La Confesion Genero Literario

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María Zambrano

La Confesión:

Género literario 94 BIB ENS

5

626421000001

Ediciones Siruela

Índice

Nota a esta edición

9

La Confesión: Género literario I

Diseño gráfico: Gloria Gauger

13

La confesión, género literario

24

La confesión, revelación de la vida

31

Las Confesiones

39

Primera Confesión: San Agustín

39

Cómo Busca llacerse Visible

44

El Corazón

47

La Acción

51

©Fundación María Zambrano, 1943 ©Ediciones Siruela, S. A., 1995 Plaza de Manuel Becerra, 15. «El Pabellón» 28028

Madrid. Tcls.: 355 57 20 / 355 22 02 Telefax: 355 22 01 Printcd and madc in Spain

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Nota a esta edición

11

La Figura del 1-fombre Nuevo

fi5

La Evidencia

67

De la Originalidad a los Abism,os del Corazón

72

Juanjacobo

77

Historia y Confesión

78

Un Corazón Natural

80

El Paraíso Artificial

83

El Surrealismo

91

Los liom,bres Subterráneos

98

Nuestra edición recoge y aporta, por prüncra vez, las

correcciones manuscritas que l\1aría Zatnbrano hizo en

el año 1965 a su propio texto (publicado con el título J.a Con/esión: Género Lileran:o )' A1étodo por Ediciones Lu1ninar, !\1éxico 1943), facilitadas por la Fundación María Zambrano. Asimisn10, se ha creído conveniente suprin1ir el apéndice «La Soledad enamorada,, (1939), incluido en

la edición de Mondadori (NJadrid 1988), por no pencnecer a este libro. Este texto se incluirá, co1no corresponde, en el volumen sobre Nietzsche que pnblicarcmos en esta nüsma colección.

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La Confesión: Género literario

I

Cuando la Filosofía hace su historia suele olvidar desdeñosamente lo que deben los hornbres a otros saberes nacidos más allá o más acá de ella. Lo que se debe, por eje1nplo, a la poesía y a la novela. Tendría razón en ignorarlas y hasta en desdeñarlas si su existencia misma no las necesitara. La Filosofía no necesita supuestos -tal vez sea así- para su ideal existencia, según ella misma establece. Pero si se la considera en la vida de cada hombre,

los necesita más que cualquier otro género de conocitniento. No puede compararse con la Religión; la Religión no necesita de condiciones para entrar en la vida de un hombre; ella sola puede penetrar y consumir su vida entera hasta absorberla: las vidas de tantos santos ignorantes, que comenzaron por ser «tocados>) cuando eran hombres vulgares o disipados, lo muestra bien a las claras. La Filosofía, por el contrario, necesita el mayor número de condiciones en la vida > -indiferencia 0 desafio.

su búsqueda por la razón, quedan flotando, a merced de alguna justificación apresurada, o sin justificación alguna: Aristóteles, quien da por hecho que es propio de la naturaleza del hombre el buscarla. Pero Aristóteles, que es tan remiso al comienzo, cuando habla de la necesidad de saber, en otro lugar tiene que hacer una teoría de la «vida feliz» como vida propia del que ha llegado a ser filósofo, lo que es más platónico que lo de Platón. Esta