España Sagrada 4 (1879)

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ESPAÑA SAGRADA.

TOMO

IV.

ESPAÑA SAGRADA TOMO

IV.

CONTIENE

EL ORIGEN Y PROGUESOS DE LOS ODISPADOS, TIEMl'O

KN QUE SE

ECLESIÁSTICAS

Y

llICIEItO.N

ESIAIII.ES

LAS

DIVISIONES ANTIGUAS DE

METHüPOLlS SUS

SILLAS:

DE BUENA FÉ Y DOCUMENTOS AUTÉNTICOS. AÍNÁDESE

Et,

LAS

PBOVINCIAS

JUSTIFICADO TODO CON

ESCRITOBES

,

I'OIIMACIO.N

CRONICÓN

DE

DE IDACIO

,

NUEVAMENTE

ILUSTRADO, CON OTROS INÉDITOS.

SU AUTOR

EL RMO.

P. M. FR.

ENRIQUE FLOREZ,

CATKDHÁTICO UK LA U.M V KltSIL) AU DE ALCALÁ Y ASISTENTE CEXERAL I'llüVIMCIAS DE

LiE

LA ÚUDEX DE SAK AULSTIX ER LAS

ESPAÑA.

TERCERA EDICIÓN. PUBLÍCALA

LA REAL ACADEIHA DE LA HISTORIA.

MADRID. IMPRENTA DE JOSÉ UODIIIGUEZ, CALLE DEL EACTOU, I«59.

NÚAI. 9.

-LC^

¿>3

DEDICATORIA DEL AUTOR

AL REY DON FERNANDO

VI.

SEÑOR:

l^a Iglesia de España se halla tan singularmente obli-

gada á la

y protección de sus monarcas, que el dedicar sus obras al augusto nombre de V. M. no tanto liberalidad

es buscar protección cuanto pagarla.

Desde que

los reyes

suevos y los godos abrazaron

la

verdadera Religión, se mostraron príncipes no solo ver-

daderamente

católicos, sino liberales

y piadosos para

cuanto pertenecía al bien de las iglesias; edificaron templos, establecieron

sillas pontificias,

fundaron mo-

VI

nasterios,

y dotáronlo lodo no

solo con los bienes

que

antes liabia usurpado la impiedad ariiana, sino con otros

que añadió su

liberal magnificencia.

El suevo Carriarico

antes de ser católico ya parecía serlo en la solicitud de

fundar aquella lauíosa catedral que edificó en su reino

con ánimo de abrazar nuestros sagrados dogmas

(1);

y

antes de estar fundado en la verdadera piedad se

si

hallaba lan bien afecto á la Iglesia, ¿qué seria después?

Su

Teodomiro no

hijo

solo correspondió al celo de lal

padre, sino al de los Padres de la Iglesia, y aun se anticipó tratar

á sus deseos. Él fué quien los hizo juntar para

y promover

el

bien espiritual de sus estados. Él

fué quien les propuso el

aumento de una metrópoli para

evitar el trabajo de concurrir de lejos á los sínodos (2).

quien ocurrió á

Él fué

la

molestia que tenian en visitar

sus dilatadas diócesis proponiendo el aumento de otras sillas ;

y en

fin él

es á quien se reduce la dotación de

todas las que pertenecieron á su reino.

Entre los godos aun antes de convertidos hubo quien protegiese á los católicos dándoles facultad para tener

concüios

(3).

¿Qué bienes no

les

debimos después que

por sohcitud del rey católico Recaredo abrazaron la Fé?

Baste

lo

que un santo obispo de aquel tiempo

testificado,

(1) (2)

(4) dejó

que todos aclamaban la liberalidad y devoción

S. Gregorio Tiironense. Concilio de Lugo.

(3)

(4)

S. Isidoro. El Biclarense.

VII

deRecarcdo, llamándole Ercctor

dotador de UjUsias



y conventos. ¡Tan antigua como oslo es la deuda de la iglesia de España á sus monarcas Los reyes sucesores I

imitaron con

ílrmeza aquel ejcm|)lo, (|uc hubo quien

lal

se alargase

mas de

La armonía

enlre lo eclesiástico

qne deseaban

lo

qne se ha llegado á dudar ó

(1).

civil fué tan acorde,

y

los concilios eran cortes,

si

estas se reduelan á concilios. El

si

los prelados

mismo Rey no

solo

ennoblecía con su Real presencia, sino c[ue los edi-

los

ficaba con su ejemplo, humillándose ante los Padres (2),

y representando

deseo de que se corrigiesen los des-

el

órdenes, para lo que

empeñaba

toda su Real protección,

que

los

Padres decre-

taban. Los prelados en recíproca gratitud

esmeraban su

y anadia ley conñrmatoria de

celo en el bien del

lo

monarca y de su reino de modo que ;

con dificultad se podrá señalar concordia mas estrecha entre el Sacerdocio

y

el

Imperio que la conservada en

España desde que se hicieron

católicos los godos.

Destemplada por los excesos de los últimos pdncipes,

y convertido en la

no solo se restauró por

llanto todo el gozo,

piedad de los reyes de Asturias

fué

aumentando cada

unos y otros? Vencia

Cada

(1)

el

¿Oué

,

sino

que se

triunfos

no lograron

Rey; triunfaba en

él la Iglesia.

dia.

trofeo se notaba por aras.

Conc. XII de Toledo.

y León

(2)

¿

Los obispos con

Orden de celebrar (i

X

el

Rey;

el concilio.

VIII

Una misma

esle por los obispos.

Dábales Dios laníos conquislaban.

to

con

lo

triiinlbs,

era la causa de todos.

que no podian poblar cuan-

Erigian iglesias; dolábanlas no solo

que poseían sino con ,

que esperaban

lo

dado antes de conseguido. Largo

fuera, Señor,

tara individualizar los sucesos. Basta las iglesias

adquirir, si

inten-

que ninguna de

de estos reinos carece de los influjos de

la

li-

beralidad y piedad de sus monarcas. Asi lo testiücan las historias

asi lo

;

renovarán estos

grarlos al augusto

libros.

Luego

nombre de V. M. no

algún nuevo servicio

,

el

consa-

es crédito de

sino tributo por las deudas anti-

guas.

Á

este

el cuarto

fin

tomo de

sin recelo de to es;

y con que

este reconocimiento aspira, Señor,

España Sagrada

la

al trono

los políticos le afeen por ser IV. Cuar-

pero primero en la soberanía de la

diendo únicamente la del

mundo,

peratriz del

de V. M.

cielo.

El

el celestial

Rey de

tierra,

prece-

reyes, la

Em-

patrón nuestro apóstol

Santiago llevaron mi atención en los primeros libros. Estos

preceden á V. M., porque estos son los que afirman su

reino;

y

solo precediendo el sacrificio en tales aras,

atreviera yo á besar el soberano trono de V.

Habiendo ahora dar

,

al

me

M.

pues, dado á Dios lo que es de Dios, debo

César

lo

que es del César. De V. M. es

todo lo que fué de la liberalidad de los suevos

y piedad

de los godos. De V. M. es aquel perpetuo celo del bien

lieredado sucesi\ ámenle imr los reyes de

(le las iglesias,

Caslilla turias.

y de León desde

es cuanto debe la Iglesia

De V. M.

reyes de Navarra

de

la

los priiníU'os príncipes

de As-

deferir

y de Aragón. De V. M.

á los

es la gloria

pureza de la Fé que la Iglesia conserva en sus do-

minios, contradecida desde perfidia Judaica, desterrada

el

tiempo de los godos la

á tanta costa

inmundicia

la

de los mahometanos, y declarada una perpetua guerra contra la novedad de la lieregia.

verdaderamente

católico,

De V. M.

es el celo

no solo de introducir

las vastísimas provincias del

la

Fé en

nuevo Mundo, sino de

la

conservación y propagación que de nuevo se logra.

De V. M.

es: ¿pero

cuando toda

á qué

la atención es

fin

recargo deudas piiblicas

de pagarlas? Las mas de las

planas de esta obra no pueden ser eclesiásticas sin ser Reales. tores de

En

ellas se

V. M.;

tra Iglesia:

el

verá

el celo

de los gloriosos progeni-

empeño que tuvieron en honrar nues-

su piedad, sus liberalidades, sus gracias.

Si ahora se pide ejemplo, basta el de

un

solo

Rey

para

darle por muclios. Este es el que dio nuevos reinos á Castilla, coronas el

que rompió

iglesias.

la

el

á la Iglesia y laureola

yugo en que gemian

tantas

Este

y tan nobles

Este el que recobró la de Córdoba, la de Jaén,

de Cartagena y

que

al cielo.

las dotó

la metropolitana

de Sevilla. Este

el

con piadosa y verdaderamente Real magni-

ficencia. Es(e el (pie restauró los lem[)los TOMO IV.

de Toledo y dé II

X

Burgos, extendiendo á otros muchos

piedad y liberali-

la

aclamado por Padre

dad que reinaba en su pecho. Este

el

de la patria, por pió, y por

siendo

la piedad

feliz;

con que llegó á ser santo: y

por haber tenido en

él

un padre de

feliz

príncipes

y veneración á

llenó de tantos créditos,

para

para

el

sí,

por

pueblo,

la patria. Este,

que da glorioso nombre á V. M.

fin, el

feliz

,

las iglesias. Si

en

ejemplar á los

un rey solo nos

¿qué deuda ó qué paga será

igual para tantos? Si de todos hace asunto esta obra, de-

be mostrar su gratitud á todos.

Un FERNANDO

FERNANDO

el

es el puesto por ejemplo

:

sea otro

que por todos reciba nuestro humilde

reconocimiento. Aquel sobre la protección de las Iglesias añadió el

nuevo recomendable

título

,

cado su Real ánimo á promover las engrandeció y colocó en Salamanca

dad

sita

letras.

Para esto

la insigne universi-

antes en Falencia. Para esto ideó la formación de

las leyes toria

de haber apli-

de

la

Partida. Para esto mandó escribir la his-

de sus antepasados, escogiendo paradlo

do mas sobresahente de sus reinos,

el

al prela-

arzobispo de To-

ledo D. Rodrigo, quien en la dedicatoria que hizo al

mismo la

S.

FERNANDO

nos expone

el

Real deseo de que

antigüedad se ihistrase; sin duda porque conoció, co-

mo

tan penetrativo príncipe, que del conocimiento de

los

hechos penden muchos derechos: que las artes y

tras

le-

pueden conquistar dentro de un reino tanto como

XI

fuera k\s armas, y acaso con

mas

ulilirlad,

mas

seguri-

dad y meiiojes dispendios. ¿Pues cómo no será debida

M

y aun grata á V.

la olería

de una obra que se orde-

na á dar nuevo cuinpliniienlo á los deseos de

y

tal

príncipe? Ideó, Señor, aquel gloriosísimo

la ilustración

de las

gran muestra de

cuando tra los

la

liistorias

Monarca

antiguas de estos reinos:

empeño de

dilatar sus Estados con-

la Iglesia, ni el

ardor de promover

la Religión, ni la continua atención al bien sias, bastaron

sanio

generalidad y grandeza de su celo,

ni el glorioso

enemigos de

tal

á llenar

de

las igle-

capacidad de aquel Real áni-

la

mo. Cupo entre tantos y tan graves desvelos el de aumentar las letras pero los escritores no le pudieron dar ;

mas de

que cabia en unos

lo

llenos de preocupaciones, tura,

que llega entera

la

siglos

muy

escasos de luz,

y de tan poca ó ninguna

cul-

acción al reinado de V. M. pa-

ra darle, no parte en esta gloria, sino el lleno de cuanto

corresponde al que dá perfección. Ahora es cuando pue-

den cumplirse

mas

celosos,

los deseos

y dar á V. M.

otros hicieron, las de lo

cultura del siglo de V. al afán

de

de los príncipes antepasados ,

con las gracias de

que

que ninguno logró hacer. La

M. mira ya como materia ruda ahora podemos

los siglos precedentes. Solo

conseguir la ilustración

lo

,

cuando con

la

necesidad com-

pilen las oportunidades de la paz, con la

comodidad

los

intereses,

celo de V.

M.

y sobre todo

la

protección

y

XII

para cnanto es del bien de sus vasallos y del reino. Este celo asegura á V.

M. importantísimas

coníjuislas dentro

de sus Estados, y á nosotros que con

FERNANDO

renovemos

patria, piadoso y

que

el cielo

tos reinos

feliz.

dictados de

los

Para

esto

nos guarde á V. M.

y de

el

,

nombre de

Padre de

la

no necesitamos mas

como para

bien de tan-

la cristiandad pide,

SEÑOR,

Fr. Enrique Florez.

CENSURA Y APROBACIÓN DEL abogado de

los Reales Consejos,

P.

D.

NICOLÁS GALLO,

y preshitevo de su Congrega-

ción del Salvador de esta corte.

De orden de

los

Señores del Supremo Consejo de Caslilla he vislu

despacio, y con toda la reflexión que la materia merece la Historia

Sagrada de España

que sobre este mismo asunto

M.

Si el objeto

regabas de S. M. ó

al

si la

y

piimeros el

el

Consejo pido en semejantes remisiones,

obra que vá á darse á luz es ó no opuesta á las

bien público, yo habría salido bien presto de mi obli-

me

gación y del encargo que se tor

los tres

del orden de S. Agustín, etc.

,

de la censura que

fuese solo enterarse de

que á continuación de

,

cuarto tomo de

han precedido, pretende ahora imprimir

le

M. Fr. Enrique Florez

P.

II.

el

,

muy

hace

pues con solo leer

;

el

nombre

del au-

lomos que ha impreso antes sobre esta propia materia, bastaba

los tres

para convencerme de una entera seguridad acerca de ambos respectos.

Pues á

verdad todo

la

el

contexto de esta insigne obra

,

cuantas planas y

cuantas líneas contiene cada capitulo, no respiran otra cosa que un cabal discernimiento de las verdaderas y sólidas regalías de S. M. acerca de los

derechos eclesiásticos esmaltados en

la

Corona

,

y

mientos sobre que se establecieron y se mantienen.

hondos y lirmes ci-

los

Y

por otra parte no era

capaz de haber arrostrado y mucho menos emprendido este sabio Maestro

una obra que hasta hoy la

mas profunda

amor

se

que es

les por cuantos lados se la

sus intereses (jue floreció

la fé ,

mire

alma de toda ,

mayor

trabajo y á

los

al

ella

y brilla en todas sus par-

ahora se trate del establecimiento y pro-

en nuestra España

,

que es

el

mayor y mas

conocimiento de

precioso de

la disciplina eclesiástica

primeros siglos y se continúa hasta nuestros tiempos,

ahora se desee promover nerables

el

ahora se atienda

en

al

erudición, á no sostener su paciencia y su estudio con aquel

al bien público,

pagación de

ha tenido por inaccesible

el

honor de

la

nación desenterrando los

monumentos de su antigüedad que apoyen sus verdaderas

ahora por último se quiera desagraviar de que con visible emulación

la

la erudición

acusan

las

española de

la

plumas extranjeras.

mas veglorias,

barbarie

A

todo

XIV exquisila erudición y Irabíijo inmenso que supone

el infal¡¿,'a"ble celo,

ocurre

y descubre

autor de estos libros, que nuestros nacionales lian leido con

el

admiración y

los

extraños con envidia. Con que

sura solo mirase á resguardar los altos derechos de

ver toda infección nociva á

hacen

me

la

Majestad y á preca-

inocencia de las costumbres políticas que

Estado, bien presto, digo, habria salido de

la felicidad del

ción en que

la

jurisdicción de la cen-

si la

ponia

bién para que

modo

si

le

son ó no perjudiciales á

digan

obliga-

confianza del Consejo.

la

Pero este augusto Senado no solo remite á los censores

que reconozcan

la

causa pública

la

para

los libros ,

tam-

sino es

son ó no son útiles ó pueden contribuir de algún

si

á promoverla; de otra suerte ni quiere

el

Consejo que se impriman

ni

que se divulguen, pues mirado con reflexión, igualmente dañan á aquella parle del bien

nas

letras,

común que debe adelantarse por medio libros

los

que

vician. Fuera de que en

la

,

embarazan inútilmente como

mas

la

cualquiera producción de ingenio que no sea ventajosa y

diaristas de Lipsia y de

pues dá un nuevo apoyo á los

,

Trevoux para que publiquen y

se confirmen en el

que tienen formado de nuestra actual erudición. Sobre este pié he de

caminar en

la

censura del libro que

sentado que no sea nocivo,

de S. M. ó

al bien del

como para

lo otro.

el

Estado, resta saber

Con

esto he dicho

nación,

la Iglesia

si

lo

puede ser

que no

tiro

el interés

;

pues

es, á las regabas

útil asi

para

uno

lo

á hacer una aprobación

como regularmente

á juzgar con rectitud y con verdad sobre la

Consejo remite á mi juicio

como en ninguna manera

ó censura de ceremonia ni á ciegas,

Rey,

que

cultas de la Europa, sea con justicia, sea

eminente se debe eslimar como perjudicial

juicio

los libros

bue-

estado que hoy se halla la opinión de nuestros

el

escritores entre las naciones

con emulación

del estudio de las

se hacen; sino es

que puede ó no tener

el

de España y aun la universal en que este libro

salga ahora á luz, y que toda la obra que promete se continúe hasta su entera conclusión.

Para

esto,

y ceñido á

los

términos precisos que dejo propuestos

,

digo que

sobre dos puntos cardinales se resuelve toda la esfera de la pública felici-

dad de un reino líneas

que

católico,

tiran los

y á

demás

ellos

,

como á

su centro,

van á parar todas

intereses particulares de que se

compone

,

las

y en

XV que consiste son

la

prosperidad y crédito de una nación hija de

la

la Iglesia.

Estos

Religión y el Estado; y con nada mejor pueden contribuir las ciencias

una república en y las artes á colocar estos dos polos de de perfección y constancia

(pie

mas

el

sea posible, que fijándolos y alirmándolos

sobre los ejes de la historia civil y eclesiástica de sus pueblos

en cierto moilo á sacar y producir

historia civil vuelve

alto punto

;

porque

teatro del

al

la

mundo

y á la vista de sus naciones aquellos héroes que fundaron y ennoblecieron los principios

y progresos de

la patria

común de

todos

promoviendo y ex-

,

citando los ánimos de los presentes con los ejemplos de los pasados, y su-

alma

pliendo toda el espíritu

(pie les falta

é infunde la

que inspira

Por esta parte no tiene

miran con envidia

la

á sus cadáveres y á sus sepulcros con

memoria de sus acciones.

España que desear, y

la

buena suerte que

cuerpo de historia completa con toda suyas carecen

;

la

taja

nuestra en tener un

la

perfección y eminencia de que las el

,

Padre Juan de Mariana

no logró que viniesen á solo conocerle de regiones al otro historiador

naciones extrañas ad-

las

cupo á

le

pues nuestro Livío español

de buen gusto como

el

muy

,

si

distantes personas

romano, consiguió

y otra gloria mucho mayor que esta

,

sin

duda otra ven-

y fué desear cada nación que

lo

hubiese sido suyo, ó á lo menos tener otro semejante para eternizar sus ha-

zañas y sus héroes

;

y sobre todo consiguió que su obra fuese recibida con

uü aplauso increíble de

como una

pieza

los

hombres mas sabios de su tiempo, mirándola

consumada en su

especie,

y como un modelo áque debieran

arreglarse los que se aplicasen á este importanlisimo y gravísimo estudio.

Pero dos cosas no pueden negarse

,

sin

embargo de

ha merecido á todos nuestro historiador. Una de facilitó la

empresa

el siglo floreciente

los justos elogios

ellas es lo

que alcanzó, en

ción fué la nación dominante tanto en letras

como en

el

las

que

mucho que

le

cual nuestra na-

armas, y

los

gran-

des hombres que en aquella edad produjo nuestra España y se aplicaron á ilustrar esta propia materia

y ciudades mas otros sos.

insignes

monumentos de

la

Esteban de Garibay

de Morales, D.

,

ya con

ya con

,

la

historias particulares de algunos reinos

invención de inscripciones

antigüedad que dieron ,

Gerónimo Zurita

,

mucha

,

medallas y

luz á nuestros suce-

Florian de

Ocampo, Ambrosio

Antonio Agustín arzobispo do Tarragona, D. Juan Bau-

XVI lisia

Pérez üb¡si)0 de Segoibe

y oíros de igual erudición y de un tesón iu-

,

faligable en averiguar nuestras cosas, descubrieron el camino, abrieron el

paso y allanaron muchos obstáculos para arribar á

De

nuestra nación.

también por

lodos se aprovechó el Padre Juan de Mariana, el cual hizo especiales descubrimientos, y tuvo la fortuna de

mismo



de

la historia universal

llevar en su derrotero unas guias tan seguras

como á

incom-

estos varones

parables.

Tampoco

se debe disimular que sin

probo estudio é inmenso trabajo

verdad y poner

las cosas

de España en toda

,

como

se

,

la aplicación

la claridad posible

im-

no pudo

,

y muchos de ellos demasiadamente ca-

puede ver en Pedro Mantuano, su antagonista, que no en

lodo se dejó llevar de la pasión de contradecirle, en

de Mondejar D. Gaspar Ibañez de Segovia tecario del

del

y

tuvo nuestro historiador en indagar la

(pie

con todo eso evitar algunos yerros pitales

embargo de

,

en

Rey nuestro Señor, en su Sinopsis

incomparable mérito y utilidad, y aun en

I).

el

eruditísimo Marqués

Juan de Perreras

histórica

de España

,

,

biblio-

obra de

sabio autor de la obra cuya

el

censura tenemos entre manos. Pero asi como

al

grande cardenal Baronio no

se le debe negar la gloria de ser el padre de la Historia eclesiástica por las

equivocaciones que después han reconocido en bres eruditos de nuestros tiempos

putar

el título

gunas

faltas

,

tampoco

al

el

Antonio Pagi y otros hom-

Padre Mariana se

le

debe dis-

de padre de nuestra Historia porque hubiese incurrido en al-

que después se han descubierto en

autores son dignos de la

mayor admiración

;

ella.

Al contrario, ambos

porque en un siglo como

el

su-

yo, en que no había llegado la crítica á la exacta severidad á que la ha

elevado

el delicado

gusto de nuestros eruditos modernos, y en que aun no

se habían descubierto tantos documentos originales

después

,

mas seguros y

sacándolos de los archivos

como

se

han hallado

desenterrándolos de los

cementerios del olvido, hubiesen sin embargo procedido estos dos grandes

hombres con un

juicio recto

y

libre,

y con una integridad y una veracidad

enteramente imparciales. Pero sobre lodo nada hace á uno y otro autor mas

recomendables á

la

memoi-ia de

los

hombres como

la resolución

de empren-

der unas obras cuya dificultad tuvo arredradas las plumas de los escritores

mas

insignes.

Desde

el

cuarto siglo, en que Ensebio Cesaricnse trató la his-

XVI í loria (le la liíicsia

mas de

ron

con mas dignidad y verdad

(|ue sus conliiuiadon'S

mil años hasta el cardenal Baronio, sin

como hubo en

lebres escritores esta obra tan

útil

pasa-

,

algimo de laníos cé-

(|iie

emprender

ese largo tiempo se atreviese á

y tan necesaria á todo el cuerpo de la Religión

(pie

,

medio habia de conservar y traer hasta nosotros sus tradiciones

ese

ciéndose cada dia este designio

mas

inaccesible

asi

,

por kis nuevas conquistas que hacia

naciones recien convertidas Iglesia

,

como por

,

ha-

extensión de sucesos

|K)r la

que se iban aumentando y que de siglo en siglo iban mudando de las cosas

,

por

el

el

semblante

Evangelio en las

variación de la disciplina de la

la

que insensiblemente empezaba á decaer por atemperarse á

ferentes estados y costumbres de los fieles, y por

los di-

alcance de sus desór-

ir al

denes y no perder de vista su remedio.

A

nuestro Mariana

abriese los cimientos y tra nación

lo

;

que

sin

faltó

le

un autor tan diligente como Ensebio que

le sirviese

duda

de apoyo en

fué de

la dificultad

de nues-

historia secular

un grande recurso que alentó

nal Baronio á formar la suya de la Iglesia. Sin

á

la

embargo de

le

carde-

al

eso, no cediendo

nuestro historiador, abrazó esta empresa vastísima y la llevó

hasta la perfección que

hemos ponderado y en que hoy

nos quede que desear para

la

vemos

sin

,

que

de España sino es la corrección

la historia civil

de algunos puntos que, como hemos referido, tiene

la

de Mariana

dignos

,

á la verdad de segunda lima.

Pero

región que siempre se ha l(Miido por impenetrable á cualquiera

la

trabajo y estudio ha sido la Historia Eclesiástica de nuestra Península. Aqui

ha faltado

les

nación

,

agua á

los

mayores y mas laboriosos ingenios de nuestra

y casi se habia ya desesperado

verdad no los

el

sin gravísimos

el

que se pudiese conseguir

fundamentos, por ser casi invencibles

que á cada paso se ofrecían, y no menos

curecían los sucesos é impedían

De

los tres

primeros siglos de

el

ticias llos

;

y

si

y á

la

obstácu-

las espesísimas tinieblas

que os-

curso de ella.

la Iglesia

dicación del Evangelio, apenas habia

narración

los

;

de España

,

incluso el de la pre-

memoria segura sobre que apoyar

la

Prudencio y S. Isidoro no nos hubiesen conservado las no-

de nuestros primeros mártires y de algunos varones ilustres de aque-

tiempos

TOMO

IV.

,

casi no se sabría

si

los

hubo. La

misma

suerte corrieron las ni

xvm memorias de guos lo

(leles,

la

geraii|ii¡a colesiáslica

y de la disciplina de nuestros anti-

y las del establecimiento de las primeras sillas episcopales.

hablan anochecido las crueles y continuas persecuciones de

como

dores gentiles, que

dice S. Cipriano, con igual ó

mayor

los

Todo

empera-

furor tiraron

á acabar con los libros sagrados y con las memorias de nuestra Religión,

que con

que

las personas

la profesaban.

En medio de una noche

tan cerrada dio un gran golpe de luz y aclaro en

parte las costumbres y discipUna de aquellos siglos

el concilio

pues los diez y nueve Padres que concurrieron á

fueron

tos astros

de primera magnitud, que con

el rigor

él

Iliberitano,

como

otros tan*

de sus cánones nos hicie-

ron ver la oculta armonía que en medio de las mismas persecuciones habla mantenido el orbe celeste de la Iglesia de

bastantemente en

el

España

;

la

que se descubre

celo de sus prelados y en la docilidad de los pueblos,

á quienes no dudaron proponer unas reglas de moral tan severas

que para

,

que no se tuviesen por de una asamblea de novacianos fué después necesario templarlas con posteriores decretos de varios concilios generales

,

y que

Sumos

Pontífices y de

mandadas guardar en

se hallasen repetidas y

el

concilio Sardicense.

No duró demasiado

el efecto

que produjeron

los

cánones del concilio de

Pues á poco mas de ochenta años de su celebración, y especial-

Iliberi.

mente después de

la

tras provincias de

nuevas y oscuras nieblas

muerte del grande Osio, se volvieron á poblar nues-

Eumerio, obispo de Tarragona

,

,

y fué preciso que Himerio, ó

acudiese á S. Dámaso, Pontífice romano,

solicitando el remedio de los desórdenes que se hablan introducido,

en

el

mos

clero

si

como en

no fuese por

el

común de

los fieles

;

la apostólica vigilancia

cuyas noticias tampoco tendríade este prelado, y por

y famosa carta que en su respuesta y por muerte de S. Dámaso el

Papa

S. Siricio.

tanto

Esta nos descubre con alguna claridad

la

la célebre le

escribió

corrupción de

costumbres á que habían llegado aquellos tiempos y las causas de donde habían procedido

;

pero la serie y orden de los sucesos todo quedó y

oscuro. Sin embargo, esta carta y el concilio referido son los

monumentos universal

,

y

,

no solo de la

la

sirven hoy

antigüedad española

como entonces de

,

mas

lo

dejó

preciosos

sino es de toda la Iglesia

firmisimos escudos contra los

herefíos

modernos

su opinión

,

pues por mas

;

católicos

asi

como

David Blondelo y otros secuaces de

(jir>

proleslanles

,

hayan querido impugnar

las

decretales anteriores á Siricio y otros ancianos documentos que confunden

y convencen su apostasia, jamás han podido desvanecer

memorias, en donde, á no estar ciegos, verian

estas dos insignes

formidad de siástica

los

dogmas y de

de aípiellos tiempos

llomana

tos la Iglesia

autenticidad de

la

nos testimonios de

;

los

puntos

con todo

,

mas

lo

la

uni-

esenciales de la disciplina ecle-

que hoy observa en ambos respec-

debe á nuestra provincia estos dos fidedig-

la cual

sinceridad con que ha guardado y comunicado á sus

la

hijos el inestimable depósito

de

Pero cuando debian cogerse

la

Fé y de

los frutos

la

doctrina moral del Evangelip.

que promelian y se esperaban de

unas providencias tan oportunas y eficaces para disipar

abusos introdíi-

los

cidos, se hallaron inopinadamente inundadas nuestras provincias con

las

frecuentes avenidas de las naciones septentrionales, que trajeron consigo la

confusión y

el

desorden del gobierno

en ellas, y mudaron enteramente

memorias mas sagradas en

el

el

civil

semblante de

España

,

A

pretendía para

obstinadamente instruidas en gion de la corte

,



religión

los errores

los príncipes

con exclusión de ,

los

naturales de

las otras,

los

acom-

porque todas estas gentes venían

de Arrio; v como era esta

arríanos se ensangrentaron de

prelados y contra los pueblos católicos

mismo

mismos y con



esta guerra de ambición sobre la dominación temporal, que cada

pañaba otra guerra mas cruel de

el

sepultando las

dominio que aun conservaban en algunas provincias

cual de estas naciones

los

,

para destruirse unos á otros y para acabar de exterminar de

el resto del

romanos.

las cosas

caos de las cruelísimas guerras que suscita-

ron los godos, suevos y vándalos entre nuestro pais

y eclesiástico que se observaba

,

que subió

modo

la reli-

contra

la persecución hasta

palacio y trono de Leovigildo, que no dudó derribar á sus pies la

cabeza de su propio la confesión de la fé

hijo

flormenegildo, glorioso confesor y mártir, que selló

de Mcea con su propia vida.

Quiso Dios que con

la

conversión de su hermano Recaredo, que sucedió á

Leovigildo, y con la celebración del famoso concilio tercero Toledano respiró la Iglesia de

España y empezó á amanecer en

ella el siglo

de oro de

la

Religión. Enlonces fué cuando al abrigo de los príncipes católicos y delafre-

XX cuencia de concilios nacionales

,

se restableció la geiarquia eclesiáslica, con-

fundida con las revoluciones antecedentes. Entonces empezó á florecer la

y del monacato con observancia de

disciplina del clero

los

cánones; y en-

tonces, en fin, se vieron aparecer en nuestro horizonte aquellas

lumbreras de doctrina y de santidad,

los

Leandros,

clarísimas

los Fulgencios,

los

Braulios, los Eugenios, los Julianes, los Ildefonsos y otros infinitos, cuyas

memorias estarán eternamente parece deberían haber fijado

á caer en

la

llenas

de bendición en nuestros anales

que atrajo sobre

si

la

que merecía

lo

ción de costumbres que se fué introduciendo en eclesiástico, y

y

época de nuestra desgracia á no mas volver

antigua confusión. Pero no era esto

la

,

corrup-

la

ambos estados secular y

indignación de Dios y el azote de su

justicia.

Pues á poco mas de doscientos años que duró España, vino sobre

ella la irrupción

de

imperio de los godos en

el

sarracenos, ó por mejor decir, se

los

abrió la boca del pozo del abismo y vomitó envueltas en

y de crueldad ejércitos de langostas humanas bia y la Siria por toda la costa de África

serable región

donde es increíble

,

año de su conquista y de nestos

campos y

tástrofe

orillas

el

,

tivos los

,

,

la

Ara-

vinieron á caer sobre nuestra

la infeliz derrota del

mi-

mas de un

Rey D. Rodrigo sobre

los fu-

de Guadalete. ¿Quién podrá pintar la universal ca-

quemados

prelados

barbarie

que volando desde

destrozo que hlcíei-on á poco

que padeció entonces España?

dos los templos

,

humo de

los

archivos

perseguidos los

Asoladas ,

fieles

demolidos ,

las los

ciudades,

arruina-

monasterios

,

fugi-

no se veia otra cosa por todas

parles que lastimosos espectáculos, que desfiguraron enteramente el sem-

blante de las provincias, sin quedar en ellas otro su antigua

monumento que acordase

magnificencia y esplendor, sino es la grandeza enorme de sus

ruinas.

Es verdad que en

los

primeros años de esta general desolación no falta-

ron hombres insignes, que aun debajo del insufrible yugo de los

mahome-

tanos mantuvieron la Fé, y con ella algunas memorias eclesiásticas de aquellos infelices

tiempos. Tales fueron S. Eulogio, mártir, Alvaro de Córdoba,

su discípulo, Juan Hispalense, Isidoro de Beja y otros

muchos que

,

como

restos de la antigua erudición, procuraron batallar contra el torrente de íg-

XXI norancia (lue iban ¡nliodiicicndo eu los nalurales (le

servidinnbic y

una nación cruel y biulal, que no conocía olía cultura y las armas.

(jue el furor

de

la

los

Pero

al fin

persecución

la

otros estudios

todo hubo de ceder al tirano imperio

nuevos coníjuistadores; y no pensando ya

en huir de

ni

los fieles

en otra cosa que

en defender las vidas y recobrar

,

abrigo del nuevo reino de los godos (pie

el

citar en Asturias, se hicieron lodos á la

guerra, abandonaron

y las arles

la patria

los ciencias ,

no

aun de sus mismas glorias; de manera que ja-

mas poseída de

se vio nación

al

infante D. Pelayo volvia á sus-

descuidando enteramente de conservar noticias algunas

,

solo de sus ptírdidas, sino

más

el líalo

la

barbarie y de la rusticidad que

lo

es-

tuvo la nuestra por cerca de siete siglos que se mantuvo en ella la dominación de los árabes viciar cuantos siástica

;

en cuyo largo tiempo se acabaron de perder, sepultar y

documentos legítimos podrían servir á formar

de nuestra Península. ¿Y quién seria

presa tan

difícil

,

de

los sucesos ó

en

los

si los

el

la historia

pocos fragmentos

(|ue

em-

que se atreviese á una

mismos autores coetáneos que estuvieron á

los callan ó se

ecle-

contradicen en su narración

,

la vista

como

se vé

nos restan de sus escritos? Tal era la plaga de

confusión que ocupaba y oscurecía entonces todas las cosas de nuestra provincia.

Por último, después de setecientos años volvió misericordia hacia los míseros españoles

en ese tiempo batiendo y arrojando á tes,

,

los

que á maravillas de valor fueron sarracenos de sus antiguos límilos cuales

y erigiendo de sus conquistas pequeños potentados;

todos en los Reyes Cal()l¡cos D. Fernando y

pués con (MJs

Dios los ojos de su

al fin

el

descubrimiento de

la

mas

vasto y

América y con

Isabel

los

,

y ampliados des-

derechos de los prínci-

Felipe 11, dice Horacio Turselino,

austríacos, formaron en

yor, el

Doña

mas poderoso imperio de cuantos desde

hasta entonces había conocido

el

mundo Nullus ab Orbe :

las

redondez de

en Asia y en

la

la tierra,

le

ma-

la creación

venia

im~

muy

montañas de Covadonga cuando padeció

irrupción de los árabes, se extendió después en la

el

condito latius

peravit; de manera que la monarquía de los godos, á quien

ancha una estrecha gruta en

reunidos

menos de un

la

siglo por toda

gozando dilatados dominios en Europa, en África,

India oriental

,

con

la

entera posesión de las dos Américas.

XXII

misma

Lii

como

forlimii (|uo las

armas, cornVrnn on aquel siglo

España, Cccunda madre de

si la

Pues

las lolras.

im-

lloridisimos ingenios, se hallase

paciente y quisiese volver por el honor de sus hijos y desipiilarse en poco

tiempo de

de doctrina que habia padecido por tantos anos, ape-

la esterilidad

nas sacudió enteramente

el

estudio de las ciencias

con tan

,

nentes varones que produjo

yugo de

la

árabes cuando se dio

los príncipes

como

suceso

feliz

protección y

se deja ver en los

magnanimidad

al

emi-

del incomparable

cardenal Cisneros.

A si

la

sombra de

este héroe español

en quien no se sabe cuál fué mayor,

,

su virtud, la política, la pericia militar ó

nas letras

,

el

amor

al estudio

de las bue-

no hubo especie de erudición á que no se extendiese y en que

no hiciese increibles progresos

la aplicación

de nuestros naturales, acaba-

dos de salir de los siglos de la ignorancia. Del cultivo de los idiomas sagrados y de las lenguas orientales nació

en

que fué

la Iglesia,

la

venden por nuevos entre

la

primera Biblia Poliglota que se vio

Complutense. Los sistemas

filosóflcos

que hoy se

de otras naciones, recibieron su espí-

los eruditos

y su origen de nuestro célebre Gómez Pereyra en su Margarita Anto-

ritu

¿Y quién

niana.

anticuaría

,

fué el primero que enseñó y dio reglas para el uso de la

sino es nuestro Antonio Agustín en su libro de oro sobre

plicación de las monedas, que tanto admiró á los

la

ex-

hombres mas sabios de su

tiempo? ¿Quién descubrió y descifró tantas inscripciones y monumentos de la

antigüedad como nuestro Ambrosio de Morales? ¿Quién halló

el

mas cé-

lebre sistema de cuantos hoy aplaude y sigue la medicina, sino es la famosa

Doña Oliva de Saúco, honor de nuestra nación y de su sexo? ¿Quién

mas de

tan bien templadas contra los hereges

y de

la teología

tra

la controversia

edad, Melchor Cano,

el

,

y estableció

el

dio ar-

verdadero estudio

sino es el Vincencio Lírinense de nues-

cual anle omnes, et supra omnes, dice

el

car-

denal Palavicino, apuró cuanto habia que adelantar sobre un asunto tan ar-

duo y tan vse

útil

,

y no dejó qué decir á los escritores que se

siguieron? Si

le

atiende á la teología escolástica , ¿dónde se hallarán otros Bañez

Sotos

,

otros Victorias, otros Suarez

la expositiva

,

,

¿dónde otros Maldonados

otros ,

otros

Vázquez y otros Molinas? Si á

otros

dozas y otros Riberas? Si á la jurisprudencia

,

Gaspar Sánchez, otros Men-

civil

y canónica

,

¿dónde otros

XXIII

Torquemadas

,

oíros

Gomoz

y otros Covarrubias? Si á

¿dónde otros Nebrijas, otros Vives, otros Sepúlvedas

me

yo que

el

canso inúlilmenle, y seria mas de

los

fácil

contar

la

elocuencia latina,

ni otros

Cerdas? Pero

número de

el

hombres grandes que en todo género de facultades y

cias j)ro(lujo nuestro siglo decimosexto.

Todos

ellos

cuanto habían menester para l'ero ¿(juién lo creería?

,

las cuales

el cultivo

Toda

cien-

lem faculoí

hujiis Hesperice fi-

n¿l)us indita',

ejus

tenw

ad effuciandam

noctis infidelitatem

caditiis mLssd".

OB HUJUS

er-

go muneris (jratiam a te nobis conlatam, etc. Lo mismo en el núm. 16. Y en la misa núm. í29 vuelve á declarar: Diem Iiunc... in

quo memoria uostro-

51

apostólicos.

runí Vatuní edcolilur, (¡noruní pnvsentia iioslris urlñhus luu-toritate

Apostólica

destinatam

fuisse cocpioscimus, sin quelia-

ya cláusiüa que no se ordene á celebrar á estos santos como primeros obispos, y como í'un-

dadores y proi)a¿(adores de

la

cristiandad y sillas pontilicias

en España,

8i

A

esto de

corresponde

el

ninij¡iin

oticio

modo

de már-

aunque lue^o lo fuesen; porque solo reluce la dii^nidad de varones apostólicos y obispos; al modo que en las l'estividades de la cátedra de san Pedro usamos del oficio de contesor pontííice; no porque el apóstol no fuese mártir, sino porque no le compete esta formalidad en cuanto primer obispo y fundador de las sillas de lloma y Antioquia; y por tanto no se lee en estas tiestas nada de su martirio. A este tires,

modo

de España, que en un dia rezaban de todos siete apostólicos, por vlíqmoria de su feliz entrada en estos reinos, y por ser dirigidos por S. Pedro para la fundación y propagación de la dignidad episcopal, usaron del titulo y oíicio de pontitices, sin recurrir al de mártires, por las

iglesias

no ser correspondiente á lo que veneraban como general á todos en un dia.

España Sagrada. Trat. ¡I, cap. II. 52 85 De aqui se infiere, que tercesores, y ünalniente porpor los breviarios antiguos no que era (li¿,mo y justo triljiítar arguye bien Tillemont contra los que les atribuyen el martirio; al modo que de celebrar la cátedra de S. Pedro con oficio de confesor pontífice no se prueba que S. Pedro no hubiese sido mártir. Nuestras igle-

veneraron con razón á los siete como fundadores y propagadores apostólicos de la sias

doctrina

evangélica ,

y como

instituidores de las sillas ponti-

Este solo título es bastante y dignísimo para dar culto á Dios en un dia destinado

ficias.

á esta memoria, al diversas

en

iglesias

modo que

instituyeron

15 de

para celebrar la dispersión de los apóstoles. Si el repartirse á predicar al mundo dio asunto para festividad común á todos doce apóstoles, ¿qué mucho que le tomase España para dar gloria á Dios por el dia en que la dio el copioso y misterioso número de aquellos siete prelados apostólicos? Hízose asi en lo antiguo, como testifica el oficio muzárabe; y ¡ojafiesta

el

lá se hiciese

hoy

julio

asi,

lo

uno

por imitar á nuestros antiguos padres, lo otro porque no se quedasen sin el debido culto dos santos de los siete apostólieos, que por no mantenerse sus iglesias no han tenido in-

por el dia en que amanecieron en Es{)aña aquellas luces, destinadas por el cielo {aelüus miss(v) contra las sombras de la gentilidad, y á cuyos resplandores debemos la total ilustración de lo que empezaron á alumbrarlos apósgracias á Dios

toles!

8G

Como

las iglesias anti-

guas recibieron del oficio gótico el culto de todos en un dia, apficaron

como

antes el títu-

de obispos; pero al punto que abrogados por decreto

lo

,

del santo Pió

V

los breviarios

empezaron á rezar de cada uno en singular, pidieron y obtuvieron de la santa sede el rezo que corresponde á mártires, pues ya cesa-

particulares,

ba

antiguo inductivo. Asi se vio en S. Torcuato, cuyo ofiel

ció obtuvo la santa iglesia de

Guadix en

el

año 1590, pre-

sidiendo en la silla apostólica Sixto V, y luego se extendió á

toda España en

año 1693. La santa iglesia de Avila obtuvo de Clemente VIH el de san Segundo en el año 1594, que se extendió á toda España en el 1728. La de Granada logró el de S. Cecilio en el 1702, extendido á todos los dominios de este reino en el 1729. Almeria consiguió el de S. Indael

De lecio en el

sias el

año 1731, que

común

hizo

en

á las

demás

se

igle-

Jaén obtuvo Eufrasio en el 1003.

el

de S.

17oí).

Unos y otros convienen en el común de un mártir; y aunque no tengamos actas auténticas del modo de su martirio, tampoco hay cosa que se oponga á lo que se ha alegado.

% Pónense

los

^^

los siete apostólicos.

111.

fundamentos

(pie

declaran haber sido discipidos de Santiago.

87

Sobre si fueron discípulos de Santiago hay también controversia. Los fundamentos se reducen á que los instrumentos antiguos que tratan de estos santos, no hacen mención de semejante circunstancia, y por otro lado vemos en la bistoria de Sampiro, obispo de Astorga (que escribió al lin del siglo X) , otros nombres muy distintos aplicados á los

siete

precedenno se atrevió Morales á deque fuesen discípulos de

los siele apostólicos tes,

cir

Santiago; antes bien escribió, que tenia por mas verosímil lo contrario, como se lee en el li-

bro 9, cap. 7, fól. 229, b. 88 No obstante esto digo,

que

es

mucho mas

autorizable

atirmar que S. Torcuato y sus compañeros fueron discípulos del apóstol Santiago, como refiere el breviario de Clemente Vlll, diciendo en la fiesta del apóstol, que los siete primeros

obispos dirigidos á España por S. Pedro fueron del número de los convertidos por Santiago en estos reinos; y nadie ig-

ñora que los nombres de los ordenados por S. Pedro fueron Torcuato y los demás ya expresados. La autoridad que

merece la cláusula del brevia^ rio de Clemente VIH se prueba por lo dicho en el tomo antecedente, pág. 4 i, donde referimos las disputas y exámenes que precedieron al hecho de

discípulos del apóstol: Altar i

corregir los breviarios,

quoque, qiiod est super corpns B. Jacobi Apostoli, quod conse-

tanto se resolvió

cratum

f'uerat

¿i

septeni

di-sci-

quorum nomina

acuerdo. 89 El texto

y por

con mucho

mas antiguo

suní h(ec, Calocerus, Basilius, IHus, GrisogoniLS^ Theodorus, Athanasius, Máximas. A vista de una expresión tan clara, y

que comunmente se alega para prueba de que fueron discípulos de Santiago, es del papa Calixto 11. Pero antes de él, con antelación de mas de un siglo,

no hallarse otra

lo habia

pulis

ejus,

tal

en favor de

escrito el autor del

España Sayrada.

5-i

(lomenlaríüdela Traslación de Santiago, publicado por Juan JJosco, monje Celestino, en el segundo orden de la Biblioleca Floriacense, á pág. 185 (reimpreso por el P. Andrés el

tomo

Bihliotlieece,

pág.

Scoto, en

líispanim

1,

9,

y

por

Aguirre, tomo 5, Concil. págiua 120). Este autor nombra entre los discípulos

que traslada-

ron el cuerpo del apóstol á España, á S. Tesifonte, publicandóle obispo de Vergi y compañero de los demás obispos que nos dirigieron losapóstoles, del cual no se puede dudar que es uno de los siete apostólicos,

ni

decir

que no

fueron discípulos de Santiago los que nos trajeron su cuerpo, Este comentario se escribió en el siglo X, como declara Bosco

cuando dice que tenia mas de seiscientos años de antigüedad;

y habiéndose impreso su obra en el año 1605, si quitas mas de seis siglos, retrocederás al siglo X. Entonces se tenia ya por público en la Francia, que S. Tesifonte y sus compañeros fueron los discípulos que trajeron á España el cuerpo del apóstol.

90

En

Trat. II, caí). II.

Juan do

la l'eña, cii la liosla

de

S. Indalecio. Sus palabras las

pusimos en

tomo

página lio, y habiendo acontecido esto mas de treinta años antes del pontificado de Calixto, no debe decirse este el texto mas antiguo del asunto; antes bien el

3,

puede recurrir al papa León lil, que atribuye á los discípulos de Santiago la traslación del cuerpo del apóstol á España, añadiendo, que después de sepultarle, quedándose dos se

al

laclo

del sepulcro

llamaban los

demás

(que se Teodoro y Atanasio) entraron á predicar

á las Españas acompañados de Dios: Alij vero Díscipuli, Dea comité, ad pnedicandum Hispanias imjressi sunt: Este entrar en España supone que habían salido después de sepultar el cuerpo; y fué asi, como se deja dicho, pues fueron á verse con S. Pedro. Los que vinieron con el cuerpo, ya dijo que eran sus discípulos; los que después entraron á predicar en diversas ciudades de España, y que en breve lograron abundancia de mieses por la conversión de los pueblos, también dice que eran sus

toda expresión el monje Cluniacense Ebretmo, que compu-

Postaliquantum ve7v temporis (esto es, después de ser ordenados por S. Pedro), a¿> EJUSDEM APOSTOLI DIS-

so

C I PULÍS in

de! año 1084, lo

el oficio

XI y cerca escribió con

el siglo

del breviario de san

discípulos:

fidei agnitione pie-

De

los siete npostóUcos.

hihus edoctiíiyhvcvi adnicvil f'(v,cumia ac Dea mnltiplicata messis.

Oiie eslos fueron S. Tor-

cuato y sus compañeros no parece que se puede dudar,

porque de ningunos otros nos consta haberse extendido ápredicar por diversas ciudades y de estos tenemos el antiquisi,

mo

testimonio del oficio g(itico que lo expresa. Por tan-

podemos alegar al papa Leon 111 para el mismo conto

cepto.

55

y empieza por la carta de san (ienMiiiiu) á Cromacio, se pone la misión de S. Torcuato v sus compañeros casi con las mismas palabras que se hallan en Calixto, como las propiisimos en el tomo o, pág. 14G. Pero faltando allí, sepulto in

Jaeobi corpove, se debe decir que esto no es del martirologio citado, sino enlace del papa, que con razón supuso aquella cláusula por haber sido la misión apostólica Gallfvcia

li.

91 El ponlifice Calixto II posterior á la traslación de 8anfué quien lo escribió con matiago. yor expresión en las palabras 9^2 En el siglo inmediato á dadas en el apénd. I\. Alega Calixto reprodujo Vicente Belpara esto el martirologio de vacense que S. Torcuato y sus S. Gerónimo; pero según se seis compañeros fueron discíhallan los martirologios de pulos del apóstol. Lo mismo este nombre no se debe atri- expresan los breviarios antibuir la autoridad del santo á guos de Sevillay Ebora, que se todo lo que allí dice Calixto; hallan en mi estudio. Lo misporque ni en el Florentinio, ni mo el de Córdoba, citado por en Acheri, ni en Marlene, ni Aldrete; Primo Cabilonense, en en el que se pone al íin de la su Mapa mundi spiritualiSj novísima edición de S. Geróni- IMaurolico en su martirologio mo, hecha en Verona después (15 de Mayo), Marineo Siculo, de la parisiense benedictina, Vaseo y otros muchos postese expresa lo que propone el riores , autorizados con el brepapa, quod sepidto in Gallwcia viario romano corregido por Beati Jacohi corpore, ab aposClemente VIH. tolis Petro 95 Añádese el ver en testiet Paulo infulis Episcopalibus apud Romam ormonios antiguos (y entre esdinantur, etc. En el martiro- tos el leccionario grande Comlogio Ms. en vitela que está píntense, con el breviario antien la santa iglesia de Toledo, guo de Toledo y el Cerraten,

España Sagrada. Trat. II, cap. II. duclivo para que S. Pedro los se) ([ue el número de los disdirigiese á España, mas que á cípulos escogidos en España por el apóstol para andar á su otros en mas ó menos núme-

5G

,

lado, fué de siete (1). Estos son los que después vinieron con el

cuerpo; este el número de Torcuato y sus compañeros; este el de los ordenados y enviados por S. Pedro; y esta en íin, la mayor congruencia para enviarlos á España, por causa de tener conocimiento de la tierra, porque tanta persistencia en el número preciso de siete ofrece una total identidad entre las acciones de unos y de otros, esto es, que los siete escogidos

que

le

acompañaron hasta Je-

rusalen y trajeron el cuerpo,

fueron los siete ordenados por S. Pedro y enviados á este reino, no siendo regular que si fuesen distintos, tuviesen siempre la precisa combinación de siete.

9i

Deducida la identidad de unos y otros por el número, se infiere también el in-

(l) Hic vero, aliis diversa Cosmi climata adeuntibus mitu Dei Hesperice oris apulsus , hominibus inibi degentibus, patriamque incolentibus, Verbum Dei prcedicatulo disserit intrepidus. Ubi dum parva seges, quce tune excoli vellet, inter spinas fructifica in,

veniretur, paidulum commoratus, fertur septem Clienlulos proielegisse,

Christo subnixus

{al. subiiixos);

quorum

ro; pues siendo naturales

y ha-

biendo ya empezado á predicar después de sepultado el cuerpo del apóstol, habia congruencia para escoger á estos y premiar sus tareas con el honor de obispos. Que fueron españoles, lo infiero por haber sido convertidos y escogidos en España, como consta por los apéndices precedentes; sin que sea digno de oponerse que algunos de sus nombres sean griegos, pues estos eran muy comunes en España, como tratando de Santa Xantipa prevenimos en el cap. 2, núm. 17 del tratado 1. Añádese para la identidad entre unos y otros, la edad de S. Torcuato y sus compañeros, que según el apéndice II del libro 3 , era ya avanzada, pues los llama Senes; lo que viene bien con los discípulos de Santia-

CoUegio lolium

evellendo

exlirparet

radicitus, Verbique semiíia telluri, diu sterili permanenti, commilteret propensius. Cumque dies immineret supremiis, Ilierosolymam tendit festinus. A cujus contubernali solatio prcedictorum vernaculorum nullus extat sub-

de Toledo y Lec-

tractus.

Brev,

cionar.

Coniplut. en la Traslación

Santiago.

anlig-.

de

De

57

los siete apustúlicos.

go,

pues escogidos cerca de treinta años antes de aportar á Guadix, y hallándose en una edad de madurez (como correspondia para andar al lado

de

los siete obispos resultaron

á l']spaña en

la

propagación de

cristiandad y sillas ponliücias; y como esto fué posterior á la

consagración

,

bastó

insistir

y.

de tener edad sexagenaria cuando vinieron última vez á España. Por

mencionar á S. Pedro y san Pablo, sin hablar de Santiago, que no iníluyó en el hecho. Si

tanto la razón,

valiera

del apóstol),

liabian

verosimili-

la

tud y la autoridad de antiguos y modernos no permiten que neguemos á S. Torcuato y sus

compañeros

honra de discipulos de Santiago cuando I)or otro lado no se descubre cosa autorizada que la impugne. 05 El silencio de algunos antiguos documentos no basta por sí solo: lo 1.", por general razon de argumento negativo sin mas prueba: lo 2.", por razon especial, porque el oficio gólico y el apéndice o de la Misa apostólica éxpresamente trataron de estos santos como propagadores de la dignidad pontificia y orden de los divinos oficios según resumió después S. Gregorio VH en la carta del apéndice V. Para este fin bastó la mención del príncipe de los apóstoles, por ser la cabeza de la Iglesia. Juntamente asi estos coseis

la

,

,

no

(pie

el

silencio,

fueron

dijéramos

de

discípulos

Cristo,

de S. Pedro, S. Pa-

blo

otro algún

,

ni

ni

a})(')stol

men-

apostólico, pues á nadie

y como no es persuasible que varones ordenados por S. Pedro y san Pablo no fuesen discí})ulos de alguno de los apóstoles, se

clonan por maestro

;

convence que el silencio no excluye que lo fuesen de Santiago.

00

Menos

fuerza debe ha-

cer lo que se halla en la histo-

de Sampiro, sobre que se llamaron Calocero, Basilio, etc. Lo 1 .", porque aqui hablamos de los discípulos escogidos por el apóstol como tales para andar á su lado y acompaallí no ñarle hasta Jerusalen se dice mas que los nombrados ria

:

del Icccionario

eran discípulos del santo y portodo puede ser verdad que los instrumentos no dicen que no convirtió mas que á siete, ó que no tuvo masque siete , sino que siete fueron los

Complutense), tomaron por asunto el referir los bienes que

escogidos; al modo que del celestial Maestro no se dice

mo

el

documento

ce

12

(sacado

TOMO

JV.

del apéndi-

,

,

8

España Sagrada.

;)H

que tuvo precisamente setenta y (los discípulos, sino que este fué el número de los que señapara que fuesen á predicar l(')

(\d'á\\\.Qi\Qé\'.Designavit¡)omi-

nus

el

etc.,

como 10. A

cap.

septuaginta daos

alios

escribe S. Lucas al este

modo convino

á

S. Torcuato y sus seis compañeros el ser escogidos para

acompañar

apóstol; y á Cíilocero, Pío, etc., el haber sido

de

los

al

demás

discípulos de San-

tiago.

97 Esto va en suposición que sea aquel texto dictado por Sampiro sobre lo que yo tensospecha go vehementísima de que no es suyo, y esta es ta segunda respuesta; que mientras no haya mas comprobacion no se le debe dar autoridad, sino reputarle por una de ;

interpolaciones voluntarias

las

del obispo de

que

floreció

Oviedo D. Pelayo, desde

el

fin

del

Xí en adelante. El fundamentoes, que ningún erudito ignora hoy el genio de este prelado, dado á interpolar los escritos de los antiguos; y efectivamente cuando Morarales refiere los nombres de Casiglo

locero, Basilio, etc., atribuye la

noticia á D. {lib.

9

,

fól.

Pelayo, diciendo

229,

b.),

que

la le-

en su historia original; luego no habiéndose descubierto prueba alguna entre to-



asi

Trat. ll,('n¡). II.

dos

los

inamiscritos

aiiterio-

res, sobre que se

llamasen asi los discípulos de Santiago , y teniendo pruebas evidentes del genio de este autor, corresponde á solo él la sospecha de

que

aquella

interpoló

cláu-

sula.

98 halló

Añade Morales que la en otras memorias anti-

guas\ pero como no expresa las que son, no podemos graduar su antigüedad y crédito, Una de ellas puede ser el cronicon de Sampiro de que vamos hablando pero este no pone en número sobre la autoridad de D. Pelayo cuando le decimos autor de lo interpuesto. En el tomo 1 de los Anales de Galicia, pág. 109, cita su autor D. Francisco de la Huerta, un privilegio de don Alonso el Magno, donde dice que se mencionan estos mismos, y añade que los nombra también la historia de Sampiro interpolada por el obispo Pelayo. Escrito esto con el acuerdo que pide la materia supone que no se halla la cláusula en historia no interpolada y por tanto se debe referir á pluma del expresado D. Pelayo; en cuya suposición, asi como no se debe interponer para ello la autoridad de Sampiro tampoco admitiré la de 1). Alfonso el Magno porque siendo la ma,

;

,

,

,

,

De teriii

Uhs sicLe aposlnlicos.

del uK'i^udo privilegio

que

la

expresada en Sainpiro (una y otra de la consíigracion de la i«,desia de San(iago), el que no se contuvo j)ara la una tampoco se contendría para la otra, ó á lo menos tiene siempre contra si la sospecha. iiiisina

99

Lo

la

cierto es

que Sam-

piro está reputado entre nosotros por

hombre de gran

escritor coetáneo de

fé,

gravedad

que no escribió lo que no pudiese probar, pues y juicio

,

muv

habló de lo actual ó cíente.

No habiendo

instru-

su tiempo, no se encuentra prin-

dictase

que absolutamente le

vecientos

años.

sabemos de D.

Al

contrario

Pelayo,

que

mas autoridad que imagi-

narlo asi, y pasó á ingerirlas en materia de instrumentos

mas antiguos como lo imagiñó. De esto hallarás varias pruebas adelante, donde mostraremoscon evidencia susadiciones, por faltar en códices escritos antes de sus días lo que interpoló; y á este modo creo que, si se descubre alguno de escrito

del siglo XI,

lo

abunda en ella queda la

etc.

y

período, y sin oración con toda períeccion. En íin, ni anles ni dosi)ues del el

siglo

Xll hallamos ([uc ighísia

alguna de España haya adoptado á semejantes discípulos; y esto basta para que nosotros no insistamos mas en el asunto por falta de instrumentos auténticos.

§

IV.

De

milagros que obró Dios por las reliquias de estos satitos, y día en que se hacia su fiesta antiguamente. los

cláusula

inventó mil especies, revístiéndolas con el modo que quiso,

Sampiro

asi

[)or(|iie

de Calocero,

de precedió en no-

aquella

cosa que

sin

promete su in'e¿,Milaridad, y ver que la adición de los nombres

cláiisiila,

re-

mentó alguno anterior á cipio para

oí)

al

principio

no contendrá

tal

En

100

testimonio

de la apostó-

santidad de los siete lieos alegan el martirologio de

Adon,

Cerratense y algunos breviarios antiguos con el Ms. gótico que habia en en el Alcalá (y copiamos apéndice II precedente, págiel

na o8i tomándolo de Tamayo), que los mismos santos plantaron á la puerta de la iglesia una oliva, la cual llorecía milagrosamente en la vispera de la festividad, y al día ,

siguiente concurría todo

el

pue-

que coger aceitunas eran muchas, y servían las que guardaba cada uno para re-

blo

á

,

España Sagrada.

60

medio de sus enfermedades, El Cerratense escribe que se continuaba aquel milagro hasta sus dias (usque hocUe). Lo mismo refieren los breviarios de Sevilla, Ebora y otros, impresos en el siglo XVI y siendo esto tan moderno, parece que el hasta hoy no se debe entender como suena, sino como re:

sumido del primer escritor, y adoptado por los posteriores á los moros; porque desde la entrada de estos, ó cuando se sacó de Guadix el cuerpo de san Torcuato, parece que cesó aquel milagro. Aun hoy se conserva

junto

á

ermita

la

de

Torcuato una oliva de ínmemorial antigüedad, que segun me avisan está tenida por la misma, pero parece que no se riega con la misma devocion que en lo antiguo, pues no produce los frutos que refieren los mencionados documentos. 101 Que esto sucedía en Guadíx lo dice expresamente Adon y otros posteriores, que afirman estaba la oliva junto al sepulcro de S. Torcuato. Ninguno atribuye el milagro á S.

un santo

común á de todos como

solo,

sino

méritos correspondía á que estando allí juntos se plantó. Sobre este milagro se añadía el de sanar los

con su aceite

,

las

enfermeda-

Trat. I¡^ cap. II. des. El leccioiiario

dice (jue

todos los enfermos que Wn'^aban con devoción á sus sepulcros lograban por intercesión de los santos el remedio; en donde se vé que estaban conocidos por entonces los lugares donde yacían sus cuerpos. Asi este como el Cerratense cuentan entre los milagros de sus reliquias, que lanzaban demonios y

daban

prodigios

vista á ciegos,

muy

correspondientes á los que nos vinieran á librar de la superstición de los ídolos y alumbrar con la luz del Evangelio. Generalmente

añaden, que cuanto se les pedía con fé se conseguía. Eran padres, pastores y maestros; y asi miraban como tales á sus pueblos, 102 El día de la festividad

de estos santos le ponen los martirologios de Beda, Usuardo, Adon y el Romano antíguo pequeño con el actual, en el día 15 de mayo. Wandelberto, autor del año 840, escribió un breve martirologio en verso (que se puso al fin de la edición primera de Usuardo hecha por Molano, y le haliarás en el tomo 1 de Beda con nombre de efemérides) allí al 15 de mayo dice: Ponti/ices septem fíesperiam simul Idibus ornant: de suerte que los escritores extranjeros parece que ;

De lio

conocieron otro dia; y aun

de Sevi-

en España

las iglesias

ila, líhovíi

y (jranada insistiepara la festividad

ron en él de estos santos, tran

como mués-

sus breviarios del siglo

XVI. Otras (aunque pocas, segun el Sr. l*erez, obispo de Segorbe) los celebraban en I de mayo, provinicMido esto, en pluma del citado Ilustrísimo, de que en el l¡i)r() gótico de Alcalá se escribió el dia con una cifra, que en lugar de entenderse de los Idus, se aplicó á las KnJendas. Asi este Cl. varón, en el parecer que dió sobre las láminas de Granada. 105 Ya dije en el apéndice 2 del tomo precedente que no existe aquel libro, y por tanto no

podemos bablar

so-

bre la cifra. Añado, que el inductivo de que algunas iglesias celebrasen á estos santos en 1 de mayo, no provino del modo de escribirse su dia en aípiel

libro,

porque

consta que fuese

el

este

mas

no

anti-

que fuese conocido de escritores distantes, ni de otras iglesias de España que insistieron en el 1 de mayo; las cuales no fueron tan pocas como expresa el Sr. Pérez, pues sin salir de mi estudio se lee este dia en el breviario muzárabe, cuyo testimonio debe prcva-

guo,

ni

!

los siete (iposlólicos.

no solo por no haher

lecer,

otro

común

á las iglesias añestos reinos, sino

liguas de

por su mayor antigüedad; y allí no solo es indubitable su dia por el calendario, sino por una rúbrica especial, que liablando de concurrencia de fiestas, dice que S. Felipe y Santiago se trasladen, y se rece de S. Torcuato y sus compañeros, por ser estos los que propio. Asi el breviario toledano antiguo del tienen siglo

oficio

XV,

uno del XVI,

asi

modado

al

XV

y otro del de Tarazona, acorito del cardenal

siglo

asi el

dos de liurgos,

Quiñones, donde en dario de mayo, dia presa

:

Torquatí

et

el

ealen-

4-,

se ex-

Socionnn

ejns,maríiivinn,iliiijus;íi?,ic\

de Avila, y asi el Santoral IMs. del Cerratense del siglo XIII, que lo encontró en otros mas antiguos. De los demás que tengo, solo Sevilla y Ebora insisten en el dia 15; y por faltarles el calendario, no puedo resolver, si acaso señalan como el

Turiasonense,

el

dia I, que

ocupado con los apóstoles no quisieron tomar

por

estar

para los apostólicos. Aldrete cita el breviario de Córdoba, que los celebraba en 27 de abril, inclinándose á que escogieron estedia por estar ocupado el primero de maijo, co-

í)^

rno dice en

el

España Saíjrada. lib. á délas An-

tigüedades de España, ca|). 1^, })ág. 275. Esto nn'smo pudo inducir á las iglesias que no persistieron en las kalendas de aquel mes. 104 Las que mantuvieron aquel dia muestran el poderoso inductivo que tuvieron (originado de la venerable an-

Trat. //, cap. II. (jeiüiutn celebrelur. Asi

en

el

tigüedad), cuando no obstante hallarse ocupado con S. Eelipe

de abril, en ([ue recibió reliquias de S. Indalecio, lie dicho esto para 105 mostrar que antiguamente se tuvo por dia fijo en P^spaña el 1 de mayo para la celebración de los siete apostólicos, ó bien porque los dos apóstoles no tenian tiesta en lo primitivo, ó porque no gozando de oficio propio se trasladaban á dife-

y Santiago, insistieron en

rente dia.

él.

Por tanto no las movió la cifra de un códice particular de Alcalá, sino la generalidad de las memorias antiguas de estos reinos; pues no se hallan tan pocas sobre el dia, que no sean

mas en número y autoridad que

las opuestas,

porque á

las

aqui expresadas debes añadir los leccionarios grandes de Alcala y Toledo, juntamente con el martirologio Ms. atribuido á S. Gerónimo, que citamos y

propusimos en el tomo III, pág. 146, y el calendario toledano impreso en Granada por Xantes de Lebrija, año de 1554, al principio del manual antiguo toledano. Y aun el breviario antiguo de Burgos (corregido) añade que casi en todas partes se celebraban estos santos en el primero de mayo: Etsi horum Sanctíssimorum Pontificiim Kalendis Maij nalaUtium ubique pené

úlliino

106

Qué motivo

tuviese

nuestra Iglesia para esto, esdificil de averiguar por falta de

instrumentos. Según lo que se dijo en el núm. 83, que celebraban su feliz arribo á Espa-

ña mirándolos como primeros obispos y fundadores de las cátedras

pontificias

,

parece

que escogieron este dia por haber sido el dichoso en que entraron ó se esparcieron á la predicación. A esto favorece ver que en un dia los celebraban á todos, lo que no pudo ser porque hubiesen muerto en él, cuando no consta que fuesen martirizados juntos, antes si que murieron en diversas ciudades, y asi fué por una razón común á todos ellos, la cual se verifica en el entrar en Guadix, ó en repartirse á fundar sus iglesias. Es muy verosímil que aquel dia fuese el determinado en que llegaron

Di' los sieU' apostólicos.

á (iiiadix; porque su (oficio nos dice que en él se hallaban los

ciudadanos celebrando á sus Por Ovidio sabemos dioses. que el primero de mayo le te-

().")

dodirado los gentiles á los Lares Prcslilcs, dioses presidenles de las casas y murallas, iiiaii

(pie estaban presentes á

todo v

losdefendian:

PríEstitihus Majar Laribus videre Kalenda',

Aram Staiií

Et

parvaque signa Deiini.... quoque pro nobis, el ¡mvsunl rntenilms conslilui,

suiít pra'sciites,

Tenemos

propio para calificar la actual fiesta en que se hallaban los ciudadanos; tenemos que en este dia se celebraban los santos en España; luego tenemos verosimilitud para decir que lo hacian en memoria de haber entrado entonces en Guadix y haber empezado entonces los milagros, Si dices que ignoraron el dia de su entrada y repartición, añado que aun dado eso, escogieron un dia muy oportuno para celebrarlos, pues parece que con señalar este, tiraron á

107

desterrar

la

dia

superstición

del

gentilismo, venerando á unos

tan sagrados patronos y detensores, que introdujeron en nuestras ciudades y casas del Evangelio.

108

Ya

dije

que

la luz

esto

[Jrbis:

aud'Hinnu¡ae ferunt. — Fast. 5.

es

cosa difícd de averiguar; pero no lo es menos el recurrir para todos á los idus de mayo. ¿Por ventura murieron todos en un dia?¿Fué ese el de su entrada en España? ¿Qué testimonio

ofreces? ¿Los mart rolof^ios extranjeros? De estos unos dicen i

Natale Sanclorum, oíros ni aun esto dicen, poniendo solamente los nombres. Yo digo, que si hay oposición entre los documentos propios de la Iglesia de

España y

los extraños,

mos sentenciar por

debe-

los propios;

porque toda nación debe ser preferida en que para sucesos particulares suyos se antepongan sus textos; especialmente cuando las diíicultades militan igualmente contra todos, como sucede aqui. 109 Pero creo que no hay oposición entre unos y otros, siendo distintos los motivos de señalar la fiesta. España cele-

bró

entrada ó repartición de los siete apostólicos: los extranjeros lo que corresponde á la práctica de los martirologios que es la muerte. Para esto insistieron en el dia 15, no porque fuese propio del tránla

,

de todos, sino porque lo fué de S. Torcuato, segim nos

sito

España Sagrada,

61

dá á entender la práctica de su iglesia, y el que el milagro de la oliva sucedía en su sepulero en este dia, como dicen los documentos alegados. Siendo S. Torcuato el primero de los

iiombrados, con razón atrajo á su dia la mención de los otros; porque habiendo de juntartos, en ninguno mejor que en el tránsito del que fué mas antiguo. Los dias de cada uno en particular se han aplicado según ha parecido mas conveniente: en S. Torcuato el 15 de mayo; enS. Cecilio el 1 de febrero; en S. Segundo el lo de mayo; S. Indalecio mantiene

Tral. //, cap. ¡í. dia de S.

Torcuato en el oíicio nuevo concedido á España. Estos son de los que hoy reza todo el reino, y los dias que tienen señalados. TiUemont propone otra distribucion: á S. Eufrasio en 14 de enero; á S. Cecilio, en 1 de febrero; á S. Esiquio en 1 de marzo; á S. Tesifonte en 1 de abril, y en el 50 á S. Indalecio; á S. Segundo en 2 de mayo, y S. Torcuato en 14 de junio, Esto solo sirve para que registres libros que tratan de estos santos; sin que haya cosa cierta en orden á estos dias. el uiisnio

CAPITULO

llí.

Del progreso de las sillas episcopales.

110

De

aquellos

mismos

varones apostóHcos por quienes empezó en España la digiiidad sacerdotal provino tambien la propagación de las silias pontificias. Estos fueron, como se deja dicho, S. Torcuato y sus compañeros; porque enviados por S. Pedro y S. Pablo con cargo pastoral, correspondía al fin de su mision, que aumentándose cada dia el número de los fieles con la notable abundancia y celeridad que se expuso en el tomo antecedente, aumentasen tam-

bien

que

el

número de pastores

pueblos conquistados. Asi lo dejaron declarado Julián y Félix, citados en el núm. 5. 111 Habiendo pues visto establecielas cátedras que ron para sí los apostólicos, de-

gobernasen los

hemos examinar

el

modo con

que se fué introduciendo aquel copioso número de obispos que á poco tiempo después se hallaba repartido por todas las provincias. Para esto, como para la propagación de cristiandad, no solamente influye-

Del pvoíjvcso de las

ron

y sus

Torciiato

S.

seis

compañeros y discípulos, sino también los domas apost()l¡cos, referidos en el tomo III. l*ero en una y oli'a línea so dobo atribuir la principal denominacion ai mayor número; y por tanto cuando se trata do la en

Iglesia

general

les

damos

65

sillas.

molos y broncos, perecen con el liempo; nieiios podrán eximirse de su voracidad los instrunientos escritos en cortezas do árboles o/'í7/í-

no tienen la antigiicdad que las han deferido y para los españoles debe ser indisputable su novedad, pues en el índice de las decretales que usaba nuestra Iglesia en el siglo Vil, no se halla ninguna anterior á S. Dámaso; lo que es prueba (jue no conocieron tales decretales, y que no las ha-

da est ecclcsiasUca discipUiia^ na quisquam Eplscoporum altmus plebes, vel dicecesim sua imporíunüate pulsare deheat... Plaeety seaundum divinan legis

;

bia en aquel siglo.

Desde

españoles encontrarás citadas algunas reparticiones de provincias y parroquias atribuí-

Constantino IMagno se hallan introducidas otras mas generales por la mayor extensión de la materia, y por el séquito con que se han adoptado. Pero ni aun por entonces se actuó nada en el punto de parroquias y obispados, ni de lo que hubo después se debe insistir en mas que en lo que auténticamente consta por los concilios provinciales. Estos son los índices legítimos , y por eso el señor Loaysa cuidó de formar catálogos al fin de cada uno, en que se viesen las sillas sufragáneas. Después de la entrada de los moros se aplicarón muchos escritores á referir los límites antiguos de provincias; pero solo los que

das á los primeros siglos; pero por estar sacadas de las que se dicen decretales de los papas anteriores á S. Dámaso y Siricio, no las encontrarás en

conformen con las suscripciones de concilios nos deben dar la ley, porque algunos catálogos se formaron tan sin crítica, con tanta inconstancia de

el

Evangelii aiictorila-

saticti

lem, ut nemo nosirum alíenos limites transgrediatur. Esto se

año oí)0 (según Pagi) en el canon 11. V'olvióse á leer en el concilio II de Sevidijo en el

lia,

pero

sin

una y otra

mas

exposición en

que el recurso á los límites de cada silla; y no hallándose en la antigüedad mas actas ni documentos soparte,

bre distribución eclesiástica peculiar, y siendo suíicientes íos civiles, y aun autorizados por los cánones, debemos insistir en ellos para las provincias y obispados antiguos.

En muchos

10

TOMO

IV.

escritores

se

ir>

1

i

1

España Sagrada. Trat.

voces y reducciones de tigiio á lo moderno tan ridículas, que en lugar de darnos luz aumentaron la oscuridad, como notarás de aqui adelo

au-

lante. 1

entre nuestra gente, porque el continuo sobresalto en que la

hacia estar un poderoso ene-

migo que

letras;

no

se conocian las uni-

versidades;

los

como

libros,

pedían ser copiados, por falta de la imprenta, estaban reducidos á las plumas de los mopor cuanto los denasterios ,

Antes de entrar en cada división y catálogo, quisiera te hicieras cargo del estado ¡íifeliz en que por la invasión de los moros quedó nuestra nacion; pues las mas de estas noticias, y todas las que necesitamos impugnar, son partos de aquel tiempo. Y no digo que insistas en los funestísirnos trabajos que padeció en los primeros ímpetus del furor de los bárbaros, sino que pases algunos siglos adelante, cuando ya empezaba á respirar, ensanchando los límites de la cristiandad y alejando la jurisdicción de los mahometanos. En todo aquel tiempo que hubo desde el siglo Víií ai Xlíl, es condonable la falta de erudición que prevaleció 1

III, cap. I.

tenia dentro

de su casa, y el ardor continuo en restaurar su dominio y crisliandad los obligaba a poner toda la fuerza y atención en las armas. Las guerras con tinuadas por tan dilatados siglos no daban lugar al ocio de las

mas cuidaban de

lanza y de

la

espada, 12 El estado en que la entrada de los moros cogió á nuestra nación fué por sus pecados de nmcha distracción aun en los eclesiásticos, que eran los que debian florecer en la

,

los estudios, y

hasta

el

siglo

XII continuaron en ilícitos co-

mercios. Añadiéndose á la primera disolución la dificultad posterior de dedicarse á las letras, fué creciendo de dia en dia la ignorancia

iban

;

empezando á

ojos, se hallaron

y

cuando

abrir

los

preocupados

de ignorancias propias y diversas patrañas de los moros con quienes habían comerciado muchos siglos; y para no adoptar aquellas cosas en que se habían criado, ría

una

era necesa-

y ciencia supeque podía darles aquel

crítica

rior á la

tiempo,

15 De aqui nació que los que empezaron á escribir de cosas ya pasadas, nos dieron por su ignorancia y sencillez unas noticias, que aclaradas mas las cosas es preciso impugnar, porque nosotros, y no

1

1 De liis divmoucs de obispados. ellos, loriemos comodidad de 14 Digo esto, no solo á fin consiiliar las fuentes. Algunos, de que te desprendas de cual'i

contentándose con escrilnr lo que podian darnos en su nombre, se propasaron á in-

quiera pasión, sino taml)¡en para que procures distinguir de

que escribieron con buena fé se-

que intentaron atribuir no menos que al Espíritu Santo. Después del siglo XV, cuan-

nos que en viendo que esto está escrito en pergamino, en tal archivo, en tal libro de becerro (ó Tumbos, como los llaman en Galicia y otras partes) ju/.gan que ya es pecado el rei)atirio si es del siglo Xll ó XIII, no hallan voces con que ponderar su antigüedad si la letra es pai'ece gótica ó longobarda que es carácter de verdad. Pero

do empezaban á

aunque

110

terpolar

lo

otros: este

,

oido ó como lo entendió , y aquel con otros fines menos rectos. En toda edad ha habido varios genios,

gun

En

lo (jue liabia

la

de

los apóstoles

no

falta-

ron fingidores de escrituras apócrifas

sobresalir las

ciencias y la crítica hubo peste de papeles fingidos. Pues si ,

en tiempo de tanta claridad bubo quien levantase turbiones tan oscuros, ¿qué mucho que en siglos tan sin luz hubiese quien á cada paso tropezase? Yo no extraño lo que erraron falta de mas ciencia; ni aun f)or o que fingieron, porque en fin eran hombres; pero tampoco quisiera que quien participe de aquella poca luz los imite en la credulidad, ignorancia ó preocupacion; porque ya no hay disculpa para esto, asi como nunca la hubo para la malicia, si se mezcló alguna en el principio.

escritos y escrituras.

Hay algu-

:

:

,

no basta para la decisión porque aunque suele haber algunos manuscritos preciosos que son como unas minas de oro, hay también pergaminos escritos con letra gótica en el siglo XI y XH, cuyo mayor mineral solo dá piedras falsas. Por tanto unos y otros necesitan de contraste, porque el que quiso falsear sabia escribir en letra de su tiempo y en las membranas ó pieles que tenían ; y asi no basta un principio solo, sino los comprincipios, como verás en la materia de los capítulos sise junte todo ,

guientes.

España Sagrada.

ll()

Tral. NI, cap. II.

CAPITl LO

De

la

11.

división de provincias eclesiásticas atribuida al tievifo

de Constantino Magno.

Muéstrase que es apócrifa y sacada del escrito del moro Rasis, Tiempo á que se debe reducir la obra de aquel moro, y que en ella no se puso la iglesia de Toledo por sufragánea.

15

La primera división de metrópolis que hallamos en nuestras historias con atribucion á principe civil, es la de Constantino Magno. Esta se

en la Crónica de España que llaman General, compuesta por el Rey D. Alfonso el Sabio, en cuyo cap. 145 dice «que á los treinta años de «Constantino, que se cumplie))ron en la era de 376 años, » avino assi que el Empera»dor Constantino aguisó sus lee

:

,

á España á »hbralla de algunas gentes que »se decien los bárbaros, que ))huestes, é vino

»la tenien apremiada:::: é co-

»mo

avie sabor de adelantar cia christiandad , partió toda

«España «dos.

en

seis

El uno es

arzobispa-

de

Narbo-

»na, etc.»

16

Lo mismo

se

halla en

un proceso antiguo que se guarda en Toledo (y pondrémos después) donde se añade que esto fué en el año cuarto del imperio de Constantino, en que hallándose en España convocó á todos los obispos y señaló términos para cada uno, ,

dejándolos repartidos entre seis arzobispos el primero de los cuales fué Narbona, etc. El autor del fragmento atribuido á Dextro aneja esto á un concilio que de orden de Constantino dice se tuvo en Toledo, presidido por su prelado natal, para restaurar los límites ya perdidos de las sillas antiguas. El Gerundense recurre al con,

de Eliberi, que dicese tuvo de orden de Sta. Elena, en presencia suya y de su nieto Constante. Otros muchos adoptaron lo mismo, aplicilio

candóse

al

De la división de Constantino. de todas las autor que quisie-

1 1 ~t

iglesias,

aulori-

presencia de

ron.

zado con

Desde aqui se empieza á ver la verdad de lo (jue se ha prevenido dando mas que admirar el modo con que lo lian seguido los modernos, estando tan mal tramado el cuento, que la sencillez de los anliguos. Desde que escribi() Morales es aun mas de extrañar que haya cundido tanto; pues se opuso derechamente á la ve-

emperador, en un lieiiq)o en que se eiuj)eziil)a á respirar de los alio^'os de persecuciones

17

;

tan

modo

ñar

venida

la

,

,

españoles debieran haberse explayado mas en este asunto,

como

porque un concilio general de toda putado por auténtica la

nación

,

,

autor que lo dijese. Esta es una respuesta que no alcanza, pues no basta que lo diga un cualquiera para que le sigamos; es necesai'io ver si tiene autoridad para prevalecer contra el silencio de todos los patricios y extranjeros que escribieron en tiempo coetáneo y posterior pues de

mente destituida de autoridad; no expresando tal cosa los autores de la historia Romana, ni aun los mismos de quienes el rey D. Alfonso dice que se valió incluidos los que por ser

,

;

tenido para interés

que de ningún

bria algún

total-

fueron Paulo Orosio , san Isidoro, D. Lucas de Tuy, y el arzobispo D. Rodrigo. INinguno de estos expresaron tal cosa , siendo asi que se pusieron á tratar de aquel emperador, y no es persuasible que ocultasen en el silencio una cosa tan memorable y honorífica si la hubieran leido ó re-

tan

enqierador. 19 D. Francisco de Padi//a, tratando en su (centuria 4, cap. 46, de la venida y acción de Constantino , se hace cargo de este gran silencio de escritores y dice que pues lo expresóla historia general, ba-

á exami-

se halla

,

juinto

le pudiíu'a

,

empezamos

era

,

lal

omitir el español que escribiese de aquel

se le atribuye. Si

funestas

sobresalienle

nida de Constantino á España, y á la división de obispados que .,„i8

la

;

bárbaro el que adopte como el primer inventor. Aqui ves un buen ejemplo de lo que se ha prevenido sobre la ceguedad de seguir sin examen lo que está manuscrito ó con letra de otra

suerte

será tan

,

como suele pues como maniíiesta

molde '

,

decirse; este

es-

basta que uno lo diga, aunque tenga contra sí á todos critor

los

,

demás anteriores y aunque ,

118

España Sagrada.

envuelva desaciertos, como sucede en este, no solo por lo que mira á la venida de Constantino á España, sino por el fin que expresa de librarla de los bárbaros que dice la tenian oprimida. Revuelve autores en busca de qué bárbaros dominaban á España en tiempo de Constantino. Y si no necesitas que se halle en otra historia mas que en esta , procura componer lo que refiere, de que sosegada España se fué el diclio

á

Roma

á celebrar las fiestas

ínmm/es; y mira si hallas apoyo de que no estuviese entonces en Constantinopla ó que según las guerras que tenia en ,

Traí. III, cap. II.

obispados es cosa imaginada en un siglo muy falto de nolicias, se toma por el mismo teñor, en que á la iglesia de Narbona la pone en primer lugar entre las provincias de España

en tiempo de Constantino Magno. Este es un desacierto de los mayores que pueden cometerse en la Historia; porque en mas de doscientos años despues de aquel emperador no perteneció á España la Galia Narbonense como con evidencia de hecho se mostrará en su sitio. Luego todos los instrumentos que atribuyan á España la Narbona en tiempo de ,

con tal celeridad que viniendo en su año treinta se volviesen en el mismo dejando pacificada á España convocado y concluido un concilio naciónal de modo que se hallase en Roma celebrando por julio

Constantino M. no pueden ser tenidos por auténticos; y tal fué aquel de donde tomó esta especie la historia general, porque el rey D. Alfonso no aña^ dio de suyo lo que mira á Narbona (como juzgó Padilla): haliólo atribuido á Constantino en aquel alguno de quien antes defendia Padilla que tomó

las

la

Oriente pudiese aguisar sus huestes para España , y esto el

,

,

,

,

,

fiestas

según el dia

los

tricenales,

tenidas

fastos idacianos en

ocho de

las

kalendas de

agosto (que fué el 25 de julio), y juntándolo todo creo te verás precisado á contestar que no merece crédito el que con tanta hgereza escribió lo que adop,

tó la historia general.

20 Pero el mas mentó de que esta

claro argudivisión de

venida.

Es

cierto

que

se

que lo esaunque esto no favocribiese rece al que admite que D. Alfonso añadió de suyo la Narbona ; porque si escribe esto alguno que le sin ejemplar abone, y teniendo contra sí la verdad, bien pudo referir de suyo la venida. Pero lo cierto es, que donde halló lo

lee autor anterior ,

í)e la división

uno está

lo otro,

y

asi

queda

todo desautorizado por su orí,^en.

El primero que escribió esta división, juntando con

21

de España la Narbonense en el imperio de las

provincias

(Constantino

M. fué

Abuben-

que Mahomat Rasis, de quien, por la frecuencia con que sueen nuestros escritores, conviene decir algo. Este le

citarse

fué

historiador

del

Mirama-

molin Dalharal), para cuya ínsti'uccion y de cuyo mandato escribió el

moro

Uasis la his-

y descripción de España, que en su nombre anda manuscrita en los gabinetes de los eruditos, pues hasta ahora no ha visto la luz pública. Como escribió para principe africano, y él aunque español era moro, usó del idioma arábigo para formar su historia. Hasta hoy no se sabe dónde |)ara ningún Ms. en esta lengua: en el año 1259 le habia en Toledo, como se infiere de lo que se dirá núm. 26. En el toria

siglo siguiente consta hallarse

tambien en Portugal; porque en tiempo del rey l3. Dionisio, y de su orden, reííere Barbosa Machado, en la Biblioteca Lusitana V. Dini::,, que se tradujo en la lengua vulgar. Uesende en la carta á Quevedo, § Rases Matirus, dice que le

de Constantino.

tlí)

un arquitecto taml)ieii inf)ro, llamado Maliomet, ayudado del licenciado Gil Perez. Ambrosio de iMorales dice en el libro 12, cap. 68, que tradujo

,

tuvo otro ejemplar en,castellano , discurriendo que de aquella traducción portuguesa vendría á nuestra lengua , y

añadiendo que le parecía su libro mas antiguo que el de Portugal.

En

discurso preliminar al lib. 11, pág. 1.11, expresa que se escribió el original que tenia, en el año 1312. el

Los ejemplares que yo he visto todos están en castellano, y no con total conformidad entre unos y otros. En la santa iglesia de Toledo hay tres copias, la una muy cercana al año 1512, que refiere Morales, según su antigüedad, pero no es aquella la que tuvo Morales. Hállase en el cajón 51 núm. 23. Las otras dos estan en la colección del Sr. Perez, copiada la una del manuscrito que habia en el colegio de Sta. Catalina de la misma ciudad, y en la otra se previene es-

tomada de la que usó 3Iorales, que es harto diferente de la tar

primera é incompleta. Otra he visto, formada de lo que resulta de estas dos, la cual fué de D. Luis de Salazar, y se guarda en el monasterio^ de Monserrate de Madrid. Otra,

España Sagrada. Tvat. líl, cap. II. bulas é i^niorancias, piuliendo (|ne es como compendio en alla ma- servir de muestra el punto gimas cosas, y no liel en de que vamos tratando, pues leria, pues incluye lo que no este es el primero que atribuyí'» se halla en ninguna y los nombres de los reyes tampoco á Constantino la división de incluson los que Rasis usó sino los obispados de España que nosotros les damos. La yendo la provincia NarbonenAcademia valenciana ha pre- se; y este es de quien lo tomó la historia general como se venido que imprimirá el escrito de este moro con notas mar- infiere, no solo por la mayor 1^0

;

,

,

,

Pérez obispo de Segorbe, y entonces sabrán todos el juicio que se debe formar, 22 Sobre el tiempo en que Rasis escribió han errado algunos, por no saber reducir los años de los árabes, ó por no ginales del Sr.

,

haber manejado

el

mismo

bro. El heclio es que

li-

de él se dice expresamente, que cuando el Mh\imamolin recibió el escrito, andaba la era de los morbos en trecientos ('.sesenta e seis años, y asi estaba concon cluido en el año 977 quien concurrió en su mayor pues espacio la Egira 566 empezó en martes 29 de agosto de 976. 25 La calidad de la obra sólo merece aprecio en lo geoal íin

,

,

gráfico,

acomodado

al

estado

de aquel tiempo aunque muy desfigurado de lo antiguo, y en lo que mira á las cosas de los moros. Lo nuestro, en lo anterior y posterior á los romanos, está lleno de fá,

antigüedad de Rasis , sino por hallarse en la obra de D. Alfonso el mismo orden (ó desorden) que en la del moro: uno y otro empiezan por Narbona, y siguen por Braga, por la Tarraconense, Cartaginense, Emeritense y Hispalense. Teniendo, pues, conformidad entre uno y otro, es preciso decir que el moderno lo tomó del antiguo. Ni se pueden atrihuir mas que á un bárbaro las cosas que se incluyen en esta división. ¡Mal texto para puntos de cristianos! ¡Mal testigo para el siglo IV el que vivió seiscientos años después, sin alegar testimonio coetáneo ó intermedio! 24 Para que se proceda mejor, conviene ofrecer lo que se lee en Rasis: «Constantino (di»ce) puso muchos obispos en «muchas cibdades, que los »non havia antes: et dijéron-

Ae que España

era buena tier-

»ra, et bien poblada, et havia

«muchos

cristianos

,

et

non

De obispos

»hav¡a

:

et

la división de Constantino. él

tomó

«consejo, que faria? et tovo »por bien partir a España en «seis obispos,

«bargo

sin

et

que sin enimiedo mostra-

et

»sen la te de Jesu-Christo, et «mandólos venir ante él: et

primero que fuesse «obispo de Narbona: et dió))le con ella seis cibdades, »qiie hoviesse de ver et casti))gar quanto en feclio de las «animas. Et las cibdades han »di(')

al

«nombre

la

1.

Pentis,

et

la

Magaotra Tenmesue, et

«otra Tolosa, et la otra

«lona; et la

Taragona, et Carca«xona. Et Carcaxona há una «Iglesia que es muy honrada «entre los christianos á que «llaman Sta. Maria Gloriosa: «et en esta Sta. Maria ha siete «ostelos de plata; et un dia «del año van á ella los chris«tianos, et facen hi muy gran «fiesta, como quier que por el «año van allá muchos. Et de «esta iglesia a Barcelona ha «diez días de andadura. Et la «otra es la Caba: et la otra es «la otra

,

«la Ilia.

«Et al segundo obispo dio »á Braga, é otrosí muy gran«des et buenas cibdades, et «la primera es Domian, et el «puerto de Portogal, et Co«ria, et Oviedo, et Estorga, «et Bretaña, el Santiago, et «la iglesia de Oro, el dióle á TOMO

IV.

121 «Eiubra, et Isfa et Tara. «Et al tercero dio á Tara«gona et a Barcelona, et Ca»ña, et Morada, et Al viera, et ,

«Oriela, et Lérida,

et 'l'orto-

Zaragoza, et Jluesta, «et Bedelona, et Calahorra. «Et al otro dio a Carthage«na. Et al otro á Toledo, et «Caritro, et Estumbra, et Se«cumbria et Alcuefa et á »sa,

et

,

,

«Guadalfajara, et Valencia, et «Murcia, et Liria, et Caste» llana, et Montogia, et Baza,

Begena. «Et al quinto dio á Mérida, «et á Bexa et á Lixbona, et «a Gobtania et a Cogumbra, «et la Mora, et Enoria, et Co«et

«ria, et

«Et

Lampa.

sexto dio a Sevilla, «et a Italia, et á Xerez Sadu«ña, et a Niebla, et a Málaga, «et a Libita , et á Ecija, et Ca«bra. Et ansi partió César al

«Constantino á España por seis «obispos.

«Et Constantino tovo por «bien que la Fé de Jesu-Christo «oviesse Señor por sí, et fué «él á morir á Constan tínopla: «et llamóse rey et Señor de «Constantinopla ansí como «los otros se havían llamado «de Roma. Et pues ordenó, «que todos los christianos obe«deciessen al señor de Bo«ma, aquel que era señor «de los christianos clérigos. ,

1*22

quo

»et

España Sagrada. ellos

deeian que era

por el poder qiie él whavia de su Ai)ostol l'edro,

«santo,

que Jesu-Cliristo diera á Pedro. E\ los que hí se

»et ))

entonce, «non ha lióme en el niun»do que los pudiCvSse contar »ni dar cuenta. VA ovieron «lleyes et Principes et Gran«des: et tanto le consintió »nios, que nunca cosa co»menzaba, á que non diesse acabo á su voluntad. Et pues »qne todo esto puso, fizo él tantas de buenas cosas, que »ya non pudiessen ser desfe))chas, et parecerán por siem»pre jamás. Et murió. Et rey»nó treinta años: et vivió por «toda su vida sesenta y cinco

«ficieron chrislianos

i)

))años.»

25

Asi se halla la copia

antigua de Toledo, en que sin duda liay defecto en lo que mira á Cartagena y Toledo,

pues según se colocan con separacion estas

sillas

,

resultan

metrópohs y no seis lo que es contra la mente del aulor, que expresamente se ciñe á seis provincias, y acaba en el sexto obispado. Según propone Resende esta división de llasis, sale cabal el número de los seis, pues de Cartagena y Toledo no forma diferentes metrópolis, sino una: Quarto (dice) Carthagímm Lorcam, siete

;

y

Trat. III, cap. II.

Bastam,

Toletum, Alharam,

Oxomam, SagunUam, ValmÜam, Valeriam, Castulonem, Mentesam Oretum, SecobHgam, et quinqué alias, quarum nomina non intellexi. Xú en la. carta á Quevedo, pág. 1020 del tomo 2." de la España ilus,

Irada. Pero esto es

muy

dife-

rente de lo que consta por el texto alegado de la copia de ledo, la cual sin

duda

es

To-

muy

inmediata al principio del siglo XIV, en que se hizo laversion en castellano. También lo contradice derechamente el ejemplar de Rasis que fué del Sr. Seima, y para hoy en el estudio del Sr. D. Juan Antonio Samaniego, consejero de Castilla, su descendiente; donde se lee: «El cuarto dio á Toledo; el qm'nto dio á Mérida; el

sexto á Sevilla.»

26

Convéncese esto mismo, porque en el siglo XIII, al punto que el rey D. Jaime de Aragón conquistó á Valencia reclamó el arzobispo de Toledo que esta iglesia pertenecía por derecho anti,

guo

á su provincia.

Hubo

plei-

to sobre esto; y entre los muchos libros que se hicieron re-

conocer para este fin uno fué el de Rasis, que no estaba todavia traducido; pero valiéndose de un judio y un moro, declararon contenerse allí y ,

De

I2i> de Constantino. en ol ros árabes anónimos la provincias concurrían á siis concilios nacionales? Si por división hecha por Coustanlino; y que Valencia estaba atri- hallar que Narbona eslaba entonces unida con Esuiña crebuida á Toledo. Asi consta por los Mss. en períjaniino de yó que lo mismo habia sucedido en tiempo de (Constantino; la santa l^ílesia de Toledo, cuya cláusula publicó el señor ¿cómo es posible que, hallando también á Toledo única cal^aysa, pág. 151 y dice asi: Posimodum quatiior libros Ará- pital de su provincia y reino, la hiciese sufraí^ánea? Entre bicos in judicio jwbis edhibiíos los escritores modernos no deituipiwimus et fecinuts legi in ja de haber duda sobre la anlibris illis per unum Jiidnum, tigüedad de la metr()

rndor oslando en estos reinos, ó qne esto fué convocando á los ol)ispos á concilio, ó bien al de Eliberi ó id «í uno de Toesto

ledo,

es

apócrifo.

Que

entonces estaba atribuida á España la Galia Narbonense, ó

mencionadas de Dumio, Oviedo, Com(pie existían las sillas

])íuto,

etc.,

esto

es

falsisi-

mo. Que la división de Conslantino no incluia en su original estos vicios, tampoco puede afirmarse; pues sobre no alegarse texto donde carezca contra sí aun á patronos que la si-

de

ellos, tiene

los

mismos

guen, los cuales todos

la re-

cap. II. conocen revestida de las mencionadas calidades, á que no j)nede deferirse crédito.

40

Ja división

I.a

división de

cinco

metropoíitanos puede y debe llamarse (^onstantiniana en el senlido expuesto. La de seis, en que se incluia la Narbonense, solo debe intitularse gótica, no romana; porque solo en tiempo de los godos y después de hermano la muerte de Liuva de Leovigildo, se incorporó la iglesia de Narbona con los cinco metropolitanos de estos reinos, como declararemos en provincias y

cinco

,

su sitio.

CAPÍTULO De

111,

IlL

de obispados y metrópolis del tiempo y dominio de los síievos.

§L Propónese

lo

actuado en el concilio intitulado de Lugo, y muéstrase no ser originales estas actas.

Demás de la división Ai de obispados atribuida al emperador (Constantino , se tiene comunmente por auténque se atribuye á im concilio de Lugo celebrado en el tiempo de los suevos. Pero esta no fué general tica

otra

á todo el continente, sino solo para el dominio de los suevos.

que abrazaba la Galicia, Asturias y parte de Lusitania. Atribuyese esta división á un concilio de Lugo, en que, demás de otras cosas, se erigió una nueva metrópoli, se arreglaron los limites que debia tener cada obispado, y se fundaron de nuevo algunas sillas. Este concilio se ha perdido

,

ó

De

la dirisiou

menos no se ha (Jesciibierliiislu hoy mas (¡iie el h'ají-

á lo to

de una parle historial, que se llalla en una copia, y ineiito

estuvo tanihien oculta hasta

XVI

el

en que la puhlici) I). García de Loaijsa en sn ohni de concilios, impresa en Madrid en el 151)5. Del concilio se halla mención en el [)leito que el arzohisjio de Santiago tuvo con el de Ikaga en tiempo de Inocencio 111, cuya sentencia ponemos en el apéndice II. Antes le mencionó el cronicón Iriense, y creo que esla es la memoria mas antigua. D. Lucas de Tuy habla del mismo sínodo después de la era 704, ^ Post Vándalos. Juan Vaseo trata del fragmento que permanece, como que existia en el archivo de la santa iglesia de Braga. Loaysadice, que le recibió del señor obispo de Lugo D. Juan liuíZj y que en fuerza de su autoridad se fin

del

siglo

movió á darle

,

al público.

Am-

menciona como existente en Lugo; pero

brosio de Morales

le

solo copió la primera cláusula

11, cap. 59). En los demás autores no tanto se le dá nom(///>.

bre de escritura,

como

princi-

palmente de concilio, suponiendo como cosa inconcusa la división de obispados, y lo demás que en ella se menciona. El moderno lusitano Pcrcijra da Sífl-

de los suevas. ra, admitiendo

151 la legitimidad de la sustancia, añade, ((ue la escrilura en (|ue se halla no es original. Antes de hablar sobre esto es preciso exhibir la escri-

Loaysa, pág. 1^8 (de quien la han tomado los demás), es asi: 42 TemjforeSnevorum, suh era 007, die Kalendaruní Ja-

tura, ([ue

según

la public(')

nuarií, Tlieodoniirus, Princeps

Ídem Suevorum, Concilium in Civílate Luco jierí ¡mucepit^ ad conjirmandam fidem Callwlicam, vel pro diversis Ecclesíoi causis. Postquam peregerunt quídquidse Concilio ingerebal, direxít ídem Rex Epistolam

suam ad

Episcopos, quí ihideni erant conqregatí, conünenlem licec: Cupio, Sanctissimi Patres, »ut provida utilitate decernatis »in Provincia Regni nostri: quia »in tota GallaecicB Uegione, spa«tiosae satis Dioeceses á paucis

»Episcopis tenentur: ita ut ali»quantae Ecclesiae per singulos »annos vix possint á suo Epis)>copo visitari. Insuper tantee

unus tantummodo ))Metropolitanus Episcopus est, »et de extremis quibusque Pa-

)>Provincige

))rochiis

longum

est

singulis

»annis ad Concilium conveni)>re.

Dum

Episcopi in

Sgnodo

legerunt ,

Epistolam

lianc ,

elegerunt

ut Sedes Lucensis

Metropolitana, sicut et Bracara; quía ibi erat termí-

esset

España Sagrada.

13!2 71US

Trat. III, cap. III.

Ad Conimhriensem

de con/iniíimis Kpiscopis,

ad ipsum locnm Lucensem (jrandis semper eral conjunctío Suevormn. Etiam in ipso et

Episcopi ordinarentur'. sic-

Cone-

Eminio, Lulhine, ínsula, Anlunane, et Portucale Castrnm anliqunm. hrci,

Ad

Concilio alias Sedes elegernnt, íibi

,

Vesense, Veseo,

Rodomi-

ro, Submontio, Subverheno, Co-

que post liwc pro ímaquaqne Cathedra Dioeceses et Pavodiviserunt ne inter chias Episcopos contenlio aiiquatenus

sonia, OvelUone, Totela, et

fieret: id est:

rum.

,

Ad Cathedram

45

rensis Ecclesiie

qiice

,

Braca-

in vícino

simt , Centumcellas Coetos, Lenetos, Aquaste, Milia, Ci,

ad postam, Ailio, Carandonis, Tauis, Ciliotao, Getanio Oculis Cerecis Petroneto Equirie ad Saltum-, Ítem pagi Pannonias, Ledera, Vergancia, Astiastico Tureco, Cuneco, Cherobio, Berese, liolis

,

liabrica, quce apiid Gothos ])os-

tea Sedes fuit.

Ad Dumio

,

,

Palanticio, Celo, Supelegio,

cum adjacentia sua, quam tenent Comités XI, una cum

vitas

Cavar eos. Ad Auriensem Palla, Auna,

Cairoga, Lemos,

jores.

Ad

Portugalensem

ranti,

Ecclesias quce in vícino sunt, Villanova, Betaonia, Visea, Mentuno, To-

vellos

in

Castronovo

rebia

,

Baubaste

,

Lumbo, míano

,

Ben%oaste,

Nescís, Flapolet, Cur-

Caguesto , Lepoveto, Melga, Tangobia, Villagomedea, Taiivase: ítem pagi, Labvencio, Aliobio, Vallada, Truluco, Cepis, Flandolas, et Pa,

lentiaca.

Ad Lameco, Lamecum, entica,

Omnia,

Atavoca, et

Tu-

Cantabiano,

Camianos.

et

Verugio,Bebalos,Ceporos,Ten' nes, Pinca, Sassavio, Verecanoe, Senabia, etCalapages ma-

Legio

Ad Sedem

Servo-

Egitaniensem tota Egitania, Mene, Cipio, et Francos, 44 Ad Liicensem Luco Ci-

et

Senesquío.

familia

Ad

,

,

Ca-

Asturiensem Astorica, Bergido , Petra, Spe-

,

Comanea, Ventosa, Mausupeviorum et ínfevio-

rum, Senvive, Fvancelloe,

et

Pesícoe.

Ad

Iriensem Movtacio, Saliníense, Centenoe, Celonoe, Mediensie, Pestamavcos.

Ad Tudensem vicino, Tuvedo,

Ecclesias- in

Tabolela, Lo-

copavre , Áureas Tabúlela, Longetude, Carisíano, Martiliana, Turonio , Celessantes, Turnea: ítem pagi Aunone, Sacria, Erbilone, Cauda, Obinia, ,

el

Córtese.

De

Ad sedem

153

la división de los suevos.

Hritoinioriini

Kc-

siml iutra liritouuna cum monasterio Mn-

lilafia.

Kii

vista

de

ellas

re-

adelante

clesiu' qu(V

solvieron (pie de

)¡es

aumentase una nietró|K)li en Luíjo, por causa de ser esta ciudad la mas proporcionada á la concurrencia de los obispos sufragáneos de la parte del Norte y juntamente por ser pueblo muy famoso en lo civil donde acudia gran concurso de suevos. Para evitar el perjuicio que ocasionaba á los prelados la gran dilatación de sus sillas, resolvieron que se erigiesen de nuevo algunos

,

ximi: et qu(B in Astnriis sunt. 45 Lo historial de este instrumento es que, después de convertidos los suevos á la fé por los milagros de 8. Martin 'l'uronense y predicación de

Dumiense mandó el rey Teodomiro que se tuviese un concilio en la ciudad de Lugo, con íin de que se confirmase la religión católica y otras S. IMartin

,

cosas necesarias de

la

Iglesia,

allí

se

,

,

Concluido el concilio envió el rey á los padres una carta, en que les proponia que, sien-

obispados señalando los límites que debian tener todos, pa-

no habia correspondiente número de que esto traia conobispos sigo el grave inconveniente de

caciones. Este es el hecho, se-

do tan dilatado su

reino,

;

que, siendo

muy

dilatadas las

,

ra

que ninguno tuviese

gun nos

le

propone

alter-

la escri-

tura.

Al

Que su materia no

asunto de congregar

fué

el sino-

obispos el concurrir á concilio cada año, por la mucha dis-

y que tampoco no es el mismo concilio, consta por lo que dice de haberse congregado para distinto fin, y que fo«cluido todo lo que pertenecía al concilio, se propuso y trató lo referido luego ni es concilio, ni parte ó fragmento de

tancia.

concilio

46 Estas razones hicieron mucha fuerza á los padres,

sultó.

diócesis,

no podian

los pasto-

res visitar anualmente sus ove-

Juntamente que, no habiendo en tan dilatado espacio masque una metrópoli, era grave molestia para algimos

jas.

porque efectivamente

se exten-

en aquel tiempo desde el mar Cantábrico hasta las cercanias del Tajo, dejando dentro á Coimbra y á dia

Galicia

do

,

:

una escritura ó actas de lo que re,

sino solo

48 Que tampoco es instrumentó original lo notó ya Pej'eijra al fin de las Memorias del obispado de la Guarda en la ,

Disertación Exegética, nota 1 11,

134

España Saijvada.

nútn. 18, y consta ])or cuanto en los términos que atribuye á Viseo, una de sus parroquias es CaUahria, sobre quien

añade que después pasó á obispado en tiempo de los godos, En esto se vé claro que la tal escritura no es del tiempo de los suevos

, ni extractada en aquel tiempo; pues ,

ni original

ios suevos

no podian decir que parroquial en sus dias, fué obispado en los de los godos como de suyo consta por haber sido estos posteriores á aquellos. Por tanto se admiró con razón el P. Yañe%, en el tomo 2 de su Era y Feclias de España 502, pág. que iMorales dijese (lib. 11, cap. 59) que esta era la escritura mas antigua de cuantas en España se han conservado; pues no es del tiempo y era que en ella se refiere con atribución á los suevos como se muestra por lo mismo en que se recurCaliabria

,

,

,

,

re á ellos:

Tempore Suevorum.

Esta primera cláusula declara ser

formada

la

escritura des-

pues del reinado de los suevos; porque cuando actual-

mente dominaban no

se

empe-

zaban asi los instrumentos ni se empieza ningmio con semejante expresión cuando dura el tiempo de los soberanos que le forman pues lo de in illo tempore siempre es cláusula de ,

,

Trat. III, cap. 111.

quien escribe después; y solo renriitiéndose á un imperio ó linea de reyes ya acabada se dice con propiedad en tiempo de tal imperio ó tal línea; v. g. en tiempo de los romanos, en

tiempo de

moros 49

,

los

godos

,

de

los

etc.

Lo mismo consta por

de que usa el instrumentó, que son de tiempo pa-r las voces

sado, no presente : allí (dice) era el término: /iflte gran concurso de suevos : y si la escritura fuera del tiempo de ostos, dijera: aquí es, aqui haij, reinando tal rey de los suevos, etc. , y no en tiempo de los sue-

Luego

vos.

esta escritura

no

que se aneja. Y se debe añadir que ni es del tiempo de los godos , sino poses del siglo á

terior á estos,

como

se prue-

ba por el modo con que habla de Caliabria diciendo que fué silla en el reinado de los godos y si esto se hubiera escrito cuando actualmente dominaban los godos, se pusiera que ya era obispado ó que es silla, pues se mantuvo como tal en todo su dominio, Pero usar de tiempo ya pasado, y decir fué silla en tiempo de los godos, es prueba que esto se escribió cuando ya ni era obispado ni habia tales godos. ,

:

50

Escrito

esto, hallé

el

De mismo concepto y en

el

la (Urisiofi

de hs suítos.

ÍTío

resolución

P. Contador de Avqote en

Memorias del arzobispado de Bragn ínmo2, lih. A, cap. 7, pág. 75r), donde concluye, (|ue al tiempo en que se escribía este documento, lialiin ya perdido Caliabria la dii^iiidad pontifióla, y consiguientemente no se escribi(') el tal fragmento gobernando los suevos, ni aun los godos, sino en tiempo de

§*

II.

sus

,

los reyes

autor,

de Asturias. Asi este

núm. 12o i. Yañez

lia-

ma á esta escritura me^xlada y muy posterior, como se lee en su pág. 502. Antes de proponer yo lo que siento sobre su

y crédito, quiero ofrecer la cronología y variédad que hay sobre el año del concilio de Lugo; y porque esta tiene conexión con los de Braga, es preciso anteponer la de unos y otros. En el tomo I ofrecí una disertación acerca del concilio Lucense; esta es la que se sigue omitido el nombre de disertación por dar mas encadenada la maantigüedad

,

teria.

Del tiempo á que se debe reduc/r el eoneUio de Iaiqo, // el pri-

mero y

sciiuiido

liracareNse.

¡,Qué reyes doniinahan enloiiee^ eii

Galicia^l

51 Sobre el tiempo en que se tuvo el concilio de Lugo, cuya parle se dice esta escritura, discurren muy variamente los autores. Lo único en que parece que deben convenir, es

que

este concilio

fué pos-

de liraga, y anterior al lí. Que fué después del primero de Braga, consta por terior

al

lo dicho,

I

tomo

2, pág. 14-9, soel concilio I de Bra-

bre que ga fué el primero que se tuvo en Galicia después que los suevos abjuraron la heregia, sin que haya lugar á que se admita otro concilio en los años inmediatos anteriores á este que anda con nombre de Bracarense I. Luego el concilio de J^igo fué después del primero de Braga. Confírmase, porque en el de Lugo se dice erigida esta iglesia en metropolitana, y que se aumentaron obispados; luego esto fué des-

pués del Bracarense I , porque si hubiera sido antes, se hallaran ya en él los dos metropolitanos, y

mas

sillas

de

las

que

,

España Sagrada.

1:^6

concurrieron,

como

se vé en

segundo de Braga, donde vemos dos metropolitanos, y diez obispados fuera de las matrices y de Dumio; no habiendo en el primero mas que el

un metropolitano y

su-

siete

fragáneos. Infiérese, pues, que

en que se aumento de prelados, terior al 1 de Braga, rior al II y que por el concilio

,

hallan

mas

pone

el

fué pos-

y antetanto se

obispos y dos

me-

tropolitanos en el segundo, y

primero. Veamos ahora, cuándo 5í2 se celebraron los de Braga. Baronio y Ferreras reducen el Bracarense I al año 563, era 601. Pero esto tiene contra si á los códices antiguos Mss. de los concilios, en quienes prevalece la era 599 como unánime se halla en tres códices,

no en

el

,

según lo dicho, tomo 2, pág. 199; y no es lícito apartarnos de tan venerables monumentos, cuando no se convence cosa en contra, como sucede aqui. Demás de esto, aquel concilio se tuvo en el año tercero de Teodomiro ó Ariamiro; y solo á la era 561), favorece el año

599 (año III

del rey

Teodomiro, según lo dicho en el tomo 2, part. 2, cap. 1, de la cronología de los suevos. Vaseo, queriendo dar por erra-

dos los números de los libros

Trat. ÍII, cap. III.

de concilios, recurre al año 536. Pero yerra, porque ni entonces reinaba Teodomiro, ni ni eran católicos los suevos habia entrado en España san Martin Dumiense, que fué uno de los que concurrieron al con,

y el mento para

principal

cilio,

instru-

conversión de los suevos. Pagi insiste en el año 560, pero este autor disminuye en esto y en las pruebas que alega, el número de la

un año; y pues dice que se debe estar á la era que señala Loaysa, que es la 599, año 561 no alcanzo con qué razón insiste en el 560. Constando pues por los códices Mss. la era 599, se debe anejar el concilio I de Braga al año 561 , después del

cual

fué

concilio

el

de

Lugo. El concilio U Bracarense se celebró en la era 610, año II del rey Miro, como afirman constantemente los có-

55

dices antiguos,

mo

y se vio,

lo-

año 572: y por tanto Vaseo, que recurrió al año 564, se apartó de la fé que merecen los códices contestes. Ferreras señala la era 609, año 571, y día 15 de diciembre, que es el 18 de las calendas de enero, «como »se vé (dice) en los códices «por quienes hizo Loaysa la »

2.

La era 610

edición de este

es el

concilio,

y

De »no á

I

))gu¡erite,

(le

Junio del año

si-

como estampó A¿,niii'-

»re.» En el núni. 13 añade que Pagi puso este concilio en el año 57á ; «pero nosotros, »dice, seguimos las «las »

eras

notas de

Este escritor no

presamente alirmó Loaysa que todos los códices convenian en el 1 de Junio, ni en que todos señalan constantemente

,

,

,

;

:

cion este escritor se ponia el dia 15 de Diciembre de la era

609, y no el 1 de Junio de la 610. Es también contra Aguirre , pues este siguió á Loaysa sin mas variedad en el texto que escribir Kalcndarum en lugar de Calendarum. El caso es que asi Loaysa como Aguirre pusieron en el margen el dia 18 de las Kalen,

TOMO

IV.

Terreras que era lo que se debia anteponer, sin reparar en la lección principal, que crey()

es la del texto, ni en ({ue ex-

á

miró bien los códices antiguos, ni á Loaysa, ni á Aguirre. ¡No á los códices, porque estos señalan la era 610, como consta por D. Juan Baulista Pérez y Loaysa alegados tomo 2, pág. 199, y expresamente dice el Sr. Loaysa que todos los códices convienen no solo en la era sino en el dia 1 de Junio, como se vé en el lugar citado y en su libro de concilios, al principio, pág. 10, y después en la 165, donde pone este concilio, expresando en el texto (lie Calendar um Juniarum y asi es contra los códices y contra Loaysa decir que en aquelíos por quienes hizo su edi,

1

los

indubitables

españoles.»

37 das de Kiiero, (|ue se li¡illal)a cu iriij)r(ís¡oiics anteriores; y aquello d(; que se descartaron

la (lirLsioJí de los suevos.

la

610; y supuesta esta como se debe suponer, Ferreras en decir que si-

era

era, faltó

gue

notas de las eras indubitables á los españoles, pues las

en los manuscritos i]i en lo impreso se lee otra era ni

que

I)CX (610), y él sigue la 609; y por tanto se apartó de Loaysa y de los códices en aquello que sigue. Aguirre, en sus notas á este concilio, núm. 56, dice que se celebró en el año 572, ex consensu omnium. 54 De aqui resulta que el concilio de Lugo se debe señalar después del 561, en que se tuvo el I de Braga y antes del 572, en que fué el .11. Pero en qué año determinado no es fácil establecerlo. Vaseo le pone cerca del año 564, á lo que dice Padilla que es error manifiesto porque en la cabeza de la escritura de que vamos hablando se expresa la era DC Vil que es el año 569, la

,

;

,

18

España Sagrada.

158

cinco anos después del que j)iiso Vaseo. liOaysa quitó la fuerza á este argumento, pues propuso en sus notas la duda de leerse era DO Vil ó si debia era DC , séptimo Kal. Januarü. De este modo cesa toda la instancia de Padilla

aumenta

;

pero se

duda, por añadirse variedad de extremos y no haber firmeza en la era. El autor de aquella nota dice que le agrada mas la era DG, pero que sigue la DCVil por autoridad de Morales y Vaseo. En este último no hallo yo la era DCVll, sino la DCII, pues expresa el año 564, que en su sentencia corresponde á la era 602, como afirma en el cap. 22. Lo mas autorizable me parece insistir en la era DCVll, la

conforme están los números; porque el número de las kalendas no se acostumbraba juntar con el de la era, sino separarle por interposición de otra cláusula, ó explicarle por letras. El hecho es que, como este instrumento no es del tiempo de los suevos ni aun de no debemos cuidar los godos niucho de su fecha, ni aun de la autoridad de las materias, por lo que se dirá sobre no ser verdad que en Lugo se decretase la erección de metropoli y nuevas sillas. Prescindiendo del sitio, se puede ad,

,

Trat. líl, cap. IIL mitir la era señalada DGVII,

año 500, porque el aumento de obispados fué mas cerca del concilio 11 Bracarense que del I, como se infiere de que el obispo de Astorga precede en el Bracarense 11 al de Britonia no obstante que este fué de los nuevos y aquel fué consagrado después del 1 Bracarense como se dirá núm. íiA. Si el de Astorga empezó á ser obispo después del concilio I de Braga y con todo eso tenia mas antigüedad que el nuevo prelado de Britonia es preciso admitir algún notable espació después del primer concilio Bracarense, en cuyo tiempo vacase Astorga y recibiese sucesor, que no obstante su poca antigüedad precediese al de la silla nuevamente erigida. Esto prueba que la ereccion de los nuevos obispados distó mas del concilio 1 que del 11 lo que viene bien con el año 560, distante ocho años del primero de Braga y solo tres del segundo, 55 Sobre el rey que hizo congregar este y los dos con,

,

,

,

,

Bracarenses, véase lo dicho /o??20 2, desdela /mí/. 144. El autor de los Anales de Galicia, D. Francisco de la liiierta y Vega, dice en su tomo 1 cilios

de Braga se tuvo en tiempo de Ariamiro,

que

el

concilio

1

De

la (Itrisiírn

sucesor de Teodoiniro I, liiel sínodo de jo de Car'iarico Lugo, reinando 'l'eodoniiro II, y el segundo de Braga en tiem;

po de Miro. para esto se el

concilio

Ariamiro

,

1

fundamento reduce á que en de Braga se lee El

y en

de que

el

Lugo

infiere Teodomiro; de lo que entre Teodomiro I y Miro hubo dos reyes, Ariamiro y Teodomiro II, y que S. Isidoro procedió con ecpiivocacion, cuando no reconoce mas que un Teodomiro y omite á Ariamiro; y concluye, que seguirá el orden de los conci-

como Según esto lios,

vo presente cilios, ó no

teslígos auténticos,

S.

Isidoro no tu-

el

orden de los con-

le

quiso seguir,

si

habia allí dos Teodomiros y un Ariamiro. Ni uno ni otro parece debe decirse; porque S. Isidoro floreció inmediata-

mente á

los citados concilios,

y estos se introdujeron en el cuerpo de los cánones de que usó nuestra Iglesia en tiempo de S. Isidoro; y mas puros ejemplares habia en el siglo Vil de las actas de los concilios Bracarenses que en los siglos posteriores, en que se fueron variando algunos nombres; y asi no liay principio para sospechar que el santo no tuviese presentes copias de estos concilios tan buenas ó mejor

de loa suevos, res que las de las,

y no

lóí) Ikjv.

Teuiéndo-

mencionando á Aria-

miro, no hallo fundanienlo para que nosotros le pongamos en la serie de los suevos católicos pues el santo tomó esto por asunto, y se hallaba muy inmediato á los sucesos, y con todo eso no propone tal nombre, ni mas que un Teodomiro. 50 Si miramos á la material escritura, se halla otro rey mas en los códices de concilios; pues en el Hispalense y en el Toledano se lee Arge-miro en el Bracarense I, como prevenimos con Loaysa en el 10^10*2, pág.idd, y aun e\ señor Pej'e:í expresó á solo este nombre. Si se mira á las antiguas impresiones, se halla Ariamiro en el II Bracarense. Luego ni en lo manuscrito ni en lo impreso hay uniformidad que autorice aquella opinión y por ;

;

tanto los

nombres de

los re^

expresados en aquellos concilios no son testigos auténticos de la sucesión. Junta á esto el estar en contra S. Isidoro, y no haber otra memoría tan antigua; y parece que debemos resolver á favor de lo que expresa el santo dicien-

yes

,

do, que asi

como

el

nombre

de Ariamiro se vició {X)r algún copiante en Argemiro, y en lugar de Miro puso otro á

10 Ariuniiro

España Sagrada. asi también Teodo-

1

iniro

;

(le«,^eneró

en

Ariarniro,

ó tuvo ambos nombres este rey, como se previno en el tomo !2. En favor de esto milita la cronologia pues mira;

do

que resulta de S. Isidoro, corresponde el concilio 1 de Braga á Teodomiro, esto es, al rey en cuyo tiempo se convirtió el reino de los suelo

vos. Este concilio se atribuye

en algunos códices á Arianíiro; luego la cronología indica ser un

mismo

rey

el

de es-

nombres, pues no habia dos reyes en un mismo dia y como en otra parte se lee que iMiro se llamó también Teodomiro, es señal que los suevos usaban de nombre y sobrenombre, en cuya conformidad fueron de un mismo rey los nombres Teodomiro y Ariamiro ó Argemiro, y asi pudo tos

;

S.

Isidoro

usar del prim.er nombre, y de los otros las actas del concilio. El hecho es que la variedad de nombres en este lance no causa distinción

de reyes, porque

el concilio citado perteneció á solo uno, no á diversos ; luego el que las

actas

pongan

bres,

solo prueba que todos

diferentes

nom-

convinieron á un rey , ó que se mezcló vicio de copiantes,

corrompiendo el Teodomiro en Ariarniro y Argemiro.

Trat. III, cap. III.

57 l^ara admitir dos Teodomiros no hallo fundamento si se dice que S. Isidoro procedió con equivocación, porque el primero consta por el santo, no el segundo y si se equivocó, negaremos el primero, diciendo que no hubo tal rey, sino el que este autor llama Teodomiro II, antecesor de Miro, con el cual equivocó san Isidoro el que propuso. Pero nunca se verifican por el santo dos Teodomiros. Y que no hubo mas que uno, consta por el Hiclarense, que sencillamente introduce al rey Miro después de Teodomiro, como san Isidoro, sin dictado que determine el número ó calidad del ;

predecesor.

hubiera dos Teodomiros, debia haber explicado á cuál de ellos sucedió Miro, diciendo que era Teodomiro el II ó el Mozo; al modo que en el sucesor de Justiniano no se contentó con el nombre de Justino y la cronologia, sino añadió el Júnior para distinguirle de otro Justino que habia precedido; luego no usando de distinción alguna en Teodomiro, es prueba, según su genio esmerado, que no hubo otro con quien equivocarse. Lo mismo digo de las Si

actas del concilio de

ponen á del modo que á

de S. Isidoro, que

Teodomiro

Lugo y

¿

.

De

la división

reyes únicos en su

los

noni-

y asi es prueba ([ue no conocieron mas que uno, por([ue si hubiera dos, no supiel>re;

ramos de cuál de ellos hablaban, pues no dan distintivo, Estos son los textos

mas

anti-

guos que tenemos para hablar con fundamento de los últimos reyes de los suevos; y como no hay alusión para dos Teodomiros, es preciso que insistamos en uno, sin poder aíirmar otro Ariamiro distinto personalmente, sino solo en el nombre; porque si se mira á la escritura material de los códiees, se deberá poner otro rey Argemiro, lo que es ridiculez, por no haber tocado el concilio de Braga mas que á un rey; V asi estas son erratas materíales ó sobrenombres del único Teodomiro que hallamos en el Biclarense y en S. Isidoro

58

141 de los sueros. por S. Marlin, como inliere del lil). i, cap. 7 de la liisloria del Turonense, donde dice Miro Hex in Civitate illa, in (¡ua deeessor ejusBasilieamS. Marlini ccdi/ieaverat. i^cro con su Wcencia digo, que no permite estas identidades la cronologia :

puesta en

el

tomo

11,

según

la

cual (^arriarico fué diverso de 'l'eodomiro, y este fué el sa-

nado, no Miro; lo contrario el

que pruebe texto del Turosin

nense, porque la palabra cessor no cae precisamente bre el padre de Miro, sino bre el abuelo , y asi cesa

todo

mo

el

II,

ai'gumento. Véase

desoso-

del

el to-

part. 2, c. 1.

§

III.

Muéstrase no ser cierto que en Iaujo se tuviese concilio

para

división de obispados y aiimenío de metrópolis Motivo de equi.

El Cl. Ruinart, comentando las obras del Turonense,

vocación sobre la inlroducciofi de este concilio,

de Miraculis S. Martin cap. 11, anduvo tan lejos de admitir dos Teodomiros, que ni aun quiso reconocer á Car-

La mas importante disertacion es ver si hubo tal concilio ó qué crédito mere-

lih.

1

riarico, y dijo

que aunque

los

mas de los Mss. ponian este nombre, no hul)0 tal rey, y que fué el mismo que Teodoó Ariamiro, padre de Miro; añadiendo que Miro fué el hijo del rey suevo sanado

rniro

59

,

ce la escritura propuesta, en el nombre que la quieres dar

de actas ó concilio. Ya vimos que ni es original, ni de la antigüedad que algunos han juzgado. Para averiguar su autoridad,

debemos separar

lo

que

España Sagrada.

142 sin

ella

consta

por diversos

principios.

Que Lugo

fué metrópoli en

tiempo de los suevos, consta por el concilio II Bracarense, donde concurrió su metrópolitaño Nitigisio ó Nitigio, con 3Iartin Bracarense Aniio se:

c lindo Regís Mirotiis, die Kalen-

darum Juniarum,

eiim GalleeciceProvinciceEpiscopi,tamex Bracarensi quam ex Lucensi

Synodo cum suis Metropolitanis, prcecepto

prmfatí Regís, simuí in Metropolitana Bracarensi Episcopi convenissent: id est, Martinus Nitigisius, Remisol Andreas, Lucretius, Adoriiis, Witimer, Sardinarius, Viator, Avila, Polemius, Maylocus, etc. Estas palabras se han de necesitar muchas veces. En ellas se vé claro que el obispo de Lugo era metrópolitaño en aquel tiempo. 60 Que la erección de la metrópoli de Lugo se hizo en algún concilio tampoco parece que se puede dudar, por pedirlo asi la gravedad de la materia y el interés común de diversas iglesias; porque haciendo dos metrópolis de lo ,

,

,

que antes no componía mas que una, forzosamente se alteraba la razón de sufraganeos, y los límites de Braga; y para arreglar esto era necesario consultar y contratar con

Trat. III , cap. III.

prelados, lo que de suyo pide que se junten ; y mucho los

mas

si,

mentó, nuevas

como

dice el

instru-

se erigieron entonces

y se arreglaron los límites de las diócesis. Esto no se pudo hacer sin concilio, porque para dar á unos habian de quitar á otros; y no concurriendo todos á la disposicion fuera un seminario de quejas y de pleitos. Por todo esto juzgo indubitable que la metrópoli de Lugo y la nueva distribución de sufragáneos se efectuó en un concilio. Que los obispados que 61 se asignaron al metropoHtano de Lugo fueron, como dicen las actas, el de Orense, Aslorga, Iría, Tuy y Britonia,iaLmsillas,

poco pende del citado instrumentó, pues asi está autenticado en las suscripciones del concilio II de Braga, donde después del metropolitano de Lugo firman los prelados de las tales iglesias al modo que ,

sufragáneos atribuidos á Braga suscriben después de su prelado en aquel mismo los

sínodo,

62 Que en el concilio en que esto se efectuó erigieron de nuevo algunas sillas,- se iná esta escritura, por cuanto en el concilio anterior, primero de Brafiere, sin recurrir

ga

,

no hubo mas que ocho

Del concilio de Iaujo. 145 prelados, incluido el metro- que aUjunas no se erigiesen ahora, como es forzoso conpolitano; y en el siguiente, segundo Brncarense, se hallan fesar al ver que nunca hubo en (ialicia mas que los trece cinco sillas mas, doce en los obispos que suscriben y otro obispados y (jue solo la maque no firma yor parte, ó los mas, preceel Dumiense, dieron al concilio de Lugo. aparte, por cuanto S. Martin, Por tanto, no siendo probable metropolitano de Braga, reteque todas trece sillas se hallania la dignidad de Diime: y ban erigidas antes de este conasi en este concilio habia ya cilio ó del primero de Braga, trece obispados en Galicia, lo que no hubo antes , y por tan- queda lugar á que algunas se estableciesen de nuevo antes to se aumentaron sillas en el del segundo Bracarense. Lo espacio intermedio de los dos mismo se califica por lo que se concilios Bracarenses. El docdirá de cada silla en particutor Ferreras escribió, sobre el que los padres del lar, mostrando que algunas año y^i'ú) son posteriores al primero de concilio de Lugo erigieron á Braga. Luego constando ya toesta iglesia metropolitana, en das por el tiempo del segundo, atencion á la súplica del rey, señalando sufíagáneos y tér- esto es, antes del año 572, se minos á las diócesis, para que infiere que es verdad lo que no liubiese pleitos ni discor- dice la escritura en orden á que algunos obispados se eridias entre los obispos, sin que por entonces se determinasen gieron de nuevo después del I á erigir nuevas sillas , pues y antes del concilio II Bracarense. consla (dice), que las mas que 65 Que todo esto se hizo señalaron á una y otra metroen concilio congregado en poli ya estaban antes erigidas, Esto carece de la formalidad Lugo, no lo tengo por cierto, que se necesita para prueba ni creo que se puede probar de lo antecedente; pues para con instrumento diverso del muestra de que ahora no eri- presente, y me inclino mucho gieron ningún nuevo obispa- mas á que no hubo tal concido, era necesario probar que lio en lo anterior á ser Lugo metrópoli, por lo que se dirá, loíUis las diócesis que señalaron á cada metropolitano es- El motivo para no tener por taban antes erigidas. Pero de- cierto que esto se hiciese en concilio de I^ugo, es que Mocir solo que las mas, no prueba ,

,

,

España Sagrada.

144

11, cap. 59, cita á Itacio, distinto del Idacio Lemicense, diciendo que en su rales, lih.

no

hay mención de tal concilio de Lugo y que aquel autor pone la división de las diíScesis del dominio de los suevos, en el concilio I de crónica

,

Braga. Mariana refiere lo mismo en el lih. 5, cap. 9, poniendo las dos opiniones, que deja al arbitrio de cada uno, inclinándose á que la partición de las diócesis se hizo en el primero de Braga y que en el de Lugo se confirmó. Para esto no hallo yo prueba auténtica; mas por ello se infiere no ser cierto que se empezase á decretar en Lugo, pues vemos testimonios que lo aplican á Braga, y á esto es á lo que yo me inclino, infiriéndolo de que en esta misma escritura de que hablamos se supone y expre,

cuando se hizo Lugo metrópoli y se erigieron nuevas sillas, dando á cada una sa, que

sus parroquias, se hallaban los

padres juntos en concilio. Esta junta no es probable que fuese lo en Lugo sino en Braga primero, porque por la carta del rey vemos que los concilios anuales se tenian en la metrópoli, siendo el motivo para aumentar otro metropolitano el impedir la molestia de que todos concurriesen á ella ca,

Tral. Illy cap. lll.

da ano desde las partes mas remotas, lo que supone que las juntas se tenian en Bra^^a, pues de otra suerte se podia convocar el concilio á una ciudad del medio y se obviaba el trabajo sin aumentar metrópoli y asi es señal que el concilio se celebraba en la ,

;

metropolitana.

iglesia

gundo

Lugo licia

,

porque

era la

por

Lo

se-

ciudad de última de Gala

silla

parte boreal

antes de erigir la Britoniense; de modo que solo para el obispo la

,

de Iria y el de Astorga tenia proporción acomodada, siendo molestísima para los mas en especial para el de Coimbra, Viseo , Lamego Dumio , y aun Braga, que dista unas cua,

,

renta leguas. Luego no es creible que antes de ser Lugo metrópoli convocase el Bracarense á los padres

para tener

allí

Júntase que no hay prueba auténtica de que esto fuese en Lugo, y por tanto tienen mas urgencia las razones. 64 Pero supuesto que este decreto de hacer á Lugo meconcilio.

y erigir nuevas sillas se formó en Braga, no por eso se sigue que se hizo en el concilio Bracarense I, pues tenemos sus actas y no hay en ella mención ni cosa que aluda á tales providencias. En la trópoli

,

Del concilio de Lugo.

misma

escritura del

Liiceiise

cada año se juntahaii á concilio, y asi en uno de estos, después del primero de Braga del año oGl, se erigió Lugo metrópoli, aumentando obispados; porque ya dijimos como parece preciso admitir que esto se hiciese en sínodo, y que fué antes del sese dice que

gundo Bracarense. 6o De íiqui infiero que en en la escritura Lucense no hay cosa cierta, fuera de lo que se prueba por otros documentos. Añado que en cuanto al principal asunto de haberse tenido en Lugo el concilio de la división de las lo contenido

cómo

1

io

se introdujo por equivo-

cacion ó mala inteligencia de un término. 1.a ocasión de haber escrito que hubo concilio

en Lugo, nació de queS. iMartin Dumiense y Hracarense tormó una colección de cánones, dedicada ó dirigida á ISiligio, metropolitano de Lugo, y á todo el concilio déla iglesia Lucense, como se lee en la cabeza de dicha colección Nitigesio :

Episcopo, vel universo concilio Lucensis Ecclesice , Martinus Episcopus. Al leer concilio de

tampoco tiene bastante autoridad, no solo por lo que

de Lugo, fué naturalísimo el pensar que los obispos se hallaban allí en actual sínodo ; y de hecho por estas palabras se movió Morales á probar (/¿/;. 11, cap. 59) que

se acaba de decir, sino por ser

hubo

sillas,

instrumento formado muchos siglos después del tiempo de los suevos; lo que le hace á lo menos sospechoso, por causa de una grave ocasión que hubo para su introducción, y por el genio que reinó en siglos posteriores á los godos, sobre interpolar documentos antiguos y fingir otros nuevos, como notó Mariana en el tratado de la Venida de Santiago á Es-

paña, y propondremos luego, núm. 170. 66 Antes de mostrar lo que defrauda la fé de este instrumentó es preciso proponer ,

TOMO

IV.

la iglesia

Lugo, actualmente congregado, cuando S. Martin envió sus cánones á Nitigio. Vaseo se valió de lo mismo, siguiéndolos otros mutal

concilio en

chos,

y este parece el único inductivo para el primero, que después de los godos compuso esta escritura como apéndice del concilio de Lugo , y realmente tuvo bastante motivo para equivocarse,

67

Pero que por la cláusula propuesta de S. Martin no se entienda co?ic¿7¿o en este sentido de padres actualmente congregados en determinado lugar para tratar puntos de la ,

19

España Sagrada. Trat. JU, cap. líT. j^os caminos en la concurren-

1 ir>

(loclrina ó disciplina eclesiás-

ten^o por indubitable pues allí la voz concilio precisamente significa el conjunto de obispos de particular territorio que forman un cuerpo ó comunidad con su metropolitano. Provino este tica,

lo

;

nombre y

significación,

esta

de que cuando Galicia se dividio en dos metrópolis por la mucha extensión que tenia aquel reino en el dominio de los suevos , no se hizo división en dos provincias, como suele suceder donde hay diversos metropolitanos, sino antes bien se

mantuvo y

se intituló

una

provincía en particular, como consta por las palabras expre-

Bracarense, puestas en el núm. 59. Allí se ven ya los dos metropolitanos, y con todo eso se dice que fodos los obispos eran de una sas del Concilio

Y

provincia.

II

es

que Galicia

nunca tuvo división

civil

en

diversas provincias; i)or lo que

abstuvieron de estas voces aun después de estar dividido el reino en dos metrópolís , y escogieron los nombres de sínodos ó conlos padres

se

,

llamando á unos obispos del sínodo de Braga, y á otros del sínodo ó concilio de Lugo; porque la partición precisamente se redujo á que, para obviar la molestia de los larcilios^

cia

de

los

sínodos,

fuesen

unos á Braga y otros á Lugo, cada uno como á propia metrópoli no como á diversa provincia. Y el dar nombre de concilios á estos dos partidos provino con gran propiedad del uso de los romanos; pues como afirma S. Isidoro, de allí se tomó el nombre de concilio: Concilii nome7i tractum est ex more Romano ( VI Et¡im. cap. 16). El uso de los romanos ,

fué llamar convetitos á las cabe-

zas de partido en que subdivi-

dian las provincias, por cuanto allí debían concurrir los pueblos que atribuían á cada una;

y este concurrir se dice en latin convenire^ y por tanto todo el

nombraba conque es lo mismo que

territorio

vento ^

se

Viendo pues los prelados de Galicia que su determinacion no era aumentar provincia, sino dividir la que habia en dos partidos , escogieron muy oportunamente el nombre de convento ó concilio, llamando á unos obispos del concilio de Lugo , y á otros del Bracarense. Y aun el breviario antiguo de Braga usó en la vida de S. Martin (día 20 de marzo) el mismo nombre romano de convento, diciendo que Nitigio era metropolitano del convento Lucense, concilio.

Del conciliü de Liujo.

68

Que

este es el sentido

verdadero de la voz concilio en este caso, consta por las palabras dadas del concilio de Jkaga; pues hallándose en esta ciudad, dicen que concurrieron los obispos de la provincia de Galicia

,

asi

los

del

vino

1).

I

i7

Juan Bautista Pérez; y

en esto solo quisieron deelarar que estos eran los de la jurisdicción de la nietrói)oli de Lugo, pero no que actualmente se lia liaban celebrando sínodo en Lugo , porque esto es re-

pugnante cuando sabemos que están en Braga unidos en concilio. Pues si cuando están en Braga se dice con verdad ,

sínodo de Braga, como los del Lucense; luego la palabra .v¿nodo ó concilio es lo mismo que el distrito ó jurisdicción de

obispos del concilio de Likjo,

modo

claro está que el oir concilio de

que aun boy se usa en lo civil de la palabra junta para explicar el ámbito de tales y tales pueblos unidos en un cuerpo, V. g., en la Montaña la gran junta de Cudsijo, la cual se llama asi aun cuando sus miembros no estén actualmente congregados á decidir negócios sino solo porque cuando se lleguen á juntar, han de ser de aquel determinado territorio. A este modo el distrito de obispos que tocaban á Lugo se llamaba concilio Lucense, aun cuando no estuviesen juntos porque solo estos y no otros hablan de concurrir á Lugo cuando su metrópoli-

Luyo, no es lo mismo queobispos actualmente congregados en Lugo; y por tanto estos términos solo significan en la presenté materia obispos de la jurisdiccion de Lugo, que cuando llegue el lance de ser couvocados por su metropolitano, han de concurrir á tal ciudad, libres de la antigua práctica de ir de lejas tierras á Braga, pues solo por evitar este trabajo se aumentó la metrópoli para que tuviesen en ella sus conci-

Lugo y de Braga

al

,

,

,

,

taño

los

llamase á

concilio,

Por tanto al suscribir en el segundo de Braga (que fué general de ambas metrópolis) los ,

del partido de

Ex sijnodo

Lucensí, se vé en Loaysa y pro-

este título:

como

Lugo usaron de

Hos.

69

Esta misma inteligen-

cia hallo

que dio

el

papa hio-

voz concilio, cuando hablando en nombre del arzobispo de Santiago D, Pedro, en el pleito que este tuvo con el de Braga, dice en la carta que escribió al de Santiago lo mismo que llevamos expuesto : Mandaverat Hex (Theodomirus) propter dílatiocencio

III

á

la

.

148

ncm

España Sagrada.

Provincm., ut sex Episco-

Trat. III, cap. III. a([ui signili(;a lo

mismo que en

patuum suiRegni Pontífices facerent Concílíum apud Liiciim, ct sex allí apud Bvacaram: et

de Braga, donde sínodo Lucense no denota obispos con-?

ídeo díccbantur sex ad iimim

to

Concílíum, et sex ad aliad pertínere: et de lUroque Concilio

sino obispos del

el II

gre^^ados en l.ugo, siendo cier-

Cujusmodí signíficatíonem nominis approbari dicebas ex Epistola, quaní Martinus Bracarensis ex certa scientiadirigit se.

adEpiscoposLUCENSISCONCILII, non quod tune celebraretar ibi id Concílíum, ciini ídem Martinus legatur illí Consed ad Episcopos, qui tenebantur ex prcediccilio adfuisse;

Regís mandato, temporibus suis illuc ad Conciliiim convenire. Aquí se vé claramente que concilio Lucense denota precisamente el territorio de que debian ser los obispos que á sus tiempos concurriesen á sínodo en la ciudad de Lugo; y se explica que en esta significacion debe entenderse la inscripcion de los cánones de san Martin dirigidos á Nitigio y á to

todos los obispos del concilio de Lugo, esto es, á todos los prelados de la jurisdicción y terri-

de Nitigio; pero no de modo que por ello se entienda actual celebración de sínodo en Lugo, non quod time celebraretur ibi id Concilinm; pues torio

se hallaíjan en Braga, territorio

de

este suceso

de

Lugo.

apud Bracaram,quasídeiitraque Concilii assignatíone, venís-

que

70

Aunque

provincia de Galicia es cosa en que dificultosamente se ha-

la

lia

bre

paridad, con todo eso, sola

inteligencia

ala voz

qne damos

concilio se encuentra

alguna confirmación en África; pues en el Cartaginense III, can. 2 , se dice que cada provincia envié al sínodo nacional tres legados del cuerpo de sus concilios: De ConciIris suis ternos Legatos', y aquí la voz concilios no denota jun-

determinado lu^ gar, sino el distrito de donde se toman los prelados que deben concurrir á su metrópoli cuando ocurra sínodo provincial. Lo mismo en el can. 17 de la colección Africana, donde para dar á la Mauritania Sitifense metrópoli diversa de la Numidia, se dice en el texto latino que la Sitifense se divide de la junta de Numidia: tas actuales en

Ex

cujiis Ccelu separatur,

y la versión griega puso Ex cujus sijnodo, de modo que desde entonces los obispos se decían

unos de un sínodo y otros de otro, al modo que firmaron

l-iO Del concilw de Lugo. en Braga los del sínodo de Lu- es, concilio en que se luciese metropolitana esta iglesia, y (JO, denotando en aquella voz Ca'fu y Sipiodo el distrito de en que se dividiesen los térmilos que del)ian concurrir á los nos de los obispados. Esto no concilios de Nuinidia y á los no solo por lo l'ué en Lugo, de la Sitifense ; pues todos te- arriba dicho , sino porque el nian marcado territorio cuyos fundamento en que estribaron límites no se podian traspasar Vaseo y Morales para admitir en asunto de juntas j)roYÍncia- tal concilio , no prueba tal coles ; y asi vemos que N. P. sa ; pues la dedicatoria de san S. Agustin culpó la tractoria Martin á jSiíigio ij á todos los en que Victorino convocó á obispos del concilio Lucense, no sínodo de Numidia á los obis- supone como se ha juzgado, pos de las Mauritanias á quie- que estos prelados se hallaban nes no debió convocar por actualmente residentes en Lucuanto estos tenían primados go sino precisamente denota separados {Epíst. 59 al 217), que aquella colección de cáno,

,

;

,

,

no formaban sus concilios con la Numidia ni en la Xuy

midia, sino aparte. í?olo hallo la diferencia que en África se intitulaban provincias diferentes, porque toda metrópoli suj)onia diversidad en razón de ])rovínc¡a civil; pero en Gaíicia, como no había mas (jueuna, nunca se intitularon los obispos contradistinguiendo provincias, sino sínodos; dando á entender en esto que las dos

metrópolis precisamente eran j)articion de distrito, para el íin de evitar molestia en la concurrencia de concilios. A vista de estose ener71 va toda la fuerza del principio por el cual se ha admitido que hubiese en Lugo el concilio

de que vamos tratííndo; esto

nes que remitió á Nitigio no era solo para él sino para que la intimase á todos los obispos de su distrito, que se entendian por obispos del sínodo Lucense, como rubricaron cuando estaban en Braga congregados ,

,

segundo concilio, 72 Y aunque quieras decir que S. Martin envió su coléecion de cánones á Nitigio cuando tenia juntos en su iglesia de Lugo á los obispos de su jurisdicción, no se puede entender esto del concilio de sino de que vamos hablando otro distinto y posterior. I^ razón es, porque el sínodo de que tratamos es de aquel en que l^ugo se hizo metrópoli; y este no estaba actualmente congregado cuando S. Martin al

,

España Sagmda.

150

remitió sus cánones á Niligio, sino antes ))ien ya se liabia te-

Consta por las mismas actas, donde leemos que el concilio Lucense se juntó para causas de la fé, etc., antes de ser Lugo metrópoli y que despues de concluir atpiellas nido.

;

causas, se leyó la carta del rey en que peTlia se aumenlase una iglesia metropolita-

na,

como

se bizo

acabado

el

luego es indubitable que al tiempo de convocar aquel sínodo no era Lugo metrópob, ni su obispo era mas que uno de tantos, sufragáneo de Braga, y que no presidia el concilio, constando que Andrés, obispo de Iria, era concilio

mas

;

Cuando

antiguo.

S.

Mar-

dedicó á Nitigio sus canones, ya Lugo era metrópoli; pues por eso le remitió la obra, para que como metropolitano la intimase á todos los obispos de su jurisdicción; luego el concilio que pudo baber para intimar aquellos cánones ya suponía el otro en que Lugo se instituyó metro])oli. Ni antes de esto necesilaba S. Martin valerse de Nítitín

gio ; lo

uno

,

porque solo

el

Bracarense era el metropolitano de toda la provincia; lo otro, porque ya que este no se bailase presidiendo el sínodo en que Lugo se bizo metrópo-

Tral. ¡II, cap. III. li,

que no

es creible, se hubie-

ra valido del obispo que presidia el tal concilio: y este

pudo

no

ser Nitigio, sino Andrés,

lluego aunque S. Martin enviase su colección al Lucense cuando este se bailaba en si-

no fué este concilio aquel en que Lugo se bizo metrópoli, que es del que tratamos, sino otro posterior, en que Nitigio como

nodo con

sus sufragáneos,

cabeza de su territorio convocase á los que ya no concurrian anualmente á Braga; y que por tanto recurrió á él san Martin para que les intimase los cánones, 73 Suponemos que en Lago se tendrían algunos concilíos después de ser metrópob, pues este fué el único fin de su erección ; pero de estos ni de sus actas no ba quedado vestigio en escritos auténticos, que yo sepa. Y asi no me levantes falso testimonio, pensando que yo escribo que en Lugo no se tuvo ningún concilio; antes bien digo que, aunque no tengamos actas de ninguno, reconozco que su metropolitano celebraría algunos, pues asi lo pide el celo de la disciplina eclesiástica, que tan gloriosamente empezó á respírar por aquella provincia , y que este fué el fin para que se erigió

la

metrópoli.

Lo que

,

Del concilio de Lugo. 151 digo es que la cscriliini ó § IV. himnos lia no son actas (le (iiie n i i i i '^'' '^ colección de cañonea as ... ^ .í^ A ^ r^^ concilio, ni parte o apéndice c MurUn n »• ¡Ivacarensc. i> n ' ^^Prue, J^ de sínodo concrcííado en Lur '^«'^^' '/'¿^ no se hizo en ÍAino, ^r 11 •/ _' „• ffo; Y Quc SI Nitiírio celebra^ ^,. ^ w¿ merece por su forniacion ,^ f concilio actual cuando san ba •/ nr ,.^.,,/. ^ ^^ ' nombre de concilio. I\o .,.., se lem ,. ., Martin le remido la colección •, ^ ^ / ^-^^f^ colección en los concilios no tiie este el de cañones •/,.,•„. ^„ ^^ n ... primeros de fíraiia ni fue la ' concilio en que Luíí:o se erii^io ^. ^ primera que se hizo en elI mun,. , ^ sino otro poste- ' metrópoli, "> «^ se pub//•ico: A ,.' do. ^ Cuando 111 ^ ñor. Y digo mas: que el dedi74 Del principio antececar S. Martin su colección á dente se han seguido tamNitigio y á todos los obispos bien otras equivocaciones, didel concilio Lucense no prueba que hubiese entonces conci- ciendo que en el concilio Lucense hizo S. Martin la colio en Lugo sino solo que esta lección de cánones; y que en iglcsia tenia territorio propio por lo que se ba algunos códices se intitula ,9/de obispos nodo Lucense por haberse ordicho. Ítem, que alguno , viendo en iustrumentos auténticos denado allí. ítem que por haberse resumido en Braga para los términos de sínodo y concorrección de las costumbres, cUio Lucense^ los entendió en el significado común y no en fué tenida por tercer concilio Bracarense, como escribe Loayel especial que tienen en tales documentos; y que con este sa, pág. 10, tratando de los cófundamento , y por aquella dices Mss. 75 Esta es una materia de e({uivocacion se introdujo el notable importancia , cuya graconcilio de Lugo de que se va tratando , y se le aplicó la vedad no permite ser pasada en silencio. Para esto hemos escritura ó actas que impugnamos por no ser originales ni de suponer que antes del concilio Calcedonense estaba ya verídicas. formada la colección de cánones que se menciona y confir-

'

^1

.

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,

.

-

,



i



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1

,

.

,

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,

,

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,

'•

i

.

.

.

,

,

,

,

,

ma

en

concilio

ni-gulas Sanclorum Pnlrum per (1) siugula ntinc usque concilia conslitutas

canon

el

(1).

1

del citado

Como

aquellos

propiium robur ohlincir dccrevimus. Cniced., cim.

1.

España Sagrada.

152

cánones se formaron originalmente en griego, fué preciso traducirlos en latin para uso de las partes del Occidente, S. Martin Bracarense, como era oriental y docto en la lengua griega, advirtió que algunas cosas de aquellas no estaban traducidas con toda propiedad ; que otras se hallaban oscuras

,

y

tal

vez diminutas,

Trat. III, cap. III.

no para todos los del dominio dd los suevos, como se vé en que cuando se ofreció juntarlos á todos, fueron convocados á Braga; y asi no fué S. iMartin á Lugo, sino los de Lugo vinieron á Braga. Lo^.\ porque la colección de los 84 cáno^ nes pedia mas tiempo y desembarazo que el que podia teoijispos ([ue la asignaron

,

por incuria de los copiantes, Viendo esto, se aplicó á tomar el glorioso trabajo de hacer una exacta colección de macíayor propiedad de voces ridad de conceptos y perfeccion de sentencias disponiéndola en congruente método por medio de distinguir las sinodos, clases de obispos , clérigos y legos, y reduciéndolo todo á ochenta y cuatro capítulos. Esto parece fué lo que S. Isidoro llama regla de hecha fé y de santa religión por S. Martin; esto lo que el

ner mientras presidia el concilio ; pues gastaban muy pocos dias en los sinodos (como se notó en el tomo 2) , y los cánones eran muchos, con precision de cotejar el texto griego y latino , añadir , expHcar, coordinar y acomodar; y todo esto es mas propio para el gabinete de estudio que para el hospedaje de Lugo. Lo 3.° , porque si S. Martin estuviera presidiendo el concilio, no era necesario que para publicar sus cánones escribiese á

santo dedicó á Nitigio y á todos los obispos de su jurisdic-

metropolitano hubiera intimado los estatutos , y no hubiera hablado con solos los obispos de la juris-

,

;

,

y esto lo que decimos que no fué hecho en concilio congregado en Lugo. 76 Lo 1.°, porque ni consta, cion

,

ni es verosímil

que

S. Martin,

siendo metropolitano de Braga , asistiese á concilio celebrado en Lugo : pues el hacer

metrópoli esta iglesia fué para concurrencia precisa de los

Nitigio, sino él

dicción de

dos

mismo, como mas antiguo,

Lugo, sino con

to-

de la provincia de Galicia, pues era general á todos la materia. Por tanto se supone que el santo había ya prolos

puesto á sus sufragáneos estos cánones; y que para que usasen de ellos los del partido de

Del concilio Ldeiigo. 153 su obra á los obispos del tcrrise los remitió desde Lugo Ikaga á Nitigio; y mientras no torio de Lugo. La primera léecion apud Lúceme solo puede se ofrezca prueba auténtica, de ningún modo afirmaré que admitirse entendiéndola de la metropolitano de publicación, no de la formaS. Martin Braga, se hallase en concilio cion, por lo que queda dicho, 78 Los que llaman á esta de I^ugo, ni que hiciese la cocolección sínodo Bracnrense lección de sus cánones estando en tal iglesia. Veamos ahora se deben entender en el mismo sentido, por ser muy verosisi aquella colección se puede mil que la publicación se hiintitular sínodo Lucense ó Braciese en algún sínodo. El cócarense. 77 Que se publicó en Lu- dice que hubo en el Escorial go no se puede negar con fun- con título de Lucense, parece damento, pues á este fin la re- que la reputó por tercer concilio de Braga; pues })oniénmitió S. Martin al metrópoli,

,

y no es creíble que tuviese omisión en materia tan tano,

grave. Bien pudo remitir copía á cada obispo é intimarla

por escrito pero parece mas conforme que se hiciese en alguno de los concilios anuales, para cuya celebración se erigió la metrópoli, y solo en este sentido se puede decir sí7iodo Lucense la publicación de aquellos cánones. Juan Va%quei del Mármol nota, en el reconocimiento del códice Vigilano , que esta colección se intitula en unas partes Capítula ex Oríentalium Patrum Sijnodís á Maríino Bracarensi Episcopo collecla, apud Lucense Concilium, y en otras ad Lucense Concílíum. Si se lee ad Lucense, debe entenderse por ello que S. Martin dirigió ,

TOMO

IV.

dola, ees,

como

demás códi-

los

que hoy tenemos con número de II dá á este y III Bracarense último el título de cuarto lo que prueba que el colector reputó á los cánones precedentes por concilio III, pues no media otra cosa entre el II y el que llama cuarto. No asi en otros códices que aunque ponen esta colección después del segundo Bracarense, no la reputan por concilio, pues ponen al siguiente con título de tercero, y esto no por números, como nota el mencionado Vazquez, sino por letras, en que es entre

los

sínodos

,

;

,

mas

difícil el errar.

79

mas

Sobre esto

me

autorizable decir

,

parece que en

rigor la colección de S. Martin no se debe decir concilio 20

España Safirada. Tral. ///, cap. III. lüi segundo ó tercero Hracaren- antiguo del Escorial, parece se porque consi- quemó en el incendio del año se ni jicense derada por si sola en la con- 1G71. Memoria que no puede tbrmidad que la tenemos, no renovarse sin dolor, pero que I

,

fué concilio, ni se la ha gra-

duado como

tal

en su

titulo,

sino solo en lo que supone el

códice Lucense cuando llama cuarto Bracarense al que nosotros tercero ; y esto no tiene mas autoridad que la voluntad del colector , contra quien militan , no solo los demás códiees, sino ver que aun en aquel

debia excitar la de los ministros del rey para ocurrir á se-

mejantes daños en lo que nos ha quedado, representando á Su Majestad que mandase hacer copias auténticas de lo mas precioso, las cuales se pusiesen en la Real biblioteca que careciese de los originales, á fin que no solo cooperasen al bien

Lucense no se ponen estos cánones con titulo de concilio, sino como se ha dicho: Crtj^iíiíla ex Orientalium Patriim Sij-

público de los eruditos, sino que se asegurase un tesoro, que perdido por algún azar

nodis, etc.

cir

80

La razón para

decir

pueda resarcon todos los caudales de Indias. A este modo" suce-

inevitable

las

,

no

se

que no fué concilio es porque no tiene preámbulo conciliar, ni número ó concurso de obis-

dio en el códice Lucense, pues

pos, ni

y ni aun esto gozáramos, si no fuera por el extracto que hizo, Dice, pues, al hablar de esta colección, que no la reputaba por concilio: Ego tamen, salva melius sentientis correctione^ potius jtidicarem ex titulo su-

,

fecha, ni

suscripcio-

nes, sino precisamente el títu-

que se acaba de citar, y la dedicatoria de S. Martin á Nitigisio, cual corresponde á una carta familiar que daremos después; todo lo cual no tiene indicio alguno de ser sínodo, lo

Asi lo sintió el referido ^lar-

mol en la razón individual que tomó áú códice Lucense de órden de Felipe II por medio de su secretario Antonio Gracian Aldrete, en el año 1573, concluida á 4 de marzo. Aquel insigne códice, que era el mas

solo nos ha

ña

quedado en Espa-

el índice del referido autor;

jjva scripto,

partem

esse

Bra-

carensis Concilii secundi, atque suh eo contineri\ prouthic, etin excusis, et in Vigilarlo , ubi se-

quens appellaturterimm.Quod adjuvaturexeo^quodnullafor-

ma

Concilii servata prcescribi-

non prceambula, nec data, non subscriptiones, aut numetur,

Í55 Del concilio de Likjo. rus Episcoporiuny non deniíiue nones de S. Marlin no se hizo ni se publicó en el concilio I.uConcilii tiomen prcefert, sed cense, de que vamos hablando, ntidonun tantum Capitulorum, porque este fué antes del secollectoriun ex antiquis Sijnodis Orientalium Patrum, ut aper- gundo Bracarense , y aquella fué después, como se convence tissime lile dicitur. Dice que no es con- por lo dicho. 81 82 Sigúese también, que ciUo, sino parte del segundo estos cánones recogidos por Bracarense. Yo no admito ni aun esto; porque si fuera parte S. Martin no fueron los capitulos que se leyeron en el condel concilio 11, nadie le hubiecilio 11 Bracarense; porque si ra reputado por tercero^ sino se recogieron después de aquel por segundo y el hecho es, que en tiempo de los godos concilio, ;,cómo se habian de no estuvo reputada la colee- leer antes de hacerse? Lo que se propuso allí fué la colección cion de cánones por concilio, como consta por el índice de antigua, que sirvió de fúndamentó á S. 3lartin. La razón los antiguos cánones de líspa;

ña, donde se cita muchas veees aquella colección , pero con el preciso titulo: //i ^.í;cer/> tis Martini: y asi á lo que no

no se debe aplicar nombre de segúndo ni tercero; ni parte del segundo pues ya fuera segúndo. El que se ponga después de aquel concilio y antes del tercero, solo prueba que aquetuvieron

por

concilio

,

lla

colección se hizo después

del segundo Bracarense eso la colocan aparte

,

hizo hasta después del segundo concilio, y aquel fué

se

que se leyó delante de

como

padres del concilio I en todo lo que miraba á la disciplina

,

guiente

le

Lo que

se sigue de aquí es lo

que nos movió á decir todo que la colección de cáesto :

cedió al concilio 1 Bracarense, no era el de S. Martin, que no

el

cuando al sigraduó de cuarto,

tercero

y provinciales, como se lee allí: Relecti ex CÓDICE coram Concilio tam generalium Synodorum Cañones, quamlocaliiim. Este códice, que pre-

rales

y por

cosa diversa, y tan diversa, que el códice Lucense la sU'

puso

porque antes del concilio II hallamos en el primero de Braga códice de cánones genees,

clerical

,

como

allí

los

se refiere,

Después de renovada esta noticia, y leída también la decretal del

pontífice Vigilio dirigí-

da á Profuturo metropolitano de Braga pasaron á decretar ,

,

España Sagrada. Trat. Ili, cap. llí. 156 que se entonces seria la mas pura y lo que determinaron redujo á XXII cánones. Estos correcta de todo lo que liabia mismos se volvieron á leer en en el Occidente pues á este fin se aplicó S. iMartin Bracael segundo de Braga, pero no porque lo rense á componerla. Poco desel códice general pues se hizo otra mas complereleido en este sínodo fué lo que se decretó y firmó en el ta por el santísimo doctor san ,

,

;

;

primero, como consta por la propuesta que hizo á los padres S. Martin, y esto se redujo á los XXII cánones. De lo que se infiere que no se leyó entonces la colección de san Martin porque esta es de ochenta y cuatro capítulos, y no fué decretada ni firmada en el primer concilio, en cuyo tiempo no se habia com-

Después de .8. Isidoro cuidaron nuestros obispos de ingerir en su códice los canones decretados en los diez y nueve años posteriores á la muerte de S. Isidoro como se le lee en el concilio IX de Toledo (1); y asi, por todos estos principios se prueba, que nuestra colección seria de lo mas puro y completo del Occi-

puesto. Por tanto, los capí tu-

dente,

y códice de concilios leídos en el sínodo I Bracarense fueron los que se hallaban en la colección antigua que precedió á la de S. Martin, en que el santo advirtió que habia voces oscuras, impropias y con algunos defectos; por lo

El doctor Huerta imprimió en sus Anales de Galicia, tomo 1.°, lib. 4.°, cap. 16,

,

,

los

á componer otra corregida y arreglada á

que la

se

movió

pureza de los textos en su

origen.

85

(1)

De

,

Decrevimus, ut Capitula, quce

prism Canonibus minimé habeban-

tur inserta, paripromiilgarentur ¡rentenlia, et

,

8i

que esta colección de S. Martin fué la primera^ que asi en Orientecomoen Poniente, vio el or¿>e. Bien me alegrara dará España esta gloria si pudiera probarse; pero por el mismo san Martin hallamos lo contrario, habiendo antes del santo no ,

solo el texto

aqui se infiere que la colección de cánones usada en nuestros reinos desde

in

Isidoro.

aniiquisjungerentur Begulis, pe-

griego, sino la

versión latina en que notó la impropiedad y defectos que corrigió en la suya; pues sa-

rermi jugifate mansura, et omni reverentia conservanda. Tolet, IX, iii

Exord.

lo7 Del concilio de Lugo. bemos que no inventó obra tro; á los Ívones en mas de nueva, sino únicamente se apUcinco, y á los Gracianos en abad seis ; porque Ueginon có á perfeccionar la colección que antes Iiabia , como consta de Pvum en la diócesi de Trépor sus palabras (1). En fuer- veris, floreció, según Triteza de esto se vé, que no solo mió, por el año 910: Burcarprecedió en el Oriente el có- do, obispo de Vormes, por el ,

griego, sino en el Occidente otra versión latina; la cual , sin salir de España , se dice

mencionada, antes que

lialla

Ivon Garnotcnse , obispo de Chartves en la Galia Senonense ó Lugdunense cuarta, por el 1090, según el mis10^20:

ca hubo otra mucho antes de S. Martin lo mismo en Italia , como verás en el tratado

y Graciano, monje benedictino en Bolonia, despues del llí20, ó según algunos por el 1150. 85 S. ^lartin formó ó publicó su colección con la anticipacion insinuada pues mu-

De

rió en

S. Martin escribiese, en el concilio

1

Bracarense, como se Precedió también

deja dicho. la

de Dionisio

E'.t'/^íío.

En

Afri-

:

Veteríbus

Canonum

Col lee-

mo Triteniio;

,

Marzo del año 589,

se-

tionibus del arzobispo Marca,

gun

De modo que por

ó diez años antes según el Turóñense ; y asi se debe reducir al espacio anterior que bubo entre este año y el de 573, porque no solo fué después de

la

colección

de S. Martin solo puede atribuirse á España la gloria de haber precedido á los Regínones en mas de tres siglos á los Biircardos en mas de cua;

(1) tolicce

Domino

beatissimo, atque Apossuspiciendo, in

Sedis honore

Christo fratri IS'itigesio episcopo, vel universo concilio Lucensis Ecclesiee, ,

Martinus episcopus. Sancti camiones, (pii in pariibus Orientis ab anliquis Patribus constituti sunt, grceco prius sermone conscripti sunt, postea autem succedenti temporc in latina lingua translati sunt. Et quia difficiU' est, ut simplicius aliquid ex alia lingua transferalur in alteram, simulque et illud accidit, ut in tantis temporibus scriptores aut non intelligcntes aut dormi,

el

breviario Bracarense,

Lugo metrópoli

ser

,

sino des-

multa prwtermittant;

tantes,

et

prop-

terca in ipsos canojies aliqua apud simpliciores videantur obscura ; ideo visum est , ut cum omni diligentia et ea quce per translatores obscurius dicta ,

ea quce per scriptores sunt iinmulata simplicius, et emendatius restaurarem: hoc simul observans, ut illa qun; ad episcopos vel universum pertinent clerum, una parte conscripta sint: sunt

,

et ,

similiter etquce

muí

sint

ad

laicos pertinent, si-

adúnala; ut de quo capitulo

aliquis'scire voluerit, possitceleriusin-

venire. S. Martin Brac.

España Sagrada.

158

pues del concilio II Bracarenporque se , tenido en el 572 este es el primero que consta despues de la metrópoli Lucense ; y no se hizo entonces la publicación pues en tal caso no hablara S. Martin con solos los obispos de Lugo, sino con todos los que actualmente se hallaban congregados en el II de Braga y asi fué después como la colocan los libros conciliares ; pero antes del 579, cerca del cual murió el santo, como probaremos en su sitio. ,

,

:

,

§

V.

Tral. ¡II, cap. III. to

no el

prueba instrumen-

á las

demás par-

por esto

y

que sea legítimo

En cuanto

to.

se

que no constan por otro lado, digo que tampoco meretes

ce crédito,

Lo

87

mador suceso

distó

muchos

como

,

porque

1.°,

for-

siglos del

probó

se

el

al

mos-

que no es escritura original, sino del tiempo de los repues aun la yes de Asturias mención del concilio de Lugo no antecede al fin del siglo nono, en que se lee en el cronicon Iriense y desde el año 570, en que murió el rey Teodomiro, hasta el fin del siglo IX van mas de trescientrar

;

;

muy

Motivos que muestran no hacer

tos años

fé la escritura en que estriba el concilio de Lugo.

para afirmar lo de antes del

86

Hemos dicho que

la es-

critura intitulada Concilio de

Lugo no cuanto á

es la

autenticable

en

parte de que es-

metropoH en concilio celebrado en dia y que aunque hubiese concilio actual en Lugo cuando S. Martin dirigió su colección de cánones á Nitigio, no se prueba esto por las pa-

ta

iglesia

se

erigiese

;

labras del santo

,

ni

fué este

sínodo aquel en que se hizo Lugo metrópoli , sino otro poslerior; y asi en cuanto á es-

570

,

espacio

dilatado

alegar testigo, y teniendo contra si razones poderosas , que es donde está la fuerza de esta clase de argumentos ; pues en lo que no haya cosa urgente en contra, no sin

alego el silencio de autores ó instrumentos mas antiguos; pero si á la falta de testimonios se juntan otras cosas de peso, no obliga el dicho de escritor muy posterior á que le demos

sucede aqui, por lo que se ha propuesto y lo que se expondrá y aun por sola la distancia del siglo en crédito

:

y

asi

:

que se formó

esta

escritura,

Del concilio de Lufjo.

de esto. Lo principal que debia proponer, es lo que se actuó en el concilio; y pues de esto no hizo caso y toda la atención la enderezó á los términos de los obispados, es temible que el fin de haber forniado este instrumento fué el de la extensión de alguna silla, como diré después, 89 Lo 5.", porque en tiempo de los suevos no se formó instrumento conciliar en que se determinase á cada obispo el número de parroquias que habia de gozar , cual se singulariza en estas actas. Infiérese esto, no solo de que el producido no es del tiempo de los suevos, sino de que si se hubiera escrito la división de los trece obispados, parece moraímente imposible que seme-

confesó el 1*. fíivaí' , (iiie no hace plena fé sobre que Imbiese habido tal concilio en Lugo Certe Collector lomje

olio

:

recentioris sívculi fuit,

,

qunm

opporteret, ul tk ceiebrato con-

/ídem facerct indubilatam. Asi lo pronunció sobre Máximo, pág. 452, n. 90, no obstante que anduvo tan franco en esta materia, que admitió hasta cuatro concilios en Lugo en tiempo de S. Martin Bracarense pero la fuerza de del contexto de la la razou misma escritura, le obligó á decir que no merecía fé por la distancia de tiempos. 88 Lo 2.", por la incertidumbre con que procede en señalar el principal motivo del concilio ; diciendo que fué para confirmar la fé católica, ó para diversas causas de la cilio

;

Iglesia.

Este

modo

jante escritura se hubiese des-

aparecido; porque instrumen-

disyunti-

de uno ú otro , es de quien ignora el motivo determinado; por lo que se vá con tiento y para no errarlo recurrió á esto ó aquello. Bien sé que en tiempo de los godos solia to-

vo

dia

,

ni este escri-

de aquellos tiempos, ni el modo superficial con que toca el principal asunto del concilio indica que cuidó mu-

se transcribiese

,

marse la partícula vel copulativamente, como se declarará en pero

que

para cada iglesia , á fin que cada uno supiese lo que era suyo por sentencia conciliar y que ninguna traspasase sus términos. Pues siendo trece las silias , ¿cómo es posible que en ninguna se hallase; especial-

,

;

común

á todas las iglesias en materia de límites, pe-

to

,

otra parte

159

tor fué

'

mente siendo aquellas iglesias las que estuvieron menos tiempo en poder de los moros por ,

España Sagrada. 100 lo que tuvieron rnas oportunidad para conservar sus monumentos? Y no hallándose ni aun mención auténtica de que hubiese tal división de parroquias en concilio de Lugo, ¿por qué razón se ha de creer á un instrumento que por si no

hace

fé?

90

Demás de

es-

esto, la

critura de que hablamos solo se halló en Lugo , sin que ha-

ya rastro de ella en tantos libros de concilios de suevos y de godos como se guardan en el Escorial y en Toledo pues don Juan Bautista Pérez que los manejó gloriosamente, no menni cionó tal concilio de Lugo tal división de obispados escriturada en sínodo, ni aun el según preItacio de Oviedo ;

,

,

,

viene Morales, Hb. 11, cap. 59, y es de notar que aquel libro se escribió al principio del

glo XII,

como

si-

se dirá después;

y aunque pone la división de síllas délos suevos, dice que se hizo en el I de Braga. Y ver que solo en Lugo se halló tal instrumento y no en el insigne códice de concilios de la tal iglesia, que se intitula Co,

dex Luc&nsís, el mas antiguo de los del Escorial es prueba que se formó después de ha,

de cony separadamente, co-

berse escrito cilios,

el libro

Trat. 11!, cap. III. ino cosa diversa,

01

Añádese, que la iglesia mas dolada en tal escritura es la de Lugo como después se ,

luego el hallarse solamente en este archivo hace sospechosa su invención. Si dijeres que Vaseo alega también este instrumento como existente en Braga, respondo que esto no fué asi desde el principio ; porque en el siglo XII todavía no se hallaba en aquel archivo como consta por la sentencia de Inocencio III en el pleito de esta iglesia con la de Santiago , donde respondiendo el Bracarense á los alegatos de su competidor , y estableciendo su intento recurrió para probarle al concilio verá:

,

,

Lucense de que hablamos

,

ci-

como

hallado en el libro de que usaba el arzobispo de Santiago; In eodem quater-

tándole

Papa hablando con el Gompostelano y exponiendo los alegatos del de Braga,

no

,

dice el

,

quem contra Bracareiisem proLucense Concilium est inventum. Aqui vemos que este instrumento se halló en cuaderno de instrumentos exhibidos por el arzobispo de Santiago y por tanto no le habia antes en el archivo de Braga que estaría bien registrado para el pleito. Desde que se duxisti

,

;

,

,

KU Del concilio de Lugo. vienen los testimonios de los descubrió en el cuaderno citaque traían sobre esta divisiou do, pasó á Uraga, porque fade obispados y parro({uias. vorecia nuiclio á su pretensión; y asi el único archivo fué el Lobera en la segunda parte de de Lugo, naciendo allí por la \'ásCrundc

uno animo, covdcquc per-

est)

auctorilate etiam Si'dis Apostolice; S. Petri, cujits laja- 3.

fecio\

tioneni hvti excepinuia , lU cuncta

quw essent taní Sedi

conlra-

qiiam eliam Ecclesiis Dei, seu Scdilms, perscrutaremur, ria,

perscrutaía covviíjeremas, cuní consilio omnium Episcopoel

riim, til Christi menibra essent ¿ti pace. Perquirentes vero dili- 4. genler ordinem Ecclesiaslicum,

invenimus Dicecesales imiuscujusque Civilaüs divariatos ab aucloritate

*

antiqíia

Pagano-^'"'-

rum persecutione.

Quodstiidio-Zs se perquirentes cuní ejusdem Provincial Pontificihus, in eo^ dem Concilio Lucensi adunalis, 5.

ut potuinms, per veritateni an-

tiquamunicuique tribuinius

Civilati suaní

di^'/initioneni

,

seu

in Deitate perfecta, cvactissirne qucccumque sunt, tam prcoterita, quam futura, inspicit, ordinat, atque disponit, ut Do-

portionem,ac per Villar uní, cacuminaqiie montium, seu antiquorum Casíror uní, velarcha-

minus) ipsorum Ccelorum Rege

términos ingessimus, ne Ecclesia contra Ecclesiam disceptans, alterius términos invade-

inclyto inspirante, seu opitulan2. le

:

Ego Theodomirus Rex, cog-

nomeiito 3Iirus, GalUecim tolius provinciw Rex, Dei ejusque Genitricis gloriosce Marica, ceterortimque Sanctorum , cupiens famidas esse, et servulus, co-

,

rum

co/i/íw/m

(asi lo trae

Bivar)

eis

atque eos propriis subscriptionibus adnotavimus. Concilio &. etiam Br acara} congrégalo se-

ret;

cundo, simili modo, veritate reperla, confirmatum

esV, prccsí-

adunato nutu Del Concilio in dente in eadem Urbe Martino Lucensi jam pr(efatal provincim 'Episcopo. Concessimus etiam Urbe, omnium Catholicorum Ecclesiw Lucensi Sanctce Mar i(e Episcoporum, seu Religiosorum sicutpoluimus per verilatem exvirorum (ubi ab ipsis intímala quirere ab antiquis undecim ,

10

España Sagrada.

i

Comitatits, scilicet, Seinos,

vareos,

et

Cairoya,

etc.,

Ca-

Tvat. II í, cap. III.

Sedis Episcopo, dUigenUssime exquisüas, per antiqíiorum vi-

qiios

rorum scienüam, seu saipturarum seriem vetustarum re-

Comitatusnndecimpropriisno"i.minUnis desUjnavimus: Nitigio cjiísdcm Civitatis Episcopo con-

perlas studiosissime; post perac-

jam ¿n Archiepiscopatnm, communi Concilio to-

tam Bracarensium {asi dice) Sy-

cedente, qui

nodum secundam,

Ecclesice Lucensi fuerat electus.

ibidem in diebus gloriosissimi Domini Mironis liegis, sub era DCX, in

Comitatns vero

prcesentia ipsius Regís, et

tius Provincia} Galloicios,

tali

8. tiuntur. Coniitatus

eidem

omniiim Catholicorum Magnatum

tenor e for-

primus Fia-

mosis oritur, ubi intrat fliünen Naira in Mineo, etc. Secundus vero Comitatus oritur, ubi ingreditur ¡lumen Rovem in Mineo, etc. Tertius Comitatus dicitur Naviensis; oritur in

campo fur-

Quartus Comitatus Sai^riensis dicitur-, levat se in Penam majorem, etc. Quintus Comitatus Paramiensis nuncupatur; incipit ubi intrat Sarria in co,etc.

totius Provincice Gallcccüe; ads-

antibus Episcopis ipsius Provincioe universis, tam in Bracarensi cautione, qnam etiam

ex Lucensis Ecclesice dominatione, diffinitum, atqiie landatum est, et ah ipso Rege Clemeniissimo confirniatum ne ínter Ecclesiam Lucensem, et :

ceteras sibi vicinas, aliqua ori-

retur disceptatio,

aiit zizanice

Sextus dicitur Pallarensis; oritur, ubi ingreditur jlumenArgundiinSaliceda,etc. Septimus Comitatus Decensis nuncupatur; originem suam in

superseminatio sed sicut in Concilio Lucensi unicuique Ci-U vitati sum traditm sunt Parochice per determinaUones antiquorum Castrorum, et flumi-

monteSummo,

num,

Neira,

etc.

etc.

Octavus Co-

mitatus Durrieiuis dicitur; vat se in monte Summo,

etc.

le-

^0-

nus Comitatus dicitur Uliensis; incipit ci monte de Espino, etc. Decimus Comitatus Nallarensis

:

ita perseverent; ut velint

omnia menibra

Christi esse in

pace in unitate Fidei Catholicae. Episcopi omnes, qui affuerunt,

liis

gestis subscripserunt:i\

Undecimus

Martinus Bracarensis Sedis Metropolitanus subscripsi. Lucre-

Comitatus Monte Negreusis di-

tius Colibriensis Ecclesice Epis-

citur, et incipit

copus subscripsi. Sar diñar ius Lamecensis Ecclesiam Episcopus subscripsi. EgoipseNitigius Lucensis Ecclesice Metropolitanus

dicitur; incipit, etc.

,

etc.

*

Has itaque determinaUones

í).

Comitatuum, seu diffmitiones, cí

me

Nitigio, ntitu Dei Lucensis

105

Del conci lio de Lugo. his gcstis subscripsi. Iricnsis

Tudemis Epis-

honra lo que es ap()cr¡fo, como sucede en esto; pues Li santa iglesia de Lugo tiene tantas glorias verdaderas que la hace no poca injuria quien la quiera desdorar con lisonjas de instrumentos supuestos. 97 Que esta escritura no sea ni auténtica ni del tiempo de los suevos, ya lo notó el P. Yañez en su obra de Era y fechas de España; pues en su tomo 2, p. 445, previene que Lugo no se erigió metropolitana por licencia ó confirmación pontificia, y á lo que se lee aqui, núm. o, dice que es adicion de algún devoto. En la p. 502 añade, que esta relación es permixta y muy tarda respecto de los suevos: «porque en ))esla también se demarcan tér))minos, variados por autoridad

Remisol Visensis Ecclesice Episcopus l¡is gestis subscripsi. Adorius Egltaniív Eccleskc Episcopus subscripsi.

Viator Manetensis Ecclesiw Episcopus subscripsi.

subscripsi.

Machis Briloniensis

Ecclesice

Episcopus subscripsi. 96 Esta escritura es claramente un comentario formado para apéndice de la primera; pues no constando en aquella mas que los once condados en común, le pareció preciso al formador que aquello pedia una mas individual demarcación, y esto en escritura aparte, pues si se ingeria en la primera, como se halla en el tom. 2 de las Mem. de Braga, p. 851, seria muy notable el que viesen tanta dilatación en la iglesia de Lugo, y se haria mas sospechoso que esto fué el origen se dirá en la

Lugo de

de

injuriar á nadie, siuo

ociuTir á que no se tenga por

copus Ecclesiw stéscripsi. Polimus Austuriensis Episcopus Ecclesice

empeño

Episcopus

Ecclesüv,

subscripsi. Avila

Andreas

de todo, como

Vamba

sobre

Asturias. Pero el

el

que

formó esta segunda escritura se alucinó mucho mas que en la primera; y con la voluntaria expresión de que los nombres Teodomiro y Miro fueron propios de un rey, ha hecho alucinar á muchos. No es nuestro

,

«antigua

»de

los

,

en

la

paganos

persecución (n.

4),

y es

«cláusula posterior á la irrup»cion de los moros y no del » tiempo

de Nitigio. Intitula convidados alas fehgresias ó conce))jos; y en tiempo de los suevos «como de los godos era otra ía «significación del título de con-

condados y comitivas, «como consta de Casiodoro.» Asi Yañez. «des,

Registrando sus cláusulas

,

mas adentro

hallarás que des-

España Saíjrada.

1()6

de

primera es imperfecta esta escritm'a, pues se queda sin sentido y remate el primer punto de eijo cupiens, á cuyo participio falta verbo que haga perfecta la oración. Lo ^. ", el rey es el que empieza la escritura, y Nitigio es el que la acaba sin volver á mencionar mas al rey, sino solo para la

,

decir que la coníirmó; y empezando la escritura en nombre del rey , y diciendo Nitigio lo

de su confirmación, no

se halla

firma del rey ni era del tiempo de la tal escritura,

habiéndola del concilio antecedente de Braga; lo que basta para que no haga fé semejante instrumento. Loo.", dice , que en el concilio II de Braga se confirmó el asunto, y nadie ha descubierto hasta ahora cláusula ni actas en quesetocase este punto. Lo 4-.% quien lea el latin de los con-

de Braga y

de esta escritura, verá lo que dista un estilo de otro; pues el de esta se halla lleno de impropias locuciones muy ajenas del tiempo de los suevos: Comitatus oritur, levat se etc.; y usa la voz arzobispado (n. 7), cosa nunca oida en España por aquel tiempo ni usada mucho después, con otras voees ajenas de aquel siglo, como el Comitatus, que previno

cilios

el

,

Trat. III, cap. III.

Yañez, Pallares

,

Monte-Espi-

no, etc.

98

Lo 5.°,

que designó

dice,

antes los condados por sus propios

nombres

,

cuando ya

es-

taba Nitigio electo en el arzobispado; y no hay tal designación por propios nombres hasta ahora , por cuanto la escritura precedente solo mencio-

número de los once condados. Lo Q>.\ dice, que en el concilio de Lugo se expresa-

na

el

ron los términos de los obispados por cotos de las villas y rios (n. 10), y no hay mención de rios, sino solo en la diposterior

visión

atribuida

á

Vamba. Lo l.\ dice de Lugo que ya por entonces era ciudad de la provincia de Gá(n. 2),

licia;

como

si

Lugo hubiera

si-

do antes ciudad de otra provincia: declarando en esto, que cuando se formóla escritura habian empezado las dudas del

Lugo de

Galicia y el de Asturias; pero nunca Asturias hi-

zo provincia aparte de Galicia, pues ó fué parte de la provincia Tarraconense y España Citerior, ó tocó á la Galicia

desde que esta se dividió

de

aquella,

99

Lo

8.°,

bió legacía de

que

el

Roma

rey reciexpedi,

de que Lugo se erigiese metrópoli por autoridad pontificia, y para que no

da para

el fin

Del concilio de Lugo. 107 misol se decretase nada que fuese y lo contrario consta expresamente por el concil. II contrario á la sede Apostólica de Hraga; donde en el exordio ni á las demás iglesias. Ksto ya se ponen primero los dos medijo Yañez ([ue era dictado por algun devoto ; y en el todo de tropolitanos y luego los demas por sus antigüedades , y la cláusula se vé que es posasi en él como en las suscripterior á los moros, porcjue los suevos ni los godos no usa- clones j)recede Remisol á Luron de estos recursos ; antes creció. Esto basta para que se conozca que el que dictó esta bien los concilios se juntaban por precepto del rey, como se escritura no era ni de tiempo vé en estos de Braga: ni el su- de Nitigio, ni del rey Miro, simo respeto que España tuvo no posterior á los moros, como previno Yañez ; y por tansiempre á la sede Apostólica, y (lalicia lo tenia ya mostra- to no puede dar fé al instrudo en su concil. 1. Bracar., dio mentó que no solo está destituido de testimonio del tiemlugar á que viniese legado á po de los suevos, sino forjainipedir perjuicios de la silla romana ; no siendo imagina- do con muy poca armonia y no poca disonancia de térmible cosa en que entonces punos, como podrá conocer sobre diese ser perjudicada. Lo 9.°, lo dicho el que le quiera exapervirtió el orden de las susminar con mas escrúpulo, escri pelones contra la disciplina pecialmente acudiendo al tode aquel tiempo ; pues á obis' pos sufragáneos de Braga los mo I de los Anales de Galicia, puso después del Lucense, cua- pág. 406, donde se pone con diversa lección de la publicaíes son Remisol, Adorio y Viada por Bivar , y toda entera; tor ; y á Nitigio le puso entre sufragáneos de Braga debien- en parte con diversidad matedo ponerle ó antes de todos ó rial , y en todo con muestras mas extensas del ningún crésirdespués de los de Braga viendo de cabeza á los de su dito que merece, pues en lo mas no se puede formar una partido, como se vé en el conbuena oración latina de senticil. IIBracarense, quesehabia ya celebrado por estos mismos do perfecto , y tan llena de solecismos, que muestra bien la obispos, 100 De aqui se descubre barbarie del siglo en que se hizo: usque in ftumine, pro otro yerro pues Lucrecio íirma como mas antiguo que Re- ipso flumine, per ilumine, ad ;

,

,

,

,

,

España Sagrada.

1()8

flumine, per illa Serra, super iiionte Calvo, ad illo Castro, ad primo monte, ad illa ponte, etc.. de modo que solo ignorando el lutin que se usaba en el sise glo VI, ó ignorando latin ,

podrá atribuir á tal mejante escritura ; y entre las cosas que incluyó Bivar en el etc. del segundo condado se lee en Huerta per illam antisiglo se-

quam Veredam,

voz bárbara

para los latinos y familiar á nuestra lengua vulgar ; pues Veredus y el latino conoció Veredarius pero Vereda no creo que liaya ejemplar de haber sido conocida por los ,

latinos

,

ni

la

mencionan sus

diccionarios, asi

no usó de

como ningu-

las infelices frases

y

concordancias, ó discordancias, de que todo este instrumento está

manchado.

Yo me ínchno

á que esta escritura se introdujo cerca del tiempo en que se inven-

101

que se atribuye á Yamba; ya por lo que apunté sobre los cotos de rios, y ya por lo del Lugo de Asturias, como también por lo que insiste en obviar discordias de frases obispos y de iglesias conformes con las de la otra tó la división

,

pieza.

102

De

esta facilidad se si-

guió otra en favor de la iglesia de Braga ; pues viendo algún

Traí. III, cap. IIÍ.

apasionado lo que se escril)ia de Lugo , no quiso que fuese Braga menos en sus límites, y asi forjó otra escritura, en que dice que

no

solo

Braga, excedían á diócesis en límites

Lugo

sino

demás

las ,

,

poniéndo-

muy

despacio á contar los respectivos á esta iglesia. Y añade que la razón de metrópolí en Lugo no eximia á los obispos sufragáneos de la autoridad, dignidad y reverencia del Bracarense inten-

se

:

tando con esto abrir rumbo al empeño de la Primacía. Pero toda la escritura está tan mal tramada , que no parecía dígna de que la sacase á luz en nuestros días el P. Contador de Aí'gote (en su tomo 2 de las Memor. de Braga, \íkg. H51) no solo por los desaciertos de su texto latino , sino por la sentencia que traduce en portugués, y yo en castellano, Martin arzobispo de toda la proviíicia de Galicia; pues ya notó este autor que era obra muy moderna, posteriora los godos, aquella en que Nitigio se intitula arzobispo (p. 757), y bien podía conocer , que tanto re-

pugnaba entonces este dictado al prelado de Braga como al de Lugo. Que la metrópoH aumentada en Galicia fué la de Lugo de este reino llamado Lucus ,

100 Del concilio de Lugo. por lo dicho núm. 02. Que AiKjusli y no en Lugo de Asestos no pasaron de cinro, se turias, se mostrará en su sitio, prueba, por cuanto antes de este tiempo hallamos oclio § VIL obispados en aquella proviniQué iglesias se hicieroncpisco- cia, como se vé por el concilio I de Braga; y como nunca pales en tiempo de los snevost llegaron mas que á trece, se siGalicia en su mayor' extensión nunca tuvo mas que trece obis- gue que no pudieron erigirse pados. de nuevo mas que cinco. Que en Galicia nunca pasaron de 103 Es no poco de admi- trece los obispos, consta por rar el silencio que se halla en el concilio II de Braga, que los autores sobre la investífué el que se tuvo después de gacion de los obispados que las sillas aumentadas , y donde se dicen erigidos de nuevo en concurrieron los prelados de el concibo de Lugo ; siendo una y otra metrópoli con totan importante para la averidos sus sufragáneos, y no comguacion de la antigüedad de pusieron en todos mas que trelas iglesias, y hallándose recice, según lo prevenido núm. 02, bida comunmente por legítima sobre Dume. Lo mismo calila escritura en que esto se retica el colector de las actas fiere. Ya dijimos que por lo de este concilio de Lugo; pues que toca á la cláusula de erec- no señaló términos mas que á cion de algunas nuevas sillas, treceiglesias.Lomismo, enfin, solo teníamos que oponer el resulta por combinación de las silencio que en punto tan casuscripciones de los concipital observó el colector de las líos de España pues no hay actas del concilio. Ello es punconocida otra alguna iglesia to bien oscuro; pero pondré que fuera de las trece fuese primero lo que se puede pro- episcopal en tiempo de los suebar, para que sirva de luz á lo vos y tocase á Galicia ; y asi que pende de verosimilitud y el leerse en el catálogo de conjeturas. Lóaysa, que pondremos des10 i Que en tiempo del rey pues, catorce catedrales, es suevo Teodomiro se erigieron yerro de copiantes, que escrialgunos obispados, como ex- bieron á Vélica la cual jamás presan las actas referidas, no suena en concilios ni en los parece que se puede negar demás catálogos, ni aun entre ;

,

TOMO

IV.

22

España Sagrada.

170

geógrafos

los

(ialicia.

De

lo

que tratan de que resulta, que

apoyo auténtico

sin

dijo (5 wí?i'-

en las notas á S. León, que Aguirre transcribió en su t. 2,p. 204, 7Z. 61, qne quince á lo menos fueron los obispos de Galicia, cuando á lo mas solo se prueban trece. 105 De estos consta que no se erigieron de nuevo los de Braga y Lugo, porque mucho antes hallamos mención de tales sillas, como se vio en el tratado precedente n, 177. Tampoco fueron las de Iria y Dume, pues sus obispos Andrés y Martin asistieron al I de Braga, donde se hallan sus nombres, y en el 11 la expresion de las iglesias referidas, Tampoco fué Astorga de las nuevas, porque en el siglo antecedente consta que era episcopal, como se lee en el eronicon de Idacio. Tenemos, pues, que de los ocho obispados cuyos prelados asistieron al Bracarense 1 los cinco fueron de las iglesias señaladas, y asi no fueron estas sillas de las nelj

,

,

nuevas.

106

Cuáles fueron las tres restantes que existian en tiem-

Trnt. líl, cap. III.

po del primer concilio de Braga, es punto mas oscuro, Loaysa, sobre las suscripciones de aquel sínodo, pág. 123, dijo que Luccncio, cuya firrna se halla en el cuarto lugar, fué obispo de (^oimbra, deduciéndolo de que en el concilio 11 de Braga firma por aquella iglesia Lucencio ó Lucecio, y previene

pág. 172, que asi se debe leer y no Lucreció. Padilla sintió lo mis-

mo, y

antes de

uno y otro

lo

Morales. Dado esto, se deberá añadir á las iglesias precedentes la de Coimbra; pero parece que no puede subsistir aquella prueba, porque si Lucencio del concibo 1 fue-

dijo

asi

ra el

mismo que Litcmo

del

II,

parece que habia de ser mas antiguo que Remisol, el cual no se halla entre los obispos del Bracarense I ; y siendo mas antiguo Lucencio que Remisol, habia de firmar primero, por estar asi mandado en el 1 de Braga, canon 6, y no sucede asi. Para esto es necesario poner por delante el orden de suscripciones de uno y otro concilio.

Del concilio de Iaujo.

OBISPOS DEL CONCILIO

IUV.VCAKIlNSK.

I

Lucrecio.

5.

Mai'tin.

2. lldei'ico.

().

Timoteo.

Andrés. 4. Lucencio.

7.

Coito.

8.

Malioso.

1.

3.

De

ITl

estos solo se sabe

Iria y Martin

(¡110

Lucrecio era de Braija

'

,

Andrés de

de Dume.

OBISPOS DEL CONCILIO

II

Por i.

Martin, Bracarense.

1.

2.

Remisol

2.

,

Vísense.

BRACARENSE. de Lugo. Nitigio, Lucense. la metrópoli

Andrés Iriense. Wilimer, Auriense. Avila, Tudense. ,

Lucecio, Conimhricense. .4. Adorio, Egilaniense. 5. Sardinario, Lamecense.

4.

6. Viator, Maguetense.

6. Mailoc, Biitoniense.

5.

o.

107 Aqui ves que de los del primer concilio solo AnMartin alcanzaron el segundo, pues Lucencio y Lucecio tienen alguna diferencia; y aunque sean uno mismo, consta que Remisol no asistió al primero, y asi si no era obispo entonces y lo era Lucecio, habia de ser este mas antiguo, y por consiguiente íirmar primero. Sucede lo contrario; luego parece que el Lu-

drés y

cecio del concilio del

11

es diverso



I.

He

108

puesto

asi esta ins-

no para oponerme á que Lucencio fuese obispo de Coimbra y el mismo que asistancia

,

tió al

II

Bracarense

,

sino an-

5. Polemio, Asturiense.

para insistir en ello, porque desatando este argumentó, que es el único que se me ofrece en contra , quedará tes bien

mas

acrisolada la sentencia

,

y

se abre puerta para la antigüe-

dad de otras dos sillas. Digo, pues, que Lucecio del segundo

mismo Lucencio primero, porque el del U

concilio es el

del

llama también Lucencio en algunos códices, sin diferencia alguna del que asistió al I, como se lee en el margen de Loaysa, pág. 171, y en el texto de la pág. 172. Y explise

cando su iglesia de Coimbra en el segundo concilio, sirve esto de prueba para saber que fué Con imbrícense el Lucen-

España Sagrada. Trat.

17:2

que

ocho que constan por las firmas de otros tantos prelados; y el restante fué este de Viseo, que no asistió al con-

primero; pues por el mismo motivo convienen los autores en que Andrés del 1 fue Iriense y Martin J)umiense, que luego ascendió á Braga , solo por convenir estas iglesias á los nombres de los que asistieron á cío

asistió

dos

al

,

uno y otro

concilio,

manifiesta en del

II.

las

como

mismo en Lucencio,

lo

se le de-

sillas.

109 De aquí se sigue que tampoco la de Viseo se debe contar entre las añadidas, sino entre las antiguas ; porque Remisol era obispo antes del concilio I Bracarense como consta por llevar la antigüedad á Lucencio y ser el mas antiguo de todos los de su me,

trópoli.

Por tanto

se infiere

que

no asistir al I concilio fué por enfermedad ú otra ausencia precisa ; pues si no fuera el

obispo en aquel tiempo, y mas antiguo que el de Coimbra, no hubiera llevado la precedencia á este.

110

Sigúese, que en tiempo del concilio I de Braga habla en Galicia nueve obispa-

los

Y

consiguientemente las sillas aumentadas no fueron mas que cuatro, pues nunca compusieron en todas mas que tre^ ce, ni parece que se descubre fundamento mas que para reconocer cuatro de origen del tiempo de los suevos. De estas pertenecieron tres á la metrópoli de Braga y una á la de

se

be reconocer por Conimbricense; y por tanto esta iglesia no es de las añadidas de nuevo, pues se halló su prelado en el I de Braga, que antecedió al del aumento de las

:

cilio.

expresiones

Luego verificándose

III, cap. 111.

"

Lugo. 111

De

de Braga una fué Egitania, hoy Idaña. Asi lo reconoce el moderno académico lusitano Pereyra en las las

Memorias que

sobre esta iglesia, part. 1, cap. 6, en fuerza de que hasta este tiempo de los suevos no se. halla mención alguna de tal silla, Añado, que el motivo propuesto en la carta del rey Teodoniiro sobre el aumento de obis-

pados

escribió

gran dilatacion de las diócesis , en ninguna parte se veritica mejor que en esta del Mediodía de su reino ; porque solo por la parte de Idaña prevalecía mas la ,

esto es

,

la

extensión (no existiendo antes esta silla), á vista de

que desde

Mérida no habia ningun obispo en medio; y si ya Idafía fuera episcopal, no haViseo á

bia por esta parte motivo pa-

173 Del concilio de Lwjo. ra la propuesta del rey. ConsHa silla. Yo añado, que en las lando, pues, que se deben adsuscri[)cionesdel concilio II Bramitir sillas nuevas después del carcnse se sigue al de Egitaprimer concilio de Braga, ninnia el Lamecense en penúltiguna mejor que ídnÍM, en fuer- mo lugar, de suerte que el Kgiza de su situación y el íin de taniense Lamecense y IMagocurrir á la gran dilatación de netense son los tres últimos, las diócesis, como conocerás y por tanto prelados menos por la vista del mapa. Júntase antiguos; lo que apoya que que esta ciudad no compite en estos eran los recien electos, nombre con otras, y asi no Júntase que í.amcgo es ciuprueba tanta antigüedad en ex- dad desconocida en tiempo de ,

celencia.

112

La segunda

silla

del

tiempo de los suevos es PortOy cuyo obispo Viator firma con título de Mnguetense en el II de Braga , por lo que se dirá en su

sitio.

De

esta defiende el ci-

tado Pereyra que no antecedio al concilio de Lugo {DiExegéticay nota o); y aunque el Sr. Acuña introduce cen los pseudo-cron icones obispos en esta iglesia desde el sisei't.

glo

y su adicionador Cerqtieyra Pinto lo pretende esforzar con todo eso no dá pruebas para que admitamos I

,

,

siendo mas autorizado lo dicho en el tomo 1, pág. 213, sobre el orígen de la voz Portugal. 115 La tercera fué Lamego. Asi el referido Pereyra en la Disertación Exegética, noaquella autoridad;

pág. 106, aunque no alega mas razón que el no haliarse antes mención de aqueta 1-4,

romanos

los

mos de

,

sin

que

sepa-

de los suevos y por tanto esta puede decirse erigida de nuevo, porque en caso de duda no ella

hasta

el

;

podemos recurrir para antigüedad de sillas á ciudades modernas, privando de este honor á las mas famosas y mas antiguas, cuando por otro lado el orden de las firmas fa-

vorece á lo expuesto, y aun el motivo que se tuvo de ocurrir á la dilatación de las diócesis prueba que Lamego no era episcopal pues si lo fuera cesaba aquel motivo, estando casi en medio de Dume y de Viseo de modo que ni aun hoy se halla aquella parte con mas sillas. Pero faltando esta , habia mucho territorio sin Pastor, como se vé en el mapa; y asi debe decirse una de las nuevas, 114 La aumentada en el convento de Lugo fué la Bri,

,

17

España Sagrada. que estuvo liácia Mon-

1

toniense,

doñedo, como se mostrará en su lugar. Consta esto por la gran dilatación de diócesis que en la carta del rey se pone por motivo para el aumento de sillas pues asi como antes de erigir á Idaña era mucho el espacio meridional sin obispado, también liabia de ;

ser dilatadísimo el del Norte,

antes del

propone

como mapa. Demás de

Britoniense, el

firma aquel prelado en último lugar, después de Poesto

obispo de Astorga lo que prueba la reciente ordenacion del Britoniense á visleinio

;

,

,

de que

precede uno que no era obispo en tiempo del I de Braga , aunque existia su silla : en lo que se vé que Astorga vacó después del Bracarense I y con todo eso era mas antiguo su obispo que el Britoniense luego este es de los nuevos, y mas nuevos, Añado, que esta ciudad no compite en nombre y excelencia con ninguna de las otras episcopales de Galicia; y asi la antigüedad de silla favorece mas á las otras , pues despues del siglo I se fueron colocando las cátedras pontificias en los pueblos mas sobresata

le

,

:

lientes,

como

se

deja dicho.

Mendez Sylva quiso introducir aqui una población antiquisi-

Trat. III, cap. III.

pero reconociéndola destruida antes del rey M¿7v, dice que la reedilicó este rey. Si esto fué asi, es cosa muy consiguíente que la elevase aquel principe á dignidad pontificia; y por tanto hay mas congruencia para que empezase en tiempo de los suevos, 115 El M. Yepes , en la centuria I de su Crónica, tomo I, fól. 240, dice ser cosa cierta que Orense fué uno de los obispados que se erigieron de nuevo en tiempo de los suevos. No dá pruebas, ni parece que las hay sino para lo contrario ; porque en el concilio II Bracarense vemos al obisina

;



con una antigüedad tan notable, que precede á los de Tuy y Astorga; y quien antecede á estos no parece de los nuevamente consagrados constando que Astorga era silla de las antiguas, y lo mismo debe confesarse en Tuy como luego diremos. Favorece al intento la antigüedad y excelencia de la ciudad de Orense, que no permite ser privada de este honor por los que andan tan liberales que le establecen en pueblos de mucho menor nombre y mas mo-

po de esta

iglesia

,

,

dernos.

Por las mismas razones se conoce que Tiiy no fué silla erigida nuevamente, vien-

116

175 Del cimcilio de ímijo. do quosii obispo procede al so veí'¡lie() en el nriloniensc. de Astorga, cuya iglesia era de 117 0(ra razón general las antiguas; y aunque su propara Tuy y Orense es (pie lado no tenia niuclios años de no se pueden admitir erigidos ordenación, por lo que se dijo de nuevo mas que cuatro ohisnúm. 11 i, con todo eso fué pados á visía de constar nueanlerior al aumento de sillas, ve antes del concilio Hracacomo se infiere de que prece- rense, y no hal)er sido nunca de al Britoniense, que es el mas que trece. Estos cualro único que entre los del partido nuevos no se deben atribuir de l.ugo puede decirse nuevo, á ciudades anlignas y famosas, por firmar en úllimo lugar, por despojándolas de silla, y pono ser conocida antes su ciu- niéndola en pueblos no conodad y por lo que se dirá en cidos antes. Luego teniendo, elnúm. siguiente. Precediendo, fuera de los nueve obispados pues, el de Tuy al de Astorga, antiguos, cuatro ciudades cuprelado mas antiguo que el Bri- yo nombre no puede competir toniense, debemos reconocer á con Tuy, etc., es mas autoriTuy por una de las iglesias an- zado el recurrir á estas cuatro liguas. Juntamente la gran- para el asunto de ser las sillas nuevas. Anadea esto ver que deza, antigüedad y fama de en el concilio li Hracarense íirla ciudad pide que no la neguemos este lionor, cuando no man en último lugar los prelahay fundamento convincente, dos de las cuatro iglesias señacomo no le bay; antes bien no ladas, Egitanía, Lamego, Magneto y Britonia, y juntándolo faltan autores que reconocen todo, tendrás por mas autoriá Tuy por silla de Ceponio, zable que solo estos pueden deobispo de Galicia al medio cirse nuevos, dcl siglo V como diremos en 118 El Sr. Loaysa quiso el' apéndice III, § i. Y aun atendiendo al fin de establecer señalar una iglesia mas en los nuevas sillas por evitar la di- prelados que concurrieron al I de Braga, y dijo que Cotto lalación de las diócesis , se inera obispo de Ampurias alefiere que no debieron recursiendo su sitúagando que asi consta por las rir á Tuy firmas del concilio II Bracacion muy inmediata á Braga; rense. Yo me admiro muclio y asi debieron atender á puede cómo se estamparon en blos mas distantes de las siHas antiguas, como se dijo y aquella obra de Loaysa estas ,

,

I

,

,

,

,

España Sagrada.

176

y otras cosas semejantes ; pues ni entre las suscripciones del concilio segundo hay tal Cot-

de Ampurias, ni cosa que tenga alusión á uno ó á otro. Fuera de esto, la silla de Ampurias era de la provincia Tarraconense, no de la Gallega; y asi para reconocerle asistente en Braga, eran necesarias unas pruebas convincentes de uniformidad en los códices ú otros comprincipios urgentes. Pero no hahiendo en el concilio II ni aun alusion á tal Cotto y tal iglesia, no alcanzo con qué razon escribió esto Loaysa, y lo copió Aguirre sin añadir alguna nota. El P. Fr. Juan Marieta, hablando de este concilio en su libro 20, cap. 21, puso á Cotto por obispo de Lugo. to, ni tal iglesia

Trat. III, cap. III.

Esto es menos descaminado; pero queda en linea de voluntario mientras no se autorice.

H9

que es diminuto el catálogo que después del concilio 11 Bracarense forma el Sr.Loaysa, previniendo que en aquel tiempo habia doce sillas catedrales

tir

la división

el

Entre todas las dieclevisiones de provincias siásticas de estos reinos que se hallan comunmente en los autores atribuvéndolas á diferentes príncipes,

medio

mo

,

es

la

total

número,

IV.

de los obispados de Lusitania hecha por godo Recesvinto.

120

del

número

eran trece, como se deja dicho; pero las firmas no fueron en aquel concilio mas que doce, por cuanto S. Martin retenia la dignidad episcopal del monasterio Dumiense, que habia sido fundación suya, y por su honor gozó cátedra pontificia. Conviene que se prevenga asi para que ninguno se equivoque en enGalicia. El

CAPITULO De

También debo adver-

del

solo esta,

siglo

sépti-

que excluye du-

das sobre su ser auténtico,

llí-

el

rey

reinando RecesvÍ7ito en España y siendo metropolitano de Mérida Orondo, que prezose

sidió

los concilios

VII y

VIII

Toledo en los años 64-6 y 653 y murió unos tres años después, á vista de que en el año 656 en que se tuvo el concilio X de Toledo estaba de

,

,

,

De

177

la división de Ltisitania.

vacante esta iglesia. De lo que

sedem reduceret

que esta división se hizo entre el año Gil) en que

llis

empezó á reinar Recesvinto, y el 656 en que habia fallecído Orondo. Consta esto por el único instrumento en que se

formula^

se deduce

lam

et

restauraret.

ergo juxla eamdem Regudecreto Sijnodico, judicii

suKclcmcntiíB confirmalione cid hanc Metvopolim el

reductis, etc.

era cosa notoria

Las actas de aquella 121 nueva división de provincia y concilio en que esto se dice aqui efectuado, no han parecido hasta ahora; pero es cons-

»casi á todos, que á instancia

tante el hecho, hallándose au-

»y representación del mencio«nadoOroncio, habia mandado » Recesvinto que se arreglasen »los términos de los obispados »de la provincia Lusitana y

tenticado en el expresado

ha mantenido la noticia de este hecho, que es el concilio de Mérida, en cuyo til. 8 se refiere

«como

nodo de Mérida, donde

sí-

se re-

como

cosa por entonces notoria, habiendo pa» sado entre el tiempo de la tal fiere esto

»sus parroquias, al método y «norma antigua de sus cano»nes, como efectivamente se

división y del concilio en que esto se contiene, mas de diez

«cumplió por decreto de con«cilio y forma judicial, á que »el rey añadió su Real contir«macion: Ómnibus pene cognitum manet, quomodo divi-

cómputos, pues la división se hizo antes del 656, y este último concilio Emeritense se tuvo en el 666, en que salen mas de los diez años.

na gratia, qiue cor Serenissimi, atque Clementissimi domini nostri, et Principis Recesvintki Regis in

manu

tenet,

años,

como

122

se vé cotejando los

De aqui

se

infiere,

contra lo que algunos han escrito,

que no

extinguió el

punto que se reino de los sueal

ubi vult, illud vertet , suggerente safictce memorifc sanetissimo viro Orontio Episcx)-

vos recobró la provincia Lusitánica su extensión primitiva; pues lo contrario consta en es-

po atiimum ejus ad pietatem moverit , nt términos hii-

te concilio,

et

,

jus Provincice Lusitanicw snis Episcopis,

cum

eorumque Paro-

ehiis^juxtapriorum Canonum sententias, ad nomen Provin\ciai, et Metropolitanam hanc TOMO

lY.

donde

se aneja la

restauración de sus antiguos

lí-

mites al tiempo de Recesvinto, esto es, después de la era 687 ó año 6i9, en que empezó á y habiendo mediado entre este tiempo y el del fin

reinar;

"

23

España Sagrada. Trat. 11!, cap. IV. 178 124 Cuáles fuesen los térde los suevos mas de sesenta y cuatro años, por lo expuesto minos antiguos á quienes se en el tomo 2, part. 2, cap. 1, arregló el estado moderno, restaurando lo alterado por los se infiere que en todo este essuevos, se deduce de este mispació posterior á la extinción de aquel reino, se mantuvo mo concilio y de las demarprovincia de Galicia en caciones de los geógrafos anla posesion de la dilatación que tiguos. Por el concilio vemos que asistieron á él y firtenia en tiempo de los suevos.

marón como sufragáneos de

Viendo el metrópolitaño Orondo que su provincia

Mérida tres obispos de los que en tiempo de los suevos pertenecieron á Braga, y ocho de los que nunca se apartaron de Mérida. Los constantes

123

Lusitánica se hallaba defraudada de la extensión de sus anti-

guos limites, en que llegaba hasta el Duero, y que el imperio de los suevos, que habia sido causa de aquella usurpacion, se habia ya extinguido tantos años antes, trató con la persona Real sobre que su metrópoH recobrase la antigua jurisdicción, que por diversidad de cetros se habia desmembrado y ya por unidad de principe civil debia restituirse al estado primitivo de cuando la Galicia y Lusitania reconocian un solo soberano, El rey favoreció la causa de esta iglesia, y mandando congregar un sínodo, se examinaron jurídicamente los límites de la provincia antigua Lusitánica, y según ellos se pro,

mulgó

la

conciliar

sentencia

que el rey con su Real confirmacion autorizó. Consta de lo que se expresa en el concilio.

fueron El El El El El

Pacense,

de de de de El de El de El de

Avila,

Lisboa,

Salamanca. Coria,

Osonoba. Ébora. Caliabria.

125

Por estos se conoce el estado en que se mantuvo la provincia de Lusitania cuya capital era Mérida desde los ,

,

caso presente;

suevos hasta en lo que se vé que solo por la parte del Norte se varió de lo antiguo, pues antes abrazaba hasta el Duero, y desde los suevos se terminó por el rio el

Mondego, que es el que Jjaña por Mediodía á Coimbra, y desde la embocadura de este

De

la división

en el mar se tiraba una linea para el Tajo, que le cortaba entre Ahraníes y Alcántara, como se muestra por la silla rio

de Egitanía. Con

esta estre-

chez se mantuvo esta provincia por espacio de unos noventa años, que mediaron desde la erección de nuevas sillas por los suevos, basta el caso de que

Y aun

abora se babla.

se

puede

añadir mucbo mas tiempo, pues antes de ser católicos los suevos poseían aquella parte de Lusítania; y por eso alegó Teodomiro que se necesitaba erigir mas obispados por ser muy ,

dilatado

el

dominio y pocos

los

obispos,

17ÍÍ de Lusitania. como sus sufragáneos al concilio de xMérida de G(í(>. No asistió el de Viseo porque esta iglesia se bailaba actualmente vacante, pues no firma ni por sí ni por vicario. Y que desde ,

Recesvinto perteneciese á Mé-' rida , consta lo 1.°, por estar dentro de los límites antiguos

de Lusitania,

Las iglesias que se agregaron á Mérida en tiempo de Recesvinto fueron EgitaWM, Coimbra, Lamegoy Viseo. Los tres primeros asistieron

es,

entre

Duero y Tajo. Lo 2.% porque

Lamego

se redujo á Mérida,

y

entre estas dos está la de Viseo,

mas cercana de Mérida que Lamego. Lo 3.°, porque ni el Visense asistió á Braga en el III concilio que se siguió á esta división de Recesvinto, ni se halia

126

esto

en

el

catálogo de

la

provín-

de Galicia que muestra el estado de la metrópoli de Braga posterior á este concilio de Mérida, que según se halla en Loaysa, p. 154, es cía

BRACAR/E METRÓPOLI SUBDIT.E. Bracara.

Iría.

Dumío.

Lugo.

Portucale.

Britonia.

Tude.

Astorica.

Auria.

127

Este catálogo es posterior á la división en que estamos; y por él se vé la alteracion que causó en Galicia la acción de Recesvinto; pues

desde los suevos Teodomiro y Miro, era estado propio de la provincia de Galicia el catálogo de las trece sillas de que ya se ha tratado. Pero des-

180 España Sagrada. Trat. III, cap. IV. de Kecesvinto quitaron á Ga- jurisdicción de aquellas cuatro licia cuatro, Egitania Coim- sillas. bra, Lamego y Viseo, como 128 Por esta división de se vé por la lista precedente. Recesvinto salió muy mejo,

El haberlas tenido fué correspondiente á las conquistas de los suevos, que solo por la parte de estos pueblos des-

provincia de Mérida, porque gozó de las sillas nuevamente erigidas por los sue-

membraron

nunca tuvo

que en tiempo de los romanos era de la Lusitania, y lo incorporaron con su reino. Por tanto fué congruente que extinguido el gobierno de estos principes, se restituyese Lusitania á su ser primitivo, recobrando la lo

,

rada

vos, Egitania y

forma siguiente:

Merita.

Exonoba.

11. Elbora. 12. Abela. 13. Salmantica.

6. Conimbria.

Viseo.

Añade allí Numantia,

catálogo á diciendo que es este

Zamora', lo que omito por lo que se dirá en su sitio. 129 Mantúvose en esta conformidad la metrópoli de Merita todo el tiempo restante de

godos

,

como

continuar en

memoria de

se infiere

por

los concilios

la

y porel concilio Emeritense se significa mantenerse en paz

que en

Lamego.

10. Cauria.

5. Egitania.

los

tempore Recesvintht).

9. Caliabria.

3. Olixibona.

7.



8.

2. Pace. 4.

Lamego, que

en tiempos anteriores; V asi desde entonces, esto es, antes del año G56, fué el estado de la provincia de Mérida el que se expresa en el catálogo Ovetense, que se halla en Loaysa, p. 134, en la

MERIT/E METRÓPOLI SUBDITA 1.

la

estas sillas,

lo decretado sobre esto

por

la

sínodo y del rey, sin que conste protestación ni réplica, sino antes bien comprobación de todo por el estado de los obispos de Galisentencia

del

congregados al concilio lil Bracarense, año 674, que ninguno fué de los aqui expresados sino solo de los pertenecientes á Braga según el catálogo antecedente. Después cia

,

De

de trasladada á la iglesia de Santiago de Galicia la razón de metrópoli Emeritense , se alteró la extensión de esta provincia por ocasión de un dilatado pleito que hubo entre los dos prelados de Braga y de Santiago, sobre la posesión de los cuatro sufragáneos agregados por Becesvinto á Mérida; pues alegando cada uno poderosas razones, se redujeron en tiempo de Innoc. III á una amigable composición , partiendo la diferencia de modo que Braga recobrase los dos y Santiago los otros dos.

A

esta se aplica-

ron las iglesias de Lamego y Egüatiia, y Braga se quedó con Coimbra y Viseo en fuerza de privilegios que Braga y no Santiago obtuvo sobre Vi-

Coim' que no obstante liaber sido de Braga antes de la metrópoli do Lugo,

seo^ y para resarcir con bra el obispado Iriense^

se aplicó

á Compostela. Esta

sentencia la hallarás en

el

apén-

por ser un compendio puntual de todo lo alegado por estas cuatro sillas con notable agudeza, en que se envuelven muchas buenas noticias, Hoy con la diversidad de dice

II,

principes civiles se halla varia-

antecedente como se verá en el estado actual de las provincias. Por ahora solo se trata del antiguo, y esto en

do todo

lo

,

cuanto á sola la línea de alteración de hmites de metrópolis, para que se vea á quién tocó en lo antiguo cada iglesia.

CAPÍTÜLO De

ISl

la dimsion de Lusitania.

V.

la división de obispados atribuida al tiempo del rey

Vamba.

Autores que no han aprobado esta división.

130

Entre todas las di visiones de obispados de que se tiene noticia , ninguna tan individual la

y

universal

como

que anda en nombre del

rey Vamba. Solo esta abrazó á todas las provincias de España , incluyendo la Galia Narbonense ; y como fué su

asunto general, ha sido

tam-

España Sagrada.

182

bien generalmente recibida y adoptada de escritores españoles y extranjeros, que sin examen se han ido siguiendo unos á otros por espacio de mas de seiscientos años. Esta universalidad y ancianidad ha

aumentado

de un particular examen; porque ya no solo hay que lidiar con el mismo instrumento , sino con el numeroso escuadron de los que le han usado. Años há que me hallaba persuadido á que la escritura en que se conserva la división de Vamba no es original ni del tiempo de los godos ; pero viendo la generalidad con que sin escrúpulo alguno usan de ella aun los críticos modernos , tampoco se me ofreció duda en la sustancia. Por tanto, dando por supuesto que hubo tal división, me puse á trabajar sobre todo lo que juzgué interpolado, por ser no pocas las cláusulas que efectivamente manifiestan no ser del tiempo á que las quisieron reducir, ni dignas de fé aun entre los que empiezan á saludar núesla dificultad

moderno

tras historias. Vi luego

go impreso en que esta

división

Vamba

un

plie-

se trataba

de atribuida á

recurriendo á la fuente de quien me persuadí dimanaba esta especie, logré noticia de algunos que no sin;

y

Trat. III, cap. V. tieron bien del presente instru-

mentó: conviene á saber, don Antonio Agustbi y D. Juan Bautista Pérez, varones consulares en la república de los doctos, y patricios de la nación de España, 131 No obstante que leí esto en la carta 25, que al fin de la Censura de historias fahulosas dio al público D. Gregorio Mayans no me desimpresionó de mi concepto el ver que el Sr. Perex> manífestó á D. Antonio Agustín muchas señales de ser cosa nueva y fulgida; porque no indi« las vidualizándose ninguna aplicaba yo á lo que juzgaha interpolado ó ingerido de nuevo. El limo. D. Antonio Agustín graduó á este instrumentó por cosa de moros, dudando y deseando saber sise hallaba en el escrito de RasiSy como la división atribuida á Constantino. Yo no pude indinarme á nada de esto porque la individual y molesta proligidad con que está fabricada la división de Vamba, no dá motivo á recurrir á ningún moro, pues este pudo equivocar mucho nuestras cosas, pero no ponerse tan despacio á fingir un documento de tanta im,

,

,

pertinencia y fatiga como es señalar los hmites de unas

ochenta

iglesias.

Á

lo

menos

De

yo no doscubro qué

ó qué intorés pudo inducir á un enemigo do la Iglesia para marcar por su arbitrio los confines de cada obispo cristiano en

Y

fin

aunque esto se podia exponer de que el Cl. varón D. Antonio Agusnuestros reinos.

tin

solo

quiso

asi

reducirlo

á

y no á mano, de los moros ; con todo eso en cosa tan recibida y sin pruebas que preponderasen á lo opuesto no me quise contentar con sola la autoridad extrínseca de la duda, lo2 Acudí, en fin, á quien consideré que me podia dar digna respuesta por ser tam-

tiempo

18o

la división del rey Varaba.

,

,

bien origen de mi duda. Escribí á D. Gregorio Mayans; y no solo me declaró su mente so-

bre reputar esta pieza por fingida, sino que me franqueó liberalmente un libro original de su hermano D. Juan Antonio Mayans, compuesto de varios apuntamientos ocurrentes según varia lección , pero tan eruditos , oportunos y recónditos, que muestran bien lo

mucho que de nar

al

público

,

alli

puede ma-

si

se riega su

estudio con la importante debida protección, por ser uno

de los primeros que en España pueden abonar al que dijo:

,

Sint Mcecenates,

Á

non deenmty Flacce^ Marones,

de esto quedé, no solo sin preocupación sino del todo persuadido á que el instrumento de que hablamos no es del tiempo de Vamba ni del reinado de los godos y que por mas extendido y recibído que se halle debe prevalecer la verdad ; porque por lo mismo que es interés en que se trata de todas las iglesias, hay mas obligación de examinarle y si se halla reo de formacion apócrifa no debe ser graduado de auténtico. No hay vista

,

,

,

,

;

,

cosa

mas opuesta

al

bien co-

mun

que falsear los instrumentos púbhcos aunque sea en pertenencias de una aldea ó una sola familia. ¿Pues qué será en materia eclesiástica y en punto general á todas las iglesias ? Un cuerpo tan sagrado tiene por lo mismo que es sagrado, mas derecho á que de ningún modo haya violación de sus papeles, civil,

,

,

133

En

creo que está la

verdad

;

y

caso

muy

presente descubierta

asi es

de interés

el

del público ofrecerle todos los principales fundamentos que

España Sagrada.

184

Trat. III, cap.

en su conjunto persuaden la ficcion. Varios autores habian

lar,

ya declarádose contra ella; pero parece que les sucedió lo que á mi de culpar varias partes sin condenar al todo. El maestro Bivar notó , sobre el año 559 de su Máximo pág. 449, que en este documento

critura en el

,

,

se

incluian

cosas

destituidas

aun de verosimilitud In quihus et sequeníibus multa dicun:

tur similítudine veri destituía, En las adiciones á S. Braulio,

pág. 82, se admira de las muchas mentiras que se amontonarón : Bone Deus quot sunt in his coagmentata mendacial El insigneD. Nicolás Antonio previno en la Censura de historias fabulosas, lib. 10, cap. 5, que ,

esta división estaba destituida

ye legítimos y antiguos testimomos. El maestro Gánrfíira, escritor de mi sagrada Rehgion, adelantó mas que otros, y liegó á conocer y proferir que el Itacio publicado por Loaysa, ni es concilio, ni parte de conciho , antes bien , dice, le tengo por supuesto ; con todo lo demás que referiremos despues. El P. D. Gerónimo Contador de Argote, clérigo regu-

V.

académico lusitano, impugna derechamente esta es-

tomo 2 de

las

Me-

morías del arzobispado de Braga lib. 4 , cap. 7., Dic. 2, pág. 759, como se irá notando. Entre los antiguos y primeros de todos se deben citar por esto, D. Antonio Agustin, y el señor Pérez , obispo de Segorbe. Algunos otros modernos no sintieron bien de la tal división en orden á varias individualidades; pero venció los estudios de todos el mencionado D. Juan Antonio Mayans, á quien defiero totalmente la palma probando con ar,

,

gumentos invencibles la falsedad y suposición de esta pieza en el todo de ella ; sin que haya recurso á graduar el instrumentó de precisamente interpotado, pues sus reflexiones muestran que no hubo tal division en tiempo del rey Vamba. Supongo que te hallarás preocupado por la comunísima opinion; y asi te pido que no des hasta que veas todo lo que se alega , porque no la sentencia

cada prueba en particular, sino el conjunto es el que mueve al juez.

De

la ílirisioii del leij

185

Vnniba.

anliguas á lin de conocer los términos que cada iglesia tuvo, juntó á todos los prelados y señaló á cada uno lo ([ue era suyo, con general aclamación. Las circunstancias de los escri,

§

II.

Pruébase que la división atribuida á Vamba carece de lodo apoijo aulénlico en los antiguos,

positivamente estuvo desconocida. No se hizo en el concilio XI de Toledo, ni pudo convenir d otro, según aquello en //

(¡ue

que convienen los mismos que la afirman.

134

primer urgentisimo reparo que saco del escrito de D. Juan Antonio Mayans es ver que este instruniento no ha sido conocido de los escritores posteriores á Vamba en espacio de mas de quinientos años. La fuerza de este argumento consiste en la calidad del hecho y circunstancias de los escritores. El hecho fué, según se reíiere, uno de los mas sobresahentes y notables de cuantos pueden ocurrir en la historia eclesiástica de un reino; porque se supone que habia una El

,

todos los obispos de España sobre !los mutuos límites de sus siillas, invadiendo unos á otros jurisdicción de las parrolia quias que el rey por reme-

[general discordia

entre

I

:

diar estos disturbios se aplicó

á concordarlos, y que enterándose bien de las crónicas TÜMO

IV.

tores son haber sido todos es-

pañoles, el uno coetáneo, los otros no muy distantes , y que se pusieron á tratar

sas de

Vamba

,

de

las co-

mencionando

expresamente el concilio congregado en su tiempo. S. Julian, metropolitano de Toledo , se puso muy despacio á historiar los sucesos de este rey en la rebelión de Pablo, que fué lo que juzgó mas digno de atención. Isidoro Pacense, que floreció en el siglo inmediato , hizo expresa mencion del conciho de Vamba. Los cronicones antiguos el de D. Alfonso líl, que anduvo en nombre de Sebastian, obispo de Salamanca , el del ,

monje Silense

Emilianense, todos tratan de las cosas de este rey. El arzobispo y

el

de Toledo D. Rodrigo hizo también mención del concibo tenido en su reinado y no solo no refiere ninguno de estos autores punto de división de obispados, pero ni ofrecen el mas mínimo fundamento para ello, ni hasta ahora se ha descubierto instrumento anterior al siglo XII, en que se ha;

24

España SagjYtda.

i (Sí)

lie

alusión para tal cosa. ¿Pues

cómo to

es posible

que un pun-

tan sobresaliente, trascen-

dental á todas

España

las iglesias

de de

y que se dice iris tantas disensiones entre todos los prelados, no se conservase en ninguna memoria, siendo tantos los que hablaron de este rey y aun del concilio provincial que congregó en Toledo? Si este se mantiene, siendo particular de una provincia y si se halla expresado en las historias ¿cómo no hablan palabra de lo mas principal, de la paz de la Iglesia y de la división sobre todas las diócesis? ¿Cómo un instrumento general de todas y de cada iglesia, no se halla ni en la memoria de ,

,

,

los historiadores?

155

Y

en los cuatrocientos años posteriores á Vamba no hay mención de tal hecho, ¿qué fé merecerá el primero que se puso á escribirlo sin si

ofrecer fianza? ¿De qué instru-

mento ó escritor lo sacaría, no hallándose en aquellos que existen y escribieron las cosas de este rey y su concilio? Si

supo

por revelación del cielo, debia haberlo dicho para conciliar autoridad y que por ello diésemos gracias á Dios por haber manifestado lo que en mas de cuatrocientos años se mantuvo en oculto. Si lo

Trat. III cap. V.

no tuvo revelación ni autor ó documento de quien poder sacarlo, claro está que por sí no pudiendo solo no hace fé ser testigo de lo sucedido cuatro siglos antes, pues no pueni alega de decir que lo vio que lo leyó ú oyó de unos á otros, porque hasta ahora no se ha escrito que semejante especie venga por tradición ,

;

del

siglo

Vil

XII.

al

Luego

por todos capítulos queda indigno de crédito semejante escritor.

136

Es verdad que algunos concilios y documentos antiguos se han perdido; pero solo puede decirse de esto aquello que por alguna memoria consta que lo hubo. Aqui no solo no hay noticia del suceso, sino que hay fundamento para decir que si se hubiese hecho tal división no se hubiera perdido. La razón es porque cada iglesia era interesada en tener copia del instrumento de que penden los límites de su diócesi y de sus confinantes ; v siendo setenta y nueve ú ochenta las sillas que se dicen arregladas era moralmente imposible que se perdiese del todo y que ni en una siquiera se mantuviese co-

.

'

I

\

,

,

pia

,

como

se

han mantenido

j

de otros concilios mas antiguos, aun sin ser generales.]

De

la división del rey

Hasta ahora no se ha visto en archivo ni hibhoteca escritura alguna de lal división que se

jmeda decir anterior al siglo \II, y asi no hay iundamento ])ara admitir que la hubo en el siglo Vil.

157

Los

fautores de

los

cronicones pretendieron enervar este argumento recurriendo con su fingido />í/¿íprando al archivo de Mcvida, Pero sobre esto no podemos hablar hasta que atinen falsos

y concuerden sus sentencias; ])orque el Luitprando de don Tomás Tamayo no halló mas que la cabeza del concilio, y advierte al margen el mencionado autor, en el fragmento último, que en ningún códice habia mas. El Lu¡t])rando de llamirez del Prado anduvo mas liberal, pues lo dio todo con sus linderos y arrabales y asi esperaremos á que se compongan. ,

158

El P. Gerónimo Rode la Hiciuera conociendo que era innegable el silencio de todos los antiguos sobre

man

,

este concilio general de

sion de sillas

divi-

procuró, en las notas de Luitprando que imprimió D. Lorenzo Ramirez, suplir aquel defecto con decir, pág. 558 que esto provino de que en aquel concibo no se hizo canon algunni

con que se halla en Loaysa, donde se llama ítacio; porque si fuera obra de Idacio, había de tener los nombres de

atribuida á

te diera lo

Tral. Ill, cap. V.

lo si-

guíente.

178 E\ P Co7itado7' de Arimpugnando este instru(fote mentó de la división de Vamba, tomo2,pág. 760, dice, que .

,

«ni es concilio ni parte de él,

título

,

,

atribuye á Idacio el concilio Ovetense. Esta impugnación procede bien contra la escritura de Vamba , supuesto que

hubiese antes del concilio de Oviedo tal ítacio ó Idacio; pero el supuesto es falso, pues

1

De

la división

en tales actas es el libro de Oviedo, en fpie se halla, demás de la división de Vamba y junto con

el

llacio moiK'ioníulo

ella

capitulo

el

citado

dd

Vamha.

veij

21

escritura de división do ohis-

que ajiareció en su noni-

])ados

es ponerla por delante y que ella misma hable, Í)í'e,

núm.

\1\)

Kl primero qíie la im-

154, que empieza: Incipit un-

primi() latina fué D. (jarcia

meruH Sedium Uispaneusium,

en su obra de (Concilios de España inq)resa en ¡Madrid en el 1595. En castellano se dio á luz en la Crónica general de D. Alonso el Sahio, impresa primera vez en Medina del Campo en el 1541. Después la ingirió también Murales en su lib. 1:2, cap. 50, advirliendo

de obispados que sacado de Oviedo imj)rimió Loaysa, pág. 155, con el títu-

y es

lo:

el catálo¿»o

In nomine Dñi. nostri Jesu-

numeruH Sedium llispaniensium. ele. El mismo

Chrisli incipit

y

sacado también de Oviedo, en el tomo 2 do la España ilustrada pág. 850. Este es el que se incluye en dicho Hbro (ivetense, este el que citó el formador de las actas que se atribuyen al concilio de Oviedo ; y como ya se ha mostrado qiie ni en Oviedo ni en otra parte hubo tal Itacio hasta el obispo D. l^elayo, se sigue que todo aquel instrumento en que se

halla

,

,

se cite

no es

ni

pudo

ser del si-

glo IX.

§ V. Pónese

principio de la division atribuida á Vamba; mosel

trando la injuria que se hizo á los prelados de aquel tiempo en el fin con que se dice efectuada.

Otro modo aun mas urgente en prueba de que no hubo en tiempo del rey \amba la

de

¡.oaijsa

,

que será mucho de ello diferente de como se halla en la Crónica general, porque allí, dice

,

está

muy mendoso

y cor-

de sede de Toledo

rupto. Sirva para prueba esto que á la la señala

por límites y diócesi

todas las Asturias fasta los

mon-

Pyrineos. Por tal muestra conocerás la tela. La Crónica general lo sacó en la sustancia de D. Lucas de Tuij, tes

que fué uno de los libros de que el rey se valió para la Crónica, como dice en su prólogo. 1). Lucas la tomó con buena fé del Itacio de Oviedo, escrito casi cien años antes, pues este se formó cerca del año

112Í y aquel empezó su obra de orden de Doña Berenyuela, madre de S. Fernando, y la acabó en la

el 1:25()

,

en í[ue hié

conquista de Córdoba, (pío

212

España Sagrada.

Trat. líl, cap.

V.

de su historia ; y asi floreció un siglo después de D. Pelayo. Demás de esto, en el Tudense se halla al pié de la letra lo que Loaysa publicó sacado del Itacio de Oviedo y otra copia de Toledo, como conocerá quien lo coteje y diremos después ; luego don Lucas lo sacó del códice Ove-

181 Divisio termmorum Dicecesium et Parocliiarum Hispamos íI Wamba Rege facta ex líbris Mss. Ecclesice Toletance , et Ecclesm Ovetemis,

tense.

ciijiis titulus

es lo último

180

que tuvo los originales de D. Lucas y Itacio, y que aunque habia algunas diversidades no las quiso poner, á íin de no ser molesto en cosas tan menudas, Si el documento fuese verdadero, no te escaseara yo las diversas lecciones que resultan florales dice

de ejemplares diversos porque en semejantes cosas, aunque parezcan menudas, no falis utilidad. Pero siendo, como ,

es, apócrifo, y no necesitando para mostrar esto el decíarar la inconstancia de los textos

,

sigo el parecer de Mora-

me

contento con darte la escritura según la publicó el Sr. Loaysa, con los malos les,

y

latines

que

allí

se hallan. Diví-

poco la tradiizxo en romance, porque para el que sea tan ignorante que no sepa ni aun latin, no sirven ni deleitan estos puntos,

:

cius:

(asi dice) est Ita-

in quo historia

Vandalorum Galloccia, et

Begum

Alatiorum in postea Suevoriim, et

demiim Gothorum seribitur. 182 Era DCCI III post Recesvindum Wamba Rex Gotho-

et

rumregnumnovem annos obtiHic Toleto ea hora qua unctus est in Regem ciim quanuit.

dam

evaporatione visa est apis (icunctis qui aderante excapi-

ad callos voláre. Hoc signum factum est a Dño.ut futuras victorias nuntiaret de inimicis per eum, et te

ejus exire, et

diilcedinem pacis quam hahuit erga sitos. Astures et Vascones in finibus Cantabria crehr o rebellantes edomuit, et suo imperio subjiigavit: civitatem, quce

Cartua vocabatiü\

et

Pampilo-

dola en §§ porque es muy dilatada, y en lo mas sobresa-

7iem ampliavit,

quam Wambce

Lunam

mezclo las reflexiones, para que la inmediación facilite la memoria del que lea sin

qiioque Gallice,

Provinciam quce Hispania

tiente

obligarle á citas ó á la molestia

de mis repeticiones. Tam-

vocavit.

citerior dicitur, sibi rebellan-

multis agminibus Fra?icoriim interceptis , subjugavit;

tem et

,

Paiilum perfidum

Gallice ty-

De

la división del reij

rannumcepil.eiqueocidosevelleve pnecepit et ad lü'bem Toletanam cum tviiwipho maijno reversm, discordesque PoiUijices^ eo fjuod alii nliovum Parochias invadehanl, ad concor:

dinm

studuit revocare. Fecitet

Chroiiicas

ram

Hegum priorum co-

se legere

,

ut facilius pos-

términos Parochiarnni dividere , sicnt anliqnilas denotael exigerel jiiris censara: reí el jura propria qiuelihet Eccleset

,

sia

possideret;

sicnt snbjecta

denotat Scriptura.

Todo

185

esto es confor-

rne se halla la historia en

el

Tudense, hasta en el yerro de la era, que debe ser DCCX, pues en esta sucedió Vamba á llecesvinto, el

tomo

se

dijo

en

2. Inclúyense aqui va-

rias cosas

mes á

como

que no son confor-

legítima historia.

Baste para nuestro asunto lo que expresa de la ciudad de Pamplona, diciendo que el rey la liamó Luna de Vamba. No puede haber mayor puerilidad, exclamó aqui el P. Contador, constando que Pamplona fué

obra de Pompeyo, y por él se intituló Pompejopolis esto es, Ciudad de Pompeyo; lo que variado se mudó en Pampilona, y en romance Pamplona. Luis Nuñez, ó Nonio, al cap. 90 de su Eípa/la, trata de ridicula es,

ta

etimología

;

y en lugar del

215

Vnmha.

que aqui se supone Cartua, leyó Martua. noiiibre aiiti¿,nio,

En Tolomeo

se

lia

llegado á

introducir esta voz, pues en la

voz Pom/Wo/i se añadió al niárgen en la edición de León de 15 il: Marina dicta. El Card. Baronio, en el año 075, puso en lugar de Panipilonam Bambelonam; y según la idea ,

de los que interpretan Bambee

Luna, no se pudo usar la P, sino Y ó B, como Luna de Vam/^a ó Bamba. D. Juan Antonio Mayans impugnó este punto, diciendo que en el mismo catálogo de la división de Vamba se usa de la voz Pampilona,

y

si

esto se hubiera escrito en

tiempo del rey Yamba, se la hubiera dado el nombre que el rey mando, Vambeluna con que no usándose de este sino el que ha prevalecido de Pampilona, es prueba ser esto pos;

terior á

Vamba. El mismo Ma-

yans nota el siguiente desacierto de llamar España Citerior á siendo la Galia Narbonense asi que aquella parte de la Galia nunca se llamó España; pues la Citerior sabian bien los padres de aquel tiempo que empezaba de la parte de acá ,

del Pirineo,

como notó

S. Isi-

14, Etym. c. 4; y en los concilios generales á que concurrian los obispos de la

doro,

lib.

Narbonense, se intitulaban de la

España Sagrada.

21-4 (kilia,

como

se vé en el

111

de

Toledo, en el IV, etc., y nunca se dicen de la España. En el cronicón del Biclarense se vé evidentemente que el nombre de la España Cüerior no se

apbcaba á se

;

Galia Narbonenpues tratando de Liuva dila

ce que dio á su bermano Leovigildo el reino de la España

y esto era lo que bay desde los Pirineos acá constando por S. Isidoro que Liuva se contentó con la Galia: luego el llamar España Citerior á la Galia es de siglo de diferentes letras que el de Citerior

,

;

Vamba. 184

por

la

Tengo también que la

discordia tan gran-

de que introduce entre núestros obispos.

A

esta disensión

se reduce el juntar el concilio

general y á vista de este parece que era general la discordia. ¿Pues cómo en una competencia tan universal no nos ;

ha quedado rastro alguno en otros instrumentos? ¿Cómo en concilios inmediatos

pro-

hallamos terminadas las tales cuales competencias que ocurrieron? En el II de Sevilla compusieron los Padres todo lo que en su provincia necesitó arreglarse en materia de limites. En el de Mérida tenido seis años antes del reinado de Vamba se coíicluyó lo que vinciales

,

,

división

precedente de

provincia se disputó entre las parroquias de los obispos de

¡daña y Salamanca. Y si mas competencias ocurrieran, bastaban como para las señaladas las sentencias de los con,

,

cilios respectivos provinciales,

¿Pues cómo tan de repente nos bailamos con una discordia general que turba todas las provincias , y que el rey puede aquietarlo todo en un instante , solo con que le lean seis

¿Que crónicas son estas tan sucintas, que leidas después de congregado el conlas crónicas?

cilio

extrañar

los

Traí. III, cap. V.

lo

facilitan,

todo,

copiosas -que incluyen

y tan el

de-

recho de unos ochenta obis pados sobre los límites de todas sus parroquias? ¿Dónde se nos escondieron estas crónique siendo Reales eran cas también eclesiásticas, con puntuales linderos de todas las iglesias? Ni rastro nos ha quedado de semejantes crónicas en escritos anteriores ó cercanos á ,

Vamba. 185 Pero lo que mas me admira es la discordia que sin fundamento alguno nos suponen entre nuestros prelados, que no pudo componerse en concibo provincial respectivo, Sin duda creerá alguno á vista de esto que las competencias eran de metropolitano á me-

í)e la

división del reif

y no de siitVafíá-

tropolitano,

neo á sufragáneo, por cuanto para estos baslal)a concilio provincial, como vimos en Sevilla y en IMérida. Pues de nada hay mas silencio que de las metrópolis, de cuyas diócesis

no se habla

la

mas mínima pa-

Con que venimos

labra.

á sa-

car que la invasión de parroquias no era por prelados ma-

yores sino solo por los sufragáneos. ¿Pues estos á qué íin acuden á concilio general si la causa es de particulares individuos? El legítimo juez es su metropolitano junto con otros comprovinciales, según la disciplina de aquel tiempo, ,

,

Luego no hay motivo alguno para admitir concilio general sobre este punto, si se excluyen las diócesis matrices como todos las suponen excluídas.

186

El autor de los ylííwrsalios atribuidos á Luitprando á señalar la causa de por qué no señalaron límites á se puso

y dijo, al n. 270 de la edición de Aaituerpia, que falta en la anterior de Tamayo: «que esto consistió en que la «jurisdiccion metropolitana no

las capitales;

»solo se extendía á su diócesi, ))SÍno

á todas las

«provhicia,

«corazoná

como

los

demás de su el

calor del

miembros.»

¡Pía-

ra simplicidad ó simpleza! ¿Por

Vamba.

ventura

el

i2l5

inetropolilano

no

en cuanto obispo determinada di(')cesi? Y si en esta no le señalan límites ¿no podrá introducirse en ajenas parroquias? Los que mas pueden suelen abusar mas de su poder. Pero en íin, suponiendo que los metropolitanos no se mezclaron en usurpar límites ajenos, hemos de inclinarnos á lo mismo en los prelados de la Cartaginense. La razón es porque estos tuvieron un concilio entre sí, al año IV de Vamba, que es el 1\ de Toledo, el primero que esta provincia tuvo en tiempo de este rey, y que de cierto precedió al que se dice tenido para las divisiones. Pues si entre estos obis])Os\mbieva\as gravísimas contiendas, los gravisimos pleitos que por cualquier pretexto nos dicen las actas, publicadas en el Luitprando de Ramírez del Prado por los que quisieron vendernos tal concilio, ¿cómo hallándose congregados en tribunal legítimo, no ocurren á tan gravísimas contiendas , al modo que sin menos ruido lo hicieron los obispos de la Lusitania y de la Botica? Pues en verdad que sacaron al concilio las discordias de malas voluntades que había entre algunos particulares cabildos, proveyendo, en el tít. 4.% el tiene

,

España Sagrada.

21G

modo de

obligarlos á que se

reconciliasen mutuamente.

Si

cuidan tanto de remediar discordias de las ovejas, ¿cómo no acuden á las de los paslores?

187

Yo

confieso que ten-

go por injuriosa á los obispos de aquel tiempo la ficción con que tan gravemente los ofenden y no puedo eximir de culpa grave al que sin fundamenlo alguno para fines lambien sin fimdamenlo usó de lales medios. Y lo peor es que pasaron á publicar los nombres que quisieron dar á 75 obispos, tan con ánimo de autorizar su escritura, que ni una ;

encontraron vacante entre 79 que forman con los cuatro vicarios. Y para llenar el número que imaginaron, anadieron obispos de iglesias que jamás concurrieron ni se oyeron entre nuestros concilios; y ni aun bastando esto, pusieron dos obispos á un tiempo en unas mismas iglesias , como en la Accilana, Malacitana, etc., propasándose á señalar vicario á un obis}X) presente, con unas fórmulas que jamás se hallan practiiíadas en los demás concilios de estos reinos: Placel, placel. Vivat mullos annos Serenissimus et gloriosissimus Rex, ac Dñs. nosler Flavius Vamba; cuya fórmula Placel, iglesia

Trat. IJI, cap. V.

usaba en diversas provincias, no en España, donde una sola vez que se lee el Placel, en el Xll de Toledo, tít. 4, es tomado de la iglesia Africana, cuyos cánones se alegan. Y aunque se felicitaba al príncipe, nunca con el vival mullos anuos. 188 Demás de esto, aunque en las actas se dice que el rey con la lección de sus crónicas arregló según derecho á se

placel,

y que la escritura fué aprobada por todos; con lodo eso, el formador del cronicon de Luitprando, que dijo también que el rey hizo la división, añadió una multitud de jueces, y para componerlo mejor dijo que lodos apelaron al Primado Toledano, y en la causa de los toledanos al abad Suasilio, con otras cosas que pedian paciencia si no fuera mejor el despreciarlas. los prelados,

y» ^ ^

Escritura de Vambapor lorespectivo á los vándalos. Descúbrense los yerros de este punto, y que el Lugo de Asturias nunca fué silla pontificia,

189 za

escritura

la

mira

á

ó por

Prosigue los

reyes

empielo

que

vándalos:

De

confirmamus, Gundcricus, Gese-

Concediynus,

quod

sicut

riciis,

et

liunericus,

dus, ísoriSy

et

Vamba.

¡a división (kl rey

Cutamun-

Giiimel, Reges

Vandalorum, CiviUUemLucum

217

porque debió persuadirse á lo mismo. Kl caso es que en Asturias quisieron que hui)iese un obispado con título de Lucense, el cual jamás se oyó hasta ahora en nuestros concilo,

successivedolaveruntjteneatpa' cifieé, et quiete términos^ qui

lios ni historias;

inferius suhscribentur. Lo que aqui se dice de Lugo en el có-

fueron ensartando, según la ignorancia de aquel siglo, tan

dice Toledano, previene Loay-

grandes desaciertos , sin qué ni para qué; pues la santa iglesia de Oviedo tiene tan verdaderas grandezas, que no necesita de recursos á vestidos ajenos , y en especial tramados tan groseramente como se le-

margen, que en Itacio se entiende de Lugo de Asturias; y según lo puso el Tudense, es: sa al

PrimusRex VandalorumGundericus regnavit in Galkeciíe et Asturiar iwi par tilms a7mis iS. íste cedificavit Civitatem in Astuñis, quam vocavit Luceo, sive

Lucum. Quo mortuo,

frater

ejus Gesericus regnavit pro eo.

Quo mortuo, Hunerkus regnavitpro eo. Quo mortuo, Trasemimdus regnavit pro eo. Quo mortuo, Hildericusregnavitpro eo. Quo mortuo Gilimer, sub quo cessavit r^egnum Vándalorum, regnavit pro eo. Isti omnes Lucensem Ecclesiam dota-

y para esto

jen estos.

Hubo un Lugo en As-

191

pero trescientos años antes de los vándalos nos hizo mención de él Tolomeo, y asi turias

,

su edificación no se debe á los vándalos, y mucho menos la

erección y dotación de su iglesia, según aqui la pinta esta

La razón es porque halla fundamento para

escritura.

no

se

napermanetlibera.etnumquam

afirmar que los vándalos residiesen en la parte de este Lugo de Asturias, que según Mo-

fuit subdita idli Metrópoli.

rales, lib. 13, cap. 18, estuvo

verunt; quce auctoritate

190

Roma-

Aqui exclama Bivar

en las adiciones á S. Braulio que puso después de ]\L Máximo, pág. 82: Bone Deus, quot suntinhis coagmeníata mendacial El P. Contador dice que es

una sarta de fábulas y disparates. Morales omitió todo esTOMO

IV.

media legua mas hoy Oviedo, por

al

mar que

la

parte

de

Oriente septentrional, y aun se

conservad nombre de ria de Lugo.

Sia.

Ma-

vándalos reinaron en Galicia con los suevos, según Idacio y S. Isidoro, pero no consta que los vánda1-iOs

28

»

,

España Sagrada

:2I8 los

tuviesen

lo

peor,

mas poderosos que

siendo

los suevos,

Avista de esto, ¿qué fundamento tenemos para que los vandalos se estrechen á las montañas de Asturias y funden una ciudad en un sitio tan poco favorable como el que tuvo Lugo, que según refiere allí Morales, «era en una hoya, jun))to

á un rio de

mucho

lodo,

»que no podía dejar de ser »mal sano, siendo aun lo alto »de Asturias poco saludable »por la humedad?» Para lo basta la autoridad de Idacio, que sobre lo dicho contrarío

añade, que los vándalos riñeron con los suevos y sitiaron á estos por los montes Nervasios ó Ervasos, que según se inclina Morales, /¿¿. 11, mj9. 19, eran las montañas de Arvas, entre León y Oviedo; y como los suevos debian recogerse y fortalecerse dentro de su tierra, se sigue

que estos y no

los

vándalos tenian la parte de hacia el mar Cantábrico; y por consiguiente las Asturias, si es que las dominaron tocaron á los suevos, no á los vánda,

ios,

192 porque

Dije silas dominaron, solo

nos

que en que

consta

reinaron en Galicia por entonces no se incluian las Asturias, como probaremos en su sitio. Fuera de este concep,

Trat. ///, cap. V. lo geográlico,

hay testimonios

que positivamente excluyen del dominio de los bárbaros á los cántabros y asturianos, como se puede ver en Carvallo, parí. 1, tit. O, % A. Y es muy de notar que, esforzando este escritor cuanto

pudo

las anti-

güedades

de Asturias y el obispado en su Lugo, recurriendo á ítacio, no quiere darle crédito en orden á que los vándalos poblasen esta ciudad ó la diesen obispo, por mas que antes le llama escritor de las cosas de aquellos tiempos, de mucha autoridad. Toda esta autoridad no le hace fuerza para reconocer que los vándalos instituyesen obispado en Asturias, no obstante que añade hallarse lo mismo en otro libro gótico de testamentos de la iglesia de Oviedo; porque los vándalos, dice, «no pudieron dar principio á »cosa tan santa, por ser here»ges, ni á cosa tan grande, »por no haber sido señores de »esta tierra: pág. 05.

193

Pero concedamos que los vándalos reinasen en Asturias; esto solo puede entenderse de Gnnderico, y aun no de todo el espacio de los diez y ocho años de su reinado, sino precisamente hasta que sitió á los suevos en los montes Ervasios, Nervasios ó (Gervasios;

De

la divísiuii

porque desde entonces considerando su re¡)ulac¡on muy urries^^ada, por lo diricil que em el l)uen éxito de aquella expedición á causa de la aspereza de los sitios, y juntamente disuadido por A.slerin, conde de las Es¡)añas dejó la ,

y se pasó á

Galicia

corno refiere Idacio

la Bética, ,

Olymp.

año 4, que fué el año 4:20. Once años antes entraron los bárbaros en España; dos años batallaron entre sí y al cabo

29Í),

,

sorleando las provincias, lestocó la Galicia á vándalos y suevos; con que por el año 411 entró Gunderico en su domi-

minio, y solo nueve a /ios se mantuvo en Galicia, desde el 411 hasta el 4:20, los ocho años restantes desde el 4:20 al 428 los tuvo islas

en

Bética y en las Baleares, y en el 428

murió en

la

-19 yainba. que (jundeiico, Gesericu, IIuIsoris Traseniuiid(», nerico, ó llilderico, y Gilimcr dolaron

dd

reif

mcestiHinicnlehx

cmhul, como

dice uno, ó la iglesia de

como

La sucesión dotación de

dice otro.

fué en África

;

Lugo,

la

iglesias la coíiocerás si lees la

historia de la persecución van-

dálica de Viclor Vítense

y sin esto basta lo que escribe san ;

Gregorio Turonense, que Gunderico, á quien el santo nombra Tvasimundoy como previene Ruinart, se empeñó con toda casta de tormentos en hacer á toda España arriana: Tolam ¡lispaníam iit ad perfidiam Ariance Sect(c consentiret , tormentís ac diverais mortibus ¿mj)ellebat {lib. 2, líisl. Fvanc, eap.'^), y allí refiere la maravillosa constancia de una doncella á quien martirizó. De Gt'smco

poseido del diablo, por haber extendido su mano contra aquella santa iglesia , como lodo consta por Idacio. En este mismo año de 428 le sucedió en el reino Gaisérico , Genserico ó Giserico, su hermano ; y por el mes de mayo del 429 dejó á España y se pasó con toda su gente á

hallarás otras cosas bien nota-

que volviese ningun vándalo á reinar en España como es cosa constante en las historias. A vista de esto mira qué verdad tendrá

le llevó el diablo

África

,

,

Sevilla

sin

bles en el cronicón de Próspero

sobre otros españoles á quienes martirizó. Solo estos dos reyes vivieron en España; los demás en África, tan bárbaros en su

que llegaron á tapiar las iglesias de los católicos. Mira qué buenos fundadores para la iglesia de Lugo! Al primero se

error,

tra la

de

Sevilla

por dar con;

á los otros

persecución de las iglesias de África: y parece muy creible tpie el robarlas no se-

por

la

Esjfaña Sayrada. Trat. ///, cap. V. ria para dotar á la de Lugo. tellam, Cunsancam, Barnan194 Prosigue la escritura tes, el Avion^ Asman, Caraham, señalando las posesiones que Amancam, sicut dictam Ecclela dieron Tcneat igitur dicta siam Lucensem Recaes Vandali Lucus asi lo encadena el Tu- dotavermit. En el Tudense está dense, totas Asturias per Pyreesto menos mal apuntado. 195 Esta parte de dotaneosmontes^etperflumenmagnum Ove, et per totum litiis cion aplicada al Lugo de Asma7is Oceani usque Biscajam, turias fué uno de los principer Summiimrvstrmm, et per pales inductivos para la formaSummumcabrium, per portas cion de la escritura que se de sancta Agatha jyer Pozasa- atribuye á Vamba ; pues algulem, per Limbam de Folios, no, juzgando que eran antitmá cuní campo Erbolio Gor- quísimas las dotaciones que don usque ad illam arhorem al tiempo de escribir esto tede Quadros; per Rivulmn de nia Oviedo , y viendo por otra Humana. Lu?iam, Vandabiam parte que en ellas se citaba usque ad Pijreneos montes, Co- lo que habia sido propio de ijanzam, Villam Quexidam, la iglesia de Santa Maria de per Coniaquelam , Montosam Lugo entendió este Lugo de usque ad flamen Urbetum in Galicia por el de Asturias ; y Gallecia Suernam Vallem juntándose á esto la opinión longam. Veram, Flamosam, del pueblo, que el Lugo de totam Sarriam, Paramum us- Asturias habia sido episcopal que ad flumen Mineum. To- (dígolo asi, porque no me pertam Lemos, Vinyso, Verosmo, suado á que de malicia se fmeCSemmanorum etFroiamus- giese un mal tan grave), lo enqiie ad flumen Silum. Totam sartó todo junto ; y reducienLumiam, cum Ecclesiis de Pe- do su antigüedad al tiempo de traio quce edificatce sunt , vel los vándalos formó este ente f'uerint, inter Arnoyum flumen de razón sin razón haciendo et Silum. A termino montis nn agregado quimérico de dos Buron, et per aqiiam Zore us- Lugos y un Oviedo. En pruecjue in fundum Arnoyi et per ba sirve lo que Sandoval esipsum discessum usque in flu- cribió sobre el monasterio de menMi?ieum, lueza usque Por- S. Vicente de Oviedo, al hablar telam de Vanati, et Ecclesias de del rey D. Silo donde dice Salaz, inter Arnoyum et Silum, «que las iglesias puestas en esta cum Ecclesiis de Barcoso, Cas- «dotación atribuida á los vant2í2()

:

,

,

,

,

,

,

,

,

,

,

,

,

,

De

"¿"li Vamba. que vamos tratando; poniuo al Lugo que entiende de Astu-

la división del rey

«dalos, son las mismas y los «mismos términos que el li»l)ro del Becerro de la santa

de Oviedo, escrito en «letra gótica, con título de los » testamentos reales, dice que »el rey D. Alonso el Casto dio »á la iglesia de Oviedo.» Veatomo o, se esto en Aguirre Concilior., pág. 150, y en Sam-

dá por parroquias á las iglesias de toda la Sarria, de Lemos y de lo mas meridional de Galicia, que solo estando destruidos los obispados de Orense y de I^ugo, podian pertenecer á Oviedo. Aplica también á Lugo lo que ni al de

piro.

Galicia

»i¿ílesia

,

el

196 Con que tenemos que formador de la escritura

atribuida á

Vamba

aplicó

al

tiempo de los vándalos lo que halló en Oviedo, cuando esto se escribía

,

esto es, siglos des-

pues de D. Alfonso el Casto, como consta por lo dicho en Itacio y se dirá después. En estas dotaciones se cita lo que

fué antes de la iglesia de

como

Lugo,

se vé en el P. Contador,

en su tomo 2 ; y esto era propio de Lugo de Galicia , como prueba allí, pág. 681, y consta por escritura que exhibe, p. 842, que el rey restauró con equivalentes lo que quitó del Lugo de Galicia para Oviedo ; todo lo cual fué interino, pues estaban las demás sillas destruídas por los moros , lo que no era asi en tiempo de los suevos; pero aplicando á estos lo que fué propio del tiempo de los otros, sahó el

agregado tan enorme como se vé por la misma cláusula de

rias,

le

pudo pertenecer, como

eran todas las Asturias, pues estas desde el tiempo de los suevos tocaban á Britonia, como se expresa en la escritura del concilio de Lugo puesta en el núm. 4-4; y por tanto decimos que juntando los dos Lugos formó una quimera cuyas partes no pudieron unirse en ningún tiempo, 197 El M. Gándara, en su tomo 2 de Palmas ij Triunfos de Galicia, pág. 214, solo pudo hallar un recurso á esta dotacion de los vándalos tan ámplia como aqui se pinta, diciendo que como eran arrianos, querrían tener en el Lu,

una catedral de su maldita secta con tales dotaciones que no quedase ju-

go de

Asturias

,

risdiccion alguna á las

demás

de católicos. Esto ya se vé que es mas que ironía; pero la suma extensión que aqui se dá á este Lugo dá lugara que se escriba esto, pues no queda tierra que pisar á los iglesias

t2:2!2

«obispos

(le

España Sagrada. fírUonia, Lugo de

«Galicia, y Orense, y entran »en el de Tuij y en el de Bra-

y//, cap.

7'/Yíí.

V.

nicon del obispo Sebastian se ingirió que D. Fruela trasludtí el obispado de Lugo de Astu-

»ga; y ¿cómo había de pasar «por esta tan disforme divi-

rias

rey católico como «Vamba, ni los obispos qne «allí se snpone qne firman? Ni «era razón que pasasen , ma«yormente habiendo sido he«cha por reyes hereges ar«rianos.» Asi el citado Gándara. La principal razón es que admitida esta dotación se quedaban los obispados comarcanos sin jurisdicción y en tiem-

muchísimo, y admira, como dice Gándara « que autores «gravísimos no reparasen en «estas patrañas que se hallan «en las obras de D. Lucas de

un

«sion

;

po de Vamba no pudo

ser así,

pues existian las sillas de Britonia de Orense y de Lugo. En tiempo de D. Alfonso el Casto estaba destruida Brito,

y las otras no estaban repobladas, como declararemos en sus sitios. Y asi este rey pudo dolar á Oviedo tan liberalmente; pero no debió aplicárselo á Vamba el que nia,

formó

esta escritura , porque confundiendo tiempos tan contrarios, no pueden concordarse los derechos de unas y otras iglesias.

198

Esta parte del Lugo de Asturias se vuelve á repetir mas abajo en esta misma escritura diciendo que fué fundada por los vándalos, y que no estaba sujeta á ninguna metrópoli ni primado ; y en el cro,

los

,

edificado por los vánda-

,

á Oviedo. Esto ha cundido

,

«Tuy; pero quien tuvo maña «para

introducir

papel »(de la división de Vamba) en «los archivos de las iglesias de este

«Toledo y Oviedo, también la «tendría para ingerirle en el «Tudense« {pág. 24 í). Y en la 150 dice: «No hubo iglesia «catedral en Lugo de Astu«rias; y el papel de la iglesia «de Oviedo, que Loaysa impri«mió con título de Itacio, ni es «concibo ni parte de concilio; «antes bien le tengo por su» puesto y que falta casi en toado lo historial á la verdad, «y que no se le debe dar cré«dito alguno, y se debe anular «y repeler del tomo de los con« cilios. « Las razones que hay para esto son suficientes para haberlo dictado. El P. Contador, en su tomo 2, hizo una disertación contra esta iglesia de

pág. 671; y por cuanto la materia es trascen-

Lugo, desde

la

dental á varias partes, y es de las mas convincentes para laíic-

cion de esta escritura de Vara-

De

la división

lU'l

rey

Vamba.

225

ba; por tanto, en amor á la vei'iiad que eslá del todo descubierta, y contra el mal geiiio que ha tirado á engañar

pro Sede Briloniensi

público y empañar los legítimos brillos de nuestras santas iglesias, decimos que en

Lugo, fué

al

Lugo de

Asturias no hubo siepiscopal; y lo contrario,

11a

que ocupa tan gran plana en la escritura de Vamba, es una de las mayores ignorancias que se pudieron introducir en Ios siglos de hierro de los tiempos posteriores á los godos, por haber confundido la silla y traslación de la metrópoli de Lugo de Galicia á Oviedo, con la parroquia del Lugo de las Asturias. Esta ha sido la raiz de esta equivocay para desenredarlo hemos de empezar por este mis-

cion

mo

;

hilo.

199 silla

Q)ue la erección de la

de Oviedo no sucedió, en

dotaciones expresadas, al Lugo que hubiese en Asturias, sino al obispado de Britonia, consta expresamente por el mismo rey que la dotó, D. Alfonso el Casto, el cual en las las

dos escrituras que propone el P. Contador, t. 2, p. 791, y p. 842, dice que hace y confirma á la iglesia de Oviedo silla en lugar de la de Britonia destrui-

Ipsam Ovetenseni Ecclesiam faeimus et confirmamus da:

llismaelitis esl

,

qufv ah

destructa.

La

metrópoli que después se escrihe trasladada á Oviedo desde cia,

la

del

Lugo de

como reconoció

formó

Gali-

el

que

que publicó Aguirre con nombre de concilio de Oviedo, tomo 5, p. 15Í), las

actas

donde se dice que trasladan á Oviedo la metrópoli de Lugo, que estuvo sujeta á Draga: Qnm quidem Sedes Metron. 4,

poliíana (Ovetensis) ex Lueensí Sede est transíala. Lucensis

namque Sedes, prins Meíropolitana, Braearce fuitdeinde subdita. Esto bien claro habla del

Lugo de

Galicia, metropolitana

en tiempo de los suevos, y sufragánea de Braga en el de los godos, como consta por los dos concilios II y 111 Bracarenses. Al Lugo de Asturias de ningún modo le conviene; pues lo que se propone en Vamba no permite que esta fuese sufragánea de Braga á vista de que se dice exenta. Pero si esto fuera asi, ni el rey D. Alonso ni el formador de este concilio de Oviedo tenían que recurrir á Britonia ni al

Lugo

de Galicia, para declarar á Oviedo silla y metrópoli por traslación sino precisamente insistir en su Lugo de Astarias, que según esta escritura de Vamba era no solo si,

,

España Sayrada.

224 lia,

sino exenta. Asi arguye el

P. Contador.

Añade que en España no hubo mas que un Lugo

200

episcopal,

como

se vé por el

suevos, que dividiendo todo el espacio de sus dominios, en que entraconcilio de

los

no solo no hace mención mas que de un Lugo, sino que todas las Astu-

ban

rias

las Asturias,

las

adjudica á Britonia,

que estaba no lejos de donde hoy Mondoñedo. Este Lugo fué cier lamente el de Galicia, como se vé por las dotaciones. Y lo mismo por el cronicón de Idacio, donde dice que en el territorio de Lugo, convento jurídico, se hicieron orde-

naciones de obispos contra la voluntad del obispo Lucense; y Lugo convento ó chancilleria no convino al Lugo de Asturias, al cual no nombra Plinio hablando del tal con-

expresamente al de Galicia. Por lo que mira á los cronicones en que se introdujo la noticia de este Lugo de Asturias, responde que algun ignorante la insertó en Sampiro (ya dijimos quién fué), y que lo de Sebastian se muestra claramente ser falso pues en tiempo y añadido de D. Fruela no habia ciudad de Oviedo, como consta por Sandoval. Asi el P. Contador, vento

,

sino

;

Tral. III, cap.

V,

pág. OSl. l*cro aun supuesto que ya estaba fundada la ciu' dad áe Oviedo consta clara,

mente

ser

de

interpolación

de la trasla silla de Lugo de Asturias á Oviedo, por cuanto en el cronicón de D. Alfon-

Pelayo lacion de I).

la especie

so IH, que es el atribuido á

según se mantuvo en el códice Soriense copiado por el P. Mariana, que publicaremos á su tiempo, no se Sebastian,

halla tal especie.

Y

asi se co-

noce la ficción, 201 Otra prueba es el no haber mención alguna de tal silla de Lugo en tantos concihos como hubo en tiempo de los godos, y aun entre los suevos. De modo que nadie ha reconocido obispado de que no se halle mención en alguno de tantos instrumentos auténticos. ¿Pues qué estrella ó qué hado fué el de Lugo de Asturias, que jamás asistió á concilio alguno? Bien conofuerza de este argu-

cieron

la

mentó

los

que después de un

Vastremiindo, á quien hacen vándalo de nación y primer obispo de esta iglesia citando para ello á Idacio, ponen asistiendo en el concilio tal

,

de Lugo á un tal Virmundo. Pero contra el primero dijo Gándara que él se hallaba con tres Idacios, y que en nin-

De

la división del ve\j

giino halló á tal Vastremundo.

Contra el segundo milita que hasta ahora no se ha visto tal íirma en concilio de Lugo, y asi diremos lo mismo del obispo. El que en el concilio 111 de oledo se mencionen dos obispos de Lugo no favorece nada al Lugo de Asturias, pues Niti(jio, por quien suscribió el de liraga , era obispo del Lugo de Galicia , declarado metropolitano de esta iglesia poco antes del año 57:2, como se dijo en el capitulo III tralando de los suevos. El otro era i?m/íi, que fué herege arriano, intruso por el rey Leovigildo y abjuró la heregia en 'i

,

el

mismo

concilio,

como

ta en sus actas, pág.

cons-

215 de

Loaysa. Con que seria fuerte desgracia que de un solo obispo arriano se tenga noticia en el Lugo de Asturias. El caso es que entonces hubo en una misma iglesia dos obispos, uno católico y otro arriano pero convertidos los hereges asistieron al concilio y por esto en un mismo Lugo de Calicía se leen dos obispos , sin que el ser dos pruebe dos Lugos; pues de otra suerte dijeramos que hubo dos Valencias episcopales, dos Tuis, dos Viseos , dos Tortosas, etc., pues en todas estas firmaron dos obispos. Sigúese, pues, que es;

,

TOMO

IV.

Vamha.

:2¿.-)

no prueba nada para el Lugo de Asturias, á():2 V aun concediendo esto urge el mismo arginnenlo. tu firma

de

¿Cómo en

liocila

tantos concilios pos-

no se vuelve á oir mas Lugo que uno sufragáneo de Braga, que es el de Galicia? Si quieres decir que era por ser exenta antes de Vamba, tieteriores

,

nes contra ti la firma del Becila que alegabas. Tienes tambien á todos los metropolitanos contra tí, pues estos no tuvieron sobre si á otro mas que al Patriarca romano, y con todo eso asistieron á los concilios generales IV , VI , VII y VIII, en cuyo tiempo todos eran exentos, sin conocer á otro sobre sí mas que al Papa. Demás de esto, en tiempo de los godos era el rey el que mandaba

congregar los concilios como consta en ellos mismos ¿pues qué misterio hay en que ningun rey llamase al obispo de Lugo de Asturias ó que 11amado, no quisiese asistirá unas ,

;

,

causas tan santas?

205

Mas. Si este obispo es exento de todo y está tan retirado en sus montañas, ¿cómo ahora los padres de este concilio atribuido á Vamba se ponen tan despacio á senten,

examinando todos los linderos de su casa? Y advierte que con los demás

ciar su causa,

29

España Sagrada.

±2i)

metropolitanos, y en especial con el de Toledo, que era tan exento como podia imaginarse

de Asturias, no se meten en cosa alguna. Solo á Braga la expresan, por hallarse incluída en la dotación que citan de los suevos, y que vuelven á confirmar pero si el Lugo de Asturias está excluido en la dotacion de los suevos, ¿cómo se meten con esta iglesia tan el

;

exenta? Si es favor el señalar¿de dónde tanto la términos privilegio á Lugo, que no alcanzó á Toledo ni á otro me,

tropolitano?Greono se recurrírá á los vándalos arríanos, que estaban extinguidos en África mas de un siglo antes.

Todo

204

que se quiera decir en respuesta de que ahora

se

la

señalen términos, se

rebate por suevos.

lo

el

silencio

En tiempo de

de

los

estos se

prefijan parroquias á todas las

de sus dominios, en que entraban las Asturias; ¿pues cómo dotando á Braga que era exenta y al Lugo de Galicia, que era metrópoli, no se acuerdan de Asturias sino para dárselas á Britonia? ¿No habían venido todavía los vandalos? Ya habían salido de Galicia y de España mas de liO años antes, y ya no había en iglesias

,

,

mundo

Queda pues establecido que no el

tales vándalos.

Trat. !II, cap. V.

hay ni una })rueba auténtica en favor de silla episcopal en el íjigo de Asturias, y teniendo tantas contra sí, debe ser desatendida como cosa nacida en siglos de ignorancia; y una de las razones que la impugnan es la calidad de las fuentes de que ha manado, por estar llenísimas de lodo , como en especial se irá mostrando en esta misma escritura de Vamba, que es la mas antigua que se alega , siendo asi que está formada después de las dotaciones con que los reyes de León dotaron á la santa iglesia de Oviedo, como consta por lo dicho; y esta parte de historia, ó por mejor decir fábula, de la dotación de los vándalos á Lugo de Asturias y la traslación de esta á Oviedo, ha sido y se debe borrar como injuriosa á esta santa iglesia, por no deber fundarse su grandeza verdadera en tales desaciertos ni en vestido ajeno de la verdad, como es decir que su primera sede fué la que estuvo en donde nunca la hubo, ó que viene su origen de los bárbaros hereges ó paganos, 205 Pruébase por la misma escritura, puesta n. 194, que esto es posterior á Vamba y á los

moros

lo

ajenísimo

los

godos

,

,

por

el

mismo

esti-

tiempo de lleno de voces posdel

De tenores,

la

división del reij

como Biscajnm, Cas-

tellam,Sunnnu7nroslrHm,Qundros, etc., y sobre toíM porque dotación del rev D. Alonso el Casto, por las palabras de que la dá todas las icjlesias que estaban ya edificadas ó en adelante se edificasen entre el rio Arnoija y el Sil. Esto lo dijo el rey don Alonso, porque entonces se iba conquistando aquel terreno y cada día se esperaban mas progresos por tanto dá á Oviedo ío que se habia edificado ya y lo que esperaban edificar entre aquellos dos rios; ¿pero N'amba á qué asunto habia de decir esto, ni dar al Lugo de Asturias iglesias que tocan al territorio de Orense, quedando en medio el de Lugo? ¿Cuándo en el tiempo de Vamba se llamaron montes Pirineos los que estaban entre xVsturias y Vizcaya, como aqui se dice? Los del tiempo de los godos bien sabian que á las claras dice ser

227

Vamha.

^e-

ros. Otras nulidades tiene

demás

nerales á las

cláusulas

que se expondrán después,

la

;

§

Vil.

Desaciertos de la escritura de

Vamha en

lo

que mira á León.

200

Sígnese en la cscrituralo perteneciente á León, con mayores desaciertos, tantos (')

por atribuir al tiempo de los suevos y godos lo que esta ciudad tuvo únicamente en el de los reyes de León: Leqio, quam condiderunt Romana! Legiones, qucc antiquitus Flos fuit vocata, et per Romanum Papam gaudet perpetua libértate, extat Sedes regia (este et claro está cerrado en el Tudense, añadidas las palabras:

A

nostvL'i prcedecessoribiis)

que alicui Metrópoli

at-

numquam

teneat per suos

los Pirineos

fuit

las

los

términos antiquos, sicut eam dotaverunt Hermericus, RecJiila, Recciarius, Maldra, Frnmarius, Remismundus Theodemundus Suevornm Reges,

las

et

son los que dividen Galias de las Españas; pues

asiloescribióS. Isidoro, //7^ 14, Orig. cap. 8, y S. Julián de Toledo en la historia de Vamba

nombre de Pirineos á mismos que nosotros; pero dá

el

subdita,

,

,

Tlieodomirus.

montañas de Asturias de Santillana llamarse como las que

Aqui siguieron el desatino que antes en los vánda-

dividen á Erancia y á la España, no creo se hallará antes de los siglos bárbaros de los mo-

los, por([ue

207

rió idólatra, ció;

Rechila fué y

según

mu-

refiere Ida-

y no seria menos su padre

228 llcrmei'ico

España Sagrada. que crió tan mal á

y fuera de esto consta por Idacio, que amhos se emsu hijo;

picaron en continuos robos y hostilidades contra los gallegos que ocupaban los casti-

y no es creible que tales reyes bárbaros se echasen á robar para dotar con los despojos la iglesia católica de León siendo el

Trat. III, caí). ^^

siguieron

Trinidad Teodorniro loj^ró el reino suévico tisirna

católico

,

gentil y el otro á lo mas arriano, pues por cosa especial

que Reciario fué católico. De Malar as y de Remismundo, que andaban divididos y de Frumario, que se levantó contra Ilemismundo después que mataron á Maldras, sabemos muchos males que hicieron en Gahcia y ningun bien; porque todo fué robos y muertes, sin venerar los dias sagrados de la Pascua y Frumario persiguió al obispo católico Idacio que refiere todo esto, puesto el rey de parte de los hereges priscilianistas; y estando en este tiempo turbada toda la disciplina eclesiástica en Galicia, como consta por Idacio no hay entrada á que estos reyes anden dotando á León. De Remismundo sabemos que, hecho seíior de todo, se hizo herege arriano por predicación del malvado Ayaz-, que vino de la se refiere

,

,

,

,

Galia

,

y todos los reyes pro-

,

como

,

de

la Saii-

hasta

que

que todo

hiciese

se

se dijo

en su

sitio.

208

líos principales,

uno

eiieiiii^^os

Con que

la

dotación

de los suevos á León es como la de los vándalos á Lugo, no solo por ser los mas arríanos, sino porque al modo que en la división de diócesis del tiempo de los suevos no se hizo mencion del Lugo de Asturias, asi tampoco se hizo de León para señalarla términos,

como cons-

por la escritura que publicó Loaysa y pusimos n. 44. En ella solo se nombra á León por parroquia de Astorga, y lo mismo se repite en la de Vamba, como se pondrá abajo, con sola la diferencia que en Loaysa se escribe Legionem super UrMeo, esto es, León sobre el rio Orbega; lo que parece ha sido causa de que se introduzcan dos Leones. Pero en la impreta

sion del

Tudense

se lee: Legio,

Superurbico, haciendo dos parroquias, una León y otra Superurbico, lo que parece se ne-

para que como dice, resulten once parroquias en la silla de Astorga. Sea como fuere , el hecho es que en la división de los suevos no se dotó á León, y asi es falso ó del todo voluntario decir en cesita asi

,

De

la división del reíj

de Vainba, que la confirman en los antij,nios términos con que la dolaron los suevos.

209

Ni contra esto sirve lo que se escribe en un conci-

de Oviedo, publicado por Aguirre que habia dos Leones y que entre las dos componían una silla In ambas Legio7ieSj qum siint una Sedes pues admitido esto resulta que en tiempo de los godos no habia obispo en León. Consta asi por las actas del citado concilio; donde se dice que una de las silias que no sonaron en los conlio

,

pues de los moros , era esta de Leon , como la de Sassamo?i: estas se dicen allí nombradas nuevamente y que no se oyeron antes , como es cierto: si antiquas Sedes qum in Canonibus resonant vel alias quas

bega, vuelvo á preguntar ¿cómo es una misma silla con la ciudad episcopal de León, tocando una á Astorga y siendo la otra diferente silla? Claro :

,

,

id

est,

Legionem, Saxomotiem, etc.; luego León no era silla nombrada en tiempo de los godos; y por tanto aunque hubiese dos pueblos de este nombre y compusiesen una sede consta por el mismo instrumento que era nueva en el siglo nono en que se tuvo el concilio de Oviedo, pues la contradistinguen de las sillas antiguas. Ni

que esto solo corresponde á uno de los dos pue-

sirve decir

que esto no puede ser. Luego si hubo dos Leones es forzoso que ambas tocasen á un mismo obispado para verificar que componian una silla, como v. g. si hoy decimos que Cartagena y Murcia componen una silla, es preciso que ambas toquen á un obispado, y aun, que ambas sean cateestá

,

,

,

;

:

sino solo des-

,

1

Oviedo aun dado esto no puede ninguno de los dos lugares llamados León componer silla diversa de Astorga. La razón es porque según aquellas actas los dos Leones no formaban dos obispados, sino uno In ambas Legiones^ quce sunt una Sedes. Uno de ellos era parroquia de Astorga según la escritura del concilio de Lugo. Pregunto: ¿cuál de los dos? Si es la sobre Or-

;

mólo nominavimus

sirve, digo, lo

concilio de

:

,

No

."

porque niiif^uno de los dos se rnenciona episcopal en tiempo de los suevos y í^odos. Lo 2." porque solo hallamos reducido al tienq)0 de los suevos un /.íwí por parroquia de Astorga. Supongamos que hubo dos, como dicen las citadas actas del blos.

la escritura

cilios anteriores

229

Vcunba.

*

drales

,

como

se

verifica

en

Calahorra y en Sto. Domingo,

230

España Sagrada.

Trat. ///, cap. V. una nio se verá en la cláusula

en Jaén y Baeza pues si de las dos no fuera catedral, no se pudiera decir que ambas eran una silla. Si ambas iglesias de León eran una silla, ¿có;

mo

será posible que una de las dos se pusiese en tiempo de los

suevos y de Vamba por parroquia de Astorga? El cato es que ni consta mas que un León, ni fué obispado diverso del de Astorga en lo anterior á los reyes de León, como se dirá en su sitio.

210

Esto lo dejó ya dicho il/oríí/(?5, hb. 11, cap. 50, pág. 175 b.; Gá/¿í¿rtra,t.2,pág.l50; Contador, t. 2, p. 763. Eúndase en el mismo argumento que

ha puesto en el Lugo de Asturias porque desde los suevos hasta los reyes de León jamás se halla mención de obispo Legionense. Y solo se lee por parroquia de Astorga entre los suevos. El que formó las actas del concilio de Oviedo sintío lo mismo, que era silla nuevamente nombrada. Y lo que mas lo esfuerza es que no tienemas texto en su favor que la escritura de Vamba, contra la cual, en esta parte, milita lo mismo que lo dicho en Lugo sobre que á estas dos iglesias, que se dicen exentas por entonces, las señalasen términos; y tales que solo constan después de los moros cose

,

,

guíente.

En

si-

presente

, sobre desatino de la dotación que atribuye á los idólatras y here-

la

el

ges arríanos suevos tiene los desaciertos de atribuir á los })redecesores de Vamba el que hicieron corte ó silla Real á l.eon; lo que consta ser propio de aquel rey de León que la dotó con los límites que luego se pondrán. 211 Dice que antiguamente se llamó FLos , cosa que no hallarás en ningún antiguo; y es puerilidad semejante á lo propuesto arriba sobre el Vam~ bm Lunam de Pamplona, y al ,

,

modo de

que escribió

Tudense sobre Leovigildo, que por Leovigildo se llamó León lo

el

Solo he hallado en el Adversario 1 .° de Luitprando que los godos llamaron á León Flos Civitatiwi; pero sobre esto no halló Ramírez de Prado autor ni texto alguno que alegar, pues es del todo voluntario y dictado por él misesta

ciudad.

mo, que

punto añade que Leo/i estuvo sujeta á Braga hasta el tiempo del papa S. Lual

medio del siglo III, y la escritura de que hablamos dice que nunca estuvo sujeta á

ció, al

otro.

212 De esta exención dudó mucho D. Nicolás Antonio, //¿'. (),

Bibl. Vet.,n. 481

,

no obstan-

De

que no llegó á conocer falsedad de la escritura de Vaniba y es porque, como allí nota, ni aun para admitir silla en León en tiempo de los godos se halla apoyo. El decirse aquí que iiiaica estuvo sujela

te

;

ta, fué

Vamhn. pide compasión

la división del ven

para contradistinguirla

de Lugo, que habiendo sido metrópoli, volvió á ser sufragánea. Lo que mas puede pasmar en este punto sobre la eredulidad é ignorancia del siglo en que se escribieron estas cosas, es lo que en el tomo 2

de la Hispania illustrata se imprimió pág. 852, sacado de códices antiguos de Oviedo, diciendo que esta exención la aíianzó el obispo de León Decencío con autoridad del papa en el concilio de Eliberi, tenido en presencia del rey de los alanos, y que la dio los términos abajo señalados. Hasta ahora nos dijeron que los suevos; ya tenemos en campo á los alanos. Pero estos jamás reinaron en Galicia; y mas de cien años antes que entrasen en España, se habia ya celebrado el concilio de Eliberi; pero no obstante la barbarie y ferocidad de estos hombres,

2,11

que

inipug-

nación.

215 Lo que D. Lucas de Tuy escribió sobre un obispo de León que dice asistió al concilio de Lugo del tiempo de

suevos, no tiene en su favor mas que el decirlo; pues hasta ahora nadie ha desculos

bierto tal firma en el concilio, ni se

compone

dice con

lo

lo

que

que aqui se

halla

se

en

aquella división, según nota-

mos núm.

í)o.

Lllo es harina,

ó salvado, de un mismo eostal. Veamos cómo la van amasando. 214 Legio ten eat per P y reneos montes (lo mismo que en el Lugo precedente), et per

Pennanirid)eam,nnacumMedialevaca, Cerrera, Petras ni-

Anión usque ad ¡lumen Carrionem, per Villam Sernam, per Rivuhun siccum, usque ad Villam Ardegam. Per Ceresinos, usque in Castrum Pepi.Per Villam Manam usque in arborem de Quadros. Supra gras

,

Fines térra? Gallicice, tria Castella, Turtures, Datineus, Castellatum,

215

et

Naviam.

LegioCivitasSacerdo-

talis et regia,

et

Lucus quam

introducen muy pacítico y pió á su rey Ataz á sentarse con los padres del concilio, y á dotar á la iglesia de León y

Wandalicedificaverunt in Asturiis, teneant per suos términos

mas

turArchiepiscopo, vel Vrimati.

decretarla

exenta.

Esto,

antiquos, sicut eis divisit

Rex

Theodomirus.Hcemdlisuhdan'

España Sagrada.

iSo'á

^IG

No pudieron

delatar-

mejor de lo moderno de la tal escritura, esto es, de que todo es posterior á los reyes que hicieron corte y obispado exento al de la Sta. Iglesia de Leon. Los términos que la señalan, ya previno iMorales que son los que tuvo después, cuando comenzó á ser obispado. Las \oces son las mismas que se empezaron á usar en aquellos siglos y se conservan Peñarubia, Cervera, Rioseco, Carrion, Cuadros, etc. Lo de ciudad sacerdotal no quiere decir otra cosa como notó bien Gándara, que el ser episcopal, lo que es común á toda

se

:

,

silla

,

ni

León

tiene

mas

título

de sacerdotal que las demás, Pero como antes su prelado se intituló Asturicense, por estar incorporada esta iglesia con Astorga, convino que en tiempo de los reyes de León se dijese sacerdotal, por ser ya silia independiente y por lo mismo se dice regia, porque entonces ascendió á corte, y no en tiempo de los godos, que ninguno vivió por aquellas ;

tierras.

217 Lo mas desacertado es que recurran á la división de Teodomiro suevo para la dotación de León siendo asi ,

que en

me

las tales actas, confor-

se hallaron en Lugo, no

Trat. III, cap. V.

hay

tal

obispado de León, sino

conforme lo interpoló el Tudense; y aun esto, reíirién-

solo

dolo solo

como

incluido en la

Vamba. La conclusion de los nombres arzohispo y piimado se delatan escritura de

,

también de tiempo posterior a Vamba, en el cual nunca se | oyeron en prelados de España ' tales voces; y asi se muestra que todo esto se fraguó después de la restauración de Toledo y la bula de su Primado, 218 La exención que aplica á Lugo de Asturias, es la de Oviedo en cuanto Oviedo; y ya notó Morales que en Itacio no se hacia memoria de tal exención y con esto se comprueba que es remiendo ingerido en la tela del Tudense, pues aun le pusieron fuera de su quicio, entre Mérida y Braga, 219 El autor de los Adversarlos de Luitprando, n. 66, alias 74, fingió, no sé con qué inductivo, que Ictosa era silla anterior á Constantino, y que solo el Papa podia juzgar á este obispo, lo que es hacerla exenta; aunque también dice que estaba sujeta á Tarragona, lo que concordará el que la admita exenta. Añade que Frontiniano su obispo asistió lo al concilio Gerundense pues que es otro desatino ,

,

;

De

Frontiniano que firma allí lo era de Gerona, como consta en el concilio Tarraconense. Vease núm. 515. Aqui solo mencionamos la exención por conexion con la expresada en Lugo y en León, reducida al tiempo de los godos.

§ VIH. Escritura de Vainba en pecíivo

al

lo res-

de

territorio

los

iglesias

Después de las dos que añadieron á la di-

visión de los suevos

,

entran á

de las que se incluían en ella: Sedes PortucaliíE per-

tratar

maneant

in sua divisione, si-

cut eis divisü 7'M5

cum

Rex Theodomi-

his etiam quce nos eis

adjedmus. Asi está el permaneant en el Tudense Loaysa puso j9erma/ieí, manteniendo el :

plural eis. Aguirre lo puso to-

do en singular, siendo

que suele copiar fielmente á Loaysa aun en las erratas. Muestra en esto que entendió el PortucalifB de la silla de Porto, y no de todas las del tiempo de los suevos lo que no debe ser asi pues la escritura dice que Vamba añadió: y á Porto no le asi

;

,

sucedió esto, pues tenia veinticinco parroquias y con otras tantas se quedó, entrando en TOMO

IV.

235 matriz,

la

Añadiéronse ahora, no solo algunas parroquias á los trece obispados antiguos de Galicia, sino dos sillas mas que son Oviedo y León; y el sentido del que fingió esta escritura se puede entender asi, que ,

no solo permanezcan las trece sillas, sino las dos que se han añadido; porque no hallándose estas dos en la división de los suevos, necesitaban que otro rey las metiese y dolase, y esto es lo que atribuyeron á

suevos.

220

Vamba. ambos cómputos

la división del rey

Vamba. 221 Supuesto, pues, que por la voz Portucalice entiende á las trece iglesias del dominio de los suevos, se muestra que esta escritura no es del tiempo de Vamba pues ni aun en tiempo de los suevos se Uamaron las tales iglesias de Portu(fal, sino precisamente de Galicia; mucho menos en tiempo del rey Vamba, en que unas eran de Lusitania, las del Duero acá, y otras de Galicia; porque la voz Portugal no se aplicó en tiempo de los godos al distrito de los obispados sujelos á Braga, sino á sola la diócesi de Porto y después de haberse separado aquel Estado de la corona de León , se fué aplicando el tal nombre á los dominios del rey de Portugal, como se previno en el ,

,

30

España Sagitada.

^254

lomo 1, pág. 413. Por tanto, el nombrar sillas de Portugal á las iglesias de efitre Duero y Mifio y á todas las del tiempo de los suevos , es prueba clara

de formación posterior

al

si-

glo XI.

222

Bracara Metrópolis te-

teat Centuncellas, Gentismillia,

Laineto

,

Aportis,

Güiolis , Adoneste, Aylo , Ceuntendo7iis,

Laubis, Cüioto, Letanía, Ceresis, Petronello, Equisis ad saltum; ítem pagi Panoias, Lela, Bregantia, Astiatigo, Tarego, Aunego, Metrobio, Berese, Va-

Senequumio. Sub uno XXX. No son mas que lantusico, Celo,

et

XXV. 225

Ad Sedem Dumensem

familia Begia. 224 Egitanensis teneat totam Egitaniam, Mene, Cipio, et

Er ancos. 225

Portugalensisteneat in Castro novo Ecclesias, quce in vicino sunt'.scil. Villanova, Betaonia, Vesea, Menturio, Tore-

Bramaste

Pongoaste, Lumbo, Nestis, Napoli, Curmano, Magneto, Leporeto, Melga, Tangobria, Villagomedi, Tanuata. ítem pagi, Lambr enbia

,

,

do,- Aliobrio,

Valeritia,

lango,

et

Ceris,

Tur-

Mendolis,

XXV. Lamecum teneat

et

Patencia. Sub uno

226 ipsumLamegum,Tuencia,ArauCü, Cuntabriana, Omnia, et

Trat. ÍIl, cap. V.

Sub uno

Cí'mi)ius.

227

VI.

Conimbriensis Sedes te-

neat ipsam Conimbriam, Kininio, Selio, Bime, ínsula, As-

Portugalm Custrum antiquum. Sub uno Vil. 228 Vesensis teneat ipsum Veseo, BodomirOy Submonciay

írucioney

et

Suberbeno, Osania^ Ovelione, Tiitella, Goleta, etCaliabria, qiue apud Golhos postea Sedes

Sub uno VII. Son IX. 229 Véase qué desatino

futí.

poner en escritura atribuida á Vamba el que después entre los godos fué silla siendo asi que Vamba era uno de los godos, y antes de él era ya silla Caliabria y actualmente lo era. ,

230 Iriensis teneat ipsam hiam: de Issum usque Cusande Caldas de Bege usque in oram maris Oceani. Aqui se omitió lo del concilio de Lugo, y metieron lo que está después mas abajo núm. 288. Véase núm. 236. 231 Lucensis teneat ipsam Civitatem cum adjacentibus suis, cum Cantoquia, Somes, Carabarcos, Montenigro, Purraga, Latra, Azamana, Segios, Triavada, Pogonti, Salvatera, Monterroso, Doira, Deza, Gocaro,

et

Sub uno XVI. 232 Auriensis teneat Vesu-

lea.

Buvale, Teporos, Sedisos, Pincia, Casavio, Verenganos, Sanabria et Calabazas mayogio,

,

De

Suh uno X. 233 AstoreimHteneatipsain AstoHcam.LeijionemnuperUv-

res.

bico^Beriso, Petra speranti, xitüiribis ^ Caldellas^ Marellos superiorcm el inferiorcm Senuref Frogelos, et Pericos. Suh uno XI. ,

Britanacensis teneat Ecclesias quce in vieino sunt inlro Brilones , una cuín Moí234

nasterio

Maximi usque

mine Ove. 235 Tudeiisis

in flu-

teneat

ipsam

Sub uno XV. esto se

impugnemos

tratará la

cuando

división

por

principios generales contra to-

da

ella.

§

miindu, sin explicar parroquias, coiilentándose con haberlo liecho á la larga en el Lugo de Asturias y en León. l*ero ni aun quiso rei)etir todo lo de los suevos como se vé por ,

siendo asi que sin irabajo lo podia haber ejecutado, por hallarse no solo en lo íria

;

puesto núm.

sino

IX.

Pófiese lo restante de la escritu-

ra atribuida á Vamba. Hasta aqui pusieron la división , explicando cada parroquia en particular, á excepcion de Iria. De aqui adela nte parece estaba ya cansado el formador, y tin') á abreviar , señalando á cada iglesia los términos por respecto á los cuatro puntos cardinales del

mas

lata-

mente en el cronicón Iriense, donde vemos una copiosa doen esta forma Mirus Rex Sedi suoi Iriensi contuUt Dicüceses scil. ,

:

,

Moracium,Siüines,Moraniam, Celinos, Montes, Mertiam, Taberiolos, Velegiam, Loutum, et

Amercam, Coronatum, Dermianam, Gentines, Celtagos, Barchalam, NemanPistomarcos,

eos

,

Vimiantium, Salagiam,

Farum,

Scutarios , Dubriam, Montanos, Nemiros, Prucios, Visamos, Trasancos, Lavacengos, et Arras,

Bregantinos,

et alias,

236

4-4,

tacion del rey Miro

Tiidem, cuín EcclesUs^ quoi in vieino sunt. Tárelo, Torobera, Ludo, Patre, Ágnove, Sagria, Erbilione , Áureas, Langetue, Carasino, Toruca. ítem pagi, Cauda , Ovinia , et Cartasse.

De

-^'^

la división del reif Vütnhíi.

qme

in

Canonüms

re-

sonant,

237

Esto último parece que alude á la división del concilio de Lugo , por cuanto no tenemos noticia de que en otros cánones resuenen parroquias atribuidas por Miro á silia alguna. Pero el que formó la división de Vamba, ó no tuvo noticia de estas dotaciones, ó se las tiró á quitar , pues no quiso expresar aun las mucho

256 menos

España Sagrada. que

llaman Diecesis, que se hallan en Iria en la división de los suevos. En tin, de aqui adelante se contentó con decir algo, para que se vea fué la división general; y ni aun podemos afirmar con certeza que atendió á los puntos cardinales de Oriente á Poniente, y de Norte á Mediodía pues yo hice varias prolijas pruebas, y veo que suele tomar dos puntos por la parte del Oriente de la silla, y los otros dos por Occidente de modo que aunque fueiglesias,

allí

;

:

,

ra legítima esta división, era in-

para el uso de confines, como podrá experimentar el que tenga paciencia, cogiendo v. g. las sillas de la Bética. 258 Loaysa parece que no vio el códice del Tudense, como infiero , fuera de otras cosas, porque según lo apasionado que era por la primacía de Toledo, no hubiera omitido lo que pone D. Lucas por exordio de la metrópoli de esta santa iglesia, diciendo Toletum Metrópolis , regia SedeSy útil

:

Trat. III, cap. V.

conocer siempre no ser na»da propicio ni devoto á la pri))macia de Toledo sino que «manifestó querer sustentar la «parte de los arzobispos de «Santiago, siendo autor del «distrito del reino de León, «que escribió su obra al tiem«po que, estando León des«membrado de Castilla , los «arzobispos de Santiago pug«naban de no reconocer el de«recho de la primacía á los «prelados de Toledo.» A vista de esto se infiere que esta cláusula no la formó D. Lucas sino que la halló ya puesta en la escritura atribuida á Vamba y esto bastaba para calificarla de apócrifa y posterior al tiempo de los godos; pues hasta el arzobispo don Bernardo no se usó de semejante dictado. Dice , pues , el códice de Loaysa: )>

;

,

;

foleto Metrópoli subjaceant hce

Sedes.

259

Oretum

hcec teneat: de

Galla usque Eciga

:

de Betra

quandiu huicSancto Ccetuiplacuerit, Metropolitanos teneat Primatiam. Y en verdad que el Tudense

nsque Campaniam.

era voto desapasionado

términos de Oreto, et de Mentesa, et Acci. Un códice Ms. de la santa iglesia de Toledo que está en el cajón 21 , núm. 1,

Ínter ceter os Hispanice,

que según Padilla, en Tol.

,

c(D.

,

por-

de Garibay el concilio XII de Lucas de Tuy dá á refiere

240

Beatia á esta la dejó en blanco la edición de Loaysa.

En

:

el

Tudense se

lee: j^er

dice

:

De la división Teneal de Campana tis-

de Torberca que Meníesam usque Samentam. 241 Mentesa hcec tenent: de Eciga usque Sccuram de Lila usque Pulíjcena. 242 Acciha'cteneat: de Secura usque Montnneam: de Arcatel usque Carachuel. 243 Basti luvc teneal: de Montanea usque Egestaní: de Rauca usque Fusitam. 244 Urgi Imc teneal: de Egesla usque Carlhaginem: de Gastri usque Mundam. 245 Bigaslrum hwc teneal: de Pugilla usque Nisdomianí: de Serta usque in Babam. 246 Illici ha^c teneal per :

:

:

términos Bagaslri,

el

Selabis

el De7iia.

hwc teneal de Gusto usque ad Moletam de 247

Setahis

:

:

Togola usque ad Intam.

248

hmc teneal de Sosa usque in Intam de Silva usque Gil. 249 Valentía teneal de Silva usque Musvetum de mari De7iia

237 Vnmba. 2^3 Complututn hiec teneal: de Alconl usque ad Cortem de Gusia usque ad Costem. 254 Scfinutia liar teneal: de

íkl veij

:

:

:

:

Coste usque

Fuscam

:

de Codol

usque Pinam.

O.roma luvc teneal: de Fusca usque Árlanwn, quomodo currit in camino (¡bello latín del tiempo de Vamba!) Sancti Petri, qui vadit ad Sanctum Jacobum: de Garaje usque Hermitas. Después se liablará de esto.

255

hmc teneat: de de Almet usque Mambellam 256

Secobia

:

Montel usque Vasodoto. 257 Palentia hm teneat: de Mambella usque Caltam de :

Valhona usque Fortosam. 258 Loaysa nota al margen algunas varias lecciones del Itacio ; pero si hubiera yo de notar las variedades que se hallan sobre las voces y reparticiones, seria fastidioso, y asi no quiero serlo.

Tarraconensi Metrópoli subjaceaní hoe Sedes.

usque Alpont.

250

hmc

de Alpont usque in Terrabellam: de Stizerola usque Niiuir. Valeria

teneal:

251

Secobrica hcec teneat: de Terrabella usque Obviam: de

Toga usque Brecam. 252 Arcabrica hcec leneal: de Alconl usque ad Obviam: de Mora usque Baslram.

259 Barcinona hcec teneal: de Mina usque Pagellam: de Usa usque Bordel. 260 Egara hcec leneal de de Bordel usque Paladera Montesa uscpie Portellam. 2()1 Gerunda hwc teneat: de Palada usque lustemale: de :

:

Alosa usque Pinnas.

España Saíjrada.

Í2."8

Enipuriív hwc leneant:

2()!2

de IiLstcmate iisífue Bercam: de Ventosa usque Giluam.

203 Ansona luvc teneal: de Barga usque Auratam: de B alga usqne Mcntiam. 264 Urgela /uve teneat: de Aurata usque ISasonam: de Múrela usque Valam. 2G5 Levita hwc teneat de Nasona usque ad fontem Salam: de Lora usque Matam. 26G Ictosa (¿de qué conci:

sacarian esta?) licec teneat: de Font Salla usque Portellam: lio

de

Mor ale usqne Tormelam. 267 Tortosa hwc teneat: de

Portella usque

Deniam: de Tor-

moga usque Catenam. Ccesaraugusta hcec teneat: de Moovta usque Splanam: defíibas montes usque Gordoto.

269

Osea hwc teneat: de Splana usque Cobello de Speflem usque Riberam. :

Pampüona hcec teneat:

de Cobello usque Mustelam de Lolica usque Tallam de Mustela usque Nampiam; de Sparga usque Ostrual. Este vá bien, :

:

qne

lleva

demás

Planta usque Aniajam: de Vüla inferno usque Pedem Mora ni. ''21A ¡nsulw Baleares, Majoricam, Minorieaní, Fornienteram üseticam. ,

Spali Metrópoli suhjacennt

hw 275

Sedes.

Itálica

Ulea usque

hwc

Busam

:

teneat

:

de

de Asa us-

que lamolam. 276 Asidona hwc teneat: de Busa usque ad Senam de Lotesa usque Viam latam. '¿11 Elepla hwc teneat: de Sena usque Datam: de Abisa usque Cortesam. 278 Malaca hwc teneat: de Data usque Malexcam de Temía usque Sedes campo. :

:

268

270

Trat. I¡L ea¡). V.

ocho linderos, y

los

solo cuatro.

271

Calaforra hwc teneat: de Nampia usque Spargam de Mustela usque Lacalam. 272 Tirasona hwc teneat: de Sparga usque Platenam: de AUomonte usque Millesam. 273 Auca hwc teneat: de :

279

Eliberis

teneat:

luvc

de Maleoca usque Sotellam: de

Almica usque

280

Astigí

Sedille.

hwc

teneat:

Sotella usque Parietem

ea usque

:

de

de Lú-

Raucam.

Corduba hwc teneat: de Pariete usque Ubetam de 281

:

la Galla usque

Ranam.

282

Egabro teneat: de Ubeta usque ad Malam. Sayam: de Gasta usque Suetam.

283 liwci hwc teneat: de Mala Saya usque a Balagar: de Gigara usque Calonam,

Bracarw Metrópoli subjaceant

hw 284

Sedes.

Dumio hwc teneat de :

m

1

De

1

Duma

usque Álhianí: de liianteca usque Adasam. 28o Porturale Iufc teiient: de Idia usque Losolam de Olmos usque Solani. 28Í) Tude luvc Imeat: de Losóla usque Laqunam'. de Monte aWo usque Fetosam. 287 Auria hree teneal de Qisanca usque Silum: de Vereganos usque Calahains myorcs. 288 irla luec teneal de Iso usque Cusaram: de Caldas de (Breusquein oraní maris Oceani. :

:

:

289

Luco ha'c teneat: de ÍAiquna usque fíussam: de Monte Soto usque Quintanam. 290 Britonia de Bussa usque Torrentes: de Octova usque :

Tobellam,

29

ad Ovem.

Astorica ho'.c teneat: per

oram vios.

et us(¡ue

vallis

Cavcer,

Humar ia,

Vamha.

la división del rcíf

per

et

scilicet^ et

flu-

Ubi-

Egeditania luec teneat: de Sala usque Navam de Sena us(¡ue Muriellam. 29()

:

297

Conimhria ¡uve teneat: de Nava usque Bergain: de Torrente usque Loram.

298 Veseum Jmc teneat: de Borga usque Sortam: deBonella

usque Ventosam.

Lamecuní

2í)9

Enierilfe Metrópoli subjaceant hce sedes.

292

Pace haec teneat: de Balagar usque ad Crocam: ad Montem de Olla usque Marabal.

293 Olisibona luec teneat: de Darca usque Ambiam: de Olla usque Matam. 294 Elbora lime teneat de Sotobi'a usque Petra de Hucella usque Paral am. 295 Eoconoba ha'c teñen t: de Ambia usque Salam: de ip:

luec teneat:

de Sorta mque Petraní: de Tara usque Orlosam.

300

Caliabria luec teneat:

de Soria usque Albeniam: de Soto usque Farani. 30 Sabnantica Iküc teneat: de Albenia usque Sotobram: de Busa usque Siberam.

302

Nunmntia

luee teneat:

de Peñagodisse usque ad Tormem super Utos Balneos: de Valle de Bege usque Dorium. De Vil I alai k usque Oler uní de

Fumus:

goy per Berco, el Tarara.

239

secas

usque Breto

Bivulum

siccuní

de Tarara usque Dorium. Aqiii cár^ó la mano como en Pamplona. Véase nú:u. 317.

303

:

Aínda lime

Petra usque Villam usque Torrero.

304

Cauria

teneat: ds :

de Víasto

luec teneat: de

Tagum: de Asa usque Pumar. Villa

usque

:

sa usque Turreni.

Narbonw

Metrópoli subjaceant lúe sedes.

505

Beterris luec teneal: de

España Sa orada.

íiO Staleth usque

Bavcinona

:

de

Macai usque Ribafora. 306 A(jatha hcec teneat: de Nusa usque Riberam: de Gallar usque Miriam. 507 Maijalona luec teneat: de Nusa usque Ribogar: de Castello

millia usque

Angoram.

Tral. ///, cap. V. taba) in Concilio Toktaiio, ubi

omnes Archiepiscopi

Episcopi convenerant quce subscripiione o ni) Uuní confírmala suiít^ Quiriaco ToLetano Archiepiscopo Priniatia^ dignitate, et Fide Catholica consistente. et

:

512

Statulum

est prceterea

omnes Cleviverent secundum Regu-

508 Nemauso haec teneat: de Busa uscpie Angoram: de

in dicto Concilio, ut

Castello usque Sambiani. 509 Luteba Jmc teneat: de

lam Sanctissimi Patris

Samba usque Rabaval: de AnMontem rufum. 510 Carcasona hcec teneat: de Monte rufo usque Angera m: de Angosa usque Montaña. Etna hcec teneat: de 511 Angera uscpie Rosinolam: de ges usque

Laterosa usque Lamusam. Hce sunt Sedes harum dua-

rum Hispaniarum

octoginla,

sub dominio Gothorum.tam Archiepiscopales,quamEpiscopales, per quas nobis ministratur Yerbum Dei, quce á Romano Pontifice accipiunt

Communio-

nem CatholiccE veritatis ut secundum Traditionem, et doc:

Sanctorum Patrum, animas sibi commissas valeant

trinam

gubernare. Hcec igitur nostra institutio,

quceassensuomnium

Archiepiscoporum,etEpiscoporum dictarum Sedium auctore Deo, facta est, firma permaneat in ceternum. Hcec om7iia supra scripta legit gloriosus ,

Rex Itflm/w

(un secretario bas-

rici

Isidori,

prout continetur in libro ejusdem de honéstate Clericorum. Et quicumque Archiepiscopus, Episcopus Abbas Claustralis, vel Soícularis, pro dignitate, vel ordine, aut aliquo Ecclesiastico minam daret Regi, beneficio sive aliqum atice personce, ille excommunicatione perpetui anathematis innodetur. Esta es la escritura según la publicó Loaysa; y aunque ella acaba aqui, todavía prosiguió Loaysa en copiar otra parte del Itacio de Oviedo y códice Toledano, que se pondrá después y se examinará, por ser hermana carnal en los desaciertos v gravísimos perjuicios que ha causado á la verdad de la historía y á la santa iglesia de Oviedo. Y advierte Loaysa que en,

y

mejor que púdola mala escritura de estos catálogos, y con todo eso quedaron ¿qué tal tantos malos latines

mendó

lo

:

seria el original? {Pág. 144.)

515

Todo

lo

que

se dice

De en

el

niim.

511

la división del rey

prueba que

como

Vamha. debia

241 título del síno-

el

cion de Toledo, y de ningún

do. Al simoiiiaco señaló exconiunion perpetua el ((ue inven-

modo

tó esta división

esto es posterior á la restauradel tiempo

de los godos, como se vé porque no suelta de la mano la palabra av^obispos. Insiste también en que esta división se hizo en concilio general

,

á que asis-

todos los arzobispos y obispos y ya vimos que en tieron

,

liempo de Vamba no hubo concilio.

ne á

En

el

tal

;

manifiesta que (juiso reducirlo todo al concilio XI de Toledo, el tit.

V

niendo en el tit. 9 que antes de la consagración declare el obispo electo estar libre de semejante mancha. Mirando á esto el formador de las actas formó aquellos dos cánones con nueva declaración de su materia por cuanto la opinión que prevalecía por entonces fué que se hizo la división en el concilio XI de Toledo; y esto tomó tanto cuerpo hasta hoy, que el cardenal de Aguirre lo ingirió en el título ó cabeza del concilio, contra lo que halló en Loaysa pues este, aunque lo puso en sus notas, veneró ;

IV.

íin

,

;

,

§ X, Muéstrase la ficción de esta escritura por los desaciertos que se incluijen en el texto de los

§§

precedentes.

se ocurre á los

excesos de los clérigos, y en el tit. VIH á la simonía; previ-

,

co-

en ló í{ue se conoce que no tuvo por delante al concilio \1 , pues este en el tit. L\ solo la fulmina por dos aiíos y si en aquel espació se mostrasen los reos arrepentidos los absuelve y restiluye á sus honores,

modo de

pues en

,

núm. 312 po-

posdata, des})ues de lo que dice firmado por ochenta prelados, los dos cánones que refiere y en esto

TOMO

nio pone en el

de Vaniba

514

Estadivision tiene otra

monstruosidad en ser abundante y defectuosa. Las doce sillas del dominio de los suevos las pone dos veces: una señalando todas sus parroquias en particular, y otra por los cuatro puntos; y esto último es del todo supéríluo, porque la diósi ha explicado toda v. g. de Lugo, diciencesi do una por una todas sus parroquias, ¿á qué fin entra luego á decir que tenga de tal parte á tal parte? Oiga que todas doce gocen lo que acaba de señalar, y no gaste pergamino y tiempo en añadir unos términos mas oscuros que los ,

31

242

Espniía Sagrada. Tral. III, caí). V. ([ue puso antes. V advierte ([iie sa á la Hiera de las Arenas, en la repetición ya no suele que entra en el IJahreíjat , coexplicar ninguna de las parnio determinaremos al liahlar rocpiias que se nombraron ande su iglesia. Y Jctosa, sea ()

mas que lo quiso esforzar el P. Gerónimo Uoman de la Iligüera citado por D. Nicolás Antonio en su lib. 2 cap. 4, Censura de historias fahulo.sas, no logró que D. Tomás Ta,

,

mayo

se persuadiese á

ello

y sobre su Luitprando, pág. 156, que sin razón querian aplicar á Guadalajara las glorias propias de Compluto, y ,

asi dijo

que era idea de los modernos el haber introducido en Luitprando la reducción de tal Gwadalfajara. Todos cios provienen

estos perjui-

no de

malicia sino de la ignorancia de los que fabricaron semejantes la

catálogos, y de los que no reparando en sus grandes desaciertos pasaron á publicarlos, El tronco de todo esto es el

de Oviedo, donde se puso un tratadillo con título de Itacio

Mtitata

gun

nomina CAvitatum,

se-

en mi índice y se previene al margen, que es como se encuentra en el Tudense y se imprimió en el tomo 4.° de se halla

España ilustrada, pág. 58, donde hallarás otras redúcelola

nes bien ridiculas. 340 Volviendo al catálogo propuesto, no se debe omitir que en el núm. 328 escribe \)ro\\ñcm Carpetanice,NOz qne desde Gundemaro no volvió á sonar mas en tiempo de los godos. Con que no solamen-

Trat. 111, cap.

V.

aumenta, quita y coufunde sufragáneos, sino tamhiru hace nueva provincia á la que nunca lo fué. Muéstrase demás de esto no haberse escrito aquel catálogo en tiempo de los godos, por la barbarie de te

voces Calagurra, Iplicea, Caucolibium, Neumasum, en lugar de Nemausum, Iliberi, Hipa ó Elipla Calagiirris: Tortosa por Dertosa; y en nombrar á Almeria se conoce las

,

ser posterior á los moros.

El Festabole que aplica á Poi'to se halla descartado por Eslazo en sus Antigüedades de Portugal, cap. 73, núm. 34, donde dice, que aquel nombre era sospe-

choso por no hallarse en la división de los suevos, ni en Morales que vio muchos ori,

y es nombre inaudito para los naturales, por no haliarse en escrito ó escritura alguna, y asi concluye: «No «recibimos tal Festabole, co))mo ajeno, incógnito, ó in«troducido por yerro. Ni me«nos la signiticacion de Puerto allano ó Playa nueva forja«da en la oficina de Fr. Ber«nardo Brito, porque no veo «quien pueda afirmar ahora «esto de lengua tan antigua, «salvo si resucitó algún sue«vo medio desnudo por fal»ta de pieles con que cubrir«se, como César los pinta, para ginales;

,

,

De «declarar cosa

de tanta

»portancia.« Véaseallí

ni'iin.

¡ni-

25

y sig.

Otro principio general para la impugnación de estos códices es que todos incluyen 541

Ja división atribuida á (Constan-

tino

Magno; y

del

modo que

imprimió I.oaysa, pág. 1 43, cualquiera podrá conocer sus desaciertos, según lo prevenido hasta aqui; porque bastaba paradarlapor apócriíii, el que reducen á tiempo de Constantino las sillas que fueron muy posla

teriores á él, v. g., Caliabria,

Dumio

y Porto, que no fueron obispados, ni aun fueron, has-

tiempo de los suevos, y con lodo eso las hacen catedrales en tiempo de Constantino por suma ignorancia de la IJistoria. Lo mismo en Ictosa y Numancia que nunca lo fueron. Y es tanta la conformidad de la copia atribuida á Conslantino con la de Vamba, que el inventor del cronicón de Luitprando, al tratar de la división de Vamba, dice, que la hizo según dividió Constantino Magno en otro tiempo las sillas con sus términos y limites, en el concilio general que juntó en Toledo con autoridad de S. Silvestre, y al cual se decía haber ta el

mismo Constantino, división de Vamba corres-

asistido el

Si la

ponde y

se

251

la división del reij Vaniba.

mide por

la

de

Constantino, es la iiiia tan íingida y apócrifa como la otra. Y viendo que todo esto es parto ó aborlo del /írtdo, podrá conocer elP. Contador de Árgote y todos cuantos le sigan, si fué su «autor alguna persona eru«dita y práctica en la historia » eclesiástica de España,» como dijo en sus Memorias, pág. 772. Hesta recopilar el 342 tiempo en que se inventó la división de Vamba y el Itacio en que se halla. Sobre lo cual supongo que el códice Toledaño citado por Loaysa y enlazado con el de Oviedo no añade autoridad á este, pues el uno es copia del otro, aunque en el de Toledo omitieron algunas cosas que parece no les sonaron bien como se infiere de las notas marginales de Loaysa, en especial pág. 139. ,

El Toledano es copia del Ovetense, y no al revés, pues aquel se escribió en la era MCCXCl,

año IMCCLIil, como

se

lee al

del códice 5, del cajón 21 mas antiguo que el primero del

fin

mismo

donde después del medio se llalla la misma división. Siendo el códice de Tocajón,

ledo del siglo XIII y el Ovetense del XII, es preciso decir que aquel es copia de este, y por tanto no añade autoridad. El

tiempo del Itacio de Oviedo es el mismo que el de I). Pelayo,

»

España Sagrada.

í252

su obispo, según se dijo en el § 111. La parte de la escritura atribuida

allí

á

Vamba

terior á la exención de

es pos-

Oviedo

y de León mencionadas en ella, También es menos antigua que la silla de Zamora, pues esta se contiene en la división con

nombre de Numancia. En XI no

del siglo

el fin

se habia inven-

tado todavía este instrumento; porque en el año 1088, en que se tuvo el concilio de Husillos, de que tratamos mim. 139, sabemos que se halló el obispo de Oviedo antecesor de don Pelayo ; y pues ni este ni nin~ gun otro prelado tuvo noticia de semejante escritura del rey Vamba es prueba que no habia en Oviedo por entonces tal

Trat. ¡II, cap. V. del año

1124 en

de diciembre, se debe suponer concluida la de nuestro asunto antes del año 1124 en que el citado instruniento la menciona. Pero de ningún modo se puede reconofin

cer formada antes

del Itacio

Ovetense que es el tronco á que todos recurren sin que hasta hoy se haya descubierto mención de semejante cosa antes de la edad de D. Pelayo de Oviedo, esto es, antes de la en,

,

trada del siglo XII, que es la única antigüedad que recono-

cemos en aquella escritura. 544 Hasta aqui parece que buena

en ninguna otra iglesia tal concilio ó división con atribución á semejante reinado ni sin ella, pues se hallaba po-

de unos á otros ha disculpado á todos: ya según los fundamentos que se han puesto, parece que se debe suscribir, y yo suscribo, á la censura del autor referido en el núm. 198, «que el concilio y »la escritura que en CvSte punto

sitivamente desconocida.

»se atribuye al rey

,

Itacio, ni

343

En

délos límites que señala á Zamora se debe dar posterior al año 1118. Y si es verdadera la escritura que menciona Colmenares en la historia de Segovia, pág. 112, por vista

la



Vamba no

» merece

crédito alguno, y se «debe anular y repeler del to-

»mo de

de Loay»sa y de todos los demás en «que se halle. los conciHos

:

De aUjunos

CAPITULO De algunos

'¿'"m

caláloijos españoles.

VI.

catálogos antiguos españoles en que se pone la divi-

sión de las provincias eclesiásticas de España.

345

Ya que hemos

apócrifo de

la

visto lo

división de ohis-

pados que se atribuye á Vamconviene examinar otros ba documentos en que se hallan divídidas las provincias por sedes pontificias , por ser propio de este sitio lo que pertenece á división de metrópolis en comun y constar que no pocos se alucinan con el crédito no bien merecido de algunos ca,

,

tálogos antiguos. 346 El instrumento

mas an-

punto de parli-

concilios, en

cion de obispados, es

cro-

según le Emilianense pone Berganza en el tomo 4 de las Antigüedades de España, pág. 548. Escribióse este cronicón en el año 883, como se dijo en el tomo 2, pág. 80; y hablando en el principio de la descripción de España, dice que se dividió en seis pro vi ncias, á que estaban reducidos todos los obispados, en esta nicon

,

conformidad

tiguo que hallo, fuera de los

Habet Provincias VI cum Sedibus Episcoporum. Prima Carthago, quce est Carpentania. ^

Toleto Metrópoli habet siib se , id est

Oreto.

Dianum.

Complut

Biatia.

Castalona.

Sigonza.

Urci.

Valentía.

Oxoma.

Bigastre.

Valeria.

Secobia.

Hice.

Secobrica.

Palentia.

Satabi.

Arcabrica.

XVII.

Secunda Provincia

Bcetiea.

Hispali Metrópoli. Itálica.

Astigi.

Assidonia.

Córdoba. Egabro.

Arepla.

el

2o'i

EsjMuia Sagrada. Tral. ¡11, cap. Vi. r>íalaca.

\íi

Acci.

iX.

llliberri.

Tertia Provincia Lusitania.

Emérita Metrópoli. I^ace.

Caliabria.

Olixbona.

Talamantica

Exonoba.

Abiia.

Agitaunia.

Talabayra. Elbora. Et Caurio.

Conibria.

Beseo.

Lameco.

XIII.

Quarla Provincia GaUiciensi. Bracara Metrópoli.

Dumio.

Iria.

Portucale.

Luco.

Tude.

Vittania.

Auriense.

Et Asturica. VIH.

Quinta Provincia Terraconensis. Terracona Metrópolis. Barcinona. Egara.

Dertosa. Csesaraugusta. Osea.

Gerunda. Ampurias. Ausona.

Pampilona. Auca.

Urigello.

Callagurre.

Illerda.

Tirasona. XIIII.

Sexta Provincia Gallia

non

est

est

ultra

mare Tingitana.

de Provinciis Spanice

rum

,

sed sub regimine Golho-

erat, ita

Narbona Metrópolis. Agate. Magallona.

Luteba. Carcassona. Elena.

Neuiiiase.

Tolossa.

Beterris.

.

algunos catálogos españoles. 255 Este catálogo tiene 3i7 quitando de ella á Tuccí. En alguna desíignrncion en los Mérida pone á Talabaijra, de cuyo nombre no hemos tenido noinbros, no lanto por usarse obispado, ni la Lusitania tuvo asi en el siglo I\, cuanto por trece sillas antes de haberla en defecto del escribiente, pues Zamora, laque no habia cuanse vé que no tiene constancia en la voz metrópolis, usando do se escribió el cronicón Emilianense. inas frecuentemente de metroEn Narbona pone «í Tolosa, lo que ya dijimos poli, al modo que en la cuarta núm. 558, que no sucedió asi provincia pone Galliciensi, y en tiempo de los godos; y por en la tpiinta Terraconensis. En tanto se intiere que la formani la falta de ortografía fin, cion de este catálogo no se hini la de latinidad defraudan la antigüedad del siglo IX, antes zo por noticias originales, bien son testigos de aquel 519.. El segundo catálogo tiempo. y división de provincias es 5-48 el que se halla en el libro de Esta antigüedad de mas de ochocientos años es lo concilios del Escorial que comunmente se nombra el Emii'mico que venero en este documento; pero por sí solo no lianense, y Loaysa le intitula Hispalense. Este se escribió en es capaz de decidir, por estar diminuto en unas partes, y en el año 962, según lo prevenido en el apénd. III del tomo preotras redundante. En Toledo omite á Bastiy Mentesa y Acci, cedente. El Sr. Loaysa copió poniendo á esta última silla en y publicó la división en esta la Bética, á que nunca tocó, y forma. J)r

DIVISIO PROVINCIARUiM HÍSPANLE

ET EARUM SEDIÜM.

PROVINCIA GALLEÓLE.

Rrachara Metrop olis.

Dumio.

Portucale.

Auriense.

(^onimbria.

Eguitania.

Tude. Luco.

N'eseo

Iría.

Laineco.

Britona.

Vetica.

Astorica.

256

España Sagrada. Tral.

íll

,

cap. Vi.

PROVINCIA GALLI/E.

Narboiia Metrópolis. Caucoliberi.

Luteba. Magalona. Nemis. Eiiemaso. Elena.

Carchasona. Biterris.

Ágata.

PROVINCIA LUSITANL'E.

Emérita Metrópolis.

Caurio.

Avela.

Exonoba.

Salmantica. Elbora.

Olisíbona.

PROVINCIA CARTHAGINIS.

Toleto Metrópolis.

Díanío.

Compluto.

Selabi.

Segontia.

Carthago.

Oxoma.

Bastí.

Palentia.

Mentesa.

Valeria.

Accí.

Oreto.

Biacia.

Valentía.

PROVINCIA Spalis Metrópolis.

BETIC^.

Egabro.

Itálica.

Elíberí.

Elipa.

iVI

Astigis.

Asidona.

alacha.

Corduba. PROVINCIA

Tarracona Metrópolis. Dertosa.

Caesaraugusta.

Tyrasona. Calagurris.

Auca. Pampilo.na. Osea,

1^ARRACONENSIS

Elerda. Barcinona.

Egara. Ausona. Gerunda. Impurias. Orgello.

2o7 algunos catáloijos españoles. 550 Este caü'ilogo tainpo- duración no fué inferior á la 00 tiene mas recomendación de otras que propone este caque la del tiempo, muy ante- fálofío. 555 De aqui infiero que por rior á la formación de la esel silencio ([uc se baila en escrilura atribuida á Vamba, pues tos instrumentos no se debe ará lo menos la precede en siglo y medio, y por tanto no men- güir contra la antigüedad de alguna silla ni probar la anticiona á Numancia por no haberse erigido en aquel tiempo güedad del catálogo en fuerza la silla de Zamora. En lo dede no bailarse en él tal ó tal mas tampoco debe prevalecer obispado. La razón es, porque de un documento que refiere su autoridad, por tener los mismos defectos que el catálogo una silla mas moderna no se precedente, en ser diminuto y puede decir que es anterior á redundante. ella y mucho menos que pre551 A Braga le señala tre- cedió á la erección de aquella ce iglesias sufragáneas siendo mas antigua cuya noticia omiasi que jamás llegó á tal núte, porque antes bien se infiemero; porque Vetíca nunca ha re de esto lo contrario: v. g., sido silla. En Narbona pone en la metrópoli de Toledo omidos obispados mas de los que te á Urci y propone á Comphila corresponden haciendo cato. Bueno fuera que de aqui tedral á Colibre y dividiendo á se intentase probar que ComNismes en dos sillas , una con pluto era obispado mas antinombre de Nemis y otra con guo que Urci ó que era anti¡el de Enemnso que denotan quísimo este catálogo por omiuna misma iglesia. tir en Toledo la mención del 552 En Mérida omite á Píí- Urcitano y otras cinco sillas. ce y k Caliahria siendo cierEsto seria ciertamente desatito que existian cuando Braga no, porque Urci es silla mas gozaba de las sillas que la atri- antigua que Compluto. Otro buye este catálogo. A Toledo ejemplo se toma del silencio la quita á Segovia, Urci, Bide Segovia. El que infiera por gastrOy lllici Secobrica y Aresto que la formación del doconstando que eran cumento se hizo por noticias cabrica sus sufragáneas antes que se anteriores á la erección de la tenga noticia de la silla de Bkino arguye silla de Segovia da que aqui se la atribuye. En bien, porque en tal caso no Sevilla omite á Tucci cuya se mencionaria á Biacia cuI)c

,

,

,

,

,

,

,

,

,

,

,

tomo

IV.

,

33

258

Esijaña Sagrada, Trat. III, cap. VI.

yo obispado que Segovia se omiten.

es ,

Y

monos

aiiti^^uo

y otros que aqui asi sabiendo co-

mo

sabemos la edad de estos no hay que andar catálogos ,

investigando mayor antigüedad, ni cuidar mucho de lo

que conste solamente por ellos, pues el tiempo en que se hicocieron no era de cultura mo se vé por lo que se ha no,

tado.

354

Si esto

que

no

te basta, re-

estado propuesto sobre las provincias de Mérida y de Braga es el anteflexiona en

el

de Piecesvincomo se prueba por atri-

rior á la división to,

buir á Braga todas las sillas del tiempo de los suevos, y qui-

que esta metrópoli restauró en el reinado del mencionado principe. Por otra parte se conoce que se guió por memorias posteriores al concilio I Bracarense, por cuanto solo después de este hubo el número de las trece catedrales que propone no contando la Vélica por no haber sido silla. Supuesto esto, erró en poner á Lugo por sufragánea constando que en el tiempo de los suevos fué metrópoli: tar á

Mérida

las

,

,

y asi, mirado el estado anterior á los godos no debió con,

tar á

Lugo

entre las sufragá-

neas. Si se mira el espacio

que hubo desde Recaredo á Recesvinto, en que Lugo era sufragánea, no debió quitar á Mérida el Pacense y Caliabriense,

cuyos obispados la pertenecian ciertamente por entonces como se vé por los concilios de aquel tiempo. Tampoco debió ,

Tuc'citana, ni poner en Toledo á Cartagena porque Tucci existia en aquel espacio y no Cartagena. Si se mira el estado posterior á Recesvinto, no del3ió poner en Braga las iglesias que puso, quitando cuatro de ellas á Mérida que consta fuequitar á la Bética la

silla

,

,

ron suyas desde entonces hasta el pontificado de Inocencio IIL Con que en ninguna combinación es verificable el conjunto monstruoso, por falta y redundancia, que ofrece este catálogo ; y asi por sí solo no merece aprecio.

355 Otro catálogo pone el Sr. Loaysa desde la pág. 133, que dice se tomó de un libro Ms. en letra gótica de la santa iglesia de Oviedo, y dice asi:

.

De IN

259

alijunos caUUoijos españoles.

NOMINK DO.MIM NOSTIU JKSL

CIIKISII,

NLMRHLS SEDILM HISPANIEXSIUM ET IjTS'IUSCULSQUE IMIOVLNCI/E SEDES SLO METROPOLITANO SL'HSCIUPT/E , USQl E IN RHODANUM AMNEM, INCIPIT

:

ID EST.

Mentesa.

Toleto snbdilic. Arcabrica Illici. Compliito Sctabis. Segontia. Dianium.

Acci.

Valeria.

Oxoma.

Bastí.

Valentia.

Secobia.

Urgi.

Secobriga.

Palentia.

Meti'o¡)oli

Oreto. Bealia.

Sub uno XX.

Bagastri.

Metrópoli Spali subdilai. Corduba Malaga.

Itálica.

Asidona.

Elberris.

Egabro.

Elepla.

Astigi.

Tucci.

Siú)

uno X.

Meritae Metrópoli subditse.

Pace.

Viseo.

Olixibona.

Lameco.

Exonoba.

Caliabria.

Elbora. Abela. Salmantica.

Egitania.

Caiiria.

Numantia,

Conimbria.

Sub uno XI¡II.

i.

Bracarse Metrópoli subditae. Diimio.

Auria.

Britonia.

Portucale.

Iria.

Astorica.

Tilde.

Lugo. Sub uno VIIII.

Tarracona? Metrópoli subditae. Barcinona. Urgello. Osea. Egara. Pampilona. Lerita.

Gerunda.

Ictosa.

Galaforra.

camora.

España

200

Sayi'ada. Trat. 1¡¡, cap. VI.

Tortosa. Caesaraugusla.

Enipurias.

Ausona.

Tirasona.

Auca.

Síibuno XVI.

Narbona Metrópolis. Beterris.

Nema uso.

Agatha. Magalona.

Luteba. Carcasona. Siib uno IX.

Tolosa. Elna.

Et sub uno Sedes Hispanietises, absque Provincia Tingitania usque ad mare Oceani, qui eas circundat. Sedes LXXXII, léase LXXVIII, exceptis Legione et Oveto, quse nuUi umquam Metrópoli fuerunt subditge.

356 lia

De

este

modo

se ha-

en Loaysa, con solaladife-

rencia que

allí

nombres de

las cuatro últimas

se repiten los

metrópolis en el primer lugar de las sufragáneas lo que yo he omitido, no solo porque ;

metodo de las dos primeras metropolis, donde no pone el nombre de Toledo y Sevilla en la línea en que están las sufraganeas, sino porque es preciso que debajo del título v. g. Bracarce Metrópoli subditce no se ponga á Braga, porque no puede ser sufragánea ó estar salga conforme

sujeta á



con

misma

;

el

y

asi des-

no puede expre^arse la metrópoli, que se halla ya mencionada en la

pues de aquel

título

cabeza.

357

En

los

números de

la

he corregido también el de XIIU en Mérida; porque aunque en Loaysa y Aguirre se lee sub uno XÍII, consta deberse poner XUII, recapitulación

número resulta del contexto, donde vemos que al porque

este

prelado de Mérida le tocan catorce iglesias , incluida la suya, como se incluye en la

suma de Toledo y Sevilla. Lo mismo se autoriza por la edicion de este mismo catálogo en el tomo 2 de la España ilustrada, pág. 8o0, donde se ponen XÜIl

en la Lusitanía, diciendo sub mía XIIII. En la Tarraconense solo se halian XIIÍI en el texto de la España ilustrada, y XV en el de Loaysa; ambos están defectuosos, debiendo ser XVI según el autor de este catálogo. En sillas

De ahjunos

201 estuvo en dominio de los godos. Excluida Tolosa y Ictosa, por no haber tocado aquella á Kspaña ni haber sido esta episcopal, el total de las sillas anliguas de estos reinos suma se-

caláloijos españoles.

todas las seis provincias proponen unos y otros li^

Suma

el

número de

tle

LXXXU

,

lo

que

también es yerro, pues incluidas todas no resultan mas que

LXWUI. 358 Este catálogo es mas moderno que los antecedentes,

lenta

se

35í)

En

la

Zamora y

León. edición citada de ni á

España ilustrada se previene, que entre los nombres de Gerona y Ampurias se hallaban añadidos con letra muy antigua los de las islas de Mallorca, Menorca Formentera y Ibiza, los la

prueba por

dos sillas de Numancia y Ictosa que no se oyeron antes, y por la expresión de que León y Oviedo siempre fueron exenlas. En Narbona pone por sufragánea á Tolosa, como se lee en el catálogo primero de este capítulo y en el puesto número 331, y por tanto yerra en señalar nueve sillas en la Galia Narbonense, no habiendo tenido mas que ocho mientras las

,

cuales se ingirieron en

el

texto

en otro códice de la misma iglesia de Oviedo que no era

Todo hermandad de gótico.

con

la división

esto

califica

la

catálogo

este

Vamuno mas

atribuida á

merece lo autoridad que lo otro. ba, y asi no

CAPÍTULO De

seis incluida

no contando áOviedo

por([ue se formó en la oficina donde se hizo la división de

Vamba, como

?/

VIL

otros catálogos extranjeros de las provincias de

España.

.§!•

pénese

de la Real Biblioteca de París, mostrando que en lo que mira á España se hizo sin conocimiento.

el

El ilustre abad Carlos de S. Pablo puso al fin de su Geografia Sagrada una noticia de los cinco patriarcados, que empieza Sancía Romana Ecclesia, sacada de la biblioteca del

360

rey de Francia, donde entre los demás límites del Patriarcado

romano

obispados de España, reducidos á solas cinco metrópolis, por estar ya separada la Narbonense en el refiere

los

.

España Sagrada.

t2G:2

tiempo en que se escribió esta noticia, que fué después de los catálogos precedentes, esto es, desde el fin del siglo XII en adelante.

No

Traí. III, cap.

Vil.

me

he reducido á proponerle porque no perjudique á escritores de afuera, y se vea lo general que fué en tarle, y solo

se sabe el autor

de este instrumento, pero consta que no estuvo bien informado de las cosas de España, porque fueron tantos sus yerros que estuve determinado á no men-

aquellos siglos oscuros rancia.

la

igno-

Dice pues la edición de Carlos de S. Pablo, en París, año de 1641, en la pág. 66 del Parergon: o()l

Archiepiscopus Terraconensis hos habet Suffr.

Barcinonensem. Gerundensem. Leridensem.

Ausonensem,

Hylerdensem. Oscensem. Tirasonensem. Galoguritanum,

sive Vicensem.

Csesaraugustanum Serragoeensem, vel

Nunmacensem.

Dortosensem. Pampilonensem.

Urgellensem. Archiepiscopus Toletanus hos habet Suffr.

Seguntinum.

Segobiensem.

Oxomensem.

Concensem.

Burgensem qui Domini Papae.

Segobricensem.

Accinctinensem.

Palentinum.

,

est

Archiepiscopus Emeritensis vel Compostelanus hos habet Suffr.

Abulensem. Placentinum. Elborensem. Salamantinensem.

Amacensem. Egitaniensem.

Cannensem. Civitanensem.

Ulisbonensem. Legionensem, qui est

Domini Papge. Ovetensem, qui Domini Papas. Zamorensem.

Archiepiscopus Bracharensis hos habet Suffr.

Portugalensem.

Lamecensem.

Astoricensem.

est

De

205

oíros catálogos e.iiranjoros.

(loliinl)rienseni.

Lucensern.

\isenscm.

Aiirienscrii.

Tiidonscm. Miiidunicnsem.

Arcliicpisrojms ílispalcnsis hos Iiabet Siiffr. Valenciensem. Spala. Ugria. Deinia.

Petrosa.

Goram.

Sibilliensem.

Conipliitum.

Meleyda.

rbedaniim. Cnrdul)ensem.

Maleclia.

Sativa.

Fornicntaria.

Alacha.

Granada.

Alclioroz.

liaecia.

Accintina.

Almaria.

Olisepona.

Url)s deserta.

Monoqna.

(iibaltaria.

Thariif.

Gaparra.

Scpta.

Lucerna. Ventosa.

Adama; sed

Geyr.

362 ciertos

que

Son tantos

los desa-

que aqui se incluyen,

parece superfino mencionarlos. En Tarragona hace dos obispados de Lérida, pues el Leridense é Ilerdense son nombres de una misma ciudad. El Numacense no fué silla, v aun admitido obispado de este casi

nombre, nunca perteneció á Tarragona, si no que el autor de este catálogo hubiese errado, como otros, en juzgar que la antigua Numancia fué Zaragoza, que es á lo que parece alude

el

nombre Serva goeense:

V dado esto incurrió en otro yerro de añadirle sobre el Cesaraugustauo.

565

(1)

En Toledo

Tomo

ciplina y rtVos

4. A])arato

está

muv

para la Disde Porlu-

ecleaiáslicos

F^vitia.

haec qua-

tuor deserttT snnt.

diminuto, quitándole

sillas

que

cuando se hizo este catálogo, y poniendo una de nomí)rc nunca oido, cual es la Accinctínense, si no que entienda por ella la Accilana. El señor Almeyda dijo que podiaser la Giennense (1); pero la alu-

tenia

sión de la voz favorece

mas á

Acci\ y yo creo que ni una ni otra se entiende por aquel

nombre

pues cuando se formó este instrumento no se habia restaurado GuadLc ni Jacn., y el autor parece que miró á las iglesias actuales; por lo que omite muchas de las antiguas que ciertamente fueron de Toledo.

,

Por otro lado

se infiere

que esta omisión provino de

gal.

Apénd. IV,

pág;.

163.

.

20i

España Sagrada. Trat.

i^niorancia, atribuyendo á Se-

obispados que eran de la Cartaginensc, como se vé en Compluto, Valencia, Denia,Játiva, Baeza y Ubeda. En esta parte incurrió en unas alucinaciones ó ignorancias intolerables, porque sobre poner en villa

Sevilla

iglesias

que jamás

pertenecieron, hace

sillas

la

á las

que nunca lo fueron, y en las que tuvieron este honor corrompe la identidad y hace dos obispados de uno, como en Ubeda y Baeza; y aun en la

III, cap.

á Sevilla, dejándola ya puesta en la metrópoli de Mé-

oiría

por Evüia y Formentaria entendió las islas de Ibiza y Tormentera, estas nunca fueron cabeza de obispados

rida. Si

que convienen á una sola ciudad, hitroduce también nombres de lugares que ni tuvieron silla ni es fácil explicar dónde estuvieron, como Ala.cha, Petrosa, etc. Y en los que se trasluce algo por su alusión se convence que no han sido obispados, ria

si

entiende

Tharuf

mo de

como en

si

Gibaltaá Gibraltar, ó

equivocó

el

sinóni-

Tarif, cual se llamó el

monte de Gibraltar por

el

mo-

aunque

distintos, lia,

Ibiza fué si-

ni pertenecieron á la Béti-

En

creo será molestia el detenernos mas sobre un instrumento bárbaro en esta parte y desconcertadísimo; propuesto solo para que se vea ca.

íin

que no merece crédito.

misma Sevilla multiplica los nombres de Spala y Sibüliense,

Vil.

§

II.

Del catálogo de la Biblioteca

Thuana. Otra división propone el expresado Garlos de S. Pablo, copiada de un antiguo manuscrito de la biblioteca de Francisco Thuano, que se formó con noticias

mas puntuales.

364

Dice asi en la página 8o del Parergon, torneando, como en lo antecedente, la parte que pertenece á España:

ro Taric. Si por Olisepona entendió á Lisboa, erró en redu-

Arckiepiscopus Terraconensis hos habet Suffr

Barchinonensem. Hilerdensem. Galaguritanum. Dertosensem.

Gerundensem. Oscensem.

Ausonensem,

Urgellensem.

Tyrasonensem. Caesaraugustanum.

Pampilonensem.

vel Vicensem.

.

De

2r>5

otros cala Ionios extranjeros.

ArrJiiepiscopus Tolletanus hos ¡labet Suffr.

Oxonicnscin. Segobricenseni.

Sr¿íinitium.

Palcnt iiim

Biirííciiseni

excmpt. Segobiensern.

Concensein.

Archiepiscopus Emeritensis id est, Compostelanus hos habet Suffr. ,

Abulensem. Elborensem. Legionensem, exempt.

Placenlinum. Cauriensem. Oveteiisem, exempt.

Civitateiisem.

Egilaiiiensem.

Salmanlicensem. Ulixboiiensem.

Camorensem.

Arrhiepiscopos Bracarensis hos habet Suffr.

Portugaliensem.

Coliiíibriensem.

V^isonsem.

Eaiiiolensem.

Auriensein.

Tiidensem.

Lucensem.

Astoricensem.

Minduniensem.

No pone

365

provincia de la Bética , por no estar Sevilla conquistada en el tiempo que se hizo este catálogo; por cuvo motivo la omitió también la

Vaticano , que se pondrá después. 066 Este documento carece de los defectos que se hallan en el antecedente; y es una bella descripción del estado que tenia nuestra Iglesia en aquel tiempo ; esto es al fin del siglo XII y á la entrada del XIII. El P. Fr. Francisco Orlendio, que reimprimió este catálogo (1), se contentó con el

,

(1)

tratus

,

TOMO

Orbis sacer, el profanus ilhislomo. 1, [vÁ^. C. del Parergon IV.

espacio que hay año llt20 y el siglo

reducirle al

entre

el

refiXIV. El señor Almevda riendo esta opinión en el apéndice VI, donde reproduce el documento, observa que esta es cuenta mas genérica de lo que pide un poco mas ó menos: ,

y asi adelanta la averiguación,

y determina haberse escrito este catálogo después del año 12:21, por cuanto se hace mención en la metrópoli de Saltsbourg de Lavant, que no fué silla hasta después del mencionado año y según algunos ,

hasta

el

1:240.

citado de Alnioyda, ubi fíupni, apcndice VJ.

tH

200 307

España Sagrada. Por lo que mira á Es-

j)ana, so infiere liaberse escrito

antes del año 1238 en que conquistó á Valencia el rey

no

D. Jaime, pues

mencionado

halla

se

este obispado, en-

contrándose los del siglo antecedente y por esto le reduci;

mos

al

principio del siglo XIII.

Lo mismo en

faltar

la

comprueba por metrópoli de To-

se

obispado de Córdoba; (le lo que se infiere que es anterior al año 1230 en que se restauró aquella ciudad y asi miró su autor al estado en que ledo

Trat. III, cap.

Mí.

go precedente tuvieron buen informe en esta parte pues si se mira el estado anterior al pleito, pertenecieron á Mérida aquellas cuatro iglesias desde Uecesvinto mirado el poste;

;

rior,

Lamego con

perteneció

Idaña á

metrópoli de Mérida, y no Lamego á Braga, como se representa en estos dos la

catálogos.

el

,

España al fin del siglo XII, sin mencionar las iglesias sufragáneas antiguas que

"I-



Del códice de la Bihlioteca Vaticana.

se hallaba

se hallaban sin

silla.

308

Solo hay que corregir lo que no previnieron los autores citados en punto de las metrópolis de Mérida y de Bra-

309

Manuel Schelstrate puso varios documentos de la Gerarquia eclesiástica en el tomo 2, AnüquiEl

tatis Ecclesioe

ilustre

Opus Geographi-

ga porque el catálogo pone por sufragáneas de Braga á Viseo y Lamego, Colmbra dando la de Idaña á Mérida. Esto no fué asi en la entrada del siglo XIII, en que ya sehabia concluido el pleito que so-

co-lUerarchicum impreso en Boma en el año 1007. En ol número XXIII del apéndice, pág. 747, exhibe uno copiado de la bibhoteca Vaticana, cód. 145 cuyo título es : Noíitia Ecclcsiarum tempore Ceelestini IIÍ, a7i. 1225, conscripta á Viro Religioso et Milone ejiís

bre estas cuatro iglesias tuvie-

Abbate.

;

,

ron el Compostelano y Bracarense, agregadas á Santiago Lamego y Idaña y á Braga (^oimbray Viseo, como se dijo en el capitulo IV, núm. 121). ,

Por tanto

ni este ni

el

catálo-

.,

,

,

En la margen pone: Correcta ad exempíar MS. et

varice lectionis

Codicis 1255,

Bibliothecce Regince Suecice. Be-

instrumento las sillas del Patriarcado romano , y al llegar á la pág. 753, dice asi: fiere este

De

oli'os

catálogos exti'unjei'os.

267

IN IIISPANIA. Arehiepíscopus Tarraconeims hos halnH Suffraganeos. fíarchinom'HSi'ut. Gcrondensem. Ansoncnsem, sen Vicensem.

Oscensem. Tirasonenseni. CaliKjurliilaniun. Urji'lensem. Qvsarnugaalanuni. Doiesoisem. Pamp'donemem. Va\ mareen corrige la lección Uevtesensem en Oertusensein y iiiuule Vaíentínum. liiflcrdensem.

lii

,

Archiepiscopiis Toletanus hos habel Suffraganeos. Seguntinum. Oxoniensem. Burgensem. Palenlinnni. Sagur-

Oicnsem. Segobiensem.

Coiwensem. Al margen añade: Cordu-

l'i'iisem.

Archiepiscopus Emeritensis (al margen Composlellanus) hos habel Suffraganeos.

Alndensem. Placenlhium. Salmantkíensem. Estorensem. Can¡icnsem. Ulixbonenseni. Legionensem. Cuetensem. Zamorensem. Al margen: deesi ÜUxbonensis. Y pone: Civitalenseni. Egitanemem. Lamecensem. Pacensem. Archíepiscopus Bracarensis hos habel Suffr. Vorhigalensem. Columbriensem. Vicenmim. Lamelensem. Auxíensem. Tudensem. Lucensem. Astoricensem. Minduniensem.

margen

Al

se lee

:

Archíepiscopus Hispalensis hos habet Suffr.

Siennensem. Cordubensem. Carlhagmensem. Sadacensem.

570

Estos dos códices

,

el

Vaticano del texto y el de la reina de Suecia marginal están á cual peor en lo que mira ,

á España

,

porque ninguno de

dos autores estuvo bien informado. Desde el título empieza la Noticia á mostrar poca exactitud juntando el pontificado de Celestino III con el año 1225, siendo asi ([ue, como previno el Sr. Almeyda, en el apéndice V, pág. 189, los

,

murió Celestino III en el año 11D8; y asi en una ú olra parte hay errata. Según la noticia que de algunas sillas modernas ofrece el documento, resuelve el citado autor que se hizo en el siglo XIII, y (pie por tanto debe prevalecer el año 1225, debiéndose poner en lugar de Celestino á Honorio. 571 En esta suposición erró el códice del texto en poner por sufragáneas sin excep-

España Sagrada.

!2í)8

Tral. III, cap.

(ion alguna á las iglesias que

ya estaban exentas. oniitió

una

el

silla

Octubre del año 1239, la cual se guarda en el archivo de la iglesia mayor de Valencia. Lo mismo muestra también el poner á Córdoba sufragánea de Toledo, pues esto fué después del 1235. 373 Pero faltó en no poner en Mérida y en Braga las sillas sufragáneas del modo que se ha expuesto. Y mucho mas en atribuir á Sevilla la iglesia Covdubense, que señaló en Toledo. Ítem, en darla á Cartagena que nunca perteneció á Sevilla añadiendo otras dos cuyos nombres no pueden entenderse como son Siennense

En Mérida

Civitatense y puso incógnita Estóvense,

El Sr. Almeyda entendió por esta á Astorga ; y si fué asi erró el autor del catálogo en poner esta misma silla por sufragánea de Braga. Yo creo

que por Estóvense no debe entenderse Astorga sino Ebova, ,

nombrada Elbovense infiere

,

ya de

,

como

se

la afinidad en-

tre Elborense

y Estorense, y ya de que no menciona por su nombre á Ebora. Yerra tambien en no dar al Eraeritense las

,

,

Lamecense y Egitaque le pertenecían en

sillas

iliense

año 1225. Yerra en omitir á Egitania y en poner el Lamecense en Braga. 372 El códice de las leeÜi)

ülros caíido(jos cxlranjcrus.

Eps. Gerodeiisis. Eps. Ausoncnsis, sive

Ur^íL'leusis,

Eps. Caísarauguslaiuis.

Viii-

censis.

F.ps. Dertiiscusis.

Kps. Painpiloneiisis.

Eps. Ililcrdensis. Eps. Oscensis. Eps. Tirasoneiisis.

ArclUcpiscopus Tolclanus, cujus Suffraganei sunt Eps. Palcntiiius. Eps. Secopiensis. Eps. Conchensis.

Eps. Seguntiiius.' Eps. Ayoiiieiisis. {Oxom.) Eps. Bur¿¡fensis qui est ,

Domini

l^apae.

Archiepiscopus Compostdlunus, vel Emeritensís, cujus Saff. siuU

Eps. Eps. Eps. Eps. Eps. Eps. Eps.

Eps. Ovetensis, qui est

Abulensis.

Domini Papae.

Placentinus.

Salmantinus.

Eps. Zaiiiorensis. Eps. Civitalensis. Eps. Egitaniensis. Eps.

Elborensis.

Cauriensis. ülisbonensis.

Legionensis, qui est Domini Papaí.

Archiepiscopus Bracarensis Eps. Eps. Eps. Eps. Eps.

Scgutiiius.

Portugalensis.

Colimbriensis.

Visen sis.

Lamecensis.

Falta en este catálogo Córdo-

ba, por

Sevilla lo

y aun Valencia,

que consta ser anterior

al l!258,

como

los precedentes.

En Toledo omite

á Segobriga,

y en Braga pone un nombre inaudito, Segutino, que no denota á Sigüenza pues la deja ya expresada en Toledo, ni ,

,

cujus Suff. sunt

Eps. Eps. Eps. Eps. Eps.

Auriensis.

Tudensis. Lucensis. Astoricensis.

Mindiunensis.

tampoco perteneció á

Braj'a;

V asi es redundante. En Mérida tiene empezado un renglón

con Episcopus, sin expresión de silla que diriamos ser lugar del Lamecense si no estuviera atribuido á Braga y asi en la distril)ucion de las cuatro sillas de (iOimbra, Lamego, ,

;

España Safjrada.

270 N'iseo y l'^-gilaniu,

lodos tienen

detecto.

575

Pero aunque no sean

Esto es lo que se me lia ofrecido proponer en ()rden á la Iglesia de España en general.

tomo

empe-

jierfectamente exactos, sirven

Desde

conocer en algún modo el estado de las sillas y provincias por la parte en que concuerdan no tanto unos con otros, cuanto con otros mas firmes documentos de cada iglesia. Conócese también el escaso conocimiento que en el tiempo del siglo XII habia fuera de España de nuestras sillas y ([ue aun dentro nos dejaron que

zará

cada iglesia. Ahora quiero dar, no solo las cartas de S. Cipriano y Inocencio III, que sirven para prueba de algunas cosas particulares de este libro, sino el Cronicón de Idacio, que es el primero de los documentos generales que pertenecen á la historia de España por ser el

corregir.

tores.

}»ara

,

,

el

el

siguiente

tratado particular de

,

mas antiguo

entre nuestros au-

Tnil. ///, .{¡H'iid.

APÉNDICE

271

I.

I.

EpiMoía de S. Cipvinno, escrila al elevo ij ¡nuMos de España, sobre la eausa de los dos obispos UasHides ij Marcial. Epíát. 08. (.yprianiis

1

presbykTo,

,

Cipciliiis,

iii

Polycar[)ii.s

ad

el i)l('l)¡l)iis eoiisisteiUibiis

caí: iieni Litlio diaeoiio,

Iribus

Priiniis,

Lei'ioiieiii

el plcbi tineriluj

ele.

,

,

Feliei

ot Astiiri-

coiisisloiilibus, fra-

Domino, S.

umiin convenissemus le¿;¡iiius lideras vestras, fratres dileeüssiiui qiias ad nos per Feliceni , et Sabiiiuiii cpiseopos nostros pro íidei vestraí integritate, et pro Dei limore íecistis, sigiiilicanles Basilidem et Marlialem, libellis idololatriai commaculatos et nefandorum facinorum conscientia vinctos , coepiscopaliim gerere, et sacerdotiuin Dei administrare non oportere et desiderastis rescribí ad híec vobis et justam pariter ac necessariam solicitudinem vestram vel solalio vel auxilio nostne sententiíe sublevan. Sed enim desiderio huie vestro non taní nostra consilia quám divina praecepta respondent quibus janí pridem mandatur voce caelesti, et Dei lege praescribitur, quos et quales oporteat deserviré altari, et sacrificia divina celebrare::: {Prosigue con muchos y oportunos textos de Escritura.) 3 Propter quod diligenter de tradilione divina et apostólica observatione observandum est , et tenendum quod apud nos quoque , et feré per provincias universas tenetur, ut ad ordinationes rite celebrandas ad eam plebem cui praepositus ordinatur, episcopi ejusdem provinciíe proximi quique conveniant , et episcopus deligatur plebe praesente qua) singulorum vitam plenissimé novit et uniuscujusque actum de ejus conversaíioiie perspexit. Quod et apud vos factum videmus in Sabini collega3 nostri ordinalione , ut de universae fraternilalis suft'ragio, et de episcoporum qui in praesenlia convenerant quique de eo ad vos litteras fecerant judicio, episcopatus ei deferretur, el manus ei in locum Basilidis imponeretur. i Nec rescindere ordinalionem jure perfectam potest quod Basilides post crimina sua detecta et conscienliam etiam propria

2

C\\\\\ in

,

,

,

:

,

,

,

,

,

,

,

,

,

España Sagrada.

272 confessioiie

nudatam,

Uomam pergeiis, Stepfianum collegarn nos-

ignarum fefellit, ut exambiret reponi se injiiste iii episcopatum de quo fiierat juste depositas. Hoc eo perliiiet ut Basilidis non tam abolita truai longé positurn

sint

,

quám cumulata

,

et gestai rei ac tacitre veritatis

delicta

,

ut ad superiora peccata ejus etiain

circumventionis crimen accesserit. Ñeque enitn tam culpandus est ille cui negligenter obreptum est, quám hic execrandiis qui fraudulenter obrepsit. Obrepere autem si hominibus Basilides potuit Deo non potest cum scriptum sit Dem non deridetu7\ Sed nec Martiali potest profuisse íallacia quominus ipse quoque delictis gravibus involutus episcopatum tenere non debeat, quando et Apostolus moneatet dicat: Epíscopum oporquasi Dci dispensatorem. tet esse sine crimine 5 Quapropter cum, sicut scripsistis, fratres dilectissimi, ut utque alius Febx et Félix et Sabinus collegaí nostri asseverant deCsesaraugusta, fidei cultor atque defensor veritatis, litteris suis sígnificat, Basilides et Martialis nefando idololatriae libello conBasilides adlmc insuper pra^ter libellí maculam taminati sint cum infirmitate decumberet, in Deum blasphemaverit et se blasphemasse confessus sit, et episcopatum pro conscientiae suae ad agendam poenitentiam conversus vulnere sponte deponens Deum deprecans et satis gratulans si sibi vel laico commusit nicare contingeret Martialis quoque, prseter gentilium turpia et lutulenta convivía, et collegia diu frequentata, et filios in eodem coUegio exterarum gentium more apud profana sepulcra depósitos et alienigenis consepuitos actis etiam publicé habitis apud procuratorem Ducenarium obtemperasse se idololatriae, et Christum negasse contestatus sit, curaqne alia multa sint et gravia delicta quibus Basilides et Martialis implicati tenentur, frustra tales episcopatum sibi usurpare cohantur; cüm manifestum sit

fallacise et

,

,

:

,

,

,

;

,

,

,

,

,

:

,

,

,

ejusmodi homines ñeque Ecclésiíe Christi neqiie Deo offerre deberé máxime cum jam pridem nobiscum et ,

:

sacrificia

cum óm-

nibus omnino episcopis in toto mundo constitutis, etiam Cornellius collega noster, sacerdos pacificus et justus, et martyrio quoque dignatione Domini honoratus decreverit hujusmodi homines ad poenitentiam quidem agendam posse admitti ab ordinatione autem cleri atque sacerdotali honore prohiberi. 6 Nec vos moveat, fratres dilectissimi si apud quosdam in novissimis temporibus aut lubrica fides nutat aut Dei ti mor ir,

,

,

,

Trat. III, Apcnd.

275

I.

non perseverat. Prae-

religiosus hacillat, ac pacifica concordia

nuntiata sunt liaíc futura in saículi íine, ot Doniiiii voce, ac aposdeficicMilc jain muhkIo, attoloriini contcsíationc praídictuiii esl ,

quc appropiíKpiaiito

Anticliristo,

boiia

deticcre

({iia'(|iie

,

mala

adversa proticere. Non ¡-ic tanien qiianivis novissiniis temporibus in Ecclesia Dei aul cvangclicus vigor cccidit , aut ut non supersit porchristianaí virlulis aut (idci robur elanguil tio sacerdoluní qnd¿ niinime ad has rerum ruinas et íidei naufragia succumbat sed íbrtis et stabilis lionoreni divina3 IMajestatis, et sacerdotalem dignitatem plena timoris observatione lueatur. Meinininnis et tenenuis succunibentibus licét cedenlibus ceteris Matatlüaní legem Dei vindicasse íbrtiler: Ilelianí judaíis deficientibus atquc á religione divina recedentibus slelisse et certasse sublimiter Danielem nec solicitudine regionis alienas, nec persecutionis assiduae infestatione deterritum frequenter ac fortiter gloriosa edidisse niartyria tres item pueros nec annis, nec minis tractos contra ignes Babylonios íideliter obstitisse et victorem llegem in ipsa sua captivitate vicisse. Viderit vel praevaricatorum nunierus vel prodilorum qui nunc in Ecclesia contra Ecclesiam surgere et fidem pariter ac veritatem labefactare vero

el

,

,

,

,

,

,

:

,

:

;

,

,

apud plurinios sincera mens et religio integra et non nisi Domino et Deo suo anima devota nec christiananí íidem aliena períidia deprimit ad ruinam sed magis excitat et exaltat ad gloriam secundum cpiod beatus apostolus Paulus hortatur et dicit Quid enim si excidcrunt á fule qiiidam eorum, numquid injidelitas illonim /idcm Dei evacuahiCl Absit. Est enim Deiis verax, omnis autem homo mendax. Si autem omnis homo mendax est, et solus Deus verax quid aliud servi, et máxime sacerdotes Dei faceré debemus, nisi ut humanos errores et mendacia relinquamus, et praeccpta dominica custodientes in coeperunt. Permanet

,

,

,

,

,

:

,

Dei veritate maneamus? 7 Quare etsi aliqui de collegis nostris existerunt , fratres dilectissimi, qui deiíicam disciphnam negligendam putant et cum Basihde et Martiale temeré communicant conturbare tidem nostram res ista non debet cum Spiritus S. in Psalmis talibus comminetur, dicens: 7'í/ autem odisti disciplinam el adjecisti sermones meos retro. Si videbas furem, concnrrebns ei, el cumadulleris portionem tuam pouebas. Consortes et participes ostendit eos alienorum dclictorum íleri qui fuerinl delinquenli,

,

,

,

,

TOMO

IV.

35

.

^7 bus copulali; sed

España Sagrada.

i-

Paulus Apost. scribit, et dicit Sumvratores, deiravlores ahhorrentes Deo, injuriosi, superbi, jactantes sui, adinventores malorum, qui cum justitiam Dei coffiíoel lioc ideiii

:

non intellexerunt, quonianí quííaUa agunt, morle sunt dígni, non tantum qui faciunl ea, sed et qui consentiunt eis qui hxec agunt, qiioniam qui lalia inquit agunt morte sunt digni. Manifestat et comprobat, morte dignos esse, et ad poenam venire, non tantum illos qui mala faciunt, sed etiam eos, qui talla agenvissent

,

,

,

dum

tibus consenliunt: qui

,

malis et peccatoribus

,

et pceniten-

tiam non agentibus illicita communicatione miscentur, nocentium contactibus poUuntur, et dum junguntur in culpa sic nec in j)oena separantur. Propter quod integritatis et íidei vestrai religiosam solicitudinem íVatres dilectissimi et laudamus pariter ,

et

probamus

quantum possumus adhortamur

et

,

I

,

,

nos-

litteris

ne vos cum profanis et maculatis sacerdotibus communicatione sacrilega misceatis , sed integram et sinceram fidei vestra3 firmitatem religioso timore servetis. Opto vos fratris

,

,

,

tres charissimi

,

semper bené valere.

APÉNDICE

11.

Epístola de Inocencio lll á D. Pedro, arzobispo de Santiago, en el pleito que tuvo con el de Braga sobre cuatro obispados. Ex lib. 2, epíst. 153. No tiene año de fecha; pero según el

orden con que se halla en el

año

el registro

de Inocencio, se dio en

111)0.

f

Ad Petrum Compostellanum Archiepiscopum Licét

1

unum

corpus Ecclesiae

sit

,

in

quo Christus est catamen qui á Christo

put et universi fideles sunt membra ille petra dictus est Petrus , et a Christo capite vocatus est caput, ipso testante qui ait Tu vocaberis Cephas quod secundum unam interpretationem exponitur caput, quia sicut plenitudo sensuum abundat in capite ad celera vero membra pars aliqua ,

,

:

,

,

plenitudinis derivatur tudinis

,

solus

;

ita ceteri

vocati sunt in

autem Petrus assumptus

est in

partem

solici-

plenitudinem po-

Trn!. I!í, Apcnd. testatis,

tam

ad quein velut ad

II.

(^apiit rnajores Kcclesiai

Hlb causae non

constiliitione canónica, (jiianí instiliitione divina mérito re-

fenmtur. ínter

cjiías illa

non

niininia repulalur, ((luv ínter

Com-

postellananí et liracarensern ecclesias siiper ([uatnor ej)isco[)ati-

bus, videl. Conimbriensi, Lamecensi, Visensi, el Eijilanicnsi, e\ delegatione Sedis Apostolica3 longo fuit temporesnb diversis ¡udicibus ventílala,

quam nos

auctore

Domino

te, IVater, arcliie-

piscopo Compostellano, et venerabili tVatre nostro Martino Bracarensi archiepiscopo pro diflinitione luijus caiisii' pra'sentibus, exacta diligentia curabimus terminare. Petebas siquidcm a dicto Bracarensí arciiiepiscopo ([uatuor praefatos episcopatus, asserens eos ad Compostellanam ecclesiam jure melro{)olitico perlinere.

2

Tuam autem

inlentionem fundare multipliciler nitebaris, per privilegia, per concilia, per liistorias, per divisiones, per famam, et per sententiam. Volens enim Apostólica Sedes Compostellanam ecclesiam pro rcverentia B. Jacobi Apostoli, cujus venerandum corpas in ea conditum requiescit, speciali privilegio decorare, dignitatem Emeritensis metrópolis, qua3 peccatis exigentibus, á longis retro temporibus usque nunc barbárica tenetur feritate captiva, eidem ecclesiae cum integritate Lusitaniae provincia} liberali concessione donavit,

sicut

privilegia

felicis

memoriae Galixti papíc prícdccessoris nostri liquido protestantur, tres de suffraganeis episcopatibus exprimens nominatim videl. Conimbriensem Salamantinensem, et xVbulensem, qui solí tune in confessione christiani nominis permanebant ceteros autem ,

,

;

general! donatione concludcns.

3 líos autem episcopatus, de quibus quaestio vertebatur, ad Emeritensem pertinuisse metropolim per Emeritense nitebaris concilium demonstrare, in quo duodecim episcopi qui convenerant, se omnes esse de Lusitaniaí provincia protitentur, dicentes in primo capitulo: Convenientibus nohis ómnibus Lusitanm Provincia^. Episcopis, etc. Qui post universa statuta concilii omnes cum suo metropolitano subscribunt, tam ex nomine sedium, quam etiam ex nomine personarum ínter quos Conimbriensis, Egitaniensis, Lamecensis, expresse subscribunt. In octavo quoque capitulo ejusdem concilii continetur, quod supplicante sanctge memoria; Orontio episcopo, Rex Reccesvinthns inductus :

est, ut

reducerct atque reslauraret episcopos Imjus provincia}

España Sagrada.

!27()

Lusitaniui

acl sucü

provincia3

nomen atque

coiiciliurii

;

et sic

de-

mum secuiidum

canónicas regulas decreto synodico, judicii formula, et su8e clementia3 confirmatione, ad nomen provinciai, suamque metropolim sunt reducti. Quibus verbis indubitanter exprimí asserebas, quod hi qualuor episcopatus qui usque tune fuerant sub nomine provinciae Galloecia? per sententiam sunt reducti synodicam. Quorum unus, videl. ex reductis exprimitur íuisse Selva Egitaniensis episcopus, qui est unus de (juatuor quos omnes eadem quuestio apprehendit, et ad majorem expressionem in subscriptionibus post metropolitanum Selva primus cum tali adjectione subscribit: Ego Selva Egitaniensis Episcopus, 'pertinens ad Melropolim Emeritensem, una cum Archiepiscopo meo Pro/icio subscribo. Et quisque sequentium dicit ita Sími' liter subscribo intelligens totum cum verbo, id est, pertinens ad Emeritensem metropolim. 4 Isidorus autem in chronicis de Gothis, titulo de suevis, testatur, quod Remismundus ad Lusitaniam transiit, Conimbriam pace deceptam diripit; Ulyxibona quoque ab eo occupatur. Per quod videtur ostendi, quod tam Conimbria, quám Ulyxibona consistit in Lusitania. Plinius quoque narrat in lib. ;2, Nat. hist. circ. fm. quod Durius é maximis Ilispanise fluminibus juxta Numantiam lapsus, dein Lusitanos a Galtecis disterminat. Per quod aperté monstratur, quod cum quatuor episcopatus prsedicti sint ultra Durium, non in Gallaecia, sed in Lusitania sunt constituti. Divisiones etiam multas produxisti de locis, ut asseris, non suspectis assumptas, et exhibitas sub testimoniis et sigillis autenticis quse connumerant hos quatuor episcopatus Ínter Emerítensís ecclesise suffraganeos et eosdem ípsi metrópoli evidenter assígnant. Per testes etiam ab adversa parte productos ostendere voluísti, quod publica fama testatur, hos episcopatus ad Emeritam spectavisse. Felicis quoque memoriai Cselestinus Papa praedecessor noster cum in minori ordine constitutus legationis ofíicio in Hispania fungeretur, de hac causa cognoscens, pro Compostellana ecclesia contra Bracarensem sententiam promulgavit, sicut per multos testes tu ipse nixus es :

y

,

,

comprobare. 5 Verüm ex adverso dictus Bracarensis archiepis. rationes hujusmodi frivolas asseverans, nixus est eas multipliciter infirmare, proponens, quod privilegia donationis per suppressio-

"211

Trat. III, Apénd. II.

nem

expressíoiiem , á (^alixto papa fuere surrepta. Suppressuiii est enini vcriim ¡n illis de duobiis pra3cedentibus privilegüs, qiiaí felicis recordalionis Paschalis Papa super redinte^^ratione ipsorum episcopaliiuní , concesserat in perveritatis

,

ct falsitatis

petuum ccclesiaí liracarcnsi. De possesionc (jiioque tempere in proefatis episcopatibus ecclesia Bracarensis ,

quorum alterum per

privilegia,

([uaiii

co

liabebat,

reliquum vero per lestes

et ins-

trumenta sufticienter ostenderc salagebat. Expressum autem erat in illis talsum in eo quod Conimbriensis episcopatus dicebatur ad Emeritam pertinere cum idcm Bracarensis luultis rationibus adstruere nileretur, tam Coninibricam, quám tres alies episcopatus ad metropolim respicere Bracarensem. In tantuní cnim Pascbali Papa}, qui privilegia super redintegratione proedictorum episcopatuum ecclesioe Bracarensi concessit, constitissc videtur, hos episcopatus ad eamdem Bracarensem ecclesiam pertinere, quod ipse in litteris quas direxit Gunsalvo Conim,

,

,

manifesté lestatur, quod constat, Conimbriensem ecclesiam in Bracarensis provincia? catalogo contineri. Unde quia Toletanus Arcbiepisc. ad mandatum ipsius, Conimbriensem episcopum non restituerat ecclesiae Bracarensi privavit ipsum legationis officio, ut Bracarensis arcbiepisc. bberius in provincia sua justitiamexerceret. 6 Emeritense vero concilium non esse autbenticum multipHciter asserebat. Tum, quia non invenitur in aliquo autlientico libro Ínter alia conciba contineri : tum , quia nec construclionem , nec sensum , nec latinitatem in plerisque locis continere probatur: tum etiam, quia contra canónicas sancliones, et Apostolica3 Sedis Primalum aliquid videtur in eo esse statutum contra episcopum qui non venerit ad concibum , ut videlicet á metropolitano debeat in celia retrudi. Per midecimum queque Toletanum concibum, quod constat autbenticum, nitebatur, illud Emeritense concilium improbare ratione temporis quod in utroque reperitur expressum, cum simul utrumque stare non possit: objiciens contra illud nonnullas alias rationes. Historias autem inductas sané ac veraciter intellectas nibil ad propositum valere dicebat sicut et per quasdam alias historias ostendere nitebatur cum et judex ecclesiasticus ad genlilium prcesertim bistobriensi episcopo,

,

;

:

rias

non debeat

se convertere,

nónicas, vel scripta

quando per constitutiones ca-

Romanorum

Ponliticum

,

aut sacras aucto-

España Sayrada.

'278 toi'i

lates docloniiii, ecclesiasücuíii potest liegoliiiin tcniíinare.

Divisiones etiam quas pro se [)ars tua induxil , invalidas asserebat luní quia lon^e piares, et evidenliores divisiones pro 7

:

sua sunt parte productsc: tum etiam quod in eodem quaterno, iluem contra saipé dictum Bracarensem arcliiepiscopuní produxisti, Lucense concilium esl inventuní, in quo episcopatuum Gall8eci8e fuit facta divisio per quaní episcopatus de quibus agitur ad Gallaeciam provinciam pertincre monstrantur. Faniam vero dicebat, contra se nullatenus esse probataní, sed nec senlenliam príEÍati Legati abcujus fuisse momenti, cum in scriptis non inveniatur fuisse redacta, quamvis super tanto dicaturnegotio fuisse prolata unde nec nomen habere meretur. Nec obstat si forte dicatur, quod fueritamissa; quia qui casum allegat, debet casum probare. Testes autem qui de ipsa loquuntur sententia , inter se omnino discordant , et in dicto et in tempore, et in loco. Praetereá cum talis sententia non intelligatur super proprietate fuisse prolata quia praesumi non debet , ut Apos,

,

:

,

;

,

,

,

,

Legatus tam arduum negotium et difficile , velut indiscussum súbito deíinierit cum etiam pars tua postea litteras Apostólicas impetrarit, quibus distincté praecipiebatur archiepiscopo Bracar. ut hos episcopatus Compostellano arcbiepiscopo restitueret , et facta restitutione si super lioc agere vellet , ordine posse judiciario experiri ; patet quod illa sententia super possessione duntaxat causa contumaciae fuit lata ; quod ipsi testes magis dicere comprobantur. Unde cum Bracarensis ecclesia se postea judicio praesentaverit , et causa postmodum fuerit ab Apostólica Sede commissa, mora purgata, talis sententia expira\it. His alliisque rationibus intentionem tuee partis multipliciter tolicae sedis

:

,

,

elidere nitebatur.

8

Unde

auctore non probante is qui convenitur etsi nihil praístiterit, absolvatur , ad ostendendam tamen evidentias suae partis justitiam, hos episcopatus ad Bracarensem metropolÍQi pertinere satagebat osteiidere, per privilegia videl. et conciba , confessiones et divisiones praescriptiones , et instrumenta. Si enim privilegia privilegiis conferantur sua dicebat privilegia deberé í)r8eferri cum et plura sint numero, X videlicet

,

,

,

,

,

:

licet

Romanorum

Pontif. inter quae post tria privilegia Pascha-

privilegium Callisti Papse, qui nominatim hos episcopatus redintegravit et confirmavit ecclesiae Bracarensi. Quorum lis II est et

Tmt. in, Apñid. vidcliíMít privilegioniin

279

II.

seplem simt redinte^raliones

et coiilir-

malionos, tria vero seqiieiUia, vidcl. Kugonii, lladriani, et Alexaiidri sunt otiain concessiones perpcliia?, per (pías totum videtur negotiuin deüniri. 9 Iii secundo vero Bracareiisi concilio, de qiio non diibitatur qiiin sit autlienticiini, continetur expressiim, qiiod episcopi ,

ad

Gallaeciae cuín suis nietropolilanis

runt, et in

eormn nnmoratione

isti

conciliuin convene-

illiid

(piaLuor continentiir, qui

post statuta concilii ciini alus coepiscopis, tam ex nomine personaruní, quam ex nomine sedium expresse subscribiint. linde liquido patere dicebat, quod et Galla3c¡i.c sunt provinciae et ad

metropolim pertincnt Bracarensem. Gonfessus es etiam tu ipse frequenter in jure, quod omnes episcopi (pii primo líracarensi concilio adfuerunt, indubilanter pertinent ad metropolim Bracarensem sed per quoddam capitulum sccundi concilii Bracarensis aperte probatur, quod hi qualuor interfuerunt primo Concilio Bracarensi cum ad secundum concilium Bracarense convenisse dicantur episcopi tam ex Lucensi synodo quam etiam Bracarensi et inter eos qui ex Bracarensi synodo convenisse dicuntur, isti quatuor nominantur. Porro secundum Bracarense concilium non praecessit Bracarensis synodus, nisi prima. Constat ergo, quod isti quatuor fuerunt in prima synodo Bracarensi. Unde videtur colligi manifesté, quod isti quatuor, juxta praemissam confessionem tuam, indubilanter pertinent ad ecclesiam Bracarensem. 10 Scriptura quoque Lucensis concilii quae continetur in libro á tua parte producto, indicat bos quatuor episcopatus secundum divisionem quam facis ad Bracarensem metropolim :

,

,

,

;

,

,

quam etiam

divisionem tres Romani Pontífices dicuntur in privilegiis Bracarensi ecclesiíe confirmasse. Pluralitatis quoque ratio secundum quam dicitur quia praevalet sententia plurimorum divisiones suas, qua? longe plures sunt numero, pertinere,

,

,

praefert divisionibus partis tuae.

Sed

et ratione

temporum

ei

per-

petuum silentium imponere nitebatur cum a primo Bracarensi Concilio usque ad Emeritense concilium per spatium CVll annorum, hos quatuor episcopatus Bracarensis ecclesia deberet possedisse. A tempore quoque Paschalis II, qui hos episcopatus redintegravit ecclesiae Bracarensi usque ad témpora trium judicum, quibus hfec causa fuit primo commissa, praescriptionis ,

,

280 tcMiipus constat fuisse

España Sagrada. conii)lelum: por quod Ecclesia Bracarcn-

hos l4)iscopatus jiixta suaní asserliononi inconcusso possodit. l\escrij)ta quoqiic l^aschalis transmissa Toletano archiepiscopo, el cpiscopo Conimhriensi de quibus est superius pra3libatum, id ipsmi) (ul asserit) evidcnter üslendiint. 1 1 Porro tu respondebas, quod post latam pro te ab Apostoücae Sedis Legato sententiam, jam non tenebaris ad has aut alias rationes, quaí contra rei judicatoe auctorilatem inducebantur, aliqíiid responderé: nisi quod sine praijudicio tuo, licét ex abundanti satisfacere sustinebas: asserens possessionem Bracarensis ecclesiaí per testes non esse probatam , cuní quidam testium ad probationem inveniantur inútiles, alii vero probentiir mendaces. Litteríe quoque Paschalis, quibus eamdem possessionem adstruere satagebat, contrarium potius adstruere videbantur. Sed

sis

,

et privilegia Paschalis

gium pra3cesserunt secundum formaní, ,

ejusdem

quae suae concessionis prlvilein multis reprehensibilia denotabas. Primó ,

secundó juxta falsitate sugges-

et in bulla, et in scriptura:

continentiam et in enumeratione sedium, et in torum. Persona quoque quae illa privilegia, videl. secundum, et tertium, impetravit, merilo suse pravitatis reddidit illa suspecta: ^lauricius , scil. qui postea fuit haeresiarcha, in Apostolicam Se-

dem

intrusus, qui qualis extiterit,

litterfle

Gelasii

PP. missae ad

Viennensem archiepiscopum aperté depingunt. Praeterea contra impetrata sunt illa rescripta, sicut probatur per Emcritense concilium, in quo per decretum synodicum, et judicii formulam, secundum canónicas regulas, iUi episcopi videntur fuisse reducti. Postremó dicti Legati sententia lata est contra ipsa, quibus si tune fuerunt exhibita, derogatum est per sententiam; si autem exhibita non fuerunt, occasione instru-

rei judicatae auctoritatem

mentorum

noviter repertorum auctoritas rei judicatae

non potest

Tua vero privilegia multipliciter asserebas omni suspicione carere quorum veritas constat ex Apostolicse

ulterius attentari.

:

Sedis archiviis, in cujus regestis fideliter continentur, quae adversas partis privilegiis comparata, certa debent ratione praeferri: quia tua sunt privilegia donationis certa et absoluta; sua vero sunt privilegia confirmationis, seu redintegrationis conditio-

tantum et respectiva. Nec oportebat in tuis privilegiis fieri mentionem suorum praecedentium, quibus nihil juris adquirebatur, quod istis posset obsistere: cum et alias nullius debeant nalia

Trn(. III. Apénd. II.

2S!

reputar] momonti. Naiii ínter scripturas qiia^ parilitatis aliíjiiid habere videntur, scil. iu litteris corninissoriis, invenitur hoc ob-

servan.

12 Seciindiini vero Bracarense concilium, quod m superficie tantum dicebas tibi posse aliquatenus obviare, íideliter intellectum, asserebas, tibi

nequáquam

obsistere;

cum

illa

verba,

quibus episcopi Gallaeciae dicebantur ad illud concilium convenisse, notarii tantum, seu compilatoris extiterint; quae non habent auctoritatem concilii, cum in toto concilio nibil inveniatur statutum, vel factum omnino, quod ad recognitionem pertineat, ut

isti

sint

de Gallaecia, vel ad metropolitanum

quoquo modo pertineant. 13 Uespondebas etiam aliter, quod quia Rex

(íallae-

ciae

Gallaeciae, ut

ex veteribus dicebas constare historiis, occupaverat de provincia Lusitaniíc bas quatuor civitates, ad eas sui regni nomen extenderat, ut per quamdam aequivocationem totum etiam regnum Gallapciae diceretur: et ita non secundum limitationem provinciae, sed secundum occupationem regni, dicti suut illi episcopi de Gallapcia. Quod inde máxime comprobad dicebas quia postquam illa regnorum scissura, quae liiiic nominationi causam praestiterat, estsublata, reductae sunt hae civitates ad suae nomen provinciae, ut jam non Gallaeciae, sed Lusitaniae nominentur; sicut aperte probari dicebas ex sequenti postea Emeritensi concilio, in quo dicuntur ad provinciae suae nomen reducti. Nec ex eo probantur ad Bracarensem metropolim pertinere, quia intervel etiam subscripserunt fuerunt concilio Bracarensi cum constet Narbonensem per multa témpora venisse ad conciba Toletana; nec tamen Toletana metrópolis aliquid juris habuit in ecclesia Narbonensi, sed mandato regum illa fiebant; quod magis violentum, quam justum praesumitur extitisse. Praedictam vero confessionem, qua recognovisti in jure omnes episcopos, qui interfuerunt primo concilio Bracarensi, indubitanter ad Bracarensem metropolim pertinere, in nullo tibi posse praejudicare dicebas quia sive concilium intelligantur personae sive statuta, stare non potest, quod ad secundum Bracarense concilium, episcopi tam de Lucensi, quám de Bracarensi concilio convenissent sed per illam enormitatem, quae statuta fuit in suo Lucensi concilio mandaverat Rex, propter dilatationem provinciae, ut sex episcopatuum sui regni poníifices facerent conci,

,

;

,

;

;

TOMO

IV.

'Añ

:282 liuní apiifl Ijicuiii, et

tur sex ad

uimm

España Sanmila. sex alii apud Bi-acarain,

ot ideó

diceban-

conciliinn, el sex ad aliud pertinere; et

de

apud Bracaram quasi de atraque concilii assignatione venisse. Gujusmodi sif^niticalionem nonnnis approntro((iie

concilio

,

bari dicebas ex epistola,

quam

Marlinus Hracarensis arcbiepiscopus ex certa scientia dirigit ad episcopos Lucensus concib'i; non quod tune celebraretur ii)i id conciliunri, cum idem Marlinus Icj^atur illi concilio adíuisse; sed ad episcopos, qui tenebanlur ex prsedicto llegis mandato, leniporibus suis illuc ad concilium convenire. 14 Emeritense vero concilium aullienticum esse multis rationibus aslruebas tum quia cum alus conciliis continelur in libro, qui corpus canonum appellatur, quem Alexander PP. per interlocutionem authenticum approbavit; tum quia de ipso concilio sumptum est illud capitulum Priscis qiiidem canonibus, quod continelur in corpore decretorum ; unde respondens ad rationes preemissas, quíe contra hoc concilium sunt objectae, omnes quasi frivolas ostendere nitebaris. Divisiones autem, quae pro Bracarensi ecclesia sunt produclae, omnes de locis sibi subjectis, et ideó suspectis, proponebas assumptas; in quorum armaria, propter hanc causam, facile potuerunt corruptüc submitti. Tuae vero divisiones omnes sunt secundüm statutum antiquum, vel de locis non tibi, sed sibi subjectis assumptae. 15 Unde amplius illis contra se credi debet, vel de remotis provinciis, apud quas non extitit causa corruptionis, vel suspicionis praedicta; quas etiam protulisti sub testirnoniis, et sigillis authenticis, quibus et cañones, et veteres scripturas concordare dicebas. Prsescriptiones autem, ex quibus etiam adversus verum dominum competit actio nedum quod exceptio com;

:

,

petat pra3sidentibus

quod Bracarensis

,

multis ralionibus

ecclesia

in

praedictis

annuUabas; asserens, episcopatibus

nullaní

possessionem obtinuit, et ideó nihil in eis omnino praescripsit. Deinde si possessionem aliquam habuissel, sententia quee super his lata probatur, ex Emeritensi concilio vim praecedentis praescriptionis penitus vacuasset. Sequentis vero praescriptionis effec-

tum praefati Legati sententia penitus interrupit. 16 Ipse vero archiepiscopus Bracarensis contra reductio-

nem episcoporum,

quae dicitur in Emeritensi

concilio decreto

synodico, et judicii formula facta fuisse, multipliciter allegabat.

Tiat. III.

Primo,

qiiia syiiodiis illa,

rediictio,

nequáquam

vel quaiulo

provincialis extilerit

au alicujus

:

lanlum

^285

II.

dicilur

ciijus aticlorilaU'

ai)|)arel,

uec

a

scituí'

luoril celébrala,

vel (juaro

,

\¡Hnd.

archiei)iscoj)i

t'ueril

(iiiil)iis

,

vel ubi,

ulruní yeueralis, au

uli'uui juiclorilate

el

lacla ruissc

Uoniani

l^oulilicis,

Delude si ex secundo pro-

oniiuata.

docuuíento de alio, niliil l)íd>itar docuuiculo, uisi el j)riniinu de quo lueutio tacta t'ueral, proferalur. Praiterea cuui secuuduiu couciliiiui Bracarense praecesserit Eineritense conciliuin, et celebrius babealur, ut de quo pliu'a suut assumpla capitula in corpore decreloruui, patet prouec illi per istud polest iu í"tíctó, quod illud debet isti praefeiTi aliquo derogari, sicut cautuui babetur in cauone: quia (piolies nienlio Hat in

ali([iio

:

in gestis concilioruin discors sentenLia invenilur, illud est proj-

íerendum cujus autiquior, et potior extat auctoritas. Rursus non prol)antur uUalenus isli quatuor episcopi t'uisse reducti. Sed de solo Selva Egitaniensi episcopo diciüir, quod unus fuerit de reductis: et ipse solus in subscriptione protiletur expresse se ad ,

l'^meritensem inetropolini pertinere: quanivis et ipse Selva Egitaniensis episcopus non inlelligatur unus de reductis ad Enie-

ritanam metropolini sed potius ad dioecesim propriam , sicut ex eodem capitulo Eineritensis concilii couiprobari dicebat; in quo de illo dicitur, quod ad debitam dicKcesim rediit. Cum igitur synodus illa mininie proferalur, cujus judicio, et decreto in Emerilensi concilio dicuntur reducti, patet, quod illa reductio per Emeritense conciliuní non probatur. 17 Ad baec respondebas, quod niajor est auctoritas approbati concilii , quam unius solumniodo documenti et ideó dubitari non debet, quin veruní sit quod asseritur ab episcopis in concibo congregalis a quibus asseritur illa reductio lacta fuisse decreto synodico judicii formula, secundüm canónicas regulas: sicut et dicitur in primo concilio Bracarensi quod 'riuiribius notarius a Papa Eeone ad synodum Gallaiciaí missus fiiit: nec tamen illa synodus invenitur. Et in 1 Conc. Tolet. ,

:

:

,

,

de statutis Lusitanorum episcoporum et tamen non invenitur synodus, in qua illa fuerint constituía. 3ioyses quoque in libro Numeri mentionern fácil de libro bellorum Domini, qui lamen nusquam aj)paret et tamen creditur ita fuisse, sicut Movscs narrat in illo volumine conlineri. Auctoritas auIcm alicujus concilii non ex eo solo major extitit, quod extat nientio

fit

:

,

284

España Sagrada.

uiitiquior, sed

quod

potior. Alioquin Bracarense coiicil.

ranensi concilio prseferretur

Latesed iilorum duorurn conciliorum

:

par exlal auctorilas: cum provinciale fuerit utrumque, et ambo dicaiitur pariter ab Apostólica Sede recepta. Cum aiitem inter episcopos Emeritensis concilii tantum hi quatuor inveniantur inter episcopos Gallaecise nominati, sicut dicitur in í2 concilio Bracarensi, patet, quod de his quatuor debet intelligi, quod ad nomen provinciee sunt reducti quia non possunt intelligi í'uisse reducti nisi qui fuerunt abducti. Unde facía reductione in 3 concilio Bracaren. quod sequutum est Ementen, concilium, nullum istorum quatuor legitur extitisse. 18 Postquam igitur hgec, et alia fuerunt utrinque prudenter , ac subtiliter allégala quorum multa propter prolixitatem superíluam , in hac pagina praetermisimus annotare , partes ad amicabilem compositionem induximus diligenter: quae tándem per Dei gratiam , nostra solicitudine mediante ad hanc compositionis formam libera volúntate venerunt: ut de quatuor preedictis episcopatibus dúo assignarentur Compostellanae metrópoli, et dúo relinquerentur metrópoli Bracarensi. Nos autem habito super hoc cum fratribus nostris diligenti tractatu, :

,

,

,

compositionem ipsam duximus approbandam, intelligentes eam aiquitati canónicas concordare. Cum enim Visensis episcopus cum episcopis Galleeciae interfuerit secundo concilio Bracarensi, et Emeriten. concilio non adfuerit, in quo plenus suffraga-

neorum numerus Emeritensis metrópolis

legitur affuisse:

unde

nec potest unus de reductis intelligi: cum etiam inter alios suffraganeos Bracaren sis ecclesiae in suis privilegiis numeretur , in privilegiis autem Compostellanae ecclesiae Visensis episcopus nuUatenus liabeatur, saepe dictum archiepiscopum Bracarensem nomine Bracarensis ecclesiae, ab impetitione tua nomine Compostellanae ecclesiae super eodeni episcopatu duximus absolvendum; tibi super hoc perpetuum silentium imponentes. Lamecensis autem et Egitaniensis episcopatus, quos ad Emeritensem pertinuisse metropolim certis didicimus rationibus, et validis argumentis de consiho fratrum nostrorum adjudicavimus Compostellanae metrópoli, ipsum Bracarensem Archiepiscopum super ilhs nomine Bracarensis ecclesiae condemnantes episcopatum autem Conimbriensem licet eisdem rationibus cognoverimus ad Emeritensem spectavisse: quia tamen Iriensis episco,

,

:

,

Traí. III. Apénd. II.

'^85

patus auctoritale Sedis Aposlolicaí subtractus est ecclesiaí Bracarensi, et sede mulata, pro beati Jacobi reverentia, totiis concessus est Compostella^; in recoinpensationein ipsi archiepiscopo

Bracarensi concessiniiis perpetuo retineiiduin. In tantum auteni illa forma compositionis tibi complacuit, quod pro bono pacis liti cessisti, etpetitioni renuntiavisti omnino, super duabus ecclesiis, videlicet sancti Fructuosi, et sancti Victoris, et medietate Bracarae cum pertinentiis suis ómnibus, de quil)us cum alus fuit facía commissio; refutans quidquiíl juris in illis habuisli, vel poluisti habere: renunlians quoque senlentiae, quoe super eis pro Compostellana ecclesia contra Bracarensem fueral promúlgala: super qua coram nobis aliquandiu fuerat litigatum. NuUi ergo, etc. detinitionis, absolutionis, et concessioet ecclesia}

nis, etc.

Dalum Lateran.

IDACIO

ILUSTRADO

CON NOTAS, CORRECCIONES

Y DISTRIBUCIÓN MAS

EWCTA QUE

EN LAS EDICIONES ANTERIORES.

AÑADIDOS

DOS CRONICONES INÉDITOS, FASTOS IDACIANOS Y TABLAS \ AÑOS IIE

DE OLIMPIADAS, CONSULADOS

LA FINDACION DE RDMA, BEÜlClllüS A LOS

TODO CON

MEVAs

OBSEUVACIONES.

l)E

CRISTO:

28í)

Idacio ilustrado.

APÉNDICE

IDACIO

III.

II.IJS'1'RADO.

Circunstancias que hacen recomendable este escrito.

El cronicón de Idacio, obispo de Galicia, no solo es el mas antiguo entre los de historiadores españoles cuyas obras han llegado á nuestros tiempos, sino uno de los monumentos mas preciosos que tenemos asi por su venerable antigüedad como por el tin con que se hizo por la materia y por la calidad de la persona. Todo esto le hace sumamente recomendable, como conocerá quien recorra aun superficialmente cada cosa. 1 La antigüedad es no menos que de mil doscientos y ochenta años habiéndose concluido en el 469 desde el cual al presente 1749 van los mil doscientos y ochenta señalados. El espacio que abraza es de noventa y un años desde el 579 que empieza, hasta el 469 en que acaba, uno y otro inclusive. ,

,

,

,

,

Corto ámbito en el número pero importantísimo por la calidad de los sucesos, y propio de escritor coetáneo, que no pudo extenderse fuera de lo que vio ú oyó á los presentes. El códice que tuvo S. Isidoro no llegaba mas que al año octavo del emperador León, esto es, hasta el año 464, ó según este cronicón, hasta el 466. El que tuvo Sigeberto Gemblacense pasaba hasta el año 17 del emperador Zenon, 490 de Cristo. Pero según nosotros le tenemos, se extiende mas que el de S. Isidoro y menos que el de Sigeberto. Sobre si el de S. Isidoro era el genuino Idaciano puede haber duda, por lo que después se dirá en la nota 14; pero el de Sigeberto fué ciertamente redundante con adición de mano mas moderna cual se halla el segundo cronicón inédito que daremos después, porque como se dirá, ,

,

TDMO

IV.

37

España Suíjnula. Apénd.

290

III.

murió Idacio antes del imperio de Zenon, y asi no pudo tratar de él en su historia. 2 El íin con que escribió esta obra fué distinguir los sucesos que estaban confundidos, como se infiere délo que dice en el proemio. El Máximo doctor S. Gerónimo, no solo habia traducido en latin el cronicón de Ensebio Cesariense, sino que de suyo añadió lo que desde aquel restaba basta su tiempo. Esta continuación no fué total, porque S. Gerónimo vivió mas de cuarenta años después del 578 en que cerró su historia. Cuando la publicó se hallaba en ánimo de escribir obra aparte, según significa en la carta á Vicente y GciUeno, que sirve de proemio al cronicón de Ensebio donde dice que el no abrazar mas tiempo por entonces no era por tener miedo de decir la verdad con libertad sobre los príncipes reinantes, porque el temor de Dios excluye el de los hombres, sino porque con la irrupción de los bárbaros todo estaba confuso (1). Este motivo que le detuvo por entonces parece que continuó después ó bien por mayores atenciones ó porque efectivamente no salió de las ;

,

,

,

dudas.

Viendo Idacio que no se habia publicado aquella continuación, y que el santo expresó en uno de sus escritos que con la entrada de los bárbaros todo estaba confuso, se inclinó á que no prosiguió; y como la materia pertenecía á sus tiempos, la tomó por su cuenta, como dice expresamente en el proemio. No determina allí en qué escrito dijo aquello S. Gerónimo, pero se halla en el lugar y palabras que propongo en la cita porque aunque en la corografía del colector del tiempo de Carlomagno, que está en el tomo 4.° de la España ilustrada, leemos al fin del hbro i .° esta misma sentencia como remate del cronicón de san Gerónimo me persuado que no es cosa del santo, sino interpolada por el colector pues en ningumo de los muchos Mss. que manejó el limo. Arnaldo de Poiilac, que pasaron de treinta, se encontró tal final, ni se halla en otro membranáceo que tene3

;

,

;

(1)

A

Cflvstanliui vicésimo

auno

usque ad Conaüíaíum Aiiguslorum Valentis VI et Yalcnliniam iterum, totiim menm est. Quo fine couíentus, reliquum tenipus Graiiaui ct Theodosii lalioris hisioriw stylo reservavi: non quo de vi-

ventibus timuerim libere el veré scribere, timor enim Dei hoininum timorem expdlit ; sed quoniam debachantibus aáhuc in térra nostra Barbaris, inrerta sunt ormiia. Hieron. Vincentio el Galicno, \nimc.

mos en

la

!dacio ilustrado. 291 bil)lioteca del cole^no mayor de S. Ildefonso de esta

v asi se debe atribuir al colector. vista del íin con que Idacio escribi(') su cronicón, se co-

universidad

4 noce

\

:

grande utilidad, pues dá lo que tenia ideado un S. (ierónirno; proponiendo con toda distinción lo que según el santo estaba confundido, y añadiendo el espacio de mas de cuarenta años, que el glorioso doctor no pudiera historiar por haber la

nuierto antes.

materia del escrito, es aun mas perceptible para todos su importancia; porque según manitiesta su contexto, sirve para declarar algunas profecias que se cumplieron en este mismo tiempo, como se lee en los años ilO, 41 i y 4o9. Demás de esto es fuente original para los sucesos de la entrada de los vándalos, alanos y suevos en España, con todos los pasos de los godos; de modo que ignoraríamos lo mas princi[)al del siglo V, si no fuera por la luz de este documento. Por esto S. Isidoro insistió tanto en él, que muchas veces copió literalmente sus palabras, no solo por ser muy expresivas, sino por no haber otro autor que toque con tanta extensión y tan de adentro los sucesos de España: porcjue aunque Próspero Aquitánico, sea quien fuere, continuó también á S. Gerónimo, no abrazó tanto espacio, ni se detuvo como Idacio en nuestras cosas ni aun en otras de fuera, y asi dijo bien Pagi sobre el año 581, n. 14, que con este cronicón pueden ilustrarse en muchas partes los Anales; lo que Baronio no hizo por no haberse descubierto en su tiempo. Fuera de lo imperial y Real es muy copioso el número de puntos eclesiásticos que, en especial de España, no constan por otra parte; luego por ambas lineas se hace recomendable la materia. 6 Aumenta su estimación la calidad de la persona, que vivia en todo el tiempo de que habla, y asi fué coetánea. Por lo que mira al Oriente pudo hablar aun de vista, pues peregrinó siendo mozo por aquellas regiones, donde conoció á S. Gerónimo, á S. Juan, obispo de Jerusalen, á S. Eulogio de Cesárea, y á san Teófilo, obispo de Alejandría, como él mismo testifica en el prólogo, y sobre lósanos 400 y 407. Del Occidente tuvo mas conocimiento, como sitio de su principal residencia. En orden á la distinción de los tiempos de que escribe, no hay mejor modo que oirle hablar á él. Todo lo que hay desde el

5

Mirada

la

año primero de Teodosio hasta

el

tercero de Valentiniano, hijo

España

202

Saijrada. Apénd. III. de Placidia, está escrito (dice) parte por experiencia, parte por lección y parte por relación de otros. Lo que se sigue á esto,

añade que lo escribió siendo ya obispo, testigo y participante de muchas de las desgracias que refiere. El primer tiempo es el que dá principio al Cronicón, desde el año 579 de Cristo, hasta el 427, que son los 47 años primeros. El segundo es desde el 427, hasta acabar, que es todo el tiempo que tenia de obispo; y asi toda su obra no excede de su vida. 7 Sobre el ser coetáneo le favorece la calidad de obispo, siempre recomendable, pero con especialidad en aquel siglo. En nuestro Idacio fué tan patente el mérito y honor de la persona, que el santísimo Pontífice León M. se vahó de él para el buen éxito de un concilio provincial en Galicia contra los priscilianistas (1). El celo sobre la pureza de la fé, el amor y solicitud de la disciplina eclesiástica, y lo que padeció por la religión y por la patria, se manifiesta bien en su obra desde el prólogo, y todo junto caHfica el aprecio que merece. Por tanto tengo por bien empleado el prolongado y molestísimo trabajo que he tenido en procurar ilustrarle, haciendo mil combinaciones en sus números; pues con su utilidad parece que compitieron las desgracias, en la envidia del tiempo, en la escasez de códices, en los yerros del que hay, y hasta en el nombre del autor, que ha sido no poca parte para las confusiones.

§»• Si

hubo muchos Idacios en España, y quienes fueron.

Lo primero que

se necesita declarar es quién fué el autor de

porque refiriéndose comunmente muchos Idacios en España, obispos y escritores, ocasiona la misma abundancia confusión, y tal vez se pone en nombre de uno lo que es propio este cronicón;

del otro.

8

Para esto no es preciso

insistir

Si autem aUqiiid, quocl absit, qiiominus possü cekbrari generale concilium, Callceciíe saltern in unum convmianl Sacerdotes: qiiibus congregalis [ratres noslri IDATJUS ef (1)

obstiterit,

en

la

material voz Idacio

Ceponius imminebunt, conjuncta cum instanUa tua, quocitius vel provincialiconventuremediumtantisvulneribus afferatur. S. Leo. Epist. ad. Turib. 93 al 15. eis

Idaeio ¿liiülrado.

!2Í)5

ú Ilacio, con aspiración ó sin ella, ponjue aunque en unas partes se lee lliiítacio, en otras Jllincio, y mas veces Ilacio^ con todo eso |)revalece entre todas la de IDACIO; y asi vemos, que el Cl. Sirniondo solo usó de este nombre, no obstante (jue en el Ms. estaba ilijdaciOy como afirma, sobre el testimonio del Papa S. León. Lo mismo practicó el Sr. Pcrez, obispo de 8egorbe, en las notas sobre el cap. 9 de los Varones ilustres de S. Isidoro; pues aunque bailó escrito Itacio y Idaeio puso ueste en el primer lugar en sus Escolios, por ser mas recibido ; y asi en oyendo Idaeio se puede contraer á este escritor, sin que obste la material variedad de la escritura. 9 Pero por la misma razón puede aplicarse á otros que tienen identidad ó afinidad con este nonibre. El referido Pérez menciona cinco Idacios, concluyendo que pueden reducirse á tres. Uno obispo de Ossonoba en Lusitania, llamado por apellido el Claro, otro obispo de iMérida; ambos perseguidores de Prisciliano, y que asistieron al concilio 1 de Zaragoza, tenido cerca del año 580. El tercero este del cronicón, obispo Lamecense, según dice, en Galicia. El cuarto el que escribió contra el arriano Varidamo. El quinto el mencionado por S. León en la carta á Sto. Toribio. Pero estos dos, dice, se pueden reducir al primero y tercero, y asi solo nos quedan tres Idacios. El P. Mariana, en el prólogo al cronicón inédito que pondremos después, hace también memoria de diversos Idacios. Lo mismo D. Nicolás Antonio. 10 Yo digo que, según prevalece el llamar Itacio al obispo de Ossonoba, no se debe admitir mas que un Idaeio; y dado que sean muchos, según se usa este nombre en diversos autores, con ninguno se debe confundir el autor de que hablamos, pues todos tienen particulares distintivos, aunque no bien aplicados ^

comunmente. 11 Empezando por el que propone en último lugar el señor Pérez, digo que no solo puede, sino debe reducirse al tercero, que es el Idaeio de quien vamos hablando. La identidad entre este y el que menciona S. León en su carta, consta no sosino lo por el tiempo, que es propio del autor del cronicón por la provincia de Galicia, donde no hubo por entonces otro Idaeio mas que el historiador, como se prueba por las veces que se nombra á sí mismo sin mas titulo que obispo de Gali,

204

España Sagrada,

^ipénd. III.

y si hubiera allí y entonces diíerentes Idacios, forzosamente habia de añadir alguna cosa que le distinguiese cuando pone tanto cuidado en declarar quién habla. Contentándose, pues, con la expresión sencilla de su nombre, es prueba que no tenia con quien equivocarse; y asi no solo fué el mencionado por san León, sino el mismo que se expresa en la carta de Sto. Toribio á Idacio y Ceponio, que hallarás en Morales y en Aguirre, en ac[uel, hb. 11, cap. 20, y en este tomo 2, pág. 218. Luego este idacio no debe añadir número. 12 El cuarto, que escribió contra Varidamo, Varimado ó Verimundo, es cierto que se halla confundido en algunos con nuestro historiador, aplicándole el dictado de Lemicense, propio del autor del cronicón. Otros no le distinguen del primero, que es el Ossonobense. Yo digo que es distinto de uno y otro, porque no fué español. D. Nicolás Antonio favorece lo mismo, lib. 2, Bibl. Vet., n. 140, fundado en que vivia en Ñacia;

como se lee en el proemio del libro contra Varidamo: Dudum, dilectissimi fratres, in Neapoli, Urbe Campaniw^ constitutus, etc., como verás en la Bibliotheca Patrum. El Sr. Pérez póles,

movió por esto á dejar de llamarle Ossonobense, porque sabiendo que este murió desterrado, como afirma S. Isidoro, cap. 15, no halló inconveniente en que escribiese en Italia. Yo tampoco le hallara si se mirara á esto solamente pero por otro lado vemos que este Idacio escribió demás de este libro otro que menciona en su proemio S. Isidoro no atribuye á Itacio no

se

;

;

Claro ningún escrito contra los arríanos, sino precisamente contra Prisciliano, sub Apologelíci specíe, que no existe, y creo que ninguno mejor pudiera saber lo que escribió si este fuera español; y asi no mencionando el santo tales obras en Idacio ó Itacio, no tenemos fundamento para atribuirlas á escritor español, porque el nombre solo de Idacio no es bastante, hallándose en algunos fuera de nuestros reinos. 15 Demás de esto el que impugnó á Varidamo estuvo muy de espacio en Italia, dudum, etc., lo que no pudo convenir al español , obispo de Ossonoba porque su destierro no fué hasta después de la muerte de Prisciliano, habiendo sido aquel efecto de esta; y por tanto se siguió al año 387 y se efectuó en el 589, según el cronicón de Próspero, que pone la excomunión de este Idacio en el consulado de Timasio y Promoto, que corresponde el

,

205

¡(lacio ilustrado.

Poco después imirió llacio el Claro, ponjiie se^aiii S. Isidoro fué su muerte en el imperio de Valeiiíiiiiauo y Teodosio el (Iraiide; y como Valentiiiiauo no convivió con teodosio mas ({ue dos años después del 81J, de ahí es ([ue este no podia decir que liahia vivido mucho tiempo en Italia y por tanto no puede ser este el Itacio español Ossonobense ó Claro. I i Tampoco puede decirse que fué el Leniicense autor del cronicón porque este desde antes de ser obispo vivió en Galicia sin que conste haber salido de España mas que á una legacía, de que volvió prontamente, y se mantuvo en su provincia mientras vivió, como prueba su mismo cronicón. S. Isidoro no le atribuye mas ol)ra que esta ni Sigeberto y asi el que escribió contra Varidamo, arriano, no es el que impugnó y persiguió á Prisciliano, que fué el Ossonobense, ni el que esrribií) el cronicón y por tanto si aquel fué español, no puede identilicarse con ninguno de los que conocemos pues de este ni se sabe el tiempo, ni la dignidad ni la patria, y de los oíros sí. El fundamento alegado induce á que no le reputemos español lo que basta para que no ponga número entre nuestros Idacios y consiguientemente no quedan mas que los tres primeros. 15 Del Ossonobense no conocemos mas nombre que Itacio, porque firmemente se halla así en Severo Sulpicio, en S. Isidoro, y aun en el concilio 1 de Zaragoza de modo que no podemos autorizar que se llamase ¡(lacio, y asi no se debe contar entre los de este nombre. IG El segundo, que es el de 3íérida, se nombra Idacio en Sulpicio pero tengo por mas probable que no se llamó asi sino Ursacio. La razón es porque el texto que puede autorizar aquel nombre es el mencionado de Sulpicio este no puede dar ley, porque en esta parte de nombres propios de España está muy adulterado por culpa de copiantes: v. g., en lugar de EmeriUe civitatis pone cmeritce (etatis: por Abiloisi, Abelensi ó Abulensi pone Labilcnsi en lugar de Ossonobensi leemos Sossubensi; y donde debe decir Nam ¡dacius, según lo anterior, pone Nardatius. Un texto donde hay tan poca exactitud en los nombres no es bueno para resolver sobre la voz. Por otra parte consta que el obis])o que se unió con Itacio Ossonobense para

año

al

."8í).

,

,

,

,

;

;

,

,

;

;

,

;

:

,

:

,

luego este nombre obispo que Sulpicio llama idacio.

quitar la vida á Prisciliano se llamó Ursacio

debe prevalecer en

el

:

España Sagrada. Apénd. III. Que el uno se llamaba [tacio y el otro Ursacio, se halla 17 asi firmemente en las ediciones comunes del cronicón de Próspero y en la de los Mss. de Sirmondo y Chiílecio, que puso Andrés Du-Gliesne en el tomo 1 de los Escritores coetáneos, como también en las que hicieron Labbe en la nueva biblioteca de

296

Mss. y Basnage sobre

Lecciones antiguas de Canisio, en las cuales se lee Ithacius el Ursacius Episcopi , ob necem Priscilliani , cujus accusatores fuerant, Eccledce communione privantur. Los mismos nombres se hallan en la edición Ueal de los Varones ilustres de S. Isidoro, cotejada con siete Mss. por el Cl. Pérez como afirma Juan (irial en el proemio. Siendo, pues, tantos y tan autorizados testimonios los que ponen el nombre de Ursacio con Itacio, deben prevalecer contra la edición viciada de Sulpicio que le intitula Idacio. Es verdad que en el concilio í de Zaragoza leemos como en Sulpicio á Idacio con Itacio; pero según los testimonios alegados parece que las firmas del concilio se copiaron según se hallan los nombres en Sulpicio, porque Ursacio no suena allí y algunos Mss. que sirvieron para las ediciones antiguas ponían Italio. Por esta variedad y la lección de Sulpicio parece que prevaleció en los códices del concilio la voz puesta en la historia de este autor, y que en una y otra parte se debe entender la que proponen los testimonios mas exactos ya citados. Si no que digamos que Ursacio es nombre de otro obispo no conocido. Pero no parece creíble que de repente introdujesen un prelado desterrado, de quien nadie hubiese hecho antes mención refiriendo la culpa que mereció tal pena. Exprésase que la causa fué la acusación de Prisciliano; pero este mismo motivo nos obliga á insistir en Itacio y Ursacio, pues solamente de dos, y no de tres, consta que le aculas

:

,

,

sasen

.

Pero demos que el obispo de Mérida se llamase Idacio. De todos los mencionados solo este nos ha quedado fuera del Lemicense autor del cronicón. La distinción entre uno y otro es muy patente; porque aquel era de la provincia Lusitana, como el Ossonobense, este de Galicia; el de Mérida y Ossonoba florecieron en el siglo antes que el Lemicense; aquellos por el año de 580 y este escribia ochenta años después y aun algo mas: luego ni el tiempo ni la provincia ni la silla permiten confusión y los que han atribuido al Enieritense lo que es preci-

18

,

,

;

297

ídacio ilustrado.

sámente propio del de Galicia

,

no han distinguido

sillas, ni

pro-

vincias, ni tiempos.

Entre los dos obispos perseguidores de Prisciliano hay mas disculpa para contundirlos entre sí por ser de un mismo tiempo y una misma provincia. Unos atribuyen el dictado de Claiv al obispo de Mérida, como l^adilla, Moreno de Vargas, y aun D. Nicolás Antonio , que dá á este la razón de escritor. Otros , como í). Juan Bautista Pérez, atribuven el escrito contra Prisciliano y el dictado de Claro al de Ossonoba. Yo tengo esto por mucho mas fundado , pues cotejados Sulpicio y S. Isidoro se vé que el desterrado fué Itacio y este mismo fué el escritor y el Claro, asi llamado por facundia y apellido, según S. Isidoro que atribuye todas estas cosas á uno mismo (1), llamando al otro Uvsacio. En Sulpicio leemos que Itacio era el Ossonobense, atrevido, parlero, y el mas encarnizado, como en la gula, en la vida de Prisciliano. Este es el que fué privado del obispado , según Sulpicio porque el de Mérida le depuso por sí; acción recomendable, si después no la hubiera desairado con pretender volverá entronizarse (2). El destierro y el morir fuera de su patria es mas propio del Ossonobense, á quien aplicó la pena de deposición que del que voluntariamente la escogió. El pretender nueva introducción en la silla menos conviene al que murió desterrado que al que no consta que saliese de España. Este fué el de Mérida, porque según Sulpicio no tuvo tanta culpa como el Ossonobense ; luego el de Mérida no fué el escritor que es el desterrado y el Claro. 20 Demás de esto, el de Ossonoba era el hablador, según Sulpicio {Joquax), lo que parece que tiene atinidad con lo que dice del escritor S. Isidoro, Clarus eloquio. Este se interesó contra Prisciliano mas cruelmente que el de Mérida ; y por tan-

10

,

,

,

,

,

,

(1)

Itacius

cognomento

Hispamarum

Ep'iscopus,

eloquio Clarus scripsit quenidaní libnim sub apoloqclici apecie, in quo dctestanda l*riscHliani dogmala et maleficiorum ejus arles, libidinumque cjun probra deniomtrat... [lie autum cum Ursacio cpiscopo ob necem ejusdem Priscilliani cujus accusatores exliltrant Ecclesio) communione privatus exilio condcmnatur ibique die et

,

,

,

,

TOMO

IV.

Theodosio majore el ultimo fungitur Valentiniano reynantibus. De Vir. ,

llliistr.

,

cap. 15.

Solus lamen omnium episropa(2) tu f/c de Teodosio, \ añadiendo diez al seis, se inliere tjiie el segundo decenario coricsponde al ano 10 y no al 17, pues desde seis á diez y siete, van ,

once y no diez luego puesto el primer decenario sobre el O, es j)reciso que el segundo corresponda al l(> y de ningim modo al 17. En esta suposición resulta que el año último de Teodosio y

Cronicón de I(lacio. de Cristo sin respecto alguno á los sitios donde el Ms. de Sirinondo aumenta los años imperiales , y como aquellos se han de medir por estos, se infiere que es mas autorizado el aumento que yo hago; pues mudando el año vulgar donde el Ms. muda el imperial, tengo á mi favor aquel vestigio; v. g., el año 459 le ponemos uno y otro en el § Theudoricus cum Duce suOy donde está el año o de Mayoriano y León. Bouquct pasa al 400 en el § Maldras germajium; yo no mudo año de Cristo hasta después donde el Ms. muda el año imperial luego cuando no hay certeza para aumentar la unidad en la cláusula siguiente mas que en la antecedente es mas autorizado aumentarla donde el cronicón muda el año imperial. 3 Lo mismo digo en el lance en que ambos mudamos el año vulgar sin que el Ms. mude el imperial; v. g., yo pongo el 463 en el § Adversus ^Egidium; Bouquet en el § antecedente Agripinus. Si para contraer el suceso de Agripino al año 465 diera texto urgente, hiciera yo lo mismo; pero como no le dá, y solo para el de E^gidio se halla el testimonio de Mario Aventicense, por tanto insisto en no mudar el año 46:2 hasta la cláusula de Egidio. 4 El año último que señala al cronicón es el 468, guiándose según imagino por la época del pontifice Simplicio. Pero como tenemos el cronicón interpolado, es preciso añadir otro año ó quitar el año 3 de Antemio. 5 Esto es lo que me ha parecido prevenir sobre la cronologia y notas de Bouquet, omitiendo lo que mira á los años de los papas y otros puntos que propone sin alegar apoyo á sus sentencias. Ahora añadiremos los demás documentos que sirven para ilustración del precedente. :

,

41 i

APÉNDICE

IV.

CRONICÓN PEQUEÑO DE

IDACIO,

HASTA HOY NO PUBLICADO. Otro cronicón de Idacio se ha mantenido y citado entre los españoles, mas breve que el precedente, pero con algunas diferencias de no poca importancia. Hasta ahora se ha conservado inédito, haciendo mucha falta á los doctos, por cuanto habiéndole citado algunos alegando cosas que no se hallan en las ediciones precedentes, no han podido hacer juicio de la materia por faltarles el códice. Sirva de ejemplo el que nos ofrece don Nicolás Antonio en su Biblioteca antigua, lib, 3, núm. 80, donde alega lo que Jorge Cardoso, escritor lusitano, dijo en su Hagiologio, ó Santoral, de nuestro obispo Idacio, que habia sido gentil en su primera edad, y que en el año 419 se habia convertido á Dios, como refiere el mismo en esta clausula: /rfaí¿¿ ad Deum conversio peccatoris. Viendo D. Nicolás que en ninguno de los cronicones publicados se encontraba tal cosa, creyó que Cardoso la imputaba voluntariamente, portener experiencia de ser poco autorizado este escritor en los puntos de Idacio. Pero en lo que mira a este concepto le pudo haber encontrado apoyado en Vaseo, que le alega en el año 420. En tin, si se hubiera publicado este documento no hubiera extrañado el dicho de Cardoso, pues se halla aqui, debajo de la misma era -457, año 419, en que le citó aquel escritor. Con esto conocerás una de sus utilidades, pues sirve para entender á los autores que se valieron de él. 2 Antes de pasar adelante debemos advertir que Cardoso yerra en el año y en la inteligencia de la cláusula. En el año, porque aunque precede la era mencionada, año 419, ni es fiel el número, ni aunque lo fuera para el suceso inmediato, se debia aplicar al de la conversión. No es fiel el número: porque allí se trata de un suceso del año 4 11, y después de aquella era se ponen cosas anteriores al tal año 419, como se vé en la invención del 1

.

Cro)i ¿con

AI

pequ eñ o de Ida rio

.*>

cuorpo de S. Estehan, que fué en el 415. l*or tanto la era precedente no puede tener cuatro añds mas (pie los sucesos siguientes, y asi se conoce que está errado el número, como se pruel)a también por el cronicón antecedente. Pero aun siendo puntual para el suceso á que se aplica, no se dehia atribuir el mismo año á la conversión de Idacio. La razón es porque después de la era allí señalada se refieren hechos de diversos años; como la invención de S. Esteban en el 415, la muerte de Ataúlfo y el casamiento de Constancio con Placidia, que fueron en el año 416, y aquí es donde inmediatamente se pone la conversión, siguiéndose un suceso del año 417 y otros posteriores, en cuya conformidad toca la conversión al año ílí), y se vé que los números prefijados en una parte no rigen para lo siguiente, sino precisamente para el suceso en que CvStan. 3 Faltó también Cardoso en afirmar que Idacio fué gentil por el preciso titulo de leer su conversión á Dios porque en el siglo quinto prevalecía ya la cristiandad y en España no había idolatría sino en algún rincón en que se conservó ó entró mucho después. Decíase con propiedad que se convertía á Dios aquel que, aunque fuese cristiano, pasaba de vida profana ó secular al estado eclesiástico ó religioso como sin salir de los escritos de Idacio vimos en el cronicón antecedente que, sobre el año 424, realzó la fama de S. Paulino por el título de haberse convertido á Dios: Conversione ad Deum nohilior factúa-, y como dice el autor de su vida en la edición novísima de las obráis del santo, ni él ni sus padres fueron idólatras sino cristianos; pero la gran renunciación que hizo del fausto mundano, tomada por ejemplo por N. P. S. Agustín para mover á un joven á que dejase el mundo, Epist. 120 al 39, mereció que Idacio le elogíase por su conversión á Dios. S. Gregorio Magno escribió á S. Leandro que había dilatado mucho su conversión. S. Benito mandó en su Regla que se atendiese al tiempo de la conversión para las precedencias, y asi de otros mil casos, en que la conversión no supone gentilidad, sino mutación de costumbres y á este modo refirió la suya Idacio. 4 No hallándose esta cláusula en las ediciones anteriores, se vé la utilidad de la presente así por esta como por otras noticias que no hay en otras partes: v. g., sabemos que Sabino ;

,

;

,

,

España Sagrada. Ápénd. ¡V.

416

echado de su iglesia de Sevilla, pero sin decirnos si fué restituido. Aqui se lee que sí, y esto es muy de estimar. Queme! añade otra cláusula que no se halla ni en lo impreso ni en lo Ms. que tenemos, atribuyendo á Idacio, en la nota á la carta 15 aM9 de S. León, estas palabras: Dictinius Asturicensis Episfué

copus, cuí, ob Priscilliani hceresimy quam profitebatur, ejecto cum alus ejusdem sedee Episcopis, successit Turibius. Yo no

me

que esto sea de Idacio pero muestra que aquel autor tuvo códice ó libro en que estaba en su nombre y cotejando unas cosas con otras se infiere que el genuino cronicón de Idacio tenia mas que el Ms. de Sirmondo. Dios quiera que se llegue á descubrir, ó á lo menos que no se niegue al público cuanto se vaya hallando para que aumentadas las partes falte inclino á

,

,

,

menos

del todo.

Después de escrito esto hallé que Pascual Quesnel en la segunda edición, hecha en León en el año 1700, corrigió el descuido y Hgereza que tuvo en la primera, diciendo, tomó 2, pág. 449: Lapsum memoriw^ seu alliicinationemy quam hoc loco passus sum in prima editione, fateri ac publicare non enibescam. Islam de Dictinio narratioiiem quam sub ídatii nomine bona fide laudavi ac retuli, apud IdaUum non inveniOy Hoc testar i nec cujus sit illa, prorsus dicere ullatenus possum ,

.

et

sánete

sed ex

possum affirmare, illam

ci

me

aliquo libro descriptam, cujas alta

Aun de

este

modo

confictam non fuisse,

me nunc

tenet oblivio.

se salva lo propuesto, sobre que en

libro ó manuscrito se atribuyen á Idacio cosas

algún

que no tenemos

publicadas, y sirve la prevención y confesión propuesta para que nadie se fatigue en buscar en el cronicón impreso la cláusula citada, como sucedió á los que escribieron antes de la edición segunda de Quesnel.

5

El fragmento que yo publico ahora tiene otra circunstancia; de proponer mas eras que todos los impresos. Esto creo que proviene de haberse conservado en España pues siendo cómputo familiar y único entre los nuestros parece que cuidaron omitiendo las olimpiadas, etc. Ni encuentro fundasolo de él mento para decir que añadieron las eras: pues en caso de mezclarse mano mas moderna no se hallaran tan pocas, cuando por otro lado constan los años de diversos sucesos, que por tanto se ,

,

,

7

Cronicón pequeño de ¡dacio. Imbieraii ingerido; y asi

el

-i 1

ver que faltan tantas muestra

qii»^

inmunidad del ejemplar antiguo. Tal cual no esta Lien puesta por vicio del copiante pero las mas corresponden puntualmente á los años del cronicón antecedente y asi unas guardaron

la

,

,

autorizan á otras.

6 Viendo que hasta hoy no se ha descubierto mas ejemplar completo que el Metense, y que por otro lado se citan en las bibliotecas de manuscritos cronicones de Idacio, me inclino á que estos son lo mismo que el presente ó alguno de los citados antes en el § 5. Como no explican el modo con que empiezan ó acaban, ó los años que abrazan, no se puede formar cabal concepto. De la Real biblioteca de Alcobaza, en Portugal, sabemos que tuvo otro del mismo modo ([ue este, como consta por confesar Voseo que empieza por 8. Juan Crisóstomo, y corresponder las citas que propone desde Teodosio en adelante. El que tuvo Morales convino en algo con el que aqui ponemos, según muestran las citas del libro 11, fól. 2ÍÍ b. y fól. 45. Pero se diferenció sustancialmente, faltándole gran parte, y no estando los años bien notados, como se infiere de la extrañeza que le causa lo que cita Vaseo, y del tiempo que aplica á los sucesos. 7 El P. Mariana tuvo entre sus Mss. el que te ofrezco aqui. El mismo se halla también en la colección del ilustrísimo Pérez, que tiene la santa iglesia de Toledo. El mismo, y de escritura mas antigua que los dos Mss. precedentes, conserva la bil)lioteca del colegio mayor de S. Ildefonso de Alcalá, en el códice de que he hablado otras veces donde están los cronicones de Ensebio, 8. Gerónimo, Próspero, Victor Túnense, 8ulpicio y otros; cuya letra es del fin del siglo XIII tomo en folio, membranáceo, bien conservado. Allí pues, al acabar el cronicón que ,

,

damos en

apéndice siguiente dice asi: Huciisque Severus, qiiiet Sidpidus. Dehinc ¡daíiiis, Gallwcice Episcopus, itentm retexii histovÜB ordinem; y empieza: Constanünopoli etc., del modo que le hallarás después. 8 De estos tres manuscritos me he valido para esta edición. Las lecciones vanantes de unos y otros las hallarás al pié, usando para evitar proligidad de las letras iniciales; la i., es el códice complutense, la M. el de Mariana, y la T. el de Toledo: Cron. ant. el cronicón antecedente. el

,

,

TOMO

IV.

53

España Sagrada. Ápcud. ¡V. 418 9 No fallará quien extraño lo diniiniito de este cronicón, empezando veintiséis años después que el precedente, y fallándole dentro de la materia muchas cosas que se hallan en aíjuel. La causa no solo ha sido la desgracia ñital de los antiguos códices, sino el haber mediado una mala elección de un colector, que tomando lo que muchos hablan trabajado originalmente, desfloró lo que quiso formando un cuerpo general de las antiguas cródejando nicas, no con el fin preciso de que se hallasen juntas ,

que escribió cada uno, sino interpolando lo que resultaba de diversos, y aplicando sus nombres adonde no debia. Vése esto claramente en que aqui aplica á Idacio lo que con evidencia nos consta no ser suyo, abrazando cien años posteriores. Lo mismo en el apéndice siguiente, donde atribuye á Sulpicio cosas que no pudo escribir sino en profecía. Allí se encuentran fragmentos del cronicón legítimo de Idacio; y esta es la razón de no hallarse completo el que ahora damos. Si el colector hubiera unido lo que escribió cada uno, sin mudar una letra, debían ser de oro las que diesen su nombre; pero faltando esta fidelidad nos dañó con lo que quiso utilizar. Para suplir la falta que se halla en este segundo cronicón, pongo luego el tercero, donde, como he prevenido y volveré á notar, se hallan cláusulas enteras del verdadero Idacio, y las que tienen variedad son también conducentes para los eruditos. 10 Como el P. Mariana no tuvo mas cronicón de Idacio que el presente, sobre este solo pudo formar dictamen. Dóitele aqui con tanto mayor gusto, cuanto sobre ser de tal sujeto, no se halla publicado. El medio ha sido por el l\. í*. Andrés Marcos Burriel, como expuse en el prólogo. El contexto es asi: intacto lo

Testimonio del P. Juan de Mariana en la ¡we faetón que puso al manuserito del cronicón siguiente. 11

Multi sive íthacií

Duorum meminit

,

sive Idatii, in ÍTispania olim ñierunt.

Severus Sulpicius, Sacrae historise libri 2 extremo, Ithacii, atque idacii, quorum diligentia Priscilliani secta magna ex parte compressa est, Maximi, qui se imperatorem dicebat, gladio sceleris ducibus vindicatis. Ilorum (jiothica? subscriptiones concilio Cíesaraugustano adjiciuntur. Duorum memi-

''í-^ Cronicón pcijuefio de ¡dado. cL ullerius íiit Isidonis libro de Viris ilíuslribus: chroiiograplii (|uein llispaiiiaruní episcopiun dicit apolo¿5'elicuin contra IVis,

cillianuiii si-ripsisse, exilioqiie

l'riscillianus essel occisiis.

llieronvnms

Duoruin

iii

damnalum, quod

ejus accusalione

Eosdein Vasa3iis noininat.

Priscilliano.

K duobus

TritcMiiius

AUeruin

uninii

iacil.

mentionem fácil Aiiibrosius Morales, Historia; cap. 24 et cap. 57, utriusque chrono^raplii, hu-

ilideiii

suae lib. 11,

Extat etiam Idatii Clari líber contra arianos. Nobiliores in lioc numero fuerunt Itbatius, Priscilliani inseclator ea ingenii vecordia, iit Marlino Turoneii-

jus nostri, et alterius

próxima

aitate.

expertus est, haeresis suspicionem imponeret, et modestos viros jejuniis pallidos quasi Priscilliani socios damnaret; dignusque ea quam passus est calamitate. Pra3terea Idatius chronograplius, quem copiosius scripsisse suspicor (nam Praifationis etiam meminil Isidorus) malignitate librariorum in si,

quem adversum

angustias redactum, haud inutilis tamen cognoscenda historia ejus a^tatis. De quo Sigebertus in chroni., auno 490, Idatius, inquit, Lemicae Hispaniarum urbis episcopus, chronicam suam á primo consulatu Theodosii inchoatam hucusque perlias

duxit.

Conoció bien este Cl. escritor que Idacio liabia escrito mas que lo contenido en su códice, como observó por la prefación citada de S. Isidoro, \ aun con toda esta falta le graduó con razón por fragmento importante para la Historia. La cita de que Morales menciona otro Idacio cercano al tiempo del que vamos tratando, no te debe excitar á buscar la antigüedad de aquel escrito, pues no es otro que el Itacio de Oviedo, de que tratamos aqui en el § 3 de la división de obispados atribuida á

Vamba.

,

m)

Eapan a

S(( grada.

Apénd. IV.

IDATII GALL^CL*: EPISGOPI CHRONICON

(1).

Constantinopoli Joannes episcopus praedicatur insignis cognomento os aureum (2), qui ob fidem catholicam Eudoxiam uxorem Arcadii infestissimam patitur Arianam. Beatissimi Martini vitam, etmirabilia quae fecit, Severus, vir summus, discipulus ipsius, qui et chronicam aliam quam hic Sanctus (3) ab initio Génesis usque ad sectam Priscillianistarum perniciosissimam conscripsit, exequitur. Alani, et VVandali, et Suevi ílispanias ingresi sunt era CDXLVII, IV id. octobris, Honorio liX, et Tiieodosio, Arcadii filio, III consulibus. cum intra et Aiaricus rex gothorum Romam (4-) ingressus extra Urbem caedes agerentur (5), hominibus indultum est, qui ,

,

ad sanctorum limina confugerant. Placidia Theodosii in

filia,

Honorii imperatoris sóror, á gothis

Urbe capta.

Aiaricus moritur, cui Ataulfus succedit in regno. Debaccantibus Híspanlas barbaris, et suevis Gallaeciam, ante (6) nihilominus pestilentise malum, opes conditas in urbibus,

M. ¡data Lamecensis Chronicum. ElC el el de Alcobaza Gallcecice Episcopi. Cognomento os oMr^M/n, falta en el cron. (2) ant. y parece añadido después del tiempo de Idacio. Quam hic Sanctus: asi M. y el T. El C. (3) tiene en abreviaturas la q y la s con unas virgulillas encima, sin mas letras; y esto parece se debe interpretar quw hic sunt; aludiendo á que en aquel mismo libro precede á este de Idacio el cronicón de Sulpicio, de que se hace mención, que es el del apéndice siguiente. En favor de esta lección milita el cronicón ex Idacio, tomo 4 de la España ilustrada, pág. i98. Qui et Chronica, alia quam hcec sunt, etc. (1)

T. y

1(1

cual es vestigio de

la

inteligencia insi-

en lugar de Chronicam aliam diremos mas latinamente y con mas conformidad de las notas: Chronica alia quce hic sunt. Basnage acaba esta cláusula con las voces apertissimé scripsit; previniendo otra lección de perniciosissime en lugar de apertissimé. En la España ilustrada se lee peritissimé; pero debe prevalecer el texto que aqui damos; cuyo vestigio se vé en la voz perniciosissime, que alguno mudó en peritissimé, por faltar en su códice la secta con quien concierta la voz perniciosissima. nuada; y

quam

(4) (o)

asi

hic Sanctus,

El T. Romanam. El T. agereter.

Parece que en lugar de ante, debe (6) cir smviente, como en el cron. ant.

de-

.

Cronicón pequeño de Idacio.

-ii^l

siibstantiasque, tyrannicus exactor diripit, et miles exliauril(l).

dirá grassatur, adeo (2) ut hurnanse carnes ab humano genere vi famis fuerint devoratae: matres quoque necatis vel coc-

Fames

tis

per se natorum

(3)

suorum fuerunt

paslic

corpwibus.

(4)

occisorum gladio fame, pestilentia, cadaveribus assuetaí, quosque homines fortiores interimunt eoruiuque carnibus pastae, passim in humani generis efferuntur interitum. Ita quatnor plagis ferri, famis, pestilentiae, bestiarum, ubique in toto orbe saevientibus , praedictae á Domino per prophetas suos annimtiationes implentur (5). Era CDLVII (6) subversis memórala plagarum grassatione Hispaniae provinciis, barbari ad pacem ineundam Domino miseranle conversi, sorte ad inhabilandum provinciarum sibi dividunt regiones. Gallaeciam vandali occupanl et suevi: alani Lusitaiiiam , et Carthaginensem provinciam et vandali cognomento Bestiae

,

,

:

Baeticam sortiuntur. Hispani civitales et castella residua plagis barbarorum provincias dominantium suae subjugant sersilingi

vituti (7).

IJeraclianus

movens exercitum de

África adversus Ilonorium,

Utrículo in Italia in conflictu superatus effugit ad Al'ricam sis in loco supradicto uno et viginti armatorum (8).

,

cae-

Gothi Narbonam ingressi vindemiee tempore. Ataulfus apud Narbonam Placidiam duxit uxorem: nihil tamen ex ejus semine subsistente ex ea. Jerosolymis Joanne episcopo pra'sidente, sanctus et primus post Christum Dominum martyr Stephanus revelatur. Ataulfus a Patricio Constantio pulsus, relicta Narbona Híspanlas petens, per quemdam gothorum apud Barcinonam ínter familiares fábulas jugulatur. Gui succedens Walia in regno, cum Patricio Constantio pace mox facta, alanis et vandalís silingis in Ijusitania et Baetica sedentibus adversatur. Constantius Placidiam accepit uxorem.

(0

ElC

(2)

M. t Deo. M perseatorum

(3)

exharuií. M. milites exhaurit.

.

ElC. impastee.

como

consta por el croti. ant. ano i\i. Esta cláusula e-tá mejor, y como debe, en el cron ant. añ 4d1. Aqui faltan los millares, y aun con ellos {>

(4) (5)

El T. implentet.

es

(6)

Era CDLVII: debe decir era CDXLIX,

cron.

muy diminuto aiit.

año 413.

el

número según

el

^-^2 Idatii

Kspaña Sagrada. Apénd.lV. ad Domimirn conversio peccatoris (1).

NVaiia rex gotlioruní roinaiú nominis causa iiias caules ínagnas efíjcit Ijarbaroruni.

iiilra

(:2)

llispa-

>aiidali silingi in Baítica per

Waliam re^j^em extincti. Alani, qui vandalis et suevis potenlabaiitur (5), adeó caisi suiít á Goíliis, ut exlincto Atace rege ipsorum, pauci qui supeifueruiit, Gunderici regis vandaloruní, qui in Gallsecia resederal, se patrocinio suhjugarent, oblili regni nomine. intennisso certaniine quod agebant, per Constanliuní ad GalJias revocati, sedes in Aquitania a Tolosa usque Oceanum (iOllii

accej)erunt.

\Vaba eruní rege defuncto Theudericus succedit

regno. filius nascitur. lionorius apud Uavennam Constantium sibi facit in regno consortem. Gonstantius imperator Ravennae moritur. Bonifacius Palatium deserens Africam invadit. lionorius actis tricennalibus suis Ravennae obiit. in

ValenLinianus Constantii et Placidiae

Paulinus nobilissimus et eloquentissimus, dudum conversione ad Deum nobilior factus, vir apostolicus, Nolae Canipaniae episcopus habetur insignis: cui Tharasia de conjuge facta sóror, testimonio vitae beatae aequatur et marito (4)." Romanorum XLIII (5) Theodosius Arcadii filius, ante aliquot annos regnans in partibus Orientis defuncto Patre , post obitum Honorii Patrui, monarchiam tenuit Imperii cum esset anno,

rum XXI. Theodosius Valen tinianum, amitse suse Placidiee filium, Constantinopoli Caesarem facit. Valentinanus, qui Caesar erat, Romae Augustus appellatur. Vandali Baleáricas Ínsulas depraedantur, et Carthagine Spartaria, et Hispali e versa, et Hispaniis depraedatis, Mauritaniam inyadunt. Gundericus rex vandalorum, capta Hispali, cum im-

manus in ecclesiam civitatis ipsius Dei judicio Daemone correptus interiit cui pié elatus

:

succedit in regno

:

M. y

(•i)

.M.

e!

y el

C. Ínter. C. ¡loíenlabanl

,

mox

Gaisaricus frater

qui ut aliquorum relatio habuit, effectus apos-

Falla en el cron. ant. toda esta (1) sula. En M. no liay adbominum. (2)

extendisset

:

cláu-

el 'F patentaban-

tur.

(4)

El cron. ant. mérito.

(5)

El cron. ant. XLI.

Cronicón peí¡ueño de Idacio.

4:2.">

fule (iatliolica in Ariaiíaindictus est transiré porlHÜaiii.

tata, (lo

Gaisariciis \\c\ vandaloriim

de

líníticaí i)r()v¡iiciíc

lilore (miiii

Vandalis omiiihiis eorumquc familüs mensc Majo ad Maiirila-

níamet Africam

relictis

transit

llispanüs, qui priiisqiiam per-

adinonitus Ermi^arinni sucvonim rogoin vicinas iii transitu suo provincias depríüdari; recursn cnin aliqnantis siiis tacto, prípdantc (1) í^usitanianí nilio conse([ii¡liir divina: (pn' Imud prociil de Kinerita, ciiin Sancta) niartyri Eulalias injnrias transiret,

praibnisset, multis (2) per Gaisaricnrn caesis, ciim eis qnos secmn habebat, arrepto ut putavit, Euro velocius, fngae subsidio, in ilu-

mine Ana divino brachio príecipitatus interiit: quo ita extincto, rnox quo coeperat (iaisaricus enavigat. Aétio connite baud procul Arelato qunedam gotlioruní manus extinguitur, Anealso (5) optimate eoruní coepto. Era CDIjXX Bonifacius in ícmulationem Aetii de África per Placidiam revoca tur in Italiam.

Sanctus insignis Augustinus recedit (4) é corpore, qui uno eodemque terapore Alexandriaí Cyrillo episcopo príesidente, et Constantinopoli Nestorio hacretico llebione, Cyrilli ipsius epístola eorumdem (5) ha^resim destruentis, et regulam íidei expoíientis oslendit. Ila3c cum alus habetur allaía ((>). Crothorum ca3sa IIX. ^I (7) subAotio Diice. Carthago magna fraude decepta XV (8) die XÍV Kal. Novembris. Oninem Africam Rex Gaisaricus invadit. ínter i^omanos et gotbos pax efficitur. (Iaisaricus pellit (9)

Rex

exea,

elatus episcopum,

et juxta

sanctorum ecclesias

clerumque Cartbaginis de-

propbetiam Danielis demutatis mysteriis

tracUdit arianis.

Rechila (10) Rex suovorum Emeritam ingreditur. Censorius (11) comes, qui legatus fuerat ad suevos, rediens Myrtili (12)

obsessus á Richilane in pace se tradidit. (1)

El cron. ant.

prwáantem, año 420.

.M., el C. y el T. malecUctis: (2) muJtis.

(3)

el croii.

436. ant.

El cron. nnl. Anaolfo.

Fal'a esta cláusula en ol cron. ant., y parece que incluía mas, co-

(4)

.M.

recedite.

mo promele (5)

S\.

el rolalivo^ut".

eorumdam Este

pen'i rio está

tuoso, coiiiü co.ista por

el

cron.

defec-

aiit.

año

(CA

M. habiltira

(7)

El cron

El T. data.

(lilatn.

(8)

\X. M. XXV, die XIV

(0)

M. depulil.

ant.

M K;il.

(10) T. ñichUa. (W) M. Cemiiriur. oí cron

(12)

EiC

Misertiii.

ai

t.Censoriuí.

Kapaña Sagrada. Apcnd. I\ llennericus Kex suevoruiii diuturno per annos

424

.

Vil

morbo

nftlictus interiit.

Uechila Hispali obtenta Baeticain et Carthaginensem provinciam in suam redigit potestatem. Sabino episcopo de Hispali factione depulso, in lociim ejus Epiphanius ordinatur fraude, non jure.

Era

CDXXCI

Constan tinopolitanae Ecclesiae depulso Nesto-

rio praesidet (1) episcopus Flavianus.

Rechila Rex suevorum Emeritae degens moritur mense Augusto, cui mox filius suus catholicus Rechiarius (2) succedit in regno; nonnullis quidem de gente suasemulislatenter (3). Per Agiulfiim Hispali Censurius jugulatur. Rechiarius accepta in conjugio Theudorici regis filia, ininitio regni Vasconias depraedatur (4). Rechiarius mense Julio ad Theudoricum socerum profectus Caesaraugustanam regionem cum Basilio in reditu depraedatur. I^er dohim Ilerdense urbe (5) acta est non parva captivitas. De Gallis epistolae deferuntur Flaviani episcopi ad Leonem episcopum missae cum scriptis Cyrilli episcopi Alexandrini ad Nestorium Constantinopolitanum Tebionem (6). Quo depulso substitutus Flavianus (7) scribit ad Leonem de Euthychete. Theodosius XLIII Imperator moritur Constantinopoli, anno aetatis suae XLIV (8). Post quem statim apud Constantinopolim Marcianus XLIV imperator á militibus et ab exercitu, instante (9) etiam sorore Theodosii Pulcheria Regina (10), efficitur Imperator: qua sibi in conjugium (11) assumpta regnat in partibus Orientis. Valentiniani Imper. decadas IL CCCGLX (12).

M. preside

(1)

et

Epincopun

etc.

M. Rechinarías El croii. ant., y este (2) misnto después Bechiariux I.ns tres Mss. latenter per Aguiulfum ('!) Spalicem Surius jugulatur. Por el cron. ¡int.. se conoce que Spalicem Suriu.i, debe

Los Mss. stante: pero di^be leerse ins(9) tante se^un el contexto y el cron. ant.

mi.

(10) (11)

Regia.

Los Mss.

mos (12)

in conjugio,

como mantuvi-

antes.

M. décadas CCCCL.XX. El C. antepoque parece denotan las vicenales de

leerse Spali Ceruiuriux, 6 Hispali Censorius.

ne

Véase allí año 448. M. populatur.

Valeiitiniano; pero ni estas ni las tricena-

Faifa irrupta,

anl,.

que

se halla en

el

cron.

año 449.

(6)

El cron. ant. Hebionitam.

(7)

El C. Favianus.

Debe decirse XLVII, según el cron. ant. y el año en que nació.

(8)

corresponden á este silio. El cron. no menciona tales fiestas Los núdespués meros CCCC.LX que pone el del II, parece focan á la era siguiente, por no ser propios de este sitio, y bailarse allí los mismos números, aunque con

les

(4)

("í)

11,

ant.

C

yerro,

como

se dirá.

4:2") Cronicón pequeño de hlacio. Kra CDXC (1) gens Ugnoi'iim pace nip(a depraídatur provinciiiii geiUo ojiis cias (ialliarum in campis Calaloiiicis et Mettis Dncis geiis regís Theodori qiiibiis erat in pace societas aporto marte conñigens, divino caesa superatur auxilio: hellum mov ea tempestate societatem dirimit (2). Rex illic Tlieodorus (3) prosIratus occubit. CCC. M. fermé hominum in eo certamine ceci,

memoran tur.

disse

Occiso Theodoro Thurisniundus (*)fil¡us ejus succeditin regno. Tliurismundus (*) rex Gotliorum spirans hostilia, á Theuderico et Frederico fratribus jugidatur; cui Theudericus succedit in regno. Anuo I (i) principis Marciani regina moritur Flacidia mense Julio.

Valentinianus

XXWI

UomcC imperator

\\\I

anno

occiditur

aetatis

sua?

Postqiieni moxMaximusex consulibusXIjV Koniíe Augustas appellatur. Usque ad Valentinianum Tlieodosii generatio tenuit principalum. et regni

Romanorum XLVI

(5).

jam regni

¡Marcianas qaarto

Gaisaricas solicitatas á relicta Valentiniani dispergit, priasqaam Avitas Aagastas ,

anno ob-

monarchiam.

tinet

tar

sui

direptisqae opibas

tam Valentiniani, et ne secam dacens.

Romanoram

tilias

,

at

malam fama

Romam

ingrediGarthaginem reddit , relicfieret,

daas, et lilium

,

Gaudentium

(6)

nomi-

Suevi Carthaginenses regiones, qaas Romanis reddiderant, depricdantar. Marcianas et Avitas concordes principata Romani atuntur Imperii VI anno (7) Marciani. pone CCCCLX. lo quo es el número 400 corresponde al cron. ant. año 4o-¿. .Asi los Mss.; pero esta cláusula está ip (•2) solo viciada, poniendo mox ea ifitiplextatc en lu^ar de nox intempesta, sino truncTda, como con.sta jior el cron. ant. año 452 ({)

Asi M.

(3)

en

Asi .M. El cron. anl. Theodore». El C. la cláusula si^iuiente le nombra Theo-

dore.do: y este es el Iros autores á este

(")

Lo que

TOMO

IV.

M.

El C.

errata; pues solo

iiay

nombre que dan núesmy.

entre estas notas falta en

(4)

K! cron. ant.

anno

III,

y este es el

que

correspondo. Los Mss. XWIet regniWX. El C. XXII. (o) Falla un decenario en todos, pues reinó 31 años. (6)

El cron. ant. (año 456), dice de .\ecio.

que eni

hijo

Los .Mss. ponen Vi amia, per vicio de algún copiante, que hallando Vi ann., leyó annis. Pero consta deber leerse sexto anno, y no xex annis, porque .\vito no reinó ni aun tres.

(7)

54

,

España SíKjrada. Apénd.

'iáf)

Era

CDXCIV

(1)

Ilispariias

l\

.

rex goUionirn 'riieiidericns

cum

cuín volúntate et ordinalione Aviti iüipcratoris ingreditur. Orientaliuin naves Hispali venientes per Marciani exercituní coesae nuntiatur. Theudericus Enierilain depr6edari moliens, B. Eulalias martyris terretur ostentis. Vil anno inniiigenti exercitu siio

moritur Marcianus ('2). Uomanorum XLVII, regnat Majorianus in Italia, et Constantinopoli Leo Augusti appelhntur. Gothicus exercitus duce suo Cyrila a Theuderico Rege llispanias missus mense Julio succedit ad Baíticam. Era CDXCV (5) Sabinus episcopus llispalensis post annos XX quam certaverat expulsus de Galliis ad propriam reddit ecclesiam. Theudericus cum Duce suo Hunerico exercitus sui aliquantam dirigit manum. Cyrila revocatur ad Gallias. Romanorunn XLVIIl Severus á Senatu Romae Augustus appellatur anno imperii Leonis V, Hunericus reddit ad Gallias, Nepotianus Theuderico ordinante Arborium accepit successorem(4). Era D. in conventu Bracarensi duorum natorum porlentnni visum, quatuor Legionem (5) simile meinoratur. perii sui

,

,

Asi

(1)

El C. CnLXIIlI,

VI

qup

es crrnln;

era CDXCÍV, año 450, como consta por el cron. ai!t Falta Marcianiisen los Mss.,pero secx(2) presa en el cron. ant. Asi M. líl Cohipl. CCCCXV, enquefal(3) ta una C entre el X y el V. El cron. ant. pone la expulsión de Sabino en el año 44d era CDI.XXIX. Aqui scí introduce la restitución á la silla á los XX años siguientes; y asi parece que debía leerse era CDX'" IX Esta cláusula falla en el C. Pónenla el (4) T. y M. aunque en este se repiten las paordinante labras Nepotianus Theuderico después de Cyrila revocatur ad Gallias, y y se

debe estar

á la

.

después de reddit ad Gallias. M. Legionem sin quatuor, que pone

(5)

El

(-.

dice

mi

Legiones.

El de

D

el

T.

Juan

Bautista Pérez, que menciona I). (Iregorio Mayans en la i)refacion á-las obras cronolófíicas del martpiés do .Mondojar, riíim. 12!), pág. XIIX, quatuor legión. I'od:is

son locuciones oscuras, por no expre-

sarse

el

suceso en

el

aunque año 4(j2,

cron. ant.,

se envuelve en la cláusula del

que allí por la interpolaciofi se donde en común refiere: al 464 ,

confrai' In pro-

vincia Galhecia prodigiorum videntur signa

Uno de aquellos prodigios fué el aqui mencionado; pero el conjunto de las tres lecciones Legión., legionem, legiones, en lugar de aclarar la duda, la aumenta, por significar cosa de legiones militarfs. Yo creo que debe leerse Legione, denotando la ciudad de León; de suerte que el sentido sea baberse visto en el territorio de Braga un porlenlo de dos niños, y en León otro semejante de cuatro. La calidad del portento se infiere por el colector del cronicón de Idacio en la España ilustrada, que..al hablar del Emp. Severo, dice: In Gallo'cia... dúo adolescentes, come invicem soUdata adhmrentes, sunt mortui. En nuestros dias se ha visto un portento semejante de una criatura con dos cabezas, que se puede decir duorum natorum portentum, y se guarda en Madrid cu el diversa.

147 Uomaiionim \Li\ Antlícniius Aíií>¡i.sIii.s appellatur aimu Leoiiis iin[)L:r¡i i\ (1) mensc Aii^^uslo. V'nuil siiiiul omnes aniii Leoiiis XI. [De aquí adelanlc no es obra de Idacio.) llomanoniíu L Zenon cujus aiini non inveniíintur. Cronicón jtcfiucño de

¡(lucio.

,

Komanonirn

.

Ll Aiiastasius regnat annis XXIII.

lloinanoi'iini Lil vet^. .lustinus (2) anuis VII.

Uomanoruin Lili, Jnstinianus reg. ann. XXXIII. (Aquí añade el Conijd. Alipius Tagastensis Augustinus Hippo,

Calamensis pero esto no pertenece al imperio de Justiniano habiendo (lorecido estos santos en el siglo precedente.) Qui Juslinianus cuní patricio Belisario exercitum in Africam dirigens snper vándalos, et regem eorum Gelimirurn (5), quein celeriter oppressuin una cuní gente sua, vincluiu cum (4) catenis aureis Justiniano imperatori praísenlanduní direxit. Narsem eunuchum in Italiam contra regem Totilam dirigit cum quo Totila per XII annos manus Romanoruní diutissimé dimicavit sed Xarses Totilam superans, omnem Italiam romano imperio subjecit: qui postremo vitae suae tempore ipsam provinciam Italiam Alboino regi Longobardorum tradidit. nensis

,

et Possidius

:

,

:

:

Finitldatius

fíabinete del señor contie de la Saceila. Á esle modo entiendo lo qfie se dice amii,

de haberse visto en el convenio jurídico de Braga un portento de dos niños, y en León otro semejante de cuatro: en cuya suposición deberá leerse quatuor Legione, {\ esperar á que se descubra códice mas perfecto. (1) el

Kn

lufjar

de IV, debe decir X, como en

aiiéndice siguiente; ó mejor XI,

como

se dijo en la nota 14, níuu 15. VA C. Losericus, pero debe decir Justi(2) nuit,

como expresan

serie imp