Inquisición. Procesos criminales y de fe
 9788494845376, 9788494845383, 8494845373

Table of contents :
Índice
Prólogo
Introducción
La figura del inquisidor y el periodo de gracia
Fase indiciaria y apertura del proceso
La fase probatoria
La conclusión del procedimiento
Procesos especiales
Epílogo
Bibliografía
Anexos

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Inquisición

Procesos criminales y de fe (S. XV - XVII)

Irene Sánchez Fonseca

Inquisición

Procesos criminales y de fe (S. XV - XVII)

Barcelona | 2018

© JUNIO 2018

© JUNIO 2018

IRENE SÁNCHEZ FONSECA

BOSCH

EDITOR Librería Bosch, S.L.

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Índice

Prólogo .........................................................

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1

Introducción .........................................

17

2

La figura del inquisidor y el periodo de gracia

23

1. Breve inciso en la figura del inquisidor.................................................

23

2. El periodo de gracia .......................

26

Fase indiciaria y apertura del proceso ........

31

1. La citación, el encarcelamiento y el secuestro de bienes como medidas cautelares previas ...........................

34

3

7

INQUISICIÓN PROCESOS CRIMINALES Y DE FE (S. XV - XVII)

4

5

8

2. El interrogatorio inicial ..................

38

3. Acta acusatoria y nombramiento de abogado y procurador ....................

41

La fase probatoria .................................

45

1. Prueba testifical ..............................

47

1.1. Testigos de cargo ...................

47

1.2. Testigos de la defensa ............

52

2. La técnica procesal del tormento: regulación y valor probatorio .........

58

La conclusión del procedimiento ..............

69

1. La revisión del procedimiento por la junta de asesores en causas de herejía ............................................

69

2. Compurgación y sentencia. Ejecución de la sentencia ........................

73

2.1. Compurgación.......................

73

2.2. Sentencia ...............................

74

2.3. Auto de fe ..............................

77

3. La modificación de la condena y la apelación .......................................

80

3.1. La revisión de la condena ......

80

ÍNDICE

3.2. La apelación ..........................

82

Procesos especiales...............................

85

1. Proceso contra reos ausentes ..........

85

2. Proceso contra reos difuntos ..........

89

Epílogo .........................................................

95

Bibliografía ...................................................

101

Anexos .........................................................

105

6

9

Prólogo

Tengo el gusto de prologar la primera publicación de Irene Sánchez Fonseca, que fue alumna destacada de la Facultad de Derecho de la Universidad de Oviedo. El texto es el Trabajo Fin de Grado que presentó y defendió ante tribunal con motivo de la finalización del Grado en Derecho, el curso 2016/2017. Tuve el placer de tutorizar dicho trabajo, que informé favorablemente. El tribunal que lo juzgó le otorgó la calificación de Sobresaliente. En realidad, mi labor se redujo a leer con interés lo que Irene iba escribiendo. Ella propuso el tema, buscó bibliografía, fuentes documentales, organizó la información que iba recopilando, la estructuró, sacó sus conclusiones y redactó el trabajo. Y lo hizo con madurez y responsabilidad. Nada más se puede pe11

INQUISICIÓN PROCESOS CRIMINALES Y DE FE (S. XV - XVII)

dir a un trabajo de esta naturaleza. Es de admirar su iniciativa y espontaneidad. Unos meses más tarde de la presentación del trabajo, ya graduada y en una nueva etapa postdoctoral de formación, que ha acogido con igual ilusión e impulso, me escribió un correo anunciándome que había enviado su trabajo y que la editorial Bosh había tenido a bien publicarlo. Me pidió amablemente que lo prologase y, por supuesto, no pude negarme porque la alumna lo merece. Ha sido generosa conmigo porque es un trabajo propio de principio (propuesta) a fin (publicación) y deseo corresponderla. Pienso que es conveniente que el lector tenga en cuenta lo que acabo de relatar. El texto convertido ahora en publicación, insisto, es fruto de un Trabajo Fin de Grado, cuya naturaleza no es la de ser una investigación sino más bien la de presentar organizado un tema jurídico, en este caso histórico-jurídico, por ser la preferencia de la entonces alumna de Derecho. Se trata de una visión de conjunto, un texto de carácter divulgativo sobre el procedimiento inquisitorial, en un marco espacial y temporal amplio, aunque podamos concretarlo en la Corona de Castilla en la Edad Moderna. Y el trabajo tiene sus virtudes y sus defectos. Vayamos con las primeras y tratemos con benevolencia los segundos. Aun así, no puedo dejar de advertir la presencia de errores 12

PRÓLOGO

formales a lo largo de todo el texto, lo que es una pena, sin que me corresponda a mí establecer responsabilidades. Además de resumir los conocimientos básicos sobre, en general, el procedimiento inquisitorial, obtenidos de la lectura de la bibliografía de referencia, Irene Sánchez Fonseca pretende difundirlos, con una redacción bastante clara y muy accesible. Su inquietud, además, le llevó, en su día, a buscar fondos documentales en la sección de Inquisición del Archivo Histórico Nacional para consultarlos de primera mano. Soy testigo de que lo hizo con mucha ilusión. Quizás de una forma un poco desordenada y apresurada, pero también intuitiva y fresca. Y así ha leído procesos originales y ha sacado sus propias conclusiones. Algunos documentos los presenta como anexos, aunque, de nuevo, sin orden, incompletos y, sobre todo, sin la transcripción que sería debida. También me ha llamado la atención la escasa cita de referencias bibliográficas a lo largo de todo el texto, lo que no es habitual en trabajos iniciales en los que uno suele estar inseguro, aparte, por supuesto, del debido reconocimiento a los autores que han investigado y dado a conocer la materia, máxime en un trabajo como el presente, que es de difusión. 13

INQUISICIÓN PROCESOS CRIMINALES Y DE FE (S. XV - XVII)

La intención de la autora, como ella misma dice en el apartado de conclusiones, es estudiar el procedimiento que guiaba la actuación de los tribunales inquisitoriales, porque considera que constituye un Derecho Procesal único. Insiste en que pretende hacerlo objetivamente, es decir, de forma contextualizada e intentando evitar la utilización de los conceptos y categorías presentes para poder sumergirse en los propios de la cultura a la que quiere acercarse. Es difícil, máxime en el tema elegido, especialmente sensible. Pero, en definitiva, es destacable el acercamiento a conceptos reales y, por tanto, histórico-jurídicos, tan importantes como los de justicia, protección, derechos, leyes… El repaso al proceso es bastante completo, a través de los distintos capítulos en que se divide el trabajo: la figura del inquisidor, de la que destaca la especialidad de su jurisdicción, y el período de gracia; fase indiciaria y apertura del proceso, con atención a las medidas cautelares; fase probatoria, con detallada información sobre la decisiva prueba testifical y la tortura, que la autora trata con especial precaución; conclusión del procedimiento, donde quizás se echa de menos mayor atención a algunas cuestiones referidas a la ejecución; y un último breve capítulo para citar los procesos especiales con ausentes y difuntos. 14

PRÓLOGO

Sólo me queda felicitar públicamente a Irene Sánchez Fonseca y desearle lo mejor en su presente y futuro, sin duda, prometedor. Marta Friera Álvarez Oviedo, mayo de 2018

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1

Introducción

Los tribunales del Santo Oficio llegan a los territorios de las Coronas de Castilla y Aragón mediante bula del papa Sixto IV1 en el año 1478 y progresivamente se fueron implantando en los territorios de la Monarquía Hispánica durante los siglos XV al XIX llevándose a cabo la abolición final en el año1834. El objeto de estudio del presente trabajo serán las diferentes fases del procedimiento, desde el inicio del periodo de gracia, hasta la sentencia y apelación, así como los actos procesales de cada una de ellas y cambios que se producen desde su implan-

1

Bula Exigit sincerae devotionis affectus. 17

INQUISICIÓN PROCESOS CRIMINALES Y DE FE (S. XV - XVII)

tación hasta el S.XVII. Esto nos deja casi 300 años de procedimiento inquisitorial que, si bien al inicio podemos decir que tenía una forma de proceder un tanto caótica y desorganizada, realmente es digno de estudio cómo en breve tiempo se ajustó de forma eficaz a la legalidad existente. El ámbito espacial en que se desarrolla el trabajo se concreta en la Monarquía hispánica y por extensión debería abarcar también, el proceder de estos tribunales, en los territorios Americanos de la Corona de Castilla. No obstante, estos quedaran excluidos del trabajo por causa de las particularidades propias derivadas tanto de la lejanía del poder y control real, como de las diferencias sociológicas de aquellas tierras respecto a la península. Igualmente quedarán excluidos del trabajo los tribunales de Cerdeña y Sicilia. Para la organización de estos tribunales el territorio se divide en distritos y a cada distrito va a corresponder un tribunal con jurisdicción en todo él2. En un primer momento se crearon 19 distritos

2

18

Contreras Jaime y Dedieu jean Pierre. Geografía de la inquisición española: la formación de los distritos en Hispania. Hispania. Revista española de historia. Vol. 40.

1 INTRODUCCIÓN

en la península,posteriormente se amplía ese número a 22 y a finales del siglo XV se crean en América otros 3, el de Lima, el de México y el de Cartagena de Indias. En el año 1493 existían 23 tribunales del Santo Oficio, cifra más alta alcanzada en su historia.Hay que señalar que a partir de finales del siglo XV era frecuente que en cada distrito coexistieran varios tribunales, cosa que ocurre en todas las provincias y así aparece reflejado en los mapas de tribunales consultados referentes al año 15703. La metodología de trabajo se concreta en un examen de los cambios que se producen, tanto con el impulso legislador de Tomás de Torquemada, primer inquisidor general, como en los que son consecuencia de los diferentes contextos históricos que han vivido estos tribunales. Para ello he utilizado tanto monografías y obras colectivas, como trascripciones de procesos; así como las propias instrucciones de los inquisidores, cartas dirigidas a los mismos, sin olvidar libros y documentos sitos en el archivo

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Joaquín Pérez Villanueva y Bartolomé Escandell Bonet. Historia de La inquisición en América y España tomo II. Madrid 1993. 19

INQUISICIÓN PROCESOS CRIMINALES Y DE FE (S. XV - XVII)

histórico nacional y en la biblioteca nacional respecto a procesos criminales y procesos de fe. Con ello se pretende arrojar un poco de luz a tan oscura etapa de la historia del derecho y de la justicia, que si bien podemos pensar que se trata de una justicia arcaica, o que mismamente llamarla justicia es una afirmación vacía de contenido, ello es porque nada tiene que ver con la idea de justicia que compartimos hoy en día. No obstante hubo etapas y pequeños indicios a lo largo de su evolución, que nos hacen ver un afán de mejora en la práctica y de protección tanto del reo como de la ley, cosa que no venía ocurriendo hasta el momento. Esta legalidad a la que decimos que se ajustó el procedimiento, es la legalidad canónica4, al proceso regulado en las decretales y que fue el modelo a seguir por el Fuero Real y las Partidas. Es el orden complejo, en contraposición al orden simplificado que era el seguido por los tribunales ordinarios5. El

4

Archivo Histórico Nacional. PARES. Archivo de la Real Chancilleria de Valladolid. Bifolio de corpus iuris canonici. Pergaminos carpeta 80.5. 1550.

5

Abelardo Levaggi y Enrique Gacto: la inquisición en Hispanoamérica. algunos aspectos sobre el procedimiento inquisi-

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1 INTRODUCCIÓN

primer inquisidor general hace que todas las actuaciones se ajusten a la norma procesal y se plasma en unas mayores posibilidades de defensa del acusado, que siempre tenía la posibilidad de responder a las pruebas propuestas y a su vez proponer nuevas, derecho que podía hacerse valer en cualquier momento. Ello también se ve reflejado en la libertad de acceso al inquisidor, así como en la apelación que en ocasiones se practicaba de oficio y asimismo en la regulación del tormento.

torial. Editorial Buenos Aires. Ediciones ciudad de Argentina. 1997. 21

2

La figura del inquisidor y el periodo de gracia

1

Breve inciso en la figura del inquisidor

Antes de entrar en el fondo de las actuaciones procesales concretas que se llevan a cabo en el marco del procedimiento de los tribunales, es conveniente señalar cuál era la posición del inquisidor, pues es quien dirige el proceso y él en sí mismo constituye una excepción de jurisdicción, pues no se halla sometido a derecho alguno. Los tribunales del Santo Oficio si bien nacieron como un instrumento de la fe católica para la 23

INQUISICIÓN PROCESOS CRIMINALES Y DE FE (S. XV - XVII)

pesquisa de conductas o bien criminales, o bien contrarias a los dogmas de la institución, las conocidas como herejías, en los territorios citados radicaba la particularidad de que eran los reyes quienes elegían a los inquisidores6. Al ser el inquisidor la figura central del proceso, lo convirtió en un aparato más cercano al control monárquico, lo cual era algo realmente importante ya que la jurisdicción del inquisidor era una jurisdicción delegada del papa, de la sede apostólica. Hasta el siglo XVI el Papa expedía un documento llamado breve en favor del inquisidor a su nombramiento, el cual contenía una cláusula inhibitoria en virtud de la cual cualquier tribunal que estuviera conociendo de un asunto, que a su vez conociera el inquisidor general debía abstenerse de continuar las actuaciones en favor del inquisidor. Era un documento que otorgaba el monopolio en materia de causas de fe y le concedía una discrecio-

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24

Los reyes elegían a los inquisidores pero era el único cargo del aparato inquisitorial que disponían, pues el resto de cargos serían nombrados por el inquisidor general, con la salvedad de los consejeros. F. Tomas y Valiente. El gobierno de la monarquía y la administración de los reinos en la España del siglo XVII.

2 LA FIGURA DEL INQUISIDOR Y EL PERIODO DE GRACIA

nalidad notoria, lo cual se plasmaba en una totalidad de jurisdicción7. En los primeros años de los tribunales de la inquisición en España, el inquisidor gozaba del beneficio de la no recusación y podía perseguir al sospechoso más allá de los límites de su competencia, sin olvidar que los errores procesales que pudiera cometer durante las actuaciones del procedimiento podían ser subsanados por cualquier asistente. La situación cambia tras las instrucciones de Tomás de Torquemada, las cuales, de vital importancia para nuestro estudio, son publicadas en Sevilla, Ávila, Valladolid y Barcelona, en los años 1484, 1485, 1488, 1493 y 1498,y van a hacer el procedimiento tremendamente legalista en comparación con lo que ocurría en los años de la implantación y venía ocurriendo en la jurisdicción ordinaria. Los inquisidores Diego de Deza y Cisneros continuaron dicho impulso legislador en 1536, el cual culminó con las instrucciones de Fernando de Valdés, y que se hallaran vigentes

7

Concretamente el papa Alejandro VI en el año 1494 declaró mediante breve que los hechos in forma iuris realizados por los inquisidores y las penas impuestas por los mismos, prevalecerán sobre las sentencias de otras autoridades aunque estas se basen en pretendidos privilegios pontificios, los cuales declaró el papa Borja, son nulos. 25

INQUISICIÓN PROCESOS CRIMINALES Y DE FE (S. XV - XVII)

hasta la abolición de la institución. El valor jurídico de estas instrucciones era de ley de enjuiciamiento en el sentido más notorio. Es decir sería la fuente número uno en el proceder práctico de los tribunales.

2

El periodo de gracia

También es importante que nos fijemos para entender mejor la forma de actuar de los tribunales, en ese periodo de tiempo previo al inicio del proceso conocido como periodo de gracia. Esto es porque una de las especialidades del proceso inquisitorial es el notorio valor que se da a la confesión, la cual es la prueba absoluta si se demuestra verdadera y es por ello que se crea esta fase previa, como una forma de oportunidad de arrepentimiento y reconciliación tanto con la sociedad como con la moral católica, dominante de forma absoluta en la época. Con carácter previo al inicio de los procedimientos inquisitoriales se daba esta situación conocida como periodo de gracia, la cual comenzaba con un sermón general en el cual el inquisidor procedía a leer la orden de delación. Este sermón general se estableció que no podía celebrarse en domingo de fiesta para no provocar entorpecimiento de los rituales de fe y la orden de delación era un 26

2 LA FIGURA DEL INQUISIDOR Y EL PERIODO DE GRACIA

documento público cuya finalidad era la de invitar de forma coactiva a los presentes a denunciar a aquellos sujetos de quien se sospechara herejía y a su vez a que éstos confesasen, bajo pena de excomunión, tal y como aparece regulado en las instrucciones de Sevilla de 1484. El edicto de gracia era publicado en la puerta de la parroquia o iglesia con la finalidad descrita8. Constituye el inicio del periodo de gracia9 y, este fue minuciosamente regulado en las instrucciones de Torquemada10, que trató de corregir ciertos abusos de los primeros años de inquisición, sobre todo en lo relativo a las garantías del reo, y a su vez

8

La utilidad de los edictos de gracia era la de descubrir herejes facilitando la labor de los tribunales. Entre 1484 y 1488 la inquisición valenciana dicto 5 edictos de gracia que provocaron la presentación de más de 900 personas. Este periodo de gracia en el tribunal de valencia fue suprimido en 1500. Ricardo García Cárcel. Orígenes de la inquisición española. El tribunal de valencia (1478-1539). Barcelona. 1976.

9

Durante el cual el inquisidor debe permanecer en su domicilio, “para que delatores y arrepentidos puedan fácilmente encontrarle”.

10

Gonzalo Novalín, J. L. Las instrucciones de la inquisición Española de Torquemada a Valdés (1484-1561). Perfiles jurídicos de la inquisición Española. 27

INQUISICIÓN PROCESOS CRIMINALES Y DE FE (S. XV - XVII)

admitió la reconciliación como figura jurídica en el proceder en esta fase primigenia del proceso. El periodo de gracia fue concebido como un lapso de tiempo de 30-40 días dependiendo de la zona y época histórica durante el cual, aquellos reos que confesaran sus crímenes al inquisidor obteníancomo castigo una simple penitencia, no siendo posible la imposición de pena alguna11. Hay que señalar que dicha confesión ha de ser verdadera12 y pública13, ya que existen precedentes en los que se admite a reconciliación y posteriormente se deniega por ser falso su arrepentimiento. Para que esta reconciliación fuera reconocida, era necesario que el confesante abjurase solemnemente de sus errores, rechazándolos de forma fehaciente y por escrito ante los inquisidores. El arrepentimiento ha de estar constatado y era frecuente que el inquisidor llamara a testigos que pudieran corroborar las afirmaciones de arrepentimiento del sujeto. Así ocurre en el caso

11

Instrucciones de Sevilla 1484 n8 al 12.

12

Instrucciones de Sevilla de 1484 n13.

13

Salvo que el pecado fuere tan oculto que no lo supo alguna otra persona, ni lo pudo saber, salvo aquel que lo confiesa. Instrucciones de Sevilla de 1484 n5.

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2 LA FIGURA DEL INQUISIDOR Y EL PERIODO DE GRACIA

de Juan de Casanueva en 1617 el cual fue reconciliado y absuelto y así consta en el A.H.N14 Estas penitencias que se imponían durante el periodo de gracia a los sujetos admitidos a reconciliación, se establece que han de ser públicas con el objeto de imprimir humildad en el sujeto que las ha de padecer, y a su vez también se impone lo que hoy sería una pena accesoria de prohibición de ostentar cargos públicos ni obtener beneficios públicos. A estos efectos es ilustrativo el documento del anexo I15 en el cual consta una solicitud de Bartolomé González solicitando la rehabilitación para ejercer oficios públicos después de haber sido condenado por un delito de bigamia e impuesta la pena accesoria correspondiente de prohibición de ostentación de cargos públicos. El principal beneficio y así se estableció en las instrucciones era que el reo que abjurase no padecería el embargo de sus bienes16, lo cual constituía la

14

Archivo Histórico Nacional. Transcripción del proceso de Juan de Casanueva. Orden N4.

15

AHN. Sección inquisición. Legajo 4442 nº26

16

Instrucciones de Sevilla de 1484 n23 y cuarta serie de las aclaraciones de 1485. M. Jiménez Monteserrin. Introducción a la 29

INQUISICIÓN PROCESOS CRIMINALES Y DE FE (S. XV - XVII)

primera de las actuaciones una vez que se tenía conocimiento de cargos contra un sujeto determinado. Sin embargo y como todo, este beneficio se encontró matizado con excepciones, pues ciertos bienes sí se pierden como los esclavos, que son liberados. Asimismo, se prohíbe a los reconciliados vender sus bienes raíces. Y en tercer lugar se obliga a que den cierta parte de sus bienes en limosna17.

inquisición española. P 173-174. Editorial Nacional. Madrid. 1980 17

30

Gaspar Isidro de Arguello. Instrucciones del santo oficio de la inquisición sumariamente antiguas y nuevas. La imprenta real. Madrid. 1627. Biblioteca nacional.

3

Fase indiciaria y apertura del proceso

Esta fase indiciaria comienza con una denuncia, acusación o rumor público, e inmediatamente se va a proceder a la aplicación de las medidas cautelares sobre quien aparece como presunto culpable; Esto es, antes del interrogatorio y antes de la emisión del acta acusatoria que será lo que determine la apertura del proceso contra esta persona concreto. Una vez el plazo de gracia señalado por el inquisidor al efecto llegaba a su fin, este procedía con

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INQUISICIÓN PROCESOS CRIMINALES Y DE FE (S. XV - XVII)

las actuaciones, abriendo la fase indiciaria18, contra las personas que por acusación, denuncia o rumor publico19 aparecieran como presuntos culpables. Previamente debía asegurarse la colaboración de las autoridades civiles a efectos de eficiencia procesal y se procede al nombramiento de un comisario judicial cuya función era la de recibir las declaraciones, acusaciones de los sujetos implicados, proceder contra los mismos, citar testigos o bien conseguir declaraciones en momentos en los que el inquisidor no está presente. A estos efectos era frecuente que los inquisidores dieran recomendaciones a los comisarios sobre la forma de proceder y así ha quedado constancia en documentos examinados en el A.H.N respecto de sujetos espontáneos que quieren reconciliarse.20

18

Escudero López, José A. Perfiles jurídicos de la inquisición española. Instituto de Historia de la Inquisición. 1968.

19

Rumor público generalizado conocido como difamatio que en el derecho penal romano era inoperante pero que en el ámbito de los tribunales eclesiásticos va a tener notoria importancia. El derecho canónico lo reconoce como rumor acusatorio compartido por la mayoría de los miembros de la comunidad parroquia o señorío. Decretal Inocencio III 22 septiembre de 1198. Decretales libro II titulo 12.

20

AHN. Sección inquisición. libro 1266. Siglo XVII. advertencia para los comisarios sobre espontáneos que quieren reconciliarse. fol. 85.

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3 FASE INDICIARIA Y APERTURA DEL PROCESO

La denuncia era la forma más común de iniciarse el procedimiento. Podía ser anónima, levantándose un acta con la declaración del delator. Como ejemplo podemos citar el proceso contra Fray Luis de león de 1571 el cual se inicia por delación anónima. La iniciación mediante acusación privada si bien se usó al principio de forma aislada, perdió peso tras los primeros años. Ello se produjo por el afán de legalismo del inquisidor Torquemada. No podían permitirse juicios donde los tribunales se limitaran a ser árbitros entre dos partes, era necesaria la intervención y reglamentarización21. También por rumor público podía iniciarse, redactándose documento público con los hechos y atestiguado por al menos dos personas. La verificación de estas sospechas se llevaba a cabo mediante la testificación de los delatores, así como de personas calificadas como “buenas y honradas” de la comunidad en los casos de procedimientos iniciados por encuesta o rumor público. Esto es consecuencia de que el procedimiento partía de la presunción de que las denuncias eran ciertas, de ahí el trato más favorable a aquellos sujetos que confesaran en estas primeras etapas del pro-

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Escudero López, José A. Perfiles jurídicos de la inquisición española. Instituto de Historia de la Inquisición. 1968. 33

INQUISICIÓN PROCESOS CRIMINALES Y DE FE (S. XV - XVII)

ceso. Si la denuncia era cierta, la confesión solo era sincera si era ajustada a lo relatado en la denuncia, lo cual al existir secreto de actuaciones y ocultación al reo de las imputaciones, hacía que una confesión prematura ajustada al contenido de la denuncia constatara, a juicio del inquisidor, el arrepentimiento verdadero y sincero del sujeto; lo cual le provocaría una situación más beneficiosa, en comparación a sí lo hace en momentos posteriores cuando ya ha agotado las posibilidades de invención o excusa, a juicio del inquisidor.

1

La citación, el encarcelamiento y el secuestro de bienes como medidas cautelares previas

Las medidas cautelares son aplicadas en primer lugar, en el momento en que se tiene conocimiento de la atribución de la autoría de un delito a una persona concreta y van a ser: la citación, el encarcelamiento y el secuestro de bienes. El orden de las medidas cautelares es en principio inamovible, salvo para la citación que no siempre se practica. La citación no era un trámite que se realizara en todo caso, no obstante cuando se practicaba 34

3 FASE INDICIARIA Y APERTURA DEL PROCESO

constituía una medida previa al encarcelamiento y secuestro de los bienes. Ésta debía ser notificada al sujeto y el fin primordial era que compareciera ante el inquisidor en los supuestos en los que había una denuncia, acusación o rumor público contra él. Esta citación solo se llevaba a cabo en supuestos en los que no existía riesgo de fuga por parte del sujeto o bien cuando se trataba de una persona de peso en la comunidad, ya que lo habitual era proceder directamente contra el sujeto en cuestión ordenando su encarcelamiento. Lo habitual cuando se tenía conocimiento de que un sujeto podía ser culpable de algún delito, era proceder a su encarcelamiento inmediato, no para interrogarle, sino para evitar que pudiera huir. El acto procesal concreto que se requiere es la orden de encarcelamiento. Antes del impulso legislador de Torquemada era frecuente que los reos pasaran largas temporadas encarcelados antes de que se iniciara el proceso contra ellos. El primer inquisidor general en sus instrucciones cambia esta situación e impone a los inquisidores para poder emitir orden de encarcelamiento, la obligación en primer lugar de demostrar que existen indicios razonables y bastantes para proceder al encierro del sujeto presuntamente culpable. Al efecto se concede un plazo 35

INQUISICIÓN PROCESOS CRIMINALES Y DE FE (S. XV - XVII)

de 10 días para demostrar el carácter justificado del mismo.Y en segundo lugar impuso la prohibición de tener personas encarceladas sin que se inicie el proceso contra ellos22. El secuestro de bienes no se realizaba en un acto procesal aparte, sino que venía incluido en la orden de encarcelamiento. Aquí nos encontramos con la figura del notario de secuestros registraba las propiedades del reo en el momento de su detención. Conforme a las instrucciones de Sevilla de 1485 se realizaba un inventario de los bienes muebles e inmuebles del sujeto que había sido encarcelado y esto también incluía documentos que pudieran arrojar luz sobre su caso o bien documentos que tuvieran un especial valor y que pudieran ser enajenados, aunque esto era menos frecuente. Su fundamento jurídico era el pago de los gastos de su captura y reclusión, así como los salarios de los oficiales e inquisidores. El primer inquisidor general justificó esta práctica alegando que los bienes de estos sujetos, ya no son suyos, sino que pertenecen al fisco desde el mis-

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Instrucciones de Ávila de 1498 n3.

3 FASE INDICIARIA Y APERTURA DEL PROCESO

mo día en que cometieron sus crímenes23. Por ello, para determinar si pertenecen al sujeto que tenía el derecho de propiedad originario o bien al fisco, hay que esperar a que sea emitida sentencia. No podemos olvidar que partían de la presunción de que las denuncias eran ciertas. Era frecuente que se diera el caso en que un sujeto hubiera enajenado determinados bienes, temeroso de que la justicia procediera contra él.Las instrucciones de 1485 anulan estas ventas, eliminando así la posibilidad de terceros con derechos sobre los bienes confiscados, con la excepción de las ventas anteriores a 1479 siempre que hubiera prueba bastante de que eran verdaderas. Las instrucciones de 1485 también regulan las garantías de este trámite, que van a ser en primer lugar, el escrito especial de mandamiento de los inquisidores, el cual debía estar verificado por alguacil y dos escribanos. Y en segundo lugar, una vez se han secuestrado los bienes, estos no pasan a manos de la persona que los va a recibir, sino que permanecen en custodia de una persona “buena y

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Instrucciones de Sevilla de 1484 n10. Las instrucciones de Fernando de Valdés de 1571 más restrictivas incluso. 37

INQUISICIÓN PROCESOS CRIMINALES Y DE FE (S. XV - XVII)

fiable” hasta la sentencia condenatoria o bien absolutoria. Esto es en sí una novedad ya que hasta el momento, los bienes eran o bien enajenados o pasaban a manos de receptor, haciendo prácticamente imposible la recuperación de los mismos en caso de que la sentencia finalmente fuera absolutoria. Por tanto se entiende por tanto que el sujeto que está siendo juzgado no pierde la propiedad de los bienes inmediatamente al tiempo de proceder contra él, sino que la mantiene hasta el momento de la sentencia. Así ha sido constatado en diversos documentos del archivo histórico nacional, tales como la petición consultada de Elena de las Cuevas para que le sean devueltos sus bienes en el año 1559 tras haberse dictado sentencia absolutoria y que se adjunta en el anexo II24. Este régimen de garantías fue posteriormente revisado por el inquisidor Diego de Deza, quien en 1504 creó la institución del juez de los bienes, que sería el encargado de llevar a cabo esta práctica de secuestro de los bienes y le impone la obligación de

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AHN. Sección inquisición. Legajo 4442 nº8.

3 FASE INDICIARIA Y APERTURA DEL PROCESO

llevar un libro de sentencias así como un registro de bienes para evitar el caos organizativo.

2

El interrogatorio inicial

Con el interrogatorio previo se inicia la fase llamada acusatoria. En ésta adquieren importancia dos figuras cercanas al inquisidor: el notario del secreto y el secretario del secreto. El interrogatorio era llevado a cabo por el inquisidor o bien por su sustituto y en presencia de un notario, el del secreto y dos religiosos. El notario del secreto era quien levantaba acta de las declaraciones del acusado, no obstante, aquí es preciso señalar que en la trascripción de los procesos no siempre se atendía al tenor literal de lo expresado por el sujeto presuntamente culpable, sino que según dicen las instrucciones de Torquemada, bastaba con estarse a la “esencia de las declaraciones”. Esto nos ha dificultado el trabajo a los que estudiamos los aspectos del proceder de los tribunales más que la propia institución de la inquisición. El secreto de sumario era un principio vital e indiscutible y a estos efectos se crea el secretario del secreto que ha facilitado la labor de los estudiosos ya que sus anotaciones normalmente sonmás meticulo39

INQUISICIÓN PROCESOS CRIMINALES Y DE FE (S. XV - XVII)

sas25. El interrogatorio comenzaba preguntándole al reo si conocía los motivos de su detención.En caso negativo y lejos de comunicárselos, se le instaba a que confesara y se trataba de coaccionarle con una acusación de falso testimonio, en caso de que sus declaraciones no se ajustaran a las consignadas en la denuncia. En caso contrario, si la confesión era parcialmente verdadera, se le solicitaría declaraciones nuevas en sucesivas moniciones. Por tanto, podía darse la circunstancia tanto de que no confesara nada como que confesara parcialmente y así mismo existía la posibilidad de que los inquisidores estimaran suficiente y bastante lo confesado, prescindiendo entonces del resto del proceso; en cuyo caso se solicitaba al fiscal una verificación del proceso y el inquisidor dictaba sentencia, la cual venía a establecer una pena que podía ser más beneficiosa en comparación a sucesivas etapas del proceso en premio a su actitud. Por ello, el interrogatorio previo si bien fue un medio de obtener celeridad en los procesos, también servía y es importante no obviarlo, para que los acusados pudieran recabar nuevas pruebas y testigos.

25 40

AHN. Sección inquisición. libro 1265. fol. 182.

3 FASE INDICIARIA Y APERTURA DEL PROCESO

Esta práctica se artificiaba mediante un aluvión de declaraciones contradictorias, que hacían que los inquisidores padecieran una inundación de datos y tuvieran que conceder más lapsos de tiempo para procesar tanta información, alargando el proceso y concediendo tiempo a los acusados para preparar su defensa.

3

Acta acusatoria y nombramiento de abogado y procurador

Una vez interrogado el sujeto se emite el acta acusatoria y aquí se inicia formalmente el proceso26. En los años de la implantación previos a la promulgación de las instrucciones (1478-1484) las actas acusatorias son realmente simples, pero tras la reforma de Tomás de Torquemada se hacen más complejas. Debían de hecho ser más complejas ya que ya no se veía como un trámite más, sino como un acto procesal concreto y regulado que permitía a los inquisidores dirigirse contra una persona concreta y

26

Decimos que se inicia formalmente en base a que ya existe una persona concreta contra quien se va a dirigir la acusación, si bien materialmente ya se había iniciado con toda la actividad inquisitiva. 41

INQUISICIÓN PROCESOS CRIMINALES Y DE FE (S. XV - XVII)

por ello debía estar correctamente motivado y haber causa suficiente. Era por tanto lo que hoy conocemos como justo título, el cual permitía la continuación de las actuaciones procesales.Torquemada tiene un espíritu de defensa de las garantías y protección al reo que es innegable, siempre dentro del contexto de la época. Una vez se ha realizado la lectura del acta acusatoria y el acusado niega los cargos, se procede a nombrársele abogado y procurador. En un principio se hacía mediante solicitud del acusado pero tras las instrucciones pasa a practicarse de oficio por el tribunal lo cual refuerza, pese a las circunstancias, el principio del derecho a una defensa. Los defensores no pasaban a comunicarse directamente con su defendido, sino que se impone la obligación de dejar pasar cierto tiempo para que el sujeto recapacite y confiese. De hecho hay que señalar que el principal papel del abogado del reo era propiciar la confesión para así obtener una pena más benévola27.

27

42

Palacios Alcalde M. La legislación Inquisitorial 1478-1504. Tesis doctoral. Córdoba 1989.

3 FASE INDICIARIA Y APERTURA DEL PROCESO

En los casos examinados en el Archivo Histórico Nacional nunca se ha negado la asistencia de abogado y procurador. De hecho resulta latente que la negación por parte del inquisidor al nombramiento de abogado y procurador es motivo de recusación del inquisidor en esta fase, así como también lo es el hecho de que el inquisidor estuviera movido por una gran enemistad personal con el acusado. En caso de recusación la cuestión la decide un tribunal arbitral en el plazo de 8 días. El plazo de contestación a la acusación es de 9 días y se hace por escrito. En él se niegan los cargos, se pide el sobreseimiento de la causa, así como el levantamiento del secuestro de bines y la liberación del sujeto de la cárcel. Así ocurre en el caso de Gaspar Trunchado, el cual era familiar del Santo Oficio, y en el año 1571 es sobreseída su causa y absuelto28. Al contrario de lo que sucede en la actualidad, no se incluyen en la contestación a la acusación argumentaciones jurídicas, limitándose a negar

28

AHN. Transcripción del proceso de Gaspar Trunchado. Año 1571. Orden 61. 43

INQUISICIÓN PROCESOS CRIMINALES Y DE FE (S. XV - XVII)

las imputaciones29. Puede ocurrir asi mismo en este momento del proceso que el fiscal plantee réplica o dúplica, o bien que determine el inicio del periodo probatorio. Respecto a la recusación es realmente interesante la lectura del proceso del arzobispo de Carranza. El proceso en España duro de 1559 a 1567 y tras varias recusaciones logro llevar su caso a Roma (1567-1576). Este proceso que duró 17 años convivio con 4 papas y 3 inquisidores generales diferentes sentenciándolo finalmente Gregorio XIII. Igualmente queda pendiente de estudio para futuros trabajos el proceso criminal de Alonso Muñoz en 1651 el cual recusa al inquisidor Fernando Heras Manrique30 como inquisidor de Cuenca.

29

Palacios Alcalde M. La legislación Inquisitorial 1478-1504. Tesis doctoral. Córdoba 1989.

30

AHN. Sección inquisición. 1927 EXP 12.

44

4

La fase probatoria

La contestación a la acusación mediante escrito de la defensa es el acto que formalmente da paso a la fase probatoria. Ésta se abre con un plazo de 9 días31, similar a un trámite de audiencia, para que el acusado formule alegaciones y aporte lo que estime conveniente. Cuenta con dos partes diferenciadas: la prueba testifical y la confesión, que son los medios probatorios por excelencia, pero se admite cualquier medio probatorio en los delitos calificados de graves.

31

Instrucciones Valdesianas de 1571 n 23 45

INQUISICIÓN PROCESOS CRIMINALES Y DE FE (S. XV - XVII)

A estos efectos también se admiten lo que hoy serían testigos periciales, concretamente médicos en algunos supuestos, cuya misión es aportar conocimientos específicos de un área determinada. En el caso de los citados este área es la medicina, como ocurre en el proceso contra Alonso de Alarcón en 1635 en el tribunal de Toledo, para que éste determinara la existencia real de su enfermedad mental en el momento de cometer los hechos delictivos de blasfemia de que era acusado, pretendiéndose con ello eliminar la acusación que requería “entendimiento”. Y también se constata esto en la lista de doctores custodiada en el archivo A.H.N., en el libro 126532, la cual fue concebida para determinar si en el supuesto de un padre que comete un delito, el hijo pueda ver afectado su derecho a la herencia, es decir, por las causas que exponíamos, que se consideraba que los bienes de las personas que cometen delitos no pertenecen a esos sujetos sino al fisco desde el momento en que cometieron dichos crímenes. Pues en dicho libro se adjunta una lista de doctores que se mostraron favorables a considerar que si los hijos nacen antes de la comisión del delito por parte del progenitor no queda afectada la sucesión de estos.

32 46

AHN. Sección inquisición. Libro 1265. Fol. 447

4 LA FASE PROBATORIA

Al término de este plazo de 9 días de audiencia al acusado se procede con la declaración de los testigos, siendo el orden primero los de la acusación, y una vez estos finalicen los de la defensa. Era frecuente que en la testifical se confesaran complicidades y nuevas acusaciones salgan a la luz, como ocurre en la testifical de Vicente Piña en el tribunal de Murcia en 1683 revelando complicidades, y que consta en el anexo III33, donde todavía pueden apreciarse las correspondientes anotaciones y subrayes del inquisidor respecto a los citados en la testifical.

1

Prueba testifical

1.1 Testigos de cargo En primer lugar son llamados los testigos de la acusación, los cuales no podemos olvidar que gozaban de una posición tremendamente privilegiada dentro del proceder de los tribunales, ello derivado del hecho de que sus testimonios gozaban de pre-

33

AHN. Sección inquisición. Legajo 2837. 47

INQUISICIÓN PROCESOS CRIMINALES Y DE FE (S. XV - XVII)

sunción de veracidad34 si habían sido los denunciantes o delatores, y aun no siéndolo se otorgaba un mayor valor probatorio a las declaraciones de estos testigos que a los restantes instrumentos, sin incluir la confesión del reo. Estos testigos de cargo presentan unas declaraciones que solo son susceptibles de ser impugnadas por la defensa por causa de enemistad mortal, es decir, que el sujeto llamado a testificar por la acusación haya atentado o tratado de atentar contra la vida del reo, lo cual como motivo único admisible para invalidar un testimonio, es realmente ilustrativo del concepto de culpa y su afección a la antijuricidad de la conducta. El fiscal presenta a sus testigos, los testigos de la acusación y estos van realizando el juramento, para luego prestar declaración. No es una declaración propiamente dicha, sino que cuando los escritos usan la palabra declaración se refieren al interrogatorio que van a realizar los inquisidores frente a estos testigos.

34

48

Tomás y Valiente F. Consideraciones sobre el secreto del proceso inquisitorial. Anuario de Historia del derecho español. N 67. 1967.

4 LA FASE PROBATORIA

Este interrogatorio será dirigido por el inquisidor, y deberá hallarse presente un notario, conforme a las instrucciones que habrá de dar fe de todo lo que allí suceda. Una vez más hemos de señalar que las trascripciones no se han hecho de forma literal, por lo que solo la esencia de las declaraciones ha quedado registrada frente al paso del tiempo. También imponen las instrucciones la necesidad de que se hallen presentes si fuera necesario el alguacil y el receptor. A efectos de favorecer la labor se hacían impresos sobre interrogatorio de testigos, los cuales han llegado a nuestros días conservados en el A.H.N35. Igualmente hay que señalar que sigue estando vigente el secreto de actuaciones36, es decir, el acusado no va a conocer en este momento del proceso ni las declaraciones que son formuladas por los testigos de la acusación, ni tampoco la identidad de las personas que formulan dichas declaraciones37.

35

AHN. Sección inquisición. libro 1265. Fol. 202.

36

Galván Rodríguez E. El secreto en la inquisición Española. Palma de gran canaria. 2001.

37

Tomás y Valiente F. Consideraciones sobre el secreto del proceso inquisitorial. Anuario de Historia del derecho español. N 67. 1967. 49

INQUISICIÓN PROCESOS CRIMINALES Y DE FE (S. XV - XVII)

Las preguntas se hacen en base al escrito de la acusación y la última pregunta se refiere a constatar si el testigo actúa movido por enemistad, odio, o malquerencia contra el acusado. Estas declaraciones que realiza el testigo de cargo han de ser ratificadas en momento posterior. Esta obligación impuesta por las instrucciones, sobre todo en supuestos en los que la posterior condena se basa exclusivamente en este medio probatorio38, siendo el pilar donde se apoya esa sentencia condenatoria. La ratificación de las declaraciones daba paso a un escrito cuyo contenido se concretaba en las declaraciones de los testigos de cargo. Se trataba de un acta cuyo valor probatorio se fue intensificando tras el otorgamiento por Torquemada de valor probatorio a la misma y comúnmente conocido con el nombre de “la publicación”. Este documento tan solo recogía las declaraciones de los testigos de la acusación, y es un documento que va cogiendo especial relevancia en los procesos. Una vez levantada el acta de la publicación, se concede al acusado un plazo de 6 días para que for-

38 50

Instrucciones de Sevilla de 1484 n14.

4 LA FASE PROBATORIA

mule alegaciones y aporte documentos u otras pruebas en las que pudiera basarse su inocencia39. Podemos decir que se convierte en prueba semiplena, ya que por supuesto el acusado todavía puede demostrar su inocencia destruyendo esa presunción, pero esa posibilidad se hace harto difícil dado el peso que se otorga al documento de la publicación, que una vez expedida hace que la posterior confesión sea tratada de modo notoriamente menos benévolo a lo que ocurría en etapas anteriores del proceso, siendo el principal efecto de la emisión de la misma el hecho de la desaparición de los efectos atenuantes de la confesión. En esta etapa del proceso los inquisidores han ido desgastando su paciencia al ir dejando atrás las anteriores etapas del proceder, y no consideran que en este preciso instante la confesión pueda provenir ya de arrepentimiento verdadero, sino que si se diera sería una confesión interesada. Tomas de Torquemada impone límites a la posibilidad de llegar a esta situación de prueba semiplena que hace la publicación y se establece en las instrucciones que debe ser verificada. Dicha verificación

39

AHN. Sección inquisición. Libro 1265. Fragmento de alegación fol.456 51

INQUISICIÓN PROCESOS CRIMINALES Y DE FE (S. XV - XVII)

debe ser solicitada por alguna de las partes y si no, no procede concederle ese carácter, cosa que no ocurría antes de las instrucciones; la verificación se hacía de oficio por el tribunal. A partir de este momento ha de ser solicitado de parte. Tras este momento de emisión de la publicación, y posterior verificación, se hace necesario conceder al acusado un último intento, una última posibilidad de confesión y de arrepentimiento. Para ello se le concede este plazo de tiempo para que el sujeto haga introspección y recapacite. Esta buscada redención, si no era conseguida, provocaba el cierre de la etapa de declaración de los testigos de la acusación. El principal efecto del cierre de esta etapa es el traslado de actuaciones. Es en este preciso instante cuando el acusado va a conocer los cargos que se le imputan, así como los testimonios que respaldan dicha acusación (extractos40), no siéndole revelada a la identidad de los delatores. Esta no revelación hace realmente improbable que el acusado pueda invalidar el testimonio de alguno de ellos alegando malquerencia o enemistad mortal, ya que si no conocía la identidad del sujeto, difícilmente iba a poder determinar que se tra-

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Instrucciones de Sevilla de 1484 n16. Instrucciones Valdesianas 1571 n31.

4 LA FASE PROBATORIA

taba de una persona que obraba motivada por odio o enemistad41. Finaliza esta etapa de testigos de cargo, dando traslado de las actuaciones al acusado y su letrado, para que estos pudieran preparar su defensa de la mejor manera posible.

1.2 Testigos de la defensa Tras los testigos de la acusación, es el turno de los testigos de la defensa. Antes de las declaraciones de la defensa es preciso señalar lo difícil de la labor de defensa, que como hemos señalado, tan solo conocía las imputaciones en el momento de finalizar las declaraciones de la acusación y la identidad de los testigos de cargo era secreta, por lo que no era posible una impugnación de los testimonios en base a declaración de personas concretas movidas por enemistad, odio o malquerencia. Tras las instrucciones se tiende a mantener este secreto de identidades, esto principalmente puede ser

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Galván Rodríguez E. El secreto en la inquisición Española. Palma de Gran Canaria. 2001. 53

INQUISICIÓN PROCESOS CRIMINALES Y DE FE (S. XV - XVII)

debido a la búsqueda de celeridad en el proceso, es decir, buscaban la eficiencia, las menos tachas posibles, así como las menores impugnaciones que provocaban lentitud y necesidad de dar explicaciones. Un lento proceder no es buen amigo de la eficiencia. En un primer momento la defensa comienza su labor, en un primer momento proponiendo testigos y tras ello tachando, si era posible alguno de los testigos de la acusación. Hay que señalar que el empleo de sus propios testigos en algunos casos ha logrado conseguir una posterior condena absolutoria, aunque como sabemos, no era lo habitual. Los testigos de la defensa no van a ser preguntados siguiendo el orden del escrito acusatorio y tienen aquí especial relevancia los testigos de abono; los cuales salen en favor del acusado, aportando sus testimonios con la finalidad de lograr la absolución. A estos efectos se dan una serie de directrices, de cara al interrogatorio de los testigos de la defensa42, concretamente en el A.H.N se conservan algunas de ellas dirigidas a

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54

Así mismo se establece que el examen de testigos en la prueba testifical no puede ser realizada por notario en ausencia de inquisidor a no ser que grave enfermedad que impida al sujeto acceder al inquisidor. Instrucciones Ávila 1489. Provisión del consejo de la Inquisición General de Segovia de 1503 en el mismo sentido.

4 LA FASE PROBATORIA

aquellos supuestos en los que los interrogados son familiares y criados del sujeto acusado43. La defensa sí que presentaba también un escrito refundidor de declaraciones de parte, pero su valor probatorio queda muy alejado de lo que constituía la publicación. Carece del peso e importancia jurídica de aquel documento del que hablábamos en los testigos de la acusación y que gozaba del beneficio de la verificación, que lo convertía en prueba semiplena. También podía aportar la defensa prueba documental, no obstante el valor de estas era prácticamente inexistente a no ser que se tratara de un documento público con sello de alguna institución que se considerara que estaba a la altura de las circunstancias y aun así no es comparable desde ningún extremo con el valor probatorio que se otorga a las declaraciones testificales, la denuncia, o bien a la confesión del reo. El recurso probatorio de mayor valor para la defensa y el que más sentencias absolutorias ha logrado es el escrito de tachas, donde se pretendía co-

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AHN. Sección inquisición. Libro 1264. 55

INQUISICIÓN PROCESOS CRIMINALES Y DE FE (S. XV - XVII)

nocer la identidad de los delatores, para así poder tacharlos jurídicamente y privar sus declaraciones del valor probatorio que poseían. Para ello se trataba de adivinar las identidades de los mismos con el fin de poder alegar enemistad mortal y hacer que sus testimonios, bien fueran invalidados, o bien disminuyan su valor probatorio. Era frecuente que se hiciera un segundo cuestionario, tanto para los testigos del fiscal como para los testigos de cargo, donde se realizaban una serie de preguntas y estas y sus respuestas quedaban incorporadas a los autos. Si el peso cuantitativo de los testigos de la defensa a juicio de los inquisidores era notoriamente superior a los de la acusación, implicaba que un gran número de personas alegaban que el acusado fuera un buen hombre y esto podía hacer recaer sentencia absolutoria sobre la causa, evitando el paso a la siguiente actuación indagatoria, mas dirigida a buscar una confesión que no llega. No podemos obviar que el elemento subjetivo en las declaraciones así como en la confesión es eminentemente notorio, de ahí que se dieran toda una serie de directrices como señalábamos con anterioridad en el supuesto de testificales de amigos y criados del acusado, dirigidas a determinar cuándo un sujeto estaba mintiendo. 56

4 LA FASE PROBATORIA

En los siglos objeto de estudio ya se habla de los llamados falsos testigos44. Por lo que tras la reforma del primer inquisidor general la prueba testifical va a ir perdiendo importancia, en el sentido de otorgar más valor a la confesión45, lo cual no es que solucionara el problema precisamente, pero reducía las preocupaciones mentales de los inquisidores a la mitad. A su vez va a ser más tenida en cuenta la prueba testifical de la defensa, que antes de esto, no se tenía casi en cuenta, y se flexibilizan los trámites para conseguir nuevas pruebas y testimonios complementarios. En el escrito donde se contestan los testimonio de cargo, podían ocurrir dos situaciones anómalas: la primera se corresponde con el hecho de que el acusado no negara los hechos pero negara que fueran constitutivos de delito; la segunda situación que también podía ocurrir es que el sujeto renegara de la situación de defensa, es decir que

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Instrucciones de Ávila de 1498. R. García cárcel. orígenes de la inquisición española. Barcelona. 1976. la pena impuesta a los falsos testigos valencianos fue la de talión.

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Siempre puede el acusado acceder al inquisidor y solicitar audiencia. Disposición emanada de Torquemada y acogida por las instrucciones Valdesianas de 1571. 57

INQUISICIÓN PROCESOS CRIMINALES Y DE FE (S. XV - XVII)

no quiere ser defendido, bien sea por la persona concreta que le defiende en la causa, bien porque no crea en la autoridad de ese tribunal, cosa que no hacía sino agravar la situación del mismo. No obstante, en aras de la defensa de la legalidad, se le concedía al sujeto un plazo de 3 días para que alegase lo que estimase conveniente y expusiese sus motivos y causas. Es aquí donde el letrado de la defensa puede solicitar bien la ampliación de periodo de prueba o bien el plazo de tachas y abonos. Las tachas ya hemos determinado cuál era su finalidad, invalidar declaraciones de testigos movidos no por el afán de justicia sino por enemistad, malquerencia u odio, y respecto a la prueba de abonos, consistía en la presentación por parte de la defensa de testigos complementarios que corroboren los testimonios de los testigos presentados por la defensa, para así consolidar sus declaraciones de cara a los inquisidores, siempre escépticos. También dispone la defensa de las pruebas indirectas, con carácter previo a las tachas. Las pruebas indirectas son las obtenidas por fisuras en las declaraciones de los testigos de la acusación. El letrado de la defensa podía ocurrir que observara una discrepancia, o falsedad manifiesta, consignado en 58

4 LA FASE PROBATORIA

la publicación del fiscal y esto hacia que todo el documento quedara comprometido en su credibilidad, y si fueran muy manifiestas podía incluso invalidar los motivos de la acusación, como se ha visto en el proceso de Carranza. Una vez finalizado el turno de la defensa, se vuelve a conceder un plazo al fiscal para que formule réplica, en cuyo caso, se concede a los defensores otro plazo para que formulen replica ellos también.

2

La técnica procesal del tormento: regulación y valor probatorio

El principal elemento determinante de la sentencia fue durante todos los años de Inquisición en la Monarquía Hispánica, la confesión del reo, prueba absoluta por excelencia. Si bien podía darse dicha confesión con anterioridad a la entrada en esta fase, recibiendo el sujeto que confesaba y abjuraba públicamente un tratamiento más favorable, en esta fase su valor probatorio juega un papel esencial, controvertido y determinante de la futura sentencia resolutoria.

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INQUISICIÓN PROCESOS CRIMINALES Y DE FE (S. XV - XVII)

La técnica del tormento venía precedida por una sentencia de tormento46 y constituía el recurso último, una vez se han sucedido las declaraciones testificales y la opinión que merece el tribunal es que el delito se haya semiplenamente probado. Es decir se articula como un método subsidiario, cuando todos los demás métodos de prueba no han sido capaces de dilucidad la verdad. Era la prueba última cuando las restantes no hubieran podido demostrar indicios de culpabilidad pero tampoco los hubieran despejado fehacientemente. Pese a ello hay que señalar que existen casos en los que se aplica con anterioridad a la entrada en la fase probatoria. En aquellos supuestos en los que el sujeto incurriera en declaraciones contradictorias e incluso se llegaba a aplicar a algún testigo si se consideraba que encubría al culpable pero de forma excepcional47. El hecho de que el delito se halle semiplenamente probado implica en los siglos objeto de estudio, que existen elementos de prueba que apoyan la culpabilidad del sujeto, pero este reniega de las

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Instrucciones de Sevilla de 14843 n15.

47

Tomás y Valiente F. La tortura judicial en España. Estudios Históricos. Barcelona. 2000.

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4 LA FASE PROBATORIA

acusaciones que se le imputan. No podemos olvidar la presunción de que las denuncias eran ciertas, presunción iuris tantum pero de difícil destrucción. Su uso como técnica procesal fue legitimada por la bula Ad extirpandam48 la cual incluía en su ámbito de uso a aquellos que se calificaba de herejes, los cuales tradicionalmente habían conseguido escapar a esta técnica procesal49, esto hizo que fuera posible desplegar todo un instrumento dirigido a la obtención de información. Esto es, porque la herejía no existía de forma individual en un sujeto, es decir, era compartida, y por ello se distinguían las actuaciones dirigidas a obtener la confesión del sujeto, lo que sería la dimensión individual del delito, y de otro lado las actuaciones dirigidas a obtener nombres de cómplices y conniventes, que se aplicaba una vez obtenida ya la confesión de la autoría principal.

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Tenía como únicos límites la mutilación o muerte del detenido. Nularium romanun (edición Turín 1888) vol. III disposición XXVII ley 25.

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También se hallaban excluidos de su ámbito de aplicación determinados delitos como injurias, blasfemia y bigamia en el tribulas de valencia. . A. García Cárcel. Orígenes de la inquisición española. P184. 61

INQUISICIÓN PROCESOS CRIMINALES Y DE FE (S. XV - XVII)

Con posterioridad en el siglo XV el papa Clemente V restringió su empleo, ya que se había generalizado la práctica, sobre todo y de forma descontrolada en los tribunales ordinarios, ello le llevo a imponer límites mediante la promulgación de la bula Dudum et elidciendum. Por tanto podemos concluir que no encontró oposición alguna entre las instituciones de la iglesia, en los años de la implantación, siendo ya aplicada, con una discrecionalidad latente por los tribunales ordinarios cuando los tribunales del santo oficio comienzan su actividad en la Monarquía Hispánica. Respecto al valor probatorio de dicha técnica procesal dirigida a la obtención de una confesión por el sujeto mediante el suplicio, existieron en los siglos primeros años de la legitimación papal opiniones diferentes. Bernardo Gui50 era más partidario del encarcelamiento del sujeto, ya que esto, entendía, hacía que pudiera recapacitar y valorar sus posibilidades y cómo quiere que termine ese amargo tramo al que se halla sujeto, es decir si persiste en su actitud negatoria, necesariamente va a acabar llegando a la fase probatoria y padecerá el suplicio. Por ello era partidario de que previamente a esto, se estable-

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Práctica

4 LA FASE PROBATORIA

ciera un periodo de encarcelamiento que propiciara la confesión del reo y no fuera necesario tal extremo. Éste se hubiera identificado con el inquisidor Valdés, quien dos siglos más tarde en sus instrucciones condenaría moralmente, si bien no jurídicamente, esta práctica y prohibiría entre otras cosas la delegación en la ejecución del tormento. Por otro lado, Nicolás Aymerich51 la veía de otro lado la veía como una medida esclarecedora, tenia una profunda fe en el peso y validez de la misma como técnica probatoria. Impuso límites a la aplicación de esta en sus años de inquisidor. En primer lugar hace una recomendación de moderación hacia los inquisidores a la hora de recurrir a esta técnica. En segundo lugar impone la prohibición del derramamiento de sangre. En tercer lugar establece que la intensidad en la aplicación de esta técnica ha de ser proporcional al delito del cual se acusaba al reo52, claro antecedente del principio de proporcionalidad de la pena en sus orígenes. Como todo, tuvo que evolucionar a través de los años para ser lo que es

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Biblioteca Nacional. Directorivm inquisitorvm. La esfera de los libros. 2006.

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Tomás y Valiente F. La tortura judicial en España. Estudios Históricos. Barcelona. 2000. 63

INQUISICIÓN PROCESOS CRIMINALES Y DE FE (S. XV - XVII)

hoy. También propugna el uso de tormentos tradicionales sin innovar en nuevos métodos de castigo, y por último establece que una vez llevada a cabo, no puede volver a someterse al reo al suplicio a no ser que aparezcan nuevos indicios y sea necesario recabar nuevas informaciones. Nos centramos ya en el proceder a la hora de ejecutar la sentencia de tormento. Las líneas generales quedaron establecidas en el Directorium53 de Nicolás Emerich y años más tarde tras la implantación Española y las instrucciones de Torquemada seguirían el mismo proceder, con matizaciones ya que éstas establecen que necesariamente la condena o en su caso al absolución del reo han de descansar en una confesión.

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Aymerich habría sentado las bases al establecer los siguientes extremos: En primer lugar, una necesaria presión psicológica hacia el sujeto por parte del inquisidor, que debía orientarse hacia la obtención de dicha confesión. En segundo lugar, si el sujeto no confiesa, se procede a desnudarle, a efectos de ver si es más favorable a la obtención de dicha confesión, y si en ese momento el sujeto sigue renegando se los cargos que se le imputan, entonces se procede a ejecutar la sentencia de tormento. Los instrumentos de tortura según Aymerich deben seguir un orden gradual del menos dañino, al más.

4 LA FASE PROBATORIA

Estas instrucciones van a establecer el proceder de los tribunales a la hora de la aplicación de esta técnica procesal que no ha dejado nunca de ser controvertida y que sufrió, tras este inquisidor, escasas modificaciones en los siglos posteriores. En un primer momento el sujeto es llevado a la sala donde va a llevarse a cabo el suplicio en presencia de dos inquisidores, uno del ordinario54, un notario y el ejecutor del suplicio55. Antes de proceder el inquisidor insta al sujeto a que confiese bajo la amenaza de someterle a tormento y si esto no funciona, como ya apuntó Aymerich es desnudado en presencia de los inquisidores. A su vez se procede a citar al ministro de tormentos del Santo Oficio, y se mantiene la prohibición de mutilación y derramamiento de sangre. Esto es de dudosa veracidad no obstante. También era frecuente que se dieran instrucciones o directrices sobre la forma de proceder en la aplicación del tormento56.

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Instrucciones de Sevilla de 1484 n18.

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La figura del inquisidor y del juez ordinario admite no obstante subrogación por una persona de confianza, el llamado sustituto.

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AHN. Sección inquisición. libro 1262. instrucción n45 Fol. 94. Año 1561. 65

INQUISICIÓN PROCESOS CRIMINALES Y DE FE (S. XV - XVII)

Pueden ocurrir dos escenarios. El sometimiento a tormento sin confesión, es decir, tras la aplicación de los instrumentos el sujeto no confiesa. Tal hecho aseguraba la sentencia absolutoria tal y como sucede en el proceso de María de Cazalla en 153357. Fue procesada por herejía y apostasía, acusada de ser líder de los alumbrados de Toledo. En estos supuestos hay que señalar que en la sentencia absolutoria se omitía la parte relativa al tormento como medio de prueba, embelleciendo dicha sentencia únicamente que no hubo prueba suficiente contra él. Y en otro caso, que la técnica consiga su objetivo, es decir la confesión58 y en tal supuesto ésta no opera como prueba plena automáticamente, sino que requiere una posterior ratificación, que normalmente sucede transcurridos 3-4 días. Pero

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M. Ortega Costa. Proceso de la inquisición contra María de Cazalla (1532-1534). Madrid. 1978.

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En el proceso de Leonor González, que fue dos veces juzgada, primero en 1484 y en un segundo proceso en 1492. Fue sometida a dos interrogatorios, en el primero con negativa a la confesión y en el segundo confesión parcial. Sin embargo con contaron favorablemente en este proceso ni la cooperación ni la comparecencia, que no evitaron su condena a muerte.

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4 LA FASE PROBATORIA

también podía producirse la ratificación transcurrido un mes. También era frecuente que durante la aplicación del suplicio, el sujeto confesara complicidades y participaciones en los hechos de terceras personas, tal y como ocurrió en el caso de Pero Guillen en 1564 quien siendo procesado por judaizante, en esta fase acusa de cómplices a su tío y a su esposa59. La ratificación viene impuesta en las instrucciones y puede ocurrir que el sujeto ratifique las declaraciones que hizo bajo tormento procediendo entonces a la imposición de la pena, o que en caso contrario se resista a dicha ratificación, aludiendo que su testimonio no fue producto de una voluntad sincera sino del dolor del tormento. En estos casos, podían ocurrir dos supuestos escenarios: Primero que la no ratificación anulare el valor probatorio de esa confesión obtenía bajo tormento. O segundo que se dictara una nueva sentencia de tormento y se volviera a proceder contra él, continuando en el mismo instrumento en el que se finalizó.

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AHN. Sección inquisición. Legajo 4520 n2. Año 1564. 67

INQUISICIÓN PROCESOS CRIMINALES Y DE FE (S. XV - XVII)

La presencia de un notario era inexcusable, lo cual no quiere decir que exista una transcripción literal en todos los procesos pero sí que se observan algunos muy meticulosos que son de gran ayuda. La función del notario era la de levantar acta de cada sesión constatando preguntas y respuestas. Y si en el curso del tormento el acusado confesare, el notario procede a tomar nota de la declaración; a lo que se traslada a otra sala para que, delante del notario, ratifique las declaraciones que hizo bajo tormento tal y como expresábamos anteriormente.

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5

La conclusión del procedimiento

1

La revisión del proceso por la junta de asesores en causas de herejía

La conclusión del procedimiento es solicitada simultáneamente por fiscal y defensa y este trámite da lugar al cierre de la etapa probatoria y a continuación, la emisión de un veredicto. Esto no ocurre inmediatamente, sino que, antes de dictar sentencia las actuaciones son remitidas a la junta de asesores en los territorios en los que existía, la cual tenía encomendada la misión de revisar el proceso. En Valencia no se implanto hasta 1530. 69

INQUISICIÓN PROCESOS CRIMINALES Y DE FE (S. XV - XVII)

Esta junta de asesores recibía las actuaciones y verificaba que todo el aparato judicial hubiera actuado de forma correcta a la vez que emitían un dictamen vinculante, ya que sin ese dictamen los inquisidores no podían dictar sentencia. Este dictamen que emitía la junta se dirigía como hemos dicho a revisar el proceder en el curso del caso.No obstante los miembros de la junta también votan acerca de la inocencia o culpabilidad del sujeto60 y más que revisar, su labor sería la de constatar, en dicho escrito cual ha sido el orden de las actuaciones y en qué momento se produce cada una de ellas. En un primer momento puede que estuviera formada tal como apuntan los escritos, por religiosos y seglares, pero posteriormente se impondrá la obligación para acceder al puesto de asesor, de poseer la condición de letrado o doctor. Tras dicha reforma se refuerza la posición de esta institución, la cual adquiere como órgano revisor una gran importancia, en el sentido de que al

60

70

Entre otras actuaciones, ya que como hemos visto en el proceso de María de Cazalla ante el tribunal de toledo, es la junta de asesores la que decide el sometimiento a tormento de la acusada mediante dictamen enviado al tribunal.

5 LA CONCLUSIÓN DEL PROCEDIMIENTO

principio era más concebida como aparato de confirmación del proceso, como un trámite formal donde de forma unánime todos aceptaban el proceder y se daba paso al veredicto. Tras las instrucciones de Torquemada esta situación cambia de forma radical y se impone a los asesores la obligación de trabajar conjuntamente y formarse sus propias opiniones, es decir se les impulsa a debatir, lo cual si bien implicaba una mayor dilación, evitaba la coacción. Tras la reforma se ve como los inquisidores van perdiendo facultades decisorias en este sentido, en favor de la junta61, debido a ese carácter vinculante del dictamen que emite y la labor de los inquisidores se orienta mas a dirigir el procedimiento. Pierden discrecionalidad estos tribunales con respecto a los primeros años de implantación, con la imposición de esta necesidad de revisión62.

61

La junta ve en aumento sus facultades, tras la reforma de Torquemada y esta tendencia se mantiene tan los siglos XVI Y XVII. En el caso de Gaspar de Grajalen 1571 y el de los brujos de Zugarramurdi en 1610 se conservan los debates entre inquisidores y asesores sobre la conclusión del proceso.

62

Concretamente en el proceso de Leonor González 1484-1492, deliberan conjuntamente asesores y el inquisidor que dirige el proceso de cara al veredicto, que fue finalmente la pena de muerte. 71

INQUISICIÓN PROCESOS CRIMINALES Y DE FE (S. XV - XVII)

El número de asesores de la junta no era fijo sino mutable, en función de cada circunstancia y periodo histórico en que nos situemos, llegando a contabilizar hasta 10 miembros63. En las actas de los procesos aparece reflejados sus nombres. Determinadas penas requerían un quorum determinado64, como ocurre con la condena a muerte que requería el voto unánime de los asesores. Esto hace que se vea reducido el número de condenas a muerte. En el Archivo Histórico Nacional, libro del tribunal de la Inquisición de Toledo, se observan muchas menos condenas a muerte tras la reforma de Torquemada, cuya aplicación como pena se ve notoriamente reducida, en favor de la reconciliación, y las penas prisión perpetua, normalmente conmutables por galeras. No obstante, hay que señalar que en los últimos años de inquisición era el Consejo de la Suprema Inquisiciónel organismo encargado de la verificación del proceso.

63

La junta estaba formada por un número mayor de miembros cuando se trataba de casos polémicos o notorios, o bien cuando la pena pedida era la de muerte.

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Pérez Villanueva J. y Escandell Bonet B. Historia de la Inquisición en América y España. Centro de Estudios Inquisitoriales. 1984-2000. (3vol).

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5 LA CONCLUSIÓN DEL PROCEDIMIENTO

2

Compurgación y sentencia. Ejecución de la sentencia

2.1 Compurgación La situación que ocurría también de forma regular era aquella que se daba tras el veredicto de la junta de asesores y antes de dictar sentencia en la cual el sujeto podía aceptar una purgatio canónica65. Para ello era necesario que rechazara los cargos bajo juramento y con atestiguamiento de dos personas que dieran fe de que decía la verdad, ya que según esta tradición la carga de la prueba de la inocencia corresponde al acusado. La ceremonia es formal y se desarrollaba de la siguiente manera: En primer lugar se hace un careo entre acusado y testigos en el cual dan crédito de conocerse entre sí y motu propio aceptan la compurgación. En segundo lugar se procede a leer la acusación y prestar juramento. En este punto el sujeto que pretende ser compurgado es devuelto a la cárcel,

65

Las decretales condenaban la práctica germánica de las ordalías y juicios de dios, admitiendo únicamente al purgatio canónica, el juramento de inocencia. decretales libro V tít. 34 c.7 y 9. 73

INQUISICIÓN PROCESOS CRIMINALES Y DE FE (S. XV - XVII)

con la finalidad de interrogar a los conjuradores. En caso de pasar la prueba se acepta la compurgación y se le impone la pena más benévola de aquellas dos que decíamos existía posibilidad de imponer antes de la compurgación. También podía ocurrir que el acusador rechazara la compurgación, en cuyo caso la cuestión habría de decidirse mediante duelo judicial u ordalía, en contra del criterio de las decretales.

2.2 Sentencia En la lectura de la sentencia se hallaban, por lo general se hallaban presentes el reo, un notario, los inquisidores y un representante del ordinario. Por regla general las sentencias absolutorias se leían privadamente y las condenatorias en un acto público, aunque con excepciones66. El notario es quien

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74

Por ejemplo el proceso contra Pablo de Olavide, este es reconciliado en esta fase de sentencia y su sentencia leída privadamente en presencia de 20 seglares, o también en el proceso contra Crisóstomo de Soria (alumbrado), donde el consejo determinó que la sentencia se leyera en autillo, porque y cito textualmente “no estaba ya Crisóstomo como para salir al auto público”. Es decir en este caso concreto, el sujeto llevaba largo

5 LA CONCLUSIÓN DEL PROCEDIMIENTO

procede a su lectura y el inquisidor cierra la lectura diciendo “así lo pronunciamos y declaramos”. La sentencia recoge de forma realmente ordenada todos los hechos y actuaciones que han sido llevadas a cabo durante el procedimiento, y tras esto el fallo. A estos efectos hay que señalar que era frecuente que se omitieran defectos que hubieran podido afectar a la validez del veredicto, como ocurre en alguno de los procesos examinados de los años 1483-1484 donde se omite la solicitud de reconciliación en fase primigenia del proceso, que como tal, constituía un atenuante fuera admitida o no, y dicho dato fue omitido en las actas de forma que el veredicto no lo tuvo en cuenta a la hora de dictaminar. La sentencia era de condena o de absolución. En caso de que el inquisidor no hubiera encontrado prueba concreta de la culpabilidad del acusado, necesariamente la sentencia debía ser absolutoria. En caso contrario, las penas impuestas iban desde penas pecuniarias, hasta la muerte en la hoguera. No

tiempo encarcelado (1622-1627) y sus condiciones físicas podían provocar una reacción en los presentes, que iba en contra de la finalidad ejemplarizadora de la sentencia. Álvaro Huerga. Historia de los alumbrados de Sevilla (1605-1630). Madrid 1988. 75

INQUISICIÓN PROCESOS CRIMINALES Y DE FE (S. XV - XVII)

obstante, no me detendré en el análisis de cada una de ellas, ya que tendríamos material para hacer otro trabajo completo. Se observa que los extremos que tradicionalmente han sido determinantes de la sentencia condenatoria en los procesos vistos son: la ausencia del acusado; la confesión; el suicidio del sujeto, tanto estando preso como antes de que los inquisidores se dirijan contra él; y la tacha improcedente de testigos, ya que se trataba a toda costa de evitar las dilaciones, y por tanto ello debía tener una repercusión en quien lo pretendía. La confesión normalmente evitaba la pena de muerte si se hacía en etapas anteriores, ya que en este preciso momento, el momento de emisión de la sentencia, se ven situaciones bien diferenciadas, es decir existen supuestos en los que se evita la pena de muerte aun confesando en este momento y otros que por el contrario no han gozado de este privilegio, pero por lo general la confesión evitaba la pena de muerte, que se conmutaba por prisión perpetua, la cual era posteriormente fácilmente conmutable por galeras. También es importante señalar que no hay categoría de cosa juzgada en las sentencias de absolución, es decir, nada impide a los inquisidores volver a iniciar actuaciones contra una persona que ya ha 76

5 LA CONCLUSIÓN DEL PROCEDIMIENTO

sido juzgada y absuelta si aparecieran nuevas pruebas. A estos efectos, el autor del Directorium ya da una serie de directrices, para que en las sentencias de absolución no se hiciese referencia a palabras como inocencia o exención ya que esto podría dificultar, si fuera necesario, la apertura de un nuevo proceso contra el sujeto en cuestión.

2.3 Auto de fe Una vez dictado el fallo, este se procedía a ejecutar inmediatamente. Las condenas se ejecutaban de forma conjunta en el auto de fe67, donde se hallaban procesados y condenados de diferentes procesos. El auto de fe, como acto en el que se ejecutan las sentencias judiciales, era público y se llevaba a cabo tras la lectura de la sentencia. Ello es porque la eficacia siendo pública, dos veces eficaz. El auto de fe se preparaba de la siguiente forma. En primer lugar requería autorización de alguna autoridad inquisitorial o real, llegando a dar autori-

67

A. Domínguez Ortiz. Autos de la inquisición de Sevilla del siglo XVII. Sevilla. 1981. 77

INQUISICIÓN PROCESOS CRIMINALES Y DE FE (S. XV - XVII)

zación Carlos II68. En segundo lugar en el plazo de un mes, a contar desde el día exacto en el cual va a celebrarse el auto de fe, se celebraba una procesión que iba presidida por la máxima autoridad inquisitorial en el lugar de celebración. La finalidad de esto era acudir por las calles anunciando la inminencia del auto de fe e invitando a las personas a asistir al acto. En tercer lugar, la víspera del auto de fe se celebra la conocida como procesión de la cruz verde y la blanca, que son los símbolos que van a presidir el estrado y el cadalso y que una vez celebrado el auto de fe, serán devueltos a sus respectivos santuarios. También es importante señalar, que la noche antes del auto, un tribunal de guardia asiste a los espontáneos que quieran reconciliarse69. La estructura del mismo se desarrollaba de la siguiente manera: el día comenzaba vistiendo a los presos; al amanecer se formaba la procesión de los reos, y el alcaide conduce a los sujetos al lugar del

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Auto de fe de Madrid de 30 de junio de 1680 publicado por M. Jiménez monteserrin. Introducción a la inquisición española. Editorial Nacional. Madrid 1980.

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Pérez Villanueva J. y Escandell Bonet B. Historia de la Inquisición en América y España. Centro de Estudios Inquisitoriales. 1984-2000. (3vol).

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5 LA CONCLUSIÓN DEL PROCEDIMIENTO

auto. Delante de ellos iban los representantes del estamento eclesiástico, aunque también era frecuente que fueran precedidos de las estatuas de los fallecidos y ausentes condenados por herejía a los cuales nos referiremos al final del trabajo. Los condenados eran dirigidos al estrado y allí divididos en diferentes niveles, en función de la gravedad del delito que hubieran cometido. Se inicia el acto con un sermón pronunciado por una personalidad del santo oficio y se tomaba el juramento a las autoridades civiles y al público, comenzando entonces la ceremonia de lectura individual de las sentencias. El orden era el siguiente. Primero las de los reconciliados, en segundo lugar las de los fallecidos, luego las de los ausentes fugitivos, tras ellos las de los fallecidos condenados y después las de los condenados a muerte. Una vez leídas, los condenados a muerte son entregados a las autoridades civiles y el auto se escinde en dos70.

70

Pérez, Joseph. Breve historia de la Inquisición en España. Barcelona. 2009. 79

INQUISICIÓN PROCESOS CRIMINALES Y DE FE (S. XV - XVII)

Es decir, a partir de ahora nos encontramos de un lado con el estrado general y de otro lado el estrado especial por razón de muerte. En este último se procedía a ejecutar las penas, de muerte en la hoguera, donde se procedía a ir quemando a los condenados, los cuales si se arrepentían antes de llegar a la hoguera, no eran quemados vivos, sino que se les daba garrote. En el estrado general se leían todas las sentencias y una vez leídas se ejecutaban las penas de aquellos que fueran de castigo público de azotes. Los condenados a cárcel perpetua eran enviados a galeras.

3

La modificación de la condena y la apelación

3.1 La revisión de la condena La revisión era un mecanismo que permitía conmutar penas, rebajar las mismas o acortarlas. Esta era condicional al cumplimiento de otras penas más benévolas. El indulto absoluto, si bien está previsto, rara vez se usaba y requería ser pedido por personajes de importancia en la sociedad, un gran 80

5 LA CONCLUSIÓN DEL PROCEDIMIENTO

número. Esta posibilidad de modificación de la condena aparece solo tras las instrucciones de Torquemada, e iba dirigida a propiciar una reinserción del sujeto en la sociedad y la ortodoxia católica. La conmutación de la pena procedía solo en aquellos casos en los que el reo había sido admitido a reconciliación. Así ocurre en el proceso examinado del año 1556 a varias mujeres, el cual se adjunta el anexo IV71 y donde se les conmuta la pena correspondiente por dos penas pecuniarias, una de ellas para redención de cautivos en áfrica. La conmutación de la pena se realizaba a instancia de parte mediante escrito enviado al inquisidor y este respondía determinando la procedencia de la misma. No obstante, también podía practicarse de oficio, pero en ambos casos ya fuera de oficio o a instancia de parte se exige el posterior testimonio de testigos que acrediten el cumplimiento de las penas impuestas por la conmutación. La ratificación de la conmutación de la pena corresponde a la Suprema, a la cual se remiten los autos y la solicitud de conmutación, procediendo

71

AHN. Legajo 4442 n4. Año 1556. 81

INQUISICIÓN PROCESOS CRIMINALES Y DE FE (S. XV - XVII)

ésta a determinar si el comportamiento del reo ha sido favorable a la misma o en caso contrario no lo ha sido. También podía ocurrir que se produjera la suspensión, la cual procedía por causas concretas. Estas no son causas reglamentarias sino más bien una situación de hecho que pueda impedir al sujeto cumplir la pena como ocurre en el proceso de Rodrigo de Bivar (1539), clérigo en Alcalá de Henares, ante el tribunal de Toledo. Donde tras la sentencia dirige escrito al inquisidor solicitando la suspensión por necesidad de atender el hogar y los negocios. Éste fue juzgado ante tal tribunal en dos ocasiones: la primera en 1539 y la segunda en 1554. En caso de ver rechazada su pretensión, el sujeto puede apelar a la Suprema y en caso de ver rechaza su pretensión de nuevo, puede dirigirse al inquisidor general, al cual no afecta la decisión de la suprema de forma vinculante y puede estimar oportuno conceder la suspensión y así hacerlo.

3.2 La apelación En la apelación es donde la defensa tiene más posibilidades de obtener un veredicto favorable. Se 82

5 LA CONCLUSIÓN DEL PROCEDIMIENTO

encuentra sometido a un alto grado de juridificación tras la reforma de Torquemada. En los primeros procesos rara vez se interponía apelación y la técnica en sí era considerada de carácter dilatador del normal desarrollo del proceso. Esto cambia a partir de las instrucciones del que fuera primer inquisidor general72. La apelación a partir de este momento puede interponerse en cualquier fase del proceso contra sentencias interlocutorias y también sobre el fallo definitivo. El derecho de la apelación corresponde tanto a defensa como a la acusación y se realiza mediante un escrito dirigido a los inquisidores en el que se exponen los motivos del recurso y pide la admisión del mismo. A estos efectos se conserva en el Archivo Histórico Nacional el escrito en el que se consignan los términos en que se admite la apelación en causas de herejía, así como la potestad de negar el derecho de apelar73 él cuál se adjunta en el anexo V.

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Pérez Villanueva J. y Escandell Bonet B. Historia de la Inquisición en América y España. Centro de Estudios Inquisitoriales. 1984-2000. (3vol).

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AHN. Sección inquisición. Libro 1262. Fol. 427 sobre apelación. 83

INQUISICIÓN PROCESOS CRIMINALES Y DE FE (S. XV - XVII)

De ver rechazada la pretensión, el condenado aún tenía derecho a interponer el recurso a la suprema, para lo cual era necesario otorgar de nuevo poder al procurador. Se remiten los autos a Madrid para que la suprema pueda examinar el proceder y el representante de la defensa comparece ante ellos. Este mismo elaboraba un nuevo escrito en que se exponían los motivos del recurso en base al cual se fundaba la revocación del correspondiente veredicto. El consejo se pronuncia decretando la devolución de los autos al tribunal inquisitivo que en su día sentenció con el objeto de que notifique al interesado la decisión y proceda en consecuencia. De resolverse en sentido negativo aún quedaba la posibilidad de acudir a Roma y apelar a la Santa Sede tal y como hizo Juan Ramírez, mayordomo del cardenal Cisneros habiendo sido juzgado por el tribunal de Toledo (1512-1522).

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6

Procesos especiales

1

Proceso contra reos ausentes

Se trata de un proceso sumarial especial que tenía lugar en supuestos en los que la persona que va a ser juzgada no se halla en el lugar en cual se está llevando a cabo la acusación formal. Se inicia con un edicto de citación y tras ello, la declaración del sujeto que no compareciera en rebeldía. El procedimiento se iniciaba con una declaración del fiscal donde expone los motivos de la acusación y solicita una citación por edictos del presunto culpable. La citación se realizaba en dos fases: En primer lugar en el domicilio del acusado y en segundo lugar en el curso de la misa en domingo. Los em85

INQUISICIÓN PROCESOS CRIMINALES Y DE FE (S. XV - XVII)

plazados tienen un plazo de 30 días para comparecer divididos en 3 tramos de 10 a cuyo final el fiscal verifica la comparecencia o no del sujeto llamado74. Transcurrido este tiempo de 30 días y si no se ha producido la comparecencia queda consolidada su condición de rebelde. La fase probatoria se inicia con las declaraciones de testigos ante notario, los cuales prestarán declaraciones que hagan ratificar la situación de rebeldía. El fiscal pide la personación de los acusados en un plazo de 3 días. Se verifica la notificación75 y transcurrido el plazo los inquisidores señalan al efecto un término para dictar sentencia. La sentencia de condena requiere voto unánime, por motivo de la pena prevista para los declara-

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Pérez Villanueva J. y Escandell Bonet B. Historia de la Inquisición en América y España. Centro de Estudios Inquisitoriales. 1984-2000. (3vol).

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Esta notificación de los acusados, es una citación por edictos, y sería una citación por comparecencia en nuestro derecho, con las diferencias técnicas derivadas necesariamente de los diferentes contextos históricos, pero la esencia en si misma se mantiene, ya que los presupuestos son la no comparecencia previa del acusado habiéndose intentado en varias ocasiones, y la notificación publica en la puerta de la parroquia o iglesia, que vendría a ser el BOE de la época.

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6 PROCESOS ESPECIALES

dos rebeldes, que era la de muerte, y ello se ejecutaba posteriormente por medio de las estatuas de las que hablábamos en el auto de fe. Una vez condenado por voto unánime, se realiza otra nueva citación, la cual debe ser verificada por notario y de no comparecer el acusado se dicta sentencia final. Las instrucciones de Torquemada simplifican este procedimiento y van a aproximarse más al pensamiento de Nicolás Aymerich76. El procedimiento contra reos ausentes tras la reforma de Torquemada quedaría configurado de la siguiente forma: Seguirá siendo un procedimiento sumario con fuertes notas tradicionalistas; La citación por edictos pregonada y fijada en la puerta de la iglesia principal abre el procedimiento contra ese sujeto en concreto. A partir de este momento el tribunal tiene tres formas de proceder:

76

Este eran contrario a iniciar procedimiento alguno contra los declarados en rebeldía, siendo partidario de sentencia condenatoria en todos los casos ante esta situación. La premisa en sí excluía la necesidad de procedimiento. 87

INQUISICIÓN PROCESOS CRIMINALES Y DE FE (S. XV - XVII)

1.

Citación y amonestación77. A cuyos efectos de un plazo de 1 año para que se personen mediante el envío de cartas acusatorias.

2.

Si el delito del que se le acusa se puede enteramente probar. En este caso se cita por edictos y se concede un plazo de 30 días por términos de 1078. En esta modalidad se impone la obligación de notificar todos los actos del proceso hasta a la sentencia, lo cual hace que sea posible y fehaciente constatar la rebeldía y proceder a dictar sentencia.

3.

En el supuesto de que el delito no apareciera suficientemente probado se inicia con la promulgación de una carta edicto en la cual se insta a la purgación canónica79, lo cual es mucho más recomendado si se pretende que el sujeto aparezca y comparezca.

77

Generalmente se usaba cuando existía una diffamatio contra el sujeto. Rumor publico acusatorio.

78

Este plazo admite prorroga.

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Pérez Villanueva J. y Escandell Bonet B. Historia de la Inquisición en América y España. Centro de Estudios Inquisitoriales. 1984-2000. (3vol).

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6 PROCESOS ESPECIALES

Tras la citación y constatada la situación de rebeldía, la siguiente actuación, es al igual que ocurre en el procedimiento general, el secuestro de bienes del sujeto. En la etapa probatoria el fiscal aporta los testimonios acusatorios, testimonios que en ocasiones van dirigidos a constatar los hechos objeto del delito y otras a constatar la fuga y ausencia del acusado rebelde. Los inquisidores tras examinar la información otorgan la carta citatoria contra el acusado para que este comparezca. El edicto se publica con las formalidades previstas y quien lo lee en la misa es el notario del secreto, fijándose a continuación en la puerta de la iglesia la carta citatoria. Al producirse el cierre de la etapa probatoria se emite la declaración de rebeldía del sujeto que es excomulgado. Se recogen los hechos en un documento y se le da lectura pública. El veredicto de la junta de asesores se une a la sentencia y es leído en el auto de fe en los términos previstos.

2

Proceso contra reos difuntos

Conforme a la tradición canónica la muerte no era un acontecimieno que provocara la extinción de 89

INQUISICIÓN PROCESOS CRIMINALES Y DE FE (S. XV - XVII)

la responsabilidad criminal. El primer inquisidor general se mantuvo favorable a la continuidad de este principio. Las instrucciones de Sevilla de 1484 imponen un plazo de prescripción en estos supuestos de 30 o 40 años como máximo, a la vez que ciertas garantías. •

En primer lugar la imposición de la no dilación en los juicios. Alaba los efectos positivos de un proceso mas eficiente que uno reiterativo y pesado.



En segundo lugar la falta de probanza en muchas causas, las que pese a ser sobreseídas, han repercutido efectos negativos en los familiares de los procesados. Imponen las instruciones la obligación de proceder con probanza y si no, no proceder contra el difunto, para no atentar contra su fama y buen nombre al igual que los de sus familiares80.

El procedimiento contra reos difuntos se inicia con la petición del fiscal de que publique una citación por edictos dirigida a hijos, herederos, y

80 90

Instrucciones de Ávila de 1498 n2.

6 PROCESOS ESPECIALES

cualquier otra persona que hablar en defensa del procesado ya fallecido en cuya presencia se lee la acusación. Cuando se trata de personas de gran notoriedad, en lugar de la citación por edictos se practicaba una citación individual81. Podía ocurrir que no se conociera hijo o heredero del difunto pero que este efectivamente existiera y tuviera conocimiento del procesamiento del difunto. Las citaciones por edictos incluyen un plazo de 15 días de personacion de posibles interesados y transcurrido el plazo se declara a los causahabientes contumaces por incomparecencia.Tras ello se declara en rebeldía a los interesados en defender la memoria del acusado. Tras la reforma de Torquemada se observa como el fiscal insta a los inquisidores a que pese a las circunstancias se nombre abogado defensor, esto es, para que la causa no sea indefensa. Este realiza el juramento del cargo y comienza su labor de defensa. El resto de actuaciones se desarrollaran a partir de este momento frente al representante legal del difunto.

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INQUISICIÓN PROCESOS CRIMINALES Y DE FE (S. XV - XVII)

Se concede un plazo de 6 días para que conteste a la acusación. La defensa elabora el escrito en el cual el abogado niega los cargos y propone prueba. Este escrito de prueba es calificado antes de abrir el periodo probatorio y el esquema a seguir en la fase probatoria y en conclusión es el ya examinado para el procedimiento general. El cierre del proceso lo realiza la junta de asesores, que emite veredicto y que servirá de base a los inquisidores para sentar la pena de la sentencia la cual se lee en auto de fe. Es preferible que se personas un gran número familiares y/o herederos consiguiendo una defensa más eficiente. Esta personación requiere plena capacidad de obrar del compareciente. En los procesos examinados de los años 1512 a 1524, la minoría de edad de un sujeto que comparece en aras de testificar a favor del difunto, lleva aparejado el nombramiento por el inquisidor de un tutor82 que supla la falda de capacidad del menor. Cuando el veredicto es absolutorio se restituye al sujeto en su buena fama y la sentencia se lee

82

92

Pérez Villanueva J. y Escandell Bonet B. Historia de la Inquisición en América y España. Centro de Estudios Inquisitoriales. 1984-2000. (3vol).

6 PROCESOS ESPECIALES

públicamente en auto de fe y también a sus hijos y herederos. La condena acarrea consigo la excomunión del sujeto, la confiscación de bienes que hubiera poseído en vida, y penas accesorias entre las que se encuentra la exhumación y quema de sus restos83, ello derivado del impedimento de enterrar a herejes o apostatas en lugar sagrado84.

83

Pinto Crespo V. Inquisición y control ideológico en la España del siglo XVI. Editorial Taurus. Madrid. 1983.

84

García y García A. Historia del derecho canónico. Salamanca. 1967. 93

Epílogo

La publicación y entrada en vigor de las instrucciones del primer inquisidor general y las sucesivas hicieron en su momento que estos tribunales se transformaran, ya que el derecho que les era aplicable y que reglamentarizaba todo el procedimiento fue un derecho de creación propia. Esto hace que dichos tribunales se conviertan en un aparato de justicia con una naturaleza que se desgaja del control eclesial y adquiere una autonomía notoriamente marcada en las diferencias legales entre uno y otro cuerpo legislativo. El edicto de fe se articula como un instrumento con una doble finalidad: En primer lugar reducir el número de procesos que llegan a los tribunales, y 95

INQUISICIÓN PROCESOS CRIMINALES Y DE FE (S. XV - XVII)

de otro propiciar la confesión de los sujetos, emana esta posibilidad de las decretales y seguramente tenga su origen en un intento de no abandonar la moral cristiana de perdonanza. El objetivo de estos tribunales viene a dirigirse a la sistematización del sistema. Las instrucciones sería una ley de enjuiciamiento criminal en el más actual sentido de la palabra, vendrían a suponer la fuente número uno en materia de procedimiento del tribunal y darían lugar a todo un cuadro de garantías inamovibles. Uno de los pilares sobre los que se apoyó el sistema de garantías fue el rechazo al principio propter enormitatem delicti licitum est iura transgredi. Como se deduce de todas las fases estudiadas no era posible reducir las garantías y prescindir del procedimiento, ni si quiera cuando un sujeto era acusado de un “delito atroz”. En los tribunales del Santo oficio en la península no tenía cabida este principio limitador del derecho de defensa ya que como hemos visto a lo largo del trabajo, a medida que va transcurriendo el tiempo se tiende hacia una mayor protección del reo y no al contrario. Se mantenía por el contrario el principio in dubio pro fidei, la culpabilidad era prejuzgada y no se 96

EPÍLOGO

contemplaba el principio de inocencia. No obstante, tras ver la evolución del sistema de garantías sentado por las instrucciones, sí que se ve una determinación en la protección del reo. El valor de la confesión a efectos procesales es algo que ha sido determinante en todos los años objeto de estudio. La base sobre la que debemos partir es la de que la conducta que realiza el sujeto X no solo es delictiva, sino que además es un pecado. Los pecados, según la tradición católica dominante de forma absoluta, hacían que el alma del sujeto se volviera impura y esta pureza solo podía ser recuperada mediante la confesión. Por tanto era de difícil entendimiento que sentencia de la causa criminal fuera de absolución si el sujeto no hubiera confesado ya que seguía siendo pecador impuro y por ello: culpable. El instrumento para dilucidar la veracidad de la confesión fue el del secreto y su instrumentalización procesal en el secretario del secreto y el notario del secreto. Este derecho inquisitorial que nace tras la implantación de los tribunales y que va a regir el proceder de los mismos se caracterizaba por una total homogeneidad social. Se regulaba para todo el territorio y no atendía a distinciones sociales o estamentales, lo cual en sí mismo fue un hecho extraño y a 97

INQUISICIÓN PROCESOS CRIMINALES Y DE FE (S. XV - XVII)

la vez alentador. Esto también justifica los procesos contra reos difuntos, pues la muerte no era hecho que produjera extinción de la responsabilidad derivada de delito, la homogeneidad no tenía en cuenta clases sociales o estados existenciales. Se aprecia una reducción notoria de las condenas a muerte y/o prisión perpetua en favor las conmutaciones y revisiones previstas en las instrucciones, la ley alcanza los fines sociales perseguidos. Los juristas hemos aprendido del campo de la antropología que para estudiar una determinada cultura, institución, o época pasada debemos abandonar los principios y dogmas que son fruto del contexto que nos ha tocado vivir y sumergirnos en los valores de la que se pretende estudiar. Con el estudio de los procedimientos de tribunales de épocas pasadas ocurre lo mismo. Es lo que he pretendido con este trabajo, realizar un estudio objetivo del procedimiento de los tribunales del santo oficio en causas criminales y de fe, el cual fue producto de la sociología, filosofía, de la realidad histórica y la forma de ver y entender el mundo de la época y que dio lugar al nacimiento del derecho inquisitorial español que ordena legalmente todo el proceso. Un derecho procesal único tremen98

EPÍLOGO

damente autónomo y diferenciado de existente en otros territorios donde estos tribunales estaban implantados. Eppur si muove

99

Bibliografía

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Anexos

ANEXO I

107

ANEXO II

108

ANEXO III.1

109

ANEXO III.2

110

ANEXO IV

111

ANEXO V.1

112

ANEXO V.2

113

ANEXO V.3

114

ANEXO V.4

115

ANEXO V.5

116