Historia del mundo antiguo: una introducción crítica
 8420627739, 9788420627731

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Prunera edición en ...Alianza Universid/»: 1994 Primera edición en «, 1anuales»: 1998 Primera reimpresión: 2000

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Bra,·o

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Ed.irorial, S.A., Madrid, 1994, 1995, 1997, 998, 000 ~cio luca de Tena, 15~-28027 Madnd; te éf. 91-393 88 88

A mis alumnos de «ayer»: muchos hoy amigos; algunos, colegas

Índice

Prólogo a la nueva edición .. . .. . . .. . .. . . . . . . . .. .. .. . . . . . . . . . .. .. . . . .. . . . . . .. .. . . .. . . . . . .. . . .. .. .. .. . .. . . ..

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Introducción ..... ............... .............. ...... ...... ......... ................... .... .................... ...

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Primera parte

Estados, pueblos y sociedades próximo-orientales 1. Los elementos del sustrato histórico .. ... . . .. .. .. .. . .. .. .. .. .. . . . .. . .. .. .. .. . . . . . . . . . .. . . . . .. .. . 1. Espacio y tiempo .... .. ....... .................. ............ ........... ... .. .. .. ..... .. .......... .. .. ....... ... .. .. 1.1 . El medio fisico . .. .......... .. ...... .......... .. .. ....... .. ..... .. ....... .. ....... ... .. .. .. ..... .. ..... ..... 1.1.1. ' El espacio geográfico: aproximación regional . ..... .. .. .... .. . .. .. .. ..... .. .... 1.1.2. El paradigma ecológico ......... ........ ........ ......................... .. .... ............ 1.1.2.1. Mesopotamia . .. .. ....... .. ......... ... ........... .. . .. .. ... .. .... .. .. ... .. ... .. ... 1.1.2.2. Egipto.. ........... .. ....................................... ....... .............. .. .. .. 1.1.3. La construcción del «espacio» histórico ........... ............ .................... 1.2. El elemento humano: etnias y lenguas .................................................... .. ... 1.2.1. El elemento sumerio: la cuestión de su origen ...... ..... ........... .. .. ......... 1.2.2. El grupo camítico: su identidad.... .......... ............................. .............. 1.2.3 . El grupo semítico: su variedad ................................. ........... .............. 1.2.4. El elemento indoeuropeo: su difusión ... ....................................... ... .. 1.3. Cronologías y periodización básicas ... .. ....... ...................... .. ........................ 2. En el umbral de la Historia ... .. .. .. ..... .. .. ... .. .. ... .. .... ... .. ... ...... ... .. .. ... ... ...... ...... ... ... .... 2.1. Prehistoria, Protohistoria e Historia . .... .. .. .. ... ... .. ... .. .. ....... ... .. .. .... .. .. . .. ... .... ... 2.2. De la «revolución neolítica» a la «revolución urbana» .... ... .......................... 2.3. Organización de las primeras comunidades urbanas: de la tribu a la ciudad .

29 29 29 29 30 30 32 33 35 35 37 38 39

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- iedade milenarias ................ ... ............... .......................... ..... .

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" Las sociedades hidráulicas ...................... .................. ... .....................

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Formación de los primeros estados .................................................... .... ......

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"

1. La cuestión de los orígenes ...................... .................................................... .. ....... 1.1. Los orígenes de la realeza ........................................................... ................. 1.1. l. Del origen divino de la realeza a la laicización del poder real .... .... ....... 1.1.2. Del origen mítico de la realeza al Estado teocrático .. .. ............. .... .. ... 1.2. El proceso de formación del Estado .............. ............................................... 2. Estado y ciudades-estado .. ... ..... .... ... .. ....... .. .. ....... ... .. ... ... ... .. ....... .. .. ... .. ... .. .. .. ... .. .. 2.1. Los primeros estados .. ... .... ... .. .. .. .... ..... .. ... .. ..... .... .. ...... .... .. .. .. ....... ... .. .......... 2.1.1. Sumer y el control del espacio mesopotámico .......................... ......... 2.1.1.1. La imposición del grupo sumerio .. .. .... .......... .... ...... ... ..... ... 2.1.1.2. Precedentes protohistóricos: aportación de las primeras culturas bajo-mesopotámicas ................... .......................... 2.1.1.3. Evolución política: el Protodinástico sumerio o Dinástico arcaico........................................................................... ..... A. Dinastías míticas (o Protodinástico 1-ca. 2900-2700) ... B. Dinastías mítico-heroicas (o Protodinástico II-ca. 2700- 2550) ................. .................... ........................... C. Dinastías históricas (o Protodinástico III-ca. 25502340) ............................... ............................................. 2.1.2. Egipto y la unificación del país ........................................................ 2.1.2.1. Precedentes neolíticos: el dualismo de culturas .................. 2.1.2.2. El proceso de reunificación ................................................ 2.1.2.3. Evolución política: época Tinita (Din. 1-II) .... .... ........... ..... 3. Estado e imperios ................................................................................................. 3 .1. El Imperio Antiguo egipcio .... ... .. .. .. ............ ... ... .. .... .... .. .. ... .. .. .... ...... .. .... .. ... . 3.2. Un nuevo imperio en Siria: Ebla .................................................. .. ............... 3.3. Los primeros imperios mesopotámicos ........................... ............................. 3.3.1. El Imperio acadio, los «qutu» y la III dinastía de Ur ..........................

61 61 61

62 62 63 63 64 65 65 67 71 73 73

3. Las transformaciones del II milenio ................... ....... .... ......... .. ............... ....

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1. Evolución política: grandes imperios y nuevos pueblos ....... .. .. .. .... ........ ........... ... 1.1. La dinámica imperialista: una sucesión .. ... ... .. .. ... .. . .. .. .. .. ... ........ .. ......... ........ 1.2. Modelos de imperios orientales ................. ............ ....................... ....... ... ..... 1.2.1. Ámbito asiático .................................................... ............................. 1.2.1.1. Babilónico: un imperio hegemónico ........ ....................... ... A. La época paleobabilónica: de los «reinos combatientes» a la hegemonía de Babilonia .. .. .. .. ... ....... ....... .... .... B. El Imperio de Hammurabi ......... ...... .... .... .. ........ ........... 1.2.1.2. Imperio asirio: un imperio territorial .................................. 1.2.1.3. Imperio hitita: un imperio económico ................................ 1..:..2. Ambito egipcio: .............................. ...... ........................................... l.2.2.1. Imperio Medio: un imperio débil .......................... ....... ....... ' __.2.2. El dominio de los hicsos: ¿un nuevo pueblo? ...................... ..:..:.3. Imperio uevo: los dos imperios ........................................

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Índice 1.3. Nuevos pueblos.......................... ......... .................................................. .......

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1.3.1. En Mesopotamia ············· ······················ ·····················•·oo•oo................ 1.3.1.1. Amorreos y cassitas ................................ ... ........................ 1.3.1.2. HurritasyMittani ...................... ......................................... 1.3.2. En Siria-Palestina ................... .. ...... .... .. ...................... ............ .. ........ 1.3.2.1. Arameos............................ ................................ ..... .. .......... 1.3.3. Enellitoralmediterráneo..................... .................... ............. ............ 1.3 .3. l. Pueblos del Mar .. .. ... . ... ..... .. .. ... ....... .. .. .. .. ... ... .. .. .. .. ... .. .. ....... 2. Transformaciones socioeconómicas ........... ............................ .. .... .... ................... 2.1. La codificación ............. ......... ......... .... ... ... ............................ ......... .. ........... . 2.2. El desarrollo del comercio ............. ........................ .......... .................... ...... .. 2.3. Cambios sociales e ideológicos: la época de el-Amarna ............................. .

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4. Situación política de Oriente durante el I milenio ...... .. .. ..... .... .. .. .. .. .... ..... .. ..

l 07 107 108 108 11 O 112

1. Cambios geopolíticos ........... ................................ .................................. .............. 2. Nuevos imperios en Asia.................................................................................... .. 2.1. Imperio nuevo asirio (883-612 a. de C.) .................. .. .. .. ............ .. . ................ 2.2. Imperio neobabilónico (612-538 a. de C.) ................................... .. ............ ... 3. Nuevos pueblos y reinos................................................... .................................... 3.1. Fenicios........ ............... ........................ .............. ......................... .................. 3.2. Israel....................................................... ... ................ .................... ... ........... 4. Oriente bajo dominación extranjera ....... ........... ........... .. ..................................... . 4.1. Egipto: la llamada «Época Baja» ..... ... .. .... ........... ....... .... ........... ............ ..... . 4.2. Los persas .................. ....... ................................ .......................................... .

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Segunda parte

Grecia y el Egeo 1. El mundo griego: los elementos del sustrato histórico ..... ........................ .... 1. Geografia e Historia .. ... .. ... ... .. .. .. .. ... .. .. ... .. .. ... .. .. .. ... .. .. ... .. .. .. .... ... ... .. ... .. ... ..... .. .... .. 1.1. La influencia del «medio» .. .. ... .. . .. ... ... .. . .. . .. ... ... .. .. .. ... .. .. .. ... .... .... . .. .. ... .. .. ... .. . 1.2. Geopolítica: el espacio egeo .............. ........ ........................ ...... ... ... ............... 1.3. Necesidad de un estudio regional ....................................... ........ ........ .. ........ El espacio egeo: ámbitos regionales ................. ... ............ ............. ....... ........ 2. Prehistoria e Historia . .. .. ... .. ... .. .. .. ... .... .. .. ... . ... .. ... .. ............ .. ...... ... .. .. ... .. .. .. ...... .. .. . . 2.1. El elemento humano ... .................... .. .................. .......... ... .... ..... .. ............... .. 2.2. Cronología y periodizaciones ................................................... ..... ........ ...... 3. Historia e historiografia . .. ... .. ... .. .. .. .. ... .... .. ... ... .. . ... .. ... .. ... .. .. ... . .. .. ... .. ... .. .. .. ... .. ... .. .. 3. l. Las fuentes básicas . ... ... .. ... .. ........... .. ... .. .. .. .. .. ... ... .. .... .. .. .. ... ... ...... .. .. .... .. .. . . ... 3.2. Tópicos historiográficos ................................. ... .......... ....... .............. ........ ...

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2. En torno a «los primeros griegos» ................................... ............................ 1. El redescubrimiento de Grecia ............ .. ... .. ... .... .. .. ....... ......... .. ... .. ...... ... .. ..... ....... . 1.1. La visión premoderna de la Grecia antigua .. .. ... .. . .. .. .. .. .. ... ... .. .. .. ............ .. .. .. 1.2. Hipótesis modernas ....... ....... ................................. ... ................................... 1.2.1. Hipótesis arqueológica . .. .. ... ... ... ... .. ... ... ... . .... .. ... .. .. ... .. ... .. .. .. .. ... .. ...... 1.2.2. Hipótesis lingüística ............. ...... ..... .. .......... ... .. ................................ 1.2.3. Hipótesis histórica ......... .................... ... ............................................

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-ión histórica . .. ... ... .... .. .. ... ... .. .... ... .. .. .. ... .... ... .. ... .. .. ... .... .. .. .. ... .. .. .. ... .. ... .. .. .. . ~.l. Precedentes neolíticos ...... ............ ............................ ...... .............................. _ .2. Precursores no griegos: la civilización minoica (2800-1450) .. ..... ................ 22.1. La cuestión de la Creta prepalacial ... ........................................... ...... 2.2.2. La sociedad de los palacios cretenses......... ... .......... .... ...................... 2.2.3. Cretenses y micénicos. ............ ...... ..................... ... ............................ 2.3. Primeros elementos griegos: la civilización micénica (ca. 1700-:a. 1200) . 2.3.1. Cuestiones previas ... ... ................ ... ........ ............................... ,,.......... 2.3.1.1. La antítesis Creta/Micenas ................ ....... .. ................ ... ..... 2.3.1.2. Periodización .... ...................................... .. ................. .... .... 2.3.1.3. La escritura: el «Lineal B» ......... ....... ................................. 2.3.2. Elementos de arqueología micénica.... ................. ... ........ .......... ........ 2.3.2.1. Palacios... .. .................... ......... ..................................... ....... 2.3.2 .2. Tumbas......... ...... ............. .. ............ .... .......... ...... ................. 2.3.2.3. Cerámicayarmas ........ ....... .... ... ........... .. ............................ 2.3.3. Estadoysociedad ........................ ... ...................... ..... ........................ 2.3.3.1. La administración palacial, provincial y local .................... 2.3.3.2 . Laorganizaciónmilitar ................... ...... .......... ...... ...... .... ... 2.3.3.3. Propiedad y explotación de la tierra... ...... .................... ....... 2.3.3.4. Artesanos y comercio........... ............ ...... .............. ........ ...... 2.3 .3.5. Elementos de diferenciación social ... .... . .. .... .. ....... ... .. .... .. .. 2.3.3.6. ¿Estado, reino o imperio? .................... .... ....... ...... .............. 2.3.4. ¿Descomposición o fin del mundo micénico? .. ........... ... ........ .... ....... 2.3.4.1. Síntomas de declive .................... ........................................ 2.3.4.2. Horizonte de destrucción y ocupación ...................... .......... 2.3.4.3. Causas ............ ... .......... .... ......... ........................ ...... ....... ... .. 2.3.5. Los nuevos griegos: dorios y jonios ........... ..... ...................... ............ 2.3.5.1. Lacuestióndoria(ca. 1200-ca. 1050) ....................... .......... A . La naturaleza del problema .. .... .. ... .. ..... ... ... ... .. .. ... .. .... .. B. La cuestión histórica ... .. .. ... . .. ... .. .... ... ... . .. ... . .. .. .. .. .. ... .. .. . a. Origen y migración ... . .... .. .. ... .. ........... ..... ......... .. .. ... b. Micénicos y dorios .. ... .. .. ....... .. ..... .. .. ..... ..... .. .. ... .. .... 2.3.5.2. «Dark Age» (siglos xn-vm) ............................................... A. Concepto: antiguos y modernos . . ... ... .. .... .. ... .. .. ... .. .. . ... . B. Un período de cambios y contrastes ... ... ....................... 2.3.5 .3. Los primeros colonizadores: eolios,jonios y dorios ...... ....... 2.3.5.4. La antítesis dorios/jonios: un mito historiográfico .............

143 143 143 143 144 146 146 146 146 147 147 148 148 149 150 151 151 152 153 153 154 156 159 160 161 162 164 164 165 166 166 168 169 169 171 173 176

3_ • fundo y sociedad griegos de época arcaica (siglos vm-vr a. de C.) ....... ....

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l. Transición a una nueva época .. ... ...... ............ .. ..... .. ...... . .. .. ... .. ..... .. ........ .. . ...... ..... .. ~ Dos mundos opuestos ........ :. .. ... ... .... .. ... .. .. .. ... ..... ........ .... ..... ................ ....... .......... __¡ _ Homero el pasado heroico y la cuestión de la sociedad homérica .. .... .. ........ . : __ Hesíodo: del mundo de los dioses a la realidad cotidiana ................... ........ .. _ E: rmmdo de la «polis» teoría y praxis .... .... .. .. ... ..... ...... .. ..... ..... .... ....... ..... .... ........ - • Concepto .... .. .. .. .. .... .................................. ............................ ..... ~.................. 1 __ l. AJdea, ciudad y «polis» ... ..... ........ ....... .. ..................... ... .............. .... .. - 1_:_ Ciudad y territorio ... ................. .... .... .. .. ... ... .. . .... ... ... .. .... .. ... ....... .... .. .. - - . Ciudadanos ................... ... ... ........... ...... ......... ... ............. .... .......... ..... .

Índice 3.1.4. Organización política................................. ....................................... 3.2. Elementos dinámicos.................... ............................................................... 3.2 .1. Cambios económicos ..... .................... ............................ ..... ....... ....... 3.2.1. 1. El desarrollo del comercio marítimo ...... ............................ 3.2.1.2. Introducción y difusión de la moneda ................................. 3.2.2. Cambios políticos ................ ............................................................. 3.2.2.1 . El nuevo ejército hoplítico .......................................... ....... 3.2.2.2. Delamonarquíaalademocracia ........................................ 3.3. Los modelos de organización política .......................................................... 3.3. l. La «polis» ~onárquica ...................................................................... 3.3.2. La «polis» aristocrática ..................................................................... 3.3.3. La «polis» democrática ...................................................... ...............

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4. «Polis» y «poleis» (siglos vm-vr): problemas y soluciones .... .................. .. l. Problemas socioeconómicos: la solución colonial .......... .... .............. .. .. ..... ... ....... 1.1 . El fenómeno colonizador .............. .................................. ................ ............. l. l. l.. Concepto: terminología, tipología ......... ....... .............. .............. ........ l.1 .2. Elementos del proceso colonial ...... ..... .................. ... ....... ......... ......... 1.1.2.1. Cronología ........ ... .... ..................... .. .. .......... .. .............. .. ..... 1.1.2.2. Emplazamientos ...... ...................................................... ..... 1.1.2.3. Motivaciones y móviles ...................................................... l. l.2.4. El acto fundacional...................... ....................................... l. l.2.5. Metrópolis y colonias ......................................................... 1.2. Áreas y patrones de la colonización ....... .................. ............ ........... .. ...... .. .. . 2. Problemas sociopolíticos: la alternativa de las tiranías ......................................... 2.1. Auge y declive de las aristocracias ........................................ ............. ..... ..... 2.2. La configuración de la nueva estructura social ............................ ............ .. ... 2.3. El fenómeno de la tiranía.............................................................................. 2.3.1. Concepto ............................................................... .............. ... ........... 2.3.2. Configuración del nuevo poder ........................................................ . 2.3 .3. Contexto ................................................... .. .............. ................ .. ... ... 2.3.3.l. Económico......................................................................... 2.3.3.2. Político................................................................. .............. 2.3.4. Tiranosy«poleis» ................ .......................... .... ...............................

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5. Configuración de dos modelos de «poleis»: Esparta y Atenas..................... 1. El proceso de formación: analogías ..... ... ......................... .. ... .... .......... .... .. ... .. .. ..... 1.1 . Esparta y el Peloponeso ..... ..... .. .. ..... ................ ..... .... ............ .. ........... ..... ... .. 1.2. Atenas y el Ática .......................................................................................... 2. Dos trayectorias diferentes ...... ........... ..... ................... ......... .. .. ... .. ................ ....... . 2.1. En Esparta: hacia la oligarquía ....... ... .. ......... ..... ....... .... .. ... ....... .. ....... .. ... .. .... 2.1.1. Pervivencia de la realeza: diarquía ......... ...... .. ... .. ..... ......... .... ........ .... 2.1.2. La consolidación de la oligarquía ..... ..... ... .. .... .......... .. ......... .......... .... 2.1.3. Licurgo y la constitución espartana: «la retra» ......................... ......... 2.1.4. El sistema social: periecos e ilotas .................................................... 2.2. En Atenas: hacia la democracia ... ........ .. .. .. ........ ........... ..... .. ......... .. ... ........... 2.2. l. Monarquía, aristocracia y timocracia .... ..... .. .............. ................ .. ..... 2.2.2. La «seisachtheia» de Solón ...............................................................

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_.2.3. Tuan.ía de Pisístrato ............. .. ...................... ....... .................... ..... ..... 2.2 .. La «isonomía» de Clístenes ............................................................. .

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Problemas de Grecia clásica ( siglo v a. de C.) .. .. .. . . .. .... .. .. .. .. .. . .. .. ..... ... .... .. ..

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l. La guerra contra los persas ..................................................... ......... .................. .. . l. l. Los orígenes de la confrontación: la construcción del Imperio persa .............. 1.2. El casas belli: la rebelión jonia (499-93) .... ....... ................ ........... ....... ......... 1.3. La configuración de los bloques ......................... ............... .. ................1........ 1.4. Estrategia militar y escenarios bélicos ...................... ................................... 1.4.1. Maratón(490) ............................................................... .................... 1.4.2. Termópilas y Artemisio (agosto-480) ............... .. .... ..... .. ................... 1.4.3. Salamina (septiembre-480) ............................................... .... ........ .... l.4.4. Platea y Micale (agosto-479) ............. .. ......... .. .. ............................. .. . 2. Ligas y hegemonías ............................................................................ ......... ....... .. 2.1. La Liga del Peloponeso .............. .. .................. .. ...... ................. .. ................... 2.2. La Liga Helénica .......................................................................................... 2.3. La Liga de Delos o Ático-délica ................................................................ ... 3. El llamado «imperio ateniense» ........................................................................... 3.1. El creciente poder de Atenas en el Egeo: de Temístocles a Pericles .......... .... 3.2. Política interna: consolidación de la democracia....................................... ... 3.2.l. De Clístenes a Efialtes ................ .......... ............................................ 3.2.2. De Efialtes a Pericles ..................... .... ................. .. ............................ 3.2.3. Política exterior: prácticas imperialistas y construcción del , han permitido la clasificación de los restos por series tipológicas que can grosso modo los subperíodos y fases de esta larga evolución. Los :1plares cerámicos micénicos hallados no sólo en el Egeo y el Mediterrá. sino también en Europa, Siria y Egipto, han servido asimismo de argu.to a la teoría de un «imperio» comercial micénico que no todos los histoores comparten. Por otra parte, las representaciones de guerreros pintadas en los vasos del ::ido se complementan con restos de equipamiento militar, defensivo y sivo, pertenecientes a este período. Entre los primeros sobresalen la gran !dad de cascos, generalmente en bronce pero también en otros materiales o cuero y reforzado con molduras metálicas, los escudos de diversas fory la doble coraza, pectoral y dorsal, de los guerreros micénicos o «aqueos» ritos, por otra parte, con lujo de detalle en los poemas homéricos. )e los segundos destacan las flechas y espadas, halladas en gran cantidad s tumbas -hasta 50 ejemplares sólo en las del «círculo A»- reales y de istocracia. Todas ellas parece apoyar la hipótesis de que la organización nundo micénico se corresponde bien con una sociedad esencialmente :rrera», que contrasta claramente con la reflejadas en las tablillas.

l Estado y sociedad

ablillas micénicas han proporcionado cuantiosos datos no sólo sobre los Jres de los funcionarios vinculados al palacio, sino también acerca del 1en de propiedad de la tierra y la organización fiscal y militar del Estado nico. Sin embargo, la interpretación de esta compleja estructura social :nta numerosos problemas, que van desde la propia identificación de los onarios o situaciones mencionadas a la ubicación de unos y otras en su o contexto.'No obstante, los problemas se simplifican si convencionale aceptamos la división del conjunto en tres planos analíticos, aunque en Jidad éstos no debieron estar separados: la administración civil, la orgaión militar y el régimen de propiedad/explotación de la tierra .

. 1 La administración palacial, provincia/y local cúspide de la pirámide social y al frente de toda la administración palaigura un rey o «wanaka», también llamado «wanax» o «anax» en los ; homéricos. El «wanaka» acumula atribuciones económicas, como rer de las ofrendas hechas al palacio, religiosas, como responsable; del !nimiento del culto y los sacrificios públicos, y administrativas, en ::i de él depende el nombramiento de funcionarios y la supervisión de su

Grecia y el Egeo

ejército. Pero paradójicamente este «wanaka» no parece tener funciones militares específicas. Al rey le secundan una pléyade de funcionarios, quienes junto con el jefe militar o «rawaqetas» constituyen la denominada «Baja Nobleza», por oposición a la «Alta Nobleza», vinculada a la «aldea». De esta burocracia palacial sobresale la figura del «qasireu», a no confundir con el «basileus» de los textos homéricos, que se encargaba de controlar a los artesanos dependientes del palacio y supervisar la distribución de materias primas; no obstante el «qasireu» puede haber tenido también alguna función de tipo militar. Tras él estarían los «eqeta», posiblemente sacerdotes, y los «tereta», con seguridad jefes de los clanes que, además, pueden haber desempeñado funciones religiosas. Por su parte, el «akosota» sería el encargado de supervisar el cultivo de las tierras pertenecientes al palacio y el «wedaneu» de los cultos y escribas. Éstos, los escribas, constituían el grado más bajo de la administración palacial, por lo que parece probable que al menos una parte de ellos se hubieran integrado en la sociedad micénica tardíamente. Por otra parte, en algunos reinos micénicos, como el de Pilos, sabemos que existía una subdivisión administrativa en dos provincias denominadas con relación a su proximidad al palacio (provincia «cercana» y «lejana») y que el conjunto del reino estaba dividido en 16 distritos, con sus correspondientes subdistritos, en los que se ubicaban las correspondientes aldeas. Al frente de. cada provincia estaba un «duma» o representante del rey, asistido por un «damokoro» en las funciones económicas y por un «porodumate» en las religiosas. En los distritos, en cambio, la representación real era ostentada por el «korete» en las aldeas y el «porokorete», su ayudante. En los subdistritos, en fin, el «watewa» era la autoridad local de la aldea o «ciudad», mientras que el «akoro» era el jefe del campo.

2.3.3.2 La organización militar

La oscura organización militar micénica se conoce parcialmente por dos vías diferentes: por asociación o derivación etimológica de algunos funcionarios y por las llamadas «tablillas oka». Según estos documentos, la defensa del reino descansaría en la eficacia del «sistema oka», constituido por una serie de puestos o guarniciones militares integradas por todo tipo de guerreros, desde la simple tropa hasta los jefes y oficiales generalmente miembros de las noblezas locales. Al frente de todas las «oka» estaría el «rawaqeta» o jefe del «rawo» (pueblo en annas, también denominado «lawagetas», de «laos», pueblo), que sería el supremo jefe militar si, como algunos investigadores sostienen, el rey no acumulaba esta función. Además, como representante de la nobleza guerrera, de un lado, y de la aristocracia militar su poder político debe haber sido comparable con el del rey, especialmente en los momentos de conflicto entre la monarquía y la nobleza rural. Cada «oka» no obstante era co-

2

2. En torno a «los primeros gril'QOS»

dada al parecer por un «moroqa», que etimológicamente sin embargo su nombre de poseer una «mora» o «moira», esto es, una parcela de ra privada. Tras él se alinearían también otros miembros de la nobleza que o los «eqeta» reciben este nombre, bien por «poseer» un caballo («iqo»), por «servir» a un caballo ( en este caso Poseidón, con funciones religioparalelas a la «erita» o sacerdotisas) .

1

.3.3 Propiedad y explotación de la tierra estructura administrativa y la burocracia se sostenían en gran medida gra- a un meticuloso sistema de distribución, explotación y control sobre la Ta.

El «damos» o pueblo productor no es una categpría social, sino más bien (Bermejo, 1988, 3 de campesinoslibres que explotan te de las tierras; la otra parte es explotada por esclavos («doero») depenntes de particulare-s o de 1os teriiplos («hiéroaoero»), que constituyen el esro más bajo de la escala social, con un status inferior a los «damoi» o sims campesinos, algunos en situación de dependencia o meros productores icolas. Las parcelas de tierra («onata»)-corre~onden a tres o cuatro cateias: las «mora» o «moira» que, aun no siendo registradas en las tablillas, 1 nombre a uno de los estratos más altos de la nobleza, los «moroqa»; las 1ma» o propiedades particulares o lotes cedidos a particulares para su ex1tación, y los «kotona», subdivididos a su vez en «kitimena», referido a la >piedad del rey, también conocida como «témenos», y «kekemena» o pro:dad comunal del «damos», pero cedida a particulares para su explotación rrte de la asignación que de la misma corresponde también al «rawaqeta». s tablillas de Pilos asignan a este alto funcionario propiedades en la propor,n de un tercio respecto a las que se designan como «propiedad real». Este complejo sistema de distribuciones, cesiones y asignaciones era conlado desde palacio a través de la imposición de un tributo, cuya satisfacm o exención aumentó la diferenciación social ya existente entre los diver, grupos o situaciones de la escala sociopolítica. Pero las tablillas enumeran también otros grupos profesionales que, violados al palacio o al templo o fuera de ambos (Bermejo, 1978), completan ~uadro socioeconómico de la época. 1 entidad jurídica

~.3.4 Artesanos y comercio LY indicios razonables par~ pensar que una parte considerable de los recur-

s económicos de los estados micénicos provenía del comercio, con indendencia de que éste haya generado un auténtico «imperio», como sostienen ~unos investigadores (Desborough, 1972). En cualquier caso, el abastecí-

15 3 .___.~____,

Grecia y el Egeo

miento del personal de palacios y templos así como de las aldeas y ciudadei del reino exigió una producción continuada de los bienes de uso cotidiano sin olvidar la de artículos de lujo o bienes de prestigio reclamados por las noblezas locales. Por tanto, el volumen de producción artesanal destinada al comercio interior, local o regional, debió ser alto. Pero ocurre que en este tipc de sociedades la función redistribuidora de la riqueza corresponde al «estado» -y no al «mercado»-, que pretende centralizar los procesos de producción y distribución para poder controlar de algún modo los niveles de consumo. Ello significa que la producción si no se realiza «en palacio», desde luego va en gran parte destinada a él, siendo el rey y sus funcionarios los responsables de su redistribución en el interior y de su utilización en el exteri01 como medio de intercambio en mercados extranjeros. En consecu~ncia,artesanos y comerciantes o mercaderes al servicio del Estado fueron los soporte~ fundamentales de esta economía comercial. En este sentido, las tablillas mencionan también grupos de artesanos diversos entre los que destacan los trabajadores del metal, con realizaciones en oro, plata, estaño, plomo y sobre todc bronce, este último con seguridad de monopolio real. Con él se fabrican espadas, lanzas, flechas, dagas, escudos, cascos, corazas, etc. , es decir, en general todo el equipamiento militar de la época tan bien descrito en los poemas ho\ffiéricos por más que en éstos se mezclen a veces tradiciones diversas. Nada de extraño tiene, por tanto, que las tablillas no mencionen forjadores del hierro, metal que de conocerse ya al final de este período (Snodgrass, 1972), desde luego su uso no estaba todavía difundido. Por otra parte, siguiendo la tradición minoica, los orfebres y fabricantes de joyas y máscaras de oro destinan sus productos a la familia real y a los miembros de la «Alta Nobleza». Otros grupos artesanales son asimismo mencionados: panaderos, carpinteros, ebanistas y una amplia gama de trabajadores relacionados con la industria textil. Pero lo importante es que, de forma similar a lo que ocurría en el sector agrícola, unos y otros tienen estatutos sociales diferentes (libres, dependientes del palacio, no libres) que proyectan, en principio, la «imagen» de una sociedad con un alto grado de estratificación social.

2.3.3.5 Elementos de diferenciación social

Sin embargo, la imagen no siempre se corresponde con la realidad. En efecto, más que de una auténtica estratificación social, que implica la configuración de una «pirámide» con estratos bien definidos en términos estatutarios y socioeconómicos, la organización sociopolítica micénica está configurada por un escaso número de grupos sociales que incluso presentan notorias afinidades entre sí. Dicho de otro modo, la diferenciación social es aquí má «horizontal» que «vertical». Incluso la figura del rey, si no ostenta la suprema autoridad militar como algunos investigadores sostienen, debería compartir el ápice de una hipotética pirámide con el «rawaqeta». Algo similar

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62543 2. En to

o a >- opuestos entre sí, situación que fue también caricaturizada en algunas comedias de Aristófanes (Ehrenberg, 1951 ). Al igual que los pequeños campesinos, los pequeños artesanos y los asalariados libres de las

7. El siglo 1v: la búsqueda de un nuevo modelo sociooolít"rn

dades tuvieron dificultades para subsistir. Los primeros no podían competir _ · n los talleres urbanos en los que se fabricaban productos a mayor escala; los egundos, no siempre cualificados, fueron desplazados en éstos por mano de ra esclava por razones de especialización profesional y una mayor explota~· ón de su capacidad productiva. Además, los metecos, aun no siendo ciudada.. - con plenitud de derechos, disfrutaban generalmente de una mejor posición ~ onómica y dominaban prácticamente la actividad industrial de las ciudades: -extiles, cerámica, carpintería, tallado de piedra, etc., actividades necesarias !'ara la construcción de obras públicas y la erección de altares y templos. Pero el capítulo más importante y que proporcionaba mayores recursos ·'inancieros al Estado ateniense fue el de la explotación de las minas de plata ·el Laurión, en el sur del Ática (Laufer, 1957), que proporcionaban el metal :1ecesario para las monedas de patrón ático ( óbolos, dracmas, tetradracmas) que dominaban ya los intercambios en los mercados «internacionales». Aunque el Estado se reservaba el derecho de su explotación, ésta se gestionaba mediante concesionarios privados (generalmente grandes propietarios de tierras o comerciantes) que se proveían de la mano de obra necesaria. Por Aristóteles sabemos que ésta era «servil» y que el Estado o particulares la alquilaban por el plazo del contrato (3, 7 ó 1Oaños) a los compromisarios. Pero e tas condiciones de explotación no debieron ser muy rentables porque, tras la guerra, hubo dificultad para encontrar nuevos «empresarios». Jenofonte en su Económico refiere las diversas fórmulas ensayadas para mantener la explotación minera en Ática y llega a proponer un sistema que seguramente no llegó a ponerse en práctica, según el cual cada ciudadano debía entregar al Estado un óbolo diario para la adquisición de mano de obra esclava. De esta forma el Estado podría contar con los recursos financieros necesarios y no sería preciso la utilización de mano de obra libre. Por exagerada que parezca, esta •v·

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bú~n 11 er1:t de "" nue•10 modelo sociooo ; ·,.

cho más moderada, a cambio de que el «demos» olvidara su adscripción política anterior. Otro de los fundamentos sociopolíticos de la ciudad-estado griega había sido la nutrida red de relaciones institucionales que poco a poco fue minimizando los principios organizativos de las «poleis», basados tanto en la autosuficiencia militar y económica como en la autonomía política. Ya Ehrenberg advertía de que, en los estados griegos, el principio de autonomía política debía entenderse en términos relativos. En efecto, la propia evolución de la «polis» generó formas de relaciones sociales y políticas que a la larga significarían, si no la superación de los estrechos marcos de la «polis» griega -así Glotz,justamente criticado por Mossé- , sí al menos nuevas formas de convivencia sociopolítica en el mundo griego del siglo 'iv. No sólo en Atenas, sino también en muchas otras ciudades del mundo griego, la relación entre individuo-ciudadano y Estado se estableció a distintos niveles según épocas y lugares (Knauss, 1979). En general, desde esta perspectiva el siglo IV significa la pérdida del equilibrio que había caracterizado esta relación durante la época clásica. Sin embargo, el desarrollo de tres nuevas formas de relaciones va a afianzarse durante este periodo: a) entre ciudadanos de diferentes «poleis»; b) entre ciudadanos y un Estado distinto del propio, y c) entre «poleis» o estados diferentes. En el primer caso, las relaciones entre ciudadanos se habían establecido desde tiempos remotos a través quizá de la institución común del «regalo» entre iguales. Más tarde, las competiciones deportivas (Olimpíadas), las alianzas militares («symmachías» ), las creencias religiosas (oráculos, anfictionías) y, finalmente, las relaciones comerciales estrecharon este tipo de relaciones. En el caso de ciudadanos de una «polis», pero residentes temporales en otra distinta, su situación y condición estaba regulada generalmente por tratados bilaterales, en los que se fijaban derechos recíprocos de «proxenia» u hospitalidad. Si el extranjero residía además de forma temporal, de simple huésped se convertía en privilegiado al acogerse a ciertos derechos recogidos con frecuencia en los tratados: la exención fiscal («ate leía»), la protección legal ( «symbola») en caso de violencia contra su persona o bienes, en fin, el derecho de asilo no político en recintos religiosos. En caso extremo y desde luego tardío, no anterior al siglo rv, el derecho de «isopoliteía», en virtud del cual un ciudadano de una «polis» recibía plenos derechos de ciudadanía en otra distinta como ocurrió, por ejemplo, entre Atenas y la beocia Platea. Muchas de estas cláusulas de contenido sociopolítico perdieron luego su sentido originario y se convirtieron en auténticos tratados comerciales. Finalmente, cuando estas relaciones interpersonales se hicieron extensivas a los órganos de los cuerpos cívicos implicados se puso en entredicho la pretendida autonomía política de la «polis», sobre todo cuando las relaciones interestatales se establecían entre «grandes» y «pequeñas» poleis (Amit, 1963). El precedente de este tipo de relaciones se remonta quizá a la época de las colonizaciones.

Grecia y el Egeo

Colonia y metrópoli mantenían una estrecha relación en la que generalmente se respetaba la autonomía de ambas. Pero la difusión de las fundaciones coloniales llevó a muchas colonias a fundar sus propias ciudades, convirtiéndose así ellas mismas en metrópolis frente a su originaria, que pretendía conservar el rango de «ciudad-madre» de ambas (Graham, 1964). Esta relación triangular fue origen de muchos conflictos como el ya analizado de Epidamno y Corcira con Corinto en vísperas de la «guerra de los griegos». Por otra parte, las relaciones interestatales canalizaron en el siglo IV en formas peculiares de comunidad política corno la «sympoliteía» (Moggi, 197 6), que restringía o anulaba de hecho la autonomía política de las «poleis» coaligadas creando nuevos vínculos institucionales de carácter federal (Larsen, 1968), aunque casi siempre bajo la hegemonía oficial o de hecho de una «polis» sobre las restantes, establecida sobre la base de la «paz común» («koiné eirene»). Pero desde la Paz del Rey de 386 y sobre todo en las décadas siguientes el sistema de hegemonías se demostró efímero e incapaz de sofocar otras alternativas o aglutinarlas bajo la autoridad de un solo Estado, lo que no ocurriría hasta la llegada de Filipo II de Macedonia .. Desde entonces no sólo las «poleis» perdieron definitivamente su autonárnía sino que además la Hélade perdió su independencia política y la «liberación» pasó a ser un desideratum para muchos griegos.

1.2 Alternativas: teorfa y praxis 1.2.1 Teóricas El final de la «guerra» con la victoria de Esparta y la Liga Peloponésica sobre Atenas y sus aliados originó una situación de inestabilidad generalizada, acentuada por frecuentes «vacíos» y relevos de poder que iban a mostrar algunas de las limitaciones inherentes al sistema de la «polis» clásica. Se propusieron diversas soluciones teóricas y prácticas, cuyo común objetivo no era otro que intentar sacar a Grecia de la «crisis» que amenazaba los fundamentos mismos en que se había basado la tradicional comunidad política («koinonía»). La reacción de ciertos círculos políticos, filosóficos, culturales o artísticos, en los que se aprecian manifestaciones nuevas, podría ser considerada tanto el apéndice de la situación anterior corno el inicio de la época que le siguió. En el campo del pensamiento político intervinieron no sólo los teóricos de la política, corno Platón y Aristóteles (Wood, 1978), sino también algunos «demagogos atenienses» (Finley, 1980), como Lisias, Esquines, Demóstenes e Isócrates, a quienes se debe en gran medida el estilo retórico que todavía hoy caracteriza a algunos líderes políticos, lo que pasando por alto a Cicerón y los grandes oradores latinos se ha llegado a definir como el «legado de Isócrates» (*Finley, 1977, 285). En cualquier caso, los temas característicos de la filosofía y política griegas de la época no surgie-

292

7. El siglo 1v: la búsqueda de un nuevo modelo sociop •·•ico

ron espontáneamente, sino como consecuencia de la agudización de los antagonísmos sociales respecto al apoyo que los diversos grupos debían prestar a determinadas opciones políticas (Wood, 1978). No existía acuerdo ni siquiera en las cuestiones fundamentales, esto es, en los principios sobre los que debería basarse la nueva configuración política: naturaleza y finalidad de la «politeía», aplicación de la ley, organización y composición de la nueva comunidad de ciudadanos. Las posiciones encontradas entre los teorizadores de la política y los políticos, propiamente dichos, encargados de aplicarla, generaron un debate entre «teoría y praxis» que enriqueció considerablemente el pensamiento político de la primera mitad del siglo IV. En el ámbito de las alternativas teóricas propuestas había tres tendencias fundamentales.

1.2.1.1 Tradicionalista: Isócrates Estaba representada por la nostalgia de la vuelta al pasado y la restauración de la llamada «constitución ancestral» («patrios politeía»), de la que Fuks, primero, y Finley, después, han dejado un cuadro magistral. Consistía básicamente en rehabilitar el sistema instaurado por los presuntos «fundadores» de la democracia, en particular Solón y Clístenés, frente al pi:acticado por Temístocles o Pericles que, se pensaba, había originado la ruina del «demos». Esta tendencia está recogida con detalle en un escrito de Isócrates, el Areopagítico, publicado hacia mediados del siglo IV. Se propugna en él la restauración del Areópago con sus funciones primitivas (o anteriores a la reforma de Efialtes del 462) como órgano revisor de las leyes convenientes al Estado y del ejercicio de los magistrados, así como una nueva reclasificación de la ciuda. ; después se extendería a otros estratos sociales integrados en la «ciudadanía»; más tarde, en el período que aquí analizamos, se vinculará estrechamente con grupos profesionales de mercenarios, por lo que las

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3. Un sistema de estados

guerras helenísticas perdieron el carácter ciudadano o populista para conver·rse en confrontaciones apoyando la causa de un rey o aspirante al trono contra ~u rivales. No obstante, la guerra antigua cumplió también una función económica: botines, pillaje, saqueos, tesoros, metales preciosos, etc., fueron algunos de los recursos generados por las guerras, cuyo trasvase a los grupos ·mplicados facilitó su redistribución social. Pero en una sociedad precapitalis' . cuando los sistemas de producción e intercambio no están todavía suficientemente desarrollados, la guerra generó además acumulación del capital nece-ario para que el Estado pudiera hacer frente a una espiral de gastos crecientes, -in tener que recurrir más que eventualmente a expedientes más drásticos. De todos modos, todavía en este período la guerra sirvió al primordial objetivo de la concepción estratégica de los «imperios» antiguos, según la cual el control de territorios lejanos en la «periferia» garantizaba la integridad territorial del «centro». Pero como consecuencia de las guerras muchas ciudades se despoblaron o se destruyeron originando un desequilibrio en las relaciones económicas del entorno. Campesinos y artesanos quedaban así en una situación precaria, cuya única vía de promoción social no era otra que enrolarse en el ejército con el fin de liberarse de las pesadas cargas fiscales impuestas por los reyes 1exacciones, requisas, contribuciones) para asegurarse el abastecimiento de sus tropas. De esta forma el estrato superior del ejército dejó de ser macedonio, siendo reemplazado este grupo por griegos y extranjeros. Desde mediados del iglo III tracios, ilirios, frigios, lidios, carios y misios, entre otros, llegaron a ocupar los más altos puestos de la jerarquía militar en los ejércitos orientales.

3.4 Sistemas administrativos En Macedonia, el imperio seléucida y Egipto existían sistemas administrativos similares, pero no idénticos; cada uno llevaba la impronta de las peculiaridades geográficas, culturales e históricas de los respectivos estados. Dejando a un lado esta particularidad y tomando la estructura de la administración como un patrón de análisis en la organización política, en el mundo helenístico coexistieron sistemas administrativos incluso opuestos. Tal es el balance de la comparación entre la organización administrativa de los seléucidas -relativamente descentralizada- y la del Egipto ptolemaico, con una rígida centralización. En cambio, el sistema macedonio, aun diferenciado de ambos, se aproximaría más al modelo asiático que al egipcio. Asentado sobre la base territorial de los antiguos imperios orientales, el Estado seléucida tuvo que afrontar la rivalidad de fuertes poderes internos. Reyezuelos, dinastas locales, aristocracias indígenas y castas sacerdotales a menudo disputaron al rey la autoridad sobre sus súbditos. La unidad fundamental de la organización administrativa seléucida fue la «satrapía», unidad territorial de desigual extensión e importancia dependiente de la administración central, que dividía al «imperio» en diversas entidades (provincias o distritos) administra-

El mundo t, 0 1,-n -stico

das por un sátrapa o gobernador, generalmente vinculado con la familia real. Al lado de los sátrapas otros funcionarios , como los «meridas», «hiparcas» y «toparcas», tenían jurisdicción sobre sus respectivas circunscripciones, mientras que otros se repartían las competencias militares («estrategoi») o religiosas («archiereis») de la comunidad. No obstante, la burocracia impe1ial no era muy amplia y ante todo escasamente organizada para hacer frente a las tendencias centrífugas de los representantes de los poderes locales, que reivindicaban mayor autonomía, en el caso de las «poleis», o simplemente la independencia respecto al rígido control del poder central. Un esquema bastante diferente, en cambio, funcionaba entre los Ptolomeos . La tradición centralista del Estado egipcio, organizado desde un centro político-religioso, facilitó la administración del «imperio» lágida mediante funcionarios y oficiales dependientes directamente de la casa real, como siglos antes lo había sido de los faraones. El rey ejercía un control directo sobre todas las ramas de la administración, por lo que la descentralización apenas era posible. No obstante, la subdivisión administrativa era similar a la seléucida con cantones («nomoi» ), distritos («topoi») y aldeas («komai» ), donde nomarcas, toparcas y comarcas ejercían las atribuciones civiles dentro de sus áreas respectivas, siempre vigilados por un funcionario real de rango superior; ni siquiera las «estrategias» de carácter básicamente militar se libraron de este control. Además en el Egipto ptolemaico se crearon otros altos cargos que, como el ministro o responsable de finanzas ( «dioecetes»), recayeron en personas de plena confianza del rey. Frente a estos dos esquemas administrativos, el modelo macedonio-antigónida viene a representar la síntesis de tendencias y formas concretas de organización de los estados helenísticos. Quizá el elemento diferencial sea la preponderancia de la «nobleza» entre los antigónidas. A pesar de los esfuerzos de los soberanos macedonios, los más altos cargos de la administración y el ejército recayeron en un reducido grupo de familias «nobles» que acabaron disputando al rey la legitimidad de su poder sancionado por el pueblo o por la aclamación militar. La clave de este conflicto político radica en la progresiva influencia de los «estrategoi», que ya desde época clásica habían acumulado algunas competencias civiles a sus tradicionales atribuciones militares. Ya los sucesores de Alejandro fueron todos excelentes «estrategoi» al mando de sus respectivos ejércitos. Más tarde los soberanos helenísticos potenciaron esta magistratura dotándola también con atribuciones civiles de tal modo que los «estrategoi» acabarían desplazando a otros funcionarios de la administración central, provincial y local. Más en Macedonia y Asia, menos y tardíamente en Egipto, la «estrategía» se convirtió en un elemento clave de la administración helenística: en Asia sirvió para corregir las tendencias independentistas propiciadas por una administración altamente descentralizada; en Egipto, en cambio, sirvió a objetivos opuestos al frenar las pretensiones de descentralización de los gobernádores y funcionarios provinciales; finalmente, en Macedonia, los «estrategoi» adquirieron poderes extraordinarios convirtiéndose en auténticos «virreyes» al controlar todas las ramas de la administración.

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4. Elementos de econ omia y sociedad

1 El signo de la economia helenística 1.1 Características del sistema económico La monumental obra de Rostovtzeff ha sido no obstante insuficiente para probar que el sistema económico de época helenística pueda ser definido stricto sensu como «economía planificada» o de «dirigismo económico». Mientras que un especialista de la teoría económica como L. Einaudi (1950) ha destacado el esfuerzo del historiador soviético en aplicar conceptos económicos modernos a realidades antiguas, un excelente conocedor del mundo helenístico como E. Will prefiere señalar la utilidad del método de investigación seguido por Rostovtzeff que sus resultados políticos, a pesar de que ciertamente se trata de una economía peculiar: controlada desde arriba, en provecho exclusivo del rey y de un reducido grupo de beneficiarios. De la discusión que llega hasta nuestros días con las recientes observaciones de C. Préaux, sobresalen dos hechos. El primero es que el «dirigismo» fue la solución puesta en práctica para resolver el problema de la acusada «desproporcionalidad» entre la masa productiva agrícola, prácticamente constante a lo largo del período, y el creciente nivel de consumo generado por el aumento de masa no productiva ep las «nuevas» ciudades. El Estado helenístico, anticipándose varios siglos a la política económica romana, habría optado por ampliar y promocionar el terreno cultivable con el fin de garantizarse un nivel adecuado de recursos por vía fiscal , monopolista o comercial.

El mundo helenístico

El segundo hecho es que una intervención directa del Estado en la economía parece indudable, dado el régimen de monopolios (aceite, lino, cerveza, sal, productos aromáticos, baños públicos, papiro, etc.) y la promoción del comercio exterior, unidos a un complejo sistema de finanzas, que sólo conocemos en sus líneas generales gracias sobre todo a la documentación papirológica. No obstante, ya Rostovtzeff había enfatizado la importancia económica de la «clase media», que él identificaba con la «burguesía» de las ciudades, y el espíritu emprendedor de la sociedad helenística, aparte de un esquema fiscal que presenta sospechosas analogías formales con el que siglos después se implantaría en el Imperio Romano.

1.2 La economia agraria También en el mundo helenístico la agricultura constituyó la fuente de riqueza básica no sólo de los particulares, sino también a través de los impuestos, del Estado. En una economía concebida como desarrollo de la vida urbana a expensas de la explotación de los recursos naturales las condiciones de vida del campesinado fueron en general precarias, agobiado por la presión fiscal y la baja productividad del suelo cultivable. Aun así algunas áreas o regiones destacan ya por su especialización en proveer el mercado de determinados productos. Entre éstos destacan, por ejemplo, los siguientes: cereales de Egipto, sur de Rusia, Babilonia y algunas islas del Egeo como Delos y Rodas; vinos de Siria, Arabia, Jonia y otras islas como Quíos, Lesbos y Cos; aceite de Grecia, especialmente del Ática; frutas de Ponto, Babilonia, Siria y Palestina; en fin, azúcar (con fines medicinales) de India. Esta breve relación recoge tan sólo la producción «especializada» y destinada a los mercados locales o regionales. Nuestra información sin embargo es menos precisa -salvo excepción- en lo que se refiere a las condiciones de trabajo y a la estructura de la propiedad de la tierra en época helenística. Las noticias conservadas en autores como Polibio, Diodoro, Estrabón o Plinio el Viejo son escasas si no se complementan con datos provenientes de la documentación papirológica. Por ella sabemos que en Egipto la administración real se vio obligada a adoptar medidas drásticas para garantizarse la recaudación de las contribuciones y cánones establecidos llegando incluso a ceder la explotación de parte de la «tierra real» a campesinos libres mediante contratos de arrendamiento, al principio, y después procurando evitar la movilidad de los campesinos permitiendo la transmisión de la tierra arrendada de padres e hijos, de forma casi hereditaria. De este modo el arrendamiento periódico se sustituyó por un contrato a largo término, con el que se pretendía a la vez mantener la productividad del suelo cultivado y asegurarse la recaudación de la tasa o cánones debidos al Estado por su explotación. Pero el mayor problema de la agricultura de este período

4. Elementos d economia y sociedad

fue sin duda la «anachóresis» o abandono de tierras, denunciado por Polibio, que se vincula generalmente a las precarias condiciones de vida del campesinado. No obstante, otros factores deben haber influido de forma decisiva. No es el menos importante la indudable atracción que las grandes ciudades ejercían sobre la población rural, donde una creciente masa de asalariados vivían con escasos recursos pero al margen del sistema de explotación fiscal que pesaba sobre los pequeños propietarios de tierras. En épocas de carestía o «inflación» monetaria estas diferencias serían incluso más notorias, dado que el beneficio del excedente productivo era absorbido por el alza de precios de productos manufacturados, que sólo se podían adquirir en los mercados urbanos. En estas condiciones la mejora de las condiciones de vida del campesinado sólo podía provenir de los avances tecnológicos y la adaptación al cultivo de especies vegetales más rentables. En este sentido, algunos testimonios permiten afirmar que entre el siglo III y el I a. de C. se produjeron mejoras notables en los sistemas de drenaje e irrigación del suelo así como en el utillaje agrícola, propiamente dicho, con la introducción del arado de hierro, el molino de agua y las prensas de vino y aceite. Por otra parte, cereales de origen sirio o griego permitieron en Egipto la producción de una doble cosecha, mientras que la rotación bienal con forrajes sirvió preferentemente al avituallamiento de una creciente cabaña ganadera, dado que el método de irrigación y remoción del suelo se efectuaba básicamente mediante tracción animal.

1.3 El comercio El comercio experimentó también un notable desarrollo durante la época helenística. Las conquistas de Oriente abrieron el mundo asiático a los griegos, mientras que los egipcios se convertían de hecho en puente de las rutas comerciales que comunicaban los tres continentes de Europa, Asia y África. Las relaciones entre estos pueblos se afianzaron hasta el punto de que, por ejemplo, Egipto consideró durante algún tiempo como propios algunos enclaves del Egeo y buena parte del siempre disputado corredor sirio-palestino. Por otro lado, la intensa actividad comercial con el mundo oriental, que para los griegos había significado una «salida» a la crisis estructural de la «polis», benefició ante todo a las «nuevas» ciudades helenísticas. Alejandría, Antioquía, Pérgamo, Esmirna, Éfeso o Mileto, además de centros políticos o religiosos fueron grandes emporios que disputaron a los centros tradicionales (Atenas, Rodas, Delos) su protagonismo tradicional en el sistema de relaciones comerciales. · Pero quienes más se beneficiaron de esta nueva situación fueron sin duda los griegos. Éstos habían sido desplazados por los persas de las rutas del inte-

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rior asiático y sus relaciones comerciales se limitaban a la costa. A la muerte de Alejandro, sin embargo, la comunicación con los pueblos incluso del Medio Oriente quedó restablecida, aunque pasaría todavía algún tiempo sin que se exploraran nuevas rutas comerciales. La presencia griega se incrementó en el mundo oriental de tal manera que en poco más de cincuenta años los griegos constituyeron ya una minoría importante en la población de todos los estados helenísticos. Mercenarios, comerciantes o simples aventureros de origen griego, asentados en los diferentes reinos, comenzaron a reemplazar a macedonios e indígenas de los puestos de responsabilidad militar y política. Las relaciones se hicieron más fluidas. Áreas hasta entonces inaccesibles eran practicadas de forma habitual desde mediados del siglo III. Se alcanzaba India tanto en las rutas terrestres que atravesaban el extremo oriental del imperio seléucida como siguiendo la ruta marítima del Mar Rojo al Océano Índico mediante la circunnavegación de la península arábiga. Interesados en la apertura y descubrimiento de nuevos mercados, los monarcas helenísticos patrocinaron incluso viajes exploratorios a conocidos geógrafos de la época que, no obstante, con mayor afán viajero que científico, se dejaron impresionar por las costumbres locales e introdujeron no pocos errores. Así, Seleuco envió a Megástenes a India septentrional siguiendo la ruta central; por su parte, Antíoco I, preocupado por la ruta septentrional, encomendó a Patrocles la exploración del Mar Hircano (o Caspio), que confundió con un golfo del océano; en fin, Ptolomeo II encargó a Aristón que explorara la costa árabe, donde se interrumpía la ruta meridional. Pero el primer viaje marítimo hacia India no se realizaría hasta fines del siglo na. de C., protagonizado por Eudoxo de Cízico y auspiciado por Ptolomeo Evergetes. Este comercio a larga distancia, basado generalmente en artículos de lujo, como especias, seda, marfil, perfumes, etc., generaba también una importante red de intercambios en las regiones intermedias (Anatolia, Fenicia Babilonia y Egipto), donde se manufacturaban los productos que los mercaderes transportaban hasta los confines del Mediterráneo o del Mar Negro. Por tanto, el comercio exterior se «alimentaba» del interior, local o interregional. Se generaba así una densa red de relaciones de exportación/importación. Los productos mediterráneos exportables siguieron siendo alimentarios: trigo, aceite, vino, pescados. Grecia, deficitaria en granos, importó trigo de Egipto; Alejandría, en cambio, importó vinos de Siria; por su parte, Atenas exportó aceite y miel; Bizancio exportó pescado; Bitinia, queso; Antioquía, frutos secos; Alejandría, lienzos; Mileto, lana; Asiria, algodón. En estas circunstancias el comercio de productos exóticos sirvió para dinamizar las relaciones de «mercado» . Los mercaderes debían comprar materias primas o productos manufacturados o elaborados en los mercados locales que posteriorme.~te intercambiarían por productos exóticos, de alto costo y escasa demanda, pero de venta segura entre las élites de las ciudades: gemas de India, sedas de China, perfumes de Arabia, especias de India y Arabia, entre otros.

4. Elementos d "'Cono• •a y s ,.iPdad 0

Todas estas transacciones comerciales favorecieron el desarrollo de los "' ercambios monetarios, que a su vez impulsaron la banca para servir a las uevas exigencias financieras. A Occidente llegaron también parte de estos oductos que se intercambiarían por los preciados metales.

1.4 Las finanzas El mantenimiento de los grandes estados helenísticos fue extraordinariamente costoso. Los crecientes gastos de defensa y organización-de los nuevos reinos exigió la implantación de nuevos sistemas de financiación. El rey, la core. el ejército y la administración fueron los capítulos más importantes en la e cala de gastos, pero también otros de carácter honorario fueron asimismo gravosos, tales como la restauración o fundación de ciudades, el culto real, las recompensas y donaciones regias. Las necesidades financieras de esta nueva realidad política no podían cubrirse con los insuficientes presupuestos de las •~ más tarde, cuando la organización gentilicia quedó relegada ante la estructura familiar simple, los miembros de las gentes conservaron en su onomástica -el nomen- el prestigio _d~ un origel!_gentil~io, del Q_J.l~ no participaban otro segme12tos de la_po_blación romana: plebeyos y cliente1. or tanto, esta primitiva diferenciación social debe ser adscrita a un momento posterior a la «comunidad» gentilicia originaria, en la que tal jerarquización no debió existir. No obstante, es indudable que, si ab origine existió una diferenciación interna entre los grupos constitutivos de la gens (familias agnaticias o descendientes del primer varón; familias cognaticias o descendientes por línea materna), un contraste similar debió haber entre las gentes (maiores y minores), de tal modo que la comunidad de intereses resulta dificil de admitir, tanto «dentro» como «fuera» de ella. Patres y gentes se distinguieron por su desigual capacidad económica, militar y en consecuencia, también-política,.p,.m:.1o.que..no...e.s, arriesgado pensar que l~s primeros patres-senatores acumularon la condición de