Encontrados en la Basura [1. ed.] 9789879409657, 9879409655

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Encontrados en la Basura [1. ed.]
 9789879409657, 9879409655

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.

En la escalera . Escalones hay En la oscuridad, la escalera va bordeando el vacío; un cuerpo cayó allí, por el hueco: oigo el alarido.



Silencio, estás solo silencio, no hay nadie Aplastándome contra l a pared repico mi nombre; hasta que en perdido eco, se extravía. Silencio, estás solo silencio, no hay nadie Otro cuerpo cae se oyó otro alarido su eco en el hueco; m1 cuerpo a tientas en la escalera •



clava sus uñas en la pared. Silencio, estás solo silencio, no hay nadie

11

.

Un suceso

Esa mujer corre en la cuadra de esquina a esquina como una Furia; para, se encresta frente a ese hombre al que señala: grita -que la oigan"

.

¡es impotente.I

"

El hombre dice: , eso no es cierto ''

.

,

Semidesnuda, sostén, bombacha rosa encendido, blande un cuchillo; el vecindario contempla atónito, la mira el hombre calmo, a los ojos; repite ella: "¡es impotente!" El hombre dice: eso no es cierto ''

.

,,

El vecindario da un paso atrás -ojos cerrados­ en tanto ella intima al hombre que admite el filo

12

de su cuchillo en la garganta; ella amenaza: "¡es impotente!" El hombre dice: ''

eso no es cierto .

,,

13

El árbol

Una mafiana sintió del mundo su extrafia, mágica, plena presencia; era un hechizo que lo embargaba y estremecía su corazón. Creyó que era amor y era terror Su mente erraba, confundida, de un estupor a otro estupor; buscó un apoyo cuando, de pronto, en aquel árbol por fin lo halló. Creyó que era amor y era terror Lo abrazó fuerte, quería sentirlo pulpa en su carne, savia en su sangre -su vida cierta en su vida incierta­ raíz que hiciera raíz en él. •

Creyó que era amor y era terror 14

Violento,

a

veces

Violento, a veces, cuando en familia los suyos piensan que esa no es hora -cerrada noche­ sino de estarse a cenar algo o ver la tele o irse a dormir, de pronto, sale, baja a la calle. Por un momento se siente otro: •

se entona, erecto, "todo es posible", "cambiar la vida'' " torcer el rum b" o , se habla a sí mismo entonces, cuando ya está en la calle. Eso le pasa; pero, en la esquina, él es vergüenza, sombra cobarde; entonces, vuelve -trepa a su casa­ ran de improviso igual que cuando bajó a la calle. 15

La ta:za

Lucía la taza allá, en lo alto, entre mis dedos su hermosura; barro moldeado, barro esmaltado -joya del fuego-­ que al percutirla dio su respuesta. -Yo la escuché. Sf, su materia

dio su sonido, la clara nota de un canto puro, exacto, breve, y ese sonido -su resonanc1aen el silencio se fue expandiendo. •

-Yo la escuché. Cuando mi mano dejó caerla, rota, porfiaba sobrevivirse en los añicos de aquel sonido de su arte bello. -Yo la escuché.

16

El perro

-Estoy tumbado en el sillón Junto a m1 perro •



que me acompana. ..

Él me comprende Le hablo, le digo: .

.

un sentimiento

"

que es tan profundo como el que me ahoga habría que aullarlo": me mira fijo.

Él me comprende "A 1 ruguna

vez

este sentir •

tuvo una voz que sólo es hoy sefial discreta, débil suspiro domesticado": esto le digo. Él me comprende

17

El escrutinio

En negras bolsas, gente famélica, examinaba los desperdicios. Manos glotonas Ese escrutinio los convocaba: una salchicha -hez descompuesta­ fue la elegida. Manos glotonas

18

El flamenco

Lo veo volar libre, rasante, impulso puro dejando el agua. Un garabato preso en mi mente •

Planear, batir -maJeStUOSO•

sus grandes alas, atento al rumbo

y al equilibrio.

Un garabato preso en mi mente •

Avanza, ahora, pero n o avanza; lo veo volar pero no vuela. Un garabato preso en mi mente •

19

Lewis Carroll

-Ver el horror, verlo en lo cómico y ver lo c6mico en el horror: ese es el juego.

Lo que no es loco no es verdad Cayendo a tientas por el pozo o atravesando el blando espejo.

Lo que no es loco no es verdad Llama la risa a lo siniestro. Llama el sentido

al sin sentido, llama el pensar al desvariar. Lo que no es loco no es verdad: ese es el rumbo.

20

Un té

Mrs. Hargraves toma un té con Mr. Dogson que le sirve el té, que toma su té con Mrs. Hargraves. Ella es la niña de nombre Alicia: treinta y ocho años

Y Mr. Dogson besa la frente de Mrs. Hargraves, que besa la frente de Mr. Dogson. �l es el joven Lewis Carroll: cincuenta y nueve •

Mrs. Hargraves termina su té, termina su té Mr. Dogson: las tazas ven que han terminado

y se retiran del aposento. •

El aposento no se retira •

21

La sabiduría

Por la mafíana, al levantarnos, el pie de plomo, firme, despierto. Lo sabio empieza en lo doméstico No comportarse como en familia, ser cuidadoso con las palabras: temer que digan algo demás. Lo sabio empieza en lo doméstico Al mediodía, cumpliendo horario, en el almuerzo comer lo que haya. Lo sabio empieza en lo doméstico Terminar rápido, sin comentarios •



de sobremesa, rápido irse. Lo sabio empieza en lo doméstico

22

Irse al café hastá la cena; volver, cenar si algo ha quedado del mediodía, ceder la tele y, hasta el borde, ceder la cama. Lo sabio empieza

en lo doméstico

23

El ensayo

El balbuceo de un tema simple, que no se deja completar nunca en esa flauta que alguien ensaya. Graves y agudos entrecortados Intenta, insiste -breve silencio­ sigue enseguida, prueba otra vez. Graves y agudos entrecortados

Torpe, empeñoso, desencantado, -cómico el silbo-­ se desbarata. Graves y agudos entrecortados

24

Turf

No sé si vienen detrás los otros o si adelante cierran mi paso; vuelo al galope caballo y monta en uno solo que soy yo mismo: castiga fuerte esta memoria. •







Ya doblo el codo Veo la meta, castigo duro, cada lonjazo mide mi apuro; corro, me huyo, el tiempo apilo derecho al disco

25

Rembrandt (1)

-Me he retratado JUnto a m1 esposa •



en el prostíbulo; plumas y encajes, la mesa lista, alzo mi copa, procaz, m1 risa •



de libertino. ¿Cuál descarrío? ¿Qué mejor sitio para este brindis donde la carne mollar, dorada, brinda sus goces?, les pone precio como yo mismo •

cuando tan alto taso mis cuadros: ¿me prostituyo? ¿Cuál descarrío? Pinto, me pagan y al que me paga yo le prodigo todos los goces de mi Arre espléndido. ¿Cuál descarrío?

26

No me arrepiento -en oro paganm1 esposa, Joven, •



risa de puta, m1 amor, m1 sueno, .

.

-

pronto lo gasta. ¡Brindo a la vida! ¿Cuál descarrío?

27

Rcmbrandt (11)

El joven es ya el viejo loco que paz simula en el maduro; las tres edades confundidas en un prodigio: tu pincelada. De lejos oro, de cerca caca. ¿Locura siempre? ¿Locura tuya en esos gestos? risa que escondes detrás del rostro: payaso calmo, final, postrero. De lejos oro, de cerca caca

28

Loco en el bar

Ojos hipnóticos entra en el bar y nos somete con su mirada. Tiene la fuerza de la locura El universo desvía su eje, cuando él nos mira: desequilibra nuestras órbitas. Tiene la fuerza de la locura Viene y se va como hace siempre; queda el pavor de su mirada. Tiene la fuerza de la locura

29

La cortadora

Despierta un pasto en el jardín, despierta un pasto, duermen los otros. Lo que ha crecido

hay que cortarlo El pasto observa a su alrededor: en un rincón la cortadora su filo afila. Lo que ha crecido

hay que cortarlo El sol brillante brilla en el cielo, brilla en e l filo: la cortadora en su rincón ya esta dispuesta. Lo que ha crecido hay que cortarlo El pasto alerta a los otros pastos, grita alarmado; gritan despiertos los otros pastos: la cortadora resuelta avanza.

30

Lo que ha crecido hay que cortarlo

31

El caballero Cual si temiera quebrar un rito, frente a la copa recién servida, el Caballero guarda distancia -tal su cuidado­ bien se diría, reverencial. Sonriéndose El licor quieto llena la copa que transparenta su luz rubí; el, despacioso, la está llevando hasta sus labios con atildado, fino ademán. Sonriéndose No bebe; sólo moja sus labios por un instante •

que pareciera una eternidad; luego la copa posa de nuevo, pasa el meftique sobre sus cejas. •

Sonriéndose 32

La conferencia Un hombre calvo bajo su gorra -tema su calva­ quita la gorra de su cabeza, muestra su calva lustrada, ovoide; la calva esplende. La conferencia va a comenzar Cubre otra vez su calva ovoide; se apaga el brillo de su cabeza, pulida, monda, bajo la gorra (con su visera) que la encasqueta. La conferencia va a comenzar

Y se descubre otra vez, solemne, pone s.u gorra sobre la mesa de conferencias, mira a su público de iguales calvas, calvas hendidas que ahora supuran como la de él. .

33

La conferencia va a comenzar

34

El pillo

En el jergón, a espaldas nuestras, sufrir simula; seguro, ríe. Él es un pillo Seguro, ríe (su risa oculta cuando se arroja a nuestros brazos llorando a mares) Él es un pillo Parece, entonces, solicitara nuestra piedad, pero eso es cuando más nos desprecia. Él es un pillo

35

Quarks

Ese Algo

1.-

Hundido en el sill6n como en la noche misma. •

2.-

Entredormido. Entredormido.

-

3.

Algo desprendiéndose.

4.-

Algo saliendo y entrando.

5.-

Entra y vuelve a

salir. 39

6.Algo que busca su espacio •

propio. •

7.Ese algo.

8.Vuelve y sale otra vez.

9.Se va. Se va.

10.­ Todavía amarrado.

40

Desfile

1.Pasan. Pasan.

2.Y pasan más.

3.Y siguen pasando.

4.Y continúan.

5.Vienen.

6.y pasan más.

41



7.y .

,

cont1nuan.

8.y •

vienen.

9.Y pasan ,

mas.

10.Y siguen pasando.

42

La cara de Dios 1.Una sucia •

cortina. •

2.No deja ver.

3.Oculta.

4.Aquí viene •

se

a conocer la Cara de Dios.

5.La cortina se mueve.

43

6.-

Pero sigue ocultando.

7.-

Se escucha una imprecación, una voz ronca.

8.La cortina

es descorrida de un tirón.

9.-

Aparece la Cara de Dios.

10.Es

esa herida.

44

Cuando llega el amor

1.Todo en un músculo que se endurece y yergue y un agujero •

penetra.

2.Amor, adentro, adentro y más adentro aún hasta dcsenrejar el enrejado rugido.

3.Ya estamos, estás y estoy en este enlazamiento; me muevo, muévete.

4.Me muevo, muévete; me muevo muévete.

45

5.El goce

es el roce: flotamos en el frote; de ti p endo de mí p endes.

6.-

Dame y te doy; dame y te doy; dame y te doy.

7.­ ¡Vamos!

8.-

Irnos, amor, irnos sin dejar de unirnos en el irnos: ruJeS, rUJO pujas, pu JO. •









46

9.¿Vas adónde yo voy? Sí, a ese vacío vaciador; ya, ya.

10.Y regresamos, amor, de vuelta vueltos: tu cabeza en la almohada, más lejana que el planeta más lejano.

47

Los enanos

1.En la noche.

2.En las sombras -latiendo-dos pequefios bultos.

3.Dos pcquefias carnes.

4.Una pareja de enanos contra el seto.

5 .Se estrechan uno al otro, se abrai,an, se acar1c1an. •



48

6.Se besan, se apasionan. •

7.Se enamoran.

8.Se inventan reinventan. •

se

9.Arrobados, se adoran.

10.Crecen.

49

El triunfo del tenis

1.A

lado, al otro lado. Rápido, más rápido. un

2.A un lado, al otro lado. A un lado, al otro lado. A un lado, al otro lado. Más rápido. Más rápido.

3. A un lado, al otro lado. A un lado, al otro lado. A un lado, al otro lado. A un lado, al otro lado. Más rápido, más rápido, más rápido.

50

4,La red estalla.

5.Las raquetas estallan.

6.La pelota estalla.

7.l.os jugadores estallan.

8.El público estalla.

9.La cancha estalla.

10.Triunfo del tenis. 51

En l a pJa:za

1.Grupas jóvenes de madrecitas jóvenes.

2.Inclinadas, los primeros pasos de sus crías guían.

3.Un pasito, otro pasito. •

4.Plaza o mundo donde la cría aprende.

52

s.El sol, allá arriba, candente arde. 6.Plaza, mundo de grupas agrupadas criándome las ganas.

7.Glúteos encendidos, prendidos, ardiendo: carnosos soles.

8.Hendiduras que me hablan desde candentes hoyos:

53

9.-Un pasito, otro pasito; •

pasito, •

un

otro pasito; •

. ¡y otro! ¡y otro!

10.-Poema, ahora eyacular ya.

54

El globo

1.Empieza a ser inflado.

2..

Se hincha.

3.Turgente. Tenso.

4.Curvo, inflado.

s.Rebota, bota.

6.Rebota, bota. 55

7.Curvo. Hinchado.

8.Turgente, tenso.

9.No estalla todavía.

10.Aguantará hasta reventar.

56

La niña y las máscaras

1.Papeles. Colores.

2.Tijeras.

3.La niña trabaja con ahínco.

4.Hace máscaras de rostros jóvenes.

5.Graciosas bocas: rojas, frescas. •

57

6.Tersa piel, rizados y negros cabellos, ojos límpidos.

7.La niña trabaja con ahínco.

8.Con premura.

9.Y concluye.

10.Ahora, va colocándolas -una después de la otra­ sobre el rostro de su padre VlCJO. •



58

Los tortolitos

l.Dos tortolitos.

2.Cruzan sus piquitos. •



3.Los frotan con gracia. •

4.Inquietos, entusiastas. •

5.Juegan

al amor.

59

6.Aletean sin echarse a volar; mueven sus cabecitas.

7.Pequeños picos, •

estrenadas plumas.

8.Frotamientos, delicia.

9.¡Aprenden! ¡Se inician!

10.Yno cansados labios, desplumada carne.

60

El buscado



l.Sigiloso.

2.Al acecho.

3.Merodeando.

4.Olfatea.

5.Va y ...

6.viene. .

7.Va a atacar.

61

8.Va a saltar.

9.¡Salea!

10.Un animal del bosque.

62

Francesca e Paolo

1.Más boluda

que una paloma, enlazada a más boludo que un palomo.

2.-

En un mundo de ávidos, aviesos gavilanes... •

3.-

Asesinos.

4.-

Fraudulentos.

5.-

Farsantes. Impostores.

63

6.-

Canallas. Rufianes...

...que gobiernan el impulso del violento torbellino:

8.-

Pueblos enteros, cauda en ruina de ruinosa gente.

9.-

Ytú yyo entre ella.

10.-

Fingiendo ser, aun, '

inocentes . v1ct1mas. •

'

64

Ceremonia

l.Inclinarse. 2.Enderezarse.

3.De rodillas.

4.Echarse. Pararse.

5.Dar vueltas en redondo, dar vueltas en redondo.

6.-¡Detenerse!

65

7.Inclinarse. Enderezarse.

8.Enderezarse. Inclinarse.

9.-¡De rodillas! Echarse.

1 O.Reptar, reptar.



66

El submarino

1.-

-A bordo, sólo un maldito, puerco pasajero. •

2.-

-Ni capitán, ni jefe de navegación, ni tripulación, ni nadie más que él y y o, perdido el rumbo.

3.-

-¡Abajo! ¡Abajo! Escondido, secreto, vago por esos mares: las corrientes me llevan me traen: los instrumentos no funcionan y a. ¡Arriba! ¡Arriba!: en la superficie de un desierto océano.

67

-

4.

-Sólo este pasajero yyo. ¡Sólo élyyo y su asqueroso tufo!

5.-Lo sé, él piensa en un final. En el fin del fin, en el final del final. No en otra cosa... ¡El idiota! ¡El idiota!

6.¡Descendemos! ¡Descendemos! ¡Tocamos fondo! ¿Dónde? ¿Adónde? ¡Peligro! ¡Crujo!

68

7.-

-¿Qué pasa? ¿Qué pasará ahora? ¿Y sólo queda mirar hacia arriba? ¿Sólo esto queda? ¡Maldición!

8.-

-Este hombre arodillado, extraviado, gritando, arrastrándose de la proa a la popa, de la popa a la proa.

9.-

-De una punta a la otra: ¡No fui hecho para resistirlo! ¡Sucumbimos!

10.-

Una mancha apestosa que grita •

a la deriva.

69

El chasco

l.Un río. Una ribera.

2.Lo que fue error quedó atrás.

3.Lo que fue pas1on .

,

4.obsesión.

5.Todo es dejar todo

70

6.-

menos el deseo de dejarlo todo.

7.-

La neblina.

8. La cerrazón que duró . cien anos. -

9.y

ahora:

10.-

el chasco de habitar este cuerpo.

71

Hombre acodado

!.­ Hombre acodado.

2.Todo oreJa. •

3.¿Escucha bien?

4.Soniditos.

5.¿Juegan a confundirlo?

6.Soniditos.

72

7.Se multiplican.

8.Hirientes.

9.Lo ensordecen.

10.Acodado resiste. •

73

Liras del hondón

Quevedo frente al espejo

-Mírate de boludo en el espejo; bolas tristes, bolas, del que no pudo o pudo pero no quiso; a solas, mírarelas son, sí, rus tristes bolas. Te pesa, son pesadas, con un pensamiento que da muerte y no vida; allí, colgadas, como tu mala suene que abominas,-como abominas vene. No escupas al espejo sin embargo; y síguete mirando en tus bolas, añejo: ya no recuerdas cuando un día fueron felices, desovando. Míralas sin gemidos, sin pena, sin dolor, con una risa: si tan plenas han sido alguna vez, desliza al menos una mueca si agonizan. Flácidas, agrietadas, un bulto innecesario que re inclina a huir hacia la Nada, esperma que declina como, sin pausa, tu país en ruinas.

77

Cabeza quemada

En un depto de mierda, multitud de invasoras cucarachas, a derecha y a izquierda, circulaban en rachas y por el centro, también, de la covacha. Un alma atormentada, desde un mugre sillón menesteroso, nerviosa la mirada seguía, sin reposo, sus giros sin parar, vcn1g1nosos. •







Por el piso, el techo, las paredes, ellas se descolgaban; él meditaba el hecho, su cabeza llameaba: era ascua que un incendio alimentaba. Nunca, meditaciones de su mente lo habían provocado, ¿eran sus confusiones las que habían causado en su cabeza, un incendio de tal grado? Ah!, su pensar político, sus gustos, sus amores, sus jugadas. Ah!, su sentido crítico, ¿Ángel? ¿Cucaracha alada? ¿Cuál vela su cabeza calcinada?

78

Pequeña cámara Dante

-Microcámara adentro de la vagina de la hembra aquella, descendida a ese centro donde lo áspero sella con su fragancia, el jardín de la bella. Fondeada en el caldero, aguardo enfocando la llegada; un primer lano espero: filmar la ruda entrada del gliptodonte haciendo su parada. Aproximado avanza al interior de tentadora cueva y entra como una lanza: en carnal punta lleva la pócima que siempre el goce abreva. Oh!, ese cataclismo vi yo y alcancé a registrarlo; sin duda que fue un sismo, ¿amor?, ¿cómo negarlo?, ¿mas habrá alguien que pueda razonarlo? Ni un dios, aquí, hundido en esta atmósfera infernal, hirviente, ni un dios aquí venido podrá, omnisapiente, razonarlo en lo divino de su mente.

79

Minotauro en el café

Hipnótico se mece en ese mundo, ida y vuelta de pocillos, cuando a ratos, a veces, lo turba un estribillo o alguna imagen de indiscreto brillo. Desde olvidado tiempo, ecos lejanos le llegan a su mente que es su Dédalo; tiempo que estaba ausente de su memoria y ahora ya es presente. Y, de pronto, se inquieta

aunque no se lo ve desosegado; simulando se reta a estarse, así, calmado cuando vuelve a su tiempo, desdoblado. Desdoblado, un extrafio, que se conoce mas no se reconoce; sujeto de ese daño de divididas voces con las que él mismo-otro mismo-persiguióse. •



• •









• •

• •











• •















• •

• • •









• •









Ha vuelto a su presente de hombre del café, allí sentado, mas todavía siente por debajo, tensado, el hilo de aquel tiempo no cortado.

80

• •

A una enana más allá de la muerte

-Enana, la verdad, qué solo me has dejado, ¿hay derecho?, camino la ciudad, de trecho en trecho, te busco, miro, tu presencia acecho. En la ciudad, ¿recuerdas?, ¿recuerdas tus graciosas travesuras? y en el bus ¿lo recuerdas?, con tu breve estatura poniendo la moneda en la ranura.. Era color de rosa, entonces, el más negro de los días; era maravillosa toda esa picardía que, en medio del dolor, feliz me hacía. Así, con un saltito, ensartándola; o como cuando me dabas tu pequeño anillito y aquel brinco inventabas para llegar a mí cuando me amabas. Esta memoria es yesca que aún arde; mas no creo que te incumba; ¡Ay!, cuando al final perezca, ¿oirás cómo zumban de amor por ti, los gusanos en mi tumba?



81

Un luchador

-Me dicen de un Orlando que cambiaba de sexo a cada vuelta de cada siglo, cuando su figura esbelta, en mujer o varón era resuelta. Que fuera así, no dudo porque yo, aunque aúlle el eremita, me acerco a lo que pudo Orlando; y, tal me excita, aunque aclaro que no soy hermafrodita. De un monstruo no nací; nací de un hombre probo y madre santa y mucho padecí, humillaciones tantas, pruebas de lo que el ser humano aguanta. Sí, el humano fue hecho para el horror aguantar de su destino; o nacido bien hecho o nacido cretino, y aunque duro le lluevan desatinos. Lucho por mis derechos, eso ayuda y el disfraz; me desespero, un fuego arde en mi pecho y cuida de mis fueros: esta noche en el parque los espero.

82

Dama

con

potros

-Que me entres por detrás o me entres por delante, a toda hora, no pienses que me das lo que imaginas ahora: nada me das de aquello que una añora. Jamás me satisfago; tu sabes que no es cuento, no es conseja y no es inverso halago: ninguna se asemeJa en mi dejar hacer: nada me veja. •



Que me entres de parada o en otras bien distintas posiciones, a mí no me anonada; cuido mis emociones aunque, bestial, me rompas los calzones. (Deseo del deseo que no tiene más fin ni más consuelo que el vacío; deseo, al que espera un duelo cual el de la escritura y su desvelo). A veces pienso, sueño

potros salvajes, lujuriosos; potros, con los que me despeño -y un potro y otro potroy en tanto hago con uno, pienso en otro.

83

El sunidor

Pasmoso movimiento de una mano, que hace su recorrido de un modo tan violento que el día, sacudido, despierta en plena calle, confundido. Un hombre se masturba contra el escaparate de un negocio; la gente no lo turba, no disturba su ocio de vagabundo tratando con su socio. Cuida sólo del acto que le dicta su deseo de gozo: cumplir con este pacto, momento deleitoso, que hace fruncir el ceño a los curiosos. Invita a ellos a hacerlo pero no tiene éxito ninguno, no quieren comprenderlo: "el mundo sería uno -dícese él- más solidario y oportuno" Y queda solo, incierto,

eyaculando vida sin ahorro . y piensa: antes que muerto, "

v1v1r como me corro •



cada vez que resurjo en este chorro"

84

Cantor en el hond6n

Un cantor encopado, confinado en su hondón, haciendo arcadas: tantea el encordado y -voz entrecortadase

encomienda a su musa derrengada.

Implora a ella un milagro, alguna imagen novedosa, en tanto, los temas en su magro, balbuceante canto, se suceden entre risas y llanto. ¿Risa por no llorar? ¿Llanto por el dolor que hay en su risa?: pretendió un día alzar el Canto que eterniza: para él no era esa altura y agoniza. Cantó a un Solicitante y a un loco que escribía garabatos: aquel tuvo su instante, éste se ahogó en un rato; lo que resta es igualmente insensato. Pretenciones a un lado, sólo esbozos que tendían a extinguirse; intentos destinados a la Nada: antes de irse, asoma mudo sin dejar de reírse.

85

Indice

CANCIONERO DEL PILLO En la escalera

7

11 12 14 15 16 17 18

Un suceso El árbol Violento, a veces

La taza El perro El escrutinio El flamenco

El pillo

19 20 21 22 24 25 26 28 29 30 32 33 35

QUARKS

37

Ese Algo

39 41 43 45 48 50 52

Lewis Carroll Un té

La sabiduría El ensayo Turf Rembrandc (1) Rembrandc (11) Loco en el bar

La cortadora El caballero

La conferencia

Desfile

La cara de Dios Cuando llega el amor Los enanos El triunfo del tenis En la plaza

87

El globo

SS

La niña y las máscaras

57

Los tortolitos

59

El buscado

61

Francesca e Paolo

63

Ceremonia

6S

El submarino

67

El chasco

70

Hombre acodado

72

LIRAS DEL HONDÓN

75

Quevedo frente al espejo

77

Cabeza quemada

78

Pequeña cámara Dante

79

Minotauro en el café

80

A una enana más allá de la muerte

81

Un luchador

82

Mujer con potros

83

El surtidor

84

Cantor en el hondón

8S

1111 88