Epistemología para principiantes

Citation preview

Epistemología PARA

PRINCIPIANTES

Buenos Aires: Era Naciente 2008

2

:fi.lHJrlllol\)ú((.i6H·- � u

·

O\�TE oLS>GiA

0\ LA.

Epistemología es una palabra que suena a difícil y erudita, cu lta . Los que se dedican a esta actividad suelen pasar por i ntelectuales, estudiosos «gente difícil de entend er». S i n embargo, Heinz von Foerster (1911-2002), un gran pensador contemporáneo, físico, pionero de la cibernética, teóri­ co de la organización, epistemólogo sostenía que «todos tenemos una epistemología pero no sabemos que la tenemos».

,

,

Así como el «Burgués Gentilhombre» de Moliere (1 622- 1 673) no sabía que hablaba en prosa, muchas personas tampoco saben que ;:: tienen una ep i stemol ogí a . Epistemología es el nombre que le da mos actualmente a la disciplina que se ocupa d el cono cim i e nto . 1 """ Aunque a Jo largo del tiempo y en diferentes lugares las pregunt a s han cambiado, a lgunos de los interrogantes más insistentes han si- / do: ¿Qué s ig nifica conocer? ¿Cuáles son sus límites? ¿Hasta dónde es posible confiar en lo que sabemos? ¿Cuáles son las fuentes :::,,. del conocimiento? ¿Quién conoce? ¿Cómo es el proceso de conocimiento? ¿Cómo se valida el saber ? De un mod o u otro, todo ser humano se ha e ncontr a do con estas preguntas y en mayor o me- '-­ nor grad o ha tenido que responderlas.

� · ,.,

- ,



"===

\ ...--

/

�---;;il"f:-

\:, (

:AZ.

/Jf(

)!(;

JI(;:

7.K.

3

]

[

Todos los seres human os tenemos con oci mientos pero ... ¿ s a bem o s qué es conoc e r? Cuando le pedían que def i n iera el t i e m po, San Agu stín (354-430) daba un a res p u esta q u e vale perfectamente p a ra el con oci­ m iento y, p o r extensión, para m u chos gra n d es temas q u e a d miten dife­ rentes perspectivas.

El cam ino del conocimiento no es una a utopista que parte d e la ign o­ rancia para arribar al saber. Es un amplio jardín d e senderos que se bifurcan en m últiples dimensiones g e n e ra n d o un paisaje caleidoscóp ico en el que l o s saberes se enreda n , entrecruzan, atr avi e s a n , d i stin­

L

,

guen y confunden con las creencias, la sabiduría, la informac ión, la comprensión, las exp l icaciones, la ciencia, las opiniones . . .

4

En distintas culturas existen diferentes concepciones sob re el conocimiento:

En distintos pa íses y en diferentes momentos, incluso en cada i nstitución, las competencias y fronteras de cada una de estas miradas han sido d ife­ rentes y han variado a través del tiempo.

5

El poeta y filósofo libanés Khalil Gibran ( 1883-1931) y el filósofo, psicólo­ estad ounidense J o hn Dewey (1859-1952), como muchos

go y p e da g og o

otros p en sa d ores ,

concibieron perspectivas val iosas para intentar com­ prender el conocimiento.

No sólo en distintas épo c a s , sino en un mismo t i em po y en un mismo país también coexisten diferentes concepciones respecto al conoc i m iento. Por lo general una misma persona pa rti c i pa de múltiples formas de co n o c er y de legitimar su saber. Estos c o no ci m i entos tienen mucha i m porta n c i a en nuestra forma de vivir, de enseñar y a p re n d er, de comunicarnos, de relacio­ na rnos , de resolver nuestros c onflictos y compart ir nuestras experiencias. La teoría del conocimiento, la filosofía de la ciencia, la epistemología, las c i encias cognitivas, la gnoseología son d is c i p lin as q ue se ocupan de la am­ pl ia, diversa y ardua tarea de c onocer el conocimiento. No s i n riesgos . . .

6

No existe un ún i co problema del conocimiento. Cada cultura ha pensado de distintos modos la actividad cogn itiva . La importancia rela tiva de las p reguntas se modifica en cada época, nuevos interrogantes aparecen y ot ros se desvanecen. Aunque heredaron saberes e interrog a nte s de los antiguos grieg os o de los hombres del renacimiento, las preocupaciones centrales y las fo rm a s en que los epistemólogos académicos del siglo XX han planteado el problema del con ocim i e nto son diferentes. Esta d ivers i­ dad de problemáticas nos ha l l eva do a elegir una forma de presentar los problemas respetando, hasta don d e es posible, la perspectiva de las d i s ­ tint as épo cas y lugares.

El cam in o del conocimiento del c onocim i ento que vamo s a recorrer co­ mienza en la ant igua Grecia y fin a l i za en el Occidente contemporáneo. En su transcurso se d espl i e g an los interrogantes de cada época en su con­ texto histó rico y en relación a su forma de ver el mundo. De este modo, evitaremos la a rrogan cia de suponer que la mirada de nuestra cultura es necesariamente superior a otras. Seguir el itinerario de los distintos capí­ tulos, concentrarse en la int e g ri d ad de cada período y prestar atenció n a la forma es pecifica de construir y entender los problemas inherentes a ca­ da épo c a permiten hacer una lectura que también da cuenta de los cam­

bios y las p erm an en c ias en la evolución histórica.

7

El conocimiento ha sido concebido por algunas corrientes de pensamien­ to modernas como una «capacidad humana natural» y, como tal, ahistóri­ ca e independiente del contexto sociocultural. Sin embargo, ésta es ape­ nas una entre muchas otras concepciones. Cada vez más estudiosos del «conocimiento del conocimiento» en sus diversas formas tienden a consi­

derar que éste no existe independientemente de los otros aspectos de la vida humana y que para conocerlo es imprescindible comprender las rela­

ciones entre el saber, el poder, el hacer y el sentir, así como los modos en que las distintas instituciones sociales llevaron adelante estas tareas.

Al intentar comprender el conocimiento en su contexto histórico social he­ mos destacado las relaciones de la epistemología con los demás saberes. Nuestra concepción del conocimiento no es independiente de lo que pen­ samos sobre el mundo y nuestro lugar en él.

La ciencia y la epistemología

han estado siempre entrelazadas ( aun cuando su conexión haya sido ne­

gada ) . Esta mirada integradora no pretende ser exhaustiva: no supone

que el camino recorrido es el único posible ni que puede exponerse com­

pletamente. Lejos de presentar una historia lineal, el itinerario propuesto muestra saltos, lagunas, retrocesos, caminos sin salida, retornos inespe­ rados, transformaciones ...

8

En los lejanos tiempos en que nació la cu l tura griega existían ya muchas ot ras como la egipcia, la china o la hindú con saberes muy diferentes a los que forjaron Sócrates, Platón o Aristóteles. El pri v i leg i o de la palabra divi­ na que hablaba sólo por la boca de los sacerdotes o los reyes, era la nor ma en ciertas so c ie dade s donde el ritual era el organizador de la práctica ,

­

social.

del conocimiento, p a rti r de la G re cia Anti g ua cuyo legado ha sido fundamental para la construcción de nuestra cultura y por lo tanto de nuestra epistemología, puede mostrar­ Como es imposible recorrer todos los senderos ,

nos un

camino.

9

�� :.· ..

�·i�A�!�!í_�J1·. ·'· T

AT t:N,.t): --��-��

LI\

. ' ' '' 't. .. . ": ... .

�5 (.EL L�([-j

cualqu i er narración h istó rica ante cedentes g r ie g os que ra ramente nos preg u ntamos por qué iniciar all í n u e stra t rad i c ión cultural. Una de las respuestas más acep­ tadas es que en Grecia se g e stó un m o do de organización so c i a l diferen­ te: la polis. É ste fue un acontecimiento decisivo por muchos y d iv e r sos mo­ tivos, e nt re los q ue se destaca el hecho de q u e en Atenas ca m b ió el valor y l a forma d e compartir n uestra e xperienci a a través de l a palabra. Estamos tan acostumbrados a co m e nza r

b us c a n d o lo s

La polis,

té r m ino que s ol e m os traducir como Ciudad-Estado,

n a c ió alrede­ s i g l os VIII y VII a.c. En e l caso de Atenas, transfo rm ó radical­ mente la vida socia l y las relaciones e n tre los hombres gracias a una in­ vención: la democracia. Esta creación pol ítica i m p licó, ante t o do , un extraordinario p rivil egio de la pa l a b ra sob re todos los instrumentos de po­ der. En la polis la pa l abra cobró un nuevo s e ntido en un estilo de relación diferente e nt re hombres iguales re uni d o s en la asamblea de ciudadanos.

dor de los

10

[_

]

En una república, una de las exi gencias fundamentales del arte políti co , es dominio del lenguaje. En el ágora, centro de reu­ n ión o plaza pública, ya no hay una palabra indiscutible, un saber garanti­ zado. Se establece el debate contradictorio, la discusión, la argumenta­ ción . El h o m b re adquiere conciencia de l «lagos». Ese tér m ino griego, que proviene del verbo « leg e i n», originariamente significaba hablar, decir, na­ rrar, dar sentido, recoger o reunir. Entre la p o lí t ica y el lagos se e sta b lece una relación estrecha, una trabazón rec ípro c a .

tener un l úcido y potente

¿ 0,..,i;

G.0;E.RES DC.CT� í=J 1 N')TR� l'\E /\iíN.. e)( '.-._.......---

P l atón con s ideraba q ue un n ú m ero infi n ito de t eo r ías p o d í a explica r cual­

q u i e r o b s e rva ció n

y

q u e a partir de estud ios e m p í ricos nu n ca pod ríamos

determ i n a r exactam e nte cuál de ellas era la verdadera . S u pos t u ra fu nda

una concepción i n stru menta l i sta del conocim iento : las teorías

mientas útiles,

no

d escri pciones de la verdade ra rea lidad .

son

herra­

32

/

La h i storia q u e nos los h o m b res de

go,

parte n e l

tes .

mismo

h a n e n señ a d o s i g u e u n a cronolog ía l i n e a l . S i n e m b a r­

c ult u ra s (a vec e s a u n c u a nd o com­ ti enen p ro b l e m áticas distintas y ritm o s d ife ren­

d i sti ntos l u g a r es o

territorio )

A pesar d e e l l o , e n

u n ivers i d a d se s i g u e

l a escuela y m u chas veces y pensando l i n ea l m e nte .

enseñando

ta m bién

en la

En la s eg u n d a mitad d e l siglo XX e m p ezaron a a l za rs e m ú lt i p l e s voces c o nt ra esta ve rs i ó n l i n ea l d e la h i stori a q ue se auto p roclama u n iversal pe­ ro está constru i d a excl u s iva m e nte desde la perspectiva e u ropea . Hecha esta advertenci a , pod e mos s a ltar en e l espacio t i e m p o desde la polis g rie­ ga h asta l a ciudad i m p e ri a l d e Alejan d ría.

33

La g ra n g e sta de Alej a n d ro Magno (353-323 a . C . ) , q u e fue e d u cado por

Aristóte l e s , ca m b i ó rad i calm ente el contexto pol ítico de la Antigüedad g rie­ g a . Ate n a s , ciudad-esta d o

(polis)

re lativamente i n d e p e n d i e nte, q uedó ba­

j o la tute l a i m perial. Como las i d eas n u n ca han existido en el vacío sino en

e l contexto de u n modo d e v i d a , una s e n s i b i l i d a d , u n tipo d e i n stituciones

y p ráctica s , esa transformación afectó tanto las formas d e co nocer co mo la valoración d e l conoci m i e nto. E l h o m b re g riego pasó d e ser partícipe d e

u n a asam blea d e c i u dadanos i g u ales a s e r s ú b d ito d e un i n m e nso i m pe­ rio, lo que traj o a p a rej a d o

un

ca m b i o muy i m po rtante e n los te mas p rivi le­

g i ados, en las m etod ologías y e n los est i l o s de co nocimi ento .

LAS i .D EAS N O N ACEr-:i E N EL VAUO E: N R c U\CiÓf\l Á. LAS �Pe,R.�/ D.E. V i DAo D � ws r\oH.oR.Es. . . .

,-.3 l "lO !

·

En n u estro sistema educativo, fruto de un esti l o moderno de especi a l iza­ ción en d isci p l i nas separad a s , aún hoy se d i cta la h istoria d e las i d eas to­ ta lme nte d i vorcia d a de l a h i storia pol ítica e incluso se la con s i d e ra un á rea i n d e p e n d ie nte de l a h i storia d e las ciencias. E n n u estro iti n e ra rio a sa ltos en e l ti e m po veremos h asta qué n iveles su byacentes todas las h i sto ri as se entre lazan y retroa l i menta n .

34

/

El período de la cultura grie g a l iderado por la polis a tenien se es conocido co n el nombre de «cu ltura helénica » . Con el tri u nfo de A l ej a nd ro M a g n o

(en el 3 2 3 a . C . ) e l centro cultural se desplazó a la ci udad d e Alej a n d ría y se i n ició el « período helen ístico» que l l egó a p roxi m a d a m ente has ta el si­ g l o 11 d . C . El m u seo y la b i b l ioteca fueron las i n stituciones características d e ese períod o . Su forma de producción d e saber e ra m uy d iferente a la d e l a Academia plató n ica y el Liceo a ristotél ico que se basaban e n la reu­ n ió n d e l maestro e n conversación abierta con sus d i scípulos. Alfred North Whitehead ( 1 86 1 -1 947) , matemático y fi lósofo i n g l é s q ue i n ­ vestigó sobre l o s disti ntos estilos del conocimiento, p l a nteó q u e el filóso­ fo ateniense cedió el paso a l erud ito y a l experto de cu ltura h e l en ística q u e te n d ía hacia la especi a l i zación y, al mismo tiempo, el c i u d a d a n o de­ venía súbdito.

" fAU LoS E V....i)>;ioS , LoS -n.1-v,s AA!ON.l.. !:>LE.S ))E. �E:. H o �M BT"1J �1-lCA.:!> ILIJ\t>oS eÑ RE G;ON'E.') .C. 0� e ltr itE S(, 5oi.l TAL o wk L MAíl!..R ih.1 SE.fAA.4PA , Y EL �uy;tb C.oN$(.i E � TC. SE ��.f_ At:l1" !f... L". �Sl'EcuLA.Ció"l &üE. ERE. C.o"