo, a que hemos hecho referencia en numerales anteriores.

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13. Los expertos consideran que es correcto plantear que cada etapa o fase de ‘cambio climático’ se extendió durante algunas décadas, con efectos terrestres de carácter catastrófico, locales en algunos períodos y, regionales en otros. 14. Aspectos que hemos revisado ampliamente y que corresponden al periodo del último ciclo glacial-postglacial, la transición pleistoceno/holoceno (11 000-10 500 años ap) e inicio del largo periodo de clima óptimo en los Andes, el optimun climaticum universal en las zonas andinas; periodo en que se dieron condiciones de máxima inestabilidad oceánica y atmosférica: de etapas o fases de cambio climático del orden y magnitud mayores que los expertos denominan: «Ciclos de Alteración Ambiental Radical». 15. Cordones litorales: referidos a la sedimentación en las playas formadas en las planicies litorales de influencia de los deltas de los valles, que se observa como una secuencia de depósitos de enormes volúmenes de sólidos acarreados por las avalanchas producidas por un drástico aumento de pluviosidad, la elevación del nivel del mar y una actividad reforzada del oleaje (Macharé, J.; Ortilieb, L. 1993: 42-43). 16. Depósitos aluviales en Casma (L.E. Wells, 1990) y otros valles de la costa peruana central; de formación de cordones litorales en los valles de la costa norte en Chira y Piura (L. Ortilieb, M. Fournier, J. Macharé, 1993), (P Kaulicke, 1993), (J. Macharé y L. Ortilieb, 1993); 17. Estudio publicado en la revista Science (junio, 26-2001) por los geólogos de la Universidad de Stanford Robert B. Dunbar y Baker. Adicionalmente a Dunbar y Baker, otros coautores del estudio publicado por Science son Harold D.Rowe de Stanford; Geoffrey O. Seltzer de le Universidad de Syracuse, Sherly C. Fritz y Pedro M. Tapia de la Universidad de Nebraska; Matthew J. Grove de la Universidad de Duke; y, James R Broda del Woods Hole Oceanographic Institute. 18. Entre los que podemos referimos a los trabajos realizados por Peter de Menocal y colaboradores (Ed. Cook, Heidi Cutten, Harvey Weiss, Ray Bradeley, Dave Hodell, Marx Brenner, Lonie Thompson) reportados bajo la referencia: de Menocal, PB. Cultural Responses to Climate Change During the Late Holocene, Science, 292 pp. 667-673 (2991) (PDF). Aspectos que por su importancia en el entendimiento de las condiciones de cambio climático en los Andes son materia de presentación especial en el capitulo IV. 19. Nos referimos, por ejemplo, al trabajo reportado por deMenocal y colaboradores: sobre el Imperio Akadiano, referido como el primer imperio a nivel mundial establecido en la Mesopotamia, entre los ríos Tigris y el Eufrates, ca. 4 300 a 4 200 años ap; imperio que prosperó por unos 100 años y cuya desaparición o rápido colapso se señala ocurrió alrededor de 4 170 + − 150 años ap calendarios. Dichos trabajos tienen particular interés por sus relaciones en el tiempo (paralelismo de su desarrollo cultural) con el desarrollo de tempranas culturas de la civilización andina peruana que ocuparon la costa central del Perú. Informaciones paleo-climáticas y arqueológicas disponibles que relacionan las respuestas culturales a cambios climáticos, de particular interés en la explicación de los factores que causaron el abandono, retiro hacia el interior y, aparición posterior de nuevas poblaciones y culturas. Situaciones de abandono-nueva ocupación que se sucedieron en determinadas zonas del Perú hasta la conquista del Tahuantinsuyo incaico en el año 1 532 d.C. por causas de la ocurrencia de eventos de larga escala del fenómeno océano-climatológico de ‘El Niño’. 20. Desde el período de transición entre el largo período (b) de clima cálido y húmedo, el período de clima óptimo entre los años 9 000 a. C. a 2 000 a. C. y de adaptación a un clima crecientemente seco y frío, el período (c) de alternancia de fases secas y húmedas entre los años 2 000 a. C. a 1 000 a. C. 21. La ocurrencia de grandes cambios climáticos y la desaparición de sociedades enteras y, su relación con la ocurrencia de eventos de larga escala del fenómeno océano-climatológico de ‘El Niño’ es materia de creciente interés por parte de científicos y estudiosos del pasado. Los paleo registros naturales utilizados como variables de aproximación a las condiciones de climavegetación que imperaron en el pasado, complementados con los registros arqueológicos e

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históricos, indican que en los últimos 12 000 años se han producido profundos y periódicos cambios climáticos, señalados por la ocurrencia de periodos fríos y secos y, periodos cálidos y húmedos; la ocurrencia de grandes sequías y de inundaciones relacionados con cambios en la circulación de los océanos y atmosférica; de incremento de la radiación solar, y, de activa actividad tectónica (volcanismo) en ciclos de miles de años durando décadas a cientos de años (Peter deMenocal, Science, julio, 2002).

NOTAS FINALES 1. Nótese la erosión en las rocas producida por precipitaciones pluviales durante el largo período de clima cálido y húmedo -el periodo de clima óptimo- hace unos 11 000 a 5 000 años ap, y posteriormente, por precipitaciones en forma de garúa y fuerte condensación de la humedad de lomas. 2. Bosques de la familia de las leguminosas (Leguminosae) de las especies denominadas: «algarrobos» o «guarangos» (Prosopis pallida- Huarango o ttaco en quechua) asociados con otras especies, tales como la «tara» (Caesalpina tara, leguminosae); «Faique» (Acacia macrocantha, leguminosae), «sapote» (Capparis angulata, Capparacea), «palo santo» (Bursera graveolens, Burseraceae), entre otras menores. 3. Esta fotografía muestra un lito (usno en quechua) caído en la zona arqueológica de las lomas de Atiquipa. 4. Las poblaciones semi o sedentarias antes de “inventar” el riego, cultivaban semillas por golpes de palo en los espacios vacíos entre los árboles que crecían en terrazas aluviales o sedimentarias, zonas de manantiales o de la riberas de los ríos en épocas de estiaje. 5. Leyenda:Etapas о fases de cambio climático Cuadro 3-4 6. La anomalía fisiográfica de la cuenca del Titicaca, denominada así por no tener salida hacia ningún océano y una evolución geológica diferente, con su característica de cuenca cerrada que comprende treintaiseis cuencas de ríos que alimentan con sus aguas las extensas llanuras que conforman el altiplano peruano-boliviano, conectado a través del río Desaguadero, con el lago Poopó y terminando en el salar de Uyuni.

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Capítulo IV. Hipótesis sobre las posibles “rutas de ingreso” y de “poblamiento” de los Andes y ensayos cronológicos sobre las culturas andinas peruanas

Ingreso del Hombre a Sudamérica por el istmo de Panamá y posibles rutas de poblamiento de los Andes

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4.0 Aspectos generales 1

En este último capítulo aplicamos los conocimientos macro-ecológicos adquiridos al análisis histórico-cronológico de las culturas andinas peruanas. Tratamos de proporcionar el indispensable marco histórico-cronológico de la ocupación humana de los territorios de los Andes, en el curso de miles de años dentro de los cuales se presentan las diversas eras y estadios de desarrollo de las culturas que conforman la civilización andina peruana.

2

Amplísimo periodo inter-temporal que abarca unos 10 mil años de ocupación de los Andes por las culturas andinas peruanas, el que consideran los expertos señalados por F. Kauffmann Doig (1986) corre: desde las tempranas etapas de la era arcaica, hace unos 10 a 12 mil años antes del presente (años ap) pasando, durante miles de años a la era formativa de la agricultura; posteriormente, a los estadios de desarrollo cultural; y sólo hace unos 1 500 a 1 100 años, hacia el estadio desarrollado de las culturas locales y regionales antecesoras de la unión de los pueblos o «naciones» de las cuatro grandes «provincias» que conformaron el Tahuantinsuyo incaico1. Esta última etapa que corre por unos 400 años, desde los años 1 100 de nuestra era y termina en 1 532, hace casi unos 500 años, con la conquista.

3

Si bien reconocemos que lo tratado en este capítulo no corresponde, en forma estricta, a los objetivos planteados2, es también cierto que la adquisición de los conocimientos en este estudio la hemos hecho con el propósito principal en mente de aplicar los conocimientos adquiridos en otros estudios que hemos efectuado y venimos realizando. Tratamos en ellos: a) De determinar el «paisaje» de las zonas andinas de ocupación territorial; es decir, del medio ambiente en que vivían las múltiples poblaciones y culturas andinas peruanas; b) su análisis histórico-cronológico; c) todo ello, con relación a las condiciones orográficas, hidrológicas y de vida-vegetación que prevalecieron en el pasado; y d) al mismo tiempo, todo lo anterior, relacionado a profundos y continuos cambios climáticos señalados por ocurrencias del fenómeno océano-climatológico de ‘El Niño’.

4

El marco inter-temporal histórico-cronológico de la ocupación humana de los territorios de los Andes que proporcionamos nos permite ubicar los «hechos» y fenómenos que se dan en la naturaleza y que explican la dinámica de cambio en las condiciones macroecológicas a las que hemos hecho referencia en las explicaciones y análisis efectuados en los capítulos anteriores. Dentro de dicho contexto hemos construido un conjunto de ensayos cronológicos, los que consideramos nos permiten relacionar en el tiempo los siguientes aspectos: • Los grandes periodos de cambios climáticos que representan, en las zonas andinas, las condiciones climáticas universales que caracterizaron el medio ambiente. • Los eventos de carácter catastrófico producidos por ocurrencias del fenómeno océanoclimatológico de ‘El Niño’. La relación de la ocurrencia de grandes eventos climatológicos -de amplios periodos de sequías precedidos o seguidos de periodos de lluvias torrenciales e inundaciones. Nos referimos a las anomalías identificadas por los expertos como Ciclos de Alteración Ambiental Radical3; Dichos periodos de eventos han sido relacionados por los estudiosos con la desaparición de poblaciones y culturas enteras en los últimos 3 000 años de ocupación de los Andes peruanos.

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• Los grandes estadios culturales en los cuales los arqueólogos clasifican el desarrollo de las poblaciones andinas peruanas. • Los periodos arqueológicos definidos por los estudiosos del pasado peruano; incluyendo la relación de las poblaciones y culturas peruanas establecidas en su territorio. • La relación de culturas antecesoras y de gobernantes de las culturas Lambayeque (Naylamp), Mochica-Chimú e Inca. • Por último, presentamos como elementos adicionales de enmarcamiento cronológico el análisis de los procesos tempranos de ocupación territorial de los Andes que parecen estar señalados por la existencia de miles de petroglifos diseminados a lo largo del territorio del Perú, dados a conocer en el trabajo de Antonio Nuñez Jiménez (1986). Igualmente, nos referimos a los conceptos sobre el paralelismo en la distribución geográfica de los factores culturales y el desarrollo de las civilizaciones. 5

Hemos encontrado necesario plantear las citadas relaciones cronológicas debido a la usual insuficiencia –y en algunos casos carencia total- que hemos encontrado en la revisión de los numerosos trabajos especializados sobre las diversas materias tratadas, lo que dificulta la identificación de sus desarrollos culturales en el tiempo y lugar.

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Nuestro interés para efectuar su revisión recae, tal como hemos expresado al iniciar esta parte del trabajo, en contar con el indispensable marco inter-temporal, en el curso de miles de años de ocupación territorial de los Andes, dentro del cual se presentan las diversas eras y estadios de desarrollo de las culturas peruanas en épocas prehispánicas.

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Sin embargo, posiblemente, debido a nuestros escasos conocimientos sobre la arqueología, antropología e historia de las culturas andinas, encontramos una gran dificultad para ubicar en el tiempo: • Los períodos de desarrollo de las culturas pre-incaicas peruanas y de las poblaciones antecesoras; el ámbito de los espacios de ocupación territorial de cada una de ellas. • Las características del medio ambiente reinante en cada época de su desarrollo; la continuidad – o, discontinuidad – de sus culturas; entre muchos otros aspectos importantes para el logro de los objetivos de nuestros trabajos.

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Posiblemente, la explicación de lo anterior se deba, tal como lo expresa P. Kaulicke (1993: 286-287): «A la tendencia generalizada de la arqueología peruana de contentarse con presentaciones sumarias de los hallazgos y sus contextos... (en las que) predominan propuestas que se basan en principios estilísticos y la seriación de elementos considerados diagnósticos... la secuencia estilística, por lo tanto, se convierte en secuencia cronológica sin que tenga el debido sustento arqueológico...»

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De otro lado, nos llama la atención la falta de referencias concretas en los libros de historia del Perú prehispánico a la importancia de la existencia de culturas paralelas a la incaica, en particular las culturas Lambayeque (Naylamp), Chimú (Chimor), Huanca, Pachacamac y Chincha, entre otras, las que muestran importantes desarrollos regionales que antecedieron a su tardía incorporación al Tahuantinsuyo incaico.

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Por último, Antonio Nuñez Jimenez (1986: 30-34, Tomo I) nos llama la atención acerca del paralelismo e independencia en el desarrollo de las culturas andinas peruanas con otras culturas de América y resto del mundo (caldeos, egipcia, griega, romana, mesoamericana). Con el objeto de proporcionar los elementos que permitan ubicar en el tiempo cada una de dichas culturas intentamos construir en el numeral 4.6 un ensayo comparativo de las eras culturales peruanas y principales hachos históricos a nivel mundial. Ensayo que abarca en el tiempo, desde la llegada de los primeros pobladores a América (hace unos 40

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000 años); el ingreso del Hombre a Sudamérica e inicio del poblamiento de los Andes (hace unos 20 000 años); las eras arcaica y formativa de la agricultura y de desarrollo agrícola-cultural; hacia el Tahuantinsuyo incaico y conquista del Perú por Pizarro en el año 1 532 de nuestra era. 11

En el planteamiento de dichas relaciones cronológicas nos hemos basado en los conceptos y elementos expuestos por M. E. Moseley y el citado P Kaulicke acerca de las evidencias geo-morfológicas observadas en las excavaciones arqueológicas en las zonas costeras del norte peruano:

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Al respecto M. E. Moseley 1983: 424-425) expresa: el rechazo que hace «...de la tendencia, común en los estudios, sea sobre geografía física, arqueológica u otros temas relacionados, por la aparente ausencia de cambios climáticos, expresados en cambios de temperatura, de presumir que las actuales condiciones ambientales de aridez de la costa peruana sean largamente aplicables a la reconstrucción de los medios ambientes en el pasado y por consiguiente, a las adaptaciones de las sociedades prehispánicas.»

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Por su lado P Kaulicke (1993: 284) añade: «Esta tendencia, ...basada en simplificaciones y nociones estáticas de ‘cultura’, no corresponden, ni a la dinámica de ciclos de alteraciones geo-morfológicas resultando en modificaciones continuas de la superficie y litoral costeños, ni al rol de las influencias del hombre sobre este medio ambiente cambiante, sea para aprovecharlo conservándolo, sea para contribuir a su deterioro.»

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El mismo autor, refiriéndose a los denominados «Ciclos de Alteraciones Radicales Ambientales», (Radical Environmental Alteration Cycles REAC) entre otros fenómenos, básicamente movimientos tectónicos y ENOS (El Niño – Oscilación Sur), expresa: «Es evidente que tales fenómenos deben haber causado impactos profundos en las tempranas sociedades costeñas obligándolas a eficientes y rápidas respuestas de adaptación. Estas respuestas dependen de una serie de factores que últimamente llevan a dos consecuencias observables en los registros arqueológicos: a) permanencia en el lugar por haber encontrado mecanismos de contrarrestar la catástrofe; y b) desplazamiento y abandono del lugar con posible recuperación posterior por las mismas sociedades o por otras».

4.1 Posibles «rutas de ingreso» y de poblamiento de los Andes 15

En el numeral 1.1.3 del capítulo I presentamos, dentro de los principales hechos incluidos en el reloj de la vida y de la historia humana (cuadro 1-1) aquellos limitados a los que denominamos «El reloj de los procesos migratorios en los últimos 150 mil años de colonización de los continentes». Dicha presentación nos permite revisar someramente la teoría immigracionista del poblamiento de las Américas, cuyos principales aspectos repetimos a continuación: • Entendemos que el poblamiento de los Andes, la llegada de los primeros pobladores a Sudamérica, su ingreso a los Andes y migración hacia el sur, es una problemática relacionada a los efectos hidro-orográficos y de clima-vegetación producidos en los territorios andinos por los procesos de cambio climático durante los seculares procesos de glaciación-desglaciación y de alternancia de periodos secos-húmedos que se han sucedido en la historia humana «moderna» en el planeta Tierra.

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• Estamos aceptando, explícitamente, como hipótesis más probable o, como la mejor conjetura con la que contamos al presente la teoría inmigracionista del origen asiático del Hombre americano que postula su ingreso a Norteamérica por el «puente terrestre» que se construyó durante los dos últimos periodos glaciales a través del estrecho de Bering, producto de la disminución del nivel de los mares. • Una primera «ola» migratoria durante la glaciación hace 55 000 a 35 000 años antes del presente (años ap), centrada con fines de estudio hace unos 40 mil años ap; y una segunda «ola» migratoria durante la última glaciación hace 25 000 a 15 000 años ap, centrada con fines de estudio hace 20 mil años ap4. Este último periodo es señalado, igualmente, como el periodo en que se produce el ingreso del Hombre a Sudamérica por el istmo de Panamá y se inician los procesos de ocupación de los Andes. 16

Iniciamos los trabajos averiguando e informando acerca de las posibles «rutas de ingreso» del Hombre a Norteamérica y de las zonas de las primeras ocupaciones territoriales. Pensamos que dichos procesos migratorios fueron impulsados por las condiciones de clima-vegetación que imperaron en los diferentes periodos de cambio climático, aspectos estos últimos ampliamente revisados en los anteriores capítulos.

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Imaginamos, con la ayuda de la figura 4-1, el recorrido de pequeños grupos de poblaciones nómadas, de pescadores-recolectores-cazadores, migrando, desde su ingreso por el puente terrestre del estrecho de Bering, hace unos 40 mil años y desplazándose hacia el sur, principalmente por la costa oeste del continente, siguiendo las variaciones en la disponibilidad de alimentos, en función de los cambios que se producían en el climavegetación5 (posiblemente por agotamiento de recursos de pesca, recolección y caza). Durante esos 20 mil años de migración las poblaciones fueron ocupando «temporalmente»6 los territorios de Norteamérica en su desplazamiento hacia el sur, hacia mesoamérica, cruzando el itsmo de Panamá, e ingresaron a Sudamérica, hacia las zonas del norte, de los hoy clasificados como Andes verdes o tropicales; siguiendo su desplazamiento y procesos de ocupación de los Andes -y resto de Sudamérica-durante otros seis a ocho mil años. Figura 4-1. Procesos de ingreso del Hombre al continente americano por el estrecho de Bering hace 40 000 y 20 000 años ap e ingreso del Hombre a Sudamérica por el itsmo de Panamá hace 20 000 años ap (Fuente: J.A. Salaverry)

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En tal sentido, en la figura 4-2 tratamos de simular dichos procesos migratorios siguiendo las variaciones del clima-vegetación: en el hemisferio norte-entre los 40 000 a 20 000 años antes del presente (años ap), los que incluyen los periodos anterior al último periodo glacial e interglaciar (55 000 a 35 000 años ap) y de la última glaciación (25 000 a 15 000 años ap) en los hemisferios norte y sur del continente americano.

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Tratamos de mostrar en la simulación en las figuras 4-3 y 4-4 las diferentes posiciones del globo terrestre con relación al lento giro de su eje en el movimiento de precesión, para ocho (8) posiciones del último «circulo» completado en unos 25 600 años, cada octavo de giro de 3 200 años. Figura 4-2. Diferentes posiciones del globo terrestre en relación al lento movimiento de precesión de su eje1 (Fuente: J.A. Salaverry)

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Figura 4-3. Procesos migratorios en el hemisferio norte entre 40 000 y 20 000 años antes del presente siguiendo las variaciones del clima-vegetación (Fuente: J.A. Salaverry)

Figura 4-4. Dirección del movimiento de precesión del eje terrestre y correspondiente fechado (años ap) para ocho (8) posiciones del último «circulo» completado en unos 25 800 años, cada una de 3225 años (Fuente: J.A. Salaverry)

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Utilizando las complejas explicaciones técnicas sobre las «estaciones terrestres» de muy largo plazo determinadas por el movimiento de precesión del eje terrestre, relacionándolas con las explicaciones del geo-físico Morner (1933) respecto a la Tierra como ‘sistema terrestre’ presentada en la figura 4-5, tratamos de entender como las lentas variaciones en los planos de la órbita terrestre o eclíptica y del ecuador terrestre

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producen modificaciones globales en las condiciones de clima-vegetación que muestra la Tierra a través del tiempo. Figura 4-5. Movimiento de rotación de la Tierra como ‘sistema terrestre’2 (Fuente: J.A. Salaverry)

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Las complejas explicaciones técnicas sobre las «estaciones terrestres» de muy largo plazo determinadas, entre otros, por el movimiento de precesión del eje terrestre, relacionadas con las explicaciones respecto al movimiento de la Tierra como ‘sistema terrestre’ nos permiten plantear: • Que la ocupación de los territorios de los Andes siguió a los procesos de retirada de los glaciares en el hemisferio sur, considerando el desfase de su ocurrencia en el tiempo en relación con el hemisferio norte determinados por la doble diagonal -latitudinal y alitudinaldel clima-vegetación en la cordillera de los Andes. • Visualizamos que la ocupación de los Andes fue posterior a los periodos de las grandes disrupciones producidas por los mega-huaycos –las enormes avalanchas de agua, lodo y piedras- que se produjeron durante el periodo de rápida e ininterrumpida desglaciación 7. • Los expertos señalan la posibilidad de que la máxima depresión de temperaturas en las bandas latitudinales bajas del hemisferio norte se diesen en épocas anteriores, unos 1 000 a 2 000 años antes, considerando el desfase en la ocurrencia del avance-retiro de los glaciares entre el hemisferio norte y el hemisferio sur. Avances de los glaciares que se dieron de las latitudes -y altitudes- altas hacia las bajas (de los polos al ecuador terrestre y de las mayores altitudes hacia las bajas) y procesos de retiro de los glaciares que se dieron inversamente, de las latitudes -y altitudes- bajas hacia las altas, teniendo en cuenta la doble diagonal del clima-vegetación en la cordillera de los Andes. • Desde el ingreso del Hombre a Sudamérica durante la depresión de temperaturas del último periodo glaciar (señalados entre los 22 000 a 18 000 años ap) pasando por el periodo de fuerte elevación del nivel del mar producida, en forma casi ininterrumpida desde hace unos 18 000 años ap (excepto por el pequeño periodo de nueva glaciación hace 15 000 a 14 500 años ap) hasta hace unos 14 000-12 000 años ap en que los arqueólogos señalan su presencia en los Andes peruanos, Andes amarillos o centrales, habían pasado unos 6 000 a 8 000 años de procesos migratorios.

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Visualizamos, durante ese largo periodo, a pequeños grupos de poblaciones migratorias desplazándose hacia el sur, siguiendo las dos principales rutas probables de poblamiento

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de los Andes (rutas A en el mapa de la figura 4-6) pegadas al litoral del Océano Pacífico e incursionando periódicamente hacia el interior: 23

a) Una primera ruta migratoria por tierra, de valle en valle, salvando las «barreras» o dificultades naturales que presentaban tanto los ríos caudalosos como las zonas pantanosas de sus deltas, así como las zonas intermedias escasas en alimentos. En la determinación de esta ruta debemos de tener en cuenta que, debido a los niveles inferiores del mar en relación al nivel actual, la rutas migratorias fueron por territorios que hoy conforman el zócalo continental continuo al litoral de la costa. Al respecto, podemos imaginarnos, teniendo en cuenta las actuales pendientes del litoral, cuántos kilómetros «mar adentro» hoy en día se extendieron las actuales playas y quebradas, en un litoral definido por diferencias de 90, 60, 30 metros y menos de elevaciones inferiores al nivel actual del mar, durante todo el periodo de rápida e ininterrumpida desglaciación, entre 15 000-14 500 años ap hasta alcanzar unos 3 a 5 metros superiores al nivel actual hace unos 9 500 años.

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Algunos estudiosos, entre ellos Moseley (1985: 35) señalan que la fuerte elevación del nivel del mar habría destruido muchas fuentes sedimentológicas y arqueológicas en la costas del Océano Pacífico. Lo anterior parece especialmente relevante en el entendimiento de la carencia de antecedentes arqueológicos mayores pertenecientes a la era arcaica temprana (pictografías, petroglifos, geoglifos) en todas las zonas de los Andes del norte, de los Andes verdes de Colombia, Ecuador al extremo norte del Perú.

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b) Una segunda ruta es por mar, saltando, prácticamente, entre playas, puntas, bahias y valles, siguiendo, igualmente, las fuentes de alimentos. Esta ruta la consideramos menos probable que la anterior debido al continuo ascenso de los niveles del mar durante el periodo de rápida desglaciación.

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Imaginamos algunos pobladores incursionando hacia el interior, subiendo las laderas de la cordillera occidental de los Andes a medida que se producían los procesos de desglaciación, ocupando algunas zonas apropiadas de las micro-cuencas de los valles interandinos de la cordillera occidental y oriental de los Andes.

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Figura 4-6. Posibles «rutas de ingreso» a Sudamérica y de problamiento de los (Fuente: J.A. Salaverry)

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En tal sentido, en la figura 4-6 tratamos de visualizar las posibles «rutas de ingreso» del Hombre a Sudamérica, denominadas con las letras A, B y C; rutas de ingreso a partir del Itsmo de Panamá y sus procesos migratorios hacia el sur.

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La ocurrencia de los referidos «hechos» es fechada durante la máxima depresión de temperaturas de la última glaciación señalada para el hemisferio sur del continente americano entre los 22 000 a 18 000 años ap periodo en el cual el nivel del mar es señalado en unos 30 metros inferior al actual, debiendo señalarse que algunos estudios señalan que el descenso de las aguas del mar alcanzó un nivel inferior, no menor a unos 80 a 90 m del nivel actual (ver numeral 3.4).

4.2 Hipótesis explicativa sobre los procesos y las zonas de ocupación de los Andes peruanos 29

Para entender mejor los procesos migratorios humanos hacia el sur y la ocupación de los Andes peruanos debemos de tener en cuenta: • En primer lugar, que los periodos en que se reporta la presencia del Hombre en los Andes peruanos, Andes amarillos o centrales8 corresponde a los procesos de rápida e ininterrumpida desglaciación (14 500 a 10 500 años ap). • En segundo lugar, que en el hemisferio sur las zonas tropicales de los Andes (latitudes bajas) se calentaron unos 2 000 a 4 000 mil años antes que las latitudes bajas del hemisferio norte, durante un periodo de condiciones climáticas húmedas y en un tiempo en que la radiación solar estaba al mínimo (ver numeral 4.2.3).

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En el mapa de la figura 4-7 mostramos las zonas de ocupación de los Andes peruanos planteadas de acuerdo a las informaciones que hemos proporcionado en el capítulo anterior referido a los cambios hidro-orográficos y en el clima-vegetación. Dichas informaciones han sido cruzadas con aquellas que nos proporcionan los estudios paleo climáticos y arqueológicos: • Teniendo en cuenta todo lo anterior, podemos inferir que los «primeros» grupos humanos nómadas que llegaron inicialmente a los territorios que actualmente ocupa el Perú se remontan a una antigüedad de unos 12 000 a 14 000 años ap. • Planteamos que la ruta migratoria más probable del norte de Sudamérica hacia los Andes centrales, es la señalada en la figura 4-6 como Ruta A; dicha ruta toma en cuenta el nivel inferior del mar alcanzado con relación al nivel actual, fue de unos 90 a 60 metros señalados a partir del último periodo glacial en que se produjo el ingreso del Hombre a Sudamérica por el itsmo de Panamá, y que, posteriormente se produce una elevación creciente de los niveles del mar durante la rápida e ininterrumpida deglaciación (señalada hace unos 15 000 años antes del presente) hasta alcanzar hace unos 9 000 años un nivel máximo de unos 3 a 5 metros superiores al nivel actual. Figure 4-7. Posibles rutas migratorias y zonas de ocupación de los Andes peruanos (Fuente: J.A. Salaverry)

• Lo anterior es acorde con nuestro planteamiento de que la ocupación de los territorios de los Andes peruanos y la migración norte-sur en general, siguió a los procesos de retirada de los glaciares, de las latitudes bajas hacia las altas (de norte a sur) y de altitudes bajas hacia las altas de la cordillera de los Andes. • Sin embargo, debe de tenerse en cuenta que los procesos no fueron homogéneos en función de la altitud de los Andes y tal como ocurre hoy, la desglaciación muestra «islas» o zonas de glaciares alto-andinos en todas las eco-regiones de los Andes.

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• De otro lado, las evidencias de residuos orgánicos (basurales, construcciones de caña y madera, etc.), de herramientas líticas y petroglifos9 han sido encontradas, básicamente, en valles y pampas desérticas hoy en día, en diversos lugares a lo largo de la costa del Océano Pacífico sur, presentando mayor densidad de sus «huellas» o vestigios del pasado en las bandas latitudinales entre los 6° LS a los 14° LS y en especial, en la banda latitudinal norcentral del Perú, entre los 8° LS a los 12° LS. • Lo anterior nos lleva a plantear que dichas latitudes fueron las que presentaron durante el largo periodo de clima óptimo (hace 9 000 a 4 000 - 3 200 años ap) las condiciones hidroorográficas y de clima-vegetación más apropiadas para su temprana ocupación territorial. • Planteamos que dicha ocupación territorial de los Andes nor-centrales se produjo, inicialmente, durante el periodo arcaico temprano, hace unos 14 000 a 10 000 años ap y fue dominada por actividades humanas características de poblaciones nómadas dedicadas a la caza-recolección y pesca. • Posteriormente, a finales del periodo arcaico medio (que corre desde los 10 000 a los 7 000 años ap) se produce el desarrollo de una incipiente agricultura, que continúa durante el periodo arcaico tardío y formativo de la agricultura andina (que corre desde los 7 000 a los 4 000 años ap). Durante éste periodo se produce el temprano desarrollo del Estado por parte de las poblaciones y culturas que ocuparon dichos territorios (Ruth Shady, 1997). • Planteamos que el «fechado» de los testimonios de grupos humanos que tempranamente ocuparon tanto zonas yungas, como zonas quechuas medias y altas de la cordillera occidental de los Andes10 parece confirmar el postulado que sugiere la ocupación de los Andes de norte a sur y de las zonas yungas de la costa a las quechuas siguiendo a los procesos latitudinal y altitudinales de desglaciación y posteriores etapas que caracterizan el largo periodo de clima óptimo en los Andes. • En forma similar, planteamos que la edad o «fechado» de las zonas de ocupación de los denominados ‘centros cultistas’, ‘centros de poder’ o ‘centros de irradiación cultural’ parece confirmar el postulado que sugiere la ocupación de los Andes se produjo de norte a sur y de las zonas yungas de la costa a las quechua -de la Costa hacia la Sierra- siguiendo a los procesos de desglaciación latitudinales y altitudinales. 31

La importancia de las diferentes zonas de ocupación de los Andes nor-centrales peruanos está señalada en los estudios arqueológicos que reportan la mayor concentración en las Américas de vestigios o «huellas» de ocupación por el Hombre, de desarrollos por un espacio en el tiempo de unos de 10 000 a 12 000 años de innumerables poblaciones y culturas que ocuparon sus territorios, cuyos vestigios arqueológicos se proyectan en el tiempo (hace unos 11 000 años ap a, prácticamente, sólo unos 500 años en que se trunca el desarrollo tardío del Imperio Inca de los cuatro suyos o «divisiones del mundo conocido», el Tahuantinsuyo incaico.

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El desarrollo de dichas poblaciones y sus culturas conforman, con una sorprendente continuidad en el tiempo y en el espacio, la milenaria civilización andina peruana, considerada en la historia del desarrollo humano11como uno de los seis centros civilizatorios - focos formativos- a nivel mundial, al lado de las civilizaciones que desarrollaron en Mesopotamia, Egipto, China, India y Mesoamérica. (R. Shady, 1997). El desarrollo independiente y paralelo de la civilización andina peruana de las otras citadas civilizaciones es resaltado por los estudiosos como un hecho sorprendente en la historia del desarrollo humano, aunque su completo entendimiento y explicación están aún pendientes12.

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De importancia en nuestro estudio es el señalamiento que hacen algunos estudios arqueológicos (Rowe, 1962; Lanning, 1967; Moseley, 1985; citados por Jacobs, 2000) respecto al periodo precerámico; periodo que corre desde 2 500 años a.C. y lo dividen de los estadios correspondientes al desarrollo agrícola y cultural inicial a partir de hace unos 1 800 años a.C. hasta 900 años d.C, es decir, hace 3 800 años ap a hace unos 1100 años ap 13. Dichos estudios señalan que las construcciones pertenecientes a la temprana arquitectura monumental en la costa del Perú se remontan al tercer milenio antes de Cristo, las que corresponden a la existencia de sociedades organizadas. El periodo de desarrollo agrícola y cultural inicial lo relacionan con la presencia de cerámica en la costa del Perú, así como el cambio de poblaciones semi-agrícolas especialmente, de poblaciones de subsistencia a una agricultura incipiente de riego de sus cultivos. Igualmente, relacionan todo lo anterior con el cambio de localidades ubicadas en el litoral de la costa al interior14.

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Moseley (1985: 35) señala, que no existe consenso acerca de los posibles orígenes de la relativa rápida aparición masiva de dichas construcciones debido a la inexistencia de antecedentes locales ¿?. Afirmación que no entendemos debido a que los estudios arqueológicos señalan la existencia de múltiples y variados vestigios de monumentos en la costa norte y central del Perú pertenecientes a los diferentes estadios de la era arcaica y primeros estadios culturales pre-agrícolas; monumentos tales como: herramientas líticas, pictografías, petroglifos y geoglifos, entre éstos últimos resaltan las expresiones de las denominadas ‘culturas líticas’ de pescadores15 y los denominados primeros observatorios solares circulares hundidos16

35

Efectivamente, en el numeral 1.3 del capítulo I, «Cambios climáticos y fluctuaciones del nivel del mar en los últimos 125 000 años en el continente sudamericano», señalamos:

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• Que al inicio del holoceno (hace 10 500 años del presente) el nivel del mar en el hemisferio sur habría sido de unos 20 m a 30 m inferior al nivel actual, alcanzando, por lo menos en unos 5 m superiores al nivel actual posteriormente al máximo de temperaturas alcanzado alrededor de los 9 400 años ap.

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• Adicionalmente, que, aproximadamente hace unos 5 000 años ap (3 000 años a.C.) la elevación del nivel del mar cesó y que la corriente peruana de aguas frías o Corriente de Humboldt llegó a las alturas de Paita (4° LS).

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Algunos autores interpretan los cambios abruptos, señalados por los registros paleo climáticos e investigaciones arqueológicas, relacionadas con el periodo de máxima inestabilidad océano-atmosférica (hace 5 000 a 3 000 años ap), como la «hora de nacimiento» de las ocurrencias de eventos del fenómeno océano-climatológico de El Niño Oscilación Sur (ENOS). En particular, refieren a la súbita aparición de capas de sedimentos característicos de ocurrencias de eventos muy fuertes del citado fenómeno de El Niño o. posible ocurrencia de un ‘Mega-El Niño’. En nuestra interpretación, dicho periodo lo relacionamos con el que denominamos, la etapa o fases del ‘Gran cambio climático en los Andes’, (hace unos 4 000 a 3 000 años ap), centrado por los expertos entre los 3 200 años ap y 3 100 años ap.

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• Igualmente, señalamos que la fuerte elevación del nivel del mar producida, en forma casi ininterrumpida, desde hace unos 18 000 años ap, excepto por el pequeño periodo de nueva glaciación hace 15 000 a 14 500 años ap, habría destruido muchas fuentes sedimentológicas y arqueológicas en la costas del Océano Pacífico.

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• Por su parte, tal como exponemos en el numeral 3.4 del capítulo III, determinamos que el periodo centrado entre los 3 100 - 3 200 años ap (1 000 - 1 200 años a.C.) está relacionado con el que denominamos periodo del «gran cambio climático, del orden y magnitud mayores que los expertos denominan «Ciclos de Alteración Ambiental Radical (CAAR) precedidos por grandes sismos, que dieron lugar a profundas modificaciones en el paisaje y en las sociedades (Moseley et al., 1981; Macharé, J. y Ortilieb, 1993: 43; Kaulicke, P 1993: 284).

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Antes de pasar a construir los ensayos cronológicos que relacionan los periodos de ocupación de los territorios de los Andes por parte de las culturas peruanas prehispánicas, con los eventos de naturaleza catastrófica del fenómeno denominado ‘Super-El Niño’ o ‘El Gran Niño’, revisamos en el siguiente numeral las hipótesis sobre las zonas de ocupación territorial de las zonas del altiplano del lago Titicaca.

4.3 Hipótesis sobre los posibles periodos de ocupación territorial de las zonas del altiplano del lago Titicaca, el colapso de la cultura Tiawanaku y surgimiento del Tahuantinsuyo de la cultura Inca del Cuzco 42

En el planteamiento de hipótesis sobre las zonas de ocupación de los Andes peruanos no podemos dejar de referirnos a los posibles periodos de ocupación territorial de las zonas del altiplano del lago Titicaca. Lo anterior es importante, no sólo para dar respuesta a una de las preguntas más comunes que nos hacen los interesados en el pasado prehispánico acerca de las zonas -y periodos- de ocupación de los Andes por parte de las diversas culturas que nos han legado sus monumentos arqueológicos pertenecientes a periodos que se remontan a más de 7 000 años ap (más de 5 000 años a.C).

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Iniciamos la revisión en base a los cuatro principales estudios sobre las zonas del altiplano del lago Titicaca que hemos tenido a nuestro alcance, utilizados como fuentes principales de información en las explicaciones y planteamiento de las hipótesis sobre los posibles periodos de su ocupación territorial, el colapso de la cultura Tiawanaku y surgimiento del periodo del Tahuantinsuyo de la cultura Inca del Cuzco. Los estudios al respecto son los siguientes: 1. Estudios recientes acerca de las condiciones paleo-climáticas del lago Titicaca, muestran la ocurrencia de grandes eventos climatológicos -de amplios periodos de sequías precedidos o seguidos de lluvias torrenciales e inundaciones- que se relacionan con la desaparición de poblaciones y culturas completas17. Dichos trabajos tienen particular interés por sus relaciones en el tiempo (paralelismo de su desarrollo cultural) con el desarrollo de tempranas culturas de la civilización andina peruana que ocuparon la costa central del Perú. Nos referimos por ejemplo, a las culturas que ocuparon: La ciudad sagrada de Caral en Supe (Shady, 1997); las Aldas en Casma; Sechín en Casma; Chavín de Huantar en el Callejón de Conchucos, Ancash. Además de numerosos otros centros arqueológicos de la era formativa de la agricultura andina denominados: «centros cultistas», «centros de poder» o «centros de irradiación cultural» (Kauffmannn Doig, 1986). Informaciones paleo-climáticas y arqueológicas disponibles que relacionan las respuestas culturales a cambios climáticos, de particular interés en la explicación de los factores que causaron el abandono, retiro hacia el interior y, aparición posterior de nuevas poblaciones y culturas. Situaciones de abandononueva ocupación que se sucedieron en determinadas zonas del Perú hasta la conquista del

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Tahuantinsuyo incaico en el año 1 532 d.C. por causas de la ocurrencia de eventos de larga escala del fenómeno océano-climatológico de ‘El Niño’. 2. Adicionalmente a dichas recientes investigaciones acerca de las condiciones paleo-climáticas del lago Titicaca, contamos con las investigaciones referidas a las variaciones del clima en la cuenca del lago que aportan nuevas luces sobre cambios climáticos regionales y globales (Baker Paul A. y Geoffrey O. Seltzer, 2002). 3. Por último contamos con las investigaciones que relacionan las variaciones climáticas con el surgimiento y colapso de la cultura Tiawanaku y antecesoras elaboradas por Binford Michael W, Alan L, Kolata et al, 2002 de especial importancia para el planteamiento de las hipótesis sobre los posibles periodos de ocupación territorial de las zonas del altiplano del lago Titicaca. 44

De acuerdo a los expertos la explicación sobre los posibles periodos de ocupación territorial de las zonas del altiplano del lago Titicaca es fundamental para el correcto entendimiento de los periodos de cambio climático en los Andes y aclarar, con ello, conceptos planteados sobre el origen de la cultura Tiawanacu -y antecesoras- y de la cultura Inca y antecesoras.

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Algunos autores que hemos revisado sobre el tema, entre ellos el arquitecto Carlos Milla en su trabajo sobre la «Génesis de la cultura andina» (1992: 236-239) dan a entender que las culturas antecesoras de la cultura Tiawanaku fuesen anteriores en el tiempo a las culturas antecesoras de la cultura Inca:

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• Tal como muestran las citadas investigaciones, la cultura Tiawanaku propiamente dicha corre de 300 años a.C. a 1 100 años d.C. ( hace 2 300 a 900 años ap); el colapso de la cultura Tiawanaku, hace 900 años ap (1 100 d.C.) coinciden con periodos de profundos cambios climáticos, la ocurrencia de los eventos del ‘Gran Niño’ de 1 050-1 100 d.C. de nuestra era que marca, igualmente, como exponemos a continuación, el fechado de origen de la cultura Inca propiamente dicha o etapa de formación del Tahuantinsuyo incaico.

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• Como tal comprende, en las zonas del altiplano del Titicaca, las culturas Pucará, Aymaras y Tiawanaku -y sus antecesoras- en la edades y épocas denominadas por la arqueología formativa y de desarrollos locales y regionales; edades u periodos que corresponden a los desarrollos de culturas contemporáneas que enumeramos (entre paréntesis) a continuación: • En las zonas sur de los Andes verdes y norte de los Andes centrales (Cupisnique, Salinar, Chavín, Huaraz, Gallinazo, Mochica, Recuay y Cajamarca). • En las zonas del centro y sur de los Andes amarillos o centrales (Ancón, Lima, Rancha, Huarpa). • En las zonas de los Andes secos o del sur peruano (Paracas, Nazca, Huancarani, Chiripa, Calasaya, Pucará, Aymaras y Tiawanaku).

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• Por su lado, la cultura Inca propiamente dicha es considerada comprendiendo sólo las etapas de origen y expansión del Tahuantinsuyo incaico. Como tal, considerada sólo en el lapso de tiempo de los conocidos 14 gobernantes Inca, que se inicia con Manco Ccapac y termina con Atahualpa. El fechado de origen de la cultura Inca es materia de amplia discusión, para algunos comprendería sólo las etapas tardías de expansión del Tahuantinsuyo que correría desde los 1 400 a 1 532 (un poco más de unos 100 años ¿?). Coincidimos con aquellos estudiosos que plantean que la cultura Inca propiamente dicha o etapa de formación del Tahuantinsuyo incaico se inicia en un periodo inmediato posterior a la ocurrencia de los eventos del ‘Gran Niño’ de 1 050 - 1 100 d. C de nuestra era, periodo que marca el colapso de muchas culturas, entre ellas, el colapso de la cultura

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Tiawanaku e inicio o nacimiento del periodo Inca de las culturas que ocuparon el Cuzco, sus comarcas y zonas aledañas. 49

Basados en dichas informaciones, podemos expresar: • Que los registros paleo climatológicos y arqueológicos del lago Titicaca y de las zonas aledañas del altiplano peruano-boliviano, abarcando unos 3 500 años, muestran que la emergencia de la agricultura en las zonas del altiplano del Titicaca (hace unos 3 500 años ap (1 500 años a.C.) y el colapso de la cultura Tiawanaku, hace 900 años ap (1 100 d.C.) coinciden con periodos de profundos cambios climáticos. • Con anterioridad a los 3 500 años ap las condiciones de aridez (de clima cálido y seco) no permitieron el desarrollo extensivo de la agricultura en la amplia cuenca del lago Titicaca. Las poblaciones y culturas antecesoras a la cultura Tiawanaku se remontan a periodos no mayores a unos 3 500 años ap (1 500 años a.C). • Las fluctuaciones del nivel del lago Titicaca entre los 9 000 y 3 500 años ap muestran que las condiciones climáticas de aridez (de clima cálido y seco) no permitieron el desarrollo extensivo de la agricultura en la amplia cuenca del lago Titicaca. • Hace unos 3 500 años ap durante un periodo de clima húmedo los antecesores de la cultura Tiawanaku, crearon métodos de cultivo esenciales que permitieron el crecimiento de las poblaciones y la creación de centros poblados mayores auto-suficientes. • Según los referidos estudios, la cultura Tiawanaku propiamente dicha corre de 300 años a.C. a 1 100 años d.C. (hace 2 300 a 900 años ap). • Alrededor de los años 1 100 d.C. se observa en los paleo-registros un prolongado periodo de sequía en la cuenca del lago Titicaca que señala la disminución de la agricultura, el abandono de los campos de cultivo y centros «urbanos», el colapso cultural y la desaparición de la cultura Tiawanaku. • Dicho periodo lo consideramos en nuestros estudios como de fusión de la cultura Tiawanaku con las culturas que conformaron la cultura Inca18 que establecieron como su centro el Cuzco. • La cultura Tiawanaku es una de las culturas formadoras de la cultura Inca, como lo son culturas que desarrollaron con anterioridad mayor a los 5 000 anos ap (3 000 años a.C), en las zonas de los Andes centrales y las propias poblaciones y culturas que ocuparon los valles del Cuzco, sus comarcas y zonas aledañas que se remontan a edades mayores a los 1 500 años a.C. (mayores a hace unos 3 500 años ap). • El Tahuantinsuyo incaico se forma de culturas muy antiguas, de más de 5 000 años ap incluyendo a la cultura Tiawanaku y antecesoras.

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De acuerdo a los expertos la explicación sobre los posibles periodos de ocupación territorial de las zonas del altiplano del lago Titicaca es fundamental para el correcto entendimiento de los periodos de cambio climático en los Andes y aclarar, con ello, conceptos planteados sobre el origen de la cultura Tiawanacu -y antecesoras- y de la cultura Inca -y antecesoras. Revisemos los aspectos fundamentales para un mejor entendimiento de las variaciones climáticas y su relación con los periodos de ocupación territorial de las zonas del altiplano del lago Titicaca y el surgimiento del periodo Inca de las culturas del Cuzco – y. en general, para un mejor entendimiento de las variaciones climáticas en los Andes peruanos centrales y secos o del sur. • El largo periodo de clima óptimo en los Andes corre de hace 10 500 a 5 000 años ap y termina en un periodo de alternancia seco-húmeda entre los 5 000 y 3 000 años ap, aspectos que hemos explicado ampliamente en los numerales 4.1 a 4.3.

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• El «avance» de los cambios climáticos se produce en el tiempo en las bandas latitudinales de norte a sur y de las bandas altitudinales bajas a altas; así nos explicamos el desfase o retraso de 2 000 a 4 000 años que señalan los expertos en los procesos de desglaciación en los Andes, en la que denominamos la doble diagonal del clima-vegetación que caracteriza – singularizalos Andes. • La emergencia de la agricultura en los Andes centrales (latitudes 6-8° LS a 12-14° LS) es considerada hace unos 5 000 años ap19 unos 1 500 años antes que la emergencia de la agricultura en el altiplano del Titicaca señalada en los referidos estudios hace 3 500 años ap. • Por su lado, las explicaciones hechas en el numeral 3.5.3 que mostramos en la figuras 3-24 acerca de las fluctuaciones del nivel del lago Titicaca durante los últimos 30 000 años señalan: que entre los 9 000 y 3 500 años ap las condiciones climáticas de aridez (de clima cálido y seco) determinaron el descenso del nivel de las aguas del lago al mínimo alcanzado en los últimos 30 000 años señalado en un nivel inferior del nivel actual del lago (entre los -60 a -90 metros del actual nivel del lago). Dichas condiciones, afirman los investigadores en revisión, no permitieron el desarrollo extensivo de la agricultura en la amplia cuenca del lago Titicaca. • Posteriormente, entre los 5 000 y 3 000 años ap al finalizar el largo período de clima óptimo, se presenta un periodo de alternancia seco-húmeda que termina en el periodo que denominamos del ‘gran cambio climático’ centrado para fines de estudio entre los 3 200 - 3 100 años ap (1 200 – 1 100 años d.C). • Los estudios en revisión señalan la emergencia de la agricultura en las zonas del altiplano del Titicaca hace unos 3 500 años ap (1 500 años a.C.), dentro del periodo de alternancia secohúmeda que termina en el periodo del ‘gran cambio climático’ en los Andes. • En todo caso, basados en las anteriores informaciones, podemos señalar que el surgimiento de la agricultura en el altiplano del Titicaca -y del poblamiento de las culturas antecesores del Tiwanaku, serían posteriores al periodo del ‘gran cambio climático’ -posteriores a 3 200 3 100 años ap. (1 200 - 1 100 años a.C). • La cultura Tiwanaku propiamente dicha, cuyo desarrollo es señalado entre los 300 años a.C. a 1 100 años d.C. (hace 2 300 a 900 años ap) corresponde al largo periodo de continuo, aunque fluctuante, incremento de los niveles de las aguas del lago Titicaca que en ese entonces eran del orden de unos 30 a 60 metros inferiores al nivel actual, tal como lo mostramos en le figura 4-8. • Hace sólo 900 años ap (1 100 años d.C.) los expertos señalan que las zonas del lago Titicaca y. en general, del altiplano peruano-boliviano, sufrieron un periodo de clima seco que causó el declive de la producción agrícola, al abandono de campos de cultivo y el colapso de la cultura Tiwanaku. • Periodo éste que en nuestro estudio es señalado como de la ocurrencia de un cambio climático radical centrado entre los años 1 100-1 200 d. C. de nuestra era; periodo en que se señala el colapso de la cultura Tiawunaku y tal como hemos expuesto, el origen de la cultura Inca en la leyenda de Manco Cápac y Mama Occllo «emergiendo» del lago Titicaca.

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Figura 4-8. Fluctuaciones del nivel del lago Titicaca en los últimos 10 000 años ap (Fuente: J.A. Salaverry)

4.4 Cronología de la ocupación del territorio de los Andes por las culturas peruanas prehispánicas relacionada con los eventos de naturaleza catastrófica del fenómeno denominado ‘Super- El Niño’ o ‘El Gran Niño’ 51

En este numeral presentamos la cronología que hemos construido con el objeto de relacionar los periodos de ocupación de los territorios de los Andes por parte de las culturas peruanas prehispánicas, con los eventos de naturaleza catastrófica del fenómeno denominado ‘Super-El Niño’ o ‘El Gran Niño’, reportados en los estudios de ocurrencias en gran escala del fenómeno.

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La ocurrencia de grandes cambios climáticos -y la desaparición de sociedades enteras y emergencia de nuevas sociedades- relacionadas con la ocurrencia de eventos de larga escala del fenómeno océano-climatológico de ‘El Niño’ es materia de creciente interés por parte de científicos y estudiosos del pasado.

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Al respecto, el citado estudioso Peter deMenocal (Science, julio, 2002) expresa: • Que los paleo registros naturales utilizados como variables de aproximación a las condiciones de clima-vegetación que imperaron en el pasado, complementados con los registros arqueológicos e históricos, indican que en los últimos 12 000 años se han producido profundos y periódicos cambios climáticos, señalados por la ocurrencia de periodos fríos y secos y periodos cálidos y húmedos; La ocurrencia de grandes sequías y de inundaciones

191

relacionados con cambios en la circulación de los océanos y la atmosférica; de incremento de la radiación solar y de gran actividad tectónica (volcanismo.) en ciclos de miles de años durando décadas a cientos de años. • Expresa, adicionalmente, en forma clara y precisa, un concepto que hemos utilizado en todo el trabajo. Es el referido a que «... las observaciones de los hechos geológicos en el presente son clave para entender los hechos ocurridos en el pasado y que deben usarse para entender el presente.» 54

En la cronología que hemos construido presentada en el cuadro 4-1 incluimos la relación de los eventos de naturaleza catastrófica denominados «Super El Niño» y que nosotros llamamos eventos del «Gran-Niño», reportados por los estudiosos del fenómeno «El Niño» a escala mundial y en función a los paleo-registros existentes explicados en el texto: • En tal sentido, deberíamos iniciar la cronología de la ocupación del territorio por las culturas peruanas prehispánicas en el periodo correspondiente al último ciclo glacialpostglacial, al final del pleistoceno e inicio del holoceno, hace 10 500-10 000 años ap en que se dieron las máximas condiciones de inestabilidad oceánica y atmosférica. En particular si tenemos en cuenta que dicho periodo fue seguido por el largo periodo de clima óptimo en los Andes en que se dieron condiciones favorables de clima-vegetación, en especial, en los Andes nor-centrales, para ser consideradas como zonas de temprana ocupación territorial por parte de las poblaciones «nómadas» de pescadores-cazadores-recolectores. • Tal como hemos expresado anteriormente, el científico N. A. Morner (1993: 8-10) señala la ocurrencia de una serie de eventos de gran amplitud e intensidad que parecen haber seguido procesos muy similares a eventos del tipo Super El Niño» o «Super-ENOS» entre los 13 500 14 500 años ap e inicio del periodo de retirada glacial entre 14 500 a 11 000 años ap.

55

1) Iniciamos la relación con la fila (A) en la cronología hace 1 000-1 200 años a.C. (hace 3 000-3 200 años ap) en que los expertos reportan eventos aluviales en el valle de Casma 20 y cordones litorales21 Colan y Chira (Píura) según lo muestran los datos Templode depósitos aluviales y formación de cordones litorales reportados por J. Macharé y L. Ortilieb en su trabajo sobre «Registros del Fenómeno del Niño en el Perú». «Bulletin de Etudes Andines 1993, 22 (l):35-52.

192

Cuadro 4-1 Enmarcamiento cronológico de las culturas peruanas prehispánicas dentro de los grandes estadios y periodos climáticos-culturales - territoriales e históricos desde la llegada de los primeros pobladores 15 000 a.C. - 20 000 a.C. y relación de los eventos de naturaleza catastrófica en el Perú denominados «Super Enso», «El gran Niño» o «Mega Niños» (*)

193

194

Fuentes y leyendas del cuadro 4-1: (*) RELACION DE LOS EVENTOS DE NATURALEZA CATASTRÓFICA DENOMINADOS «SUPER EL NIÑO reportados por los estudiosos del fenómeno «El Niño» a escala mundial y en función a los paleoregistros existentes explicados en el texto. Leyenda y fuentes de filas: (A) 1 000-1 200 a.C. EVENTOS ALUVIALES EN EL VALLE DE CASMA Y CORDONES LITORALES EN COLÁN Y CHIRA: Según datos de depósitos aluviales y de formación de cordones litorales en Colán y Chira reportados por J. Macharé y L. Ortilieb «Registros del Fenómeno del Niño en el Perú». «Bulletin de Etudes Andines 1993, 22 (1):35-52. (B) 100 a.C. -100 d.C. EVENTOS ALUVIALES EN EL VALLE DE CASMA Y CORDONES LITORALES EN COLAN Y CHIRA: Según datos de depósitos aluviales y de formación de cordones litorales en Colán y Chira reportados por J. Macharé y L. Ortilieb «Registros del Fenómeno del Niño en el Perú». «Bulletin de Etudes Andines 1993, 22 (1 ):35-52. © 250-300 d. C CORDONES LITORALES EN COLÁN Y CHIRA (D) «EL GRAN NIÑO» DE 500-600 d. C reportados en los estudios de P. Kaulicke (1993) para la región del Alto Piura y Nials et al (1979) ‘y Canziani (1989:187-198) respecto al gran aluvión a fines del periodo Moche IV que fechan alrededor del 600 a. C Estos últimos autores reportan por lo menos cuatro (4) eventos del tipo que denominamos EL «GRAN NIÑO» en base a los depósitos y sedimentos asociados que afectaron el Templo de la Luna en el valle de Moche. El último evento alrededor del 600 d. C. habría causado el abandono definitivo del (E) EL «GRAN NIÑO» DE 1050-1 100 «CHIMU FLOOD» DE 1 100-1200 primero reportado por Nials et al (1979) cuyos depósitos son observables en las quebradas de los rios Moche y Seco (Departamento de La Libertad); evento que parece coincidir con el «NAYLAMP FLOOD» reportado para Batán Grande (Departamento de Lambayeque) por Craig y Shimada (1986), N.A. Morner (1993), refiriéndose a las ocurrencias de eventos «Super El Niño» o Super ENSO presenta evidencias de la ocurrencia de un evento Super - ENSO entre 1000-1 200 d.C. (F) PROBABLE EL «GRAN NIÑO» DE 1 578 (G) EL «GRAN NIÑO» DE 1 982 -1 983 ¿ ? Leyenda y fuentes de columnas (1) GRANDES PERIODOS CLIMÁTICOS representando las condiciones universales que caracterizaron el medio ambiente en los últimos 10 000 años. (2) GRANDES ESTADIOS CULTURALES presentados por F. Kauffmann Doíg (1986) en su Historia General de los Peruanos. (3) PERIODOS DE ESTUDIOS ARQUEOLÓGICOS definidos por los estudiosos del pasado arqueológico peruano, con la finalidad de estratificar los períodos de las diferentes culturas, poblaciones y restos arqueológicos dejados por los antiguos peruanos culturas, poblaciones y restos arqueológicos dejados por los antiguos peruanos. (4) PERIODOS DE OCUPACIÓN TERRITORIAL - LOCAL/ REGIONAU TRANSREGIONAL/IMPERIAL por las diferentes culturas que florecieron en la costa y sierra del Perú. (5) PERIODOS HISTÓRICOS - CULTURALES: PRE-CLÁSICOS/CLÁSICOS/POST-CLÁSICOS. (6) CULTURAS PERUANAS ESTABLECIDAS: relación de las principales culturas locales/regionales/ transregionales e imperiales establecidas por los arqueólogos. (7) CULTURAS LAMBAYEQUE, conocidas como culturas Naylamp con relación al primer gobernante que existe relación por parte de los Cronistas. Específicamente, según la historia legendaria del valle de Lambayeque según M. Cavello Balboa (1586: Cap.17) reportado por F. Kauffmann Doig (1986:486-514). (8) CULTURAS MOCHICA - CHIMÚ Cronlstas. (9) CULTURAS INCA Cronistas.

• En nuestro estudio, específicamente en el numeral 3.4 del capítulo III encontramos que dichas ocurrencias corresponden a las etapas o fases del período (I) que denominamos del ‘gran cambio climático’ de ocurrencia al finalizar el largo período de clima óptimo, entre 4 000 a 3 000 años ap (2 000 a 1 000 años a.C.) centrado para fines de estudio hace 1 000-1 200 años a.C. (hace 3 000-3 200 años ap). • En el referido numeral expresamos: «Al finalizar el largo período de clima óptimo, entre los años ap 4 000 a 3 000 (2 000 a 1 000 años a.C.) se presentan etapas o fases en las que nuevamente se dieron, condiciones de gran inestabilidad oceánica y atmosférica, seguramente parecidas, más no en duración y amplitud de cambios, a las máximas condiciones de inestabilidad oceánica y atmosférica que se dieron durante el último ciclo glacial-postglacial, al final del pleistoceno e inicio del holoceno 22«. 56

Continuamos expresando:

195

57

• «Nos referimos, específicamente, a la posible ocurrencia de etapas o fases del período que denominamos del «gran cambio climático», del orden y magnitud mayores que los expertos denominan «Ciclos de Alteración Ambiental Radical, CAAR (Radical Enviromental Alteration Cycles, REAC, en sus siglas en Inglés) precedidos por grandes sismos, que dieron lugar a profundas modificaciones en el paisaje y en las sociedades» (M. E. Moseley et al., 1981; J.Macharé y L. Ortilieb, 1993: 43; P Kaulicke, 1993: 284).

58

2) El periodo de la fila (B) corresponde a la etapa (II) de cambio climático, entre los años 300 a. C. - 0. C. En la cronología corresponde a eventos aluviales en el valle de Casma y cordones litorales en Colán y Chira de fechado entre 100 a.C. -100 d.C. (2 100 a 1 900 años ap). Según datos de depósitos aluviales y de formación de cordones litorales en Colán y Chira reportados por J. Macharé y L. Ortilieb «Registros del Fenómeno del Niño en el Perú». «Bulletin de Etudes Andines 1993, 22 (1): 35-52.

59

3) El periodo de la fila (C) corresponde a la etapa (III) de cambio climático, entre los años 250 d. C. - 300 d. C; en la cronología corresponde a cordones litorales en Colán y Chira de fechado señalado por las citadas fuentes entre 250-300 d. C. (hace 1 750 a 1 700 años ap.).

60

4) El periodo de la fila (D) corresponde a la etapa (IV) de cambio climático, entre los años 500 d. C. - 600 d. C.; en la cronología corresponde a ‘El Gran Niño’ de 500-600 d. C. (hace 1 500 a 1 400 años ap) reportados en los estudios de P Kaulicke (1993) para la región del Alto Piura y Nials et al (1979) y Canziani (1989:187-198) respecto al gran aluvión a fines del período Moche IV que fechan alrededor del 600 a. C. Estos últimos autores reportan por lo menos cuatro (4) eventos del tipo que denominamos El ‘Gran Niño’ en base a los depósitos y sedimentos asociados que afectaron el Templo de la Luna en el valle de Moche. El último evento alrededor del 600 d. C. habría causado el abandono definitivo del Templo.

61

5) La fila (E) corresponde a la etapa (V) de cambio climático, entre los años 1 050 d. C. - 1 100 d. C.; en la cronología corresponde al periodo ‘El Gran Niño’ de 1 050-1 100 d.C. llamado en inglés «Chimú Flood» de 1100-1200 d.C. (hace 900 a 800 años ap) primero reportado por Nials et al (1979) cuyos depósitos son observables en las quebradas de los ríos Moche y Seco (Departamento de La Libertad); evento que parece coincidir con el «Naylamp Flood» reportado para Batán Grande (Departamento de Lambayeque) por Craig y Shimada (1986), N.A. Morner (1993), refiriéndose a las ocurrencias de eventos «Super El Niño» o Super Enso presenta evidencias de la ocurrencia de un evento Super - ENSO entre 1 000-1 200 d. C.

62

6) La fila (F) corresponde a la etapa (VI) de cambio climático, entre los años 1 450 d. C -1 470 d. C; en la cronología corresponde al probable el ‘Gran Niño’ de 1 460 (hace 540 años ap) L. E. Wells (1990: 1137).

63

El periodo corresponde, en nuestra clasificación de los grandes períodos climáticos, a la ocurrencia de un evento catastrófico antes de la llegada de los españoles alrededor del año 1 460 d. O, periodo de cambio climático centrado su ocurrencia entre los años 1 450 d. C. - 1 470 d. C., coincidente con la interfase al finalizar el pequeño período intermedio (i), entre los años 1 291 d. C. a 1 522 d. C. y el inicio del pequeño período de clima glacial (j) entre los años 1 523 y 1 899 d. C.

64

7) La fila (G) corresponde a la Etapa (VII) de cambio climático, entre los años 1 870 d.C. 1 890 d.C; en la cronología corresponde a las etapas o fases de los ‘Niños Muy Fuerte’ de 1 870-1 890; 1 940-1 942; 1 982-1 983, ¿2 021-2 023? (hace 120-60-40 años).

196

65

De acuerdo con los «fechados» señalados, principalmente, para los eventos aluviales y cordones litorales, expresados en los citados estudios de los expertos, se han producido eventos de naturaleza catastrófica denominados ‘Super El Niño’ o ‘el Gran-Niño’ en los siguientes periodos:

66

Periodo (I) hace 3 000-3 200 años ap

67

Inter-periodo de unos 1 000 años

68

Periodo (II) hace 2 100 a 1 900 años ap

69

Inter-periodo de unos 200 a 350 años

70

Periodo (III) hace 1 750 a 1 700 años ap

71

Inter-periodo de unos 250 a 300 años

72

Periodo (IV) hace 1 500 a 1 400 años ap

73

Inter-periodo de unos 400 a 60C años

74

Periodo (V) hace 900 a 800 años ap

75

Inter-periodo de unos 200 a 360 años

76

Periodo (VI) hace 540 años ap

77

Inter-periodo de unos 440 a 500 años ¿ ?

78

Periodo (VII) hace 120-60-40 años ¿?

79

Lo anterior parece indicar en la dirección de la ocurrencia de eventos de carácter catastrófico clasificados como ‘Super-Niño’ o el ‘Gran Niño’ cada 250 a 300 años ¿?

80

De otra parte, las relaciones cronológicas presentadas en las columnas del referido cuadro 4-1 están referidas a las siguientes elaboraciones:

81

Columna (1)

82

Los grandes períodos climáticos, en los Andes, explicados en el numeral 1-3 del capítulo I y referidos al cuadro 4-1.

83

Períodos climáticos andinos:

84

Columna (2):

85

Los grandes estadios culturales, igualmente referidas en el cuadro 4-1: 1. Desde la llegada de los primeros pobladores a los Andes, a los 12 000 años a. C. a 10 000 años a. C; a, 2. Los estadios pre-agrícolas, entre los años 1 000 a. C. a 5 000 a. C. 3. El inicio de la agricultura sedentaria, pero incipiente, entre los años 5 000 a. C. y 2 000 a. C.

197

4. El período que hemos denominado de ‘inicio masivo del riego’, correspondiente a la transición entre los estadios culturales (3) y (4), centrado entre los años 1 500 a. C. a 250 a. C. - 300 d. C. 5. El estadio de desarrollo de la agricultura, señalado entre los años 250-300 d. C. a 1 100 d. C. 6. El estadio de agricultura desarrollada, comprendido entre los años 1 100 d. C. a 1 532 d. C. 7. La era de «decadencia de la agricultura» en la colonia, conformada por el siguiente estadio cultural: comprendido entre los años 1 532 a 1 821. 8. La era republicana conformada por el estadio cultural del siglo XIX. 9. La era republicana conformada por el estadio cultural del siglo XX. 86

Columna (3)

87

Los períodos de estudios arqueológicos, definidos por los investigadores del pasado con la finalidad de estratificar los períodos de las numerosas poblaciones, culturas y los restos arqueológicos legados por los antiguos peruanos:

88

Columna (4)

89

Los períodos de ocupación territorial local/ regional/ transregional/ imperial por las diferentes culturas que florecieron en las zonas andinas peruanas:

90

Columna (5)

91

Los períodos culturales, pre-clásico / clásico y post-clásico, establecidos por los historiadores y arqueólogos para la identificación en el tiempo de las principales culturas prehispánicas y universales:

92

Columna (6)

93

La relación de las principales poblaciones y culturas peruanas del pasado, locales / regionales / transregionales e imperiales, identificadas cronológicamente en los estudios correspondientes a los períodos arqueológicos, territoriales y culturales señalados en los puntos anteriores.

94

Columna (7)

198

95

Las culturas Vicús - Lambayeque, culturas antecesoras y relación de gobernantes de las culturas conocidas como Naylamp y Sipán, ocupantes del valle de Motupe (zonas arqueológicas denominadas de Motupe, Apurlec, la Viña, Jayanca y Pacora), del valle de La Leche y canales de Racarumi y el Tayme (zonas arqueológicas denominadas de Batán Grande, Túcume y Pátapo) de los valles de Lambayeque, Reque y Zaña (zonas arqueológicas denominadas de Pampa Grande, Chohuna, Cioternic, Colluz y Collique).

96

Columna (8)

97

Las culturas Mochica–Chimú culturas antecesoras y relación de gobernantes de la cultura Chimú (dinastía de Tacaynamo) ocupantes de los valles de Chao, Virú, Moche y Santa.

98

Columna (9)

99

Las culturas Inca, culturas antecesoras y relación de los gobernantes incas.

100

En el cuadro 4-2 incluimos la relación de gobernantes de las culturas Lambayeque, Chimú e Inca, nombres obtenidos del estudio de Kauffmann Doig (1986), extractada de las columnas 7, 8 y 9 del citado cuadro 4-1. Cuadro 4-2. Relación de gobernantes de las culturas Lambayeque, Chimú e Inca

101

En dicha relación deseamos resaltar para el caso de la cultura Lambayeque (Columna 7): • Los periodos de gobierno por un lapso de unos 300-350 a 400-450 años, los que estimamos desde los años 600-750 d.C. a 1 000 - 1 150 d.C. • Lapso estimado en base al inter-periodo entre ‘El Gran Niño’ de 500-600 d. C (fila (D) en la cronología del cuadro 4-1) que corresponde a la etapa (IV) de cambio climático y ‘El Gran Niño’ de 1 050 - 1 100 d.C. -inundaciones Chimú o inundaciones Naylamp ( llamadas en inglés «Chimú Flood» o «Naylamp Flood») de 1 100 - 1 200 d.C. (fila (E) en la cronología que corresponde a la etapa (V) de cambio climático.

199

• La relación de los 12 gobernantes cuyos nombres se dan en la relación; desde Naylamp el fundador» de la dinastía hasta el colapso y muerte de Fempellec en el periodo y por causa del «GRAN NIÑO» de 1 050 - 1 100–inundaciones Chimú o inundaciones Naylamp ( llamada en inglés «Chimú Flood» o «Naylamp Flood»). • Así como, los periodos y gobernantes de las culturas Chimú e Inca en los periodos entre 1 200 d.C. a 1 550 d.C. 102

Para el caso de la cultura Chimú (Columna 8) en la referida relación de gobernantes, deseamos resaltar: • La tardía incorporación de la cultura Chimú (alrededor de los años 1 450 - 1 470 d.C.) a la federación de naciones, el Tahuantinsuyo incaico. • Periodo que correspondería al probable el ‘Gran Niño’ de 1 460 (fila (F) en la cronología) y a la etapa (VI) de cambio climático.

103

Por último, para el caso de la cultura Inca (Columna 9) en la referida relación de gobernantes, deseamos resaltar: • El probable «inicio» de la cultura Inca con la dinastía de Manco Ccapac en el periodo posterior al «GRAN NIÑO» de 1 050 - 1 100 d.C. Tal como expondremos en el numeral siguiente, dicho periodo corresponde al colapso de la cultura Lambayeque en la zona norte del país y al colapso de la cultura Tiwuanaku que desarrolló en las zonas del Altiplano del sur peruano. • Todo lo anterior señala en la dirección de que el «GRAN NIÑO» de 1 050 - 1 100 d.C. corresponda en su magnitud y amplitud geográfica, más que a un Super-Niño en la clasificación hecha por el científico N. A. Morner (1993: 8-10) a un ‘Mega-Niño’ 0 serie de ocurrencias de eventos catastróficos del orden y magnitud mayores, de gran amplitud e intensidad, expandiéndose en el tiempo y efectos sobre amplias zonas geográficas y sobre varios años o décadas. • Igualmente, resaltar el periodo que correspondería al probable el ‘Gran Niño’ de • 1 460 (fila (F) en la cronología) y a la etapa (VI) de cambio climático alrededor de los años 1 450 - 1 470 d.C. periodo al que siguió el Pachacutec.

104

Por su parte, en el cuadro 4-3 presentamos un ensayo cronológico gobernante 9 ° Inca de las culturas peruanas prehispánicas dentro de los grandes estadios y periodos climáticos culturales -territoriales e históricos, en forma comparada con la cronología de otras culturas de América y del resto del mundo (Mesoaméricana, egipcia, griega, romana) incluyendo los eventos de naturaleza catastrófica en el Perú denominados «Super Niño» o, «el Gran Niño»; o, quizá la ocurrencia de un «Mega Niño» para el periodo 1 050 - 1 100 d-C.

200

Cuadro 4-3. Enmarcamiento cronológico de las culturas peruanas prehispánicas dentro de los grandes estadios y periodos climáticos - culturales - territoriales e históricos y comparación con la cronología de otras culturas de América y del resto del mundo: Relacion de los eventos de naturaleza catastrófica en el Perú3

201

LEYENDA Y FUENTES DE COLUMNAS: (1) GRANDES PERIODOS CLIMATICOS REPRESENTANDO LAS CONDICIONES UNIVERSALES QUE CARACTERIZARON EL MEDIO AMBIENTE EN LOS ÚLTIMOS 10 000 AÑOS. (2) GRANDES ESTADIOS CULTURALES PRESENTADOS POR F. KAUFFMANN DOIG (1986) EN SU HISTORIA GENERAL DE LOS PERUANOS (3) PERIODOS HISTORICO • CULTURALES: PRE-CLASICOS/CLASICOS/ POST CLASICOS (4) CULTURAS PERUANAS ESTABLECIDAS: RELACIÓN DE LAS PRINCIPALES CULTURAS LOCALES/ REGIONALES/TRANSREGIONALES E IMPERIALES ESTABLECIDAS E IDENTIFICADAS POR LOS ARQUEÓLOGOS. (**) OTROS HECHOS RELEVANTES: QUE MARCAN ÉPOCAS O ERAS EN LA HISTORIA (5) CRONOLOGIA DE LAS CULTURAS DE MESOAMERICA (6) CULTURA EGIPCIA (7) CULTURA GRIEGA (8) CULTURA ROMANA 105

Resaltamos lo expuesto en la columna 5, respecto a los períodos de las culturas de mesoamérica, preclásicos, clásicos y post-clásicos. de los olmecas, teotihuacán, toltecas y aztecas incluidos como elementos comparativos de las grandes clasificaciones que hacen los arqueólogos mexicanos de sus culturas antecesoras; posiblemente, asumimos, con desarrollos paralelos de múltiples culturas locales y regionales, tal como se muestra para el caso de las culturas peruanas andinas prehispánicas; a los que hemos añadido, en las columnas 6, 7 y 8 la comparación con la cronología de otras culturas (egipcia, griega y romana y otros hechos históricos).

4.5 Hipótesis sobre la «desaparición» de culturas basada en las relaciones de hechos catastróficos del fenómeno denominado ‘Super-El Niño’ 106

Las informaciones cronológicas anteriores, relacionadas con las ocurrencias de naturaleza catastrófica del fenómeno denominado ‘Super-El Niño’, señaladas por las etapas o fases de

202

eventos aluviales y/o de formación de cordones litorales que han sido identificados como etapas o fases de ‘cambio climático’, nos permiten explicar los siguientes hechos catastróficos planteados en los estudios en base de los referidos paleoregistros.

4.5.1 ABANDONO DE LOS «PRIMEROS « ‘CENTROS CULTISTAS’ 107

Las construcciones denominadas ‘centros cultistas’ que revisamos en nuestro estudio «Mirada de Cóndor Cuntur Ricuni a los principales complejos arqueológicos del Perú prehispánico» (J. A. Salaverry, estudio en evaluación) y que encontramos son centros ceremoniales-observatorios astronómicos que datan de una edad entre 5 000 y 3 800 años del presente (3 000 a.C. a 1 800 a.C.)

108

Los «primeros» ‘centros cultistas’ cuyas referencias acerca de su estudio arqueológico están dadas por E Kauffmann Doig (1986) son los siguientes: • Huaca Prieta en Chicama (J. Bird, 1963); Cerro Prieto en el valle de Virú (Strong, Evans y Bird; 1946); Pajillas en Santiago de Chuco (Bueno y Grieder, 1967); La Galgada en Tauca, Pallasca (Bueno y Grieder, 1967); El Aspero en Supe (Willey y Corbett, 1954; Feldman, 1977) con su estructura denominada «Huaca de los Sacrificios» que data de 1 500 años a. C. a 1 700 a.C; • Las Haldas (o Aldas) en Casma (E Engel y E.P. Lanning, 1956, expedición de la Universidad de Tokio, 1958), cuya antigüedad sobrepasa los 1 800 años a. C., siendo considerado como uno de los ‘centros cultistas’ más antiguos del Perú; Culebras cerca de Huarmey; Río Seco entre Huarmey y Huacho (J.C. Tello), con sus construcciones subterráneas de piedra, posiblemente ceremoniales, cuya antigüedad ha sido fechada en unos 1 800 años a.C. • Colinas de Ancón al norte de Lima (F. Kauffmann Doig, 1960); El Paraíso, Chillón (F. Engel, 1956; M. E. Moseley, 1958) que se remonta a más de 1 500 años a. C; Asia al sur de Lima (J.C. Tello); Pedreros, Chilca (L. Stumer, 1955; Hartew, 1963). • Paracas - Cavernas, Paracas (J.C. Tello, 1959); Otuma en Nazca (descubiertos por F. Engel, 1960, 1962); Chaviña y Las Lomas en la costa sur (F. Engel, 1960, 1962); Kotosh/Manos Cruzadas, Huánuco (J. Pulgar Vidal, 1934; J.C. Tello, 1935, expedición de la Universidad de Tokio, años 60’s), de antigüedad de más de 1 800 años a. C. • El Templo Viejo de Chavín de Huantar, Ancash (J.C. Tello, 1935) señalado de una antigüedad entre 2 000 años a. C a 1 000 años a. C; Puca - Pucará en Puno (Kidder II, 1943) de fecha que debe remontarse entre el primer y segundo milenio antes de nuestra era con sus construcciones trabajadas en piedra, sin labrar, y sus monolitos.

109

Sin embargo, la Dra. Ruth Shady Solís en su trabajo «La Ciudad Sagrada de Caral-Supe en los Albores de la Civilización en el Perú» (1997) reporta sus hallazgos que muestran a Caral como, la primera «ciudad» de las Américas, hoy en día enriquecidos por las mayores excavaciones efectuadas en algunos de sus componentes arquitectónicos (R. Shady y C. Leiva, 2003). • La ciudad sagrada de Caral, la primera «ciudad» de las Américas, está situada en una terraza aluvial en la margen izquierda del valle de Supe, a unos 325-350 msnm y a unos 20-25 metros sobre el nivel del lecho del río Supe; a una distancia de unos 22 kms. hacia el interior, valle arriba, de la ciudad de Supe (desvío que conduce al pueblo de Ambar) localizada a la altura del kilómetro 182 de la carretera Panamericana norte. • La ciudad sagrada de Caral fue desarrollada sobre unas 50 hectáreas, en las que se observan hasta seis grandes volúmenes piramidales y treinta y dos diversos conjuntos arquitectónicos

203

(17 grandes centros cívicos ceremoniales) relacionados, posiblemente, en forma estratificada y secuencial, a su largo período de ocupación territorial por más de mil años 23. • La edad -y períodos de ocupación- de la ciudad sagrada de Caral está señalada, en el referido trabajo de la Dra. Shady Solís (1997: 9-19) como perteneciente al arcaico tardío o precerámico e inicio del período formativo, entre 5 000 años ap a 3 500 años ap (3 000 años a.C. a 1 500 años a.C.). El fechado más antiguo de Caral es de 2 627 años a. C. y no señala las ocupaciones más antiguas. El fechado más antiguo debe ser 2 800 a. C. (hace unos 4 800 años ap). 110

Al respecto expresa que en el período arcaico temprano (8 000 a. C. a 6 000 a. C.) en la costa nor-central del Perú: «...comienza con los primeros asentamientos aglutinados de organizaciones sociales igualitarias y concluye en el arcaico tardío o precerámico, con el establecimiento de sociedades complejas, que erigieron construcciones monumentales, y la aparición de la civilización y la formación del estado. Caral se ubica en este período (Bonavía, 1982; Engel, 1963; Feldman, 1980, 1985; Pozorski y Pozorski, 1979; Quilter, 1985, 1989, 1991).»

111

Otro de los aspectos tratados en el referido trabajo de la Dra. Shady Solís (1997: 19-20) es el de otros sitios arqueológicos pertenecientes al arcaico tardío contemporáneos a Caral que han sido reportados por el avance de las investigaciones, pertenecientes al arcaico tardío, ubicados en la costa nor-central del Perú, tales como: «Aspero en el litoral del valle de Supe (Feldman, 1980, 1985); La Galgada en la cuenca del Chuquicara, un tributario del río Santa (Grieder y Bueno, 1981); Piruro en Tantamayo, Huánuco (Bonnier, 1987, Bonnier y Rosemberg, 1988); Kotosh en Huánuco (Izumo y Terada, 1972); Huaricoto en el Callejón de Huaylas (Burger y Salazar, 1985) y el Paraíso en el valle del río Chillón (Quilter, 1985; Quilter, Wong y Ojeda, 1991). Cabe señalar que estos sitios se encuentran en diferentes regiones: costa, sierra y selva alta, zonas ecológicas distintivas, con recursos singulares, pero todos se hallan en la costa nor-central del Perú. Área en que se habría desenvuelto una intensa interacción cultural durante el arcaico tardío, que impulsó el desarrollo social.».

112

Por considerarlo de gran interés y por su importancia en el entendimiento de la ubicación temporal de sitios de los estadios preagrícola y de agricultura incipiente de la era formativa de las culturas agrarias peruanas, reproducimos en el cuadro 4-4, tomado del trabajo de R. Shady Solís (1977: 16), la ubicación temporal aproximada de los referidos sitios del arcaico tardío.

204

Cuadro 4-4. Ubicación temporal aproximada de sitios del arcaico tardío Fuente: R. Shady. 1997:16)

113

Aspectos que nos aclaran en mucho el problema de ubicación temporal de los sitios arqueológicos que hemos encontrado en las revisiones efectuadas, en particular, referidos a los primeros observatorios astronómicos hundidos y a los propios centros ceremoniales–observatorios astronómicos en los estadios tardíos clasificados como pertenecientes a la era formativa de la agricultura andina24.

114

Entendemos que, desde el punto de vista arqueológico, los tres primeros estadios corresponden al acaico temprano (8 000 a.C. a 6 000 a. C), al arcaico medio (6 000 a.C. a 3 000 a. C.) y al arcaico tardío (3 000 a.C. a 1 500 a. C.) y que la etapa formativa propiamente dicha se extiende a partir de 1 500 a.C. hacia adelante. Dicho entendimiento se basa, en particular, en lo expresado en relación con otros sitios arqueológicos pertenecientes al arcaico tardío contemporáneos a Caral que han sido reportados por el avance de las investigaciones efectuadas por su descubridora (R. Shady, 1997:19). Al respecto expresa: «Estos sitios revelaron una complejidad arquitectónica mucho mayor que la inicialmente supuesta para el período arcaico tardío. En la actualidad, se está evaluando la hipótesis referente a extender un milenio atrás la etapa formativa para incluir las formaciones del arcaico tardío, dando así una nueva interpretación al proceso cultural peruano».

115

Uno de los aspectos de la mayor importancia en nuestro trabajo es el que se refiere a las posibles relaciones que visualizamos entre las etapas o fases del ‘gran cambio climático’ señalado entre los 2 000 a.C. - 1 500 a.C. y el abandono de los ‘centros cultistas’.

116

El abandono, retiro hacia el interior y aparición de nuevas construcciones, es explicado por Kauffmann Doig (1986: 135-137) con relación a la presión demográfica y la necesidad de incrementar las áreas de cultivo, al expresar: «Es de anotar que la gente costeña de la época vivió muy cerca del mar; en épocas posteriores la población aumenta y se retira hacia el interior para disponer de más campos de cultivo. Cerca del mar tenía esta gente la pesca a la mano, y disponía de los torrentes aluviónicos, que se explayan de preferencia en la desembocadura de los ríos, para sus rudimentarios sembríos. Como el mar ha aumentado en su nivel, comenzando este proceso hace unos 10 mil años, hasta unos 50 o 60 m. es de estimar que restos de habitación humana de nuestra época hayan sido barridos por las aguas.»

205

117

Los expertos señalan que, en las primeras fases de la ocupación territorial de la costa peruana (entre 12 000 años a.C. - 10 000 años a.C), la altitud del mar era menor en unos 20 a 30 m. con relación al nivel actual del mar, habiendo incrementado durante el largo período climático universal de retirada glacial (de 15 000 años a. C. a 9 000 años a. C.) y continuando su ascenso durante el largo período de clima óptimo, del optimum climaticum (entre 9 000 años a.C. a 3 000 años a.C)25.

118

Por considerarlo de interés, presentamos en el gráfico de la Figura 4-9 las fluctuaciones del nivel del mar en los últimos 125 000 años.

119

Consideramos que la hipótesis planteada por Kauffmann Doig (1986: 135-137) respecto a que no encontramos en el litoral de la costa restos de habitación humana anteriores al abandono de los primeros ‘centros cultistas’ -su retiro hacia el interior y aparición de nuevas construcciones- debido a que al aumentar el nivel del mar los restos de habitación humana de la época hayan sido barridos por las aguas, es poco probable, en particular, si se tiene en cuenta: Figure 4-9. Cambios climáticos y fluctuationes del nivel del mar (Fuente: J.A Salaverry)

120

En primer lugar, que existen diseminadas a lo largo de la costa peruana vestigios de poblaciones cuyos fechados se remontan a las primeras ocupaciones territoriales, entre las que podemos especificar: • los amplios y numerosos vestigios de ocupación territorial de poblaciones de recolectores y cazadores señalados por la presencia de canteras de herramientas líticas y de petroglifos en lugares alejados de los torrentes aluviales, de las zonas boscosas y pantanosas de los deltas y desembocadura de los ríos; • la presencia de las denominadas ‘culturas líticas’ de pescadores 26 denominadas así no tanto por el uso de utensilios de piedra sino, en especial, por la presencia de monolitos toscamente labrados señalando la ocurrencia de los solsticios y por el amontonamiento de piedras

206

señalando los límites de su ocupación territorial en puntas y bahías del litoral costeño en la Costa central y norte del Perú; 121

En segundo lugar, que a lo largo de la litoral de la costa peruana se observan evidencias de erosión del mar, en playas y acantilados, correspondientes a alturas superiores en unos 5 m a las del litoral marino en la actualidad. Dichas alturas superiores parecen corresponder al máximo nivel del mar que alcanzó al final del periodo de desglaciación dentro del periodo de clima óptimo señalado hace unos 9 000 años ap unos 7 000 años a.C.

122

Consideramos que el incremento del nivel del mar por desglaciación y las evidencias de una altura del litoral mayor que el actual, no son hechos contradictorios. En particular, si es que tenemos en cuenta: a) los efectos de los procesos de elevación de la corteza terrestre y movimientos tectónicos que caracterizan la formación de los Andes y b) las enormes masas de sedimentos que han sido depositados por los ríos de la vertiente occidental de los Andes.

123

En tal sentido, el efecto neto que planteamos -como resultado del incremento en el nivel del mar por efecto de la elevación de la corteza terrestre y de las enormes masas de sedimentos acarreados y depositados por las corrientes fluviales- es que el nivel del mar actual es inferior al que correspondería por el incremento del nivel marino como resultado de los procesos de desglaciación durante los períodos de retirada glacial y de clima óptimo.

124

Planteamos que, posiblemente, la explicación acerca del abandono de los ‘centros cultistas’, su retiro hacia el interior y aparición de nuevas construcciones, en fechas posteriores del señalado para el período formativo, enmarcado a finales del estadio agrícola incipiente, entre 5 000 años a.C. - 2 000 años a.C. y el inicio del estadio de desarrollo agrícola, entre 2 000 años a.C. y el inicio del estadio de desarrollo agrícola, entre 2 000 años a.C. y 300 años d. C, pueda encontrarse en uno de los hechos más importantes de los períodos de ‘cambio climático’ en los Andes peruanos. Nos referimos, específicamente, al período de ‘gran cambio climático’, del orden y magnitud mayores, que los expertos denominan Ciclos de Alteración Ambiental Radical.

125

Relacionando: a) las fechas de identificación de los ‘centros cultistas’ (que de acuerdo al fechado de los arqueólogos datan de épocas anteriores a los años 3 000 a. C. a 1 500 a.C; con, b) las evidencias paleo-ambientales en Sudamérica planteadas para explicar los cambios regionales de clima–vegetación y el pasado de los denominados Super o Mega eventos del fenómeno oceanográfico-climatológico de ‘El Niño’ durante el último ciclo glacial-postglacial y el holoceno temprano (C. Villagrán, 1993: 243-258); N.A. Morner, 1993:1-12), podemos inferir que, el último período anotado de máximas condiciones de inestabilidad oceánico-atmosféricas señalado por los expertos podría centrarse, precisamente, al final de la era pre-agrícola y el inicio del estadio de desarrollo agrícola las etapas o fases del periodo de ‘gran cambio climático’- explicando así el abandono de los referidos ‘centros cultistas’, su retiro hacia el interior y aparición de nuevas construcciones.

126

Consideramos que los planteamientos expuestos tienen gran importancia en el enmarcamiento en el tiempo de los procesos de ocupación territorial y de desarrollo de las culturas locales y regionales, así como, en el entendimiento de la generación y aplicación de las tecnologías y técnicas de manejo de los medios ambientes andinos.

127

Entre dichas evidencias encontramos los eventos aluviales en el valle de Casma y cordones litorales en Colán y Chira entre 2 000 a. C. y 1 150 a. C, reportados por J. Macharé

207

y L. Ortilieb (1993: 23-52) los que consideramos estarían relacionados con el abandono de los primeros ‘centros cultistas’, entre los cuales nos referimos, en particular, a la desaparición del centro cultista de Las Aldas por considerarse uno de los centros «más antiguos» del litoral de la costa peruana27. (I) Etapas o fases del periode de «gran cambio climático» señalado entre los anos 2 000 a. C. - 1 500 a C. En nuestra clasificación de los grandes periodos climáticos, el abandono de los primeros ‘centros cultistas’ estraria relaiconado a los referidos eventos de naturaleza catastrófica, los que corresponden a la etapa o fases del periodo de ‘gran cambio climático’, centrada su ocurrencia entre los anos 2 000 a. C. 1 000 a. C. a 1000 a. C. coicindente con la interface al finalizar el periodo clima optimo (b), correspondiente al periodo de alternancia de fases secas y húmedas (c) entre los anos 2 000 a. C. y 1 000 a. C. y, el inicio del periodo frio (d), entre los anos 1 000 a. C. 300 a. c.

4.5.2 PROFUNDOS CAMBIOS EN LAS CULTURAS ANCÓN Y CHAVÍN, ASÍ COMO DE CULTURAS ANTECESORAS A LA LAMBAYEQUE Y MOCHICA 128

Los eventos aluviales en el valle de Casma y cordones litorales en Colán y Chira entre 300 a. C. y 0 a. C.- d. C, igualmente reportados por J. Macharé y L. Ortilieb (1993), posiblemente estarían relacionados con profundos cambios en las culturas Ancón y Chavín, así como de culturas antecesoras a las culturas Lambayeque y Mochica, según lo reportado por P Kaulicke (1993: 285-287) citando a M. Uhle (1904, 1913: 34); R. Carrión Cachot (1948: 159-160, 167-168); L.E Gálvez (1952: 41-45); J.C. Tello (1942: 702; 1944: 331); L.E. Wells (1987, 1990: 1137).

129

Al respecto, R. Carrión Cachot (1948: 158) citado por E Kaulicke (1993: 285), refiriéndose a los «entierros» de Ancón, plantea la ocurrencia de «...dos violentos aluviones, cuya edad no puede ser señalada por la Arqueología, pero indudablemente deben remontarse a fecha muy antigua y alteraron las características topográficas, climatológicas y biológicas, interfiriendo aún con la vida de los pueblos allí asentados». Igualmente, Carrión Cachot (1948: 167, 168) en su visión del final de la civilización Chavín acompañada de movimientos sísmicos, erupciones volcánicas y aluviones, expresa: «...se produjeron lluvias torrenciales e inundaciones que asolaron zonas íntegras; valles antes florecientes con densas poblaciones y vida económica próspera fueron sepultados o arrasados por violentos aluviones. Ciertos valles sufrieron más que otros, entre ellos los de Lambayeque, Nepeña y principalmente Casma». (II) Etapa de cambio climático, entre los años 300 a. C. – 0 a. C. En nuestra clasificación de los grandes períodos climáticos los profundos cambios en las culturas Ancón y Chavín, así como de culturas antecesoras a las culturas Lambayeque y Mochica, estarían relacionados a los referidos eventos de naturaleza catastrófica, los que corresponden a la etapa (II) de ‘cambio climático’, centrada su ocurrencia entre los años 250 a.C. a 50 a. C. coincidente con la interfase al finalizar el período frío (d) entre los años 1 000 a. C. y 300 a. C. y, el inicio del período cálido relativo (e), entre los años 300 a. C. a 300 d. C.

208

4.5.3 MISTERIOSA DESAPARICIÓN DE LAS CULTURAS PARACAS Y EVENTOS TECTÓNICOS Y ALUVIALES OBSERVADOS EN EL COMPLEJO HUACA DEL SOL / HUACA DE LA LUNA EN MOCHE 130

El que hemos denominado período del «Gran Niño» del 250-300 d. C., posiblemente relacionado con la misteriosa desaparición de las culturas Paracas y de asentamientos en Chilca y Chala, tal como señala F. Engel (1973). Los enormes depósitos aluviales formados en las zonas respectivas parecen indicar la posible ocurrencia de un fenómeno de incidencia, más que local, de carácter regional, como lo parecen señalar los trabajos de M.E. Moseley (1983: 432-434) y Moseley et. al (1981: 248-249) con el propuesto ciclo de eventos tectónicos y aluviónicos observados en el complejo Huaca del Sol/Huaca de la Luna en Moche, de ocurrencia entre 300 d. C. y 500 d. C.

131

Eventos del «Gran Niño» de 550-600 d. C. y del «Gran Niño de 550-600 d. C, reportados en los estudios de Kaulicke (1993) para la región del Alto Piura, Nials et. al (1979) y Canziani (1989: 187-198) en particular el gran aluvión a fines del período Moche IV que fechan alrededor de 600 d. C. el que habría causado el abandono definitivo del Templo de la Luna en el valle de Moche.

132

Estos últimos autores reportan por lo menos cuatro eventos del tipo denominados el «Gran Niño» en base a los depósitos y sedimentos asociados que afectaron dicho templo. Igualmente, dichos eventos estarían relacionados con el inicio de la cultura Lambayeque o Naylamp, en las dos versiones recogidas independientemente por M. Cabello Balboa (1586) y por M. Rubiños y Andrade (1782) según lo reportado por F. Kauffmann Doig (1986: 492-493). (III) Etapa de cambio climático, entre los años 250 d. C. - 300 d. C. En nuestra clasificación de los grandes períodos climáticos, posiblemente relacionado con la misteriosa desaparición de las culturas Paracas y, el propuesto ciclo de eventos tectónicos y aluviales observados en el complejo Huaca del Sol / Huaca de la Luna en Moche, estarían relacionados a los referidos eventos de naturaleza catastrófica, los que corresponden a la etapa III de cambio climático, centrada su ocurrencia entre los años 250 d. C–300 d.C., coincidente con la interfase al finalizar el período cálido relativo (e) entre los años 300 a. C. a 300 d. C. y, el inicio del período intermedio (f), entre los años 300 d. C. a 600 d. C.

4.5.4 POSTERIORES EVENTOS EN EL COMPLEJO HUACA DEL SOL / HUACA DE LA LUNA EN MOCHE 133

Al respecto, I. Shimada (1991: 33-56) citado por L. Huertas (1993: 369) explica las profundas alteraciones ecológicas producidas por los aluviones, prolongada sequía posterior en las zonas Moche y desplazamientos de sus poblaciones, al expresar: «En algún momento tardío de Moche IV, una serie de alteraciones graves parecen haber ocurrido en el sitio Moche. La base de la Huaca del Sol fue dañada por el agua habiendo sido barridos varios metros de suelo del área circundante... Aparentemente, la destrucción fue provocada por un gran aluvión. Poco después de haber sido reparados los daños ocasionados por el agua, algunas zonas meridionales del sitio fueron invadidas por

209

dunas de arena que finalmente interrumpieron los canales de irrigación de los campos de cultivo aledaños y el abastecimiento de agua a la capital... Esto vino acompañado de un importante viraje hacia el norte y tierra adentro de la población y geopolítica mochica». 134

El mismo autor I. Shimada (1985: 91-101) señala que la ocupación Mochica llegó a su fin alrededor del año 700 d. C. y que el final de dicha cultura fue violento, seguida de una nueva fase que denomina el «Antiguo Sicán» (700–850 d. C.) en la cual se produjo un gran desplazamiento de las poblaciones de las culturas Caxamarca hacia las costas de Piura y Lambayeque. Igualmente, así como de la ocurrencia de una nueva serie de desastres naturales ocurridos alrededor del año 1 000 d. C. (IV) Etapa de cambio climático, entre los años 500 d. C.–600 d. C. En nuestra clasificación de los grandes períodos climáticos, el abandono definitivo del Templo de la Luna en el valle de Moche y el inicio de la cultura Lambayeque o Naylamp, estarían relacionados a los referidos eventos de naturaleza catastrófica, los que corresponden a la etapa (IV) de cambio climático, centrada su ocurrencia entre los años 500 d. C. – 600 d. C, coincidente con la interfase al finalizar el período intermedio (f), entre los años 300 d. C. a 600 d. C. y el inicio del período frío relativo (g), entre los años 600 d. C. a 999 d. C.

4.5.5 DESAPARICIÓN DE LA CULTURA NAYLAMP O LAMBAYEQUE, EXPANSIÓN DE LA CULTURA CHIMÚ HACIA EL NORTE E INICIO DE LA CULTURA INCA 135

Eventos del «Gran Niño» de 1 050 d.C. - 1 200 d.C, que explican la desaparición de la cultura Naylamp o Lambayeque, también denominado «Chimú Flood», reportada por Nials et al (1979), cuyos depósitos son observables en las quebradas de los ríos Moche y Seco (departamento de La Libertad). Evento que parece coincidir con el denominado «Naylamp Flood» reportado para Batán Grande (departamento de Lambayeque) por Craig y Shimada (1986). Al respecto Morner (1993) refiriéndose a las ocurrencias de eventos tipo «Super–El Niño», presenta evidencias de dichos eventos señalando como fecha alrededor de 1 100 d.C-1 200 d.C.

136

En la cronología de gobernantes de la cultura Lambayeque o Naylamp corresponde a los tiempos del 12vo curaca Fempellec (alrededor de 1 050 d. C. - 1 100 d. C); «el diluvio de treinta días a los cuales subsiguió un año de mucha esterilidad y hambre...» (Historia Legendaria del valle de Lambayeque, M. Cabello Balboa, 1586, Cap. 17).

137

De otra parte, los referidos eventos del «Gran Niño» de 1 050 d.C. - 1 100 d.C. (1 100-1 200 d.C.) están relacionados con la expansión de la cultura Chimú hacia el norte, en la dinastía de Chimú Capac sobre los Lambayeque y, en especial, con el inicio de la cultura Inca con Manco Capac (1 150 d.C. – 1 200 d. C).

138

L. Huertas (1993: 368), expresa que A. Cardich (1981) «menciona un ‘pequeño optimum del clima’ sucedido los años 1 050 d.C. – 1 320 d. C. que permitió al hombre conquistar tierras altas para el cultivo y el surgimiento de nuevas poblaciones ‘encima de los cerros’. Pero luego de esa etapa de bonanza climática «empieza un enfriamiento con la pequeña edad de hielo, la que con altibajos duró hasta la segunda mitad del siglo XIX.» La agresión del clima obliga a sus hombres a abandonar sus llactas [casas de piedra en las zonas altas] y desplazarse a las partes bajas, originándose un sinnúmero de guerras inter-etnias que

210

implicaron muchas reorganizaciones del espacio social con abandonos y fundaciones de centros poblados. Las regiones impactadas fueron Piura, Lambayeque, Cajamarca, Andahuaylas, Arequipa y Puno (cf. Cardich, 1981: y Huertas, 1992 a). (V) Etapa de cambio climático, entre los años 1 050 d. C. – 1 100 d.C. En nuestra clasificación de los grandes períodos climáticos, la desaparición de la cultura Naylamp o Lambayeque, la expansión de la cultura Chimú hacia el norte en la dinastía de Chimú Capac sobre los Lambayeque y, en especial, el inicio de la cultura Inca con Manco Capac, estarían relacionados a los referidos eventos de naturaleza catastrófica, los que corresponden a la etapa (V) de cambio climático, centrada su ocurrencia entre los años 1 050 d. C. - 1 200 d. C, coincidente con la interfase al finalizar el período frío relativo (g), entre los años 600 d. C. a 999 d. C. y, el inicio del pequeño período de clima óptimo (h), entre los años 1 000 d. C. a 1 290 d. C.

4.5.6 OCURRENCIA DE UN EVENTO CATASTRÓFICO ANTES DE LA LLEGADA DE LOS ESPAÑOLES 139

Antes de la existencia de registros escritos o archivos históricos de las ocurrencias del fenómeno ‘El Niño muy fuerte’ L. E. Wells (1990: 1137) sugiere la ocurrencia de un evento catastrófico antes de la llegada de los españoles alrededor del año 1 460 d. C. (VI) Etapa de cambio climático, entre los años 1 450 d. C.–l 470 d. C. En nuestra clasificación de los grandes períodos climáticos, la ocurrencia de un evento catastrófico antes de la llegada de los españoles alrededor del año 1 460 d. C, el que corresponde a la etapa (VI) de cambio climático, centrada su ocurrencia entre los años 1 450 d. C. - 1 470 d. C, coincidente con la interfase al finalizar el pequeño período intermedio (i), entre los años 1 291 d. C. a 1 522 d. C. y, el inicio del pequeño período de clima glacial (j), entre los años 1 523 d. C. a 1 899 d. C.

4.5.7 EVENTO DE ‘EL NINO’ MUY FUERTE ENTRE 1870-1890 (VII) Etapa de cambio climático, entre los años 1 870 – 1 890. En nuestra clasificación de los grandes períodos climáticos, para el período comprendido entre los años 1 522 y 1 899 d. C. tenemos registrada la etapa (VII) de cambio climático, centrada su ocurrencia entre los años 1 870 d. C. y 1 900 d. C, coincidente con la interfase al finalizar el pequeño período de clima glacial (j) entre los años de 1 523 d. C. a 1 899 d. C. y el inicio del período reciente (k) de 1 900 d. C. al presente

4.6 Ensayo comparativo cronológico de las eras culturales andinas peruanas dentro de los principales hechos a nivel mundial 140

En el cuadro 4-5 intentamos proporcionar una visión cronológica del conjunto de los principales desarrollos de las culturas agrarias andinas peruanas, comparada con los principales hechos a nivel mundial. La visión comprende desde la llegada de los primeros

211

pobladores a los Andes peruanos, que se remonta a hace más de 20 000 años, hasta la conquista del Perú por Pizarro en el año 1 532 d. C. En la visión cronológica hemos incluido: 1. Los períodos y cambios climáticos en los Andes. 2. La cronología de las principales culturas andinas peruanas relacionada con los eventos de naturaleza catastrófica del fenómeno denominado «Super – Niño». 3. Las relaciones de los hechos catastróficos, las culturas andinas prehispánicas y los períodos de ‘cambio climático’, planteadas como hipótesis y lectura de trabajos realizados que relacionan los factores condicionantes del desarrollo de las culturas agrarias peruanas del pasado. 4. Adicionalmente, hemos extractado de todo el texto del trabajo los principales aspectos de ocurrencias en el tiempo que hemos podido inferir, en el largo período de más de diez mil años de desarrollo de la civilización de las culturas andinas peruanas, a través de nuestra lectura e interpretación de las múltiples ideografías y monumentos que nos han legado nuestros antepasados. Cuadro 4-5. Ensayo cronológico comparativo de los principales hechos de las culturas andinas peruanas dentro de los hechos a nivel mundial, incluyendo las edades y periodos climáticos

212

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FUENTES: K.D. Eras y Estadios Culturales de las Civilizaciones Peruanas, Kauffmann Doig (1978,1986) NJ. Ensayo comparativo del arte rupestre a nivel mundial y de las culturas peruanas, Núñez Jimenez (1986; 33-39) HUC Libros de Historia Universal comparada OF Otras fuentes señaladas con cita expresa JAS Las fuentes señaladas en el enmarcamiento cronológico de las culturas peruanas prehispánicas dentro de los grandes períodos climáticos en los Andes, estadios culturales, periodos arqueológicos, históricos y territoriales: su comparación con otras culturas de América y resto del mundo; y relación de eventos de naturaleza catastrófica del fenómeno océano – climatológico denominados ‘Super – ENOS’ o el ‘Gran Niño’ 141

Los expertos señalan la presencia de los primeros pobladores en el continente americano hace más de 40 000 años. El origen del hombre americano apunta, de acuerdo a la más aceptada teoría, la inmigracionista, al continente asiático. La presencia del Hombre en el Perú se remonta a hace más de 20 000 años. Nuñez Jimenez (1985:35) señala la Cueva de Piquimachay (la Cueva de las Pulgas) en Ayacucho, de edad dice de hace unos 23 000 años ap, como una de las zonas más antiguas –de llegada dice de los pobladores cazadoresrecolectores que convivían con animales primitivos, los que desaparecen rápidamente en los períodos correspondientes a la desglaciación (período que siguió en forma inmediata e ininterrumpida el último avance glaciar hace unos 15 000–14 500 años y la transición glacial- post-glacial, hace unos 15 000 a 12 000 años).

142

Por nuestra parte, lo que tratamos es entender, en ese muy largo período en el tiempo de más de veinte mil años, es un continuo proceso de migración hacia el sur de pequeños grupos de poblaciones nómadas de cazadores–recolectores en su búsqueda de zonas en las cuales el medio ambiente de entonces permitía su mejor sustento. Por lo tanto, imaginamos su ingreso a los Andes de norte a sur y su presencia en la Cueva de Piquimachay en períodos posteriores.

143

Comparativamente con hechos en el resto del «mundo», Nuñez Jimenez (1986: 35) nos señala que, en los períodos en que se producía la presencia del Hombre en el Perú, los hombres prehistóricos del actual territorio francés habían comenzado a pintar sus santuarios y que los cazadores de mamut de Moravia (Checoslovaquia) establecieron sus rústicas moradas al aire libre, los primitivos europeos pintaban en cavernas en Francia y España (hace unos 20 000 a 25 000 años). Continúa informando que en períodos posteriores, hace unos 14 000 años a 12 000 años (12 000 a. C. a 10 000 a. C.) cuando los primitivos europeos pintaban las conocidas cuevas de Font’ de Gaume en la región francocantábrica y de Altamira en España, los indios norte americanos de California desarrollaban su arte rupestre y decaían los santuarios rupestres en la región francocantábrica; los habitantes de la costa peruana ya habían aprendido a tallar el cuarzo y a

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fabricar puntas de silex; se encuentran manifestaciones culturales y testimonios de los grupos humanos de los primeros estadios de la era formativa de Lauricocha, en las serranías de Huánuco, en los yacimientos de Chivateros, en la desembocadura del río Chillón (Lanning, 1967; Kauffmann Doig, 1968; Lumbreras, 1969; E. Alarco, 1971); en Oquendo y en las pinturas rupestres de Toquepala (E. González García, 1963); J. C. Muelle). 144

Los estadios pre-agrícolas de la era formativa de las culturas andinas se remonta a más de 10 000 años y avanza hasta hace unos 7 000 años (5 000 a. C.). Comprende gran parte del largo período de clima óptimo en los Andes, que se inicia hace unos 11 000 años y alcanza un máximo de temperatura hace unos 7 000 años. Algunos arqueólogos la señalan, equivocadamente, como una era de «salvajismo y barbarismo» (¿?). En ella encontramos las primeras expresiones andinas astro–geométricas y de numeración y conteo, expresiones que nos señalan el desarrollo paulatino del sistema decimal de números básicos enteros (el sistema inicial básico de numeración y conteo andino con las manos y dedos), las que vemos en sus múltiples expresiones de los petroglifos presentados por A. Nuñez Jimenez (1986) y pictografías por D. Bonavia (1974). El primero resalta que las poblaciones peruanas ya habían comenzado a desarrollar su arte textil, con anterioridad al desarrollo en el viejo mundo. Por su lado, Burns (1990) resalta los casos de las pinturas rupestres de Toquepala y de la Quebrada del Palo (Chancay). En los hechos a nivel mundial se resalta, alrededor de los 7 000 a. C. el descubrimiento paralelo de la agricultura en el oriente próximo.

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Hace unos 7 000 años (5 000 a. C.) se inicia el denominado estadio agrícola incipiente en el Perú, que comprende otros largos 3 000 a 4 000 años, proyectándose hacia el período del ‘gran cambio climático’ en los Andes centrado hacia los años 2 000 a. C. a 1 500 a. C. En ella se señala la existencia de testimonios de agrupaciones sedentarias, resaltando el testimonio de un «pueblo», el de Paloma, valle de Chilca (E Engel, 1965) como la primera agrupación sedentaria conocida por sus residuos marinos y la existencia de pueblos y aldeas más extensas en la costa del Perú que abarcan hasta 10 hectáreas. Igualmente, el desarrollo intensivo de la pesca en la costa peruana y su importancia en las primeras manifestaciones de civilización (M. Moseley 1975).

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En este largo estadio de la era formativa de las culturas de la civilización andina peruana, encontramos en el trabajo que tenían ya conocimientos en astro–geometría y matemáticas -y sus relaciones biológicas y climáticas- sistemas que se expresan, en sus observatorios circulares hundidos y los denominados ‘centros cultistas’ (F Kauffmann Doig, 1986), tanto en la dimensión astro-geométrica y la dimensión numérica y de conteo, en un sistema dual-decimal de números enteros en base quinaria (base cinco) y base decimal (base diez) señalados en las expresiones ideográficas de sus petroglifos y pictografías desde épocas «muy antiguas» en base al conteo con las manos y los dedos.

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Los arqueólogos señalan que, en las últimas etapas al finalizar el estadio agrícola incipiente, encontramos los ‘centros cultistas’ centros de poder o de irrigación cultural, los que son observatorios astronómicos–centros ceremoniales de primer orden y magnitud diseminados a lo largo de la costa y sierra del Perú. Entre los numerosos ‘centros cultistas’ resaltamos el de Las Aldas (o Haldas), en Casma (F. Engel y E.P. Lanning, 1956; expedición de la Universidad de Tokio, 1958) cuya antigüedad sobrepasa los 1 800 años a. C, siendo considerado como uno de los ‘centros cultistas’ más antiguos del Perú; Kotosh / manos cruzadas, Huánuco (J. Pulgar Vidal, 1934; J.C. Tello, 1935; expedición de la Universidad de Tokio, años 60); el Templo Viejo de Chavín de Huantar, Ancash, (J.C. Tello, 1935), señalado de una antigüedad entre 2 000 años a. C. a 1 000 años a. C. En dichos

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centros encontramos expresiones más avanzadas de los conocimientos tecnológicos en astro-geometría y matemáticas andinas, en particular, del sistema decimal y dual aplicado sobre la relación básica tres, cuatro y cinco, el que se proyecta hacia el Tahuantinsuyo incaico 3 500 años adelante. 148

Los desarrollos de las culturas andinas en estos largos períodos del denominado estadio agrícola Incipiente, son comparables con hechos de culturas paralelas en el resto del «mundo». Hace unos 7 000 años ap se descubre la agricultura en Europa central. Hace unos 6 000 años ap se descubre la agricultura en Europa occidental; contando con amplios conocimientos geométricos los sumerios de la Mesopotamia inventan la rueda y construyen sus sistemas de irrigación entre el Tigris y el Eufrates; hace unos 5 000 años se descubre la agricultura en América; hace unos 4 000 años, por el año 2 778 a. C. los egipcios construyen la primera pirámide en Sakkara para el Faraón Zocer; los egipcios conocieron las propiedades del triángulo rectángulo de lados 3, 4, y 5; y sus conocimientos geométricos fueron aplicados a las medidas de tierras y a las construcciones de sus pirámides; hace unos 4 500 años se descubre la agricultura China y se empieza la utilización del calendario Maya.

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Al finalizar el estadio agrícola incipiente (hace unos 4 200 años ap) los expertos paeloambientalistas señalan que se produce: a) la etapa o fases del periodo de ‘gran cambio climático’ en los Andes, b) el «inicio» del enfriamiento de la corriente peruana hacia el norte, c) la profundización del largo proceso de desertificación en los Andes, y d) el «inicio» de las ocurrencias regulares del fenómeno océano–atmosférico de ‘El Niño’, subsistiendo en períodos posteriores las ocurrencias cíclicas de las anomalías de carácter fuertes y muy fuertes del fenómeno. Por su parte, los arqueólogos señalan el abandono de los ‘centros cultistas’ costeños iniciales, cerca del mar, su retiro hacia el interior y aparición de nuevas construcciones, «hechos» que los relacionamos y explicamos en nuestro estudio con la enorme disrupción del medio ambiente en los Andes resultante de las etapas o fases del que denominamos el periodo de ‘gran cambio climático’.

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La era del desarrollo agrícola y cultural de las culturas agrarias andinas peruanas corre desde hace unos 3 500 años ap (1 500 a. C.) hacia las etapas avanzadas del Tahuantinsuyo incaico. Entendemos que en dicha era, que abarca más de 3 000 años de historia, se producen importantes desarrollos paralelos en las numerosas culturas locales y regionales que habían ocupado los territorios de los Andes peruanos, tal como nos muestran sus múltiples expresiones ideográficas de sus diversos paleoregistros arqueológicos.

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La era del desarrollo agrícola y cultural la iniciamos con el estadio cultural que denominamos de ‘inicio masivo del riego’ (centrado entre los años 1 500 a. C. a 300 d. C.) relacionado a los desarrollos de creación de suelos agrícolas a través de andenería en las zonas quechuas y de pozas o camellones en las zonas de las yungas costeras, así como sus correspondientes desarrollos hidraúlicos. En la continuidad del desarrollo de las numerosas culturas andinas peruanas, locales y regionales, el énfasis mayor, en términos del clima-vegetación imperante en dicha era, es puesto en la serie de seis ‘cambios climáticos’ relacionados a eventos extraordinariamente fuertes –de magnitud catastrófica- de los efectos locales y regionales del fenómeno de ‘El Niño’ sobre dichas culturas.

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Los avances científico – tecnológicos observados en Sechín, Chavín de Huantar (templo tardío), culturas Paracas, Nazca, Moche, etc. hace unos 3 000 años, a partir de los «nuevos» observatorios astronómicos y centros ceremoniales (posteriores al ‘gran cambio

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climático’), son expresiones más avanzadas de los conocimientos científico – tecnológicos en astro – geometría y matemáticas andinas, del sistema dual decimal, aplicado en la relación básica tres, cuatro, cinco, el que se proyecta hacia el Tahuantinsuyo incaico 2 000 años adelante. 153

Mayores avances científico – tecnológicos se muestran en las técnicas y artes de ingeniería agro-astronómica (incluyendo, centros experimentales agrícolas como el de Moray y Tipón en las cercanías del Cusco), de ingeniería edafológica y civil, en la construcción de elaboradas andenerías de «maizales» y sistemas hidráulicos de represas, tomas y canales en las zonas quechuas; en crecientes irrigaciones en la costa; en la construcción de caminos; en la creación de instrumentos de medición, cómputo y de transmisión de los conocimientos y cuentas (censos), entre muchos otros. Pero, los mayores avances se muestran en la organización económica y político – social en la conformación del Tahuantinsuyo.

4.7 Elementos adicionales de enmarcamiento cronológico 154

Por último, presentamos en esta parte del trabajo algunos elementos adicionales que hemos encontrado de interés en el curso de la elaboración del trabajo, referidos: en primer lugar, al análisis de la información sobre localidades – y sus alturas sobre el nivel del mar - en las cuales A. Nuñez Jimenez (1986) reporta la existencia de petroglifos, los que creemos nos permite visualizar las primeras ocupaciones territoriales de los Andes peruanos; y en segundo lugar, a su explicación acerca de la tesis del paralelismo en la distribución geográfica de los factores culturales que encontramos de la mayor importancia en el entendimiento de los desarrollos de las culturas agrarias andinas.

4.7.1 ANÁLISIS DE LOS PROCESOS TEMPRANOS DE OCUPACIÓN TERRITORIAL DE LOS ANDES: LOCALIDADES – Y SUS ALTURAS 155

Para el análisis de los procesos tempranos de ocupación territorial de los Andes utilizamos la información obtenida del trabajo de A. Nuñez Jimenez (1986: Vols. 1 al 4) consignada en el cuadro 4-6 y mapa de la figura 4-10. El énfasis en los datos de dicho cuadro está en la localización geográfica de los petroglifos en los Andes peruanos (nombre de la localidad, distrito o provincia en donde se encuentran, zona o área, río o afluente). Los datos han sido clasificados en función a las características macro–ecológicas teniendo en cuenta: la cuenca, subcuenca y micro-cuenca hidrológica en que se localiza el petroglifo y las condiciones de clima–vegetación que imperaron en esa entonces de acuerdo a los planteamientos que hemos hecho en el capitulo III.

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Cuadro 4-6. Localización de los petroglifos en los Andes peruanos (Ver Figura 4-10)

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LEYENDA: (1) Localización / nombre, las 72 localidades señaladas el mapa de la figura 4-10 de acuerdo al texto de la obra de Nuñez Jimenez.(1978:71,Vol. I). (2) Z/A la clasificación de las zonas o áreas en las cuales se encuentran localizados los petroglifos (ver texto para la explicación de los factores utilizados en la clasificación). Las zonas o áreas son las siguientes: D = zona desértica; QD = zona quebrada desértica; V = zona de valle; Q = zona de quebrada seca; L = zona de lomas; QV = zona de quebrada valle; Q = zona de quebrada seca; L = zona de lomas; QV = zona de quebrada valle; Q/H = zona de quebrada huaycos; AA = zona alto andina. (3) Distrito / Provincia, reportado en la localización de los petroglifos. (4) Río/afluente, reportado en la localización de los petroglifos. (5) Altura, metros sobre el nivel del mar (msnm) señalado en la localización de los petroglifos. 156

En el cuadro 4-7 presentamos el resumen del número de localidades, clasificadas por zonas o áreas en las cuales se encuentran localizados pictografías y petroglifos en el territorio del Perú. Dichas localidades señalan tempranos procesos de ocupación de los territorios de los Andes peruanos.

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Figura 4-10. Localización de los petroglifos en los Andes peruanos (Reproducido de Antonio Niñez Jiménez, 1978:71, Vol. I)

Cuadro 4-7. Resumen del número de localidades clasificadas por zonas o áreas en las cuales se encuentran los petroglifos

Fuente.: Cuadro 4-6 y mapa de la figura 4-10

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El análisis de la información presentada en los referidos cuadros permite inferir que las primeras zonas de ocupación territorial corresponden a la zona norte (22 localidades), zona central (29 localidades) y zona sur (21 localidades). Dichas zonas están principalmente localizadas en las yungas costeras y quechuas de la vertiente del Océano Pacífico de la cordillera occidental de los Andes (64 localidades de un total de 72). Encontramos que, prácticamente, 9 de cada 10 de las localidades se encuentran a alturas menores de los 2 000 msnm y 7 de cada 10 de las localidades a alturas menores de los 1 000 msnm. La excepción son 8 localidades (1 de cada 10) de petroglifos en las zonas alto andinas.

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Todo lo anterior, relacionado con los vestigios de los centros astronómicos-ceremoniales posteriores, parece señalar que los primeros procesos de ocupación territorial de los Andes, previos a las etapas o fases del ‘Gran cambio climático’, se produjeron en las zonas de las yungas costeras y quechuas andinas de las zonas norte, centro y sur de la vertiente del Océano Pacífico de la cordillera occidental de los Andes, básicamente a alturas menores a los 2 000 msnm.

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Pero, lo más interesante es observar que dicha localización corresponde, en su mayor parte a zonas o áreas hoy en día desérticas, deshabitadas (zonas D, QD, QH con un subtotal de 31 localidades); más aún, al observar las aerofotografías que Nuñez Jimenez presenta para muchas de las localidades, vemos que las zonas consignadas V, QV (con un sub-total de 32 localidades) corresponden a laderas de quebradas que si bien desembocan o están al pie en los valles, corresponden, casi en su totalidad, a áreas hoy en día desérticas o semidesérticas.

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La extensión de las zonas y áreas de ocupación territorial señaladas por las localidades que muestran petroglifos podemos entenderla en función de los muy largos períodos en el tiempo transcurridos desde la llegada de los primeros pobladores a los Andes (señalados entre los 20 000 años a.C.) a los estadios culturales pre-agrícola (entre los años 7 000 a. C. a 5 000 a. C). Su concentración, prácticamente en las zonas de las yungas costeras y quechuas andinas de las zonas norte, centro y sur de la vertiente del Océano Pacífico de la cordillera occidental de los Andes, básicamente a alturas menores a los 2 000 msnm la entendemos en términos de las diferencias sustanciales de las condiciones y características morfológicas, hidrológicas y de clima – vegetación que se presentan en esos períodos en los Andes, tal como hemos expuesto al revisar los estudios basados en los paleoregistros ambientales.

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Los principales centros de ocupación territorial de las zonas de las yungas costeras y quechuas de la vertiente del Océano Pacífico de la cordillera occidental de los Andes, los que interpretamos con relación a la extensión de sus petroglifos28, son los siguientes: • Zona norte: (2) Cerro Mulato, (6) Yonán, (17) Alto de la Guitarra. • Zonas centrales: (22) Palamenco, (33) Checta, (45) Huancor. • Zonas sur: (63 Toro Muerto. • Indudablemente, la concentración de áreas de petroglifos correspondientes a determinadas cuencas hidrográficas sería un mejor criterio de especificación de los principales centros de ocupación territorial de las zonas de las yungas costeras.

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Paralelamente observamos cuatro grandes centros de ocupación territorial ¿de irradiación cultural? hacia el interior, en las zonas de ocupación territorial de mayor

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altura (mayor de 2 000 msnm) de la cordillera occidental (vertiente oriental) y de la cordillera oriental (vertiente occidental y zonas altiplánicas) de los Andes, ellas son: • Zona norte: (6) Yonán, (7) Acueducto Cumbemayo (8) Santuario de Cumbemayo (Cajamarca). • Zona central: (25) Huaraz (Callejón de Huaylas), (43) Huari (Huamanga, Ayacucho). • Zona sur: (51) Quenko (Cusco), (60) Sillustani (Puno).

4.7.2 PARALELISMO EN LA DISTRIBUCIÓN GEOGRÁFICA DE LOS FACTORES CULTURALES 163

Paralelismo que no sólo encontramos entre el continente americano y otros continentes en base a los elementos presentados al respecto por Antonio Núñez Jimenez (1986: Vol. 1, 13-41) sino, también, al paralelismo que nos parece existió dentro del propio continente americano, en los desarrollos relativos en el tiempo y las expresiones de sus principales culturas: la cultura Maya y sus antecesores y la cultura Inca y sus antecesores, con algunas similitudes, pero con diferencias notables, en sus desarrollos culturales mágico – religiosos y científico–tecnológicos.

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En tal sentido entendemos la tesis presentada por Núñez Jimenez (1986: 30-32) del paralelismo en la distribución geográfica de los factores culturales entre el continente americano y otros continentes, contraria a la tesis del difusionismo o expansión desde un centro original, al respecto nos dice: «Lo más asombroso del desarrollo cultural de América es, en esencia, su autonomía de otros continentes. Las primeras hordas asiáticas que penetraron estas latitudes perdieron el contacto con sus territorios de origen y evolucionaron y crearon su propia arquitectura, sus estilos artísticos, sus técnicas; llegaron por sí mismos al desarrollo de la ganadería y agricultura y, como lo hicieron los europeos y los asiáticos en su tiempo, descubrieron la metalurgia del cobre y del bronce, la plata y el platino, el plomo y sus aleaciones. Muestra también inequívoca de cierta marcha paralela en el desarrollo de las culturas autónomas es la invención de sistemas de escrituras jeroglíficas de algunos pueblos de América, como los signos calendáricos de los mayas. El conocimiento de los secretos de la astronomía por parte de aztecas, mayas e incas, por sólo citar tres ejemplos, es otra manifestación sorprendente de aquella verdad. Si el dinamismo hubiere sido tan total como sostienen algunos autores, todos los pueblos de la Tierra tendrían sistemas jeroglíficos y alfabetos. Y la experiencia nos demuestra que no es así. Al referirnos al aislamiento general de América, no pocos etnólogos y sociólogos se han preguntado cómo hubiese sido el desarrollo de nuestras civilizaciones autónomas sin la brutal irrupción europea del siglo XV»

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Adicionalmente a los planteamientos sobre la marcha paralela en el desarrollo de las culturas autónomas de América, lo que más nos llama la atención en dicha cita es que no se incluya a la cultura Inca – y quizás algunas antecesoras – entre aquellos pueblos de América que contaron con algún sistema de escritura diferente a las escrituras jeroglíficas conocidas al momento de la conquista española29.

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En nuestra opinión, el que la cultura Inca, la más avanzada en el proceso truncado de desarrollo de la civilización de las culturas agrarias peruanas del pasado, hubiese desarrollado sistemas, básicamente de carácter utilitario o con fines prácticos, por ejemplo de jeroglíficos y alfabetos diferentes –con relación al de los Mayas – y un sistema, único en el mundo de nudos quipu para comunicarse, para llevar cuentas y hechos

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administrativos – y quizás, de hechos históricos, de mitos y leyendas – es precisamente una demostración de la autonomía paralela en el desarrollo de las culturas americanas. 167

En tal sentido, nos atrevemos a decir que, si bien parecen existir ciertas similitudes en los desarrollos relativos en el tiempo y las expresiones de las dos principales culturas americanas – la cultura Maya y sus antecesores y la cultura Inca y sus antecesores – las diferencias en sus desarrollos cultista – religiosos y científico-tecnológicos son mucho más grandes y notables.

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En todo caso, desearíamos conocer mucho más al respecto e indagar acerca de las similitudes en el desarrollo de sus conocimientos astronómicos y diferencias notables en su aplicación, en particular, en el desarrollo de sus sistemas calendáricos. En la orientación de los primeros, la cultura Maya y sus antecesores, de lo que se desprende de las interpretaciones comunes que hemos podido revisar, aparentemente, más ligada a su aplicación en expresiones rituales de carácter mágico – religiosas (aunque sus monumentales construcciones señalan más hacia centros ceremoniales – observatorios astronómicos), obras de tal magnitud y dimensión que significan necesariamente, amplios conocimientos en astro – geometría y matemáticas y, posiblemente, aplicaciones similares, aunque en otras escalas, a los logros de las culturas andinas.

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Las diferencias, posiblemente, las encontramos en la cultura Inca y antecesoras orientados más hacia la aplicación práctica – utilitaria – de sus conocimientos y creencias, al entendimiento del paso del tiempo –y relaciones climáticas y biológicas - para fines agrícolas, posiblemente determinados por la imperiosa necesidad de supervivencia en el manejo de los muy difíciles medios ambientes andinos, de su altamente variable recurso clima y de sus escasos recursos de suelos y aguas de regadío.

NOTAS 1. De acuerdo a el quechuólogo consultado (Fray Domingo de Santo Tomás, 1560) la palabra Tahuantinsuyo es la expresión reducida en el idioma quechua de las palabras tahuan intin inti suyo que significan separadamente: tahuan = las (los) cuatro; intin = dar vueltas alrededor de algo: inti = el sol, la «estrella» que da vueltas; suyo = repartimiento (s), provincia (s), tahuantinsuyo = las cuatro provincias alrededor de las vueltas del sol. 2. Los estudios son: 1) Sistemas e instrumentos andinos de medición y cómputo del tiempo y lugar -del Pacha en quechua- en el Perú prehispánico (José A. Salaverry, estudio en evaluación); 2) el fenómeno océano-climatológico de ‘El Niño’ en el Perú: bases técnicas, registros, efectos y causas (José A. Salaverry, estudio en evaluación); 3) Mirada de cóndor Curu Ricurini a los principales complejos arqueológicos del Perú prehispánico. (José A. Salaverry, estudio en evaluación). 3. Ciclos de Alteración Ambiental Radical (Radical Environmental Alteration Cycles -REAC- en sus siglas en inglés) - identificados con eventos del fenómeno de El Niño en gran escala, denominados como «Super-El Niño», de corta duración (de pocos años) y gran intensidad de ocurrencia, para diferenciarlos de los denominados ‘Mega-El Niño’ de duración de décadas hasta de 100-150 años. 4. Estudios paleo-climáticos señalan que el descenso del nivel del mar durante la última glaciación (entre hace unos 30 000 y 18 000 años) que alcanzó su máximo glacial (entre hace unos

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25 000 a 22 000 años) hizo que la región de Beringia, entre Siberia y Alaska, quedase emergida, uniéndose los continentes de América y de Asia. 5. Variaciones de clima-vegetación señaladas por los sucesivos procesos de «calentamientoenfriamiento e intermedios» que caracterizan las estaciones terrestres de largo plazo determinadas por el lento movimiento de giro del eje terrestre – el movimiento de precesión del eje terrestre- en su «círculo» de unos 25 800 años. 6. Temporalidad, probablemente definida en decenas a cientos de años de duración, en función de la disponibilidad de alimentos agotamiento natural por las condiciones de clima y/o por causa de las propias poblaciones humanas y sus condiciones de vida. 7. Aspectos que hemos tratado ampliamente en los numerales 3.2 y 3.3 del capítulo III y, correspondientes secciones, en las cuales explicamos los efectos de los periodos de gran inestabilidad océano-atmosférica relacionados con la transición pleistoceno-holoceno y, el periodo que denominamos del ‘gran cambio climático’ que siguió al periodo de clima óptimo en los Andes. 8. Según los arqueólogos e historiadores (F. Kauffmann Doig, 1968; Lumbreras, 1969; E. Alarco, 1971), entre otros, testimonios de los grupos humanos de la era preagrícola han sido encontrados en el Perú en Lauricocha (A. Cardich, 1958) en las serranías de Huánuco, con una antigüedad de hace unos doce a catorce mil años; de una antigüedad de diez a doce mil años se señalan las pinturas rupestres de Toquepala y, los yacimientos de Chivateros en la desembocadura del río Chillón. La era arcaica en su estado pre-agrícola se remonta a más de diez mil años y avanza hasta hace unos siete mil años antes del presente. 9. A las que debemos añadir, debido a su edad mayor de hace unos 7 000 del presente (5 000 a. C.) las evidencias de las denominadas culturas líticas de pescadores localizadas en lugares estratégicos de puntas y bahías costeras y caracterizadas, entre otros vestigios, por la presencia de monolitos de piedra, posiblemente relacionados con observaciones solares y, por el amontonamiento de piedras, señalando los límites de su ocupación territorial (M, Moseley, 1972, 1975). 10. Testimonios encontrados en diferentes zonas, tales como: la pampa de los fósiles al norte del valle de Chicama (Barrington, 1926); Lauricocha a 4 000 msnm en las nacientes del río Marañón, Huánuco (A. Cardich, 1958) de diez mil años de antigüedad; Chiveteros situado en la desembocadura del río Chillón (E. Lanning, 1961) de catorce mil años de antigüedad; Toquepala (E. González, 1963; J.C. Muelle, 1964) de diez mil años de antigüedad. 11. Planteamiento efectuado por la Dra. Shady en base a las investigaciones dirigidas por dicha arqueóloga desde 1964 en la ciudad sagrada de Caral, Supe como el centro de la civilización más antigua de las Américas (R. Shady, 1997) confirmada en los estudios de radio carbono (R. Shady, Carlos Leyva, 2001). 12. Explicaciones que, en los procesos migratorios a nivel mundial, están relacionadas a los planteamientos teóricos por parte de los expertos, que apuntan al origen africano de las especies humanas y de su migración a otros continentes. 13. A diferencia de los planteamientos cronológicos de arqueólogos extranjeros, la agricultura se inicia, de acuerdo a diferentes arqueólogos peruanos, entre ellos Lumbreras (1969), Kauffmann Doig (1986), entre otros, hace unos siete mil años del presente (alrededor de 5 000 años a. C). El señalamiento corresponde al estadio cultural de agricultura incipiente, durante la era formativa de la agricultura andina. Las eras arcaica y formativa de las culturas andinas están conformadas por los siguientes estadios culturales: (1) desde la llegada de los primeros pobladores a los Andes, señalada hace unos 20 000 años a. C. a 7 000 años a. C; (2) los estadios preagrícolas, entre los años 7 000 a. C. a 5 000 a. C, y; (3) el inicio de la agricultura sedentaria, pero incipiente, entre los años 5 000 a. C. a 2 000 a. C. 14. Nos referimos al abandono de los centros ceremoniales y observatorios astronómicos que datan de una edad entre los 4 500 y los 3 800 años del presente (2 500 a. C. a 1 800 a. C), es decir,

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posteriores a los primeros observatorios solares circulares hundidos cuya edad es señalada mayor de hace unos 4 500 años del presente (mayor a 2 500 a. C.) 15. Expresiones de las denominadas ‘culturas líticas’ de pescadores de edad mayor de hace unos 7 000 años antes del presente (5 000 a. C.) Localizadas en lugares estratégicos de puntas y bahías costeras y caracterizadas, entre otros vestigios, por la presencia de monolitos de piedra, posiblemente relacionados con observaciones solares y, por el amontonamiento de piedras, señalando los límites de su ocupación territorial. Tal como lo señala M. Moseley (1972, 1975), con relación a las «culturas» de pescadores de la costa peruana hacia los años 3 000 a. C: «adquiere singular importancia las puntas y bahías como lugares estratégicos de localización de las referidas «culturas». Las poblaciones habían aprendido desde épocas antiguas la importancia de la conservación del fuego. Los centros de las denominadas ‘culturas líticas’ de pescadores y los primeros ‘centros cultistas’ (edad mayor a los 2 000 a. C), entre sus «funciones», estaban encargados de cuidar el «fuego inextinguible», al que se le rendía culto y utilizaba en ritos de iniciación y purificación (E. Larco, 1971). 16. Primeros observator ios solares circulares hundidos, cuya edad es señalada mayor de hace unos 4 500 años del presente (mayor a 2 500 a. C). referidos, en particular, a los «templos» muy antiguos que se observan en diversas localidades de las yungas, hoy por lo general zonas o áreas áridas, caracterizadas por la presencia de «pozos» circulares y construcciones aledañas paralelas cuyo estado de los vestigios parecen señalar su origen en épocas anteriores a las construcciones de los denominados ‘centros cultistas’ denominados también, por algunos autores ‘centros de irradiación cultural’. Kauffmann Doig (1986; 127) los define como «centros de poder» de jurisdicción limitada, en los cuales se reunían periódicamente las pequeñas poblaciones de pescadores - cazadores y de agricultores - recolectores y cazadores, que ocuparon posiblemente, amplias zonas de los diversos pisos altitudinales de los Andes peruanos. 17. Entre los que podemos referimos al estudio publicado en la revista Science (junio, 26-2001) por los geólogos de la Universidad de Stanford Robert B. Dunbar y Baker. Adicionalmente a Dunbar y Baker, otros coautores del estudio publicado por Science son: Harold D.Rowe de Stanford; Geoffrey O. Seltzer de le Universidad de Syracuse; Sherilyn C. Fritz y Pedro M. Tapia de la Universidad de Nebraska; Matthew J. Grove de la Universidad de Duke; y, James P. Broda del Woods Hole Ocreanografhic Institution. Otros estudios referidos por R deMenocal y colaboradores (Ed. Cook, Heidi Cutten, Harvey Weiss, Ray Brad4eley, Dave Hodell, Marx Brenner, Lonie Thompson) reportados bajo la referencia: deMenocal, P.B. Cultural Responses to Climate Change During the Late Holocene, Science, 292 pp. 667-673 (2991) (PDF); basados en informaciones paleo climáticas y arqueológicas disponibles que relacionan las respuestas culturales a cambios climáticos ocurridos en los últimos 7 000 años. 18. A pesar de que el surgimiento de la cultura Inca propiamente dicha correspondería a tiempos muy antiguos señalados por Pachacuti Yamqui Salcamayhua (1613) en el Pacaritambotocco -las tres «ventanas»del lugar de nacimiento o de origen de los Incas- con la fusión de las culturas de los Maras y los Sucti con la cultura Inca. 19. Si bien, los estudiosos señalan que vestigios de una agricultura incipiente han sido encontrados en basurales de quebradas y valles, hoy en día zonas áridas de la costa peruana, pertenecientes a edades mayores a los 7 000 años ap (Kauffmann Doig, 1986). 20. Depósitos aluviales en Casraa (L.E. Wells, 1990) y otros valles de la costa peruana central; de formación de cordones litorales en los valles de la costa norte en Chira y Piura (L. Ortilieb, M. Fournier, J. Macharé, 1993; P. Kaulicke, 1993; J. Macharé y L. Ortilieb, 1993). 21. Cordones litorales: referidos a la sedimentación en las playas formadas en las planicies litorales de influencia de los deltas de los valles, que se observa como una secuencia de depósitos de enormes volúmenes de sólidos acarreados por las avalanchas producidas por un drástico aumento de pluviosidad, la elevación del nivel del mar y una actividad reforzada del oleaje (Macharé, J. y Ortilieb, L. 1993: 42-43).

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22. Aspectos planteados por la paleo-ambientalista C. Villagrán, (1993: 243-258) en sus estudios sobre evidencias paleo ambientales en Sudamérica. 23. Parte de los complejos arquitectónicos monumentales de la zona de La Ciudad Sagrada de Caral (cuatro de ellos) son conocidos con anterioridad como los restos de Chupacigarro. 24. Era formativa de la agricultura andina señalada por los expertos conformada por: (1) los estadios pre-agrícolas antes de y entre los años 12 000 a. C. a 10 000 a. C. hasta los 5 000 a. C; (2) el inicio de la agricultura sedentaria, pero incipiente, entre los años 5 000 a. C. a 2 000 a. C; (3) la etapa o fases del «gran cambio climático» centrada entre los años 2 000 a. C. a 1 500 a. C; todo ello relacionado a nuestra concepción agro-ecológica del período (4) de ‘inicio masivo del riego’, centrado entre los años 1 500 a. C. a 250 a. C. a 300 d. C. perteneciente a la era del desarrollo agrícola y cultural. 25. En el último período glacial, alrededor de 20 000 a 15 000 años atrás, el nivel del mar habría sido menor que hoy en día en alrededor de 60 a 90 m. del nivel actual. En el periodo de rápida e ininterrumpida desglaciación (hace 15 000 a 9 000 años antes del presente) el nivel del mar incrementa continuamente, alcanzando su máximo nivel hace unos 7 000 a 9 000 años ap de unos 5 a 7 metros mayor que el nivel actual. Hace aproximadamente unos 7 000 años la elevación del nivel del mar cesó y la Corriente Peruana o de Humboldt de aguas frías llegó hasta la altura de Paita. Investigaciones arqueológicas del contenido de residuos en conchales y de desperdicios de cocina señalan que especies de consumo muestran que aguas frías reemplazaron a especies de aguas calientes que dominaron con anterioridad. 26. Tal como lo señala M. Moseley (1972, 1975) con relación a las culturas de pescadores de la Costa peruana: hacia los años 2 000 a. C, (hace unos 4 000 años ap) «adquieren singular importancia las puntas y bahías como lugares estratégicos de localización de las referidas «culturas» y, de localización de los primeros centros cultistas de la Costa andina». Invstigaciones arqueológicas de los últimos, años llevadas a cabo por la arqueóloga Dra. Ruth Shady S., descubridora de la Ciudad Sagrada de Caral, Supe, llevan las edades de dichas culturas a 3 000 a 4 000 años a.C. es decir, a edades mayores en 1000 a 2000 años anteriores a las consideradas, tanto para las culturas líricas propiamente dichas (E.P Lanning, 1967 como para las señaladas con relación a las culturas de pescadores de la Costa peruana (M. Moseley. 1972,1975). 27. En la explicación del abandono de los primeros ‘centros cultistas’, relacionada a los efectos catastróficos producidos por las etapas o fases del periodo de «gran cambio climático», incluimos la posible explicación del «abandono» de la Ciudad Sagrada de Caral, teniendo en cuenta el estimado de su periodo de ocupación de unos mil años, hasta hace unos 3 800 años antes del presente (1 800 años a.C.) expuesto por su descubridora Dra. Ruth Shady en base a las investigaciones arqueológicas efectuadas al presente en la primera ciudad de las Américas por su equipo de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. La observación misma de las condiciones de alta erosión pluvial en los cerros y pampas aledañas, con la presencia de conos aluviales en las quebradas y de grandes sedimentaciones producidas por huaycos parece así señalarlo. 28. Los números están referidos a la localización de los petroglifos en los Andes peruanos consignada en el cuadro 4-6 y figura 4-10. 29. Los sistemas de transmisión de conocimientos - de escritura andina - a través de nudos o cuentas y de dibujos, respectivamente qquipu y quilca, en quechua (José A. Salaverry, 2004).

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NOTAS FINALES 1. Los números a la derecha de cada cuadro indican la dirección del movimiento de precesión del eje terrestre señalado por las flechas y, correspondiente año antes del presente, aspectos que mostramos en la figura 4-3. 2. Movimiento de rotación de la tierra como ‘sistema terrestre’ que nos dice: que la atmósfera, la hidrosfera, la «sólida» tierra, el «líquido» centro (outer core) y el sólido centro (inner core)» están «suspendidos» y rotan detrás de la «sólida» tierra, medidas sus velocidades de rotación en millonésima de segundo de la longitud de la duración del día (Morner, 1933:1-3). 3. RELACION DE LOS EVENTOS DE NATURALEZA CATASTROFICA DENOMINADOS «SUPER EL NIÑO», «EL GRAN NIÑO» o, quizá algún «MEGA El NIÑO» reportado por los estudiosos del fenómeno «El Niño» a escala mundial en función a los paleo-registros existentes explicados ampliamente en el texto.

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Anexo A. Componentes metodológicos

1

Nos referirnos en este anexo a tres componentes metodológicos utilizados ampliamente en nuestro trabajo que nos han ayudado en el entendimiento de los factores y condiciones macro-ecológicas que explican la evolución de los Andes hacia la situación actual. Ellos son los siguientes: 1. Las principales dificultades o «barreras» que caracterizan las diversas zonas hidrológicas de los Andes y que limitan las actividades humano-económicas que se realizan en ellas. 2. Los tipos de registros o archivos paleo climáticos clasificados por los -ambientalistas. 3. Clasificación de los largos períodos en el tiempo utilizados en la especificación de la dinámica de cambio climático en los Andes.

A.1 Principales dificultades o «barreras» que caracterizan las diversas zonas hidrológicas de los Andes y que limitan las actividades humanoeconómicas que se realizan en ellas. 2

Nos referimos a las, denominadas dificultades o «barreras» de origen natural (de carácter físico y ambientales) determinadas por las propias características y condiciones que imprime la cordillera de los Andes: su orografía, topografía, hidrología y el clima– vegetación que modelaron en el pasado -y caracterizan hoy en díalas diversas zonas geohidrológicas de los Andes (J. Pulgar Vidal, 1996; C. Peñaherrera, 1986; M. Tapia, 1996; L. Masson, 1984; O. Dollfus, 1991; P Morlon et al,1982). Dificultades o «barreras» de origen natural a las que se añaden aquellas de origen humano, las denominadas «barreras culturales» que condicionan o limitan aún más el desarrollo de las actividades humanoeconómicas en los territorios de los Andes peruanos (H. Araujo, 1986).

3

Las principales dificultades o «barreras» las clasificamos en las siguientes: 1. Aquellas relacionadas con las grandes extensiones de los espacios de territorio ofrecidos por la naturaleza en sus cuencas y sub-cuencas y micro-cuencas hidrológicas y, en particular, con la diversidad y heterogeneidad de sus espacios reales o efectivos de ocupación territorial

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conformados por decenas de miles de microespacios, caracterizados, fundamentalmente, por una notoria escasez de recursos de suelos de cultivo y de aguas de riego de fácil acceso para su aprovechamiento humano–económico en su estado natural. 2. Las relacionadas a las grandes dificultades que significa la altitud de los Andes, las pendientes y las diversas condiciones fisiográficas y climáticas señaladas, tanto para su uso agrícola, como para sus comunicaciones terrestres; referidos al aislamiento físico y pobre movilidad de las poblaciones, en relación con las vastas extensiones de territorio y enormes dificultades determinadas por los accidentes geográficos e hidrológicos. 3. Las enormes disrupciones producidas por la ocurrencia periódica y cíclica de desastres naturales, de fenómenos climáticos –y telúricos- directamente relacionados a la orografía, geografía y topografía de los medios ambientes andinos. 4. A las que se añaden las «barreras» o dificultades y limitaciones de origen humano, las denominadas «barreras» culturales, fundamentalmente referidas a las condicionantes demográficas1 las que limitaron y condicionaron los procesos de expansión y el propio desarrollo de los grupos y poblaciones en sus diversas zonas y áreas de ocupación territorial.

A.2 Tipos de registros o archivos paleo climáticos clasificados por los paleo-ambientalistas 4

Los paleo-ambientalistas se refieren a los diferentes tipos de registros o «archivos» paleo climáticos para señalar los elementos que proporcionan las múltiples evidencias de diferente tipo (glaciológicas, geo-morfológicas, paleo-hidrológicas, sedimentarias, edafológicas y similares) e interpretaciones basadas en dichas evidencias, acerca de las condiciones hidro-orográficas y de clima-vegetación que caracterizaron en el pasado un área geográfica de ocupación territorial o, zona, región o continente específico.

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De acuerdo a la especificación realizada por los expertos J. Macharé y L. Ortilieb (1993: 35-52) los tipos de registros o archivos paleo climáticos, son los siguientes:

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a- Archivos paleo-climáticos naturales de carácter biológico y geológico, cuyas modificaciones testimonian efectos de los cambios oceánicos y climáticos propios de ‘El Niño’. Comprende la fauna marina y terrestre; los anillos de crecimiento de los árboles; los sedimentos marinos, litorales (cordones litorales), lacustres y glaciales, eólicos y aluviales (huaycos y conos aluviales), los casquetes de hielo y formaciones de suelos.

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b- Archivos paleo-climáticos asociados con la presencia del hombre, sea porque él lo confeccionó, o porque ellos registran actividades u obras humanas afectadas por el fenómeno océano-climatológico de ‘El Niño’. A esta categoría pertenecen: 1. Los archivos históricos conformados por los registros de fuentes escritas en los últimos 500 años, desde la llegada de los españoles al Perú; 2. los archivos arqueológicos referidos a los vestigios o «huellas» del pasado encontrados en las excavaciones y observaciones arqueológicas de las múltiples construcciones e innumerables expresiones y objetos, petroglifos y pictografías, cerámica, textiles, materiales y restos de alimentos, herramientas, entre muchos otros; 3. los archivos instrumentales de fenómenos físicos atmosféricos y oceanográficos, tales como temperatura, precipitaciones pluviales, etc.

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Consideramos que la referida definición y clasificación de los denominados registros o archivos paleo ambientales tiene especial importancia: • En el entendimiento del fenómeno de ‘El Niño’.

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• En la especificación de los periodos de cambio climático. • En el entendimiento de la dinámica de cambio que ha impuesto la naturaleza sobre las condiciones macro-ecológicas de los Andes. • En la determinación de los hechos «históricos» que señalan la decadencia y colapso de culturas ancestrales, hechos relacionados con la ocurrencia de grandes eventos de ‘El Niño’.

A.3 Clasificación de los largos períodos en el tiempo utilizados en la especificación de la dinámica de cambio climático en los Andes 9

Los largos periodos en el tiempo utilizados en la especificación de la dinámica de cambio climático en los Andes están referidos al horizonte comprendido los últimos 20 000 años en que se reporta la llegada del Hombre a Sudamérica e ingreso de los primeros pobladores a los Andes. Dentro de dicha clasificación intentamos proporcionar una visión integral -de «vuelo a gran altura»- acerca de los grandes periodos de ‘cambio climático’ que se han producido en los Andes, los que abarcan: • Desde la llegada de los primeros pobladores a los Andes señalada por los estudiosos hace unos 20 000 años del presente (años ap). • Los periodos en que encontramos testimonios de los grupos humanos de la era pre-agrícola en el Perú, (que se remonta a más de catorce mil años ap) y avanza hasta hace unos siete mil años, periodos considerados por los arqueólogos como la eras arcaica y formativa de las culturas que ocuparon sus territorios2. • Pasando por los estadios pre agrícolas, hace unos 9 000 a 7 000 años ap (entre los años 7 000 a. C. a 5 000 a. C). • Al inicio de la agricultura sedentaria, pero incipiente, hace unos 7 000 a 4 000 años: ap (entre los años 5 000 a. C. a 2 000 a. C). • A la era de desarrollo agrícola, desde el estadio cultural que denominamos «de inicio del riego» a partir de hace unos 2 100 a 2 500 años; pasando por largos periodos de unos 2 000 años. • Hacia el desarrollo cultural y apogeo de las culturas que tardíamente formaron el Tahuantinsuyo incaico a partir de los años 1 350-1 400 d.C. de nuestra era. • Su evolución, prácticamente en los últimos 500 años, desde la conquista, el virreinato y durante la república, hacia la situación actual.

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Los referidos componentes metodológicos tienen especial importancia: • En la especificación de los periodos de cambio climático que se han producido en los Andes relacionados por los expertos a la ocurrencia de eventos de naturaleza catastrófica del fenómeno denominado ‘Super-El Niño’ o, quizá de uno o más eventos del tipo ‘Mega-El Niño’. • En el entendimiento de la dinámica de cambio que ha impuesto la naturaleza sobre las condiciones macro-ecológicas de los Andes. • En la determinación de los hechos «históricos» que señalan la decadencia y colapso de culturas ancestrales, hechos relacionados con la ocurrencia de grandes eventos de ‘El Niño’. Como nos enseñan los estudiosos del pasado, los grandes periodos de ‘cambio climático’ en los Andes han significado cambios radicales en el medio ambiente y el paisaje en las zonas de ocupación territorial de las poblaciones y culturas andinas. Los estudios muestran cómo dichos períodos están relacionados con eventos de carácter catastrófico que significaron el abandono de las zonas iniciales de ocupación y la propia desaparición de poblaciones y culturas enteras, su traslado hacia otras zonas e inicio de nuevas culturas dominantes.

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NOTAS 1. Condicionantes demográficas caracterizadas por bajas tasas de crecimiento poblacional y relativa corta expectativa de vida; a las propias concepciones de sus espacios humano– económicos y culturales (la ocupación de espacios vacíos en función del crecimiento demográfico); y a los accidentes geográficos e hidrológicos que determinan las grandes dificultades para sus comunicaciones terrestres. 2. Según los arqueólogos e historiadores (F. Kauffmann Doig, 1968; Lumbreras, 1969; E. Alarco, 1971), entre otros, testimonios de los grupos humanos de la era pre-agrícola han sido encontrados en el Perú en Lauricocha, en las serranías de Huánuco, con una antigüedad de hace unos diez a doce mil años; de igual antigüedad se señalan las pinturas rupestres de Toquepala y los yacimientos de Chivateros en la desembocadura del río Chillón. Según Kauffmann Doig (1968:125) la era pre-agrícola se remonta a más de diez mil años y avanza hasta hace unos siete mil años. La agricultura se inicia, de acuerdo a diferentes autores, entre ellos Kauffmann Doig (1986), Lumbreras (1969), entre otros, hace unos siete mil años del presente (alrededor de 5 000 años a. C.). El señalamiento corresponde al estadio cultural de agricultura incipiente durante la era formativa de la agricultura andina.

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