Lecciones de estrategia en ajedrez
 9788493384180, 8493384186

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© Valeri Beim

© Editorial La Casa del Ajedrez Calle San Marcos, 41 Teléfono 91 521 2008 Fax 91 531 3880 Madrid 28004 Email: [email protected] Dirección Internet: http://www.lacasadelajedrez.com -

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Título original:

Lessons in Chess Strategy. Gambit Publications, 2003.

Dirección Editorial: Andrés Tijman Marcus Consejero editorial: Daniel Elguezábal Varela Traducción: Antonio Gude Corrección: Sofia Montero O ria de Rueda - Gabriel Rojo Huertas Diseño de portada: Claudia Tijman 1.5.B.N.: Depósito Legal:

84-933841-8-6 M. 43.212-2005

Impresión: Impresos y Revistas SA Impreso en España - Printed in Spain

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Sumario Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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1 La geometria del tablero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

8

2 Las piezas mayores. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

21

3 E l peón central aislado. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

34

4 El peón pasado central. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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5 La ventaja de espacio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

59 73

6 Zugzwang. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7 La pareja de alfiles. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

86

8 Estructuras simétricas de peones. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

1 00

9 Características estáticas y dinámicas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

1 12

Soluciones a los ejercicios. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

1 40

Índice de partidas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Índice de compositores y analistas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

1 87 1 90

Índice de aperturas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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Introducción "Ha llegado la hora -dijo la morsa- de hablar de muchas cosas: de zapatos y de barcos, y de sellos de lacre, de repollos y de reyes". LEWIS CARROLL A través del espejo Éste es un libro para entusiastas del ajedrez. Está pensado para aquellos plenamente con­ vencidos de que nunca llegarán a ser juga­ dores profesionales, pero a quienes les gusta jugar al ajedrez y se han propuesto ganarle al tipo desagradable del club que ya les ha ven­ cido tres veces de la misma forma igno­ miniosa. También está dirigido a quienes no hace mucho que han empezado a jugar y a los que les gustaría convertir el ajedrez en su pa­ satiempo favorito. Aunque no sea el caso, también es un libro para quienes desean conservar en su vida el ajedrez como un maravilloso pasatiempo. Un juego emocionante, que permite disfrutar y que nos ofrece algo único que, por otro lado, no se consigue a menudo en la vida cotidiana: el placer de la creatividad. Espero también que su contenido no sólo merezca la lectura de jugadores aficionados, sino que incluso los jugadores profesionales encuentren de interés muchos temas instructi­ vos de la obra. Sin embargo, aunque este libro diese lugar a motivos de crítica, ¡ me gustaría agradecer tales críticas de antemano ! En mi opinión, lo más importante es interesar al lec­ tor y, tal vez, incluso alterar hasta cierto punto sus opiniones o hábitos adquiridos por la prác­ tica, lo que siempre es señal inequívoca de progreso. El objetivo de este libro es también captar la imaginación de aquellos que aún no tienen ideas definidas sobre los diversos temas

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técnicos y quizá ayudarles a encontrar su pro­ pia visión del juego del ajedrez. En cierta medida, esta aventura se ha con­ cebido como continuación de mi primer libro, Recetas de ajedrez de la cocina del gran maestro, con el que espero esté familiarizado el lector, y que se centraba, sobre todo, en métodos de pensamiento en ajedrez. Concreta­ mente, quería demostrar cómo deben enfocar­ se los distintos problemas que surgen durante una partida de ajedrez, a la hora de buscar la correspondiente solución a cada uno de ellos. Sin embargo, en el presente libro debatiremos temas más habituales que se producen durante la partida. En otras palabras, lo que debe usted saber y lo que debe ser capaz de hacer para jugar con éxito. Este libro pasará revista a los diversos prin­ cipios relacionados con la partida de ajedrez. Por ejemplo: nos ocuparemos de cómo tratar las distintas posiciones teniendo en cuenta di­ versas estructuras de peones y una determi­ nada relación de material, así como de otros temas que apuntan al núcleo mismo de la es­ trategia ajedrecística. No obstante, no nos li­ mitaremos a tratar los temas mencionados. La parte más importante del libro es el capítulo 9, Características estáticas y dinámicas, aunque nos concentraremos de forma especial en los anteriores. También me gustaría llamar la atención sobre un capítulo único, a pesar de que su titulo nos resulte familiar (el capítulo 6, Zugzwang). Se trata de un capítulo en el que he adoptado un enfoque algo diferente sobre el tema en cuestión. Naturalmente, no es posible ni necesario agotar todas las situaciones que pueden pro­ ducirse en cada circunstancia. Pero sí tiene

sentido seleccionar y examinar sólo los ejem­ plos más críticos y característicos. Así, creo que es importante y de interés demostrar no sólo las posiciones más complejas desde el punto de vista técnico, táctico o estratégico, y las diversas formas en que pueden solucio­ narse, sino también ilustrar las opiniones de las grandes mentes del ajedrez sobre estos temas precisos. Me he propuesto, por tanto, utilizar partidas de los jugadores más fuertes, basándome en la creencia de que, si el lector quiere aprender al­ go bien, lo mejor es ver cómo actúa un ver­ dadero experto en la materia. Es cierto que los jugadores fuertes nunca juegan de forma improvisada, sin haber refle­ xionado a fondo sobre la posición. El rasgo que caracteriza realmente a los mejores es su capacidad para pensar en profundidad y de forma independiente. Es esta habilidad lo que distingue a tales jugadores del resto. Cada jugada efectuada por un fuerte maestro tendrá sentido, aun en aquellos casos en que no se vea coronada por el éxito. A menudo se pro­ ducen situaciones en las que, a partir de cier­ tas características de la posición, se toman de­ cisiones que no dan resultado, pero eso no excluye que el pensamiento que las respalda sea profundo e importante. Por último, esa ju­ gada incorrecta o incluso todo el plan, sólo son desafortunados para el jugador en cues­ tión, pues para nosotros sin duda nos resultara útil estudiar su aplicación a la partida. Sin la menor duda, las partidas de los Gran­ des Maestros, no sólo permiten la evolución del propio ajedrez, sino que también nos ayu­ dan a liberarnos de principios obsoletos, y a modificar actitudes preconcebidas que, a me­ nudo, se revelan incorrectas. Debido a los continuos debates y abun­ dantes explicaciones acerca de cómo ha ido evolucionado el ajedrez hasta en sus propias raíces, con frecuencia se nos dice que las par­ tidas de los maestros clásicos, incluso los de los más fuertes, ya no se necesitan actualmen­ te. ¡ Pero eso es un auténtico sinsentido ! Detengámonos, por ejemplo, en algunos maestros del pasado. Digamos, por ejemplo, el match entre Labourdonnais y McDonnell.

En esas partidas podremos ver que lo que hoy en día consideraríamos decisiones ingenuas y fuera de lugar, va de la mano con asombrosas manifestaciones de la fantasía, brillantes cál­ culos y una magnífica intuición. ¡Qué pode­ mos decir, por otro lado, de las partidas de Morphy, Steinitz y Capablanca! A mí, por ejemplo, siempre me ha sorprendido lo increí­ blemente adelantado sobre su tiempo que estaba el ajedrez de Paul Morphy. Las arcaicas variantes de apertura que se ven en aquellas partidas rara vez han superado la prueba del tiempo, pero los principios fun­ damentales sobre los que se ha guiado el jue­ go siguen siendo importantes. Veamos la si­ guiente partida:

Steinitz Lasker Nueva York 1 894 Campeonato del Mundo (4ª) -

1 .e4 e5 2.tlif3 tlic6 3.J.c4 ic5 4.c3 tlif6 5.d4 exd4 6.e5 d5 7.ib5 tlie4 S.cxd4 ie7 9.tlic3 0-0 t o.J.d3 f5 1 1 .exf6 tlixf6 12.J.e3 tlib4 13.J.bl tlig4 14.a3 tlixe3 15.fxe3 ih4+ 1 6.g3 ig4 1 7.0-0 �eS 1 S.axb4 �h5 19.tlixd5 gxf3 20.tlif4 gxf4 21 .�b3+ gn 22.gxf7 �xf7 23.J.a2 �xb3 24.ixb3+ ©f8 25.gxh4 ©e7 26.id5 c6 27.ie4 a6 2S.ga5 h6 29.b5 cxb5 30.J.xb7 ga7 31 .J.c6 id7 32.J.xd7 Wxd7 33.Wf2 Wc6 34.We2 Wb6 35.gal a5 36.Wd3 a4 37.e4 fü7 3S.e5 g13+ 39.We4 gf2 40.gb t ©c6 4t .d5+ ©d7 42.Wd4 gd2+ 43. ©c5 gc2+ 44. Wxb5 ge2 45.e6+ ©d6 46.gd l �xb2+ 47.©xa4 gxh2 4S.gel �a2+ 49.Wb5 gas 50.Wc4 g5 5 1 .hxg5 hxg5 52. Wd4 ga4+ 53. Wd3 ga3+ 54. ©e4 g4 55.Wf5 gas 56.e7 ges 57.Wf6 g3 5S.@f7 Wd7 59.d6 g2 60.�g l, y las negras se rin­ dieron. ¿No es esta una partida verdaderamente fantástica? Dicho de otro modo, ¿no es cierto que el jugador de hoy puede aprender algo de ella? Esto plantea otro tema: ¿de qué fuentes es mejor estudiar las partidas de los Grandes Maestros?

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En primer lugar, es esencial que estudie us­ ted partidas comentadas. El problema es que para el jugador medio es muy dificil, por no decir casi imposible, analizar una partida por cuenta propia. (Los módulos de análisis no siempre resultan muy útiles para esta tarea. Suelen ser buenos en posiciones en las que el juego es forzado, pero aun así es preciso interpretar sus sugerencias, lo que no resulta fácil para el aficionado). Es importante que aprendamos a analizar por sus propios medios desde el comienzo de su for­ mación. Y es posible hacer esto observando cómo lo hacen los profesionales. En segundo lugar, las partidas que decida estudiar ¡ deben estar bien comentadas! A tal fin, debe tener en cuenta que para el aficionado medio (a quien sobre todo va diri­ gido este libro), resultan de especial valor no tanto las variantes comentadas (aunque, por supuesto, son importantes, y tienen que ser precisas y su inclusión en la partida debe estar justificada), como las explicaciones verbales de por qué se ha realizado una jugada concre­ ta. Cuando una partida está bien comentada, observaciones como éstas resultan enorme­ mente provechosas. Tomemos el ejemplo que sigue:

Botvinnik - Ragozin Leningrado 1 940 En su jugada anterior, las negras omitieron una posibilidad de obtener ventaja decisiva, y ahora, con 43 .d5 !?, las blancas cambiaron ra­ dicalmente la naturaleza del juego. Las negras

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se extraviaron y respondieron 43 . . . lll x d5?, a lo que Botvinnik replicó 44.f4 ! , aportando las siguientes observaciones (tras precisar que lo correcto hubiera sido 43 . . . tllxe2 ! 44. W/xe2 W/xh4, que eventualmente les habría reportado la victoria a las negras) : "El alfil de las blan­ cas cobra vida y todas sus piezas comienzan a estar bien coordinadas. El peón extra de las negras no tiene mayor significación . . . Según Capablanca, dos torres y un alfil cooperan me­ jor que dos torres y un caballo. En conse­ cuencia, las blancas ya no corren el menor peligro". La utilidad de la información que nos aporta este extracto es enorme. Si re­ flexiona usted sobre cada palabra de co­ mentarios como el anterior, el beneficio que puede obtener está fuera de toda duda. Al buscar y estudiar ejemplos que ilustren los principios generales mencionados, es perfec­ tamente posible para el jugador de a pie dar un importante paso adelante en su nivel de juego. (Por cierto: las blancas ganaron la partida anterior). Así pues, siempre hay algo que podamos aprender de los Grandes Maestros. Antes que nada, es su capacidad para pensar de forma independiente, basándose en profundos y ex­ tensos conocimientos. Esto es lo más dificil de conseguir en ajedrez, pero también lo más importante. En la era informática del ajedrez, ha sur­ gido toda una generación de jugadores que concede un gran énfasis al estudio de las variantes de apertura empleando herramientas electrónicas en su búsqueda de ventaj as teóricas. Sin embargo, aunque el conocimien­ to de aperturas es, por supuesto, importante, no decide por sí solo el desenlace de una partida. Suponga que sale de la apertura con una posición mejor, o incluso muy superior. Pero llega el momento en que hay que seguir jugando. Si no tiene una comprensión de la posición, le resultará dificil encontrar el tra­ tamiento correcto por sí mismo. Por otra parte, ¿cómo es posible afrontar una nueva posición con la que no está familiarizado? En tal caso, hasta la posición más ventajosa puede arrui­ narse en unas pocas jugadas.

No tengo duda alguna de que lo más im­ portante en ajedrez es aprender a pensar por uno mismo. De modo similar, lo más im­ portante en la educación de un jugador es la capacidad de aprender por sí mismo. Creo que la resolución de ejercicios juega un importante papel en ese proceso. El tiempo invertido en resolver ejercicios no sólo ayuda a desarrollar nuestra capacidad para afrontar los más di­ versos problemas, sino que también nos ayuda a entender por nuestra propia cuenta el pro­ ceso mismo de aprendizaje. Como si fuéramos capaces de mantenerlo frente a nuestros ojos e ir girándolo para observarlo desde distintos ángulos, de modo que podamos aumentar la suma de nuestros conocimientos sobre dife­ rentes aspectos. Al llevar a cabo estas tareas, el lector obtendrá conocimientos adicionales sobre todos los temas cubiertos en este libro, a

INTRODUCCIÓN

la vez que realizará un entrenamiento en la to­ ma de decisiones independientes en una serie de variadas posiciones, que en definitiva es de lo que, en esencia, está formado el ajedrez. Me gustaría citar aquí las siguientes pa­ labras de Gari Kasparov (y no sólo aplicarlas a este libro, sino también a mi libro anterior y, si Dios lo permite, a los que pueda escribir), acerca de Lecciones de ajedrez (de Petrosian) : "Este libro no es un manual ni una guía en el sentido tradicional. Cumple otra función más importante, a saber, enseñarle a pensar al lector o, más concretamente, enseñarle cómo es necesario pensar, puesto que el pensamien­ to propio, en ajedrez, no siempre opera de for­ ma satisfactoria". Valeri Beim Viena, Austria

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1 La geometría del tablero La imagen del tablero nos resulta tan familiar que sólo tenemos en cuenta las piezas en él si­ tuadas y no pensamos en otras características del tablero en sí. En cualquier caso, no es en modo alguno un área que no se preste a la in­ vestigación, y considerar este tema en detalle es valioso desde un punto de vista práctico. El tablero tiene una forma geométrica regu­ lar: un cuadrado dividido en 64 casillas idén­ ticas. Todas las piezas del ajedrez se des­ plazan dentro de las casillas del tablero. Las distancias en el tablero no se miden en cen­ tímetros o pulgadas, sino en casillas. La dis­ tancia entre "a l " y "h8", medida en centíme­ tros, es mayor que la distancia entre " a l y a8", medida también en centímetros. Sin embargo, las mediciones en ajedrez se hacen, como he­ mos dicho, en casillas, por lo tanto estas dos distancias son iguales: ambas se encuentran a siete casillas.

t .VNa8+ g3 :5g2+ 28.'it>h4 id8+) 23 . . . ixe4 24.\Wxg4 (24.'!Wxe4 '!Wg3 ! ) 24 . . .\Wxg4 25.hxg4 :5d3 26.'itih2 :5xc3 27.:5ac l :5c4 ! , y en este final las torres blancas son absolutamente inútiles. 22.. Jhc3!! 23.gxh4 También es desesperado mover 23 .ixb7: 23 . . . :5xg3 24.:5f3 :5xf3 25 .�xf3 tt'l t2+. 23.. J�d2!!

El triunfo de la acción coordinada de las piezas negras. Las blancas no tienen defensa. Me gustaría, sin embargo, llamar la atención del lector sobre un momento importante. Aun­ que las blancas disponen de una enorme ven­ taja material (dama por un caballo), ahora que

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se produce un fuerte ataque sobre e l centro y flanco de rey, ninguna de las torres blancas participa en la lucha. Por consiguiente, en el área decisiva de acción, ¡la ventaja material está del lado negro ! En consecuencia, no debe extrafiar que resulte vencedor aquél que tiene superioridad de fuerzas en el sector en que se está desarrollando la batalla decisiva. Técnicamente hablando, en cualquier lucha tensa, todas las combinaciones resultan de una ventaja temporal en el área decisiva del ta­ blero. 24.Wxd2 O bien 24.Wxg4 ixe4+; 24.�xc3 E:xe2 ; 24.ixb7 füe2. 24.. ..lxe4+ 25.Wg2 gh3 También ganaba 25 . . . :5c2 . Las blancas se rindieron. Una de las partidas más fascinantes de la historia del ajedrez se basa también en moti­ vos geométricos :

Morphy - Conde Isouard y Duque de Brunswick París 1 85 8 l.e4 e 5 2.�f'3 d 6 3.d4 i.g4? El signo de interrogación se debe al valor obj etivo de la jugada, aunque no condena­ remos a los distinguidos oponentes de Morphy (u oponente: no está claro si Morphy se enfretó a un rival o a dos en consulta). En lugar de ello, merecen ser elogiados por haber jugado esta partida (y quizá no tan mal: véan­ se sus movimientos 7ª y 8ª). En cuanto a la jugada, antes de Morphy la mayoría de los ju­ gadores carecían virtualmente de conocimien­ tos sobre los principios del ajedrez. La impor­ tancia de ideas como un desarrollo apropiado y la concentración de piezas en el principal teatro de operaciones, se pusieron claramente de manifiesto en las partidas de Morphy. Esto se produjo de forma muy parecida a cómo Ca­ pablanca demostró, afios más tarde, las fór­ mulas posicionales acuñadas por Steinitz, de modo más fresco, claro y convincente, y más fácil de entender. 4.dxe5 i.xf'3 5.Wxf'3 dxe5 6..ic4 � f6?

Esta jugada es un importante error, que pierde de inmediato. También era malo hacer 6 . . .Wff6, debido a 7.Wfh3 . Era preciso 6 . . . Wfd7.

7.'tfb3 Este movimiento, basado en la geometría del tablero, concede ventaja decisiva a las blancas. 7 Be7 No sirve de mucho 7 ...Wfd7, por 8.Wlxb7 Wfc6 9.ib5. •..

8.c!LJc3 Un momento de interés. Sólo podemos asu­ mir que si Morphy estuviese jugando contra oponentes más serios, habría preferido 8 .Wíxb7 (8.ixt7+ no está claro, por 8 . . . Wfxt7 9.Wlxb7 .ic5 1 0.0-0 [ I O.Wfxa8 es malo, por I O . . ..ixf2+] 1 0 . . . 0-0 l l .Wíxa8 c6). Aquí las blancas podían haber conseguido un final cla­ ramente ganado (sobre todo teniendo en cuen­ ta la increíble habilidad que Morphy tenía en finales, y más en esa época). La jugada elegida por las blancas es esencial en términos de desplegar la iniciativa y, eventualmente, convertirla en ataque. Un enfoque así resulta raro en comparación con los parámetros de juego actuales, pero era muy característico de la filosofia ajedrecística de Morphy.

1 0.c!LJxbS! Las blancas no pueden ni considerar retirar su pieza en una posición así. No hay que decir que Morphy había apreciado ya uno de los más importantes principios del ajedrez, a sa­ ber, que tras apoderarse de la iniciativa, es esencial ejercerla con todos los medios al alcance, sin temer a pérdidas materiales ni po­ sicionales. Actualmente, este concepto es del dominio público. 10...cxbS 1 1..ixbS+ c!LJbd7 12.0-0-0 gd8 13.gxd7! Este sacrificio de material conduce a una ventaja forzosa de las blancas en el sector del tablero en que se está produciendo la acción. Es casi como si uno de los caballos negros hubiese desaparecido del tablero, mientras que las blancas, después de su siguiente jugada, siguiesen conservando una torre en "di". En otras palabras, las blancas tienen una ver­ dadera (aunque momentánea) ventaja ma­ terial. Por cierto que esta paradoja da paso a una parte muy importante del ajedrez, que ha sido examinada antes en este libro. Es evi­ dente que en tales situaciones es preciso ac­ tuar con la mayor energía, para no darle al oponente tiempo de movilizar sus fuerzas. 13... gxd7 14.gdl Be6

8... c6 9..ig5 b5

No es necesario comentar en detalle este avance, porque concede a las blancas la posi­ bilidad de crear una enorme presión. Pero lo cierto es que no hay verdaderas alternativas, a menos que consideremos como tal a 9 . . . Wfc7 1 0.0-0-0 ic5 I I .ixt7+.

LA GEOMETRÍA DEL TABLERO

15..ixd7+! La elección entre esta fuerte jugada y la efectiva l 5 .Wfxe6+ fxe6 l 6.ixf6, es cuestión de gustos. La posición es demasiado simple para justificar un debate acerca de esa elec­ ción, pero en posiciones más complicadas, un debate así podría ser de vital importancia.

ll

15 ... �xd7 1 6.°§'b8+! �xb8 1 7J:M8 mate.

Un incidente similar se produjo muchos años después.

Examinaremos ahora dos ej em¡1los más de destrucción causada por una devastadora coor­ dinación geométrica de piezas. Como suele ser el caso, la existencia de estos ejemplos de­ muestra la presencia de modelos geométricos en ajedrez, o como dice el proverbio, "Si no existe, ¡es que debo haberlo destruido ! " .

Taimanov - Larsen Vinkovci 1970

Pill sbury - Lasker San Petersburgo 1 895-96 Esta partida ha sido magníficamente co­ mentada por Gari Kasparov, con cierto de­ talle, para ChessBase. Por consiguiente, ¡sería un pecado no utilizar una ayuda así ! 21 .i.bS! La única jugada que no pierde en el acto. Las blancas destruyen la coordinación de las piezas negras. Son malas 2 1 .Wa l .ixd4+ 22 .füd4 \Wxd4+ 23 .Wb l \We4+ 24.Wa l �f2, y 2 l .iic2 �c7+ 22.Wd2 \Wxd4+ 23 .We l (23 .id3 �c2+ ! ! ) 23 . . . \Wc3+ 24.iie2 \Wc2+ 25.�d2 (25 . © e3 ig5+) 25 . . . °§'e4+ 26. © f2 id4+ 27.Wg3 �c3+ (Kasparov). Sin embargo, en la partida las negras perdieron el equilibrio por una conjunción de elementos: apuros de tiempo y "cambio de escenario", y se equivo­ caron: 21...'1'xb5+ 22.©al �k7? Lo correcto es 22 . . .\Wc4 23 .\Wg4 �e7 ! , co­ mo confirma Kasparov. La textual les dio a las blancas la posi­ bilidad de salvar la partida, aunque la des­ perdiciaron. Pero esa es otra historia.

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Las blancas tienen un peligroso ataque por la torre sacrificada, pero las negras, por otra parte, disponen de un recurso salvador que ya conocemos: 23...i.g4!! 23 . . . © h8? pierde, debido a la respuesta 24.\Wxe5+ © g8 25 .\Wxe6+ © h8 26.Wi'e5+ © g8 27.�c3 . Después de la textual, la posición es mala para las blancas. 24.'1'xg4+ ©h8 25.�gS Las blancas tampoco salvan la partida con 25.llic3 e4 26.\Wg5 Wi'c7 27 .Wi'xd5 �ae8, con ventaja decisiva de las negras. 25...°§'d2 Las negras tienen ventaja material, además de la iniciativa, y pronto se impusieron. Ahora pasaremos al tema ajedrez aritmé­ tico, también basado en las leyes de geometría ajedrecística antes explicadas.

Ver diagrama siguiente Schlage - Ahues Berlín 1921 En este diagrama, los hechos de la posición son claros: para alcanzar al peón negro, las blancas necesitan cuatro jugadas. El rey negro también necesita cuatro jugadas para alcanzar

la casilla "b6", desde donde puede defender al peón. Las blancas podrán frenar a su oponente y cumplir su misión, si es su tumo de juego. Al ocupar "b7", las blancas impedirán que el rey negro (situado en "b5" o "c5") alcance "b6". Así que ¿qué pueden hacer las negras en esta posición? La respuesta es sencilla: si no pueden defender su peón directamente, deben asumir su pérdida (después de todo, ¡ no es una partida de peones la que se juega, sino de ajedrez ! ), y llevar su rey a "c7" o "c8", a fin de no permitir que el rey blanco salga de la columna "a". Así pues, ¿cómo debe expresarse todo esto en jugadas? (a algunos les parecerá innecesariamente detallado, pero es mejor ex­ plicarlo todo minuciosamente). Por ejemplo: l . © e7 © b3 2. © d7 © b4 3 . © c7 © c5 ! 4. © b7 © d6 5 . © xa7 © c7, y la partida es tablas. ¿Convencido? Sospecho que no. Ante la co­ rrecta idea defensiva de las negras, y el plan para neutralizarla, las blancas reaccionaron de forma primitiva y demasiado directa. Volva­ mos a intentarlo: l . © e7 © b3 2. © d7 © b4 3 . © c6! © c4 4. © b7 © c5 5 . © xa7, y el rey ne­ gro no consigue llegar a "c7".

fundido físicamente en el tablero. Sin embargo, ¡ eso no es todo ! Al extraer conclusiones de lo anterior, las negras des­ cubren la ruta correcta para su rey: b2-c3-d4c5-d6-c7 . Pregunta: ¿qué consigue el rey negro si­ guiendo esa ruta? Respuesta: el camino co­ rrecto se sigue en diagonal. Como ya se ha dicho, si se midiese en centímetros, la ruta diagonal es más larga que la recta, ¡ pero en el tablero ambas distancias se miden en el mis­ mo número de movimientos ! Sin embargo, si las blancas consiguen detectar la inteligente idea de su adversario y consideran sus opcio­ nes, entonces podrán descubrir la forma de mejorar sus posibilidades, a saber, siguiendo la correspondiente ruta en diagonal: f7-e6-d5c6-b7. Comprobémoslo: 1 .©e6 c;t/c3 2.©d5! El momento de la verdad. Cerrándole el pa­ so a su oponente, el rey blanco se asegura la victoria. En la partida, las blancas jugaron 2 . © d6?, y sólo pudieron hacer tablas tras 2 . . . © d4 ! 3 . © c6 © e5 ! 2 c;t/d3 Nada cambia con 2 . . . © b4. 3.©c6 ©d4 4.©b7 ©c5 5.c;t/xa7 La pérdida de un tiempo en su segunda ju­ gada sella el destino de las negras. ••.

Examinaremos ahora varios ejemplos que ponen de relieve útiles aspectos de la geo­ metría en ajedrez.

En esta línea, la precisa tercera jugada de las blancas cerró el paso al camino más corto del rey contrario. A su vez, el rey negro, en su tercera jugada quedó fuera del campo de ac­ ción (3 . . . © c4, en lugar de 3 . . . © c5). Entre­ tanto, el rey blanco no perdió ningún movi­ miento, y ése fue el aspecto crucial de la lu­ cha. En este ejemplo hemos visto cómo la geometría y la aritmética del ajedrez se han

LA GEOMETRÍA DEL TABLERO

Juegan blancas y hacen tablas

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N. Grigoriev Shajmatny Listok, 1 93 1 En este caso la situación de las blancas no es tan brillante como en el ejemplo anterior. La razón es que su rey se encuentra a una jugada más de distancia del peón de "c7" que el rey negro de "b5 " . Así, podría seguir la siguiente variante: l. 'tt>g 5 'tt>b2 2. ci>f6 'tt>b 3 3 . © e7 'tt>b4 4.'tt>d 7 'tt>b 5 5 .'tt>c 7 © a6.

Esta posición es muy conocida por la teoría de finales de peones, como una posición de zugzwang mutuo, es decir, que el bando al que le corresponda jugar, pierde. Las blancas sólo tienen un modo de evitar esa suerte. Concre­ tamente, deben entregar el peón, y mientras las negras avancen hacia su captura, su ob­ jetivo será ocupar la casilla "b4" tan pronto como las negras capturen el peón. Entonces se alcanzará una posición tal que el rey blanco tiene la oposición y, jugando las negras, es tablas. El plan salvador es claro. Sólo queda encontrar la forma de llevarlo a cabo. Éste es un momento importante: mientras las blancas permanezcan pasivas y a la defen­ siva en esta posición, tienen que entender lo que piensan hacer las negras y responder eligiendo la ruta que dificulte al máximo la realización de sus planes. Así que ¿qué piensan hacer las negras? Si hemos aprendido del ejemplo anterior, es evidente que las negras tratarán de conseguir dos objetivos en uno: llevar a cabo su propio plan a la vez que impiden el de su oponente. Los medios para conseguir esto ya deben ser-

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nos familiares: utilizando las útiles carac­ terísticas de la geometría ajedrecística, las ne­ gras deben avanzar en diagonal para obligar al rey enemigo a situarse en un lugar desfa­ vorable. Así, la tarea de las blancas es encon­ trar una forma de llegar al destino sin entrar en colisión con el rey negro, es decir, un re­ corrido inusual. En términos concretos, las jugadas son éstas: t.'tt>g3! @c2 2.@f2! Pero no 2. © f3?? 'tt>d3 , y las blancas ten­ drán que perder una jugada, que resultará un tiempo decisivo. Lo mismo habría sucedido de jugar el rey a "g4" (en lugar de "g3 ") en el pri­ mer movimiento. 2 ... @dJ 3.@el! @d4 4.@d2 @c5 5.@cJ @c6 Las negras juegan con astucia, tratando de situar en zugzwang a las blancas. 6.@c4! ¡Nada de eso ! 6... @xb6 7.@b4 El rey ha cumplido su misión. La partida es tablas. He aquí otro agradable y original ejemplo.

Juegan blancas y hacen tablas J.Moravec Ceskoslovensky Sach, 1 952 Parece que la lógica y la aritmética no siempre van de la mano, al menos en ajedrez. Está claro que el plan de ataque de las negras es más nítido que el plan defensivo de las blancas. Lo único que podría salvar a las blan­ cas es el contraataque sobre el peón de "c4".

Sin embargo, no es difícil ver que el rey blanco no puede salir de la columna "h", y mientras tanto el rey negro se aproxima al peón blanco por la columna "f'. A veces re­ sulta que el camino más corto se inicia ¡dando un paso atrás ! t.@h8! @r 6 2.@g8 @es 3.@n @d4 4.@e6 @d3 S.@dS Me gustaría llamar la atención del lector sobre el hecho de que haber perdido un tiem­ po, les dio a las blancas la oportunidad de lle­ var su rey por la diagonal "a2-g8" . El muy famoso estudio del diagrama si­ guiente, causó sensación cuando fue publica­ do por su carácter impactante y paradójico. No obstante, no debe resultamos muy difícil de entender.

Juegan blancas y hacen tablas R. Réti Kagans Neueste Schachnachrichten, 1 92 1 La tarea parece realmente paradójica. ¿Có­ mo podrían las blancas hacer tablas? Sin embargo, ahora que estamos familiari­ zados tanto con el principio de lograr dos ob­ jetivos, como con el gran secreto de la dia­ gonal, deberíamos poder descubrir la solu­ ción, cuya clave es que el rey blanco persigue al peón enemigo, a la vez que trata de apoyar al propio. l.�g7! h4 2.@f6! @b6 O bien 2 . . . h3 3 .'itie7 h2 4.c7. 3.mes! h3 4.@d6 h2 s.c7 Tablas.

LA GEOMETRÍA DEL TABLERO

Ahora examinaremos algunos ejemplos más complicados, cuyo fundamento es ex­ plotar las peculiaridades geométricas del aje­ drez.

Juegan blancas y ganan O. Duras Narodni Listy, 1 905 Este estudio tiene una considerable impor­ tancia para la teoría y práctica de los finales de peones. t. mes! Cumple dos funciones. En primer lugar, impide que el rey negro pueda acercarse al peón blanco y, al mismo tiempo, se ocupa del peón pasado enemigo. De nuevo se trata de una jugada "diagonal", pero parece que es por pura coincidencia, ya que si el rey se en­ contrase en "b5 ", la jugada elegida por las blancas no hubiera sido diferente. Como regla general, el principio del movimiento diagonal, formulado y desvelado por nosotros (no pre­ tendo ser el primero en haber descubierto este principio, pero nunca me he encontrado con una clara fonnulación del mismo, tan valioso para la práctica ajedrecística). no deberá to­ marse como dogma, ya que todo depende de la específica disposición de piezas y peones. En resumen, este principio a menudo resulta ser correcto, pero con mayor frecuencia aún nos ayuda a encontrar la solución correcta. En otras palabras, nos orienta en la dirección apropiada. Esto es característico de todos los sistemas de pensamiento. l ...gS

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Las blancas ganan, de modo instructivo, en caso de l . . .Wg6 2 .b4 Wfl 3 .b5 We7 4.Wc6 ! Wd8 5 .Wb7 g5 6.Wa7 g4 7.b6 g3 8.b7. 2.b4 g4 3.Wd4 h7 23.h4! a6 24.°ffe2! Queda establecida así una importante línea de comunicación entre las piezas blancas, a saber: la columna "e". 24... gd8! 25.ge7! Naturalmente, las blancas no deben cam­ biar torres. La casilla "e5" es útil a efectos de ataque, pero antes que nada las blancas deben decidir qué fila será más beneficiosa como medio de invasión. Alekhine pensaba que la mejor era la octava fila, lo que explica su apa­ rentemente inocua, pero importante jugada 25.

Si las negras tuviesen a su rey en algún lugar del flanco de dama . . . Pero al no ser así, no albergan la menor esperanza. 41.ga6 a4 42.ga7 Es útil cortar al rey enemigo. 42 a3 43.g4 ©f8 44.gS i>g8 45.Wg3 gal 46.'it>g4! ggl+ 47.©rs gg2 48.f4 a2 49.©f6 Las negras se rindieron. •.•

He aquí otro bonito ejemplo sobre el mis­ mo tema:

25.. J�d7 26J:ie5 g6 La posición negra se vendría abajo en caso de 26 . . .W/g6 27.hS W!b l + 28.\t>g2 Wfxa2 29.W/c2+ g6 30.W/c8. 27.hS fif6 Ahora la dama blanca se reactiva y la de­ fensa de las negras se vuelve muy dificil. 28.fie3!? gd6 29.fib3 gb6 30.hxg6+ fixg6 31 .fixdS gxb2 32.gfs gbs? Las blancas han conseguido no poco, y las negras, descorazonadas por el giro de los acontecimientos, cometen un error. Pero hay que decir que eso sólo precipita lo inevitable, ya que después de 32 . . . \t>g8 3 8.fü4, su posi­ ción sería muy dificil.

33.gxf7+! \t>g8 34.gf6+ gxdS 3S.gxg6+ i>h7 36.gb6 Está claro que no es posible salvar este fi­ nal. 36 ... gxd4 37.gxb7+ Wg8 38.gb6 ga4 39.gxh6 gxa2 40.Wg2 aS

LAS PIEZAS MAYORES

Geller - Liebert Kapfenberg 1970 Campeonato de Europa por equipos Parece que a pesar de la considerable ven­ taja posicional de las blancas, las negras han organizado una sólida defensa, y que sigue ha­ biendo mucho juego por delante. Sin embar­ go, un destacado maestro como Geller sólo necesita dos jugadas para demostrar que eso es pura ilusión. 43.fib2! Wh7 44.g4f5!! gxfS No hay alternativa. En caso de 44 . . .i.b7, sigue 45.l:!xh5+ ! gxh5 46.Wfd2 \t>g8 47.É!g6+ \t>f8 48.Wfh6+. La clave de la posición radica en el hecho de que las piezas mayores blancas son muy activas, mientras que las debilidades negras son más que suficientes. 45.gh6+! Wxh6 46.fih8+ Wg6 47.exfS+ Las negras se rindieron. Ahora invito al lector a detenemos en una partida clásica de uno de los matches por la corona mundial menos conocidos.

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Schlechter - Lasker Viena 1910 Campeonato Mundial (5) 1.e4 eS 2.� f3 �c6 3.ibS � f6 4.0-0 d6 5.d4 .id7 6.� c3 .ie7 7.igS 0-0 S.dxeS � xeS 9.ixd7 � fxd7 1 0.ixe7 � xf3+ 1 1.Wxf3 Wxe7 12.�dS WdS 13J�adl Sin entrar en detalles de la fase de apertura, sólo señ.alaremos que las blancas se han asegurado una modesta ventaja de espacio, que podrían tratar de conservar con 1 3 .Wc3 ! ? (Schlechter), o bien con 1 3 .!!fe l , seguido de !!e2 y !!ae l (Tarrasch). 13.. J�eS 14J�fel �b6 15.Wc3 � xdS 16Jhd5 La otra forma de retomar, 1 6.exd5 , también es interesante. A partir de este momento, deberíamos pres­ tar atención al juego decidido y sistemático de Enmanuel Lasker, a diferencia del juego algo incoherente de su adversario. 1 6..J�e6 1 7.gd3 We7 1 S.gg3 gg6 1 9.gee3 ges 20.h3

20... fS! Lasker ya había previsto la inminente for­ mación de peones en el flanco de dama, y acerca el rey hacia la que será la base de la nueva cadena de peones, es decir, el peón de "b7" y, luego, el de "d6". Aunque, según Capablanca, la posición está ahora igualada, pronto se inclinará a favor de las negras, pues jugar sin un plan siempre es tentar a la suerte. 21.gxg6 hxg6 22.Wb4 c6! Como ya se ha dicho, las negras juegan con un claro plan in mente. Disponen la cadena de 28

peones, en el flanco de dama, de forma tal que sólo haya una base, a saber, el peón de "b7". Por otra parte, esta formación d e peones tam­ bién será móvil. 23.Wa3 a6 24.Wb3 gdS 25.c4?! Las jugadas poco orgánicas de la dama blanca sólo han ayudado a las negras a dis­ poner cómodamente sus efectivos. La jugada anterior del blanco, aunque activa de aparien­ cia, no está respaldada por actividad de piezas, y únicamente sirve para debilitar su propia posición y permitir que las negras activen sus piezas. 25 ... gd7 26.Wdl Wes 27.Wg4 eS 2S.We2 dS 29.Wd2 c7 30.a3 ge7 31.b4

31...bS! Todas las piezas negras están magnífica­ mente situadas, así que ha llegado el momento de iniciar la ofensiva. 32.cxbS Nada cambia con 32.Wd3 We6, ni con 32 .Wc2 Wd4. 32 ... axbS 33.g3 gS! Una importante jugada de peón, que reduce considerablemente las posibilidades blancas de contrajuego en el flanco de rey. 34.g2 ges 35.Wdl f6 36.Wb3 We6 37.Wdl Según Schlechter, después de 37 .Wxe6 !!xe6, las negras tienen una ligera ventaja. Si creemos en su evaluación, entonces es necesa­ rio cambiar damas. Sin embargo, en tal caso, las blancas deberían afrontar un largo y dificil final. Así que conservando damas, han toma­ do la decisión práctica correcta, puesto que mantendrán posibilidades de contrajuego.

37, .. ghs 38.g4 'f!Yc4 39.a4 'f!Yxb4 Según Capablanca, 39 . . . bxa4 40.'!Wxa4 i''fü 8, para seguir luego con 4 1 . . .gxb4, 42 . . . gb l + y 43 . . . Wfl , ganando, es más preciso. No obstan­ te, Lasker consigue alcanzar una posición similar un poco más adelante. 40.axbS 'f!YxbS 41.gb3 'f!Ya6 42.'f!Yd4 ges 43.gbl ges! 44.'f!Yb4 'f!YbS 44 . J:!b5 es malo, debido a 45 .'!Wc4, ata­ cando "f7" (Schlechter). 4S.'f!Yel 'f!Yd3 46.gb4 .

46...cS?! Al efectuar esta tentadora jugada, Lasker se complica considerablemente la tarea, pese al hecho de que acerca un peón pasado a su casi­ lla de coronación, forzando incluso la ganan­ cia de un segundo peón con jaque. El inconveniente de este avance es que de­ bilita las defensas del rey negro, en una posi­ ción en la que sólo quedan piezas mayores, arruinando así su espléndido trabajo preceden­ te. Ahora resultará dificil ganar la posición. Con 46 . . . gb5 ! 47.ga4 'itid7, las negras tenían mejores opciones de conservar la ventaj a. 47.ga4 c4 48.'f!Yal 'f!Yxe4+ 49.c;t>h2 gbs SO.'f!Ya2! No, desde luego, 50.ga7+ 'itib8 5 l .gxg7 '!We5+ (Tarrasch). SO...'f!YeS+ st.c;t>gt 'Bel+ S2.'itih2 dS S3.ga8! 'Bb4! Las negras siempre pueden forzar las ta­ blas, pero con dos peones de ventaja, siguen jugando a ganar, pese a haberse extraviado en el camino hacia la victoria.

LAS PIEZAS MAYORES

S4.c;t>g2 'Bes? Las negras cometen un trágico error, en graves apuros de tiempo. Como señaló Sch­ lechter, la mejor jugada es 54 . . . gb7 ! , y des­ pués de 55 .'!Wa6 '!We l !?, el juego es confuso, aunque las negras disponen de mejores posi­ bilidades. Tras la siguiente jugada, las negras no tienen defensa. SS.'f!Ya6!

ss... gbs Otra posible variante es: 55 . . . i'!b7 56.'!We6 ! i'!b8 5 7.'!Wf7+ 'itic8 5 8.'!We8+. Las blancas tam­ bién ganan tras la sugerencia de Lasker, 55 . . . c3 56.i'!a7+ ! 'itib8 57.gxg7 c2 58 .gg8+! 'itic7, y deciden ahora con una maravillosa y "temática" (véase más adelante) maniobra de dama: 59.'!We6 ! ! 'itib7 (o 59 . . . c l '!W 60.gg7+ 'itib8 6 l .'!We8+) 60.gg7+ '!Wc7 6 l .füc7+ 'itixc7 62.'!Wf7+ 'itib8 63 .'!Wg8+ 'itia7 64.'!Wh7+. S6.ga7+ c;t>ds S7.gxg7 'ffb 6 S8.'f!Ya3 'itic8 O bien 58 . . .Wb4 59.'!Wa7 ! Lasker se rindió, ante la línea 59.'!Wf8+ '!Wd8 60.'!Wc5+. Lasker jugó brillantemente esta partida, y en muchos aspectos puede considerarse la me­ jor suya del match. Superó por completo a Schlechter en el medio juego de piezas mayo­ res, pero dos errores (jugadas 46 y 54) arrui­ naron su posición. Ciertamente, en esta parti­ da la casilla "c5" resultó especialmente crucial para él ( ¡ y para casi toda la historia del aje­ drez! ) . L a presencia d e u n peón pasado también es un factor importante en posiciones con piezas

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mayores sobre el tablero, en especial si puede combinarse con juego contra el rey enemigo.

Smyslov O. Rodríguez Cienfuegos 1973 Memorial Capablanca -

ventaja en un punto en la tabla de clasifica­ ción: ¡ es el momento "de la verdad" ! Las blan­ cas tienen que decidir cómo responderán al j aque, un problema típico en estas posiciones.

1.�0 � f6 2.g3 g6 3.b3 .ig7 4..ib2 0-0 S..ig2 cS 6.c4 �c6 7.0-0 d6 8.d4 cxd4 9.� xd4 .id7 1 0.�c3 � xd4?! Una imprecisión. Las negras tendrán difi­ cultades para igualar. Parece mejor I O . . . W/a5 ! ? l 1.fixd4 .ic6 12.�dS! Las blancas están dispuestas, para preservar su alfil, a cambiar un par de piezas menores. 12... �eS 13.Wi'd2 .ixb2 14.fixb2

Smyslov intercepta el jaque con el peón, de forma que en la siguiente batalla táctica, las negras no logren contrajuego sobre la primera fila. Una idea normal, pero en esta posición tiene un valor específico. Cuantos más medios especializados tenga un jugador para conducir la partida, tanto más acertado estará a la hora de tomar la decisión correcta. 24.0!? gxd6 25.fixd6 bxc4 26.bxc4 I'k8

14...e6? Un error, pues ahora las negras tendrán problemas para defender su peón de "d6". Parece aceptable, en cambio, la variante que sigue, característica en este tipo de posición: 1 4 . . . �c8 ! ? 1 5 .�ad l i.xd5 1 6.i.xd5 b6 l 7.h4 tt'lf6 1 8 .i.f3 �c5, aunque también en este caso las blancas tendrían opciones algo mejores. 15.�c3 ixg2 1 6.mxg2 � f6 1 7J:ladl fie7 18Jld3 gfd8 1 9,gfdl a6 20.fid2 � e8 21.�e4 bS 22.� xd6 � xd6 23,gxd6 fib7+ Las blancas han ganado un peón y logrado el control de la única columna abierta, pero sigue habiendo problemas para materializar su ventaja. Algo que no es, en modo alguno, evi­ dente. Por esta razón, los comentaristas que repiten la famosa frase: "y el resto es cuestión de técnica", le hacen un flaco servicio al lec­ tor. Porque esta parte técnica es la fase de la partida en que vemos la transformación de una 30

La estructura de peones y el balance ma­ terial se estabilizarán ahora durante un tiempo. La posición ha tomado forma, y ha llegado la hora de elaborar un plan de acción. Las blan­ cas proceden de la forma más efectiva en la posición: combinar el avance del peón pasado con amenazas contra el rey. Como casi todas las casillas centrales están en poder de las blancas, su tarea es perfectamente realizable.

27.'9e5! '9b4 28.c5 '9a5 29.gd7! '9xa2 Las negras no pueden tomar el peón, ya que a 29 . . . E:xc5? sigue 30.'!Wf6, de modo que el peón pasado se convierte en dama. Una idea característica en este tipo de posición. 30.c6 '9a4 31.'9f6 gf8 32.'i'c3! es Como demostró Smyslov, 32 . . . E:c8 no sir­ ve, debido a 33 .E:d4 ! \Wb5 34.c7 ! '!Wxe2+ 35.@h3 '!Wfl + 36.@h4, y el rey escapa.

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33.gds Las negras se rindieron, debido a 33 . . . E:c8 34.c7 \We8 3 5 .\Wd2 y 3 3 . . . e4 34.c? exf3+ 35 .exf3 '!Wa2+ 36.E:d2 '!We6 37.\Wc5 ! E:e8 38.l:!d8 '!We2+ 39.@h3 '!Wfl + 40.@h4.

Ejercicios (soluciones en página 1 45) Juegan las negras A continuación una serie de posiciones para poner a prueba su habilidad. 21

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3 El peón central aislado Las posiciones con un peón central aislado se producen en las más diversas aperturas, de modo que la cuestión de jugar con el peón o contra él es del todo pertinente y requiere un minucioso estudio. En primer lugar, plantea la duda de qué beneficio puede lograrse de la presencia de un peón que no puede ser defen­ dido por otro peón y que, por tanto, debe ser defendido con piezas. En segundo lugar, si el peón aislado se con­ sidera a la vez una debilidad y una ventaja (pues de no ser así, ¿por qué habríamos de permitir la creación de un peón de esa clase así?), entonces ¿cuáles son las perspectivas que ofrece para nuestro oponente? Para lograr una mejor comprensión de es­ tos temas y de otras cuestiones relativas a este tipo de posiciones, echaremos un vistazo a una situación típica con peón central aislado, que se produce con frecuencia en el Gambito de Dama Aceptado:

Las ventaj as de la pos1c1on negra son evi­ dentes: se basan en la relativa debilidad del peón blanco de "d4". Los aspectos positivos de la posición blanca requieren, sin embargo, una descripción más amplia. Por sorprendente

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que pueda parecer, las perspectivas de la po­ sición blanca se basan también en el peón de "d4". En concreto, gracias a este peón las blancas tienen ventaja de espacio, lo que hace que sus piezas sean más activas que las ne­ gras. El puesto avanzado de "e5" (y, en oca­ siones, la casilla "c5") casi siempre desempe­ ña un importante papel en el juego ulterior. Por otro lado, en condiciones favorables, las blancas proyectan avanzar su peón centr�l, abriendo líneas, lo que puede resultar desagra­ dable para las negras. En otras palabras, am­ bos bandos tienen sus cartas, y todo depende de cómo jueguen las respectivas bazas. Para trazar un plan de acción apropiado, debemos tener un cuadro claro de los princi­ pios fundamentales y métodos de juego en es­ te tipo de posición. Conviene, pues, que nos familiaricemos con ejemplos tomados de la práctica de algu­ nos maestros eminentes. Algunos principios de juego contra el peón central aislado ya han sido examinados en mi libro Chess recipes from a Grandmaster 's Kitchen (Recetas de ajedrez de la cocina del Gran Maestro). En consecuencia, en este capítulo dedicaremos nuestra atención a ejem­ plos de juego eficiente desde el otro lado del tablero. Como ya he mencionado, la principal ven­ taja de contar con un peón "d" aislado (pues normalmente es en la columna "d" donde suele encontrarse, en la mayoría de los casos, el peón central aislado) es que domina espa­ cio, lo que a su vez contribuye a la movi­ lización de las propias fuerzas, en todo tipo de posiciones, sobre todo de las piezas menores. Esto puede aplicarse también a las piezas ma­ yores, en especial cuando se ha abierto la po­ sición.

Smyslov - Padevsky Moscú 1963, Memorial Alekhine 1.c4 � f6 2.�c3 e6 3.�f3 d5 4.d4 c5 5.cxd5 l!lxd5 6.e3 l!lc6 7..id3 i.e7 8.0-0 cxd4 9.exd4 0-0 t o.gel Smyslov siempre estaba dispuesto a jugar esta variante con blancas. 10.. ..if6 l l ..ie4 l!l ce7 12.l!leS Es más popular l 2 .Wi'd3 . 12...g6 Esta jugada no es la más precisa. Se ven con mayor frecuencia 1 2 . . . ll'i c6 y 1 2 . . .id7. 13..ih6 ig7 14.Yfd2 l!l f6 15,gadl l!l xe4 16,gxe4

16... l!l fS? El primer error de la partida les crea inme­ diatamente problemas a las negras. Esto suce­ de a menudo en posiciones con amplio núme­ ro de piezas desarrolladas, que aún tienen que entrar en contacto. Este contacto de piezas puede ser muy intenso, y un error puede ser costoso. La clave es que las negras: a) han efectuado una jugada con una pieza ya desarrollada, y están descuidando el desa­ rrollo de su flanco de dama; b) cometen un grave error, por cuanto de­ bilitan la casilla delantera del peón central ais­ lado. Era virtualmente forzado 1 6 . . . b6, cuando el juego podría seguir así : l 7.:gh4 ll'i f5 l 8 .ixg7 \t>xg7 1 9.:gh3 ib7, como en la partida Li­ berzon - Podgaets, Campeonato de la URSS (Alma Ata) 1 968-69. 17..ixg7 \t>xg7

El peón avanza ahora, el juego se abre y la ventaja blanca en desarrollo y espacio repor­ tará sus dividendos.

18.dS! Las negras tienen ahora una dificil elec­ ción. La jugada l 8 . . . Wi'd6 le quita al caballo su "legítima" casilla de retirada y hace posible una amenaza a su pieza más prometedora. Después de 1 9.g4 ! ? ll'ih4 20.Wi'g5 ! ? Wi'd8 (20 . . . f6 2 1 .Wi'xh4 fxe5 22 .Wi'g5 , ó 20 . . . fS 2 1 .:ge2) 2 1 .Wi'e3 exd5 22 .:gxdS Vffc 7 23 .Wi'g3 f5 24.:gc4 Vff e7 25.:gxc8, las blancas ganan. Es muy posible que la mejor continuación para las negras sea 1 8 . . . f6 ! ? 1 9.ll'ic4 :ge8 ! ? (es peor 1 9 . . . eS 20.f4 ! , con una fuerte iniciativa) 20.d6 id7, aunque también aquí las blancas tienen clara ventaja con 2 1 .ll'ie3. Desanimado por estos problemas, Padevsky no reacciona del mejor modo posible. Bien se le escapó la jugada 20 de las blancas, bien no supo evaluar sus consecuencias. 18...exdS?! 19.l!l xdS ie6 20.Yfc3! ixd5 Está claro que las negras se encuentran en graves apuros. Tanto 20 . . . f6 2 l .ll'ixg6 ! ixd5 22.ll'ixf8 \t>xf8 (22 . . . :gcs 23.ll'ie6+) 23 .Wi'c5+, como 20 . . . \t>g8 2 1 .ll'ig4 :ges 22.ttldf6+ \t>h8 23.:gxd8 :gfxd8 24.W/e 1 , son líneas perdedoras para Padevsky. 21.l!ld7+ \t>g8 2 1 . . .f6 es malo, debido a 22.ll'ixf8 \t>xf8 23 .g4 ! ixe4 (23 . . . :gcs 24.:gxdS , o bien 23 . . . ll'i e7 24.Wi'xf6+, etc.) 24.:gxd8+ füd8 25 .Wi'xf6+ \t>e8 26.Wi'e6+. 22,gxdS!

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Eludiendo trampas como 22.tLl f6+? Wxf6 o la aún más venenosa 22.tLlxf8? ! �c8 ! 23 .'1Wd2 '1Wd6 ! 22.. Jk8 23.ti'd2 �g7 24.h3! Privando a las negras de su última espe­ ranza: 24.tLlxf8?? Wxd5 25 .W/xd5 �e l +. La textual es correcta, porque el rey blanco necesita una casilla de escape. Ahora, si 24 . . . �e8, las blancas ganan con 25 .�xe8 Wxe8 26.g4 ! Por ejemplo: 26 . . . tLih4 27.'1Wd4+ 'it>h6 28.g5+ 'it>h5 29.W/g4 mate. 24... ggs

27,gxf7+! Un elegante golpe decisivo. Aunque tam­ bién es suficiente para ganar 27.�dd4, la tex­ tual no sólo es efectiva, sino que es más apremiante. 27... 'it>xt7 28.c!iJeS+ hl! Al analizar 45.e6, las blancas tuvieron que haber visto esta posición y previsto este movi­ miento. Aunque sólo hace dos jugadas de eso, encontrar una jugada así en el fragor de la batalla siempre resulta dificil. Aún es más di­ ficil llegar a la conclusión de que, con el ma­ terial igualado y correspondiéndoles mover, las negras no pueden salvarse. 47..J�hS 47 . . . @d8 48.gas+ ic8 49.ia6 y 47 . . . ©e6 48.f5+ @e7 49.b5 también son líneas perde­ doras para las negras. 48.b5! No 48 ..ie2? !!h4 49.b5 !!xf4, con tablas. 48..Jhc5 49..ixh3 f5 50.bxc6 �hc6 5 1..ixfS gd6

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52.�g3 ! Un magnífico golpe concluyente. Descubrir una jugada así en una posición dada no pre­ senta ninguna dificultad, pero divisarla al final de un largo análisis, con múltiples ramifica­ ciones, ¡ es algo muy diferente ! 52 ... ©e8 53Jhd7 É!xd7 54.i.xd7+ �xd7 ss.©g4 ci>e6 56.ci>gs n 57.rs Las negras se rindieron. ¡ Una auténtica obra maestra de precisión y elegancia! Si el peón pasado puede ser tan peligroso en el medio juego, también debería haber me­ dios para combatirlo. Veamos cómo puede ha­ cerse.

Bondarevsky - Smyslov Campeonato de Moscú 1946 Con su última jugada ( 1 2 . . . f5), las negras querían resolver la situación en el centro, dándoles a las blancas la elección entre cam­ biar peones y abrir el juego (con la pareja de alfiles del lado negro), o bien avanzar el peón, con lo que la posición adquiere un carácter más cerrado, algo a menudo útil al enfrentarse a los dos alfiles. Por otro lado, el peón "e" blanco se convertiría en un peón pasado bien protegido. Parece que todo hace inclinar la ba­ lanza a favor de la segunda opción. Las blan­ cas, por tanto, jugaron . . . 13.e5? . . . que resultó ser incorrecta .. Como señaló Smyslov, después de 1 3 .i.g5 ! (dos alfiles son dos alfiles después de todo, y es ventajoso

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cambiar uno de ellos), surge una posición más o menos igualada: 1 3 . . . i.xg5 1 4 .tt:lxg5 h6 1 5 .b4 ! ? tt:lxe4 1 6.tt:'lgxe4 fxe4 l 7.tt:'lxe4 i.f5 . N o obstante, ¿por qué e s mala l a jugada de la partida? Es mala porque le da al juego un carácter bloqueado. Bondarevsky no podía apreciar el hecho de que el bloqueo no surte prácticamente efecto sobre la actividad de las piezas negras, como pronto veremos. Por el contrario, esta jugada constituye un duro gol­ pe para las propias piezas blancas, algo que en breve no ofrecerá la menor duda. De particular importancia para nuestro te­ ma, y desde luego para la posición en sí, es que después de que el caballo negro llegue a "e6", el peón blanco ya no podrá seguir avan­ zando. Es decir, que no poseerá las propie­ dades que conceden valor especial a un peón pasado en el medio juego (véanse ejemplos anteriores). Además, en su situación actual, les impide a sus propias piezas utilizar la im­ portante casilla "e5 ", cierra la diagonal "h2b8" y también cierra el paso sobre la columna "e" a su torre. Las blancas pronto querrán que sus piezas recobren su anterior actividad, in­ cluso entregando su orgulloso peón pasado de cualquier forma. ¡ La cuestión es si las negras estarán de acuerdo ! ¡ Pero no lo están en absoluto ! Al haber lo­ grado una posición tan fantástica, el caballo negro resulta una pieza especialmente valiosa. El tema ha sido cubierto en profundidad por muchos autores, empezando por Nimzovich. 13 ...tt:'le6 14.i.d2 g5! Smyslov lo interpreta todo a la perfección, y nos demuestra que el caballo de "e6" es la principal baza de las negras, lo que significa que debe preservarse del cambio a toda costa. Con su última jugada, Smyslov quita a las blancas la casilla "f4", y en la siguiente hará lo propio con "d4". 1 5.tt:'le2 c5! 16.Ac3 b5 17.b3 i.b7 18.tlig3 g4 1 9.tlid2 Ae7 20.tlihs n 21 .tlin ci>g6 22.tlif6 É!ad8 23.É!adl

Ver diagrama siguiente La posición se ha vuelto clara. Las piezas menores negras ocupan posiciones cómodas,

mientras que las piezas blancas están des­ conectadas y restringidas de movimientos. Y a hemos explicado, con cierto detalle, las razo­ nes para que así sea. Sus torres son lo único que, de algún modo, puede compensar la debilidad de su posición, de modo que es, por tanto, beneficioso para las negras cambiarlas, sobre todo porque su rey es mucho más activo que el contrario.

29 . .. �xc2 30.ti:Jc3 c6, pero la jugada textual es mucho más fuerte, pues las blancas perderán al menos dos peones. El resto es simple y ló­ gico. 30.f3 .ixc2 3 1 .lüf2 gxf3 32.gxf3 Abl 33.llle4 .ixa2 34.llld2 a5 35.@f2 lüd4 36..ixd4 cxd4 37.@e2 @xf6 38.@d3 ©es 39.©c2 O bien 39 .ti:Jc4+ ©d5 40.ti:Jxa5 �b l +. 39 ... a4 40.bxa4 c5 41 .aS c4 42.a6 d3+ Las blancas se rindieron. De modo que bloquear un peón pasado pa­ rece un arma efectiva, pero como solía decirse en mi Odesa nativa, " ¡ cada olla debe tener su propia tapa! " . La siguiente partida, disputada precisamente por el jugador más famoso de Odesa, nos ofrece un excelente ejemplo de esta incontrovertible teoría.

23 ..Jhdl ! 24Jhdl gds 25.gxdS .ixd8 26.lüe3?! Las blancas omiten una sencilla amenaza. Es mej or 26.�b2 ! ? de inmediato. 26... f4 ! 27.llld l Las blancas no pueden hacer: 27.lll exg4? h5 . Ha llegado el momento de presionar, y Smyslov elimina la última pieza activa de su oponente. 27 ... .ixf6! 28.exf6 .ie4 29.Ab2

29... b4! También es perfectamente posible mover

EL PEÓN PASADO CENTRAL

Geller Lipnitsky Moscú 1951 Campeonato de la URSS -

Las blancas han conseguido una clara ven­ taja de apertura y ahora deben progresar. Lo primero y más importante a tener en cuenta es el caballo negro, que a primera vista parece seguro, pero que en realidad ocupa una posi­ ción muy incómoda, como pronto veremos. Las debilidades de las casillas negras en el flanco de rey también son importantes, pues Lipnitsky no tiene alfil de ese color. Más ade­ lante examinaremos posiciones similares. 1 7.lüdS °§'d6 18.gb l ! .ixd5 Prácticamente forzado. Si, por ejemplo, 1 8 . . . h6 1 9.�c2 �a6?, entonces las blancas

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tienen 20.tllx b6+, gracias a su jugada 1 8 . Las negras proceden ahora a bloquear el peón pasado, pero se diría que eso no es todo. En primer lugar, los alfiles blancos y las pie­ zas mayores pueden emplearse en un ataque al rey negro, y en segundo lugar, como pronto resultará claro, las negras no pueden bloquear de modo satisfactorio el peón negro. 19.cxd5 lL!b8 20.a4 �c7 2 1 .i.d2 lLib7

Naturalmente, si las negras pudiesen inter­ cambiar dama y caballo, es decir, trasladar éste a la casilla de bloqueo en "d6", sus posi­ bilidades mejorarían de forma considerable. Sin embargo, las blancas no lo permitirán, e irán incrementando continuamente las amena­ zas. 22.gb2 ! V!/e7 23.gdbl gd6 Aquí tenemos la primera consecuencia del correcto plan antibloqueo de las blancas, pues­ to que 23 . . . tlld6 24.a5 es malo para las negras. La torre no es mej or que la dama en el papel de bloqueador. 24.i.eJ a5 Forzado. De otro modo, sigue 25 .a5 tllx a5 26.i.xc5 bxc5 27.gb5. Amenaza tras amena­ za, las blancas estruj an la posición rival hasta alcanzar la máxima tensión. 25.i.a6 lL!d7

a) 26 . . . gb8 es malo, por 27.i.xb7 gxb7 28 ..ixc5 lL!xc5 29.\!!l!x c5+ bxc5 30.gxb7+ c.t>d8 3 l .gb8+. b) 26 . . . \!!l!h4 27 ..ixb7 c.t>xb7 28.gb5 dej a a las negras en situación critica. c) 26 . . . gc8 27.gb5 ga8 2 8.i.xb7 c.t>xb7 29 . .ixc5, y las blancas tienen una posición ga­ nadora.

La audaz tentativa de ganar mediante ata­ que directo podía haberles complicado la tarea a las blancas. 26 � d8 27.V!/c4 La dama ha desviado al caballo y ahora ocupa una posición desde la que puede atacar el peón clave de "c5 " . 27 f5 28.gbS?! Coherente, pero impreciso. Eran mej ores 28.f3 y 28.f4, que aseguran a las blancas una posición abrumadora. 28 V!/f6 .•.

•.•

.•.

Ver diagrama siguiente 26.V!lbS?! Lamentablemente, esta decisión no es la más afortunada. Hubiera sido mucho más sencillo 26.\!!l!c 4, con las siguientes variantes:

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29.f4!

Esta jugada responde al principio de que abrir la posición favorece al par de alfiles, y también a desplegar la iniciativa con la aper­ tura de un "segundo frente" . 29 ... ges? Ya hemos visto antes este fenómeno. Bajo la creciente presión del oponente, la posibi­ lidad de cometer errores se incrementa de for­ ma drástica. Ahora, todo el juego precedente de las blancas queda justificado. Ya he men­ cionado, en más de una ocasión, que en las partidas de los grandes jugadores hasta los errores son instructivos. Tal es el caso siem­ pre y cuando las ideas subyacentes sean se­ rias, pues incluso si son incorrectas, como en esta posición, pueden ser enteramente acep­ tables en otra. Ofrecía más resistencia 29 . . . lt:lf7!, que obli­ garía a las blancas a llamar a retirada y redis­ poner sus torres hacia el centro, comenzando por 30.�5b2. Aun en este caso, la gran ventaja blanca sólo se reduciría ligeramente, pero el juego sigue. 30..ixc5! bxc5 3 1 .gxc5+ c!üxc5 32.W/xc5+ �d7 33.Y:Ya7+ Las negras se rindieron.

esta partida no se conocían las razones, y todo un sobresaliente experto en aperturas como Nunn había seguido el último grito de la mo­ da.

1 7.d6 e5 1 8.c!üe2 i.f8 1 9.d7 i.xa3

Naturalmente, no podemos dejar de exami­ nar al menos un buen ejemplo de peón central pasado en el final.

Kramnik - Nunn Olimpiada de Manila 1992 1.d4 c!üf6 2.c4 g6 3.c!LJc3 i.g7 4.e4 d6 5.0 0-0 6..ie3 c5!? 7.dxc5 dxc5 8.i:Yxd8 gxd8 9..ixc5 c!üc6 IO..ia3 a5 1 1 .gdl i.e6 1 2.c!üd5 i.xd5 13.cxd5 c!üb4 1 4..ib5 c!üc2+ 1 5.�f2! c!üxa3 1 6.bxa3

Ver diagrama siguiente 16 ... e6? Los jugadores han desarrollado lo que hoy es una popular variante de la Defensa India de Rey. Como consecuencia de esta partida, la última jugada negra se consideró inadecuada, recomendándose en su lugar l 6 . . . !'iac8 como la mejor posible. Sin embargo, cuando se jugó

EL PEÓN PASADO CENTRAL

20.g4! Esta jugada constituyó entonces una nove­ dad. Sin embargo, no era una novedad que mejorase una variante forzada concreta, sino más bien una que, al mismo tiempo, planteaba una continuación nueva. Cambió de modo sig­ nificativo la evaluación del plan de acción en una posición bien conocida, que hasta ese mo­ mento estaba considerada plenamente satis­ factoria para las negras. Todo el juego de las blancas se basa ahora en apoyar a su peón pa­ sado con el mayor número de piezas posible. 20 ... h6 21 .h4 a4 !? Nunn encuentra la forma de incorporar sus piezas al juego. De este modo habilita la casi­ lla "a5 " para su torre, y se dispone a reciclar

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su alfil, pero lamentablemente el peón pasado blanco es demasiado fuerte. 22J�d3 ! Las negras tienen contrajuego después de 22.g5 :5a5 ! ? La precisa jugada textual reduce ese contrajuego. 22 .. .i.b2! 23.g5 ! Como demostró Kramnik, las blancas de­ ben actuar rápidamente, aunque eso suponga cierto grado de riesgo. Después de 23J'fül a3 24.:!'!bd l :Ba5 , las blancas no podrán desplegar la iniciativa. 23 ... hxgS La línea 23 . . . :!'!a5 24.gxf6 füb5 25 .ghd l ! :!'!b6 26.:!'!d6 es favorable a las blancas. 24.hxg5 tlih7

25.f4! Esta jugada fue planeada de antemano. Sin el avance g5 no da resultado. 25 .. J'�a5? Las negras no pueden soportar la presión. Tenían que jugar 25 . . . exf4 26.:!'!d5 f6 27 .ll:ixf4 ll:ixg5 28 .©e3 ©g7 29.:!'!g l . Por el peón sa­ crificado, las blancas presionan sobre todas las líneas abiertas y las negras no tendrán la vida fácil, pero no hay una clara alternativa. 26.gd5 f6?!

Ver diagrama siguiente Después de 26 . . . ll:if8, la respuesta 27.f5 gana, mientras que a 26 . . . exf4, las blancas contestan sencillamente 27.ll:ixf4, y tenemos una posi­ ción en la que la torre negra está en "a5 " , en lugar de haber un peón en "f6".

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No obstante, esta línea habría ofrecido ma­ yor resistencia. 27.gxh7! La belleza de este golpe evidente es que to­ do es forzado desde este momento hasta el fin de la partida. 27 ... �xh7 28.gxf6 exf4 29.e5 ©h6 Las blancas ganan también en caso de ha­ cerse 29 . . . .ixe5 30.:!'!xe5 :5xd7, debido a la simple 3 l .l'!e7+. 30.tlixf4 .ixe5 3 1 .gxe5 lhd7 Si se realiza la desesperada 3 l . . . l'!xb5, se­ guiría sencillamente 3 2.:!'!xb5 :5xd7 3 3 . © f3 g5 34.ll:id5 . 32.i.xd7 l:he5 33.n Las negras se rindieron. Si 33 . . . ©g7, 34.f8W+. Hay varias conclusiones más que podemos extraer de lo que hemos visto, ya sea en el medio juego o en el final : el peón pasado cen­ tral siempre se enfrenta a una mayor resis­ tencia para alcanzar la casilla de coronación, mayor que la que encontraría un peón pasado en la banda. La razón es clara: las piezas ge­ neralmente están orientadas hacia el centro, y es por esta misma razón por la que un peón pasado central puede recibir mayor apoyo de sus piezas. Por consiguiente, es mej or tener un peón pasado propio, en el centro, cuando hay numerosas piezas sobre el tablero. En otras palabras, durante el medio juego o en un final complejo. En estos casos es en los que el ban­ do con un sano peón pasado puede buscar sus opciones.

Ejercicios (soluciones en página 1 59) 58

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EL PEÓN PASADO CENTRAL

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5 La ventaja de espacio Ahora nos detendremos en uno de los aspectos más importantes del ajedrez: el espacio. En­ tender este concepto es extremadamente sen­ cillo, ya que todos nosotros experimentamos sus efectos en la vida cotidiana. Por ejemplo: es mucho más cómodo vivir en un amplio apartamento, con techos altos y habitaciones suficientes, para hacer lo que nos plazca, que vivir en un pequeño estudio amueblado. Lo mismo sucede en ajedrez. Como en la vida, para disponer de una comodidad adicio­ nal hay que pagar un precio elevado. Todo es­ tá muy bien si uno ha heredado una casa es­ paciosa de sus padres (el equivalente aje­ drecístico es un juego floj o por parte del opo­ nente), pero es muy distinto si uno mismo ha de pagarlo todo, empezando de cero. Echemos un vistazo a las ventaj as que pue­ den derivarse de disponer de más espacio que el oponente.

Karpov - Unzicker Olimpiada de Niza 1 974 1 .e4 e5 2.�f'3 � c6 3J\b5 a6 4J\a4 � f6 5.0-0 i.e7 6J�el b5 7.J.b3 d6 8.c3 0-0 9.h3 �a5 IOJ\c2 c5 1 1 .d4 V!lc7 1 2.� bd2 �c6 13.d5 � d8 1 4.a4 gbs 1 5.axb5 axb5 1 6.b4 � b7 Obviamente, no es el mejor plan de acción. Las negras tienen posibilidades relativamente mej ores con 1 6 . . . c4 ! ? 1 7.lll fl lll e8 1 8 .lll 3h2 f6 1 9.f4 lll f7 20.lll f3 g6, como en la partida Karpov - Spassky, Campeonato de la URSS, Moscú 1 973 . 17.� fl i.d7 18J\e3 �fas 19.V!ld2 l'Uc8? Las negras han salido de la apertura con una posición sólida, pero pasiva y restringida. La combinación de estos dos últimos factores

es una mala señal, sobre todo si consideramos que hay una columna abierta que las blancas tienen el firme propósito de utilizar. Era, por tanto, esencial l 9 . . . :gfb8 ! ? 20.i.d3 V!lc8, como demostró Karpov. Esto resulta claro, si con­ tinuamos el mismo plan blanco que en la par­ tida: 2 l .lll g3 g6 22.:!'!a2 füa2 23 .\Wxa2 :!'!a8, y vemos que las negras mantienen con éxito la presión a lo largo de la columna abierta. Por cierto que incluso en esta variante los pro­ blemas que le esperan al bando restringido son fáciles de ver: hay poco espacio de acción pa­ ra sus piezas y la más pequeña imprecisión (como en la partida, las negras sólo han desplazado su torre a una casilla mala) puede conducir a serias dificultades.

20J\d3 g6 21.�g3 i.f8 22.ga2! Ésta es la consecuencia de la jugada 1 9 de las negras : las blancas se apoderan de la columna abierta. 22... c4

23.J.bl ! Una importante jugada para e l futuro desa­ rrollo de los acontecimientos, y una decisión que dista de ser evidente. Después de la "natu-

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ral", 23 .ifl lLie8 24.i':'!ea l i':'!xa2 25 .i':'!xa2 f5 , las negras logran contrajuego. El blanco, por consiguiente, mantienen el alfil en la diagonal "b l -h7", controlando la casilla "f5 " . Es intere­ sante observar que Karpov no concedió un signo de admiración a esta jugada y ni siquie­ ra la comentó. Para Karpov, una jugada así es evidente y no requiere mayor deliberación. 23 ...�d8

Las blancas también ganan la batalla por la columna abierta después de 23 . . . ltJd8 24.i':'!e2 ! (24.füa8 ! ? füa8 25 .ih6 es igualmente bueno) 24 . . . füa2 25 .�xa2 Wb7 26.�a l ! i':'!a8 27.i':'!a2, como demostró Karpov. Las acciones siguen un rumbo similar en caso de 23 . . . i':'!xa2 24.Wxa2 Wd8 25 .Wa6 i':'!b8 26.ic2 Wc8 27.fü l . 24.ia7! Esta jugada ha pasado a ser estándar en la Ruy López. La clave es que con ella las blan­ cas evitan cambios en la columna abierta. Al explotar la absoluta libertad de movimientos en su propio campo, propiciada por su ventaja espacial, las blancas situarán ambas torres en la columna abierta, ejerciendo así un absoluto control. Las negras no pueden llevar a cabo una maniobra similar, debido al atasco de sus piezas, consecuencia de la carencia de espa­ cio. Así que ¿qué sucederá exactamente en una situación como ésta? Si retirásemos, por ejemplo, ambos pares de torres y quizá los caballos de "g3 " y "b7", la capacidad de las negras para evolucionar con sus piezas dentro del propio campo se incrementaría notable­ mente. Está claro que cambiar piezas es ven-

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tajoso para el bando que tiene una posición restringida. Por el razonamiento inverso, el bando con ventaja de espacio debe evitar tales cambios. Por supuesto, éstos son sólo los principios generales, y los detalles concretos de cada posición siempre pueden invalidarlos. 24... �e8 25.ic2 �c7 26.!'teal �e7 27.i.b t ! Una jugada útil para las blancas, que man­ tienen así una completa coordinación de sus piezas antes de iniciar acciones decisivas, al­ go que siempre requiere líneas abiertas y que podría liberar a las restringidas piezas enemi­ gas. De esto se deriva otra regla útil: si tiene una ventaja de espacio y las piezas contrarias están pasivamente situadas, no se apresure a abrir la posición; primero organice su propia posición lo mejor posible. En este caso, el bando con la posición restringida siempre ten­ drá menos posibilidades de mejorar su posi­ ción del mismo modo. 27 .. ..ieS 28.� e2 �d8 29.�h2 ig7 30.f4 f6 Es importante que las negras no puedan explotar las líneas abiertas con 30 . . . exf4 3 1 .lLixf4 ih6?, a causa de 32.lLixg6. Sin em­ bargo, creo que las negras deberían tomar en "f4" de todos modos, ya que ahora quedarán restringidas durante el resto de la partida. 3 1 .fS gS

Cambiar peones, con 3 l . . . gxf5 32.exf5 , les daría a las blancas la casilla "e4". 32.i.c2! Ésta es la diferencia de espacio y actividad. Mientras las piezas negras tienen problemas para moverse dentro de los confines de su pro­ pio campo, estorbándose continuamente unas

a otras, las blancas se reorganizan cómoda­ mente, trasladando sus piezas a posiciones óp­ timas y logrando una coordinación ideal entre ellas. Las negras, entretanto, sólo pueden sen­ tarse y esperar. 32....iti 33.lll g3 lll b7 34..idl h6? Imagino que esta jugada debe ser fruto de una total confusión, pues el debilitamiento de la casilla "g6" pronto se hará notar. Sin este "regalo" las blancas aún tendrían mucho tra­ bajo por hacer. 35..ihS Resulta que Ja regla general que recomien­ da evitar Jos cambios al bando que tiene su­ perioridad de espacio no es aplicable aquí. La ventaja de apoderarse de las casillas blancas en el campo enemigo tiene mayor peso que to­ das las demás consideraciones. 35...�es 36.�dl llld8 37Jaa3 @f8 38.iila2 �g8 39.lllg4 @f8 40.lll e3 ©g8 41 ..ixti+ c!LJxti Nada cambia con 4 1 . . .Wi'xt7 42.Wh5 tt'lb7 (o bien 42 . . . Wxh5 43 .tt'lxh5 tt'lb7 44.h4) 43 .Wi'g6 ! :gf8 44.tt:lg4. 42.�hS llld8 Karpov señaló una divertida, pero posible y lógica línea de juego: 42 . . . tt'lh8 43 .tt'lg4 Wxh5 44.tt'lxh5 rJlt7 45.�b6 :gxa3 46.:gxa3 :gag 47.:gxa8 tt:l xa8 48 .�a5 . Vale Ja pena ilustrar este ejemplo extremo de dominio espacial con un diagrama.

43.�g6 ©h8 44.lll h S

Ver diagrama siguiente Naturalmente, Ja posición final también mere­ ce un diagrama.

LA VENTAJA DE ESPACIO

Las negras se rindieron, y con razón, ¡ en un tablero lleno de piezas !

Esta brillante partida posicional a cargo de Karpov posiblemente sea el ejemplo más convincente que jamás he visto sobre la sig­ nificación de una ventaj a de espacio. No está de más recordarles a los j óvenes ajedrecistas de hoy, el fenomenal jugador que era el 1 2º campeón del mundo en su momento de gloria. El juego dinámico no tuvo una presencia importante en la partida anterior, pero eso no significa que, en determinadas circunstancias, la ventaj a espacial no pueda manifestarse en toda su plenitud.

Steinitz - Lasker San Petersburgo 1895-96 Kasparov comentó esta partida para Chess­ Base, un detalle imposible de ignorar al exa­ minarla. En ciertas posiciones he citado, por tanto, al ex campeón del mundo, mientras que en otras me he permitido manifestar mis pro­ pias opiniones. 1 .d4 d5 2.c4 e6 3.c!LJc3 tüf6 4.i.f4 Ae7 5.e3 0-0 6.c5 !? tt:le4 Con esta jugada las negras no igualan. En sus comentarios, Kasparov indica la continua­ ción más fuerte, que se plantearía en la partida Lerner - Geller, Campeonato de la URSS (Riga) 1 985, casi 90 aftos más tarde. Después de 6 . . . b6 7.b4 a5 8.a3 axb4 9.axb4 :gxa l 1 0.Wxa l tt'lc6 l l .Wi'a4 bxc5 ! ! 1 2 .Wxc6 cxd4, las negras obtuvieron una soberbia compensa-

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ción y acabaron ganando, ¡ pero se necesitó mucho tiempo para descubrir esta línea! 7.ti)xe4 dxe4 8.ti'c2 rs 9.i.c4 ti)c6 10.a3 .if6 1 1 .0-0-0! Las blancas agudizan el juego con inten­ ción de acelerar el desarrollo de sus piezas. 1 t . .. h8 12.0 ti'e7! 13.i.g3 ! Tomar el peón es malo, como señaló Kas­ parov. Las negras quedan mej or después de 1 3.fxe4? e5 1 4.dxe5 tt:l xe5. 13 ... f4?

En este punto, no estoy del todo de acuerdo con Kasparov, quien cree que esta jugada me­ rece un " ? ! " , mientras que yo la considero el error virtualmente decisivo (véase, por ejem­ plo, el comentario a la siguiente jugada ne­ gra). Dado que el juego entra ahora en una marea de complicaciones, la evidencia de esta evaluación puede ser, sencillamente, conse­ cuencia del análisis. Observemos, por ejem­ plo, cómo evoluciona la partida. Lasker no quería facilitar el desarrollo de su oponente, pero debía haberlo aceptado y jugar 1 3 ... exf3 1 4.tt:'lxf3 e5 1 5.�he l e4 1 6.tt:'lg l ! ?, después de lo cual las blancas están algo mejor, pero si­ gue habiendo mucho juego. 14.ti'xe4! Kasparov concede dos signos de admira­ ción a esta fuerte jugada. Y o prefiero limitar­ me a uno solo, por cuanto no veo alternativa. Como demostró Kasparov, las blancas deben evitar 1 4..ixf4? e5 1 5.dxe5 tt:l xe5 1 6.Wfxe4 .if5 ! l 7.Wfxf5 tt:l xc4, y las negras ganan. Tam­ poco es bueno para las blancas 1 4 .if2 fxe3 l 5.ixe3 e5. Al realizar su 1 3ª jugada, Steinitz

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indudablemente previó este sacrificio, pero ahora no tiene opción. 14 fxg3? Considerando que todos los acontecimien­ tos que siguen son prácticamente forzados, sin posibilidad evidente de reforzar el juego ne­ gro, podemos extraer la conclusión de que en este punto Lasker dejó escapar su última op­ ción de evitar el peligroso ataque directo del blanco. Esa oportunidad se basaba en la para­ dój ica 1 4 ... e5 ! ?, con la probable línea 1 5.exf4 exd4 1 6.Wfxe7 ixe7, y las blancas conservan la ventaj a, pero sigue habiendo juego. 15.hxg3 Ahora las blancas cuenta con la más fuerte "línea directa de fuego". 1 5 ... g6!? Kasparov demostró, de forma inapelable, que 1 5 ...g5 no habría mejorado la suerte de las negras, ya que tras 1 6. f4 g4 l 7.tt:'le2 id7 (las negras también están peor tras 1 7...fü7 1 8.Wfc2 b6 1 9.e4 ig7 20.e5 h6 2 1 .ti°g6 ti'e8 22 ..id3 - Kasparov/Fritz) 1 8.Wfc2, seguido de e4-e5. "Las negras sucumbirían sin un res­ piro" (Kasparov). En otras palabras, las negras sucumbirían debido a la falta de espacio para sus piezas, una situación que ya hemos visto en la partida precedente. La decisión de Las­ ker es la mej or posibilidad para sus piezas. 1 6.Y!fxg6 .id7 Como demostró Kasparov es malo 1 6... �g8 1 7.Wfe4 �xg3 1 8.tt:'le2 �g7 1 9.tt:'lf4. Sigamos algunas jugadas para ver las cosas más claras: 1 9... ci>g8 20.�h2 .ig5 2 1 .tt:'lh5 fü7 22.f4. 17.f4 •.•

17... gf7 Otro momento importante. Kasparov califi­ có esta jugada con un signo de interrogación, considerándola el error decisivo y sugiriendo que 1 7 . . . É!g8 ofrecía mayor resistencia, men­ cionando la variante " 1 8 .Wi'e4 É!xg3 1 9.lüe2 E:g7 20.É!h6, seguido de É!dh l " . En primer lu­ gar, si seguimos esta variante con 20 . . . lü a5 2 l .ia2 ia4, podemos ver que las blancas no tienen una ventaja real, como era el caso an­ tes. En segundo lugar, podemos intentar una diferente retirada de dama. Una posibilidad es 1 8.Wi'h6, y después de 1 8 . . . É!xg3 1 9.i.d3 , la respuesta crítica es 19 . . . É!xe3 . Parece que sólo esta jugada marca la diferencia entre situar la torre en "g3 y g4" (véase más adelante), en tanto que 19 ... É!g7 traspone a la partida. El juego podría seguir así: 20.Wi'xh7+ Wi'xh7 2 1 .i:!xh7+ @g8 22.É!xd7 ixd4 23 .i.h7+ ! Wf8 (las negras también están peor después de 23 ... Wh8 24. lü f3 ixc5 25 .É!h l id6 26.ti:le5 ! tt:lxe5 27.if5+ @g8 28 .ixe6+ ti:l fl 29 . .ixfl+ d7 e3 ! 2 .)f;>c6 )f;>d4 3 .)f;>bs e2 4.'it>b4 )f;>d3 ! 1 . .. ©d4 Los acontecimientos toman un rumbo si­ milar si L.)f;>f4 2.)f;>d6 e3 3 .Wd5 Wf3 4.)f;>d4. 2.©e6 e3 3.©rs ©d3 4.©f4 Imaginemos, sin embargo, que tras ¡ _ge 1 , las blancas, de algún modo, tienen el derecho ( ¡ y la responsabilidad ! ) de volver a jugar.

Ahora las posibilidades de las blancas no son tan buenas: 1 .©d7 ©d5! ¡ Sólo así ! No debe permitirse al rey blanco que pueda colaborar con su torre. l . . .'it>d4? 2.)f;>e6! ( ¡ rodeo ! ) 2 . . . e3 3 .Wf5 . 2.©c7 Si 2.)f;>e1, 2 . . . )f;>es ! 2 ... ©d4! 3.©c6 e3 4.©b5 ©d3 s.©b4 ©d2 Como podemos ver, en esta posición el juego se basa en diversos Zugzwangs mutuos. Aquí, sólo tras haber estudiado estas va­ riantes, podremos encontrar la solución al es­ tudio del diagrama que sigue, paradój ico a pri­ mera vista (como, por cierto, lo son la mayo­ ría de los trabajos del autor).

Juegan blancas y ganan R. Réti Münchener Neueste Nachrichten, 1 928 La retirada natural, 1 .gd 1, conduce a una posición de Zugzwang mutuo, en la que las blancas tendrán la siguiente jugada (lo que ya conocemos por el ejemplo anterior), después de L . d4 2.)f;>d7 )f;>d5 . Como sabemos, si jue­ gan negras, ganan blancas. Por consiguiente, esta variante necesita ser mejorada, lo que no es dificil de lograr. U�d2! Ahora todo encaja a la perfección. 1 . d4 Una vez provocada esta respuesta, las blan­ cas sitúan por fin su torre en la casilla co­ rrecta: 2.gd l ! .•

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La partida está sentenciada: las negras es­ tán en Zugzwang. Encontrar la solución no es dificil para quienes están versados en estas posiciones, es decir, para aquellos familiarizados con las va­ riantes del ejemplo que prece (que tal vez co­ nocían ya). Como ya hemos visto, la solución de este estudio sólo requiere ser capaz de en­ contrar una jugada (en este caso, la primera) que mejora la variante directa. Una jugada correctora como ésta, se des­ cribe en Recetas de ajedrez de la cocina del gran maestro como una "jugada resultante" . A riesgo d e generalizar lo que acabamos de ver, podemos decir que para encontrar la po­ sibilidad de que un Zugzwang esté "oculto" en una nueva posición, no puede prescindirse de analizar las jugadas candidatas. A veces, ana­ lizar la posición inmediatamente nos llevará a otra posición tal que el oponente deba efectuar una jugada que sólo empeorará su posición. A una posición así se le llama "posición de Zugzwang", y muy a menudo comprendemos que podemos encontrarnos en una situación de ese tipo. En tal caso, necesitamos descubrir el modo de corregir la variante específica, es de­ cir, de trasladar el turno a nuestro oponente. Para conseguirlo, es esencial. que encontremos la jugada resultante. De lo anterior se deduce que encontrar la posición de Zugzwang no requiere ilumina­ ción o inspiración superior. Todo es mucho más rutinario y, a veces, laborioso, porque se trata de calcular variantes. Esta parte, aunque rutinaria, es la más importante al jugar al aje­ drez. Hay otros aspectos de este problema que surgen de la regla de encontrar el Zugzwang como antes se ha mostrado. Sin embargo, co­ mentaremos esto examinando nuevos ejem­ plos para localizar y descubrir el Zugzwang en las situaciones más diversas. Aquí tenemos, por ejemplo, otra muestra nada complicada y bien conocida.

Ver diagrama siguiente Jugando las blancas, la continuación más na­ tural parece ser atacar directamente al peón, 1 .lt>c4? Sin embargo, esto, lamentablemente,

ZUGZWANG

pierde por l . . .@e3 (he aquí otro aspecto de nuestro tema, como antes prometimos). Es esencial no "olvidar" pensar un poco más, pa­ ra visualizar lo que puede suceder una jugada más allá. Sólo de esta forma seremos capaces de descubrir el eslabón perdido. Hay ejemplos más complicados que esta posición que, por supuesto, es muy sencilla.

Las blancas deben mover y mejorar la va­ riante citada, es decir, buscar el movimiento resultante. En esta posición podemos jugar: t. e.tics! c.t>e3 2.@c4 Conocer esta posición de Zugzwang ayuda a encontrar la solución del siguiente estudio (del que he eliminado dos jugadas previas).

Juegan blancas y ganan A. Chéron Conclusión de un estudio ( 1 926) Por el ejemplo anterior, sabemos que jugar a "d6" está fuera de cuestión. Sin embargo, es

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posible explotar la falta de actividad del rey negro y jugar lateralmente: 1.©c6! ©g5 Como ya sabemos, las negras no deben ju­ gar a "f5 " . l . . .@g7 tampoco sirve, por 2.©d6 @n 3 .@d7 @f8 4.@xe6 ©e8 s .@d6 ©d8 6.e6. 2.d7 En consecuencia, por lo que hemos visto, podemos extraer una conclusión polivalente: a) El Zugzwang se produce sobre todo en el final. b) A medida que se acerca el final, cada ju­ gador normalmente comienza a fatigarse, su­ fre escasez de tiempo, incomodidad psicoló­ gica, o quizá todas estas experiencias j untas. En tales condiciones, la capacidad de calcular se hace más dificil, de modo que el conoci­ miento de situaciones concretas y típicas re­ sulta útil. De tal forma que cuantas más posi­ ciones de finales típicos conozca el jugador, tantas mej ores posibilidades tendrá de tomar decisiones en una fase crítica de la partida. Por esa razón, ¡ no escatime tiempo en el estu­ dio de finales !

formas de hacerlo, la primera de las cuales, l .g3 , rápidamente vemos que es problemática: I . . .@g4 2.©g2 f5 3 .@t2 f4. Por consiguiente, debemos jugar: I .@g3 f5 l . . . f6 pierde, por 2.@h3 f5 3 .@g3 . Sólo ahora tenemos que empezar a calcular variantes. Así, podemos ver que 2.@h3? f4 no consigue nada, y la otra jugada que parece lógica, 2.@f4 (éstas son las jugadas que po­ demos catalogar de candidatas), después de 2 . . . @xh4, conduce a una posición en la que las blancas tienen que jugar, algo que desearían evitar. Sería, ciertamente, muy útil que el tur­ no fuese del oponente. Por tanto, debemos buscar la jugada resultante. 2.@f3 ! mxh4 3.mf4 El estudio ha sido resuelto. El siguiente problema podemos enfocarlo de modo muy parecido.

Prosigamos. ¿Cómo debemos resolver, por ejemplo, el siguiente estudio?

Juegan blancas y ganan J. Behting Rigaer Tageblatt, 1 894

Juegan blancas y ganan A. Herberg Deutsche Schachzeitung, 1 936 Para empezar, debemos reconocer que de­ fender el peón de "h4" es esencial. Hay dos

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Para ganar, las blancas deben combinar el ataque al peón "c" con su propio apoyo al peón "e" y la creación de amenazas de mate contra el rey expuesto. El análisis de la jugada evidente l . ©e4, nos demuestra que no fun­ ciona: l . . .c5 2.©d3 ©e8 3 .@c4 @n 4.@dS? d3 5 .@d6 d2 . Sin embargo, si concentramos nuestra atención sobre las posiciones que se derivan de la primera, segunda y tercera juga­ das negras, podemos ver que en cada caso se

produce una situación en la que a ninguno de los bandos le favorece tener que jugar, es de­ cir, se trata de una posición de Zugzwang mu­ tuo. En este caso, el quid de la cuestión es traspasarle la jugada al bando contrario, lo que puede conseguirse con jugadas sencillas, re­ sultantes de la variante principal antes indi­ cada: l.©t'3! c6 Tras l . ..©e8 2.'it>e4 c5 3 .'ii> d 5, llegamos a una posición que más tarde veremos. 2.©f4! es 3.c.f.>e4! ¡ En el momento oportuno ! Las negras están en Zugzwang y ahora todo concluye sin sobre­ saltos. 3 ... We8 4.'it>dS 'it>d7 5.©c4! c.f.>e8 6.c.f.>xc5 d3 7.©d6 'it>n s.c.f.>d7 En este ejemplo, la solución no era dificil de encontrar, ya que calcular la única jugada candidata resultó suficiente. Percibir cuándo surge el momento crítico durante el análisis es mucho más dificil. Para ser exactos, era nece­ sario continuar nuestro análisis más allá ( ¡pero debe usted saber qué es lo que está buscando ! ) y tomar nota d e las interesantes, aunque fuga­ ces peculiaridades de la posición, de forma que podamos saber en qué punto debemos re­ gresar al momento crítico. En general, la ca­ pacidad de ser consciente de los interesantes momentos intermedios, al calcular variantes, es a la vez útil e importante para un jugador de ajedrez. Porque esto le permite detener sus análisis cuando está claro que el camino que sigue no contiene perspectivas, o bien porque le permite centrar su atención en un área par­ ticular que requiere cálculo. Es posible e im­ portante desarrollar esta habilidad resolviendo regularmente ejercicios específicamente dise­ iiados con el fin de mej orar la técnica de cál­ culo. Para el jugador que trate de progresar en ajedrez, la necesidad de realizar con eficacia esta tarea es evidente. El Zugzwang es un huésped frecuente no sólo de los finales de peones, sino también en otros tipos de finales, en particular los de ca­ ballos. La razón es que el caballo no es una pieza de largo alcance y, por tanto, es vulne­ rable a situaciones de Zugzwang.

ZUGZWANG

Juegan blancas y ganan S. Kaminer Shajmaty, 1 925 La movilidad de las piezas negras está se­ riamente restringida, debido a la necesidad de controlar al peón blanco. Por otro lado, las blancas sueiian con cazar al caballo negro en un doble, en la casilla "e5 " . Bajo estas pre­ misas tiene lugar la lucha que ahora se inicia. Las blancas no tienen muchas jugadas para iniciar su búsqueda de una solución, que pue­ de comenzar con la jugada evidente l .'it>g2. Sin embargo, tras l . . .g5 2.'ii> h2 g4 3 .'it>g2 g3 , surge una posición en la que las blancas deben retirarse, y la victoria se ha esfumado. Si re­ gresamos a la posición inicial, analizando re­ trospectivamente desde este momento (una importante técnica analítica), podremos apre­ ciar qué falta en nuestra variante. Debe com­ prenderse que las posiciones que resultan des­ pués de la primera, segunda y tercera jugadas negras son posiciones de Zugzwang mutuo. Todo queda entonces claro, y eso nos permite descubrir la idea clave y, en consecuencia, también la j ugada resultante: l .©h2! Después de esto, todo encaja. l ...gS Los acontecimientos toman el mismo rum­ bo tras de l . . .'it>h5 2 .'ii> g 3 ! g5 3 .©h3 g4+ 4.'it>g3 . 2.c.f.>g2 g4 3.'ii> h 2 g3+ 4.'it>g2 ©hs s.©xg3 ©g6 6.lli es+ El siguiente estudio es más complicado, pe-

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ro los medios para resolverlo son similares a los empleados en el anterior.

Juegan blancas y ganan V. Bron Fizkultura i Sport, 1 948 Echemos un detenido vistazo a la posición del diagrama. La clave radica en no permitir que las piezas negras se liberen, y desviarlas a una posición tal en la que les corresponda ju­ gar a las negras. Pero no puede hacerse sin perder material. No es dificil apreciar que para que esto suceda debe alcanzarse esta posición: caballo blanco en "f8", rey blanco en "f7", y rey negro en "h8 " . ¡ Ésta e s nuestra principal posición d e Zugz­ wang! Una vez visualizada la posición que queremos conseguir, podemos tratar de crearla a partir de la posición que tenemos ante nues­ tros ojos. En otras palabras, debemos emplear ahora el método descrito en Recetas de aje­ drez de la cocina del gran maestro como "pensamiento inverso" . ¿Cómo se consigue? Nada se logra con la variante lineal l .fü g6+ (ó l .füd7) I . . .@h7 2 . fü f8+ @h8 3 . fü g6+ @h7 4.füe5 i;f;ih8, en tanto que ( ¡preste atención ! ) el caballo no gana un tiempo. En consecuencia, el rey debe participar en la acción, aunque ha­ brá que encontrar otro modo de mantener pri­ sioneras a las piezas rivales, y controlar espe­ cialmente las casillas "g7" y "f6". En este sen­ tido, el caballo debe trasladarse a "e8 " . Ahora hemos descubierto la primera parte del plan: 1 .�c4! Es posible, por supuesto, tomar una ruta

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diferente, siempre y cuando el caballo finalice en "e8". 1 ...©h7 2.�d6 @h8 3.�e8! ©b7 Ahora que el rey está libre para jugar, pue­ de ejecutarse la danza tradicional, concebida para ganar (o perder) un tiempo, siempre sin ceder el control de la casilla "e7". 4.©e6! ©b8 5.©d6! Jugar directo a "d7" es prematuro: 5 .@d7 @h7 6.@e6 @h8. Otro Zugzwang intermedio. 5 ... @h7 6.©d7! ©b8 7.©e6! ©b7 8.©f7 ©b8 9.�c7 ©b7 10.�e6 ©b8 1 1 .� f8 ! U n interesante estudio e n e l que el tema principal no fue el simple cálculo de variantes, sino la lógica disposición de las piezas blan­ cas. Si no se entiende cuál debe ser ésta, no se podrá apreciar lo que está sucediendo, aunque se le muestre la solución de la primera a la última jugada. El ejemplo s1gu1ente es extremadamente útil para entender los finales de alfiles.

Juegan blancas y ganan Y. Averbaj 1 954 Este estudio ilustra claramente el problema del llamado "alfil malo" y los métodos para restringir su movilidad. También es útil desde un punto de vista didáctico, pues el jugador que conozca este final estará más atento a la movilidad de sus peones. Descubrir el even­ tual obj etivo de este estudio no es dificil. Si observamos que las piezas negras están sobre­ cargadas con la defensa, tanto de sus propios peones como de las posibles casillas de inva-

sión, surge inmediatamente la pregunta: ¿cam­ biarían las cosas, si fuese el tumo de las ne­ gras? Respuesta: las negras estarían mal en tal caso. Por consiguiente, sólo queda descubrir la forma de obtener esta misma posición, pero pasando el tumo a las negras. En esta situa­ ción, el principio clave es restringir todo lo posible la movilidad del alfil. 1 .i.e2 ie8 Después de I . . .ig6 2 .id3 ih7, las blancas deben descubrir la fuerte jugada 3 .ifl ! ! , man­ teniendo el alfil en ambas diagonales, después de lo cual todo ha terminado: 3 . . .ig8 4.ie2 if7 5 .if3 , o bien 3 . . . ig6 4.ig2 if7 5 .if3 . En ambos casos, las blancas consiguen tras­ pasar el tumo de juego al oponente. 2J\d3 ! ig6 O bien 2 . . .ii.d7 3 .ic2 ! ie6 4.ii.d l if7 5.if3 . 3J\c2! ih7 4.i.b3 ! ig8 S..idl if7 6J\f3 Parece, sin embargo, que un jugador no de­ be esperar a que la posición de Zugzwang se produzca por las buenas, sino que debe apren­ der a crearla. Para ver cómo se consigue, prosigamos con nuestro estudio.

Juegan negras De un estudio de Y. Averbaj 1 956 La solución a esta posición, valiosa para mejorar la propia eficiencia en el final, se en­ cuentra, sobre todo, por lógica. Como se vio claramente en el ejemplo anterior, podemos

ZUGZWANG

ver lo peligroso que es tener los peones situa­ dos en casillas del mismo color que el propio alfil, sobre todo en finales con alfiles del mis­ mo color. En este caso, los peones restringirán a su propio alfil, y podrán ser atacados por el alfil enemigo. Con estas consideraciones in mente se realiza la jugada que sigue, eviden­ temente para el jugador experimentado. 1 . a3 ! De esta forma, el peón "a" queda inmovili­ zado en su casilla más vulnerable, y ahora re­ querirá una constante defensa, lo que se tra­ ducirá en la absoluta pasividad del rey de las blancas. 2..ig6 El alfil no puede dejar su diagonal corta. Si 2 .ig4, 2 . . .id3+. Esta jugada también es con­ secuencia de l . . .a3 ! Las negras atan ahora al rey contrario. 2 .. ..id3+! 3.@at Jugar al rincón es forzado. 3 .'ii;> c l falla, por 3 . . . c 2 id3+. Los logros de las negras son evidentes: las piezas blancas prácticamente no tienen juga­ da. Lo único que falta es encontrar la forma de inmovilizar al alfil blanco, para forzar el Zugzwang y obligar así a las blancas a mover su peón "d" pasado. Entonces quedará inde­ fenso y pronto se perderá. ¿Cómo puede con­ seguirse eso? La solución es sencilla: llevando el rey a "g7" cuando el alfil esté situado en "f5 " . Tome nota, porque este estudio puede resolverse prácticamente sin cálculo. Como antes se ha dicho, se trata de un raro caso, que sólo es posible cuando un bando es pasivo por completo. 3 ... �d6! 4..ifS @e7 S..ig6 �f6 6.i.h7 @17 También es posible 6 . . . 'ii;> g 7 7 .ii.f5 ic2 . 7.i.rs �g7! 8.d6 @r6 9.d7 ©e7 El peón está perdido, y con él caerán mu­ chos otros. Incluso en finales con alfiles de distinto co­ lor, el alfil "malo" puede perder la partida. .•

Ver diagrama siguiente Las negras tienen una evidente ventaja, basada en la fuerza de su peón pasado distante

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"a" y la acusada diferencia de actividad entre alfiles. Una ventaja así normalmente sería suficiente para ganar, pero en este caso se trata de un final con alfiles de distinto color, una lucha notoria por su tendencia tablista. Con el material igualado, esto es aún más significativo. No obstante, la ventaja de las negras en esta posición puede convertirse en victoria. La razón es la decisiva diferencia de actividad que, como ya sabemos, a menudo puede desembocar en un Zugzwang.

Kurajica - Karpov Skopje 1 9 76 46 ... g4 Es vital que las negras penetren con su rey para acudir en apoyo de su peón pasado aleja­ do. A partir de esta jugada, todo el juego ne­ gro está dirigido a "abrirse paso" hacia aquél. 47.'it>g2 .if5 48.i>f2 gxf3 49.i>xf3 .ie4+ 50.Wf2 'it>g4 5 1 ..ib2 Las pasivas piezas blancas se encuentran en Zugzwang por primera vez -que no será la úl­ tima- en esta partida. Tras 5 l .c6 ig6 52. W g2 ie8 5 3 . f5 W xf5 54. W h3 W e4 5 5 . ib2 W d3 56. W xh4 W c2, las negras logran su objetivo. 5l ...©xf4 52..icl+ ©g4 53..ib2 c6 54..icl Las negras deben encontrar ahora otra for­ ma de penetrar, y las restringidas piezas blan­ cas de nuevo se encontrarán en Zugzwang. 54 ... Wh3 ! 55.Wgl .ig6! 56.Wh l Una nueva posición d e Zugzwang. El rey negro aún se interna más rápidamente después de 56.ib2 W g4 57. W f2 \t>f4 5 8 . W e2 W e4. 56 .. ..ih5!

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El alfil se sitúa en esta diagonal para qui­ tarle la casilla "f3" al rey blanco, por una ra­ zón que pronto quedará clara. 57.i>gl .idl! Las blancas se rindieron, ya que se encuen­ tran en Zugzwang de nuevo y no pueden con­ tener al rey negro, como demuestran las va­ riantes que siguen: 5 8 . i.b2 W g4 59. W g2 i.f3+ ! ( ¡ la casilla "f3" ! ) 60. W f2 W f4, o bien 5 8 . W h l W g4 59. W g2 W f5 60. W f2 ( ¡ de nuevo podemos apreciar el valor de la casilla "f3" ! ) 6 0 . . . W e4. ¡ La pasividad e n u n final es algo muy peligroso ! También sobre este tema podemos discutir cómo emplear el principio de la jugada resul­ tante para crear condiciones de Zugzwang. En este caso no se trataba de una sola jugada, si­ no más bien de toda una maniobra, trasla­ dando el alfil a la diagonal crucial. Como ha­ bía una variante en la que el rey blanco podía haber llegado a "f3", había que impedir que se llegara a ella. El Zugzwang también se emplea en los pro­ blemas de ajedrez, como en el siguiente rom­ pecabezas, creado por un famoso escritor fran­ cés y entusiasta del ajedrez.

Juegan blancas y dan mate en tres Alfred de Musset La Régence, 1 849 Otro interesante y notable detalle puede en­ contrarse en esta posición. Al resolver este problema, el método de descubrir el Zug­ zwang con el que ya estamos familiarizados,

empleando la jugada resultante se nos muestra de forma particularmente asombrosa. Cierta­ mente, tratar de llegar al rey negro por medios "normales" permite la escapatoria por "d8 " . Por ejemplo: i. tt.:\f6+ c.t>d8 ó U!b7 © d8. La tentativa de controlarla, con i. tt.:\c6, no es po­ sible, por l . . . tt.:\xc6. Una vez convencidos de lo que hemos visto, la solución sólo puede descubrirse gracias a una jugada que resulta de todo lo anterior: UM7! .!üxd7 2.tLlc6! Ahora veremos un ejemplo de Zugzwang en una posición mucho más complicada.

Morphy Lowenthal Londres 1 858 (14") -

El juego hasta este punto ha sido muy inte­ resante. Morphy ha sacrificado un peón a cambio de una duradera iniciativa y ha estado presionando a pesar de los distintos cambios de piezas. En la posición resultante, la ventaja de las blancas es evidente, pero no está claro cómo pueden quebrar la defensa enemiga. 3U�e6 ti'g7 Es esencial controlar la casilla "e5 " . Des­ pués de 3 l . . . 'ªf7 32. 'ªe5 c4, las blancas rápi­ damente finalizan la partida con un ataque directo, comenzando con 3 3 .g4 ! y, eventual­ mente, llevando la torre a "e8". 32.ti'h5 gd5 32 .. J:!f7 es malo, debido a 3 3 .:B:xh6+ 'ªxh6 34. 'ªxf7+ c.t>h8 3 5 . 'ªxf5 . Ahora está claro que las piezas negras no pueden moverse (las variantes son sencillas y ZUGZWANG

fáciles de ver), y las blancas sólo tienen que bloquear el movimiento de los peones contra­ rios en el flanco de dama. Así pues: 33.b3 ! b5 Las negras aún quedan peor con 33 .. . a5 34.a4. Es interesante observar que aunque cuentan aparentemente con piezas y peones móviles, las negras no pueden jugar ninguno de sus efectivos. La razón es la misma que en cualquier otra situación de Zugzwang. El Zugzwang suele producirse cuando las piezas del bando defensor se encuentran muy restrin­ gidas de espacio o si, como ya hemos dicho, están restringidas en sus movimientos por la obligación de controlar importantes casillas. Por cierto que lo mismo puede decirse del bando atacante, que en apariencia posee espa­ cio suficiente, pero al mismo tiempo afectado por la posibilidad de un Zugzwang mutuo. En este caso, la necesidad de controlar las casillas más importantes es la razón subyacente, pero ¡ no busquemos formas de salvar la partida, si­ no de ganarla! En resumen, los signos más importantes que guían al jugador en su búsqueda de posi­ bles posiciones de Zugzwang son las piezas que están /imitadas de espacio, o bien sobre­ cargadas por la defensa de casillas vitales. 34.gxa6 gd6 Tras 34 . . . b4 3 5 .:B:c6, las negras están en Zugzwang y las pérdidas son inevitables. 35.ti'xf5+ Wg6 36.ti'xg6+ ©xg6 37.ga5 La transición a un final de peones aún es más simple: 37J'hd6+ cxd6 3 8 . c.t>g3 h5 (o bien 38 . . . b4 39. c.t>f.3 d5 40.g4) 39. © f3! h4 40. c.t>e4. 37 ... gb6 37 . . . c6 les plantea a las blancas más dificul­ tades, aunque incluso en este caso la victoria no ofrece dudas. Por ejemplo: 3 8.a4 bxa4 39.bxa4 13d5 40.:B:a6 ! :B:d6 4 1 .:B:b6! © f5 42.a5 c.t>xf4 43 .a6. Después de la textual, todo es muy sencillo. 38.g4 c6 39.©g3 h5 40.ga7 hxg4 41.hxg4 c.t>r6 42.fS c.t>e5 43.ge7+ ©d6 44.f6 ghs 45.g5 fü8 46.©f4 c4 47.bxc4 bxc4 48.©f5 c3 49.ge3 Las negras se rindieron.

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El ejemplo anterior pertenece a la categoría de finales de piezas mayores. Este tipo de fi­ nal nunca debe considerarse un final propia­ mente dicho, ya que contiene elementos carac­ terísticos del medio juego. Aunque no es habitual, el Zugzwang tam­ bién puede producirse en situaciones explo­ sivas del medio juego, con numerosas piezas aún sobre el tablero. En este caso, sin embar­ go, asume un carácter muy distinto.

Kramnik - Lputian Debrecen 1 992 Campeonato de Europa por equipos

El elemento más notable de esta partida es la siguiente jugada blanca, que a primera vista parece ser la más natural. 1 8JUel ! Cuando el peón blanco ha sido avanzado a "d5 ", normalmente la continuación suele ser más apremiante. Comenzamos a buscar algo drástico contra el rey negro. Surgen variantes como l 8.dxe6 fxe6 l 9. tt:l e4 g6 20. tt:l g3 ii.d6 2 1 . tt:l xg6 .ixg6 22. 1Mlxg6+ 1Mlg7, señalada por Kramnik. También explicó que, a pesar de la indudable ventaja de las blancas en el final re­ sultante, le parecía que la posición debía ofre­ cerles más. Si ampliamos su explicación, tam­ bién es posible presumir que la naturaleza congestionada de las piezas negras le hubiese sugerido a Kramnik que debía buscar temas de Zugzwang. No hay duda de que si así fue, tuvo éxito. También hay que decir que las cosas hubie­ ran tomado un curso similar con la muy agre-

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siva continuación 1 8 .g4. Sin embargo, en este caso hay una importante sutileza táctica. Tras 1 8 . . .'it>h8 1 9.dxe6 ( 1 9.g5 hxg5 20.fxg5 1Mlxe5 2 l .gxf6 1Mfg5+ 22. r;!;ih l 1Mih4 sólo lleva a ta­ blas; ésta es la opción defensiva antes mencio­ nada) 1 9 . . . fxe6 20J!xd8 hd8 2 1 . tt:l c4, hemos llegado a una posición que se produce en la propia partida, pero con un peón en "g4" en lugar de la torre en "e l " . Aunque pequeña, es­ ta diferencia facilita la labor defensiva negra. Podemos ver con qué eficiencia son capa­ ces de calcular variantes los jugadores fuertes y que, al así hacerlo, a veces pueden alcanzar una increíble profundidad y precisión a través de sus análisis. La jugada de la partida sitúa una torre en el centro, mientras que las negras, con el tablero lleno de piezas, no tienen un movimiento que pueda mejorar su posición. Naturalmente, esto es algo muy inusual y sólo es posible como consecuencia de la increíble congestión que sufre el campo negro. Por cierto, es posible que 1 8 .l:!fe l se le ocu­ rriese como resultado del análisis de l 8.g4, y que el Zugzwang sólo fuese posible con esta jugada: todo ello conforme al plan. 1 8 ... 4 1 7. V!ixb4 ixb4 1 8 . ig5 f üc8 1 9.E:dc 1 E:xc6 20.E:xc6 h6 2 I ..ixf6 gxf6 22 . .ixe4 f5 23 . .if3 E:a7 conduce a la igualdad,

quizá con una ligera ventaja blanca. Sin em­ bargo, las blancas juegan muy pasivamente, tanto ahora como más tarde, y esa estrategia resultará fatal. En realidad, desde este mo­ mento, incluso podríamos calificar con un "? ! " o un "?" cada jugada blanca. 14 Y!Yd7 1 5.©h2 tlihS ! ? Por el contrario, el juego d e las negras es creativo y decidido. Sin temer a potenciales debilidades, buscan activar su posición en la medida de lo posible. 16.J.d2 rs 1 1.Y!Yd t •••

Indudablemente previsto y analizado de an­ temano. Este sacrificio es sorprendente, pero no muy complicado. 2 1 .Y!YxhS gxf2 22.Y!YgS Otras variantes tampoco ofrecen posibilida­ des de salvar el juego. Por ejemplo: 22.:gge 1 :gaf8 23 .b3 :gsf5 ! 24.W g4 :g s n .

¡ Retirada! Era casi obligado plantear la contraamenaza l 7.i f3 , con idea de l 7 . . . lLi f6 l 8. if4. Las blancas, por otro lado, conciben un modo diferente de lograr contrajuego, pero que es esencialmente incorrecto. Su rival no pierde el tiempo: 17 ...b4! 1 8.tlibl .ibS! 1 9J:�gl Insistiendo en el mismo desastroso camino. La torre sale de la clavada, pero ¿a dónde? Lo correcto es 1 9 . if3 . 19 .. .J.d6! Nimzovich elige la ruta más eficiente hacia la victoria. Aunque menos enérgico, tampoco era malo mover l 9 . . . f4 20.e4 fxg3+ 2 l .fxg3 g6. 20.e4? Las blancas culminan el plan divisado en la jugada 1 7, ¡ pero es un plan autodestructivo ! El plan de acción apropiado era, de nuevo, 20.i f3 , y si 20 . . . lLi f6, entonces 2 1 .i. f4, aun­ que la posición blanca sigue siendo insatisfac­ toria. 20 ... fxe4!

22. . .gaf8 23.©h l gsrs 24.Y!Ye3 Otras retiradas de dama también pierden: 24.W!h4 (24. W g4 ie2) 24 . . . ie7 25 .:gcs+ rj;fl 26. W xh7 W xc8 . Sin embargo, no es eso lo que verdaderamente importa, sino el aspecto exte­ rior de la posición. Sólo mirándola y sin ana­ lizarla, se percibe claramente lo mal que están las blancas. Aquí surge una interesante pre­ gunta: ¿de haber previsto Samisch esta po­ sición, la habría permitido? La respuesta es obvia: Samisch o no pudo prever esta posición o, lo que es más probable, no pudo interrum­ pir sus análisis de la ruptura e4 a tiempo para apreciar la posición resultante. Si lo hizo, en­ tonces es que se olvidó de orientar su mirada en la dirección adecuada. De esto podemos extraer dos conclusiones, la primera de las cuales ya es conocida: en una posición en la que las piezas se han retirado a su primera fila, ¡ una enérgica ruptura de peones casi siempre resulta ser un grave error! La segunda conclusión se refiere a lo beneficioso que es aprender a "mirar en ambas direcciones" al analizar variantes, hasta las más complicadas. La razón es ver en qué sentido evoluciona el juego, antes de que sea demasiado tarde. 24 .. .J.d3 IOI

También es posible ganar la dama enemiga con 24 . . . E:e2 25. Wb3 .ia4 26.E:c8+ fü8 27.E:xf8+ .ixf8, pero Nimzovich obviamente quería crear una obra de valor satírico. 25.füel h6!

Las blancas se rindieron. La posición final merece un diagrama, por­ que se ha llegado a una situación de medio juego asombrosa: en un tablero lleno de pie­ zas, las blancas no disponen de jugada razona­ ble alguna. La siguiente partida clásica es muy cono­ cida y posiblemente sea aún más brillante que la anterior. Rotlewi - Rubinstein lodz 1 90 7-08 1 .d4 dS 2.tüf3 e6 3.e3 c5 4.c4 tü c6 5.tüc3 tiJf6 6.dxc5 .ixc5 7.a3 a6 8.b4 .id6 9..ib2 0-0 1 0.Wld2 É sta es la primera y la más inocua de las imprecisiones blancas. En lugar de esta ex­ trafia jugada, otras alternativas superiores hubieran sido 1 0.cxd5 exd5 l l . .ie2 y l O.id3 . Ahora las negras reaccionan de manera vigo­ rosa. 10 ...Wle7!? 1 1..id3 ? ! Otro error, que l e s cuesta a las blancas un tiempo. De nuevo, es mejor continuar con l l .cxd5 exd5 1 2 . ie2 (tomar el peón de "d5 " sería pésimo para las blancas). 11 dxc4 12..ixc4 b5 13..id3 :Sd8 14.Wle2 .ib7 15.0-0 •..

1 02

Ha surgido una curiosa posición. Tras 1 5 jugadas tranquilas de apertura, en las que cada bando sólo ha maniobrado en su campo, las blancas, no obstante, han conseguido ¡perder dos tiempos ! Aun así, su posición es bastante sólida. Con su próxima jugada, Rubinstein to­ ma la iniciativa, lo que se convertiría en una maniobra estándar en este tipo de posición. 1 5 ... tü e5 ! Esto abre líneas para ambos alfiles y cam­ bia el principal defensor del enroque blanco. 1 6.tLlxe5 i.xe5 1 7.f4? Las blancas no afrontan debidamente la maniobra del rival. Después de este error, ex­ perimentarán considerables dificultades, como también sucedería en caso de 1 7 .E:ac l ? .ixh2+ l 8 . @ xh2 W d6+ y l 7 .h3 W d6 ! 1 8 .füd l W c6! l 9.e4 .ixc3 20.l::'!ac l lLi xe4. La única jugada correcta es 1 7.E:fd l ! , explotando el hecho de que tras 1 7 . . . W c7 1 8 .füc l .ixh2+ 1 9. @ h l Wb8, las blancas disponen de 2 0 ..ixh7+ ! lLi xh7 2 l .E:xd8+ Wxd8 22. � xh2, con igual­ dad. Parece que las negras no tienen nada es­ pecial, aparte de l 7 . . . ic6 ! ?, con batería en la gran diagonal, o quizá 1 7 . . . :E:ac8 1 8.!!ac l , y sólo entonces 1 8 . . . ic6 ! ? (de modo que a f4 pueda responderse retirando el alfil a "b8"), evacuando la séptima fila para la dama. Las negras mantienen la iniciativa en ambos casos. 1 7 .ic7 1 8.e4 Después de 1 8 .:E:ac l , a las blancas, obvia­ mente, no les gustaba 1 8 . . . e5, que permitiría responder a l 9.f5 con l 9 . . . e4 . 1 8 ... :Sac8 .•.

1 9.e5? A diferencia de las negras, que están mo­ vilizando rigurosamente todas sus piezas, las blancas continúan atacando sólo con sus peo­ nes, dejando sin desarrollar sus torres, y con su alfil de casillas negras en un puesto nada ideal. Después de la más lógica 1 9.füc 1 , me­ rece atención l 9 . . . lLi h5 ! ? Pero entonces, si Rotlewi no hubiese optado por la textual, ¡ nos habríamos quedado si presenciar una de las combinaciones más hermosas de la historia del ajedrez ! 19 .. .ib6+ 20.c,f.ih t

A partir d e este momento, e l juego s e vuel­ ve prácticamente forzado, haciendo que esta posición sea idónea para entrenar la propia técnica de cálculo. Que el análisis requerido no sea de una sola pieza, es otra cuestión. 20 ... �g4! 2 1 .ie4 Las piezas de ambos bandos han entrado en contacto, lo que conduce a numerosas varian-

ESTRUCTURAS SIMÉTRICAS DE PEONES

tes. Después de 2 1 . W xg4 :gxd3 , hay amenazas sobre "c3 ", y la posibilidad de penetrar con la torre en la segunda fila. También son malas 2 1 . lLi e4 :gxd3 ! 22.W xd3 .ixe4 ! 23. Wxe4 Wh4 24.h3 W g3 , y 2 1 .ii.xh7+ W xh7 22. Wxg4 :gd2 . Tras l a textual, las negras pueden ganar con 2 1 . . . lLi xh2 22. ii.xh7+ (o bien 22. f üd l lLi fl ! ) 2 2 . . . W xh7 2 3 . Wh5+ W g8 24. f üd l lLi fl ! Sin embargo, le debemos nuestro agradecimiento a Rubinstein por su alto sentido estético, y po­ siblemente también por su sentido de la res­ ponsabilidad en ajedrez. Sin duda, muchos ju­ gadores profesionales de hoy no se molesta­ rían en calcular las brillantes, pero laboriosas, variantes que siguen. Sin su elemento estético, ¡ el ajedrez pierde gran parte de su encanto ! 2 t . ..Wh4! En realidad, el lector no verá nada nuevo de ahora en adelante, pues ya hemos analizado la conclusión de esta maravillosa partida en el capítulo 1 , La geometría del tablero. Por lo tanto, sólo incluiré las jugadas restantes. 22.g3 J:hc3 ! ! 23.gxh4 gd2 ! ! 24.Wxd2 ii.xe4+ 25.Wg2 gh3 ! Las blancas se rindieron. La partida precedente es la más famosa de todas las disputadas por Rubinstein, quien jugaba con absoluta maestría este tipo de estructura de peones. A continuación exami­ naremos otra de sus partidas, pero antes es ho­ ra de extraer algunas conclusiones de estas dos primeras. Las estructuras de peones que hemos estudiado no admiten muchas posibili­ dades para jugadas de peón, y el juego de pie­ zas, por consiguiente, entra en escena. Cierta­ mente, es este aspecto el que tiene mayor im­ portancia en estas posiciones, en las que, co­ mo en ninguna otra, es la habilidad para diri­ gir el juego de piezas el factor que asume el papel decisivo. Vidmar - Rubinstein Praga 1 908 1 .d4 d5 2.e3 �f6 3.�f3 c5 4.c4 e6 5.�c3 a6 6.dxc5 La otra captura, 6.cxd5 , conduce a un juego más complicado.

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6.. .i.xc5 7.a3 dxc4 Ambos bandos han tratado la apertura sin pretensiones. En cualquier caso, el juego ne­ gro tiene mayor fundamento, por cuanto el ca­ ballo blanco ya se ha desarrollado por "c3 ", casilla en la cual está mal situado, porque blo­ quea la diagonal del alfil y tiene menos po­ sibilidades de maniobrar que si se hubiese de­ sarrollado por "d2 " . Naturalmente, las negras situarán su propio caballo en "d7". Todo esto parece ofrecerles poca cosa a las negras, pero a Rubinstein le gustaba acumular pequeñas ventajas, ¡ con las que a menudo tenía éxito ! 8.�xd8+ ©xd8 9.i.xc4 b5 1 0 ..ie2 ? ! Una decisión desafortunada puesto que esta casilla era idónea para el rey. Por otro lado, en posiciones como ésta es importante controlar la casilla "e4" (para las negras, "e5"), como hemos visto en la partida anterior. Lo correcto es 1 0. id3 . 10 ... .ib7 1 1 .b4 .id6 1 2.0-0 .!libd7 13.i.b2 f6 3 1 .lii bS lii xa3 32.lii xa6 lii c2 33.gd2 lii el+ 34.©fl lii c3 ! 35.i.d l füxf3 36.gd3 lii xdl Las blancas se rindieron. Una sorprendente partida, muy apropiada para nuestro tema. A partir de la jugada 1 1 , virtualmente todo el juego fue unilateral. ..•

El legado creativo de Rubinstein ha sido duradero, y la influencia de sus ideas sobre el desarrollo del ajedrez ha resultado ser más significativo que sus resultados de torneo. Petrosian R. Byrne Moscú 1 9 75 -

l .d4 lii f6 2.c4 e6 3.lii c3 d5 4.lüf3 i.e7 5..Af4 0-0 6.e3 c5 7.dxc5 i.xc5 8.Y!Yc2 dxc4?! Una tangible imprecisión, tras la cual las negras tienen dificultades. Hoy en día, el plan generalmente aceptado es 8 . . . tll c 6 9.a3 Wffa 5 .

ESTRUCTURAS SIMÉTRICAS DE PEONES

De nuevo es posible que la modesta l l . . . b6 sea más prudente. En tal caso, las casillas ne­ gras no quedarían seriamente debilitadas. Ahora veremos una maniobra que forma parte del legado de Rubinstein, y que actual­ mente es una idea muy divulgada. 12.lii e4! Y!Yb6 No, desde luego, 1 2 . . . i.e7? 1 3 .ic7 Wi'e8 1 4 . tll d 6 ixd6 1 5 . ixd6, pero es interesante el sacrificio de peón 1 2 . . .ib7 ! ?: 1 3 . tll xc5 tll x c5 1 4 .i.xh7+ tll xh7 1 5 . Wffx c5 .ixf3 1 6.gxf3 E:c8, con posibilidades de contrajuego. Las blancas tienen ahora la iniciativa, y ya hemos visto lo importante que es en una es­ tructura de peones simétrica. 13.gacl i.e7 14..Ac7! Wffa 7 Las blancas cambian ahora la pieza ene­ miga más importante: el alfil de casillas ne­ gras, lo que les permitirá apoderarse de las ca­ sillas de ese color. 1 5..Ad6! ixd6 1 6.lii xd6 Wb8 La dama negra es una pieza muy impor­ tante en esta posición. Sin ella, las negras se verían condenadas a una defensa puramente pasiva. Sin embargo, no está claro cómo pue­ den evitar su cambio. 1 7.gfd l ib7 1 8.lii g5 g6 1 9.Y!Yc7! Dadas sus considerables debilidades, las negras deberán situarse a la defensiva a partir

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de este momento. Una perspectiva bastante triste.

19 .i.dS 20.b3 lh7 Las negras no quieren desconectar sus piezas, aunque la continuación más natural, 20 . . . Wfxc7 2 Uhc7 �ad8, permite 22. tll gxf7 ! �xf7 23. tll xt7 'it> xt7 24.e4 i.a8 25.f3 'it> e8 26.�a7, pero las negras siguen luchando. 21 .Wlxb8 tll xb8 22.e4! .ic6 •.

El contraataque 22 . . . �d7 no da resultado, debido a 23 . tll dxf7 .ixe4 24 ..ixe4 �xd l + 25.füd l tll xe4 26. tll h6+ 'it> g7 27. tll x e6+. 23.eS! A pesar de entregarles a las negras la im­ portante casilla "d5 ", las ventaj as de este avance son considerablemente mayores, por­ que gana espacio, las piezas blancas pueden utilizar la casilla "e4", el caballo de "d6" que­ da protegido, los peones negros del flanco de rey están fijados y pronto se convertirán en objetivos de ataque, y se incrementa la presión

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sobre las casillas oscuras en campo negro. ¡ Todo esto es más que suficiente ! 23 ... lli dS 24.h4 ! Esta jugada es una consecuencia impor­ tante y necesaria de 23 .e5 ! Las blancas re­ fuerzan su dominio de las casillas negras y planean un ulterior avance de sus peones, para abrir líneas de ataque en el flanco de rey. Has­ ta cierto punto, estamos presenciando una nueva situación: tras haber logrado superio­ ridad en la disposición de sus piezas, las blan­ cas ya no tienen suficientes objetivos de ata­ que y, por tanto, tratan de crear alguno avan­ zando sus peones. 24 ... h6 25.lli ge4 .ia8 La actividad por parte de las negras por ejemplo con 25 . . . tll f4, no conduce a nada, en vista de 26. 4J f6+ © g7 27 ..ifl . Sin embargo, es interesante 25 . . . 4J e7 ! ?, tratando de reorga­ nizar las piezas de modo más orgánico. 26.g3 ! lli c6 27.f4 lli d4 27 . . . tll c e7 ! ? 28J'k5! �f5 29J�dcl lli xd6 30.lli xd6 gd7 La posición negra es muy difícil y, en con­ secuencia, las mejoras de alguna pieza aislada no pueden modificar el resultado. Es posible que 30 . . . h5 ofrezca mayor resistencia, puesto que ahora las blancas abren líneas aún más rá­ pidamente. 3 1 .a4! llib4 32.i.e2 bxa4 33.bxa4 f6

Las negras buscan contrajuego para no per­ manecer completamente ociosas, pero la juga­ da textual permite que las cosas se resuelvan aún antes. Con su siguiente jugada, las blancas ponen a las negras en su lugar.

34.J.g4! f5 Otras jugadas no son posibles: 34 . . .idS? 3 5 . g xd5 , o 34 . . . g e7 3 5 . g c7 g xc7 36. ixe6+. 35..Ae2 g5 Aunque a las negras no les interesa esperar, este nuevo debilitamiento de su posición abre más líneas para las blancas que para ellas. Las blancas deben seguir ahora con cálculos pre­ cisos, aunque no muy complicados. 36J�c8! gdd8 Tampoco después de 36 . . .idS 37. :B: xf8+ g8 28. :B: d3 lt'i b3 29.f4, y las blan­ cas ganan. b) 24 . . . lt'i xg5 25. W/xg5 , con una pequeña ventaja blanca. 23 ...WxfS 24.gxfS

Smyslov Keres Leningrado/Moscú 1 941 Campeonato A bsoluto de la URSS -

En consecuencia, las principales cartas de las negras tienen un carácter estático, y sólo podrán hacerlas valer con el correspondiente reagrupamiento de sus piezas, algo que reque­ rirá cierto tiempo. Las blancas, por otra parte, son más activas, de modo que su ventaja tiene un carácter dinámico, así que deben actuar con energía y determinación, si quieren explo­ tar su ventaja. De no ser así, su contrario ob­ tendrá el tiempo que necesita para reorganizar sus efectivos y rechazar el ataque, lo que le permitirá hacer valer las ventajas de su posi­ ción, que seguirán intactas. Por este razonamiento, sabemos que las blancas sólo deberían pensar en un juego acti­ vo. Sin embargo, su siguiente jugada fue im­ precisa. 22.WfS?! La más mc1s1va 22 ..if6 ! era la correcta. Después de 22 . . . lt'i f4 (22 . . . gxf6 es malo, de­ bido a 23. W f5 ! f üd8 24. :B: g3+ 'iti f8 25.exf6 Wd6 26. Wi'xh7 i> e8 27. :B: e l ) 23. :B: g3 ! lt'i g6

Las negras logran ahora ventaja, dado que el cambio de damas favorece al bando con ventajas estáticas, ya que las posibilidades ata­ cantes del oponente se reducen y sus ventajas dinámicas son, por tanto, más difíciles de ex­ plotar. Las excepciones a esta regla sólo son posibles cuando hay variantes concretas que conducen forzosamente a ventaja, pero no es el caso aquí. Un inesperado contragolpe de Keres cambia el curso de los acontecimientos. 24 ... f6! ! Tras esta brillante jugada, las negras logran ventaja en todo el tablero. La actividad de las blancas se evapora y los defectos de su es­ tructura de peones (una de las ventajas está­ ticas de las negras) comienzan a hacerse notar. En la materialización de la ventaja, Keres exhibe su magnífica técnica de finales. El res­ to de la partida sólo lo examinaremos con unas breves notas. 25.exf6 lll e 4 26.fxg7

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26. �h4 gxf6 ! 27.i.g3 (o bien 27 .!!d l tt:l d6) 27 . . . tt:l d2 ! es desfavorable a las blancas. 26 .. Jhf5 27.i.e7 ©xg7 28.f3 tt:ld2 29.©f2 ges 30.gael � e4+! 3 t .©g2 gxe7 32.fxe4 gxe4 33.gxe4 dxe4 34.gxe4 gb5 35.ge2 gb3 36.©f2 ©f6 37.©et h6! 38.gg2 ©e6 39.©dt ©d5 40.©c2 gh3 ! No, por supuesto, 4 0 . . . 'kt> xd4? por 4 1 . l'! g4+ 'kt> d5 42. l'! h4. 41 .gd2 ©c4 42.©bt h5 43.©a2 gh4 44.gf2 'iftxd4 45.gf7 b5 46.gf2 gh3 47.gd2+ gd3 48.gf2 ©c4 49.gc2+ 'iftd5 50.gg2 gh3 51 .gd2+ ©c5 52.gc2+ ©b6 53.gf2 c5! 54.gf6+ ©a5 55.gf2 c4 56.gg2 c3 57.b4+ axb3 58.©xb3 c2+! 59.©xc2 gxa3 60.©b2 g13 61 .ge2 h4! 62.gd2 h3 ! 63.ge2 ©a4 64.©bt gn+ 65.©c2 b4 66.'iff d3 gdt+ 67.©c2 ggl Las blancas se rindieron. Así pues, hemos presenciado lo siguiente: a) El bando en posesión de ventajas dinámicas ha de actuar con decisión. A menudo, el jugador debe estar dispuesto a arriesgar toda su posición y sacrificar material para no dejar escapar su oportunidad. b) El bando que trata de conseguir algún ti­ po de ventaja estática, a cambio de concederle a su oponente posibilidades de juego activo, debe estar preparado para rechazar las amena­ zas y, una vez conseguido, tratar de materia­ lizar sus ventajas posicionales. Por ejemplo: ventaja material, debilidades en campo enemi­ go, etc. Por otra parte, si las blancas hubiesen juga­ do su alfil a "f6" en la jugada 22, es muy pro­ bable que la partida no se hubiera prolongado tanto tiempo. Después de dos errores consecu­ tivos (en esta jugada y en la siguiente), las negras necesitaron otras 43 jugadas para con­ vertir en victoria su ventaja, ¡y eso gracias a un juego excelente ! Esto nos permite extraer la siguiente con­ clusión: jugar concediéndo importancia a la acumulación de ventajas a largo plazo, requie­ re de un jugador capacidad (y disponibilidad psicológica) para defenderse, así como para materializar su ventaja con un juego técnico. Jugar con énfasis en el dinamismo requiere disponibilidad para actuar con determinación.

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Por cierto que, si recordamos el capítulo 3 (El peón central aislado), quedará claro que jugar posiciones como ésta es un ejemplo típi­ co de la lucha entre juego estático y dinámico. En el presente capítulo concentraremos nuestra atención en los diversos tipos de ven­ tajas estáticas y los métodos para conseguirlas y explotarlas. He dejado aparte el tema del juego dinámico para otro libro. Por otro lado, no examinaremos todos los tipos posibles de ventajas estáticas, como "al­ fil bueno" contra "alfil malo", la ventaja en el centro y otras. Vale la pena estudiar por sepa­ rado cada tema. Aquí sólo nos detendremos en los principios fundamentales. Lasker - Blackburne Londres 1 892 (8") 1 .e4 e6 2.d4 d5 3.i.d3 dxe4 4.i.xe4 �f6 5.i.f3 c6 6.� e2 Ad6 7.0-0 � bd7 8.�d2 0-0 9.� c4 Ac7 10.i.f4 � b6 1 1 .� e5 � fd5 12.i.g3 f!e7 13.c3

Las negras han jugado la apertura de forma deficiente, y ahora tienen una posición pasiva. 13 f5? Con este agudo avance, las negras esperan activar su posición. Sin embargo, el ajedrez es un juego lógico, y los "ataques" aislados de peón, cuando las piezas de su bando son pasi­ vas, sólo conducen a un debilitamiento de la posición propia, si el oponente acierta con el juego correcto. Tal es el caso aquí. Las negras asumen ahora todo un complejo de debilida­ des, a lo largo de la columna "e", así como en .•.

sus casillas oscuras. En este último aspecto, para el bando fuerte es ventajoso cambiar el alfil que defiende las casillas del color en cuestión. Las negras debían haber jugado 1 3 . . .id7, completando su desarrollo y prepa­ rando la gradual liberación de su juego. 14.i.xd5! ? L a respuesta d e las blancas e s inesperada e inusual: entregan su mejor alfil por el poco atractivo caballo de "b6" (en la variante que se produce en la partida). El problema es que de­ ben impedir la amenaza . . . f4 y, al mismo tiem­ po, tratar de apoderarse del control de las de­ bilitadas casillas negras. Ambos objetivos se cumplen con la jugada 1 4, por más sorpren­ dente que a primera vista parezca. La razón por la que no le concedí un signo de admiración a esta jugada es porque la in­ mediata 1 4. °l'Nc l ! parece más fuerte, ya que si 14 . . . g5, las blancas juegan 1 5 . ixd5 , que de­ semboca en la posición de la partida. 14 ... l0 xd5? ! Sin duda e s más preciso 1 4 . . . exd5 1 5 . tt:l d3 ! (la clave de la jugada 1 4 de las blancas) 1 5 . . . ixg3 1 6.hxg3 tt:l c4 1 7. g e l , y las blancas tienen ventaja, aunque hay mucho por jugar. 15.Wc t g5 Las negras siguen buscando juego "activo", pero su posición ya es mala en cualquier caso.

También es fuerte 20.i f2 b6 2 1 . g ad 1 i.b7 22. g d6 c5 23 .a3 f üd8 24. f üd l g xd6 25.exd6. 20 ... Wc5 2 1 .Wxc5 l0xc5 22.�c3 b6 23.gd6 i.a6 24.b3 gad8 25.gad l l0b7 La posición no puede sostenerse más. Por ejemplo: 25 . . . g xd6 26. g xd6 i.b7 27.b4 tt:l e4 2 8 . tt:l xe4 fxe4 29.E!xe6 e3 30. g d6. 26.gxe6 gxdl + 27.IO xdl gd8 28.tt:l e3 gd3 29.l0 xf5 gdl+ 30.fl l0c5

3 1 .gd6? Inesperadamente, las blancas se equivocan. Tanto 3 1 . g e7 g d2+ 32. e3 g d3+ 3 3 . W e2 g d7 34.füd7 tt:l xd7 3 5 .e6 tt:l c5 36. tt:l h6+ f8 3 7 . f5 , como 3 1 . l:'! e8+ f7 32. g e7+ f8 33 .e6 g d2+ 34. © e 1 , ganaban de inmediato. 3 t ...l0e4+ 32.e2 gxd6? Las negras permiten zafarse a su oponente. Después de 32 . . . tt:l xd6 3 3 . exd6 g d5 (parece que ésta fue la jugada que se les escapó a am­ bos contendientes, tal vez como consecuencia de los apuros de tiempo) 34. tt:l e7+ f7

16.f4 i.xe5 17 .dxe5 g4 Las negras también pierden rápidamente si la posición se abre: l 7 . . . gxf4 l 8 . tt:l xf4 i.d7 l 9.c4 tt:l xf4 20. °l'Nxf4 fü7 2 1 .fü3 g g7 22 . .ih4. 1 8.c4 l0c7 19.We3 l0 a6 20.gfd l Las blancas tienen una enorme ventaja. CARACTERÍSTICAS ESTÁTICAS Y DINÁMICAS

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las blancas habrían tenido que encontrar una inusual para ganar: 3 5 . f5 ! ! :B: a5 36. tll x c6 f üa2+ 37. © e3 .ic8 3 8 . tll e5+ © f6 39. © f4 :B: d2 (39 . . . ixf5 40 . .ih4+ © e6 4 l .d7) 40 . .ih4+ © g7 4 l .f6+ © f8 42 . .ig5 ie6 (42 . . . :B: f2+ 43 . © g3 f ü5 44.d7 ixd7 45. tll x d7+ © e8 46. © xg4 :B: a5 47.c5 ! ) 43 .d7 ! :B: d4+ 44. © e3 f üd7 45 . tll x d7+ .ixd7 46. © d4 © f7 47. © e5 .ic6 48.g3 i f3 49 . .ie3 ! ie2 50 . .id4 .i fl 5 l . © d6 �e2 52. © c7 .i f3 5 3 . © b8 a6 54. © a7 b5 5 5 . © xa6 bxc4, y ahora el toque final, 56.b4 ! 33.exd6 � f6 34.� h6+! ©rs 35.ih4 � d7 36.1'e7+ ©e8 37.� xg4 b5 38.cxb5 ixb5+ 39.©d2 c5 40.©c3 h5 41 .�e3 � b6 42.h3 ic6 43.g4 hxg4 44.hxg4 � d5+ 45.� xd5 ixd5 46.f5 ©d7 47.@d3 a5 48.g5 ic6 49.g6 if3 50.@e3 ih5 51 .@e4 idl 52.g7 Las negras se rindieron. ruta

Uno de los métodos fundamentales para ex­ plotar una debilidad estática en la posición enemiga es la bien conocida técnica de sim­ plificar, forzando la transición a un final su­ perior. La significación de un plan así es ob­ via, pero conseguir implementarlo dista de ser fácil. Akiba Rubinstein era, en ese aspecto, un maestro sobresaliente.

ímpetu atacante en la primera fase del juego, las blancas se han retrasado en desarrollo y, lo que es más importante, su estructura de peo­ nes es rígida y ha sido innecesariamente debi­ litada por el avance del peón "f'. En teoría, todo esto puede repararse, pero requiere una precisa, larga y pasiva defensa, lo que no es del gusto de todos. Por el contrario, el juego de las negras es muy sencillo y agra­ dable. De momento, cortan toda esperanza de contrajuego por parte de las blancas. 1 1 . .. f6 Las blancas experimentan ahora problemas. A continuación desarrollan su alfil y podrán enrocar, si bien posiblemente fuese más preci­ so regresar con el caballo a "c3 " . En más de una ocasión he realizado esta advertencia: si en una posición dada, las jugadas más natura­ les y fundamentales no resultan (o son proble­ máticas, como es el caso aquí), entonces pres­ te suma atención, ¡porque algo debe estar mal ! 12.ie3 ixe3 13.'1Wxe3 d5! Natural y fuerte. Las negras se disponen a atacar la debilitada cadena de peones blancos (aunque esto no sea fácil de ver), y no permi­ ten que el caballo retroceda a la mejor casilla. 1 4.0-0?! Lo dicho acerca de la jugada 12 de las blancas puede aplicarse a ésta, y aun en mayor medida. Es mejor 1 4. °1W f2, permitiendo que el caballo retroceda a "c3 " . 1 4 ... c6 1 5.�a3

Alapin - Rubinstein Praga 1 908

Esta posición fue el resultado de una aper­ tura extraña (por decirlo suavemente). A pri­ mera vista parece igualada, pero esa impre­ sión no es real. Como consecuencia de su

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t 5 ...Wb6! Decisión evidente, pero no por eso menos fuerte. Las negras cambian la principal espe-

ranza de su rival, dejándolo en una situación deprimente, aunque lo peor está por venir. 16.Y!Yxb6 axb6 1 7.c3 Las blancas no se libran de sus dificultades con 1 7.exd5 li:'i xd5 1 8 . li:'i c4 füd8 1 9.a4 l'% a6. 17 JUd8 1 8.gf2 gd7 1 9.c!Lic2 gad8?! Quizá sólo aquí podemos dudar de la pre­ cisión de las acciones negras, porque las blan­ cas obtienen ahora un recurso adicional. Des­ pués de 1 9 . . . dxe4 20.dxe4 l'% ad8, el juego re­ vertiría a la partida. 20.ge l ? ! Las blancas n o aprovechan s u oportunidad. Después de 20.exd5 ! ? l'% xd5 2 1 .d4, una posi­ bilidad es 2 l . . .exd4 22. li:'i xd4 c5 2 3 . li:'i e6 l'% d l + 24. f üd l l'% xd l + 25.'iil h2 @ f7 26.g4 g6, y las negras tienen ventaja, aunque posiblemente no baste para ganar. 20 ... dxe4 2 1 .dxe4 ••

21 ...c!Lic8! ¡ Típico de Rubinstein ! Las negras van a crear una fuerte presión en el flanco de dama. 22.gfe2 b5 23.c!Li al li:'i b6 24.c!Li b3 c!Li a4 25.Wf2 c5 26.gc2 Es dificil comentar el juego de las blancas. Su posición es pasiva y tienen acusadas debili­ dades, sin ningún tipo de contrajuego. Por eso era tan importante la inesperada opción de que disponían en la jugada 20. Ahora veremos otro típico procedimiento de Rubinstein. 26 g6! Abriendo un "segundo frente" en el flanco de rey. En la actualidad, esta forma de jugar es obvia, pero no siempre ha sido así. Rubinstein nunca expresó por escrito sus opiniones acer•••

CARACTERÍSTICAS ESTÁTICAS Y DINÁMICAS

ca del aj edrez, pero sus partidas las expresa­ ron de forma cristalina. Como ya sabemos, Rubinstein era uno de los mayores expertos en el final de la historia del aj edrez, y apreciaba profundamente todos los principios importan­ tes, que sabía emplear en sus partidas. Todos los demás principios también los aprendimos de él. Mijail Botvinnik, por ejemplo, en más de una ocasión ha mencionado la influencia de Rubinstein sobre su propio juego. 27.fxg6 hxg6 28.c!Li c l c4 29.@e3 @n 30.gfl gdl 3 1 .gxd l gxd l

32.©e2 Una posición instructiva, cuyos aspectos negativos pueden atribuirse a jugadas de peón no apoyadas por piezas. Ya es imposible jugar de forma activa: 32 .b3 li:'i c5, o bien 32 .b4 c;t> e6, y las debilidades son terminales. 32 l'%d7 33.@e3 c!Lics 34.b3 A 34.b4 pueden seguir tanto 34 . . . li:'i e6 co­ mo 34 . . . li:'i a4. 34 ... @e6 35.bxc4 bxc4 36.gb2 gdl 37.:ab6+ @d7! ••.

Para acabar siempre hay lugar para una se­ cuencia táctica nada complicada pero efectiva. 38.c!Lie2 @c7! 39.gb4 :ad3+ 40.@f2 c!Lixe4+ 4 1 .@el c!Li d6 42.ga4 @c6 43.ga8 @ds 44.h4 c!Li rs 45.:afs c!Li e3 ! 46.gg8 O bien 46. l'% xf6? l'% d l + 47. @ f2 li:J g4+; 46. @ f2 f5 47. l'% g8 f4 ! 48. l'% xg6 l'% d l 49. li:'i g3 l'% d2+ ! 50. li:'i e2 @ e4 ! 5 1 .h5 l'% d l . 46... c!Lixg2+ 47.@f2 c!Li xh4 48.gd8+ @e4 49.c!Lig3+ @f4 50.c!Lie2+ @g4 si .gc8 gf3+ Las blancas se rindieron.

1 17

Rubinstein era un maestro en el arte de re­ ducir el contrajuego del adversario, gracias a cambios oportunos, y explotar luego las debi­ lidades de la posición. Actualmente podemos ver un enfoque similar (aunque esto quizá no sea inesperado) en las partidas de Anand, pero, por supuesto, hay grandes diferencias in­ dividuales entre ambos jugadores. Un defecto significativo de la posición (y para el oponente, una ventaja importante de naturaleza estática) es una pieza que quede fuera de juego por considerable espacio de tiempo. La siguiente partida, jugada por Capa­ blanca, es un ejemplo excepcionalmente ins­ tructivo. En conjunto, debe decirse que, a lo largo de la historia, Capablanca ha conseguido producir, como ningún otro maestro, el mayor número de partidas importantes para entender la esencia misma de la partida de ajedrez. Creo que la absoluta claridad de su pensa­ miento es la principal razón de que así haya sido, además, naturalmente, del período en que le tocó vivir. W. Winter - Capablanca Hastings 1 9 1 9 l.e4 e 5 2.tll f3 c!O c6 3.tll c3 tll f6 4.J.b5 i.b4 5.0-0 0-0 6.J.xc6 dxc6 7.d3 i.d6 ! ? Una interesante decisión, característica de Capablanca. Recomiendo encarecidamente es­ tudiar la partida Janowski - Capablanca, Nue­ va York 1 9 1 6. También son posibles aquí 7 . . . t1J d7, 7 . . . :g e8 y 7 . . . W e7. 8.J.g5

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8 ... h6! Una jugada sencilla, pero importante para resolver el problema de la clavada. Como re­ gla general, es útil para el bando que sufre la clavada "pedirle explicaciones" al alfil, en cuanto a sus intenciones futuras. Las negras definen la situación de esta pieza tan pronto como es posible, facilitándose de esta forma la tarea de trazar un plan de acción. 9.J.h4 1 O.d4 es ahora una amenaza real. 9 ... c5!

1 0.c!LJ dS? Es asombroso comprobar que estas cosas sucedían en las partidas de maestros relativa­ mente fuertes de principios del Siglo XX . Winter cree ingenuamente en la posibilidad de que Capablanca pueda responder come­ tiendo un error primitivo. Está claro que espe­ raba 1 O . . .i.e7?, y entonces 1 1 . t1J xe7+ Wxe7 1 2 . t1J d2 W e6 1 3 .i.g3 ! :g es 1 4.f4, conduciría a una clara ventaja blanca. Las blancas debían haber jugado 1 0. lLi d2 ie6 ! l 1 . lLi c4 ixc4 l 2.dxc4 c6 1 3 .Wí f3 ie7 1 4. WífS Wc7, con posibilidades equivalentes. 1 0 ... g5 ¡ Por supuesto ! Las cosas ahora se ponen feas para las blancas. 1 1 .tll xf6+ Forzado, ya que l 1 . lLi xg5 pierde de inme­ diato, por l 1 . . . lLi xd5 1 2.WíhS hxg5 l 3 .i.xg5 lLi f4, mientras que l I .ig3 lLi xd5 1 2.exdS i.g4 1 3 .h3 i.h5 1 4 . Wíe2 f5 también es desagradable para las blancas. 1 1 ...Y!Yxf6 12.i.g3 J.g4 13.h3 J.xf3 14.ti'xf3

Conservar las damas posiblemente ofrezca mayor resistencia, aunque tampoco hubiera salvado la partida. 14 ...f!xf3 1 5.gxf3 f6 1 6.i>g2

forma que el alfil blanco no pueda trasladarse, de ningún modo, al flanco de dama, donde las negras proyectan operar con su pieza extra. Para empezar, Capablanca realiza una jugada de peón que, a primera vista, parece sorpren­ dente. 1 6 aS! Otro peón más se sitúa en una casilla del mismo color que su alfil. Por el comentario anterior, todo se vuelve claro: las negras quie­ ren jugar . . . a4. Después de la réplica obligada de su oponente . . . 1 7.a4 .. .las negras se aferran a este obj etivo para abrir líneas en el flanco de dama. 1 7 i>f7! Como se esperaba, el rey está mejor situado en el centro del tablero, donde se encuentra perfectamente seguro y más próximo al área en que las negras emprenderán sus operacio­ nes. 1 8.ghl Kasparov recomienda l 8.c4 ! , tratando de construir una fortaleza. 18 @e6 1 9.h4 gfb8! 20.hxgS hxg5 2 1 .b3 c6 22.ga2 b5 23.ghal .•.

•..

Esta posición es el motivo por la que exa­ minamos la partida. El alfil blanco está en­ cerrado por un tiempo considerable, y la posi­ bilidad de que se reintegre al juego, si las ne­ gras actúan con correccíon, es insignificante. Debemos tomar nota de que a Capablanca no le molestaba que sus peones estuviesen si­ tuados en casillas del mismo color que su alfil, con lo que éste se convertía en oficialmente "malo", a la vez que las casillas blancas de su campo quedaban debilitadas. Todo esto puede ser cierto, pero el problema es que estas con­ sideraciones empalidecen en relación con las ventaj as que se obtienen al haber dejado al alfil blanco fuera de juego. Naturalmente, si ambos bandos tuviesen otras piezas menores en el tablero, entonces las blancas podrían es­ perar compensar de algún modo su inconve­ niente más serio para un juego activo. Por consiguiente, he aquí por qué es ventajoso pa­ ra el bando que juega contra una pieza fuera de juego cambiar las demás piezas. En lo que concierne al alfil "malo" de las negras, pronto se incorporará al juego sin mayores proble­ mas. En general, hay que decir que el llamado alfil "malo" a menudo resulta ser una pieza importante, y el problema de alfiles "buenos" y "malos" requiere un estudio específico. Capablanca comienza ahora a ejecutar el plan de convertir su ventaja. La esencia de su plan es dejar inalterable el flanco de rey, de CARACTERÍSTICAS ESTÁTICAS Y DINÁMICAS

•.•

Como las negras tienen todo ya debidamen­ te preparado, sería incorrecto postergar medi­ das activas. 23 c4! 24.axbS Aún es peor 24.dxc4 bxc4 25 .bxc4 gb4. 24 ... cxb3 25.cxb3 gxb5 26.ga4 gxb3 27.d4 gbs 28.gc4 Las blancas están indefensas, prácticamen­ te con pieza menos. .•.

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28 ... gb4! El golpe final. El alfil blanco no escapará. 29.gxc6 gxd4 Las blancas se rindieron.

Ahora veremos cómo se refleja esta estra­ tegia en una lucha moderna: Anand - Kamsky Las Palmas 1 995 Candidatos PCA (9ª) 1 .e4 e5 2.l!Jf3 l!Jc6 3 ..ib5 a6 4.i.a4 l!Jf6 5.0-0 .ie7 6.gel b5 7.i.b3 d6 8.c3 0-0 9.h3 ges 10.d4 .tb7 1 t.l!Jbd2 .tf8 1 2.a4 h6 13.i.c2 exd4 1 4.cxd4 l!Jb4 15 ..ibl �d7 16.b3 g6 1 7.i.b2 .ig7 18.�cl gac8 19 ..ic3 ! c5 20.d5

Esta posición ha surgido de una compleja línea de la Ruy López, en la que las últimas jugadas de ambos bandos han fijado práctica-

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mente la formación central de peones por mu­ cho tiempo. Las negras han asumido el típico problema "español" en posiciones de esta cla­ se: su alfil de "b7" está fuera de juego, blo­ queado por los peones blancos. El método usual para resolver este problema es regresar a la diagonal "h3-c8" y, a veces, atacar la cade­ na de peones blancos con . . . f5 . 20 ...�e7 2 1 .l!Jfl l!Jh7? Según Anand, esta jugada es un significati­ vo error, y recomendaba en su lugar 2 1 . . .l!Jd7 ! como mucho más fuerte. Las negras tienen ahora dificultades para reincorporar al juego este caballo. 22 ..ixg7 ©xg7 23.l!Je3 ! Un momento muy instructivo. La ineficaz reorganización del flanco de rey les ha creado dificultades a las negras para coordinar sus piezas. Las blancas se disponen ahora a gene­ rar inmediatas amenazas para entorpecer el reagrupamiento de las piezas contrarias. 23 ... h5 Es imperativo rechazar la amenaza 24.l!Jg4, pero las negras hacen ahora que la salida del caballo por "g5" sea más dificil. 24.�d2 ! Un importante detalle en el plan de las blancas. Con esta jugada impiden que el caba­ llo llegue a "g5". 24... ©g8 El blanco inicia ahora una acción decisiva, y todas las fuerzas negras, descoordinadas, son incapaces de neutralizarla, sobre todo por­ que sus piezas menores están fuera de juego. 25.axb5 axb5

26.tll d l ! ! La jugada clave. N o se l e permite al caballo negro llegar a "g5" y, por otro lado, el peón de "b5" tiene dificil defensa. 26 ... tll a6 En la variante 26 . . . ga8 27 .gxa8 füa8 28.tll c3 Wld7 29.e5 ! dxe5 30.tll xe5 Wld6 3 l .tll xg6 ! fxg6 32.:!'!e6, en la que las blancas ganan, la exclusión de caballo y alfil del flan­ co de rey se hace sentir. Esto nunca cambiará: ninguna de estas piezas menores podrá jugar a ninguna parte. 27.tll c3 b4 28.tll b5 Anand sefiala otra atractiva maniobra de caballo: 28.tll a4 ! ?, seguido de tll b 6-c4. 28 ... tll c 7 29.i.d3 tll xb5 30 ..ixbS ged8 31.i.c4 !

La posición por fin se ha estabilizado. Las negras están mal, en gran parte debido a la de­ sesperada situación de sus piezas menores. Tome nota de que en este caso ambas están no sólo restringidas por sus propios peones, sino también por los peones y piezas contrarios. 31. .. tll f6 32.ti'h6! Creando una amenaza oculta sobre el peón de "g6". 32 §'f8 33.ti'gS ti'g7 34.ga7 gc7 Las negras están atadas, y las blancas em­ prenden ahora el ataque decisivo. 3S.i.a6! gbs 35 . . . gdd7 tampoco salva la partida, por 36 ..ixb7 !!xb7 3 7.:!'!a8+! �h7 3 8 .\Wf4 tll g 8 39.e5 dxe5 40.gxe5 ! , seguido de gee8.

O bien 36 . . . dxe5 3 7.d6 gd7 3 8 .tll xe5 . 37J'hb7 gcxb7 3 8..ixb7 gxb7 39.ti'd8 §'f8 40J'�al !

¡ Qué lamentable caballo ! La desafortunada decisión de la jugada 2 1 ha condenado esta pieza a un continuo sufrimiento. 40 ... tll c7 41.ti'd7! ti'b8 En caso de 4 l . . .'1We8, Anand indica la va­ riante 42.\Wc6 ! \Wxc6 43 .dxc6 :!'!b6 44.exd6. 42.ti'xd6 c4 43.bxc4 b3 44J'lbl b2 45.ti'cS! B:b3 46.ti'd4 ti'b4 El peón pasado negro está bloqueado, pero puede seguir jugando un papel. Se requiere una actuación enérgica por parte de las blan­ cas para distraer al oponente de sus destruc­ tivos propósitos. Por consiguiente: 47.�g5! gc3 48.ti'f4 f6 49.exf6 �xdS SO.ti+ Las negras se rindieron. No puedo privarme (ni privar al lector) del placer de mostrar una partida más, de con­ tenido moderno, pero sorprendentemente si­ milar en cuanto a las ideas fundamentales, a la partida antes comentada de Capablanca. Anand - Nikolic Wijk aan Zee 2000

..•

36.e5! tll e8

CARACTERÍSTICAS ESTÁTICAS Y DINÁMICAS

l .d4 fS 2.g3 tll f6 3.i.g2 e6 4.c4 dS S.tll h3 c6 6.0-0 .id6 7.ti'c2 0-0 8.tll d2 .id7 9.tll f3 .ie8 IO.i.f4 h6? ! Nikolic planea explotar la acumulación de piezas blancas en el flanco de rey. Sin em­ bargo, resulta que no puede beneficiarse de ello, y las negras se retrasan en desarrollo. Por

121

consiguiente, es mejor 1 0 . . . ih5 ó 1 0 . . .�e7. l l .'9°b3 ! b6

tUUcl ! Esta jugada de aspecto normal e "inocuo" es muy importante. Anand tiene en cuenta tan­ to el debilitamiento de las negras en el flanco de dama como su retraso en desarrollo en el mismo sector, así que desplaza su torre de rey. Son jugadas como ésta las que conducen a brillantes victorias. Sin ellas, más tarde fal­ tará algo en la partida, ya sea un tiempo o la disposición errónea de una pieza, lo que im­ pediría que una importante línea de juego die­ se resultado. ¿Por qué resulta que en las par­ tidas de los maestros eminentes todo parece estar siempre en su sitio? 1 2 .. .Ae7 Las dificultades de las negras son eviden­ tes, debido a su imprecisión en la 1 O" jugada y la fuerza de la 1 2ª jugada blanca, a la vez na­ tural y lógica. 1 2 . . ..ih5 permite la desagrada­ ble réplica 1 3 .c5 ! .ixf4 (a 1 3 . . . .ixf3? 1 4.ixd6 ixg2 l 5 .\t>xg2 �e8 l 6.cxb6 !; también es ma­ lo 1 3 . . . bxc5 1 4 .�7) 1 4.ll'ixf4 ixf3 1 5 .exf3 �e8 1 6.�e 1 . Las negras deberían desarrollar sus piezas con 1 2 . . . ll'ia6, aunque también en este caso las blancas lograrían ventaja, des­ pués de 1 3 .cxd5 exd5 1 4 . .ixd6 �xd6 1 5 .lll e5 ll'ic7 l 6.ll'if4. 13.cxd5 � xd5? Una decisión chocante, con la que las ne­ gras se retrasan aún más en desarrollo, que­ dando con buen número de debilidades en todo el tablero. Además, no podrán impedir que las blancas abran el centro. Se trata, prác-

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ticamente, del error decisivo. Era esencial hacer 1 3 . . . exd5, aunque después de 1 4.ll'ie5 las blancas tienen clara ventaja. 14.Ad2 g5 15.�e5 a5 No es sorprendente que ahora las blancas abran el juego y consigan una amplia ventaja. 1 6.e4! fxe4 l 7.Axe4 ga7 1 8.f4 gxf4

Hasta una jugada evidente como la 1 8 del blanco requería cálculo y se basaba en la si­ guiente réplica, no dificil, pero sí importante. 1 9.ht! if6 20.� xf4 '9°d6 2 1 .� fg6 Quizá sea mejor 2 1 .�e l ! ?, con la posible continuación 2 1 . . .a4 22.�d l �g7 23 .ll'ih5 .ixh5 24.�xh5 . Sin embargo, la atractiva so­ lución de la partida encaja perfectamente en el estilo de Anand. Su forma tremendamente im­ petuosa de jugar fue muy bien descrita por Lautier: "Como de costumbre, Anand avanza a toda máquina por un campo de minas". 2 t. . .Axg6 22.�xg6 gm

23.Af4!

Del comentario anterior se deduce que cambiar damas, con 23 .i.xd5 'Wxd5+ 24.°Wxd5 exd5 difícilmente podía interesarle a Anand en una posición como ésta. Por otro lado, ob­ jetivamente hablando, las consecuencias de esa maniobra tampoco están claras: 2 5 .1i.f4 gab7 26.llJe5 füe7. 23 ... llJxf4 24.gxf41i.g7? No es fácil para las negras tomar la deci­ sión correcta. También quedan mal después de 24 . . . hd4? ! 25.°Wh3 i.xb2 (25 . . . fü6 26.gc2 ! gh7 27.�g2) 26.i:!d l id4 27.°Wxh6 liJd7 (27 . . . gh7 28.füd4 ! ) 28 .gg l 1i.g7 29.liJhS! La mejor opción de continuar la lucha es 24 . . . a4, aunque también en este caso, después de 25 .°Wh3 a3 26.�g l , las cosas no son fáciles. 25.'ifh3 �'U6 26.gc3 'ifxd4 27.%Vg2 gd7 28.ggl b5 29.gg3

como ya hemos dicho, de los Grandes Maes­ tros podemos aprender tanto de sus jugadas imprecisas como de sus mejores jugadas. Las ideas es lo que más importa, tanto las que se reflejan en las jugadas efectuadas como las mencionadas en los comentarios. 31. ..'ifc7 32.gd3 ges 33.gd6 c5 34.tlig4 gff8 35.tlixh6+ ©h8 36.tlig4 gds

Sigue el golpe concluyente: 37.W/g2 ! gxd6 38.'ifh3+ ©g8 39.'ifh7+ ©n 40.i.g6+ Las negras se rindieron. El caballo de "b8" no pudo entrar en acción en ninguna de las 39 jugadas realizadas por las negras en esta partida. Algo verdadera­ mente inusual.

La armonía y potencia de las piezas blancas producen una fuerte impresión. En cuanto a las negras, aparte de la miserable posición de su rey, llama la atención el todavía no desa­ rrollado caballo. Si recordamos ahora el juego rápido y decisivo de las blancas, está claro que se basa en el hecho de que el caballo se echa de menos en el flanco de rey. En realidad, exactamente así es cómo jugaba Capablanca, sólo que en un tipo de posición muy diferente. 29 ... %Va7 30.tlie5 ge7 3 1 .'ifd2 Aún se podía ganar más rápidamente con 3 l .ixc6, seguido de id7, pero es muy posible que Anand ni siquiera mirase ese lado del tablero, ya que no quería permitir de ningún modo que el caballo entrase en juego. La ju­ gada elegida es una pequeña imprecisión, pero

CARACTERÍSTICAS ESTÁTICAS Y DINÁMICAS

Ahora nos detendremos en un tema que es muy importante para entender qué es una ca­ racterística estática en la partida de ajedrez. Bird - Lasker Newcastle sobre el Tyne 1 892 (r) 1 .f4 e5 2.fxe5 d6 3.exd61i.xd6 4.tlif3 g5 5.d4 g4 6.tlie5 ixe5 7.dxe5 Yfxdl + 8.©xdl tlic6 9.i.f41i.e6 La apertura, extravagante según los pará­ metros actuales, ha conducido a una intere­ sante posición: las blancas tienen la ventaja de los dos alfiles y un peón más, pero de todos modos la posición es favorable a las negras. Una de las razones es la desafortunada situa­ ción del rey blanco, pero la principal es la su­ perior estructura de peones negros. Está claro

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que antes o después las negras recuperarán su peón. El tema es si entonces podrán las blan­ cas crear un efectivo contrajuego que compen­ se sus debilidades. 10.e3 .llJge7 l l J\bS 0-0-0+ 1 2.©cl .idS 13J:!gl a6 1 4J\e2 .ie6 15 . .llJc3

15... h6! Obsérvese que Lasker no se apresura a re­ cuperar el peón, sino que se preocupa de su propia estructura de peones (la maniobra de las jugadas 1 2, 1 3 y 1 4) y trata de restringir la actividad de su oponente. Por ese motivo evita variantes como 1 5 . . . tlig6 1 6.ig5 E:d7 l 7.if6 !!e8 18 . .llJe4 b6 ( 1 8 . . . tligxe5? 1 9.ixe5 tlixe5 20.ltJf6, o bien 18 . . . h6? 1 9.tlic5) 1 9.ltJg5 . 1 6J\d3 .llJg6 1 7.Axg6 fxg6 18.gd l gde8! 1 9.e4 gS 20 ..ig3

2 1 .b3 El problema aquí es que las blancas pueden jugar de modo más natural, con 2 1 .ltJd5 ixd5 22.exd5 ltJxe5 23 .b3 h5 24.El.d2 tlid7!? 25.©b2 h4 26 ..if2 fü5, después de lo cual las negras sólo tienen una pequeña ventaja, caso de que exista. Después de la textual, la ventaja negra se confirma. 2 1 ...hS 22.gd2 h4 23.i.f2 .llJxeS 24.i.e3 h3 25.i.xgS?

Las blancas siguen capturando material, sin justificación. Casi habían nivelado la partida, y después de 25 .©b2 hxg2 26.El.xg2 ltJf3, la ventaja negra no hubiera sido grande. Ahora, sin embargo, las negras disponen de una rup­ tura decisiva. 25... g3 ! 26.hxg3 Forzado, ya que tanto 26.gxh3 ltJf3, como 26.©b2 gxh2 27 .gxh3 tlif3 28.El.g2 .ixh3 29.El.g3 id7 son malas para las blancas. 26 ... gn + 27.©b2 gxal 28.©xal h2 29.gdl .llJg4 30.ghl .if7 31 .©b2 c6! ¡ Una decisión soberbia! Si, en su lugar, las negras hubiesen apuntado al peón de "e4", con 3 l . . . ig6, entonces las blancas podrían responder 32 .tlid5! ixe4 3 3 .tlif6. Las negras impiden esta maniobra, lo que significa que su jugada 3 1 es unajugada resultante. 32.©cl .ig6 33.©d2

Todo encaja ahora debidamente: 20 ...ghf8 Tengo mis dudas acerca del orden histórico preciso. ¿No se habrá seguido este orden : 20 . . . h5!? 2 1 .b3 El.hf8 22 .:1:'1.d2 h4?

1 24

33 ... gxe4! 34. .liJd l gd4+ 35.©e2 gxd l ! 36Jhd l .ie4 37.gds+ ©c7 38.gdl .ixg2! 39..idS+ ©es 40.i.b6 .idS Las blancas se rindieron.

Esta partida nos ha demostrado, en primer lugar, que una ventaja material no es una ca­ racterística permanente y, en consecuencia, no puede ser considerada una característica está­ tica de la posición y, en segundo lugar, que no vale la pena perseguir ese tipo de ventaja en todos los casos. A la luz de esta partida ( ¡ y posiblemente de otros muchos miles!), podemos extraer la si­ guiente conclusión: la calidad de la estructura de peones, y no el número de peones, es una característica estática de inmensa importancia. Por otro lado, un sacrificio de material pa­ ra tratar de conseguir o de convertir una superior estructura de peones a menudo es un método típico para el bando que posee o trata de obtener una ventaja estática. Un sacrificio material para dañar la forma­ ción de peones enemigos es un método muy empleado en la moderna teoría de aperturas. En mi favorita Holandesa Leningrado, por ejemplo. Las negras se sentían cómodas, con posiciones como la que surge tras l .d4 f5 2.g3 lt:Jf6 3 .i.g2 g6 4.lt:Jf3 i.g7 5.0-0 0-0 6.c4 d6 7.lll c3 1!9e8 8.d5 lt:Ja6 9J'!b l i.d7 l O.b4 c6 l l .dxc6 bxc6 1 2.a3 lt:Jc7 1 3 .i.b2 lll e6,

hasta que las blancas comenzaron a jugar un ataque, hoy estándar, contra la cadena de peo­ nes. Después de l 4.c5, parece que las negras tienen considerables dificultades. La continua­ ción que sigue ahora es un ejemplo: 1 4 . . . dxc5 1 5 .lll e5 l"í:d8 1 6.'!9b3 i;t>h8 1 7 .bxc5 lll xc5 1 8 .Wc4 lt:Jb7 1 9.°1Wa6 lt:Jd6 20.'1Wxa7 lll fl 2 1 .lt:Jxd7 l"í:xd7 22 .Wc5 l"í:d6 23.füd l lt.Jd7

CARACTERÍSTICAS ESTÁTICAS Y DINÁMICAS

24.Wi'a7 lll fe 5 2 5 .i.a l '1Wa8 26.1!9xa8 l"í:xa8 27 .lLib5 l"í:xd l + 28.l"í:xd l l"í:a5 29.lll c7 i.f6 30.lt:Je6.

Las blancas han conseguido una amplia ventaja (la posición negra está llena de agu­ jeros), que transformaron en victoria, en la partida Van der Sterren - Onischuk, Bundesli­ ga 1 999-2000. He aquí otro ejemplo clásico sobre el mis­ mo tema: Skold - Botvinnik Estocolmo 1 962 1.e4 c5 2.tiJf3 g6 3.d4 i.g7 4.tlJ c3 cxd4 5.tlJ xd4 d6 6.i.e3 tiJf6 7.Ac4 Este impreciso orden de jugadas les per­ mite a las negras el ventajoso salto de caballo que sigue. Las blancas juegan normalmente 7.f3 ó 7.Wid2. 7 ... tlJ g4 ! ? 8.i.b5+ @f8 9.°tYd2 Otra imprecisión. Es claramente superior 9.i.g5 h6 l O.i.h4 g5 l l .i.g3 1!9b6 1 2 .tiJde2 h5, con juego complejo, Ljubojevic - Soson­ ko, Olimpiada de Buenos Aires 1 978 . 9 ... a6 10.Ac4 tlJc6 Ahora las negras pierden el rumbo. Debían haber cambiado el alfil más importante de las blancas, con 1 0 . . . lll xe3, aunque la jugada de la partida les permite reforzar el centro. 1 1 .tlJ xc6 bxc6 1 2.h3? Un considerable error. El alfil, tan impor­ tante en estas posiciones, debía preservarse de la captura, con 1 2 .i.d4.

1 25

En la posición que ahora se produce, las negras tienen una fuerte estructura de peones, un control casi absoluto de todas las casillas centrales y un potente alfil de casillas negras. La mayoría central de peones negros frustra las tentativas de las blancas por explotar la de­ safortunada situación del rey negro. 12 ... c!li xe3 n.tyxe3 gb8 14.i.bJ tyb6 1 s.tyo

La siguiente maniobra precisa de Botvinnik rechaza las amenazas blancas sin comprome­ ter su propia posición. 1s .. .i.f6! 16.g4 h6 17.h4 tycs ! 1 8.ggl gS 19.0-0-0 hS! ¡ En el momento oportuno ! Las negras están muy alerta ante las amenazas de su adversario. Un juego negligente, como 19 ... a5?, permitiría un fuerte golpe en el centro, 20.e5 ! , y después de 20 . . . Wxe5 2 l .Wxc6, el juego sería confuso. 20.gxhS g4 21.tydJ aS 22.f4 Las blancas tienen una mala posición, pero mejores posibilidades de resistencia ofrecía 22.f3 i.xc3 23 .bxc3 a4 24.�c4, aunque sólo fuese por mantener más piezas sobre el ta­ blero, con la perspectiva de abrir líneas contra el rey negro. 22 .. .i.xcJ ! 2J.tyxc3 tyxc3 24.bxc3 fS! 25.eS Las blancas quieren abrir más líneas, con la esperanza de activar sus piezas restantes. 25 ... dS! ? E s perfectamente posible 25 . . . dxe5, y aun­ que después de 26.fxe5 las negras siguen te­ niendo ventaja, su oponente tiene opciones de contrajuego. Botvinnik eligió un plan más rec­ tilíneo, relacionado con cambios de piezas. Aunque este plan está vinculado al momentá-

1 26

neo sacrificio de un segundo peón, es la op­ ción más convincente. La clave de la posición radica en el hecho de que, después de la tex­ tual, el peón pasado "g" queda protegido, y que cuánto más se acerque el juego a un final de peones, será un factor tanto más fuerte. En consecuencia, cambiar piezas, antes que nada alfiles y un par de torres, favorece a las ne­ gras. 26.c4 i.e6!

¡ Precisamente así ! La maniobra que las ne­ gras inician con este movimiento es conse­ cuencia natural de la decisión tomada en la ju­ gada 25. 27.cxdS cxdS 28.i.xdS c.t?ti 29.i.xe6+ En esencia, nada cambia con 29.c4 �xh5 30.�h 1 �bh8. Por ejemplo: 3 l .�d3 füh4 32.�xh4 füh4 33 .�a3 ? �xd5 34.cxd5 �h3 , ganando. 29 ... c.t?xe6 Botvinnik escribió lo siguiente acerca de esta posición: "Aunque las negras tienen dos peones menos, la victoria no ofrece la menor duda" . La razón es simple: todos los peones blancos son débiles y las negras cuentan con un fuerte peón pasado. De un modo más ge­ neral, esto podría expresarse así: las negras deben ganar debido a la enorme superioridad de su cadena de peones, que son la caracterís­ tica estática más importante de la posición. 30.gd4 gxhS 3 1 .gc4 gb4! Jugada típica en una posición como ésta. De tal forma, la pieza más activa de las blan­ cas se cambia, o se desvía de la defensa de sus peones, en el momento más adecuado.

32Jhb4 Después de 32.!!c6+ 'it>t7, las blancas no tienen contrajuego y los peones caen, uno tras otro. 32 ... axb4 33.©d2 ©dS 34.©e3 �hh4 JS.gdl+ ©es 36.gd7 gh3+ 37.©e2 go 38.gxe7 gxf4

Ésta es la conclusión del plan negro. Las blancas casi conservan la igualdad material hasta el final de la partida, pero aun así, están perdidas, debido a la diferencia de calidad en su formación de peones, como ya hemos di­ cho. 39.©e3 ge4+ 40.'it>dJ WdS 4 1 .a3 gd4+ 42.©e3 f4+ 43.�e2 bxa3 44.ga7 ©xeS 4S.gxa3 f3+ Las blancas se rindieron. Examinemos la siguiente partida, que re­ vela otros aspectos de nuestro tema. Keres - Petrosian Moscú 1 950 Campeonato de la URSS 1 .e4 e6 2.d4 dS 3.�d2 � c6 4.c3 fS? Un claro error. Actualmente, una jugada así parece incomprensible. ¡ Cómo han cambiado los tiempos ! 5.exfS exfS 6.Ad3 Ad6 7.�e2! � ge7 8.�f3 0-0 9.ti'c2! ¡ Sólo así ! Después de 9.0-0 f4 ! , la estrate­ gia de apertura de las negras quedaría justifi­ cada. 9 ... tyes 1 0.i.d2 i.d7 1 1 .0-0-0 � as

CARACTERÍSTICAS ESTÁTICAS Y DINÁMICAS

1 2.i.f4 Keres ha jugado la apertura de forma so­ berbia, refutando el plan de las negras con un juego preciso. En términos de estructura, la posición resultante es muy parecida a la de la partida Lasker - Blackbume antes estudiada, en la que un similar cambio de alfiles fue re­ comendado para las negras en las notas a su jugada 1 4. No obstante, no me gusta demasia­ do el último movimiento blanco. Considero que en esta maniobra, que no puede parecer más natural, tienen su origen las dificultades luego experimentarán las blancas. Creo que es más preciso 1 2.l"í:de l !? b5 1 3 .lLif4, y las blan­ cas ejercen una fuerte presión sobre la debi­ litada columna "e". 1 2 ...bS 13.gdel b4 14.i.xd6 cxd6 Después de este cambio, parece que las blancas han incrementado su ventaja posicio­ nal, al debilitar aún más la estructura de peo­ nes de su oponente. Sin embargo, no nos pre­ cipitemos a sacar conclusiones. Primero vea­ mos cómo evoluciona la partida. 1S.cxb4 � ac6 16.aJ aS 1 7.bS � b4! 1 8.axb4 �k8 19.�cJ axb4 20.©d2 Éste es otro momento importante. La alternati­ va era simplificar y pasar a un final con peón de ventaja, con 20.�e2 lLig6 2 l .�xe8 �xe8 22.Wd2 bxc3+ 23 .bxc3 lLif4 24.�fl , aunque después de 24 . . . É!a8 ó de 24 . . . �h5 , las negras conservan, indudablemente, algún contrajue­ go. De todos modos, no está claro lo fuerte que es ese contrajuego, y las posibilidades de las blancas deben considerarse, por lo tanto, superiores.

1 27

Esto le quita "g5 " al caballo blanco y per­ mite el traslado de su propio caballo a la im­ portante casilla "b6". 24.:Shel tll c8

Al conservar las damas sobre el tablero, las blancas concluyeron que la suya sería más activa que la contraria en el juego que sigue, y no tuvieron en cuenta que la posición de su rey no era lo bastante segura. Creo que estas dos consideraciones tienen un valor equiva­ lente. 20 ... 'ift7 21.'ifb3 bxc3+ 22.bxc3 :Sb8

23J�e3? ! Otro momento importante d e l a partida. E l doblaje de torres blancas e n l a columna abier­ ta resulta ser una decisión lamentable. En el curso ulterior de la partida, las torres no lo­ gran obtener ventaja alguna de la columna abierta y quedan para siempre "en el limbo". La razón es que casi todas las casillas de inva­ sión sobre la columna "e" están controladas por las negras. Parece más fuerte 23 .ga l ! ?, para responder a 23 . . . gb7 con 24.ghe l ! , y las negras tienen dificultades. 23 ...h6!

1 28

Debemos examinar la posición resultante en profundidad. Las blancas tienen un peón de ventaja, que es pasado. Están mejor desarro­ lladas, por cuanto sus torres están coordinadas y dobladas en una columna abierta central, mientras que las torres contrarias están desco­ nectadas. Los peones centrales negros están doblados y sólo pueden defenderse con piezas. A pesar de todo esto, es dificil afirmar que las blancas tienen ventaja. Esto se debe, ade­ más de a la seudosegura posición del rey blan­ co, a la estructura de peones. ¡ Sí, la estructura de peones! La estructura de peones negros, desfigurada por su absurda cuarta jugada, con sus peones aislados y doblados en el centro, ¡ es superior a la de las blancas ! El problema radica en entender que la importancia de su estructura de peones consiste no en su valor estético, es decir, en su apariencia, sino más bien en su valor funcional, a saber, cómo ope­ ra en combinación con las piezas, tanto las propias como las ajenas (aunque hay que decir que el aspecto exterior de la formación de peones y su valor funcional normalmente van de la mano, pues no se trata de entidades sepa­ radas; hasta de un primer vistazo un jugador experto puede decirle mucho acerca de la es­ tructura de peones). Con esto in mente pode­ mos enfocar esta posición, y veremos que los peones negros operan de modo excelente con sus piezas, sin restringir sus movimientos ni

bloquear ninguna de las útiles columnas "a", "b" y "c" para las torres. Los peones negros también juegan un papel importante en la contención de las piezas blancas. De particular importancia es el peón de "d6", que les quita la vital casilla "e5 " a todas las piezas blancas, mientras que el peón de "d5 " , aunque el punto más débil en la posición negra, puede apun­ talar un eventual puesto avanzado en "c4" pa­ ra un caballo negro. La siguiente jugada blan­ ca ataca este peón, e incluso lo gana. 2S.c4 Sin embargo, es posible que fuese mejor para las blancas mantenerlo atacado y no dis­ locar sus propios peones, que ahora serán tres aislados en el centro del tablero, todos ataca­ bles. Encontrar un plan activo para las blancas no es tarea fácil, pero a mí me gusta 25 .h3 , después lo cual, la inmediata 25 . . . tlib6? es mala, debido a 26J:%e7 'ªf6 (26 . . . 'ªg6 se répli­ ca con 27.'it>e2) 27.füd7 tlixd7 28 .'ªxd5+. Es mejor 25 . . . f4 26.!!3e2 Íi.f5 27 . .ixf5 'ªxf5 28.!!e8 tlib6 29.!!xf8+ füf8 30.'it>e2, y las blancas conservan una pequefta ventaja. Tam­ bién es interesante 25 . . . 'it>h8 ! ? 2S � b6 26.cxdS No estoy seguro de que esta jugada eviden­ te sea la mejor. Ahora que apreciamos la im­ portancia del peón de "d6", podría captar nuestro interés la sorprendente 26.c5 ! ? tlic4+ 27 . .ixc4 dxc4 28.'ªc3 ixb5 29.cxd6, pues al disponer de la casilla "e5 " en la posición re­ sultante, las blancas pueden mirar confiadas hacia el futuro. 26 JUc8 27J�e7?! Otra jugada que parece obvia, pero que sin embargo es una decisión desafortunada. Con dos peones de más, las blancas buscan ansio­ samente la ventaja, pero, como ya hemos di­ cho, sus torres no serán felices en esta colum­ na. Parece mejor 27.!!c l ! ?, conservando posi­ bilidades igualadas. 27 °fff6 .•.

Su única posibilidad activa, 28 .!!e6 .ixe6 29.!!xe6, se para con 29 . . . 'ªf8 . Por el contra­ rio, las negras tienen muy bien situadas sus piezas menores, su posición es segura y ahora pretenden activar sus torres. Por consiguiente, las blancas ya no pueden seguir actuando tran­ quilamente. Después, por ejemplo, de 28.h3 , las negras pueden jugar 28 . . . !!a8 29.!!7e2 !!a4, o bien 28 . . . g5 , con idea de restringir al caballo blanco y centrar la atención en el rey blanco. Como consecuencia de todo esto, las blancas decidieron avanzar su peón, para tener con­ trolada la casilla "g5 ", pero a costa de debilitar su flanco de rey. 28 .. J�a8 29J�7e2 Ahora 29 . . . g5? es malo, por 30.!!e6 ! ( ¡ fi­ nalmente ! ) 3 0 . . .ixe6 3 l .!!xe6 'ªf8 32.hxg5 hxg5 3 3 . !!g6+, pero las negras tienen muchas otras formas de reforzar su posición. 29 f4 •..

•.

.•.

Ver diagrama siguiente 28.h4 Esta jugada, que no puede considerarse evi­ dente, ilustra con claridad los aprietos de las blancas, pues no hay nada que puedan atacar.

CARACTERÍSTICAS ESTÁTICAS Y DINÁMICAS

30.� eS?

1 29

Esto, desde luego, es un error, aunque no producido por azar, sino como consecuencia de los apuros de tiempo y de todas las dificul­ tades que las blancas tienen en esta posición. Después de 30J�e4, las negras pueden, si lo desean, repetir jugadas, con 30 . . .ig4 3 1 .lt:Jg l .id7, y también pueden jugar a ganar con 30 . . . E:a5 , explotando el hecho de que a las blancas no les resulta fácil evacuar a su rey: 3 l .©e2?! i.f5 32.!!xf4? (32.E:e6) 32 . . .ixd3+. La partida finaliza ahora rápidamente. 30 ... dxeS 3 1 .dxeS 9e7 32J�e4 32.d6+ pierde, por 32 . . . ie6 3 3 . dxe7 ixb3 . Por ejemplo: 34.ig6 if7 3 5 .h5 E:a2+. 32 .. J�a3 33.9b2 i.rs 34.9d4 No hay forma ya de salvar la partida: 34.E:d4 füd3+ 3 5 .!!xd3 lt:Jc4+, o bien 34.d6 'l!f1a7. 34 ... l!!la2+ 35.ci>dl 9a3 Las blancas se rindieron. El hundimiento de Keres en esta partida sin duda fue causado por subestimar la influencia que las características de la estructura de peo­ nes ejercieron en el curso de los acontecimien­ tos. Por el contrario, Petrosian interpretó muy eficazmente este aspecto del juego, con una apreciación atinada de cada movimiento de peón. Aquí tenemos un nuevo ejemplo de la producción de Tigran Petrosian, que muestra otros aspectos del tema.

Portisch - Petrosian San Antonio 1 9 72

La ventaja de las blancas es evidente: tie­ nen superioridad de espacio y un fuerte caba-

1 30

llo en "c6". Por otro lado, las negras tienen problemas con su peón de "e7". Es imperativo para ellas que sometan a un minucioso escru­ tinio su posición. Buscando la forma de alterar el desagradable giro de los acontecimientos, Petrosian plantea a su oponente una trampa posicional. 24 ... eS! Los métodos convencionales de juego no aliviarían la situación del segundo jugador: 24 . . . lt:Jf6 2 5 .E:e l , seguido de !!c2 y !!ce2, o bien 24 . . .if6 25.if4. 25.Ae7? Es curioso que ganar la calidad " limpia­ mente" resulte ser un grave error. Era preciso jugar 25 .dxe6 ! E:xe6 26.lt:Jc3 , preservando una clara ventaja, aunque, según Petrosian, las negras podrían sostener la posición, a pesar de todo. 25 ... rs 26.AxfB tlixf8 27.Ae2

27 .. .Ah6 Petrosian creía que era más fuerte la jugada preliminar 27 . . . h5 ! , estimando que la posición que resultaba era claramente favorable a las negras. En una detallada evaluación de la po­ sición, Petrosian describe la naturaleza fun­ damental de los cambios que se han producido en el tablero: "La posición ha cambiado de forma dramática en las dos últimas jugadas. Las blancas tienen una torre por una pieza me­ nor, pero ningún tipo de juego activo, porque las líneas están cerradas y las torres sólo son valiosas cuando hay líneas abiertas. Ahora que el peón se ha movido a "e5" (la cursiva es mía -V.B.), el caballo blanco está muy bien situa-

do en 'c6', pero eso es todo. La situación pue­ de ser tal que incluso las negras tengan prácti­ camente una pieza extra en juego". A esto de­ bemos añadir que la ventaja espacial, antes en posesión de las blancas, está ahora en manos de las negras. Todos estos cambios se han tra­ ducido en una multitud de ventajas posicio­ nales (o estáticas, para ser precisos) a largo plazo, que han desaparecido de la posición blanca y se han trasladado al lado negro. En otras palabras, se ha producido una mejora significativa de valor real en la estructura negra de peones. Todos estos logros fueron posibles como consecuencia del importante cambio en la es­ tructura de peones que ha tenido lugar en la posición negra, después del avance del peón de "e7" a "e5 ", algo a lo que las blancas no reaccionaron bien, actuando de forma codi­ ciosa en su jugada 25. Ahora extraiga su propia conclusión: ¿qué es más importante en este caso, las ganancias materiales o las ganancias posicionales? Éste es un momento crucial, en el que po­ demos arriesgarnos a realizar una apreciación más generalizada: todo lo que tiene sus raíces en la estructura de peones pertenece al domi­ nio de las características estáticas en el aje­ drez, como ventaja espacial a largo plazo, puestos avanzados seguros, elementos de blo­ queo, etc. Pero volvamos a la partida. 28Jlc2 .ic8 29.tt.:lc3 tt.:lfd7 30Jle1 tt.:lf6 3 1..ifl

3 1 ...f4? !

CARACTERÍSTICAS ESTÁTICAS Y DINÁMICAS

Según Petrosian, con esta jugada las negras dejan escapar buenas posibilidades de victoria ( ¡ la evaluación de los módulos de análisis afirma exactamente lo contrario ! Sobre este tema, véase más adelante la cita de Kasparov). Petrosian recomienda ahora una jugada pre­ via, como 3 I ...c;!;>h8 ! ? El problema es que las negras han omitido el jaque en "e7" que se produce en la jugada 35. De haber visto Pe­ trosian tal jugada, seguramente la habría neu­ tralizado, pues era un gran maestro del juego profiláctico. 32Jlke2 if8 33.tt.:la4 tt.:lxa4 34.Wxa4 tt.:ld7 No hay alternativa. Las negras no pueden jugar 34 ... c;!;>h8 3 5.c5 bxc5 36.Wxa5 lll xd5 37.Wxc7 lll xc7 3 8.b6 lll d5 39.:!'!b2. 35.tt.:le7+ c;!;>h8 36.tt.:lxc8 �xc8 37.�a3 tt.:lc5 38.�0 Wrs 39.h3 Tablas. La calidad extra de las blancas sirve de contrapeso a las ventaj as posicionales de las negras. El ejemplo anterior nos demuestra que si una ventaja material puede considerarse una característica estática de la posición, entonces no tiene una importancia prioritaria. No quiero dejar pasar esta ocasión sin citar un artículo de Gari Kasparov dedicado a Pe­ trosian: " ... Tigran Petrosian ha jugado un pa­ pel clave en la revisión de nuestras ideas acer­ ca de la relación entre material y evaluación de la posición. Los sacrificios realizados por Petrosian son de una naturaleza diferente (en relación con los de Mijail Tal), porque im­ plican factores posicionales a largo plazo, el aspecto más dificil de la comprensión aje­ drecística". Me gustaría añadir también que la actitud respetuosa de Kasparov generó en él un enor­ me afecto por sus grandes predecesores. Por cierto que la profilaxis juega una parte muy importante en la conversión de ventajas estáticas en un punto entero en la tabla del tor­ neo. Veamos algunos ejemplos al respecto, em­ pezando, naturalmente, por una partida de Petrosian.

131

Petrosian - Pilnik Amsterdam 1956 Torneo de Candidatos l .d4 lllf6 2.c4 es 3.dS es 4.lllc3 d6 S.e4 g6 6.lllo .ig7 7..igS llla 6 8..ie2 lllc 7 9.llld 2 .id7 10.a4 ! b6 Las negras han jugado la apertura de forma un tanto dudosa, obteniendo un tipo de po­ sición India de Rey, pero sin la importante posibilidad de luchar contra el centro enemi­ go, que es un aspecto esencial de dicha aper­ tura. Esto permite a las blancas iniciar de in­ mediato un juego activo. 1 1 .ll:lbS! .ixbS? Entregar un alfil así es, sin duda, un error posicional. En posiciones de la India de Rey, con un centro cerrado, el alfil negro de casillas blancas a menudo resulta más importante que el alfil fianchettado de casillas negras. Si la captura fuese imprescindible, debería hacerse con el caballo (l l . . . lt'ixb5), o bien retirarse, con l I . . . ic8, para evitar cualquier cambio en la estructura. Las blancas obtienen ahora no sólo la importante casilla "c4", sino también perspectivas de controlar las casillas blancas. 12.cxbS 0-0

13.b4! Este avance les permite a las blancas modi­ ficar la estructura de peones, siempre y cuan­ do lo consideren favorable. Mantiene la pre­ sión sobre las negras y, por lo tanto, debe efectuarse lo antes posible. 13 ... h6 14 ..ixf6! Este cambio es consecuencia de la jugada

1 32

anterior de las blancas. Naturalmente, es peor l 4 ..ie3 ? cxb4, y el caballo negro llega a "c5 " . Por otra parte, las blancas n o quieren permi­ tirle a su oponente un juego activo, después de 1 4 ..ih4 cxb4 1 5 . 1Mlh l g5 1 6 ..ig3 lt'id7 (ó 1 6 . . . a5). La textual es una jugada de natura­ leza profiláctica, pues impide la importante maniobra del caballo negro. 14 ... ffxf6 1S.O-O gfd8 1 6.lllc4 .if8 1 7.g3 ! Una jugada muy útil, típica de Petrosian. No permite que la dama de las negras alcance la casilla "f4" (si lo necesitara), y contribuye a activar el alfil blanco, que ya no tiene opo­ nente. 1 7 cxb4 Esta captura es inevitable en cualquier ca­ so. Por ejemplo: l 7 . . . h5 l 8.1M!b3 i.e7 l 9.1Mlh2 . 18.'tfb3 c;tg7 .•.

1 9.gfc l ! Las blancas gozan de una indudable venta­ ja. Las negras han situado sus piezas de forma pasiva y tienen debilidades fijas, duraderas si no permanentes, al menos el peón de "d6", y potencialmente el peón de "b6", así como las casillas blancas del flanco de dama. En po­ siciones como ésta, lo más importante para el bando que tiene ventaja es no permitir que el oponente cree mayores posibilidades de con­ trajuego de las que la posición contiene (éste es también uno de los problemas más impor­ tantes relacionados con la profilaxis en aje­ drez). En la posición del diagrama, esas po­ sibilidades inmerecidas por el juego prece­ dente podrían producirse, por ejemplo, des­ pués de l 9.�xb4? lt'ie6 ! 20.dxe6 d5 .

19 h5 20.tüe3 tüe8 2 1 .ti°xb4 l"idc8 22.l"ic6 22 ti'd8 23.l"iacl tüf6 ..•

•..

Contrarrestar el plan del oponente o, al me­ nos, dificultarlo al máximo, es la idea más im­ portante del juego profiláctico. Por cierto que el G.M. Mark Dvoretsky ha escrito muchos textos influyentes acerca de la profilaxis en ajedrez. 24.J.fl ! Como consecuencia de su bien sopesada ju­ gada 1 7, la última pieza pasiva del blanco se ha incorporado al juego, anticipándose a la in­ tención de su rival de situar el caballo en "c5". 24 ...!"icb8 Es desfavorable para las negras 24...lll d7 25.j,h3 E:xc6 26.dxc6 lll c5 27.lll d5, seguido de 28.c7. 25.J.h3 a6

26.l"iel ! ! Totalmente inesperado y muy fuerte. La ra­ zón de ser de esta jugada es que el ataque al

CARACTERÍSTICAS ESTÁTICAS Y DINÁMICAS

peón de "e4" ata la dama blanca a su defensa. Las blancas necesitan situar el caballo en la casilla idónea "c4". Defender el peón con la jugada más natural, 26.f3 , les concede contra­ juego a las negras, que no merecen por su ac­ tuación precedente ( ¡ véase texto anterior!): 26...axb5 27.axb5 h4. Por tanto, las blancas realizaron esta fantástica jugada profiláctica de torre. Una jugada tan "tranquila", en mi opinión, merece sobradamente los dos signos de admiración. 26 ... axb5 27.axb5 tüh7 28.tüc4 l"ia2 29.J.g2 ti°f6 30.l"ifl Las blancas han ganado por completo la batalla en el flanco de dama y ahora vuelven, momentáneamente, su atención sobre las ame­ nazas de su rival en el flanco de rey. 30 ... tügS 3 1 .ti°b3 l"iba8 32.h4 tüh7

La profilaxis no debe llevarse al extremo. Cuando llega el momento de la acción deci­ siva, no hay que perder el tiempo. Ahora el tiempo de la cosecha ha llegado. 33.l"ixb6 l"ial 34.l"ic6 l"i8a2 35.ti'e3 ti°d8 36.l"ixal Este movimiento es bueno, pero la inme­ diata 36.b6 ! , como demostró Petrosian, aún era más decisiva. Tomar decisiones críticas con el control de tiempo por superar es inne­ cesario e incluso indeseable. 36 ... l"ixal + 37.Wh2 tür6 38.0 ti'b8 39.ti'b3 tüd7 40.b6 tüc5 41 .ti°b2 l"ia4 42.ti°b5 l"ia2 43.l"ic7 g5 44.tüe3 ! gxh4 45.tüf5+ @g8 46.gxh4 l"ia6 47.b7 l"ia7 48.l"ic8 ti'xb7 49.ti'e8 ¿No le recuerda esta posición el remate de la partida Anand - Kamsky?

133

49 ... �d7 50.� xd6 Las negras se rindieron. Toda la partida es un triunfo del pensa­ miento profiláctico. Las negras no tuvieron ni una sola posibilidad.

He aquí otro ejemplo sobre el mismo tema. Karpov - F. Olafsson Amsterdam 1976 1 .e4 cS 2.�0 e6 3.d4 cxd4 4.� xd4 � c6 5.�bS d6 6.c4 f3 tt:l axc4 47.tt:lxc4 tt:l xc4 48.l:!c2 tt:l d6 49.l:!xc8 �xc8 50.�b5 a3 ! , no está claro que la ventaja de las blancas sea suficiente para ganar. Me parece que las tablas serían el desenlace más pro­ bable. 45.�c2 l'id8 46J3xd8 �xd8 47.gxf6 gxf6 48.�e3 � b4 49.a3 � bd3

50.©g4 ! Esta jugada e s l a única que gana. Después de 50.tt:ld5 tt:lxb2 5 l .tt:lxb6 \t>c7 52.tll d5+

1 36

52 . . . 'itid6 5 3 .tll x f6 lll xc4 54.lll xh7 lll xa3 5 5 . f6 lll c2 ! 56.f7 tt:l e6 57.�d l (en caso de 57.ig4, continuaría 57 . . . tt:l cd4) 57 . . . a3 58 .�xc2 a2 59.ib3 a lW! 60.ixe6 Wlg l + 6 1 .'itif3 Wlh l +, la partida es tablas. Por cierto que a Karpov no le resultó dificil calcular todo esto, porque el juego se había aplazado. Los modernos con­ troles de tiempo, sin ninguna duda, han ejer­ cido un efecto negativo en la fase técnica del juego. 50 ... 'itie7 Las negras ya no tienen defensa. También pierden después de 50 . . . tt:lf2+ 5 1 .'itih5 lll fxe4 52 .'itih6. Por ejemplo: 52 . . . 'itie7 5 3 . 'itixh7 'itif7 54.ih5+ 'itif8 5 5 . 'itig6 tt:ld3 56.tt:ld5 lll f4+ 57.lll xf4 exf4 58.ie2 tt:l d2 59.h5 f3 60.id3 f2 6 1 .h6 'itig8 62.'itixf6 fl WI 63 .ixfl lll x fl 64.'itie6. 5 1 .li>hS 'ititi 52.'itih6 'itig8 53.�dS � d7 54.i.hS � xb2

O bien 54 . . . lll 3c5 55 .ie8 'itih8 56.tt:lc3, ganando. 55.i.e8 � es 56.� xf6+ 'itif8 57.i.bS � bd3 58.i.c6 Las negras se rindieron. Con ayuda de los ordenadores, la teoría de aperturas evoluciona hoy rápidamente, de mo­ do que conseguir y luego consolidar ventajas estratégicas se ha vuelto una tarea muy com­ plicada. Un oponente bien preparado no le permitirá que logre usted sus objetivos de apertura, a cambio de nada, pero si lo hace, entonces es esencial tratar de obtener algo ma­ yor a cambio.

CARACTERÍSTICAS ESTÁTICAS Y DINÁMICAS

Lautier - Anand Madrid 1 993 1.�0 � f6 2.c4 e6 3.�c3 Ab4 4.d4 b6 5.e3 � e4 6.�c2 Ab7 7.i.d3 .i.xc3+ 8.bxc3 fS 9.0-0 0-0 1 0.�d2 �h4 1 1 .f3 � g5

Esta posición procede de una variante bien conocida de la Defensa Nimzoindia. Sin em­ bargo, la última jugada de las negras es inu­ sual y excesivamente ambiciosa. Lo normal es cambiar caballos. 12.dS Las blancas también juegan de forma crea­ tiva, agudizando aún más la lucha. La intención de la jugada textual es apo­ derarse del centro y, eventualmente, abrir la posición para emplear su pareja de alfiles. Las blancas están preocupadas por comprometer su estructura de peones, y esperan que los méritos dinámicos de su posición superen a las ventajas estáticas que las negras consigan. Un enfoque así es muy característico del aje­ drez moderno, en el que el dinamismo, a me­ nudo basado en los más pequeños matices tác­ ticos de la posición, juega un papel funda­ mental. La razón se debe a dos importantes factores: en primer lugar, la influencia de Kasparov, un jugador con un estilo de juego excepcionalmente dinámico; y en segundo lu­ gar, el efecto de los ordenadores, que nos ha permitido ahondar y profundizar en los deta­ lles de ciertas variantes de apertura. La presente partida es un ejemplo típico de una batalla a ultranza al más alto nivel com­ petitivo. Las características estáticas de la po-

1 37

sición entran en colisión con las dinámicas, en una lucha cuyo desenlace es imposible de pre­ decir. 12 ... �f7 13.f4 � a6 14.ia3 1Ue8 1 5J�ael

Las negras efectúan ahora una teóricamente importante y típica jugada de peón en esta apertura, que reduce de forma considerable la actividad del alfil y bloquea los peones en la columna "c". A su vez, estos peones restrin­ gen seriamente los movimientos de las propias piezas blancas. En conjunto, este avance les concede a las negras una serie de ventajas a largo plazo, a las que calificamos de "estáticas". 15 ... cs 1 6.e4 De lo que acabamos de describir, sería po­ sible desembarazarse del versátil peón, con l 6.dxc6 hc6 l 7.e4 lll h6 l 8.ge3 , que es una opción apropiada, pero naturalmente, no era ésa la intención del primer jugador al hacer 1 2.d5 . 16... � c7 1 7.�0 17 .dxe6? ! tll xe6 l 8.g3 Wfh3 incorpora más piezas negras que blancas al juego. 1 7 ...ti'hS Anand, obviamente, no estaba interesado en la variante 1 7 . . . Wfxf4 1 8 .exf5 exd5 l 9.f6. 18.exfS El otro medio de clarificar la situación en el centro también es aceptable para las negras : 1 8 .dxe6 lll xe6 1 9.ic l Wfg4 20.exf5 tLi xf4 2 1 .ixf4 W/xf4 22.f6 W/h6. También obtienen una buena posición después de l 8.e5 d6 1 9.dxe6 tll xe6 20.ixf5 tll xf4 2 l .e6 tll e5 . 18 ... exdS 19.�eS

1 38

19 ... d6!? Anand toma una decisión "de principios", aunque sin duda apreciaba que tendría que pa­ gar por una posición menos segura. Esta ju­ gada le quita la casilla "e5 " al caballo blanco y preserva una poderosa cadena de peones, tanto en el centro como en el flanco de dama. En su lugar, l 9 . . . dxc4 20.ixc4 (20.ie2 es peor, debido a 20 . . . Wh6 ! 2 1 .tLlxd7 ie4 22.Wfd2 i.d5 ! ) 2 0 . . . d 5 2 l .ie2 W/h4 conduce a una posición en la que el caballo blanco se instala orgullo­ samente en su puesto avanzado central, y el alfil negro está un tanto restringido por el peón de "d5 " . Por otra parte, las negras no deberían correr el menor peligro. La decisión tomada en la partida mantiene la tensión y les concede posibilidades de ganar a ambos ban­ dos, en lo que será una aguda lucha. Un valor así y un juego con fundamentos no pueden si­ no inspirar respeto. 20.ie2 ti'h4 2 1 .�xf7 i>xf7 22.ti'd l ! ? Sería más segura una captura preliminar en "d5 " , antes de realizar esta jugada de dama, pero en este caso la tensión se reduciría. 22 ... ti'f6 23.ihS+ g6 24.fxg6+ hxg6 25.ig4 !he l ? ! Parece más fuerte 25 . . .W/xc3 ! ? Después de la probable continuación 26.f5 ia6 ! ? (pero no 26 . . . W/xa3? 27.fxg6+ i>g8 28 .i.c8 ! ! gxe l 29.füe l W/c3 30.ixb7, y las negras están mal) 27.fxg6+ i>g8 28.id7 gxe l 29.gxe l ixc4 30 . .ic 1 , surge una posición confusa, pero en la que las negras tienen mejores perspectivas. 26.ti'xel dxc4 27.fS g5 28.ihS+ i>g7 29.ic l

29 .. J�h8 30.Yfe2 El sacrificio 30 . .txg5 falla, por 30 . . . '\Wxg5 3 l .f6+ ©h6 32 .g4 '!We5 3 3 .°1Wd2+ ©h7. 30... � dS 3 1 .f!Yg4 � xc3

3 5 .Wxg5 Wa l + ! 36.�fl °1Wd4+ 37 .©h l �xh5 (37 . . . �xg2+ 3 8 .©xg2 �g8 3 9.�g6) 38 .Wxh5 °1Wf6 39.Wh7 °1Wg7 40.°1Wh3 °1Wf6 conducen a po­ siciones en las que las blancas tienen ventaja, pero no está claro que ganen. 32 Y!Yd4+ 33.Wxd4+ 3 3 .©h l también pierde: 33 . . . Wxg4 34.f6+ ©f8 3 5 .�xg4 lll e4 36.�f4 ©f7 3 7 .i.f3 'it>xf6 3 8 .ixe4 �xe4. 33 ... cxd4 34.f6+ ©f8 35.J.g6 .ie4! 36.J.xe4 � xe4 37.h4 ©ti 38.g4 c3 Las blancas se rindieron. .•.

Al justificar sus ventajas estáticas (mate­ rial, y en particular la masa de peones del cen­ tro y flanco de dama) las negras se han "re­ ducido" a sí mismas a esta posición. Buscar una posición así requiere un gran coraje y, sobre todo, fe en uno mismo. De pronto los alfiles entran una acción y se lanzan contra el rey enemigo. 32.J.xgS? Lautier, en apuros de tiempo (lo que difí­ cilmente puede sorprender en una partida tan tensa), obviamente no logra ver la jugada co­ rrecta y pierde. Lo correcto es 32 ..ib2 °1Wd4+ 3 3 .�f2 ! ?, cuando tanto 33 . . . '\Wxg4 34 ..ixg4 d5 3 5 .ixc3+ d4, como 33 . . . ©f8 34.ixc3 ! '!Wxc3

CARACTERÍSTICAS ESTÁTICAS Y DINÁMICAS

Tanto Lautier como Anand son jugadores valientes y de principios. La partida resultó muy interesante y llena de espíritu combativo. En este caso, una ventaja estática triunfó sobre otra dinámica en una aguda lucha. Una vez más, esto demuestra que un jugador que pre­ fiere acumular ventaj as estáticas no necesa­ riamente tiene que ser cauto y apacible. ¡A ve­ ces sucede justo lo contrario! Al jugar de esta forma, casi siempre hay que estar preparado para resistir amenazas del oponente, lo que requiere excelente capacidad de cálculo, confianza en el propio juego, y también (como antes hemos mencionado) ese vital ingrediente: buena técnica para convertir una ventaja. Baste mencionar algunos nom­ bres de excelentes jugadores que entran en esta categoría: Lasker, Rubinstein, Petrosian, Fischer y Anand.

1 39

Soluciones

a

los ej ercicios

Capítulo 1 1) Tal - Botvinnik Moscú 1960 Campeonato Mundial (J 9")

Las blancas tienen un sano peón de ventaja y piezas bien situadas, mientras que la barrera de peones del rey negro se encuentra seria­ mente debilitada. Todo estaría bien, de no ser porque amenazan mate. Tal encuentra la for­ ma de salvarse de esta amenaza por medios tácticos, sin hacer concesiones posicionales. 35.i.c7! .if8 Según Tal, es mejor 35 ... �d7, pero después de 36 ..if4 ! , las blancas se defienden del ata­ que. La partida finaliza ahora rápidamente.

Las blancas tienen ventaja material y signifi­ cativa ventaja posicional. 2) Zukertort - Winawer París 1878 (desempate)

La tarea blanca es fácil, pues las piezas de su oponente están situadas de forma lamentable. 37.gxg6! gxg6 38Jhh5+ ©g8 39J�h8+ i.xh8 40.°ti'xh8++ 3) Pillsbury - Maróczy París 1900

La solucíón es sencilla, pero la posición final es tan sorprendente como original. 44.°ti'h6! �xe5 45.°ti'xh7+ ©xh7 46.cbg2++ 4) Morphy - Aficionado Nueva Orleáns 1858, simultáneas

36.�bS! �e6 37.i.eS �c6 38.�aS Es comprensible que las blancas descarten el cambio de damas, pues el rey negro está considerablemente expuesto. 38 .. J�a8 39.�d2 ges 40.©g2 �d7 41 .h4 �g4 La partida se aplazó en esta posición y las negras decidieron que era hora de rendirse.

1 40

Las blancas tienen una posición claramente ganada. No obstante, hay algo que aprender de ella. 30.�d8+ �g8 3 1 .e7! Mucho más nítido que 3 l .�xd6. 3 1 ..J�eS 32.tlJhS! También gana fácilmente la previa 32.h3 , y sólo entonces ltJh5. Paul Morphy gana una jugada antes y de forma mucho más efectiva. Creo que la clave principal aquí no es tanto lo­ grar un efecto deslumbrante, como la tre­ menda profundidad de sentir la esencia del ajedrez, que exigía del jugador optimizar la efectividad de sus acciones. El siguiente prin­ cipio es uno de los ingredientes más impor­ tantes de un enfoque así: si en una posición dada existe una continuación forzada que re­ mata la partida, tal continuación debe encon­ trarse y ejecutarse. Una exigencia de este tipo

requiere del jugador una manifestación conti­ nua de su capacidad y, aunque sea dificil, esto puede garantizarle el máximo rendimiento po­ sible en sus resultados. 32 Jbe4 33.e8ti'! •.

negras obtenían ventaja suficiente para ganar. La jugada elegida por Alekhine es más fuerte, y la correcta por principios, ya que ga­ na de manera forzosa (véase Morphy - aficio­ nado). El propio Kasparov no habría dudado un segundo en jugar así. 3 1 . lllf4! ! 32.exf4 ti'c4! 33.ti'xc4 gxdl+ 34.Wn Ad4+ Las blancas se rindieron. •.

7) Larsen - Korchnoi Palma de Mallorca 1968

Las negras rápidamente lograron una ventaja decisiva: 30 .i.xfl+! 3 1 .ci>xfl �hd2+ 32.ci>gt ti'xc3 La partida siguió en apuros de tiempo, per­ mitiéndole, una vez más, exhibir a Korchnoi su maestría combinativa, basada en la geo­ metría del tablero. 33.ti'xb5 ti°d4+ 34.ci>h t ti°h4+ 35.ci>gt ie4 ! ! 36.ti°b8+ ci> h 7 37.i.xe4 gxg2+ 38.i.xg2 ti°fl+ 39.ci>h2 ti'xg2++ .•

Con esta posición in mente realizaron las blancas su jugada 32. ¡ Hay que admitir que es ciertamente efectiva! El mate es inevitable, lo que subraya la eficiencia de la jugada. 33 J�el+ 34.ti'xel ti'xd8 35.ti'c3+ Las negras se rindieron. •.

5) Steinitz - Chigorin La Habana 1892 Campeonato Mundial (4j

Quizá se me ha ido la mano con ejemplos fá­ ciles en este capítulo, pero son tan útiles e ins­ tructivos que creo que merezco ser perdonado. 24Jhh7+! ci>xh7 25.ti°hl+ ci>g7 26.i.h6+ No es peor hacer 26.Wi'h6+ ci>f6 27.Wi'h4+ ci>g7 (27 . . . ci>e5 28.Wi'xd4+ ci>f5 29.Wi'f4++) 28 .i.h6+. Si usted hubiese jugado así, Steinitz seguramente le habría preguntado: "¿Por qué no jugar el alfil?" 26 ci>f6 27.ti'h4+ ci>e5 28.ti'xd4+ Las negras se rindieron. •.•

6)

E.

Grünfeld - Alekhine Karlsbad 1923

Según Kasparov, tanto con 3 l . . .l;xe4 32.l;xd3 (32.Wi'xd3 Wi'e6) 32 . . . l;c4, como con 3 l . . . l;d7 32.l;xd3 l;xd3 (posiblemente aún sea mejor 32 . . . Wi'c4 3 3 .ttlb4 l;xd3 34.tt:lxd3 ixb2), las

8) Tal - Brinck-Claussen Olimpiada de la Habana 1966

En esta posición veremos un modelo geomé­ trico muy típico: 33.ttlxd5! Axd5 Capturar el caballo es forzado, ya que 33 . . . @f8 pierde de inmediato: 34.l;xf7+ @xf7 3 5 .lll xf6+ \tie7 36.Wfb7+. 34.ga8! ixa2 Tomar la torre es, obviamente, malo, mientras que si 34 . . . Wi'c l + 3 5 .\tig2 ixa2 36.l;xd8+ \tit7, la respuesta 3 7.b3 ! Wi'e l (37 . . . ttle7 3 8.Wi'h5+) 3 8 .l;d6 ! parece muy fuerte. Por ejemplo: 3 8 . . . Wi'a5 39.Wi'e4 lll f8 40.l;d8, y las negras no tienen defensa. 35.gxd8+ ci>f7 36.ti'c6! Bastante más flojo es 3 6.Wfb7+? tt:le7 37 .l;d7 f5 , y si 3 8 .d5, entonces 3 8 ... Wi'c l + 39.\tig2 Wi'c5 ! , con lo que las negras, como mínimo, están bien. 36... � e7 37.ti'e8+ ci>e6 38.gc8 ti°d5 39.gc3 ti°d7 40.ge3+ ci>d6 41 .ti°b8+ ci>c6 42.a4 �d5 43.gel ti°d6 44.gcl+ ci>d7 45.ti'c8+ Las negras se rindieron.

141

9) Fischer - Miagmarsuren lnterzona/ de Sousse 1 967

A pesar de la corta duración de esta partida, esta posición dista de ser simple. Las ventajas negras en el flanco de dama son evidentes, mientras que el éxito del ataque blanco no lo es en absoluto. Nada se consigue con 29.Wh6 Wf8 (una jugada que las negras siempre man­ tienen en cartera). El ataque sólo puede ad­ quirir un carácter decisivo con . . . 29.i.g2 ! ! Una jugada resultante, que suele ser tan di­ ficil de encontrar como efectiva. 29... dxc2 La clave de la jugada de alfil puede verse en las variantes 29 . . . Wf8 30.ie4 dxc2 3 l .hxg6 c l W+ 32.!:!xc l füc l + 3 3 .Wxc l fxg6 34 ..ixg6, y 29 . . . ib7 30.hxg6 fxg6 3 l .i'!xh7 ! 30.Yfh6 Yff8 Nada cambia después de 30 . . . c l W+, debido a 3 1 .i'!xc l i'!xc l + 32.'it>h2 ! Wf8 3 3 .Wxh7+! 'it>xh7 34.hxg6+ 'it>xg6 3 5 .i.e4++.

blancas: el alfil neutraliza las piezas mayores rivales y apoya el ataque de su propia dama. 3 1 . .. dxeS Con el oponente en apuros de tiempo, tal vez fuese mejor tratar de "pescar en río re­ vuelto", con 3 I . . .ih6. En esta posición, ade­ más de 32.ixh6 (que gana, aunque en apuros de tiempo no todo el mundo puede tomar una decisión así), existe una respuesta algo para­ dój ica, como demostró Korchnoi: 32 .ie 1 ! dxe5 3 3 .i'!d8+ 'it>g7 34.1M'd6, con ataque im­ parable. Las blancas ejecutan ahora el plan que habían previsto: 32J'M8 mg7 32 . . . e4 pierde, por 3 3 .Wxc2 ! Wxc2 34 ..ih6 y mate. 33.We3 �e7 34.1'h6+ 'it>f6 35.1'h4+ 'it>e6 36J;es �bd2 O bien 36 . . . f6 37 .Wxh7. 37.Yfxe7+ mds 38J�d8+ mc6 Todas las variantes son malas para las ne­ gras: 38 . . . 'it>e4 39.Wxb7+ 'it>f4 40.Wf3+ 'it>g5 4 1 .We3+, o bien 38 . . . 'it>c4 39.Wc5+ 'it>b3 40.We3+. Como no deseaban recibir mate, con 39.Wc5++, las negras se rindieron. 1 1)

31.1'xh7+! Las negras se rindieron.

Averbaj 1 982

Y.

Este ejemplo y los dos que siguen sobre el mismo tema son, a la vez, sencillos y lógicos. Se han incluidos a modo de repaso y para ayudarnos a memorizar un motivo técnico de suma importancia: t.©gS! mh2 2.©f4 ©c3 3.me3 ©c4 4.©d2 ©ds s.©c3 ©c6 6.mc4! Las blancas se salvan gracias a la opo­ sición. Esto es muy similar al estudio de Gri­ goriev antes examinado.

1 0) Korchnoi - Hübner lnterzona/ de Leningrado 1 9 73

1 2) F. Sackmann Deutsche Schachbliitter, 1 924

A primera vista, la posición parece poco clara, ya que ambos bandos atacan. El aspecto más importante es la diferencia de fuerza de los al­ files respectivos. 3 1 .i.d2 ! Esta jugada es importante en el plan de las

1.©h8! Las blancas buscan la casilla "c2", y la ruta más corta es a través de la diagonal "h7-b l " . 1 ...mf6 2.©h7 ©es 3.mg6 md4 4.©rs ©c3 s.©e4 mb2 6.©d3 ©xa2 7.mc2 Tablas.

1 42

13) L. Prokes Prace, 1 947

Operando a lo largo de la diagonal, de nuevo salva la partida: t .c;f.>b7! a5 2.c;f.>c6 a4 3.c;f.>d5! c;f.>b2 O bien 3 . . . a3 4.©e4 ! ©b2 5 .Wd3 . 4 .c4 c;f.>xa2 4 . . . a3 s .©d3 . 5.ci>c3 c;f.> b l 6.c;f.>b4 Tablas. 1 4) Son - Jorovets Tashkent 1978

Para ganar este final, las negras, con pieza de ventaja, deben tener en cuenta ciertas técnicas relativas a los finales de peones. 1. � e7! No hay otra forma de ganar. Tras l . . .liJe3 2.Wf2 ! , el caballo debe jugar a "d5 " (o "f5"), y las negras tienen que comenzar de nuevo. 2.c;f.>g4 � g6 3.c;f.>gs ••

cretas de su formación de peones. Si las blan­ cas juegan 1 . ©c5?, entonces ya no se puede ganar: l . . .Wb7 2 .©d6 ©c8 3 .©e7 ©c7 4.©f6 Wd6 5 .Wg5 h3 ! (ésta es la oportunidad de las negras) 6.gxh3 ©e7 7.Wg6 ©f8, y el rey negro alcanza la casilla deseada. 1 . b8 El otro camino abierto para el rey tampoco sirve: l . . .Wa6 2.Wd6 ©b7 3 . ©e6 ©c7 4.Wf5 h3 5 . gxh3 ©d7 6.©f6 ©e& 1.©g1. 2.ci>d7 ci>b7 3.e6 c7 4.ci>f5 h3 5.gxh3 ci>d7 6. ci>f6 Las blancas ganan. ••

1 6) Bronstein - Botvinnik Moscú 1951 Campeonato Mundial (6)

Esta posición se ha producido como conse­ cuencia de un desastroso error de las blancas en su jugada anterior: 5 7 .Wb3-c2?? (después de la correcta 5 7 . liJ e6+ ©f3 58.liJd4+, la partida es tablas). 57 ci>g3 ! ¡ Sólo a esta casilla! Las blancas se salvan tras 57 . . . Wf3? 5 8 . liJ f7 ! (pero no 58.liJe6? e2 59.liJd4+ Wf2 60.liJxe2 ©xe2 6 1 .c5 a4 62.c4 a3 63 .c6 bxc6 64.c5 ©e3 65 .Wb3 ©d4, y las negras ganan) 58 . . . e2 59.liJe5+ ©e3 60.liJd3 b6 6 1 .liJ e l a4 62.©b2 ©d2 63.liJf3+ ©d3 64.©a3 ©xc3 65.©xa4 ©xc4 66.©a3 ©c3 67.©a2 ©c2 68.liJd4+. El rey negro ha evita­ do un jaque en la casilla "e5 ", sin desplazarse, al mismo tiempo, de su peón. 58.� e6 e2 Las blancas se rindieron. •••

3 ci>e3 ! L a clave. S e devuelve l a pieza, pero obli­ gan a las blancas a alejarse con su rey. 4.c;f.>xg6 f4 ! Las blancas s e rindieron. ¡ Sólo así ! ¿Le resulta familiar? •••

1 5) J. Moravec Ceskoslovensky Sach, 1 952 t .ci>c6! Este estudio es algo más complicado que los anteriores, debido a las características con-

SOLUCIONES

1 7) H. Rinck Schweizerische Schachzeitung, 1 922

Éste es otro estudio que destruye una noción popular, en este caso, el estudio de Réti. La diferencia no es grande, pero crucial : el rey negro está situado una jugada al lado de la sagrada gran diagonal, mientras que su contra­ parte se encuentra una casilla más cerca de la columna ( ¡pero no de la casilla! ) de coro­ nación. Esto es lo que sucede: 1 .a4 ci>b3 2.a5 c;f.>c3

1 43

Lamentablemente, las negras no pueden ju­ gar 2 . . . ©c4 3 .a6 ©d3 4.a7 f2 5.a8°%V f! W 6.°%Va6+. La diferencia en la posición del rey blanco se hace notar. 3.gl ! c.f?d4 4.a6 e3 5.c.f?n Las blancas ganan. Este estudio sostiene la tesis de que hasta la idea más asombrosa requiere las condiciones apropiadas para que pueda llevarse a cabo.

Esta jugada es esencial. Después de 1 .g4? b5 2 .g5 b4+, la partida finaliza en tablas. 1 ...a4 2.g4 b5+ Ahora vemos un método para ganar un tiempo que ya debe resultamos familiar.

1 8) M. Botvinnik Shajmatnaia Jronica, 1 945 1.g4! La única jugada. Las blancas no pueden permitir l . . . f5 si quieren ganar. 1...hxg4+ 2. c.f?xg4 c.f?e4 3.h5 f5+

3.©d3 ! a3 O bien 3 . . . b4 4.©c2 ©a3 5 .c.f?b l . 4.g5 b4 5.g6 b3 6.g7 b2 7.c2! Las blancas ganan. 20) Ljubojevic - Browne Amsterdam 1972

4.©b3 ! En esta jugada radica toda la clave del es­ tudio, muy importante desde el punto de vista práctico. No es dificil ver que sólo esta reti­ rada gana el tiempo decisivo. Otras jugadas no ofrecen nada: 4.©g3 ©e3 5 .©g2 ©e2, o bien 4.©h4 f4 5 .h6 f3 6.©g3 ©e3 7.h7 f2. 4... ©es 4 . . . f4 5 .h6. s.g3 f4+ 6.©o mes 7.h6 g6 8.xf4 xh6 9.©es Las blancas ganan. 19) N. Grigoriev Izvestia, 1 928

Para poder ejecutar la maniobra decisiva, de­ ben crearse antes las condiciones apropiadas: 1.©c4!

1 44

39... fS? Este débil avance debe atribuirse a apuros de reloj . Browne es famoso por ser adicto cró­ nico a los apuros de tiempo, pero aquí sucede algo instructivo. ¿Qué podemos aprender de este ejemplo? Durante una partida de torneo, el jugador está sometido a diversas formas de tensión mental, y no podrá jugar al mismo ni­ vel todo el tiempo. Por esta razón, para no arruinar 38 jugadas de trabajo duro en una so­ la, ¡ debe usted ampliar sus conocimientos ! Esto se aplica no tanto a la fase de apertura (aunque, por supuesto, también es necesario), como al conocimiento de las fases decisivas de la partida, que están, sobre todo, relacio­ nadas con el final. Las negras ganan siguiendo el ejemplo del estudio de Duras que hemos visto en el primer capítulo: 39 . . . @d5 ! 40.b4 (40.©b4 ©d4 ! 4 1 .©a5 f5 42.b4 f4 43.b5 ©c5 tampoco cambia nada) 40 . . . f5 4 l .b5 f4 42.b6 ©c6 ! 43 .©a6 f3 44.b7 f2 45 .b8W f! W+. 40.b4 f4 4 1.c.f?c4 Tablas.

C apítulo 2 2 1) Stein - Petrosian Moscú 1961, Campeonato de la URSS

La concentración de las fuerzas blancas crea una fuerte impresión, sobre todo si las compa­ ramos con las piezas negras, desparramadas por todo el tablero. No es sorprendente, por lo tanto, que la partida no se prolongue muchas jugadas. 25.i.cl ! gh7 26.i.xe6! Las negras se rindieron, en vista de que a 26 . . . ./0h8, sigue 27.\1fi'f3 ! , o a 26 . . . fxe6, sigue 27.\1fi'g4.

24) Alekhine - Colle París 1925

Esta partida se decide por una sencilla, pero efectiva combinación, basada no sólo en Ja debilidad de la última fila, sino también en Ja desafortunada posición de Ja dama negra. Per­ cibir y explotar el segundo de estos detalles requiere una excepcional visión combinativa, una cualidad que Alekhine poseía en muy alto grado. 30.'flVxd7! ! gxd7 3 1 .ges+ iih7 32.gcc8

22) Kramnik - Hilbner Interzonal de Biel 1993

El principal factor en esta posición es la de­ sesperada situación del rey negro, pero las blancas deben jugar de forma precisa para ex­ plotarla. Ahora, 48.!:12d6? falla, por 48 . . .\1fi'xd6 49.l::l xd6 l::l x d6, y las blancas no tienen nada mejor que tablas. K.ramnik descubrió una for­ ma más convincente y elegante (no menciono esto por casualidad, pues todos los jugadores verdaderamente fuertes conceden mucha im­ portancia al aspecto estético del ajedrez). 48.'flYh8+ gh7 49.g2d7! Las negras se rindieron, en vista de la continuación 49 . . . l::l g 7 50.l::l d6+ l::l g6 5 1 .\1fi'f8+ l::l g 7 52.l::l xg6+ iixg6 5 3 .\1fi'xb4. 23) Korchnoi - Kramnik Groninga (PCA) 1993

La amplia ventaja posicional de las negras es evidente, y sólo resta encontrar la forma más clara de convertirla en victoria, cosa que K.ramnik consigue en dos jugadas. 26... ./0 e5 ! 27.YlYg3 'flVc6! La jugada clave. Después tanto de 28.\1fi'xe5 l::l a l + 29.iic2 \1fi'a4+, como de 28 .b5 \1fi'c5 29.l::l c l \1fi'd4, la posición blanca es completa­ mente desesperada, así que Korchnoi se rin­ dió. Corto y sencillo, pero también elegante y fuerte.

SOLUCIONES

El rey no tiene posibilidad de escapar de la jaula. 32 ... gds 33.gexd8! 25) Petrosian - Portisch Varese 19 76, desempate

No debe haber dudas acerca de Ja primera ju­ gada blanca, pues ¡ en posiciones con piezas mayores, las líneas abiertas valen su peso en oro ! Siempre que Ja jugada no tenga algún de­ fecto táctico, debe realizarse sin la menor in­ decisión. 2 1 .gad l ! gxd2 22.gxd2 'flYxc5 Es posible que Petrosian efectuase su ju­ gada 2 1 sin un detallado análisis, basándose en un evidente y apropiado enfoque de Ja po­ sición. En consecuencia, ahora está claro que las negras tienen serios problemas. La jugada natural, 22 . . . f5 , es mala, puesto que tras 23 .\1fi'f4 l::l d 8 24.l::l x d8+ \1fi'xd8 25.c6! h3 O bien 4 1 .fl :gh2 ! 42.g l We5 (Becker). 4 t...We3 42.Bht Wf4! 43.h5 gn Las blancas se rindieron. .•.

28) Petrosian - Beliavsky Moscú 1983, Campeonato de la URSS

Aunque las blancas disfrutan de un conjunto de importantes ventajas posicionales, la posi­ ción no parece definitivamente ganada, ya que alfil y peón están atacados. El alfil sólo tiene que retirarse, y las negras llevarán su dama a "g7", estabilizando la posición. Después de la jugada de Petrosian, la posición inmediata­ mente se inclina a favor de las blancas. 29.We7! ctlg6 Esto es forzado, ya que 29 . . . r;t>g8? no sirve, por 30.:gxf8+. 30..ixg6 hxg6

27) Capablanca - Alekhine Buenos A ires 192 7 Campeonato Mundial (1 j

En este ejemplo vemos temas similares, a sa­ ber, un fuerte peón pasado y las piezas negras magníficamente coordinadas. El rey blanco carece de la adecuada protección contra la fuerza combinada de torre y dama, mientras que sus propias piezas no están en condiciones de operar conjuntamente. Esto decide el de­ senlace del juego, que se producirá de forma rápida. Para empezar, las negras debilitan la cobertura de peones del rey blanco: 37...Bc6+! 38.f3

1 46

La diferencia de actividad entre piezas, so­ bre todo la respectiva posición de los reyes, demuestra que las negras deben afrontar una dificil defensa. 3 1 .h3 b5 32.gf6! La jugada decisiva, no sólo atacando peones, sino también privando a las negras de la oportunidad de cambiar damas con un j aque en "d6". 32 ggs 33.gxc6 gg7 34.Wg5 Las blancas pronto se impusieron. .•.

29) Smyslov - Antoshin Sochi 1963

La batería de las torres blancas y el mal defen­ dido rey negro apuntan a un ataque en el flan­ co real, pero ¿qué tipo de ataque es éste sin dama? La primera jugada blanca se sugiere por sí sola, pero exige cálculos previos. 27.Bh5! �k6 Smyslov indica 27 . . . Wxb l 28 .Wxh6, con ataque decisivo, que no requiere ulteriores análisis ( ¡ un momento importante en el juego práctico ! ) . Después de 27 . . . 0i e2, sigue, según él, 28.Wxh6 (28.füg5+! fuerza el mate) 28 . . . 0ixg3+ 29.hxg3 i:!a7 (se amenazaba mate con 30.i.h7+, etc.) 30.�h7+ 'it>h8 3 1 .'it>g2 i:!c l 32 .i:!xc l Wxc l , y las blancas ganan haciendo 3 3 .i.e4+ 'it>g8 34.f5 ! Sin embargo, ahora está claro que las negras no podrán resistir al ata­ que combinado de todas las piezas mayores enemigas. 28.fxg5 Bxbl 29.gxh6+ 'it>h8 30.Bxf7 Bh7 3 Uig7 Las negras se rindieron. 30) Polugaievsky - Smyslov Moscú 1960

He aquí otro veloz ataque de piezas mayores, igualmente conducido por Smyslov: 41 ... g5! 42.:!:ih3 :!:iee6!

43.Bc2 Según análisis de Smyslov, 43 .'it>g l tampo­ co salva la partida: 43 . . . i:!h6 44.i:!dd3 f5 ! 45.gxf4 g4 ! 46.fxe6 (46.i:!dg3 pierde forzosa-

SOLUCIONES

mente: 46 . . .We l + 47.Wxe l i:!xe l + 48.lt>g2 i:!xh3 49.i:!xg4+ 'it>f7 50.'it>xh3 d3) 46 . . . i:!xh3 47.i:!xh3 gxh3 48 .Wfl Wg4+ 49.'it>h2 d3 . 43 ...Bf4+ 44.:!:ig3 :!:iel 45.�g2 :!:ie3 ! Después de este golpe, las blancas no tie­ nen defensa: 46.fxe3 Wfl + 47.'it>h2 i:!h6+, o bien 46.Wd l i:!xg3+ 47.fxg3 We4+ 48.'it>g l fü3 y, en consecuencia, se rindieron. 3 1 ) Larsen - Tal lnterzonal de Leningrado 1973

Aunque el peón vital de "g3 " sólo está defen­ dido por la dama, la coordinación de piezas negras aún tiene que tomar forma. La siguien­ te maniobra, nada complicada pero efectiva, resuelve todos los problemas de las negras. 27 ... :!:if5! 28.cxb6 :!:ife5 29.e4 La partida, en esencia, ha terminado. Tal mencionó una tentativa más tenaz de resis­ tencia, en la variante 29.Wxe5+ i:!xe5 30.g4 Wg3+ 3 1 .'it>h l (o bien 3 1 .'it>fl Wh2 ! 32.i:!ab l i:!xe2 !), pero las negras ganan también fácil­ mente: 3 1 . . .h5 ! 32 .b7 i:!b5 3 3 . i:!eb l hxg4 ! 34.i:!xb5 Wh3+ 3 5 . 'it> g l g3 . 29 Bxg3+ 30.�hl Bxh4+ 3 1 .'it>g2 :!:ig5+ 32.'it>n Bh3+ 33.'it>e2 :!:ig2+ 34.�dl Bxf3+ 35.'it>ct Bf2 Las blancas se rindieron. .•.

32) Thomas - Lasker Nottingham 1936

En esta posición, las negras tienen una consi­ derable ventaja: un peón extra y el rey blanco mal protegido. A cambio, las blancas dispo­ nen de un peón pasado, y tampoco la posición del rey negro es para echar cohetes. Por esta razón, no pueden emprenderse medidas acti­ vas inmediatas como 3 l . . .i:!e4 32.Wxa7 i:!e2? 33 .Wxb7+ 'it>h8 34.Wxc6. Lasker usa el juego contra el rey blanco como una base sobre la que convertir su ventaja. 3 1 ...:!:ief8! 32.:!:ixf4 :!:ixf4 No, por supuesto, 32 . . .Wxf4? 3 3 .Wxf4 i:!xf4 34.i:!d l 'it>g7 3 5 . i:!d7+ i:!f7? 36.e6. 33.:!:iel Bf5 ! Las negras distraen continuamente a su ri­ val de sus intenciones agresivas, es decir, de

1 47

crear amenazas contra su rey. 34. 'it>g2 gg4+ 34 . . . 1Mlg5+! gana. 3S.'it>ht ti'e6 36.gd l ggs 37.ti'xa7 37.:gd6 Wffl 38.:Bd l :Bxe5 es una línea ga­ nadora para las negras.

Anand recomienda 29 . . . 1Mlg6, con posibilida­ des equivalentes. 30.b4! Las blancas apoyan su peón pasado sin demora. 30 cS? ! Una imprecisión que, aun sin ser seria, arrastra a otra. En casos como éste, la des­ tructiva influencia de una jugada así a menudo es más perniciosa que la jugada misma. Según Anand, lo correcto es 30 . . . @f8 3 1 .c5. 3 1 .WeS ! Como puede verse, las jugadas blancas evolucionan ahora en tomo al peón pasado, ¡ como si se tratase de un campo magnético ! 3 1 ...Wg6+ 32.fS! Wg4! Capturar el peón es malo: 32 . . .1M!xf5+? 3 3 .1Míxf5 exf5 34.bxc5, y 32 . . . exf5 ? ! 3 3 .bxc5 es muy bueno para las blancas. .•.

37...ti'ti! 38.ti'e3 gxeS! La posición abierta del rey blanco juega, después de todo, el papel decisivo. Sólo queda la fase técnica de la partida, un aspecto en el que Lasker era muy fuerte. 39.ti'xeS ti°f3+ 40.'it>gl Y:fxdl + 4 1 .'it>f2 Y:fd7 42.'it>et gS Las negras fueron convirtiendo gradual­ mente su ventaj a. 33) Anand - Adams Linares 1 994 Candidatos PCA (5")

La solitaria columna abierta atrae, natural­ mente, la atención de ambos jugadores. Las blancas deciden ahora la batalla a su favor empleando una técnica estándar, a saber, transformando el puesto avanzado sobre una columna abierta en un peligroso peón pasado. 26.gd6! gxd6 Las negras, por supuesto, no pueden permi­ tir el doblaje de torres, con lo que las blancas asumirían el total control de la columna. Sin embargo, ahora las blancas tienen un peón pa­ sado, que puede resultar un importante triunfo en la lucha subsiguiente. 27.exd6 Wcs 28.gd l ti'xhS 29.gd2 gd8 Obviamente, una pequeña imprecisión.

1 48

33.'it>b3 ! Y:fgS 34.ge2 Wcl 35.bxcS? Después de este error, Anand tiene que vol­ ver a ganar la partida de nuevo. Como él mis­ mo demostró, 3 5 .:Be l ! 1M!d2 36.bxc5 ! mantiene una significativa ventaja. 34) Karpov - Vaganian Skopje 1976

Este ejemplo serv1ra para convencemos de que, en posiciones con piezas mayores, un ata­ que al rey normalmente tiene más peso espe­ cífico que un peón pasado. El peón pasado, sin embargo, no debe ser subestimado. Un ataque directo al rey, con 28.:Be3 , se sugiere por sí solo, pero después de 28 . . . f4 ! 29.1Míxf4

Wfb l + 30.iih2 a3 ! 3 l .�g3+ Wi'g6 32.�xg6+ fxg6, como demostró Karpov, queda claro que las blancas no tienen más que jaque perpetuo. Por ejemplo: 3 3 .Wi'd6 a2 34.Wi'xg6+ iih8 3 5 .Wi'xh6+ �g8 36.Wi'g6+ iih8. Las blancas, que aspiraban a más, decidie­ ron proseguir el ataque al rey. 28.fixh6! a3 29.Wg5+ iifB 30.'f!rf6 ©g8 3 1 .fixf5! La clave no radica tanto en el número de peones como en su importancia. Este peón en concreto cortaba la quinta fila (véase más ade­ lante). 31 ...fid2 32.�fo7!

contrajuego activo contra el rey (recuerde la partida Schlechter - Lasker). En esta posición eso se consigue con: 69 ... gcs! Pero no 69 ... �b8? 70.Wi'xf6. 70.Wxa6 gc3 71.We2 fiel Las negras tienen tres peones menos, pero la posición es tablas. 72.fifl fidl 73.gel Wxd5 74.gal 74.a6? pierde un valioso peón, por 74 ... �a3 75.a7 Wi'a5 , pero después de la textual, ya no se puede ganar. 74 ... gd3 75,ga2 gxf3 ! 76.Wxf3 Tablas. 36) Bielicki - Smyslov La Habana 1 964, Memorial Capablanca

Las negras tienen que decidir entre tomar el alfil o seguir con el ataque. Smyslov nos apor­ ta una precisa y clara respuesta. ¡Cuesta creer que las blancas se encuentren a sólo dos juga­ das de rendirse! 28...h3 ! 29.'i:t>fl gc4! Una jugada de gran importancia, sobre la que volveremos. 30.Wb2 gg4 ! ! Una jugada muy importante. Al tener que llevar su torre a "f8", las negras quitan esta ca­ silla a su rey, al tiempo que abandonan la ca­ silla "a8", desde donde la torre apoyaba el avance del peón "a". Esto concede a las blan­ cas un tiempo decisivo. 32 ... gfB 33.fig4+ ©h7 34.ge5 La torre blanca ahora utiliza la quinta fila. 34...fih6 35.gh5 gas Éste es el tiempo que las blancas ganaron en la jugada 32. 36.Wf5+ ©g7 37,gxh6 ©xh6 38.fif6+ ©h7 39.thf7+ ©h8 40.Wxb7 Las negras se rindieron. 35) Gelfand - Kramnik Sanghi Nagar 1 994 Candidatos FIDE (6j

En posiciones difíciles con piezas mayores, sólo es posible salvar la partida creando un

SOLUCIONES

¡ El momento de l a verdad! N o hay defensa contra 3 l . . .�xg3 , así que las blancas se rin­ dieron. Volvamos a la jugada 29 de las negras. Se trata de una típica jugada resultante, basada en la necesidad de impedir, si 29 . . . �g4, la respuesta 30.!!ed l ! !!e8 3 1 .iie l . Me gusta mucho este breve, pero atractivo remate.

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39) Karpov - Timman Moscú 1 981

Capítulo 3 37) Kasparov - Kramnik Moscú PCA (Blitz) 1 996

¡ En Blitz todo es posible ! Kasparov perdió la concentración un segundo y se olvidó de vigi­ lar la casilla de enfrente del peón central aisla­ do, justamente adonde quería llegar el peón. 27 ... d4! 28.ti°xd6 :!lxd6 29.:!lfdl No, desde luego, 29.exd4? por 29 . . . :!"!xd4 (si 29 . . . g5? 30.id3) 30.g3 :!"!xf4, aunque las blancas siguen estando mal en la continuación de la partida. 29 ... gS! 30.tll hS tll xhS 3 1 .i.xhS d3 32.:!ld2 g4! 33.f3 gxf3 34.i.xf3 :!lxe3 Y las negras eventualmente ganaron.

Aunque la dama blanca ha penetrado en la po­ sición negra y ha creado cierto problema al rey, sigue necesitando algún apoyo. El caballo aún no puede colaborar, y las torres están blo­ queadas por peones, tanto suyos como contra­ rios. Las blancas deben encontrar la forma de abrir la posición. 27.i.b3 !

38) Karpov G. Kuzmin lnterzonal de leningrado 1 9 73 -

Aunque las blancas no pueden restringir el avance del centro de peones enemigo, sí pue­ den tratar de hacerlo lo menos peligroso posi­ ble. En consecuencia, jugaron: 20.a3 ! Esto impide que el caballo llegue a "b4". Las blancas responderán a . . .d4 con c4, des­ pués de lo cual las negras no han conseguido nada, mientras que las blancas han activado su peón "c". Las negras se encuentran ahora en una posición muy pasiva, que seguirá siéndolo por mucho tiempo. Kuzmin no se siente a gus­ to en tales posiciones y comenzó a jugar con innecesaria intensidad. 20 ... hS? ! Era preciso reorganizar las piezas, tratando de reducir la presión enemiga. Por ejemplo: 20 ... ti'c7 2 1 .:ge2 :1'!6d7 22.:gae l :!"!e7. 21 .�g2 h4 22.:!le2 tll f8 23.tll d2 :!lh6 24.tll f3 hxg3 25.fxg3 tll d 7 26.:!lael �f8 27.g4! Ahora está claro que sólo las blancas han podido utilizar las líneas abiertas. Esto no es sorprendente, ya que abrir la posición favo­ rece al bando más activo. 27 ...ti'c7 28.gS :!lh8 29.�g3 ! tll c s 30.i.fS g6 31.b4! Las blancas tienen una amplia ventaja y Karpov ganó de manera convincente.

1 50

Esta jugada permite a las blancas reagrupar sus piezas. El alfil toma el control de la dia­ gonal en la que están situadas las casillas más importantes, a saber, "d5 " , "e6" y "fl". No puede encontrarse defensa para las negras. Por ejemplo, después de 27 . . . :!"!e8, las blancas ga­ nan con 28.d5 ! ixe5 29.dxe6 ti'b8 (29 . . . Wc7 y 29 . . .W/c5 se contestan de la misma manera) 30.e7+ Wxe7 3 l .Wíxg7. 27 .. .i.b7 Si a las negras se les deja jugar el alfil a "d5 " , entonces sencillamente quedarán con ventaja. Por consiguiente: 28.dS! 28.tll g6+ ! fxg6 29.:gxe6 también gana (lo mismo que 29.i.xe6), obligando a las negras a entregar la dama, pues 29 . . . W/f4 pierde de in­ mediato, ante 30.Wfb8+ Wfl 3 l .:!"!e8+. 28...ti'c7 No hay defensa: 28 . . . exd5 29.ltJd7+, o bien 28 . . .ixe5 29.dxe6 Wc7 30.e7+! 29.dxe6 :!lxdl 30.tll g 6+! Las negras se rindieron, en vista de que a 30 . . . fxg6 sigue 3 l .e7+.

40) Lasker - Showalter Kokomo 1892-93 (9j

Elegí este ejemplo debido al carácter y valor didáctico de la posición resultante. Los disper­ sos peones negros son serias debilidades en un final, y pronto se convertirán en objetivos de ataque. La siguiente maniobra del caballo blanco es a la vez típica e instructiva en posi­ ciones con peón central aislado. 30.c!li e2 ! El caballo deja la columna "c", permitiendo el avance de su peón "b", a la vez que controla las casillas "d4" y "f4", muy importantes para un caballo cuando se lucha contra un peón central aislado. 30... g6? Esto pierde de manera forzosa. Las negras se desanimaron al ver la cantidad de pro­ blemas que se les presentaban de repente. En situaciones como ésta, la probabilidad de co­ meter un error aumenta de forma considera­ ble. Las variantes que siguen demuestran que las negras tienen mucho en qué pensar, ya que después de 30 . . . 'itie5 3 l .b4 ! ? axb4 32.axb4 �c4 3 3 . lli d4 ge7 34.ga l , les resulta muy dificil sostener la posición. Aún es peor 30 . . iif7 3 1 .llid4 g6 32.llib3 gc4 3 3 .llixa5 gcc7 34.llib3, mientras que después de 30 . . . a4 3 1 .gd3 'itie7 32.b3 ! , las blancas abren líneas para sus torres e irrumpen en la posición negra por retaguardia. La continuación de la partida resultó aún más simple: 31.c!lif4+ 'ititi 32.c!lid3 Las negras pierden calidad, y pronto la par­ tida. .

41) Anand - Adams Wijk aan Zee 1 996

Ahora veremos otro método para jugar contra el peón central aislado, si bien no se encuentra a menudo. Al abrir líneas en el centro del ta­ blero, las blancas permiten que las negras se desembaracen de su debilidad de "d5 " , con lo que podrán explotar la superior disposición de sus torres. 1 8.b4! c!lie4 1 9.c!li xe4 dxe4 20J�d2 V!!e 7

SOLUCIONES

2 1 .b5!

La clave subyacente en la jugada 1 8 de las blancas. 2 1....ixd4 Las negras deben entregar su alfil favorito, ya que no pueden permitir que el caballo contrario llegue a "c6" . Por ejemplo: 2 1 . . .gfd8 22.llic6 �xc6 23 .bxc6 gxd2 24.'h8 O bien 49 ... ©g7 50.'l'!fe6 'l'lff5 5 1 .'l'!efe7+ 'l'!ff7 52.'l'!efxd8 'l'!efxf2 5 3 .'l'!ef g5 . 50.ti'xa5 Las negras se rindieron, en vista de 50 . . . E:xd7 5 l .'l'!fxe5+ ©g8 52.'l'!efe8+ c2 b5 3 1 .tll xh6+ i>h7 Nada cambia con 3 l . . .'tt> g 7 32.lt.Jf5+ i>f7 3 3 .d6.

1 59

32.tli rs ggs 33.d6 .tas 34.ge6 ggs 35.gxf6 gxhS 36.d7 gh2 37.tlie3 Las negras se rindieron.

33.Wh6+ ©h8 34.tLlf6! tLlxf6 3S.exf6 Uxf6 36.d7 .ic6 37.dxeSU+ Las negras se rindieron.

59) Aloni - Botvinnik Olimpiada de Te/ Aviv 1964

61) Geller - Stein Moscú 1964, Torneo Zonal

Está claro que el factor importante en esta po­ sición no es el material, sino la actividad. Esto queda demostrado tras 29 . . .Wh3? 30.llie7+ 'itih8 3 1 .llixg6+. La elección de las negras es, por tanto, fuerte, pero también necesaria. 29... gxg3+! 30.fxg3 Uxg3+ 31.©hl

Las blancas tienen un peón menos, y su peón pasado no parece por el momento muy amena­ zador, pero está claro que sus piezas podrán apoyar al peón. Este detalle, en conjunción con la situación algo abierta de su rey, hace que la posición sea peligrosa para las negras. Me gustaría llamar, una vez más, su atención sobre lo ventajoso que es, en el medio juego, combinar el avance de un peón pasado central con amenazas al rey contrario. 29.gdl! Uc7 30.gxeS fxeS 31.We4

El peón pasado avanza ahora, dejando a las blancas indefensas ante las amenazas combi­ nadas del ulterior avance y el ataque al rey. 31...d3 32.tLle7+ 32.We l Wh3+ 3 3 .@g l d2 lleva a lo mismo. 32... ©hs 33.Uet 33 .Wd l :gf2 34.llixg6+ hxg6 3 5 .:ge8+ i.f8. 33 Uh3+ 34.©gl d2 3S.tLlxg6+ hxg6 36.'ffh4+ 36.:gh4+ 'itig8. 36... ©g8! Las blancas se rindieron. .•.

60) Spassky - Aronson Moscú 1957, Campeonato de la URSS La influencia combinada de la presión sobre el rey negro y la ruptura del peón pasado blanco decide rápidamente la lucha. 32.'ffcl! .ixf3 Con 32 . . . @h8 3 3 .Wh6 se llega a la misma posición.

1 60

31. .. gds En caso de 3 1 . . .Wt7, las blancas juegan sencillamente 32.f3, mientras que después de 3 1 . . .:gt7, existe el potente golpe 32.f4!!, y si 32 . . . :gxf4, entonces 3 3 .:gd7 conduce a victoria blanca. Sin embargo, la transición a un final de damas tampoco logra salvar la partida. El resto de la lucha es muy instructivo: 32.gxd8+ Uxd8 33.UxeS ©n 34.c7 Udl+ Las negras no deben jugar 34 . . .Wd7 de in­ mediato debido a 3 5 .Wh8!, mientras que en caso de 34 . . . Wc8, las blancas ganan con 3 5 .f4! c4 36.h5 c3 (forzado, ya que 36 . . . gxh5 se contesta con 3 7 .f5) 37.hxg6+ hxg6 3 8 .Wxc3. 3S.©h2 Ud7 36.f4 Wg4 37.fS! Wxh4+ 38.©gt tfh6 39.We6+ Las negras se rindieron.

62) Petrosian - Larsen Palma de Mallorca 1968

64) Smyslov - Letelier Venecia 1950

En esta complicada posición, las blancas lo­ gran una ventaj a decisiva con la ruptura cen­ tral característica de las posiciones de la Benoni Moderna. 21.eS! dxe5 22.lll de4! Brs En este caso, las condiciones de la ruptura blanca son ideales, y las fronteras del campo negro ya han sido seriamente debilitadas. Por ejemplo: 22 . . . exf4 23.liJcS É!xe l + 24 . .ixe l W/c8 25.liJxb7 es malo para las negras. 23.Bf2 gad8 Las negras también sufren grandes dificul­ tades después de 23 . . . W/xf4 24.liJd6. 24.i.xd8 gxd8 25.'!Wb6 '!Wc8 26.lll cS Esto es mej or que 26. liJd6, que también ga­ na. El blanco no bloquea el camino a su peón. 26... e4 Si 26 . . . .ia8, 27 .d6, y a 26 . . . liJa8, 27.W/a7. 27.'!Wxb7 exf3 28.'!Wxc8 gxc8 29.d6 .if8 30.lll b7 lll e6 31.d7 gb8 32.gxe6 Las negras se rindieron.

Aunque las blancas son más activas, el de­ senlace de la partida depende de matices posi­ cionales, como pronto veremos. 30.a6!

63) Karpov - Kasparov Moscú 1985 Campeonato Mundial (2") Éste es un caso único en que Kasparov -si bien en apuros de tiempo- omitió un bonito remate combinativo. Kasparov jugó la lógica 34... '!Wh6?! , aunque podía haber ganado con la inesperada 34 . . . É!f8! (apartando a la torre del ataque) 3 5 .'it>f2 (era posible intercalar las jugadas 3 5 .f6 g6, pero el resultado final sería el mismo) 35 . . . !'!c3 36.liJeS, y ahora, la clave de la idea negra: 36 . . . fü3+!! 37.'ít>xf3 Wxe l 3 8 . .if2 Wd l . La dificultad aquí radica en que si las negras no habían visto su jugada 36, entonces la 34 parece un sinsentido. Por esa razón, la 34 es la típica jugada resultante, por­ que se produce no al comienzo de los cálcu­ los, sino como consecuencia de ellos. Éste es el proceso: cálculo - conclusión - descubri­ miento de la jugada resultante. Kasparov sen­ cillamente no tenía tiempo para encontrarla. Tras la jugada de la partida, la partida prosi­ guió con ventaja negra, pero finalizó en tablas.

SOLUCIONES

Una jugada de excepcional importancia. Es absolutamente vital eliminar el soporte del ca­ ballo negro, como resulta evidente en la va­ riante 30.:gc7+ É!e7 . En consecuencia, si en la posición inicial existiese un peón negro en "a6" (en lugar de "a7"), entonces las blancas no tendrían ventaj a alguna. Ahora, sin embar­ go, su ventaj a se hace significativa. Reco­ miendo encarecidamente al lector que preste atención a detalles como éste al estudiar las partidas magistrales. A menudo podrá ver que el cálculo y la anticipación de estos matices resultan ser los factores decisivos. 30... bxa6 31.gc7+ 'ít>g6 32.gd7 lll e7 33.i.b4 lll f5 34.gxdS La clave del juego precedente: las blancas tienen un par de peones pasados centrales y su ventaja es decisiva, a pesar de que pronto per­ derán su peón de "g2". 34... lll e3 35.gds lll xg2 36.dS gb6 37.i.cS gb7 38.gcs! Excelente técnica. La torre blanca ocupa ahora la posición más activa, neutralizando de paso el contrajuego de las negras en la columna "c". 38... lll h4 39.©e2 lll f5 40.gc6+ ©h5?! Esto facilita la tarea a las blancas. Después de la más fuerte 40 . . . 'ít>t7!? 4 1 .'ít>d3 , las blan-

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cas tienen una amplia ventaja, pero aún hay trabajo por delante. 41.d6 gd7 42.gc7 Las negras se rindieron.

20.J.xf8!

65) Kramnik - Svidler Dortmund 1998 Las blancas tienen un peón menos. Sin em­ bargo, su ventaj a (la poderosa falange central de peones) es fácil de ver. La tarea de las blancas consiste en asegurar las condiciones más favorables para el avance de estos peo­ nes. Primero neutralizan a la pieza contraria más activa, que podría haberles causado serios problemas. 2S.gd3! gac8 26.d6 b5 Las negras no disponen de medios para contrarrestar el plan enemigo. Por ejemplo, la torre no puede dejar la columna "c", pues tan­ to 26 . . . �d8 como 26 . . . �e8, serían contestadas con 27.l:hc3 dxc3 28.i'!c l , pero en "c8" podrá quedar atacada. ¡Las negras se encuentran en­ tre la espada y la pared! 27.gxc3 dxc3 28.e6! @f8 Todo resulta malo. Si 28 . . . �b8 29.e7 .if6 30.©d3 , o 28 . . . i.f6 29.fxg5 ixg5 30.�fl ! 29.e7+ ©e8 30.J.xfi+! Las negras se rindieron, en vista de 30 . . . @d7 3 1 . f5 , o bien 30 . . . @xf7 3 1 .d7.

66) Kramnik - Anand Las Palmas 1996 Las blancas tienen ventaja. Esto se debe, sobre todo, a su peón pasado central, que restringe a las piezas negras y permite a su bando apode­ rarse de más espacio, cosa que hace de inme­ diato: 18.�c6! i.xc6 19.J.xd6 1 9.dxc6 ixf4 20.gxf4 parece dudoso. Las blancas no ganan nada debilitando su posi­ ción, puesto que ya disfrutan de clara ventaja. 19.. .J.a4!? 1 9 . . . Wxd6 20.dxc6 es favorable a las blan­ cas, siendo el factor clave la carencia de con­ trajuego por parte de las negras. No es en ab­ soluto el estilo de Anand, de modo que plan­ tea a su rival una tentadora y dificil elección.

1 62

También se mantenía la ventaj a con la línea 20.Wxa4!? Wxd6 2 1 .Wxa7 lllxd5 22.ixd5 Y!!xd5 23 .Wxb6, pero las negras podrían en­ tonc�s ofrecer una larga y tenaz resistencia, gracias a su nueva actividad. Anand es muy fuerte en situaciones como ésta. Es, por tanto, posible que Kramnik prefiriese entregar mate­ rial pero conservar su fuerte peón pasado, que le garantiza una peligrosa y duradera iniciati­ va. Como espectadores, debemos agradecerle que nos haya dado la opción de presenciar es­ ta interesante y nada convencional partida. El ulterior desarrollo de los acontecimientos de­ muestra que su decisión fue totalmente correc­ ta. El resto de la partida se incluye casi sin comentarios, pero le sugiero que la contemple detenidamente y la analice por su cuenta.

20 ... i.xdl 21.J.e7 Y!!c7 22.gxdl �d7 23.J.h3 h6 24.J.f5! b5?! Una alternativa preferible es 24 . . . Wb7!?, pero las blancas quedan claramente mej or después de 25 .i.b4. 25.J.b4 gds 26.ge7 Y!!c4 26 . . . g6 les permite a las blancas elegir entre 27.ie6!?, 27.d6!? y 27.ih3!?, con una gran ventaja en todos los casos. 27.gxd7! gxd7 28.J.xd7 Y!!xb4 29.d6 Y!!a4 30.gd3 Y!!e4 31.J.xb5 Y!!el+ 32.®g2 Y!!e4+ 33.®gt Y!!et+ 34.®g2 Y!Je4+ 35.@fl Y!!ht+ 36.We2 Y!!e4+ 37.@fl Y!!hl+ 38.®e2 Y!!e4+ 39.©dt Y!!g4+ 40.f3 Y!!h3 4t.d7 Las negras se rindieron. A 4 1 . . .Wfl +, sigue 42.@c2 We2+ 43.�d2 .

Capítulo 5 67) Acevedo - Fischer Olimpiada de Siegen 1970 Las blancas están tremendamente restringidas. Con su siguiente jugada, las negras pasan al ataque y las piezas blancas no consiguen ofre­ cer mayor resistencia. 45...@a3 46.l:�bl ga2+ 47J�b2? Es más tenaz 47.@c l , pero entonces sigue 47 . . . l'hf2! 48.tllxf2 tllx c3 49.ga l + d l ib2, ganando. Después de la textual, las cosas aún son más fáciles. 47 lüxc3! 48.@xc3 gal Las blancas se rindieron. •..

69) Karpov - Gligoric San Antonio 1972 Reiteramos que el principal objetivo de ganar espacio es restringir a las fuerzas enemigas to­ do lo posible, a la vez que conceder libertad a las propias. En esta partida las blancas ya han conse­ guido restringir a su oponente, y ahora van a tratar de explotar este factor pasando el juego al flanco de la dama. Sus piezas móviles pue­ den evolucionar con facilidad en todas las di­ recciones del tablero, mientras que las limita­ das piezas del oponente sencillamente no pue­ den seguirles el ritmo. Una situación caracte­ rística. 46.a3! bxa3 47.ga2 gh4

68) Botvinnik - Boleslavsky Moscú 1944, Campeonato de la URSS La ventaj a de las blancas es clara, pero aún tienen que encontrar la forma de penetrar en la posición enemiga, en la que son evidentes la debilidad del importante peón "e6" y lo des­ protegido que está el rey. Por consiguiente: 30.c6! .ic8 Las piezas negras están ahora restringidas y descoordinadas. Sigue un golpe que abre la posición: 31.c4! bxc4 32..ixc4 lüb6 33..id3 gb8 34.�c5 �f8 Esto pierde de manera forzosa, pero la de­ fensa pasiva tampoco sirve. Por ejemplo: 34 . . . ga8 3 5 .ge3 l'!b8 36.g4 ga8 37.lllf5 Wf8 3 8 .tlle 7+ i>fl 3 9.gh3 . Las piezas desconecta­ das, además de las debilidades existentes, hacen que la posición negra sea desesperada. 35..ixh7+ @g7 36.lüf5+! Una importante jugada, sin la cual las blan­ cas aún tendrían una dura labor. 36 exf5 También es malo 36 . . . ©fl 3 7.ig6+ i>g8 3 8 .Wc l tllc4 39.Wf4. El resto es sencillo. 37.ge7+ @h8 38..ig6 i.e6 39.gxe6 �xc5 40.dxc5 lüa4 41..ixf5 lüc3 42.ge7 lüb5 43..id3 ges 44.a4 lüd4 45..ixa6 lüxc6 46.ge6 Las negras se rindieron. .•.

SOLUCIONES

Esto significa una inofensiva exhibición de actividad. La posición del rey de las blancas es segura por completo, como consecuencia, precisamente, de la movilidad de unas y otras piezas. 48.gxa3 ggh8 49.gbl! gb8 Es vital que las negras se defiendan de las amenazas adversarias. Una variante puede ser ésta: 49 . . . gh2 50.tlla 5 ia8 5 1 .We l tllb 6 52.tllc 6 ixc6 5 3 .gxb6 i>xb6 54.Wa5+ ©b7 5 5 . dxc6+ ©xc6 5 6.Wxa6+ i>c7 5 7 .Wa7+ i>d8 5 8.Wa8+. 50.�el gxg4 La posición negra no admite reparaciones. Si 50 . . . i::'!h 2, entonces 5 I.Wa5+ i>c8 52.lllxc5 ixc5 53 .f6. 5t.@xg4 i.c8 52.Wa5+ Las negras se rindieron.

1 63

70) Hübner - Karpov Tilburg 1977 En este ejemplo la ventaj a espacial de las ne­ gras sólo está empezando a tomar forma. Kar­ pov ha decidido ganar espacio y, antes que na­ da, rehúsa cambiar alfiles de casillas negras. Como antes se ha dicho, por lo general los cambios favorecen al jugador con espacio li­ mitado. 14 ... f6! 15.a3 ©e7 16.0-0 ghc8 17.lL!d2 lL!c7

26.lLixfl gxcl 27.ixcl ges! 28.ib2 gc2! 29.ixf6 ga2 30.©e3 �ha3 Las negras tienen una amplia ventaja y terminaron ganando. 71) Alburt - Smyslov Nueva York 1987 Las negras tienen una posición ganada, y con­ vierten su ventaj a en victoria del modo más preciso. Al avanzar sus peones del flanco de rey, fijan el peón aislado de las blancas, con lo que constituirá un objetivo preciso de ataque. Por otro lado, este plan también facilita el ata­ que al rey blanco, proporcionando así el avan­ ce de su peón pasado. 38 ... h5 39.h3 h4+ 40.©f3 g6! 41.gd6 gb4 42.ga6 a4 43.ga7+ ©h6 44.ga5 g5 45.ga6+ Las blancas están atadas a la defensa de su peón. Por ejemplo: 45.gas :gb3+ 46.©g4 :gg3+ 47.c;tif5 fü]+ 48.c;tie4 gxh3 . Las negras, por otra parte, están libres para mejorar su posición. El resto es directo. 45 ©h5 46.©g2 gb2+ 47.©gl gb3 48.©g2 a3 49.gas gb2+ 50.@f3 gh2 51.ghs+ @g6 52.ggs+ ©rs 53.grs+ ©es S4.c;tig4 gg2+ 55.©h5 a2 Las blancas se rindieron. .•.

18.b4?! Obviamente, no es la mej or jugada. En sus comentarios a la partida, Hübner, que no esta­ ba contento con ella, incluso la califica con dos signos de interrogación. En su lugar, su­ giere 1 8.4Jc4, aunque tampoco ésta parece re­ solver todos los problemas de las blancas, ya que tras 1 8 . . . 4Jb5 1 9.a4 4Jxc3 20.bxc3 gd8 2 1 .gb l gab8, las negras tienen una posición algo mejor. 18...i.xg2 19.©xg2 cxb4 20.i.xb4+ Las negras tienen una clara ventaj a después de 20.axb4 4Jd5 . 20... ©d7 21.ic3?! Como señaló Karpov, 2 l .4Jc4 de nuevo era lo más adecuado, aunque después de 2 1 . . .4Jd5 22.id2 b5 23.4Ja5 f5 , las negras están mej or. Ahora, sin embargo, las negras logran ventaj a decisiva d e forma prácticamente forzada. 21...lL!d5 22.i.b2 ih6! 23.e3 Según Karpov, 23 .füd l :gxc l 24.ixc l 4Jc3 25.ge l 4Ja2 26.4Jb3 lDxc l 27.ltJxc l :ges es muy pobre para las blancas. 23 ixe3! 24.fxe3 lL!xe3+ 25.@f3 lLixfl ..•

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72) Smyslov - Penrose Olimpiada de Amsterdam 1954 El material está igualado. Las piezas negras están, por supuesto, completamente atadas a la defensa, pero ¿pueden las blancas explotar es­ to cuando quedan tan pocos peones? ¡Parece que sí pueden! Incluso ganan con notable facilidad. El método ya nos resultará conoci­ do: avanzan sus peones para restringir al opo­ nente y crean una ruptura decisiva. Recuerde que este método sólo tendrá éxito si la posi­ ción enemiga es lo bastante pasiva. 28.f4 lLic5 29Jfa7 ©g7 30.©f2 ©f6 31.©f3 ©g7 Activar sus piezas les costaría a las negras un peón: 3 1 . . .c;tie6 32.:gc7 4Jb3 3 3 .:gc6+, ó 3 l . . . g5 32.:gc7 4Je6 3 3 .:gb7! 4Jc5 34.:gb6+. 32.h4 ©g8 33.g4 c;tig7 34.g5 ©g8 35.©g4 ©g7 36.f5 gxf5+ 37.©xfS lLie6 38.h5 lL!d4+

39.©e4 tLle6 40.h6+ ©g8 41.g6 Una sorprendente ilustración de una ava­ lancha "siciliana" de peones en el final. 41...tLldS 42.tLld7! Precisión hasta el fin. Ese siempre fue un rasgo que distinguió las partidas de Smyslov. 42.. J:!e8+ 43.©d5 Las negras se rindieron, en vista de la va­ riante 43 . . . :9:e6 44.ga8 gxg6 45.gxd8+ h7 46.tllf8+. 73) Smyslov - Golombek Londres 1947 Inglaterra vs URSS La ventaja de las blancas está fuera de toda duda. Su oponente ha debilitado la importante casilla "e5", su peón "e" está aislado, y los peones del flanco de dama se encuentran en casillas del mismo color que el alfil blanco, lo que no sólo no restringe sus movimientos, si­ no que en un momento dado pueden convertir­ se en objetivos de ataque. El único problema de las blancas es cómo alcanzar las debilida­ des enemigas. Smyslov encuentra un plan pre­ ciso: pone en marcha sus peones del flanco de rey, con cuyo avance fijará la debilidad de "g6", anulará la pieza más activa de su rival (el caballo), y abrirá un camino para su propio rey hacia el campo contrario. Todo esto pare­ ce convincente, pero me gustaría reiterar un punto importante: una ofensiva de peones de esta naturaleza sólo es decisiva cuando, como consecuencia de las piezas pasivamente situa­ das, el oponente es incapaz de generar contra­ amenazas. Es esencial mantenerse alerta ante las posibilidades de contrajuego del rival. 43.©e4! tLld6+ 44.©e3! El rey se aproxima al futuro punto de in­ vasión en la posición enemiga. Una ruptura de peón no apoyada directamente por piezas sólo puede resultar autodestructiva. 44 tüf5+ 45.©f2! i.d6 Las blancas también ganarían después de 45 . . . tlld6 46.tlle 5+ Wc8 47.Wf3 tlle 8 48.i.h8 .ixe5 49 ..ixe5 Wd7 50.g4. 46.h3 i.c7 47.g4 hxg4 48.hxg4 tLlh6 49.©g3 tüti 50.g5 i.d8 51. i>g4! Una vez más, precisión absoluta. Es peor •..

SOLUCIONES

5 l ..ic3 a6 52.tllh4 e5 . 51..J\xf6 52.gxf6 i>d6 53.tLle5! Las negras se rindieron.

74) Tartakower - Yates Nueva York 1924 La posición blanca está indudablemente ga­ nada. El papel decisivo no lo juegan tanto los factores materiales como los posicionales, ba­ sados éstos en una significativa ventaja de es­ pacio. Se diría que debe ser posible materiali­ zar esa ventaja por medios puramente técni­ cos, empezando, por ejemplo, por 39.:!'!:a l , etc. Como en cualquier tarea técnica, esto requiere precisión y paciencia, porque puede prolon­ garse de forma considerable. Sin embargo, las blancas encuentran un medio radical de forzar la decisión. Para un jugador de ajedrez es muy importante no dejar escapar la ocasión de re­ solver un problema técnico o estratégico con juego apremiante. 39.i.xf5!

39 J:!ti Las negras también pierden tras 39 . . . gxf5 40.:!'!:h6+ Wc7 4 1 .:!'!:xh7+ Wd6 42.gxb7 tllxb7 43.g6 h8!. Todo el problema es que esta variante no obliga a las negras a cambiar peones, y para conseguirlo, las blancas debe­ rán situar a su contrario en Zugzwang. La ra­ zón es que el Zugzwang posee el poder de coacción. Por cierto, tome nota de que des­ pués de la tercera jugada de las negras, se pro­ duce una posición de Zugzwang mutuo. Ahora que ya hemos sentado las premisas, la res­ puesta debería ser más fácil de encontrar: t.ci>f8! h6 2. i>f7! hxg5 3.hxg5 h4 4.g6

82) R. Skuj a Conclusión de un estudio, 1 950 La solución a este ejercicio es sencilla y, al mismo tiempo, efectiva e instructiva. La res­ puesta se encuentra fácilmente: ¡necesidad obliga! La única jugada candidata es l .'it>xf4?, pero pierde ante l . . .'it>d5 2.©f3 'it>c4 3 .©e2 'it>c3 . En consecuencia, las negras deben "refi­ nar" esta variante. 1.ci>e4!! Ahora está claro que las negras están en Zugzwang, porque cualquier jugada empeo­ rará su posición. 1...d3 Lo mismo sucede después de l . . . f3 2.'it>xf3 y de l . . .'it>d6 2.'it>xd4!, así como después de l . ..'it>f6 2.'it>xf4! 2.'it>xd3 ©rs 3.ci>e2 ci>g4 4.©f2 Las negras ya no pueden ganar.

83) N. Grigoriev Conclusión de un estudio, 1 93 3 Esta posición e s algo más complicada, y para entenderla debemos considerar la jugada candidata l .'it>c2? d5 2.'it>b2 (las cosas siguen

SOLUCIONES

el mismo camino en caso de 2.'it>d2 d4 3 .cxd4 'it>xd4!) 2 . . . d4 3 . cxd4 'it>xb4!, con tablas. Con alguna experiencia, no es dificil ver que la po­ sición después de la primera jugada negra es de Zugzwang mutuo. El tiempo se pierde (o se gana) de forma muy directa. t.©dl! d5 2.ci>c2! d4 O bien 2 . . . 'it>b5 3 .©d3 . 3.cxd4 ©xd4 Después de 3 . . . ©xb4 sigue 4.'it>d3 . 4.©b3 ©d5 5.©a4 ©c6 6.©a5

84) A. Herberg Deutsche Schachzeitung, 1 93 5 Las jugadas iniciales son evidentes: t.ci>e5 ©f7 l . . . 'it>d7 2. ©d4 conduce a la misma situa­ ción. 2.©d4 c6! Estrictamente hablando, ésta es la posición crítica. La jugada candidata es 3 .'it>c4, pero só­ lo lleva a tablas después de 3 . . . c5 4.'it>xc5 ( ¡lamentablemente, juegan las blancas!) 4 . . . b3 5 .'it>d6 b2 6.'it>d7 b l 'IW 7 .e8\W+ 'it>xf6. Las blancas, por tanto, deben tratar de cambiar el orden de jugadas en su propio beneficio, de forma que cuando se produzca la situación de Zugzwang, el rey negro deba retirarse.

3.ci>d3! c5 3 . . . 'it>e8 4.'it>c4 c5 es lo mismo. 4.©c4 ci>e8 Las negras deben retroceder y todo viene seguido. 5.©xc5 b3 6.©d6 ©f7 7.©d7

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85) F. Dedrle 1 932 En este ejemplo también parece imposible ga­ nar en la continuación principal: t.'i!ig5 e3 2.'i!ih6 e2 3 .'i!ih7 e l \& 4.g8'1&+ 'i!ixf6 5 . 'l&f8+ (5.'l&g6+ 'i!ie7) 5 . . . 'i!ig5 . Por otro lado, encon­ trar una idea que mejore la variante no es fácil. Al seguir el ejemplo del estudio anterior, en el que la posición tenía un carácter similar, podemos tratar de ganar un tiempo recurrien­ do al Zugzwang. t.©g3! d6!? 2.g;,g4!

Después de la errónea 2.'i!if4? d5 , se pro­ duce una posición de Zugzwang mutuo, que tiene interés para nosotros, pero en la que le corresponde jugar al bando equivocado. 2... d5 Nada cambia 2 . . . 'i!ig8 3 .'i!if4. 3.©f4! g;,g8 Las blancas han ganado el tiempo y el rey es obligado a retroceder. Al principio parece que no esto no sirve de ayuda, pero un análisis preciso demuestra que todo está en orden. 4.d3 .ic8!, pero la textual es mucho más sencilla. Las blancas se rindieron. ..•

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102) Botterill - Tal Bath 1973 Campeonato de Europa por equipos Está claro que Ja posición requiere que las ne­ gras ataquen al rey rival, sin desperdiciar una sola jugada. Tal elige el camino más efectivo: 42.. ..ie3! Tras 42 . . ..ig l + 43 .i>g3 Wc3+ 44.i>h4 .ih2! 45 .Wf2, las negras están obligadas a in­ vertir un valioso tiempo en capturar el alfil, al­ go que deberían evitar. 43.©g3 ig5 44.'i;Yc4 44.Wg4 h5 45 .Wd4 (45 .Wb4 'i;Ye3+ 46.i>h2 .if4+) 45 . . . We l + 46.i>h2 .ie3 47.l='!a l Wf2 tampoco ayuda a las blancas. 44...Y;YeJ+ 45.©g4 ih4! Esto aún es más fuerte que la aceptable va­ riante 45 . . . exf5+ 46.�xf5 h5+ 47.©xh5 g6+ 48.i>g4 .id7. 46..ie7 Tal indica la bonita variante 46.tllxf7 Wg3+ 47.i>h5 .ie8! 46. ..ixe7 47.�xti h5+ 48.©xh5 .ie8 49.©g4 exf5+ 50.©xf5 g6+! 51.©g4 .id7+ Las blancas se rindieron. Un precioso y elaborado ataque, cuyo as­ pecto más interesante es que fue iniciado por el alfil de casillas negras y rematado por su colega de casillas blancas.

103) Kasparov - Kramnik Dos Hermanas 1996 Esta posición se produjo en el fragor de la ba­ talla. Ambos jugadores han visto claramente los acontecimientos que se avecinan, pero sólo uno de ellos Jos aprecia en su justa medida. 24... gxf3! 25.gxo La variante 25 .l='!a2 l='!xfl + 26.Wxfl Wxfl + 27.©xfl es importante. Después de 27 . . . l='!c8! 28 . .ie3 .if4!, las negras tienen buenas pers­ pectivas de victoria. 25... 'i;Yxh2+ 26.©fl .ic6!! El segundo alfil entra en juego, y debido a que no tiene oposición, rápidamente concluye Ja lucha. Kramnik suponía que esta jugada se le había escapado a Kasparov, o bien que Ja había subestimado.

27.ig5 A pesar de la torre de ventaja y de que les corresponde jugar, las blancas no disponen de buenas opciones: 27.fü5 ic7! 28.!'la l !'ld8, 27.Wd3 Wh l + 28.iie2 We l ++, o bien 27.!la2 ib5+ 28.llld3 ixd3+! 29.!lxd3 fü8+ 30.fü3 Wh l +. Después de la textual, las negras disponen de una senda segura hacia la victoria. 27 ....ib5+! 28.lli d3 ges!

gras, sin embargo, no dej an escapar la vic­ toria. 30.©e2 gxe4+ 31.'itid2 ti°g2+ 32.©cl O bien 32.tt'lt2 �d4+. 32...Wxa2 33.gxg3 33.fü8+ iixf8 34.Wt3+ if4+ es una línea importante. 33 ... Wal+ 34.iic2 ti'c3+ 35.©bl gd4 Las blancas se rindieron, en vista de 36.if6 ixd3+ 3 7.iia2 ib l + 3 8.Wxb l �d2+.

104) Bouaziz - Geller lnterzonal de Sousse 1967

29.ga2 También es malo para las blancas hacer 29.!'lc l Wh l + 30.'itie2 !lxe4+ 3 J .d2 Wg2+ 29 ti°hl+ No es la primera vez que se produce un ca­ so de "ceguera ajedrecística", es decir, posi­ ciones en las que eminentes jugadores omiten cosas bastante obvias (aunque hay que decir que tampoco sucede con demasiada frecuen­ cia). Suele ocurrir, sin embargo, en partidas entre oponentes del mismo nivel. La razón es clara: un grado muy alto de tensión propicia luchas de esta naturaleza, y lo que está en juego es demasiado importante. Hasta los me­ jores maestros son humanos. Todo esto expli­ ca por qué a Kramnik se le escapó, en esta posición, una oportunidad que en circunstan­ cias más tranquilas habría encontrado hasta un jugador poco experto: 29 ... ixd3+ 30.Wxd3 (30.füd3 Wh l + 3 1 .'itie2 Wg2+ 32.e3 !lxe4++) 30... Wh l + 3 1 .e2 We l ++. Debemos añadir, por cierto, que cuando su­ ceden estas cosas por parte de grandes juga­ dores, normalmente se debe a que tienen in mente otra idea. Tal es el caso aquí. Las ne•.•

SOLUCIONES

Cuatro peones a cambio de una torre no es mala compensación, pero más importante aún es que todos ellos están magníficamente apo­ yados por piezas. Como regla general, los al­ files protegen muy bien a los peones pasados. Tal es el caso aquí, y el ataque combinado de alfiles y peones decide rápidamente la partida. 32... e5 33.gfl Las blancas no consiguen sostener sus peo­ nes débiles. Por ejemplo: 33.iif2 ib2. 33... a5 34.lll d2?? Esta jugada, por supuesto, es un lamentable error, pero estos incidentes no ocurren por ca­ sualidad. Desanimado por los numerosos pro­ blemas a que se enfrentaba (como en la va­ riante 34.!'lb l a4 3 5.tt'lc l f4+), Bouaziz come­ te el burdo error textual. 34... i.d4++

105) Smyslov - Evans Olimpiada de Helsinki 1952 A pesar de los dos peones extra de las negras, en este final de piezas menores, las blancas si­ guen disfrutando de una amplia ventaja. Las razones son su fuerte peón pasado, protegido por el rey, y sus dos activos alfiles. Los acon­ tecimientos toman ahora un carácter forzado. 37.ib5+ d8 38.b6 lli f6 Las blancas amenazaban hacer 39.d7 tt'lf6 40.ic7+. Sin embargo, las negras quedan aho­ ra con una estructura fij a y pierden uno de sus peones del flanco de dama. 39.ig5 .id5 39 ... b3 40.xa5 id5 conduce a lo mismo.

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40.©xaS b3 41.©b4 .ie6 42 ..ia4 ©es 43..ixf6! gxf6 44.d7+! El ataque de las blancas ha desembocado en un final en el que tienen una indudable ventaja, si bien queda fuera del tema de la pareja de alfiles. Sin embargo, el ajedrez al más alto nivel nunca es irrelevante, y el juego de Smyslov en este final se muestra a la altura de las circunstancias. Su última jugada es im­ portante, ya que es pronto para capturar el peón: 44.ixb3 ©d7 45.ixe6+ fxe6 46.©c5 e5 47.b4 e4, y el juego acaba en tablas. Ahora no sería bueno para las negras cap­ turar: 44 . . . ixd7 45.ixd7+ ®xd7 46.®xb3 ®d6 47.©c4 ©c6 48.b4, y las blancas ganan. En consecuencia, juegan: 44 ©dS Sin embargo, el preciso juego de las blan­ cas empuja a su rival hacia el Zugzwang y, eventualmente, le obliga a tomar el peón. 45..ibS! ©e7 46..ie6! ©dS 47..ia4! ©e7 4S.©e5! .ixd7 Una posición de Zugzwang. Las negras tie­ nen pocas jugadas de espera. Después de la línea 48 . . . h6 49.h4! h5, las blancas juegan 50.©b4 e inician la misma maniobra de alfil, que fuerza de nuevo el Zugzwang. 49..ixb3 .ie6 50..idS! ©d7 51.b4 El resto de la partida es sencillo y claro. 51...©e7 52.bS .ixd5 53.©xdS ©b6 54.©e4 ©b7 ss.©es ©e7 56.b6+ ©b7 57.©bs hS 5S.h4 ©bS 59.©e6 mes 60.b7+ ©bS 61.©b6 f4 62.gxf4 fS 63.©e6 f6 64.©d6 ©xb7 65.©e6 Las negras se rindieron.

39 Jhe2+ 40..ixe2 ©es 41.g4 .ie3! Ahora todo está claro: las piezas negras do­ minan por completo el tablero. Como suele suceder, lo más dificil para el rival es defender las casillas del color del alfil que ya no posee. 42.©f3 ©d4 43..ib3 .ib7 44.©e2 .ia6 ••

••.

106) Tarraseh - Rubinstein San Sebastián 1912 Esta posición corresponde a la conclusión de una clásica partida de Rubinstein, en la que su juego es lógico y convincente. Antes que na­ da, las negras cambian torres, haciendo que su rey sea el dueño y señor de todo el tablero, que puede cruzar en todas direcciones sin el menor obstáculo. 3S.. J�eS! 39..idl 39.l'!xc8 ixc8 y 39.l'!d2 l'!c3 no son más fáciles para las blancas.

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45..ie2 También es malo hacer 45 .®f3: 45 . . . i.g5! 46.lllf2 i.h4. En general, todo es ahora malo para las blancas. Las negras se han apoderado de la totalidad del tablero. 45....ibS! 46.a4 .id7 47.©f3 Ahora que el peón blanco de "a4" está ata­ cado, se produce la invasión decisiva. 47... ©e3! 4S.©xe3 d4+! 49.©e2 ©xe2 50.�f4 .ixa4 51.�e6 .ib3 52.�xd4+ ©b2 53.�bS a4 54.©e3 a3 55.�xa3 ©xa3 56.©d4 ©b4 Las blancas se rindieron. 107) Karpov - Nunn Tilburg 1982 Las blancas tienen una evidente ventaja, y ahora se disponen a abrir la posición para ac­ tivar sus alfiles, considerando, además, que las piezas enemigas están atascadas en otro sector del tablero. 20.a4! Esto es mucho más efectivo que 20.b4 Wa6 2 l .a4 lllxa4. 20... exb3 21.�xbS! �xd2 22Jhd2 �he2 Las complicaciones favorecen a las blan­ cas, sencillamente porque poseen más piezas en la zona del tablero en que están teniendo

lugar los principales acontecimientos. Las ne­ gras quedan mal tras 22 . . . b2 23.!'!b l tll xa4 24.tll xd6 !'!b8 25.c4 !!ed8 26.c5 . 23.gxc2 bxc2 Las blancas hacen ahora pedazos el flanco de dama contrario. 24.aS lti c8 25.gcl lti d7 26.gxc2 lti cS 27.tllxd6 lti xd6 28.gxcS lti xe4 29.gc7 .if8 30.a6 gds 31.gxa7 Las negras se rindieron, pues la alternativa es contemplar cómo los alfiles blancos empu­ j an el peón "a" hacia la casilla de coronación.

108) Janowski - Capablanca Nueva York 1916 He aquí una famosa partida de Capablanca, que puede encontrarse en prácticamente cada libro dedicado al gran cubano. Sin embargo, y por lo que sé, este fragmento de la partida nunca ha sido debidamente explicado. Hasta el gran Botvinnik, el más minucioso de los comentaristas, no fue convincente al respecto (o así me lo parece). Pero veámoslo por no­ sotros mismos. La ventaj a negra está definida por su su­ perior estructura de peones y la pareja de alfiles, que juega un importante papel a pesar de la naturaleza un tanto cerrada ( ¡pero no bloqueada!) de la posición. Sin embargo, para evitar la tentación de dormirse en los laureles y disfrutar de sus admirables logros, a fin de explotarlos (es decir, la clave de la técnica aje­ drecística), las negras deben tratar de asegurar la coordinación entre todas sus piezas. La si­ tuación de su alfil de casillas blancas parece especialmente desafortunada, y de manera ejemplar, con estas consideraciones in mente, las negras efectuaron su siguiente jugada: 32 b4! 33.axb4? Un momento clave de este final. La conti­ nuación más natural es cambiar el fuerte alfil negro con 3 3 .ixb4: a) 33 . . . ixb4 34.axb4, y ahora: a l ) 34 . . ..ia4 se contesta con la desagradable 3 5 .:!:lal !, con la línea 35 . . . .ic2 3 6.:!:la7+ 'it>f8 3 7.:!:lga l . a2) Botvinnik escribió que las negras ganan avanzando su peón a "h3", pero tras 34 . . . h5 .•.

SOLUCIONES

3 5 .'it>f2! h4, las blancas pueden jugar 3 6.h3 . b) 3 3 . . ..ia4! 34.:!:lbc l (34 . .ixe7 es malo, por 34 . . . ic2!) 34 . . . ixb4 3 5 .axb4 !'!b8, con la po­ sible variante 36.tll e3 :!:lxg l 3 7.!'!xg l füb4 3 8 . :!:lg2 ib3! 39.'it>e2 .ia2, y las negras sin du­ da tienen mejores posibilidades. Es probable que deba realizarse un análisis más detallado de esta posición. Sea como fue­ re, la decisión de Capablanca en la jugada 32 debe evaluarse como totalmente correcta, mientras que la posición después de esta ju­ gada sería mej or para las negras, pero en mo­ do alguno ganadora. Sin embargo, después de la desafortunada jugada 3 3 de las blancas, su­ cede lo que sigue. 33.. .i.a4 34.gal Resulta que 34.Eí:c 1 permite la muy molesta 34 . . . Eí:xf4+! Esto es lo que pasa cuando se le dej a al rival la parej a de alfiles. No obstante, quizá esto fuese el mal menor, mientras que ahora las blancas pierden material por fuerza. 34.. .i.c2

35 .ig3 .ie4+ 36.©fl h5 37.ga7 .ixg2 38.gxg2 h4 39.i.xh4 Las blancas también pierden después de 39.!'!xe7+ 'it>xe7 40.ixh4+ 'it>fl 4 1 .füg4 fxg4 42.'it>g3 Eí:b8 . •

39... gxg2+ 40.©f3 gxh2 41.i.xe7 Las cosas no son más fáciles para las blan­ cas después de 4 1 .Eí:xe7+ 'it>f8 42.if6 (42.:!:lh7 Eí:gg2!) 42 . . . Eí:gh8! 41...gh3+ 42.©fl gb3 43.i.gS+ ©g6 44.ge7 gxb2+ 45.©f3 ga8! 46.gxe6+ ©h7 Las blancas se rindieron.

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109) Geller - Keres Moscú 1952, Campeonato de la URSS La clave de esta posición es que las blancas están, en esencia, obligadas a jugar con la ma­ yor energía para impedir que su oponente complete sin trabas el desarrollo, ya que de ser así, las negras tendrían una posición perfecta­ mente aceptable. Después, por ejemplo, de 20.lllc4 lllxc4 2 l .ixc4 e5 22.!!h4 h6, las negras no tienen ningún problema. Las blan­ cas, en consecuencia, jugaron: 20.ixh7! fxeS Las negras no pueden hacer 20 . . . lllb 5, de­ bido a la jugada intermedia 2 1 . lllg 6+. 21Jhd6 idS 22J�6xd5 exdS 23Jhd5 �kl 24.