Esculturas romanas de España y Portugal [1]

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ESCVLTVRASROMANAS DE

ESPAÑA Y POR TVGAL

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PRELUDIOS

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SOBRE

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EL CONTENIDO

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DEL LIBRO

La, quinienta& piesas escult6ricas romanas recogidas en las páginas

que siguen no forman, como es natural, un corpus, sino simplemente una sylloge, una colecci6n. Podrían haber sido mil, o mil quinienta& e incluso más, con s6lo haber ampliado el criterio que inform6 el plan primero del libro y que hemos creído necesario conservar hasta el final por no hacer de uta obra una publicaci6n desmesurada. La sola inclusi6n de las estátuas del Cerro de los Santos y del Llano de Nuestra Señera de la Consolaci6n, que, en rigor, son piesas de escultura hispanoromana; la adici6n de los relieves de Osuna y de otras piedras sueltas similares, nos habrían llevado a duplicar fácilmente su número. Si a ello añadiésemos que, por la misma ras6n, podrían haberse incluído muchos de los cientos de broncecitos figurados oriundos de los santuarios ibéricos de Despeñaperros y del S. E., o las figurillas de terracoua del santuario de Alcoy, tan romanas por su arte como por su fecha ( aunque tan indígenas, también, por su indumentaria), se tendrá una explicaci6n suficiente de por qué hemos tenido que ceñirnos, por fuerw, a presentar aquí una simple colecci6n que, en cierto modo, habría de tener inevitablemente un carácter antol6gico, aunque no haya sido nunca éste el m6vil real del libro. Las estelas relivarias del cuadrante NO. de la Península, de las que publicamos aquí una cincuentena, podían haber sido también muchas más. Lo mismo cabe decir de los retratos romanos, que, de unos doscientos que conozco, s6lo he recogido aquí sesenta y uno, dejando fuera aún muchos ejemplares que podrían considerarse tan «antal6gicos&como algunos de los incluídos. De los broncecitos romanos de toda clase, s6lo incluyo en este libro una parte fácilmente ampliable. La lista de ausencia u omisiones podía, pues, hacerse tan larga como la de las obras estudiadas aquí, e incluso sobrepasarla en mucho. Sin embargo, he de hacer constar que, en lo tocante a los sarc6fagos paganos con relieves, mi prop6sito ha sido recoger todos los conocidos, -IX

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incluso en fragmentos. No eran sino unas treinta piems y valía la pena ofrecerlas por vez primera en su totalidad. Queda, pues, intacta una tarea que algún día ha de emprenderse, la del Corpus de la escultura hispanorromana. Tarea para la cual puede ser un importante auxilio, creo yo, la presente Colecci6n. El hecho de no ser un corpus explica, a su vez, no s6lo el contenido, sino, también, la forma del libro. En cuanto al contenido, mi propósito ha sido ofrecer a los estudiosos un conjunto de la escultura romana de España en el que apareciese bien destacada, sobre todo, la escultura de estirpe puramente romana, clásica, metropolitana, dejando a un lado, en general, los ejemplares más modestos, de imitación provincial o de un arte mixto indígena y romano. S6lo en un caso he transgredido este plan para ofrecer un conjunto de piezas que, como el de las estelas figuradas u ornamentadas del NO. de la Península, nos muestran una particularidad escult6rica provincial desconocida en el extranjero y aun mal estudiada en España, pero cuya importancia e interés es tal que ello puede explicar que haya constituído uno de los capítulos más extenso de esta obra. Convenía tener, por vez primera, una idea orientadora de este gran sector casi ignorado del arte provincial hispanorromano. y no he vacilado en incluirlo aquí, siquiera fuese en precario y aun a trueque de romper un tanto con la norma general seguida en el libro. Esto va dicho por lo concerniente al contenido del libro. Respecto a la forma hemos dudado largo tiempo entre publicar simplemente la ficha de la pieza ( datos de origen, vicisitudes, dimensiones, descripci6n y bibliografía) o hacer de ella, además, un estudio completo en lo posible, intentando clasificarla, seriarla y fecharla. Me decidí pronto por lo segundo creyendo que as€ podría ayudar a algunos de mis colegas de provincia que, por falta de medios, no han podido clasificar convenientemente ciertas piezas romanas de sus museos, dándose a veces el caso de que haya algunas expuestas con cédulas a todas luces falsas o poco precisas.

• •• CÁLCULOS

Y VATICINIOS

Hagamos ahora unas breves consideraciones al margen de esta sylloge de esculturas de España y Portugal. Interesábame averiguar cuándo, cómo y según qué ritmo, han ido surgiendo del suelo estas quinientas piezas mejores de la escultura hispanorromana. Formulemos pues esta pregunta:

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PRELUDIOS

¿En qué circunstancias han sido logradas las casi quinientas obras escultóricas que aquí estudiamos? ¿Cómo han llegado a nosotros? A esta pregunta, que encierra tal vez dentro de sí toda la historia de nuestra arqueología, cabe contestar con una respuesta que, paradójicamente, produce a la vez satisfacción y pena. Esta respuesta es la que sigue: la inmensa mayoría de nuestro patrimonio .escultórico romano, casi la totalidad de él, ha llegado a nosotros, no por rebuscas intencionadas, por excavaciones metódicas, sino por sorpresa, por la contingencia de hallazgos ocurrentes, adventicios, es decir, aparecidos porque se nos presentaban ante los ojos inopinadamente, porque surgían del suelo casualmente y por afortunado azar. Esta verdad se puede comprobar facilmente recordando el origen o la historia de las piezas que componen nuestros mejores museos de escultura romana, tales como los de Sevilla, Mérida, Córdoba, Ta"agona ... La inmensa mayoría de tales piezas, repito -y, desde luego, las más insignes de entre ellas-, se encuentran allí, en los museos, por haber sido tropezadas casualmente en el campo al hacer una labor o, en la ciudad, al cavar los cimientos de un edificio. Como originarias de excavaciones metódicas, de investigaciones sujetas a plan y premeditación, sólo podríamos contar unas cuantas, muy pocas; tan pocas que--usando de un dicho muy gráfico-con los dedos de la mano tendríamos bastante y tal vez sobrasen dedos. La consideración de tal hecho esplica su paradoja. Causa pena porque se piensa en lo que sería hoy nuestro patrimonio artístico en escultura romana, lo que serían hoy nuestros museos, si se hubiesen hecho excavaciones metódicas, sistemáticas; si se hubiesen trazado planes meditados para excavar las muchas ciudades romanas de la península cuyas ruinas son promesas bien visibles. Pero produce a un tiempo alegría el considerar la extraordinaria riqueza arqueológica del suelo español, del suelo peninsular, en general, y las cosechas que de él se han de sacar cuando, con más medios que los actuales y, sobre todo, con más inteligencia y eficacia en los planes de excavación, se acometan ordenadas y metódicas rebuscas en esos campos de ruina que están pidiendo a gritos que se limpien de tie"ª· Entonces, las obras de arte y los documentos hist6ricos, surgirán a centenares enriqueciendo nuestro patrimonio y ampliando nuestros conocimientos científicos sobre el pasado de España y el del mundo romano en general; entonces los museos se llenarán de piezas ricas y pobres, pero siempre de gran valor histórico y documental .•• De esta enorme riqueza arqueológica aun virgen habla bien claro la estadística que he tenido la curiosidad de hacer al preguntarme la distribuci6n temporal en que han ido apareciendo los 500 objetos aquí presentados. Hecho el cálculo resulta que, prescindiendo de unas 40 piezas -

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que han llegado a nosotros sin dalos-ni aun siquiera apronmadossobre la fecha de su aparidón, el reseo, es decir unas 460, han ido surgiendo de este modo: unas 50 antes del siglo XIX (son viejas herencias legadas por la curiosidad e interés científico de nuestros precursores en la .Arqueología); unas 150 durante el siglo XIX y nada menos que 260 en la primera mitad del siglo XX. El ritmo de crecimiento es verdaderamente notable y se hace más patente si añadimos que contra las 25 piems que aquí figuran como halladas dentro de la primera mitad del siglo XIX, hay 260 surgidas en el mismo espacio ,k tiempo del siglo XX. El siguiente cuadro upresará más gráficamente lo que llevamos dicho: S'g) 1 0

XIX .... .. ..

Primera mitad del siglo xx.

l

Hallasgoe mterioree al riglo xo: .

nnos

so

Hallazgos de la primera mitad ..................................... . Hallugoe de la segunda mitad ......................... · ...... ·· ..

DDOI DDOI

125

25 200

I

Hallazgos entre 1900 y 1925 ........ . 1 Hallugos entre 1925 y 1950 ...............

DDOI 'QDOI

..

130

138 260

TOT.u...... .......................................

460

El relativo «estancamiento• en el proceso de hallazgos observable en el segundo cuareo del siglo XX (entre 1925 y 1950) se debe a varias causas; en primer lugar a los tres años de nuestra guerra civil y luego a los diez años inmediatamente posteriores a ella, en los cuales, vireualmente, no se ha llevado a cabo excavación oficial de alguna envergadura en áreas arqueol6gicas romanas. Son pues, a eseos efeceos, trece años casi estériles, en los cuales, sin embargo, han aparecido casualmente varias piezas de suma importancia, patemimndo de nuevo lo que se ha dicho ya en líneas anteriores, la notable desproporción entre las cosechas que el suelo peninsular ofrece y la mesquindad de medios y, sobre iodo, la falla de planes orgánicos para recogerlas.

••• P RECEDENCI.AS Como antecedentes a la labor que ofrece el presente libro hemos de citar cuatro estudios que nos han sido sumamente (ieiles. Hilos aquí, enunciados en orden cronológico: Góm~-Moreno y Pijoán, Materiales de Arqueología Española, Madrid, 1912; .Albmini, Sculptures An-

tiques du Conventus Tarraconensis, Anuari del'lnstitut -

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d'Estudis

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Catalana IV (1911-12), 323 ss.; Lantier, lnventaire des Monuments sculptés du Conventus Emeritensis, Paris, 1918; Poulsen, Sculptures AntiquesduMusées de province espagnols, Copenhague, 1933. Ninguno de ellos pasa de ser un estudio parcial, limitado; pues aunque tres de los cuatro citados .fuesen concebidosya como el comienzo de vastas obras, de miras amplísimas, generales, la verdad es que '8tas se quedaron detenidas en su primer intento. Ninguno, pues, llegó a abarcar todo el conjunto de la escultura romana en España y menos, natu• ralmente, en la Península, es decir, en la antigua Hispania, amplitud obligada a todo trabajo de esta índole. Los trabajos de Albertini y Lantier, ef«tivamente, se limitaron tan 11oloa dos Convenios ( el Tarraconensis y el Emeritensis) ; el de G6mez-Moreno y Pijoán se detuvo en el primer fascículo, tratando sólo de unas sesenta piezas (algunas no españolas), y el de Poulsen, el má, reciente de todos éllo11,afectó sólo a algunas esculturas de ciertos museos provincialu, en junio a no más de cincuenta. Como consecuencia natural de la tndole y propósitos de cada uno, la utilidad de tales trabajos, en relación con el presente, ha sido también distinta. Así, los trabajos de Albertini y de Lantier que, por su carácter de meros inventarios no abordaron los problemas propiamente arqueológicos de filiación y cronología, no nos han podido servir 11inocomo instrumentos de simple carácter informativo (procedencia de los monumentos inventariados, sus medidas, naturaleza, bibliografía precedente, etc.); su utilidad, a este respecto, ha sido muy limitada, como antes hemos dicho. Más densidad científica tienen los trabajos de G6mez-Moreno-Pijoán y Poulsen porque, a más de contener datos como los predichos, estaban orientados también, y principalmente, en un sentido crítico, comparativo, abordando por su medio los problemas de cronología y filiación. En este punto nos fui útil, sobre todo, el librito de Poulsen.

••• LOS COLABORADORES No debemos ni podemos cerrar esta introducción sin eriumerar las entidades culturalu y las personas particulares que, con su apoyo y generosidad, han colaborado muy eficazmente en todo lo que de bueno o aceptable pudiera tener ute libro. La amplitud del tema y el número de piezas estudiadas son demasiado extensos para ser obra factible con los solos medios de una persona aislada. Estoy verdaderamente -

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reconocida, en especial, al Consejo Superior de Investigaciones Cienttficas y a los directores de los Museos Arqueol6gicos, tanto de España como de Portugal. Ni uno ni otros han regateada sus auxilios. El Consejo con sus medios econ6micos y los Museos con la aportación de infinidad de datos y cantidad de fotograftas que, en repetidas ocasiones, iba pidiendo, a veces con reincidencias y apremios casi impertinentes. A más de estas instituciones, todos mis colegas, se han interesada tanto como yo mismo en esta labor y me han ayudada en ella con todas sus medios disponibles. Es motivo de especial satisfacción, por tanto, y de legítima justicia también, no s6lo el darles aqu€ a todas, en general, las gracias más fervientes por su colaboración, sino el citar sus nombres para que queden como ejemplos edificantes de acendrado compafterismo, de ayuda desinteresada, de generosidad sin limites, es decir, de un conjunto de virtudes que s6lo en diftciles pruebas como úta surgen en toda su relieve y ganan toda su valor. Pero hora es ya de que demos la lista -la larga listG- de estos colaboradores. Entre los Institutos culturales vaya, en primer término, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, que ha hecho posible esta obra; y luego el Instituto Diego Velázquez, del dicho Consejo, de cuyo fichero fotográfico he sacada gran parte de los grabadas que publicamos; la Universidad Central, cuyo Seminario de Arqueología ha suministrada, también, buena copia de fotograftas, y todas, o casi todas, los Museos Arqueol6gicos de la Pen€nsula; de fuera de ella hemos de mencionar, con suma gratitud, a la Hispanic Society y al Metropolitan Museum, de New York, y al Museum of Fine Arts, de Boston, que generosamente me han enviada datos y fotograftas de piezas españolas en ellos conservadas. Los amigos y colegas beneméritos son: el Prof. M. Almagro, Director del Museo Arqueol6gico de Barcelona, y el Sr. Alvarez-Ossorio, Académico de la Historia y ex Director del Museo Arqueol6gico de Madrid, que me han dada datos y fotograftas y me han facilitada la consulta de algunos libros; D. Ricardo del Arco y Garay, Director del Museo Arqueol6gico de Huesca, que me ha suministrado noticias; el Prof. Balb€n Lucas, Vicesecratario segunda del CSI C, que ha dada toda clase de facilidades para la confección del libro; el Prof. A. Beltrán, de la Universidad de Zaragoza; el Coronel Mario Cardazo, de Guimaraes; el Prof. Castej6n, de C6rdaba; el Prof. Castillo Yurrita, de la Universidad de Barcelona, y el Prof. Callantes de Terán, de la Universidad de Sevilla, que me han dada datos y fotograftas; la señorita J. Eguaras, Directora del Museo Arqueol6gico de Granada, y el Sr. M. Esteve Guerrero, Director del Museo de Jerez, que me han proporcionada informes escritos y fotográficos de piezas de sus museos. -

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PRELUDIOS

Debo de hacer muy especial mención de la Doctora Concepción Femándes-Chicarro, Secretaria del Museo Arqueológico de Sevilla, ya que su ayuda ha sido realmente excepcional; en varios casos ha habido que hacer verdaderas rebuscas para hallar datos de origen y, en casi todos, ha sido necesario sacar nuevas fotos,afías, pues la reciente y espléndida instalación del Museo exigía renovar todo o casi todo el material s,áfico obtenido antes en circunstancias y condiciones muy inferiores. Esta última labor, con el inteligente asesoramiento de la Srta. FernándesChicarro, ha sido llevada a cabo con un arte sin par, por el Prof. Mariani; el trabajo ha sido penoso y lar8o, pero sus resultados sumamente satisfactorios; ciertas piezas del Museo de Sevilla han sido fotos,afia• das por primera vez en esta ocasión. Hemos de dar las gracias también al Dr. Fernández de Avilés, del Museo Arqueol6gico Nacional y del Instituto Velázquez; al Sr. Formosinho, Director del Museo Regional de Lagos, y a la Srta. Fernández Noguera, Directora del de Palencia, por sus ayudas, envíos de fotos,afías y datos; lo mismo ha de decirse de los señores Giménez Reyna, Correspondiente de la Academia de la Historia, de Málaga, y su hermano el Dr. Giménez Reyna, de Antequera, as€ como del Prof. Hemández Pacheco, de la Universidad de Madrid. Muy especial as,adecimiento merecen el Prof. M. Heleno, de la Universidad de Lisboa y Director del Museo Etnológico Portugués de Belem, y el Rvdo. Padre E. Jalhay, Director del Museo de Carmo, de Lisboa; ambos se han excedido en suministrarme datos y fotos,affas de piezas tenidas bajo su custodia; memoremos isualmente al Sr. Lafitta, Director del Museo Arqueol6gico de Sevilla, que generosamente ha permitido y facilitado la labor de la Srta. Femández-Chicarro, y del Prof. Mariani, antes aludida; citemos, por las mismas razones, a los señores Martfnez Burgos, Director del Museo de Burgos; Monteverde, Delegado del Patrimonio Artfstico Nacional de Burgos, y Murillo, Director del Museo de Bellas Artes de Málaga; muy generosa ha sido la ayuda del Sr. A. Mesquita de Figueiredo, Conservador del Arquivo Nacional da Tórre do Tombo, de Lisboa, que me ha enviado datos y fotos,afías de piezas portuguesas importantes; asimismo, y por razones similares, he de citar los nombres de Muñoz Rojas, de Antequera; G. Nieto, de Valladolid; J. M. Navascués, Inspector General de los Museos Arqueol6gicos Provinciales; Oliva, Director del Museo de Gerona; Ramos Folqués, que lo es del de Elche; Rivera Manescau, Director del Museo de Valladolid, y E. Romero de Torres, del de Bellas Artes de C6rdoba; mención no menos ejemplar debe hacerse del Sr. F. Russell Cortez, Conservador del Museo Nacional de Soares dos Reís, de Oporto; de la Srta. Gisela M. A. Richter, Curator of the Department of Greek and Roman Art, del Metropolitan Museum. de New York. y del Dr. Fr. Poul-xv-

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sen, antiguo Director de la Ny Carlsberg Glyptothek, de Kopenhague. El Prof. C. Pemán, de Cádiz; el Prof. Sobejano, de Murcia, y el señor Sánchez-Jimmez, Director del Museo de Albacete, se han hecho también acreedores a mi gratitud por su solícita ayuda. Lugar destacado deben ocupar los señores Sáenz de Buruaga y Santos Jener, Directores, respectivamente, de los Museos Arqueol6gicos de Mérida y Córdoba, por sus auxilios de todo orden, siendo especialmente eficaz la colaboraci6n del Sr. Santos Jener, que ha atendido con verdadera celeridad a las muchas consultas y peticiones hechas por mí en estos cuatro años. Muy eficaz ha sido la ayuda recibida, por medio del Dr. Schlunk, de la Biblioteca de la Secci6n del Instituto Arqueol6gico Alemán en Madrid. No ha sido menos acogedora la alenci6n puesta por los señores B. Taracena, Director del Museo Arqueol6gico Nacional; Tavares Chú:6, Director del de Evora; Temboury, Co"espondiente de la Real Academiá de la Historia, de Málaga, y Vázquez de Parga, Conservador del Museo Arqueol6gico Nacional. Finalmente citemos, con máximos elogios, la generosidad y desinterés del Director del Museo Arqueol6gico de Tarragona, Sr. Ventura Solsona, quien no s6lo me ha dado cuantos datos le he pedido, sino que ha hecho fotografías especiales de algunas piezas y ha llegado hasta cederme las primicias de hallazgos tan importantes como el sarc6fago de Hipp6lytos, primicias que acepté con la seguridad de que este libro había de salir después de la publicaci6n del sarcófago en AEArq. por el propio V entura Solsona, como así ha sido. El orden alfabitico hace que termine esta lista de deudas y acreedores con el nombre de A bel Viana, Director del Museo Regional de Beja, pero los favores tan generosamente prestados hace que en mi gratitud ocupe uno de los primeros lugares.

••• DEDICATORIA A todos, sin embargo, y sin distinciones ni preferencias, dedico agradecido la labor que va encerrada en estos dos volúmenes. Rrdgoles la acojan con benevolencia, y que no vean en ella sino sus valores positivos, que no son otros que el amor con que ha sido laborada y la devoci6n con que les es ofrecida.

CONTENIDO DE LA OBRA

TOMO PRIMERO TEXTO P4p.

PRELUDIOS...............................................•...•.....•.• CONTENIDO DE LA OBRA. .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . • .. INDICEDE LAS ABREVIATURAS MÁS USADAS. . . . . . . . . . . . • . . . . . . .. I RETRATOS....................... . II DEIDADESMASCULINAS. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. III DEIDADESFEMENINAS ................................ . IV ESTATUASVARIAS (Torsos desnudos y semidesnudos masculin?s, togados, thoracatos, torsos femeninos vestidos) . . . . . . . . . •. . . .. V SARCÓFAGOS PAGANOS .......................... . VI MONUMENTOSFUNERARIOS. . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. VII ESTELAS DEL CENTROy NO ..................... . VIII RELIEVESDE ASUNTOVARIO................. . IX BRONCESVARIOS.•................... X RELIEVESARGtNTEOS... .. . . . . . . . . . . . . . . . . . .. ADDENDA .........................................

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INDICESANAÚTICOS... . . . . . . . .. . : . . . . .. . .. . I Indice de Museos... . . . . . . .. . . . . . . . . . . II Indice geográfico . . . .. . .. . . . . . . . .. . . . . III Indice onomástico . . . . . . . . . . . . . . . . . .

... ... ... ...

. . . . . . . .. . ..... . . . . .. . ..

TOMO SEGUNDO LÁMINAS1 a 352

IX XVII

XIX

1

79 131

175 205 285 321 387 439 461

475 477 479 487 491

INDICE DE LAS ABREVIATURASMAS USADAS

AA. = Archaologiecher Anzeiger. AEAA. = Archivo Espafl.ol de Arte y Arqueologfa. (Dividido en dos revistas desde 1940. Vide el siguiente). AEArq. = Archivo Espafl.ol de Arqueologfa. AJA. = AmericanJournal of Archaeology. ALBERnNI = EuGÉNE ALBERnNI, Sculptures antiques du Conventu11 Tarraconen• sis. Anuari del'lnstitut d'Eatudis Catalana IV, 1911-12, 323 111. y BoFA.BBULL,Tarr. Mon. JuA.N FRANCISCOALBIÑA.NA. Y ANDRÉSDE ALBIÑANA. BoFA.BBULL,Tarragona Monumenial, descripci6n hi&e6ricay arlbtiea de todas au, antigüedades y monumento,, I, Tarragona, 1849. Anuari = Anuari de l'lnstitut d'Estudis Catalana. ALTMANN,Grabaltilre = W A.LTERALTMANN,Die riJmischen Grabahare der Kai&eruil, Berlin 1905. ALVA.BEZ Ossomo, Una t1i&uaal Museo Ár• ALVA.BEZ•ÜSSOBIO, Visua = FBA.NCISCO queol6gicoNacional, 2.• edic. Madrid, 1925. Arch. Port = O Archeologo Portuguez.

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ÍNDICE DE ABUVUTUR.LS

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=

Notizie degli Scavi.

PEBICOT,HE (Gall.) = Lms PEBICOTGABcfA,Hisloria de Espolia (Editorial Gallach) vol. 1, Barcelona, l.• edic. 1934; 2.• edic. 1942. Pol'fZ, Yiase de Espaiia. 1-XVIII, Madrid, 1787Pol'fZ, Yiase de Espolia, = A.l'ITONIO 1794. PollLSEl'f, Probleme rilm, llco11.= FBBDEBIlit PollLSEN, Problema de, r1Smisclae11 Ikonos,aplr.ie, Copenhague, 1937. PollLSEN, Sculp. E,p. = FBBDEBIlit POllLSEl'f, Sculplures anriques de Musús de Prtwince espapl.s, Copenhague, 1933. PollLSEl'f, Portriitlludien. = FBEDEBIJt PollLSEl'f, Portriit5'udien in Nordilalienis• c1aenProvimmuseen, Copenhague, 1928. PmG Y CA.DuALCB, A.RC. = PmG Y C.u>.a.F.t.LCB, FALGUBli, GoDAY,Arqui,eciura roma11G a Calalunya, 2.• edic. Barcelona, 1934. RA. = Revue Archéologique. RABM. = Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos. R.t.o.t.y DELGADO,Ca'6loso, = J U.t.NDE Dios DE u RADAy DELGADO,Catalosodel Museo A.rqueol6&ico NacioMl, 1, Madrid, 1883. RE. = Realenzyklopadie der kla88ischen Altert1llll8wiseenschaft. RBIN.t.CB,Relief11.= S.t.LOIIÓNREINACB,Rlperloire de Relief• s,ecs 8' romaines, París, 1, 1909; 11, 1912; 111, 1912. RBUUCB,Rlperioire de la Slaluaire s,eque 8' romaine. Pa• REil'f.t.CB,S1a1.= S.t.L0116l'f ris, 1-VI (varias ediciones). RlvBao, Bronces. = C.t.sToM.laú. DEL RlvBao, Bronces anriSUo•del Museo Arqueo• l6&icoNacioMl, Toledo, 1927. RM. = RGmische Mitteilungen. . RoBBBT, Sarh.-Rel. = CABLRoBBaT, Die A.nriken Sarhophassreliefs, 11-111, Ber• lfn, 1890-1919. (Véase también Rumpf.) Le:ciho11de, griechilchen und Roscaaa, Le:c. My,h. = W. H. RosCBEB,A.usfUrhliclaes riSmisclaen My,hologie, Leipzig, desde 1884 (en prosecución). RUMPF, Sark-Rel. - Die A.nriken Sarkophas11relief1,V, BerUn, 1939 (Véase antes RoBEBT), TBOUVBl'fOT, Calal. = RATIIONDTBOUVBNOT,Caialosue des fisurines brollH du Musee A.rchlolo&ique de Madrid, París-Burdeos, 1927. -

XXI

-

el

objm de

A.

GARCL\.

Y

BELLIDO

Seud. Kun1eguch. rilm. Rep. = ÜLOI' VBHBBBG, chicheede, riJmisCMARepublilc, Lund-Leipsig, 1941.

VBHBEBG,

WBsT, Rilm. Pom. Plall.

= RoBBBT

Seudiensur Kun1egu•

WasT, RilmischePoreriUplamlc,München, 1, 1933;

11, 1941.

W1LPBBT,Sarc. crise. ane. = JoSEPB WILPEBT,I ,arcofagi crisriani amichi. Monumeneidell'aneichiedcrisrianapublicaei per cura del Pon.rificioIdieueo de Archeologia Crisriana. 1-111 (Supl.) Roma, 1929-1936.

ESCVLTVRAS ROMANAS DE

ESPAÑA

Y PORTVGAL

TEXTO

l. -- - R E T

R

A

T

o s

Los retratos romanos surgidos del suelo de la Península Ibérica constituyen una de las series más importantes dentro de las que aquí hemos formado del material escultórico conocido hasta el momento en el área de la antigua Hispania. Esta afirmación tal vez suene a exagerada para el que no conozca de la iconografías romana en España y Portugal más que los pocos especímenes publicados en los libros al uso. Efectivamente, quien se atenga solo a ellos sacará del tema que ahora nos ocupa una idea bastante menguada acerca de la amplitud e importancia de las efigies retratistas romanas halladas en Portugal y España, pero muy principalmente en la última que es, con mucho, la más rica en número y calidad. De tal falta de información ha de cargarse la correspondiente culpa a la poca amplitud de los libros dedicados a la escultura o el arte romanos en la antigua Hispania, libros que, por su carácter elemental, no podían conceder tampoco un digno espacio a la presentación de este concreto tema dentro del cuadro general. Pero, no nos engañemos; tal parquedad de información escrita y gráfica sobre los retratos romanos en España ha de atribuirse en no pequeña parte también el hecho evidente de que la iconografía hispano-romana no había merecido todavía de los arqueólogos españoles un estudio de conjunto, con ser tan atrayente, y mucho menos una serie previa de monografías sobre piezas sueltas o series homogéneas de ellas. Porque la verdad es que, hasta hace un lustro, o poco más, el tema del retrato romano había brillado por su ausencia dentro de las preocupaciones de los arqueólogos españoles, no obstante ser uno de los más interesantes entre los estudios de arte romano en general y ello en su triple aspecto: arqueológico, artístico e iconográfico, pero muy principalmente en los dos últimos citados. Esto pudiera explicar también (si no hubiese otras razones, además) que en las labores y estudios hechos fuera de España sobre te-

I

-

A.

GARCÍA

Y

BELLIDO

mas de iconografia romana sean raras las veces en las que se hayan sacado a colación las piezas españolas oportunas. Faltaban repertorios que pusiesen al día y diesen a conocer no sólo las antiguas series museísticas españolas -¡tan importantes como las del Prado, Casa de Pilatos, Mérida, Sevilla, Tarragona, etc.!- sino también las nuevas piezas que constantemente, año tras año, iban saliendo del suelo para enriquecer nuestros museos. Afortunadamente, esta deficiencia hoy día ya está c~nvenientemente corregida con la publicación de las Memorias de los Museos Arqueológicos Provinciales y las Adquisiciones del Museo Arqueológico Nacional pero, basta hace relativamente poco, la existencia de tal laguna era por todos lamentada, sin que alcanzasen a suplirla los repertorios alemanes de ArndtAmelung y Brunn-Bruckmann-Arndt por lo caros, lo incompletos (a causa de ser obras siempre inconclusas por su naturaleza) y lo inasequibles para algunos investigadores. El primero que estudió sistemáticamente el material iconográfico español entonces conocido fué Bernoulli (1), que, como es sabido, representa la >,todo acusa una obra datable hacia el principado de Marcus Aurelius y Lucius Verus, es decir, que probablemente formaba pareja con el retrato de la dama con que apareció; sin duda representaban personajes coetáneos y tal vez emparentados. El busto con el cuello, que lleva actualmente la cabeza en su instalación, son modernos y de cemento, al parecer. 52.-RETRATO

FEMENINO

LÁM.

Mirmol blanco con manchas amarillentas y negruzcas. - A. 34,5 cm. - Hallado en Ampurias, en el oecus de una villa de la ciudad romana, en la llamada •casa n. b, el 5 de VIII de 1947. - Barcelona, Museo Arqueológico. GA.BcfA y BELLIDO,RABM. LIII (1947) 538 figs. 1 a 3-ALMAGRO, MMAP. VIII (1947) 120lám. XXXIV -ALMAGRO, Ampurias IX-X (1947-1948) 43 se. -A. GARcfA Y BELLIDO,AJA. LIII (1949) 153 lám. XXII A.

Cabeza-retrato femenina, de superficie muy granulosa, bien conservada en general, mas con el corriente cercén de la nariz y de la mutilación del peinado en su zona frontal; nótanse también daños en la barbilla, oreja izquierda y parte inferior del nudo del moño. Representa una mujer de cierta edad, de mejillas enjutas, pómulos destacados, barbilla saliente y boca fruncida y retraída, rasgos que más

-66-

47.

I.-BETBATOS

parecen eco de una imagen mortuoria en cera, una mascarilla que recuerda la técnica propia de las imagines maiorum republicanas. Su nuez destaca clara en el perfil del cuello y su mandíbula inferior parece como descarnada, lo que afirma más en la creencia de una impronta sobre cadáver, cuyo rigor mortis parece reproducir. Por la época que denuncia su peinado, ello nada tendría de extraodinario. En efecto, se toca al modo corriente en tiempos de Caesar y Augustus, con el pelo en ondas revueltas sobre las sienes, con moño bajo y anudado y con el característico paño de pelo que, partiendo de la frente, cubre la cabeza de arriba a abajo, ensanchándose y levantándose en la parte frontal, donde forma el nodus, es decir, una especie de almohadilla (perdida ahora por rotura) al modo conocido por ocetada. La figura es buena de arte, con paños de pliegues amplios y hermosas caídas. El torso también es bueno. Desgraciadamente faltan, a más de la cabeza, el antebrazo izquierdo, el brazo derecho, desde más arriba del codo, y los dos pies. Apoyaban éstos de planta sobre el suelo, cargando el peso del cuerpo sobre la cadera y la pierna derecha de modo que la otra, exonerada, podía avanzar algo hacia adelante en una posición muy propia del momento en que el arcaísmo va a olvidar sus últimos resabios para entrar de lleno en la plenitud clásica. De ser Aesculapius sería el ( 1) Mei,terwerke, 367.

UCTJT.Tl"ll.\.-Ia

1 77

-

144.

A.

GARCÍA

Y

BELLIDO

mejor testimonio de la asociación de esta concepción griega y romana al culto Inithraico. 192.-DEIDAD

MASCULINA

LÁM. 144.

Mármol blanco. - A. 1,45 m. - Hallada en las Repreaas, a S kms. de Puente de Rey, cerca de Beja (Alemtejo), lugar donde aán se ven reatos de una villa romana. Beja. Muaeo Arqueológico.

Estatua de deidad (?) masculina, con el torso desnudo, cubierto el resto del cuerpo con un manto que llega hasta los pies. Denuncia un estilo muy similar al de muchas estatuas del Museo de Mérida, singularmente con la anterior. Tipo oriundo de modelos del siglo v. 193.-ESTATUA

MASCULINA

LÁM. 14S.

Mármol blanco, de superficie algo corroída por su larga permanencia en el mar. Altura 1,90 m. - Hallada en agosto de 190S bajo las aguas cercanas a la Isla de Sancti Petri, próxima a Cádiz, entre el bajo llamado Munerano y el castillo de la isla. Se halló a 3S pies de profundidad por el buzo señor Escacena, en la especie de rotonda que forman las piedras entre los dos puntos dichos. Segán la relación del buzo éste creyó ver graderias y escalones en perfecto estado de conservación y, como a unos 20 metros, reparó en un bulto que al pronto le pareció el cuerpo de un abogado sujeto al fondo por las piedras. Pero al aproximarse pudo apreciar que era una estatua de mármol, la cual con ayuda de otros compalieros, fué amarrada y sacada con cuidado, trasladándola a la Capitanfa del Puerto de Cádiz (Miguelo, en el «Diario de Cádiv). Días más tarde se extrajo una estatuita de Attis, en bronce, de unos 0,S0 m. de altura. Aquella fué al Museo Arqueológico de Cádiz; esta 6.ltima, al de Madrid, ambas después de unos años de figurar en venta pública (cfr. el nlim.. 126). - Cádiz. Museo Arqueológico. Ml:GUBLO, d>iario de Cádizt del 2S de agosto de 190S. CMCddu, 98-9 figs. S4 y SS.

Rom:ao

DE

TollRBs, E.

Probablemente es la estatua heroizada de un emperador, a juzgar por los restos de las ínfulas que aún se ven adheridas a sus hombros. Debió ser un magnífico ejemplar al que, desgraciadamente, le faltan hoy no sólo la cabeza, sin la cual apareció, sino los dos brazos y el pie izquierdo, que se ha perdido después. En nuestra reproducción damos una imagen coetánea del hallazgo con el dicho pie. Viste una chlamys (propiamente, una trabea), que asoma sobre el hombro izquierdo y cae por la espalda hasta las corvas. Debía de tener el brazo del mismo lado en alto, apoyándose, probablemente, en una lanza, el derecho debía de caer a lo largo del cuerpo, un tanto avanzado. Simula andar

-

178 -

IV.-ESTATUAS

VARIAS

con paso lento, apoyándose en la pierna derecha y retrayendo, como iniciando un paso, la opuesta. Un grueso tronco de árbol sirve de sus• tento a la figura junto a la pierna derecha. Sin duda, es trasunto de una estatua broncínea adaptada a la concepción heroizada de un em• perador. Su modelo parece haber sido una creación lysfppea -Alejandro- o de su escuela. Probablemente es obra de la primera mitad del siglo 11, porque el desnudo heróico en retratos imperiales no comienza hasta Traianus.

194.-TORSO VARONIL CON CHLAMYS

LÁII. 146.

Mármol blanco. - A. 1,47 m. - Procede de Ilalica (Santiponce), donde ae hall6 antes de 1880. - Sevilla. Muaeo Arqueológico. lngrea6 en 1880. Invent. nlim. 779. Registro de entrada, 118.

Torso masculino colosal, probablemente representación heroizada de un emperador, tal vez un Antonino. Es trasunto de creaciones polyklefticas y obra excelente. Presenta una fibula circular sobre el hombro izquierdo.

195.-TORSO

VARONIL CON CHLAMYS

LÁM, 146.

Mármol con reatos de adherencias terrosas. - Procede de Espaii.a, tal vez de Andaluofa. - New York.. Museo de la Hiepanic Society of America, núm. D. 202. PuoÁl'f, Anlique Marblu in the Coll«rion of The Hi,panic Socitay of America, New York, 1917, 15-18 y figura correspondiente. - Hadbook del Museo y Biblioteca de la Hiepanic Society, New York, 1938, 60, con figura correspondiente (G. PBOSll:.E),

Fragmento de una buena estatua que representaba a Hermés, según un tipo creado en el siglo v y muy corriente en la estatuaria ro• mana. Es buen trabajo. Pudo haber sido retrato, pues este esquema de desnudo heroizado se usó también para efigies de emperadores.

196.-TORSO VARONIL DESNUDO

LÁM. 147.

Mármol blanco. - A. 0,95 m. - Procede de Italica (Santiponce, cerca de Sevilla). Sevilla. Museo Arqueológico. Invent. Gral. 804.; Reg. Entr. 101. REINACB, S1a1.11 600, 8 = V 343, 5. - G6MEz-MoBENO Y PuoÁN, Materialu, nlim. 9. - BIEBEB, JAI. 42 (1927) (según AMELUl'fG)pág. 156 núm. 6 fig. 4.

Hermoso torso, fragmento probable de un Diadoúmenos, tal vez -

1 79

-

A.

GARCÍA

Y

BELLIDO

versi6n algo libre del de Polykleitos, o como quieren Bieber-Amelung (loe. cit.) de Myron.

197.-TORSO VARONIL CON CHLAMYS

LÁM. 147.

Mirmol blanco. - A. 1,15 m. - Hallado al hacer una excavaciones en el Depósito de Sementales, contiguo al Monasterio de la Cartuja, en Jerez de la Frontera (Cidiz). Jerez. Museo Municipal. GóKEZ-MouNo Y PuoÁN, Matmalu, nám. 10. CMCddis, 199 fig. 68.

RoHEBO

DE

ToRBBS, E.

Torso de tamaño algo mayor que el natural; tal vez representase a un Hermes, a juzgar por los pliegues de la chlamys visibles en su costado izquierdo y que debía enrollarse en su brazo correspondiente. Pero las formas son demasiado recias y atléticas para un Hermes. Se ha supuesto también un N eptunus. Sea cual fuere su fi.guraci6n lo cierto es que denuncia ser trasunto de una obra polykleftica o, por lo menos, de su tiempo y escuela.

198.-TORSO VARONIL CON CHLAMYS

L.(11. 147.

Mirmol blanco. - A. 1,03. - Procede de Ilalica, donde debió aparecer a finea del siglo XIX. - Sevilla. Museo Arqueológico. Ingresó en diciembre de 1894. Inventario general, 777; Reg. Entr. 2.344.

Torso de tamaño ligeramente superior al natural, probablemente de algún emperador idealizado. Está muy dañado, pero denuncia haber sido un trabajo de buena calidad.

199.-TORSO VARONIL CON CHLAMYS

L111. 147.

Mirmol blanco. - A. 0,98 m. - Hallado en I,alú:a en 1788, en el lugar llamado de Los Palacios, con tres toros m.ú, el de Traianm (fig. 20); el de Diana (fig. 15') y el otro, varonil y colosal (fig. 202), que hemos atribuído a un HadrianUB. - Sevilla. Museo Arqueológico. lnvent. Gral. 802; Reg. Entr. 99. PoNZ. XVII 22 (con las cuatro figuras). - MMAP. VI (1945) lim. XLIX l.

Pudiera haber sido un Hermés. La chlamys va sujeta al hombro izquierdo por una ffbula grande y redonda decorada con seis pétalos. Es obra muy bien trabajada, probablemente coetánea de las otras -

180

-

IV-ESTATUAS

VARIAS

tres piezas, con 1as que surgió del suelo, es decir, de la primera mitad del siglo 11. -

200.-TORSO VARONIL CON CHLAMYS

LÁ.111. 148.

Mármol blanco. - A. 1,08 m. - Procede de Italka (Santiponce, cerca de Sevilla)Sevilla. M118e0Arqueológico. lnvent. núm 115. Reg. Entr. 803. lngrea6 en el M111eo en 1880.

Bello torso varonil, traslado romano de una creación del siglo 1v. Lleva chlamys al hombro, donde se sujeta con una fíbula redonda, lisa, con un botón circular en el centro. Presenta una hoquedad para insertar en ella la cabeza, hoy perdida. Probablemente era imagen de un Hermes, aunque no está excluida la posibilidad de que fuese retrato, si bien las formas un tanto blandas, a lo Praxiteles, no son las más apropiadas para esta clase de efigies heroizadas, en las que se pref erfan, con mejor acuerdo, los tipos del siglo v, singularmente los polyklefticos. Tiene dos espigones: uno, en el muslo izquierdo, y otro, en la cadera derecha, sin duda para engarzar los brazos.

201.-TORSO VARONIL DESNUDO

U111. 148.

Mármol blanco, de pátina dorada. - A. 0,62 m. - Sin procedencia declarada pero indudablemente local. - Tarragona. Museo Arqueológico, nám. 402. A. DEL

ABco, Catálogo,núm. 402. -

ALBERTINI,

núm. 53 fig. 68.

Parece haber representado un Apollon al modo arcaico de hacia el 500. Por detrás caen las guedejas, onduladas simétricamente, de una melena que llega hasta los homóplatoa. Por delante unos rizos sueltos pendfan sobre los hombros. También imita la rigidez arcaica en la es• tructura del cuerpo. Hoy es pieza de poco valor, pero debió de tener la gracia de las cosas arcaizantes. Probablemente es obra del siglo 11.

202.-TORSO VARONIL DESNUDO Y COLOSAL

LÁ.111. 149.

Mármol blanco. - A. 2,00 m. - Hallado en Italka en 1788, en el lugar llamado Los Palacios, junto a otras tres figuras más: una, la de Traianus heroizado (fig. 20); otra, el torso de Diana (fig. 154); y la tercera, un torso masculino (fig. 199). Todas se en cuentran en el M118e0y fueron reproducidas juntas por Ponz. - Sevilla. Museo Arqueológico. h.vent. Gral. 1.062; Reg. Entr. 94. -

181

-

A.

GARCÍA

Y

BELLIDO

Pol'fz, XVII 222 (con la reproducci6n de las cuatro figuras). - GóMEZ•MOllEl'l'O Y P1JOÁl'f,Matmalu, núm. 44. - MMAP. VI (1945) lám. LI 2. - Ar, Hi,paniae, 11 fig. 87 (TABA.CENA.).

Es una pieza realmente grandiosa e impresionante; a mi juicio el mejor torso hallado hasta el día en España. Sin duda representó a a algún Emperador, tal vez a Hadrianus. El hecho evidente de que en el mismo yacimiento surgiese a la vez la figura heroizada de Traianus (núm. 20) en actitud y presencia similar al del torso que nos ocupa, casi da categoría de certeza a esta sospecha.

203.-TORSO VARONIL DESNUDO

U.M. 149.

Mármol blanco. - A. 1,15 m. - Hallada en Tarragona en 1889, en la calle de Ronda. -Tarragona. Museo Arqueol6gico, núm. 379. Museum, I (1911) 137. -ÁLBERTINI, núm. 52fig.67.-ArsHispaniae,Ilfig.56 (TABA.CENA.).

Torso de una estatua de tamaño poco mayor que el natural, tal vez representando a un emperador. No creo se trate de un torso de Hércules, como se ha supuesto. Es buen trabajo, de abolengo polykleítico, pero menos delicado que el de sus congéneres sevillanos.

204.-TORSO VARONIL

LÁ.M.

Mármol blanco, muy patinado, presentando algunas manchas y rasguños como de haber sido maltratado. - A. 0,77 m. - Procedencia ignorada, pero, sin duda, local. Cádiz. Museo Arqueol6gico. En el primer catilogo manuscrito del Museo, que es de 1889, o poco posterior, no figura aún. Pero sf en el de 1902; por tanto, debi6 ingresar entre estas dos fechas. REINA.CH, Stat. V 348, l. -

TBOUVEl'l'OT, Berica,fig. 99.

Torso masculino cubierto de cintura para abajo con un manto que cuelga de una correa o tahalí, que le cruza el pecho y la espalda por el hombro izquierdo. A la altura de la cadera, sobre el paño, muestra huellas de haber tenido un tizón sensiblemente horizontal. No identifico la figura que quisiera representar. El arte es bueno, dentro de lo corriente, y su gusto, praxiteliano en la posición del tronco, hace pen• sartal vez en un trasunto cualquiera de un modelo del siglo IV. También las formas blandas de su anatomía parecen señalar el mismo origen. -

182 -

150.

IV.-ESTATUAS

205.-TORSO

DE UN PERSONAJE

VARIAS

CON CHLAMYS

Mármol blanco, muy fino, con vetas sutiles y reticulares oscuras. - A. 0,86 m. me• tros; long. 1,10 m. - No hay datos sobre su procedencia, pero el hecho de carecer de restauraciones pudiera ser un indicio de su procedencia local y no demasiado antigua. Sevilla. Casa de Pilato, en el jardín. GóMEz-MoRENOY PuoíN,

Materiales, núm. 7.

Es pieza muy interesante, pero también sumamente problemática. En primer lugar ha de vérsela en una posición lógica, que para mí es la acostada, tal como la reproducimos y actualmente se encuentra en el jardín de la Casa de Pilatos, arrimada a una pared. GómezMoreno y Pijoán la reprodujeron como figura en pie, «recostada» y «con todos los músculos en reposo». Y o veo, por el contrario, que tanto la prensa abdominal como el brazo izquierdo, están con sus músculos tensos, como habría de deducirse tan sólo de la posición algo contorsionada del tronco y las piernas. Por otra parte la caída de pliegues en la parte posterior de la chlamys apoyan también nuestra suposición, así como el hecho de que el tronco se asienta precisamente sobre el manto que cubre el suelo. La posición del brazo derecho es la propia de una figura que sostiene su cuerpo medio erguido, apoyándose en el suelo al modo, poco más o menos, del conocido galo moribundo. A las mismas deducciones llevan los pliegues que cubren el brazo izquierdo. ¿Qué representa? ¿Se trata de un luchador herido? ¿Es una figura mitológica o legendaria? Si de estas cuestiones, por hoy sin respuesta, vamos a la otra de su oficio o destino, las dudas no hacen sino crecer. Parece descartado que la figura haya sido una pieza aislada o única. Por el contrario, todo hace sospechar que compuso un grupo del cual no era sino una parte. ¿Fué un grupo aislado, en redondo, como el de las Nióbides, como los grupos hechos por Lysippos, pongamos a título de ejemplos? ¿Ocupó tal vez el extremo derecho del tímpano de un frontón? Nada es posible afirmar, pero cabe desechar como poco probable en época romana la de un gran frontón con tímpano esculpido. A no ser que se quisiera sostener que la estatua en cuestión es un original griego importado tal vez en época romana por cualquier alto empleado con destino en la Baetica. El trabajo es excelente y no me parece cerrada esta posibilidad. 206.-TORSO

COLOSAL SEDENTE

DE EMPERADOR

Mármol blanco. - A. 1,11 m. - Procede de Mérida. - Sevilla. Museo Arqueol6• gico, Ingresó en mayo de 1887. lnvent. Gral. 651; Reg. Entr. 459.

-

183 -

LÁM.

151.

A,

GARCÍA

Y

BELLIDO

Magnífico toreo que correspondió, sin duda, a una estatua icónica imperial de tamaño colosal, sedente. Sólo conservada desde el arran• que de las piernas y a falta de la cabeza, que era pieza postiza, a juzgar por el gran hueco para ella preparado, y ambos brazos, el izquierdo, en alto. Lleva sobre el hombro, al mismo lado, el paludamentum o, mejor, el himation (la estatua estaba concebida a semejanza de las de Zeús-Jupiter), que cae por la espalda para recogerse luego sobre los muslos (parte perdida). Sobre los hombros restos de las ínfulas impe• riales. La pieza que componía las dos extremidades inferiores era tam• bién postiza, es decir, pieza labrada aparte, según se echa de ver en el corte regular de la superficie de acoplamiento de ambas mitades. Debía de sentarse sobre trono, al modo divino. El toreo es de excelente labra y magnífico, grandiosamente modelado. Los pliegues del himation, de buen arte. Probablemente es obra de la primera mitad del siglo 1, con lo que se deducirla que hubo de pertenecer a un empe• rador de la estirpe Julio-Claudia. Por detrás está ligeramente labrada, en superficie casi lisa, sin duda porque debió de ocupar el fondo de un testero. o un nicho. Tal vez fuese imagen de culto imperial. 207.-TOGADO

LÁM,

Minnol blanco. - A. 1,90 m. - Hallado en Mérida, en el nlllllero 13 de la calle del Portillo, hoy Sagasta, en 1894, con la de nuestro n-6.mero 215 y el «Agripu del 210. - Mérida. Museo Arqueol6gico, núm. 94.

Fru, BRAH. XXIII H tlBl'fEB, Ephem. Epigr. 44. - REil'fACB,S1a1.11 Hiap. XVI (1914) 290. núm. 23 fig. 22.

(1893) 361. - Ftu, BRAH. XXV (1894) 98 y 125. VIII 364 nlllll. 21. - Mol'fSALUD,BRAH. XXXI (1897) 623, 9. - MAcfAs, 181 núm. 94 fig. 53. - PARÍS, Bull. MiLIDA, CMBadajo:, I nlllll. 1.038 6g. 133. - LAl'fTIER,

Es una de las piezas de su género más hermosas entre las halladas en la península. Lleva sobre el muslo derecho una inscripción que dice: EXOFICINAGATAVLI cuya lectura más probable es Ex of(f)icina G(ai) At(ei) Auli. Se tratarla, pues, de una obra hecha en el taller de un tal Gaius Ateius Aulius, taller, probablemente, de la localidad, o tal vez de la región baetica (zona de ltalica) de arte romano mucho más fino que el emeritense o que el lusitano en general. Por la factura técnica de la obra y por el modo cómo el personaje viste la toga ha de fecharse en la época flavia. Junto a esta estatua se halló otra (fig. 215), también acéfala, e idéntica a ella salvo en la inversión de postura. Sobre el muslo izquierdo lleva la inscripción: EXOFICINAGA VLIFI cuya lectura ha de ser Ex Of(f)icina G(ai) Auli Fi(di). No es, pues, el mismo que firma

152,

IV.-ESTATUAS

VARIAS

la anterior, no obstante hay que reconocer que el arte y la época son idénticos en ambas. Hübner hizo notar que los griegos usaban a veces dos prenombres romanos. Nada tendría de particular que se tratase de escultores griegos, pues el arte de su labra es realmente exquisito en ambas, así como en el supuesto Agrippa, de que luego hablaremos (lám. 156), hallado también en el mismo lugar. La segunda de las firmadas se halló en 1881 y la adquirió un vecino de Almendralejo, de donde hubo de pasar a la colección del marqués de Monsalud. En ella estuvo (con la superposición de la cabeza de Agrippina de nuestra lámina 31) hasta su adquisición por el Estado en 29 de octubre de 1930. Hoy día figura en el Museo Arqueológico de Madrid (1) con el número 34431. 208.-TOGADO

CON CABEZA DE NOVILLO A SUS PIES

LÁM. 153.

Mármol blanco. - A. 1,93 m. (plinto 0,09). - Hallada en Alcalá del Rfo (anti• gua [lipa), pocos kilómetros al N. de Sevilla. - Sevilla. MU8eoArqueol6gico. lnven• tario general 748; Reg. Entr. 4.276. Entregada por la Comisión de Monumentos el 13 de julio de 1922.

Trátase de una estatua a la que faltan la cabeza (que fué postiza), el antebrazo derecho y la mano izquierda, que también fueron piezas labradas aparte. Viste túnica de mangas y encima, la toga, que lleva festón en el borde. El embozo cruza el pecho del hombro izquierdo a la cintura opuesta. A sus pies, una cabeza de becerro con el morro hacia arriba. Por detrás, ligeramente labrada. El plegado de los paños es muy singular y muy bello, de pliegues numerosos, suaves y casi paralelos, denotando un lienzo fino. El paralelo mas cercano que conozco es la estatua de togado del Museo de Palma de Mallorca, estatua oriunda de La Al~dia (antigua Pollentia) aun inédita. Probablemente se trata de algún sacerdote de la religión oficial romana. Parece obra, juzgando más que por la labra y el arte, por el modo de vestir la toga, de la segunda mitad del siglo I antes de J. C. 209.-TOGADO

LÁM. 154.

Mármol blanco, de pátina gris amarillenta. - A. O,79 m. - Hallada en Mérida. -

Mmda. MuseoArqueológico. (1) Véase NAV.\SCUÉS, Adquúicionu del M. A. N. en 1930, con la bibliografía ante• rior. Posteriormente en Mil joyu del Arte Español, J (Barcelona 1947) n. 80 (M.• E.

GóMEZ-MORENO),

Conaúlteae también la dada

aquí para la estatuta del Mnaeo de Mérida, su compañera.

A,

GARCÍA

Y

BELLIDO

Estatua de togado, de buenos paños y pliegues; probablemente obra del siglo 11. No conozco piezas semejantes. Tal vez quiera efigiar a un sacerdote de alguna de las religiones orientales.

210.-TOGADO ()

U.M. 155.

Mármol blanco con ráfagas amarillentae. - A. 2 m. con el pedeeta1. - Hallada en Mérida en loe fundamentos de la caea número 13 de la calle Sagaeta (antee del Portillo), en el mismo lugar de donde surgieron, en 1894, estatuas de que hemos tratado en el número 207. - Mérida. Museo Arqueológico, núm. 93. Fué adquirida para el Museo por la Comiei6n de Monumentos hacia el afio 1912. Fru, BRAH. XXV (1884) 125. - MoNSALUD,BRAH. XXXI (1897) 44. - MA172 núm. 93, fig. 48. - GóMEz-MOBENOY PIJOÁN, Materialea, núm. 42. - PA• RÍS, Bull. Hisp. XVI (1914) 290. - LA.NTIER,núm. 22 fig. 21 (la bibliografia, equivocada). - MiLIDA, CMBadajo:i, I núm. 1.037 fig. 132. - MÉLIDA, HE. (Espaea-Calpe), 11 fig. 517. - Mil joyas del Á.rkl Espaftol, I (Barcelona 1947) n. 81 (M.• E. GóMEZ-MOBENO). cw,

Es una de las más hermosas esculturas halladas en España. Desgraciadamente surgió del suelo sin cabeza y sin manos. El resto, relativamente, en buen estado. Es de tamaño colosal y representa a un civil vestido con túnica corta y manto, o mejor, toga propiamente dicha, pero llevada de un modo que no es el corriente. Aquí, uno de sus bordes, cae recto por delante del cuerpo, pendiendo del hombro izquierdo. En su extremo se ve un agujerillo, sin duda para el aplique metálico que había de rematar la punta del paño. La gran vuelta, en grandes pliegues curvos, cuelga por delante-hasta cubrir casi por entero la túnica--de los dos antebrazos, que formaban una pieza con el

total de la escultura. Por detrás sólo está esbozada y es plana en su cafda. Calza borceguíes altos, como endromfdes, sujetos por correas que forman lazos ornamentales en el empeine y en el tobillo. Por detrás, en el lado izquierdo, junto al pie, un grueso tronco sirve de sustento al bloque de mármol. En el pedestal, en la cara de la izquierda, y en letras cursivas, probablemente muy tardías, una inscripción que dice Agrippa (véase figura adjunta), razón por la que se ha crefdo represen-

- 186 -

IV,-ESTATUAS

VARIAS

tó a dicho personaje. Pero aunque esto es posible, y aunque la esta• tua, evidentemente, es del tiempo de los primeros Emperadores (1) la razón del epígrafe no es bastante para darle este nombre. Sea cual fuere, es una de las más hermosas piezas escultóricas conocidas en la península por su grandiosa concepción de paños y pliegues, por la majestad de su presencia y por la finura, realmente asombrosa, con que están terminados los plegados. No conozco más paralelos a este modo de vestimenta, aparte la otra estatua emeritense que presentaremos a continuación, que la del Palazzo Sacripanti, de Roma (2).

211.-TOGADO

LÁM, 156.

Mármol blanco, de pátina cenicienta. rida. Museo Arqueológico, núm. 95. LANTIEB,

A. 1,50 m. - Hallada en Mérida. - Mé-

núm. 25 fig. 23. - MÉLIDA,CM Badajo:, I núm. 1.040.

Torso varonil vestido del mismo modo que el >,de todo el relieve. El trépano se ha empleado, con suma discreción, solamente en el rizado de algunos cabellos, en las crines de los brutos, en lacrimales y en comisuras labiales. Probablemente, su fecha ha de situarse hacia fines del siglo u y tal vez al comienzo de los Severos. 254.-SARCÓFAGO

DE LAS MUSAS Y APOLLON

LÁM.

Mármol blanco, al parecer itilico. - Loaa de 2,09 m. de long. 0,64 de Al. y 0,10 de gr. - Fué hallada casualmente en mayo de 1935 al levantar las laudas sepulcrales de los Rocaberti en el ábside de la Capilla del Corpus Christi de la Catedral de Tarragona. Entre dichas laudes habla una losa de mármol en la que, al dirsele la vuelta, apareció el frente de un sarcófago con la representación de Apóllon entre las nueve Musas. Salvando dete• rioros de menor monta en las figuras, su única falta es la del ángulo inferior izquierdo que fué cortado regularmente para acoplarle una pieza y completar el rectángulo. Tarragona, Mwieo Diocesano. BATLLEHuGUET,«La Cruzt, periódico local, 12 de mayo de 1935. - BALLEHuGUET, BRSAT. 1943 fase. 4. 73 se. con dos láminas. - FERNÁNDEZDE AVILÉS,AEArq. 57 (1944) 346 fig. 13. - A.rs Hispaniae II fig. 116 (TARA.CENA). (1) Debemos hacer notar sólo que el bulto casi informe que aparece bajo el jinete del caballo de la izquierda, es el tronco de un guerrero que trata de cubrirse con el es-

cudo; asimismo, la masa confusa que se ve bajo las piernas del guerrero que sigue, es la cabeza de un caballo que yace por tierra.

188.

• V.-SA.RCÓFAGOSPAGANOS

Apóllon, desnudo, en pie, ase con la mano izquierda un árbol, el laurel, a él consagrado; la derecha la apoya sobre una columnita. Se toca con trenzas que caen sobre sus hombros y corona su cabeza con el moño (krobylos} propio de las divinidades de la Luz. Su postura, con acentuado movimiento del eje central, sigue prototipos clásicos del siglo IV y helenísticos. A ambos lados las nueve Musas, cuatro a la derecha del númen délphico y cinco a su izquierda (1). El grupo de la derecha está formado (comenzando por el borde de la losa) por Kleió, Eutérpe, Tháleia (tiene roto el pedum o cayado y falta a la máscara el rostro de la •comedia.) y Melpoméne (falta también el rostro trágico de la máscara) (2). Es curioso, y ello habla de la erudición de estos iconografistas, que el orden de colocación de estas Musas coincide con el de cita de Hesfodos (Theog. 77) que las enumera en la misma secuencia. Sin embargo, ya no guarda ninguna relación ordinal con Hesíodos el grupo de las cinco restantes. Estas se presentan a la izquierda de Apóllon y van en este orden (partiendo de Apóllon): Erató, Terpsichóre (ambas presentan sus respectivos instrumentos -kithára y lyra- con mutilaciones que no ocultan su identificación), Kalliópe, Ouranía (con la esfera rota, pero recognoscible) y, finalmente, en el extremo derecho de la losa, Polyhymnia. En esta distribución ha habido un estudiado propósito de armonía. Así, a la pareja de las carátulas (Tháleia y Melpoméne) se contraponen, al otro lado de Apóllon, la pareja de los instrumentos musicales de cuerda (kythára y lyra) que, además, se apoyan en sendos pilares. Las nueve Musas llevan un peinado muy similar, coronado por una como pluma enhiesta que surge del comienzo de la crencha. Es alusión al poder creador de las Musas y procede de la victoria sobre las Seirénai, de cuyas plumas hicieron este distintivo emblemático y alusivo al señorío de la inteligenc_iasobre las tinieblas del espíritu representadas por aquellos genios del mundo de los muertos (3). El cánon de estas figuras es muy alargado, llegando incluso a las nueve cabezas de altura (4). En sus indumentos pueden apreciarse dos modalidades: el vestido talar con ceñida cintura y descubierto por entero, o el mismo cubierto por un amplio manto terciado de varios modos. Unicamente Tháleia lleva, por (1) Para la simbología de las Musas en los sarcófagos, véanse : P. Bon.NCÉ, Le culte des Muau ches úu philosophea grecs, París, 1937; H. M.uaou, Mouotxo~ dv~p, Greno• ble, 1937; Cu1110NT,Sr,nbol. funér. 253 as. (2) No me explico la razón de estas dos

faltu. ( 3) Sobre las relaclonea de las Sirenu -, las Musas y el aeatido faberario de esta uo-

ciación, véase últimamente Cu1110NT, Symbol.

Junér. 23, nota 1 y 325 y as. (4) Sobre esta misma particularidad, no muy rara en otros sarcófagos, cfr. LEHMANN• IIA■TLBBKN y ÜLSEN, Dionysiac Sarcophqi in Baltimore, Baltimore, 1942, pp. 70 y 75, y fip. 9 y 10 (sarcófago de Diónysos y Arlad. ne en la Walten Arl Galler-, de Baltimore).

A.

GARCÍA

Y

BELLIDO

excepción, el consabido traje reticulado característico de los comediantes, que aquí sólo cubre el bajo tronco. En general, se ha tendido a representarlas con el número menor de atributos o características, ciñéndose sólo a los más elocuentes y conocidos. Es uno de los pocos sarcófagos de su especie con la representación de Apóllon en medio de las Musas (1), y tal vez el único, o de los pocos (yo no conozco más que este ejemplo), que lo representan en esta forma y con tales atributos. La labra del relieve es rutinaria e industrial, como generalmente acaece en estas obras, adocenadas y en serie, de taller. El relieve resulta claro de distribución, pero un tanto plano. Falta grave de composición, obviada en otros sarc6fagos con inteligencia, es la colocación de Polyhymnia, que debió de haberse invertido para no quedar «aisladiu del resto de sus compañeras, a las cuales debía de mirar, cerrando de paso la composición total. Es de interés el hacer notar que todas las pupilas de estas musas han sido declaradas con toques de trépano, con el· cual también se han reforzado algunos pliegues o se han marcado otros. Hemos de añadir que su uso ha sido discreto. Su data ha de caer hacia comienzos del siglo 111 y tal vez sea una obra imitada en talleres locales.

255.-SARCÓFAGO

DE LAS MUSAS

Lús.

Mármol blanco con concreciones calizaa y terrosaa sin importancia. El frontal, en au estado actual, mide: AJ. 0,65 m.; L. 1,75; grueso 0,08. -Apareció en 1942 cuando al hacerse ciertas obraa en la Capilla de San Antonio, de la Catedral de Murcia, se removió la lápida funeraria, con inacripción del siglo XVI, de don AJonso de Guevara, en cuyo reverso apareció el relieve del aaroófago de que tratamos. Su estado de conservación es satisfactorio; no presenta más que una rotura limpia que lo divide en dos mitades casi iguales, con una bifurcación pequeña en su parte superior. Más daño ha hecho el corte dado, probablemente con intención, al borde izquierdo de la losa, corte que se llevó parte derecha de la figura de Kleió y dejó malparado el resto de la misma. - Murcia. Consérvaae en la Catedral. Noticias publicadaa en la prensa local a poco de su hallazgo, ti.a Verdad., 14-VI-42

(J. BALLESTER);tLíneau 14-Vl-42 (SÁNCBEZMORENO);tLíneau 21-VI-42 (SÁNCBEZ MORENO);«La Verdad. 4-XI-43 (ESPIN RAEL); «Arrixacau n. 11, Murcia 1944 (L. EsTEVE). - FERNÁNDEZDE AVILÉS, AEArq. 57 (1944) 325 ss. - ScBLUNa:,Príncipe de Viana VIII (1947) 12 lám. VI. - GARcfA y BELLIDO,AJA. LII (1948) 262 lá• mina XXXVIIB. menle el cenlro de la composición y éo1a ha• bia de ser asimétrica~omo efeclivamenle ocurre en eete sarcófago de Tarragona-por el número non de las muaas.

(l) Sin duda se huía de su inclusión por la dificultad de componer el friso de modo orgánico y equilibrado ya que la figo• ra de Apóllon había de ocupar necesaria•

230

-

189-190.

V.-SARCÓFAGOSPAGANOS

Es una de las cuatro piezas sarcofágicas con tema de las Musas conocidas en la Península. Esta vez, a diferencia del de Tarragona (véase número anterior) y del de Valado (véase número siguiente), las Musas se presentan en primer plano solas, sin Apóllon o cualquier otro acompañante; pero a diferencia de éllos también, el segundo plano lo vemos ocupado no sólo por un largo paño colgante (parapétasma) sino por cinco figuras barbadas masculinas de las que sólo es dado percibir sus cabezas. Así, la composición resulta en éste más apretada que en sus compañeros; y si unimos a ello la mejor distribución de los volúmenes y masas, el mejor uso de los atributos como elemento de relleno, el mayor cuerpo escultórico de las figuras y el efecto complementario del parapétasma y de las cabezas barbadas de los cinco «maestros», justificaremos por qué creemos que esta pieza ha de• apreciarse como la mejor de las cuatro. También su interés iconográfico es mayor; pero hemos de conceder que las otras tres llaman más la atención por exhibir composiciones muy raras dentro de la fórmula general con que se labraban estas figuras y se componían estos relieves. El relieve ha sido estudiado hace poco (y muy cumplidamente) por el señor Femández de Avilés y no hemos de detenemos ahora en detalles. Enumerando las_ Musas de izquierda a derecha, vémoslas en el siguiente orden: Kleió, Melpoméne, Eutérpe, Erató (?), Tháleia, Terpsichóre, Ouranía, Kalliópe y Polyhymnia, orden que, en líneas generales, es el acostumbrado, singularmente con respecto al comienzo (Kleió) y el fin (Polyhymnia) de la serie. Sus atributos, salvo en Erató, son elocuentes y aparecen con claridad, mas como Erató es la única que queda tras de asegurarse respecto al valor iconográfico de las demás figuras, es lícito deducir que ha de ser precisamente Erató. Ahora bien, no lleva atributos que la denuncien; por el contrario, presenta una actitud muy corriente en las imágenes mortuorias de los sarcófagos del siglo 111 en los que, ya en cuerpo entero, ya en busto, dentro de un rondo o sobre la concavidad de una concha (imago clypeata, concha imaginaria) vemos con frecuencia al difunto o la difunta con un volumen en la mano izquierda y la derecha, que surge del embozo del manto, tocando su extremo superior con el índice y en corazón (1). Por ello, en contra de la opinión de Femández de Avilés, que supone «una repetición bajo dos formas de Kalliópe», me inclino a sospechar una «sustitución» simbólica de Erató por la difunta, tal vez porque ésta -llevada por sus aficiones- preferiría entre todas a la inspiradora de las poesías elegíaca y erótica. Nótese que (1) Cfr. aquí mismo (láms. 190, 193, 195, 217, 271, 227, 229) varios ejemplos elocuentes.

-

231

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A.

GARCÍA

Y

BELLIDO

todas las musas llevan las dos plumas simbólicas en la cabeza (como en el de Tarragona), excepción hecha de esta figura (la rotura no parece haber afectado a este detalle). Pero el sarcófago de Murcia presenta la particularidad, no corriente, pero tampoco desconocida, de las cinco testas de personajes barbados. En ellos parece posible reconocer con seguridad a Hómeros (la segunda, contando desde la izquierda) y a Sokrátes (la tercera) y con menos seguridad a Hesíodos, Platón y Pythagóras (1), que ocuparían los lugares restantes. Citemos, además, otros accesorios que no son propiamente atributos de las Musas, ni tampoco de las figuras de ((Maestros)};tal, por ejemplo, el parapétasma o velo colgante que se extiende por todo el fondo del relieve y que parece pender de dos o tres puntos intermedios; las tres ersonae1> o máscaras teatrales que aparecen en el suelo entre. Kleió y Melpoméne, entre Erató (?) y Tháleia y, finalmente, otra, casi invible, entre Terpsichóre y Ouranía; el haz de volumina, sito a los pies de la supuesta Erató, haz que yo creo ha de corresponderse mejor con la idea que representa la imagen mortuoria (2) que con la de la musa Erató, ya que la figura correspondiente lleva también en sus manos un volumen; el gnomon que vemos representado tras del globo de Ouranía, con sus alas graduadas y su varilla y, finalmente, la figurita infantil llevando sobre su cabeza un cesto troncocónico, figurilla que aparece entre Kalliópe y Polyhymnia, y cuyo sentido aquí no es muy claro, si bien se ve también en otros sarcófagos (3). El relieve es, como dijimos, de bastante bulto; presenta toques discretos pero abundantes de trépano, visibles, sobre todo, en el pelo y barbas de los «Maestros>>,en las pelucas de las máscaras teatrales, en los imbricados del traje de Tháleia, en las pupilas de los «Maestros» y, con menos profundidad, también en las de las Musas, cuyas guedejas tienen, asimismo, trepanaciones, aunque poco profundas y escasas en general. El sarcófago ha de datarse hacia el último tercio del siglo 111 y tenerse como obra importada (4). Hemos de destacar este detalle: que entre Eutérpe y Erató (?) hay una mano cuya actitud podría ser el gesto doctoral del «maestro» in(1) Para la presencia de estos «maestros» en la simbologia funeraria romana, véase H. Muaou, Etudes sur les scénes de la vie intellectuelle figurant sur les monuments fu• néraires romains, Greuoble, 1937, y última• mente, CuMONT, Symbol. funér. (consúlten• se, para más facilidad, los índices de esta obra, pues las referencias son numerosas y ven muy dispersas en el texto).

eu

MouolXOT,

- 254 -

ftHe RoDlffl'• in Antoninis• Berlín, 1935, 447 88.

V,-SARCÓFAGOS

PAGANOS

escena cinegética. Sobre un fondo de colgaduras se ven en pie dos personajes, los dos ataviados con indumentos de caza; el de la izquierda es una figura femenina, tal vez Diana, que se apoya sobre el extremo de la lanza. El personaje de la derecha es, sin duda, el mismo que antes hemos visto cabalgando, probablemente un Emperador. El manto le cae verticalmente por delante y por detrás hasta el borde del corto vestido de cazador; el gesto de la mano izquierda (falta el antebrazo) no es fácil restituirlo, pero en la derecha llevaba una jabalina de la que quedan restos sobre el torso del personaje. Al lado iz. quierdo de la figura femenina se ve un geniecillo desnudo; tras los pies de la masculina un perro, y a mano derecha del mismo, como curioseando, asoma la cabeza de otro niño que parece atender al coloquio de ambos personajes. Los dos extremos curvos del sarcófago son relieves más planos y más abandonados de técnica, pero muy interesantes por sus representaciones. El de la izquierda parece describir la plegaria a Diana antes de partir para la aventura cinegética. Un jinete, barbado, en traje de caza y seguido de su perro, saluda a la imagen de la divinidad (con arco y carcaj al que acerca la mano derecha) que se yergue en lo alto de una columna de fuste cilíndrico y basa moldurada. Formando el límite izquierdo de este cuadro, un árbol. En el lado pequeño de la derecha una escena representando el regreso de la cacería; en ella vemos unos sirvientes cargando sobre los lomos de un burro el fruto de la expedición: un animal que, por la forma de las patas, parece ser un jabalí. La escena es un verdadero cuadro de género. El gusto barroco, dinámico, impregnado de sentido patético en la escena y en el aire de los personajes, mas el tema en general, así como la técnica, aconsejan datar esta pieza -sin duda importada- a mediados del siglo 111 (1). 264.-FRAGMENTOS

DEL JABALI DE KAL YDON

LÁK, 206.

Mirmol blanco. - Para formarse idea de las dimemiones baste con saber que la ca• beza, con pileus, tiene 0,11 m. de altura y que el trozo del reborde superior del mismo fragmento mide 0,17 m. de longitud. Todos los demis fragmentos van en la misma pro• porción. - Fueron hallados en las excavaciones llevadas a cabo en los palacios califales de Medinat-al-Zabara (Medinazara), cerca de Córdoba. Surgieron los fragmentos conocidos en dos ocasiones. El primer hallazgo es el de 1923 (2). •De un montfculo pró• ximo al camino de ronda bajo, en la parte descubierta, encontramos -dicen los excava(1) Cfr. RODDWWIT, JAI, 1930, 1114; 1933, 224, y La Critica d'Arte, V (1935) 225 ilDT siguientes ; véase también de RoDIINW el estadio póatamo publicado en las RM. 59

-

(1944) 191 ... (2) Parece .er que antes Velázqnez Bos• co habla bailado ya algunos trozos, que no publicó.

255 -

A.

GilCÚ.

Y

BELLIDO

dorea- varioa fragmentos de una o varias pilu de mármol: uno de el1oeeetá decorado con un busto en relieve, fragmento de una oomposici6n que ocuparla todo el frente de la pila o sarc6fago (1). En otros dos fragmentos, también en relieve, se ve una mano sosteniendo unos lienzost (2). El segundo hallazgo acaeci6 en la campafl.a de 1924-25. Al limpiar una alcantarilla que se dirige hacia la puerta N del patio, se hallaron nuevos fragmentos, todos ellos pertenecientes a un mismo objeto. Son el resto de los aquí puhlicados.-Consérvanse en el almacén que a modo de Museo hay junto a las excava• ciones, en el mismo lugar del palacio. Y o vi estos fragmentos hace muchos afl.osempo• trados, como queriendo tener un orden de recomposición, en un gran témpano de yeso. Me dijeron que después unas lluvias torrenciales deshicieron el bloque. En mi intento de estudiarlos, hecho recientemente -1948--, hube de renunciar --estando en la misma C6rdoba- por causa de unos pertinaces temporales de agua. Aquí he tenido que Jimi. tarme a las fotograffas (no buenas) y a los informes llegados a mis manos, as[ como a las escasas notas que tomé en la única ocasión en que pude verlo. Pero, como hemos de comprobar con los fragmentos conservados, no s61o se puede afirmar que se trata de la cacerla del jaball de Kalyd6n, sino que creo que se podrla reconstruir el sarc6fago por entere en BUS lineas generales. J111ÉNEZ,CASTEJÓN,ÜEBNÁNDEZ,Ruiz y NAvAscuis, JSEu. Mem. 67 (1923-24) 17 liminas VIII 2 y IX l. - J111ÉNEZ,Ruiz, CAsTEJÓNy HEBNÁNDEZ,JSExc. Mem. 85 (1925-26) 8-9 láms. VII y VIII.

Los trozos por mí conocidos en este momento pertenecen casi todos, salvo la mano que coge un trozo de paño, al lado derecho de un gran relieve marmóreo, frontal de una caja de sarcófago, con la representación del mito de Meléagros y Atalante en el episodio de la caza del jabalí kalydonio. En los sarcófagos romanos tal episodio aparece con bastante frecuencia, precisamente en la forma que debió narrarse en nuestro sarcófago. Por no citar todos nos limitaremos sólo a aquellos que en realidad son más próximos, al menos en el modo de representar la escena conservada en el de Medinazara. Desgraciadamente, el que hubo de ser más parecido no lo conocemos sino a través de un breve fragmento que por fortuna coincide con el conservado del nuestro. Me refiero al de la Villa Borghese (3), en el que por caso insólito, como luego veremos, aparece uno de los Dióskouroi tras de la fiera kalydónica, como debió ser el caso en el nuestro. Pero no obstante esta afortunada y única coincidencia, los demás sarcófagos también nos dan el tipo del nuestro en sus líneas más principales. Así citemos el del Palacio Doria Panfili (4) y, en un grado ligeramente inferior, los del Museo Capitolino, Broadlands, Palacio Mattei, Laterano, Pisa, Palacio Rospigliosi y el de Richmond (5). Pero aun podría aumentarse esta lista, pues todos éstos, y otros más, conciben la escena del jabalí, sea con una (1) Se refieren a un trozo que parece aer el busto y la caben (ain rostro) de Atalante. ( 2) Qae ha de pertenecer a Oineús, el padre de Meléagros.

(S) ROBEBT, Sark.-Rel. 1111 266 a. (4) RoBHT, Sark.-Rel. 1111 , 231. (5) RoeEBT,loe. cit. núms. 236, 242, 243, 249, 250, 251 y 253, respectivamente.

V.-SABCÓFAGOSPAGANOS

variante o con otra, del mismo modo en lo fundamental. Es la serie que Robert cataloga en sus apartados « (de dos escenas) y~ (de una sólo) en las que siempre se halla, empero, la escena de la caza y justamente en el lado derecho del frontal, tal y como hubo de estar en el de Medinazara. Describamos la escena lateral derecha, que es la que tenemos más completa en el de Medinazara, y señalemos de paso las partes o fragmentos de él que corresponden precisamente a élla. En los relieves enteros vemos, en efecto, que Meléagros acomete con su lanza a la fiera, que corre de izquierda a derecha. Por lo general, Atalante suele interponerse entre Meléagros y el jabalí, pero en segundo plano y, a veces, de tamaño algo menor. Meléagros no aparece en nuestro fragmento, pero hay un busto sin cara, femenino, que probablemente ha de pertenecer a Atalante. El más expresivo de los fragmentos de Medinazara es el que contiene el jabalí. Por lo general figura a sus pies un perrillo que lo acomete yendo de izquierda a derecha, es decir, en dirección opuesta a la del jabalí, pero aquí aparece este mismo gozquecillo corriendo en idéntica dirección, como mordiendo la pata delantera derecha de la fiera. Detrás del jabalí, y asestándole un golpe de jabalina, suele figurar un personaje vestido de chlamys, visto de espaldas, con la pierna derecha avanzando por delante del cuerpo del jabalí. En el fragmento cordobés, donde vemos a la fiera kalydónica, ha quedado entera la pierna, pero en otro fragmento se ha conservado el torso semidesnudo del cazador, que había de mirar hacia la izquierda y alzar el brazo derecho con la jabalina. A este torso le falta la cabeza pero ésta debe ser la que reproducimos en la lámina; muestra una cabellera muy movida, con las guedejas ondulantes, como llamas, hacia lo alto; se toca con un gorro puntiagudo, un pilos. Sabemos que los Dióskouroi formaron parte del cortejo de caza y que suelen figurar en todos los sarcófagos del tema (1). En el fragmento de Villa Borghese vemos a uno de ellos, tocado también con el pilos, que ocupa precisamente el mismo lugar que el que suponemos para la cabeza con pilos del de Medinat-al-Zahara. El caso es único en lo que yo conozco y no tendría más paralelos que el nuestro, de ser acertada tal restitución. Más a la derecha de esta figura, que vemos de espalda constantemente en todos los ejemplares de la serie, hay otra de un cazador cuyo nombre no se conoce. Este figura en pie, en el extremo del friso, y suele estar siempre representado como herido por la dentellada de la fiera en el muslo derecho, al que baja la mano correspondiente como para tapar la herida. Suele ser personaje barbado, se pre(1) Para el sentido escatológico de los Dióskouroi, véase

- 257 UCVLTURA.-17

CuMONT,

Symbol. funér. 64 as.

A.

GARCü.

Y

l

BELLIDO

senta de frente y lleva terciada sobre el pecho una banda o tahalí, de donde pende por el flanco izquierdo una espada; la mano izquierda, alzada, suele tener una jabalina. Asf lo vemos al menos en todos los sarcófagos más cercanos al nuestro. Respecto a éste no cabe duda que el fragmento con un torso y tahalí (reproducido de fotografia en nuestra lámina) ha de atribuirse a la misma figura antes descrita, con la cual coincide en todo y por todo. Restos de adherencias en el cuello indican que también estaba barbada. En el hombro izquierdo lleva, anudada por una ffbula redonda, la chlamys, como en los demás ejemplares, y, como en ellos también, tiene el brazo izquierdo doblado hacia arriba para empuñar la jabalina según la fórmula ya dicha. Falta el brazo derecho que sin duda caerfa a lo largo del tronco, con la mano adherida al muslo. Quédanos por decir que hay también un fragmento con la cabeza de un caballo hacia la derecha. Probablemente ha de ser uno de los corceles de los Dióskouroi. La data conveniente a nuestra mutilada pieza parece ser la de mediados del siglo 111. Las guedejas de la cabeza con pilos muestran una técnica en la que ha jugado un papel más que normal la terebra. El lagrimal está también perforado por un toque de trépano para acentuar el contraste. Ha de tenerse por pieza importada. 265.-SARCOFAGO

CON CACERIA DE LEONES

Lw.

Mármol blanco. - L. 2,19; A. 0,61 m. (ancho desconocido por estar empotrado). Sobre su origen. fecha y circunstancias de su hallazgo, véase lo dicho en el número 251 aprop6sito del sarcófago de Proserpina de San Félix de Gerona. - Hállase, como aquél, en el presbiterio, pero en el lado del Evangelio y justamente frente por frente del de Proserpina, es decir, pr6ximo a la graderia de acceso al presbiterio. MEBIN'o,ÁNTOLÍNy DE LA. CANAL,Josi, ES. vol. 43 (1819) trat. 81 cap. 2. CEAN,Sumario, 21. - BoNNET, Bulletin Archéologique du Comité des Travaux Historiques, Parfs, 1905, 329-37, lám. XVII•, según el vaciado de la Facultad de Letras de ARC (2.• edic.) 154 fig. 195 (sarcófago de Béziers en Montpellier. - PUIG Y CA.DAFALCB, s:, RM. 51 la fig. 196, tomado de Bonnet). -ÁLBERTINI, n. 243 fig. 280. - ScBOENEBEC (1936) 252.

Representa una cacería de leones, de un modo y manera similares a los del sarcófago de Barcelona, pero con arte más pobre, composición más confusa y con menos fantasía inventiva. En efecto, en el de San Félix, de que tratamos, se repiten casi sin variantes una misma es• cena, la del jinete que alancea a una fiera mientras el caballo salta sobre un cazador derribado. Analizando su composición vemos -de iz. quierda a derecha- estos cuatro grupos: I), un caballero con casco (falta

1

207-208.

V.-SARCÓFAGOS

PAGANOS

la cara) que acomete con lanza baja a una leona (aquí, como en los otros casos, de tamaño mayor que el caballo); bajo el caballo un cazador caído que se ampara tras de su escudo; debajo de la leona dos cachorrillos; destrás de este primer plano dos cazadores, uno de ellos a caballo; falta la cabeza del último citado; la del pe6n es barbada y de pelo algo crecido; la del personaje caído es imberbe. 11), un jinete provisto de casco alancea a un le6n derribado en el suelo boca arriba. 111), jinete que arremete contra un le6n, al que le ha metido la lanza por el pecho; su punta asoma en el costado del le6n. Debajo un cazador y su cabalgadura derribados. Detrás del jinete, tocado con barba y pelo cortos, se ve aparecer la figura juvenil y femenina de una cazadora, con vestido hasta las rodillas, bota hasta más arriba del tobillo y carcaj a la espalda; alza la mano derecha, abierta; en la izquierda (rota) debi6 de empuñ~ un arco. Es, sin duda, la misma figura que vimos en el sarcófago de Barcelona, es decir, Diana, o, mejor, Virtus (1). Un leoncillo corre entre las patas del caballo. Detrás de éste primer plano se ven dos cazadores; uno de ellos, el pe6n, con barba mediana; el otro, el jinete, con casco; hinca su jaba1ina en el le6n. IV), finalmente, como escena cuarta, al extremo derecho, la lucha de un pe6n con barba mediana y a pelo, acompañado de un jinete con casco, contra una leona que ataca corriendo hacia la derecha, por detrás del cuerpo del le6n. La serie de estos sarcófagos ha sido estudiada últimamente (aunque de pasada, pero con juicios muy certeros) por Schoenebeck, el cual llega a la conclusión de que su fecha ha de ser la de comienzos del siglo IV (2), es decir, en la época de tránsito hacia la era constantiniana. Debe ser pieza importada. 266.-FRAGMENTO

CON CACERIA DE CIERVOS

L.br. 209.

Mirmol blanco. -A. 0,56 m.; An. 0,82; Gr. múimo 0,18.- No hay datos sobre su lugar de aparici6n ni sobre la fecha de ésta ni de la de ingreso en el Museo de Mérida, donde se conserva actualmente. Sin embargo, no cabe duda de que procede de la misma Mérida o de sus alrededores. Hiibner ( Ant. Bildw. p6g. 327), hablando de Mérida cita en una pared de la calle de Santa Olalla ndmero 2, un relieve que cree de sarc6fago cristiano, mas como no lo describe nos queda la duda de si pudo referirse a este u a otro relieve.

La pieza es muy interesante por ser la única hoy conocida de este tipo en España, tipo que tiene una veintena de representantes entre los conocidos de Italia (Roma, Nápoles, Pisa) y Sur de Francia (Arlés). (1) RoaDT, loe. cit. Véase también la nota 2 de I ■ p6gina 254.

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(2)

ScHOENEBEClt,

RM, 51 (1936) 252.

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GARCÍA

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BELLIDO

En el fragmento de Mérida vemos dos ciervos precedidos por sus crías hacia la derecha. En su persecución van, a más del cazador (un hombre barbado con jabalina en la diestra, que se abre paso penosamente por entre matorrales) la jauría de perros, uno de los cuales asoma la cabeza por el borde inferior roto del relieve. En el extremo de la derecha del mismo se ven las cuerdas de la red hacia la que van acosadas las víctimas (motivo constante en todos los ejemplares de la serie). Unos árboles convencionales, con denso follage, ocupan los espacios no cubiertos por las figuras, a las cuales sirven de fondo. El arte es malo y exhibe sin recato alguno un abusivo empleo del trépano, con el cual se han dado multitud de toques fuertes por doquier e incluso se ha perfilado la silueta de la cabeza del cazador, cuyo ojo izquierdo (invisible en la fotografía) lleva grabadas sus pupilas. De los ejemplares conocidos, la mayor parte han aparecido en Roma, de donde parece ser proceden también los demás hallados en Italia (Pisa, Nápoles). Para el grupo de las Galliae, Rodenwaldt se inclina a creer en la misma procedencia, ya mediata o inmediata. El investigador alemán ve en esta serie una corriente puramente occidental de fondo popular, paralela a las otras dos y más importantes, imbuída la una de clasicismo y la otra de orientalismo. Por su fecha ha de pensarse en los finales del siglo 111 o primeros decenios del IV (1). 267.-FRAGMENTO

DE SARCOFAGO FIGURADO

LÁM.

Mirmol blanco. - Long. 0,82 m.; Al. o,,u.- Fué descubierto casualmente en 1910 en la finca llamada de cEI Rosario•, sita en el despoblado de Mesas de Asta, asiento de la que fué Asta Regia, hoy en CU?80 de excavación. Fué donado al Museo Municipal de Jerez de la Frontera por doña Josefa Dávila, probablemente a poco de su hallazgo (no hay comtancia precisa de la entrada en la colección). - MU8CO Municipal de Jerez.lnven• tario 269 (23 de la serie romana). M. PEsCA.DOB, Apuntes para u11Catcllosode los objfllosqueuisem e11la Biblio&eca Mu11icipalde Jera. Cádiz, 1916 pág. 9. - ScBULTEN, AA. 1940, Col. 107 fi.g. 14 (informe de LIPPOLD). - ESTEVE, Atlantis, XVI (1941) 396 lám. 52.

Por desgracia no ha llegado a nosotros más que la parte alta del centro (probablemente) de un frente de sarcófago, en el cual debía de figurarse, a juzgar por la forzada simetría que transciende de lo conservado, tres bustos de los que sólo dos, el del centro y el del lado iz. quierdo del que mira, han perdurado. Estos tres bustos (que recuerdan (1) Vide RoDENWALDT, Eine Spiitantike Kunststriimung in Rom, RM. XXXVI-XXXVII (1921-22) SS H.

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260

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209.

V,-SARCÓFAGOS

PAGANOS

las estelas de tradición republicana con múltiples imágenes) estaban respaldados por un paño o colgadura (parapétasma), sostenido por dos angelillos cubiertos con cblamys y, al parecer, sin alas. Del ángulo superior derecho de este paño se ha conservado un trozo. Detrás de los angelotes debían de alzarse medias columnas (?). De los tres bustos como hemos dicho, sólo se han conservado dos. El del centro, masculino, imberbe, de posición frontal, ha perdido por entero la cara (sólo se ven bien sus dos orejas); por el contrario, el de nuestra izquierda ha llegado lo bastante entero para ver en él un hombre, ya de cierta edad, con barba corta, pelo en mechones, también cortos y lacios, ojos con marcas de pupilas, ceño fruncido y cabeza ligeramente vuelta hacia su izquierda. Por lo adivinable en esta figura, el sarcófago pudiera ser obra de hacia mediados del siglo III, Acaso sea cristiano, como sospechó Lippold, pero no hay nada que permita afirmarlo.

268.-SARCOFAGO

CON THIASOS MARINO

LÁIIS, 210-211.

Mármol. - t9 palmos de longitud y 3 de latitud y de altura, (Villanueva), ee decir, 1,75 X 0,58 X 0,58 (Albertim). - Estuvo primeramente en la Colegiata de San Pedro de Ager, pueblecillo de la prov. de Lérida, a1 NE. de la capital, donde servia como pila bautismal. El estado ruinoso de la Colegiata aconsej6 trasladarlo a la iglesia parroquial, donde se conserva. Salvo Villanueva, los demás autores que trataron de este sarcófago no lo han visto directamente. Lo mismo he de confesar. Juzgo por la bibliografla y lae fotograflae del Archivo Más de Barcelona, que eon lae que reproducimos. BouBTE, Diaertaci6n sobre los monumentos anriguo, que se hallan en Barcelona, Madrid, 1786, 41 (con el error de creer representa una cacerfa). - LA.BORDE,I, 1 pág. 9 (con el mismo error). - VILLANUEVA,Viaje lirerario a las iglesias de Espafta, vol. IX (1821) 129-30. - CEAN, Sumario, 13 (lo cree retrato femenino). - El Semanario Pinto• reeco, 1857, 88. - Ht!BNEB, Ant. Bildw. n. 668 a1 pie del número alude a él, con el mismo error dicho. - H ÜBNEB, La Arqueolopa de Espafta, Barcelona, 1888, párrafo 164, con el mismo error. - HÜBNEB, CIL. 11 p. 594 (del Semanario Pintoresco). PuIG Y CA»AFALCB, ARC. l.• ed. 83 fig. 80; 2.• ed. 157 fig. 198. - ALBEBTINI, n. 151 figura 170. - MtLIDA, HE. (Esp.-Cal.) 11 figs. 681 figs. 495-97.

Compone el frente una imago clipeata con la figura del difunto, un personaje imberbe, con pelo corto, rizoso, que aparece en busto, envuelto en su toga y asomando la mano derecha sobre el pliegue que monta sobre el hombro izquierdo. El rostro, mutilado; sus ojos, con pupila grabada. La venera es circular, cóncava y sin estrías. La sos• tienen de modo heráldico dos viejos hipocampos, de luengas barbas y alborotadas melenas que vuelven la cabeza hacia las nereidas con las que forman pareja. Por debajo del rondo se ven dos angelotes nadando y una figura masculina, desnuda, arrodillada, de frente, que se es-

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GARCÍA

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BELLIDO

fuerza por sostener sobre sus hombros el rondo. Probablemente es la imagen de Caelus, Ouranós, o de Atlas (cfr. núm. 276, sarcófago de Covarrubias). La concha o clipeus es imagen del cielo, donde habita el alma bienaventurada, representada en estos casos en la imagen del muerto, como aquí. También se perciben las patas equinas de los monstruos, en cuyas caderas nacen largas aletas puntiagudas, transición entre las formas humanas y animales. Las nereidas, con mantos volantes cabalgan, al modo corriente, sobre los cuerpos pisciformes, de los hipocampos enrollados al modo de serpientes. En ambos extremos, y sin romper la estricta simetría a la inversa de esta composición, figuran otras dos parejas de hipocampos (más jóvenes, imberbes) y nereidas, las cuales preséntanse, una (derecha) de espaldas, mirándose en un espejo (¿o concha?) que el tritón pone ante su rostro; la otra, de frente, tal vez en el mismo lado. Las nereidas llevan faja, ciñéndoles espalda y pecho por debajo del busto. En el borde inferior de esta composición corren las ondas de agua, que manan de cuencos volcados, y en las cuales nadan delfines (de conocida simbología funeraria) y juegan angelotes. Dos delfines ocupan las enjutas formadas por la venera y el borde superior del sarcófago, y unos alados amorcillos los vanos entre las dos parejas laterales (falta el de la derecha). Esto es, en suma, lo que es posible decir del examen de las fotografías (muy confusas) que poseemos. En los lados menores figuran «grifos nadando sobre las aguas» (1). Sarcófagos con la representación del tthíasos• marino son frecuentes y han sido recopilados y estudiados últimamente (1939) por Andreas Rumpf en el volumen V del repertorio de sarcófagos relivarios comenzando por Robert. Entre ellos se encuentra, por lo general, la misma composición de forzada simetría bilateral y, naturalmente, los mismos elementos y la misma distribución. Sin embargo, hay pequeñas variantes. El ejemplar más similar al de Ager es, sin duda, como ya señaló Rumpf, el del Ospedale S. Giovanni de Roma (2) pero difiere en que las nereidas de las .parejas extremas llevan unas lyras mientras que las del sarcófago de Ager se miran en un espejo que le ponen ante la cara los tritones sobre los cuales montan, detalle este para el que sólo hemos hallado un paralelo, el de Pisa (3). Por su estilo tam• bién concuerda con el del Ospedale S. Giovanni; su data ha de ser, aproximadamente, la de mediados del siglo 111. ( 1) Para el rarácter escatológico de estas composiciones del Thiasos marino, como alusiones al Aura velificam, vide CuMONT, Symbol. funér. 147 ss. y 166 ss. Los sarcófagos de Nereidas significan el viaje del difunto hacia las Islas de los Bienaventurados.

Las brisas marinas ( como idea de las auras psychopompas) hinchaban los mantos de las Nereidas favoreciendo el viaje. (2) RuMPF, Sarlc.-Rel. V, XIV. (3) RUMPP, Sarlc.-Rel. V, XLVI 131.

V.-SARCÓFAGOSPAGANOS

269.-SARCOFAGO DE LA VENDIMIA

L.b1s. 212-214.

Mármol blanco. - Lon. 1,80 m.; Anch. 0,45 m.; Alt. 0,35 m.; Gr. en paredes 0,03, término medio. - Descubierto por A. Mesquita de Figueiredo, desde el tren, en una hacienda cercana a la vfa, sita en Vila Franca de Xira, en la Extremadura portuguesa, sobre la ribera derecha del Tajo, poco antes de su desembocadura en el gran estuario, al NE. de Lisboa. En esta hacienda se utilizaba hasta su descubrimiento, acaecido en 10 de junio de 1944, como pila para lavar la ropa. La hacienda está sobre una plata• forma que cae sobre el Tajo, en el predio número 100 de la calle Serpa Pinto de la referida Vila Franca de Xira, casa habitada por Antonio da Costa Ferinho. Parece haber pertenecido a uno de los conventos de Castanheira do Ribatejo, lugar situado unos tres kilómetros al NE. de Vila Franca. Luego fué trasladado al Museu Etnol6gico de Belem, donde se conserva. - Belem (Lisboa), Museu Etnol6gico. Ingres6 en 12 de febrero de 1945. Número de sus ingresos, 21.523. MESQUITADE F1GUEIREDO,ANTONIO,tUm Sarc6fago Romano•. Noticia ilustrada en la revista lisboeta Letras e A11es del 25 de junio de 1944. Artículo fechado en 13 de junio de 1944. - GABCL\Y BELLIDO,AEArq. 71 (1948) 104 ss. figs. 2-7-A. GARCÚ y BELLIDO,AJA. LIII (1949) 158 lám. XXVII A.

Hasta hoy es, en la Península, pieza única en su clase. Tiene forma de «bañera» o, mejor, de «prensa de uva» (),:r¡vó~), forma alusiva a los temas báquicos e íntimamente ligada a simbolismos funerarios, como aquí mismo lo demuestra el motivo que exorna su caja (1). Este consiste en una decoración en la que se representa una viña, entre cuyos pámpanos, sarmientos, pimpollos y racimos de uvas se ven animalillos, como pájaros, conejillos, lagartijas, saltamontes, picando en sus fru. tos. En la mitad izquierda se ve también un amorcillo alado trepando por un sarmiento, que se corresponde con otro menor, sin alas, en el lado derecho, y en uno y otro lado, arriba y abajo, cestas de vendimia cargadas de racimos. En el centro, y sobre un ancho recipiente, con dos asas de doble espiral, borde ornado con ovas y vástagos de yedra rodeando el recipiente, una concha imaginaria, cóncava, sin gallones, con el pedúnculo abajo; en su centro surge la imagen de la muerta en busto, al parecer una niña, lo que explica a su vez la escasa longitud de la pieza, que no pasa de los 118 cms. (2). Por encima de la caja del sarcófago corre una banda de ovas y perlas. Su abolengo es oriental y está íntimamente emparentado con la serie señeramente representada por el sarcófago de San Lorenzo, es(1) G. RoDKNWALDT, La Crítica d' Arte, 1 (1936) 225. En un sarcófago judío-pagano del Museo de las Termas (véase CuMOl'IT, Symbol. /unér lám. XLVII 1) se ve nn lenó,, con cabeza de león, sobre el cual dan• zan tres muchachos «báquicou en la consa•

bida manera de apla1tar la uva. (2) Sobre la inicíación temprana de los niños en ciertos misterios, como los de Bac• chllS, vide CuMoNT, Symbol. funér. 282 ss. y 343.

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GARCÍA

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BELLIDO

tudiado últimamente por Taylor (1), y poco después con nuevos puntos de vista, por Rodenwaldt (2), serie a la que pertenece también, entre otras piezas, el fragmento de Tréveris (3) y el del Laterano, número 183 (4). El de San Lorenzo fué fechado por Rodenwaldt dentro de la primera mitad del siglo 111 y como obra oriunda de talleres átticos, concretamente de Athenas (5). El lateranense es cristiano y bastante posterior, tal vez de la segunda mitad del IV, según Taylor (6). Entre ellos ha de estar el de Tréveris. Respecto al de Vila Franca, la duda posible en su data, -ya que este tema tuvo gran vitalidad y pasó al cristianismo, como es sabido-, la soluciona claramente el peinado de la imagen, que se toca siguiendo modas corrientes hacia mediados del siglo III (7). Sería, pues, posterior en pocos años al de San Lorenzo, y sin duda obra importada tal vez de talleres átticos, que en esta época surtían a todo el Occidente y al Oriente mismo (8). Sus temas, su ejecución plana, esencialmente decorativa y sin elementos narrativos, parece ser que imita tejidos syrios. Procedencia oriental tiene también el cimacio jónico, y su forma de «Ienóst. Los talleres átticos y micrasiáticos cesaron en sus actividades a lo largo de la segunda mitad del siglo III. No se conocen, al menos en todo el Occidente, sarcófagos cristianos fechables en el siglo IV que hayan sido labrados con seguridad en Grecia. Las importaciones átticas llegan al Occidente por mar, y así se explican los dos de Lisboa y los de Tarragona. En el siglo IV los sarcófagos cristianos son ya productos locales de escultores nómadas (9). 270.-SARCOFAGO

DE LAS ESTACIONES

L.h1s. 215-217.

Mármol blanco eacaroide, que unos dicen del Algarve o, mejor; de Alemtejo (Ex• tremoz); otros, lo creen de Carrara(10). - L. 1,95 m. (arriba)y 1,80 (abajo); A. 0,59; ( 1) The Sareopbagus o( San Lorenzo. Art Bulletin septiembre 1927, págs. 47 ••· (2) Der Klinensarkopbag von San Loren• zo. J Al. 45 ( 1930) 116 ss. (3) RoDENW.u.DT,loe. cit. lig. 58. (4) TAYLOR,loe. cit. fig. 4. ( 5) Loe. cit. pág. 138. (6) Loe. cit. pág. 4 7. De su tiempo han de ser, igualmente, dos tambores de columna que se dice proceden de Santa Sofia de Constantinopla, aunque no es cosa segura. (Vide MENDEL,Catal. II núms. 658-9). (7) BERNOULLI 11' , láms. XLIII b, XLIV ( supuestos busto• de Otacilia, del Britisb Mweum y de Municb, resp.); HEltLER, 304 (romana desconocida de Ny Carlsberg) Bi-

lledtauler, lám. LXIII; PouLSEN, Cata!. nú• mero 751; PouLSEN, Gr. Mld. Rom. Ponraiis in engfüla country Homes, 108 ( Otacilia) ; monedas de Otacilia, esposa de Philippus (244,249), de Etruscilla, mujer de Traianu• Decius (244-251), y de Salonina, esposa de Gallienw (258-268). Vide DELBBÜClt,Die Münzenbüdnisse von Mwi:iminus bia Cari, nus (Berlín, 1940), láms. 6-10 y 13-16. (8) RoDENWALDT, loe. cit. pág. 185. (9) Para e&tas cue&tiones, RoDENW.lLDT, loe. cit. págs. 183 H, (10) No se ha hecho aún análisis preciso, pero probablemente es italiano, pues el ur, cóíago es pieza importada, con toda seguridad.

V,-SARCÓFAGOSPAGANOS anchura 0,63; espesor medio 8,5 eme. - Hallado hacia el año 1840 en un corral de bueyes del Monte da Azinheira, Reguengos, cerca de Evora (Alemtejo), a poca distancia de la frontera con España. Cuando se descubrió tenia tapa de mirmol anepfgrafa, compuesta de tres pedazos y colocada sobre barras de hierro soldadas (?). No se dice si tenia relieves. Perteneció al vizconde de Vilar de Alen, quien hizo su primera descripción (vide bibliograffa). Según un acta, antes conservada en el museo organizado por el referido vizconde, se sabe que el sarc6fago encerraba un esqueleto que apareció con un pequeño vaso de vidrio en la parte de la cabecera. El citado documento da cuenta de la existencia, en el mismo lugar, de varios sarc6fagos más, algunos de mirmol también, «mais ou menos lisost, otros, cubiertos con dadrilhos argamas• sadost, cada uno con su esqueleto y su ajuar de vasos vidriados de verde, todo lo cual fué destruido. Habfa también urnas cinerarias (?) con capacidad de 40 a 48 litros. En las proximidades se hallaron restos de construcciones y una lápida funeraria. -De la colección del vizconde de Vilar de Alen, pasó, hacia 1867, al Museo Municipal de Oporto (Soares dos Reis); n. 5 del actual Catálogo. ALEN, EDUilDO AUGUSTO,•Noticia e descrip~o de um sarcophago romano deacoberto ha annos no Alemtejo e recentemente comprado pela Cidad do Porto para o seu Museu Municipal, pelo director do mesmo Museu. Porto, 1867. - ÁMADOR DE LOS Rfos, MEA. 11 (1873) 235 88, lám. frente a la pág. 234. - RE1NA.CB, Relief, 111 475, 3. - LEITE DE VA.SCONCELOS, RL. 111 (1913) 383 88, fig. 166 - CABBIAZQ,J. DE M. AEAA. I (1925) 204. - Coauu, VEBGILIO,Historia de Portugal (edic. Barce• los) 1928, 263 figs. pág. 262. - LA.CERDA., Historia da Arte em Portugal, Porto, 1942, 93 ss. figs. 89-91. - SecsáoLapidar del MU6. N~. de Soares dos Rei,. Calalogo-Gufa. Porto, 1941 n. 5 lám. l.

En el centro, sirviendo de eje a la composición estrictamente simétrica del relieve, vemos la consabida imago clipeata de un busto masculino con el rollo y los dedos índice y corazón puestos sobre su extremo superior, según esquema corriente. La cabeza está ligera• mente vuelta hacia su derecha; su pelo es corto y rizoso y su cara imberbe. Sostienen el medallón dos figuras aladas femeninas de larga cabellera, inversamente simétrica, que miran a los lados y hacia lo alto (¿Nik.e y Eros?). Visten una larga túnica, que se abre a los lados descubriendo una de sus piernas. El manto lo llevan anudado a la cintura, pasando por uno de sus hombros y dejando el otro, con el correspondiente pecho al descubierto. Su movimiento es apresurado hacia el rondo que sostienen de modo heráldico con sus dos manos. Debajo del medallón se ve la diminuta escena de un labrador arando con su pareja de bueyes, que se dirigen hacia la derecha. El labrador viste una especie de éxomis corta, que ciñe en la cintura con una gruesa faja. Viste sus piernas y pies con albarcas y azuza a la pareja de bueyes con su pica. Detrás de este grupo se ven las ramas y los troncos de dos árboles inclasificables. A ambos lados de este eje central, la composición se despliega en dos partes equivalentes de buscada simetria. En ambas figuran las

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BELLIDO

cuatro estaciones, dos a cada lado. De izquierda a derecha: el Invierno (Hieme), vestido de túnica corta y bragas largas llevando a su izquierda dos ánades y en la derecha una rama; luego el Verano (Aestas), con manto que sujeta con ffhula sobre el hombro izquierdo y cuelga por detrás, dejando el cuerpo al desnudo. Lleva en la dere• cha una cesta con espigas de trigo y en la izquierda una larga rama (quizás un haz de espigas), de la que no quedan más que escasos restos. A estas dos figuras alegóricas, como a sus hermanas las del lado opuesto, le nacen en sus espaldas grandes y plumosas alas. A continuación, en el flanco derecho, la Primavera (Ver), vestida de corta túnica y manto que anuda en su hombro derecho. Lleva en la diestra una cesta con flores, sobre la cual gravita un geniecillo alado; y en la siniestra un!l rama, de la que no quedan más que indicios. Sigue, finalmente, en el extremo derecho del sarcófago, la figura del Otoño (Autumnus), sin más vestimenta que un manto, que cae por detrás, dejando el cuerpo infantil de la figura al descubierto. En la mano derecha, alzada, sostiene un racimo de uvas y en la izquierda debía tener otra rama, hoy desaparecida. En el _gran pliegue formado sobre el pecho por el manto (que cubre también el brazo izquierdo), se ve un racimo de flores o frutas. Entre ambas parejas surgen, a ambos lados, las imágines alegóricas del mar y la tierra. Oceanus, en el lado derecho, está representado al modo corriente, echado, con luengas barbas y melena, medio cubierto por su manto y mirando al centro de la composición. Como emblema alusivo a su carácter embraza con la derecha un monstruo marino y corona su cabeza con dos protuberancias a modo de cuernos. Tellus, en el lado izquierdo, también echada, con las piernas cubiertas por su manto, mira igualmente al centro del relieve y lleva en su mano izquierda una rama. Se corona con espigas. En el lado menor de la derecha, una figura infantil desnuda, un satyrillo, con su caramillo (syrinx) y su cayado curvo de pastor (lagobalon). En el izquierdo, dos angelotes pisan la uva contenida en una artesa, cogidos de la mano y cantando y bailando, según costumbre en estas faenas de lagar, cuyo sentido dionysíaco es fácil de ver. Es curiosa la solución convencional de dar a Jos angelotes que simbolizan las estaciones la misma altura que las Victorias aladas que sostienen el clipeus. El hecho no es raro, sin embargo, y lo encontramos con frecuencia en otras piezas anteriores en fecha a la nuestra. En un sarcófago de la Colección Giustiniani (1), vemos la misma (1)

RE1NACH,Relie/1, III 253.

- 266 -

V.-SARCÓFAGOSPAGANOS

escena del labrador arando con su pareja de bueyes. En cuanto a la composición, los tres ejemplares más parecidos son el de Florencia (1) el de Kassel (2). y el de Ny Carlsberg (3). El relieve es de bulto, con volúmenes redondeados. El trépano se ha empleado profusamente en cabelleras, frutos, en los lagrimales, comisuras bucales y espacios interdigitales de manos y pies. Las proporciones son buenas, esbeltas, de trabajo concienzudo y bien terminado. Algunas partes son exentas. La fecha de este sarcófago debe ser de mediados del siglo 111 y tal vez se labró durante el principado de Gallienus, cuya tendencia >de Briteiros y su gemela, Ja hallada en 1930, sus expresiones más insignes, como con clarividencia advirtió para la primera. en 1927, Linckenheld al estudiar estos tipos de estelas entre los mediomatrici (2). Estelas como éstas debían llevar también las cámaras funerarias de Coaña y Pendia, en el O. de Asturias y varias más del N. de Portugal (3). (1) Para las puenas eu monumentos fu• nerarios del NO., véase aquí el epígrafe «Arcos» (págs. 334 y ss.) donde se da biblio• grafía. (2) LINCUNHELD, funeraira en forme de mai.sona che:,; lea medi.omalriqua et en Gaule. París 1927, pág. 111. Véase en este aspecto también LINCltENHELD, Revista Guimaries, XL VII (1937) 81 ss.

w

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(3) Para las del N. de Portugal, véase el trabajo de conjunto de M. C.uoozo, en Re• vista Gnimaries, XLI (1931) y XLII (1932); véase también del mismo autor y revista, el tomo LVI (1946), donde reúne las de Coa• ña y Pendia. Para éstos, A. Gucí.t. Y BELLI• oo, AEArq. 42 (1941) 188 ss. 48 (1942) 216 SS. y 49 (1942) 288 SS.

VIl,-ESTELAS

DEL CENTRO Y NO,

El tipo de estelas oikomorfas es corriente en gran parte de Europa, dentro siempre de territorios ocupados por gentes de estirpe céltica. Abundan en las Gallas y en la región del Mosela y se conocen ejemplos en la Galla cisalpina y hasta en Asia Menor, en la Galatia (1). Era también corriente entre etruscos y romanos (2). 327.-ESTELA

CON BANQUETE FUNEBRE

LÁM. 256.

A. 0,54 m., An. 0,37. - Arenisca, pátina gris. - Procede de Lara de los Infantes donde la adquirió-con otra-n 1867 don Fernando Alvarez, ministro de Gracia y Justicia. Su hijo y heredero, don Fernando Alvarez Guijarro, las presentó en la Exposición Histórico Europea celebrada en Madrid en 1892 con el designio, que cumplió, de legarla con sus compañeras al Museo Arqueológico Nacional. - Madrid, Museo Arqueológico Nacional, Invent. mim. 18.026. FITA, BRAH. XXI (1892) 529-30. - FITA, BSEExc. 11 (1894) 156 fig. 2. - Catálogo de la Exposición Hút6rico Europea. Sala III, l. - RABM, 1896, 178. - RIVERO, Lapidario del Mus. Arq. Nac. nóm. 222. - PERICOT,HE (Gall.) fig. en la p. 555.

Representa a la difunta sentada, de perfil, pero con los hombros de frente, ante una mesa de tres patas. Al parecer siéntase sobre una silla de respaldo curvo y patas en cuarto de círculo. Sobre la mesa se ve una gran copa de forma acampanada, con pie (semejante a una · crátera griega), y junto a ella una corona o-como otros interpretanun roscón de harina, pero extrañamente visto en la integridad de su círculo. La figura femenina, a su vez, presenta en una de sus manos y en actitud como de hacer una ofrenda, otro roscón o corona como sostenida sobre un mango (?). En la mano opuesta no se adivina bien lo que tuvo, si es que algo tema. Es curioso el modo de figurar la cabeza y el pelo; éste a modo de cimera de casco. Por debajo de la ropa talar asoman sus pies, que parecen desnudos. La mesita, con sus tres patas ( mensa tripes) ligeramente perfiladas en curva. Todo el relieve es sumario y plano y de formas convencionales e infantiles. Sin embargo es expresivo y claro, de silueta bien recortada. Rodea el rec(1) BEHN, Priibist. Zeiuch. XI y XII (1919-1920) 94 u.; BEHN, Vorgescbicbtlicbe Forschungen I, l (1922); LmcUl'fJIELII,

Les steles Junéraires en forme de maison cha l,es Mediomatriquea e, en Gaule, París 1927; T&CBUMIB, Germania, XIV (1930) 121 siguientes; LINCKENHEU>,Gennania, XV (1931) 29 u.; J. J. fuTT, Sur quelqua monuments funérairu ,allo-romaina des Pyrénées, RA. 1941, 1, 58 ss. Las estelas oiko• moñas españolas no han irido aún e11t11diaclas

-

349

con detenimiento, ni aun siquiera recogidas en serie completa. Trataron de ellu Ju.HAY, en Ibérica X ( 1923) núm. 459, donde recoge dos de Salas de Bnreba y una de Soto de Bnreba, tal vez oriundas de Poza de la Sal. Esta última es anmamente interesante por mostrar un arco de herradura en sn íron• tón; S. OULLA, Anuario de Prehistoria Ma• drileña, IJ.111 (1931-32); A. G.utCÍA Y BE• LLIDO, Jl:mer¡ta, Xf (1943) 418 ss. (2) MACCRIO■O, Slmbollnno, 65 18.

A,

GARCÍA

Y

BELLIDO

tángulo una banda de triangulilloe tallados a bisel. En la parte alta, que debía de terminar en un semicírculo, se ven los pétalos lanceolados de una media flor que ocuparla el tímpano. Bajo el rectángulo relivario, otro con inscripci6n encuadrada en una orla de cuadrifolios también biselados. La inscripci6n reza: OPTATILAE • F ESTAE • CAND 1D1.BAEBI.VE RNACVLL A E • AN X XIII (6 XXVII)

328.-ESTELA

CON BANQUETE FUNEBRE

LÁM.

256.

Arenisca, pátina cenicienta. - A. 0,42, An. 0,37 m. - Su procedencia ee Lara de loa Infantes y su historia, huta llegar a la Coleeci6n Nacional, la misma que la ante• rior. - Madrid, Museo Arqueol6gieo Nacional, Invent. n6m. 18.025. F'ITA,BRAH. XXI (1892) 530. - Cal4l. E:q>06.Hi.lor. Europeo. Sala 111, 3. F1TA, BSEExc. 11 (1894) 157 fig. 3. - RABM. 1896, 178. - RlvBBo, Lapidario del Mwso Arqueol6Bico Nacional, n6m. 221 (con fig.). - PEmcOT, HE (GaU.) fig. p. 555.

Representa a la difunta en una escena casi idéntica a la precedente. Su ornamentaci6n es aquí más pobre; limítase a medias cañas en los bordes laterales. La figura, femenina como la anterior, exhibe en ésta una jarra similar al tipo de oinochoe griego. La jarra que está sobre la mesa es como la de la mano, y el supuesto rosc6n en la posici6n frontal de la lápida antecedente. lnscripci6n en lo alto del relieve. Dice así: ARCEA ////// AMBATI AVCA. TERENTI. F AN.LXX.B.F.C

329.-ESTELA

.

CON BANQUETE FUNEBRE

LÁM.

Piedra de Hontoria. - A. l m.; An. 0,36 m. - Procede de Lara de los Infantes. Conooida ya en 1867 en poder del vecino de Lara, Diego Moreno (F1ta). - Burgo,, Museo Arqueol6gieo, n6m. del Catál. 161. F1TA,BRAH. XXI (1892) 530. - H tiBJUR, CIL. 11 Suppl. 5800. - MABTOOZBUR• 41 nám. 161.

GOB,

-

350 -

257.

VII.-ESTELAS

DEL CENTRO Y NO.

Escena como en las dos anteriores, pero coronada con una roseta circular más rica en pétalos, ya que entre las seis hojas radiales surgen puntas de otros seis en un bello conjunto de luces quebradas por virtud del biselado. También difiere algo en el tipo de la ornamentación lateral. A la superficie rectangular donde está esculpida la inscripción sigue el cuadrado de la escena relivaria semejante a las ya descritas en las "dos piezas anteriores, si bien aquí presenta un festoneado en los miembros de la silla y en el vestido talar de la figura, que también tiene declarado el pelo por medio de unas estrías. El perfil de la cara es más visible. Ase con la mano una corona o rosco; sobre la mesa una especie de crátera. Se ha perdido parte del relieve en el ángulo inferior derecho. La inscripción dice: CASSIAE FLAVIAN AE CASSI F FLAVI. AN. XXXV

330.-ESTELA

CON ESCENA DE BANQUETE FUNEBRE

LÁH. 257.

Piedra de Hontoria. - A. 1 m.; An. 0,38 m - Procede de Lara de los Infantes. Era conocida en 1867, fecha en que estaba en poder de Diego Moreno, vecino de Lara (Fita). - Burgos, Museo Arqueol6gico. Catal. n. 167. · H ttBNER, CIL. 11 Supp. S799. - Frr.&.,BRAH. XXI (1892) S30. M.&.RTiNEZ BUBGO,43 n. 167.

FRAN1towsu,

Estela, diacoideaa,fig. 69. -

Como la anterior, mas con las variantes de que el circulo de triángulos que rodea a la roseta tiene, a los lados, una ornamentación floral que recuerda las coronas de roble, y el otro circulo más interior un denticulado. Tamhien varia en que el baquetón ha sido sustituido por triangulillos biselados. La escena, como las acostumbradas, semejándose a la del Museo Arqueológico Nacional número 18.026. (aquí número 327, lám. 256). La parte inferior sin labrar. La inscripción dice: ARCEAE C LONGINE F AN XXXV Q F MEAE MATRI F C

- 351 -

A •. GABW

331.-ESTELA

y

BELLIDO

FUNERARIA CON ESCENA DE OFRENDA

L.b,. 257.

Piedra de Hontoria. - A. 0,98 m.; An. 0,39 m. - Procede de Lara de loa Infantes donde las tema Diego Moreno en 1867 (Fita). - Burgos, Mmeo Arqueológico. Cati• logo, n. 140. FITA, BRAH, XXI (1892) 530. -

H tiBl'IBB, CIL. 11 auppl. 5798. -

MtLJDA.,Ibe-

ria Arquol6p:a Ánlen'olllGIIII (1906) lim. XIV. - Ful'l1tows1t1, E,tela, diaeoidea, 155 fig. 69. - Milrll'IBZ BUIIGOS,M n. 140. linl. IX.

Esta, con las dos anteriores, constituyen tres de los ejemplares mejor conservados de la serie de banquete fúnebre con figura femenina única sentada ante una mesa de tres pies. Bajo un gran círculo que contiene una flor de seis pétalos rodeada por una banda lisa y otra de triangulillos, todo trabajado a bisel, sigue, hacia abajo, un rectángulo con la inscripción y, más abajo, otro con un relieve del tipo consabido, salvo las variantes de estar la figura a nuestra derecha, de presentar el roscón o corona (?) de perfil y de tener la mesa un sólo objeto, el gran jarro con pie. A ambos lados de estos dos rectángulos corren, de arriba a abajo, sendos baquetones, al modo como en la del Museo Arqueológico Nacional número 18.025. (nuestro n. 327). La parte de abajo rudamente labrada por estar destinada a clavarse en tierra. La inscripción dice: AIAE • CAEL AON • PEREG RINI. FILIA E AN . LVI. ME MATRI . F • C

332.-ESTELA

CON ESCENA DE BANQUETE ·FUNEBRE

Al. 0,68 m.; An. 0,27 m. - Procede de Lara de loa Infantes. queológico, Catal. n. 361.

LÁM. 258.

Burgos, Museo Ar-

MA.aTfl'IBz Buaoos, 48-9 n. 361.

Lo conservado se divide en tres partes: arriba, un pajarraco (que parece una cigüeña) mete su pico en una gran crátera de asas en forma de volutas. Es de suponer que habría otro componiendo una escena de simetría bilateral. Una de las patas de la supuesta cigüeña agarra el asa. Su significado lo ignoramos. La escena inferior nos presenta a dos

- 352 -

VII.-ESTELAS

DEL CENTRO Y NO.

figuras: de la de la derecha sólo se ven las piernas desde las rodillas y sus largas vestiduras, con el borde inferior acanaJado verticalmente, sin duda de una figura femenina; la de la izquierda, sentada también como la frontera, es de un hombre, a juzgar por sus cortas vestiduras. Lleva cayado o bastón. Entre ambas un trípode con roscón y un recipiente (?) o una piña (?). Entre la parte superior y Ja inferior una banda decorada con estrías horizontales y una hilera de hiedras serpenteante, degeneración de motivos clásicos al parecer, pero con el sentido fúnebre que lleva la yedra.

333.-ESTELA

CON BANQUETE FUNEBRE

Al. 1 m.; An. 0,40 m. queol6gico, Catal. n. 360. MARTfNEZ BURGOS, 48

Procede de Lara de los Infantes. -

LÁM.258.

Burgos, Museo Ar•

n. 360 lám. XVI.

Le falta el extremo derecho de la coronación y un trozo a modo de arco del mismo lado. Parece fué aprovechada ya en la antigüedad pues el arco recuerda el de las estelas oikomorphas del lugar. Es una de las piezas del grupo de composición más arquitectónicas. El extremo superior figura un arco de medio punto cuyo tímpano alberga una roseta de doce pétalos de talla plana, no biselada, como es lo corriente; en cada uno de los ángulos resultantes se ven sendas escuadras. El arco descansa sobre un dintel el cual, a su vez, apoya sus extremos (que coinciden con los del arco) en ~os pareadas columnas muy largas, que forman los bordes laterales de la estela. El espacio que queda entre ellas está ocupado, arriba por la escena relivaria y la cartela epigráfica, y ahajo por una ordenación arquitectónica compuesta de tres arcos ultrasemicirculares apoyados sobre cuatro columnas (cfr. núms. 341, 342, 379 y 382. Véase lo dicho en pág. 330 y ss.). En cada uno de los tres vanos resultantes se ven hojas de yedra en los dos laterales y una palma en el central. La escena relivaria se compone de una figura sedente con una copa en la diestra, un trípode en el centro con una luna en cuarto, de cuernos hacia arriba, sobre el espacio de la mesa y, finalmente, otra figura al lado opuesto, pero esta vez en pie, con túnica hasta las pantorrillas y llevando, al parecer, un jarro en su derecha. AJza la izquierda tal vez

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A •. GABCÍA

331.-ESTELA

Y

BELLIDO

FUNERARIA CON ESCENA DE OFRENDA

L.b1. 257.

Piedra de Hontoria. - A. 0,98 m.; An. 0,39 m. - Procede de Lara de loa Infantes donde lu tenfa Diego Moreno en 1867 (Fita). - Burgos, Museo Arqueol6gico. Cati• logo, n. 140. FITA, BRAH, XXI (1892) 530. - H itBMBB, CIL. II suppl. 5798. - MiLIDA, Iberia Árqueol6~o Ánlerromana (1906) llm. XIV. - FBAM1tows11:1,&,el,.. d~ideaa, 155 fig. 69. - MABTÍl'(BZ BtJBGOS, 34 n. 140. lún. IX.

Esta, con las dos anteriores, constituyen tres de los ejemplares mejor conservados de la serie de banquete fúnebre con figura femenina única sentada ante una mesa de tres pies. Bajo un gran círculo que contiene una flor de seis pétalos rodeada por una banda lisa y otra de triangulillos, todo trabajado a bisel, sigue, hacia abajo, un rectángulo con la inscripción y, más abajo, otro con un relieve del tipo consabido, salvo las variantes de estar la figura a nuestra derecha, de presentar el roscón o corona (?) de perfil y de tener la mesa un sólo objeto, el gran jarro con pie. A ambos lados de estos dos rectángulos corren, de arriba a abajo, sendos baquetones, al modo como en la del Museo Arqueológico Nacional número 18.025. (nuestro n. 327). La parte de abajo rudamente labrada por estar destinada a clavarse en tierra. La inscripción dice: AIAE • CAEL AON • PEREG RINI. FILIA E AN . LVI. ME MATRI . F • C

332.-ESTELA

CON ESCENA DE BANQUETE ·FUNEBRE

AL 0,68 m.; An. 0,27 m. queol6gico, Catal. n. 361. MABTfMBZ BURGOS,

Procede de Lara de los Infantes. -

LÁM. 258.

Burgos, Museo Ar-

48•9 n. 361.

Lo conservado se divide en tres partes: arriba, un pajarraco (que parece una cigüeña) mete su pico en una gran crátera de asas en forma de volutas. Es de suponer que habría otro componiendo una escena de simetría bilateral. Una de las patas de la supuesta cigüeña agarra el asa. Su significado lo ignoramos. La escena inferior nos presenta a dos

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VII.-ESTELAS

DEL CENTRO Y NO.

figuras: de la de la derecha sólo se ven las piernas desde las rodillas y sus largas vestiduras, con el borde inferior acana1ado verticalmente, sin duda de una figura femenina; la de la izquierda, sentada también como la frontera, es de un hombre, a juzgar por sus cortas vestiduras. Lleva cayado o bastón. Entre ambas un trípode con roscón y un recipiente (?) o una piña (?). Entre la parte superior y la inferior una banda decorada con estrías horizontales y una hilera de hiedras serpenteante, degeneración de motivos clásicos al parecer, pero con el sentido fúnebre que lleva la yedra.

333.-ESTELA

CON BANQUETE FUNEBRE

Al. 1 m.; An. 0,40 m. queol6gico, Catal. n. 360. MARTfNEZ BURGOS, 4,8

Procede de Lara de los Infantes. -

LÁM.258. Burgos, Muaeo Ar-

n. 360 lám. XVI.

Le falta el extremo derecho de la coronación y un trozo a modo de arco del mismo lado. Parece fué aprovechada ya en la antigüedad pues el arco recuerda el de las estelas oik.omorphas del lugar. Es una de las piezas del grupo de composición más arquitectónicas. El extremo superior figura un arco de medio punto cuyo tímpano aJherga una roseta de doce pétalos de talla plana, no biselada, como es lo corriente; en cada uno de los ángulos resultantes se ven sendas escuadras. El arco descansa sobre un dintel el cual, a su vez, apoya sus extremos (que coinciden con los del arco) en ~os pareadas columnas muy largas, que forman los bordes laterales de la estela. El espacio que queda entre ellas está ocupado, arriba por la escena relivaria y la cartela epigráfica, y ahajo por una ordenación arquitectónica compuesta de tres arcos ultrasemicirculares apoyados sobre cuatro columnas (cfr. núms. 341, 342, 379 y 382. Véase lo dicho en pág. 330 y se.). En cada uno de los tres vanos resultantes se ven hojas de yedra en los dos laterales y una palma en el central. La escena relivaria se compone de una figura sedente con una copa en la diestra, un trípode en el centro con una luna en cuarto, de cuernos hacia arriba, sobre el espacio de la mesa y, finalmente, otra figura al lado opuesto, pero esta vez en pie, con túnica hasta las pantorrillas y llevando, al parecer, un jarro en su derecha. Alza la izquierda tal vez

IICULTUR.l.-2J

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A • . GABCli

331.-ESTELA

Y

BELLIDO

FUNERARIA CON ESCENA DE OFRENDA

LÁM.

257.

Piedra de Hontoria. - A. 0,98 m.; An. 0,39 m. - Procede de Lara de loa Infantes donde las tenfa Diego Moreno en 1867 (Fita). - Burgos, MU8eo Arqueológico. Catá• logo, n. 140. Fin, BRAH, XXI (1892) 530. - H fiBNEB, CIL. 11 suppl. 5798. - MtLIDA, Iberia .A.rqueol4p;a Anmromana (1906) láin. XIV. - FBANK.OWSJtI, Ealela ducoideas, 155 fig. 69. - MAaTfNEzBuaoos, 34 n. 140. lám. IX.

Esta, con las dos anteriores, constituyen tres de los ejemplares mejor conservados de la serie de banquete fúnebre con figura femenina única sentada ante una mesa de tres pies. Bajo un gran círculo que contiene una flor de seis pétalos rodeada por una banda lisa y otra de triangulillos, todo trabajado a bisel, sigue, hacia abajo, un rectángulo con la inscripción y, más abajo, otro con un relieve del tipo consabido, salvo las variantes de estar la figura a nuestra derecha, de presentar el roscón o corona (?) de perfil y de tener la mesa un sólo objeto, el gran jarro con pie. A ambos lados de estos dos rectángulos corren, de arriba a abajo, sendos baquetones, al modo como en la del Museo Arqueológico Nacional número 18.025. (nuestro n. 327). La parte de abajo rudamente labrada por estar destinada a clavarse en tierra. La inscripción dice: AIAE . CA.EL A.ON • PEREG RINI. FILIA.E AN . LVI. ME MATRI . F • C

332.-ESTELA

CON ESCENA DE BANQUETE ·FUNEBRE

Al. 0,68 m.; An. 0,27 m. queológico, Catal. n. 361. MABTiNEZ

BURGOS,

Procede de Lara de los Infantes. -

LÁM.

Burgos, Museo Ar-

48•9 n. 361.

Lo conservado se divide en tres partes: arriba, un pajarraco (que parece una cigüeña) mete su pico en una gran crátera de asas en forma de volutas. Es de suponer que habría otro componiendo una escena de simetría bilateral. Una de las patas de la supuesta cigüeña agarra el asa. Su significado lo ignoramos. La escena inferior nos presenta a dos

- 352 -

258.

VII.-ESTELAS

DEL CENTRO Y NO.

figuras: de la de la derecha sólo se ven las piernas desde las rodillas y sus largas vestiduras, con el borde inferior acanalado verticalmente, sin duda de una figura femenina; la de la izquierda, sentada también como la frontera, es de un hombre, a juzgar por sus cortas vestiduras. Lleva cayado o bastón. Entre ambas un trípode con roscón y un recipiente (?) o una piña (?). Entre la parte superior y la inferior una banda decorada con estrías horizontales y una hilera de hiedras serpenteante, degeneración de motivos clásicos al parecer, pero con el sentido fúnebre que lleva la yedra.

333.-ESTELA

CON BANQUETE FUNEBRE

Al. 1 m.; An. 0,40 m. queol6gico, Catal. n. 360. MARTfNEZ BURGOS,

Procede de Lara de los Infantes. -

LÁH.258.

Burgos, Museo Ar•

48 n. 360 lám. XVI.

Le falta el extremo derecho de la coronación y un trozo a modo de arco del mismo lado. Parece fué aprovechada ya en la antigüedad pues el arco recuerda el de las estelas oik.omorphas del lugar. Es una de las piezas del grupo de composición más arquitectónicas. El extremo superior figura un arco de medio punto cuyo tímpano alberga una roseta de doce pétalos de talla plana, no biselada, como es lo corriente; en cada uno de los ángulos resultantes se ven sendas escuadras. El arco descansa sobre un dintel el cual, a su vez, apoya sus extremos (que coinciden con los del arco) en ~os pareadas columnas muy largas, que forman los bordes laterales de la estela. El espacio que queda entre ellas está ocupado, arriba por la escena relivaria y la cartela epigráfica, y abajo por una ordenación arquitectónica compuesta de tres arcos ultrasemicirculares apoyados sobre cuatro columnas (cfr. núms. 341, 342, 379 y 382. Véase lo dicho en pág. 330 y ss.). En cada uno de los tres vanos resultantes se ven hojas de yedra en los dos laterales y una palma en el central. La escena relivaria se compone de una figura sedente con una copa en la diestra, un trípode en el centro con una luna en cuarto, de cuernos hacia arriba, sobre el espacio de la mesa y, finalmente, otra figura al lado opuesto, pero esta vez en pie, con túnica hasta las pantorrillas y llevando, al parecer, un jarro en su derecha. Alza la izquierda tal vez

- 353 ISCULTUllA.-a3

A.

GARCÍA

Y

BELLIDO

cumpliendo un acto de oferta a la luna, lo que también debe hacer la figura sedente de la derecha. La inscripción reza: A.MBATAE. A.10 NCAE. LOVGEI F. SATELIVS. LATR O.VXORI.F//

334.-ESTELA CON ESCENA DE OFERENTE Al. 1,19 m.; An. 0,50 m. queol6gico, Cata!. n. 380. MARTÍNEZ

Procede de Lara de los Infantes. -

LÁM. 258. Burgos. Museo Ar•

Buacos, 50-51 n. 380 lám. XVIII.

Divídese lo conservado en tres zonas. La superior remata en medio círculo ocupado por una roseta de seis pétalos, rodeada a su vez por círculos, uno de ellos con triangulillos biselados alternando con haces de hojas como bandas dentadas. Debajo, el rectángulo de la inscripción, encuadrado en motivos reticulados, y más abajo la escena relivaria, conservada en parte, con oferente femenina sentada, mirando a derecha, con silla y vestimenta rayada, la última en sus bordes. Tiene en su izquierda una copa. Se sienta frente a un trípode con copa y roscón. Al otro lado debía haber una figura similar. La inscripción dice: AMBATAE 1/1 ONCAE.T TI.F.AN .LV PATERN / / MATR I F



C i

335.-ESTELA CON DAMA Y PERSONAJE EN PIE Piedra de Hontoria. - A. 0,32; A. 0,24 m. Burgos, Museo Arqueológico. Cata!. n. 414. MARTÍNEZ

BURGOS,

Procede de Lara de los Infantes. -

58 n. 414.

Es el trozo superior de una estela de extremo semicircular. Este lleva tres pétalos radiales que rodean una serie de biseles en zig-zag.

-

354 -

LÁM. 259.

VII.-ESTELAS

DEL CENTRO Y NO.

Por bajo un rectángulo con el relieve plano de una figura femenina sentada, hacia la derecha, alargando la mano como dando o recibiendo una cosa (un recipiente ?) de una figura frontera, pequeña, como de niño o niña, vestida de túnica corta y alzada en pie.

336.-ESTELA

CON FIGURA MASCULINA SEDENTE

Piedra de Hontoria. - A. 0,27 m.; An. 0,20 m. tes. - Burgos, Museo Arqueol6gico. Catal. n. 381. MAJrrfNEZ

BURGOS,

LÁM. 259.

Procede de Lara de los Infan•

51 n. 381.

Fragmento irregular, en cuya parte alta se ve una figura sedente, al parecer, esta vez por excepción, masculina; se sienta de perfil sobre una silla, como las corrientes en estas estelas. Parece tener en la mano izquierda, que cuelga por detrás del respaldo, un báculo. El brazo derecho hacia adelante. Falta la parte que había de tener en frente, tal vez una mensa tripes. Debajo la inscripción, que dice: / / BIVS

LATR / / / /

/ / / / / I AN 337.-ESTELA

XX / /

CON ESCENA DE BANQUETE FUNEBRE

Piedra de Hontoria. - A. 0,45 m.; An. 0,28 m. - Procede de Lara de los Infantes. Burgos, Museo Arqueológico. Catal. n. 440. MA.BTfNEZ BURGOS,

61 n. 440 lám. XII.

Es fragmento de una estela con rectángulo en el que se simula una escena del tipo de las precedentes, aunque parece de bastante mejor factura, dentro del aire y modos primitivos de estos relieves sumarios. La figura femenina, hacia la derecha, se sienta sobre una silla que tiene brazos, en lo que difiere de las anteriores. Parece levantar una copa con una de sus manos. Sobre la mesa, según norma, un roscón y una copa con pie. Rodeaba al relieve, por sus cuatro lados, una ancha cenefa de rosetas de cuatro pétalos interrumpida de trecho en trecho por doble haz de hojas, como de roble, estilizadas.

- 355 -

LÁM. 259.

A.

338.-ESTELA

GARCÍA

Y

BELLIDO

CON DOS PERSONAJES ANTE UNA MESA

Al. 0,38 m.; An. 0,40 m. gico, Catal. n. 172.

De Lara de los Infantes. -

MilTfKEZ Buacos, 44-5 n. 172 lám. XII. 230•l fig. l.

L.hl:. 259.

Burgos, MUBeOArqueoló-

MoNTEVEBDE, AEArq. 51 (1943)

El rectángulo que llevan las figuras (incompleto por su lado iz. quierdo) presenta la escena de una figura sedente femenina al modo acostumbrado, pero con un objeto circular radiado en su mano derecha, que avanza hacia adelante. Enfrente un trípode como cubierto con un plato y, sobre él, roscón y copa con pie. Al otro lado una figura erguida como de niña, que lleva en su mano izquierda un objeto triangular estriado radialmente. La parte inferior, desde la cintura de la túnica que viste, va como plegada. Tal vez los objetos que exhiben ambas figuras en sus manos sean abanicos (1). Encima de la escena descrita la inscripción, incompleta, y todo alrededor una decoración de rosetas cuadrifolias (lado derecho) y triángulos biselados (en la parte inferior). La inscripción dice:

//I

IVS • ET • POMPEIA FLACCILA • MATRI • F. C.

339.-ESTELA FUNERARIA CON ESCENA VENATORIA (?) A. 1 m.; An. 0,29 m. queológico. Catal. n. 149.

Procede de Lara de los Infantes. ·

FuK1tow111:1, E,tela, discoideas, 155 fig. 69. lámina X.

LÁM.

Burgos, Museo Ar-

MARTfNEZ BUBGOS,36-7 n. 149

Divídese la estela en tres zonas. La superior con roseta de seis pétalos inscrita en un círculo de cordaje y otro de hojas lanceoladas. En la zona media se ven un hombre en pie con lanza verticalmente sostenida por su mano derecha, Inientras la izquierda parece posarse en un disco que carga sobre un cuadrúpedo dificilmente identificable con un asno, como se ha dicho, aunque pudiera serlo. El personaje lleva una corta túnica ornada con un denso reticulado. En lo alto de (1) Cír. laa estelas de Autun, romana sul Danubio, fig. 573.

EsP&RANDIEU,

-

111 1880, y la de Aquileia,

356 -

FERRI,

L' Arle

259.

VII.-ESTELAS

DEL CENTRO Y NO.

la escena, y como sirviendo de fondo, tal vez con intenciones paisistas, u.na hilera de hojas de yedra o quizás de árboles. Debajo la inscripción que dice: SEMPRONI O • S E RANO MILI TI. ME. F.AN.XX SOROR.FRA

340.-ESTELA

CON DOS FIGURAS FEMENINAS SEDENTES

Al. 0,50 m.; An. 0,27 m. queol6gico, Catal. n. 389. M.ulTÍNEZ

BURGOS,

LÁM. 260.

Procede de Lara de los Infantes. - Burgos, Museo Ar-

54 n. 389 lám. XVII.

Corónala (quizás aludiendo a dos difuntas), u.na doble meda que encierran sendas rosetas de seis pétalos. Debajo de ellas dos figuras sentadas, femeninas, afrontadas simétricamente, ofreciendo u.na de ellas un roscón o corona y la otra una pequeña copa. Tal vez un acto de libación funeraria. Por debajo la inscripción que dice: AIAE MATERN / / /

341.-ESTELA

CON TRES PERSONAJES

ANTE UNA MESA

LÁM. 260.

Al. 0,50 m.; An. 0,40 m. - Procede de Iglesia Pinta (Prov. de Burgos). - Burgos, Museo Arqueológico. Catal. n. 118. MARTÍNEZ

BURGOS,

30 n. 118 lám. VIII.

Estela dividida en tres zonas. En la superior, banquete funerario con figura masculina sedente en silla con respaldo alto ante un trípode; tiene un vaso en la derecha. Al otro lado de la mesa dos figuras, también de varón, al parecer; u.na, por su estatura, parece como de un muchacho. La mayor tiene un jarro en la derecha caída a lo ]argo del cuerpo, La menor tiene también algo irrecognoscible. De interés es el cuarto de luna, con cuernos hacia arriba, que gravita sobre

-

357 -

A.

GARCÍA

Y

BELLIDO

la escena relivaria. Debajo la inscripción; y en la zona inferior tres arcos ultrasemicirculares sobre columnas pareadas como en nuestros números 333, 342, 379 y 382 (veáse lo dicho en la 335 y ss.). La inscripción dice: AMBATA . CA ELICA. CAi. F AN.XLII

342.-ESTELA

FUNERARIA

A. 0,46 m. tálogo n. 347.

CON TRES ARCOS

L!M. 260.

Procede de Lara de loe Infantes. - Burgos, Museo Arqueol6gico. Ca-

MARTfNEZ BURGOS,

46 n. 347.

La parte conservada comienza con la inscripción, que dice: ARCEA . ELA NIOCA.PATE RNI.F.AN.XXX G. PETELIVS. VX. C

Sigue debajo una decoración arquitectónica formada por tres arcos de medio punto sobre columnas lisas coronadas por capiteles. El resto de la decoración (bordes laterales, separación de letrero y arquerías) son bandas funiculares. (Cfr. con los núms. 333,341,379 y 382; véase también la pág. 335 y ss.) 343.-ESTELA

CON ORNAMENTACION GEOMETRICA

LÁM, 260.

Piedra de Peilaranda. - A. 1,23 m. - Procede de Clunia (aJ S. de la provincia de Burgos). - Burgos, Museo Arqueol6gico. Catál. n. 345. MARTÍNEZ BURGOS,

45 n. 345.

Estela que terminaba en semicírculo dentro del cual se halla inscrito un círculo de radios estrigilados, envueltos a su vez por una faja circular de radios, también estrigilados, pero en sentido opuesto, y, fina1mP,nte, por una banda circular externa de dientes radiales. Sigue, hacia abajo, un gran rectángulo con una especie de reticulado inciso a bisel. En las enjutas inferiores del círcu1o se ven dos medias

- 358 -

VII.-ESTELAS

DEL CENTRO Y NO,

lunas como apoyadas en una base. Luego, bajo una estrecha banda horizontal de cuadrif olios, sigue el rectángulo de la inscripción, que dice: G • PETELIO • PAT ERNO . G. BAERICI F.A.NNO.LVI.A.NN A.MA.LVCA..VX OR. MARITO

344.-ESTELA

CON FIGURA SEDENTE

BAJO UN TEMPLETE

LÁM. 261.

A. 0,70 m. - Procede de Peñalha de Castro (al S. de la prov. de Burgos), localidad la más cercana a las ruinas de la antigua Clunia, en cuya área debió ser hallada tiempo ha. Estuvo empotrada en la Casa Ayuntamiento de Peñalva. - Burgos, Museo Ar• queológico. Catál. n. 117. AMADOR DE LOS Rfos, EMABurgos (1888) FRANltOWSIU, E5'elas discoideas, 157 88. fig.

950. 70. -

SENTENACB, RABM. MARTÍNEZ BURGOS,

1914-15. 29 n. 117 lá•

mina VIII.

Es una de las más bellas y barrocas estelas de la serie burgalesa. Parece ser que en su aprovechamiento cercenaron Ja parte baja, que tal vez llevase la inscripción funeraria. En cambio, supongo que al aprovecharla como lápida indicatoria de la Plaza del Rey, de Peñalba, rebajaron la parte inferior del círculo para borrar la inscripción y dar lugar al título que aún lleva. La estela, pues, remataría por _su alto en un medio círculo como tantas de la región. Lo conservado permite suponer, por consiguiente, que sobre un friso, o zona horizontal, ornada de palmetas libremente imitadas del tema clásico, se esculpió una ancha rueda circular consistente en un baquetón redondo, funicular, y una faja en la que alternan, en técnica de bisel, rosas y espigados. En el área central restante se ve, por caso único hasta ahora en la serie (Cfr., sin embargo, el núm. 385), un templete, de frontón triangular, que cobija un arco de medio punto, todo sostenido por dos columnas con capitel y fuste funicular sobre bases de tres toros asentadas, a su vez, sobre un podium formado por dos listones horizontales. Bajo el arco, y dentro del templete resultante, se ve la figura de una dama sentada, de frente. Los dos segmentos formados por el triángulo del frontón inscrito dentro del círculo, están ocupados por sendas palmas. Las enjutas invertidas, sitas bajo el círculo, presentan una decoración floral indeterminable, en bisel. El templete, con sus columnas, frontón cobijando arco y friso partido, denuncian una data que hemos de situar cronológicamente -por lo menos- en pleno siglo u.

-

359 -

A,

GARCÍA

Y

BELLIDO

Aquí la dama sedente ha de ser la misma que vemos siempre de perfil en las estelas, mucho más bárbaras, de Lara. Es deéir, la imagen funeraria. 345.-ESTELA

CON MUJER SENTADA Y NIÑO

L.bl. 261.

Piedra BJ"eDÍsca. - A. 0,43 m.; An. 0,35 m. - Procede de LBJ'a de los Infantes. Es ya señalada en Madrid en 1892. - Madrid, Mmeo Arqueológico Nacional. Fué donada por don Fernando AlvBl'ez Guijarro (Véase lo dicho en nuestro número 327). FITA., BRAH.

XXI (1892) 258. -

H'6BNER,

CIL. 11 2870. -

RABM.

1896, 179.

No resta de esta estela más que el rondo que había de coronarla. Este va circuido por una cenefa de dentículos biselados. En el centro una figura femenina como las corrientes, sentada de perfil en silla de patas curvas, con respaldo también curvo. Parece que posa su mano sobre la cabeza de un chiquillo que está frente a ella, a la derecha. El chiquillo viste túnica corta hasta las rodillas y avanza hacia la dama. Tal vez sea el simulacro de la despedida de Ja madre. Hay restos de una inscripción que dice:

VA//// RIO 346.-ESTELA

CON PERSONAJE MASCULINO SEDENTE

Piedra de Hontoria. - Diám. aproximado 0,38 m. fantes. - Burgos, Museo Arqueológico. Catál. n. 153. MARTÍNEZ BURGOS,

LÁM.

262.

Procede de Lara de los In-

38 n. 153.

Estela discoidea de la que no resta más que el disco. Como la anterior, pero el personaje masculino, con vara. Mira hacia la derecha.

347.-ESTELA

CON FIGURA SEDENTE MASCULINA

LÁM. 262,

Piedra de Hontoria. - Diámetro aproximado de 0,29 m. - Procede de LBJ"ade los Infantes. - Burgos, Museo Arqueológico. Catál. n. 978. Ingresó en 1944. MARTÍNEZ

BURGOS,

MMAP.V (1944) 71 n. 13.

- 360 -

VII,-ESTELAS

DEL CENTRO

Y NO.

Es una estela discoidea de la cual falta la espiga, que probablemente llevó la inscripción. Lo que hoy resta es un disco bordeado por una cenefa de biseles en zig-zag. Dentro una área circular con la figura sedente de un hombre sentado en silla y mirando hacia la derecha. Es tan borrosa que no se adivina más. 348.-ESTELA

FUNERARIA

CON ESCENA DE GENERO

LÁM, 262.

A. 0,60 m. - Procede de Lara de los Infantes. - Burgos, Museo Arqueológico. Ingresó en 1944. Antes estuvo en propiedad de un particular. MoNTEVERDE, AEArq. 51 (1943) 230-1 6g. 4. (1944) 71 n. 16 lám. XI l.

MARTfNEZ

BuRGos,

MMAP. V

Lo conservado se divide en dos campos separados por una banda horizontal rellena con estrías oblicuas que varían de sentido dando lugar, de vez en cuando, a triangulillos. La escena de arriba representa, a la izquierda, a un hombre sentado ante un banquillo sobre el cual se ven una serie alineada de recipientes. En el extremo del banquillo un cubo grande que parece tiene en la mano un servidor que se aproxima con otro que le sigue, llevando ambos otro cubo o una cesta, de forma distinta del anterior. Por encima se ven unos palos cruzados, diflcilmente interpretables dada la falta de perspectiva de ellos. Se ha dicho que podía representar al dueño de una hacienda en una operación de trasiego de líquidos, lo que bien pudiera ser. El arte es bárbaro, como es corriente en estas estelas. Nótese la dif erencia de tamaños entre el que creemos dueño y los que parecen esclavos. En el rectángulo de abajo se ven unas rayas como una gran V y una pequeña cruz entre sus brazos, y bajo el vértice de la V una A y una T enlazadas. A mano izquierda de estos esgrafiados superficiales vemos un berraco en relieve plano y bajo él unas rayas indescifrables.

349.-ESTELA A. 0,41 m. tálogo n. 359.

LÁM, 262.

CON MUJER ANTE TELAR ~

Procede de Lara de los Infantes. -

MARTINEZ BURGOS,

Burgos, Museo Arqueológico, Ca•

47-8 n. 359 lám. XVII.

Bajo un doble círculo que encierra una roseta de seis pétalos labrados en bise], se ve una inscripción, y bajo ella un rectángulo con -

361 -

A,

GARCÍA

Y

BELLIDO

el relieve de una mujer, que viste falda plegada verticalmente, ante UD telar; consiste éste en un bastidor rectangular del que cuelgan los hilos. La dama parece tener en sus manos una espata y la carda. Se toca con pelo corto y rizoso (?). En cuanto a la inscripción, esta leyenda: ATTA. ALTICA AVNIAII F.AN.XX

350.-ESTELA

CON ESCENA DE BANQUETE FUNERARIO

Piedra de Hontoria. - A. 0,98 m.; An. 0,32 m. tes. - Burgos. Mmeo Arqueológico. Cat6l. n. 382. M.urlqz

Procede de Lara de

LÁII. 1011

Infan,

BUBGOS,51-2 n. 382.

Está dividida en tres secciones; la más alta presenta una rosa de seis pétalos, cuyos extremos se unen por medio de otros pétalos que cierran un círculo; a éste lo rodean rosetas menores que alternan con palmetas; falta la parte superior, que, probablemente, terminaría en medio círculo, como en sus compañeras antes descritas y como fuerza el pie de composición; debajo sigue una franja con dos carreras de triángulos conteniendo dentro de ellos unas bolitas o semiesferas. A continuación el área del letrero, y más abajo una escena, muy mal conservada, en la que se adivina una figura sedente sobre silla de alto respaldo, mirando a nuestra izquierda y ante un trípode. La figura femenina lleva en sus dos descomunales manos un roscón (o un pan redondo), y una copa de forma de campana. Sobre la mesa parece haberse esculpido algo ahora indescifrable. La inscripción dice: D

M

FVSCVLE CORNEL/// IE. PATER NA//fE ORVM VITOR ARITVS XORI

-

ANN XXXV M

362

V

263.

VII.-ESTELAS

351.-ESTELA

DEL CENTRO Y NO.

CON ESCENA DE FIGURA SEDENTE

A. 0,74 m.; An. 0,34 m. - Procede de Lara de loa Infantes. queológico. Catil. n. 388. MAllTfNEZ BURGOS,

Lüt. 263. Burgos, Mwieo Ar-

54 n. 388.

Estela con gran rectángulo rodeado de un baquetón funicular. En el campo superior, y en su centro, una figura sedente de perfil hacia la izquierda, con algo en la mano derecha alzada, que parece un roscón. No figura el acostumbrado trípode. En el ángulo inferior derecho, unas letras incisas: V E . En la zona inferior la cartela con la inscripción: ARCEA/ //ccN M . AMBATI

F •

352.-ESTELA

CON ESCENA DE BANQUETE FUNEBRE

Al. 0,34 m.; An. 0,19 m. Arqueológico. Catil. n. 151. MARrlNEz

BURGOS,

Procede de Lara de los Infantes. -

LÁM.

263.

Burgos, Museo

38 n. 151.

Estela de extremo superior semicircular y cuerpo rectangular, con bordes de doble baquetón funiforme. Mal conservada. La parte superior con escena de figura sedente delante de trípode. Debajo la inscripción. COEMEA. AGOLIECA. APLONI • F

353.-ESTELA

CON HOMBRE SENTADO Y ANIMALES

A. 0,63 m.; An. 0,34 m. queológico. Catál. n. 152. M.uniNEZ

BURGOS,

Procede de Lara de los Infantes. -

38 n. 152 lám. X.

LÁM.

Burgos, Museo Ar-

263.

A,

GARCÍA

Y

BELLIDO

Es una variante muy curiosa de las estelas con difunto sedente ante trípode. La estela que estudiamos tiene forma de disco, unido a un prisma con inscripción. El disco está circuido por una serpiente terminada en dos cabezas, al parecer con orejas o cuernos; el cuerpo de la serpiente lleva una decoración espigada. Esto permite suponer que en las otras estelas (núms. 355-360, 363-364, 369-372 y 374), en las que vemos doble borde circular con decoración sogueada, tal decoración ha de tener, probablemente, un significado alusivo a la serpiente funeraria, presente en otras estelas también, como en la de doble relieve de Clunia (n. 366) (1). En el campo circular del disco vemos, a la derecha, la figura borrosa del sedente; frente a él un trípode y, como gravitando sobre el trípode, una cosa que se ha interpretado como cuchillo, pero que es dudosa; más arriba un ciervo hacia la derecha. Además de estos relieves se ven unos grafitos representando dos animales cuadrúpedos (no identificables) a ambos lados de la cabeza de la sierpe que entra en el campo circular, y otro delante de la cierva, el cual parece un jabalí con las cerdas del lomo híspidas; se dirige hacia la derecha. Debajo del rondo la inscripción, que dice: COEMEAE SI CAE I. F. AN L. LVTATIVS.

354.-ESTELA

FUNERARIA

DE APLON • LXXV PATE/ //

CON ESCENA DE CAZA

A. 0,23 m.; An. 0,13. - Procede de Lara de loe Infantes. lógico. Catál. n. 441. MilTfNEZ

BURGOS,

Burgos, Museo Arqueo•

62 n. 441.

Estela en forma de disco, del que sólo su .mitad izquierda ha llegado a nosotros. El borde del disco estaba formado por un aro dentado y otro con triangulillos incisos en bisel, alternando con haces dentados. En el interior del área circular se ve casi entero un cervatillo que corre hacia lá izquierda con la cabeza vuelta, como si mirase a su perseguidor al cual, probablemente, ha de pertenecer lo que parece ser una punta de lanza que asoma sobre el cervato. El exergo de este círculo lleva decoración de triángulos incisos biselados bajo dos bandas horizontales. ( 1) Véase lo dicho en Iá. págs. 336 y ••·

L.Á.M. 264.

VII.-ESTELAS

355.-ESTELA

DEL CENTRO Y NO.

CON ESCENA DE CACERIA

A. 0,41 m.; An. 0,25 m. queol6gico. Catál. n. 447.

Procede de Lara de los Infantes. -

LÁM.

264.

Burgos, Museo Ar•

Debía de ser estela discoidea. El disco estaba rodeado por una decoración de doble funículo (probablemente una sierpe. Cfr. números 353, 365 y 366 y lo dicho en las págs. 340 y ss.) En lo que resta vemos un guerrero, o cazador, armado de larga pica, que sostiene hacia lo alto con ambas manos, como si esperase la acometida de algún animal. Debajo del cazador una cierva. 356.-ESTELA

DISCOIDEA CON ESCENA DE CAZA

Al. 0,65 m.; An. 0,34, m. - Procede de Lara de los Infantes. queol6gico. Catál. n. 4,66.

LÁM.

264.

Burgos, Museo Ar-

Sólo ha llegado a nosotros la parte derecha del disco y el comienzo del pri,sma que le servía de vástago. Estaba rodeado por una media caña espigada y dentro se representaba una escena cinegética, a la que pertenecieron un jinete (sólo se ven las patas delanteras del caballo) y un jabalí (?) que corre hacia la izquierda y sobre el cual cae un descomunal perro (?) que, por caso sumamente extraño, está representado como visto desde arriba. Unas incisiones de la parte superior parecen letras ibéricas. La cartela trapecial con inscripción incompleta, que dice (con dudas): : OLIELA

/

OIN/// LIII DOLA SILACO

357.-ESTELA

FUNERARIA

Radio aproximado, 0,35 m. Arqueol6gico. Catál. n. 391. M.uiTfNEZ

BURGOS,

CON ESCENA DE CAZA Procede de Lara de loe Infantes. -

LÁM.

Burgos, Museo

55 n. 391.

Fragmento del disco de una estela. Estaba bordeado por un doble funículo (véase lo dicho en el número 355 y en las págs. 340 y ss.)

264.

A.

GARCÍA

Y

BELLIDO

y dentro un ciervo que huye hacia la izquierda, volviendo la cabeza al penecutor, al cual deben de pertenecer los restos de un objeto que se ha supuesto sea un arco, pero que ha de ser, sin duda, otra cosa; el arco no es arma usada en la Península desde el Neolítico. 358.-ESTELA

DISCOIDEA CON TRES GUERREROS

A. 0,50 m. - Procede de Lara de loa Infante&. tálogo n. 383. M.urríl'lEZ

L.b,. 265.

Burgos, Mmeo Arqueológico. Ca-

Buacos, 52 n. 383.

Es sólo un trozo del lado izquierdo del disco de una estela. Rodeábalo un doble funículo (probablemente una serpiente, como en los núms. 353, 365 y 366. Véase págs. 340 y ss.) En la mitad superior del área circular se ven ahora tres personajes yendo hacia la derecha (probablemente eran más), todos -al parecer- en la misma actitud, es decir, con la mano izquierda en alto esgrimiendo un puñal o espada de canal central. La mitad inferior del cu-culo, una cartela con orejetas y un tallo serpenteante de hiedra; dice en su inscripción:

L .ANTO////// F. OVIi////// AED

359.-ESTELA

fi///////

DISCOIDEA CON ESCENA DE GUERRA

Diámetro aproximado, 0,55 m. Mmeo Arqueológioo.Catál. n. 446. MARTÍl'lEZ BURGOS,

Procede de Lara de los Infantes. -

L-'.11.265. Burgos,

62-3 n. 446 lám. XX.

El disco estaba rodeado por un doble funículo, símbolo probable de una serpiente funeraria (cfr. lo dicho en el núm. 353. Ver también págs. 340 y ss.) En la parte superior del cu-culo se ve, en lo conservado, un guerrero que avanza hacia la derecha empuñando en la diestra una espada de pomo esférico y en la izquierda un escudo oblongo. Lleva cinto y, pendiendo de él, la vaina de la espada. Detrás un arbusto como una palma, o una palma como un arbusto. Debajo de la faja que separa ambos segmentos de cu-culo una hoja de hiedra y una luna en cuarto con los cuernos hacia arriba, como siempre.

- 366 -

VII.-ESTELAS

360.-ESTELA

DEL CENTRO Y NO.

DISCOIDEA CON GUERREROS

A. 0,42 m. - Procedencia: Lara de los Infantes. Catálogo n. 379. MARTfNEZ BURGOS,

LÁM. 265.

Burgos, Museo Arqueológico,

50 ntím. 379.

El disco, rodeado de doble funículo (Cfr. lo dicho en el número anterior) contiene en su campo superior tres guerreros en marcha hacia la derecha. El delantero, menor, sin atributos recognoscibles; el que sigue lleva lanza y escudo oblongo (l); y el tercero sólo se ve en parte. Entre el escudo y la cabeza del primero, una cosa que pudiera ser un puñal. Debajo del baquetón horizontal, que sirve de te• rrazo a las figuras, dos palmas u hojas grandes y en medio una hoja de hiedra (?). En el arranque del cuerpo de la estela la inscripción: ADICENO. VRO • MILITI

LA//

COVERTI. cov1/ / REAE. CA ROB V//

361.-FRAGMENTO A. 0,40 m. Catál. n. 146.

DE ESTELA CON ESCENA DE GUERRA Procede de Lara de los Infantes. -

MABTfNEZ BUllGOS,

LÁM. 265.

Burgos, Museo Arqueol6gico.

35 n. 146 lám. IX.

Es una verdadera pena que no haya llegado completa a nuestras, manos pues en ella había de haber una compleja escena de sumo interés, a juzgar por lo que se ha salvado. En su estado de mutilación no es fácil descifrar su contenido, pero parece adivinarse un episodio referente al cerco de una ciudad. Describamos lo que se ve. Una parte pequeña de un arco ultrasemicircular, enlazado con una parte rectilínea, pudiera ser el modo simple y geometrizado de significar una ciudad, o, mejor, las murallas de una ciudad. La decoración de aspas biseladas y de rayas curvas en las dos partes de esta línea mixta, no es sino el modo de llenar un espacio con valor meramente simbólico. En la (1) Para el escudo oblongo véase la bibliografía dada en la nota 2 de la página siguiente.

A.

GARCÍA

Y

BELLIDO

parte interior se ven dos hombres con sendas y largas trompetas cuyas bocas caen fuera del recinto. El que figura en primer lugar (único completo) viste túnica larga hasta media pierna. Encima otro per• sonaje con una cosa curva que se ha dicho ser un arco, pero que yo creo más bién sea un instrumento músico similar a los luren célticos y de los cuales se conocen trasuntos en la zona de Numancia, tan cercana a la de Lara (1). Pudiera ser también una especie de cornu romano. Parece que aún, encima de este personaje, había dos tocadores más de trompeta, a juzgar por las dos bocas que se ven en el ángulo superior izquierdo. También pudieran ser los pies de un personaje caido, pues sus formas se parecen a las del tocador de trompeta. Por fuera del que hemos llamado recinto se ven, de arriba ahajo: una lanza o jabalina, un guerrero con espada, una punta de lanza y, finalmente, en el extremo inferior, un ave, tal vez un cuervo. Los trompeteros y el posible cornicen pudieran significar la victoria de los sitiados y el pajarraco las víctimas habidas por los sitiadores. La jabalina suelta y sin dueño, el arma abandonada. en el campo, parecen aludir a la derrota de los sitiadores. 362.-ESTELA

DISCOIDE CON GUERRERO

Al. 0,17 m. Catil. n. 44.2.

Procede de Lara de los Infantes. -

LÁM. 266.

Burgos, Museo Arqueológico.

MABTfNEZBUBGOS,62 n. 44.2.

Trozo derecho de un disco con rebordes en dientes de sierra y triángulos incisos en bisel. En la zona superior se ve un guerrero con escudo oblongo y una lanza con amentum. Delante de él debía de haber otro guerrero con .una lanza igual (se ha interpretado como trofeos, pero insisto en que deben ser amen.ta) (2). 363.-ESTELA

CON GUERREROS Y MONSTRUO ALADO

Radio aproximado, 0,60 m. - Procede de Lara de los Infantes. Arqueológico. Cat61. n. 412.

Burgos, Museo

MABTiNEZBuRGOs, 58 n. 412. (1) Vide mi estudio «Música, danza y literatura entre los pueblos primitivos de España» en Revista de Ideas Estéticas, nÚ• mero 3 (1943) 79 ss. (2) Sobre el amerr:tum en los vasos ibéri• cos de Liria, véase BuLESTER, AEArq. 46

( 1942) 48 BB. Hay un ejemplo eu vasos nu• mantinos. Para el escudo oblongo, o «l!Cll• tum.»,véase principalmente J. CllRE, BSAA· UnivVall. VI (1939-40) 57 ss. A. Gucí& Y BELLIDO, La Dama de Elche, 100 SS. AEArq. 50 (1943) 91 18.

- 368 -

LÁ.M.266.

VIl,-ESTELAS

DEL CENTRO Y NO,

Es tal vez la más curiosa de estas estelas por la presencia de una especie de grifo con sus mamas múltiples y alas. La cabeza no se percibe bien. El tema es, probablemente, un préstamo tomado a cargo de lo romano. Grifos alados con mamas se ven en algunas estelas francesas como las de Bourges, Le Puy, Autun (1). Sobre el monstruo alado una luna en cuarto, con los picos para arriba; a mano derecha, y tocando con el borde roto, un ángulo recto; es, probablemente, la esquina de una escuadra como las que vemos en las estelas números 380 y 388, pero muy dudosa aquí. El grifo parece volar al encuentro de un guerrero sito a la izquierda y armado con puñal y escudo. Al otro lado se ve un nuevo personaje con lanza vertical. Toda la escena estaba enmarcada por una doble media caña con decoración funicular, símbolo de la serpiente (Cfr. lo dicho en el núm. 353 y en la pág. 340 y ss. sobre el caso).

364.-ESTELA

CON FIGURA DE JINETE Y ARCOS

AJ. 0,65 m.; An. 0,41 m. queol6gico. Catil. n. 386.

Procede de Lara de los Infantes. -

LÁM.

Burgos, Museo Ar•

MARTfNEz Buacos, 53 n. 386 lám. XIX.

Lado izquierdo de una estela discoidea. El círculo, rodeado de dos bandas funiculares, está dividido en tres campos (Vide n. 353). La mitad superior está ocupada por el jinete, hacia la derecha, con su lanza baja. Probablemente en la parte que falta habría algún animal en cuyo caso representaría una caceri!l como en las estelas de nuestros números 365 y 374. En la mitad inferior del círculo hay en primer lugar, una serie de arcaturas que en su estado completo serian cinco, apoyadas sobre columnas, las cuales, a su vez, se asientan sobre un zócalo corrido. No creo sea imagen de un puente, sino de un edificio como un pórtico. Sistemas de arcos no son raros en estas estelas (Cfr. núms. 333, 341, 342, 344, Recuérdese también lo dicho en la pág. 334 y ss.) En el exergo se ve una serpentina de hiedra, pero muy estilizada. Hay unas rayas en el medio arco primero que no acabo de entender; tal vez sea un arbusto.

(1)

EsPÉRANDIEU,

IIC'ULTIJli,-14

11 1657

y

1948; 111 1977.

266.

A,

365.-ESTELA

GARCÍA

Y

BELLIDO

DISCOIDE CON ESCENA CINEGETICA.

A. 0,65 m.; An. 0,44 m. queol6gico. Catil. n. 378. MABTfNEZ BUBGOS,

49

D.

Proeede de Lara de los Iníantee. -

LÁM.

266.

Burgos, Museo Ar•

378 lám. XV.

El disco sobre vástago prismático ha llegado algo mutilado, pero su escena está virtualmente completa. En la mitad superior del círculo vemos un jinete hacia la derecha, con lanza, como persiguiendo a un jabalí. Entre ambas figuras, pero un poco por encima de ellas, un personaje masculino, desnudo al parecer, con rodela y espada. Parece ayudar al jinete en su persecución cinegética. Debajo la cartela con orejetas y más abajo un ara flanqueada por dos palmas. Todo el rondo está circuido por una doble baqueta cordiforme tf!rrniuáu,.ose bajo el ara en dos protomos como de caballo (Véanse las págs. 341 y ss.) La rodela es de tipo circular, pequeño, propio de los iberos. Es la llamada «caetra», de uso corriente en el siglo II y I antes de J. C. incluso entre los pueblos de la meseta (1). La inscripción reza: SEMPRONIO FE STO. LOVGEI F.AN.LXV

366.-ESTELA

CON RELIEVE

EN SUS DOS CARAS

U.11. 267.

Piedra caliza. - Diámetro aproximado del disco, 0,50 m. - Procede de Clunia, al S. de la prov. de Burgos. - Burgos, Mu.seo Arqueol6gico. Catál. n. 171.

MA.BTiNEz Buacos, 44 n. 171 lám. XIII.

Por caso excepcional esta estela presenta esculturas en sus dos caras, sin que tengamos razones suficientes para adivinar cuál fué la principal. Parece probable fuera la del jinete. Este, en silueta plana, cabalga hacia la derecha. Lleva escudo redondo (2) y lanza. Todo el borde externo del disco está ocupado, a modo de marco, por una serpiente cuya cabeza cae delante de las manos del caballo. Sin duda es {l) Para la caetra véanse: J. CMú, La caetra y el scotum en Hiapania durante la segunda Edad del Hierro, BSAAUnivVall.

VI (193940) 57 88; A. G.\BCÍA La Dama u ElcM, 100 y ss.

- 37º -

(2)

Véase la nota anterior.

y

BELLIDO,

VII,-ESTELAS

DEL CENTRO

Y NO,

un símbolo chthónico como entre griegos y romanos, según explayamos en la introducción a esta sección. El hecho de que la punta de la lanza haya partido el cuerpo de la serpiente no quiere decir nada, a mi juicio, pues el mismo caso se da en el lado opuesto con la contera de la misma lanza, y arriba con las orejas del caballo. En el reverso del disco vemos una vaca hacia la derecha y encima de ella un animal carnívoro, como devorándola (¿un lobo?). Bajo los pies de la vaca dos peces con la cola en alto· y la boca en bajo. Rodeando el disco tres serpientes, dos de ellas parecen querer morder a los peces, la tercera está sobre el carnívoro que monta a la grupa de la vaca. No tenemos la menor idea del valor de esta escena, pero ha de estar indudablemente relacionado con un sentido fúnebre y escatológico, como corresponde a la serpiente (Cfr. núms. 27, 30, 34, 37, 38, 39, 44, 46 48 y 55. Véase sobre la serpiente lo dicho en las págs. 340 y ss.)

367.-ESTELA

FUNERARIA

CON JINETE.

LÁ.M.

Piedra caliza. - A. (con el pie) 1,15 m.; An. 0,80 m.; Gr. 0,29 m. - Hallada por un labrador, en 1907, dentro del área de las ruinas de la antigua Clunia, cercanas a Conúia del Conde (S. de la prov. de Burgos). Se hallaron cuatro estelas similares, con jinetee, pero sólo dos se han salvado, hasta cierto punto, pues como fueron llevadas al convento de loe PP. Misioneros del Corazón de Maria del Buen Suceso de Madrid y este fué arruinado en la guerra civil de 1936, las estelas, en realidad, han desaparecido, aunque es de esperar reaparezcan entre las ruinas que ahora se desescombran. Entre tanto hemos de valemos de descripciones y grificos solamente. NA.V.U,

BRAH. L (1907) 431. -

FllANltOWSKI,

Estela,

Discoideaa, 36 lim. l. -

J. C...URt, BSAAUnivVall. VI (1939-40) 86 n. XVI lim. XVI a la derecha.

Es un disco con vástago para su fijación en tierra. El disco lleva un grueso reborde de traza irregular y sin decoración. Dentro un caballo con su jinete galopando hacia la derecha. El jinete, de gruesos miembros inferiores, pie diminuto, hombros de frente y cabeza cuadrada de facciones indescifrables, empuña en su diestra una lanza (?) curvada (creo que por no sacarla fuera del marco) en la que lleva ensartadas tres rodelas; en el cuello del caballo hay otra mayor y en el pecho otra, pequeña; delante del caballo se ven aún otras cuatro rodelas más, la inferior, menor que las superiores (sospecho que por imperativo del espacio). El caballo, con riendas y larga cola. En el arranque del vástago de fijación unas rayas en cuadros. Es de arte muy rudo, pero con idea del bulto redondo, que las de Lara no mues-

-

371 -

268.

A.

GARCÍA

Y

BELLIDO

tran. Parece muy verosímil que la profusión de escudos aluda a los enemigos muertos por el efigiado (1). 368.-FRAGMENTO

DE ESTELA CON JINETE

Piedra caliza. - Diámetro, eetando entera, de unos 0,70 m. terior y, como ella, hoy desaparecida.

L.br. 268. Hallada con la an-

N.&VAL, BRAH. L (1907) 431. Faun:own:1, E,fela. discoid«u, 37 fig. 6. J.Cilai,BSAAUnivVall. Vl(l939-40)16m.XVl,alaizquierday p6g. 86 n. XVI.GóMEZ Mou:l'fO, Múceldneas, Madrid, 1948 n. 95.

Es casi igual que la precedente. Lleva un gran escudo, lanza con rodela (?) atrás; es curioso que el artista, en su afán de claridad hizo que el jinete adelantase la rodela que lleva en el brazo izquierdo, al lado opuesto, como mostrándola. En el cuello del caballo se trazó otra rodela diminuta y, delante de él, tres más (2). Bajo el caballo una inscripción (figura adjunta) con caracteres ibéricos en la que se lee caabaarimos.

369.-FRAGMENTO

DE ESTELA CON JINETE

LÁM.

Al. 0,39 m.; An. 0,27 m. - Procede de Lara de los Infantes. - Burgos, Muaeo Arqueológico. Catál. n. 413. M.&aTÍNEZ BURGOS,

58 n. 413.

Fragmento de una estela discoide con jinete hacia la derecha. Lleva lanza en ristre y rodela con umbo (3). El faltarle toda la mitad ( 1) Aa1sl'ÓTKUs, Pal. 1324 b, alude a una costumbre ibérica muy similar a ésta : &VM 'tOtl; •¡~YJ(!O;V, 16vat 11:0A&fl.tx