Ensayos escogidos
 9977230358

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  • Selección y notas de Alfonso Chase
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ENSAYOS ESCOGIDOS

Vicente Sáenz

Selección y Notas de Alfonso Chase

EDITORIAL COSTA RICA San José-1983

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Vicente, 1896-1963 selec­ Vicente Sáenz, ensayos escogidos / San Joe.'-: � Chas so Alfon de go prólo ción y J. � ... ,... ·· 83, . j'."�f�...f 'Costá Rtoa.,.49 .¿ . • .. • ...: ..-·..:. p 432 ... . .

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1: Chase, 1. Ensayos costarricenses'. lo. Títu -.1. 1945 Alfonso,

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AGRADECIMIENTOS:

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ALF/O PIVA MESEN

Rector de la Universidad Nacional

Lícda. CARMEN NARANJO COTO Ex-Ministra de Cultura de Costa Rica

Dr. JORGE CHARPENTIER

Vice Rector de Extensión de la Universidad Nacional

ISBN

9977-23-035-8

A doña Ciar ita Camacho vda. de Sáenz el agradecimiento

por la ayuda y el expreso deseo de que la Editorial

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Costa Rica p u b licara la obra de su esposo. Romero A mis compañeros Vladimir de la Cruz, Dr. Jorge Enrique

para Pérez y Dr. Manuel Formoso el agradecimiento por el estímulo lograr unificar este t rabajo.

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icente Sáenz Editorial Costa Rica

Impreso en Costa Ric�. QQ112 �

NAL IMPRESO POR IMPRENTA NACIO &roo ll!ll UUAUC.&.SlN.llSI QlSURICA,

Hecho

el depósito de ley. -

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INTRODUCCION

La misión de la inteligencia no es otra que la de enfocar, con sinceridad y valentía, los problemas colectivos. Servir al pueblo y no ponerse, en ningún caso, contra el pueblo, es la tarea que le corresponde al hombre de letras, cuando es escritor masculino y fuerte. Vicente Sáenz, 1 944.

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SUPER VIVENCIA DE VICENTE SAENZ El caso de Vicente Sáenz no se ornsenta aislado dentro de las lu�� _si l -in.qule.iud� renQ\'.a:.. chas idepJóg!@s_lúspanoameric a�-; dora, del pensamiento anquilosado del liberalismo y del positivismo lati­ --noamericano, se remonta al análisis del pensamiento de los granéles emancipadores latinoamericanos empezando por Rodó, Martí, Hostos y Vaz Ferreira, y a las enseña_n�as y lectµras de sus maestros costarricen­ ses: Joaquín García Monge, Elías Leiva, Juan Dávila el primer Brenes Mesén, profesores suyos en el Liceo de Costa Rica entre los años

dor egui pers Y a mist en hábil pole verdad histórica que lo hiere y convierte .=.�onJ1! vista escla el -o ta talis de tiranos, de sistemas que como el capi oamericano apenas sale � la latin bre hom el que de stra mue más clara . . . od1s oscura ñoche de íos.siglos de la colonia. pen ulas artic sus -o z Sáen nte Algu nos de los libros de Vice on­ fueron escritos, porque resp ticos- han perdido la vigencia con que s maneras son una clara mues­ toda De . den a la inquietud del momento América. Pero otros, sobre todo tra de una actitud moral ejemplar en históricas, de notables rasgos bio­ aquellos que se relacionan con figuras visión premonitoria d�l autor, al gráficos, se rescatan ellos solos por la gona de �omb�es szmbolo, ns­ ser estos biografiados elevados de la cate . bl�cer bases ideologicas de un. au­ cesarios para seña.lar ,un carnin� y estE. . 192 2 ¡>Ublica sus famo�a� Cartas téntico pensamiento indoesp_añol. En que se ��ce en Amenc� Cen­ serio to a Morazán . que son el primer inten i ea de la �m�n Centroa�encana,_ tral por rescatar el pensamiento y la ? , co�o ideologo de �n ide.al �o­ y elevar la figura de Francisco Morazan amencana, en un destino sumlar mún de unidad y participación centr,o ricos y polí�ico�, guardadas las de pueblos con iguales problemas histó atar, de la histona muerta, la fi­ conocidas diferencias. Se trataba de resc mo trató de hacerlo luego �armen gura de Morazán para presentarlo -co ciente del valor de la u �dad de Lyra- como una figura progresista, cons t�rer? en que lo tenia .colo­ aven tar los pueblos, y no la imagen del mili e s fusilamiento �� San �osi;. No cado la historiografía burguesa desd � . encano smo tamb1en del ideologo sólo era la imagen del h�roe centroam costarrice11s� , para establecer u? de la unidad que encontraba eco en un ores y despotas centroamenlazo de unión en las luchas contra los traid 14

c�os que. siempre fueron fustigados por el verbo y la inteligencia de Vicente Sa�ri::... �rr_anca �sde é!!_I_�� _c_u�i�ad de v��iO!ario J de historiaJ . 1stico e la realidad latinoamericana que Je_ hace sum�_rn!!:.� d_? r penad � _ . en la figura de Hidalgo _y Morelos, como prototipos del revolucionario a ticolonialista Y. luego dedicarle a José Martí· uno- de-l0s-eµsa�� ás . � VIbrantes y emotivos de su carrera editorial:) Raíz y Al0: de Martí 1 en . . la carrera política, literaria e ideológica de dond : anahza,resum1endo, Mart1 con notable penetración, pero con singular vigencia, a Ja manera que luego hicieron los ideólogos de la Revolución Cubany La trayectoria asombrosa, Ja pródiga lucha de Vicente Sáenz se puede sirn balizar en un título, q e él supo buscar, para uno de sus li­ bros: Nuestra América en la Cruz Desde esta visión cristiana -america­ na � � encontra�� �_ papel de abanderado de IJtlu�ha.antiimpe. . como historiador ��:!ª· de un destino de sacrificio, de lucha primitiva contr�l c�loni�lismo español primero, e.I imperialismo norteamericane-­ .oespués, . señalando, de manera clara, un fenómeno que a otros pensado. res no les quedó claro nuncaf-el carácter depJmdien.te..deJos..t.raidoi:""':e,....5->,;y-­ -de. ��otas lu. s_ panoa!ll_ericanos_deLimpeFialismo-n0r-teamerican0-.y-la· -umon vergonzante de nuestras_clases-dirigen-tes.- moso ge sto de varones romanos o de Catones ri g�

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razón, así Júzguese por todas estas cosas si Mario Sancho no tiene a. Sa­ polític de trata se n tambié caso este en que clamen los comodones no se. sepa que ra p ueros, politiq los en esgrim que � éste gaz argumento y en donde la mentira. Y nunca a ciencia cierta en dónde está la verdad , amparados al dicho de para que los grande s culpables se sientan seguro: soñando los tontos sigan que que todo es cuestión elector . ¡Y para

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con su Costa Ric a la estampa esta Pero el escritor ha cumplido con su deber dando so ha de cevalero gesto Y d. realida table lamen a crítica suya de nuestr . abran los OJOS Y asulebrarse. Siquiera para que las nuevas generaciones jóvenes de hoy s� sac�man responsabilidades. Al menos para que los a escu.ela del dicteno dan y empiecen a forcejear y se abran paso. No �n. � n social. No en agru­ pos1cio infamante sino en el estudio de esta descom ula, costeada por los faránd la iendo paciones que siguen al que va presid concretas que aca­ gías ideolo en sino mo, ricachos que facilitan el présta turas. desven ales ben con morales y materi

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:una, ,�sta U�gar a la concentración capitalista que presenciamos y que ;ufrlmos �ri:e��e desquiciado trajinar del siglo veinte. E�pu�sto a grandes rasgos en las líneas anteriores el proceso que Ita cuhnina.do, inevitablemente, en el actual régimen de explotación de las mayorías por las minorías detentadoras, es indispensable que Costa Rica, víctima también del derrumbamiento que en todas partes hace temblar a Jos .capitalistas, se dé cuenta exacta de la realidad propia y de n dial, no quedando pues a la zaga en materia de orientaó . NOTA EDITORIA ; .· ·Per�:-· esto implica que los intelectuales comprendan claramente L cuál . es SU·'P,"Jlel; que se enfilen a la izquierda resueltamente, puesto que Necesidad de una pu . blicación orie n tad . ellos mism:ps sufren l�s. consecuencias del desquiciamiento económico ; ra, doc tnnar1a , con fi nes de investiga ? ción p olí ti ca , social que :entre!) en acción, tomando el arte, la ciencia y la alta cultura no co- '-­ y ec on ómica mo un ,fin egoísta de deleite o de mejoramiento individuales, sino como medio eficaz de lucha en favor de las masas desposeídas. Vale decir, en Inicia sus labores esta rev ista en momentos de agu bentlficio de todos aquellos que disponiendo únicamente de su fuerza Costa ruca, como lo es da crisis para en realida tod �s los pueblos de Ja . de trab�jo para hacerle frente a las necesidades perentorias de la vida, Bien puede afmnarse con tiena . econo i Y filosofos de divers os cre dos aumentan con su esfue rzo individual la riqueza ajena y el consiguiente con. pensadores y sociólogo s de 1as má s .0�uestas te ndencias y de las má; desequilibriq- de la sociedad contempor� disímbolas escuelas ideoló gi·cas ' que asistunos a De ; modo que los trabajadores de cualquiera índole o categoría, un tran·ce defmitlvo de transformación social. bien en el campo como en la ciudad, en la hacienda como en el taller ; Y esto es así porque la humanidª d ha llega d a el ob�ero de la fábrica y el peón campesino como los empleados pú­ así tal es extremos de ?, �esequilibrio, a un punto tan grave de sc.omposi.ci on, que ya no es po- blicos particulares ; los que viven del yunque o del arado y los que en­ sib Je mantener Jas fue rte s y desatadas or ntes que hoy agitan al mun- cuentran el diario sustento con la pluma, con su labor de oficinistas o do, que lo conmueven has z;i: ta la dese era on tor ci tur�, dentro de l os con la ruda faena detrás de un mostrador; los trabajadores manuales y e Y os 1� molde s diseft ados afanosam en vi j or 1 os enci los trabajadores de las clases medias, en fin, son todos ellos estamentos clo pedist� p Moldes fueron los del 89 n� dos de! racionalismo superestructurales que de , má s bien q�e con_stituyen, aunque no lo quieran y a veces no lo comprendan organizª �n economica, má s bien utopistas unos u otros, las huestes cada vez más numerosas del proletariaqor..... 9ue científicos, porque comenzan ªi;>enas a desarrollarse en ¡Seria entonces extraordinario que literatos y artistas, creyéndose �;epoca la producción cap aquella italista . ' .n o p udien do .apelar entonces los h - todavía pequeños burgueses, o en defensa del arte por el arte, persistiebres de v anguardia del si·gl om o diecioch o al maten·al hist . · ·dos, que es su ' · o 111· a la expe- ran en 1evantarse de h om bros an te el c1amor de 1os opruru onc nenci·a de la etapa maqui nista contem ora, nea, ten propio .clamor, periódicamente acall a do con mendrugos ofensivos que · ían por consiguiente que sacar de su cabeza los elementos c:una nueva caen de lo alto y llegan a engañar su condición precaria, apurada, dolosocied ad. Débese a ellos sin e b el ' triu nfo rosa, llena. de materiales congojas y llena, igualmente, de hondas y de de la revolución que en Francia condujo al '�terce � ::J� , r s 0 ' vencedor del crueles torturas mentales! sist em a monárquico ' del clero y de la nobleza Mas pronto vin o a con Adélan.te deben ir ellos, fmnes los l:'nies en la tierra, con ánimo de "A statarse que 1 a victoria fue so1 o d e una pequeñ . a parte de l � dad : la impdmir nuevos rumbos a un sistema que no pueden seguir tolerando ?u r�esía acomodada que logró tomar el sitio . de las clase s�Cl�es P ara las masas expropiadas. Adelante, preparándose y orientando, porque ya te largos años. y de esa . sitanas, ociosas duranmanera no es concebible que el país se mantenga a merced del criterio acomo�bertad e igualdad ; con el refuerzo, además, de la revolucú> tria �º daticio de los políticos fulanistas, quienes sólo saben de sus personales l ingl esa, pudo entronizarse Y robustecerse la desigua . ldad sm tireno, ms oJente y anárquica de la intereses y de colmar sus ambiciones. for·

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El momento es grave. En todas partes se hacen esfuerzos sobrehu­ manos por resolver los problemas que atañen a la organización política, social y económica de las naciones. Costa Rica no puede sustraerse al movimiento que agita al mundo. Por eso se publica este mensuario de investigación y de estudio. Por eso se agrupan para colaborar en sus pá­ ginas Jos más destacados escritores costarricenses de vanguardia, capaces de hacer grande obra porque están preparados para llevarla a cabo, sin personalismos ni mezquindades que puedan arredrarlos. Mas no solamente los hombres de letras han comprendido Ja ur­ gencia de poner coto al desbarajuste, a la desorganización económica en que la República se debate. Numerósos ciudadanos de distintos sectores del trabajo, el manual y el intelectual, están palpando, de igual manera, las consecuencias del agobiador desequilibrio apuntado en las · frases -de arriba. Y si aquéllos entran de lleno a colaborar en LIBERACION, éstos adoptan una ideología concreta, avanzada, definida, y en torno suyo fundan el PARTIDO SOCIALISTA COST ARRICENSfüfP Los postulados de esta nueva agrupación, la cual no quiere ni acepta fulanismos, se basan en la realidad del país, sin utopías inadapta­ bles ni dogmas doctrinarios, coruo podrán apreciarlo los lectores que se tomen el trabajo de leer el programa mínimo, que en esta misma edición creemos necesario dar a la publicidad. Sale, por consiguiente, esta revista, cuando era indispensable que safü�ra; y se funda el Partido Socialista, cuando era indispensable que se fundara. Cuando ya no puede continuar Ja inicua explotación de qui­ nientos mil habitantes por un grupo reducido de capitalistas, dueños de todas las riquezas del país, grandes electores de presidentes y de diputa­ dos a fuerza de dinero. Cuando la mortalidad infantil toma caracteres alarmantes, treinta y dos por ciento, porque no tienen las madres con qué nutrir a sus hij os. Cuando la miseria, el alto costo de la vida, el alza criminal de los cambios -que equivale a una baja colectiva de salarios en nación- importadora como la nuestra- han llegado a límites extre­ mos. Cuando la injusticia social y económica se traduce en peligrosa de­ sesperación. Cuando las enfermedades y el hambre son realidades tangi­ bles que ya no permiten, que ya no pueden permitir el dominio de los demagogos: de estos politiqueros que hablan de libertad -libertad para la explotación- abusando así de la mansedumbre ancestral de un pue­ blo que todavía los tolera, que todavía les deja insistir en sus prédicas . falsas y engañosas, sin contenido alguno de liberación económica.;}

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NSE UCACION COSTARRICE PA NO RA MA DE LA ED

entar a los es e sobre educación. Ori ., Mucho se habla y escrib g da pe cr os evos rumb sar. Escue1 a activa. Nu , don de s · tes. · Enseñarles a pen oto rem pos los tiem Pero Ja verdad es que estamos co o ade,: , ,' pasos ción, evolu era e onces . Porque 1 o q °" darse Mauro. Y peor tal vez , . ra1 , h oy vie ruti. na, est'ancamt·ento que ser a ne . libe rma refo os te, am !an · ·5 ue no march ceso. Y . el retro atrás . Vale decir, retro de la centuria\" , tmo e e necesano compr � al paso del siglo. y es la carreta al autoanea, a 1 936 , lo que a es a la época contempor pa �ad . . de un aeroplano yunta de bueyes al motor movil, lo que una . os del Liceo. Hemos con mn alu sta Sociali Han venido al parti'd o he· y os. ari und colegios sec ION c n maestros de bos versado en LIBERAC ares de jóvenes de am ten cen los ' all en apren en sab o mos discutido lo que. Poc ar. got aco de á , en e f ente tratar os pr?­ sexos, a quienes la vida hond los , de na huma e a inqui tud n de lo que pasa en el mu resuelven tendran y � e si ahora no se on. �! uc1 sol se blemas que esperan as generaciones que hoy h ay remed1 ' por est que ser afrontados, no forman en l�s aulas. n hombres, y sus mu chachos cuando sea 1 ¿Y como actuaran os . trucción de mateins reciben sean mu3eres, si sólo . compañeras cuando ?· " Se les enseña 'ca 'n e e Am ben ' por lo. menos, d sa ue ·Q 1, ? s. ada gel algo rias con oafroespañoles? ¿Saben d de es�os uses t'nd lida rea la ar n­ ret nde erp epe a int o de las guerras d ind del sen do � , ico tór his o de tid eza sen pur del _ ología de Morelos, la a e o i� r, cia? ¿Conocen la . obr � . de los pueblos ón aci situ la an udi art i . �Est to e Sucre, el pensamien de vida inde­ en lo ue llev amos colo�ia la e ant dur s lvo , en los latinoamericano nta Mo e H stos en an en arrmen jóvenes? de pendiente? ¿Se inspir _ y jos vie faros d s nan . e ser ma de ora rectos varones que hab pan o pli am al ent�l , o que tañe Pero si se deja lo contin _ . xico a la Patagonia, ensticas prop1 s de Mé " a • con caract ,..,., .... "cl� ro t s nue '

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cabría preguntar qué llevan aprendido estas generaciones de geografía económica costarricense, del problema agrario en nación de agriculto­ res, siquiera de nuestra historia republicana. Y con sorpresa se nos ha contestado, al plantear la interrogación, que ignoran los estudiantes el sentido de "geografía económica ' ; desconocen lo que se relaciona con el problema agrario; y en tratándose de historia toman apuntes biográfi­ cos de los presidentes que hemos tenido y, por supuesto, �e Juan Santa­ maría. Lo humano, lo fundamental, "la gran realidad" -así diría Maca­ ya-, que solamente puede considerarse como un conjunto de realidades tangibles, no lo toma en cuenta el profesor ni lo pregunta el estudiante. Y de ello resulta que aquí no se sabe de la actuación verdadera de los funcionarios; de las razones por las cuales hemos hipotecado cuanto te­ nemos; de la explotación de que hemos sido v íctimas por los especula­ dores que negocian con empréstitos; de los tratados internacionales que han firmado nuestros políticos ; de tantas cosas que debieran estudiarse y conocerse para formar ciudadanos que puedan defenderse a sí mismos y defender también a la sociedad, a la república. Nada de eso, desgraciadamente, parece preocupar a los pedagogos que pasan por Educación Pública. Para ellos no tiene importancia la or­ ganización social y económica que priva en nuestro medio. La forma miserable en que viven los campesinos no es asunto que deba tratarse en las escuelas. La miseria colectiva no entra en los programas de cultura. Para ellos, para los profesores, la cultura debe referirse a Grecia, a Ro­ ma, a las campañas de Alejandro, al Lejano Oriente, a Cleopatra y Mar­ co Antonio, a espartanos y fenicios, a las cruzadas, a las guerras napo­ leónicas, a la pujanza de Bismarck, a reseña de escritores y al título de sus obras, a todo aquello que no produzca inquietudes ni se relacione con la descomposición del momento actual. Bueno es que sepan los muchachos todo lo que arriba se ha enu­ merado, y aun de cuestiones esotéricas y cuanto quiera decirse de la guerra de Troya. Mas parece lógico que de preferencia se ponga al tanto a la ciudadanía costarricense de lo que ha de darle armas para la intensa lucha que la humanidad está librando. Que nuestros jóvenes conozcan lo propio. Que sepan cuáles son los vicios del régimen que agobia a tan­ tos millones de seres humanos. Que se les prepare para la época de transformación que se opera en el mundo. Sin falsificar conceptos. Sin falsificar docµinas. Sin negar lo que no puede negarse. Sin pretender que la mentira y el engaño sean más fuertes que la verdad. De lo contrario no podremos levantar cabeza. Seguiremos cami­ nando a ciegas. No habrá en el país hombres preparados. Viviremos,

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como hasta hoy, en un presente lleno de incertidumbres. No será po�­ . ble estructurar el porvenir. Y caeremos a la postre como el ciego sm lazarillo, quien va por esas calles dando tumbos, porque tiniebla impe­ netrable lleva en los ojos y tiniebla impenetrable lleva también en lo que debiera ser conciencia luminosa.

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LA POESIA DEBE SER UN INSTRUMENTO REVOLUCIONARIO DE PREP ARACION Y DE CULTURA Por regla general nuestros poetas siguen considerando el arte de

hacer versos como un fin.

No se asoman al dolor del pueblo.

cooperar con sus estrofas en la transformación social.

Les basta con rurrúar sus propias penas y sus propias alegrías. Y

con decirle al público lo que sienten y lo que piensan de sí rrúsmos. I

blica y legislador de mucho peso, a juzgar por el hueco que deja en la

cómoda butaca, los comentatios van y vienen entre crédulos pasguatos y cínicos avispados.

madres proletarias que ven morir a sus pequeños hij os, desnutridos, en

coroso, digno de respeto; hagamos democracia económica con hacienda

el abandono ; la inquietud, la miseria, la queja silenciosa, la protesta mu­

da de los humildes, de los desheredados, de los que sufren y lloran en hospitales y en asilos, no son temas que interesen al cantor tropical,

quien siendo también un proletario llega a confundirse con la clase ex· plotadora, por el m ísero mendrugo que le arrojan desde arriba.

no puede ser otra que la bonanza material y la fortaleza espiritual de sus ciudadanos. Merezcamos la fama que habíamos tenido de país culto, de­

bien organizada ; no volvamos a firmar Tratados de Washington ni proto­

colos como el Oreamuno-Hughes que el propio señor Acosta dejó de he­

rencia vil a su pueblo indefenso ; no sigamos otorgando concesiones ni poniendo el visto bueno a doctrinas intervencionistas, como la procla­

mada por Evarts y ratificada por Coolidge, según acaeció hace pocd en

Ha proclamado don Miguel de Unamuno: "Romancear los nuevos

el Congreso sin la protesta de don Julio; acabemos con el concubinato escandaloso de políticos y de capitalistas; no siga la explotación inrrúse­ ricorde de las masas trabajadoras; conservemos la dignidad de nuestros

Hagan nuestros poetas carne de sabiduría con la carne macilenta y

monstruosos como Juan Vicente Gómez, el sátrapa de Venezuela, y sin

Allí tienen la manera de convertir el -arte, que han tomado como fin, en eficaz instrumento revolucionario de preparación y de cultura.

rables. Nuestro equipo material de defensa es superior al de nuestros padres

-oOodescubrimientos, acuñarlos en romance, es hacer carne de sabiduría". aterida de la multitud acongojada.

( I 93 5)

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inferirse, de su pujanza- segundo designado a la presidencia de la Repú·

hibir su triste condición ; la enfermedad del campesino y del obrero,

agotados tras dura faena bajo el sol o en el taller; el sentimiento de las

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en la parroquia de muy alto predicamento, por la posición que su buena fortuna lo llevó a ocupar; y como es por añadidura -en premio, ha de

¿Qué se puede opinar de eso? Arrúgos y compañeros suelen pre­ guntarlo. y ha de contestárseles que la armadura de los países débiles

La indigencia vergonzante de las clases medias, que no pueden ex­

.

Causa revuelo la campaña del ex-Presidente Julio Acosta para que

Costa Rica se arme. Y como el belicoso caballero es hombre que goza

No aprovechan lo que la vida ofrece, de injusto y de trágico, para

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NO QUEREMOS MILITARES QUE GANEN BATALLAS SINO ESTADISTAS QUE SEPAN EVITAR ESAS BATALLAS

mayores, no decretando duelo nacional por la muerte de crirrúnales tan bombas, ni granadas, ni barcos, ni aeroplanos de guerra seremos invulne­

y abuelos. Pero Costa Rica es hoy menos fuerte que ayer. Y la debilidad

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de la República irá en aumento, no importa que traigamos muchas ar­ mas como quiere el señor designado a ocupar de nuevo el codiciado si­ llón presidencial, si" no se acaba con el entreguismo de los gobernantes. De nada sirve hablar de patria y de soberanía y de independencia, si los que mandan no tienen \isión para defenderla, y si saben los trabaja­ dores que la patria es de unos pocos que medran a su sombra. No viene a ser, en resumen, cuestión de armas la que plantea don Julio. Acosta, sino cuestión de hombres vertkales. "No queremos divi­ sionarios galonados que ganen batallas, sino estadistas que sepan evitar esas batallas". Alguien dijo eso en un discurso. Y bien vale la pena repe­ tirlo.

IDEARIO CENTROAMERICANO

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PREAMBULO Y OBJETIVOS ESENCIALES DE UNION DEMOCRA TICA CENTROAMERICANA

Vayan como apéndice de tantos apuntes y comentarios los objetivos esenciales de

AMERICANA,

UNION DEMOCRATICA CENTRO·

por ser lo constructivo de la labor orientadora

1942.

que en México ha podido realizarse. Fueron redactados y di.9cutldos en varias sesiones de noviembre y diciembre de

204,

1943.

Se les dió a la publicidad, con todas las firmas del Consejo que aparecen en la página

en enero de

Al

cabo de

dos años y de todo lo que h a ocurrido, parece oportuno re­ imprimlrlos una vez más. La Historia dirá si los que defendi·

-sin vivir en ella, al margen siempre de

gobiernos y

mos en esta fonna la libertad y el porvenir de Centro América

de

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de sus

presupuestos- hemos pecado de optimistas, por tener fe en la transformación social dad y de justicia.

nuestros pueblos. a base de humani­

Los grandes y los pequeños países que luchan por la democracia, ..sus intelectuales, sus estadistas, las clases trabajadoras, han venido dedi­ c.ando especial atención no solamente a los problemas de la guerra, tan importantes, tan decisivos, sino también -y cada día con mayor empe· go- a la situación que la humanidad tendrá que afrontar en la postguerra.

, No era posible, en circunstancias de tal manera excepcionales para !os destinos del mundo, que Centro América permaneciese al margen de lo que hoy preocupa a todos los hombres potencialmente libres del pla­ neta. Y así tenemos que en El Salvador y en Costa Rica se han organi­ �do núcleos, moral e intelectualmente selectos, que enfocan con visión �rtera la realidad de los cinco pueblos morazánicos, en sus aspectos wás importantes. Y así anunciamos, además, que desde los ultimos días de 1 942 la­ .Q.ora intensamente en México, con ideario y postulados semejantes a los ··

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organismos de San José y San Salvador, UNION DEMOCRATICA CENTROAMERICANA. Trabajando de común acuerdo con aquellos grupos afines, y con Jos que en el resto del istmo se vayan estableciendo, UNION DEMO­ CRA TICA CENTROAMERICANA expresa su fe inquebrantable en Ja fraternidad de Jos pueblos de este continente, y ofrece que pondrá to­ do su empeño en el sentido de que Centro América pueda concurrir, con Jas demás naciones del nuevo mundo, al establecimiento de una uni­ dad continental, firme y solidaria, en defensa de Ja dignificación huma­ na, de Ja libertad y de Ja democracia. ***

Bien comprendemos que nuestra situación, el feudalismo, Ja igno­ rancia, Ja miseria, Ja división antihistórica y antigeográfica de Centro América, Jos odios y las bajas pasiones, Ja privan de oportunidades para Ja integración y eJ funcionamiento de instituciones efectivamente de­ mocráticas. A sabiendas, pues, de todo eso; pero convencido de que es indis­ pensable oxigenar eJ clima político, social y económi co de aqueJlos pue­ blos -cuya cohesión como una sola entidad se hace más indispensable conforme se agravan Jos problemas que agitan aJ mundo-, luchará y orientará sin descanso el grupo de UNION DEMOCRATICA CEN­ TROAMERICANA, con devoción y fervor cívicos, desde un plano de altura, sin finalidad ninguna de venganzas personasles o políticas. Pugnará, desde Juego, porque allí donde no existan o no estén en vigencia, se pongan en práctica Jos derechos fundamentales del hombre, relacionados en el orden político con Ja libertad de pensamiento, de reunión, de asociación, de hablar y escribir, en tal forma que Ja ciuda­ danía consciente pueda prestar su más leal cooperación a Ja gigantesca batalla que Ja humanidad está librando contra el crimen y contra Ja bar­ barie . De otro modo Ja desmoralización y eJ abatimiento ofrecerían terreno propicio a las maniobras de un enemigo que combate en Jos frentes y en Ja retaguardia, y que se infiltra solapadamente en el seno de Ja población civil. Trabajaremos igualmente por el mejoramiento económico de Jos pueblos centroamericanos, aprovechando Ja transformación social que se avecina en el mundo, para superar nuestra etapa de países semicolo­ niales. Sin esas justas conquistas de índole mayoritaria, y sin respeto a los derechos pol íticos de Jos centroamericanos, será imposible capacitar ampliamente el desarrollo de la persona humana en todos sus aspectos,

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ara que sepa y sienta por que debe situarse con Jos defensores de Ja democracia.

***

Parece necesario advertir, como podrá observarse en los Objetivos .,Esenciales impresos a continuación, que UNION DEMOCRATICA CENTROAMERICANA no apoya sus puntos de vista en prédicas dema­ gógicas ni en lo que determinados criterios, temerosos incluso frente a pequeñas reformas sociales de tipo progresista, suelen llamar "ideoloas de .iz�rda.:;



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Por Jo que toca a mejorar las condiciones de vida y a elevar el ni/) jé.: vel cuJural de nuestros pueblos; en Jo que se refiere al derecho del trabajador a un empleo con remuneración adecuada para satisfacer sus ne- 1 - , cesidades y las de su familia ; y en Jo que atañe a protegerle mediante .. .!, 'i./;: formas distintas de seguro, con atención especial para la mujer y el niño, hemos buscado como respaldo protocolos y convenios hecho bajo los auspicios de Ja Oficina Internacional del Trabajo, discutidos y aceptados por las grandes potencias capitalistas.

No podrá nadie afirmar, por consiguiente, quese trata de "agita­ ciones peligrosas", o de comprometer la causa democrática. Nuestro empeño, antes al contrario, tiende a que no haya ni se robustezca hmgún "clima" propicio a Jos totalitarios del Eje nazifascista en Centro América; que a sus súbditos se les juzgue; que se les apliquen las sancio­ nes establecidas por el Derecho Internacional; que se les expulse de nues­ tro medio, para que no sigan ejerciendo su dominio en algunos países comprendidos desde eJ Suchiate hasta Ja frontera de Panamá ; y que a Jos nazicriolJos y a Jos miembros de Falange Española, por sus activida­ des en favor de las potencias agresoras y de sus satélites, se les apliquen las sanciones debidas; pero que no siga cometiéndose el absurdo de mantener en las cárceles, sin sentencia previa de ningún tribunal, a va­ liosos elementos de reconocidas tendencias democráticas, presos muchos de ellos con anterioridad al estado actual de guerra, precisa­ mente por su oposición a Jos sistemas dictatoriales de gobierno. De igual modo que en Jo económico y en lo social nos ceñimos a tratatos existentes, aprovechamos en los problemas interamericanos, en y que pudieran IJamarse de postguerra, conJos

97

venciones suscritas por nuestros propios gobiernos, y frases concretas de altos funcionarios del hemisferio occidental, cuyas palabras no han

de ser sospechosas · de rojismo para nuestros "democráticos" regíme-

/

nes

Bueno será tomar nota, asimismo, de las conquistas profunda­ mente humanas obtenidas en México desde la Constitución de 1 9 1 7

Y porque ese es nu�stro punto de vista, juzgamos oportu­

no reproducir unas pocas frases del Presidente Avila Camacho, tomadas de un mensaje suyo al pueblo de Norteamérica, transmitido a todo el

continente por la "National Broadcasting Company'', el

1 943.

de auténtica ciudadanía, de intercambio cultural, de vida nueva centroa­ mericana, realmente democrática.

No se trata, entonces, de atacar a determinados hombres o a de­ termin ados sectores. Se trata de algo mucho más hondo y decisivo, que

-oOo-

hasta l a fecha.

entrar de lleno en una era de reconstrucción profunda, de unidad, de

coherencia social y económica, de desaparición de fronteras artificiales,

1 6 de.enero de

He aquí lo que dijo, en síntesis, el primer magistrado de la nación

azteca: "Queremos habitar en un mundo del que queden para siempre

proscritos el despojo, la tiranía, el imperialismo y los privilegios del egoísmo económico o de la superioridad militar. "

"Nuestra revolución fue un glorioso esfuerzo por afirmar a la Re­

pública Mexicana sobre bases de e quidad, de progreso y de emancipa­ ción social. "

acaso tenga que resolverse ante la Conferencia de Paz; si tomamos p osi­ ciones para un futuro más o menos próx·imo, con un arraigado sentido de humanidad y de justicia. Cuando llegue el día de la victoria, cuando tengan que plantearse

en la mesa redonda de las Naciones Unidas los problemas regionales, es­

bozados a fines de

1 942

por el Vicepresidente de los Estados Unidos,

señor Henry A. Wallace, Centro América tendrá que hacer acto de pre­ sencia en aqueUas deliberaciones. ¡Acto de presencia! Y un grupo de centroamericanos conscien­

tes estará preparado para que allí se proclame, ante la faz del mundo,

sin intervención de los longevos estadistas o pseudodiplomáticos que

tanto nos han desacreditado, por qué se alinearon con Jos enemigos de la barbarie, con Jos defensores de la democracia, Jos cinco pequeños paí­ ses de la América Central.

"En las campañas de la fuerza contra el Derecho, siempre nos he­

mos puesto al lado del Derecho. Por eso, al unimos a las naciones que rehusaron admitir el orden impuesto por las espadas, no hemos hecho sino continuar la tradición más genuina de nuestra historia.'' "Cuando llegue Ja paz, una obligación todavía más alta va a pre­

sentársenos: Ja de hacemos dignos de ella por la generosidad y por el

respeto. Sólo así esa paz que anhelamos no volverá a ser un armisticio precario y p/erecedero. "

"Unidos en Ja conflagración, debemos conservamos unidos en la

más importante de las tareas con que una asamblea de pueblos pueda enfrentarse: la de construir una convivencia en la que la felicidad del conjunto se logre mediante la felicidad de todas las partes, en un am­ biente de concordia, de independencia y de auténtica dignidad". -oOoLos postulados, Jos principios, los trabajos orientadores que UNION DEMOCRA TICA CENTROAMERICANA se propone realizar,

indican que ha pasado en Centro América la época de la pequeña poli­ tiquería, de los fulanismos sin sentido y de los golpes de cuartel, para

98

OBJETfVOS ESENCIALES l . Cooperación eficaz con las Naciones Unidas, en tal

fonna que

Jos pueblos centroamericanos, al aportar el máximum de sus posibilida­

des a la lucha democra fica contra Ja barbarie nazifacista, tengan dere­ chos adquiridos el día de Ja victoria.

2.

Asumir esa actitud sin desmayos ni vacilaciones, tomando en

consideración Ja enorme importancia que para los países débiles signifi­ can los principios éticos u niversalmente aceptados, la jurisprudencia in­ ternacional, las normas civilizadas que ofrecen al mundo Jos más gran­ des pa íses democráticos, en guerra decisiva con tra el Eje totalitario. 3. Hacer labor constante de divulgación, estrictamente apegados a

Ja verdad histórica, recordando que son precisamente las potencias agre­

s0ras, con las cuales hemos roto hostilidades, las que destruyeron en Eu­ ropa la seguridad colectiva ; las que repudiaron a la Llga de las Naciones ;

las que, en fin, se acogen brutalmente a la fuerza de las armas para lograr sus objetivos de supremacía mundial.

99

Apoyar nuestro punto de vista, no en doctrinas ni en realizacio· nes que algunos sectores llamarían exóticas -como se explicó en el pre· ámbulo- sino, por ejemplo, en las tendencias económico-sociales del Presidente Roosevelt, así como en su pol ítica del buen vecino, cuyas primeras expresiones teóricas pudieron recogerse en la Conferencia In­ teramericana de Buenos Aires, celebrada en 1 936 ; en la de Lima (di­ ciembre de

1 938); en

la de Panamá, tres semanas después de haber es­

tallado el con flicto europeo; en la que tuvo lugar en la Habana Uulio y en Ja de Río de Janeiro (enero de 1 942), con asistencia de casi todos �s Ministros de Relaciones Exteriores de las repúblicas de Améric . ¡ _: de

1 940);

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,, , ' � ...

.

5. Proclamar, en contestación a los grupos reaccionarios o quinta­

columnistas, que lucharemos por que se conviertan en realidad las con· clusiones adoptadas en esas asambleas, puesto que en ellas logró in ter· pretarse la Doctrina de Monroe como un instrumento jurídico multila­ teral americano, dejando de ser, por consiguiente, la vieja y peligrosa pol ítica unilateral de Washington ; y porque animadas, entonces, de un nuevo espíritu de solidaridad, las 2 1 repúblicas de nuestro continente, sobre u n plano de respeto absoluto a su independencia y a su soberanía,

echaron los cimientos para una mutua y amistosa cooperación en la crisis actual que ha traído la guerra al nuevo mundo.

6.

·

Hacer hincapié en la c ondenación rotunda que el Presidente

Roosevelt y los funcionarios que Je rodean han hecho de toda clase de imperialismos, e insistir en sus postulados sobre el respeto a la libre de­ terminación y a la igualdad jurídica de todas las naciones del hemisferio occidental. 7. Respaldar nuestra profesión de fe en frases tan alentadoras co·

m o las siguientes:

a) "Los acontecimientos mundiales de esta época, y los rudos ac­ tos de los agresores totalitarios, han hecho que nosotros, los hombres de América, nos hayamos unido para una mutua y decidida defensa. Al ajustarnos todos a la realidad presente, defendemos las conquistas socia· les por cuya realización han luchado tan animosamente los pueblos americanos. Al derribar las barreras entre nosotros para en tendernos mejor y estimamos, hemos encontrado una fuerza real, una unidad cul­ tural, una resistencia contra la esclavización del pensamiento humano. Bien podemos realizar el sueño de Bolívar, el sueño de una cooperación 1 00

d y el respet o al derech o interamericana, dentro de la justicia, la liberta . Las nacio nes mayo· giados privile os puebl de los demás. Ya no caben los ialismo debe ce· imper todo pero es, jóven más res podrán ayuda r a las paz de � ueb os, sar. Si realmente pensamos que nos batimos por .una _ Amen ca, jUe· no China , Hispa todo el resto se vuelve fácil. La India, la del puebl o". Henry A. Wallace, gan su destin o en este siglo del homb re Vicepresidente de los Estado s Unido s.



!

cana, siempre que se 13· b) "Acep tamos la defensa contin ental ameri os sobre cualquier puebl tros nues de mica ,ga prevalecer la defensa econó _ nos ofrecen, no se que s ayuda las y s éstito otro interés. Así los empr compañ ías sembradoras de serán a cambio de nuevas conce siones para y tome fuerza la estruc tur ­ frutas tropic ales, sino para que se desarrolle . ". Dr. Alfonso Lopez, Pres1· ción social y económica de nuest ra patria



dente de Colombia . por los que lucharon nues· c) "En la defensa de aquel los ideales hos del homb re a la v d , derec Los . tros antepasados no podemos dudar de habla r o escnbir culto, de o, mient a la libert ad de lectur a, de pensa , re comu n, pero homb del hos derec los te amen ¡0 que piensa, son e fectiv sas. Debemos conse IVarlas no son, al mismo tiempo, posesiones precio para los puebl os azota dos p�r la solamente para nosot ros, sino también ten1'.inado esta tormenta de .odio Y guerra en otros pa íses, cuand o haya Embajador de los Estad os Umdos en de pasio nes". Josepllus Daniels, ex

��

México.

nado. El derecho d� los d) "La época del impe rialismo ha termi cerse y respetarse, d I mismo pueblos a su indep enden cia debe recon? ocio, desde hace much hen po, e modo que el mund o civilizado recon Ninguna paz futura sera posible m derecho del individuo a su libert ad. comp leta y adecu ada, los derechos durable si no estab lece, de mane ra goce igual de los bienes económi· naturales de todos Jos pueblos a un todavía Subsecretario de Estad o nor· cos". Sumner Welles, cuand o era





:



teamericano. ma la cruz del hambre, no e) "Un puebl o que luchá llevan do enci a verdadera sino en una de 1ocra.· es ciert o que viva en una demo craci le que algunos pu blos amen< anos cía fingida, con la que no es posib � go Plaza, ex Embajador de Chile en cumplan su desti no". Manuel Hidal





México.

101

f) "Esta

guerra es una gran coalición de pueblos que sostienen una lucha sangrienta por su libertad, o no es nada. Debemos manifestar el común anhelo que nos anima a todos, pues de otra manera corremos el esgo de habem�s sacrificado para ganar una guerra sin ningún propó­ sito. Estarnos obligados a impedir que reaparezca Ja diplomacia del dó­ lar. Debemos cepta r los cambios económicos que ocurran en el mun­ . do, ya que � s imposible conservar el viejo orden internacional, que fue . el terreno fertil de la actual con tienda. Pero no bastan las declaraciones . de los Jefes de Estado. Son los pueblos quienes deben estar convencidos Y los que debc; m exigir que esos propósitos se cumplan, no después de la . guerra smo nuentras combatimos. Vivo bajo el temor constante de que la gu erra tennine ant� s de que los pueblos del mundo hayan cobrado . de por . co� ciencia luchan, y fommlado sus aspiraciones para des­ pue� de la conílagrac1on. La Carta Magna del Atlántico, suscrita por el Presidente Roosevelt y por el Primer Ministro de Inglaterra, debe ser complementada con una Carta Magna del Pacífico y con una Carta Mag· na del 1�undo entero. Todos Jos demócratas están de acuerdo en devol­ ver su libertad a los pue Jos oprimidos. En esto podemos y debemos _ a las nuevas soluciones".- Wendell Willkie . aportar enorme contnbuc1on ' ex candidato republicano de Jos Estados Unidos.



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g "La Carta del Atlántico se aplica, tendrá que aplicarse a toda Ja humamdad, como el Secretario de Estado y yo lo hemos dicho reitera­ damente".- Franklin D. Roosevelt.

8. Aprovechar ambiente tan propicio a la liberación de los '¡

.!



pueblos oprimi os, para que la Carta del Atlántico se aplique a Ja reali­ dad centroamencana, recordando que no es un simple documento fir· ado por los señores Roosevelt y Churchill, sino un convenio interna· c10n l, un compromiso de las Naciones Unidas, entre las cuales figuran los cmco Estados del Istmo.

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9. lnsh:tir en que ese documento, trascendental en la Historia de la

�umanidad, suscrito iniciaJmente por Estados

Unidos y Ja Gran Breta­ na, fue firmado y aceptado solemnemente en Washington el 2 de enero de 1 942, por la Unión ?oviética, Clúna, Holanda, Canadá, Bélgica, Ir­ lan del Norte, Australia, Grecia, Checoeslovaquia, India, Noruega, p0• loma, Luxemburgo Yugoeslavia y la Unión Sudafricana, junto con nue­ : , ve paises d� la America Española, a los que ahora deben agregarse Méxi­ co y el Brasil ;es decir, las nueve repúblicas del hemisferio occidental que en aquella fecha ya le habían declarado la guerra a las potencias totali·

?a

1 02

se adhirieron mericanas que originalmente tarias. Las naciones hispanoa Dominica· ca úbli Rep tí, ient es: Cub a, Hai a dicho convenio son las sigu NIC AR A· AS, UR ND HO R, E L SAL VA DO na, Panamá, GU ATE MA LA, GUA y COS TA RIC A. Car· el pun to tercero de la citada 1 0 . Apoyarnos, sobre tod o, en pe· "res s tica ocrá

dice que las naciones dem ta del Atlántico, allí donde la forma de todos Jos pueblos para escoger a te tarán el derecho que asis rez� tex· q� rto, cu vivir' · E n el pu to . gobierno bajo Ja cual quieran de .va y mas amplia partic1pac1on eqllltati tualmen te: "Se fomentará una �s l en y dial mun o erci com pequeños, en el todos Jos Estados, grandes o n ­ eco idad sper pro su de lo para el desarrol materias primas necesarias s democra· que la letra dice: "Las nacione nto qui to pun el mica". Y en es, c n b­ a colaboración a todos los país ticas aportarán su más estrech nom1co eco o diciones de trabajo, progres jeto de obt ene r mejores con ial". uniforme y seguridad soc

:









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ne el uso en el sentido de que se aba ndo 1 1 . Laborar intensamente ada Car· cion men la e el punto octavo de

de la fuerza , como Jo establec una paz fut�­ que "no podrá sostenerse ning ta del Atlántico, al afirmar ntos conti· ame arm los s ntra o en el aire, mie ra en la tierra en el mar rnacional". o amenaza de agresión inte núen siendo mpleados com se codifi· del postulado anterior, que 1 2. Procurar, en respaldo ano , in· eric Am lico entales del Derecho Púb quen Jos principios fundam a. Entre éric Am tro Cen to con stitucional d corporándolos al futuro tex .ididamente los centroame· les adoptamos dec esos principios fundamenta eral de Conci­ de 1 923 ; la Convención Gen dra Gon tado ricanos: el Tra ;o de 192 9 ; 7 ada en Washington el 5 de ene liación Interamericana, fech de a reui:ir igo de la Paz, de 1 933 : ue tien el Proyecto Mexicano del Cód n ormas JU· las co, n junto rganizado y arm � y a sistematizar, en un con a. enc preverur la guerra en Am r ídicas más avanzadas para





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éri· a la juv ent ud de Centro Am 1 3 Hacer un cordial llamamiento ncia de la Con fere practique las concl� siones . ca, para ue haga suyas y reumda en 1 942 , , ham mg Birm de diantes de la Unión General de Estu 85 u niversidades gados en representación de con asistencia de 1 ,500 dele a cen·





e el tem estudiantes al fascism o", f . y colegios. "Respuesta de los o los acuer· ntic Atla nándose con la Carta del . tral de la discusión, relacio d reumda ent� juv la luciones concretas de dos tom ado s. He aqu í las reso debe ser hbre. Igual· va sociedad internacional en Birmingham : "La nue

1 03

dad de oportunidades para todos los pueblos, y las mayores facilidades de educación para todos en todas partes. Completo empleo de los recur­ sos económicos del mundo en beneficio de la humanidad".

1 4 . Intensificación de la cultura popular, con salarios adecuados para el magisterio de nuestros países, en tal fomrn que los mentores de los nuevos ciudadanos, v íc timas hasta hoy de toda clase de privaciones y de angustias económicas, estén capacitados para forjar, con fe y con optimismo, a la juventud de Centro América. Recordar, al efecto, el postulado morazánico de que "sólo la instrucción pública, la e ducación popular que es el alma de las naciones libres, destruye los errores y pre· para el triunfo de la razón y de la libertad". 1 5.

es políticas funda· de justicia, y de que se hagan efectivas las libertad . o sobre los de· refend mental es, a que e n párrafos anteriores nos hemos : o, de lectura , sufragi de iento, rechos del hombre a' la 1iberta d de pensam como ú ni· piensa, que lo escribir o hablar de reunión , de asociación , de . s la vida nosotro entre te n plenan1e larse desarrol co medio de que pueda democrática. 20. Laborar sin descanso, en resume n, por que en Centro América modo que en la postgue­ sea una realidad la democracia auténtica, de tal s de la primera confla· despué rra no nos encont remos como en Versalles al r iargen de las queden no s gración mundi al, y que nuestros pueblo r esta con· inaliza f al o, human ser el conquistas que obtendrá sin duda

:

tienda.

Liberación económica de las grandes masas trabajadoras,

mediante la supresión de privilegios y de monopolios; protección de la mujer y del niño; remuneraciones justas que pem1itan satisfacer plena· mente las necesidades de lúgiene, alimentación y vivienda a todas las cla· _ ,

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1 \

ses sociales; establecimiento obligatorio del seguro contra accidentes, contra la incapacidad física o mental provocada por la vejez o por las enfem1edades, y contra todos los demás riesgos previstos en numerosos estudios y protocolos de Ja Oficina Internacional del Trabajo, institu­

\

\

ción que depende de la Sociedad de las Naciones.

1 6.

Laborar por que la unidad de América se vigorice constante·

mente, de modo que no sea un movimiento circunstancial de guerra, si­ no que pase a ser expresión permanente de la vida de los pueblos ameri­ canos. Uno de los medios de alcanzar esta finalidad, aparte de la restau­ ración o implantamiento de los derechos democráticos, estriba en lograr que se eliminen los odios y los prejuicios raciales, lo mismo que en la abolición de los viejos resentimientos y desconfianzas que pudieran to· davía existir entre las naciones de este lado del Atlántico.

17.

Como eslabón de Ja unidad y de la solidaridad continental

americana, luchar primordialmente por la unidad poi ítica, social y eco­ nómica de Centro América, hasta c onseguir que aquellos pueblos se reintegren a su nacionalidad histórica. 1 8 . Establecer y conservar el más estrecho con tacto con todas las organizaciones americanas de tipo democrático.

1 9. 1 04

Proclamar la necesidad urgente de una recta administración

105

Como centroamericanos, en resumen ; como hispanoamericanos, como antifascistas probados en todos los terrenos, como defensores sin·

ceros de la pol ítica de buena vecindad del Presidente Roosevelt, nos

sentimos autorizados para repetir, en este tercer aniversario de la inicia· ción de nuestras labores, que estamos profundamente satisfechos de lo que hemos podido hacer, duran te la guerra y después de l a guerra, por la causa de la justicia y de la libertad en Centro América.

UNION DEMOCRATICA CENTROAMERICANA EN LA HISTORIA EXPLICACIONES N ECESAR I A S

SIGNOS DE PEQUEÑ EZ QUE NO NOS HACEN MELLA

Expresivas adhesiones. parabienes entusiastas, comentarios elo­ giosos de la opinión pública continental, que aplaudió sin reticencias el

TERCER ANIVERSARIO D E NUESTRA ORGANJZACION

ideario concreto y avanzado de Unión Democrática Centroamericana, nos han servido de estímulo para continuar en nuestra ruda faena, sin desmayos ni vacilaciones. Pero ya se dijo antes que tarn bién hemos tenido que tropezar con

No obstan te las dificultades, las suspicacias, las críticas y las in· comprensiones que se le han opuesto, Unión Democ�ática Centroameri· cana declara estar hondamente satisfecha por lo que hasta hoy h a podi­ do realizar. Hace justamente tres años, en enero de

1 943, inició

nuestro Con­

sejo Ejecutivo su intensa campaña contra las dictaduras que oprimían a Guatemala y El Salvador, y que aún subsisten en Nicaragua y en Hondu­ ras. Pudo dar entonces a la publicidad, y distribuirlos en todo el Con ti· nente americano, los veinte puntos del ideario que habíamos estado dis· cu tiendo ; es decir, los objetivos esenciales que nos han servido de pauta. Ese primer folleto y el segundo, "Por qué lucha Centro Améri· ca", se emplearon como vehículos de orientación efectivamente demo­ crática, entre muchos sectores de la opinión pública americana que des­ conocían, en detalle, la realidad trágica de nuestros pueblos.

·dificulta des, con incomprensiones y con suspicacias. Estas últimas, por supuesto, atizadas y propaladas por los viejos servidores de los déspotas caídos, principalmente de la dictadura ubicoponcista, quienes han en­ contrado refugio en México, mas no se acostumbran a su distanciamien· to del poder. Y cuando Unión Democrática Centroamericana, ante la guerra de nervios que · ¿No hemos de expresar nuestro optimismo cuando vemos ue produce nuestra América a escritores, pensadores, humanistas, histo : dores y maestros como Juan Vicente González, Ceciiio Acosta Gonzá· lez Prada, Mauro Fernández, Miguel Antonio Caro, José Enriq�e Rodó, . Hostos, Sierra, Betances, de la Luz y Caballero Enrique José Varona lnge�ieros, M?riá_t�-�· Bl�co Fombona, Alb�rto Masferrer eneÍ n tomo Caso, Hennquez y Carvajal, para no citar sino a unru c . antos de los mayores, excluyendo a Jos contemporáneos que aún res: piran, � ntre ellos algunos amigos muy queridos y admirados a quien s por e 1tar sospechas de a dulación no se les incluye en e;ta reseñ ? . � ¿Hem�s de sentimos empequeñecidos, hemos de mantener nues · . t�o rnconceb1ble complejo de in ferioridad con poetas como Batres Mon� tufar, Le�poldo Lugones, Rubén Darío, Aquileo Echeverría, López ve. larde, lose Santos Chocano, Guillerrno Valencia, don Francisco Gavidia Amado Nervo, Díaz Mirón, González Martínez y demás aedas conti'. �entales cuyo estro, cuya luz interior fue mientras vivieron, y seguirá Siendo en lo fu tu:o, perenne luz de nuestra América? (Brille con ellos en la altura Andres Eloy Blanco, cumbre de la poesía venezolana ami­ go e�t��ñable fallecido en México el 2 de mayo de 1 9 5 5 . -Nota p;ra es­ ta edic1on . ) ¿Y co� internaci�nalistas como Sáenz Peña, Calvo, Drago, Gonzá­ lez Roa, Po�carpo Bor:iDla, José Gustavo Guerrero, ex Presidente de Ja Corte Mundial de Justicia, como lo fue de la Unesco Jaime Torres Bo­ det? ¿ con va� �res de tal manera c onsagrados en las letras como Ga· . bnela Mistral, GuHaldes, Azuela, José Eustacio Rivera, Sanín Cano' Ró� mulo Gallegos? ¡ Ah , �eñor, a pesar de todos sus defectos y de todos sus quebran­ tos, es P'.ódiga Y grande nuestra América Española! Y si faltasen nom­ ?res, Y s1 faltase luz para nuestros hijos y para los hijos de nuestros hi· . J�S: ah 1 tenemos para siempre, como faro encendido, la gloriosa y apos­ tohca figura de José Martí.

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132

:

ANTIQIBSIMAS UNIVERSIDADES Y CENTROS DE ENSEÑANZA EN EL MUNDO HISPANOAMERICANO Todo eso y mucho más es la cultura de Hispanoamérica , cuyos ­ primeros destellos datan de la misma época en que llegaron los conquis del s ciudade tadores y Jos misioneros. "Cuando las más importantes Flores- eran Continente -escribe el historiador don Jesús Romero s, ya en la labriego de o apenas unas modestas aldeas de pescadores ía por Filosof Ja y idades éiudad de México se enseñaban las Human as". europe idades los hijos de las más gloriosas univers daba "En el Colegio de San José de los Naturales, hacia 1 527, ya Fray . francés origen de o, Bassaci de o Amold cursos de Gramática Fray en éxito gran con ba enseña París, de sidad Univer Juan de Gaona, de la s, despué años pocos Y 536. 1 en olco Tlaltel de Cruz él Colegio de Santa una cía en 1 540, en el humilde pueblo de Tiripitío de Michoacán estable en unión de escuela de estudios mayores Fray Alonso de la Veracruz, México": en a Histori Ja otros religiosos agustinos". ("La Enseñanza de 1 948.) D.F., , México a, Histori Institut o Panamericano de Geografía e sidad Univer la a fundad ya sido Para entonces, desde 1 538, había México de sidad Univer cia Pontifi y Real la , de Santo Domingo; en 1 55 1 de su tiem­ que fue, "duran te algunos siglos, el emporio de la sabiduría Marcos de San de Mayor d sida Univer Ja ), 1 5 5 1 ( año mismo po; en el a lo largo oridad, Lima; en 1 573, Ja de Santa Fe de Bogotá ; con posteri la Plata, de án, Tucum de a del.siglo XVII, se establecieron las de Córdob s, Caraca de las te adelan más ; Cuzco del San Carlos de Guatemala y la cen­ s grande doce tar comple hasta Quito, , Santiago de Chile, La Habana tros universitarios durante el período colonial. mul· Al mismo tiempo, en el transcurso de esa larga etapa, se iban los letras, as primer de s tiplican do en virreinatos y provincias los colegio cultude ciones institu otras y seminarios, las escuelas de artes y oficios importante que careciera de ra, en tal forrna que casi·no había ciudad instrucción. por el Después de la Indepe ndencia, a pesar del período caótico s centro o los que pasaron las nuevas repúblicas, se fueron multiplicand ón direcci la bajo de enseñanza elemental, secundaria y superior, ya no tenido que librar e habers sin no , estatal n funció como sino , de la Iglesia escolástico, aun lo a luchas tremendas en algunos países para poner· fin que sólo fuese a medias. 1 públiActualmente hay en Hispanoamérica 68 universidades (6 7 ; 5 en na, Argenti lica Repúb la en cas u oficiales y 7 privadas), a saber: Cuba Rica, Costa en l bia; Colom en 9 ; Bolivia ; 4 en el Brasil; 6 en Chile

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El Salvador, Guatemala, Honduras, Panamá, Paragu ay, República Donú· nicana y Uruguay ; 3 en Ecuador, Nicaragua* y Venezu ela ; 2 en Haití; 1 2 en México y 5 en el Perú, sin contar las Escuel as Normales y otros institutos de especialización y enseñanza superior. Puede calcularse que en esas 68 Universidade s y en los demás colegios mayores de enseñanza técnica y prepar atoria, la inscripción aproximada es de casi 300.000 estudiantes, en cifras redondas. Y como un simple ejemplo de lo que se está haciendo en nuestros países en ma· teria educacional, acaso sea importante extraer de diversos cuadros esta· dísticos el total de alumnos en nuestras escuela s primarias, que se hace llegar a 1 0. 800.000. (Roberto Moreno García : "Desarrollo y Orienta· ciones de la Educación Superior", Secretaría de Educación Pública, Mé· · xico, D.F., 1 94 5 . )

"El conjunto de Facultades de los 25 colegios existentes en 1 800,

estaba compuesto de menos de cien profesores; y el total de in �cripción

ascendía a menos de 2.000 estudiantes". (Cita de Moreno Garc1a.) Cabe

suponer, no obstante esa información sobre colegios oficiales de e�se· ñanza superior, que la iniciativa privada hubiese dado un enorme lITl·

pulso a las primeras letras, antes de la independencia de las trece colonias, por medio de sus juntas vecinales de educación.

. Por Jo que se refiere al siglo XX, es indudable que no ha habido

país en el mundo que haya logrado ocupar con tanta rapidez, de Jos co­ _ _ mienzos del siglo X I X a la fecha, el primer lugar en umero y cabdad de establecimientos educacionales, en investigación científica, en periodis­ mo, en riqueza bibliográfica, en museos y galerías de bellas artes -con . . duplicados generalmente de las obras maestras-, en todo lo que s1gmfi· ca cultura y civilización para la ciudadanía.

-oOoBien es cierto que Jos Estados Unidos tienen mucho más del doble de nuestra población estudiantil, pues en 1 93 9 llegaba a 22. 1 1 8. 1 21 alumnos solamente de primaria. Y es verdad , ademá s, que el 23 % de la población norteamericana se inscribe en los numer osos establecirrúentos educacionales del país, incluyendo los cursos universitario s. Pero no deja de ser satisfactorio que el porcen taje de alguna s de nuestras repú· blicas alcance a su vez índices bastante elevad os, si se les compara con Jos de varias naciones europeas. La República Argentina, verbigracia, tiene un 1 4 % de estudian ta· do, en relación con el número total de sus habitantes; Costa Rica, 1 0. 25 % ; Perú, 9 % ; Uruguay, 1 2 % ; Clúle, 1 0. 50 % ; Panamá, 1 1 % . (Mo· · reno García: mismo libro.) Claro que no hay punto de comparación con el enorme desarrollo de las instituciones educativas norteamericanas, menos aún si se hubie· sen incluido en los porcen tajes anteriores alguna s otras repúblicas his· panoamericanas, con un índice desolador de analfabetismo. La fe no de­ be perderse, sin embargo, porque hasta en los países más atrasados del Continente -con excepción de aquellos domin ados por dictaduras infa· mantes-, se han venido haciendo grandes esfuerzos de alfabetización. Y no debemos olvidar que en los propios Estados Unidos la enseñanza de· jaba mucho que desear, a fines del siglo XVII I y principios del XIX. Por lo que toca a la educación superior escrib e E.P. Cu bberley, en "The History of Education" :

Una cifra escueta nos da idea de la inquietud y desarrollo de aquella gran República, que no es solamente de rascacielos, de "ham and

� �

eggs" y de hombres-máquinas: la Biblioteca del Congreso, mod Jo de organización y de eficiencia, guarda en su s �naqueles d� Was gton _ algo más de 6 . 000.000 de volúmenes. Multiphquese esa cifra vanas ve­



ces, pensando que dicha biblioteca es apenas una de las uc has que _ optir _ prestan servicio en la Federación, y ya podremos sentir los msmo _ ciudadanos de otras patrias americanas, si es que en realidad la cultura

/�)'

-enfrentándose a la b om a y violencia nes, atropellos .

tómica- ha de salvar al mundo de agresio·

ASPECTO DEMOGRAFICO Y CULTURAL DE LAS COLONIAS · Qué son . qué tienen en cambio las colonias europeas en nuestro Conti ente? To memos al acaso la Guayana Inglesa con sus 23 1 . 700 ki­

;

lómetros cuadrados. La capital es Georgetown con 60.000 habitantes, de Jos cuales ·sólo 5.000 son blancos. La población total de esa Guayana no llega sino a 3 50.000 hombres, mujeres y niños, o sea menos de 2 . habitantes por kilómetro cuadrado.

, · Qué nos ofrece la Historia de la Guayana Inglesa? ¿En que for· ., rna han progresado Jos moradores de esa inmensa region, cuyos t atara· {,

_

buelos fueron cazados en el Africa y vendidos como esclavos, e.n Ja epo·

ca de Sir John Hawkins y sus herederos de "negrería"? ¿Universidades? •

1 34

Dos h a n sido suprim idas por el Gobier no n i caragü ense del Genera l íslmo moza.-N. del A., 1 9 5 6 .

So·

¿Colegios de segunda enseñanza?

¿Producción literaria? ¿Filósofos,

poetas, músicos, pintores? 135

No. Lo que hay en la Guayana Inglesa, además de la leyenda de El Dorado, es caña de azúcar sembrada por negros en plena servidumbre. Minas de oro que en poco más de veinte años (1 894 a 1 9 1 7), le habían producido a la Corona inglesa 9.586.86 0 libras esterlinas. Y diamante s como los que hab ía visto o soñado Sir Walter Raleigh, que de 1 902 a 1 920 sumaron un total de 579.835 kilates, con un valor que ya quisiera la colonia para su desenvolvimiento, su salubridad o la satisfacción de las necesidades mínimas del ser humano. Si pasamos la frontera y nos dirigimos a la Guayana Holandesa, encontraremos que en sus 1 73.840 kilómetros cuadrados, sólo viven 1 70.000 habitantes; vale decir, que no llega a un hombre o mujer com·

pleta el poblador de cada kilómetro cuadrado. La capital es Paramaribo.

¿Saben los lectores de algún acontecimiento, interesante para la humanidad, que haya tenido lugar en Paramaribo? No sería exagerado decir que están en mejores condiciones de vida los indonesios - ¡ya tie· nen conciencia de s í mismos!-, que los súbditos guayanos de la Reina Juliana. Lleguemos por último a Cayena, y ya nos derretimos o nos calci­ namos en el infernal presidio de que se habló en los capítulos primeros. Ese presidio, esa "Isla del Diablo" es la capital de la Guayana Francesa. Llega su extensión territorial a 90.665 kilómetros cuadrados y su pobla· ción a 4 5 . 000 habitantes, lo que equivale a la mitad de un "citoyen" por kilómetro cuadrado.

Lo que sí desean -como ya quedó antes explicado- es mov�ar

:a inconscientes e indefensas masas humanas; traerlas y llevarlas, segun se

resente el corte de maderas o la ex tracción del chicle ; acomodarlas,

iior último, en ese territorio guatemalteco, en e�e gran venta�al .ªl Cari·

be cercenado a Centroamérica, para que por medio de un pleb1sc1to pro· clamen su adhesión al Imperio Británico en tierras del nuevo mundo. -oO oLas cifras anotadas contrastan en forma que nQ admite réplica, si

se las compara, desde el punto de vista demográfico y desde el punto de

vista cultural, con cualquiera de las repúblicas hispanoamericanas, inclu· so las de .Ja propia Centroamérica, tan abatidas por largas dictaduras y por sus cómplices del capital monopolista extranjero. Ya vimos qµe, a pesar de todo, Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua y Costa Rica cuentan en sus ciudades pavimentadas, con hos· itales, bibliotecas, labora torios, universidades, olegios Y es uelas e � . � primera enseñanza; con sus maestros, poetas, escntores, penod1stas, ��­ . sicos, pintores, médicos, jurisconsultos; con nociones entonces de c1vili· zación y de cultura, que no han podido barrer las ametralladoras de los déspotas ni la complicidad de ciertos "quislings", al servicio de intereses más o menos enemigos de la democracia. Adviértase ahora el contraste demográfico en el siguiente cuadro:

p

Es curioso advertir cómo suelen hablar los europeos de su necesi­ dad de espacio vital. Pero rehúsan trasladarse como inmigrantes blancos a laborar esas tierras, a establecerse en América, a fundirse con noso­ tros, en nuestras propias patrias, sin alegar extrañas soberanías en el hemisferio occidental. Lo mismo que con la Guayana sucede en Belice. ¿Su territorio "en usufructo"? 22.270 kilómetros cuadrados. ¿Su población? Un pu­ ñado de blancos contrabandistas y 60.000 negros al servicio de ese gru· po de grandes señores f�udales. Visítese la capital, que lleva el mismo nombre del territorio y a pocas cuadras de la residencia del Gobernador inglés encontrará el viaje· ro las cabañas y la miseria de los súbditos negros de Su Majestad . ¿Arte,

Universidad para los nativos, servicios sanitarios, brigadas contra los mosquitos, algo que les haga grata la vida a estos "trabajadores de co­ lor", que en plena centuria atómica siguen viviendo como en el siglo XVII? Eso no les interesa al señor Gobernador, a Sir Creech Jones ni a los aprovechados accionistas de la City de Londres. 136



Kil6metros 2

Guatemala . El Salvador . Honduras . . Nicaragua . . Costa Rica .

. . . . .

. . . . .

. . . . .

. . .. . . . . . . .

. . . . .

. . . . .

. . . . .

109.724 3 4 . 1 26 1 54.305 1 1 8.435 52.000

Habitantes . . . . . . . . . . . . . ·. . .

. . . .

. . . .

. . . .

. 3 .000.000 . 2.000.000 . 1 . 1 2 5 . 000 . 1 .380.000

. . . . . . . .

800.000

Podría creerse que hay malicia o exageración en lo que se ha ex· puesto en anteriores párrafos. Pero los datos numéricos dan fe de lo pu· blicado, y de que no es otra la situación de los colonos en territorios so· metidos por europeos en América. De mucho de ello se pudo dar cuenta el autor, personalmente, hace ya buen número de años, de acuerdo con apuntes publicados en el libro "España Heroica" (1 938) que en parte rezan :

"La posesión inglesa de Jamaica, este puerto de Kingston en el que ha hecho escala el barco que de España me lleva otra vez a Costa 1 37

Rica, podría servir para explicar muchas actitu des de la Gran Bretaña. Basta una observación realista de estas pobres colonias inglesas en mares

" A Victoria, Reina de Inglaterra, Emperatriz de l a India y Señora Súprema de Jamaica".

de América, para que el sentido común abra los ojos de aquellos que

"Como la Reina Victoria son también señores supremos de Jamai·

quieran saber lo que ocurre en el mundo; de aquellos que traten de ave· riguar a qué se deben los temores del señorito Eden y las maniobras CÍ·

ca, de Barbados, de Trinidad, de Guayana, de Belice, de todas las colo· nías inglesas en el Asia, en Africa y en América, los grandes lores blan· cos, dueños de la tierra, dueños del petróleo, dueños de las fábricas, de

nicas del viejo Chamberlain". "En mi primer viaje a la Península Ibérica visité de paso la capital

las refinerías, de los clubs y de los palacios de esos territorios coloniales,

de Trinidad, Port of Spain ; y horas después el puerto principal de la isla

en donde los obreros sin trabajo, con salario de hambre cuando lo tie· nen, exponen su vida lanzándose al mar en busca de una moneda, y en donde mujeres de menor edad ofrecen al viajero "anything you want for

de Barbados. Sufrí entonces la misma impresión que ahora he sentido en la ciudad más importante de Jamaica. Impresión de que los súbditos, los desnutridos súbditos ne

gros de

Su Majestad Británica, son hoy más

infortunados que sus ancestros en las selvas del Africa".

half a dollar". (Vicente Sáenz: "España Heroica".-Editorial Iberoame· ricana, Nueva York, 1 938).

relativo a jornales de los trabajadores:

des sectores de la América Española, con salarios también de hambre,

"Leí en el ''Trinidad Guardian" (26 de septiembre de 1 936) lo ¡ 3 . 1 3 dólares por semana én Port of"'Spain; para labores en el campo, 2.57 dólares; y en Tobago 2.37 dó­ lares, a veces menos por semana! Si no fuesen números de la Junta- Coll' sultora de Salarios, entidad oficial, no hubiera yo creído en ellos". "Harapos como consecuencia de tanta explotación y de tanta mi· seria. Manos que se extienden pidiendo al pasajero una limosna. Acica· ladas muchachas jóvenes que ofrecen bailar desnudas el "Cuchi·Cuchi" y el "Can·Can". Hombres y mujeres que desde pequeñas lanchas se

delo de honradez, de sabiduría, ni de amor al prójimo o a la democra·

ligro de su vida".

ción o de patria. Y ha de ser nuestro mejor aliado el propio pueblo ·

echan al agua poblada de tiburones, pa.ra recoger unos centavos con pe· -oOo-

Se podrá decir que la situación es más o menos semejante en gran· con explotaciones increíbles, con falta casi absoluta de salubridad; que alguno� gobernantes hispanoamericanos no son, ni mucho menos, mo­

cía ; que, en resumen, vivimos también en coloniaje -en la forma mo· derna del coloniaje económico-, aun cuando tengamos nuestros himnos nacionales, nuestros escudos y nuestras banderas.



Eso es verdad, en gran parte, como se comprobará en los dos ca pítulos que faltan de este libro. Pero nos salva nuestro sentido de

na-u

norteamericano, por su larga experiencia democrática y por el ideario de sus próceres, desde Washington hasta el segundo Roosevelt.

·

L)

"Cuan do llega uno a estas colonias inglesas ; y habla con los nati·

(Siempre, por supuesto, que el pueblo norteamericano se entere

vos; y los ve sudar mientras trabajan largas horas en las carreteras, bajo el fuego del trópico; y comprueba la exactitud de aquellas cifras de la Junta de Salarios, la impresión es profundamente desoladora por lo que

de las maniobras que realizan los grandes consorcios, y de cómo el ma· cartismo, el fosterdulismo, el Pentágono, la histeria bélica, la alianza

tiene de cruel e inhumana la forma en que la llamada civilización occi· dental abusa de estas grandes masas de seres indefensos".

bres que luchan por la libertad en nuestro medio, sólo ha servido para provocar de nuevo el rencor, la desconfianza, la mala vecindad entre las dos Américas. -Nota para esta edición.

"Pero se les habla de Su Majestad Británica; de lo que para ellos significa el estar "defendidos" por la bandera de un enorme imperio; de

de Washington con las dictaduras, el llamar comunistas a todos los hom­

las maravillas de Londres y del poderío de la Corona lmperial, cuyo símbolo materializado "es un rey poderoso y justiciero" -o una reina-,. aunque no sea de su mismo color ni de su misma raza". "Vi en Barbados un monumento en memoria del soldado deseo· nocido de esa isla. Es decir, en memoria de los humildes esclavos negros

que pelearon en Europa, de 1 9 1 4 a 1 9 1 8, "por la democracia y por la li· bertad del mundo". Y acá, en Kingston, acabo de leer la inscripción de otro monumento que dice textualmente:

138

139

nacional Americana de Bogotá-, es el golpe de cuartel, el donúrúo de sátrapas y de dictadores, destierros, encarcelamientos, asesinatos, ·genocidios, la más sangrienta y continuada burla de los principios de­ mocráticos, la negación más constante y absoluta del respeto a la per­ sona humana. - ¿Y qué hacen las democracias para evitar semejantes atropellos?

-¿Qué hace la Organización de Estados Americanos? Pues entiendo, salvo su mejor parecer, que la OEA podría aplicar y hacer que se respe­ ten los principios aprobados en tantas reurúones continentales.

¿QUE QUIERE HISPANOAMERICA?*

-Lo que hacen algunos gobiernos más o menos democráticos es ce-mar los ojos, acogerse a lo que llaman no intervenci(m e intervenir so_J?re la marcha, de heGho y de derecho, moral y materialmente· ;·al sabo­

(Diálogo optimista, en el que se vuela por el presente y se viaja por el pasado para darnos ánimo). 1 ¿Consignas rusas o golpes de cuar- .

te/ en el clima hispanoamericano?­

¡A cuartelazo · dado, espaldarazo

,

rear los mismos caldos y sentarse a la misma mesa con los dictadores. ¡'A cuartelazo dado, es'paldarazo servido! Tocante a la nútad más uno ae los señores de la OEA, ni siquiera tienen que cerrar los ojos, porque de antemano los llevan bien cerrados. Lo esencial para ellos es no desento­ nar. En otras palabras, hacerle "segunda" y formarle coro a la gran voz

9ue señala, como canto de mal agüero, como el grazrúdo del tecolote, los g'raves riesgos de la infiltración comunista.

servido!-La realidad es más e/o- .

-oOo-

cuente que la prop"áganda.

-Los artículos, los reportajes, los frecuentes agravios que publican en la gran prensa mundial ciertos columrústas, políticos y expertos nor- . teamericanos contra determinados hombres y gobiernos de Jfispanoa- ,

p

-Quiere decir, entonces, que para estos caballeros lo malo está en

que se nos vaya infiltr.ando, entre las espuelas de los rejoneadores y el

látigo de sus capataces, el grosero materialismo pestilencia! de los rusos y de los chinos; el ateísmo impío ; ·el modo de vida detestable de otras

mérica, es cosa sabida y averiguada que obedecen a un plan reconce· bido para atemorizarnos y restarnos fuerza. A un plan que forma parte _ de la guerra fría. � - ¿De la guerra fría entre Estados Urúdos y la Unión Soviética? . -Sí, señor. Porque bien saben estos agentes de los piadosos magna·

me valga ! - y de la finura espiritual y religiosa del sin par capitalismo anglosajón.

ten en el exterior, que no se trata de sovietismo ni de consignas rusas en el clima hispanoamericano. ¡ Bien lo saben, pero toman ventaja de la histeria bélica para cobrar su cheque, o son rematadamente ingenuos o infantiles! Lo que hemos terúdo como promedio en seis repúblicas de

lo condenable de nuestra América, los atropellos de las dictaduras, los golpes de cuartel, los destierros, los asesinatos, la angustia y el dolor de

·

tes succionadores, de las beatíficas empresas cuyos dividendos se repar·

América, agudizado a partir de

1 948 -año de la IX Conferencia Inter· .

region'es del planeta, tan diferente de nuestra bienaventuranza - ¡Dios

-Exactamente. Siguiendo lá voz del norte, sólo le temen o simulan

t�merle al comunismo. ¡Y a falta de comunismo organizado, al simple

recelo de infiltración bolchevique! Lo demás, lo concreto, lo tangible,

'1ñillones de seres humanos, no es cosa que pueda discutirse en la mesa cómún de sátrapas, de imperialistas y demócratas a medias. Soslayan

por consiguiente el problema fundamental de estos países, para tranqui­

lidad de la tertulia. Y muy a su gusto hablan entonces de la infiltra­

*

Con excepclbn de los dos capítulos prime ros, reconstruidos para actualizar este trabajo, los demás se publicaron en El Suplemento de "El Nacional"' México, D.F., Junio y julio de 1950.

1 40

eión eslava - i ¡horror! ! -, cuyo contagio destruiría todo lo bueno que tenemos y lo mejor que aún se nos espera. - ¿Y qué sería lo mejor?

141

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-Lo mejor, verbigracia, sería un aumento en dólares al Punto Cuarto de Mr. Truman, ofrecido por Mr. Eisenhower y por el bon dado· so belicista Mr. ]ohn Foster Duller. ¡ Siempre, por supuesto, que los santos grandes y sus propagandistas del Kremlín -tan sagaces para enga· ñar y corromper a los pueblos a trasados-, no nos tuerzan hacia las expropiaciones, revisión de contratos, mayores impuestos a los "inver· sionistas", la rebelión y el desorden! -Se sigue de todo eso que Jos círculos financieros de Wall Street, tan ligados actualmente con el Gobierno republicano de Washington , no le temen en realidad sino al movimiento continental de liberación eco­ nómica, que inició México y ahora están poniendo en práctica Guate·

mala y Bolivia. De lo contrario no atacarían esos·justos anhelos arraigadamente nacionalistas, en la forma en que lo hacen, desvll-fuando sus y cebándose en sus dirigentes. Ni amenazarían con interven· principios , ' ciones, que en esta era quieren hacerse más o menos anfictiónicas o multilaterales. Ni serían aliados y protectores tan decididos de nuestros \ regímenes de fuerza, creyendo conservar así sus privilegios. \ -Lo son, sin embargo, querido amigo; y esa es la tragedia, el dese· uilibrio material y ético del Continente, que en pocas palabras, siempre . repitiéndome, vuelvo a resumir: ¡ Lo peor de Estados Unidos, en estre· cBa convivencia con Jo peor de Hispanoamérica! Se explica entonces por qué está en entredicho Ja buena vecindad, mal parado el Panameri· canismo y en evidencia sus herederos de la OEA. Y por . qué se acogen todos juntos a Ja enseña del fantasma moscovita, a peligros remotos, casi abstractos, potenciales hasta la fech.a, que nada tienen que ver, por otra parte, con nuestra propia realidad hispanoamericana.



-o O o-Creo, como usted, que es más de temer el peligro inmediato, lo que nos debilita y nos corroe, lo que ya llevamos dentro, que los m�­ les y quebrantos de Europa, de Africa o del Asia. La dictadura, el en· treguismo, la falta de visión política y social en sen ti do hispanoamerica· no, el ser comparsas y n o nosotros mismos, he ahí lo tangible y conde· nable de un sector al menos de nuestra realidad. Porque hay otro nú: cleo, desde luego, cuyos aspectos luminosos habrán a Ja postre de im· ponerse. -Así es. Se impondrá lo mejor en nuestra América, cuando se· pamos auscultarnos valerosamente, estudiar y resolver nuestros pro­ blemas, enmendar nuestros errores, proclamar sin titubeos nuestra ver· dad. ¿Y cuál es nuestra verdad en esta postguerra de valores invertí· 1 42

dos, de exaltación de lo falso, de apetitos voraces, de locura que d a grima, de manicomio suelto? Veámosla, siquiera desde el punto de vista núlitar o cuartelario en este último lustro, de tal manera que se olviden de fantasmas y dispongan alguna vez de agenda substanciosa los maes· tros de ceremonias del panamericanismo, para que puedan discu tiria en sus congresos los delegados y los cancilleres, realmente democráticos, de las repúblicas americanas. Bastará con un simple sumario, a partir de

la IX Conferencia anteriormente citada de Bogotá, reunida del 30 de marzo al 2 de mayo de 1 948, y veremos que no son hombres de izquier­ da sino de derecha, con uniforme y charreteras, los que han privado a nuestra América de los frutos de la Carta del Atlán tic o. - ¿ Era más democrático el panorama continental, en términos generales, antes que después de esa famosa Conferencia? -Sí, hasta cierto punto. Porque al abrirse en Europa el segundo frente contra el nazifascismo, y redoblar los Estados Unidos su poderío naval y militar contra el Japón, se intensificó también en América la lu· oha de los patriotas contra Jos déspotas totalitarios, hasta dar en tierra oon algunos de ellos. Había como una euforia mundial de democracia. ero después del triunfo aliado y de lás primeras explosiones de la bom­ ba atómica, ya muerto Mr. Franklin Delano Roosevelt, cuando la gran potencia anglosajona se propuso cortejar, democratizar y fortalecer a los países del Eje a duras pénas vencido -inicián dose así Ja guerra fría contra los rusos-, volvieron a levantar la cabeza en nuestro medio las ewuelas y las tizonas, con el "slogan" anticomunista en una mano y el ipachete en la otra, para obtener en esa forma la bendición de Wash­ ington. - ¿Y Jos bendijo Waslúngton? -Los sigue bendiciendo, como antes bendecía a los gobiernos hispanoamericanos que le declaraban la guerra a Hitler - a control remoto-, y se aliaban o establecían relaciones diplomáticas con Stalin. �osas increíbles, en las que nos traen y nos llevan desde el norte como gpn Juan de Sigüenza a su escudero enano, de un extremo al otro, por­ �e no sabemos asentamos en nuestra propia realidad!

Cuartelazos en Perú, Venezuela y Paraguay. - Campos de concentra· ción en la tierra del Libertador. - ¿Cómo explicar ese dualismo, esa actitud a tal extremo contra­ dictoria de Waslúngton? Según he leído, el Gobierno de los Estados 1 43

�� �­ �\\e \i: c�n.c\�n.c\-o.. ��r;s\�� \'{\\J.�\\�'\.,��'!1:) .

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atrás, de nuestra invoti ron que ver las apreciaciones m do, cuyas fatales consecuencias d1e vefíi!_n miento automático para los regímenes ·de' fuerza. Ja interpretación de medida tan inusitada, porque res dos de Ja voluntad del pueblo -en los comicios o por fas sólo queda ese remedio-, no necesitan ciertamente esp afuera. ¿Primeros resultados de Ja maniobra? El 27 de octu -mismo año del convivio de Bogotá-, cuartelazo en el Peñí. 1!. las ametralladoras de Jos préstamos y arrendamientos el gef/.ef, Apolinario Odría, contra el Presidente legítimo don José Ifiui mante y Rivero. ., -¿Fue entonces cuando el líder aprista, Víctor Raúl Haya Torre, logró refugiarse en la Embajada de Colombia, a la que rod día y de noche fuerzas armadas del régimen usurpador? . -Ni más ni menos. Con su partido mayoritario fuera de la le}!, obstante que constituye el 73 por ciento del electorado, ajeno por más al comunismo soviético, comenzaron los encarcelamientos, los d tierros, las persecuciones de todos los dirigentes del APRA. Va para , sexenio. Hasta la fecha, febrero de 1 954, continúa en su refugio dipL ,mático Haya de la Torre. Y en la mansión presidencial de Lima, cubier to el pecho de condecoraciones, sigue clamando por la democracia don Apolinario. - ¡Ave María con don Apolinario! ,¿No habrá quien se le ponga por delante, como a Sánchez Cerro? ¿Como habría que hacer con los de igual jaez para desinfectar a Hispanoamérica? -Eso se llamaría satrapicidio, término que con ceño muy arrugaf do rechazará sin duda la Academia. Dejémoslo por la paz y sigamós adelante. No había pasado un mes, y el 24 de noviembre otro golpe castrense se registra en Venezuela, bajo la dirección de tres teniene ts coroneles, presididos por el Ministro de la Guerra Carlos Delgado Chalbaud, contra el régimen civilizado y democrático del ilustre Presi· dente constitucional Rómulo Gallegos. Lo mismo que en el Perú, quedó fuera de la ley el partido mayoritario, Acción Democrática Venezolana 82 por ciento del electorado-, tan ajeno como el APRA al comurus­ mo sovié tico. Y a continuación, lo que siempre ocurre en estos casos y que ya reseñamos con Odría: encarcelamientos, destierros, persecucio­ nes, torturas, asesinatos. -

1 44

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ue,\0 estorbe, converti.do en ?residente a pesar ue su \leván\:lole coronas a Bolívar y preparando la X Con­ Mic'lma, que tendrá lugar precisamente en Caracas, al am­

'co ·de su cobi.)o . Cc::inferencia -salvo que tenga yo perdido el )uicio-, entre ametralla doras, con las cárceles y los campos de concentra­ s de prisioneros políticos, con lo mejor de Venezuela en el etá; un ultraje a Bolívar en su propia tierra. No. ha sido otro mi criterio. Pero y a tendremos noticia de que

señores delegados, principalmente los de regimenes ignominio-

se disputarán el primer sitio para rendirle homenaje y cantarle sannas al Llbertador. ¡Y para seguirlo haciendo responsable de la n American Union 'y de la OEA, con Estados Unidos a la cabeza, co­ o si quisieran mal interpretar esos tribunos las cartas y las proclamas del vitlente genial de nuestra América! 1

-o Oo-¿Se atreverán a tan to los delegados de la anti democracia? Por­ que para honrar a nuestros próceres, como diría Martí, hay que tener limpio el corazón. Y para renerlo limpio, para no profanar la memoria de nuestros más altos valores, hay que bañarse en su luz; purificarse con sus ideales; servirle a Hispanoamérica ; luchar incesantemente, como ellos lo hicieron, por la independencia, la libertad y la soberanía de nuestros pueblos. -Se atreverán a eso y a todo cuanto merezca la aprobación del poderoso. Es algo inconcebible. El reflejo, tal vez, de lo que ocurre en otras islas, penínsulas o hemisferios. Se me vienen a la cabeza Franco, Ghiang Kai-Shek, Singman Rhee, tantos más. Pero demos fin a nuestro resumen de lo que llamé involución hacia la dictadura, aunque sea en forma casi esquemática, para tranquilidad y alivio de quienes vayan ·leyendo estos apuntes. Ultimos d ías de enero de 1 949 -apenas nueve 145

semanas después del golpe inexcusable contra la democracia venezola­

na, como si se huQieran puesto de acuerdo todos los espadones), y tam­ bién en el Paraguay se hacen dueños del poder la traición y el cuarte­

lazo. Allí da el golpe castrense otro señor Ministro de Ja Guerra, el gene­

ral Raimundo Rolón, haciendo caer de su alto sitio al escritor y poeta don Natalicio González, Presidente constitucional de aquella república

hemana. Sobra decir que cerrarían el cuadro Jos consabidos destierros, encarcelamientos y persecuciones para mantener el orden.

Golpe fallido en Guatemala. -Dinas­ tía Trojíllo-Somoza:-Jmposición y caída de Laureano Gómez en Co­ lombia. -Parecieran empeñadas en duelo a muerte las armas y las letras,

para evitar el domitúo de la inteligencia en nuestra América.

- ¡Las peores armas, por desgracia, como tienen que ser las de

sargentos y tenientes con postizos de general! Y he aquí lo que más duele: apoyados esos gobiernos por intelectuales sin.sentido de respon­

sa bilidad, quienes al traicionar su pensamiento -cosa del espíritu-, no hacen más que traicionarse a sí mismos. Mas démosle fin a la reseña. El

1 8 de julio de ese mismo año, 1 949, levantamiento fallido de Ja reac­

ción guatemalteca, con el respaldo de poderosas empresas extranjeras, contra el régimen del filósofo y catedrático doctor don Juan José Aré­

valo. Esta vez, afortunadamente, triunfaron las letras, las armas leales y

el pueblo, que en 3 6 horas de combate abatieron ese movimiento anti- , histórico del imperialismo, Ja ambición de· mando y la caverna unid�. '



- ¡ Lucha titánica la de Guatemala, que en nueve años ha saltado

del feudalismo más sombrío a la época contemporánea, en batallas incesantes con los enormes intereses creados de adentro y de afuera! -Ya venciendo, sin embargo, y vencerá a Ja postre, a pesar de Ja United Fruit, de la IRCA, de la Bond and Share, de la Intemational

de Satrapías al servicio del Pentágono, de todos los peligros interiores

y externos que la rodean. ¡Es una pena, para no decir un asco, que has­

-Es u n asco todo eso, no cabe duda. Como l o es, a m i en­ tender, que Ja Dinastía Trujil/o -así la llama el "New York Times" siga perpetuada en el poder de la República Dominicana, y que la no

menos pintoresca Dinastía Somoza se mantenga ya por cuatro lus­ tros en Ja infortunada Nicaragua, eterna víctima del vendepatrismo de

sus gobernantes.

-Y mjentras el Generalísimo Trujillo se reelegía en Ja persona hermano y Ministro de la Guerra, Héctor Bienvenido; y mien­ su de se presentaba en las Naciones Unidas y en Washington, donde aquel tras el Presidente de la Suprema Corte lo comparaba con Jefferson, Lln­ coln, Bolívar y las más gloriosas figuras de América; y mientras Somo­ �a, por su parte, se recetaba un período más para seguir acomodado en el palacio de Tiscapa, se iba fortaleciendo simultáneamente la reac­

ción, el paso atrás, en otras repúblicas americanas. ¡ Laureano Gómez en Colombia! Desde el 27 de noviembre de 1 949, en plena dictadura conservadora, sin Congreso, sin garantías para nadie, sin consejos mu­ nicipales, con la nación en estado de sitio, amenazada la ciudadanía con el toque de queda, ausente de las urnas el liberalismo, se declaró electo y entró el 7 de agosto de 1 950 en el palacio de la Carrera este bárbaro nazifalangista, civil por excepción, aunque peor en última instancia que

los militares. Bien se le podría tomar como reencarnación del ecuatoria­ no García Moreno, en mitad del siglo veinte, para que les sirviera de azote a Jos neogranadinos, o como réplica ominosa de Felipe II, de Fernando VII y de Torquemad�:' - ¡Terrible situación la de Colombia durante ese trágico perío­ do, en el que millares de hombres, de mujeres y de niños fueron vícti­ mas de la más atroz barbarie! ¿Mas no cree usted que al sátrapa se le fue la mano y eso produjo su caída? -Así lo creo. Se desplomó tan sanguinario inquisidor de su alto puesto, afortunadamente para Colombia, el 1 3 de junio de 1 953. Aho­ ra se consuela de sus crímenes a la sombra del Generalísimo de la anti­ España don · Francisco Franco, quien también le dio su apoyo en 1 948, después del asesinato del dirigente liberal Jorge Eliécer Gaitán, cuando tuvo don Laureno que salir huyendo de su patria para salvar la vida.

ta gobiernos vecinos de la misma familia morazánica -o antimorazáni­ ca-, y pen'odistas de la raza, sin noción de lo que significa el periodis­ mo, sean cómplices y sirvan de instrumento al ex tranjero de mala ley,

contra las legítimas aspiraciones de la nación guatemalteca! -o O o146

1 47

Autodestitución de don Mamerto en Bolivia. -Lección de Paz Esten­ ssoro. - Otartelazo de Batista en Cuba. /

-¿Hay entonces un respiro democrático en territorio colom· biano? -Por lo menos han cesado las matanzas, y ya eso es mucho, aun cuando centenares de cómplices del laureanismo se mantengan en sus posiciones burocráticas y militares, sin contar a los que continúan ha· ciendo de las suyas en el servicio que suele llamarse diplomático, -De lo cual se deduce que los acontecimientos de Colombia no pueden compararse, por ejemplo, a lo que se está logrando �n· Bolivia. -Ni mucho menos. Lo de Bolivia es un paso adelante extraordi: nario. Allí también, después de Ja Con ferencia de Bogotá, tenía que ha· ber un cuartelazo. ¡Algo único! Se lo dio a sí mismo el propio Presiden· te sucedáneo don Mamerto Urrolagoitia, el 1 6 de mayo de 1 9 5 1 , entre· gándole el poder indebidamente al general Hugo Ballivián. En esa fonna los fusiles y las ametralladoras desconocieron la elección del doctor Víc­ tor Paz Estenssoro, candidato en el exilio del Movimiento Nacional Re· volucionario, quien desde su destierro en Buenos Aires había salido triunfante en los comicios el 6 del mismo mes. Sin embargo, a poco an· dar, el 9 de abril de 1 9 52, estalló la gran revolución nacionalista, ocu·

pó la presidencia legalmente Paz Estenssoro, los militares tomaron las de villadiego, fueron expropiados los magnates del estaño y sobre la marcha se decretó y se puso en vigencia la reforma agraria. -Es alg� � ue emociona. Un pueblo débil, en la mayor miseria, explotado, tnuc1onado, escarnecido, que se levan ta al fin sobre sus pies

y va marchando, con paso finne, hacia el cumplimiento cabal de su des· tino. -Pero caen unos y otros se levantan, de tal manera que no baje el promedio de los "hombres fuertes". Así, un mes antes de la victoria de Paz Estenssoro en Bolivia, el 1 0 de marzo, ¡ cuartelazo de Batista en Cu·

ba! O sea que de 1 948 a 1 953 , no obstante la campaña de los dictado­ res, de los monopolios extranjeros y de sus agentes de publicidad con· tra el peligro comunista, lo único que en realidad hemos tenido en me· dio Continente -como se expresó al principio y creo haberlo demostra· do- es �l atrae � a la democracia, la alteración del orden y de la paz, la burla mas sangrienta de los derechos humanos, y no por gentes ni por partidos de izquierda, sino por la reacción internacional, la multicriolla y la del "�ig stick", que quiere ahogar a todo trance nuestros anhelos de progreso, de libertad y de justicia.

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Interpretación lógica del "bogota­ zo ". -Actitud de Mr. George C Marshall. -Me lúzo ver usted, si mal no recuerdo, que las torcidas interpre­ taciones del bogotazo influyeron, indudablemente, así como la tesis del reconocimiento automático de dictaduras, en el ·desajuste hemis­ férico que estamos presenciando. ¿Podríamos aclarar un poco más ese concepto?

-Desde luego. Se habló en la capital colombia.na de comunismo, Cie consignas rusas, cuando el pueblo se lanzó a la calle enfurecido, co­ mo consecuencia natural y explicable del asesinato de Gaitán. ¿Y qué pedían �illares de voces, no sólo en Bogotá, sino en todas las ciudades, ,en todas las aldeas, hasta en los más pequeños poblados de Colombia?

Lo que el clamor público exigía era la dimisión del Presidente conser­ vador Ospina Pérez, para darle paso al Vicepresidente constitucional de la República 'don Eduardo San tos, jefe del liberalismo mayoritario. Con el cambio de gobierno acaso se hubiera evitado, o se hubiera, por lo menos, amainado la tragedia. ¿Qué circunstancias hicieron que el doc­

tor Santos se quedara en Nueva York, y cómo explicar la colaboración de los liberales con Ospina, tres horas después del cfrninal sacrificio de Gaitán, en la misma tarde del 9 de abril de 1 948? Las razones de tan extraordinario entendimiento podrían encontrarse, tal vez, sin que sea necesario tener ojos de lince para comprenderlo, en lo inoportuno de un cambio de gobierno estando allí reunida la Cbnferencia Panamericana. -Entiendo que cometieron un grave error los liberales, al forta­

lecer con su respaldo a los conservadores. ¡ Error que pagaría más tar­ de el noble pueblo colombiano, martirizado, ametrallado, perseguido hasta el sadismo por la Falange y los acólitos de Gómez! ¿No será váli­

godos buenos los liberales de Colombia"? -En eso perrnítame no dar opinión, para evitar que me ocurra lo que al Caballero de la Mancha con Ginés de Pasamontes. Nunca falta en ciertas Embajadas algún truhán o Ginés de la misma catadura, con dicterios anónimos por guijarros, a los cuales no quiero ya exponerme. Diré, a lo sumo, que el 9 de abril falló el cálculo de los políticos. Y no do el dicho de que "para

pudo así ponerse coto a la indignación irrefrenable de un pueblo digno, valeroso, ejemplo de civilidad y de cultura, mientras se le gobernó con apego a la justicia y a la ley. Sobrevino entonces el caótico, el terrible levantamiento popular conocido por el bogotazo, aprovechando la oportunidad el imperialismo y las fuerzas regresivas para inculpar de la

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hecatombe a unos cuantos intelectuales y artesanos com urústas como pudieron haber acusado más bien a los católicos, que form an 99.9 por ciento de los habitantes de Colombia. Desde ese mo men to sofoca­ da la rebelión a sangre y fuego, se creció y se fue ext endiend el con­ tagio de la dictadura a los países antes mencion ados, seguros los "hombres fuertes" de que aplastar al comunismo sería sin duda su me­ jor bandera.

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-Es la que han emplead o, favorecidos, además, con el recono­ cimiento automático. ¿No defe ndió esa tesis Ja Delegación norteame­ ricana? ·

-Votó por ella, como qui en no quiere la cosa. Par a entonces el Secretario de Estado de la Federación anglosajon a, Mr. George C. Marshall, general de cinc o estrellas, miembro del . Pen tágo no� ex-Se­ c�etano de Guerra y Pre sidente de la Delegación de su país en Bogo­ . hec ta, hab 1a ho responsable al comurú smo, en varios boletines, de los sucesos del 9 de abril. ¿No es este militar de tantas . polendas en el Estado May or, el rrusmo general Marshall a quien posterionnente, en 1 953 , se le otorgó el Premio Nobel de la Paz? -El mismo, sí señor. Fue recompensado con el Pre mio Nobel de la Paz, seguramente por la eficacia pacificadora d � la bomba ató­ mica en Hiroshima y Nag asaki. Pero volvamos a lo nuestro, no sin to­ mar un breve descanso que nos permita, con placidez y ánimo sereno, reanudar este diálogo de auscultación hispanoame ricana.

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Codicias y "doctrinas exó ticas " de ayer y de hoy. -Algo inás sobre Guatemala y Bolivia. -Lo que sign i­ fica en América la revolución mexi­ cana. -C om prendo muy bien su pun to de vista ; lo que se buscaba con la falsa interpretación del bogotazo; los alcances de lo resu elto en Ja IX Conferencia. Usted lo ha dic ho: acabar, no c'on el fan tasm a, no con el espectro, no con lo leja no y abstracto del com urúsmo, sino cori el APR A, con Acción Dem ocrática Venezolana, con la revolución guate· malteca, con expropiacione s como la del petróleo en México, con cual­ quier movimiento efectiva mente realista, fran camente revolucionario

1 50

en nuestra América. Recuerde usted, a propósito de México, el caso de este gran país hermano, señalado alguna vez com? cuartel gene �al _ del sovietismo, víctima durante largos anos de una intensa c� pana internacional. Y aun se tuvo que enfrentar con serias �enazas de inter­ _ _ bolvención, como le ocurre hoy a Guatemala, por su peligroso zdearzo

chevique.

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-Así es en efecto. A la nación mexicana la combatieron y la d ifa­ maron despia adamente los latifundistas y las compañías petroleras, cuando los gobiernos de Carranza, de Obregón Y de Calles pugnab� por hacer cumplir los principios constitucionales de 1 9 1 7. No es posi­ ble olvidar las agresivas campañas de William Randolph Hearst e otros magnates de la gran prensa norteamericana, durante las admuu.�­ traciones de Wilson, de Harding, de Coolidge y de Ho�ver en despresti­ . gio de México y de sus autoridades, ni cómo recrudecio esa propaganda . en la época de Cárdenas. Bien puedo afirmar, una vez mas, que en aque­ llos años estaba en su apogeo la campaña re �ccion o-pe rolera contra Ja revolución mexicana, así como en estos mismos dias -incluso con la amenaza de conspiraciones fraguadas en el exterior- se en�� entra al rojo viv9 la campaña reaccionario-bananera contra la revolucion guate­ 1 maltec�.-

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-oOo-Es realmente pavorosa la campaña contra Guatemala, que por sí sola, sin el auxilio de nadie de afuera, se lol.?"ó sa:� dir la dictadura . y pudo iniciar, con paso firme, su marcha de liberacion hacia el futuro. -Ya vimos antes de qué manera proceden siempre 1os gran des consorcios. Por eso debemos estar con México, con Guatemala, co? Bolivia, aherrojada, vencida, paupérrima -ya lo come��amos en el aca­ pite anterior- ; pero que se alza un día contra l �s militares engalona­ . dos y contra los Mamertos civiles de ba:ba y lev1ton , los echa del poder _ y lanza su reto al insaciable monopolio del estano, has� ve�cerlo Y expropiarlo. ¿Es tan grand� el retraso d� J ?s hombres-guias lusp�oa mericanos, tan torpe su vision, su entendllTI1ento ta:i escaso, que siem pre han menester de consignas extranjeras para realizar lo que se ha hecho en esos tres países hermanos? . . -Claro que no. Lo de Guatemala, lo de B oliV!a, es an profu�da­ . . mente nuestro como la revolución mexicana, pT1lTier movl..1e1ll nto hbe�­ tador y democrático de la época contemporánea, con sus hondas ra1ces en las guerras de independencia y de reforma.



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-Se halla usted en lo jos to, pues cronológicamente la revolución de México, en 1 9 1 O y en años posteriores, es en primer movimien to con carácter antiimperialista y democrático del siglo veinte. Logró forjarlo este país, antes que Sun Yat-Sen en China y antes que Lenin en el anti­ guo imperio de los czares. Habría que recordarles a los desmemoriados que la Constitución mexicana de 1 9 1 7 es anterior a la de Rusia; y que no fue producto de teorías exóticas, sino de las más legítimas aspiracio­ nes nacionales, entre ellas la ya citada expropiación petrolera, que pudo a la postre substanciarse en 1 93 8. De ah í el encono de los potentados extranjeros, y su obsesión contra toda tendencia nacionalista lúspanoa­ mericana. No entonces, por temor a la doctrina de Marx y Engels, sino por temor a impuestos y a expropiaciones semejantes en otras repúbli­ cas de la buena vecindad, como presentían que iba a sucederles en la Colombia de Gaitán, en el Perú de Haya de la Torre, en la Venezuela de Gallegos y de Rómulo Betancourt; y como les ha ocurrido en Guatema­ la y en Bolivia. - ¿De manera, en resumen, que los grandes consorcios no le te­ men efectivamente al comunismo, como doctrina filosófica, sino que lo emplean como bandera para asustar a los pazguatos, atraerse a los mili­ tares y perseguir a los patriotas o nacionalistas? -La Historia y el panorama actual del Contine� te son nuestra mejor respuesta. Tenga usted seguridad de que en el caso concreto de México, por mucho que los monopolios hablaran y sigan hablando de comunismo, de Len.in, de Stalin, de infiltraciones soviéticas o moscovi­ tas, bien saben que el poder de resistencia de los mexicanos, su espíri­ tu avanzado, sus ansias de libertad y de justicia, no son cosa del Krem­ lín ni de ningún poder extrañ o. Porque en México, con resonancia con­ tinental, tienen fuerza Hidalgo, Morelos, Juárez, Zapata, Carranza, Ca­ lles, Obregón, Cárdenas, el artículo 27 y el artículo 1 23 de la Carta Magna de Querétaro, los filósofos, los escritores, los poetas, los músi­ cos, los pintores, las conquistas y los hombres lealmente revoluciona­ rios, en pugna con los intereses feudales y con las codicias de la explota­ ción extranjera.

¡Todos, menos Costa Rica, a Ve­ nezuela!. -Lo que· haría Bolívar en la Conferencia Panamericana de Ca­ racas. -Estoy de acuerdo con usted, no sin agregar que los mismos erro­ res, los mismos sistemas de propaganda y de calumniosa publicidad, la

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cios magnates y sus agentes de nego rriisma táctica ofensiva que los tra nues de n aplicando a los países emplearon contra México, se está . América que quieran liberarse. do lo de Colombia, ante el pe-Ciertamente. Ya hemos comenta el los imperialistas de afuera Y para ligro que Gaitán significaba para la tema Gu de lo ; APRA el � con nazifalangismo de adentro; lo del Perú : s ta Insis ro. nsso Este ? n Paz con Bolivia con Arévalo y con Arbenz; lo de on Acc1 de ¡La -. o rtad Libe del a tierr eri el caso de Venezuela, por ser la ! pe; a las empresa� omropotente� _del entó enfr les se que tica, ocrá Dem �. dade utili ón el SO po: ciento de las tróleo, hasta obtener para la naci cia oc dem de �� de soberan1a pop�lar, Claro que esa Venezuela realista, d� la Junta Militar ro ez, Góm nte Vice Juan de a .efectiva, no era la mism co­ , al ya mencionado intelectual de que traicionó sin dejarlo gobernar el e desd que ica expl se Gallegos. Así razón y man�s limpias, Rómulo ­ m , az ldar espa to � pron � s s coronele norte le dieran al trío de teniente Jiz nombrado Presidente Marcos Pere tenido has�a la fecha en el auto ménez. · s de ser el espaldarazo ��ne viso . he­ -Pero más que de Washington, tar el régimen de este mili :-�egun continental. ¿Pues no será bajo Co� ­ - que va a ce�e?rarse la p:�xima mos dicho en el presente diálogo as adem , ivio conv al ran � endo que acu ferencia Interamericana ? Y enti el er � �er no a os uest disp , de la OEA de los domesticados personajes heza gobiernos de nuestra anfic tzon besamanos, todos 0 casi todos los misférica. Rica! Unos, para defen_de:se de ¡Todos con excepción de Costa al que habían resuelto no asistir. � acusaciones y agravios, no obstante . ncia ause en en den con para que no la es la situación de Guatemala, enpres no ial ator dict anti rio con crite eosta Rica ' en cambio ' resolvió -por tra su Presidente, J�se p·igu.eres con que de r pesa a , tarse a la cita n­ anu d utilidades a la U�ited Fruit-, querer cobrarle mayor porcentaje : pro­ com documentos ternblemente ció la cofradía Trujillo que mandara es comunist� ! .Tres o cu�tro � a­ bién tam metedores, ¡demostrando que vive . demostrar con decisió� que. aun . rán allí acto de presencia, para o sign el baJO dran melo uste d, se pon . t Hispanoamérica. Y los demás, créa sien que a � p o com � ¡Es parsas. anticomunista de las dictaduras com siecon la sangre golpeandoles las a, éric Am de r dolo la ignominia y el ! Bolívar . nes, los que piensen todavía en de pronto, con su glona Y con ase entr y ra cita resu ívar Bol ' Si _ 1· - 1 s de esa magna bur1a caraquena. sus armas en el salón de sesione Quintín, querido amigo. i1:'1 de -S� armaría entonces la de San desalojaran mano haría el Libertador que sustos y carreras! Espada en ·

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os valores ve· Costa Ric a; los más auténtic Ecuador, Bolivia, Guatemala, y d e otras s, dominicanos, nicara�üenses nezolanos, peruanos, cubano . revi. stas en y el exil io; los grandes dianos nacionalidades hennanas en semejante a reún o su oposición a que se nuestro idioma, han externad hay en que or herv el telarios. Se advierte así asamblea bajo auspicios cuar ha de no que de d rida tenga usted segu América. Y cuan do eso estalle, �­ que , urús com de a �� Porque no se trat ser por sugestiones moscovitas. Ji. d tu espm el , oro dec � el , r la decencia do amigo. Se trata de defende . c�a Y den pen mde de a trat Se . stros pue blos bertad y democracia de nue or que viene llanamente, de un hon do clam y lisa , trata Se a. de soberaní di p utados, sin· s responsables, de senadores, de siglo s. Y de intelectuale lidad y hacen iotas, en fin, que ven Ja rea dicatos obreros, tribunos, patr eguismo, el donde la incapacidad, el entr esfuerzos para superarla, allí ron a la inteligencia. . cuartel y el machete se impusie superarse términos generales, que podra en d, uste -¿Y cómo cree . a? . . la realidad hispanoamerican o.

sillones y pupitres los domirúcanos de Trujillo; los rúcaragüenses de So· moza ; los cubanos e Batista; el canciller salvadoreño, por su disparade· . ro e condecoracwnes a todos los déspotas; los peruanos del señor Odna; el santafereño pintiparado, que en aquel recinto quisiera alzar s� voz en nombre de la cultura y de la libertad, después de haberle ser· , vido al barbaro de Gómez; el propio Pérez Jimenez, en fin, con su gran atuendo, muy adornado de medallas y de charreteras. -Pero ya repuestos proclamarían los "quislings" en coro, no Je quepa duda, que nuestro melito caraqueño había llegado a su ciudad natal con instrucciones de Moscú, para echar a perder la muy animada





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Conferencia. -Es lo probable. ¡ Habría que verlos, sin embargo,.en el momen­ t? de la sorpresa! Habría que ver la cara de cualquier Embajador, Mi­ mstro o Del�gado de gobernantes sátrapas o entreguistas, que desde lo, alt ? de la tnb � na stuviese hablando precisamente de "la gloria inmar.­ cesible de Bol1var . , de la Carta de Jamaica, del Congreso de Angostura chincha y y �cucho, al entrar en asamblea tan en pugn de Boyacá, . con su hero1c1dad, sus predicas y sus ideales, el gerúo tutelar de nuestra grande pero empequeñecida, de nuestra valerosa pero sacrificada ' de

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nuestra inmortal pero siempre moribunda Hispanoamérica. -Lo encuentro pesimista. . . -No. Pesimista no. ¡ Adolorido con el dolor de América! ·1 Caído el ánimo ante la epidemia y la endemia de ciertos hombres y go bier· . nos, incapaces de comprender y encauzar el destino, la fuerza moral Ja misión civilizadora, el alto sitio que podría ocupar en esta crisis el mundo la cultura hispanoamericana !

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rarse con hrspanoamencanzsm -Hispanoamérica sólo pcxlrá supe ; sin ofrendar lo

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lealtad a lo propio nuestro En ténninos más claros, con y quebrantos, ocracia, con muchos dolores que hemos alcanzado de dem ,,. tenemos de dial; sin sacrificar lo que ya . a la engañosa dem ocracia mun po· zas nqu s � otro s; sin permitir que n�estra libertad, por la libertad de vo o extranjero. Es . nati dor iona succ del o lucr en tenciales se conviertan patrimo o : el !, ,. . mejorar, en suma, un doble cuestión de conservar y de 1e· stra cul ura y elevamos, s1qu J nu s amo salv Así l. � eria mat . espiritual y el . ensas may.o·_ pavoroso mvel de vida de inm ra en nutrición e higiene, el rías desp ose ídas .

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Luces de colores derraman sobre el mundo los burócratas internaciona· les, pero no nos resuelven el proble· ma.

-Penosa en grado ex tremo, hasta cie;to punto desoladora por Jo que estamos reseñando, es la situación de algunas repúblicas america­ nas. -Hasta cierto punto desoladora ; hasta cierto punto como dice us­ ted, porque la inq �iet� d anda por dentro. En el subsuelo, como si artículo 1 2º reza textualmente: e:-�( sociela de dentro hombre del felicidad la "El fin del Estado es l indel s derecho los con os colectiv s interese los dad. Deben armonizarse /-......,. íJ.,_,,, dividuo. El hombre americano no concibe vivir sin justicia. TampocoJ concibe vivir sin libertad". De cómo a la Doctrina Estrada le pusieron un apéndice s­ No se necesita de mayores luces para comprender que el despoti dere­ los con e, hombr del d felicida la con , mo está reñido con la justicia d chos del 'individuo, con todo aquello que llamamos libertad o dignida humana. Tal vez debió entonces aceptarse, aun cuando se modificaran el altecos texto y los considerandos, la propuesta de los delegados guatem a la frente ana, "sobre defensa y conservación de la democracia americ fuer· n "Existe . . . s" eventual instalación de regímenes an tidemocrático tar zas ocultas -se hizo ver en ese documento- que pugnan por implan pa· peligro serio un ye constitu que lo rias, en América dictaduras totalita . . . "Es ra la unidad, la solidaridad, la paz y la defensa del Continente" y efecti­ sincera ación colabor una nes regíme tales de esperar ble imposi ericanismo, va en el desarrollo evidentemente democrático del panam situación . su n defina anas siendo indispensable que las repúblicas americ ante el peligro enunciado". nada. Les Las repúblicas americanas, sin embargo, no definieron dor­ omete compr menos -o ciones delega las a pareció más indicado In­ co Jurídi é Comit al da remiti fuese mala Guate de que la proposición es· n podría Allí teramericano, con su cuartel general en Río de Janeiro. la a s despué dola tudiarla y formular dictan1en los jurisconsultos, envián IX Conferencia de Bogotá. Jbn, John Foster Oulles, con el socorrido pretexto de supuestas Infiltraciones comunistas ' nada tiene que ver con l a tesis legftlma del cordbn sanitario en defensa de 1a democracia. Costa Rica, afortunadamente,no quiso asistir a una Conferencia bajo los auspicios de Oulles y de Pérez Jlménez e n la tierra manci­ llada de Bol lva r ; Guatemala, lógicamente en su etapa revolucionarla, v o� con­ tra semejante I g n o m i n i a ; y México y Argentina se abstuvieron de votar. 1 1Algo es a l g o e n p l e n o macartlsm o ! l - V.S., 1960.



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A dicha IX Conferencia se remitió, en efecto, el dictamen sobre la proposición guatemalteca. Pero en tal forma malquista y aderezad a, que G ua �em � a pref1.:1ó retirarla. ¡ Algunas delegaciones, inspiradas _ ucos por los .. tecr del senor General Marshall, o con tagiadas por los temores de representantes como el del régimen paraguayao de Mor íñig o, Jos de Carías, Trujillo, Somoza y otro s penitentes o cruzados de Ja dem o­ cracia, pretendían convertir ese instrumento de derecho en arm a exclu­ siva contra el fan tasma comunis ta, dejando libres de pena y culp a a Jos feroces totalita i¿smos de nue stro prop hemisferi� Se adopto al final de cuentas JaioDoc trina Estrada, que se limita a mantener o retirar a los agentes diplomáticos de determinado país , "sin pronunciarse en el sentido de otor gar reconocimientos, ni califica r el de­ recho de otras naciones para acep tar, man tener o substituir a· sus gob ier­ nos o autoridades". Esta doctrina de México, expedid a en septiembre de 1 93 O, era un término medio que consideraba la IX Conferencia, pues casi reso lvía Jos dos famosos principios an tagó nicos de que ya se hizo mención : el de poner remedio al despotismo reti rando, sin intervenir, a Jos agen tes di­ plomáticos, y el de soberanía in terior de las naciones. El aislamiento, el cordón sanitari o como medid¡¡ profiláctica con ­ tinental, dependería de que se aplicara, con sentido ético, el pos tulado (Resolución 3 5 del Acta Final) que en Bogotá hac ían mul tilateral mente suyo las repúblicas americanas. Mas he aqu í que desde su adopció n que dó desvirtuada esa doctri­ na, � o un inexplicable apéndic � e que daba Jugar a confusione s, ya que podia mterpretarse como un com promiso de reconocimiento auto máti­ c? de los gobiernos d facto. Así se redactó el : agre gad o de mar . ras, que solo ha servido de acicate para cuartelazos posteriores y de pret exto para reconocerlos: "Es conveniente Ja continuació n de las relaciones diplomátic as entre Jos Estados americanos". ¡Mu y pocas palabras ciertamente , pero que han hecho grave dañ o a los derechos del individuo y a los principios democráticos de Améri­ ca ! -o O oDe lo\expues to se deduce que lo malo de la Doc trina Estrada es el apéndice. ' Habrá que ex traerlo, pue s, en operación de emergencia, o estudiar una fórm ula distinta que ponga coto a los asaltantes del pod er en el medio hispanoamericano. · 182

aaro que Jos convenios bilaterales o multiJatera�es, los pa.ctos Y los tratados, son apenas la letra, Ja estructura, susceptibles de violarse 0 de cumplirse. Lo que cuenta es el espíritu luminoso de hombres supe­ riores, de hombres-guías, que le den soplo de vida y no de muert.e, de verdad y no de engaño, de orientación correcta y no de tortuo�s mter· pretaciones, a cu�quier clase de leyes y de contratos, pnvados o internacionales. . ¡ Hombres-guías que no se enreden en la simple letra, sacnficand� a ella Jo que el mundo ha conquistado con su dolor y con su san �e, ru quieran acogerse en fom1a calculada sólo a Ja estructura, desfigurand?­ la con torcida intención o con malicia, desde el núrador de su propia conveniencia! De modo que sin confiar mucho en los tratados por lo q� e ellos digan, sino más bien en los hombres d� buena voluntad, sera_ sin duda necesario quitarle el apéndice a la Doctnna Estrada, en tal forma que .no tengan arma ninguna los leguleyos para malinterpretarla; º que �e. acuda . antidictato­ to, realmente eficaz, para la profilaxis a un nuevo inst rial del Con tinen

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Acerca de este tema es importante traer a la memoria. que ocho meses después de Ja Conferencia de Chapultepec, en noYiem.bre de . 1 94 5 se había también estudiado, en movida consulta a las Cancillenas, la pr�puesta del entonces Ministro de Relaciones Exteriores del. Uruguay, doctor Alberto Rodríguez Larreta. Dieciséis gobiernos estuvieron con­ formes en buscar solución a los graves males expues.tos e!1 la not� uru. de no m !c:r· ua a aunque bien es verdad que acogiéndose al pnncipio en i Ó n. Se señaló la posibilidad de establecer, por. ejemplo, !ª sancion prevista en el artículo 6° de la Carta de S� Fra� �sco, añadiendo a la expulsión el rompimiento de relaciones diplomabcas, Y acoplando lo regional al Artículo 5 2 del Pacto de las Naciones Unidas. . . Sin espacio en estas pocas páginas para reproducu las diversa s . respuestas a la proposición del Uruguay, basta tomar unas cuantas h­ neas de lo que contestó Mr. James F. Byrnes, Secretario de Estado nor· teamericano en aquella fecha: . . . amencana "Si se ha de preservar la paz en las republicas � � n,? se puede pem1itir en su medio la existencia de regímenes de opresion "Las notorias y reiteradas violaciones de los derechos fu.ndamentales del hombre y del ciudadano, constituyen un problema que mte resa a to­ . se das las demás repúblicas del Continente". . . "La acción multilateral

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justifica después de una consulta completa entre los países americanos, de acue¡do con los procedimientos que todos ellos han querido acep· tar' A su vez Mr. Spruille Braden, Secretario Auxiliar de Estado, de· claró en New Haven, Connecticut, el 1 8 de diciembre de 1 945: "la meta de la soberanía popular está siendo frustrada en países que la aplas­ tan baj o una gran variedad de actos fascistas, nacionales e internaciona­ les" . . . "Aún en nuestros días, el mundo tiene ante sí el espectáculo de gobiernos que se arrogan más poder irresponsable que un príncipe de los tiempos de Galilea". . . "Es inconcebible para nosotros que un go­ bierno, que no cree en la autoridad soberana del pueblo, siga gobernan· do a ese mismo pueblo". 1

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Las frases anteriores indican hasta qué punto el pensamiento antidictatorial hispanoamericano, encuentra eco y comentarios en los Estados Unidos. Bien es cierto que no pocos colaboradores de Mr. Truman van ahora por diferentes rutas. Pero de nosotros mismos depen­ de que el Departamento de Estado y la Casa Blanca vuelvan sobre sus pasos. Lo que hace falta es decisión, sinceridad, finneza de las democra­ cias que en realidad merezcan ese nombre, para alinearse y luchar con­ tra las dictaduras. Lo que hace falta es no seguir tolerando en Hispa· noamérica la supervivencia de regímenes enemigos del progreso y de la civilización. Y para llegar a ese fin el aislamiento es la tesis, el cordón sanitario, la oxigenación continental, como única fonna civilizada de ayudar a los pueblos oprimidos, que ven con desconcierto en qué fonna se apoya a los más grandes burladores de la democracia.

En donde se habla del clérigo que santiguaba a los herejes con la escopeta y los mataba con la pelota •...

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Ya dije antes que los capítulos de este volumen hablan por sí mis­ mos. En ellos se describe lo que son, por fuera, nuestros países: campi· ñas, lagos, ríos, volcanes, racimos de bananos, café, azúcar, oro, plata, p� tróleo. Fantásticas riquezas del suelo y _del subsuelo que necesitan ca­ pital, SOCIO CAPITALISTA, pero n agnates de la industria o de la banca extranjera que se lo llevan todo. i



Vale la pena repetir de qué manera el citado m íster Braden, olvidando sus fra­ ses pero no sus Intereses, se descubrlb muy pronto como partidario lncondlclo­ nal del gran garrote. A tal extremo, y esto resulta divertido, que el gobierno guatemalteco tuvo que despojarlo de la Gran Cruz del Quetzal. Un lustro des­ pués volvió a sus andadas, siempre en apoyo de la Unlted Frult, los petroleros y otros consorcios, al pedir también la Intervención contra el régimen antlen­ tregulsta de Cuba. I Dlos nos valgal V.S., i960.

1 84

los bananales, j�nto al rojo Y · Y frente a las espigas doradas, sobre espan uridad inclemente de las minas, la verde e los cafetos, en la obsc espe Y n sufre �an . callados, que tosa miseria de hombres vencidos, · mine de tos Seca . Paludismo . Andrajos. Pie en el suelo. Silicosis. . del hlJaS nes nacio las en re ios de hamb . ro con los pulmones rotos. Salar más grande potencia que haya cono Carib e, actual mediterráneo de la

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. cido el mundo. tas a estos hombres -comunistas sm te· 1· Y decirles materialis n· encia al cielo o al gobierno e� dema mor a Dios-, cuando piden clem por­ e, ururs con azan a si amen da de justicia! ·Y echarles la tropa encim y matarlos si declaran u�a rlos rcela enca Y ¡ ! rusa obra ma que eso es o exóticas en las que anda de por medi huelga, porque esas son prácticas . . el propio Mariscal Stalin! . libro de William Krehm lo que Pero también se describe en este de látigo en la mano, en cuyos son por dentro, otros compatriotas ara no insistir, por higiene ment.al, � no bres, vicios y pasiones quisiera ieza limp y para que no sufra desdoro la alivio de los sentidos superiores .

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de la pluma. -o Ooque han mandado en el o son inconscientes los rejoneadores ·Cóm 1 seria que la an· su tosa es más espan Caribe y Centroamérica! ¡Cóm o es lo que pre· a patn l a r Salva ! alido � gustia y la desesperación del desv desmanes Y sus con mas en hund la vez gonan. ¡Salvar a la patria! Y cada



. sus desatinos. abetos, ávidos de hacerse neos. Torpes, incultos, ignorantes, analf ington los anne y los proteja? "· Es posible que Wash que ellos colocan el arte o la ciencia de gobernar, en tos fabe Anal

. en la punta del machete. les interesa. . . Analfabetos de la Historia, que no que sólo entienden como facil Analfabetos en lides económicas, . manera de tener mujeres y palacios. , porque juzgan que el nales acio intern s tione cues en Analfabetos a. . . mundo apenas cabe en su parroqui Tiburcios, y. los Anastasios, Y los ¿Y para eso, Sei'ío r; para que los , eras, y los Ubicos, � los Machados Fulgencios, y los Trujillos, y los Cabr zue· as, y los militares d:l Peru y de Vene y los Moríñigos, y los Peñarand · rnado en esta � poca de t.antas asam n la nos gobiernen, o nos haya gobe n· dura s libre te os sido potencialmen bleas y fluorescencias ; para eso hem io? te casi un siglo y med

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-o OoEn lo q�e llaman los impresores solapa de la cubierta, he transen· to cua.tro o eme- frases. Del Presidente Woodrow Wtlson, contra las co� cesiones. Del/ex Secretario de Estado, Cordell Hull, en favor de cual· quier forma de 1u.c_ha por .la libertad. Del Presidente Harry S. Truman, contra la explotacion y el imperialismo. ¡ Cuántas sentencias más de diversas fuentes norteamericanas de ayer Y de hoy, podríamos aprovechar en Centroamérica y el Carib� ' si nuestros ,gobernantes tuvieran sen�bilidad y fuesen alfabetoj.Y P�ro nada hem os aprendido, y suenan entonces a desolación los _ pensamientos de Boltvar y de Martí, que figuran también en la cubier• ta, a saber: , "El suelo nati�o es la única propiedad plena del hombre, tesoro comun que a to?o� iguala y e�riquece, por lo que para dicha de la per· sona Y calma publica -advertla Martí-, no se le ha de ceder ni fiar a otro, ni hipotecar jamás". Y sobre Centroamérica escribió el libertador venezolano ' en su famosa Carta de Jamaica: "L�s ��tados del Istmo de Panamá hasta Guatemala quizás formen una Asoc.1ac1on que e� tre los dos mares podrá ser, con el tiempo, el emporio ?el uruverso. ::>us canales acortarán las distancias del mundo; estrech�ran l os lazos �omerciales de Europa, América y Asia; traerán a . ta� feliz _re �ón los �nbu�os de las cuatro partes del globo. Acaso sólo all 1 fodra fiJarse al�n �ia la capital �e la tierra, como pretendió Cons· tantino que fuese Bizanc10 la del antiguo hemisferio". ¿Qué hicimos del sueño de Bolívar? ¿Qué, de sus palabras? ¿Qué, con esa garganta de América, futuro "emporio del universo"? 1. Que' con 1 as i·deas de1 �ab'io Valle sobre el mismo tema, y con las de Morazán y otras figuras mclitas de América? ·



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- o OoPoco hicimos. en realidad con el pensamiento de los próceres. Ig­ n?rarl?, por el ya citado analfabetismo de la Historia: de nuestra propia por el analfabetismo de los problemas mundiales, que ya se His tona. . traJO tambien a estos apuntes. O destruirlo Y escarnecerlo por incapacidad de comprensi n ; por f�?1 de honradez y entereza; por los odios y ambiciones de nuestros dingentes; por las eternas luchas intestinas de güelfos y gibelinos, de montescos y capuletos en nuestro clima americano, criollos 0 mestizos,



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corno fieras, diciéndose liberales o que se han matado entre nosotros conserv adores. s, liberales pan teristas, ajenos a la ¡ Liberales casi siempre jacobino •1 diestro al Cristo, y. del sinies­ ojo del doctrina liberal! ¡Conservadores o· o el clérigo aquel del Obispo de Zam tro al machete y la canana! , corn con bres ez que derrocó a once hom ra, de quien escribe Prado Rodrígu ire era que, a tiempo que asestaba dona el "y su "guápil" o mosquetón; pelola escopeta y los mataba con la para tirarles, los santiguaba con ta".

De qué manera el Destino Manifiesto nos ha dejado como quedó Esaú con las lentejas e­ XIX hasta entrar en el que nos mov Y así se va pasando el siglo co· s l y s.t�a �du l por � dos t ma

� , �rna � � mos. Grandes imperios europeos den­ al servicio de la civilizacion occi lonias con sus materias primas, a on.l a ariz _ barb .se � el Lejano �rie� te, y tal". Otro imperio q� e nace en narnto trate ex te, hnn sm ion expl otac europeizació n; señorios feudales, , . . pe euro y nes ��,,. nipo de a Chin lidad en es Oven J te vein ; ncia vigorosa gran pote Y en América, una nueva y la de nse nide dou esta nizar; aplicación repúblicas que se van dejando colo a menos form o corn nes esio conc y tos Doctrina de Monroe; emprésti r. ¡Pero no abrimos los ojos! iona succ y ir rven inte de a sgad arrie dos Unidos contra España. Se Estalla en 1 89 8 la guerra de Esta rto Ric o, Madrid y Washington. Caen Pue firma el Tratado de París entre Cub a su in· ene Obti . ano eric eam nort inio Gua m y Filipinas bajo el dom ellas y ernador Militar