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EXPLORACION EINCIDENTES DE VIAJE POR E. GEORCE SQUIER la mejor y más completa descripción de
los monumentos incaicos del Cuzco. Indispensable para el turista y el estudioso. Traducción y notas
POR FEDERICO PONCE DE LEON (TOMO 111 )
' 1111 CUZCO ·PERU Editorial H. G. Rozas
1927
Biblioteca. Naciol\.ol
deI Perá Coiecctól'.. qaeckra-a'JTI'3.ra
PAu1RmT 1Q57
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F. S. A.
Maestro en Artes, Miembro de la Sociedad de Anticuarios.
Oo111 i:;ionado que j ité de los EE. UU. en el Perú. Autor de" Nicara.giba" "Monumentos Antiguos del Missisipi", etc , etc . CON ILU STR ACIONES AÑO 1877
N B w YORK
Harper & Brothers, Publishers Franklin Square
Traducción del lnglé por FE DERI CO P O CE DE LEOK C a ted r tí tico d e la Unfrersi da d d el Cuzco
EDITOR IA L R OZAS
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E. GEORGE SQUIER,
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%~~¿b~~6 . VII/ -~p""'oración e Incidentes de Viaje' / f 3_f en la Tierra de los Incas C A PÍTULO l. IN1'R ODUCCIUN Lo que dice Prescott acerca de los monumentos incaicos.- Influencia de sus palabras.-Aspiraciones i propósitos del autor.-Amenazado de ceguera.-Nombrado comióionado de los E. E. U. U. en el Perú.-Se cura de la vista.- Comienzo de las exploracio nes.-Extensión de la región explo ra da. -,Planos, dibujos y fotoi;rafias. -Importancia del material recogido.-Descripción iíeneral del Imperio de los Incas.-Sus límites.,-Configuración t1sica.-Lagos y Ríos .-Cadenas de mont a ñas.-Desierto de la Costa. -Valles fértiles.-Habitantes de los valles. -La Cordillera.-El despoblado.-Distinción entre la Cordillera y ' Jos Andes.-La cuenca del Titicaca.-Dos ú nicas cuencas semejantes en América.-EI lago Aullagas.-EI lago Titicaca.Sus islas Sagradas.- Los bolsones o valles.-EI bolsón del C uzco.-La montaña.-Los Incas y los pueblos de la montañ a ..,-Población probable del Imperio de los lncas.-Divisiones cle los antiguos h abitantes del Perú.-Su carácter e instituciones determinados por las condiciones fisicas.-Objeto de esta obra.
Hace muchos año , Mr. Prescott en el "Ensayo sobre la Ci vilizaci6n ele los Incas" que precede a su "Hi to ria ne la Conquista del Perú", dijo en palabras que han ¡:ido repetidas µor todos los anticuarios: "Los Conquistadores, en su ciego y upersticioso afán por buscar tesoros ocultos se enañaron contra los monumentoR del Perú y les causaron má daño que los mi rnos terremotos. "Sin embargo quedan aún bastantes monumentos que se ofrecen a la investigaciones del anticuario. Hasta a hora no han ido examinad o sino aquPllos que se destacan por su i uaci6n pero 'eo-ún el te timonio de los viajeros existen mucho más n regione menos frecuentadas del País. E peram o que a lgún día serán explorados con tan buen éxito y
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EXPLORACIÓN E INCIDENTJiiS DE VIA_J_E_ _ __
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a impulsos de un espíoitu t a n em ;>1·en l=ldor como el ele! q •1 ha penetrado las mis teriosas soledade.3 d e lf.t América u l Centro y del Yucatá.n". . En aquellos tiempos, mny joven aún, esta ln empeñ a do con esca&os rec ul'sos, pero propóHito firm e Pn Pl e..; t,udio d e los monumentos abodgenPS del valle dt> l Miss.isipí y no fuí sordo a las palabras Je Prescott. Uno ui> lo..; re:nltad1H el e mis investigi;i,ciones fué la caluru"' La,mi ..;tarl perRonal d P a quel distinguido bisto,r iadol'. Princip n.lm ,nte por ::;n-; influencias fuí en vi ad() como reµr esAn t· n te de loq · I~. E U. U. a Centro América donde to1lo el tiempo desocn parlo lo dediqué al descubrimiento de Jos rec111·s o~ ~ra la elncitla,•·i, n de la historia precolombina, toda\ría itnpPrfe . btmente comprendida de aqu ~ lla in ter sant . re.~ión. !'} i t J l H mis trab t jos fní estim11lado de VflrcLs y co nstaute mJnt· por la simrn.tía y por el aprecio que le 'm ,recieron mi..; estu rlios a a1111 Pl hombra estimable y concienzuJ o inve ..;t.ig:1•lo1·..\sí, el visi t l'\,l' la ti.e rra del Sol y rea.lizar siq11iera en p excesiv0, la luz hny6 dP mis ojos y un negro velo se interpuso ent.re ellos y el brillant.e y m' vil mundo extP.rior. Fueron vauoR los eRfnerzos de los mejores oculístas quien es me dijernn que debía entregl'\,rme a un reposo mental absolnto, si no qu erfa condenarme a una total ceguera y que el de;;canso y un cam'bio completo , hacerme recuperar, siquiera en parte la visión perd iua. Entonces y sólo entonces una serie de circunstancias inesperadas me pus ieron en vía :;;·dA realizar el sueño que tanto tiempo h:tbía. acariciado. Fuí no mbrado comis ionado de' los E. E. U. U. en el Perá, encargado de finiquitar las r eclamaciones de ambos países. "Lejos de la fi ebre ele los negocios y del asalto de los periódicos de la maña na; en los tibios corredores del Palacio de la lnquisición, en Lima, la Ciudad de los Reyes donde murió su fundador Pizarro, . escuchando tranquilamente las citl\s Je Vattel, Puffendorf, y Wea ton; tasando el guano con indiferencia qne podría aeustar a los económicos ag-ricultore13; y arreglando en un día las reclamaciones que habían dado lugar al envio de más de un buque de guerra al rededor del Cabo de Hornos y habfan oca(fionado en mome11tos de terrible exaltación, la injuria a la
EN LA TrERRA DE LO
J NOAS
sitio
B a ndera de un e1wiad1i Htra.ord in al'io: ~aq nf, ce rca del, en qne más dP cien lwl'ejeH foero11 411eoil'ldós vivos,y más·de trPSCiento:s·azo't;-u:Jos ·co n una va1·illa, volví6 la luz a mi s Ojos mis nel'vios 1·espondiPro11 u. su glol'iosa -vibntdón, lle· nando .mi :ent ri.steGid o ppcho cl P a !Pg 1fa y clP g·1';1t.itnd1·· . · .Fnr a tft tenntn aeión de mis trabfljos de co111i1'io na d() o• flci a l cua ndo comi ncé Pn el P Prú mis explorncio11Ps cliri-o·i.las prin cipal n1 e11te a la investiga ci(m d P sns mo1111ment os abbi'í: ~:enes, úni cas pruebas seg;u ras y po siti n.is dl ve rdad ero eSJ tndo de i:;11s ant ig nos habitantes. ~li s vi;ijps e invesrig·ac·ioll €S me oc11paro11 a ct ivamente por mfü• el e un año y medio .' Durant(,' ese t·ÍPmp o reconí prouablem Pnte el tf'rrit1)rio en m ás extensi6n quP ning-uno de mis 'pn•decei-'0 1· s. Lle vaba conmigo Ja l>rújn la, la ntPclida.. el lá.piz y la (·ámara fotog rá fica, conwn cido de q ue so lame nte Jo¡:; plnnos exactos, las sp('c·iones, !n s elevn ci oues. Jo¡:; c1 ibujos y las v is ta pueflen respo11dt>r co n exactit ud a. las ex ige1¡cia s de la Ciencia, Moderna y aclara !' lo qne por descripciones s imp lemente veruales re• i::ul ta iu inteligible. Mis exped iciones me ll evaron primero a ·10 la rgo de la 8oi:;ta del l 1urú , que SP E:xt,ieuue euüe la \:Ordi111:'1·a y el_m a r, d.e sde 'I'1:1ml> Ps hasta Cob ij a o sea de 2º a 22 º de latitud ~nr. En es ta l'egión se encu entra n las extensas ruinas del Gran Chi m11 , l'ac hR rarnac y Cajn ni 1uqn·i lla, además de otn:1.s inn:ume.r:al>les, n1 en o s ~o n ocida s, pero ig ua lmente iuteresah tes, · en los valles de Santa, Nepeña, Caf.:ma, Ch illón, Rimac, CañetP, Pi¡.;co y Arica. Del puerto de Ai·ica pent>tré a traNés de la Co rdiHera en Bolivia, donde se Pncnentran. las notables' r·ni11 as clP Ti1:1hu a naco; de al lí pasé al lago Titicaca y s us' islas sag radas, donde los Incas señalan su origen. Creo sér' el único .viajero que ha atravesado en todas direcciones e&te interesante lago, cuya a ltu1·a ei:; de 12,500 pies sob re el ni~ vel del mar; aunque nó t:On po c;:i. dificultad y pf lig ro en un' pequñ'> bote cl(,'::;cu bíel't.o. De la hoya ci el 'riticaca mi ruta se d irig ió Fi l norte, a travps del Jl fl.RO que separa las ag·nas' de h1;s hoyas 0el 1'it ic;-1ca y d el Amazo nas, de.scendi endo por él ·ta ll e d el Vilranota, que es proba blemen te el 0 rigen más • ·leja no del Amawnas, hacia el g ru_po 1de bolsones, ce rca dos por montaña., o ·vaJles elevados, eri un o de lo ~ cuales fundaron l-0s Incas la capital dé su poderoso Imperio. Del Cuzco mis ·expediciones radiaron un as cieu milla s en todas diree~iones, y ~l egu é h~s~a la reg ión s, el género ele vida de Ja población aborígen han sido modelados por las causas y condiciones naturales, extraordinarias y poderosas que dominaban E>n la tierra de los Incas. El Imperio mismv no habría existido nunca ni los Inca.s habrían adquirido tan extraordinaria ascendencia, ni habrían desarrollado una civilización como la suya, sin la influencia cle esas condiciones excepcionales de situación, clima y producciones que guiaron su poder y a.mbiciones por cauces determinados. En ninguna parte del njundo exhibe la Naturaleza formas más variadas ni m!IB imponentes y grandiosas. Desiertos tan áridos y repulsivos como los dél Sabara alternan con valle1S tan fértiles y frondosos como Jos de Italia. Excelsas montañas coronadas de nieve eterna, yerguen sus escarpados flancos sobre las vastas y desoladas p11mis o mesetas más altas que la::; cumbres de los .Montes Alleghimies. Ríos, que nacen del del!'hielo, se precipitan por profundos barrancos hacia el Pacífico o :serpentean veloces, pero meno& rá.pidos a traves de los majestuosos y fragosos Andes, para engrosar el ~audal del Amazonas. Lagos tan ~randes como el alimentado por el San Lorenzo, cuya superficie es casi tan alta como la cumbre élel Monte Blanco, se encuentran en el fondo de depresiones terrestres, con sistema fluvial propio y sin deli'agüe hacia el mar. Las dos grandes cadenas de montañas, que caracterizan el aspecto físico del continente Sud Americano, alcanzan su magnitud máxima y sus accidentes más notables en el territorio que formó el Imperio de los Incas. La Cadena Occiden-
EXPL0RAC"(ÓN E INCIDl~NTES li>E VIAJE
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tal, llamada vulgarmente la Cor'>e a l8i1:t más ele la Co"ta, sus estribaciones O rama les parecen menos imponentPS ~(>lo en cont.rastf' con la. f'TIOl'midnd de ln CúdPna. prin ciµa.l. $111 P111barg·o, exü•te una. fajFl e¡.;trf'cha de . 1Ja.nums di"rontíuuaf4, y que a. partir de Gnnyaquil son enternmente clesif'l'tns . c1PR11nden wrse' el trecho en trecho móntículos, forn'ladoR por la 111ove.diza á rena, llamndos méda,nos. Todos t ienen la format ide nwcüa ' lnn'a, · con la parte arquea.da contra el v.i~nt.o. L os. contohios ~cm tan .1·E>g ul ares co1í10 los de la lun a nueva. Alg·unoR que t if' nen nn nú cleo de r roca. SOJ\ permanente·s, pero la maJ:Or parte son 'ri:JoYiblés y , cambia,.n .dE:digura y posiéi6n con ra variación de los tiempos. Esta faja ·desierta, cuyo nncho. es probnbJemenfo de unas cua,renta millas por término medio; donde llue,·e sólo a in tervalos raros y v·nriables, está entrecortada sin embargo 1 aquí y acu ll á por v.~.ll es muy ·ffrtiles y ·Pellos. algunos de eHos de cor¡sidera bles dimensiones. Est.os valles están formados por Los ríos y torrentes·de las montañas, a limen tados por el dei-hielo y por l as ll11.n·ias 1que caen ' una parte del año, en las a lturas. Alg nn af' de estas corrientes se pierden eu la a,repa ant~s de llegar aLmar~yfo rm an oasis en las desernbocadufas ae las quebradas. Sinembarg© los valles y los oasis; fueron deosameJ:ltl¡'l . poblad os •l:!n. tiempos. a n t iguos hasta su máximun d~ J;iabitabilid¡;¡d ,por hombres que dejaron n:ion:u.r . mel,'.ltos . é!~ su g'11an.deza y habilidad. Ba.io:)a. presión de 1 con- . djciones peculiares y Q.e medios . lim itaqos; 'desanollal'.Oll .un .
Las imponentes portada5 de los ed ifici 0s mcaicos, que los conquistad o res conservaron como puertas. de los s uyos. Pg. 4 8.
":'l! o pa rece si no qu e fuer on (Garcilaso de 1 ~ por a rte d é encanta miento'' . Págin a 74 .
L u!' m·1ros d e SRcsahu l Yaci6n s pl'Obableme-n te menor que el de la Cordill ra Oriental d los Ande , e sin embargo la veréladera divi~oria. o línea d eparación de la agua del continente ud AmPricano. Lo Andes Ori1-mtales están entrecortados p r ionúm l'O d vall profundo por los cuale , la mayor arte el la O«>"na que ca n entre la r.adena Oriental y Occid ntal n 11 µor infinidad de río y torrente hacia el Ama,, ons; p ro la rd illcra del Pacífico DO es franq Lleada por ningún rí . la umh1-e de lo Andes Orientales se de cilrnd a la. an ha llanura ondulantes o Puna. de catorce mil u
dive hacia el sur. En su extremidad; norte .se halla. el lago 'r.iticaca. una in mensa n~asa . de agua , El lago . dulce que recibe varir1s ríos con::idernbleR.. Titicaca se ·descarga pm un río ancho, profundo y rápi- . do. pero no turbulentn, d Desag·uadero, ae ciento setenta. millas de largo, que clP,spuéR n tounvía, fu€. el objeto principal de los viajes y exploraciones cuyos r~.·mltados se han incorporado i>n este volnmPn. Lús paisajes de8c:ritos fueron todos Yisit.ados por mí; las rnintts fuei·on exploradas, cnrtogrnfíadas. y en c1rn nt.o fué posible fotografiadas por mí mismo, o bajo mi dirección, y pnedo re~ponder por la exactitud de los planos y otras ilustraciones. Hacer una i;:eJección del cúmulo de materiah"'s recogido~ por mí no ha sido nn trabajo fácil. Lo he llevado a cabo como mejor he podido.
(a).--La idea de las tres cadenas-occidental, central y orientaldata de los tiempos de Humboldt y Raimondi, que la sustentarnn con su respetable autoridad. Tal manera i:le verba sido repetida invariablemente. Desde el punto de vista fisiógraflco , el Perú es (visto en conjunto o en su aspecto general) un:t meseta, comprendida entre la estrecha faja de la Costa y los extensos llanos amazónicos. El nivel general de la meseta es de 12,000 a 15.000 pies . .Está entrecortada por cañones profundos (como los de los r)os Urubamba y Apurimac) que se hunden por debajo del nivel general, y dominada por altos picos (Misti, Ccoropuna, Ausangati, Salccantay, que llegan a más de 21 ,000 pi'es). Tales cañones y picos son detalle,s que accidentan el aspecto general de la meseta. La meseta debe su origen a fenómenos inteFnos (levantamientos); los detalles-montes y miles-a C'ausas externas [erosión]. En pocas palabras· la meseta del Perú es una área de levantamiento, acc.:identada por la erosión, que data de fines de la era mesozóica. Puede llamarse la penillanura incaica. La boya del Titicaca es una depresión grande en la meseta, así comt> el bolsón del Cuzco es una pequeña depresión por debajo del ni ve! general de la peoillanura incaica : 'E sta coneepción de los Andes está en abierta contradicción con las interpretaciones anteriores. Fijándose en Jos detalles es difícil considerar la región como una meseta, no de otra manera que caminando entre los árboles se pierde la noción del bosque.-Véase "Herbert E. Gregory y la Geología del Ouzco'' por el autor de esta nota. "Revista de Ciencias" .-Lima, Mayo de 1918.-(N. del T.
E l Templo del S o l fué el ed ific io m ás imponente no sólo del Cuzco s ino de to d a la Pági na 54 . América.
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Las fac hadas ti enen hn l ·I a.grietada y aclolprida, como lancetas, hasta qne la saug·re gotea Je las herid as. Nuestr3.s mulas se resisten a µiírar contra el viento y vuelven las grupas constantemente o se obstinan en no dejar la protección de algnna roca que defiende de la fnria del Yiento. Todas las mcmtañas que nos rodean están cubiP.rt.as de nieve, la cual es arrastrada por el viento de las a ltul' punto ·llevando por delante una mnla de carga con matadura que iba de balde y libre, cuando oímos el silvido de alarma de una partida que se acercaba .p or el extremo opuesto, sonido que ya habíamos oído antes, pero qNe medio ensord~cidos y cegados confundimos con el rugido del viento. Intentamos ha0erregresar ala mula, pero ella se adelantó, en tanto que nosotros regrnsamos hacia la parte más ancha del desfiladero para plegarnos contra .el cerro y dejar pasar al que venía. Era éste un hombre eviden temente de posición, pero que llevaba antifaz y anteojo~, [1].-Véase nota (2) pag. 10 y (a) pag. 16.-N. dei T.
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quién cuando le preguntamos por nu estra mula nos contestó señalanélo el fondo del precipicio. Hfthía. disparado contra el animal aptmas se encar6 con él. No le quedaba otra altPrnativa. Conforme nos hacer('áha mos ,.,, In. abra. la qu elD rada se abría un poco y el ca111ino era mRjor. A()uí f' nco ntramos un rn nntón df' piP.rlra:'; sobre cada mea y los h a bía por cientos desde un µit-' baf'ta cinco o n1ás de altura, poi· todos lados, doq11ien1 qne nuhif'rl'l espncio para amo ntonarlas. Las peidraK hahfr1n s ido aµilonadas · por lo s indi os co 1110 una ofrend a a. los t:>sp í1·itus de las mon1 aña s que go biern a n los vientos, la nieYe y las hf' laclRK. El l'Ío Pucara 1N]uc ido a un mero ::n:royo suK11naba a n11 Pstro t: t>st.ado y nos sentíamos tan agrr1decidos como los indios mi::minencía rocosa por el otrn . Se Barna vulgflrmente el ,\. cneducto, qnízás por alg:1111a Remejnnza imaginada con un acuednct.o para lle\•a1.· el 1:.1gu¡L a. t1·av s del n11le; P'"'ro cuino no hay a¡gua aqní pant sel" llevada a niuguna parte , el nom-· brees errouéame11 tP ap licnghan cree y con raz6n que efectivamente se trata~, un a• cueducto. Véase su libro Inca Land. Nww Y01·k. 1922 .. pag. 139 Sin jijwrse en los detalles de su propia descripción ni en los datos tradicíonales, no pudo esca;pa1· Squie1¡ del "preyjuiicacloR la mayor parte de los restos de la arquitectura incaica. y va a ser objeto principal ele nuest.ra at.e11ción. El Cnzco está situado en la: latiturl 13° 31' snr. ven longitud 72° 2' oeste de Greenwich, a 11380 pieR sohre el ni.vel del mar (2). Rodeado por a ltas montañas 11evadF1», podría creerse que tiene un clima frío, pero su 1empenltnra aunq11P fresca no es frígida .. y si bien en la llamada est::ición .clP invierno-ile mayo a noviembre-lo:::: pa.stos y los campos, están m~rchitos, y las hojas caen dti la mFt;)'Ol' parte de los árboles, más es por la seq uía (porque el inYierno es la estación seca), que por las hela.das. En conjnnto el clima e,s aniforme y saludable. El trigo, la cebacli:t, él maíz y las papas, se producen en el valle; la frutilla y el durazno no son escasos. La¡;; temperaturas extremas del verano y del invierno en Pe.1silvania o en el sur de Francia. nos darían una ideamnyapro:ximada delclimadel Cuzco. Si a estas condiciones favof'ables agregamos que, a no más cie veinte millas del Cuzco, hay valles profundos y cálidos, en que se producen abundantemente los frutos subtropicales, comprenderemos que el Cur.co no es un 8ítio inapropiado para Ja. capital de úna, nación. Capital del gobierno y sPde de la ri>líg·ión, de:-;d!:' 1111 principio, vino a ser posterionrn·nnte el centro de una política más honda que ningnna otra de las qne existieron en América-tmH política que subordinó el poder militar al gran objetivo de incorporar las tribus aisladas y pequeñas naciona- · (1) Léase el Huatanay.-N. del T . l2)· Las Coordenadas geog1·ájicas del Cuzco, refericlas a la estación del
ferrocarril del sur son: latíti¿a 139 31' 29" sur; longitud 71Q 58' .">3" oeste de Greenwich . altitud 11007 pies sobre el nivel del mar. Véase los mapas de la expedición de Yale. American Joiwnal aj Science, Vol. Xll 1916.-N. delT.
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lidades de la Sierra en nn cuerpo civil homog·éneo, y de armonizar las religiones, de tal manera que los diversos bloques del edificio naeional formaran partes integrantes de un · todo, firme v duradero. E sta poi"ítica se refleja en el pla no mismo de su construcción y en la distribudón de sus barrios con el fin deque representaran un microcosmos del imperio. Estaba dividido lo mismo que el páís en general, en cuatro cu ::i,rt eles por ig ual número de caminos que conducían a la s respcti vas divisiones del impe1·io, lla mado en ge nera l rrahuantisuyo que sig nifica ' ·las cuatro partes del mundo " . La rlirección de estos caminos no era exactamente la de los cuatro puntos cardinales, como generalmente se a firm a, sino la de Jos puntos intermedios, a &aber, noreste, snre:'ite no roeste y suroeste, ajuc:;t.ándose las direcciones a la configuración del terretorio. La división Je! noroeste se llam a ba Chinchasuyo, y en esa dirección se encon t raba Quito, la segunda ciudad del imperio. La regi6n del suroeste o Con tisu y o co mprendía la Custa. La del snreste en la dirección y co mpren diendo el lago Titica.ca, Ccollasuyo, y la del noreste Antisuy o. El camino del noreste a l s uroeste pasaba por el lado sureste de la gran pl aze1, Cl el C11zco, y di,' idía la ciudad en dos partes aproximadamente ig-u a les . La parte m ás elevarla al pie el e la colina y fortal eza-de Sacsahua.man, se llamaba Hana nccoscco o Cuzco dP. a rriba y la parte inferior Ru riuccoscco o Cuzco de a.bajo. rl'omando como cen t1·0 el Hua1capat.a o µlaza central ele la antigua ciudad, hoy plaza principal, se Hg·1·upaban en torno, formando un la1·go óvalo, no menos de do ,e. subdi vi iones o barrios. E sto" barrios eran ocup::tdos por habitantes do las principales provincias del imperio, y la posición de cada uno, se conformftb a en lo µosible con la situación re lati va de ln. provincia q ll P. representaba. Sin embargo. los nombres de estoR barrios, se r eferían a su locación actual, como Cca ntupata o t erraza de las Flores, Pumacancha o lugar del Puma, y no g·uardaban relaci6n con los habitan tes. Ya he dicho que la parte más importante de la ciudad sagTada, era la falda de la colina. de Sac;:;ahuaman que se e~ 1 teinde entre los ríos Huatanay y Rodadero-una leng-ua de tierra de una milla de largo y de un ancho má mo de un e:narto de milla y que comprende ciento treinta acres aproximadamente (1) calcuiando desde las terrazas de Ccol(1) .Algo mcís de cincuentidós y media hectáreas. Un, acre ts iguul a 40' 47 ál'cas.-N. del T.
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EXPLORACION E !NCIDENTES
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ccampata donde el primer Inca edificó sn palaP-io, · hasta la confluencia de los dos ríos metafóricamente llamada Pumacchupan o la cola del Puma. Dentro de esta área, sobre un terreno que por delante desciende hacia el valle y por los costados hacia los ríos, tu vieron sus resioeneias los. linajes o familias reales, Aquí se encontraban los palacios de los Incas, las cfü1as dedicadas a la in~trncci6n , los grandes edificios en que tenían lugar las fieHtas, el Convento de la'> Vírgenes d(')l Sol, y más abaio ha,cia, Pumn,cchupan en la sección llamA.da Ccoricancha, o lugar· del Orn, el suntuoso Templo del Sol con sus capillas dedicadas a la L1111a, a las Estrellas, al Trueno, y al Relámpago. Fué aquí, donde c1espués de la Con.quista, Jo¡;; principales conqai.'lta.dorF!s ( 1 ) ob~ tuvieron sus repartimfontos de tierra y edificaron i;:ns residencias advenedizas sobre las ruinas de los pal·ncios incaicos. Sobre las imponentes portadai;: de los edificios incaicos que conservaron como puertas de los su,yos prnµios, podemos ver aún, esculpidas en alto relieve, las armflf\ de los Pizarro, Almagro, González, Quiñónez, La Vega, Valdívia, Toledo, y otros aventureros qne por algún tiempo p1·etendieron emular en pompa y fausto a la anterior ci,·ilización que dislocaron (2) Por una coincidencia quizás no del todo casual, se estableció el Convento de Santa Catalina en el mismo sitio y conservando los muros de AcllahuRisi o del palacio Je las Vírgenes del Sol y está consagrado aún .a las vestales de una nueva religión. El Templo mismo del Snl se ha convertido en Convento de los Frailes de Santo Domingo, quienes en número insig·nificante prolongan una vida inútil entre sus clásicos y grises muros-una ruina sobre otra ruina, una fé decadente, expirando entre las mpertas y frías cenizas de una superstición primit.i va. La catedral del Cuzco se eleva en el mismo sitio donde el octavo Inca Viracocha, mandó constuir un edificio destinado a las fiestas populares, e:Q que un regimiento entero podía maniobrar, que sirvió de refugio a los po ~os soldados de Gonzalo Pizarro, cuando el desesperado intento de los peruanos de recuperar el imperio y de restaurar la mona!'quía de los Hijos clel Sol. Aquí, see;ún la leyenda, refrendada en arcaicas escultnras, sobre la puerta de la capilla de Sitntiago, descendió éste, visible y tangible sobre sn caballo blanco, y con la lanza en ( 1) Se cons~rva la letr11t cursiva pWl'a indicar que las palabras están en castellano en el original.--N. del T. (2) La descrbpción técnica de los blq,sones del Cuzco, puede verse en el liln-o "La Ciudad de los Incas" · del Dr. J. Uriel Ga1·cí11t. Editorial H. G. Rozas. Cuzco.-N. di], T.
l nterior de la Catedral d el Cuico.
El Templ o d el , o l se h á convligi6n doruéstica, o rPfngios de los tímidos o de los. débiles. Muchoto df' r1ilto Pn PI edificio. AlrndNlor dPl pat io E'E>taba.11 los Otl'O$ .el- a ntiguo edificio, si. no del todo exacto pero sí en lo i:;ubstnncial. Su largo era de 296 pies; su ancho, tal como ahora puede determinarRe, de cerca de. 52 pies. E l templo, según la desrripció'n de Garcil ·= so; y según lo han probado mis propias investigacioneR, oeupai;>a un lado de nn patio rE'ctangula1·, f.l l recl edor del cual estabán situados ·los e'dificios dE>pendientes poi· fSi mencionados. No esta ha. const.ruído como uná.nin1ente se ha ~ icho, dé tal manera' qu~ h=i. dirección de sus lados coincirliera con la de los c1~atro puntos cardinales, sino que aquellos se conformaban con la dirección de las aritig1ms· ca:lleH, las cuales formaban ángulo de cua.renticinco grados con dichos p1rntos. Ni estaba la puerta "en el extremo que miraba exactamente. 0
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EXPLORACJON E INCIDENTES
DE VIAJE
al Este", de tal manera que los rayos del sol nn.Ciente iluminaran directamente su propia. a.úrea imagen, colocada en la pared de enfrente del temµ,lo. La puerta estaba en el lado Noreste del edificio y se abría a la plaza p más bien al área rectangular, llamada, hoy como antiguamente, fo · •nµa o campo del Sol. Esta área está toda vía rodeada por ¡.h'.sados muros de piedra labrada con se1·pientes grabadas en relieve, sobre los cualei;; se elevan la.s casas de los modernos habitantes. Esta plaza, estaba dedicada. a lais cel'f~monias más solemnes de la religión incaica, y nadie osaba entrtLr en ella sino en los días santos y siempre· con los pies descalzos y la cabeza des.c ubierta. El ext.remo del templo qne mira hacia el Huatanay, que es el wejor conservado, SP. eleva Sobre k>s hermosos ja.rdines del Sol y sobre él se ha construido una ei;pecie de balcón que no está en conexión con la moderna iglP-Ria, en suma, un mirador. Pué en este extremo del templo que est.uvo colocada la gran imagen de oro del Sol, la cual habiéndole tocado al conquistador Leguísamo, fué perd_ida e11 jueg·o antes de salir el sol. Ofrezco una vista de e:-1ta exr.1·e111idact del antiguo edificio. Es de forma circula1· con paredes de piedras bellamente labradas y juntadas con toda precisión, ligeramente inclinadas hacia adentro. La sacristía y almacén de imágenes destrozadas de la iglesia de 8anto Domingo, se ediiicó sobre estas paredes al nivel de sq pa1·te alta. En mi opinión, dentro dé esta extremidad circular del templo estuvo antiguamente una de esas "columnas" conocidas con el nombre de Inti-huatanas. La construcción derlicada a la:;; est.rellas era de 51 pies de largo por 26 de ancho dentro ' rocieacio de correrlores: ·ahieno . . os: t enid o po r está destruído. (1) · ' · Sin erobargo.el convento es'tá' rlotctdo de agua qtte viene por canales su IJtenáneos cuyas· fuentes son de8conocidas. Hay algunas raz9nes p~1·a creer que 168 Incas conocían "las leyes de equilibrio d'e. los líquidos qne'no conocieron los Romanos, y que conclucfan 'el agua para eJ templo y otros lu~ares, a través de sil'ones· in verti'dos, pó.J.' debE},jG del cauce · ' · · del Huatanay. Por el lado del Huataliay la vista del Ten:¡plo·del Sol ha debido se1· pTeciosa C-OIOO lo es aur1, limitada Únicamente por las montaña.s que cercan el val'le ddl.1 uzco eri esa dirección. Por el lado opuesto, uo obstante, pa'rece 'q·ue no exist.ier.o n sino una calle estrrcha, apenas de 'n ue+e pies de ancho, y edificios comparativamen te de ruda cónstrucción: El Ioti Paú:ipa, fJl fren'tR, unido a la plaza Central o f.luacapa~ ta por tres calles. ele paredes elevadas, altas y sólidas aún 1 .no tenía ; co~ toao, más de ·cuatrocientos 'pies de largo pót cien de nncho y no corr~sponde a la grandeza que le atribu· i ' yen las narraciones a'n tiguas. Algnnós · de- los cro~istns dicen que el templo_~.staba'_r'o: deado de. una elevada muralla;· w~ru nada es más cierto smo que los muros exteriorf's no eran otros que los propios rlél edificio. Nos dicen taritbi~n que lÁs terrazas del jardín del tf'mplo esttiban cubiertas con terrotl~S de oro y qúe COiite" nían unn 'infinita variedad de ·árboles y plan.t as de oro y plata y figuras dé hombt:es, &i cm:\drúpedos, aves, reptiles e ~n~ectos, todo del mismp pi·ecióso nietal. Que laB paredes interiores del templo estaban ·cubiertas .c on planchas. de los mismos meta.les y t':]ne las cornisas ·interiores .Y exteriores (de una vara ele ancho segú'n G1:frcilasó) eran · de or'o. no es increíble; pero que lor;; jardines del t1mplo · que cubrían una árPa de seiscientos' pie¡;:; dé 'Iargo por casi trescientoA _de aného. estaban tambiétl cubiertoi:i de oro y plata, excede la · ·· · · credulidad. a ve• imitado 'hayan ·tio joyeros antig-uos los No es que ces objetos naturales con apre~iable 'habilidad, . pues de ello, tenem,os abundantes prllebas,t silfo' que los Incas pa1·ece qne fueron una raza de notable buen sentido, eminf'ntemente práctica y µti)ita1 1ia en sus ideas y en sns obras, y demasiad0, estoy seguro, pa1·a ha her t.r abafado el oro imitando la leña, para amontonarlo fuera del'templo! Existen en el Cuz;
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. (1 )·-Este hermoso monolito fué detenido en la estación de los ferrocarriles por acción popular, y no obstante remitido al Museo Histórico a~ Li111a.-N. del T.
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co, en algunos de los museos particulares pedazos de las ·planchas de oro con que estaban cubiertas las paredes del Te~plo del Sol. Apenas puede dudarse de su autenticidad. Son simples bojas de oro puro, muy _delgadas, no más gruesas que. una hoja de papel fino de notas. . Las ruinas má;s notables del antiguo Cuzco, próximas al Templo del Sol, son las del :.Palacio de las Vírger1es del Sol. Estaba se.p arado del t.emplo por un bloque de edificios ocupados por el sacerdocio, y lo que queda, de él prueba que fué .u na imp0nente-construcción. Con el favor de la abadesa pu.de entrar en el convento de Santa Catalina que ocupa ese lugar. Pa1~ce haber sido un edificio largo y un tanto angosto. Una de sus paredes lat.eral~s, ya inf!o~pleta, .mira a la estrecha calle de la. cárcel o pribión, fronteriza al -Amaru Cancha o lugarde las Serpientes, donde el Inca Huayna Ccapacc tuva su palacio. Esta pared es ahora de 750 pies de largo, y de 20 a 25 de alt0 y se parece a la del templo del Sol en el tamaño y pulimento de sus piedras. Un ~xtremo de est~ ~~i1ficio miraba hacia la .Plaza prin.ciP.~l y medía como. ~~O pies. Todo e1 ·Aclla-Was1 puede describirse como un ed1fic10 de muy cel'(;a de 800 pies de largo por 200 de ancho. L::i.s paredes existentes no tienen entradas o vanos," pero-Ja puerta pudo haber estado, y probablemente estuvo, donde actualment~ está hoy Ja. puerbt de la iglesia y convento de Santa Catalina que , cubr~ la mayor parte del. terreno que ocupaba la antigua construcciórí .. Tenía induda b!emente un patio in'terior y quedan aún suficientes fragment9s del edificio que hacen posible la recons~rucci6n de su plano. El Aclla-huasi estaba dP.st.inado a lás vfrgenes de la familia real que eran e]lviadas allí a la edad de· ocho años a cargo de las mamacl!na,s (literalmente ~madres profesor.as») y guardadas en rigurosa reclusión. · Entre el Palacio de las Vírgenes y el Huatanay est.a.ba, como t.engo dicho, el Amaru Cancha o. Palacio de Hnayna Ccapac~. Era un int]lenso edificio, casi de 800 pies de largo y su lugar está ocuparlo hoy por la hermosa iglesia y el convento .de los Jesuitas, , los cuarteles del Departamento y la Cárcel. Fué col)struído con piedras más pequeñas .en el estilo llan~ado trabajo rúc;;tico :y tiene mnchas entradas. Sobre la puerta principal, netamente grabadas en relieve, so~re el dintel, h ay dos ser,p ientes, en alusió1i, probablemente, al nombre que se dió al edificio. Al otro lado de 'Aclla-huasi hay una construcción enorme, o una serie de construcciones que cubrP.n el harl'io lla. ma:do Pucamar~á, entre _ellas, los palacios de los Ynpanq.uis. Uno de los muros, en la calle llamada Pampa de Marur1, se 1
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EN LA TIERRA DE LOS lNCAS
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encuentra casi en perfecto estado, excepto en los sitios en que ha sido ag·ujereado por las puertas de los edificios modemos, construídos sobre ias ruinas. E;s esta q_u izás una de las más bellas muestras de los muros antiguos que quedan en el Cuzco y uno de los mejores ejemplos del estilo general de la arquit.ectura incaica. Tiene 380 pies de largo y cerca de 18 de alt. Las . hiladas de piedras son simétricas y exactas, y; como dice Ifomboldt de algunas paredes que vió, ~as junturas son tan perfectas que si se acepillara las superficies de las piedras, ap1mas podrían distinguirse. Una sección de est::J. pared, de más de 800 pies de largo, pero más entrec:ortada por las casas modernas, al costado N. E. de los palacios, mira a la calle de San Agustín. _ · · · Dicen los cronistas que cada'Inca edificaba un palacio· nu~vo que a su muertes~ convertía en residencia de sus des· cendientel", sin contar al inmediato sucesor. Sifué así y si la regla era rig-urosa, las ruiuasexistentescorifirma.rían laexaCtitud de lalistade Inca~ de Garcilaso, pues, fuera de los edificios públicos, no quedan restos de más de catorce palacios, siendo este el número de Incasconformeadichoautor. Unadelas más interesa11tes de es't as ruinas es el palacio de loca Roka, dedicado por él mi~mo a la instrucción del pueblo. Estaba situado en un· terreno alto sobre el río Rodadero hacia et cuail descendían sus jardines colgantes. Los cimientos .de la construcción, o más bien las ·paredes que soportaban las t.errazas sdbre lq.s que se construyó el palacio, están casi en perfecto estado. El palacio er-a. de piedra con fa.chad.as qe! estilo de l~s paredes. del, gran Templo. Tenía 200 pies d~ largo por 150 de ancho. · Separado de él por una calle angosta, hoy la 'c alle d~l Triunfo, estaba el Yacha-huasi, o la escuela, edificada por Inca Roka, quién ubicó su palacio cerca de las escuelas. Parece qi10 éstas fuerop construídas sencilla.mente con nurnerosás puertas sobre las terrazas del pequeño río Rodadero. Fué aquí doncle los a,ma,uttas o sabios enseñaban los conocimientos de su tiempo: Ia ciencia de los quipos, las tradiciones ~istóricas, los cantos pop1dares y, probablemente, algunas de las principales artes mecánicas. · El sitio de la cat.edral estaoa oc1.wado por un gran galpón o sala techada J' fué. a.q,uí donde lo's españole hicieron su cuartel cuando ocuparon la ciudad. Detrás de.este galpón. eetaba e1 palacio del Inca Viracocha., del que quedan consíderables vestigios. Al N. O. de la plaza grande habían otros edificios públicos o galpones de piedra labrada por el estilo del Templo del Sol, y el palacio del l'r.i ca Pachacut.ec. La gran plaza c~ntral de_laantig-ua cíudad, ocupada hoy ·
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EXPLORACION E INCIDENTES DE VIAJE
en parte por la plaza principal, era de 850 pies de la rgo por 550 de ancho. Estaba dividida en dos partes aproximada· mente iguales por el riachuelo Huatanay que corre a >ei1ite pies por deba.jo de su nivel, el cual estaba encenaan algunas de las antiguas ciudades incaicas.-Su valle, rodeado de altas montañas era naturalmente casi inexpug·nable i sus entradas estaban defendidas por fortificaciones. La ciudad, sin embargo, tenía su ciudadela o fortaleza, dominándola como la Acrópolis a Atenas, como Ehreuhreitstein a las aldeas situadas a su pie, como el castillo de Edimburg·o i como la "Roca" de Gibralen la que describe la provincia de Guatemala, las Costumbres de los Indios y otras Cosas Notables" (traducción) que forma parte e la "Colección de Documentos y Relaciones Raras Relativas al Descubrimiento de América" (N. Y. 1860); "La Serpiente Símbolo Religioso de los Pueblos Antiguos" tN. Y. 1851); "Waykna, aventuras en la costa de los Mosquitos" fN. Y. 1854), publicado con el seudónimo d'e Manuel A. Bard; '•Notas sobre la América Central" (1854); ''Los Estados de Honduras y San Salvador" (1855); "Los Estad os d~ América Central" (1 857-1810); Monografia de los autores que haq escrito sobre las lenguas aborígenes de América (1860), etc.--El sabio americanista murió en 1888.-N. del T,
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tar.-Estaba construída la Fortaleza sobre una estribación monstruoi:m alta que se proyecta hacia el valle del Cuzco, entre los riachuelos Huatauai i Rodadero, que vista de abajo semeja una abrupta colina pero que no es en realidad siuo una prolongación de la meseta de superficie un tanto irregular, que está dowinaJa por colinas i cerros más altos, que, a su vez, son restos escarpados de antiguas mesetas o punas. Estas alturas se llaman los _"Altos del Sacsahuaman". Esta última palabra signipca "hártate halcón". Metafóricamente los Incas g'loriticaban el poder de su fortaleza: "Estréllate si quieres eontra _sus inexpugnables rocas; las col'ado por uicllos, de cuantos he visto en el Perú. Los eJihduo;; prol>ul>lemeu te palacio:.- ineaicos, cons~ruidos sobre esta tel'l"aza, hau dei-1aparicido en su mayor parte, ¡•ero u11a i-;ecc1611 de los muru:s, semejante a los del Templo del ~ol en el Lllzco, auu forma parte de la vasta y original iglesia tle la aldea. Los antiguos eJificios estuvieron un poco at.rás del tilu , de la terraza, la cual es notable, pero de uing·uua manera singular por estar coronada por una coruiza o aleru de gra11des piedras. La terraza tiene 12 pies de altura; la ruayur parte de los nichos 7 pies de alto por 3 pies 10 pulga