Enseñanzas espirituales
 847245262X, 9788472452626

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ENSEÑANZAS ESPIRITUALES

Ramana Maharshi

Enseñanzas Espirituales Prólogo de C.

editoria

G.

Jung

�ós

Numancia, 117-121 08029 Barcelona

Título original: THE SPIRITUAL TEACHINGS OF RAMANA MAHARSHI Traducción: Marta

l. Guastavino

© 1972 by Sri Ramanasramam © de la edición en lengua española: 1983 by Editorial Kairós, S.A. Primera edición: Abril 1984 Sexta edición: Septiembre 2008 ISBN-10: 84-7245-262-X ISBN-13: 978-84-7245-262-6 Depósito legal: 32.93112008 Fotocomposición: Pomertext. Caspe, 162. 08013 Barcelona Impresión y encuadernación: Índice. Fluvia,81-87. 08019 Barcelona

Todos los derechos reservados. No está pennitida la reproducción total ni parcial de este libro, ni la reco­ pilación en un sistema informático, ni la transcripción por medios electrónicos, mecánicos, por fotoco­ pias, por registro o por otros métodos, salvo de breves extractos a efectos de reseña, sin la autorización previa y por escrito del editor o el propietario del copyright.

PREFACIO Una inspiración suave, no acompañada de pensamien­ to alguno, puede aportar el éxtasis de una conciencia to­ tal, que trasciende las palabras. En estos tres libros, recopilación de respuestas a pre­ guntas que le fueron formuladas, Bhagavan Ramana Mahar­ shi, sin agraviar al sentido común, la razón o la lógica, se ha aproximado tanto como es posible a decir lo indecible y señala el camino -los innumerables caminos-- para que Tú encuentres el Sí-mismo y Seas. Para Entender lo Último se necesita una experiencia Íntima. Más allá de lo que piensas se encuentra lo que eres. Darse cuenta de esto no pone en juego otras prácticas o actitudes específicas que el Entendimiento. No es necesa­ rio ningún alejamiento -no hay que cambiar el momen­ to, el lugar o la condición presente-, sino sólo un cambio del punto de vista, que tú puedes producir en ti mismo para tu Sí-mismo. En una carta reciente, S. S. Cohen dice: «"Ser" re­ sume la totalidad de la enseñanza práctica de Bhagavan. Nada hay en la vida material que pueda compensarlo; ni la riqueza, ni el sexo, ni el arte, la ciencia o cualquier otro ideal. Es el Bien Supremo, la beatitud y la verdad absolutas». 7

Prefacio Bhagavan llegó solo a la Iluminación, sin la ayuda de ningún guru físico. En estos libros que reúnen preguntas y respuestas, quizás encuentres tu respuesta. Este puede ser un viaje que ponga término a todos los viajes. ¡Si encuentras quién eres, no podrás dejar de Ser! Sabe que Eres inmor­ tal y que tienes que SER. Que Todos los Seres Estén Bien. Que Todos los Seres Sean Felices. Paz, paz. PAZ Joe y Guinevere Miller

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INTRODUCCIÓN

SRI RAMANA Y SU MENSAJE AL HOMBRE MODERNO Carl Gustav Jung

Sri Ramana es un auténtico hijo de su tierra india. Auténtico y, además, completamente excepcional. En la India, él es el punto más blanco de un espacio blanco. Lo que encontramos en la vida y las enseñanzas de Sri Ramana es la más pura esencia de la India; su aliento de una humanidad liberada del mundo, y que libera del mundo, es un canto de milenios. Esta melodía está cons­ truida sobre un único y gran motivo, que en un millar de reflejos multicolores, se rejuvenece en el seno del espíritu indio, y cuya última encarnación es el propio Sri Ramana Maharshi. La identificación del Sí-mismo con Dios aparecerá es­ candalosa al europeo. Tal como se expresa en las manifes­ taciones de Sri Ramana, es una Comprensión específica­ mente oriental. Nada más puede aportarle la psicología, a no ser el señalamiento de que proponerse semejante cosa excede en mucho la medida de su alcance. Sin embargo, para el hindú está claro que el Sí-mismo, en cuanto Fuente espiritual, no es diferente de Dios; y en la medida en que el hombre permanece en su Sí-mismo, no sólo está conte11

Introducción nido en Dios, sino que es Dios Mismo. Respecto de esto, Sri Ramana es clarísimo. El objetivo de las prácticas orientales es el mismo que el del misticismo occidental: el foco se desplaza del «YO» al Sí-mismo, del Hombre a Dios. Esto significa que el «YO» desaparece en el Sí-mismo y el Hombre en Dios. Un es­ fuerzo similar se describe en los exercitia spiritualia, en los cuales la «propiedad personal>>, el «YO» se somete, en la mayor medida posible, a ser poseído por Cristo. Sri Ra­ makrishna adoptó la misma posición en relación con el Sí-mismo, pero con él, el dilema entre el «YO» y el Sí­ mismo se acerca un poco más al primer plano. Sri Ramana declara sin lugar a dudas que el verdadero propósito de la práctica espiritual es la disolución del «YO». A este res­ pecto, sin embargo, Ramakrishna muestra una actitud más vacilante. Por más que dice: «En tanto que perdure el sentimiento del yo, el verdadero Conocimiento (Jnana) y la verdadera Liberación (Mukti) son imposibles», debe reconocer la naturaleza fatal del ahankara. «¡Qué pocos», dice, «pueden alcanzar esta Unión (Samadhi) y liberarse de este "yo"! Muy raras veces es posible. Habla todo lo que quieras, aíslate continuamente, y aun así el "yo" se­ guirá volviendo a ti. Si hoy cortas el álamo, mañana en­ contrarás que ha echado nuevos brotes. Cuando final­ mente encuentres que este "yo" no puede ser destruido, déjalo que permanezca como "yo", el sirviente.» En re­ lación con esta concesión, Sri Ramana es ciertamente más radical. Las relaciones cambiantes entre estas dos cantidades, el «YO» y el Sí-mismo, representan un campo de la expe­ riencia que la conciencia introspectiva del Este ha explo­ rado hasta un punto poco menos que inalcanzable para los seres humanos de Occidente. La filosofía oriental, tan 12

Mensaje al hombre moderno diferente de la nuestra, representa para nosotros un don sumamente valioso; un don, sin embargo, que «debemos alcanzar para poder poseerlo». Una vez más, las palabras de Sri Ramana resumen los principales elementos que ha acumulado el Espíritu de la India durante miles de años pasados en contemplación del Sí-mismo Interior; y la vida y la obra del Maharshi, en cuanto individuo, vuelven a ejemplificar el más íntimo esfuerzo del pueblo de la India por encontrar la fuente original y liberadora. Las naciones orientales se encuentran amenazadas por una rápida desintegración de sus bienes espirituales, y no siempre se puede considerar que lo que va a reem­ plazarlos pertenezca a lo mejor de la mentalidad occiden­ tal. Por ende, se puede considerar que Sabios como Sri Ramakrishna y Sri Ramana son profetas modernos, que no sólo nos recuerdan milenios de cultura espiritual cre­ cida en suelo indio, sino que directamente la encarnan. Su vida y sus enseñanzas constituyen una advertencia impresionante de que no hemos de olvidar las exigencias del alma en medio de todas las novedades de la civiliza­ ción occidental y de las preocupaciones técnico-materia­ listas y comerciales del mundo. En todos los campos -po­ lítico, social e intelectual-, el jadeante impulso a obtener y poseer, que todo lo revuelve en el alma occidental, gene­ rando una pasión aparentemente insaciable, se está difun­ diendo también en el Este y amenaza con generar conse­ cuencias que no es bueno pasar por alto. No sólo en la India, también en China se ha perdido ya mucho de lo que era fruto y alimento de la vida del alma. Es verdad que la cultura occidental, basada en la externalización, puede hacer desaparecer muchos males, cuya destrucción parece muy deseable y ventajosa. Pero, tal como lo ha demos­ trado la experiencia, semejante progreso se paga dema13

Introducción siado caro, con una pérdida de cultura espiritual. Induda­ blemente, es más cómodo vivir en una casa bien ordenada y con los necesarios adelantos higiénicos, pero eso no res­ ponde a la cuestión de quién es el morador de esa casa, ni nos dice si su alma disfruta de un estado similar de orden y de pureza, un estado como el de la casa que sirve para la vida externa. Una vez que se lanza en persecución de las cosas externas, el hombre jamás está satisfecho, tal como lo demuestra la experiencia, con las meras necesidades de la vida; siempre va en pos de más y más y, fiel a sus prejuicios, ese más lo busca siempre en las cosas externas. Se olvida totalmente de que, pese a todos los éxitos exter­ nos, interiormente sigue siendo el mismo, y por consi­ guiente se queja de su pobreza cuando posee solamente un automóvil en vez de dos, como sus vecinos. Indudable­ mente, estar provisto de todo lo «necesario» es una fuente de felicidad que no hay por qué subestimar. Pero por encima de ella, y trascendiéndola, el hombre interior hace oír su clamor, que ningún bien externo puede satis­ facer; y cuanto menos atención se presta a esta voz, en medio de la cacería de «las cosas maravillosas» de este mundo, tanto más se convierte el hombre interior en fuente de inexplicable mala suerte y de desdicha incom­ prensible, en medio de unas condiciones de vida de las que cabría esperar algo muy diferente. La externaliza­ ción conduce a un sufrimiento incurable, porque nadie puede entender cómo puede uno sufrir a causa de su propia naturaleza. Nadie se sorprende de su propia insa­ ciabilidad, sino que la considera parte de su patrimonio, sin darse cuenta de que la unilateralidad de semejante dieta para el alma le llevará, en última instancia, a dese­ quilibrios gravísimos. Es esto lo que genera la enferme­ dad del occidental, que además no descansa mientras no 14

Mensaje al hombre moderno ha contaminado al mundo entero con su voracidad y su desasosiego. La Sabiduría y el Misticismo del Este tienen, por tanto, mucho que decirnos, siempre que puedan hablar en su propio e inimitable estilo. Están ahí para recor­ darnos las cosas similares que tenemos en nuestra pro­ pia cultura y que hemos olvidado, y para llamarnos la atención sobre aquello que dejamos de lado, restándole importancia: nada menos que el destino de nuestro hombre interior. La vida y las enseñanzas de Sri Ra­ mana no sólo son importantes para el hindú, sino tam­ bién para el occidental. No sólo configuran un docu­ mento de gran interés humano, sino también un men­ saje de advertencia, dirigido a una humanidad que corre el riesgo de perderse en el caos de su inconsciencia y de su falta de control. (Material extraído de la Introducción del doctor C. G. Jung al libro del doctor Zimmer Der Weg zum Selbst, The W ay to the Self, o La vida y las enseñanzas de Bha­ gavan Sri Ramana Maharshi.)

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ENSEÑANZAS ESPIRITO ALES

¿QUIÉN SOY YO? (NAN YAR?)

Pues que todos los seres vivos desean ser fe/ices siem­ pre, sin desdicha, y que en el caso de cada uno se ha observado supremo amor por el propio ser, y pues que sólo la felicidad es la causa del amor, con el fin de obtener esa felicidad que es la propia naturaleza y que se experimenta en el estado de sueño profundo, en que no hay mente, se debería conocer el propio ser. Para ello, el medio principal es la senda del conocimiento, la indagación que toma la forma de la pregunta «¿Quién soy?» *

l.

*

*

*

¿ Quién soy yo?

El cuerpo burdo, que se compone de los siete humores eso no soy; los cinco órganos sensoriales cognos­ citivos, a saber, los sentidos del oído, el tacto, la vista, el gusto y el olfato, que aprehenden sus respectivos objetos, a saber, el sonido, las cualidades táctiles, el color, el sabor y el olor, eso no soy; los cinco órganos sensoriales conati­ vos, a saber, los órganos del habla, de la locomoción, del asimiento, de la excreción y de la procreación, que tienen

(dhatus) ,

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Enseñanzas espirituales como sus funciones respectivas hablar, moverse, asir, ex­ cretar y disfrutar, eso no soy; los cinco aires vitales, elp ra­

na,

etc., que desempeñan respectivamente las cinco fun­

ciones de la inhalación, etc., eso no soy; no soy siquiera la mente que piensa, y tampoco la nesciencia, que sólo está dotada con las impresiones residuales de los objetos, y en la cual no hay objetos ni funcionamientos.

2.

Si nada de eso soy, entonces, ¿quién soy?

Tras haber negado todo lo arriba mencionado diciendo «eso no», «eso no», esa Conciencia que es lo único que permanece, eso soy.

3. ¿ Cuál es la naturaleza de la Conciencia? La naturaleza de la Conciencia es existencia-conciencia-beatitud.

4.

Sat-Chit-Ananda,

¿ Cuándo se alcanzará la realización del Sí-mismo?

Cuando el mundo que es lo-que-se-ve haya sido de­ puesto, entonces se dará la realización del Sí-mismo que es el mismo que ve.

S. ¿No habrá realización del Sí-mismo incluso mientras el mundo esté ahí (y se lo tome como real) ? No la habrá.

6. ¿Por qué? El que ve y el objeto que ve son como la fábula de la

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¿Quién soy yo? cuerda que parece una serpiente. Así como el conoci­ miento de la cuerda que es el sustrato no se producirá mientras no desaparezca el falso conocimiento de la ser­ piente ilusoria, tampoco se obtendrá la realización del Sí­ mismo que es el sustrato mientras no se elimine la creencia en que el mundo es real.

7. ¿ Cuándo será eliminado el mundo que es el objeto que se ve? ·

cuando la mente, que es la causa de todas las cognicio­ nes y de todas las acciones, se aquiete, el mundo desapare­ cerá.

8. ¿ Cuál es la naturaleza de la mente? Lo que se llama «mente» es un poder sobrecogedor que reside en el Sí-mismo. Es causa de que surjan todos los pensamientos. Aparte de los pensamientos, no hay nada a lo que se pueda llamar mente. Por consiguiente, el pensamiento es la naturaleza de la mente. Aparte los pen­ samientos, no hay una entidad independiente que se llame el mundo. En el sueño profundo no hay pensamientos y no hay mundo. En el estado de vigilia y cuando se sueña, hay pensamientos, y también hay mundo. Así como la araña emite el hilo (de la tela) sacándolo de sí misma y vuelve a recogerlo dentro de sí misma, así la mente pro­ yecta el mundo sacándolo de sí misma y vuelve a disol­ verlo dentro de sí misma. Cuando la mente sale del Sí­ mismo, el mundo aparece. Por consiguiente, cuando el mundo aparece (como real), el Sí-mismo no aparece; y cuando el Sí-mismo aparece (resplandece) el mundo no aparece. Cuando uno indaga persistentemente cuál es la

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Enseñanzas espirituales naturaleza de la mente, la mente terminará por dejar (como residuo) al Sí-mismo. Aquello que denominamos el Sí-mismo es el Atman . La mente existe siempre sólo en dependencia de algo burdo; no puede mantenerse sola. Es la mente aquello que se llama el cuerpo sutil o el alma

(jiva). 9. ¿ Qué senda ha de seguir la indagación para entender la naturaleza de la mente? Aquello que en este cuerpo surge como «YO» es la mente.

Si uno indaga dónde surge primero, en el

cuerpo, el pensamiento «YO», descubrirá que surge en el corazón. Tal es el lugar donde se origina la mente. In­ cluso si uno piensa constantemente «YO», «YO», será conducido a ese lugar. De todos los pensamientos que surgen en la mente, el pensamiento «YO» es el primero. Sólo después que ha surgido éste aparecen los otros pensamientos. Después de la aparición del pronombre de primera persona aparecen los pronombres de se­ gunda y de tercera persona; sin el pronombre de pri­ mera persona, el de segunda y el de tercera no exis­ tirían.

10. ¿ Cómo ha de aquietarse la mente? Mediante la indagación de «¿Quién soy?». El pensa­ miento «¿quién soy?» destruirá todos los otros pensa­ mientos y, tal como el palo que se usa para atizar una pira ardiendo, finalmente terminará por destruirse. En­ tonces surgirá la Realización del Sí-mismo.

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¿Quién soy yo? 11. ¿ Cuál es el medio de tener constantemente pre­ sente el pensamiento «¿Quién soy?» ? Cuando surgen otros pensamientos, no se ha de ir en pos de ellos, sino que debe uno preguntarse: «¿A quién se le ocurrieron?». No importa cuántos pensamientos surjan; a medida que aparecen, uno ha de preguntarse con diligencia: «¿A quién se le ha ocurrido este pensa­ miento?». La respuesta que aparezca será: «A mÍ». Si a continuación uno pregunta «¿Quién soy?», la mente re­ gresará a su fuente, y el pensamiento que había surgido se aquietará. Con la repetición, así, de esta práctica, la mente adquirirá la habilidad de permanecer en su fuente. Cuando la mente sutil sale a través del cerebro y de los órganos sensoriales, aparecen las formas y los nombres burdos; cuando permanece en el corazón, las formas y los nombres desaparecen. No dejar que la mente salga y rete­ nerla en cambio en el Corazón es lo que se llama «interio­ rización» (antar-mukha). Dejar que la mente salga del Corazón es lo que se conoce como «extemalización» (ba­ hir-mukha). De tal manera, cuando la mente permanece en el Corazón, el «YO» que es la fuente de todos los pensa­ mientos se irá y resplandecerá el Sí-mismo que siempre existe. Haga uno lo que hiciere, debe prescindir del «YO». Si uno actúa de esa manera, todo aparecerá como si fuera de la naturaleza de Siva (Dios).

12. ¿No hay otros medios para silenciar la mente? Aparte la indagación, no hay otro medio adecuado. Si por algún otro medio se intenta controlar la mente, pare­ cerá que ésta se halla controlada, pero volverá a funcio­ nar. La mente se aquietará también mediante el control de

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Enseñanzas espirituales la respiración, pero sólo se mantendrá acallada mientras se tenga la respiración controlada, ya que cuando ésta vuelva a su movimiento natural, también la mente empe­ zará a moverse y a divagar como impelida por impresiones residuales. Para la mente y para la respiración, la fuente es la misma. El pensamiento, de hecho, es de la naturaleza de la mente. «Yo» es el primer pensamiento de la mente, y eso es «egoidad». De allí donde se origina la egoidad se origina también el aliento. Por consiguiente, cuando la mente se acalla el aliento está controlado, y cuando la respiración está controlada, la mente se acalla. Pero en el sueño profundo, aunque la mente se acalle, la respiración no se detiene. Esto se debe a la voluntad de Dios, para que se pueda preservar el cuerpo y otras personas no va­ yan a tener la impresión de que está muerto. En el estado de vigilia y en el de samadhi, cuando la mente se acalla la respiración está controlada. El aliento es la forma burda de la mente. Hasta el momento de la muerte, la mente mantiene el aliento en el cuerpo; y cuando el cuerpo muere, la mente se lleva consigo la respiración. Por consi­ guiente, ejercitar el control respiratorio no es más que una ayuda en el empeño de acallar la mente (manonigraha), pero no llegará a destruir la mente (manonasa). Tal como la práctica del control respiratorio, también la meditación sobre las formas de Dios, la repetición de man tras, las restricciones en la comida, etc., no son más que ayudas para acallar la mente. Al meditar sobre las formas de Dios y mediante la repetición de mantras, la mente se vuelve unidireccional. La mente siempre quiere andar vagabundeando. Tal como cuando a un elefante se le da una cadena para que la lleve en la trompa, echará a andar aferrando la cadena y nada más, también así cuando la mente está ocupada con un

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¿Quién soy yo? nombre o una forma se aferrará a eso y nada más. Cuando la mente se expande y toma la forma de innumerables pensamientos, cada pensamiento se debilita; pero cuando los pensamientos se disuelven, la mente se vuelve unidi­ reccional y fuerte; para una mente así, la indagación del Sí-mismo se facilita. De todas las reglas restrictivas, la mejor es la que se relaciona con el consumo de alimentos

sátvicos en cantidades

moderadas; si se observa esta regla,

se incrementará la cualidad

sátvica de la mente,

y eso será

útil para la indagación del Sí-mismo.

13. La impresiones residuales (ideas) de los objetos aparecen incesantemente como las olas en el océano. ¿Cuán­ do serán eliminadas? A medida que la meditación sobre el Sí-mismo vaya elevándose, serán destruidos pensamientos e ideas.

14. ¿Es posible que las impresiones residuales de los objetos que vienen, por así decirlo, desde más allá del tiempo, se disuelvan, y que uno permanezca como el puro Sí-mismo? Sin ceder a la duda ni preguntarse «¿es o no es posi­ ble?», uno debe atenerse persistentemente a la meditación sobre el Sí-mismo. Aun si fuera un gran pecador, no debe uno preocuparse y gemir, preguntándose cómo podrá sal­ varse, si es tan gran pecador; se ha de abandonar por completo la idea de «soy un pecador», para concentrarse intensamente en la meditación sobre el Sí-mismo; enton­ ces, seguramente uno tendrá éxito. No hay dos mentes, una buena y otra mala; la mente no es más que una. Las que pertenecen a dos géneros, uno auspicioso y otro que

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Enseñanzas espirituales no lo es, son las impresiones residuales. Cuando la mente está bajo la influencia de impresiones auspiciosas, se dice que es buena, y cuando sufre la influencia de impresiones poco propicias, se la considera mala. No se ha de permitir que la mente se extravíe entre los objetos mundanos y los asuntos de otras personas. Por malas que puedan ser otras gentes, no se ha de albergar odio hacia ellas. Hay que renunciar tanto al odio como al deseo. Todo lo que uno da a los otros, se lo da a sí mismo. Si esta verdad se entendiera, ¿quién no daría a los demás? Cuando nuestro yo surge, todo surge; cuando nuestro yo se acalla, todo se acalla. En la medida en que nos conduz­ camos con humildad, en esa misma medida resultará el bien. Si logra acallar la mente, uno puede vivir en cual­ quier parte.

15. ¿Durante cuánto tiempo se ha de practicar la in­ dagación? En tanto que en la mente haya impresiones de los objetos, será necesario seguir indagando «¿Quién soy?». A medida que surgen, se han de destruir los pensamien­ tos, sin demora y en el lugar mismo de su origen, mediante la indagación. Si uno recurriera a la contemplación ince­ sante del Sí-mismo, hasta conquistarlo, con eso solo basta­ ría. Mientras haya enemigos en el interior de la fortaleza, continuarán defendiéndola; si se los destruye a medida que van saliendo, la fortaleza caerá en nuestras manos.

16. ¿Cuál es la naturaleza del Sí-mismo? Lo que en verdad existe no es más que el Sí-mismo". El mundo, el alma individual y Dios son sus apariencias,

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¿Quién soy yo? como la plata en la madreperla; estas tres aparecen al mismo tiempo y desaparecen al mismo tiempo. El Sí-mismo es aquello donde no hay en absoluto una idea del «YO». A eso se le llama «Silencio». El Sí-mismo es el mundo, el Sí-mismo es «YO», el Sí-mismo es Dios; Todo es Siva, el Sí-mismo.

17. ¿Acaso no es todo obra de Dios? Sin deseo, decisión ni esfuerzo, el sol sale, y en su mera presencia la piedra solar emite fuego, el loto florece, el agua se evapora; los humanos desempeñan sus diversas actividades y después descansan. Así como en presencia del imán la aguja se mueve, en virtud de la mera presencia de Dios, las almas regidas por las tres funciones (cósmi­ cas) o por la quíntuple actividad divina realizan sus accio­ nes y después descansan, de acuerdo con sus respectivos karmas. Dios no tiene propósito; a Él no se adhiere karma alguno. Es como el caso de las acciones mundanas que no afectan al sol, o como los méritos y deméritos de los otros cuatro elementos, que no afectan al éter que todo lo pe­ netra.

18. De los devotos, ¿quién es el más grande? El que se consagra al Sí-mismo que es Dios es el más excelente de los devotos. Consagrarse a Dios significa per­ manecer constantemente en el Sí-mismo, sin dar margen a que surja ninguna otra idea más que el pensamiento del Sí-mismo. Sean cuales fueren las cargas que sobre Él recaen, Dios las soporta. Puesto que el poder supremo de Dios hace que todas las cosas se muevan, ¿por qué nosotros, sin

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Enseñanzas espirituales someternos a él, hemos de preocuparnos constantemente pensando lo que se ha de hacer y cómo, y qué no se debe hacer y de qué manera? Si sabemos que el tren transporta todas las cargas, ¿por qué cuando subimos en él hemos de llevar nuestro pequeño bulto en la cabeza y viajar incómo­ dos, en vez de dejar que lo lleve el tren y ponernos có­ modos?

19. ¿ Qué es el desapego? A

medida que los pensamientos surgen, ir destruyén­

dolos por completo, sin dejar residuo alguno y en el mismo lugar donde se originan, eso es desapego. Tal como el pescador de perlas se ata una piedra a la cintura y se hunde hasta el fondo del mar para allí recoger las perlas, así cada uno de nosotros debe armarse de desapego, zam­ bullirse en el interior de sí mismo y obtener la Perla del Sí-mismo.

20. ¿No es posible que Dios y el Guru efectúen la libe­ ración de un alma? Dios y el

Guru

no harán más que mostrar el camino

hacia la liberación; no serán ellos quienes conduzcan al alma al estado de liberación. En verdad, Dios y el Guru no son diferentes. Así como la presa que ha caído en las garras de un tigre no tiene escapatoria, así aquellos que han penetrado en el ámbito de la graciosa mirada del Guru serán salvados por él y no se perderán; y sin embargo, cada uno, por su propio esfuerzo, deberá proseguir por la senda que le ha mostrado Dios, o el Guru, y alcanzar la liberación. Uno sólo puede conocerse a sí mismo con el ojo de su propio

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¿Quién soy yo? conocimiento, y no con el de nadie más. Aquel que es Rama, ¿necesita la ayuda de un espejo para saber que es Rama?

21. ¿Es necesario que quien anhela la liberación inda­ gue la naturaleza de las categorías (tattvas)? Tal como quien quiere deshacerse de basuras no ne­ cesita analizarlas para ver lo que son, así quien quiere conocer el Sí-mismo no necesita contar el número de categorías ni indagar cuáles son sus características; lo que tiene que hacer es rechazar absolutamente las categorías que ocultan el Sí-mismo. El mundo debe ser considerado un sueño.

22. ¿No hay diferencia entre la vigilia y los sueños? La vigilia es larga y un sueño es corto; aparte de eso, no hay diferencia. Así como los acontecimientos de la vigilia parecen reales mientras estamos despiertos, lo mismo sucede con los de un sueño mientras soñamos. Al soñar, la mente asume otro cuerpo. Tanto en los estados de vigilia como en los sueños se dan simultáneamente pensamientos, nombres y formas.

23. A quienes están ávidos de liberación, ¿les sirve de algo leer libros? Todos los textos dicen que con el fin de alcanzar la liberación se ha de aquietar la mente; por ende, se ha de concluir que lo que enseñan es que hay que aquietar la mente; una vez entendido esto, no es necesario seguir le­ yendo interminablemente. Con el fin de aquietar la mente,

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Enseñanzas espirituales basta con indagar dentro de sí lo que es el propio Sí­ mismo; ¿cómo se podría hacer en libros una búsqueda tal? El propio Sí-mismo se ha de conocer con el ojo de la propia sabiduría. El Sí-mismo está dentro de las cinco envolturas, pero los libros están fuera de ellas. Como la indagación en el Sí-mismo ha de hacerse desechando las cinco envolturas, de nada sirve buscarlo en los libros. Lle­ gará un momento en que uno tendrá que olvidar todo lo que ha aprendido.

24.

¿ Qué es la felicidad?

La felicidad es la propia naturaleza del Sí-mismo; la felicidad y el Sí-mismo no son diferentes. No hay felicidad en ningún objeto del mundo. En nuestra ignorancia, ima­ ginamos que obtenemos la felicidad de los objetos. Cuan­ do la mente sale, su vivencia es de desdicha. En verdad, cuando sus deseos están satisfechos, regresa a su lugar propio y se regocija en la felicidad que es el Sí-mismo. De modo similar, en los estados de sueño fisiológico, en el samadhi y en los desmayos, así como cuando se obtiene el objeto deseado o se elimina el que causa disgusto, la mente se orienta hacia dentro y disfruta de la pura Felici­ dad del Sí-mismo. De tal manera, la mente se mueve sin descanso, alternando las salidas del Sí-mismo y el regresar a él. Bajo el árbol, la sombra es grata; en el campo abierto el calor es abrasador. Quien ha andado caminando al sol siente fresco cuando llega a la sombra. El que sigue yendo de la sombra al sol y después vuelve a la sombra es un tonto. Un sabio se queda permanentemente a la sombra. De la misma manera, la mente de quien conoce la verdad no se aparta de Brahman. La mente del ignorante, por el contrario, da vueltas por el mundo y se siente desdichada.

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¿Quién soy yo? En verdad, aquello que llamamos mundo no es más que pensamiento. Cuando el mundo desaparece, es decir, cuan­ do no hay pensamiento, la mente experimenta la felicidad, y cuando el mundo aparece, se hunde en la desdicha.

25. ¿ Qué es la sabiduría intuitiva

(jnana-drsti)?

Permanecer en quietud es lo que se llama sabiduría intuitiva. Permanecer en quietud es disolver la mente en el Sí-mismo. La telepatía, el conocimiento de los hechos pa­ sados, presentes y futuros y la clarividencia no constituyen sabiduría intuitiva.

26. ¿ Cuál es la relación entre la ausencia de deseos y la sabiduría? La ausencia de deseos es sabiduría. No son dos cosas diferentes; son la misma. La ausencia de deseos es abste­ nerse de conducir la mente hacia ningún objeto. Sabiduría significa la no aparición de objeto alguno. En otras palabras, no buscar lo que es diferente del Sí-mismo es desapego o ausencia de deseos; no salirse del Sí-mismo es sabiduría.

27. ¿Cuál es la diferencia entre indagación y meditación? La indagación consiste en mantener la mente en el Sí-mismo. La meditación consiste en pensar que uno mis­ mo es Brahman , existencia-conciencia-beatitud.

28. ¿ Qué es la liberación? La indagación en la propia naturaleza esclavizada y la realización de la propia y verdadera naturaleza es liberación.

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LA INSTRUCCIÓN ESPIRITUAL

LA INSTRUCCIÓN (Upadesa) l. ¿ Qué es lo que distingue a un verdadero maestro (Sadguru)?

Mantenerse continuamente en el Sí-mismo, mirarlo todo con mirada ecuánime, tener un valor inconmovible en todo momento, en todos los lugares y circunstancias, etc. 2. ¿ Qué es lo que distingue a un discípulo ferviente (sadsisya)? Un deseo intenso de eliminar el dolor y alcanzar el gozo, y una intensa aversión hacia todo lo que sea placer mundano. 3. ¿ Cuá.les son las características de la instrucción (upadesa)? La palabra «Upadesa>> significa: «próximo al lugar o asiento» (upa cerca, desa lugar o asiento). El Guru, que es la encamación de aquello a lo cual se alude con los términos sat, chit y ananda (existencia, conciencia y beati­ tud), impide que el discípulo, quien debido a que ha acep­ tado las formas de los objetos de los sentidos, se ha apar=

=

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La instrucción espiritual tado de su verdadero estado y se halla, por consiguiente, angustiado y abofeteado por alegrías y tristezas, continúe así, y lo establece en su propia naturaleza sin diferencia­ ción. Upadesa significa también mostrar que un objeto dis­ tante está muy próximo. El discípulo llega a entender que el Brahman que él cree distante y diferente de sí mismo está muy próximo y no es diferente de él. 4. Si es verdad que el Guru es nuestro propio Sí-mismo (atman), ¿cuál es el principio subyacente en la doctrina según la cual, por más que pueda saber un discípulo o por más poderes ocultos que posea, no puede alcanzar la auto­ rrealización (atma-siddhi) sin la gracia del Guru? Por más que en términos absolutos el estado del Guru sea el de uno mismo, es muy difícil que el Sí-mismo, que mediante. la ignorancia se ha convertido en alma indivi­ dual (jiva), se dé cuenta de su verdadero estado o natura­ leza sin la gracia del Guru. Todos los conceptos mentales resultan controlados por la mera presencia del Guru real. Si éste hubiera de decir a quien con arrogancia pretende haber visto la otra orilla del océano del saber, o a quien clama con arrogancia, que puede llevar a cabo hechos poco menos que imposibles: «Sí, has aprendido todo lo que hay que aprender, pero ¿te has aprendido a ti mismo (a conocerte)? Y tú, que eres capaz de hacer cosas que son casi imposibles, ¿te has visto a ti mismo?», ambos inclinarían la cabeza (avergonzados) y guardarían silencio. Por ende, es evidente que sólo por la gracia del Guru, y no mediante ningún otro logro, es posible que llegue uno a conocerse. 36

La instrucción 5. ¿ Qué es lo que distingue la gracia del Guru? Está más allá de palabras e ideas.

6. Si es así, ¿cómo puede decirse que el discípulo se da cuenta de su verdadero estado por la gracia del Guru? Es como el elefante que se despierta cuando ve un león en sueños. Así como el elefante se despierta simplemente con ver el león, así también es cierto que el discípulo despierta del sueño de la ignorancia a la vigilia del verda­ dero conocimiento por mediación de la benévola mirada de gracia del

Guru.

7. ¿Qué significa decir que la naturaleza del verdadero del Señor Supremo (Sarvesvara)?

Guru es la

En el caso del alma individual que desea alcanzar el estado de verdadero conocimiento o el estado de condi­ ción divina (Isvara) , y que con ese objeto practica la devo­ ción, el Señor que es el testigo de esa alma individual e idéntico con ella, se adelanta, cuando la devoción del indi­ viduo ha alcanzado un estado de madurez, tomando for­ ma humana con la ayuda de sat-chit-ananda, y asume tam­ bién graciosamente sus tres rasgos naturales, forma y nombre, y, so capa de bendecir al discípulo, lo absorbe en Sí mismo. De acuerdo con esta doctrina, al Guru se le puede llamar verdaderamente el Señor.

8. ¿ Cómo, entonces, algunas personas alcanzaron el conocimiento sin tener un Guro? Ante algunas personas mayores el Señor resplandece

37

La instrucción espiritual como la luz del conocimiento y les imparte el saber de la verdad.

9. ¿ Cuál es el objeto de la devoción (bhakti) y la senda del Sidhanta (es decir, Saiva Siddhanta)? Es aprender la verdad de que todas aquellas acciones que uno lleve a cabo con devoción altruista, con la ayu­ da de los tres instrumentos (cuerpo, discurso y mente) purificados, y en su condición de servidor del Señor, se convierten en las acciones del Señor, y es liberarse del sentimiento del «YO» y lo «mío». Esta es también la ver­ dad de lo que los Saiva Siddhantis llaman para-bhakti (devoción suprema) o vivir al servicio de Dios (irai-pa­

ni-nit-tal) . 10. ¿ Cuál es el término de la senda del conocimiento (jnana o Vedanta? Es saber la verdad de que el «YO» no es diferente del Señor (Isvara) y estar libre del sentimiento de ser el hace­ dor ( kartrtva, ahamkara).

1 1. ¿ Cómo puede decirse que el término de estas dos sendas sea el mismo? Sean cuales fueren los medios, el objetivo es la des­ trucción del sentimiento del «YO» y de lo «mío», y como estos son interdependientes, la destrucción de cualquiera de ellos causa la destrucción del otro; por consiguiente, con el fin de alcanzar ese estado de Silencio que está más allá del pensamiento y la palabra, bastará tanto la senda del conocimiento que elimina el sentimiento del «yo»,

38

La instrucción como la senda de la devoción, que elimina el sentimiento de lo «mío». Entonces, no cabe duda de que el término de las sendas de la devoción y el conocimiento es uno y el mismo.

NOTA: En tanto que el «YO» exista, es necesario acep­ tar también al Señor. Si quiere uno recuperar fácilmente el supremo estado de identidad (sayujya), perdido actual­ mente para él, lo que corresponde es que acepte esta con­ clusión.

12. ¿Qué es lo que distingue al ego? El alma individual que asume la forma del «YO» es el ego. El Sí-mismo, cuya naturaleza es la inteligencia

(chit),

no tiene el sentimiento del «YO», como tampoco el cuerpo insensible posee un sentimiento del «YO». La aparición misteriosa de un ego engañoso entre lo inteligente y lo insensible es la raíz y causa de todas estas complicaciones; una vez destruido éste' por los medios que fuere' se podrá ver tal como es aquello que realmente existe. Es lo que se llama Liberación (Moksa).

39

LA PRÁCTICA l.

(Abhyasa)

¿ Cuál es el método de la práctica?

Puesto que el Sí-mismo de una persona que intenta alcanzar la realización del Sí-mismo no es diferente de ella, y que nada hay diferente de él o superior a él que él haya de alcanzar, y como la realización del Sí-mismo no es más que la realización de la propia naturaleza, el que busca la Libe­ ración se da cuenta, sin dudas ni ideas falsas, de cuál es su verdadera naturaleza al distinguir lo eterno de lo transito­ rio, y jamás se desvía de su estado natural. Esto es lo que se conoce como la práctica del conocimiento. Es la indagación que conduce a la realización del Sí-mismo. 2. Esta senda de indagación, ¿puede ser seguida por todos los aspirantes? Solamente es adecuada para las almas maduras. Las demás deben seguir métodos diferentes, acordes con su condición mental. 3. ¿ Cuáles son los otros métodos? Son (i) stuti, (ii) japa, (iii) dhyana, (iv) yoga, (v) jnana, etcétera. 40

La práctica (i)

stuti es cantar las

alabanzas del Señor con gran sen­

timiento de devoción. (ii) japa es pronunciar los nombres de los dioses, o los mantras sagrados, como el Om, ya sea mental o verbal­ mente. (Mientras se siguen los métodos de stuti y japa, la mente estará en ocasiones concentrada [lit. , cerrada] y en ocasiones difusa [lit. , abierta]. Los vagabundeos de la mente no se harán evidentes a quienes siguen estos méto­ dos.) (iii)

dhyana denota la repetición

de los nombres, etc.,

mentalmente (japa) y con sentimientos de devoción. En este método se comprenderá fácilmente el estado mental, pues la mente no se concentra y se difunde simultánea­ mente. Cuando uno está en dhyana, no establece contacto con los objetos de los sentidos, y cuando está en contacto con ellos, no está en dhyana. Por consiguiente, quienes se encuentran en este estado pueden observar los vagabun­ deos de la mente toda vez que se producen e impedir a la mente que siga otros pensamientos, inmovilizándola en En dhyana, la perfección es el estado de perma­ necer en el Sí-mismo (lit. , de permanecer en la forma de «eso», tadakaranilai). Puesto que la meditación funciona de manera suma­ mente sutil en la fuente de la mente, no es difícil percibir sus altibajos. (iv) yoga : la fuente de la respiración es la misma fuente de la mente; por ende, el apaciguamiento de cualquiera de ellas. conduce sin esfuerzo alguno a apaciguar la otra. La práctica de aquietar la mente mediante el control del aliento (pranayama) se llama yoga. Al fijar la mente en centros psíquicos tales como el sahasrara (lit. , el loto de los mil pétalos), los yoguis se

dhyana.

41

La instrucción espiritual mantienen durante cualquier cantidad de tiempo sin tener conciencia de su cuerpo. En tanto que ese estado se man­ tiene, parecen estar sumergidos en una especie de gozo. Pero cuando la mente que se ha tranquilizado emerge (vuelve a activarse), retoma sus pensamientos mundanos. Por consiguiente, es necesario entrenarla con la ayuda de prácticas como dhyana, toda vez que se extemaliza. En­ tonces alcanza:r�á un estado en el cual no hay oscilaciones de apaciguamiento y emergencia. (v) jnana es la aniquilación de la mente, en que se la obliga a asumir la forma del Sí-mismo mediante la cons­ tante práctica de dhyana (meditación/contemplación) o de la indagación (vichara). La extinción de la mente es el estado en que hay cesación de todos los esfuerzos. Quie­ nes se hallan establecidos en este estado jamás se apartan de su estado verdadero. Los términos «silencio» (mouna) e inacción se refieren únicamente a este estado. NOTA: (1) Todas estas prácticas se siguen únicamente con el objeto de concentrar la mente. En cuanto que todas las actividades mentales, como recordar, olvidar, desear, odiar, atraer, descartar, etc., son modificaciones de la mente, no pueden ser nuestro verdadero estado. Nuestra verdadera naturaleza es ser, simplemente y sin cambios. Por consiguiente, conocer la verdad del propio ser y serlo es lo que se conoce como liberación de la servidumbre y destrucción del nudo (granthi nasam). Mientras no ha al­ canzado firmemente este estado de tranquilidad mental, es fundamental para el aspirante la práctica de una perma­ nencia sin apartamientos en el Sí-mismo, y el mantener la mente libre de contaminación por los pensamientos. (2) Aunque las prácticas para alcanzar la fortaleza mental son numerosas, todas ellas consiguen el mismo 42

La práctica objetivo. Pues puede verse que quien concentre la mente sobre un objeto cualquiera, una vez cesados todos los conceptos mentales permanecerá, en última instancia, simplemente como ese objeto. Es lo que se llama una meditación lograda (dhyana siddhi). Quienes siguen la senda de la indagación se dan cuenta de que la mente que permanece al término de la indagación es Brahman. Quie­ nes practican la meditación se dan cuenta de que la mente que permanece al término de la meditación es el objeto de su meditación. Como el resultado es el mismo en cada caso, es deber de los aspirantes practicar continuamente cualquiera de estos métodos hasta alcanzar el objetivo. 4. El estado de «quietud», ¿es tal que implica un es­ fuerzo ? No es un estado de indolencia, que no implique es­ fuerzo. Todas las actividades mundanas que se consideran de ordinario como esfuerzos se realizan con ayuda de una parte de la mente y con interrupciones frecuentes. Pero el acto de comunión con el Sí-mismo (atma vyavahara) o de permanencia en la quietud interior es una actividad in­ tensa que se realiza con la totalidad de la mente y sin interrupción. Maya (el delirio o la ignorancia), que no puede ser destruida por ningún otro acto, es destruida completa­ mente por esta intensa actividad a la que se llama «silen­ cio» (mouna). 5. ¿ Cuál es la naturaleza de maya? Maya es aquello que nos hace considerar como inexis­ tentes el Sí-mismo, la Realidad, lo que está presente siempre 43

La instrucción espiritual y en todas partes, lo que todo lo penetra y es en sí mismo luminoso, y como existente el alma individual (jiva), el mundo (jagat) y Dios (para), cuya inexistencia en todo momento y lugar ha sido demostrada de manera conclu­ yente. 6. Si el Sí-mismo resplandece plenamente por su pro­ pio impulso, ¿por qué no lo reconocen generalmente todas las personas, como a los otros objetos del mundo? Allí donde son reconocidos los objetos particulares, es el Sí-mismo el que se ha reconocido en la forma de tales objetos. Pues lo que se conoce como conocimiento o per­ catación no es más que la potencia del Sí-mismo (atma sakti). El Sí-mismo es el único objeto sensible [que sien­ te]. Nada hay aparte del Sí-mismo. Si hay tales objetos, son todos insensibles [que no sienten] y, por ende, no pueden conocerse a sí mismos ni tampoco los unos a los otros. A que el Sí-mismo no conoce de esta manera su propia naturaleza se debe el que parezca estar inmerso y debatiéndose en el océano del nacimiento (y de la muer­ te), en la forma de un alma individual. 7. Aunque el Señor todo lo penetre, parece, por pasajes tales como «adorándolo por mediación de Su Gracia», que sólo puede ser conocido mediante Su gracia. ¿Cómo pue­ de, pues, el alma individual alcanzar por sus propios es­ fuerzos la autorrealización en ausencia de la Gracia del Señor? Como el Señor denota el Sí-mismo y la Gracia significa la presencia o revelación del Señor, no hay momento en que el Señor permanezca ignorado. Si la luz del sol es 44

La práctica invisible para el búho, la culpa es solamente del búho y no del sol. De manera similar, que los ignorantes no se perca­ ten del Sí-mismo, cuya naturaleza es siempre la percata­ ción, ¿puede ser culpa de nadie más que de ellos? ¿Cómo puede ser culpa del Sí-mismo? Porque la Gracia es la natu­ raleza misma del Señor, a Él se le conoce como «la santí­ sima Gracia». Por consiguiente el Señor, cuya naturaleza misma es Gracia, no tiene que otorgar su Gracia, y tam­ poco hay ningún momento particular para que otorgue Su Gracia. 8. ¿Qué parte del cuerpo es la morada del Sí-mismo? El corazón en el lado derecho del pecho es la que se indica generalmente, porque por lo común, cuando nos referimos a nosotros mismos, nos señalamos la parte dere­ cha del pecho. Algunos dicen que el sahasrara (el loto de mil pétalos) es la morada del Sí-mismo, pero si eso fuera cierto, la cabeza no caería hacia adelante cuando nos dor­ mimos o nos desmayamos. 9. ¿ Cuál es la naturaleza del corazón? Los textos sagrados que lo describen dicen: Entre los dos pezones, debajo del pecho y por encima del abdomen, hay seis órganos de diferentes colores.1 Uno de ellos, que se asemeja a un capullo de nenúfar y está situado dos dedos hacia la derecha, es el corazón. Está invertido, y dentro de él hay un minúsculo orificio que es el asiento de una densa oscuridad (ignorancia) plena de deseos. De él dependen todos los nervios psíquicos l. Que no coinciden con los chakras.

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La instrucción espiritual (nadis). Es la morada de las fuerzas vitales, de la mente y de la luz (de la conciencia). Pero, aunque de esta manera se lo describe, el signifi­ cado de la palabra corazón (hrdayam) es el Sí-mismo (atrnan) . Tal como lo denotan los términos existencia, conciencia, beatitud, eterno y pleno (sat, chit, anandam, nityam, purnam) , no tiene diferencias tales como exte­ rior e interior o arriba y abajo. Ese estado tranquilo en el cual todos los pensamientos se terminan se llama el es­ tado de Sí-mismo. Cuando se lo reconoce tal como es, no hay margen para discusiones acerca de su localización dentro del cuerpo o fuera de él. 10. ¿Por qué surgen en la mente las ideas de muchos objetos aun cuando no haya contacto con objetos externos? Todas esas ideas se deben a tendencias latentes (purva samskaras). Se aparecen únicamente a la conciencia indi­ vidual (jiva) que ha olvidado su verdadera naturaleza y se ha extemalizado. Toda vez que se perciban cosas particu­ lares, se ha de preguntar: «¿Quién es el que las ve?»; en­ tonces desaparecerán de inmediato. 11. ¿De qué manera se manifiestan en el Sí-mismo (en los estados del velar y el soñar) los triples factores (es decir, el conocedor, lo conocido y el conocimiento), que están ausentes en el sueño profundo, en el samadhi, etc. ? Del Sí-mismo provienen sucesivamente (i) Chidabhasa (la conciencia reflejada) que es una especie de luminosidad. (ii) Jiva (la conciencia individual) o el veedor o el pri­ mer concepto. 46

La práctica (iii) Los fenómenos, es decir, el mundo. 12. Puesto que el Sí-mismo está libre de las nociones de conocimiento e ignorancia, ¿cómo se puede decir que pene­ tra el cuerpo entero en guisa de sensibilidad, o que imparte sensibilidad a los sentidos? Los sabios dicen que hay una conexión entre la fuente de los diversos nervios psíquicos y el Sí-mismo, que ésta es el nudo del corazón, que la conexión entre lo sensible y lo insensible existirá hasta que se la corte y separe con ayuda del verdadero conocimiento, que así como la fuerza sutil e invisible de la electricidad viaja a través de cables y hace muchas cosas maravillosas, así también la fuerza del Sí­ mismo viaja a través de los nervios psíquicos y, penetran­ do el cuerpo entero, imparte sensibilidad a los sentidos, y que si ese nudo se corta el Sí-mismo se mantendrá como es siempre, sin atributo alguno. 13. ¿ Cómo puede haber una conexwn entre el Sí­ mismo que es puro conocimiento y los triples factores que son conocimiento relativo? Eso es en cierto modo, como se muestra abajo, seme­ jante al funcionamiento de un cine. SÍ-MISMO

ESPECTÁCULO DE CINE

(i)

La lámpara interior (al aparato). (ii) La lente que hay frente a la lámpara.

(i)

El Sí-mismo.

(ii) La mente pura (sátvica) próxima al Sí-mismo. 47

La instrucción espiritual ESPECTÁCULO DE CINE

S Í-MISMO

(iii) El film que es una larga serie de (fotos separadas).

(iii) La corriente de tendencias latentes consistentes en pensamientos sutiles. (iv) La mente, la iluminade la mente y el Sí-mismo, que juntos forman el veedor o elliva. (v) La luz del Sí-mismo que emerge de la mente a través de los sentidos y cae sobre el mundo. (vi) Las diversas formas y nombres que aparecen como los objetos percibidos en la luz del mundo. (vii) La ley divina que manifiesta las tendencias latentes de la mente.

(iv) La lente, la luz que la atraviesa y la lámpara, que juntas forman la luz concentrada. (v) La luz que atraviesa la lente y cae sobre la pantalla. (vi) Los diversos tipos de imágenes que aparecen en la luz de la pantalla. (vii) El mecanismo que pone en movimiento el film.

Así como las imágenes aparecen sobre la pantalla mientras el film arroja sombras a través de la lente, tam­ bién el mundo fenoménico continuará apareciéndose al individuo en el estado de vigilia y en el soñar mientras haya impresiones mentales latentes. Así como la lente am­ plía las imágenes diminutas del film a un tamaño enorme y en un segundo se muestran cantidad de imágenes, la men­ te agranda las tendencias que son como brotes, convirtién48

La práctica dolas en pensamiento del tamaño de árboles y muestra en un segundo innumerables mundos. También, de la misma manera que cuando no hay film lo único visible es la luz de la lámpara, sólo el Sí-mismo resplandece sin los triples factores, cuando los conceptos mentales que asumen la forma de tendencias están ausentes, mientras se duerme profundamente, en el desmayo y en el sam adhi. Así como la lámpara ilumina la lente, etc., y permanece indemne, el Sí-mismo ilumina el ego (chidabh asa), etc. , y permanece indemne. 14. ¿Qué es dhy ana (meditación) ? Es continuar como el propio Sí-mismo sin apartarse en modo alguno de la propia naturaleza real y sin sentir que se está meditando. Como uno no tiene la menor conciencia de los diferentes estados (velar, soñar, etc. ) que se dan en esta situación, aquí también el dormir se considera dhy ana. 15. ¿Cuál es la diferencia entre dhy anay sam adhi? Dhy ana se logra por un esfuerzo mental deliberado; en sam adhi no hay tal esfuerzo. 16. ¿Cuáles son los factores que hay que tener presen­ tes en dhy ana? Para alguien que está establecido en su Sí-mismo ( atma nista) es importante no apartarse en absoluto de esta absorción. Al apartarse de su verdadera naturaleza puede ver ante sí refulgencias brillantes, etc., oír sonidos (insólitos) o considerar reales las visiones de dioses que se 49

La instrucción espiritual le aparezcan dentro o fuera de sí. No debe dejarse enga­ ñar por nada de esto y olvidarse de sí mismo .

NOTA: (i) Si los momentos que se pierden pensando en los objetos que no son el Sí-mismo se dedican a la indagación del Sí-mismo, en muy breve tiempo se alcan­ zará la autorrealización. (ii) Hasta que la mente se establezca en sí misma es esencial algún tipo de bhavana (contemplación, con pro­ funda emoción y sentimiento religioso, de algún dios o diosa personificada). De otra manera, la mente se verá con frecuencia acosada por pensamientos desviantes o por el sueño. (iii) Sin pasar todo el tiempo en la práctica de bhava­ nas como «Soy Siva» o «Soy Brahman» , consideradas co­ mo nirgunopasana (contemplación del Brahman sin atri­ butos) , se debe practicar el método de indagación en sí mismo tan pronto como se alcance la fuerza mental que es resultado de tal upasana (contemplación). (iv) La excelencia de la práctica (sadhana) reside en que no deja lugar siquiera a un solo concepto mental (vritti). 17. ¿ Cuáles son las reglas de conducta que debe seguir un aspirante (sadhaka) ? Moderación en la comida, moderación en el sueño y moderación en el discurso.

18. ¿Durante cuánto tiempo se ha de practicar? Hasta que la mente alcance sin esfuerzo su natural estado de libertad frente a los conceptos, es decir, hasta que el sentimiento del «YO» y de lo «mÍO» ya no exista. 50

La práctica 19. ¿ Qué significa permanecer en soledad (ekanta vasa) ? Como el Sí-mismo todo lo penetra, no tiene un lugar especial para la soledad. El estado de hallarse libre de los conceptos mentales es lo que se llama «permanecer en so­ ledad» . 20.

¿ Cuál es el signo de la sabiduría (viveka) ?

Su belleza reside en mantenerse libre de delirio des­ pués de haber alcanzado una vez la verdad. El miedo sólo existe para quien ve aunque sea una leve diferencia en el Brahman Supremo. En tanto se tenga la idea de que el cuerpo es el Sí-mismo no puede uno llegar a comprender la verdad, sea quien fuere .

21. Si todo sucede de acuerdo con el karma (prarab­ dha: el resultado de los propios actos en el pasado), ¿cómo ha de vencer uno los obstáculos a la meditación (dhyana) ? Prarabdha sólo se refiere a la mente vuelta hacia afuera, no a la vuelta hacia adentro. Aquel que busca su verdadero Sí-mismo no tendrá miedo de ningún obstácu­ lo. 22. El ascetismo (sanyasa), ¿es uno de los requisitos esenciales para que una persona llegue a establecerse en el Sí-mismo (atma nista) ? El esfuerzo que se hace por librarse del apego al pro­ pio cuerpo se orienta en realidad hacia la permanencia en el Sí-mismo. Sólo la madurez del pensamiento y la indaga51

La instrucción espiritual ción eliminan el apego al cuerpo, no las estaciones de la vida (asramas), tales como la de estudiante (brahmacha­ ri), etc. Pues el apego está en la mente, en tanto que las estaciones pertenecen al cuerpo. ¿Cómo pueden las esta­ ciones corporales eliminar un apego que es mental? En cuanto la madurez de pensamiento y la indagación perte­ necen a la mente , sólo ellas, mediante la indagación por parte de la mente misma, pueden eliminar los apegos que en ella se han deslizado por descuido. Pero, así como la disciplina del ascetismo (sanyasasrama) es el medio para llegar a desapasionarse, y el desapasionamiento ( vairagya) es el medio para la indagación, incorporarse a una orden que practique el ascetismo puede ser considerado, en cier­ to sentido, una manera de indagar mediante el desapasio­ namiento. En vez de desperdiciar la propia vida entrando en una orden ascética antes de estar maduro para ella, es mejor vivir la vida de cabeza de familia. Con el fin de fijar la mente en el Sí-mismo, que es su verdadera naturaleza, es necesario separarla de la familia de fantasías (samkal­ pas) y dudas (vikalpas), es decir, renunciar a la familia (samsara) mental. Ese es el verdadero ascetismo. 23. Es una regla establecida que en tanto que haya la más tenue idea de «YO soy el que hago» no se puede alcan­ zar el conocimiento del Sí-mismo, pero ¿es posible que un aspirante que sea cabeza de familia atienda adecuadamente a sus deberes sin tener esta sensación?

Como no hay ninguna regla según la cual la acción de­ ba depender del sentimiento de ser el hacedor, es innece­ sario dudar si alguna acción se produciría sin un hacedor o un acto de hacer. Aunque a los ojos de otros puede pare­ cer que un funcionario de tesorería está cumpliendo aten-

52

La práctica ta y responsablemente con su deber durante todo el día, ese hombre estará cumpliendo sus deberes sin apego, pen­ sando «YO no tengo ninguna conexión real con todo este dinero» y sin tener ninguna sensación de compromiso. De la misma manera, también un dueño de casa prudente puede cumplir sin apego los diversos deberes domésticos que le toquen en suerte de acuerdo con su karma pasado, como un instrumento en las manos de otro. La acción y el conocimiento no se obstaculizan recíprocamente. 24. ¿De qué sirve a su familia un dueño de casa pru­ dente que no presta atención a su bienestar corporal, y de qué le sirve a él su familia?

Aunque él se desentienda por completo de su bienes­ tar corporal, si debido a su karma pasado su familia tiene que subsistir por el esfuerzo de él, puede considerarse que está prestando servicio a otros. Si se pregunta si el sabio obtiene algún beneficio del cumplimiento de deberes do­ mésticos, se puede responder que, como él ha alcanzado ya el estado de completa satisfacción que es la suma total de los beneficios y el más elevado de los bienes, no es para ganar nada más por lo que cumple con sus deberes familia­ res. 25. ¿Cómo es posible alcanzar el cese de actividad (nivrt­ ti) y la paz mental en medio de deberes domésticos que son

por naturaleza una actividad constante? Como las actividades del sabio existen únicamente a los ojos de los demás y no a los suyos propios, aun cuando pueda estar llevando a cabo tareas inmensas, en realidad no hace nada. Por consiguiente, sus actividades no se in53

La instrucción espiritual terponen en su camino de inacción y paz mental. Pues él conoce la verdad de que todas las actividades tienen lugar en su mera presencia y él no hace nada. De aquí que se mantenga como el testigo silencioso de todas las activida­ des que se producen.

26. Así como el karma pasado del Sabio es la causa de sus actividades presentes, las impresiones (v asanas) causa­ das por sus actividades actuales, ¿no se adherirán a él en el futuro? Sólo uno que está libre de todas las tendencias latentes

(v asanas) es un Sabio. Si es así, ¿cómo pueden las tenden­ cias del karma afectar a alguien que está totalmente desa­ pegado de la actividad?

27. ¿ Cuál es el significado de brahmacharya? Sólo a la indagación en la esencia de Brahman ha de llamársele brahmacharya.

28. La práctica de brahmacharya, seguida de confor­ midad con las (cuatro) órdenes de la vida (asramas), ¿será un medio de conocimiento? Como los diversos medios de conocimiento, tales como el control de los sentidos, etc . , están incluidas en el brahmacharya, las virtuosas prácticas debidamente se­ guidas por quienes pertenecen a la orden de los estudian­ tes (brahmach arins) son muy útiles para su mejoramien­ to .

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La práctica 29. ¿Se puede pasar directamente de la orden de los estudiantes (brahmacharya) a la orden de los ascetas (sa­ nyasa) ? Los que son competentes no necesitan entrar formal­ mente en las órdenes de brahmacharya, etc. , en el orden establecido. Quien ha llegado a la comprensión de su Sí-mismo no distingue entre los diversos órdenes de la vida. Por consiguiente no hay ningún orden de la vida que lo ayude ni que lo trabe.

30. Un aspirante (s adhaka) ¿pierde algo si no observa las reglas de la casta y los órdenes de la vida? Como el logro (anusth ana, lit. , práctica) del conoci­ miento es el objetivo supremo de todas las otras prácti­ cas, no hay regla que establezca que quien permanece en cualquier orden de la vida y constantemente adquiere conocimiento esté obligado a seguir las reglas estableci­ das para ese orden de la vida. Si sigue las reglas de la casta y de los órdenes de la vida, lo hace por el bien del mundo. No deriva beneficio alg1:1no de la observancia de las reglas. Tampoco pierde nada si no las observa.

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LA EXPERIENCIA (Anubhava) l.

¿ Qué es la luz de la conciencia?

La existencia-conciencia, en sí misma luminosa, que revela al veedor el mundo de nombres y formas que hay tanto dentro como fuera. La existencia de esta existencia­ conciencia puede ser inferida por los objetos que ella ilu­ mina, pero ella no se convierte en objeto de la conciencia.

2. ¿ Qué es conocimiento (vijn ana) ? Ese tranquilo estado de existencia-conciencia que ex­ perimenta el aspirante y que es como el océano sin olas o como el éter inmóvil.

3. ¿ Qué es beatitud? Es la vivencia de gozo (o de paz) en el estado de vijna­ na libre de todas las actividades y similar al sueño pro­ fundo. Se le llama también estado de kevala nirvikalpa (permanecer sin conceptos) .

4. ¿ Cuál es el estado que trasciende la beatitud? Es el estado de incesante paz mental que se encuentra

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La experiencia en el estado de reposo absoluto, jagrat-sushupti (lit. , sueño con percatación) que se asemeja al sueño profundo inactivo. En ese estado, pese a la actividad del cuerpo y de los sentidos, no hay percatación externa, como no la hay en un niño inmerso en el sueño1 (que no tiene conciencia de la comida que le da su madre) . Un yogui que se en­ cuentra en este estado está inactivo aun cuando se entre­ gue a la actividad. Es también lo que se llama sahaja nirvi­ kalpa sam adhi (estado natural de absorción en uno mismo, sin conceptos). S. ¿ Con qué autoridad se afirma que todos los mundos móviles e inmóviles dependen de uno mismo?

El Sí-mismo significa el ser incorporado. Los objetos sólo se experimentan después de que aparezca la energía, latente en el estado de sueño profundo, con la idea del «YO» . No hay objetos que ver cuando el «YO» está ausente. Por todo ello puede decirse sin el menor género de dudas que todo procede del Sí-mismo y regresa al Sí-mismo.

6. Si los cuerpos y los Sí-mismos que los animan han sido realmente observados en todas partes y son innumera­ bles, ¿cómo puede afirmarse que el Sí-mismo es sólo uno? Si se acepta la idea de «Yo soy el cuerpo» , 2 los Sí­ mismos son múltiples. El estado en el que esta idea se 1 . Los actos de los niños dormidos, como comer y beber, sólo son actos a ojos de los demás, no para los suyos propios. Pese a que parezca que los realizan, no son ellos realmente quienes hacen tales actos. 2. La idea de que uno es su propio cuerpo se denomina hrdayagran­ thi (nudo del corazón). De los diversos nudos, éste, que une lo que es consciente con lo que es insensible, es el que produce esclavitud.

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La instrucción espiritual desvanece es el Sí-mismo, puesto que en tal estado no hay otros objetos. Es por esta razón que el Sí-mismo se consi­ dera como uno solo.

7. ¿ Con qué autoridad se afirma que Brahman puede ser aprehendido por la mente y que, al mismo tiempo, no puede ser aprehendido por la mente? No puede ser aprehendido por la mente impura, pero puede serlo por la mente pura.

8. ¿ Qué es mente pura y qué mente impura? Cuando el poder indefinible de Brahman se separa de sí mismo y, en unión del reflejo de la conciencia (chid a­ bh asa) asume diversas formas, se le llama mente impura. Cuando se libera del reflejo de la conciencia ( abh asa), a través de la discriminación, se le llama mente pura. Su estado de unión con el Brahman es su aprehensión del B rahman. A la energía que va acompañada del reflejo de la conciencia se le llama mente impura y su estado de separación de Brahman es su no aprehensión de Brah­ man.

9. ¿Es posible superar, mientras el cuerpo todavía existe, el karma (pr arabdha) del que se dice que dura hasta el final del cuerpo? Sí. Si el agente (hacedor) de quien depende el karma, a saber, el ego, que ha llegado a la existencia entre el cuerpo y el Sí-mismo, se confunde con su fuente y pierde su forma, ¿sobrevivirá el karma que sólo de él depende? Por consiguiente, cuando no hay «YO» no hay karma.

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La experiencia 10. Si el Sí-mismo es existencia y conciencia, ¿cuál es la razón para describirlo como diferente de lo existente y de lo no-existente, de lo sensible y de lo no-sensible? Aunque el Sí-mismo es real, en cuanto lo comprende todo , no deja margen para cuestiones que impliquen dua­ lidad respecto de su realidad o irrealidad ; por ende, se dice que es diferente de lo real y de lo irreal. De manera similar, aunque sea conciencia, como no hay nada que pueda conocer o a lo cual pueda darse a conocer, se dice que es diferente de lo sensible y de lo no-sensible .

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EL LOGRO l.

(Arudha)

¿ Cuál es el estado de logro del conocimiento?

Es el mantenimiento, firme y sin esfuerzo, en el Sí­ mismo, en el cual la mente que se ha unificado con el Sí­ mismo no vuelve a emerger en ningún momento. Es decir, así como todos habitual y naturalmente tienen la idea de «Yo no soy una cabra ni una vaca ni ningún otro animal, sino un hombre» , cuando piensan en su cuerpo, también cuando el hombre tiene la idea de «Yo no soy los principios (tatwas) que comienzan con el cuerpo y terminan con el sonido (n ada), sino el Sí-mismo, que es existencia, con­ ciencia y beatitud» , la conciencia innata de sí mismo ( atrna prajna), se dice que ha alcanzado el conocimiento firme.

2. ¿A cuál de los siete estadios del conocimiento (jn ana­ bhoomikas) 1 pertenece el sabio (jn ani) ? Pertenece al cuarto estadio. l. Los siete jnana bhoomikas son: l. subheccha (el deseo de ilumina­ ción). 2. vicharana (indagación). 3. tanumanasa (mente tenue). 4. satwa­ patti (autorrealización). 5 . asamsakti {desapego) . 6. padarthabhavana (no percepción de los objetos) . 7. turyaga (trascendencia). A quienes han alcanzado los cuatro últimos bhoomikas se les llama brahmavit, brahmavidvara, brahmavidvariya y brahmavid varistha , respectivamente.

60

El logro 3. Si es así, ¿por qué se han distinguido tres estadios más, superiores a él? Las señales de los estadios cuatro a siete se basan sobre las experiencias de la persona realizada (jivanmukta). No son estados de conocimiento y liberación. En lo que se refiere al conocimiento y a la liberación no se establece distinción alguna en estos cuatro estadios.

4. Si la liberación es común a todos, ¿por qué sólo se ensalza excesivamente al varistha (lit. , el más excelente) ? En lo que se refiere a la experiencia común de beatitud del varistha, se lo alaba únicamente debido al mérito es­ pecial que ha adquirido en sus nacimientos anteriores y que es su causa. S. Si no hay nadie que no desee experimentar una bea­ titud constante, ¿cuál es la razón de que todos los sabios (jnanis) no alcancen el estado de varistha?

No es algo que se alcance por el mero deseo o esfuer­ zo. Su causa es el karma (prarabdha) . Si el ego se extingue junto con su causa ya en el cuarto estadio (bhoomika) , ¿qué agente hay, pasado ese estadio, que desee nada ni se esfuerce? En la medida en que hagan esfuerzos no serán sabios (jnanis). Los textos sagrados (srutis) que mencio­ nan especialmente al varistha, ¿dicen que los otros tres sean personas no iluminadas?

6. Si algunos textos sagrados dicen que el estado supre­ mo es aquel en el cual los órganos de los sentidos y la mente se encuentran completamente destruidos, ¿cómo puede ser 61

La instrucción espiritual compatible ese estado con la experiencia del cuerpo y de los sentidos?? Si así fuera n o habría diferencia alguna entre ese es­ tado y el estado de sueño profundo. Además, ¿cómo pue­ de decirse que sea el estado natural, cuando existe en un momento y no en otro? Esto sucede, como ya se ha dicho, a algunas per�onas de acuerdo con su karma (prarabdha} durante algún tiempo o hasta su muerte. No se lo puede considerar propiamente el estado final. De ser esto posi­ ble , significaría que todas las grandes almas y el Señor, que fueron los autores de las obras vedánticas (jnana gran­ thas) y de los Vedas, no fueron personas iluminadas. Si el estado supremo es aquel en el cual no existen ni los senti­ dos ni la mente y no el estado en que existen, ¿cómo pue­ de ser el estado perfecto (paripurnam )? Como sólo el kar­ ma es responsable de la actividad o inactividad de los sabios, las grandes almas han declarado que sólo el estado de sahajanirvikalpa (el estado natural sin conceptos) es el estado esencial.

7. ¿ Cuál es la diferencia entre el dormir ordinario y el dormir vigilante (jagrat susupti) ? En el dormir ordinario no sólo no hay pensamientos, sino que tampoco hay percatación. En el dormir vigilante hay solamente percatación. Por eso se le llama estar en vela mientras se duerme ; es el dormir en que hay perca­ tación.

8. ¿Por qué se describe al Sí-mismo a la vez como el cuarto estado (turiya) y lo que está más allá del cuarto es­ tado (turiyatita) ? 62

El logro Turiya significa aquello que es el cuarto. Los que vi­ vencian (jivas) los tres estados de velar, soñar y dormir profundamente, conocidos como visva, taijasa y prajna, y que vagabundean sucesivamente por esos tres estados, no son el Sí-mismo. Con el objeto de dejar esto en claro -que el Sí-mismo es aquello que se diferencia de ellos y que es el testigo de esos estados-, se le llama el cuarto estado (turiya). Cuando esto se sabe, desaparecen los tres vivenciadores (jivas) y desaparece también la idea de que el Sí-mismo es un testigo, que es el cuarto. Por eso, al Sí­ mismo se lo describe como lo que está más allá del cuarto ( turiyatita). 9. ¿ Cuál es el beneficio que el sabio deriva de los libros sagrados (Srutis) ? El sabio, que es la encamación de las verdades men­ cionadas en las escrituras, no las necesita.

10. ¿Hay alguna conexión entre el logro de poderes so­ brenaturales (siddhis) y la Liberación (mukti) ? Sólo una indagación iluminada conduce a la Libera­ ción. Los poderes sobrenaturales son, todos, apariencias ilusorias creadas por el poder de maya (mayasakti). La autorrealización que es permanente es el único logro verda­ dero (siddhi). Los logros que aparecen y desaparecen, en cuanto son el efecto de maya, no pueden ser reales. Se los al­ canza con el objeto de disfrutar de la fama, los placeres, etc. A algunas personas les advienen sin buscarlos, por acción de su karma. Has de saber que la unión con Brahman es el objetivo real de todos los logros. Este es también el estado de Libe­ ración (aikya mukti) que se conoce como unión (sayujya). 63

La instrucción espiritual 11. Si tal es la naturaleza de la liberación (moksha), ¿por qué algunas escrituras la conectan con el cuerpo y dicen que el alma individual sólo puede alcanzar la libera­ ción cuando no abandona el cuerpo? Ú nicamente si la servidumbre es real hay que conside­ rar la liberación y la naturaleza de sus experiencias. Por lo que se refiere al Sí-mismo (purusa), realmente no está su­ j eto a servidumbre en ninguno de los cuatro estados. Como de acuerdo con la proclamación enfática del sistema Vedanta, la servidumbre no es más que un supuesto ver­ bal, ¿cómo puede plantearse la cuestión de la liberación, que depende de la cuestión de la servidumbre, cuando no hay servidumbre? Sin saber esta verdad, indagar en la na­ turaleza de la servidumbre y de la liberación es como inda­ gar el peso, el color y otros atributos inexistentes del hijo de una mujer estéril, o como preguntar por los cuernos de una liebre.

12. Si es así, las descripciones de la servidumbre y de la liberación que se hallan en las escrituras, ¿no son triviales y falsas? No. Por el contrario, el delirio de la servidumbre fabri­ cada desde tiempo inmemorial por la ignorancia sólo pue­ de ser eliminado por el conocimiento, y con este propósito se ha aceptado generalmente el término «liberación» (mukti). Eso es todo. El hecho de que se describa de di­ ferentes maneras a las características de la liberación de­ muestra que son imaginarias.

13. Si es así, ¿no son inútiles todos los esfuerzos tales como el estudio (lit., el oído), la reflexión, etc. ? 64

El logro No lo son. La firme convicción de que no hay ni ser­ vidumbre ni liberación es el propósito supremo de todos los esfuerzos. Como ese propósito de ver audazmente, mediante la experiencia directa, que la servidumbre y la liberación no existen, no se puede concretar si no es con la ayuda de las prácticas antes mencionadas, esos esfuerzos son útiles.

14. ¿Hay alguna autoridad que diga que no hay servi­ dumbre ni liberación? Eso se decide por la fuerza de la experiencia y no sim­ plemente por la fuerza de las escrituras.

15. Si se lo experimenta [vivencia], ¿cómo se lo expe­ rimenta? «Servidumbre» y «liberación» son meros términos lin­ güísticos, que no tienen realidad propia. Por consiguiente no pueden funcionar por sí solos. Es necesario aceptar la existencia de algo básico de lo cual son modificaciones. Si uno indaga «¿para quién hay servidumbre y liberación?» , se verá que «son para mí». Si uno pregunta «¿quién soy yo?» , verá que no hay nada que sea el «YO». Se verá en­ tonces tan claro como si se tuviera en la mano un fruto de amalaka que lo que queda es el ser real de uno. Como esta verdad será clara y naturalmente vivenciada por quienes dejen a un lado las meras discusiones verbales e indaguen en su propio interior, no cabe duda de que, uniformemen­ te , las personas realizadas no ven ni servidumbre ni libera­ ción en lo que se refiere al verdadero Sí-mismo.

16. Si verdaderamente no hay ni servidumbre ni libera65

La instrucción espiritual ción, ¿cuál es la razón de la experiencia presente de gows y aflicciones? Solamente parecen reales cuando uno se aparta de su verdadera naturaleza. En realidad no existen.

17. ¿Es posible que todos conozcan directamente y sin duda cuál es exactamente su verdadera naturaleza? Indudablemente, es posible.

18. ¿ Cómo? Es experiencia común a todos que incluso e n los esta­ dos de sueño profundo, de desmayo, etc. , cuando el uni­ verso entero, móvil y estacionario, comenzando con la tie­ rra y terminando , el trabajo «exte­ rior» se hará automáticamente. En la biografía de Sri

M.

71

El evangelio de Maharshi Chaitanya se dice que durante sus conferencias a los estu­ diantes estaba realmente buscando al Krishna (Sí-mismo) interior, olvidado de todo lo referente a su cuerpo y que seguía hablando de Krishna solamente. Esto plantea la duda de si es seguro dejar el trabajo librado a sí mismo. ¿No se debe prestar atención parcialmente al trabajo fí­ sico? M. El Sí-mismo es todo. ¿Tú existes aparte del Sí­ mismo? O el trabajo, ¿puede continuar sin el Sí-mismo? El Sí-mismo es universal: es decir, que todas las acciones proseguirán, al margen de que tú te esfuerces por interve­ nir en ellas o no. El trabajo proseguirá solo. Así, Krishna dijo a Arjuna que no necesitaba molestarse en matar a los Kauravas; ya los había matado Dios. No le correspondía a él resolverse a trabajar y preocuparse por ello, sino dejar que su propia naturaleza llevara a la práctica la voluntad del Poder Superior. D. Pero el trabajo puede resentirse si yo no lo atiendo . M. Atender al Sí-mismo significa atender al trabajo. Porque tú te identificas con el cuerpo, piensas que el tra­ bajo lo haces tú. Pero el cuerpo y sus actividades, incluso ese trabajo , no son nada aparte del Sí-mismo. ¿Qué im­ porta si atiendes o no al trabajo? Supón que vas andando de un lugar a otro: no atiendes a los pasos que das. Y sin embargo, después de un tiempo te encuentras donde que­ rías ir. Y a ves cómo caminar es un asunto que funciona sin que tú lo atiendas. Lo mismo pasa con otras clases de tra­ bajo. D. Entonces es como andar dormido. M. ¿ Como el sonambulismo? Exactamente. Cuando un niño está profundamente dormido, su madre lo ali­ menta ; el niño se come lo que le dan tan bien como 72

Trabajo y renunciación cuando está bien despierto. Pero a la mañana siguiente, dice a su madre : «Madre, anoche no me alimentaste» . La madre y otras personas saben que sí, pero él dice que no ; no se había percatado, pero aun así, la acción se había producido. Un hombre viaja en una carreta y se queda dormido. Durante el viaje, los bueyes avanzan, se detienen, los desuncen y los vuelven a uncir. É l nada sabe de estos sucesos, pero cuando se despierta se encuentra en un lugar diferente . Aunque ha ignorado beatíficamente todo lo sucedido por el camino, el viaje ha terminado. Algo similar sucede con el Sí-mismo de una persona. El Sí-mismo, siempre alerta, es comparable al viajero que se duerme en la carreta. El estado de vigilia se produce cuando los bueyes avanzan ; el Samadhi se produce cuando se detienen (porque Samadhi significa J agrat­ Susupti, es decir que la persona se percata, pero no se interesa en la acción ; los bueyes están uncidos, pero no avanzan) ; cuando duerme es cuando se desuncen los bue­ yes, pues hay una detención completa de la actividad, que corresponde al momento en que se alivia a los bueyes del yugo . También puedes volver sobre el ejemplo del cine . En el espectáculo cinematográfico se proyectan escenas so­ bre la pantalla, pero las imágenes móviles no afectan a la pantalla ni la alteran. El espectador atiende a las imáge­ nes , no a la pantalla . Las imágenes no pueden existir aparte de la pantalla, y sin embargo, de la pantalla no se hace caso. De la misma manera, el Sí-mismo es la panta­ lla donde se ven aparecer imágenes, actividades, etc. El hombre se da cuenta de estas últimas, pero no se percata de la primera, que es esencial. De la misma manera, el mundo de las imágenes no es diferente del Sí-mismo. Al 73

El evangelio de Maharshi margen de que el hombre se percate o no de la pantalla, las acciones continuarán. D. Pero, ¡ en el cine hay un operador ! M. El espectáculo cinematográfico está constituido por materiales insensibles. La lámpara, las imágenes, la pantalla, son todos elementos que no sienten ni perciben y, por ende, necesitan un operador, que es el agente sensible. Por otra parte , el Sí-mismo es Conciencia abso­ luta, y por consiguiente , independiente. No puede haber operador alguno aparte del Sí-mismo. D. No estoy confundiendo el cuerpo con el opera­ dor, sino más bien refiriéndome a las palabras de Krishna en el versículo 61 del capítulo XVIII de la Gita.

1 �: � �* � ' "iiíl l 'l"Mtci� 4rll 1�1 fwt lfl'4llT 1 1

Las funciones del cuerpo que implican la necesidad de un operador se tienen en cuenta; como el cuerpo es jada, o insensible, es necesario un operador sensible. Como las gentes piensan que son jivas, Krishna dijo que Dios reside en el Corazón como Operador de los jivas. En reali­ dad, no hay jivas y no hay Operador, por así decirlo, exterior a ellos ; el Sí-mismo lo abarca todo. Es la pantalla, las imágenes, el espectador, los actores, el operador, la luz, la sala y todo lo demás. Que tú confundas el Sí-mismo con el cuerpo y te imagines ser el actor es como si el espectador del espectáculo cinematográfico se representara como ac­ tor en la película. ¡Imagínate al actor preguntando si puede hacer una escena sin la pantalla! Tal es el caso del hombre que piensa que sus acciones son algo aparte del Sí-mismo.

M.

1 . «El señor, oh Arjuna, mora en el Corazón de cada ser, y por el poder de su Maya los hace girar a todos como si estuvieran montados en una máquina.»

74

Trabajo y renunciación D. Por otra parte , es como pedir al espectador que actúe en la película. Entonces, ¡ debemos aprender a velar durmiendo ! M. Las acciones y los estados dependen del punto de vista que se tome . Un cuervo, un elefante, una ser­ piente , son animales que se valen de alguno de sus órga­ nos con dos fines alternativos. Con un ojo, el cuervo mira hacia ambos lados ; para el elefante , la trompa sirve tanto a los fines de mano como de nariz, y con los ojos , la serpiente ve , pero también oye . Que digas que el cuervo tiene un ojo o tiene ojos, que te refieras a la trompa del elefante como «mano» o como «nariz» , o que llames oídos a los ojos de la serpiente, todo signi­ fica lo mismo. De modo similar, en el caso del Jnani, velar durmiendo o dormir velando o el dormir con sue­ ños o la vigilia con ensoñación son más o menos la mis­ ma cosa. D. Pero, ¡ tenemos que vérnoslas con un cuerpo fí­ sico en un mundo de vigilia físico ! Si dormimos mientras el trabajo se hace , o tratamos de trabajar mientras dor­ mimos, el trabajo saldrá mal. M. Dormir no es ignorancia, es nuestro estado de pureza ; la vigilia no es conocimiento, es ignorancia . En el dormir hay una percatación plena y en la vigilia una igno­ rancia total. Tu naturaleza real los abarca a ambos y los trasciende . El Sí-mismo trasciende tanto el conocimiento como la ignorancia. Los estados de dormir, de soñar y de vigilia no son más que modos que pasan delante del Sí­ mismo : que tú te percates de ellos o no, continúan. Tal es el estado del Jnani, en quien pasan los estados de Sa­ madhi, vigilia , de soñar y de dormir profundamente , como cuando los bueyes avanzan, se detienen o los de­ suncen, mientras el pasajero está dormido. Estas son res75

El evangelio de Maharshi puestas desde el punto de vista del ajnani; de otra ma­ nera , tales cuestiones no se plantearían. D. Por cierto que para el Sí-mismo no pueden plan­ tearse . ¿Quién estaría allí para preguntar? Pero, la­ mentablemente, ¡ yo todavía no he realizado el Sí-mis­ mo ! M. Ese �s precisamente el obstáculo que hay en tu camino . Debes liberarte de la idea de que eres un ajnani y de que todavía tienes que realizar el Sí-mismo. Ya eres el Sí-mismo. ¿Cuándo existió un momento en que no te percataras del Sí-mismo? D. Entonces, ¿debemos experimentar con el velar durmiendo . . . o con la ensoñación? M. (Se ríe . ) D. Yo sostengo que el cuerpo físico del hombre in­ merso en el Samadhi como resultado de la «contempla­ ción» 1 ininterrumpida del Sí-mismo, puede inmovilizarse por esa razón. Puede estar activo o inactivo. La mente establecida en una «contemplación» tal no será afectada por los movimientos del cuerpo ni de los sentidos; tam­ poco la alteración de la mente es precursora de actividad física. En cambio, hay otra persona que afirma que la actividad física impide ciertamente el Samadhi o «contem­ plación» ininterrumpida. ¿Cuál es la opinión de Bhaga­ van? Vos sois la prueba permanente de mi afirmación. M. Ambos tenéis razón: tú te refieres al Sahaja Nirvikalpa Samadhi, y el otro se refiere al Kevala Nir1 . La palabra contemplación se usa con frecuencia en un sentido aproximado para referirse a un proceo mental forzado, en tanto que el Samadhi trasciende el esfuerzo. Sin embargo, en el lenguaje del misticismo cristiano, «contemplación» es el sinónimo usado invaria­ blemente para Samadhi, y en este sentido está usada arriba la pala­ bra.

76

Trabajo y renunciación vikalpa Samadhi. 1 En este último caso, la mente está inmersa en la Luz del Sí-mismo (en tanto que la misma, esto es, la mente , yace en la oscuridad de la ignorancia durante el sueño profundo) ; y el sujeto establece una distinción entre el Samadhi y la actividad que sigue al despertar del Samadhi. Además, la actividad del cuerpo, de la vista, de las fuerzas vitales y de la mente, lo mismo que el conocimiento de objetos, son todas obstrucciones para quien intenta realizar el Kevala Nirvikalpa Sama­ dhi. En el Sahaja Samadhi, sin embargo, la mente se ha disuelto en el Sí-mismo y se ha perdido. Aquí no existen,

1.

La distinción entre el dormir, el Kevala Nirvikalpa Samadhi y el

Sahaja Nirvikalpa Samadhi se puede ver claramente en esta tabla, faci­

litada por Sri Bhagavan: Sueño

(1) mente viva. (2) hundida en el olvido.

Kevala Nirvikalpa

Sahaja Nirvikalpa

Samadhi

Samadhi

(1) mente viva. (2) hundida en la Luz. (3) como un cubo atado a una cuerda y su­ mergido en el agua de un pozo. (4) que se puede sacar tirando de la otra punta de la cuerda.

(1) mente viva. (2) disuelta en el Sí-mis­ mo. (3) como un río que de­ semboca en el océa­ no y pierde su iden­ tidad. (4) a un río no se lo pue­ de volver a sacar del océano.

La mente del Sabio que ha realizado el Sí-mismo está totalmente des­ truida ; ha muerto. Pero a quien lo mire puede parecerle que posee una mente como cualquiera. De aquí que en el Sabio, el «YO» tenga mera­ mente una «realidad» «objetiva» aparente ; de hecho, sin embargo, no tiene ni existencia subjetiva ni realidad objetiva.

77

El evangelio de Maharshi por ende , las diferencias y obstrucciones que antes he­ mos mencionado. Las actividades de un Ser tal son como la de alimentar a un niño semiadormecido : el observador la percibe , pero no el sujeto. El viajero que duerme en la carreta en movimiento no se apercibe del movimiento, porque su mente está sumergida en la oscuridad. Igual­ mente , el Sahaja Jnani no se apercibe de las actividades de su cuerpo porque su mente ha muerto, tras haberse di­ suelto en el éxtasis de Chidananda (Beatitud del Sí-mis­ mo ) .

78

SILENCIO Y SOLEDAD D.

¿Es útil un voto de silencio?

M.

El Silencio interior es autoentrega. Y autoen­

trega es vivir sin el sentimiento del ego.

D.

La soledad, ¿es necesaria para un Sannyasin?

M.

La soledad está en la mente de un hombre. Uno

puede estar en el centro del mundo y sin embargo mante­ ner una perfecta serenidad ; una persona así está siempre en soledad. Otro puede estar en el bosque, y aun así, ser incapaz de controlar su mente. Entonces no se puede de­ cir que esté en soledad. La soledad es una actitud del ánimo ; un hombre apegado a las cosas de la vida no puede alcanzar la soledad, no importa dónde esté. Un hombre desapegado está siempre en soledad.

D. ¿Qué es Mouna? M. Aquel estado que trasciende el discurso y el pen­ samiento es Mouna ; es meditación sin actividad mental. El sometimiento de la mente es meditación : la meditación profunda es eterno discurso. El Silencio habla perpetua­ mente ; es el fluir perenne del «lenguaje» , interrumpido por el habla, porque las palabras obstruyen este «len­ guaje» mudo. Una conferencia puede mantener entreteni­ da a la gente durante horas, sin mejorarla . El Silencio, por otra parte, es permanente y beneficia a la humanidad en­ tera . . . Silencio significa Elocuencia. La expresión oral no

79

El evangelio de Maharshi es tan elocuente como el Silencio . El Silencio es Elocuen­ cia incesante . . . Es el mejor Lenguaje. Hay un estado en que las palabras cesan y el Silencio prevalece.

D.

¿Cómo , pues, podemos comunicamos uno a otro

nuestros pensamientos? M.

Eso es necesario si el sentimiento de la dualidad

existe . . .

D.

¿Por qué Bhagavan n o sale a predicar la Verdad a

todo el pueblo? M.

¿Cómo sabes que no lo hago? ¿Acaso predicar

consiste en treparse a una plataforma para arengar a la gente que hay alrededor? Predicar es simple comunicación del Conocimiento ; realmente, sólo se puede hacer en Si­ lencio. ¿Qué piensas de un hombre que se pasa una hora escuchando un sermón y después se va sin que lo que oyó le haya impresionado lo bastante como para cambiar de vida? Compáralo con otro que se mantiene ante una Pre­ sencia santa y pasado un tiempo se va, con una visión de la vida totalmente cambiada. ¿Qué es mejor, predicar en alta voz sin efecto alguno o permanecer en silencio en­ viando hacia afuera la Fuerza Interior?

Y además, ¿cómo surge el discurso? Hay un conoci­ miento abstracto, del cual surge el ego, que a su vez da origen al pensamiento, y éste a la palabra hablada. De modo que la palabra es bisnieta de la Fuente originaria. Si la palabra puede producir efecto, ¡ juzga por ti mismo cuánto más poderosa debe ser la Plegaria a través del Silencio ! Pero las gentes no entienden esta verdad simple y desnuda, la Verdad de su experiencia cotidiana, siempre presente , eterna. Es la Verdad del Sí-mismo. ¿Hay quien no se percate del Sí-mismo? Pero no les gusta siquiera oír hablar de esta Verdad, en tanto que están ansiosos de

80

Silencio y soledad saber qué es lo que hay más allá , de saber sobre el cielo, el infierno y la reencarnación. Porque aman el misterio y no la Verdad, las religiones les sirven hasta que terminan por llevarlos al Sí-mismo . Sea cual fuere el medio que adoptes, finalmente debes regresar al Sí-mismo : entonces, ¿por qué no instalarse aquí y ahora en el Sí-mismo? Para ser un espectador del otro mundo, o para hacer conjeturas sobre él, es necesario el Sí-mismo ; por consiguiente, ellos no son diferentes del Sí-mismo. Incluso el ignorante , cuando ve los objetos, no ve más que el Sí-mismo.

81

EL CONTROL DE LA MENTE D.

¿Cómo puedo controlar la mente?

M.

Si se realiza el Sí-mismo ya no hay mente que

controlar. El Sí-mismo irradia sú luz cuando la mente se desvanece . En el hombre realizado no importa que la mente esté activa o inactiva ; lo único que existe es el Sí-mismo. Pues la mente, el cuerpo y el mundo no son algo aparte del Sí-mismo ; y no pueden permanecer aparte del

Sí-mismo.

¿Pueden ser diferentes del Sí-mismo?

Cuando tiene conciencia del Sí-mismo, ¿por qué debe uno preocuparse por esas sombras? ¿De qué manera afectan al Sí-mismo? D. Si la mente no es más que una sombra, ¿cómo hemos de conocer el Sí-mismo? M.

El Sí-mismo es el Corazón, lo en sí y por sí lumi­

noso. La Iluminación surge del Corazón y alcanza el cere­ bro, que es la sede de la mente. El mundo se ve con la mente ; es decir que ves el mundo mediante la luz reflejada del Sí-mismo. Al mundo se lo percibe mediante un acto de la mente . Cuando la mente está iluminada, se percata del mundo ; cuando no está así iluminada, no se percata del mundo . Si la mente está vuelta hacia adentro, hacia la Fuente de iluminación, el conocimiento objetivo cesa y sólo el Sí-mismo esplende como el Corazón.

82

El control de la mente La luna resplandece reflejando la luz del sol. Cuando el sol se ha puesto, la luna es útil para revelar los objetos. Cuando el sol se eleva, nadie necesita de la luna, aunque su disco esté visible en el cielo. Lo mismo sucede con la mente y el Corazón . Lo que hace útil a la mente es su luz reflejada , que se usa para ver objetos. Cuando se vuelve hacia adentro, se va convirtiendo en la Fuente de luz que esplende por Sí misma, y la mente es, entonces, como la luna durante el día. Cuando está oscuro, es necesaria una lámpara que dé luz. Pero cuando el sol ha salido , ya no hay necesidad de la lámpara ; los objetos son visibles. Y para ver el sol no es necesaria ninguna láinpara ; es bastante con que vuelvas los ojos hacia el sol en sí y por sí luminoso . Lo mismo pasa con la mente ; para ver los objetos es necesaria la luz refle­ jada por la mente . Para ver el Corazón es bastante con que la mente esté vuelta hacia él. Entonces, la mente no cuenta y el Corazón es por sí resplandeciente .

D.

Tras haber dejado este Asramam, en octubre , du­

rante unos diez días me seguí sintiendo envuelto por la Presencia que prevalece cuando se está ante Sri Bhaga­ van . Durante todo el tiempo, aunque estuviese ocupado en mi trabajo , había una nota callada y permanente de esa paz en unidad ; era casi como la dualidad de conciencia que se tiene cuando uno está medio dormido durante una conferencia aburrida. Después, eso se desvaneció comple­ tamente y en su lugar aparecieron las antiguas estupide­ ces. El trabajo no deja tiempo para la meditación como actividad separada. ¿Es bastante con decirse constante­ mente , mientras se trabaja , « YO SOY»? M. (Tras una breve pausa . ) Si fortaleces la mente , esa paz se mantendrá durante todo el tiempo . Su duración es proporcional a la fuerza mental adquirida mediante la

83

El evangelio de Maharshi práctica repetida.

Y una

mente así es capaz de aferrarse a

esa nota callada. En ese caso, estés o no absorto en el trabajo , la nota sigue vibrando sin que nada la afecte y sin interrupción . No es el trabajo el obstáculo, sino la idea de que eres tú quien lo hace.

D.

¿Es necesaria una meditación prescrita para for­

talecer la mente?

M.

No, si mantienes siempre presente la idea de que

no es tu trabajo. Al principio necesitarás esfuerzo para recordarlo, pero después se vuelve algo natural y conti­ nuo. El trabajo seguirá por sí mismo, y tu paz se manten­ drá inalterada. La meditación es tu verdadera naturaleza. Ahora la llamas meditación porque hay otros pensamientos que te distraen. Cuando esos pensamientos se desvanezcan,

tú solo permaneces. . . es· decir, en el estado de medita­ ción libre de pensamientos; y esa es tu naturaleza autén­ tica, la que ahora intentas conquistar manteniendo a raya los otros pensamientos. Ese empeño en mantener a raya los otros pensamientos es lo que ahora se llama meditación. Pero , cuando la práctica se afirma, la naturaleza auténtica se revela como verdadera meditación. D. Pero, ¡ otros pensamientos surgen con más fuerza cuando se intenta la meditación !

M. Sí, en la meditación surgen pensamientos de to­ das clases. Y está bien que así sea, porque es sacar fuera lo que está oculto en ti. A menos que se asome, ¿cómo se lo podrá destruir? Los pensamientos se asoman espontánea­ mente , por así decirlo, pero sólo para ser extinguidos en su momento, con lo que se fortalece la mente.

D. Hay ocasiones en que las personas y las cosas asumen una forma vaga, casi transparente, como en un sueño. Uno cesa de observarlas como algo que está fuera ;

84

El control de la mente en cambio, es pasivamente consciente de su existencia, sin tener al mismo tiempo ninguna conciencia activa de ser uno mismo. En la mente hay una profunda quietud. ¿Es en esos momentos cuando uno está preparado para su­ mergirse en el Sí-mismo? ¿O se trata de un estado insalu­ bre , resultado de una autohipnosis? Se lo ha de estimular, en cuanto es algo que da una paz temporaria? M.

En la mente está la Conciencia junto con la quie­

tud ; ese es exactamente el estado que hay que procurar. El hecho de que la cuestión haya sido formulada en este punto, sin darse cuenta de que es el Sí-mismo, demuestra que el estado no es permanente, sino casual. La palabra «Sumergirse» es apropiada cuanto hay tendencias que van hacia afuera ; y cuando, por consiguiente, hay que dirigir la mente para que se vuelva hacia adentro, hay una inmer­ sión por debajo de la superficie de lo externo. Pero cuando la quietud prevalece sin obstrucción de la Con­ ciencia, ¿qué necesidad hay de sumergirse? Si no se ha llegado a comprender que ese estado es el Sí-mismo, al esfuerzo de hacerlo se le puede llamar «inmersión» . En este sentido puede decirse que el estado es adecuado para la comprensión o la inmersión. Es decir que las dos últi­ mas preguntas que has formulado no se plantean.

D. La mente sigue sintiendo parcialidad hacia los ni­ ños, posiblemente porque con frecuencia se usa la imagen de un niño como personificación de lo Ideal. ¿Cómo se puede dejar atrás esta preferencia? M.

Ateniéndote al Sí-mismo. ¿Por qué has de pensar

en niños y en tus reacciones frente a ellos?

D. Parece como si esta tercera visita a Tiruvannamalai hubiera intensificado en mí el sentimiento de egoísmo y me di­ ficultara la meditación. ¿Es una fase pasajera y sin importan­ cia, o una señal de que en lo sucesivo debo evitar tales lugares?

85

El evangelio de Maharshi M.

Es imaginario. Ese lugar u otro está dentro de ti.

Se debe poner término a esas imaginaciones, porque los lugares como tales nada tienen que ver con las actividades de la mente . Tampoco el ambiente que te rodea es cues­ tión simplemente de tu elección individual ; está ahí, de hecho , y eres tú quien debe elevarse por encima de él y o dejarte enredar en él. (Sobre las 5 de la tarde, cuando Sri Bhagavan subió a la Colina, un niño de unos ocho años y medio vino al salón. Durante Su ausencia, el niño estuvo hablando del

yoga y el vedanta en tamil, simple y literario, citando libre­ mente la palabra de los Santos y de las sagradas Escritu­ ras. Cuando Sri Bhagavan regresó al salón, pasados casi tres cuartos de hora, no hubo más que silencio. Durante los veinte minutos que el niño permaneció en presencia de Sri B hagavan , no pronunció una sola palabra, sino que estuvo simplemente contemplándole. Después, las lágri­ mas brotaron de sus ojos. Se las enjugó con la mano iz­ quierda y no tardó en salir del lugar, diciendo que aún espera la realización del Sí-mismo . ) D . ¿Cómo debemos explicar las extraordinarias ca­ racterísticas del niño?

M.

Las características de su último nacimiento son

fuertes en él, pero por fuertes que puedan ser, no se mani­ fiestan si no es en una mente calma y tranquila. Es cosa de experiencia común que los intentos de revivir el recuerdo fracasan a veces, en tanto que cuando la mente está calma

y silenciosa, algo relampaguea a veces en ella. D. ¿Cómo se puede calmar y tranquilizar la mente rebelde?

M.

Ya sea viendo su fuente , de manera que pueda

desaparecer, o entregándote, para que se la pueda des­ truir. La autoentrega es lo mismo que el conocimiento del

86

El control de la mente Sí-mismo, y ambos implican necesariamente dominio de sí. El ego se somete solamente cuando reconoce al Poder ·

Superior.

D.

¿Cómo puedo escapar del

samsara,

que patece

ser la verdadera causa de que la mente se inquiete? M.

El

samsara

está únicamente en tu mente. El

mundo no habla, no dice «Aquí estoy, soy el mundo» . Si lo dijera estaría siempre allí, haciéndote sentir su presen­ cia incluso cuando duermes . Pero, dado que no está allí cuando duermes, es impermanente . Al ser impermanente, carece de sustancia. Al no tener realidad aparte del Sí­ mismo, éste lo subyuga fácilmente. El Sí-mismo es lo único permanente . La renunciación es la no-identificación del Sí-mismo con lo que no es el Sí-mismo. Cuando desa­ parece la ignorancia que identifica el Sí-mismo con lo que no es el Sí-mismo , lo que no es el Sí-mismo deja de existir, y esa es la verdadera renunciación.

D.

¿No podemos, incluso en ausencia de tal renun­

ciación, realizar acciones sin apego? M.

Sólo un

Atma-jnani

puede ser un buen

Karma­

yoguin. D.

¿Bhagavan condena la filosofía Dwaita? El Dwaita sólo puede subsistir cuando se identi­ M. fica el Sí-mismo con lo que no es el Sí-mismo. El Adwaita es no-identificación.

87

BHAKTI Y JNANA D.

Sri Bhagavata explica una manera de hallar a

Krishna en el Corazón, postrándose ante todo y con­ templándolo todo como al Señor mismo. ¿Es verdadera­ mente esta la senda que conduce a la realización del Sí­ mismo? ¿No es más fácil adorar así a Bhagavan en todo aquello que la «mente» encuentra, que buscar lo Supra­ mental mediante la indagación mental de «¿Quién soy?» ? M. Sí, cuando ves a Dios en todo, ¿piensas en Dios o no? Ciertamente, debes pensar en Dios para ver a Dios en todo lo que te rodea. Mantener presente a Dios en la mente es dhyana, y dhyana es la etapa que precede a la Realización del Sí-mismo. Jamás puede darse aparte del Sí-mismo : y dhyana debe precederla. Que practiques

dhyana centrándote en Dios o en el Sí-mismo carece de importancia, porque el objetivo es el mismo. Por ningún medio puedes escapar del Sí-mismo . ¿Quieres ver a Dios en todo , pero no en ti mismo? Si todo es Dios, ¿no estás tú incluido en ese todo? Si tú mismo eres Dios, ¿te mara­ villa que todo sea Dios? Ese es el método que se aconseja en Sri Bhagavata, y que otros también aconsejan. Pero incluso para esta práctica debe estar el veedor o el pensa­ dor. ¿Quién es? D. 88

¿Cómo ver a Dios , que todo lo penetra?

Bhakti y Jnana Ver a Dios es SER Dios. Aparte de Dios no hay M. , «todo» que El pueda penetrar. Sólo El es. D. ¿Hemos de leer el Gita de vez en cuando? M.

Siempre .

D.

¿Cuál e s la relación entre lnana y Bhakti?

M.

El Estado eterno, ininterrumpido y natural de

permanecer en el Sí-mismo es Jnana. Para permanecer en el Sí-mismo , debes amar el Sí-mismo. Como Dios es ver­ daderamente el Sí-mismo , el amor del Sí-mismo es amor de Dios ; y eso es Bhakti. Jnana y Bhakti son, pues, una y la misma cosa.

D.

Mientras practico

Nama-Japa durante una hora o

más, caigo en un estado semejante al dormir. Al desper­ tarme, recuerdo que mi

japa

ha quedado interrumpido y

lo vuelvo a intentar. M. Eso es, exactamente ; «semejante al dormir» . Es el estado natural. Porque ahora estás asociado con el ego, consideras que el estado natural es algo que interrumpe tu trabajo . Por eso debes repetir la experiencia hasta que te des cuenta de que es tu estado natural. Entonces descubri­

rás que japa te es ajeno, pero aun así, continuará automá­ ticamente. Tu duda actual se debe a esa falsa identidad , es decir, a que te identificas con la mente que hace el japa. lapa significa adherirse a un pensamiento con exclusión de todos los otros. Ese es su propósito. Conduce a dhyana, que concluye en la Realización del Sí-mismo o Jnana. ¿Cómo he de practicar el Nama-japa? No se ha de usar el Nombre de Dios mecánica y superficialmente, sin el sentimiento de devoción. Para usar el Nombre de Dios, uno debe invocarLe con añoran­ za y entregarse a Él sin reservas . Sólo después de una entrega tal permanece constantemente contigo el Nombre de Dios.

D.

M.

89

El evangelio de Maharshi D. ¿Qué necesidad hay, entonces, de vichara? M. La entrega sólo puede efectuarse

indagación o

cuando se la hace con pleno conocimiento de lo que significa realmente entregarse. Ese conocimiento viene después de la indaga­ ción y la reflexión, y termina invariablemente en la en­ trega de sí. No hay diferencia entre Jnana y la entrega absoluta al Señor, esto es, en pensamiento, palabra y ac­ ción. Para ser completa, la entrega debe ser incondicional; el devoto no puede regatear con el Señor ni esperar favo­ res de Sus manos. Una entrega así, total, lo comprende todo : es Jnana y

90

Vairagya.

Devoción y Amor.

EL SÍ-MISMO Y LA INDIVIDUALIDAD

D.

La muerte, ¿no disuelve la individualidad de una

persona, de manera que no puede haber renacimiento, así como los ríos que se vierten en el océano pierden su in­ dividualidad? M.

Pero cuando las aguas se evaporan y regresan

como lluvia sobre las colinas, fluyen una vez más en forma de ríos y se vierten en el océano ; también así las individua­ lidades mientras duermen pierden su condición separada y sin embargo regresan como individuos, de acuerdo con sus

samskaras

o tendencias pasadas . También así es en la

muerte , y la individualidad de la persona con samskaras no se ha perdido.

D.

¿Cómo es eso posible?

M.

Mira cómo vuelve a crecer un árbol al que le han

cortado las ramas. En tanto que las raíces del árbol se mantengan intactas , el árbol continuará creciendo . De !a misma manera, los samskaras que sólo se han hundido en el Corazón en el momento de la muerte, pero no por esa razón han perecido, ocasionan en el momento adecuado el re-nacimiento ; y de esa manera renacen los jivas.

D.

¿Cómo es posible que los innumerablesjivas y el vas­

to universo cuya existencia es correlativa con la de los jivas,

91

El evangelio de Maharshi hayan surgido de

samskaras tan sutiles como

los hundidos

en el Corazón? M. Así como el gran baniano brota de una semilla diminuta, los jivas y el universo todo, con nombre y forma, brota de los sutiles samskaras. D. ¿De qué manera emana la individualidad del Sí­ mismo absoluto , y cómo se hace posible su retomo?

M.

Así como una chispa procede del fuego, emana la

individualidad del Sí-mismo absoluto. La chispa es lo que se llama el ego. En el caso del

ajnani,

el ego se identifica

con algún objeto en el instante en que éste emerge. No puede mantenerse sin esa asociación con los objetos. Una asociación tal se debe a ajnana, cuya destrucción es el objetivo de nuestros esfuerzos. Si se destruye esa tendencia a identificarse con los objetos, el ego se purifica y entonces se confunde también con su Fuente . La falsa identificación con el propio cuerpo es dehatmabuddhi o la idea de «soy-el-cuerpo» . Esto debe desaparecer antes de que puedan obtenerse buenos resultados. D. ¿Cómo h e d e desarraigar esa idea? M. Tú existes en susupti sin estar asociado con el cuerpo y la mente, pero en los otros dos estados estás asociado con ellos. Si fueras uno con el cuerpo, ¿cómo podrías existir sin el cuerpo en susupti? Tú puedes sepa­ rarte de lo que es externo a ti, pero no de lo que es uno contigo. De aquí que el ego no pueda ser uno con el cuerpo. Esto es algo que hay que comprender en el estado de vigilia. Con el fin de alcanzar este conocimiento se estudian los tres estados. D. ¿Cómo puede el ego, que está confinado a dos de los estados, intentar comprender Aquello que abarca los tres estados?

M. 92

En los intervalos entre dos estados o entre dos

El Sí-mismo y la individualidad pensamientos se tiene la experiencia del ego en su pureza. El ego es como el gusano que sólo deja un punto de apoyo después de haberse afirmado en otro. Su verdadera natu­ raleza se conoce cuando está fuera de contacto con obje­ tos o pensamientos. Debes llegar a entender este intervalo como la Realidad permanente e inmutable, tu verdadero Ser, mediante la convicción lograda gracias al estudio de los tres estados, jagrat, swapna y susupti. D. ¿No puedo permanecer en susupti durante todo el tiempo que quiera y también a voluntad, así como estoy en el estado de vigilia? ¿Cuál es la experiencia que tiene el

Jnani de esos tres estados? M. Susupti también existe en tu estado de vigilia . Incluso ahora estás en susupti. Es un estado en el que se debe entrar conscientemente, y que ha de ser alcanzado en este mismo estado de vigilia. En realidad, no hay que entrar en él ni salir de él. Estar consciente de susupti en el estado jagrat es Jagrat-susupti, y eso es Samadhi. El ajnani no puede permanecer mucho tiempo en su­

supti porque su naturaleza le fuerza a salir de él.

Su ego no

está muerto, y una y otra vez volverá a emerger. Pero el aplasta al ego en su Fuente . También en su caso puede parecer en ocasiones que emerge como impulsado por prarabdha. Es decir, también en el caso del Jnana parecería, a todos los fines externos, que prarabdha sostu­

]nana

viera o respaldara el ego, como sucede con el ajnani; pero existe esta diferencia fundamental, que cuando el ego del ajnani emerge (en realidad jamás se ha apaciguado, salvo en el sueño profundo) , ignora totalmente su Fuente ; en otras palabras, el ajnani no se percata de su susupti en sus estados de sueño y de vigilia: en el caso del jnani, por el contrario, la emergencia o existencia del ego no es más que aparente , y él goza de su Experiencia trascendental

93

El evangelio de Maharshi intacta a pesar de esa emergencia o existencia aparente del ego, manteniendo siempre fija la atención

(lakshya) en la

Fuente. Este ego es inofensivo ; es como el esqueleto de una cuerda quemada, que aunque conserva la forma, ya no sirve para atar nada. Al mantener constantemente la atención en la Fuente, el ego se disuelve en la Fuente, como una muñeca de sal en el mar.

D. M.

¿Cuál es el significado de la Crucifixión? El cuerpo es la cruz. Jesús, el hijo del hombre, es

el ego o la idea de «soy-el-cuerpo» . Cuando se cuelga en la cruz al hijo del hombre , el ego se extingue , y lo que sobre­ vive es el Ser Absoluto. Es la resurrección del Sí-mismo Glorioso, del Cristo . . . el Hijo de Dios.

D.

Pero, ¿cómo se justifica la crucifixión? Matar,

¿no es un crimen terrible? M. Todo el mundo está suicidándose . El estado na­ tural de eterna bienaventuranza ha sido sofocado por esta vida ignorante . De esta manera, la vida actual se debe a la matanza de la Existencia eterna y positiva. ¿No se trata realmente de un suicidio? Entonces, ¿por qué preocupar­ se por matar y cosas así? D. Sri Ramakrishna dice que el Nirvikalpa Samadhi no puede durar más de veintiún días ; si se persiste en él, la persona muere. ¿Es realmente así? M. Cuando el prarabdha se agota, el ego se disuelve por completo y no deja tras de sí rastro alguno. Esa es la Liberación final (Nirvana). A menos que el prarabdha se agote , el ego volverá a emerger, como puede parecer que lo hace en el caso de los Jivanmuktas.

94

LA REALIZACIÓN DEL SÍ-MISMO

D.

¿Cómo puedo alcanzar la Realización del Sí-mis­

mo? M.

La Realización no es nada que haya que volver a

ganar; ya está ahí. Lo único necesario es liberarse de la idea de que «no lo he realizado» . La Quietud o Paz es la Realización. No hay un mo­ mento en que el Sí-mismo no sea. En tanto que haya duda o se tenga el sentimiento de no-Realización, se ha de hacer el intento de liberarse de esos pensamientos, que se deben a la identificación del Sí-mismo con lo que no es el Sí-mismo . Cuando lo que no es el Sí-mismo desaparece , sólo queda el Sí-mismo . Para hacer lugar, basta con quitar lo que lo atesta ; el lugar no es algo que se traiga de otra parte.

D. Puesto que vasana-kshya, ¿cómo

la Realización no es posible sin he de realizar ese estado en el cual

se destruyen efectivamente los M.

D.

vasanas?

¡ Tú estás ahora en ese estado ! ¿Significa eso que si se mantiene uno adherido al

Sí-mismo, los

vasanas

han de ser destruidos a medida que

emerjan? M. eres .

Ellos solos se destruirán si tú permaneces como

95

El evangelio de Maharshi ¿Cómo se alcanza el Sí-mismo? El Sí-mismo no se alcanza. Si el Sí-mismo hubiera de ser alcanzado, eso significaría que no está aquí y ahora,

D. M.

que es algo todavía por obtener. Lo que de nuevo se obtiene, también se perderá, es decir que será imperma­ nente . Por aquello que no es permanente no vale la pena esforzarse . Por eso digo que el Sí-mismo no se alcanza. Tú

eres el Sí-mismo ; eres ya Eso. El hecho es que estás en la ignorancia de tu estado de bienaventuranza. La ignorancia sobreviene y tiende un velo sobre esa pureza del Sí-mismo que es Bienaventu­ ranza. Los intentos sólo se dirigen a quitar ese velo de ignorancia que no es más que conocimiento erróneo. El conocimiento erróneo es la falsa identificación de sí mismo con el cuerpo, la mente, etc. Esta falsa identifica­ ción debe desaparecer, y entonces sólo queda el Sí-mismo. Por consiguiente, la Realización es para todos ; la Rea­ lización no establece diferencias entre los aspirantes. La duda misma de si podrás realizar, y la idea de «no-he­ realizado» son, en sí mismas, los obstáculos. Libérate tam­ bién de esos obstáculos. D. ¿De qué sirve el Samadhi? El pensamiento, ¿sub­ siste en él? Sólo el Samadhi puede revelar la Verdad. Los pensamientos echan un velo sobre la Realidad, de modo que É sta no es comprendida como tal en otros estados, sino sólo en el Samadhi. En Samadhi no hay otra cosa que el sentimiento de «YO SOY» , y no hay pensamientos. La experiencia de «YO SOY» es ESTAR EN QUIETUD . D. ¿Cómo puedo repetir la experiencia del Samadhi o de la Quietud que tengo aquí?

M.

M. 96

Tu experiencia actual se debe a la influencia de la

La realización del sí mismo atmósfera en que te encuentras. ¿Puedes tenerla fuera de esta atmósfera?

La

experiencia es espasmódica. Mientras

no se haga permanente, es necesaria la práctica.

D. En ocasiones uno tiene vívidos destellos de una conciencia cuyo centro se encuentra fuera del sí mismo normal, y que parece ser omnímoda. Sin preocuparnos por conceptos filosóficos, ¿qué me aconsejaría Bhagavan que hiciera para conseguir, mantener y ampliar esos ex­ cepcionales destellos? El abhyasa en una experiencia tal, ¿implica retiro?

M.

¡Fuera! ¿Para

quién existen el dentro y el fuera?

Son algo que sólo puede existir en cuanto hay sujeto y objeto . Y estos, ¿para quién existen a su vez? Si investigas encontrarás que se reducen únicamente al sujeto. Fíjate quién es el sujeto, y la indagación te conducirá a la Con­ ciencia pura que trasciende el sujeto. El sí mismo normal es la mente. Esta mente es con limitaciones. Pero la Conciencia pura está más allá de las limitaciones, y se la alcanza mediante la investigación que te he explicado.

Conseguir: el Sí-mismo está siempre ahí. Solamente tienes que quitar el velo que obstruye la revelación del Sí-mismo. Mantener: una vez que comprendas el Sí-mismo , se convierte en tu vivencia directa e inmediata. No se pierde jamás. Ampliar: no hay ampliación del Sí-mismo, porque es como siempre, sin contracción ni expansión. Retiro: permanecer en el Sí-mismo es soledad. Porque nada hay que sea ajeno al Sí-mismo. El retiro debe ser retiro de un lugar o un estado a otro. Y no hay lugar ni estado aparte del Sí-mismo . Como todo es el Sí-mismo, el retiro es imposible e inconcebible .

97

El evangelio de Maharshi A bhyasa no es más que la prevención de las perturba­ ciones de la paz inherente. Tú estás siempre en tu estado natural, no importa si estás o no en abhyasa . . . Mantenerte como eres, sin cuestionamiento ni duda, es tu estado natu­ ral. D. Al realizar el Samadhi, ¿no se obtiene también siddhis? M. .para poder exhibir los siddhis, tiene que haber

otros que los reconozcan. Eso significa que en quien los exhibe no hay Jnana. Por consiguiente, no vale siquiera la pena pensar en los siddhis: el único objetivo que se ha de buscar y alcanzar es Jnana. D. Mi Realización, ¿ayuda a los otros? M. Sí, y · es la mejor ayuda que puedes ofrecer a otros. Quienes han descubierto grandes verdades, lo han hecho en las profundidades inmóviles del Sí-mismo. Pero realmente no hay «Otros» a quienes ayudar. Porque el Ser Realizado no ve más que el Sí-mismo, tal como el orfebre no ve más que el oro que valora en las diversas joyas hechas de oro. Cuando te identificas con el cuerpo, hay nombre y hay forma. Pero cuando trasciendes la concien­ cia-del-cuerpo, también los «Otros» desaparecen. El Rea­ lizado no ve el mundo como algo diferente de Él mismo. D. ¿No sería mejor que los Santos se mezclaran con los otros? M. No hay «Otros» con quienes mezclarse. El Sí­ mismo es la única realidad. D. ¿No debo intentar ayudar al mundo sufriente? M. El Poder que te creó ha creado también al mundo. Si puede cuidar de ti, también puede cuidar del mundo . . . Si Dios ha creado el mundo, cuidarlo es asunto de É l, no tuyo. D. ¿No es nuestro deber ser patriotas?

98

La realización del sí mismo M. Tu deber es SER, no ser esto ni aquello. «SOY LO QUE SOY» resume toda la verdad: el método se resume en «ESTAR EN QUIETUD» . ¿Y qué significa Quietud? Significa «Destrúyete» ; porque cada nombre y cada forma es causa de inquietud. «Yo-yo» es el Sí-mismo. «Y o soy esto» es el ego. Cuando el «YO» se mantiene como el «YO» solamente, es el Sí-mismo. Cuando se escapa por la tangente y dice «Soy esto o aquello, soy tal y cual» , entonces es el ego. D. Entonces, ¿quién es Dios? M. El Sí-mismo es Dios. «YO SOY» es Dios. Si Dios fuese algo aparte del Sí-mismo, debería ser un Dios sin mismidad, y eso es absurdo. Lo único que se requiere para realizar el Sí-mismo es ESTAR EN QUIETUD . ¿Qué puede haber de más fácil? Por eso, lo más fácil de alcanzar es Atma-vidya.

99

EL GURU Y SU GRACIA D. ¿Qué es el Guru-kripa, y cómo conduce a la Rea­ lización del Sí-mismo? M. El Guru es el Sí-mismo. . . Hay ocasiones en que un hombre está insatisfecho con su vida y, no contando con lo que tiene, busca la satisfacción de sus deseos diri­ giendo su oración a Dios, etc. Su mente se purifica gra­ dualmente hasta que anhela conocer a Dios y está más ansioso de obtener Su Gracia que de satisfacer sus deseos mundanos. Entonces, la Gracia de Dios comienza a mani­ festarse. Dios toma la forma de un Guru y se aparece al devoto, le enseña la Verdad y, además, purifica su mente por asociación. La mente del devoto se fortalece y enton­ ces es capaz de volverse hacia adentro. Mediante la medi­ tación sigue purificándose y permanece inmóvil, sin el me­ nor estremecimiento. Esa calma Extensión es el Sí-mismo. El Guru es a la vez «externo» e «interno». Desde el «exterior» da impulso a la mente para que se vuelva hacia adentro ; desde el «interioD> tira de la mente hacia el Sí­ mismo, y contribuye al aquietamiento de la mente. Eso es Guru-kripa. No hay diferencia entre Dios, el Guru y el Sí-mismo. D. En la Sociedad Teosófica meditan para encontrar Maestros que los guíen. M. El Maestro está dentro ; el sentido de la medita100

El Guru y su Gracia ción es deshacerse de la necia idea de que está solamente fuera. Si Él fuera un extraño a quien tú esperas, no podría menos que volver a desaparecer. ¿De qué sirve un ser así, transitorio? Pero en tanto que tú creas que eres algo apar­ te, o que eres el cuerpo, te será necesario el Maestro «afue­ ra» y Se te aparecerá como si tuviera cuerpo. Cuando acabe la identificación errónea de uno con su cuerpo, se encon­ trará que el Maestro no es otro que el Sí-mismo. D. El Guru, ¿nos ayudará a conocer el Sí-mismo me­ diante la iniciación, etc. ? M. El Guru, ¿te lleva de la mano y te susurra al oído? Puedes imaginarte que es lo que eres tú mismo. Como tú crees que eres con un cuerpo, crees que Él tam­ bién tiene cuerpo, para hacer algo que sea tangible para ti. Su trabajo está en el interior, en el ámbito espiritual. D. ¿Cómo se encuentra al Guru? M. En su Gracia, Dios, que es inmanente , se compa­ dece del devoto que Le ama y Se manifiesta de acuerdo con la evolución del devoto. El devoto cree que Él es un hombre y espera una relación como la que se da entre dos cuerpos físicos. Pero el Guru, que es Dios o el Sí-mismo encamado, opera desde adentro, ayuda al hombre a ver el error de sus métodos y lo guía por el sendero recto hasta que comprende el Sí-mismo interior. D. ¿Qué debe hacer entonces el devoto? M. Sólo tiene que actuar según las palabras del Maestro y hacer su trabajo interior. El Maestro está a la vez «dentro» y «fuera» , de modo que crea las condiciones para arrastrarte hacia adentro y, al mismo tiempo, pre­ para el «interior» para que te atraiga hacia el Centro. Así, da un impulso desde «afuera» y ejerce una atracción hacia «adentro» , de manera que puedas estar fijado al Centro. Tú crees que puedes conquistar el mundo por tu propio 101

El evangelio de Maharshi esfuerzo. Cuando estás externamente frustrado y te sien­ tes impulsado hacia adentro, sientes: «¡Oh! ¡Hay un Poder Superior al hombre !» . El ego es como un elefante muy fuerte , que no puede ser sometido por nadie menos poderoso que un león, que en este caso no es otro que el Guru. Cuyo solo aspecto hace que el elefante-ego se eche a temblar y muera. En el debido momento sabrás que tu gloria está donde tú dejas de existir. Para alcanzar ese estado, debes entre­ garte . Entonces, el Maestro ve que estás en el estado ade­ cuado para dejarte guiar, y te guía. D. ¿De qué manera puede el Silencio del Guru, que no da iniciación ni realiza ningún otro acto tangible, ser más poderoso que Su palabra, etc. ? ¿De qué manera ese Silencio es mejor que el estudio de las Escrituras? M. El Silencio es la forma de operar más poderosa. Por más vastas y enfáticas que puedan ser las Escrituras, en su efecto fracasan. El Guru es Quietud, y su Gracia prevalece en todo. Este Silencio es más vasto y más enfá­ tico que todas las Escrituras juntas. D. Pero el devoto, ¿puede obtener la Felicidad? M. El devoto se entrega al Maestro, y eso significa que no retiene vestigio alguno de individualidad. Si la entrega es completa, se pierde toda sensación de sí mismo, y entonces no puede haber sufrimiento ni dolor. El Ser Eterno no es otra cosa que Felicidad. Eso sobre­ viene como una Revelación. D. ¿Cómo puedo obtener la Gracia? M. La Gracia es el Sí-mismo. Tampoco eso ha de adquirirse : lo único que necesitas es saber que existe. El sol no es más que resplandor, y no ve la oscuridad. Sin embargo, tú hablas de que la oscuridad huye al apare­ cer el sol. Así también la ignorancia del devoto, como el 102

El Guru y su Gracia fantasma de la oscuridad, se desvanece ante la mirada del Guru. Tú estás rodeado por la luz del sol, pero si quieres ver el sol, debes volverte en dirección de él para mirarlo. También así la Gracia, aunque esté aquí y ahora, se en­ cuentra si te acercas a ella en la forma adecuada. D. La Gracia, ¿no puede apresurar la madurez en el buscador? M. Deja todo eso librado al Maestro y entrégate a Él sin reserva. Es menester hacer una de dos cosas: o entre­ garte , porque comprendes tu incapacidad y necesitas un Poder Superior que te ayude ; o investigar las causas de la desdicha, penetrar en la Fuente y confundirte así con el Sí-mismo. De cualquiera de las dos maneras, te liberarás de la desdicha. Dios o el Guru jamás se olvida del devoto que se ha entregado. D. ¿Qué significado tiene postrarse ante el Guru o ante Dios? M. La postración significa el hundimiento del ego y el confundirse con la Fuente. A Dios o al Guru no se lo puede engañar con genuflexiones, reverencias y postracio­ nes externas. Él ve si el ego sigue existiendo o no. D. ¿Querrá Bhagavan darme algún ejemplo de Su Prasad como señal de Su Gracia? M. Come sin pensar en el ego ; entonces, lo que co­ mas se convertirá en la Prasad de Bhagavan. D. El hombre cultivado, ¿no está en mejores condi­ ciones para la Iluminación, en el sentido de que no tiene necesidad de Guru-kripa? M. Incluso un erudito debe inclinarse ante el sabio sin cultivo. La incultura es ignorancia y la educación es ignorancia instruida. Tanto una como otra ignoran el ver­ dadero Objetivo. El Sabio es ignorante en un estilo dife­ rente. Es ignorante porque no hay «otro» para Él. 103

El evangelio de Maharshi D. Cuando se ofrecen presentes al Guru, ¿no es para obtener Su Gracia? De esa manera los visitantes ofrecen presentes a Bhagavan. M. ¿Por qué los traen? ¿Acaso yo los quiero? Aun­ que los rechace, ¡ me echan encima los presentes! ¿Para qué? ¿No es como poner un cebo para pescar? El pesca­ dor, ¿está ansioso de alimentar a los peces? No, ¡está ansioso de pescarlos y comérselos ! D. La idea teosófica de dar sucesivas iniciaciones an­ tes de alcanzar la Moksha, ¿es verdad? M. Quienes alcanzan la Moksha en una sola vida de­ ben haber pasado en sus vidas anteriores por todas las iniciaciones sucesivas. D. La teosofía dice que después de la muerte los Jnanis tienen que escoger cuatro o cinco formas de tra­ bajo, no necesariamente en este mundo. ¿Cuál es la opi­ nión de Bhagavan? M. Es posible que algunos escojan el trabajo, pero no todos. D. ¿Tenéis conciencia de una Hermandad de Rishis invisibles? M. Si son invisibles, ¿cómo puedes verlos? D. En la conciencia. M. No hay nada externo en la Conciencia. D. ¿Puedo comprenderles? M. Si comprendes tu propia Realidad, entonces será clara para ti la de los Rishis y Maestros. Hay únicamente un Maestro, y ese es el Sí-mismo. D. La reencarnación, ¿es verdad? M. La reencarnación sólo existe en tanto que hay ignorancia. En realidad, no hay tal reencarnación , ni ahora ni antes, ni tampoco la habrá después. Esa es la verdad.

104

El Guru y su Gracia D. M.

Un yogui, ¿puede conocer sus vidas pasadas?

¿Conoces tú la vida presente, para que quieres conocer la pasada? Encuentra el presente, que el resto seguirá después. Incluso con tu actual conocimiento limi­ tado, sufres tanto ; ¿por qué has de cargarte con más cono­ cimiento? ¿Para sufrir más? D. ¿Bhagavan usa poderes ocultos para hacer que otros realicen el Sí-mismo, o basta para eso el mero hecho de la Realización de Bhagavan? M. La fuerza Espiritual de la Realización del Sí­ mismo es mucho más poderosa que el uso de todos los poderes ocultos. Puesto que no hay ego en el Sabio, no hay «Otros» para Él. ¿Cuál es el mayor beneficio que pueda serte conferido? Es la Felicidad, y la Felicidad nace de la Paz. La Paz sólo puede reinar cuando no hay pertur­ bación, y la perturbación se debe a los pensamientos que surgen en la mente. Cuando la mente misma está ausente, habrá Paz perfecta. A menos que una persona haya ani­ quilado la mente, no puede obtener la Paz y ser feliz. Y a menos que ella misma sea feliz, no puede otorgar Felici­ dad a «otros» . Sin embargo, como no hay «Otros» para el Sabio que ha aniquilado la mente, el mero hecho de Su Realización del Sí-mismo es en sí suficiente para hacer felices a los «Otros» .

105

LA PAZ Y LA FELICIDAD D. ¿Cómo puedo alcanzar la paz? No me parece ob­ tenerla mediante el Vichara. M. La Paz es tu estado natural. Lo que obstruye el estado natural es la mente. Has hecho tu Vichara única­ mente en la mente. Investiga lo que es la mente, y desapa­ recerá. Aparte del pensamiento, la mente no existe. Sin embargo, a causa de la aparición del pensamiento, conje­ turas algo de lo cual parte el pensamiento y lo llamas mente. Cuando indagues para ver lo que es, encontrarás que en realidad la mente no existe. Cuando la mente se haya desvanecido así, realizarás la Paz eterna. D. Mediante la poesía, la música, el jap a , el bhajana, la contemplación de hermosos paisajes, la lectura de poe­ sía espiritual, etc. , uno experimenta a veces una verdadera sensación de unidad con el todo. Ese sentimiento de pro­ funda y bienaventurada quietud (en el cual no tiene ca­ bida el sí mismo personal) ¿es lo mismo que ese entrar en el Corazón de que habla Bhagavan? Su práctica, ¿condu­ cirá a un Samadhi más profundo, y así, en última instan­ cia, a una plena visión de lo Real? M. Hay felicidad cuando a la mente se presentan co­ sas agradables. Tal es la felicidad inherente al Sí-mismo, y no hay otra Felicidad. Y no es extranjera ni lejana. En esas ocasiones que consideras placenteras, estás sumer106

La paz y la felicidad giéndote en el Sí-mismo, y el resultado de esa inmersión es una Bienaventuranza que existe por sí sola. Pero a causa de la asociación de ideas se atribuye esa Bienaventuranza a otras cosas o sucesos, cuando en realidad es algo que está dentro de ti. En estas ocasiones estás hundiéndote en el Sí-mismo, aunque inconscientemente. Si lo haces cons­ cientemente, con la convicción que proviene de la expe­ riencia de que eres idéntico a la Felicidad que no es otra que el Sí-mismo, la única Realidad, le llamas Realización. Quiero que te sumerjas conscientemente en el Sí-mismo, es decir, en el Corazón.

107

LA INDAGACIÓN DEL SÍ-MISMO ¿Cómo se ha de realizar el Sí-mismo? ¿El Sí-mismo de quién? Averígualo. El mío , pero ¿quién soy yo? Averígualo tú mismo. No sé cómo. Vuelve a pensarte la pregunta. ¿Quién es el que dice que «DO sabe»? ¿Quién es el «YO» en tu enunciado? ¿Qué es lo que no se sabe? D. Alguien o algo de mí. M. ¿Quién es ese alguien? ¿En quién? D. Quizás algún poder. M. Averígualo. D. ¿Por qué nací? M. ¿Quién nació? La respuesta a todas tus preguntas es la misma. D. ¿Quién soy, entonces? M. (Sonriendo. ) ¿Has venido a examinarme? Tú de­ bes decir quién eres. D. Por más que lo intente, parece que no puedo atra­ par el «YO» . Ni siquiera es claramente discernible . M. ¿Quién es el que dice que el «YO» no es discerni­ ble? ¿Hay dos «yoes» en ti, tal que uno no es discernible por el otro?

D. M. D. M. D. M.

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La indagación del Sí-mismo D. En vez de indagar «¿Quién soy yo?», puedo plan­ tearme a mí mismo la cuestión «¿Quién sois Vos?» , ya que entonces mi mente puede fijarse en Vos, a quien consi­ dero Dios en la forma del Guru. Quizás estuviera más próximo a la meta de mi indagación con esa pregunta que si me pregunto «¿Quién soy?». M. Cualquiera que sea la forma que tome tu pre­ gunta, finalmente debes llegar al único yo, el Sí-mismo. Todas estas distinciones que se hacen entre el «YO» y el «tú» , el Maestro y el discípulo, etc. , no son más que un signo de la propia ignorancia. Sólo es el Yo Supremo. Pensar de otra manera es caer en el delirio. En este contexto es especialmente instructivo un cuento puránico del Sabio Ribhu y su discípulo Nidagha. Aunque Ribhu enseñó a su discípulo la Verdad su­ prema del Brahman Uno sin segundo, Nidagha, pese a su erudición y su entendimiento, no quedó lo suficientemente convencido como para adoptar y seguir el sendero de Jna­ na, sino que se instaló en su pueblo natal para llevar una vida consagrada a la observancia de la religión ceremonial. Pero el Sabio amaba tan profundamente a su discípulo como este veneraba a su Maestro. Pese a su edad, Ribhu solía ir al pueblo a visitar a su discípulo, sólo para ver hasta qué punto Nidagha había dejado atrás su ritualismo. En ocasiones, el Sabio iba disfrazado, para poder observar cómo actuaba Nidagha cuando no sabía que su Maestro estaba observándolo. En una de esas ocasiones, Ribhu, que se había disfra­ zado como un rústico de la aldea, encontró a Nidagha observando atentamente una procesión real. Sin que el pueblerino Nidagha lo reconociera, el rústico preguntó a qué venía tanto bullicio, y la respuesta fue que el rey participaba en la procesión. 109

El evangelio de Maharshi -¡ Ah ! Es el rey. ¡Y va en la procesión! Pero, ¿dónde está? -preguntó el rústico. -Ahí, sobre el elefante -respondió Nidagha. -Tú dices que el rey está sobre el elefante. Sí, ya veo a los dos -dijo el rústico-, pero ¿cuál es el rey y cuál es el elefante? -¡ Vaya! -exclamó Nidagha-. Ves a los dos, pero ¿ no sabes que el hombre que está arriba es el rey y que el animal que está abajo es el elefante? ¿De qué sirve hablar con un hombre como tú? -Te ruego que no te impacientes con un ignorante co­ mo yo -suplicó el rústico-. Pero tú hablaste de «abajo» y de «arriba» , ¿qué quiere decir eso? Nidagha ya no pudo aguantar más. -Ves al rey y ves al elefante, y que uno está arriba y el otro abajo. ¿Y todavía quieres saber lo que quiere decir «arriba» y «abajo»? -estalló Nidagha-. Si las cosas que ves y las palabras que escuchas tan poco te dicen, sólo la acción puede enseñarte� Inclínate , que así realmente lo aprenderás. El rústico hizo lo que le decían. Nidagha se trepó sobre sus hombros y le dijo: -Pues ahora, sábelo. Yo estoy arriba, como el rey, y tú abajo, como el elefante. ¿Te has aclarado bastante? -No, todavía no -respondió tranquilamente el rústi­ co-- . Tú dices que estás arriba como el rey, y que yo estoy abajo como el elefante. El «rey» , el «elefante» , «arriba» y «abajo» , todo eso está claro. Pero te ruego que me digas, ¿qué quieres decir con «YO» y «tú»? Cuando Nidagha se vio así súbitamente enfrentado con el tremendo problema de definir el «tú» como dife­ rente del «YO» , en su mente se hizo la luz. Inmediatamente se postró a los pies de su Maestro, diciendo: 1 10

La indagación del Sí-mismo -¿Quién, si no mi venerable Maestro, Ribhu, podría haber apartado así mi mente de las superficialidades de la existencia física para guiarla al verdadero Ser del Sí­ mismo? Oh, Maestro benévolo, ¡ ávido estoy de tus bendi­ ciones ! Por consiguiente, si tu meta es trascender aquí y ahora estas superficialidades de la existencia física mediante el Atma-vichara, ¿dónde está el margen para establecer las distinciones de «tú» y «YO» , que sólo pertenecen al cuer­ po? Cuando vuelves la mente hacia dentro y buscas la Fuente del pensamiento, ¿dónde está el «tú» y dónde está el «YO» ? Debes buscar y ser el Sí-mismo que lo incluye todo. D. Pero, ¿no es raro que el «YO» haya de andar en busca del «YO»? La pregunta por «¿Quién soy?», final­ mente, ¿no se convierte en una fórmula vacía? ¿O he de plantearme interminablemente la cuestión, repitiéndola como si fuera un mantra? M. La indagación del Sí-mismo no es, ciertamente, una fórmula vacía ; es más que la repetición de cualquier mantra. Si la pregunta por «¿Quién soy?» fuera un mero cuestionamiento mental, no sería de gran valor. El exacto propósito de la indagación del Sí-mismo es enfocar la tota­ lidad de la mente en su Fuente. Por consiguiente, no es el caso de un «YO» que anda en busca de otro «YO» . Mucho menos es la indagación del Sí-mismo una fór­ mula vacía, pues implica una intensa actividad de toda la mente el mantenerla constantemente inmovilizada en la pura conciencia del Sí-mismo. La indagación del Sí-mismo es el medio único e infali­ ble , el único directo, de realizar el Ser incondicionado y absoluto que eres en realidad. D. ¿Por qué se ha de considerar a la indagación del 111

El evangelio de Maharshi Sí-mismo como el único medio directo para llegar a ]na­ na? M. Porque cualquier clase de sadhana, excepto el Atma-vichara, presupone la retención de la mente como instrumento para la práctica de la sadhana, y sin la mente

no puede haber práctica. El ego puede asumir formas di­ ferentes y más sutiles en las diferentes etapas de la prác­ tica, pero jamás resulta destruido. Cuando Janaka exclama: «Ahora he descubierto al la­ drón que siempre ha estado arruinándome. Hay que casti­ garlo sumariamente» , el rey se refería en realidad al ego o a la mente. D. Pero es bien posible que también las otras sadha­ nas aprehendan al ladrón. M. El intento de destruir el ego o la mente por me­ diación de otras sadhanas que Atma-vichara es como si el ladrón se convirtiera en policía para capturar al ladrón, es decir, a sí mismo. Sólo Atma-vichara puede revelar la ver­ dad de que ni el ego ni la mente existen realmente, y capacita a uno para realizar el Ser puro e indiferenciado del Sí-mismo o el Absoluto. Tras haber realizado el Sí-mismo, nada queda por co­ nocer, porque el Sí-mismo es Bienaventuranza perfecta, es el Todo. D. En esta vida erizada de limitaciones, ¿podré ja­ más realizar la Bienaventuranza del Sí-mismo? M. Esa Bienaventuranza del Sí-mismo está siempre contigo, y tú solo la encontrarás si la buscas seriamente. La causa de tu desdicha no está en la vida exterior; está en ti y es el ego. Tú mismo te impones limitaciones y después emprendes una vana lucha por trascenderlas. To­ da infelicidad se debe al ego ; con él vienen todos tus pro­ blemas. ¿De qué te sirve atribuir a los sucesos de la vida la 1 12

La indagación del Sí-mismo causa de la desdicha que está realmente dentro de ti? ¿Qué felicidad puedes obtener de las cosas que te son aje­ nas? Y cuando la obtengas, ¿cuánto durará? Si te dispusieras a negar el ego y a destruirlo no ha­ ciendo caso de él, serías libre. Si lo aceptas, te impondrá limitaciones y te arrojará a una vana pugna por trascen­ derlas. De esa manera intentaba el ladrón «arruinar» al rey Janaka. SER el Sí-mismo que en realidad eres es el único me­ dio de realizar la Bienaventuranza que es eternamente tuya. D. Al no haber comprendido la Verdad de que sólo el Sí-mismo existe, ¿no debería adoptar el Bhakti marga y el Yoga marga como más adecuados para los fines de la sadhana que el Vichara marga? La realización del propio Ser absoluto, es decir, del Brahma-jnana, ¿no es algo to­ talmente inalcanzable para un lego como yo? M. Brahma-jnana no es un Conocimiento que haya que adquirir, de modo que al adquirirlo pueda uno obte­ ner la felicidad. Es el modo de ver condicionado por la propia ignorancia lo que hay que abandonar. El Sí-mismo que intentas conocer eres propiamente tú mismo. Tu su­ puesta ignorancia te causa un dolor tan innecesario como el de los diez necios que se dolían de la «pérdida» del décimo hombre, que jamás se había perdido. Los diez necios de la parábola vadearon un río, y al llegar a la otra orilla quisieron asegurarse de que real­ mente todos habían atravesado sanos y salvos la corriente. Uno de los diez empezó a contar, pero sólo contó a los otros y se dejó fuera a sí mismo. «No veo más que nueve» , dijo. «Seguramente hemos perdido uno. ¿Quién puede ser?» Otro le preguntó si los había contado bien, y volvió a hacer él mismo la cuenta, pero también él contó sólo nue1 13

El evangelio de Maharshi ve. Uno tras otro, cada uno de los diez no contó más que nueve, porque todos se dejaban fuera a sí mismos. «No somos más que nueve» , coincidieron todos, «pero ¿quién es el que falta?» , se preguntaron. Y todos los esfuerzos que hicieron por descubrir al que «faltaba» fracasaron. «Sea quien fuere el que se ha ahogado» , dijo el más senti­ mental de los diez necios, «lo hemos perdido» . Y así di­ ciendo prorrumpió en lágrimas y los demás lo imitaron. Al ver que así lloraban a la orilla del río, un viajero se compadeció de ellos y les preguntó la causa. Le relataron lo sucedido y le explicaron que incluso después de haberse contado varias veces, no podían encontrar más que nueve. Al oír el relato, y puesto que veía a los diez ante él, el viajero comprendió lo sucedido y, para que ellos mismos se dieran cuenta de que eran realmente diez y de que todos habían cruzado sanos y salvos el río, les dijo: «Vol­ ved a hacer cada uno vuestra cuenta, pero uno tras otro, en serie, uno, dos, tres y así sucesivamente, y yo iré dán­ doos a cada uno un golpe de manera que todos podáis estar seguros de haber sido incluidos en la cuenta, pero no más de una vez. Entonces encontraremos al décimo, el "desaparecido"» . Al oír esto, todos se regocijaron ante la perspectiva de encontrar al camarada «perdido» y acepta­ ron el método que sugería el viajero. Mientras el bondadoso viajero iba dando un golpe a cada uno de los diez, el que recibía el golpe se contaba a sí mismo en alta voz. «Diez» , dijo el último, al recibir a su vez el último golpe. Perplejos, se miraron unos a otros. «Somos diez» , dijeron al unísono y agradecieron al viajero que los hubiese liberado de su dolor. Esa es la parábola. ¿De dónde fue introducjpo el dé­ cimo hombre? ¿Estuvo perdido alguna vez? Al saber que había estado allí todo el tiempo, ¿aprendieron los necios 1 14

La indagación del Sí-mismo algo nuevo? La causa de su dolor no era la pérdida real de ninguno de ellos, sino su propia ignorancia, o más bien la mera suposición de que uno de ellos se había perdido -aunque no pudieran encontrar quién era- porque no contaban más que nueve . Ese es también tu propio caso. En realidad no hay causa para que sufras y seas desdichado. Tú mismo impo­ nes limitaciones a tu verdadera naturaleza de Ser infinito, y después lloras porque no eres más que una criatura fi­ nita. Entonces emprendes una sadhana u otra para tras­ cender esas limitaciones inexistentes. Pero si tu sadhana empieza por dar por supuesta la existencia de las limitacio­ nes, ¿cómo puede ayudarte a trascenderlas? Por eso te digo que sepas que eres realmente el Ser infinito y puro, el Sí-mismo Absoluto. Eres siempre ese Sí-mismo, y nada más que ese Sí-mismo. Por consiguiente, nunca puedes estar en una verdadera ignorancia del Sí­ mismo ; tu ignorancia no es más que una ignorancia for­ mal, como la de los diez necios respecto del décimo hom­ bre «perdido» . Esa es la ignorancia que les causaba dolor. Sabe, pues, que el verdadero Conocimiento no crea para ti un nuevo Ser; solamente hace desaparecer tu «ig­ norancia ignorante» . La Bienaventuranza no se agrega a tu naturaleza ; simplemente se revela como tu estado ver­ dadero y natural, Eterno e Imperecedero. La única ma­ nera de liberarte de tu dolor es Conocer y SER el Sí­ mismo. ¿Cómo podría ser inalcanzable?

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LA SADHANA Y LA GRACIA D. La investigación de Dios viene realizándose desde tiempo inmemorial. ¿Se ha dicho ya la última palabra? M. (Guarda silencio durante un rato. ) D. (Intrigado. ) ¿He de considerar el silencio de Sri B hagavan como la respuesta a mi pregunta? M. Sí. Mouna es lswara-svarupa. De aquí el texto ��041�1 SI Clfi"ÍC!�N