La revolución cultural del renacimiento [2 ed.] 847423154X

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La revolución cultural del renacimiento [2 ed.]
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Este volumenrecogelos trabajos más valiososy renovadoresdel profesorEugenioGarin -el más ilustre especialistamundial en la historia cultural del Renacimiento- sobrelos temasmás caracde su terísticosy representativos larga actividad historiográfica, siempreatentaa la interacciónde doctrina intelectualy vida civil y a subrayarla necesidadde inte grarla historiade la filosofiay la historiade la cienciaen unahisto ria generalde la cultura-El lector de lenguaespairolaencontraráaqd provechosas enseñanzas sobrel¡ idea de la ciuda{ la magia y la la rqvo astrologíarenacentistas, lución científic4 el derecho/ la histori4 el pensamiento sirnbólico o la dignidaddel hombre.

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EUGENIO GARIN

LA REVOLUCIÓN CULTURAL DEL RENACIMIENTO P r ó l o g od e i v Il G U E LA N G E L G B A N A D A

ED¡TORIAL CRfTICA Grupoeditor¡al Grijalbo BAFCELONA

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EUGENIO GARIN

LA REVOLUCIÓN CULTURAL DEL RENACIMIENTO P r ó l o g od e N l I G U E LA N G E L G B A N A D A

EDITORIAL CRfTICA Grupoed¡torial Grijalbo BARCELONA

Pl{óLOGO

1." edición: septiembre de 1981 2." edició¡: ma¡zo de 1984 T¡aducción castellana de DOMÉNEC BERGAD¡ Maqueta: Albe¡to Corazón O 1967: G. C. SansoniSpA, Flo¡e¡rcia(cap. V); 1!6!: Moraqo Editore, Nápoles (caps.VII y VIII); 1975 y 19761cius. Laterz¡ & Figli SpA, Roma-Ba¡i (caps. I, , III, IV, VI, IX y X) O 1981 de la presente edicíón para Españay Américai Editorial Crítica, S. A., calle Ped¡ó de la Creu, J8. Ba¡celona,l4 IStsN:84-7423-154-X Depósito legal: B. 9.442-19 84 Impreso en España 1984. - Diagráfic, S.,{., Constitución, t9, Ba¡celona-14

presentevolumenviene a ser -si hacemosabstracciónde rr ir'¡tentohispanoamericano escasamente difu¡üdo en Españay ,lc algúnartículorecogidoen una obra colectiva-t la primerapre\cotaciónen castellanode la obra de EugenioGarin. Con estafeliz iniciativa(que nos atrevemosa cali.ficarcomo una de las ¡ovedatlcsmásimportantesen la historiográflafilosóficay de la culturaen lcnguacastellanade los últimos años),promovidapor Francisco Itico, Editorial Críticapone al alcancedel lector español---+scasa. rnentefamiliarizadoen térmínosgeneralescon el libro italianorrnamuesnaantológicade la obra historiográficadel profesorGa¡in en el teneno dondesu actividadseha ejercidode maneraptefetente(pero no única),dondemayoresf¡utos ha cosechado y donde rnásamplia v du¡ade¡ainfluenciaha ejercidotanto dentfo como fuera de Italia: la cultura del Renacimientoy los diferentesfrentes y áreasde la misma:cultura6losófica,cientlfica,literario-artfstica, Ia vida y representaciones teligiosas,los motivos y las doctrinaspolíticas;y siemprecon la miradapu€staen la expücitación de l¿ unidadde la cultura,en la diversidad,en lo pe¡manente!' en lo novedoso,en los cambiosde énfasisy de intetés,segrínresulta de la lecturay exhumaciónde los mismosdocumentosprotagonist. Ciét1.id r^ t';Jd ciLil eü d Retuciñiento italia"o, Uni'r. Gntnl de Venezr¡+ la, Cárrcas. 1972; ¡rarlucción de Gcrin n965¿l lcoh cras indicaciones¡ernitimos .¡ l¡ biblioc¡¡fía L1cG.rrin recogirlr ri tjnnl de l¡ pres.nre ir,trcducció¡). En Esp.ñ. :,: lÍ publiccd., su ¡¡¡ículo ¿La di¡lécricr desd¡ el sitslo xr¡ a p¡incipios de la fdad Modcrn¡¡ ltradueción de un estudio rccogido en Garin [1969]) en Abbasnd¡o y o¡tos, I¡ etolrció¡t de Ia dialéctica, Ma¡tínez Ror¡, B¡¡ccloni. 1971, pp, 132.163. En prucbas el prcse¡te volumen. ha rparecido una vetsión de Gs¡in f1976 ¿l (Peninsula, Sarcelona, 1981) )'cs inmine¡tc olri dc Garin [19J4] (Taurus, tr{adtid).

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DELRENAcrMrENfo CULTURAL ¡,r REvoLUcróN

tas del procesocultural: códicesmanuscritos,incunables,corres' actasoficiales. ^pond.rrclapersonal,diarios, Mucho es. por tanto, lo que el lector españolpodrá encontrar por Garin a lo largo de en esta selec;i¿ndel nabajo desplegado Y ¿casono esté Ce investigación. y minuciosa paciente de años el inte¡esado e innrásponeren primerp)anoque el estudioso, .luro .l prof.rionalde la hisroriade la 6losofíaasistirána Ia -aun no des¿' de una prácrica contpletas refu¡acióny superación por desacfefortuna absolutamente si bien oarecidaenteramente, partida pensapunto de del el por abordar ditada- canctevizada (lo de Descartes y obra xvll en la miento modernoen el siglo llegando hasta él ly del todo) inexacto cual no es precisam€nte la histo¡ia y de real en el desprecio error oquí entr"rnosya en el dÉ la cultura y de las ideas)medianteun salto en el vaclo desde tarciíoy graciasal orgullosoaislamientode lo el escolasticismo 6lo' definidocomo"prob)emática ap¡iorística v anamónicamente que del momento vit'a dc la cultura áesgajaóa ,ófi..u. fatairnente (desdg y a nosotros da nos deI solicitata las ¡espuestas lilósofo desla problemáticaiientífica, religiosa,política contemporánea; y sl en en su conexión del momento filosóúca la misma temática .le con el coniunto de la cultura) el marco y las llneas con que en' tende¡lo. Garin, pues-y los artlculosrecogidosen^este-volum€nson del Renala culturafilosófica cumplidamuestrade ello-, rescaLa cimientocon toda su profundacompleiidad,riquezay problematicidaden el sinuosoptocesode formaciónde la mentalidady cosmovisiónde la Europamoderna;pero tan importantecomo esto que produceese resultadoy el es la metodologíahistoriográ6ca rabajo histórico-cultural.En efecto, que preside dicho espí¡itu el másrotundomentls Garin representa de .oio urlo d. l* tt"bajos como disciplinaorla de frlosofla histo¡ia la a esaconcepciónde perfectamente dife" en sl mísma, y encerrada aislada gullosameute e intelectuaactividades culturales otras ienciadade cualesquiera de resen la búsqueda lcs v. por ello,conunahis¡oriaconsistenre -abstractos y especulativosiniciales interroganre; uno, nu.r,", lo, q". quedaríl sgotadauna esenciade lo filosóficodefinida "n t.l.oiógi."mente desdeel comienzo. yr

PRóLOGO

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Irrentea estacaricaturade histoda del pensamientofilosófico Lr nc¡ividadde EugenioGarin -du¡ante muchosaños profesor ,lc Ilistoria de la Filosofíaen la Universidadde Florenciay en los rilrimosaños,hastasu recienteiubilaciónen 1979, en 1aEscuela NormalSuperiordg pi5¿- ¡nr¡ss¡¡¿un estilo,un punto clepartida v rrnafinalidaddifercntesen el trabajohistoriográfico:una conse(r¡cnte actitud histórica encaminadaa restituir, ¿ partir de los ,rriginalesmismos,el discursocultu¡al del pasadoen su auténtica complejidad;pero dicha reconstruciónde la estructuta cultural ,ltl pnsadocon todas sus tensionesy friccionesestá ademásarticulrclacon el objetivo de una plenay conscienteinse¡ciónhistólico-culturalen el presentecontemporáneo en tanto que modalidad v nanifestaciónde la intetvencióncultural y política del intelecrr¡rl, fiel al empeñoilustrado,pero con la concienciade Ia necemediantela evidenciaemasichdde corregiry reducirlos es en buenamedidauna en el siglo xrx y la >. Aunque fuera con un acentodialéctico,He¡der tomaba una , Lrrísimapostuta en contfa de la llustmción, el . El Áás grandede los historiadoresde la 6loso{laque tuvo -el siglo xvrl, y sin duda alguna uno de los más importantesdel rnundomodetno,JohannesJakobBrucket, solla hablarde sterqui' barbaries.La desolación,la falde scbolastica littittn scbolasticum, t,r clelucesde la que hablabaGi¡olamo Ti¡aboschia propósitode lcrras,attes y ciencias,se habíaconvertidoya en exptesiónbana' )izada pan catacte¡izaldiez siglos de histolia. El obispo Burnet siglosen csc¡ibíaen estostérminosa finalesdel siglo xvrr: ;,es plenamentelícita una aptoximacióntan indiscriminadacomo sugerentea los textosde los siglosxlv, xv' xvr y, ¿por qué no?, también a los del xvrr y xv¡rl Por el contrario, 18. G. Holmes, Tbe Flout¡n? E"li&hturlrt l.licolson,lond¡c!, 1969.

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LA RrvoLUcróN cuLTUML DEL RENAcTMTENTo

si nos i¡teresamospor los pam suf¡iendod episódicocont¡astecon los ),con la ¡evolución copetnicana(los . Por ouo lado,y siempreen opinióri de Gilson,Dante se hab¡la equivocado también al delineat las telaciones entre 1o temporaly lo espiritual: . A pesar de todo, y por todo ello, es decir, por haber proyectado quizá precisamente universal laica .lJnaes el alma de la tierra, y hace_crecer a plantas y rocas, hasta que desarraigadas declinany acabanpor disolverse;y sobre todaslas almas,un-alma suma,que las anrmay que constituyeun mismo todo con la unidad total y con la luz que al transforma¡se en calot se convierte amorosamente en Dios. De Dios a Dios, Ficino intenta finalmente aproximarse al último misterio, depositat los ojos en aquella luz áeslumbrante que se to¡na tinieblas para quien vislumb¡a su esplendor. ¿Quiereshacertemás cómodamentecon la ¡azón de la luz? .,, Búscalaen la luz de cada razón ... ¿eué es la luz de Dios? La inmensidadde su bondad y su verdad. ¿eué hay en los ángelcs? le¡rrdumbre de rnteligenciaque procedede Dios, y volun_ tad sumamentegozosa.¿Qué hay en las cosascelestes?Una réplicade la vida que provienede los ángelesy una declaración y manifesraciónde la vi¡tud emanadadei cicló, uoa sonrisadel ciclo. ¿Qué hay en el fuego? Un cierto vigor, el de las cosas ceiesresen él itfundido, y una vivaz propagación,y en aquellas cosasprivadasde sentidoexiste una giacia infusa desde'los cjelos; en las-que lo tienen, una alegríadel espíritu y un vigor dcl sentido. Brcvemenre,en toda cosa se albeiea la efusiónie una ínrima fecundidad,mienrrasque en todJ lugar hallamos una imager de la divina verdad y bondad ... peL este Dios es una inmensaIuz, en sl y para sl, una intensísimaluz que mora e¡¡ todas las cosasy fue¡a de ellas.Dios es aquellafuente de la vida de cuta luz, conro nos dijera David, proviene toda luz que vemos.Es un ojo que contemplaen cadá cosaa todas

MARSILIO

FICINO

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las demásexistentes,y en verdadqueve en sl mismoa todaslas cosasy que en todasellasseconteopla. Nacido como luz. el universo se conviette en amor, 41 inquirir sobresu ptopia luz, la mentese ve empuladaa te cupe¡arla luz divina y se sienteseducidapor la ta¡ea: dichaseducciónes el auténticoamo¡ .., CuandoDios infundió su luz en las almastenla utr pfopósitofuadamental,que ello atrastrata a los homb¡eshaciala beatitud que se nos da en la posesión de Dios. Ent¡e las pági¡as más bellas esctitas por Ficino deben ali¡earse las muchasque dedica¡aa la luz. Son un buen eiemploaquella especiede comentarioa la oracióndel emperadotJuliano,donde se nos presentaa una humanidad inmetsa en una noche sin esüellas, sumergidaen la más completaoscuridad;y de súbito, un fulgurante sol saludadoa coro como la auténticaimagen de Ia divinidad. Son textos que más tarde c¡earlanescuela,hastaconvettirse en generalizadas e imprescindiblesfuentes ps¡a los himnos naturalesdel griego Marullo, la de Leonardoo la só lida elegla de Campanella.Peto en Ficino todos los temas celestesalcanzanuna rara grandeza,y quien se haya familiarizado con ellos ya no olvidará jamássu cielo, ora misteriosoy lejano, y de rnonstruosterribles,ofa todo lleno de pavorosasamenazas -como espromesas y desbo¡dantes rosttos belllsimos armonla, cibiera Bernardo Bembo en cierta ocasión- . Si llegados¿ este punto, alguiennos intenogaseacercadel auténticovalor teó¡ico de tal elaboracidn,serla p¡ecisoprolon' gar y diversilcar el discu¡so.El gran médto de Ficino es haber sido uaductor e ilustrador de toda la obra de Platón, de todo Plotino y de los principalesdocumentosdel platonismohastaPseIlos. Obra tealmenteinsignees haberimpuestoestafilosofla,más aún, esta lorma ,nentis, este ho¡izonte esPeculativo'en todá Europa,y los ecosde su tarease P¡olongaránhastabien enhado el idealismoiomántico. Tras Ficino no hav obra de Densamien-

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LA REvoLUcróN cuLTURAL DELRENAcTMTENTo

to en la que, di¡ecta o indirectamente,deien de detectarsetrazas de su actividad.Sin Fici¡o serlanincomprensibles denro de la cultura europeaaquel renovadosentido de la interioridad y los nuevostonos que asumela vida moral y religiosadurantelos siglosxvr y xvlr. De ahl que el he¡ederode la más expertafilo. logía humanlsticahaya sido uno de los maestos de la conciencia mode¡na,Iría siendoya Lora de escla¡ecer de uua vez por todas y leianas. los tasttosde susi¡¡umerablesaportaciones secretas Convieneinsisti¡ en la gran imponancia práctica, religiosa, moral y polltica de sus escitos originales,que obtendrá claro teflejo en el ideal de la toleranciareligiosa,de la paz entre pueblos de disti¡tas fes, en el anhelo de una convivenciahumana basadaen el amor. Y todo ello sin contar con la difusión de una apologéticaerigida sobrenuevasbasesy que, tras haber influido en la Iglesia catóIicaa través de Egidio de Viterbo y de Seri. pando, ha acabadopor confluh po¡ los más diversoscanalesdel mundo protestantea posicionesviralesdel pensamientoreligioso mooe¡no. Por último, y ¡espectoa sus concepciones metaffsicas,justo será catalogarlascomo una hermosay consoladora{ábula que habla de la transtguraciónpoética de las cosasen la que se respondea las necesidades del co¡azóncon sus razones,Miedo, dolor y muerte no son conclusiones de silogismo,sino experiencias vividas por todos los homb¡esy que a todos les plantean gravlsimasp¡eguntas.La ruzó¡ científica-y Ficino, médico y cientlfico, 1.r sabeperfectamente- opera denmode sus límites, pero jamássobrepasalas bar¡e¡asde la condiciónhumana.Queda entoncescomo único remedio aquel al que recurrieraSócrates en susúltimosdías:las fábulas.oForsitanin praesentia somniámus,forsitan non sunt vera quaenunc nobisapparent.>Ficino mantienesiempreel discursodel teólogo en los límites de una ttansfigutaciónpoética.Ante los averroístasque nieganla inmortalidad del alma, grita Marsilio: es imposible, ¡serla dernasiado t¡istel Sabíamuy bien que la suyano era una respuesta, sino tan sólo una protesta.Pero, ¿por qué, cuandoquizáses imposible la respuesta,no confotta¡ con una esperanza las b¡evesho¡as de estoscondenados oue son ios homb¡es?

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FICINO

Boeciocita en cierta ocasiónun texto de Ati¡tóteles que se hará céleL:re a lo largo de toda la Edad Medi¿: