Elementos De Linguistica

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ELEMENTOS DE LINGÜÍSTICA ❖ J . A . A r g e n t e G ir a l t • S . B a l a r i R a v e r a A . B a s t a r d a s B o a d a • J . B u s q u e t s R ig a t R . C e r d a M a s s ó • M .* T . E s p in a l F a r r é C . H e r n á n d e z S a c r is t á n • A . L ó p e z G a r c ía J . L u s t e r r i B odc • J . C . M o r e n o C a b r e r a M . P r d ñ o n o sa T K. R

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omás

• E . R id r u e jo A l o n s o

A m u s a t e g i • J . V id a l V o l a l b a

C . M a r t ín V

id e

( e d .)

OCTAEDRO UNIVERSIDAD - - - - - - - - TEXTOS--------

Primera edición: octubre de 1996 © J. A. Argente Giralt, S. Balan Ravera .A. Bastardas Boada,J- Busquets Rigat, R . Cerda Massó, *T. Espinal Farré, C. Hernández Sacristán, Á. López G arcíaJ. Llisterri Boix, C . M a rrin V id eJ.C . Moreno Cabrera, M . Pruñonosa Tomás, H. Ridruejo Alonso, K. R otaetxe Amusategí, J. Vidal Villalba, 1996

© Derechos exclusivos de edición: Ediciones O C T A E D R O ,S .L . Bailen, 5, 5.° - 08003 Barcelona Tel.: (93) 246 40 02 - Fax: (93) 231 18 68

ISB N ; 8 4 -8 0 6 3 -2 2 1 -6 Depósito legal: B. 3 1 .580-1996 Impresión: Limpergraf, S.L. Impreso en España Printed in Spaiti

ELEMENTOS DE LINGÜÍSTICA

P r ó lo g o ............................................................................................................................................ 1. Parámetros para la reflexión sobre'el lenguaje humano: a modo de introduc­ ción (Carlos M artín V i d e ) ........................................................................................... 2. Las lenguas del mundo (Juan Carlos M oreno C a b r e r a ) ................................... 3. Lingüística histórica. El cam bio lingüístico (Emilio Ridruejo Alonso) . . 4. Los sonidos del habla (Joaquim Llisterri B o ix )..................................................... 5. La función del sonido (Ram ón Cerda M a s s ó ) ..................................................... 6 . La palabra (Manuel Pruñonosa T o m á s ) .............................................................. 171 7. La frase (Sergio Balari R a v e r a )................................................................................ 201 8 . El significado (M . Teresa Espinal F a r r é ) ..............................................................2 4 7 9. El lenguaje infantil (Ángel López G a r c í a ) ........................................................2 6 7 10. Patologías del lenguaje (Carlos Hernández S a c r i s t á n ) ............................... 2 8 7 11. Lenguaje y sociedad: sociolingüística (Karmele R otaetxe Amusategi) . . 12. Política y planificación lingüísticas (Albert Bastardas B o a d a ) ................... 341 13. El lenguaje y la cultura: lingüística y antropología (Joan A. Argente G iralt) 14. Lingüística com putacional (Jesús Vidal V illalba y Jo a n Busquets Rigat) .

Indice de a u to r e s ..........................................................................................................................4 4 7 Indice de m a t e r i a s ....................................................................................................................4 5 3

9

11 27 45 67 129

307 361 393

AUTORES

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A. A r g e n t e G

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C ated rático de la U niversitat Autónom a de Barcelona S e rg io B a la r i R a v e ra

P rofesor T itu lar de la U niversitat A utónom a de Barcelona A lbert Bastardas B oada

Profesor T itu lar de la U niversitat de Barcelona J

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Investigador postdoctoral de la U niversitat Rovira i Virgili, T arrag ona Ramón C

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C ated rático de la U niversitat de Barcelona M. T

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Fa r r é

C ated rática de Escuela U niversitaria de la U niversitat A utónom a de Barcelona C a r lo s H e rn á n d e z S a cristá n

Profesor T itu lar de la U niversitat de V alencia Á n g e l López G a rcía

C ated rático de la U niversitat de Valencia JOAQUIM L l ISTERRI BOIX Profesor T itu lar de la U niversitat A utónom a de Barcelona C a r lo s M a r tín V id e

C ated rático de la U niversitat Rovira i Virgili, T arrag ona Ju an C a rlo s M o re n o C ab rera

C ated rático de la Universidad A utónom a de M adrid M an u el P ru ñ on osa Tom ás

Profesor T itu lar de la U niversitat de Valencia E m ilio R id r u e jo A lo n s o

C ated rático de la Universidad de Valladolid K a rm e le R o t a e tx e A m u sateg i

C ated rática de la Universidad del País Vasco J

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Investigador p ostdoctoral de la U niversitat Rovira i Virgili, T arrag ona

PRÓLOGO

Las ciencias del lenguaje se hantido constituyendo a lo largo del presente siglo com o un espacio temático de intersección de numerosos saberes: desde la gramática tradicional hasta las ciencias de la computación, pasando por numerosas disciplinas que, en una u otra medida, han tenido algo que decir sobre distintos aspectos del com ­ plejo fenóm eno del lenguaje humano. En la presente obra colectiva hem os pretendido ofrecer una visión relativamente acotada del conjunto de problem as que los lingüistas abordan, con algunas derivaciones hacia zonas más alejadas del núcleo tradicional de los estudios gramaticales. Faltan, pues, muchas cosas, sin duda, de ese abanico ina­ barcable que constituye hoy la investigación de las lenguas, pero esperam os que esté lo esencial, lo más indiscutiblemente necesario, aquello que quien se inicia d ebe conocer. Nos ha preocupado especialm ente que el libro llegue a ser una herramienta útil en la introducción universitaria a la lingüistica. Atendiendo a ello, incluimos una serie de ejercicios al final de cada capítulo (en algunos casos, con las correspondientes solucio­ nes) y añadim os com o coda del volumen un sustancioso índice de materias, que con­ fiam os en que ayude a los usuarios de la obra en la búsqueda de conceptos precisos. El hecho de que el libro sea el producto de varias m anos ofrece ciertos inconve­ nientes y algunas ventajas. Entre aquéllos, la relativa heterogeneidad de enfoques; en­ tre éstas, la pluralidad de perspectivas. Para m ediar en esa disyuntiva, que en realidad -bien m irada- no es tal, hem os sugerido a los autores una cierta neutralidad teórica, si es que tal actitud es posible en el trabajo científico. No podem os ocultar que el resultado final satisface en buena m edida nuestras ex ­ pectativas. A buen seguro, el lector reparará en algunas lagunas. Las reconocem os an­ ticipadamente, y alegam os en nuestro descargo que, limitados por la extensión m áxi­ ma razonable de un manual de estas características, p or algún lugar habíam os de cortar en el magma de temas y teorías que coexisten hoy en nuestra área. Confiam os en que tal operación de cirugía burda satisfaga razonablem ente a la m ayor cantidad posible de lectores escrupulosos. Tenemos la esperanza de que la difusión del libro aconseje que nos planteem os una segunda edición, en la que desde ahora nos com pro­ metemos a enriquecer las perspectivas y los asuntos que han sido objeto de nuestra atención a lo largo de un proceso lento y laborioso, pero que finalmente ha acabado m ereciendo la pena. C arlos M

a r t ín

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1 PARÁMETROS PARA LA REFLEXIÓN SOBRE EL LENGUAJE HUMANO: A MODO DE INTRODUCCIÓN p o r C a r lo s M artín V id e

OBSERVACIONES PRELIMINARES La lingüística estudia las lenguas1naturales o hum anas en sus diversas m anifesta­ ciones. Tal actividad existe desde hace muchos siglos y responde a distintas m otiva­ ciones. Hay que decir que hoy estam os todavía muy lejos de comprender globalm ente el fenómeno del lenguaje humano. El lenguaje hum ano, contem plado incluso a cierta distancia, nos plantea proble­ mas intrigantes. He aquí algunos de ellos: (i) Cualquier niño en circunstancias norm ales adquiere com pletam ente su lengua nativa en muy pocos años sin esfuerzo aparente. Por con tra, los lingüistas, a pesar de todo su trabajo , no han conseguido desentrañar, ni mucho menos, el com plejo de re­ glas, estrategias, etc. que subyacen a aquella capacidad del niño, aun a pesar de que el lenguaje es para todos nosotros un fenómeno cotidiano que tenemos muy próxim o. ¿A qué se debe esta contradicción entre la facilidad en la adquisición (el llamado proble­ ma de Platón) y la dificultad en la explicación (el llam ado problem a de Orw ell)? (ii) En el mundo se hablan y se han hablado varios miles de lenguas, de estructura aparentemente muy diversa. E xiste, sin em bargo, la idea fundada de que, com o siste­ mas de com unicación, todas com parten ciertas características comunes. ¿Cuáles son esos rasgos y propiedades que todas ellas parecen tener en común? (iii) Aunque en general los hablantes no nos apercibim os de ello, todas las lenguas están cam biando constantem ente conform e a ciertos patrones. ¿Por qué sucede así, cuáles son los factores que influyen en ese cam bio y cóm o justificam os que, más allá de esos cam bios, podamos seguir hablando de la perm anencia de una misma lengua a través del tiempo? A grandes rasgos, la investigación lingüística presenta, hoy por hoy, dos vertientes: (i) En el plano teórico, queremos comprender la estructura, la adquisición, el uso y el cam bio de las lenguas. En la medida en que los seres humanos somos seres lin­ güísticos, la lengua caracteriza nuestra naturaleza y define nuestra vida mental y so­ cial, nuestra cultura y nuestra historia, incluso nuestros modos de conocim iento, entre los cuales se halla precisamente la misma ciencia.

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(ii) En el plano de las aplicaciones, la com prensión de las propiedades de las len­ guas constituye un presupuesto necesario para el éxito de técnicas com o la enseñanza o el aprendizaje de segundas lenguas, la traducción, el diagnóstico y la terapia de las patologías del lenguaje, la planificación y puesta en práctica de políticas lingüísticas, etc., etc. Antes de iniciar el estudio detallado de los muy diversos com ponentes que co n fi­ guran el lenguaje hum ano, y que constituye el objetivo nuclear de este m anual, no será ocioso detenerse unos minutos en la reflexión sobre ciertas cuestiones previas de loca­ lización de nuestra área científica. He aquí las esenciales: (i) ¿cuál es el cam po tem ático de nuestro estudio, de qué nos ocupam os?, (ii) ¿cómo concebimos la naturaleza de nuestro objeto científico, qué es el lenguaje?, (iii) ¿cuáles son los fines de nuestra investigación, qué pretendemos? No hay que ocultar que en el estudio del lenguaje humano predomina la multipli­ cidad de perspectivas, de manera que casi nunca nos hallamos ante una situación en la que pudiéramos decir que la nueva teoría recién creada arrincona a la anterior y supo­ ne un progreso claro con respecto a ella. Tratarem os de hacer patente esta diversidad y de resaltar la necesidad de la integración de los diferentes puntos de vista. A continuación, vamos a responder muy brevemente a las preguntas esbozadas arriba analizando su presencia, im plícita o explícita, en algunos de los autores más re­ levantes de este siglo.

1. EL ÁMBITO DE ESTUDIO DE LA LINGÜÍSTICA Conviene reconocer que el lenguaje humano es un fenóm eno com plejo e intrinca­ do que puede ser concebido com o un sistema de reglas o com o un instrum ento que se emplea conform e a ciertas convenciones, sincrónicam ente o en su desarrollo a través del tiem po, com o entidad autónom a o estrechamente vinculada a los fenóm enos psi­ cológicos, com o una propiedad del ser humano individual o de la com unidad social, etc. Esa diversidad, que está en la base de nuestro cam po de estudio y que indiscuti­ blemente le confiere ya desde ese momento un carácter interdisciplinario, ha hecho que la mayoría de los autores, siguiendo postulados m etodológicos del trab ajo científico com únm ente aceptados, hayan debido proceder restrictivamente y seleccionar lo que para cada uno de ellos es el núcleo básico del lenguaje. Ésta fue la estrategia de Saussure al distinguir entre el sistema de la lengua (langue) y su uso (parole), dentro del m arco general del fenómeno lingüístico (langage), y al afirm ar que la langue debía ser el tema prioritario de nuestra reflexión. La razón de esta postura hay que buscarla tanto en el deseo de definir un objeto hom ogéneo para nuestra disciplina com o en el de acotar un territorio autónom o y propio dentro del que movernos: «[...] si estudiamos el lenguaje por muchos lados a la vez, el o b jeto de la lingüísti­ ca se nos aparece com o un montón confuso de cosas heterogéneas y sin trabazón. Cuando se procede así es cuando se abre la puerta a muchas ciencias -p sico lo gía, an ­

1. P A R Á M E T R O S PARA LA R E F L E X I Ó N S O B R E E L L E N G U A J E H U M A N O

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tropología, gram ática norm ativa, filología, e tc .- que nosotros separamos distintam en­ te de la lingüística, pero que, a favor de un método incorrecto, podrían reclam ar el len­ guaje como uno de sus objetos.» (F. de Saussure, 1 9 1 6 ; trad. esp., p. 51.) Una estrategia similar sigue Chomsky cuando restringe la teoría lingüística básica­ mente a la teoría de la gram ática, a la cual atribuye relevancia psicológica en forma de competencia ( com petence) gram atical, o conocim iento tácito de las reglas gram atica­ les, que se distingue de la actuación (performance), el uso de la lengua en cada situa­ ción concreta: «Lo que concierne prim ariam ente a la teoría lingüística es un hablante-oyente ideal, en una comunidad lingüística del todo hom ogénea, que sabe su lengua perfecta­ mente y al que no afectan condiciones sin valor gram atical, com o son lim itaciones de memoria, distracciones, cam bios del centro de atención e interés, y errores (caracterís­ ticos o fortuitos) al aplicar su conocim iento de la lengua al uso real.» (N. Chomsky, 1 9 6 5 ; trad. esp., p. 5.) «Una gram ática de una lengua pretende ser una descripción de la com petencia in­ trínseca del hablante-oyente ideal.» (N. Chom sky, 1 9 6 5 ; trad. esp., p. 6 .) «[...] la investigación de la actuación no irá más lejos de lo que el claro entendimien­ to de la competencia subyacente le permita.» (N. Chomsky, 1 9 6 5 ; trad. esp., p. 11.) Planteamientos reduccionistas com o los dos a los que hemos aludido son cierta­ mente mayoritarios en la teoría lingüística al uso, entre otras razones porque el centrar la atención solamente en ciertas variables constituye un modo de proceder característi­ co de la actividad científica en su conjunto. Quienes restringen de alguno de estos mo­ dos el objeto de nuestra disciplina ven com o muy poco relevantes y secundarias las aportaciones que ellos puedan hacer a problemas psicolingüísticos, sociolingüísticos, antropológicos o en general de comprensión del com portam iento lingüístico de las per­ sonas, que quedan excluidos de su atención en virtud de aquella primera restricción.

2. LA NATURALEZA DEL LENGUAJE HUMANO Veamos ahora qué se ha dicho sobre la naturaleza de nuestro objeto de estudio. Tengamos en cuenta que incluso quienes com parten una misma delim itación del cam ­ po de investigación pueden no concordar en sus visiones de esta cuestión, lo que co n ­ ducirá a diferentes puntos de vista sobre los mismos problem as. Veam os las diferentes definiciones del lenguaje que obtenemos de distintos autores. Saussure define la langue así: «[...] es un sistema de signos en el que sólo es esencial la unión del sentido y de la imagen acústica, y donde las dos partes del signo son igualmente psíquicas.» (F. de Saussure, 1 9 1 6 ; trad. esp., pp. 58 -5 9 .) En este caso, la idea principal será que el valor de cada signo viene determinado por sus relaciones con los demás signos del sistema: cada uno es lo que es por ser diferente

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de los otros. Esta visión de la naturaleza del sistema lingüístico caracterizó el program a del estructuralismo, que tuvo notable influencia fuera de la lingüística (en antropología cultural, biología o econom ía, por ejemplo) y postuló un acercam iento sem iótico al len­ guaje, al ser éste un caso específico de la noción más general de sistema de signos. Leamos ahora lo que escribe Sapir en el m arco de la tradición antropológica n or­ team ericana: «El lenguaje es un método exclusivamente humano, y no instintivo, de com unicar ideas, em ociones y deseos por medio de un sistema de sím bolos producidos de mane­ ra deliberada.» (E. Sapir, 1 9 2 1 ; trad. esp., p. 14.) Obsérvese que el lenguaje ahora no es un sistema sim bólico, sino un m étodo de co ­ municación por medio de tal sistema. Ello nos presenta una concepción dinám ica, no estática, del lenguaje, un punto de vista que contem pla el lenguaje más com o un siste­ ma orientado hacia ciertos objetivos (funcional) que com o un sistema autónom o (for­ mal). Al mismo tiem po, Sapir adopta una posición clara en el viejo y polém ico debate sobre si el fenómeno lingüístico es de tipo natural o cultural. Para él, la lengua es una función humana no instintiva, adquirida, cultural, producida históricam ente a través del esfuerzo creativo y colectivo de toda una larga serie de generaciones dentro de una comunidad. Así, no es de extrañar que la concepción de Sapir, frente a la de Saussure, desemboque en una atención interdisciplinaria preferente hacia las relaciones entre la lengua, la personalidad y la sociedad. Bloom field, inspirándose en la filosofía mecanicista y en la psicología conductista, define el lenguaje de la siguiente manera: «El habla humana se distingue de las acciones en forma de señales que hacen los anim ales, aun de aquellos que usan la voz, por su gran diferenciación. Los perros, por ejem plo, hacen sólo dos o tres clases de sonidos: ladrido, gruñido, aullido; un perro puede determinar la acción de otro perro sólo por medio de esas pocas señales. Los lo­ ros pueden hacer una gran cantidad de sonidos, pero aparentem ente no responden de un modo distinto a los diferentes sonidos. El hombre produce m uchas clases de ruidos vocales y hace uso de esa variedad; bajo cierta clase de estímulos produce cierta clase de sonidos, y los otros hombres oyendo esos mismos sonidos responden de la manera apropiada. En resumen, en el habla humana los sonidos distintos tienen distintos sig­ nificados. El estudio de esta coordinación de ciertos sonidos y ciertos significados es el estu­ dio de la lengua.» (L. Bloom field, 1 9 3 3 ; trad. esp., pp. 3 0 -3 1 .) Fijém onos en que estamos ante una definición extensional del lenguaje: ya no es visto com o un sistema (Saussure) o com o un método (Sapir), sino com o un conjunto de usos. Además, un uso es un acto concreto e individual de habla; lejos, por tan to , de cualquier idealización. El acto de habla se caracteriza, por un lado, en términos de ras­ gos vocales observables (la forma de los usos) y, por otro, en térm inos de rasgos o b ­ servables estímulo-respuesta (el significado de los usos). Así pues, el significado apare­ ce definido en función de propiedades de la conducta observable de las personas. Com o consecuencia de que el significado puede consistir en cualquier característica tanto del com portam iento humano com o del mundo exterior, el estudio del significa­

1. P A R Á M E T R O S P ARA LA R E F L E X I Ó N S O B R E E L L E N G U A J E H U M A N O

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do no puede ser objetivo del trabajo de los lingüistas, sino que más bien es la tarea de todas las ciencias en su conjunto. Aunque para la com prensión del lenguaje es esencial la localización de identidades y diferencias de significado, la lingüística no puede ha­ cer otra cosa que dar por supuesto el significado y concentrarse en la determ inación y la clasificación de las formas del lenguaje y en el estudio de la distribución de unas res­ pecto de otras. Ni que decir tiene que bajo esta perspectiva no hay lugar para las ideas, emociones o deseos de Sapir ni tam poco para la concepción abstracta que tiene Saus­ sure de la forma y el significado de los signos. Veamos ahora qué dice Chomsky en una obra que tuvo una extraordinaria in­ fluencia en la teoría lingüística hace casi cuarenta años: «En adelante entenderé que una lengua es un conjunto (finito o infinito) de oracio­ nes, cada una de ellas de una longitud finita y construida a partir de un conjunto de ele­ mentos finito. [...] El propósito fundamental del análisis lingüístico de una lengua L es el de separar las secuencias gramaticales que son oraciones de L, de las secuencias agramaticales que no son oraciones de L,.y estudiar la estructura de las secuencias gram ati­ cales. La gram ática de L será, pues, un ingenio que genere todas las secuencias gra­ maticales de L y ninguna de las agram aticales.» (N. Chomsky, 1 9 5 7 ; trad. esp., p. 27.) A primera vista, la posición de Chomsky parece próxim a a la de Bloom field, prin­ cipalmente por su caracterización extensional del lenguaje. Sin em bargo, hay im por­ tantes diferencias entre ellos. En primer lugar, los elem entos del lenguaje ahora no son usos (ocurrencias espacio-tem porales concretas), sino frases (construcciones abstractas subyacentes a esas ocurrencias). Ello indica la adscripción de Chomsky a una concep­ ción mentalista del lenguaje: los usos son cosas que se pueden observar, mientras que las frases son cosas que, aunque se pueden conocer, no se pueden observar. Éstas son, pues, objetos de un diferente nivel de abstracción. En segundo lugar, hay que notar que en Chomsky la atención se desplaza del lenguaje a la gram ática, interpretada ésta com o sistema de reglas generativas capaces de producir el lenguaje. T al idea de ver la gramática com o un sistema de producción, en el sentido m atem ático, habría de ser ex ­ traordinariam ente productiva en el subsiguiente desarrollo de la teoría lingüística. A la vista de la posición m entalista de Chom sky y de su énfasis en los principios abstractos subyacentes al lenguaje, se hubiera podido esperar de él una actitud de equi­ librio en el tratam iento de la forma y del significado com o elementos igualmente esen­ ciales de la organización lingüística. N o fue así, sin em bargo, en los primeros tiempos, sino que continuó en la senda de Bloomfield en la afirm ación de que la gram ática es autónom a e independiente del significado. De hecho, la autonom ía de la sintaxis es uno de los rasgos característicos de la primera lingüística chom skyana. Posteriorm en­ te, desde los inicios de la década de los ochenta el estudio del significado empieza a ocupar el puesto relevante que le corresponde en el m arco de su teoría renovada. Hasta aquí hemos esbozado cuatro conceptos diferentes del lenguaje: (i) el lenguaje com o sistem a de signos unidos a través de relaciones mutuas (Saussure), (ii) el lenguaje com o método de com unicación por medio de un sistema de sím bo­ los (Sapir),

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(iii) el lenguaje com o un conjunto de usos cada uno de los cuales consta de rasgos observables de tipo vocal y de tipo estímulo-respuesta (Bloom field), (ív) el lenguaje com o un conjunto de frases abstractas cuya organización subya­ cente ha de reconstruir la gram ática (Chom sky).

3. LOS PROGRAMAS DE INVESTIGACIÓN LINGÜÍSTICA Cabe suponer que a diferentes conceptos de lo que se afirm a que es el lenguaje han de corresponder diferentes programas de investigación para la teoría lingüística. Esto es así, en efecto. En principio, parecería natural definir el progreso científico com o la aproxim ación cada vez más estrecha y rigurosa al núcleo de las cuestiones que constituyen el objeto permanente de investigación. En nuestro caso, podemos estar de acuerdo en que la fi­ nalidad esencial de la investigación lingüística es describir y explicar los fenóm enos del lenguaje natural. Ahora bien, aquella diversidad de conceptualizaciones introduce una visión relativista de cualquier idea de progreso que pudiéramos estar tentados a mane­ jar en nuestro ám bito, porque de hecho el mismo objeto de la investigación depende directam ente de la orientación que elijam os. Y , así, unos se concentran en las propie­ dades estructurales del lenguaje sin tener en cuenta su funcionam iento en los pertinen­ tes contextos de uso, y otros, en cam bio, sólo en aquellas propiedades que se pueden estudiar dentro de ciertos contextos de uso. Lo que hoy observam os en realidad es una proliferación de subdisciplinas, cada una de ellas con sus propios objetivos, por tanto realmente incom parables entre sí. Veam os brevemente algunos ejem plos: (i) La gram ática generativa se propone explicar la organización cognitiva subya­ cente de los seres humanos que los capacita para construirse una com petencia gram a­ tical adecuada sobre la base de un conjunto extraordinariam ente limitado de datos. Para ello se postula una gram ática universal, es decir, un sistema de principios lingüís­ ticos innatos de alcance general, comunes a todos los seres hum anos, que define el plan fundamental para las lenguas naturales. (ii) La gram ática funcional intenta com prender cóm o la posesión del conocim ien­ to lingüístico hace posible la interacción com unicativa y, al mismo tiem po, en qué me­ dida la organización de las lenguas viene determinada por condiciones impuestas so­ bre su empleo para la com unicación. (iii) La lingüística histórica trata de entender los principios básicos de acuerdo con los cuales las lenguas evolucionan a través del tiempo, qué factores internos y externos determinan ese desarrollo y cóm o se ha producido y se produce la fragm entación de las lenguas. (iv) La psicolingüística se propone llegar a determinar las propiedades y m ecanis­ mos psicológicos que están en la base de la capacidad humana de producir, com pren­ der, alm acenar y recuperar inform ación lingüística. (v) La sociolingüística quiere averiguar cóm o las variaciones socialm ente determ i­ nadas del com portam iento lingüístico y las diferencias de actitud ante tales variaciones condicionan, por un lado, la posición y la movilidad social de los hablantes y, por otro, el desarrollo histórico de las lenguas. (vi) La teoría de los actos de habla investiga cóm o pueden las personas hacer co ­

1. P A R Á M E T R O S PARA LA R E F L E X I Ó N S O B R E EL L E N G U A J E H U M A N O

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sas con palabras, o sea, qué actos com unicativos pueden ser llevados a cab o mediante expresiones lingüísticas de ciertas características y qué condiciones requiere el éxito o el fracaso de tales actos. (vii) El análisis de la conversación tom a el intercam bio lingüístico cotidiano y vivo com o el centro de atención de su estudio y concibe aquél com o un patrón de actividad en el que los seres humanos crean su identidad social con relación a los demás y don­ de encuentran los medios para afrontar los problem as de su vida diaria. Esta lista absolutamente fragmentaria es sólo un ejem plo de la enorme variedad de fenómenos, enfoques y metodologías con que nos encontram os, dependiendo de en qué subárea específica nos situemos. Podemos concluir, pues, que no parece existir un obje­ tivo único y com ún que esté presente en todos los programas de investigación lingüísti­ ca. Por consiguiente, para la valoración de cualquiera de los enfoques en un primer ni­ vel debemos tener en cuenta sus propios objetivos y propósitos. Sólo posteriormente nos podríamos plantear cuál es la contribución de cada subdisciplina o de cada orientación al objetivo general de llegar a comprender el lenguaje humano en todas sus múltiples manifestaciones. La situación que acabam os de presentar no permite atribuir el nombre de lingüística en exclusiva a una de las subdisciplinas. M ás bien, hemos de hablar de ciencias del lenguaje e intentar encontrar algún elemento integrador entre ellas.

4. OPCIONES EN EL ESTUDIO DEL LENGUAJE Siguiendo una analogía visual, vamos a com parar el desarrollo de la lingüística a una cuerda, com puesta de varias trenzas, cada una de las cuales representa una cierta corriente u orientación. En cada momento, algunas de estas trenzas pueden ser más fuertes y así contribuir más a la cuerda total. Unas pueden desaparecer y otras apare­ cer, e incluso algunas de ellas proceder de otros lugares. Las distintas orientaciones de la investigación no necesariamente son incompatibles, aunque compitan entre sí de un modo no siempre pacífico. Tam bién pueden ser comple­ mentarias, en el sentido de que aborden armoniosamente aspectos diferentes de un mis­ mo problema. Por otra parte, no es correcto simplificar las cosas y considerar las corrien­ tes lingüísticas com o todos monolíticos; lo cierto es que en ocasiones suelen esconder en su seno divergencias importantes. Parece razonable aceptar estas dos afirmaciones: (i) Diferentes corrientes lingüísticas pueden parecerse en ciertos aspectos y dife­ renciarse en otros. (ii) Por lo general, las corrientes lingüísticas no desaparecen sin más, sino que de­ jan su huella en algunas de las orientaciones subsiguientes. Aquellas trenzas de la cuerda de la que hemos hablado se com ponen, a su vez, de hilos. Algunas trenzas pueden com partir una cierta parte de esos hilos elementales. Com binaciones nuevas de hilos ya existentes pueden dar lugar a trenzas nuevas. V a ­ mos a analizar ahora en detalle y a un nivel elemental cuáles pueden ser esos elem en­ tos básicos de que constan las corrientes fundamentales que conocem os en lingüística. Las llamaremos opciones epistemológicas, y hacen referencia a preguntas básicas so­ bre el ám bito de estudio, los objetivos y los métodos de la lingüística, a algunas de las

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cuales ya hemos aludido de pasada en páginas anteriores. Las unidades que vamos a tratar de distinguir (corrientes o escuelas) se diferencian unas de otras por ofrecer va­ lores diversos para ciertas dimensiones que tom am os com o punto de referencia. Unas perspectivas se apartarán de otras en una serie de dimensiones, en cada una de las cu a­ les adoptarán opciones epistemológicas no coincidentes. Algunas de estas opciones se­ rán contradictorias, en el sentido de que no podrán ser acertadas sim ultáneam ente; otras simplemente serán contrarias, sin excluirse mutuamente, lo que favorecerá la po­ sibilidad de una síntesis de nivel superior. V am os a analizar, pues, esos principios com ponentes de la tradición lingüística de este siglo y a ver cóm o han contribuido a la com pleja evolución de la investigación lin­ güística que podemos hoy estimar consolidada. N os fijarem os en los cuatro autores clásicos a los que hemos hecho referencia más arriba, que nos parecen bien represen­ tativos del siglo actual: Saussure, Sapir, Bloomfield y Chomsky.

4 .1 . EL SISTE M A Y SU USO O p c i ó n e p i s t e m o l ó g i c a i . i : El sistema de una lengua es autónom o con respec­ to a las maneras com o se utiliza. Al estudiar el sistema lingüístico, hay que abstraería de las condiciones de uso. Para com prender las condiciones de uso, es necesario dis­ poner previamente de un análisis del sistema.

Esta postura es explícitam ente defendida, aunque con diferencias term inológicas, por Saussure y Chomsky, y podemos atribuirla im plícitamente tam bién a Bloom field. Ha contribuido en gran medida a constituir a la lingüística com o cam po independien­ te de investigación. O p c i ó n e p i s t e m o l ó g i c a 1 . 2 : El sistema de la lengua es un instrumento para la interacción comunicativa. Es un sistema hecho para ser em pleado con fines específi­ cos. La comprensión plena del sistema no es posible si lo separam os de sus condicio­ nes de utilización.

Se trata de una interpretación funcional o pragmática del sistema lingüístico que encontram os en la concepción de Sapir y, en general, en la orientación antropológica inspirada por él, y que está presente de manera persistente en la lingüística norteam e­ ricana. Ha ejercido una influencia apreciable en el decidido interés, acentuado en los tiempos recientes, por los determinantes pragmáticos de la organización lingüística. Por otra parte, en la tradición europea, el llamado Círculo de Praga contribuyó a una reorientación funcional del estructuralismo de Saussure a fin de construir un modelo de la organización lingüística según el esquema medios-fines. Autores com o A. M a rti­ net, J . R. Firth o M . A. K. Halliday pueden ser representativos de esta inflexión. El estudio del lenguaje com o medio para la interacción com unicativa recibió tam ­ bién el apoyo de algunas contribuciones procedentes originalm ente de otros cam pos. Así, J. L. Austin, desde la llamada filosofía del lenguaje ordinario, se planteó qué actos com unicativos pueden llevar a cabo los hablantes al usar la lengua y qué condiciones previenen el éxito o el fracaso de dichos actos. Ello dio lugar a lo que el filósofo J . R. Searle acabó llamando teoría de los actos de habla, que ha tenido una notable influen­ cia y ha coadyuvado a convertir la orientación pragmática en una im portante corrien­ te en nuestra disciplina.

1. P A R Á M E T R O S PARA LA R E F L E X I Ó N S O B R E E L L E N G U A J E H U M A N O

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Tam bién hay que aludir a la contribución procedente de la tradición etnom etodológica en sociología, que pone el acento en los procedimientos y estrategias por medio de los cuales las personas conform an sus interacciones en la vida diaria. C om o la co ­ municación verbal es el ingrediente más im portante de esas interacciones, el análisis de la conversación diaria normal se fue convirtiendo en un tema im portante desde este punto de vista.

4 .2 . LA R ELA C IÓ N E N T R E LA FO R M A Y EL SIG N IFIC A D O O p c i ó n e p i s t e m o l ó g i c a 2 . 1 : La característica esencial del signo lingüístico es que está compuesto de form a y significado. Ni la form a ni el significado se pueden es­ tudiar de manera com pleta y provechosa sin tom ar en consideración el otro término.

Este es el planteam iento sem iótico que hace Saussure y es un rasgo permanente de todas las escuelas estructuralistas europeas, que, así, no han suscrito nunca la posición a-sem ántica de la tradición norteam ericana. Es uno de los m otivos por los que no es correcto emplear el térm ino ‘estructuralism o’ sin más distinciones. Si se usa por co n ­ traste con la orientación chom skyana, hay que tener cuidado en evitar neutralizar las diferencias fundamentales que separan a las varias corrientes prechomskyanas. O p c i ó n e p i s t e m o l ó g i c a 2 . 2 : Las form as del lenguaje dependen esencialmente de su diferencia en lo que señalan o de la identidad en lo que significan. El significado re­ side en respuestas conductistas concretas y en rasgos del mundo exterior. El significa­ do com o tal no puede ser estudiado por la lingüística.

Esta postura conductista, característica de Bloom field, puede haber tenido una cierta utilidad metodológica al forzar a los lingüistas a atender a la intrincada estruc­ turación de las formas lingüísticas en sí mismas, haciendo caso omiso de sus significa­ dos. No obstante, hoy parece inconcebible una teoría del lenguaje que no dé respues­ ta a un aspecto tan im portante de él com o es el significado. O p c i ó n e p i s t e m o l ó g i c a 2 . 3 : Los principios básicos que subyacen a la organiza­ ción form al (especialmente, sintáctica) de las lenguas naturales son autónom os con respecto a las distinciones semánticas. El análisis sem ántico sólo puede ser llevado a cabo sobre la base de un análisis form al (sintáctico) anterior e independiente.

Esta postura form alista, que defiende un estatuto autónom o para la sintaxis for­ mal, ha sido hasta tiempos recientes un elemento central de la teoría generativa de Chomsky. En alguna medida adopta la orientación a-sem ántica de la postura conduc­ tista, si bien es cierto que Chomsky en numerosas ocasiones ha com batido vehemente­ mente todos los demás aspectos del conductism o. O tra influencia poderosa ha sido la procedente de la tradición form alista en lógica m atem ática, que podemos rastrear per­ fectamente en R. Carnap y otros autores del Círculo de Viena. No cabe duda razonable de que el desarrollo de la sintaxis chomskyana ha sido una de las fuerzas más importantes de la lingüística de los últimos cuarenta años, sobre todo en lo que se refiere a la formulación de nuevos centros de interés para los lingüistas, y ha revelado la particular complejidad de la sintaxis de las lenguas humanas. Tam bién, con ella la evolución de nuestra disciplina ha ganado en profundidad y abstracción a través de la concepción de la gramática com o un sistema de reglas que interactúan guiadas por

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E L E M E N T O S D E LI NGÜÍSTI CA

principios subyacentes. Pero el problema de las relaciones entre la forma y el significado continúa siendo una cuestión ampliamente debatida, lo que ha hecho posible el surgi­ miento de diversas alternativas a la teoría transformacional promovidas por quienes no se sentían identificados con la postura radicalmente formalista que comentamos. En este sentido, parece natural preguntarse (y así ha sucedido en los últimos tiem ­ pos) por la cuestión de si es posible integrar el tratam iento chom skyano de la sintaxis, de una cierta sofisticación m atem ática, en un modelo en el que el tratam iento de la se­ mántica reciba idéntico rigor. Esto explica la atracción despertada desde hace algún tiempo por los trabajos del lógico R . M ontague y de sus seguidores, la llamada gra­ mática de M ontague, cuyo objetivo no es otro que adaptar los recursos de la lógica matem ática al análisis del lenguaje natural de tal manera que, para cada operación sin­ táctica, se pueda form ular una regla sem ántica correspondiente que traduzca la es­ tructura sintáctica en un lenguaje lógico, el cual, a su vez, se pueda sujetar a los prin­ cipios usuales de interpretación semántica de la teoría de modelos.

4 .3 . SIN C R O N ÍA Y D IA C RO N ÍA O p c i ó n e p i s t e m o l ó g i c a 3 . 1 : El análisis sincrónico de la lengua tiene que ser cla­ ramente distinguido del análisis de su desarrollo histórico. Un análisis correcto del d e­ sarrollo histórico sólo se puede llevar a cabo a partir de un análisis sincrónico anterior.

Ésta es la postura que adopta Saussure, comprensible com o contrapeso a la atención exclusiva al desarrollo histórico en la lingüística del siglo x ix . Implica una dedicación completa a la descripción de un determinado estado en la evolución de una lengua. O p c i ó n e p i s t e m o l ó g i c a 3 . 2 : Los estudios sincrónico y diacrónico de la lengua se han de llevar a cabo en estrecha interdependencia: una fase sincrónica del lenguaje no es sino una etapa de transición de un desarrollo histórico en curso. El desarrollo dia­ crónico es una evolución del sistema de una fase sincrónica a otra.

Esta perspectiva de síntesis entre sincronía y diacronía fue ya defendida por el Círculo de Praga. Ha ido ganando adeptos y cobrando impulso en los últimos tiempos en dos áreas principalmente: en sociolingüística, donde las variaciones sincrónicas en los hábitos lingüísticos se consideran indicadores del cam bio en curso; y en lingüística tipológica, donde se estudian los diferentes tipos de lenguas no sólo por sí mismos, sino tam bién con respecto a la cuestión de cóm o una lengua de un cierto tipo puede dar lugar a otra lengua de otro tipo diferente.

4 .4 . LA V A R IA C IÓ N LIN G Ü ÍSTIC A Los hábitos lingüísticos varían en función de los individuos, los grupos definidos social o territorialm ente y los estilos. ¿Qué relevancia tiene esta variación para la teo ­ ría lingüística? O p c i ó n e p i s t e m o l ó g i c a 4 . 1 : La teoría lingüística puede com portarse com o si ta­ les variaciones no existiesen y dedicarse al análisis de una com unidad de habla ideal y com pletam ente hom ogénea.

1. P A R Á M E T R O S PARA LA R E F L E X I Ó N S O B R E E L L E N G U A J E H U M A N O

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De acuerdo con esta postura, Chomsky considera que la variación lingüística no ocupa ningún lugar destacado com o elemento independiente en la teoría de la gram á­ tica. O p c i ó n e p i s t e m o l ó g i c a 4 . 1 : La variación lingüística desempeña un papel im­ portante tanto para definir la posición y la m ovilidad social de los hablantes com o para comprender el cam bio lingüístico.

El estudio de la variación lingüística tiene una larga tradición, principalm ente en dialectología, que se concentra fundam entalm ente en el análisis de las diferencias lé­ xicas entre poblaciones distintas, y en estilística, cuyo objetiv o específico es el estu­ dio de las diferencias de estilo en los textos literarios. W . Labov adoptó la variación lingüística com o el objeto central de su investigación y m ostró que ciertos rasgos fo ­ néticos, m orfológicos y sintácticos pueden inform ar sobre determ inados patrones re­ gulares de variación a lo largo de una matriz definida en una de sus dim ensiones por diferencias de clase social y en la otra por un espectro de estilos formales/informales. Se vio después que esas diferencias lingüísticas pueden ser valoradas positivam ente (prestigiadas) o negativamente (estigmatizadas) de acuerdo con el parám etro de la clase social y que tales valoraciones pueden provocar cam bios hacia la norm a presti­ giosa, lo cual dejará huellas sobre el desarrollo histórico de la lengua. El m enciona­ do autor hizo ver tam bién que las variaciones de acuerdo con grupos de edad pueden frustrar cam bios en curso en la lengua y que tales cam bios son de carácter gradual, no repentinos. En todos estos trabajos, se insistió mucho en que el uso lingüístico había de ser es­ tudiado en condiciones naturales de habla espontánea, ya que sólo de esa manera se sabe cóm o hablan las personas realmente, en lugar de cóm o dicen o pretenden que ha­ blan. Por ello, el estudio de la variación lingüística se ha visto acom pañado de una me­ todología de registro cuidadoso del habla natural en circunstancias reales así com o del análisis estadístico de los datos correspondientes.

4 .5 . LA LENGUA, LAS LEN G UAS Y EL LEN G U A JE O p ció n

e p iste m o ló g ica

5 . 1 : Cada lengua ha de ser descrita atendiendo a su

propia estructura. Es una consigna de la lingüística descriptiva norteam ericana, que se entiende bien com o reacción a principios de este siglo contra la aplicación de las categorías resul­ tantes del estudio de las lenguas indoeuropeas a lenguas no indoeuropeas, en particu­ lar las lenguas de los pueblos indígenas am ericanos. El estudio de estas lenguas pare­ cía requerir concepciones com pletam ente nuevas de cóm o podía estar organizada una lengua. El hecho de que los m étodos lingüísticos de entonces fueran inadecuados aca ­ bó por cristalizar en la tesis de que ningún conjunto de categorías preestablecidas po­ día captar las características esenciales de otra lengua, por cercana que fuera. La pos­ tura que com entam os es ciertam ente incom patible con la misma noción de una teoría lingüística general. Aun así, en la práctica, los partidarios de esta postura han logrado hacer aportaciones destacadas a nuestra com prensión de los principios generales del lenguaje.

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E L E M E N T O S D E LI NGÜÍS TI CA

O p c i ó n e p i s t e m o l ó g i c a 5 . 2 : El objetivo final de la teoría lingüística consiste en desarrollar una teoría de la gramática universal suficientemente poderosa com o para explicar las propiedades de las lenguas individuales. La m ayor parte de esta teoría uni­ versal se puede incluso desarrollar a través del estudio en profundidad de una única lengua.

Aunque parezca paradójica esta última afirm ación de inspiración chom skyana, es lo cierto que la gram ática generativa, desarrollada en buena medida a través del estu­ dio detallado de los principios de la organización sintáctica del inglés, ha contribuido mucho a nuestra com prensión global de la organización general de cualquier lengua. Una ventaja indudable de la aproxim ación monolingüe a la teoría lingüística es que uno dispone de una enorme cantidad de datos relevantes en su propia com petencia de hablante nativo de la lengua en cuestión. Y , si algún principio de la gram ática ha de te­ ner relevancia universal, tiene que estar necesariamente presente en el núcleo central de cualquier lengua particular. N o hay que despreciar, sin em bargo, el peligro que ofrece esta postura de conducirnos a un cuadro etnocéntrico o glotocéntrico del conjunto com pleto de lenguas humanas: algunas propiedades que pueden parecer absolutam en­ te indispensables para la gram ática del inglés pueden resultar hallarse ausentes de otras lenguas, y a la inversa. O p c i ó n e p i s t e m o l ó g i c a 5 . 3 : El objetivo final de la teoría lingüística consiste en desarrollar una teoría general suficientemente poderosa com o para explicar las p ro­ piedades de las lenguas individuales. Esta teoría general sólo se puede desarrollar a tra­ vés del análisis tipológico de muestras representativas del conjunto com pleto de len­ guas naturales.

Esta postura tipológica tiene una presencia continua desde el siglo pasado hasta hoy, con relevantes aportaciones del Círculo de Praga y de Sapir. R ecibió un gran im ­ pulso a raíz del congreso de 1961 sobre universales del lenguaje, en el que J . H. Greenberg desempeñó un papel muy destacado. Su aportación al estudio de la tipología lin­ güística fue doble: tanto m etodológica com o teórica. En lo m etodológico, puso en evidencia que podemos obtener generalizaciones significativas e inesperadas sobre el lenguaje a partir del estudio de una muestra cuidadosam ente elegida de lenguas repre­ sentativas. En lo teórico, hizo ver la productividad de la noción de universal im plicativo. Brevemente explicado, podemos formular enunciados universales de la forma ge­ neral: «Para toda lengua L, si L tiene la propiedad P, entonces L tiene la propiedad Q ». Obsérvese que tales enunciados no dicen nada sobre la universalidad de P o de Q . Lo único que hacen es definir tres tipos de lenguas posibles: 1) con P y con Q , 2) sin P y sin Q , 3) sin P y con Q . Este tipo de enunciados sólo excluye lenguas que tengan P pero no Q. Los universales im plicativos han resultado ser un poderoso instrum ento para describir aquellas propiedades generales de las lenguas que determinan la variación ti­ pológica sistem ática entre ellas. Incluso a menudo estos universales im plicativos se pueden conectar entre sí en series transitivas de la siguiente form a: «Si P, entonces Q ; si Q , entonces R ; si R , entonces S; ...». Así han aparecido jerarquías en casi todos los ám bitos de la organización lingüística, que nos permiten predecir algunas propiedades de una lengua en la que hemos observado que se da P, y que vienen a ser fragmentos de una teoría general de lo que es una lengua natural posible.

1. P A R Á M E T R O S PARA LA R E F L E X I Ó N S O B R E EL L E N G U A J E H U M A N O

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4 .6 . O B JE T IV O S DE LA IN V E ST IG A C IÓ N Esta dimensión se halla estrechamente ligada a la anterior, aunque incorpora algu­ nos otros rasgos. O

pc ió n e p is t e m o l ó g ic a

6.

i

: El objetivo último de la lingüística es la descripción

de todas las lenguas del mundo. Hubo una época en que tal postura gozaba de una aceptación general. Sin duda, describir lenguas es una tarea im portante en sí misma por diversos motivos. En primer lugar, la descripción de una lengua a veces constituye una verdadera y loable opera­ ción de rescate de lenguas que están desapareciendo, bien porque se extingue el co n ­ junto de sus hablantes o porque otras lenguas (en la m ayor parte de los casos, lenguas europeas) se imponen sobre ellas. En segundo lugar, los datos descriptivos sobre el m a­ yor número posible de lenguas son esenciales para la construcción de una teoría gene­ ral de las propiedades del lenguaje natural, al menos para quienes com parten la pos­ tura tipológica. No obstante, tam bién es cierto y bien sabido que para poder describir un fenómeno necesitamos alguna teoría general sobre el mism o, porque la descripción en un vacío teórico es, simplemente, imposible. O p c i ó n e p i s t e m o l ó g i c a 6 . 2 : El objetivo último de la lingüística es la form ula­ ción de una teoría explicativa adecuada de la estructura de las lenguas naturales.

Esta es la tarea de Chom sky, que procede a través de la estrategia de probar que los com plejos fenómenos de las lenguas naturales proceden de la interacción de unos pocos principios subyacentes simples. Este cam ino ha conducido a la sofisticación teó­ rica de la lingüística actual y no tiene por qué excluir el recurso a los datos descripti­ vos, que servirán para confirm ar o invalidar tal o cual principio teórico. O p c i ó n e p i s t e m o l ó g i c a 6 . 3 : Uno de los objetivos de la lingüística es la descrip­ ción de todas las lenguas, tanto sincrónica com o diacrónicamente. Otro de los objeti­ vos de la lingüística es el descubrimiento de las fuerzas que permanente y umversal­ mente determinan el funcionamiento sincrónico y el desarrollo diacrónico de las lenguas. Todavía o tro objetivo más de la lingüística consiste en delimitarse y definirse ella misma.

Este planteam iento de síntesis es el propio de Saussure.

4 .7 . EL LEN G U A JE Y LA M E N T E A lo largo de su desarrollo, la lingüística ha vivido una relación contradictoria con la psicología. Por un lado, no se puede negar que el lenguaje es un im portante com po­ nente de la psicología individual. Pero, por otro, el lenguaje no es sólo eso: nadie po­ dría comprender el funcionam iento com unicativo del lenguaje si no fuera tam bién, en alguna medida, una función del grupo social. Al mismo tiem po, cuando el lenguaje se interpreta com o un fenómeno psicológico, surge la cuestión de si la psicología sumi­ nistra los métodos apropiados para explicarlo. Una opinión com ún hacia las explica­ ciones psicológicas que se ofrecen de los fenómenos lingüísticos en el siglo x ix , por ejemplo la de Bloom field, ha sido que daban cuenta de estos fenómenos en términos de

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E L E M E N T O S DE LI NGÜÍSTI CA

procesos mentales, cuya única evidencia la constituían los mismos fenóm enos lingüís­ ticos. La cuestión es ciertam ente com pleja y polémica. O p c i ó n e p i s t e m o l ó g i c a 7 . 1 : El lenguaje es un fenóm eno psicológico, integrado en cada mente individual. Es también un fenóm eno social, porqu e el hablante no pue­ de apartarse de las convenciones lingüísticas existentes en su sociedad nativa. La lin­ güística es una parte de la semiótica, que, a su vez, es una parte de la psicología social.

Esta es la postura que adopta Saussure sobre el asunto. Añadió, no obstante, que, com o la lengua es el sistema sem iótico más im portante de que disponemos, será la lin­ güística la que contribuirá al desarrollo de la sem iótica, más que al revés. En la prácti­ ca, Saussure no hace un uso habitual de conceptos de la psicología social para explicar los fenómenos lingüísticos. O p c i ó n e p i s t e m o l ó g i c a 7 . 2 : En la explicación de los fenóm enos lingüísticos no se puede aceptar ningún elemento que no sea reducible a propiedades observables del com portam iento humano.

Com o consecuencia de la vigencia del pensamiento positivista en su época, este planteam iento mecanicista de Bloom field ejerció una cierta influencia sobre la lingüís­ tica norteam ericana de los años cuarenta y cincuenta O p c i ó n e p i s t e m o l ó g i c a 7 . 3 : El lenguaje se desarrolla com o órgano mental sobre la base de un program a cognitivo definido de manera innata. La lingüística es una par­ te de la psicología cognitiva.

Este planteam iento chom skyano resultó determ inante para expulsar de la escena lingüística la posición mecanicista. Destaquem os algunos de sus aspectos fundam en­ tales: (i) Es un planteam iento absolutam ente individualista, en la medida en que no se concede relevancia alguna a la vertiente social del lenguaje. (ii) Es radicalmente racionalista, porque defiende que los factores esenciales que determinan la adquisición del lenguaje residen en el sistema mismo de adquisición; se ha llegado a decir incluso que los niños aprenden su lengua nativa a pesar de, más que gracias a, los estímulos lingüísticos del entorno. (iii) Viene a sostener que los principios cognitivos de la gram ática se relacionan de manera muy indirecta con lo que los hablantes hacen realmente en su conducta lin­ güística diaria. (iv) En la práctica, no se vale de los resultados em píricos de la psicología en su ta ­ rea de construir una teoría lingüística. Sintetizando pues las distintas posturas, parece que se puede afirm ar con respecto a lo dicho hasta ahora sobre esta dimensión que los lingüistas o bien estim an que la psicología es irrelevante para sus propósitos, o bien, si creen que los fenóm enos lin­ güísticos son básicam ente de naturaleza psicológica, ello influye relativam ente poco en su actitud científica. Esta circunstancia conduce a un cierto vacío entre la lingüística y la psicología, y abandona a su suerte a la psicolingüística, que trata de form ular m o­ delos lingüísticos que expliquen la conducta lingüística concreta de los seres humanos.

1. P A R Á M E T R O S PARA LA R E F L E X I Ó N S O B R E E L L E N G U A J E H U M A N O

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O p c i ó n e p i s t e m o l ó g i c a 7 . 4 : La psicolitigüística se propone llegar a entender cóm o las personas realmente producen, comprenden, alm acenan y recuperan la infor­ mación lingüistica. También cóm o adquieren o pierden su capacidad de efectuar esas operaciones. Ello exige el recurso a unos principios lingüísticos de carácter procesual naturalista que expliquen el com portam iento lingüístico real.

Com o la teoría lingüística, en su sentido más estricto, no proporciona tales princi­ pios, la tendencia de los psicolingüistas a procurarse sus propios conceptos y métodos por su cuenta ha ido siendo cada vez más acusada. Lo mismo puede afirm arse tam bién de la inteligencia artificial, que, en su interés por diseñar sistemas inform áticos realis­ tas y eficaces de com unicación lingüística, con frecuencia apela en vano a la teoría lin­ güística en busca de las herramientas y metodologías necesarias, que no encuentra por estar instalada ésta en un nivel superior de abstracción.

4 .8 . EL LEN G UAJE Y EL G RU PO SO CIAL I

O p c ió n e p i s t e m o l ó g i c a 8. 1 :

La teoría lingüística no ha de tom ar en considera­

ción ninguna variable social. Vimos que Saussure no ignoraba que el lenguaje es un fenómeno social. El sistema lingüístico total es una función de la comunidad lingüística, que se impone de modo ineludible a cada individuo. N o obstante, de hecho el estructuralismo no condujo a una concepción sociológica del lenguaje, dado que otro de los principios en los que se inspiraba establecía precisamente la necesidad de abstraer el sistema de sus condicio­ nes de uso. Los planteam ientos de Chom sky tam poco dejan espacio a los factores sociales. En su caso, ello se ve reforzado por su defensa de la necesaria abstracción con res­ pecto a cualquier form a de variación lingüística. T am p oco atribuye especial im por­ tancia a que el lenguaje sea un medio de com u nicación, es decir, de interacción so­ cial. Para él, la com unicación es una más de las funciones del lenguaje, pero en absoluto esencial. Sin em bargo, otros diferentes enfoques han sostenido la tesis del lenguaje com o fe­ nóm eno social y han estudiado su carácter, tanto en el micronivel de la interacción so­ cial com o en el macronivel de las variedades lingüísticas que están en correlación con la estratificación social. O p c i ó n e p i s t e m o l ó g i c a 8 . 2 : La lengua es un instrumento para la interacción so ­ cial. Por tanto, ha de ser estudiada dentro del contexto social de la comunicación in­ terpersonal.

Es la postura de D. H. Hymes al sugerir, en la línea del espíritu antropológico de Sapir, la extensión de la noción de com petencia gram atical a la de com petencia com u­ nicativa. Ésta vendría a ser la capacidad de los hablantes/oyentes en virtud de la cual pueden llegar a formas socialm ente significativas de interacción. W . Labov com parte esta posición, tanto en su defensa general del estudio del lenguaje en su contexto social com o en los m icroanálisis concretos que lleva a cabo. El desarrollo de la teoría de los actos de habla y del análisis de la conversación ha incidido en la misma consideración del lenguaje com o medio de interacción com unicativa.

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E L E M E N T O S DE LI NGÜÍSTI CA

O p c i ó n e p i s t e m o l ó g i c a 8 . 3 : Las convenciones lingüísticas están correlacionadas con las variables sociales, y am bas determinan y son determinadas p or diferencias de posición y de valoración social.

Este planteam iento es el de la m acrosociolingüística, cuyo auge en los últimos tiempos es buena muestra de su vitalidad.

5. CONCLUSIÓN Las diferentes escuelas de pensamiento lingüístico se individualizan, pues, según los cam inos que tom an en cada una de estas dimensiones o variables. H a quedado bien patente a lo largo de estas breves páginas el carácter extrem adam ente rico en conteni­ dos y pluralista en perspectivas de la investigación lingüística, lo que puede, sin duda, ser interpretado com o un rasgo de inmadurez científica pero tam bién com o un germen de progreso para el futuro, si es que éste requiere la coexistencia de corrientes com ple­ mentarias que se disputan el terreno. En todo caso, esta situación ha de resultar espe­ cialm ente estimulante para quienes se inician en el estudio científico del lenguaje. Lo más im portante es, no obstante, observar cóm o cada una de esas diversas doc­ trinas, en su común pretensión de explicar la organización de las lenguas hum anas, es el resultado de la decantación y com binación de un pequeño núm ero de opciones epis­ tem ológicas mínimas. A la vista de esta variedad, se impone, en definitiva, una tarea de integración de los diversos enfoques, tanto de los que proceden del cam po estricto de la lingüística com o de aquellos otros originados en terrenos vecinos, con los que nuestra disciplina, a cau­ sa del carácter poliédrico del lenguaje com o objeto de estudio, ha m antenido siempre y debe seguir manteniendo fecundos vínculos.

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C

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Sa u ssu r e ,

2 LAS LENGUAS DEL MUNDO por J uan C a rlo s M o r e n o C a b r er a

1. INTRODUCCIÓN: LA GLOTONIMIA Se considera que toda persona culta ,debe tener unos conocimientos básicos de geo­ grafía física. Por ello, en el bachillerato se incluye la geografía com o asignatura o parte de una asignatura. Sin embargo, en la Enseñanza M edia se descuida un aspecto de la geogra­ fía humana muy importante: la glotonimia o estudio de los glotónim os : es decir, la inves­ tigación sobre los nombres de las lenguas que se hablan en el mundo. Los glotónimos sue­ len derivarse de los etnónimos, es decir, de los nombres que reciben las diversas naciones o etnias. Así, la palabra «catalán» denota lo relativo a una nación y, derivativamente, su idioma. Muchas veces son diferentes el etnónimo y glotónimo que se dan a sí mismas las personas pertenecientes a una nación o etnia y el etnónimo y glotónim o que dan a esa na­ ción o etnia los individuos de otra nación. En el primer caso tendremos autoglotónimos y en el segundo, heteroglotónim os. Por ejemplo, el etnónimo y glotónimo alemán es un heteroglotónim o, ya que los alemanes llaman a su nación y a su lengua deutsch (cf. nuestro teutón)-, este término es el autoglotónimo. A continuación damos una breve lista de auto­ glotónimos y heteroglotónim os: Algunos heteroglotónim os de deutsch con indicación de las lenguas que los usan: alemán (español), tedesco (italiano), duits (holandés), saksan (finés), német (húngaro), nemacki (serbio), tysk (sueco), dokil (coreano). Algunos autoglotónim os con sus correspondientes heteroglotónim os castellanos: gaeilge (irlandés [cf. gaélico]), cymraeg (galés [cf. cám brico]), hangugmal (coreano), euskara (vascuence [cf. éuscaro]), hrvat (croata), srp (servio), hayeren (arm enio), kartveli (georgiano), lietuviskai (lituano), nihongo (japonés), vlaams (flam enco), yueh (cantonés). Sin em bargo, no se trata sólo de una cuestión m eramente denominativa. Conocer cuáles son las lenguas del orbe y las relaciones entre ellas es algo que puede hacernos comprender m ejor muchos aspectos del mundo actual y tam bién del mundo pasado.

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