Historia de las Ideas Políticas - El Estado.doc

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PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE VALPARAÍSO FACULTAD DE FILOSOFÍA Y EDUCACIÓN INSTITUTO DE HISTORIA MAGISTER EN HISTORIA

SEMINARIO DE HISTORIA DEL PENSAMIENTO POLÍTICO LA NOCIÓN Y CONCEPTO DE ESTADO DESDE LA ANTIGÜEDAD HASTA LA EDAD MODERNA A TRAVÉS DE SUS PENSADORES

SEMINARIO

HISTORIA DEL PENSAMIENTO POLÍTICO

PROFESOR

MARCO ANTONIO HUESBE LLANOS

ALUMNO

ADRIÁN VILLEGAS DIANTA

FECHA

MARTES 23 DE NOVIEMBRE DE 2004

LA NOCIÓN Y CONCEPTO DE ESTADO DESDE LA ANTIGÜEDAD HASTA LA EDAD MODERNA A TRAVÉS DE SUS PENSADORES

LA NOCIÓN Y CONCEPTO DE ESTADO DESDE LA ANTIGÜEDAD HASTA LA EDAD MODERNA A TRAVÉS DE SUS PENSADORES

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LA NOCIÓN Y CONCEPTO DE ESTADO DESDE LA ANTIGÜEDAD HASTA LA EDAD MODERNA A TRAVÉS DE SUS PENSADORES

LA NOCIÓN Y CONCEPTO DE ESTADO DESDE LA ANTIGÜEDAD HASTA LA EDAD MODERNA A TRAVÉS DE SUS PENSADORES

INTRODUCCIÓN

Tal como señala Joseph Strayer, en la actualidad, aceptamos al Estado como algo no incuestionable, “nos quejamos de sus exigencias, lamentamos que se inmiscuya cada vez más en los que solían ser nuestros asuntos privados, pero nos cuesta muchísimo concebir la vida sin él”1, y esto es por que sin duda, forma parte de no sólo de nuestra forma de organización política, sino de también de la social y de la vida misma en la actualidad. De

1

Vs. JOSEPH STRAYER. Sobre los Orígenes Medievales del Estado Moderno, Editorial Ariel – Barcelona, Barcelona – España, 1986 (Primera edición en escaño, edición original de Ariel – Quincenal de 1981, bajo el título de On The Medieval Origins of the Modern State), p. 9.

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esta manera, el mismo autor señala que “un hombre puede llevar una vida razonablemente satisfactoria sin familia, ni lugar fijo de residencia, ni confesión, ni religiosa, pero sin el Estado no es nada”2. Si bien esta afirmación puede parecer exagerada, no quiere decir que no gran parte de razón, debido a que desde la época moderna, el Estado se ha convertido en la forma de organización política más utilizada por el hombre alrededor del mundo y hasta la actualidad. Sin embargo, esta situación no fue siempre así, ya que el Estado como se conoce hoy en día no existía en la antigüedad y tampoco en la Edad Media, aunque si hay ciertos elementos que tal vez nos sirvan de referencia o antecedentes y que se intentarán analizar a lo largo de este trabajo.

Bajo el título de “La Noción y Concepto de Estado Desde la Antigüedad Hasta la Edad Moderna a Través de sus Pensadores”, se analizarán las distintas nociones (en el sentido de idea vaga sobre el Estado como era la que se tenía en la antigüedad) y concepciones (elaboraciones teóricas acerca del Estado en concreto, en cuanto a formas y funciones, como ya se tiene en la Edad Moderna) que el hombre ha tenido frente al Estado desde la sociedad griega y romana hasta la época moderna. Sin duda cabe el preguntarse el por que de este marco temporal3, y la respuesta radica en que la intención principal de este trabajo es analizar el Estado Moderno, ya que se puede considerar como un eje histórico, si se tiene en cuenta que reforma la visión que se tenía sobre el gobierno y la política durante la antigüedad, o la disputa entre la preeminencia del poder espiritual o terrenal durante la Edad Media, y que durante su vigencia, fue capaz de fijar ciertos atributos y funciones, rasgos los cuales en parte se pueden encontrar en la actualidad, por lo que se puede decir que el Estado Moderno, es el eje divisorio entre lo antiguo y lo nuevo en cuanto a las formas organizacionales que el hombrea adoptado.

Además otra respuesta tentativa a la hora de explicar el por que se ha elegido el hablar del Estado y de las formas de gobierno durante el período moderno, podemos encontrarla en 2

Vs. JOSEPH STRAYER. Ibidem, p.9

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Considerando que el marco espacial resulta claro, ya que desde un principio la elaboración de la noción y concepción de Estado, ha sido una situación que se ha dado fundamentalmente en la Europa Occidental.

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Marcos Antonio Huesbe, quien señala que “en realidad, aquellos temas vinculados con el propósito de establecer cómo se debía gobernar a los hombres, muy propio del pensamiento político jurídico de la neo – escolástica española de fines del siglo XV y comienzos del XVI, no fueron exclusivos sino que también disfrutaron, en otros medios intelectuales, de una atracción y se discutieron simultáneamente en Roma o en Londres, en Manila o en México, en París o en Copenhague, basta mencionar autores como N. Maquiavelo, T. Moro, M. Lutero, F. De Vitoria, E. De Rótterdam”4, muchos autores de los cuales trataremos a lo largo de este trabajo debido a su importancia en el tema del Estado y del gobierno de los hombres.

El presente trabajo se estructura a través de tres partes: La primera se denominará como “Planteamiento de un Problema: El Estudio del Estado Moderno y Sus Antecedentes”, en donde se fijan las formas del estudio del Estado y se hace un análisis sobre si es posible referirse al Estado durante la antigüedad y la Edad Media a través de diversos autores de estos períodos, además de que si intenta una breve definición acerca de lo que es el Estado.

La segunda parte lleva por título, “Análisis del Estado Moderno: Orígenes, Rasgos y Precursores”, parte de la investigación donde se señalan los debates historiográfico sobre los posibles orígenes del Estado Moderno, para luego pasar a visualizar cual es el concepto de Estado durante la época y finalmente fijar cuales son los rasgos y atributos que tiene este Estado.

Finalmente la tercera parte se denomina “Conclusiones: Hacia Una Definición Estado Moderno”, la cual consta de las conclusiones de este trabajo, en donde se pretenderá por sobre todo visualizar cual puede ser una posible definición de Estado Moderno según lo investigado y cuales han sido sus repercusiones.

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Vs. MARCO ANTONIO HUESBE LLANOS. Los Orígenes de la Controversia Constitucional. Absolutismo y Liberalismo en el Mundo Barroco Premoderno, texto borrador Nº 1, Proyecto Fondecyt 1020622. p. 2.

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PRIMERA

PARTE

PLANTEAMIENTO DE UN PROBLEMA: EL ESTUDIO DEL ESTADO MODERNO Y SUS ANTECEDENTES

1.- ¿Qué es el Estado Moderno?, ¿Por Qué Estudiar el Estado Moderno?

“El Estado es la institución política principal del Mundo Moderno y a la vez el principal agente en las relaciones internacionales en el mismo período”5. Con esta definición que entrega Marcos Antonio Huesbe, podemos adentrarnos de manera directa al estudio del Estado que se plantea en este trabajo: El Estado Moderno. Esta empresa se vuelve un poco más ambiciosa cuando también se pretende visualizar una posible existencia del aparato estatal en la antigüedad o por lo menos durante la época medieval, situación que si bien se trata en el próximo punto, es bueno y ya encaminándola.

Auque pueda resultar obvio siempre es bueno dejar n caro desde que punto de vista se abordarán los términos, y esta respuesta n nuestro caso será política, y para efectos de este trabajo resulta interesante referirse brevemente al origen del concepto. Tal como señala Marcel Prélot en su obra La Ciencia Política, se refiere a que esta tiene su origen en las

5

Vs. MARCO ANTONIO HUESBE LLANOS. (Del concepto de Estado, facilitado por el profesor, de su obra sobre términos políticos todavía n proceso de edición).

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palabras griegas de “polis”, “politeia”, “política” y “politiké”. El autor las define de la siguiente manera6:

1.- é polis: La Ciudad, Estado, el recinto urbano, la comarca, y también la reunión de ciudadanos que forman la Ciudad.

2.- é politeia: El Estado, la Constitución, el régimen político la República, la ciudadanía (en el sentido de derecho de los ciudadanos).

3.- ta política: plural neutro de políticos, las cosa políticas, las cosas cívicas, el régimen político, la República, la soberanía.

4.- é politiké (techné): El arte de la política.

Cabe destacar, volviendo a lo afirmado en el primer párrafo, que para ciertos autores no es posible hablar del Estado antes del período moderno, ya que “el término Estado fue ajeno a la antigüedad, época en la que se usaron las denominaciones de polis, res pública e imperium. Nació con la época moderna del estado en Italia, pero fue Maquiavelo quien lo introdujo en a literatura”7. Herbert Krüger señala que “la palabra Estado proviene de la voz latina status. Pero esto no quiere decir que los romanos la hubiesen utilizado con la significación actual de Estado, ni siquiera que tuviera un significado más o menos próximo. Al hablar de su comunidad usaban preferentemente el término pueblo romano o el de res pública”8. Esta situación s debe a que la palabra status para el autor significaba algo radicalmente distinto, por ejemplo condición o constitución, de manera que “con estos 6

Vs. MARCEL PRÉLOT. La Ciencia Política, Colección Cuadernos, Nº 103, Editorial Universitaria de Buenos Aires, Buenos Aires – Argentina, 1989 (Décimo quinta edición, edición original en francés de 1961, bajo el título original de La Science Politique, Presses Universitaires de France, París, 1961), p. 5. 7

Vs. MARIO DE LA CUEVA. La Idea de Estado, Sección de Obras de Política y Derecho, Editado por el Fondo de Cultura Económica y la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Ciudad de México – México, 1996 (Primera edición de 1975, quinta edición de 1996), p. 41. El autor cita a Herausgegeben von Hermann.

8

Vs. MARIO DE LA CUEVA. Idem, p. 41. El autor cita a Herbert Krüger.

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significados, la palabra status exigía u genitivo que expresara de qué constitución o condición se trataba. De lo que se deduce inequívocamente que en la medida en que el término status no se encuentra solo, sino que va acompañado de un genitivo, no puede tener el significado específico de Estado”9.

De la misma manera los romanos asignaron a la palabra imperium, la idea de poder o potestad pública, lo que dio como resultad, “un cambio de la titularidad del poder, el que pasó del pueblo al emperador, con otra fórmula, la soberanía interna, concebida como la potestad de dictar e imponer el derecho, se elevó a prerrogativa imperial”10. Más tarde durante la Edad Media, como se adoptó como lengua al latín, los escritores de este período, utilizaron “la palabra civitas para designar a las comunidades políticas: uno de los más bellos ejemplo es la obra inmarcesible de San Agustín, “De Civitate Dei” ”11 (“La Ciudad de Dios”) . En tiempos de la disputa entre la Iglesia y el poder temporal, se barajó la idea de que el Estado era el gobierno de los hombres, pero sin duda fue Maquiavelo quien “introdujo la palabra Estado en la literatura política. “El Príncipe” se inicia con la célebre frase: “Todos los estados, todos los dominios, que han tenido y tiene autoridad sobre los hombres, fueron y son repúblicas o principados”12. De esta manera se da un cambio de términos de gran importancia en la interpretación del concepto de Estado, ya que en el contexto bajo la cual escribió Maquiavelo, este se encontró con “comunidades territoriales con un poder político unitario”13, por lo que la interpretación de Estado que da es distinta a la de los períodos anteriores y es básicamente la misma que se utiliza en la actualidad.

Por otro lado al referirnos al Estado Moderno, este puede entenderse como”una forma de ordenamiento político que se dio en Europa a partir del siglo XIII ya hasta fines del siglo XVIII o hasta inicios del XIX, sobre la base de presupuestos y motivos específicos de la 9

Vs. MARIO DE LA CUEVA. Ibidem, p. 41. El autor cita a Herbert Krüger.

10

Vs. MARIO DE LA CUEVA. Idem, p. 42.

11

Vs. MARIO DE LA CUEVA. Idem, p. 42.

12

Vs. MARIO DE LA CUEVA. Idem, p. 42 - 43.

13

Vs. MARIO DE LA CUEVA. Idem, p. 43.

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historia europea, y que desde aquel momento en adelante se ha extendido – liberándose en cierta medida de sus condiciones originarias concretas de nacimiento – al mundo civilizado todo”14. De esta manera el Estado moderno Europeo, “aparece como una forma de organización del poder históricamente determinada y, en cuanto tal, caracterizada por una filiación que la hace peculiar y diferente a otras también históricamente determinadas y, en su interior, homogéneas, de organización del poder”15.

Bajo esta concepción de Estado Moderno, nos avocamos al estudio de este puesto que es una forma de organizar políticamente la sociedad novedosa para el contexto en que surgió y supo imponerse a otras tentativas de organización. Además produce un quiebre con el mundo medieval, en el cual se presentan algunos antecedentes, originando una forma de organización nueva para el mundo moderno, y a pesar de que surge en Europa bajo este contexto, el funcionamiento y bases que le dan origen, se expanden rápidamente por Occidente, quedando aún hoy en día algunos elementos de su forma original, de esta forma se convierte en un interesantísimo objeto de estudio, más aún si se aborda metodológicamente desde una perspectiva histórico – política.

14

Vs. NORBERTO BOBBIO, NICOLA MATTEUCCI y GIANFRANCO PASQUINO. Diccionario Político, Tomo 1 (A – J) Editorial Siglo XXI, Ciudad de México – México, 1998 (Décima primera edición, primera edición en español de 1981 – 1982, edición original de 1976). Traducido por José Alarico, Martí Soler y Jorge Tula. Página 563. El autor cita al historiador Ernst Wolfgang Böckenförde.

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Vs. NORBERTO BOBBIO, NICOLA MATTEUCCI y GIANFRANCO PASQUINO. Idem, p. 564.

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2.- ¿Se Puede Hablar de Estado Antes de la Época Moderna?

Para un primer acercamiento al estudio del Estado, es factible partir desde la base del conocimiento que se tiene del Estado actual. Este Estado actual tiene una serie de atributos, propiedades y modos de funcionar, expresiones todas del aparato estatal, cuyas raíces se pueden remontar sin temor a equivocarse, a los orígenes de la edad moderna, cuando el hombre europeo occidental está en un período de transición desde el sistema feudal durante el siglo XVI. Sin embrago es pertinente el cuestionarse si necesariamente el Estado nace durante esa época o si se pueden encontrar sus orígenes en tiempos más remotos.

Sin lugar a dudas un primer punto de origen temporal y espacial para dar respuesta a esta interrogante, es la civilización griega, ya que allí surgen los primeros teóricos del Estado, quienes reflexionaron acerca del modelo político vigente en aquella época y por el cual ellos se organizaban: la Ciudad – Estado o polis griega, cuyo fin último era la satisfacción de las necesidades de su sociedad. Dentro de este punto se analizará la obra de Platón y Aristóteles.

Un segundo punto de encuentro para la discusión sobre si se puede hablar de Estado antes de la época moderna, será la civilización romana. Dentro de la civilización romana se abordarán autores tales como Polibio y Cicerón los cuales ocupan formas muy similares a las griegas para referirse al Estado (en cuanto a forma de gobierno), y que señalan que sólo las formas de gobierno mixtas, al igual que el respeto a de las leyes pueden llegar a formar un Estado que trascienda en el tiempo como fue en el caso romano.

Finalmente el último período en el cual se debatirá sobre la existencia de un Estado anterior a la época moderna, será el período feudal, en donde básicamente se realizará un repaso de las disputas teóricas por el poder entre la Iglesia y los príncipes, las cuales permiten

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vislumbrar las distintas visiones que s tenían sobre el Estado durante aquella época, la cual para un análisis más completo, se ha divido en: •

Alta Edad Media (Siglos V – X)



Edad Media ( Siglos XI – XIII)



Ocaso de la Edad Media (Siglos XIV – XV)

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2.1.- Los Pensadores Griegos y la Ciudad - Estado

Los pensadores griegos, fueron los primeros que reflexionaron sobre la forma de organización política, a través de las polis o ciudades – estados16, que eran como señala Jean Touchard, no sólo un lugar de residencia de los griegos, sino también un don de los dioses que los separaba de los bárbaros, ya que no había civilización posible fuera de la polis, ya que esta “es una organización política no reducible a una aglomeración urbana; es la organización política y social unitaria de un territorio limitado que puede comprender una o varias ciudades, así como la extensión de campo que de ellas depende”17.

Los pensadores griegos desarrollaron una idea de organización política que hoy en día se puede homologar18 en gran parte a la concepción de Estado. Platón (428 A.C. – 327 A.C. ) en su obra República19 (375 A. C.), explica su intención de construir un Estado ideal. Este

16

En este apartado no se utilizará indistintamente el concepto de polis (como ciudad – estado) o ciudad, a pesar de referirse a dos elementos muy similares. Nos referiremos a polis cuando hablemos de la forma de organización política griega, y a ciudad cuando nos refiramos a una homologación de esta institución con la realidad actual. Cabe mencionar que la polis griega es realmente un gran avance que se produce dentro de la historia durante el siglo IV A.D., ya que anteriormente como señalan François Châtelet, Olivier Duhamel y Evelyne Pisier – Kouchner, “las organizaciones político – sociales tradicionales son, dentro de la civilización de la Hélade, realezas de tipo feudal, o con predominio de grandes familias - los bien nacidos – que ejercen su autoridad política, religiosa, jurídica y económica sobre un pequeño pueblo de agricultores, artesanos y pescadores y sobre las tierras bárbaras, vastos imperios donde manda un déspota, que impone una dominación absoluta apoyándose sobre castas militares sacerdotales y técnico – administrativas”. Vs. FRANÇOIS CHÂTELET, OLIVIER DUHAMEL y EVELYNE PISIER – KOUCHNER, Historia del Pensamiento Político, Colección Ciencias Jurídicas, Editorial Tecnos, Madrid – España, 1992 (Segunda edición en español, la primera data de 1987. Edición original en francés de 1982, título original: Historie Des Idées Politiques), p. 33.

17

Vs. JEAN TOUCHARD, Historia de las Ideas Políticas, Editorial Tecnos, Madrid – España, 1981 (Cuarta edición en español. Edición original en francés de 1961, título original: Histoire Des Idées Politiques), p.25.

18

En este sentido, se partirá de la base que la polis o ciudad – estado de los griegos, sería lo que la civilización griega entendía por Estado en la actualidad, en el sentido de que lo consideraban como la unión de la sociedad con su gobierno. Pero igualmente este intento de homologación presenta ciertos riesgos; al respecto Mario de la Cueva señala que la lectura de las obras clásicas, ratifican la idea de que por las circunstancias específicas que vivió la sociedad griega, no es posible trasplantar de manera global su idea con respecto a la ciudad, de la misma manera que “no es correcto trasplantar a la realidad de Atenas nuestras ideas políticas, de la misma manera que no sería adecuado pretender regir la vida actual con las formas del pensar de aquellos lejanos tiempos”. Vs. MARIO DE LA CUEVA. Op. Cit., p. 17.

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Estado ideal para Platón es una polis formada por tres clases20 sociales21, en donde la primera es la de los jefes cuya virtud propia debe ser la sabiduría, la segunda clase es la de los auxiliares o guerreros, cuya virtud debe ser el valor, y finalmente la tercera clase es la de los artesanos y labradores, cuyas virtudes deben ser la templanza y la resistencia a los apetitos. En este sentido, es claro que cada clase social representa un aspecto del alma, y la polis en su conjunto, representaría el alma entera (según los valores de la sociedad griega que organizaba a través de la polis).

Esta construcción que realiza Platón se fundamenta en una organización estrictamente jerarquizada y unificada, con la clara intención de lograr una unidad política y moral, cuya existencia evitaría una serie de problemas dentro de la polis como por ejemplo los conflictos sociales.

La base para realizar este ordenamiento social dentro de la polis de Platón, se realiza a través de las cualidades intelectuales, la cual se fundamentaría en la justicia y la razón y se reproduciría a través de la estricta educación impartida por el Estado, cuya finalidad es la formación de élites. De esta manera vemos que la concepción platónica de la polis es la de un Estado organizado a través de tres clases sociales según su actividad dentro de este aparato estatal, el cual se sostiene de la interrelación y complementación de sus partes, y en donde “es necesario de cierto que en las polis haya quienes manden y quienes sean mandados”22.

19

Mario de la Cueva señala al respecto del término República, que en el Estudio Preliminar de la República, de José Manuel Pabón y Manuel Fernández Galiano, estos señalan que si se realiza un análisis al nombre de la obra, la traducción que se usa actualmente no corresponde al concepto original de los griegos que era politeia, por lo cual la traducción correcta para el término de República, sería el de régimen o de gobierno de la polis. Vs. MARIO DE LA CUEVA. Idem, p. 22.

20

El concepto de clase es anacrónico a la sociedad griega, y también probablemente ajeno a la realidad de su organización social. Es por ello que en este punto se utiliza el concepto de clase social en el sentido de grupo dentro de una sociedad con valores, procedimientos e intereses comunes 21

Vs. JEAN TOUCHARD. Op. Cit., pp.42 – 43.

22

Vs. MARIO DE LA CUEVA. Op. Cit., p. 25.

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Otro gran pensador político griego es Aristóteles (384 A. C. – 322 A. C.), quien al igual que Platón elabora una tentativa de organización política por medio de la polis23. Aristóteles parte de la base que el hombre es una animal político, el cual se distingue del resto de los animales, producto de que pertenece a la polis (en el sentido de una organización política compleja y superior), que es el fruto de la civilización (cuyos estadios han sido de manera sucesiva: la familia, la tribu, la aldea y la ciudad, es decir, la polis griega sería el estadio superior de la organización humana24). Pero lo que realmente le daría su esencia a la polis según Aristóteles es la Constitución, la cual crea el Estado, y que según la interpretación que Jean Touchard realiza de este autor, “si la Constitución cambia, cabe preguntarse si se trata del mismo Estado”25.

Aristóteles en su obra La Política, realiza no sólo el estudio de los gobiernos existentes en su época a través de 158 Constituciones, las cuales había trabajado ya desde Ética a Nicómaco, si no también y al igual que Platón intenta elaborar la descripción de un Estado ideal (situación que se aprecia en los libros VII y VIII de su obra). En La Política distingue tres tipos de constituciones según el número de gobernantes, las cuales se resumen en el siguiente cuadro:

23

Esta situación como señala Jean Touchard, se debe al contexto y la intención con la cual estos autores elaboran su obra, la cual se refiere al intento de organizaciones política sólidas y estables, capaces de detener la decadencia que estaba experimentando la polis griegas de aquella época. Vs. JEAN TOUCHARD. Ibidem, p.44. Para Aristóteles la polis es la contraposición de dos formas de unión animal: la familia, que reúne a los individuos con lazos de sangre en común y el poblado, que agrupa a los vecinos en función de un interés en común, pero finalmente para ambos casos, el motivo de esta unión es la supervivencia. De esta manera la polis sería una forma de organización muy superior a estas dos ya que la polis es “vivir como conviene que viva un hombre”. Vs. Tb. FRANÇOIS CHÂTELET, OLIVIER DUHAMEL y EVELYNE PISIER – KOUCHNER. Op. Cit., p. 34.

24

Al respecto se podría pensar, que la polis, así entendida por los griegos no dejaría de ser más que un conjunto de tribus agrupadas dentro de ella, pero como señala Mario de la Cueva, esta interpretación acerca del carácter de la polis griega debe ir más allá, ya que la polis es una comunidad “que ha llegado al extremo de bastarse en todo virtualmente a sí misma; es, para decirlo con la expresión ateniense, la comunidad autárquica, un bastarse la ciudad a si misma no solamente en el campo de las necesidades materiales, sino, sobre todo, en el reino de la cultura”. Vs. MARIO DE LA CUEVA. Op. Cit., p. 20. 25

Vs. JEAN TOUCHARD. Op. Cit., p.45.

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Cuadro Nº 1: Sobre las Formas de Gobierno en Aristóteles Nº de Gobernantes

Forma Pura de Gobierno (Rectos)

Forma Corrompida de Gobierno (Desviados)

Uno

Monarquía

Tiranía

Pocos

Aristocracia

Oligarquía

Varios

Timocracia o República (Democracia Censitaria)

Democracia

En este cuadro se aprecia en primera instancia lo que Aristóteles denomina como los gobiernos puros o correctos así como también sus versiones corrompidas. Los primeros tienen por finalidad el “bien común” de los hombres siendo el primero de ellos la “Monarquía”, la cual consiste en el gobierno de un rey o monarca, el cual posee prerrogativas absolutas para conducir los destinos del Estado.

La segunda forma pura de gobierno, es la “Aristocracia”, en la cual el gobierno es ejercido por pocas personas, las que sin embargo son las mejores para manejar el Estado. En estos tipos de regímenes, las magistraturas existentes dentro del Estado, se eligen no sólo por la riqueza personal, sino también por la virtud y el mérito, condiciones de suma importancia para Aristóteles. El autor griego define a esta forma de gobierno como el “gobierno de algunos, sea cualquiera su número, con tal que no se reduzca a uno solo, se llama aristocracia, es decir, gobierno de los mejores, que debe por objeto el interés general de los asociados”26.

26

Vs. ARISTÓTELES, La Política, Editorial Alba, Madrid – España, 1998, p. 96.

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Finalmente, la última de las formas puras de gobierno que plantea Aristóteles es la “República” o “Timocracia”, forma que consistiría en el gobierno de la mayoría, y en donde si bien puede predominar una elite, también existe una mayor y verdadera participación de los sectores mayoritarios de la sociedad.

En segunda instancia dentro del cuadro, se encuentran las formas corrompidas de gobierno, que básicamente consisten en una mala ejecución de las primeras, producto de que estos gobiernos actuarían en base a intereses particulares y podemos ver también como degeneraciones de los gobiernos puros. La primera de estas formas corrompidas de gobierno, es la “Tiranía”, que es una desviación negativa de la “Monarquía”. Consiste básicamente en el ejercicio soberano del poder a manos de una sola persona, como la “Monarquía”, pero con la diferencia del ejercicio de esta potestad se realiza de forma despótica, como por ejemplo se dio en las formas de gobierno que tuvo Roma en sus orígenes.

Una segunda forma corrompida de gobierno es la “Oligarquía”, que es una desviación de la “Aristocracia”, ya que consiste en el gobierno de unos pocos, pero que han accedido a las magistraturas, debido a sus riquezas y no por sus virtudes o méritos personales, como lo estipula la forma pura de gobierno.

La última de las formas corrompidas de gobierno según Aristóteles, es la “Democracia”, que es la desviación de la Timocracia o República (básicamente como formas de democracia censitaria), la cual si bien es el gobierno de la mayoría (entendiéndose como los sectores más desprotegidos: el pueblo); presenta el inconveniente de que el pueblo pretende gobernar como si se tratase de un monarca, lo que representa un verdadero problema, ya que se debe tratar de mantener la unidad del poder y de la sociedad, considerando que el poder de gobierno del pueblo emana precisamente de su unidad y no de las decisiones personales que algunos pudiesen tomar.

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Al visualizar esta descripción de las formas de gobierno que realiza Aristóteles, puede apreciase que en realidad, como señala Mario de la Cueva, que la diferencia entre los distintos sistemas de gobierno, “radica en el hecho de que el poder puede ejercerse por una sola persona, por varias o por todo el pueblo”27. Estas formas de gobierno planteadas por Aristóteles, son en realidad formas de constituciones28, en donde el criterio de división es como se ejerce el gobierno en beneficio de los gobernados. Por su parte cabe destacar que Aristóteles señala que una buena Constitución es aquella en donde prevalece una clase media29, la cual asegura la estabilidad del Estado, ya que permanece fiel a las leyes y desconfía de los arrebatos pasionales.

Cabe destacar que Aristóteles entiende todo poder como soberano al margen de quién o quienes lo detenten, tan solo manifestando su preferencia hacia las formas puras de gobierno. Es por ello que Aristóteles no sólo elabora una amplia gama de formas de gobierno, sino también fija ciertos parámetros de actuación del Estado30, los cuales hasta el día de hoy pueden ser proyectados con ciertas características como las planteadas por él, a lo que debemos considerar como señala George Sabine que Aristóteles, ha introducido desde el primer momento en el estudio del Estado y de las formas de gobierno, varias distinciones importantes, como lo son en referencia a la ética y la política o factores

27

Vs. MARIO DE LA CUEVA. Op. Cit., p. 22.

28

Jean Touchard señala que probablemente las clasificaciones constitucionales dadas por Aristóteles no le satisfacían completamente. En este sentido, el número de gobernantes no necesariamente como señala Touchard, significa gran cosa, ya que por ejemplo una Constitución puede tener una etiqueta oligárquica o democrática y ser aplicada prácticamente en direcciones opuestas. Vs. JEAN TOUCHARD. Op. Cit., p.46 47.

29

El concepto de clase media en Aristóteles apunta a un sector de la sociedad que es intermedio entre los ricos, quienes serían llevados por el egoísmo y la ambición, y los no propietarios, quienes son la carga y amenaza para el Estado. Debida a esta situación Aristóteles señala que un Estado ideal debe valerse de este grupo social. Vs. JEAN TOUCHARD. Idem, p. 46 a 49.

30

Para Aristóteles en general la perfección y la plenitud de la moralidad humana se alcanzan en el Estado, pues sólo es en la comunidad, en donde se encuentra el hombre en su forma perfecta y acabada. Por ello, el Estado no es un simple aparato para atender y satisfacer las necesidades del ser físico del hombre, ni tampoco una colosal empresa en el terreno del comercio o la economía, ni una institución para autoafirmar el poderío político. Si bien todas estas finalidades también son perseguidas por el Estado, su auténtica tarea y misión consiste en alcanzar la vida buena y perfecta para el hombre, es decir, el ideal de la humanidad espiritualmente cultivada y ennoblecida.

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económicos que tienden a desarrollarse en un Estado sometido a diferentes tipos de gobierno y leyes31.

De esta manera tenemos finalmente que el Estado ideal del cual habla Aristóteles, más que imponer un estatuto político32 preciso, consiste en señalar las condiciones que a su juicio debe tener una buena polis. Esta buena polis se basa básicamente en la instauración de un Estado más que justo como en Platón, en un Estado feliz33 como se señaló anteriormente. Esto se traduce en la conocida descripción que hace Aristóteles de una polis ideal, la cual debe contemplar los siguientes puntos: un tamaño moderado y un territorio reducido, ya que será fácil de defender y será escogido de manera que todo el mundo pueda conocerse; la posición geográfica debe ser cercana al mar y con fáciles comunicaciones. Finalmente introduce a su planteamiento ciertas consideraciones basadas sobre como el clima y la geografía determinan la raza y con ello las formas de gobierno que se den las sociedades34.

Una vez analizados estos dos grandes autores griegos, puede llegarse a la conclusión que dentro de esta sociedad existía sin duda la noción de Estado. Esta noción si bien en el fondo correspondía a lo que los griegos denominaban polis, que era la organización política que se daban y que apuntaba a resolver las necesidades de su sociedad, al igual que hoy en día es a grandes rasgos el objetivo del Estado. Por otro lado, la escasa dimensión territorial y 31

Vs. GEORGE SABINE, Historia de la Teoría Política, Editorial Fondo de Cultura Económica, Ciudad de México - México, 1994, p. 106.

32

Cabe destacar que como señala Jean Touchard, Aristóteles fue el primero que distinguió tres órdenes de poderes, las cuales asocia con tres funciones que todo Estado debe asegurar, las cuales presenta en el libro IV, capítulo XI de La Política, y que consisten en: 1) La función deliberativa, en cuyo campo entran la votación de las leyes y de los tratados y el control de los magistrados; 2) Las magistraturas, esto es, el ejercicio de la autoridad; 3) Por último la función judicial, asegurada por una serie de tribunales que van desde los que cobran cuotas públicas o que juzgan los ataques a la Constitución a los que conocen los homicidios y los procesos civiles. Vs. JEAN TOUCHARD. Op. Cit., p.48.

33

En el sentido del uso correcto de la virtud.

34

En este sentido se puede hablar de cierto determinismo político – geográfico, en el sentido de que Aristóteles asocia mucho que ciertos ciudades que están situadas en ciertos territorios, tendrán regímenes de gobierno de acuerdo a su geografía. En este sentido por ejemplo señala, que ya que la oligarquía necesita de recinto amurallado, la democracia se asocia con las llanuras, de esta manera el territorio influirá de manera directa en el tipo de Estado a través del cual la sociedad se organizará.

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demográfica que alcanzaban estas ciudades – estados, permitía una relación de mayor cercanía entre el ciudadano y los asuntos estatales (lo que como se ha visto, no necesariamente significaba una sociedad democrática en la acepción moderna) logrando una estrecha relación entre las nociones de sociedad y Estado, a pesar de que en la sociedad griega una gran mayoría de la población no ostentaba la condición de ciudadano, título esencial para tener el derecho de poder participar en el gobierno, ya que la mayoría no eran ciudadanos por ser ya sea extranjeros (incluso luego de varias generaciones de llegados a la polis), prisioneros, esclavos, etc..., pero en donde igualmente se sentían ligados a la polis y al mundo griego35 a través del accionar estatal.

35

Es lo que se puede denominar como “comunidad helénica”, en el sentido de que a pesar de la existencia de la organización de la sociedad griega a través de la polis, sin duda, existía una noción de comunidad griega, sentida como tal en la época, producto de la forma de organización política, lengua, religión, etc... Para Jean Touchard, esta conciencia si bien existe, tan sólo despierta como tal con el advenimiento de las guerras médicas, ya que frente a almenaza persa, una amenaza bárbara de un sistema monárquico y despótico, contra un sistema de polis libres, provocó que los griegos pasarán a conformar una comunidad de sangre, lengua, costumbres y religión. Vs. JEAN TOUCHARD. Op. Cit., p.50.

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2.2.- Los Pensadores Romanos y la Civitas

Según Jean Touchard, desde un principio de la historia romana se pueden identificar rasgos distintivos del Estado – Ciudad que existía en los griegos o los etruscos, como por ejemplo el predominio de lo político en las urbes romanas. Esta situación estaba acompañada a la regulación que presentaba la ley, tanto en materia política como en moral. Para los romanos la ley era el respeto al derecho36, o en caso contrario se solucionaban con el uso de la espada, situación sin duda que se explica por los constantes miedos producto de los frecuentes asesinatos por el poder político, o de las rebeliones de esclavos o de otros grupos sometidos, ya que “en la misma forma que las polis griegas, Roma descansó sobre la esclavitud”37, pero con respecto a la vida política de las clases dirigentes, esta comparte otra gran similitud con la sociedad griega, ya que “los romanos se sentían y sabían miembros de una comunidad de hombres libres que vivían dentro de un orden asegurado por un gobierno cuyos caracteres variaron con los años; jamás imaginaron ese ente cruel y misterioso que es el estado contemporáneo”38.

Dentro de los autores romanos que abordan el tema de la política, las formas de gobierno y el Estado, sin duda se deben mencionar por lo menos dos, a pesar de la amplia variedad de autores. Entre los más destacados, figuran Polibio y Cicerón.

El autor romano Polibio (205 A.C. – 125 A.C.), redacta una historia universal del período comprendido entre 218 A.C. y 146 A.C. tomando como eje la historia de Roma, con la creencia de que la historia de Roma era quien le daba vitalidad y a la vez creaba la historia 36

El romano a diferencia del griego que se regía por formas filosóficas, políticas o morales, lo hace en torno a lo jurídico, por lo cual su acción política se encuentra supemeditada a cuestiones de índole jurídico, como por ejemplo los códigos de justicia, por lo cual no resulta extraño que el primer documento literario de gran importancia para Roma fuera la Ley de las XII Tablas. Jean Touchard señala al respecto que “el genio romano, tradicionalista y minucioso, consiste en adaptársete pesado aparato jurídico a las vicisitudes de la historia, de la misma manera como el genio griego supo fijar en claros sistemas el tonadizo oportunismo de su evolución”. Vs. JEAN TOUCHARD. Ibidem, p.66.

37

Vs. MARIO DE LA CUEVA. Op. Cit., p. 26.

38

Vs. MARIO DE LA CUEVA. Idem, p. 27.

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del resto de los pueblos que eran conquistados por ella. La obra de Polibio es atravesada por la tesis de una predestinación del pueblo romano asimismo como de la idea de que los pueblos conquistados por Roma deben colaborar con ella. Además esta obra se da el primer planteamiento romano sobre la Constitución, situación que acontece en el libro VI, en donde cuando se refiere a la mejor forma de gobierno posible, lo hace mencionando y refiriéndose a Roma. Polibio expone en este libro una teoría de la sucesión de las Constituciones39 en la cual si es sintetizada, se puede exponer de la siguiente manera: Todas las civilizaciones, indica Polibio, alguna vez son destruidas y deben comenzar desde el principio, es por ello que en un primer momento se da una adhesión de forma natural al más fuerte constituyéndose un gobierno monárquico (primera etapa), el cual se sustenta en un poder soberano producto de esta libre determinación de adhesión de parte de los miembros de la sociedad. Posteriormente esta monarquía degenera en tiranía (segunda etapa), cuando el monarca cede ante sus pasiones personales, por lo cual se sublevan los “mejores”, a los cuales por su hazaña el pueblo les confía el poder y el gobierno, dando forma a la forma aristocrática de gobierno (tercera etapa). Sin embargo, la aristocracia, generación tras generación va desgastando por sus errores esta forma de gobierno transformándose en oligarquía (cuarta etapa), por lo cual una rebelión popular pone fin a esta situación, dándose inicio a una forma de gobierno basada en la democracia (quinta etapa). Si embargo esta democracia, en donde priman el amor a la igualdad y libertad, se ve corrompida por la ambición de algunos (sobre todo de los ricos, dando origen a la demagogia que sería la sexta etapa y final para un período dentro de esta visión cíclica), detonando una serie de luchas intestinas por el poder, lo que hará que la sociedad se vuelque nuevamente hacia la protección del más fuerte, dando paso a una nueva monarquía (nuevo inicio del ciclo), con lo cual nuevamente se inicia este ciclo, lo que es consecuente con la visión cíclica de la historia que tenía Polibio40.

39

En este sentido y al igual como ocurre dentro del pensamiento político griego, cuando los autores romanos se refieren las Constituciones, en realidad se están refiriendo a las distintas formas de gobierno y de regímenes de ellos que estos conocen.

40

Para una descripción más completa de las formas de gobierno analizadas por Polibio, Vs. JEAN TOUCHARD. Op. Cit., pp.67 a 70.

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Como es posible de visualizar, estas distintas formas de gobierno que ofrece Polibio, son muy similares a las que propone Aristóteles, con la diferencia que para el autor romano, las tres formas convenientes de gobierno (realeza o monarquía, aristocracias y democracia) no lo son de manera completa, ya que dentro de sí llevan el germen de su propia degeneración (tiranía, oligarquía y demagogia, respectivamente), por lo cual Polibio recomienda la posibilidad de combinar estas formas de gobierno compensando la acción de cada uno con la de los otros, a la vez que, se debe mantener el equilibrio mediante el juego de las fuerza contrarias. De esta manera el mejor ejemplo de un buen funcionar del gobierno se daría en Roma durante la etapa de la República, y en donde como señala Touchard “los poderes de los cónsules hacen pensar en una realeza; los del Senado, en una aristocracia; los del pueblo, en una democracia”41, de forma de poder mantener el equilibrio perfecto de poder.

El otro autor romano de gran importancia es Cicerón (106 A.C. – 43 A.C.), quien toma como bandera de lucha el ideal republicano de la antigua Roma, en el cual todo romano tiene derecho a poder llegar a ocupar un lugar en el Estado o en los asuntos públicos. Cicerón señala que existen tres formas posibles de gobierno dentro de las asociaciones que hacen los hombres para poder vivir en comunidad, las cuales son: monarquía, aristocracia y democracia, cada una de las cuales tienen sus respectivas ventajas. En este sentido, las ventajas serían que la monarquía prevé una abnegada dedicación del tutelar del poder, la aristocracia, por su parte, prevé el talento de una elite para gobernar, y finalmente la democracia, prevé la libertad e igualdad entre los miembros de la sociedad. Cicerón también ve al Estado como una forma de evolución de la vida humana, ya que señala que el Estado primero parte con la familia, luego la tribu, después la ciudad, más tarde la “societas humana” y por último la sociedad universal42.

Cabe destacar que Cicerón al igual que Polibio, recomienda la Constitución mixta (forma de gobierno mixta) como acontece en Roma, ciudad a la cual Cicerón, al igual que los

41

Vs. JEAN TOUCHARD. Ibidem, p. 68.

42

Vs. MARIO DE LA CUEVA. Op. Cit., p. 29.

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autores griegos, intenta dotar de un tipo de ciudadanos virtuosos (los cuales describe en su obra), para de esta manera reforzar las bases y el accionar del Estado.

Como se ha visto a través del pensamiento político de Polibio y Cicerón, la visión que tenía el romano sobre la concepción de Estado, es en parte similar a la griega, en el sentido de que ambas sociedad apreciaban al Estado como la Constitución, en la acepción de forma de gobierno, al grado tal que plantean formas buenas y sus respectivas degeneraciones de forma similar a como lo hacían los griegos43. También es posible señalar que los romanos tenían una visión del buen funcionamiento del Estado a partir del respeto a la ley que estaba regulada por el actuar del derecho, y como se ha visto en Polibio y Cicerón, consideraban a Roma un ejemplo en cuento al empleo de las formas de gobierno, al creer que poseían una Constitución mixta, la cual daba una gran solidez a la forma de gobierno romano, ya que pensaba que reunía las mejores virtudes de las diversas formas de gobierno posibles.

43

Como se analizó en los puntos anteriores, esta afirmación se apoya en que Polibio ve las seis formas de gobierno de forma progresiva y cíclica, mientras Cicerón las ve de forma similar a como lo hace Aristóteles; a pesar de estas diferencias de visión se debe destacar que las formas de Constitución propuestas, así como los hechos que les dan forma, tanto en la visión griega como en la romana son muy similares, y tal vez la única diferencia concreta que es posible de hallar entre estas visiones (obviamente fuera de sus matices) es la intencionalidad con la cual fueron elaboradas, ya que para la civilización helénica, estas obras en donde se señalaban las formas de gobierno, fueron creadas para moralizar a la sociedad al respecto de la mejor forma de gobernar, en cambio, los autores romanos, escribieron a partir de la concepción que Roma poseía una Constitución mixta, la cual era la mejor de todas, ya que contaba con las mejores virtudes de cada una de los formas de gobierno existentes (pero salvo Polibio, que señala que cada forma pura contiene el germen de su propia degeneración, el resto de los autores, como Cicerón por ejemplo, no señala que esta forma mixta no solamente comparte virtudes, sino también defectos), y básicamente esta descripción pasaba a relatar los aspectos positivos del gobierno de Roma, situándolo como ejemplo para el resto de las sociedades que le eran contemporáneas (especialmente a las que ya habían sido conquistadas por la civilización romana durante la etapa de la expansión del imperio).

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2.3.- El Estado en la Edad Media: Poder Espiritual Versus Poder Temporal

Como se puede apreciar en el pensamiento político antiguo (Grecia y Roma en este trabajo), la Constitución, que en el fondo era la forma de gobierno que podía adoptar una sociedad debido a determinadas condiciones de su evolución histórica o de su realidad social, era para estas civilizaciones el Estado, es decir, en otras palabras se homologaba al Estado a una forma de gobernar a un territorio determinado, por lo cual todos los gobiernos que han existido sobre los hombres serían Estado, situación que se puede homologar al pensamiento que tenía Maquiavelo sobre el Estado.

Sin embargo, la concepción de Estado durante la Edad Media, si bien teóricamente, poco a poco se va esclareciendo en cuanto a sus funciones correspondientes, a la vez se va volviendo difuso, cuando otras instituciones intentar esclarecer sus funciones en torno a sus intereses, como por ejemplo ocurrió con la iglesia, y la conocida disputa entre el predominio de una esfera terrenal o de una esfera espiritual, situaciones o conflictos que marcaron la concepción de Estado durante esta época. En torno a este conflicto girará el siguiente análisis, el cual por razones metodológicas y cronológicas44, será dividido en tres pequeños subpuntos: •

Alta Edad Media (Siglos V – X)



Edad Media ( Siglos XI – XIII)



Ocaso de la Edad Media (Siglos XIV – XV)

44

En este sentido se ha utilizado una periodificación basada en la obra de Jean Touchard. Vs. JEAN TOUCHARD. Op. Cit.

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2.3.A.- El Estado Durante la Alta Edad Media (S. V – X)

Durante el período que comprende la Alta Edad Media, es de vital importancia conocer la situación que vive Occidente, en donde el derrumbamiento del Imperio Romano (de Occidente) trae consigo el beneficio de la Iglesia católica, producto de que esta se supo adaptar rápidamente a las nuevas circunstancias. Al respecto Jean Touchard señala que “el imperium no existe ya, la Iglesia impone su auctoritas”45, es decir, la Iglesia pasa a ser el poder de mayor preeminencia dentro de la organización política Occidental, y entre la regulación de las relaciones entre sociedades católicas.

Pero para poder referirse a este período sin duda, primero hay que referirse a la doctrina que legó San Agustín, a pesar que este escribió antes que empezara la Edad Media, pero sin embargo, es en este período donde su pensamiento alcanza la máxima influencia. San Agustín (354 D.C. – 430 D.C.), no es en absoluto un político, sin embargo sus ideas van a tener una importancia fundamental en la concepción política de la visión de Estado durante la Edad Media46, a través de su obra La Ciudad de Dios (413 D.C – 427 D.C.), la cual constituye una profunda reflexión sobre la Historia y la Ciudad. En esta obra, San Agustín realiza una distinción entre las dos ciudades en las que se divide la humanidad y que existen desde el origen de los tiempos: una terrenal en la que el amor propio llega a despreciar Dios y otra, la celestial, en donde el amor por Dios llega hasta el desprecio de si mismo.

La división de quien le corresponde a cada una de estas ciudades, esta dada a Dios, ya que solamente este puede ser capaz de distinguir a cual pertenece cada hombre. La ciudad terrenal estará compuesta por el pueblo, que acepta un estatuto común, conformando un

45

Vs. JEAN TOUCHARD. Ibidem, p. 107.

46

En este sentido Jean Touchard señala que la obra de San Agustín sirvió para fundamentar una doctrina política que bajo el patronazgo del obispo de Hipona, predicará la absorción del derecho del Estado, dentro del de la Iglesia, es decir, en oras palabras, el pode que deja el Estado, al desaparecer el Imperio Romano de Occidente, debía pasar a manos de la Iglesia Católica. Vs. JEAN TOUCHARD. Idem p. 99.

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Estado47, el cual no tiene necesariamente relación inmediata con Dios, pero sin duda tiene ciertas conexiones un tanto remotas, que se dan a partir de concepciones comunes de la época como por ejemplo que todo poder legítimo viene de Dios, o que como Dios ha creado todo lo que hay en la tierra, también es parte de su creación la ciudad terrenal y todo lo que ella comprende. De esta manera la ciudad celestial es la que está más cerca de Dios, ya que tiene directa relación con él.

Pero más allá de esas distinciones, lo que en realidad le preocupa poder establecer a San Agustín, es dejar en claro que en último término, los cristianos sólo debían aspirar a la ciudad celestial (La Ciudad de Dios), para lo cual se debía obedecer al poder divino, ya que el poder terrenal, a pesar de estar debidamente separado del poder divino, en último término estaba dentro de la obra de Dios, por lo cual el poder divino era el que prevalecía, y ante el cual todos debían inclinarse y obedecer.

Estas ideas de San Agustín a juicio de autores como Touchard, fueron “desviadas” por el obispo de Hipona para de esta manera servir a sus intereses, los cual básicamente apuntaban al predominio de la representación terrenal de la esfera celestial, es decir, la Iglesia Católica, por sobre el derecho que le corresponde a la esfera terrenal (en este caso representada por los Estados). Esta doctrina fue sistematizada a través del surgimiento del “agustinismo político”,el cual veló por el cumplimiento de esta predominancia del poder de la Iglesia, situación la cual, no era la intención primera de San Agustín cuando elaboró su obra, ya que si bien la esfera celestial prevalecía por sobre la terrena, el que la Iglesia representara a la celestial en la tierra no era muy claro, ya que San Agustín siempre señaló que la esfera celestial estaba directamente encabezada por Dios.

Un de los primeros ejemplos, y sin duda de los más importantes con respecto al agustinismo político, es la conocida carta de Gelasio (Gelasio I, Papa entre el 492 D.C y 496 D.C.) dirigida al emperador Anastasio, en la cual distingue dos órdenes mediante el 47

En este sentido San Agustín acepta como Estado, cualquier agrupación humana razonable (en el sentido de estar debidamente organizada en torno a las leyes y al derecho), lo cual no implica un gran avance desde la concepción griega y romana sobre Estado, ya que podría considerarse que todas las civilizaciones de cierto avance y entendimiento han logrado conformar Estados.

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cual el mundo es gobernado: la sagrada autoridad de los pontífices y el poder real. De esta manera señala que el poder de los pontífices es mayor, ya que estos rendirán cuentas de sus actos terrenales directamente con Dios, por lo cual los reyes deben subordinar su poder ante los pontífices, sobre todo en situaciones de índole religiosa. De esta manera se abre una serie de conflictos por el poder entre los pontífices y los reyes, los cuales señalan detentar de manera legal (y gracias a una majestad proveniente de Dios) el poder estatal dentro de las sociedades de los hombres, polémica que marca el desarrollo de la idea d Estado durante toda la Edad Media.

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2.3.B.- El Estado Durante la Edad Media (S. XI – XIII)

El siglo XI en Occidente abrió las puertas de lo que serían profundas transformaciones dentro de la estructura de la organización del poder, y sobre todo, en los derechos, capacidades y funciones que le cabían al Estado en el gobierno de los hombres. Es una etapa en las cual los futuros países de Europa48 se encontraban profundamente divididos, debido a la existencia de varios pueblos, lo que configuraba una situación de anarquía a pesar del poder que tenían los reyes en ciertas regiones, las cuales por cierto, eran muy delimitadas, y no comparables al conjunto del territorio.

Estos cambios anunciados en el párrafo anterior, se relacionan especialmente en el aumento del poder que experimentaron las monarquías con respecto a la Iglesia Católica. El rey, y en varios sectores de Europa, los grandes señores feudales, empezaron a distribuir los obispados y abadías, lo que daba cuenta de cómo el poder espiritual estaba cediendo ante la presión del poder temporal, situación que además era agravada por los fuertes problemas que experimentaba ala iglesia dentro de su propio seno. Ante este panorama, en el 1073 D.C. asume el pontificado, el Papa Gregorio VII, quien se propone llevar a cabo una gran reforma dentro de la Iglesia Católica, como por ejemplo “reformar la Iglesia, asolada por la simonía49 y el nicolaísmo50; restablecer la unidad, desgarrada por el cisma oriental;

48

Esta aseveración se realiza fundamentalmente observando la situación de Francia y Alemania, en donde el poder de los reyes era tan sólo nominal. Por su lado la situación en España no era distintas, ya que esta se encontraba dividida en una serie de Estados Confesionales, los cuales por cierto, tenían inclinaciones, tendencias y obediencias muy dispares entre sí. Vs. JEAN TOUCHARD. Op. Cit., pp. 124 - 125.

49

La simonía (vicio asimilado a la herejía) se entendió como el tráfico de cosas santas y la compra de dignidades eclesiásticas, durante esta época, ya que a principios de los tiempos cristianos, se entendió como la compra de poderes carismáticos. La más conocida de todas las formas de simonía para esta época, era la venta de obispados o abadías por los príncipes seculares, aunque también se podía llegar al humilde nivel de simples iglesias rurales. El que algunos cargos eclesiásticos llevasen anejos una masa de bienes materiales convertían a obispos o abades en grandes señores temporales tentados con frecuencia al abandono de sus responsabilidades espirituales. Ante tan equívoca situación fue surgiendo toda una casuística en la que acabaron enfrentándose posiciones a menudo irreconciliables. Así, los reformadores más radicales repudiaron todo tipo de acto simoníaco que, según ellos, contaminaba cualquier acto espiritual del dignatario que había comprado su cargo. El cardenal Humberto de Silva Cándida, dentro de esta línea, recomendaba la destitución de todo clérigo que hubiera recibido órdenes de un obispo simoníaco. En una línea mas templada otro de los grandes reformadores, Pedro Damiano, aun pidiendo la destitución del simoniaco, reconocía la validez de las

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colaborar con los príncipes, pero en caso necesario castigarles como servidores infieles incluso, si hiciera falta, privarles de la corona; mantener los derechos adquiridos y, si es posible, extenderlos con la finalidad principal de favorecer la acción de San Pedro”51, para de esta manera poder restaurar el orden establecido por Dios, y de paso dejar en claro nuevamente la preeminencia del poder espiritual por sobre el terrenal. Gelasio busca no sólo la emancipación de la iglesia frente al nuevo poder de los Estados52, sino también intenta lograr que la Iglesia tenga mayor ingerencia dentro de la sociedad. De esta manera Gelasio entra en un fuerte conflicto ciertos reyes europeos, sobre todo con Enrique IV, del cual incluso llega a ser prisionero. Pero lo cierto es que finalmente la postura de Gelasio y de los Papas venideros53 es la que alcanza el triunfo por lo menos para órdenes recibidas gratuitamente de manos de un consagrador simoniaco. En relación con la simonía se situaba a veces el problema de la investidura laica. Suponía esta la ruptura de la vieja práctica canónica según la cual el ministerio episcopal era conferido por el clero y el pueblo (o, al menos, con el asentimiento de éste) de la diócesis correspondiente. Con el discurrir del tiempo, los príncipes seculares usurparon este derecho invistiendo directamente a los obispos con la entrega del báculo (símbolo de la jurisdicción) y el anillo (expresión de la unión mística con la Iglesia). Aunque en muchas ocasiones (recordemos el ejemplo de papas designados por emperadores) los poderes temporales velaban por la honorabilidad de los candidatos, de hecho, primaban más las razones de utilidad del candidato que su idoneidad espiritual. Emperadores y reyes tuvieron en efecto, en obispos y abades, buenos colaboradores en las tareas administrativas y, además, un importante contrapeso frente a la orgullosa nobleza laica. Que una investidura laica fuera acompañada de un pago por parte del beneficiario podía resultar una sospecha más que razonable. Vs. En Internet: http://www.artehistoria.com 50

Por nicolaísmo se entendía el amancebamiento de clérigos. El matrimonio de los sacerdotes en esta época se consideraba no invalido, sino simplemente ilícito. Las normas que imponían el celibato eclesiástico se aplicaban con bastante indulgencia pese al escándalo de algunos estrictos reformadores. Estos podían invocar justamente ejemplos del pasado: el concilio hispano de Elvira (a comienzos del siglo IV) o el posicionamiento de Padres de la Iglesia del Occidente como San Jerónimo o San Agustín. Pero dudosamente podía pensarse que el celibato fuera de todo punto necesario para facilitar el ministerio sacerdotal. De hecho, hasta entrado el siglo XI el debate sobre el amancebamiento / matrimonio de clérigos no se planteó con toda aspereza. Será uno de los caballos de batalla de los reformadores más famosos. Vs. En Internet: http://www.artehistoria.com

51

Vs. JEAN TOUCHARD. Op. Cit. , p.127.

52

Debemos entender el Estado para este período, como la forma de organización que toman las sociedades durante este período histórico, en donde por los menos en la Europa Occidental, optan por un sistema monárquico, en donde las decisiones pasan de manera completa a las manos de los monarcas, los cuales intentan lograr una independencia frente a la Iglesia Católica, lo cual origina constantes disputas entre los Papas y los diferentes monarcas europeos, quienes sostenía que no se podía apelar a sus decisiones, ya que Dios era quien les había hecho poseedores del poder real. De esta manera el Estado, entendido para la mayoría de los contemporáneos, será el poder secular, el cual está representado en la figura del rey.

53

Es imposible no nombrar a los Papas que siguieron con estas ideas reformadoras como por ejemplo, desde Inocencio III (Papa entre el 1198 D.C. – 1216 D.C.) hasta Bonifacio VIII (Papa entre 1294 D.C. – 1303 D.C.).

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este período. La afirmación de una supuesta victoria de la doctrina gelasiana tiene su asidero en el gran número de donaciones que ocurrieron, además de que aceptó que el Papado administrara el dominio pontificio, y además se debe señalar el señorío que estableció el Papado en un gran número de territorios, especialmente los comprendidos dentro de la península itálica e incluso fuera de esta54.

Por su parte los territorios conquistados por los musulmanes, como por ejemplo Aragón en España, Gregorio VII y sus sucesores, trataron de seguir imponiendo una forma de señorío feudal, al cual y por distintas razones, muchos se resistieron. En este sentido, Touchard señala que gran parte de esta insistencia de parte de la Iglesia en crear señoríos feudales, se debió en gran parte, a que la Iglesia pretendía obtener ventajas económicas de esta situación55.

De esta forma se aprecia que a pesar de que el régimen feudal se estaba imponiendo en toda Europa Occidental, y con ello la forma de gobierno basada en la monarquía, la cual no aceptaba que su potestad estuviese supemeditada a la Iglesia Cristiana, esta intentaba imponer sus términos, pero en una época en que esos eran fuertemente discutidos, por lo menos intento sacar algún provecho útil, como por ejemplo el provecho económico, de esta difícil situación.

Cabe señalar la existencia de algunos autores de suma importancia para comprender la noción d Estado durante esta época. Sin duda uno de los más importantes es Santo Tomás de Aquino (1224 D.C. – 1274 D.C.), quien se nutre de las Sagradas Escrituras y de las obras de Aristóteles. En este autor se puede apreciar la idea de que el Estado debe estar 54

Al respecto cabe señalar la tutela ejercida por la Iglesia Católica bajo ciertos meritorios fuera de Italia, como por ejemplo, la tutela voluntaria de Hungría, por el reino de Kiev y por el duque de Croacia – Dalmacia, por Dinamarca y Bohemia, situaciones en las cuales ya sea por convicción, táctica política o por otras razones, los príncipes y reyes solicitaron el tutelaje de la Iglesia. Dentro de lo que es Italia, cabe mencionar a los príncipes normandos Roberto Guiscardo y Ricardo Capua, los cuales se reconocieron de manera voluntaria como vasallos de la Santa Sede. Vs. JEAN TOUCHARD. Ibidem, p.131. 55

El autor brinda en este sentido ejemplos como los de Guillermo el Conquistador, quien enviaba regularmente dinero a la Iglesia, a pesar de que no quería considerarse como vasallo de la Santa Sede. Vs. JEAN TOUCHARD. Idem, p.131.

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orientado hacia la consecución del bien común de toda la sociedad. A pesar de ello y de que señala la existencia de dos poderes legítimos en la tierra, el espiritual y el temporal o secular, señala que Dios quiere que se obedezca al primero. Un verdadero continuador de la doctrina de Santo Tomás de Aquino, es Bartolomé de Luca, quien se refiere a las implicancias del poder temporal en su relación con el espiritual. Al respecto señala que el mejor gobierno entre lo hombres es la monarquía, ya que sólo esta podría otorgar la unidad a la sociedad, puesto que las otras formas de gobierno como la aristocracia o la democracia, pueden degenerar en tiranías oligárquicas. Esta preferencia por la monarquía en todo caso no la había propuesto Santo Tomás de Aquino, ya que por ejemplo en su obra, la Suma Teológica, precisa de que cualquier forma de gobierno es positiva si es que está bien dosificada, es decir en la monarquía uno sólo debe mandar, en la aristocracia varios ejercen el poder pero en causa de su virtud, y finalmente en la democracia, se debe apreciar el poder del pueblo a través de la elección de este y de gente que provenga del propio pueblo. Durante esta época en donde se configura la sociedad feudal56, esta no prevé la intervención de algún poder que le sea exterior. Touchard citando a Louis Halpen, señala que “la idea de

56

El término de sociedad feudal se refiere a un marco geográfico y temporal completamente delimitado. Este abarca gran parte de Europa Occidental (excluyendo la península escandinava e Irlanda) y que incluso dentro de esta área de influencia no se dio de manera homogénea y ni en el mismo grado, alcanzando su máximo desarrollo durante los siglo XI y XII. Para Jean Touchard es más acertado hablar de una cierta forma de relaciones humanas, a un cierto espíritu común en as costumbres que se expresa de manera paulatina en las instituciones, pero que prácticamente no lo hace de las misma manera en las codificaciones escritas. Vs. JEAN TOUCHARD. Ibidem, p.132.

Si se quiere profundizar en las dificultades que implica el uso del término de feudalismo, se puede recurrir a la discusión bibliográfica que realiza Michel Vovelle sobre el término feudalismo. Ante esta situación se ha preferido utilizar el término de “relaciones feudales”, ya que “feudalismo” según los estudios de los medievalistas, hace alusión a pautas de conductas y relaciones (entre señores y peones) dentro de un espacio geográfico y un marco temporal limitado como se acaba de señalar. Por su parte el término de “relaciones feudales” vendría a ser utilizado en el sentido que lo entendieron más tarde los revolucionarios franceses, es decir, para referirse a la serie de relaciones económicas (de dependencia y tributo), sociales (su vida principalmente agraria dentro del campo) e institucionales (sujetos a los designios de la voluntad real), que se utilizó para diferenciar el período de revolución del sistema anterior: el Antiguo Régimen, situaciones que definen una situación que es más cercana a los intereses de este trabajo, debido a que en este análisis no solamente se quiere analizar esta etapa intermedia de la Edad Media, sino se la quiere analiza de forma completa, por lo cual parece más acertado hablar de “relaciones feudales”, ya que es un término más amplio, que define mejor la situación acontecida y se puede aplicar durante toda la Edad media, e incluso en algunas regiones de Europa, se puede hacer de manera posterior. Para una discusión más extensa de estos mismos puntos, Vs. MICHAEL VOVELLE, Nueva Historia de la Francia Contemporánea. La Caída de la Monarquía: 1787 – 1792, Editorial Ariel, Barcelona – España, 1979 (Primera edición en español), p. 10.

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Estado, la noción de un poder público que ejerce en nombre del interés general una cierta coacción sobre los individuos, le resulta extraña”57. Esta citación tiene su explicación en que esta sociedad feudal nace como consecuencia del quiebre del Estado producto de los constantes desórdenes, problemas y miserias que se habían abatido Occidente durante los últimos siglos. De esta manera a falta de un Estado que imponga el orden, el pequeño propietario, con temor a perder sus pertenencias, se acoge al señor feudal con la ida de que a través de un vínculo este sea capaz de protegerlo. Estos señores feudales a su vez, eran antiguos oficiales reales que aprovechando de la ausencia de un poder central, habían tomado la autoridad bajo su persona, e incluso con el pasar del tiempo se atribuían ciertos derechos y regalías propias de la dignidad real. En otros casos eran personas que habían alcanzado en control de cierta zona con permiso del rey, muchas veces como pago de sus servicios.

Cabe destacar que durante este momento el poder real en ningún caso había sido abolido, tan sólo ocurría que estaba diseminado y no con la suficiente energía y recursos para imponer sus términos, menos aun con el surgimiento de cientos de señores feudales, los cuales en su mayoría eran independientes del poder real. Prueba de la vigencia del sistema monárquico es el aparecimiento durante esta época de una serie de teóricos monárquicos, la mayoría de los cuales pertenecía a la Iglesia, por lo cual actuaban no atacando al Papado, pero favoreciendo al poder real. Ejemplos de esta situación son Abbon en Francia durante el siglo X, o Yves de Chartres durante el siglo XI, por su parte en Inglaterra, durante el siglo XII figura Juan de Salisbury.

Pero sin duda el sistema feudal le era injusto a una gran parte de la sociedad. Touchard señala que sin lugar a dudas, el pueblo favoreció grandemente a la realeza en su lucha contra los señores feudales58, en momentos en los cuales, los reyes cansados de la existencia de los señores feudales que dividían sus territorios y atentaban contra sus mandatos, decidieron terminar con los que no le eran obedientes. De esta manera se puede 57

Vs. JEAN TOUCHARD. Op. Cit. p.132.

58

Vs. JEAN TOUCHARD. Idem, p.141.

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apreciar como la realeza intenta construir el Estado a partir del propio sistema de relaciones feudales, intentándolo debilitar a través de la imposición del poder de los reyes y príncipes por sobre el de los señores y barones.

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2.3.C.- El Estado Durante el Ocaso de la Edad Media (S. XIV – XV)

Durante los siglos XIV y XV, la Europa Occidental fue experimentando una serie de considerables cambios. Estos cambios son de diversa índole, como por ejemplo los grandes estragos provocados por la peste negra durante 1348, la cual conjuntamente con otras enfermedades y epidemias, diezmaron a la población de Europa, sobre todo en importantes regiones de Francia e Inglaterra. Además hubo diversos cambios de índole político e ideológico, en gran parte debidos a la serie de problemas que experimentaba la Iglesia Católica en cuanto a las continuas divisiones y disputa dentro de ella, las que en muchas regiones llevaron a un proceso de laicización de

la sociedad. Además cabe

destacar la serie de guerra entre los príncipes, o entre estos y los señores feudales quienes en gran número se resistían a la pérdida de su poder.

A pesar de todos estos problemas, Touchard señala la existencia de “gérmenes de un futuro mejor”59, refiriéndose sobre todo a Italia durante el siglo XV en donde se estaba produciendo un claro renacimiento en materia económica, antecedente sin duda para lo que en siglo XVI será el Renacimiento en todas las vertientes del quehacer humano.

Durante esta época el teórico Marcelino de Padua, señala que la Iglesia no es una institución divina, sino una institución la cual tiene ciertas prerrogativas sobre los fieles, pero en donde básicamente tanto laicos como eclesiásticos tienen la misma importancia, por lo cual no puede existir una autoridad dentro de la Iglesia. La autoridad debe ser patrimonio exclusivo del Estado, puesto que no existe una sociedad que sea enteramente espiritual, sino todas tiene una organización política, basada en el uso de las leyes, las cuales son pertenencia del Estado. Es más, este teórico incluso señala que el Estado debe proveer sobre las necesidades espirituales de los miembros de la sociedad. Por su parte otro teórico de tendencias similares es Guillermo de Ockam (1270 D.C. – 1347 D.C.), el cual si bien no propone disolver la Iglesia dentro del Estado, si sugiere disociar estos dos campos y 59

Vs. JEAN TOUCHARD. Ibidem, p.162.

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reformar por su parte la Iglesia. Este teórico va aún más lejos que Marcelino de Padua con respecto a las críticas sobre el poder del papa, ya que señala que este no puede privar a los hombres de libertades que han sido dadas por Dios o por la naturaleza60.

Pero como es obvio también existieron teóricos que estaban de parte de la Iglesia, e intentaron refutar estas ideas. Un ejemplo de ellos es el dominico Agostino Trionfo, quien señala que el Papa recibe directamente de manos de Dios una plenitud completa, por lo cual su dignidad es incuestionable, al igual que su derecho de aplicar su autoridad sobre todos los hombres, pasando a ser el emperador tan sólo un agente de la Iglesia. Por su parte el franciscano Alvaro Pelayo señala que la Iglesia es una sociedad visible y que la historia demuestra que el Papa ejerce su poder tanto en lo espiritual como en lo temporal. Su argumento radica en que el Estado está en la Iglesia, ya que el emperador, cuya autoridad relativa cubre la de todos los reyes, no es más que “el vicario del Papa para todo lo que concierne a los asuntos temporales”61.

Como se ha visto durante esta época el debate entre quien tenía la potestad dentro de la sociedad fue muy grande y con variadas perspectivas entre los que señalan que el pode debía tenerlo el Papa y otros que indicaban que debían tenerlos los reyes. Sin embargo cabe destacar que las luchas y problemas internos de la Iglesia, permitieron que los reyes recuperaran zonas del poder temporal que están supemeditadas al poder eclesiástico, lo que sin embrago no significa que el rol de la Iglesia haya sido tan sólo negativo, sino como señala Touchard, también existe una contribución de la Iglesia para la conformación de lo que serán las futuras organizaciones estatales, ya que “preparó o conservó un marco territorial y administrativo para el nacimiento y desarrollo de las naciones”62.

60

Guillermo de Ockam señala esta situación, seguramente teniendo en cuenta el que los Papas muchas veces excomulgaban o quitaban o no dejan realizar algunos sacramentos a los príncipes y otras personas importantes que no estuvieran de acuerdo con sus mandatos, por lo cual estas medidas servían como de amenaza o castigo, ante lo cual el teórico señala que esas atribuciones no le corresponden al Papa, ya que estos derechos provienen tan sólo de Dios.

61

Vs. JEAN TOUCHARD. Op. Cit., p.169.

62

Vs. JEAN TOUCHARD. Idem, p.179.

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SEGUNDA

PARTE

ANÁLISIS DEL ESTADO MODERNO: ORÍGENES, RASGOS Y REPERCUSIONES

1.- Discusión Historiográfica Sobre las Razones del Origen del Estado Moderno

Sin duda, resulta difícil referirse a la concepción de Estado durante la edad media o durante la antigüedad, a pesar de que muchas sociedades, durante estas épocas, desarrollaron ciertos rasgos que se pueden incluir en la noción que se tiene en la actualidad sobre el Estado Moderno, como se ha analizado en los puntos anteriores. Esta situación deriva de que el origen del Estado Moderno, propiamente tal, se da en el siglo XVI63, en la parte occidental de Europa, situación ante la cual los historiadores están de acuerdo en su mayoría. Sin embargo las razones y motivos que tuvo el surgimiento de este Estado han estado siempre en la discusión historiográfica64. Por un lado tenemos autores que sugieren 63

Desde esta segunda parte del trabajo, las fechas carecen de la señalización D.C. (Después de Cristo), puesto que se sobrentiende que datan de estos dos últimos milenios, por lo cual tan sólo en el caso de que se quiera establecer una fecha anterior, se utilizará la sigla correspondiente de A.C. (Antes de Cristo).

64

Con respecto a una fecha posible de origen del Estado Moderno, los historiadores tienen consenso de que este data del siglo XVI. El historiador Perry Anderson, afirma que el Estado occidental nació en Europa durante el siglo XVI, y en donde el Estado nacería producto de las grandes dificultades y limitantes que el sistema de producción medieval imponía a la región, de esta manera, habría nacido un Estado Absolutista, con

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que el Estado Moderno nace producto de que la larga crisis de la económica y social de la sociedad europea desde el siglo XIV, habría puesto de manifiesto, una serie de dificultades y de limitantes al viejo sistema de producción feudal, situación la cual habría dado origen al Estado Moderno, producto de la necesidad de ordenar a la sociedad bajo una autoridad central respetada y reconocida como tal por todos, tesis que pertenece al historiador Perry Anderson. Por su lado para el historiador Marco Antonio Huesbe, el surgimiento del Absolutismo, como primer sistema político mundial, habría dado origen al Estado Moderno, incluyendo sus instituciones y el derecho.

Tenemos que si bien estas dos visiones historiográficas difieren de los motivos por los cuales nació el Estado Moderno, coinciden en que fue a lo largo del siglo XVI y en Europa, y más importante aún, de que el Estado Moderno, es un acontecimiento único y nuevo. En este sentido hay otros autores que si bien coinciden con los dos primeros elementos (de que el Estado Moderno nace en el siglo XVI y lo hace en Europa occidental), difieren de que el Estado Moderno se trate de un acontecimiento nuevo en Europa occidental. En este sentido el historiador y cientista político Jean Touchard, señala que en realidad lo que ocurrió en Europa durante el siglo XVI con respecto al Estado, es que este en realidad ya existía, sin embargo en esta época se empezó a modernizar, ya sea en Francia desde Luis XI, en Inglaterra a partir de los dos primeros Tudor, o en España con Fernando e Isabel, proceso en el cual la autoridad de los monarcas se afirma lo que permite que se de este proceso de

la finalidad de poner término a la fragmentada soberanía medieval y crear un poder centralizado, encarnado en la figura del monarca. Vs. PERRY ANDERSON, El Estado Absolutista, Editorial Siglo Veintiuno, Ciudad de México – México, 1985 (Séptima edición en español. Primera edición en español de 1979, edición original en inglés de 1974, título original: Lineages of the Absolutist State), p. 9. Por su parte, de la lectura de la obra de Marco Antonio Huesbe, Institucionalización del Estado Moderno: Teoría de los Iura Majestatis, se desprende que en realidad, la teoría absolutista, la cual se estructuraría a partir de cinco teorías básicas: teoría política (soberanía), teoría jurídica (derechos de la majestad), teoría económica (mercantilismo), teoría teológica (teología civil, Estado confesional), y teoría del interés nacional (relaciones exteriores), sería el primer sistema político del occidente moderno durante el siglo XVI. De esta manera el Absolutismo habría dado origen al Estado, incluyendo sus instituciones y su derecho, situación que trata de un largo proceso histórico y en donde todavía en la actualidad, perduran algunos elementos de la institucionalidad de aquella época. Vs. MARCO ANTONIO HUESBE LLANOS, Institucionalización del Estado Moderno: Teoría de los Iura Majestatis, Colección de Estudios y Monografías, Nº 33, Editorial Edeval, Valparaíso – Chile, 1999, p. XIII – XIV de la Introducción.

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modernización65. Esta visión parte de la idea de que el Estado es una institución que ya existía en Europa, y que a través de la historia ha ido cambiando de forma, más no de fondo.

Intentando dejar de lado un tanto la interesante discusión historiográfica sobre las razones del origen del Estado Moderno, lo cierto, y a pesar de que ciertos autores señalen de que este Estado sería tan sólo una modernización o “actualización” del ya existente, se debe destacar que igualmente se trata de una situación nueva en Europa occidental. Asimismo, el Estado que nace durante el siglo XVI es un Estado Territorial, para el cual si bien, no es posible fijar una fecha determinada para su aparición, es innegable que a fines del siglo XVI y comienzos de XVII ya había aparecido. Según Marco Antonio Huesbe, resulta posible remontar sus orígenes a la parte su de la Italia de la época medieval, durante los años de la reforma administrativa de la Iglesia del papa Juan XXII en Avigñon, o también durante la época del gobierno del Emperador Federico II de Hohenstaufen66. Este Estado Territorial para Marco Antonio Huesbe, es el sistema político que sucede al Estado Feudal, y que ya a fines del siglo XVI presenta ciertos rasgos totalmente definidos67, como por ejemplo que está determinado por la soberanía, la cual se ejerce sobre un territorio determinado a través de un poder soberano común. Este rasgo de la soberanía postula la unicidad del mando y del territorio, lo cual de manera tácita fija el principio de indivisibilidad del mando y del territorio. Otro rasgo de suma importancia, es que el Estado Territorial, logra someter a todos sus miembros a una sola obediencia (religiosa, política, jurídica o social), y que a través de la ley logra ordenar las distintas formas de gobierno de las sociedades.

65

El autor señala que los rasgos de esta modernización se pueden apreciar por ejemplo en la instauración del cobro permanente de un impuesto, que ayudaría también a la manutención de un ejército permanente, o por otro lado la multiplicación de los funcionarios reales, quienes dan forma a un gobierno central y a una administración provincial, la cual controlaría alas autoridades locales o simplemente las sustituirían. A esto se debe sumar que los súbditos entran a formar parte de manera intrínseca a este nuevo sistema, ya sea por una adhesión propia, por resignación, o simplemente a través de la amenaza. Vs. JEAN TOUCHARD. Op. Cit., p.199.

66

Vs. MARCO ANTONIO HUESBE LLANOS. Op. Cit. , p. 28.

67

Vs. MARCO ANTONIO HUESBE LLANOS. Idem, p. 28 – 29.

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Desde este punto de vista, y en perspectiva histórica, tenemos que el Estado Territorial no es sólo un fruto del cambio producido desde la época medieval a la moderna, sino como señala Marco Antonio Huesbe, el Estado Territorial, “es el protagonista que posibilita la transformación de la Europa Medieval, dominada por la sociedad feudal segregada, en una sociedad centralizada, dinámica, funcional, técnicamente eficaz para satisfacer las necesidades de la Europa y del mundo extraeuropeo”68. De esta forma y al contrario de como lo platea Perry Anderson, quien señala que el Estado naciente de las convulsiones de la época medieval, es un Estado Absolutista69, nos parece más acertado señalar que el Estado que nace durante el siglo XVI es Territorial y que en base a las necesidades de la época a partir de la instauración de los gobiernos absolutistas en gran parte de la Europa occidental, este se va transformando en un Estado Absolutista70.

68

Vs. MARCO ANTONIO HUESBE LLANOS. Ibidem, p. 29.

69

Vs. PERRY ANDERSON. Pop. Cit., p. 9.

70

Al respecto de esta controversia sobre que si el Estado que nace durante el siglo XVI es absolutista, o sobre que si se transformó en tal durante el gobierno de las monarquías absolutistas, nos parece más acertada esta última visión. Marco Antonio Huesbe señala que una vez funcionando el Estado Moderno, y según los postulados que asumen los gobernantes de la época, a partir del establecimiento del Absolutismo en algunos de los estados centralizados de Europa, se da un proceso de institucionalización y burocratización del Estado Territorial, fruto de una percepción consciente de parte de ciertos grupos sociales activos y vigorosos, como por ejemplo la burguesía, decididos a que la “máquina” estatal funcione de acuerdo a los intereses generales que estos mismo grupos proponen. De esta forma esta necesidad de Estado, habría dado origen al Estado occidental Moderno, el cual posteriormente, y tan sólo en algunas partes de Europa se habría convertido en un Estado Absolutista. Vs. MARCO ANTONIO HUESBE LLANOS. Op. Cit., p. 57.

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2.- El Desarrollo del Estado Moderno Visto a Través de Sus Pensadores

El siglo XVI, como se ha señalado anteriormente, es el momento en que nace el Estado Moderno. Es una época en donde se han producido una serie de grandes transformaciones en los ámbitos políticos, religiosos o económicos producto de los descubrimientos geográficos o de la Reforma y posteriormente de la Contrarreforma, o también del nacimiento de nuevas e incipientes doctrinas económicas como el capitalismo comercial. Esta gran innovación que se da en el siglo XVI, también es posible de encontrar dentro del aspecto político, ya que durante esta época surgen una serie de teorías relacionadas con el poder, el gobierno y el Estado, como lo son el origen de la doctrina absolutista, la cual busca afirmar el poder de los monarcas, en una época en que todavía era muy fuerte la disputa sobre si el poder eclesiástico o el poder temporal tenían la supremacía sobre la sociedad. Según los autores, François Châtelet, Olivier Duhamel y Evelyne Pisier – Kouchner71, señalan que estos cambios fundamentalmente se asocian al Renacimiento y se relacionan con:

a) Las realidades técnicas y económicas provocadas por la extensión y asentamiento de los descubrimientos hechos durante la Edad media, lo que trajo consigo, el desarrollo de un nuevo tipo de civilización: urbana, comerciante y manufacturera.

b) Los descubrimientos geográficos (principalmente de América), las revoluciones astronómicas de Copérnico y Kepler o la física de Galileo, hicieron posible una nueva imagen del mundo.

c) En el plano cultural, se redescubre el mundo greco – romano gracias al interés de los humanistas por el hombre y su entorno natural y cultural. 71

Vs. FRANÇOIS CHÂTELET, OLIVIER DUHAMEL y EVELYNE PISIER – KOUCHNER. Op. Cit., p. 50.

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d) Finalmente, Europa durante la Edad Moderna, experimenta una serie de cambios en el campo del pensamiento religioso, los cuales rápidamente tuvieron connotación en el campo de la política, donde la más trascendente fue sin lugar a dudas, una nueva visión de Estado, la cual esta vez se liga a la soberanía.

Esta serie de cambios, introdujeron una verdadera revolución en el campo de las ideas políticas y sobre todo en la noción que se tenía respecto al concepto, atribuciones y funciones del Estado, situación que se puede constatar a través del pensamiento de connotados autores de la época como se verá a continuación.

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2.1.- Nicolás Maquiavelo: El Estado Como Institución Absoluta

Uno de los mayores autores sobre el Estado durante el período moderno, fue Nicolás Maquiavelo72 (1469 – 1527). Maquiavelo en 1513 redacta su obra más conocida, El Príncipe, la cual tiene el doble objetivo de recobrar el favor73 de Lorenzo de Médicis, duque de Urbino durante esa época, y por otro lado de incitar a esta familia a tomar el poder en Italia y expulsar a los bárbaros. Guillermo Fraile en su obra Historia de la Filosofía74 plantea que Maquiavelo “desliga la política de la moral, prescindiendo de toda norma intrínseca, superior y trascendente de moralidad”75. “La política es autónoma”, agrega Fraile para interpretar a Maquiavelo. Además agrega el autor que para Maquiavelo “su norma es la utilidad y el buen éxito. Si se desea el triunfo, no deben tenerse en cuanta los preceptos y trabas morales. La conducta del príncipe se justifica por la conveniencia o la necesidad del Estado. Su regla suprema es la “razón de estado””76.

En El Príncipe, Maquiavelo se escapa de las tradicionales incógnitas sobre el mejor tipo de gobierno, o sobre la legitimidad del poder o del Estado, para situarse de manera concreta en lo que era la realidad italiana en ese momento, bajo la pregunta de cómo imponer el orden e instaurar un Estado estable en Italia. Si bien desprecia las monarquías hereditarias de 72

Nicolás Maquiavelo, florentino nacido el 3 de Mayo de 1469 y muerto el 22 de Junio de 1527, también figura en la literatura con el nombre de Niccolo Machiavelli. Vs. JEAN Touchard. Op. Cit., p.202.

73

Cabe recordar que Nicolás Maquiavelo vio frustrada su carrera política al perder el favor de los Médicis, quienes no tomaron en cuanta sus consejos con respecto a materias de gobierno, a pesar de que fue la propia familia quien le pidió ciertas obras, como por ejemplo los Discursos Sobre la Primera Década de Tito Livio durante 1519. la familia Médicis prefirió confinarlo a las funciones de historiógrafo oficial, antes que a las de consejero de la familia con respecto a asuntos de gobierno, situación que habría frustrado sin duda a Maquiavelo. 74

Vs. GUILLERMO FRAILE. Historia de la Filosofía, Tomo III “Del Humanismo a la Ilustración”, Editorial Católica, Biblioteca de Autores Cristianos, Madrid – España, 1978 (Edición original de 1966).

75

Vs. GUILLERMO FRAILE. Idem, p. 303.

76

Vs. GUILLERMO FRAILE. Idem, p. 303.

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España y Francia, admira sin embrago la solidez que le brindan al Estado, situación impensable en una Italia anárquica, dividida, pobre, invadida y fuera de ello con el peso de acoger a la Santa Sede dentro de su territorio. De esta manera señala que la vía más apta para poder poner fin a esta serie de problemas es el surgimiento de un príncipe, el cual debe ser o hábil o afortunado para poder acceder al poder. Por otro lado, en cuanto a la forma de gobernar, no vasta simplemente con que el príncipe sepa conciliar lo favores de sus conciudadanos, sino más bien debe mantener “una energía a la vez brutal y prudentemente calculadora, ajena a cualquier preocupación de moral ordinaria”77. Además debe evitar cambiar las instituciones y procurar que las medidas impopulares sean vistas como tomadas por subalternos, así como también deberá elegir con cuidado a sus consejeros, no cediéndoles ninguna cuota de poder, además de dedicarse tan sólo a defender y extender su poder por todos los medios posibles, incluso llegando al crimen si fuese necesario, situación que se desprende de una de sus máximas más populares: “vale más ser temido que ser amado”78, aunque esto no quiere decir que descuide su popularidad, ya que la adhesión que le tenga el pueblo, será vital para alcanzar sus objetivos.

El manejo que se haga del pueblo de parte del príncipe, también es vital en su forma de gobierno, ya que este es maleable, sensible a la fuerza y por sobre todo, fácil de engañar, por lo cual el príncipe debe, según Maquiavelo, tomar a la hipocresía prácticamente como una virtud. De esta manera, Maquiavelo reflexiona que si el príncipe a pesar de su actuación, si logra conservar su vida, el poder y el Estado, los medios que hayan sido aplicados para ello, serán tomados como honorables o necesarios79, situación la cual es aplicable también a las relaciones con los Estados extranjeros.

77

Vs. JEAN TOUCHARD. Op. Cit., p.203.

78

Vs. JEAN TOUCHARD. Idem, p.203.

79

Sin dudad a partir de esta reflexión se ha inventado la máxima más popular de su obra, El Príncipe, la cual como bibliográfica e historiográficamente se sabe, no fue pronunciada por Maquiavelo, ni tampoco figura dentro de su obra, pero sin duda, sintetiza de manera general, el trasfondo de la intención presente dentro de esta obra.

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Maquiavelo seculariza y exalta el Estado a través de su obra, aunque no llega a formular teoría alguna sobre su funcionamiento. Esta situación se ve reflejada en que Maquiavelo detesta el posible gobierno de los sacerdotes, siendo un gran adversario del poder temporal que pretendía imponer la Santa Sede a los hombres. De esta manera, Maquiavelo en su pensamiento no sólo demuestra que quiere laicizar al Estado, sino va más allá, al sugerir una subordinación de la religión y el poder espiritual en la tierra, al Estado. Su preocupación por la religión sin duda radica, en como señala Touchard, en que Maquiavelo la considera como un instrumento del poder a la vez que también es un importante elemento de cohesión social80.

Mario de la Cueva señala que al “igual que los griegos y los romanos, Maquiavelo partió de la comunidad humana como de una realidad y se ocupó de las maneras o formas de gobernarla, porque éste era el problema fundamental de las ciudades italianas”81.

Maquiavelo entiende al Estado como un poder central soberano, el cual es legislador y decidor sin ningún tipo de competencias, sobre los asuntos que conciernen a la colectividad en temas interiores o exteriores. Esta concepción sobre el Estado, basada en una potestad suprema y una autonomía de la esfera de la política puede encontrarse en su obra, Discurso Sobre la Primera Década de Tito Livio, el cual escribe entre 1512 y 1519, trata de explicar por sobre todo, que hay una serie de leyes que el hombre posee y que son las mismas que están presentes en la naturaleza, en donde por cierto no hay ningún tipo de obligación moral. De esta forma se puede volver al trasfondo que hace Maquiavelo en la forma de gobernar que aconseja en El Príncipe, en donde señala que el príncipe no debe tener miramientos morales a la hora de gobernar. Al respecto, François Châtelet, Olivier Duhamel y Evelyne Pisier – Kouchner, señalan que si se pretende el poder, para la consecución de este, no se puede desfallecer ni establecer compromisos, como también no

80

Vs. JEAN TOUCHARD. Op. Cit., p.205.

81

Vs. MARIO DE LA CUEVA. Op. Cit., p. 60.

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se pueden tener consideraciones morales ni religiosas, puesto que quien se hace con el control del Estado, es quien puede definir el bien y el mal82.

De esta manera se puede comprender, desde el punto de vista de Maquiavelo, que su interpretación del Estado, radica en una visión realista sobre su manera de funcionar, la cual radica en que este, tiene una tendencia natural a extenderse, no existiendo ni la moral ni el derecho internacional en este proceso. A su vez, esta situación se justifica, en que la situación de ese momento, era comparable a la una jungla en la cual todo esta permitido, por lo cual la única problemática en cuanto al actuar del Estado, se presenta en base a realizar un buen trabajo de planificación de sus acciones, dosificando fuerzas, para poder llevarlas a cabo, situación por la cual, la fuerza militar es de vital importancia dentro de un Estado.

La fuerza militar dentro del aparato estatal como medio para conseguir los fines de este, es un tema de gran importancia dentro del pensamiento de Maquiavelo. Esta situación se debe a que Maquiavelo se explica en gran parte la debilidad de los estados italianos, producto de que su fuerza militar radica en el uso de mercenarios, los cuales no están al servicio de la patria, sino del dinero. Es por ello que Maquiavelo ve en la formación de ejércitos nacionales la única posibilidad cierta de crear una seguridad permanente, para lo cual se requeriría la instauración de un servicio militar, lo que para Maquiavelo sería la más alta forma de civismo y patriotismo83, ya que la defensa de la patria no sólo debe radicar en la paga, sino también en el deseo de la supervivencia del territorio al cual se está ligado de diversas formas.

82

Vs. FRANÇOIS CHÂTELET, OLIVIER DUHAMEL y EVELYNE PISIER – KOUCHNER. Op. Cit., p. 51.

83

Como se puede apreciar en estos últimos párrafos, la idea de patriotismo está muy presente en la concepción de Estado de Maquiavelo. Este patriotismo lo asocia el autor, fundamentalmente a la defensa del país a través del ejército, el cual tiene como objetivo principal la defensa del territorio patrio y de la supervivencia del aparato estatal. Para más información acerca del tema del patriotismo en el pensamiento político de Maquiavelo, Vs. JEAN TOUCHARD. Op. Cit., pp.202 a 206.

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Para terminar con el análisis de Maquiavelo, nos gustaría citar un pequeño párrafo de su obra: “Todo el mundo sabe cuán laudable es que el príncipe prefiera siempre la lealtad a la falacia; sin embargo la experiencia de los tiempos prueba que príncipes a quienes se ha visto hacer grandes cosas, tuvieron poco en cuenta la fe jurada, procurando engañar a los hombres y consiguiendo al fin dominar a los que en su lealtad fiaban”84. En esta cita se aprecia claramente el pensamiento maquiavélico ya que, más que criticar a los reyes que mienten los está alabando, ya que señala que estos han alcanzado sus fines gracias a la utilización de la mentira. De esta manera el príncipe se debe entiende en dos dimensiones: el deber ser (que debe ser bueno ante los ojos del pueblo) y lo que en realidad es (que no debe escatimar en esfuerzos ni en asuntos morales para conseguir sus fines).

84

Vs. NICOLÁS MAQUIEVELO. El Príncipe, en: Obras Políticas, Editado por la Librería El Ateneo, Buenos Aires – Argentina, 1957, traducción de Luis Navarro.

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2.2.- Martín Lutero y Juan Calvino: La Reforma y el Estado

Con la famosa promulgación de las 91 tesis de un monje alemán, el cual denunciaba el tráfico de las indulgencias de parte de Roma, asegurándose así una serie de ganancias materiales y estableciendo de paso una serie de presiones sobre los fieles, comienza el gran movimiento que involucró a papas y reyes, a caballeros y al pueblo, a sacerdotes y villanos, movimiento que se ha denominado como La Reforma.

Sin duda La Reforma, trajo consigo una serie de reformas políticas, ya que acentúo y complicó las divisiones políticas del continente europeo, producto en gran parte del cuestionamiento de las ideologías políticas medievales, de una supuesta preeminencia del poder espiritual por sobre el temporal. Sin duda el más importante de los reformadores fue Martín Lutero (1483 – 1546). Este monje de origen popular, tiene dos ideas presentes a lo largo de toda su obra: el carácter divino de toda autoridad establecida y la separación radical entre la fe y la ley, pautas que sin duda, contribuirán a cambiar la concepción de Estado de la época. En este sentido, sus ideas pueden sintetizarse en que la sumisión absoluta a la autoridad temporal radica en que esta tiene su origen y misión dada por la divinidad, situación por la cual, la autoridad temporal no es cuestionable ante los ojos de los hombres y de la Iglesia. Sin embargo esta división radical entre lo que es el poder temporal y el espiritual no es tan fácil de apreciar, ya que cada hombre sobre la tierra, está comprometido dentro de ambos órdenes.

Lutero en el tratado De la Libertad del Cristiano, señala que si cada cristiano vive según la fe, debe ser libre y por lo tanto no está sometido a ningún tipo de orden, por lo cual es sacerdote85 y rey a la vez, situación que sin embargo no se logra en el mundo temporal. Por su parte, en su llamamiento A la Nobleza, Lutero señala que la consecuencia de este

85

En este sentido puede entenderse la propuesta de Lutero sobre lo que denomina como el “sacerdocio universal”, en donde cada cristiano que viva según su fe, puede considerarse un sacerdote, ya que su relación con Dios es directa producto de su fe, por lo cual la existencia de los sacerdotes de la Iglesia católica, pierde sin duda su objetivo.

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sacerdocio universal, es la abolición del Estado Eclesiástico (el cual pretendía instaurar la Santa Sede a través de una supuesta autoridad sobre el poder estatal), lo cual significa la abolición de sus privilegios y la consecuente ampliación de estos y del poder inherente a ellos, para el poder temporal. Sin embargo lo que puede parecer una supuesta predilección de Lutero por el poder terrenal, no lo es tal, ya que el propio Lutero señala que “así como la vid eterna es más elevada que la vida terrenal, así el poder espiritual es más elevado que el poder temporal”86.

En el tratado De la Autoridad Secular, Lutero explica de mejor forma esta problemática en cuento al dilema de la preeminencia del poder secular por sobre el espiritual o viceversa. En esta obra señala que si bien el poder espiritual le concierne a los verdaderos cristianos, estos son escasos, y sin embargo no conforman una comunidad diferente al resto de la sociedad, la cual está sometida al poder coercitivo87 que rige a todos los hombres, por lo cual la verdadera Iglesia es la “Iglesia invisible”88.

De esta manera se aprecia en las obras de Lutero una argumentación en tres niveles: teológica, moral y política. La argumentación en el plano teológico, se funda en un retorno al cristianismo originario, en donde se fundamental el Evangelio y la palabra de Cristo, por lo que Lutero denuncia situaciones como la idolatría romana, la cual había sustituido la adoración de las imágenes y la práctica de rituales de amor por Dios. Ante esta situación Lutero señala que la única solución, es la fe directa del hombre en Dios (con lo cual se

86

Vs. JEAN TOUCHARD. Op. Cit., p.215.

87

Tal como señala Touchard, a través de la obra de Lutero, no puede apreciarse de forma clara una noción con respecto al Estado, ya que Lutero prefiere referirse a la autoridad, cuyos marcos son las viejas formas medievales de la cristiandad y el Imperio. De esta manera es que se homologará la referencia que hace Lutero al poder temporal simbolizado en la figura de los reyes, al poder del Estado.

88

Con el término de “Iglesia invisible”, Lutero pretende justificar la idea del “sacerdocio universal”, ya que producto de este, no puede haber una Iglesia (en el sentido de la institución que encabeza la Santa Sede) que rija a los verdaderos cristianos, ya que estos si viven según la fe, son completamente libres y no deben regirse por los mandatos de la Iglesia, por lo cual estos cristianos libres, son en el fondo la verdadera Iglesia, la “Iglesia invisible”, ya que si bien existes estos verdaderos cristianos (unos pocos como señala el propio Lutero) no están ni organizados (ni tampoco llamados a hacerlo) en una institución con las características que presenta la Iglesia Católica, pero de igual forma, y como son parte de una sociedad, deben someterse al poder estatal.

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LA NOCIÓN Y CONCEPTO DE ESTADO DESDE LA ANTIGÜEDAD HASTA LA EDAD MODERNA A TRAVÉS DE SUS PENSADORES

vuelve a la idea del “sacerdocio universal” vista anteriormente). El segundo plano es el moral, en donde Lutero critica principalmente al alto clero, el cual está más preocupado por el poder y el bienestar temporal, aprovechando la piedad y caridad de los fieles, que por los asuntos que de verdad le debieran interesar. Desde este punto ya se aprecia el plano político, ya que la mala situación de la Iglesia, la impedían de ser una institución política. Es por ello que el cristiano que vive en la fe, es libre dentro de la gracia de Dios, pero igualmente, como se señaló antes, “debe obedecer las decisiones de los príncipes y los golpes de la historia y de la sociedad, puesto que participan en el castigo de la falta y fortifican al alma ávida de salvación”89. Ante esta situación, es claro que no se debe resistir al poder de los reyes, por lo cual no se puede hablar de derecho de resistencia, salvo en el caso que “cuando éstos ordenan obedecer al papa y sus partidarios; entonces se salen de su dominio y deciden sobre asuntos que sólo conciernen a Dios y al alma cristiana”90, situación por la cual tal vez si haya alguna noción del derecho de resistencia91 en la obra de Lutero.

Pero Lutero a través de su vida y de su pensamiento no fue siempre el mismo, incluso se ha llegado a hablar de dos Lutero. Lo cierto es que como señala Lucien Febvre en Martín Lutero, Un Destino92, “Lutero ulcerado por su estancia en Roma, el Lutero que reprimía sus ascos, pero que desarrollaba en su interior una pasión vehemente por la reforma de los abusos eclesiásticos, ese Lutero ha muerto para nosotros”93, ya que, agrega el autor, “lo

89

Vs. FRANÇOIS CHÂTELET, OLIVIER DUHAMEL y EVELYNE PISIER – KOUCHNER. Op. Cit., p. 53.

90

Vs. FRANÇOIS CHÂTELET, OLIVIER DUHAMEL y EVELYNE PISIER – KOUCHNER. Idem, p. 53.

91

A diferencia de lo visto a lo largo del Seminario, en donde es prácticamente imposible encontrar alguna noción sobre el derecho de resistencia en la obra de Lutero, se ha descubierto por medio de la obra de François Châtelet, Olivier Duhamel y Evelyne Pisier – Kouchner, que tal vez es posible visualizar alguna concepción acerca de este derecho en Lutero, ya que los autores señalan que si bien no hay que resistir a los reyes, hay una excepción, “cuando éstos ordenan obedecer al Papa y sus partidarios; entonces se salen de su dominio y deciden sobre asuntos que sólo conciernen a Dios y al alma cristiana”. Vs. FRANÇOIS CHÂTELET, OLIVIER DUHAMEL y EVELYNE PISIER – KOUCHNER. Idem, p. 53. 92

Vs. LUCIEN FEBVRE. Martín Lutero, Un Destino, Editorial Fondo de Cultura Económica, Ciudad de México – México, 1956.

93

Vs. LUCIEN FEBVRE. Idem, p. 77.

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sustituye un cristiano solitario que sufrió mucho y meditó antes de forjarse su verdad”94. De esta manera tenemos el Lutero a un hombre que por un lado tiene mucha fe en Dios, pero por otro duda realmente que la Iglesia y su actuar en la tierra sean dignos de Dios.

Otro de los grandes reformadores es Juan Calvino (1509 – 1564), quien sin duda tuvo la ventaja de recibir una formación tanto teológica como jurídica, lo que le permitió según Touchard, conservar “de ella la inclinación por la lógica y la construcción y un sentido del derecho y del Estado que faltó a Lutero”95. Calvino en su obra La Institución Cristiana (edición latina de 1536, aumentada de forma considerable en su traspaso al francés en 1541), se distancia un poco de Lutero en cuanto a una división muy marcada del mundo espiritual y el temporal, ya que Calvino señala que los hombres, los cuales se organizan social y políticamente, tan sólo responden a una necesidad universal producto de su razón, por lo cual esta situación no implica necesariamente una supemeditación o superación con respecto al orden espiritual.

A pesar de esta división bastante menos rígida que la que realiza Lutero, igualmente en Calvino, vemos que esta situación genera conflictos en cuanto a su interpretación, ya que Calvino señala que por un lado la subordinación a la ley divina hace necesaria una política racional, por lo que toda autoridad debe ser respetada, producto de que proviene de Dios, pero este autoridad no es independiente de Dios, ya que posee una misión espiritual, dada por Dios, y que consiste en dirigir a los hombres según el designio divino, el cual básicamente busca facilitar la salvación del hombre. De esta manera se puede entender un tanto cíclica esta situación, en donde si bien todos obedecen la ley divina, también todos deben obedecer a la autoridad, producto de que Dios la ha dado, pero en último término la ha dado para que se cumpla su palabra. Aquí se plantea la duda de que pode está por sobre el otro, ante lo que el autor Touchard, señala que cuando Calvino dedica esta obra a

94

Vs. LUCIEN FEBVRE. Ibidem, p. 77.

95

Vs. JEAN TOUCHARD. Op. Cit., p. 217.

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Francisco I, “es la fidelidad al régimen quien predomina”96. De esta manera la única manera posible y legítima de poder rebelarse97 (en el sentido del derecho de resistencia), es cuando aparece un profeta, el cual puede intervenir en contra de un mal gobierno.

De esta manera se tiene que La Reforma en el plano religioso iniciada por Lutero y Calvino, a la cual más tarde se sumaron hombres tan importantes como Müntzer, abren una importante vertiente dentro del pensamiento político de la época al referirse a las relaciones de las comunidades religiosas con el Estado “convertido en un poder laico, que es, con frecuencia y al mismo tiempo, el de la relación entre exigencia moral y necesidad política”98.

96

Vs. JEAN TOUCHARD. Ibidem, p. 218.

97

En este sentido Calvino es estricto, e incluso señala que a los rublos no les es permitido rebelarse, ni siquiera en contra de algún gobierno tiránico, ya que toda autoridad proviene directamente de Dios, al igual como ocurre en el pensamiento de Lutero.

98

Vs. FRANÇOIS CHÂTELET, OLIVIER DUHAMEL y EVELYNE PISIER – KOUCHNER. Op. Cit., p. 54.

50

LA NOCIÓN Y CONCEPTO DE ESTADO DESDE LA ANTIGÜEDAD HASTA LA EDAD MODERNA A TRAVÉS DE SUS PENSADORES

2.3.- Tomás Moro, Etienne de la Boetie y Erasmo: El Hombre y el Estado

El

aparecimiento

del

Humanismo

y

el

Renacimiento

en

Europa

(y

fundamentalmente en Italia), insertó dentro del pensamiento político una corriente en que el Estado era acompañado del hombre, es decir, para pensar en el Estado, había que reflexionar primero en el hombre, ya que era este el centro del universo y quien le daba la forma que estimaba conveniente al Estado.

Dentro de estos humanistas, uno de los más importantes es sin lugar a dudas, Tomás Moro (1480 – 1535), quien no vaciló en oponerse a la tiranía ejercida por Enrique VII en Inglaterra. Su obra capital, llamada Utopía (publicada en latín durante 1516 en Lovaina), sin duda le hace un lugar importante, en la revisión del pensamiento político sobre el Estado de la Edad Moderna. En su obra demuestra los vicios de la organización social (alto número de nobles y monjes mendicantes, a los cuales considera ociosos; o reyes con amplios poderes, los cuales los vuelven tiranos), fundamentalmente apuntando a Francia e Inglaterra. A estos Estados, los define (al igual que la palabra en sí), como “expresión de los intereses de la clase dominante”99, por lo cual no constituyen en ningún momento una sociedad justa, puesto que señala que “allí donde la propiedad sea un derecho individual, allí donde todas las cosas se midan por el dinero, no se podrá nunca organizar la justicia y la prosperidad sociales”100, situación por la cual Tomás Moro, propone una sociedad comunista dentro de la isla de Utopía.

La obra en sí es una contraposición al estado de las cosas en el mundo en que vivió Tomás Moro, pero sin duda su interpretación no es del todo fácil ya que cabe preguntarse si la Utopía que propone Moro no es en el fondo un reclamo para la existencia de un reino

99

La frase original en latín es: “Quaedam conspiratio divitum, de suis commodis reipublicae nomine tituloque tractantium”. Vs. JEAN TOUCHARD. Op. Cit., p.211.

100

Vs. JEAN TOUCHARD. Idem, p.211.

51

LA NOCIÓN Y CONCEPTO DE ESTADO DESDE LA ANTIGÜEDAD HASTA LA EDAD MODERNA A TRAVÉS DE SUS PENSADORES

fuerte, centralizado y administrado, el cual movilice la energía de todos los individuos de la sociedad101.

En la obra de Moro, la Utopía no se construye bajo ninguna base previa, ni siquiera bajo las pautas del Evangelio, por lo cual se puede considerar que su propuesta es totalmente novedosa. Moro señala que los habitantes de Utopía, solo construyen su ciudad en base a su razón natural. Pero esta supuesta originalidad no es tan clara, si se tiene en cuenta que como señala Touchard, sin dudas, esta obra “debe mucho, ciertamente a la República de Platón y al antiguo mito de la Edad de Oro, actualizado sin duda por los primeros conocimientos relativos a las sociedades del Nuevo Mundo (Moro leyó a Américo Vespucio)”102. Pero el gran legado de la obra de Moro no radica en su supuesta propuesta, sino en poder trasladar de gran manera los principios de moral y generosidad del pensamiento humanista, a la política y sociedad de esa época.

Otro gran pensador dentro de este contexto, fue Etienne de la Boetie, quien en su obra Discurso Sobre la Servidumbre (escrito en 1549 y reeditado en 1574 por los calvinistas bajo el título de Contr`Un), critica de forma radical la tiranía de los reyes, a la Iglesia y a los denominados “señores de la guerra”. Su planteamiento es por cierto novedoso, ya que no sólo se refiere al poder103, sino a la obediencia, ya que señala que “el mandato de alguien implica la obediencia de los demás”104, situación por la cual se cuestiona este autor sobre de donde proviene la obediencia y en que casos se debe ejercerla. Etienne de la Boetie señala que el hombre es libre por naturaleza, pero su sentido de comunidad lo obliga

101

Este es el cuestionamiento que se platean François Châtelet, Olivier Duhamel y Evelyne Pisier – Kouchner ante la lectura de la obra de Tomás Moro. Vs. FRANÇOIS CHÂTELET, OLIVIER DUHAMEL y EVELYNE PISIER – KOUCHNER. Op. Cit., pp. 54 - 55.

102

Vs. JEAN TOUCHARD. Op. Cit., p.212.

103

Cabe recordar que gran parte del debate de esta época giraba en torno a que si la legitimidad del poder estaba dada directamente por Dios a los reyes, o a la Iglesia Católica, lo cual llevaba al debate sobre que tipo de poder tenía la preeminencia: el poder temporal o es espiritual. 104

Vs. FRANÇOIS CHÂTELET, OLIVIER DUHAMEL y EVELYNE PISIER – KOUCHNER. Op. Cit., p.

54.

52

LA NOCIÓN Y CONCEPTO DE ESTADO DESDE LA ANTIGÜEDAD HASTA LA EDAD MODERNA A TRAVÉS DE SUS PENSADORES

a vivir en sociedad, situación la cual no implica en ningún momento la dominación por parte de otros hombres.

Para intentar dar respuesta de donde proviene la obediencia, este autor señala que no hay una respuesta concreta, ya que puede ser por la sumatoria de diversos elementos como por ejemplo el miedo a los más fuertes o alguna razón de orden superior, situaciones las cuales de igual forma, dejan a la interrogante de donde proviene la obediencia en “forjas cero”. Ante esta situación el autor plantea que probablemente “hay que suponer que a una primera naturaleza vino a sustituir otra segunda que se deja fascinar por el Uno, que admite que toda sociedad supone un príncipe, un punto trascendente del que todos y cada uno dependen”105, por lo cual se desprende que La Boetie no propone un régimen en concreto, sino es partidario de la imposición de la nueva forma política que comienza a visualizarse dentro de la Europa Occidental: El Estado, pero no cualquier tipo de Estado, sino el Estado en cuanto a poder absoluto.

Finalmente figura Erasmo de Rótterdam (1467 – 1536), quien según Touchard, presenta juicios que derivan de concepciones más allá de la política, siguiendo un orden totalmente inverso al realizado por Maquiavelo al referirse al Estado y la sociedad, a pesar de que Erasmo no conoce la obra de este, producto de que Erasmo más que nada parte desde imperativos morales y religiosos para explicar ambos elementos106, desde una óptica similar a la de los autores medievalistas, pero sin recibir su influencia directa.

En un principio Erasmo desarrolla obras en las cuales critica de forma energética el mal actuar de los gobernantes, criticando especialmente sus excesos, crueldades y locuras, situaciones que expone por ejemplo en Adagios (1500) y en el Elogio a la Locura (1511), en donde señala básicamente que las reglas de vida del Evangelio se debe imponer tanto en la vida pública como en la privada.

105

Vs. FRANÇOIS CHÂTELET, OLIVIER DUHAMEL y EVELYNE PISIER – KOUCHNER. Ibidem, p.

54. 106

Vs. JEAN TOUCHARD. Op. Cit., p.207.

53

LA NOCIÓN Y CONCEPTO DE ESTADO DESDE LA ANTIGÜEDAD HASTA LA EDAD MODERNA A TRAVÉS DE SUS PENSADORES

En su obra Institución del Príncipe Cristiano (1516), se interroga sobre las cualidades que debe poseer un monarca investido de un poder tan grande y de una responsabilidad tan amplia, sin dudad dirigiéndose a Carlos V, y en donde “se esfuerza por componer un programa político que combine las virtudes evangélicas y las riquezas del nuevo humanismo”107. Por lo mismo muestra preferencias por un régimen democrático108, sin embargo como señala Touchard “le importa menos la forma del Estado que el espíritu y el corazón de los gobernantes”109. Igualmente el Estado y el derecho tiene una existencia positiva ya que ayudan a una mejor convivencia entre los hombres.

Erasmo además es muy conocido por postular una forma de organización política interestatal de Europa Occidental durante esta época, cuando formula su visión sobre como debería ser una República Cristiana, pascual básicamente consistiría en una federación de los diferentes Estados cristianos, los cuales se agruparían de forma voluntaria y no bajo la vieja idea medieval del imperio, puesto que Erasmo hace primar el concepto de justicia y libertad cristiana por sobre cualquier otro.

107

Vs. FRANÇOIS CHÂTELET, OLIVIER DUHAMEL y EVELYNE PISIER – KOUCHNER. Op. Cit., p.

54. 108

Señala su preferencia por un régimen democrático, teniendo en mente el sistema aplicado en los Países bajos, en donde se da la existencia de una cierta representación de los súbditos a través de la forma tradicional de representación de las asambleas de Estados.

109

Vs. JEAN TOUCHARD. Op. Cit., p.208.

54

LA NOCIÓN Y CONCEPTO DE ESTADO DESDE LA ANTIGÜEDAD HASTA LA EDAD MODERNA A TRAVÉS DE SUS PENSADORES

2.4.- Juan Bodino: El Estado Como Poder Soberano

Juan Bodino o Jean Bodin110 (1529111 – 1596) es un erudito que se apoyo en su gran cultura histórica u jurídica para realizar su obra. Su legado es que estudia uno de los rasgos más importantes del Estado Territorial, “que fundamenta su funcionamiento en los atributos del poder político”112. En 1576 desarrolla su obra más conocida, denominada como los Seis Libros de la República, de la cual se puede señalar que Bodino intenta “refutar a Maquiavelo, al que admira, pero cuyas lecciones de “inmoralidad”113 teme, y ser el Aristóteles de su tiempo en la cuestión política”114. En esta obra Bodino define la soberanía como “la República es un recto gobierno de varias familias, y de los que les es común con poder soberano”115, definición en la que queda claro, como señala Marco Antonio Huesbe, “que el medio principal de una República para conseguir un grado de perfección es el grado de felicidad que alcanzan los ciudadanos en ella”116.

110

Jean Bodin es el nombre original en francés, su traducción a la lengua española es Juan Bodino, nombre que se utilizará en este trabajo. 111

Existe la duda sobre la fecha exacta del nacimiento de Jean Bodin, ya que esta puede ser ya sea en 1529 o 1530, por lo cual en este trabajo se consideran ambas fechas como válidas. 112

Vs. MARCO ANTONIO HUESBE LLANOS, Institucionalización del Estado Moderno: Teoría de los Iura Majestatis, Colección de Estudios y Monografías, Nº 33, Editorial Edeval, Valparaíso – Chile, 1999, p. 1. 113

Como cita Marco Antonio Huesbe de la obra de Bodino, esta inmoralidad radicaría en que “constituye una enorme incongruencia en materia de Estado enseñar a los príncipes las reglas de la injusticia para asegurar su poder mediante procedimientos tiránicos, pues no existe fundamento más ruinoso que éste”. Vs. MARCO ANTONIO HUESBE LLANOS, Historia de las Ideas Políticas en el Estado Moderno, Serie Monografías Históricas, Nº 9, Ediciones Universitarias de Valparaíso de la Universidad Católica de Valparaíso, Valparaíso – Chile, 1996, p. 141.

114

Vs. FRANÇOIS CHÂTELET, OLIVIER DUHAMEL y EVELYNE PISIER – KOUCHNER. Ibidem, p.

56. 115

Definición tomada de la obra de Marco Antonio Hueste, Institucionalización del Estado Moderno: Teoría de los Iura Majestatis, quien utiliza la versión traducida por Pedro Bravo de la obra de Bodino, del Instituto de Estudios Políticos de la Facultad de Derecho de la Universidad Central de Venezuela (Caracas 1966), definición que se encuentra en el párrafo 1.1.1. Vs. MARCO ANTONIO HUESBE LLANOS, Institucionalización del Estado Moderno: Teoría de los Iura Majestatis. Op. Cit., p. 1. 116

Vs. MARCO ANTONIO HUESBE LLANOS. Idem, p. 2.

55

LA NOCIÓN Y CONCEPTO DE ESTADO DESDE LA ANTIGÜEDAD HASTA LA EDAD MODERNA A TRAVÉS DE SUS PENSADORES

Dentro de esta definición dada por Bodino, tenemos que el Estado parte desde los hogares de las familias, las cuales están regidas por la autoridad paterna, la cual a su vez está bajo el poder soberano en asuntos públicos de quien gobierne, con los cual “esto quiere decir que el poder del Estado se ejerce sobre “sujetos francos”, sobres sujetos libres, que no son ni esclavos ni siervos”117. De esta manera la soberanía vendría siendo “el poder de hacer la ley sin el consentimiento de los súbditos”118. Esta distinción es muy importante, tanto como la que hace el mismo Bodino respecto a la forma de Estado119 y forma de gobierno120. La primera diferencia es que la forma de gobierno121 se da según quien detente la soberanía, por lo que esta forma puede ser la monarquía, aristocracia o democracia, en donde como es ya una situación clásica, cada una tiene sus ventajas y desventajas. Bodino manifiesta una preferencia por la forma de gobierno monárquica, bajo el argumento de que “no puede haber más que un solo soberano en una República… ¿cómo imaginar que un cuerpo de varios señores o un pueblo tengan la soberanía?”122. Esta aseveración que realiza Bodino no esclarece el problema completamente ya que señala que cualquiera de estas formas de organización del Estado a su vez puede presentar tres formas diferentes de gobierno, como lo pueden ser un gobierno monárquico, aristocrático o democrático.

117

Vs. FRANÇOIS CHÂTELET, OLIVIER DUHAMEL y EVELYNE PISIER – KOUCHNER. Op. Cit., p.

56. 118

Vs. JEAN TOUCHARD. Op. Cit., p.228.

119

El Estado para Bodino vendría siendo la “sede del poder soberano, el punto central del orden público. Este orden está definido por las leyes; éstas determinan, según la necesidad, las normas de la existencia social en su aspecto público; el Estado es dueño de darlas como de romperlas”. Vs. FRANÇOIS CHÂTELET, OLIVIER DUHAMEL y EVELYNE PISIER – KOUCHNER. Op. Cit., p. 56. 120

Con Juan Bodino se empieza a apreciar de forma más clara como las concepciones van cambiando y a diferencia de la antigüedad o de la Edad Media, ya no es lo mismo referirse a el Estado o al gobierno, ya que el régimen de gobierno es la forma en que quien detenta la soberanía va ejercer el poder, mientras tanto que el Estado es una institución absoluta y que está más allá del gobierno de turno, por lo cuales se puede señalar que es una institución soberana, con las atribuciones que el propio Bodino le da a la soberanía las cuales se verán más adelante.

121

Cabe destacar que en cuanto al tema de las formas de gobierno, el avance en las formas detectadas por estos pensadores políticos, no han variado prácticamente nada desde las detectadas por los pensadores griegos y romanos, lo que viene a demostrar que el hombre pensaba solamente en la existencia de tan sólo esas tres formas y también sobre las tres maneras en que estas se degeneraban. 122

Vs. JEAN TOUCHARD. Op. Cit., p.229.

56

LA NOCIÓN Y CONCEPTO DE ESTADO DESDE LA ANTIGÜEDAD HASTA LA EDAD MODERNA A TRAVÉS DE SUS PENSADORES

De esta manera tenemos que un gobierno monárquico puede gobernar de tres maneras distintas123, ya que puede hacerlo de manera “popular” (por igual proporción al acceso de todos los súbditos a los caros públicos), de forma “aristocrática” (por proporción geométrica, en donde los cargos están reservados a los nobles y a los ricos) o de forma “armónica” (en donde se combina de manera gradual a los nobles y villanos, a los ricos y a los pobres en cuanto a la participación dentro del gobierno). A su vez estas distinciones entre las formas de ejercer la monarquía no son la única preocupación de Bodino, ya que este también se dedica al estudio de ciertas distinciones suplementarias de la monarquía124, entre las cuales identifica a la “monarquía tiránica” (el despotismo integral, el cual no respeta a las “leyes naturales”), “la monarquía señorial” (en la que el rey es a su vez el señor y propietario de los bienes y persones que estén bajo su soberanía, situación que en vez de crear un Estado de derecho, crea un Estado de fuerza) y la “monarquía real o legítima (que es la única que constituye verdaderamente una República, ya que en ella los súbditos obedecen a las leyes del monarca y el monarca a las leyes naturales). Sin duda esta última forma, la monarquía real, parece agradar mas a Bodino, ya que es capaz de conciliar el “lenguaje bodiniano, lo absoluto de la soberanía y la libertad de los súbditos, esto es, esencialmente la propiedad privada”125.

Si bien es indiscutible que Bodino centró en varios aspectos, varios elementos de lo que debe entender como Estado Moderno, gracias a su concepción de soberanía, es cierto también de que como señala Mario de la Cueva, Bodino, “no es un hombre moderno en el sentido pleno de este término”126, ya que como señala el autor, Bodino permaneció, por decirlo de alguna manera, anclado en la doctrina jurídica medieval, ya que no fue capaz de separar el derecho de la teología católica.

123

Vs. JEAN TOUCHARD. Ibidem, p.229.

124

Vs. JEAN TOUCHARD. Idem, p.229.

125

Vs. JEAN TOUCHARD. Idem, p.229.

126

Vs. MARIO DE LA CUEVA. Op. Cit., p. 64.

57

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Bodino destaca como rasgos de la soberanía el que esta sea suprema, perpetua, propia y absoluta. Marco Antonio Huesbe quien analiza el pensamiento de Bodino a través de la fuente directa (esto es a través del estudio directo de la obra de Bodino), señala que la soberanía es absoluta y soberana “porque no está sujeto a otra condición que obedecer lo que la ley de Dios y lo que la ley natural manda”127, de esta manera el rey que posea el poder absoluto en ningún caso debe estar sometido a las leyes humanas y divinas, incluso se señala que “el príncipe soberano no puede estar obligado a sus propias normas y ordenanzas, por lo que se a entender que las leyes del príncipe soberano, aunque se fundamentan en buenas y vivas razones, su vigencia sólo depende d su pura y verdadera voluntad”128. Otro rasgo de la soberanía es que es indivisible, “y en este sentido es uno, por esencia y, si se delega, está por entero en cada delegación”129, esta situación acontece por que Bodino establece que los “derechos soberanos son indivisibles, inalienables y no pueden prescribir ni siquiera bajo la promesa de ningún tratado, aunque hecho personalmente por un monarca”130. De esta manera la soberanía no puede ser compartida con nada, ya que tan sólo al soberano le cabe el derecho exclusivo de hacer cumplir la justicia, o distribuir penas y recompensas. Finalmente tenemos que el último atributo de la soberanía es que esta es perpetua, por lo que “no podrá resentirse a las vicisitudes del tiempo y, por esta razón, es trascendente. En resumen, es, de la misma forma que según los teólogos Dios es”131.

También se debe destacar la conceptualización que se hace de la soberanía bajo las dimensiones de externa e interna. La dimensión externa con que ningún poder exterior puede influir dentro de un gobierno soberano, “menos aún de determinar la vida de la comunidad, dimensión que equivale a la independencia de la república frente a cualquier 127

Vs. MARCO ANTONIO HUESBE LLANOS. Op. Cit., p. 3.

128

Vs. MARCO ANTONIO HUESBE LLANOS. Idem, p. 3.

129

Vs. FRANÇOIS CHÂTELET, OLIVIER DUHAMEL y EVELYNE PISIER – KOUCHNER. Op. Cit., p.

56. 130

Vs. MARCO ANTONIO HUESBE LLANOS. Op. Cit., p. 10.

131

Vs. FRANÇOIS CHÂTELET, OLIVIER DUHAMEL y EVELYNE PISIER – KOUCHNER. Op. Cit., p.

56.

58

LA NOCIÓN Y CONCEPTO DE ESTADO DESDE LA ANTIGÜEDAD HASTA LA EDAD MODERNA A TRAVÉS DE SUS PENSADORES

otra”132. La dimensión interna se asocia a que no puede haber dentro del territorio soberano, ningún poder capaz de oponerse a quien detenta de manera legítima el poder soberano, situación de la cual según Mario de la Cueva, “se desprende laya citada potestad irrestricta de expedir, modificar y derogar la ley humana y la de hacerla ejecutar”133.

Para finalizar con el análisis de Bodino, será importante establecer el por que de la importancia de su obra en la actualidad, y sobre todo en el momento de ser lanzada, nos referimos a Los Seis Libros de la República (1576), y la respuesta la entrega Pedro Bravo Gala, quien señala que la obra tiene un carácter dual, que es el mismo que le da su éxito: “por un lado, es una respuesta a las exigencias históricas del momento; por otro, pretende establecer los principios universales del derecho público. Su éxito fue inmediato, según testimonian las sucesivas ediciones de la misma”134. Bajo este argumento se explicaría en gran parte el éxito de la obra de Bodino, y el por que tiene tanta trascendencia en el tema del estudio del Estado hasta el período actual.

132

Vs. MARIO DE LA CUEVA. Op. Cit., p. 67.

133

Vs. MARIO DE LA CUEVA. Idem, p. 67.

134

Vs. JEAN BODIN. Los Seis Libros de la República, Editorial Tecnos, Madrid – España, 1997. Traducción, selección y estudio preliminar de Pedro Bravo Gala, p. XXI del Estudio Preliminar.

59

LA NOCIÓN Y CONCEPTO DE ESTADO DESDE LA ANTIGÜEDAD HASTA LA EDAD MODERNA A TRAVÉS DE SUS PENSADORES

2.5.- Thomas Hobbes: El Estado Como un Contrato Racional

Thomas Hobbes (1588 – 1679) es un hombre más bien de estudio y soledad a la vez, situación que le permite escribir su obra más conocida, El Leviatán (1651), en la cual hace gala de “materialismo científico, mecanicismo, positivismo: la filosofía de Hobbes es fundamentalmente racionalista”135. En su obra Hobbes parte de la base que el hombre es poder. En su “estado de naturaleza”136, los hombres están dispersos, y su poder es movido por el deseo, cuya única limitante (ya que son completamente libres) son la incapacidad militar para poder hacer efectivo el objeto del deseo, de esta manera se puede visualizar que el hombre es fundamentalmente un ser que busca la consecución del poder, tema central en la obra de Hobbes.

Esta presentación del escenario en que Hobbes señala que se desenvuelve el hombre, excluye cualquier posibilidad de que el hombre puede sociabilizarce entre sí y con el medio, ya que básicamente “experimenta, como máquina sensible, sentimientos entre los que predominan la envidia y el miedo, singularmente el miedo al sufrimiento y la muerte”137. De esta forma se puede señalar que si el orden natural es una “ley de los lobos”, el estado de naturaleza es a la vez una situación de plena libertad y terror, puesto que se está al margen del derecho, lo cual torna a la convivencia del hombre, simplemente como imposible. Esta visión realista planteada por Hobbes, expone una situación fuera de todos los alcances morales posibles, de manera tal que mientras subsista este estado de naturaleza, no podrá constituirse una sociedad, puesto que la sociedad “no es una

135

Vs. JEAN TOUCHARD. Op. Cit., p.259.

136

El “Estado de naturaleza” es el Estado primitivo en donde no existe la “ley de naturaleza”, que consiste en un precepto o norma general, establecida por la razón, en virtud de la cual se prohíbe a un hombre hacer lo que puede destruir su vida o privarle de los medios de conservarla, o bien, omitir aquello mediante lo cual piensa que su vida puede quedar mejor preservada, de esta manera el “Estado de naturaleza” es totalmente lo contrario, ya que el hombre es libre de hacer lo que quiera, ya que la única ley existente es la del más fuerte. Vs. MARIO DE LA CUEVA. Op. Cit., p. 70. 137

Vs. FRANÇOIS CHÂTELET, OLIVIER DUHAMEL y EVELYNE PISIER – KOUCHNER. Op. Cit., p.

59.

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institución divina ni de inscripción natural, sólo puede ser producto de un artificio”138. De esta manera y volviendo a señalar que el hombre no es un ser sociable por naturaleza según Hobbes, es posible señalar que como el estado de naturaleza es sin duda insoportable, puesto que predomina la ley del más fuerte, que será quien posea mayor poder, el hombre, aprovechando su capacidad deliberativa, se vuelca a la tarea de construir una instancia que supere el inicial estado de naturaleza, para de esta manera imponer un orden que elimine la violencia natural y a su vez sustituya el estado de guerra permanente de todos contra todos, por un estado en el cual prime la paz.

Esta manera de construir una sociedad según Hobbes, nace de la idea de que si en gran parte la violencia propia del estado de naturaleza se explica producto del ejercicio de parte de los hombres, de poderes que son ilimitados, la única forma de poder poner fin a esta situación, sería la instauración de un poder sin límites y por sobre todos los demás. Esta situación se traduce en la imposición de una sociedad política, denominada Estado, la cual supone que los ciudadanos, de común acuerdo, se despojan de manera voluntaria de su poder individual y lo trasfieren a la autoridad pública, con la finalidad de que exista un sólo poder rector, con lo cual se pasaría desde el estado de naturaleza a un estado en donde los hombres son capaces de vivir en comunidad, bajo el organismo rector que vendría a ser el Estado.

Esta situación se ve acompañada por la importancia que entonces recibe la soberanía, la cual es una e indivisible del Estado, a la vez que es ilimitada, puesto que como señalan François Châtelet, Olivier Duhamel y Evelyne Pisier – Kouchner, el contrato que la establece no está sujeto a ninguna obligación excepto la de asegurar la seguridad y el bienestar de los contratantes139. De esta manera Hobbes simboliza a través del Leviatán140,

138

Vs. FRANÇOIS CHÂTELET, OLIVIER DUHAMEL y EVELYNE PISIER – KOUCHNER. Ibidem, p.

59. 139

Vs. FRANÇOIS CHÂTELET, OLIVIER DUHAMEL y EVELYNE PISIER – KOUCHNER. Idem, p. 60.

140

Este es el sentido por el cual Hobbes titula su obra El Leviatán para hacer referencia al rol y poder del Estado, puesto que el Leviatán es una figura mitológica proveniente de una leyenda fenicia, la cual es evocada por la Biblia, con la finalidad de presentar una imagen de una fuerza corporal a la cual nada ni nadie en la

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una fuerza ante la cual ningún ser vivo o institución es capaz de hacerle contrapeso. De esta manera el actor principal en las ideas planteadas por Hobbes, es el Estado, cuyo principal sopote es la soberanía, y cuya forma adopte esta es sin duda tema secundario (a pesar de que Hobbes manifiesta cierta preferencia por la forma monárquica), puesto que lo que de verdad importa es su efectividad. Es así como Hobbes señala que en determinados casos de tiranía o de malos gobiernos, es aún preferible que exista tan sólo un poder soberano, puesto que es más dañino la anuncia de tal poder, producto de que se retornaría a un estado de naturaleza, en el cual prima el poder y voluntad del más fuerte. En este contexto, los individuos “no tienen otra libertad de conducta que la autorizada por el Estado, tampoco deja de sobrentenderse que sean cuales fueren las órdenes del soberano, alienan su libertad de pensamiento, renuncian a defender sus propios cuerpos y aceptan “perjudicarse a si mismos” o hacer daño a otros si lo juzgan útil, en la guerra por ejemplo”141.

De esta manera se puede sostener que la percepción teórica de Hobbes es totalmente individualista y a la vez realista sobre el hombre y su actuar, producto que al igual que Maquiavelo deja de lado las nociones morales en cuanto al actuar que deben tener los gobernantes para la consecución de sus fines. Para ello, los individuos se ven obligados por la realidad que les ha tocado vivir, de entregar sus libertades personales a manos del más fuerte, para que sea este quien imponga el orden necesario para poder llevar una vida en sociedad.

Finalmente, y antes de terminar con el análisis de Thomas Hobbes, nos gustaría citar directamente desde su obra, la concepción que tiene el autor sobre el Estado. El autor se refiere en los siguientes términos: “Dícese que un Estado ha sido instituido cuando una multitud de hombres convienen y pactan, cada uno con cada uno, que a cierto hombre o tierra le puede resistir. El Leviatán a pesar de ser un dios, era igualmente inmortal, situación seguramente por la cual Hobbes intentó homologar al Estado a su figura, producto d que si bien se pretende que el Estado sea una institución omnipresente en todos los escenarios de la sociedad, igualmente el hombre le puede poner fin a través de un retorno al estado de naturaleza, producto de la pérdida o división de la soberanía, situación que mermaría la presencia de un solo poder soberano, haciendo retornar a la sociedad de manera completa al original estado de naturaleza, situación en la cual prima la ley del más fuerte. 141

Vs. FRANÇOIS CHÂTELET, OLIVIER DUHAMEL y EVELYNE PISIER – KOUCHNER. Op. Cit., pp. 60 - 61.

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asamblea de hombres se le otorgará, por mayoría, el derecho de representar a la persona de todos (es decir, de ser su representante). Cada uno de ellos, tanto los que han votado en pro como los que han votado en contra, debe autorizar todas las acciones y juicios de ese hombre o asamblea de hombres, lo mismo que si fueran suyos propios, al objeto de vivir apaciblemente entre sí y ser protegidos contra otros hombres”142.

Luego Hobbes agrega

que “De esta institución de un Estado derivan todos los derechos y facultades de aquel o de aquellos a quienes se confiere el poder soberano por el consentimiento del pueblo reunido”143. De esta manera Hobbes considera al Estado como un producto de la unión humana, pero a la vez de una unión racional y hecha en beneficio y por conveniencia de quienes establecen este pacto.

142

Vs. THOMAS HOBBES. El Leviatán, Editado por el Fondo de Cultura Económica, Ciudad de México – México, 1986, traducción de Manuel Sánchez, p. 142 (Capítulo XVIII, De los Derechos de los Soberanos por Institución, párrafo primero). 143

Vs. THOMAS HOBBES. Idem, p. 142.

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TERCERA

PARTE

CONCLUSIONES: HACIA UNA DEFINICIÓN DE ESTADO MODERNO

Como se ha visto lo largo de este trabajo, cada civilización ha forjado su propia idea de Estado. En un primer momento los griegos y luego los romanos construyeron grandes sociedades, las cuales al principio se sustentaron, en gran parte, gracias a prácticas poco democráticas (para la época actual) como la presencia de la esclavitud, actividad considerada como normal por estas sociedades. Esta situación generó que la creación y el funcionamiento de la estructura política de estas sociedades estuviera realizado por los hombres libres (aunque obviamente eran los más poderosos o con mayores riquezas, sobre todo, dentro de la sociedad romana), cuya principal función era la de conservar el poder. A juicio de Mario de la Cueva, esta situación permitió que “asegurada así su existencia material, los do pueblos amaron intensamente la igualdad ciudadana, marcharon por la ruta de la democracia y aseguraron la libertad de sus hombres”144. De esta manera, esta situación similar entre la organización política – social de Grecia y Roma, se explica producto de que ambas civilizaciones “sintieron y concibieron a la polis y a la civitas como comunidades humanas naturales, uno de cuyos elementos sería la existencia de un orden asegurado por una estructura política democrática, aristocrática, monárquica o mixta, en la cual, claro está, no intervenían los esclavos”145. De esta manera se aprecia que la 144

Vs. MARIO DE LA CUEVA. Op. Cit., p. 17.

145

Vs. MARIO DE LA CUEVA. Op. Cit., p. 17.

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concepción de Estado de ambas sociedades se alejaba de la actual, ya que tanto Grecia como Roma, a diferencia de la noción contemporánea de Estado, no consideraban la idea de Estado, como un ente diferente al pueblo y su gobierno, es decir, estos dos elementos (pueblo y gobierno) conformaban el Estado en la antigüedad.

En el caso específico de los griegos, estos más que preocuparse de las formas que tenía el Estado (cuestionamiento típico desde la antigüedad hasta el mundo contemporáneo), en realidad pretendían establecer las formas que adquiría el poder político, situación que lleva a Mario de la Cueva a señalar que si “quisiéramos colocarnos dentro de los términos del pensamiento de nuestros días, diríamos que los atenienses vivieron la concepción realista del Estado”146.

Durante la época medieval, la problemática se centró por un lado en las “pugnas políticas entre los poderes medievales: la Iglesia y el imperio, la Iglesia y el rey de Francia, este mismo monarca y el emperador, y los reyes y los señores feudales, y del otro, de la formación de las comunidades nacionales, particularmente de España, Francia e Inglaterra, comunidades asentadas firmemente sobre porciones específicas del territorio europeo”147. Es por ello que durante este período, el poder temporal se va afianzando a costa del poder de la iglesia, logrando su objetivo de independencia y con el tiempo de una superioridad reconocida en varias regiones de Europa. De esta manera y según Mario de la Cueva, surge un Estado “nacional, territorial, monárquico – salvo las repúblicas italianas del siglo XVI – centralizador de todos los poderes públicos y soberano en la doble dimensión externa e interna”148.

François Châtelet, Olivier Duhamel y Evelyne Pisier – Kouchner han señalado que por lo menos para Occidente, el Estado Moderno se ha manifestado como un Estado democrático situación la cual según los autores no puede hacer creer ingenuamente a las personas de que 146

Vs. MARIO DE LA CUEVA. Ibidem, p. 21.

147

Vs. MARIO DE LA CUEVA. Idem, p. 41.

148

Vs. MARIO DE LA CUEVA. Idem, p. 41.

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es el única forma que el Estado puede adoptar como posible, debido a que desde el “hundimiento del sistema feudal a los sistemas políticos pluralistas, basados en el sufragio universal y las instituciones representativas, que configuran a los regímenes democráticos de este fin de siglo, no existe una escala recta por la que hubiera ido ascendiendo la Razón a través de sucesivos peldaños”149, situación por la cual se explica que en el mismo Occidente han existido y existen en la actualidad otros tipos de Estado, los cuales se articulan de la más diversas formas, como por ejemplo las totalitarismos, dictaduras, bonapartismos, monarquías, etc…

Jacobo Burckahardt señala en su obra “La Cultura del Renacimiento en Italia”, que “el Estado moderno nació en Florencia como una obra de arte”150. Según Burckahardt, el Estado tendría su origen en la idea de res pública, en donde por ejemplo, cuando el problema de Florencia “dejó de ser la cosa del rey o del príncipe y devino la cosa de todo el pueblo”151, es por este motivo que según Burckahardt, Florencia merecería el nombre de primer Estado Moderno, ya que en esa ciudad se inició una conciencia política que se fue desarrollando hasta crear la concepción de Estado. Según el mismo Burckahardt, el surgimiento del Estado en Florencia habría sido posible gracias a las características que presentaba esta ciudad: “una comunidad humana que se gobernaba directamente o por conducto de una serie de magistraturas, una solución posible porque Florencia fue una comunidad pequeña, como Atenas”152.

En este contexto se puede insertar el tema del iusnaturalismo, tema al cual ya nos hemos referido anteriormente, pero que vale la pena tocar nuevamente, pero en esta ocasión a través de una conceptualización: “El iusnaturalismus sirvió como el único instrumento válido y útil para importantes toma de decisiones que los hombres debieron optar con el fin

149

Vs. FRANÇOIS CHÂTELET, OLIVIER DUHAMEL y EVELYNE PISIER – KOUCHNER. Op. Cit, p.

17. 150

Vs. MARIO DE LA CUEVA. Op. Cit., p. 45. El autor cita al historiador Jacobo Burckahardt.

151

Vs. MARIO DE LA CUEVA. Idem, p. 45.

152

Vs. MARIO DE LA CUEVA. Idem, p. 45.

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de manejar un sin número de situaciones sumamente complejas. En este caso, conviene mencionar el esfuerzo que realizan los diferentes Estados europeos para imponer el fundamento natural de la propiedad privada, o bien, la sustentación teórica que se requiere con el fin de sostener la validez de las elaciones contractuales y la respectiva legislación que se dicta para obligar a los contrayentes”153. Esta situación de conceptualización del iusnaturalismo no muestra la amplia variedad de temas susceptibles a ser trabajados en torno a la temática del Estado Moderno y es también una definición de referencia en cuento a una de las etapas más interesantes de este Estado.

De esta manera es importantísimo conocer algunos aspecto de lo que es el Estado Moderno, ya que el Estado Moderno presenta una amplísima gama de temas de trabajo como se ha revisado durante esta investigación, aunque también como esta debe delimitarse por su intencionalidad, finalmente la entrega de una definición más elaborada del mismo concepto de Estado Moderno, se intentarán establecer las principales características que posee este Estado, producto de su importancia en la historia del hombre, situación que se intentará realizar a continuación en la última parte de este trabajo.

153

Vs. MARCO ANTONIO HUESBE LLANOS. Arte y Política del Barroco, Editado por el Instituto de Historia de la Universidad Católica de Valparaíso, Valparaíso – Chile, 2000. La obra corresponde a las actas de exposición de la III y IV Jornadas internacionales en Torno al Barroco Europeo y Americano, p. 14.

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1.- Hacia Una Definición de Estado Moderno

Como se ha visto anteriormente, los griegos nombraron al Estado, polis, término que designa a su vez a la ciudad, el lugar en el cual ellos habitaban y que consideraban digno de una civilización como la griega. Pero esta situación a juicio de Jorge Jellinek, quien es citado por Mario de la Cueva, provoca que esta sea “una de las razones fundamentales por la cual su ciencia del estado tuvo que construirse sobre la base del estado – ciudad, y nuca pudo atreverse a concebir el estado territorial”154.

Por su parte para Max Weber, el Estado Moderno necesariamente debe asociarse con un carácter centralizador, donde el principal elemento es el “monopolio de la fuerza legítima”, el cual consiste básicamente “en la tendencia a la apuración del policentrismo del poder a favor de una concentración del mismo en una instancia parcialmente unitaria y exclusiva”155, de manera que puede surgir un poder capaz de someter a su voluntad al resto. Esta explicación se basa en que según Weber, la historia del nacimiento del Estado Moderno es la historia de esta tensión,”del sistema policéntrico y complejo de los señoríos de origen feudal se llega al estado territorial centralizado y unitario, mediante la llamada racionalización de la gestión del poder – y por tanto, de la organización política – dictada por la evolución de las condiciones históricas materiales”156.

Esta pugna entre el poder de la Iglesia y el temporal tiene su origen, según Mario de la Cueva, en el propio sentido ecuménico de la Iglesia católica, que según la definición que entrega Otto von Gierke, se basa en la creencia cristiana de que “La humanidad es un cuerpo místico, forma un solo pueblo como la universitas más vasta, y constituye este gran imperio universal, a la vez espiritual y temporal, al que se designa como ecclesia universalis o como respublica generis humani. Puesto que tiene un ideal único, presupone 154

Vs. MARIO DE LA CUEVA. Op. Cit., p. 27.

155

Vs. NORBERTO BOBBIO, NICOLA MATTEUCCI y GIANFRANCO PASQUINO. Op. Cit., p. 564.

156

Vs. NORBERTO BOBBIO, NICOLA MATTEUCCI y GIANFRANCO PASQUINO. Idem, p. 564.

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una sola ley y un unicus principatus”157, situación por la cual es completamente comprensible el afán de la Iglesia por poseer el poder por sobre los reyes, ya que el fin último era lograr la unidad bajo un solo poder de los cristianos situación que no era posible, si estos se encontraban bajo el pode de varios reyes. Pero durante esta larga pugna por el poder se terminó imponiendo el poder temporal, aunque esta no fue una labor fácil. Mario de la Cueva señala al respecto que “en las luchas con el imperio y la iglesia conquistaron los reyes la dimensión externa de la soberanía, pero faltaba la segunda, la supremacía del rey sobre los poderes internos de cada pueblo y la consecuente centralización de las atribuciones publicas”158.

Pero la lucha de los reyes por el poder no era sólo con la Iglesia, ya que también se debía asumir el desafío del poder que detentaban en vastos territorios los señores feudales, ya que estos atomizaban el territorio. Esta situación, según Mario de la Cueva, lleva al profesor de la Universidad de Berlín en 1933, Heinrich Triepel, a señalar que “el estado renacentista fue la centralización de todos los poderes públicos”159. Como este proceso de unificación y centralización del poder fue realizado por los reyes, es obvio que la forma que adoptara en muchas ocasiones el Estado Moderno, fuera de carácter monárquico.

Mario de la Cueva entrega su propia concepción de lo que entiende por Estado Moderno, en la cual lo describe en los siguientes términos: “El Estado Moderno, es la estructura política creada por la nobleza y por los reyes para explotar las tierras y los siervos de Europa, y en Inglaterra, a partir de la segunda mitad del siglo XVII, por la burguesía para proteger, además, la industria y el comercio del capitalismo incipiente, o para expresarlo en una fórmula breve: el Estado es la estructura de poder de los poseedores de la tierra y de la riqueza para poner a su servicio a los sin tierra y sin riqueza”160. Sin duda esta concepción que entrega Mario de la Cueva, resulta muy interesante, ya que plantea que el Estado 157

Vs. MARIO DE LA CUEVA. Op. Cit., p. 46.

158

Vs. MARIO DE LA CUEVA. Idem, p. 46.

159

Vs. MARIO DE LA CUEVA. Idem, p. 48.

160

Vs. MARIO DE LA CUEVA. Idem, p. 79.

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Moderno surge como una forma de organización política, producto de querer satisfacer una necesidad económica, por lo cual se crearía un ente sumamente poderoso y capaz de imponer un volunta dentro de toda una sociedad. Esta situación, y según las distintas necesidades de las sociedades europeas, se habrían ido presentando de manera dispersa en Europa y no de manera paralela entre las sociedades, aunque si cabe la pena destacar cierta correspondencia, pero más que nada surge, según el autor, de razones internas y específicas de cada sociedad.

Este análisis desde el punto de vista de una necesidad económica para explicar el surgimiento del Estado Moderno, también se puede encontrar en ciertos autores de tendencia marxista como Nicos Poulantzas161, quien asigna gran importancia a las fuerzas económicas las cuales intentarían a través de la implantación del derecho y por sobre todo, del uso de este para el resguardo de la propiedad privada, propiciar el surgimiento de un aparato de control político, económico y social, que estuviera por sobre las consideraciones morales y que fuera capaz en todo momento de imponer sus términos, para resguardar las propiedades y negocios, a demás de facilitar la adquisición y el manejo de la mano de obra necesaria para la actividad productiva; este sería para Poulantzas, el origen del Estado y principalmente del estado Moderno, y además ayudaría a explicar la rápida adaptación que hizo de el Europa y el resto del mundo Occidental hasta la actualidad.

161

Vs. NICOS POULANTZAS. Hegemonía y Dominación en el Estado Moderno, Editorial Pasado y Presente, Córdoba – Argentina, 1969.

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2.- Algunas Características del Estado Moderno

El Estado Moderno presenta algunas características que le proporcionan una identidad. Dentro de estas características se pueden identificar las que se entregan a continuación y que parten de la base y descripción que realiza el historiador Mario de la Cueva, en la obra que se ha citado profusamente en este trabajo, La Idea del Estado:

1.- Es Estado Moderno es Territorial: El Estado Moderno es una entidad que se compone básicamente de ciudadanos los cuales se organizan en un territorio determinado. Mario de la Cueva cita a Jorge Jellinek, quien señala que el territorio es “un elemento constitutivo del ser del Estado”162. De esta manera las sociedades de la época moderna se ubican y viven en territorios determinados, “así como también la acción de los gobiernos se ejerce dentro de ellos, más aún, que el territorio es la base para la aplicación del derecho internacional”163.

2.- El Estado Moderno es Racional: El estado Moderno tiene la característica de ser racional ya que surge como una necesidad. Mario de la Cueva señala que esto se debe a que “el sentimiento de la nacionalidad vivió en el interior de las conciencias individuales y en el alma de los pueblos, de ahí que sea individualista y universalista”164, situación la cual si bien es más propia de los siglos XIX y XX, también es plausible de encontrar con anterioridad, dada la gran división y las profundas diferencias que enfrentaban las regiones dentro del mapa europeo.

3.- El Estado Moderno Nace de Forma Monárquica: El Estado Moderno nace en gran parte de forma monárquica, ya que solieron ser los reyes quienes crearon al Estado, al lograr la unidad de ciertos territorios bajo su poder y frente a una sociedad determinada. Mario de la Cueva cita a J. L. Lolme, un constitucionalista del siglo XVIII, quien señala

162

Vs. MARIO DE LA CUEVA. Op. Cit., p. 49.

163

Vs. MARIO DE LA CUEVA. Idem, p. 50.

164

Vs. MARIO DE LA CUEVA. Idem, p. 51.

71

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que “en la mayor parte de los estados de Europa, la voluntad del príncipe tome lugar de la ley, lo que ha originado que de tal manera se confundan las cuestiones de derecho con las de hecho, que sus juristas, por regla general, consideran al poder legislativo unido necesariamente a la condición del rey, así como también les parece que la plenitud de este poder fluye necesariamente de la verdadera definición del rótulo de rey”165.

4.- El Estado Moderno es una Centralización de Todos los Poderes Públicos: El Estado Moderno presenta una característica especial y que es la centralización del poder público, lo que implica de una u otra manera, “la potestad exclusiva de dictar e imponer coactivamente derecho; por lo tanto, los hombres ya no estarían sujetos a potestades distintas o para usar una fórmula clásica, el estado devino la jurisdicción única para la regulación de la vida social”166. Esta afirmación se sustenta en que, las características anteriormente descritas, como la territorialidad, la unidad del pueblo y su trasformación en nación y la presencia de la monarquía son elementos que se pueden encontrar, como se ha visto a lo largo del trabajo, en períodos anteriores a la época moderna, como por ejemplo en la antigüedad, con los griegos y romanos, o dentro de la Europa de la Edad Media.

Esta situación de centralización de los poderes públicos implica también que el poder soberano tenga también la potestad sobre el poder coercitivo, ya que este es necesario para el correcto funcionamiento del Estado y de sus distintos estamentos, pero esta aplicación del poder coercitivo, como al igual que la del resto de los poderes públicos del Estado, debe hacerse con prudencia frente a la sociedad, ya que en definitiva es esta la cual brinda y hace posible no sólo la existencia de estos poderes, sino también el mandato de quien detenta el poder soberano. Al respecto Harold Laski, en su obra La Libertad en el Estado Moderno167, se refiere a la disyuntiva entre el poder coercitivo en la sociedad y la libertad del hombre dentro de la sociedad. En esta obra Laski expone la tesis de que si “en cualquier Estado 165

Vs. MARIO DE LA CUEVA. Ibidem, p. 54.

166

Vs. MARIO DE LA CUEVA. Idem, p. 54.

167

Vs. HAROLD LASKI. La Libertad en el Estado Moderno, Colección Ciencias y Sociedad de la Editorial Abril, Buenos Aires – Argentina, 1946 (Segunda edición en español, primera edición en español de 1945).

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existe un grupo de hombres que poseen un poder político ilimitado, sus gobernados nunca podrán ser libres. Porque una de las conclusiones más indubitables de la investigación histórica es la que nos enseña que el poder incontrolado invariablemente envenena a quienes lo detentan”168. Esta situación según Laski se produce por que quien detenta el poder siempre se siente tentado a “imponer su concepto del bien sobre los demás y, a la larga, llega a considerar que el bienestar de la comunidad depende de la continuidad de su predominio”169. Así finalmente Laski aconseja que para que no se produzca esta situación dentro del gobierno estatal de una sociedad determinada, debe primar la idea de libertad, la cual a su vez “exige siempre la limitación de la autoridad política, y esto nunca es alcanzable a menos que los gobernantes de un estado puedan ser obligados a rendir cuentas de su gestión cuando ello sea necesario”170.

Esta característica de centralización de los poderes públicos, no quiere decir que el poder debe recaer exclusivamente en las manos del monarca a la usanza del absolutismo monárquico, sino que los poderes públicos de un reino o república, se juntan en una sola instancia, reconocida por todos los estamentos de la sociedad, y que “deberá ejercerse de conformidad con las leyes del reino, por un monarca o por una asamblea o por uno y otra conjuntamente según la distribución de competencias”171, como por ejemplo ocurrió en Inglaterra.

5.- El Estado Moderno es Soberano: Tal como señaló insistentemente Bodino, el Estado Moderno es soberano. Cabe recordar que Bodino concibe a la soberanía como el poder absoluto y perpetuo del rey, de la nobleza o del pueblo, de la misma manera, la soberanía es, siguiendo a Mario de la Cueva, “poder absoluto que no puede dividirse, por que perdería

168

Vs. HAROLD LASKI. Ibidem, p. 18.

169

Vs. HAROLD LASKI. Idem, p. 18.

170

Vs. HAROLD LASKI. Idem, p. 18.

171

Vs. MARIO DE LA CUEVA. Op. Cit., p. 54.

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su naturaleza, y que es perpetuo, porque si se concediera temporalmente a un rey la potestad absoluta de mando, el soberano sería quien otorgó la facultad”172.

De esta manera, creemos que estas características sirven para comprender de manera más acabada la concepción y la conceptualización de Estado Moderno que se ha elaborado en base a la bibliografía a lo largo de este trabajo y especialmente en el aparto de las conclusiones, ya que es obvio como se ha visto que la concepto de Estado Moderno presenta una gran complejidad.

Pero esta comprensión del concepto de soberanía también es pertinente relacionarlo con la ley y el derecho ,ya que son propios a los elementos que deben existir dentro de un Estado. José Antonio Maravall, en su obra Estado Moderno y Mentalidad Social173, señala que a partir de la época moderna hay un cambio de percepción en cuanto al gobernarte (el rey) y la creación y aplicación de la ley, si bien en un primer momento se podría pensar que de igual manera el Estado siguiera con esta función. Maravall al respecto explica que hay un matiza diferenciador entre esta concepción de la época moderna y la que se ocupaba anteriormente, y es que hay que señalar que “aparentemente vienen a ser siempre casi las mismas: los textos medievales no atribuyen a las palabras de que el rey haga la ley, el valor de que él la cree, mientras que los modernos acentúan la dependencia entre la ley o la norma jurídica en general el papel creador de la voluntad soberana que la hace. En torno a este punto se producen las grandes transformaciones de la vida pública”174, y a su vez permite la existencia de otro elemento diferenciador entre época y época, entre el mundo medieval y el mundo moderno.

Además según Joseph Strayer, ya desde el año 1700, estas características pueden visualizarse a través de todos los Estados existentes en Europa. El autor señala que durante

172

Vs. MARIO DE LA CUEVA. Ibidem, p. 49.

173

Vs. JOSÉ ANTONIO MARAVALL. Estado Moderno y Mentalidad Social, Volumen 2, Siglos XV a XVII, Alianza Editorial, Madrid – España, 1986. 174

Vs. JOSÉ ANTONIO MARAVALL. Idem, p.405.

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el siglo XVIII, el “Estado Europeo occidental se había dado sus propias pautas políticas características, pautas que determinan la estructura de la mayoría de los Estados de hoy”175. Esta aseveración reafirma aún más nuestra propuesta de que varios de los elementos constitutivos y propios del funcionamiento del Estado Moderno pueden encontrarse en la conformación del concepto del Estado actual, el Estado Contemporáneo.

175

Vs. JOSEPH STRAYER. Op. Cit., p.148.

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BIBLIOGRAFÍA

1.- Obras y Fuentes

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2.- FRANÇOIS CHÂTELET, OLIVIER DUHAMEL y EVELYNE PISIER – KOUCHNER. Historia del Pensamiento Político, Colección Ciencias Jurídicas, Editorial Tecnos, Madrid – España, 1992 (Segunda edición en español, la primera data de 1987. Edición original en francés de 1982, título original: Historie Des Idées Politiques).

3.- GEORGE SABINE. Historia de la Teoría Política, Editorial Fondo de Cultura Económica, Ciudad de México - México, 1994.

4.- GUILLERMO FRAILE. Historia de la Filosofía, Tomo III “Del Humanismo a la Ilustración”, Editorial Católica, Biblioteca de Autores Cristianos, Madrid – España, 1978 (Edición original de 1966).

5.- HAROLD LASKI. La Libertad en el Estado Moderno, Colección Ciencias y Sociedad de la Editorial Abril, Buenos Aires – Argentina, 1946 (Segunda edición en español, primera edición en español de 1945).

6.- JEAN BODIN. Los Seis Libros de la República, Editorial Tecnos, Madrid – España, 1997. Traducción, selección y estudio preliminar de Pedro Bravo Gala.

7.- JEAN TOUCHARD. Historia de las Ideas Políticas, Editorial Tecnos, Madrid – España, 1981 (Cuarta edición en español. Edición original en francés de 1961, título original: Histoire Des Idées Politiques).

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8.- JOSÉ ANTONIO MARAVALL. Estado Moderno y Mentalidad Social, Volumen 2, Siglos XV a XVII, Alianza Editorial, Madrid – España, 1986.

9.- JOSEPH STRAYER. Sobre los Orígenes Medievales del Estado Moderno, Editorial Ariel – Barcelona, Barcelona – España, 1986 (Primera edición en escaño, edición original de Ariel – Quincenal de 1981, bajo el título de On The Medieval Origins of the Modern State).

10.- LUCIEN FEBVRE. Martín Lutero, Un Destino, Editorial Fondo de Cultura Económica, Ciudad de México – México, 1956.

11.- MARCEL PRÉLOT. La Ciencia Política, Colección Cuadernos, Nº 103, Editorial Universitaria de Buenos Aires, Buenos Aires – Argentina, 1989 (Décimo quinta edición, edición original en francés de 1961, bajo el título original de La Science Politique, Presses Universitaires de France, París, 1961).

12.- MARCO ANTONIO HUESBE LLANOS. Institucionalización del Estado Moderno: Teoría de los Iura Majestatis, Colección de Estudios y Monografías, Nº 33, Editorial Edeval, Valparaíso – Chile, 1999.

13.- MARCO ANTONIO HUESBE LLANOS. Historia de las Ideas Políticas en el Estado Moderno, Serie Monografías Históricas, Nº 9, Ediciones Universitarias de Valparaíso de la Universidad Católica de Valparaíso, Valparaíso – Chile, 1996.

14.- MARCO ANTONIO HUESBE LLANOS. Arte y Política del Barroco, Editado por el Instituto de Historia de la Universidad Católica de Valparaíso, Valparaíso – Chile, 2000. La obra corresponde a las actas de exposición de la III y IV Jornadas internacionales en Torno al Barroco Europeo y Americano.

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LA NOCIÓN Y CONCEPTO DE ESTADO DESDE LA ANTIGÜEDAD HASTA LA EDAD MODERNA A TRAVÉS DE SUS PENSADORES

15.- MARCO ANTONIO HUESBE LLANOS. Los Orígenes de la Controversia Constitucional. Absolutismo y Liberalismo en el Mundo Barroco Premoderno, texto borrador Nº 1, Proyecto Fondecyt 1020622.

16.- MARCO ANTONIO HUESBE LLANOS. (Del concepto de Estado, facilitado por el profesor, de su obra sobre términos políticos todavía n proceso de edición).

17.- MARIO DE LA CUEVA. La Idea de Estado, Sección de Obras de Política y Derecho, Editado por el Fondo de Cultura Económica y la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Ciudad de México – México, 1996 (Primera edición de 1975, quinta edición de 1996).

18.- MICHAEL VOVELLE. Nueva Historia de la Francia Contemporánea. La Caída de la Monarquía: 1787 – 1792, Editorial Ariel, Barcelona – España, 1979 (Primera edición en español), p. 10.

19.- NICOLÁS MAQUIEVELO. El Príncipe, en: Obras Políticas, Editado por la Librería El Ateneo, Buenos Aires – Argentina, 1957, traducción de Luis Navarro.

20.- NICOS POULANTZAS. Hegemonía y Dominación en el Estado Moderno, Editorial Pasado y Presente, Córdoba – Argentina, 1969.

21.- NORBERTO BOBBIO, NICOLA MATTEUCCI y GIANFRANCO PASQUINO. Diccionario Político, Tomo 1 (A – J) Editorial Siglo XXI, Ciudad de México – México, 1998 (Décima primera edición, primera edición en español de 1981 – 1982, edición original de 1976). Traducido por José Alarico, Martí Soler y Jorge Tula.

22.- PERRY ANDERSON. El Estado Absolutista, Editorial Siglo Veintiuno, Ciudad de México – México, 1985 (Séptima edición en español. Primera edición en español de 1979, edición original en inglés de 1974, título original: Lineages of the Absolutist State).

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LA NOCIÓN Y CONCEPTO DE ESTADO DESDE LA ANTIGÜEDAD HASTA LA EDAD MODERNA A TRAVÉS DE SUS PENSADORES

23.- THOMAS HOBBES. El Leviatán, Editado por el Fondo de Cultura Económica, Ciudad de México – México, 1986, traducción de Manuel Sánchez.

1.- Referencias de Internet

1.- En Internet: http://www.artehistoria.com

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LA NOCIÓN Y CONCEPTO DE ESTADO DESDE LA ANTIGÜEDAD HASTA LA EDAD MODERNA A TRAVÉS DE SUS PENSADORES

INDICE

Introducción …………………………………………………………………………

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Primera Parte: Planteamiento de un Problema: El Estudio del Estado Moderno y Sus Antecedentes ………………………………………………………………….. 1.- ¿Qué es el Estado Moderno? ¿Por Qué Estudiar el Estado Moderno? ………….... 2.- Se puede Hablar de Estado Antes de la Época Moderna? ………………………... 2.1.- Los Pensadores Griegos y la Ciudad – Estado …………………………………. 2.2.- Los Pensadores Romanos y la Civitas ………………………………………….. 2.3.- El Estado en la Edad Media: Poder Espiritual Versus Poder Temporal ………... 2.3.A.- El Estado Durante la Alta Edad Media (S. V – X) …………………………… 2.3.B.- El Estado Durante Edad Media (S. XI – XIII) ……………………………….. 2.3.C.- El Estado Durante el Ocaso Edad Media (S. XIV – XV) ……………………..

05 05 09 11 19 23 24 27 33

Segunda Parte: Análisis del Estado Moderno: Orígenes, Rasgos y Repercusiones ……………………………………………………………………….. 1.- Discusión Historiográfica Sobre las Razones del Origen del Estado Moderno ….. 2.- El Desarrollo del Estado Moderno Visto a Través de Sus Pensadores …………… 2.1.- Nicolás Maquiavelo: El Estado Como Institución Absoluta …………………… 2.2.- Martín Lutero y Juan Calvino: La Reforma y el Estado ………………………... 2.3.- Tomás Moro, Etienne de la Boetie y Erasmo: El Hombre y el Estado …………. 2.4.- Juan Bodino: El Estado Como Poder Absoluto ………………………………… 2.5.- Thomas Hobbes: El Estado Como un Contrato Racional …..…………………...

35 35 39 41 46 51 55 60

Tercera Parte: Conclusiones: Hacia Una Definición de Estado y de Estado Moderno ……………………………………………………………………………... 64 1.- Hacia Una Definición de Estado Moderno……………………………………….. 68 2.- Algunas Características del Estado Moderno .......................................................... 71 Bibliografía …………..……………………………....................................................

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Índice …………………………………………………………………………………

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