Leyendas Del Mexico Prehispanico

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Leyendas del Mexico prehispanico

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Leyendas del Mexico prehispanico

Editorial Epoca, S.A. de C.v. Emperadores No. 185 Col. Portales 03300 Mexico, D.F.

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Introducci6n

Mexico se ha caracterizado a 10 largo de los afios por su enonne riqueza cultural. La plimera manifestaci6n espiritual de un pueblo, cualquiera que esta sea, son los mitos y las leyendas, los cuales fonnan parte sustancial entre la fantasia y la realidad; que apoyan a la conservaci6n de la historia, constante motivo de orgullo para los mexicanos.

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c.v.

Emperadores No. 185 03300-Mexico, D.F. E-mail: [email protected]

Su contenido ha sido divulgado a traves de las generaciones y finalmente por todo un pueblo gracias a la tradici6n oral. Estas narraciones a su vez, han servido como simbolo de identidad para nuestro pueblo. En cualquier parte del mundo nombres como Moctezuma, Quetza1c6atl, Cuauhtemoc, etc., evocan de inmediato la magia de nuestro pasado uniendo a nuestra raza en un mensaje ancestral que nos infonna quienes somos y de d6nde venimos. Es algo que muchas naciones contempofClneas no poseen; un pasado que continua vivo.

ISBN-970627351-1 Las caracteristicas tipograficas de esta obra no pueden reproducirse, almacenarse en un sistema de recuperacion 0 transmitirse en forma alguna por medio de cualquier procedimiento mccanico, electronico, fotocopia, grabacion, internet 0 cualquier otro, sin el previo consentimiento por escrito de la Editorial. Impreso en Mexico - Printed in Mexico

La naci6n no estaria completa sin el amor innato por nuestro pueblo, cuya vastedad podemos descubrir leyendo su historia; ya que en la actualidad, aun cuando el orgullo de pertenecer a este pueblo vive en cada persona de esta cultura, existe un enonne vacio infonnativo respecto a nuestra historia antigua y particulannente sobre la mitologia de los pueblos aut6ctonos. Algunas de las leyendas que aqui se

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l1lucstran fueron rescatadas de los c6dices y otras forman parte de nuestra tradici6n oral, que ha perdurado hasta hoy por comunicaci6n generacional.

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Esta leyenda narra el nacimiento de nuestra era. Se dice que la creaci6n de 1a Tierra es tan antigua que ya antes habian existido cuatro soles 0 epocas. La era en la que vivimos es la del Quinto Sol. En un principio no habia nada; entonces el dios etemo Ometecuhtli cre6 a Tonacatecuhtli, Senor de Nuestra Came, y a Tonacacihuatl, Senora de Nuestra Came, para que poblaran el universo. Estos dos dioses tuvieron cuatro hijos: el primero naci6 rojo y sin pie1 que cubriera su cuerpo y 10 llamaron Xipet6tec, Nuestro Senor el Desollado. E1 segundo naci6 negro, con garras y colmillos de jaguar, y 10 llamaron Tezcat1ipoca, Espejo Negro que Humea. El tercero naci6 blanco, con cabello rubio y ojos azules, y 10 llam~on Quetzalc6atl, Serpiente Emplumada. Y el cuarto naci6 azul, con la mitad de su cuerpo descamada, y 10 llamaron Huitzilopochtli, Colibri Zurdo. Al paso del tiempo, los cuatro hermanos se reunieron para decidir que hanan, y despues de mucho deliberar, acordaron crear una obra que los venerara y dignificara como dioses. Huitzilopochtli, con su gran poder, hizo una enorme hoguera alrededor de la cual se sentaron para realizar su obra. Crearon al hombre y 10 pusieron en la Tierra; 10 llama-

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ron Huehuecoyotl y crearon tambien a su mujer; a los dos los Hamaron macehualtin, y les ordenaron tener hijos que les rindieran honores como dioses. Crearon los mares, lagos, montanas y pusieron en eHas animales para que el hombre los cazara y se alimentara de su came. Al final, su obra estaba completa pero habia tinieblas en el Tlaltipac; nunca era de dia puesto que no habia Sol. Quetzalcoatl tomo la hoguera y la convirtio en un inservible medio sol. Enojado Tezcatlipoca absorbio para si ese medio sol y se convirtio en un sol completo, siendo muy calido e inc1emente, impidiendo que la vida creciera en la Tierra, ya que marchitaba inmediatamente cualquier sembradio. Los gigantes que habitaban en esa epoca, Hamados tzocuiliceque, se alimentaban de chicome malimalli (siete hierba), que son los pinones de las pinas. La maldad del sol Tezcatlipoca duro hasta que fue derribado de un bastonazo por e1 indignado Quetza1coatl en un dia Nahui-Ocelotl. Tezcatlipoca cayo en el fondo de un lago y emergio convertido en un jaguar, e1 cual seguido de todo un ejercito, devoro a los gigantes. Este sol fue Hamado Tlaltipactonatiuh 0 Sol de Tierra, el cual desapare-cio en un ano Ce-Acatl (uno cana) y duro 676 xiuhmolpillis. Una vez derribado a su hermano, Quetza1coatl se corporeizo sol, pero siendo mas benevo10 con la vida, permitiendo que las cosechas se dieran en abundancia y que los hombres fueran fe1ices gracias a su dios. Los hombres de esta epoca se alimentaban de frutas silvestres llamadas acotzintli. Todo era idilico hasta que en un dia Nahui-Ehacatl eljaguar Tezcatlipoca subia a los cielos y derribo a su hennano de un zarpazo. En su caida, Quetza1coatl provoco un gigantesco y monstruoso vendaval que desgajaba los cerros y destruia todo a su paso; los hombres tenian que caminar encorvados, aferrandose a 10 que podian y por esta razon se convirtieron en

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monos. Solo sobrevivio una pareja, refugiandose en un gran bosque cercano. Este sol duro 376 xiuhmolpillis. Desaparecio en un ano Ce-Tecpatl y fue Hamado Ehecatonatiuh 0 Sol de Viento. Ahora fue el tumo de T1a10c de hacerse sol y tomar ellugar de Quetza1coatl. Los descendientes de 1a pareja de sobrevivientes pob1aron e1 Tlaltipac, y se alimentaban de atzinzintli o maiz de agua. Pero 1a gente de esta era se corrompio, ya que desatendian los preceptos morales que los dioses les habian impuesto y se dedicaban a los placeres malsanos: al robo y a1 homicidio. La Tierra en poco tiempo no fue sino solo un vasto paramo. Harto de tanta podredumbre, Quetzalcoatlle ordeno a Xiuhtecuhtli, dios del fuego, que destruyera a la humanidad. Este dios emergio de un gigantesco volcan en un dia Nahui-Quiahuitl, y comenzo a Hover fuego del cielo. Los hombres atemorizados Ie rogaron a los dioses que los convirtieran en aves para escapar del holocausto; conmovidos los dioses convirtieron a unos en pajaros y a otros en guajolotes. Por consejo de Xiuhtecuhtli, solo sobrevivio una par~j a, refugiandose en una cueva muy alta, llevando Con elIos una mata de maiz y el fuego sagrado. Este sol desaparecio en un ano Ce-Tecpatl, que duro 78 xiuhmolpillis y fue Hamado Xiuhtonatiuh. Por ordenes de Huitzi10pochtli, Chalchiuhcueye, la de las faldas de esmeralda, se corporeiza sol. Los hombres poblaron nuevamente 1a Tierra, pero esta vez, bajo la tutela de Nene y Tata, los sobrevivlentes de la pasada destruccion, quienes siguieron la conducta que les dictaron los dioses. Se alimentaban de nahui-xochitl (cuatro flor). Tezcatlipoca no estaba complacido con toda esta bonanza y corrompio a Chalchiuhtlicue, obligandola a destruir por cuarta ocasion a la humanidad. La diosa aparecio en la cima del cerro Hamado Atepet1, en un dia Nahui-Atl, y a1 momento de encajar su

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cayado en la tierra, comenz6 a llover a cantaros. Por todo un cicIo llovi6 en el Tlaltipac. Conmovidos por la desgracia humana, los dioses decidieron convertirlos en peces. Este sol desapareci6 en un ano Ce-Calli, y dur6 77 xiuhmolpillis. Fue llamado Atonatiuh 0 Sol de Agua. Cuenta la leyenda que llovi6 tanto que al final los cielos perdieron el equilibrio y se derrumbaron sobre el Tlaltipac. Avergonzados por su conducta, los dioses decidieron reparar su error yen un ano Ce-Tochtli se reunieron en Teotihuacan para deliberar acerca de 10 que debian hacer. Entonces, los cuatro hermanos crearon a cuatro hombres: Atemoc, Itzac6atl, Itzmaliza y Tenoch. Luego entraron en la Tierra y emergieron en los cuatro puntos cardinales, cada uno convertido en un arbol diferente: Tezcatlipoca se convirti6 en el tezcacuahuitl, arbol espejo; Quetzalc6atl se convirti6 en el quetzalhuexoch, sauz hermoso. Y juntos, dioses, arboles y hombres, levantaron los cielos y los colocaron en la forma en que ahora los conocemos; pusieron las estrellas en su lugar y escalonaron el Micthin -regi6n de los muertos- en los· nueve vados correspondientes. Al final, los cuatro hombres se convirtieron en cuatro aves preciosas. Todo qued6 ordenado, pero no habia hombres sobre la Tierra, asi que decidieron crear la versi6n definitiva de la humanidad, y a falta de materia prima, conc1uyeron bajar a Mictlan para recoger algunos huesos de los antiguos gigantes y con ellos hacer a los nuevos hombres. Pero ninguno queria bajar a Mictlan. Tezcatlipoca era el id6neo por reinar en la oscuridad, pero no quiso molestarse en ella; Huitzilopochtli, por su parte, consideraba que aquello no era una tarea digna de un guerrero como el; Xipet6tec consideraba que la materia descompuesta no seria buena materia prima; al final, Quetza1c6atl se ofreci6 para la terrible tarea. Uno por uno fue sorteando los nueve vados del infra-

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mundo hasta que lleg6 en presencia de Mictlantecuhtli y 10 convenci6 de que Ie diera uno de sus huesos favoritos, que habia pertenecido a los antiguos gigantes. El dios de los muertos se condoli6 del gemelo precioso y Ie rega16 uno de sus huesos favoritos, y cuando el dios de los toltecas iba a medio camino de regreso, el dios de los muertos 10 comenz6 a perseguir, mostrandole sus terribles fauces, yordem'mdole que Ie regresara su hueso. En su huida, Quetzalc6atl cay6 y el hueso se parti6 por la mitad; el Dios del Viento s6lo recogi6 una parte y sali6 huyendo. Quetzalc6atl molde6 la figura humana con la mitad del hueso; por eso se cuenta que ahora tenemos la mitad de estatura que los antiguos gigantes. Xipet6tec Ie infundi6 vida al nuevo hombre y Ie llam6 Huehuec6yotl, Coyote Viejo, el primer hombre. Pero las tinieblas reinaban aun en el mundo, asi que los cuatro hermanos reunieron a los demas dioses en Teotihuacan. Una vez ahL decidieron hacer un nuevo y definitivo sol, uno que fuera et~mo; de esta manera necesitarian de dos de ellos, uno para que fuera sol y otro para que fuera luna. Hubo entonces un voluntario para la primera encomienda, un altivo dios llamado Tecucciztecatl, El del Caracol Marino. -Yo sere su sol-dijo orgulloso el guerrero--, puesto que soy 10 suficientemente poderoso para esta noble tarea. -Asi sea, Tecucciztecatl, ill seras el sol. Pero, l,quien ha de ser luna? -dijo Quetza1c6atl. Los demas dioses se miraron, puesto que nadie queria esa oscura tarea. Al final, todos voltearon a ver a Nanahuatzin, El Bubosillo, un dios que tenia el cuerpo cubierto de llagas, pero el coraz6n de oro, y como nadie queria tenerlo cere a, todos Ie obligaron a ser la Luna.

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-Si esa es la voluntad de mis hermanos, sea pues, yo sere su Luna -les dijo el pequeno dios. Dicho esto, los dioses construyeron dos grandes adoratorios, uno junto al otro; el mas grande y suntuoso para Tecucciztecatl y el mas pequeno para Nanahuatzin. Por trece dias, los dioses ayunaron y realizaron ofrendas para purificar su cuerpo divino. Tecucciztecatl ofreci6 en el tonatiu/l itzacual (piramide del sol), manquetzalli (plumas finas), peIotas de oro, espinas de coral precioso y copal muy bueno. Este arrogante dios se visti6 con sus mejores galas: un hermoso lienzo cubria su cuerpo yel aztacomitl, bello plumaje, decoraba su cabeza. Nanahuatzin, en cambio, ofreci6 en el meztli itzacual (piramide de la luna), canas verdes atadas de tres en tres hasta formar nueve hatos, bolas de heno, espinas de maguey tenidas con su sangre y sus pustulas, ya que no poseia otra cosa. Al termino del plazo, los cuatro dioses creadores hicieron una gran hoguera en la Calzada de los Muertos, cuyas flamas eran tan grandes que alcanzaban el cielo mismo. -jEa pues, Tecucciztecatl!, entra en la hoguera para que nazca el nuevo sol-orden6 Huitzilopochtli al dios del caracol marino. Tecucciztecatl hizo un intento por arrojarse al fuego, pero las llamas 10 intimidaron y retrocedi6 temeroso. Cuatro fueron en total los intentos de este dios por arrojarse a las llamas y en los cuatro retrocedi6 presa del panico. -jPrueba tu ahora, Nanahuatzin, y que tu intento fructifique! -dijo Huitzilopochtli al pequeno yenfermo dios. -jSea pues su voluntad, hermanos mios! -fue 10 unico que dijo El Bubosillo.

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Inmediatamente despues se arroj6 de cabeza al fuego. Tecucciztecatl, avergonzado de la valero sa acci6n de ese insignificante dios, se arroj6 despues de el al fuego. Acto seguido, se arrojaron al fuego un aguila y un ocelote en ese orden. Por otros trece dias esperaron los dioses a que el sol saliera por el horizonte, pero nunca sucedi6 nada. Al amanecer del dia catorce, un aguila sali6 de la hoguera llevando un enorme globo luminoso en el pico; el resplandor que este emitia era suficiente para iluminar todo el Tlaltipac, y era benefico su calor. No alcanzaban los dioses a reponerse de su asombro cuando emergi6 de la hoguera un ocelote Uevando entre sus garras otro globo igual de luminoso que el primero. Quetzalc6atl pens6 que no era bueno que hubiera dos soles, y menos aun cuando Tecucciztecatl habia demostrado tal cobardia. Encolerizado, tom6 de las orejas a un conejo que pasaba por ahi y 10 arroj6 con toda su fuerza contra el segundo globo luminoso, el cual, al impacto, se opac6 y redujo su tamano yel cuerpo del conejo qued6 plasmado para siempre en su rostro. Pero los dos cuerpos celestes, Sol y Luna, permanecian inm6viles en el firmamento. Nuevamente Quetzalc6atl hizo uso de su grandioso poder, y convocando a los vientos les dio movimiento, separandolos para que nunca coincidieran el uno con el otro; pero esto no bastaria para que el Sol siguiera su curso etemo, pues les exigi6 que 10 alimentaran con chalchiuitl (sangre), y para esto, los dioses decidieron darle el primer alimento. Ehecatl, Dios del Viento, fue el encargado de sacrificar a los dioses, uno por uno fueron cayendo inertes ante su cuchillo de obsidiana. Xolotl, hem1ano gemelo de Quetzalc6atl, se neg6 a morir y huy6, logrando esconderse

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entre los maizales; una vez alii se convirti6 en pie de maiz que tenia dos cafias; acosado nuevamente, huy6 entre el agaval y se transform6 en maguey de dos cuerpos y por eso se Ie llama Mex610tl. Ehecatllo descubri6 nuevamente, pero este se meti6 al agua transformtmdose en el pez monstruoso Ax610tl, ahi 10 atrap6 Ehecatl dandole muerte. Por eso X6lotl de ahi en adelante es el patrono de los gemelos, pares y de todas las cosas que se duplican. Cuenta la leyenda que cuando todos los dioses habian muerto, Tonatiuh, el Sol, comenz6 su interminable camino por el firmamento.

La leyenda de Coyolxauhqui

En esta historia se relata c6mo Huitzilopochtli toma venganza sobre ella por haber intentado matar a su madre. Afirman que en la tierra llamada Coatepec, junto al pueblo de Tula, vivi6 una mujer que se llamaba Coatlicue, madre de los indios centzonhuitznahua y de la diosa lunar Coyolxauhqui. Un dia, Coatlicue estaba barriendo la sierra de Coatepec, cuando de repente baj6 una pelotilla, como ovillo de hilado. Cuatlicue la tom6 y la guard6 en su seno, sin imaginarse que resultaria embarazada. Cuando sus hijos vieron el estado de la madre, montaron en c6lera diciendo: "i,Quien la habra prefiado?, i,quien que nos infam6 yavergonz6?" Coyolxauhqui, la hija menor, se confabul6 con sus hermanos para deshacerse de Coatlicue. -jHermanos --dijo-, matemos a nuestra madre porque nos infam6 al quedar prefiada! Cuando Coatlicue descubri6 10 que sus hijos pretendian hacer, sinti6 mucho temor, pero la criatura que tenia en sus entrafias la consol6 diciendo: -jNo tengas miedo!, yo se 10 que debe hacer.

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Despues de oir estas palabras, la madre quedo mas tranquila, a pesar de la gran tristeza que embargaba su corazon. De las entrafias de Coatlicue nacio Huitzilopochtli, con el rostro pintado, trayendo consigo un escudo y una lanza guerrera. Tiempo despues, Huitzilopochtli salio a perseguir a sus hermanos, les quito las armas que traian y los echo de la sierra de Coatepec. Los indios centzonhuitznahua no pudieron defenderse; fueron vencidos y muertos muchos de ellos; los que lograron escapar se fueron a un lugar llamado Huitzlampa Huitzilopochtli ordeno a uno que se llamaba Tochancalqui que encendiera una culebra hecha de teas llamada Xiuhcoatl. La encendio y con ella fue herida Coyolxauhqui, quien murio hecha pedazos; la cabeza quedo en la sierra de Coatepec y el cuerpo se desperdigo abajo.

El cenzontle, "pajaro de cuatrocientas voces"

Narra la historia del hermoso pajaro, de canto dulce, cuyo origen es la reencamacion de una bella mujer. Xomecatzin, el senor del sauce, era un viejo mercader del reino de Chalco que recorria los caminos cargando preciosos abalorios, joyas de oro, piedras preciosas, pieles multicolores, ademas de hierbas aromatic as y curativas. Cierto dia se organizo una caravana de mercaderes mexicas con destino a Tehuantepec. Xomecatzin, que por esos dias se hallaba en tierras tenochcas, se uni6 a la expedicion. Los mercaderes, que tambien eran valientes guerreros, iban cruzando el rio de las Mariposas, llamado hoy Papaloapan, embarcados en fuertes canoas, cuando escucharon un canto no identificado hasta entonces. Los comerciantes mexicas desembarcaron al oir esta dulce melodia y se adentraron en el espeso bosque contiguo al rio. Cuando llegaron allugar donde surgia el canto, los mercaderes se asombraron al descubrir una hermosa doncella cuya mirada dirigia a la Luna. La joven misteriosa fue capturada a pesar de sus sliplicas, y la obligaron a subir a la embarcaci6n.

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El camino era largo hast a Chalco, asi que tomaron un pequefio descanso. Cuando Xomecatzin lIeg6 a su palacio, llev6 a la triste mujer a sus aposentos, alli la tranquiliz6. Como no consigui6 que lajoven hablara a pesar de todas sus preguntas, Ie dio un nuevo nombre: Cenzontle, que significa cuatrocientas voces. Xomecatzin Ie ofreci6 todas sus riquezas y abalorios, las plumas multicolores de quetzal y papagayo, las esmeraldas, los aderezos de oro, la obsidiana, las pieles de tigre y los trajes exquisitamente labrados. Cenzontle ni siquiera se emocion6 al ver tan fascinantes riquezas, pues ella habia observado esas y muchas otras cosas en el bosque donde venia. Gracias al enorme tesoro que poseia, Xomecatzin pudo ofrecer una gran fiesta para agradecer a los dioses el haber hallado tan bella mujer. El requisito para asistir era adomarse con rosas, las flores mas preciadas de la naturaleza. Todos se engalanaron con elIas. En la fiesta de agradecimiento hubo oloroso copal en los incensarios, se reparti6 nectar de flores, asi como de otras sustancias, y por ultimo se sirvi6 un dulce y espumoso dulce de cacao. Sin duda, Cenzontle destacaba por su gran belleza entre todos los participantes; vestia un hermoso traje confeccionado con las mas finas telas, regalo de Xomecatl. El festejo dur6 tres dias. Al termino, Xomecatzin se despos6 con la encantadora Cenzontle. A pesar de todos los regalos que su esposo Ie o freci a, Cenzontle no era feliz. Pasaba los dias postrada en el umbral del palacio sin pronunciar una palabra. Cierto dia, el tequihua Xomecatzin tuvo que partir a una expedici6n hacia las fortificaciones de Danibab, que era un cerro sagrado llamado Monte Alban, pues tenia que cumplir

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una misi6n militar. Dej6 a su mujer a cargo de sus esclavas y se encomend6 a los dioses para llegar con bien a Sll destino. Cuando la expedici6n avanzaba cerca de los bosques que colindaban con el rio de las Mariposas, Xomecatzin escuch6 un hermoso canto que Ie pareci6 conocido. De inmediato orden6 desembarcar y se adentr6 en el espeso follaje. En el sitio en donde se entonaba la melodia, descubri6 parado en una rama un insignificante pajaro, que huy6 despavorido al verlo acercarse sigilosamente. La caravana cumpli6 su misi6n y meses despues iban de regreso a su hogar. Aillegar a su palacio, Xomecatzin fue recibido con la terrible noticia: jCenzontle habia muerto! Una tarde nublada, Cenzontle habia fallecido y su alma se convirti6 en un hermoso pajaro que emprendi6 el vuelo hacia la lejania emitiendo tristes y desgarradoras notas. Xomecatzin, dolorido, record6 el pajaro que habia visto dias atras junto a las aguas del Papaloapan y sufri6 mucho al saber que su mujer se habia alejado de sus brazos para siempre.

, La resucitada Papantzin

El emperador Moctezuma (Motecuhzoma) Xocoyotzin tenia una hermana Hamada Papantzin, quien era una muchacha muy hermosa y agraciada, por 10 que el emperador dispuso darla en matrimonio al senor de Tlatelo1co. Desgraciadamente quedo viuda a los pocos anos de efectuado el matrimonio. Papantzin, sin embargo, siguio viviendo en el palacio que en Tlatelolco habitara su marido en vida. En el ano de 1509, la doncella enfermo de suma gravedad y murio poco despues. Se Ie hicieron los funerales correspondientes, asistiendo personalmente su hermano Moctezuma Xocoyotzin, senor de Mexico Tenochtitlan, acompanado de los mas altos dignatarios de su fuerte. Se dice que el cuerpo de la hermosa doncella fue depositado en una especie de cripta ubicada en los hennosos jardines de Tlatelolco, muy cerca de un estanque donde ella acostumbraba tomar sus banos. Encima de la cripta se coloco una pcsada piedra para tapar el cuerpo. Se cuenta que al dia siguiente del entierro, una hermosa nina que era hija de uno de los sirvientes del palacio sc el1contrabajugando por ahi, y q'le al pasar cerca del estanqllc, miro hacia el sitio donde acostumbraba banarsc la princesa enterrada el dia anterior: y cual no seria su sorprcsa al vcr

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que la princes a estaba sentada tranquilamente en uno de los escalones de la fuente, recargada en una actitud meditativa. La nina creyo que la joven iba a tomar su acostumbrado bano, por 10 que no dio importancia al asunto. En ese momento oyo una voz que Ie decia: "Ven, Cocoton, ven". La chiquilla se acerco sin temor. Cuando estuvo cerca de la princesa, esta Ie pidio que llamara a la mama, quien estaba desposada con el encargado del palacio. La nina obedecio sin inmutarse. Pero aillevar el mensaje, la asombrada madre Ie dijo: "No, hija, Papantzin esta muerta. La enterramos ayer". Sin embargo, la pequena insistia en 10 dicho mientras tiraba del vestido a su progenitora para que la siguiera. No quedandole otra opcion, la mama accedio a ir con ella al sitio donde supuestamente se hallaba la princesa. Grandisimo susto se llevo la dama al ver que justamente en ese lugar se encontraba Papantzin. Ante aquella vision, la asustada mujer cayo desmayada. La nenita al ver esto, corrio aterrorizada a llamar a los demas que se encontraban en el palacio para que la auxiliaran. Pero, al acercarse, estos tambien cayeron aterrorizados ante tal vision. Para tranquilizarlos, Papantzin les dijo que estaba viva y que no debian tener miedo. Les pidio que llamaran al mayordomo del palacio. Cuando este lleg6, escucho ala princesa. Ella Ie pidio que Ie avisaran a su hermann Moctezuma de 10 ocurrido. El criado, sin embargo, se resistia a hacerlo, temiendo que el emperador tomara esto como una broma 0 Llna supercheria, y que le castigara por tal accion. Papantzin Ie dijo entonces que llamara al senor de Texcoco. el rey Netzahualpilli. Este monarca acudio prestisimo al Ilamado de su parienta. La princesa se encontraba en una de sus habitaciones cuando hizo acto de presencia el senor de Texcoco. Netzahualpilli, que era sumamente valero so, Ie

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escucho y se presto a llevar el mensaje que ella queria dade a su hermano, el senor de Mexico Tenochtitlan, Moctezuma Xocoyotzin. Cuando se encontro con este Ie certifico que su hermana se encontraba viva, 10 que el emperador de Mexico no podia creer. Pero Netzahualpilli Ie dijo que su hermana Ie rogaba que fuese a verla, pues tenia un mensaje muy importante que comunicarle. Moctezuma no tuvo mas remedio que acceder y trasladarse a Tlatelolco, acompanado de algunos dignatarios de su corte. -No te sorprendas, senor -Ie dijo la princesa-. Soy tu hermana, la que ayer enterraste, y estoy viva. Te he llamado porque tengo algo muy importante que decirte. Ambos se sentaron y 10 mismo hicieron todos los demas acompanantes en torno a Papantzin. Entonces ella comenzo ahablar: "Despues de morir; es decir, despues de sufrir el sueno del que acabo de salir, me encontraba en una inmensa llanura, cuyo horizonte era inalcanzable a mi vista. Cruzaban dicho campo muchos caminos y Ie atravesaba un rio de un caudal inmenso, que producia un ruido ensordecedor. Pense en atravesar el rio, cuando un hermoso joven, hombre que en su alrededor tenia un resplandor como el del Astro Rey y que ademas vestia una tunica como el sol de la manana, me mostro en la £i.-ente este misterioso signa (la senal de la cruz). Llevaba una especie de alas, adornadas con vistosas plumas. Mirandome fijamente me tomo de la mana y me dijo: 'Detente, mujer, qee alin no es tu hora para cruzar este rio. Dios te ama y, aunqr.e til no 10 conoces te protege, ven ... ' y asi, me tomo de la lllano y me fue llevando por la orilla del rio, donde logre ver rnuchas calaveras y huesos de muertos. Se oian tambien gemidos espantosos, los cuales daba compasion escuchar. Viendo la corriente del rio arriba, mire unos barcos enormcs

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tripulados por unos hombres de tez blanca, vestidos de un modo diferente al nuestro, con barbas negras y rubias, 11evaban unos cascos en la cabeza y portaban unas extrafias armas ... 'Dios, me dijo el hombre de la blanca tunica, quiere que vivas para que seas testigo de 10 que va a pasar en tu tierra, la cual esta amenazada por graves desgracias. Los gemidos que se escuchaban son los que provienen de las almas de tus antepasados que penan por sus delitos. Aque110s hombres que yes en esos enormes barcos son los que vendran y con sus armas conquistaran el reino de tu gente; pero tambien revelaran el conocimiento del verdadero Dios. Cuando termine la guerra y se inicie la redenci6n de los tuyos, seras tu la primera en recibir las aguas lustrales que borran los pecados y danis ejemplo a los demas de tu naci6n'." Moctezurna escuch6 at6nito el relato. Despues, verdaderamente abrumado por las revelaciones que Ie habia hecho su hermana, se traslad6 a Tenochtitlan con todos sus acompafiantes. Una vez ahi, se encerr6 en su palacio a meditar sobre to do 10 que habia escuchado. Ya no quiso oir mas a su hermana, pese a que los sabios del reino Ie decian que la muchacha padecia de locura, seguramente por la enfermedad que habia sufrido. Sin embargo, los hechos sobrepasaron 10 sobrenatural, pues al irse enterando el emperador de las noticias que provcnian de la costa, referentes a los visitantes que llegaban en enormes barcos, vestidos de manera extrafia, fueron ensombreciendo su animo. I I

Desgraciadarnente los presagios se estaban cumpliendo y terminarian con su naci6n. Nunca mas volvi6 aver Moctezwna a su hermana Papantzin. A la llegada de los espafioles, esta recibi6 las aguas bautismales en el afio de 1524, convirtiendose entonces en dofia Maria Papantzin, quien vivi6 los ultimos afios de su vida resignada y con mucha devoci6n.

La leyenda de los volcanes

Esta es la historia de la hermosa Xochiquetzal, qui en muri6 de pena y amor. Hoy yace convertida en la nivea montafia conocida como Iztaccihuatl, y su amante fiel, convertido en el Popocatepetl, quien vigila su suefio. Sin embargo, existen diferentes versiones de c6mo fue que en realidad estas dos almas enarnoradas se convirtieron en montafias hurneantes, por 10 que es conveniente citar las dos mas importantes. I

Las fuerzas guerreras del imperio azteca regresaban derrotadas y tristes del valle de Anahuac, junto a los cinco lagos de Chalco, Xochimilco, Texcoco, Ecatepec y Zurnpango. Los caballeros Aguila y Tigre traian los penachos destrozados, las macanas desdentadas y los escudos maltrechos; las ropas hechas jirones yensangrentadas. Los yopica, viejos y sabios maestros del arte de la estrategia, aguardaban a dichos guerreros para pedirles una explicaci6n ante tan vergonzosa derrota, pues al parecer habia sido inutillo aprendido en el Calrnecac (escuela donde rccibian instrucci6n de todo tipo, principalmente los jovcncs

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nobles). El ejercito era comandado por un guerrero que, a pesar de la triste batalla, conservaba su altivez yel orgullo de su estirpe. El pueblo entero lloraba la derrota. Las mujeres, avergonzadas, ocultaban sus rostros; s6lo una de elIas permanecia serena, mirando con asombro al fuerte lider. Ella era Xochiquetzal, que quiere decir Hermosa Flor, quien al ncitar la mirada del guerrero dirigente sinti6 como si fuera a desfallecer, ya que el era su fiel amante. Desgraciadamente, Xochiquetzal habia contraido matrimonio con un tlalxcalteca, quien Ie habiajurado falsamente que su amado, su dulce y fiel guerrero aztec a, habia caido muerto en la guerra a manos de los zapotecas. Xochiquetzalle dijo a su marido que nunca Ie perdonaria el engafio y que por siempre en su coraz6n permaneceria encendida la llama del amor a su fiel guerrero azteca. En un instante de arrebato, ella corri6 10 mas lejos que pudo, hasta llegar allago de Texcoco; su esposo, el tlaxcalteca, fue tras ella. El guerrero aztec a, al ver esta escena, empufi6 con furia su macana y 10 sigui6.

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El vencedor regres6 buscando a su amada Xochiquetzal y la encontr6 tendida para siempre, muerta a la mitad del valle, porque ella no pudo soportar la vergiienza de haber sido de otro hombre; el guerrero la contemp16 con el coraz6n destrozado. Se arrodi116 a su lado y 11or6 la mas amarga pena. Cort6 flores de xoxocotzin y lentamente cubri6 el cuerpo de Xochiquetzal, 10 coron6 con algunas fragantes flores de yolox6chitl, 0 flores del coraz6n, quem6 copal y rindi6 honores a la mujer de su vida. El cenzontle, pajaro de cuatrocientas voces, tambien rindi6 honores a los enamorados , cantando dulcemente toda la noche, hasta que el cielo se cubri6 de nubarrones y el mensajero de la muerte, Tlahuelpoch, hizo su aparici6n. Cuenta la leyenda que en UIi\fragmento de segundo la tierra se estremeci6 y feroces relampagos tronaron en el cie10. Cayeron piedras de fuego sobre los cinco lagos y la gente del valle de Anahuac se llen6 de pavor. Al amanecer estaban alli, donde antes era valle, dos montafias nevadas: una tertia la forma inconfundible de una mujer recostada sobre un mmulo de flores blancas; la otra mostraba -.... . la figura de un guerrero azteca arrodillado, junto a los pieS nevados de la impresionante escultura de hielo de la mujer yaciente.

Al verse cara a cara los dos hombres no dijeron nada, porque cualquier raz6n sobraba alli; el tlaxcalteca extrajo el venablo que ocultaba bajo la tilma y el azteca esgrimi6 su macana. Se entabl6 una crud a batalla. EI tlaxcalteca se defendia a toda costa, mientras que el aztec a adquiri6 fuerzas increibles, provocadas por tantos dias de espera, por tantas luchas que habia enfrentado, con avidez para regresar por fin a los brazos de Xochiquetzal.

Desde entonces esos dos volcanes, que hoy vigilan el valle de Anahuac, tuvieron por nombres Iztaccihuatl, que quiere decir Mujer Dormida, y Popocatepetl, que se traduce como Montafia que Humea, ya que a veces suele escapar humo del inmenso crater.

Finalmcnte, casi al atardecer, el aztcca hiri6 de muerte a su rival, quien huy6 hacia su tierra tal vez en busca de ayuda para vengarse de su enemigo.

En cuanto al cobarde engafiador tlaxcalteca, seglm sc dice, file a morir desorientado muy cerca de su tierra. Tambien se hizo montana, se cubri6 de nieve y Ie pusieron por

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nombre Poyautecatl, que significa Senor Crepuscular, y posteriormente 10 llamaron Citlaltepetl 0 Cerro de la Estrella. Desde aHa lejos vigila e1 sueno de los dos amantes, a quienes nunca podra separar. Durante muchos anos, hasta poco a~­ tes de la Conquista, las doncellas muertas en amores desdlchados 0 por mal de amor eran sepultadas en las faldas del Iztaccihuatl. II Dice la leyenda que un padre tenia una hija preciosisima, eHa estaba enamorada indebidamente y en vano. El viejo padre queria que la mujer desistiera de esos malos amores, que sin duda alguna la Hevarian por mal camino. Tras inutiles esfuerzos del anciano padre, por fin se enfurecio un dia y, con la ayuda de un hechicero, pronuncio unas palabras de conjuro. Toco ala muchacha de las rodillas, haciendola girar al mismo tiempo de izquierda a derecha y logro convertirla en una estatua de nieve. Esta reposo en el valle de Anahuac, para ejemplificar la eternidad. A su vez, el se transformo en un volcan elevado para vigilarla de cerca. Esta es la legendaria historia de los volcanes Iztaccihuatl y Popocatepetl. En tiempos remotos, los antiguos pobladores del valle tomaron como dioses a los dos vo1canes rindiendoles culto en templos que se encontraban dentro de cavemas en los vo1canes. La mujer blanca se encontraba tambien representada en el Templo Mayor de Tenochtitlan, por una escultura hecha de madera. De apariencia juvenil y con larga cabellera, asi como una tiara de colores blanco y negro adomada con hermosas plumas que se desbordaban por su espalda. Se dice que era una pieza completa decorada con finas mantas y que contaba con la ayudade sacerdotisas al servicio del

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templo. Ano tras ano sacrificaban una esclava, ala cual pintaban de verde y vestian con una tunica blanca; asi representaban el verdor de la montana y la nieve que se encuentra en 10 alto de su cima. Al Popocatepetl se Ie sacrificaban dos esclavas jovenes, las cuales necesariamente debian ser hermanas. Se les hacia danzar alrededor del vo1can, significando con ello que la primera era el hambre y la segunda la hartura. Durante la ceremonia, los pobladores que las miraban, pedian que fueran buenas las cosechas, levantando al cielo jicaras y bateas. Al empezar la fiesta las personas recogian nieve del volcan y la ponian en montones para despues formar figuras humanas. Se llevaban las esculturas de nieve a sus casas, para adorarlas como dioses. El monton de nieve mas alto simbolizaba al Popocatepetl. Se acostumbraba arrojar al crater de la montana en direccion de los cuatro vientos, granos diversos tenidos de diversos colores para pedir a los dioses que hubiera buena cosecha. El monton que representaba al Iztaccihuatl 10 encontramos en algunos codices. No aparece como una mujer yacente, sino en posicion sentada con una especie de gorro blanco en la cabeza, y en sus manos ti~e una espiga que significa el maiz.

El Flechador del Cielo

Esta leyenda esta basada en el nombre de un emperador azteca, joven Hamado Moctezuma Ilhuicamina, quien fue sucesor de Itzc6atl en el sefiorio de Mexico. Es bajo el reinado de Moctezuma Ilhuicamina cuando alcanza su esplendor el reino azteca. Su nombre deriva de la palabra ilhuicatl, que significa "cielo';-y mina, que quiere decir "flecha". Asi Ie pusieron los altos dignatarios del reino y los guerreros porque, se decia, era tal su punteria con las flechas y tan potente la fuerza de su arco en sus musculosos y agiles brazos. Tambien se contaba que en las noches el joven se ejercitaba disparandole a las estreHas y que, segun dice la leyenda, dando en el blanco, se veia caer a los astros heridos por las flechas del Flechador del Cielo. Debido a esta practica de dispararle a las estrellas, surgieron muchas creaciones artistic as con la ocurrencia de que podia flechar a los astros. Esto, sin duda alguna, Ie ayud6 a ocupar el trono a la muerte de Izc6atl. Asi, mientras los habitantes de Acolhuacan se encontraban festejando la muerte de su enemigo Itzc6atl (el fallecido rey azteca, quien era odiado por los suyos, al ayudar al rey Nezahualc6yotl a ocupar el trono que Ie habia arrebatado al tirano Maxtla), los

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altos dignatarios de la corte mexicana eligieron al Flechador del Cielo como senor de Mexico Tenochtitlan. Cuando los de Chalco amenazaban a los aztec as, Moctezuma Ilhuicamina, el recien proc1amado emperador, decidi6 organizar a su ejercito e ir a combatir a los chalcas. Durante esta guerra se registraron batallas muy sangrientas, hasta que los mismos de Chalco pidieron una tregua, porqFe tenian que celebrar las fiestas de su dios Camaxtli. Terminadas las fiestas y reanudados los combates, Moctezuma Ilhuicamina derrib6 a flechazos a mas de 200 enemigos. Debido a que realizaba sus flechazos a distancia, se decia que sus flechas eran como rayos que fulminaban. Despues de vencer a los chalcas, llev6 a la ciudad de Tenochtitlan enorme numero de prisioneros, los que ciertamente fueron sacrificados a1 dios de la guerra, Huitzilopochtli. Durante estos sacrificios, se llev6 a cabo su elevaci6n al trono de Mexico, haciendose una fiesta tan suntuosa como nunc a antes la habian vivido los mexicanos. Dice la tradici6n que el Flechador del Cielo abus6 de los sacrificios y con esto irrit6 a los dioses. Asi, enfadadas las deidades desencadenaron su ira enviando una serie de tormentas sobre la ciudad edificada en el lago, la cual sufri6 una inundaci6n tan grande que el nivel del agua lleg6 hasta arriba de los templos. Entonces, para aplacar a los dioses y conjurar las tempestades, Moctezuma tuvo que visitar los teocallis, llevado en and as por sus subditos tan valientes como el, llegandoles el agua hasta e1 cuello, para asi lograr conjurar las tempestades. Se decia que el F1echador del Cielo no temia a nada, y por eso se atrevia, por las noches, a apuntar a las estrellas ...

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Las flores del lago de Oaxaca

Leyenda que narra e1 amor entre e1 principe zapoteca y la princesa Estrella, hija del rey Sol, que unieron sus vidas para siempre en ellago de Oaxaca. Mucho antes de la Uegada de los espano1es, habia en Mexico un reino floreciente y poderoso: el de los zapotecas. Sus guerreros tenian una ferrea disciplina y habian ganado numerosas batallas contra los reinos vecinos, 10 cual habia forta1ecido su poder. Por eso, en muchas leguas a la redonda su imperio era temido y respetado. El rey de aque1 poderoso reino tenia un hijo fuerte y apuesto, que adem as era muy diestro en 1a danza y sumamente habil para manejar todo tipo de armas. Cierto dia, varios cortesanos, unidos a un regimiento de soldados, se levantaron en contra del monarca. La con spiraci6n lleg6 a oidos del principe, quien de inmediato decidi6 poner termino de fomla implacable a 1a insurrecci6n. Par'J. ella estuvo al tanto de todos los movimientos del complot; cuando los traidores menos 10 esperaban, el principe y sus guerreros los atacaron. Tras una breve y desesperada resistencia de los conspiradores, e1 hijo del rey los derrot6.

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A partir de ese momenta el principe se convirtio en el verdadero caudillo del reino zapoteca; ademas, su padre ya era muy anciano y 10 nombro heredero del trono.

sej eros. E1 monarca, admirado ante 1a extraordinaria belleza de 1ajoven, no puso objecion a1guna a los deseos de su hijo y propuso 1a boda para 1a manana siguiente.

Como es natural, todas las doncellas del pais suspiraban por el valeroso y apuesto principe. Todas las mujeres estaban enamoradas de el, desde la humilde muchacha hasta la encumbrada princesa. El principe no hacia caso de ninguna seduccion, se mostraba indiferente ante cualquier mujer, por mas hermosa 0 atractiva que fuera.

En el reino de las estrellas habia gran constemacion por la misteriosa ausencia de 1a mas hermosa de elIas. Se hacian conjeturas sobre su desaparicion. Al fin se decidio que alguien bajara a la Tierra para buscarla.

En el celestial reino de las estrellas, donde tambien llego la fama del joven valiente, la mas linda de las criaturas se enamoro apasionadamente del heredero zapoteca, y decidio bajar a la Tierra para conocerlo en persona. La radiante estrella aguardo el momenta en que nadie la vigilara, hasta que una mafiana, mientras sus hermanas dormian, tomo la forma humana de una hermosa doncella y descendio a la Tierra. Una tarde en que el principe zapoteca regresaba de una caceria, se encontro en el camino con una bella muchacha campesina. Eljoven, gratamente sorprendido por su hermosura, Ie pregunto: -G Como te llamas? -Oyamal-respondio la joven. Platicaron unos instantes, tras 10 cual el principe regreso a su palacio. Al dia siguiente volvio a salir de caza, y de nuevo se hall0 con la encantadora doncella. Finalmente, como era de esperar, los dos jovenes se enamoraron. Cierta mafiana, el principe Ie propuso matrimonio a su amada. Ella no dudo en aceptar tal ofrecimiento. En cuanto llegaron al palacio, 1a presento ante e1 rey, ministros y con-

En el cielo se supo la noticia de la proxima boda de la bella estrella con el apuesto principe. Ante 1a gravedad de la situacion, todas las estrellas se reunieron, convocadas por el Sol, qui en, tras conocer los hechos, dijo: -Para evitar la boda de su herrnana con ese mortal, deben advertirle que si se desposa con el principe quedara convertida en una flor para el resto de su vida. La noche anterior a la boda, cuando Oyamal estaba en su lecho, una suave brisa entro por el ventanal. Aparecio una de sus hermanas en forma de espiritu y Ie notifico la decision del Sol. Cuando la herman a desaparecio, la joven que do sumida en gran inquietud. A pesar del temor al Sol, el amor por su principe dominaba todos sus actos. La boda se celebro con gran esplendor. Oyamallucia bellisima, ataviada con su vestido nupcial y allado de su principe, vestido de guerrero. Formaban una pareja admirable. A la manana siguiente, cuando el principe desperto, descubrio con enorme sorpresa que su esposa habia desaparecido. Transcurrieron los dias y el principe no hacia mas que lIorar amargamente la ausencia de su amada. En un momenta de afliccion se Ie aparecio un espiritu celestial, que Ie revelo el verdadero origen de su esposa.

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-Oyamal -Ie dijo el espiritu- reposa ahora en las aguas dellago Oaxaca, junto al palacio, convertida en una hermosa flor color rosaceo cuyo tallo es suave y delicado. La terrible revelacion desespero al principe y su dolor conmovio al espiritu celeste. Arrodillado suplico al Sol que 10 llevara con su amada.

Descubrimiento del fuego

Al siguiente dia los criados del principe no encontraron rastros del heredero en la habitacion. Cuenta la leyenda que allado de la flor rosacea nacio otra flor de color rojo y de tallo esbelto. Quedaron con los p~talos entrelazados en ellago de Oaxaca. Asi, el dios Sol habia concedido los deseos del principe enamorado.

Dice la tradicion que en el municipio de Texcoco dominaban por aquel entonces los otomies. Pero cerca de alli vivian los popolcas, los cuales adoraban al Sol. Los otomies en cambio adoraban a la Luna. Los popolcas creian, pues, que el Sol era el creador de todo 10 que existe; eran encantadores y hechiceros y fueron los primeros en descubrir el fuego. Se cuenta que un dia, uno de los popolcas, quien era gente ociosa y que no se ocupaban de absolutamente nada, tomo un palo sumamente seco y Ie dio forma de baston; a la parte inferior del palo Ie saco filo y 10 c1avo en otro pedazo de madera tambien muy seco; los coloco a los rayos del sol y, sin pensar por que, se puso a dade vueltas al baston sobre la otra pieza de madera hasta que la fue taladrando. Vio con asombro que al hacer estos movimientos saltaban chispas de ambos trozos de madera. Asi continuo su tarea de dade movimiento, hasta que el baston por fin se encendio con las mismas chispas que brotaban de la madera. Esto causo mucha admiracion entre los popolcas, y los principales ordenaron que se hiciera un gran fuego. Se corto much a lena y la trasladaron a la cima de una montana, una de las mas altas de la region, e iniciaron la tarea de incendiar toda esa lena. Entonces vieron con asombro, como crecian

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tanto el fuego como el humo. Esta noticia llego a oidos de los otomies, quienes quedaron verdaderamente asombrados del portento; pero a la vez avergonzados de que otro pueblo se les hubiese adelantado en ese descubrimiento. Enviaron una embajada a los popolcas para explicar el por que se habian atrevido a haeer eso sin un mandato expreso, pues eso linieamente ellos, los otomies, podian haeerlo. Los popo1cas ni cortos ni perezosos, conte staron que ellos eran tan grandes como los otomies y que ademas tenian el atributo divino de poder hacerlo. Los otomies les hicieron la guerra y los popolcas se pusieron a la defensa. Pero cuando estaba a punto de iniciarse la batalla, los otomies demandaron a los popo1cas que, si en verdad su dios era muy poderoso, les hiciese alguna senal; tambien agregaron que ellos se someterian ante aquella senal. Aeordaron con los popolcas pedirle al dios tres cosas: la primera de elIas consistia en que se llenara de casas la llanura donde se encontraban. Se cuenta que, por arte de magia, las casas aparecieron en la llanura. Dentro de esta primera demanda se pedia tambien a la divinidad que todas aquellas casas desaparecieran y que todo volviera a estar como antes. Se dice que todo esto asi acontecio. La segunda peticion era que el dios hiciera aparecer muc\la gente y se mataran entre si; asi aconteeio. Despues se Ie pidio que todo esto terminara, y todo termino. En la tercera y ultima peticion, solicitaron que en la tarde hicieran arrestar al Sol. Para lograr esto, un hechicero se fue volando por los aires hasta encontrar al Astro Rey, pero este se disfrazo con una larga barba y Ie pregunto que a donde iba. EI hechicero Ie respondio: -Vengo a suplicarte que te des por apresado, de 10 contrario nuestros enemigos nos daran ventaja en la guerra.

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-jArrestarme! -respondio el Sol-. jImposible!, yo soy el Gran Dios y Senor. Existen otros muchos dioses que me esperan delante de mi, por 10 qu~ es preciso irme pronto a encontrarlos, para ver que es 10 que estan haciendo. Pero, para que puedas satisfacer a tus enemigos, llevate mi barba, que es 10 que ten go en mayor estima. Te 1a doy como simbolo de aquello a 10 que mas quiero, mas que a to do 10 demas. Y diles a esos perversos que, si no te dan 1a victoria, los destruire a todos sin que sobreviva ninguno de ellos. Asi pues, regreso el hechicero con las barbas del Sol. Al verlas, los otomies, que nunca en su vida las habian visto, quedaron sumamente sorprendidos y les dieron la victoria.

La leyenda del quetzal

En esta historia encontramos la vida de Kuk, el hijo de los dioses convertido en quetzal, el pajaro de hermoso plumaje de las selvas mayas. Reinaba la epoca del silencio, cuando todavia no existian pobladores en el mundo, cuando los dioses y los hijos de los dioses se reunieron para crear el universo. Despues de discutir acerca de como harlan esto, empezaron por retirar las aguas y hacer que apareciera la superficie de la Tierra. Luego formaron los valles, las costas y los montes. Crearon leones, tigres, pajaros multicolores y viboras de diferentes tipos para que habitaran alIi. Los dioses se encontraban muy contentos ante SU obra, pero el pequeno Kuk, el del rostro de neblina y la cabell era negra, manifesto su deseo de bajar a convivir con las criaturas; asi, suplico a Cabagil, Corazon del Cielo: -l,Por que no puedo bajar a jugar con las bestias y paj aros que nosotros mismos hemos hecho? Cabagil, muy asombrado, de inmediato se dirigio al consejo principal de los dioses, integrado por Gukumatz 0 Poderoso del Cielo, Tzakol 0 Constructor, Bitol 0 Formador, Tepeu 0 Dominador, Alom 0 Procreador y Cajolom 0 En-

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gendrador. Los dioses inmediatamente rechazaron la suplica del pequeno Kuk. Sin embargo, Ixpiyacoc e Ixcumane, abuelos de Chirakan o Sol accedieron a la petici6n, ante la cuallos dioses no tuvieron mas que decir. Kuk bajo asi a la Tierra, cubierto de piedras preciosas pero sin ropa. Entre las criaturas que habitaban la Tierra, era sin duda de las mas bellas. La suavidad de su piel contrastaba con el espesor de los matorrales. Al verlo pasar las aves, las fieras y hasta los propios lagos, quedaban asombrados de tan hermoso ser. Por las noches el joven se bafiaba entre las corrientes de agua cristalina. Las fieras, enamorada..