El señorio de Cazorla en la Baja Edad Media
 9788496191052

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María del Mar
LIBROS EPCCM. MARIA DEL MAR

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EL SEÑORÍO DE CAZORLA EN LA BAJA EDAD MEDIA

LIBROS EPCCM ESTUDIOS Historia Medieval

EL SEÑORÍO DE CAZORLA EN LA BAJA EDAD MEDIA

María del Mar García Guzmán

LIBROS EPCCM

María del mar García Guzmán El señorío de Cazorla en la Baja Edad Media

© María del Mar García Guzmán © HUM- 165: Patrimonio, Cultura y Ciencias Medievales www. librosepccm.com www. epccm.es/net/org

Diseño de cubierta: Juan Abellán Pérez Motivo de cubierta: Vista de l castillo de La Iruela (Jaén) Maquetación: Juan Abellán Pérez

ISBN: 978-84-96191-05-2

Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra sólo puede realizarse con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase cedro (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra.

ÍNDICE Introducción .............................................................

Página 9

Conquista y evolución del Adelantamiento de Cazorla en los primeros siglos de dominio cristiano ....................................................................

15

Úbeda y Cazorla en la baja edad media: enfrentamientos por el control del espacio en el

Alto Guadalquivir ....................................................

29

Introducción .......................................................... Los problemas de términos desde sus inicios hasta 1404 ............................................................. Úbeda-Quesada y Cazorla durante el reinado de Juan II ....................................................................

29

38

Pleito y excomunición por cuestiones de términos entre Úbeda y Cazorla (Siglo xv) ............

57

Introducción .......................................................... Origen del enfretamiento entre Úbeda y Cazorla .. Pleitos entre los arzobispos de Toledo y Úbeda .... Penas espirituales ..................................................

57 58 60 61

30

Ritual de excomunión ............................................. Apéndice documental ..............................................

66 67

Sistema defensivo de las vills de allende del Adelantamiento de Cazorla según las fuentes documentales bajomedievales .........................

73

Iznatoraf y villas de Allende .................................... El sistema defensivo de las Villa de Allende ...........

73 76

Régimen municipal en el Adelantamiento de Cazorla (1231-1546) ..............................................

95

Introducción ............................................................. Los concejos del Adelantamiento de Cazorla .......... Evolución del régimen municipal en el siglo XV ....

95 96 99

Un cuadernillo de cuentas del concejo de Cazorla (1427-1428) ...................................................

123

Introducción ............................................................. Ingresos y gastos del concejo de Cazorla durante el año 1427-1428 ........................................ Ingresos ................................................................... Gastos ...................................................................... 1. Salario de los oficiales del concejo .............. 2.- Gastos de defensa ........................................ 3. Obras públicas y gastos extraordinarios .......

123 128 129 131 131 135 138

Unas ordenanzas de la sierra de Cazorla (1552) ......

143

Los orígenes del señorío de Santo Tomé (Jaém) en la Baja Edad Media ................................................

167

Santo Tomé y Pedro Díaz de Toledo. El origen de un linaje jiennense: los Díaz de Quesada ............... El señorío de Cazorla a finales del siglo XIII .......... La pérdida de Quesada y don Pedro Díaz de Toledo . La torre e iglesia de Santo Tomé, patronato de los Díaz de Quesada ...................................................... Apéndice documental .............................................. La guerra de Granada en las probanzas de hidalguía: Los Amador de Lezcano, hidalgos de Cazorla y Quesada ....................................................................... Introducción .......................................................... El memorial de los hidalgos y las ejecutorias de hidalguía ............................................................ Los Amador de Lezcano ......................................... La guerra de Granada ..............................................

185 185 188 193 206

209 209 210 214 225

INTRODUCCIÓN

El Adelantamiento de Cazorla, tema de mi tesis doctoral, ha sido, desde el ya lejano 1983, y es una de mis líneas de investigación. El motivo de esta dedicación es bien sencillo, la documentación consultada para la elaboración de la tesis doctoral y que publicó la Universidad de Cádiz, con el titulo El Adelantamiento de Cazorla en la Baja Edad. Un señorío eclesiástico en la frontera castellana, procedía, en su gran mayoría, de los archivos de la catedral de Toledo, ya que fueron las pruebas documental que la Iglesia Primada utilizó en el largo pleito para recuperar el Adelantamiento de Cazorla; por tanto a través de estos documentos, los arzobispos de Toledo demostraron la posesión del señorío desde su donación por Fernando III, el ejercicio de la jurisdicción, la plena capacidad para designar a sus adelantado, el gobierno de sus hombres y tierras, en definitiva que fueron los señores del Adelantamiento sin ningún tipo de trabas. Toda esta rica información me permitió el estudio del señorío desde un plano de la institución; pero algunos documentos dejaban ver una realidad muy distinta, más viva y con más matices, de las tierras que a el arçobispo en la frontera, la curiosidad por saber como vivían sus gentes, de donde procedían, que les llevó a asentarse en unas tierras de frontera, donde lo cotidiano era la vecindad con el Reino nazarí de Granada con todo lo que ello implicaba, qué papel jugaron los arzobispos y sus adelantados en la conflictiva vida política de la Baja Edad. La búsqueda de respuestas a todas estas interrogantes me ha llevado durante estos años a una paciente labor de recopilación de datos y noticias, de investigación en archivos nacionales o nobiliarios. Los resultados de esta labor investigadora se han ido publicando en diversas revistas universitarias y actas de congresos, pero siendo

consciente que su dispersión dificulta su localización a los posibles lectores y teniendo cuenta, sobre todo, el interés que suscita la historia local, todo ello me ha llevado a plantearme su publicación en un nuevo libro sobre el Adelantamiento de Cazorla, dividido en tres bloques: En el primero de ellos se aborda el estudio de la conquista de estas tierras del Alto Guadalquivir durante el reinado de Fernando III y la formación del señorío, analizándose las primeras medidas adoptadas por los arzobispos de Toledo para asegurar la defensa del territorio; pero, a pesar de ellas, durante la minoría de Fernando IV los granadinos consiguieron conquistar Quesada, hasta entonces villa principal del señorío, su reincorporación al poder castellano y su posterior donación a Úbeda, obligó a los prelados a reorganizar el señorío, desde el siglo XIV será gobernado por un adelantado. Así mismo, en esas fechas el señorío tiene una sólida organización interna, en base a dos villas, Cazorla e Iznatoraf, pero sobre los concejos y sus oficiales se impone la autoridad del adelantado, representante directo del arzobispo de Toledo; con la implantación de estas estructuras el señorío jiennense será conocido como Adelantamiento de Cazorla. Pero los arzobispos de Toledo tuvieron una activa participación en la agitada vida política castellana, circunstancia que tenía su inmediato reflejo en el señorío, no solo porque sus milicias participasen en las empresas militares de su señor, sino porque la conflictividad política se va extendiendo a todos los territorios de la Corona de Castilla; el Reino de Jaén no es ajeno a esta situación y su expresión más evidente es la aparición de los bandos nobiliarios en las principales ciudades; en esta dinámica las alianzas políticas de los arzobispos y de sus adelantados en muchas ocasiones diferían de las de sus vecinos, de manera que los viejos problemas de términos, surgidos a raíz de la donación de Quesada a Úbeda, enmascaran intereses de índole política o económica. La Iglesia de Toledo en defensa de sus intereses utilizó todos los medios a su alcance, incluyendo la excomunión y el entredicho, sanciones eclesiásticas aplicadas en diferentes ocasiones desde el pontificado de don Pedro Tenorio. 10

Un segundo bloque está dedicado a los concejos del Adelantamiento, la concesión de un fuero y la constitución del concejo fue el punto de partida del régimen municipal en las villas del señorío que irá evolucionando merced a las normas que van promulgando los señores del Adelantamiento; a lo largo del periodo bajomedieval se observa como van surgiendo en todas las villas unas pequeñas elites que contando con el apoyo, generalmente, del adelantado, intentan acaparar los oficios concejiles, que según la normativa foral debían ser sorteados anualmente entre los caballeros de cuantía. Las disposiciones de los arzobispos de Toledo oscilaron a favor o en contra de esta tendencia, aunque, generalmente, trataron de mantener el sistema electivo para favorecer la caballería de cuantía, vital en un señorío de frontera. En el siglo XVI la situación cambia significativamente, ya que la desaparición del reino nazarí de Granada que marcó el declive de los caballeros de alarde, aunque en el Adelantamiento los arzobispos mantuvieron vigentes las obligaciones militares de los cuantiosos, pero al mismo tiempo en las villas del señorío se había modificado el sistema de designación de los oficios concejiles, unos continúan siendo sorteados mientras que otros son de nombramiento señorial, arzobispo o adelantado, en este último caso recaen siempre en un limitado número de familias, cuyos miembros a lo largo de la centuria van consiguiendo la ejecutoria de hidalguía. Este segundo apartado se completa con dos trabajos, uno de ellos basado en un cuadernillo de cuentas del concejo de Cazorla, 1427-1428, su importancia estriba en que es el único conocido hasta la fecha y además ofrece, a través de los ingresos y gastos del concejo, una visión muy significativa de cómo una villa de frontera dedicaba una partida muy importante de sus ingresos a mantener el sistema de vigilancia de sus términos frente al reino de Granada. En el otro se estudia el aprovechamiento económico de la Sierra de Cazorla, importante fuente de riqueza del señorío, por parte de los concejos y vecinos de Cazorla y La Iruela y también por los adelantados, tanto el arrendamiento de los pastos como la explotación maderera constituían una saneada fuente de ingresos, 11

aunque su sobreexplotación obligó a las autoridades de Cazorla a promulgar unas ordenanzas, encaminadas a proteger y conservar la riqueza natural de la Sierra de Cazorla. En último bloque, compuesto, así mismo, por tres trabajos, se aborda el estudio del nacimiento en el siglo XIV de un pequeño núcleo de población en el alfoz de Cazorla, Santo Tomé, surgido a raíz de la donación efectuada por el arzobispo de Toledo don Gonzalo Díaz Palomeque a favor de su hermano Pedro Díaz de Toledo, a la propiedad de la tierra se le añadiría la construcción de una torre y el derecho de patronato de la iglesia del lugar, todos estos elementos presagiaban que Santo Tomé se convertiría en un señorío de los descendientes de Pedro Díaz de Toledo, pero los arzobispos de Toledo, en especial don Pedro Tenorio, trataron de evitar esta enajenación y limitaron considerablemente los derechos de los Díaz de Quesada e incluso en algunos momentos no se les permitió percibir las rentas de la heredad. Esta situación, cambiante, según las circunstancias políticas se mantuvo a lo largo de la Baja Edad Media. Por otra parte, el lugar de Santo Tomé estuvo ligado a los Díaz de Quesada, uno de los linajes más destacados de la nobleza del Reino de Jaén, descendientes de Pedro Díaz de Toledo, por lo que otro de los trabajos de este bloque se dedica al estudio de este personaje y su llegada a tierras jiennense, al serle encomendado el gobierno del señorío, primero por su tío don Gonzalo García Gudiel y luego por su hermano don Gonzalo Díaz Palomeque, en estos años Pedro Díaz de Toledo fue formando un patrimonio y estableciendo vínculos familiares y políticos, que le permitieron establecerse de manera definitiva en el Reino de Jaén, una vez que abandonó el gobierno del Adelantamiento, tras el fallecimiento de su hermano, el arzobispo de Toledo. Finalmente, se incluye en este apartado el estudio de un linaje de hidalgos, originario de Guipúzcoa, Amador de Lezcano; Pedro López Amador llegó a tierras jiennense en los primeros decenios del siglo XIV, afincándose en Quesada, villa que había pasado a la jurisdicción de Úbeda, atraído, sin duda, por las oportunidades que ofrecía a las gentes de armas la cercanía al 12

reino de Granada. Sus descendientes plenamente integrados en la aristocracia ubetense participaron de lleno en los avatares de la vida en la frontera y también en el complejo entramado de la lucha de bandos, aunque a raíz del fallecimiento de Hernando Amador, dos de sus hijos Diego y Hernando se afincaron en el Adelantamiento de Cazorla. La trayectoria de este linaje es un ejemplo claro de cómo se fueron asentando en el señorío de Cazorla gentes de armas y cómo estas familias fueron desempeñando oficios en los gobiernos municipales o en la administración del señorío por nombramiento de los arzobispos o adelantados, sin olvidar el ejercicio de las armas, hasta constituir la oligarquía local hasta que finalmente obtuvieron la ejecutoria de hidalguía que sancionaba su pertenencia a la nobleza. En los estudios sobre la nobleza del Reino de Jaén siempre se pone de manifiesto la importancia y fuerza que tuvieron los hidalgos en las ciudades jiennense, pero su presencia en tierras de señorío es desconocida y de ahí estriba la peculiaridad que presenta el Adelantamiento y muy particularmente la villa de Cazorla, que contó entre sus vecinos, desde fecha tempranas, con un número considerable de hidalgos. Creo, expuestas las razones de mi interés por la historia del Adelantamiento de Cazorla, que es necesario expresar mi sincero agradecimiento a las instituciones y personas que han hecho posible que algunos de mis trabajos de investigación vieran la luz, especialmente al Excelentísimo Ayuntamiento de Cazorla, interesado siempre en difundir el rico pasado histórico de las tierras que configuraron el Adelantamiento, por su generosidad al ofrecerse a contribuir a la edición de este nuevo libro y de otros de mis trabajos, y, como no, a don Juan Antonio Bueno Cuadros, cronista oficial de la villa y director del Anuario del Adelantamiento, profundo conocedor de la historia de su tierra y siempre dispuesto a resolverme cualquier duda, y, sobre todo, por su amistad.

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CONQUISTA Y EVOLUCIÓN DEL ADELANTAMIENTO DE CAZORLA EN LOS PRIMEROS SIGLOS DE DOMINIO CRISTIANO(*)

Con anterioridad a las campañas de Fernando III en Anda-lucía, algunas plazas del Alto Guadalquivir habían estado temporalmente en poder cristiano. Ante el debilitamiento del poder almorávide, Alfonso VII de Castilla y León planteó en 1147 la conquista de Almería, con­tando con la ayuda de Ramón Berenguer IV y de genoveses y pisa­nos. Esta empresa, cuyo objetivo era el control de un puerto de gran interés en el comercio con el Norte de África, necesitaba de un pasi­llo que permitiera la defensa de Almería; en el avance cristiano se con­quista Quesada1. La presencia cristiana fue efímera, pues en 1157 los almohades habían reconquistado todos los lugares tomados por Alfonso VII en Andalucía. La definitiva llegada de los castellanos al Alto Guadalquivir tiene lugar tras las Navas de Tolosa, 1212, que significó el derrumbamien­ to del poder almohade y sentó las bases para las futuras conquistas de Fernando III. Aprovechando la difícil situación de al-Andalus, marca­ da por las luchas internas, en las Cortes de Carrión (1224) se acordó la intervención en Andalucía, dirigida hacia el Alto Guadalquivir, des­ tacando el ataque a Quesada y a los castillos cercanos; en esta empre­sa participó don Rodrigo Jiménez de Rada, arzobispo de Toledo. Ante la

(*) Pub.- en Hispania, al-Andalus y Castilla. Jornadas del Alto Guadalquivir, Jaén, 1998, pp. 265-279. (1) Ibn Abi Zar, Rawd al-Qirtas, Valencia, 1964, p. 150. Primera Crónica General. Ed. R.Menendez Pidal, Madrid, 1956, pp. 660-661.

el señorío de cazorla en la baja edad media

imposibilidad de consolidar las conquistas, las murallas de la villa fueron destruidas y sus campos arrasados2. En los años siguientes se va afianzando la presencia castellana en la Alta Andalucía, conquistándose entre otros lugares lznatoraf3 que años más tarde se integraría en el señorío de los prelados toledanos. Los problemas internos ocasionados por la unión de Castilla y León, 1230, ralentizaron las empresas militares de Femando III, dele­gando éstas en don Rodrigo Jiménez de Rada; así el 30 de enero de 12314, el rey donaba al primado Quesada y Toya; este privilegio supo­ne el nacimiento del Adelantamiento. Cotejando diversas Crónicas5 podemos conocer la situación de la villa; aunque arrasada en 1224, debido a su valor estratégico, volvió a ser reconstruida y poblada de nuevo, por lo que don Rodrigo tuvo que llevar a cabo su conquista y prueba de ello es que contó con la ayuda de la Santa Sede. Gregorio IX expidió dos bulas, concediendo los beneficios espirituales que reportaba la Cruzada a aquellos que par­ ticipasen en las empresas militares del Arzobispo6. En la primavera de 1231, el ejército estaba preparado y comen­zaba la conquista del Adelantamiento. Las Crónicas nos dan una exten­ sa relación de villas y castillos que cayeron en poder cristiano, cuyos (2) J. de M. Carriazo, Colección Diplomática de Quesada, Jaén, 1975, pp. XLII-XLV. J. Eslava Galán: “La campaña de Quesada”, en Feria y Fiesta de Quesada, Quesada, 1989. (3) Junto a lznatoraf se conquista Baeza, Andújar, Martos, Baños de la Encina, Santisteban del Puerto, Garciez, Jódar y Sabiote. J. González, Reinado y diplomas de Fernando III, Córdoba, 1980, pp. 301-313. Santisteban del Puerto perteneció a Iznatoraf hasta 1252, fecha en que la villa fue donada al Arzobispo de Toledo. J. Rodríguez Molina, El reino de Jaén en la Baja Edad Media. Aspectos demográficos y económicos, Granada, 1978, p. 37. (4) J. de M. Carriazo, Colección., p. 1. (5) R. Jiménez de Rada, De Rebus Hispaniarum, ed. M. D. Cabanes, Valencia, 1968, p. 204. Primera Crónica General, p. 724. 16

conquista y evolución del adelantamiento de cazorla

topónimos en su día identificó don Juan de Mata Carriazo. La Santa Sede continuó en estos años prestando ayuda al arzobispo de Toledo y en una nueva bula, expedida el 5 de junio de 12337, pedía a los prelados, conventos y cabildos de la archidiócesis de Toledo su cola­ boración económica para sufragar los enormes gastos, necesarios para mantener la villa de Quesada y sus castillos fronteros con el Reino de Granada. Este documento pontificio es muy significativo en cuanto a la dificultad que suponía mantener un extenso territorio, pues en él se citan, además de la villa de Quesada, treinta y siete castillos, en pri­ mera línea de frontera, lo que suponía a don Rodrigo Jiménez de Rada mantener a sus expensas 1.000 soldados y 400 caballeros, necesarios para asegurar el territorio conquistado. En los años siguientes don Rodrigo continuó las conquistas: Cuevas de Almizdrán, Cúllar, Cebas y Cortes8, adentrándose cada vez más en territorio granadino. Este desplazamiento hacia el Sur se debe a que Femando III, el 20 de abril de 1243, otorgó a don Rodrigo la ciudad de Baza “que agora es en poder de moros”9 a cambio, el rey recibiría algunos castillos pertenecientes a la mesa arzobispal en el Reino de Toledo. La conquista de estos últimos lugares tendría lugar entre 1243 y 1246, pero la toma de Baza presentaba serias dificultades, por lo que el arzobispo tuvo que pedir ayuda al monarca; éste se comprometió, el 31 de marzo de 124610, a entregarle la ciudad en un plazo de cua­tro años y mientras tanto tendría la villa de lznatoraf. (6) Las dos bulas fueron expedidas en Spoleto el 7 de abril de 1231. H. Grassotti: “Don Rodrigo Jiménez de Rada, gran señor y hombre de negocios en la Castilla del siglo XIII”, en Cuadernos de Historia de España, LV-LVI (1972), pp. 40-41. (7) J. de Mata Carriazo, Colección.., 3 (8) Ibídem, L-LIV. M. M. García Guzmán, El Adelantamiento de Cazarla en la Baja Edad Media. Un señorío eclesiástico en la frontera castellana, Cádiz, 1985, 101-102. (9) El documento de donación está publicado por J. A. García Luján, Privilegios reales de la Catedral de Toledo (1086-1462), Toledo, 1982, pp. 161-167. (10) H. Grassotti: Don Rodrigo... p. 209. 17

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Pero la conquista de Baza se fue aplazando hasta que en 1252, muerto ya don Rodrigo, lznatoraf pasó a depender de la jurisdicción de los arzobispos de Toledo de manera definitiva, previa renuncia a Baza11; quedando, de esta manera, configurado territorialmente el futu­ro Adelantamiento de Cazorla. En esta primera época el señorío se organiza en torno a tres núcleos de población: Quesada, lznatoraf y Cazorla; siendo la cabece­ra la primera villa. Cada una de ellas recibió aldeas y unos términos propios: La Moraleja y la Torre de Domingo Pliego fueron las aldeas de Iznatoraf. De Cazorla dependían Nubla, La Iruela y Alcoray12. Años mas tarde se le añadiría Burunchel y El Retamal13. Por lo que respec­ta a Quesada contaba con el alfoz más amplio, pues la práctica tota­lidad de los núcleos de población dependían de esta villa: Pelos, Toya, Peal de Becerro, Dos Hermanas, Villamontín, Aosin, Fic, Torres de Alicún, Cuenca, Chiellas, Cebas y Cortes14. Cada una de estas villas recibió un fuero, pertenecientes todos a la familia foral de Cuenca, y unos privilegios amplios, encaminados a fomentar su población. Como Quesada era la más avanzada en la frontera, sus privilegios fueron destacados; así sus vecinos recibieron exen­ción fiscal, excepto de moneda, yantar y fonsadera15. E incluso, por privilegio de la Santa Sedes16, los vecinos de la villa podían comerciar (11) M. M. García Guzmán, El Adelantamiento..., p. 103. (12) Estas aldeas fueron concedidas por don Sancho de Castilla el 23 de noviembre de 1256. M. M. García Guzmán, El Adelantamiento..., p. 106 (13) El 17 de marzo de 1268, don Sancho de Aragón otorgó estos lugares como aldeas a Cazorla, previo poblamiento; pero esta cláusula no llegó a cumplirse. En documentación posterior El Retamal aparece como una dehesa de la villa. M M. García Guzmán, El Adelantamiento..., p. 106. (14) La configuración del alfoz de Quesada se debe al infante don Sancho de Castilla. J. de M. Carriazo, Colección..., p. 20. (15) Este privilegio fue otorgado por el infante don Sancho de Castilla el 18 de febrero de 1257 y confirmado con el deán y cabildo toledano el 2 de abril de ese mismo año. J. de M. Carriazo, Colección.., pp. 8-10. 18

conquista y evolución del adelantamiento de cazorla

con los musulmanes, con excepción lógica de caballos y armas. En estos primeros años había dos objetivos claros: mantener los territorios conquistados y asentar una población suficiente para defen­ der el territorio. Aunque las noticias sobre la repoblación del señorío son bastantes escasas, a partir de los datos conocidos podemos marcar las pautas del proceso: Según detalla el fuero de Quesada se repartie­ron “canpos, viñas, hortos, molinos”17. Para el caso concreto de las tie­rras de cereal, estas se dividieron en tres lotes, uno correspondería a la mesa arzobispal mientras que los dos restantes se deberían repartir entre los nuevos pobladores18. Igual proceso se seguiría con las viñas. Las tierras se recibían por juro de heredad, según se contiene en el fuero de Quesada: “E otrosi otorgo a todos aquellos que hobieren rayz en ter­ mino de Quesado que la ayan firme e estable y por sienpre valediera, asi que pueda hazer della y en ella lo quel pluguiere, e aya la poder vender y de canbiar y de enprestar, si quier morar si quier yr..”19. Los lotes de tierra estarían de acuerdo con la categoría social y militar del repoblador, al igual que ocurre en los repartimientos que se realizan por estas fechas en la Andalucía cristiana; así el escudero Berenguer Fernández recibió 5 yugadas de heredad en Villamontín y 4 aranzadas de viña en Quesada; los hermanos Lope y Ramiro Doriz reciben, respectivamente, heredades de 3 y 2 yugadas20, con la única condición de someterse al fuero de Quesada. (16) Rieti, 24 de julio de 1234. J. de M. Carriazo, Colección..., p. 4. (17) Se conocen algunos fragmentos de este fuero, otorgado por don Rodrigo Jiménez de Rada, el 10 de diciembre de 1245, por un traslado de 1527. J. de M. Carriazo, Colección..., pp. 7-9. (18) Esta división de las tierras de labor se recoge en un documento de Jiménez de Rada, otorgado en Pelos el 5 de mayo de 1256. J. de M. Carriazo, Colección..., p. 12. (19) J. de M. Carriazo, Colección..., pp. 7-9. (20) En cuanto a la superficie de tierra que recibe cada poblador, según el estudio de E. Cabrera: “Evolución de las estructuras agrarias en Andalucía a raíz de su conquista y repoblación”, en Actas del V Coloquio de Historia medieval de Andalucía, Córdoba, 1988, pp. 175-178, se podrían clasificar de pequeñas (hasta 4 yugadas) y medianas (entre 4 y 13) propiedades, recayendo las primeras en los 19

el señorío de cazorla en la baja edad media

Pero la documentación deja entrever que junto a los nuevos pobla­dores podrían convivir algunos mudéjares: El 2 de junio de 124321, don Rodrigo Jiménez de Rada entregó la tenencia del castillo de Torres de Alicún a su vasallo Martín López, recibiendo éste un sueldo anual de 200 maravedíes y 50 cahíces de cereal, pero “que si los moros le die­ran alguna cosa de los derechos del pan que a nos han a dar, que ge lo menos conteamos en estos cinquenta kafizes...”. El documento hace refe­ rencia a la existencia de una población musulmana en el señorío y que sigue trabajando la tierra y por ello debían pagar al señor una renta o unos derechos en especie. En otro documento de fecha cercana, 1245, referido al concejo de Quesada de nuevo encontramos “o que quiera ir toller el pan a los castiellos de los moros que son en nuestra conquis­ta...”22. Estos datos podrían servir para plantear la hipótesis de una posible comunidad mudéjar, al menos en los años anteriores a su suble­vación o en los territorios más meridionales del señorío que por su posición muy avanzada en la frontera se vieron más afectados por las continuas hostilidades entre cristianos y musulmanes. Pero independientemente de la existencia o no de mudéjares, el interés de los arzobispos se centraba en la atracción de pobladores, incluso, ya en fechas más alejadas de la conquista del territorio; así en 1309 el arzobispo don Gonzalo Díaz Palomeque confirmaba unas dona­ciones de tierras, hechas por don Sancho de Aragón a sus “escuderos e a otros omes, sus vasallos e sus criados”, en el Retamal, con la obliga­ción de pagar el diezmo a la iglesia de Cazorla23. peones y las segundas en los caballeros. En el amojonamiento de los términos entre Quesada y Cazorla, 30 de julio de 1388, aparecen diversas referencias a las caballerías “... que dizen de la cavalleria de Garçia Sanchez, carniçero, vezino de Quesada ... do diz que descabeça la cavalleria de Juan Sanches de Carmona...”. (21) J. de M. Carriazo, Colección..., p. 5. (22) J. de M. Carriazo, Colección..., p. 10. (23) M. M. García Guzmán, Colección diplomática del Adelantamiento de Cazarla (1231-1495), Cádiz, 1991, p. 15. 20

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En definitiva, se trata de asentar a la nueva población, otorgán­ dole unas condiciones ventajosas, pero a cambio debían cumplir con unas obligaciones militares, vitales en un territorio de frontera. Éstas se van perfilando a través de la documentación señorial y afectaban a todos los caballeros y peones24. Junto a esta organización militar dependiente de los concejos, exis­ tía una importante red de castillos, dados en tenencia por los arzo­ bispos de Toledo a sus vasallos. Es el caso del castillo de Torres de Alicún, entregado por don Rodrigo Jiménez de Rada a Martín López, durante tres años, recibiendo como pago de la tenencia 200 marave­ díes y 50 cahíces de cereal anualmente. Este proceso se seguiría con el resto de los castillos del señorío, pero para evitar una excesiva disper­ sión en la organización militar y defensa del territorio, en el mismo documento se expone de manera bien clara que cualquier aspecto rela­cionado con el mantenimiento del castillo “que lo faga saber a don Sancho Ansurez, comendador de Quesada”25. Este don Sancho Ansúrez sería el representante directo del arzobispo en el señorío y claro ante­cedente de los adelantados de Cazorla. En esta línea de centralización, años más tarde el mismo don Rodrigo entregaba la tenencia de los castillos de Cuenca, Chiellas, Torres de Alicún, Cebas y Cuevas de Almizdrán a su sobrino Gil de Rada que desempeñaría en el señorío funciones más amplias que las estrictamente relacionadas con la tenencia de los castillos, como es el reparto de las viñas en el término de Quesada26. A principios del siglo (24) El 14 de diciembre de 1245, don Sancho de Castilla estableció que todos los con­cejos allende del Guadalquivir, entre ellos Cazorla y la Iruela tenían que seguir al de Quesada en sus empresas militares. J. de M. Carriazo, Colección..., p. 10. (25) El 2 de junio de 1243. J. de M. Carriazo, Colección..., p. 5. (26) El repartimiento efectuado por don Gil de Rada y el canónigo de Toledo Gutierre Fernández fue confirmado, el 15 de noviembre de 1270, por el infante don Sancho de Aragón. M. M. García Guzmán, Colección diplomática..., p. 12. 21

el señorío de cazorla en la baja edad media

XIV, todas las funciones de gobierno, administración y defensa del territorio fueron asumidas por el Adelantado, representante directo del arzobispo de Toledo. Al mismo tiempo aparece por estas fechas una variada documen­ tación señorial referente a la explotación de la principal riqueza del Adelantamiento, los pastos. Cada concejo tendría una dehesa para bueyes y caballos, utilizada exclusivamente por sus vecinos27; también sería de uso exclusivo de ellos, el aprovechamiento de las maderas de sus respectivos términos. En cambio, sus ganados podrían desplazarse y utilizar los pastos de todo el Adelantamiento. Generalmente, las aldeas encontraron resistencia por parte de la villa principal para poder amojonar su propia dehesa y por este motivo La Iruela, reclamaba a Cazorla en 1322, una dehesa para bueyes, siéndole concedida por el procurador del arzobispo don Juan de Aragón28. En la mayoría de los casos los intereses de la ganadería primaban sobre la agricultura; en 1398 don Pedro Tenorio escribía al concejo de Villanueva del Arzobispo, autorizándolo a arrendar unas tierras de pan llevar, conocidas como la Rinconada del Barco en la ribera del Guadalimar, por un plazo de cuatro años; el importe del arrendamiento se desti­naría a la construcción de la cerca de la villa. Para este cambio se apro­vechan las treguas pactadas con Granada, porque “al tienpo que hera guerra con los moros fueronle quitadas e tomadas para pastos de los gana­dos, por razon que non estavan andar en comarca del Guadalquivir”29. (27) Embid, 14 de diciembre de 1245. J. de M. Carriazo, Colección..., p. 10. (28) El 5 de febrero de 1322 se establecieron los mojones de la dehesa que irían “...desde el cerro de la Carrasca de Domingo Molina hasta la atalaya del Puerto Cabrera como va al rio Monrriel hasta las Çafurdas e hasta el Espinosa como da camino de Bronchel e salle del camino de la fuente de Sigura...”. M. M. García Guzmán, Colección diplomática..., pp. 18-19 (29) Toledo, 1 de febrero de 1398. M. M. García Guzmán, Colección diplomática..., pp. 92-93. 22

conquista y evolución del adelantamiento de cazorla

La Rinconada del Barco, volvería a tener uso ganadero, pues en una carta del adelantado Alfonso Tenorio a su mayordomo, 22 de junio de 1411, le prohibía el arrendamiento de estas tierras junto con las de la Rinconada de Portogal y los Cebales, todas ellas en la ribera del Guadalimar, porque “al tienpo que esta tierra fue poblada que fue­ron dexadas las dichas Rinconadas para pastos e majadas e que nunca... los dichos adelantados... llevaron los tales derechos”30. Pero el aprovechamiento en común de los términos no estuvo exen­ to de problemas entre los concejos del Adelantamiento, sobre todo porque las villas principales como Cazorla e Iznatoraf eran reacias a reconocer los derechos de las nuevas villas, segregadas de su jurisdic­ ción, como sucede con La Iruela y con Villanueva del Arzobispo. Para solucionar estos conflictos, los arzobispos fueron legislando: El 11 de agosto de 139731, don Pedro Tenorio establecía las siguien­tes disposiciones. Los términos de Iznatoraf y Villanueva del Arzobispo serían utilizados conjuntamente por los ganados de sus vecinos. La licencia para entrada de ganados forasteros sería dada conjuntamente por ambos concejos. La vigilancia y percepción de los impuestos a estos ganados, correspondería a los caballeros de la sierra de Iznatoraf y Villanueva, repartiéndose sus derechos, dos tercios para Iznatoraf y el resto para Villanueva. Disposiciones semejantes establece don Pedro de Luna32 para Cazorla y La Iruela: Los términos de ambas villas serían usados comu­ nalmente “en raçon del pascer e cortar e casar e pescar...”. Los sitios, espacio agrícola cercano a la villa, dedicados a viñas, olivos y huertos33 quedaban vedados a los ganados; si entraban, los caballeros de la sie­ rra podían tomarlos e imponer las penas establecidas en el fuero. (30) (31) (32) (33)

Ibídem, pp. 109-110. Ibídem, pp. 91-92. Toledo, 13 de enero de 1414. Ibídem, pp. 113-115. C. Argente del Castillo, Ganadería medieval andaluza. Siglos XIII-X­VI (Reinos de Jaén y Córdoba), Jaén, 1991, pp. 393-394. 23

el señorío de cazorla en la baja edad media

Por último, los concejos de Cazorla y La Iruela, conjuntamente, tendrían que establecer la época de la veda de caza; las penas por infrac­ ción de esta ordenanza se repartirían entre ambos concejos, según la costumbre. En el caso de conflicto entre las villas, lo resolvería el ade­ lantado. Si la utilización de los términos del Adelantamiento provocó con­ flictos entre los concejos del señorío, esta situación se complicaba aún más cuando los acuerdos afectaban a concejos no dependientes de la autoridad arzobispal. Es el caso de la Hermandad entre Iznatoraf y Úbeda. Recién conquistado el territorio se constituyó una Hermandad entre Úbeda, Baeza, Santisteban del Puerto e Iznatoraf para el apro­ vechamiento de sus términos34; en esos momentos Iznatoraf era todavía villa de realengo, pero al pasar al señorío de los arzobispos de Toledo, estos tenían jurisdicción sobre sus términos y, en consecuen­cia, era de su competencia establecer como utilizarlos y beneficiarse de sus rendimientos económicos. En 1325 Úbeda e Iznatoraf ratificaron la Hermandad, estableciendo que “...todos los terminos que avemos nos los dichos conçejos que sean comunales... que podamos usar de los unos a los otros sin derecho e sin tributo... salvo el assadura de nuestro señor el arçobispo de Toledo...”35. Por estas mismas fechas, mediados del XIII, el enorme auge de la ganadería, no sólo en el reino de Jaén sino a nivel general de la Corona de Castilla, da lugar a la constitución del Concejo de la Mesta. Los derechos por tránsito de ganados y utilización de pastos daría lugar al servicio y montazgo, importante fuente de ingresos para la hacienda regia tras la reforma fiscal de Alfonso XI36. (34) C. Argente del Castillo, Ganadería..., p. 86. La Hermandad se estable­ció el 20 de agosto de 1235 a instancias de Fernando III, para solucionar el pro­blema de los escasos términos de Úbeda. (35) M. M. García Guzmán, Colección diplomática..., pp. 19-21. (36) C. Argente del Castillo, Ganadería..., pp. 630-631. 24

conquista y evolución del adelantamiento de cazorla

Pero el nuevo sistema tenía que tener presente los antiguos privi­ legios de algunos concejos del Alto Guadalquivir; en este sentido, el 10 de julio de 1316, Alfonso XI recordaba a los recaudadores del servicio en el obispado de Jaén que la percepción de dicho tributo “... es contra los dichos privillegios e Hermandat...”37, prohibiéndoles su recau­dación tanto en tiempos de paz como de guerra. Todavía más problemático era delimitar las competencias de los alcaldes de la Mesta con las de los titulares de señoríos. En el caso del Adelantamiento de Cazorla sabemos que era atravesado por una red de cañadas y veredas, quedando estas establecidas al menos en 134838, siendo los únicos caminos que podrían utilizar los ganados; por otra parte, los problemas surgidos entre los concejos del Adelantamiento y la Mesta eran resueltos por los alcaldes entregadores39. No obstante, en algunos momentos no se reconoció a estos funcionarios reales jurisdicción en el Adelantamiento. Es muy interesante un documento de Enrique II, fechado el 8 de agosto de 1378, en el que se explica que durante la sede vacante entre el pontificado de don Gómez Manrrique y de don Pedro Tenorio, el alcalde entregador Juan Sánchez de Molina multó al concejo de Cazorla por haber causado daños a una cabaña de vacas, pero el monarca ordenó al citado alcalde devolver la multa: “...non auiendo vos jurisdiçion alguna en Cazorla ni en su termino ni en los sus (37) M. M. García Guzmán, Colección diplomática..., pp. 16-17. (38) En un pleito entre Iznatoraf y Villanueva del Arzobispo, sentenciado por el ade­lantado Alfonso Tenorio el 29 de diciembre de 1414, se establece que los únicos caminos eran los señalados en una sentencia del alcalde entregador de la Mesta Fernán López, el 29 de enero de 1348 y en otra del alcalde entregador mayor Juan Díaz de Córdoba. M. M. García Guzmán, Colección diplomática..., pp. 115-120. (39) C. Argente del Castillo, Ganadería..., pp. 354-358. Los alcaldes entrega­ dores eran funcionarios reales, encargados de solucionar los conflictos surgidos en la transhumacia de los ganados. Estableciéndose cinco distritos y en cada uno había dos alcaldes. En época de Alfonso XI el nombramiento de alcaldes se hacía por obispados. 25

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vasallos por raçon de la dicha alcaldía...”40 y estableciendo en el citado documento que el pleito era “nuestro de oyr e de librar...”. Pero, a pesar del impuesto único para los ganados trashumantes y de una estrecha intervención por parte de la Corona surgían los pro­ blemas, cuando estos atravesaban lugares de señorío; los titulares de los mismos seguían imponiendo gravámenes; esta situación se da en el Adelantamiento de Cazorla y generó numerosos litigios entre los concejos del señorío y el concejo de la Mesta. Los intereses, a veces encontrados, del arzobispo de Toledo y los concejos del señorío frente a la Mesta quedan perfectamente recogi­ dos en la documentación correspondiente al pontificado de don Pedro Tenorio. En una carta del arzobispo a su adelantado Pedro Ruiz de Torres y al concejo Cazorla dice lo siguiente: “Vimos vuestras cartas que nos enbiastes en raçon del enplazamiento que agora nuevamente fuera fecho a vos el consejo de Cazorla, por parte del cabildo de la mesta de los pastores, diziendo que ellos pagando servicio e montadgo al rey que podían entrar e comer con sus ganados en todos los terminos nuestros. E no con­sistades a los de la Mesta ni a otra persona alguna que los entren a paçer e a cortar contra nuestra voluntad... E no crean los de Ubeda ni el cabil­do de los pastores que nos an de espantar con enplaçamientos... por lo qual nos entendemos reçiamente proseguir este negoçio de la Yglesia... e defender el nuestro derecho e de la nuestra Yglesia fasta la muerte, segund sienpre fezimos...”41. Tras estos problemas, la Corona percibiría el servicio y montazgo en los puertos acostumbrados42, pero la utilización de los pastos del Adelantamiento era competencia del arzobispo, percibiéndose en el

(40 M. M. García Guzmán, Colección diplomática..., pp. 33-34. (41) M. M. García Guzmán, Colección diplomática..., pp. 96-97. (42) El servicio y montazgo afectaba a los ganados transhumantes, mientras que los ganados travesios de los obispados de Córdoba y Jaén pagaban sus derechos a la Corona en Villanueva del Arzobispo. C. Argente del Castillo, Ganadería..., pp. 639 y 668. 26

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señorío la asadura, consistente en 4 ovejas cada millar, el montazgo, la castillería y los derechos de los caballeros de la sierra. Este conjun­ to de tributos se recaudaron a lo largo de los siglos XIV y XV; tanto en el Adelantamiento como en otros lugares del Alto Guadalquivir43. Pero esta situación cambia en el reinado de los Reyes Católicos, quie­ nes recogiendo las quejas de los ganaderos ordenaron a su escribano de cámara, Juan de Villarroel que se trasladara al Adelantamiento e hiciera pesquisa para conocer el alcance de los hechos44. La abundante documentación relacionada con los derechos de los arzobispos y concejos a autorizar la entrada de ganados en sus tierras, la utilización de sus pastos, la constancia del concejo de la Mesta en defender su derecho a pasar por el Adelantamiento y del concejo de Úbeda por mantener la Hermandad con Iznatoraf nos está hablando del enorme valor que tenían estas tierras para el aprovechamiento gana­ dero y que puede ser una de las claves para comprender el porqué del paso de Quesada a la jurisdicción de Úbeda y los interminables litigios entre Úbeda, Cazorla y los arzobispos de Toledo por unos términos que en su día pertenecieron a Quesada. Pero sin olvidar los avatares de la frontera que siempre estuvieron presentes en la Historia de Quesada.

(43) C. Argente del Castillo, Ganadería..., p. 665, señala el cobro de estos derechos en Úbeda, Santisteban del Puerto y Jódar. (44) La carta real esta fechada el 16 de agosto de 1491. M. M. García Guzmán, Colección diplomática..., pp. 410-411. 27

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_._ Límites aproximados del Adelantamiento en la Baja Edad Media _.._ Límites actuales de las provincias de Jaén y Granada

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ÚBEDA Y CAZORLA EN LA BAJA EDAD MEDIA: ENFRENTAMIENTOS POR EL CONTROL DEL ESPACIO EN EL ALTO GUADALQUIVIR (*)

Introducción Tras la incorporación del Alto Guadalquivir a la Corona de Castilla, Fernando III procedió a la organización del espacio conquistado en base a dos modelos: realengo y señorío. Durante el siglo XIII hubo un claro predominio del realengo, destacando los concejos de Úbeda y Baeza, frente a las tierras de señorío, otorgadas, básicamente, a la Orden de Santiago, encomienda de Segura, y al arzobispo de Toledo, Adelantamiento de Cazorla. Pero muy pronto esta organización territorial se iría modificando por motivos de diversa índole, políticos, militares.., pero sobre todo, por la paulatina consolidación y expansión de los señoríos nobiliarios. Estos cambios darían lugar a enfrentamientos entre los diferentes poderes por el control del espacio. En el caso concreto de Úbeda y Cazorla, su origen fue la donación de la villa de Quesada por Alfonso XI en 1331 a Úbeda y a partir de ahí, interminables litigios, a lo largo de dos siglos, entre sus vecinos con los del Adelantamiento; en estos casos, Quesada era representada por el concejo de Úbeda, mientras que los de Cazorla por el adelantado o por su señor, el arzobispo de Toledo. En otras ocasiones se produjeron enfrentamientos armados. El motivo de estas disputas a simple vista es muy sencillo: la delimitación de sus respectivos términos, pero tras él se esconden intereses más complejos, puesto que no hay que olvidar que Andalu(*) Pub.- en Estudios sobre Patrrimonio, Cultura y Ciencias Medievales, I (1999), pp. 77-96.

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cía, durante la Baja Edad Media, fue el escenario de los principales acontecimientos de la vida política castellana y no siempre el arzobispo de Toledo y la ciudad de Úbeda se encontraban en el mismo bando. A esto hay que añadir factores de tipo económico, el interés por controlar la mayor superficie de tierra en vista a su explotación ganadera, actividad que marcaba la vida económica de Úbeda, mientras que se mantuvo la frontera con el Reino de Granada.

Los problemas de términos desde sus inicios hasta 1404 Las dificultades internas de Castilla, durante la minoría de Fernando IV, fueron aprovechadas por Muhammad II de Granada para conquistar algunas plazas de la frontera jiennense, entre ellas, la de Quesada. Desde 1295 hasta 13101, la situación de la villa es incierta, pasando de poder cristiano al musulmán en diferentes ocasiones2. Tras su incorporación definitiva a Castilla en 1310, Quesada vuelve a la jurisdicción de la Iglesia de Toledo, pero el 22 de enero de 1331, Alfonso XI la donaba a Úbeda, “... con todos sus terminos, con montes e con fuentes e con

(1) En 1295 dentro de una ofensiva dirigida por rey de Granada se conquista Quesada y en los años siguientes Alcaudete, Bedmar y Castillo de Locubín. Su posterior paso a dominio cristiano hay que verlo como un episodio más de la Batalla del Estrecho. El destronamiento de Muhammad III y la llegada al trono de Nasr, 1309, obligó a Granada a buscar de nuevo la alianza con los meriníes y la consiguiente entrega de Algeciras y Ronda. Por su parte Castilla cercaba Algeciras, pero ante la alianza pactada por Granada, aceptó las treguas, propuestas por el monarca nazarí, en las que se incluía la devolución de Quesada junto con las otras plazas conquistadas por Muhammad II. M. A. Ladero Quesada, Granada. Historia de un país islámico (1231-1571), Madrid, 1989, pp. 143-147. (2) Tanto J. M. Carriazo, Colección Diplomática de Quesada, Jaén, 1971, p. LXIX, como J. F. Rivera Recio, El Adelantamiento de Cazorla. Historia General, Toledo, 1948, p. 27, apuntan la posibilidad de que la villa fuese recuperada por los castellanos, para perderse de nuevo entre los años 1296 y 1302, quedando incorporada al Reino de Granada hasta 1310. 30

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rios e con pastos...”3; en este privilegio se encuentra el origen de las largas diferencias entre los concejos de Cazorla y Úbeda. La ciudad entraba en posesión de la villa y sus términos, pero hay que tener en cuenta que Quesada había sido, desde la conquista del territorio, el concejo principal del señorío de la mitra toledana, contando con un amplio alfoz en el que se encontraban numerosos núcleos de población como Pelos, Toya, Peal de Becerro y Villamontín, entre otros4. El documento real no especifica que aldeas pasaban junto con Quesada a la jurisdicción de Úbeda, ni contempla las modificaciones que se llevaron a cabo en la organización territorial del señorío, en los años que Quesada permaneció en poder musulmán. Las conquistas granadinas solo afectaron a su sector más meridional, mientras que lugares como Pelos, Toya, Peal de Becerro o Dos Hermanas, no incorporados al reino de Granada, pasaron en estos años a depender de Cazorla5 y poco a poco esta villa, con mejores condiciones defensivas que Quesada, pasó a ser el centro del Adelantamiento. En cuanto a los motivos que impulsaron al monarca castellano a esta donación, el mencionado privilegio la justifica en la prerrogativa que tienen los reyes de recompensar a quienes le sirven lealmente, como ocurre con el concejo de Úbeda, “... sabiendo quantos buenos serviçios vos el conçejo de la nuestra villa de Ubeda fizistes a los reyes donde nos venimos e fizistes e fazedes a nos...”6; también se justifica en el derecho de conquista, Quesada fue ganada por Fernando IV, mientras que la Iglesia de Toledo no había podido defender a la villa (3) J. M. Carriazo, Colección..., pp. 31-35. (4) El alfoz de Quesada aparece en un privilegio del infante don Sancho de Castilla, arzobispo electo de Toledo, otorgado el 18 de febrero de 1257. J. M. Carriazo, Colección..., p. 20. (5) Estas aldeas aparece como dependientes de Cazorla en un privilegio de exención de marzadga, concedido a la villa por el arzobispo don Gonzalo Díaz Palomeque, el 18 de julio de 1300. M. M. García Guzmán, Colección Diplomática del Adelantamiento de Cazorla (1231-1495), Cádiz, 1991, p. 15. (6) J. M. Carriazo, Colección..., p. 31. 31

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de los ataques granadinos; con el cambio de jurisdicción, la defensa de Quesada, camino de entrada en el Reino de Jaén a través del valle del Guadiana Menor, quedaría encomendada al concejo de Úbeda, asegurándose de esta manera un importante sector de la frontera jiennense, mientras que la Corona centraba sus esfuerzos en la Batalla del Estrecho. En el interés por asegurar este sector de la frontera, tiene lugar años más tarde, el 28 de noviembre de 13357, la donación al concejo de Úbeda del castillo de Tíscar, con la obligación de asentar en el lugar a cincuenta pobladores, en un plazo de cuatro años. Pero junto a estas razones pesaría, ante todo, la necesidad de ampliar los exiguos términos de Úbeda, como señala C. Argente del Castillo8. En este sentido hubo una constante reorganización del alfoz de la ciudad, incorporándose Cabra y Santisteban en el reinado de Alfonso X y en el de Alfonso XI, además, de Quesada, el Castillo de Albanchez, aunque en los siglos siguientes los términos de Úbeda sufriran nuevas modificaciones, no tanto por las circunstancias propias de la frontera, sino por el importante aumento de las tierras de señorío en esta zona9. En definitiva, con la donación de Quesada se potenciaba un concejo de realengo y se conseguían nuevos espacios para los ganados de la ciudad y, precisamente, por este motivo, los enfrentamientos entre Úbeda y Cazorla no tardaron en producirse. El 20 de agosto de 133210, Alfonso XI nombraba a Fernán Martínez, vecino de Baeza, y a Lope Pérez, vecino de Santisteban del Puerto, jueces de términos, porque (7) J. M. Carriazo, Colección..., pp. 40-44. (8) La necesidad de buscar nuevas tierras para sus ganados, llevó al concejo de Úbeda a establecer diversas Hermandades con concejos vecinos. C. Argente del Castillo, La ganadería medieval andaluza. Siglos XIII-XVI (Reinos de Jaén y Córdoba), Jaén, 1991, pp. 67 y 449-456. (9) Las modificaciones sufridas en los alfoces de las dos grandes ciudades de realengo, Úbeda y Baeza, de esta comarca puede verse en T. Quesada Quesada, La Serranía de Mágina en la Baja Edad Media. Una tierra fronteriza con el reino nazarí de Granada, Granada, 1989, pp. 94-123. (10) J. M. Carriazo, Colección..., pp. 38-40. 32

úbeda y cazorla en la baja edad media

tanto Úbeda como Cazorla consideraban suyos parte de los antiguos términos de Quesada. Así, el adelantado Sancho Rodríguez de Funes junto con los oficiales de Cazorla habían retenido ciertas ovejas, ante la negativa de Úbeda de pagar el montazgo; por su parte Úbeda había realizado prendas a los vecinos de Cazorla por cortar leña. Y a partir de estos hechos, los altercados entre los vecinos de uno y otro concejo se fueron sucediendo. La sentencia de los jueces fue favorable a los intereses de Úbeda, adjudicándole todo el primitivo alfoz de Quesada, de acuerdo con la donación real, y ordenando el deslinde de los términos; pero este no llegaría a ejecutarse, al ser recurrida la sentencia por don Gil Álvarez de Albornoz, arzobispo de Toledo. En esta fase del proceso el rey se reservó juzgar el pleito y mientras que éste tenía lugar estableció que los lugares en litigio fueran usados por ambas partes11. Tras un largo paréntesis, consecuencia de la guerra civil, se vuelve a plantear el tema. El nuevo monarca, Enrique II de Trastámara, el 15 de febrero de 137612, escribía al concejo de Cazorla ordenándole la devolución de Peal de Becerro, Toya, Villamontín, Dos Hermanas y Pelos. Esta resolución del monarca hay que verla no sólo como la prolongación de la política paterna, sino también de las nuevas circunstancias que se daban en Castilla. Tras la guerra civil, el rey tenía que recompensar a sus partidarios, entre ellos el concejo de Úbeda que, como consecuencia de su lealtad al entonces pretendiente al trono, había sufrido dos entradas granadinas en 1364 y 1368, lo que le valió el título de ciudad y la confirmación de la ampliación de sus términos. A esto hay que añadir las entonces tirantes relaciones entre Enrique II y la Iglesia de Toledo, porque la Corona y el Cabildo habían presentado candidatos diferentes para ocupar la sede primada, por lo que el

(11) Estas disposiciones están recogidas en una carta de Alfonso XI, dirigida a Gil Martínez de Córdoba. J. M. Carriazo, Colección..., pp. 47-48. (12) M. M. García Guzmán, Colección Diplomática..., pp. 31-32. 33

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papa Gregorio XI prefirió designar directamente a don Pedro Tenorio, obispo de Coimbra13. En el reinado de Juan I se produce un cambio radical en el pleito entre Úbeda y Cazorla. El 24 de diciembre de 138414, el monarca escribía a la ciudad notificándole la sentencia dada por sus oidores. Se reconocía al arzobispo de Toledo la posesión ininterrumpida de los lugares de Toya, Pelos, Peal de Becerro y Dos Hermanas15. En cambio, Úbeda no pudo probar la posesión de estos lugares, por lo que fue condenada a no utilizar estos términos y a pagar al arzobispo de Toledo lo que hubiesen rentado desde el jueves 13 de diciembre de 1378, hasta la fecha de la sentencia. El brusco viraje en el pleito entre Úbeda y Cazorla puede deberse a una normalización de las relaciones entre el nuevo monarca y el primado, convirtiéndose don Pedro Tenorio en uno de los personajes claves de la corte castellana y en miembro del Consejo Real. Estas nuevas

(13) El 19 de diciembre de 1375 moría el arzobispo de Toledo don Gómez Manrique. El cabildo de Toledo, siguiendo los últimos consejos del prelado, propuso la candidatura del deán don Pedro Fernández Cabeza de Vaca. Mientras que el rey apoyaba la del obispo de Orense don Juan García Manrique. Ante esta situación el Papa nombró directamente al entonces obispo de Coimbra, don Pedro Tenorio. Como consecuencia de esta designación, las relaciones entre Enrique II y el arzobispo de Toledo fueron difíciles, situación que cambiaría en el reinado siguiente. L. Suárez Fernández: “Don Pedro Tenorio, arzobispo de Toledo (1375-1399)”, en Estudios dedicados a don Ramón Menéndez Pidal, IV, 1953, p. 604. (14) J. M. Carriazo, Colección.., pp. 57-66. (15) Estos pequeños núcleos de población se despoblaron como consecuencia, posiblemente, de la conquista de Quesada por los musulmanes; esta situación aparece recogida en el testamento de don Pedro Tenorio, otorgado en Alcalá de Henares, el 4 de noviembre de 1398, “E otrosi... et entendemos refazer, si vivimos, a Toya, et a Pelos, et a Peal de Vecerro que se cayeron e despoblaron en tienpo de nuestros antecesores e non en el nuestro..”. L. Polaino Ortega, Estudios Históricos sobre el Adelantamiento de Cazorla, Jaén, 1967, pp. 287289. 34

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circunstancias, junto a la sólida formación como jurista del arzobispo de Toledo influirían de manera decisiva en la resolución del proceso16. La sentencia dictada por los oidores de la Audiencia Real, Alvar Martín y el obispo de Oviedo, fue apelada por Úbeda, pero su procurador no se presentó ante el tribunal en los plazos acordados, por lo que la apelación no tuvo efecto. De nuevo, Juan I escribía, el 20 de febrero de 138617, instando al concejo de Úbeda a que cumpliese la sentencia. Asimismo, don Pedro Tenorio advertía al concejo de Úbeda que si no dejaba libres los términos contenidos en la sentencia, incurrirían en pena de excomunión, dictada contra “sacrilegos e invasores de las cosas eclesiasticas..”18. A lo largo de la carta, el arzobispo hace numerosas alusiones a la presencia de ganados de la ciudad en estos términos, siendo este el motivo fundamental del largo enfrentamiento entre ambos concejos. Por su parte, el concejo de Cazorla trató por todos los medios a su alcance que sus vecinos acatasen el mandato regio. Pero hasta 1404, fecha en que tiene lugar el amojonamiento de los términos entre Quesada y Cazorla, se fueron sucediendo debates y enfrentamientos, algunos graves, como el ocurrido en Úbeda en abril de 1386, cuando Pedro Hernández y Bartolomé Martínez, vecinos y procuradores del concejo de Cazorla, junto con Ruy Ximénez, escribano y notario público, presentaron a los oficiales de Úbeda la carta de Juan I, en

(16) El cambio brusco en el pleito entre Úbeda y Cazorla se ve claramente en una carta de Enrique II, dada el 15 de febrero de 1378, en la que ordenaba al concejo de Cazorla devolver Toya, Pelos, Dos Hermanas, Peal de Becerro y Villamontin al concejo de Úbeda, siendo además condenado a pagarle 500.000 maravedís, cantidad en que se evaluaron las pérdidas por la ocupación indebida de dichos lugares. J. M. Carriazo, Colección.., pp. 49-50. Pero a partir de 1348 se adjudican los términos en litigio a Cazorla, debiendo pagar Úbeda una importante multa por el uso de los mismos. (17) M. M. García Guzmán, Colección Diplomática..., pp. 41-44. (18) La carta de don Pedro Tenorio está expedida en Brihuega, el 4 de junio de 1386. Ibídem, pp. 44-46. 35

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la que comunicaba a los habitantes de Úbeda y Quesada que ya no podrían entrar con sus ganados en términos del señorío. El testimonio notarial es bastante elocuente sobre lo ocurrido; la carta no pudó leerse públicamente a los oficiales reunidos, porque ante la importancia de su contenido, alegaron que iba dirigida a todo el concejo, por lo que se convocó a todos los oficiales y vecinos de la ciudad a campana tañida en la iglesia de San Pablo. Ante el cariz que estaban tomando los acontecimientos y las amenazas proferidas por los convocados, los representantes de Cazorla tuvieron que refugiarse primero en su posada y luego en lugar sagrado, la iglesia de la Trinidad, donde recibieron aviso del alguacil de Úbeda para que abandonasen cuanto antes la ciudad, pues los ánimos de los congregados estaban cada vez más encendidos y peligraban sus vidas19. Tras fracasar en su gestión, Bartolomé Martínez y Pedro Hernández pidieron ayuda al adelantado de la frontera don Pedro Rodríguez Esquivel, a causa del reiterado incumplimiento de la sentencia y la ocupación de términos por parte de los ubetenses. La intervención del adelantado junto con las amenazas de excomunión, por parte del arzobispo de Toledo, propiciaron un acercamiento entre las partes en litigio, llegándose a sucesivos acuerdos, en los que don Pedro Tenorio fue rebajando la elevada suma, 2.000 doblas de oro moriscas. Con la muerte de don Pedro Tenorio, 1399, se abre un período de sede vacante que duró hasta 1404. Úbeda aprovechó estos años en que el Adelantamiento se encontraba sin señor y por tanto sin su valedor en la corte para reavivar los enfrentamientos con sus vecinos. Ante la gravedad de la situación, el concejo de Cazorla escribía, 20 de julio de 1403 al deán y cabildo de la Iglesia de Toledo, exponiéndole los hechos: “Señores sepa la vuestra merçed que agora puede aver diez meses poco mas o menos tienpo que sin razon e sin derecho que los alcaldes de la çibdad de Ubeda se movieron a

(19) Ibídem, pp. 47-50. 36

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pedimento... de vecinos de la çibdad de Ubeda, en ser jueçes contra nos e contra nuestros veçinos por razon de çierto ganado ovejuno e cabruno que las nuestras guardas quitaron en terminos desta dicha villa. E por usurpar e quebrantar la sentencia que nuestro señor el rey dio entre el arzobispo, nuestro señor, don Pedro Tenorio, que Dios de Santo Parayso, y el concejo de la dicha çibdad de Ubeda ...”20. Tal como se detalla en la carta, la situación era muy delicada para los vecinos del Adelantamiento, ya que Úbeda había vuelto a utilizar los términos asignados a Cazorla por Juan I y los alcaldes de la ciudad, en un intento de ampliar su jurisdicción a estos lugares, abrieron un proceso contra los guardas de Cazorla que habían tomado los ganados que encontraron en sus términos. Como los oficiales de Cazorla ni los otros vecinos del Adelantamiento acudieron a declarar ante los alcaldes de Úbeda, éstos “... dieron testigos, de la dicha çibdad e de Quesada, su lugar ... E dieron sentencia en la dicha çibdad, diziendo que el dicho ganado fuera prendado en termino de dicha çibdad. Lo que ello no fue ni es ansi”21. En vista de los hechos, el concejo de Cazorla recurrió al cabildo toledano, institución encargada de administrar y velar por los vasallos y bienes pertenecientes a la mesa arzobispal durante los períodos de sede vacante, pues “ ... por quanto el conçejo de la dicha çibdad vea agora que la dicha Yglesia, questa agora sede vacante, entienden ellos que por esta manera de fuerça como ellos quisieran el dicho pleyto, por ser ricos e bulto de mucha gente... Porque vos pedimos por merçed que vuesta merçed sea de nos querer remediar e vandear en esta cosa, pues tenemos derecho, porque los de Ubeda no salgan con su entençion maliciosamente por se hazer juezes, demandadores e sentençiadores donde no lo son ...”22. (20) Ibídem, pp. 100-102. (21) Ibídem. (22) Ibídem. 37

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Las peticiones del concejo de Cazorla dieron resultados positivos, porque al poco tiempo comenzaba el deslinde de los términos de Úbeda y Cazorla. El amojonamiento finalizó el domingo 7 de diciembre de 1404, recogiéndose en él lo establecido en la sentencia de 1384, aunque los oficiales de Úbeda hicieron constar su protesta, “porque dixeron que fue dada en agravio de Ubeda, pero se avinieron al amojonamiento por escusar las peleas y contiendas y ruydos que de cada dia recreçen entre los de Caçorla y los de Quesada, lugar de Ubeda, sobre esta razon”23. Con la firma del instrumento público por los representantes de ambos concejos puede darse por finalizada una primera etapa en los enfrentamientos entre Úbeda y Cazorla. Aunque cualquier circunstancia era aprovechada por los vecinos de Úbeda y de Quesada para reavivar las viejas disputas y el reinado de Juan II fue propicio para ello. Úbeda-Quesada y Cazorla durante el reinado de Juan II. Las tensiones políticas de este reinado vienen dadas por la paulatina consolidación de la autoridad real y el consiguiente freno al poder aristocrático, pero es la propia monarquía la que contradice este proceso al delegar sus funciones en privados como don Álvaro de Luna, hacia quien irán dirigidos los ataques de la nobleza. Hay, por tanto, dos bloques políticos en la corte y consecuentemente todo el reino se ve afectado por esta división, en Andalucía la situación es aún más grave al encontrarse las principales ciudades divididas en bandos. Todas estas circunstancias se dan con fuerza en el Alto Guadalquivir: Baeza y Úbeda se ven inmersas en enfrentamientos, protagonizados por linajes nobiliarios que además, de controlar las ciudades en esta época han consolidado sus patrimonios señoriales en la zona. A (23) Ibídem, pp. 104-105. 38

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esto hay que añadir la intensa actividad bélica en la frontera granadina. Todo ello dará lugar a una gran inestabilidad en este espacio geográfico, reavivándose los viejos problemas de términos, utilizados en muchos casos como pretexto para enfrentamientos armados entre los vecinos de Úbeda y del Adelantamiento, abriéndose un nuevo frente: Iznatoraf y sus antiguas aldeas, Villanueva del Arzobispo y Villacarrillo. Una vez más, para comprender la situación en el siglo XV, hay que retrotraerse a los años inmediatos a la conquista de esta comarca. A instancia de Fernando III, el 20 de agosto de 123524, Iznatoraf, Santisteban y Úbeda constituían una Hermandad para el aprovechamiento en común de sus términos. En estos momentos, las tres villas eran de realengo, aunque muy pronto esta situación cambiaría, al pasar Iznatoraf a la jurisdicción del arzobispo de Toledo en 125225 y Santisteban del Puerto al linaje de los Benavides en 137126. En principio, los cambios de jurisdicción no afectarían a la Hermandad, puesto que cada villa mantenía sus propios términos y solamente se establecía la utilización de los pastos por los ganados de los tres concejos, quedando fuera las dehesa boyales27. De hecho, en 1316 la Hermandad seguía vigente, pues se ordenaba al recaudador del servicio de los ganados que le guardase sus privilegios28. (24) C. Argente del Castillo, La ganadería.., p. 86. (25) En principio el Guadalquivir delimitaría las tierras de realengo de las del arzobispo de Toledo, cuyo señorío avanzaría hasta Baza. Esta ciudad le había sido donada por el Rey, el 20 de abril de 1243, aunque correspondería al prelado su conquista. Pero las dificultades para hacer efectiva la donación propiciaron un acuerdo entre la Iglesia de Toledo y el monarca en 1246; Fernando III se comprometía a conquistar Baza, mientras tanto, se incorporaría, temporalmente, Iznatoraf al señorío . Pero este acuerdo no pudo cumplirse y en 1252, el infante don Sancho de Castilla, arzobispo de Toledo, renunciaba a Baza, recibiendo a cambio Iznatoraf. M. M. García Guzmán, El Adelantamiento..., pp. 102-104. (26) M. A. Ladero Quesada, Andalucía en el siglo XV. Estudios de Historia Política, Madrid, 1973, p. 60. (27) C. Argente del Castillo, La ganadería..., p. 445. (28) Ibídem, p. 653. 39

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Pero las dificultades no tardarían en llegar, como lo prueba el documento otorgado por Úbeda e Iznatoraf, el 16 de agosto de 1325, por el que los concejos acordaban, para evitar “ ...las contiendas que eran entre nos... en razon de los terminos, catando el mal e daño que podria recreçer a cada uno de nos los dichos conçejos e aviendo muy gand voluntad de servir a Dios e nuestro señor, el rey don Alfonso, e nuestro señor el arçobispo...”29, mantener la Hermandad, con iguales condiciones a las acordadas en 1235, pero se excluyen los pinos y además se reconocen el derecho del arzobispo a percibir la asadura, consistente en cuatro ovejas de cada cuatro mil. No obstante, estos acuerdos entre los concejos quedaban pendientes de la confirmación real, pués, según deja entrever el documento, existían graves difierencias entre Úbeda e Iznatoraf, en cambio no hay ninguna referencia a Santisteban. Asimismo, afectó a esta Hermandad la propia organización territorial del Adelantamiento; en 1396 una aldea de Iznatoraf, La Moraleja, se convertía en Villanueva del Arzobispo, a la que no se le asignó términos propios; de manera que ambas villas participaría en la explotación de unos términos comunes. Esta misma situación afectó a Cazorla y a su antigua aldea La Iruela30. Hay que tener encuenta la posición dela Iglesia de Toledo en el contexto de la política castellana. En 1422 moría el arzobispo don Sancho de Rojas, personaje destacado en la minoría de Juan II, y le

(29) M. M. García Guzmán, Colección Diplomática..., pp. 19-21. (30) El hecho de que las nuevas villas no contasen con término propio fue el origen de numerosas demandas contra Iznatoraf o Cazorla, vistas por el adelantado o por el arzobispo. Siempre se sentenció favorablemente a las nuevas villas, cuyos oficiales tenían que ser oidos en todos los asuntos concernientes a la explotación de los terminos, participando, igualmente, en sus beneficios económicos. Así, se ratifica en una sentencia dada por el arzobispo don Pedro de Luna, 13 de enero de 1414, o por el adelantado Alfonso Tenorio, 29 de diciembre de 1414. M. M. García Guzmán, Colección Diplomática...., pp. 113-119. 40

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sucedía don Juan Martínez Contreras. La Crónica del Halconero pone de manifiesto la intervención de don Alvaro de Luna que quería como nuevo primado a una persona no ligada por lazos familiares a los intereses de los grandes linajes nobiliarios, asegurándose de esta manera la fidelidad del nuevo arzobispo de Toledo31. Coincidiendo con este nuevo pontificado (1423-1434) y con el ascenso político de don Alvaro de Luna se producen importantes cambios en el Adelantamiento. La activa participación de arzobispos y adelantados en la vida política castellana tendría su reflejo en el señorío, interviniendo sus milicias en las empresas militares de su señor, pero sin olvidar su condición de territorio de frontera. Estas nuevas circunstancias se ponen de manifiesto en 1427. A mediados de enero tenía lugar en Granada el derrocamiento de Muhammad IX y la vuelta al trono de Muhammad VIII32, el 29 de ese mes33; el arzobispo comunicaba a los concejos del Adelantamiento estas noticias y les prevenía de posibles entradas granadinas. Pero también en la corte castellana se producían en ese año importantes cambios, la liga nobiliaria, dirigida por los infantes don Juan y don Enrique, se constituía en febrero y el paso siguiente era desbancar a don Alvaro, objetivo temporalmente conseguido con el destierro de la corte del condestable, septiembre de 142734. Estos acontecimientos aconsejaban reunir las tropas; por ello, se ordenó al adelantado Rodrigo de Perea reclutar ciertos caballeros y ballesteros y reunirse en la Corte con el rey y el arzobispo. Como siempre, los concejos del Adelantamiento se mostraron reacios a la salida de tropas del señorío, pidiendo a su señor que les relevase de acudir a este

(31) P. Carrillo de Huete, Crónica del Halconero de Juan II, ed. de J. M. Carriazo, Madrid, 1946, p. 175. (32) L. Seco de Lucena, Muhammad IX, sultán de Granada, Granada, 1978, p. 38. (33) M. M. García Guzmán, Colección DIplomática..., pp. 146-147. (34) L. Suárez Fernández, Nobleza y Monarquía. Puntos de vista sobre la Historía política castellana del siglo XV, Valladolid, 1975, pp. 131-132. 41

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llamamiento, aduciendo los posibles ataques granadinos. Pero el 15 de junio don Juan Martínez Contreras reiteraba la orden dada, aunque en contrapartida les informaba que había pedido ciertas exenciones al rey para los vecinos del Adelantamiento y que “en su respuesta nos dio esperança que libertara e previllejara esos nuestros lugares...”35. En los años siguientes, la relativa pacificación interior, tras las treguas de Majano, permiten una intensa actividad militar frente a Granada, con hechos destacados como la toma de Jimena o la batalla de la Higueruela, junio de 143136. Desde el Obispadoo de Jaén se realizaron numerosas entrada en tierras granadinas, en las que participó el adelantado Rodrigo de Perea con tropas del Adelantamiento de Cazorla37, llevándose a cabo desde este sector de la frontera la conquista de Huéscar, 1434, en la que tuvieron una destacada intervención los vecinos del Adelantamiento38. (35) M. M. García Guzmán, Colección Diplomática.., pp. 192-194. A pesar de las treguas pactadas entre Juan II y Muhammad VIII en los primeros meses de 1427, en la frontera oriental Reino de Granada hubo una constante actividad militar, recogida en las actas concejiles de Murcia, y que hacía suponer una importante entrada en territorio castellano. J. Torres Fontes: “Las relaciones castellano-granadinas, 1427-1430”, en Relaciones Exteriores del Reino de Granada, IV Coloquio de Historia Medieval Andaluza, Almería, 1988, pp. 88-92. Esta situación tambien afectaría al Adelantamiento de Cazorla y de ahí las peticiones elevadas por los concejos para no acudir al llamamiento. (36) L. Suárez Fernández, Juan II y la frontera de Granada, Valladolid, 1954, p. 20. (37) En 1431 Rodrigo de Perea y el alcaide de Quesada Diego Salido entraron en tierras de Castril y Hoya de Baza, aunque sufrieron un importante descalabro en su retirada. G. Argote de Molina, Nobleza de Andalucía, Sevilla , 1558, reed. Jaén, 1957, p. 665; “Historia de la Casa Real de Granada”, ed. J. M. Carriazo, en En la Frontera de Granada, Sevilla, 1971, p. 175. En 1433, las tropas del Obispado de Jaén, dirigidas por su capitán, y las Adelantamiento con Rodrigo de Perea talaron los campos de Guadix y Baza. L. Seco de Lucena, Muhammad IX, sultán de Granada, 1978, p. 145. (38) Rodrigo de Perea y sus tropas presentaron batalla a los ejércitos bastetanos que venían en auxilio de Huéscar, su victoria sobre los granadinos permitió tomar definitivamente el castillo y villa de Huescar. P. Carrillo de Huete, 42

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Ese mismo año moría don Juan Martínez Contreras, siendo elegido don Juan Cerezuela, hermano de madre de don Alvaro de Luna, quien tuvo una destaca activadad en la corte castellana, siéndole encomendada la custodia y educación del principe don Enrique39. Con la llegada del nuevo arzobispo no se producen cambios inmediatos en el Adelantamiento, que continúa manteniendo una intensa actividad militar40. Pero en julio de 1438, moría en tierras granadinas el adelantado Rodrigo de Perea junto con un elevado número de vecinos del Adelantamiento41. A partir de este luctuoso acontecimiento se negociaron nuevas treguas con Granada, por espacio de tres años, a partir de abril 143942; aunque el creciente poder de los partidarios de los infantes de Aragón influyó en las negociaciones. Crónica del Halconero de Juan II, ed. J. M. Carriazo, Madrid, 1946, 164-166, Historia de la Casa Real de Granada.., 177, G. Argote de Molina, Nobleza..., 680-681. (39) La intervención del condestable fue decisiva en la elección del nuevo arzobispo de Toledo, prevaleciendo su candidatura frente a la de don Vasco Ramírez de Guzmán, arcediano de la Iglesia de Toledo, que contaba con el apoyo de los capitulares. Tras la confirmación de la elección por Eugenio IV, don Juan Cerezuela tomaba posesión de su sede el 29 de abril de 1435. J. F. Rivera Recio, Los arzobispos de Toledo en la Baja Edad Media, Toledo, 1969, pp. 113-114. L. Suárez Fernández, Nobleza y Monarquía..., p. 145. (40) Las tropas del Adelantamiento participaron en la expediciones organizadas por el Capitan Mayor de la Frontera del Obispado de Jaén, cuyo objetivo era el sector oriental del reino de Granada, principalmente los campos de Guadix y Baza. P. Carrillo de Huete, Crónica..., 200, G. Argote de Molina, Nobleza..., p. 689, J. Amador de los Ríos, Memoria historico-crítica de la treguas celebradas en 1439 entre los reyes de Castilla y Granada, Madrid, 1879, p. 24. (41) En julio de 1438 Rodrigo de Perea junto con 400 caballeros y unos 1.000 peones se adentraron en tierras de Baza para talar sus campos. Pero el movimiento de las tropas era conocido por Muhammad IX, quien encomendó al caudillo abencarraje Muhammad ibn Yusuf ibn al-Sarray repeler el ataque. Los ejércitos se enfrentaron con resultados desastrosos para la milicia del Adelantamiento. P. Carrillo de Huete, Crónica.., pp. 253-254; L. Seco de Lucena, Muhammad IX.., p. 172. (42) M. A. Ladero Quesada, Granada..., p. 179. 43

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La repentina muerte de Rodrigo de Perea junto con los importantes cambios en la vida política castellana, aconsejaban asegurar el Adelantamiento de Cazorla, por lo que se encomienda su defensa a Juan Carrillo de Toledo, caballero de don Alvaro de Luna. El 10 de octubre de 143843, el arzobispo comunicaba a los concejos del Adelantamiento la llegada de Juan Carrillo de Toledo con gentes de armas, ordenando que se le entregaran todas las fortalezas del señorío. En un principio Juan Carrillo solo sería capitán del Adelantamiento y su nombramiento puede entenderse como una medida provisional en momentos especialmente difíciles para los partidarios del Condestable, quien en octubre del año siguiente era una vez más desterrado de la Corte. El 7 de mayo de 1440, don Juan Cerezuela nombraba al alcalde mayor de Toledo, adelantado de Cazorla, aunque las circunstancias del momento, con las principales ciudades, entre ellas Toledo44, controladas por la liga nobiliaria, no aconsejaban que el nuevo adelantado abandonase al arzobispo de Toledo, por lo que dió poder a García de Haro45, vasallo del Rey, para que tomase posesión en su nombre del Adelantamiento. La tensión en la vida politíca hacía preveer un enfrentamiento entre los bandos y ante esta situación el arzobispo de Toledo pedía al concejo de Cazorla el envio inmediato de veinte ballesteros para ir a recoger los pertrechos y bastimentos para las fortalezas del Adelantamiento46. A partir de 1441 comienzan a producirse en el señorío de Cazorla acontecimientos que son reflejo de la situación política del Reino (43) M. M. García Guzmán, Colección Diplomática..., p. 207. (44) A pesar de lo pactado con Juan II, el alcalde mayor y alcaide de Toledo Pedro López de Ayala entregó la ciudad al infante don Enrique, siendo expulsados de ella los partidarios del Condestable. E. Benito Ruano, Toledo en el siglo XV, Madrid, 1961, p. 19. (45) La carta de poder está dada en Illescas, el 8 de mayo de 1440. M. M. García Guzmán, Colección Diplomática... pp. 213-214. (46) La carta está dada en Illescas el 26 de diciembre de 1440. Ibídem, pp. 218219. 44

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y que anuncian su traslado, en gran parte, a Andalucía. La nobleza andaluza, en líneas generales, militaba en el bando real, porque a raíz de las campañas granadinas de 1430-1439, don Alvaro de Luna había conseguido su apoyo, aunque a partir de 1437 comienzan a producirse en las principales ciudades de Andalucía luchas de bandos entre los partidarios del Condestable y los de los Infantes, siendo considerebles en Baeza, donde el linaje de Carvajal, partidarios de Juan II, habían conseguido el control de la ciudad y de su concejo, mientras que el linaje rival, los Benavides, seguían a los Infantes47. El 27 de abril de 1441, Diego de Benavides, hijo de Men Rodríguez de Benavides, señor de Santisteban del Puerto, comunicaba al concejo de Iznatoraf que rompía la carta de seguro que les había dado el año anterior, “... por quanto por aquel que a mi puede mandar, me es mandado que vos haga toda guerra, si vosotros no hazeis aquello que de mi podreys saber, enbiandome un mandadero..”48. La carta de seguro, a la que se hace referecia, se había dado para “... guardad todos los vuestros amorios e vezindades que sienpre aquellos donde yo vengo a vosotros acataron...”49, refiriéndose, posiblemente, a la antigua Hermandad establecida en 1235 entre Úbeda, Iznatoraf y Santisteban del Puerto y que en estas fechas aún tenía vigencia. A partir de la ruptura de los acuerdos, se producen entradas de Diego de Benavides en el Adelantamiento, con sus consiguientes destrozos y robo de ganados. El concejo de Villanueva del Arzobispo escribió al deán y cabildo de la Iglesia de Toledo exponiéndole los acontecimientos y sobre todo pidiendo ayuda. Aunque hay que resaltar que esta petición no se dirigió ni al titular del señorío, el arzobispo, ni a su adelantado.

(47) M. A. Ladero Quesada, Andalucía.., 104-105. M. J. Parejo Delgado, Baeza y Úbeda en la Baja Edad Media, Granada, 1988, p. 30. (48) M. M. García Guzmán, Colección Diplomática..., p. 220. (49) Ibídem. 45

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A primeros de mayo el deán y cabildo de la Iglesia de Toledo50, escribían al concejo de Villanueva del Arzobispo, en su carta reconocen los intentos fallidos por parte de Diego de Benavides de apoderarse de la villa, “...vos diesedes a el e hiziesedes juramento de ser de la dicha Yglesia de Toledo o de quien ella mandase...”. Añadiendo que por “... los bullicios e turbaçiones de los tienpos e de como al presente de aca no podredes ser socorridos, fagades vuestra condiçion la mas sana e sigura que se pudiere e pongades en hobra las cosas en la dicha nuestra carta contenida ... ca nos escrevimos nuestra carta al dicho Diego de Benavides que vos tiene todos vuestros ganados y que encomendando vos al dicho Diego de Benavides, el vos trate honrrosamente e vos defienda e anpare...”51. Esta carta puede ser indicio de la existencia de una facción favorable a los infantes de Aragón en el Adelantamiento, puesto que no recurren a pedir ayuda a su señor, el arzobispo Cerezuela, sino al cabildo de Toledo que les aconseja encomendarse directamente a Diego de Benavides. Esta división en el señorío queda confirmada en otra carta enviada, 21 de mayo, por el alcaide de Cazorla, Alvaro de Olic, al alcalde mayor de Iznatoraf, Alfonso García de Haro52, en la que expone que él no participaba en el pacto susbcrito por Diego de Benavides con vecinos del Adelantamiento y que hablará “... con estos ofiçiales para que todos seamos en una opinión en serviçio el rey, nuestro señor, e del señor arçobispo e de mi señor el adelantado, podeys ser çierto que ansi es e sera e quien lo contrario hiziere su cabeça lo pagara, que sed çierto que se an juntado conmigo tantos al serviçio de mi señor el arçobispo e de mi señor el adelantado que (50) Toledo, 3 de mayo de 1441. M. M. García Guzmán, Colección Diplomática..., pp. 220-221. (51) Ibídem. (52) Alfonso García de Haro tomó posesión del Adelantamiento en nombre de Juan Carrillo de Toledo y el 8 de mayo de 1440 fue nombrado alcalde mayor de Villanueva del Arzobispo. M. M. García Guzmán, Colección Diplomática..., pp. 213-215. 46

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non ay ninguno que el contario hagan que no lo pague su cabeça. Por ende cada que fueredes çiertos que a esas villas viene Diego de Benavides, escrevidlo luego aca que creed que luego vos yra socorro...”. Los desordenes afectarían a las villas de “allende del rio”, Iznatoraf y Villanueva del Arzobispo, especialmente a esta última, porque el 24 de julio, don Juan Cerezuela escribía desde Escalona al concejo de Villanueva del Arzobispo que “... çerca de la merçed que nos enbiastes demandar de los bienes de los desleales, vuestra petiçion es razon noble e a nos plaze de vos la entregar, para lo qual nos mandamos luego a nuestro adelantado... que haga proçeso contra ellos e si nos pertenesçiere la privaçion de sus bienes nos vos hazemos desde aqui merçed...”53. A los pocos meses fallecía el arzobispo de Toledo54 y una vez mas se pusieron en juego todos los interes políticos a la hora de elegir a su sucesor. En un primer momento se apoyó la candidatura de García de Osorio, sobrino del Almirante, pero el rey de Navarra, para evitar un excesivo poder del partido del principe don Enrique, en el que se encontraba Juan Pacheco y el Almirante, se inclinó por la candidatura del entonces arzobispo de Sevilla don Gutierre Alvarez de Toledo55. Mientras que se debatía quién ocuparía la sede primada, Juan II ordenaba, 12 de febrero de 1442, a todos los concejos del Adelantamiento que asegurasen los castillos y fortalezas del Adelantamiento, “... e no las dedes ni entreguedes a persona ni personas algunas, no enbargante qualesquier cartas e probesiones que en contrario vos sean mostradas, hasta que sobre ello ayades my espeçial mandado, (53) Ibídem, p. 223. (54) El fallecimiento de don Juan Cerezuela tuvo lugar el 4 de febrero de 1442. J. F. Rivera Recio, Los arzobispos..., p. 116. (55) L. Suárez Fernández, Los Trastamaras....., p. 174. La elección por el cabildo de la Iglesia de Toledo tuvo lugar el 18 de julio de 1442, pero el papa Eugenio IV no la confirmó hasta el 15 de noviembre de 1443. J. F. Rivera Recio, Los arzobispos..., p. 117. 47

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por quanto asi cunple a mi serviçio...”56. Esta carta pone de manifiesto el interés del monarca por mantener el control del señorío que era una pieza clave en el Alto Guadalquivir, a pesar de que en los períodos de sede vacante era el cabildo toledano, la institución encargada de gobernar el Adelantamiento. Con el mismo objetivo, el 27 de febrero, el rey enviaba una nueva provisión a los concejos del señorío: “E otrosi por quanto vosotros sabiades ansi por antiguedad e costunbre, como por el estado desa tierra ser tan çercano de los moros..., quella no podia estar sin ser encomendada de mano e voluntad mia a qualquier cavallero de mis naturales, que me suplicavades que hasta tanto que el Sancto Padre e yo proveyesemos çerca dello, que enbiasemos dar al adelantado Juan Carrillo, mi vasallo e del mi Consejo e mi alcalde mayor de la muy noble çibdad de Toledo, que este en vuestra guarda e defension... E mi voluntad es de vos reçebir e reçibo en mi guarda... en ansi mesmo que el dicho adelantado Juan Carrillo este en ese dicho Adelantamiento en vuestra guarda e defensyon,..., hasta tanto que el dicho nuestro Sancto Padre provea de perlado a la dicha Yglesia de Toledo, e vos yo enbie mandarpor mi carta, lo que en esta parte avedes de hazer, no enbargante otras qualesquier provisiones e mandamientos que sobresto ayades avido e ayades del dean y cabildo de la dicha Yglesia de Toledo o de otras qualesquier personas ...”57. Con esta designación, Juan II se adelanta a un posible nombramiento, efectuado por el deán y el cabildo, lo que podía suponer la caída del Adelantamiento bajo control del infante don Enrique58, que contaba en el Reino de Jaén con fieles aliados como Rodrigo Manrique o Men Rodríguez de Benavides.

(56) M. M. García Guzmán, Colección Diplomática..., pp. 225-226. (57) El documento está expedido en Toro, el 27 de febrero de 1442. Ibídem, p. 227. (58) En palabras de E. Benito Ruano, Toledo..., p. 23: “Toledo continuó siendo la base de operaciones del Maestre de Santiago en las escaramuzas que aquel año vino sosteniendo intermitentemente contra las huestes del Condestable y de su hermano el Arzobispo ...”. 48

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En 1443, el infante don Enrique se trasladó a Andalucía, entre los objetivos de este viaje estaba acabar con la oposición al nombramiento de don Alfonso de Aragón, hijo ilegitimo del infante don Juan, como maestre de Calatrava, y obtener un control más efectivo de la región y someter a los partidarios del Condestable; pero la operación fracasó ante la oposición de miembros destacados de la nobleza andaluza, como el conde de Niebla, o de grandes concejos, como el de Sevilla. A mediados de 1444 el infante don Enrique abandona Andalucía sin haber conseguido sus propósitos, aunque su estancia desencadenó importantes acontecimientos en la región; en primer lugar, continuaron los enfrentamientos armados hasta 1449, protagonizados por partidarios de los infantes, dirigidos por Rodrigo Manrique, comendador de Segura. En segundo lugar, es cada vez más fuerte la presencia en esta región de un tercer bloque, encabezado por el príncipe don Enrique. Y, por último, la violencia de los conflictos, ocasionados por la presencia del infante don Enrique, favoreció la reactivación de las banderías en las principales ciudades andaluzas59. Todos estos hechos se dan con gran intensidad en el Reino de Jaén; el 10 de octubre de 1444, Juan II concedía a su hijo don Enrique, Jaén, Úbeda, Andújar y Baeza, con sus villas y aldeas60. La formación del llamado “Principado de Jaén” permitió la consolidación del tercer grupo político en el Alto Guadalquivir, dirigido por los favoritos del príncipe, don Juan Pacheco, marqués de Villena, y don Pedro Girón. Todo ello da lugar a una intensa conflictividad, en el caso de Úbeda está protagonizada por la rivalidad entre los linajes de los Cuevas y los Molina, antagonistas desde la segunda mitad del siglo XIV y que desde esa época luchaban por el control de las magistraturas y oficios concejiles de la ciudad. La concesión del

(59) M. A. Ladero Quesada, Andalucía..., pp. 106-108. P. Porras Arboledas, Juan II (1406-1454), Palencia, 1995, pp. 231-233 y 241-242. (60) M. González Jiménez: “Ecija, señorío de los principes de Asturias (Siglo XV)”, en Ecija en la Edad Media y Renacimiento, Sevilla, 1993, pp. 62-63. 49

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Reino de Jaén a don Enrique favoreció a los Cuevas que obtuvieron las llaves y el control del Alcázar ubetense y consiguieron echar de la ciudad al bando rival61. En el Adelantamiento también se producían cambios por estas fechas; como en ocasiones anteriores la llegada a la sede de Toledo de un nuevo prelado suponía, asi mismo, el nombramiento de un nuevo adelantado. El 12 de septiembre de 1443, Juan II concedía exención de pedidos y monedas a las villas del Adelantamiento de Cazorla durante cuatro años; este privilegio se otorgaba a instancia de Fernán Alvarez de Toledo y como recompensa a los servicios prestados por los vasallos del arzobispo de Toledo, tanto en las guerras contra el Reino de Granada como en las luchas internas. El mismo documento explica el interés del conde de Alba por el Adelantamiento, “... cuya administraçion e tenençia e governaçion don Gutierre, arçobispo de Toledo, primado de las Españas, chançiller mayor de Castilla, diz que agora quiere e entiende encomendar e dar a don Pedro, hijo del dicho conde don Hernan Alvarez, su sobrino...”62. Aunque desconocemos la fecha del nombramiento, el conde de Alba tuvo el Adelantamiento en nombre de su hijo, porque en 1446 cuando se produce el fallecimiento del arzobispo de Toledo, una vez más Juan II establece “... que tenga el dicho Adelantamiento por esta Santa Yglesia e por el perlado della..., don Pedro, fijo de don Ferrand Alvares de Toledo, conde de Alba, mi vasallo e del mi Consejo, e por el dicho don Pedro el dicho conde, su padre...”63. El encuadramiento de Úbeda y del Adelantamiento en bandos diferentes era una situación propicia para que los viejos problemas de

(61) M. J. Parejo Delgado, Baeza y Úbeda..., p. 152. (62) M. M. García Guzmán, Colección Diplomática..., pp. 230-232. (63) Ibídem, pp. 253-255. E. Cruces Blanco: “Catálogo de documentos sobre Andalucía en el Archivo de la Casa Ducal de Alba (1335-1521)”, en Historia, Instituciones y Documentos, 23 (1996), pp. 265, cita el pleito homenaje del administrador del Adelantamiento de Cazorla en 1446. 50

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términos vuelvan a ser utilizados como pretexto para nuevos enfrentamientos. En 1444, el concejo de Quesada, cuyos oficiales eran designados por el concejo de Úbeda64, promulga una ordenanza en la que se prohibe a los vecinos de Cazorla que aún tenían heredades en sus términos entrar a labrarlas. El arzobispo de Toledo nombró como juez al arcediano Hernán Jofre de Loaisa, para que resolviera este nuevo litigio, puesto que Quesada pertenecía en lo espiritual a la diócesis de Toledo y su concejo había quebrantado los privilegios e inmunidad eclesiástica al promulgar una ordenanza contra los intereses de vasallos de la Iglesia de Toledo65. El 19 de septiembre de 1444, el arcediano escribía al concejo y vecinos de Quesada, dándoles un plazo de quince días, a partir de la lectura pública de la carta, para que revocasen la ordenanza o expusiesen sus derechos, “ ... lo que vengases a dezir e mostrar ante mi a la hora de la terçia, do quier que el dicho señor arçobispo sea, por vos o por vuestro procurador sufiçiente ...”. Y en caso de no cumplir lo ordenado, “... vos excomulgo e so pena descomunion a qualquier clerigo... e notario publico del dicho arzobispado, diocesis e provincia de Toledo que con esta mi carta fuere requerido, que vos la lea e publique en manera que venga a vuestras notiçias...”66. La ordenanza debió de ser revocada o se arbitraría otra solución, porque no queda constancia documental de que la pena canónica entrase en vigor. Aunque al poco tiempo los hechos volvieron a producirse. A principios de 1446 moría don Gutierre Álvarez de Toledo, abriéndose un nuevo período de sede vacante que coincide con importantes modificaciones en el panorama político del reino. La batalla de Olmedo, 1445, supuso la derrota definitiva de los infantes de (64) M. J. Parejo Delgado, Baeza y Úbeda.., p. 204. (65) En los cánones de la Iglesia de Toledo se contemplan las penas, en las que incurren aquellos que atenta contra la inmunidad eclesiástica, extensiva a bienes y vasallos de la Iglesia. J. Sánchez Herrero, Concilios Provinciales y Sínodos de la Iglesia de Toledo en los siglos XIV y XV, La Laguna, 1976. (66) M. M. García Guzmán, Colección Diplomática..., pp. 242-244. 51

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Aragón por don Álvaro de Luna, pero los beneficios de la victoria no fueron para el Condestable, sino el partido del príncipe don Enrique. La presencia de este grupo en el Reino de Jaén es cada vez más fuerte; en el caso de Úbeda, el fenómeno se ve perfectamente, porque la familia de los Cuevas, junto con otros linajes de su bando, como los Salido, controlan los principales oficios del concejo. Coincidiendo con estos acontecimientos tiene lugar un nuevo enfrentamiento entre Úbeda y Cazorla, pero en esta ocasión no se trata de una entrada de vecinos de Úbeda y Quesada con sus ganados en términos del Adelantamiento, sino de un ataque armado, dirigido por el corregidor de la ciudad y acompañado de destacados oficiales del concejo, cuyo objetivo era la conquista de los castillos de Peal de Becerro, Santo Tomé y la torre de Toya. Los documentos que conocemos sobre este incidente relatan minuciosamente los hechos, pero aportan sólo escuetos indicios de los motivos del asalto armado. Siguiendo el orden cronológico de la documentación, sabemos que: el 1 de marzo de 1446, el deán y cabildo de la Iglesia de Toledo, sede vacante, escriben a los obispos de Córdoba y Jaén, iglesias sufragáneas de Toledo y a los concejos de Córdoba, Jaén, Baeza y Úbeda, exponiendo los hechos: “E por quanto somos enformados que don Hernando de Acuña, corregidor de las dichas çibdades de Jaén, Ubeda e Baeça, e Diego Salido, regidor, e Diego de la Cueva, alcalde de la dicha çibdad de Ubeda, y otras algunas personas, pospuesto el temor de Dios... atentaron notoriamente e pusieron en obra, con mucha gente armada de tomar los castillos de Peal de Beçerro, e la torre de Toya e la torre de Santo Tome que son de la dicha mesa arzobispal e desque no los pudieron tomar, porque se les defendieron, robaron los ganados que hallaron en el campo..e se los llevaron e los tienen oy día...”67. Por tal motivo, todos los que participaron, directa o indirectamente, en el ataque fueron excomulgados, cayendo, asimismo, en entredicho los lugares (67) M. M. García Guzmán, Colección Diplomática..., p. 245. 52

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donde se encontrasen los excomulgados o los bienes robados en el Adelantamiento. Las graves penas canónicas estarían en vigor hasta que los culpables se retractasen de su acción, devolviesen lo robado y pagasen a la Iglesia de Toledo 50.000 doblas de oro de la banda. El rey también intervino en el asunto, tomando bajo su protección a las villas, fortalezas y vasallos del Adelantamiento de Cazorla y castigando con la pérdida de oficios y de mercedes y con la confiscación de bienes a cualquiera que se atreviera a romper el amparo regio. Estos hechos eran comunicados a todas las ciudades y villas del reino, el 20 de marzo de 144668. Los oficiales de los concejos del Adelantamiento se reunieron, el 31 de marzo69, en Santo Tomé para la lectura de la carta regia, acordándose que Alfonso Sánchez de Ballesteros, alguacil de Iznatoraf, y Diego Fernández del Río, escribano y notario público, llevasen a Úbeda la carta del monarca. El testimonio notarial de los hechos ocurridos en la ciudad es muy significativo: “En la noble çibdad de Ubeda, viernes primero día del mes de abril ... Este día a la ora que podía ser de misas en el mercado de la dicha çibdad, estando y el dicho don Ferrando, corregidor, en presencia de mi el dicho Diego Ferrandes del Río, escrivano del dicho señor rey, e de los testigos presentes, e otrosy estando y el dicho Alfonso Sanches, alguasil de Heznatoraf. Luego el dicho Alfonso Sanches, alguasil, dixo al dicho don Ferrando que por quanto el era venido en nonbre de las dichas villas a le notificar una carta del rey ... que le ploguiese de la oyr; e el dicho corregidor dixo que le plasia de la oyr e que era bien que se leyese ende publicamente. La qual dicha carta.. yo el dicho escrivano tome de mis manos para la leer... e en queriéndola abryr el dicho corregidor la tomo de mis manos e la llevo a su poder.. e mando que levasen presos al dicho Alfonso Sanches, alguacil, e a mi el dicho escrivano. El qual dicho alguasil nos levo presos en la carçel (68) Ibídem, pp. 246-247. (69) Ibídem, pp. 248-249. 53

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publica de la dicha çibdad, onde nos puso metidos bien, como en un establo de puercos...”70. E, igualmente, explica los motivos de la intervención armada en el señorío de Cazorla: “Los quales dichos ofiçiales (del Adelantamiento)... fueron ayuntados para ver çiertas cartas de provisiones quel dicho señor rey enbio a las dichas villas, çerca de la defension dellas, sobre rason de la demanda que del dicho Adelantamiento fase don Ferrando d’Acuña, corregidor de las çibdades de Ubeda e Baeça, en nombre del señor prinçipe”71. Aunque los oficales del Adelantamiento fueron puestos en libertad, la pena de excomunión para todos los que participaron en la entrada en el Adelantamiento y el entredicho en Úbeda y Quesada fue confirmada por el deán y cabildo de Toledo, el 18 de abril de 144672. Con este episodio, las relaciones vecinales entre Úbeda y Cazorla entran en un etapa de calma, pero en los años siguientes, el señorío sufrirá de nuevo las consecuencias de la inestabilidad política castellana. El 25 de octubre de 1446, Juan II, a pesar de estar ocupada ya la sede de Toledo por don Alfonso Carrillo73, volvía nombrar adelantado al hijo del conde de Alba y como en la vez anterior, el oficio fue desempeñado por el padre hasta el golpe de Záfraga, 11 de mayo de 144874. La prisión del conde de Alba dió lugar a su destitución como adelantado de Cazorla; el 20 de ese mes75, don Alfonso Carrillo comunicaba a los concejos de Villanueva del Arzobispo y de La Iruela el cese del conde y de su alcalde mayor Alfonso de Herrera, a la vez que ordenaba la prisión y secuestro de bienes de los partidarios de los destituidos que no aceptasen el mandato arzobispal. A los pocos dias, (70) El testimonio notarial está fechado el 1 de abril en Úbeda. Ibidem, pp. 249-250. (71) Ibídem. (72) Ibídem, pp. 250-253. (73) El pontificado de don Alfonso Carrillo comienza el 3 de agosto de 1446. J. F. Rivera Recio, Los arzobispos..., p. 169. (74) P. Porras Arboledas, Juan II..., pp. 265-269. (75) M. M. García Guzmán, Colección Diplomática..., pp. 260-263. 54

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26 de mayo76, don Alfonso Carrillo nombraba adelantado de Cazorla a su hermano Pedro de Acuña. Como preveía el arzobispo, la destitución del conde de Alba y de sus oficiales fue motivo de disturbios en el Adelantamiento, Alfonso de Herrera se hizo fuerte en el castillo de Cazorla, atacando con su gente a los vecinos de la villa. A esto hay que añadir nuevas entradas granadinas en colaboración con Rodrigo Manrique77, causando importantes pérdidas humanas y económicas en el señorío78. A pesar de las treguas pactadas en 1450 y 145279, los ataques granadinos siguieron afectando al Adelantamiento: El 22 de septiembre de 145180, don Alfonso Carrillo ordenaba al canónigo obrero de la catedral de Toledo, Rodrigo de Vargas, el envio urgente de 60.000 maravedís al Adelantamiento. En una carta, el arzobispo expone a los miembros del cabildo las razones del envio de dinero procedente de la obra de la catedral a su señorío: “Bien sabedes los muchos males e daños que los moros, enemigos de nuestra santa fe, han fecho en la nuestra Villacarrillo e despues nos han escripto del nuestro Adelantamiento que Rodrigo Manrique entro en Villanueva con intençion de traer ende al rey de Granada con su poderio para faser todo el mal e daño que podiera a las otras nuestras villas e lugares de nuestro Adelantamiento...”81. La temida entrada granadina se pro(76) Ibídem, pp. 264-265. (77)Tras la batalla de Olmedo, 1445, algunos de los partidarios de los infantes de Aragón como Rodrigo Manrique, comendador de Segura, o Alonso Fajardo el Bravo continuaron las hostilidades en tierras andaluzas y murcianas, contando con la ayuda del reino de Granada. M. A. Ladero Quesada, Granada .., p. 181. (78) Estas circunstancias fueron el motivo de la concesión de exención de pedidos y monedas a las villas del Adelantamiento, desde el 1 de enero de 1449 hasta el 31 de diciembre de 1458. El privilegio fue concedido por Juan II el 29 de junio de 1449. Ibidem, pp. 272-273. M. M. García Guzmán, Colección Diplomática..., pp. 272-273. (79) M. A. Ladero Quesada, Granada..., p. 145. (80) M. M. García Guzmán, Colección Diplomática.., p. 282. (81) Ibídem, pp. 282-283. 55

dujo en los meses siguiente, pues a partir de finales de 145282 los documentos, reiteradamente, hacen referencia a que gran parte de la población de Villacarrillo estaba cautiva en el Reino de Granada. Este hecho y las entradas en tierras granadinas dirigidas por el lugarteniente de adelantado Martín de Avendaño marcan la vida del Adelantamiento en los dos últimos años del reinado de Juan II.

(82) El 19 de marzo de 1453, don Alfonso Carrillo confirma el nombramiento de los oficiales de Villacarrillo, a pesar de que no fueron echados a suerte, por estar la villa despoblada. Ibidem, pp. 287-288. 56

PLEITO Y EXCOMUNIÓN POR CUESTIONES DE TÉRMINOS ENTRE ÚBEDA Y CAZORLA (SIGLO XV) (*)

Introducción A lo largo de los siglos XIV y XV los arzobispos de Toledo, como señores del Adelantamiento de Cazorla, tuvieron que enfrentarse al concejo de Úbeda porque en diversas ocasiones habían intentado apoderarse de las aldeas y términos que en su día habían pertenecido a Quesada, villa que desde 1331 había pasado de la jurisdicción de los prelados toledanos al concejo de Úbeda. Pero los arzobispos de Toledo, dispuestos a no tolerar ningún tipo de desmembración en su señorío, acudieron, con este fin, en repetidas ocasiones ante el tribunal regio, en defensa de sus derechos; pero a pesar de las sentencias emitidas por aquel tribunal, todas favorables a los señores del Adelantamiento, los vecinos de Úbeda, haciendo caso omiso, seguían entrando con sus ganados en el señorío de Cazorla, e incluso, en algunos momentos, trataron de apoderarse de ciertas fortalezas, aprovechando periodos de sede vacante. En estas circunstancias, los arzobispos toledanos teniendo en cuenta que Úbeda y Quesada pertenecían, respectivamente, a la provincia eclesiástica y diócesis de Toledo, decidieron utilizar las penas canónicas para salvaguardar sus intereses temporales. Y es este último aspecto, es decir, las penas espirituales “excomunión”, empleadas por los señores del Adelantamiento para mantener (*) Pub.- en Estudios de Historia y de Arqueología Medievales, V-VI (1986), pp. 191-204.

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la integridad territorial de su señorío, lo que constituye el objetivo de este trabajo, y de una manera especial, dar a conocer uno de los pocos documentos que se conservan sobre el ritual de excomunión en la Edad Media. Origen del enfrentamiento entre Úbeda y Cazorla Aprovechando la crisis castellana provocada por la muerte de Sancho IV y la minoría de edad de su hijo Fernando, las huestes nazaríes acometen en el mes de Muharram (noviembre/diciembre) de 1295, una expedición que, siguiendo el curso del Guadiana Menor, una de las vías usuales de penetración en el reino de Jaén, llegó a asediar la villa de Quesada hasta su rendición e incorporación al reino de Granada1. Entre 1295 y 1309 se inicia un periodo de total oscuridad2 del que se sabe que Quesada pasó sucesivamente de poder cristiano al musulmán, (1) R. Ariè, L´Espagne musulmane au temps des Nasrides (1232-1492), París, 1973, p.81. (2) Respecto a la pérdida de Quesada en 1295 hay un completo acuerdo entre los siguientes autores: J. de M. Carriazo, Colección Diplomática de Quesada, Jaén, 1975, LXIX; M. A. Ladero Quesada, Granada. Historia de un país islámico (1232-1571), Madrid, 1979, 80; R. Ariè, L´Espagne musulmane.., 80; J. F. Rivera Recio, El Adelantamiento de Cazorla. Historia General, Toledo, 1948, 27. C. Torres Delgado, El Antiguo reino nazarí de Granada (1232-1340), Granada, 1974, 209, fecha la primera conquista de Quesada por Muhammad II en 1292, el monarca granadino pidió a Sancho IV la entrega de Tarifa y ante la negativa del monarca castellano llevó a cabo una serie de incursiones que tuvieron como resultado la conquista de Quesada y Alcaudete. En virtud de los acuerdos pactados entre Nasr y Fernando IV en 1309, Quesada vuelve definitivamente a poder cristiano al año siguiente, 1310, esta fecha es dada por R. Ariè, L´Espagne musulmane.., 92, y M. A. Ladero Quesada, Granada.., 89; pero ninguno de los dos autores mencionan una posible recuperación de Quesada por los ejércitos cristianos en el periodo comprendido entre 1296 y 1302, como lo hace J. de M. Carriazo, Colección Diplomática.., LXIX, y F. Rivera Recio, El Adelantamiento de Cazorla.., 27, dichos autores apuntan esta posibilidad, aunque ninguno precisa la fecha exacta de esta primera reconquista 58

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pero no las fechas; no obstante, la alianza pactada entre Fernando IV de Castilla y Jaime II de Aragón en diciembre de 1308, y al año siguiente, su ataque combinado por los frentes oriental y occidental de la frontera nazarí, obligaron al nuevo sultán de Granada Nasr a pactar con Castilla, y entre las condiciones fijadas se preveía la devolución de todas las plazas conquistadas por Muhammad II, incluyéndose entre ella Quesada3, que una vez en poder del monarca castellano, la volvía a entregar el 5 de junio de 1311 a su antiguo propietario: “porque çiertamente fue del arçobispo de Toledo la villa de Quesada con todo su termino e de sus sucessores, antes que los moros la ganasen. Et queremos que la aya assi commo la ovo la Iglesia de Toledo, antes que la ganasen los moros, quando fue perdida en tiempo del arçobispo don Gonzalo, cardenal que fue después de Roma…”4. Años más tarde, el 22 de enero de 13315,Alfonso XI decidía enajenar de la jurisdicción del arzobispo de Toledo la villa de Quesada, entregándola a Úbeda. Esta donación hay que verla en función de los objetivos de la política del monarca castellano, por un lado, el fortalecimiento del poder real y la reorganización y transformación del gobierno de las ciudades de realengo y por otro la política del Estrecho6. Alfonso XI veía la necesidad de asegurar la frontera meridional del reino de Jaén mientras que la Corona dedicaba todos sus esfuerzos a la política del Estrecho; de manera que Quesada, plaza de vital importancia para la seguridad del citado reino, debía quedar en manos de quién contase con los medios económicos y humanos de Quesada, a partir de 1302 la villa pertenece al reino de Granada, hasta 1310, fecha en que es devuelta a Fernando IV. C. Torres Delgado, El Antiguo reino nazarí.., 213 y 237, data la segunda conquista de Quesada por los granadinos en 1299 y su reincorporación definitiva al territorio castellano en 1310. (3) R. Ariè, L´Espagne musulmane.., 88. (4) J. de M. Carriazo, Colección Diplomática.., 28-29. (5) Ibídem, 32. (6) J. Torres Fontes: “La enfermedad de Alfonso XI en 1329”, en Estudios de Historia y de Arqueología Medievales, 1 (1981), 13. 59

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suficientes para asegurar su defensa, ya que la Iglesia de Toledo, en unos momentos difíciles como habían sido la minoría de Fernando IV, no había podido conservarla. A raíz del cambio de jurisdicción de la villa de Quesada comienza un largo debate y enfrentamiento entre los arzobispos toledanos y el concejo de Úbeda por la posesión de algunas de las aldeas que habían pertenecido a Quesada, y en el que los señores del Adelantamiento utilizaron todos los medios su alcance, tanto judiciales como espirituales, para evitar nuevas pérdidas territoriales. Pleitos entre los arzobispos de Toledo y Úbeda La donación de Quesada supuso el enfrentamiento abierto entre los arzobispos de Toledo y el concejo de Úbeda, ya que por el documento de donación, la villa y sus términos pasaban a la jurisdicción de Úbeda, pero no se especificaba si la merced regia afectaba a todas las aldeas que habían pertenecido a Quesada7; por tanto, la posesión de Peal de Becerro, Toya, Dos Hermanas y Villamontín fue la causa del largo pleito que comenzó a raíz de la donación de Alfonso XI y continuó en la centuria siguiente. Según se desprende de una carta de Enrique II, fechada el 15 de febrero de 13768, en una primera sentencia de Alfonso XI se obligó al arzobispo de Toledo a entregar las aldeas en litigio; pero esta sentencia no debió cumplirse, porque de hecho en 1376 Enrique II ordenaba al adelantado de Cazorla García Rodríguez que cumpliese la sentencia dada por su padre y entregase inmediatamente dichos lugares, más una elevada suma en compensación de los daños ocasionados al concejo de Úbeda por la retención ilícita de sus términos. Pero el pleito no concluyó con esta sentencia de Enrique II, sino que prosigue en el reinado de su hijo. El 24 de diciembre de (7) J. de M. Carriazo, Colección Diplomática.., 32. (8) M. M. García Guzmán, Colección Diplomática del Adelantamiento de Cazorla (1231-1495), Cádiz, 1991, doc. 52. 60

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13849, Juan I dictaminaba que Pelos, Toya, Peal de Becerro, Dos Hermanas y Villamontín eran propiedad del arzobispo de Toledo, don Pedro Tenorio, ya que estas aldeas desde su conquista por don Rodrigo Jiménez de Rada habían pertenecido sin interrupción a los señores del Adelantamiento; la sentencia real también confirmaba al prelado toledano la posesión de Aosín, Fique, Torres de Alicún, Cuenca,Chiellas, Cebas y Cortes, aunque posiblemente permanecían en poder granadino. Asimismo se prohibe a Úbeda la utilización de estos términos bajo pena de 10.000 maravedíes. Una vez conseguida esta sentencia favorable, los arzobispos de Toledo intentaron por todos los medios hacerla cumplir al concejo de Úbeda y en vista de sus escasos resultados, optaron por utilizar las penas espirituales como medio para hacer prevalecer sus derechos. Penas espirituales Como la sentencia de Juan I no bastó para que el concejo de Úbeda abandonara los términos otorgados al Adelantamiento, como lo demuestra sus continuas entradas a los antiguos términos de Quesada; don Pedro Tenorio, el 4 de junio de 138610, amenazaba al concejo de Úbeda con dictar sentencia de excomunión contra aquellos que entrasen en el Adelantamiento, puesto que, según los cánones de los concilios provinciales y sínodos toledanos incurrían en dicha pena aquellas personas o concejos que atentasen contra la inmunidad eclesiástica, extensiva a bienes y vasallos de la Iglesia11, medidas que tendrían vigencia en todo el ámbito de la diócesis y provincia eclesiástica de Toledo.

(9) M. M. García Guzmán, El Adelantamiento de Cazorla en la Baja Edad Media. Un señorío eclesiástico en la frontera castellana, Cádiz, 1985, pp. 345-353. (10) M. M. García Guzmán, Colección Diplomática..., doc. 60. (11) Sobre las diferentes disposiciones tomadas por la Iglesia de Toledo para salvaguardar sus derechos, véase J. Sánchez Herrero, Concilios Provinciales y Sínodos Toledanos en los siglos XIV y XV, La Laguna, 1976. 61

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En el caso de que el concejo y vecinos de Úbeda mantuvieran su postura, no acatando las medidas dadas por el arzobispo, la sentencia de excomunión sería leída públicamente en las iglesias de Cazorla, Iznatoraf y Quesada; pero antes de su entrada en vigor, y conforme a las prescripciones del derecho canónico, se les daría un plazo de seis días para volver a la obediencia de la Iglesia; y en caso de no producirse la avenencia, se dictaría la sentencia de excomunión definitiva. Esta medida espiritual va acompañada de otras de orden temporal; así el 5 de junio de 138612 el arzobispo de Toledo ordenaba al concejo de Cazorla y a su adelantado Gonzalo Díaz de Pantoja, que en salvaguarda de sus derechos, en el caso de que encontraran vecinos o ganados de Úbeda en los términos del señorío, apresaran a los infractores y confiscaran sus ganados. Pero Úbeda y sus vecinos, que no estaban dispuestos a perder estas tierras de pastos tan necesarias para sus ganados, no acataron las órdenes del arzobispo don Pedro Tenorio, por lo que éste no dudó en ponerles en entredicho; aunque desconocemos la fecha exacta de la imposición de esta pena, debió de ser entre 1386 y con anterioridad a 1390, porque el 5 de septiembre de ese mismo año13 el concejo de Úbeda se comprometía a pagar 2.000 doblas de oro moriscas, cifra en la que don Pedro Tenorio había evaluado los daños ocasionados por el concejo de Úbeda por la ocupación de los términos de su jurisdicción en los últimos doce años. A cambio el arzobispo de Toledo levantaba el entredicho14. Como en ocasiones anteriores, este acuerdo no fue cumplido por Úbeda, por lo que de nuevo vuelve a intervenir el poder real a instancia de don Pedro Tenorio. El 20 de octubre de 139515 Enrique III ordenaba (12) M. M. García Guzmán, Colección Diplomática.., doc. 61. (13) Ibídem, doc. 71. (14) Ibídem, doc. 79. (15) Ibídem, doc. 78. 62

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al conde de Niebla, adelantado de la frontera, o a su lugarteniente Pedro Carrasco que obligaran al concejo de Úbeda a saldar su deuda, y, que en caso de encontrar resistencia vendiese los bienes concejiles necesarios hasta cubrir el total de la cifra adeudada. A los pocos meses, junio de 139616, el concejo de Úbeda en una sesión pública reconoce que debía al arzobispo de Toledo 2.000 doblas desde hacía seis años, aunque esta cantidad había sido reducida por don Pedro Tenorio en 700 doblas, debiendo pagar solo 1.300. A pesar de los intentos de don Pedro Tenorio por solucionar estos problemas de términos, muere sin ver concluido el ya largo debate entre Úbeda y sus vasallos de Cazorla. Durante el pontificado de don Pedro de Luna se lleva a cabo el amojonamiento de los términos de Cazorla-Úbeda17, pero a pesar de las firmes promesas por parte de ambos concejos de no quebrantar los límites establecidos por los amojonadores, las entradas de vecinos de Úbeda en términos de Cazorla fueron frecuentes a lo largo de la primera mitad del siglo XV. En 1444 el viejo problema de los términos seguía latente; teniendo en cuenta que Quesada había pertenecido al Adelantamiento hasta 1331, y que algunos vecinos del señorío aún tenían heredades en el término de Quesada, el concejo de esta villa, aprovechando la situación del reino, intentó que estas tierras fueran abandonadas por sus propietarios, promulgando para ello unas ordenanzas, en las que se prohíbe a los vecinos de Cazorla entrar en sus términos y por consiguiente labrar sus heredades. Una vez más la Iglesia de Toledo interviene en defensa de los intereses de sus vasallos, y amparándose en que Quesada pertenecía a la diócesis de Toledo, el arzobispo don Gutierre Álvarez de Toledo nombró juez a Hernán Jofre de Loaisa, arcediano de Galisteo y (16) Ibídem, doc. 79 (17) El amojonamiento de los términos de Úbeda-Cazorla comenzaron el jueves 4 de diciembre de 1404y finalizaron el domingo día 7. Ibídem, docs. 97 y 98. 63

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vicario general de la diócesis, quien, basándose en que los vecinos de Quesada quebrantaban los privilegios e inmunidad de la Iglesia, al impedir a los vasallos del arzobispo labrar sus tierra, amenazó con excomulgar a todos los vecinos de la villa... El 19 de septiembre de 144418 Hernán Jofre de Loaisa anunciaba al concejo de Quesada su propósito de dictaminar esta sentencia si no revocaba la ordenanza; y en el caso de que el concejo mantuviese su postura, la sentencia de excomunión entraría en vigor en un plazo de quince días, contados a partir de la primera lectura pública de la carta del arcediano, pudiendo el procurador de Quesada en ese plazo presentar todas aquellas pruebas que considerase oportunas en defensa de los derechos de la villa. Desconocemos si efectivamente se llegó a dictar sentencia de excomunión, pero posiblemente se revocaría la ordenanza o se arbitraría otra solución, porque, de hecho, los vecinos de Cazorla no vuelven a quejarse a su señor de que el concejo de Quesada les impidiese labrar sus tierras. Pero no ocurre así con el enfrentamiento entre Úbeda y Cazorla, ya que con la muerte del arzobispo don Gutierre Álvarez de Toledo en 1446 el problema de términos se recrudece. En los meses de sede vacante, don Fernando de Acuña, corregidor de Úbeda, Baeza y Jaén, acompañado por el regidor Diego Salido y el alcalde Diego de la Cueva, al frente de gente de armas de Úbeda intentan apoderarse de los castillos de Peal de Becerro, Toya y Santo Tomé; aunque el ataque no dio los resultados deseados, los agresores causaron graves perjuicios económicos, pues robaron cuantos ganados encontraron a su paso. Ante esta nueva agresión el deán y cabildo de la Iglesia de Toledo, administradores del Adelantamiento de Cazorla en periodo de sede vacante, decidieron poner fin a las periódicas intromisiones del concejo de Úbeda; de manera que el 1 de marzo de 1446 comunicaban a los obispos de Jaén, Córdoba y a todos los fieles de la diócesis y (18) Ibídem, doc. 183. 64

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arzobispado de Toledo que en vista de los hechos acaecidos en el señorío de Cazorla, “nos de nuestro ofiçio usando de las causas espirituales, como parte en defensyon e anparo de los bienes e cosas de la dicha mesa arçobispal, sede vacante, por la presente … declaramos e denunciamos todas las dichas personas e cada una dellas, que ansy an fecho … aver caydo e yncurrido en la dicha sentençia de escomunion mayor … segun los sacros canones, constituciones, estatutos e previllegios apostolicos, provinciales e synodales, todas qualesquier personas de qualesquier estado …que sede vacante toman, tienen … roban … qualesquyr bienes e cosas de tal Iglesia Vacante en qualquier manera, e perturban, ynpiden e oprimen la libertad, jurisdiçion, ynmunidad eclesiastica … yncurren en sentençia de excomunión mayor…”19. La pena canónica basada en la violación de la inmunidad eclesiástica, extensiva a bienes y vasallos de la Iglesia, por parte del corregidor, oficiales y vecinos de Úbeda se levantaría en el momento de su reconciliación con la Iglesia, y previa restitución de los ganados robados, más el pago de una multa de 50.000 doblas de la banda. Pero ante la gravedad de los hechos, Juan II vio la necesidad de defender las tierras y vasallos de su antiguo aliado don Gutierre Álvarez de Toledo, y por ello el 20 de marzo de 144620 comunicaba a todos sus súbditos que tomaba bajo su amparo a las villas del Adelantamiento, Cazorla, La Iruela, Iznatoraf y Villanueva del Arzobispo, y que aplicaría duras penas, como confiscación de bienes y pérdidas de privilegios, a quines osaran quebrantar el amparo regio. (19) Ibídem, doc. 184. (20) Ibídem, doc. 185. 65

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Esta carta del rey no fue bien acogida en Úbeda, como lo demuestra el hecho de que sus portadores Diego Fernández del Río, escribano público de Cazorla, y el alguacil de Iznatoraf Alfonso Sánchez de Ballesteros fuesen apresados por orden del corregidor de Úbeda, Fernando de la Acuña. En vista de que los oficiales de Úbeda mantenían su postura, el cabildo toledano decidió hacer efectiva la sentencia de excomunión, y el 18 de abril21 enviaba una nueva carta a los obispos de Córdoba y Jaén en la que se confirma la excomunión y en la que se detalla el ritual que se debía seguir en todas las iglesias de sus respectivas diócesis. Ritual de excomunión Todo el ritual de excomunión22 está encaminado a hacer ver claramente a los fieles el significado de la pena canónica, la muerte a la vida eterna y separación de la comunidad, impuesta a los oficiales y vecinos del concejo de Úbeda que habían atentado contra la inmunidad eclesiástica. Para dar la máxima difusión a la pena, la ceremonia tendría lugar en todas las iglesias de la provincia eclesiástica de Toledo los domingos y festivos, aprovechando la asistencia de los fieles a misa, hasta que los excomulgados volviesen al seno de la Iglesia. Todos los clérigos del arzobispado de Toledo tenían que participar en dicha ceremonia, so pena de ser también excomulgados. La ceremonia comenzaba con el repique de campanas; en el interior del templo, bajo la presidencia de un crucifijo cubierto con (21) Véase Apéndice documental. (22) Sobre las causas y ritual de excomunión, véase M. de Azpilicueta Navarro, Manual de confesores y penitentes, que clara y brevemente contiene la universal y particular decisión de quasi todas las dudas, que en las confesiones suelen ocurrir de los pecados, absoluciones, restituciones, censuras et irregularidades, Impreso en Amberes, en casa de la Biuda y Herederos de Juan Steelsio, 1568, 375-383. 66

pleito y excomunión por cuestiones de términos entre úbeda y cazorla

una tela negra, los oficiantes revestidos con sobrepellices negros y llevando cada uno un cirio encendido formarían un círculo alrededor de un recipiente con agua. Acto seguido los oficiantes pronunciaban una serie de maldiciones a cada una de ellas los fieles responderían: fiat, fiat, amén, amén. Las maldiciones iban dirigidas contra los excomulgados don Fernando de Acuña, corregidor de Úbeda, Diego Salido y Diego de la Cueva, pero igualmente se hacía extensiva a todas aquellas personas que habían colaborado con ellos en el intento de apoderarse de Peal de Becerro y de los otros lugares del Adelantamiento de Cazorla y a sus familiares (sus mujeres quedarían viudas, sus hijos huérfanos, caerían en manos de acreedores y serían despojados de sus bienes), de manera que todas las acciones y propiedades quedaban malditas (hablar, reir, cantar, alimentos, vestidos, armas, vivienda, tierras, etc.). Una vez que se pronunciaban todas las maldiciones, la ceremonia llegaba a su momento culminante, los cirios que representaban las almas de los condenados, eran sumergidos en el agua, simbolizando gráficamente el significado de la excomunión, muerte a la vida eterna; las almas de los excomulgados caerían en el infierno junto con Judas el traidor, Datán y Abirón. Apéndice documental 1446. Abril, 18, Toledo.- El cabildo de la Iglesia de Toledo, sede vacante, comunica a los obispos de Córdoba y Jaén, y a los concejos de Jaén, Córdoba, Úbeda y Baeza que han excomulgado a don Fernando de Acuña, Diego Salido y Diego de la Cueva por haber entrado y robado ganado en el Adelantamiento de Cazorla (Traslado de 1556. A. C. Toledo, ms. 915). Señor. El cabildo de la Sancta Iglesia de Toledo, generales administradores que somos en lo espiritual e tenporal en todo el arçobispado, diocesis e provinçia de Toledo, sede vacante. A los reverendos in Christo 67

el señorío de cazorla en la baja edad media

padres e señores obispos de Cordova e Jaen, sufraganeos desta dicha Sancta Yglesia de Toledo, e a los onorables señores, alcaldes, alguaziles, corregidores, justiçias, regidores, jurados, cavalleros, escuderos, ofiçiales e omes buenos de las nobles çibdades de Cordova, Jaen, Hubeda, Baeça, e a todos los otros conçejos, alcaldes, alguaziles, regidores, cavalleros, escuderos, ofiçiales, omes buenos de todas las otras çibdades, villas e lugares de todo el dicho nuestro arçobispado de Toledo, e a los provisores, juezes, e vicarios e subditos de los dichos sufraganeos, e a todos los arçiprestes, curas, clerigos, e capellanes e sus lugarestenientes e a todos los otros fieles christianos, ansi varones como mugeres, eclesiasticas, seglares, regulares, de qualquier estado, horden, ley, condiçion, juridiçion, dignidad e preminençia que sean, vezinos e moradores e abitantes en el dicho arçobispado de Toledo, e a cada uno de vos los dichos señores obispos nuestra recomendaçion e a todos los otros, salud en Nuestro Salvador Jesu Christo. Sepades que nos ovimos dado e dimos nuestra carta contra todas e qualesquier personas de qualquier estado, horden, ley, condiçion, juridiçion, dignidad, preminençia que sede vacante tomar tienen, ocupan, detentan, roban, molestan, danifican, e usurpan, o mandan tomar, tener, ocupar, detentar, robar, molestar, danificar, osurpar de tener qualesquier bienes e cosas desta Sancta Yglesia, sede vacante, e de su tierras, vasallos e bienes, e quebrantan libertad, jurisdiçion e inmunidad eclesiastica e (roto) personas que publice vel oculte (roto) dan a ello su consejo, persuasion, favor, auxilio, cooperaçion, consentimiento o lo procuran en qualquier manera; espeçialmente contra don Fernando de Acuña, corregidor de las dichas çibdades de Jaen, Ubeda e Baeça, e Diego Salido, regidor, e Diego de la Cueva, cavalleros de la dicha çibdad de Ubeda, e otros que pospuesto el themor de Dios en gran peligro de sus animas, en gran contento e menospreçio de la Sancta Yglesia e fee catolica y en gran escandalo e mal exenplo de todo el pueblo christiano y en deserviçio del rey, nuestro señor, e contra su voluntad, en perjuizio desta Sancta Yglesia e nuestro, con mal zelo e cudiçias deserdenadas e esquisitos e malos colores, oprimiendo e molestando a esta Sancta Metropolitana Yglesia 68

pleito y excomunión por cuestiones de términos entre úbeda y cazorla

e a sus ministros, tierras, villas e lugares, vasallos, cosas, bienes della e de su mesa arçobispal ententaron notoriamente e pusieron en hobra con mucha gente armada para tomar çiertos lugares e tierras de las villas del Adelantamiento de Caçorla, e tomaron e llevaron robados ganados e otras cosas que hallaron en el canpo de los vezinos e moradores en las dichas villa e logares del dicho Adelantamiento de Caçorla, Adelantamiento, villas, lugares, tierras e vasallos que son desta dicha Sancta Yglesia e mesa arçobispal. Por la qual dicha nuestra carta declaramos todos los susodichos e cada uno dellos aver incurrido en sentençia descomunion mayor puesta en ellos por derecho, por ese mesmo fecho denunçiamos publicamente por publicos descomulgados, mandando çesar a divinis e guardar eclesiastico interdicto en los lugares donde los tales dilinquentes e cosas robadas estoviesen, sigun questo e otras cosas mas largamente en la dicha nuestra carta se contiene; la qual aunque dis que fue publicada en lugares donde vere similiter se puede creer venir a notiçia de los que lo susodicho fizieron, cometieron, perpetarron, e delinqueron; ellos ni algunos dellos no quieren obedeçer ni cunplir los mandamientos de la Sancta Madre Yglesia, antes estan obstinados e endureçidos en la dicha sentençia de escomunion, e por su culpa e rebelion son mienbros del diablo, e porque la Yglesia, ansi como mienbros podridos, los debe lançar e arredar de si, proçediendo contra ellos in profundo de todos los males quanto puede. Por ende acreçentando nuestros proçesos en esta parte mandamos dar e dimos esta nuestra carta so la pena en ella contenidas (roto), qual exsortamos en Dios e requerimos de parte del ofiçio e de la justiçia a vos los dichos señores obispos e a cada uno de vos, a los vuestros provisores, juezes, vicarios, arçiprestes e subditos que en guardando en esta parte las canonicas sançiones a que sodes obligados, e lo que a esta Metropolitana Yglesia e a nos, sede vacante, devedes e como nos por vos hariamos en el semejante caso, mandamos publicar e cunplir esta dicha carta en vuestras Yglesias e diocesis e çesar a divinis e guardar el dicho eclesiastico interdicto en los logares donde los tales delinquentes e cosas robadas e llevadas 69

el señorío de cazorla en la baja edad media

estoviere, anathematizandolos e maldiziendolos en la forma que en esta dicha nuestra carta se contiene. E mandamos firmemente en virtud de obediençia e so pena descomunion a vos los dichos arçiprestes, vicarios, curas, clerigos e capellanes de las yglesias de todas las çibdades, villas e logares del dicho arçobispado de Toledo e a cada uno de vos que publicamente en cada una de vuestras yglesias, vestidos de sobrepellizes e teniendo candelas ençendidas en las manos e agua delante de vos, repicando las canpanas y estando en horden en circuito y el agua en medio, teniendo la cruz cubierta de luto con dolor, e anatematizandoles e maldiziendoles a los dichos delinquentes en lo susodicho o en qualquier cosa o parte dello e a cada uno dellos, leyendo e diziendo uno de vosotros a alta y enteligible voçe estas palabras e maldiçiones que se siguen, e todos los otros respondan a cada una dellas fiat, fiat, amen, amen, conviene (roto) malditos sean de Dios los dichos Fernando de Acuña e Diego Salido e Diego de la [Cueva] e todas las otras personas que cometieron, fizieron, perpetraron lo susodicho o qualquier cosa dello, e delinqueron en ello, e dieron consejo, ayuda e favor como dicho es publiçe o ocultamente e cada uno dellos e la su maldiçion venga sobrellos, malditos sean de dia e de noche en el canpo y en sus casas, malditas sean las viandas que comieren e las cosas que bebieren, maldichas sean las vestiduras e las armas que tomaren e traxeren sean contra ellos, maldichos sean las moradas en questovieren e las camas en que dormieren, maldicha sea la tierra que pisaren e labrasen, maldichos sean en hablar y en reyr y en cantar y en estar, el sol se les escurezca de dia e la luna de noche, aseñorado dellos el diablo e siempre este a la su diestra, quando lo juzgaren siempre condenados e la su oraçion sea fecha en pecado e los sus dias sean pocos e las sus honrras tomen sus enemigos fechas, sean los sus hijos huerfanos y sus mugeres sean biudas e echadas sean de sus casas, usureros lieven todas sus heredades e todos sus trabajos, no aya quien los ayude ni quien se aya merçed dellos, siempre sean en muerte sus generaçiones, los nonbres dellos sean tirados de sobre la faz de la tierra, las sus maldades sean delante del 70

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Señor Dios, siempre anden esparçidos ellos e sus generaçiones e sus memorias no finquen sobre la tierra, por quanto no se acuerdan de bien hazer vengan sobrellos las maldiçiones que enbio Dios sobre el de Exibto e sobre el su pueblo, sean fechos como Sodoma e Gomorra e Datan e Abiron que trago la tierra bivos, e ellos e los que con ellos partiçiparen e ansi sean ellos malditos e los sus comunicantes e partiçipantes, como Judas el traydor apostata, e sean malditas las su animas e se (roto) en el profundo del infierno con el anima del dicho Judas traydor. E digan estas palabras lançen en alto las candelas ençendidas e dexandolas caher en el agua, ansi como estas candelas se matan e mueren en esta agua, ansi las animas de los dichos don Fernando de Acuña e Diego Salido e Diego de la Cueva e de todos los otros que culpables fueron e son en todo lo sobredicho o en qualquier cosa o parte dello e dieron a ello su consejo, favor, ayuda o coperaçion publica o ocultamente, direte vel indirete, e consintieron en ello e los con ellos comunicantes e partiçipantes sean amatadas e muertas e submergidas en el abismo del infierno; e todos los otros respondan a cada una de las dichas maldiçiones fiat, fiat, amen, amen. E non çesedes ni dexedes de lo ansi fazer e cunplir todos los dias de los domingos e fiestas de guardar, hasta que los susodichos delinquentes e cada uno dellos venga a mandamientos de la Sancta Madre Yglesia e merezcan reçibir benefiçio de absoluçion e hagan con digna satisfaçion e veades otra carta en contrario desta. En testimonio de lo qual mandamos dar e dimos esta nuestra carta patente, carta firmada de los nonbres de dos de nos, sigun nuestra costunbre e roborada del nuestro notario e sellada con nuestro sello capitular en las espaldas. Dada en la muy noble çibdad de Toledo, dentro en nuestro cabildo, estando ende capitularmente ayuntados, a diez y ocho dias del mes de abril, año del nasçimiento del Nuestro Salvador Jesu Christo de mill e quatroçientos e quarenta e seys años. Fernando, archipresbiter Toletanus; Antonio de Torre, doctor; Ludovicus Luppi, notario apostolicus. 71

SISTEMA DEFENSIVO DE LAS VILLAS DE ALLENDE DEL ADELANTAMIENTO DE CAZORLA SEGÚN LAS FUENTES DOCUMENTALES BAJOMEDIEVALES(*) Iznatoraf y villas de Allende La Crónica Latina de los Reyes de Castilla narra la campaña de 1235, en cuyo transcurso Fernando III “obsedit Heznatoraf, castrum fortissimum...”1; tras la rendición de la plaza y la salida de la población musulmana se inició el proceso de repoblación a iniciativa de la Corona2, aunque en 1252 la villa y su término pasarían a formar parte del señorío jiennense de los arzobispos de Toledo: El 20 de abril de 12433, Fernando III y don Rodrigo Jiménez de Rada llegaron a un acuerdo que sería decisivo para las llamadas Villas de Allende del señorío. La Iglesia de Toledo entregaría al monarca ciertos castillos en el Reino de Toledo4 y a cambio el arzobispo obtenía la donación de la ciudad de Baza, aún en poder musulmán y cuya (*) Pub.- en V Estudios de Frontera. Funciones de la red castral fronteriza, Jaén,

2004, pp. 243-258. (1) Crónica latina de los Reyes de Castilla. Introducción, texto crítico, traducción e índices de L. Charlo Brea, Cádiz, 1984, pág. 90. (2) Sobre la conquista y repoblación de Iznatoraf véase, J. González, Reinado y Diplomas de Fernando III, I Estudio, Córdoba, 1980, pp. 320-323 y 432. (3) Documento publicado por J. A. García Luján, Privilegios Reales de la Catedral de Toledo (1086-1462), Toledo, 1982, pp..161-167. (4) Los castillos entregados a Fernando III son los siguientes: Muro, Malamoneda, Dos Hermanas, Cedeniella, Pulgar, Peña Aguilera, Miraglo, Herrera, Peñaflor, Santa María de la Nava, Marializa, Nava Redonda, La Torre de Foja, Alcocer y Yébenes. H. Grassotti: «Don Rodrigo Ximénez de Rada, gran señor y hombre de negocios en la Castilla del siglo XIII», Cuadernos de Historia de España, LV-LVI (1972), pp. 293-294.

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conquista correspondería al prelado. El resultado de este acuerdo sería la constitución de un extenso señorío que uniría la comarca de Quesada-Cazorla con la de Baza; pero este proyecto no pudo llevarse a cabo, siendo compensada la Iglesia de Toledo con la donación de Iznatoraf5. En los años siguientes se configuró la organización territorial del señorío, primero en torno a dos villas, Quesada e Iznatoraf, y , a partir de 1256, se incorporaría a este esquema Cazorla6. El Guadalquivir delimitaba los términos de Cazorla e Iznatoraf y al mismo tiempo dividía al señorío en dos comarcas con unas características propias. La primera de ellas, avanzada en la frontera7, tenía a Quesada como concejo principal, controlando esta villa una de las principales vías de comunicación entre el reino de Jaén y el reino nazarí de Granada, la del Guadiana Menor. La segunda, situada más en el interior del señorío y mejor comunicada con los principales núcleos de población de la zona, tenía como cabecera a Iznatoraf. Estas diferencias también se reflejan en la documentación: Los prelados centraron su atención en la repoblación y defensa del territorio de Quesada-Cazorla, por lo que conocemos con cierta precisión este proceso8. En cambio para el territorio de allende del (5) El proceso de incorporación de Iznatoraf al señorío de los prelados de Toledo puede verse en Mª. M. García Guzmán, El Adelantamiento de Cazorla en la Baja Edad Media. Un señorío eclesiástico en la frontera castellana, Cádiz, 1985, pp.102-104. (6) Desde las campañas de 1231 Cazorla dependía de la villa de Quesada. Pero el 23 de noviembre de 1256, el infante don Sancho de Castilla otorgó a Cazorla un alfoz propio con las aldeas de La Iruela, Nubla y Alcoray. Mª. M. García Guzmán, Colección Diplomática..., (en adelante Colección Diplomática del Adelantamiento), documento 17, pp. 7-8. (7) De hecho, Fernando III en el privilegio de donación de Iznatoraf , ratifica a la Iglesia de Toledo“lo que gano el arçobispo don Rodrigo e es esto Cuellar, Cuenca, Chiellas e Las Cuevas del Almusdran, Cortes, Torres de Alecun ...que eran fasta el dia que esta carta fue fecha, de lo que era de termino de Baza en aquella frontera...”. J. de M. Carriazo, Colección Diplomática..., pág. 16. (8) Sobre las diferentes medidas adoptadas por los arzobispos de Toledo para repoblar los las tierras de Cazorla y Quesada puede verse, Mª. M. García 74

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Guadalquivir, las noticias son escasísimas, destacando, sobre todo, la ausencia de referencias a los núcleos de población dependientes de Iznatoraf en la documentación del siglo XIII, por lo que no es posible relacionar, en base a las fuentes documentales, las aldeas surgidas en el XIV con el poblamiento en época musulmana. No obstante, las fuentes escritas ofrecen algunas noticias sobre la evolución de las tierras de Allende. En un documento de 13119 referente a la organización eclesiástica de la diócesis de Baeza-Jaén, se mencionan los prioratos de La Moraleja, de la Torre de Domingo Pliego y de Sorihuela, pertenecientes al arciprestazgo de Iznatoraf. En otro, fechado el 16 de agosto de 132510, se cita entre los testigos que suscriben una carta de hermandad, a Diego Johan, prior de La Moraleja. Estos datos, aparentemente poco relevantes, ponen de manifiesto que en las primera décadas del siglo XIV, existían en el término de Iznatoraf unos núcleos de población de cierta entidad, puesto que contaban con parroquia. Entre éstos fue destacado La Moraleja que alcanzó la categoría de villa en 139611, conocida desde entonces como Villanueva del Arzobispo. Una evolución semejante tuvo la Torre de Domingo Pliego, que recibió el privilegio de villazgo de don Alfonso Carrillo en 144912, de quien tomó su nombre, Villacarrillo. Guzmán: «Conquista y evolución del Adelantamiento de Cazorla en los primeros siglos de dominio castellano: El debate por Quesada», Hispania, al-Andalus, Castilla. Jornadas Históricas del Alto Guadalquivir, Vicente Salvatierra (ed.), Jaén, 1998, pp. 266-271. (9) J. Rodríguez Molina, El Obispado de Baeza-Jaén. Organización y economía diocesanas. (Siglos XIII-XVI), Jaén, 1986, p. 23. (10) Carta de Hermandad para aprovechamiento de términos entre el concejo de Úbeda y el de Iznatoraf. Colección Diplomática, doc. 35, p. 21. (11) El 8 de septiembre de 1396, Enrique III ratificó la creación de la nueva villa y el 10 de ese mes, el arzobispo don Pedro Tenorio otorgaba el privilegio de villazgo. Colección Diplomática del Adelantamiento, docs. 80 y 81. (12) El privilegio de villazgo de Villacarrillo, otorgado el 1 de diciembre de 1449, ha sido publicado por R. Rubiales Gª. del Valle: “Documentos clave para la configuración histórica de Villacarrillo”, AHISVI, 1 (2001), p. 14. Posteriormente, el 10 de enero de 1450, Juan II confirmó la creación de la nueva villa. Colección Diplomática del Adelantamiento..., doc. 204. 75

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El paulatino crecimiento de las nuevas villas obedeció a las modificaciones que se fueron produciendo en el poblamiento del señorío, unas estrechamente relacionadas con la realidad de la frontera, estabilizada desde mediados del siglo XIV, otras debidas a su mejor ubicación, al encontrarse en la vía de comunicación que unían a Jaén con el Levante a través de Úbeda. Estas circunstancias dieron lugar a que la villa fortaleza, Iznatoraf, fuera perdiendo población en beneficio de sus aldeas13, aunque la primitiva organización territorial se mantuvo al conservar Iznatoraf la categoría de villa principal tanto en cuestiones relacionadas con el aprovechamiento de sus términos mancomunados con las otras villas como en la organización militar. El sistema defensivo de las Villas de Allende La donación de Quesada a Úbeda por Alfonso XI14 motivó una nueva configuración del señorío, conocido ya como Adelantamiento de Cazorla, de manera que esta villa pasó a ser el centro administrativo del territorio y lugar de residencia de los adelantados, pero al mismo tiempo se mantuvo el esquema, antes expuesto, que a su vez determinó la organización militar del señorío. El sistema defensivo del Adelantamiento se estructuró en torno a tres castillos principales, tal como se recoge en el pleito homenaje prestado por el adelantado Rodrigo de Perea al arzobispo don Juan Martínez Contreras, 28 de noviembre de 1425: “ por quanto el dicho señor arçobispo le avia dado el dicho Adelantamiento e le mandava entregar por sus cartas los sus castillos e fortalezas del (13) Los datos aportados en los trabajos de A. Molinie-Bertrand: «El Adelantamiento de Cazorla en el siglo XVI», Cuadernos de Investigación Histórica (Madrid), I (1977), pp. 7-21 y J. Rodríguez Molina, El Reino de Jaén en la Baja Edad Media. Aspectos demográficos y económicos, Granada, 1978, p.135, confirman esta situación; así en 1528, Iznatoraf contaba con 381 vecinos pecheros, Villanueva del Arzobispo con 582 y Villacarrillo con 526. En el censo de 1591 se recoge , además de los pecheros, los hidalgos, clérigos y religiosos y ofrece las siguientes cifras, Iznatoraf 530 vecinos, Villanueva del Arzobispo 1073 y Villacarrillo 947. (14) La donación tuvo lugar el 22 de enero de 1331. J. de M. Carriazo, Colección Diplomática..., doc. 21, pp. 31-35. 76

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dicho Adelantamiento, los quales son el castillo de la su villa de Caçorla e el castillo de la su villa d´El Heruela y el castillo de la su villa de Hiznatorafe, villas del dicho Adelantamiento de Caçorla, quel estava presto e aparejado para le hazer pleito omenaje por ellos e por cada uno dellos, seyendole dados y entregados por los alcaydes que los tienen...”15. Además de estas tres fortalezas, el señorío contaba con otras secundarias y con numerosas torres y atalayas necesarias para las tareas de vigilancia y defensa del territorio. Pero en este punto hay que hacer constar de nuevo la relativa abundancia de noticias que ofrece la documentación para término de Cazorla y que junto a las investigaciones arquelógicas, han permitido conocer la organización del territorio, tanto en la etapa musulmana16 como las modificaciones introducidas a lo largo de los siglos bajomedievales. En cambio, para Iznatoraf a penas contábamos con referencias escritas o arqueológicas. Así para la comarca de Cazorla se mencionan los castillos de Peal de Becerro y Pelos17. Así mismo, en los textos de los siglos (15) Colección Diplomática del Adelantamiento, doc. 138, pp. 175-178. El castillo de la villa de Cazorla, es el conocido en la actualidad como el de La Yedra, y era la residencia del adelantado. Sobre los castillos de Cazorla y La Iruela, véase J. Eslava Galán, Los castillos del Reino de Jaén, Granada, 1999, pp. 324-333. (16) V. Salvatierra Cuenca: «Formación y desarrollo de un territorio andalusí: Las Sierras de Cazorla y Quesada», Hispania, al-Andalus, Castilla. Jornadas Históricas del Alto Guadalquivir, ed. V. Salvatierra, Jaen, 1998, pp. 183-219, analiza la evolución del poblamiento en este territorio desde la época visigoda hasta la conquista castellana en base a las fuentes musulmanas como a los testimonios arqueológicos. (17) Peal de Becerro es una de las aldeas otorgadas a Quesada en 1257 y que tras la pérdida de la villa, pasó a la jurisdicción de Cazorla. J. de M. Carriazo, Colección Diplomática..., doc. 14, p. 20 y Colección Diplomática del Adelantamiento..., doc. 28, p. 15. Su castillo aparece citado en un documento de cabildo de Toledo, 1 de marzo de 1446, en el se comunica a los obispos de Jaén y Córdoba y a los concejos de ambas diócesis, el ataque sufrido por parte del concejo de Úbeda. Colección Diplomática del Adelantamiento..., doc. 184, p. 245. Igual evolución tiene el lugar de Pelos, en cuanto a su castillo se cita en una carta de Enrique II al adelantado de Cazorla García Rodríguez de Esquivel, 15 de febrero de 1376, 77

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XIV y XV encontramos numerosas referencias a las torres, ya que en algunos casos fueron el punto de partida de nuevos núcleos de población, al levantarse en lugares abiertos y alejados de los núcleos amurallados, por lo que contaban, generalmente, con una empalizada o cerca que servía de refugio a hombres y ganados ante cualquier eventualidad propia de la frontera; citándose para este sector del Adelantamiento, entre otras, la torre de Toya18, de Santo Tomé19, del Campo20, del Vinagre21. En cambio para el término de Colección Diplomática del Adelantamiento..., doc. 52, p. 31 y en un documento de Juan I al concejo de Úbeda, 24 de diciembre de 1384. J. de M. Carriazo, Colección Diplomática..., doc. 31, p. 62. J. Eslava Galán, Los castillos..., p. 333-334, fecha la construcción de la Torre del Reloj a finales del siglo XIV y de la Torre Mocha en la segunda mitad del siglo XIII o principios de la centuria siguiente, siendo los únicos restos visibles del castillo de Peal de Becerro. (18) El origen de Toya es ibérico y en época visigoda aparece como cabecera de un territorio, bajo dominio musulmán aparece citada en las fuentes como un hisn. V. Salvatierra: «Formación y desarrollo..», p. 213 y I. Montilla Torres y S. Pérez Alvarado: «La Torre de Toya: Consideraciones acerca de su cronología», Hispania, al-Andalus, Castilla. Jornadas históricas del Alto Guadalquivir, Jaén, 1998, pp. 221-237. Tras la conquista castellana se inicia el declive de este núcleo de población, recogiéndose este topónimo como una de las aldea de Quesada y en la centuria siguiente de Cazorla. Pero a partir del siglo XV, la documentación solo hace referencia a su torre. Ibídem nota 17. El declive de Toya se refleja en el testamento de don Pedro Tenorio, puesto que el prelado expresa su voluntad de rehacer la torre y repoblar el lugar. E. Narbona, Historia de don Pedro Tenorio, arçobispo de Toledo, impresso en Toledo por Juan Ruyz de Pereda, año de MDCXXIIII, fol. 135 r. (19) J. C. Castillo Armenteros: «Santo Tomé. Una aldea en el Adelantamiento», Jaén. Pueblos y Ciudades, Jaén,1997, p. 2351, resalta la ausencia de investigaciones arqueológicas sobre el término y casco urbano de Santo Tomé, aunque trabajos de prospección han permitido localizar pequeñas alquerías. Por lo que respecta a la fortaleza plantea la posibilidad de que ésta pueda relacionarse con la intensa labor de fortificación en el Alto Guadalquivir entre finales del siglo XII y principios del XIII, pudiendo ser, según lo propuesto por F. Olivares Barragán, el Hisn al-Zir. En base a la documentación bajomedieval, la torre fue construida por Pero Díaz de Quesada, hermano del arzobispo don Gonzalo Díaz Palomeque, a principios del siglo XIV, siendo el punto de partida de la repoblación del lugar. El 13 de agosto de 1313, el 78

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Iznatoraf solo hay constancia documental de la Torre de Domingo Pliego, actual Villacarrillo, y al castillo de Mogón22. Estrechamente relacionada con las torres tenemos las ermitas, ya que estos edificios, además de sus funciones estrictamente religiosas, cumplieron otra defensiva al contar con una torre. En una carta del arzobispo Tenorio al concejo de Cazorla, 6 de octubre de 1395, se describe la ubicación y funciones la ermita de San Bartolomé: “ las arzobispo autorizó la construcción de una iglesia, otorgándole a su hermano y a sus descendientes los derechos de patronato. A partir de esa fecha Santo Tomé aparece en la documentación como una de las aldeas dependiente de Cazorla. Aunque a mediados del siglo XV, Pedro Díaz de Quesada reclamó a don Alfonso Carrillo la propiedad de la heredad de Santo Tomé, siéndole reconocida por dicho arzobispo y por su sucesor don Pedro González de Mendoza. Mª. M. García Guzmán: «Los orígenes del señorío de Santo Tomé (Jaén) en la Baja Edad Media», en Os Reinos Ibéricos Idade média. Livro de Homenagem ao Prof. Doutor Carlos Baquero Moreno, Porto, 2003, vol. III, pp. 1043-1051. (20) La Torre del Campo es uno de los hitos utilizados para delimitar los términos de Cazorla y Quesada, “por el canpo desde el moral do an sienpre junta los de Caçorla y de Quesada y como el cerro ayuso fasta la cabeza del Hornillo e a la cabeza Matosiela, ques dicha Espartosa, sigun confesión de la parte, questa entrel Hornillo y la torre del Canpo y e el llano, questa entre la fuente de La Çarca e la torre del Canpo..”. J. de M. Carriazo, Colección Diplomática de Quesada, doc. 31, p. 62. (21) La torre del Vinagre aparece en el deslinde de términos entre Cazorla y Quesada, recogido en una carta de Juan I al concejo de Úbeda, 24 de diciembre de 1384: “Primeramente como parte Yznatoraf, Guadalquivir arriba e por el rio de las Guadazebas e a la torre del Vinagre, do parte con la Sierra..”. J. de M. Carriazo, Colección Diplomática de Quesada, doc. 31, p. 58. (22) El 12 de mayo de 1512, el adelantado de Cazorla don García de Villarroel concede las tierras de pan llevar, situadas en el castillo de Mogón, a Juan Alonso Beltrán y revoca la merced otorgada al escribano de Iznatoraf Pero Juan Beltrán; según los datos aportados por el documento no se puede hablar de un núcleo de población en torno al castillo, sino de unas tierras dedicadas al cultivo de cereal. Archivo Histórico Nacional, Consejos Suprimidos, leg. 41.695. Mogón es en la actualidad un núcleo de población dependiente de Villacarrillo. 79

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rentas e derechos que pertenecen a la hermita de Santo Bartolome, questa cerca de la dicha villa de Caçorla, ... las diésemos en poder de vos el dicho conçejo, para que de las dichas rentas podiesedes reparar una torre questa en la dicha hermita, que dezides que se quiera caer e que en tiempo de guerra de christianos y moros se acogian y salvavan en ella muchos christianos...”23. Iguales características presenta la ermita de la Fuensanta, en las proximidades de Villanueva del Arzobispo24. Otras fortificaciones mencionadas en las fuentes documentales son las atalayas, aunque todas se localizan en el término de Cazorla25, no existiendo referencias para el término de Iznatoraf. Para las tierras de Allende, el sistema defensivo se organizaba en torno a una fortificación principal, el castillo de Iznatoraf, aunque el conjunto de la villa, enclavado en un cerro de más de 1.000 metros de altitud, constituye por sí un importante baluarte defensivo. Estas óptimas condiciones para una villa de frontera son descritas con gran precisión en una carta del concejo de Iznatoraf a don Alfonso Carrillo, 1 de mayo de 144826: “Otrosy señor, por quanto de aquí se mira Caçorla e Quesada e Xodar e mucho de la frontera de los moros nos es necesario en tiempo de guerra, e aunque no sean

(23) Colección Diplomática del Adelantamiento..., doc. 76, pp. 74-75. (24) F. Cerezo y J. Eslava, Castillos y Atalayas del Reino de Jaén, Jaén, 1989, p. 314, según los citados autores las construcciones de este santuario se organizan en torno a una torre de origen medieval. Así mismo, apuntan la posibilidad de que para proteger el santuario y el manantial de agua se levantara un castillo rural. J. Rodríguez Molina, El obispado de Baeza-Jaén..., p. 30, cita dieciséis ermitas pertenecientes al arciprestazgo de Iznatoraf en 1511. (25) En un cuadernillo de cuentas del concejo de Cazorla se recogen los lugares donde los atalayadores y ataladores cumplían con el servicio de vigilancia, mencionándose los siguientes: Puerto Llano, Puerto de Gil Garañón, La Nava de Medio, Fuente de Guardahornillos, Fuente del Olivillo, Fuente Petexo y Salto de Fernán Martínez. Mª. M. García Guzmán: «Un cuadernillo de cuentas del concejo de Cazorla (1427-1428)», Anales de la Universidad de Cádiz, II (1985), pp. 159-174. También se cita la atalaya de Puerto Cabrera en el deslinde de una dehesa boyal de La Iruela. Colección Diplomática del Adelantamiento..., doc. 34. (26) Colección Diplomática del Adelantamiento.., doc. 91, p. 259. 80

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guerras, poner atalayas e velas para mirar señales de las entradas que los moros fazen en esta tierra de cristianos...”. La documentación aporta noticias de interés sobre el castillo de la villa a partir de 1422, así el 8 de marzo de ese año, el arzobispo don Sancho de Rojas escribía al concejo de Iznatoraf: “Reçebimos la petición que nos enbiastes con vuestro procurador... e a lo que nos enbiastes pedir por merçed que mandasemos derrocar el castillo desa dicha nuestra villa, por quanto dezides que non nos podriades guardar el pleito omenaje que nos tenedes fecho por la dicha nuestra villa, estando el dicho castillo según e como esta. A esto vos respondemos que aremos cerca dello nuestra ynformaçion e sabremos sy es nuestro serviçio o sy es provecho o daño del dicho nuestro Adelantamiento. E despues nos mandaremos fazer sobrello, aquello que entendieremos que sea nuestro serviçio e provecho del dicho Adelantamiento...”27. En esta carta de don Sancho de Rojas se pone de manifiesto dos problemas bastante frecuentes: Por un lado el enorme costo que suponía el mantenimiento de la fortaleza, agravado por el mal estado de conservación, y, por otra, la oposición de los vecinos de la villa a pagar nuevos impuestos destinados a su mantenimiento. Años más tarde, don Gutierre Álvarez de Toledo enviaba una carta al concejo de Iznatoraf, 6 de abril de 1444, con datos más precisos sobre la fortaleza de la villa y su primitivo emplazamiento: “E otrosi a lo que nos enbiastes pedir por merçed que en la dicha nuestra villa de Haznatoraf estava un palacio viejo de los arçobispos, el qual era castillo en medio de la dicha villa, e que las torres del que fueran derribadas por mandado del arçobispo don Pedro de Luna, para hazer un castillo que fue fecho en la çerca de la dicha villa, e que fincaron fechas, que non se derribaron en el dicho palaçio, dos casas sobradas de camaras...”28. Este documento describe la primitiva fortaleza de la villa, cuya ruina era evidente a principios del siglo XV, ya que durante el pontificado de don Pedro de Luna (1403-1414) se derrocaron (27) Ibídem, doc. 124, p. 153. (28) Ibídem, doc. 180, p. 237. 81

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las torres y comenzó la construcción de otra fortificación en la muralla de la villa, aunque quedaron en pie ciertas dependencias del castillo. Todo ello podría indicar la presencia de diferentes técnicas constructivas y materiales en el edificio, así como su reutilización en las construcciones de la cerca. Esta fortaleza enclavada en la cima del cerro sobre el que se asienta la villa, es el ḥiṣn, mencionado por el geógrafo musulmán al-Idrīsī (1100-1165) en su obra “Uns al-Muhaŷ wa-Rawḍ alFuraŷ”, al describir un itinerario que enlazaba la cora de Jaén con la de Tudmir: “de Murcia a Segura, Saqura, hay setenta y cinco millas, de Segura a Baeza hay cincuenta y cinco millas. De Segura a Iznatoraf, ḥiṣn al-Turab, hay veinte millas; del castillo de Iznatoraf a Baeza hay treinta millas..”.29 La referencia al ḥiṣn al-Turab por al-Idrīsī, coincide con una nueva organización territorial que comenzó a gestarse tras la caída del califato, y que se caracterizó por la fragmentación de las demarcaciones territoriales y administrativas omeyas, en este caso la cora de Jaén, en nuevos espacios consecuencia de la fragmentación política de al-Andalus30 y al mismo tiempo estos cambios se manifiestan en la organización del espacio en torno a diversas fortificaciones, necesaria para el control y defensa del territorio. Este proceso consolidado en el siglo XII enlazaría con la conquista castellana del siglo XIII, ya (29) Al-Idrīsī, Los caminos de al-Andalus en el siglo XII. Según “Uns al-Muhaŷ wa-Rawḍ al Furaŷ” (Solaz de corazones y prados de contemplación). Estudio, edición, traducción y anotaciones por Jassim Abid Mizal, Madrid, 1989, pp. 92 y 282. En cuanto al significado del topónimo véase J. Oliver Asin: «En torno a los orígenes de Castilla: Su toponimia en relación con los árabes y bereberes», Al-Andalus (Madrid-Granada), XXXVIII, fasc. 2 (1973), pp. 319-391, en especial 324, Turaf como nombre de persona se documenta en la onomástica de la España musulmana y del cual surge Iznatoraf (Jaén) y Benitorafe (Almería). E. Terés: «Antroponimia Hispanoárabe (Reflejada por las fuentes latinoromances) (II parte)», Anaquel de Estudios Árabes, 2 (1991), pp. 15-34, en especial 23, Turaf: Este plural “maravillas” parece reflejarse en los topónimos Castro Torafe, Iznatoraf y Benitorafe. (30) F. J. Aguirre Sábada y Mª. C. Jiménez Mata, Introducción al Jaén Islámico, Jaén, 1979, pp. 257-258. 82

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que el ḥiṣn al-Turab de las fuentes árabes es la villa fortificada de las crónicas y documentos castellanos. Los trabajos de T. Quesada31 y V. Salvatierra Cuenca32 permiten conocer la evolución del poblamiento en los ámbitos de Sierra Mágina y de las Sierras de Segura, Cazorla y Quesada, pero queda siempre un espacio intermedio, Iznatoraf y las Villas de Allende, del que solo tenemos la referencia contenida en el texto de al-Idrīsī como un ḥiṣn en la ruta que enlazaba Segura, uno de los núcleos de población más importantes de la Sierra del mismo nombre, a tenor de la descripción de al-Idrīsī 33, con Baeza una de las ciudades más importantes del valle del Guadalquivir. Las nuevas referencias a Iznatoraf, las tenemos en las crónicas coetáneas a la conquista de la villa por Fernando III. La Crónica Latina de los Reyes de Castilla es la que ofrece más información, relacionando este enclave, al igual que al-Idrisi, con la red viaria de la comarca: “... rediens rex de partibus Cordubensibus obsedit Heznatoraf, castrum fortissimum, quod redditum est ei statim, saluis personis Maurorum et mobilibus que poteran asportari. Circa igitur et custodia castri comissa cuidam militi, aliis adiunctis eidem, uenit ad castrum inexpugnabile nominatum Sant Esteuan, quod ualde dampnosum erat christianis, presertim in obsidione uiarum, per quas itur Ubedam et Baeciam... ” 34. (31) T. Quesada: «Formas de poblamiento en área rural de Al-Andalus: El valle del río Jandulilla (Jaén)», Arquelogía y Territorio Medieval, 2 (1995), pp 5-23. «Poblamiento y fortificación del territorio en los siglos XII-XIII», Castillos y territorio en Al-Andalus, ed. A. Malpica, Granada, 1998, pp. 141-163. (32) V. Salvatierra Cuenca: «Formación y desarrollo de un territorio andalusí. Las sierras de Cazorla y Quesada», Hispania, Al-Andalus, Castilla. Jornadas históricas del Alto Guadalquivir, Jaén, 1998, pp. 183-219. La crisis del emirato Omeya en el Alto Guadalquivir: Precisiones sobre la geografía de la rebelión muladí, Jaén, 2001. (33) Al-Idrīsī describe a Segura como un ḥiṣn comparable a una ciudad, en su obra Nuzhat al-Mustaq, en Geografía de España, ed. A. Ubieto, Zaragoza, 1988, p. 187. V. Salvatierra Cuenca, La crisis del emirato..., pp. 28-30. (34) Crónica Latina de los Reyes de Castilla. Edición de L. Charlo Brea, ..., pp. 95-96. 83

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En cambio, don Rodrigo Jiménez de Rada35 solo hace referencia a la conquista de la villa en el transcurso de la campaña de 1235, en la que se incorporaron Torres de Albánchez, Santisteban del Puerto y Chiclana de la Sierra. Enlazando las noticias ofrecidas por al-Idrīsī con las crónicas castellanas y la carta del arzobispo don Gutierre Álvarez de Toledo, podemos “reconstruir” el núcleo original de Iznatoraf, en torno a su fortaleza, en espera siempre de su confirmación arqueológica: “que en la dicha nuestra villa de Haznatoraf estava un palaçio viejo de los arçobispos, el qual era castillo en medio de la dicha villa e que torres del que fueran derribadas por mandado del arçobispo don Pedro de Luna, para hazer un castillo que fue fecho en la çerca de la villa, e que fincaron fechas que no se derribaron en el dicho palaçio dos casas sobradas de camaras. Por ende nos enbiastes suplicar e pedir por merçed que vos fiziesemos merçed a vos el dicho conçejo de la dicha nuestra villa de la una casa con su sobrado, para que en ella hiziesede vuestros ayuntamientos e cabildos y en el torrejon que esta deshecho junto a ello que podiesedes hazer unos portales con sus gradas de audiencia, para que los alcaldes desa dicha nuestra villa oyan e libren los pleytos; e que la otra casa con sobrado mas çercana a la iglesia que fiziesemos merçed della a la cofradia de Santa Maria de Graçia desa nuestra villa para hospital a los pobres...” 36. La carta del prelado parece describir la actual plaza de San Fernando, en este espacio se levanta la iglesia parroquial de Santa María de la Asunción37, y frente al templo se encontraba el primitivo (35) R. Jiménez de Rada, Historia de los hechos de España. Introducción, traducción, notas e índices de Juan Fernández Valverde, Madrid, 1997, p. 345. (36) Colección Diplomática del Adelantamiento..., doc. 180, p. 237. (37) Junto al templo parroquial se encontraba el cementerio de la villa, según se recoge en la toma de posesión de la villa por el adelantado Rodrigo de Perea: “En la villa de Hiznatoraf, jueves dies e siete dias del mes de henero, año del 84

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Ayuntamiento38, entre ambos edificios el espacio abierto de la plaza. En este conjunto podría encontrarse el emplazamiento del alcázar musulmán y en cierta medida esta localización es corroborada por una antigua tradición lugareña que es recogida, entre otros autores, por P. Madoz: “Hay una plaza... llamada de la Iglesia, por hallarse a esta contigua, en ella hay un pozo por el cual se cree subían de la mina que atraviesa la población, obra de los árabes, sumamente sólida, que al parecer facilitaba la entrada en esta; hay pocos o ningún vecino que la haya visitado con la escrupulosidad que se debiera, tanto por su completa lobreguez, como porque de trecho en trecho contiene alguna agua; parece, sin embargo, que tiene dos o tres arcos trabajados con admirable solidez...” 39. La fortaleza tenía que contar con un sistema de abastecimiento de agua, necesario para hacer frente a los posibles asedios; de manera que la existencia en el subsuelo de la plaza de la Iglesia de ese pozo o galería, podría tratarse de los restos del sistema de aprovisionamiento de agua. nasçimiento de Nuestro Salvador Jesu Christo de mill e quatroçientos e veinte e seis años, al ora de terçia, poco mas o menos, en el çimenterio somero de la yglesia de Santa Maria de la dicha villa...”. Colección Diplomática del Adelantamiento..., doc. 141. pp. 182-186. La actual iglesia de Santa María de la Asunción es de estilo renacentista y comenzó a edificarse en el siglo XVI en el solar del templo medieval. (38) P. J. Agudo, Iznatoraf, estampas y recuerdos, Jaén, 2001, pp. 46-47, recoge un artículo publicado en la revista Don Lope de Sosa (1928), en él que se describe la primitiva Casa Consistorial de la villa, cuyo emplazamiento no coincide con el actual Ayuntamiento: “La Casa del Concejo de la histórica villa de Iznatoraf, está situada en uno de los frentes de la Plaza de la Iglesia... Frente a la Casa del Concejo, la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Asunción... En la plaza, el misterioso pozo, considerado como el ingreso a la mina que ponía a la villa, encastillada y fuerte, en comunicación con el exterior, obra de los árabes...”. La llamadaTorre Mocha puede ser el último vertigio del primitivo ḥiṣn, derribado finalmente en 1854. S. Martínez Villacañas: “Proceso de destrucción del castillo y muralla de Iznatoraf, desde 1640”, en IV Jornadas de Estudios Históricos-artísticos sobre las CuatroVillas”, Iznatoraf, 1990, pp. 195-201. (39) P. Madoz, Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar, Madrid, 1847, vol. 9, p. 474. 85

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La documentación de la segunda mitad del siglo XV contiene frecuentes alusiones al castillo de la villa40, pero ya no especifica si trata del castillo viejo o del nuevo. Finalizada la guerra de Granada, el castillo se mantuvo en poder de un alcaide, durante el gobierno del adelantado García de Villarroel (1507-1527) fueron tenentes de la fortaleza el capitán Sancho de Pardo, Alonso y Melchor de Villarroel41. En un inventario de la primera mitad del siglo XVI42 de las villas y fortalezas pertenecientes a la mesa arzobispal de Toledo, se mencionan en el Adelantamiento dos castillos, Cazorla e Iznatoraf. A partir de este siglo las noticias sobre la fortaleza de Iznatoraf son cada vez más escasas. No obstante en el Misceláneo atribuido a Juan Bautista Pérez y escrito entre 1609 y 1615 describe la villa de Iznatoraf: “... es muy antigua, asentada sobre un collado muy alto y cercada de (40) Se conserva el acta notarial de la toma de posesión del castillo de Iznatoraf por el bachiller Álvarez de Cifuentes, 1 de agosto de 1448, en nombre del adelantado Pedro de Acuña: “E luego los dichos Diego Fernández e Gonzalo Hernández e Pedro Sanches e Juan Garcia dixeron questavan prestos de le luego dar e entregar el dicho castillo e fortaleza a el dicho Pedro Alvares, bachiller. El qual los tomo y por la mano e los saco de fuera del dicho castillo e entro dentro e cerro sobre si la puerta..”. Colección Diplomática del Adelantamiento..., doc. 198, p. 269. Años más tarde, en 1473, el concejo de Villacarrillo presentó un escrito, respondiendo a ciertas peticiones del adelantado: Lo terçero es que por quanto los movimientos destos reynos, asi de los moros como de los cristianos, que ha menester afortaleçer el castillo e casa de nuestro señor el arçobispo e vuestra de la villa de Aznatoraf. Rogo vuestra merçed que para este caso diesen las bestias, todas destas dichas villas, por vuestros dineros para llevar çierta arena e cal...”. Colección Diplomática del Adelantamiento..., doc. 242, pp. 324325. Estos documentos harían referencia al castillo construido en el siglo XV. (41) Durante los años que García de Villarroel fue adelantado de Cazorla, miembros de su familia se fueron asentando en el señorío, donde desempeñaron diferentes oficios, como es el caso del capitán Sancho de Pardo o de Alonso y Melchor de Villarroel. Mª. M. García Guzmán: «El régimen municipal en el Adelantamiento de Cazorla (1231-1546)», Boletín del Instituto de Estudios Giennenses, CLXVIII (1998), p. 119. (42) Archivo General de Simancas, Patronato Eclesiástico, leg. 155. Aunque el inventario no está fechado, según consta, fue mandado hacer por el cardenal Cisneros. 86

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altos muros, con 400 vecinos y un castillo pequeño..”43. Pero ya en el siglo XVIII, Bernardo de Espinalt en su obra Atlante Español44, no incluye referencia alguna del castillo de la villa. Finalmente, P. Madoz ofrece una detallada descripción de las murallas de la villa y algunas referencias a las ruinas del castillo: “... está circuida por una antigua muralla de bastante solidez y de 2 varas de gruesa, con 11 fortines de la misma elevación, dando entrada a la villa por 9 arcos que se encuentran en distintos puntos del circuito: anteriormente hubo también un castillo que en la actualidad está derruido, lo mismo que su plaza de armas, a pesar de que aun se deja conocer que contenia extensas y hermosas habitaciones, y hace pocos años que se distinguian muchas de sus pinturas: en el año de 1645 se mandó hacer una información sobre el estado de dicho castillo y casas de su habitación, resultando según la de un testigo que eran necesarios 4.000 ducados para llevarse a cabo su reparación que no se hizo...” 45. En cualquier caso este conjunto de noticias recogidas en diversas fuentes y de cronología muy amplia, necesitan su comprobación arqueológica, tanto para determinar el emplazamiento del primitivo ḥiṣn que dio nombre a la villa, como para localizar la fortaleza (43) El fragmento del manuscrito de la Biblioteca Nacional, atribuido a Juan Bautista Pérez, en B. Pavón Maldonado: «Tres fortalezas islámicas en la provincia de Jaén. Segura de la Sierra, Iznatoraz y Santisteban del Puerto», al-Qanṭara, XIX facs. 1 (1998), p. 193. (44) F. Olivares Barragán, Transcripción, Comentarios y Ampliación del Atlante Español (De Bernardo de Espinalt), Jaén , 1980, págs. 223-224, hace alusión a la conservación de restos del castillo, aunque no aparta ningún dato que permita su localización exacta, aunque en el texto de Espinalt no se menciona dicha fortaleza en la villa, sino una torre a media legua de la villa. En su monografía Castillos de la provincia de Jaén, Jaén, 1992, pp. 147-150, hace referencia a que se conservan escasísimos restos de su castillo, así como vestigios de su muralla y de algunas puertas de la villa. (45) P. Madoz, Diccionario..., vol. 9, p. 474. 87

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cristiana, que a tenor de la documentación se levantó en la cerca de la villa46, para reforzar sus defensas47. El conjunto del castillo y murallas de Iznatoraf constituían el bastión defensivo de las villas de Allende y en caso de conflictos bélicos era un refugio segura para la población de este sector del señorío, tal como se recoge en una carta del concejo de Iznatoraf a don Alfonso Carrillo, fecha el 1 mayo de 1448: “e aun señor acahecido a despues ques fecha villa, la dicha Villanueva, los moros vinyeron a Baeça e Beas de Segura, por temor de los dichos moros ciertos vecinos de la dicha Villanueva truxeron e enbiaron a esta villa mucho de sus bienes e faziendas e mugeres e criaturas por ser defendida a gente rezia por estar en llano e no tener torres, ni barrera, ni cava...”48. Es decir, contaba con todos los elementos propios de una villa-fortaleza, muralla con torres que constituían el cinturón defensivo más próximo al núcleo de población, a su vez éste era rodeado por la antemuralla, llamada barbacana o barrera, y por último ésta quedaba rodeada por el foso o cava49. (46) B. Pavón Maldonado: «Tres fortalezas islámicas...», pp. 193-194, al tratar las murallas y torres de Iznatoraf, dice textualmente: “son de mampostería muy irregular o recio hormigón, fábrica que se aprecia bien en el sector del castillo a donde van a parar las calles del Cobertizo, la Cerradura y calle del Castillo...Es muy probable que las murallas y torres actuales fueran rehechas por cristianos calcando en parte las mismas fábricas de la etapa árabe.” Este sector del castillo, al que se refiere el autor, es una torre de la muralla, conocida popularmente como castillo de Alí Menón. (47) J. Eslava Galán, Los castillo de Jaén, Granada, 1999, p. 145, al tratar las defensas de Iznatoraf, hace referencia a que “en el siglo XIII los cristianos completaron las defensas musulmanas -recinto murado y alcázar- con un castillo de piedra. Estas defensas y las periféricas se mantuvieron en uso durante el resto de la Edad Media”, aunque no localiza dicho castillo. Más adelante, p. 146, al describir la muralla, data su construcción “en época califal. Todavía son visibles los recrecimientos que añadieron los conquistadores cristianos en el siglo XIII, en mampuesto más regular y calzado de ripiería”. (48) Colección Diplomática del Adelantamiento..., doc. 191, p. 259. (49) B. Pavón Maldonado: «Tres villas fortalezas...», p. 194-195, pone de manifiesto las frecuentes referencias a los elementos defensivos de Iznatoraf en su actual callejero, además de la calle de Castillo, de la Cava y del 88

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En cambio, Villanueva del Arzobispo y Villacarrillo contaban con unas defensas de menor envergadura, aunque ambas estaban rodeadas por una cerca, porque el privilegio de villazgo implicaba que el núcleo de población tenía que estar amurallado, ya que la muralla delimita el ámbito privilegiado propio de la ciudad o villa del entorno rural. Esta dualidad villa-aldea, espacio cercado-espacio abierto, se describe en un documento de Enrique III: “Que era una aldea asaz poblado de gente, ansi de caballo como de pie e de otra gente menuda, e que estava muy çerca de los moros asi que una trasnochada podria recrecer que vernia sobre el dicho lugar el rey de Granada con grand poderio de sus moros e levaren los vesinos e moradores del dicho logar e la otra conpaña, presos e cativos por estar el dicho lugar asentado en llano e desçercado...” 50. El privilegio de villazgo a La Moraleja se otorgó con la condición de que sus vecinos costeasen la construcción de la muralla en un plazo máximo de cinco años. Esta cláusula generó numerosas peticiones de ayuda económica del concejo de la villa a su señor. Así, en febrero de 139851, don Pedro Tenorio autorizó a los oficiales de Villanueva del Arzobispo a dar en arrendamiento unas tierras de pan llevar, la llamada Rinconada del Barco en la ribera del Guadalimar; estas rentas junto con la sisa de determinados productos y los derechos de maquila del molino de aceite del concejo, se emplearían las obras de la cerca de la villa. Aunque la documentación no hace referencia expresa a otro tipo de fortificación, la nueva villa contaría con una torre junto a la iglesia, ya que este esquema torre-iglesia fortificada se reproduce en otros lugares del Adelantamiento, como Santo Tomé o Villacarrillo, conservándose una torre, actual campanario de la iglesia de San Andrés52. Postigo, donde se encuentra el arco o puerta de la Virgen del Postigo, “en la actualidad rehecho, tenía arco de finas dovelas y encima otro arco ciego a modo de descarga, esquema de estos arcos superpuestos muy usual en puertas hispanomusulmanas de los primeros siglos”. (50) Colección Diplomática del Adelantamiento..., doc. 80, pp. 81-83. (51) Colección Diplomática del Adelantamiento..., doc. 89, pp. 92-94. (52) F. Cerezo y J. Eslava Galán, Castillos y atalayas del Reino de Jaén, Jaén, 1989, p. 132, datan dicha torre a finales del siglo XIV o principios del XV, 89

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En cuanto a la actual Villacarrillo, según la documentación cristiana, su origen está ligado a la Torre de Domingo Pliego53, ya que dicha fortificación favoreció el desarrollo de un núcleo de población, aunque el privilegio de villazgo no fue concedido hasta 1449, en dicho documento encontramos algunas referencias a las defensas de la siendo la torre homenaje de la fortaleza de la villa. PeroJ. Eslava Galán, Los castillos..., 3pp. 24-325, no hace ninguna referencia a la torre-campanario de San Andrés y además plantea la posibilidad de que Villanueva del Arzobispo no tuviera castillo. (53) Aunque en la documentación castellana del XIII no hay ninguna referencia expresa a las aldeas de Iznatoraf, que pudieran confirmar la continuidad de poblamiento desde época musulmana, no obstante conocemos la existencia de importantes vestigios arqueológicos por las publicaciones de T. Román Pulido: «La lápida árabe de Villacarrillo», Don Lope de Sosa. Crónica mensual de la provincia de Jaén, 1914, edición facsímil, Jaén, 1982, pp. 237-244, y «Un jarrón árabe», Don Lope de Sosa. Crónica mensual de la provincia de Jaén, 1918, edición facsímil, Jaén, 1982, págs. 180-183. Según el autor, “el enterramientos de los moros del castillo y arrabal, parece ser que estuvo en lo alto de lo que hoy se conoce con el nombre de la calle de las Minas, y lugar que ocupan los tejares en donde fue hallada la lapida..”, fechada en el año 328 de la hégira, 938. En cuanto a la vasija ofrece la siguiente descripción: “.. en su superficie externa, está lleno de medallones grabados en relieve que lo circunda de la base al cuello, en series de dos modelos, diferentes entre si, que alternan en su colocación en líneas circulares, y lo abarcan en su totalidad, próximas las unas a las otras, afectando formas geométricas... dicho jarrón tiene 75 centímetros de altura, por 1 metro 75 centímetros de circunferencia de panza, de bordes irregulares en el cuello, y desde este al arranque de las asas a nueve centímetros del cuello, tiene o mejor dicho, se aprecia un bordón o levante bastante saliente, que lo rodea, pasando por el punto superior de la inserción de las asas (incompletas)...”. Sobre la lápida de Villacarrillo véase: E. Lévi-Provençal: Inscriptions arabes d´Espagne, LeydeParis, 1931, pág. 132, la lápida pertenecería al enterramiento de un miembro de una familia de origen árabe, los Banū Sa‘dūn, cuya defunción tuvo lugar el 12 de abril de 940. A. Labarta: «Las lápidas árabes de la provincia de Jaén», Homenaje a Manuel Ocaña Jiménez, Córdoba, 1990, pp. 123-137. M. Molinos Molinos: «Villacarrillo. Asentamientos de distintas épocas», Jaén. Pueblos y Ciudades, Jaén, 1997, pp. 2735-2737, pone de manifiesto la excepcional riqueza arqueológica del término de Villacarrillo desde la Edad del Cobre, destacando dos hallazgos de gran importancia en el ámbito de la arqueología ibérica e ibero90

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nueva villa: “Por la presente la facemos villa e le ponemos nombre Villacarrillo, e queremos que de aquí en adelante sea ansi llamada con condicion que vos el dicho concejo e omes buenos cerquedes la dicha villa a casa muro he fagades alrededor una buena caba a buestra costa hasta en cuatro años primeros siguientes...”54. El término casa-muro hace referencia a un tipo de cerca consistente en que la pared posterior de la última fila de casas forman un muro continuo que cumplía las funciones de una cerca; este tipo de defensa aparece con frecuencia en el reino nazarí, especialmente como fortificación de alquerías55, rodeando a la cerca se encontraría la cava o foso. Pero a pesar de que estas obras tenían que estar acabadas en un plazo de cuatro años, los documentos de 146556 hacen referencia a que “la cava esta començada a fazer”, la cerca necesitaba reparos y, además, se habían abierto portillos. A partir de la segunda mitad del siglo XV son frecuentes las cartas del concejo de Villacarrillo al arzobispo de Toledo en las que se exponen reiteradamente cuestiones relacionadas con el sistema romana, como son el relieve del Señor de los Caballos y el tesorillo de plata de Mogón. (54) Traslado hecho el 20 de enero de 1628, publicado por R. Rubiales Gª. del Valle: «Documentos clave para la configuración histórica de Villacarrillo», AHISVI, 1, 2001, pp. 13-15. (55) C. Gonsalvez Gravioto: «La transformación de la alquería en municipio en la Axarquía malagueña: Algunos ejemplos», Hespérides, VIII (2000), p. 108, señala que el amurallamiento formado por los muros posteriores de las casas como un sistema de fortificación de algunas alquería de la Axarquía. Así mismo, M. Jiménez Puertas: «Asentamientos rurales y frontera: Las torres de alquería de la Tierra de Loja en época nazarí», Asentamientos rurales y territorio en el Mediterráneo medieval, ed. C. Trillo, Granada, 2002, pp. 390-421, en especial 397, menciona este tipo de fortificación en la alquería de Tájara, cuyo caserío se situaba en torno a la torre de la alquería. (56) Las noticias sobre la evolución de las defensas de Villacarrillo proceden de una carta del concejo de Villacarrillo, 2 de octubre de 1465, en la que exponen al arzobispo don Alfonso Carrillo algunos problemas relacionados con la guarda del castillo y la cerca de la villa. Y la respuesta del prelado al lugarteniente de adelantado sobre las medidas a adoptar, 17 de octubre de 1465. Colección Diplomática del Adelantamiento..., doc.228, p. 310, y doc. 230, p. 313. 91

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defensivo de la villa, en concreto al castillo-iglesia: “no tiene esta vuestra villa otro anparo e remedio que cunpla a la población della, salvo esta yglesia e castillo que nuestros abuelos e padres e nosotros hemos hecho para nuestra anparaçion e reparo... que vuestra merçed sabra que a los tienpos que algunos movimientos e debates en el reyno e en estas comarcas se mueven, ansi de guerras de moros como de cristianos, no tenemos otra anparaçion e remedio, despues de vuestra merçed, para las tales fortunas e trabajos, salvo esta iglesia e castillo, en el qual reparamos nuestras mugeres e hijos e haziendas e nosotros en guarda desta vuestra villa. E si vuestra señoria oviese mandado dar lugar a que nos fuese puesto alcaide e tomase ansi este castillo e iglesia, no nos queda reparo alguno...” 57. Este documento plantea la posible evolución del sistema defensivo de Villacarrillo, la primitiva torre dio lugar a una fortificación más compleja, castillo, unido o contiguo a una iglesia fortificada, con lo que se repite el esquema frecuente en el Adelantamiento de torreedificio religioso con doble finalidad, defensiva y religiosa. Parte de este conjunto fue derribado en el siglo XVI para levantar la iglesia de la Asunción, obra de Vandelvira, conservándose en la actualidad algunos elementos, dos torreones, uno de ellos utilizado como campanario, y el aljibe que se encuentra bajo la nave central del templo58, aunque a principios del siglo pasado eran más los restos conservados59. Así mismo piden a su señor “porque el castillo desta vuestra villa sea mejor guardado, avemos hordenado de hazer en el diez o doze casas o mas, para que en ellas moren otros tantos vecinos, como antes de agora en otros tienpos solian morar en otras villas destas comarcas”60. Esta (57) Villacarrillo, 15 de agosto de 1465. Colección Diplomática del Adelantamiento..., doc. 226, pp. 304-308. (58) J. C. Castillo Armenteros: «Villacarrillo. Historia Medieval: De aldea a villa», en Jaén. Pueblos y ciudades, Jaén, 1997, p. 2.741. (59) T. Román Pulido: «Un jarrón árabe ..», p. 182, localiza el castillo, “ ocupó el lugar en que se encuentra la Iglesia parroquial y las Escuelas graduadas de Niños, y restos igualmente de su Mezquita, en la pared Sur del Solar que ocupó la demolida Casa de la Tercia. Del castillo... quedan el aljibe, la puerta de entrada, tres torreones, dos al occidente de la iglesia, y otro en el patio de la misma...”. (60) Ibídem, nota 57. 92

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petición y su aprobación por parte del arzobispo en base a la costumbre antigua, parece plantear la pervivencia en localidades cercanas como Úbeda, Baeza o Quesada, del esquema urbano musulmán, en torno a la alcazaba, recinto cercado que protegía el alcázar y a un pequeño barrio. Tras la conquista castellana, este espacio urbano correspondió a los linajes hidalgos, por lo que la petición del concejo de Villacarrillo no obedece a razones estrictamente defensivas, sino a la existencia, al igual que en las otras villas del Adelantamiento, de unos pequeños grupos aristocráticos que mantienen una estrecha relación con las oligarquías de las ciudades de Baeza y Úbeda61. Otro aspecto relacionado con el castillo que se menciona en la carta del concejo de Villacarrillo es la oposición de sus vecinos a que la fortaleza se entregase a un alcaide, nombrado por el adelantado o por su lugarteniente, ya que el salario del tenente de la fortaleza suponía nuevos tributos para los vecinos de la villa62. Según las disposiciones de don Alfonso Carrillo, el castillo de Villacarrillo quedó encomendados a dos vecinos de la villa.

(61) A lo largo del siglo XVI vecinos del Adelantamiento probaron su hidalguía en la Real Chancillería de Granada, en las probanzas se recogen numerosos testimonios en los que se ponen de manifiesto las relaciones entre los linajes del Adelantamiento y los de las ciudades cercanas, como es el caso de los Amador de Lezcano. Mª. M. García Guzmán: «La Guerra de Granada en las probanzas de hidalguía: Los Amador de Lezcano, hidalgos de Cazorla y Quesada», Anuario de Estudios Medievales,, 32/1, pp. 333-359. (62) A lo largo de 1465 son muy numerosas las cartas del concejo de Villacarrillo y del arzobispo don Alfonso Carrillo en las que se plantea que la guarda de la fortaleza de la villa, se encomendase a los alcaldes de la villa o a dos de sus vecinos. Colección Diplomática del Adelantamiento..., docs. 222, 226, 227, 228, 230. 93

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RÉGIMEN MUNICIPAL EN EL ADELANTAMIENTO DE CAZORLA (1231-1546) (*)

Introducción La conquista del señorío de Cazorla por don Rodrigo Jiménez de Rada, a partir de 1231, llevó consigo la organización del territorio, teniendo como base el concejo de Quesada, del que dependían, al menos para el cumplimento de las obligaciones militares, todos los otros concejos que se van constituyendo en el recién conquistado territorio1. Estos incipientes núcleos de población servirán para encuadrar a los nuevos pobladores que se van asentando en el señorí Paralelamente a la constitución de los concejos, se establecieron las bases para el gobierno del territorio, primando ante todo las funciones militares. En época de don Rodrigo Jiménez de Rada la defensa del territorio se organizó en torno a la red de castillos existentes; entregados en tenencia a vasallos del arzobispo2. Entre ellos hay que destacar a Gil de Rada, sobrino del arzobispo, al que se le encomendó, además de la tenencia de numerosos castillos, tareas relacionadas con la repoblación3. (*) Pub.- en Boletín del Instituto de Estudios Giennenses, 168 (1998), pp. 99-121. (1) Embil. 14 de Diciembre de 1245. J. de Mata Carriazo, Colección Diplomática de Quesada, Jaén, 1975, p. 10. (2) H. Grassotti: “Don Rodrigo Jiménez de Rada, gran señor y hombre de negocios en la Castilla del siglo XIII”, en Cuadernos de Historia de España, LV-LVI (1972), pp. 1-302. (3) Don Gil de Rada y el canónigo de Toledo Gutier Ferrandez llevaron a cabo el reparto de viñas en Quesada. Dicha partición fue confirmada, el 15 de noviembre de 1270, por el arzobispo de Toledo don Sancho de Aragón. M. M. García Guzmán, Colección Diplomática del Adelantamiento de Cazorla (1231-1495), Cádiz, 1991, doc. 24, p. 12.

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En el siglo XIV quedó perfilado el señorío como un Adelantamiento, en el que el adelantado como máximo representante del arzobispo de Toledo, asumirá amplias facultades relacionadas con la defensa y gobierno del señorío4; por lo que las competencias de los concejos quedaron supeditadas por la presencia del adelantado. Los concejos del Adelantamiento de Cazorla La primitiva organización territorial en torno a Quesada, tuvo que modificarse a finales del siglo XIII; su emplazamiento muy avanzado en la frontera dio lugar a que la villa pasase de dominio cristiano a musulmán, entre 1295 y 13105; lo que motivó que Cazorla, con mejores condiciones para su defensa y situada más al interior se convirtiera en el nuevo centro del señorío. El concejo de Cazorla se fue configurando desde mediados del siglo XIII; en esas fechas el infante don Sancho de Castilla, arzobispo electo de Toledo, le otorgó las aldeas de La Iruela, Nubla y Alcoray6. Luego se le añadirán Burunchel y El Retamal7. Años más tarde, el (4) M. M. García Guzmán, El Adelantamiento de Cazorla en la Baja Edad Media. Un señorío eclesiástico en la frontera castellana, Cádiz, 1985, pp. 148164. (5) En 1295, muerte de Sancho IV y la minoría de Fernando IV, permitió a Muhammad II recuperar algunas plazas de la frontera jienense, entre ellas Quesada; recuperada en 1310 por Fernando IV. Tanto J. de Mata Carriazo, Colección..., p. LXIX y J. F. Rivera Recio, El Adelantamiento de Cazorla. Historia General, Toledo, 1948, consideran que la villa a los pocos años de su conquista por Muhammad II, volvió a poder cristiano para perderse de nuevo en torno a 1303, hasta que en el 1310 se incorporó definitivamente a los dominios castellanos. (6) El privilegio es otorgado en Iznatoraf, el 23 de noviembre de 1256. M. M. García Guzmán, Colección Diplomática..., doc. 17, pp. 7-8. (7) El 17 de marzo de 1268, don Sancho de Aragón otorgó estos lugares como aldeas a Cazorla, pero con la condición de su poblamiento; cláusula que no llegó a cumplirse, puesto que en documentación posterior El Retamal aparece como una dehesa de la villa. M. M. García Guzmán, El Adelantamiento..., p. 106. 96

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alfoz de la villa sufrirá un considerable aumento, al integrarse en él gran parte de las aldeas de Quesada8. Esta reestructuración de los términos de los concejos se debe a la pérdida de Quesada y a su posterior donación por Alfonso XI a Úbeda9. Estos cambios dieron lugar a un largo pleito que comenzó en el mismo reinado de Alfonso XI y finalizó el 24 de diciembre de 1386. En la sentencia se reconocen como aldeas de Cazorla: Pelos, Toya, Peal de Becerro y Dos Hermanas10, pertenecientes en su día a Quesada. Todos los concejos del señorío, al igual que las otras ciudades y villas del Alto Guadalquivir, recibieron un fuero derivado del de Cuenca. Las autoridades concejiles al inicio de cada pontificado obtenían del nuevo prelado la confirmación de su fuero y privilegios, base de su organización municipal; aunque en la práctica se puede hablar de uniformidad entre los concejos del Adelantamiento, porque al conseguir un privilegio o mejora una de las villas, la nueva norma se extendía a las otras, bien a petición de los propios concejos o a iniciativa de los arzobispos. Según la normativa vigente, los oficios concejiles serían sorteados anualmente, entre los vecinos que mantuviesen caballos y ar(8) El 18 de julio de 1300, don Gonzalo Díaz Palomeque concede la exención de la marzazga a Cazorla y a sus aldeas, entre las que aparece Peal de Becerro, Toya y Dos Hermanas. M. M. García Guzmán, Colección Diplomática..., p. 15. (9) La donación tuvo lugar el 22 de enero de 1331. J. de Mata Carriazo, Colección Diplomática..., pp. 31-35. (10) Los avatares del proceso pueden verse en M. M. García Guzmán, El Adelantamiento..., pp. 110-122 y “Pleito y excomunión por cuestiones de términos entre Úbeda y Cazorla (siglo XV)”, en Estudios de Historia y de Arqueología Medievales, III-IV (1984), pp. 43-51. La donación de Quesada a Úbeda se debe al interés del monarca por potenciar el realengo y en especial aumentar los reducidos términos de la ciudad; de esta manera, se beneficiaban los intereses ganaderos de sus vecinos. C. Argente del Castillo, Ganadería medieval andaluza. Siglos XIII-XVI (Reinos de Jaén y Córdoba), Jaén, 1991, p. 298. 97

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mas11. Esta cláusula se mantendrá inalterable a lo largo de toda la Edad Media e incluso en el siglo XVI, siendo el motivo de un pleito entre los caballeros cuantiosos e hidalgos, al ser éstos excluidos de las suertes en torno a l53012. Tras el proceso los hidalgos consiguieron que los oficios se repartieran equitativamente entre caballeros cuantiosos e hidalgos, según la sentencia definitiva pronunciada en Granada, el 11 de septiembre de 154613. La situación de los hidalgos, excluidos del gobierno municipal14, difiere de la usual en los municipios de realengo del Alto Guadalquivir: Existencia de unas oligarquías integradas por hidalgos y caballeros, que controlan el gobierno municipal a título vitalicio y hereditario15. En cambio, en el Adelantamiento los oficios concejiles seguían siendo sorteados anualmente, entre los que mantenían caballos y armas; aunque a finales del siglo XV, el cardenal Mendoza trató de limitar la entrada en las suertes a aquellos que “pechan e contribuyen en los dichos pechos”, por tanto solo podrían participar los caballeros cuantiosos. La normativa del cardenal Mendoza hay que verla en función de la última fase de la Guerra de Granada, en (11) Fuero de Ubeda, ed. M. Peset y otros, Valencia, 1979, títulos XXXIIII-XXXVIII, pp. 24-332. (12) Archivo de la Real Chancillería de Granada (A. R. CH. GR.), cabina 3O3, legajo 457, pieza 5 y cabina 303, leg. 434, pieza 2. (13) La carta ejecutoria con la sentencia del pleito ha sido publicada por R. Martínez Marco: “Pleito entre el concejo de la villa de Cazorla de una parte y los caballeros hijosdalgos de la otra”, en Anuario del Adelantamiento de Cazorla, 1990, pp. 90-109. (14) Los caballeros de premia recurrieron en la primera mitad del siglo XVI un mandamiento del cardenal Mendoza, dado en Valladolid el 16 de noviembre de 1488, por el que solamente participarían en las suertes anuales los que mantuviesen caballos y armas y además pechasen; para impedir a los hidalgos acceder a los oficios del cabildo. Aunque dicho mandamiento fue recurrido por los hidalgos. R. Martínez Marco: Pleito..., pp. 96 y 103. (15) J. Rodríguez Molina, La vida de la ciudad de Jaén en tiempos del Condestable Iranzo, Jaén, 1996, p. 140. 98

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la que hubo una importante participación de las milicias del Adelantamiento, junto con contribuciones económicas de los vecinos del señorío exigidas por el arzobispo y adelantados. De ahí que se tratara de reservar los oficios concejiles a los pecheros que mantuviesen caballos y armas, como recompensa y aliciente a sus servicios. Esta normativa, no cumplida en los concejos del Adelantamiento, fue utilizada por los pecheros años más tarde para intentar monopolizar los oficios concejiles. Pero en estas fechas los hidalgos, contando con el apoyo de los arzobispos y, sobre todo, de los adelantados habían conseguido modificar la vieja normativa foral, siendo los beneficiarios de los nombramientos efectuados por la autoridad señorial, controlando de esta manera, algunos de los oficios del municipio y dando lugar a un curioso régimen municipal en el que una parte de los oficios se sortean y otros, a través del nombramiento hecho por arzobispos y adelantados, recaen en un reducido número de familias hidalgas. Evolución del Régimen Municipal en el siglo XV Los concejos del Adelantamiento son de los denominados abiertos, pero limitando la entrada en las suertes anuales a los vecinos que mantuviesen caballos y armas. Aunque no se conservan las actas municipales de las villas del señorío, por la documentación de la época se puede establecer la composición de los concejos, con anterioridad a la reforma de Alfonso XI; los principales oficios eran: dos alcaldes, un alguacil, un personero y dos o cuatro caballeros de la sierra. La implantación de los regimientos en las ciudades y villas de realengo, no tuvo, en un primer momento, eco en el Adelantamiento. En 139616 don Pedro Tenorio elevaba a la categoría de villa a La Moraleja, antigua aldea de Iznatoraf, con el nombre de Villanueva del (16) M. M. García Guzmán, El Adelantamiento .., pp. 355-360. 99

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Arzobispo; en el privilegio se especifica la composición del concejo: dos alcaldes, un alguacil, dos escribanos y un caballero de la sierra. El reducido número de sus componentes se debe a que la villa, aunque exenta de la jurisdicción de Iznatoraf, queda en cierta manera supeditada, desde el momento en que no se le asigna un término, sino que es compartido con Iznatoraf. El concejo de Cazorla contaría a lo largo del siglo XV con dos alcaldes, cuatro regidores, dos jurados, cuatro caballeros de la Sierra17, un personero, un escribano del concejo y un mayordomo; apareciendo a finales de esta centuria otros oficios menores: un alcalde de las acequias, dos almotacenes, dos fieles ejecutores y un obrero del concejo18. Un hecho importante en la evolución del régimen municipal del Adelantamiento es la aparición de los regidores, aunque las circunstancias de estos concejos, controlados de cerca por el arzobispo y su adelantado, son muy diferentes a las que presentaban los de realengo, antes de la reforma de Alfonso XI. El 15 de diciembre de 141719, a instancia del concejo de Villanueva del Arzobispo, don Sancho de Rojas permite la elección de cuatro regidores, cuya misión sería el gobierno de la villa, para lo cual se reunirían junto a los otros oficiales dos veces por semana, lunes y viernes. La normativa de don Sancho de Rojas establece que las regidurías se sorteasen anualmente, el día de San Juan, al igual que los otros oficios, entre personas idóneas y suficientes que deberían jurar su cargo. Los regidores contarían con un salario anual de 200 maravedís, (17) La Iruela al mantener sus términos comunes con Cazorla, pleiteó a lo largo de todo el siglo XV, para poder nombrar a uno de los cuatro caballeros que vigilaban los términos comunes. M. M. García Guzmán, El Adelantamiento..., p. 245. (18) Se hace referencia a estos oficiales y a la manera de elegirlos en las probanzas por testigos, presentados por los caballeros cuantiosos de Cazorla en 1544. A. R. CH. Gr.,303, 434, 2. (19) M. M. García Guzmán, Colección Diplomática..., doc. 116, pp. 138-140. 100

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procedentes de las rentas y propios del concejo; en caso de que estos fuesen insuficientes se procedería a una derrama entre los vecinos de la villa. Teniendo en cuenta la penuria económica de los concejos del señorío, el segundo procedimiento sería el más usual; con lo que difícilmente su presencia obedecería a la petición de los vecinos pecheros de Villanueva del Arzobispo, como se expone en el documento arzobispal: “...e dezides que en esa dicha villa fasta aqui no a avido regidores, que segun el pueblo ques bien neçesario de aver en ella regidores, para ver e hordenar las cosas que cunplieren a nuestro serviçio e provecho e bien desa nuestra villa...”; sino de un grupo más reducido, compuesto por los que mantenían caballos y armas. La presencia de una minoría que se va afianzando en todas las villas del señorío, queda reflejada en un documento, correspondiente al periodo de sede vacante entre don Sancho de Rojas y don Juan Martínez Contreras (1422-1424): El canónigo de Toledo don Martín Hernández, vicario y provisor del arzobispado de Toledo, anuló dos regidurías y las dos restantes pasaron a ser vitalicias; gozando los regidores de exención de pechos mientras que desempeñasen su oficio. Ante estos importantes cambios, Gómez Díaz de Tovar y Pedro Díaz de Chinchilla, vecinos de Villanueva, expusieron ante el deán y cabildo que estos iban contra los privilegios de la villa y que, incluso, ciertos vecinos poseían las alcaldías, alguacilazgo y otros oficios, sin haber sido sorteados. Por lo que el 7 de agosto de 142320, el bachiller en decretos Juan Hernández, en nombre del deán y cabildo de Toledo, restableció la antigua normativa concejil y el número de regidurías. Aunque este primer intento de convertir los oficios concejiles en vitalicios, o al menos en no sorteables, resultó fallido, demuestra que en las villas del Adelantamiento existían vecinos con recursos y apoyos suficientes, con los que en determinados momentos consiguen monopolizar los gobiernos municipales. (20) Esta nueva normativa fue dada el 1 de febrero de 1423 y anulada a los pocos meses. M. M. García Guzmán, Colección Diplomática..., docs. 126 y 129, pp. 155-157 y 159-161. 101

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A los pocos años, Hernán Pérez de Contreras, bachiller en leyes, canónigo de Toledo y lugarteniente del arzobispo en el Adelantamiento estableció el número de regidores que habría de tener cada villa, además éstos serían perpetuos. De nuevo las protestas ante el arzobispo don Juan Martínez Contreras, quien, “... por quanto algunas personas, vezinos de la dicha nuestra villa, se agravian diziendo que en se hazer los dichos regidores que non hera ni es nuestro serviçio ni provecho comun de la villa; antes que es nuestro deserviçio e daño de la dicha nuestra villa e de los que en ella biven. E otros dizen lo contrario....Pero por quanto nos al presente somos ocupados çerca de otros muchos e arduos negoçios en serviçio de nuestro rey...”21, optó como medida cautelar volver a la costumbre del señorío, hasta tomar una decisión definitiva. Esta sería que las cuatro regidurías fuesen sorteadas anualmente y así se mantendría a lo largo del siglo XV y XVI. Al no poder controlar las regidurías, a lo largo del siglo XV se intentará convertir otros oficios en hereditarios. Así, el 11 de mayo de 147522, don Alfonso Carrillo, ante la información dada por el adelantado don Lope Vázquez de Acuña, referente a la existencia en Cazorla de jurados perpetuos, de nuevo y amparándose en su mala gestión ordena volver al sistema tradicional. Pero a partir de esas fechas se producen importantes cambios en el gobierno municipal, conviven las suertes anuales con las designaciones directas, efectuadas primero por los arzobispos de Toledo y luego por los adelantados. Aunque los oficios no llegan a convertirse en vitalicios, sí son ocupados por los miembros de un reducido número de familias, como es el caso de los Caravaca, Amador, Tovilla..... Esta dualidad para acceder al gobierno municipal, da lugar a que se presente en el concejo de Cazorla una situación curiosa: Las alcaldías, (21) La carta del arzobispo es dada en Toro, el 4 de junio de 1426. M. M. García Guzmán, Colección Diplomática..., doc. 142, pp. 186-187. (22) M. M. García Guzmán, Colección Diplomática..., doc. 246, pp. 327-328. 102

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regidurías y alguacilazgo se sortean entre los que mantienen caballo y armas, bien sean hidalgos o pecheros, mientras que los jurados, el escribano del cabildo y personero son de designación señorial. Los nombramientos suelen recaer en miembros de familias que a lo largo de la primera mitad del siglo XVI obtienen sus ejecutorias de hidalguía en la Chancillería de Granada; mientras tanto, los caballeros cuantiosos tratan de evitar el acaparamiento de los oficios municipales por parte de los hidalgos. Este proceso tiene las siguientes fases: El 10 de septiembre de 149423, Diego de Espinosa, miembro del Consejo del cardenal Mendoza y juez de residencia en el Adelantamiento de Cazorla, sentencia que las juradurías de Cristóbal de Robles y Adán Ortega creadas, en 1491 por el bachiller Centenera, con carácter vitalicio en Villanueva del Arzobispo, volverían a ser anuales, suspendiendo de sus oficios a dichos jurados; aunque no tendrían que devolver sus salarios, ni pagar los pechos de los que se eximieron por razón de su oficio. Esta medida se toma para evitar un probable descenso de la caballería, porque la posibilidad de acceder a los oficios concejiles y a sus privilegios era el mayor incentivo para los caballeros de premia del Adelantamiento. Y, al mismo tiempo, a los arzobispos les interesaba mantener los efectivos militares en su señorío, aunque ya había finalizado la guerra de Granada. A finales de la centuria vuelve a tratarse de nuevo la designación de jurados. El nuevo prelado, el cardenal Cisneros, había pedido un informe sobre el sistema de elección de estos oficiales, al licenciado Pedro Cortés, juez de residencia en el Adelantamiento, y al concejo de Cazorla. La respuesta de la villa se hace llegar al cardenal, junto con la súplica de que les confirme sus privilegios y que no se los revoque, “... porque en ello escusara hartas congoxas y pasiones y costas a esta villa...”24. (23) M. M. García Guzmán, Colección Diplomática..., doc. 314, pp. 436-438. (24) [s.a.].Abril, 13, Cazorla. Archivo Catedral de Toledo (A. C. T.), Obra y Fábrica, ms. 915, fols. 718v.-719r. 103

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Pero a principios del siglo XVI, las juradurías se convierten en oficios de designación señorial, primero por el arzobispo y más tarde de los adelantados. El 9 de septiembre de 150125,Cisneros nombraba a Rodrigo de Peralta, jurado de Cazorla “... tanto quanto nuestra merçed e voluntad fuere...”. En este mismo nombramiento se especifica que la juradería de Juan de Caravaca tendría iguales condiciones. Años más tarde, el adelantado García de Villarroel26 nombraba jurado de Cazorla, con iguales condiciones, a Cristóbal de Caravaca. El nombramiento hace referencia a que la juradería antes había sido de Pedro de Arévalo y luego de Pedro de la Tovilla. De nuevo, el 29 de junio de 151627, el adelantado designa a Pedro de Caravaca jurado de Cazorla, aunque entraría en posesión de su oficio el día de San Miguel, cesando entonces Fernando Amador. Desconocemos las causas por las que se producen los relevos en las juradurías, pero lo que sí está claro es los adelantados tienen a partir de los primeros años del siglo XVI una presencia fuerte en los concejos del Adelantamiento a través de estos oficiales; cayendo en desuso una antigua normativa, por la que se prohibía a las personas que vivían o recibían acostamientos del adelantado acceder a los oficios concejiles28. Años más tarde, Juan y Melchor de Villarroel o el capitán Sancho de Pardo, parientes del adelantado García de Villarroel, serían nombrados jurados de Cazorla. Otro oficio que sufre importantes modificaciones es el de personero. Este oficial es característico de los concejos de la familia foral (25) A. C. T., Obra y Fábrica, ms. 915, fols. 721r.-721v. (26) El nombramiento fue hecho en Alcalá de Henares el 14 de septiembre de 1510. Archivo Histórico Nacional (A. H. N.), Consejos Suprimidos, leg. 27.893. (27) A. H. N., C. S., leg. 27.893. (28) Esta norma, dada por don Sancho de Rojas, el 17 de octubre de 1417, tenía como objetivo delimitar las competencias de los adelantados, en este caso de Alfonso Tenorio, y evitar un excesivo poder de estos en el señorío. La provisión fue confirmada en 1483 por el cardenal Mendoza. M. M. García Guzmán, El Adelantamiento..., p. 252. 104

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de Cuenca, apareciendo en las ciudades y villas del Alto Guadalquivir29. Sus funciones quedan perfectamente recogidas en una carta ejecutoria de Juana I al concejo de Cazorla, fechada el 21 de junio de 1512, “... hera fazer e procurar lo que convenia a la republica e comunydad e contradezir lo que hizieren alcaldes e regidores en daño e perjuizio de la comunidad ...”30. En 1501, coincidiendo con una estancia de Cisneros en el Adelantamiento, se le presentó una petición, referente al sistema de elección del personero. Se solicitó que el oficio de personero no entrase en las suertes anuales, para ser designado, mediante votación, por el común de los vecinos; aduciéndose que el oficio podía recaer en una persona no idónea. Aunque la realidad era que los pecheros estaban perdiendo representación, al ser los jurados designados por el adelantado. La respuesta del cardenal a esta petición fue contraria a la propuesta: No accedió a la petición del común de la villa de reunirse y elegir a su representante y además modificó la normativa vigente: “Por el thenor de la qual mandamos a vos el conçejo, justiçia, regidores e otros ofiçiales de la dicha nuestra villa de Caçorla que de aqui adelante nonbreys todos juntamente en nuestro conçejo la presona que vos paresçiere ser sufiçiente e ydoneo para el dicho oficio de personero ...”31, desempeñando el oficio durante un año. Lógicamente, esta medida provocó el descontento entre los vecinos de Cazorla, porque en definitiva solo beneficiaba a los miembros del cabildo que quedaban capacitados para elegirlo libremente. Recogiendo este malestar los caballeros cuantiosos solicitaron que solo ellos pudiesen ser los elegidos. Cisneros accedió a esta petición el 15 de julio de 150232. (29) M. González Jiménez: “Gobierno urbano”, en Las ciudades andaluzas (siglos XIII-XVI), Málaga, 1991, p. 25. (30) A. C. T., Obra y Fábrica, ms. 915, fols., 895r.-901r. (31) Cazorla, 9 de septiembre de 1501. A.C.T., Obra y Fábrica, ms. 915, 899r. (32) Esta provisión del cardenal afectaba tanto al concejo de Cazorla como el de La Iruela. A. C. T., Obra y Fábrica, ms. 915, fols. 899r.-899v. 105

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Este sistema de elección del personero fue motivo de un pleito, presentado en primera instancia ante el gobernador del Adelantamiento, pasando luego a la Real Chancillería de Granada. La demanda presentada por Juan Hernández, en nombre de sesenta y cinco vecinos pecheros de Cazorla, contra doña Mencía Vibero, esposa del adelantado García de Villarroel, y cabildo de la villa, se basa en que la finalidad del oficio era representar al conjunto de la población, frente a posibles arbitrariedades de los miembros del cabildo; por eso debía ser elegido entre y por aquellos a quienes iba a representar, porque sino “el dicho personero mas seria persona de los alcaldes e regidores que non de la comunidad...”33. Y así lo establecía la legislación real, aplicada en ciudades cercanas como Úbeda y Baeza. Los demandantes en la exposición de sus razones reflejan perfectamente la dinámica del concejo de Cazorla, caracterizada por una fuerte presencia señorial: De hecho la designación del personero se había efectuado en la morada del adelantado y ante la presencia de su esposa, recayendo el nombramiento en su criado Pedro de Arévalo. Los demandados, por su parte alegan haber seguido el fuero y costumbre de la villa, sorteando el oficio entre los caballeros cuantiosos, recayendo en uno de ellos y restando importancia a la presencia de doña Mencía Vibero, puesto que fue por sorteo.

(33) Este proceso acabó en la Real Chancillería de Granada, recogiéndose en la carta ejecutoria, la sentencia definitiva y todas las circunstancias del proceso. Granada, 12 de junio de 1512. A. C. T., Obra y Fábrica, ms. 915, fols. 895r.901r. Los pecheros hacen referencia en su demanda a la legislación real, por la que se establece que los personeros debían ser hombres buenos pecheros de los dichos lugares. En lugares cercanos, como es el caso de Úbeda y Baeza se regían por esta normativa. M. J. Parejo Delgado, Baeza y Úbeda en la Baja Edad Media, Granada, 1988, pp. 203-204. E incluso en ciudades no pobladas a fuero de Cuenca, como es caso de Carmona. M. González Jiménez, El concejo de Carmona en la Baja Edad Media (1464-1523), Sevilla, 1973, pp. 160-166. 106

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La sentencia en grado de apelación fue favorable a los pecheros de Cazorla; pero fue recurrida por el concejo34, presentado entre otras pruebas las dos provisiones del cardenal Cisneros referentes al oficio de personero. En base a las nuevas alegaciones se dicta la sentencia definitiva: “... mandamos e declaramos que la eleçion de personero en la dicha villa de Caçorla sea por botos e no por suertes e que se guarden las provisiones del cardenal d’España, aqui presentadas, las quales mandamos que vayan insertadas e encorporadas en la carta executoria desta nuestra sentençia...”. En definitiva, la elección por el común de la población, pero los candidatos tendrían que ser caballeros cuantiosos, con lo que se sigue reservando los oficios concejiles a una minoría35; aunque en estas fechas ya existen diferencias en su seno, caballeros cuantiosos e hidalgos tratan de acaparar los oficios del cabildo36. (34) Los miembros del cabildo alegan que solo se reunieron sesenta o setenta vecinos, frente a los ochocientos o más que vivían en la villa; además la convocatoria debía ser a campana repicada. Por otra parte, exponen que la elección mediante asamblea vecinal sería motivo de alborotos. (35) En el pleito entre caballeros cuantiosos e hidalgos de Cazorla, por la mitad de los oficios concejiles; en las probanzas de los cuantiosos, 1544, se detalla como se elegía al personero. El día de San Miguel los cuantiosos pasaban el alarde y el domingo siguiente por la mañana cuantiosos y vecinos se reunían en el Ejido, fuera de los muros de la villa, junto al pilar de la Texera, donde tenía lugar la elección, mediante votación. Luego, los cuantiosos se reunían en la casa del cabildo donde tenía lugar el sorteo de los oficios. Declaración de Jorge Tamargo, alcalde de Hermandad, presentado por los caballeros cuantiosos. A. R. CH. Gr., cab. 303, leg. 434, pieza 2. (36) Esta situación aparece perfectamente reflejada en las Ordenanzas de La Iruela: “...Se han seguido en esta villa algunos bollicios e escandalos e la republica della ha recebido muncho danno... Mando que de aqui adelante este ayntamiento e concejo se faga cerrado e non entren sino los alcaldes e regidores e jurados e personero e escrivano. E si alguno otro quisiere entrar por fuerça e temerariamente que por el mismo caso incurra en pena de veynte mill maravedis, para la camara del arçobispo que agora es o fuere de aqui adelante, e mas destierro de dies annos desta villa e de todo su Adelantamien107

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Pleito entre hidalgos y cuantiosos de Cazorla El 29 de noviembre de 1540, se celebró una junta de hidalgos en Cazorla y se acordó presentar una demanda judicial, por “... el muy grande agravio que se les hazia de poco tienpo a esta parte en la dicha villa, en no admytillos a las suertes, uso y exerçiçio de los oficios publicos del conçejo de la villa que son alcaldes ordinarios y regidores y otros ofiçios e no dalles la mytad de los dichos ofiçios...”37. En el acta de la reunión aparecen los hidalgos que se personan en el caso, en principio treinta, tres de ellos menores de edad y representados por sus tutores38; posteriormente, se incorporarían diez más, siendo en total cuarenta. La gran mayoría son vecinos de Cazorla, aunque algunos estaban afincados en otras villas del Adelantamiento, como Villacarrillo o Villanueva del Arzobispo, o en lugares cercanos como Huéscar o Baza. En dicha reunión se acordó elegir como procurador al licenciado Hernando Amador. Los hidalgos piden ser admitidos de nuevo en los oficios del cabildo, de los que se les reservarían la mitad. Esta demanda fue presentada ante el gobernador del Adelantamiento el licenciado Nogue-

to...”. Publicadas por L. Polaino Ortega: “Unas ordenanzas de la villa de La Iruela de fines del siglo XV”, en Estudios Históricos sobre el Adelantamiento de Cazorla, Jaén, 1967, pp. 41-85. (37) A. R. CH. GR., 303, 457, 5. (38) Los hidalgos que presentan la demanda son los siguientes: Gonzalo de los Rios, Hernando Amador, Francisco Godinez, Hernán Godinez, Francisco Godinez, en nombre de su sobrino Jonás Godinez, el licenciado Hernando Amador, Pedro Amador, Pedro de la Tovilla, Juan de Godoy, Pedro de Arazola, Pedro Amador, Diego Amador, Francisco de Frías, Pedro del Campo el Viejo, Alonso Martínez Hidalgo, Fernando Amador, en nombre de su sobrino Pedro Hernández Noguerol, Diego Amador de Noguerol, Pedro de Caravaca, Alonso de la Tovilla, Gaspar de Robles, Pedro Daza, Francisco Muñoz, Alonso de los Rios, Ximén López Dispero, Hernando Dispero, Francisco de Bustos, Juan de Bustos, Francisco de Bustos, en nombre de sobrino Bartolomé de Bustos, Alonso de Berrio y Luis Martínez Hidalgo. A. R. CH. GR., 303, 457, 5. 108

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rol, quien dictó una primera sentencia favorable a los hidalgos: Estos volverían a participar junto con los cuantiosos en las suertes anuales, pero “... con tanto que los dichos hijosdalgos toviesen armas e cavallo e guardasen las otras condiçiones que en la dicha villa se solian y acostunbraban guardar en el sortear de los dichos ofiçios, salvo las que fuesen en perjuyzio y quebrantamiento de sus libertades...”39. La sentencia fue recurrida por los propios hidalgos, porque les obligaba a mantener caballos y armas y a pasar el alarde anual, condiciones indispensables en el Adelantamiento para poder participar en las suertes anuales; pasando el proceso a la Real Chancillería de Granada. Los hidalgos presentaron un elaborado memorial, en el que se recogen todos sus privilegios, inherentes a su condición nobiliaria, que los diferenciaban de los caballeros de premia. Estos eran los siguientes: No estaban obligados a mantener caballos y armas, ni pasar alardes. Sus obligaciones militares quedaban limitadas a la convocatoria real, por tanto no tenían que acudir ni a los llamamientos del arzobispo o de su adelantado, ni a los del concejo. Tampoco estaban obligados a servicios de vigilancia en fortalezas ni de términos; igualmente estaban exentos de pagar los derechos correspondientes a los alcaides de las fortalezas40. Gozaban de una amplia exención fiscal, tanto de pechos reales como concejiles. Igualmente, estaban eximidos de prestaciones, tanto económicas como en trabajo, para arreglo de caminos u otras obras públicas.

(39) Real provisión, dada en Granada, el 2 de octubre de 1544. A. R. CH. GR., 501, 133, 21. (40) Ante los excesivos derechos y prestaciones exigidos por los alcaides de fortalezas, especialmente él de Iznatoraf, el deán y cabildo de la Iglesia de Toledo, sede vacante, establecieron, el 3 de marzo de 1423, un tributo sobre el peso de la carne en las carnicerías de las villas. M. M. García Guzmán, El Adelantamiento.., p. 291. 109

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Y por último estaban libres de huéspedes, aunque este privilegio lo compartían con los caballeros de premia41. Los hidalgos con su amplia gama de prerrogativas quedaban perfectamente diferenciados de los cuantiosos; aunque esta separación en los siglos anteriores no fue tan tajante, porque la guerra con el Reino de Granada permitía a todos los que mantenían caballos y armas, tener una posición privilegiada en el Adelantamiento. Pero en la primera mitad del siglo XVI se producen importantes cambios en el señorío, los adelantados gobiernan de manera directa y personal y en cierta manera puede decirse que los arzobispos de Toledo quedan suplantados por sus oficiales. Esta tendencia culmina con el nombramiento de Francisco de los Cobos como adelantado de Cazorla por el cardenal Tavera en 1534; posteriormente el secretario de Carlos V conseguiría vincular hereditariamente el oficio de adelantado de Cazorla en sus descendientes42. Los adelantados contaran con el apoyo de los hidalgos y estos consolidan su posición, a través de los nombramientos señoriales. Por su parte los cuantiosos tratarán de mantener el control del gobierno municipal para hacer frente al creciente poder de los adelantados y de sus allegados. Otro factor que explica la tenaz oposición de los cuantiosos a los hidalgos, es la exigencia estricta por parte de arzobispos y adelantados de las obligaciones militares a sus vasallos en la primera mitad (41) El 17 de octubre de 1417, don Sancho de Rojas concedió a los caballeros cuantiosos del Adelantamiento el privilegio de no tener que aposentar al adelantado ni a su séquito. Este privilegio fue confirmado posteriormente en 1484 por el cardenal Mendoza. M. M. García Guzmán, El Adelantamiento.., p. 199. Los hidalgos en el memorial incluyen, además, en su privilegio al arzobispo de Toledo y a su séquito. (42) A instancias del Emperador, el Papa concedía, el 19 de mayo de 1537, el oficio de adelantado de Cazorla con carácter vitalicio y hereditario a Francisco de los Cobos y a su hijo don Diego. J. F. Rivera Recio: EL Adelantamiento de Cazorla.., pp. 101-103. 110

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del siglo XVI; lo que se traducía en repartos entre la población de dinero, víveres y hombres43. La destacada participación de Cisneros en la política castellana, significó la participación de las milicias del Adelantamiento en las conquistas de Mazalquivir, 150544, y Orán, 150945. Años más tarde, intervendrían en la guerra con Francia, 151246; en la sofocación de la sublevación de Huéscar al pasar al dominio del duque de Alba en 151347. (43) Es muy significativo en este sentido, el nombramiento de Alonso de Acevedo, conde de Monterrey, como adelantado de Cazorla, efectuado por el arzobispo don Alonso de Fonseca, el 1 de noviembre de 1527. En el nombramiento se detalla todas las obligaciones militares tanto del adelantado como de los vasallos del señorío: “..Otrosi con tal condiçion que vos el dicho adelantado seays obligado a nos servir cada y quando por nuestro mandado fuerades llamado con nuestra persona e con toda la gente de pie e de cavallo que ay en el dicho nuestro Adelantamiento y obiere de aqui adelante. Y que demas y allende de los caballeros contiosos que obiere en el, los quales son obligados a nos venir a serbir; vos el dicho adelantado nos sirvays e pagueys çinquenta lanças ginetas para nuestro serviçio, las quales cada e quando por nuestro mandado fueren llamados, las ayays vos de traher o enbiar, sigun que nos lo mandaremos a vuestra costa e sueldo todo el tienpo que nos las mandaremos estar en nuestro serviçio. E la otra gente del dicho nuestro adelantamiento que ansi traxeredes que despues de cunplidos los dias que son obligados a nos servir a su costa nos les ayamos de mandar dar su sueldo por el tienpo que en nuestro serviçio se ocuparen e estuvieren...”. A. C. T., Obra y Fábrica, ms. 915, fols. 313r.-314r. Esta pormenorizada relación de las obligaciones militares de los pecheros del Adelantamiento no aparece en los nombramientos medievales de adelantados de Cazorla. (44) Para la conquista de Mazalquivir se recaudó mediante repartimiento en el Adelantamiento 104.557 maravedís y les correpondieron 53 peones. A. C. T., Obra y Fábrica, ms. 915, fols. 669r.-670v. (45) El ejército estaba al mando del conde Pedro de Navarra y del adelantado García de Villarroel. A. de Santa Cruz, Crónica de los Reyes Católicos, ed. J. de M. Carriazo, Sevilla, 1951, II, pp. 14-15. (46) El 13 de noviembre de 1512 Cisneros comunica al adelantado Villarroel que reúna 300 peones en el Adelantamiento para la guerra con Francia. A. C. T., Obra y Fábrica, ms. 915, fol. 250v. (47) E. Soria Mesa, Señores y oligarcas: Los señoríos del Reino de Granada en la Edad Moderna, Granada, 1997, p. 54. A. Guilarte, El régimen señorial en el siglo XVI, Valladolid, 1987, p. 53. 111

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En los últimos años de su vida, el cardenal Cisneros trató de formar una milicia permanente, los llamados hombres de ordenanza, reclutados obligatoriamente en los lugares dependientes de la Iglesia de Toledo y al mando del adelantado García de Villarroel, correspondiendo al Adelantamiento 500 hombres, 400 piqueros y 100 espingarderos48. Mientras que la caballería de cuantía declina49, en el señorío de Cazorla tiene plena vigencia; de ahí que los cuantiosos traten por todos los medios de controlar el gobierno municipal para poder mantener su antigua situación de privilegio frente al avance de los hidalgos. La normativa arzobispal sobre la obligatoriedad de ser caballero de premia para poder participar en las suertes anuales, se repite constantemente a lo largo de estos años, lo que indica su incumplimiento en el señorío. Son muy significativos dos documentos: En el primero de ellos, 17 de diciembre de 1519, el presidente del Consejo del cardenal de Croy, arzobispo de Toledo, comunica al adelantado de Cazorla que tenía noticia de que en las villas del señorío, algunas personas sin ser caballeros de cuantía entraban en las suertes de los oficios. De manera que cuando se producía un llamamiento por parte del arzobispo, no concurrían por no estar obligados, por lo que “... el arçobispo recibia deserviçio y los otros vasallos serian defraudados...”50. El adelantado tendría que exigir a los vecinos con cuantías superiores a 50.000 maravedís mantener caballo y armas y solo éstos accederían a los oficios del concejo. (48) El 22 de abril de 1516, el adelantado comunicaba al corregidor de Cazorla la normativa sobre los hombres de ordenanza y unos días más tarde, el 16 de mayo, ordenaba a los concejos del Adelantamiento que hiciesen el reparto de hombres. M. M. García Guzmán, El Adelantamiento.., pp. 398-401. (49) J. Torres Fontes: “La caballería de alarde murciana en el siglo XV”, en Anuario de Historia de Derecho Español, XXXVIII, (1968), pp. 71-72 y J. M. Pérez Prendes: “El origen de los caballeros de cuantía y los cuantiosos de Jaén en el siglo XV”, en Revista Española de Derecho Militar, IX, (1960), pp. 66-67. (50) A. C. T., Obra y Fábrica, ms. 915, fol. 903r. 112

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El segundo, fechado el 20 de junio de 1526, el personero de Villa-nueva del Arzobispo pedía al arzobispo51 el cumplimiento de la normativa vigente y exponía las causas de su reiterado incumplimiento: “Para quebrantar la dicha provision e privillegios avia venido a esta villa Juan de Villarroel, alcalde mayor, e un alguazil del dicho señor adelantado (don García de Villarroel) e el alcayde de Yznatorafe e otras personas, con proposito de meter en las dichas suertes a las personas que an de defraudar e quebrantar los buenos usos e costunbres de la dicha villa y enajenar la justiçia della al dicho señor adelantado ... por ser sus cridos e familiares e personas que no tienen buen zelo a la honra de la dicha villa ...”52. Esta situación generalizada en todo el Adelantamiento suponía a los cuantiosos un peligro claro para sus intereses y un empeoramiento en sus condiciones de vida, porque como pecheros estaban obligados al cumplimiento de una serie de prestaciones, tanto de índole económica como militar; de manera que su participación en el gobierno municipal les permitía, independientemente de gestionar el gobierno de la villa, gozar de exención fiscal durante el año que desempeñaban el oficio, y lo que era más importante el control de tierras de labor y pastos que por privilegio arzobispal, se sorteaban anualmente entre los vecinos del señorío, principalmente entre los caballeros cuantiosos. Junto con otros privilegios que permitían roturaciones e incorporarlas a las tierras de labor; porque no hay que olvidar que en la primera mitad del siglo XVI se detecta en el Adelantamiento un aumento de la demanda de tierras53. Varios documentos reflejan de manera muy clara esta situación: (51) Ante la continua presencia de oficiales no cuantiosos, don Alfonso de Fonseca confirma la normativa vigente en el Adelantamiento, Toledo, 5 de febrero de 1526. A. C. T., Obra y Fábrica, ms. 915, fol. 922v. (52) A. C. T., Obra y Fábrica, ms. 915, fols. 925v.-926r. (53) El avance de la superficie agrícola fue un fenomeno común en toda Andalucía, veasé por ejemplo M. Borrero Fernández: El mundo rural sevillano en el siglo XV: Aljarafe y Ribera, Sevilla. 1983, p. 88 y J. Rodríguez Molina, El Reino de Jaén en la Baja Edad Media. Aspectos demográficos y económicos, Granada, 1971, p. 198. 113

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El 24 de julio de 1514, el regidor de Cazorla García Ortiz, exponía ante el gobernador del Adelantamiento que desde tiempo inmemorial los vecinos del señorío “... que sacaron montes e sotos ... que despues de sacado queda por suyo propio de la persona o personas que lo saca, por manera que muchos vezinos de la dicha villa de Caçorla de mucho tienpo aca lo acostunbran ansi hazer, han fecho e an sacado muchos montes e fecholos tierra rasa donde sienbran pan...”54. Pero el adelantado don García de Villarroel incumpliendo el privilegio había mandado amojonarlas por considerarlas pertenecientes a la mesa arzobispal. De nuevo los intereses encontrados de adelantado y vecinos, representados por sus miembros más destacados: por un lado se trata de mantener la vigencia de un viejo privilegio, recogido posiblemente en el fuero de la villa, puesto que en 1572 el personero de Quesada pedía “... un traslado de la cabeça del fuero de Quenca, a questa villa esta poblada, con las leyes qye hablan sobre roturas de los montes que los vezinos desta villa arronpieren para los reduzir a cultura y labor que ganen el derecho y el señorio dellas...”55. Y por otro, el adelantado trata de limitarlas, porque la entrada de ganados en el señorío y el arrendamiento de pastos le producían saneadas rentas. Pero no era solo el posible problema de la ganadería frente agricultura, sino el interés por parte de don García de obtener los máximos beneficios del señorío; de ahí que las nuevas roturaciones las considerarse de la mesa arzobispal, porque le correspondía parte de su terrazgo. La respuesta del gobernador a la demanda fue tajante. Las rozas se hacían junto a tierras rasas de la mesa arzobispal, con el objetivo de incorporar fraudulentamente parte de estas a las rozas, con la consiguiente pérdida del terrazgo. Por otra parte, la demanda debía de ser presentada por particulares y no por el concejo, cuyos oficiales tratan de “...buscar pleytos e rebueltas por gastar y aprovecharse de (54) A. C. T., Obra y Fábrica, ms. 915, fols. 717v.-718v. (55) J. de Mata Carriazo, Colección Diplomática..., pp. 8 y 9. 114

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los propios del conçejo de la villa, senbrando çiçañas e discoridas en el pueblo e alterando los vezinos dela dicha villa e induziendolos a questen mal con el señor...”56. En 152657, en fechas próximas al fallecimiento del adelantado Villarroel, tenemos un caso más de pérdida de privilegios por parte de los cuantiosos: El arzobispo don Alfonso Fonseca comunicaba al adelantado que el personero de Cazorla le había expuesto un nuevo caso de quebrantamiento de las costumbres de la villa; por concesión arzobispal, las vegas de Nubla y Toya se sorteaban anualmente entre los caballeros de premia, quienes pagarían el terrazgo. El adelantado había roto este antiguo privilegio, entregando las tierras a familiares y criados; quienes a su vez las habían arrendado. El arzobispo dio un plazo de veinte días al adelantado para explicar las razones del cambio. A principios del año siguiente58, muerto el adelantado, dos de los beneficiarios de estas tierras, Juan de Villarroel y el capitán Sancho de Pardo, presentaron una demanda ante el gobernador del Adelantamiento Juan Godínez de Acevedo, contra el concejo de Cazorla, puesto que sus oficiales habían sorteados de nuevo las vegas de Nubla y Toya entre los cuantiosos de la villa. Todos estos casos son ejemplos muy representativos de la mayor presencia de los hidalgos, a través de los nombramientos señoriales desempeñan tanto oficios relacionados con el gobierno del señorío como de los concejos; produciéndose el desplazamiento de los caballeros cuantiosos que van perdiendo protagonismo, lo que explica su interés por monopolizar el gobierno municipal, objetivo conseguido en torno a 153059. (56) A. C. T., Obra y Fábrica, ms. 915, fol. 718v. (57) A. C. T., Obra y Fábrica, ms. 915, fol. 926v. (58) Cazorla, 4 de febrero de 1527. A. C. T., Obra y Fábrica, ms. 915, fols. 678v.679v. (59) Al no conservarse los libros de actas del cabildo no se puede precisar los años, en los que se sortearon los oficio exclusivamente entre los cuantiosos, pero por 115

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En 1540 se inició el pleito entre hidalgos y cuantiosos. Los primeros reclamaron la mitad de oficios del cabildo, basando su petición en la presencia ininterrumpida de familias hidalgas en el Adelantamiento y la participación de sus miembros en el gobierno municipal. En el memorial se especifica en qué época se asentaron, dando como referencia cronológica al adelantado que en aquellos momentos gobernaba: adelantado

linaje

Alfonso Tenorio Álvarez de la Torre (±1388 - ± 1422) Amador de Lezcano Ayvar Godínez López Dispero Muñoz Ríos Rodrigo de Perea Berrio (1425-1438) Caravaca Fernández Noguerol Hernández de Toledo López de Torre un traslado del acta del sorteo de los oficios, hecha por el escribano del concejo de Cazorla, Alonso de la Peña conocemos la composición del concejo. El domingo 2 de octubre de 1530, los pecheros de la villa se reunieron el en El Exido, en presencia del escribano del concejo, del gobernador don Fernando de Bazán y del alcalde mayor el licenciado Hinestrosa, donde se eligió al personero, según como establece “ ... un auto del presidente e oidores de la Audiencia Real de Granada...todos conformes e de una voluntad a vozes dixeron que Anton Rodriguez...”. Una vez jurado el cargo por el personero se procedió a sortear los otros oficios, escribiendo los nombres de los caballeros cuantiosos que habían pasado el alarde el día de San Miguel, y metiendo las papeletas en una olla. Los oficios recayeron en: Fernán Jiménez y Luis Martínez Colmenar, alcaldes ordinarios; Juan Moreno, alguacil; Diego Moreno, Francisco Ortiz, Jorge Trapero y Pedro de Xorquera, regidores; Juan de Torres y Juan Alonso de Caravaca, caballeros de la sierra; Hernán López Merino y Alonso Pérez de Logroño, almotacenes; el bachiller Castillo, alcalde de las aguas; Miguel de la Fuente, mayordomo. Todos caballeros cuantiosos, los jurados no entraron en sorteo por ser de designación señorial. A. C. T., Obra y Fábrica, ms. 915, fols. 693v.-694v. 116

régimen municipal en el adelantamiento de cazorla

adelantado

(1231-1546)

linaje



Tovilla Pedro de Acuña, conde de Buendía (1) Bustos Lope Vázquez de Acuña, c. de Buendía Cespedes (±1448 - ±1487) Frías Quevedo Hurtado de Mendoza Martínez de Arazola (±1488 - ±1506) García de Villarroel Daza (1507-1527) Villarroel Alonso de Acevedo, c. de Monterrey Godoy (1527-1534) Pérez Francisco de los Cobos Del Campo Diego de los Cobos Martínez Hidalgo (1534) NOTAS: (1) En el memorial de los hidalgos se refieren siempre al conde de Buendía sin especificar si se trata del padre o del hijo; así Pedro de Acuña fue nombrado adelantado el 26 de marzo de 1448 y su hijo, comenzó a gobernar en torno al 1455.

Del total de 24 linajes, 13 de ellos se afincaron en Cazorla en unos cincuenta años, correspondientes al gobierno de los adelantados Alfonso Tenorio y Rodrigo de Perea. Este período fue decisivo en la evolución del señorío, que quedó configurado como un Adelantamiento, coincidiendo, al mismo tiempo, con una importante actividad militar; esta última circunstancia propiciaría la llegada de gentes de armas. Además, tanto Alfonso Tenorio como Rodrigo de Perea permanecieron largas temporadas en el señorío, lo que llevaba consigo la presencia en estas tierras de miembros de su familia60, (60) En algunas ocasiones en ausencia del adelantado, su esposa intervenía en el gobierno del señorío; teniendo una actuación destacada doña Mencía Carrillo, esposa de Rodrigo de Perea, o doña Mencia Vibero, esposa de García de Villarroel. 117

el señorío de cazorla en la baja edad media

parientes, criados, en definitiva las amplias clientelas61, propias de personas de elevado rango social como eran los adelantados. Estos factores facilitarían el asentamiento de forma definitiva de algunas de estas familias en el señorío; de hecho, la mayoría de los hidalgos que pleitean en el siglo XVI son descendientes de los Amador, Ayvar, Berrio, Fernández Noguerol, Godínez, López Dispero, Muñoz, Ríos, Caravaca o Tovilla. Los restantes 11 linajes aparecen en el señorío a lo largo de casi un siglo, aunque hay una mayor incidencia durante el gobierno del conde de Buendía, en el que se dan circunstancias muy semejantes a las anteriormente mencionadas. Pero el ejemplo más claro lo tenemos en el siglo XVI con los Villarroel. Don García fue nombrado adelantado en 1507 por su tío el cardenal Cisneros62, desempeñando el oficio hasta su muerte en 1527. En el transcurso de estos veinte años sus familiares se fueron situando en el señorío: Juan de Villarroel fue alcalde mayor de Villanueva del Arzobispo y jurado de Cazorla. Alonso de Villarroel, hijo del adelantado y contino del arzobispo Fonseca, fue alcaide de la fortaleza de Iznatoraf, cuyo anterior tenente era Melchor de Villarroel, sobrino de don García63. El capitán Sancho de Pardo, primo del adelantado, fue jurado de Cazorla. Pero no solo se beneficiaron de esta política los parientes del adelantado, sino también personas cercanas a él. Una carta ejecutoria de Carlos V, fechada el 26 de noviembre de 1518, explica el por qué de los numerosos proceso presentados por el concejo de Cazorla y

(61) Sobre la variada composición de las clientelas de la nobleza castellana del siglo XV, vease M. C. Gerbet, La nobleza en la Corona de Castilla. Sus estructuras sociales en Extremadura (1454-1516), Salamanca, 1989, pp. 139-153. (62) R. Martínez Marco, Pleito..., p. 92. (63) La provisión arzobispal con el nombramiento de Alonso de Villarroel fue dada en Valladolid, el 18 de junio de 1527. A. C. T., Obra y Fábrica, ms. 915, fol. 801v. 118

régimen municipal en el adelantamiento de cazorla

(1231-1546)

su resolución en la Chancillería de Granada “... quel conoscimiento de la dicha causa Nos pertenesçia por ser el dicho adelantado persona muy poderosa e ser suya la villa de Caçorla ... e los contenidos en la dicha demanda alcaldes e regidores e jurados de la dicha villa, de los quales sus partes no podían alcançar cunplimiento de justicia...”64. El motivo de este nuevo proceso, el quebrantamiento de los privilegios de la villa, por parte de adelantado y de algunos miembros del cabildo, porque “... tenyendo uso e costunbre ynmemorial e provision de los arçobispos de Toledo e lei del fuero, usada e guardada, que ningun vezino que bibiesen con el adelantado ni con otro señor pudiese ser regidor ni jurado ni entrar en suertes ni entrar en el cabildo, que los dichos Pedro de Caravaca e Cristobal de Caravaca, jurados, e el dicho Alonso Muñoz, regidor, bibiendo como bibian con el dicho adelantado heran jurados y regidor...”65. El Tribunal Real dictó sentencia favorable al adelantado, porque éste tenía facultad, concedida por el arzobispo de Toledo, para designar algunos oficios concejiles; incluso si los elegidos recibían acostamiento del arzobispo, adelantado u otro señor. En definitiva, la sentencia ratificaba las plenas facultades jurisdiccionales del señor del Adelantamiento y de su representante y en ningún momento trató de aplicar la normativa vigente en los lugares de realengo66. Los hidalgos demuestran, así mismo, en su memorial que siempre participaron, junto a los cuantiosos, en el gobierno de la villa, por lo que se relaciona a cada uno de los hidalgos con los oficios que desempeñaron, alcaldías y regidurías; es decir, los oficios del cabildo que estaban en litigio, puesto que las dos juraderías eran ya de designación señorial y reservadas, generalmente, a los hidalgos.

(64) A. C. T., Obra y Fábrica, ms. 915, fols 907r.-914r. (65) Ibidem. (66) La provisión de oficios municipales por parte del señor era una practica común en el siglo XVI. A. M. Guilarte, EL régimen señorial..., pp. 147-156. 119

el señorío de cazorla en la baja edad media

oficios del cabildo

Nombre

Oficio

Cronología

Alcalde Regidor

Rodrigo Álvarez de la Torre X Rodrigo Alonso de Caravaca X Pedro Múñoz de Caravaca X Rodrigo de Ayvar X Pedro de los Ríos X Rodrigo de los Ríos el Mozo X Juan Godínez X Diego Amador de Lezcano - Fernando Amador X Francisco de la Tovilla X Juan de Cespedes X Enrique de Quevedo X Lope de Frías X Pedro de Frías - Pedro Hernández de Toledo X Martín González de Toledo X Gil de Torres X Pedro Muñoz X Sancho López Dispero X 120



- X X - - - X X - - X X X X - - X X X

Alfonso Tenorio Conde de Buendía Conde de Buendía Conde de Buendía Alfonso Tenorio 1496 Conde de Buendia Hurtado de Mendoza 1507 1507 Hurtado de Mendoza Conde de Buendía Hurtado de Mendoza Conde de Buendía Conde de Buendía Hurtado de Mendoza Conde de Buendía Hurtado de Mendoza 1429 y 1446 1429 Conde de Buendía Hurtado de Mendoza Conde de Buendía Hurtado de Mendoza Alfonso Tenorio

régimen municipal en el adelantamiento de cazorla

Hernando Dispero X Sancho López Dispero -

X X

(1231-1546)

Conde de Buendía Hurtado de Mendoza Hurtado de Mendoza

NOTA: Como referencia cronológica se siguen utilizando los años de gobierno de los adelantados, solamente en casos muy excepcioneles se especifica la fecha concreta.

El pleito entre hidalgos y cuantiosos significó en última instancia, los intentos infructuosos por parte de los caballeros de premia de mantener su antigua situación de privilegio, reflejada en el gobierno municipal, y que en la Baja Edad Media compartieron con los hidalgos. Esta similitud entre nobles y no nobles se vería favorecida por el carácter de Adelantamiento del señorío, donde la actividad militar y, sobre todo, mantener caballo y armas era un factor de diferenciación social.

121

UN CUADERNILLO DE CUENTAS DEL CONCEJO DE CAZORLA (1427-1428)(*)

Introducción Las cuentas presentadas por el alguacil de Cazorla Hernán López Merino abar­can desde San Miguel de 1427 hasta ese mismo día del año siguiente. En esas fe­chas, don Juan Martínez Contreras (14231434)1 era señor del Adelantamiento de Cazorla y su pontificado tuvo gran significación para el señorío jiennense. En esos años, el Adelantamiento tiene una intensa actividad bélica, producto de las relaciones fronterizas y de la participación del prelado en la vida política cas­tellana, caracterizada por una inquebrantable fidelidad a Juan II y a don Álvaro de Luna2. A pesar de que las relaciones castellano-granadinas atraviesan por un periodo de continuas treguas, fruto de las dificultades internas de ambos reinos; la paz ofi­cial no impidió las hostilidades fronterizas, como queda reflejado en las cuentas de Hernán López, quien empleó importantes cantidades en gastos de carácter defensi­vo, como pagas de atajadores, ataladores, rastreadores, escuchas, reparos de forta­lezas, (*) Pub.- en Anales de la Universidad de Cádiz, II (1985), pp. 159-174. (1) Sobre los hechos más sobresalientes del pontificado de don Juan Martínez Contreras véase J. F. Rivera Recio, Los arzobispos de Toledo en la Baja Edad Media (siglos XII-XV), Toledo, 1969, p. 107 y ss. (2) Según P. Carrillo de Huete, Crónica del Halconero de Juan II, ed. Juan de Mata Carriazo, Madrid, 1946, p. 165, don Juan Martínez Contreras se mantuvo siempre fiel a Juan II, porque el prelado al no pertenecer a ningún gran linaje, no estaba comprometido con ningún partido; motivo por el que el monarca prestó su apoyo a la candidatura de don Juan Martínez Contreras frente a la de don Juan Álvarez de Toledo.

el señorío de cazorla en la baja edad media

etc., complementadas con las numerosas cartas que el arzobispo de Toledo envió a sus vasallos jiennenses, en las que se van perfilando las obligaciones milita­res de esto3. A través de estos documentos se puede conocer la problemática de los vecinos de Cazorla, para los que la frontera marcaba decisivamente sus vidas. Durante el primer reinado de Muhammad IX las treguas con Castilla se fueron renovando periodicamente. Tras la deposición de Muhammad VIII y su subida al trono, 20 de marzo de 14194, se apresuró a ratificar las paces pactadas por Juan II y Yusuf III, las cuales se mantuvieron en vigor durante el corto reinado del Peque­ño5, y a solicitar una nueva prórroga, que fue aceptada por el monarca castellano, entrando en vigor el 18 de abril de 1419 hasta la misma fecha de 14216. En estos años, la situación de Castilla había empeorado por la presencia de los infantes don Juan y don Enrique, circunstancias que fueron aprovechadas por los granadinos para realizar diversas incursiones por el reino de Murcia y Andalucía y a las que respondieron los fronteros castellanos7. (3) El 10 de septiembre de 1424 (A. Catedral Toledo, Obra y Fábrica, ms. 915, fols. 599r.-599v.) regula el sistema de reclutamiento de los vecinos del señorío y de las escuchas, siendo los alcaides de las fortalezas del Adelantamiento, los encargados de exigir estos servicios a los va­sallos del arzobispo de Toledo. Al año siguiente, 28 de junio de 1425 (A. H. Nacional, Consejos Suprimidos, leg. 28.253), el prelado promulga una provisión, en la que regula diversos aspec­tos de la caballería de cuantía del Adelantamiento. (4) L. Seco de Lucena Paredes, Muhammad IX sultán de Granada, Granada, 1978, p. 27; las cir­cunstancias de su llegada al trono, deposición del rey legitimo y asesinato de al-Amin, alguacil mayor de Granada y ayo del rey, decidieron a Muhammad IX a continuar la política de treguas con Castilla iniciada por sus antecesores. (5) Las treguas firmadas por Yusuf III y Juan II abarcaban desde el 16 de julio de abril de 1417 has­ta esa misma fecha de 1419. J. Torres Fontes: “Las relaciones castellano-granadinas desde 1416 a 1432. I. Las treguas de 1417 a 1426”, en Cuadernos de Estudios Medievales, VI-VII (1981), p. 299. (6) Ibídem, 303. (7) L. Seco de Lucena Paredes, Muhammad IX..., pp. 28-33. 124

un cuadernillo de cuentas del concejo de cazorla

A pesar de las hostilidades, el monarca granadino, antes de que finalizase la tregua, volvió a solicitar una nueva prórroga, esta vez en condiciones más ventajo­sas, plazo más amplio y tributaciones menos elevadas, que como en ocasiones anteriores fue aceptada por Juan II de Castilla, obligado por la situación interna que atravesaba el reino, tras el enfrentamiento de los infantes don Juan y don Enrique8. La tregua entró en vigor el 16 de julio de 1421 hasta la misma fecha de 14249 y posteriormente ampliada hasta julio de 142610. Por estos años, Granada vive momentos críticos y Muhammad IX encuentra una fuerte oposición en gran parte de la nobleza granadina; debido a la política se­guida por el sultán nazarí desde su llegada al trono, mostrando en excesivo favoritismo por los Abencerrajes y dando lugar a la aparición de un importante grupo no­biliario, dirigido por Ridwan Bannigas, que recogiendo el descontento general de la población, debido a la crisis económica y, sobre todo, al fracaso de la embajada na­zarí para conseguir una nueva prórroga en la tregua, finalizada el 15 de julio de 1426, provocó una sublevación en los primeros días de enero, que costó el trono a Muhammad IX y su huida a Túnez. Mientras tanto, el Pequeño era liberado y reco­braba el trono de la Alhambra el 15 de enero de 142711, comenzando su segundo reinado que duraría hasta 1429. La importante noticia del destronamiento de Muhammad IX llegaba al Adelan­tamiento de Cazorla a los pocos días de producirse. En una carta, fechada el 29 de enero de 142712, don Juan Martínez Contreras (8) L. Suárez Fernández: Los Trastámaras de Castilla y Aragón en el siglo XV (1407-1474), en Historia de España dirigida por R. Menendez Pidal, Madrid, 1970, XV, p. 80. (9) J. Torres Fontes: “Las relaciones castellano-granadinas..., p. 305. Según L. Seco de Lucena Paredes, Muhammad IX.., p. 30, las treguas tenían vigencia desde el 13 de julio de 1421 hasta la misma fecha de 1424. (10) J. Torres Fontes: “Las relaciones castellano-granadinas..., p. 308. (11) L. Seco de Lucena Paredes, Muhammad IX..., p. 41. (12) A. C. T., Obra y Fábrica, ms. 915, fols. 871 v.-872r. 125

el señorío de cazorla en la baja edad media

comunicaba a sus vasallos jiennense que “a nos es fecha relaçion de algunos acontecimientos que agora an acaeçido en Granada; especialmente, porque algunos diz que se levantaron contra el rey Maho­mad, en favor de su otro sobrino, hijo del otro rey que antes deste fue del dicho Reyno de Granada...”. Don Juan preveía que ante estas circunstancias los fronteros granadinos, aprovechando el desconcierto general y, sobre todo, que desde julio del año anterior no había treguas, entrasen en tierras del Adelantamien­to; por lo que el arzobispo aconseja que se extremen las medidas de vigilancia, “e si los dichos moros hizieren algun movimiento o entrada en esa nuestra tierra, ge lo resitades, haziendo quanto mal e daño cunplieredes...”. En caso de que tuviesen co­nocimiento de movimientos en la frontera, el arzobispo pide que le escriban urgen­temente, comunicándole las nuevas. Pero la temida entrada no llegó a producirse; porque, ante la necesidad de consolidar su posición Muhammad VIII inició su reinado enviando una embajada a Castilla para solicitar treguas, que fueron aceptadas, una vez más, por Juan II, en­trando en vigor el 16 de febrero de ese año con duración de doce meses13. La firma de las nuevas treguas se debe en gran medida a los importantes cam­bios aparecidos en la escena política castellana, tras la reconciliación de Alfonso V de Aragón y de su hermano, el infante don Juan, 3 de septiembre de 142514, y la li­beración de don Enrique, al que se le concede el maestrazgo de Santiago, el partido aragonés se fortalece, comenzando la pugna entre don Juan y don Álvaro de Luna que finaliza con el destierro del condestable. (13) Según J. Torres Fontes: “Las relaciones castellano-granadinas.., p. 311, cabe la posibilidad de que Muhammad IX consiguiese renovar la tregua que finalizó en julio de 1426; pero al ser de­puesto el tratado carecía de validez y por tanto su sucesor volvió a negociarlas, comenzando la nueva tregua el 16 de febrero de 1427. L. Seco de Lucena Paredes, Muhammad IX..., p. 42, fecha la fir­ma de la tregua a finales de 1427. (14) L. Suárez Fernández: Los Trastámaras..., p. 95. (15) A. C. T., Obra y Fábrica, ms. 915, fols. 868v-869r. 126

un cuadernillo de cuentas del concejo de cazorla

Para llegar a esta momentánea victoria, don Juan a lo largo de 1426 y 1427 ha­bía conseguido atraer a su Liga a los infantes don Pedro y don Enrique, a los maes­tres de Calatrava y Alcántara y a casi toda la nobleza castellana, permaneciendo muy pocos fieles a don Álvaro, entre ellos el arzobispo de Toledo. Los meses del verano de 1427 fueron especialmente críticos, ya que tanto el partido nobiliario como el realista reunieron tropas, porque se preveía un enfrenta­miento campal. En este contexto hay que ver la carta enviada, el 15 de junio15, por don Juan Martínez Contreras a las villas del señorío de Cazorla, exigiendo a sus va­ sallos, a pesar del temor de estos a los ataques granadinos, el rápido envío de la gente de guerra, caballeros y ballesteros, pedidos por el rey. En la carta del prelado se transmitía la orden del monarca, por la que el adelantado Rodrigo de Perea debía dejar el Adelantamiento a la mayor brevedad posible y llevar a la corte los hombres pedidos. Finalmente, don Álvaro decide renunciar a la lucha abierta y aceptar la pro­puesta de ambos grupos de someterse a la decisión de una comisión arbitral, que dictamina, el 4 de septiembre de 1427, su destierro de la corte por espacio de año y medio16. Pero muy pronto se puso de manifiesto la incapacidad de don Juan para con­trolar la política castellana, circunstancia que es aprovechada por los partidarios de don Álvaro para preparar su vuelta. De nuevo don Juan Martínez Contreras escribe a sus vasallos jiennenses, 6 de noviembre de 142717, ordenando que el adelantado se reúna con el rey y con él en la corte, pese a los temores de los vecinos del señorío de quedarse sin capitán, puesto que “no ay cosa de que vos debades temer...”18. En enero de 1428 don Álvaro volvía a la corte.

(16) L. Suárez Fernández: Los Trastámaras..., p. 100. (17) A. H. N., Consejos Suprimidos, leg. 41.696. (18) Sin duda el arzobispo se refiere a las treguas pactadas con Muhammad VIII. 127

el señorío de cazorla en la baja edad media

Ingresos y gastos del concejo de Cazorla durante el año 1427-1428 El cuadernillo de cuentas, presentado por Hernán López Merino, tiene gran importancia para estudiar la economía municipal de Cazorla, puesto que es el úni­co conocido hasta ahora; se trata de un traslado, hecho en Cazorla el 12 de marzo de 155619, con motivo del pleito entre el cardenal Martínez Silício y el marqués de Camarasa. Gracias a este litigio se hicieron gran cantidad de traslados que nos han permitido conocer documentos, cuyos originales no se conservan en los archivos municipales del antiguo Adelantamiento de Cazorla. Las cuentas del periodo comprendido entre San Miguel de 1427 y de 1428, fueron presentadas por el alguacil del concejo, debido a que el oficio de mayordo­mo apareció en los concejos del señorío en fechas posteriores20, principios del siglo XVI, y prueba de ello es que en el privilegio de villazgo de Villanueva del Arzobispo, otorgado por don Pedro Tenorio a la aldea de la Moraleja, el 10 de septiembre de 139621, aparecen todos los oficiales del concejo de la nueva villa, pero no se incluye el mayordomo, desempeñando sus funciones el alguacil. Hernán López Merino presentó las cuentas correspondientes al año de su al­guacilazgo el 27 de febrero de 1430, ante el escribano (19) A. H. N., Consejos Suprimidos, leg. 28.255. Sobre las haciendas municipales véase entre otros, M. C. Melendreras Gimeno: “Gastos e Ingresos del concejo murciano en 1459-1460, en Miscelánea Medieval Murciana, I (1973), pp. 139-173; A. L. Molina Molina: “La economía concejil murciana en 1479-7480”, en Miscelánea Medieval Murciana, I (1973), pp. 113-138; F. Chacón Jiménez: “Una contribución al estudio de las economías municipales en Castilla: La coyuntura económica concejil murciana en el periodo 1496-1577”, en Miscelánea Me­dieval Murciana, III (1977), pp. 211-258; A. González Gómez: “La Hacienda municipal de Jerez de la Frontera, según una cuenta de propios de 1519”, en Actas del II Coloquio de Histo­ria Medieval Andaluza, Sevilla, 1982, pp. 81-89. (20) La presencia del mayordomo en el concejo de Cazorla se constata documentalmente el 13 de noviembre de 1505, en esa fecha era Juan de Calatrava, mayordomo de Cazorla. A. C. T., Obra y Fábrica, ms. 915, fols. 241r. -242v, (21) A. Municipal de Villanueva del Arzobispo, sin catalogar. 128

un cuadernillo de cuentas del concejo de cazorla

público de la villa Diego Fer­nández del Río y en presencia de Pedro Sánchez Polaino, alcalde, los regidores Antón Sánchez, Gonzalo Díaz y Sancho Ramírez, el alguacil Rodrigo Alfón de Carava­ca, el jurado Ximén López y los hombres buenos de la villa Juan Ruiz, Ramón de Olivares, Bartolomé Sánchez de García Ortiz, Alfonso Sánchez y Pedro Fernández. Para esta presentación de cuentas, previamente el lugarteniente de adelantado Juan Rodríguez de Vera había enviado un mandamiento que presentaron Alfonso López, personero, y Bartolomé Fernández, notario. La toma de cuentas finalizó el 26 de abril de ese mismo año en la iglesia de Santa María de Cazorla. Como todas las cuentas, se divide el cuadernillo en dos apartados, ingresos y gastos, cargo y data, alcanzando en ese año la cantidad de 15.990’50 maravedíes y 17.695, respectivamente, quedando adeudando el concejo de Cazorla a su antiguo alguacil 1.704’50 maravedíes. I.- Ingresos En líneas generales, los ingresos de las haciendas municipales de los concejos bajomediavales procedían del arrendamiento de los bienes de propios, de los dere­chos concejiles y de los ingresos extraordinarios de carácter impositivo22. Pero Cazorla, como las otras villas del Adelantamiento, contaba con una escasísima y pecu­liar dotación económica; la fuente de ingresos principal de las haciendas municipa­les del señorío era la explotación de tierra sin cultivar como montes, dehesas, etc., que perteneciendo al arzobispo de Toledo, como señor del Adelantamiento, eran aprovechadas temporalmente por los concejos, según privilegio de su señor. La ex­plotación de estas tierras reportaba pingües beneficios al concejo usufructuario, aunque no eran ingresos fijos, sino una cesión temporal que dependía de la volun­tad del arzobispo. (22) M. González Jiménez, El concejo de Carmona a fines de la Edad Media, Sevilla, 1973, p. 187 y ss. 129

el señorío de cazorla en la baja edad media

La dotación de propios presenta, asimismo, sus peculiaridades, puesto que esta era muy escasa y con frecuencia un propio era concedido a más de un concejo, lo que originaba no pocos enfrentamientos entre los posibles concejos propietarios. Además, hay que tener en cuenta que los arzobispos de Toledo no solían conceder los propios a los concejos con carácter perpetuo, sino que se trata, igualmente, de cesiones temporales y pasado el plazo de la concesión, revierten a las propiedades de la mesa arzobispal. Cazorla contaba desde mediados del siglo XIII con la dehesa del Retamar23, posteriormente fue pretendida por Iznatoraf y Villacarrillo. En 139524 don Pedro Tenorio le concedió todos los bienes y rentas de la ermita de San Bartolomé, pero con la condición de que el concejo se hiciera cargo de mantener el culto y la torre de la ermita, de gran utilidad para agricultores y pastores en caso de un ataque inesperado de los musulmanes25. En las cuentas de 1427-28 no aparece reflejado ningún ingreso por explota­ción de estos bienes, procediendo todas las cantidades de imposiciones hechas por el concejo de la villa. Cuadro núm. 1: Ingresos del concejo de Cazorla 1427-1428 Cogedor Fecha Derrama Total/mrs. García Muñoz 15-11-1427 64 mrs/vecino 11.104,00 Diego Fdez. del Río 21-05-1428 5 blancas 1.502,50 Juan Ramírez 05-09-1428 6 mrs/humo 3.384,00 Total..... 15.990,50 (23) El 17 de marzo de 1268, el infante don Sancho de Aragón dona a Cazorla la dehesa del Reta­mar. A. C. T., Obra y Fábrica, ms. 915, fol. 103v. (24) Villafranca, 6 de octubre de 1395. A. C. T., Obra y Fábrica, ms. 915, fols.577r.578r. (25) En el siglo XVI Cazorla contaba con los siguientes propios: Dehesa del Cerro de la Cruz, el Olivarejo y un ejído cercano a la ermita de Santa Lucía. A.C.T., Obra y Fábrica, ms. 915, fols. 670v.-671v. 130

un cuadernillo de cuentas del concejo de cazorla

Las derramas se hicieron en diciembre de 1427 y en mayo y septiembre del año siguiente; la primera fue cogida por García Martínez arrojando un importe glo­bal de 11.104 maravedíes, a razón de 64 maravedíes por vecino, lo que supone que la pagaron 137. La segunda ascendió a 1.502’50 maravedíes, siendo la derrama a 5 blancas. La última tuvo lugar el 5 de septiembre, a razón de 6 maravedíes por “fumo”, lo que representó una recaudación de 3.384 maravedíes y a la que tuvieron que contribuir 564 vecinos de la villa. Los derechos por recaudación de estas derramas reportaron a los tres cogedo­res, respectivamente, 400, 100 y 130 maravedíes26, lo que supone, aproximadamen­te, el 3% de la recaudación. II.- Gastos Con el importe de estas derramas, 15.990’50 maravedíes, el alguacil Hernán Ló­pez tuvo que hacer frente a los gasto del concejo. 1. Salarios de los oficiales del concejo Una importante partida de los ingresos del concejo se dedicaron a pagar los sa­larios de sus oficiales, aunque cabe destacar que muy pocas de las cantidades con­signadas por el alguacil responden al salario de ese año, sino atrasos de años anteriores; incluyendo, también, aquellas cantidades adeudadas por el concejo por otros conceptos, como ocurre con Martín González de Toledo, alcalde el periodo anterior, que recibe 200 maravedíes correspondientes a la alcaldía, más otros 550 que se le adeudaba por un cuero de vino, tasado en 50 maravedíes, y cuatro carne­ros, en 500, pedidos por el adelantado, aunque, curiosamente, este tipo de presta­ciones estaban prohibidas desde la provisión de don Sancho de Rojas, dada en Va­lladolid el 17 de octubre de 141727. A partir de dicha provisión el adelantado solo tenía derecho a exigir alojamiento, para él y su (26) Los derechos de recaudación se recogen en el cuadro núm. 6. (27) A. C. T., I. 1. B.4. 2. 131

el señorío de cazorla en la baja edad media

séquito, a los vecinos del señorío28, mientras que bebida, alimentos y vestidos corría a sus expensas. O como ocurre con Fernán Alonso, alguacil, correspondiéndole 366 maravedíes de una deuda del concejo más 100 maravedíes del salario de medio año. Cuadro núm. 2: Salarios de los oficiales concejiles Fecha Beneficiario oficio Cantidad/mrs. 10-1-1428 Pedro Fernández el Viejo Escribano 57,50 (1425-1426) 15-1- 1428 Antón Martínez Tribaldo Escribano 57,50 (1426-1427) 15-1-1428 Martín González de Toledo Alcalde 750,00 (1426-1427) 15-1-1428 Gonzalo Díaz el Caballero Escribano 57,50 (1426-1427) 30-1-1428 Diego López Pregonero 125,00 (1425-1426) 30-1-1428 Alvar Rodríguez Pregonero 125,00 (1426-1427) 31-1-1428 Ximén López de San Alcalde 200,00 Martín (1426-1427) 8-1-1428 Diego López de Saldaña (Caballero de la Sierra 150,00 1427-1428) 5-2-1428 Alfonso López Dispero Caballero de la Sierra 150,00 (1425-1426) 7-2-1428 Fernán Alonso Alguacil 466 ,00 9-2-1428 Pedro Fdez de Toledo Caballero de la Sierra 150,00 (1425-1426) 12-2-1428 Catalina Ximénez, viuda Alcalde 200,00 de Fernán Sánchez (1425-1426) 12-2-1428 Juan Mateos de Quesada Alcalde 200,00 (1425-1426) 19-2-1428 Pedro Hernández de Juan Caballero de la Sierra 150,00 Yáñez (1426-1427) 20-2-1428 Juan Sánchez de Bedmar Alguacil 300 ,00 (1425-1426 y 1427-1428) (28) Quedan exentos de estas obligaciones los caballeros cuantiosos y sus viudas, Ibídem. 132

un cuadernillo de cuentas del concejo de cazorla

4-5-1428 Pedro Fdez Merino Escribano 57,50 (1426-1427) 4-5-1428 Hernán López Alguacil 200,00 (1427-1428) 8-1-1428 Pedro López de la Calzada Quitación del concejo, 1/3 primero y segundo 400,00 Total .... 3.796,00

El importe total de los salarios entregados a los oficiales del concejo alcanza 3.796 maravedíes, suponiendo el 21,79% del total de los gastos del concejo. A pesar de que los salarios percibidos por oficiales eran bajos, hay que tener en cuenta que en un principio los prelados toledanos habían establecido “que non lieven otro salario alguno por el oficio de las alcaldias e alguacilazgos, salvo sus derechos e los alcaldes sus acuerdos de la parte cayda”29. Pero muy pronto, los oficia­les de las villas pidieron a su señor que les permitiese tener un salario que comple­mentase estos ingresos30, porque era frecuente que los caballeros cuantiosos se ex­cusasen de entrar en las suertes anuales, ya que los oficios concejiles reportaban escasos beneficios económicos y en cambio comportaban muchas obligaciones. Ante esta situación se establecieron unos salarios, diferentes según el oficio, que se complementarían con los derechos propios de cada oficio. Además de los salarios de los oficiales, la actividad concejil generó otros gas­tos a los que tuvo que hacer frente Hernán López, tales como los que determinaron las reuniones concejiles. Estas juntas podían ser exclusivas de los oficiales de Cazorla para tratar asun­tos concernientes a la villa o conjuntas con las otras (29) Segovia. 10 de septiembre de 1396, privilegio de villazgo de Villanueva del Arzobispo, A. M. de Villanueva del Arzobispo, sin catalogar. (30) Esta petición es elevada por el concejo de Villanueva del Arzobispo a don Sancho de Rojas, el 16 de diciembre de 1416. A. H. N., Consejos Suprimidos, leg. 41. 695. 133

el señorío de cazorla en la baja edad media

villas del Adelantamiento; las últimas tienen lugar en Santo Tomé y en ellas se delibera sobre temas de interés general para todos los vecinos del señorío. Como la celebrada para repartir los gana­dos cogidos a los moros, puesto que por privilegio de las villas el quinto del botín31 correspondía a los concejos del Adelantamiento. En otra sesión los oficiales de Cazorla junto con los de Iznatoraf y Villanueva del Arzobispo trataron sobre las entradas de almogávares del Adelantamiento en tierras granadinas. Esta reunión se hizo a instancia de doña Mencía Carrillo, esposa del adelantado Rodrigo de Perea, que había solicitado información sobre este tema. En otra sesión conjunta se acordó pedir al rey y al arzobispo que el adelantado per­maneciera en el Adelantamiento. Todas estas reuniones giran en torno a la vida fronteriza, con sus entradas, to­mas de ganados..., pero sobre todo la necesidad de contar con el adelantado, sobre quien recaía la defensa del Adelantamiento. Cuadro núm. 3: Gastos originados por reuniones concejiles Motivo de la reunión Tomar cuentas Tomar cuentas Junta con oficiales de las villas de allende para pedir al arzobispo y al rey residencia del adelantado Junta con oficiales de las villas de allende, sobre entreda de almogávares

Lugar ------ ------ Santo Tomé

Productos Precio/mrs. 4 sayas 32,00 Fruta y vino 26,50 1/2 fanega de pan 10,00 6 gallinas 30,00 1 cabrito 16,00 1 arroba de vino 32,00 especias 4,00 1 fanega cebada 6,00 1 libra aceite 2,00 Jornal de un hombre y asno 8,00 Santo Tomé 1 fanega de pan 18,00 1,50 arrobas vino 72,00 4 pollos 13,00

(31) Este privilegio fue concedido a Iznatoraf por Femando III, según lo expone dicho concejo a don Alfonso Carrillo, el 1 de mayo de 1448. A. C. T., Obra y Fábrica, ms. 915, fols. 863v.-865v. 134

un cuadernillo de cuentas del concejo de cazorla

Oficiales de Cazorla sobre ------ reparto bueyes cogidos a los moros Oficiales y hombres bueno------ de Cazorla para tomar cuentas a Calderón Igual motivo que el anterio ------

especias 1 olla grande A los que no comen carne Jornal de un hombre con 2 asnos 1 arroba de vino pan cocido 1 carga de leña especias limones aceite Pan cocido 1,50 arrobas vino 5 lechones 4 gallinas 1/2 carnero especias Tocino 1 carga de leña 3 libras de sardinas 1 libra aceite 1/2 arroba vino higos y nueces

8,00 5,00 4,00 12,00 32,00 10,00 3,00 4,00 1,00 2,00 8,00 48,00 28,00 20,00 24,00 6,00 8,00 3,00 9,00 3,00 16,00 6,00

A estas sesiones, el concejo aportaba alimentos y bebida para sus oficiales, e incluso, ropas de abrigo en los meses de invierno; arrojando los gastos realizados por este concepto una cifra total de 528’50 maravedíes, que vino a suponer el 3,03% de los gastos totales. 2.- Gastos de defensa Otro importante capítulo de gastos fue el dedicado por la villa de Cazorla a la defensa del territorio, sobre todo, si se tiene en cuenta que en este periodo econó­mico, de septiembre de 1427 al mismo mes de 1428, pesaba sobre el Adelantamiento la amenaza de una importante incursión granadina, y este clima de intranquili­dad se manifiesta 135

el señorío de cazorla en la baja edad media

claramente en el hecho de que los vecinos del Adelantamiento, escribieran reiteradamente al arzobispo, e incluso, al rey pidiendo que el adelanta­do Rodrigo de Perea no partiera para la corte. Además de las peticiones de socorro, el concejo organizó la vigilancia de la frontera, mediante el envío periódico de ataladores y atajadores a puntos estratégi­cos como Puerto Llano, Puerto de Gil Garañón, la Nava de Medio, Fuente de Guardahornillos, Fuente del Olivillo, Fuente Petexo y Salto de Fernán Martínez. El tiempo medio de duración del servicio de vigilancia es de un mes y se dan entre los meses de abril y octubre, época del año en que las incursiones en ambos lados de la frontera eran más frecuentes. La vigilancia del territorio, según disposición de don Juan Martínez Contreras, dada el 10 de septimbre de 142432, era obligatoria para todos sus vasallos jiennenses; quedando al arbitrio de los alcaides de las fortalezas la organización de este servicio, aunque los gastos corrían a cargo de los respectivos concejos. Cuadro núm. 4: Salarios de atajadores y ataladores Nombre Duración Lugar servicio Juan Sánchez de Segura, atalador Bartolomé Fdez de Jaén, atalador Pedro Fdez, atalador Núñez, atalador Bartolomé Fdez de Jaén, atalador Esteban el Mozo, atalador Gil Martínez de Tiscar, atalador Juan Ruiz Tamargo, atalador

Salario/mrs.

1 mes

Puerto Llano



200,00

octubre “ “

Nava de Medio “ “



200,00 130,00 140,00

Puerto Llano Salto de Fernán Martínez



100,00

86,50

15 días abril 15 días abril “ mayo

“ Puerto Llano

(32) A:C.T. , Obra y Fábrica, ms. 915, fols. 599r.-599v. 136





86,50

200,00

un cuadernillo de cuentas del concejo de cazorla

Bartolomé Fdez de Jaén, atajador “ “ 200,00 Juan Esteban, atajador “ Nava de Medio 200,00 Juan López de Lorca, atajador “ Fuente del Olivillo 60,00 Gil Martínez de Tiscar, atajador “ Nava de Medio 200,00 Juan Ruiz Tamargo, junio Puerto llano 200,00 atajador - - Nava de Medio 200,00 Alfonso Moreno, atalador Fernán López, atajador 4 días Pto. de Gil Garañón 21,00 Juan García, atajador 4 días “ 21,00 Juan Rodríguez, atajador 4 días Fuente Petexo 21,00 Juan Ruíz Tamargo, atajador septiembre Nava de Medio 200,00 Bartolomé Fdez de Jaén, atajador “ “ 200,00 Juan Esteban, atajador “ Puerto Llano 200,00 Gonzalo García, atajador “ “ 200,00 García Sánchez, atajador 1 mes Toya 125,00 Martín Martínez, atajador “ “ 125,00 Fernán Sánchez, vec. de septiembre Fte Guardahornillos 200,00 La Iruela, atajador Bartolomé Fdez de Jaén, atajador octubre Nava de Medio 200,00 Pascual Fernández, 15 días octubre Puerto Llano 100,00 atajador Juan Esteban, atajador octubre Puerto Llano 200,00 Diego García de Quesada, atajador octubre Nava de Medio 200,00 Juan Ruiz Tamargo, atajador “ Puerto llano 200,00 Juan de Baños, atajador junio Nava de Medio 200,00

Los salarios de los atajadores y ataladores ascendieron a 4.637 maravedíes, lo que viene a suponer el 26,62% de los gastos totales de ese año; cifra, superior, a los salarios de los oficiales concejiles, si bien hay que tener en cuenta que estos últi­mos percibían los derechos propios de sus oficios.

137

el señorío de cazorla en la baja edad media

3.- Obras públicas y gastos extraordinarios Los gastos de conservación y reparación de los edificios públicos de Cazorla corrían a cargo del concejo, aunque era frecuente, atendiendo a la escasez de me­dios económicos de las villas del Adelantamiento, que el arzobispo de Toledo permitiera a los concejos del señorío arrendar tierras, pertenecientes a la mesa arzobis­pal, y cuyo importe se destinaba obligatoriamente a reparar los adarves y castillos del Adelantamiento. En el periodo estudiado este tipo de gastos solo ascendieron a 245 maravedíes y suponen el 1’40% del total, que se empleó en obras en los adarves y castillo de Ca­zorla y en Peal de Becerro, aldea dependiente de Cazorla. Asimismo, se reparó la es­cribanía pública y el saledizo de la calle Gonzalo Díaz. Cuadro núm. 5: Reparo de edificios públicos Acreedor Concepto Precios Fernán Sánchez 1 viga puerta escribanía 40,00 “ 1 tabla para adarve 20,00 “ 1 tabla para adarve 20,00 “ 1 columna para cabezales 2,00 Gabriel Sánchez, herrero Agujas y 12 clavos 16,00 Pedro Fernández, carpintero Por hacer agujas y costales para obras del adarve 33,00 Pedro Fernández Por dos cahices de cal para obras del adarve 40,00 “ Adobar candado puerta de la Foz 12,00 “ 1 viga para arreglar el paso de l a calle, por la puerta de Gonzalo Díaz 6,00 “ 7 sogas para obras de Peal de Becerro y del adarve 12,00 “ 7 puertas para obra del castillo de Cazorla y obra de Peal de Becerro 14,00 138

un cuadernillo de cuentas del concejo de cazorla

“ Juan Sánchez Juan Sánchez Pedro Sánchez Fernán Sánchez, el Prior “

Por cortar moral Por labrar viga Por 6 azumbres de vino para los que trajeron la viga 1 cántaro para obra de Peal de Becerro Por retajar el portal de la escribanía Salario de dos hombres por aserrar tablas



6,00 6,00 6,00



3,00



3,00

6,00

Junto a los gastos ordinarios del concejo, salarios de los oficiales, pago de ata­jadores y ataladores, reuniones concejiles, etc., todos los años el concejo tenía que hacer frente a otros gastos extraordinarios, surgidos de la propia dinámica concejil. En el periodo comprendido entre 1427-28, estos gastos, que se recogen en el cua­dro núm. 6, supusieron al concejo de Cazorla 8.211 maravedíes, es decir, el 47’14% de los gastos de ese año. Cuadro núm. 6: Gastos extraordinarios y varios realizados en 1428 Fecha Acreedor Concepto Cant/mrs 3-2 Ximén López de Sanmartín Costas del viaje para sacar privilegio de los 40 excusados de Cazorla y La Iruela 900,00 3-2 “ Entregado a Juan García de Valla­ dolid, escribano, por sacar albalá 195,00 9-2 García Muñoz Alcance del concejo por pechos y derramas 1.019,00 19-2 Pedro Fernández Por ir a Baeza a sacar escrituras prendas entre Cazorla y Baeza 50,00 19-2 Fernán Sánchez de Olivares Por llevar bueyes y asna 100,00 139

el señorío de cazorla en la baja edad media

15-4

Fernán López, Juan Adalid, Sancho Fdez, Juan de Vanes Por seguir rastro de moros que mataron a Juan Fernández y cautivaron a Gonzalo García 1-5 Diego Fernández Por préstamo hecho al concejo 1-5 Alfonso García, cogedor de la moneda forera Por préstamo hecho al concejo 7-1 ------- Gastos del caballero que estuvo dos meses en Jaén Alonso Ortiz Por préstamo para traer vino de Baeza para el adelantado Martín de Jerez y Por ir a Iznatoraf y Villanueva Martín Sánchez de del Arzobispo por vacas y yeguas García oríz del quinto ------ A los que mataron los lobos 210,00 Escudero del comendador 4 días de estancia en Cazorla, por de Montiel el pan que el comendador dejo a los vecinos de la villa en 1425 ------ Papel y cera para el alguacil 82,00 ------ Al hombre que pasó las vacas allen­de el río ------ Por subir las vacas a los Vaqueri­zos ------ Por ir a Úbeda en razón de las es­cuchas ------ Por avisar a los oficiales de Iznato­ raf y Villanueva de la junta con los de Cazorla ------ Por llevar carta del concejo a Quesada Diego Fernández de Por llevar carta del arzobispo Quesada a Iz­natoraf y Villanueva del Arzobispo, sobre entrada ganados en sus términos Juan de Baños Por llevar a Quesada carta del con­cejo de Segura sobre entrada 140

50,00 450,00

50,00 156,00 350,00

60,00

15,00 6,00 4,00 19,00

20,00 6,00

15,00

un cuadernillo de cuentas del concejo de cazorla

en tierra de moros 8,00 Juan Sánchez de Chinchilla Por ir a Castilleja por mandado de la esposa del adelantado 21,00 Fernán Díaz, almotacén Por testimonio 3,00 Fernán Ruiz de Sevilla Devolución préstamo para pri vilegio de los 40 excusados 2.120­,00 ------ Derechos del escribano por sacar privilegio 20,00 17-7 Ximén López de Sanmartín Costas mandadería del concejo a la corte 1.000,00 García Muñoz Por coger pecho 400,00 ------ Quiebra del pecho cogido por Gar­cía Muñoz 412,00 Pedro Fernández del Río Cogedor de las cinco monedas 100,00 ------ Quiebra de las cinco monedas 75,00 Juan Ramírez Cogedor pecho 130,00 ------ Quiebra del pecho cogido por Juan Ramírez 48,00

------

Quiebra pechos año anterior

117,00

En este apartado cabe destacar los gastos originados por el envío de mensajeros a los lugares vecinos, para tratar asuntos relacionados, fundamentalmente, con las necesidades defensivas del territorio, y que por otro lado pone de manifiesto la coordinación entre los concejos del sector suroriental del reino de Jaén, corno prueba la organización conjunta por parte de los concejos de Segura de la Sierra, Cazorla, Quesada y Úbeda de una entrada en tierras granadinas33. En otras ocasiones el servicio de mensajería obedece a las necesidades inter­nas del concejo de Cazorla, enviar a los otros concejos del señorío una convocato­ria de junta, llevar las cartas del arzobispo, etc. (33) Esta coordinación de los concejos del sector oriental de la frontera castellana-granadina, queda perfectamente reflejada en el trabajo de J. Torres Fontes: “La Regencia de don Fernando de Antequera y las relaciones castellano-granadinas”, en Miscelánea de Estudios Árabes y Hebraicos, XIV-XV (1965-1966), pp. 138-167 y XVI-XVII (19671968), pp. 89-145.

141

el señorío de cazorla en la baja edad media

Pero fue el privilegio de los 40 excusados, el que originó elevados gastos al concejo de Cazorla. Esta exención fiscal fue concedida por primera vez a los con­cejos de Cazorla y La Iruela por Juan I, siendo arzobispo de Toledo don Pedro Tenorio. Desde esos momentos, la exención se mantendría, aunque sería variable el número de excusados34. En este caso el concejo de Cazorla envió a la corte al jurado Ximén López de Sanmartín para sacar el privilegio de los 40 excusados de ambas villas, las costas del viaje y estancia ascendieron a 2.095 maravedíes, a estos hay que añadir los 585 entregados por el jurado a Juan García de Valladolid, escribano, para obtener el pri­ vilegio, correspondiendo al concejo de Cazorla la tercera parte, 195 maravedíes. Pero esta suma resultó insuficiente, puesto que Ximén López, una vez en la corte, tuvo que pedir prestado a Fernán Ruiz de Sevilla 2.410 maravedíes.

(34) Durante el reinado de Juan I los vecinos de Cazorla y La Iruela obtienen un privilegio de 200 excusados, porque a la muerte del monarca los concejos expresaron su temor al arzobispo don Pedro Tenorio, de que les fuese revocada la exención. A.C.T., Obra y Fábrica, ms. 915, fol. 578r.

142

UNAS ORDENANZAS DE LA SIERRA DE CAZORLA (1552) (*)

En las Ordenanzas de Cazorla de 1552 se expone en primer lugar, el motivo que llevó a las autoridades municipales a promulgar una normativa destinada a conservar la riqueza natural de la Sierra de Cazorla: “por quanto por esecutoria y provision real de su majestad, atenta la utilidad de los dichos montes y la necesidad que dellos ay y que sean conserbados, esta mandado que nyngun vecino desta villa ny de fuera parte pueda arronper, arar, ny panyficar en la dicha syerra del tienpo contenido en la dicha esecutoria...”1. Pero la nueva reglamentación introducía importantes novedades en el aprovechamiento de los términos comunes de Cazorla y La Iruela y modificaba, en gran medida, la costumbre mantenida a lo largo de la Edad Media. La existencia de un término compartido entre varias villas es una de las características de la organización territorial del Adelantamiento. A finales del siglo XIII2, el señorío contaba con dos villas, Cazorla e Iznatoraf, y cada una tenía asignado un alfoz. En el transcurso de las centurias siguientes, algunas de las aldeas se convirtieron en villas, pero

(*) Pub.- en Miscelánea Medieval Murciana, XXIII-XXIV (2003), pp. 31-49. (1) Agradezco al Dr. D. Alfonso Franco Silva, catedrático de Historia Medieval de la Universidad de Cádiz, su generosidad por facilitarme estas ordenanzas. (2) Quesada se constituyó como concejo principal del señorío jiennense de los arzobispos de Toledo, pero sus sucesivas pérdidas y conquistas, hasta su incorporación definitiva a los dominios cristianos en reinado de de Fernando IV, y su posterior donación a Úbeda por Alfonso XI, dio lugar a que Cazorla se convirtiera en la villa principal del Adelantamiento. J. de M. Carriazo, Colección Diplomática de Quesada, Jaén, 1975, pp. LVII, LXXV y LXXXVI.

el señorío de cazorla en la baja edad media

en ningún caso los arzobispos de Toledo les concedieron un término propio, sino que se mantenía compartido con la antigua villa principal. De las aldeas dependientes de Cazorla, solamente La Iruela pasó a ser villa3, aunque la existencia de esta comunidad fue la causa de frecuentes fricciones entre ambos concejos. En una de sus estancias en el Adelantamiento de Cazorla, don Pedro Tenorio confirmó a La Iruela, 9 de septiembre de 13784, su categoría de villa. Pero en el privilegio arzobispal no hay ninguna referencia concreta a como se explotarían los términos comunes, por lo que fue necesario ir arbitrando una normativa, que quedó definitivamente establecida durante el pontificado del cardenal Cisneros. Este proceso fue largo, pues el margen de actuación del concejo de La Iruela era muy escaso al considerar a Cazorla “señora” del término. A lo largo de un siglo, hasta llegar a la concordia de 1497, se fueron adoptando diferentes acuerdos, algunos de ellos recogidos en las Ordenanzas de 1552, para regular el aprovechamiento en común de sus términos. El 13 de enero de 14145, don Pedro de Luna establecía diferentes espacios dentro del término, unos compartidos entre las dos villas y otros exclusivos de La Iruela. Entre estos últimos, se menciona (3) En el transcurso de la guerra entre Pedro I y Enrique de Trastámara, La Iruela pasó a ser villa por privilegio del arzobispo don Gómez Manrique, en recompensa a su fidelidad a su señor y al pretendiente al trono, pero posteriormente el privilegio sería derogado por el propio arzobispo. En 1378, don Pedro Tenorio devolvió a La Iruela su perdido privilegio. M. M. García Guzmán, El Adelantamiento de Cazorla en la Baja Edad Media. Un señorío eclesiástico en la frontera castellana, Cádiz, 1985, pp. 60-61. (4) M. M. García Guzmán, El Adelantamiento.., pp. 339-344. (5) M. M. García Guzmán, Colección Diplomática del Adelantamiento de Cazorla (1231-1495), Cadiz, 1991, pp. 113-115. En 1473, a petición del concejo de La Iruela, don Alfonso Carrillo le autorizaba a promulgar una ordenanza para regular la explotación de la dehesa. L. Polaino Ortega, Estudios históricos sobre el Adelantamiento de Cazorla, Jaén, 1967, pp. 301-302. 144

unas ordenanzas de la sierra de cazorla

(1552)

expresamente la dehesa boyal de la villa6 y los sitios7, tierras de labor de los vecinos de La Iruela, aunque su vigilancia correspondía a los caballeros de la sierra de Cazorla, quedando estos autorizados, “quando algunos ganados de do aquellos que no deben entrar a paçer en los dichos sytios,...los puedan prender o prendan por las penas acostunbradas.”8. El resto de los términos, “en raçon del pasçer e cortar e caçar e pescar...”9, serían aprovechados por los vecinos de ambas villas. En el mismo documento de don Pedro de Luna se hace referencia a que el concejo de Cazorla fijaba los periodos de veda, “ porque en el tienpo que la dicha caza nasçe e se cria no sea estruida, so çiertas penas que ponedes contra cada uno de los que cazaren.”10, pero sin contar con las autoridades del concejo vecino. Para evitar diferencias, el arzobispo ordenó que tres o cuatro vecinos de La Iruela, designados por su concejo, participasen, junto con los oficiales de Cazorla, en la elaboración de las ordenanzas de caza,

(6) La dehesa boyal fue asignada a La Iruela, el 5 de febrero de 1322, por Domingo Alonso, procurador del arzobispo de Toledo don Juan de Aragón, esta abarcaría desde “el çerro de la carrasca de Domingo Molina hasta el atalaya del puerto Cabrera, como va el rio Monrriel hasta las Çafurdas, e hasta el Espinosa, como da el camino de Bronchel e salle del camino de la fuente de Sigura”. M. M. García Guzmán, Colección Diplomática.., p. 19. (7) En la documentación del siglo XV y XVI, el término sitios designa a los lugares donde se concentraban las huertas, viñedos, olivares y otras plantaciones. C. Argente del Castillo, La ganadería medieval andaluza. Siglos XIII-XVI . (Reinos de Jaén y Córdoba), Jaén, 1991, p. 36. (8) M. M. García Guzmán, Colección Diplomática .., p. 114. (9) Ibídem. (10) Ibídem. La caza era uno de los aprovechamientos de montes y sierras. De ahí, que la normativa reguladora de esta actividad aparezca recogida en numerosas ordenanzas municipales. M. A. Ladero Quesada: “La caza en la legislación municipal. Siglos XIII a XVIII”, en La España Medieval. Estudios dedicados al profesor don Julio González González, Madrid, I (1980), pp. 193-221. 145

el señorío de cazorla en la baja edad media

de cumplimiento obligatorio en ambas villas, incluso si La Iruela no enviaba a sus representantes11. Durante el pontificado de don Alfonso Carrillo se da un importante paso en la regulación de las relaciones entre las dos villas, porque al ordenar, invariablemente, sus antecesores que se guardase la costumbre, se mantenía una estricta dependencia de La Iruela con respecto a Cazorla. Así, en junio de 147812, don Alfonso Carrillo estableció que del total de los beneficios derivados de la explotación de los términos, un cuarto pertenecería a La Iruela, aunque en ningún momento se hace referencia a que los oficiales de este concejo pudiesen intervenir en su gestión; es más, en un primer momento el prelado había concedido a La Iruela la facultad de elegir a uno de los cuatro caballeros de la sierra, pero ante las protestas de Cazorla optó por anular la disposición. Los acuerdos definitivos llegaron en 1497 y en ellos aparecen, por primera vez, referencias concretas a la Sierra de Cazorla. Los oficiales de ambos concejos concertaron una concordia13 en la que se detalla minuciosamente la explotación de los términos y el reparto de los beneficios. Los aspectos más importantes son los siguientes: Se mantiene la utilización conjunta del término y se reconoce la preeminencia de la villa de Cazorla, “como señora del termino...”, que se refleja en la forma de repartir los beneficios económicos, prestándose gran atención al aprovechamiento de los recursos de la Sierra de Cazorla. Así, todos los años, el último día de Pascua, los concejos de Cazorla y La Iruela nombrarían, respectivamente, (11) El 4 de enero de 1417, don Sancho de Rojas, confirmaba el documento de don Pedro de Luna sin introducir ninguna modificación a la normativa establecida por su predecesor. Ibídem, p. 132. (12) Ibídem, pp. 345-347. (13) La reunión de los oficiales de los concejos de Cazorla y La Iruela se celebró en Cazorla, el 13 de agosto de 1497. Archivo Histórico Nacional (A.H.N.), Consejos Suprimidos, leg. 41.695 y Archivo Catedral de Toledo (A.C.T.), Obra y Fábrica, ms. 915, fols. 928r.-932v. 146

unas ordenanzas de la sierra de cazorla

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cinco y tres representantes, que “sean tales personas que sepan la Sierra y termino....y que estos que fueren diputados no sean señores de ganado...”, su misión consistía en calcular el número de cabezas de ganado que podrían herbajar, teniendo en cuenta las condiciones de los pastos y que los ganados de los vecinos de ambas villas tenían preferencia sobre los extranjeros. Una vez establecido el número de cabezas de ganado, el concejo de Cazorla era el encargado de controlar su entrada y de percibir los impuestos. Según la concordia, a esta villa le correspondería integro el herbaje de 5.000 cabezas, porque esta renta era uno de los bienes de propios del concejo14. A partir de esa cantidad, La Iruela percibiría la cuarta parte de los beneficios, generados por la explotación de los pastos de la Sierra. Esta misma proporción se mantiene “ en todos los otros provechos que en los dichos terminos aya, ansy en cortas de pinos como de otras maderas, como en pasajes, como en otras qualesquier cosas, eçebto en los propios de la dicha villa de Caçorla.”. Por último, se reconocía al concejo de Cazorla la facultad de promulgar ordenanzas para regular la explotación de sus términos, pero tenía la obligación de comunicarlas al concejo de La Iruela, pues afectaba a los vecinos de ambas villas. La concordia fue ratificada por el cardenal Cisneros el 30 de agosto de 149715. Estos acuerdos tuvieron vigencia en los años siguientes: En 1506 entraron a herbajar en la Sierra 19.907 ovejas, percibiéndose 5´5 maravedíes por cabeza, en concepto de herbaje, lo que arrojó un (14) El herbaje constituyó una renta saneada en el Adelantamiento, por lo que fue reclamada por el adelantado García de Villarroel ante el tribunal arzobispal. El 1 de abril de 1509, el adelantado y el concejo de Cazorla llegaron a un acuerdo en el reparto del herbaje. M. M. García Guzmán, El Adelantamiento.., pp. 301-302. (15) A.H.N, Consejos Suprimidos, 41.965 y A.C.T., Obra y Fábrica, ms. 915, fols. 932.-933r. 147

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total de 109.488´5 maravedíes; de estos correspondieron a La Iruela 81.988´50, según lo establecido en la concordia16. Pero, a tenor de los datos conocidos, en los años siguientes iría aumentado progresivamente la entrada de ganados, así en 1513 se contabilizaron 61.340 animales17, llegando hasta 71.244 al año siguiente18. A estas cifras habría que añadir los ganados de los vecinos de Cazorla y La Iruela que tenían preferencia a la hora de utilizar los pastos de la Sierra. Además de los pastos, la Sierra de Cazorla ofrecía otros recursos naturales, como es la madera, pero, curiosamente, de esta importante fuente de riqueza a penas hay referencias en la documentación. Desde la creación de La Iruela como villa independiente, los vecinos de ambas villas podían cortar madera, destinada al autoabastecimiento: construcción de casas y cobertizos para los ganados, útiles agrícolas, carbón, combustible... Pero en la concordia de 1497, se incluye la explotación maderera como otra fuente de ingresos de los concejos: “Que en todos los otros provechos que en los dichos terminos aya, ansy en cortas de pinos, como de otras maderas... que la dicha villa d´El Yruela aya y lleve su quarta parte”19. Esto parece indicar que el concejo de Cazorla regulaba y explotaba la madera de su Sierra, pero no se ha conservado ningún documento, ni concejil ni señorial20, en el que aparezca tratado este aspecto. No obstante, existen datos que lo pueden ratificar: La cercana Sierra de Segura abastecía de madera, especialmente de pino, a toda Andalucía y su explotación correspondía al concejo de Segura de la Sierra21, regulándose esta actividad en (16) M. M. García Guzmán, El Adelantamiento de Cazorla.., p. 301. (17) A.C.T., Obra y Fábrica, ms. 915, fol. 245r.-246v. (18) M. M. García Guzmán, El Adelantamiento..., p. 301. (19) A. C. T., Obra y Fábrica, ms. 915, fols. 928r.-932v. (20) En los escasos cuadernillos de cuentas conservados, pertenecientes al concejo de Cazorla o a los adelantados, no hay referencias a ingresos percibidos por la explotación de la madera de la Sierra de Cazorla. (21) J. Rodríguez Molina, El Reino de Jaén en la Baja Edad Media. Aspectos demográficos y económicos, Granada, 1978, pp. 196-197. Entre las rentas 148

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unas ordenanzas. En 1492, Los Reyes, para evitar conflictos con los dueños de molino, aceñas y batanes, regularon el paso de “piaras de mill pinos”22, por el Guadalquivir y Guadalimar, este documento no especifica de donde procedían los pinos, pero teniendo en cuenta la cercanía y la semejanza entre la Sierra de Segura y de Cazorla, todo parece indicar que la madera que bajaba por el Guadalquivir procedía de estas Sierras. Por otro lado, las Ordenanzas de 1552 se centran, básicamente, en la protección y conservación de la masa forestal de la Sierra de Cazorla, lo que puede ser indicio de que con anterioridad se produjo una sobreexplotación, planteándose ya en el siglo XVI el problema de la deforestación23. Otro factor que agravó esta situación fue la fuerte demanda de tierras de labor, al coincidir el aumento demográfico y la desaparición de la frontera con el Reino de Granada. Estas circunstancias favorecieron, desde principios del siglo XVI, un aumento considerable de las rozas. En todo el Adelantamiento de Cazorla se mantenía vigente la antigua normativa foral que permitía a los vecinos del señorío rozar tierras para su puesta en cultivo, adquiriendo la plena propiedad

percibidas por la Orden de Santiago en la encomienda de Segura se encuentran los derechos de las explotaciones madereras. M. A. Ladero Quesada: “La Orden de Santiago en Andalucía. Bienes, rentas y vasallos a finales del siglo XV”, en Los señores de Andalucía. Investigaciones sobre nobles y señoríos en los siglos XIII a XV, Cádiz, 1998, pp. 539 y 560. (22) La provisión real esta dirigida a los concejos de Córdoba, Jaén, Úbeda, Baeza, Andújar, Adelantamiento de Cazorla, encomienda de Segura y a los dueños de aceñas, molinos y batanes, situados en el Guadalimar y Guadalquivir. M. M. García Guzmán, Colección Diplomática..., pp. 422-427. Sobre el tráfico de madera de las Sierras de Segura y Cazorla véase, J. C. López Almansa: “El transporte de madera por el Guadalquivir”, en Guad-el-Kebir, 59 (1999), pp. 127-129. (23) La preocupación de la Corona por la conservación de la riqueza forestal se refleja en las pragmáticas reales de 1512 y 1518. M. A. Ladero Quesada, Andalucía a fines de la Edad Media, Cádiz, 1999, p. 42. 149

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sobre estas24, prueba de ello es que fue utilizada, en 1514, por el concejo de Cazorla para presentar una demanda contra el adelantado don García de Villarroel, porque “la dicha villa de Caçorla e vezinos della tienen por uso e costunbre e posesion paçifica, sin cotradiçion ninguna, de un año e de dos e de tres e çinco e diez e veinte e treinta ... a esta parte e de tanto tienpo que memoria de honbres no es en contrario, que los vezinos de la dicha villa que sacaron montes e sotos e prados que despues sacados queda por suyo propio de la persona o personas que lo saca, por manera que muchos vezinos de la dicha villa de Caçorla de mucho tienpo acá lo acostunbran ansi hazer, han fecho e an sacado muchos montes e fecholos tierra rasa donde sienbran pan...”25. La vigencia de esta normativa se utilizó para hacer frente a la demanda de tierras de labor en el señorío, durante buena parte del siglo XVI, aunque en muchas ocasiones sirvió para encubrir apropiaciones ilegales. Por ejemplo, entre el 26 de septiembre y el 24 de octubre de 1513, el procurador del concejo de Cazorla, Diego de Alcaraz, demandó a cuatro vecinos por apropiarse de tierras del concejo26. En otros casos eran la tierras de la mesa arzobispal, las que se veían afectadas por este problema; en una sentencia del corregidor de Cazorla, Alejo Calderón se describe con detalle como se realizaban: “ algunos vezino de la dicha villa e d´El Yruela, con intençion de defraudar los derechos de la Santa Yglesia de Toledo e de los adelantados, en su nonbre, toman e ocupan de la (24) En una claúsula del fuero de Quesada se especifica que: “De rroturas. Rotura que de nuebo fizier qualquier, y foras de exido o de rraiz agena la fiziere, firme la aya y vala”. J. de M. Carriazo, Colección Diplomática de Quesada..., pp. 8-9. Todas las villas del Adelantamiento de Cazorla se repoblaron a fuero de Cuenca. (25) La demanda fue presentada, el 24 de julio de 1514, por García Ortiz, vecino de Cazorla, ante el corregidor de Cazorla Alejo Calderón. A. C. T., Obra y Fábrica, ms. 915, fols. 717v.-718v. (26) Las apropiaciones se realizaron en la dehesa del Cerro de la Cruz, en el ejido de la villa y en el pago de los Olivarejos. En todos los casos, las propiedades de los demandados lindaban con las tierras concejiles, lo que facilitaba su puesta en cultivo. A. C. T., Obra y Fábrica, ms. 915, fols. 670r.-672r. y 709r.-709v. 150

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dichas tierras rasas, la parte que dellas puedan tomar e ocupar, e las juntan con alguna poca cantidad de monte e lo roçan, e so color de la roça poca que hazen, aplican asi mucha parte de las dichas tierras rasas no pagando dellas terradgo...”27. De los años siguientes hay referencias a otras formas de explotación de los términos. La primera de ellas data de 1519, el 17 de marzo el concejo de Cazorla acordó “ que se repartan los montes del Turmal, entre los cavalleros contiosos y otras personas, vezinos desta villa, que no tuvieren arreturas en el termino, sacadas por ellos ...”28. En 1528, el concejo de Cazorla trató “ sobre razon de cierto monte que tiene tomado en los Portillos, de cabe la dehesa de las Salinas, Alonso de Torres”, acordándose que el gobernador del Adelantamiento y un miembro del cabildo, “ vayan... y lo vean y por donde les paresçiere que sea, sin perjuizio de la dehesa de las Salinas, le manden amojonar y señalar el dicho monte, para que asi señalado el concejo le de titulo dello..”29. Al año siguiente, en la reunión del cabildo se acuerda mantener los mojones establecidos por Juan Alonso de Caravaca, alcalde, y Francisco Godínez, jurado, en el pleito “questava de çierto monte entre Pedro Martínez e Christoval Martinez, su hermano, con Pedro Moreno.”30. Estas escuetas noticias31 no permiten establecer con exactitud las posibles obligaciones que tendrían los beneficiarios de estos repartimientos, ni los derechos que adquirían sobre estas parcelas de monte, ni como (27) En esta sentencia, pronunciada el 24 de julio de 1514, el corregidor ratifica el amojonamiento de las tierras pertenecientes a la mesa arzobispal, realizado por el adelantado García de Villarroel, para poner fin a estas prácticas fraudulentas. A. C. T., Obra y Fábrica, ms. 915, fols. 717v.-718v. (28) A. C. T., Obra y Fábrica, ms. 915, fol. 737v. (29) A. C. T., Obra y Fábrica, ms. 915, fol. 311v. (30) A. C. T., Obra y Fábrica, ms. 915, fol. 315v. (31) Los fondos medievales del archivo municipal de Cazorla no han llegado hasta nuestros días, pero con motivo del pleito entre la Iglesia de Toledo y el marqués de Camarasa, adelantado perpetuo de Cazorla, se hicieron numerosos traslados de documentos, entre estos se encuentran algunas actas del cabildo de Cazorla. 151

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se explotaban, solamente se detalla con precisión, la única limitación que se impone para participar en reparto, ser propietario de tierras roturadas en los montes, medida encaminada, posiblemente, a evitar la inclusión de parcelas de monte en las rozas. Estos datos inducen a pensar que en los primeros decenios del siglo XVI, se produjo un aprovechamiento poco controlado de la Sierra de Cazorla, por lo que fue necesaria una mayor intervención, tanto de las autoridades concejiles como de la propia autoridad señorial. En este sentido, es muy significativa una carta del concejo de Cazorla, fechada en 1527, en ella se expone al arzobispo de Toledo, don Alfonso de Fonseca, entre otros asuntos la explotación de la Sierra de la villa: “ Ytem por quanto esta villa de Caçorla tiene una sierra donde hervajan los vezinos sus ganados y donde el conçejo desta villa tiene sus propios e rentas de los ganados estranjeros, que en ella hervajan, y algunos vezinos desta villa de Caçorla y d´El Yruela, asi clerigos como legos, de hecho e si lo poder hazer se an entrado y entran en la dicha sierra a la talar, arar y ronper en ella, en tal manera que destruyen los pastos e cortan e destruyen los enzinares e robredales della e otros arboles de fruto de que viene mucho daño e perjuyzio a esta dicha villa e vasallos e a sus propios e rentas. Que se suplica a su señoria reverendisima de que ningun clerigo ni lego destas dichas villas sea osado de arronper, talar, ni arar en la dicha Sierra.”32. De se mismo año data un mandamiento del concejo de Cazorla, en él que se ordena a Juan Barroso, alguacil de la Hermandad de la villa, que con la gente necesaria fuese a la Sierra y prendiese a los vecinos de la villa y de La Iruela que “hallaredes arando e arronpiendo con que no sea en el Canpillo y en los Almigranes”33. En el mismo documento se establece

(32) Ibídem, fols.301r.-303v. (33) El mandamiento esta hecho en Cazorla, el 16 de mayo de 1527, en él se informa al alguacil de la Hermandad que las rozas se habían hecho en Poyo Manquillo, Poyo Sentil y la cañada de Medio. A. C. T., Obra y Fábrica, ms. 195, fols. 921v.-922r. 152

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que los infractores serían castigados, según las penas establecidas en las ordenanzas, hechas públicas mediante pregón. La situación expuesta en los documentos, muestra que, conforme fue transcurriendo el siglo XVI, el concejo de Cazorla tuvo que establecer una normativa en la que se regulaba, de manera más restrictiva, la explotación de la Sierra, limitando la tala de árboles34, entrada de ganados y, sobre todo, prohibiendo las rozas. Las Ordenanzas de 1552 Estas Ordenanzas35 tienen como objetivo principal regular la explotación de la Sierra de Cazorla y con carácter muy secundario se hace referencia a otros espacios del término de la villa, como dehesas, ejidos, heredades.., lo que puede ser indicio de la existencia de unas ordenanzas mas amplias, recopilándose en éstas solo los aspectos relacionados con los aprovechamientos forestales. La normativa (34) Los vecinos de Cazorla y La Iruela podían cortar la madera que necesitasen para sus útiles agrícolas, pero haciendo uso de este derecho cortaban grandes cantidades de madera, que luego vendían fuera de la villa. Esta práctica fue prohibida por el concejo de Cazorla, 30 de octubre de 1531, bajo pena de 600 maravedis. A. C. T., Obra y Fábrica, ms. 195, fols. 751v. (35) La bibliografía sobre ordenanzas municipales es muy numerosa, véase: M. A. Ladero Quesada y I. Galán: “Las ordenanzas locales en la Corona de Castilla como fuente histórica y tema de investigación (siglos XIII al XVIII)”, en Anales de la Universidad de Alicante. Historia Medieval, 1 (1982), pp. 221-243. A. Franco Silva, Estudios sobre Ordenanzas Municipales (Siglos XIV-XVI), Cádiz, 1998. P. A. Porras Arboledas: “ Las ordenanzas municipales. Algunas propuestas para su estudio y un ejemplo”, en Espacio, Tiempo y Forma, serie III, Historia Medieval, 7 (1994), pp. 49-64. Ordenanzas de la Muy Noble, Famosa y Muy Leal ciudad de Jaén, guarda y defendimiento de los reinos de Castilla, Granada, 1993. “Fueros, privilegios y ordenanzas de la villa de Jódar. Cinco siglos de derecho municipal”, en Historia, Instituciones y Documentos, 21 (1994), pp. 391-422. C. Argente del Castillo y J. Rodríguez Molina: “La ciudad de Baeza a través de sus ordenanzas”, En la España Medieval, 10 (1987), pp. 323-342. J. Abellán Pérez y Mª del Mar García Guzmán, Ordenanzas municipales del castillo de Garcimuñoz (1497), Cádiz, 1985. 153

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aparece recogida en diecisiete puntos y a través de ellos se detalla como utilizar los recursos naturales de la Sierra, pero su explotación debía de estar siempre subordinada a la conservación y protección de su masa arbórea, con el fin de preservar su riqueza principal que es la madera. Por otro lado, las Ordenanzas de 1552 recogen las iniciativas tomada por el concejo de Cazorla, a lo largo del siglo XVI, y cuya finalidad era acabar con prácticas abusivas, generalmente, relacionadas con la tala de árboles o con la entrada de ganados en la Sierra36. La madera, debido a sus múltiples utilidades, se constituye como una materia de primera necesidad, pero, a mediados del siglo XVI, la deforestación37 era un hecho en algunas regiones de la Península y de ahí la intervención de la Corona38, regulando la explotación de sierras y montes y facultando a los concejos para promulgar nuevas ordenanzas, en las que se primase la necesidad de proteger la masa arbórea de sus términos. En el caso de Cazorla, la normativa de 1552, acaba con la antigua costumbre de las rozas en la Sierra, imponiéndose la pena de 600 maravedíes por cada árbol cortado o

(36) El 30 de octubre de 1531, el concejo de Cazorla, además de prohibir la venta de madera fuera de la villa, estableció que para pedir la vecindad era necesario tener casa abierta y con la familia establecida en Cazorla. Con esta medida se trataba de evitar que los ganaderos se avecindasen temporalmente en la villa, para hacer uso del derecho de sus vecinos a meter libremente sus ganados en la Sierra de Cazorla. A. C. T., Obra y Fábrica, ms. 195, fols. 751r. (37) Diversas instituciones, entre ellas la Corona, adoptaron medidas repobladoras para hacer frente a este problema. Así, los pinares situados al sur del Duero se deben a las iniciativas de Felipe II y sus sucesores. A. Domínguez Ortiz: “El Antiguo Régimen: Los Reyes Católicos y los Austrias”, en Historia de España, dirigida por M. Artola, Madrid, 1996, p. 206. (38) Como ocurre en las Ordenanzas de Cazorla, en las de Jaén, en el título VI, dedicado a sierras y montes y, concretamente, en la ordenanza XIII, se hace referencia a una ejecutoria real, en la que se regula la conservación de los montes de la ciudad. La ordenanza está fechada en 1549. P. A. Porras Arboledas, Ordenanzas de la muy noble..., p. 130. 154

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arrancado, además de la contenida en la provisión real. Pero, salvo en aspectos muy concretos como este, en general, se trata de compaginar los derechos de los vecinos de Cazorla y La Iruela a explotar sus montes con la conservación de los mismos. En las Ordenanzas aparecen las principales especies arbóreas que poblaban la Sierra de Cazorla, robles, pinos, encinas, carrascas, chaparros y quejigos. Su tala solo podría ser autorizada por el concejo de Cazorla, pero las propias autoridades municipales, conscientes de las frecuentes irregularidades, establecieron que solo serian válidas las licencias concedidas en las sesiones del cabildo. Cualquier corta, realizada sin la preceptiva autorización, sería penalizada con 600 maravedíes por cada árbol mayor, o con 300 en el caso de chaparros o quejigos, prestando las ordenanzas especial atención a la protección de los pinos, principal riqueza forestal de la Sierra de Cazorla, castigándose con 600 maravedíes la tala de cualquiera de sus variedades. El doble de estas penas serían pagadas por los miembros del cabildo que concediesen licencias fuera de las reuniones del concejo. Entre las disposiciones recogidas en estas Ordenanzas, tienen especial interés las relacionadas con la explotación y comercialización de la madera. En principio, estas actividades podrían ser desarrolladas por cualquier persona, siempre que contase con la preceptiva licencia del concejo de Cazorla, aunque no fuese vecino de las villas39. Pero quedaba prohibido sacarla, labrada o sin labrar, fuera de los términos (39) Las autoridades concejiles, además de conceder las licencias, establecían los meses del año, en los que se podían talar los árboles. En las Ordenanzas de Jaén se explica con precisión la importancia de este aspecto: “por quanto el cortar de la madera fuera de tiempo muchas obras se pierden porque la madera se carcome toda y queda la obra perdida ... que ningunas ni algunas personas de qualquier estado e condicion que sean ... no sean osados de cortar ... salvo los meses de setiembre y octubre y noviembre y diziembre”. P. A. Porras Arboledas, Ordenanzas de la muy noble..., pp. 128-129. La explotación y comercialización de la madera de la Sierra de Segura estuvo controlada por vecinos de Úbeda, hasta que mercaderes sevillanos obtuvieron concesiones del concejo de Segura, dando lugar a un pleito fechado hacia 1565. J. Rodrí155

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de Cazorla y La Iruela, bajo de pena de 600 maravedíes por carga, más la pérdida de la madera, sino se contaba con la autorización de las autoridades municipales. Esta norma restringía, en gran medida, la comercialización de la madera, pero se ajusta perfectamente al fin buscado por estas Ordenanzas, la explotación racional de los recursos naturales de la Sierra de Cazorla, compatible con la conservación de su importante masa arbórea. Entre los aprovechamientos contemplados aparece la elaboración de carbón, aunque se impone una nueva normativa, para evitar las talas excesivas. Todos los años, en el segundo cabildo, celebrado después del día de San Miguel, se designarían a dos de sus miembros que serían los encargados de señalar a los carboneros el lugar de la Sierra, donde realizarían su trabajo y los árboles que podrían cortar. El incumplimiento de esta norma se castigaba con las mismas penas en que incurrían los que cortaban árboles sin licencia del cabildo. Igualmente, se mantiene a los vecinos de ambas villas el derecho a cortar madera, previa autorización del concejo de Cazorla, para “las labores de sus casas y edifiçios”, pero se prohíbe la antigua costumbre de pagar con madera al leñador, cuyo el salario solo podría satisfacerse en dinero. La infracción de esta disposición se penalizaba con 600 maravedíes, afectando tanto al vecino como al leñador, quien además perdía la madera recibida como salario. Para el caso especifico de los pinos, la multa se elevada hasta los 2.000 maravedíes. La escasez de tierras de labor da lugar a que las actividades agrícolas tengan un trato de preferencia en las Ordenanzas, permitiendo a los labradores de Cazorla y La Iruela unas posibilidades más amplias en el aprovechamiento de su Sierra. Así, podían cortar, en cualquier época del año, la madera que necesiten para sus aperos de labranza y construcción de tinadas y chozas; aunque “por creçimiento de la jente, los arboles apropiados para havios y arados se van Molina: “El Reino de Jaén”, en Historia de Andalucía, dirigida por A. Domínguez Ortiz, vol. IV, p. 157.

guez

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acabando”, se les prohíbe sacar madera, sin licencia del cabildo, para su comercialización fuera del término de las villas, so pena de 600 maravedíes. Asimismo, en épocas de sequía y ante la escasez de pastos, los ganados de labor “puedan ramonear en la dicha syerra, dexando horca y pendon...”40. Por último, las Ordenanzas contemplan la explotación ganadera de la Sierra, pero condicionada a la protección de la masa arbórea, por lo que se establece una estricta normativa que afecta tanto a los pastores como a sus rebaños y, sobre todo, se limita de manera muy significativa la entrada de ganados extranjeros a herbajar. Así, los pastores podían cortar ramas de cualquier árbol para hacer fuego y construir chozas y corralizas, siempre que no encontrasen madera cortada o seca en los alrededores, 100 pasos, pero les estaba prohibido cortar árboles por el pie, infracción sancionada con 600 o 300 maravedíes, según la variedad de árbol. Los ganados podían aprovechar las hojas y brotes de los árboles, pero el ramoneo estaba prohibido si los árboles tenían fruto; además, si se cortaban ramas, era siempre obligatorio dejar horca y pendón, según la costumbre. Desde San Miguel hasta San Lucas quedaba prohibido varear los árboles, bajo pena de 2.000 maravedíes que aumentaría en 600 maravedíes más, si se encontraba al pastor vareando, pasado este plazo se podían recolectar los frutos, especialmente las bellotas. Estas disposiciones afectaban tanto a los vecinos de las villas como a los dueños de ganado que arrendaban los pastos de la Sierra. En 1552, según se recoge en las ordenanzas, el concejo de Cazorla los había arrendado a Pedro Chenos, aunque el número de cabezas de ganado se había reducido a 25.000, cifra muy inferior a las de años anteriores, los ganados estarían en la Sierra desde el 25 de mayo hasta el 29 de septiembre. El herbaje quedó establecido en 10 maravedíes por cabeza.

(40) Disposiciones semejantes se encuentran en las Ordenanzas de la villa de Belalcázar e Hinojosa. M. C. Argente del Castillo, La ganadería medieval andaluza..., p. 378. 157

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Las Ordenanzas recogen unas disposiciones especificas para el ganado porcino, limitando su presencia en la Sierra de Cazorla, a pesar de que un importante sector de la población obtenía del cerdo la principal fuente de grasa y proteínas: En primer lugar estaba prohibido criar a estos animales en la Sierra, a pesar de ser un uso pastoril de gran tradición en la zona41, castigándose con 600 maravedíes y la pérdida de los animales; solamente podrían subir a partir del día de San Miguel, bajo pena de 2.000 maravedíes por manada, más de doce cerdos, o dos reales por animal. Les está prohibido ramonear en el tiempo que le está permitido a los otros ganados, en caso de hacerlo el guarda se vería sujeto a las penas en las que incurren los que cortan árboles. La normativa especifica para el ganado porcino se debe, según las Ordenanzas, “porque en el monte y parte de syerra que se paran lo secan todo”. En la misma línea de protección, se prohíben algunas prácticas usuales, pero muy perjudiciales para los árboles, como era la de rociar los ramas y matas con sal, para que el ganado lo rozase. La infracción suponía la perdida del ganado más una multa de 600 maravedíes. Por último, las Ordenanzas no solo adoptan medidas sancionadoras, encaminadas a proteger las especies arbóreas de su Sierra, sino que contemplan otras repobladoras, “porque los terminos desta villa sean mas hornados e aya mas arvoles para pastos y abrevaderos, damos licencia e facultad a todos los vezinos de estas villas para que puedan plantar qualesquier arboles ... e sean suyos propios los arboles..., con quel pasto donde se plantaren los dichos arvoles ... quede libre para los vezinos y moradores desta villa y concejo della”.

(41) Ibídem, pp. 122-124. 158

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Ordenanzas de Cazorla. (Archivo de la Casa Ducal de Alburquerque. Cuéllar, nº 213, leg. 1, nº 22). Yo Francisco de Caçorla, escrivano de sus majestades y del numero desta villa de Caçorla, doy fee a los señores que la presente vyeren que el conçejo, justicia y regimiento de esta villa de Caçorla en su archivo tiene las hordenanças que de yuso se haran mençion, en lo que toca a la sierra y terminos desta dicha villa y las hesecuta y lleva las penas en ella contenidas a las personas que en ellas caen e yncurren, las quales hordenanças saque del original y son las siguientes: Primeramente que por quanto por esecutoria y provision real de su majestad, atenta la utilidad de los dichos montes y la nesidad que dellos ay y que sean conserbados, esta mandado que nyngun vecino desta villa ny de fuera parte pueda arronper, arar, ny panyficar en la dicha syerra del tienpo contenido en la dicha executoria, queremos que la dicha executoria se guarde en todo y por todo como en ella se contiene y la pena en ella contenida sea cunplida y executada y porque mejor se execute, mandamos que qualquier que ronpiere y arare en la dicha sierra por qualquiera çepa que sacare e arbol que cortare, demas de las penas en la dicha executoria contenidas, por cada çepa que sacare o arbol que cortare page seyçientos maravedis de pena. Otrosy conformandonos con la probisyion real de su majestad que qualquiera persona de qualquier calidad o condiçion que sea que cortare carrasca o robre o otro qualquier arbol mayor page de pena seysçientos maravedis y el que cortara chaparro o quexigo page trezientos maravedis. Con / que devemos declarar y declaramos quel pastor de ganado pueda cortar para cozer y para hazer corraliza y 159

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para quemar en el tienpo que lo tubiere neçesidad, lo que obiere menester para lo susodicho, con que se entienda que para cozer y quemar para el fuego, quando no se hallare en lugares donde para lo susodicho çien pasos alrededor donde estuviere, no obiere leña cortada o seca para el dicho efeto y para la dicha corraliza pueda cortar donde pusiere su majada de monte baxo e pueda ramonear, con tanto que dexe orca y pendon en el arbol que ramoneare, conforme a la antigua costunbre, y entendiendose que pueda ramonear en el tienpo que los arvoles no tuvieren fruto, so pena que por cada pie que cortare page, syendo de arvol mayor, seyçientos maravedis y por cada rama o chaparro trezientos maravedis, sygun de suso. Otrosy hordenamos y mandamos que qualquier que cortare pyno chico o grande, travesaño o rollizo o de otra qualquier manera syn licencia y mandado de los señores del cabildo que son o fueren desta villa en el tienpo que por la dicha dicha justicia y regimiento les fuere señalado para cortar en la dicha syerra, por cada un pie que asy cortaren syn la dicha licencia page sysçientos maravedis de pena. Otrosy que los labradores destas villas puedan cortar para todo jenero de sus labores y para teynadas y choças y aperos libremente en qualquier tienpo del año, syn que por ello caygan ny yncurran en pena alguna, / toda la madera que para lo susodicho obieren menester y lo mysmo se pueda cortar libremente para cabañas y choças de pastores y estançias de puercos. Otrosy declaramos que los labradores y vezinos destas villas y boyarizos dellas en tienpo de neçesidad puedan ramonear la dicha syerra dexando horca y pendon, mas que no puedan cortar por pie ningun arbol, so las penas de susocontenidas, eçebto de arboles que no lleben fruto ninguno, con que la corta y ramoneo no sea cosa muy eçesiva. Otrosy que los puercos desta villa no suban a la syerra della hasta el dia de San Miguel de setienbre de cada un año, so pena de dos mill maravedis por cada manada que a la dicha syerra subiere antes el dicho dia y entiendase ser manada de doze puercos arribas y hasta 160

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doze puercos page por cada un puerco de pena dos reales por cada vez que le hallaren dentro. Otrosy mandamos que las personas que metieren puercos en la dicha syerra del dia de San Miguel adelante y hasta el dia de San Lucas del mes de otubre de cada un año para syenpre jamas, el pastor que los guardare o otra qualquier persona no puedan varear las enzinas, robres ni otro qualquier jenero de arboles de la dicha syerra, so pena de los dichos dos mill maravedis y puesto quel dicho pastor no se halle vareando, sy se hallare con vara page seyçientos maravedis de pena, por cada vez que con ella se hallare e caya e yncurra en la misma / pena. El que vareare con bordon o gancho o palo que truxere y con otra qualquier cosa que vareare en qualquier forma, via y manera que se le averiguare, con que devemos declarar y declaramos que en mysma pena caya e yncurra el pastor de ganado lanar o cabryo o de bacas que vareare los dichos arboles antes del dicho dia de San Lucas en la dicha Syerra en la forma susodicha. Otrosy mandamos que los ganaderos, pastores y guardas de puercos no puedan cortar nyngun jenero de arboles por el pie ni ramonear en el tienpo que los pastores de ganado lo puedan hazer aunque dexen horca y pendon, so las penas en los capitulos antes deste contenidos que hablan çerca de los que cortan, talan y ramonean en la dicha syerra. Otrosy porque por espirençia se a visto el daño que se a seguido e lo que se podia seguir de que las personas del cabildo, fuera de los dias de ayuntamiento e cabildo, dan licencia para cortar madera en la dicha syerra. Por ende ordenamos y mandamos que de aqui adelante, direte ni yndirete, no se pueda dar licencia para cortar madera en la dicha syerra, nynguna persona desta villa ni fuera parte, de qualquier calidad e condiçion que sea, syno fuere en los dias de cabildo y estando juntos la justicia y regimiento, haziendo cabildo, y sy contra lo susodicho se diere licencia sea en sy nynguno y el que lo cortare, por virtud de la tal licencia cayga e yncurra en las penas destas hordenanças, en que caen e yncurren las personas que cortan y talan syn licencia de la justicia 161

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y regimyento de suso en estos ca/pitulos declaradas y la persona o personas que fueren en dar la dicha liçençia fuera del dicho cabildo pagen la pena doblada. Otrosy por quanto el deshorden que se a tenido en la manera de hazer el carbon en la dicha syerra por las personaas que destas villas tienen por costunbre de lo hazer a cabsado gran daño en la dicha syerra y se an hecho y hazen de cada dia grandes y eçesivas talas en los arboles della y por evitar lo susodicho y dando la horden que de aqui adelante se deva tener para que cesen los dichos daños e ynconvynientes. Hordenamos y mandamos que de aqui adelante las dichas personas que asy hazen el dicho carbon no lo puedan hazer en nynguna parte de la dicha syerra, salvo en lugar y parte que por el cabildo desta villa le fuere señalado en cada un año, el qual lugar y parte en que se haga el dicho carbon sea señalado por las personas del cabildo desta dicha villa a dos cabildos despues del dia de San Miguel de setiembre de cada un año para syenpre jamas, porque vayan dos personas del dicho cabildo a señaladar el dicho lugar y parte para hazer el dicho carbon y las personas que fueren asy a señalar el lugar donde se obiere de hazer el dicho carbon declaren a los carboneros los arvoles que an de dexar de que no puedan hazer carbon e la persona o personas que contra lo susodicho hizieren carbon, sea punido y castigado e caya e yncurra en las penas en que caen e yncurren los que talan e cortan en la dicha syerra syn licencia, conforme a estas dichas nuestras hordenanças. Yten por quanto por espirençia se a visto el gran daño que en la dicha nuestra / sierra an hecho y hazen los señores de ganado que traen machos nudridos y cerdos, porque en el monte y parte de syerra que se paran lo secan todo. Y el mysmo daño se reçibe de los que con agua sal riegan los arbores y matas de la dicha syerra. Y por conserbar los dichos arvoles y syerra hordenamos y mandamos que nynguna persona ny señor de ganado, de qualquier condiçion y calidad que sea pueda criar ny traer en la dicha syerra nyngunos machos nudridos y cerdos, so pena de seyçientos maravedis y mas que aya perdido los dichos machos nudridos y cerdos y en la mysma 162

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pena caya e yncurra la persona que ruçiare con agua sal los arvoles y matas para que los ganados lo roçen. Yten por quanto por creçimiento de la jente, los arboles apropiados para havios y arados se van acabando, hordenamos y mandamos que nynguna persona, de qualquier calidad e condiçion que sea, pueda sacar la dicha madera a la vender fuera destas villas syn licencia del cabildo, so pena de la aver perdido y mas seyçientos maravedis de pena. Otrosy por quanto por espirençia se a visto el daño que se a seguido e sige de que a las personas a quien se da licencia para cortar madera en la dicha syerra para las labores de sus casas y edifiçios, dan la meytad de la madera que se les da a las personas que se la cortan y asyerran y asy se corta doblada madera de lo que an menester para los edifiçios y labores de sus casas. Por ende hordenamos y mandamos que de aqui adelante nynguna / persona de qualquier calidad e condiçion que sea a quien se diere licencia para cortar y aserrar pinos para los edifiçios y labores de sus casas y en otra qualquier manera de la madera que asy se le diere licencia que corte, al que se la cortare o aserrare no le pueda dar parte de la dicha madera, salvo que le page su trabaxo del cortar y aserrar en dineros, sygun se conçertare, so pena que la persona que tuviere licencia para cortar la dicha madera y diere parte della al que se la cortare e aserrare caya e yncurra en pena de seyçientos maravedis por cada arvol o parte del que diere al cortador e aserrador y en la mysma pena aya e incurra el cortador o aserrador que reçibiere la dicha mandera e mas la aya perdido. Otrosy hordenamos y mandamos por los grandes daños e ynconvinientes que se an seguido y sygen no puedan sacar nin saquen de la dicha syerra ni destas dichas villas ninguna persona dellas ni de fuera parte ninguna madera labrada ni por labrar, so pena que por cada carga que sacare labrada o por labrar se page seysçientos maravedis de pena y la madera pierda, esto syn licencia del cabildo. Yten que ninguna personas destas villas ni de fuera parte pueda cortar arbol nynguno ni sacar çepa de las dehesas desta villa, so pena 163

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de seyçientos maravedis por cada arbol o çepa que sacaren y de la dehesa nueva, so la dicha pena ninguna leña ni rama sino fuere vega para los labradores, con que no corten por alto, syno fuere por el pie de monte baxo. Otrosy porque los terminos desta villa sean mas honrados e aya mas arvoles para pastos y abrevaderos damos licencia e facultad a todos los vezinos de estas villas para que puedan plantar qualesquier arboles que quisieren e por bien tuvieren en los exidos e publico conçegil e sean suyos propios los arboles que asy plantaren, con quel pasto donde se plantaren los dichos arvoles de qualquier jenero que sean quede libre para los vezinos y moradores desta villa y concejo della. Otrosy hordenamos y mandamos quel aserrador o aserradores a quien los vezinos destas villas dieren a serrar los pinos de que se les hiziere merçed para sus casas, edifiçios y labores, el tal pyno o pynos que asy aserraren por virtud de las dichas licencias y merçedes no pueda guardar ni apropiar para si parte alguna del tal pyno o pinos, salvo que que toda la madera que del tal pyno o pinos saliere se la den a la persona o personas a quien se hiziere la dicha merçed, so pena de quel aserrador o aserradores que para sy apropiaren o tomaren cosa alguna de los tales pynos cayga e yncurra en pena de dos mill maravedis aplicados sygun de suso. Asy mismo doy fe que qualquiera buey o vaca o yegua e mula e asno que entra en heredad ajena, en panes o en otras heredades, paga de noche un real y de dia medio real. Asy mismo de cada cabeça de puercos que entra en las cosas dichas paga la propia pena. Asi mismo de cada res menuda que entren en los dichos lugares pagan çinco maravedis cada cabeça. Asy mismo de cada manda de ovejas que anda entre cargas paga seysçientos maravedis y asy mismo cabras. Y los puercos que andan de noche en restrojos o fuera dellos pagan o fuera dellos pagan seysçientos maravedis de pena. Asy mismo 164

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ay sytios que se guardan desde Santiago fasta Todos Santos y los ganados que entran en ellos pagan de pena seysçientos maravedis. La syerra desta villa se arrienda a Pedro Chenos y meten en ella veynte y çinco mill cabeças de ganado y pagan por cada cabeça diez maravedis y entran a veynte y çinco de mayo y salen por San Miguel e antes sy antes quysieren En esta villa no ay cañadas ni a donde pasen por esta rason no va aqui hordenança dellas. En testimonio de lo qual do esta, fecha en Caçorla en veynte e dos dias de setienbre de I U DLII años. Porques verdad fiz aqui este mio sig(signo)no en testimonio fecho. Francisco de Caçorla, escrivano del cabildo y del numero.

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LOS ORÍGENES DEL SEÑORÍO DE SANTO TOMÉ (JAÉN) EN LA BAJA EDAD MEDIA (*)

Las campañas militares de Fernando III en el Alto Guadalquivir y las emprendidas por el arzobispo de Toledo don Rodrigo Jiménez de Rada, permitieron la formación de un exten­so señorío en la frontera con el Reino de Granada, conocido como Adelantamiento de Cazorla, del que fueron sus titulares los arzobispos de Toledo. En los primeros momentos, el territorio se organiza en base a un concejo principal, el de Quesadal, del que dependen otros de menor importancia como el de Cazorla; no obstante, hay que destacar que en la documentación de estos años se recogen numerosos núcleos de pobla­ción que posteriormente desaparecen como tales, al reorganizarse el espacio en torno a las villas fortificadas y al perderse algunos enclaves muy avanzados en territorio nazarí2. (*) Pub.- en Os Reinos Ibéricos na Idade Média. Livro de Homenagem ao Profesor Doutor Humberto Carlos Baquero Moreno, Porto, 2003, volumen III, pp. 10431051. (1) El 20 de enero de 1231, Fernando III donaba a don Rodrigo Jiménez de Rada las villas de Quesada y Toya. En otro documento del arzobispo de Toledo, fechado el 14 de diciembre de 1245, se recogen los lugares que depen­dían de Quesada, siendo los siguientes: Toya, Aosín, Cazorla, La Iruela y Nubla. J. de M. Carriazo y Arroquía, Colección Diplomática de Quesada, Jaén, 1975, pp. 1-2 y 10. (2) El 20 de abril de 1245, Fernando III donó a don Rodrigo Jiménez de Rada Baza y sus términos, aun en poder musulmán. J. A. García Luján, Privilegios Reales de la Catedral de Toledo (1086-1461), Toledo, 1982, pp. 161-167. El prelado toledano llevó a cabo en esos años la conquista de algunos lugares situados en la cabecera del Guadiana Menor, vía de comunicación del Alto Guadalquivir y la comarca de Baza. Así, en diciembre de 1245, Gil de Rada recibía ciertas rentas por la tenencia de los castillos de Cuenca, Chiellas, Torres de Alicún. Cebas, Cuevas de Almizdrán y Cuéllar. J. de M. Carriazo y Arroquía, Colección..., p. 11. Al consolidarse el reino nazarí se abando­nó el proyecto de la conquista de Baza y los prelados toledanos perdieron el control de estos lugares.

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Hacia mediados del siglo XIII, el señorío contaba con tres villas: Iznatoraf3, Quesada y Cazorla. Esta última, desde 1256, tenía delimitado su alfoz, en el que se encontraban las aldeas de Nubla, La Iruela y Alcoray4. A partir de esa fecha se fue potenciando esta villa, debido a sus mejores condiciones defensivas con respecto a Quesada. Así, en 1268, se le incorporaron dos nuevas aldeas Burunchel y El Retamal, pero el arzobispo don Sancho de Aragón hizo constar en el privilegio de concesión que era preciso su repoblación5. A través del documento de con­firmación de 1309, podemos conocer como se inició la colonización de El Retamal, que era “caseria del arzobispo de Toledo e que el arçobispo don Sancho de Aragon, nuestro anteçesor, que lo partio a escuderos e a otros omes, sus vasallos e sus criados…”6. Este proceso de repobla­ción, que tiene su punto de partida en el repartimiento de una heredad, perteneciente a la mesa arzobispal, denominada casería o cortijo, fue utilizado con frecuencia en el Adelantamiento de Cazorla, siendo el origen de lugares como Santo Tomé o Villamontiel, entre otros. Estas iniciativas colonizadoras de los arzobispos de Toledo fueron frecuentes en los últi­mos años del siglo XIII y a lo largo de la centuria siguiente, aunque no siempre llegaron a con­solidarse. Además, estos años coinciden con una intensa actividad militar en la frontera, cuyo hecho más significativo fue, con relación al señorío, la pérdida y

(3) Ante la imposibilidad de conquistar Baza, Fernando III donó, 22 de abril de 1252, al infante don Sancho, arzo­bispo de Toledo, la villa de Iznatoraf que pasó a formar parte del señorío jiennense de los prelados toledanos. J. de M. Carriazo y Arroquía, Colección...pp. 15-18. (4) La delimitación del término de Cazorla se recoge en un privilegio otorgado por el infante don Sancho de Castilla, arzobispo de Toledo, a la villa de Cazorla el 23 de noviembre de 1256. M. M. García Guzmán, Colección Diplomática del Adelantamiento de Cazorla (1231-1495), Cádiz, 1991, pp. 7-8. (5) Ibídem, pp. 11-12. (6) Don Gonzalo Díaz Palomeque, arzobispo de Toledo, confirmó los heredamientos en El Retamal, el 21 de sep­tiembre de 1309. Ibídem, pp. 15-16. 168

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posterior recuperación de Quesada7. En este contexto surge el lugar de Santo Tomé. Desde la conquista del territorio hasta la finalización de la Guerra de Granada, el señorío se configuró como un territorio de frontera, de ahí que una de las tareas primordiales de sus señores fuese asegurar su defensa. Esta función era desempeñada por los adelantados, desig­ nados por los prelados. A comienzos del siglo XIV, la sede de Toledo estaba ocupada por Gonzalo Díaz Palomeque, quien encomendó el gobierno del señorío jiennense a su hermano Pedro Díaz de Toledo. Las noticias sobre Pedro Díaz de Toledo son numerosas en las obras de autores del siglo XVI y XVII como Gonzalo Argote de Molina8, Pedro Salazar de Mendoza9 o Bartolomé Ximénez Patónl0, (7) Desde 1293 hasta 1310 la situación de la villa es incierta, pasando de poder cristiano al musulmán en diferen­tes ocasiones. La minoría de Fernando IV fue aprovechada por Muhammad II de Granada para recuperar algunas plazas en la frontera jiennense, como es el caso de Quesada, 1295, volviendo a dominio castellano en 1310, como consecuencia de las treguas pactadas por el monarca nazari, Nasr, y Fernando IV, en las que se estipulaba la devolución de los lugares conquistados por Muhammad II. M. A. Ladero Quesada, Granada. Historia de un país islámico (1231-1571), Madrid, 1989, pp. 143-147. Pero tanto J. de M. Carriazo y Arroquía, Colección..., p. LXIX, como J. F. Rivera Recio, El Adelantamiento de Cazorla. Historia General, Toledo, 1948, p. 27, apuntan la posibili­dad de que la villa fuese recuperada por los castellanos, para perderse de nuevo en los últimos años del siglo XIII o primeros del siguiente, perteneciendo al Reino de Granada hasta 1310. (8) G. Argote de Molina, Nobleza de Andalucía, ed. Riquelme y Vargas. Jaén, 1991, p. 358. (9) P. Salazar de Mendoza, Origen de las dignidades seglares de Castilla y León, estudio preliminar de E. Soria Mesa, Granada, 1998, p. 139, se refiere a Pedro Díaz Carrillo, hermano del arzobispo don Gonzalo Díaz Palomeque, como el primer adelantado de Cazorla. En cambio en la documentación medieval, este oficial señorial aparece años más tarde, durante el pontificado de don Juan, infante de Aragón, siendo Sancho Rodríguez de Funes, “adelantado de la tierra quel arçobispo de Toledo a en la frontera”, oficio que seguiría desempeñando en el pontificado de don Jimeno de Luna. M. M. García Guzmán, Colección Diplomática..., pp. 21 y 22. (10) B. Ximénez Patón, Historia de la antigua y continuada nobleza de la ciudad de Jaén, edición Riquelme y Vargas, Jaén, 1983, 171v. 169

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entre otros. En líneas generales, todos coinciden en que el hermano del arzobispo de Toledo tuvo un papel destacado en la lucha contra el Islam, resaltando su intervención en la recuperación de la villa de Quesada11; razón por la cual cambió su apellido Toledo por Quesada. En el señorío jiennense construyó una torre que llamó de Santo Tomé, en conme­moración de unas de sus victorias frente a los granadinos. Entre los documentos que G. Argote de Molina inserta en su obra, tiene especial interés un privilegio, otorgado por don Gonzalo Díaz Palomeque a Pedro Díaz de Toledo, fechado el 13 de agosto de 1310 (era de 1348); en él, el arzobispo reconoce que su hermano construyó “... una torre muy buena y un cortijo a vuestra costa y en nuestra heredad en un lugar, a1 qual vos posistes nombre Sancto Thome, que es en termino de Caçorla en logar muy peligroso en tiem­po de la guerra..., pedistes nos por merced, que vos diesemos licencia, que ficiessedes en aquel lugar una iglesia que oviesse nombre Sancto Thome, porque tal dia fueron los moros vencidos en aquel lugar …. E otrosi que vos otorgasemos que fuessedes patron de la dicha iglesia vos e los que vernan de vos, pues vos poblastes el dicho lugar en nuestra heredad, e ficistes la iglesia a vuestra costa e a vuestra mission. E nos con consentimiento de Alonso Fernandez, dean del cabildo de nuestra Iglesia de Toledo, damos e concedemos que fagades en el dicho lugar de Sancto Thome una iglesia ... e que ayays el derecho del patronazgo vos e los que vernan de vos (11) El manuscrito de la Real Academia de la Historia, colección Salazar y Castro, ms. 9/301, fols. 181-193, Asçendencia de los señores de la cassa de Garciez, desde Pedro Diaz de Toledo, primero señor de Garçiez y Santo Thome que fue hermano de don Gonzalo Palomeque, arçobispo de Toledo, aporta numerosas noticias sobre la actuación de Pedro Díaz de Toledo en el señorío de Cazorla; entre ellas, la posible pérdida y recuperación de la villa de Quesada, “sucedio que por auer hecho ausencia del dicho Adelantamiento, que los moros / de Guadix dieron sobre Quesada que era del dicho Adelantamiento y la ganaron por faltar el valor de Pedro Diaz, sobre que le imputaron traiçion y para satisfaccion pidio lisensia a el rey don Fernando referido, para restaurar a su costa, la qual le concedio el rey y dio meses determino y en 15 dias, abiendose valido de sus jentes y deudos y amigos de Baeça, Xaen y Ubeda, la recupero para gloria de su lealtad..., por cuya caussa tomaron nuebo apellido de Quesada…”, fols. 184r.-v. 170

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por linea derecha, e hereden el dicho lugar de Sancto Thome…”12. El documento prosigue con los derechos y obligaciones que corresponden a Pero Díaz de Quesada y a sus sucesores como patronos de la iglesia de Santo Tomé, destacando el derecho de presentación del clérigo ante el arzobispo de Toledo o ante el arcipreste de Quesada y la percepción de los dos tercios de los diezmos del lugar. Pero se impone la obligación a Pedro Díaz de Quesada y a sus descen­dientes, “… que fagades guerra y paz a nos e a nuestros sucessores de la dicha torre, de que paguedes cada año a nos e los nuestros sucessores por nombre de catbredatico media dobla dentro el dia de Sancto Thome...”13. En la Real Academia de la Historia14 se encuentra una copia de este documento, inserto en una confirmación de don Pedro González de Mendoza, 16 de febrero de 1484, que a su vez recoge la de don Alfonso Carrillo, 7 de agosto de 1449. Este documento, en líneas generales, presenta una gran semejanza con el recogido por G. Argote de Molina, pero con algunas dife­rencias muy significativas, sobre todo, si tenemos en cuenta que los descendientes de Pedro Díaz de Quesada tuvieron serias dificultades para hacer valer sus derechos sobre la heredad de Santo Tomé. Según el documento de la Real Academia, el arzobispo de Toledo reconoce que “... Pedro Diaz, nuestro hermano, hicistes a servicio de Dios e de la Yglesia de Toledo, una torre rnuy buena i un cortijo a vuestra costa i en vuestra heredad, un lugar al qual vos posistes por nonbre Santo Tome en termino de Cazorla... Pedistes por merced que en el tal lugar fuese de tornar iglesia de Santo Tome por ser el dia en que los moros fueron vencidos i el patronazgo della para vos y nuestros sucesores, pues vos poblastes el lugar e ficistes la capilla a vuestra costa. Y nos con consentimiento de Alfon Fernandez, dean, y del cabildo de nuestra iglesia de Toledo (dimos) la dicha licencia (12) G. Argote de Molina, Nobleza..., pp. 368-370. (13) Ibídem, p. 370­ (14) Real Academia de la Historia. Colección Salazar y Castro, ms. 9/1087, fol. 164r.-164v. 171

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y que presentedes al clerigo y el diezmo del dicho lugar se parta, la una parte que aya el clerigo y las dos partes vos y los vuestros sucesores. I que pagueis en feudo cada año media dobla de oro ...”15. En esta carta de donación, Pedro Díaz era el propietario de la heredad, donde levantó la torre y después la iglesia, concediéndole su hermano el patronato de la misma. La cláusula de la media dobla en concepto de feudo, indica el reconocimiento del vasallaje por los Díaz de Quesada a los arzobispos de Toledo por el lugar de Santo Tomé. Mientras que en el documento recogido por Argote de Molina, la media dobla está ligada al derecho de patronato16. Curiosamente, de este importante documento que suponía, además del derecho de patro­nato y la percepción de un porcentaje del diezmo17, (15) Ibídem. . (16) Independientemente de las dos versiones del documento de 1310, durante la Baja Edad Media la obligación por parte del adelantado de entregar ciertas cantidades de dinero a los arzobispos de Toledo era inusual, solamen­te, antes de tomar posesión del Adelantamiento, era preceptivo que el nuevo adelantado prestase pleito homenaje al prelado. No ocurre así en el siglo XVI, esta cláusula monetaria aparece en los nombramientos de don Alonso de Acedo y Zúñiga, conde de Monterrey, y en el de don Diego de los Cobos, hijo del secretario Francisco de los Cobos. Este último sería adelantado perpetuo de Cazorla, ligándose el oficio a “sus descendientes y sucessores, assi varones como hembras que sucedieren en el mayoradgo de la casa del dicho don Francisco de los Cobos…”, obligándose los adelantados de Cazorla a pagar a los arzobispos de Toledo 300 ducados anuales “en feudo y reconocimiento perpetuo…”, como señores del Adelantamiento. J. F. Rivera Recio, El Adelantamiento de Cazorla..., pp. 102-104. Mientras que el tributo de catedrático fue un impuesto muy extendido durante la Plena y Baja Edad Media, pagado con carác­ter anual y obligatorio por los clérigos de una diócesis a su obispo, en reconocimiento del señorío del prelado sobre ellos. J. Díaz Ibáñez, La organización institucional de la Iglesia en la Edad Media, Madrid, 1998, p. 72. (17) El canon 22, del II Concilio de Lyon, 1274, establecía que para obtener el derecho de patronato era necesa­rio contar con el consentimiento episcopal más recabar el del cabildo catedralicio y contar con una licencia espe­cial de la Santa Sede. J. Suberbiola, Real Patronato de Granada. El arzobispo Talavera, la Iglesia y el Estado Moderno (1486-1516). Estudio y documentos, Granada, 1985, p. 22. Para el caso de Santo Tomé desconocemos si se cumplieron todos 172

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la práctica constitución de un señorío den­tro del Adelantamiento, no se conserva ningún traslado, ni copia en la catedral de Toledo. Por otro lado, hay que tener presente que entre las competencias de los adelantados de Cazorla se encontraba el gobierno y administración del señorío, de manera que las tareas de repoblación de algunos lugares estarían dirigidas por estos oficiales señoriales. Otro hecho a tener en cuenta es que los adelantados, como retribución de su oficio, percibían determinadas rentas y tributos, pagadas por la población del señorío, más las rentas derivadas de la explota­ ción de propiedades rústicas, pertenecientes a la mesa arzobispal pero asignadas al oficio de adelantado18. Por tanto, la actuación de Pedro Díaz de Quesada en relación con la repoblación de Santo Tomé está dentro de la línea seguida por otros adelantados; pero es excepcional que el arzobispo de Toledo le concediese tan amplias prerrogativas sobre ese lugar, incluida la titu­ laridad de la heredad de Santo Tomé y el patronato de su iglesia. Diversas noticias permiten conocer como surgió Santo Tomé, siguiendo un proceso seme­jante al de otros pequeños núcleos de población del Reino de Jaén19, cuyo origen fue una torre, destinada a los requisitos canónicos. En cuanto al derecho a percibir parte de los diezmos fue un privilegio inusual, si tenemos en cuenta que este impuesto correspondía exclusivamente a la Iglesia, aunque hubo algunas concesiones pontificias. Así, en 1219, la Santa Sede permitió al arzobispo de Toledo destinar un porcentaje de los diezmos para la lucha contra el Islam. Años más tarde, 1247. Fernando III obtenía las llamadas Tercias Reales, cuyo destino sería igualmente la guerra contra los musulmanes. M. Teruel Gregorio de Tejada, Vocabulario básico de Historia de la Iglesia, Barcelona, 1993, p. 141. En el caso de Pedro Díaz de Quesada, según el documento de Argote de Molina, el porcentaje del diezmo se emplearía en el mantenimiento de la fortaleza de Santo Tomé. (18) Sobre los bienes, rentas y derechos percibidos por los adelantados de Cazorla, M. M. García Guzmán, El Adelantamiento de Cazorla en la Baja Edad Media. un señorío eclesiástico en la frontera castellana, Cádiz, 1985, pp. 161-164, y “La hacienda del adelantado de Cazorla don García de Villarroel”, en Anuario del Adelantamiento de Cazorla (Jaén), 29 (1987), pp. 81-89. (19) En el siglo XIV, tuvo lugar un vigoroso proceso repoblador en la Andalucía cristiana, para el Reino de Sevilla véase, M. González Jiménez, La repoblación de la zona de Sevilla durante el siglo XIV. Estudio y documentación, Sevilla, 1975. 173

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ofrecer refugio a labradores y a pastores frente a los ataques musulmanes y al misme tiempo cumplía la función de almacén de cosechas y de aperos agrícolas20. En el ambi­to del Adelantamiento tenemos algunos ejemplos como la ermita y torre de San Bartolomé21, la torre de Toya, de Peal de Becerro, de Pelos22 o la propia torre de Santo Tomé. En este último caso, su ubicación en una zona relativamente llana23, hacía necesario contar con un sistema defensivo que permitiera la explotación de las tierras de labor y fomentara el asentamiento de una población más o menos estable. Estas premisas estarían presentes en la actuación de Pedro Díaz de Quesada y su culminación sería la autorización por parte del arzobispo de Toledo para la erección de una iglesia, cuyo patronato se ligaba a los Díaz de Quesada. Todo ello parece apuntar a los intentos de segregación de Santo Tomé del Adelantamiento. Otro factor a tener en cuenta es que en estas fechas, finales del siglo XIII o principios del XIV, Díaz de Quesada consolida su presencia en el Reino de Jaén, teniendo, posiblemente, como punto de partida el señorío de Cazorla. El gobierno del territorio unido a una importante (20) T. Quesada Quesada, El paisaje rural de la Campiña de Jaén en la Baja Edad Media, según el Libro de las dehesas, Jaén. 1994, pp. 42-43. (21) El 6 de octubre de 1395, el arzobispo don Pedro Tenorio otorgó al concejo de Cazorla la administración de los bienes de la ermita de San Bartolomé “questa çerca de la dicha villa de Caçorla ... para que de las dichas ren­tas podiesedes reparar una torre questa en la dicha hermita, que dezides que se quiera caer e en tiempo de guerra de christianos y moros se acogian y salvavan en ella muchos christianos...». M. M. García Guzmán, Colección Diplomática.... pp. 74-75. (22) En el testamento de don Pedro Tenorio se hace referencia a que Toya, Pelos y Peal de Becerro se habían des­poblado y que sus torres estaban derruidas, proyectando el arzobispo de Toledo su reconstrucción y repoblación. E. Narbona, Historia de don Pedro Tenorio, arçobispo de Toledo, impresso en Toledo por Juan Ruyz de Pereda, año de MDCXXIIII, fol. 135r. (23) Santo Tomé se encuentra en pequeña loma, formada en la confluencia de los ríos Vega o Cazorla y Guadalquivir, limita al N. con términos de Villacarrillo y Úbeda, al S. con Cazorla, al E. con La Iruela y al O. con Úbeda y Cazorla. P. Madoz, Diccionario geográfico, estadístico e histórico de España y sus posesiones de Ultramar, Madrid, 1849, tomo XIII, p. 841. 174

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actividad militar favorecería su entronque con la nobleza jiennense y al mismo tiempo establecía las bases patrimoniales de su linaje. Pedro Díaz de Quesada24 contrajo un segundo matrimonio con Teresa Rodríguez de Biedma, hija de Rodrigo Yñíguez de Biedma25, fue alcaide de los castillos de Bélmez y Bejíjar, situados en el alfoz la ciudad de Baeza, y obtuvo el señorío de Garcíez26. Sus sucesores man­ tuvieron su vinculación con Baeza, de cuyo cabildo fueron miembros, y participaron de lleno en la vida política de la ciudad27. Según G. Argote de Molina28, Día Sánchez de Quesada, hijo y sucesor de Pedro Díaz de Quesada, tenía la plena titularidad sobre (24) Sobre este linaje del Reino de Jaén, véase T. Quesada Quesada, La Serranía de Mágina en la Baja Edad Media. Una tierra fronteriza con el ReinoNazarí de Granada, Granada, 1989, pp. 112-115 y 156-162. (25) Pero Díaz de Quesada contrajo un primer matrimonio con Toda Pérez de Roldán. Su segunda esposa, Teresa Rodríguez de Biedma, era hija de Rodrigo Yñiguez de Biedma. G. Argote, Nobleza ..., 360. Rodrigo Yñiguez de Biedma fue alcaide de Jaén y en 1311 de Quesada. C. Quintanilla Raso, “Aportación al estudio de la nobleza en la Edad Media: La Casa señorial de Benavides”, en Historia, Instituciones y Documentos, I (19,4), p. 174. (26) Como indica T. Quesada Quesada, La Serranía.., 114-115, la titularidadd del señorío de Garcíez presentaría algún problema, porque al tomar posesión del señorío, en 1315, tuvo que hacer pleito homenaje reconociendo el señorío sobre la mitad del castillo de Garcíez a Juan Ponce. Su hijo y sucesor Día Sánchez de Quesada consiguió la plena titularidad de Garcíez, además de otros lugares como Mengíbar e Ibros. (27) Según F. de Torres, Historia de Baeza. (1677), estudio y edición de J. Rodríguez Molina, Jaén, p. 196, Pedro Díaz de Quesada fue alcalde de Baeza en 1304, Como la mayoría de los linajes nobles de la ciudad, los Díaz de Quesada tenían, desde 1412, la capilla de San Pedro Mártir de la Catedral de Baeza como lugar de enterramiento. M. de Ximena Jurado, Catalogo de los Obispos de las Iglesias Catedrales de Jaén y Anales eclesiásticos de este Obispado (1654), estudio preliminar e índices J. Rodríguez Molina y M. J. Osorio Pérez, Granada. 1991, p. 384. (28) G. Argote de Molina, Nobleza..., p. 466. El 8 de diciembre de 1354, los hijos de Fernando Díaz, nietos de Pedro Díaz de Toledo, renuncian en favor de su tío Día Sánchez de Quesada, primogénito de Pedro Díaz de Toledo, a sus derechos sobre Garcíez, Villarreal, Santo Tomé, Mengíbar y Villamontiel. 175

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Garcíez, Santo Tomé, Villarreal, Mengíbar y Villamontiel. En esta relación de bienes encontramos dos lugares pertenecientes al señorío de los arzobispos de Toledo, Santo Tomé y Villamontiel, ambos pertenecientes al alfoz de Cazorla. La documentación que se conserva en la Catedral de Toledo difiere sustancialmente de las noticias aportadas por Argote de Molina: En 1331, Alfonso XI donó Quesada y su término a la ciudad de Úbeda, siendo esta dona­ción el origen de un largo pleito entre los arzobispos de Toledo y el concejo de Úbeda. Los prelados toledanos argumentaban que no todos los lugares que habían pertenecido a Quesada pasaron a dominio musulmán; de manera que mientras la villa estuvo incorporada al Reino de Granada, los señores del Adelantamiento llevaron a cabo una reorganización del territorio, incorporando al término de Cazorla, lugares que en su día pertenecieron a Quesada. Así, su posesión ininterrumpida desde la formación del señorío, fue la base de la demanda presenta­da por los arzobispos de Toledo. Tras diversas vicisitudes29, no siempre favorable a los intereses de la Iglesia de Toledo, el Tribunal Real dictó en 1384 una nueva sentencia, en la que se fijaban los términos de la villa de Cazorla, “… aldeas e torres que son en el termino de la villa de Caçorla, conviene a saber Burunchel, e Alcoray, Vilchite, Legar, Çebas, e Toya, Pelos, e Pea de Vezerro, e Dos Hermanas, e Myela e Sancto Tome...”30 y, por tanto, su pertenencia al señorío del arzobispo de Toledo don Pedro Tenorio. En ningún momento la sentencia hace referencia a que la torre y heredad de Santo Tomé perteneciese a los Díaz de Quesada, aunque

(29) La evolución del proceso iniciado en 1332 puede verse en M. M. García Guzmán: “Úbeda y Cazorla en la Baja Edad Media: Enfrentamientos por el control del espacio en el Ato Guadalquivir”, en Estudios sobre Patrimonio, Cultura y Ciencias Medievales”, 1 (1999), pp. 78-83. (30) Juan I, comunicaba, el 24 de diciembre de 1384, al concejo de Úbeda la sentencia del pleito. Documento publi­cado por J. de M. Carriazo, Colección..., pp. 57-66. 176

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esta familia trató de hacer valer sus derechos sobre el lugar. En este sentido es muy significativa una carta del arzobispo don Pedro Tenorio, fecha­da el 6 de octubre de 1395, dirigida al concejo de Cazorla, en la que hace mención a “... en como tenedes y preso al alcayde que se llama de Sancto Tome por Pedro Diaz de Quesada...” y ordena que “... nos enbiedes bien preso e bien recaudado al dicho alcayde, onde quyer que nos seamos, ca pues el se a opuesto en quanto a podido, usurpandonos nuestra tierra e su juridiçion, razon sera que el lo bien sienta e aya por ello penitençia...”. Por otro lado, las palabras de don Pedro Tenorio no dejan la menor duda sobre la titularidad de Santo Tome, “... E otrosy nos man­damos que sy nunca usastes reziamente de la nuestra juridiçion en el dicho lugar de Sancto Tome, que agora lo usedes syn temor ny reçelo alguno de Pedro Diaz, nyn de otra persona del mundo, y non dexedes menoscabar nuestra juridiçion, synon a nosotros nos tornaremos por ello. Ca en caso que alguna cosa aconteçiese y esta nuestro adelantado que porna en ello cobro, ca para eso lo posimos por nuestro adelantado e asi ge lo mandamos a el que haga e cunpla..”31. Desconocemos que ocurrió entre 1310, fecha del documento de Gonzalo Díaz Palomeque en favor de su hermano Pedro Díaz de Quesada, y 1395, pero lo que sí es evidente que don Pedro Tenorio no reconoció a Pedro Díaz de Quesada, nieto de su homónimo, ningún derecho que pudie­ra significar la jurisdicción sobre Santo Tomé. Sin embargo, se deduce de la documentación de fina­les del siglo XIV que las iniciativas repobladoras habían prosperado y Santo Tomé era un pequeño núcleo de población que contaba con una iglesia, perteneciente al arciprestazgo de Cazorla32. (31) M. M. García Guzmán, Colección Diplomática..., p. 75. (32) El 4 de junio de 1386, don Pedro Tenorio comunicaba al concejo y vecinos de Úbeda que serían excomulga­dos por apropiarse de bienes de la iglesia de Toledo. La carta se leería públicamente “... en Caçorla, en Heznatoraf y en la yglesia e logar de Sancto Tome ...”. Ibidem, pp. 44-46. El Adelantamiento de Cazorla estaba dividido en dos arci­prestazgos el de Iznatoraf, perteneciente a la diócesis de Jaén y el de Cazorla, dependiente de Toledo. 177

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Llama la atención que de existir el privilegio de 1310, otorgado por el arzobispo y ratifi­cado por el deán y cabildo de la Iglesia de Toledo, no fuese utilizado por los descendientes de Pedro Díaz de Quesada para hacer valer sus derechos. Por otra parte, los términos utilizados por don Pedro Tenorio, uno de los mejores juristas de su época, expresan con claridad su pos­tura, una actuación contundente contra todos aquellos que fueran en contra de los bienes y jurisdicción de la Iglesia de Toledo. Desde el pontificado de don Pedro Tenorio hasta el de don Alfonso Carrillo, Santo Tomé es una pequeña aldea, del término de Cazorla, donde se celebra­ban las reuniones de los oficiales concejiles del Adelantamiento, como consta en numerosas referencias documentales: En 1427, los oficiales de los concejos se reunieron en tres ocasiones para tratar diversos asuntos relacionados con la frontera, reparto de ganado y entrada de almogávares33. Al año siguiente, el 28 de abril, doña Mencía Carrillo, esposa del adelantado, junto con representantes de los concejos del Adelantamiento, “... reunidos en la eglesia de Santo Tome, termino e juridiçion de la villa de Caçorla...”34, establece el derecho de represalia. El 31 de marzo de 1446, se reúnen, una vez más, “… en Santo Tome, aldea de la villa de Caçorla...”35, los oficiales de los concejos para leer una carta de Juan II, en la que se apercibe a los grandes y a los concejos de Baeza, Úbeda y Córdoba que durante (33) Los gastos ocasionados por la asistencia de los oficiales de Cazorla se recogen en un cuaderno de cuentas del mayordomo del concejo Hernán López Merino, abarcando desde San Miguel de 1427 a la misma fecha del año siguiente. Este cuadernillo es muy significativo, pues es el único que se conserva del siglo XX. M. M. Garcia Guzmán: “Un cuadernillo de cuentas del concejo de Cazorla”, en Anales de la Universidad de Cádiz, II (1985), pp. 159-174. (34) C. Sáez Rivera: “El derecho de represalia en el Adelantamiento de Cazorla”, en Estudios sobre Málaga y el Reino de Granada en el V Centenario de la Conquista, Málaga. 1987, pp. 160-162. (35) La carta del rey está otorgada en Avila el 20 de marzo de 1446 y su lectura pública tuvo lugar el 31 de ese mes. M. M. García Guzmán, Colección Diplomática..., pp. 246-249. 178

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la sede vacante de la Iglesia de Toledo, las villas y fortalezas del Adelantamiento de Cazorla se encuentran bajo el amparo regio. La carta del rey es consecuencia de una entrada del corregidor de Jaén, Úbeda y Baeza, don Fernando de Acuña, acompañado por los oficiales ubetenses Diego Salido, regidor, y Diego de la Cueva, alcalde, “... pusieron en obra, con mucha gente armada, de tomar los castillos de Peal de Beçerro, e la torre de Toya e la torre de Santo Tome que son de la dicha mesa arzobispal, e­ desque no los pudieron tomar, porque se les defendieron...”36. Este hecho pone de manifiesto la conflictividad existente en esta época en el Alto Guadalquivir, reflejo de la tensión polí­tica que se vive en los territorios de la Corona de Castilla y del creciente poder de los partidarios del príncipe don Enrique en el Reino de Jaén, circunstancias que coinciden con la sede vacante del arzobispado de Toledo, tras el fallecimiento de don Gutierre Álvarez de Toledo a principios de 1446. En agosto de 144637, comenzaba el pontificado de don Alfonso Carrillo, cuya activa participación en la vida política castellana tuvo su reflejo en el señorío jiennense. Desde su llegada a la sede toledana hasta 1448 mantuvo como adelantado de Cazorla a Pedro Carrillo de Toledo38, aunque el oficio fue desempeñado, al menos durante algún tiempo, por su padre Fernán Álvarez de Toledo, conde de Alba39. La (36) Ibídem, p. 245. (37) J. F. Rivera Recio, Los arzobispos de Toledo en la Baja Edad Media, Toledo, 1969, p. 169. (38) Femán Álvarez de Toledo, primer conde de Alba, casó con doña Mencía Carrillo de Toledo, hija de Pedro Carrillo de Toledo. R.A.H., Colección Salazar y Castro, ms. D-37, Fol.. 94v-95r. Un hijo de este matrimonio Pedro Carrillo de Toledo fue nombrado adelantado de Cazorla. (39) El 12 de septiembre de 1443. Juan II concedía a las villas del Adelantamiento la exención de pedidos y mone­das durante cuatro años. Este privilegio se concedía a instancia del conde de Alba y como recompensa a los servi­cios prestados por las tropas del señorío. En el mismo documento el rey explica el motivo del interés de Fernán Álva­rez de Toledo por los vasallos jiennenses, “... cuya administraçion e tenençia e governaçion don Gutierre, arçobispo 179

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prisión del conde de Alba, tras el golpe de Záfraga, 11 de mayo 1448, dio lugar a la destitución de Pedro Carrillo de Toledo y al nombramiento, 26 de mayo, de Pedro de Acuña, hermano del arzobispo de Toledo, como nuevo adelantado. Estos hechos provocaron serios disturbios en el Adelantamiento, según se recoge en un pri­vilegio de Juan II, 28 de junio de 1449, en el que se concedía a los vecinos de las villas y luga­res del señorío de Cazorla la exención de pedidos y monedas durante diez años, “... por los daños e captivaçiones e robos que en ellos avian fecho los moros, enemigos de maestra santa fe catolica. E otrosy como el dicho Alfonso de Herrera que por el dicho don Pedro Carrillo tenia el dicho Adelantamiento se avía allado con el en mi deserviçio, especialmente en la fortaleza de la dicha villa de Caçorla..., e metio e cogio mucha gente en el dicho castillo, ansi de cavallo como de pie, e les hizo guerra cruel e muchos males e daños e robos e fuerças a los vezinos e mora­dores de la villa de Caçorla e mato mucho homes e les derribo e quemo mas de trezientas e ochenta casa...”40. En el documento de la Real Academia se recoge la demanda presentada por Pedro Díaz de Quesada ante don Alfonso Carrillo, arzobispo de Toledo, por la heredad de Santo Tomé:”... de çien años a esta parte ... sienpre diz que poseieron e tuvieron por suia como suia propia una heredad que se llama Santo Tome, que es en el dicho nuestro Adelantamiento de Caçorla, con su castillo i casa fuerte i con todos los diezmos i terrazgos i rodas, rentas a la dicha heredad perteneçientes, lo qual todo diz que poseieron e tovieron paçificamente i quietamente, sin contradioçion alguna de los arçobispos de Toledo y adelantados del dicho Adelantamiento ... Diz que puede aver fasta siete años, poco mas o menos que Pedro Carrillo de Toledo, adelantado que fue en el dicho Adelantamiento, con el poderio i señorio que a la sazon de Toledo, primado de las Españas.... diz que agora quiere e entiende encomendar e dar a don Pedro, hijo del dicho conde don Hernan Alvarez de Toledo, su sobrino...”. M. M. García Guzmán, Colección Diplomática..., pp. 230-232. (40) Ibídern, p. 272. 180

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disponia en el dicho Adelantamiento ... diz que despojo i desapodero al dicho Dia Sánchez, su padre, de la posesion i tenencia de la dicha heredad de Santo Tome i del derecho de llevar los diezmos i rentas, como sus antecesores ...”4l. En un primer momento, tal como consta en el documento, el arzobispo de Toledo delegó el asunto en el adelantado Pedro de Acuña. Pero al presentar Pedro Díaz de Quesada, ante el Consejo arzobispal, el privilegio de don Gonzalo Díaz Palomeque, don Alfonso Carrillo optó, 7 de agosto de 1449, por reconocerle su derecho sobre Santo Tomé. Al año siguiente, el 16 de agosto42, el arzobispo ordenaba al concejo de la villa de Cazorla que junto con Pedro Díaz de Quesada amojonasen la heredad de Santo Tomé. Independientemente, de los derechos de los Díaz de Quesada sobre Santo Tomé con base a la repentina aparición del privilegio de don Gonzalo Díaz Palomeque, su reconocimiento por parte del arzobispo de Toledo podría estar relacionado con los intereses de don Alfonso Carrillo, quien utilizó bienes pertenecientes a la mesa arzobispal para consolidar alianzas43. En 148444, don Pedro González de Mendoza, arzobispo de Toledo, confirmó a Día Sánchez de Quesada, primogénito de Pedro Díaz de Quesada, sus derechos sobre (41) Real Academia de la Historia, Colección Salazar y Castro, ms. 9/1087, fols. 164r-v. (42) M. M. García Guzmán, Colección Diplomática..., pp. 280-281. (43) Es caso de Puente del Arzobispo, perteneciente a la mesa arzobispal de Toledo, entregada al conde de Alba. D. Enríquez del Castillo, Crónica del rey Enrique el Cuarto de ese nombre, ed. C. Rosell. Crónicas de los Reyes de Castilla, III, p. 166. O de los donadíos del Retamal y las Iglesuelas en el Adelantamiento, concedidos al alcaide de Cazorla Manuel Porcel. M. M. García Guzmán, Colección Diplomática..., pp. 298-299. Según el ms. 9/201 de la Colección Salazar y Castro, fol. 188v. El primogénito de Pedro Díaz de Quesada, Día Sánchez de Quesada contrajo matrimonio con Leonor de Acuña, descendiente de don Pedro de Acuña, conde de Buendía, y hermano de don Alfonso Carrillo. (44) Real Academia de la Historia, Colección Salazar y Castro, ms. 9/1087, fols. 164r-v. 181

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Santo Tomé. Desconocemos si Día Sánchez de Quesada llevó las dos terceras partes de los diezmos de Santo Tomé y si pudo ejercer el derecho de presentación o si pagó a los arzobispos de Toledo la media dobla de oro, correspondientes a los derechos y obligaciones recogidas en el privilegio de 1310. Pero en el siglo XVI, los concejos de Cazorla y La Iruela junto con los adelantados de Cazorla don Alonso de Acevedo y Zúñiga, conde de Monterrey, y don Francisco de los Cobos, comendador mayor de León, pleitearon con los Díaz de Quesada por el lugar de Santo Torné. El proceso fue pasando por diversas instancias, primero el tribunal arzobispal y luego el real, hasta su sentencia definitiva en grado de revista, pronunciada por el presidente y oidores de la Real Chancillería de Granada, el 4 de octubre de 1539, cuya carta ejecutoria, está otorgada en Granada, el 22 de marzo de 154045. Este importante documento permite reconstruir no solo el proceso, sino también la con­flictiva titularidad de Santo Tomé. Llama la atención, las frecuentes referencias a la presentación de traslados de documen­tos antiguos, hechos sin ajustarse a los requisitos legales; incluso en una de las alegaciones de don Francisco de los Cobos se trata de la existencia de las dos versiones del privilegio de don Gonzalo Díaz Palomeque, que podrían ser las que conocemos en la actualidad, la recogida por Argote de Molina y la que se conserva en la Real Academia de la Historia. Pero, independien­temente, de las posibles alteraciones de las pruebas documentales, la sentencia definitiva en grado de revista pronunciada en 1539, se menciona un amojonamiento de la heredad de Santo Tome, realizado en torno al 1391 aunque según consta por las alegaciones de los vecinos de Cazorla y La Iruela no se aportaron pruebas documentales. A lo largo del siglo XVI, los Díaz de Quesada percibieron el terrazgo de las tierras de labor y el medio diezmo como patronos de la iglesia, pero no hay referencias al ejercicio de facultades jurisdiccionales. Tras los acuerdos con don Alfonso Carrillo y don Pedro González (45) Archivo Catedral de Toledo, Obra y Fábrica, ms., 915, fols. 170r-194r. 182

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de Mendoza, Pedro Díaz de Quesada y su sucesor Día Sánchez de Quesada no encontraron impedimentos por parte de los titulares de la sede toledana en cuanto a la titularidad del lugar de Santo Tomé, de ahí que trataran de aumentar sus competencias y, sobre todo, ampliar su superficie, entrando en conflicto con vecinos de Cazorla y La Iruela, propietarios de tierras cercanas a la heredad. La sentencia de 1539, anula el amojonamiento hecho por el licenciado Sotomayor, tras una primera sentencia pronunciada en Granada en 1532, que incluyó en el término de Santo Tomé, el cortijo y casas de Villamontiel, perteneciente a la mesa arzobispal, y las propiedades de numerosos vecinos de Cazorla y La Iruela, más algunos montes y baldíos pertenecientes a los términos comunes de Cazorla-La Iruela. Y fija las nuevas mojoneras. Además, establece que la dehesas de la heredad de Santo Tomé serían utilizadas por el ganado de labor de los labra­dores de Santo Tomé y los de los vecinos de Cazorla y La Iruela, cuyas propiedades distasen media legua de Santo Tome, cuya torre quedó como punto de referencia. Tras esta sentencia y el nuevo amojonamiento de los términos finaliza una primera fase de la formación del señorío de Santo Tomé.

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SANTO TOMÉ Y PEDRO DÍAZ DE TOLEDO. EL ORIGEN DE UN LINAJE JIENNENSE: LOS DÍAZ DE QUESADA (*)

El señorío de Cazorla a finales del siglo XIII La muerte de Sancho IV en 1295 y el comienzo de la minoría de Fernando IV abrió un periodo de inestabilidad en Castilla que puso aprovechar Muḥammad II de Granada, llevando a cabo una importante ampliación territorial que afectó en gran medida a la frontera jiennense. Entre las plazas conquistadas se hallaba Quesada, hasta entonces villa principal del señorío jiennense de los arzobispos de Toledo1 y cabecera de un amplio territorio, en el que se encontraban numerosos castillos, algunos de ellos muy avanzados en tierras granadinas. Por otra parte, la pérdida y recuperación de la villa de Quesada va estrechamente unida al linaje jiennense de Díaz de Quesada y así se recoge en la concesión del título de conde a don Fernando de Quesada y Mendoza por Felipe IV: “teniendo consideración a los muchos, buenos, grandes y agradables y señalados servicios que vuestros (*) Pub.- en V Jornadas de Historia en la Abadía. Iglesias y fronteras, Jaén, 2005, pp.215-230 (1) En los proyectos iniciales de Fernando III, el señorío de los arzobispos de Toledo llegaría hasta Baza, tal como se recoge en el privilegio de donación, otorgado el 20 de abril de 1243, pero la conquista de la ciudad correspondería a don Rodrigo Jiménez de Rada. Ante la imposibilidad de su conquista, el monarca llegó a un acuerdo con la Iglesia de Toledo, 22 de abril de 1252, por el cual se incorporaba al señorío de los arzobispos la villa de Iznatoraf, contando éste con tres villas, Quesada, Cazorla e Iznatoraf. J. de M. Carriazo, Colección Diplomática de Quesada, Jaén, 1975, pp. XLV- LXVI. Mª. M. García Guzmán, El Adelantamiento de Cazorla en la Baja Edad Media. Un señorío eclesiástico en la frontera castellana, Cádiz, 1985, pp. 97-104.

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ascendientes han hecho a nuestra Corona Real, particularmente lo que Pedro Díaz de Toledo, hermano de don Gonçalo Palomeque, arçobispo que fue de Toledo, hizo, fundado a su costa una torre en la dicha villa de Santo Tome, para su defensa, por ser muy peligrosa aquella tierra en tiempos de la guerra ... por aver ganado los dichos vuestros ascendientes...dos vezes la villa de Quesada, tomaron este apellido...”2. Tanto la documentación real como señorial de mediados del siglo XIII permite establecer la configuración territorial del señorío jiennense, que alcanza en estas fechas su máxima extensión, y del alfoz de Quesada. Este último quedó recogido en un privilegio del infante don Sancho de Castilla, otorgado en 12573, en base a este documento podemos dividir el término de Quesada en dos sectores, el septentrional en el que se encuentran las aldeas de Pelos, Toya, Peal de Becerro, Dos Hermanas y Villamontín, mientras que Ausín, Fique, Cuenca, Chiellas, Torres de Alicún y Cortes se localizan en el sector meridional. En el privilegio de 1257 no se mencionan los castillos de Cuellar y Cuevas de Almizdrán4, por lo que se puede suponer que en esas fechas ya no pertenecían al señorío de los prelados de Toledo, aunque en otras fuentes posteriores vuelve a citarse Cuellar y Lacra. En la obra del monje de Silos, Pedro Marín, Miráculos romanzados como saco Santo Domingo los cativos de catividad, se recoge una interesante información sobre la frontera castellana entre 1232 (2) El privilegio se recoge en la obra de B. Ximenez Patón, Historia de la antigua y continuada nobleza de la ciudad de Jaén. Dirigida al Ilustrisimo Señor don Alonso de la Cueva, primer duque de Bedmar, Cardenal de la Santa Iglesia de Roma, Jaén, 1628, reedición facsímil Riquelme y Vargas, Jaén, 1983, 174v.-176r. (3) El privilegio fue otorgado el 18 de febrero de 1257. J. de M. Carriazo, Colección Diplomática de Quesada, doc. 14. (4) El 22 de abril de 1252, Fernando III donaba al arzobispo electo de Toledo, don Sancho de Castilla, la villa de Iznatoraf y le confirmaba los lugares conquistados en término de Baza: Cuellar, Cuenca, Chiellas, Cuevas de Almizdrán, Cortes, Cebas y Torres de Alicún. J. de M. Carriazo,Colección Diplomática de Quesada, doc. 12, y pp. LII-LIII, en las que el profesor Carriazo localizó estos topónimos. 186

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a 1293, aunque para el sector del señorío jiennense los datos se circunscriben al periodo comprendido entre 1280 y 1287, por tanto a los años anteriores a la conquista de Quesada por Muḥammad II. Pedro Marín al relatar las vicisitudes de los cautivos cristianos suele indicar el lugar donde fueron apresados, donde vivieron en cautiverio y el camino seguido hasta entrar de nuevo en los dominios cristianos. Para la frontera jiennense cita algunos de los castillos de los prelados toledanos, situados en el sector meriodional de Quesada: Torres de Alicún, denominado también Torres de Quesada, Cuellar o Collar y Lacra. El castillo de Torres de Alicún o Quesada5, se menciona en la salida de cautiverio de Martín de Játiva y de sus compañeros que se encontraban en Alecún a quatro leguas de Guadiex, tras su milagrosa liberación llegaron a tierras de cristianos, al castiello que dicen Torres de Quesada. Parecidas circunstancias vivió María Miguel de Córdoba6, estuvo cautiva en Alecún y recobró su libertad en Torres de Alecún, tenialo Diego Alfonso, alcayat del Arzobispo de Toledo. Sancho de Úbeda7 vivió durante su cautiverio en Guadix, tras su huida, “arribó essa noche a Torres de Alecún, y Pero Diaz, Adelantado de Quesada, mandol sacar los fierros. Et porque eran paces, tomol el caballo, e enbiol a su señor”. Igual camino siguió Rodrigo de Siete Iglesias hasta llegar a Torres de Alicún cerca de Quesada8. (5) Estos son los miráculos romanzados, como sacó Santo Domingo los cativos de catividad. E fízolos escribir Pero Marín Monge del Monasterio, ed. P. Fr. Sebastián de Vergara, Madrid, 1736 pp. 156. (6) Ibídem, p. 217. (7) Ibídem, p. 227. (8) Ibídem, p. 159. Los itinerarios seguidos por los cautivos distinguen con precisión el castillo nazarí de Alicún de las Torres de Alicún, fortaleza del término de Quesada; este último topónimo aparece también en dos cartas del arzobispo Jiménez de Rada, fechadas 1243 y 1245, en las que concedía a Martín López y a Gil de Rada la tenencia del castillo de Torres de Alicún. J. de M. Carriazo, Colección Diplomática de Quesada, docs. 4 y 8, y p. LII, identificó el topónimo Torres de Alicún con los baños de Alicún de las Torres, sobre el 187

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Pero Pedro Marín también hace referencias en sus Miraculos a otros lugares del señorío, como Collar, castiello del arzobispo9, lugar donde residía el citado Rodrigo de Siete Iglesias; o Lacra10, este topónimo aparece en el relato de la huida de Miguel Pérez de Úbeda y otros compañeros, que fueron apresados cerca de Peal de Becerro y llevados a Guadix, desde allí lograron huir, llegando a “Lacra, e non vieron mas la claridat. Posaron e estovieron alli fata que amaneció. Despues vinieron a Quesada: sacaronles los fierros dos caballeros, don Lorent, e don Pero Johan, vinieron con ellos fata Ubeda...”; de lo que puede deducirse que Lacra estaba despoblada11, ya que los cautivos no pudieron liberarse de sus hierros hasta llegar Quesada. De todo lo anterior se deduce que el señorío mantuvo todos sus términos e incluso los castillos más avanzados hasta finalizar el reinado de Sancho IV, pero a raíz de la muerte del monarca se produjeron cambios significativos en la frontera jiennense. La pérdida de Quesada y don Pedro Díaz de Toledo Tanto las fuentes cristianas como las musulmanas datan la conquista de Quesada por Muḥammad II en 1295, coincidiendo con el inicio de la minoría de Fernando IV, volviendo de nuevo a manos cristianas en 1310, en virtud de un tratado firmado entre el monarca castellano río Fardes, afluente del Guadiana Menor. A. Malpica Cuello, Poblamiento y castillos en Granada, Barcelona, 1996, pp. 112-114, ofrece una detallada información sobre los castillos de la comarca de Guadix, destacando el de Alicún, cercano al actual pueblo de Alicún de Ortega, así como la existiencia de un yacimiento altomedieval en el Balneario de Alicún. (9) Estos son los miráculos..., p. 166. (10) Ibídem, p. 178. (11) Como ya puso de manifiesto J. de M. Carriazo, Colección Diplomática de Quesada, pp. LI-LII, este topónimo solamente aparece citado en las Crónicas, De Rebus Hispaniae y Primera Crónica General, y lo identificó con una aldea del mismo nombre, situada al sur de Quesada, cerca del Guadiana Menor. El hecho de que no aparezca en ninguno de los documentos reales o señoriales puede deberse a que ya no constituyese un núcleo de población. 188

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y el nazarí, Naṣr, en el que se acordó que Fernando IV levantaría el cerco de Algeciras y a cambio recibiría Bedmar y Quesada. Ibn al-Jaṭīb en la Historia de los Reyes de Granada12 relata la conquista de Quesada: Conocida la muerte de Sancho IV, el monarca granadino “llamó a la lucha a los musulmanes y... se puso en movimiento con un ejército grande y bien armado. Atacó la ciudad de Quesada y Dios la conquistó por medio de su mano. A causa de esto dominó el grupo de castillos que dependen de ella, y fue muy grande la victoria. Puso en la ciudad un ejército de musulmanes y un destacamento de defensores...”. El mismo autor en la Iḥāṭa recoge una risala del secretario de Muḥammad II, Ibn al-Hakīm de Ronda, escrita con motivo de la conquista de Quesada13, y que permite conocer el itinerario seguido por el ejército granadino, coincidente con el utilizado por algunos de los cautivos del relato de Pedro Marín: El ejército musulmán llegó a las inmediaciones del castillo de Alicún, “donde hizo alto y se (12) Ibn al-Jaṭīb, Historia de los Reyes de la Alhambra. El resplandor de la luna llena (Al-Lamḥa al-badriyya). Estudio preliminar por E. Molina López. Traducción e Introducción de J. M. Casciaro Ramírez, Granada, 1998, p. 50. (13) M. Antuña: «Conquista de Quesada y de Alcaudete por Mohámed II de Granada», Religión y Cultura, Madrid, XIX (1932), pp. 338-351, XX (1932), pp. 61-70, y pp. 386-395. La campaña de Quesada corresponde a las páginas del volumen XIX. En este interesante trabajo el padre Antuña analiza exhaustivamente las fuentes cristianas y musulmanas referentes a la conquista de Quesada y Alcaudete. Respecto a las segundas utiliza dos obras de Ibn al-Jaṭīb, Historia de los Reyes de Granada y Iḥāṭa, donde se recoge la risala escrita por Ibn alHakīm con motivo de la conquista de Quesada por Muḥammad II. A lo largo del artículo el autor advierte en varias ocasiones (pp. 341, 346 y 347) de los errores contenidos en la obra de M. Casiri, Biblioteca Arabico-Hispana Escurialensis (pp. 76 y 267-269), referentes a la conquista de las dos plazas y , además, niega que Ibn al-Hakīm fuese nombrado caíd del ejército en el reinado de Muḥammad III, dato recogido por autores posteriores como F. Pons Boigues, Los historiadores y geógrafos arábigo-españoles, Madrid, 1898, pp. 315-316. Un actualizado estudio sobre Ibn al-Hakīm en F. N. Velázquez Basanta: “Ibn al-Hakīm, Abū ‛Abd Allāh”, en DBAOA, vol. III, nº 528, (en prensa). 189

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convino en líneas generales el plan de la campaña... fue de parecer que lo más acertado era dirigirse a la ciudad de Quesada... Llega el ejército a orillas del Guadiana, en las cercanías de Quesada, donde acampa; allí se hicieron los preparativos para el ataque...”. La risala continua describiendo el asedio de la villa, primero los granadinos consiguieron entrar en el recinto amurallado, lo que obligó a los cristianos a refugiarse en el alcázar, y ante el tenaz ataque de las tropas granadinas, los defensores del alcázar se avinieron a pedir capitulación. Ibn al-Hakīm para resaltar la importancia de la conquista, añade que el general cristiano “con la humilde súplica de quien anhela vivir después de haber experimentado las garras de la muerte, se comprometía a entregarnos la alcazaba y a quedarse a nuestros servicio con las villas y selectos escuadrones que tenía. Pero no nos mostramos dispuestos por entonces a aceptar sus ofertas, ni por nuestra parte hubo propuesta de condiciones mediante las cuales pudiera obtener el tratado de paz que deseaba...Acordamos las bases y concluido el tratado....entramos en la alcazaba...e inmediatamente enviamos soldados que se apoderaran de aquellos castillos y los despojaran de las cosas sagradas que los cristianos tenían allí guardadas...”14. Comparando la información proporcionada por los documentos arzobispales, Pedro Marín e Ibn al-Jaṭīb se ratifica que Quesada era la villa principal del señorío y enclave fundamental para la defensa de la frontera con el reino de Granada; pero a partir de 1295, la villa y el sector meridional de su término quedaron bajo dominio granadino, mientras que las aldeas del sector septentrional se incorporaron al alfoz de Cazorla15. En 1310, Quesada y sus términos se reintegra(14) M. Antuña: «La conquista de Quesada y Alcaudete...», pp. 347-348, advierte que la risala no es una relación histórica propiamente dicha, sino más bien una exaltación de la virtud heroico-guerrera del Islam, aunque contiene datos históricos que contribuyen al esclarecimiento de la historia política del reino nazarí. (15) En el periodo comprendido entre 1295 y 1310, las aldeas de Quesada situadas al norte de la villa como Pelos, Toya, Peal de Becerro y Dos Hermanas 190

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ban definitivamente a los dominios cristianos, según la Crónica de Fernando IV, el monarca castellano y Naṣr acordaron que “le diesen los moros las villas de Quesada y Bedmar con sus castillos, todos asi como los avia antes que se perdiesen”16, mientras que los castellanos levantarían el cerco de Algeciras. Al año siguiente, la villa volvía a ser donada al arzobispo de Toledo17. Así mismo, de los textos literarios se desprende que el señorío estaba encomendado a un representante del arzobispo de Toledo; si seguimos a Pedro Marín, en 1287 era adelantado de Quesada, Pedro Díaz. Esta información se confirma, en parte, con la contenida en el manuscrito de Real Academia de la Historia Ascendencia de los señores de la cassa de Garciez, desde Pedro Diaz de Toledo, primero señor de Garçiez y Santo Thome18, según el citado manuscrito siendo adelantado Pedro Díaz de Toledo por su hermano don Gonzalo Palomeque, arzobispo de Toledo, “sucedió que por aver hecho ausencia del dicho Adelantamiento, que los moros de Guadix dieron sobre Quesada, que era del dicho Adelantamiento y la ganaron por faltar el valor de Pedro Diaz, sobre que le imputaron traiçion y para satis-faccion pidio lisensia a el rey don Fernando, referido, para respasaron a depender de Cazorla. En 1331, Quesada y sus términos pasaron a la jurisdicción de Úbeda, planteándose un largo pleito entre Úbeda y Cazorla por la titularidad de dichas aldeas. El conflicto quedó sentenciado definitivamente en 1384, reconociéndose a los arzobispos de Toledo la posesión de estos lugares. Mª. M. García Guzmán: «Úbeda y Cazorla en la Baja Edad Media: Enfrentamientos por el control del espacio en el Alto Guadalquivir»,en Estudios sobre Patrimonio, Cultura y Ciencias Medievales, I (1999), pp. 81-83. (16) A. Benavides, Memorias de don Fernando IV de Castilla, Madrid, 1860, tomo I, p. 223. (17) El 5 de julio de 1311, Fernando IV devolvía Quesada y sus términos a la jurisdicción de los arzobispos de Toledo. J. de M. Carriazo, Colección Diplomática de Quesada, doc. 20. Aunque en el privilegio no hay ninguna referencia a los castillos dependientes de la villa, los situadas más al sur quedarían en poder nazarí, ya que en la documentación no vuelven a citarse Torres de Alicún, Cuellar o Cortes. (18) Colección Salazar y Castro, ms. 9/ 201, fols. 181r.-192r. 191

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taurar a su costa, la qual le concedio el rey,...habiéndose valido de sus jentes y deudos y amigos de Baeça, Xaen y Ubeda, la recupero...”. Si cotejamos los datos sobre la conquista de Quesada y Pedro Díaz de Toledo, existen dos posibilidades, la primera es que Pedro Díaz de Toledo tuviese a su cargo el señorío jiennense durante el pontificado de don Gonzalo García Gudiel19, ya que Pedro Díaz era sobrino de dicho arzobispo, lo que confirmaría las noticias recogidas por Pedro Marín y las de Ibn al-Jaṭīb, referentes a la conquista de la villa. La otra opción consiste en que Pedro Díaz de Toledo estuviese al frente del señorío a partir del pontificado de su hermano don Gonzalo Díaz Palomeque, lo que significaría que la villa se recuperó por parte castellana en los años inmediatos a 1295, para volverse a perder a finales del siglo XIII o inicios del siguiente, tal como sugirieron J. F. Rivera Recio y J. de M. Carriazo20. Aunque la falta de documentación impide precisar la situación de Quesada y sus términos, al menos en 1300, estaba en poder musul(19) Según el ms. 9/201, fol. 181r., los padres de de Pedro Díaz de Toledo fueron Día Sánchez Palomeque y Teresa Gudiel, hija de Fernando Gudiel, señor de la torre de Esteban Hambrán, y hermana del arzobispo de Toledo don Gonzalo Gudiel. J. F. Rivera Recio, Los arzobispos de Toledo en la Baja Edad Media (siglos XII-XV), Toledo, 1969, pp. 67 y 72, don Gonzalo García Gudiel ocupó la sede primada desde 1280 hasta 1299 y su sucesor, don Gonzalo Díaz Palomeque, desde 1299 hasta 1310. La presencia de Pedro Díaz de Toledo en tierras jiennenses durante el pontificado de su tío, se confirma con un privilegio de Fernando IV, Valladolid, 15 de junio de 1300, en el que los tutores, en nombre del monarca, le ratifican la compra de la torre y heredad de Domingo Peláez (término de Jaén), “por fazer bien e merçed al dicho Pero Diaz e por muchos servicios que fizo al rey don Sancho, mio padre”, G. Argote de Molina, Nobleza de Andalucía, ed. Riquelme y Vargas, Jaén, 1991, pp. 353-355. (20) La posible recuperación de la villa y su posterior pérdida se fundamenta principalmente en noticias de genealogistas que invariablemente asocian la perdida de Quesada y su posterior recuperación a Pedro Díaz de Toledo que gobernaba el señorío en nombre de su hermano don Gonzalo Díaz Palomeque, arzobispo de Toledo, desde 1299 hasta finales de 1310; lo que significaría que entre 1295 y 1299, la villa volvería a dominio cristiano, para perderse de nuevo a partir de 1299. J. F. Rivera Recio, El Adelantamiento de Cazorla. Historia General, Toledo, 1948, p. 27 y J. de 192

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mán, ya que don Gonzalo Díaz Palomeque concedía la exención de la marzadga a los vecinos de Cazorla y de sus aldeas, entre las que se incluyen Toya, Dos Hermanas y Peal de Becerro21. La torre e iglesia de Santo Tomé, patronato de los Díaz de Quesada Por otra parte, la pérdida de la villa en 1295 obligó a una reorganización del señorío, Cazorla pasó a ser la cabecera del señorío y amplió su alfoz con los términos de Quesada que no habían pasado a dominio granadino. Así mismo, desde las últimas décadas del siglo XIII se renuevan las iniciativas repobladoras, cuya finalidad sería atraer nuevos pobladores y la creación o consolidación de pequeños núcleos de población, necesarios para asegurar el señorío. La documentación ofrece información de este proceso para tres lugares: El Retamar, Villamontín y Santo Tomé. Las primeras noticias sobre El Retamal datan de 126522, en esa fecha el arzobispo don Sancho de Aragón, concedía a Cazorla las alM. Carriazo, Colección diplomática de Quesada, pp. LXVIII-LXX, basándose en la información proporcionada M. Casiri (tomo II, p. 76), según la cual Muḥammad III (1302-1309) encomendó la dirección del ejército a su visir Ibn al-Hakīm, quien llevó a cabo la conquista de la villa, lo que permitía fechar una de las conquistas de Quesada a principios del reinado de Muḥammad III. Pero hay que tener en cuenta el privilegio original, otorgado por don Gonzalo Díaz Palomeque a su hermano Pedro Díaz de Toledo, el 13 de agosto de 1310, en el que se le concede los derechos de patronato de la iglesia de Santo Tome, el arzobispo especifica que el privilegio se le otorga por levantar a sus expensas la torre y cortijo de Santo Tomé que había servido de refugio ante los ataques granadinos, y porque había vencido en tres ocasiones a los musulmanes, pero en ningún momento se hace referencia a la pérdida o recuperación de Quesada, máxime cuando en esas fechas la villa estaba ya en poder del monarca castellano. (21) El privilegio fue otorgado el 18 de julio de 1300. Mª. M. García Guzmán, Colección Diplomática del Adelantamiento de Cazorla (1231-1495), Cádiz, 1991, doc. 28. (22) Colección Diplomática del Adelantamiento, doc. 23. El pontificado de don Sancho de Aragón abarca desde 1266 hasta su muerte en 1275 en las cercanías de Martos. J. F. Rivera Recio, Los arzobispos de Toledo..., pp. 63-65. 193

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deas, Burunchel y El Retamar, aunque el arzobispo especificaba que previamente tendrían que poblarse estos lugares. Un documento de principios del siglo XIV describe con cierta precisión como se ejecutó este proyecto: “El Retamal era caseria del arçobispo de Toledo, e que el arçobispo don Sancho de Aragon, nuestro anteçesor, que lo partio a escuderos e a otros vasallos e sus criados, e pues era caseria nuestra e fue en tierra de el, que es en termino de Caçorla...”23. Desconocemos la identidad de los beneficiarios, si fueron, tal como detalla el documento, personas del entorno del infante de Aragón o por el contrario vecinos del señorío, pero a pesar de los repartos de tierras no se consiguió la creación de un nuevo núcleo de población, aunque sí hay constancia de que se pusieron en explotación las tierras repartidas, pues se estableció que el diezmo de las cosechas perteneciera a la iglesia de Cazorla, y que la dehesa de El Retamar se aprovechara conjuntamente por los vecinos de Cazorla e Iznatoraf; así mismo, la mesa arzobispal se reservó parte de estas tierras, el donadio de El Retamar24. En cuanto a Villamontín o Villamontiel25, al menos en el siglo XIII sería un pequeño núcleo de población, pues se cita entre los lugares (23) Colección Diplomática del Adelantamiento de Cazorla, doc. 29. Esta información se encuentra en un documento otorgado por don Gonzalo Díaz Palomeque, 21 de septiembre de 1309, en que establece que los diezmos de las heredades de El Retamar se paguen a la iglesia de Cazorla. (24) En 1465, este donadío estaba en poder del alcaide Manuel Porcel y de un vecino de Cazorla. Colección Diplomática del Adelantamiento, doc. 222. (25) J. de M. Carriazo, Colección Diplomática de Quesada, pp. L-LIII, advierte que Villamontin aparece en la documentación de la segunda mitad del XIV como Villamontiel, aunque no localiza dicho topónimo, indica que debería buscarse en la cuenca del río de Toya. M. de Ximena Jurado, Catálogo de los Obispos de las Iglesias Catedrales de Jaén y Catálogo Eclesiástico de este Obispado, edición facsímil, estudio preliminar e índices de J. Rodríguez Molina y Mª. J. Osorio Pérez, Granada, 1991, pp. 16 y 128, al referirse a los acontecimientos de 1230, cita la conquista del castillo de Montiel, “que oy esta destruido en el termino de Cazorla, y retiene aora el mismo nombre de Montiel junto al mismo Río Guadalquivir en su ribera meridional, y junto a la Torre de Santo Tomé”. Igual localización en Historia de los célebres santuarios del Adelantamiento de Cazorla y milagrosas imágenes 194

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conquistados a los musulmanes e incorporado al término de Quesada26, desde la pérdida de esta villa pasaría a depender de Cazorla. Por lo que respecta a Santo Tomé, además de la documentación del Archivo de la Catedral de Toledo contamos con los fondos del condado de Garcíez27, cuyo titulares fueron los descendientes de Pedro Díaz de Toledo; en dichos fondos se encuentran algunos documentos medievales sobre Santo Tomé y de otros lugares del señorío; a través de ellos podemos conocer como surgió dicho lugar28 en las primeras décadas del siglo XIV y al mismo tiempo como se afincó en tierras andaluzas Pedro Díaz de Toledo, cuyos descendientes cambiaron el apellido Toledo por Quesada. El 13 de agosto de 131029, don Gonzalo Díaz Palomeque autorizaba a su hermano Pedro Díaz a levantar una iglesia, donde previamente “fiziestes a serviçio de Dios e de la dicha Eglesia de Toledo una torre muy buena e un cortijo a vuestra costa e en vuestra heredat, de el Santo Christo de Villacarrillo, Virgen de la Fuensanta, en Villanueva de el Arçobispo, y Nuestra Señora de Tiscar, de la villa de Quesada, por el licenciado don Fernando Alonso Escudero de la Torre, Madrid, 1669, fol. 21. En la documentación del siglo XVI se mantiene el topónimo Villamontiel, mientras que en la centuria siguiente aparece como Montiel. (26) El 7 de junio de 1247, don Rodrigo Jiménez de Rada concedía a su escudero Berenguel Fernández cinco yugadas de tierra en Villamontín. Esta donación fue confirmada por el cabildo de Toledo el 17 de julio del mismo año. J. de M. Carriazo, Colección Diplomática de Quesada, docs. 10 y 11. (27) El 6 de julio de 1626, Fernando de Quesada y Hurtado de Mendoza recibió de Felipe IV, el titulo de conde de Garcíez y vizconde de Santo Tomé. J. Valverde Fraikin, Títulos nobiliarios andaluces. Genealogía y toponimía, Granada, 1991, pp. 240-241 y 477-478. (28) Un primer avance sobre esta cuestión puede verse en Mª. M. García Guzmán: «Los orígenes del señorío de Santo Tomé (Jaén) en la Baja Edad Media», Os Reinos Ibéricos na Idade Média. Livro de Homenagem ao Profesor Doutor Humberto Carlos Baquero Moreno, Porto, 2003, vol. III, pp. 1043-1051. (29) A. H. N., NOBLEZA, Baena, CP. 6, doc. 3. De este documento original existe un traslado, sacado en Baeza, 31 de agosto de 1323. Baena, legajo 235. Apéndice Documental, doc. 1. 195

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en un lugar al qual vos pusiestes nonbre Sancto Tome, que es en termino de Cacorlla, un logar muy peligroso en tiempo de la guerra... desque aquella torre fue y fecha, en guisa fue y grand cava-lleria de moros desbaratados e vençidos por tres vezes...”. El arzobispo con la aprobación del deán, Alfonso Fernández, y del cabildo de Toledo otorgaba a Pedro Díaz y a sus descendientes el patronato de la iglesia de Santo Tomé con las siguientes cláusulas: El patrono y sus sucesores tendrían facultad para designar al clérigo que serviría la iglesia, cuya presentación se haría ante el arzobispo de Toledo, si éste se encontraba en Andalucía, o ante el arcipreste de Quesada30. Junto al derecho de presentación se le reconocía el de percepción del diezmo de la heredad de Santo Tomé, “por la costa que tomastes en labrar aquel logar en serviçio de la Eglesia de Toledo e para mantenimiento de la fortelza que y fieziestes en tiempo de la guerra”, estableciéndose que un tercio correspondería al clérigo de Santo Tomé y los dos restantes al patrono y a sus descendientes, quedando obligados a pagar la soldada del sacristán y a proporcionar los ornamentos litúrgicos de la iglesia. Y por último, Pedro Díaz de Toledo y sus descendientes pagarían anualmente en la festividad de Santo Tomé, media dobla de oro al arzobispo de Toledo en concepto de catedrático31. Pero el privilegio de 1310 iba más allá de la concesión del derecho de patronato, porque tal como se expone en el documento, la heredad de Santo Tomé era propiedad de Pedro Díaz y no de la mesa arzobispal, y contaba con todos los elementos necesarios para (30) Las villas situadas en la ribera meridional de Guadalquivir, Quesada y Cazorla y sus aldeas dependían eclesiásticamente de la diócesis de Toledo, mientras que Iznatoraf, Villanueva del Arzobispo y Villacarrillo estaban incluidas en la diócesis de Jaén-Baeza. J. Rodríguez Molina, El Reino de Jaén en la Baja Edad Media: Aspectos demográficos y económicos, Granada, 1978, pp. 84-86. (31) El catedrático era un tributo pagado, cada vez que se ocupaba la sede vacante, por cada uno de los clérigos de la diócesis al prelado en señal de reverencia y acatamiento. J. Rodríguez Molina, El Obispado de Jaén-Baeza (Siglos XIII-XVI). Organización y economía diocesanas, Jaén, 1986, p. 253. 196

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consolidar un núcleo de población, iglesia y un sistema defensivo, cortijo y torre32, que podría evolucionar como una jurisdicción exenta del Adelantamiento. Pero, al mismo tiempo, la normativa de la Iglesia de Toledo impedía cualquier merma de su patrimonio33, para solucionar este impedimento, don Gonzalo Díaz Palomeque estableció que Pedro Díaz de Toledo y sus descendientes “fagades guerra e paz a nos e a nuestros sucesores de la dicha torre”34, así los Díaz de Quesada, a través del pleito homenaje35, quedaban vinculados a los arzobispos de Toledo.

(32) Sobre las funciones de las torres en el espacio rural véase T. Quesada Quesada, El paisaje rural de la Campiña de Jaén en la Baja Edad Media, según los Libros de las Dehesas, Jaén, 1994, pp. 42-43, y R. L. Villegas Díaz: «Sobre el cortijo medieval: Para una propuesta de definición», Aragón en la Edad Media. Homenaje a la profesora Carmen Orcástegui Gros, Zaragoza, II (1999), pp. 1609-1626. (33) J. Sánchez Herrero, Concilios Provinciales y Sínodos Toledanos en los siglos XIV y XV, La Laguna, 1976, recoge numerosas disposiciones sobre el patrimonio de la Iglesia de Toledo. E incluso don Gonzalo Díaz Palomeque promulgó un estatuto, 27 de septiembre de 1300, en que se prohibía a los vasallos de la Iglesia de Toledo vender las heredades a personas poderosas, perdiendo el vendedor el dinero y el comprador la tierra que pasaría a ser propiedad arzobispal. A. de Benavides, Memorias de don Fernando IV de Castilla, tomo II, Madrid, 1860, pp. 227-228. (34) Cuando se producía el nombramiento de un nuevo adelantado, antes tomar posesión del señorío, prestaba pleito homenaje al arzobispo de Toledo por los castillos del Adelantamiento, tras este acto el adelantado quedaba encargado del gobierno y defensa del señorío, correspondiéndole el nombramiento de los alcaides. El caso de Santo Tomé es excepcional, ya que su torre fue costeada por Pedro Díaz de Toledo y en algunos casos sus descendientes nombraron al alcaide, dando lugar a conflictos con algunos prelados. Mª. M. García Guzmán: «Los orígenes del señorío de Santo Tomé...», p. 1048. (35) Sobre los vínculos vasalláticos generados por el pleito homenaje entre el señor de la fortaleza y el tenente, véase C. Quintanilla Raso: «La tenencia de fortalezas en Castilla durante la Baja Edad Media», En la España Medieval. V, Estudios en memoria del profesor don Claudio Sánchez Albornoz, II (1986), pp. 861-895, en especial 868-873. 197

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A pesar de esta cláusula, la titularidad de Santo Tomé provocó conflictos entre los Díaz de Quesada y los arzobispos de Toledo, llegando a su punto más álgido en el periodo comprendido entre 1440-1450, a principios de esta década Juan Carrillo, adelantado de Cazorla, se apoderó de la heredad de Santo Tomé, quedando en poder de los adelantados hasta 144936. El 7 de agosto, el arzobispo don Alfonso Carrillo ordenaba a Pedro de Acuña la restitución de la heredad de Santo Tomé a Pedro Díaz de Quesada; en la carta del prelado se insertaba el privilegio de 1310, pero con un significativo cambio, el término catedrático, tributo eclesiástico, fue sustituido por feudo37, plasmándose, así, las aspiraciones de los Díaz de Quesada, ya que suponía el reconocimiento de por parte de los arzobispos de Toledo de unos derechos más amplios que los concedidos por el derecho de patronato y de los derivados de la propiedad de la tierra. Por otra parte, los fondos documentales de la casa de Garcíez junto con las noticias aportadas por los genealogistas permiten realizar una aproximación a la trayectoria de Pedro Díaz de Toledo en el Reino de Jaén: El 4 de marzo de 132838 se reunían ante el escribano público de Jaén Juan Martínez, los herederos del citado Pedro Díaz “para partir las casas de Santo Tome y de Villa Montiel,..., de quanto pertenece a los herederos de doña Toda Roldan la mitad”. Este documento ofrece una valiosa información sobre los vínculos familiares de Pedro Díaz de Toledo y al mismo tiempo explicarían la (36) A. H. N., NOBLEZA, BAENA, c. 178. La década de los cuarenta fue especialmente conflictiva en el Adelantamiento de Cazorla, pudiéndose conside-rar la pérdida de la titularidad de Santo Tomé por parte de los Díaz de Quesada, como un episodio más de la lucha de bandos en el Reino de Jaén y que a su vez era reflejo de la inestabilidad política del reinado de Juan II. Mª. M. García Guzmán: «Úbeda y Cazorla..», pp. 88-96. (37) La carta de don Alfonso Carrillo está inserta en una confirmación de don Pedro González de Mendoza, fechada el 7 de agosto de 1484. R. A. H., Colección Salazar y Castro, ms. 9/ 1087, fols. 164r.-164v. (38) A. H. N., NOBLEZA, Baena, c. 178. 198

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formación de su patrimonio en el Reino de Jaén. Los comparecientes ante el escribano público de Jaén fueron los siguientes: Día Sánchez de Biedma en representación de su hermana Teresa Rodríguez de Biedma, viuda de Pedro Díaz de Toledo, y de los hijos de este segundo matrimonio, junto con los hijos del primer matrimonio con Toda Roldán: Teresa Sánchez, representada por su marido Per Afán de Sotomayor39; Johan Alfonso en nombre de María Sánchez, viuda de Gonzalo Díaz, y de sus hijos; y Fernán Díaz. Los datos de este documento puede complementarse con los aportados por G. Argote de Molina, B. Ximénez Paton, F. de Torres y el manuscrito de la Real Academia de la Historia “Asçendencia de los señores de la cassa de Garciez, desde Pedro Diaz de Toledo, primero señor de Garçies y Santo Tomé, que fue hermano de don Gonzalo Palomeque, arçobispo de Toledo”, obteniéndose una interesante visón de los vínculos familiares establecidos por Pedro Díaz de Toledo y por sus hijos, aunque las noticias son contradictorias para los primeros decenios del siglo XIV: Su primera esposa fue doña Toda Roldán, según Argote de Molina40, esta señora apellidada Pérez de Roldán, era de los Ponce, y señala que no tiene noticias de su sucesión. El mismo autor indica que en 1299, Fernando IV confirmó a Pedro Díaz de Toledo la propiedad de la Torre de Domingo Peláez, situada en el término de Jaén, que había sido adquirida con anterioridad por el dicho Pedro Díaz y por doña Toda Roldán41. Por otra parte, esta información confirmaría (39) En el documento de 1328 no aparece el apellido Sotomayor, pero en otro, otorgado en Jaén, el 4 de junio de 1337, Teresa Sánchez es citada como viuda de Per Afán de Sotomayor. A. H. N., NOBLEZA, Baena, c. 235. (40) G. Argote de Molina, Nobleza de Andalucía, p. 360. (41) Ibídem, p. 353. Esta torre y su heredamiento fue donado por Fernando III a Adán Velásquez, quien la vendió a Domingo Peláez, vecino de Jaén; posteriormente, su viuda doña Mayor vendió a Gonzalo Fernández, vecino de Martos, la mitad de este heredamiento, que finalmente fue adquirido por Pedro Díaz de Toledo y Toda Roldán. 199

el señorío de cazorla en la baja edad media

la presencia de Pedro Díaz en tierras jiennenses con anterioridad al pontificado de su hermano. Según el manuscrito de la Real Academia de la Historia42 la primera esposa de Pedro Díaz fue doña Toda Roldán de Sotomayor, aunque indica que no dejó descendencia. En cambio, para B. Ximénez Paton43 esta señora contrajo matrimonio con Día Sánchez de Quesada, hijo de Pedro Díaz de Toledo, este matrimonio no tuvo hijos, por lo que la villa de Garcíez pasó a su marido. Esta misma información es recogida por F. de Torres44. Siguiendo a G. Argote de Molina, el cortijo y torre de Garcíez fue donada a Sancho Martínez de Jódar en 1269, en esas fecha don Sancho era señor de Jódar y Bedmar45. Según el citado autor, don Sancho de Jódar solo tuvo una hija Juana Rodríguez de Jódar que contrajo matrimonio con don García Méndez de Sotomayor, señor de El Carpio46. Por su parte, T. Quesada Quesada47, plantea la hipótesis de que don Sancho Martínez de Jódar tuviese dos hijos y a su muerte, en torno a 1274 ó 1275, Jódar pasaría a su hijo Sancho Pérez de Jódar, mientras que Bedmar sería para su otro hijo, Sancho Sánchez de Bedmar; de manera que doña Juana Rodríguez de Jódar sería (42) R. A. H., Colección Salazar y Castro, ms. 9/201, fols. 181r.-192r. (43) B. Ximenez Patón, Historia de la antigua y continuada nobleza de la ciudad de Jaén. Dirigida al Ilustrísimo Señor don Alonso de la Cueva, primer duque de Bedmar, cardenal de la Santa Iglesia de Jaén, Jaén, 1628, ed facsímil Riquelme y Vargas, Jaén, 1983, p. 171v. (44) F. de Torres S. J., Historia de Baeza, (1677). Estudio y Edición de J. Rodríguez Molina, Jaén, 1999, p. 188. Según este autor, Día Sánchez de Quesada fue el primer señor de Garcíez y el segundo de Santo Tomé, pero en la p. 196 se contradice al referirse a Pedro Díaz de Toledo, como señor de las villas de Garcíez y Santo Tomé. (45) G. Argote de Molina, Nobleza..., p. 280. Jaén, 18 de marzo de 1269. (46) Ibídem, p. 273. (47) T. Quesada Quesada, La Serranía de Mágina en la Baja Edad Media. Una tierra fronteriza con el Reino Nazarí de Granada, Granada, 1989, pp. 94-97. 200

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hija de Sancho Pérez y nieta de Sancho Martínez de Jódar. Aunque señala que desconoce los motivos, por los que Garcíez pasó a poder de Pedro Díaz de Toledo. La solución a esta incógnita, la tendríamos en B. Ximénez Patón48, puesto que doña Toda Roldán y Sotomayor era la propietaria de Garcíez, pero quedaría sin resolver los vínculos de parentesco existentes entre doña Toda Roldán y don Sancho Martínez de Jódar49. Otra posibilidad, consistiría en que los Ponce compartiesen la propiedad del cortijo y torre de Garcíez, bien por compra o a través de enlaces matrimoniales, ya que en 1315, Pedro Díaz de Toledo y Juan Ponce establecieron una avenencia de la mitad que tenian y les pertenecia en el castillo de Garcies50. Aunque queda pendiente la solución de estas incógnitas, la documentación de la casa de Garcíez prueba que doña Toda Roldán fue la primera esposa de Pedro Díaz de Toledo y que sus hijos fueron Teresa Sánchez, Gonzalo Díaz y Fernando Díaz. Y que a partir de este matrimonio, Garcíez formó parte del patrimonio de los Díaz de Quesada51. (48) B. Ximenez Patón, Historia de la Antigua..., 171v. (49) M. Cabrera Sánchez, Nobleza, oligarquía y poder en Córdoba al final de la Edad Media, Córdoba, 1998, p. 56, indica que los Méndez de Sotomayor tuvieron propiedades en el reino de Jaén, en torno a las villas de Jódar y Bedmar, pero a finales del siglo XIV, Luis I Méndez de Sotomayor vendió la villa de Jódar al condestable Ruy López Dávalos. (50) G. Argote de Molina, Nobleza..., pp. 320, 360 y 375, aunque no dice de quién era hija doña Toda Roldán, especifica que pertenecía al linaje de los Ponce. Así mismo, indica que en 1290 era adelantado de la frontera don Hernán Pérez Ponce de León, y que algunos miembros de este linaje se llamaban Roldán, por descender del mariscal de Carlomagno. Esta noticia, independientemente de su descendencia de Roldán, explicaría en parte, los motivos del acuerdo entre Juan Ponce y Pedro Díaz de Toledo, sobre el castillo de Garcíez. (51) En 1455 se delimitaron los términos de Baeza y Garcíez, tras una demanda del concejo de la ciudad. A través de las declaraciones de los testigos se puede afirmar que en esa fecha los Díaz de Quesada aún no ejercían plenamente facultades jurisdiccional en Garcíez. Véase por el ejemplo el testimonio de 201

el señorío de cazorla en la baja edad media

En torno a 1314, Pedro Díaz de Toledo contrajo un segundo matrimonio con doña Teresa Rodríguez de Biedma, hija de Rodrigo Iñiguez de Biedma, caudillo de Jaén, y de doña Juana Díaz de Funes, hija del adelantado Día Sánchez de Funes, y sobrina de Payo Arias de Castro, señor de la villa de Espejo52. Los hijos de este segundo matrimonio fueron: Día Sánchez de Quesada, Ponce Díaz de Quesada y Juana de Quesada53. En esta generación se cambia el apellido Toledo por Quesada y al mismo tiempo se producen importantes cambios, que en base a los datos conocidos no pueden explicarse con precisión, pero que evidencian que solamente los descendientes del segundo matrimonio quedaron afincados en el reino de Jaén.

Gonzalo Ruiz de León: “Otrosy dixo que sabe e vido que en el dicho castillo de Garçies, que los alcaldes e justiçia de la dicha çibdad judgaban los pleitos çeviles e criminales...”, Colección Documental del Archivo Municipal de Baeza (Siglos XIII-XV), ed. J. Rodríguez Molina, Jáen, 2002, doc. 180, p. 374. (52) Según el manuscrito de la Real Academia, ms. 9/201, fol. 189r.-189v., la dote de doña Teresa Rodríguez de Biedma fue de 12.000 maravedíes, pagados por su tío Payo Arias de Castro en Córdoba, el 16 de julio de 1314. Según G. Argote de Molina, Nobleza..., p. 375, esta cantidad fue entregada a Pedro Díaz para pagar la hacienda comprada en Jaén a Juan García de Saavedra. Tanto G. Argote de Molina, Nobleza..., p. 360, como B. Ximenez Patón, Historia de la Antigua..., p. 171v., ofrecen las mismas noticias sobre la filiación de doña Teresa. Sobre Payo Arias de Castro, alcalde mayor y alcaide del alcázar de Córdoba, véase E. Cabrera Muñoz: «Orígenes del señorío de Espejo y la formación de su patrimonio territorial (1297-1319)», En la España Medieval. II. Estudios dedicados en memoria del profesor don Salvador de Moxó, Madrid (1982), tomo I, pp. 211-231, especialmente 215 y 216, donde se analiza su trayectoria política. (53) B. Ximenez Patón, Historia de la Antigua..., fol. 171v. G. Argote de Molina, Nobleza..., p. 360, cita como hijo único del segundo matrimonio a Día Sánchez de Quesada, mientras que Ponce y Juana, junto con Pedro Díaz de Quesada serían hijos de Día Sánchez. Pero en el documento otorgado el 4 de marzo de 1328, A.H.N., NOBLEZA, Baena, c.178, a la muerte de Pedro Díaz de Toledo, se especifica que Día Sánchez de Biedma representaba por poder que tenia de su hermana Teresa Rodríguez e sus fijos e del dicho Pedro Dias. 202

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Este proceso puede verse a través de dos documentos, el primero de ellos fechado el 4 de marzo de 132854, se trata del deslinde y reparto de los bienes dejados Pedro Díaz de Toledo en el Adelantamiento de Cazorla, los heredamientos de Villamontiel y Santo Tomé: La heredad y torre de Santo Tomé iría desde “la presa de Villamontiel, que es en el rio de Nubla, fasta los frexnos de la fuente del Guadalquivir e el rio de Nubla e fasta la Çeladilla Somera, que parte con Caçorla, e de la otra parte con (Joan) de Alaminos en Guadalquivir. E dieron los donadios de El Retamal a esta parte”. Mientras que la heredad de Villamontiel comprendía desde “el vadiello de Peal de Becerro, que es en el rio de Nubla, así como va el camino fasta el monte e como da en la torresiella que era don Llorente, vecino de Ubeda, que da en el rio Salado. E dieron esta parte que son en Guadalquivir en termino de Aznatoraf e el rincón de la presa ayuso entre Guadalquivir e el rio de Nubla”. Las partes acordaron que a los descendientes de doña Toda Roldán les correspondía la heredad de Villamontiel, mientras que Santo Tomé junto con El Retamal quedaron asignados a los hijos del segundo matrimonio. Independientemente de esta partición de bienes, llama poderosamente la atención que a la heredad de Santo Tomé se le haya unido El Retamal y Villamontiel, caserías pertenecientes a la mesa arzobispal, y en las que los prelados, a finales del siglo XIII, trataron de incentivar su repoblación. La falta de documentación impide conocer como llegaron El Retamar y Villamontin a ser propiedad de Pedro Díaz de Toledo; si partió de nuevas donaciones del arzobispo de Toledo o si el hermano del prelado adquirió las heredades a sus propietarios o si conjugó ambas opciones. En cualquier caso, los Díaz de Quesada habían conseguido un importante y cohesionado patrimonio en el señorío de Cazorla, pero al mismo tiempo, éste fue el origen de frecuentes conflictos con los arzobispos de Toledo. (54) A. H. N., NOBLEZA, Baena, c. 178. 203

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Las siguientes noticias datan de 135455, en este caso comparecieron antes Juan García y Diego Martínez, escribanos públicos de Toledo, Teresa Díaz, Toda Roldana, y Diego, “fijos que somos de Ferrando Dias, fijo de Pero Dias de Quesada, e de la dicha Teresa Díaz, otor-gamos e conocemos que damos e otorgamos por juro de heredad a vos Dia Sánchez, nuestro tio, hermano del dicho nuestro padre, fijo del dicho del dicho Pero Dias, toda la parte e el derecho que nos e cada uno de nos avemos e podriamos aver en qualquier manera e por qualquier rason en Garçies e en Villa Real, e en Santo Tome e en Mengibar e en Villa Montiel..”. Se precisa en la carta que dichos bienes son donados a Día Sánchez de Quesada sin ninguna condición, pero resulta extraño que los bienes de los hijos de Fernando Díaz pasen a poder de su tío sin ningún tipo de compensación económica, máxime cuando en el caso de Villamontiel y Santo Tome existía una escritura de partición entre los hijos de Pedro Díaz de Toledo, habidos en sus matrimonios con Toda Roldán y con Teresa Rodríguez de Biedma. Igualmente problemática es la inclusión de Garcíez y Mengíbar56 en la relación de propiedades que pasan a la titularidad de Día Sán(55) 1354. Abril, 8, Toledo. Este documento se encuentra inserto en un traslado sacado Baeza, 10 de junio de 1461. A. H. N., NOBLEZA, Baena, c. 102, doc. 4. (56) La incorporación de Mengíbar a las propiedades de los Díaz de Quesada es igualmente problemática, debido fundamentalmente a la falta de documentación, las noticias que tenemos son las siguientes: En 1242, Fernando III donaba a Sancho Pérez Pedralta la torre y heredad de Mengíbar. Esta donación se encuentra en un traslado sacado en 1372, que incluye otro de 1337, pedido por Lope García, sobrino de Teresa Sánchez, viuda de Per Afán de Sotomayor. Doña Teresa era hija de Pedro Díaz de Toledo y de Toda Roldán. A. H. N., NOBLEZA, Baena, c. 235. En 1286, el concejo de Jaén comunicaba al de Baeza que el rey les había concedido durante tres años, los derechos que Día Iñiguez y Día Sánchez tenían en Mengíbar. Colección Documental del Archivo Municipal de Baeza (Siglos XIII-XV), doc. 14. En 1340, Alfonso XI concedía a Men Rodríguez de Benavides el derecho a percibir la roda de Mengíbar. C. Quintanilla Raso: «Aportación al estudio de la nobleza en la Edad Media. La casa señorial de Benavides», Historia, Instituciones y Documentos, I (1974), p. 181. 204

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chez de Quesada, porque estos bienes llegaron, posiblemente, al patrimonio de Pedro Díaz de Toledo a través de sus dos matrimonios, y por las leyes de herencia correspondían a los hijos y descendientes de uno u otro matrimonio. Aunque también hay que tener en cuenta, en base a las noticias recogidas por G. Argote de Molina, que en el Reino de Jaén se produce una fragmentación de los heredamientos surgidos a raíz de la conquista, daría lugar a diferentes propietarios compartiesen la titularidad sobre un mismo lugar, es el caso de la ya citada Torre de Domingo Peláez57. Otro factor a tener en cuenta es que no conocemos el testamento de Pedro Díaz, en que se relacionarían todas sus propiedades, no solo en el Reino de Jaén sino también en otros lugares, porque según las noticias del manuscrito de la Real Academia a lo largo de su vida compró diversas propiedad rústicas, y, también, recibió donaciones de Fernando IV: Además de la heredad y Torre de Domingo Peláez y de la hacienda comprada a Juan García de Saavedra58, situadas en término de Jaén; tenía casas, huertas y aceñas en Toledo, Mengibar y Villa Real59; recibió de Fernando IV los pechos y derechos, pertenecientes a la Corona, en la aldea de Muñera (Alcaraz). A este conjunto de bienes y derechos habría que añadir la heredad de Santo Tomé, junto El Retamal y Villamontiel, en el Adelantamiento de Cazorla. Para finalizar, la trayectoria de Pedro Díaz de Toledo en el Reino de Jaén no quedó limitada al gobierno del señorío de Cazorla, en nombre de don Gonzalo García Gudiel y de don Gonzalo Díaz Palomeque, ya que al morir este último en 1310, Pedro Díaz permaneció en tierras jiennenses, en 1320 era alcaide de los castillos de Bélmez (57) G. Argote de Molina, Nobleza..., pp. 353-355. (58) Ibídem, p. 375. (59) El 3 de febrero de 1322, don Pedro Díaz de Toledo daba poder a su hijo Fernando Díaz para que cobrase las rentas en Toledo, Villa Real y Mengíbar. R.A.H. Colección Salazar y Castro, Ms. 9/201, fol. 185r. 205

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y Begíjar60. Pero al mismo tiempo, sus vínculos familiares con los prelados toledanos le facilitarían su entronque con linajes jiennenses destacados61, manteniéndose estos vínculos en las generaciones siguientes. Apéndice Documental 1310. Agosto, 13, (s. l.).- Don Gonzalo Díaz Palomeque, arzobispo de Toledo, otorga a su hermano Pedro Díaz de Toledo, los derechos de patronato en la iglesia de Santo Tomé. A.H.N., NOBLEZA, Baena, CP. 6, doc. 3. Sepan quantos esta carta vieren como porque nos don Gonçalo por la graçia de Dios, arçobispo de Toledo, primado de las Españas, legado de la Santa Eglesia de Roma e chançeller de Castiella: Fallamos que vos Pero Diaz, nuestro hermano, fiziestes a serviçio de Dios e de la dicha Eglesia de Toledo una torre muy buena e un cortijo a vuestra costa e en vuestra heredat, en un lugar al qual vos pusiestes nonbre Santo Tome, que es en termino de Cacorlla, un logar muy peligroso en tiempo de la guerra et en el qual logar reçibio Dios muchos serviçios desque aquella torre fue y fecha, en guisa que fue y grand cavalleria de moros desbaratados e vençidos por tres vezes e an escapado en aquella torre muchos christianos de muerte e de cautivazion. Pidiestes nos merçed que vos diessemos liçençia que fiziessedes en aquel logar una eglesia que oviese nonbre Santo Tome, porque en tal dia fueron los moros vençidos en aquel logar e murieron y grand pieça dellos. Otro si que vos otorgassemos que (60) Colección Documental del Archivo Municipal de Baeza, doc. 40. (61) Ibídem, doc. 39, el 21 de noviembre de 1319, los concejos de Úbeda y Baeza firmaron una carta de Hermandad y entre sus acuerdos, establecen mantener la hermandad establecida con Pedro Díaz, Día Sánchez y Per Afán. 206

los orígenes del señorio de santo tomé (jaén) en la baja edad media

fuessedes padron de la dicha eglesia vos e los que vernan de vos, pues vos poblasteis el dicho logar en vuestra heredat e fiziestes la eglesia a vuestra costa e a vuestra mission. E nos con consentimiento de Alfonsso Ferrandez, dean, e del cabildo de nuestra Eglesia de Toledo damos (vos liçençia que fagades) en el dicho logar de Santo Tome una eglesia que aya nonbre Santo Tome e que ayades el derecho del padronadgo vos e los que vernan de vos por linea derecha e hereden el dicho logar de Santo Tome. E vos que presentedes el clerigo a nos, si fueremos allend el puerto en el Andaluzia, e sino que lo podades presentar vos e los que vernan de vos, segunt dicho es, al arçipreste de Quesada e el que faga la insti-tuçion por nos. Et tenemos por bien e ordenamos que el diezmo de la vuestra heredat que avedes agora en el dicho logar e avredes cabade-lante e de los otros pobladores que fueren en el dicho logar de Santo Tome que se parta desta guisa que se sigue: la terçera parte que aya el clerigo e las dos partes que las ayades vos e los que vernan de vos, segunt dicho es, por la costa que tomastes en labrar aquel logar en serviçio de la Eglesia de Toledo e para mantenimiento de la fortaleza que y fiziestes en tiempo de la guerra. E que seades tenudo de pagar la soldada al sacristan e de dar vestimenta e libros e caliz e conplimiento de candelas e de olio. E que fagades guerra e paz a nos e a nuestros sucesores de la dicha torre e que paguedes cada año a nos e a los nuestros sucesores por nonbre de cathedratico media dobla de oro el dia de Santo Tome e que la reçiba por nos e en nuestro nonbre el arçipreste de Quesada. E porque esto sea firme e non venga en dubda mandamos vos dar esta nuestra carta seellada con los seellos, nuestro e del cabildo de la Eglesia de Toledo. E nos Alfonsso Ferrandez, dean, e el cabildo de Toledo entendiendo que todo lo sobre dicho es a serviçio de Dios e de la Eglesia de Toledo otorgamoslo e consentimos en ello e por mayores firmezas mandamos seellar esta carta con el nuestro seello del cabildo. Fecha treze dias de agosto era de mill e trescientos e quarenta e ocho años. 207

208 Ponce Díaz de Quesada

c/ 2. Teresa Rodriguez de Biedma

Dia Sánchez de Quesada c/ Mayor de Biedma



Juana de Quesada c/ Beltrán de Guevara

Teresa Díaz Toda Roldán Diego Díaz

Fernando Díaz c/ Teresa Díaz

Gonzalo Díaz Palomeque, Arz. De Toledo († 1310) Gonzalo Díaz c/ María Sánchez



Teresa Sánchez c/ Per Afán de Sotomayor

Pedro Díaz de Toledo († h. 1328) c/ 1. Toda Roldan

Dia Sánchez Palomeque c/ Teresa Gudiel

el señorío de cazorla en la baja edad media

LA GUERRA DE GRANADA EN LAS PROBANZAS DE HIDALGUÍA: LOS AMADOR DE LEZCANO, HIDALGOS DE CAZORLA Y QUESADA (*)

Introducción En el siglo XVI se producen importantes cambios en el Adelanta­ miento de Cazorla, relacionados muy directamente con la desaparición del reino nazarí de Granada. A comienzos de dicha centuria se introducen novedades significativas en el gobierno de las villas del señorío, junto con un aumento considerable de la presión fiscal, tanto real como señorial. Hasta entonces habían primado los intereses militares, de ahí que por concesión de los arzobispos de Toledo, los oficios concejiles solo podían ser desempeñados por aquellos que mantenían caballo y armas, independientemente de que fuesen hidalgos o caballeros de cuantía. Pero al finalizar la Guerra de Granada, el señorío perdió su condición de enclave fronterizo y con ello las posibilidades de promoción social y económica de sus vecinos. Así, la caballería de cuantía se convirtió en una pesada carga con escasos alicientes, pero plenamente vigente en el señorío a tenor del interés mostrado por los arzobispos de Toledo. Al mismo tiempo, los pecheros perdieron las exencio­nes fiscales, otorgadas a lo largo de la Baja Edad Media para asegurar la población y defensa del territorio. Ante esta situación, los cuantiosos, amparándose en la normativa arzobispal, trataron de monopolizar los oficios concejiles, en un intento fracasado por conservar su antigua posición de privilegio. Para ello era necesario excluir del gobierno municipal a los hidalgos, exentos de cargas fiscales y de la obligación de mantener caballo y armas por su pertenencia a la nobleza. Estas posturas encontradas (*) Pub.- en Anuario de Estudios Medievales, 32/1 (2002), pp. 333-359.

el señorío de cazorla en la baja edad media

dieron lugar a numerosos procesos: Por un lado, el concejo de Cazorla trataba de empadronar como pecheros a los hidalgos de la villa, que se veían obligados a conseguir su carta ejecutoria de hidalguía. Por otro, los hidalgos pleitearon con los cuantiosos hasta conseguir la mitad de los oficios del concejo de Cazorla. Estos procesos nos permiten aproximarnos a un grupo, muy importante en las ciudades de realengo del Reino de Jaén, los hidalgos, pero prácticamente desconocidos en los lugares de señorío. El memorial de los hidalgos y las ejecutorias de hidalguía En 1540 tiene lugar en Cazorla una junta de hidalgos, donde acuerdan presentar una demanda judicial ante el gobernador del Adelantamiento, el licenciado Noguerol, contra los cuantiosos de la villa, por “... el muy grande agravio que se les hazia de poco tienpo a esta parte en la dicha villa, en no admytillos a las suertes, uso y exerçiçio de los ofiçios publicos del conçejo de la villa que son alcaldes ordinarios y regidores y otros ofiçios e no dalles la mytad de los dichos ofiçios...”1. En un principio se personaron en el proceso treinta hidalgos vecinos de Cazorla2; incorporándose, posteriormente, diez más, afincados en otras villas del Adelantamiento como Villacarrillo o Villanueva del Arzobispo o en lugares cercanos como Huéscar o Baza. (1) Archivo de la Real Chancillería de Granada (ARCHGR), leg. 303, 457, 5. (2) Los hidalgos que iniciaron el proceso son los siguientes: Gonzalo de los Ríos; Francisco Godínez; Hernan Godínez; Jonás Godínez, menor de edad, representado por su tío Francisco; el licenciado Hernando Amador y su hermano Pedro Amador; los hermanos Fernando, Pedro y Diego Amador; Pedro de la Tovilla; Alonso de la Tovilla; Juan de Godoy; Pedro de Arazola; Francisco de Frías; Pedro del Campo el Viejo; Alonso Martínez Hidalgo; Luis Martínez Hidalgo; Pedro Hernández Noguerol, menor de edad, representado por su tío Fernando Amador; Diego Amador de Noguerol; Pedro de Caravaca; Gaspar de Robles; Pedro de Daza; Francisco Muñoz; Alonso de los Ríos; Ximén López Dispero, Fernando Dispero; Francisco de Bustos; Juan de Bustos; Bartolomé de Bustos, menor de edad, representado por su tío Francisco; y Alonso de Berrio. M. M. García Guzmán: “Régimen municipal en el Adelantamiento de Cazorla (1231-1546)”, en Boletín del Instituto de Estudios Giennenses, CLXVIII (Jaén, 1998), p. 111. 210

la guerra de granada en las probanzas de hidalguía

Los hidalgos presentaron un elaborado Memorial3, en el que recogen todos los linajes nobles que se establecieron en el Adelantamiento, desde el siglo XIV hasta la fecha del proceso: Adelantado Alfonso Tenorio (circa 1388-circa 1422) Rodrigo de Perea (1425-1438) Pedro de Acuña, conde de Buendía* Lope Vázquez de Acuña, cd. de Buendía (circa 1448-circa 1487) Hurtado de Mendoza (c. 1488-c.1506) García de Villarroel (1507-1527) Alonso de Acevedo, conde de Monterrey (1527-34) Francisco de los Cobos Diego de los Cobos (1534)

Linaje Álvarez de la Torre Amador de Lezcano Ayvar Godínez López Dispero Muñoz Ríos Berrio Caravaca Fernández Noguerol Hernández de Toledo López de la Torre Tovilla Bustos



Céspedes Frías Quevedo Martínez de Arazola Daza Villarroel Godoy Pérez Del Campo Martínez Hidalgo

*En el Memorial de los hidalgos se refieren siempre al conde de Buendía sin especificar si se trata del padre o del hijo; así Pedro de Acuña fue nombrado adelantado el 26 de marzo de 1448 y su hijo, comenzó a gobernar en torno al 1455.

(3) El Memorial de los hidalgos está contenido en la demanda interpuesta por los

hidalgos de Cazorla contra los caballeros de cuantía. ARCHGR, 303, 457, 5.

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En total se aportan datos de veinticuatro linajes; para trece de ellos, las noticias se remontan a fechas tempranas, últimos decenios del siglo XIV o primeros del siguiente, por lo que la mayoría de las familias de hidalgos se afincaron en el Adelantamiento en un periodo relativamente corto, unos cincuenta años, coincidiendo con el gobierno de los adelantados Alfonso Tenorio4 y Rodrigo de Perea5. Estos años fueron decisivos en la evolución del señorío, se le dota de una sólida organización militar y prueba de ello es la intensa actividad de sus milicias en la frontera. A estas circunstancias hay que añadir la estancia, prácticamente, continuada de estos adelantados en el señorío, lo que significaría la presencia en esas tierras de miembros de su familia, parientes, criados, gentes de armas, en definitiva las amplias clientelas, propias de personajes de elevado rango social como eran los adelantados de Cazorla. Algunos de ellos, al amparo del adelantado, obtendrían la tenencia de las fortalezas y oficios re(4) Don Alfonso Tenorio fue nombrado adelantado de Cazorla por su tío, don Pedro Tenorio, arzobispo de Toledo. Este prelado intervino muy directamente en el gobierno de su señorío, cabe destacar una reorganización del territorio con creación de La Moraleja como villa independiente de Iznatoraf, con el nombre de Villanueva del Arzobispo, y la adopción medidas para la repoblación de Toya, Pelos y Peal de Becerro, aldeas dependientes de Cazorla, entonces despobladas. Asimismo costeó a sus expensas la construcción de la torre del castillo de Cazorla. Su interés por el Adelantamiento se refleja en su testamento, en el que incluye una manda, destinada a la compra de armas para abastecer las fortalezas del señorío. E. Narbona, Historia de don Pedro Tenorio, arzobispo de Toledo, Toledo, 1624, fols. 130v. y 135r. M. M. García Guzmán, El Adelantamiento de Cazorla en la Baja Edad Media. Un señorío eclesiástico en la frontera castellana, Cádiz, 1985, pp. 150-151. Sobre el adelantado don Alfonso Tenorio véase I. Becerro y A. Franco Silva: “Cultura nobiliar y Bibliotecas. Cinco ejemplos, de las postrimerías del siglo XIV a mediados del siglo XVI, en Historia, Instituciones y Documentos, 1 (1985), pp. 277-291. (5) Rodrigo de Perea fue nombrado adelantado de Cazorla, el 15 de noviembre de 1425, por el arzobispo de Toledo don Juan Martínez Contreras, continuó desempeñando el oficio en el pontificado de don Juan Cerezuela, hasta su muerte, 1438, en tierras de Baza. M. M. García Guzmán, El Adelantamiento, pp. 68-69 y 151. 212

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lacionados con el gobierno del señorío, iniciándose, así, su afincamiento. Por otra parte, la presencia de hidalgos en el Adelantamiento se confirma en esas fechas con dos documentos señoriales, uno de don Pedro Tenorio, 1398, y el otro de don Sancho de Rojas, 1416; en ambos, los arzobispos de Toledo instan al concejo de Iznatoraf a que obliguen a todos sus vecinos a pechar, “e si hidalgos dizen que son, vengan ante nos a lo provar que nos somos jues dello”6. El Memorial ofrece la siguiente información sobre estos linajes: En primer lugar se cita a cada uno de los hidalgos que se establece en el señorío y al adelantado que lo gobernaba en aquellos momentos, por lo que en ningún caso se aporta una cronología exacta. Este mismo sistema de datación se utiliza con todos los varones de cada familia. En el caso que ésta quedase sin sucesión masculina, se hace referencia a la descendencia femenina, especifi­cándose en este caso los enlaces matrimoniales. Asimismo, se hace referencia a las pruebas documentales que aportan al proceso, siendo las más frecuentes las cartas ejecutorias de hidalguía7. El Memorial, además de estos datos, indica los oficios concejiles que desempeñaron los miembros de estas familias, porque el objetivo del pleito era probar que los hidalgos, a lo largo de toda la Baja Edad Media, entraron junto con los caballeros cuantiosos en la suertes anuales para desempeñar los oficios del concejo de Cazorla. Para los Amador de Lezcano, además de las noticias contenidas en el proceso de los hidalgos contra los cuantiosos, contamos con dos cartas ejecutorias de hidalguía, la obtenida por el licenciado (6) El documento de don Pedro Tenorio se otorgó en Toro, el 15 de junio de 1398, y se inserta en una carta de don Sancho de Rojas al concejo de Iznatoraf, Valladolid, 17 de diciembre de 1416. M. M. García Guzmán, Colección Diplomática del Adelantamiento de Cazorla (1231-1495), Cádiz, 1991, pp. 129-131. (7) Sobre este tipo de documentación véase, Marie-Claude Gerbet y Janine Fayard, “Fermeture de la noblesse et pureté de sang dans les concejos de Castille au XVème sècle: à travers les procès d´hidalguía”, en La ciudad hispánica durante los siglos XIII al XVI, Madrid, 1985, pp. 443-473. 213

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Hernando Amador y su hermano Pedro8 y la de su primo Fernando Amador9. En ambos casos el concejo de Cazorla los inscribió en los padrones de pecheros e intentó cobrarles los llamados pechos de pecheros. Ante esta situación, los Amador tuvieron que probar su hidalguía en la Real Chancillería de Granada. Los Amador de Lezcano Pedro Amador de Lezcano es el primer miembro de este linaje que se asienta en tierras jiennenses, según el Memorial10, durante el gobierno del adelantado don Alfonso Tenorio en las últimas décadas del siglo XIV. Aunque por otras fuentes se podría adelantar su llegada a mediados de ese siglo, afincándose en Quesada, villa cercana al Adelantamiento y que en su día perteneció a los arzobispos de Toledo. Entre las pruebas aportadas para demostrar la hidalguía de los Amador hay que destacar el testimonio escrito de don Felipe de Lezcano, señor de la casa de Lezcano, fechado el 16 de mayo de 1541, en él certifica que: Hernando Amador, vezino de la villa de Caçorla, hijo legitimo de Diego Amador, difunto, vezino que fue de la dicha villa de Caçorla, nieto que fue de Hernando Amador, difunto, vezino de la villa de Quesada, visnieto de Gil Martínez Amador, vezino que fue de la villa de Quesada, revisnieto que fue de Pedro Lopez Amador de Lezcano, hijo legitimo de Garci Lopez de Lezcano, mi revisabuelo, señor que fue de la dicha mi casa e mayorazgo que agora tengo e (8) La carta ejecutoria de hidalguía de los hermanos Hernando y Pedro Amador está dada en Granada, el 13 de enero de 1546. ARCHGR., 301, 18, 1. (9) La ejecutoria de Fernando Amador está fechada en Granada, el 12 de agosto de 1540. ARCHGR, 301, 14, 10. (10) El estudio de este linaje se basa, fundamentalmente, en la documentación, antes citada, de la Real Chancillería de Granada, por lo que, solamente, se indicará mediante nota a pie de página, aquellos datos que no procedan del Memorial de los hidalgos ni de las cartas ejecutorias de hidalguía. 214

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poseo, que por herencia de mis antepasados tengo e poseo. Es el dicho Hernando Amado natural desta dicha mi casa de Lezcano e solar della e ansy lo fueron los dichos sus padre e aguelo, difuntos, sus antepasa­dos, desçendientes desta dicha mi casa e solar de Lezcano, al qual dicho Hernando Amador lo he tenido e tengo e le conozco por mi pariente e natural de la dicha mi casa e solar... Por esta presente carta çertifico e doy testimonio de verdad quel dicho Hernando Amador e los dichos sus padre e aguelo de suso nombrados e sus anteçesores son e fueron homes hijosdalgo de solar conosçido, naturales desta dicha mi casa de Lezcano e de linpia sangre ... que no pierda su libertad antigua e linpia sangre que sus antepasa­dos desta mi casa e provincia de Guipuzcoa ganaron con animos e generosos e esforçados en serviçio de sus reyes e de la Corona Real..11.

Con este testimonio se ratifican los vínculos de parentesco de los Amador del Reino de Jaén con los Lezcano de Guipúzcoa, al ser reconocidos por el titular del mayorazgo como sus parientes, al descender todos de García López de Lezcano. Gonzalo Argote de Molina en su obra Nobleza de Andalucía12, aporta información complementaria sobre este linaje. Según el citado autor, Pedro López Amador, era hermano de García López de Lezcano, señor de la casa de Lezcano, y fue uno de los caballeros que participó en la batalla del Salado, donde tuvo una destacada actuación, recibiendo de Alfonso XI la orden de la Banda al igual que otros caballeros del Obispado de Jaén. Asimismo lo cita como alcaide de Cazorla13. Por (11) Este testimonio se inserta en la carta ejecutoria de hidalguía del licenciado Hernando Amador y de su hermano Pedro. (12) G. Argote de Molina, Nobleza de Andalucía, reed. Jaén, 1991, p. 422. (13) Aunque este aspecto no puede confirmarse documentalmente, la tenencia de fortalezas estuvo estrechamente ligada a nobleza y sirvió para articular los vínculos entre alta y baja nobleza. C. Quintanilla Raso: “Acerca de las fortalezas andaluzas en la frontera granadina durante el siglo XV”, en Relaciones exteriores del Reino de Granada. IV Coloquio de Historia Medieval Andaluza, Almería, 1988, p. 255. 215

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otra parte, en el Manuscrito de los linajes de Baeza, de Antonio de Barahona14, de finales del siglo XV, se cita a García López de Lezcano como uno de los primeros pobladores de Baeza, tras su conquista. Estas noticias confirman la presencia de miembros de este linaje guipuzcoano en tierras jiennenses, incluso, en fechas anteriores a las dadas por las ejecutorias de hidalguía y por el Memorial de los hidalgos. Otro factor a tener en cuenta es la donación, otorgada por Alfonso XI en 133115, de la villa de Quesada a Úbeda, siendo el concejo ubetense el encargado de dirigir su repoblación. El paso a realengo fue acompañado con la concesión de importantes privilegios, para aquellos que tuviese “casas pobladas en el dicho logar de Quesada...”16. El concejo de Úbeda quedó encargado de la defensa del territorio, así como de nombrar al alcaide de Quesada. Con el cambio de jurisdicción, Alfonso XI potenció el realengo y, sobre todo, aseguró la permanencia de Quesada en los dominios cristianos y el control de una importante vía de comunicación con el Reino de Granada, la del Guadiana Menor, que ponía en contacto las tierras del Alto Guadalqui­vir con las comarcas granadinas de Baza y Guadix. Por tanto, en Quesada se dieron todos los elementos que caracteriza­ ron a los lugares de frontera y en donde primaron los intereses militares. Estas circunstancias facilitarían la llegada de gentes de armas dispuestas aprovechar las oportunidades que ofrecía la vida de frontera, entre ellos, posiblemente, Pedro López Amador17. (14) M. J. Parejo Delgado: “La obra de Antonio de Barahona y la historia social del Reino de Jaén en la Baja Edad Media”, en Boletín del Instituto de Estudios Giennenses, CLXX (1998), pp. 129-183, en concreto la 139. (15) El privilegio de donación fue otorgado en Sevilla el 22 de enero de 1331. J. de Mata Carriazo, Colección Diplomática de Quesada, Jaén, 1975, pp. 31-35. (16) Los privilegios para incentivar la población de Quesada fueron otorgados por Alfonso XI en Sevilla, el 26 de enero de 1331. J. de Mata Carriazo, Colección, pp. 36-37. (17) Otra familia de hidalgos de Quesada, son los Sánchez Cepero, que presentan una trayectoria parecida a la de los Amador. En su caso se conserva una carta de Enrique II, en la que se reconoce la nobleza de su linaje y los servicios prestados a la 216

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A través del Memorial de los hidalgos y de las ejecutorias de hidalguía de los Amador se puede reconstruir el árbol genealógico de esta familia (Véase cuadro genealógico de los Amador). De Pedro López Amador y de su hijo Andrés Martínez Amador a penas tenemos noticias, porque los testimonios, recogidos en las cartas ejecutorias de hidalguía, se remontan como máximo al bisabuelo de los litigantes, en cambio de sus descendientes conocemos más datos: Gil Martínez Amador: Estaba casado con Teresa Sánchez, el matrimonio tuvo cinco hijos, tres varones y dos mujeres, siendo Hernando, el mayor de los varones. Su posición social y económica estaría consolidada en Quesada, pues en todas las declaraciones de los testigos se hace referencia a que su casa era una de las más ricas de la villa y que se encontraba junto al alcázar, hospedándose en ella Enrique IV, en una de sus entradas en el Reino de Granada18. Gil Martínez Amador participaría de lleno en toCorona en la frontera jiennense. J. Rodríguez Molina: “La frontera entre Granada y Jaén fuente de engrandecimiemo para la nobleza (siglo XIV)”, en Relaciones exteriores del Reino de Granada. IV Coloquio de Historia Medieval Andaluza, Almería, 1988, pp. 237-250. Los Amador tendrían un documento parecido, porque en todas las declaraciones de los testigos se hace referencia que Gil Martínez Amador 1amentaba más la destrucción de dicho documento que la pérdida de su casa y bienes, como consecuencia de una entrada de los granadinos en Quesada. (18) Aunque los testigos no aportan la cronología exacta, las entradas de Enrique IV en el Reino de Granada están suficientemente documentadas. Estas se realizaron con carácter anual, en los meses estivales de 1455 a 1458. Según Diego de Valera, Memorial de Diversas Hazañas. Crónica de Enrique, ordenada por mosén.... ed. Juan de Mata Carriazo, Madrid, 1941, p. 50, el ejército castellano a mediados de julio de 1458 corrió la comarca de Guadix. Posiblemente, los testigos se refieren a esta entrada y como en otras ocasiones las milicias de Úbeda y del Adelantamiento, partiendo de Quesada, seguían la vía de comunicación del Guadiana Menor para adentrarse en la comarca de Baza y Guadix. Además, el rey permaneció gran parte del verano de ese año en Úbeda. J. Torres Fontes, Itinerario de Enrique IV de Castilla, Murcia, 1953, pp 75-77. Aunque M. Ruiz Prieto, Historia de Úbeda. Estudio preliminar por A. Tarifa Fernández, Granada, 1991, pp. 121-122, fecha la estancia de Enrique IV en Úbeda durante el verano de 1456, hospedándose en aquella ocasión en casa de don Diego Fernández de la Cueva. 217

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dos los avatares de la vida fronteriza, así los testigos resaltan que tenía “syete o ocho cavallos en su casa, porque tenia tres hijos mançebos e dos yernos que todos seys yvan juntos a pelear con los moros del Reyno de Granada”19 y que en una de las frecuentes entradas de los granadinos en la villa, que podría fecharse según las declaraciones en torno a 146120, se quemó la casa y todo lo que había en ella, destacando, sobre todo, una ejecutoria de hidalguía21. En otros testimo­nios se hace referencia a que Hernando Amador tenía acostamiento de Enri-

(19) Testimonio de Periañez Halcón, pechero de Quesada, de ochenta años, en la ejecutoria de hidalguía de Fernando Amador. (20) Todos los testigos hacen referencia a los considerables destrozos causados en Quesada por los granadinos, sirve como ejemplo el testimonio de Juan de la Torre, pechero de Quesada, de 75 años, “e que al tienpo que los moros del Reyno de Granada aviso venido a la dicha villa de Quesada y quemaron muchas casas de vezinos della, podría ayer sesenta años, poco mas o menos ... y que entoces vido como a bueltas de las otras casas que quemaron en la dicha villa avian quemado la casa del dicho Gil Martinez Amador, quera la mejor casa y mas rica que avia en Quesada..”. Este testimonio se recoge en la ejecutoria de Fernando Amador, la probanza por testigos tendría lugar, en torno, a 1521, por lo que la incursión granadina debió producirse hacia 1461. La veracidad de este testimonio se confirma con un privilegio de Enrique IV otorgado el 8 de abril de 1461. El rey concedió a la villa de Quesada el importe de sus alcabalas durante diez años, para que reparasen las torres, muros y adarves de la cerca principal y cercasen el arrabal, “que agora los moros, enemigos de nuestra santa fe, quemaron e derribaron”. Juan de Mata Carriazo, Colección .., doc. 50, pp. 111-112. (21) La llamada Sentencia Arbitraria de 1446 contiene una relación de los hidalgos de Úbeda, ampliada en 1447 y 1449, pero no recoge, o no se conserva, a los hidalgos que estaban avecindados en los lugares dependientes de la ciudad, excepto Torreperogil. E. Toral Peñaranda, Úbeda (1422-1510), Madrid, 1975, pp. XXI y 18-25. Aunque la Sentencia obedece a fines fiscales, al limitar las contribuciones de los hidalgos que mantuviesen de manera continuada caballo y armas, la inclusión en este documento era un elemento que marcaba muy claramente las diferencias entre la sociedad ubetense. Lo que explica la importancia que se da en las probanzas por testigos al hecho de que los granadinos quemara la ejecutoria de hidalguía de los Amador. 218

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que IV22, lo que viene a confirmar la plena integración de esta familia de hidalgos en la aristocracia ubetense. Otro aspecto mencionado por todos los testigos es la participación de los Amador en el complejo entramado de los bandos ubetenses: En 1444, Juan II concedía a su hijo el príncipe don Enrique, Jaén, Andújar, Baeza y Úbeda con sus villas y aldeas. La formación del llamado Principado de Jaén23, dio lugar a la consolidación de un nuevo grupo político, dirigido por los favoritos del príncipe, don Juan Pacheco y don Pedro Girón; pero a su vez reactivó en Úbeda las luchas de bandos, dirigidos por los Cuevas y Molina24, al involucrarse más directamente los linajes ubetenses en política castellana. Esta situación se agudizó en reinado de Enrique IV, al conseguir Beltrán de la Cueva, hijo del regidor Diego Fernández de la Cueva, las más altas cotas de poder en la corte. Esta privanza permitió al bando de los Cuevas hacerse con las llaves del Alcázar ubetense e imponerse al bando contrario25. Pero las banderías se extendieron a los lugares dependientes de la ciudad; en este sentido, jugaría un papel determinante el nombramiento de los alcaides de Quesada por parte del con-

(22) En esos años se contabilizaron 185 vasallos de acostamiento en Úbeda y 27 en Baeza. M. J. Parejo Delgado: “Vasallos de acostamiento de Baeza y Úbeda (1462-1515)”, en V Centenario de la entrada en Guadix de los Reyes Católicos (1489-1989), Guadix, 1989, pp. 299­-311. La autora sólo recoge los apellidos de los vasallos de acostamiento que son al mismo tiempo miembros de los cabildos de ambas ciudades, por lo que no se puede confirmar la veracidad del testimonio, pero sí hay que destacar el elevado número de vasallos ubetenses. (23) M. González Jiménez: “Écija, señorío de los príncipes de Asturias”,en Écija en la Edad Media y Renacimiento, Sevilla, 1993, pp. 62-63. (24) M. J. Parejo Delgado, Baeza y Úbeda en la Baja Edad Media, Granada, 1988, p 152. J. Rodríguez Molina: “Bandos en las ciudades del Alto Guadalquivir. Siglos XV-XVI. Repercusiones”, en Las ciudades andaluzas (siglos XIII-XVI). Actas del VI Coloquio Internacional de Historia Medieval de Andalucía, Málaga, 1991, pp. 537-549. (25) En 1464, Enrique IV obligó a los linajes ubetenses firmar una concordia para poner fin a sus luchas. M. J. Parejo Delgado, Baeza y Úbeda, pp. 152-153. 219

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cejo de Úbeda, entre sus regidores, propagándose, de esta manera, las luchas a la villa26. El complejo entramado de los bandos se pone de manifiesto con gran precisión en las declaraciones de los testigos, destacando especialmente la del locuaz Alonso el Gordo27, natural de Úbeda y vecino de La Iruela: podría ayer mas de sesenta años que bibiendo este testigo en la villa de Quesada, seyendo mançebo, con Juan de Ribera, alcayde de la dicha villa, conosçio en ella a Gil Martinez Amador, visahuelo del que litiga .... e conosçio a Hernando Amador, ahuelo del que litiga en dicha villa de Quesada con casa poblada e hazienda ... hasta que al dicho Hernando Amador lo avian muerto en la dicha çibdad de Ubeda unos contrarios suyos que heran de la dicha çibdad del linaje de los San Martin...

Por medio de estos datos podemos reconstruir el encuadramiento de los Amador en los bandos ubetenses: Según se desprende de la declaración del testigo, Juan de Ribera sería alcaide de Quesada en torno a 1470; con anterioridad a esas fechas el regidor de Úbeda era un miembro destacado de bando de los Molina28. Este linaje, rival de los Cuevas, se adhiere al bando nobiliario y en el transcurso de la contienda entre Enrique IV y el príncipe don Alfonso, consigue hacerse con el Alcázar de Úbeda. En los años siguientes se declararon a (26) La designación de los oficiales del concejo de Quesada, así como del alcaide de su fortaleza, correspondió, desde la donación de Alfonso XI, al cabildo ubetense. La alcaidía se desempeñaba durante dos años y los nombramientos se sucedieron hasta septiembre de 1492. E. Toral Peñaranda, Úbeda, pp. 319-321. (27) Este testimonio se recoge en la ejecutoria de hidalguía de Fernando Amador y a pesar de la avanzada edad del testigo, 85 años, ofrece noticias muy interesantes sobre el linaje de los Amador y así como de la vida en la frontera. (28) La trayectoria de Juan de Ribera como miembro de la facción de los Molinas puede verse en E. Toral Peñaranda, Úbeda, p. 67 y siguientes. 220

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favor de la princesa Isabel29. Las posiciones contrarias las ocupaban los Cueva y sus partidarios, entre ellos el linaje de los San Martín30. La muerte de Hernando Amador, acaecida entre 1471-1475, puede considerarse como un episodio más de las luchas de bandos, especialmente violentas en los últimos años del reinado de Enrique IV, y en las que participaron los linajes nobiliarios de la zona. Pero este acontecimiento provocó cambios en los Amador de Lezcano, de los hijos varones de Hernando Amador, solamente Pedro continuó viviendo en Quesada, mientras que Diego y Hernando se afincaron en el Adelantamiento. En la documentación del Adelantamiento de Cazorla, Diego Amador aparece como alcalde de Cazorla en 1491, pero su llegada al señorío sería anterior a esa fecha, porque los testigos declaran que participó en las campañas de la Guerra de Granada junto con las milicias del señorío. Contrajo matrimonio en la villa con Juana Muñoz, hija de Pedro Muñoz. Según el Memorial de los hidalgos31, Pedro Muñoz fue regidor y alcalde de Cazorla durante el gobierno de los adelantados don Lope Vázquez de Acuña y don Hurtado de Mendoza. Este matrimonio supondría la consolidación de Diego Amador en la villa y su integración en la élite local (véase el cuadro genealógico de los Muñoz). Esta estrategia familiar, enlaces matrimoniales con miembros de familias de hidalgos, se mantiene en la generación siguiente, pero la incorporación del Reino de Granada permitió la ampliación de su ámbito geográfico. La presencia de gentes del Adelantamiento fue importante en la conquista y repoblación Baza32, en este contexto (29) M. J. Parejo Delgado, Baeza y Úbeda, p. 153. (30) Ibídem, p. 151 (31) El Memorial ofrece escasas noticias sobre esta familia: Alonso Muñoz se afincó en el Adelantamiento en la primera mitad del siglo XV, su nieto Cristóbal, hijo de Pedro Muñoz, obtuvo la carta ejecutoria de hidalguía en 1519. (32) En el Libro de Repartimiento de Baza aparecen como beneficiarios de vecindades 19 caballeros y 44 peones de Cazorla y 1 caballero y 11 peones de Villanueva del Arzobispo. M. A. Ladero Quesada, Granada después de la 221

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estaría el matrimonio de dos hijos de Diego Amador, Fernando y una hija, con dos hijos de Rodrigo Noguerol, escudero de las Guardas33 (véase cuadro genealógico de los Noguerol). Hernando Amador llegaría al Adelantamiento en fechas posteriores, posiblemente, en la primera década del siglo XVI, según las declaraciones de los testigos primero vivió en Liétor, villa de la Orden de Santiago, donde contrajo un primer matrimonio. De esta época los testigos resaltan la dedicación de Hernando Amador al oficio de las armas quel dicho Hernando Amador, padre de los que litigavan, fue muy buen escudero en tienpo de las guerras del Reyno de Granada e que avia hecho valentias e cosas de honbres esforçados e matado moros por su persona ...Tanbien sabia que habia estado en Ytalia, en guarniçion, en serviçio del rey catolico don Fernando..., sirviendole con armas y cavallo en compañia del Gran Capitan, e que habia echo cosas muy señaladas en Ytalia...34.

conquista. Repobladores y mudéjares, Granada, 1988, pp. 29-30. J. Castillo Fernández, “El origen del concejo y la formación de la oligarquía cuidadana en Baza (1492-1520)”, en Chronica Nova, 20 (1992), pp. 9-73. (33) Rodrigo Noguerol, escudero de las Guardas, recibió bienes en Baza. M. A. Ladero Quesada, Granada después, p. 113. El Memorial de los hidalgos ofrece interesantes datos sobre este linaje. Ruy Fernández Noguerol, comendador de las Bayonas, de la Orden de Santiago vivió en el Adelantamiento de Cazarla en la primera mitad del siglo XV, siendo adelantado Rodrigo de Perea y lugarteniente Martín de Avendaño, pero no llegó a establecerse de manera definitiva en el señorío. Su descendiente, Rodrigo Noguerol, vecino de Caravaca, tras la conquista de Baza se instaló en dicha ciudad. Una hija se casó con Fernando Amador y su hijo Juan Fernández Noguerol con una hermana de Fernando; este matrimonio vivió en Cazarla, pero al enviudar Juan Fernández Noguerol volvió a Baza, aunque sus hijos Pedro Hernández Noguerol y Diego Amador se quedaron en el Adelantamiento. (34) Ejecutoria de hidalguía del licenciado Hernando Amador y de su hermano Pedro. Testimonio de Francisco Polayno, hidalgo de Cazorla. 222

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A su vuelta de Italia se afinca en Cazorla, donde contrae matrimonio con María de Caravaca, hija de Rodrigo de Caravaca y de Juana de Estreme­ra, entroncando con dos familias de hidalgos del Adelantamiento35 (véase cuadro genealógico de los Caravaca). Los respectivos enlaces matrimoniales de los hermanos Amador afianzaron su posición en el Adelantamiento y permitieron su plena integra­ción en la oligarquía local. Pero la rápida aceptación de Diego y Hernando Amador por los hidalgos del señorío pone de manifiesto la existencia de unas relaciones o conexiones previas entre los hidalgos del Alto Guadalquivir, tanto de realengo como de señorío, y que se extendían a las comarcas cercanas. En este sentido es muy significativo que en todas las declaraciones, tanto de pecheros como de hidalgos, contenidas en las dos ejecutorias de hidalguías, se hagan continuas referencias a reuniones de hidalgos, como ejemplo tenemos la de Alonso Ortiz, hidalgo natural de Quesada y vecino de Granada en la parroquia de San José: E en el tienpo que este testigo tenia dicho que conosçia a los que litigavan e conosçio al dicho su padre e al dicho su abuelo, como todos ellos se tenian e nonbravan e trataban por homes fijosdalgo en su abito e manera e trato de sus personas e casas e como se juntavan e allegaban e aconpañavan con otros fijosdalgos que bibian en las dichas villas de Caçorla y de Quesada36. (35) Según el Memorial de los hidalgos, Rodrigo Muñoz, vecino de Caravaca, se afincó en Adelantamiento apellidándose Caravaca, allí contrajo matrimonio con una hija de Alonso Muñoz. Fue uno de los vecinos del Adelantamiento que murió, junto con el adelantado Rodrigo de Perea, en 1438 en tierras granadinas. La familia Estremera no aparece recogida en el Memorial, porque eran hidalgos de Úbeda, aunque algunos de sus miembros vivieron en el Adelantamiento. Sobre este linaje ubetense puede verse, E. Toral Peñaranda, Úbeda, pp. 191, 202, 243. (36) Ejecutoria de hidalguía del licenciado Hernando Amador y de su hermano Diego. 223

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En otros testimonios se habla de ayuntamientos de hidalgos, “e se avian ayuntado en los ayuntamientos de los omes hijosdalgos”37. E incluso en la demanda presentada por Fernando Amador, 23 de agosto de 1521, se alega que “como ome hijodalgo se avia ayuntado en los ayuntamientos de los omes hijosdalgos”. La existencia de estas reuniones, limitadas a los pertenecientes a este sector de la nobleza con la exclusión de otros grupos, como los caballeros de cuantía, muy significativos en el Adelantamiento, se utilizan a lo largo del proceso para demostrar su pertenencia al estamento nobiliario al ser aceptado por sus iguales y para diferenciarse del resto de la población. Pero, las ejecutorias no aclaran la finalidad de estos ayuntamientos, aunque sí aparecen como asambleas institucionalizas, por lo que podrían estar relacionadas con las cofradías de hidalgos, frecuentes en el Reino de Jaén38. En cualquier caso, estos ayuntamientos de hidalgos presuponen la existencia de una solidaridad interna, de unos intereses comunes, y es otro factor a tener en cuenta en el proceso de afincamiento de los Amador en el Adelantamiento. El asentamiento en el señorío llevaría consigo la formación de un patrimonio39, pero las ejecutorias no aportan ningún dato sobre este (37) Testimonio de García Muñoz, pechero, en la ejecutoria de hidalguía de Fernando Amador. (38) Los testimonios no hablan expresamente de una cofradía de hidalgos en Cazorla, pero se conoce su existencia en varias localidades del Reino de Jaén, como Andújar o la propia capital, o en lugares muy próximos al Adelantamiento como Úbeda. A. Romero Martínez, “El asociacionismo del poder: Las cofradías de hidalgos y caballeros”, En la España Medieval, 18 (1995), pp. 142-145. J. de Mata Carriazo, Colección, p. CXIX, documenta una cofradía de hidalgos en Quesada, la del Santísimo Sacramento, fundada en 1283. En esas fechas la villa pertenecía al señorío de los arzobispos de Toledo. (39) Las ejecutorias no ofrecen ningún dato significativo en este sentido, se limitan a frases como “tenían sus bienes por sy e sobre sy” o “casas pobladas e bienes e hazienda”, pero siempre se pone de manifiesto que a pesar de tener bienes suficientes, los Amador nunca pertenecieron a la caballería de cuantía por ser hidalgos. Los protocolos notariales de Cazorla podrían aclarar este aspecto, pero los conservados 224

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aspecto, solamente las declaraciones de los testigos aclaran que los Amador vivían conforme a su condición nobiliaria, destacando la posesión de vestidos, objetos de plata, caballos, el hacerse acompañar por criados, en definitiva signo externos de riqueza acordes con su situación de privilegio en la sociedad. La guerra de Granada A lo largo de toda la Baja Edad Media Quesada y el Adelantamiento de Cazorla fueron enclaves avanzados en la frontera con el reino nazarí, esta circunstancia marcó la vida de sus gentes, de manera que el ejercicio de las armas y la defensa del territorio fue una tarea común a todos sus vecinos. Pero fue precisamente la actividad militar, el argumento utilizado por los hidalgos, en los procesos del siglo XVI, para demostrar su pertenencia a la nobleza y para diferenciarse de los pecheros, especialmente de los caballeros de cuantía, tan cercanos en cuanto privilegios y forma de vida en los siglos bajomedievales. De hecho, en el Memorial y en las ejecutorias de los Amador se hace constar en repetidas ocasiones que los hidalgos estaban exentos de mantener caballos y armas y de hacer alardes, quedando sus obligaciones militares limitadas a los llamamientos reales. Pero solapadamente dejan entrever que solamente deben servicio militar a la Corona, no así a los arzobispos de Toledo, señores del Adelantamiento, que seguían exigiendo a sus vasallos el cumplimiento de sus obligaciones militares. Generalmente, las probanzas de hidalguía en la primera mitad del siglo XVI se fundamentan en la legitimidad del linaje, género de vida corresponden a los últimos decenios del siglo XVI; no obstante, en el Catastro de Ensenada, los Amador de Lezcano, vecinos de Cazorla o Villacarrillo, aparecen entre los grandes propietarios de tierras en los términos de Cazorla-La Iruela. Cazorla, 1751. Según las Respuestas Generales del Catastro de Ensenada, Introducción N. Ball, Colección Alcabala del Viento, Madrid, 1993, pp. 29-36. M. J. Parejo Delgado: La obra de Antonio de Barahona, 148-149, evalúa el patrimonio rústico de la pequeña nobleza de Baeza y Úbeda entre los 70.000 y 2.000.000 de maravedíes. 225

el señorío de cazorla en la baja edad media

noble y exención fiscal. Pero es precisamente este último aspecto el más difícil de demostrar para los hidalgos del Adelantamiento, porque era una norma común que los concejos de frontera gozasen de amplios privilegios fiscales y, además, los caballeros de premia del señorío obtuvieron de los arzobispos de Toledo una amplia gama de privilegios que los acercaban a los hidalgos. Por otra parte, en Andalucía no existieron criterios uniformes en relación a la exención fiscal de los hidalgos40. A esto hay que añadir que en el caso del Adelantamiento, los arzobispos de Toledo consiguieron para sus vasallos la exención de impuestos reales desde fechas muy tempranas, finales del siglo XIV, aunque en esta época limitada a un determinado número de excusados. Pero a partir del reinado de Juan II, los señores del Adelantamiento fueron consiguiendo para la totalidad de la población la exención de pedidos y monedas, situación que se mantiene hasta los primeros años del reinado de Isabel I41. A partir de 1500 se vuelven a recaudar los servicios de Cortes, pero en esas fechas los hidalgos gozaban de exención fiscal, tanto de impuestos reales, como señoriales o concejiles. De manera que los alcaldes de los hijosdalgos no consideraron la exención fiscal como prueba de hidalguía en el proceso de Fernando Amador, sentenciando a favor del concejo de Cazorla,

(40) C. Quintanilla Raso: “Los hidalgos en la sociedad andaluza a fines de la Edad Media”, en Las ciudades andaluzas (siglos XIII-XVI), Málaga, 1991, pp. 424425, recoge una amplia gama de situaciones referentes al pago de determinados tributos por los hidalgos andaluces. (41) Don Pedro Tenorio obtuvo, para las villas de Cazorla y La Iruuela, el privilegio de 200 excusados de monedas, otorgado por Juan I. Posteriormente, el 12 de septiembre de 1443, Juan II concedía la exención de pedidos y monedas a los vecinos del Adelantamiento, entrado la franqueza en vigor una vez que finalizase otra dada anteriormente. Las prórrogas se van concediendo ininterrumpidamente hasta el 27 de marzo de 1477, fecha en la que los Reyes confirman un privilegio anterior de Enrique IV, en el que se concedía la exención durante doce años, a partir de 1475. Pero el privilegio tuvo escasa validez, puesto que a partir de esos años se recaudaría vía Hermandad. M. M. García Guzmán, El Adelantamiento, pp. 317-321. 226

la guerra de granada en las probanzas de hidalguía

fue porque la dicha villa de Caçorla e Quesada fueran francas de todos derechos, pechos, e serviçios e ansy lo avia sydo de tienpo ynmemorial a esta parte, fasta que la çibdad de Granada fue ganada de los moros42.

Por lo que fue preciso recurrir a otros elementos, como la actividad militar, para establecer las diferencias entre los cuantiosos y los hidalgos, por lo que siempre los testigos se refieren a un antes y un después de la conquista del Reino de Granada. En 1527, Carlos V enviaba una carta a las justicias de la villa de Cazorla, en la que ordenaba que guardasen a los hidalgos sus privilegios, porque faborescidos deven ser los hijosdalgos por los Reyes, pues con ellos hazen sus conquistas e dellos se sirven en tienpos de pas e de guerra, e por esta consideracion les fueron dados privilegios e libertades, especialmente por las leyes de nuestros reynos...43.

Recogiendo esta idea, los hidalgos del Adelantamiento, alegaron que sus obligaciones militares estaban limitadas a la convocatoria real. Esta prerrogativa, aunque cierta, oculta o no recoge otras realidades que se dieron en el señorío hasta la conquista de Granada: (42) Fernando Amador inició el proceso para la obtención su ejecutoria de hidalguía el 23 de agosto de 1521 y el 7 de agosto de 1523 los alcaldes de los hidalgos dictan una primera sentencia contraria al demandante. Tras la apelación y presentación de nuevas pruebas y testigos obtuvo la ejecutoria de hidalguía el 12 de agosto de 1540. (43) La carta de Carlos V, dada en Toledo el 27 de octubre de 1527, se incluye en la carta ejecutoria, fechada en Granada el 11 de septiembre de 1546, del pleito entre hidalgos y cuantiosos de Cazorla, cuya sentencia reconoce a los hidalgos el derecho a participar en las suertes anuales para la designación de los oficios concejiles sin tener que mantener caballo y armas y hacer alardes. ARCHGR, 303, 457, 5. 227

el señorío de cazorla en la baja edad media

Los llamamientos de hidalgos presentados como prueba documental en el pleito entre hidalgos y cuantiosos por los oficios del concejo de Cazorla, y su mención en numerosos testimonios44, confirman que algunos vecinos del Adelantamiento por su condición de hidalgos, fueron convocados por la Corona para participar en el ejército real y cumplir sus obligaciones milita­res45, siendo estos llamamientos más frecuentes a partir de 1485 para la Guerra de

(44) En las dos ejecutorias de hidalguía de los Amador, los testimonios recogen numerosas referencias a la participación de los miembros de este linaje en la Guerra de Granada, durante los reinados de Enrique IV y Reyes Católicos, acudiendo a los llamamientos de hidalgos. (45) El llamamiento de Juan II, fechado el 25 de junio de 1429, dice textualmente: “Yo el Rey. Por quanto por çiertas mis cartas firmadas de mi nonbre e selladas con mi sello, enbie a mandar a todos los fijosdalgos de mis Reynos que me viniesen a servir sobre la resistencia (sic) que yo entiendo hazer a los reyes de Aragon e de Navarra, por razon de la entrada que en mis reynos quieren hazer...”. Pero a instancia del adelantado de Cazorla Rodrigo de Perea, ante el peligro que suponía que el Obispado de Jaén quedase desguarnecido, exime a los hidalgos de dicho Obispado de acudir al llamamiento. A pesar de esta orden Sancho López Dispero, vecino e hidalgo de Cazorla, expone ante el concejo “que el estava presto e aparejado con su cavallo e armas para lo yr a servir, ansi como fijosdalgo, e dixo quel quería e avia de partir otro día, luego siguiente a donde la alta señoria e merçed del dicho señor rey estuviese...”. Ibídem nota 43. En el Memorial de los hidalgos se cita el llamamiento de 1429, al tratar el linaje Hernández de Toledo, en esa fecha Martín Hernández de Toledo, hidalgo, era alcalde de Cazorla. En la ejecutoria de hidalguía de Fernando Amador se recoge el testimonio de García Muñoz, pechero de Quesada, “que en el tienpo quel señor rey don Enrique, que aya santa gloria, avia venido a hazer tala en la Vega de Granada, avia avido llamamiento de omes hijosdalgo y que entoçes vido este testigo que avian venido a la dicha tala y guerra con el señor rey don Enrique el dicho Gil Martinez Amador e Hernando Amador, aguelo e visaguelo del que letigava, como omes hijosdalgo con sus armas e cavallo...”. Otros testigos declaran recordar llamamientos de hidalgos en el reinado de los Reyes Católicos para la Guerra de Granada. Sobre estas convocatorias reales, véase por ejemplo F. Veas Arteseros: “El llamamiento de hidalgos murcianos para la guerra de Portugal”, en Miscelánea Medieval Murciana, XI (1984), pp. 137-154. 228

la guerra de granada en las probanzas de hidalguía

Granada46. Es decir, los hidalgos tratan de limitar, a comienzos de la modernidad, el ejercicio de las armas al servicio directo y personal a la Corona, desvinculándose de las obligaciones de índole militar que debían a los señores del Adelantamiento. Asimismo no estarían obligados a cumplir la normativa arzobispal que exigía mantener caballo y armas como requisito imprescindible para desempeñar determinados oficios. Pero los intereses de los hidalgos del señorío en el siglo XVI eran diferentes a los de sus antepasa­dos, siendo precisamente la actividad militar y con ellas las posibilidades económicas y de ascenso social, lo que motivaría, en gran medida, su afincamiento en el Adelantamiento, a lo largo de los siglos bajomedievales. Aunque en el caso de los Amador no hay constancia documental, otros hidalgos llegaron al señorío como miembros de la clientela de los adelantados, un ejemplo claro lo tenemos en el linaje Tovilla. En la ejecutoria de Alonso de la Tovilla47 se recoge el testimonio de Gil de Valencia48, hidalgo y regidor de Úbeda: y que el origen de sus pasados eran naturales de la çiudad de Ubeda, de los primeros hijosdalgos que a ella vinyeron a vivir y que los dichos padre y aguelo y tio del que litigava eran deudos prinçipales, cavalleros hijosdalgos de la dicha çiudad de Ubeda y que tenian deudo con el comendador mayor de Leon Francisco de los Cobos y con sus pasados....

El nombramiento de Francisco de los Cobos como adelantado de Cazorla llevó a los Tovilla al señorío, un hermano de Alonso, Juan, fue alcaide de Cazorla. Otro ejemplo lo tenemos en el capitán San(46) M. A. Ladero Quesada: “Ejército, logística y financiación en la guerra de Granada”, en La incorporación de Granada a la Corona de Castilla, ed. Miguel Ángel Ladero Quesada, Granada, 1993, pp. 683-684. (47) ARCHGR, 301, 54, 20. (48) Sobre los linajes ubetenses Valencia y Tovilla, véase E. Toral Peñaranda, Úbeda, en especial cuadro XLIX y LV. 229

el señorío de cazorla en la baja edad media

cho de Pardo, pariente del adelantado don García de Villarroel, por quien fue nombrado alcaide de Iznatoraf y alcalde mayor de Iznatoraf, Villanueva del Arzobispo y Villacarrillo. En muchos casos, la protección del adelantado facilitaría el afinca­ miento en el señorío de hidalgos, pero siempre tendrían que hacerse con unos medios de vida que les permitiera continuar viviendo en el Adelantamiento, una vez que el adelantado hubiese cesado en el desempeño de su oficio, porque hay que tener en cuenta que no todos los hidalgos proceden de lugares cercanos como ocurre con los Amador. En este sentido, es muy significativo un mandamiento del cardenal Cisneros dirigido a los caballeros de premia del Adelantamiento; en dicho documento se establece los servicios militares que le deben como señor del Adelantamiento, aunque les permite recibir acostamiento de otros señores, bajo ciertas condiciones: ... que soys obligados a servir con sus personas e armas e cavallos e estar aperçebidos para cada e quando nos los mandaremos llamar, por lo qual les fueron dadas las prehemiençias, libertades e franquezas de que los deste nuestro adelantamiento gozan, no pagando los otros tributos hordinarios que los otros nuestros vasallos nos pagan, e otras preheminençias a ellos concedidas, an asentado y asientan de bibir, ende, con otros cavalleros y señores no lo pudiendo hazer, seyendo como son obligados a nos servir con su persona, cavallo e armas, de manera quando acahesçiese que nos los mandasemos por andar a los señores con quyen tienen asentado no podrían yr a nos servir y como quiera que por ello nos les podríamos mandar penar e castigar, pero porque puedan socorrer sus nesçesidades, no parando perjuyzio a los arçobispos, nuestros susçesores, thenemos por bien que en nuestro tienpo esos tales cavalleros contiosos e de premia puedan asentar, si quisieren con algun señor, las lanzas que quysieren con nuestra licençia, contando que con su persona e armas e cavallo sirva a nos, como es obligado, y porque no defraude con la lança que a nos a de servir el tal cavallero con quyen asentare, mandamos que tenga de mas y aliende del cavallo e armas con que a nos a de servir otro escudero 230

la guerra de granada en las probanzas de hidalguía

e cavallo e armas e quel pueda acudir al señor con quyen asentar (sic), e los mantenga de contino...49.

Aquellos que no cumpliesen el mandamiento arzobispal, caerían en prisión y se les confiscarían todos sus bienes. Además de estas duras penas, el cardenal impone la costosa obligación de mantener otra lanza jineta, restringiendo, de esta manera, la posibilidad de recibir acostamientos a los caballeros de cuantía. El documento, que puede fecharse a finales del siglo XV o primeros años del siguiente, es muy ilustrativo de la situación del señorío. La conflictividad generalizada en la Corona de Castilla unido a las necesidades de la frontera, habían hecho de la actividad militar una forma de vida, sobre todo para aquellos vecinos del Adelantamiento que por situación económica desahogada podían mantener caballo y armas, de manera que los acostamien­tos reforzaban esa forma de vida. Esta práctica debió de ser frecuente en el Adelantamientos50, tanto en hidalgos como en caballeros cuantiosos, pero planteó problemas a los arzobispos de Toledo. Estos podían exigir servicio militar a sus vasallos y no hay constancia de oposición por parte de los vecinos del Adelantamiento a (49) Archivo Catedral de Toledo, Obra y Fábrica, ms. 915, fols. 429v-430r. El documento es un traslado presentado por la Iglesia de Toledo en el proceso seguido contra el marqués de Camarasa, adelantado perpetuo de Cazorla. Está otorgado en la villa de Cazorla a 9 de septiembre, pero el traslado deja en blanco el año. Por otros documentos, se pueden fechar dos estancias del cardenal en el Adelantamiento, la primera en octubre de 1499 y la otra en septiembre de 1501, en todos los documentos, incluido el traslado, aparece el mismo secretario, Sebastián de Paz. (50) El 22 de marzo de 1503, el corregidor de Jaén recibe a Pedro de Jorquera, Juan de Jorquera, Martín de Jorquera, Francisco de Caravaca, Cristóbal de Caravaca, Cristóbal Muñoz, Jorge Moreno y Alonso de Salmera, escuderos y vecinos de Cazorla, como jinetes al servicio de los reyes, quedando obligados a mantener una lanza jineta. Archivo General de Simancas, Contaduría del Sueldo, leg. 7. Caravaca y Muñoz son linajes hidalgos. 231

el señorío de cazorla en la baja edad media

su cumplimiento en el periodo bajomedieval, excepto en casos muy concretos y que coinciden siempre con actividades militares fuera del Adelantamiento51. Pero una vez finalizada la guerra de Granada y con ella los alicientes económicos que ofrecía la vida de frontera, se percibe cierto rechazo a los servicios militares exigido por los arzobispos52, sobre todo cuando los escenarios eran tan lejanos como Mazalquivir53 y Orán. De manera que los señores del Adelantamiento se encuentran con dificultades para hacer cumplir los deberes militares a sus vasallos, además un sector de la población del señorío, aunque reducido, alegando su pertenencia a la nobleza, escapaba a las obligaciones generales que le debían sus vasallos; de ahí que trataran de recompensar a los caballeros de cuantía reservándoles los oficios concejiles que se sorteaban anualmente54.

(51) En 1427, los concejos del Adelantamiento, ante el posible ataque granadino, pidieron a don Juan Martínez Contreras que les eximiese de acudir a su llamamiento. M. M. García Guzmán: “Úbeda y Cazorla en la Baja Edad Media: Enfrentamientos por el control del espacio en el Alto Guadalquivir”, en Estudios sobre Patrimonio, Cultura y Ciencia Medievales, 1 (1999), p. 86. (52) Los vecinos del Adelantamiento contribuyeron a la pacificación de la sublevación mudéjar, iniciada en diciembre de 1499. El 13 de abril de 1500, el cardenal Cisneros comunicaba al gobernador del Adelantamiento don Juan de Velasco, las penas de deberían imponerse “algunos vezinos de las dichas villas que no fueron a la guerra, agora quando por nuestro mandado fueron llamados...”. Archivo Catedral de Toledo, Obra y Fábrica, ms. 915, fols. 290r.-290v. (53) M. M. García Guzmán, El Adelantamiento de Cazorla, pp. 88-89. A la muerte del cardenal Cisneros, el concejo de Cazorla envió a sus procuradores a la Corte, para pedir que “Lo que a esta villa e vezinos della deve su señoria reverendisima de sueldo de las guerras de Horan e Françia que fueron a servir syn darles cosa alguna..”. Cazorla, 13 de diciembre de 1517. Archivo Catedral de Toledo, Obra y Fábrica, ms. 915, fols. 299v.-300v. (54) A comienzos del siglo XVI, algunos oficios eran designados por los adelantados, recayendo, casi siempre, en hidalgos; mientras que otros, siguiendo la normativa foral se sorteaban anualmente. M. M. García Guzmán, Régimen municipal, pp. 111-116. 232

la guerra de granada en las probanzas de hidalguía

Pero en épocas anteriores, la guerra contra el Reino de Granada y la defensa de la frontera fue tarea común a todos los vecinos del Adelantamiento y en muchos casos se convirtió en una forma de vida, tal como se recoge en algunos testimonios de las ejecutorias de hidalguía, como el de Alonso el Gordo, vecino de La Iruela, que en repetidas ocasiones declara que iba a Quesada para entrar “a tierra de moros e a otras partes que como a la sazon todo el Reino de Granada hera de moros, este testigo avia usado mucho tienpo andar con una lança e un fardel a buscar su vida” o el de Fernando de Mescua, vecino de Quesada, “en aquel tiempo andava por el campo buscando aventuras en cavallo como escudero y corriendo la tierra de los moros avia tenido mucho trato e comunycaçion con el dicho Hernando Amador, que ansy mesmo era escudero e corrian ambos la tierra...”. Asimismo, era el escenario donde se conseguía fama y prestigio, como lo refleja la declaración de Francisco Polaino, hidalgo de Cazorla: Que los dichos Gil Martinez Amador e Hernando Amador, abuelo e visabuelo de los que litigavan, que fueron muy buenos escuderos e homes fijosdalgos e que en tiempo de las guerras de los moros que abian hecho cosas de valientes e honbres muy esforçados en peleas de moros. E ansy mismo abia oydo dezir quel dicho Hernando Amador, padre de los que litigavan, fue muy buen escudero en tienpo de las guerras del Reyno de Granada e que avia hecho valentias e cosas de hombres esforçados e matado moros por su persona e ganado mucha honrra en tienpos de las dichas guerras. Que lo tenian muchos cavalleros por honbre esforçado que le hazian mucha honrra..

Pero al mismo tiempo la defensa del territorio y la lucha contra los granadinos generó una serie de contribuciones y servicios de carácter militar que afectaron exclusivamente a la población pechera, tanto de Quesada como del Adelantamiento. Los testigos de la villa citan velas y servicio de atalayas y atajadores, los pecheros en ge233

el señorío de cazorla en la baja edad media

neral y por tanto los cuantiosos estaban obligados a cumplir estos servicios de vigilancia, no así los hidalgos. Los salarios de los que cumplían el servicio de velas, atalayas o atajadores se repartía entre los vecinos pecheros. El testimonio de Alonso el Gordo, natural de Quesada y vecino de la Iruela, describe perfectamente esta situación: E que en el tienpo antes que el Reyno de Granada se ganase se avia en la dicha villa de Quesada, por ser frontera de moros, de noche y de dia guardas e atalayas e velas e sobre guardas e questos llevavan çiertos maravedis por su trabajo e se lo pagavan e la paga dello hera repartida entre los vezinos de la dicha villa pecheros...55.

En Cazorla la situación era muy parecida, e incluso conocemos por un cuadernillos de cuentas, como se realizaron estos servicios militares, en el periodo comprendido entre octubre de 1427 y septiembre de 1428, en el que 30 vecinos de la villa sirvieron como atajadores y de ataladores, especialmen­te, durante los meses de abril a octubre, época del año en que las incursiones en ambos lados de la frontera eran más frecuentes. El término medio de duración de este servicio de vigilancia fue de un mes, percibiéndose un salario de 200 maravedíes56. Su coste se sufragó mediante un repartimiento entre los vecinos pecheros. En las ejecutorias, los testigos reiteran que los Amador nunca hicieron rondas, velas, ni fueron atajadores ni ataladores, ni contribuye­ron económicamente en estos servicios. Así, a mediados del siglo XVI la actividad militar sirvió para diferenciar a los hidalgos de los pecheros, pero al mismo tiempo la (55) Alonso el Gordo aparece como testigo en las probanzas del licenciado Amador y en las de su primo Fernando Amador, a pesar de su avanzada edad 80 años, su testimonio ofrece una visión muy detallada de la vida de frontera. (56) Los salarios de atajadores y ataladores ascendieron a 4.637 maravedíes. Estos servicios se realizaban en Puerto Llano, Puerto de Gil Garañón, Nava de Medio, Fuente de Guardahornillos, Fuente del Olivillo, Fuente Petexo y Salto de Fernán Martínez. M. M. García Guzmán: “Un cuadernillo de cuentas del concejo de Cazorla (1427-1428)”, en Anales de la Universidad de Cádiz, II (1984), pp. 159-174. 234

la guerra de granada en las probanzas de hidalguía

vida de frontera quedó grabada en la memoria colectiva de las gentes del Alto Guadalquivir, los testigos hablaban de las reuniones en las plazas de Quesada o de Cazorla, donde los hombres recordaban hazañas heroicas de sus mayores en las guerra contra los moros.

235

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Lic. Hernando Amador

Pedro Amador

Hernando Amador ø María de Caravaca

Diego Amador ø Juana Muñoz

Pedro Fernández Noguerol

Diego Amador

Fdo Amador ø Hija de Rodrigo Noguerol Pedro Amador Hija ø Juan Fdz. Noguerol

Pedro Amador

Hernando Amador ø Catalina González

Gil Martínez Amador ø Teresa Sánchez

Andrés Martínez Amador

Pedro López Amador de Lezcano

García López Lezcano, señor de la casa de Lezcano

Cuadro genealógico de Amador de Lezcano

el señorío de cazorla en la baja edad media

Rodrigo de Caravaca

Pedro de Caravaca

Pedro de Caravaca

Alonso de la Tovilla

Juan Robles Caravaca

Gaspar de Robles

Juan Alonso de Caravaca

Pedro Muñoz de Caravaca

María de Caravaca ø Hernando Amador

Rodrigo Alonso de Caravaca ø Juana Destremera

Rodrigo de Caravaca ø Hija de Alonso Muñoz

?

Cuadro genealógico del linaje Caravaca

la guerra de granada en las probanzas de hidalguía

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Pedro Fernández de Noguerol

Diego Amador

Juan Fernández de Noguerol ø Hija de Diego de Amador

Rodrigo de Noguerol

Ruy Fernández de Noguerol

Cuadro genealógico del linaje Noguerol

Cristóbal Amador

Hija ø Fernando Amador

el señorío de cazorla en la baja edad media

Pedro Muñoz

Francisco Muñoz

Juana Muñoz ø Diego Amador Cristóbal Muñoz



Alonso, clérigo

Pedro

Hernando Muñoz

Alonso Muñoz

Cuadro genealógico del linaje Muñoz

Hija ø Rodrigo de Caravaca

la guerra de granada en las probanzas de hidalguía

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