Introduccion A La Etica (Catedra)

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Introduction a la etica

Coleccion Teorema

Bernard Williams

Introduction a la etica

ClJARTA IfDlCION

CATEDRA TEOREMA

Tit lilo original de la obra: Morality: An Introduction to Ethics

Traduction de Manuel Jimenez Redondo

Rcservados todos los derechos. Cl contenido de csta obra esta protegido por la Ley, que establece penas de prision y/o multas, adeinas de las corrcspondicntes indemnizaciones por danos y perjuicios para quicnes reprodujeren, plagiaren, distribuyeren o comunicaren piiblicamente, en todo o en parte, una obra literaria, artistica o cientifiea, o su transformation, interpretation o ejecucion artistica fijada en cualquicr tipo de soportc o comunicada a i raves de cualquicr medio, sin la prcceptiva autorizacion

© 1972, by Bernard Williams Ediciones Catcdra, S. A., 1998 Juan Ignacio Luca de Tena, 15. 28027 Madrid Deposito legal: M. 42.669/1998 ISBN: 84-376-0337-4 Printed in Spain Impreso en Fernandez Ciudad, S. L. Catalina Suarez, 19 28007 Madrid

Indice

Prefacio...................................................................... 11 El hombre amoral..................................................... 17 Subjetivismo: consideraciones iniciales.................... 27 Interludio: relativismo.............................................. 33 Subjetivismo : otras consideraciones......................... 39 «Bueno»..................................................................... 51 Bondad y roles........................................................... 61 Estandares morales y la nota distintiva del hombre.. 69 Dios, moralidad y prudencia.................................... 77 ^Sobre que versa la moralidad?................................ 87 Utilitarismo............................................................... 95

A mi mad re y mi padre

Prefacio Diriase que escribir sobre filosofia moral es un asunto arriesgado, y no precisamente por las dificultades inherentes a escribir sobre cualquier materia complicada, o sobre cualquier materia en general, sino por dos razones especiales. La primera es que es probable que uno ponga de manifiesto las limitaciones y la inadecuacion de la vision que uno tiene del asunto mas directamente, que, por lo menos, en otras partes de la filosofia. La segunda es que uno podria correr el riesgo, si se le toma en serio, de extraviar a la gente en asuntos que son de importancia. Mientras que son pocos los tratadistas de esta materia que hayan sido capaces de evitar el primer riesgo, son muchos los que han evitado el segundo o bien haciendo imposible que se les tome en serio, o bien rehuyendo escribir sobre algo de importancia, o bien por ambos medios. Esta triste verdad se aduce con frecuencia como una acusacion especial contra la filosofia moral contemporanea de estilo «analitico» o «linguistico»: que es una filosofia vacia y aburrida. En un cierto sentido, como acusacion especial, la objecion no es equitativa: casi toda la filosofia moral de casi todas las epocas ha sido vacia y aburrida, y el numero de grandes obras en la materia (en comparacion con el numero de libros que de una u otra forma versan sobre la moralidad) puede literalmente contarse con los dedos de una mano. La vaciedad de las obras del pasado, sin embargo, ha sido con frecuencia la vaciedad del moralizar convencional, el tratamiento 11

banal de los asuntos morales. La filosofia moral contemporanea ha encontrado una forma original de ser aburrida, que no es otra que el no hablar de asuntos morales en absoluto. O mejor, no se trata tanto de que se haya desarrollado un estilo de filosofia moral que corta por completo toda conexion con asuntos morales —esto, si fuera posible, tendria el interes de ser cosa notable—, sino de que el deseo de reducir al minimo el compromiso moral manifiesto y de usar argumentos morales tan solo a titulo de irrefragablemente ilustrativos deja la impresion de que todos los asuntos morales importantes han quedado fuera. en alguna parte, y que se ha hecho uso de gran cautela y poca imagination al dejar aparecer aspectos menores de algunos de ellos. Existen muchas razones que explican esta situation. Una razon central es que los puntos de vista contemporaneos sobre la moralidad no dicen nada claro sobre cuales son las cualidades mentales o de caracter mas adecuadas para el pensamiento moral constructive (por supuesto que en algunas explicaciones de la moralidad ni siquiera queda claro que pueda existir una cosa tal como pensamiento moral constructive); de ahi que lo dejen a uno inquieto sin saber si es probable que esas cualidades sean cualidades de filosofos, cuando la filosofia es en buena parte una actividad profesional y academica que exige principalmente, aunque no exclusivamente, habilidades discursivas y analiticas. Si existiera una actividad eonsistente en deducir conclusiones morales sustantivas de premisas a priori, podria razonablemente esperarse quo filosofos bien entrenados fueran especialmente ap1os para ella; pero no existe, y el hecho de que si existicra, los filosofos profesionales tendrian una buena razon para suponerseles informados sobre moralidad, es una de las buenas razones para pensar que no existe tal actividad. Ciertamente que el problema no es, como alguno pretende, que si el filosofo no se distancia de forma patentc e incluso si no es metodologico, entonces tiene que estar predicando; posiblemente no pueda ser esta la unica alternativa. Se trata mas bien de un problema de estilo, 12

en el sentido mas profundo de «estilo», en el que descubrir el estilo correcto es descubrir que es lo que uno esta realmente tratando de hacer.