Gran torneo internacional de ajedrez : Madrid, octubre de 1943

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DR.

ALEKHINE

GRAN TORNEO INTERNACIONAL DE AJEDREZ MADRID, OCTUBRE DE 1943

I!I>ICJON PUBLICADA CON LA COLABORACION DI! LA

FEDERACION ESPAÑOLA DE AJEDREZ

AFJt.ODISIO AGUADO, S. A. BARQUILLO, ' • MADRID 1

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Afrodisio Aguado, S. A.-Madrid.-3036-1244

UNAS PALABRAS DE LA F. E. D. A. La Federación Española de Ajedrez se complace en ofrecer a la afición española la publicación de este libro. J,a palabra y el comentario del campeón del mundo respecto al Torneo Internacional celebrado en Madrid en octubre de 1943 constituyen el mejor epílogo de aquel memorable certamen, y en la ocasión presente la autoridad del doctor Alekhine sobrepasa su función didáctica para abarcar un aspecto especialmente interesante en el momento actual del ajedre7. español. Con visible interés y curiosidad era esperado en nuestros medios ajedrecístic:os un concurso que enfrentase a los nuevos valores del tablero hispano con los grandes maestros europeos. Entonces podría calibrarse experimentalmente cuanto en orden a un posible progreso era lícito estimar el nivel general de juego de nuestros ajedrecistas. En corto espacio de tiempo los torneos y campeonatos oficiales habían elevado a puestos relevantes nuevos jugadores, acu· sando, al mismo tiempo, mayor valoración en el estilo y en los conocimientos de otros ajedrecistas ya conocidos. Unos y otro8, unidos en este nuevo plano del ajedrez español, jnstificahllD con sobrado motivo la esperanza de que la situación de nuestro ajedrez sería, con respecto al tablero in· ternacional, algo superior a la que hasta entonces había sido considerada. Mas para comprobar y hacer patente tan

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grata nueva se hacía necesario que un conjunto de nuestras primeras figuras fuese pulsado por aquellos grandes maestros. Y aquí está explicado el interés y la curiosidad que supo despertar en los numerosísimos Centros de ajedrez de España el anuncio del gran torneo. No fué posible, pese a las inteligentes iniciativas de don Manuel Fernández Balhuena y de don Francisco Ojeda Cohos -a cuyas personales gestiones se debe en gran parte el florecimiento y estimación que hoy se aprecia en nuestra Patria por el deporte mental·-, que el certamen convocado y celebrado en los salones del Círculo de Bellas Artes reuniese a todo& los grandes maestros a quienes se invitó, y ello debido a las anormales circunstancias europeas, fáciles de comprender por todo~. Sin embargo, la presencia de Keres y también de Brinckmann y Samisch resultó suficiente para que la valía del conjunto hispano fuese apreciada, aquilatada y definida en su real extensión. Prueba de ella la constituyen las palabras de elogio y el juicio pronosticador para Espa· ña de gran porvenir mundial en ajedrez, pronunciadas y emitido por los maestros extranjeros visitantes; la acogida de que fué objeto el Torneo en la prensa y revistas especÍ· ficas de todo el mundo y la resonancia que en todos los drculos ajedrecísticos ha alcanzado este certamen. Pero la mejor prueba permanece en las partidas jugadas, y ellas, por sí mismas, son más elocuentes que toda otra consideración. Los jugadores españoll".s se examinaron en un buen tribunal : ante Keres y otros grandes maestros. Y la calificación que ese examen merece nos la va a decir en este libro el juez supremo del tablero : el campeón del mundo. Una a una, el doctor Alekhine expone la totalidad de las partidas jugadas, sometiéndolas al peso de su crítica. Inútil fuera destacar aquí la importnacia que para nosotros tiene esta labor, ni tampoco hablar del gran maestro, suficientemente conocido y admirado incluso por las personas

más apartadas del ajedrez. Nos resta tan sólo congratularnos nuevamente del suceso que significa para la afición de habla española la aparición de este volumen, representativo del primer trabajo que el genial Alekhine dedica a las ooell8 de España.

La Federación Española de Ajedrez. Madrid, marzo 1944.

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PROLOGO Cualquier conato de justificación o de disculpa por escribir eetBS líneas al frente de un libro de ajedrez, podría interpretarse sin violencia en el sentido de que yo pensaba en la existencia de alguien para quien tal atrevimiento o incongruencia no fueran notorias. Lo es mi falta de autoridad, y asimismo el desconocimiento de mi nombre en los medios ajedrecísticos a loa que, principalmente, se dirige este libro; pero era tan tentador unir mi nombre en la portada de un libro al del gran ajedrecista que le escribe, y ha sido talla benevolencia de amigo8 que deseaban que así fuese, que he cedido a la tentación de aceptar la empresa, superior al mismo tiempo, a mis merecimientos y a mi competencia. Siempre es. el aficionado el que busca la sombra y la auto• ridad del maestro para lanzarse a la publicidad. Aquí se invier· ten Jos términos y es el aficionado, y aficionado menos que me· diano, el que al arrimo del mayor maestro que ha conocido el pueblo del Ajedrez, proclama, porque otra cosa no puede ha· ,:er, su resuelta pasión por el noble juego y su admiración ha· cia Alejandro Alekhine, que en sus partidas sabe infundir un aliento espiritual que participa tanto de la técnica como do la

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estética, y hace que a ellas podamos aproximarnos con provecho hombres que profesamos estudios, si distantes a lo que el ejedrez tiene de sabiduría, más que tangentes a lo que tiene de belleza. Porque la estética del ajedrez no reside tan sólo en la armonía que se deduce de la lógica constructiva de una partida, secreto bien sabido de todas las arquitecturas. El resorte artístico del ajedrez está en la pasión contenida que llena el transcurrir de la partida, como el de toda lucha, y que constantemente amenaza desbordarse, y de hecho se desborda, en el jugador incontinente o precipitado. Pasión contenida es el buen juego ajedrecístico, y tal fórmula es la de todo clasicismo, el canon inexorable de las mejores creaciones del espíritu humano. Es instructivo observar que el ajedrez, ciñéndonos a su evolución de los últimos cien años, cubre las mismas etapas y sigue unas alternativas parejas a las de las demás artes, y ello es lógico, ya que las artes que tienen una intención de belleza son el exponente más lino y fiel de la evolución del espíritu y de la sensibilidad. Un conocimiento suficiente, aunque como en mí sea poco profundo, de esta historia, nos muestran los viejos maestros del siglo XVIII practicando un juego lógico, neoclásico, que hoy tiene el encanto de todo lo arcaico y que encontraría bien su parangón en el arte musical de un Haydin o un Scarlatti. La evolución del romanticismo en el ajedrez es cronológicamente más tardía que en las demás artes, pero no menos clara y significativa. Un Andersen, un Morphy, por ejem· plo, practican un juego combinativo, violento y hasta incontinente en muchos casos, que podemos calificar de genial, pero

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inservible como ejemplo. Tal es el destino de todos los artistas románticos, votados a la admiración pero no a la imitación de los venideros. Su genialidad no puede ser escuela, sino chispazo individual, personalidad incomunicable, y por ello al desaparecer estos nombres señeros quedan los de jugadores sólidos, posicionalistas, que han de llevar al ajedrez, como la ge· neración naturalista llevó a la literatura, a un término técnico y árido, de estudio, más intelectual que cordial. La venerable técnica de la que los grandes románticos del ajedrez arrancaron, parece entonces diminuta. De un Filidor a un Lasker hay la migma distancia que de un Boileau a un Zola. Los principios del buen gusto, de la agudeza ajedrecística, estaban ya en los viejos análisis y tratados, y acabará abriéndose paso entre el amazacotado saber de tales maestros, pero el área del cono· cimiento técnico se ha ensanchado desmesuradamente y las nuevas generaciones parten de un saber más amplio y más sólido. En este trance de la evolución del juego del ajedrez, aparece Alekhine que a los veintidós años se clasifica en los torneos de San Petersburgo y Manhein delante de todos los maestros que a ellos concurren, excepción de Lasker y Capablanca. Es el momento en que el gran maestro alemán va a ceder su título a la juvenil genialidad del gran jugador cubano. El virtuosismo técnico de Capablanca triunfa de la manera sólida y lenta de Lasker, y en tanto empuña Capablanca el cetro mun dial del ajedrez, continúa Alekhine la serie de sus triunfos. En Troberg, en Budapest, en La Haya, hacia 1921, logra victorias tan resonantes e ininterrumpidas que merece la consideración indiscutida de campeón de Europa. F:l gran torneo de Baden-

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Baden, la más importante competición jugada en Europa desde la terminación de la anterior gran guerra, transcurre sin que Alekhine se.a batido en una sola partida. En 1927 conquista el título de campeón mundial, que atin conserva, sin más eclipse que el breve en que tal título pasó a manos de Euwe. Ciertamente todos estos sucesos son demasiado conocidos para que yo tenga que incidir en su relato, tantas veces y más autorizadarnente hecho. Sobre lo que sí quisiera detenerme es sobre las características de su juego, tal como a un profano se presenta a través de sus· partidas, ya que sería pueril hacerlo por experiencia directa de las exhibiciones de simultáneas, pues ni la ocasión ni el enemigo daban pie para la comprobación de toda su genialidad y de toda su fuerza. Pero aun en éstas su aspecto macizo y seguro, ese su mover las piezas atornillándolas en su casilla, corno designándolas su sitio definitivo e incontestable en el tablero, la ausencia total de cualquier vacilación, su aire de capitán seguro de la victoria, componen la traza del enemigo invulnerable que intimida con su presencia aun antes de experimentarse su fuerza, como los viejos germanos que nos describe Tácito, que se presentaban al combate atemorizando con su aspecto antes de rendir con sus armas. El punto de partida del juego de Alekhine queda indicado y ha de sobreentenderse que es el mayor progreso técnico logra-

do por los sólidos ajedrecistas, que he equiparado a los artistas literarios del tiempo del naturalismo. El saber, la técnica, el análisis (que análisis se llamaba también el procedimiento literario naturalista) predominaban sobre la imaginación. La arhi· trariedad o la aventura estaban tan gravemente penadas que

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morían en flor. Los gambitos, analizados hasta sus últimas consecuencias, habían dejado de proporcionar ventajas y tan sólo podía obtener el que les ofrecía la mera pérdida de lo que ofrecía como ventaja propia o la mala posición resultante del rehusamiento. Se sabía al céntimo lo que Wla posición determinada podía dar de sí. Frente a dos líneas de juego tentadoras no cabía dudar en la preferencia por la más cauta. De este criterio y de estas prácticas arranca el juego de Alekhine; pero yo no me persuado de que en su juventud, cuando triWlfaba en Manhein o en San Petersburgo, poseyera esta técnica con la perfección bastante para sólo en virtud de ella triunfar de los maestros que tan bien sabida la tenían. Pienso que frente al juego solidísimo de ellos una chispa de genialidad, una intervención inesperada de su sutileza ajedrecística, debía decidir las partidas. Es indudable que su sabiduría del juego había de ser definitiva en torneos sucesivos, cuando jugaba unos tras otros sin conocer la derrota. De este jugador maduro conocemos las partidas que alcanzan la cima de perfección técnica que explica triunfos tan singulares. Pero la técnica aprendida no era sino la base de avances futuros. No solamente Alekhine sabía cuanto podía saberse en su tiempo, sino que el juego iba a deberle en seguida adelantamientos, acendramientos más bien, de aperturas y posiciones lucidísimamente analizadas por él que habían de llevarle a descubrimientos como el de la defensa que lleva su nombre, por él propugnada y analizada, y adoptada al fin por los grandes maestros, incluso en campeonatos mundiales, como en las memorables par6das Maroczy-Lasker, o Yates-Capablanca, y que ha suscitado una verdadera erupción

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de comentarios y análisis que forman ya una considerable bibliografía. Pero el verdadero encanto de las partidas de Alekhine escapa a las pinzas del análisis y a los escalpelos de la anatomía. Los comentarios a una de sus partidas geniales, aun hechos por ajedrecistas insignes, por él mismo acaso, no dan idea sino de un asyecto externo, sin duda meritísimo, pero no esencial, de su arte de ajedrecista. En las partidas de Alekhine a través de movimientos al parecer previsibles, de aperturas aparentemente académicas, acecha siempre el misterio. Algo inaprensible para la crítica y el comentario y que sólo puede expresarse en una impresión de conjunto de la partida y con palabras probable mente alejadas de los tecnicismos usuales al tratar del ajedrez. En ese misterio agazapado tras un movimiento que se juzgaría tímido o vulgar, reside la sugestión del arte de Alekhine. Las consecuencias de tal movimiento surgen mucho después, inesperadamente, y entonces se palpa que tal jugada que pudo pasar inadvertida, era pieza fundamental de una combinación sólo por él presentida. Porque la arquitectura de sus partidas está concebida en un solo vuelo de su imaginación genial de ajedrecista, como si las jugadas sucesivas se le aparecieran en un solo presente, con simultaneidad evidente; como si vencedor del tiempo hubiera suprimido su sucesión y la jugada cuarenta y dos de una partida estuviera implícita, y para él patente, en el movimiento inadvertido número siete. Para él es claridad lo que para nosotros misterio, y ello da a su juego una naturalidad y una lógica que, al amenazar con una partida rutinaria va a desembocar en los lances menos previsibles y más bellos.

Tal el espectáculo singular de este gran artista: alojar el misterio en la más lúcida lógica. ¿Y no es este el caso de las obras más geniales del espíritu creador de los hombres?

••• Pero Alekhine sabe no sólo jugar, sino ver cómo juegan los demás, y producto de esta actitud es el presente libro en el que da una sobria impresión de conjunto de las partidas jugadas en el torneo intemacional de Madrid de 1943. Impresiones y no análisis demorado. Pero en estas impresiones, ¡qué cúmulo de observaciones, de sugestiones valiosas, de rasgos felices, de despejado acierto para expresarlas! No ya loa maestros extraños que participaron en el torneo, un Keres o un Brickmann a quienes tan bien conoce, los españoles aparecen retratados a veces con una sola pincelada llena de sagacidad e intención. Así Sanz, nuestro actual campeón, explotando la ventaja de un peón en su partida con Pérez, demues'tra en tal realización ((Una gran tenacidad y una aprecia· hle habilidad técnica)), características indudables de su estilo. O bien Pérez, jugad(Jr plicológico, que ((no habiendo obtenido ventaja en el planteo (en su partida con De Agustín), pierde todavía tiempo para inducir a su adversario a colocar un al.fil en 60)), O De Agustín mismo, que «persigue siempre y a toda costa tomar la iniciativa,, O Medina, «cuya calidad de actua· ción en este torneo puede calificarse de muy buenall, sobrio elogio que sabrá estimar el que conozca lo parco de ellos que e! el campeón mundial. O, en fin, el niño Pomar, de quien da

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este juicio, creo que a estas alturas de su desarrollo a jedrC: clstico, definitivo: su partida con Sanz «demuestra un hecho del todo natural a su edad, que todavía lo que más le cuesta es concebir un plan. El ve jugadas, amenazas del enemigo, posibili· dades de cambios y desventajas -lo que para un jugador que es casi un niño es ya much~. La idea del plan le llegará seguramente, y bien pronto, con la experiencia>>. Tiene, pues, este libro el interés y el valor de un panorama de nuestro campo ajedrecístico visto y reproducido por la más alta autoridad. Ni faltan en él los rasgos de humor o de inge· nio, ni un juicio sintético, a mi ver exacto y no deshonroso para la psicología de los españoles, y no sólo de los que juegan al ajedrez. "Aquí en España -observa- se juegan los medios de partida bastante mejor que los finales.)) Bienvenido sea este presente de Alejandro Alekhine al ajedrez español, que para mayor satisfacción de todos viene en las manos de Manuel Golmayo, su traductor, maestro venerable del ajedrez hispánico, a quien tanto debe su desarrollo, y que tras ostentar merecidísimamente tantos años su títuio de campeón y haber medido sus armas con los más insignes maestros, sin excluir al propio Alekhinc, y merecer el respeto uná nime de todos los aficionados españoles, aun aparece por nuestras peñas dispuesto a intervenir alegremente en toda partida, y a dar una lección de buen estilo ajedrecístico burla-burlando, jovialmente, con humor de camarada y no con ceño o severidad de maestro.

JosÉ M.• Madrid, febrero de 1944.

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DE

Cossío

EL GRAN TORNEO INTERNACIONAL CONFIRMACION DE LA MADUREZ AJEDRECISTICA DE ESPA~A El Gran Torneo Internacional de Ajedrez, organizado por la Federación con motivo del Primer Congreso Nacional de Educación Física, ha venido a significar el fruto óptimo de las extraordinarias conquistas alcanzadas por nuestro deporte en los últimos años. El suceso ha ofrecido resonancia nacional e internacional en diferente.. y obtener el afecto de todos. Hace muchos años que hizo figurar su nombre entre los grandes campeones. europeos, y en numerosos certámenes ha conseguido para su país los mejores premios. De sólida cultura, no limitó su actuación a la simple práctica de los trebejos, sino que expuso en la Prensa-Brinckma!j.n es notable periodista-los valores del deporte cerebral y contribuyó al mismo tiempo, de manera brillante, al enriquecimiento de las teorías ajedrecísticas. Hoy es considerado como uno de los primeros analistas del tablero y profundo conocedor de la fase final de la partida. En este torneo ha obtenido una buena calificación,

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sufriendo sólo dos derrotas : una a cargo de Keres, y (1tra frente al andaluz Gómez. Pudo co¡¡seg-uir mejor puntuación posiblemente, aunque de todas formas, y teniendo en cuenta que algunas victorias las consiguió tras reñidos e igualados combates, su calificación no resulta injusta. A través de su actuación podemos comprobar con cuántas razones se le estima como gran finalista, en cuya especialidad reside el secreto de algunos de sus sorprendentes triunfos en esta prueba. Brickman n, gran deportista y gran caballero, supo hacer elogios elocuentes y dignísimos de quienes mantuvieron firmes sus reyes ante él, y de manera especial del l)iño Pomar, en quien cree ver un futuro campeón del mundo. SA.VriSCH, DESCONCERTANTE Y DESCONCERTADO Espfritu inquieto por excelencia, verdadero torbellino de ideas y de proyectos, por extraña e incomprr·nsible paradoja se abstrae largamente en la ejecución de las jugadas cuando éstas son más simples y sencillas. Su asombroso dominio de la partida a la ciega--de cuya fama es testigo el mundo del ajedrez-, le facilitan la labor en los encuentros complicados y situación de problema. Samisch es hombre nervioso y un· tanto anormal, lleno de actitudes extrañas y extravagantes. Pero esto no es obstáculo para que en su relación con todos

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se haya mostrado siempre afectuoso y expansivo, eludiendo en alguna ocasión el discutir fallos y decisiones que perjudicaban-justamente, desde luego-su puntuación en el certamen. Samisch perdió numerosas partidas por Pxcedersc en el tiempo de reflexión. En casi todas ellas la situación de sus piezas era de derrota bien clara y terminante. En nuestro criterio, Samisch ha jugado en este torneo en deficientes condiciones ffsicas o bajo el efecto de algún traStorno interior de tipo afectivo. No de otra forma puedP explicarse cediendo media hora de reloj en la sPg-tmda jugada de apertura. Su derrota ante Medina~-demasi11do dura-quizá restase aliento a su moral. De todas formas, algo hemos visto en sus escasas buenas partidas, como, por ejemplo, las disputadas a Nicolás y a Kocher.

LOS ESPA~OLES ÉN LA GRAN PRUEBA Lo más halagüeño que en nuestro concepto ofrt>ce el momento actual del ajedrez español, es Pl nutrirlo conjunto ele jugadores de primera furrza que pueden aspirar, con reales y equilibrados méritos, a obtener el lugar preferente. Los españoles que han tomado parte en este certamen han cumplido ampliamente su deber. Pero esta g-ran actuación no nos hace olvidar, sin embarg-o, la ausencia de varios nombres de nuestro elenco dep-ortivo, motivada por diYersas causas, sensibles y evitables para ser más dolorosas. Vamos a examinar ligeramente la labor desarrollada en esta prueba por el conjunto español, exponiendo separadamente la actuación de cada uno de nuestros jugadores. 27

JUAN

M.

FUENTES

SEGUNDO VENCEDOR DEL TORNEO

Numerosos pronósticos fue. ron hechos al comenzar el torneo, y casi todos coincidían en asignar a algún español la prot~za de superar a alguno de los grandes maestros extranjeros. Cuando se barajaron nombres en esos pronósticos, ninguno señaló el de Juan Manuel Fuentes, el gran jugador del Real Madrid C. de F. Y no era porque se ignorase la categoría de sus conocimientos y la sutileza excepcional de su estilo, sino porque Fuentes había acusado, en precedentes jornadas, una baja forma muy señalada: al perder su título de subcampe6n nacional, primero, y al quednr considt>.rahlemente postergado 1,0 el importante torneo de . al q{redm vencedor en la totalidad dr. la primera vuelta. Llega a la segunda imbatido hasta su partida contra Kerrs, en la que hizo menos de lo esperado por un error de concepto en la apertura. Pero sus restantes partidas confirmaron la razón de los puntos ganados, destacando, entre ellas, su victoria sobre De Agustín, conseguida en correctísima lucha. En la jornada final-ya seguro en segundo puesto por la derrota de Brinckmann ante Gó-

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mcz-hace tablas con el campeón alemán, coror¡ando así la mejor y más regular actuaciún de su carrera ajedrecística y logrando para España uno de los triunfos mejores ante maestros extranjeros. Calificado ante el gran maestro Brinckmann con dos puntos de ventaja, e inmediatamente después del coloso estoniano, con punto y medio de diferencia, el gran jugador de la región Centro personificó esa madurez en conocimientos teóricos, en profundidad y en intuición que se dibujan desde hace tiempo entre nuestros ajedrecistas y que reclaman para España el lugar destacado que merece en el concierto mundial del gran ajedrez. EL FENONIENO ESPAÑOL CONSIGUE CINCO Y MEDIO PUNTOS

En el niño fabuloso que ha divulgado el apellido Pomar en los más alejados lugares del planeta, asociándolo con el nombre de Espaiia, hay que considerar dos motivos de estudio y reflexión : uno, el que da lugar-por lo insólito de su caso precoz-a la mayor contribución proselitista que ha obtenido el ajedrez, y otro, el de la presencia real de un jugador de primera fuerza, con conocimientos completos y maduros de las distintas fases dd tablero. En el primer aspecto nos muestra la fuentr de emocíones y de espectacularidad de que es capaz el ajedrez, y en el segundo, la posibilidad de que el juego de reyes constituya un elemento de educación y de orientación escolar, de mucho más alcance que el supÜesto. El aliciente que lleva implfcita la primera consideración justificaba por demás su inclusión en el torneo. Y el resultado obtenido por el pequefío drmostní que, estimado el caso haciendo abstraccir objeto de maduro rxamrn.

NICOLAS Jugador de reciente ingreso en la Federación Centro, ha rendido un buen tributo a su falta de práctica en estas pruebas al quedar en el último puesto. Pero esta realidad y la consideración que puede sugerir el medio punto que consiguió tan sólo de los 14 posibles, podría engañarnos respecto a la calidad efectiva dé su formación ajedrecística, y más aún respecto a las posibilidades que en él se condensan para un futuro próximo. El jugador de ajedrez requiere un proceso de dura y prolongada práctica hasta conseguir las cualidades varias que requiere la lucha en las pruebas oficiales. No basta con

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dominar el tablero, conocer las aperturas y vencer a contrarios menos fuertes. Sobre la realidad, no es tan sencillo saber, por ejemplo, administrar bien el reloj o dominar el impulso que nos mueve intuitivamente a ejecutar un movimiento que puede responder a un espejismo, a una situación engañosa. Son numerosos los motivos de r,nseñanza que lleva implícitos una buena formación ajedrecista. Nicolás no es un jugador experimentado. Pero la experi!:'ncia, siendo tan necesaria, resulta lo más sencillo de conseguir, porque a todos alcanza. Lo difícil es que haya «madera», que realmente esa experiencia tenga que trabajar sobre una buena materia prima. Cabe esperar que Nicolás nos demuestre que su último puesto en este torneo no es la última palabra que puede decirse de su auténtica valoración ante el tablero.

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GRAN TORNEO

INfERNACIO~AL

DE AJEDREZ

t. a La FedeTacidn Española de AjedTez organiza este G•an Torneo lnlema~ymaJ, que dará comienzo el lunes dla 4 de octubre del corriente atio. 2.• Este concurso se celebrará. en el Circulo de Bellas Artes, galantemente cedido p01 su Junta Directiva. 3.• Para esta gran prueba regirán las siguientes BASES s) El sorteo se celebrará, en presencia de los jugadores, en la sesi6n que tendrá lugar el dla, por la mañana, a las doce horas, en el Circulo de Bellas Artes, para fijar el número de orden y confeccionar el cuadro de rondas. b) Los días de juego serán los siguientes : 4, 5, 6, 7 y 8. El dla 9 se descansa. Continuarán Jos dla s 10, 11, 12 y 13. El día 14 se descansa. Continuarán los días 15, 16, 17, 18, 19 y 20. e) Las horas de juego serán : de cuatro a nueve de la tarde en primera sesión, y Jns partidas suspendidas se reanudarán de di~z v media a una y media de la noche; en caso de nueva suspensión, se continuará a la mañana siguiente, de nueve y media a una y media. d) El control de tiempo para este torneo será de 16 jugadas a la hora, acumulables en las primeras dos horas y media, o sea 40 jugadas en dicho tiempo por jugador, o sean 80 jugadas entre ambos jugadores en la primera sesión, que será de cinco horas justas. Después de esta primera sesión se continuará jugando a una velocidad de 16 jugadas a la hora. e) A la hora anunciada pam el comienzo de las partidas o su continuación en caso de suspensión, sin que puedan ser demoradas por ningún concepto, se pondrá en marcha el reloj del que le correspondiese jugar. fl En caso de su~pensión, la jugada secreta será hecha por el jugador que le corresponda jugar en el momento de marcar el tiempo el árbitro. g) La incomparecencia de un jugador, transcurrida una hora de estar en marcha su reloj, le ocasionará la pérdida de la partida. Si incompareciesen los dos, se dará por perdida por ambos jugadares, y de no estar suficientemente justificada esta falta, será descalificado y eliminado de esta competición. h) La retirada de un jugador, sin tener jugadas el 50 por 100 cle sus partidas, ocasionará la anulación de las ya jugadas por él, y si pasasen del 50 por 100, se le darán como perdidas las que le falten. i) Los jugadores deberán anotar, sin poder delegar en otra per-

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sona, las partidas que jueguen, en forma legible, en cualquiera de los dos sistemas de anotación y de modo que no ofrezca lugar a dudas, las cuales, debidamente firmadas, fechadas y puestas las horas, iJntregarán precisamente al árbitra. Las partidas quedan de propiedad de la Federación Espafiola de Ajedrez. i) Los puestos de la clasificación se obtendrán por la suma de todos los puntos conseguidos al final del Torneo. Cada partida ganada vale UN punto para el vencedor, CERO para el vencido, y las declaradas tablas, MEDIO punto para cada jugador. k) El Torneo se celebrará por el sistema de todos contra todos y a una sola vuelta. El que consiga el mayor numero de puntos será declarado VENCEDOR del Torneo y sucesivamente los que le sigan en puntuación. En caso de empate a puntos, será clasificado primero el que haya vencido al otro en su partida, pero siempre será repartida la suma de los premios entre los empatados, por partPs iguales. 1) Los premios son los siguientes: Primero .. . .. . .. . . .. Segundo .. . .. . .. . . .. Tercero .. . .. . Cuarto .. . .. . . .. ... Quinto .. . .. . .. . . ..

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A los jugadores espafioles se les otorgarán CINCUENTA pesetas por cada partida ganada a un jugador extranjero y VEINTICINCO tablas. Además, VEINTICINCO pesetas por cada partida ganada a otro jugador esrañol. 4.• El Comité deportivo de este Gran Torneo Internacional estará compuesto por la Fedrración Es¡lafiola de Ajedrez. 5.• Serán árbitms del Torneo el Dr. Erich FABI,\N v D. Francisw 0JEDA Conos, ambo~ miembros directivos de la Confederación Europea de Ajedrez. 6.• Se nombran árbitros auxiliares a los señores D. Antonio d~ Alba CañclCR r8. AXC RrA 19. A3AR 20. A2R 21. DxR Z2. AXA 2J. D3A 24. TXD 25. TXP 26. A3A?? (2)2¡. AXPC 28. A4R 29. PXA 30. TtAD 31.

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(1) Probablemente las blancas podrían forzar la nulidad con: 15. CD3AR, C6T+; 16. R1T, CXP+; 17. RIC, C6T+, etc., pero evidentemente pretendían ganar. (2) Esto, al hacer perder la calidad, habrfa debido oostar la parti da. Cualquiera otra jugada (por ejemplo: 2'¡. T3AD, AJAD; 28. T1AD, etc.) aseguraba las tablas.

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NUMERO 9 Partida Samisch - Medlna. Esta vez fué Samioch víctima de !a rutina. SingUlarmente cr la cabeza y cometió casi inmediatamente el error de.C

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6r. HzT 62. P4A 6]. DsR 6s. PsA+ Gs. D4A 6G. DsD+ 67. D4R 6R. TzA 69- TsA 70. DsR+ 7I. D4A

TzD

DrD

72.

D3A

D.+C D3A D.+R

73·

D6A+

DGA D3AR D4A

D4R D3R 4546. T4D

74-

D:;D

7.~.

RXP

.;.,.,. .~

D3A

Tc/\R

'¡'6.

Tablas.

D4H

.~R

D3D

40.

lbC

RzC

4T. D3D 42- l~A

RrC

4].

RzC

44-

D4H

IbC

D3T D3A PXP DrD D4C

77

NUMERO 17 Partido Medina - Nicol6s. La. jugada. 16 de las negras es prematura, ..:ostando un peón y la artida. Después de 16.. A3CR, su posición, aunque ligeramente infeior por sus debilidarlt·• en ambas alas, ellas podían aÚD defender!!2R



'ID '4D .JC .JR '3TR

DzD 2A :rA

C3C

NEGRAS Nicol:ís

A2R

R. 0-0 9· P4CD 10. DrA II. RIT 12. A4T IJ. P3T 14- P.¡.C TS. TICH

ex e D3A A3C

PXP PXP P5R DXTD T>día pasar jugando: rz. P3AR, P X P; 14. DXP, etc., ~acrificó de

pronto su caballo _por tres ·!*OIIes. Pero precisamente la desaparición de estos peones abrió líneas decisivas al at:\q.Ue enemigo y el desa~tre llegó rnái rápidamen~-FEON DE DAMA

HL\~CA~

NEGRAS

K::~~h .. ,·

lngelmo

P4D

C3AR P3R

A3D CDzD CsR C(2D)3AR P3CD

P4D 2. P3R J. A3D -J.. P3AD 5· P4AR 6. C3AH l.

1· K

CDzD

csn

0-0

9· lO.

CsR CXP AXC DXP DXP

P4CR AXC

Il.

PsC

PXC PXA 14· D3A

P4AR

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12.

IJ.

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0--0--0

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D2A PXP P3TR A3H

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TrCR P4A DrA

TrR lv.A

AXP TrD TrR P4C TXT

IJ.

P..v\

A3A I'). PXP 20. P4TR 21. AzA 22. TzC 2J. TDICR 24. D4A ;zs. AzD :;¡6. DsR 18.

27·

28. 29. JO. JI. 32. 33·

PsT

PXP DXPD DsR D.-tA

TXA AXP

Abandonan.

NUMERO 19 Partida Pérez: • De Agustfn. Pérez es un jugador psicológico, y no habiendo obtmido nada en ti .planteo, pierde todavía tiempos para inducir a su adversario a colocar su alfil en 6D, en que parece ocupa-r una fuerte _posición, pero donde en Nalidad no contribuye ni al ataque ni a la defensa. Asi no

79

hay que extrañar que después de la apertura de líneas, el ataque de 1 blancas, contando de hecho con una pieza más, se revelase decisivo.

RETI ~~EGHAS

BLANCAS

Pérez C3AR P3CD A2C P4AD

P3CR AzC

o.-o C3T P3R P4D CzD DrC TrR

DrA C:;C PXP DXA C3A P4AR

Agustín I.

2.

J.

C3AR P3CH

AzC

4· 0-0 5· P..¡.AD 6. C3A 7· ·P3D B. P4R q. DzR 10. PsR

P3TR CID CzA T.:-)rD D3A p~~'H

25.

LhC

J)¡ \

26.

C~T

RIT

27. RrT 28. D;;A

A3f PXP ·\.'/.P D3A-lTrCR

DXC D7A

40.

PsAR

P4A

!T !9.

D>~D

21.

PXP TIH DXC V< U

.\4C

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AJA TrC A:/\ .\.'iT

l..~.

T2C A>: e

1'>J>

r·.::.r\ C.! A Cd)

T,¡C

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f'.;A

CzT

HrT

T2R

25. 26.

ArR

• ! •

C.;/11?

28. PXA 29. A2D 30.

PXA

T2A· J2. R;¡T .n TIA ,. P., e 35· Abandonan. -~l.

\

93

'¡, o o 1

1}1 1 1

Alonso Pérez Navarro Kocher Medina Keres Samia eh POMAR

,.¡, Sanz Brinckmann 1 Fuentes

Agustín Góm~z

lngelmo Nicolás descansa

1

o

1/

o" o

NUMERO 29 Pa•lída Pérez - Bñnckmonn. Esta partida muestra bien claramente cómo se pierde ,P+

h4. C7R fís. P6D 66. P7D 67. T4T 68. TXP 69. TzAD 70. C6A 7!. R4A 72. P4T 73· TzR+ 74· TzCR 75. PsC

TSD

R4A

TxA+

A7A H4R R3D TIA RzA

RzC+ Tablas.

76. 77· 78. 79·

PXP T4C+ 'f4T

82. 8J.

Cv\

R.1D

C4D-ISI. TsT+ So.

T6T+ 84. R4A Bs- RsD

NUMERO 35 Partida Navarro • Fuentes.

La quinta jugada de las blancas no es la mejor; es preferible C3AD; 1. P3TR es, decididamente, defectuosa, y 9. R2TR, una falta grave. Sin embargo, habrían podido ensayar todavia ro. C2D, CsCR +; 11. RrC, etc., etc. Después de ro.... , D3R, evidentemente no tienen defensa.

s.

ESCOCESA

BLANCAS Navarro

NEGRAS

P3TR

Fuentes

0-0

P4R

l.

P4R

C>AP

2.

Cy\D

P4D

·'t.·

cxc

:;.

PXP C3A PCXC

A3D

(,,

A~ A

CXP

RzT P3CR D.1A RrC DzC A3R

nxn

7- DzR 8. P3D '). P4TR ro.

D3R

II. DXP+ 12. P5T r 3· PXP q. DXD+ rs. A6T+ 105

RXP AXASA PX.A

H3A

16. AXT 17. AXA r8. CXP+ 19. P4AR

C:;T ,\2C

20.

T7T

21.

TrCR

22.

P4C J'4D

:?J.

TrC

P4A

106

P3C PsA R¡.A C2A RJC

C4C

24.

R2A

PsC+ 26. R3A 27. CXP 25.

28. 29.

Abandonan.

TDrTH

R4C

RONDA VI

1

o

1

'/, 1

1

1/.

lnl!elmo

Sambch

Gómez

K eres Medlna A~ustín Fuentes Kocher Brlnckmann Navarro Sanz Pérez Pomar Alonso NI COLAS descansa.

o o 1! o o t¡ 1

11

,,

NUMERO 36 Partida Pomar - Alonso. Después de un planteo correcto, las negras 1.-ometkron un error en la jugada 13, y perdieron un peón sin cornpensadón. Podría suponerse que era a seguir una larga lucha para la realizC :j8. R4C T8AR

1'81:{ T8A-l T8H.

l'4TR p)(p

P4R+ T8A+ TSTD T6T+ R4CR RsC T4TD PsTR P6TR T8T+ T¡T+ R6C RsA T6TD RXP R4A PsR R4R RsD T6A+ T6R-IR6D TfiA-1R6R RsAR

39· RsA H4C 4-I. R4A 42- :PXP 43· TsC 44· H3A 45· R3R 4-fi. T8CD 47· R2A 4b . TSAR 49· TsAR so. R2C SI. R2T .J-O.

5253· 5+· 55·

RrC

R2T

R.C

TsC--tsG. TsT 57· RzA ss. T:-;T+ 59- RrA 6o. RzA 6r. R:A 6z. R:.:A hJ. RzR 64. H:A fis. TSTR ó6. lhR 6¡. T¡TR 68 . T¡CR Abandonan.

115

1

'J, o

"11 1 o o

Pérez Navarro Kocher Medina Keres

Samisch

Pomar Sauz Briocki:lann Fuentes Agustín Gomez Ingelmo

Nicolás AL0'). TXA AXA Pierde por tiempo.

NUMERO 46 Partida Kocher - Brinc:kmonn.

Después de un planteo muy débilmente jugado (6. P,3TD y 8. P.)AD), las blancas, en su jugada 14, cometen un error y sólo por suerte no pierden una pieza. Pero la situación de su n·y e~tá irremisiblemente com· prometida; y Brinckmann explota enérgicamente esta debilidad. La fuer· ra de su jugada 13 estriba en que después de 20. AXA, A7T+ ; li. RXA, DXT las blancas no pueden imptdir la cntra8. RrC zg. AXP 30. Tu\D _"l,L T3C _12. A7C 3.). AXP _-;..::& T6A ·;_s. CrA 1(). TXT 37· A3D :;S. C2R 39· T3A .J.O. CrAD 4I. TrA 42. RzA 'o TXA '"r.i• 44· TrD ·t5. R3C 46. Tablas. 125

NUMERO 49 Partido Keres - De Agustín. No habiendo elegido Keres la variante teórica que es; 9· CXPR, D4C; 10. AXPA+, R2R; 11. P4D, DXPC; 1:1. T1AR. A6T; 13. A4AD, obtuvo una posición en que era de temer un ataque contra su rey, por lo que prefirió sacrificar inmediatamente el peón del gambito para llegar a un final de torres ligeramente snperior. La en que Kercs supo explotar su ligera ventaja -el peón central aislado-, a pesar de la defensa obstinada de su adversario, hacen de esta partida uno de los mejores finales del torneo, rovecho. CON'TR.M1AMlllTO

BLANCAS

¡·~EGH1\S

Keres

P4R C3AR PXP OzR

Agustín l.

P4R

2.

P4D

.).

P5R

C3AR

P3D CR2D CXP

4· 5-

DXP

7-

0-0

Cr--v\D

8.

DlTI>

AzD CXC+

9· JO.

C3A AXC

C4R

II.

D.~AR

0--0--0

J:2.

A:¡R

CXA+

f.).

DXC

A3A

!4.

C5D

AXC D3R

126

6. AzR

DXA r6. DsTD 15.

D~~L

PEON DE DAMA

P3TD D4R P4D A3D DzR TRrR DsR P:11TR DXD T7R P3AR TDrR R2D T8R T8AD A4A TXA R3D P4A

r¡.

1fL IC).

20.

2I. 22.

l'.1AD

D2D TDif) P4AR PXP I'uA

P3CR D3D 25. TXD 2(i A4D 27- TzA 28. RzC 29. R3A JO. A3A JI. A4D 32. AXA 33· TA2D 34· PA.TR 35· T4D 2J. 24-

P3CR TSR P4TD

TsR TsC

TXPD R3A T:;D TCsD

R2D P3A T7D+ T.'l--f>D

36. P3T 37· T4--3D 38. P4T 39· P3C 40. TzR 4I. T3R 42. T6R+ 43· T6--3R 44· TzA+ .4.5· RzR .J-6. TsA . 47· H3A 4H. Ts--3A

TXTA R3D T8D T8CR

R4A TSCD T7C+ TXP P4C PXP

PsT P6T RsC

49·

so.

SI. 52. 53· 54· 55·

TXT R3R

RzR

T3R R2A T6R RIA s6. TXP 57· PXP si< • TsC 59· TXPT f.o. TXP-i61. Abandonan

127

'/,

o o 'l. 1

•¡, 1

Gómez Agustln Fuentes Brlnckmann Sanz Pomar Alonso TNGELMO

Nicolás Samlsch Keres Medina Kocher Navarro Pérez descansa

'J, 1 1

1/

o" o

•¡,

NUMERO 50 Partida Pomar - Navarro. Es evidente que la posición de Pomar, después de la jugada 15, era bien poco envidiable, y en la jugada 18, las negras, cambiando de damas, le obligaban a tornar con el rey, que había quedado muy mal situado en el centro. Pero aun como se jugó no se apercibe, porque las negras no tomaron en la jugada 22 el PCD, lo que debería haberles llevado a la victoria. N o es, pues, el juego de Pomar, lo que impresiona en esta partida, sino sus cualidades combativas. Tener desde el comienzo una partida inferior y anularla en la jugada so, demuestra una fuerza de voluntad verdaderamente sorprendente en un niño.

DEFENSA HOLANDESA

BLANCAS

NEGHAS

Pomar

Navarro

P4D P4AD

I.

2.

P3R P4AR

C3AD AS(; AXC P3R A3D

C3AR 4· A2R 5· AXA 6. O-O ., P3D 1' 3·

131

DzA

8.

P4AR C3AR



0-0

PAXI' PXP

ex e

P4R AzR A3A

DzA

P3TR D5A TDrD CzR P3CD DzA

TXT CiD RzT CsA

10.

11. 12. 13· 14. 15. r6. 17.

r8.

19. 20. 2L

22. 2J. 24.

25. z6. 27. 2~.

P3CR P3AD CzD P4R PXP CXP AXC PsA D5T P4CR D3T A3R DzCR TDrD DzAD? P3CD TXT TrD ArA PJTD P4A

TXT R1T PXA DzR AXD RzT A3D P4TD ArC AzA PXP ArC A4R A2A AIC A2A ArD RrC PXP P6A R1A

2g. JO.

JI. 32. 33· J4· 35·

36. Ji·

38. 39·

40. 41. 42· 43· 44-

45· 46.

47· 48. 4q.

DXT AXC D6D DXD AsD A7A RzA RJA P4TR PsC PXP R4-C R3A R4-R AsT RsD H6A P6A PXP P¡A+ Tablas.

NUMERO 51 Partido Alonso - Pérez. Una jornada desgraciada para Pérez, que no tuvo en toda la partida ni pizca de fortuna. Después de un planteo defectuoso, emprendió UIJa acción sin porvenir que comprometió aun con una chambonada. Pues a lo menos era preciso tomar a PD en la jugada 11, con lo que luego' el PTD podía ser defendido. Despué' de la pérdida de este peón, la partida se derrumba como un ca.stillo de naipes.

132

DEFENSA HOLANDESA

NEGHAS Pérez

BLANCAS Alonso P4D P4AD P3CR C3AR A2C

O-O C3AD AzD TrC P3TD PsD CsCD

DXP

P3R P4AR -'· C.1AR 4· A2R l.

2.

5-

0-·Ü

G.

PJD

DrH 8. C:1A P,J.TD

ArD q. C2D 7-

AXC DzA CR4D C6R P4CD Cs>CPA CXA CXT P4TR D4T DfiA P:;A

P6D PXP TRIA

14.

V~CD

TXA 16. P4R I"f. T3A r8. T1TD 1(_). AXC 20. D.tT 2!. T:1T 22. AXC 23. A1A 24. DIR 25. PDXP 26. PXP 27. DrA 28. Abandonan 15.

NUMERO 52 Partida Sanz - Kocher. lJna defensa ortodoxa en la que Kocher, en una posición dificil, deja abandonado m1 peón. El resto no merrce más comentarios, como no sea el hecho de que Sanz haya permitido a su contrario hacer una nueva dama, de lo que no tenía necesidad alguna en este final de torres. Pero de todos modos, el resultado estaba decidido ya. INGLESA

BLANCAS Sanz P4AD C3AD

NEGRAS

Kocher l.

2.

C3AR P.1AD

P4D C3AR Ase PXP P.,R

J. P4D 4· P3R s. CDzD 6. PRXP 7· A 3D

133

a.. 3D fDrA ArC )-0

P3TD CXPD AXC C3A i\4T A3C PTXA C4T C4R CXC+ TsA P4R CXP DXD TXA PXT TrR EtC

T.tR RrA

8.

0--0

TRrR ro. P3TD II. D2A I2. CsR IJ. D4T I4· TXA I.'). TsC r6. D4TR Ij. AXA 18. T3C Ig. TsC 20. C3A 2l. PXC .22. P4A T4C --'1· 24. AXC 25. TXD 26. TXT 27. RzC 28. R.> A 29. TrD .'lO· T4D JI. T4C g.

~'

32. P4TD 33· TXT PXT+ 34· RXP PXP 35· RsD R2R J6. R6A PsC 3"',. P4A P4A · 3~. PsA P6A 39· R7C PsA 40. PGA PGC .j.I. P7A PXPA 42· P8A=D I'8A=D 43· D7A+ .¡4. DGA+ R.>R R4R 45· DsA+ ~6. D7R+ RsR R6D 47· D3T+ 48. D3A+ R7D R8D 49· D4D+ so. D4C+ RSR R7A 51. D4D+ 52. DXP7C+ R7C RST 53· P4T D7C 54- Abandonan P4CD

TsR

NUMERO 53 Partida Brinckmann - Medina, Medina dejó escapar una victoria muy clara en esta partida. Habiendo obtenido una ligera superioridad de posición, gracias a la manerá indolente de tratar el planteo por parte de su contrario, supo apiolar la débil jugada rs. P4CD, estableciendo una fuerte presión contra sAJ).

134

Después de la jugada JO del blanco, debió tomar la torre con el peón, forzando la continuación 31. A1D, P7AD; 32. AXP, TXA; 33· T7TD, PóR, y ganan. Tal como jugó Brinckmann consiguió casi de núlagro salvar el medio punto. DEFENSA SILICIANA

BLANCAS Brinckmann F'4R

C3AR P4D CXP C3AD A2R A3R DzD? P3A PXP CRXC

cxc

P3A 0-0 P4CD? TDL-\ P4AR PsC A4D AXA

NEGRAS Medina

P3CI~

A2C 7- C3A 8.

0-0

P4D IO. CXP IT. PXC I2. PXC I.'\. D4T 9·

14.

PsA

PXI-' TRJJ_)

P4AD 2. P3D -'· PXP 4- C3AR r.

5· 6.

D4D+

TID

rs. D6T J6. A2C 17. P4TD r8. TDrA rg. TzD 20. RXA

RrA TXD T4TD TXI-'T PfiC TXT T7T TXA ArD RzR R1A R3C TSC+ P7C TSR TXP TzD Tahl\+ RsA

R3C 54R2A 5.'>· AsC s6. P6D+ RrA 57- CsR ss. R6C A1R Abandonan.

NUMERO 7.4 Partida Kocher • Pérez.

Una partida aventurera de Pérez. Ya el sacrificio de peón en sTD es de valor dudoso, pero la combinación o, mejor dicho, lazo de las jugadas IO a 12, podía ser refutada sencillamente por 13. PXPR, después de lo cual las blancas habrían quedado con uno o Jos peones más y una buena posición. Pero tal como jugaron las blancas perdieron una pi~za por 4 peones y aun las negras conservaron buenas perspectivas de ataque. Aquí Pérez se ·lanzó a una nueva aventura, y sin necesidad apa· rente sacrificó su caballo, lo que después de 25. P4AD habrb llevado a complicaciones de un resultado difícil de prever. En vez de esto, Kocher perdió el tiempo decisivo y todo acabó. De todos modos, Pérez reveló mucho temperamento. PEON DE. DAMA

BLANCAS

Kocher P4D C3AR P3AD

CDzD

P4R A3D P3CD AzC

0-0 PCXP C4AD PRXP

NEGR.:\S Pérez C3AR 2. P3CR 3· A2C 4· 0-0 5· P3D 6. CDzD j. P4TD 8. P4R l.

!).

PsT

ro. C4TR u. P4AR 12. CsA

PXPC AXP PXP+ CAD2D CXP C(4R)5C

cxc

13.

J4. 15.

16. 17. r8. rg.

:20. A3T TIR 21. 22. T3R RXC 23. 2..¡.. D3D+ 25. P3T TXA 26. Abandonan.

PsR P4D RrT PXA C3A CXP RXC

TzA

AsC CXP D4D RrT AXC+ TrCR

167

NUMERO 75 Pa1tida Medina • Alonso. Es una verdad .:onocida ya hace muchos años por los teóricos europeos, que si fas b/a.J-Jtas. e,n la. vcwi.aH!c del dra.g·tÍJt, .Joe !.a Siciliana, llega·n

a situar s" caballo m sD, ellas pueden sin peligro mrocar de lado de Lo cual, aunque no diga evidentemente que deban ganar, sí indica que sus perspectivas de ataque son netamente superiores. En esta partida las negras perdieron principalmente por permitir a este caballo permanecer demasiado tiempo en sD, y debido a ello se vieron impedídas de establecer un plan de ataque. Medína jugó en forma irreprochable. La combinación tina! (jugada 31) es sencilla, pero bella. En suma, una de las buenas partidas del torneo.

drJ>na.

DEF&'IISA SICILIANA.-VARIANTE DEL DRAGON

BLANCAS

NEGRAS AlonsJ

Medina

P4R C3AR P4D CXP C3AD A1R

P3A DzD C3C C:;D 0--0--0

P4TD RrC A6TD A_sCD P4T 168

I. 2.

P4AD P3D

PXP C3AR 45- P.>CR 6. C:;A 7- AzC íl. O-O 9- A.1R IO. CzD !I. P4TD !2. TrA 3-

IJ. 1415.

p_,c

TrC TIA 16. C3--4R

PsT PXA PXP Aj.D

P4A' AXA C4D T4T P5A C6R+ PXC TDrT A,n AXP AXP! D;D DXD RXT R:1C

I7.

r8. rg.

AXC D2A PAXP

20. TzA C.sC 22. RXA 23- C4AD 24- C3A 25. PXP 2I.

26. 27-

z8. 29JO. 31. 32-

33· .).J.. 35-

cxc

T(zA)rA RrT TrCR TzC CXA DXPA+ TXD TXr+ TzC

TrAD TrTR T4AD

_;(,,

. ,..,·.;¡.

.~'

y,•.

'1\C

1 :·,e

T'C

T4T

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TzC

RT\

_¡o .

RrC

TzT

4!. Abandonan.

NUMERO 76 Partido G6me:z: • De Agustln. Una partida jugada con bastante corrección hasta la jugada 16, pero ya en la 17 De Agustln dejó abandonado un peón y además con una posición inferior. En esta situación quedaron las cosas hasta la jugada 29, en que Gómez sacrificó un peón, y no se detuvo aqui, sino que en la. 3J sacrificó un segundo peón, y en la 35 ·la calidad. Todo sin la menor compensación. Una de las más desdithallaa realizaciones del torneo. DEFENSA GRÜNFELD

BLANCAS G6mez P4D C.1AR PJ.AD C3A P:;R AzR

0-0 DzA TrD PXP P4R

D4T P3TD

NEGRAS Agustín C3AR 2. P3CR 3· A2C 4,. P4D I.

5. 6. 7·

0-0

P.v\ CDzD S. TrR 9· CDrA lO. CXP II. CsCD T2, P4TD IJ. C3T

A3R DzA TDrAD DzD CXP C3A C.tTD C.1A TrR Al.iT P4TR D4A

D:1R PsR

14. 15.

r6. 17.

r8. rg.

zo. 2I, 22. 23.

24. 2_'í.

z6.

27. zil. T(rR)rD? 29.

cxc

A2D D2A TRIA P4CD? DzC A3R CzD A6C C3C ArT TrD CzA C3H C4D AXC DXP

169

TrCD T7C CrR A3A?

DXA TXC DXP c,A R2T

D¡A TrR 32. DsT 3.1· AXA 34· CXP 35· DXT 36. DXPR 37· D8T+ _18. DXP

P5T

JO. 3I.

DXD PXP CsC P3C CXP CXP CXT

39· D3D+ 40. PXD 41. PTXP 42. A4R+ 43· A3A 44· T2R 45· TXT 46. PsT

Abándonan

NUMERO 77 Partida lngelmo - Fuentes. Un Ruy López bien jugado donde el lado bueno y el malo de la maniobra II .. PXP y 12.. AsCR queda aclarado de modo concluyente. Se saca la impresión de que las negras no tienen dificultades m sosten~r la partida, pero que no llegan a obtener ventaja. En el final de tt>rres que resulta de la liquidación las blancas podían entablar flkilmente; lo más sencillo por 44. TXP (en vez de 44. P7R), RX P; 45. T7D !, etcétera). De todas maneras fué un hermoso combate. RUY LOPF..Z

NEGRAS

BLANCAS

Fuentes

lngelmo

P4R C3AR Ase A4T O-O TrR 170

P4R 2. C3AD 3· P3TD 4· C3A l.

5· A2R 6. P4CD

A3C P3A AzA

PJD C4T 9· P4A 7· 8.

IO, Du\ P4D C(rC)2D II. PAXP !2. AsC PXP IJ. A4T P3TR P4CR 14. A3C CrAR 15. TIAD

A 3D PDXP A4AR D2R AsA A2T TDrA P3C D2D C3C AXP CsA AXA

r6. 17. r8. rg. 20. 2L 22. 23. 24. 25. 26. 27. 28. 29.

P4D CXPR CsA C4A C3R TrD D3C C4T P4T PXP CJA AXC C(3A)_o¡D

D3R A4A DXA DXC T3R DXD RrA P4A

JO. JI. 32.

A4C AXA CXA T3T D3C+ TXD+ R2R R3R

cxc

33· 34· 35.

36. 37·

cxc

]8. T7A T3D 39· TXP+ 40. TrD 41. PsA 42. P6R 43· P7R? 44· R2C 45· .¡6. R2A P6A 47· .¡8. TXP T6D+ 49· T6XPD so. R3A 5I. T4D 52· T.¡·3D 53· T4D+ 54· TrTD 55· T3D+ s6. TSD 57· :;8. TSA+ Abandonan

PsD R4A RsR P6D T6C TXPT TrR T6R RsD PXP T(6R)XP R4A T7R+ TXPT T7CD RsC RXP T3R RsA PsC R4C

171

1 '/, 1

1

O 1 O

Fuentes Brinckmann

Gómez In¡¡elmo Sanz Nicolás Pomar Samisch Alonso Keres Pérez Medlna Navarro Kocher AGUSTIN descansa

O '/, O

O

1 O 1

NUMERO 78 Partida Fuentes - Gómez.

Un Ruy López que gusta al examinarlo, donde el error principal de las negras fué no hacer nada para impedir al adversario obtener la ventaja de los dos alfiles. Después del cambio en sAR, las blancas obtienen fácilmente un ataque y lo coronan con una elegante combinación que gana calidad. La. fase técnica final no requiere comentaría.. ESPAÑOLA

NEGRAS

BLANCAS

G6mez

FUentes

P4R C3AR AsC A4T 0-0

P4R 2. C3AD 3- P3TD 4- C3A s. A2R l.

TIR P3AD P3D, CD2D

6.

P3D



0-0

8.



AzA

IO.

CIA C3C C4TR

12. 13.

A2D C4TD P4AD

rr. DzA

TDIA TRIR 175

C4-5A

CXA A5C 1J4C TDrA T3R T3TR l'4D PsD C4TR! DXT CsA TrR Tr=3R

DXD

TrR T3A TxTD

r 4· 15. r6. 17-

r8. !g. 20.

2!. 22.

2J. 2425-

:.:6.

C3C T3R P3AR 1'3-Il{ TRrC C2R P4CD PXP P4CD A 3D TrAD AXC T4T Tr.A-rT PXP TXPA T4CD TsC

AXC ArA C2D RIT PsA T3R P3TR P4CD T3C TXA C3AR DID C2C

27-

CzT

~B.

29a

TXD C3A

JO. JI.

C4A

RzT

3~-

33·

lüC P:;CH

34-

RzC

35-

1'4TH PsTR C3--2D PXP a. p. TrTD C4--2C C3C

36. 37&

J8. 39. 40.

41.

42- CsA 43 PXA 44· AzR 45· P4T ,~6. T3T 47· C4A 48. AID 49· Abandonan.

NUMERO 79 Partida Brinckmcnn - lngelmo. Una francesa, estilo fon.tas>a, llegándose rápidamente a una serie de cambios que no dejan a ninguno de Jos contrincantes perspectivas de victoria. Aun se juega largo tiempo, cambiándose peones, sin alterar las posibilidades recíprocas. En fin, una partida poco interesante. IRREGULAR

BLANCAS Brinckmann

NEGlU\S lngehuo

P4R P3CD

P3R P4D

176

I. ;¡,

A2C C,3AD P4CR PAXP C3A

PX.P C3AH P6R 6. C4D ¡. A2R 345-

D2R CXA D2A

RXD A2C TDrAR RrR P4TD

ex e

AffD P3T T4A ArAR RrD AXC Rr.A P3D T3A T2T PDXP AXP

AsT+ DXC+ 10. DXD+ 8. 9·

II.

0--0

P3AD 13. P3CD 14. P4TD rs. C3T 16. PRXC 17. TrR J8. A3R 19. T(rT)rAD 20. C4A 21. T(rA)rD 22. PXA 23. TrC 24. P4C 25. TsC 26. PsA 12.

27.

28.

p;1BITO DEL PEON DE DAMA

BLANCAS Brinckmann P4R C3AR

1\'EGR~

S Alnlstín

l.

P4R

2.

P4D

CXP A4A P4D AXP+ TIAR

,. PXP fl4C 5· nXPC

(t.

6.

HzH

7-

A6T

199

A4AD C3AD A4A A2R

ex e

D2D PXP A3C

8. 9· IO.

ll. 12. I,3. I4.

C2D CR1A C3C

T7A-fA3A DXD R2D AXPC COA+ TXPA

C.~C-·-4D

cxc

POR

P4CR r 5· D.5R

rn. RrD 17.

DXP+

r8. CXD f9- C7C 20. T1CD ZI. RrR 22. Abandonan.

NUMERO 93 Partida Kocher-Medina.

Un planteo jugado con frecuencia en estos últimos años, y que se :onsidera conduce a posiciones de esterilidad desesperante. Es evidente que las blancas no tenían necesidad de dejarse aislar el PD jugando ro. P4R, pero por su buen desarrollo no corñan tampoco ning6n peligro. En efecto, en la jugada 14 se desembarazaron del peón aislado y hubie~n podido jugando ZI, TzAD obtener una partida igual. El cambio del illlil contra el caballo es un grave error estratégico en esta posición, que lleva a tJna posición muy difícil. Sin embargo, jugando ~- P4CD, las blancas habrían podido defenderse aún. La jugada ~- D4AD pierde un peón (pues si 29. 'T7AD entonces 21).. AXPC; 30. TXPT, T8D, etc.), y 'a partida. OOLLE

3LANCAS

Kocher :>_tD :,AR =>-;R \-;D -:rC-:zD ::.:~An

!00

NEGRAS Medina T. 2.

C~AR P.~R

P:;CD AzC s. P4AD G. C3A

·'·

d..

O...__()

TrR P3TD P4R CXP PXP A~R

TDrA ArC

...1• D2A 8. A2R 9· P4D ro. PXP II. PXP !2.

O-O

TRrD !4- D2D rs. TDrA I.).

DzR TRrD AXC PsD AXP AXC? TXT+ CIR P3TR P3CD

DzA D4A? DXD TIC P4CD

I6,.

TIT C3D Cr+A P4C C3D T3T CzC T4T T3T C3D CsR T4T A6T PsC

P3CR

17-

ex e

!8.

A3A

PXP 20. DzR AXA 21. 22. DXT 2j. DzD 24. TrD 25. k\C z6. D4D 27- A7C z8. AXD 29. AXP JO. TrAD 19.

3I. 32. 33· 34· 35·

J6.

3738. 39· 40. 41. 42. .q. 44·

AXP A4T A2C P3TD TrD AsR TIAD A3A AzC T3A T6A T6C TXP TST++

NUMERO 94 Partida Sanz - Gómez. Sanz se aprovech6 muy bonitamente del avance prematuro del PR (era preciso jugar 8.. P3D). Las negras no podlan tomar la torre en la jugada 13, porque después de 14- A2CD, D¡TD; PXA ellas habrlan también perdido la dama. Y en la jugada 18, en trance desesperado, sacrificaron una pieza, pues si 18.. D3T, entonces 19- D3AD, con la doble amenaza 20. CXPA y 20. C6AR+I Esta corta partida demuestra claramente que sin el desarrollo de las piezas toda acción agresiva está condenada al fracaso. INGLESA

BLANCAS

NEGRAS

Sanz

Gómez

P4AD C3AD

I.

2.

P4R C3AR

P3CR A2C P3TD P3R

CRzR

3· C3AD 4- A4A 5- P4TD

6.



O-O

TrR

201

PsA PXA AXP+ D3A A6C D4A D4T+ D7T+ P4D

8. PsR? DzA 9· D2R ro. CrD C4A C(4A)5D II. cxc 12. D4R cxc P4CD! 13. PXP A2C 14. D3D PXP 15. TXT r6. A2T AXT AXPR 17. C3R

0--0

r8. AXP CXP 20. RrT 21. P3AR 22. T4R 23¡ DXC 24. RrC 25. RrA 19.

26. Abandonan.

NUMERO 95 Partida Navarro - Keres. El planteo es jugable por el .blanco; lo que no es jugable es 9. D2AD, con la idea de enrocar por el lado de dama, ya que las negras obtienen un ataque sin que las blancas tengan ni la sombra de un contraataque en el costado de rey. No obstante, la partida habría durado más si el blanco a ~u vez hubiese atacado el caballo negro en la jugada 17. Una continuación plausible sería entonces 17. P4R, PXC; 18. PXC, PXP; 19. DXP,

DXPA; a>. TRIAR, D7AD+; 21. R1T, DsAD; zz.. DXD. PXD; 23. T7D, P3AR, seguido de 24. P4CD y la ventaja de un peón decidirfll la partida. liJE !DAMA

BLANCAS

NEGRAS

N-avarro

C3AR P4D P4A CXP C.>AD 202

K eres

C.1AR 2. P4AD 3· PXP 4- P.1R 5- AsC I.

C4-5C A4A P~R

6. 7·

fl.

P4D C1T 0-0

A2D

D2A 0--0--0?

10.

CXA RTC A1D

r r. n~c 12. TRrA n. C4A

X.t>

4· C3A 5· 6,. 7·

8. 9·

TrR

lO.

P3A

II.

CuzD

.i:'JR

A3D DzA O-O

12.

P4A P3CD A2C

P.¡AR

IJ.

TlJrD

AzD

14.

DrC

IS.

DIT

CsR

TDrD

ArA

r6.

t'31D

17.

P3TD P4CD :PsA 18. PXeD C.AC 19. TXC .t-'AÁl' 20. 1-'X1·R 1JÁJ:'+ 21. HiT U3T 22. A4A lüf 2J. 1-'XP .sC 24. TXA! AXC 25. TXT AXe+ 26. H.XA TXT 27. AXJ:'+ DXA 28. UXD+ RXD 29. l'7A 'irR JO. A6R CzR JI. T¡A+ Abandonan.

NUMERO 103 Partida Samisch • Navarro. Samlsch ha querido demostrar en su última partida del torneo que es capaz de jugar una partida sin pasarse de tiempo, Verdad es que su

212

contrario no le hizo la tarea demasiado difkil; al no volver a tomar in· mediatamente en 3R el nr.gro, perdió el PAR y se llegó a. tm final en que las blancas tenían buena !l{lsición y un peón de más. Pero lo impar· tante para Samisch era no estropear su posición antes del control del tiempo, y así maniobró en consecuencia, es decir, que no emprendió na.da, y !a portida duró una veintena de jugadas de más, pero la ganó. Una pequeña satisfacdón después de tantos sinsabores en este torneo. HOLANDESA

BLANCAS

NEGRAS

Samisch

Navarro

P4D CJAR PJCR AzC 0--0

P4A CJA

Dzk P~TD

PsD TrD PXP C~D

CAA nXp DnC+

cxn

P.,R CXC+

Rr.\'

A1R TDrA

PJR P4AR 3;' C3AR 4· AzR r.

2.

:;.

0-0

6. DrR 7· D4T 8. 9· 10.

rr. I2. IJ. q.

rs. r6. 17. r8. rg. 20. 21.

22.

C:~A

P:;TR CrC P3D C3A ArD DrR P4CR DXD TrR CXP TXC Ase TzA A2R

TrR

23. 24. 25,. 26. 27. 28.

P:~C

29.

CiD P3A ArC RrR RzD

P4CR PsA P:;R AzA A~C P~T

AXC R