La Sociedad A Pesar Del Estado

Citation preview

COLECCION R E A L ID A D NAC IO NA L 2

@

Copyright

T ap a; Luis A lberto Boh Hecho el depósito que establece la Ley 94 EL_^^ J K LECTOQ

25 de Mayo y A ntequera - Tei. 91 966

A sunción - Paraguay

LA SOCIEDAD A en e\ Paraguay Benjamín Arditi José Carlos Rodríguez

Prólogo de Liiie Bareiro

= J!llítc ra a

Ayer soñé con los hambrientost los locos, los que se fueron, los que están en prisión, hoy desperté cantando esta canción que ya fue escrita hace tiempo atrás y es necesario cantar de nuevo una ver nids. Cliaxly García, In conciente Colectivo, (l-'ragm ejito)

PROLOGO Una com unidad intelectual se va reconform ando len­ tam ente en el Paraguay, ganando espacios al oscurantismo y al trabajo aislado. Su existencia y vitalidad constituyen un imperativo para una sociedad que necesita pensarse a s í misma. La com unidad intelectual, que hace del pensar la sociedad su oficio, form a parte de la com unidad cultu­ ral de nuestro país. Hoy, esta última se ha ido constitu­ yendo en uno de los polos más vitales y creativos del que­ hacer nacional. La idea de “com unidad cu ltural"puede entender¿e en dos sentidos, uno am plio y otro restringido. En sentido amplio, “com unidad cultural” se refiere a todas las acti­ vidades propias de una sociedad determinada, mientras que en sentido restringido, se refiere ai quehacer áe los sectores que conform an las “minorías especia,!ízadss” productoras de cultura. En este segundo sentido, la com u­ nidad cultural estaría compuesta no sólo vor intelectua­ les, sino también por artistas, literatos, educadores y comunicadores sociales. £ s decir, por quienes “han hecho del pensar acerca de la sociedad nacional y sus problemas, del crear obras y sím bolos de diverso tipo, del experimen­ tar con formas innovadoras en sus respectivas especialida­ des, y del transm itir el cúm ulo de reflexiones, creaciones y experimentaciones, su vocación, vivencia u ccupasion prim ordial” El funcionam iento de una com unidad intelectual im­ plica un debate dinámico y abierto entre sus integrantes acerca de su propia producción. Es decir, implica que lo que una persona o grupo produce, es estudiado, rep?f¿ís¡-

do y utilizado p o r ¡os otros en su propio trabajo. Ello contribuye a que ¡as investigaciones y ensayos producidos por unos no sean ignorados o que tengan, corno única re­ percusión, el aplauso o la descalificación acríticas d e los otros. A l contrario, devienen referencias para cualquiera que se interese en analizar el m ismo objeto o tema de es­ tudio, aunque más no sea para distanciarse o adherirse al contenido de los mismos. Dicho de otra manera, se crea una tradición, un patrim onio cultural colectivo al cual el investigador o analista puede remitirse. La com unidad intelectual de un país también form a parte de la com unidad y los debates internacionales del m ismo tipo y, por lo tanto, tienen un escenario más am ­ plio que ¡as fronteras de un país, una región o un conti­ nente. L o que se produce teóricamente o a nivel de inves­ tigaciones empíricas en y sobre otras sociedades, también debe ser tom ado en consideración. Se puede hablar de ‘'reconformación ” de la com uni­ dad intelectual puesto que la vital y creativa com unidad que existía hasta los años 40 en nuestro país, quedó de~ sarticulada com o consecuencia de un co n texto socio-po­ lítico y cultural adverso. Los intelectuales, individualmen­ te en el país o desde el exilio, no pudieron desarrollar un com bate efectivo p o r ¡a libertad de pensam iento y de ex­ presión, basado en la generación de ideas, m étodos, en­ foques e interpretaciones innovadoras en el plano de ¡a creación científica. Los autores de este ensayo son exponentes del sector de intelectuales, hombres y mujeres, que proponen nue­ vos m odos de pensar su sociedad y sus problemas; y que a partir de ese trabajo aportan a la democratización de la sociedad paraguaya. Esto constituye, además, una forma de hacer política con un rasgo particular: por un lado, es un m odo de pensar que no está alineado con un partido político w organización social determinados —lo cual per­ m ite mantener una ciarla distancia con lo estudiado -; por otro, incorpora en su problemática el p u n to de vista de los protagonistas sociales. En cierta manera, se trata de “intelectuales orgánicos” de la sociedad. La colectividad a la cual ellos pertenecen puede ser calificada como "no académica”. Pero no porque prescin­

dan de los m étodos académicos del trabajo intelectual co­ m o profesión, sino más bien porque su producción tiene lugar fuera de los circuitos universitarios. D e hecho, hoy, en el Paraguay, a diferencia de otros países, no es en ¡a “academia”, no es en la universidad donde se estáproduciendo el pensam iento más vigoroso e innovador sobre Ja sociedad paraguaya. A falta de una universidad dedicada a estas tareas, éstas están siendo generadas en centros de investigación más o m enos pequeños y sin apoyo oficial. Este ensayo gira en torno al tema de la politiciaad de los movimientos sociales y de la incidencia de éstos en la dem ocratización de nuestra sociedad. Es p o r ello que no se desarrolla explícitam ente un pensam iento acerca de los actores político-partidarios, del estado, de otro» acto­ res sociales vinculados con la problemática democrática o, incluso, aspectos históricos o estructurales de los movi­ m ientos sociales que no tienen relación con esto. Estes te­ mas, sin embargo, han sido desarrollados po r los autores en otros trabajos que enmarcan la reflexión desarrollada en La Sociedad a pesar del Estado 2/, Un problem a que el pensam iento democrático enfren­ ta en nuestro país es que, si bien ya se dispone de una reflexión acerca del autoritarism o, aún no tenemos algo comparable acerca de la historia de las formas, de los m e­ canismos y de las luchas por la democracia en el Para­ guay. Por lo menos, aún no con el nivel de complejidad y reflexión que la situación política actual y una cultura política democrática lo reclamarían. En términos estrictos, es indiscutible que jamás he­ m os tenido un sistema p o lítico democrático, y que en nuestro país el partido o agrupación política que accede al gobierno del estado, lo hace, lo conserva o lo pierde a través de la violencia. Pero esta constatación no debe mantener en la penum bra la historia y ¡os resultados de luchas por el pluralismo, p o r la igualdad, p o r ¡a autú'organización y por el respeto a los derechos de mayorías y mi­ norías, que deben ser recuperadas p o r la memoria y em­ pleadas por la colectividad com o la tradición de libertad y democracia de nuestra sociedad. Los autores son, pues, intelectuales que no pretenden hacer ciencia social desde arriba o desde afuera de la so­

ciedad y de los anhelos de su tiem po, sino desde adentro de ellos. No les da ¡o m ism o autoritarismo que dem ocra­ cia: a través de sus trabajos, toman abiertamente posición por ésta última y buscan aportar elem entos para la form a­ ción de una cultura democrática en la sociedad. Su com ­ prom iso con la reivindicación democrática no les impide a los autores desempeñarse com o intelectuales críticos, que analizan su objeto de estudio a partir de presupuestos teóricos y metodológicos, tratando principalm ente de com prender y no de juzgar. La opción escogida en este nuevo ensayo es la de la recuperación de una tradición de lucha y el análisis de al­ gunos actores sociales involucrados en ella. La recupera­ ción de esta tradición contribuye a la form ación de una conciencia democrática y a la comprensión de que hay un proceso histórico sobre el que debem os reflexionar, tanto para la reconformación de ¡as identidades sociales com o para la recomposición de nuestra propia identidad com o sociedad. De hecho, com o ya se ha señalado en otro tra­ bajo, en el Paraguay "Las represiones impiden la continui­ dad de las prácticas sociales, y la falta de un pensam iento orgánico acerca de nuestra práctica y nuestra historia im­ pide la constitución de procesos: m uchos m ovim ientos deben recomenzar continuam ente su trabajo sin poder re­ currir a la experiencia colectiva " 3/. Los intelectuales aportan a la creación de una con­ ciencia de los procesos en los cuales se inscriben las luchas del presente. Y la conciencia de estos procesos actúa, a su vez, com o soporte de las luchas del presente. Los inte­ lectuales, con su trabajo, contribuyen a la creación de una memoria colectiva basándose en memorias fragmentadas en docum entos y personas a los que la mayoría de los ciu­ dadanos no tienen acceso o en los cuales éstos no pueden encontrar ¡os hilos conductores que configuran su senti­ do: crean memoria basándose en memorias. El título del trabajo puede suscitar una interrogante: ¿Por qué recuperación democrática, si en nuestra historia no hemos conocido más que autoritarismos? fina respues­ ta posible es que ¡o que acá se está recuperando no es la

vigencia de un sistema democrático que se habría perdi­ do, sino las semillas, los gérmenes de lucha por la d em o ­ cracia que solemos olvidar. N o estamos en una situación com o ¡a del pueblo uruguayo, donde se recuperó un siste­ ma político democrático preexistente a un golpe militar. El análisis del ensayo evoca a otro trabajo hecho por uno de los autores en el cual se explica cóm o en nues­ tro país las iniciativas políticas van, generalmente, desde el estado hacia ¡a sociedad civil, y no viceversa. Acá, en cambio, se busca exponer las pulsiones que invierten el proceso. Pero el títu lo tam bién alude, intencionalmente, al del principo/ trabajo teórico escrito por Fierre Cías tres, La Sociedad Contra ei Estado. El parafraseo constituye algo más que un simple juego de palabras. Clastres, antro­ pólogo francés, basó gran‘parte de sus reflexiones en las investigaciones de León Cadogan y en su propio trabajo de cam po entre indígenas del Paraguay. Se preocupó fundam entalm ente acerca del poder en las sociedades pri­ mitivas. Su fascinación con los tupí-guaraní, cotí su orga­ nización, sus creencias, m itos y rituales, provenía de la constatación de un hecho particular: eran sociedades sin estado, sociedades en las cuales el poder no criaba con­ centrado en una persona o en un grupo, ni tam poco sepa­ rado de la sociedad, o sobre ella. Por consiguiente, decía, tam poco daban lugar al nacim iento de la desigualdad, de ¡a esclavitud y la división social. Para él, el rechazo dc¡ estado estaba ligado a la reivindicación de la libertad y de la autonom ía de la sociedad. La Sociedad a Pesar del Estado también reivindica la libertad y la autonom ía desde el p u n to de vista de la so­ ciedad, pero en base a una concepción política en la que no se busca la eliminación del estado, sino mas bien su control comunitario a través de un mecanismo capaz de fortalecer a la sociedad por obra de ella misma: la dem o­ cracia. Libertad, autonom ía, democracia y control del poder son los térm inos recurrentes en este ensayo, que busca - -a través de una reflexión y argumentación que se m ueve en el plano de lo social- , dibujar los contornos de un imaginario colectivo que está constituyéndole en la conciencia de la colectividad del presente.

Los autores se inscriben en una linea de reflexión que investiga, en otros países, la creación de una nueva cul­ tura política creada desde abajo por los m ovim ientos so­ ciales. Los analistas extranjeros se refieren a los “nuevos m ovim ientos sociales" com o los de mujeres, barriales, pa­ cifistas, de minorías de diverso tipo, etc., mientras que en La Sociedad a Pesar del Estado analiza los m ovim ien­ tos sociales “ tradicionales”, com o el de trabajadores, el campesino y el estudiantil. En el caso paraguayo, estos m ovim ientos tradicionales, por haber estado desarticula­ dos y derrotados, y encontrarse en fase de reorganización, también pueden ser considerados com o “n u e v o s L o s “nuevos” m ovim ientos de otros países a q u í no existen aún, o todavía no han ganado ni espacio, ni fuerza sufi­ ciente com o para m odificar o crear cultura política en nuestro medio. Los autores entienden “que los m ovim ientos sociales contribuyen a la producción de formas, espacios y m enta­ lidades democráticas a partir de una actividad desarrolla­ da en el terreno usualm ente designado con el nom bre de “sociedad civil”, y que la acción de estos actores “no ex­ cluye sino que com plem enta a la de los partidos, sólo que en otro terreno, un terreno extra-estatal, el terreno p ro ­ piam ente societal”. Ellos se proponen “mirar a los m ovi­ m ientos sociales, a la historia de sus luchas, a las tareas que se han propuesto, a las metas que han cum plido, al potencial renovador que pueden tener en una dirección democratizadora de nuestra sociedad”, Es un proyecto ambicioso, que los autores no siempre cumplen. Hacerlo supondría la existencia de una historio­ grafía de las luchas, de las tarcas propuestas y de ¡as m e­ tas cumplidas por cada m ovim iento, basada en investiga­ ciones anteriores, propias o ajenas. Esto fu e posible en el caso del m ovim iento de trabajadores, ya que uno de los autores es especialista en lu materia, y disponr de archi­ vos y trabajos previos &f. Pero no se pudo hacer lo m ismo en relación al m ovim iento campesino, cuya historia aún carece, en general, de una historiografía amplia. En este caso, el ensayo queda en deuda con la historia de las con­ quistas campesinas, principalm ente en lo que respecta a

las Ligas Agrarias Cristianas y las Comunidades Cristianas de Base, puesto que sobre esas experiencias existen ya al­ gunos trabajos publicados y uno de los autores inclusive participó en la elaboración de uno de ellos 6/. El espíritu general del trabajo es de un optim ism o desbordante po r la recuperación de espacios democráticos y democratizadores. Eso hace que, aunque se señalen los lím ites y dificultades, al terminar la lectura, quede una sensación de que pasa más de lo que en realidad sucede, lo cual puede llevar a generar falsas expectativas acerca de la m agnitud de los espacios ganados. E n su trabajo, ios au­ tores parecen estar descorchando una botella de cham­ pán. Este espíritu es positivo, puesto que el placer y la alegría pueden dar más fuerza y eficacia a un trabajo de este tipo. Sin embargo, para m edir ¡as posibilidades o el p o ten ­ cial renovador de estos m ovim ientos se podría haber re­ flexionado más acerca de la correlación de fuerzas en nuestra sociedad. Esta necesidad se refiere a cada uno de los actores tratados, pero es imprescindible pera el caso del m ovim iento estudiantil universitario, que les actores consideran que ya ha derrotado a la dictadum dentro de sus gremios. En cuanto a la visión que transmiten sobre el movi­ m iento de trabajadores, es posible relacionarla con el Fausto germánico reelaborado por Goethe. Solo que a q u í se trata de un Fausto colectivo del subdesan-dlo, un Fausto sujeto social de la pobreza. En la historia de Faus­ to, un gran científico humanista, que ya estaba llegando al fin de sus días, vende su alma al diablo a cambio de re­ cuperar Ja juventud, y con ello, pierde todo lo que más amaba sin alcanzar la felicidad. N uestros Faustos del sin­ dicalismo oficialista, al subordinarse al poder estatal y partidario vendieron —según creen - una parte de sus si­ mas a cambio de concesiones. La pequeña auto-venta sig­ nifica, sin embargo, la perdida del alma, la pérdida de ia fuerza y de la dignidad obrera, sin conseguir más que la supervivencia a través de la sumisión. El ensayo atiende principalm ente a las formas organi­ zativas, ¡as propuestas, conquistas e ideología de los suje­ tos analizados. A tiende, sobre todo, a ¡os factores “subje­

tivos" de los mismos, esto es, a la creación de identida­ des y m odos de relacionamiento colectivos antes que a las condiciones económicas y demográficas de su existencia. Es quizás el trabajo más com pleto y globalizador que se ha producido en nuestro m edio desde esa perspectiva, aún cuando evidentem ente deja de lado m uchos elemen­ tos políticos del MIT-P, tales com o, el nuevo relaciona­ miento, líde igual a igual"; con los partidos políticos, el reconocim iento que van obteniendo del empresariado, ¡a solidaridad con otros sectores sociales, su com promiso ex­ p lícito con ¡a democratización del país, los intentos de articulación multisectorial con m ovim ientos sociales urba­ nos (tal com o el Encuentro Permanente de Organizacio­ nes Sociales, EPOS), con éstos y ¡os partidos de oposición (la reunión Multisectorial), e inclusive su participación en el Diálogo Nacional propuesto por ¡a Iglesia Católica. Subjetividad contra subjetividad, la que firm a el pró­ logo no encuentra en el m ovim iento estudiantil universi­ tario la alegría y el espíritu de fiesta com o características de sus actuales organizaciones y dirigentes. A n tes bien, encuentra que los estudiantes valorizan casi exclusiva­ m ente lo racional y que son de una seriedad aplastante. S i el acto de lanzam iento de la FETJP se convirtió en una fiesta maravillosa, fu e gracias a la lluvia que cayó y a p e ­ sar de la dirigencia estudiantil, que lamentó no poder seguir estrictam ente con el programa porque, “habían pro­ puestas que hacer y hay cosas más im portantes que cantar y b a ila rF in a lm e n te , hubiese sido interesante que los au­ tores hicieran alusión al debate actual sobre ¡a posible fo r­ mación de un nuevo partido o m ovim iento político que, aparentemente, es una propuesta que se desarrolla princi­ palm ente entre estudiantes y profesionales jóvenes. El ensayo rescata, sin embargo, los rasgos principales de los temas de debate en los m ovim ientos sociales y so­ bre ellos. Indudablem ente suscitará interés y poli-micas, tanto entra intelectuales coimi asimismo en tus sectores analizados y en la sociedad política. Es gracias a este tipo de trabajo que el saber práctico, el ajetreo de la vida real de la sociedad y sus determ inan­ tes oscuros devienen palabra clara y pulida: deviene con­

cepto, objeto de reflexión. Este es un tipo de escritura a través de la cual, el dentista social o político deviene, con su obra, un protagonista de los procesos que analiza. Line Bareiro

1/

Benjam ín A rd iti, Line Bareiro, Olga Blinder, Carlos Crista Ido, Carlos C olom bino, V icente Cárdenas, Tícío Escobar, Tereta G onzález M eyer, Miguel H eyn, R icardo Migliorisi, Em ilio Pé­ rez Chave», María Lia R odrígu ez A ., José Carlos R o d rig u es, Fernando R obles, O svaldo Salerno, Verónica Torres y A da Verna, Comunidad Cultural y Dem ocratización en el Paraguay, Rafael Peroni Ediciones, Asunción, 1986.

2f

José Carlos R odrígu ez, por ejem plo, ha publicado, entre otras cosas M anifiesto Dem ocrático: Una Propuesta para el Cambio, ju n to con Euclides A ceuedo, E ditorial Am verá, Asunción, 1986, “Situación actual de la H istoriografía del M ovim iento Obrero Paraguayo”, D ocu m en to d e Trabajo Nro. 3, Centro de D ocu m en tación y E studios (CDE), N oviem bre 1986, "Francis­ co Gaona: Historia de la O bra”, prólogo a Francisco Gaona, Introducción a la Historia Social y Gremial del Paraguay, T o ­ mo II, R afael Peroni Ediciones, A sunción, 1987; p o r su parte, Benjam ín A r d iti ha pu blicado "Sujetos a D ebate", en El Bus­ cón Nro. 7, D iciem bre 1983, M éxico D.F., “El S en tido d el Socialism o, H oy (Discurso, P olítica, S u je to )”, en Opciones Afro. 7, Setiem bre-D iciem bre 1 98 5, Centro d e E studios d e la Realidad Contem poránea (CERC), Santiago d e Chile, “El deseo de la L ibertad (La Dialéctica y la Cuestión d el O tro)", en David y Goliath A ñ o X V I, Nro. 50, diciem bre 1986, R evis­ ta de CLACSO, Buenos Aires, "Historia y Memoria", prólogo al libro com pilado p o r A lfred o Seiferhcld, I.n cnídn