Habla la ciudad [1986 ed.]

  • Commentary
  • Ciudad de Lima

Table of contents :
Habla la ciudad 1
Habla la ciudad 2
Habla la ciudad 3

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' La ciudad de Lima tiene miles de discursos personales, que se escuchan diariamente y nos hablan del dolor, de la alegría, la vida o la muerte, y un sinnúmero de temas inscritos en la epopeya urbana de nuestros días. HABLA LA CIUDAD recoge algunos de estos discursos. Centrándose en la zona del Cercado, este libro ha sido hilvanado entre vecinos y estudiantes de la Escuela de Literatura de la Uruversidad de San Marcos, apoyados por el creativo esfuerzo del Plan de Participación Cultural de La Municipalidad de Lima Metropolitana para las Agencias Municipales del distrito de El Cercado. El resultado final está contenido en estas páginas como muestra de un trabajo colectivo hecho con afán científico y artística mesura. · ¿Cuál es el significado de HABLA LA CIUDAD? En primer lugar, es un trabajo documental hecho desde la óptica de la literatura, ya que recoge el lenguaje de los habitantes de~Lima, con toda su riqueza. En segundo lugar, estas páginas nos remiten a un redescubrimiento de la historia popular urbana, de la expansión de la narración oral andina a las ciudades y a un entendimiento de las huellas que nuestro siglo marcó en la sensibilidad y la conciencia de hombres y mujeres.

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Este libro ha sido editado sobre la base de un convenio realiiado entre la Escuela de Literatura de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y el Plan de Participación Cultural de la Municipalidad de Lima. Fue realizado por estudiantes de Literatura agrupados en el "Taller de Testimonio", que trabajó durante los últimos meses de 1986 realizando trabajos de campo, transcrip· ción y edición. Se agradece de manera muy especial la participación de los vecinos de la ciudad de Lima, quienes narraron sus historias para todos nosotros.

Taller de Testimonio. Juan Zevallos 1 Antonio Ureta 1 Luis Monroe 1 Teóftlo Gutiérrez 1 Esther Espinoza 1 Fanny Muro 1 Mercedes Gutiérrez Arrese 1 Julia Túpac Yupanqui 1Eliseo Cornejo Holguín 1Santiago López Maguiña y Juan Luis Dammert. La presente edición está bajo la responsabilidad · del TALLER DE TESTIMONIO.

·Foto Carátula: yíctor Mallqui L. Impresión: Cóndor Graf Diciembre de 1986.

Queda expresámente prohibido el reproducir textos de la presente edición sin el consentimiento mutuo de los informantes, del Taller de Testimonio, de la Escuela de Literatura de la UNMSM y el Plan de Participación Cultural de la "Municipalidad de Lima Metropolitana.

Este libro ha sido editado sobre la base de un convenio realiiado entre la Escuela de Literatura de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y el Plan de Participación Cultural de la Municipalidad de Lima. Fue realizado por estudiantes de Literatura agrupados en el "Taller de Testimonio", que trabajó durante los últimos meses de 1986 realizando trabajos de campo, transcrip· ción y edición. Se agradece de manera muy especial la participación de los vecinos de la ciudad de Lima, quienes narraron sus historias para todos nosotros.

Taller de Testimonio. Juan Zevallos 1 Antonio Ureta 1 Luis Monroe 1 Teóftlo Gutiérrez 1 Esther Espinoza 1 Fanny Muro 1 Mercedes Gutiérrez Arrese 1 Julia Túpac Yupanqui 1Eliseo Cornejo Holguín 1Santiago López Maguiña y Juan Luis Dammert. La presente edición está bajo la responsabilidad · del TALLER DE TESTIMONIO.

·Foto Carátula: yíctor Mallqui L. Impresión: Cóndor Graf Diciembre de 1986.

Queda expresámente prohibido el reproducir textos de la presente edición sin el consentimiento mutuo de los informantes, del Taller de Testimonio, de la Escuela de Literatura de la UNMSM y el Plan de Participación Cultural de la "Municipalidad de Lima Metropolitana.

PRESENTACION

Este libro presenta discursos orales. Muestra algunos de los múltiples y distintos discursos que producen los hablantes que viven y se encuentran (y sin duda se desencuentran) en la ciudad de Lima. Se ha querido registrar las representaciones o las imágenes que los habitantes de Lima tienen de sí mismos y de su entorno; se ha querido tomar nota directa de sus voces, de su versión de la vida cotidiana, que incluye evidentemente la historia (o la biografía, que forma parte de la historia, o que la integra). Pero sobre todo interesa el difundir el discurso, el orden de las palabras y de los enunciados. Es decir, el léxico que se crea y se recrea, las singulares combinaciones sintácticas de atractivos efectos estéticos, los inéditos lazos figurativos .. . En suma, la poesía del habla corriente, ésa que diariamente escuchamos sin reparar en ella. Se ha querido registrar el conjunto, no sólo algunos aspectos previamente destacados como los de más valor o importancia o interés. Aquí se ha buscado tomar el flujo de los innumerables discursos que se producen. No se ha privilegiado ni menos despreciado ninguno. Todos los discursos han sido considerados valiosos. En todos se espera hallar oro significativo. Los coherentes, como los balbuceantes o inconexos, los bien aceptables moralmente; como los perversos, los nostálgicos del pasado. También los asustados y desconcertados sobre el presente, los tradicionales o los eventuales. Este trabajo ha sido realizado con oído y mirada literarias, atentos al contenido, pero también al deslizamiento, a la música, al dibujo de las palabras. 7

1._

MI ESPOSO CONSTRUYO EL SOLAR EL AÑO 20

Por los años 30 se festejaban los carnavales el día domingo, lunes y martes. El gobierno declaraba feriado el lunes y el martes. Y el miércoles de ceniza se terminaba de jugar en "La Punta", enterraban al Carnavalón. Todo el mundo se iba a "La Punta". En carnavales se hacían fiestas, veladas en las casas y en los parques. También se hacían yunzas. La música era con vitrola. Se tomaba chicha, cer. veza, se comía piqueo, carapulcra, olluquito. Ahora toman cochinadas, toman yonque [aguardiente fuerte con gaseosa]. Miércoles paseaban los carros alegóricos de las casas comerciales, mercados, por el Paseo Colón, que estaba lleno de payasos, hechos con luces de colores. La gente tiraba agua de colonia, serpentinas, talco. Aquí en el barrio los carnavales terminaban el martes. En el solar se enterraba al carnavalón. Una mujer. se disfrazaba de viuda, toda negra, con crespones negros y lloraba mientras enterraban al carnavalón. Era bien chistoso. En el solar éramos bien unidos, todos juntos festejábamos los carnavales. Esas veces se comía bastante cabrito, ahora nada. El presidente Leguía jugaba carnavales con toda su gente . Agarraba un sifón de esos con que vendían las cervezas, y gaseosas, y empezaba a disparar agua. Aquí nomás, en el campo de Marte, lo he visto jugar. Jugaba con gente de categoría. Esta zona era el primer barrio de Lima. En el Paseo Colón los lunes había retreta con la banda de los republicanos, los blancos se paseaban del brazo; las casas jugaban canasta, habían fiestas, matrimonios. Allí en la esquina

JI

entre Washington y Paseo Colón, donde ahora funciona el Club Trujillo, allí vivía la Fanny o Sanny Rozas, no me acuerdo, era una soltera que vivía con su gato persa y su servidumbre. Esa señora era bien guapa y elegante. Era de mucha plata, organizaba muchas fiestas, una fila de carros siempre había en esa esquina; luego se fue al extranjero, era una mujer famosa. Dicen que murió en el extranjero, toda su riqueza dejó a la beneficiencia pública. Aquí vivía gente rica desde su cuna. Fíjese: el presidente Leguía venía a comer a menudo, aquí a la vuelta, en la casa de los Miranda, gente de mucha plata. La casa de los Miranda quedaba donde ahora está el colegio José Jiménez Borja. Para construir el Colegio se tiraron abajo varias casas, entre ellas la de los Miranda. Era una casa grande, lujosa, tenía vitrales, arañas, azulejos y dos patios. La gente rica se fue cuando gobernaba un militar, no me acuerdo quien era, se fueron a Miratlores, Monterrico. Este barrio era muy bonito aquí vivía gente decente, gagá; había estatuas de mármol en el Paseo Colón. El barrio ahora es una cochinada, hay rateros, borrachos. Hace pocos días nomás, parece que un ratero robó en el Paseo Colón. Entró al callejón y tiró una cartera vacía. Ahora fíjese, el Paseo Colón es una cochinada, hay unas casas donde bailan los domingos chicha. Todo lo dejan una cochinada, hay aguas negras hediondas. Los ambulantes, esos que venden comida, tiran el agua con que lavan platos a la calle. Antes, aquí en el solar, la puerta se cerraba a las diez de la noche. Ahora ni puerta hay. El dueño del solar era el señor Congrains, el papá del que ahora está en Chile. El mandó a construir esto, aquí vivían los obreros, choferes. Mi esposo era chofer de la familia Salinas, pero antes fue albañil. El construyó el solar en el año 20. De los antiguos sólo quedamos yo y la señora Alejandrina. La señora Alejandrina con nadie se lleva bien, tiene mal carácter, a su mismo hijo que ya es mayor lo trata mal. Además es medio sorda, está' viejita. Ud. tendría que gritarle. Ella sabe del barrio más que yo, dicen que tiene cien años. Fíjese, cuando yo era chica ella ya era señorita, buena moza, saque la cuenta. Antes había gente buena, ahora no, aquí nomás, a dos puertas, vive uno que ha salido de Lurigancho. Lima era chica, habían mucho descampados. Aquí cerca había el Parque las Garijas, parque muy escondido. Allí había un arco. Era un muladar con una acequia antihigiénica, los enamorados iban a pasear allí. 12

El Parque de la Exposición era bonito. Allí había un zoológico. Ese zoológico luego se fue a Barranco. Más arriba, por donde está el monumento a Grau, era descampado. Allí empezaban las huertas de los chinos, habían chacras de verduras. Se podía recoger una colifor, una lechuga. La Avenida Grau a ambos lados tenía árboles. Por allí corría una acequia. Las huertas lle.gaban hasta donde ahora es el Hospital Obrero. Allí estaba la Pampa Pellejo; le decían pellejo porque había un barrio de negros que vivían en unas casuchas. Entonces allí había una poza y los negritos se bañaban calatos todo el día. El agua era sucia, hedionda, pero igual los negritos se bañaban. En Chacra Colorada, por la Avenida Alfonso Ugarte, eran puras chacras de choclos, camote. Un treinta de abril, aquí en el Campo de Marte lo mataron a Sánchez Cerro. Yo en el caño estaba lavando ropa y escuché dos balazos. Dicen que lo · mató Mendoza Leiva, un chocolatero, trigueñito, cholito. A Sánchez Cerro lo llevaron al Hospital Italiano, pero ya estaba muerto. Todos decían que a Sánchez Cerro lo mataron los apristas, pero un chocolatero, ignorante ¡qué iba a ser aprista! Manzanilla, su ministro, lo mandó a matar. Sánchez Cerro, un cholito, }o pusieron los ricos, se puso aliado de los ricos, el hacía lo que mandaban los ricos, era su maniquí. A los siete meses de nacida me trajeron a Lima. Tenía un hermanito y una hermana. Los dos de chicos se murieron. Mi hermanito por comer uva verde se murió; él iba a las chacras y allí comió uva verde. Le í:lio cólico y se murió en el hospital Dos de Mayo. Mi madre murió con el hígado y mi padre .murió en Jauja. Mis familiares querían que viviera en Jauja, pero no me acostumbraba, ve que yo había venido chiquita a Lima. A los siete años me quedé sola, mis familiares me mandaron a Jauja donde mi madrina pero ella se había ido a Italia. Desde chica empecé a trabajar-aquí en Lima. Ayudaba en la cocina. Luego encontré una casa donde una señora italiana y su esposo francés. De ayudante pasé a ama de llaves. Yo crié a su hijita, Gloria. Allí aprendí a cocinar comida italiana. Estuve trabajando en esa casa unos diez años. Luego me vine a Siglo XX, aquí yo tenía una prima. Me dio paludismo, y estuve dos años y medio enferma, mi vida era de la casa al hospital Loayza. Allí se me terminó mi plata, mi ropa. El qu.e fue mi marido me ayudó bastante. Por agradecimiento me casé con él..A mi esposo lo dejó su primera mujer y era mucho mayor que yo. No tengo hijos, como mi esposo era de edad y yo era muchacha no se podía lograr, morían antes de tiempo. Estuve embarazada tres veces, dos murieron antes de nacer y el tercero murió porque me caí en las escaleras, el bebé se me quebró en las entrañas. Me hicieron una cesárea y desde esa vez ya no puedo tener hijos. 13

entre Washington y Paseo Colón, donde ahora funciona el Club Trujillo, allí vivía la Fanny o Sanny Rozas, no me acuerdo, era una soltera que vivía con su gato persa y su servidumbre. Esa señora era bien guapa y elegante. Era de mucha plata, organizaba muchas fiestas, una fila de carros siempre había en esa esquina; luego se fue al extranjero, era una mujer famosa. Dicen que murió en el extranjero, toda su riqueza dejó a la beneficiencia pública. Aquí vivía gente rica desde su cuna. Fíjese: el presidente Leguía venía a comer a menudo, aquí a la vuelta, en la casa de los Miranda, gente de mucha plata. La casa de los Miranda quedaba donde ahora está el colegio José Jiménez Borja. Para construir el Colegio se tiraron abajo varias casas, entre ellas la de los Miranda. Era una casa grande, lujosa, tenía vitrales, arañas, azulejos y dos patios. La gente rica se fue cuando gobernaba un militar, no me acuerdo quien era, se fueron a Miratlores, Monterrico. Este barrio era muy bonito aquí vivía gente decente, gagá; había estatuas de mármol en el Paseo Colón. El barrio ahora es una cochinada, hay rateros, borrachos. Hace pocos días nomás, parece que un ratero robó en el Paseo Colón. Entró al callejón y tiró una cartera vacía. Ahora fíjese, el Paseo Colón es una cochinada, hay unas casas donde bailan los domingos chicha. Todo lo dejan una cochinada, hay aguas negras hediondas. Los ambulantes, esos que venden comida, tiran el agua con que lavan platos a la calle. Antes, aquí en el solar, la puerta se cerraba a las diez de la noche. Ahora ni puerta hay. El dueño del solar era el señor Congrains, el papá del que ahora está en Chile. El mandó a construir esto, aquí vivían los obreros, choferes. Mi esposo era chofer de la familia Salinas, pero antes fue albañil. El construyó el solar en el año 20. De los antiguos sólo quedamos yo y la señora Alejandrina. La señora Alejandrina con nadie se lleva bien, tiene mal carácter, a su mismo hijo que ya es mayor lo trata mal. Además es medio sorda, está' viejita. Ud. tendría que gritarle. Ella sabe del barrio más que yo, dicen que tiene cien años. Fíjese, cuando yo era chica ella ya era señorita, buena moza, saque la cuenta. Antes había gente buena, ahora no, aquí nomás, a dos puertas, vive uno que ha salido de Lurigancho. Lima era chica, habían mucho descampados. Aquí cerca había el Parque las Garijas, parque muy escondido. Allí había un arco. Era un muladar con una acequia antihigiénica, los enamorados iban a pasear allí. 12

El Parque de la Exposición era bonito. Allí había un zoológico. Ese zoológico luego se fue a Barranco. Más arriba, por donde está el monumento a Grau, era descampado. Allí empezaban las huertas de los chinos, habían chacras de verduras. Se podía recoger una colifor, una lechuga. La Avenida Grau a ambos lados tenía árboles. Por allí corría una acequia. Las huertas lle.gaban hasta donde ahora es el Hospital Obrero. Allí estaba la Pampa Pellejo; le decían pellejo porque había un barrio de negros que vivían en unas casuchas. Entonces allí había una poza y los negritos se bañaban calatos todo el día. El agua era sucia, hedionda, pero igual los negritos se bañaban. En Chacra Colorada, por la Avenida Alfonso Ugarte, eran puras chacras de choclos, camote. Un treinta de abril, aquí en el Campo de Marte lo mataron a Sánchez Cerro. Yo en el caño estaba lavando ropa y escuché dos balazos. Dicen que lo · mató Mendoza Leiva, un chocolatero, trigueñito, cholito. A Sánchez Cerro lo llevaron al Hospital Italiano, pero ya estaba muerto. Todos decían que a Sánchez Cerro lo mataron los apristas, pero un chocolatero, ignorante ¡qué iba a ser aprista! Manzanilla, su ministro, lo mandó a matar. Sánchez Cerro, un cholito, }o pusieron los ricos, se puso aliado de los ricos, el hacía lo que mandaban los ricos, era su maniquí. A los siete meses de nacida me trajeron a Lima. Tenía un hermanito y una hermana. Los dos de chicos se murieron. Mi hermanito por comer uva verde se murió; él iba a las chacras y allí comió uva verde. Le í:lio cólico y se murió en el hospital Dos de Mayo. Mi madre murió con el hígado y mi padre .murió en Jauja. Mis familiares querían que viviera en Jauja, pero no me acostumbraba, ve que yo había venido chiquita a Lima. A los siete años me quedé sola, mis familiares me mandaron a Jauja donde mi madrina pero ella se había ido a Italia. Desde chica empecé a trabajar-aquí en Lima. Ayudaba en la cocina. Luego encontré una casa donde una señora italiana y su esposo francés. De ayudante pasé a ama de llaves. Yo crié a su hijita, Gloria. Allí aprendí a cocinar comida italiana. Estuve trabajando en esa casa unos diez años. Luego me vine a Siglo XX, aquí yo tenía una prima. Me dio paludismo, y estuve dos años y medio enferma, mi vida era de la casa al hospital Loayza. Allí se me terminó mi plata, mi ropa. El qu.e fue mi marido me ayudó bastante. Por agradecimiento me casé con él..A mi esposo lo dejó su primera mujer y era mucho mayor que yo. No tengo hijos, como mi esposo era de edad y yo era muchacha no se podía lograr, morían antes de tiempo. Estuve embarazada tres veces, dos murieron antes de nacer y el tercero murió porque me caí en las escaleras, el bebé se me quebró en las entrañas. Me hicieron una cesárea y desde esa vez ya no puedo tener hijos. 13

Mi marido de su anterior matrimonio tenía hijos ya mayores. La mujer no me pasaba, me hacía la vida imposible. Me decía "serrana chontana". Ella tkl'Í•• que su abuelo era inglés, pero luego yo me enteré que era verdad que su abuelo era inglés pero se había metido con la sirvienta. Su madre era el resultado de esa relación.

Yo lavaba ropa, lavé ropa del embajador Beltrán. El chofer me traía la ropa en el carro. Me decía que Beltrán mandaba su ropa sucia de los Estados Unidos. En una semana lavaba y en otra semana planchaba con plancha de carbón, era una ropa fina, las camisas apenas se sentía. Pedro Beltrán era alto, barrigón. Estuve trabajando con él cinco años, luego buscaron otra lavandera. Yo lo dejé porque cuando llegó de los Estados Unidos quería una lavandera que viviera en su casa, yo no podía, ve que yo ya era casada. Luego seguía lavando ropa, lavaba la ropa de los Villarán, ellos vivían en Chota Izquierda. Hace tres años sufrí un accidente, un chofer borracho me atropelló. Con el carro me tocó el costado, me botó a la acera, perdí los dientes, y me destrozó la pierna. Me quería llevar a la Asistencia Pública pero una sobrina que salía del Callejón me vio inconciente en el suelo y obligó al chofer que me internara en la Clínica Internacional. Cuando me internaban en la clínica no podía entrar, no había plata para dejar la garantía. Mi sobrina tuvo que llamar a una prima, ella recién dio la garantía. Ahora tengo un clavo en la pierna y he quedado media inválida. Ya no puedo ir muy lejos, me da miedo subir a los micros. Así que me muevo por aquí cerca. En todo el solar solo yo y unos zambitos del primer piso tenemos teléfono. Algunos de mis vecinos dan mi teléfono y yo recibo llamadas, cobro mil soles por recibir cada llamada. Cobro 2,500 por llamadas que hacen con mi teléfono. Con eso me ayúdo, tengo para mi pan, mi kerosene. Mi sobrino me da 70 mil soles, pero con eso no se puede vivir. [Interviene un niño y le dice: "Mi mamá también te da plata". La señora contesta: "Nadie te ha dicho que te metas en conversación de mayores'"] Su mamá también me ayuda, mi pelo de la cabeza no me alcanzaría por todo lo que ha hecho por mí, a pesar de que no es de mi sangre es como mi hija, su hija mayor me dice abuelita. Son las únicas personas que se preocupan por mí. Lo que más temo es la soledad, cuando me boten yo no sé a dónde voy a ir, me dicen que me vaya a la sierra donde mis parientes, pero de qué voy a vivir. Además hace un tiempo quería ir a la sierra y consulté con una doctora; ella me dijo que tengo la presión muy alta así que no voy a poder ir a la sierra. 14

YO HUBIERA SIDO DUEÑO QE MEDIO PERU Est;1 s1tuación de nosotros es así: en esa época don Augusto B. Leguía llllt:nnedio del Dr. Perochena, que era representante por Arequipa, que ) tc;dos los trámites, porque a mi madre el Presidente le había dado una 1 y le mvitaba a Palacio; de Lima a las once en punto llegaba el coche pre11 Gt:ll a sacarnos de las primeras cuadras de la Avenida Augusto B. Leguía 1 ~ i se· llamaba la Av. Arequipa y la historia lo confirma porque Leguía fue 1dcntc por tres veces y esto también la historia lo confirma; llegó el coche llkn d al pues a llevarnos, para Palacio, a don Augusto B. Leguía; don, por1 no era doctor ni nada, simplemente don, un ciudadano de Arequipa; udrnenle a almorzar con él; pero un día de esos que el destino cambió nosotros fue éste; empezó esto de los tanques, salió la división de tant¡ IICN en i\requipa y por ahí empezó la balacera y aquí también pero don II J.tl l ~ to B. Leguía seguía, pero ya se retiraba, y no hubiera muerto quizás, prn• S:inchez Cerro todo el tiempo quería ser Presidente, desde Sargento Pri1\c i'C• pues; pues ahora, dijo, que entre él. Leguía ya se iba, pero la suerte que n Alta Mar se cruzan los dos barcos, le hicieron señales que el Presidente se lh.t y también en el otro barco, acá el otro Presidente que venía y le dicen se 1111 \l o no se rinde, se rinde; por esas horas están haciendo una balacera trelltt-lula por Palacio de Gobierno, por acá nos están 'haciendo balacera, no allllfl fllllllOS, ya todos los cubiertos, servidito, mi mamá nos contaba pues, no'l, yo por eso la adoro a mi madre; mi madre ha muerto acá siete.años y tlc~ pu cs de ella no vino ninguna mujer acá porque para mí ésto es un altar y 110 ~~ si habrá hombre en el mundo así pero para mí esta conducta es buena, Jlllfll mi, y tal vez en la calle tenga por ahí una aventura, no sé, pero traer tl'il u 1111 edad para qué me voy a engañar, y usted lo han visto por la televiu 1 a isla de la fantasía, esto es así, pero yo les quiero decir que cómo caJlli na t•l hombre hacia una conquista de la plenitud, yo cuando me inicié acá t;(,,,m decir, como dirigente de base, mi problema fue con los señores Prado, e los