El pensamiento filosofico de Engels

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EL PENSAMIENTO FILOSÓFICO | DE ENGELS naturaleza y sociedad en la perspectiva teórica marxista

por GIUSEPPE PRESTIPINO

X

siglo A) editores méxico españa

argentina

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JNDAMULD

PREFACIO

PRIMERA PARTE LA ANTROPOLOGÍA FILOSÓFICA DEL MARXISMO y,

. Un compendio popular

IL

Una antropología económico-filosófica: los “Grundrisse” de Marx

. . . .

Fuerzas materiales y funciones culturales Aplicación de la ciencia a la industria “El origen de la familia” y la sociología diacrónica del marxismo Sociedad e instituciones Sobre la hipótesis de la desaparición del estado: representación de personas o “Administración de cosas” . Sobre la hipótesis de la desaparición del Sado: gestión estatal de la propiedad “general”

131

SEGUNDA PARTE EL CONCEPTO DE NATURALEZA Y LOS MÉTODOS DE LA CIENCIA

E

IX. La. relación hombre-naturaleza en Engels y Marx 151 La relación hombre-naturaleza después de Engels 175 XI Dialéctica de la naturaleza y desarrollo social en el marxismo de Lukács 191 . Las ciencias “naturales” y el método de la ciencia en general 213 231 . marxi smo como ciencia y como teoría política . El “Ludwig Feuerbach”, la dialéctica y el destino de la filosofía 243 . Modo “histórico” y modo “lógico”: ¿Engels malentendió a Marx? 273 . Modo “histórico'” y modo “lógico'”: las ciencias historiográficas 295 y filosóficas ÍNDICE DE NOMBRES

315

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Lasrelaciones de dependencia personal (en un comienzo, sobre una base totalmente natural) son las primeras formassociales, en las cuales la productividad humana

se desarrolla sólo en un ámbito restringido y en puntos

aislados. La independencia personal fundada en la dependencia con respecto a las cosas es la segunda forma importante en la que llega a constituirse un sistema de intercambio social general, un sistema de relaciones universales, de necesidades universales y de capacidades universales. Karl Marx, Grundrisse der Kritik der politischen

Okonomie En lugar del gobierno sobre las personas, aparece la

administración de las cosas. Friedrich Engels, Anti-Dúhring

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PREFACIO

En este libro se investiga el contenido filosófico del marxismo en las

obras de la madurez de Engels. Sin embargo, la interpretación del

pensamiento de Marx ocupa capítulos enterosy circula, evidentemente, por cada capítulo; en efecto, lo que se propone es una lectura de Engels a través de una nueva lectura de Marx. El procedimiento no es arbitrario,si se tiene en cuenta que en la “fabulosa” voluntad de colabo-

ración científica que animaba a ambos, Engels siempre realizó la tentativa más persistente de penetrar en la problemática del amigo y de serle fiel, en lo esencial. Muchos hoy sostienen que no tuvo éxito cuando trató de extender el horizonte de los descubrimientos marxistas y de generalizar su método. Pero no existe ningún análisis particularizado de la obra de Engels que conduzca a esa conclusión perentoria. De allí la oportunidad de emprender una investigación directa y analítica de la obra de Engels; de evitar los juicios unilaterales o preconcebidos; de precisar cuándo, dónde y cómo Engels avanza por el camino recorrido por Marx o se separa de él y lo pierde; en qué consiste su aporte al marxismo en el plano filosófico, y cuáles son, concretamente, los límites de su actividad científica. Este estudio no satisface plenamente tales exigencias, porque preva-

lece en él la búsqueda de úna perspectiva teórica: lo cual no inducirá

al lector, por cierto, a pasar por alto las infracciones a algunas reglas del trabajo historiográfico y filológico; no obstante, es deseable que el intento teórico tenga suficiente claridad e inteligibilidad en el curso de la argumentación. En su propósito de desarrollar desde el principio al fin un discurso unitario, este estudio es nuevo. Anticipaciones parciales se encontrarán en los escritos publicados en Crítica Marxista, en Logos y en la revista polaca Studia Estetyczne, en un volumen publicado 'en Berlín con ocasión del ciento cincuenta aniversario del nacimiento de Engels, en el prefacio a L'evoluzione del socialismo dalPutopia alla scienza y en las

actas de la reunión del Instituto Gramsci sobre UVomo, natura, sócietá. Pero la profundización de los conceptos, realizada en el ínterin, y la

exigencia de transferirlos a un' contexto diferente, que al exponer los resultádos de la investigación debía relegar a la sombra las vías de

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8 P,'REFA10

acteso más o menos ocasionales, han conducido a una yedacció totalmente nueva. ección cag

El libro se divide en dos partes. En la primera se contro, ideas de Engels con los esbozos de unaantropología filosóficay M las tes en el Marx de los Grundrisse y vitales para una re problemática antropológica de nuestro tiempo: con tal fin e a la captar incluso en las funciones superestructurales —y enlay , 1 ata de entre estructura y superestructura— la diferencia que Misa a han señalado, en la estructura economicosocial, entre f y “ngels ductivas y relaciones de producción. En cuanto se la e Pa Pro.

“ideas” y a las “normas” ideales, la diferencia puede o pt

por una línea divisoria “vertical” y ser expresada sellar e binomios: naturaleza-cultura y sociedad-instituciones e 108 dos

El primer capítulo constituye una a:

imació

limi

divulgación, a ds problemas que todala primer Pinar, ca se profundizar (y “formalizar”) Acamenta a Pone pretende hallar la clave Para una reconstrucció :d 1 "5e 4 nica que opera en el marxis e ento ES, Ismo-—y en el pensamien diacró: de Engels— fundas4d e a los Grundrisse acerca de las etapas 1

esarrollo histórico de las fuer ductivas mientras queen el capítulo sigui as j an4 guiente se intent; nea concesión al método de una lectura “sintoma”. de1 o llegar a algunos- corolarios concerni a el es L lentes a: las funciones culturales y 'mpatibles con el anterior análisi del tiv sis del proceso de las fuerzas produc-, as, tal como es qdelineado p por M eultima arx. La atención ió a las formas

Urales marxista se especifica, temática de da

en mono el cuarto

í capítulo, concentrán 4 dose en la

|

en la industria mode. Aa Peas, nel devuelven epliza, al plano la pr zu: En el quinto capítulo y, empla primer

í

mos. tres capítulos de rnppológico y sociológico de Engels. Los últ

,

sobre el desarrollo deusturalea, con un análisis que versa ahora vínculo inescindible 5 1 cea, de producción a on Plano el Pensamiento pa as fuerzas productiva s) ; y vuelve a prime! y en la tradición en, e 2 Primera parte abordan el tema, en Enges con a de las superestructuras sociales e institt cionales, La

teginda fa r referencia a la función del estado. e tr. es : a man2 ca dos, de algunos problsta, con elementos histórico-c más ríticos el sector designado e que la primera parte reúne en el e ar OS Concernientes a ml r el binomio naturaleza-cultura: en par epi

€ naturaleza y los ce usos humanos de la naturaleza y al oe

.

cla (a la ciencia de ERES al contenido y al método de la . naturaleza y a la “naturaleza” de la ciencia" 3

S

.

Y

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PREFACIO

:

9

El análisis comienza con una rápida reseña de las posiciones que asumen Marx y Engels, en tiempos posteriores, sobre el problema ue la inminente Crisis ecológica ha hecho hoy agudo) dela relación

entre el hombre y la naturaleza (capítulo 1x). Sigue el examen sumario de algunas orientaciones típicas del marxismo postengelsiano

(y de la ideología burguesa en cuanto aparece implicada, positiva, o _negativamente, por la presencia del marxismo) sobre el mismo tema. Finalmente, la indagación se detiene (capítulo x1) en el enfoque de

un gran teórico marxista contemporáneo (Lukács), el cual, en sus comienzos, había anticipado y promovido todas las sucesivas posiciones contrarias al fundamento que sostiene la concepción engelsiana de la naturaleza. En el capítulo xu se emprende una serie de minuciosas confrontaciones críticas entre la orientación engelsiana y algunos puntos de la epistemología moderna, para señalar los equívocos que se ocultan en el instrumentalismo y el dualismo entre “ciencias humanas” y “ciencias de la naturaleza”; para explorar la posibilidad de una base metodológica común a todas las ciencias; para aclarar (capítulo xm) en qué sentido también el marxismo es ciencia de procesos “comprobados con la misma precisión de las ciencias naturales”; para precisar (capítulo xrv) el significado de la dialéctica (y, con mayor generalidad, su contenido filosófico) en el marxismo; por último, para

tratar, reuniendo los hilos (capítulos xv y xvI), de hacer homogénea con la precedente lectura de los contenidos, o sea de los procesos reales tales como resultan del análisis marxista-engelsiano, la controvertida cuestión del método empleado por los dos teóricos en los proconcomicesos cognoscitivos y también teorizado en su doble pero tante articulación en un “modo lógico” y un “modo histórico” (en más propiamente una dimensión filosófico-dialéctica y una dimensión histórica o de la ciencia única la de ámbito el en historiográfica, historia como ciencia). en toda la segunLa acentuación de los propósitos histórico-críticos, en la polémica abierta, no siemda parte, explica algunas incursiones

(académicamente pre dirigidas hacia una evaluación preventiva de los interlocutores parprudente) del “peso” científico comparado ticulares, en la disensión o en el consenso. La intención, de todos el debate contemmodos, era hacer un discurso vivo, insertado en poráneo. o O No mesería fácil registrar los nombres de todos aquellos, vivos

desde su motivaciones no, que han hecho posible este trabajo, aclaraciones, originarias hasta su forma definitiva, suministrándome la utilización consejos o también estímulos polémicos, consintiéndome aliviándome de algunas fatigas, de instrumentos de investigación O

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entre ellas las que siguen'a la obra terminada. No

podría evitar las omisiones involuntarias. Pero no puedo callar mi d euda con Milena

Guarda: al compartir conmigo “los trabajos y los días”, ella siguió cón inteligencia las fases sucesivas de una elaboración que extrajo Eran provecho de sus observaciones y sus propuestas.

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1 UN COMPENDIO POPULAR

“Si deseáis una formulación absolutamente provocativa de este concepto especulativo, diré entonces: debemos al menos perseguir la idea de un camino hacia el socialismo que lleve de la ciencia a la utopía, y

no, como creía Engels, de un camino que lleve de la utopía a la ciencia”.* Contra esta afirmación, y contra las tendencias contemporáneasde las cuales es un índice significativo ¿se puede todavía hacer valer la concepción del socialismo científico compendiada por Engels en el famoso folleto al cual alude Marcuse? El 11 de agosto de 1884, a cuatro años de la primera edición de Del socialismo utópico al socialismo científico? Engels escribía a Paul Lafargue, que había preparado aquella edición: “Marx protestaría contra el «ideal» político, social y económico que vosotros le atribuís. Cuando se es «hombre de ciencia» no se tiene un ideal, se elaboran resultados científicos, y cuando, además, se es hombre de partido, se

combate para ponerlos en práctica. Pero cuando se tiene un ideal, no se puede ser hombre de ciencia, porque se ha tomado partido ya desde el comienzo.” ? Justamente por el radical contraste existente entre el pensamiento de Engels y los actuales propósitos de restauración de la utopía,* adquieren para nosotros actualidad las páginas de Del socialismo utópico al socialismo científico, para una nueva lectura que, a partir de ellas, nos conduzca a las obras teóricas engelsianas de la madurez. la reliEs indudable que Engels y Marx reconocieron siempre en como gión * la “quintaesencia” de las formas ideológicas, entendidas pero representaciones mistificadas de relaciones sociales concretas, aspiraciones que de (utópicas) idealizadas expresiones como también Por ello, nacen de los conflictos y las contradicciones de la sociedad. también las consideraron como una forma residual “de religiosidad

socialistas respuestas y propuestas utópicas de Feuerbach o de los de

no pocos puntos premarxistas,* si bien contenían, por otra parte, s y, por lo tanto, institucionalizada religiones las una acerba crítica de

de los dos influyeron de manera positiva sobre el itinerario cultural fundadores del socialismo científico.”

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LA ANTROPOLOGIA FILOSÓFICA DEL MARXI5M0

14 4

“joven Marx había develado el lado místic o de la dia.

VEAaciade Hegel, así también Engels se o Poner desnudo, en una de sus últimas obras, Econ am ivalentes al del

humanitarismo que se entrelaza Sea

perro

Feuerbach y aislar, en las páginas e Sc rie naturalista de so Yimg dedicadas a Saint-ura Simon, *-aa”,Fourier” y a Owen,” un núcle envolt místic o y2cional en la una positividad o una progre sividad de signif icado histórico que surge, de modo contradictorio, de aquel reflejo idea] de condiciones reales atrasadas (o que todavía no han llevado ala maduración) que es, para él, la utopía, Esto explica la partic ular

severidad de su juicio sobre la utopía restaurada y tardía de la cual veía en Diihring unescuálido ejemplo,' frente a la utopía de los Precursores, Es verdad que estos se enredaban en actitudes de un milenarismo + ético y ascético después de la gran revolución francesa, esto es, después del primer gran levantamiento de la completamente el lastre religioso y comba burguesía “que rechazó terreno político”.1? Pero también es cierto tió exclusivamente en el que, para una evaluación realista de los desarrollos del capitalismo y de la revolución socialista, faltaban todavía los elementos más maduros en los hiecho s: de aquí la utopía,” como sustituto de una todavía inexistente ciencia de la realidad “económica, soci al y política. Ello no obstante, tant o. SaintSimon como 'Owen

_ haturaleza en particula r ; más aun , Por sus raíces iluministas, profesaban una entusiasta y hasta excesiva confianza en el poder de la razón científica (piénsese, como ejemplo, en el vínculo existente entre las

Profe cíasintr cósmic as de Julio Verney el espíritu del saint-simonismo) .'* Más ansigent e y 2 Su manera más coherente en su ardor iconoclasta, la utopía de: nuestros días des deña también a las ciencias naturales y exactas, en las cual es de una ideología socialmente desvreconoce solamente los instrumentos iadora y conservadora (y por ende , otra “utopía” de signo negativo ), atribuyéndoles esa función de opiode los pueblos” religión;y, “unque mosque Marx en cambio había atribuido a li

trando su propensión hacia una total polit zación de la Praxis, conc ibe la. iniciativa política Voluntarista como impulso e intuición “carismática” —como diría

Gramsci—, 0 ao solamente de las masas, o bien Pare ce Inevitable) revolucionarias.solamente de las élites (el a ja En el radical repudio de la rl y de su función sobre las fuerzas productivas, ¿es lícito, quizá, pa nit el renova

do Anarquismo de trabajadores intelect Acs de su ante s ria rior cond n artesanal obligadouale Jvisión social de] trabajo ició s a DUE ñsadiso científico, y la yanál oga rebelión lu

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UN COMPENDIO POPULAR

vez más numeroso que de un ejército estudiantil de reserva cada sometidos al beneficio ficos cientí y os técnic os cuadr los stra sumini Esbozo de una crítica de la econocapitalista? Ya en su obra juvenil, la actividad intelectual afirmaba que mía política, de 1844, Engels la , anticipando, en cierto modo, gravita en la esfera de la producción y Lenin también señala-

Pero él temática de los Grundrisse de Marx. muchos cultores de las ciencias ban en la incongruencia filosófica de rlos a degradar el valor de induci físicas y naturales lo que puede ayer, la aceptación acrítica ctos: produ sus de citiva cognos vidad objeti idealistas y formalistas; hoy, icas, agnóst , antes domin gías ideolo de las instrumentalismo sociológico la adhesión a la ideología de un nuevo vocación de la la ciencia casi una que. ve en el uso capitalista de

, ciencia misma comotal. del ascenso capitalista siglos los de a clásic fía) filoso la (o Laciencia para la génesis históente, sufici no e aunqu rio, necesa es un supuesto es el significado del ste que,e os Creem fico. rica del socialismo cientí fico

ismo utópico al socialismo cientí segundo capítulo de Del social donde la fórmula

a de 1892, y del extenso prefacio a la edición ingles la filosofía clásica alemade ero hered ado etari “prol del siana engel las relaciones sociales burguesas na”15 indica quela crítica histórica de proletaria han surgido con el ción. revolu la de ca y la teoría políti fica del proceso capitalista, especí va objeti madurar de la modalidad y experimental, cuyos moal racion o de una herencia de pensamient , inglés las nuevas ciencias de la mentos 'nodales son el empirismo ciones y aplicaciones tecnolóinven s uiente consig las con naturaleza, mo crítico y enciclopedista ialis mater el rial, indust gicas de la época alemana, que culmina en a clásic fía filoso la y del siglo xvi francés tico y de la historicidad dialéc o métod la concepción hegeliana del

de lo real.**

la ciencia y el desconociLos equívocos acerca de los objetivos de están vinculados por ico, práct y teórico miento de su doble, aspecto, epción marxista conc la de lo general con la mala comprensiónfu erzas productivas materiales las de dialéctica la a concerniente a la dialéctica de las relaen su identidad-diversidad con respecto ciones sociales de producción. de precisar cómo debe entenEn los capítulos siguientes trataremos necesaria entre fuerzas correspondencia la de derse la teoría marxista superación necesaria de la de ende, por (y, y y relaciones de producción se determine entre los dos sectores) toda divergencia temporaria que capitadel contexto el en hoy, todavía si se la puede considerar válida' revolución científica y tecnológica.” lismo monopolista y de la nueva

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LA ANTROPOLOGIA FILOSÓFICA DEL MARXi54p

contemporánea, sa Para T. W. Adorno,'* en la sociedad industrial la potencialidag de acerca Marx de habría superado la hipótesis explosiva y revolucionaria inserta en las yari productivas, Porque las actuales relaciones de producción (incluyendo esa específica que es el estado función modelada según la racionalidad tecnológicatodo el proceso y

industrial) se habrían convertido en la esencia de habrían sometido totalmente, reconciliándolo con los propios fines de apropiación y de alienación, el desarrollo incesante y progresivo de

las fuerzas productivas (es obvio que en esta fórmula y en otras

similares, las relaciones de las que se trata son tan poco “relaciones de producción” que no dejan discernir diferencia alguna entre socie. dad capitalista y sociedad socialista). Ya Korsch creyó redimensionar

la validez de la dialéctica marxista de las fuerzas productivas y las

relaciones de producción, no sólo limitando su eficacia a la formación capitalista en su desarrollo clásico, sino interpretándola como simple

variante terminológica de la noción de un conflicto reductible al plano exclusivo de las relaciones de producción, esto es, del conflicto entre

la clase obrera (la “fuerza de trabajo” del análisis marxista) y la sociedad burguesa (el capital) .*? Ciertamente, la clase obrera es para

Engels, al mismo tiempo, una de las fuerzas productivas (la fuerza productiva fundamental) y la componente (fundamental) de una determinada relación social,?” pero esta convergencia de los dos conceptos en la única realidad de la clase obrera no implica en absoluto, como veremos, la simple reductibilidad del concepto “fuerza produc: tiva” al de “relaciones de producción”. En Engels, la terminología y los enunciados no siempre son rigu-

rosos, pero sería un error inferir de ello que la suya es una concepción a Igarizada, y metodológicamente atrasada _(neohegede elaborar ua o en len hoy a afirmar. Más bien conviene tr lejos de datar retro o de penetrar en la sistemática engelsiana q

cd cocoiaments sus caracteres esenciales con aa menos tparente+oy qe gdl de Mare, Esamie tid E or ¿bierno Mara Po dEl revelador de exigencias advertl E

de dos Dopeol ps e tar entonces, en Engels, un entrelazan: o

a examen: por así d e ona del E o entré estructura y Superest. ij siyisión. vertical (a edesde a

de 5el teteprimaria lace etunodcamen Pr entis históricamen más abstracta dinámica lógicamentemásabs

¡a productivas

hombre y la rito como expresión de la relació: > de las

eza, hasta la totalidad “sobredetermina Eximo | relaciones socia] 1ales concretas de producción). Veremos en los p! delos |

capít Pítulos, sobre la base de una lectura preliminar delos textos

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UN COMPENDIO POPULAR

al” y la “horizontal”) Grundrisse cómo esas dos coordenadas (la “vertic de los elementos antes operan también en el interior de cada uno utivas y de niveles indicados, señalando la presencia de fases consec productivas como superpuestos, tanto en la dinámica de las fuerzas superestructuras las en tanto ción, produc de nes relacio las de la en s,” cionale institu las en como culturales ación” Toda producción, dice en esencia Engels, es una “apropi s la . Mientra (Aneignung) de la naturaleza por parte del hombre apenas pudo actividad productiva, todavía escasamente desarrollada, s naturales distinguirse del acto del consumo individual de los recurso

como el consumo, se disponibles (caza, pesca, etc.), también ella,

ualidad. La realizó bajo el signo de la naturalidad y de la individ comuhasta y o colectiv sello su tenía que tribal, misma convivencia épocas históricas, no nitario, como la practicada en el curso de largas tareas, O división del implicaba todavía ninguna diferenciación de por ende no'“sólo trabajo, que no fuese “natural” (naturwichsige) y da en raíces inserta mente directa sino taria, rudimen y ánea espont de los dos es actitud las entre idad mentar comple la biológicas (como ión” producc de ativa “cooper aria embrion esa sexos en el trabajo, en entre los salvajes). Y que es, también según Lévi-Strauss, la familia trabajo, aunque elaboposteriormente, los primeros instrumentos de

generalizado de ellos, sino rados, no implicaban todavía un uso social uales”

de actos individ que exigían, casi sin excepción, una “serie (Reihe von Einzelhandlungen). en la génesis necesaria El principio de una mutación radical está productiva, engendrada por mente directa trabajo del función una de en esa “dirección del trabajo” el trabajo mismo y “nutrida” por él: es cas primitivas, se confunde históri formas sus en (Arbeitsleitung) donde, aria (asuntos comuembrion al tructur con toda otra actividad superes vertical) .?? En división artes: , nes de estado y de justicia, ciencias de una “apropiación de la io princip el reside a separad esta función la progresiva transformación del naturaleza según un plan”, mediante idad, de las fuerzas productigeneral mayor con trabajo humano (y, cuantitativo de la producción ento vas), que se concreta en un increm de productos con resrelativo excedente y, por consiguiente, en un productivo. La forma núcleo del pecto a los consumos individuales el carácter de mercancia es ativa cuantit rmación ejemplar de tal transfo confeconsiguiente carácter de cambio conferido al producto, con el que la primera

o. Puede decirse rido a la apropiación para el consum y por lo tanto

su primera ivas, socialización de las fuerzas product de producción en un sistema de relaciones sociales

transformación

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LA ANTROPOLOGIA FILOSÓFICA e DEL MARx15yo

entre individuos diferentes está constituida porel cambio de las mer cancías entre las diferentes cdaado (en partic ular, dica ¡cultura

:

; a pr desarolas Er2 simple Salvo que laextrema complejidad de la ajomia y linea] Establece entre la función que dirige el trabajo y > AJO Mismose3e adviert e; 1) en la superposición de un sector cada vez más extenso de Jas

relaciones sociales sobre el sector de las fuerzas productivas que,así, aparecen fundiaas con aquéllas; 2) en la aparicion y agudiz ación de una serie de contradicciones debido a la coexistencia temporaria de

relaciones sociales diterentes, unas más avanza das, Otras en

retraso en el proceso de integración social; 3) en el cambio tempor ariode las par-

tes, en este cuadro, entre fuerzas productivas (natur ales) cada vez más integradas, y por ende soctalizadas, por un lado, y relaciones de

produccion (sociales) todavía sometidas al

dominio” del individuo natural (porque corresponden auna estructurá ánterior delas fuerzas productivas), por el otro, . Enetecto, esa primera socialización Productos, que consiste, como hemos de las fuerzas productivas y de sus visto, en hacer de ellos cantidades medibles e Intercambiables, en vez se desarrollaba: “dentro y media de inmediatamente consumibles, nte” relaciones sociales modela das todavía según la etapa más arcaic a apropiación de la naturaleza Por de la producción —la de la simple parte del hombr e para el consum Inmediato— y por ende caracterizad as por unasimilar apropiación o del s hombre Por parte del hombre (esclavitud) o del producto del hombre Por parte de otro hombre (servi dumbre de la gleba), sobre bases todavía naturales (guerras, fuerza, violencia). La “apropiación” del siervo calcaba, aunqu e en las condiciones diferentes de la producción,

eS SNS comprador y vendedor (correspondiente, justament

“y del cambio de la producción mercantil en gran escala); Y *

»

los ostraPl Por parte del capitalista particular pa ios" | trumento funaación hecesarios para la Producción, comprendid o esta nuevarel Amigntal que es la fuerza de trabajo del abeto, actividad relación social es una relación de subordinaci dala ad de la Producción al arbitrio del “comprador” ón de Sar |

particu

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PF

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19

UN COMPENDIO POPULAR

ración creciente que, por otro por ello se armoniza mal con la coope s. De hecho a cargo del obrero los de jo traba el en lado, se instaura ol de la produc-

y el contr mismo capitalista, la dirección del trabajo de la socialización, no ya ción según un plan, introducen el principio sino en el corazón ctos) produ los de o marginal (como en el cambi en el empleo de los mismo de las fuerzas productivas, esto es,

ra no sólo dos en una misma fábrica, de mane

trabajadores reuni ente coordinada. La colectiva, sino también cooperativa y funcionalm Grundrisse, Marx o. En los proces este mo extre al lleva tria indus gran trabajo particular, había señalado: ** “En el cambio inmediato, el particular o en cto produ un en ado realiz nta inmediato, se prese , comunitario —o parte de este producto, donde su carácter social

de satisfacción “sea, su carácter de objetivación del trabajo general y ente a través la necesidad general—, se pone de manifiesto solam

de industria, por el del cambio. En el proceso de producción de la gran fuerzas de la las de ión dinac subor la te, contrario, como, por unapar la productividad naturaleza al intelecto social es el presupuesto de so automático, así del medio de trabajo desarrollado como proce

iduo, en su existencia también, por otra parte, el trabajo del indiv suprimido, es decir, cular parti jo traba como iesta inmediata, se manif decíamos, de un control como trabajo social.” Este resultado es obra,

trabajo todavía de las fuerzas productivas y de una dirección del lista está en capita del izante social n acció la tanto lo por , y individual cción (que produ la de idual indiv e agent de ter contraste con su carác n y de beneficio). imprime a ésta un fin exclusivo de' explotació

n capitalista “La contradicción entre producción social y apropiacióesía.” ** De

tariado y burgu se presentó como antagonismo entre prole ación de la contradicción super la para ica histór tiva inicia modo quela la parte

, no ya de toda la sociedad, sino sólo de aquel

pudo surgir o antagonismo con la clase suya que, por su condición social y su mism títulos habilitantes para los posee l, capita del es tador de los deten , de la superestructura, mente nueva es, (esto co hacer del poder políti ectual colectivo”) -el “intel de da pero en su función más evoluciona

egio de la clase capinuevo agente dela transformación social. El privil, una anterior Capacción produ de iones relac las en talista cristaliza, as productivas; por ello, cidad de dirección y de control de las fuerz a del privilegio social sería vano tratar de liberarse del efecto de inerci en

o dirigente capaz, que sea, sin haber instaurado un nuevo núcle todo político, y pueda, en sobre sino o, adelante, no solamente técnic en la administración empreconsecuencia, realizarse, no ya solamente .

ía” social saria, sino esencialmente en la “hegemon

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—— LA ANTROPOLOG?A FILOISÓFICA DEL MARXISMO

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Este proceso, que es revolucionario, no ee TR

DD ES repentina ni por una iluminación igualmen e Lista. E serán E peo. nistas. Ya en el ámbito de la sociedad EA , a ¡ pa, el Principio de control de la producción de acuer Lin e y arca unida

des productivas sud sen op lepropia

dad y la, pra sociedades anónimas, de los trusts, , . "Pre estatales), a medida que se expanden las a a oninación, organización y técnica del capital. Pero e 2 e e capit alista es

racional en lo que concierne al uso apropiado A 08 ytrumentos, pero no, por cierto, en cuanto al destino del bene Icio. Por ello deja

aún subsistir la habitual “anarquía” de la prod ucción (o sea, su marcha “natural”, productiva-destructiva, cícli ca o accidental, por ende imprevisible e “irraccional” para los hombres) > AUNQUE sea en el nivel del intercambio entre las difer entes unidades Productivas, por grandes que hayan llegadoa ser, y por lo tanto “en el conjunto dela - Sociedad”. Así, “con trust o sin trust, una cosa escierta: que el representante oficial de la sociedad capitalista, el estado, debe asumir su dirección”.25 Y esto finalmente no puede realizarse de mane ra acabada sin que la burguesía mism a sea, finalmente, excl uida del ejercicio de]

q Engels acentúa

la presencia a estructura capitalista tecnol zada y socialmente ógimá en el proceso de social s integrada, no sólo del

ización (no corresponden ka espontancidad o de Producción), sino sobre cia todo Trespondencia relativa paa roceso de Facionalización ! y “cultura” ó (no > € Estructura y Sup ere

structura, entre natu

6 lan?! > Par do usaa r la E terminología de Engels, entre sidad y Horta) > fake aIrrac ionalidad y racionalidad, entre nece as fuerzas /

dt

.

dinámica de activas, sl bien Particip an incesantemente de , enla ex i E tones de Producción, sin embargo To

el Contrario ,

Sociedad (ca

“ÓN socia]

,

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nose diluye Pesamiento de las relaciones de producción: po o ista decí : ital

id Mismo Marx que, justamente dsa Más evoluc

ionada y en la más extremada Y

cvajo Natura]

e Carácter de éste” como sim ple pe Cir,"o en éStado puroEntdee indi fere ne;ada que mre anifiesto, nci

Mente como

.

da de ma ica pued! odo quela ciencia económ jar de O tal En su des cri +1

pción de la “anatom

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UN COMPENDIO POPULAR

21

la sociedad civil? Análogamente, el progresivo autocontrol racional

de la sociedad (hasta la liberación revolucionaria de la sociedad de la explotación individual en cuanto residuo de un “estado natural”),

aun englobando cada vez más el control racional de las fuerzas productivas (la ciencia y la técnica), no.se disuelve, sino que evidencia

(o directamente lleva al extremo) su peculiar función propulsora, de

algún modo independiente del mismo contraste entre sistemas sociales

y políticos diferentes, como podemos comprobar en la actualidad.

Finalmente, la concepción engelsiana de la necesaria correspondencia

entre fuerzas y relaciones de producción no suponeque el atraso de estas últimas actúe siempre como “freno” sobre el desarrollo cuantitativo

de las fuerzas productivas ni excluye que un considerable incremento

cuantitativo se realice todavía en el capitalismo tardío. Cuando escribe

que los hombres “se hacen amos conscientes y efectivos de la natu-

la propia raleza porque y en la medida en que se hacen amos de

la organización social”,?? Engels pone en primer plano, en cambio, forma cualitativamente nueva que la expansión de las fuerzas pro-

revolucioductivas asume después de la acción, liberadora porque es permanecerá sociedad la , transformación tal Sin naria, de la sociedad. irraexpuesta a la irrupción copiosa e impetuosa, pero desordenada,

y del increcional y hasta autodestructiva, del proceso tecnológico de brujo aprendiz el como ciencia, misma la de mento productivo por naturaleza, la de fuerzas desencadena exorbitantes e incontrolables mientras el dominio las cuales los hombres podrían verse superados: de los hombres autogobierno el en convierta se no de la naturaleza nosotros, contra y nosotros de pesar a mismos “estas fuerzas actuarán

dominarán”.** y, como hemos dicho abundantemente, nos

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NOTAS

sel ñola delasuna obra citada sacesiv citas En los casos que, existiendo la edición a as, ela

Alter Ésta se reitera. lusno, peo hiena evitar constantes repeticiones de

puestoEo Pr] procedimos en cada uno de los capítulos de citas del .. una



ajo de Prestipino. (N. del T.)

d

.

esp Ex Marcuse, La fine delPutopia, Bari, 108 p ll de sa

conferencia introductoria (1bíd. p. 18) Marcuse esboza u

cierta

r

“ación

a

de Fourier por su concepto del trabajo como juego, como ió, pues,de ideal de un socialismo “erótico-estético” que es el del mismo e Véase la crítica de Marx a la “concepción ingenua y bastante frívola de ourier”, en Karl Marx, Lineamenti fondamentali della critica dellec onomia politica 1857. 1858, v. 11, Florencia, 1970, p: 278. [en españo l Elementos fundamentales para la

crítica de la economía política (borrador) 1857-1 858, v. 2, Siglo XXI, Buenos Aires, 1972, p. 120; el texto de esta versión dice literalmente “.... como concebía Fourier (al trabajo, N. del T.) con candor de costurerita”.] Otra revalo contemporánea del utopismo sé encue ración ntra en E. Bloch, Dialettica e Florencia, 1967, Unaselecci speranza, publicada por A. Neusiiss, en Utop j i ie, Begriff und phánom Neuwied und Berlin, 1968 en des Utopischen, , j sobre el tema con 69 i 2 El extracto, preparado entre enero y marzo de 1880, dos años después de , vio la luz prim

Primera edición del Anti-Dúhring

Revue Socialiste, en los núme ero ros 3, 4 y 5, del 20 de en lenguafrancesa en la marzo, 20 de abril y 5 de ñ

tarde en volumen, con el

a Entre las posteriores ediciique, a cargo de Paul Lafargue, Paris, o,., o oi

í 24, que incluye un escrito de Bibliographie bs EEngels y la introducción inglesa de 1892 (cfr. M. Rubel

con un repertorio de las obras

Sc Weizerisc

Socialisme utopique etc., edición y A : . ión de formato más pegue, » Sin Prefacios ni notas).edic Lue go de una edición en Jengú > Apareció la Primera edición alemana (Hottin gen-Zúnc:

ec” loma.EToEo ad

el trabajo Pc mosenschaftdruckere;)

(

ndice

Ma Esasal10)marginlarSrl edo Ea e

el tiraje dex A holand lona además las Primer edi ciones en as s las Primeras cua o edicio Y Tumana , y calcula en nes 2% s mil ejemP veinte ye

emanas. El opúsculo, que G. M?

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UN COMPENDIO POPULAR

23

(Friedrich Engels. La vita e Popera, Torino, 1969, p. 239) juzga como “el

Manifiesto, producto más audaz de la forja de Marx y de Engels” después del

tuvo, según Riazanov (Marx ed Engels, Milano, 1945, p. 176, y Roma, 1969)

la del [hay ed. esp., Claridad, 1964, p. 176), una difusión no inferior a Manifiesto mismo. Naturalmente, el mayor número de ediciones, y sobre'todo

los mayores tirajes, se dieron en lengua rusa y en la Unión Soviética. En su

Bibléografija proizvedenij K. Marksa i F. Engelsa (Bibliografía de las obras de Marx y Engels), Moscú, 1948, L. A. Levin registra, después de la primera de 1884, las posteriores ediciones en lengua rusa de 1892 y de 1904, impresas, siempre en Ginebra, por la “Biblioteca del socialismo contemporáneo” y a

cargo del grupo Osvobozdenie trudd (L. A. Levin, of. cit., pp. 120 ss.) ; las aparecidas en Rusia en 1884 (una edición litografiada semiclandestina dela colección titulada Pensamiento Socialista, realizada por un grupo estudiantil

que se calificaba como “Sociedad de editores y traductores”), de 1905 a 1907

(siete ediciones sucesivas o reimpresiones que, para eludir los rigores de la

censura, recurrían a títulos diversos: De la utopía a la ciencia, De la utopía

a la teoría científica, etc.) y en 1917 entre la revolución de febrero y octubre (Ibíd., pp. 143, 149-50, 157) ; las publicadas en la Unión Soviética hasta 1948, teniendo en cuenta nosólo las ediciones separadas del opúsculo, como la de 1940 al cuidado del Instituto Marx-Engels-Lenin,o la de lengua usbeka, (1942),

también de. la bielorrusa, lituana, letona (entre 1945 y 1948), etc., sino de Marx difusión en millones de ejemplares de la edición de las Obras completas 1933 y 1948) entre ejemplares de y Engels y de la difusión (un millón y medio 189). En el de las Obras escogidas en dos volúmenes (ibid., pp. 167-168, 176, ni la edición de registro de Levin no figuran —si no estamos equivocados— Pero no menos 1937 ni la de 1938, que se halla en el Instituto Gramsci. se considera el significativa es la pasada fortuna del opúsculo en Italia, -si como instrumento relevante número de las ediciónes y la función que cumplió en cierto modo, teórico y propagandístico del movimiento obrero, antes de llegar,

de ese a estar implicado en las inevitables reflexiones políticas y pedagógicas que puede proceso derevisión crítica de la contribución de Engels al marxismo nota introremontarse a los conoci dos juicios de Gramsci (cfr. V. Gerratana,

también en V. Gerraductoria al Antidiihring, Roma, 1968, pp. xvH-xvH1; ahora si

1972, p. 122), tana, Ricerche di storia del marxismo, Roma, Editori Riuniti, que considerarlo un bien, como actitud difundida en el debate teórico, haya mismo L. A. Levin el Según país, fenómeno relativamente reciente en nuestro y Engels, la primera (op. cit., pp. 93-94), ésta sería, entre las obras de Marx tos de la Internacional. Para impresa en Italia, si se exceptúan algunos documen diffusione degli scritti di la difusión en Italia, hasta 1892, cfr. G. Bosio, La núms, 2 y 3, 1951. A.

en Societd, Marx e di Engels in Italia dal 1871 al 1892, p. 36), expresando su entusiasmo Labriola (cfr. Lettere a Engels, Roma, 1949, haberla leído diez veces por esta obra de Engels, le escribía manifestándole 1964, p. 303) [hay Roma, storico, alismo materi sul Saggi (cfr. también en ge i de Engels, s italianos más recien tes del pensamiento

ed. esp.]. Entre los crítico Después de la primera edición L. Colletti (1! marxismo e Hegel, Bari, 1969). smo scientifico, de F. Engels, italiana de 1883 (1! socialismo utopico € il sociali nto, Establecimiento tipográfico de traducido por Pasquale Martignetti, Beneve recibió de Engels palabras de vivo F. de Gennaro), por la cual el traductor Roma en 1902 y en Florencia

en 1892, en aprecio, la obra se imprimió en Milán lengua casi completa de las ediciones en en 1903. Para una clasificación in lingua el volumen de G. M. Bravo, Marx ed Engels

italiana, recomendamos 113-116, que enumera dieciocho. Sólo italiana 1848-1960, Milán, 1962, Pp.

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LA ANTROPOLOGIA FILOSOFICA pp; Mas

24 e

a,

iciones distintas. Los intervalos mayores

en 1945 se .s E 1907 Y, y la de 1920, inmediatamente e en Lu despit po Sta, entre la AL entrela edición merda! de 1931, pao k pliipera g do fascista, y la moscovita de 1 (Scritei ses ¡e e Marx» Ica Edicionesen lenguas extranjeras), entre la reimpresión

de Editor; Re

¡ de 1970. ti head at Paul y Laura Lafargue, Correspondence 1868.14,

arta de Engels está escrita en francés.) v. 1, París, 1956, p. 235. pa po el pensamiento mismo de Engels 4 Sin embargo es útil indagar, enheredaron y M del socialismo utópico ya los elementos, nada desdeñables, que

her das sobre la superación de le bien,

buscárselos en las fórmulas más conocida:

pesos

jo

iaa

Visión

la extinción del Estado, ya se intente si > COMO Gusta, del estay id mis Mayer isma de o Stanley Moore, en la idea un último “retorno juli los oy;ls ies que Koguean , aEnoc! nes (hegeliana e iluminista al mismo tiempo).

“Igua. :

dades de or 8els destaca

el contraste entre la negación del presente y las dos a 0 Una enq comienzo y otra en el final: del desarrollo histórico” (G. Mayer, Engels. Eine biographie, Haag, 1934, Segunda parte: PA derFriedrich Aufstiez

der Arbeiterbewegung in Europa,p. 438). Y cfr. S. Moore Alcuni tesi Utopist;. che in Marx e Mao. Notacritica per i revisionisti moderni , en Monthly Revien (edición italiana), núm. 7, julio 1969, p. 12: según Moore, en los primeros escritos de Marx se delinearía el contraste entre Gemeinschaft y Cesellschaf, de las cuales la primera sería por un lado el pasado y por el otro el futuro de la Gesellschaft. La utopía del retorno a la naturaleza está presente en el joven Engels (1844) según A. Schmidt, 1 concetto di natura in Marx, Bari, 1969, p. 120. 5 A diferencia de Marx, Engels “estaba sometido a la influencia de la religión en una familia casi beata.

Así los problemas inherentes a la religión fueron siempre de un carácter más doloroso para Engels que para Marx”: Cfr. D. Riazanov, Marx ed Engels, cit., p. 93, [edic. cit., P. 31]. Además de la biografía citada de Mayer (cuya traducció n italiana se efectuó sobre la inglesa reducida) recordamos: K. Kautsky, Friedrich Engels. Sein leben, sein Wirken, Schriften, Berlín, 1895; E. seine A. a, Friedrich Engels. Sein Werk, Berlín, 1958; Friedrich Stepanow Leben und Engels. Biografía, Moscú, 1970 Marxismo-leninismo adjunto (Institut o de al C. de] PCUS); Friedrich Engels. Eine biographie, Berlín, 1970 (InstitutoC.de Marxismo-leninismo adjunto al C.C. SED). Entrela reciente recopilación de curiosidades bibliográ Co del ficas ;

Engels, Zwischen Bureau und barrikade. Ein Leben in Briehen ae a : Biographische Skizzen, Berlín, 1967. Entre las Publicaciones co n, 0 Y para el cientocincuenta aniversario de su nacimiento, Friedrich a révolutionnaire et penseur. Problémes du Monde contemporar, ngels, gran

núm. 2, 1971; Deutsche Zeitschrift fir Philosophie, núm. 10 1970 (Moscú), zur Geschichte der Arbeiterbewegung, núm, 5, 19 ; arzisti núm. 5, 1970; Revista de Filozofie, (Bucarest), núm. 10, 1970; Ne »e Beitráge Blátter,

Internazionale, núm, 9, 1970; AA, VV., Friedrich Engels Mino Rivista wissenschaftlichen Sozialismus. Protokoll der internationalen Wish, des Konferenz anlásslich der 150. _Wiederkkehr des Geburtst ages se aftlichen

Engels, Berlín, 1971 (Institut fir Marxismus-Leninismus beim 2

riedrich

Entre las monografías recientes: B.M. Kedrov, Engels i dialektigo . er SED).

a

ls

la dialéctica de la ciencia natural),

934 O a cargo del Instituto de Marxismo- Moscú, 1970; EnoéStuozng. leninismo ) ¡Fl Nec! » teoritik,

Fiorany' -"gels: ributions to Political Theory, New York, 1967; a His C 2 2 E, Floran; a sala ó ico, Milán, , 1971 3; Aktual'nie Vobrosi o Friegy;ich sideincedr Engels e 7 materialismo dialettico,

de

|

¿crm

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UN COMPENDIO POPULAR

25

de F. Engels], lediia Fredericha Engelsa [Problemas actuales del patrimonio ideal

1 internacionala Moscú, 1970. N. Yu. Kolpinski, Deiatel'nost' F. Engels'sa v godi 1971. Sobre [La actividad de F. Engels en los años de la 1 Internacional], Moscú, Hegel and Hegel y Engels, cfr. Proceedings of the Seminar on G. W. Friedrich Velikoe ías: las bibliograf Friedrich Engels, Calcuta, 27-29, nov. 1970. Entre Moscú, 1968. Literaturnoe nasledie. O vtorom izdaniz K. Marksa i F. Engelsa,

publicazii i isucenia y SSssR, nasledstuo K. Marksa ¿ F. Engelsa. Istoria 1970 (con varios artículos sobre Moscú, 1969; Marxismus Digest, núm. 4, 0) ; Revue

1968-197 Engels y un apéndice bibliográfico que cubre el período Marx y el marxismo, Internationale de Philosophie, núm. 3-4, 1958 (sobre phical Guide, The Bibliogra (A de J. Grynpas) ; en Marxist Philosophy Lachs proporciona una biblioUniversity of North Carolina Press, 1967), John sin embargo únicamente limitada marxista, grafía explicada sobre la filosofía , publicadas hasta diciembre de a las obras en inglés, en francés y en alemán cas estadounidenses. De las mismas 1966 y que se pueden encontrar en las bibliote una clasificación completa. “Es emente, evident dar, e pretend obras no se años se hayan publicado,

en los últimos cien probable —escribe el autor— que reducirse al «comunismo», un número sobre temas que de algún modo pueden otro, excepto el cristianismo”.

cualquier de libros y artículos mayor que sobre

a léase lo que ach bajo la influencia religios 8 Sobre la “recaída” de Feuerb e il punto d'approdo della ch Feuerba Ludwig en fin el mismo Engels afirma en la p. 45, [Ludwig Feuerbach y el filosofia classica tedesca, Roma, 1969, 1966, Escogidas de Marx y Engels, Moscú, Obras , alemana clásica a de la filosofí verbo religioso Feuerbach, las raíces del nuevo p. 378, v. 11], en donde, según se define al y en la pág. 28 [p. 368], en donde se encuentran en el amor sexual, chiana, como un utopismo lite-

ción feuerba véase “socialismo verdadero”, de inspira religioso de H. de Saint-Simon, rario y místico. Para el “reformismo” ore e un conservatore. Primer innovat un tra o (Dialog se mueven Nuovo cristianesimo y en particular Owen y Fourier, R. Mazetti diálogo, Roma, 1968). Saint-Simon religioso y místico” según espíritu nte domina un de “en el fondo 104), quien ve en cultura, Napoli, s|f [1962], p(cfr. Socialismo utopistico e antinomia entre un “radical optimismo religioso Fourier, como en Rousseau, la . Este juicio no sociológico igualmente radical” y místico” y un “pesimismo ógica y antimetafísica, con antiteol a polémic a repetid y n puede atenuar la tenaz encuentra tanto en Owe a la imaginación, que se. cciones se el consiguiente recelo haci 4 y 76). Similares contradi 60-6 PP., (ibíd los mon de t-Si te como en Sain tilo) del más impo' rtan amien to (y en elestilo) pueden encontrar en el pens A. Negri a A. Comte, (cfr. laa “Introduzione” de nismo -simo saint del nos epígo . 1969) ncia, Flore Opuscoli di filosofia sociale, véase ipadora de los5 utopistas, 1949, icipa to de l: a función antic Roma, 1 Sobre el reconocimien contadins in Germania, dei ra guer s, La Ande , ls, Aires también en F. Enge en Alemania, Buenos Las guerras campesinas ón de datos sobre ilaci recop pp. 24-25 [en español la en Marx colaboración de dihring), cfr. su carta a Engels del 1970, p. 37]. Sobre la n del Anti los utopistas (para la redacció p. 272. [Esta

-Engels, v. VI, Roma, 1953, actualmente exisde 1877 en Carteggio Marx 8 de agosto de las ediciones en español se encuentra en ninguna los primeros e carta no Marx-Engels. N. del T] Sobr a e incisiva tentes de la correspondencia y la "profund el socialismo de Fourier con ls Enge de zione marxs reta acto cont cfr. Mirella Larizza, L'interp Tu-IV, influencia que de él recibiera, Rivista Storica, faso.. a Nuov in er, Fouri rina di bién se menciona la traducción de engelsiana della dott tam e dond ss., y mayo-agosto 1968, pp- 257

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$ LA ANTROPO LO

G1A FILOSO IC, De

Un frammento di Fourie r sul commercio POr Par tad Opere, te de É, Milán, 1914, v. mu, Tasc, 4). $ Enel citado Nuovo ngels (cfr. cris tian esimo, a cargo de trar también una bibl G.m. Bravo se iografía esencial sob re Saint-Simon (Pp. 67-

69). Véase ade y el Puedo, “Oeuvres choisies”, con más: C. H. De Saint-Simon, La Ph; introducción Y no tas de George y G. Cogniot, Le so cialisme Ulopique de s Gurvit Saint-Si

s con el título Sources du marxisme” “1

hi

3

,

i

Operaio (Pp. los números 1 y 2, 195 74-130 Y Pp. 299¿.5a, 3, de Movirient .321 10 ob; ) e n du socialisme sct (y stas en general), entifique, París cfr . E. Bot 1967, especialm uy escrupulo ente en e Pri tigelli, Genes samente el mer capítulo (la The: Forerunn er 17889-1850 Bari, 1967, co s, 17 (trad. it. 7 Precur utopistico € culn bibliografía de Giuliano sori 1789-1850, Pr tur sn Incluye, a, cit, que examina en Par azz tic co mo apéndice, ular el ideal etti, Socialismo mark. Peda la traducción de Relazione gógico de R. alla Contea di ; . científico, O. E. - ed. Cit. y, q - p e d“id e a eas, a pen Sp ol op, A juríPe Icasp ,, p, en que le estorb y políticas añ SIN preocy;citars aba e

P. 103]. Cfr. : Ludwig7 380] (la revoluci ónIraE apeló de ”), ] ? igi 13 Cfr. J. Ches e “2 religión Má neaux, “Jules s que en la medi1 L"hommeet Verne et da la societé, nú m, 4, abrilj la tradi tion du soci y aislando los fac uni al is o m, 1967 cann como tal, confía tores de trasformación ia ProPuest e utopique”, en a que, ex exclusiva

comunista es la de y

i

altando Conten alizaciónidos en la ciencia enza, Flor de Una sociedad encia, 19 66. 1

COMunica

ue la Mode rna mani-

ción Ma

núm. 64, 1968, p. 10). La afirmación

si e las idea vos desmiente am s ,

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UN COMPENDIO POPULAR

E

p. 114 y pássim, [hay ed. esp.] (sobre la “calculabilidad”) ; y también K. Kosik, Dialettica del concreto, Milán, 1965 [hay ed. esp.] (sobre la manipulación”). 15 Cfr. también en K. Korsch, Marxismo e filosofia, Milán, 1966, p. 49: “el socialismo, que de utopía se transformó en ciencia, surgió de la filosofía;

alemana”.

.

16 La importancia del momento teórico en la lucha del movimiento obrero

está subrayadapor Lenin en Marx-Engels-marxismo, Roma, 1952, pp. 110-111, donde se menciona un pasaje de Las guerras campesinas en Alemania, de Engels. 17 Desde el punto de vista del método deberemos posteriormente probar la legitimidad de ese doble tratamiento de los fenómenoshistóricos, según su génesis concreta y según su estructura abstracta, que ya Labriola había captado en la enseñanza marx-engelsiana. Cfr. Lettere a Engels, cit., p. 154, y Saggi sul materialismo storico, cit., pp. 209 y 212-219. 18 En el art. cit., pp. 7-11. , 19 Cfr. K. Korsch, Karl Marx, Bari, 1969 (concuerda esencialmente con esta interpretación de Korsch, G. Vacca, en Lukács o Korsch?, Bari, 1969; cfr. también A. Schmidt, of. cit., pp. 174-175).

20 Cfr. también R. Mondolfo, Jl materialismo storico i n Federico Engels, Florencia, 1952, pp. 309-311 [hay edic. esp.]. 21 En el Antidiihring (cit., p. 157) [p. 139], Engels adopta las expresiones

“abscisa” y “ordenada” (de la “curva económica”) a propósito en la producción y el intercambio, respectivamente, y de su interacción, Otro aspecto controvertido es el de la contribución de Engels a la obra común con Marx, que por ejemplo A. Cornu, juzga mucho más importante de lo que el mismo Engels manifiesta en su Feuerbach (cfr. A. Cornu, Karl Marx et Friedrich Engels. Leur vie et leur oeuvre, t. 111: Marx d Paris, París, 1962, p. 197) [en españal

cfr. Carlos Marx - Federico Engels. Del idealismo al materialismo histórico, relevante t. III, Marx en París, Buenos Aires, 1965, p. 650], y F. Nova más las “than previous literature has accorded him” (op. cit., pp. 96-97). Entretvorcharakter contribuciones soviéticas: G. A. Bagaturia, “Marks i Engels: Vazilin, V.A. 1970; cheskogo sotrudnichestva», en Voprosi istorii, núm. 10, “Rol F.

Engelsa y podgotovke otkrditija materialisticheskogo ponimanija

6, 1970; L. T. istorii”, en Vestnik Moskouskogo Universiteta - Filosofija, núm. materijalizma”, Gorshkova “Rol F. Engelsa y razrabotke problemi istorischeskogo 6, 1970... : núm. nauki, en Nauchnie dokladi visshej shkoldi Filosoficheskie cfr. “Sur PAntidúbring 2 Antidiihring,cit., p. 300 [p. 278]. DeE. Bottigelli, a la nueva edición en La Pensée, núm. 158, agosto 1971 (de la introducción francesa de la obra). sl critica delPeconomia politica, ] 23 K, Marx, Lineamenti fondamentali della cit., v. 2. p. 233]. v. 1, cit., pp. 406-407; [K. Marx, Elementos fundamentales etc., 24 Antidúhring, cit., p. 289, [p. 268]. 25 Ibíd., p. 296, [p. 275). Roma, 1968, p. 175. 26 Cfr. K. Marx, Per la critica dell economia politica, cial de “apropiación” y pto económico-so La aparente asimilación entre el conce veces a algunos qee" y malentenel jurídico de “propiedad”, dio lugar a (apropiación to de “individual” y “privado didos, e igualmente entre el atribu

individual y propiedad privada). 27 Antidihring, cit., p. 302, [p. 280]. 28 Ibid., p. 298, [p. 276].

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II. UNA ANTROPOLOGÍA ECONÓMICO-FILOSÓFICA: LOS “GRUNDRISSE” DE MARX

La problemática “antropológica” del Anti-Dihring y del Origen de la familia está ya presente en el Marx de los Grundrisse, aunque en una forma diferente de la forma “popular” y “sistemática” que se encuentra en las páginas de Engels. En Marx, está presente en forma de esbozos, digresiones, grandes lineamientos teóricos (filosóficos e históricos) que sirven para iluminar el cuadro de la sociedad capitalista. Marx examina los remotos orígenes prácticos del moderno concepto jurídico de propiedad y, por tanto, la profunda y esencial diferencia entre la “propiedad” en el sentido moderno, burgués, capitalista, y la “apropiación” como relación natural de uso y de trabajo con los recursos materiales: “originariamente, pues, propiedad significa —en su forma asiática, eslava, antigua, germánica— relación del sujeto que trabaja (que produce o que se reproduce) con las condiciones de su producción o reproducción, en la medida en quele pertenecen.” * -Se trata de una relación dialéctica, de la relación dialéctica originaria de la constitución antropológica, en virtud de la cual las “condiciones de su producción y reproducción” ahora “pertenecen” al hombre, son producidas por el hombre. 'En esta capacidad adquirida de producir la naturaleza (que es radicalmente diferente de la capacidad de asimilar el ambiente, propia del animal), el hombre conserva sin embargo en su relación con la naturaleza inorgánica cierto carácter de intercambio orgánico, haciendo de las fuerzas y de los recursos materiales su propio cuerpo inorgánico, como si se limitase solamente a ampliar las formas y los modos de adquisiciones propias del mundo animal. ¿Por qué, entonces, Marx y Engels afirman con tanta insistencia en sus obras que la apropiación originaria se configura como “pro-

piedad común”? ¿No está implícita en esta definición la referencia genérica a una estructura institucional de tipo jurídico? ¿Y no hemos

dicho en el capítulo anterior que sólo muy tarde, casi por una definitiva separación de la naturaleza, el hombre tiende a sustituir las ecoformas individuales por las formas sociales de la apropiación nómica?

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30

LA ANTROPOLOGIA FILOSÓFICA DEL MAR55),

Pc eoO

“El hombre se aísla solamente a través ¿o alaedon Tigina.

riamente, se presenta como un se? que per

a la tribu, como un animal gregarto, a

túov xolrikóv en el sentido

político.

e no absolutam

-)

Uana,

ULamente comp

En otros términos, eS nece.

sario evitar la confusión entre dos condiciones totalmente distintas: la originaria, en la cual se generaliza la ele de la naturaleza, en cuantoel individuo biológico : ; ente solidari, iedad común”, y las diferencias entre los dí O naivighón ie, en la “propi también de la drogado Ca edad, a las aptitudes físicas y psíquicas) y aquella en lacual, en cambio, tanto

las diferencias entre los individuos, en la división del trabajo socia], como la apropiación individual, la parte del individuo en el pluspro.

ducto social, presuponen ciertas estructuras de la sociedad.

Podemos afirmar que, para Marx, la individualidad consta, desde el punto de vista histórico, de una constante * y de una variable.

subversión social y moderna de la misma).* El individuo se coloca, de hecho, en la comunidad natural, como

el sujeto real de la apropiación de la naturaleza por parte del hombre (apropiación que, aunque se realiza en las formas de la “propiedad” común, tiende 'a satisfacer las necesidades de los individuos, prolongación del “consumo” individual de los recursos); pero es la luego se convierte, cuando se delínea la condición de la esclavitud o la servidumbre, también en el objeto (justamente como individuo que

€s naturaleza) de la misma apropiación? En efecto: “En la relación de za esclavitud y la servidumbre de la gleba, una parte de la sociedad

maea pora otcomo mea cin ri

de los trabajos rss nta rs BTS Guerra (que rales, tanto Para la defensa ás cp bes CA esta comunicate yatuvisi ción”). Puede hasta e ha Propiedad, qorÓs para Sul nuevas

finalidades del sómos; erto punto estar dirigida hacia las! de que surgen de las formas origina!Hope e la comunid ad ometimiento, se ” «es nvier

ten en su base” * pero “pronta las “modifican” y “hasta se CO . y ste tránsito se a E es tó - Implícito en ] : realiza por : e una serie de mediaciones, pero“o NO

Menos que Pdl identificación, destacada en los Grundriso,

delos bienes m pd de la familia de Engels, entre “produc

(Producción pj pe (Producción económica) y “reproduce E

''Sgica) de los hombres mismos como “instrumen*

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e

a

antes de ser un proceso de “aislamiento” —con respecto a la socie. dad—, fue un elemento de integración en la comunidad (y este carácter natural y originario de la individualidad no sucumbe enla

DE MARX LOSÓFICA: “GRUNDRISSE” ANTROPOLOGIA ECONOMICO-FI

31

los identificación que €s propia de de trabajo por excelencia: una la familia de ión func la de base la en comienzos históricos y que está social de producción. como primera y elemental relación nte recientes de las ciencias que Algunos descubrimientos relativame ria (paleoetnografía, arqueolohisto proto la y a estudian la prehistori no solamente conjetural de la ya o, cuadr gía, etc.) han brindado un de recolección y de caza omía econ evolución que conduce desde la dentro de esta última, desde (y, il astor olo-p agríc omía econ hasta la priación de los animales hasta los las primeras formas de domestic tanto, al pastoreo lo POr y, dos aliza gener olas meros cultivos agríc Marx y Engels compartieron la nómade).* Al respecto se cree que te

nómade precedió históricamen inexacta opinión de que el pastoreo a sedentaria. Sin embargo, a los

a las primeras formas de agricultur uesta síntesis económico-filosófica prop fines de la reconstrucción de la oreo como la past el tanto que car desta por Marx, aquí sólo interesa rica”, en £ la: misma “situación histó agricultura primitiva pertenec del ista marx lo mode el en dialéctica es decir, a la misma categoría efecto, indica dos en , Marx s. ctiva produ as desarrollo de las fuerz Grundrisse, dos “situaciones histó niveles (en la terminología de losde las primeras formas de apropiaricas” sucesivas) en el desarrollo de las condiciones materiales de la ción, o de posesión, y de empleo ituido por la apropiación o el emconst y confiproducción: un primer nivel agentes y de los seres naturales, agrícololos de , sivos exclu casi o pleo, olas gríc es-a oril past ías las econom gurado.esencialmente por lección, de caza, por las economías de reco pastoriles (y, antes aun, expansión de la la por l posterior constituido e) el instrude pesca, etc.) ; y un nive sobr da egui cons sión pose la de actividad realizada con (y bre mismo para afirmar su control sobre hom mento fabricado por el naturales, El instruagentes y sobre los seres piación de los la naturaleza, sobre los la tuar la mediación de apro mento,dirigido antes a efeclos elementos naturales, rechaza cada vez de s, como productos espontáneos de las fuerzas naturale

la primitiva función consumo más hacia el fondo mismas valores de u ofrecen por sí prima en duc ria pro mate que de va fuerzas ión pasi rada a simple func inventiva transforla necesarios, y la deg te emen libr ce ahora se ejer ición inerte, sobre la cual instrumentos: la cond

y la acción de sus ajo madora del hombre ulterior €s la del trab la ejemplar este nivel lea o emp mod de que esa ajo que expr dad, la del trab rali gene r or valo may el ella, (con a frente artesanal poniendo de manifiesto, C, la propiedad del ende habilidad de la mano r PO mento. y, de uso específico d el instru ribe: mento”) .? Marx esc ru st in el re sob trabajador

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32

LA ANTROPOLOGIA FILOSÓFICA DEL MARX15,

“La propiedad de la tierra incluye,, Po le epi

de la materia prima, o del AlanIepnd más hallar primitien va,ella O de sus frutos espontáneos. estola signi En su lor iedad; mal ica tener conla tierra una eeEmbaicendia creados, no P. 4, Esta es-la situación e

dad territoria —el desarroll artesanal y urbano del trabajo—, no como en el primer Caso como

accidente de la propiedad territorial y sometido a ésta [. ..], se Presu.

pone ya una segunda etapa histórica junto y al margen de la Primera,

que debe presentarse también ya considerablemente modifi cada en

virtud de la autonomía de este segundotipo de propiedad o de propi. tario trabajador.” 1% Marx prosigue: “el arte de apropiarse efectiva.

mente del instrumento, de emplearlo como medio

de trabajo, se presenta como una particular habilidad del trabajador, habilidad que hace de él el propietario del instrumento. En resumen, el carácter esencial del sistema corporativo, del trabajó artesanal como su objeto, en cuanto constituye el propietario, se. resuelve en la relación conel Instrumento de producción —instrumento 'd— distinto de la relación con la tierra, de trabajo como propiecon el suelo (con la materia

a E tal) como cosa propia [.. J”; “esta condición histórica

_ quiere, “a; Eor natural eza int existir como antítesis O, si $ al mismosutiempo , comopuede modif ¿ icada se ” . AR ,

egraci gl ó;n de la primera sit uación

cn la pt

a Actividad; esto

es, por una

relación qe se identifica con el concep to de como “objetivo funPodamro otro NAs— de producción. A la misma conc ley Amino cuan

Como tal; “a objetj

do insiste en el valor d e

SUDsistir co o arte nal, inmediato”, de la prod sanocomental, in uc mediato de esa prción artestl! Un valoror dede uso oducción * s ; no es elo enri

quma e 'estro artesano, po Ju ec tmiento, no es el r o valor de i cambs i

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P

prima, el instrumento y los mu

trabajo, Epula id obuación en la quees colocada la FL delinstrumentoo la relación del trabajador con el INStru. mento como instrumento suyo, en la cual o Propietario del instrumento [.. .), en la cual esta forma pur Sa ajador como py, pietario o la del propietario trabajador es colocada ho como forma autónoma junto y al margen de la propie

FICA: “GRUNDRISSE” DE MARX ANTROPOLOGÍA ECONOMICO-FILOSÓ

33

sta y en directa a la economía capitali Considerada en su referencia lemáprob la de va deri que o históricamente circunscript

el significado inción entre tica de la economía política, la dist ista más marx ón inci dist la e upon pres io camb de ón. En el productivas y relaciones de producci

valor de uso y valor general entre fuerzas moderno “modo de

rrolas fuerzas productivas son desa producción” 13 capitalista, como relaciones sociales que

a de las lladas en medidacreciente en la tram emento, todos los antiguos y incr su de y ellas de o se han originad s, de los recursos materiales, nuevos valores de uso (de los producto como fuerza nto hombre mismo, de los instrumentos y del instrume iciones y los resultados de la cond las s toda men, de trabajo: en resu os valores de cambio;

s tant producción) se han trasformado en otro a y generalizada de valores tari emen supl ión func una o mid o han asu economía mercantil-capitalista), de cambio (de “mercancías”, en la de valores de uso.** que- esconde O adultera su función las fuerzas productivas, presude rollo desar rante Revelar el exube iones capitalistas de producrelac s porla puesto y, a la vez, promovido ; l, y más aún delos Grundrisse ción, es uno de los temas de El capita fundamentales de toda proivas objet s cione de las condi

y el análisis encia a Marx a tratar de la ducción capitalista conduce”con frecu y del mismo capital en general fuerza de trabajo, de las máquinas es de uso.** Más exactamente, valor de con referencia a su función cción capitalistas postula el el desarrollo de las relaciones de produ manufactura (cooperación, la de ** s ctiva produ as carácter' de fuerz trialización (mecani-

y de la indus combinación y división del trabajo) función de valores de uso que la como así ón), maci zación y auto de tales formas.

resultados corresponde á los elementos y a los dos “figuras” que completan, las o nead deli s hemo , modo este De do, el cuadro marxista de los junto con la agricultura y € l artesana . productivas. zas fuer las los de desarrollo de mode te, del ones correspondientes, nuevamen Podemos tomar las indicaci esboza se cual el en je del pasa

ar, texto de los Grundrisse, en particul ón que conduce a una separación, del una progresión lógica (una graduaci ión, O división manufacturera dialécticamente) entre. la cooperac surhan inas máqu “vía por la cual las trabajo, y la mecanización. La el análisis, a través de la

Marx,” “es gido como sistema” observa aciones sforma cada vez más las oper tran ya que ajo, trab división del llegar al que, o mod tal mecánicas, de de los obreros en operaciones to”. Así, Marx pues su ar ocup e pued smo ani a cierto punto, el mec lo, hace en un cierto nivel del desarrolfactura: sugiere la graduación que,dial stria de la manu indu la ca, écti tura frac una surgir, ño sin ina, como instrumento de la industria está “explícita” en la máqu

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LA ANTROPOLOGÍA FILOSÓFICA DEL M

34

ARK159

a

hasta comosistema de ¡

ió artificial ificial y autónomo,* die ta Ln producción | la industria estáEb ya implícita enen la red, pero. la tendencia hacia En s ione inac comb a s ana hum sy apterios de las fuerzas naturale a en el curso del desame raciones mecánicas”, reducción efectuad de la manufactura (una explicitaciónrra hemos visto descrita '0 Pe 1 paso de la actividad el tipo agrícola a la del y PA de manufactura e industria subsiste una relación. ri a potencia”, sobre una línea, por así decir, vertica] 0% Strumey,

una relación de niveles, uno subordinado al otro, que son ambos, no obstante, niveles estructurales (la superestructura no está aquí en

cuestión, aun cuando esté sobreentendida y presupuesta, como vere. mos, en cada etapa del desarrollo dialéctico de la estructura) 1 Pero el desarrollo vertical 'se coordina con el desarrollo horizontal. Y te aquí que, en unadivisión horizontal, Marx piensa que la manufactura prolonga las actividades más progresistas propias del campo,o acce. sorias del campo; es decir, prolonga el nivel de la relación más simple

de apropiación de las condiciones materiales de la producción basada en la prioridad de los valores de uso de las fuerzas productivas naturales y humanas.

“La manufactura —sostiene, pues, Marx— no se establece en un primer momento en la llamada industria ciudadana, sino en la indus-

tria accesoria del campo,el hilado y la tejeduría, o sea, en ese trabajo que exige menos que ningunola habilidad que se forma enla corporación, la formación artesanal [... .]. Lo mismo sucede con aquellas ramas de la producción —comola vidriería, las fábricas metalúrgicas los aserraderos, etc,— que en principio exigen mayor concentración de fuerza de trabajo; por principio, aplican más fuerzas naturales,

eegen una producción en masa e igualmente una concentración de medios de

traba; “e As apel, pea Jo, etc. Es también el caso delas fábricas de paP

Se popodrí os las minas a de en general, pues el conc epto Ta agregar también

de “campo” . es »

:

: 4s £ genel nálisi s marxista, de una relació En este análisi el concep to más «¿n En este sentido ire condiciones naturales de la proda Productora de

erUfactura, como nivel de la organización cap a

explotación q Fi ores de cambio que se basa esencialmente ción en masa y de trabajo humano reagrupado y combinado (produ E

instrumentos podel trabajo másla que en la adopCo.y o s perteccionados Parasocial) explotar creciente

producir,

Naturales de A también, como la agricultura, a las condic 5

Misma, sobre te Producción; y la fatiga humana encarna » de

la “Iberación» E una de tales condiciones naturales. Por lo

“y

< Mano de obra proveniente del campo €%

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CA: “GRUNDRISSE” DE MARX ANTROPOLOGIA ECONÓMICO-FILOSÓFI

35

la manufactura, y “del Marx, uno de los supuestos históricos de el mismo capitalista”.? siervo de la gleba emancipado nace en parte, niveles vértice, Análogamente, en una división horizontal de los ión de las máadopc nte crecie la en basa se que rial, el sistema indust una serie de toda de te tamen direc ra” apode quinas, no sólo “se

(de donde la os que antes salían de los talleres artesanales

roduct a engrosar el “ejército proletarización de muchos artesanos que van ya lo había hecho el como apela, todo sobre que sino a”), de reserv umento de trabajo ¿instr del te minan predo ón funci artesanado, a la les. Pero apanatura s agente los y s con respecto a las materias prima industrial: el instrumento rece una profunda diferencia en el sistema ejo sistema mecánico, de insde trabajo, al desarrollarse en un compl ular se transforma en un partic ador trabaj el trumento dominado por destinados ellos mismos, ya adores órgano ligado a una masa de trabaj a una serie de “operaciones a, actur manuf la de etapa la desde la generalización del sistema de mecánicas” manuales, aun antes de a una masa de trabajadores ligado estar máquinas; además, por ciones mecánicas” en una “opera (por añadidura, reducidos a realizar forma en un “poder extratrans se al), salari ión dinac subor relación de —como los trabajadores vez su a ado domin , ño” 22 a los trabajadores la inteligencia O la por a, extrañ mismos— por una inteligencia tad de la oficina volun y inteligencia voluntad del capitalista: ?? “la nes del capital funcio “como ador trabaj al n colectiva” se contrapone que viven en el capitalista”.?*

dicción histórica va agudiAhora bien, una primera gran contra todavía tiene el capitalista que sión preten esa zándose justamente por tu de la “oficina colecespíri el como individuo de poder “encarnar” en contraste, adquiere que, producción tiva” y el ordenamiento de una social y científica de ción regula una de cada vez más el carácter dicción que, como contra una de Se trata las fuerzas productivas. ece en el ámbito establ se o en un aspect cmostraremos en el capítulo x1v, otro aspecto, entre las fuerzas produlas de las fuerzas productivas y, en te itamen explíc e incluy No . tivas y las relaciones de producción que expon-

structura entre estructura y supere antítesis y los desfasajes ítulo anterior, también cap el en o ist osv hem r . Como

dremos enseguida stencia, para establece els con particular insi en ella se detiene Eng de la necesaria transformación socialista de las A s en la misma las razone n, como tarea que traduce en la práctica id anc ont esp la relaciones de producció de o irreversibilidad del pas s de una postulado teórico de la supervivencias residuale las de al, soci n ció ula mas reslc f for s a las con natural a la reg a lad —vincu

la roducción ación de una anarquía natural de — ala total realiz laE apropiación de es dualeEs individual

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— 36

LA ANTROPOLOGIA FILOSÓFICA DEL, y47X050 0 s

e

.

racionalidad social de los procesos productivos, re 2 Unpla y de una propiedad general de los instrumentos y de los Complejo;

1vos.

PO

,

dee industria, con el sistema de uratierra el a de lay categorías más generales de una estructura Laa ds la división

de las fuerzas productivas parece, pues, o o.

En a CONCEpto de

la manufactura y de la industria, se hace más ene € Indestructible el entrelazamiento del desarrollo de las fuerzas productivas con el relieye

cada vez más decisivo que adquiere en ellas, por efecto de su desa. rrollo, la dimensión social de las relaciones de producción; en Otros

términos, se hace tangible e irreversible el proceso de desarrollo

(estructural) desde la naturaleza a la sociedad. El razonamiento se amplía, es evidente, cuando se quiere queenel proceso participen -—como participan, en efecto— también las rela. ciones simultáneas (superestructurales) entre naturaleza y cultura, o entre sociedad e instituciones. En los dos capítulos siguientes, sondea.

remos algunas hipótesis acerca de las superestructuras

culturales e indagaremos, por consiguiente, cuáles son, en Marx y en Engels, las categorías dialéctico-genéticas ** más generales de las relaciones dela

sociedad. Pero antes trataremos de abordar aún un aspecto de la diferencia entre

fuerzas productivas y relaciones de producción.

Al referirse a las ant

iguas comunidades ligures, Sereni Periodización engelsiana desde oma la la “primera gran división ret social del trabajo” entre las tribus o los gru

cadosa la agricultura (prime

pos dedicados al pastoreo y los dedi-

ra división social que deriva, a dela división social «na su vez, tural» del trabajoentr e el hombre la mujer”) ta la “segunda gran divi sión social del trabajo, la al constituci ituci ón de una E ER que da origen clase de artesanos especializ ados” y que El halo un relieve

decisivo antes de la edad de los metales”.* 1 e Sin emba rgo (y el mismo Sereni suministra múltpls elementosÑ para compro barlo . ..

125

del trabajo entre el

), que ue esa primera

ción división socia .

gran eN con la división ¡ eastoreo «ny ] '2agricultura inéi medi a coincide en g ranyd

mujer,

natural”

o

del trabajo entre el hom

,

í espera Le Epedebe teners e enmujer e la rAa cuent a que, en general, £ias Premi nente de las es en el paso de las prac 5 (nolineal) dela a las agrícolas, y de los hombres en la evolu Pero al 1

que pueden €gar >

al Bastargo: a

Ste punto,

se hace inevitable señalar los eq «“giv” a Compaña 5 dos a] Uso 3 . corrient e de las expresio nes o.

ds

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eo

ANTROPOLOGIA ECONOMICO-FILOSÓFICA: “GRUNDRISSE” DE MARX

37

sión del trabajo” y “división social” cuando, por ejemplo, una y otra son entendidas como sinónimos de la división de la sociedad .en

una clases, Castas, órdenes, etc. En el mismo Sereni ?* se encuentra clases aclaración: “Una verdadera y propia división de la sociedad en

sólo surge cuando determinados grupossociales llegan a asumir, en el

proceso de producción y en sus relaciones recíprocas, una determinada posición particular, calificada no sólo desde un punto de vista técnico, sino justamente desde el punto de vista de las relaciones de producción

con los otros grupos sociales. Así, aun en una constitución comunitaria

preclasista, el trabajo del alfarero o del tejedor puede comenzar a

diferenciarse y a especializarse con respecto al de la masa de los miembros de la comunidad, dedicados a los trabajos agrícolas; pero desde el punto de vista de las relaciónes de producción, la posición del alfarero o del tejedor, como miembro de la comunidad, no se diferencia de la de los agricultores”. Por ello, alfareros y tejedores no constituyen todavía una clase social en el pleno sentido de la palabra. La difusión de la esclavitud, en-cambio, “distingue a la primera gran

división de la sociedad en clases”. Podemos decir, en otros términos,

quela división social del trabajo no es todavía la división de la sociedad, aunque esta última se constituya y se origine a partir de la primera. La no identificación entre división del trabajo y división de la sociedad es evidente cuandoel curso histórico conduce a suprimir una cierta división de la sociedad, cuando la correspondiente división del trabajo ya no conserva su valor operativo y cuando interviene una

nueva división; por el contrario, la identificación absoluta de las dos

Al es propia de la tradición utópica y de la romántico-schilleriana.

respecto, no se puede negar que una: sutil vena utópica circula a veces en el perisamiento mismo de Marx.

:

de La división de la sociedad concierne, pues, a las relaciones el interviene en producción, mientras que la división del trabajo sobre la base de

mecanismo de las fuerzas productivas. Sin embargo, es imposible las categorías marxistas anteriormente consideradas, nos

tratar el concepto exclusivo de división del trabajo como un dato

nivel y en cada modahomogéneo e igualmente discernible en cada En efecto, mienproductivas. fuerzas lidad de funcionamiento de las del trabajo, como división la manufactura-industria par el en que tras €s intrínseca al mismo proceso de

señalamos en el capítulo anterior, del Producción y puede ser designada, por tanto, como división trabajo social, o sea, de un trabajo que ya en su estructuración interna y en su destino preventivo está socializado, en el par agri-

cultura-artesanado, en cambio, se establece a posteriori, esto es, me-

acto del diante la (temporaria) socialización del producto, en el

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OSÓFICA DEL MARx LA ANTROPOLOGIA FIL

38 :

a

alme avía se realiza esenci trabajo mismo, que tod er ya e p

e individual, ya mi n : 0, Parece que só cambio,nolidadgregaria de los orígenes: Por esin óny xprció laeica de la uniformidad adeclauada *e2tar clasif or, ple en arigcom o. , Par bajnte a traeja al sem gindel aun cambio mar-,]al as ón, dentro del par agricultura.

¡vistuson una ulterior distinci 7p le; bre bases naturaple com . ial del trabajortso la soc en ón si ar vi ul di ic a Un artesanado, entre naturales, justamente, y en pa nte quizás a la; economías a,” correspondieA y (en las t idad de pasto reo y agricultur; de social división una y mujeres) ypro de hombres fases en las que la forma las aptitudes a de pia al, ion hasta en las trabajo de carácter profes domina y pone su sello

n pre artesanal de producció ación y en el cambio ducción en su diferenci lica, para bases agrícolas de la pro esanal. Esto último imp

rama art de sus productos con la actitudes natumayor respeto a las meras un , ido sab Marx, comoes de la edad): o, sex especie, pero también del , mediante la rales y “genéricas” (de la les dua ivi ind des itu apt n las ela implica que se aproveche iciaciones”, si se quiere; de dondnales instrucción, o en forma de “in isiones profesio

le establecer entre div equivalencia que Marx sue manufactura: s”. Por último, dentro del par iva rat rpo s y divisione “co a división racional un re r ent gui tin dis no rtu industria, tal vez sea Opo zación de la manufactura y en € del trabajo social (en la organi ón cientific

italista) y un divisi a trabajo fragmentado de la fábric cap ria mecánica y automática): ust ind n gra la (en ial del trabajo soc po 6 rica de las fuerzas productivas, e ia para progresión lógico-histó soc lo a l ura va de lo nat vivenso nds progresión que ca ecent allí las funciones ne A paca cio ps e le Ea :O empds ionalidad y liz ctinales de lae rac En conjunto, las pperestru tivas qu el hombre uti O duc pro zas uer e inv de manera ntiva son, entonces, fuerzas naturales Y/ es . 02 mientras que 1 as $0 producción, como es obvio, mente sociales, relaciones de

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ESQUEMA NO 1. ESTRUCTURA DIACRÓNICA DE LAS FUERZAS , PRODUCTIVAS SEGÚN LOS GRUNDRISSE

]eros ofeqe. [9P [BUOLDe1 UDISIAIP ([1U8919UL-8.1910998NUBUU U0I9BZIUB310) PANJOBÍNUBUU S9[BIDOS SeAre1ado0) SezionJ

1

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NOTAS

eE Kritik der politischen ¿Ókonomie, Berlín 1 K, Marx, Di fondamentali della critica delP economia ln ,

p. 395; trad. a 1970, pp. 122-123; [en español Elementos fundamas

lítica (bo > 1857-1858, v. 11, ¡ 7-1858, y. ; Ds rrador) 185 cr ta po y (0 tales para la crítica de la econom en su? formax producción, la a asimila p. 456]. ónMarx XXI, 1971, AiresSila q la reproducci je que trabajan: estee concen ió de los sujetos i ñ también famila, de la propiedad privada E ada encontrar en El origen de la ” Primitiva “propiedad jurídico de la no significado I de Engels. Sobre di e produzione ]Pe ¿ JA a e a forma astatica, trad. ital., Milán, 1970, p. 11

Sin embargo, Marx no identifica la forma asiática u oriental con la Primitiva

(ibíd., p. 29).

.

.

2 K, Marx, Lineamenti fondamentali ecc., v. 5, cit., p. 123, [K, Marx Elementos etc., v. 1, cit., p, 456]. “En estadios de desarrollo precedentes, el individuo se presenta con mayor plenitud precisamente porque no ha elaborado aún la plenitud de sus relaciones sociales autónomas” (K. Marx, Lineamenti fondamentali ecc., v. 1, Florencia, 1968, pp. 104-105) ; [K. Marx, Elementos etc., v. 1, cit., p. 90]. 3 Quien trató muchas veces este problema es C. Luporini: por ejemplo en la introducción aK. Marx-F. Engels, L'Ideologia tedesca, Roma, 1967, p.Lxow a a la ps althusseriana del estructuralismo), y en

dela ni vida 0 ne ¿lcd A rt >. 1 La igualdad natura] ¡ Le O Gramsci, Koma, J20b, pp: da dades y de los actos en la imp Ena vimos, la diversificación delas a

que se establece ante todo “en«1 ad. A su vez, la “igualdad social”

puesto” en la “diversid de e el acto de cambio” mercantil, tiene suderivada “presi ad natural” de las necesidades y actividades productiva (cfr. Lincamenti . ele, cit, y, be denramentali €cC., Y. 1, cit., p. 211); [K. Marx, Element 5 Ib. y.

1

A

.

bae donde el lb Cursiva es nuestra) “La esclavitud, la servidumble ió a E laN propiedad para, un tercerina Areco entre las condiciones naturales pee ñe, no es el ividuo o entidad comunitaria [..-] Y,; cepjvas del 2)0 por parte del indivi las condiciones obje Jrado Secundario, nunca ies lviduoComportamiento que trabaja él con mismo, es siempre un Yes, de ..

fundado 5

e

E Os aunque necesario y consecuente, de la P"?se comunitaria

adcomunitaria” [K

y sobre el trabajo en el seno

bh

mento e Ma, 114-115 y a/éMentos etc., y, 1, pp. 456-457). eos Las comdiejióid, Y. 1, pp, 449-450].

jog Transcribimos %0

Aci A originarias de la producción (o,

0,10 es

orig

er ellas mir. Múmero creciente de personas - - 2¿dos 4

Ue necegit pusmas producidas, no pueden ser rest 50 pit en ¿Xplicación,

Condiciones numidad Orgá»:

"Bánicas, naturales

Te

viv;

o es resultado de un pros co! Y

UviEnte y actuante, [por un le, *S, de su metabolismo con la natu"

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OFICA: “GRUNDRISSE” DE MARX ANTROPOLOGIA ECONOMICO-FILOS

41

sino la separación entre el otro] Y, por tanto, su apropiación de la naturaleza,

existencia activa, estas condiciones inorgánicas de la existencia humana y esta puesta plenamente en la relaciónreentre es vez primera Por que una separación asalariado y capital. En la relación de esclavitud y servidumb esta trabajo de la sociedad es tratada porla separación nO tiene lugar, sino que una parte ión inorgánica y natural de la reproducc otra precisamente como mera condición relación con las condiciones de esta otra parte, El esclavo no está en ninguna tanto en la forma del esclavo objetivas de su trabajo, sino que el trabajo mismo, inorgánica de la producción €s colocado como condición . ; como En la del siervo, naturales, junto al ganado o como dentro de la serie de los otros seres ”. rra tie la accesorio de suelo, como accesorio o se lo conquista junto con el la mbrese mi 7 «Si aldeho conquista entonces como una de las condiciones de lo sm éste, orgánico mbre .. >? (1bíd., v. 1, p. 117) producción y así surge la esclavitud y servidula servidumbre se “modifican”, y [Ibid., v- 1, P- 452]. Pero con la esclavitud nen otros procesos i s, las formas originarias y, sobre todo, intervie éctica de niveles como ya vimo en de una dial surg , que esos nes proc de acio rmin y otras dete ja.

mucho más comple estructurales y superestructurales rich Engels sur le passage de la commu 8 Cfr. entre otros, 1. Andreiev, “Fried grand revolution-

en Friedrich Engels nauté primitive aux classes et a PEtat”, porain, Moscú, núm. 2, 1971), naire et penseur (Problémes du monde contem , Roma, 1955, pp. 265-290; antica lia nelTta rurale itd Comun , p. 153; E. Sereni ale nella steppa eurasiatica. Le cultur e etnica azione circol “La E. Sereni, en Studi Storici, núm. 3, 1967, tecniche e la nomenclatura del cavallo”, 85. , storia, marxismo, Parma, 1970, p. pp. 532:533 ; M. Godelier, Antropologia l op. cit., v. 1, P. 458]. “En la > K, Marx, of.cit., v. 11, p. 125, [en españo la calidad del producto, la destreza empresa artesanal lo que importa es la relación artesanal o semiartesanal, particular del trabajador individual”; oldel valor de uso del trabajo, al desenv “corresponde en general al desarrollo , al perfeccionadad particular del trabajo manual directo

vimiento de la capaci ” (1bíd., v. 1, p. 245 miento de la mano humana, etc., para el trabajo raciones de Marx con estas conside tese Confrón 89]. p. 11, v. ibíd., [en español, de la habilidad manual en la conselas que se leen, a propósito de la función Engels, Dialettica della natura, Roma, cución de la perfección artística, en F. o, Dialéctica de la naturaleza, Grijalb pp. 184.185; [en español F. Engels,

México, 1961, pp. 143-144].

[K. Marx, 2 10 K, Marx, Lineamenti fondamentali ecc., V. M, cit., pp. 127-128; lementos etc., v. 1, pp. 460-461). que hemos omitido en 1 1b44,, v. un, p. 128; [ibíd., v. 1, p- 461). Los pasajes r e sobre la posterio o nes sobre obser sumo, lo a nen, servacio contie s citado ntos Es fragme 1, que situación histórica n' la a” “nieg ll, tanto en ica n* ervención del capitalismo agrícola-pastoriles, y la situación histórlos pasajes corresponde a las actividades Para mayor exactitud, nales. artesa los que, dades son activi y artesanal que corresponde a las paréntesis, os de tipo agrícola-pastoril a se refieren a los estadide hecho figuran como un inciso O Un n ha > =n el contexto marxiano, se sabe, en la investigació nt , como radica Marxcapita . Sin embargo, nos parece, oae s dección listas interé el produ E de E a posible auton

examinarlos en su AEOÍAS esos análisis y de estructuras categoriales o e, por cierto, de aquel rigor

que amp

y

relaciones de producisis marxianos de las de, las ega en los anál pli el análisis des . se x, te Mar > S men ble en capitali vis que ción be destacar r q talistas. tas. Quizás es me jor destaca relaci

uye la perspectiva central laciones sociales de producción capitalistas constit

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CEA 42

LA ANTROPOLOGIA FILOSOf1c4 y EL,

¡Aca específica dentro de otra más general constitu ida 'aciones

sociales de producción en general y que de e Por el Marc dentro. de ella) únicamente van asumiendo una conti doble DerspenE k, Potenci almente autónomo las investigaciones sobre las tencia y

iva ) tanto, en ellas, el acento recae —histórica y dialéct icamente Originapipatt 1 fuerzas productivas, , como noción distinta y Presupues id 2 Moción ea y sociales de producción. e perla ls reco 12 Ibtd., v. 1, p. 145. [2btd., v. 1, p. 475). 18 “Modo de producción” significa en Marx, una combinar; fuerzas naturales y sociales y de relaciones sociales en la nación dada

v. 1 9,122; (bid, y. 1 p. 456). “Cambio y división del trabajo v. 1, p. 99) ; [ibÍd., v. 1, p. 85]...

, Producción: jp Í ? conan FeCÍprocamente” (y

se condici

15 Cfr. R. Banfi, “Abbozzo di unaricerca attor » ? di Marx”, en Crítica Marxista, núm. 1, 1966, pp, a Suso nel pens

valore d'uso nel Capitale: Effetti del progresso tecnologico sulP ia lavoro”, en Critica Marxista, núm. 1, 1968, pp. 37 y ss uso della fora 16 Por cierto Que en el análisis de las fuerzas productivas e 1 nexo con los _resultados prácticos (superación de las relaciones capitalistas ) resulta má; indirecto y mediato. Cfr. R. Garaudy, en Le gran tournant du sociali trad. ital., La grande suolta del socialismo, Milán, 1970, [hay edición en sei Elgran viraje del socialismo], y la réplica, sustancialmente correcta en des teórico, de La Nouvelle Critique, núm. 30, 1970, enel artículo de la mo “Le tournant du socialisme: Ob en est Roger Garaudy?” Véase, en EN objeción según la cual no se puede pasar de inmediato de la esfera de ka fuerzas productivas a la de las ideologías, saltando la esfera de las relaciones sociales (Garaudy llenaría ese "vacio” con el idealismo: cfr., p. 36). 7 Cfr. Lineamenti fondamentali ecc., v. 51, cit., pp. 399-400; (Elementos etc., v. 1, p. 227]. 18 “El capital productivo, o el modo de producción correspondiente al capital, sólo conoce dos formas: la manufactura o la gran industria. En la pr mera predomina la división del trabajo; en la segunda la combinación fuerzas de trabajo (con un modo uniforme de trabajo) y la aplicación del n

científico, en donde la combinación y, por así decirlo, el espíritu

colectivo, trabajo se trasfieren a la máquina, etc.” (1bíd., p. 242); [1bíd,, p. 87) io, esta suerte el capital“se presenta desde un comienzo

como fuerza a como fuerza social y supresión del aislamiento, primero los trabajadores, luego entre los trabajadores mismos” en el intercamo (1bíd., P- 241) d ple p. 91]. “Cuanto más se funda todavía la producción en el trabajo ueno! manual, en la aplicación de la fuerza muscular etc., en suma, en el e pctivób el trabajo físico de los individuos, tanto más el aumento dela fuerza proygt

depende de su colaboración masiva. En el artesanado semiartstco po antitesis entre laespecialización y el aislamiento ; del e a trabajo no combinado. El capital, en su desarrollo destreza real, combina el 5 po Masas con la destreza, pero de tal suerte que

el primero pierde su e jaca y la destreza no existe en el trabajador, sino en la máquina 0% YO de dj merced ala combinación científica con la máquina, actúa YCo.gjntt los E socialdel trabajo adquiere una existencia objetiva iné*P

wo Toa» adividuales” (p. 167,[ibéd., nota); [p. 18, nota), cp el de, Vo M, Pp. 143-144; v. 1, p. 474]. “Se ¿aotdem) | V. 1, p. 475]. quila al trabajj o artesanal [. Posterior cómo el capi tal ani niqu qui il

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ANTROPOLOGIA ECONOMICO-FILOSOFICA: “GRUNDRISSE” DE MARX

43

20 Ibíd., v.H, p. 91; [ibíd., v..1, p. 430]. a1 Ibíd., v. 1, p. 391; [ibád., v U, p. 219]. También los medios de subsistencia del obrero se le aparecían, desde el estadio de la manufactura “poderes autóno-

1! Capitale: Libro I, capitolo VI inedito, Risultati del

mos” (Cfr. K. Marx, 35) [en español K. Marx processo di produzione immediato, Florencia, 1969, p.

Mi Capital: Libro L, capítulo VÍ (inédito), Buenos Aires, Siglo XXI, 1971,

p. 35]. El comprador de la fuerza de trabajo era la“personificación” (btd.); [Ibid., P- 36] de tal enajenación, así como la personificación del “espíritu social” trabajo. que instituye la cooperación o combinación del

146; [Elementos etc., 22 Cfr. Lineamenti fondamentali ecc., v. 5, cit., p. v. 1, p. 476]. Capitale: Libro 1, capitolo VI, inedito, cit., p. 90; [en español

23 otr. Il

op. cit., P- 96].

“gené“Dialéctico-sistemática”, “genético-sistemática” o, preferentemente,

== encuentra en la construcción de tico-formal” son los términos que Luporini e dialettica

economia El Capital de Marx (cfr. C. Luporini, “Realtá e storicitá: 59, 76, 84) ; [en Español nel marxismo”, en Crítica Marxista, núm. 1, 1966, pp. Aires, en Pasado y Buenos smo, C. Luporini Dialéctica marxista € historici Pasado y Presente, núm, Presente núm. 11, 1969. Existe una nueva edición en categoria di “formazione 39]. Por su lado, E. Sereni (Da Marx a Lenin: La rivoluzionario, Cuaderno núm. economico-sociale”, en Lenin teorico e dirigente Sereni se encuentra en el 4, 1970, de Crítica Marxista, p. 75) [Este trabajo de términos de “estructuralnúm. 39 de Pasado y Presente citado] propone los genético” y “genético-estructural”. 25 E, Sereni, op. cit., p. 26, nota. . 26 Ibíd., p. 202. 156) se debe considerar la 27 También para 1. Andreev (of. cit., p. sición al artesano urbano. agrícola pastoril como una economía única en contrapo resultan también los términos 28 De lo que hemosdicho al final del capítulo relevantes consideraciones de V. de nuestro consenso-disenso respecto de las marxismo, Roma, 1972) sobre la controGerratana (Cfr. Ricerche di storia del los hombres, división del trabajo y a la desigualdad entre

versia referente a la las aptitudes naturales de los hombres indistintamente justificadas en base a de los principales sectores de natural ad diversid le” mismos, a la “inevitab de racionalidad y funcionaproducción, y por último a las exigencias sociales relaciones de producción también las de iento ordenam nuevo un que lidad concepa reconoce en la .persistencia de tales

debería salvaguardar. Gerratan Marx haya ciones una típica deformación del marxismo. Ante todo niegael que su cuenta, concepto —que podido tomar de Rousseau, y luego desarrollado por

verdadera igualdad (social) e a Volpe le atribuye— según el cual una (jurídica ) burguesa se Yconvierta destreza abrá de instaurar cuandola ilusoria igualdad

entos a la (natural) de los merecimi en unadesigualdad proporcional a propósito del Antidiihring: “en Personales. El tema vuelve a aparecer /2 La E trabajo, Diihring es de la opinión que se naturales cuanto a la división del bien se tengan en cuenta «las oportunidades considerar resuelta ni

Gerraes»” (V. Gerratana, op. i cit., p. 141). 1 socialismo y las diversas capacidades personal . , 1 € ta: en también que afirmar para dad naaprovecha la oportuni capaz de racional” “semilla una ba encontra se “tópico premarxista del trabajo as LEO, El concepto de superación de la división una E mi tal en efecto, sería, Estado”) del nta cientí pen ne fundame o al concepto de “desaparoición marxism utópico. El erencias del socialism el enorme aumento de la pro concepto en El Capital, “donde se demuestra que

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ás LA ANTROPOL OG1A

FILOSOFICA y,

ductividad del trabajo que se realiza en la n industria como en la época de la manufactura, por gra ladivis

descubrimientos

ión de] trabas, ias,

de la ciencia y porlas inve NcIOnes cada ve MA Sino 7 de la técnica, que imponen una nueva orga nizaci ón del trabajo a división del trabajo lo que hace es sólo

dir: Para la gran ga Mp,

cuestión de vida o muerte... sustituir al individuo p rei tria y una función social de detalle», por el individuo totalment” detroAndus vehículo

el cual las diferentes funciones sociales son modos de actividadesquo unas con otras” (1bíd., pp. 142-143 ). Irónica y amargaes entonce vido, Par de Gerratana que reconoce en Diihrin g y en su proposición deg anti

2 CONchug división entre ““carreros” y “arquitectos”, la verdadera profeciaqua socialismo “mo

derno” y que también redu ce al “sentido común”de dúbringianala revisión estalini el Antidiihring, según la cual campo y ciudad (1bid., p. 131) .

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¡y

ní FUERZAS MATERIALES Y FUNCIONES CULTURALES

Todavía no se ha elaborado una teoría marxista de las superestructuras como análisis metódico de diferentes categorías-funciones superestructurales ubicadas en relación con las categorías estructurales. Las sugerencias que la literatura marxista ofrece a veces para semejante análisis diferenciado son entendidas, por los mismos marxistas, como atinentes sólo a la indagación histórico-empírica, y mal entendidas,

por los adversarios, como prueba de la presunta incoherencia, o incongruencia, del principio marxista que coloca la “determinación en última instancia” de todas las superestructuras -en la estructura económico-social.* Es sabido que Engels, en los últimos años de su vida, repensó y

precisó la cuestión de las superestructuras. Indicios de estas reflexiones se encuentran en la carta a J. Bloch, del 21 de setiembre de 1890, a C. Schmidt, del 27 de octubre de 1890, a F. Mehring, del 4 de

julio de 1893, y a W. Borgius (antes conocida erróneamente como carta a Hainz Starkemburg) del 25 de enero de 1894.? En todas ellas circula el concepto de que las superestructuras están determinadas por la estructura económico-social sólo in letzter Instanz, o sea, “en última instancia”, concepto que se traduce por el de Schliessliche Suprematie, es decir, “supremacía final”, en la carta a Schmidt y también en la carta a Mehring. Las dos expresiones de militar) no Engels (tanto la metáfora judicial como la metáfora

implican una adecuación final (en la acepción temporal de la palaal bra) de la superestructura a la estructura. En efecto, es más afín criterio del materialismo histórico poner el acento en la eficacia inicial de la acción determinante que la estructura ejerce sobre la una acción Superestructura, como su “precondición”. El concepto de declarainicial de la estructura está sobreentendido también en las ciones autocríticas contenidas en las cartas a Bloch y a Mehring. adecuado relieve, en Engels admite que ni él ni Marx han dado un

sus obras clásicas, a la función reactiva que algunas ciaali ejercen sobre el nivel estructural, del cual se han originado y Por por asi e que han estado determinadas: es decir, al movimiento,

la oscilatorio de los dos niveles, en cuanto están sometidos uno a

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46

LA ANTROPOLOG1A

FILOSGF104 “AD

influencia del otro. Es más probable, Entonces final” quiera decir supremacía eS, QUe « hecha

[

8lble al ón hipótesis de un proceso, justamente, irreginteli ular y tortuoso calPrem; sn histórico de las formas estructurales y de una adecuacis el a

mica estructural que sólo se revelaría “a la

larga” pde dina Engels expone en la carta a Borgi us, empl > MPÓtesis poco feliz, del “eje medio”. de Que ese proceso paralelo al eje del desarrollo económico. irregular y de $ traoa Creemos que la, po laciones de Engels, aun que imprecisas, se pue den discernir dos O po lados implícitos: a) el desfasaje cronológico (Althusser Su FO hablan de desviaciones, deslizamientos, etc.) entre las estructu ras y las superest b) el carácter no unívoc o de la dirección » Puesto que en el ámb ito de la superestruct predominantemente pas ura, hay funciones ivas, o receptivas, que se retrasan CON respecto a las correspondiente s situaciones estructur ales, y funciones predominantemente activa s, o medio reacti vas, que se adelan Correspondientes situac tan a las iones estructurales (Le nin dio Particularrelieve a la iniciativa Política y a las funciones activa s, o de anticipación) * es teóricos marxistas un análisis

Podemos desc las magistrales observac iones de Gramsci sobr ubrir su necesidad en e diversos niveles de superestructura: Por la ejemplo, sob

re la cultura folkló literatura Popular, rica y sobre la en lo Concerniente a las expresiones el lenguaje y sobre de arte; sobre el “sentido común”, en lo que respecta científica; sobre la a la cultura superstición

y sobre la fe de los que respecta al cue “simples”, en lo rpo doctrinario e institucional de las religiones;

as de incertidumbres, por

lencii (acti: ic : va), Pi tiend trela ideol e a sustituir controgía aposi(pasi ción va) entrey

AED s) y AXE (activo), lo que Podr paralceja elismparo o entre las Sistemnatizaciones científica ía implicar un cierto s y las organizaciones estatales, en la línea del “intel dioso marxista recientemente ectual Colectivo ” de Gramsci.5 Un estudesaparecido, L. 5oldmann, esboza también una distinción análoga, metodológica, Cuan “lenc do blamos de «concien iaafir j ma: uand cia reflejo», cuand “Ha] o de, esta conci oo ele Contenid a encia y el conjunto de las relaciones entre los diver sos elemen tos de es contenido (lo que llam te am es

os

tructura) sufren la Acción de otras

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FUERZAS MATERIALES Y FUNCIONES CULTURALES

47

sobrehaella”? , a su vez,anal a” y cuando, esferas de la vida social, sin actuar freudiana, busca algunahuaginina de. las formas apelando a la teoría acción satisf como

es ca necesidades del lapsus o del sueño, y las idealidades social reprimidas del individuo, la en dE ción se encuentra did ién o satisfacciones frustradas.”íaLadedistin cierta lingúística arista.o dd 'Cercana reflej de temática y la terminolog er caráct ncia entre el al marxismo, como difere

sistemas de Signos.detipo es propio de losención ad, que idad lalarealid de diato activa en la realidad interv de capac mayor icónico, y científicos formalizados.* que es propia de los lenguajes

2

da intervenLa lingilística ha sido también la ocasión de la conoci

amente, otra diferencia ción de Stalin, el cual entrevió, aunque confus que se inserten en relaciones según as, tructur superes las entre l esencia productivas. Considerando que sociales o, directamente, en las fuerzas en conexión

ser empleado el término “superestructura” sólo puede cial en su totalidad, esto es, en directa con la estructura económico-so tivas como de relaciones de procuanto consta tanto de fuerzas produc en diversos niveles, funciones hay, que obado compr ducción, Stalin ha estructura y, sin embargo, la a ecen perten (como la lengua) que no ra”, porque están en structu la “supere tampoco son asimilables a fuerzas productivas, y las ades y con conexión directa con las activid con las relaciones de ) medida misma la en no, (por lo menos, no parece, sin embargo, Stalin llegó al que producción. El resultado je no estaría ni en el lengua el su concepción, engañoso, porque, según cielo ni en la tierra. nivel

función de ntea frente 2 la ciencia? de las superesHoy el problema se pla ero núm del en xistas excluy las fuerzas prosuperior que algunos mar o parte integrante de

eran com para tructuras y que consid en nuestra opinión, solución aceptable, ca úni la o para la estetlmo (co ductivas. Per ca tífi cien de gúística y Para la pción del concepto la racionalidad lin ica)» sería la ado ) íst ral art ctu tru la (es y tor ana sec cidad cotidi s con el ectamente vinculada así, dos sectores de la Ea superestructuras dir s, amo

1 us sectores de la estvcturs ud los a s nte die pon o res id estructura cor del marxismo y las es de los clásicos r Y “disloho a sugerencias ocasional uem €s un en as el densad posteriores pudiesen ser connte cuadro sinóptico-didáctico e ductivas. Tendrí de las fuerzas pro dos

el siguie ma al inclinaríamos por a imputable a ese esión lógico-históric suc la de y Con ” ión cac más directamente de las que se vincula mo e1 sector superestructura tivas Y que se puede desi: gnar Co materiales produc

noscitivas. funciones culturales cog

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ESQUEMA N? 2. SECTOR ESTRUCTUR AL-SUpER ESTR

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[21n39N.1959.19dns

UCTURA

DE LAS FUERZAS PRODUCTIVAS



CULTURALES FUERZAS MATERIALES Y FUNCIONES

49

: a) una dif 2 quiere poner de relieve: des

ema n* res, entre las superestructuras esqu a secto por implícita ción

correlacionadas con el sector de las fuerzas productivas y las otras social ei en el esquema), correlacionadas con las relaciones f

ción; b) una diferenciación que se acentúa con el Jets P antemente en a histórico, entre funciones culturales predomin antemente reactivaside (de reflejo) y funciones culturales predomin

fuerzas io rs. formación), en relación con la estructura de las una diferenciación, también históricamente refirmada ie c) mismas funciones culturales. niveles de base y niveles de vértice de las

ma n? 1), Marx En la estructura de las fuerzas productivas (esque tanto para las ha indicado claramente la presencia de dos niveles, desarrollan con se que formas las para como s formas precapitalista n las superestructuras culturales el capitalismo. Creemos que tambié por así decir, ciertos “itinerarios hay, se articulan en dos niveles y que

cos de estructura-superreferenciales” en los condicionamientos históri ya en una dirección,

moviéndose estructura (y viceversa), los: cuales, a conjugar los niveles de base ya en la dirección inversa, tienden a) entre sí, y, análogamente (de la estructura y de la superestructur análisis marxista de las for, el Además sí. entre vértice de los niveles les do en ciertos nexos intercategoria maciones históricas está inserta particulares.” as gorí cate de ón nici defi la diacrónicos, más que en del primer ficar la hipótesis en el caso Es relativamente fácil veri o) de la estrucátic digm para o óric hist nexo “itinerario preferencial” (o ” casi inmediata el nivel de la “apropiación tura a la superestructura. efecto, el nivel en a, naturales determin la naturaleza. de de lás fuerzas productivas s mica las representaciones toté se sirve una bien cultural constituido por si idt, Schm a a cart epto en la base deestas la “En Engels expresa este conc das: xima coloquiales y apro vez más de locuciones de la sustancia del hom-

as de la naturaleza diversas concepciones fals de las potencias mágicas, espíritus, bre mismo, de los

etc., se encuentra

. El bajo económico negativotien e como mente un elemento , rico istó preh odo perí por lo general solaecon el ómico, en n hasta como nivel del desarrollo

condició bién en parte Como leza.” ** complemento, pero tam . ralez natu la de

necesario ¡Es rales ones taci al esen de a repr taciones de causa, las falsas estas “falsas” represen ón : tener presente que a 2

o a de posesi pacP ra toma tu en nue sten víavahoy las arrastramoseltoda te na ral y de la , bi am l ti de ra eb ¡Trama consumatorio-c de los objetos

“animación” ta la multiforme tivas que es ndencias afec a retorl ca del compohumanizada, en po es rr co s la ad ri ana y en ; en la va tros. di os os s vida coti inn? y nosotros mi:sm m entre las cosas “simbólico” qué so al im an e es de e rs na or ad y nerse

noso

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50

LA ANTROPOL Oc,4 FILOSOpy ]

Si en las represen tacion es de las Potencias Maryb una función preval a eciente de reflejo, Ural estructural de las CON respecto >» ales fuerzas Productivas, al sub se ola ciones sociales racion en aliza das prevalece Una $ fuCOnsecy acento Mun, los primeros códigos de un

,

Nción

Hvas

Md

Precapitalistas, o entre alg

u, ; en las innovaciones de . as de la Impr as de contabilidad hastalalatardía za enta)las14 nuev y en laregl et a posterior consolidación del sistema fabri manufact passa

urero (en el cual el nexo entre la comunicación socia l racio- Marx describe OPerativas sociales llega a su moasí

la Superación de la relación

FZ racional del

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> S CULTURALES FUERZAS MATERIALES Y FUNCIONE

51

q obj un puro convierte en un puro objeto para el hombre, o ad como fuerza en sí; y el mismo de utiliser consider rada ¡ miento teórico de sus leyes autónomas se presenta pltrnentecomo

dad, y cesa sa de

astucia capaz de subordinarla a las necesidades humanas sea o

ón. En virtud dera objeto de consumo, sea como medio de producci tanto las barreras y los prejui sta tendencia, el capital llega a superar pea nacionales como la idolatría de la naturaleza.”** La primera relación de condicionamiento entre los niveles vértices de la estructura y la superestructura se realiza entre las actividades

instrumentales individuales (las economías de prevaleciente sello

artesanal, sobre las que escribe Marx) y las ideacionesartísticas indiy viduales. Subrayan este nexo las anotaciones de Marx sobre el arte de el epos de los griegos en la Einleitung de 1857; las consideraciones a con Engels sobre la época de la llamada “barbarie”, que comienz de la cerámica y esa típica actividad artesanal que es la elaboración elevada de la etapa desemboca en el arte griego clásico (“la flor más

homéricos”) ;** superior de la barbarie se nos ofrece con los poemas indestructible vínculo el sobre Engels mismo del observaciones

las de la mano, como principal entre el perfeccionamiento progresivo da por la misma mano alcanza ón perfecci instrumento del trabajo, y la las estatuas de ThorwaldRafael, de pinturas las de os “milagr en los s las reflexiones de Marx y de Engel sen, la música de Paganini”;* ter todavía indiss carác l e sobre y ento cimi Rena sobre la cultura del as más y creativa presenta en las figur tinto que la actividad cultural da Vinci, ardo Leon en todo sobre odo, representativas de ese perí privilegiado condicionamiento histórico El posterior, y último, y de la estructura (esta ctura estru super la de ce entre los niveles vérti desde la ciencia hacia o”) es el que procede vez, “de arriba hacia abaj del mismo (y del desfasaje cronológico la industria. Premoniciones mientos científicos y pe ind ubri concomitante entre desc las fases ps pr

ién en triales) se pueden rastrear tamb entran en el Pe de a laprimera encu se icos” “clás ntos mome sus recientemente, entre el siglo xvi y € A científica que se produjo en el paso a siglo XVIy E revolución industrial, entre el a (la nuev siglo o muestr ia54 ampl n la lógica por una suerte de “reproducció En

d de la primera mita atemáticas Y lo de las “nuevas ciencias” as :ón, la biología nuev las , : culas partí » las de y física teórica ria de ha al”que ha comenética y la teoolu matemática, la cibern rev ción Ja ustr da gun “se a . al ) . iglo. molecular. ? etc * : d de nuestro Sig tulado. a pi pos s mo he que s nciale > ese an s lo ca ítu o : aion es histórl explícita de Marx s e ada min . exa as” ric stó 1 E lasituaciones -hi tamiento o afirma? nocOrriesponden 2 ningún tra

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so

LM

LA ANTROPOL OG:A FILOSOBI GA

10, o de Engels. Considérese, pues, este capítulo NUEstro las reflexiones que siguen) como un paréntesis 2 (Sobreodo or “ arbitrario» interpolación “voluntaria” que los lectores más a > Cxigentes A resados en una rigurosa reconstrucción de los t €xtos In

|

Pueden mio

Ir, Hemosrepetido varias veces que la primera forma histórica de can ] es la mercantil-manufacturera. Este es un hecho que basta por a | para suministrar una respuesta a cuantos, que riendo discernir a obra principal de Marx un trat amiento según estructuras Sincrónica , se interrogan acerca de por qué Marx parte de la mercancía y de lay relaciones mercancía-dinero (y no, por ejemplo, de las relaciones entre capital constante y capital vari

able). En los capítulos que sigue n encontraremos varias veces la expresión marxista que califica a esa relaciones capitalistas

como relaciones sociales de independ encia per. sonal o de dependencia por mediac ión de las “cosas”, en cuanto estas materializan relaciones que se han hecho abstractas, entre los hom:

bres.

18 Y en efecto, como hemos obse rvado,el capitalismo mercantilmanufacturero traduce por prim era vez a un “lenguaje de cosas” (de mercancías), generalizado e inse rtado en el

corazón mismodel proceso productivo (en la fábrica) , el lenguaje racional de la comunicación

social; llega por primera vez (

ciones sociales reales que t

vez en) relaciones abstr (y se expresan a su actas, ideales, de: Entonces emplea Marx para analiz ar la génesis y la estructu las fórmulas que del dinero y del capital, ra de la mercancía, analizan y descri directa y principal, las relaciones estructurales internas

pero pueden “evocar” la región racta e idea] tomadas (en la realidad misma deabst la rela



proceso,

a r ] son mercantil a eu turera, antes aún que en el análisis científicoción de ar) 1 E ac o que se establecen entre la mercancía y el dinero, Pe e rel a

mercancía. ¿Evocan solamentela región abstracta de una. tal y a lógico-lingilística que es la más específicamente AO relación mercantil, o evocan, de modo indirecto, también 5 en ; la

regiones ideales y sus relaciones esenciales con las Correspo a na

estructuras de las fuerzas productivas?

iente

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FUERZAS MATERIALES Y FUNCIONES CULTURALES

53

pa

Es oportuno distinguir las expresiones metafórica,

tienen un:valor simplemente “literario” o se asoc;

s que en Marx

también Una connotación irónica de aquellas de las cuales es posible si bien la segun de una lectura con doble interpretación denotativa,

da acompañada por la connotación irónica) resuena an de Aslan: “en sordina” y en el “trasfondo”. Las “metamorfosis”een il mercancía y circunloquios los disfraces del dinero no son lógicos

para aliviar la aridez de pasajes puramente la de la

sino8 0 sirven

cpladión pe suponen a quizás otra dimensión con respecto aunque dialéctica e históricamente relacionada con la elirle2, ee

en esta última es visible económica. De modo que

aquella circulación más amplia que es, justamente, el condiciona-

miento recíproco entre la estructura económica y la superestructura

ideal. Se trataría, en tal caso, de un procedimiento insólito en el estilo

de Marx: cuando Marx recurre conscientemente a tales procedimientos de “refracción” literaria, prefiere mostrar en lo “sagrado” la

alegoría de lo “profano” (en el “mundo de las ideas” la imagen invertida del mundo material), antes que tratar lo “profano” como una alegoría mundana que traduzca, a su vez, ciertas propiedades y ciertos movimientos de lo “sagrado”. No es del todo casual, en efecto, dialéctica que el mismo Marx se preocupe por haber expuesto la de abandonar mercancia-dinero, etc., de “manera idealista” (“antes idealista de expoeste problema, será necesario corregir la manera de puras determinatrata se que de impresión la deja cual nerlo, la estos conceptos”) .? ¿Lo que ciones conceptuales y de la dialéctica de hegelianizante o la expreMarx confiesa es una gratuita “coquetería” pero también ideal) (material, ante todo,

sión de una doble realidad aun sin una intención declacomoreflejo a la cual dirige la mirada, un espesor que la rada? La “manera idealista”, creemos, delínea presupone; tiempo, mismo al y, oculta dialéctica mercancía-dinero delas ideas : parte integrante el “mundo gran Ñ un espesor del cual forma los con la superestructura en o la relación de la estructura mane momentos de la “historia universal”. Y no podría ser de otra

para un “marxista” como Marx.

E

ierte a se conv

mercancí

.

la en mercancia; ía es su inmaE “El producto se convierte e ladiner la: mercanc io dede o se separa de e lla lidad o; el valor de camb en valor de de cambiio:

esta Cua. nente cualidad de dinero; .

cial universal, separada . 1

E

so! a de existencia . una existencia S en cuanto dinero, adquiere su forma . > de y idad en el 5plano de todas las mercancías particulares n su totalida 2 este “suceso” se desarrolla € También el ómico-social. natural”:?! eres ó totalmente

la historia econ! estructural, en el plano de que

una realidad dinero figura en ella como

$e

desarrolla

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Ca

a

(

LA ANTROPOL OG;4

FIL OSOFIC en el interior del Proceso estructural. Sin embar adquirir

Ma

>

o también la transparencia de una poro el Suceso , también en los niveles Superestructurales, Y el diner uese des po aun manteniendo inalterada su fundamenta] Pertenene: Parties tura económica, asume la singular vestimenta de “imbal a Str de la superestructura ideal. Observémoslo en esta Vestimen; eric» “El producto se convierte en mercancía”; M se cambia > qMSÓfita, no figura todavía el dinero ni Aparece, por ende, ninguna “4des” quí Estamos en el origen del cambio, cuando éste apenas su forma anterior (“antediluviana”) se a y más si cambiar la “demanda” de las actividades , hasta la primera sep cional entre esas act a

ividades y esas fuerzas, mentales individuales y las fuerzas produ

¡

M-D. La mercancía

valor de cambio del dinero surge e uso diferente; el dinero es en un comienzola a como objeto de consumo (sal, pieles, ganado, ; luego, la relación se invie rte y el valor de uso especí del dinero surge de sus fico cualidades específicas y exclusivas su movilidad, su numerabili dad, su indestructibilidad, (por ejemplo, de cambio, o sea, su etc.) de valor forma de Í principal de dinero,?3 Se capta ¡ aquí, al Parec er, además del proceso descrito, las líneas esenciales de un Primer paso de la estructura a la superestructura, de una ¡ -representac objetos sobrenaturales a OPeración ión que trasforma en sustancias, a, : : consider ados primero nimales Y Plantas, en cuanto son como los más útiles y necesarios entre los bienes naturales, y en cuanto son contemplados, uso exclusivo que les llega de su valor en un segundo tiempo, enel idea] de símbolos naturalestotémicos (el animal-totem 24 ya no tiene en adelánte. como comestible, etc., sino que, por el Contrario, valor, está Sustraído a ed 150 de ese género, pero en cuanto animal-t otem). Así, el dinero se coin vierte “de medio en fin”.* Se forma Una suerte de concepción “mercantilista” ante litteram (ya en

los Primitivos), en, virtud de la

a eauaciÓn en la que [el dinero] está más desarrolo lado que la $ ilusión so pb naturaleza, €s decir, ej fijar una de sus determinaciones en su abstracción Prescindiendo de las

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FUERZAS MATERIALES Y FUNCIONES CULTURALES

55

contradicciones E en ellas, le confiere este significado

real-

di So” : as de los individuos”.** El “ansia de e dinero a espald mente mágico,oro”,?" decíamos, son fines y no ya medi ja “caza del efecto PO En el

y la plata valen, en mercantilismo, el oro dades” ;?8 pues "él dinedemedida él es E de la potencia de las diversas comuni cuanto más se posee rico más es tanto el individ el riqueza general; se su acumulación, tanto para

es único proceso importante

o de lo como para las naciones”.*” El fenómeno es mucho más antigu ación de oro ue se cree. “Entre todos los pueblos antiguos, la acumul

tal y y de plata se presenta originariamente como privilegio sacerdo nte se consagran solame real, ya que el dios y el rey de las mercancías poseer la riqueza a quien es dios y rey. Solamente ellos son dignos de para ostentar sólo lado, un por luego, sirve n lació como tal. La acumu , que brinda dinaria extraor cosa como la abundancia, o sea la riqueza,

a los templos y a sus ocasiones festivas; por otro lado, como ofertas; y por último, como

dioses; luego aun, para obras de arte pública dad extraordinaria, para medio de reserva para el caso de necesi la acumulación se convierte en tarde, Más etc. armas, de ición adquis tesoro público como fondo de reuna política entre los antiguos. El primitivos en los que se conserva bancos servas, y el templo, son los (Das Aufháufen und Aufspeichern) el santísimo. La acumulación los bancos modernos, naturalmente en o máxim alcanza su desarrollo los lladas. Por otra parte, en desarro con determinaciones aun más asegura de franca más forma asume la mundo individuos, esta acumulación del udes vicisit ntes

a las cambia miento de la riqueza frente del la forma externo, y por consiguiente,

enterramiento, con lo cual

individuo. Este eramente secreta con el en vasta est conquista una relación verdad n históricamente, rarse tambié fenómeno puede encont

y, de haras. todos los períodos dea pánico iones árba E condic en Asia, y se repite encual, las vuelve entonces, sociedad burguesa, la en o e + la acumulación del oro, Lo mismo es válido para . :== lujo rbaros semibá s pueblo entre los joyas y objetos preciosos, nte de oro en forma de a e e ocicdad

cada vez mayor y crecie

más desarro. e,cación bár sustras a la eirculación en.”el* mivel “el Pero, además de ha contrarias:

€S burguesa (ver Jacob, etc.) staciones €n apane ificios, pias, SUS sacr bara de oro”,** hay manife s renunc su mu es ; er smo, ac asceti culto del dinero tiene su o P or los pl iaí , el despreci no. De aquí la ad la econom id tesoro £ ter : l de f a la r, z ca deci la ismo hol andés., ; nt ta es ot pr Í n del , o au o a a : aun inglés, » a C conexión del puritanismo acumular dinero”. con la tendencia a ..

.

.

a

Z

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56 De estas re flex

ciones de Sumi iones Marxista nistrárselas, a su vez, las H (Mauss, Lé vi-Strauss, b adas y también “don” en los Huizinga SU primitivos, del BACiono Set np don como Primer demanda de valores e, Puramente simbólicos a ca slE A meto reales: M-D; 0 también como demanda Mo esti nó Ideales insertados en un cambio tautológico de valore lores q, y calidades idénticas entre bio PO pig, (el intercambio. cantina, del que habla Lévi-Strauss), de los vasos q tidad, entrever en M-D etc. ¿Es aventu tambi¿ Al Mático entre fu erzas nat estética ”

-

s, sobre todo en

D-M: cuan

do el di Nero sir ve para adquirir sólo entonces Mercancías, ent funcio onces; ideal lógico-sim bólica, Capaz de -

Su capacidad rea ctiva frente , al mismo tiem po, una virtud Orga» ente universal”, hace posible la división y de los Producto res. En esta segunda “ve stiido comparad co o

n el lenguaje alfabétic oy

ser interpreta da

, en una lectur

a a, comoalusiva a la rel ación entre

a, 0 “comando” que subordina! símbolo. Dice, por a ejemplo, del dinero vez a la comparación con el : elabora, junto al sím bolo, también e] mat“La evolución de la sociedad erial que corresponde vez más a él, del cua cada nte de desvincularse; unsí mbolo ¡ ¡ i

as con cual se expresa. Así, por ejemplo, los Sigdiciones del material en el nos lingúísticos tien historia, la escrit en un ura alfabética.” 3s Pero se niega a sep arar el Pensamien to (racional) del (social) y por lo tan lengual? to no

lenguaje separado. Par acepta la cOMbParación entre el dinero a él, en cam y "

bio, subsiste la analog dinero como Permut ía entreel abilidad universal de las Mercancías par y la traducibilidad ticulares

de cada | más, entre el dinero y la rac lengua a todas las otras: sea, una vez ionalidad inmane

nte en el lenguaje,** El carácter alusivo de la relación eco nómica descrita Por Marx, su cap a cidad de evocar una relaci ón diferente, pero O racableme nte presupuesta en ella, es la capacidad del dinero, com o *quivalente univer.

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FUERZAS MATERIALES Y FUNCIONES CULTURALES

57

sal” que se convierte en una mercancía particular de ev la lenguajes convencionaliz Dd propiedad conmutativa que los

os (y por de la misma magia e 1 lo tanto lejanos, en adelante, d o palabras unidad la ellos en cuanto las cosas) poseen, en racional-simbólico establece una mediación entre las Free sus signos signific antes. No hay separación, como hemos visto ea se unidad racional y la división lingúística. La separación (la axtedoy verdadera, del ridad) surge cuando se llega a la división, propiacomo externa, y el trabajo social. Aquí la unidad racional “se fija” trabajo. “La al extraña inteligencia dinero personifica”, ahora, esta necesidad del cambio y la transformación del producto en puro valor de cambio avanzan en la misma medida a partir de la división del

Pero, trabajo, o sea, surgen con el carácter social de la producción.

se en la misma medida en que este último se desarrolla, también de cambio se fija relación la decir, es dinero, del poder el desarrolla de ellos.” ** como un poder externo a los productores e independiente a las respecto con La exterioridad o el carácter extraño del dinero la fuerza de a respecto con también consiguiente mercancías (y por mercancía) está destinada a trabajo, en cuanto ella misma es una se presenta como verdadero dinero acentuarse en la medida en que el másdesarrollada del capital forma la Pero (D-M-D”). y propio capital genérica (la equivalencia univerya no “personifica” la racionalidad ordenadora cultural de los lingúística, sal) de la comunicación social (como se producían trabajo del procesos de cooperación y definición el nivel científico de la raciopersonifica ella sea, en cuanto en la manufactura); al proceso productivo, O nalidad, en cuanto se aplica tecnológicas. industriales actividades demuestra ser reactivo sobre las producción, entre capital e la a interior Así como la separación, a fuerza de trabajo es más acentuada que la separación,

así también la E ustria circulación, entre dinero y mercancía, ciencia Y ie de Jana la de vértices externa entre los dos niveles tajo coope-. entre los E externa separación la a i que € neta es más s fértil p unificadora U ordenadora y quesiemp e má

de la racionalidad do. Y así como el caappiital es empr 1 di Í lla merca rativo social divi jones en> aque así también la ciencia s conver ; sus de una cada de s despué el trabajo, en ticular que es la fuerza de trabajo (D-M-D o sobre Í ele trabajo acrece su propio potencial científico y SU

ido e to de 1863: mismavert la medida en que se traduces ella e « pa habers de despué ”, 5 misma “enriquecida riales. Leemos ciones tecnológicas e "ndust “El empleo de los agentes naturales e dela ci

en el capital— coincide con el desarro

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58

LA ANTROPOLOG14 FILOSOF1GA

,

A

D

z autónomo del proceso de producción. 420, Si 1 el Proceso convierte en esfera de aplicación de la cienc ta, la ciencia se Uctiv o inversamente, en un factor, por así decir, una función vien,

|

productivo. Todo descubrimiento se convierte en base der Sel PO, ciones o de un nuevo perfeccionamiento de los métodosqe inver. ción.” *7 Todo descubrimiento científ ico se Convierte en la b, € PIO.

nueva invención tecnológica, pero, al mismo tiempo, toda in Una tecnológica suministra los medios para ampliar el alíinos crió

descubrimientos científicos. La ciencia, como el capital, se valo h mediante la propia inversión producti va y se realiza comoÑ AcumTiza ción de “capital” científico. Es una

cidad, esta de la ciencia, que no tiene equivalente apreciable capa en otras funciones o niveles culturales: por ejemplo, el patrimon io de lógico-sintácticas y de contenidos semántico- formas o de reglas lexic racionalidad lingiística, cuando se constituye ales, propio de la , “se enriquece” sólo marginalment e, de modo episódico y casi fortuito; no conoc eel incre. mento en la proporción geométrica que es prop io de la ciencia. Pero como veremos mejor en el próximo capítulo, la ciencia es el capital, o el capital está para la ciencia, sólo por una suerte de “alegoría” implícita en el discurso de Marx sobre el capital.

(En esta serie “alegórica” de los nexos históricos paradigmá ticos entre estructura y superestructura, o vicevers a, subsiste aún una

laguna..La fórmula M-D-M, precedente y simétric a con respecto a la

fórmula D-M-D”, no parece adquirir, en Marx, signific ados alegóricos

adicionales, excepto para las imágenes genéricas de la “metamorfosis” a cuyo encuentro va la mercancía, hallándose cualitativamente trasformada después de haber pasado por la forma dinero. Pero si las otras analogías tienen alguna verosimilitud, puede imaginarse quela fórmula M-D-M aluda al hexo entre las actividades individuales

artesanales y la ideación artística verdadera y propia,

viniendo así a

completar el cuadro de las correspondencias analógicas particulares que hemoscreído discernir hasta ahora. A diferencia del “juicio” retóricoestético que es la sustitución de algo real por un equivalente ideal-

simbólico, por ejemplo,deltodo porla parte,

el “razonamiento”artístico es siempre una inducción sistemática, que nos hace recuperar finalmente la realidad material, sensible y el a diles Pero en su trasposición

- Un más allá de una mediación idea , COMO rea idad idealizada o como ón » ideal de la mismarealidad material perdida y reencon“amplificaci q ué otra cosa esel arte, reflejo creador y conciencia . ¿YN MO D M ,. trada: s resultados de la actividad Productiva insolos me a in ig or reencuentro de la laboriosidad humana y ue recibe EgE ! ambiado te s y en una esfera superior?) , si no ese In tr . u mental

l tos de aspe de sus obje

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NOTAS

1 G. A. Wetter, pretendiendo encontrar un error en la teorí sólo a observa que algunas formas de conciencia serían “falsa conciencia” ca Lo pto la clasista, otras lo serían siempre. “Ciertas formas de lares, sólo en la sociedadd la moral, la filosofía, etc.— son falsa conciencia en el socialismo significa ho e

clases La desaparición de la división de de la conciencia social a mlgión formas otras Existen ilusoria. naturaleza

de Li sobre todo— que carecen de valor de verdad tanto en la sociedad

como en el socialismo. Aquí la línea de demarcación entre la verdadera Ta falsa conciencia ya no es más horizontal sino más bien vertical” (G. A Welter. “The Ambivalence of the Marxist Concept of Ideology”, en Studies ín Soviet procurareThought, núm. 3, sept. 1969, p. 177). En el curso de este capítulo, trama de divisiones, mos mostrar la legitimidad de un análisis que descubra la

y esclaprecisamente “horizontales” y “verticales”, entre las superestructuras, entre estructura y rezca los medios de la “eficacia recíproca pero asimétrica” del ensayo notable un superestructura. Encontramos esta última expresión en v, 1971, p. 576). joven S. Nannini (“C. Lévi-Strauss”, en Belfagor, v. 11, Berlín, 1966, pp. 4562 Cfr. K. Marx-F. Engels, Ausgewáhlte Schriften, Buenos Aires, Cartago,1972]. Marx-Engels, Correspondencia español [en 474; en cuaderno núm. 4 de 3 Cfr. Lenin teorico e dirigente rivoluzionario, (Véase en particular, los trabajos de 1970 4, núm. suple. Marxista, Critica A. Natta). G. Napolitano, V. Gerratana, L. Gruppi, e la filosofia di Benedetto Croce, storico materialismo 11 1 Cfr. A. Gramsci, sulla politica e sullo Stato moderno, Mackhiavelli, sul Note 11, p. 1948, el “primer Turín, política se considera como edición en Turín, 1949, p. 11 (donde la actividad obras hay ambas [De superestructura). o momento o grado” de la .) Visión E. ri español, Buenos Aires, Nueva Roma 1967, y L. Alone 5 Cfr. L. Althusser, Per Marx,

Balibar Para Leggere il Capitale, Milán, 1968; [en español L.serE arx la estructura 1967; : “Se Marx : gúncin as» gún teórica de Marx, Buenos Aires, Siglo XXI, 96es»9)o «inSesta L1 Cp por lo rXX Sig i po es, Air os vel en eni a Bu id l. tu itala está consti leertoElda Cap is de O ura uct tura, que raestr la superestructura, ¡ión una determinación nn. específica: ¿ la inf y el de fuerzas productivas y relaciones de producción)tica (el derecho jurídica. Ss : la Jun es» O «instancias» comprende dos «nivel gías, o ogg ds J'Etat ideolo tas distin (las ógica Estado) y la “ideol

151 1 junio 1970,pp. 7-8< (este nú ¿elogie cfr. L. Althusser, “Idéo política, etc.)”; recherc he)”, en La penste, núm.15 5 1976) ; [en : español, L. (Notes pour une Aires, Nueva e a,de núm 1 en Critica Marxist Estado, Buenos trabajo se tradujo al yital. aparatos ideológicos Altbunser, Ideología Milán, 1967, P- 25 en 34, 1974].

isión, fichas núm. o , € 1 método Sobre ociología del ma 6 Ciencia Nueva.] id, "Madr , ea año co or ción

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60 de Goldmann, F. Crispini, Nápoles, 1970. 7 La analogía, pre cisa Goldmann, un (inexistente) “in

no lleg dai

consciente colect ivo” (op 8 Cfr. O. Reznikov, Semiotica € Marxis. ci “mbargo semiotica, Milán, mo pr 225), 1967,

hasta ;

»

pp. 65, 108-10 si TN Álla ricerca dell ess enza del linguaggi 9, 114, 198 dopolemi ANOse0), : o, en AA. vv e linguistica, Milán, 1968, p. 44, dond R. Le e se cita a Peiro que miraría hacia el POb lem ; Jal mejor: de la imag pasado, y del símbolo, Que mirarí a en 2 O reproduce, el fut encargada de reflejar e] Pasado y hac; uro). del Sl futuro (digan % Después del ens Ol ayo de Stalin sob Que Prod, “ciencia burguesa” re la lingúísa; ; théorie de la bersonnalo “ciencia proletaria” ú Seve p ité a , París, 1969, p. 61) 10 Luego de def ; [hay edic. inir a las catego e rías, e de abstracción”, M. Cornforth ( Society. A Reply to Dr. Karl Pop Pp. 116-117) hab la de los “nexos categoriales” ( que normalment e figuran parej El mismo Cornfo egorías en forma rth, luego de señ de términos op relaciones de pro ducció la “ley fundamen tal” f entrelazamiento de los sociedad debe ada pta Productivas, constr uir lograrlo”, (p. 26, las teorías y organizarse en institucione s que le cursivas son nuestr as) infra-superestructura les son los existente . Es oportuno precisar que s entre fuerzas y teor relaciones e instituci ías, por un lado, y ones, porel otro. 11 Cfr. K. Marx-F. Engels, Ausgewáhlte español Correspon Sch rif ten , y, 5, cit., p. 463; [en dencia, cit., p. 400 ]. 12 Cfr. F. Engels, Dialettica della nat lavoro nel processo ura, Roma, 1967 (Parte avuta dal di Uumanizzazione della scimmia) ; [F. Engels, Dialéctica , México, 1961 5 (El pap de trastormación el del trabajo en el proceso del mono en hombre )]. 13 Una interpretaci ón del Pensamiento de de la presencia de Mar x que aco mete el problema nexos lingúísticos F. Rossi-Lan Í cfr. el coloqudi 9 € come mercato, io con F. Golino Milán, 1968; y , “Dialettica e Paragone, agosto 196 alienazione nel 9), quien hace nota linguaggio”, eN r la Pondencia funciona] entre los dos niveles, sistemática conmutabilidad y corres préstamos terminoló y no sólo un ocasio gicos o a locucione nal recurso 1 s metafóricas. Ante todo es menester

aclarar, que no estamos hablando sólo “cuando también de socied h ablamos de len ad, y viceversa” p. 136), sino que además el caráct (11 linguaggio ecc., gu er social Origin cit, su primitiva configura ario de ción como virtual divi la lengua reside en sió el carácter de la leng rabajo social. Si tal €s ua, nos damos Cuen ta

afirma Rossi-Landi. La prod ucci

ón y el consumo entendidos originaria de apropiac co MO ión de a relación hecho reductibles ni asimilab la naturaleza. por parte del hombremer , no son de les a las funciones lingúísticas , Porque se suelen considerar, lógica e históric n rior amente, como ante es a la din; so Ss cial Ivisión de , , en el que no obst l trabajo ante nos Parece posi ble advertir tina salu dable crítica

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e F y

RZAS MATERIALES Y FUNCIONES CUL 7RALES

. antiguo prejui> cio romántico de Una implícita al antig 61 lengu Bua por síPo mp relaci an mi ón dirión satisfacc ectade z y nat deldadho las ura aeclesi re COn(“e lasx cosas pia Cniendida esmb ind ivisar duaales sup supuesta apropiaci resivay y Para ón individual y Creati va” de ciertos material Tap una un” lógicos, fonéticos, preexiste ara y nte en e

s la naturaleza, embireo, el proble ma se plantea d mo son considerados, asu vez, consu.

sales físicos,

en este caso, la equivalencia ñ Y consum o social económ ia extenderse también a la Produc ica de las funciones lingúíes, En es relaciones de cambio. ción y el CORS sti O, superando cas eerespondencia, que está E Más aú A, NOS parece que el prUM oblema Mismo las en la base de la invest d e la Co POr casualidad, igació n de

precisamente en Rossi-Land;, surge, 2 los procesos económicos la fase de la de los sistemas simbólicos productivos, O sea en la faseIncipiente semantización Micial de la aplicación (cibernéticos) a la

economía. Pero en este nivel

cabe apelar a la ciencia, sobre la cual habl aremos 14 Sobre el rac

más adelante.

ionalismo moderno y sobre el cont de escritura impresa, reléase el cono enido racional inmanente cido pasaje de la Einleitung E 1857, ¿es posible la Ilíada

i

“con la prensa, o directamente con la impresora?”. Ver Lévi-Strauss (en C. Lévi-Strauss-G. Charbonnier, Colloq ui, Milán, 1966) [hay

trad. esp.],

sobre la doble eIrreversible crisis de las formas estéticas a causa del advenimiento de la escrit ura, primero, y de 1 Pina, después. Sobre el problema del lenguaje en general, cfr. H, Lefebvre, Linguaggio e societa, trad. ital., Florencia, 1972. [Hay trad. esp] e her 15 Cfr. K. Marx, Grundrisse der Kritik der politischen p a sertin, 1953, p. 69 (trad. ital. Lineamenti fondamentali O a a

politica 1857-1858, v. 11, Firenze, 1968, p. 11), [en a OS judo:

mentales para la crítica de la a política (borrador) Aires, Siglo XXI, 1971, v. 1, p. 362].

,

,

,

o

16 "En la Einleitung de 1857, Marx dice queel sede yel epolprices a tuyen “en ciertos aspectos, una norma y un modelo a le o define a la época de los poemas homéricos como “la más e es ri

superior de la barbarie” (“Die hóchste Bliite der Oberstu

O ae

cr F. Engels, Der Ursprung der Familie, des e a p. 173 (trad. en K Marx-F. Engels, Ausgewáhlte Schriften, Bo. Seen dela familia, la E a españo 1970, Roma val l, Engel MarxEstadlen propie da yp. el36); o, en dad priva s, Obras; Escogidos, Moscú, 1966, t. ILp. 188). . o cita po 144).

* F. Engels, Dialettica della natura, cit., p. ao +. 1, cit., pp. 98-99

18 K, Marx, Grundrisse, cit., pp. 75 y Ens (trad.

s “abstracciones

l texto, de la 02) pp. 89 y ys lo altodesarr 5 lenraMpana de l,retaci 1% Nuest interp ón, ollada en e taclcergane rcantiles da en reales” que se produ cen en las relaciones declogía € Societ d, Bari, 1970,

Parte razón a L, Colletti cuando api o ll al trabajo abstraer)no ante e es cumpl e

P. 113), “cómo el proceso, el que se | e ho abstracción ql es también todo una abstracción mental con del investigador,si una esta misma razón, € cfr “La atodos los5 díasdías en é la realid ; ad del de inter 7 cambi Porest Sen o”. 1961 (núm. 6 6 deicoSociet cir. edir á, imp puede

logreabl e lo que observaba sd) ni análisis económi ¿ el fetichismo OBica del » P. 83, (trad ltal n la carta a , y, 1, P. 709) Marx de sua Migo ; [v. Lp. 94), sobre el hech del 8 de di ciembre de 18 Orígenes, lo 82, o de Que, en bestial. los pueblo. Ss pri Engels llama la atenció mitivos, sag 25 Cr rado undrisse, Ibid. p. 13 cit., p. 69, (trad. ital., P. (v 89 on p. 1 6, la [v.1 p. 77 22 Ibid. cursiva es nu); estra); [v. 1, .p. 28 1bía., P. 160]. 138,

so Paid, p.141

es, en yu

(L p. 188) ; [v. 1, Pp. 162].

(y,

» PP. 141-14 192) 5 (v.1, p. 165], 9, (1, pp. 193-194) ; [y, Pp 165-166]. Lo cr eSinariamente, a En que aparece la riqueza”, 1, i “valor de uso [v. 1, p, 106]. festivo” (1bíd., El valor de cambio es m7 7 4. 31 p. 93; trad. ital d., p. 14 ., 1, p. 2, (1 p. 19 32 big. 4); Weberianas P- 143, (1, Pp. 195-19 [v. 1 P. 166). > ante litter 6) am, sobre la ; lo, Lp. 168]. Otra . tis o s Conexiones entre el calv ngels, Die in is mo y d. tl, Entwicklun g, cit., p. 91 (trad. . Una exis te

ia soci Y de su fonc Universal, rma de exaliste l 2 Ibld., pp. i ncia naturao 64 -6 huestra. “P 5 l” (ibíd., 65: (t ra d. it ero e el di al y, NO se da gg ). nero (valor en Cuanto iva es de os es Puesto es Puesto en su Cará la Pot egunda cursiva en un an cter “ter e de (Lbíd,,a determinació l indi mina "

todas

vidue n. P. 137; do Natura elació l, sino en trad. ita(r 161], ], L p.n) Social, que le es an 37 De un 187; la c Ursiva es al mismo tiempo fragment nuestra);« [v. [v. 1 » o de Marx ratorios de de 863, El “apital 7, 1958 que y qu (trad. ita l. Rassegenafue Publicado Or Prestá entr e los materiales lugar cómo pre»paimera Vez soviétic esta Conexi en Kommun ón entre ci a, núm, , epistemoló ist núm. mon ¿9 ." enci gi Veremos en de erificac co decisivo, Engels Consid a e industria habrá 8) su de tener un era a la indu ba h € il pu ión de las Proposicio valor stria como nto di appr ne el campo no odo della fislo científicas (cfr. F. rm al Me sofia elassica [en español, Lu ls Ludwig Fe tedescg, om dwig Feuerbac uera, 1969, p. 33 h y el lin de la fi ), Sica lo p.

sofía Flárica

alemana, en

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FUERZAS MÁ

63

TERIALES Y FUNCIONES CULTURALES

arc-Engels Obras Adopta t xa p. 371). ¿Se trata de un punto de vista :Jateral, mezquino, inspirado en el materialismo vulgar? ¿Es una incoherencia uni to del criterio más amplio de la praxis, como observa P. Vraniccki respec del marxismo, Y. L, Roma, 1971, p. 221)? Opinam os que no. El mateStoria vulgar, el “lorianismo” combatido por Gramsci, ve en la técnica, rialismo nto derivado de verificación científica, sino un Prius en sentido no ya absoluto un mome: cualquier otra expresión o manifestación humana: comosi la técnica

errollase a partir de la naturaleza misma y por partenogénesis. se

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IA DE LA CIENCIA A LA INDUSTR Iv. APLICACIÓN

Del cuadro fragmentario y esquemático que A o

hipótesis en el capítulo anterior resulta, Pues, 08 y a sano las superestructuras: 1) división vertical” entre Eo PSI a o de ciencia, individual, directamente vinculado con la activi pr : ductiva (al cual hemos limitado nuestro examen por ahora), y secto del “intelectual colectivo” (Gramsci), vinculado con las relaciones sociales de producción (de estas últimas trataremos en el próximo capítulo) ; 2) diferencia “direccional” entre funciones pasivas y fun-

ciones activas (Lenin, Gramsci, Althusser) ; 3) límite “horizontal

entre niveles inferiores y niveles superiores de la superestructura

(nuevamente Gramsci). Resumiendo, tenemos una división por: 1) sectores; 2) funciones; 3) niveles. Del enfoque marxista del análisis de la superestructura se puede repetir a fortiori lo que hemos dicho de la

investigación de Marx sobre los conceptos

fundamentales del desarrollo de las fuerzas productivas: como esta investigación sólo es realizable en filigrana en las trasparencias de las importantes deduce: ciones de las categorías conc ernientes a las relaciones sociales de Producción en general y las capitalistas en particular, una posible teoría material el enfoque de ista de las “formas” Superestructurales E z Por cuenta de un razonami Empre sub specie Materiae ento que Marx y Engels conducén , o sea, desde el inte tura eco rior dé la estruc: -onnóm ómiico-social ¡ y de su din iná mica. Te ámi ner presente esta elecci Una perspectiva soc ón iológi

o es

Capit 1

cientifici Y rdad que Marx id

» 4

1icismo”

ms Por ejemplo, e

ngels. 1

Aparece (ersy la ciencia misma de otro, exterior. al

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66 LA ANTRO POLOG

14 FILOS o pr 4

D obrero”.* Y también: “la trasformación Mar,o q l proceso ; un proceso científico que somete carácter propio del capital fijo las fuerzas Natural, ral imp, frente a] tr “el empleo (Anwendung) 5 a a ar, tm abajo tecnológico de vivo" pee DA la ciencia” en el plano de la din ámica de las fuerzas Produc Ae to ame, tivas pues, has "ale, cierto punto, en atribu habla de ta to exclusivo de] Capita]oe, “aplicación (An wendung)

tecnológica de las rales”,5 y de “aplic cien. Man ación de la cienci a a la Producción”: mismo modo como act E ividad económica

”? a la “invención” del al descubrimiento. Por el significado de cierta otro lado, si el capital está asumid pe el significado de niv relación de producción ( capitalista) y DO en el más avanzado de las ; n el capital: “si el capital su figura adecuada llega a day como Producción solame el interior del Pro ces nte en las máquin as [-..], esto no significao de absoluto que este en valor de uso —las máqu as en sí Mismas qa capital, o que su existi — r como Máquina se in ide como capital [-..]. nti fique con su exist Las dejasen de ser capita Máquinas no perderían su valor de uso aunque l”8

mente productiv i a” Y qUe una “fuerza inmediatz, por efecto dee en esa aplica eció e n, la cien misma aparece como iencicil3 Una “fuerza inmediatamente esta una aclaración Sd productiva no : 8 carente ejemplo, en el de campo Político-socia]) implicaciones prácticas (po de unaciencia si es verdad que como ) “fuerza inmediat del concep de duce el corola amente rio de Una co ndición ob;

Ñ producti. va” a vec e es

Sin embargo, tie ne al

n fundamento ciencia a las fuerzas pro:gú la er róne; 5 ducti; vas: y a

> simi

.

l

asimilaci ón de de quea la cien i cia i le Corresponde e sea el implícit o el Cará ¡mient cter de se apoya directamente recono cimi en la estructura UPerestructura e! (en el sector de las fuerzas Productivas ) yde | en fuerzas productivo No en os a est sector) de las relaciones sociales ciales de produe ción ten i o ructura (e n e 1 encia el ras pala que le corresponde +2 3 Podemos “institución”. ificar aquí la verci el Principio rincin; qe lu q Carácter 10 d ura .. de “cultur.» de

tre las formas superestructurales con respecto "le entr

cia

“tores estruc

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APLICA CIÓN DE

LA CIENCIA A LA INDUSTRIA

67 vi

“se elevan”. Hemos turales sobre los cuales aquellas arte, en los niveles cloro además, ue la ciencia Se ubica, como el os” de la

algunas formas s; ales cultura. Finalmente, puesto que te de reflejo, o rece upetestuctue

función predominan tienen una promotorad ] otras una dominante activa y por ende pre piamilo n ció fun que en la ciencia prevaless estructural, no hay duda de

a % Lunels reactiva, promotora de nuevas fuerzas productivas, de modernosde Y ro. sos progre y os proces los sobre nte dencia crecie desde el rien, ducción. Se trata de una incidencia que se ejerce pero loen dor, trabaja al a extern * ente mediante una acción realm . apariencia “interna” al capital La apropiación de la dlentia por parte oria, porque finalmente del capitalista es ilusoria, o al menos transit ente en la expropiajustam iene interv a como muestra Marx, la cienci se acentúa la contradicción que en a medid la en ista, capital del ción la ciencia y las relaciones entre la producción desarrollada por de los medios de producista capital edad sociales basadas en la propi “según un .plan” y las leza natura ción, entre la explotación de la

a todo plan y, por lo tanto, relaciones entre los hombres sustraídasa planificación virtual de la mism la hecho capaces de anular de dicción entre la estructura La contra explotación de la naturaleza. n de de producción y el viejo régime s medio s nuevo los de sión tecnológica pose una de o mod al casi

vía e más propiedad, que los considera toda rsos y de las facultades, surg natural y originaria de los recu erna gran industria, sobre todo con la mod cción no agudamente en el nivel de smo monopolista. Esta contradi el advenimiento del capitali cida (entre el carácter cada vez más coincide con la otra, más cono productivas y l forma empleo de las fuerzas ampliamente social del , que interviene ya aci lización y acumul laón)cual, justamente, se uti su de l dua ivi ind todavía sta, en vasy sobre manufactura capitali en el nivel de la la el empleo s0 cial de las fuerzas producti esca la combigran n, en ¡ón, realiza operació trabajo mediante la co capitalista manipula todo la socialización del ] € al. sus tareas, mientras ía de individute vía ( uso nación y la división de E rumento SUYO, toda Erro un inst esas fuerzas como osiciones teóricas rontar estas prop contemporáneo e ñ mea conf e esant inter Es del capitalismo pocas dificu E earia. idades liarment pecutual as habi algun e que deben surgir no se cree política a u za ón acci la como para r Para el análisis marxista nte del cap la historia más recie d A las que do enti ca Aludimos al desm -engelsiana acerprovocad isión marxista contradicciones habría dadoa la prev las de iextensión a el como en el Ant agudización y n capitalistas. La a ura fact manu la l es de producció aco id Ep e Y en a a n sur, Engels —tanto en los Grundriss úhri: es que, a la contradicció

hring—

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68

Capitalist

LA ANTR Op

a entr tivas y la hi e el Carácter pote

O0

ada ve:

LOSOp,

ca Mdividua ción, hipote e o, ] residual ca UE Se Co sopy 2c%al q la las fuerzas nv : Productivas, ierte en nm Las laci contradicc se Introduc o e Pol, e ión que no p a ar se Su a ella (si bi en, al SuPerp stituye a ] e ua sel Earnde z0nas Beog on ana er se a la ráfi ejemplo, desd cas— atenuar algunos misma E a de sus as; ectos e ma no la estructura el Punto devista cu antitativo) Limitada, $ tecnológica : la Co de los medios resultados so ciales (la “a y 1 a es p narquía” de social desarr la utilizac ol ión ral la cual lándo implica derroc he

> y Este progreso jug j aba a favor de ¡ la o ión ¡ ma la cons e la mis olid ación ¡ E socied S j ad capitali ,sta, 12 " Hoy E sn radi pps 13 » Por efecto de conquiistados por el pe n Pensamien ¡ to U ientífidame relaciones sociales Capi rnaz aal a ra las il talistas. La Sepia dd las relaciones capitali onbairuxtoi stas, como re co e E o. potencialmente entre el estado de los recursos me ed e pi disp i onib i les para la2 ón ¡ y elo stác au pEl priv bilidad social de ellos arda de opone e ti ] E Marx bajo el aspecto 1 ión, es e empla

q de una afirmació a . e n-nega (afir ción (afi rmaión inicial,hal nega fina le ción l) de la prod ucci lor, o de la plusvalía, ley ón fundamen al cl e de cia áquinas, la automación, capitalista,b Las Ei E la apli caci ón tecn 0 la medida en que de aumentan la pro a la ciencia, en obre duc ' en intensificar su vidad del tr. abajo a ro, permitA expl J ión de otac ión, Y pS! lA plusvalía; pero, ende, , la expropiaci en la A q a función cada vez me más sub: e E ss a 2 UA auxiliar, acce O dida en que olo tra ea 6 : loalpod M capi l talismo -rre el terr esno mismo en

e]H e ice , superflua, quitan

el cual

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| |

PP

APLICACIÓN DE LA CIENCIA A LA INDUSTRIA

69

artir de su fase mercantil-manufacturera, como sistema

se apoys E de la fuerza de trabajo obrera y de su productividad.

de a res de la moderna civilización mercantil, el valor de Desde 5 a mercancias es la “medida” de su valor de uso. Pero

cambio de l advenimiento de la manufactura capitalista, el tiempo de

desde, a Imente necesario es la “medida” en adelante generalizada

trabajo socia o de la riqueza.'* En la época del capitalismo indus-

deete el “capital fijo” (en el Libro 111 de El Capital,

pda ple constante”, esto es, la maquinaria, etc.) “el metro del

A slo de la gran industria en general, y crece, por ende, con

lación al desarrollo de las fuerzas productivas de ella (el capital fijo mismo es el objeto de esas fuerzas productivas, estas fuerzas mismas como producto presupuesto)”.'” La gran industria capitalista, al uti-

lizar al máximo la productividad de la fuerza de trabajo obrera inicia, pues, en perspectiva, un proceso al término del cual, no ya la fuerza de trabajo obrera, sino el potencial técnico-mecánico, los sistemas automáticos y autorreguladores (los computers, etc.), consti-

tuirán la base principal de la producción social, la fuerza productiva

material decisiva. Pero entonces se habrá superado el límite capitalista de la gran industria. Será un retorno, no ya a los orígenes, cuando las fuerzas materiales (por lo demás de la naturaleza misma y de sus procesos espontáneos), independientes del hombre, eran la fuente principal de la simbiosis productiva hombre-naturaleza, sino más bien al modelo ideal dela civilización artesanal, cuando —observa Marx-—

el hombre inventor y manipulador de sus instrumentos hacía de estos

el intermediario entre sí mismo y la naturaleza ** y todavía no se había

convertido él mismo en un intermediario pasivo entre las máquinas

pi mba Y todo eso será. —enel plano de los procesos

“e Salleciel el fruto del mismo desarrollo capitalista, de

de las ed alista que Saló impulso y legitimación histórica dío a Uta e pensamiento racional moderno, que

úicas Al ser : O a la creciente aplicación de las conquistas cienor . de las fuerzas productivas (y por consiguiente, como refle O, al : eps ] se la obli, Mismas conquistas científicas) y que, en consecuencia, ción de la gado finalmente a abdicar en fa vor de una efectiva afirma1 E "fi “7 l y de los y racio nalidad científ ica también en el sector de las relacio nes alores sociales ,

DO G

an Pe e significado ; medida a abdicación tiene todo esto, concretamente? ¿Qué se en favor de la ciencia? Significa que, en la se liber e el capital se lib SUstrae q] tra vez, del cap era del trabaj o manual, físico, el trabajo italista; en la medida en que el capital abajo la ciencia de los propios procesos, en adelante con-

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70

LA ANTROPOLOGIA FILOS6p OSÓFICA py, MARXs mo

fiados a las máquinas, el trabajo sustrae al capitalista e] de la tecnología científica y se prepara él mismo, en escalaooPoli mayor, para el “trabajo científico”. Desmovilizar, en Per ejército de los trabajadores manuales, significa, a] mismo A el ,

reclutar nuevo trabajo intelectual, dentro y fuera de la fábr

porlo tanto trabajo potencialmente dirigente. Una vez más el eo y de trabajo” desarrolla una función decisiva, pero ya no en ventaja la apropiación capitalista. “La economía de tiempo, a esto se red

finalmente toda economía”: esta es “la primer ley económica está en la base de la producción social. Es una ley válida también € un nivel mucho más alto”.** Pero desde las primeras economías de tipo esclavista y servil, tal economía de tiempo, que serealizaba con la asignación de todo el trabajo a la mayoría para poder asegurar “g no-trabajo a unos pocos”, se justificaba porque “el no-trabajo de uno; pocos” era la única “condición del desarrollo de las fuerzas generales de la mente humana”.** Conel capitalismo hace su primera aparición junto al no-trabajo de unos pocos, un no-trabajo de muchos (la desocupación en masa), cuya única función es facilitar la explotación intensiva de los trabajadores ocupados, fuente de nueva plusvalía capitalista, y acelerar, por consiguiente, el proceso de acumulación de las riquezas, en una época en la cual también el posterior desarrollo de las fuerzas generales de la mente humana está condicionado por la masa de los medios puestos por el capital a disposición dela ciencia. Pero el desarrollo mismo de la ciencia y de la técnica, cada

vez más necesario al capital, abre posibilidades nuevas de trabajo

intelectual, aunque impedidas y a veces falseadas, allí donde (como en nuestro país) el empleo público o los estudios universitarios ocultan o dE el desocupación, Pero, aunque sea en esta forma

mucho)tortaa 5erdivciament“con fuerzas generales generales de de ] la mente humana” condición del desarrollo ge en aquellos mismos qué

no trabajan: “de tal modo,él [el capital

de creación delas posibilidades d

5

O

-

to

od malgré lui, es instrumes disponible, de reduc: de tiemposocial

ción del tiempo de trabajo para toda la sociedad a yn mánioo decre-

ciente, de manera personal”.?20

de dar tiempo libre a todos

pa su para

desarrollo desar

¿Desarrollo personal entendido en qué direcci ón? Marx parecea : liaui rápida a aquellos (hoy se reconocerían en Marcus aa de a muy fastidiado por las concepciones utópi ? picas,

que en el futuro el trabajo “será un puro A pretende

diversión, según la concepción ingenua y bastante frívola de una pur No: “Todas las formas precedentes de propiedad ind Fourier ¡ enan

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a

la

APLICACION DE LA CIENCIA A LA INDUSTRIA

71

mayor parte de la humanidad, a los esclavos, a ser instrumentos del trabajo. El desarrollo histórico, el desarroll O Polído tico, el arte, la ciencia, se mueven en las esferas superiores, por encima de aquéllos” 23 estas son las formas del trabajo para las cuales serán “liberados” los proletarios de hoy: para un trabajo (el arte, la ciencia, etc.) en el cual el desarrollo de la individualidad, de la personalidad, se realizará

en el esfuerzo, el rigor, y la seriedad (no en el “pasatiempo”), y este esfuerzo, esta conciencia, en la medida en que sean generalizados, serán los títulos más duraderos para una auténtica gestión social de la riqueza y de los medios para multiplicarla.?*

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APLICACIÓN DE LA CIENCIA A LA INDUSTRIA

71 mayor parte de la humanidad, a los esclavos, a ser instrumentos del trabajo. El desarrollo histórico,

ciencia, se mueven en lasesferas

el desarrollo Político, el arte,

la

superiores, por encima de aquéllos” 2 y estas son las formas del trabajo para las cuales serán “Liberados” los proletarios de hoy: para untrabajo (el arte, la ciencia, etc.) en el

cual el desarrollo de la individualidad, dela personalidad, se realizará en el esfuerzo, el rigor, y la seriedad (no en el “pasatiempo”), y este esfuerzo, esta conciencia,

en la medida en que sean generalizados, serán los títulos más duraderos para una auténtica gestión social de la riqueza y de los medios para multiplicarla.?*

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NOTAS

ento

que consistiría en la “ técnica a su (si

e N Punto Crucial” > Pp. de los Gr7. i istórj

Per na

: Atriby ise 1

En

Mbs

, Como

? Lineamenti v. In, Florencia, fonda: 1970,

ciencia. Para una di classe. Galvan:

j

p. 392; [Elementos ca delPeconomia Politica 1857-185 nomía política 8 Ética fundamentales (borrador) 1857-185 para la Srítica de ; la ro P. 220]; la Cursiva ee , V.H, Buenos es Nuestra Aires, como “se presenta”) Siglo (en la traducción ita. erscheint ha e pde [e i 3 Ibíd., p. 393; ocurre lo mismo. eel la Cursiva es nuestra; N. del T.) *% Ibíd,, p, 395; [Zbíd,, p. 221] la Primera cursiva 9 Ibád., pp. 393-394; €s nuestra; [Ibíd., la p. 222], Cursiva es huestra; % Ibíd., P. 399: [Ibíd., p. 221-222], como «tel capital cdente y más genérico “e "10 todas 2, Nen el original 227, alemán, “Dielas ciencias” (Ibídem) ; [Ubia., ad ik der Politischen Erfindung wird dann ein e, Okonomie, Berlín, : Cfr. K, Marx, 11 1953, Capitale: Libro p. zolo VI sobre la “aplicación” Mmmediato, Florencia,I, capi 5 dela ciencia) (inédito), Buenos ; [K. Marx, Po El Capital, libro “como el ProductoAires, Si , 1, e > P. intelectua] general 59); p. asimismo como del desarrollo 89, [p. 95): la e aquí como ciencia, directa social, ¡

se presenta isma a al separada del saber Y la destrez, capital (la Aplicación de la vidualmente, al proceso ma . obreros consideradosDi. cfr., en P. 91, [p in y la cursiva es nuestra). at a

ili

zación, i

fundada en el 294 ¡e

FcrOS COMO capital. Y en realidad,

b del trabajo en gr abajo i ande ia, tdi io, me o de explotació del tra s masas, no aparece ante el fuerzas n bajo, como medi tr

os de APrOpiar,

naturale

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s

y

7 ¡pLICA el

ON DE LA CIENCIA A LA INDUSTRIA

73

como fuerzas pertenecientes al capital” p tanto particular referencia al capítulo vi (

incl

bicacia,CO capital), cfr. N. Badaloni, “La sottomisione del lavoroe le ¡oro 1Capitale”, en Critica Marxista, núm. 4-5, 1969, cn

A. Casanova, Le statut social des tntellectuels, en A. Casanova, Cl etzger, Les intellectuels et SA se considera aquí en su les luttes de classe, París, 1970 aspecto estadístico y en la indica 15 40. de los pios sociales. Se primis al blica que la revolución cientíamo écnica haya lleva o a cambios paraFrancia, cualitativos profundos ; se comprueba en todo Caso, sólo a los ingenieros y técnicos empleados en el trabajo que crivo Pl podría corresponderle la denominación roductivo b Para los demá intel debezlde trabajadores J es intelectuales

Fimilados a la clase o rera. o

emasse

eberia tener presente el carácter,

al menos parcialmente, improductivo de su actividad ; de todas maneras queda el hecho destacable que también los intelectuales tradicionales pierden rápidamente su antigua condición artesanal y son absorbidos porlos monopolios pri-

vados, por el estado, etc. Una Interesante contribución italiana al respecto es

la de C. Petruccioli, “Su alcuni aspetti del rapporto fra stratificazione sociale e orientamenti ideologici” (informe a la Convención del Instituto Gramsci sobre

Il marxismo italiano degli anni sessanta e la formazione teorico-politica delle

nuove generazioni, Roma, 1972, pp. 47-69). 10 “La ciencia, que obliga a los miembros inanimados de la máquina —merced a su construcción— a operar como un autómata, conforme a un fin, no existe en la conciencia del obrero, sino que opera a través de la máquina, como poder ajeno, como poder de la máquina misma, sobre aquél. La apropiación del

trabajo vivo a través del trabajo objetivado —de la fuerza o actividad valorizadora a través del valor que es para sí mismo—, implícita en el concepto del capital, está, en la producción fundada en la maquinaria, puesta como carácter del proceso de producción mismo también desde el punto de vista de sus elementos y de sus movimientos materiales” (K. Marx, Lineamenti fondamentali ecc.,

v. HL, cit., pp. 390-391), [Elementos etc., v. 11, p- 219]. “La inserción del proceso laboral como mero momento del proceso de valorización del capital es puesta

también desde el punto de vista material, por la trasformación del medio de

trabajo en maquinaria y del trabajo vivo en mero accesorio vivo de esa maqui-

naria, en medio para la acción de ésta. Tal como hemosvisto, el aumentode la verza productiva del trabajo y la máxima negación del trabajo necesario son la tendencia necesaria del capital. La realización de esta tendencia es la transfor-

mación del medio de trabajo en maquinaria. En la maquinaria el trabajo objetivado se enfrenta materialmente al trabajo vivo como poder que lo domina Y como subsunción activa del segundo bajo el primero, no por la e ol.

2. 2Jo vivo,sino en el mismo proceso real de producción” (1bid., ba

m ); (Ibid, Pp. 219-220]. “En su combinación este trabajo se presente z e al Servicio de una voluntad ajena y de una inteligencia ajena, dirigido po

pa! a trabajo tiene su unidad espiritual fuera de sí e asi varía, del «20 material subordinado a la unidad objetiva de a magia Úfico Capital fixe, que está como monstruo animado objetiva el pensamiento cient

a de hecho el coordinador; de ningún modo se comporta como dal e al obrero individual, que más bien existe como a, ». 93):

bid. 3, como accesorio vivo, y aislado, de esa unidad o! do cit pp. 90-91; a [en pañoopa y a po libro I, capitolo VI in . Cil.

. ps . idú E 4 Cfr. F. Engels, Antidihring, Roma, 1968, p. 290; [F. Engels, Antidiihring,

México, 1361 , p. 269].

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4

LA ANTROPOLOG!14 FILOSG5:4,4 py, E

Ea

12 “El solo desarrollo de la ciencia -—¡d est, de la forma riqueza, tanto producto como productora de la misma. A 2Ólig, disolver esta comunidad. Empero el desarrollo de la cienc ideal y a la vez práctica, es sólo un aspecto, una forma baje pe ea e el desarrollo de las fuerzas productivas humanas, id est de la hina Pater, Marx, Lineamenti fondamentali ecc., cit, Vo M, p, 183); [Elementonis” Í3 . 32].

y,

P 13 ea, p. 401; [Ibíd., p. 228]. 14 Aquí las relaciones de producción son llamadas por Marx, “medida” 4 las fuerzas productivas; otras vecés son llamadas “forma”. Pero los . E + de + tos se ¡iluminan mutuamente. El valor . dos Conce. socialmente necesario es "medida" de valor producido en cuanto es la “form a” que el valor de uso el valor Produc; asumen en un determinado estadio de su desarrollo: no la formadel valor de o del valor producido, sencillame nte, como piensa L. Séve cuando asimila E: relación a la existente entre forma y contenido, Las expresiones de Marx que q cita, definen en efecto las relaciones de producción como “formas de desarro lía de las fuerzas productivas” (y no ya como “formas de las fuerzas Productivas” Y y definen las relaciones de producción ;Y burguesas “la última forma contradictor ia del proceso de producción social ” (Cfr. M. Godelier y L. Seve, Marxi smo 4 4 strutturalismo, Turín, 1970, p, 144). Véase el fragmento de Marx citado pos nosotros en el texto relacionándolo con A nuestra nota núm, 15 de abajo, en el cual el “capital fijo” es “el índice del desarrollo de la gran industria”. Owo

contra

ste polémico (implícito) sobre el tema “fuerzas” y “relaciones” de Producción es el de J. Fallot (Marx et le machinisme, París, 1966, pp. 33-37: trad. ital. Florencia, 1971) y K. Axelos (Marx benseur de la techni que. Di Paliénation de Phomme á la conqu éte 15 K. Marx, Lineamenti fondamentadu monde, París, 1963). li ecc., cit., y, 11, p. 399; la cursiva nuestra ; [Elem es entos etc.,

19 Ibid., p. 127; [Ibíd.,y, v.IL,1,p.p.226).

q

$ 4

-

460]. 1% Ibíd., p. 115[1bíd., y. L p- 362]: sobre la función “civilizadora”del capital- d 18 Lineamenti fondamentali ] ecc., Cit., y, 1, pp. 118-119; [Elementos etc., ci, 3 v. E p. 101]. 19 Ibid, v. 1, p. 401; [Ibid

y. IL, p. 229]. (Para la denominación trabajo intelectual com del o “trabajo genera]” y del manual como “trabajo tivo”, cfr. J. Fallot, Op. colec* | cit., p. 113), 20 Lineamenti fondamentali ecc, cit. y, 11, P. 405; [Elementos pp. 231-232]. Y cfr. J. etc., v. UL ; Launay, “Reflexions sur le ma de produ Economie et Politique, núm, ction”, el E 70, sept. 1968, pp. 94-95. 21 Cfr. H. Marcuse, La fine dell utopia, Bari, 1968, p. 18. 22 K. Marx, Lineamenti fondamentali €cC., cit, v. 1, p. 278 ; [Elementos ett, v. IL, p. 120). : 23 Ibid., p. 248; [Ibíd., p. 91-92]. 24 Sobre este tema, cfr. U. Cerroni, Tecnica e liberta, Bari, 1970. El mismo Z Cerroni, comentando

la traducción Crundrisse (segundo volw men), advierte que “dos cuestiones italiana saltan adelalosvistas la delimitación de la differentia specifica del capitalismo respecto de las «formas precedentes a /A producción capitalista» y la de la peculiar incidencia de la maquinaria E ed en moderno sistema económico -social” il el futuro degli “La societa capitalistica $ uomini” , en Paese sera-Lib(U. ri, Cerroni, 4 sept. 1970) e il futu ds ?

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ORIGEN DE LA FAMILIA” MO Y EL SOCIOLOGÍA DIACRÓNICA DEL MARXIS

En uncapítulo anterior, contraponiendo entre sí naturaleza y Cultura,

sociedad e instituciones, intentamos encuadrar las categorías antropológicas marx-engelsianas en un grupo restringido de unidades mayores que podrían llamarse, kantianamente,

títulos , Pero que, a dife-

rencia de ellas, se caracterizan por ser las unidades mayores de un cuadro de estructuras diacrónicas. En este cuadro, cada una de las relaciones lógicas es, al mismo tiempo, una relación real, histórica;

por lo que, de las dos direcciones opuestas en que se desarrolla cada relación categorial, una es la fundamental, originaria: de estructura a superestructura (de naturaleza a cultura, o más bien de sociedad a instituciones) y de simple a compuesto (de naturaleza a sociedad, o de cultura a instituciones). Lévi-Strauss, queriendo subrayar la tensión recíproca, y por tanto

la relación dialéctica, que subsiste entre la vida sexual y la reglamentación de la misma en el comportamiento de los hombres, afirma que, como la reglamentación de las relaciones entre los sexos es una Invasión de la cultura en el campo de la naturaleza”, así “la vida sexual es un embrión de vida social en el seno de la naturaleza”.!

ecultura y vida social parecen identificadas según una típica cla, de carácter o derivación idealista, que desconoce la contra-

axengelsiana entre niveles estructurales y niveles,e bviStrauss h : A A lladiacronía ) qUe expresa elpa ajo. expcita la ia del in : do el vínculo Entre las dose pe y señalaen la po de e Lropología cultura] relaciona no E vasabido eriaún n ladefinir duda de hi la exactitud sus Propias conussuficiente as relacion, cegEn la antropología social. de producción, son eN efecto las mis e sociedad, o sea las relaciones eS a por parte ho smas formas de apropiación de la naturaleza p iguran a cuanto fig s, por ¡ s fuerzas productiva i re, O sea las misma

co ido en asa escala " je vag auctura más simple sino en su ser repet os hom cl MÁS estructura en la cual divers

Pos o elas O sea en una ales s diversas feos Mple q de hombres) desarrollan forma la naturaleza. y antagónicas) de apropiación de "mentarias

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76

LA ANTROPOLOG14 FILOSG5y

tal repetición no se prod supone siempre la me uce de m odo directo diac ficas (precisamente las ión de Funciones su OStructura Neo z funciones e diferenciar la estructur » L a abs tra A cta men te simple singulares fuerzas Produc ri n ia tivas. Por lo tanto, se Pue de deci sociedad no es cierta mente la cu ltura, es no Obstante “culturalizada”. (De TG sk modo análogo, del lado de la

:

histórico, observad o Po

en los orígenes, entre r Engels, de una mayor fusión e ind cialmente entre las las diversas formas de la superestruc turaistincióp, formas culturales y —esgp.

ales, que es propio delas form a(porque las superestructuras

, En su forma menos “depurada jo, o bien más próximo a la considerada); mayor “indis

esta última está res > ENLONCES, Mayor compenetración, por cuanto ervada, dado el Cas o, a las sociedades más

evolucionadas.

Qu El problema toca bi de cerca, como Veremos, una de jones. ! controvertidas que surgen las a ¿Su a propósito del Origen propiedad privada y de la familia, de A del Estado. También respecto de esta

h

obra se efectuaron marcada défaillance del críticas por uni o materialismo engelsiano, ciente alejamiento y Por un ag ola del más Hguroso análisis marxiano.

actitudes más terminantes, Entre la recuérdese sólo la superficialidad Cel atribu ye al autor del Origen de la familia el concep con que Ke sen principio existió una sociedad maravillosa”, to por el cual si en un sin Estado,

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E Se

py RIGEN DE LA FAMILIA ÉL 0

7 previsible el advenimiento de una so. ci ed ad fut ura, también ell sería Plosa” y sin estado; el a marxismo se revela Epi variante ría de este modo del iusnaturalismo bas ada en el po pro los hombres son libres e iguales p or naturalez stulado según a, “Completael cu superados estarían también mem sus informaciones etnológicas, los ar1tores de los cuales Engels Morg an y Bach an las teorías de Morgan sobre las fases evolutiv ofen.* Por cierto familiar, sobre el presunto carácter de u nivers as del ordenamiento alidad de la gens y del clan y sobre su prioridad respecto de la familia res tri prioridad de la descendencia materna y sobre el ma ngida, sobre la triarcado como etapa ,.

obligada de la evolución de la familia, revelan hoy

pero aparte de algunos intentos recientes de revalorizar sus límites, la concepción

de Morgan a la luz del marxismo, la tesis de una “barbarie” que sucede a la etapa del “salvajismo” corresponde a la periodización férreamente establecida del pasaje del aún válida paleolítico al neolítico.?

Timpanaro, refiriéndose a la “división del trabajo” entre los dos

fundadores del socialismocientífico, observa : “Correspondió a Engels, en cierto sentido, la parte más ingrata, porque debió ocuparse —como más tarde Lenin en Materialismo y empiriocritismo— de temas en

los cuales no era especialista y, después de la muerte de Marx, sólo pudo hacerlo en el escaso tiempo que le permitía el inmenso trabajo de ordenamiento y publicación de El Capital y las cada vez más

vastas tareas políticas y. organizativas”.' En efecto, la observación

encuentra su confirmación en las cartas del mismo Engels a Laura Marx; no sólo en la del 17 de diciembre de 1894,en la que alude a la sobrecarga de trabajo que sobre él pesaba, especialmente a causa del reordenamiento de las partes inconclusas de El Capital,

sino sobre

todo en la del 13 de junio de 1891, en la cual, refiriéndose a la guardia

edición de El origen de la familia, aparecida en esos días, a

escribe haber tenido que “leer toda la literatura relativa al ba E

que, entre nous, confiesa no haber hecho cuando escribió 5d ! 2 Publicado por primera vez en 1884 (aun habiendo slioina aan Suficiente exactitud el contenido de todos los libros que no había leído; tuve más fortuna de cuanta merecía”).”? i fieren Las fuentes morganiana y darwiniana de esta slo cerexcluida Una dimensión integral, de la que en ningún caso po A

y "aturaleza, entendida como “proceso de pa icas que hoy

e quen de la familia anticipa las teorizac

iones etrológicas que20y “* Plantean explícitamente el problema filosófic o iedad,'* y para el me naturaleza y Cultura, entre ratusileza y RFEROn "ancladas en > tratamiento estructural de las relaciones de pare

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78 LA ANTROPOL OG

14 FILOSopy

la vida sexual, en Ca Dro cierto modo anticipa Psicología profunda. UN te Además, no se Puede ma de histórico-política de metodología marxistaUn mensaje que logra h ablar Vidar la a las fuerzas étnicas Cor ción no encuentra cuya lucha d cor an una Correspondencia eurocéntrico de ; a e E mua una Parte de la misma Cultura revolue, cional,!* sl Ar

Rara CN

familia y el de de Engels su condición Ori a ginaria: ¿debem es familia, aun en os , la de los ori; gen cl es, un hecho cse : : de ha ncialmente NOce de >» COMO quiere espiritualista e toda UNA tradi: idealista que tie ne sus raí

, €n lo que llamae l estadio del “sa también en el est lvajismo” (y Quizás adio de la “barba rie” ), de ] os laz a los hombres con os que vinculan las fuerzas Produc tiv tos as, y Por tanto con d naturalese, respecto a la menor incidencia de las rel los elemen. aciones sociales *: 5 mientras que un a mayor extensión

una acción recíproca * a la sociedad evoluc roducción caracteriza ionada. Dado que tivas con las rela la uni dad de ciones de producció las fuerzas produc n constituye gráfica marxista de la noción “mo jismo” (y en la “ba do de Producción”, en el estadio delhistorio“salvaExtracción biológic rbarie”), “los condicionamientos a (es decir, rela materiales de tivo naturales del hom s a las fuerzas prod bre uctivas derivados del “mo mismo) Prevalecen sobre los condicion do de producción”. amientos señala, por vía de es lo que el mismo hipótesis, en una Engels carta a Marx del de 1882;'5 y es 8 de diciembre la respuesta implícit marxista, a a

Cuantos, sostienen hoy que en las Sociedades incluso en el campo extraeconómicos, ent Primitivas los lazo endidos —al parece s r— como lazos idea gicos, etc. (en Otros térm les, máinos, como lazos o Perestru una mayor eficacia cturales), de Engels en que los lazos económ tendrían la consideración icos. del peleas ” La respuesta implícita sobre los orígenes familia parece ser ésta: de la no son los vínculos supe "económicos, sino a

lo sumo, los sub-económicos.

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53 DE LA FAMILIA

79

yx, la moderna “propiedad” no es tanto una relación

según

pes un dominio sobre ellas, como una relación entre los laa 200 elación social. Pero, como hemosvisto, tras la moderna pombres, da ofundación jurídica,?” se encuentra su sustancia origiedad y 5 iación” de los medios naturales de producción y n3

:

subsistencia

“mediante el trabajo del individuo en su natural pertenen-

ecie. Igualmente, y con mayor razón, según Engels, tras paa laSP mo una embrionaria sociedad de productores —y de su la adación mítica, ética, etc.— se encuentra la familia como

teroductiva misma, O bien como forma de apropiación de los e Eaturales ofrecidos por la especie para producir y educar a la

medios fuerza de trabajo de los individuos humanos. Si, más tarde, la esclavitud, el hombre será considerado como objeto de apro-

piación en tanto fuerza natural de trabajo en acto, en la reproducción

sexual, y en la familia primitiva que disciplina sus modos y fines, la

apropiación del otro sexo asume el carácter de producción de los

productores mismos, de producción de su fuerza de trabajo simplemente virtual?! Por tanto, la familia primitiva difiere de la función reproductiva que es común a todos los animales, en que se reproducen los productores. Lo que la familia humana tiende a reproducir ya no es sólo el individuo natural, el sujeto de ciertas adaptaciones y el portador de un cierto patrimonio genético, sino una de las fuerzas

productivas y, al mismo tiempo,el sujeto de toda actividad productiva. “Según la teoría materialista, el factor decisivo en la historia es, en

fin de cuentas, la producción y la reproducción de la vida inmediata.

Pero esta producción y reproducción son de dos clases. De una parte, la producción de medios de existencia, de productos alimenticios, de ropa,de vivienda y de los instrumentos que para producir todo eso se an de otra parte, la producción del hombre mismo,la contiunaépocde la especie, El orden social en que viven los hombres en de Prodi un país dados, está condicionado poresas dos especies sdela El : por el grado de desarrollo del trabajo, de Una parte, más restringid. e E otra. Cuanto menos desarrollado está el trabajo, a riqueza S pa a cantidad de sus productos y, por consiguiente, : sociedad, con tanta mayor fuerza se manifiesta la ntluencia dominante : ; socia]»=2 de los lazos de parentesco sobre el régimen La últi indicación

rd de este fragmento tan conocido contiene una elas estra cu oe útil para los fines de nuestra investigación doctrina bara .s pe Postuladas por los dos fundadores de la Ucción cal ormaciones precapitalistas y para la misma pro-

ista. Cuando decimos quela familia es, ante todo, una

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80 La 4NTROPOL

“fuerza Productiva” EN Si misma, € IMprecisa; sin h;, embargo nos Sirve midad de la A relación

oGy, PlloIa

co

de parentesco, que tconstituye, ia co yiÍ mos, Productivas”. No mo vi obstante, |, las relacione

s sociales de pr a Cs Rentr oducción de Parentesco) son Yue al mismo tiempo, (no ( canica CO MO ya dijimos Febaz ductivas”; y €s imp recisa Porque |] sobre todo, rel Jinos, “y aciones sociales de sencillas y de

las más antiguas. Per o lo que nos sue Parte del fragment ! o relaciones de parent de Engels es el lugar dialéctico esco, como relaci en el cua, ones sociales de Pro ubican. ¿En efe ducción cto,

cuáles son las mod desarrollado, cu alidades de] tra ando “es restringi baj Qs da la cantidad de Son las que en los sus Productos” Grundrisse Mar

xianos encontramos el concepto de simple designadas conY apr producción y ejemplifi opiación de las condiciones naturales del cadas en la actividad de ganadería y, por último , la agricultura llamad la caz a de subsi es preciso tener much a inaci correlación entre la edad en la cuallas fuerzas produc tiv humano, eran las de la nat as fundamentales, jun ura nada: la tierra, los animales, leza toda y, por así decir, incontami- : los procesos orgánicos, los cic los estacio nales o reproductivo s, etc.23 Las relaciones de par entesco parecen a Pues, en el orden dialéctic o-genético de las fundamentales relaci ones de producción, la cat egoría correspondie nte a la primitiva actividad y de tipo agrícola-pastoril, con siderada como primera catego ría € estadio de aquel orden dia léctico-g

enético de las fuerzas productiv que, en el capítulo II, cre as 4 emos haber hallado con suf iciente Aprox" 3 mación en algunas not as decisi

vas de Marx. a La actividad conexa al régime n pastoril nómade, entendida aun 3 comotrabajo de apropiaci ón, con técnicas rudimentaria de pro s, ducto 4

ofrecidos en gran parte es pontáneament

por la

naturaleza, es e á e derada por Marx y Eng els, por un defecto —tal comoya lo Hen 3 señalado— de la informaci ón científica de su tiempo, anteri or a , J verdadera y propia aparición de la agr icultura. * Porello DENIA A buscar únicamente entre aquellas técnic má as s avanzadas estableci a a civilización agrícola el principio de por la av una innova mbrales: —y aún: más allá— deciólan que habría Ñ conducido a los o "situación le las civilizaciones art esanales, en las cuales, histórica n* IP”, o sea 4 ue Heulas relieve el per según Marx, e feccionamiento y en 4 Pa los “instrume ntos de trabajo”. Aná logaconsecuencia la posesión :

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¿N DE LA FAMILIA ge orto

81

a familia en estado“puro”, la familia a hterior a toda transnt, o “deformación” (digamos, la fami lia con E 4 ¡ : 10 primera c formaimple categoría O estadio de un orden dialéctico-genético de las cdi más a

sociales de producción), tendría la forma, según Engels, estructuración social (en relaciones sociales) de las fuerzas . MOCUVAS anteriores al advenimiento de la agricultura propiamente

relac!

Pra. Después, la reemplazaría, según la errónea hipótesi s tomada organ la así llamada familia patriarcal y la monogámica? que engels le parecen familias derivadas o “deformadas” respecto a la familia primitiva.

,

.

Dejaremos a un lado, aquí, las razones específicas de la escasa

atención que en general se presta hoy a la hipótesis morganiana-

engelsiana relativa al matriarcado y el problema conexo de la sustancial diferencia entre la hipótesis relativa al matriarcado y los

descubrimientos etnográficos de las formas matrilineales y matrilocales de parentesco (al parecer, estas sí se pueden encontrar de modo predominante en algunascivilizaciones agrícolas) .?* En cambio, retomando el tema marxiano del pasaje a las civilizaciones artesanales,

signado por una nueva función del instrumento, más perfeccionadoe

individualizado (en el uso y en la posesión), observaremos que justamente el alejamiento del eje instrumento-tierra (aún indiferenciado y, por su naturaleza, común a todos los miembros del grupo en la

fase agrícola) hacia el eje del instrumento-animal (animal de domes-

ticación y de cría, de pastoreo, tracción, carga, cabalgadura o de guerra) configura una suerte de principium individuationis del uso y

de la posesión, de modo que la posterior difusión del uso y posesión

del individuo humano siervo o esclavo no se presenta de improviso, Por así decir, especialmente si se lo considera en continuidad con la

Úúpica actividad económica de las tribus nómade-pastoriles como es guerra de invasión con fines de presa y de conquista. Pero hayalgo Más significativo todavía, en este mismo sentido, ya en las civiliza-

Sones agrícolas (antecedentes) entre las cuales los etnógrafos han verificado ejemplos recurrentes de un régimen mixto constituido por . aca del suelo a la comunidad y por la posesión Arana

E lar en sentido restringido, del árbol singular o ho . nos pd como también del objeto inanimado singu an.

sologia"” de

3 “entario, empleado o forjado como utensilio. La "on po de la ¡Posesión individual procedería de tal manera, como asi pares sede

Panta al animal y de éste al hombre, instrumentalizado y SOJuzg

iodización "Pare de otro hombre. ideal Primer estadio de las fuerzas productivases, en la ijimos. * Engels, el de la humanidad

“salvaje”; el seg

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82

LA ANTROPOLOG1

A FILOSopic abran el de la “barbarie”. ¿Po demoshacer Coincidir | tivamente, con la “sit as dos uación histórica no rr” agrícol y la “situación histórica po IT” (art esan al) que PL : cap. II, examin ando algunas categorí; " €nco as Marxianas Una amplia coincidencia pareciera surgir de la «; cerámica”, donde Eng els señala el comienzo . e sintomáticoUCCión barie, y ; antes que

su estadio inferior 5 de lay ? >" para concluir los poemas homéri lueg cos, aparece el estadio superior de la Darb ante nosotros la época Más e ( a

del estadi

or”. 2

ior de la barbarie” y,28 má

s (nee

Lo pe é

insensiblemente inducen a equiparar a los otros inst rumentos, en el uso y posesión de quien tiene necesidad de ellos, tam bién al instrumento-hombre, como ins trumento subordinado Par a acrecentar o per. feccionar la actividad prod uctiva, Pero precisamente en esta sujeción, que aflora prelimin armente en el sector y bajo el perfil del desarrollo de las fuer zas productivas, relacionada con el aument o de las formas a

E

arie” y,28 más en general, co mación propiamente E artística de la ya adq uirida “habilidad a nal. Por otra parte la Periodización d e Enge ls Quiere ser histórica

A

fuerzas productivas, o sea a las actividades in stru mentales individuales. Naturalm

ente, las relaciones de dominaci Ón personal se establecen primero dentro de la misma unión familiar a la que lueg o se cont pondrán al llegar a su forma más desarrollada. En este sentido ranos parecen pertinentes las observac iones de Engels sobre la acentuac ión de los aspectos de la supr

emacía del hombre y de coer de la mujer, en el régimen del “patriarcado”, como primer núcleoción de un dominio

que muy pronto traspone los verdader

os a ni límites de la familia, de modo que la familia —para adop tar las palabras de Marx

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rmen no sólo la esclavitud

qels— “contiene NE de la gleba, puesto que ésta,

agrícolas. adas PO también la servidunore n las prestaciones ue se desarroa MOLE está en relación CO

“i1us)

>

noigtura, todos los eoEl estado”. “Tal

ie 5

1, nm . ¡eda en ? en me y ampliamente a E aso del trimonio por grupos

parón 2 osigue Engels— bno Engels no se da cuenta que, si la a

gami SIA edAedominio hacia la monogamia, contiene enhombre, germen ilia, A ya orienta del hombre sobre el

decir, debe encontrarse en la primera

se

e ici 25 cualesquiera eS yediferentes que sean las misma, familia Por a germen, mn ¡en del y más genuina históricamente, en el llamado estadio “salvaje”. todas las P

en el rasgo más iormas que ¡e Sneá del germen” está ínsito , A como relación social de producción.

Grundrisse, cómo a la a guía dedeloscambio bajoy la destacado, ra entre “valores de uso” “valores podemos considerarla,

a la otra mas en el sistema de la economía mercantil, correspondiente

veneral entre “fuerzas” y “relaciones” de producción; correspondiente, salvo que por la acentuación del resultado (de los respectivos procesos) se sobrentienda en los conceptos de “valor de uso” y “valor de cambio”. En particular, de la correspondencia entre relaciones de producción (como aspecto de la actividad) y valores de cambio (como aspecto del resultado de la misma) * se deriva que también la familia originaria, como forma originaria de las relaciones sociales de producción, produzca “valores de cambio”, aunque no aún en

forma de mercancías y, sobre todo, no en forma de mercancías dispo-

Cia,cualquier comprador desconocido. Tales “valores de

ia e eEla delos cuales, en verdad, es desconocida en la

ngele— están econ e. del matriarcado según la hipótesis de dición de bierno, do según évi-Strauss, en las mujeres, cuya conCon ciertas elas distrib E para ser cedidos o cambiados, de acuerdo Sistemas primitivos del utivas, aa invariable en cada uno de los mación ulterior hacia Íarentesco.”* Si así son las cosas, la trasforMujeres en la Camil

Vez, contenida en ge

a condición de tipo servil reservada a las

Patriarcal más avanzada se encontraría, a su germen

en el orden que considera a la mujer como ado a la permuta, al trueque, Otros bi al intercambio social e sl os Para que la tr , asfo

Un prod Ucto Aunque y destin :

rmació n se cumpla, es s deban producirs e, dura nte ese período, menester que de modo

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2

LA ANTROPOLOG14 FILOSorj0,

ciación del carácter (de mercancía) de los Prot del consumoindividual y destinados POr tanta a) ralmente, la diferenciaci ón y el perfeccion, MDI ena exigen, de modo especial, las activida des Mb Untale:á S Pra (de tipo artesanal), mien tras el simple increm enta a puede verificarse a nivel de las fuerzas Productic as de al r e agrícola-pastoril) ; empero , también este increment o de la y

Su consiguiente destino al mer cad

o, se realizan sobre q] las actividades de tipo arte sanal (sobre el modela de lo Modelo Que Go

Childe denominala “revolución urbana”).

"da Con estas últimas, a las correlaciones naturales de Pareny pronto se le superponen, sust ituyéndolas, nuevas relacion es que ] designa —generalizando siempre el Concepto y pres cindiendo de ma más notorias determinacio nes hist “corporaciones” 3% y que se incl oriográficas — con el término de uye en la noción de relaciones nales de dominio. En efecto, perso. la estructura de la “corpora ción” arte. sanal se caracteriza, observ a Marx, por formarse de un trabajo dependiente, contrapuesto al trabajo individual independient e, y en consecuen cia contrapuesto a la particul

ar destreza que requiere este; último, así como del correspo ndiente tiempo de aprendizaje nece sario para adquirirla; sumamente Cara cterística es la tendencia a la no coincidencia del trabajo depend iente con el del ámbito familiar que rodea al “maestro” artesano. La corporación no contienela escl avitud ni la servidumbre de la gleba, señala Marx (esclavitud y serv idumbre de la gleba, evidentemente está n ligadas al contexto estructural del Campo): “pero puede existir un similar desarrollo negativo la forma de un sistema de baje cast

as”.33 Por otra parte, tam bién la esclavitud y la servidumbre de la gleba se presentan primero, como el “aprendizaje” artesano, bajo

la forma de una normal inse famuli en la familia y bajo rcióndel la patria Potestas patriarc al,3 Las relaciones de dominio perso formas que puedan asumir en los ceden a la par con la valorizacióndiferentes contextos históricos, prode la actividad-aptitud (aprendi zaje) o del gasto de fuerza laboral (condición servil) del hombre asimilado al instrumento y emp leado luego por otro hombre. Ypue sto que la posesión del instrume nto es el carácter sobresalient e de la actividad artesanal, tambié n el dom

E A

inio de la mano de obra servi l (agrícola) recae conceptua lmente bajo la “situación hist órica” impresa por aquel tipo de acti vidad. Marx no llega explícit amente u

esta conclusión, si bien no faltan suge rencias significativ

en

as este. sentido, más de las que hemos señalado Enge . ls Nos parece más expli. 3 cito, ya que suele indicar en la “introducció de la cerá n mica” el

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LA FAMMILIA

g

¿CEN DE ye

,

85 ...

n

:

: uevo y decisivo nivel de las fuerzas productivas go ,

un ycutir en el progreso de las técnicas agrícolas ya “pe . o $3 .

!

ado E sector de las relaciones de producción, una embrio“1 pl y siervos: lardprimera sumisión social oc! al entre libres . y E . . ¡visión o de la constitución de una élite dirigente, depositaria afec “q , A r €” , $ q, enperienció efe ció y habilidades intelectual-manuales necesarias para sd “es

EL Sá

l |

Po mtitativa y cualitativamente el trabajo,35 : pre” jar Cué un reconocimie nto de las categorías sociales Ccorrespon-

Ha gamos 0 a examinadas, del desarrollo de las fuerzas productivas: gentes : ada as sociales que incluyen, como resulta evidente, las que

on a a las fuerzas productivas 3% y las relativas superestructuras a o culturales, de modo que se justifica plenamente el uso emio —““económico-social”— para designaresta más compleja ción del análisis. En efecto, ellas incluyen también la acción de las superestructuras institucionales, sobre cuyo tronco se han desarrollado y con cuyo desarrollo interactúan, en todo momento, de modo

necesario: pero esta dialéctica hay que “ponerla entre paréntesis”, al menos hasta que no se haya agotado la exposición sumaria de las categorías diacrónicas marx-engelsianas que se refieren a los niveles

estructurales.

Vimos como Marx juzga normal el desarrollo de un “sistema de

castas” sobre la base de la producción de tipo artesanal. En tal sentido, una distinción entre el concepto de “castas”, como órdenes cerrados y estáticos (que comprende a los “estados” o Stánde feuda-

les), y el moderno concepto burgués de clases, es no sólo posible, desde

un punto de vista marxista, sino necesaria. Marx insiste repetidamente en el hecho de que las modernas relaciones de clase surgen con poste-

a a la “liberación” de los vínculos de dependencia personal : A apreta, Siervos de la gleba y, por tanto, agri-

urbanos becados a liberados del campo, artesanos y empresarios as premisas e os de los vínculos corporativos: estas son algunas de adquisición de cias de la acumulación capitalista, Por otra parte, la terístico y bd de trabajo en el mercado, como elemento caracEncuentre en E itutivo de las relaciones capitalistas, supone que se

Vender su pro ' mercado un trabajador es obli

libre”, libre de vender o no

pia fuerza de trabajo, aun cuando de hecho su elección

ligada re respe Cto a su estado de necesidad, y a la multiplicación € la dSada em anda , de a d; Ocupación o a la escasez de la oferta corresponlente. Se libe € las “o ra del dominio de las “personas” y cae bajo el poder sas”

“ant

'

.

.

ás está s Menor es la fuerza social del medio de cambio, cuanto

gado todavía a la naturaleza del producto inmediato del

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>

| LA ANTROPOL

OG!A Fl LOs

OPI

trabajo y a las necesidades de aque llos ; debe ser la fuerza de la comunid ad 1 ue inter amb). ad que Vincul «eh relación patriarcal, la comunidad a a loa antigua, ración [...] Cada individuo posee el poder cia] lA ir, E una cosa. Arránquese a la cosa este Poder y Bajo gárselo a las personas sobre las personas. Las relacir personal (al

comienzo sobre una base del PTA 8 primeras formas sociales, en las que la productiyig ad Ura] “a rrolla solamente en un ámbito humana restringido Y en lugares 2. a e ón = independencia personal fundada en la depe nden cia ye)2 cosas es la segunda forma importante en

la que llega Pati a un sistema de metabolismo social general, un sistema de universales, de necesidades universa les y de capacidades ue La libre individualidad, fund ada en el desarrollo Unive rsal de individuos y en la subordinación de su productividad colectiva, Ed como patrimonio social, constitu ye el tercer estadio. El segundo cre, las condiciones del tercero. Tanto las condiciones patri las antiguas (y también feudales) se disgregan con el desarrollo del come rcio, del lujo, del dinero, del valor

de cambio, en la misa medida en que a la par va creciend o la sociedad moderna”.” En la primer parte de este fragment o, que nos parece de una

enorme potencia teórica, Marx nos describe el proceso en sentida inverso ( “Arránqu

ese a la cosa este poder social y habrá que otorgárselo a las personas sobre las perso evidencia el orden real, lógico-históric nas”). Procuraremos poner en o, en sus transiciones dialécticas Las relaciones de dependencia perso nal [- . .] son las sociales”; pero dentro de las prim ras formas eras formassociales prime es posible partir de un “Principio”, en el cual la ¿Sobre una base del todo natura)”dependencia personal se presenta (Marx ejemplifica mediante las “comunidad antigua”, entendiendo as : en las relaciones relación social se encierra y Consanguína!eastoda y de paren ago tesco), y un nivel ulterioren el por así decir, cultural (Mancia personal Sauni er ya una matores e la gleba feudal ude L odernas se ro a losA de esclavitud antigua, E) vinculos corporativos,

€ la Independencia Personal fund ma de las primeras en cosas”.58 El resto se refiere razón de li a] hn de A dependencia om respecto a ¡ desarrollo, hasta sus rehistor ia” a la “historialas, condiciones Puestas porlas formas capi La consecuencias, feudales, Precisa Marx ,« de las

duos, aun cuando sus relaciones

apar

Principio que los indivi-

sl Parezcan como relacion es entre

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| '

|

87

y DE LA FAMILIA

a solamente como individuos vinculación recíproc a vasallo, propietario onas, a terminado, COMO senor feudal y miembro de o com l una bien O etc., a, . carácter pon siervdeo de la gleb on Ur, tera”. en

estamento, etcé e y Ambién como pertenecient a un ria o Epco A e tal (e

“son destrullo castas? cieones de casta, de estamento, de corporación,

na sociedad buras rela das” con el advenimiento de la moder ndientes, parecen indepe n parece duos indivi “los cuál o desgan das, > . . 3” 40 " n la Cue unos a Otros y de intercambiar en esta libertad”. frentarse Ja, : een ndifere cial sustan Libres : a a fondo en las cosas, subsistiendo la se al, o-feud antigu y rcal patria tariaPe de las formas comuni

“no son una remoal ón ue las relaciones de tipo capitalista, bien constituyen más que a» denci de delas relaciones de depen l; son ante todo

cn Mente la reducción de éstas a una forma genera ones de dependencia , borión del principio general de las relaci

el criterio personales”. (Digámoslo para retenerlo, se repite aquí rciona la propo e” hombr del omía “anat la al cual

marxiano en base completa explicación de la anatomía del mono.)

Podemos ya concluir rápidamente esta parte de nuestra exposición con una integración, que se nos ocurre indispensable, de las propuestas teóricas fundamentales surgidas hasta aquí de la confrontación entre la temática de los Grundrisse y el núcleo de El origen de la familia, en cuanto se refiere a las categorías lógico-abstractas —o dialécticogenéticas— de las “formas de producción precapitalistas” y del primer nivel de la sociedad capitalista. Lo que, en los fragmentos

antes citados, se nos configura, respecto a las relaciones de producción anteriores, como el sistema de las relaciones de clase propiamente dicho, no puede ser considerado una entidad lógica e histórica indiferenciada, sino que se nos debe aparecer (como el e precedente de las formas de dependencia personal) articulado de peon] les. Ya en el nivel manufacturero-mercantil, las relaciones

hi

alir ma

,

"ción entre los hombres suelen presentarse —según lo que

3 Marx entre cosas ; — como relaciones

entre mercancías),*? en expresa, ahora,>como

cuya en unmaterialidad cuerpo 4 de objetos decompra-venta se

equivalencias De Epa lingúísticos convencionales, un sistema de adas elo es, O abstractas, que a su vez refleja determicipan en la

_ Ei (= sociales) entre los hombres que parti-

las cosas» Eo ño En la sociedad manufacturera-mercantil, sustituyen a laa N que se encarnan las relaciones abstractas, que ombre sume :

aciones personales que antes mediaban entre los

MOS, son La nt Os en las relaciones de producción), como ya diji-

valores de

: cancías. Pero las mercancías, circu

lando como puros C ambio, son todavía y precisamente , Productos del trab p ajo

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88 Puestos en cir laci

ón, es deci antes de que r SUStr sean lanzados a la del . aídos ala, 15 pue de las Socied ades Primitiv Osuna as tanto Meno Mante a producci r q1 ón con el Co ns um o, o con ] tos).** Por On siguiente, elsi COMO ya vimo s, en investir de tractos a la esfera de la di producción. Es cierto que, e N ósta, ] del trabajo se desenvuelven conservando el carácter de ca mbio entre sobre todo, En tre actividade s de trabaj Sea no sustitui dos aún Porartef actos tecn inevitable que, en una forma y de producción (en la forma y Nivel e tria y a la util ización generali zada de las y, a cosa-mer cancía, sino la cos industria] Prod uctivo) la que sistema abstra cto de las relaci ones formales que hombres en la so y cied inero, sino el “cap ad económica. Noesel capital como merc ital constante” En ta harias y medios de nto está compuest de arcia. producción en Sene o Máqu ral,** el que se tras auténtica expres forma en hdj ión de una relación so cia] precisa (el mercad er-capitalista de los Or que solamente ahora e | ígenes no poseía nada que mercancíae dinero cn Perpetua diso como el sistema es lu ci ón de ) mo do co mp pe propiedad, Aunque cífico de las modernas relaciones Juridi ieto tenga remotas raíc cas ce es en Y Particularme fo rm as so ciales dera nt en el orden romano, en Primera y decisi e el qu e ju stamente o va aparición el conc ep

de instrument de to generalizado de la os ic Producción, si bi en en el ámbito de “personales” de las relacio “dominio”. El nuevosistema de relaciones Jurídi cas de Propiedad se c. Pues, como un se gundo nivel de la e s relaciones cara “independenc cterizadas Dei Pe ia rsonal fundad enl a cosas” (sobre la de a dependenci h pe a er. también a la luz de ndencia Parael curso de las “cosas ” > sachie bre las geniales anti ci la función de paciones de los Grun las máquinas en dr isse sub la gran indust relación “cosal” co ria moderna. sobr n el obrero (y con el e su capitalista). De ma En un esquem si nera a a nóptico de las cate gorías filosóficas er sianas más abst ractas y generale ic ó s, el Sistem

propiedad sobr los a de relaciones ar e modernos medi ca os de la Producci por unlado se in ón aan serta sobre las corr el ac so iones dentes, surgidas co el ciales de clase a n s advenimien to de la manufactur capita a lista;

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89

Ñ LA FAMILIA

. . precapitco ae prolonga el nivel alista de las relaciones personales

po el otro —relaciones de casta, de “estados (Stánde) sociales, » domi los instrumentos de producción (comprendido el hombre

ac mo instrumento natural-artificial). 9 O : así, eN las formaciones económico-sociales precapitalistas, onemo de relaciones de producción, correspondientes a dos niveles dos piveles s) de las fuerzas productivas: con una terminología a. señala distinta de la marx-engelsiana, son el de las relaciones

ns mente ligera les de parentesco y el de los vínculos personales de dominio.

naral modo, en las formaciones económico-sociales capitalistas,

más Ml A rló lícito distinguir, junto con Marx, en el nivel

de relaciolas relaciones sociales de clase un nivel superior

eneral de el nes jurídicas de propiedad, que abarca, pero que no se da en , embargo sin e, colocars sin , ructuras superest las de primero, el espacio en el área de las mismas. Preferimos adoptar el término “relaciones” ra los niveles inferiores (parentesco, clase), porque las relaciones que se dan en esos niveles son precisamente dadas, es decir son mucho

o más marcadamente objetivas y preconstituidas, mientras el concept o, (domini es superior niveles los para le preferib es ” de “vínculos

propiedad), porque implica cierta mayor intervención de la actividad

(y, consiguientemente, de la “pasividad”) de los sujetos humanos. Las grandes líneas del desarrollo de las fuerzas productivas se

repiten en el desarrollo de las relaciones sociales de producción. Con

más exactitud, en el concepto de desarrollo de las relaciones sociales

se concreta, adquiere forma concreta (y más aproximada a lo concreto

histórico) el mismo concepto de un desarrollo de las fuerzas producetapas tivas, abstractamente considerado. En la esfera biológica, las evolutivas de los cambios y adaptaciones de la especie se repiten en

qeerimonio genético y en el sistema de reflejos que ie el fi e: En Ls de los individuos (la ontogénesis repite a la progra istoria humana, las “adaptaciones hombre-natura e no

eombres manten ee oea encapa

que 1> de las fuerzas productivas) se reproducen en las re a epe = Vida ución de esta “especie” social concreta.**

superior que €3, para lo

3

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1 Cfr, C. Lévi-Strauss, Le strutt ure elementari della Parentela, Milán 1968 p. 51; la cursiva es nuestra. [Hay edic. esp.] 1 2 Ibíd., p. 57. En otro lugar afirma el autor respecto a la Cultura: parte sustituye a la vida, y por otra la aprovecha y trasforrna para realizar síntesis de otro orden”; “[. ..] se puede intentar definir, para toda causa de orden biológica o social ; por otra [parte] es posible qq captarelActitud, a través del cual las actitudes m; de origen cultural pueden APoyar se en mientos que en sí son de natura leza bio) lógica logrando integrarlos, Negar y subestimar la oposición signif ica negarse toda inteligenc ia d e los fenómeno sociales” (1bíd., p. 40). s E Sobre el “surgimiento” de lo humano a partir delo biolégic referido al lenguaje, que está o (específi ausente en los animales), cfr. . también N.€ Saggi linguistici. 3. Filosofía del linguaggio: ricerche e, teoriche e storiche 1970, p. 212. , Turín, 3 Cfr. F. Engels, Antidúhring, Roma, 1968, p. 300; [en Antidihring, México, 1961, español, F. Engels, p. 278]. 1 Cfr. E. Terray, 11 marx ismo e le societá frimitive, 125. [Hay edic. esp.] Roma, 1969, pp. 123. 5 Así como sería difíc il poder hablar de “for primitivas, cuandola ex maciones económico-socia presión esté referida únic les” mico-socia] y no al conj ú unto de las Superestruct amente a la estructura econótrucción histórico-filol uras: cfr. en cambio ógica la recons Sereni, “Da Marx a Í Lenin:

Roma, 1970, p. 23; [en español, K. ladernos de Pasado y ente, : P. 37, en nota [Él Pres autor al ración que hace Sereni en la nota SÍ se la puede enc núm la . 17 que hem oscitado no figu Tiempo Contem oráneo, en Lor ra, pero que p del mismo Ensayo hecha por la edit in, ciene¡ E popa da oria ES l . además artículos » de Nada Xx ractos Engel, V. IX, Mosc ii , ú, 1vacion - p» a Tr , es del y e mis mo Mar x (en Archiv Marksa r. - E. Cod Codino, “In i

troducció della propieta privat a e dono Stato, N Ro F om maa, ;

L'Origin Jose 197 0,lop, 22. Sin e della famiglia, embargo, Po r lo

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ys ges

DE LA FAMILIA

91

ioridad de la “familia cf C, Lévi-Straus i «ere a la posterioridad. l restringida”, gida”, cfr.

ra e altri studi di antropologia, Turín, 1967, p. 161. Sobre la

paro ES depa” cÍr. Uv. Cerroni, “Considerazioni sul rapport pe igliaor «aria oramiglia e societa nelPanalisi marxista, aa >1964, de Critica Marxista (ahora también en U. Cerroni, La tienda dei y sus Úlimitaciones5 e pene etc., Sul! emi Bari, pa e Marx-Engels-Lenin, a prólogopl elier, ón Mo > Bula societd precapiMilán, 1970, pp. 84-96. des amo É, Terray,Por ejemplo,le atribuye la vagaintuición de algo así como una

mode”

propio aparente evoestructura diacrónica, que lo colocaría por encima de su tucionismo, como de todo estructuralismo inmóvil” a la manera de Lévi-Strauss:

cir. E. Terray, OP. Cit., PP. 32, 39, 42 y 60. Sobre antropología y marxismo,

cfr. entre otros. P.G. Solinas, “Il dibattito sull'antropologia culturale”, en

:

Problemi, núm. 29-30, 1971.

9 De F. Codino, of. cit., p. 23. Véase también 1. Andreev, “Friedrich Engels sur le passage de la communauté primitive aux classes et á PEtat”, en F. Engels,

grand revolutionnaire et penseur (Problemes du monde contemporain, Moscú,

núm. 2. 1971). Andreev afirma (p. 151) que el pasaje del salvajismo a la barbarie corresponde en Engels al pasaje (según una terminología más moderna) de la economía de apropiación a la de producción, o sea (desde el punto de vista arqueológico) a la “revolución neolítica”. 10 Cfr, S. Timpanaro, Sul materialismo, Pisa, 1970, p. 67; [Hay edición en español]. m1, (18911 Friedrich Engels, Paul y Laura Lafargue, Correspondence, v. 1895), París, 1959, p. 376. 12 Ibid., p. 63.

e filosofia in Engels e Lenin”, en Lenin

15 Cfr. N. Badaloni, “Scienza y filosofía en teorico e dirigente rivoluziomario, Cit. [en español “Ciencia Tiempo Conciencia y política, Buenos Aires, Engels y Lenin”, en Lenin,

que Engels, por un lado, y el temporáneo, 1973]. Sobre la influencia sobre el marxismo teórico de la Segunda darwinismo, por el otro, ejercieron di Jl marxismo € PInternazionale, Studi Internacional, cfr. E. Ragionieri, di y $. Morawski, “Le riflessioni estetiche storia del Harkismo, Roma, 1968; núm. 3, 1968. Karl Kautsky”, en Rivista di estetica,

p. 86 y pássim. 14 Cfr. Lévi-Strauss, of. cit., ica dei selvagg! . Comte: n ella vita psich o Tabú e em Tot d, Freu S. , 15 Cfr. ) n 1969. [Hay trad. esp.

e dei nevrotici, Turí Pr di Engels”, en Critica Ragionieri, “Presenza 18 Cfr. la nota de Ea propósito de las recientes A 176, e p. embrl noviice núm. 4. 1970 ls (28tde can > de Engei i rsario o del nacimiento n a anive , cincuent 1 cientoEl Praga. paraCel el ci en y l erta Wupp ieron lugar en uYa mar. an A ad a yp o 1 s de Engels que Hlon pudo, e lasobra . mer lugar El origen de la famila len a i á igualmente, la superación ; y V. Gerratana señala, 0) p.10 ién tamb a , ahor Pla e cit., Pp. XXX; roducción al Antidihring, Roma, 1972, p. 135). d Md rocentristao (Int di storia del marxismo, s Y.Gerratana, Ricerche lo [.. .] tesoro de informao entusiasta (“hermoso libril Familie hubo de expresar e ecuérdese el juici”) que sobre el Ursprung der pensamientos oa (cfr. Lettere a ls del 9 de noviembre de 1891 oapriola en la carta a Enge ás, Saggi sul materialismo storico, adem Cfr. 8). 37-3 pp. , 1949 , Engels, Roma

Roma, 1964, p. 87. [Hay trad. esp.)

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92

LA ANTRop

1C Lévi-Stra uss, en Le Str utture elementar considera a la fam ; ilia Primitiva una eOOperativa. de storia, cit., P. 151, “un Agrupa miento económ los productos de la ico. de caz

.

a y la mujer los q del incesto entraría en tal principio de bien, así como el Pri ncipio de la división sexual de dependencia entre los sexos, obligándo una familia, así la prohibición del los de tal modo incesto establece entre familias, obl y igándolas, para Per petuar La similitud de los dos procesos pasa ina se, a q al empleo de dos dvertida términos —división y Prohibición — 1, Podríamos destacar fácilmente el aspect o negativ

0 Pp. 167). En la Ideolo l al matrimonio” gía tedesca, Roma, 1967, p. 10, [La 19 e Montevideo, 1968, p. 21], Marx y Eng a (big, els tratan de la pri eología Alemana, : trabajo como de una mera “extensión de la división seno de la familia”. natural del trab aJO división qe En Elcapital, 1, 1 (Roma, 1956, p. 93) existente eel y L 2 (Ro (de su “enlace natural con otros seres de la misma O la tribu, de la que especie”, “de 1 A COM forma parte como la Unidas : abeja de la colmena” las primeras formas de ), para señal los “antiguos organismo s sociales de Producción”, ar primeras formas de “cooperación”. En o las el Antidúhr Pp. 86], Engels define a la familia como “la forma ing, cit., p. 103, [op. dh. de asociación primera y más sencilla para la producci ón”.

Sobre la concepción de Mar x, en tanto se encuentra “plenamente de acuerdo con las conclusiones gene rales de la antropología moderna”, cfr. M. Godelier, prólogo a Marx-Engels-Leni

n, Sulle societá precapitalistich p. 60). Sobre la firme conc e, cit., p. 55 (y ordancia entre las posiciones de Enge tados recientes, cfr. también 1. Natansohn - N, Simion, “Act ls ylos resulualitatea opere: lui Engels Originea familiei , a proprietati private si a stat de filozofie, núm. 10, 1970; y O. u en Revista Chetan, “Friedrich Engels silui”, rigorile activitatii teoretice (Din nou despre

Originea familiei, a prop rietatii private si statului)”, en Revista de filoz ofie, núm. 12, 1970 (este últi mo autor polemiza con los dos primeros atri buyéndoles a sus tesis una chata intención apologética). Cfr. además el fasc ículo que La Pensée (núm . 66, 1956 coloquio sobre El origen de la familia de Engels (con trabajos ) dedicó aun de M. Rodimes y otros). Informes sobre el debate entre soviéticos ('Tol stov, Tokarev, a tantinov, Sorokin, Kosven) y sobre la revista Sovetska ia Etnografía (núm. + 1950), en tornoala periodiz ación engelsiana, y al peso excesivo quela misma concedería a los elemento s Superestructurales, se encuentr an en E. Sereni, Comunitá rurali nell' Itali a anti ca, Rom a, 1955 , pp. 5 Cfr. Carteggio Marx 49-50, en nota. -Engels, v. vi (187 0-1883), Roma, 1953 , p. 409; : + [en español Marx-Engels, Correspondencia, edit. Cartago, P. 341]: “Para com" prende r del todo el paralelo : entre los germanos de Tácito y los piel americanos, he hec es rojas norteame N algunos extractos de ás sorpho tu Bancroft. El pare rendente por cuanto cido es el método de Prod por cierto tanto mn dife ucción es tan rente: aquí, OA PUR dores y pescadores sin IAN nómades en caza ganadería ni e tránsito a la agricult ura. Ello demuestra cncoltara Justamente, 20 pa esta etapa el tipo de producci _ ón es menos decisivo quee l

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pe

93

¿RIGÉ

: se hayan disuelto ¡ tribu, los viejos viej lazos sanguíne dentro de lasexual .. Y cfr. en que munidad M. M. Bober, Karl Marx's ee

ao 1950, p. 49. mit gala PES in, gistorY> :Cam bridge,agels leemos esta

:

. id ma : carta de Eng a observación: “Es gracioso ver primitivos en los llamados pueblos animal: pa concepción de lo sagrado reino conservamos del “+ ariamente sagrado es lo que o SU .

0

:

,

jo ae 8(p, 410); [p. 342].

yo bestial a precedente hemos mencionado la posición de E. Terra

124.125). Por su parte M. Godelier piensa que “en las ote

n- al mismo tiempo como s de parentesco funciona ( op e A clase las relacione ee Mari E si repredeeiones de producción, como relaciones políticas, como esquemas de a,

o y como vación ante”delquemund corresponde a Somin Al M. Godelier, Razionalitá e coria strutturale nel'analisi

“estructura ideología”, de allí el caráter de las relacionesde parentesco en esas sociedades e irrazionalitá nelleconomia. Logica dialettica economica, Milán, 1970, p. 212) ; [en español,

mía, México, Siglo M. Godelier, Racionalidad e irracionalidad en la econo yXL, 1966]. El concepto lo retoma Godelier en su polémica con L. Séve ismo. Un dibattito a due vefr. M. Godelier, L. Stve, Marxismo e struttural soci Sui fondamenti

delle

scienze

sociali,

Turín,

1970)

[hay

trad.

esp.),

ntran. en nota algunas particularmente en las pp. 44-45, en donde se encue ubica en la “revolución se que las en 109, y 108 icas, 46, ográf bibli ncias refere r nuevas funciones sociales surgi haría o que vuelc in de enzo comi el ica” neolít tesco). De M. Godelier e institucionales de las antiguas relaciones de paren a, 1970, pp. 116-117. véase además Antropologia, storia, marxismo, Parm n”, a nivel arqueológico, Con relación a la dificultad de “poner en correlació ral, definidas en “las instituciones sociales con las fases del desarrollo cultu ne delle societa luzio términos económicos”, cfr. V. Gordon Childe, L'evo primitive, Roma, 1972, p. 175 (y pp- 92-93). dización basada en 20 Sobre la superación, en el Marx maduro, de la perio nociones y términos jurídicos, cfr. E. Sereni, art. cit., p. 45. li della critica dell economia 3 Cír. K. Marx, Lineamenti fondamenta ntos etc., p. 110. [F. Marx, Eleme politica 1857-1858, v. u, 1970, Florencia,

v. 1, p. 446]. Cfr. E. Terray of. cit., pp. 34 y 89.

.

origen de la familia, _22 Cfr, F. Engels, prólogo a la primera edición de El 69]. Según Bernstein ; [El origen de la familia, cit., PP- 168-1

cit, pp. 33-34 ón sexual sería puramente el paralelo entre producción económica y reproducci mo storico in Federico Engels, nominal (cfr. R. Mondolfo, 11 materialis Pour histoire, pi e en cambio G. Dhoquois,prólo go de Engels . Florencia, 1952, p. 293). Véas al citar el pasaje del 137, p. 268, Cesare Luporini, y observa cómo * ss Strau Lévide l ctura estru 3, apela a la Antropología aciones de Engels, en las que Marxismo dogmático exorcizó esas afirm relativizan las nociones de “relaciones de producción” y estructu po

ed epistemologict”, eN acaba € al cfr. C. Luporini, “Problemi filosofici mporantos E Lores que se conte ero pensi nel Marx Karl di nza a, prese oidas por M. Spinella, ci ne s Milán, 1969, p. 295. Las a de 1968, desarroe n en ese volumen (y en el segundo) a de mayo e Marx 1 $: del CO UNES la 1 las actas del simposio de ? 108. [K. Marx, enario del nacimiento e > CS Ed París para el sesquicent

leo exagerado del conti Jondamental do Marx, LineamenRech Cfr. K. Eler en Antropologia, soria, aza el concepto( v. 1, p. 444], etc., oe entos

subsistencia Pto de economía de AS. Grxismo, cit., pp. 96-97.

M. Godelier,

€!

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Quien por Otra conserva = El origen parte de la familia el término “matriarcado”.

25 Ibid. p. 188.

etc, t. M, p. 185,

y Y, da 265-299);

2 Ibíd., p. 216. Sobre las fases prioridad dee la familia triba] sob sucesivas de la evolució; re la restrii ngi tercera edició n de TH Capita da, cfr. la not le, ¿A cit., a de de M p. 51), qu Ibid.) ; [la nota se enc uentra en El Cap e rectifica una afirmación p. 283). ital, edit, Cartag o, tomo L

Correspondiente las relaciones de tipo se manifiestan pri natural, patriarcal, mero, “Cambio etc., bajo las cual y div Camente” (Ibid, p. 99); [Zbíd., p. isión del trabajo se condicionan recí es pro85). 2 Cfr. C. Lévi-Stra uss, Le strutture ele 22 Por ej cfr. Lin mentari della parent eam ela ent , cit, p. 113, i fondamentali ecc % Ibí4., p, 129 . cit., v. 1, 128; ; [Ibíd., p. 466]. [v. E, p. 461). Cfr. también en cl, p. 38; [El K. Marx, Il Cag itale, 1,

Capital, ed. cit. , p. 274

a Cfr. FP Engels 2, , tomo 1. P- 216, “De mér , L'origine della famiglia, ecc., cit. ne que le travail , p, 85; [ed. cit. hum , t. ajn 1, Productif, en se é divisant, oppose les Teproductil et É ley Fapports dan OPprimés, le «trava s lesquels ¡] Sin il» humaia la famille, le maáítr sére, Sépare éga e de Ves lment, au cla ye” París, 1963, p, K. Axelos, Marx 109); (“Así com Penseur de la tec sein de dividiree, a o el trabaj hnique,

o humano pro los poedores ductivo, opone, y Opresores log hurmaneo reprod explotados Y Opr al uctivo y lay rel imidos, aciones en las cua En el seno de les se inserta, sep el 4trabajo» la familia, el ara igualmente am o del esclayo”] directo de “ñoría , “Enlace natura y esclavitud” son l” y 11 Capitale, Ll, las dos formas más antiguas en “régimen có, p. 93; lop. Ct, tlp 68]. K, Marx, ervidumbre pon Sin embargo la en al esclayo “fu esclavitud y h 1M. Godelier, era de la sociedad, “prólogo” a Man como barte de la -En naturaleza” gels- Lenin, Sul el, p. 56, en not le societá brecap a), italistiche, E.

Hotobawrn, en el “pr

ólogo” a K. Marx, For tiche, cit, PP. 34 y me Economiche precapita ss, observa que y la sucesión o sim lis. ultaneidad de div el número, la identificación, la der ivación ersos modos de coma problernas abi Producción Per rnanecieron ertos para Marx y en las e a a en el carpo marris ta (cfr. pp. 58 y 1.). recientes Por un

lado,

Marx (especialmente en el

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LATATEBETRAE>A Y

95

05 LA FAMILIA

ica) pensaría en ción A la crítica de la economía polít s como a limitar las nociones historiográfica , A Veces orías, más generales, por ejemplo, no es tanto pogricas sueríacateg 08

iribu pa "as, AUNQUE no referidas a una sucesión cronológica unili-

tro a guraría como un estadio en sí pea Pa confiar el artesanado el que se confi a del sector Pjismo es reciera que Marx piensa en una cierta autonomí artesanal de producción interesa a form La ). Ibsd. ( ión” roducc 35)(0077, detenemos

as productivas. Pero, si nos

al de Pa las ramas de las fuerz les de producción, directa categorías que expresan las relacionesensocia parec pertinentes: por una psiderar 2eñalados por Hobsbawm nos as pae significado” la imposibilidad, para Marx y aquellos que lo s” que puedan aplisteriormente, de descubrir leyes fundamentale Epuieron Pejalismo y/o a la antigiiedad (Ibíd., p. 60); por la otra, es digno vitud se e al o relaciones de producción de la servidumbre y de la escla

oría definida en base a la “untas, en Marx, como una única categ 39). Entre esclavitud y p. bid., (1 ión” dinac subor o de dominación y según I. Andreev, osas, rigur eras front en exist no ) grridumbre (semizlibres

p . 164-165. 4. Y cir. origine delao g, cil, p. 300; [p. 278]. etco> cel, Antidúhrin había determinad cción produ la sólo aquí “Hasta

famiglia ec6., cit., p. 196.

en s; las personas que tomaban parte los procesos de formación de clases nueva grande o pequeña en s ctore produ en o tores que, ella se dividían en directores y ejecu ay (op. cit., pp. 110-111) observa escala” [op cit., t. M,-P: 314]. E. Terr itarios del saber, en sus depos los son anos” “anci los , en las sociedades primitivas formas repetitivas y estáticas. una (progresiva) inclusión de las 38 El concepto marxiano y engelsiano de ro” de las relaciones sociales de “dent les socia y ales s natur ctiva fuerzas produ tico” en virtud del cual “la “gené ipio princ el con asta contr no ción produc fuerzas productivas, de la cual historia social es un aspecto de la historia de las Moscovici, “Le marxisme et la es una prolongación [. ..]”, como dice S. 13, agosto-sept. 1969, p. 83; question naturelle”, en L'homme etla société, núm. Essai sur Phistoire humaine el artículo es un resumen del libro del mismo autoras productivas y relaciones de de la nature, París, 1968. Sobre el nexo entre fuerz s diversas (Godelier) o como dialécproducción como conflicto entre estructura , internas a las relaciones de producción tica inseparable de las contradicciones Godelier y L. Seve, M. ás adem ), cfr. (Séve clases de lucha la de tanto Y por isme et

cfr. también Marx ; re e strutturalismo, cit., pássim. De L. Séve en español), y de ] ón edici [Hay 1969, Codelie Li la personalité, París, conomia. [Edición nelle itá ional irraz e á nalit Razio ya citada obra ala español de Siglo XXI]. onar ximado y provisorio, es preciso menci a conocer cuanto hay de apro acia cular parti su por años os últim los de teóricofira marxista francesa los estudios marxistas recientes han alcanzado el doDR “En Francia se encuentra Por primera vez París ada vano Una revolución permanente. (así se lee en The Times Estare sta” marxi a teorí la de én dia nguar Supple el título After Lukács). Véase tambi al rey ment, 14 de julio de 1966, bajoin modern France, New York-London, Marxism les marxismes ima1966 2ecto, G. Lichtheim, famille d Pautre. Essai sur ismo francese a Einaires Pi n, D'une Sainte eo Faracovi, 1] marx oraneo arís, 1969; Ornella Pomp de -1968), Milán, 1972; A- ae Str0 A. Megacion ea dialettica e struttura (1945 e marxismo in Althusser e Léviismo tural Strut , storia della e sser Cas >

(“The Althu - Milán, 1972; la polémica entre J. Lewis

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96

LA ANTROPOLOG py FILOSG57,

Marxism Today, Self Criticism—,enero y febrero 1972)

A

2004 Lrg

MAP

1 ibtg., Octubre 1972) ¿loe español de la réplica at de Althusser; Pyy Pen Repty 7, Jon Respuesta a Joh una erica n Lewis, Buenos e Ítica de y PÍO lla a po Aires, Siglo $7 Cfr. K. Mar ió XXI, x,

197

A Pé Badaloni (cfr. Pes Lineamenti fonda mental; Ces t4), y .. bi só il comunismo. Qu ES subraya justam e stioni q; teo ente la importanc ria , Tu A ep. 29:99 Xx ia, ya “cambio”. Tambié 3 n en El Capital e eel, del pasaje d (véase, por eje M arx ea 2 ilustra repetidam mplo, 11 Capita ent le, e 51 l a > Pp. 65-66]. ito Pp. 90-91) [2 Cap O ay ita ra 38Un En rearea lidad Ma D rx a escribe: “Pe st a Abhángigkeit rsónliche Begrúndet” (Kk Una l bhá ngi gke; Zig , Marx, Grundr homie, Berlín, e | isse der Kritik keit 1953, p. 75). de poE ho La edi Personnelle fondée r sur la dépendenc ción francesa traduce: ments de la e á Pé critique de Péc . M ono mie versión española Politique, y, también traduce 1, París, 1967, p, 95 fundada en la del mismo modo: dep independencia mentales etc., y, y, endencia Tespecto de las cosas”, * q p. 85). K, Marx, Elemen tos fun 39

da. K. arx, Lineament i fondamentali “0 ]bíd. Surgen eco, cit., y, Lp comoclases, en . . 106; [y, L rigor, sólo Pp. 9] - Cerroni, Teoria della crisi sociale in con el capitalismo. Cfr. también 1971, p. 187. Marx. Una *1 Lineamenti fon damentali

2

Teinterbretacione, Bari , 1 :

€€6., Cif., v. 1, p, 107; [v. x, p. 92]. 12 M. Godelier, luego de observar Justament tivo de El Capita e queel método hipotétic l dispone sus o-dedu

categorías en un c. cronológico (en sen orden lógico que tido abstracto), no también e al problema de por Proporciona una respuesta satisfactori qué Marx toma lo a s movimientos de que por cierto no la categoría mercancí es a, primario el momento un Primum lógico, si en el proceso capitali de sta la se pro cons duc idesa ción. Empero dos

niveles sucesivos del

Marx Quiere poner

proceso que analiza industrial modern y destacar que elsiste en evidencia 3 o “constituye la ma capitalista- + forma más desarr mercantil” (M, God ollada de la prod elier, Razionalitá ucción e irrazionalitá nel 99) ; [hay edición leconomia, cit., pp. en español, M. God 4 elier, Racionalidad economía, México, e irracionalidad en Siglo XXI, 1967]. la * “Estas relacione s de dep end encia materiales, en (la relación de dep oposición a las person endencia materi al ale Que se contraponen aut no es sino el con s junto de vínculos omáticamente a los sociales dientes, vale dec individuos ir, tidos en autónomos al conjunto delos vínculos de producaparentemente indepeoción recíprocos respecto de los ind tal que los convesividuos)

individuo se Presen dependían unos de s son ahora dominados por abstracci tan también de manera one que la expresión teóotros, La abstracción o la idea no es s, mientras que antes sin embarg rica de esas relaci one es natural las rel s mat eriales que los dom o nada más aciones pueden ser inan. Como entonces los filó €xp res ada s sól o bajo la sofos la del dominio de las han concebido como característica deforma de ideas, y ideas, identificando la era moderpa con la ruptura de la creación de la este dorninio de las ideas (K. Marx, Lin libre individualidad x. £cC.44, Cit, v. L p. 107 eamenti fondament E. Terray, op. ); [v. E p. ali 7 cil, pp. 127-12o):

9, . ** La industria modern . a produce ahora tambié n el mismo Consumo; cfr. K. Marx, Lineament fon i dam entali ecc, Cit., y. 1, p. cap ital cons nte 10; [v. 1p. 361) Sobre tante y su función, el

cfr. también U. Cerroni, op, cito, pássimm, Aun

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ES

CION D E INST ITU

só goC [EDA

de la familiia, d de la propi El origen » e] ; ya de privada ¿ese un título obra a sl Pc adn prolijo, E estadobrno su r la la l ha ía ge de los doa podido titula de da y propie emilia

la mas de parentesco, de ad privada do. De iste evidente el rácter mo el esta i este modo óm ca gería aun más on ec ctural, gels a las atripuido por En relaciones de re, ei ra con perest aración el carácter su te Aral que pa nde los sis; en po ; tesco e igualm carácter est cbo_ de paren-

propi que le at to dedade a iedad respec op pr dad d . ado est re . alidad i c o s s ne cl. l la io re de ac e en ad d ieda cilaalessocied le class—es diecstedin: ción enestrtructuras de lades reprlop mo las pr y sn lacionesissose s te del —ya lo vi en d si M: ul lada por arx en los Grundr había o form iente modo: gu si el “Las relacir ones de de rsonal (alo sobre una hood cia peas pendenpr formas er im ral ) a que la tu na do ¡ales, en las el to ura la sol. ámbito ol eoucividad p rr sa de se ente en un ciones de

am aenla i ciagupendrsa onfoalrmfua ndim,ad la en la ndlaense pe de in a l es a s to sa ec co , a resp tui as o A roecal en!andquene ci llega a consti metabolism de sistema de pic universales , s ados. La o y en lu; ¡uUgares aisl depe

ades ss, denecesid les”A anivenál o en lo que se refiere al primer sa er iv un e explícit rna entre agmen rfr ni es bastante ferenciación inte tipo de e lado s llegando a subrayarla di senvuelven “sobre una p de i se in es l on ve li ci sp egan las un ni el cual se de que las rela l todo , en el y uno ro en ia personal (esclavitud, base dera s e ito endenc Ferdie sea menos explíc laciones de ep y propias re rporativos, etc.). Tal vez “independencia servid co os ul nc ví y Tes umbre, gundo tipo, caracteri pecto al seada en la depe expresi ma nd ti fu al pa de que con esta clase opié acionesstde ay duda La pr las correlca pitali a. dad, a so E ciedad complejien la : ? P ad a ed ic Pi ucción impl o e > od pr de os er medi ena P2 icular (P trabajo, en detentador de los 0 a st li ta capi de relaci un sistema

.

t

.

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_

—. LA ANTROPOLOGIA FILOSOFICA DE

100

.

..

«

MAR5000 .

producción), una aco lencia Persona] fun ad la dependencia respecto a > Una Condi ción Ela ón el dominio de un hombre sobre otro hombre se Ejerce de fo, 2 Cual diata, ypor inter medio del domin cosas porel e ejerce que eEas las cosas ejercio en, que a sucada Edo hombr sobre los Otros hom, Por otra parte, las

“cosas”

a las quese re lere Marx, en este Pi

no son más la naturaleza ambiente y NI siquiera, en términos ri to, sos, el utensilio artificial en su simple valor de uso; en realidad son

los productos (la mercancia) o los mecanismos de Producción (e

capital constante) en cuanto en ellos está materializada la forma “abstracta” (mediata, precisamente) que las relaciones de Producción

entre los hombres han asumido en la sociedad de clases y con la

propiedad privada moderna.?

De modo que las relaciones fundadas en la división de la socieda d

en clases y en la propiedad privada, con las correspondientes Superestructuras político-estatales, no aparecen en modo alguno enel esta. dio más antiguo del desarrollo social e institucional. Son históri y ca lógicamenteanteriores a las relaciones de producción fundadas de modo exclusivo en vínculos familiares o en los de señorío, y las superes tructuras institucionales correspondientes, de impronta míticoreligiosa, aunquees evidente la imposibilidad de trazar una neta línea de demar-

cación histórica o cronológica entre las dos grandes época s antedichas.

Entre las superestructuras mítico-religiosas y las político-est atales la dualidad lógico-histórica se traduce además en una difere ncia función. En efecto, en El origen de la familia encuentra aplica de ción el criterio posteriormente enunciado en la conocida carta a W. Borgius del 25 de enero de 1894, en la cual Engels subraya la función activa de ciertas formas de Superestructuras, ni todas ni siemp re reductibles

de Una coetánea y dada sociedad, antes que de un estadio ya desapa-

resida de En sociedad que es propia de las instituciones mítico

religiosas : Mientras para la familia la vida continúa, el sistema de parentesco se osifica (verknóchert), y En tanto éste continúa subsistiendo por la fuerza del hábito, la familia lo supera progresando”. e z El “sistema de parentesco

que se

osifica”, mientras la realidad

social de la familia continúa desenvolviéndose, es para Engels la

expresión idealizada de ciertas relaciones reales, Que tiende a cristali-

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IONES N c¡EDAD E INSTITUC fo E

101

isferio” ideal, aunque-se aproxiparlas y? acEa el “hemde parentesco no es un sencill SISTERS SU esaparICIÓN. Pen yde ción de consanguineidad ba Poe za de clasificación O de denomina ientes a un clan o a una se

e

.

>

Y

los conjuntos de individuos pertenec cual la “constitución Idados. Coincide con el mundo mítico en el ente, se equivoca igui cons Por nte. ¿gentilicia se expresa _plename ico, interpreta el ológ n cron ndo orde el [gachofen cuando, invirtie

o si en los movil episodio del litigio entrelas Erinias y Orestes,* com no al revés. En y , mito n del ució evol e les se reflejas la

¡mientos socia tesis de que en el fondo este sentido seria útil poder verificar la hipó a comúnmente empleada logí tipo la ra sea quie cual , r mito | de cualquie e de una genealogía nant domi a tem a el entr ara clasificarlo, se encu s fantástica de un meno o ón más ' ideal, entendida como reconstrucci

de un sistema “paradigmáorden “sintagmático” de descendencia y s conexas (el incesto en el ione ibic proh sus con co, de parentes

tico” la cual se proyectan las relaciones mito de Edipo por ejemplo), en parentesco; de correlaciones naturales de de producción en su estadio de los orígenes”. El mismo o “mit un a es mito r quie es decir que cual ertido en dt, observa que el tótem, conv Freud, bajo la guía de Wun o, “un signihech o mism este por e, asum nombre de descendencia, ficado mitológico”.* solemne en la gens observa que la admisión Engels dice aun más: en una ceremonia ch) áchli (tats “de hecho” úes son “más O hind iroquesa se trasformaba los de iosas

ceremonias relig den religiosa y que las mehr oder minder mit las gentes” (hángen fun sa A de menos conexas con o punt e su También Freud, desd Pc afirma: Gentes zusammen).* en sustancia, cuando e, rent dife no conexión os E ) ma ínti en un supuesto la r noce ios ñado a reco € análisis nos ha ense nos ha indicado que rno y fe en Dios, padre reificado [. ..)un entre complejo pate e calópi raíz de la necesidad

ológicamente, e as la personal no es otro, psic aS a, NO e igni ntal reconocemos la ds p En el complejo pare to, jus j y e o tent po a ni i om y os e Di dr religiosa; el imaciones del pa que el niño pequel grandiosas subl aparecen como re ¡ntegracione: s de las imágenes o cm réplicas y nit bos”.* co-histórica E gi ló 1 ón .s ci in st p la di y “

, ere además camente mítico la e sugi os más genéri ! lado de ue llamariíam O ón ci j in st s de di o, le os ra gi tu li s na re ne io te en elac iana entre corr ná “pe fi efecto, aun pat. distinción marx encia personal. En e a Aa nd os pe de de es on al los sacrifici laci cu re la n gú se ca gi a , llega a hipótesis etnoló le les ib eta ut veg sc as di a end i arel p es que las ofr n aparecido ant animales habría

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— 102

LA ANTROPOLOGIA FILOSOFICA DEL y

la válida intuición histórico-filosófica que distingue Ent

ARXISMO

la

aquellos en los que la divinidad, representada coma 0S st compañera y pariente, simboliza las relaciones de Parents ; aquellos en los cuales el dios-señor del suelo simboliza nueyos nr de dependencia personal.$ os La distinción (vertical) entre lo mítico y lo religioso de las funciones mítico-religiosas, no nos debe -induci » eN el ámbito r a

descuidar, sin embargo, la otra (horizontal) entre lo totémico y 1 O cuales el primero se refiere de modo más directo alas mitico, de los fuerzas produc. tivas, mientras el segundo se conecta más directa mente

a las relaciones de producción. En el Antidihring, luego de haber más a la metáfora del espejo cóncavo, en el cual recurrido unavez las imágenes de lo real aparecen deformadas e invertidas, Engels, para definir las formaciones ideológicas en general * y polemizando con cierta mitología

comparada, distingue del siguiente modo el mundo mágico (totemista) del mundo (mítico) religios o: “En los comienzos de la h istoria son * las primeras en ex perimentar ese reflej las fuerzas de la naturaleza o, para sufrir luego, en la posterior evolución de los distintos pueblos, los abigarrados procesos de personificación [...] Pero más complejos y pronto entran en acción, junto a la fuerzas de la naturaleza, tambi én las fuerzas sociale s, fuerzas que se enfrentan al Principio al hombre como tan extrañas e inexplicables como las de las na: aparentemente con la misma necesidad na ciones fantásticas en las que al principio riosas fuerzas de la naturaleza cobran as se reflejaron sólo las misteÍ atributos sociales, se cone viert

en en representantes de poderes hist óricos”. Engels agrega! A

un nivel evolutivo aun superior, todos los atributos naturales y sociales de los muchos dioses se trans fieren a un ún: ico Dios omnipotente,

el cual no es a su vez sino el reflejo del hom bre abstracto”. Esta última observación no nos parece la más perti nte: el Dios ne de las religiones E es más bien, corno lo comprobamos con Freud, refle jo de unarelación social más reciente entre señor y siervo. “Así nació el monoteísmo —prosigue Engels—, el cual fue histó ricamente el último producto de la tardía filosofía vulgar griega y halló su encarnación en el Dios

lusivamente nacional judío Jahvé. En esta form a cómo

da, maneE dapt a todo, la religión puede subsistir como forma jable y adep able decir, senti inmediata —-+€s h DoS ajenamental— del comportamiento del hombre s, naturales y sociales, que lo dominan, y

respecto de laz - hombres estén bajo el nio de dichas fuerzas. ello mientras los varias veces que en ladomi actual sociedad burguesa Pero hemo s visto domi nado Como s, por un poder ajeno, por las los hombres están

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E ¡NSTITUC IONES pel

103

p

que. han creado ellos. mismos y por los medios económicas ne

jones

plac Gucción que . han producido.: El fundamen] to rea] de o mismos 1 ellos ro

i ppror él el reflejo Pción refleja religiosa Sigue, pues, en pie, y con brevi Y eligioso mM

estructuras sociales de viven, pues, Esa las religión sobreun y ladirectamente mitoson gl e menester en este punto reflejo.

fistinguir, junto con Engels, dos especies de supervivencia: una

relativa, A la que nos referimos antes, a propósito del reflejo de un estadio anterior de las relaciones familiares efectivas, reflejo que erdura cuando la “constitución gentilicia”” subsiste aún como orden redominante de la sociedad, pero que ha experimentado ulteriores

todo evoluciones y trasformaciones; la otra, una supervivencia del gentilicia óstuma, por así decir, que se verifica cuando la sociedad

de fentera ha desaparecido y en su lugar se ha instalado la sociedad la lucha clases y la propiedad privada, en el nivel de la estructura, a. En tructur política y el sistema estatal, en el nivel de la superes es su gentilicia entera este último caso, lo que resta de la sociedad ón, o “degradación”, reflejo superestructural, y una doble reducci dijimos, toda la sociedad gentiparece verificarse. Por un lado, como de sus componentes (fratrias, algunos a reduce licia preexistente se es y n cumple actos puramente nominal por ejemplo), que, a su vez, ventiss supervi sus en reduce, se formales; es decir aquella sociedad ón te la trasformación Pr a un espejo de sí misma, median le

Por otro lado, a esta 5 me precedentes obligaciones reales.”

de la riamente blo superestructural de una realidad originaLagar, en E hora El

tiene superpone una degradación que

cerédor balierso aquel en tanto la operado a, rango S r superestructur o sistema propi un ] de ona l A 2 al casi _ , ascenso, rebaja

.

5.

a

un apéndice de

Di dedo «priv la la 1 leyque se de e ado” o en U E a er huss hegemónico, lo convierte "Ale qué e pod co” del “públi Pone ahora al carácter ieda en el ámbito e y de su «soc una función subsidiaria la huella de Gram

(esta vez siguiendo

¡almente en $us i conoeco rmaciones

o de estado el “aparato ideológic :

Esq] o regresivas dedad medioevo) sá ue

* (antigúedao,“asiático”, icas (anti más áA s arcaica ión mico-sociales de t1PO

mo

o) pue extrema, de nazismo , en € » £(regímenes P ascismo y s u tarea aparezcoa

los Y ¿imero,

frente da rivada, rel edad P

a clases y A la c nsiguienteagrarl

llamente como la de “00

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LA ANTROPOLOG1A

104

FILOSoFIc,A Por lo hasta aqui visto podemosentonces indi Marx,Mo privilegiados y diferentes, o Paradigmátic 1Car dos Nexoshi

ciones superestructurales retlejas, o rece e CONcernientos 4 PS

produccion: el nexo de las relaciones an pin de las relacio a las derivaciones genealógico-míticas el ne es de Parentesco he

personales de dormnio a las personificaciones po va delas relacio En unadelas últimas Páginas de El origen q lios

ilia leemos la autoridad estatal, a la par ue de la santidad inv pa

“no es de ningún modo un poder impuesto desdefuda por la religión,

sino un producto “de la sociedad llegada a un dt ri sociedad”, de desarrollo”. Más aun (y al parecer Engels qui eterminado estadio negativamente la tunción del Estado, i e ECterizar tuciones gentilicias precedentes de tondo mítico-rel dl es la contesión de que esa socied ad se ha enredado en bs Pa

diable contradicción consigo misma y está dividida porant

a; ralimas ler que es impotente de eliminar”. En realidad, Ein

:dr clol e una moción algo distinta del Estado, precioafrane el po - e Impedir que las clases en contlict o do

que el

,

as y a la sociedad en general: en efecto, para

desarrollo social pueda cumplirse, si bien a través de la agudi-

zación de las contradicciones economicas, “se hace necesar io un poder situado aparentemente por encima de la sociedad y llamado a amor-

tiguar el choque, a mantenerlo en los límites del «orden». Y ese poder, nacido de la sociedad, pero que se pone por encima de ella y se divorcia de ella más y más, es el estado”. Como se ve, al comienzo del fragmento citado, el estado está “aparentemente (scheimbar) por encima de la sociedad”, mientras que al final, es un poder “que se pone (stellende) por encima de ella y se divorcia de ella más y más”. El contraste entre las dos formulaciones es eliminado en buena

parte en otros pasajes en los que el' mismo Engels precisa qué el estado “presupone un poder público particular, separado de la tot2lidad de aquellos que de tanto en tanto participan en él”,** peroligado

—» de

tales motivos valen más como síntoma de una primera tom Que conciencia social que como forma de ejecución de an de ionari (el fracaso inevitable ise 2bien, a prPa revolucionario condena, más espera); 3) que su eficacia activa —cuando subsiste. depend Ba . .. .. ás o. e de

su efectiva politización y de su manifestarse como religiosos sólo por una tensión antagónica contra el estado de los privilegiados (el cristianismo primitivo contra el estado romano, el radicali smo protes-

tante liberador contra la monarquía feudal y la razón de estado aristocrático-burguesa). En esencia, con el misticismo revolucionario permanecemos casi siempre en el ámbito de la “falsa concienci a” y no se alcanza nunca o casi nunca una real función trasforma dora. Vimos, pues, cómo el estado actuó, de tanto en tanto, en beneficio

ya de los deudores atenienses y de los plebeyos romanos, ya, en tiempos más recientes, de la burguesía en ascenso. Luego de tomar

como hipótesis una figura de estado excepcional que responda aun momentáneo equilibrio entre las clases,*? Engels afirma que la “forma

más alta del estado”, aquella en que “la riqueza ejerce su poder indirectamente, pero de un modo más seguro” es la “república democrática”; pero incluso la república democrática es “una necesidad inevitable” en la sociedad moderna y “es la única forma de estado bajo la cual puede darse la batalla última y definitiva entre el proletariado y la burguesía”.** O sea que es, simultáneamente, la manera “más segura” para el ejercicio del poder de una burguesía poderosa,

o desarrollada, y el terreno más favorable para la acción del proletariado maduro y ya orientado hacia la conquista del poder. ,¿Es. esta también una contradicción? En todo caso, “una contradicción viviente y vital” considerada a la luz de la “dialéctica marxista” .* , Refiriéndose a la fórmula con la cua] Engels, en el Antidiihriné, preconiza que el “gobierno sobre las personas” será en definit

sustituido por “la administración de las cosas”, Kelsen ** cree PO, objetay que, puesto que las “cosas” serán siempre administradas pa “personas”, la dirección de los procesos productivos, por lo dem destinados a ser cada vez más complejos, no podrá prescindir e gobierno sobre las personas. La objeción no repara en el hecho de el para Marx, en la formación económico-social capitalista no e (o

45. en términos rigurosos, “relaciones de dependencia persona da Seaformas de gobierno sobre las personas), habiendo sido remplaza a respec per la “independencia personal fundada en la dependencia

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soc

oso E Í¡nsTITUCIONE?mm

109 ”

sl

». donde las “cosas” son conjuntamente pocos pa roducción generalizadas. Esta es la cosasta y relaciones respue que vuelve gociales objeción de Kelsen, pero que al mismo tiempo satisface la ip la real que está detrás de ella: la administración de las cosas a Depierno que los hombres podrán finalmente ejercer sobre sus => ye e ciones sociales de producción. rela

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SEC TOR ESTRUCTURA L-sy DE Las RELACION TN ES DE

ESQUEMA N0 3

PRODUCCIÓN

9SBIO ap SO[EIDOS SAUOLIR[SLLOO)

pepardozd 9P Storpian[ seuo roerey

N

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yoraS

4 z der politischen _ K. Marx, Grundrisse der Kritik trad. ital., Lineamenti fondamentali della A En (857-1858, v. L, Florencia, 1968, p. 99); [en español K Marx,Ele. > ad 2 undamentales para la crítica de la economía política (borr

0) 1971, p. 85]. 1857-1858, v- L Buenos Aires, Siglo XXI, [v. 1, p. 92] 2 Cfr. Grundrisse, cit., pp- 81-82 (trad. ital., v. 1, p. 107);

ión de la "naturaleza en stanley Pullberg atribuye en cambio a Marx una negac por cierto un concepto marxiano, sino de Sartre o es no , que adical sí más Tr “Note pour une lecture anthropologique de Marx”, en Dialec de Kosik: cÉr. dá propos des travaux ronde e (table tural struc e pensé et ste marxi tique e d'Etudes Socialistes, núm. 76-80, d'Althusser), fasc. de Les Cahiers du Centr 135. 1968, p. eigentums und des Staat, 3 F. Engels, Der Ursprung der Familie, des Privat 1, Berlín, 1966, p. 176; trad. en, Schrift áhlte Ausgew , Engels . en K. Marx-F 1970, p. 59 ; [en español, F. Engels, ital, L'origine de la famiglia, ecc., Roma, privada y el Estado, en Marx-Engels, dad propie la , familia dela origen El P. 191]. Obras Escogidas, Moscú, 1966, tomo 1, [t. Im, 159-160 (trad. ital., pp- 39-40); 1891. 4 Cfr. F. Engels, op. cit., ppedición de cuarta la a o prólog el en p. 172). El pasaje se encuentra ras que, como ital., 89) [t. 11, p. 220): “Mient habla de un Véase además en p. 202 (trad. ía nos mitolog la en diosas las de señala Marx, la situación

sobre la mitología período anterior [.. .)”; y en p. 236 (P- 130), [p. 256] e “creada” por las gens. hica dei selvaggi danze nella vita psic hes des origines 55. Freud, Totem e tabu, Concor iakov, “Des myt Pol L. . mitos 151 p. dei neurotici, Turín, 1969, y 55, sitúa en los . 2, 1970, pp. 408 rna, slo] las mit ete d au mythe aryen”, en Annales, númios, uda “ci la de liar yarían en u es (raciales, nobi rmando que se apo de los orígenolo nazi Y fascióla, afi iio: e logías o ide gías vo. ioe med el en Europa desde E 244)] Y e Ron po tradición presente cm Ant (trad. ital, 114);

p. 224

* Op. cit, 246 y SETE *“ jertas pp. 226 y 223 (pp. 116 y 124) ; [pp peflejo“loscomienzos Meco, 190%..." p. 336, [Antidihring, cotidiana de

1968, como un. e religión son' considerados o también en esa formparent SE que y de de la naturaleza” s€ puede O sea: dé consanguinidad familia z en El origen de la tivos. Al respecto, Pero relacionó, las a de las relaciones sector del partir implícita la referencia o “fuerza! tanto ellas mismas productivas) se Vue Tas simples fuerzas génesis de la religión y E li

v. 1 L Leonardo

jo, dos il linguagelo, la lettaratura € ibe: BEN “El superyoA 08e al sulParte, l8 Yo en ibe: clara y coherente. d escr n Freu ie 8 nt y , ntal ma pare d menudo 7 S. Freud, qe ttt, e altri scri herencia 9€ e una

producción (así como del

ment

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112

LA ANTROPOLOGIA FILOSOFICA DEL MARxr s

MO

estrecha dependencia, lo trata todaví a verdaderamente como —o el padre— trataban al niño años antes” (1bíd,, p. BL)Senitores

simbolizaría “la culpa universalmente humana del hijo, sobre 1% esucristo construido el sentimiento religioso” (1bfd., Pp. 335). cual está 8 S, Freud, Totem e tabú, cit., pp. 183.184, También Storia del marxismo (v. 1, Roma, 1971, p. P. Vranicki, en 243), afirma que el “carí

delas religiones primitivas se difere ncia

ello) claramente de las religi Ae que se manifiestan en las sociedades de (por clase”. sones ? F. Engels, Antidiihring, cit., p. 103; [p. insiste en la habitual confusión, por la cual 85]; pero en la p. 95 [p. 78] las “superestructuras ¡ deales” abarcarían, indiferentemente, filosofía, religió n y arte, estando

todas ligadas las “relaciones sociales” por medio de las “formas jurídicas y estatales” [en laa versión española de M. Sacristán se lee: “sobre estruc tura ideal” y «esituaciones sociales” en lugar de “superestructu r. as ideales” y “relaciones sociales” respectivamente, N. del T.]. 10 Ibíd., pp. 336-337, [pp. 313-314]. Para las relacion es magia-mito, véase también Enciclopedia soviética (trad. ital., Materia li per umestetica marxista, Roma,

1950, p. 82), y en K. Van der Leeuw, La réligion dans son essence et ses manifestations, París, 1955, pp. 9-31. Es diferent e en cambioel planteamiento de F. Albergamo, en Mito e magia, Nápoles , 1970, pp. 364-366. 1 F. Engels, Der Ursprung der Familie, cit., pp. 249, 259 y 291 (trad. ital.,

pp. 146, 158, 198), [t. 11, Pp. 269-270, 281, 316-317] . 12 Cfr. L. Althusser, “Idéologie et appareils idéologiques d'État

(Notes Pour une recherche)”, en La Pensée, núm. 151, junio 1970, p. 13; trad. ital. en Critica Marxista, núm. 5, 1970; [en español, L. Althusser, Ideología y aparatos ideológicos de Estado, Buenos Aires, Nueva Visión, ficha núm. 34,

1974, p. 26]. “El estado en realidad no es solamente la sociedad política sino también la

sociedad civil, en cuya trama se despliega de modo específi co la función hegemónica de la conquista del consenso, de la unión en un «bloque» de esa alianza de fuerzas sociales diversas, de la unificación ideológica y cultural de una nación” (A. Natta, “Il Partito politico nei Quadern i del carcere”, en Prassi rivoluzionaria e storicismo in Gramsci, Quaderno núm. 3, de Crítica Marxista, Roma, 1967, p. 58). 13 Según Marx, en el despotismo oriental, el déspota figura “como padre de las muchas entidades comunitarias” (Grundrisse, cit., P. 337; trad. ital. v. 1 Florencia, 1970, p. 97); [v. 1, p. 435]. Este hecho parece perpetuar un aspecto

de la comunidad gentilicia y hace legítimas ciertas dudas sobre la posibilida h

desde el punto de vista marxista, de atribuir un verdadero carácter estatal al despotismo oriental, donde no se trata de un organismo superpuesto, como a

efecto de conquistas por ejemplo, a la trama de esas comunidades. Sobre blemas conexos, cfr. F, Tókei, Zur Frage der asiatisc

hen ionsurise ; trad. ital. La forma di produzione asiatica, Milán, 1970.

Produk-

MoF.Engels, Der Ursprung der Familio, cit., pp. 241 y 243 (trad. itabo 4 2 Engel t. 11,

262]. En las Opere filosofiche giovanili (Roma, 1950,

pp. 136 y 138), rr ed “Ja constitución política

ahora la esfera p. 48), Marx ¿ción de la vida del pueblo, el cielofuede hasta su universalidad”. El religios

a, la relig tra en el breve escrito Per la critica della filosofia del fragmento se encuentra mbién en K. Marx, La questione ebraica e altri iritto o ta p. 93). [En la 1 versión ión de W. - Roces Roces de de La Sagradú diritto didi Hegel Hegé (incluid 1969, agrad:

itti i, Roma, 1962, en la que ¿e incluye la Crítica de la filosofía sra giovanil México, Grijalbo, 1304, familia, €: "He el, no figura el | P pasaje citado por Prestipino, N. del T.)

del derecho de

Hegel

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NsTITUC

113

TONES

e a se lee: “Lo que distingu politique,cter t.]et es r et,demá Verr nuevo del consenso a la de sta M. de el cará s [.. las £n jal2 obraarxi co: base

La

senso de tipo no solamente racional, sino científi

l

d icipar pa oridad de un dirigente marxista radica en su capacida de part idela elaboración científica aproximadamente exacta de la teoría —científ

en a movimiento de la lucha de clases y su práctica revolucionaria en la

fica. Transas a teoría se pone a prueba a sí misma, se convalida y se recti ¿ón decisiva: la autoridad no se apoya más en la intimidación y en )el cia (Retz, Mazarino “ig social (Agamenón), en la intriga y la astu

ell), ni exclusivamente en la eficacia empíso el sentimiento místico (Cromw tico (Blanqui) o en amba Fica (Cavour) o en la fidelidad al ideal polí nto y de la práctica, Marat, Robespierre) ; sino en la exactitud del pensamie ento de lo real. El dirigente tiende en la fidelidad a lo real, o bien al movimi los individuos (Marx, Lenin, l a confundirse con el científico ya sea a nive de l de las organizaciones (el partido son dos políticos-científicos) ya sea a nive ta para

e que represen y es un intelectual colectivo para las masas de la clas cia y política El acercamiento de las nociones de cien el pueblo)” (p. 53). , e implica un verdadero paralelismo va aún más allá, en el libro de M. Verret que se articula el trabajo científico s entre los dos momentos constitutivo en los ias entre sí, de la actividad política: y las dos funciones, complementar , el nivel de la actividad política se “guardando las debidas proporciones ens ione de programación y dirección de la encuentra la distinción entre las func la teoría exacta, que existiría, en otro lucha política y la de elaboración de o y del investigador”. Y el autor nier inge s del ione campo, entre las func o intellectuel collectif, sin citar com ido part del ón nici defi continúa con la 155). (pi Gramsc a explícitamente p. 293 (200) (319). 15 Der Ursprung der Familie, cit., y 146) [250,

249-250 (122, 142 15 Ibíd., p. 231; cfr. además pp. 246 y 267 y 271. q in Francia, Roma, 1970, p. 21, [K. 7 Cfr. K. Marx, La guerra civile 1966, en Marx-Engels, Obras a a Moscú, La guerra civil en Francia, E ae Volpe. remonta, como se sabe, 4. 59 aCrÓ: t. 1, p. 471-472]. La polémica se del Estado. Al pa núm. 39% hipostatización joven a la hegeliana la redacción ó de (nota Review Left MA Hegelians)” 9 originality en opinión de la New the feb, 1970, p. 98), “probably overestimated current among * *mentos de Marx (similar political ideas were widely hegelianos POEs los propuesto del Jos 0ción € , políticas eran laSUoriginalidad lens similares ideas sobreestimó ddr PEN como Hege de método del izquierda)”]. Pero la aplicación le e burgués discípu E € Della Volpe conduce a algunos general los car ivoluz aismo * rajet ti,ioneIdeología do en alan :9 Lenin ibui s e habrí 4 en 4 paaria o entre 4 ción (ars tudi marxistl » Est rela de la La Íuente1

proble ma

e

p. 161, en nota). : La a ne escribe U. mOCrazia 969) societá, Bari, 1970, Pp- 142 y5Ss > Sobre sd y (Milán, cal Doi real y lo ideal, es muy janoes droit, z e e La, di ¿putions la. exposición to il diritto mo derno, Roma, véa: es hives d philosophie Stato, : sociale, trad: A e. Engrto, Aé Contrsb Oactualnostide) teoría marxista dellorot, Cir. els; politico eriggrich l€ droit, "> z Sobre Marx et sobre el estado! N 1967; adds 1967 ; cfr. esp "edición Theory, New Yor%> «qad de las 1, [hay , ¡ ( Actualida ngeRoma,arte" E

Bari,

1970,

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114 LA ANTROP OL

OGIA FILO SOFICA DEL

en Kommunist, núm. 17, 1970; “P, gels o 8Osu sobre el estado y el derecho”), en En darstye ¡ Juridicheskaja literata p Losano, La teoria di Marx e Engels sul diritto e sullo q

(curso universitario).

MARx1550

, 1970; M.G

ato, Turín, 1969

18 Cfr, K. Marx-F. Engels, Contro an archismo, Ro ma 1950. destacar cómo, incluso en este caso, ; el 1 problema teó ric caciones estratégicas o políticas. Piénse ti éne E : , o,espo a precis asyapln im. o insta las en se ncias ntan ea subestimación del momento institucional u organizativo consiguiente intento de redimensionar Partido) el alcance general, y(el sobre todo « Con el de la concepción y experiencia leninistas: cfr. “Da Marx a Marx. o, partito (Una conversazione con Jean-Paul Sartre e una nota introduttiva Rossana Rossanda)”, en Jl di Manifesto, núm. 4, 1969 [en Cuadernos de Pasado y Presente, español, núm. 38, 1973; Teoría marxistaBuenos A del partido itético en ciertos aspect Os, similares se encuentran en R. Gara tendencias udy. 1% O más bien proudhoniano: sobre la com ponente proudhon Comuna y para una “paleografía” de las tres w ersiones de la Gueriana de la Francia, cfr, J. Rougerie, “Karl ra Marx, PÉtat et la Commune”, en civil en Preuves, nov.-dic. 1968. Con relación a los anarquistas, véase la preoc upación de Engels en la carta a Bebel del 18-28 de marzo de 1875,

20 Cfr, F. Engels, Der Ursprung der Familie, cit., p. 296 (204) [322]. ún R, ¡ali ico i Engels, Florencia, 1952, p. 208), las exigencias de la lucha polémica contra Diihring habrían retard ado 1 del concepto de una autonomía de la política y a acentuar aun la primacía de la econo mía. 21 Segú

n R. Miliband (“Marx e lo Stato”, en Crític a marxista, núm. 2, 1966, p. 101), en Elorigen de la familia, Engel s atribuye a

la independencia del estado “un significado mucho más ampli o de lo que Marx hubiera pensado”. De distinta opinión es F. Nova, en of. cit., p. 50,

22 K. Marx, Misére de la philosophie, París, 1937, p. 160 Misére fue publicada por primera vez en francés) ; trad. (comose sabe la ital,, Roma, 1969,

p. 145; [en español K. Marx, Miseria de la filosofía, edic. lenguas extran-

jeras, s/f., p. 169]. 23 I,

»

Fetscher, en 1l marxismo. Storia documentar ia, v. 1, ca

p sociologia, Milán, 1970, titula ese fragmento de Marx, “Clase «en sí» es E «para sí»”, poniendo el acento en las expresiones de impro nta hegel Las 24 N. Poulantzas, of. cit., pp. 65-66, [en español of. cit., pp. histde : resiones además de alimentar las variadas interpretaciones historicis la

eo éticas”, legitimarían, según Poulantzas, las críticas de Wright Mills a o

mulla lase a e “clase dominante”A comodomin impro fórmu pia. confu de un térmi 123-12 a ante) Cfr sión 123-1 24, [pp. no 4).

ico

(clase) y de uno político (dominante). Cfr, pp. 123-124,

125-124

un Eo C. Luporini, “Realtá e storicitá: economia e a ani

»

Critica Marxista, núm. 1, 1966, p. 63; [en españ ol,

C.

eL

leia marsista e historicismo, Cuadernos de Pasado y Presente, núm

.

; -115]. A Poulantzas, of. eo 115, [pp. 114-1 15) 21 Ibíd., p. 86 nota. [p.

84).

28 Ibid., p- os E pero el concepto no es muy claro en Poulantz2529 Ibid., p. 19, Ñ M. Mauke, La teoria delle classi nel pensiero di bién : Sobre las clases, cfr. tambi Marx ed Engels,

Milán, 1971.

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50

IONES 5040 g INSTITUC

115

(prólo| . gún Hobsbawm K. Marx , Forme de a ño espa p esta obra, se 353) [en go 53 70 Pp. 19 , , ma Ro , stahe, , che esopit2 alisic rmaciones ni nómicas Fo te E nú esen m. 20), E y Pr um aa id aen rv ría se o la de ls t de orig mbre y del señ ngefeudalja s salasC ¿u . La ipastante ón! dada por Engels pareciera ser s lu ca y vo]

esplicaci

der F , ó Der Ursprung der amili y n

ocial, políti

ar más que

¡

. P. 247 (143-144), , (p, . 268 ]. % Jpíd., p. 259 (158) [p. 28

ado Despprués de haber consiider És | qui eu: el fundad or de la de la política basada en la no nos la moral (pero, si es que

ci metodoló;

>:

ci

a se F ' nacional”, clar“amente NN scióque n tal se ntid o prrean, lo Ñ Vaugh e de go m0 lue y 0), ico; teóri todos: los si s xvn a s políticos de los siglo [xvison teóricos del o to social, except pto Vico M , Alia:r ractual N” “E observa que, en los contntra AI man del ra ; cter hu istas, la idea a esenta el con ; ea cará esquieum: anamente artificial d to repr 23 institució q toda de l a r. L. Ithusser, Mont i dE polit la , oire, París, 1964: ital, Roma, 1969 , PP. 21-22), , [e [en espaque i cia Nueva his ñol etEditPhist . Cien

! Maquiave y siguien o a

ar,

, Madrid,, 1968, p. 21]. Podrí uevatrat: mos agregar ent e cuando seato” a de la ó ecialm relación entre el ria y la socile dque, esp ¡ ntr a l “co ), del vil a (ci : ado ológi ad aci , la ide est rat mit de un modo casi mit ológico,É la cap amada *Volntad general” (el estad ta q la ll e e E e t y ifestaciones | legales singulos la propiedad, 5 burman gu: id ología ntifica a las oi (por la ide ide nt e qu sa gue soc ié l. la mb también genera N iones) s se extr ciedad en stra opinió 34 noc niveles Poulantza str avía, en nue ala los dos (el

señ a” en mn, cuando ra judlleopolitic tu uc s la en r y o (op. cit., p.jur42ídicas addo)” derecho)” e Cal osesta s de la supere

sd el ula as nace de la El Em leninista dlsforinmaa DA OIcoDOE l a (po(deBE un “ po e a a olític nd mo estado, como ie et e )qu 1 d de te) lOr -estatal. El concepto e la actividad política como prim: Liustamen de la acció la

el cnnmd al M el

se encuent

, en ión hegemónica

[en españ

,

io

to olitica e sullo Sta

velo, sobre la olítica Aa . E Maquia a Visión, 1973]. o, os dern moili adoFam 247 14 ic. Nuev est el cit d e, r r De a Ibid rsprung der (143) (268) 38 S .» P,

, p. 11,

2040) E sn 2 12701. , p. Deo Pl

i 293 (200) [3181 cfr. [281]; a 8) E 7 al 24 624 pp. d, mo Ibi 8]. Germania, Roma, 292 (199-200) [31

"15d so

1949,

con tadini in 41 Cfr »p guerra dei y iEngels, La algunos mov n ció edi s ascétic os de un estadio en [Hay de los ideale se justifican en a propósito

y eeo,

es a que, si bien . p. 73: o b es, menos pertinent Engels observa mieentos rel eld lven cada vez Y de los medios para qu bienes, se vue o um de ns z co ase de esc persiste la lidad de bienes ce la disponibi els, La medida que cre y cfr. en F- Eng a p. 295 [3 21; trad. esp) producirlos. [Hay der Familie, cit., 96. critica pla Ursprung Per 1950, En $3 Der Roma, (3217. (202) abitazioni, cit., p. 295 ial democratico (1891), Engels questione delle der Familie, hecho de que tito soc s4Der Ursprun£ programms del par cierto, es justamente el icamente bajo di tto al hay Igo de el poder ún “si ar d : anz te e alc en am eden iráedirect i crib se obrera pu esL do y la cla nuestro parti

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116

LA ANTROPOLOGtA FIL OSÓFICA DEL MAR

la forma de la república democrática, De manera que esta es la to

XISMO

fica para la dictadura del proletariado, como ya

lo ha demostradoyc Ped: Revolución Francesa” (cfr. K. Marx-F. Engels, Opere Scelte Ron a gran

p. 1175). Según R. Miliband (“Stato e rivoluzione”, en Month, a,

1969, ed. ital., 11, núm. 6, 1970, pp. 29-30), Lenin interpr eta de un mod la fórmula empleada por Engels en ese pasaje, 'Q cuando «onsidera democrática sólo como “la vía más breve a . la Trepúbli Pública que proletariado” (V. I. Lenin, Stato (e rivoluzi one, conduce a la dictadura del en Obpere comple Roma, 1967, p. 419), [V. te, y, xxy L Lenin, El Estado y la completas, .v. xxv, Buenos Aires, n, en Re ed. Cartago, 1958, p. 385-386]. vo lu e: s hay que señalar el hecho de que pe Lenin cita escrupulosamente, talSincua] entero, la fórmula de Engels. y por Stalin, por su parte, se plantea el problema del estado proletario y de su desarrollo final, en términos formalmen según el método de la “dialéct te correctos, ica marxista”, pero poniendo el acento, como es de su desaparición: he aquí la fórmula marxista. ¿Es esto «contr adictorio»? Sí, es «contradictorio». Pero es una contradicción viva y vital que refleja completamente la dialéctica marxista” (J. V. Stalin, “Rapporto al XVI Congresso del PCb”, de 1930, en Jl marx ismo e la questione nazionale, Turín, 1948, Pp. 356) [Hay trad. esp.]. 45 Cfr. las expresiones de Stalin en la nota anterior.

18 Cfr. H. Kelsen, La teoria comun ista

del diritto, trad. ital., Milán, 1956, p. 75. Unacrítica a Kelsen, desde el Punto U. Cerroni, of. cit., Pp. 121 y ss,, y en V. de vista marxista, se encuentra en Gerratana, “Democrazia e Stato di diritto”, Societá, núm. 6, 1961.

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y. SOBRE LA HIPÓTESIS D ESAPARICIÓN DEL ESTADO: REPRESENTA, xÓN SAS” O “ADMINISTRACIÓN DE Cos D E PERSONAS

00 ón del estad an a sobre la extinci imoniia que 8S ! a engelsi Í¿La fórmul o testimon mua q iali sugestiones de la utopí lasA opía perduran en el socialis mo científico mismo? Diríamos que sí, si tenemo: ye s en cuenta que elloí constitu deci “marxismo occidental” el “marxi el único argumento-tabú del ca ron A. i n e no obstante no suele considerar intocabl de las proposiciones S

o.

,

e ninguna

istórico d de la fundamentales de M arx sobre el presente o el p asado histórico humani!dad. Serí las motivaciones se ería una empresa larga y ardua seguir histórico n

temática de la extinció del est DO Íticas de la fuerte atracción quela tal” y de la formal “occiden a marxist ón elo ado ejerce en la reflexi recibe por parte misma la que n atenció a o lo común silenciosa a países socialistas. En cuanto respecta los de ólogos politic y ilósofos el le que su centro polémico indudab es tales, occiden “estado gunas tendencias del “estado de los patrones” al se ha desplazado gradualmente que esta última expresión adquiera en medida patrón” y que, en laen la sociología crítica influida por el marxismo, en el plano de las carta de ciudadanía O al menos a atenuarse, diosas pnl las tenderán a borrarse, conexas, s elecciones política valoraciones y de las en e paro Dan Ml mismo tiempo, ¡ países capitalistas y Países a 2 orar algunos mM ideal-programático, vuelven exégesis de textos, adquiera

El la n, inspirado por la crítica s, Jienació libertaria, > mientra de e etopía yparticul L estado, y las observaciones posteriores relieve el tem ar Pp

o 1 obre el modo de producción asiático. del joven Marx al derech afrontar tanto él nudo teórico como o Marx y de Engels der Marx y EE En nuestra opinión, part X :textos clásicos (desde presente el recorrido históla interpretación correcta eencial tener la Crítica a la filosof ía Gram iben los textos, desde i sobre ne A las Y Notas n judía rico totale: ión y pp público y La cuestió revoluc 1 cho a de? ta a El Estado y la hegeliana del la familia z e Maquiavelo».

irismo d smo Crítico el estado me unto de partida, uN empiri

erbach MÁS que en Rousseau, Un

Tal recorrido do e como la filosofía y a las antihegeliano Apugna tanto al estado empirisin

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——A 118

LA ANTROPOLOG1.A

FILOSOFICA per,

“abstracciones” en general, porque advie rte tambi én abstracc

MARXIsy O

en el estado y ión que empobrece y mutila la reali dad (la “sociedad civil”) y al mismo tiempo —según lo subrayado por Della Vol escuela— absolutiza y consagra subr epticiamente ler a concreto a expensas del resto, privilegiando una un parte de la, Smgular en perjuicio de las otras, un “der echo” real de unos a costaEi derecho igual de los otros (sólo formalme nte reconocido).! EL. bo tracto “derecho igual”, lejos de oper ar como fuerza igualadora ml con respecto a las desigualdades sociales, apun ta en verdad a preservarlas como

tales, como desigualdades de hecho. En otros

términos, es la función pasiva, y por tanto conservado ra, de registro o de simple reflejo —pero unilateral— de la sociedad civil, la que emerge en los primeros textos marxianos (aún no comunistas) sobre el estado , de conformidad con el proyecto gnoseológico y epistemológico de un empirismo crítico que tiende a repudiar todo tipo de “abstracciones” del pensamiento en nombre de la realidad sensible, viviente y Concreta, que no soporta esquemas que la limiten. En cambio en el otro extremodel recorrido surge a primer planola función activa, transformadoray revolucionaria, queel estado adquiere cuando se apodera de él la vanguardia política del proletariado (Lenin), o la función organizadora del consenso y promotora de la >

y

-

..

.

hegemonía que puede asumir aun antes de la revolución proletaria

y en las mismas sociedades de clase, gracias a su constitución “moderna”y de las ricas articulaciones y ramificaciones de lasque puede aprovecharse dentro de la sociedad civil misma (Gramsci). A decir verdad, en Lenin, más que en Gramsci, la teoría del estado permanece de Marx y Engels y po en las enunciaciones formalmente detenida SE ds 4

consiguiente también en sus más lejanas premisas, establecidas E

pensamiento juvenil de Marx,pero la práctica teórica” va e . en la dirección que hemos mostrado de un más amplio reconocim la sociedadna transformar de la posibilidad, ínsita en el estado, de dd y 5

a e ólo, o no tanto, de interpretarla: los términos transformar” pira paa retar2 adoptados por el Marx crítico del saber especulativo : teado 3 6] bre tesis XI sobre Feuerbach, nos parecen perlas ls 2d

contrapone €! ara expresar la instancia leniniana que

al prerrevolucionario. 00 : rev'O, ucionarioo. entre el punto de partida y el de lleg; ada a de las En el medio, € del pensamiento marxista sobreel estado, estan de

formulaciones cn boraciones metodológicas y le ¡to arrollan e integran el problema implc lo de hecholas nuevas itividad cognoscitiva, y POr des (que ls ; nge sobre la pos i ales, sobre la misma 2 de las abstracciones conceptuales,

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pEsaraRiC

JON DEL ESTADO: REPRESENTACIÓN 4 DE PERSO, NAS

119

aproximación lógi pgiimidad y fecundidad de una para comprene la valide Me mismo, sobr er lo concreto histórico

el núcleo racional e habrá de. recl liana (quEn amar y no por hege ica Lóg conc la EM 1 presente la atención de Lenin).» Jolie omit. con la nueva casualidad el api » 5% de la ciencia y sobre reflexión sobre el método , ze or de sus “repreEn x tud de Mar sentaciones abstractas, la acti erno, respecto al carác38 Y del estado burgués mod lé t ee is , 1€n E ada to d una críti sobre todo obje cerr e J ic rse y lo que era modit¡fica juvenil d de Marx (la arbitrariedad de la fi sra ismo cret “con el ía il en pE” J £ito del yac o la realidad concreta del hombre. pd P pon, la y r, tabajado la representación pálítica

adora de q € elaye a po mistific os reales y a sus sociedad civil, a los individu deidades reales de a configurarse tien ) uesa burg acia cif HBJO Ps!en a democr eno más favorabl terr el o com n isió prec y la a: demola acción d (la repúblic a deni proletariado en lucha porel poder e yE s del ione icac impl las 2). Sin s toda E parece que no ente nuevo “qn embargo,e e de la ciencia, para un consigui nto amie pens el en s discurso sobre la funci ente pres del estado, están do en más maduro de M ción concepción del esta la 2 las Marx y Engels, y que everancia respecto ambos. en su e * mayor solidez y pers ente apar 5 cambio cierto retraso en piero ubre desc s, reflexiones marxiana No obstante, debemos a. on teorí la de o elementos presentaba, much especto a otros re el estado se les de e el discurso sob a, en términos nci qu cie te la sen pre de o r p tod ambos 2 dar so sobre el imé la renuencia de uro remoto, ás que el discur Y es conocida fut . al ión vis s pre nte y nie concer ciones Perspectiva a las inferencias (“¿qué trasforma ropaje científico vislumbra en la interrogación?”) de la carta de Marx se e comunista renuencia qu en una sociedad sufrirá el estado de mayo de 1875. del estado 5 juvenil marxiana l de an en a Bracke la teoría se encuentr a revisión de la ciencia) versan Indicios de un el nuevo concep Engels, que le de o con Y Ante todo, (de acuerdo l mismo Marx, ión estata 1 s de la func los escritos de

tes o religioso, rmas presenen l almente del mant sobre las fo no celebra “se despojó tot ls ge En por cierto que ,* e to” qu ser cuando a sí íti elo” rgue “ci bu el la re sob de Marx vación ju bata de los estados, les Sarcasimos dando la 4s democrático Ír a rodea de un s st lo ha los y da s e, olvi s terrenale P' sica qu ra laica y Se fe cia es tan la ins de Como $2" do se presenta onces la y ent an cu ese za ra En sf o s.* di clus religiosa oso, * que sé conf esiones n gi co a li re las nci cie con lo ra ha la falsa erra cont modelo de el s, ne en bo ? para am religión er

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TAS

120

LA ANTROPOLOGIA FILOSOFIC4 py L MARK15350 oculta cualquier representación ideológica, Y POr tanto q física”, en su doble y simultánea forma, la de los derecho la « proclamados en 1789 y la de la Idea absoluta hegeliana, e

no piensa acaso rectificar aquel juicio, poniendo de relieve l si ficado positivo del nuevo curso político abierto por la gran tes A n francesa?

olución

En segundo lugar, el Antidiihring , recordando quizás la temátic de las secciones de El Capital que el autor habría

dejado incompletas O inéditas, señala la creciente inte rvención que el estado cumple en

los mecanismos económicos, cuando llega a la fase

capitalista más avanzada. Pero, de tal modo, modifica el esquema, admitido anterior. mente, de un poder público que, con su no intervención en la esfera económica, “deja hacer” y “deja pasar” sic et simpliciter la domina. ción de clase de la burguesía, quese realiza en el subyacente terreno económico-social (real); la deja pasar también a través de la lente deformante de la “representatividad” de las insti tuciones públicas que se limitan a “interpretar de distintos modos” (a reflejar) la realidad para poder conservarla mejor. (La nueva form a de

intervención estatal en la economía se aleja también del esquema —que hace pendant con el “liberal”— del estado-genda rme, del prusiano,intervencionista por la fuerza de las armas cont ra los enemigos externos Para poder aplastar mejor a sus enemigos internos.)

En tercer lugar, la incipiente y directa gestión en la actividad económica por parte del estad o, que Engels vislumbra en la última fase del capitalismo, encue

gestión directa de ]

ntr.

y lejos de extinguirse las formas comunitarias y preclasist as de los orígenes. ; Para el objeto de nuestra investigación, de la gran discusión en torno al modo de producción asiático sólo nos interesa esclarecer la problemática del estado. No obstante lo que concurre 2 es preciso admitir que, en sus términos tradicionales, la cuestión del modo de producción asiático, tal como Marx y Engels la expusieron, y como fue retomada por los marxistas modernos, no aclara, antes bien complica de modo

notable la definición marxista del estado. En efecto, si por una parte se nos devuelve una dimensión del estado que había permanecido a oscuras en las primeras pelondas: o sea la función dirigida a administrar una economía y socie as (y no sólo a garantizar

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:

esa ¡CIÓN

DO: DEL ESTA

REPRESE. NTACIÓN

DE PERSONAS

121

: ) cl ase social a l int la os rca mel s em ace rd r e p pe rx te er Ma pr | a 4parte entativo, O s e prim cto”, del mida A E tra esencialmente repres minación “erci pri a cidadelpor un erial ministración y do intuic gen ión ej uició

|

4cter dern abs correspondencia su nacimiento mo en por tanto acerca de s elevado del desa ? Tanto o má ch mu o o social y civil. adi q est n yn aquella funció de defini el la en es mo co ent aus er n este caráct Rodinson: “Cette réalité que stá ción de M. État est un ]

0

6

p.ous appelons sé tion d'une classe su r Pautre, caractéri119 €'par ¡Unre organisme de domina > du e voi bl tincte e Vensemes. ple, par le poumpó peu air force publiquecodis onn d'impóts n on d'i rps de foncti perceptio la pti r pa wexerce UN : , nir cette fo nteni inmaite ique et ce corps de destin1és és sursu tout A[Ema ¡idad que llarce publstado es un organismo st * ” es. se air mo real ma a cla ot fonctionn por se o una fuerza una caracterizada por de dominación de njunto E o Mn or el poder que ejerce un co del ta tin dis a públic pueblo,p tinad: ionarios y por la percepción de impuestos de a cuerpo de fua ncma funciode po a nt er lic cu púb y ese sobre todo ntener esa fuerza 3

.

.” narios los.”]

: del estado no figura, € omo es obvio, nis á car s ¡ alguno El a s p i gacjiones máás recientes de ifemiera sti rico arco de dalas invest teóSri óri

: an Erareeoss did e histórico y el al podi gidéas a rev evaalorar el alcanc por Engels en El iried rodu da de ida ón olv ci mo ya la ca, de su ucción asiáti da por Stalin en origen de la famili Morgan) e ignora vez porque l la (siguiendo a (ta AS o tic an léc li dia ia Mete y materialismo rusa post-

tórico uación la consid o hisjetivamente denigratoria de la sit re todo, a uois, y sob oq Dh e nsi eraba ob G. 2 to mos Nos referi las formas el concepas ee en el tiempo y en mism las ata dil de o ón er aci im liz d elier. El pr cierta desnatura tanto

) (con tismo oriental” uyendo en él cual fi estado, incl sobre el “despo rx Y Engels smo de estado”, Ma ali pit de “ca 1 es on rtos cie : irmaci en P' te, de tan áticas lantee no obs su as formas asi asiático? Por ión ali ucc ntu rod eve de temible del mo.do de sde el punto ón de , , das lia asa > a rmas P ucci aspectos, fo do de prod er propone las que € en s ne lado, Godeli conceptual como 8 io ac rm fo él incluso las ión de los intercambios vista tanto gest rendiendo en r la asiático, comp tado está limitado A la sólo las caracterizadas poacia es cr NO objetivo del rítimos O terrestres y s, las formaciones sin buro buroma lica casta comerciales s grandes obras hidráu encia de una históricoas por la pres s ad ea iz ár er estión de la s ct na ra ente las ca civilin hacia algu

tambié mo a la ombina así co asladándonos crática, Y tr África y América precol to rompió con el esquema de en as mi descubri geogrí ic dad gentilicia micénica, cuyo desde la comuni zación creto- aniano-engelsiaño que va evolutivo morg

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122

LA ANTROPOLOG1A FILOS ÓFICA

DEL MARXI5y0

al estado de la polis griega a través de la fase de ] militar”.1* No obstante, la tesis de Godelier a democracia es compatible con un interpretación de las formaciones asiáticas distinta y conforme a los 13

esquemas indicados en los capítulos precedentes. En efecto, Podemos

advertir en la estructura de las fuerzas productivas de las formaciones “asiáticas” un primer ejemplo embrionario de fuerzas cOOperativas sociales, en la acepción que les confiere Marx cuando, como ya lo señalamos antes, subraya que la moderna manufactura se apodera

en un primer momento de la industria accesoria del campo * (en

este caso, la “fábrica” de las obras hidráulicas para fines agrícolas), o en la acepción que les confiere Engels, cuandorefiriéndose a una fase histórica más antigua, muestra que un sistema generalizado y Organizado de intercambios (por ejemplo, entre productos agrícolas y productos artesanales) constituye la primera forma de cooperación social. El llamado “estado” asiático, entonces, ya se lo conciba como gestor de las obras hidráulicas en los grandes valles o llanuras agrícolas del lejano o cercano Oriente, ya se lo conciba como “estado-comerciante” y regulador de los intercambios (en-la América precolombina o enel período creto-micénico), configura en cierto sentido una anticipación, o más bien una variante, de la estructura cooperativa de las

fuerzas productivas: el “estado” sería, en realidad, una fuerza produc-

tiva social en sí misma como, en los orígenes, la familia fuera una

fuerza productiva natural. Pero la familia, ya lo comprobamos

anteriormente, constituía sobre todo una primera estructura de las relaciones de producción, o sea la estructura de las relaciones naturales de

parentesco. De igual modo, el “estado” asiático, en

el marco que nos proporcionan tanto Marx y Engels como los estudiosos marxistas

más recientes, no “representa” una estructura de relaciones de producción, sino que es esa estructura: es, sobre todo, la estructura de

las relaciones sociales de clase en su primer y embrionaria

aparición, en una forma no Paradigmática, si se quiere, y aun “accesoria” a las

relacionesde producción (comunitario-parentales O patriarcales) propias del campo '. Y de hecho entre los estudiosos acuerdocasi general en el concepto de que,se la llame se registra un burocracia o no, la casta superior por un lado Se comporta como una propia y verdadera clasesocial que interviene directamente en aquellas relaciones de producción, por otro lado constituye una “comunidad superior” respecto a la “comunidad inferior * de los explotados, como resultado de una desviación o descomposición de la primitiva “organización gentilicia” y una estratificación (por actos de guerra y de conquista) en dos

comunidades superpuestas, luego de lo cual la comunidad superior no obstante participa de la “ideología comunitaria” +2 perteneciente

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psaraRió¡ON-DEL ¿la

ESTADO: REPRESENTACIÓN DE PERSONAS

123

omunidad o a las comunidadesinferiores. En tal sentido parece rtinente la observación de Marx sobre los caracteres del modo ,

Eo que podrían sugerir la idea de una “esclavitud generalizada” ima gen marxiana, conocid otra la a apropia Más eS da que ¡entras beda al modelo hindú,

de comunidades de aldea q ue permanecen O sea a las quevas conquistas y dominaciones.

indiferentes a las “tempestades de a región polític a”, ”

Los análisis del modo de producción asiático, que sólo hemos esbozado, enriquecen el cuadro que la tradición marxista nos ofrecía de las etapas y variantes evolutivas de la sociedad humana, sin embargo no nos convencen acerca de la necesidad de anticipar el origen

del estado con referencia a la época en que Engels lo ubica en Der Ursprung der Familie. Además, luego de los descubrimientos de la

civilización creto-micénica, y el desmentido que trajo como consecuencia al cuadro que Engels trazó de un progreso lineal desde la organización tribal y gentilicia hasta la democracia militar sobre bases

territoriales y desde ésta al nacimiento del propio y verdadero estado, creemos que ni la territorialidad ni la misma función de una casta “burocrática” bastan para configurar como “estado” un régimen detipo asiático. La territorialidad es ciertamente, también para Engels, una de las manifestaciones más evidentes del nacimiento de un estado, pero en sus formas híbridas o embrionarias, bien puede conciliarse con lo que Engels llama la “democracia militar” o bien con ciertas formas de “democracia directa”.** Por otra parte, para Engels, la

territorialidad se acompaña o anuncia de inmediato a la institución no subsiste en las de la propiedad (privada) del suelo, institución que sociedades de tipo asiático y en cambio es sí un objetivo esencial de las primeras formas de estado. La casta “burocrática”, la militar la sociedad (como o la “comunidad superior” lejos de representar configuran más bien una antiguos), más estados los en hasta ocurre ejerce en el nivel q potencia dominante-hegemónica, queSe para si frente a a clase (¿“clase social político de la organización nivel político aún no desaun inferiores?), en sí” de las comunidades la distinciónque propusimos nl rrollado hasta el nivel estatal, según po por Altima, realeza de forma asiática, capítulo anterior. En la con respecto a

componentes sagrados, netamente predominantes bien una típica institución religiosa pseudoestatales, configuran más embargo, lo subraya con gran sin , Marx como sa, eligio o para-r

claridad.'* a estado para A esta altura, la renuncia a emplear la palabr (la renuncia a o la superestructura del modo de producción asiátic 1) en anticipar la fecha de nacimiento del estado) nos sitúa:

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194

LA ANTROPOLOG1A FILOSOFICA DEL

la concepción más claramente enunciada a TE

Por Engels

MARx15,MO

ñ

restringir el espacio histórico del estado, circunscribié e Mende a de las sociedades en las que rige la propiedad de o al ámbito afuera por consiguiente tanto las formaciones ( o Lo 2) dejando

las cuales está ausente o es poco relevante la propiedad Asiática) 18 py grandes medios de producción (esencialmente de la pl de loy las sociedades postclasistas (socialista y comunista); 2) en mo como

engelsiana más matizada e implícita, que considera al estaPr un órgano que, en tanto instituye la propiedad L primerola propiedad privada, pero finalmente también la propiedad colectiva o la

“general”) representa a la sociedad de modo abstracto (o pretende representarla). Una de las fórmulas de Engels declara queel estado es el “representante oficial de toda la sociedad” (o, comenta Poulantzas”? de todas las contradicciones de una sociedad dada) : “El estado

era el representante oficial de toda la sociedad, su resumen en una corporación visible; pero no lo era sino en la medida en que era el estado de aquella clase que representaba en su tiempo a toda la sociedad: en la Antigúedad, fue el estado de los ciudadanosesclavistas; en la Edad Media, el estado de la nobleza feudal; en nuestro tiempo, el estado de la burguesía. Al hacerse finalmente real repre-

sentante de toda la sociedad,el estado se hace él mismo superfluo. En cuanto que deja de haber clase que mantener en opresión, en cuanto que con el dominio de clase y la lucha por la existencia individual, condicionada por la actual anarquía de la producción, desaparecen las colisiones y los excesos dimanantes de todo ello, no hay ya nada

que reprimir y que haga necesario un especial poder represivo, un estado. El primer acto en el, cual el estado aparece realmente como representante en la sociedad entera —la toma de posesión de los medios de producción en nombre de la sociedad— es al mismo,tiempo

su último acto independiente como estado. La intervención de un poder estatal en las relaciones sociales va haciéndose progresivamente

superflua en un terreno tras otro, y acaba por inhibirse porsí misma. En lugar del gobierno sobre personas aparece la administración de cosas y la dirección de los procesos de producción”.'*

El estado habráde existir —según este fragmento del Antidiihring—

hasta tanto existan contradicciones en la sociedad. Y puesto qué á “contradicciones en la sociedad” y conflictos de clase son en de contexto sinónimos, el estado habrá de existir como expresión

de las clases. dominio de una clase hasta la completa eliminacióndicciones en el es is de las “contra Engels no toma en cuenta la hipót mula de Mao Tse-tung,?” conoci da fórmula seno del pueblo” para usar una aun cuando sea

camente contradictorio, o sea del carácter intrínse

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PS y ESAPARICIÓN

DEL ESTADO: REPRESENTACION DE PERSONAS o, e

ade otro ángulo, ángulo,

de cualquier sociedad ciedad d desarro]]

125

pa también de terminaci las sociedades sin clases. Si se ado PtarMere a el princi. ¡o de que, con la ón de los confli ctos de clase, no de onflic : , saparecen todos lose ctos de la sociedad consigo misma (y ;un a coherente concepción marxista no puede no adoptarlo), el ná . 199 . , oficial” de las contradicciones de la sociedad, incluso o ie definición engelsiana del estado, no podría en verdad desa a la definición engelsiana se limita en cambio a retomar, de en La cativo, el concepto Juvenil marxiano de la “representativid qe Sil

del carácter “abstracto” -de la forma estatal y la Se 3 9 802 . “ , Critica i marxiana de este “abstracto”, tachado de no ser coherente e

fondo en su propia .abstracción, sino más bien de hacer asarde: a contrabando por medio de una abstracción la ingerencia bien con seta de esta u otra clase dominante, d ; creta lidad, Engel €, de esta u otra burocracia, etc. En reaA a , nes se Plantea el problema siguiente: ¿es posible una verdadera abstracción? ¿es posible una representación de toda la sociedad? Su respuesta (que recuerda al joven Marx ) es: sí, pero

ni bien la represe1ntativid ad

del estado se extiende a toda la sociedad, el estado se extingue. La respuesta presenta una cierta afinidad,

formal y extrínseca, con la que dará Stalin: para que el estado pueda extinguirse, debe alcanzar su máxima expansión (esto lo entendía él, sobre todo, como la máxima expansión de las funciones represivas, que son algo muy distinto respecto a las funciones representativas). La crítica marxiana y engelsiana a la falsa representatividad del estado democrático burgués, a lo subrepticio concreto de los cuerpos separados (burocracia, ejército, etc.) que de hecho son el cuerpo místico de aquella falsa abstracción, y que replantean en la misma democracia moderna las formas sagradas de la antigua RE ión monárquica, pueden encontrar una exacta ena o, ba o los de elconcepto en claridad) cabal y consiguiente de Kelsen, eces (por último, a propósito“independencia de laciones sociales izan, ee recordad hensos anterior). Las relacion capítulo pac final del a las de dependencia personal fundada en la dependencia respecto E seca EA en la sociedad capitalista, a las precedentes de las re estructural base orque: por un i MATA. misma la en Pero ersonal. ap raión de E italistas se manifiesta una contradicción t aquellos que están comproAbhángigie lado aquella “sachlicher nz bstracto, entre al ¡

consiguiente ió O 5ea 2%. ínculo mediato, sociales de producción, y Ea Leenológicolas relaciones un Eo a la estructuración comp Ale otro lado e una ligazon más adecuada f roductivas, y Por

:a d de Pa la sustancia nuevas fuerzas Pi Cané científica, de las ela “sachlicher Abhángigkeit”,

perdura, oculta en 24

e”

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126

LA ANTROPOLOGIA FILOSÓFICA

DEL MARXISMO

las antiguas relacic..es de dependencia personal. Pues bien, la misma contradicción subsiste en el nivel de la superestructura estatal: por un

lado maduran los tiempos de una

administración de las Cosas”

(Verwaltung von Sachen), o sea de una regulación científica y abstracta de las tareas sociales, conforme al carácter cada yez más mediato y abstracto que las. relaciones entre los productores van asumiendo en la moderna sociedad industrial; por otro perduran los

sistemas de un “gobierno sobre las personas” (Regierung iiber Personen), es decir formas de dependencia personal por medio de nuevas jerarquías burocráticas, aunque no sean ¿asimilables a las castas burocráticas de épocas pasadas (“asiáticas”), y Por nuevas personificaciones místico-religiosas del poder y de la soberanía,si bien no identificables ya con las monarquías sacerdotales (con el llamado “despotismo oriental”) o con las monarquías feudales de derecho divino. La legitimidad del acercamiento que hacemosentre la fórmula de los Grundrisse sobre las relaciones de producción “cosales” surgidas de las “personales” y la fórmula del Antidiihring sobre la “administración” que remplaza al “gobierno” (y entre las dos fórmulas temática juvenil marxiana del carácter abstracto-representati y la vo, o pseudo abstracto-r epresentativo, del estado

creemos que se comprueba en la siguiente áclaración de losmoderno) Grundrisse: “Estas relaciones

de dependencia materiales, en oposición

a las personales [...] se presentan también de manera tal que los individuos son ahora dominados por abstracciones, mient ras que antes dependían unos de otros”, ?0

A esta altura se abren dos empirismo crítico Juvenil-marxposibilidades. Se Puede optar por el abstracción” tendrá una conn iano, en tal caso, el concepto de otación negativa y la libe personas estará garantizada rtad de las no tanto por la “representac ión” super-

csmmsridadlada por na conforme “administración

tural en la única dimensió n hem De de e oi vers ersiión concluye en la

utopía de ladeCsap E arición Ze a de todas las i dicciones entre estructu contrara y superestructura tura: las “contradicciones en el seno del pueblo” e puede optar e, lógica de i

El Capital; en tal caso, concepto deatrac dea una connotación positiva en la el medida en que ésta ya no o será más

una cómoda cobertura detrás de la cual se esconden las form as de dominio personal, o bien las relaciones mediatas de cosas Opresivas de las personas a la manera y Por cuen ta de las personas 3 y en la

olps!

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A

X

pEsaráR

ICIÓN DEL ESTADO: REPRESENTACIÓN DE PERSON AS

127

medida en que a la libertad se la concebirá, a 1 a manera de Enge ls, como dominio racional de la necesidad social, co mo ley del desarrollo social descubierta y reconocida, y por ello mismo acatada, por todos los hombres en su situarse teóricamente “fuera” y frente a la propia sociedad, fuera y frente a la espontaneidad social. Libertad como administración de la necesidad: de este modo rectificada, y reducid a a nuestra específica argumentación, la discutida definic ión hegeliana

engelsiana de la libertad podría cargarse de significado. Pero, en tal caso, ¿conve

ndrá insistir en la expresión “el estado se extingu e” o

será preferible preguntarse como Marx: “qué trasformación experimentará el estado”?; ¿qué trasformación y cuándo será posible, para los productores, una cabal y no mistificante “representativ idad” teórico-abstracta de las relaciones sociales de producción con el fin de dominarlas y trasformarlas en interés de los mismos? Cuando consideremos algunos problemas de epistemología marxiana, veremos que la objetivación científica debe tomar, para Marx, el hábito de las

“ciencias naturales”,?! aun cuando se traten de relaciones humanas y sociales. La ciencia tiene el deber de comprender y promover el proceso (más general y abstracto) de apropiación humana de las cosas (de las fuerzas productivas), desprendiéndose así progresiva-

mente de la sujeción real del hombre a las cosas y, al mismo tiempo, de la “falsa conciencia” de una “reificación” del hombre mismo y de un sometimiento fetichístico ideal, primero a la naturaleza o al objeto producido, luego a la mercancía o a la máquina. De manera similar,

el estado de la revolución tiene el deber de extirpar todo rasgo de dominio del hombre sobre el hombre, realizando de forma general y auténtica la relación de propiedad de los hombres sobre las cosas.

Así entendido, es decir como una perfecta legislación social, el Estado de la revolución se identifica en verdad con aquella “manera [. . .] práctico-espiritual de apropiarse el mundo” que Marx distingue en la Introducción de 1857, de los modosreligioso, artístico y cientifico?? esto es, de los otros niveles cumbre de las superestructuras institucionales y de las culturales.

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NOTAS

1 M. Rossi, en Marx e la dialettica hegeliana, V. IL, La genesi del lismo storico, Roma, materi 1963, juzga “en sí válid a y llena de significad a. afirmación de Feuerbac o” la h según la cual “la abstr acción, cuando se refier a la realidad humana, e es enajenación, sometimi ento” (p. 305), [en españ M. Rossi, La génesis del ol, materialismo histórico — El joven Marx, Madri Comunicación No 11, 1971, d, p. 157]. En Marx, precisa «abstracto» es empleado M. Rossi, el término “en sentido literal, hasta etimológico: el estado Político es abstractus de la subsistencia de . Pero separar el capital constante el tra E del vr edo.

significa al mismo tiempo

, como se dijo, reunir 217,4 la Plusvaj ; con la más amplia naturaleza de la cual se lo pr Capital CONStan te a aquellas facultades

y energías naturales del ho eN Particular Merced

de este modo: de la prehistori : : del capitalismo, y Ta cl Pri a el Espaci E

las relaciones de producción situadas dentrodela pi S empresa, están sometidas a un plan, se sale rea]memkica, o se instaura una regulación racional de las relaciones q >lo e :

ciones sociales, que abarque a la sociedad toda (ase y e as contribn.

miembrosel derechoal trabajo y a los servicios sociño oa

socialista “de cada uno según su capacidad, a pe sa norma

trabajo”). Esta no es más que la primera fase de un po se realiza plenamente con la planificación, y no solamen te delas relaciones de producción a nivel de la sociedad total, sino también de la fuerzas próductivas a nivel de “intercambio orgánico” total entre el hombre y la naturaleza. En efecto, el comunismo se propone ante todo proveer a la naturaleza del hombre (“de cada uno según su capacidad, a cada uno según sus necesid ades”); pero se plantea además una disciplina de las fuerzas productivas que se proyecte de modo eficaz en la profundidad natural de las fuerzas productivas

mismas, como planificación finalmente armónica y basada en las una planificación integral de la relación hombre-naturaleza trasfortres dimensiones de la economía, del territorio y del medio ambiente:

mada en posible merced al preventivo “dominio”de la realidad social por obra de los productores sociales, pero también por la virtual

“abundancia” cuyas premisas han establecido tanto el ellas

maduro como el socialismo. De un “plan” que, ni siquiera en ss

formas más ambiciosas de programación monopolista, auperá vía criterios de una gestión empresarial, moviéndose en o pusPa social y provocando en consecuencia un creciente pe caett

se accede, pues, a la regulación racional de las ee seen?

productores en la sociedad y de ésta a la planificación se realizan de la relaci

ón entre el hombre y la naturaleza; o e de la “reconcilos dos objetivos, según las palabras del JONGR Ene guiente “reconliación

de la humanidad consigo misma” y la co

ciliación de la humanidad con la naturaleza”. >”

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RELACIÓN HOMBRE-NATURALEZA EN ENGELS y MARX

A

155

Desdelos Manuscritos de 1844 hasta El Capital gsbozo de crítica de la Economía Política s hast y desdeel engelsiano a el Antidihring, un el emento permanece, entre Otros, a pesar de las sucesivas evo luciones de los tan afirmados cambios de ruta ( O coup ures) en el pen samiento de Marx y de Engels,

En su primer ensayo sobre la econo;mía

política Engels expres de a lo que cuatro años después habría qu ser el programa del ión Manifiesto previs una de € apunta “a esa gra bajo la forma n alteración de las cosas a cuyo encuentro se enc aminael siglo: es decir la recon. con la n d nida huma la de ciliación aturaleza y consigo mis en ma”.* En este enunciado está contenido germen una temática con stante del materialismo histórico, que en distinta y más rigurosa, significan Marx tendrá una formulación do que la resolución de las contr adiccio nes que surgen en la esfera de las “relaciones: de produ

cción” (“la reconciliación ... de la humanidad... consigo misma”) es la resultante previsible, en el tiempo histórico, de un proceso que, por su génesis, tiende a conservar y desarrolla r las “fuerzas productivas”

(“es decir la reconciliación de la humanidad con la naturaleza ”, según

la expresión del joven Engels). No es sólo filológica mente imposible aislar y excluir este tema del núcleo del marxismo, sino que es sumamente difícil probar que la primer relación (la relación hombrenaturaleza en las- fuerzas productivas) sea, en Marx, o en un desarrollo coherente de la doctrina, conceptualmente reductible a la segunda o funcional a la segunda (a la relación social de producción entre los hombres mismos), como de distinto modo lo han propuesto Korsch, Adorno, Alfred Schmidt y Otros. En el Esbozo de Engels se encuentra además una primera intuición

de lo que será uno de los motivos cardinales de los Grundrisse y de

El Capital: el de la ciencia en tanto “perteneciente a' los. elementos e la producción” (a la esfera de las fuerzas productivas). “Tenemos, Pues, en acción dos elementos de la producción, la naturaleza y el

ombre, y este último en su aspecto físico e intelectual”. Al au

intelectual lo considera en su dinámica, como lo que deberá tomarla delantera, no sólo en la relación entre el hombre y la móa, sino

también en las relaciones de los hombres entre sí, para dep a an desequilibrio que es propio de la sociedad actual, en la E a e>

ación consciente que los hombres consiguen imponer a propia

relación con la naturaleza, en la actividad sranómmion e

otras leyes que soportan los hombres por la pros e Sega” Por Conciencia ni control, siendo por tanto más pr A de en contrarrestada misma * o naturaleza ns la e ineficaz porque es distorsionada resulta Sstricto,

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156

EL CONCEPTO DE NATURALEZA Y LOS METODOS DR La CIENCIA

experimentada utilidad, en las adaptaciones adquiridas por la es cie). Hasta que no se solucione ese desequilibrio incluso la Santa

una Fi humana reguladora de la relación con la naturaleza será

de miseria para el hombre, en particular para el obrero: “en e actuales relaciones, también la ciencia está dirigida contra el trabajo”.

observa Engels* (que se prepara a escribir sobre La situación de la clase obrera en Inglaterra) ,” no dejando de subrayar los obstácul . naturales que impiden al obrerola adquisición de nuevas capacidades y nuevas adaptaciones impuestos por un incesante progreso tecnolé. gico en un régimen de división del trabajo. Aunque el análisis de la relación ciencia-fuerzas productivas le permite refutar a Malthus (la ciencia, dice, proporciona recursos crecientes en progresión geométrica, como la población) ** y denunciar sobre todo, el intento diversionista con el cualse quiere eludir el nudo de las relaciones capitalistas responsabilizando a la lamentable naturaleza prolífica de las clases trabajadoras, no obstante no se atreve a hipotecar el futuro (en el cual el problema de la superpoblación

podría replantearse en otros términos) : “Y es ridículo hablar de superpoblación mientras «en el valle del Missisipí haya terreno baldío

bastante para asentar en él a toda la población de Europa», mientras sólo pueda considerarse cultivada la tercera parte de la tierra”.1

Esta obra de Engels, que en cierto sentido es la primera entre las obras del marxismo clásico, contiene, como se ha visto, observaciones

que reencontraremos en el Marx maduro. De los Manuscritos económico-filosóficos de Marx, elaborados casi

simultáneamente con la primera obra de Engels, y no obstante tan distintos en sus respectivos mundos conceptuales, M. Rubel y otros** han subrayado el valor anticipador de la temática filosófica de los Grundrisse. Sin embargo, la interpretación que se suele dar de los Manuscritos está fuertemente condicionada por las más cercanas Tesis sobre Feuerbach y por el acento que se pone en ellas, sobre la “esencia social” del hombre * más que sobre el concepto de “especie humana”, así como sobre el éxito práctico y operativo de la ciencia 14 más que sobre su contenido supuesto, de objetividad natural.!*

Los Manuscritos nos dicen que el hombre, a diferencia de dos otros animales, trasforma en objetos de la propia activi ad virtual y 1 dela propia conciencia teórica actual (ciencia, arte), d 2 as enLe objetos de la naturaleza, en su singularidad y, sobre todo, esencia genérica, y que entre los objetos de este interés hum práctico-teórico figura también el hombre m ismo como género, 0 : arse hacia ac sea ser natural cuya “esencia” es precisamente la de orient

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LA RELACIÓN HOMBRE-NATURALEZA EN ENGELS Y MARX

157

todos los “géneros” del mundo natural: el hombre es “ente gené-

rico”;1* por ello “las plantas, los animales, las piedras, el aire, la luz, etc., forman una parte de la conciencia humana teórica”. Pero “el trabajo enajenado 1) enajena al hombre la naturaleza, y

2) se enajena a sí mismo” ** (de allí el doble objetivo de la reconciliación que señalaba Engels). La actividad del hombre al entrar en relación, productiva y cognoscitiva, con la naturaleza, está reducida, en el obrero, a simple medio para satisfacer sus necesidades más elementales, que son las únicas que tiene en común con los animales; mientras que, por efecto de esa privación, que le sustrae su “cuerpo inorgánico”, es decir la naturaleza toda, el hombre resulta enajenado

también respecto a otros hombres y no está más en condiciones de

reconocer las bases naturales (el “género”) de la misma sociedad. Por tanto ““...en la emancipación de los obreros... va implícita la

emancipación humana en general y va implícita porque la relación entre el obrero y la producción envuelve de por sí el sojuzgamiento de todos los hombres”.!* Si dejamos a un lado la terminología aun idealista, también las sugestiones feuerbachianas, debemos convenir que aquí Marx se enfrenta con un aspecto crucial de la degradación del hombre en la primera fase histórica de la explotación capitalista, durante la cual el obrero se embrutece bajo el peso de los trabajos más extenuantes y prolongados, y exclusivamente estimulado por las necesidades más inmediatas y elementales. ¿Pero los argumentos de Marx conservan cierto valor también para las condiciones modernas del obrero, y del hombre, en la actual perspectiva de la sociedad industrial capitalista? Volveremos sobre este problema. Según la definición que da Marx en los Grundrisse, el objeto originario de la producción es el reproducir el productor en las y junto con las condiciones objetivas de su existencia.?? Desarrollo cuantitativo y cualitativo del producto e incremento de las ramas y de los sistemas de producción son finalidades derivadas y, en cierto modo, subordinadas a aquel objetivo originario, porque la especie hombre se reproduce —se conserva— sólo progresando. Por ello la “riqueza”, nos advierte Marx, no es otra cosa que pleno desarrollo del control del hombre sobre las fuerzas de la naturaleza (control no consumo o ilimitada transformación) ; “ya sea sobre la llamada naturaleza, ya sea sobre su propia naturaleza”.” De igual modo, “incorporar” la naturaleza toda en la actividad productiva no significa de ninguna manera, desde un punto de vista materialista, eliminar la sujeción del hombre a la naturaleza: significa, al contrario, saber administrar

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K DE NATURALEZA Y LOS METODOS DE LA CIENCIA El1, CONCEPTO CONCE 158 o

, e ciertas condiciones, y significa, en otras condiciones,

tal sujeción meter además de la naturaleza en sí, también la mísma A. el+] ririesgo sa d€ “humnanizada : naturalez nidihring, Como es sabido, retomando un terna que encon. En el An A Esbozo y que figura en el Manifiesto, Engels compara

tráramos Cn lista de la ciencia con la aventura del aprendiz de brujo, el uso capitalisló adenar antiguas y nuevas fuerzas de la naturaleza

de dominarlas y controlarlas. Hasta que la regulación

capaz de po a, las fuerzas naturales no esté complementada por la

producción “estas Li racional de las relaciones sociales de y corno lo hemos contra, nuestra ño obrarán a nuestro pesar y en rán o ñ

domina expuesto detenidamente, nos presenión socia 1, en las páginas de los clásicos, no está

e eancillamente como el objetivo de hacer avanzar, en

relación a las fuerzas productivas, la obra iniciada _por la misma burguesía, sino como una acción que contiene en sí cierto elemento, por así decir, de “restauración” y de “conservación”, contra las Escribe tendencias despilfarradoras y disolventes del capitalismo.

Engels en la Dialéctica de la naturaleza: “defender los productos y

las fuerzas productivas creadas por la sociedad capitalista burguesa

contra la acción aniquiladora y destructora del mismo sistema capi

talista, quitando la dirección de la producción y distribución social de las manos de la clase capitalista dominante ya incapaz para ello y trasfiriéndola a la masa productora: esta es la revolución socialista”.2% Defender las fuerzas productivas contra el capitalismo que amenaza aniquilarlas es una necesidad apremiante incluso en nuestros días. En Eros y civilización Marcuse sostiene lo contrario porque

utiliza de un modo equivocado y unilateral el concepto de “fuerzas productivas”: “Mientras las revoluciones del pasado aportaron un

desarrollo más amplio y racional de las fuerzas productivas, en las

sociedades superdesarrolladas de hoy la revolución debe significar

la reversión deesta tendencia: la eliminación del superdesarrollo heEpualidad represiva”. Pero ¿Cuál superdesarrollo? El mismo

en el capitalismo contemporáneo, se trata de

e un superd lt ini o de fuerzas destructivas,” más que de fuerzas Ya

¡

cursosdeanao A derroche capitalista alcanzaba a los bre la tierra reduce la Pr Por otra parte, la gran propiedad tante y le opone Hd es Peel agrícola a un mínimo en descenso centrada en grandes dades. industrial en constante aumento y abren un abismo irr des; y de este modo crea condiciones emediable en la trabazón del metabolismo

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——

eyes Natu s ral e s de la v ida, a COnsec u enci1 a del a ... a gran Pr opiedad de la

en la tier :

;

€rra misma,

industrialmente act La gran industria

1 bien e ctuan de un m n agriculturunorecia y forman na unidad. devasta Ga e il marxismo”, “Darwin o en n Contemponúm. 20, dic. 1959 (también en Ricerche raneo,

La concezio del merma Ross, della 1972). Además, entre otros, G.V.p. Plejánov, 145 E e, inuiericiitica storia, Milán, 1972, p. 87, el 5 concepción Escogidas Obras en materialista de la historia, pp. 467 y ss., tomo 1]. Afirma Luporini: el “individuo a

el “presupuesto” de todo desarrollo histórico-social,

pero de esto surge “la

y sociedad posibilidad de conflicto y una tensión permanente entre individuo o también, como en por cuanto las distintas formas sociales pueden ocultarlo evitarlo”. “Pero ninciertos casos de comunidades primitivas, prácticamente si la tensión individuo viviente-sociedad guno puede honestamente prever, creo, todo sociedad comunista, ser eliminadas del podrá, en las formas elevadas de la deseable” decir si esto sería completamente á. societ e alguna vez; y ni siquiera se puede le Mora della vita morale”, en AA. VV., (C. Luporini, “Le «radici» Gramsci, Roma, 1966, tuto Insti el por a ovid prom Actas de la convención a . trad. esp.]. p. 62, y cfr. p. 48) ; (hayrzas naturales del ET social”, cfr. K. Marx, . Para la expresión “fue h p- 88; [t. 1, P-

1952, [t. 1 Pp. 148); Y cfr. C. Il Capitale, 1, 2, Roma, tale, 1, 1, Cit, P- 196, Capi H x, Mar K. E Ct. . , , mómicos varios Luporini, of. cit., p. 53.giovanili, cit., P- 9237. [Escritos eco che sofi filo re 6 36 Qpe .

eP op. cit., especialment 3 Cfr. J.J. O'Malley,Poli , tica della scienza, Roma

p. 92].

Oe

nd pa “Chi lavora muore di , s9 Cfr. G. Berlinguer, cuen Je la ta sin embargoAti

38 Cfr. Ebeinguer

en 1971. Hay que tener

41 (y p- 248). 15, a,

núm.

tendencias

il, mortalidad infant

es a la misma dismi negativas son imputabl reta ada. ión sac pen com su o com

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| x. LA RELACIÓN HOMBRE-NATURA LEZA |” pesputs ne ENGELS

|

En una historia de 1] a teoría los comi enz Os del si perspectiva del marxi smo glo xx son, en la como “conce Pci= ón del mundo” una bifurcación. No el lugar de

as expresiones qu e se ngels, o,

en Italia, » tenemos al mism o Labriola, al 1 los Cuadernos filoble aquí, no se aleja Materialismo y emp iriocriticismo), pero también y vulgarizador, y las posteri Í

hoy en las democraci

del llamado “marxismo occident de clase, Korsch y sus libros al”, el Lukács de Historia y conciencia sobre Marx y El materiali smo histórico (y sobre Kautsky) * Gramsc i y el marxismoita! liano que lleva su impronta. Las

dos lín

Í

desconocida a principios de este siglo, sobre el natural “cuerpo inorgánico” del hombre.? Dejando a un lado las desigualdades, los desniveles y las conta minaciones que por lo demás se manifiestan dentro de cada una d e las corrientes mencionadas

(desigualdades y desniveles que suelen ser imputados con másinsistencia a la cn del llamado “diamat” y las contaminaciones Que se e on mayor facilidad en el “marxismo occidental ), podemos € .ds

enin y el materialismo dialéctico posterior reafirman que a

corr natural es independiente del hombre por sus e yrntación

dición objetiva intentando dar a este concepro na implrándoss en

Ae xdepender la realidad Lukács o en Gramsci, ponea el acento en ha acere nesprein, natural de la sociedad rc Io sde la historicidad propia del negativa para unos, positiva para otros,

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176

EL CONCEPTO DE NATURALEZA Y LOS METODO S DE La ClENCr,

obrar humano. No caben dudas de que a pesar de cierta esclerog, estaliniana o post-estaliniana, la primera interpretación, ontológic o, epistemológica, está más de acuerdo con las instancias de la dimen. sión ecológica tal como se imponen en la actualidad ( instancia s qe “respeto” de los equilibrios fundamentales básicos del mundo físico

biológico, instancias de defensa integral y oportun a contra las reales amenazas de destrucción de la especie humana o de regresión al sen de una naturaleza más elemental, impunem ente manipulada , violada); incluso si el remontarse a las premisas del materialismo implica en la actualidad a veces (en el neomeca nicismo y algunas

posiciones influidas por los principios de la cibernét ica y la biónica, en Somenzi, en las propuestas de Timpanaro,* no así en L. Apostel t y en G. Klaus)* el rechazo de la dialéctica por sus presuntas impl;. caciones idealista-hegelianas, o vitalistas, o directamente teleológicoantropomórficas. Es cierto que en el mismo pensamiento de Lenin también se pueden encontrar ejemplos de esquematización, comoenel siguiente pasaje de El estado y la revoluci ón. “Esta expropiación dará la posibilidad de desarrollar en proporciones gigantescas las fuerzas productivas. Y, viendo como hoy el capitalismo entorpece increíblemente este desarrollo y Cuánto a la técnica moderna ya lograda, tenemos podríamos avanzar en base absoluta convicción, que la expropiación derecho a decir, con la más inevitablememnte un desarrollo gigantes de los capitalistas originará co de las fuerzas productivas de la sociedad humana”. Stalin polemiza no sin razón contra las teorías que destacan al ambiente geográfico como factor de desarrollo o retraso económico biaron para nada o cambiaron tan poco

que la geografía ni siquiera habla de ellas”? pero implícitamente sugiere la errónea deducción de que para la

perspectiva económico-social del futuro los factores geográficos tampoco serán un problema crucial, olvidando así la dialéctica advertencia contenida

en la tercera tesis marxiana sobre Feuer bach (también el medio sufre camb ios por los hombres). Lo que es “lento” por naturaleza

puede asumir degenerativa de tipo canceroso, just el ritmo de una propagación amen humana enloquecida que acompaña al te como efecto de la. praxis “rápido” desarrollo de la formación económica capitalista y que, en consecuencia, entorpece también los programas de las sociedad es socialistas. . No caben dudas de que algunos carac teres moitaliano moderno * deben atribuirse a lasde una parte del marxisacentuaciones voluntaristas presentes en el historicismo gramsciano,

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LA RELACIÓN HOMBRE-NATURALEZA DESPU £S DÉ ENGELS

177 Es sabido que Gramsci no se limit ó a expresar sus reservas sobre la originalidad de Engels, a advertir que no todo lo que éste le atribuyó a Marx “es absoluta

mente auténtico y sin deformac ión” ? y a compro“ bar cómo la misma “metáfora” Marx iana “anatomía de la sociedad” revela su “límite” en la adopción de un “modelo” de las ciencias naturales *” (en

un ambiente cultural que se exten dería hasta el uso de la palabra “científico” en la Crítica socia l de Turati)."! Propuso, respe cto a la naturaleza humana (“La «natu

raleza» del hombrees el conjunto de relaciones sociales que determina una conciencia históricamente definida” ;1? “que la «naturaleza huma na» es un «complejo de relaciones sociales» es la respuesta más satis facto

ria” >” 0en torno a la dialéctica natural,'* formulacio nes de indudable corrección

marxista, que adquirieron sin embargo resonancias idealistas en el contex

to de las sugestiones culturales que le indujeron a escribir 15 que “considerando historia igual a espíritu [...] la naturaleza del

hombreesel espíritu” y a pensar que si toda la natura leza es

historia, lo es en virtud de la praxis humana, económica, científica o de otro tipo.'* No se puede pasar por alto, considerándolo un falso proble

ma o un residuo de la escolástica marxista, el nudo dela histori cidad —y por tanto dialecticidad— de la naturaleza en sí. Que se hayan cometido abusos dogmáticos no sigmifica que sea imposible, para emplear la fórmula de R. Havemann, una dialéctica sin dogma.*. Que el resultado alcanzado por Engels en algunos de sus intentos por dialectizar ciertos conceptos de las ciencias físicas u obj etos del mundo inorgánico sean engañosos, no significa que sea ilegítima una investigación sobre los límites y, sobre todo, sobre las perspec tivas en cuyo seno el concepto de histori

de la naturaleza,

cidad-dialecticidad pueda verificarse en el mundo

En el capítulo próximo nos detendremos en las posicio nes más como objeto las dimensiones realmente evoluti vas, los largos períodos (y no el simple movimiento, como ocurre a veces en Engels) ** de la materia inorgánica, Quisiéramosreferirnos aquí a las propuestas

recientes de Lukács,!8 en relación con una ontolog ía marxista que asuma

de Badaloni sobre la dialecticidad inherente sólo a los dos niveles,

naoy RO (el primero como historia de una aj

regulaciónen nea de la especie, el segundo como historia de la dimensió consciente de la vida humana sobre la base de su específica d n social)? desarrollan7 conceptos ya elabóTado: : s con ante a Propuestas que

rioridad por el mismo Badaloni sobr e el movio. más “ miento ”21 > iolé penita er de los mecanismos evolutivos elementales, físicos y

S8ICOS, en relación con los procesos de la historia humana, sobre

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178

EL CONCEPTO DE NAT URALEZA Y LOS METO DOS pg La

CIE cp,

N la no-necesidad del surgimiento del ho mb Misma alternativa categorial necesidad re natural 22 Y sobre la posibilidad . en vinculada también a los dos modelos tanto está ( macro y Mi nuestra interpretación . cr os cópico) de de lo real,

Esta problemática se rea ctualiza también a la luz desarrolló en Francia, del debate que especialmente sobre el libro de J. Monod del historicismo Marxista, por ejemplo del gramscian una idea de especie consid o, en relación a erada “abstracta”. No obs abrirse camino el con tante hoy parece vencimiento de que, aun siendo distintos los ritmos evolutivos de la naturaleza y del hombre (o del hombre biológico y del social), la din o no debe predominar has ámica histórico-socia] no tiene por qué ta el punto de hacer precipit ar nuevas e Peración de los modelos de las sociedades primitivas. De aquellas sociedades Primitivas que Lévi-Strauss designa como sociedades frías”, comparándolas a los mec contraposición a las sociedad anismos repetitivos de un reloj, en es “calientes”, que compara con la máquina de vapor y los sist emas termodinámicos en general, por los desniveles de temperatura que sup one de energía a que dan lugar.?* Lévi n y por el consumo irreversible -Strauss alude principalmente al “desorden” (entropía)

que en las sociedades “calientes” se prod uce en el plano delas relaciones interhum anas, pero la ecología contemPoránea atestigua que no es menos grave el desorden que adquiere la relación hombre-naturaleza. Nuestra civi liza “energía” útil, o fuerza productiva actual o virt ción transformó en ual, naturaleza (la Tierra), allí donde hasta hace unos la totalidad de la decenios solamente una parte del globo podía figurar entre las fuer zas productivas del hombre. Empero lo que ocurre es que, de nuevo, y por efec contradicción capitalista entre relaciones de producci atrato de la ón sadas y

fuerzas productivas avanzadas, sólo una part del e globo se vuelve, o

perspectiva, utilizable para fines productivos y para los de la ce

vivencia: el resto es, no naturaleza virgen e intacta, sino esco y

y veneno. La rareté teorizada por Sartre ** se revela no ya p o comienzo y el supuesto de la civi lización (aunque la eemenigro

los orígenesradica, retrospectivamente, enel estado aún ru in ne

de las técnicas e instrumentos de manipulación, más bien qu

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|

LA RELACIÓN HOMBRE-NATURALEZA DESPUES DÉ EN

GELS

efecto de los recursos naturales como tales), sino como

179 el

2 un posible desenlace de la mismacivilización. Incl e SNE : uso la moderna uga” espacial . parece sumarse, , en su s formas es pectaculares, a esta eva angustia de los hombres. ”

-]

con el deinstancias atentosenlascapracón,pitalist Limo, as, bien lejos de las ensoñaciones en las que la ,

,

a

sociedades

recapitali

ebtamos caer el neoroDa > hanticismo sociológico y las nuevas utopías, que detienen el progreso ebonómico en general y el tecnológico en particular. Por el deoeado en este punto tiene razón J. Monod, una parte del daño que se sufre priva másde un insuficiente (que de un distorsionado) progreso de

técnica. No es el “progreso” lo que está en discusión sino su instrumenblización para los fines (a corto plazo) de una parte de esta sociedad

(las clases capitalistas); lo que sí está en discusión es la idea de

grogreso que las clases dominantes se forjaron y difundieron. En los daíses de capitalismo maduro este progreso y sobre todo esta ideología del progreso desempeñan una función objetivamente conservadora. Bl primero, en la forma distorsionada del “consumismo”, actúa en

función de la consolidación de la sociedad, no sólo y no tanto porque difunde algunas formas de bienestar y eleva el standard de vida medio

da de estratos más bien amplios que participan de él, sino porque no las dempo al hábito (del cual podría surgir una actitud crítica hacia

suficiencias, las desigualdades y deformaciones cualitativas del siste ma) y obliga al habitus a readaptarse, ofreciendo una incesan enovación epidérmica, a nivel de los objetos de consumo cotidiano.”

stóLaideología del progreso, a su vez, se enmarca en un cambjohi

a, Éco de radio más amplio. En la época de la revolución frances

sía domo lo señala Engels,?* las ideas revolucionarias de la burgue

vistieron por primera vez la forma, además del contenido, de pro-

guestas políticas, despojándose del “ropaje” religioso con el que hasta ése entonces se cubrían. La idea de progreso fue el eje de esa converinvolutiva reaccioÓn política. Pues bien, en la actual culminación

aria de la gran burguesía mundial, también las ideas de conservación

bandonaron las formas del mito y la religión (las cruzadas sanfedistas,* las Santas alianzas, etc.), para regenerarse dentro de la

la forma plera política, como ideología política, presentándose bajo metamorfosis coincide, en efecto, con del “progreso”. Esactiva e ideas del ideal de conservación: cuando cambio radical de perspe aces nombre dado por el cardenal Ruffo a sus bandas borbónicas, ia Eliana. [N, A peas. Eran enemigos de la libertad e independenc

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ES

180

METODOS DE LA CIENCIA EL CONCEPTO DE NATURALEZA Y LOS

apuntaba a idealizap éste se presentaba en form. as mítico-religiosas, s del presente, con estructura las ar terniz € a o o pasad del s los valore marginales, mientras

incluso una visión estática de sus componentes, el ropaje de la ideología que en nuestros días, presentándose bajo o: apunta, por supuesto, futur el hacia én tambi cta proye se política, ia hostilidad hacia lo ilusor la en halla pero ón, rvaci todavía a la conse la gatopardista (es fórmu la , tregua sin nuevo, alentada y alimentada

más idónea preciso cambiar algo para que todo quede como está)rvadas.*” Por conse sean es s social ctura estru las que tizar para garan etas y las mismas religiones tradicionales aparecen hoy inqui

eso arse desorientadas, comoefecto de un saludable y desmistificante reflej en ayer de la religión de ayer en la irreligión de hoy, de la inercia de

el pseudo perfpetuum mobile de la falsa conciencia contemporánea; y

por ello tienden a veces, en la actualidad, en el renaciente impulso

a invertir mesiánico y palingenético de una futura utopía terrenal,

en otra, tal vez completamente la fórmula del progreso gatopardista

cambie para no menos mistificante, según la cual es necesario que todo poder conservar algo. Incluso en el terreno de las apreciaciones

ecológicas podemos explicarnos de este modo el carácter objetivamente más avanzado de ciertas posiciones quese inspiran en el catolicismo

o en el cristianismo. Estas últimas nos parece no estar tan directa-

mente comprometidas con los intereses y la ideología del neocapitalismo sino directamente facilitadas, en la denuncia de las responsabilidades ético-sociolégicas, por los impetuasos impulsos anticapitalistas del antiguo conservadorismo clerical. A decir verdad, las bases primitivas de la religión en general y del cristianismo en particular están muy lejos de ser propicias a una actitud conciliatoria y realista respecto de la naturaleza-ambiente. El ecólogo G. Nebbia observa * que la religión cristiana quita a los objetos naturales el áurea de respetuosa familiaridad por la que estaban rodeados aun en tiempos de las concepciones animistas paganas, rebajándolos al rango de meros instrumentosdirigidos sola-

mente a satisfacer las necesidades del hombre. Y en efecto, por nuestra parte observamos que el tránsito de las diversas mitologías en sentido propio a las religiones propiamente dichas refleja un cambio anterior de las bases sociales, del estadio de las correlaciones de parentesco, como fenómeno generalizado y casi exclusivo (de, allí las sucesivas

concepciones mítico-animistas de un “parentesco” universal que se extiende también a las relaciones que los hombres mantienen con los y de seres naturales), al estadio de las relaciones. de servidumbre

dominio del hombre por el hombre, de donde derivan en su segundo

momento, las correspondientes concepciones espiritualista-religiosa5

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LA RELACIÓN HOMBRE-NATURALEZA DESPUES DE ENGELS

181

el dios “señor” y de una náturaleza creada Para ponerse al “servicio” e esa criatura privilegiada que es el hombre mismo: las excepcio nes or ejemplo la visión “fraterna” —y como tal herética— de an Francisco,*? no infringen la regla. Por ello hasta en el Génesis Man was the lord and nature was his subject”,33

Pero, en la culminación de una época en la cual las correlaciones e dependencia personal, de servidumbre feudal o de alguna manera

recapitalista, han sido sustituidas por la universal reducción del ombre y de la naturaleza a la condición de “mercancías”, algunos spíritus religiosos se acercan a una conciencia crítica de las contra-

icciones internas tanto del reciente y generalizado proceso de mer-

Qs

antilización como de la primitiva concepción cristiano-feudal de una aturaleza esclava o sierva del hombre. En las publicaciones católicas ficiales y oficiosas se encuentran a cada tanto los “redescubrimientos” s significativos de fórmulas y conceptos directamente marx-engelsianos. El mismo Paulo VI, refiriéndose a la posible catástrofe ecológica en el discurso pronunciado el 16 de noviembre de 1970 en la sede romana de la FAO, afirma que al hombre se le plantea, no sólo el deber de dominar la naturaleza sino más bien la necesidad de “dominar su propio dominio” sobre la naturaleza (lo había ya dicho Engels, en el Antidiihring, precisando que de lo que se trata es de '

[dominar las relaciones sociales entre los hombres mismos). Por eso,

según el papa, es el mismo mecanismo del capitalismo lo que está en discusión. Y lo repite el jesuita B. Sorge,** denunciando el “círculo vicioso instaurado por la búsqueda de la ganancia por la ganancia misma”. En la Populorum Progressio, Paulo VI llega hasta la adopción de determinados giros dialécticos que parecen extraídos del joven Marx, cuando afirma que “la búsquedaexclusiva del tener se convierte en un obstáculo para el crecimiento del ser”. Y Sorge corro-

bora: los recursos naturales deben ser propiedad común de. toda la

humanidad. Esta última tesis sería mucho más precisa y exacta, si el Padre jesuita agregase que todos los recursos naturales se han trasformado ya hoy en otros tantos medios de producción y que la

Propiedad social se impone también para los recursos naturales en tanto y Porque se impone, en perspectiva, para todos los medios de producción. Si luego el uso y el abuso económico de todos los recursos

naturales se convierte en la actualidad, como es fácil comprobar a nivel detodo el planeta, en una integración mundial (de las fuerzas

Productivas naturales y de los desechos derivados de su irracional

Gniblco) que actúa con mayor rapidez quela misma formación de un

de pato mundial, entonces la fórmula de la propiedad común oda la humanidad” comienza a adquirir un sentido marxista

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—— 182

EL CONCEPTO DE NAT URALEZA Y Los MET ODOS DE LA c1 ENcy 4

N

mucho más preciso, que excede el horizonte concep tual de la Civiz Cattolica. Uta El prejuicio de una naturaleza Por definición al servicio de] hom b y el temor opuesto de una catá strofe ecológica a causa de los abus de una conducta humana e “contra natura”, reconoce n una Matriz religiosa (el problema demográf ico del control de la natalidad, por 'a antinomia

insoluble en el revisionismo católico

en el seno de otras ideologías y hast

a dent

ro de la tradición marxista. El “triunfalismo” y el “catastrofis mo”, los mitos del hombre prom eteico (o del “divino camaleón”), por una Parte, y los mitos de la torr e de Babel o del diluvio univer:sal, por la otra, resurgen bajo un nuevo ropaj e racionalista, en la doble faz de la ideología contemporánea; en las perspectivas del consumismo-tecno crático o cósmico-futurista de la apol ogética neocapitalista, por un lado, y

en las profecías sobre la muerte del hombre sustentad as por los datos dela ciencia, porel otro: si “un miligramo de DDTenunatonela da de agua es suficiente para reducir la posibilida d de producci ón de oxígeno de las algas, y no

También en el campo marxista se pued en observar acentos de un optimismo o de un pesimismo de tipo radical. Notas de optimismo

generalmente tomadas de las respe ctivas fuentes idealistas (Hegel) resuenan aún a veces en el pensamie nto mismo del joven Marx y de

Engels, también en Gramsci, pero sobre todo en la praxi

s y en las teorizaciones del período estaliniano, que exalta tanto las ilimitadas

Posibilidades de los “¡ ngenieros de la natura leza” (llamados porejem: plo, a desviar el cu rso de los ríos) como de

los “ingenieros de (llamados a plasmar el hombre nuevo de la sociy edad comun : almasno ista,

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o rr

- menos de siete décimos del oxígeno que se produce en nuestro planeta proviene de éstas”,*5 entonces, probablemente “the real specter that “pollution casts over man's future is not, perhaps, the extinction of Homo sapiens but h is mutation into some human equivalent of the carp now lurking in Lake Erie's fetid depths, living of poisson”.* Si el hombre se ha convertido en un facto equilibrio de la naturaleza —así lo sosti r de desorden para el enen algunos biotechólogos americanos—*? la n aturaleza mism a proveerá otra cosa distinta, por ejemplo con una inteli a su remplazo con gencia artificial (que sepa ser más respetuosa de las leyes de la naturaleza de cuanto lo es la inteligencia “natural”),

LA RELACIÓN HOMBRE-NATURALEZA DESPUÉS DE ENGELS

183

sin riesgo de sanciones administrativas si no cumplían con éste su

presunto deber). En Occidente, el joven Lukács, Korsch, A. Schmidt , la escuela de Della Volpe, arriban a posiciones teóricas similares

cuando intentan una resolución integral del concepto de fuerzas productivas en el de relaciones sociales O sostienen una concepción de tipo instrumental-pragmático, no sólo de la técnica sino de la propia

ciencia de la naturaleza. Léanse por ejemplo algunas páginas de Mario Rossi, en las cuales escribe que “el hombre es la raíz del ser y el fin de los entes”,** que la “misma reconstrucción del movimiento que proviene de los entes llega a coincidir con este proceso, este movi-

miento es operativamente recorrido y sacudido a cada paso para que se ponga en función del proceso de transformación de los entes, mediante el cual el hombre realiza el proceso de autoconstrucción”. Y agrega “la circunstancia —hecha o no conciencia en el hombre— de que los entes no tienen otros fines ni raíces de su ser predicativo y existencial, se invierte en la asunción de la inevitable responsabilidad del hombre de atribuir a los entes un sentido existencial y predicativo, es decir un sentido de verdad que pueda valer también para los otros hombres”; “el atribuir a los entes su sentido existencial y predicativo, es decir la verdad de los entes, no es otra cosa que su constitución de objetos en función de su transformación operativa”. Y por último: “la relación operativa teórico-práctica del hombre con los entes es, pues, constitutiva del ser en general”.* No obstante, cuando el autor considera, no la naturaleza,sino la cultura, afirma de un modo válido y correcto que sólo lo que se haya conservado en su integridad independiente podrá ser transformado según las nuevas y más elevadas finalidades del hombre social. En efecto, observa que así como “hacia el final de la lucha de liberación los alemanes hacían saltar puentes, rutas e instalaciones productivas, siendo los Resistentes quienes arriesgaban sus vidas para defenderlos”, así hoy (contrariamente a lo que piensan algunos grupos extremistas) “el deber de los demócratas es

análogo respecto a todo el capital cultural que la historia de nuestra civilización ha acumulado. Cuánto y qué parte resulta incompatible con la institución de la nueva sociedad no es posible determinarlo antes de que la misma haya sido construida e imponga sus exigencias

de estructura, ni tampoco, obviamente, sin conocerla a fondo”; incluso Porque será necesario reparar y restaurar todo lo que ha sido

deformado por la cultura tradicional y mistificado por la sociedad burguesa. Pero un similar proceso de deterioro, de “infección” y de

virtual destrucción, se pone en funcionamiento por las relaciones

económicas capitalistas respecto de las bases naturales de toda pro-

ductividad económica o cultural y corresponde a los revolucionarios

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184

EL CONCEPTO DE NATURALEZA Y LOS METODOSDE LA CIENe k ta! “conservar” y preservar para el futuro todo y mucho más de lo que

necesario para un goce finalmente regulado, posterior a la instan!

ración de una nueva sociedad.

.

A la inspiración optimista implícita en las tendencias del marxismo que de distintas maneras presuponen no sólo una ética sino ademg, |

una ontología antropocéntrica o sociocéntrica, se contrapone la incl;. | nación pesimista de aquellos que ponenel acento sobre el materialismo de la concepción marxista, y sobre la dependencia, en última Instancia,

del hombre de las leyes que rigen el mundo físico y biológico y, en | general, de la evolución de nuestro planeta, tanto como sistema

|

cerrado regulado por el segundo principio de la termodinámica

como considerándolo parte integrante de un no menos irreversible,

aunque remoto, cataclismo cósmico. Sebastiano 'Timpanaro expresé

su punto de vista con gran claridad, apoyándose en los escritos de

Engels y en particular en sus previsiones acerca del inevitable fin del reinado del hombre: “la polémica historicista contra el «hombre en

general», muy justa en cuanto niega que ciertas características histó-

rico-sociales como la propiedad privada o la división en clases sean propias de la humanidad en general, se equivoca cuando no tiene en Cuenta el hecho de que el hombre como ser biológico, dotado de una

cierta (no ilimitada) adaptabilidad al ambiente externo y de ciertos / impulsos a la actividad y a la búsqueda de la felicidad, sujeto a la

vejez y a la muerte, no es una construcción abstracta ni es tampoco nuestro antecesor prehistórico, algo así como una especie de pitecan-

tropus ya hoy superado por el hombre histórico-social, sino que existe todavía en cada uno de nosotros y con toda probabilidad existirá también en el futuro”.* En esas bases se apoyan los conocidos temas “leopardianos” de Timpanaro, que podríamos traducir en el concepto de inevitabilidad

de una “catástrofe” en el futuro, aunque remoto, del hombre.** Su

radical pesimismo resulta atemperado por la consideración de que “en

comparación al ritmo evolutivo de la estructura económico-social (y

de los hechos superestructurales por ella determinados), la naturaleza, incluido el hombre como ser biológico, también cambia, como

nos ha enseñado el evolucionismo, pero con un ritmo inmensamente más lento y gradual: esta naturaleza aún verde, marcha / por tan

largos caminos / que parece siempre quieta, dice Leopardi”.** Pero por otro lado no hay que dejar de considerar que la trasformación comunista de la sociedad a escala mundial, en conexión con eventuales y futuros recursos de la ciencia y de la tecnología, pueda

dilatar, ya que no propiamente anular del todo, el fin del hombre:

Bajo este aspecto, el célebre lema gramsciano es válido como apego 2

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Ñ ?

É

LA RELACIÓN HOMBRE-NATURALEZA DESPUES DE ENGELS

1es

Aa pesimismo (cosmocéntrico) _de la inteligencia junto al irrenunciable optimismo (antropocéntrico) dela voluntad racional y de la

lucha consciente para la defensa hombre y no de otro hipotético y afirmación del hombre, de este tecnológico o biológico que lo haya sustituido. Y, bajo el mismo aspecto, debe ser considerada con legítima cautela cierta temática estructuralista que en la metafórica “muerte también del hombre” oculta quizás un análogo aunque inconsciente

presentimiento de una inminente catástrofe o una futura sustitúción

tecnológica. Sin embargo, el optimismo de la voluntad tiene un firme apoyo

científico en los actuales conocimientos de la naturaleza y la sociedad

si se dedicara a los fines más concretos e inmediatos, de una salvación del hombre de la catástrofe con que éste se amenaza a sí mismo. En esta dimensión más concreta y. cercana, la alternativa entre una posible declinación del reinado del hombre y una posible expansión

del mismo termina por coincidir con la alternativa capitálismo-comunismo, Que la crisis ecológica —observa Giovanni Berlinguer—5 se advierta hoy de forma más aguda en los Estados Unidos, es decir en la cúspide del moderno desarrollo del capitalismo monopolista mundial, no es por cierto una casualidad. Por otra parte, cualesquiera que sean los retrasos en tal campo en los países socialistas se registran los primeros pasos concretos, que no Pocos expertos y estudiosos occidentales atribuyen a Lenin y al movimiento surgido bajo el régimen soviético,** así comoa la agrobiología

soviética,* para abarcar en sus verdaderos términos y llegar a solu-

ciones en cuanto al problema del medio ambiente natural. La ecología es hoy una ciencia subversiva, dice Nebbia.* .

Y en efecto, más allá de la falsa alternativa entre catastrofismo y

triunfalismo, el “desafío ecológico” puede llegar a constituir, a escala mundial y en el terreno ideal, uno de los prodromos de nuevas exigencias unitarias para la convergencia de movimientos ela

harios escindidos y discordantes. A ellos les corresponde, en la lucha Por la supervivencia y por la expansión de la vida y de la pictdaas

lidad humana, el deber de replantear ante las más amplias masas los

temas de una crítica radical del presente que tenga eine

históricas y “planetarias”, así como nuevas revelaciones A m is objetivos de emancipación humana en la elección de los c revolucionarios de la clase obrera.

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e

Ja

NOTAS

1 K, Korsch (cfr. 71 materialismo storico, Antikautsky, Bari, 1971 de las Preocupaciones ) se b fassung, por la tenden de Kautsky, en su Die materialistische Gesc cia del capitalismo a producir la degradaci hichtsas proletariado y la destru ón física á | ——Preocupaciones que cción de Plantas y animales (0p. cit, p. 30 en nota) se sitúan en la inclinac ión kautskiana a esta Contacto entre la concep blec Pp. 31)—, y del intento ción materialista de la historia y la biología er yn (1bíd. kautskiano por encont rar el nexo constante grandes trasformaciones entre las sociales y las del medio ambiente (1bid., p, 39). la crítica al concep to de “equilibrio” en Sobre la naturaleza ya nos en el capítulo anterior hemos referido (nota 31). .* C. Luporini (cfr. “1 rapporto uomo-natura alle Rivista critica di storia origini del marxismo”, en della filosofía, núm. 2, 1955, p. 143) observa Marx y Engels, dur ante la fase de la que en Ideología alemana, indicios” del concepto de “apenas si hay una historicidad de la natu existen; tal concep rale za,si bien es cier to “permanece más to que bien en el fondo com todavía no resuelto, La o un problema hist es la que le surge de la rela oricidad de la naturaleza que en esa fase se afirma ción humana,de la relación tiene con ella”. En el mis prác mo artículo (p. 146, en nota tica que el hombre 4 la confusión que se suel ), Luporini lamenta e producir, en la interpre tación del marxismo, por efecto de la errónea incl usión del concepto de “fue rzas productivas” en el de “relaciones de producció n”. s Cfr. S. Timpanaro, Sul mat erialismo, Pisa, 1970 3 [hay edic y cfr. la reseña de V. Gerrat . en español]; ana, en Critica Marxista, núm. 2, 1971 (publicada también en Ricerche di stor ia del marxismo, Roma, 1972) en la cual se alude, entre otras cosas, a alg unos pasajes significativos de El Capital sobre la relación hombre-naturale za, De V. Somenzi, cfr. “Uomini e mac chine”, en L'uomo e la macchina. Actas del XXI Congreso Nacional de Filo sofía, v. 1, Turín, 1967. . o. £ Cfr. L. Apostel, Materiali smo dialettico e. metodo scientifico, Turín, 1968 . 5 Sobre las teorías de Klaus, cfr.

N. M. De Feo, “Cibernetica e dialettica sociale nella rivoluzione scientificotecnologica”, en Critica Marxista, núm. 4-5, 1969. * En Opere, v. 25, Roma, 1967, p. 440; [en esp. Obras Completas, v. 25, . 462]. o P 1J. Y Stalin, Materialismo dialettico e materialismo storico, sm so del partito comunista (bolscevico) delPURSS, Moscú, Ediciones en leng extranjeras, 1949, p. 128. [Hay edic. esp.] . Al discutible “realismo” de Stalin sobre el problemade la ahe ciudad (“Cierta diferencia, aunque no sustancial, existirá qee pa a causa de las diferencias en las condiciones de trabajo en la o er lap la agricultura”) se enfrenta la impaciencia “revolucionaria” con la pe oras talismo tardío reduce a su modo las diferencias entre centros a ar E industriales y actividades agrícolas, condenando al abandono la

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LAR

BLACIoN HOMBRE-NATURALEZA DESPUES DE ENGELS

4

ultivos industriales y valorizació: n Competit iva,ind

susceptible eopladsda las otras (recurriendo »

187 á

oa tracanizando

por ejempl e ma alezantes, antiparasitarios, etc., que ro; > Hatamientos químicos mes un empleo que destruye lo últimosveria auuibrio gico, Y po las cosas), y por último urbanizando tan pesadam slos del ia pecto tural de o, que habrá de envilecer a breve lapso los mi ente el territorio, agricola O no» las instalaciones. dos mediante Hemos aludido 1 Onomos, precios valoriy A inar las diferencias entre campo y ciudad, a esta forma distorsionada d entre industria y agricult . rs extraer de ¿ello la ón de due no basta con denunciar los Hass doctrinarios del av.Ge a e Ricos para replantear, como Muy justa mente lo interpreta V.

po (ce r. Ricerche di storia del Marxismo,

R 1972), el temade la superación de la división del trabajo clásicos y tradicionales; es oportuno además prefigurar en unodesus aspectos una superación de la división del trabajo que se acompañe de una determinada conservación “de las diferencias en las condiciones de trabajo en la industria y en la agricultura”

al menos en el sentido de que aquella parte de trabajo agrícola que aún no sea posible industrializar con las técnicas actuales y por tanto economizar en

los cálculos empresariales, se reparta convenientemente entre los miembros de

la colectividad, de modo que haga de él un auxilio €: Instrumento tanto para la defensa de

las bases naturales de la economía más avanzada, como para la restauración de una dimensión humana total, finalmente desalienada, sin la

cual hasta la humanidad politécnica, mencionada en el pasaje de El Capita l citado por V. Gerratana, sólo sería una conquista imperfecta. El pasaje de Stalin, arriba citado, se halla en Problemi economici del socialismo. nelURSS, Roma, 1953, pp. 40-41. [Hay edic. 3 Cfr. G. Berlinguer, Política della scienza, Roma, 1970, pp. 123-124 y 181. 9 A. Gramsci, Jl materialismo storico e la filosofia di Benedetto Croce, Turín, 1948, p. 78; [en español, A. Gramsci, El materialismo histórico y la filosofía de Benedetto Croce, Buenos Aires, Nueva Visión, 1973, p. 85).

10 Ibíd., p. 68; [p. 77].

1 A. Gramsci, Passato e presente, Turín, 1951, pp. 162-163.

12 Ibid., p. 200.

13.11 materialismo storico, cit., p. 31; [p. 37. 14 Ibíd., p. 145; (p. 153]; donde la dialecticidad de la naturaleza esreconocida como parte de la historia humana ('“también a través de la historia

de la ciencia”). 15 Ibíd., p. 31; (p. 37). Sis 1* Sobre el concepto de naturaleza en Gramsci, véase:: M. Aloisi, “La

scienza e la natura come storia”, en Societá, núm. 3, 1950,y las E Le de F. Albergamo, A. Borelli, O. Bianca y del mismo Aloisi en el núm. E

1951; A. Sabetti, “Il rapporto uomo-natura nel pensiero del a ondazione della

scienza”, en AA. VV.,, Studi gramsctani, e OL

Pp. 243-252; G. Nardone, 11 pensiero di Gramsci, Bari, 1971, ri ones

pd ss, 463 y ss, 521, en nota (conteniendo esta última otras indica

'Bliográficas sobre este tema específico). . . ital., Y Cír, Dialettica senza dogma. Marxismo e scienze mt

Turín, 1965 ; (hay ed. en esp., Dialéctica sin dogma, mas y L.Kofler, %% Cfr. Conversarione con Lukács, de W. Abendroth, H.

H. Lukács,

Madrid, trad. ital, Bari, 1968; [en español, Conversaciones AGR de loscríticos

Alianza, 1969]. En cuanto al joven Lukács, es de oade precapitalistas que, siguiendo a Morgan-Engels, consideraba a 'las soc En cierto modo, como sociedades “naturales”.

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188

MÉTODOS DE La ClBNc, EL CONCEPTO DE NATURALEZA Y LOS 4

Engels es consciente roblema del origen de la vida, tan como lo recuerda tal de Friedria períodos históricos, orde largos de la nature. Une cuure géniale A G. Cogniot (La dialectique , 34). ciencia “se VOlva, Engels, París, 1953, p. regulaciones por medio de

20 Marx pensaba que las > de la posibilidades de conservaciónsocial raciona; cada vez más indispensables y lasvez más de una construcción

anima; y su civilización dependían cada la conciencia de nuestro origen Ya en el interior de la vieja sociedad alcanzado por la especie equilibrio insuficiente del planteaba el problema y,, por ello, ( de las fuerzas productivas hi n histórica respecto a la actua: l utilización stable mediante Una conqui ndo, profu más brio equili un tar obligaba a proyec rico aparecía, en esta regulación consciente. Nuestro pasado natural e _históal de la especie que perspectiva, como una suerte de historia experiment arse en una cierta presionaba sobre el mundo presente y que luego al reflej abstracto y en | versión de eso que llamamos filosofía, planteaba en ese nivel Badaloni, la forma de una ley dialéctica, la necesidad de tal pasaje” (N. “Scienza e filosofia in Engels e Lenin”, en Lenin teorico e dirigente rivoluzionario, Cuaderno núm. 4 de Critica Marxista, 1970, p. 81); [en español, s “Ciencia y filosofía en Engels y Lenin”, en Lenin, ciencia y política, Bueno Aires, Tiempo Contemporáneo, 1973, p. 10]. Luego de mencionar la Dialéctica de la naturaleza en Engels, Badaloni prosigue así: “En efecto, en el Cc oncepto de dialéctica se resumía, por un lado, un proceso biológico e histórico desarrollado hasta entonces en gran parte en el nivel espontáneo y, por otro, se formulaba su solución racional y libre bajo la forma de una necesidad” / (1btd.) Este es “el significado más profundo de lo que Engels formula como

dialéctica” (1bíd., p. 82); [p. 11). : En un capítulo cuyo título es “La societá come esperimento biologico”, J.B.S. Haldane (Problemi della scienza, trad. ital., Milán, 1949, p. 95) luego de repetir que la sociedad es la reacción del hombre ante el crecimiento de la población, concluye que “del éxito o fracaso de las experiencias hechas sobre la organización de la vida urbana” dependerá la supervivencia de uno u otro tipo de sociedad.

21 Cfr. N. Badaloni, Marxismo come storicismo, Milán, 1962. p. 222.

22 Ibíd., p. 240. 23 Véase del mismo Badaloni, la voz Materialismo en “Filosofia”, Enciclopedia Feltrinelli-Fischer, edición a cargo de G. Preti, Milán, 1966,

p. 327. En cuanto a la problemática necesidad-posibilidad, cfr. también A con Lukács, cit., pp. 23 y 166-167; [en español, op. cit., pp. 29 y Ñ 24 Cfr. J. Monod,1! caso e la necessita. Saggio sulla filosofia della biologia contemporanea, trad. ital., Milán, 1971; [hay edic. esp.]. 25 C. Lévi-Strauss, Primitivi e civilizzati, conversaciones con G. Charbonier, Milán, 1970, pp. 55-56. [Hay edic. esp.] Sobre la no congruencia, en el hom-

bre, entre mecanismo de las mutaciones biológicas y empleo del progreso técnico, M. Cornforth se expresa de este modo: “Men do not acquire at satisfy new needs by any alteration of the organs of their bodies, but Dy acquiring new forces of production” (“Los hombres no experimentan y satis" facen las nuevas necesidades, mediante 'alguna modificación de sus órganos corporales, sino adquiriendo nuevas fuerzas productivas”) (Cr. The Oper Philosophy and the Open Society. A Reply to Dr. Karl Popper's Refutationí of Marxism, Londres, 1968, p. 28).

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|

LA RELAC

1

oN HOMBRE-NATURALEZA DESPUES DE ENGELS 189

fr. J-P Sartre, Critica della ragione dialettica, Milán, 1963; s6 Cfr. J”"* 2011: D. Verrés (cfr. “La logique du Capital”, en Les Te[hay

edición en oO arao de 197, p. 1666) habla de “rareza... prod,

Y 0co Ambiente”. modern» antes, (p. observa: hay enaturaleza, surgirá pues J. 1665), Davydov (cfr. 1l “no lavoro la del md 6,

liberta, trad. ital,, subraya la paradoja de la creciente dependencia

pp. 39-40)

1 hombre civilizado (y dominador) de la naturaleza ( dominada) y de los el ntes nuevos recursos naturales que se vuelven necesarios a la civilización, consta Monod, of. cit., p. 137.

onthlydeReview (ed. italiana, núm. 1-2, 1970, pp, 37 E pd ss, A. Marx y Engels no habrían previsto este O capitalismo.

.

yo

, a 29 F. Engels, L'evoluzione del socialismo della utopia alla scienza, Roma, 1970, p. 53 (prólogo de 1892); [en español, F. Engels, Del socialismo utópico al socialismo científico, en Obras Escogidas, Moscú, 1966, t. mn, p. 103]; y Ludwig Feuerbach e il punto d'approdo della filosofia clasica tedesca, Roma, 1969, p. 47; [en español, F. Engels, Ludwig Feuerbach y el fin de la filosofía clásica alemana, en Obras Escogidas, cit., 1, p. 380]. so Por lo demás, Marx y Engels afirman, refiriéndose a los jóvenes hegelianos, que la función de la ideología que profesan es la de “interpretar de otro modo lo existente, es decir, de reconocerlo por medio de otra interpretación [...] Los ideólogos [...] son, en realidad, los perfectos conservadores” (cfr. L'ideologia tedesca, en Opere, Roma, 1972, v. v, p. 16; la cursiva es nuestra) ; [La ideología alemana, Montevideo, 1968, p. 18]. Si, tal como lo hace -L.

Goldmann (of. cit., p. 50), se confronta este pasaje con la XI tesis sobre Feuerbach (los filósofos sólo han interpretado...) se vuelve evidente que Goldmann mismo cae en un error cuando sostiene que, para Marx la filosofía

debería tomar conciencia de su inseparable carácter práctico, revolucionario o conservador, en lugar de “querer interpretar únicamente”. En efecto, vimos

que en el “querer interpretar únicamente” hay un contenido práctico de carácter conservador. Entonces el problema es, cómo en realidad dice la XI tesis, el de “cambiar al mundo”, es decir actuar en una forma revolucionaria. De modo queel criterio de la práctica invocado en la 11 tesis (la disputa en torno a que la realidad o irrealidad del pensamiento, aislado de la práctica, es un problema puramente escolástico) es el criterio de una determinada relación activa (reproductiva) con la práctica, no pasiva (interpretar-reflejar, como en las formas de la falsa conciencia) ; al mismo tiempo, sin embargo,

la práctica revolucionaria no agota la teoría (pragmatismo), sino que es solamente el momento necesario de la verificación o de la falsación: tanto para ciencia como para la filosofía científica. 31 “Per Pecologia”, en Rassegna economica, núm. 5, 1970, p. 1096. 3 Ibíd., p. 1097. 33 Así en K, Auchincloss, “The ravage environment”, en Newsweek, 26 de enero de 1970, p. 26.

.* “La crisi ecologica. Un problema di coscienza e di cultura”, en La ciuiltd catolica, 5 de diciembre 1970. . ,

. 35 Cfr. T. de Rocchi Storai, “Un'inchiesta internazionale su «L'uomo e

pambiente”, en Bollettino della societá geografica italiana, núm. 4-5, 1970,

P. 246, 30 Newsweek, cit., p. 45; (El verdadero espectro que con la polución se

Cierne sobre el futuro del hombre noes, tal vez, la extinción del Homo Sapiens

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La speranza broget tuale.

Respecto de un hombre Ambiente e societd, Turín, 1970 Pp. 19 “reemplaz tecnica, Roma, 197 1, pp, 11-33, ado”, cfr. E, Tlienkov, L'uomo ¿mo Mo

58 M. Rossi, “Fondamen an ti d'un'etica umanistic p. 227, L. Colletti Pro a”, en Logos, núm pone una tesis pareci da (en 1 marxismo e Heg 2, 196 1969, pp. 357-402) e respecto de Pico y del joven Marx. Ent y fenomenología se re ea | ubica de la naturaleza y mat el núm. 129.130, 1972, de Aut-aut (so bre Dialéct;,, | eri Cera, “Sul concetto di natalismo) en el que se puede ver, en Particul ar el ura in Engels”, 30 M. Rossi, Of. cit., p. 231, "el *0

Ibíd., p. 239.

41 Ibid., p. 276.

“2 S, Timpanaro, of. 43 Ibíd., pp. 86-87. cit., p, 22, 44 Ibíd., p. 20. 45 Cfr, .G. Berlingue r, e inquinati”, en Rinascit Política della scienza, cit., P. 140, y “In quinatori a, 10 G. Nebbia, OP. cit., 26 de Junio 1970. p. 1130. e Cfr. V. Giacomini, “Agricoltura e ambiente” , en Agricoltura, julio 73. p. 1970, 18 Op. cit., p. 115. Es inconducente, dentro de una lucha que se nutre Una conciencia crítica, la def Posición que Plantea lo que es común a todas las sociedades de clase, sin hac er distinciones, desde la anti giiedad hasta nuestros días, para acusarlas de hab er provocado la crisis ecológic sentido, a pesar de los méri tos del libro, se encuentra en a. Un ejemplo en ta] D. Paccini, L'imbroglio ecologico. L'ideologia della natura, Turín, 1972, p. 42. Véase de G. Nebbia, La morte ecologica, Bari, 197 2. Cabe recordar aquí el debate provocado por el estudio tra ducido en Italia con el título 1 limiti dello suil uppo (Milán, 1972) y la cont ribución traducida del volumen de B. Common er,1! cerchio da ciudere (The Clos ing Cercle) Milán, 1972, que aclara, con datos ciertos, que los principa les factores del desorden ecológico lo constituyen ram

as productivas de bajo costo (capital ista),

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-. DIALÉCTICA DE LA NATURALEZA Y

xI DCIAL EN EL MARXISMO DE LUKAGSOL

Examinaremos ahora el problema de la dialéctica de la naturaleza

a través de la “conversión” de un marxista que desempeñó un

] de primer plano en los desarrollos teóricos del siglo xx y que

estuvo en los orígenes de la larga “protesta” contra la dialéctica engel-

siana de la naturaleza, Comprobaremos, al mismo tiempo, que el

concepto de la naturaleza como realidad independiente, supuesto esencial de toda la reflexión de Engels, conduce no obstante a reco-

nocer un nuevo tipo de alteridad —hasta epistemológica— entre la evolución fenómenos de la naturaleza inorgánica y fenómenos de

biológica, psíquica, social (contra las muy precipitadas y simplificadas

conclusiones de Engels) ; y que, como consecuencia de esto, la posibi-

a lidad de una ciencia histórico-dialéctica de la naturaleza inorgánic

hay que considerarla interrumpida, en el presenté, como por una suerte

de (relativa y quizás temporaria) noumenicidad 'de tipo kantiano. 'a Unaspecto de la personalidad de Lukács, estrechamente ligada

es las vicisitudes históricas del movimiento comunista internacional,

el periódico surgimiento en él de conflictos entre posiciones teóricas

y de y situaciones políticas, seguidos de desconcertantes “autocríticas”

unainsistente necesidad de redefinir su propia autobiografía buscando un nuevo equilibrio entre los elementos de ruptura y los de continuidad. El drama de Lukács, claramente visible en los últimos escri-

tos, es el de un gran teórico marxista (llegado a la madurez luego

de la muerte de Lenin), al cual las condiciones objetivas y los límites subjetivos le impiden presentarse como un interlocutor activo de las direcciones políticas empeñadas en la construcción socialista de un en acto, mientras que la fundamental fidelidad al proyecto

indivisible, sobre las bases ya socialismo concebido como unidad inconcebible un “retorno” a Marx, 0 2 adquiridas, le presenta como

novo En e imponga a la clase obrera el recomienzo £x

Lenin, revolucionario' variado e la revolución, o que impulse al teórico

archipiélago de las nuevas sectas y de las nuevas utopias. lado implicaciones (lo: que co s fácil. anios, si prescindimos de las e la probid cierto) de este drama histórico individual así como de

nda problemática cuyas características se proyectan sobre cada

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AAA

192

EL CONCEPTO DE NATURALEZA Y LOS MÉTODOSDg Lg Clan %,

uno de los momentos de la muy prolífica producción teórica yd siempre digna ubicación política de Lukács, es posible encon, algunos temas intermitentes (o directamente constantes) Capace, ¿ , fundar a su modo, incluso a nivel de la teoría pura”, una unida P más profunda entre concepción filosófica y perspectiva política has, |

en la última y más compleja fase de la reflexión lukacsiana, En e

búsqueda similar, quizás encuentre una justificación más válida | incluso en el aspecto metodológico, el paso atrás dado porcasi todo | los escritos y estudios más recientes sobre Lukács, que borran ul

producción del período estaliniano para reencontrar el Lukács q,

Historia y conciencia de clase. Cualesquiera que sean las razona | subjetivas de esta elección, en la moderna cultura italiana de izquier. da, la profundización de la temática de Historia y conciencia de clas H

y de los escritos del primer Lukács marxista tal vez conduzcaa la[| comprensión del último Lukács, teórico de la ontología y de lafí estética, mucho más y mejor de cuanto pueda' hacer la relectura de [| las obras de historia y crítica filosófica o de historia y crítica de laf literatura que se sitúan en el llamado período “estaliniano”. Enefecto, en el último Lukács, en un marco que ya hoy quiere ser decididamente materialista, reaparece la figura del teórico (del filó-|: sofo) que elabora al mismo tiempo una propuesta política; la elabora |' en tanto filósofo y a partir de la teoría, pero sobre la base del movi: mientoreal y conel intento de ofrecerla problemáticamentea éste, a discusión y verificación por el mismo. Es decir reaparece la figud que sólo el primer Lukács marxista, si bien en un marco fuertemente

condicionado por elementos de subjetivismo y de tradición idealista, había delineado parasí, tomando como modelos a Marx y Engels a Ñ la par de Luxemburgo y de Lenin. Y no sorprende queesta visión más |

integral de los objetivos conexos al ejercicio teórico resurja en el | viejo Lukács, justamente en el curso de una profundización del pro blema estético.*

]

Pero antes de ver cómo el horizonte teórico de Lukács se extiende desde la estética a la ontología para intentar un nuevo enlace con la perspectiva política, conviene considerar incidentalmente algunos límites de la presencia e influencia de Lukács en Italia, en relación con su formación intelectual y con su hegelianismo que constituye uN razón nada desdeñable de fuerza y de debilidad al mismo tiempo 2 lo largo de toda su actividad teórica.

Es sabido que en Francia la suerte que en su tiempole cupo nl

redescubrimiento de Historia y conciencia de clase nació principal

mente de supuestos culturales filosóficos y pseudofilosóficos, que term naron por destacar cierta problemática de fondo humanista y *%*

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pIALEC

Tica DE LA NATURALEZA Y DESARROLLO SOCIAL EN Lyk.4q

oy

jalista (

193

la alienación humana) existente a

2 en la obra

weción verdaderamente ambigiia* entre filosofía ycasipoo" bio el límite, y al mismo tiempo la característica consta; 53 .

de la le

n

resencia de Lukács en la cultura de izquierda rad;E «'antifilosofía” del marxismo italianoitaliana más yivaz y combates ica

a que se repare en losaños 50 y nuestro encuentro con el Lukács “estalinista”, €S decir .0crítico de la literatura e historiador de 1 z tura, ya sea que nos fijemos en los años 60 y la exitosa rapid

cs “luxemburguista” y “extremista”, o sea del soci íti o a delinear el carácter y los objetivos del ar i revolución.

'

El mismo desinterés por las bases filosóficas (y no sólo cierta

sospecha hacia el realismo político “posibilista” del viejo filósofo )

retrasa por otra parte en nuestro país el examen y la comprensión de la última fase del pensamiento de Lukács mucho más que de cualquier

otra precedente. En esta inteligencia, también el malicioso énfasis

respecto del número de citas de Hegel (“una orgía de Hegel” se

encontraría en la Estética lukacsiana) en algunas oportunidades buscaría señalar el grado de “contaminación” filosófica del marxismo lukacsiano.3 En realidad, en los últimos años, Lukács tendía a liberarse de la

carga hegeliana, sin menguar por ello la estructura filosófica de su pensamiento, acentuándolo más bien y esforzándose en conferirle un carácter científicamente más riguroso. Á este respecto el elemento dcisivo es, no ya la frecuencia de las citas de Hegel, sino la: trabajosa,

contrastante y gradual separación de una concepción (típicamente hegeliana) de la dialéctica entendida ora como “mediación” (pién-

sese en la categoría de “particularidad” y en la posición del arte en los Prolegómenos), ora como “totalización” o “totalidad” (piénsese en las vicisitudes de esta categoría desde la Teoría de la novela hasta Historia y conciencia de clase y la Estética). Es bastante probable que este último concepto estuviese un tanto en demasía impregnado de hegelianismo en el mismo Marx.* Emperoescierto que, en los ensayos

Juveniles, en Historia y conciencia de clase y en cierto sentido en las obras más recientes de Lukács, el concepto de “totalidad” asume características decididamente estético-idealistas” que pueden se comparadas con la concepción de Sartre, con un determinado a

turalismo y con algunas ideologías izquierdizantes. E incluso me cuando en sus obras más recientes, Lukács se esfuerza pa = sl Cribir y limitar el alcance de aquellas categorías, no compren ecum Mente que 1) a la noción hegeliana de “mediación” (como 5; E

datur que desafiaría, vaya a saber por qué, la lógica lorma

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—, 194

EL CONCEPTO DE NATURALEZA Y LOS METODOS DE La Cleo viene sustituir la de una relación antagónica acción o Interpenetración en desarro] : de los OPuestos, teorizada cuyo resultado es la . Mer, trasformación de cada uno de la "gel, a la noción hegeliana de “totalidad” Corresponde gramsciana y leniniana ss de hegemonía, entendida en el sentido la dominio que invierte, a partir de la conciencia, de condicionamiento una relación M material, misma conciencia, la sumisión o bien invierte, en el ámbito pera ideológica (conciencia refleja) E condiciones materiales, transformándolas en la regulación raciona] , las mismas.* " 1

gang Abendroth, Hanz

Heinz Holz y Leo Kofler * es inevitable apoyarse en algunas conjet uras que sinteticen de alg una manerael significado unitario de esas

fragmentarias anticipaciones. ¿Qué es, entonces, la “ontologí a” de Lukács? En sentido lato, es sinónimo de mét odo genético.* En este sentido “ontológico” equivale a “materia lista” y se puede hablar, según el autor,*” de una “ontología del int ercambio de mercancías”, respecto del estadio más evolucionadodel tra bajo asalariado, y Se puede afirmar la

sustancial coincidencia epistemológi de ca

la noción de un estadio anterior con la de un estrato más profundo del ser, social u otro. El interrogante alcanza a la conocida contro versia sobre la interpretación de las observaciones metodológica s de la Introducción marxiana de 185

7 y la presunta divergencia de opinión entre el Marx de ese texto y el Engels de la reseña de Contribuc ión a la crítica de la economia política (1859) a propósito del sentido de los pro cedimientos “histó-

rico” y “ló

gico”, pero sobre tal controversia nos det endremos en los últimos capítulos. En un sentido más restringido, ontología sign ifica referencia 2 estrato más elemental de la realidad materi al. Y dado que, e Lukács,*? ésta consta de tres estructur as fundamentales —la ma, nica, la orgánica y la social—, por estrato más elemental debe en la

derse el de la estructura inorgánica.!* Cuando Marx recurre 4

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A

prALÉCTICA DE LA NATURALEZA Y DESARROLLO SOCIAL EN Luk405 cualidades físicas del oro o la plata, sin cuyO soporte no sería e

1 195 posi

atribuir a esos metales las propiedades sociales de la moneda po

clara referencia ontológica lo que se observa en el texto mariano Wi Sin embargo existe una dificultad perjudicial Para un tratamiento

ontológico en sentido restringido, O sea para un examen dialéctico no indirecto de los fenómenos inorgánicos: en realidad no se da ni ontología ni tratamiento filosófico-dialéctico en general sino en

relación y. paralelamente a un enfoque historiográfico documental

de la génesis y desarrollo: del acontecimiento dado. Pero Lukács sabe

que dela materia no viviente, en el estado actual del conocimiento,es imposible trazar cualquier línea de desenvolvimiento que tenga ca-

racteres de un proceso evolutivo y no exclusivamente de un movimiento

cíclico repetitivo o repetible, a menos que se trate de fenómenos como la entropía creciente postulada por el segundo principio de la termodinámica, mas por otra parte en términos exclusivamente cuantitativos. Pero, precisamente, la “dinámica” de un objeto no es el desarrollo de sus” circunstancias. La astronomía, y la geología están aún muy lejos de convertirse en una visión “darwiniana” de los cuerpos celestes y de la evolución

terrestre. 15 Probablemente obran a modo de obstáculo para tal conversión las dimensiones más intrínsecas de las circunstancias y de los objetos inorgánicos, dimensiones inconmensurables si se llevan a la escala de las magnitudes y coordenadas apreciables en la óptica humana; los objetos y sucesos inorgánicos tienen su lugar y tiempo más apropiados, en microestructuras sincrónicas y en macroestructuras

diacrónicas, respectivamente, que por senderos opuestos trascienden la dimensión de los lugares y de los tiempos accesibles a nuestra verificación experimental. De aquí podría desprenderse la crítica al intento de Engels, quien aun comprendiendo que sólo un modelo “darwinista”

. (es decir evolutivo) del mundo natural inorgánico podría revelarnos también su estructura dialéctica, esto es diacrónica, habría cedido luego a la fácil tentación de dialectizar lo que se presenta como

repetición y comociclo (el líquido que se convierte en gas, la semilla que se trasforma en planta), o sea lo que, como la naturaleza en Hegel, no tiene historia, y de atribuir dignidad de suceso situado en Una estructura diacrónica al objeto natural, únicamente inteligible, ta ahora, dentro de estructuras sincrónicas cuanti-cualitativas. Y en efecto, ¿cómo habría podido Engels hallar en la materia inorgánica,

microestructuras” diacrónicas similares a las halladaspor Marx en las “metamorfosis” de la mercancía de su forma más simple hasta el

capital, en la misma formación ** económico-social capitalista o en el Pasaje de las formaciones precapitalistas a la capitalista, es decir en

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196

EL CONCEPTO DE NATURALEZA Y LOS MÉTODOS DE Ly Clero

(repr “|í : ima” de fe nómenos compuestos p “por encima” procesos situados ción ampliada), repetitivos o cíclicos (mercado a Y de la |

que son esencialmente cuantitativos en brí Aodide vidad

(caída

la tasa media de ganancia) ¿Cómo habría Podido, si €s cierty los tiempos de la evolución ANOFGÁBICA son tiempos largos Por

lencia y que la naturaleza

.

EAS por un camino tan largo e

parece estar siempre quieta!

.

Por otra parte, incluso la evolución de los seres humanos, NO Oh, tante desenvolverse en tiempos menos largos, no es EXPerimentabl,

como tal. Objeto de experimentación puede ser solamente la fo repetitiva y constante del fenómeno de la reproducción, Puesta en evidencia ampliamente por la genética contemporánea: “Ne y reproduit que ce qui existe. La sélection s'opére, non parmi lez possibles, mais parmi les existants” (No se reproduce sino lo que existe. La selección se realiza, no entre los posibles, sino entre los

exitentes), afirma F. Jacob.' E. P. Mazliak agrega: “Le tri des

survivants les mieux adaptés s'excerce, a posteriori, parmi les indi. vidues mutés, nés de l'accident imprévisible affectant, sans dessein, l'information inscrite sur lADN.” 1? Es decir, la evolución hasta ahora accesible a nosotros forma un todo con la conservación de los equil;. brios bio-físicos. :

Es preciso llegar hasta el hombre para que el proceso histórico-evo-

lutivo se muestre al descubierto, por así decir, como “puro” proceso

histórico-evolutivo aislado de la corteza de los mecanismosdela selec-

ción natural. Marx, como es sabido, captó este elemento diferencial,

y al mismo tiempola función heurística que adquiere lo más evolucionado para el conocimiento de lo menos evolucionado, lo condi-

cionado para el conocimiento de sus condiciones. Según Marx, ninguna

colmena u hormiguero o cualquier otra prodigiosa construcción delos

insectos y animales en general puede ser confundida con la obra de

un arquitecto, que construye primero idealmente (en ese “simulador de lo posible, se diría hoy, que es el cerebro del hombre) y luego reproduce en la práctica ese modelo ideal, operando d dessein una selección parmi les possibles, que por otra parte nos ayuda a com: prender, de modo materialista, la anterior selección parmi les existants; la anatomía del hombre, agrega Marx,es lo que nos ayuda en realidad en la comprensión de la anatomía del mono e, igualmente, en €

ámbito de la historia misma del hombre, el trabajo aparece de pl

modo más manifiesto y en su estado “puro”, como trabajo abstract

y sans phrase, en la sociedad más evolucionada comoesla capitalista de manera quesólo entonces se puede captar. la función básica en €

proceso formativo de cualquier anterior actividad humana.*

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D

/ALSCTICA DE LA NATURALEZA Y DESARROLLO soc¡AL EN LUKACS

197 Estas famosas aserciones de Marx son lo más profundo de lo de encontrar en mérito a los contenidos de una “dialéck QUese Us leza” no metafísica. En el aspecto metodológi naturale Ctica de la dimi inductivo 4 sena o OBICO, lejos de confi. urar un procedimiento inductiv o de arbitrari a generalizació Ectido a lo desconocido y del replanteo de Una visión

eb

del devenir natural, adoptan el procedimiento hipotético-dogór que es propio de todos los teoremas científicos en general, si bien ivo sentándose bajo la forma de hipótesis regresivas, por la especifica característica de las ciencias histórico-filosóficas, UNO momento E

verificación experimental se sitúa en el eje del “presente” más evito.

cionado y articulado. Por otra parte, las afirmacio nes Marxianas no esconden nada de teleolégico, antes bien “al subrayar cómo solamente a posteriori puede ser comprendidoel desarrollo superior anterior menos evolucionada, implícitamente niega de una forma todo proyecto predeterminado de la naturaleza, y el de una racionalidad interna de lo real que antecedaal proceso material de su formación externa” 22

Lukács no llega explícitamente a tales conclusio nes, que de algún modo, no obstante, se ligarían al núcleo positivo de su crítica juvenil a la Dialéctica de la naturaleza engelsiana, pero apoyándose en la Ideología alemana, donde Marx y Engels proclama n como “única

ciencia” a la historia, y sostienen la hipótesis de que si en el futuro se llegara

a descubrir la historia de la composición de la materia, habría terminado entonces la “forma eterna de la materia”, o sea su cognoscibilidad sólo en el cuadro del postulado físico-matemático galileano y newtoniano,?? comenzando su cognoscibilidad también en el marco de la dialéctica histórico-materialista marxiana y engelsiana. Pareciera perfilarse, en esta sencilla previsión, una sustancial

modificación en el significado de las fórmulas “materialismodialéctico” y “materialismo histórico”, respecto a la versión estaliniana. El

materialismo histórico ya no sería más la extensióny la aplicación

de los principios generales del materialismo dialéctico, válido Ds cualquier tipo de realidad, al terreno específico de los fenóme: ps

sociales y a la historia del hombre,sino el correcto no historiográfico de cualquier región de lo real (incluido, al Ano),

el virtual conocimiento historiográfico de la naturaleza in »ode €n tanto se sustenta en un empleo apropiado de eEspre refe-

analítico-dialécticas que en su forma abstracta consridas a los momentos centrales del desarrollo Hueco “marxista . Por tituirían el materialismo dialéctico, o bien 15 Mo cualquier resto de O tanto, se derrumbaría también Alt tomara del adhesión al modelo epistemológico que el pi adhesión al canon

vitalismo y del historicismo alemán, es decir

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« 198

EL CONCEPTO DE NATURALEZA Y LOS METODOS DE LA CIENCIA

de una rígida contraposición entre las ciencias basadas en Una pre.

sunta dualidad de contenidos (mundo natural y mundo histórico.

social) y, paralelamente, de métodos (analítico y dialéctico) 2 Cesaría la prohibición de aplicar el método de las ciencias llamadas

“naturales” (ya ahora debería decirse mejor, ciencias lo sincró. nico) a los fenómenos sociales,** aun cuando quede de un resto de

verdad en el pensamiento radical del joven Lukács y sus epígonos modernos, en tanto esa aplicación —entendidaenel sentido de enfocar los: aspectos estadísticamente repetitivos o repetibles, si no rever. sibles, de un sistema dado o de un complejo social formad o y transformado— puede ocultar una elección ideológica conserv adora, y

en el caso en cuestión el de la ideología de una “ciencia positiva ”

burguesa-capitalista como “observación” y al mismo tiempo como

“conservación” del sistema (pero la misma categoría lukácsiana de

“totalidad”, aparte de su significado metafóricamente “cuanti tativo”, ¿no destaca tal vez al sistema en su ser devenido respect o al devenir-

del-sistema?). Y se acabaría, por otra parte, el prejuicio contrar io a

la legitimidad de recurrir al método de las llamadas ciencia s ““humanas”, (que mejor debería decirse, ciencias de lo diacrón ico) para la

explicación de los fenómenos naturales, :incluso si el empleo efectivo de tal método queda como problema abierto, a causa de las limita-

ciones subjetivas que obstruyen nuestro aprendizaje experimental de la historia de la naturaleza, o del devenir de los sistemas naturales,

y Por tanto al despliegue de una filosofía dialéctica de la natural eza al pensamiento dialéctico, en tal condición y por efecto de “barreras antropológicas”, es la hipótesis, sostenida por Lenin tales en los Cuadernos filosóficos, de una correspondencia funcional de las categorías lógicas “más abstractas” del pensamiento con las estruct uras ontológicas más elementales de la materia, Pero hasta que esta hipótesis no pueda ser verificada experimentalmente, en el sentido de una reconstrucción de tipo historiográfico del devenir natural , habrá de estar expuesta a los riesgos de construcciones arbitra rias de tipo metafísico y especulativo, Limitada pues, al menos pro tempore, la ontología en su significado más restringido, o sea como consideración diacrónico-dia léctica de los proceso no puramente metafísica y especulativa. El único camino que se abre

s inorgánicos, Lukács piensa, sin embargo, que la ontología en sentido lato (es decir como sinónisemopuede aplicar de método

genético, en el ámbito de la metodología más general del materialismo dialéctico):-a:la raíz de las estructuras, inmediatamente superio res, de la vida orgánica. Sé debe destacar, a este respecto, una incongr uente

pervivencia, en el viejo Lukács, de ciertos vestigios de epistemología

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— DIALECTICA DE LA NATURALEZA Y DESARROLLO SOCIAL EN LUKACS

¡99

ositivista, por reacción a la cual surgieron el vitalismo y el historicismo alemán, y bajo cuyo influjo cayó, aunque sólo sea en algunos aspectos singulares, el materialismo dialéctico soviético, Esa perviven-

cia, en las citadas Conversaciones, queda atestiguada por un lacónico «sp del filósofo a la siguiente pregunta de H. Holz: “¿Ello significa quela ontología se sobrepone, por así decir, a las ciencias particulares a modo de ciencia básica, pudiendo de este modo penetrar también

en los resquicios abiertos entre las diversas disciplinas y asumir una función mediadora entre ellas?” 27 Vuelve a caer, de modo contradictorio, en una posición que parecía ya hoy superada: la ontología

(y en general la filosofía) vuelve a ser propuesta como “síntesis” de de las ciencias y como unión interdisciplinaria de los resquicios que

perduran aún entre las ciencias (incluidas las llamadas “naturales”) dejando en cambio de configurarse como momento abstracto de una

metodología histórico-dialéctica más vasta (las llamadas ciencias “humanas” en su alteridad metodológica pero no de contenido de las ciencias “naturales”). Es esta inseguridad lo que limita considerablemente las nuevas propuestas del filósofo y también hace muy controvertida la interpretación que hasta aquí hemos intentado dar. Pero conviene volver al problema, poco antes esbozado, de la

génesis ontológica de la vida orgánica en los límites en los que Lukács piensa poder captarla en la raíz de los procesos orgánicos y de su presumible enlace con los procesos inorgánicos. Retomando de Engels la noción de un nexo dialéctico entre necesidad y casualidad, y profundizando la temática metodológica más propiamente historiográfica del complejo categorial de conceptos de necesidad, realidad y posibilidad, extiende a la vida orgánica el concepto de un posible origen casual.** Tal vez acordándose de lo que Marx manifiesta en su tesis de doctorado sobre la Differenz der demokritischen und epikureischen Naturphilosophie,?? Lukács repite:** “El origen de la vida no es explicable sino en virtud de una casualidad singularísima.” En general, cree posible sostener la hipótesis de que el surgimiento

de una nueva estructura fundamental, como es precisamente la vida orgánica, depende no tanto de nexos deterministas necesarios, O primarios, de la estructura anterior, como de fenómenos casuales, o

secundarios, de ésta; no tanto del férreo “yugo”de las leyes Ed

turales de la realidad subyacente como del “juego” (en sentido

matemático) de sus efectos estadísticos o probabilísticos, los que

suponen ya plenamente desplegada la interacción de todas las fuerzas

estructurales de la estructura dada.* Lukács agrega, generalizado:

ser lo que se llama necesidad, en su forma histórica efectiva, debe es esto... entoncies?32 : ., 1 como una relación del tipo “sl

interpretado

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LA ClENG;, LE.ZA Y LOS METODOSDOS:DE CONCEPTO DE NATURÁ EL 200 Propia superior adopta como gic, una estructu: ra esporá un es Monod rior para infe a tur ruc También na est cia y esta, stanci ¡ erna lo que para uj necesidad int a dotar de con par , e ien erv int stancias a cun vid cir y de La to al.. casual es fru efec fectoto casu e en principio

erior!, a lo qu es de la materia y de la a post bilidad, los mec anismos Mi 4s elemental : los en s uita fort que el elemento vida misma.?** o lo manifiesta A 2 Téngase presente, Com riasodvue malteepi la cia nic io lve rgá de la or, voino o o, eriisi el cru lus infdec en de inc es! ratn orol uito d deun est ortuito fort a, , de cuya precipitación surgió la vid menudo z aa El “azar” dad más directa vida que S la >valer sus derechos, en una complici

vuelve a a v leyes de la necesidad vigentes y abundantes que . cidentes tri. , s ejemplos de “in 1i ferio: r. Lo ruc estructura e nN este emanan o e delala est y se incluyen por el mismo Monod, : viales”, , como el adoptado

Está quera de duda tipo de interferencias entre estructuras A el

después con que toda forma de vida singular tropezará antes o biológ ica) que hecho accidental (con la causa física y no solamente por un la truncará, porque la vida en general puede ser destruida entero no nico inorgá físico o mund el que ras (mient físico te inciden

puede ser destruido ni siquiera por la más destructora de las formas

de vida: por la humana) porquela irreversibilidad de la biósfera (de las mutaciones) repite de alguna manera lo enunciado en el segundo principio de la termodinámica,** y por último porque los postulados de “conservación” referidos a los sistemas de “invariancia” biológica remiten a ciertos principios básicos del mundo físico, contra toda hipótesis vitalista.3$

,

Lukács es implícitamente consciente de esta problemática, aun cuando la enfrente, al parecer, esquemáticamente y limitándose 2

analizar las implicaciones de algunas categorías lógicas modales abs-

dr do leva encuentro de Hartmann, pero también al ye tóteles), 8

A e a través de Hegel y Kant se remonta hasta Áns

- Su discurso se vuelve más concre , to, sin embargo, A cuando un aparente “ á

con salto mortal” tem . mático, pasa a conside Perspectiva política,

El salto

como unitedeque examinado más atentamente, se revela

de riesgo, de las alternatiy arta concepción leninista dela iniciativa,ali” en la realida

cadas más generales gorías

pa y de las Posibilidades revolucionarias

une exploración lógico-filosófica de las 21”

gráfico, prescindiend due presiden a cualquier pensamiento histor”

aplicarse. La vid ndode los niveles de la realidad a los que de” a orgánica, la primera estructura en la quese perfila

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DIALÉCTICA DE LA NATURALEZA Y DESARROLLO SOCIAL EN LUKACS

201

a nuestra vista un proceso “lento” de desarrollo no sólo cícli

cuantitativamente progresivo (como en la “estasis” dinámica ot mo

dinámica de los fenómenos físicos conocidos) requiere dcid Lao de nacimiento, como se decía, la intervención del azar Conmayor razón, argumenta Lukács, el socialismo no puede ser consideradoel producto automáticamente necesario del desarrollo económico e “concepción del socialismo como alternativa, contenido en el Mani. fiesto”, es la única que las “personas inteligentes” pueden aceptar. *

El socialismo aparece como una de las posibilidades o de los desenlaces que se le ofrecen la crisis del mundo capitalista, aunquees la que posee el más alto grado de probabilidad. Es una posibilidad confiada en una elección de la especie humana, que recurriendo a

una expresión de Badaloni se podría definir comola elección de una “regulación consciente de la vida”.*?

Pareciera implícito en estas formulaciones que dentro de la elección fundamental se abren otras elecciones alternativas y un nuevo abanico de modos de lo posible, de “variables” o de “vías al socialismo”. ¿De qué supuestos generales surge la posibilidad de la construcción revolucionaria? En esencia, de la afirmación teórica de la crisis y de las condiciones materiales objetivas de su superación. La teoría de la revolución se configuraba para el joven Lukács en el renacimiento delas actide la. Kultur proletaria, luego de concluida la integración

económico genevidades humanas en la Zivilisation del intercambio

A su vez la Kultur ralizado, causa y efecto de la era capitalista. en el estado Lenin) reaparecía aquí (y proletaria se identificaba “yuelco” de la superestrucy en el poder, llamados a dominar con un El último Lukács, aparte de la tura, a la economía y la sociedad. del historicismoalemán terminología típica' la de obvia eliminación la convicción a conserva expresaba, que valor y de los juicios de y delestado,

y científica del partido nista de la responsabilidad teórica “cultura” proletaria y socialista. Pero

como formas de una renovada lo demuestra, la experiencia a “antíficos delde acechanzas que, como científicos ve doss nuevas e 40 de los objetivos ; del movi-

] tido o intervienen periódicamente en el desvio estado socialista y de los objetivos teóricos del Pa nstrucción del miento, que reducen el grado de probabilidad de dar al Estado socialismo. La primera acechanza se refiere en pa jencia del estali-

socialista y testimonio ejemplar de aa midoal movimiento, y nismo. La segunda se refiere más bien al Parás otagonistas de la ¡OS hi

el ejemplo está dado porla conducta de e lo profetas de la es ns] ción intió cada vez más reciente reacción estudiantil y Su inspira

cuela de Francfort de la cualenel subordinar viejo Loa12 args a la táchica alejado. La primera consiste

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202

DELA CIENCIA Y AL CONCEPTO DE NATURALEZA Y LOS METODOS

de las del momentó (la “necesidad” general, teóricamente alada, que mn con el PSde “azar el y ales accident iones desviac posibles de la eestión del se tropieza en la práctica en el concreto itinerario el ensayo los o poder) ; la segunda consiste, para retomar

tiva a la utopía (la “posibi. de T. Perlini,% en subordinar la perspec racional a la “imposible creen.

ble del proyecto político lidad” realiza cia” de la fantasía profética y de la escatología de fondoreligioso).

nuestro Cap. vI) una La primera configura (según el esquema de al.

horizont regresión vertical; la segunda una regresión

iva Sin dudas, cuando Lukács se esfuerza en 'bosquejar una alternat r reclama de dad ingenui la en cae ón, desviaci concreta a la primera un acuerdo o combinación casi administrativa de distintas tareas entre

teóricos y políticos, entre científicos y estadistas, rebajandoel fin de la unidad orgánica, personificada por Marx, Engels y Lenin, pero ahora ya no más répetible, y llegando hasta proponer como modelo algo así. como el kennediano brain trust, institucionalizado con el fin de sustraer el momento de la “elaboración”, más que a los jefes de gobierno y a los secretarios. generales, a los burócratas del aparato estatal o partidario, es decir a aquellos que por su íntima naturaleza, agrega Lukács, son aptos solamente para. la ejecución y la “manipulación”.*" En realidad él entiende reclamar nada'más que la institu-

cionalización, en los países socialistas, de la, libertad de investigación en el campo científico, extendida a las llamadas “ciencias humanas”

y en el sentido de reserva de hipótesis teóricas alternativas para vigo-

rizar las posibilidades de la revolución. Todo'lo que de simplista se

encuentra 'en sus propuestas es imputable. ya a una reacción emotiva frente a los retrasos de las sociedades socialistas, ya al drama, que mencionamos antes, de un eminente teórico marxista siempre “negado” como interlocutor hasta «el fin: de sus días, pero ansioso de tener el

privilegio de participar: en la construcción del. socialismo en donde : ya éste se estabaconcretando. Sobre la segunda desviación, la que subordina la perspectiva a la utopía, Lukács se expresa con menos reticencia y circunspección. Perspectiva significa rigor y al mismo tiempo flexibilidad de la estruc-

aaepovila tretidad y por aro aA “tacticismo” (vimos Se Ente6lisidad histórica, posibilismo no como

sis vel teórico, la pt ción de lo contin da mc ricm de modelo estratégico universalmente

rango al E deradollh: necesario”), sino porel. contrario como reconocimiento de una diversidad en la unidad, por así decir, o lo que es lo mismo (si de la consideración de la coexistencia de lo' diverso se pasa al examen de su sucesión), de una irrepetibilidad del acontecer histórico en su especi-

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DIALECTICA DE LA NAT Ul'RALEZA Y DESARROLLO SOCIAL

EN LUKAC.Ss

203

. ismo teóri i oric ial. . E: En el fondo éste es el hist existenc ficidadTog o ad ti, Aoós Eullaxpo liat de un inadoa t; posgallic incl te sien e Y en el discurrir de utarle una ndicional.** si , ecto ón incofor i lóg ac miracies odo hisme met con planteami e “leyes eticas” Des pamente al lo que llanamente Era ta, mar ta Cier nacen de y lícito Sn las cosasdisc urrir sobre aes m no de otras”, no es“rec embargo, nL.c s” urso £1as de ; os minos de recurrencia: clas sociotérminos llan en tér positivista.. i Escl arecedor ronta tivi cas ydeEngimp lógi en tal sentido es, En els el posi bui M arx atri a co o haz rec b K ribuir carácter d de necesidad .a l a os d rso r “mod recu los de ente igui cons sión suce ducció ti n” y el promo. nod.osAlde mis éc o ca e dialécti d alternativas iabl taadas nunc vari i irre n la los s s po y dllas “consta: tantes”, en todo la iables”. “var ca mar les, entre las nive i h . es profun di marxismo de todo del indi e a 2 Pivalista. ep se mo indica el límite de las mi * . itas que sman teerse en contra las ** e de ci gen exi lei a e dad dent l fun es de cii a despart ci ón en .¡ alid pea ” (la A las espe verifica íasde oda vacir dade ida rali x ació Fal a de re es Marific de s a través cual s ica acia las fis alaj 5 ri ' histó ficacion 8 de ma ión esde Hegel su for lecc ajoasolic en lada tom.A e categorí stuo,mbraaba pes, egel, acolueg su “lásica” ter anneok minan ar, eelec! fotis elcorte a”), , E ásic ES cias A jano sta entre cien e e histórico-vitali condo ciencias “huma:

a estas últimasla el. e

, cuandoniegan de “leyes genjerales co.Y . ican el ASadofi Ísico Ri rae a las5 queque unif de “ li ns el peligro mo 1 E icis mist delcont . A aeless H enti ” ones ate zaci (“St rali ado pin gene las o ino de emod A PE ss o/mestier non era anosM ), Si deatipa potuto aveste veder tutt

implica 3 a toda tent l Lukáács maduro implica las posicion sa es del e en el primado dela mars afir de a p Pre Í to humano praxis” Uca, Err ni guna obra del pensamien que nin se olvida que sólo 4 de rci que además i sino Pr2atino arx, M l Kar de l ita Cap El Cap quee El “primado d : ca” ács como en Marx uká Luk el Ema a crít tioa emáica dst

igr ifica tanto en la praxis sign pensae la 4Pp i respecto del 1 sta de la praxis iali at ater o-m gic a tífico, oló cien ont e dad p to ori al ien y pri sam pen nto Ije del oeficacia práctica ica iemp o impl nO to; sd sea el pensamien más sistemático” “superioridad” unta pres a amb yor cuanto una e ade valor sobr de extracción espiritu loningún juicio dels alguna al activismo mente ente ión ces nsci con inco ni te repi lista ae según Lukács, os, tal activismo, oductos efímer los . Justamente nto Con sus pr en ju a e, rm qu fo as ad ied tr vidad y modelos de una soc de su producties.** E tes 2. en fu s la n ié al Itur 4 nsume tamb ; as teóricas y CU “ mo lamentadas da” sus propias energl y justamente vanguardia as id ut sc di n ta s la ad id s al re . No por casus del Lukács crítico literario de una «enfermedad del rmitente rensione

vo inte incomp cir a este moti se pueden redu

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204

LA Cleo, EL CONCEPTO DE NATURALEZA Y LOS METODOS DE ca

m;

a un sano creci reáni ¡ a siglo” que contaminaria la vicadión,a tinas con los da sus síntomas también en 5 A evelaría cultural en una rmed ad het papa de las experiencias a adquiridos, enfe “ritmo febril” y en el dad de este juicio y la misma miopía as y literarias.** La unidatera de Lukács, que no puede separarse de A

presbicia, del o embargo, advertir también aquí la ab

eS: pipon "que Lukács nos remite a los conceptos de

“posibilidad” y “realidad” en-su significado pu la vanguardia burguesa, como por otra parte, el romanticismo mp ucionario de ha ón literatura estaliniana, detiene la percepción de la correcta relaci lo o de camp el ismo parox el hasta dilata y real, lo e y entre lo posibl

posible o del arbitrio subjetivo, entendido en sentido voluntarista,'0 Y aquí se suman las consideraciones de Lukács sobre la utopía como mistificación de la perspectiva. Nos ofrece una tipología de las variantes de la utopía contemporánea en su diferencia con la utopía premarxista. La utopía contemporánea se presenta ora como tensión hacia lo imposible, bajo la divisa de fórmulas del tipo de la renovatio magna de un E. Bloch (“transformaremos la naturaleza”) o, viceversa, soñando la restauración de una naturaleza humana. originaria, de un sexualidad libre de la impronta de la civilización, etc.;*” ora como una rendición ante la proclamada imposibilidad de toda tensión (“el

mundo está tan corrompido que no tendría sentido cualquier intento p . de cambiarlo”) .*

El ludismo, en su forma moderna, asume ambas actitudes y por lo

tanto, a diferencia del ludismo de' los primeros movimientos obreros, es perfectamente “integrable”al sistema.*? Y Lukács nó excluye una

posible regresión a un neofascismo en forma inconscien te, al

modo como ocurriera en la historia reciente prontamen te olvidada ya: en

tal caso, la “integración” en el orden social presente se

cumpliría sin psico ulteriores, Esta crítica lukácsiana de la utopía no nos amt ri o desconocer,en ésta, ciertos valores de reclamo y a veces son pare movimiento pueden so “utópica” (en obliteradas el dl Para A ra e ukács es necesario que cierta carga > ; € capacidad de mover y conmover) sea Perspectiva política más realista, y que la

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LUKACS RROLLO SOCIAL EN o pIALECTICA DE LA NATURALEZA Y DESA

205

pc laoly

alores culturales que pS a de los hombres 5 orí may la a urar aseg de solamente el socialismo pue te la dlacónE lmen tota tir No se puede entonces compar ica de Lukác entre la construcción teór erte advi que a,”” atan Gerr ulo que se vínc “un político del comunismo maduro y el desenlace cciones del

radi sivo a medida que las conto” y piensa que volvía cada vez Menos inci los ritmos de largo plaz ir segu an ecí par o ent imi mov omar la densa urgente la exigencia de ret puede ser por tanto “más Pero también e”. clas de ia oria y concienc el cual, en e interrumpida trama de Hist ún seg ico, crít

rmación de otro carece de fundamento la afi pierde toda dramaticidad

posible el último Lukács, “lo

para conver-

por el contrasitada de realizarse”.” Muy uctable ninguna tirse en potencialidad nece inel a ider cons maduro no rio, se vio cómo el Lukács de la humanidad. Desde este ángulo, en es de las grandes eleccion más ferviente y famo-

con la temática, quizás aleún modose relaciona a de clase, donde se teorizaba el problemánci cie con y sa, de Historia realizar las alternativas ciencia proletaria de o objetivamente posicon la de tivo obje tico com acitada de descubrir que sólo ella esta cap radoras. libe te men sal ver uni bles ** y como

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NOTAS

70) n e do19 ), Asthetik. E Die Big, enaEstet , 1970 », 1 Cfr. G. Lukács, ica, ital. d. (tra 1963 , u a d n A o aa a a, 1972. Sobre ae kar ica ,' oasacidld, 2 vol., Rom

Po ico-sistematica de Gyórgy G.» Prestipino, , “«L'estetica stor -

ista,

núm. 1, 1971.

Lu

,

:

plari, trad. ital., il pensiero € itesti aesem po en e TanEaue "Lukécs. La vita ica literari el único cam

idera el dela crít período estaliniano. Milán, 1970, p. 21) cons con relativa libertad en. el el cual Lukács pudo moverse uita con Hegel”, tin Con : ács Luk rgy di Gyó 2 Cfr. L. Gruppi, “Il marxismo Árte e societa, do cita al acio pref el En . en La Unita, 11 de junio de 1971 o al “fracaso de mi primera tentativa com a Lukács se refiere a dicha: obr . 4 : filosófica marxista”. quien escribe, especialmente s La acusación de hegelianismo (compartida por a menudo ñ dirigida aparececa $ ra la producción no tán reciente de Lukács) ión hacia un falso blanco y oculta más bien 'el intento de liquidar la dimenssólo os, y no filosófica del marxismo en sus perfiles más auténticos y riguros las desviaciones especulativas que indebidamente coquetean con la dialéctica hegeliana y que se encuentran, aunque en medida decreciente, en las posteriores fases de la obra de Lukács. Al respecto es sintomático el que la jocosa admisión de Marx de haber coqueteado con él “modo de expresarse” hegeliano ana soradocríticos en: una censura dirigida a cualquiera Cfr, Sera.Libri, F. Valentini,11 “Omaggio a Gyórgy i p en +Paese de jusE de E 8y Lukács: Lukács: un marxista «ortodosso»”,

5 Cfr. H. Arvon, op, cit., pp. 34, 41, 62, Sobre la “totalidad”

el arte insiste Heller, ed meli autonomi dellestetica nan Trimestre, núm,A. 34, 1968.“Carattere de e in a LukácsEN * La necesidad de una similar rectificaci

|

s

os

por el de hegemonía, es la teme ore ee ES A e]L. usión del artículo citado de Gruppi, quien precisamente parte de G. . límite idealista del pensamientode Lukáos e PO ara actas dl 7 Cfr. G.E, Rusconi a A p. 52; [hay edición noE della societá, Bolonia, 2 ed. 1970,

8 Trad, ital., Bari, 1968:

edic

editora Luchterhand. Ai od, esp. Madrid, 1969, En realidad, por la casa Aaa dedicado "a Hegel (Larios el Amplio erisayo de la Ontolagio

e falsche und echte Ontologie is A

mebilicina exposición sintética titulada DieOntal oa

Toca) Ent”Denkens und Handelns (en el boletaAd leurcda, otros escrit

,

¿ Hungarian Quarterly (XII , aMel núm, 47, 1972), junto con os de y sobre Lukács, publica L, :

abour as a Model of Social Practice

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AL EN LUKACS LEZA Y DESARROLLO SOCI DIALÉCTICA DE LA NATURA

l. Exi: humous “Ontology of Socia (a chapter from the' post

207

ss

la,s, anáe. izaa 2 . MalMarku Sotn,a 1971 , , Milá Marx cs, “Lavoro e E e por último G. Luká véas scenza nel giovane La teoria della cono

14; [p. 18]. » Conversazioni con Lukács, cit., p. . 24] lp. 19; p. a 10 Ibíd., : nelP. onalitá e irrazionalitá . 11 Véase M. Godelier, Razi nRES, Milán,1970, ae eONE isi anal nelP x ale “Mar ttur que dialettica € teoria struMéxico, Siglo XXI, 1967]. Godelier señala en [hay edic. en español, cultad afirmando que ¡habría

elve la difi

pero resu smo y economía mercantil. parte de la mercancía, entr e capitáli Marx una equivalencia

22; [p. 27]. 12 Conversazioni con Lukács, cit., p. mo dialettico e metodo scientifico ialis Mater l, 13 Cfr. también L. Aposte , es sólo la referencia dialécpropio o sentid en gico, ontoló Turín, 1968, p. 38, te”. vivien no ia tica a la “matér cit., Pp. 19; [pp. 24-25]. 14 Conversazioni con Lukács, 15 Ibíd., p. 21; [pp. 26-27]. azione econoa Lenin: la categoria di «formCuadernos, de 16 Cfr. E. Sereni, “Da Marx e dirigente rivoluzionario, o teoric Lenin en »”, rnos de Pasado y mico-sociale núm. 4, 1970; [en esp., Cuade Critica Marxista, supl. al y Presente, núm. 39). “Considerazioni se repite en S. Timpanaro, 88; también 17 La expresión leopardiana tini, núm. 28. 1966, p. piacen rni Quade en de la última esp. edic. sul materialismo”, [hay 20; p. Pisa, 1970, en el libro Sul materialismo, obra]. posible diferenciación ca que versa sobre una Ejemplos de una problemátilos diversos niveles de la realidad, se encuentran della entre r, en los modos del deveni di generalitá della legge a Mare, “Sul grado a (10, 1965), ruman fie en una reseña de Calin Filozo de ta B. M. , en la Revis negazione della negazione” ones de algunos filósofos marxistas, desde in, posici Vsehsveatski, T. S. Miliuj de S. donde se examinan las y inski Kaziut niveles hasta V. 'a la distinción entre Kedrov y E. Kolman ón relaci en etc., la negación) Apostol, hasta el rumano P. de por negación de O progresivo (que procegeneral, no identificable ni coexdesarrollo ascendente en iento movim y unidirecdel ntal del desarrollo finito y el nivel más elemecomo distinción entre ley alternadamen'e gante, disgre y terisivo al primero, aglutinante iento infinito, movimiento, a cional y ley del movim 58 indique, también para este último que propuesta, de , 1370) Pcit., (Apostol) ; excepto inaos porde a otr to rev juna y profunda” (rev. irreve o rsibles l tos solución “más esfumada men de ele cia sen pre vis a un de iuj ujiin, S. T. Milili en el núm. 9, del El tema es retomado,por objeto el Progresso al livello repetición cíclica. tiene

ículo que Elena Bellu en un art

1970, p. 313; de Phéredité, Paris, ant. Une histoire viv du e iqu log 18 La uer vit a expliq n trad, ital., Turín, 1971. génétique par ió ión

movimento chimico”.

cc (A La selleecc , p- 102;a (“ du vivant. núm. 4, 1971 tertor! entre los indi19 “La logique a pos a du s le, ier on Cah op érPhéredité”, en 5 afecta, sin pr es miejor adaptados desc rr de los supervivient is! rev

idos del imp viduos cambiados, nnacinscripta €n el ADN”). ació selo, la inform

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208

LA CIENCI¡A ZA Y LOS MÉTODOS DE EL CONCEPTO DE NATURALE

itica, a, Roma, , 1957, a pp. 19)1si dell'economsi a politic la critica A política 20 s para la ertian a la entale fundam a 192; Ñ+ o -26]; y, Í 5, XXI, 1964/6 (borrador) 1857-1858, Buenos Aires, Siglo .». 2a esp, Il Capitale, Jona. 47: (as cfr, cto, arquite e hombr el para lea 1 pere o, tomo 1, PEl Capital, Buenos Aires, Cartagpp. 199-200). [enesp. Marc Engels, Escritos 1963, filosofiche giovanili, Roma,, 1966, pp- e liishenden eml sien económicos varios, México bien, es pncl ng, erden mussen” Ahora der Arbeit, dass in ihr jede Bewegu hor iert w im voraus bestimmiten Zielen eldirig mientos, y el de los movi sus de uno cada que cn te de la naturaleza del trabajo irigiidos por fines determinados i an, tengan que estar dirig lo realiz cit., p. 154). etc., en, dlag Grun hen ogisc ontol a (G. Lukács, Die raneo, núm, e il marxismo”, en [1 Contempo 21 Cfr. V. Gerratana, “Darwin 20, 1959, pp. 18-19 .

22 Conversazioni con Lukdes, cit., pp. 21-22; [p. 27]. |

645. 23 J. V. Stalin, Questioni del leninismo, Roma 1952, p. 24 Cfr. A. Gramsci, Jl materialismo storico e la filosofia di B. Croce, Turín, de la historia”. 1948, p. 126: “filosofía entendida como metodología general "o meta-teoría método El materialismo dialéctico y la filosofía marxista son

(y no teoría), según M. Cornforth (The Open Philosophy and the Open

1968, Society. A Reply to Dr. Karl Popper's Refutations of Marxism, Londres, pp. 40 y 97-98). Empero, para Cornforth, se trataría del método científico aplicado al hombre. 25 Dualidad que ya Cantimori consideraba ajena al pensamiento de Marx y

Engels. Cfr. C. Vaiani, L'Abbild-theorie in Gyórgy Lukács, L'Aquila, 1971,

pp. 80-83. Según L. Lombardo-Radice (Prólogo a F. Engels, Dialettica della natura, Roma, 3, ed. 1967, p. 17), Marx piensa en dos dialécticas diferentes, en relación a la naturaleza y a la historia del hombre. La radical separación entre la dialéctica social y la de naturaleza y del conocimiento de la naturaleza, es común en Bernstein y el idealismo izquierdizante, según Ch. Glucksmann, es e la philosophie marxiste”, supl. de La Nouvelle Critique, núm. 46, ,» Pp. / ' 26 Dudas y reservas más bien acerca de la sociología empírica (y a la

confusión de la llamada relación interdisciplinaria) permanecen en cambio en Lukács también a la luz de la entrevista «de F. Ferrarotti (La Critica

Sociologica, núm. 17, 1971, p. 179). Sobre las “uniformidades”y “diferencias” entre ciencias de la naturaleza y ciencias del hombre,, Cfr. Di cf G.G. Lukács, Lukács, Die ontologischen Grundlagen, etc., cit., p. 156. 27 Conversazioni lomi con Lukács, cit., a pp. 25-26; [p. 31). 28 Cfr. fr. J.J. Monod, 1l caso e la necessiEta, Sa i lla filosofi turale deleHale contemporanea, Milán, 1971, Mónod elatos.dl.marzismo Fu E a a una variante del teleologismo ““animista” r. trad, ital., e E i i j ione del mate-tialismo storico, Florencia, pa a Á, Sabetti, Sulla fondaz 50 Conversazioni, cit., p. 23; [p. 29] $1 “Llamaremos azar al hecho de que acontecimientos aislados obedecen a c

lejas

que

es

ble > Le hasard. Son róle dans P'histoire des imposi sociótes”, enAndeno1967.b

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DIALÉCTICA DE LA NATURALECA Y DESARROLLO SOCIAL EN LUKACS

209

N

s2 Conversazioni, cit., p. 23; [p. 29]. p. 45: 33 Cfr. J. Monod, of. cit.,

tar “ i de los Ae primerosprincipios. Es un Piles ?), sin embargo “el más aun Y principios”. “compatible con los primeros lo invariante yr ermj conservado y reproducido por el mecanismo de transformado en dey “concomitancia” 1” (p. 85);; el azar es un97 efecto n, regla, regla, necesidad” orden, y el ejemplo sp p. (cfr. temporal entre dos series deterministas véase A. Sducerotta Pamag que mata a un transeúnte). En cambio

marxisme”, n. 158, 1971, de La Pensée), quien reduce el azar a los el: pd

(p. 54), y J. Cimutta, “La dialectique du hasard et de la

de discontinuidad nécesité dans l'évolution”, en Sciences et marxisme-leninisme, núm 65-66, 1970-1971, de Recherches internationales d la lumiére du marxisme) quien observa un pleno acuerdo entre Engels y la biología moderna en el sentido de que la “necesidad” inherente a la selección de la especie es la resultante

de un complejo de mutaciones individuales que tiene un carácter “casual”.

Sobre el libro de Monod se ha escrito y debatido mucho, en diversos niveles también en Italia. Entre otros hán tratado del tema M. Aloisi (“11 caso e la necessita: .Monod tra Democrito e Platone”, en Rinascita - 11 Contemporaneo, della núm. 26, 1971) , A. Rossi (“Monod tra caso e necessita”, en Riforma Scuola, núm.

en 12, 1971), Laura Conti (“Esistono leggi della natura?”,

de 1970 y "del L'Unitá del 27-1-1971), y en La Stampa del 29 de noviembre ¿ programmato” y “La 11 de abril de 1971 (“Dunque l'Universo non estudiosos comunistas divinita e il caso”) de N. Abbagnano. En Francia, los Monod, en particular debatieron ampliamente los problemas planteados por los artículos de J. Critique, véase, en el núm. 42, 1971, de La Nouvelle Cazelle (“Le concept de Milhau (“Une éthique de la science”), de Ph. Jaeglé (“Entropie, inforde P. hasard et la catégorie de la contingence”), d'un biologiste”) ; en el mation, invariance”) y de J. Ninio (“RéflexionsP. Boiteau (“Une éthique de artículo el Pensée, Las de núm. 155, 1971, ; en el núm. 4, 1971, de Cahiers délibérément idéaliste: celle de J. Monod”) Roubaud (“Notes sur le hasard et la P. de artículo el communisme, du se tiende a reconocer al libro de nécessité”). En general, en estos trabajos,clausura positivista y la separación la Monod el mérito de haber superado p. 55). Se reconoce el valor de los entre ciencia y filosofía (P. Boiteau,cuando algunas hipótesis centrales pareaun resultados científicos particulares, pp. 76-17). Pero se

recientes (Zbíd., cen cuestionadas por descubrimientos silencio, en tanto que condena la ciencia al critica el agnosticismo implícito se presente comoúnico, O 5e2

ésta no pueda decirnos nada sobre unsucesoy que la mecánica SE como un suceso real (P. Roubaud, p. 88), se impugna social (J. ML LA 2 “del dinámica de algunas categoría biológicas a la desde el P e d ytécolno , a una críticael severa, Cazelle (p. 45) somete empleo que hace Monod de probabilidad, concepto matemático de es juego”, del la A relación en azar: púede hablarse de “probabilidad”, las a ajeatorias” que la en la tierra, sólo después de definir con precisión

y además, de las “pruebas Cro se decir la representación formal del aconjunto regla de tal gén de la vida, una ning rcion propo no d ani Mono A satisfacen. ; ] unicasua

ácter tomando como' hipótesis el car que la matemática re pto anula el empleo de un conce yA as” mente a “un conjunto de prueb, implícita a ek modo Sigun física . modo, la independencia” nas de otras” i i o adoptar más bie Monod hubiera debid s ista pend inde ). nota en mente total co (p. 46 tífi cien

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ODOS DELA CIENCIA

EL CONCEPTO DE NATURALEZA Y Los MET

210

nto de un proceso totalmente

refiere al surgimie | surge la filosófica de contingencia, novedad del proceso rame nte ¿mite que junto con la miento ni ente naci su nuevo, pero tendría que adi en tes isten s, no preex entra encu lé Jaeg novedad desus leyes específica ctl J. 46). (Pte, eden prec tura que ofrece Monodde la reductibles a las leyes de la estru dialéctica €: n la descripción nte concepción e signa ¡una dirección del tiempo y e j : S ncie , una inco

mpgde raros y precisos incidentes” al e evolución signado, a ¿Coma su vez,PRATS por una sect > ÑN te dialécti (p- 49).

en el tiempo

poa ATINA a laléctica

corresponde un “ascenso a la ciencia exclusivamente la investigación de los que atribuye oncejici una tener en cuenta su inseparable relación con las variables: tes”,ónsin “invarian

51) de la energía como trastormación, (p. 50); J.. Ninio (p. ha, habido un tal como Crick ha hecho la hipótesis recientemaente,si, los ácidos nucleicos, teleonomía el cual la función de/las proteínas pertenecía e invariante eran inseparables (p. 33). De igual, modo,. los científicos admiten conservación vergonzante, Sin embargo, sostiene quela teleonomía de Monod es una teleología estadio en

cual la información se que en los orígenes de la vida el principio en base al

trasmite siempre del ácido nucleico a la proteína puede haber tenido una validez

totalmente limitada (p. 58).,

,

O

,

hs,

34 Ibíd.; p. 102, Pero véanse álgunas reservas sobre la posibilidad de extender

el significado del segundo principio de la: termodinámica en el artículo cit. de

ii P. Jaeglé, p. 48. 35 Cfr. J. cn op. cit., pp. nerd y:35; Indicios de teleologismo vitalista se encuentrañ verdaderamente también en el marxista R. Havemann (Dialetti senza dogma: Marxismo e sciente náturali, Turín, 1965); [enesp. Didiécticn sn Aogm cena 1967]. La selección darwiniana, por la cual “la naturaleza

dd calesa0 do ;

ine

cuanto en el todo, en el curso del desarrollo de pd individuo igual eaba evolución histórica de la vida en su totalidad [. ..) La'herericia es la trasmisión decaoi almacenada, rea en-el curáo de la anterior evolución

información misma, es resultado de la interpretación de informaciones

ta

primarias para la adaptación del individuo a su mundo circundante” (p. 54; la pra cursiva es nuestra) [en esp..p. 47 y 48h, 0,

z A con Lukács, cit. pp. 166-167; [p: 183]. gy

ditgenecirotaciosradci Pra p nde o a Flora Engel y E en Lenin, ciencia y política, BeAs1973, alt o

nen. re rm sai Kultur e nuova Kultur”, en Quaderni piacentini

Lukács,dueJbíd,, 196) no00 Pnrrroectá puro, O.fielmente Cases (cfr. “A proposito del saggio di dente ola » alo este texto luckasiano'

de 1920 al eto quid, e ¿“qui tratada ez predominantemente el árte”. Entre los

Padua, 1972ynie, traducidos, cfr. 1918-1928, (G, Lukkcs,Bari, Kommunism us la1920-1921, manipllaci ónoroe a politici giovantli, 1972. Sobre ee ontologisch pie en Grundlag de] plemic los clásicosEpigonen” Ebc6164; eingestellten ni [ec parhere poa? pull c

$9 Cfr. T. Perlini,

Utópi

as ComaeraaioneneePettva in G.SES Lukdes,,Bar,2 1968 .

As

torsión de la relación”vs Lukács, cit. pp. 120-121; .

.

Hica-cstrategí ER a en Stalin,, cfr,lr, alermásO sel además. G.Told,Ca Lukács, Cultura lla |

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ALEZA Y DESARROLLO SOCI'AL EN LUKACS pIALECTICA ESDE LA NATUR

211

“Entretien avec G: Georg Lukács: eritique e potere, Roma, 1970, pp. 138-139, y ¡avec de méthode”, en L'homme et la société,

sti on socialiste-que questi po 8, bureaucratie la An dedet

e. p. 120 [p. 120]. Y cfr. La Critica Sociologica, núm. 18, : 41 Conversazioni, ci nori 1971, pp. 93 y 100. della dialettica”

ma 42 Cfr. N. Badaloni, “Il probleanni sessanta, AL: Bole lacar a 1971, e Jl marxismo italiano degli o s históricos, cfr. H. Fleischer Merin proceso los Dray, gencia y la individualidad de W.H. ilidad” tambiélan“ficxib cfr.Sobre 8 y pássim; 93, 117-11 1970, pp.87, Bolonia cria, Bolonia, enza 20-21. pp. 1969, , ri Eiepigh : conosc isi las que se asienta:

vas en e la teoría marxista y las a ternati fra ns asi. 27 y 137 y ss. M. Cornforth, 0f. cit., pp. 2, 1971, p. 14. núm. , Utopia en ”, sistema il e «3 Cfr. “Lukács el e nuova Kultur, cit. p. 189. Sobre .e Cfr. G. Lukács, Vecchia Kultur (o de la praxis) sobre el pensaser del o primad del carácter no : jerárquico” 18, 1971, p. 95, en La Critica Sociologica, núm. miento, cír. la entrevista citada

cit., p. 149. y Die ontologischen Grundlagen,

-

197. Sobre el tecni del saggio di Lukács, cit. p. 45 Cfr. C. Cases, A proposito oducción de G. Lukács artes modernas, cfr. la intr otras las en y cine enel ma, Milán, 1965. cine l cismo su o della ragione. Discorso a G.Aristarco, Ji dissolviment

ss Cfr. H. Arvon, of.cit. 95-96. Das Prinzip Hoffnung, 165. De E. Bloch, además de en AA.VV. Marx e la 7 Cultura y poder, cit., p. los ensayos contenidos

véanse Francfort del Meno, 1959, rivoluzione, Milán, 1972

168. 48 Cultura e potere, cit. p. 88]. Análogas convicciones con Lukács, cit., p. 78 [p. e societd, 49 Ibid. y Conversazioni ado, La speranza progettuale. Amb iente equivale Maldon ual se encuentran en T. que el nihilismo proyect dirigida en afirma se (donde Turín, 1970, pp- 59-60 y pp- 99-100 (donde se asimila la revue.Jta al consenso), PP» 122-12. 3 sí misma al esteticismo) 200]. Cit., P- 182; [p. 50 Conversazioni,

208]. 51 1bíd., pp. 188-190; [p-ács ”, € n L'Unita,

12 de junio de 1971.

! . 2, 1971, s! ta Utopía, núm n ha ciós ipa ión cit, por la revi n acc ic red ant la tal o de per lo , el futuro s3 Cfr. el artícu E jo Lukács anticipa

su Luk 52 Cfr. “Domande

«El vie ade p. 13, dondese lee: ulso utópico Ear a p 2 ' perdido el íntimo impse como revisión auto! pia represa”, de uto la e tear s plan káe “Lu para n bié ¡uvenil, o sente”. ase tam

'

erios pre

Meri obj F. F. (Utopía, núm. 7, 1971).€

ó pe coscienza di classe, m 1971 (el autor se

Storia 54 Cfr. G. Lukács, la pens 20 o de Lukács). Sobre «L'évolutionla de edic. esp., México, 1969.] e et société, núm. e núm. 3L, omm L'h en ian tul Ter el artículo de N. rmente €n los aspectos del Pt asciló eschi, » ca, G. Bed a MEA G. Vac interesa particula aneo ( de ero e Il Contempor la continuidad Véase además el núm . : Li juzzi . Sobre E Ea ssmo Lukács insiste en s 5 a des me Luk New Lejt Revie, Sa o 2% Masiello, cad ¡al V. dei Ontología, M. Spinella, de clase y la k” realizada entreHistoria y conciencia is li gía del ser soci, .

16.5 . DO, 197 . , GS

ileAasando ) Bn .

ahora en una Ontolo

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CIENCIA ZA Y LOS METODOS DE LA EL CONCEPTO DE NATURALE

as en la que espero resolver algunos problemas que mearci en Ea entre necesidad equivocado en mis primeras obras, en particul

tante a de a bl mitad clase. Mi nuevo trabajo se centra en el problem causali >. alada pibloso 3 y a teleologí entre yo, digo como o y libertad, véase € e e me e entre las primeras y las últimas obras de estética, (p- 24). La recuten pp erG; Lukács a la recopilación Arte e societá la deformaci el a aya nativas históricas, en el viejo Lukács, corrige (cfr. en na eS altas sobre Kafka reprocha L. Lombardo Radice 130). P. , > són , Kundera Milan tsyn, Solzheni r Michail Bulgakoo, Aleksand

E. e 2 a pesada de Entre los trabajos más recientes sobre Lukács, cfr. aki, Storia del Parkinson, George marxismo, vol. 11, Roma, 1972, pp. 11-33, 198-209 ; G. H. R.

Georg Lukács, traducción francesa, Toulouse, 1972; P.

Lukács. The Man, his Work and his Ideas, Londres, 1970; N. Tertulian, Critica, estetica, filosofie, Bucarest, 1972 (que incluye también el artículo aparecido en L'hommeet la société, arriba citado, y acompañado de un compendioen francés del volúmen).

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AS “NATURALES?: XIL LASLACIENCI DE CIENCIA EN GENERAL ODO ,

En el prefacio al segundo libro de El Capital, Engels recurre a un ejemplo extraído de la historia de la química para explicar en qué

consiste la originalidad del descubrimiento de la plusvalía realizado

por Marx. Manifiesta que entre Marx y sus predecesores existe la

Estos, conmisma diferencia que entre Lavoisier y Priestley o Scheele.

de pruebas fiados en principio a la intuición y por tanto a una serie oxígeno. experimentales, habían conseguido producir —o sea aislar— eran incapaces de Pero, atados aún a la antigua teoría flogística, en el proceso de la explicar la intervención del oxígeno mismo algo entonces, pero (dargestellt) “producido” había Se combustión. . “descubierto” no se lo había aún del oxígeno fue Lavoisier, El auténtico descubridor (Entdecker) de la combustión revolucionaria teoría porque descubrió una: nueva flogística. De teoría la definitiva química que demolía de manera por un lado, Ricardo, y (Smith de Marx igual modo, los predecesores no habían pero plusvalía, la “producido” Rodbertus por otro) habían económico real, la producción en el proceso categoría esa comprendido las leyes de ba qué función desempeña El descubri. y por lo tanto desconocían ico nóm eco o ces pro ulterior del nos dice Engels, en el desenvolvimiento s, €s obra de Marx. Marx, miento de la plusvalía, pue de sus predecesores creyeron ver una soluió Pa la ecosólo vio un problemaallí edon ra la oa clav conceptual pa ás" habían los e ción, y descubrió la nd do í all en la bi) i en su integridad onómico entr s (o r ro ot n e e nomía capitalistasimp le fenó Ó meno ec ómico j ed o i p comprobado un Í ulo a sus a gica de un obstác be .que a e expresión ideoló scri io ac er i nes, id ns j co s ta DS a y la es l a se o do én r Refiri relación a un de ia nc eciera Epa te ar afirma la exis de la Lo eme to, la naturaleza e dencia je ob l de a za e le d ra natu nceptual : terminología co ! ya Ei e a ar, qu ae naturaleza de la er hlug un im Pr xs en a, tr es s Mu to en s. im . má n ec ás au ce dii rimentos 3 O d negada CONCeP pe ex de a id ej et está entr Al y o tra además qu pasado. Demues a un ar ul rm fo nte A automáticame

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214

ZA DE NATURALE EL CONCEPTO

y LOS METODOS DE LA CIENCIA

i Jaucen a buscari en . el ámb to en te cond d: rio habitualm ación de los tra lic con exp a la ; a; da, e teóric ise. y , parcia lmente rectifica t : . i rio una rup ura episte de : ana teoría esa f de modo que €s nec ; . cos emp íri os ez. O, dat nuevos tambitn

orasí decir, científicas: “ali : (materializada, p sadividualdades mológica

Scheele

ara que las nuevas experiencias “produ. lectual y física entre te anteriores ted cronológicamen a las nuevas Ricardo y pnira en yampañar Lavoisier, cidas”, que no obstante ser histórica s CA 4 púedan lógica y epistemológicamente o. z posterior. momento un en “descubiertas” Di polémicas

las conocidas old El argumento se relaciona con E Aaióza) sobre todo en Dialéctica 2 recurre que las (a Engels método que * de del sea o inductivo, contra los partidarios del método el sencillo mediante teoría general retendería arribar a una nueva de Una serie de datos o dato un de expediente de la extrapolación

génesis histórica y gnoseológica parciales y empíricos. La incontestable prácticas y de la expenecesidades las de partir a del conocimiento alguno el carácter modo en elimina no hombre riencia sensible del interno, o funcionamiento su en propio del procedimiento científico por lo abssea la deducción lógica y epistemológica de lo concreto tracto, de lo particular “por, lo general,. de la experiencia práctica por la hipótesis teórica, de la “aplicación tecnológica por las leyes científicas, y de la “invención” por el “descubrimiento”. El oxígeno

es un elemento entre otros, ciertamente, es un “particular”, pero su

particularidad permanece inexplicable, ;aún' después dde haber sido “producido”, si no se la extrae de su' (sin hacerla coincidir con la)

función “general” que cumple en el proceso, abstractamente configupa sE la co La plusvalía es unfenómeno particular, como _renta, el interés, etc., pero su particularidad aparece oscura y

so Se ce Es se comprende su función general en la for-

la renta, del interés, etc., mediante el proceso, abstracta-

mente considerado, de la valorización del capital,

implícitamente contea ¿agriniánad tal vez esté de un els curso dos en aa diaseEp del “círculo ps ac dario los parti discu entresurgi 1962a ] en etoabr poncrsión parto: Abd abeto y o y los sostenedores del procedimiento que ltale placa A O concreto, Desde un punto de vista genér to,

oncre sostenida por Galvdel Abs del círculo concreto-abstracto-c

la, parece fundada en verdad, pero desde el punt a Ysloo y su escue Marx y Engels adóhido :0 e vista estrictamente epistemológico (que todo científico), la única rel o enunciaciones sobre el In

de lo abs: ede Luporini? proc la que cta es prop corre segú n laación ción a por tracto a lo concreto, preta uest o, segú Inter

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LAS CIENCIAS “NATURALES” Y EL MÉTODO DE LA CIENCIA

Una última sugerencia indirecta puede surgir de las reflexiones “producengelsianas del Prefacio al segundo libro de El Capital. Si la prácuosSerrnómica utilización su también ción” del objeto y por tanto

no son una condición suficiente (y ni siquiera necesaria)" para la

elaboración de la correspondiente teoría científica, o sea si las invenlos descuciones prácticas no pueden adaptara sí de modo automático fundando brimientos teóricos, sino que siempre es la teoría la que, posible su antiguos, hace científicamente los experimentos nuevos y técnicas aplicadas a la de forma la bajo incluso segura utilización

reducindustria, entonces debe rechazarse las múltiples concepciones etc., de la cientivas, instrumentalistas, pragmático-empiriocriticistas, cia y de su relación con la práctica.

concepciones insVerificación o falsación, inducción o deducción, los principales son éstos : vistas objeti es trumentalistas o concepcion en este capítulo, examinando remos ocupa nos cuales los de emas probl y de la metodología contemalgunas tendencias de la epistemología poránea. el auténtico iniciador de la ciencia Se suele considerar a Galileo como a la rías metafísicas emparentadas moderna liberada de las seudoteo ciencia pudo a nuev la si que rgo emba sin teología. Se debe agregar (materadical diversidad de método afirmarse rápidamente con su as mism las bajo a tierr y do cielo mático y experimental), y unifican pudo vencer a la antigua metato, mien leyes, de composición y movi s en la

€n cierta medida tributaria física, sin embargo las mantuvo enido: os, O másbien de un cont enid cont os ciert de patente preferencia la nobleza O, Sl se de to mien noci reco cito precisamente, en el implí la corresponrior del objeto celeste y de infinito), del quiere, de la atracción supe ca máti mate la celeste, diente dimensión (la mecánica científico terrenal. La misma Ec to obje nica celeste, respecto de tado posible óricamente asumió la mecá de ciencia-piloto que hist entre las ciencias de la naturaleza, €s nO desde Galileo hasta Newton, científico en general, como nseca del progreso tanto una necesidad intrí

te dela do de los. protagonistas E un dato histórico y Un lega pasado. A filosofía de. del d rida auto la y n stió suge ra la i

decisiva cont misma razón, E es también, por la antigua metafísica

st

cp Preferencia , “infinito”, incluso del infinito repensado segun elda)con el adve-

o materialista: desde Bruno (o de Cusa) hasta

todas las ramas no fuese porque es do es liquidada (aunque más , cuando a amát premaculas partí las de a físic a nuev la minan nimiento de n científica se enca posibles de la investigació mismo plano. UN turamente ubicación en

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EL CONCEPTO DE NATURALEZA Y LOS METODOS DE LA CIENCIA

Este cambio radical de la mentalidad científica e si bien en conjunto con otros factores más decisivos, explica el aleja. : dei y polémicamente miento crítico (expresado a veces de forma p aradojal ett at. lor e

exasperada) con el cual muchos científicos oa ren la L cos

triunfalistas provocados porel primer descenso el homb> pon na llegando hasta incluir en su reprobación la pad misma c mr ta y su intrínseco significado científico o, para decir la a lIcotecnológico. Y sin embargo, uno de los méritos OS Unar es justamente haber demolido definitivamente, para el hombre pd ya que no para los científicos, los últimos vestigios de una mitología del “cielo” como objeto-límite de una ciencia privilegiada, y en consecuencia haberse derrumbado a sí mismá, como empresa ultraterrena, y de haber sido rápidamente redimensionada en el acto mismo de su excepcional realización como una empresa “derrotada : Porque lo “nuevo” que proporcionó a la exploración científica ulterior se reveló

ampliamente más modesto respecto a la vastedad de lo ya sabido por la ciencia teórica; y en ello radica la diferencia de las primeras

grandes exploraciones de la Edad Moderna. En efecto,se puede decir

que, mientras aquellas exploraciones tenían por finalidad sobre todo la “falsación” de hipótesis y Opiniones largamente acreditadas (y por ello tenían, como veremos, un valor epistemológico superior), la “conquista” de la Luna se sitúa en la categoría de los experimentos de “verificación” o, mejor, de aplicación y ensayo tecnológico, que tienen detrás a la verdadera y Propia teoría (por lo que aparece bastante menor como “conquista”, desde el punto de vista epistemológico). Empero la desmistificación: de la conquista de lá Luna suele presentarse bajo una perspectiva distinta: como denuncia del carácter exclusivamente instrumental

de cualquier ciencia, en el supuesto de e5ralci ciencia sólo sea una operación funcional con un y

que, en el contexto de esta sociedad, la finalidad sta por el capitali r ¡ :

Desde un

pun

:

.

PR

»

:

mentalidad”*y de figtaepistemológico, los conceptos de “instrunaturales,: han sido. : o » de €n manera especial referencia a las ciencias discutidos consecuente por Karl R. Popper, un epistemólogo n d :

logo no emasiad:O coherente eren : dE “refutaciones” del historicismo

en

sus

i conocidas

teen sus conoc queel instrumentalismo, : : ] o sea 1 y el marxismo! smo.* Advierte ante to do : 2 concepción filosóf; la cual una teoría científiba es ta p osófica de acuerdo con determinada ( a la investigac

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217

LAS CIENCIAS “NATURALES” Y EL MÉTODO DELA CIENCIA

ficción matemática para facilitar cierto cálculo), no es en modo

efectúa alguno el fin de la reflexión que la ciencia contemporánea sobre sí misma, sino al contrario, fue la del cardenal. Bellarmino la intangibilidad del obispo Berkeley, en el intento de salvaguardar de de la teología.* Reducida de tal modo a un conjunto de “reglas de hecho y cálculo”, toda ciencia termina por caer en una diferencia

aplimetodológica entre ciencia teórica, 0 ciencia “pura”, y ciencia en los también ocurre que observamos efecto, (en cada, o tecnología

de las empresas discursos de aquellos que, refiriéndose a las técnicas

su carácter espaciales, hablan de ciencia tout court, para denunciar los

en “instrumental”). Sin embargo, esa diferencia está implícita las teorías modos en que “son sometidas a control (tested)”

diferentes de cálculo.* El control y “son puestas a prueba (tried out)” las reglas mediante experide las teorías se produce en realidad exclusivamente de “verificación” como mentos cruciales que son tentativas no tanto de la cual nada se afirma de refutación, o sea de “falsación” (carente a la ulterior serie expuesta aún queda que teoría, sobre la verdad dela no postule una error su que hasta pie de intentos, o sea queda en de aproximación, y más amplia, vía en sea aunque correcta, más teoría instrumento tecnológico, en en la esfera de su aplicación) .? Todo de aplicabilidad que límites ciertos cambio, prevé intencionalmente ejemplo), pero que, por ensayo de son objeto de afirmación (a nivel

del instrumento.* una vez afirmado, no implican el rechazo o” científico en su “descubrimient del Se agrega aquí el problema el instrumento Mientras diferencia de la “invención” tecnológica. un género conocido de sucesos de predicción tecnológico implica puede ser dirigido a

y por consiguiente (como eclipses o temporales) implica auténticos a, la teoría científica predeterminad una “finalidad” “nuevos efectos (los sucesos de géneros nuevos descubrimientos * de en rigor,

puede por tanto, del físico) y la investigación teórica nohaberla encontrado

efectivare investigación ent lógica metodo brecha da muyeconoci Pór la mente. cuanto más fecunda es ul b ik Pes a eq. 5 or es el me” científica e invención técnica, sabemos Q| e útiles tanto soy o nalidad” antes de proponerse una' “fi

aplicaciones la investigación científica en sus

oy4

ráctico

su momentoteóric espacio de “desinterés” que deja alos E bién dos momentos teórico y propia de a i : se despliega la dialéctica A , que no Dart [5 Esto equivale a afirmar, junto con Einstein y

so, construcción

con Engels, a quien Popper no reconoce y no la ión a eervaciones 2. si por inducc e existe ciencia inductiva, . . : a. práctic experiencia de una teoría a partir de cierto número de la obserlas vimos como ha, lógica gnoseo n simple y preliminar funció

Ena artvidad científica propiamente dicha,

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DE NATURALEZA : EL CONCEPTO

218

4 DE LA CI'ENCI Y LOS METODOS

“soidas iadas por las teorías1 vaciones surgen de las moecnicae “finalidad” (enten.

También desde este ángu

4

ón de unafinalidad”),

icion del condiciona. como daa prin dido, a la manera kantiana, me el principio permanece firpu iana, tic 7 ira , e enn cto e ire o i e alao y del im5 ls ind A te a vidad

an a experimenta medi Pe inalidades práctica s investigación científic as prácticos que la y las fina : . práctica, coin e A todo momento a superar, a poner

nuento

finalidades que no0sean dadas 3 que no obstante laaiená paréntesis y sustituir con otras la empresa espacial tre paré entre es. una de , ino, precisamente encontradas (como el mismo impulso del inicial i másás allá Po teotal lo ARblótoo: a allá y € contra finalidad encontrada erío militar, de los misiles y nucleares; co! de

la

mi

E

“superan”las finalidades dela guerra biológica y de la misma estra

tegia sanitaria de los ejércitos modernos). Popper, en su polémica contra el instrumentalismo, aun oponién-

obra de dose a las corrientes empiriocriticistas, nisiquiera nombra la Lenin y más «bien, presume liquidar: en bloque al marxismo como pscudo-ciencia. Pero en cambio, más de un epistemólogo occidental reconoce el aporte fundamental del marxismo en este campo. Leo Apostel, por ejemplo, rechaza la interpretación instrumentalista del valor inherente al producto científico, en tanto sostiene que la teoría científica está en relación de isomorfismo parcial, según el criterio de un modelo cibernético, con la realidad que le corresponde;'? a la par considera el procedimiento de la ciencia comó:esencialmente deduc-

tivo,!? pero recorioce el carácter .“materialista-dialéctico” de tal epistemología filosófica objetivista .que, áfirma,'tiene en el procedimiento del feed-back, o retroacción cibernética, el “modelo” más alto para representarse, de forma esquemática y generalizada, (oLecago lei reflexión científica en su' relación con la realidad ** Ea a Hegel el mérito de haber adoptado, en una primera aproxiue n, tal esquema general de desarrollo,' válido también para el ralAO eee

y se apoya también en J. Piaget) .7

ad lora bien, ¿por qué el epistemólogo,** aun cuando no sea marxista, mite el criterio materialista dialécti o ] tulado obietivi a 1CO'0* por lo menos acepta €

postulado objetivista y la consiguiente ref j ontológica,*? : ; que 6) mardsino: oriente! eN e relerencia mientras

la tradición del “materiali smo dialéctico activo yvivaz repudia íntegramente -'y no solamente la versión

mis Solerdaa

gl

a

llamada teoría del “reflejo”?

occidental responde entonces 20 señalando una rai? Ldcal ststa(hegeli a (hegeliana) en el fondo dela tradición “materialista-dialéctica”, tal como como se vino no confiigurando a' parti la moderna filosofía soviética. Pero el le er: eTacón y

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DELA CIENCIA LAS CIENCIAS “NATURALES” Y EL METODO

219 > Ml una a occidental, o por lo menos con mayorrazón, al marxismo “re. dad derivación idealista es ennómi uelta irres s de 1 parte de él De una mis acti cia anen perm la po tiem mo al ce ortador.e índi ero

romanticismo tardío de naturalezae

historia, o de su ilusoria op

miento de Marx, se esAlfred Schmidt,” al interpretar el pensa versión engelsiana desde la con d fuerza en subrayar su incompatibilida mológicas. Polemizando con E episte es pcion conce las de o ángul el ideal de la naturaleza las raíces Bloch, reconoce en un iluminista juvenil concepción engelsiana del la en én de la utopía presente tambi naturaleza y en el naturalismo la con sin socialismo como reconciliación mpaña.” La crítica es seria, y feuerbachiano que aún la aco las premisas del intento de resolumos, embargo contiene, como vere una realidad de naturaleza en € l de concepción ción integral del concepto ente igui cons la de y ,* almente” material “ya mediada soci cia. instrumentalista de la cien ación, socialmente que para Marx la rel de te cien cons es Schmidt sustrato natural un e pon “su y naturaleza mediada, entre hombre nes sociales humanas” y lanza al Lukács cio irreductible a determina de haber adoptado una de clase la acusación a nci cie con y ia te Schmidt se inclina, de Histor tan obs no Y tualizada”.** decir tesis neohegeliana “ac fórmula de tipo kantiano, cuando hace ste), a su vez, por una rígida uraleza independiente (sabemos que exinoc nat (co éa un a ste iad exi med que te men a Marx naturaleza social

a). social de la naturalez nció U operatividad r”, Y por mos solamente la fu alismo entre UN “saber” y un” conoce oscible! du sa €n si” incogn En ¿Cómo escapar del a resucitada “co la un e: de rib ma esc as t nt id , Schm tanto al fa Feuerbach de Engelssamiento, del espíritu con la Polemizando con el pen el

ncia de la pero sólo hay cie n

ón del ser con tión «de la relaci ortancia, ya que absolutamente imp r», «espíritu» rde pie a» naturalez «se y » to mien como «pensa hoios que conceptos ación de lic exp de s pio nci pri trumentos e juntamente con los de la praxis, ins

* o cyando e surgen son productos qu an resolver no problemas, eternos, sc al es A a . los hombres bu dicionados”.”* Tal afirmación de la P s cia gen exi las históricamente conro blemas”, y a os

Po incipi se refiere a los “p iere 2 los e carpaina das to cuando se ref incluso > E sl e .s qu peronolo es tan Ya . les ura nat bi s en el ám de los fenómeno cieran verdaderos

ono ciencia sólo se recica s, condiciones histór

ncionado £ su principio me

pio con ias miidad del princi histórica ad vid ati iti rel leg y al ión igu nac tular mismo tiempo pos

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;220

MÉTODOSDE LA CIENCIA EL CONCEPTO DE , NATURALEZA Y LOS

E : anecemos en e una determinación histórica e Pia y todavía un mod

entre un “saber” (el. postu dualismo (la “determinación” kantiana).

1

A la revisión crítica no escapa la

“formulación no muy feliz” 26 de

*?

A

más

que lo materia]

eria q án la cual el elemento ideal “no es ¡ El Capital, según beza del hombre”.?” Pero el realismo

Lo,poma dala pi ; : 4 ngels

in. En En la la “filosofía de

Lenin.

a de la másingenuo se encontraría en Engels y Schmidt “todas sus afirma 29 alifimadurez” de Engels, en particular, según Schm

ciones a propósito de la naturaleza están aisladas de la praxis Viviente de los bsenlare y caen por tanto bajo la crítica, de las Tesis sobe Feuerbach”.?8 ión de 1 “Engels prescinde intencionadamente de la retroacción de los hombres sobre la naturaleza, de la presencia de esa acción recíproca

en el contexto de la naturaleza que se forma bajo el nombre de trabajo social; pero en cambio és legítimo el carácter históricamente cambiante de las necesidades para hacer de tal modo que el conoci-

miento, para apropiarse los fenómenos naturales singulares, deba

continuamente romper la unidad del contexto de la naturaleza y

volver siempre a la singular relación causal”.2* Dejemos a un lado, al menos por ahora, el pensamiento de Engels y el problema de establecer si la crítica de Schmidt no tiene algo de * cierto." Examinemos más bien la tesis de acuerdo con la cual “los enunciados relativos a la naturaleza pueden formularse y aplicarse sólo con la ayuda de categorías sociales”.Llevada a tesis significa identificar la ciencia con la actividad sus límites, esta social en cuanto tal. Si luego se borra o atenúa (como sucede a veces incluso en el libro de Schmidt) la dialéctica discriminatoria entre fuerzas productivas Y relaciones sociales de producción, entonces la ciencia podria identificarse conel trabajo productivo (como en Schmidt ), en el cual, según una irónica frase de Marx retomada hombres se comportan al mismo tiempo como por Schmidt, “los materialistas sensualistas y como idealistas subjetivos”,

¿Pero es verdad que

“los enunciados relativos a la naturaleza pueden formularse y aplicarse sólo con la ayuda de categorí

as sociales”? Schmidt debe admitir, siguiendo 2 M arx; “Mientra s las categorías económicas pierden validez con la des. tóricas que ellas expresan, las categorí aparición de las relaciones hisas lógicas en cambio, aun estando condicionadas por supuestos em Píricos humanos,

n de- uN ámbito de validez más amplio y general. Son sedimentgoza os de la especie,” *3 ¿Sólo las categorías lógicas “gozan de unhistóricos ámbito de validez más amplio y general”? Schmidt debe admitir, siguiendo al Marx de los Grundrisse, que hay categorías económicas, como la

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LAS CIENCIAS “NATURALES” Y EL MÉTODO DE LA CIENCIA ,

“e

221

Lo

las más distintas épocas de ducción". me y UeA ado te ”

$6

de determin Cuando se subraya el carácter históricamen distinguir entre _ algunos conceptos de la economía política, se debe lóel ámbito limitado al cual pueden aplicarse y su validez epistemoión terminac la o con fact ce ipso pare e desa ment no ente evid gica (que a aplicarse

do no pued de ese ciclo histórico determinado, aun cuan ica de la econoa él). Además, si la economía política (o la “crít

sino ia, debe someterse a la mía política”) quiere constituirse como cienc ciencias, en virtud de s las toda de ia ca prop lógi temo n epis ició cond dado de objetos sólo to ámbi un de o torn en utir disc e la cual se pued ciendan (lo que los tras lo ón, nici defi por mediante conceptos que, guajes”). Y, por alen “met los de a neopositivistas señalan como regl erna ciencia de la naturaleza mod la de za fuer la les ¿cuá e, otra part resivamente mediante

rse prog si no la capacidad de universaliza icándolas?**

es unif teorías que incluyan otras anterior ente el criterio de la “abstracción fici insu ce pare nos ido En este serit es decir si, en base a ella, se cal: radi ción acep determinada”, en su r las formaciones económicoaisla a ria, llega, en la ciencia de la histo procesos de transición o los de iendo sociales singulares, prescind cribir” las formación, esto'es a “circuns reduciéndolos a la antigua , como si fueran ricas histó ) ades alid glob (0 sucesivas singularidades o a lo sumo que epistemológicas cerradas otras tantas mónadas s leibnizianas, la ada món las o com jara, cada una en su interior refle Así, el materialismo de Marx sería el ,** problemática de las otras es sociales, ensu dé las modernas relacion movimiento : co tífi cien o ient ocim “con Sus leyes internas de

y en génesis, en su estructura ses Marx," lejos de buscar UNric Korsch, en su interpretación deváli ciencia e o, la de dos mpre de principios-generales-sie dad científica del materialismo is > rosi cribe drásticamente la rigu al afirmado en la«crítica de Ñ e soci de como modelo de análisis . De eaciiico , edad burguesa moderna” del o a e la mía política» de la soci n ació ncip “ema la por atribuido a Korsch on n” * y Por la e revalor las aporías que todavía lo atenacea a

de

consuno

e

pa instancia antifilosófica que €nA na stado. ¡bir drásticamente y e del superación la de análoga, otra, la al estudio de AÓrICO” de Es evidente que la preocupación d Jlavolpiana de la “absla rigurosidad científica del materialismo| Jecirlo su corolario más teoría lógica presente se relaciona Con la .

7

.p.

.

.

A

A

.

tracción determinada” y constituy, Porplema de saber

consecuente. Pero queda abierto el pro remotos supul sus lógico-filosófica no tiene también ella

si

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229

EL CONCEPTO DE NAT URALEZA Y LOS METODOS DE LA CIENCIA

s. En. otros términos, la tradición principios ontológico-filosófico en cierto aspecto del “nominalismo” 64 ismo empir del ca ológi gnose ; de su e emancipada no puede por cierto ser separada y totalmente N precisamente de Pepe anto gico, seede un correlato, no diríamos metafísico, sino concepto de lo real como absoluta “discontinuidad”, A a sin relación, de entes, que se torna luegoel correlatod Í o E y

sensualista del empirismo y del neoempirismo: de q y del “hecho” como correspondencia objetiva, hic et nunc, de las sensa-

ciones-base y de-las relativas proposiciones protocolares. Por cierto que en la Lógica comociencia positiva,” las implicaciones se hacen

discutidas, la “singularidad e del acony críticamente más mediadas y . . . . ys li ” tecer existencial se concibe al mismo tiempo como una “totalidad proyecta se y autoverificable (al, modo de la experiencia estética)

de algún modo sobre el paisaje de las otras singularidades-totalidades: porello señalamosla estética trascendental kantiana y la monadalogía, Ahora bien, un examen orientado en este sentido, debería llevar tam- bién a una confrontación entre las posiciones del empirismo crítico

y los muy diversos postulados ontológicos implícitos en las ciencias

contemporáneas (y en su concepto. de una: naturaleza: como trama universal de relaciones: de allí el espacio,cada vez mayor conquistado por la investigación interdisciplinaria).*? Unfactor histórico-cultural que está detrás del Lukács de Historia y conciencia de clase,** de Korsch y, como es obvio,: de la escuela de

Francfort y de A: Schmidt, pero también 'de Gramsci (y del posterior

renacimiento del marxismo en Italia, dentro o fuera dela proble-

mática gramsciana) es el neoidealismo en sus diversos: componentes po0 a aa epistemológicas: el alemán,

en la influencia ejerci s e Jukácsiana deénsese la “totalidad” sor is sobre la primeraidea historicista, con las consigui ed e fenomenología de Banfi)* o

UA EOr , y piteclóncima onsiguientes teorizaci Ai individual, orizaciones sobre la característica

de cada una de las e irrepetible, istóri épocas é históricas, y sobre la radical diversi a ciencia de la naturaleza y el estudio d [ree o a : . udio de la civilización ;15 idealismo' nativo, i ¡ y el neoidea e hativo, actual y crociano (ligado álti ciony. A valorización instrumentalista de e pp ia Epia a pa Traducir a le : lencia, al bergsonismo,etcétera). . nguaje marxista res Pa

tiana, beoiclentirias, O dela ciencia neokar-

significa intentar asimilar de modo criael, AA, En cienci: conceptoendeSchmid! el ¡ al concepto de “trabajo”. Jo”. Es Es bt que0 se,el observa So a Enii e A '— Objeta “para apropiarse los fenómenos naberáles ; mente romper debe contini: p la unidad del contexto de la naturaleza » y volver siemp!*

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DE LA CIENCIA ALES” Y EL METODO LAS CIENCIAS “NATUR

223

>

¡ se sal”, relación Enao z tó al Marx de los Grundris r elcau cadaEcibi iere

confi Y el e“que en eso comtoo yproc sumo deljo obje forma” de uso (por el con PRaaroa: de e

mismo) a una materia prima.

ajo, excepto por su génesis Pero la ciencia no es asimilable al trab ajo

e trab cierto); y el nexo genético entr (que no es poco por cirs y baja za) rale natu (o ria mate de e al ciencia no puede redu a

esto, porque en el nexo que no obstante constituye su supu tamente invertidos los términos ciencia y' trabajo se encuentran exac eria prima”. En efecto, mientras “mat y ajo trab e entr ción rela la de destruir la materia

como dijimos, la función específica del trabajo es, za en sí, para incorporarla a los prima, y Por lo tanto la naturale las eros, destinados a disolverse en valores de uso más o menos efím a rpor inco io, camb en cia, cien la o; ma vicisitudes incesantes del consum mis la a” prim eria “mat la a referidas en el sistema de las constantes miento (y bles usos y apunta al descubri cambiante vicisitud de sus posi ervar incontamicons (a tivo obje rial mate un a la “conservación”) de mismos inso lunar), subordinando los nado los fragmentos del suel mos equipos técnicos (o “forma de mis amente contrumentos subjetivos y los concreta, por cierto históric resulta que uso”) de su aproximación rés” inte “des .** Si luego de tal dicionada, a ese material umos, y por lo tanto extensa de usos y cons más a gam una oca se prov genera], este evento en real o l, ura nat de “destrucciones” > del objeto a” en virtud de la tic léc dia ón cci la “contradi Marx, el proceso ía ulterior es precisamente dec mo co o del desarrollo, cual, en un cierto estadi era de aplicación

de la ciencia, vale en esf a orm nsf tra se ificación tecnoo tiv ram produc aria se convierte en que de condición origin

decir una lógica de la ciencia. no provoca ning : en los marxistas, 1, a Luna cu la la r a po ón ci ha raz la Esta es e vu elo r 2 las que la cienciaa alc preocupación el hecho de dad del trabajo humano de provee ecida. ci pa ca la s erá hsrobusteatiné 5 lv antes o despué !" smos vo "M the joo atas de los hombres mi necesidades inmedi , “The proof of the pudding is els Eng ía dec el pal o mo Sl co sea Si, en comérselo], o á est n dí bu Sdo hallado [La prueba del gos de la ciencia y de la a económico de los hallaz necesario que Un pudding, e gue a resulvalidez teórica, es pues ne ota prueba del comido; y MO puede es2 eental de la exis" antes de que pueda ser ducido

tados sumamente Concre els, pudding que fue, para Engo, O

e Leverrier

. sptun calizar ewtoniana tencia del planeta Ne s He cálculo” para lo e gla “re ó Las eci abl est y

de la teoría copernicana puestos generales

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NOTAS

directa contraposic;

areció Marx. Y apareció en qn 1 “Fue entonces cuando ap: solución, Marx vio nih s donde éstos veían una aire Alí . ores eces pred desflogistizado sus s todo con de ni ba trata se o ni ción mente un problema. Vio que aquí roba no se trataba nivde la simple Comp aire Ígneo, sino de oxígeno; que

este hecho con la eter de un hecho económico corriente ni del conflicto de

o a revoluciona, justicia y la verdad moral sino de un hecho que estaba llamad . toda la economía y que daba —a quien supiera interpretarlo— la clave

comprender toda la producción capitalista” (cfr. además en pp.

21 24de

volumen 24 de las Werke, en. pp. 439-441 del vol. I de K. MancF E del Ausgewúhlte ¡Schriften in Zwei Bánden, Berlín, 1964; la traducció rd

se encuentra en las ediciones del libro 11 de El Capital la mea de

cuales apareció en Milán en 1946 al cuidado de Giuliano Pi h Tene den K. Le e Capital, Buenos Aires, Cartago, tomo II, p. 19]. e!) ; [en español

er yAU e ilil L. Althuss E. Balibar,heLegger ggere español, 160-16r.2 [en

Siglo XX1, 196S

, , Miláx Capitale Milán, Capitale

1968, pp. 155 y

En husser-Balibar, Para leer El Capital, Buenos Aires,

lló La discusi desarrocion io Fisesci Rinascilos, en el verano de 1962,y :e gussedeci lesir ón se puede

vención de E ALDAdIA de ancrooita

sofos marxistas italianos. La inter-

Eadaloni en el fascicuo del 20 de julio;ladeG,Della Volpe apareció en €

na núm. 19, forma parte ahora da E Dell mismo A el e 4 dentro

us E coma 56 E, ienza storica, edición al cuidado de 1. Ambrogio, Roma Mo: : 4 lo que respecta al métod Enil: beim (en Friedrich Engels: zúl pe lencia, en menda

1010

codi qplis. Milña, lo cor ubicacon aquellos que privilegian el to a abstrac “de-lo ocads(e con Engels, la de la ides-Hb erando, (consid función inf: ipótesis 63) iayla una ilusoria como contrar creto” titud (p. un grueso error —típico del “di a infatuación empirista, p. 181). Pero juzg

A eca Me] aplicació de la ión extríns dialE roba 0 ico— la aplicac f soviét o enidos ya dadosiamat” a porlas disciplinas científica nea nta aquelbriqueAO

ire e . el problema de un E observación es blododaede20d año Fioran

ri q sa s la conocida(eran y contradictorio a sus extremo de la filosofía (cfr 2 lórmula de Engels que cd :Hinód por lado selle fin comper” o dialéctico y los contenjd y portantola total a de las ciencias particulares y por el otro insiste en la ambigua ex

oolía (cfr. pp. 46, 52,55, 186-187), ypor tan da operación Y

ción del mundo”, o/ ales 2 toncep :

E Lares. a coo cos particu científi y copoili la obra della scniantos.chos detrad. .4 Además A la Logica. ital sob ica (ed. aleman? 1935; Viena, iy pa urín, 1970) ne e scientif ca, cléntili ación investig lógica de la

R, Por storicismo, Milán, 195Ae 1962], K. del” 3 [hay edición en RN, €s dutor de Miseria > en ]; The Open Society and 16

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MÉTODO DE LA CIENCIA Las CIENCIAS “NATURALES” Y EL

á

25

5 . esp. editorial Paid sul Enemies, Londres, 1962; [en AE óndR saci 2) [en esp. etture €],oldi gran a en idas dirig s obra Refutations trad. ital.es,Cong Paidós, 1967 pg a s Frito Conjeturas Y refutacion Open The en h and fort y marxista M. Corner's Refutations of Ma soph -a] marxismo. Le respondeel Reply to Dr. Karl Popp pon E the Open Society. A e mpresólida y original ae mentación nosie dres, 1968, con una argu reconoce a Popper sus h fort Corn as. válid nes je Sobre las teorías sociales de Ponervia . mólogo (cfr. PP- 18-19 y pássim). degli anni sessanta, Roma, 1971 ano itali ismo marx J! , en loni también N. Bada Antiseri, «Le istetemología en Popper, cfr, D. Sobre los problemas de la epis ettivitá delle scienze storiche” (en "La Critica logg e a rane empo cont ición de las mologia a 1971) y para una clara expos Sociologica, núm. 17, primaver de verificabilita”, cfr. el ensayo de E. Riverso o cipi controversias sobre “Il prin Montaleone (“A proposito di dialettica, metodo en Logos, núm. 1, 1969. C. sta di filosofia, núm. 1, 1971). impugna a Popper scientifico, sociología”, en Rivi ctica (gnoseológica) inducción-deducción, no dialé hipotético-deductivo, su desconocimiento de la a epistemológica del método resoluble por cierto en la teoríalistas de Popper. cion a scienza, Turín, 1969, de aquí las reacciones irra ofia. Problemi e scopi dell s K. Popper, Scienza € filosG. Lukács, Estetica, Turín, 1970, vol. II, pp. en 1958, ién . 14-15. Cfr. tamb erni filosofici, Milán, , en V. L Lenin, Quad amiento» $0n únicamente pens 1553-1554, y sobre todo del mas edición que las «for p. 81 (“No es exacto el uso»”). [La cita de la versión en español, que las a iente: “No es cierto sigu «medios», medios «par la es 88, p. I, XXXVII s para ser Cartago,-O. C., tomo m Gebrauch» —medio e sean «mittel», 2” E LA ClENc, y LOS METODOSD ZA LE RA TU NA CONCEPTO DE

EL f er, má16ss fu o es € ] primero y¿Ppi nión, Eo el deductiv i tre quee era Nagel, Ss s, s ro ot n t los bo al pero tambié e efuncion E de aplicaciónee idad, de Eye 26-32, y; P. cit. a n de probabil e p o ió cc du de el, o Nag om (c ca), cfr. E. atea élY deducció i n genétii ógi ca, cológi teleol amplio oo tel admitir como inductiva en sentido areciera oa NP una pe (bid, pp,

226

sostén A de probabilidad en que Popper laspruebas en términos se trata de lo en tal caso no

lama

inducción

corno y 13 3)de que (06. do e r modo, tanto Nagel Popper en la afirmación“Bachelard restringida”? De cualquie 29) concuerdan con Pteoría. cit. alguna (of. siempre Hempel sino Como empíricas presuponen nuestras observaciones moderna no como una ciencia de fenómenos, similares hayan sido nos caracteriza a la ciencia fenóme que sin buscados mento; una ciencia de efectos [...] En la ciencia moderna los ainstru encontrados antes en la experiencia. se brind para poner órganos que la inteligencia no son auxiliares, son nuevos de los sentidos, en tanto receptores fuera del circuito científico los Órganosteore ma reificado, una teoría materia. un es ard, Bachel dice mento, Un instru i filosofi, en G. Canguilhelm y lizada” (G. Canguilhelm, Gaston Bachelard e trad. ital. Milán, 1969, pp D. Lecourt, L'epistemologia di Gaston Bachelard, adversario de Popper pp. 102-103). También un epistemólogo, por lo demás ry into the como Norwood Russell Hanson (cfr. Patterns of Discovery. An Inqui 36 y 106). ¿Pero

ne que la teo! sa Conceptual Foundations of Science, Cambridge, 1958), sostie sa las observaciones (no viceversa), según un procedimiento que él llama re.

/

roductivo”, pero otros (por ej. K. Lewin) designan más sencillamente com hipotético-deductivo. Una crítica a las teorías de la inducción de J. S Mil itocotia 7 della ia della alla filosof y , J. M. Keyne> s se encuentra jen A. . Pap, Pap, 1: Introduzione ie poa Holona, 1967, El mérito de Hume, al descu: brir que la inten ende ¿ ¡ rec inductiva no es de tipo lógico, es filosofia della scienza, Milán, 1968 O A

12 Cfr, L, Apostel, Materialismo

dialettico

1

:

coreegór di dp, 08-80) habla o! uencias denkn naturn ias de consec dencia entre otwendingen y consecuenc E otive” : : nat L, Geymo dingen t, en Filosofia e filosofia d ymona 9 . fí fia della scienza (Milan, 19%

p. 93) [en esp. L. Geymonat, Filoso a y filosofía de'la ciencia, Barcelon 1966, edit, Labor, pp. 81-82] pdne que existe “correspondencia” entre 1% teorías y el dominio de las noci rgo se trata de de comundes; sin embaargo onessuerte correspondencia que obed:ece a una nat, no seíntegr e tiana pe largo de engol ley de > a refier pic según Geymo ares singul lados j postu a y i o de En j a un grupo Cc iencia, sino aración glo! Ae “comp en sucomu remas, ones tivos” e con los “campo $ Intui nes. Sobre la 1%

onectados a las noci logíd, ISI[eTIOS; temonci isiacienenciaytéepiscme real oón anP ón relaci la e sobr e ca ent écti ón dial laci tr Jare os

ae timidad de una concepci

115 y si E 136-137 [p. enida capa realista, sost un ¡som fismo funcional, aun de los SET E Parson, de

escala científicas y objetos dotes a complejos, entre teorÍ POSpEn G. Statera sE dos de logico”, La Cultura, juli $ E metodo Ssocio” o i pp. 401 y 404 e Ce entr o y conocimiento común le 67, i ate clbn la ceci de e conocimiento o e

ó E Meland s fio Lewin, cfr., el o en Rivista ci filo sas iacome psicolog qa galileiana”. 87 a en e ment Y món. 113 cial en ida espe , pad gnoseolo, 1367 temoologí uida *” y; án 34. La epistem

P. suya epistamolos: Como parte ). > Segui ogía, Milán, 1964

incl gíar. está A. Pasquinelli (cf Nuovi princi!” *

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A LAS CIENCIAS “NATURALES” Y EL METODO DE LA CIENCI

227

13 Op. cit. pp- 46 y 54.

l Aj nimo homó casiión p. 38. 1 Ibíd. e dePave ran ocaso ar del feed-back entoElrac cagu cono,cimi entre “Elemente penita ucción ampliada” (cfr. leja y de síntesis siempre más comp doin núm. 4, 1968, ofie, stintelor technice”, en Revista de Filoz » Pp. 429-431), a 15 Leo Apostel, of. cit., p. 39. 4 15 Al trabajo científico se pueden aplic: Ea ntes esespecEs ialme q j , 1968, i Milán strutturalis mo, trad. ital. r. J. Piage , % ed

A Adera Cfr. también a C.-'Lévi-Strauss

Le strutture ele ment

¡

18 pá lareosde do; Milán, 1969, especialmente las pp. 40, 51, 67, 72-73 o lo real, cfr. p. 170 modelos” como esquemas de reflejo isomórfico dee gía,..Milán 3 tural della epistemolo . «e em AsiPoy K. od Lanalisi strut ia no viviente” Apostel, el pe ,p o 4 pa ontológico es, para

“de la mater

l, Bari, 1969. 20 Cfr. L. Colletti, Il marxismo e Hege in Marx. Prólogo de L. Colletti, ra 21 A, Schmidt, Jl concetto di natu Bari, 1969. 22 Ibid., pp. 119-120. 23 Ibíd., p. 31. 24 Ibíd., p. 63. ia de lo que sucede el citado Apostol, a diferenc o énfasis en los 25 Jbíd., p. 187. También en se encuen tra un ciert soviéticos, los en 429). y en otros rumanos Gramsci: cfr. op. cit., P: hallables en Marx (y en esencialmente ideolóelementos “praxísticos” conceptos son € “idealismo” . ital. “Materia”, “materialismo” usser (al menos en Lenin e la filosofia, trad cto Alth aspe gicos también para L. za en consecuencia el fuer re se : ñol] espa en planteaMilán, 1969) [hay edición directamente «“idealista”) del precedente Lire le no ba en apriorístico (cuando como st nos presenta tal co althusseriano, miento epistemológi

. Capital y en Pour Marx. t. 1, p- 116. 28; [en esp. El Capital, P, 25 A. Schmidt, op. cit. 1956 a, Rom 1, 1, , tale Capi Il x, 27 K. Mar el juicio y el autor atenúa ej. en las p. 14]. por P- 51. En otra parte, cit. se, véa of. Schmidt, 28 A. una cita €l propio instrumentalismo, el capítulo con Con Bloch y cierra modera, en consecuencia, aun : polemiza propia pp. 116-118, donde de Enge es decir a esa relación causal e ls. cti ca de la naturaleza Dialé la écti de de la la Dial a ctic : ¡alé , en la Di t, of. Cit. P-

29 Cfr, A. Schmid

Engels ales los nexos caus arte el mismo miento de

ca ncia 1 del conoci a e ese e e trámit eratr expresiones sidera consid uraleza,con ra a veces pá noc nat , era a E gen , ] 2 y objea PE ca ié(id polémi t tiva, ión id hm nc Sc inte nin la materia, e realidad Len o Le ' n en o i eda 30 Tambié di d d» de la o única «propi la enin, Materialismo e “la : e ésta i o a i com , as, fico óf losó ambigu erialismo - ilos ria al sujeto (aunque iniento está ligado el mat ocimiento i

nuestro con entre -ropiedad” ¡ bien la de existir fuera de filosófico. 1953, p. 243), donde de empiriocriticismo, Rom€a, radójicamente la úni Sel materialismo a por .exclusión) deviene PA to de vist de e el pun teria desd prólogo,P- Xx. la maof. de ) Pas cit. ll su: comi 31 A. Schmidt, Colletti en L. én bi tam p. 107. Cr.

32 Ibid, sa Ibid, p. 116.

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. RALEZA DE NATU EL CO INCEPTO ,

228

s4 Cfr,

CIA OS DE LA CIEN Y LOS MÉT'OD

a: de las

premi

K. R.P HpE op. cit., P- 64. er Porcarácte: dde universal” >ye Según e 20" K. R./Popper,0L-

una explicación cientificadadaCe e 43). Melandri ea CÓMO para

epistemologia Contempo. Nagel (op. cit. p. 31 Y. LP redominantedoendelacohesión, de dependencia K. Lewin el m odelo ¡ “fisicalista” “aP ltísi a ASA disciplinas) de ey, ránea se debe esencialmente al ada partes (las recíproca, que muestran pl elo físico del mundo” se expresa comodecía unitario, sino también, En todos Joy ciencia” yal ron iidl sólocit. p. 41): Veinticinco siglos después

Einstein, “un belte, (E. Melandri, art.

efectos, ontológico. Widmar (“Prima e dopo Galilei”, en I! Protagora, nú,

se en la cual general una ecuación propone S 31, 1964,ge feb. e » 4)leves“Einstein del universo; la misma investigación biológica apunta gull la vida”. le] encierran todas las leye: que regulan as leyes rensiva de todas las

de una ecuación comp de 1959; natura”, en L'Unitd, 25 de julio ”; ul Vacta, “Il concetto di ar cómo también para el marxismo es ur. vislumbr enza a sobre se comicrítica “Parece gente unaque reflexión la misma posibilidad de un concepto unívoco de historia. Creo que comienza a delinearse la conciencia de que la relación

real de dicha categoría es buscada en: el surgimiento de un modo de pro. ducción, que a pesar de las crisis y las guerras asegura todavía un desarrollo relativamente continuo de las fuerzas productivas, creando con ello el referente

material de la misma categoría de, «desarrollo histórico»”. 36 Ibid. dio AA . 37 Cfr. K. Korsch, Karl Marx, Bari, 1969..:

4

ss Cfr, G, Vacca, Lukács o Korsch?, Bari, 1969, pp. 100-101. G. Della Volpe, en Logica: come 'scienza storica, 'éit. p.1276, interpreta la expresión “moderna” como sinónimo de “presente”, en el texto marxiano, y cita a Marx con la siguiente interpolación: “moderna (id est presente) societá borghese”. bispeuna análoga sustanti'icación del “presente” :en un exponente del “espí-

a eal de e A ee Novus. Saggi e frammenti, E

» P.

1):

“Al concepto

de un presente que no es pasaje,

psoeaa ZMar el .materialista histórico no puede En del presente coda única realidad O Mesel Y PR . Colletti a E. V.

ap del concreto nel Capitale di Marx, Milán,

1961, p. a stagioni e la presente e viva .. más en el espíritu: del: leopardiano “le morte

>> idealista memoria). Cfr. ta bié

Yue en el espíritu del “eterno presente” de

aludea la reseña cogiode 1039: XLIV y XLI, en nota, dond Colle e tti 3% Pp G.v: : ps o Korsch? cit. p, 123, 41 Cfr, G. Della Vol

.

A

tada con el título de Le Logica come scienza positiva, Mesina, 1950 (reedi-

a aAe epaddeMa (“Galvano Della

1ca come scienza storica,

ej

as

ssi

icidad” “ » Sobre el co, ? propio de ] solamente ¿Inetafórica al pbE Jl Volpe ees lación no e21i totali (o vida . 1057 al vitalismo, C r. otálidad ¿ Aut

Semantica dla en el fascículo (p. 77) 197, 1969 E vención (que incluye las actas de 1 esteis ica,ras sobrede «mera de 1969 le Amalfi senos citar también nuestro “La se 1 ca di Galvano Della Vol 23 Permal Permita A

olpe”). stato”, en Crítica Marxista ola di Della Volpe: fil , Múm. 4, 1971, ld: Hosofia e concezione “ de los hechos atómi

atómicos, cfr. M. Cornforth op cit x peca wittgensteiniand

ó

E

2.22» CH. pp.

65-66,

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LA CIRNCIA LAS CIENCIAS “NATURALES”, Y EL METODO DE

|

Para Della Volpe sólo lo concreto es

229

i

Aye para L. Althusser (cfr. Per Marx, trad. ital. Roma, 1967, A revolución teórica

Buenos Aires, Siglo XI, 1967, p. 153] lo concret

az, pensamiento Encue también (además de un conéreto real) un concreto de s, se debe da pa s generale nacione determi . O tracciones genéricas gíadell que ellas adelantada por la metodolo inciden en la neta obstaculización op. ), no del the avolpiana. XXXVII p. cit. , L. Colletti (prólogo a llienkov t de Marx (referid Atulecd de haber traducido como “aisladas” el gesonder mente, a las determinaciones generales), corrige con “puestas a; oda español el gesondert de Marx está traducido como “separadas”; nd EMa (borrador) Elementos fundamentales para la crítica de la economía políticaesta desvaloDe 1857-1858, Buenos Aires, Siglo XXI, 1971, p. 5. N. del T.]. la subestimación de la rización de lo abstracto-general se desprende, en Colletti,

a la intervención de un continuum procesual, que Colletti reduce

noción ra de lo real. En efecto de la razón, del. pensamiento, y no a la estructu a Engels: “No se da cuenta queel continuum es el pasaje

dirigiendo su crítica es precisamente sólo de una determinación a otra y de ésta a la primera, y no ya oposición real. Confunde así, el opuestos los de ón t rens comp , razón nto a» que hay que conocer, el pensamie «conocimiento» de la cosa con la «cos pp. XIX-XX). conelser, la razón con la materia” (Tbid., achiana, de la crítica juvenil marSobre la paternidad, en el fondo feuerb presente en los conceptos especuente xiana a la empiria vulgar subrepticiam hegelianas, cr. la introducción de C. icas) lativos (en las abstracciones genér XxxI. ologia tedesca, Roma, 1967, p. Luporini a K. Marx - F. Engels, L'ide el tema publicados en la URSS, véase sobre jos traba osos 42 Entre los numer de las ciencias”, en el “Método marxista y unidad 1968, pp- 144-160. En el de B. M. Kedrov sobre , Moscú a, epokh ism i nasa volumen celebratorio Marks (of. cit. p- 82), el materialismo histórico “ense le presenta er cambio, según W. Benjamin mente y sólo donde éste única de frenta un objeto histórico reconoce el signo de una detención mesiánica cd ctura estru : Sober mónadas, En esta chance revolucionaria [..J] una de , modo otro de Bogdanos, y pa acaecer o, dicho de

con la empiriocriticista «Vperie a sul Eh 1970 analogías de esta concepción (cfr. “La polemica con V. Strada dice de esta última, 11 Contemporaneo del 27 de po e unilinea zione, en Rinascitae la revolu guraba, así, como una serie p. 27): “La historia se confi mea Ls tura estruc a propi con una acabadas en sí, cada una1967 [en español, México, Grijalbo, aneo, , mpor 48 Trad. ital. Milán io Banfi € il pensiero conte Anton en 44 Véase el volum o hiroll a, Emili anos (Reggio in Ban convención de estudios banfi me de A erciemo

, cular el infor cura mel Pensicro di Florencia, 1969, y en parti 3, 1967, con el título en Crítica Marxista, núm. Sabetti, “Il rapporto, esai. Actas de la can Para Gramsci, véase A. Roma, 1958,P. o de (Ibid. en Studi erorr 247)ey *| Gramsci e la fondazione della scienza”, de da Roma endelos díasciensió 11-13 e ea e el concepto véase o.po T 1n particular,de rarmaci dice queel “cientific

el neo € la filosofia di "a Dilthey Y Obrero” (J] materialismo storico44) prota historicismo ale obEl dece

Pasaje en el

45 A, Schmidt (op. cit. P.influencias del his ara las

Ma

“no

a . ¡dea

hio bien se FeComPOL cursiva es en la convicción de que curso de la do, q (Jbid., Psentitas y d Alguna que constituya su unida sos Of¡gina

mismo Pero ¿norecibe él el

Mente a partir de singulares proce

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DE LA CIENG;, LEZA Y LOS METODOS EL CONCEPTO DE NATURA lismo e co cfr. ““Idealismo, rea historicismo alemán, uestra). Respecto del 1967, E de zo mar 21, . ine, núm

230

en De hom inas que Collegy En lies, de G. Rocci, struidas las págta) parecen muy bien conlect de Bergsoy : uminis (il 46 En este punto, nos o” inte del ión “destrucc espectro de un Hega al ta dedica, en su libro, a la ren enf se no allí 6): a Hegel q Lukács (op. cit. pp- 317-35 ceder alguna vez a?) (¿por qué no con mayor parte bié minología místic , sing , ter “místico” en suque la con n él, r”, tam tea derecho de “co o Horkheimer y Adorn a directamente, Comontic a del intelecto y qe blancos sobre los cuales se apunt entre crítica romá : para sumergirse en un “intercambio capitalismo” (1btd., p. 334). del la ciencia y crítica histórico-social 180 . tra) nues es iva curs (la p. cit. 47 Cfr. A. Schmidt, op. «8 Ibid., p. 65. o han contribuido concretamente 49 Sería interesante indagar de qué mod tivos

ta algunos aspectos más llama al equívoco instrumentalista y subjetivis revolucionarias de nuestro tiempo, la y vistosos de las dos teorías físicas más d. “La mecánica cuántica es uña mecánica cuántica y la teoría de la relativida os; pero los elementos mecánica estadística que se refiere a colectivos estadístic jetos mismos [...] sino los _de tales colectivos estadísticos no son lós micro-ob men de la resultados de los experimentos efectuados sobre ellos” (cfr. el resu Ip a opinión del soviético V. A. Fock, en V. Tonini, “Filosofia dell fisi URSS”, en Civiltá delle macchine, 1, 1963,): quien induciría a restable A estro distinción epistemológica entre las propiedades (los resultados) d EOonadS instrumentos (de los experimentos) y las propiedades, más o deLs eaE mismos. Hacia ellos se dirige, en doed ln E to en su dialéctica culminación en tuna investigació ta de al parapreci as en el empleo del instrumi samente, biert iedades s (inst se revelan, prop mento a rumer astrumentaledescu an da al ao) a Fisldpp a aproximailida d de elegir diversos sistemas d sE dia a la posib a la errada

que e ; bi referencia ha llevado epción de la dependencia de lo conc subjetivo”, de la dependencia del “objet : o En] reletivo dl de ale al sujeto de » observación (presentación de un Raton d de sespecto a eh D, Alexandrov, Ibídem). Sobre la epistemología soviética contemporáne “Vopros e la reseña colectiva de AA. ca Marxista véas vv. icada en Crítitica , Cfr. Además filosofi?” publ 1972 5, r fea della ialis ne mater tazio L'interpre

Milán 1972,yer acua, filosofia iagambe, Taglsupl. S. ze” cuideadole de ,alismo URRS al nú ilán, 1972; y c'r. el cuaderno nús$ scien Sul marx . 50 Cfr. F. Engels, prólogo a dl ad 4, 1972, de Crítica Marxista

E socialismo dalPutopia al elas ia inalesa de 1892 de L'eyolurio Del soc ñol, idas, tov' 43 [en p. ls, 70,Enge s escog Obraespa ífico , en M arxe 95] ico al socialismo cient , p. utóp 51 Cf . ñ r. F, Engels. Ludwig Feuerbach e il punto dPapprodo della filoso/* , Classica ted edesca, Roma, 1969, pp. 32-33, [en esp. Ibídem, en Obras escogidi' lA cif. tomo 11 p. 371], El : episodi : e ».83 pu es considerado comosignificativo también ?% Hempel C.G.

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MARXISMO COMO CIE XIL- ¡11. 2ELGOMO TEORIA POLÍTICA."

En el debate marxista del último decenio surgieron dos posiciones

contrapuestas entre sí sobre el llamado problema del estatuto de la ciencia. Podemos resumirlas en los términos siguientes:

1) la ciencia ha sido, o al menos lo es hoy, por su naturaleza, función de las relaciones sociales en tanto instrumento del dominio de

clase: la “neutralidad” de la ciencia —erigida como mito .por la

burguesía moderna y utilizada para sus fines de diversión y mistifica-

ción— es falsa no sólo en lo que se refiere a las oportunidades dela y financiación ciencia, a los objetivos que se le asignan, a los medios su intrínseco a respecto también sino acuerdan, le se ellos que, por y Sus instru-

sus conceptos estatuto epistemológico, a la organización de

está la inseparamentos propiamente cognoscitivos, establecida como entre estos instrumentos y las aplicaciones tecnológicas, ble conexión

la clase dominante; entre estos conceptos y las ideologías de

.

y mucho más 2) la. ciencia es por su naturaleza, hoy en particular, en futura, una fuerza inmediatamente productiva:

en la perspectiva condicionadosy cuanto tal, aun actuando por estímulos socialmente muy lejos S dominantes que están recibiendo órdenes de las clases de proposiciones tóricas y ollr ser “neutrales”, es por su cuerpo

realizaciones prácticas, un arma disponible para be rivales: Tejos de la enseñanza ras como lo son las fuerzas y eE primera de las dostesis

es la que

la literatura de

65

del marxismo. Pero es la que circula ampliamente disdente, y en las le atri0 grupos neomarxistas de la izquierda italiano derazóndese revisión al e intentos endencias que se remontan a Panzitri, a entr

uye una suerte de primogenitur

e uívocos qué € izquierda.? Si la ciencia 05 e, provoca segunda la tiene Sin embargo, también en el reciente P lo tanto NO Se le an influido de modo negativoproductiva la sociedad de Y , Una “fuerza inmediatamente carácter de

a la ciencia marxista o tiene en efecto, (y carácter de superestructura, ésta última a curas” dilema: Plantea un drástico todológico, ni “superestrn

puesto que no existen a negal 2 “perestructura, hacia los años 60 surgió la tendencia

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232

EL CONCEPTO DE NATURALEZA Y LOS METODOS DE LA ClENC),

la polaridad categorial marxiana entre estructura y SUPerestructura

y a teorizar una praxis reductiva, como a oa ta de

factualidad y de conciencialidad), 0 bien ate

A

posee, en rigor, rango de ciencia,sino que únicamente

se

ISta no

configura

como crítica de la sociedad, “crítica de las armas Y mesqe. Crítica militante (y efectivamente hace poco se acentuó a tendencia, que nunca desapareció del todo, a concebir el ariaComo ideología,

algo así como una mera función pragmática del conflicto social desq. el “punto de vista” del proletariado). En un capítulo anterior intentamos demostrar que, en Marx, la aplicación tecnológica de la ciencia, no lla ciencia como tal, es una

fuerza inmediatamente productiva y que la ciencia. es más bien una función superestructural directamente actuante sobre las fuerzas

productivas.

,

k

No obstante, aun en esta última fórmula no es fácil reconocer, a

primera vista, al marxismo como ciencia y por tanto evitar el surgimiento de una versión actualizada del antiguo dualismo entre ciencias naturales y ciencias sociales (claramente propuesto, por lo demás, en el sociologismo crítico de los años sesenta). Pero una vez más viene en ayuda nuestra Marx con el prólogo a la Contribución a la crítica de la economía política, en el que afirma que las “conmocion es” económico-sociales “pueden apreciarse con la exactitud propia de las ciencias naturales”. Aquí Marx no sostiene que las conmociones se pueden apreciar

con las ciencias naturales (“fisicalismo”), o sea con la reducción de la sociedad a naturaleza (como hacían, en su época, la economía

burguesa y el “darwinismo social”); afirma que = poes apreciar con la exactitud propia de las ciencias naturales, Deal. peón AJe aia superestructural, teórico-exp eri-

cluido el objeto sociedad, sus contenidos epistemológicos, ir descubre en la Fea AlEtocos Caracteres de la objetivid ad natural y que

ción) la continuación

* , sociedad (de las relaciones de produc:

(de las fuerzas Prodi

esarrollo de la historia de la naturaleza

rialismo histórico” no A Por lo demás, cuando decimos “mate-

gico empeñado en hallar exa O Otra cosa que el proyecto metodolóEn plena coherencia Jetividad y en descubrir ese desarrollo: también la eficacia práctics . Proyecto metodológico se desplies*

campo de aplicación se diea de la ciencia marxista, por cuanto

fe

de los Comunist stíngue del campo de la política (cient' as es5 tado socialist los marxistas). En efecto, mientras € a y E Polí(de Ítj ti ca de los Partidos Irectamente sobre obreros túan 1% as relaciones revolucionarlag, la ciencia funet producción para modac ificarlas

Por

Marx,, obObra más 4s dire di ctamen

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IA POLITICA gL MARXISMO COMO CIENCIA Y COMO TEOR :

233

:

. Obra sob productiva. por bre las- fuerzas productivas.O; sf fuerza pe:c ón ro. obre el 4 Yque es Obrero. (pera mediante una “directa aplicaci :ia > excelencica” que cónsiste en hacerle saber al obrero su función tecnológ tivas (como f a re las fuerzas produc rn de Sou decisiva en la producción y ent bié

ra de valores, y por consiguiente tam de trabaj2 o PIproducto ncia que lo haga, no sólo objetiva

Jusvalía) y €n darle una concie te, un rebelde a las actuales al rela: te sino tambié: n subjetivamen men ciones de producción. momento posterior de su toma de De tal modo, lo prepara pára el o a la lucha política. La lucha res su ing conciencia que será el de terior dotada de la capacidad de lítica será la dimensión teórica pos rá de ser, ante todo, el instruhab : ales obrar sobre las relaciones soci ariado como “clase para sí”, en un let mento capaz de forjar al pro a” entre las de las relaciones de “fuerz proceso en el cual el cambio € inmediatamnte, del crecimiento nuca clases ya no dependerá, úni erza de trabajo” en la producción, sino “fu mérico o cualitativo de la la organización política y POr consiguiente de dela iniciativa política, . nuevo estado. y poder del y del de la: acción aplicación práctica del de po cam pal nci pri Cuando decimos queel tituido por su impacto a científica está cons de marxismo como filosofí la fuerza de trabajo, O Por el “efecto de en e dad duc ivi pro jet sub ni, la alo re Bad sob la ptar una expresión de dominio” que, para ado baja (en el proletariado “hered: ero de citra en de pre qui ie ser una n one la conciencia de imp mula de Engels), Se filosofía”, según la fór epto no se preste a ser malentendido. nc co el cacade e átiti siones para qu ión esquemná r cl aramente toda vis ta, 2.iniciación lui exc be de se o Ante tod a concre ta, la en la experienci esta intervención, Como si, l marxismo, Como instrucción lgata de para para Engels, como al marxismo o la vu be— insustituible, sa e —s to en om (m

amsci y Lenin)e ,Un ejercicio | mismo para Grsin o llanament tanto en laLo ción distinta, la actividad política: en r ado baj tra del sificación indeingreso teoría histórica la verdad identi sm "ficacia como en el nivel deo lalugar, S€ debe evitar U a contrario. En segund

marxismo, com ia práctica del bida de esa eficac que Se, en el poder de sugasestión 1 del i 10 bsicológica, tanto ias ios lig -re ico mít uye plo, a las creenc dor era lib co, uti el poder terapé d” iou atr 1es artísticas), como en quese

la

E

Jas prácticas

, Cto, ónO Ñ erga” cuya razón , de los tabaúes delas inhibicionesLa ntificaci primer idesta pre dominante “ideas- AS e Psicoanalíticas.*por n que éstas con € sugestión,

ma Y integramente p su mis e ser teórica descansa

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234

Y LOS METODOS DE LA CIENCIA EL CONCEPTO DE NATURALEZA

naturaleza pragmática (de prácticas DAA te):

ellas, la práctica se presenta como un frt4s Y

: POsteriy;

de la componente teórica y, en tanto Se presenta E0tno Lala 88: ray,

fiesta en la conservación (potenciándolos enfáticamente) de losrige, Estado; en psicológicos adquiridos y no en su ppuontimosción, Temper rigor, la comparación con las técnicas a1d 1ucas, dedue Éstas aspiran a cierto fundamento científico, porque (de acuer 10 CON lo qu, expusimos en el capítulo anterior) sus hipótesis no son

falsables” a

nivel de un experimento ad hoc, poseyendo entonces un carácter de dudosa cientificidad. Y aquí se impone la tercera exclusión : aun dotadas de rigor

científico y en consecuencia “falsables” por definición, si las propoyj. ciones científicas de la filosofía marxista fracasan en determinada; circunstancias, no por ello es lícito identificar in toto el terreno desu eventual convalidación, o sea “falsación”, con.el campo específico de su eficacia práctico-operativa en sentido estricto, es decir con el “efecto de dominio” que consiguen o no, de vez en cuando, provocar

en el trabajador. En efecto, mientras las teorías psicoanalíticas, porlo

menosenel estado actual de las investigaciones, no pueden aspirar a

una convalidación experimental comó no sea la de “cambiante”

eficacia terapéutica sobre cada paciente, las proposiciones científicas

marxistas enfrentan, antes de cualquier impacto “terapéutico” externo, una prueba interna (de “falsedad” o no-falsedad) en el mismo campo científico-experimental, que consiste en confrontarlas con los datos de la experiencia histórica, con la “situación presente”, en primerlugar,

y a los' nuevos testimonios documentales (presentes) relativos al ad, eaund PeasCo la “situación presente”: es claro que

Pal e ds E Er he ría traer consigo un desmentido, global 0

de extracción mE ps porla ciencia histórica y an

que unay sociedad basada eoara ello como dice MA, a ciativa en la meda% ca relaciones de producción, en la —

emplear todos los recursosde1 E Exalmente pe as modernas fuerzas Producti e la moderna tecnología, es deci! es

vas sociales, según

fines igualmente social" y en .el interés gene,ral de toda la ¡ 5 La ley fundaamen ¿nta marxiana, que hace deri humanidad.* %a nuevoestadio de las fue universal. Pero ¿es indispensab] tener fe en las reg

como pretende Popper, que Ps,

escrupuloso, los mar las de un > ocedimiento científico riguros xistas se af da una posible “falsa ción” ex; en Laal 18 medios si om al Le Perimenta decir: que se afanen en sost de las hipótesis marxistas' pino ener, alentar y “mejorar” al capita”

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EL MARXISMO COMO CIENCIA Y COMO TEORIA POLITICA

235

4 ara poder conseguir una más segura verificació negativa) marxistas. Esto se eS (por vía hipótesis las de validez la de Cornforth, l edr un de como la una actitud tan absurda E obstinara para poder comprobar meto en las prácticas alquimistas que dedio a verdad o físico un de la o falsedad de las leyes químicas, - odas e de movimiento de máquinasdura el primer pin Pa con energías a la construcciónprueba más una a el fin de someter - no se trata, ¡por cierto termodinámica.* Por lo demás, si de esto dediquen se quienes marxistas”) mismos los faltan (e incluso entre

teóricos mareas a reforzar el capitalismo, hasta tal punto que lossu reemplazo! correr en a obligados sentirse qué por no tienen ación. presente del pasado En' las ciencias históricas, la experiment decir mediante la escrues uede y debe ser realizada “in negativo”, s llegados hasta nosotros monio testi los todos de ión ulosa investigac sis sobre el pasado; hipóte ras nuest r falsa (presentes) que podrían sis formuladas

que se refiera a las hipóte pero una experimentación confíe también sobre el futuro) y que se (o o mism “positiva”, es sobre el presente forma de puede realizarse sino alentados d”, verda a nuestra acción, no de estar “de parte de la tarea liberadora y decir en la convicción una de ción direc mos en la s por saber que nos move conciencia de las fuerza esa general toma de de te samen preci cipes partí o efect el somos eS

Cn sentido lato, que productivas humanas, del marxismo:

ra en su defecto, nuest científica pudiera teoría ra nuest de la racionalidad que de “falsa”, aun antes

rial , “falsada”. resultar, por tal práctica, que 206 aun a genci ndo motivo de diver E sgjancaredn o Aquí interviene un seguCornf su en orth Por puesto en evidencia da eferencia a siste-

práctica misma sería

que las brillante) polémica.* Es cierto

en ios Y cíclicos. es a largo plazo, sólo pueden formular prediccion ,, la impo” dos, estadocó

ivamente cerra esenc Pope mas definibles como relat cienias de las que como presu parte orme impliNA llo o ciert mp no es € ello Pero o ent que P plazo a largo e osibilidad de cualquier predicción ningún aconteo e > lo estacilas o cuant por la clausura, ntras ficas, filosó históricas Y 1 o eres Servamos que, M > P act car os l por estas últimas presenta

“€ 90. ; se refieren al grado dicidad. En efecto,O eX das ciertas Coria7 nario y de la periocienc ias empíricas

predicciones de las posibiles refieren 2 la -ondic se Vr iones» probabilidad de que un fenómeno se histórico-dialéctica do, a es ccion predi onalid las estaci tes, Se produzca 0 “eamp ] seg en ento ecimi acont un de que ausencia tibles con ? y por tanto son compa € pone pa "necesidad imper periodicidad. Tal como en presu en juego una como se ve, está

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x

236

Crgyp,, EL CONCEPTO DE NATURALEZA Y LOS METODOS DE LA

la puden. 2 para que suceso, sino bajo la forma: “es necesaria sea posible el suceso B”. En otros términos, dblidad de ee de que B dialéctica es unívoca sólo al declarar la a aa realice si no se realiza A. ¿Por qué tal predicción, como Predicción científica a largo plazo, no sería referible a sistemas abiertos, NO esto.

cionarios y no periódicos? Marx no “profetizó” la inevitabilidad de |, | revolución social comunista. Sólo predijo la ampAMidas de que y

cumpliera si las fuerzas productivas no hubieran alcanzado el estadio

de su desarrollo en el cual se ha impuesto el trabajador colectivo” y la ciencia ha penetrado ampliamente en la industria (prefigurando el “trabajo general”). Su conciencia de científico le _Ampedía por cierto considerar como una predicción histórico-sociológica la con.

fianza en el proletariado inglés que por cierto tiempo alimentó y

mantuvo. La historia invalidó aquella momentánea confianza, pero dio mucho más ampliamente razón a su predicción científica rigurosa y constante, porque las revoluciones llevadas a cabo en países parcial. mente industrializados y por obra de un proletariado minoritario,

apoyado por las predominantes masas campesinas, vivieron una dramática alternativa (que confirma, en el terreno de la historia experimentada, la exactitud de la “prohibición” teórica marxiana): para no sucumbir como revolución comunista (a la par de cualquier otro intento prematuro) debieron dar prioridad, mediante un esfuerzo tenaz y precario, hasta traumatizante a veces, a la necesaria recupe-

ración de las bases materiales que estaban en retraso y de las que se carecían. Las enormes dificultades derivadas de tal construcción del socialismo son un tema que está en el centro de la reflexión más apasionada de los comunistas en la. actualidad. En este sentido adquiere un significado preciso también la noción de presente histórico” como figura privilegiada en el discurso paORIEO marxista. El presente no es ni la totalidad (joven

organostesta (Alam)por siem e entiende o ynirefra ctari¡o al escan pasad ne .scándal pi A ¡A ahacia ición zado—, la factie alo>- de la trans lo irre aliico idad > a factic de lo empír como plan que agota el grueso del contenido accesible a la ciencia (1 plan q ? “rculo cob*

creto-abstracto-concreto de Della Vol 'o concreto, enel circ rimentación dela efecti ella Volpe), sino el lugar de la expe y la efectiva verificación de l a histórica, Y

por tanto también de las hi ¡ o r ren correc lo, esis tas), do (po ejemp ¡ s Precap hipót que se refie al pasa o, las las fformacione italis to proce de n un Jempl segú

de lo abstracto a lo concreto;

ES

e

ciencias naturales, la singularidad existencial del hic et nunc es el lug? de la verificación, o del : ; » del desmentido, las mismas “abstraccions sericas” de to das las leyes generales y

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EL MARXISMO COMO CIENCIA Y COMO TEORIA POLITICA 237

Experimentación, para la ciencia marxista €s sinóni mo de revolución. Y el presente, como lugar de esa experim ent

ación, es precisa.

mente el tiempo histórico de la revolución,

Es evidente, entonces, que se rá volve i bach de 1845 (“Los cedo han hecha más pa e e de diversos modos el mundo, pero de lo que se trata es dera marlo”),* sólo luego de haber reflexionado atentamente Sid

prólogo de 1859 (“los cambios materiales ocurridos en las condiciones económicas de la producción [. . .] pueden apreciarse con la exactitud ropia de las ciencias naturales”) y que incluso la relación HegelMarx sólo podrá ser comprendida confrontando estos dos textos.

Goldmamn sitúa la diferencia esencial entre hegelianismo y marxismo en el hecho de que, en Hegel, la acción no reclama un pensamiento autoconsciente, mientras que la revolución supone, para Marx, una “verdadera” toma de conciencia. El pensamiento se convierte en Marx en una condición necesaria, allí donde en Hegel era la coronación de la acción.? Con referencia a esta observación podríamos decir que en Marx, paradójicamente, se muestra más “idealista” que Hegel,”

nueva filosoel sentido de que, atribuyendo ala ciencia nueva (y a la“transformar de y materiales cambios los deber de “comprobar”

fía) el

de cuanto le concedía Hegel. Pero al mundo, concede a la razón más ias humanas deberán ser

“las cienc Goldmann, aun sosteniendo que el influjo criptoidealista de E sufre , cas” tífi cien ser para s filosófica principios de este siglaa de án historicismo alem por cuanto conser a sociología lay del cs, Luká de il concepción juven como de humanas”.

delimitación de contenido de las llamadás ciencias . ía historialo inerte” la de lugar el en ponga que basta no efecto, naturaleza la tripartición, indiscutible sin dudas, de lo sta que o rs

¿viviente” ” y lo

$

E ” rio, “consciente”. Es necesario, poara

un marxista,

us mismas bases

q Y n de las ciencias ¿ consciente” se sitúe en sus raíces “vivien teórica resario en conse»

inertes” aun en la “comprobación”

histórico-filosóficas (o de lo diacrónico), Y ne

:

:

¿

cuencia, que las mismas, juntamente con las

:

¡cen el proyecto otras, realicen ió "directa interv

Práctico de “transformar” el mundo mediante que ines 60 caso específico ] sobre la estructura de las fuerzas productivi filosofía marxista e : e tenga ?a consideramos arriba, es necesario que 239 (Gramsci) qU reli cer n

77

ido comun

(

A

12

acer un nuevo “sentid ateriales”- En “Peratividad y “la validez de las fuerzas Má ula con »

esta inte

fórm Bencia se comprende también la conocida

poncluye el Fguerbach: “El movimientooEeEsiga en ze

heredero de la filosofía clásica alemana”-"

22

Escaneado con CamScanner

q 238

EL CONCEPTO DE NATURALEZA Y LOS MÉTODOSDE 14 CIENC, '4

tesis (del mismo Goldmann) según la cual el efecto práctico de ciencias histórico-filosóficas diferiría del de las ciencias “naturales en que éstas proporcionarían “medios”, mientras que las ciencias ha tórico-filosóficas nos consentirían reencontrar “fines” y “valores” Par

nuestra acción social. He aquí que, con esta distinción en los efectos prácticos, vuelve a caer plenamente en el dualismo entre Ciencias humanas y no humanas.'* En nuestra opinión, como dijimos,el priri cipal efecto práctico producido hastá hoy por el marxismo, Como nuevo sentido y método de una ciencia histórica de la naturaleza del hombre, reside en la toma de conciencia, por parte del trabajador de la propia condición de fuerza productiva (de “medio” de produc. ción) fundamental. Los “fines” y los “valores” sociales vienen después, No son dados por ciencia alguna, sino que son experimentados en la

acción política y mediante la teoría política. Sin embargo, como ya lo señaláramos, tan erróneo sería identificar gramscianamente ciencia (o filosofía) y política, como escindir los dos momentos de la teoría y de la experimentación para asimilar el primero a la ciencia (o a la filosofía) y el segundo a la política. Un concepto distinto, pero más cercano a la verdad, es el de la opinión corriente que atribuye a la ciencia el campo de las abstracciones

y de las previsiones que se refieren al “largo plazo” y a la política el campo de las propuestas concretas, o de corto plazo. La clave para entender la diferencia entre ciencia y política es la otra fórmula gramsciana que califica la función -político-institucional como “intelectual colectivo” (Badaloni adopta, siguiendo los pasos de Marx y en unsignificado aun más amplio, la fórmula de “intelecto social”).'*

Destacar la existencia de un “intelectual colectivo” significa contra: ponerlo, aunque sea de un modo implícito, a un intelecto (el de la ciencia) que se caracteriza por un fundamental aporte de la indivr

dualidad como tal (del llamado “ingenio”), a pesar de la creciente instrumentación social del saber mismo. El intelectual

colectivo no es, pues, un simple apéndice de la Epi una suerte de aplicación téc nica experimental que traduzca en q tica la teoría científica, aun permaneciendo en de ella; no es tampoco, como la industria, una cierta medida ae práctica que dispo de un “depósito” de aplicaciones técnicas experimentales y elija 7 empleos productivos

más convenientes; sino que

el principio ie una nueva secuencia completa teórico-práctica e eshipotético-exP9,, mental. A diferencia de la proveniente desde la ciencia moderna

industria, que se apoya en las (y se introduce directamente ?gr las) fuerzas productivas, la nueva secuencia lleva y se inserta y ie mente en las relaciones sociales de producción. Por cierto que rep

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|

TEORIA POLITICA * EL MARXISMO COMO CIENCIA Y COMO

239 ; á va acti ural tea la función superestruct científico, CbrtracióneyLeTitles interacro transfiere Su constitutiva ido el Mae e las

sent concretas. En este ciones sociales más

reta” 1 ns cn 7 hacer el “análisis concreto de la situación conc pro: her ec o”del íric no “emp lado ado llam de Togliatti por el iecritiaria ae al ante el nexo es una posición unilater

g al ocial de ese nexo p mo refor. raxis, sino la reformulación político-s o. mism del ulación integral intelecto colectivo no Se vuelve más claro, entonces, por qué el ndido como inteligencia ente ico polít ecto intel al sólo arse uede limit tituya su inevitable nivel. El del partido político, aunque ésta cons ncipe moderno”, o sea la “prí el intelecto colectivo es sobre todo cuyo eje es la conquista ífica espec y ica emát sist más ica función polít político sino también sólo no do, senti El do. esta la reforma: del según la cual los atti Togli de ón maci afir científico, de la repetida ndo luchan por el gobierno” también cua los demás, comunistas son “fuerza de lquier medio por el poder de

er y son resistidos por cua proyectarse en el estado (en el nuevo está dado por el constante visión y la acción revolucionaria. Lenin

la e estado) que caracteriza del supuesto indispensabl cabal de esto como revolución La . ales soci tuvo un conocimiento es cion (para revolucionar las rela es de producción para transformar y radical de las relacion bio cam o com e socialista es UN acto que final del comunismo) podery del estado). Por no remitirnos a la fase uso del el (por que en la ura uct str comprobando a partir de la supere eción de qujenes,cij almente en las relaciones obj la ida vál es no lo que oduce esen san que nada ista el ca: mbio se pr cas de prop!edad, ijen en en nos ponchi o qas sociedad4 sociallas di ri iu s ] one aci rel y a través de los paises socia Is de a tur ruc est la se ha cambiado en -

duda su carácter de tales.

ra, también los e

o comprendieron que era op

e la revolu

deción de

structural política (

ción supere intelectual colectivo) esa premisa Pará pue durable la misma sociedad.

emonía” se produce,

La “heg re pro! es Ple de la social, ítico; Istó aú

¡sma

:

o cientifico, haciendo presente a E m a l a c A a obr y Juzga rotero genérico cultural, sino :

Propio der E ente. ación” individua! vénado por la “medit i y 2% sucesy

arx, Engels, Lenin, Gramsc

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NOTAS

1 Las dostesis, en relación a la escuela más bien que a la ciencia como “Scuola han sido claramente ilustradas por L. Lombardo Radice en el escrito el debate sobre e lotta di clase” que (en el núm. l, 1969, de la revista) abrió entre el mismo L, Riforma della Scuola, concluido en una mesa redonda Lombardo Radice, M. A. Manacorda y F. Zappa (en el núm. 10 del mismo año). productivas, 2 “Las relaciones de producción están dentro de las fuerzas los éstas han sido «plasmadas» por el capital”: no nos parece que la frase de Quaderni Rossi (IV, p. 271) signifique, como se ha afirmado, “la integral subsunción de las relaciones sociales de producción dentro de la morfología tecnológica de las fuerzas productivas” (cfr. G. Vacca, “Politica e teoria del marxismo italiano negli anni '60”, informe a la convención del Instituto Gramsci sobre Jl marxismo italiano negli anni *60 e la formazione teorico. politica delle nuove generazioni, Roma, 1972, p. 84). Al contrario, quiere decir que las relaciones de producción (capitalistas) han penetrado ya, victoriosamente, “dentro” de las fuerzas productivas, según lo que se infiere de las siguientes palabras: las fuerzas productivas “han sido «plasmadas» por el capital”. Puesto que es familiar a todo marxista el carácter de “relación de

producción” que debe ser atribuido al “capital”, es claro que, en ese contexto, se considera descartada la “integral subsunción” de las fuerzas productivas en las relaciones de producción, de conformidad con una interpretación sociológica de la economía contemporánea que, en la escuela de Franc'ort, y sobre todo en el pensamiento de Horkheimer y de Adorno, implica de modo explícito la ciencia como instrumento ya irremediablemente convertido en dócil a los designios del sistema capitalista. Que la fórmula de los Quaderni Rossi pres" ponga un estrecho concepto de las fuerzas productivas (localizadas en la fé a brica y en la fuerza de trabajo que emplea) es otra cuestión. 3 Cfr. K. Marx, Per la critica dellPeconomia politica, Roma, 1957, p. 1 [K. Marx, prólogo a la Contribución a la crítica de la economía política, E pena escogidas, tomo l, p. 348]. Rechaza netamente este concepto e

pa dos o A la “sociología crítica”, cfr. Th. W. Adorno, me i Albert, H. Pilot q orno, K. R. Popper, R. Dahrendorí, J. Habermirosa Turim y trad.tra ital. in sociologia, e positivismo Dialettica H. Pilot, como , ciencia la “física socia 45 : de producció: relación p. 12 (la (contra iba citado epale La de Comte, pero también im ie plicitamente contra el pasaje arriba. ótesis € Marx), p. 55 (contra P or a Popper, sobre la no controlabilidad de las hiP' A

socioogía) y pp. 132-133 (sobre el concepto de totalidad no controlable P.,

via experimental). El “punto de vista naturalista” de Marx es subraya di cambio, por U. Cerroni ; Marx, Roma, 1972, y, 1 (cf r. por ej.d en la antología titulada Il ensier e Sobre Le scienze umane i¡

e Jleva

título (Bolonia, 1971).

i ; in Italia, oggi, véase el volumen qU

investigación escogido

por Freud coincide sélo en parte con el qu£ ar

o de % Según E. Fromm (Marx e Freud, trad. ital., Milán, 1968), el camepio

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¿1 MARXISMO COMO CIENCIA Y COMO TEORIA POLITICA

241

de Marx; en general, la investigación de Freud apunta á al a un nivel diferente , en un sentido abstractamente materialista, anterior por Marx; pi la por experimentados se dirige a los condicionamientos Marx escruta erre en cuanto reside en la individualidad biológica, mientras

ES de principalmente humana) estructura una ulterior (pero Freud respecto al (pp. 24 71-73, 123). El límite del horizonte de pe a consiste en haber descuidado que, en el nivel de la vida y la historia de lo e End

bajo la nueva dimensión también lo biológico está subsumido de conciencia. No obstante adrerá micosocial y de las respectivas formas

delater categorías en particular, encuentra que algunas afundamentales los dos pensadores: diferencia, Fromm la realidad resultan comunes pretación de

el concepto de una función constitutivamente “terapéutica” de la teoría cienúfica en tanto tal, según Freud capaz de producir un saludable efecto liberador de la conciencia individual, según Marx destinada a “transformar al mundo” como desarrollo liberando a la sociedad; el concepto de una “patología” funciones sociales, retardado o “regresión” e involución “reaccionaria” (de las de un inconsciente en Marx,de la fisiología, en Freud) ; el concepto por último

las formaciones fundamento (ora fisiológico-biológico, ora económico-social) de designa como Marx ideales, que Freud considera ilusiones psicológicas y la inspiración “ideologías”: ilusiones e ideologías a las que se contrapone respectivas proyecciones pragmáracionalista de ambas y las doctrinas en sus psicagógica O “demagógica” ticas, intrínsecamente ajenas a cualquier técnica en cierto psicoanálisis amerique cubra y oculte las distorsiones sociales, como sola propaganda apologéticao a la cano, confiado a la hipnosis o al terror staliniano (p. 24). Respecto de fideísta que alcanzó auge con el marxismo freudiano, J. Gabel (cfr. Le falsa otro a estos aspectos polémicos, recordamos Es intede algunas formulaciones de Lukács. coscienza, Bari, 1967); además parcial asimilación de los conceptos de -“aliela Fromm, en también resante, res“transfert” en sentido freudiano, con nación” en sentido marxiano y de algunas típicas actitudes de idolatría o pectivas implicaciones concernientes a fetichismo”, etc. (pp. 62-63). Freud. La pensée con) Sobre el tema véase también EPalito, Marx et : emporaine et le marxisme, París, 1971. pa A Reply

ho de DE M. Cornforth, The Open Philosophy Pr

a a Poppers Refutation of Marxism, Londres,

,

él:

TheThezo * Ibid,, pp. 141 y ss.; de M. Cornforth véase también AY

ro Materialism. An Introduction Knowledge, v. UI de Dialectical Ludwig Feuerbach. .-> aañol K. MarxEngels, F. a en au el apéndice paño! Roma, 1972, v. V,P-55 fon F. En Marx - F. Engels, Opere, philosophie?” Tr, p. 40 1: tomo 1966, Moscú, s, escogida Obras "Engels, 4-256 ; el ensayo lisme dialectique , materia “Le nn, Goldma L. en qe mismo utor. ul phie, núm. Se, a de constitu Internationale de Philoso 69 1970 [de InvestiBe las Recherches dialectiques Filosofía de la verse Y la introducción me s. París, : A: et sciences humame . su Marxis . existe versión al español del Instituto ticas, ciocose dialéc nes también el p: Univer : 2). . ela, Caracas 1 sidad Ce ntral de V v: L sobre el a, 1964-65, observación famosa. la ecuérdese Pro» 11 Capartago tomo Í, p. E A

(cfr. K. Marx, a laK,realización ideal oistoen ». 1 Marx,El Capital, Buenos a 6 [hay édic. en españo” esp., rr

Turin

Scienze umane e filosofia, Milán, 1961, P.

sullo stato

sulla politica Gramsci, Note sul Machiavelli

%1949, p, 34,

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Y

242

EL CONCEPTO DE NATURALEZA Y LOS MÉTODOS DE Ly ci ENC1,

78; [p. 403]. 13 F, Engels, Ludwig Feuerbach, etc. cit. p. se afirma que “todaslas q; sale del todo del dualismo cuando

14 Nose se e la praxis humana”, si por praxis deben agruparse en torno de tivas naturales-humaro fuerzas produc cosa distinta de la práctica de las rapport entre sciences D. Lekovic, “Le probléme du

naturelles et pa

"a

gie, y o hamaines selon Marx”, en Cahiers internationaux de sociolo | : julio-diciembre, 1961, p. 174). 15 Para una reconsideración crítica de este típico planteamiento grin, | Marxista, ni ciano cfr. L. Gruppi, “Sullo «storicismo marxista»” (en Crítica E 1972). (Roma, Gramsci, in egemonia di concetto Il y 4, 1971) Gramsci, sobre»

18 En el informe a la citada convención del Instituto

22-23). Marxismo italiano degli anni *60, etc. (op. cit. pp.

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ERBACH”, G OFEU DWI TIN DE LA LRALÉCTICA DES XIV- y. YELEL“LU

) como Volvamos al concepto de la filosofía (de la filosofía marxista relectura del ciencia. Creemos que es posible participar de una nueva la Ludwig Feuerbach de Engels y no considerar "totalmente negativa indudable distancia * que lo separa de las marxianas Tesis sobre y la Feuerbach? El Ludwig Feuerbach, más que el Antidihring

e con Dialéctica de la naturaleza, llamaa arreglar cuentas no solament en general, “el fin de la filosofía clásica alemana”, sino con la filosofía también (más no sólo con la filosofía que el marxismo deja trassí, sino fundamental la con Engels) mismo el allá de lo que piense y diga primera vez, en dimensión filosófica que nos abre el marxismo, por cuanto ciencia. de la naturaleza, Es conocido lo que piensa Engels. En la Dialécticabe: “Sólo cuanr do escri , 1876 a or anteri en una fecha probablemente hayan absorbido en sí la la ciencia de la naturaleza y de la historia la teoría pura del dialéctica, todo el manto filosófico —exceptuando positiva”.* ciencia en á resolver se y o, pensamiento— será superflu

toda la empresa de la Esta afirmación revela la ambigiiedad de se resuelve en ciencia posica dialécti la za: naturalé la de Dialéctica tiva, es la misma ciencia positiva. a en gels busc rd es decir alrededor de 1 878, En

En el Antidiihring, para a cambio distinguir la dialéctica de las ciencias naturales, -. : “De toda la anterior ei la filosofía e” de 1 rs Pte dencia más que la A indepen final con ubsistequeal “subsist lo Todo a. dialéctic la lógica formal$4 la de la naturaleza y de la 1 miento y de sus AA, 18 o Leyes, Queda ciencia positiva e por la stos absorbid Oria”, +

1886, y de ladehistoria to 2 PM ncipios es del Feuerbach,, que fue escrituraleza n lo que de la natu”. losofía ] desahuciada amiento a Puro,€ : o de DO le queda añ

final lee»los“A la fi Se En

l reino del pens más refugl . poEngels > ía de las leyes del Les mismo o aun Queda en pie de él: la teor a ar razón 2

éctica”.* En lugar de esión ee la lógica y la dial mente, y 12 ie Peiza la expr illa senc ” gica yo ten la

*“Enge e R. Mondolfo, según el cual

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> 244

EL CONCEPTO DE NATURALEZA Y LOS METODOS Dg ., y

lógica formal, no para indicar la analítica aristotélica, sino ha

“y

dología, a la cual los tratadistas aplican el nombre de lógica reto

la metodología, o sea con términos filosóficamente más adecuado, .

epistemología general.

la

Por cierto que en el enunciado del Feuerbach se escondena] equívocos; pero al mismo tiempo se encuentran los str A

conceptuales más genéricos que permiten superar Otras CONCepci o del mismo Engels o del materialismo dialéctico Posterior que se demo traron más bien estériles o controvertidas, como las interpretacio dialécticas de la naturaleza o las definiciones del contenido método de la filosofía propuestas por algunos estudiosos soviéticos y

de otros países socialistas. Estos han reelaborado de distintas formas las

concepciones dela filosofía (que se remonta igualmente al Feuerbach de Engels) como síntesis y “generalización” de los resultados de la; ciencias particulares,” siguiendo una fórmula bastante vulnerable,

porque admite el carácter científico de la filosofía por el

contenido, pero no puede evitar contraponerla a las ciencias particulares más rigurosas, por el método: que es analítico e hipotéti co-deductivo (como vimos) en las ciencias, mientras que en la filosofía sería sin“resultados particulares”). Similar contraposición (que invierte la

tético o inductivo (por generalizadas inferencias de otros tantos vigente en la opinión vulgar, entre el método deductivo comúnme nte atribuido al proceder dela filosofía y Un presunto método “empírico”

atribuido a las ciencias naturales) probaría (a la luz de las opiniones epistemológicas contemporáneas) el carácter no científico de la filo-

sofía, y en consecuencia, la ilegitimidad de su pretendida función unificadora de las ciencias. Entre las tentativas de escapar a esta dificultad podemos indicar las siguientes: la filosofía no sería la síntesis

que sobreviene después que cada una de las ciencias ha alcanzado

ciertos resultados, sino la actividad misma constituyente de un marco científico en general, en tanto preceda y funde idealme nte la metodología de las ciencias;? la filosofía precedería a las ciencias tai

mente, como pensamiento que anticipa, preanuncia

prepara CA a una de las disciplinas, las que ni bien se desprenden yprovoca rian 5

“desfilosofización” de otros tantos sectores del 'saber,? 'aunqué a ahogar del todo la necesidad y la exigencia del filosofar, como e

gencia impere

cedera (véase también en el Feuerbach) participo, " la ideología o de la política o directamente de la religión ydel a

Síntomas de unainsatisfacción y de una preocupación teórica115

radas son también las intermitentes definiciones de la filosofía 4% e actividad intermedia entre religión y Ciencia,!? o destinada a 0! cia

en la política, o llamada a representar la política ante la CIC”

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TIN' ”, DIALÉCTICA Y DES O DE LA FIL OSOFIA «LUDWIG FEUERBACH

245 i lo Phi e el sobr Y por La definición (adoptada iana daaiches Worterbuch els eng a mul fór que ubica la base de la de las le ba éctica)

ta como la ciencia jeta de la a la filosofía marxis iento y >To iedad y el pensam soc la por A. de za, naturale osos alemanesno juegan

estudi Griese y H. Hórz. Los-dos

, por un

otro, > concebiir iloso! a de su objeto específico, re por .! s” el* En ef lado, Priv: ar la filosofí cias “particula en ci mo son oa as as co ci rn en s de ci ra mo Ot s ica las a toda cno también la fís y a ic ét rn be ci la , matemática abord

su capacidad virtual de nn ”, en ula;respor encpoiasdeparloticreal "ci que su parte, la filosofía tendría e, me cam ier cualqu idos

“concepción del un objeto específico comohumana transformadora del z, Su pc Griese ymoHór“c dad l ivi once ¡ón de la act bien co ncia entre el concepto ía la sustancial difere mundo”. Esto explicar leado por la la física y el concepto emp de sistema por do lea s de materia emp epto conc los de un sujeto), entre cofilosofía ** (como objeto ica (o sea en sentido lógi

por la cibernét y estructura empleados tos que la filosofía elabora en cambio con cep con los o y transformación.'* matemático y a a las nociones de proces ect dir s má a nci ere sóficos y ref una re los conceptos filo consncia semántica ent no ere dif cos ble áti tem ega -ma inn ico La Jóg a conceptos físicos, o ¡ ir 2«6 la filosofí . los correspondientes v: álida para atr. ibu razón a un n ció n, cep nió con opi a .z una tituye, en nuestr+. ón del mundo”: . de la natura n de “concepci la ambigua definició mucho más débil que la ciencia “mundo del ía el ser o que sól o” do” und del mun de € 1 endiese por “m

, des en “A .. n his ecialm,ente si se ent y tórica comprende1 hom leza, esp ció bremin a sofí2 a, porque toda considera tér, o filo z mefitOS sob so cur q dis El ; ”. bre hom pio un princiApr ru ]”, sa inst ver s Uni lo: ria os eN de sto vim s “omo ángulo de la “hi: C os los lím7ite porque, dad Ceso o PIO lus los inc de ; ro pe ano e s ... hum ste ano exi ln disponibles, no ible Pos es o Per gnoscitivos actualmente Z € ombre. e l cap. x1, una acabada y autónoma : or tanto la A nto del h mie eni adv n al on ier ced » ] a que * orómicas Y las ICa eturales que pre para la esfera biológ que a y, ser n perspectiva E ítima pareciera Al lege : erenciación jones 014 ¡bernética) Úni ca dif e estructural de las Ípp tido ] filosofí el sentideo a nci cie $” da 90 itó disc,fía como en cierto rómi cos: . (incluida ¿temático il > cro r nt : sin Iplinas matemáticas as M tem q: o tid sis sen los de al tur ci a estruc iennci able el com coomo cie . a 1losóf ral” difiere e ctu tru “es o min un dico del tér os mero

pri as co a Emo e porque €N asel son torrad mético1 jusjtament las estructur . o histórico y O no a; del deves cret lacróni fuer dinám mo dirección ión ue pq . % 2 6 ica tór IP) a copor his la evoluc unidas ilibrio 2 ] estáti €. un sistema en de es abl est o

Pon oneente

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246

EL CONCEPTO DE NATURALEZA Y LOS MÉTODOS DE La 8 Cu

¿Existe en Engels *” un presentimiento de la moderna dis. entre sincrónico y diacrónico? En cierto momento, en el Fever distingue entre ciencias predominantemente recolectoras

e

ordenadoras (si bien se refiere en realidad a dos fases distintas E

sivas en el progreso de cada disciplina). Entiende por cienciaz Pe

nadoras las que estudian los procesos, el origen y la evolución der cosas, o sea la dimensión histórica en la misma realidad Natu

y extra-humana (por lo que reprocha a Hegel haber Considerado y, naturaleza como carente de cualquier desarrollo en sus formas y en leyes,? con una evidente regresión respecto al mismo Kant)» Sa embargo, la concepción sostenida por Engels está sujeta al pi opuesto de diluir en las ciencias históricas cualquier otra ciencia

tratando como procesos evolutivos todos los dinamismos estudiada porlas ciencias físicas, incluso los que se enmarcan en una dimensi propiamente matemática de la duración (del espacio-tiempo mate rial) y que se configuran, por lo mismo, epistemológicamente, com procesos sincrónicos. Para las ciencias físicas y matemáticas es correcr señalar más que un progreso de una fase recolectora a una orden dora, un progreso de una fase empírica a otra teórica, como lo, haces otro lugar el mismo Engels,? de la recolección de datos al “sistem” El enfoque “al modo dela física” es legítimo también respecto + los procesos “espirituales”, antropológicos, sociológicos, etc., o sea qu no implica una especificación de campo o contenido (la “natur: leza”) en relación al contenido (“humano”) de la historia. Ésta, 2% vez, en la medida en que se vuelve documentalmente capaz de recon

truir la efectiva evolución diacrónica del mundo inorgánico o biológi

(no la serie de los ciclos cerrados e intermitentes o repetibles, sino p"

ejemplo los procesos de las eras geológicas o de las sucesivas formas *| vida), no tiene límite de contenido objetivo en el cual deba detener” | Pero así comolas ciencias físicas aíslan el lado sincrónico de cualqU'

sirviéndose de un aparato teórico más abstracto como es? * realidad las ciencias geométricas y matemáticas, que son al mismo tiemp ” fundamentación objetiva constituyente y el momento metodolós", Hon ra de las ciencias físicas, del mis mo modo es legítimo el qu ¡o encias históricas se remitan a la función, en su aspecto y Constitutivo, de las cien metodos » cias filos óficas, , tal como lo entiende 2%, e

bd Cero h, o sea como “el reino del pensamiento puro, en y . queda enpie de él: la teoría de las leyes del mismo pro pensar, la lógica y la dialéctica” Esta



:

o

; o

guiente :ergula engelsiana quizás se pueda rectificar del mo

la lógica y La de las leyes del proceso (histórico) en 2 m0 ¿>

'aí£ctica. Así modificada ¿implica un reto"

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.LUDwIG FEUERBACH”, DIALECTICA Y DESTINO Dg La pILO, SOFIA

247 e el fue Engels que , rescindible filosofía de la historia filosofí Primero justamente en querer desterrar? 2% No, porque una entendida de ológica« epistem cia diferen tal modo €s consciente dela ja propia región cognoscitiva abstracta, metodológica,formal Ante concreto, si

n sustituciones del proceso histórico efectivo , epa¡ando e

si lo abstracto y lo concreto, el. pensamiento y el ser se e

según Engels, en Correspondencia biunívoca.? Luego Fepa “filosofía de la MA.see conservar a cualquier costo la expresión

necesario entonces precisar que no €s una rama de la filosofía “Sino

que toda la filosofía es filosofía de la historia, hasta la que suele pre “ he: sentarse COMO filosofía de las ciencias naturales o físicas, como

ralización” de sus resultados; ya que la misma epistemología filosófica,

como rama de la lógica o de la gnoseología general, es siempre,

una incluso cuando se ocupa de las ciencias físicas y matemáticas,

investigación que pone a prueba su fundación histórico-dialéctica: de la materia, su génesis a partir de ciertas estructuras elementales

configuradas, condicionantes de sús formas categoriales históricamentela abstracción en ora reconstruidos ,evolutivos procesos sus como así directamente a la del pensamiento ora con la atención dirigida más la historia

en otros términos, determinación del desarrollo histórico; y de su actividad total, de la ciencia en tanto historia del hombre ontológica, biológica, etc, general en herencia, la y práctica y teórica,

estructuras del pensamiento.?* que se trasmite y deposita en esas

como inadmisible la subestima_En esta perspectiva, si pensamos y exactas, rebajadas a “pseudonaturales ción crociana de las ciencias en el aspecto de su instrumentaconceptos” y consideradas únicamente ar io, como Gramsci, considerde camb s en tal amen lidad o practicidad, podemoconcep a fund ológic co mológi episte to e modo positivo el otro

momento e Bera si ida como ía entend señala: una filosof Groce de el deografía co leroce, soviéti oso estudi Un . histori ela resenta el límite la teoríía de imitsin —4 ue en todos la duda rep los «pseudoconceptos» su fuerza CONS iste e historia, os y este Conocen— di e la 1 gica i 1 crociana,

ident : entidad, metodológicamente corregida,

ilosofí do el desarrollo de filosofía a

to : Ultim, 0 momento es un resultado determinante para

ciencias SINO

ulterj “tlor de sus concepciones. No es en cada una de q aterial en € en la Histon; n esedeámbito 1 encu entra o i IStoria , dondela filosofía este segundo cano 2% a » QUe se

eno, reta pee ocapien realiza”, Por cierto, aun 2 propósit .

se

Croci,

ue

y sus conclusiones idealistas. Piénsese ,

tipic:

i

alcanzan

en las dos

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un lado, el “historicismo > a or de culto una 0 formaciones quesufre

tel

e

ina ede la doble verdad corregida. y acta na especie A teoría), el historicismo se convierte en U

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248

1

EL CONCEPTO DE NATURALEZA Y LOS METODOS DE La 0

o

de lo sucedido, de todo lo sucedido, cuya “necesidad” se eleva suerte de “providencia” (a despecho del rechazo OPuesto por “e

a la filosofía de la historia) *y cuya negatividad se disuejy 0% crociano tout

comprende c'est tout pardonner. Por el otro (1 lado de la acción), el historicismo legitima la actitud opuesta «; * ciera”,? que consiste en rebajar a meras expresiones de ]a o gencia” histórica, que hay que superar o derrumbar, todoslos suce incluidas las mismasteorías, cuyo contenido de verdad cede sis al relativismo de su “historicidad” e irrepetibilidad: ambas deform. ciones se reconcilian en la matriz única idealista.30 ma, Sería interesante indagar cuánto existe aún de esta visión dualis,

del historicismo en la fórmula gramsciana del “pesimismo dela inte.

ligencia-optimismo de la voluntad”.*! En tal caso, se reabriría el qj.

curso sobre los orígenes, conquista y límites del historicismo Marxista en nuestro país; y sobre sus verdaderos “pecados” relativistas, iguale y contrarios a los científico-absolutistas de las corrientes de los paíse socialistas. Un intento de evitar los escollos del historicismo esel de k

propuesta, sostenida por Luporini, de subordinar la dimensión histó.

rica a la “sociológica”: “Esto no significa una exclusión de la historia (de lo genético-histórico), sino que sencillamente señala el hecho de que esto que es histórico no puede ser problematizado (y temz-

tizado como histórico) sino a partir del sistema de lo presente.”*

“La ciencia de la historia (y la teoría de esta ciencia) depende pot tanto de la ciencia de la sociedad (y de su teoría)” ** se encon traría la línea de demarcación entre el temahistoria aquí y las distintas ideologías historicistas,3 . De este modo reencontramos, por un lado la preferencia po" ” sistema de lo presente”, como lo sugiere el ,mode lo .de las “cienciá

de la naturaleza” (en tanto cien

cias de lo sincrónico), y, porel o la subordinación de lo histórico a lo social, que restringe de hecho” suceso “hombre” al ámbito de la dialéctica. Opinamos que, para las ¿ontrastantes dificultades po del historicismo puro y del “ciento mo puro (naturalista O mate matizante: “estructuralismo ”)» la pendencia de e isl a en relación al cam po sociolóBIe. ella : Pend

encia respecto a una ciencia tam

refiere a someter a análisis la misma región

diacrónica

$

(

» de estructuras diacrónicas)- .¿€

Eneste punto, el problema de la filosofía marxista SU caráo en especifica y explicita en el problem a de la dialéctica.y Vimos Y ypgs Feuerbach Engels afirma: “A la desahuciadafilosofía de la 12” 00 y de la historia no le queda más refugio que el reino del pensar”

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«LuDwIG FEUERBAC », DIALÉCTICA Y DESTINO DELA FILOS,OFLA

249

í uro, en lo que aún queda en pie de él: | En las leyes del tica” dialéc la y lógica mismo proceso de pensar, la tomara la lógica) es la cienciade ción, entonces, la dialéctica (con de 1885 ala r, anterio io prefac Enel del proceso del pensar. donde las “leyes” TE la naturaleza, ring y eN la Dialéctica de

, en cab q raban y ejemplificabaniento dialéctica se enume puro pa trina es laque pensam del leyes mente única son no a recisab Evoliss la en tra encuen iento pensam que el que ante todo son leyes desarrolla.** (como en la sociedad) y las

(en el marco de, los contrasLos contratiempos póstumos de Engels del siglo pasado hasta hoy fines que desde tes y de las divergencias marxis ta) provienen en gran parte de sus ' campo surgieron en € | ad de la dialéctica. vid eti obj 1a aserciones sobre la II Intera positivista, el marxismo de Bajo la influencia de la cultur la herencia filosófica ** y el método diaar nacional propendía a liquid de la enseñanza de los clásicos. El joven léctico como parte caduca igos del pueblo” y cómo luchan contra “am Lenin de Quiénes son los limitar la autonomía 94) tiende por ello a los socialdemócratas (18 ca. Apoyándose en Un pasaje del Antidúhrrollo metodológica de la dialécti os reales en su desa ces x estudiaba los pro que el desaring, sostiene que Mar resultaba a veces e, dic o, rl ce ha de Hegel: al a si em qu “Y es . le el ab n document ciidía co inc al coin ci de extraso da no na me e nó en ti fe rrollo de algún ción, esto no ga ne oposición lá or de —P n egació dialéctico do to mé tesis-negación-n iología, an soc ab am €n

Engels ll todo científico smo a ño” *“Marx y sencillamente alnsmé iderada como un organi co €s ad —, ed co si ci fí so ta la e me tente en qu lante de al sis ci va y con o ** Lo cautelos de .” uo in nt co del hecho desarrollo que se halla en ano deriva, entre Otras cosadis,aléctica marxis mA ni la ni le mo to có este tex n con claridad ríadas”. Cuando de había visto aú todo hegeliano de las “t Y, desa A éctica 0 mé ci el un e, poco CaSAlosóficos 39 tal rechazo se en temo bio es lartico en mitos Ye Íi sión de Lenin al valor epis Ie o P € e, rt adhe Otra pa Se Verá aar fortalecida. Por o, que s Med amente ca en € an d . ti éc al di la to disuel ecia d MO solos” haber CO e ogía RA lainsouoci”ol(con tE alla en ynrro llo cont e % formacio tración n sincróni si A del presente y de la de las

rónica Cial” te supue ta por ra: e. Micas cor pci como ciencia estructudológicamós, ina ecedentes Moria nestiva a la historia y meto stancia LES simos en l expu Entre de según lo que hay PU%> ini de 1894 y el de 1914

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250

EL CONCEPTO DE NAT URALEZA Y Los MET ODOs DE La c

TA Unarupturaconla concepción leniniana de la en el curso de los años veinte, por obra de aquellos que, como Ke o el Lukács de Historia y conciencia de clase, introducen 2 so valor extraídos

dialéctica y,

de la contraposición historicista-espiritualista

de de “ciencias humanas” a las “ciencias de la naturaleza”, configuran d la naturaleza ora comoel reino inferior de lo inerte, de lo mecán; o lo cuantitativo, ora como parte integrada

en un todo c Onstit relaciones humanas, oponie uido ndo por tanto un Perjudiciai

Pero en los años treinta y Cuarenta, bajo la hegemonía una versión literal y a estaliniana, menudo acrítica de la hipótesis engelsiana vuelve a tener auge, car acteri

zando, más que al mat tico soviético, la reflexió erialismo dialéc. n filosófica marxista en ese entonces más ampliamente acreditad a,“ En los años cincue nta y sesenta, por último, se advierte una reanud ación ricamente positivistas o neop de los temas que podríamos llamar genéositivistas, porque termin dialéctica en general an rechazandola (escuela de Della Vol pe) *2 del Lukács joven por excluir los proces os de un pensamiento dia léc las dos tendencias el sust tico (escuela de Francfort) .13 Es común a itui éctica, ya sea la hegeli restaura el pasado neg ana, que ándolo, ya sea la mar x-engelsiana, que sup al pasado aun cuando ] o “conse era rva ”, con un método Qu dicotomía (sincróni e restablece la ca) propia de la lóg ica formal; sin emb mientras queel método argo, y el non, destaca racion de Della Volpe, en el neto corte entre el sic alistamente la Positivid ad hace coincidir con la alt de lo Positivo y lo ernativa revolucionaria, la escuela de Francfort exalta la negatividad de su “dialéctica” negativa, en la que parece haber renacido la Inspir ación de la tradición Mís tica y escatológica que el mismo Hegel tiene sob re sí.“

Quedaclaro entonces porqué los debate

s sobre el valor y los de la dialéctica se ent límites relazaron, en los dos dec enios trascurridos, los historiográficos sobrela con relación Hegel-Marx,1 5

El rechazo de la concepción filosó fica engelsiana y del simult intento de reformular, siguiendo a Hegel, al guna s leyes genera áneo lesdel desarrollo histórico halla su explicaci en ese contexto, Las influenón de escuelas, las ten den clias tes cia en la cultura europea s y las corrientes Sucesivament dom y mundial On, e ien tal rechazo, nan : i iga

if; doy porsobre la desapasionad a investigac.ción teórica del sign 8ni ficado

XK: y límites

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E

|

A

LUDWIG FEUERBACH”, DIALECTICA Y DESTINO DE LA FILOSOFIA

951

de la concepción bee:pon en EneY en nuestra opinión, enturbia-

ron en cierta forma el debate, desp azando visiblemente su centro en función de una problemática que tenía raíces y motivaciones en gran arte externas al marxismo O,si se prefiere, que las tenía en los puntos de enlace y encuentro, de vez en cuando, entre el marxismo y el neoempirismo,entre el marxismo y la fenomenología, entre el marxis-

mo y el historicismo alemán, entre el marxismo y la tradición hege-

liana. Parecía en realidad que la intrínseca capacidad evolutiva del marxismo “ortodoxo” se había agotado, prescindiendo de las mutilaciones que sufriera en su forma “dogmática” o.estaliniana, y que sólo podía revitalizarse con ayuda de las nuevas filosofías. Al mismo

tiempo, parecía que una vasta revisión filológica se hacía necesaria, con el fin de destronar obras y momentos del pensamiento de los clásicos en favor de otras obras y otros momentos, buscados general-

-

mente en el período juvenil o en las fases de una aproximación preli-

minar y metodológica a nuevos problemas y a futuros sistemas; o sea en las fases y en los períodos más abiertos a la confrontación crítica, pero también a las sugestiones de otras corrientes de pensamiento y más predispuestos, por parte de los estudiosos modernos, hacia propuestas de reinterpretación polivalentes, Es superfluo agregar que los resultados de este trabajo de investigación y de reinterpretación son copiosos, prescindiendo de las finalidades de tendencia y de los supuestos teóricos, a veces discutibles, de cada investigador. Se luchó y ganó unabatalla inaplazable: la deuna crítica histórica desprejuiciada de los textos marxistas como reivindicación de un derecho y de un deber de los mismos estudiosos marxistas, contra una de las más graves deformaciones que constituyeron la raíz del dogmatismo y del talmudismo largo tiempo imperante. Entre los frutos de esta obra de reconquista histórico-crítica puede esperarse, de ahora en adelante, que se produzca aún un

reexamen más pertinente y penetrante de las obras y textos “canónicos” no por azar olvidados o descuidados. Las ideas que siguen están dirigidas a una interpretación sumaria de la relación Engels-Marx, del

núcleo hegeliano transformado en la dialéctica marxista y de los púas “descuidos” engelsianos a propósito de las tan desacreditadas eyes de la dialéctica,* oi tr En efecto, los nudosesenciales de la cuestión son, en nuestra o, es: la confrontación entre los dos modelos de desarrollo dialéctico, yno Presente con más frecuencia en Engels y el otro más familiar a arx; la afirmación de la diferencia que subsiste entre la Benicin ¿eliana Y la marx-engelsiana y, por último, la A shloPoR a leyes” engelsianas a una única fórmula de la € ras tantas articulaciones.

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252

EL CONCEPTO DE NATURA LEZA Y Los METODOS pg y,Lor

ENcy,4 El modelo marxiano está extr aído, evidentemente, de la dialéo; social. Para Marx, la dialécti ca materialista es un esqu aplicable también a la tica ema teóni naturaleza, pero de hecho cado sólo en lo profundo de Plenamente po los procesos de desarrollo qu a vuelven bajo la superf E . que se q icie de las económicas. En su tardía madu variadas formaciones histórico. rez, Engels tiende en camb “Socio. io, estamos equivocados, a perc Si no ibir en las leyes de la vida y de la evolu. ción biológica (concebida enel marco

darwiniano) el mod

raleza animadaen su Pro grama de investigación sobre los fundamentos de la dialéctica natura l, En realidad, aun cua ndo de modo latente O en una forma genéri ca y vaga, el postulado de una unificación “darwiniana” de todos los campos de lo real Ope ra en el pensamiento de Engels no sólo durant e la redacción del Antidú hring, sino ya desde los primeros esbozos de la inacabada Dialéctica de la las muchas expresiones naturaleza. Entre reveladoras, la siguient e del Antidiihring se Nos Ocurre particularme nte significativa; “S; ya el simple movimiento mecánicolocal contiene en sí una contradicción, aun más Puede ello afirmarse de las formas superiores del movimient o de la materia

la materia no viva (ebullición del agua por ejemplo) y los repetitivos y cíclicos de la vida mis ma (desde el grano de cebada a la planta y de ésta al grano) * según el modo de los Procesos biol óg; futura ciencia histórica de las formaciones

inorfáni Cas, per o no supo practicar ni recomendar la abstención de realizar todo análisis dialéctico de los fenómenos inorgáni cos hasta el Momento en Que se pudiera aplicar a los propios y verdader os procesos formativos de la mate ria inorgánica, en los largos períodos de una historia Natural rigurosa struida comp , en Teque respectaal segundo nudo , 1 decir a la diferencia fundamental entre la dialéctica hegelian a y la Marx-engelsiana, Podemos

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«LUDWIG FEUERBACH”, DIALÉCTICA Y DESTINO DE LA FILOSOF1, A

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afirmar, resumidamente, que Marx y Engels apuntan en general : a eliminar lo que en la dialéctica hegelian a se presenta como “adialééctico”, por así decir, como virtualmente estático o, lo que lo

como circular O cíclico. Excepto en algunos raros momentos de ismo,

coherencia, ambos se empeñaron en el intento de eliminar la.con

cepción triádica, basada en la antigua figura cosmológica o cos y en los restos de una separación ónica del círculo del eterno retorno ]

de tipo polar (y por tanto estática) entre “posiciones” (“figuras”)

inversas (simétricas) y sobre su reunificación totalizadora mediante

la síntesis (que no por casualidad se sustituye, en Hegel, como resuesta reconciliadora yPor consiguiente como instancia ético-religiosa más que como resolución teórica y científica).

La dialéctica marxiana más original y coherente se obtiene en cambio del entrecruce y los choques de procesos opuestos, en una sucesión de desarrollos contrarios entre sí (no entonces de puras

“posiciones” fijas contrapuestas entre sí), de los cuales uno “niega”, es decir invierte, la dirección del otro, con lo que la modifica y condiciona hasta tal punto que no sólo no es posible ningún retorno

efectivo del primer movimiento comotal sino ningún tercer momento

(como “retorno” mediante la llamada “negación de la negación”) pue-

de pensarse como verdaderamente concluyente del esquema dialéctico total, dado que a todo “tercero” no puede dejar de seguir un “cuarto” (si los contrarios se enfrentan como tendencias reales, ante la existencia obstinada de los hechos, y no como meras ficciones ideales y consoladoras) .50

Además es indispensable advertir una diferencia entre la primera

relación abstracta de inversión (el desarrollo n* 1 convertido en el

desarrollo n? 2) y la serie posterior, concreta, de recíprocas relaciones

en las cuales se enfrentan el “tercer” y el “cuarto” momento de la

movimientos oposición, más bien terceros y cuartos (en plural) de otra característica bases las establecidas Aquíestán de oposición. en una diafundamental de la dialéctica marxiana: su desdoblarse compuesto, lo y simple lo de concreto, lo de y léctica de lo abstracto fundante (naturalezarelación la de interacción, e oposición de la de la relación funductivas) de las f : cultura: dialéctica las relaciones de PEOuE”“plura "da id celica ele las fuerzas (soci dada Sector y nivel odánstituciones: dialéctica ól naE , cdoblamento e lo pe no sólo en egeneral, y de lo realque ropológico

S.

en

las estructuras,

y . apital. circulación del capita. imple y compuesta, de la producción y Marx, no ya en la El Se : valcía ad ori inariamente dlectita, Becisinsa simpley - ple supresión6 de una € ntidad origin mbio . (revolupresión-restauración (co

: ió mo para Hegel), sino más bien en la inversión O ca

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254 5

EL CONCEPTOPTO DEDE NATURA , LEZA y LOS y*1 0D0, »e

cionario) del sentido de un tendencia del proceso hist desarrollo y sea en la ; órico. La « Mtroducciópo etsión de ejemplo, afirma que en la socied

ad burguesa se cu e 185 Una de la relación medioeval, ya que en ésta “la agricult ura cad

a vez más en una simple completamente por el capita rama de la industria pe ora l”, [q ideología alemana s minado, este modo el estadio sigu iente, el del Comunismo: “pj com,Me da

anteriores, despojándola s de su carácter natura l y sometié una visión invertida de

es decir en el objetivo quela relación entre “sujeto” y “predicado”:s Marx y Engels se impone sus pies” la dialéctica n de “poner sobre hegeliana.5

Hemos llegado, de este modo, al tercero de los nudos esenciales que mencionáramos: el de las diferentes enu nciaciones del método dialéctico, o sea en

la dialéctica,

el lenguaje engelsiano, a las diferentes “leyes” de

“cualidad”, que sin embargo ya Operaba, de modo latente, en trayectoria inicial;95 a] la Mismo tiempo, la mis ma “ley” expresa el otro concepto marxiano, que

ya hemos subrayado , de proceso de procesos: tal es en efecto toda conversi una dialéctica como ón de una tendencia en la opuesta y recíproca, de imi en un movimiento contrario,56 Que esto es dm Engels cuando se refiere a la conversión de la

y viceversa, se manifiesta sobre todo en un ejemplo “militar” que menciona en el Antidúhring con las palabras de Napoleón: “Dos mamelucos eran sin discusión eS 2 tres franceses; 100 mamelu-

cos equivalían a 100 franceses; 300 franceses eran en general superio-

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.LUDWIG FEUERBACH”, DIALÉCTICA Y DESTINO DE La py,aro,

255

res a 300 maelucos y 1.000 franceses aplastaban siem éste es un ejemplo muy feli He 54300 mamelucos + Tampoco ejemplo apropiado de desarrollo histórico). Sin eibar (o sea un la ¡dea de una inversión de “ruta” por efecto de prota » Sugiere (en el ejemplo de Eng progresos, Gramsci “moleculares” como )- De modo que, lo que con a s, literal. “cuantitativos mente diría

impropia y aproximativa se suele indicar como “salto cd He a Oposición una de en realidad el proceso de la conversión de una spatición o bien

latente en una oposición interna fatente,

interna en otra externa, Estas últimas expresiones, frecuentemente empleadas por Marx, pueden ser asimiladas a las de “contradicción

antagónica” y “contradicción no antagónica”, adoptadas por Lenin y

luego retomadas por Mao Tse-tung.* En efecto, en las oposiciones internas (en las “contradicciones antagónicas”), una de las dos

opuestas direcciones del proceso tiende a la “supresión” de la otra,

mientras que en las oposiciones externas (“no antagónicas”) una tiende a la “separación” de la otra.** Ejemplos de oposiciones internas antagónicas y de los resultados

que surgen de ellas se encuentran en el sector de las fuerzas produc-

tivas: la economía de producción o de manipulación, especialmente a en el nivel de las actividades individuales de tipo artesanal, tiende de los sustituir (o “suprimir”) a la economía de simple apropiación porque en recursos naturales (de hecho ñola sustituye nunca del todo,

este caso están en juego los condicionamientos primordiales y necesalas fuerzas riamente intermitentes de lo natural, de lo biolégico); cooperativas sociales (las industrias manufactureras) tienden a desla industria plazar a las actividades individuales de tipo artesanal; en el sector de mecánica reemplaza a, la manufactura. Análogamente,

entran las relaciones sociales: las relaciones de señorío y servidumbre naturales de en conflicto con (y tienden a remplazar) las correlaciones precisamente, como correlaParentesco en la función que asumen,

ciones sociales de producción (de hecho, no las remplazarán unes Aal mente, por las razones ya dichas a propósitodela de eaucalre, de relaciones lugar den naturaleza) ; las modernas “gene“opiedad y señorio de rai relaciones detipo feudal, P Pp ocavar las ción, etc.; las relaciones que derivan de una rap 2 $ enden relari sobre los instrumentos de producción E desaclase, como ;desenlace de un ME mis rollpos Por las o o por una luc a reClase, e las

mas relaciones de clase,

P!

11í donde ésta busca

cuales una tiende a comprimir a la otra, 2 . an a la primera ] se Observ 2 tagónicasdado e os ejempl antag lugar han P os de oposiciones extern as norales donde las Oposiciones internas infraestruc

Ubrimir.

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256

EL CONCEPTO DE NATURALEZA Y Los METODOS y 4 TA

Oposiciones externas separada s,

estructurales y superestructurales.es decir en el intervalo en La OPosición entre Ciertas esBone, y las carrespondientes superestruct uras es, en verdad, Motor una oposición no antagónica y más bien se configura como Mento ración funcional”, C00pe

Séve afirma a este resp ecto:

“cuando Una realidad mente nueva surge de una real Cualit idad antigua sin aboli rla, sino ar; tiva. el cont rario continúa apoyándose en ella

(que es el caso de Por contradicción no antagónica), la lógic a de sus relaciones, más allá e : . e mente al doble rol de pun to

de partida histórico y de cional”.Por lo tanto, no son antagónicas las Oposicio soporte fun. nes Funcionales entre naturaleza y cultur a

módulos estéticos, entre fun

(entre apropiación de la naturaleza

social, entre actividades arte ciones lógico-lingúísticas Y Cooperación sana e industria), o bien entre soc les y creación artística, entre ciencia iedad e instituciones (entre parentales y mundo mítico, correlaciones política y lucha de clase o sindical, rela. ciones de señorío y jerarquí

as religiosas y entre normas estatales y re. laciones de propiedad). En todos estos casos, la oposición funcional entre estructura y superest ructura, como Oposición externa,se resuelve ende en su histórica coex istencia. Sin embar antagónico (pero de un antagonismo 80, Oposiciones de tipo reflejo) se reproducen dentro de la misma superestructura, entre tendencias y sentidos inversos del mismo sector de la superestructura : por ejemplo, entre “figura” retó

ricas y lenguaje raci

onalizado (que tiende a suprimir la retór ica o lenguaje “natural”, sin cons eguirlo integramente no obsta nte), entre arte y ciencia

(que pare y política (que tal vez no ciera logra Marginar el arte), entre mito disuelva nuncalas SuPerviv encias mítico ideológicas con las cuales ella mismasuele estar mezclada ),

mas ético-religiosas y jurídico-est atales,

entre nor-

?

Pensamos que Seve da en el blan co incluso cuan. mica con las conocidas tesis de Mao niega polé Tse-tung) queldo a diferenc(en ia entrt contradicción no antagónica y antagónica pue da coincidir con ÍS

ocasionales o coyunturales variaciones de for ma de una mismacont

r* dicción, o sea conla ermommación asu n Contraste “pacífico” en un clases como insurrección o sonaEy me e perialista sería el des enlace antagóni

ecomoinsarreción6Como SueraO cjemplo a fut de

co, noen ant tantoaexp ¿ ; Na COntrag;Icció A agónic presentarla C omo tra se la COexistencj Pací on que |dicciones noa en ant agó nicas Presentes mente, ciertas con “ífica; jgua £n el campo

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Y DESTINO DELA FILOSOF1A UD WwIG FEUERBACH”, DIALÉCTICA -

. 257

escialista, o en el seno de una sociedad socialista, Podrian dría transformarse

=> un conflicto o cd Seve juzga les implicaciones Cc

muy Y Justamente j a viadas, y por lo tanto tambié

lén su base tal ica, y afirma que el carácter antagónico de al a permanece como tal aun cuando las Pr contradiccl fuerza O las condiciones coyunturales consientan as relaciones de

fico” no explosivo del conflicto. Por lo que se debe Eolo

o esencial a “el antagonismo Como característica del contenid una,

su resolución contradicción, presente desde sus orígenes hasta

obierna la lógica interna necesaria de su desarrollo”? Sin embirgo,

s, pots, Seye descuida un criterio esencial: si ese antagonismoe

mos, UN conflicto situado dentro de las relaciones de producción, es ción road” la resultante de un antagonismo análogo (la prolonga

estructural) producido, originariamente en el sector de las fuerzas productivas. ** Por ejemplo, el conflicto entre los obreros y el capitaasí como lista es, en el sector de las relaciones de producción, algo

la prolongación y la resultante de la oposición antagónica antecedente

entre el crecimiento de las fuerzas productivas de cooperación social

y la supervivencia de actividades productivas o empresariales basadas conflicto en cada individuo (artesanales o pseudo-artesanales); el

entre la tendencia a la propiedad general y la resistencia de la socieción de la de clase es, en las relaciones de producción, la prolonga

dad ra tecnológica oposición antagónica, antecedente, entre la estructu ra cooperativo-Made la industria moderna y los restos de la estructu a, esta última, exclusinufacturera de las fuerzas productivas (fundad

hombres y en el vamente en la división de las tareas entre los

intercambio desigual entre trabajo físico y de dirección). de un sector estructural También Godelier,* aun cuando se remite primario (fuerzas prootro derivado (relaciones de producción) a de contradicciones pal ductivas), no tiene en cuenta la: presencia vas de cada mo noSs gónicas ya dentro del sistema de fuerzas producti

y ana poción. El no muy precisado “desequilibrio a, lra

realidad, MA estructura más avanzada de deión Peja en en o atrasada de las relaciones de pro ación des Mu oposición

de be a ón ue suprime una de internaada opinión, eselderetraso producción (resolució ción de la corresdes a as relacion ue suprime os tensiones) , respecto a la ya consumada reso! productivas pe mplo: pondiente oposición interna a¡ las fuerzas trastantes). A título de ele ee

A opónicióe una na d de las tendencias cont 'Sualment

rtesanal y la organizac!

esta última, mi fabril (man entre la producción de pa . de persisten en las nuev: Que las Aetura) se resolvió en a ]

ciales de tipo corporativo O feudal P

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u 258

EL CONCEPTO pg NATURALpzq Y Lo s Mer ” : relaciones de clas ODos : e Propias del réLa gimen Capitalist el sistema de 4 Ce, la Producción Cu Industria Mecá A tivoMa nica concluyó m o "P O, en favor relaci ones de clase, Características

e esta Gl Ulera Y la 1 del capi

La “ley” de in Enunciadas po terpenetración de r Engels. Para hegeliana ha Progresar desd sta la histór e la Ea ica Marxista “unidad de lo ea , COnv s “inseparabilid opuestos” o mejor todaví iene emplear | La a, como pro ad de los cont ra Con preferenci Sión a a “identidad rios” (la interpenetración» “ley” afirma de los contrari eo , ricas se elabor muy implemente, que la os”. En efecto, la a: s categorías an en el Pens dialéctico amiento) y “t Una en funció rabajan” ( n de la i fase O moment odel Proces o (l internas, la “calidad” Surg as Modificaciones externas su e de la “can Mismo en ta tidad” ; form rgen de las nto consta si an el Proceso dos procesos uno . IsSmo tiempo Pe Penetra” con eleta netra en él o mismo. bien se “inter. Se interpenetra en el otro: estamo tercera y últi s en condición ma de comprenderla sentido se debe “ley”, la de repetir que en la “negación de la negación ”. fórmula hegeli € este : anizante (y poEn ep: r ende mente el “terce ro” sino tambiéNegación” hay que descubri. no le r sola Cuarto z

de lo concreto en ta

de una dialéctica ntonto se 1 diferene¡ , histórica e:0mo 12i de la dialéctica dose, de la dia diversificación

a dialéctic de lo léctica lóg , aunque relabstracto, acioná bi en el problema de la relica imogiccapítulo nos detend nación(enentelrePrloóx“ló concreto histórico remLo o” y os lo “hi stó ric o”. es el ter reno de una comple ja trama de relacion es

ACiones de MEBaciones

”),0

AM Por tanto suque por misma

la medida en quelo simple y

|

” y más aun como lo sugiere la serie | Lenin. En hoción misma de un

- EN SU simplici dad, en

lo Compuesto COexis super crpo onne olnógyp icore lalé o olllóogire su no FONBrUCNCI ten siempre juntos, se n ct cove -dia TICOico (por ejem a, sy desajuste hist plo ej retras óo de las

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«LUDWIG FEUERBACH”, DIALÉCTICA Y DESTINO DE LA FILOSOF14

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es de producción respecto al desarrollo de ] as fuerzas produc-

estatales respecto a la cultura científica). delas Aa tivas, En yla€l dialéctica de lo. concreto

no hay duda de que aflora una

cierta noción de peioilaaa puesto que la interacción %? pasa a las formas que allendea, n o reiteran el desarrollo, en unasuerte de “inercia” del movimiento o constancia” de la dinámica histórica ue requiere más bien el empleo de las ciencias empíricas y exactas.

Ño carece de significado el hecho de que Marx invoque la “negación de la negación en sus Manuscritos matemáticos, a propósito de las

operaciones de cálculo diferencial, Pero tales formasreiterativas están muylejos de configurar, como la hegeliana “negación de la negación”, un resultado, una sintesis concluyente y superior, que conserva a la

vez que suprime y hace “desvanecer” lo que fue “superado” (Aufhebung). Para Marx y Engels, al contrario, significan la misma caduci-

dad y el carácter no acabado del proceso histórico que se cristaliza en la repetición inerte de ciertas relaciones, contra el simultáneo e

insuprimible progreso de las fuerzas fundamentales que continúan obrando en su seno y que “antes o después”, terminarán con la apertura de una brecha y conseguirán hacer estallar las “síntesis” o cristalizaciones consolidadas en las formaciones históricas y concretas.

Los ejemplos que Engels menciona de esta tercera “ley” calcan el

esquema hegeliano y evidentemente no son los más adecuados, pero el significado contextual que se debe atribuir a la fórmula, en la concepción engelsiana, es el de unadialéctica, como señalamos antes,

de lo concreto o de los sistemas compuestos, formados sobre la base de as interacciones y de las interrelaciones (o acciones recíprocas), que Presuponen no obstante (y siempre dependen de) los procesos simples Dnnstituyente y como fuerzas destructoras “antes O paa

pecto a q Marx lo comprende mejor cuando, por E 2 hiela Cor centro que es el valor de mercado, escri tes” ,

Agrega: q valor real a través de sus oscilaciones oA Mediante eel diría: no mediante una identidad a pe cano

mo Deacia constante negación de la negación, O Sea, ón del valor real.” ??

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NOTAS

2 Cír.

a

F. Engels

lla naturaleza, Ko naturaleza, Méxi co, Grijalbo, 19 61, ma 1967, p. 222 len es . Di léctica de la p. 1177). ? 4 F. Engels. Ánti Grijalbo, 1964, p. 11di]hring, Roma 1968, p. 28 [en e . AntZa : 5 Ludwig Feuerb 92 Len esp. Antidiidihriiri,ng, Mééxix, ach, etc., cit. pp. 76-77 [p. 402]. $ Cfr. R. Mondol fo, 1 materiali smo storico in Fed erico Engel

s, Florencia,

Engels es la de Max Adl fr. además R. Paris, er, Niega el presunto “po “He, sitivi alla metafisica”,

OoMmunista (p.

su de

clas particulares1449). se halla en el deb ate en particular en E 8) baj el título “Filoz la comunicación ofie de N. S. Umiotru , ep qui en define 2 forma específic reta (1bid., p “ciencias revolucionarias ió entreo-concLG la relación ” liberadas de o 171) la filoso'ía Asum

y la práctica Para la idas como mediadoras junto de la Conciencia reestructuración del con social (Ibta., p. 172) quien observa una síntesis Universal siem ; en la intervención de M. Breaz u, pre renaciente bajo ontológico y gnoseológi el doble perfil co, de las síntesis científicas no reductible sin embargo a a suma cuantitativa parciales

Kopnin (URSS), “Conosce nza cenza

(1bíd., P. 803); en el artículo de P.

Y. ! d ”, en revista tre lara di eno cit. núm. 9, 1968, p. 1078, en el filosofía debe basarse que se manifiesta enlos resultados ¿¿XPp que l erimentales de las obstante no puede ciencias pero NO consistir, por el méto do, ni en una 8ener datos experimentales aliza ción de 105 ni artículo de €. Joja, “Nat en un Procedimiento omático-dedu ctiv : en ura € roumaine des sciences social e obiettive della filosofia delle scienze”. o en Reyut es, Serie de Filosofía y Lógica, núm. 1-2 1965, que atisba una vocación

ontológica mismas teorías físicas modernas en 7) páencias ¿5 «Cadoras ínsitas en las to. dose o Mene carác sólo en un sentido limitado y condi ter científico ciona gún M. Do, kulil (del resume n de

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«LUDWwI6 FEUERBACH”, DIALÉCTICA Y DESTINO DE LA FILOSOF1A

261 a su del ida problema «La filosofía e il Cassopis, 4, 1969). Véanos peto”, ; su adecoslovaca Filosoficky en su 4 autores soviéticos, recopilados en el segundo fascí ere revista

e 1965 de la losofía, de la Academia de Ciencias de

Pecplemas filosóficos de las ciencias naturales”, y el a e 08 e “La dialéctica materialista y la biología moderna”, el J. Frolov

sobre

"28, de julio de 1966, de la revista cubana Teoría ri del dps vez en cuando en estos trabajos el empleo incontrcl: d

omo “dialéctica de la naturaleza” y filosofía Yaodas

les”, cuyo objeto (según Shajparonov) estaría oiaa las “formas en que se manifiestan en la naturaleza las leyes y las pl mes más generales de la realidad material” (cfr. G. V. Platonov y M. N

Rutkevich, en Voprost filosofít, 3, 1963, y el debate que siguió a ello en

a en una posición Voprosi filosofit, 9, 1964). Situar la dialéctica de la naturalez accesible tanto a los

ciencias naturales, intermedia entre la filosolía y las Zuravlev, en el debate citado, filósofos como a los científicos, tal como lo hace rio del problema, y razón le no aporta por cierto un esclarecimiento satisfacto presutacha de esquematismo la triple jerarquía asiste a Lukianov cuando distinguen las “ciencias naturales”, cuando , Rutkevich y ov ton Pla puesta por terialismo dialéctico”, en base a la la “dialéctica de la naturaleza” y el “ma vas generalizaciones, sin tener en ecti menor O Mayor amplitud de las resp cualitativas. Una toma de posición ncias cuenta las mucho más relevantes difere generalila dialéctica como esquemática contraria al concepto positivista de ulares (y una concepción que

partic zación de los resultados de las ciencias ciencia) se halla en M. Zitovic, The acentúa el carácter instrumental de la of Dialectics (Praxis, núm. 2, 1967). dialectic of Nature and the Autenticity humanismo existencial que no pode El autor se inclina hacia una forma la filosofía que trata de la esencia dríamos en ningún caso compartir: «Sólo es una filosofía que no deviene ica, autént ía filosof humana del mundo es una ni sus problemas particulares” tareas sus do olvida ha no que ancilla scientiae y la dialéctica, como

con tal punto de vista,

aría (Ibid., p. 254). De acuerdo nada existente, sino que sólo implic principio de negación, no expresaría (Vernunft), en el espí-

e de la razón h destrucción de lo existente, en nombr es lacom(Ibíd., p. 262). Muy distinta ritu del pensamiento marcusiano en la interpretación de N. Badaloni, (cfr. iana prensión de la instancia engels o e dirigente rivolue Lenin”, en Lenin teoric Scienza e filosofia in Engels ta) ; [en esp. “Ciencia y Marxis a Crític de 1970, 4, núm. rno o, Cuade a y política, Buenos Aires, Bl Pe saEnpriA y Lenin”, en Lenin, cienci

ciencia epa el ía sería para Engels la al Eo las la unidad neo, 1973]. La filosof mismo las ciencias naturales y

elemento qe colóneR de el estado Pa A capaz de poner en crisis ciencias ( 1bid provocación” bid. tica por otra parte a?¿qué es zación latina 85) [p. 14]. La dialéc ación biológico € el l fondo, iment exper de o proces «A: un E, 15] fondo, [p, 2.86) autor leemos: En Para nor Un Otro ensayo del mismo : amplio más bre, e diciem di storici, histór Jstorica de alcanc la teoría sino una respuestavelli” - B; Badaloni, > Sotros, “N; , en Stud: atura e societá in Machia 1969, p, 675) E un es , imeros en rechazar la pr unta herencia or lo demáYs, Lenin fue de los pr cuan»do, as ci en ci ngelsilana d a / e “generalización » de las E n” e . “e una a fil a Propé:. s filosofía como 8 de A. Rey, anotaba: charlatá sidoo sit [en esp. la .), fiosdics formulaciones análogas de O NA ye : Quaderni filosofici, a O os ú ante (V.L Lenin, qe 3 6,$ mencionada da se encuéntra en la pág. + rIL, Y: en la edición de Cartago de las Obras Completas,

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Pol -

EL CONCEPTO DE NATURALEZA Y Los METODOS

"

DE A CIEN, 1960, donde en realidad se lee “blagueur” y ¡tonto! N, de] y Ca del concepto de la filoso/ía como síntesis “enciclopédica” ). U E na tas, reciente trabajo de Ch. Glucksmann, “Engels et la Philosophie acu

al núm. 46 (1971) de La Nouvelle Critique, pp. 31 y, Enma “Lenin

:

et la pratique scientifique”, desarrollado en París de Coloquio el. 1971), a cargo del CERM, se propusieron indistintamente bos

filosofía como competencia interdisciplinaria (por ej. P, Saba tesis de

Una tesis, reductible, cuando menos, a la primera fase de la escuela e , h de una filosofía como epistemología (J. C. Michea); y por 00 thu lana, propuesta también la formalización o axiomatización científica de La lado, fu la dialéctica filosófica marxista. (en el informe de L. Séve y en la int reglas de de Y. B. Gasztowtt). La “lógica dialéctica materiali para Julia Kristeva, cfr. “Matiére, sens, dialectiq sta no es Pae ue (Préliminaires)” e

Quel, núm. 44, 1971.

> En Tel

8 Cfr. la definición del materialismo dialéctico como guía epistemológica de las ciencias particulares en L. Séve, Marxisme et théorie París, 1969, p. 65. |Hay ed. en esp.]; y cfr. las comunicac de la personalitó iones de S. Popescu y de U. Tomin, en el debate citado en la Revista de Filozofie, núm. 7, 196 (en las pp. 777-778 y 779 respectivamente).

9 Cfr. la comunicación cit. de U. Tomin y su apelación a Engels a propó-

sito de las tendencias modernas que, como en la cibernética, convalidar ían la previsión de una progresiva resolución del método filosófico dialéctico en el concreto obrar de las ciencias particulares (rev. cit, pp. 780-781). Sobre “Karl Marx et la fin de la philosophie”, cfr. el art. de J. J. Kirkyacharian, en La Nouvelle Critique, núm. 169, 1965.

10 Ludwig Feuerbach, cit. p. 24 [p. 365]. 11 En la comunicación de Henri Wald (Revista de Filozofie, 7, 1968, p. 782), la filosofía es considerada partícipe de una dimensión científica mucho

más que de una dimensión moral-estética. Como tal, la filosofía no sería h

generalización de resultados científicos, sino una necesidad profunda que

provocaría una neurosis colectiva si fuese reprimida, como la supresión artrficial de los sueños provoca neurosis individuales (1bíd., p. 783). H. Wald es adversario del “estructuralismo desantropomorfizante” y, como Sartre, constdera el materialismo dialéctico la filosofía de nuestro tiempo (en sentido relativo). Entre otros, le replica M. Breazu, quien subraya la irreductible diferencia del lenguaje denotativo de la filosofía del connotativo del att (Ibid., p. 804). Sobre el vínculo entre filosofía e ideología se apoya S. Du mitru (Zbíd., p. 774). A propósito del nexo filosofía-ideología en el ANP diihring, véase lo que escribe I. Feischer (cfr. Marx e il marxismo. Dalla filo sofia del proletariato alla Weltanschauung proletaria, Florencia, 1969, PP. 161-162): “Es sorprendente como en esta crítica no desempeña ningún Pal a el método del desenmascaramiento ideológico, En ningún pasaje las distorsiona y los errores del adversario se ligan sociológicamente a determinadas caral la rísticas de un modo de ver condicionado clasistamente, si se prescinde de

cs

lificación de «pequeño burgués» que surge Ocasionalmente, pero que no €5 . ho más profundamente fundamentada”.

mus “Intermedia entre ideología y ciencia”. es la filosofía según el soviético

nin (art. cit. p. 1077), quien sostiene que arte, religión, filosofía Y

P. V. Kopr rimero de la ciencia y que el arte, en particular. ha perdido e e te función de descubrimiento cognoscitivo de lo nuevo, CoN bjetivo de actividad formadora de la Personalidad humani boy prese sólo el 0b] servando (Ba... ise Lénine et la philosophie, París, 1969 (trad. ital. Milán

13

Cfr.

L.

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hantci

262

“L

yDwI0 FEUERBACH”, DIALÉCTICA Y DEST INO pg La FILOSOFIA

263

ción1 en español], en donde

a autor¡ o no directamente abandonar, su 1969) cuand [hay edi eEAEaUE el pción anterior conce e atem-

eesimple epistemología.

* la filosofía omo a Lipsia *F', Engels, Antidiihring, cit. p. : Se A. Griese y H. Hórz, “Philo 150 [p, 131], «urd'hui” (del volumen Philosophie sophie marxiste et science de |, und Naturwissenschafe, Berlín aujo' hes internationales d la lumiér 1968) en

e du marxi icira decicado a Scie nces et marxisme-leninissme, fascículo núm me

+ PP. 54-57

a

'

el ha ds 67 ss, En la RDA la atención a los problemas de la dial se remonta a los ba E N. ias “Una discusione sulla diale éctica ttica” (aparecida en Societd, en , Y ahora en Dial éttica e storia, Messina, 1971,

a una bibliografía de las investigaciones soviéticas más reci entes sobre Engels y los problemas del Feuerbach, de las clasi ficacion es de las ciencias y de la relación filosofía-ciencias, señalamos (para aquellos que tengan conocimiento de la lengua rusa): L. Dzachaja, Engels y los pro! blemas de la clasificación científica en Nauchnye doklady vysshej shkoly. Filos ofskie nauki, núm. 4, 1970; L. F. Ilichev, Friedrich Engels y los problema s filosóficos de las ciencias naturales. Sobre el libro de Engels “Ludwig Feuerbach”, etc., en Voprosi istori i estestvoznanija, Moscú, 1970; B.M, Kedrov, Friedrich Engels. Desarrollo de su concepción acerca de la dialéctica de las ciencias naturales, Moscú, 1970 ; B.M.

Kedrov, Engels y la dialéctica de las ciencias naturales, Moscú, 1970 J. , 'S. ; Marscki¡, Federico Engels y la teoría del reflejo, en Vestnik Moskousk ogo Universiteta, Filosofija, núm. 5, 1970; O.K. Senekina, Federico Engels y la historia de la ciencia y de la técnica: de los manuscritos de Engels en el Instituto de marxismo-leninismo de Moscú, en Voprosi istorii estestvoznanija i techniki, . Moscú, 1970; Federico Engels y los problemas metodológico de la ciencia s moderna, M. Izdatelstvo Moskovskogo Universiteta 1970 (mimeogr , afiado).

Sobre los problemas de la dialéctica en Engels, con particular referencia a

l dialéctica de la naturaleza: G. Bagaturija, Dialéctica de la natu raleza dialéctica de la historia, dialéctica del futuro: Engels sobre el rol creci ente de la

conciencia social, en Novij Mir, núm. 11, 1970; Z. Orudzehev, Engels y la taléctica materialista, en Kommunist, núm. 15, 1970; 1 V. Kuznetsov, La a de Engels sobre las formas de movimiento de la materia y las pues palas contemporáneas, en Voprosi filosofit, núm, 11, 1970; B. E o

La YO de Engels, en Voprosifilosofii, núm. 11, 1970; B. ihboly cti de la natu

E ale

raleza” como investigación científica, en Vestnik y

2 >

um. 11,

1

1970

2 pd Feuerbach, cit., p. 60, [p. 389).

2 F E Pp.

38,

[p.

3741.

ea a En Ea Antidihring, cit., p. 26, [pág. xxxvi, of. cit,],

5

1h

ach,

cit.;

p.

A

ie

88.

.

i de a » P. 57 [p, 387. Del el pr la matemática debe ser 2 - Reiprizo Unilateralidad teórica. Véanse algunos inédit os de Engelse arg prich, Die Philosophisch-naturwissenschaf sumida tiedrich Engels, Berlín, 1969 pp. tlichen Arbeiten Y 23; las aAlosofía ¡Mural qe J o c recia un libro de W. Thomson y122-1 P.G. Taitensobr ela (10041 tay brobles,Aras siguie nte, escrita mitad en inglés mi que la ciencia física no pueda investigar CO pleta y exac* 2 través de] razonamiento matemático”. .

.

.

3

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264

EL CONCEPTO

?6 . Escribe c L . Althusser reglstraría

DE NATURAL

(en el

pz4 Y Los Z METOD 5

in,

CONquistas . > fundan, ci a salileana-newtonjana ! > e) que la e n fi nt, . usserl) y de las primer > “o, ; en cambio, Í Mater conquista del Continente tica (ona el tardaría le as MÁ historia? porenPr parece del todo tica. e Pan na ilosof; (con Dee) Correcta, i no aber registrado, se Quiere dar te avanzadas sobre con sus filosofías idealista, q al * La ren Pei e] Continente E Hege de a so ; .(o conocimiento 2 or Pibuip a, 4 Primer, ye histórico 0 Ao ue acompañ q ¿compaña oris upochov, a sucer Mueva o Kroce I«La G «tozdestve» nombre, a dimensión filosofij ¡ Istorjj dentidad” roce»], en de Filosofii, núm. filosofía € historia a núm. 1, 1970,Voprosi la A 1, 1970 trad. Por, p, 79. it Do 2 obraAdotach 5 da Pp. de Beneder, 20D 73. EN Rassegna so ap 305 34 r. B. Croce s La storia come Pensiero e come Aztone, 30 Cfr. nuestra Bari, 1939 sul Croce”, en Crit * i, $1 Cfr. A. Gramsci, Passat o e Presente, Tur % Cfr. C. Lupori ni, “Problem; 1 La presenza di filosofici íntem195 Karl Marx ne olonisos todologia, Milán, 1969, p. 293 33 Ibid. las

5% Ibid. 35 Cfr. F. Engels, Antidú hring, cit., 368 Cfr. Ch,

p. 11 [p. Xxxv]. Glucksmann, OP. cit, 37 Cfr. V. L Lenin, Opere, 1 (1893-1894), Roma, 1954, p. 160, [en ñol. Obras completas, espaBuenos Aires, Cartago, F. Engels, Antidihring, 1960 cit., Pp. 142 y ss, [p. 124 , tomo 1, p. 179] y ctr y ss.]. 38 Cfr. V. 1 Lenin, Ope re, cit., 1, pp. 161 y ss. [p. 180 y ss]. 39 “NB: la “triplicidad' de o la dialéctica en su aspecto super (V. L Lenin, Quaderni filo ficia sofici, cit., p. 226) [p. 222) Poco l, exterior había anotado que el “ter antes e cer término” Puede ser tamb ién cuarto Ec y ss.) [p. 221]; y cfr. tambié n el fastidio por la exposición abst universal, lo individual y lo rusa particular (p. 167) [pp. 170171]. 10 La involuntaria fuente marxia sión na de tales desarrollos del pSó o las Tesis sobre Feu

erbach. La palabra “materia ” no figura en ellas, . 0 H. Lefebvre (Probléme actu s els du marxisme, París, 1958 , p. en ce 53). Problemas actuales del marxis mo, Cór dob a, Nagelkop, 196 m2, Cfr. K. Korsch. “La dialetti ca materialista” (Quaderni peiceant irt€ sociblb 1965) y L. Gol

ñol,

dmann, “La dialectique aujourd” hui” ¡is omine € ancia, cÍr 1971). En cuanto a las conocida cont s roversias en Fr 1962, [en Marxime et existentiali sme. Controverse sur la dialectique, pa a Merleaur español Marxismo y existenciali smo, Buenos Aires, Sur, 1963]; A en español, ] tures de la dialectique, París, 1955 , [hay edición 0 dol mar p a s: Losada].3al resp uen os reAires, cfr. también P. Vranicki, Storia e ecto q0A4S9 e de núm.

19,

AeeSrOS, Ne Ms ea E sales la concepci ón de Engels y la de apor Sobre la dive

Ch. Glucksmann, of.r ctit “dia 13 y ss. En cuanto a algunos desarro epede léctico soviético, parciales anot aciones bi dialetteriores del o a nues tra titulada “Studi e dibattiti sulla la ficas se hallan en E núm. tra 1, 1967, especialmente a propósit tica” en Critica Marxista, o de

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16 FBUERB

«UN

ACH”, DIALÉCTICA Y DESTINO DE La

FILOSOFIA

265

a de los Osnovy marksistskoj filosofii (Fo

della hilo. filán, 1965, a cargo de G. Wettos ndamenti ducción jtalian eeda á ob; xista : sofia ela “de Ciencias de la URSS, del volumen crítico do sí la Ac Les catégories du matérialisme dialectique. Pontologie sovibtique oporaine, Dordrecht, 1965; y de la revista Studies in Soviet Thought

a Della Volpe interpreta la dialéctica marxiana, a la luz de iron: a

zE o; «. de El Capital, como algo distinto de la unidad divina deenloslap sajes que se embriagaba Hegel, sino más bien, como corrección TOCesO histórico, real, de las recurrentes violaciones del principio aristotélico Le no-contradicción; nn corrección, sin embargo, en la cual, en tanto correcno es ción histórica, tertitum a pa ella la realidad contradictoria negativo, mientras negada en su integridad, sino en lo que contiene de

se conserva lo que hay, de positivo en ella. Della Volpe cita en particular el

pasaje de la conclusión del “Postfacio a de 1873 a El Capital, respecto de la dialéctica en su forma racional (“en la comprensión positiva de la realidad de las cosas incluye, al mismo tiempo, la comprensión de la negación de la misma realidad”) interpretando las palabras “comprensión de la negación de la misma realidad” como “comprensión de la necesaria negación de lo negativo contradictorio que tal realidad contiene” (p. 497, rev. cit.), y traduce más adelante, la “necesaria desaparición de ésta” (realidad) con la “desaparición de lo queella tiene de negativo” (cfr. Morale e societa, Roma, 1966, pp. 106, 115 y 119). Aunque en cierto modo algunos pasajes de El Capital lo permiten (cfr.

Roma, 1956, 11, 3, cap. 49, p. 266: “aun cuando desaparezca el modo de producción capitalista, siempre y cuando que quede en pie la producción social ...”, citado en Morale e societá, cit., p. 116), [en español, K. Marx, El Capital, Buenos Aires, 1956, p. 719], la interpretación no justifica suficientemente la diferencia existente entre Marx y Proudhon, tal como está condensada en la famosa crítica al procedimiento proudhoniano (“conservar el lado bueno de esta categoría económica y eliminar el malo”, cfr. Miseria della filosofia, Roma, 1949, p. 91), [en español, K. Marx, Miseria de la filosofía, Moscú, ediciones en lenguas extranjeras, s/f., p. 107]. (cfr. Ra.* H, Marcuse partía, en apariencia, de la afirmación contraria Elone e rivoluzione. Hegel e il sorgere della teoria sociale, Bolonia, 1966, Madrid, Alianza, Po o1-352), [en español, H. Marcuse, Razón y revolución, prep dl cuando escribía: “Las leyes dialécticas son dl acia, ad e las «leyes naturales» de la sociedad, y por lo end an SEL miento q

nte en el proceso de su anulación, pero siguen sien

u

de

e leyes «naturales». Naturalmente, la lucha con el creo de continuará con el paso del hombre a la etapa de su So sn

no ducha, ésta Cuando la ae gta y la contradicción libre a “azón, es se llevará a mr ad se haya convertido en el sujeto

icito impo

abo bajo formas enteramente diferentes. Por e sutura. historia edit ner la estructura dialéctica de la prehistoria a la ful

ad”. Una singular variante epistemológica de semejante ou $e encuentra en un libro de J. Fallot, Marx etle machinisme, 1).

jonad. ital. Marx e la question delle menelinds nte con lo

Que es un e un desarrollo dialéctico se corresponce lento humano en

¿into tal no Jeto del mundo” (p. 206) y que al pensamie o sea al menos Puede atribuirse ninguna dialecticidad (como N do”): 0 sea, % aquella mismo que constituye un . “objeto del mun ncia (en las MO habría a narte del A

ada de dialéctico en el funcionamiento de la conc

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266

EL CONCEPTO DE NATURALEZA y LOS

>

METO'DOs

relaciones entre las ideas) y, Propiamente, Mi siquier Cosas entre sí;

la sería del o jeto-cosg de la conciencia en dialéctica cuanto obj eto-cosa, Pp.

>» DE La o

Ec

(7 E 0

tico a sí y difere 208 A Telapig en pa lo tam nte sociologie, París, 196 de sí, k 2) > [hay ed. esp], define G. Guryi esta ri 2- tampa xismo cartesiano”, nto mundo y método

imposible, para

de “translucidez”,Sart dialéctica es tal sólo O xista, núm. 1, 196 bien —como afirma también And ré Gorz (Critica 6, p. 180)— “sól Mar. o si Puede misma”

y del i tica “que el hom bre h

hacer la experiencia de ú 'o Con la experiencia del ser” (cfr. Sartre, Critica . Es la dialéc dell Lp. 158), [hay a ragi ona edición en é

Losada]. F. Fergniani español, Buenos Aires , en Marxismo e filo , (1964), como Sar sofia contemporanea, tre, Partiendo de Cremona, v/l la “centralidad subraya el

valor del concepto de praxis, Presunta “concepciideológico (sociológicamente condic ón ion dialéctico es inconcebi del mundo”, y deduce de ello ado) de cualquier que el materialismo ble, como doctrina fun Por su carácter, dante del materiali doble e incoherente, smo histórico, real y de efectiva de pretendida cie Proyección ideoló ncia objetiva de gica, social e his (op. cit., p, 168). tóricamente determin lo Según Fergnani, el ada mismo concepto de i naturaleza (como mente metodológ tra-humana) tiene ica ticulares (pp, 259 , en el proceso de indagación Pro una validez exclusiva: pio de las ciencias -261). De estas pre dialéctica como con par: junto de leyes Obj misas se desprende el rechazo de humano, pero tra eti vas de lo real, inclusive scendente réspecto del a él. obrar Un punto de vista aná logo es e] del artícu . and the Philosoph lo sobre Dialectical y of Karl Marx, Materialism de Gajo Petrovic, 1966). Petrovic en Praxis (cfr. núm cree impugnar la afirmación de . % Engels, Plejánov y Lenin,

naturaleza), también el hombre y

corresponde (p. 336), 11 Entre los intentos más o menos arbitrarios de unificar lógica formal Y lógica dialéctica, véase el de de Logique formelle logique H. Lefebvre en el prólogo a la segunda edici dialectique, París, 1969, PP. ón xxxv y ss. [Hay edición en español, Siglo XXI] En cambio, mantiene la separación €

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OSOFIA Y DESTINO DE LA FIL UERBAC! e DIJALÉCTICA «LUDW! G FE opniin

267

ntifigue”, en Sciences (cfr. , “La méthode de la pensbe scie

. . s soviético PE 1971, p. 104) testimonios reléanse algunos pasajes de Marx sobre el 5 vd

40 Para algunos [ (Carteggio Marx-Engels, Roma, 1950-1953, 11, p. 198; e El copa se puede consultar Cartas sobre El Capital, Marx1968], el propósito de redactar en una forma i y lona, Edima, (carta del 14 de enero de 1858, en Carteggio, P: Barco"? v, hegeliana Engels, ia MarxCorrespondenc bien o 68, Lógtca : rrespor 68, n esp. Cartas, cit., p. cional la 24 Cartago, 1972, p. 94], las consideraciones sobre el E m, P- 155), Le 85; se trata de2d la p. cit., Cartas, esp. [en 165) Aires, Arels, de Buenos ) Lassalle (ui, pEng Eraclito 0€ de febrero de 1859 de Marx a Engels, N. del T.], las precisiorácter y aplicaciones de la dialéctica (rv, pp. 67, 358; vi, carta del e el re el pa el escaso poder de divulgación de la misma y sobre p. 136, de amlidad (v, p. 36), y aun sobre Hegel, presunto “perro (carta del nexo Al re los “muchos golpes” de Feuerbach al respecto

;uerto” Y e 1868, v, p. 137), [Correspondencia, cit., p. 203] sobre el

hubiera estudiado 11 de eiderado una “desdicha”) de que Dietzgen “no hecho a a Hegel” (v, p. 278) [en esp., Correspondencia, cit., p. 219, pr de noviembre de 1868 de Marx a Engels, N. del T.], contra el superioridad de Hegel, fiero “mierdoso” de Comte y sobre la infinita Correspondencia, cit., Farta del 7 de julio de 1866, 1v, p. 428) [en esp. al p. 182), la carta a Kugelman del 27 de junio de 1870, donde vuelve diamotivo irónico del “perro muerto” en relación a la validez del método dialéctica léctico o la otra, decisiva, del 6 de marzo de 1868, donde dice: “La de Hegel es la base de toda dialéctica, pero sólo una vez que se la ha despojado de su forma mística, y precisamente esto es lo que distingue a mi método” (Lettere a Kugelman, Roma, 1950, p. 67), [en esp., Correspondencia, cit., p. 204].

+ Según los adversarios de la dialéctica materialista, la enumeración de sus leyes, tal como lo hace Engels, revelaría su heterogeneidad y por lo mismo su arbitrariedad. Pero el mismo Planty-Bonjour señala (of. cit., p, 121) que nofaltan en la URSS intentos serios de demostrar la coherencia y la necesidad de las tres leyes engelsianas, o sea la “relación interna que vincula Fl entre sí”, de la cual escribía Engels, precisando no poder profununidad Bujias Dialéctica de la naturaleza ; Kedrov, por ej., explica cómo la tidad a

A Entpros funda la génesis del movimiento, el pasaje de la can-

cambio, y, po- e constituyeel “mecanismo interno” del movimiento como “trayectoria” del imo, la negación de la negaciónes la ley del resultado total, o casi del mismo e íntegro. La obra colectiva de la Academia se expresa

Pasaje rn e r. pp. 311, 312, 328, 361-363) y respecto del abusado Me en efecto, se 4 sua dá lo cuerpos sólidos al estado gaseoso, manifiesta

doly nor en una inversión —negativo que se convierte en

aria entre las m e la fuerza de atracción y la fuerza de repulsión "Úculas físicas denon Sulan (ibíd., p. 348). También en el nivel de las

Megan, e un hrecro la aparición de lo que es cualitativamente nuevo (onde entre partícula interacción y da lugar a un sistema de relaciones Empe .

5 barticules de Antipartículas (Ja. P. Terleckij, “Vers les pro-

mo este punto

nemiaires”, en La Pensée, 95, 1961, pp. 29-35).

Surgiría, a Juicio de Planty-Bonjour, una ilogicidad a de Qe la a afirmado en ge Interacción” como causalidad recíproca, después Usa precede al ad comolos filósofos soviéticos suelen hacerlo,

ecto en el tiempo (p, 168). Pero, también aquí, la

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268

EL CONCEPTO DE NATURALEZA y Los METODOS

ilogicidad nos res ulta aparente, po ñ CIENC) al efecto sólo en rque, POr una part tanto que lo pr nuevo; Mien oduce Originar tras que la ia menge simult siempre sinóni Pr mo de alternati aneidad de la acción caus al entrelazadas vidad de accion 10 y ner cuanto se qui es y q espu cir era. Se Pued de condicionami e decir que d 5 a entos es mayor de gas, den rimentador in (por ej., donde meno troduce siempr :int la Pre sen c; e Nuevos ele trel Miento erna de un fen,óme no toma el aspect rbació o de la “indeterm > £Xpe, En Italia, la Pro inacioy Mámi c, significado y de blemática relativ 1 la d : arx (Nápoles, 196 Primeramente en la Rivista 5, pp. 239-264). di filosofia (xL en la recopilación Diana ix, 1958, Pp. Stu di 334-354) e P sul la dialettica, junto y Otros (Turín, o con trabajos de 1958), el tra baj N. > o está completad Abbagna; . Bobbio sobre Gramsci (cfr. o por la inte n : “No tta núm. 1, 1958; rven E y Studi gramscian sulla dialettica in Gramsci”, en ción de i, actas de la con Soci Roma en los día s 11-13 de enero vención desarrollada etá de 1958, Roma, del autor es que en 1958, Pp. 73-86) coexistirían en Ma . La tesis rx una dialéctic. poral o “diacróni ca” y una dialéctica de , que procede por sucesivas negacione lo s resultados cien s de negaciones) tíficos de la realid laciones sincrónicas qu ad Hobbes a Marx, cit. € cooperan en la “totalidad orgánica” (de las interre. , P- 261), y que la dría un “significado Primera, de tradiciónde los entes, Da istóricamente más rel hege igualmente en Gramsc evante” en Marx (ibi liana, tend., p. 264), e vaciones que, discut i (Studi gramsciani, cit., p, 78). En cam bio, las obseriendo con Bobbio, a cont Marxismo come storicis mo, Milán, 1962, pp. rapuesto N. Badaloni (en su 108léctica engelsiana de la acción recíproca, decisiva 134), según el cual la dia. de la naturaleza, sería la “ley fundamenta)” tamb en el ámbito de la ciencia Otros procesos, que en última instancia proceden ién en relación a todos los y se originan en la natu: raleza (p. 115 y 119) ; ade más compárese con lo de la relevancia de los procesos de interacción que subraya Mienkoy, acerca en y en el método del análisis la contradicción o “dialéctica de la naturale económico marxiano, a la luz del ejemplo de , za” que Marx, en El Capital, dicción real de un cuer extrae de la sae po celeste que cae sobre otro y al mismo pr aleja de él (La dialettica dell trad. it., Milán, 1961, p. 217) Pastratto e del concreto nel Capital de Marx, . > los trabajos italianos hay que señalar, entre otros, las breves interMd Mario Dal Pra, Mario Rossi y Galvano Della Volpe, a “discusión” aparecida en 11 Mulin ue puede considerarse un apénd o (5, 1966) sobre Dialettica ba Al a (de M. Dal Pra, véase ice a las ¿Obras de los tres estudiosos 5 La dialettica di Marx, Bari, 1965, Er 7La dialéc tica enhegeli pd Marx, Barcel ona, Martínez Roca, 1971]; ana, Roma, de M. Rossi, Ta e la dia 1 materialismo histórico, 2 vol, 1962-1963, [en esp., M. MET Madrid, Comunicación génesis A e, Nos. 8y111 a Chiave della dialettica storica, Roma, 1964, o pe de ir E “societá, cil. [en esp., G. Della Volpe, Clave de la oa Buenos Aires, Proteo, 1965].

““ gel > €n Friedri , 7 ad ¡ rich Engels gran , ¿voluti cl 79) a cargo de dps lo ión de la ascícu redacc r penseu et Sciences S tre tionna do a révolu A Monde contempo!S al " o a e reda e E ns E ol 2 ales Ay jour d'h ul de ) la URSS (p . 65). ,a A : AC dé de ; Cienciias de

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> .UDWIS FEU

BRDAS

H”, DIALÉCTICA Y DESTINO DE LA FILOSOFIA

269

[p. 112]; la cursiva es nuestra. p. 129, Antidiihring, que considerar las cosas de un modo afirma Engelscit. Eng precedente, as F. Engels

£n la pin (sin contradicciones) equivale a considerarlas “en reposo $ du

e dialéctic luin vida” es una metáfora, por supuesto, pero es la visión vitavida”. mimado el riesgo que se cierne sobre su Dialéctica de la natu. lista 0€ lo adopta las mismas metáforas (“muerta” y “viva”) para señalar raleza. La concepciones del desarrollo, aquella que ve sólo aumento o

jas dos POSID

por tanto repetición, dejando afuera del desarrollo mismo

disminución, E que dirige su atención principal al “automovimiento” y ala ñu fuentes fo (v. I. Lenin, Quaderni filosofici, cit., p. 334) [en esp.

iuris L Colletti en 1! marxismo e Hegel, Bari, 1969, formula una objeción

P 950 contra la “dialéctica de la materia”, antes que contra la dialéctica

¡lina considerada herencia caduca del marxismo menos auténtico. Afir-

en ge - 188-191) . que Lenin, al hacer propias las enunciaciones del principio a del automovimiento contenidas en la nota 3, cap. 1, C, del libro n de la

dos hegeliana, descuida el resto de la nota, en la cual éstas se precisan Deestinadas a fundar el finito material en lo absoluto del pensamiento,

deahí lo inadmisible, según Hegel, de las pruebas (cosmológicas) de Dios qe partan de la finitud del mundo y, viceversa, la exclusiva validez del argumento (ontológico) que asume como principio explicativo la misma esencia divina. Pero el equívoco, de acuerdo con Colletti, se remonta a Engels, quien no habría advertido que la “totalidad” hegeliana es la Razón (p. 209), a la par de la sustancia spinoziana (p. 193-202). En efecto, nos parece que la contraposición hegeliana entre pruebas cosmológicas (incorrectas) y prueba ontológica (correcta) oculta la contraposición entre inducción y deducción, así como Hegel se revelaría, desde este ángulo, más moderno de lo que piensa Colletti (de acuerdo con las consideraciones expuestas en nuestro cap. XI).

En cuanto a Lenin, se nos ocurre que le asiste derecho de prescindir del contexto hegeliano. De hecho lo apremia la necesidad de reafirmar que el “automovimiento” se caracteriza en cuanto son internos a él (antes de con-

vertirse también en externos) la “fuente” y el desenlace final, el principio yel fin. ¿Y a quién podría echarle la culpa en esta aserción? ¿Se halla allí también la raíz de la gran preocupación del Qué hacer? ¿Espontaneidad o dirección? ¿Teoría que llega desde el exterior al proletariado? ¿Y por qué?

denEmprender, es necesario todavía hacer uso de términos hegelianos (esta don e Marx de Miseria de la filosofía, véase nuestro cap. vi). La clase, (por a Lenin, deviene clase para si cuando llega a la lucha política

dea ación Ta, del partido, según Lenin). Pero no podría devenir e Y recibir el impulso

externo de la lucha política y del partido, Case en sí, es decir si no fuesen internos la fuente y el desenlace. . 4% Tambiz h dialéc1; ambién H, Lefebvre desaprueba la ejemplificación de Engels. Para élé

sólo lo que se produce en la realiel pensamiento Produce el uo. 4 Es pos en(Logique > del dady histórico formelle, cit., p. xix).

de los cono, Quaderni filosofici, cit., pp. 343-344, [p. 351]. “La identidd endencias o lesa] es el reconocimiento (descubrimiento) de las “la alusión al radictorias opuestas [...]” (la cursiva es nuestra). En cuanto ui, cil.) ce y al “cuarto”, cfr. p. 226 [p. 222]. L. Althusser (en sujeto, , para caracterizar la dialéctica marsin Hegel _ ne Proceso a la de k Faposición Cfren cont eena, ti

A,

S

.

o

.

delPeconomia polaeo 85g yo Lineamenti fondamentali della critica: Florencia, 1968, p. 35. [Elementos fundamentales para Mea de la eoono nomía política (borrador) 1857-1858, Buenos Aires, Siglo

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270

EL CONCEPTO DE NATURALEZA y LOS METO p, TODOS »,

AN

XXI 1971, v. 1, p. 28]. El Pasaje es subrayado tai cfr. Sulla dialettica, en La liberta cOMUNiISta ¡Jambién Por D,

pasaje marxiano citado por Della Volpe (11 "Capital P. 162, a Vo e Capital, v. u1, p. 228), el problema que se plantea e, ;

tradicción naciente de una forma de Producción 0 Salir q, 2,1 desarrollado, fuerzas productivas esencialmente "ociales” CSpués qe to sometiendo a su ley (a su “fin restringido”) esas fuen O Puede copy er doblegarse a sus leyes y fines. -FZaS, sino que de 52 Roma, 1967, pp. 57-58, [en esp., La ideolo gía alemana . EPU, 1968, p. 82]. Della Volpe, por lo demás

no deja de A

oNtevid a las relaciones cruzadas entre “trabajo objetiv, ado” y “trabajo dir también rale pl e societá, cit., p. 100) que implican “una una cosificación de la persona” (ibíd., p, 11 0) Personificación de Mo. y que son las a movimiento que de ta Lula qe? nto en tanto tras

fenómenos.

torna y “corrige” las relaci ones de

58 Además del análisis de Della Volpe sobre las obras Juveniles cfr. M. del Pra, of. cit., pp. de y_ 72-73 por Bobbio, como hemos visto, acerc, Del Pra parte del problema pl a de la congruencia entre el método de condicionamiento recíproco de los términos de una misma totalidad orgánic a y el método de las sucesivas negac iones de una realidad históricamen te dada, Expresa que el dilema no puede reduc irse únicamente al de la elección entre una dialéctica de la naturaleza y una dialé ctica del mundo humano,sino que debe orientarse principalmente hacia la final de la dialéctica en general, o sea “en qué idad de decidir respecto del valor forma se la pueda eventualmente tener aún hoy por válida” (op. cit., p. 22), exigencia esta que no puedeser invalidada, como tarea teórica actual, por la preeminencia históricamente comprobada del interés marxiano por la dialé ctica humana, que se la puede encontrar hasta en el exordio naturalista de la tesis de doctorado sobre la filosofía de Epicuro (p. 44). 54 Cfr. también F. Engels, Antidihring, cit., p. 103. En el coloquio citado sobre Lénine et la pratique scientifique, el relator L. Séve hace referencia ya a la centralidad del concepto de inversión (negación), en la dialéctica marx-engelsiana, ya al significado específico que asume el proyecto materialista de restablecer las raíces históricas reales de la en desviación es hegeliana; también la historia de la dialéctica hegeliana merece ser el observa Séve, con el intento de “invertir” la interpretación usual, que la derivar solamente de una tradición teológica y mística. 55 Engels afirma que “el comienzo y el final van necesariamente ca,

(Antidihring, cit., p. 56), [p. 38]. Refiriéndose

| |

el tiempo, entre dos contrarios”. Acerca de algunas fuentes hegelianas o

| |

a Gramsci, G. dla ll pensiero di Gramsci, Bari, 1971, p. 304) escribe sobre una e, dá entre estructura y superestructura que se hace coincidir con el Pa jp

' nos ejemplos engelsianos del pasaje cuanti-cualitativo, cfr. G. G. F. or scienza della logica, trad. ital., Bari,

1925, v. 1, p. 449, [hay edición en ñol, Buenos Aires, Solar-Hachette, 1968]. Lal 56 Cfr, M. Cornforth, The Open Philosophy and the Open Socie.

Reply to Dr. Karl Popper's Refutations of Marxism, Londres, “Al analizar un cambio, debe analizarse la dirección del mismo, 1968, P- hacia de esto, cular

aquello”; “Analizando qué cambio se está Produciendo en un caso Pacambio

bajo un aspecto dado del mismo, hay que considerar la dirección pe opuesta

y por tanto que éste no se produce ni en esta dirección ni en

la

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116 FEUERB

ACH”, D

¡ALECTICA Y DESTINO DE LA FILOSOFIA

211

del ecambio necesariamente tiene su opuesto”. idad en calidad y viceversaa, de la tendencia o proce so: A: que surgen en virtud de sus R plorth e a “En o! diferencias Con lica: cambios cuantitativos de aumento y dismiexisten as nsurables los cuales se altera la proporción o equilibrio el curso, á 107). Del mismo autor, cfr. “Some Questions entre about A, ws es” %

a

re:

cción pos:ble

( rsión de la cantidad da lo al concepto de inversión Cualquier ds la rellama ampli

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3

10

E

An Marxism Today, nov. 1965, y en The Marxist

16, invierno 1966. Quaterly, lohes núm. it, p. 136, [p. 119]. . , o si A actginaled de V, I. Leninal trabajo de Bujarin sobre la z SE del período de transición (trad. 'ital. en Critica M arxista, núms, 4-5 econo! , [en esp. las notas de Lenin fi, guran como apéndice a la obra 1967, p. 282), de Bujarin Teoría económica del período de transición, Buenos Aires, Cua. y , 1972 29, n* presumiblemente la observació dernos de Pasado y Presente n ala que se refiere Prestipino se trate de la que figur a en la p. 165 de la citada edición cuando Lenin diferencia contr: adicción de antagonism o. N. del T] y el trabajo de Mao Tse-tung, Sulla contradizione (en Scritti filosofici, politici e militari, 1926-1964, Milán, 1968 > Pp. 155-1 57), [en esp. Mao Tsetung, Obras escogidas, edición en lenguas extranjeras, Pekín, 1968, tomo 1, pp. 366-368], 59 Los térmi nos “supresión” y “separació n” los adopt a L. Séve en su informe “Sur la dialectique”, en el citad o coloquio sobre Lénine et la prati scientifigue (p. 21 del texto que mimeografiado). . 60 Ibid. Pero véase ta, mbién en M. Rossi , “Fondamenti d'ur'etica umanistica”, en Logos, núm. 2, 1969, donde la relación estructura-superestru es asimilada a ctura la existent e entre “argumento” y “función”. % En el informe cit., p. 16. * Ibid., pp, 18-19. Un 2 primera enunciación de estas tesis se encuentran en el artículo de L. Seve, “Contradicti on , Antagonisme, explosion”, aparecido en La Nou velle Critique , Núm. 13, abril de 1968. 63: “Le cont radizioni nello suiluppo delle forze produttive”, es un artículo de ne - Krylov (cfr. Rasseg na sovietica, núm. 6, 1957). Tales contradicciose refiere n esencialmente

19.20).

a la relación hombre-naturaleza

(sbíd., pp.

Cfr.

dde r. M, Godelier y L. Séve, Marxismo e strutturalismo. Un dibattito E voct sui fondamenti delle scie nze sociali, trad. ee 1970. - 1 Lenin, Quaderni filosofici, cit., p. 95 [p. 105]. , . E Afirma P. 39 38): “Tod L. Apostel (Materialismo dialettico ecc., cit., Turín, 1968, a fuerza produce una contrafuerza que en la luch: a se refuerza, y a Que Latrascorm a cualitat j de su trasfora la primera enel acto, compa Mación cualitativa Por ivamente r esta dinámedio de la lucha misma”. . Aposteica. Y cir cfr. J. C. QuiMica del des;arrollo dialéctico al feed-back de la cibernética. . ma, 1973), a: sí Mou, Marxis como G. Kla:me el informatique, París, 1971 (tad¡tal Hoc 20009 67

“El

Us, Kibernetik in philosophischer sicht,

to, una justa definición

est udio de las «concatenaciones» es, por tanto, A del | capítulo concepción dialéctica. Así Engels, en el encabe; zamiento pS que €! 1 estudio «Dialéctica» en Dialéctica de la naturaleza (cap. 2), escribió 8 ica el cono: cidialéctil ie ciencia de

de la

e las leyes

cepci ep ón i rnan la conc ipios que gobie

o princ ía desarrollarse «como cit., miento dialético del mundo real, a es ” (M. Cornforth, 0f-

ás concatenaciones, por oposición a

Págiña 61).

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2792

EL CONCEPTO pg NATURALEZA y Los ME

68 Artificioso es, entre otras Cosas, el CONOcido Engelo,Ant

TODOS Y

ASj

+: a, | a:E) » Pr i az (negaciónq ue 0 ne 6% Sobre la di 22 Cl. p, br aco. P. 127], fere la aga: q| diferencia entre un ncia entre la dialéctica de cont te

en rreno “sólid on) le o” y un cont ido originario que contind e enido que en el cambio e de del cambio (com flu endo” bro o automovimien to”) cfr. las pertine ane N- Badaloni, en Pe ce” r il comunismo. Qu , la t Si estioni di t y s ms ob 70 K. Marx, Lineam Pp. 62, vol. 1]. El con enti fondamental, etc, Y. L cit, P71, TEL proceso de “conse cepto hegeliano de Aufhebung es rvar” y “superar” aplicado as A un determinado val el trabajo que lo arr or de uso hat anc (¿biíd., pp. 266-26 un Marx maduro qu a a (ib e “coquetea” con las 7). En otro Pasaje, encontrame, y “ser-para-otro” (0p expresiones hegelianas . cit. ser-pa “negación de la negaci , y. 11, Florencia, 1970, p. 73), [v.1, P. 415]. Sobrraf” e La ón” véase, entre otros, C. Mare, “Despre

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DO “LÓGICO”: «HIsTÓRICO” Y MO

yv. MODO,s MALENTENDIÓ A MARX? ¿

ña de la Contribución a la crítica de la economía política,

p su reser Das Volk, del 6 y el 20 de agosto de 1859, Engels, desublicada hay reconocido el mérito de Hegel en la génesis del método pués de ha eñalaba que era en los campos de la fenomenología de la de Marx, de la historia de la filosofía, en los que Hegel había tratado Li «de manera histórica, en una determinada conexión, la a abstracta e invertida, con la historia”. Sin embargo, la nueva de medirse también con concepción materialista estaba en condiciones e método “lógico”, demostrando que este último puede ser adoptado lógica hegeliana que sin tener que aceptar el punto de vista de la

”.* parte del movimiento del “pensar puro de su Comprendemos que esta referencia a Hegel y al doble filón s

obra, para introducir al lector en la problemática de los dos método con indicados en la Einleitung marxiana (la haya o no leído Engels

suficiente atención) ? puede aparecer desconcertante a quien vea en la obra de Marx el total rechazo de cualquier herencia hegeliana. Sin “filosofía de la historia” de la lógica hegeliana y de su método lógico empleado por él, advierte la necesidad de una confrontación

crítica con la filosofía hegeliana (y experimentará la necesidad de releer la Lógica de Hegel antes de afrontar la trabajosa resolución

de El Capital).

la poo entonces un “modo histórico” en la forma de tratar diglogía, p estética y la historia de la filosofía de Hegel, “Glosofía de qtamente estos y otros estudios hegelianos de pecífico, Pues istoria” de la lógica hegeliana y de sus método a a Hegel Wa actividad histeria sedebe excluir el que Engels atribuy noFenome la tomase que y era verdad ca eEri veía, la Estático Sta parte de la res C., Por obras de historia, es legítimo pensar que, en

212 indicar dos e. el “modo” histórico y el “modo” lógico sirven coiella época, Encor alidades de la misma filosofía hegeliana. Por rita el método E . [emita aún que, reformado de manera mate-

ento”) Conserva egeliano, sólola lógica (“la teoría pura del pensa» Mientras que P condición de ciencia filosófica, en sentido a dialéctica sería absorbida por la “ciencia

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274

EL CONCEPTO DE NATURALEZA Y Los METODOSpg 5

CUENCIA de la naturaleza y de la historia” (Cfr. Dialéctica de la n Más tarde atribuirá también a la filosofía Materialista dealez a), investigación, correspondiente a los dos “modos” hegelianeos de efecto, como vimos, en el Antidiihring 3 y con una fórmula. E, correcta en el Feuerbach,* teorizará la Pervivencia de dos ' máy campos de la ciencia filosófica : la lógica y la dialéctica, lsandes

_ambas “la teoría de las leyes del mismo proceso de pensar” s cuanto

reflejan las leyes de procesos reales. Sin embargo, para las fines del reconocimiento que intentaremos en este capítulo, Podemos dejar a un lado la diferencia entre los artículos aparecidos en Da; Volk en 1859 (o la Dialéctica de la naturaleza) y el Antidúhring (o el Feuerbach),

en lo que hace a la dislocación de la dialéctica ys relación —interna o externa— con la ciencia de la historia, y procede r en nuestro

análisis como si, en el texto engels iano de 1859, “dialéctico” fuese sinónimo o equivalente de “histórico”, “Marx era y es el único que podí a entregarse a la labor de sacas de la lógica hegeliana la médula que encierran los verdaderos descu brimientos de Hegel en este campo,y de restaurar el método dialéctico despojado de su ropaje idealist a...” (und die dialektische Methode entkleidet von ihren ideal istischen Umhillungen [. .] herzustellen).* Encontramos en este fragment o, como se ve, el premedit ado empleo de las dos fórmulas con las cual

es

Marx mente su relación con Hegel (sacar

y Engels designaban común-

O “poner sobre sus pies” lo que Hege el “núcleo racional y restaurar l pone “de cabeza”): la extracción de “la médula que encierra los verdaderos desc ubrimientos” Engels la refiere a la lógic a hegeliana, mientras que el establecer o restaurar (que invierte mate rialistamente los supuestos de Hegel) está

Pero “aun después

de descubierto el método” correcto, la crítica marxiana de la economí a podía A2coMeterse de dos modos: el histórico o el lógico : Con toda seguridad Engels quiere decir que con la reformulación histórico-materialista de la ( lógica) dialéctica en $ obra de Marx, no se vuelve superfluo el enfoque historiográfico propio y verdadero. El “modo lógico deja aún” 8 subsistente una dimensión distinta de la investigación configurada Precisamente como

pensa" miento historiográfico en sentido propio y señalada Por Engels como “modo histórico-literario”,? para mejor distinguir (como diría Croce) la historia rerum gestarum de paEee que constituy en su.

objeto.*” El discurso a se Era diferencia 3 lo que había sido enunciado o más bien ocultado,

€ modo dentro de

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í

ENDIO 4 MODO “HISTÓRICO” Y “LÓGICO”: ¿ENGELS MALENT

MARX?

275

la filosofía idealista hegeliana a una diversidad¡ inherente al campo de las ciencias materialistas de la historia. . “lógico” Según Engels, la congruencia del modo delade E “histórico” identidad la en esencialmente sz otro modo, a med el cual el mismo proceso se presenta a uno y E historio, cráfico, al E parte delo simple a lo complejo. El tratamiento sólo conseguirla en Mirta aapariencia más claro pero que en realidad rizarlo”— debe seguir el curso de los acontecimientos

lo simple me allí donde el proceso de toria concreta y Por tanto

complejo pareciera interrumpirse o tomar caminos sinuosos y sufrir interferencias que nacen de' la simultánea presencia e interacción de

estratos y niveles diversos de la realidad estructural y superestructural

(lo que precisamente impone a la forma histórica tener en cuenta

“modo simultáneamente todos los planos y niveles) .** Por su parte, el lógico” no es en realidad “más que el método histórico, despojado

únicamente de su forma histórica y de las contingencias perturba-

doras. Allí donde comienza esta historia, debe comenzar también el lo ulterior proceso del pensamiento (Gedankengang) “y el desarrol refleja, en imagen la que más será no éste de g) (weiterer Fortgan de la trayectoria histórica forma abstracta y teóricamente consecuente, pero corregida (historischen Verlaufs) ; una imagen refleja corregida, ria histórica; y con arreglo a las leyes que brinda la propia trayecto e desarrollo de su así, cada factor puede estudiarse en el punto d .*? clásica” forma su en plena madurez, de la fuente hegeliana de M.Rossi, alentado por el descubrimiento amente lo contrario “precis dice que sostiene Engels, de este fragmento

orden lógico lo que afirma Marx enla Einleitung de 1857, donde el la más allá que Althusser, reconoce en la Einteitung able»”. tic rac imp € lso «fa x » es para Mar l signif do de estee texto de mar“el «modo históriconces ica ere rend comp de Luporini,'* yendo se presenta como “lo inverso del histórico”.* Y prueba de que

_Procuremos ento el método, Marx e del parágrafo sobre xano. En la primera part eros economistas prim los pre-científica de racto, de lo distingue entre la actitud de lo concreto a lo abst

te que procedían inductivamen conjunto a las ie de la “población” en su correcto, que dedico ae o a lo simple, nte científicame Ñ 2 producción, y el método lo coo categorías abstractas las de , lejo comp pobla . las naciones” y el

entre mundiap»s* del “cambio 6 jentíficope €n P cient Or supuesto que de lo que se trata es del método gene entre “lógic avia tod se distingue : ns ysolamente de él..No poco clara la otra distinción preliminar co” y está también

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A 276

EL CONCEPTO DE NATURALEZA Y LOS METODOS DE La CIENGY A

entre abstracto como sinónimo de sucesión lógica, correlativa de con. creto histórico, y abstracto como sinónimo de ordenamiento formal correlativo de concreto empírico (es decir entre una Perspectiva

diacrónica y una sincrónica de la relación abstracto-concreto). Esta

distinción permanecerá oculta en el prólogo a la primera edición de El Capital, en el que Marx precisará que, en una investigación cie.

tífica como la que él lleva a cabo, la

“capacidad de abstracción»

(por “abstracción” Marx se referirá entonces al significado Más espe.

cífico de la relación abstracto-concreto, entendido como relación lógico-histórica) sustituye al “microscopio” y a los “reactivos químicos”, o sea a los instrumentos de las ciencias empírico-formales, En

la introducción de 1857 Marx se limita en cambio a observar que en la “intuición” y en la “representación” ** (y por tanto en el procedimiento precientífico) el “punto de partida” es lo concreto, ya se lo conciba como concreto-de-la-intuición o como concreto-de-la.

representación, mientras que en el pensamiento y para el pensamiento (científico), lo concreto (concreto del pensamiento) es un “resultado” de lo abstracto-del-pensamiento. Aunque se hallen en un texto que permaneció inédito en vida de Marx y hayan sido expuestos, en' distintos lugares, de una forma más bien atormentada, estos conceptos no dejan lugar a dudas sobre las intenciones del autor; en particular, sobre la función determinante de lo concreto sensible en la “investigación” (como dirá Marx en el “Postfacio” a la segunda edición de El Capital), o en el proceso gnoseológico previo y genérico (precientífico), y sobre la función, contrariamente dominante de lo abstracto conceptual en la “exposición” o bien en el proceso epistemológico en sentido estricto (científico).??

| |

Marx enfrenta enseguida una segunda cuestión, que concierne direc-

tamente a las ciencias históricas (o de lo diacrónico) . Se preguntasi

|

en general y portanto también paralas ciencias históric as, lo abstracto

|1

ad al objeto real que toda ciencia quiere

|

en el proceso( epistemológico) deverificación, válido paralas ciencias

precede (y explica) a lo concreto,¿es lícito transferir esta relación epistemológica de. priorid conocer? y en particular ¿si es lícito transfer irla a la cronología de los acontec

|

imientos reales considerados por las ciencias históricas?

La respuesta es negativa. Sólo por un error idealista puede ocurrir

queel procedimiento correcto del saber sea transferido, tal cual, a los

pormenores y a la cronología de Jos acontecimientos históricamente

dados. El curso histórico (o “real ) se desenvuelve de modo que lo que llamamos lo concreto (es decir aquello que es “síntesis de múltiples determinaciones, por lo tanto, unidad de lo diverso”) 15 aparezca

A

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ENDIO A MARX) MODO “HISTORICO” Y “LÓGICO”: ¿ENGELS MALENT :

2717

cas más si; ab initio, ya en las formaciones históri oples y elementales. más simples y elementales Tales formaciones son prque las formas

de desarrollo se rd - su desnuda e abtractas (0 categoriales) das sino más bien parqu separa formas de resencia contacto an más directo: en un

en un contacto recíproco y en el Ambito a en épocas más tardías del que se encontrarán por un lado e tor e, Piénses complejas.

maciones históricas más

: Su A

d e Engels sobre la (relativa) indistinción infra observaciones 2 superestructural que caracierioa estructural y sobre la polivalencia otro, en las obser-

etc., por el las civilizaciones primitivas, gentilicias, ría de trabajo abstracto, o catego la sobre Marx mismo vaciones del to decisivo desde los elemen ser te obstan no trabajo en general, que esla capitalista

evolucionada como orígenes, sólo en una sociedad máshistóri co) como entidad

to surge realmente (en lo concre

particular

es, del cuerpo social restante.*? Entonc apoyada en sí misma, y aislada ta (más o menos concre menos o más e siempr la realidad histórica es compleja y compuesta). o respecto epistemológica de lo abstract es algo Sin embargo, la prioridad co (si no lógi onto o ent dam fun un tener a lo concreto tiene que ón lógico-dialéctica sólo en una reconstrucci reseña, también gratuito y arbitrario), no su en els Eng como afirma de lo real histórico, sino rvación de Marx, sobre historiográfico. La obse en un enfoque de tipo con “plena validez en gorías simples surjan la paradoja de que cate debe integrarse con la otra observación que la fase más desarrollada, e debida a su natura. Su validez —precisament otro modo la ciencia pone en evidencia “... De ”.* todas las épocas leza abstracta— para ideología), osea una tasía” (arte, religión, para invertir (como “fan sino cia, cien a serí n no ciencia que se emplea

E realidad efectiva. pea ”) el camino de la “en una cámara oscura explícito todavía y Su convergencia con sl

de las funciones de la con

es más el párrafo siguiente: texto marxiano Eng els aun más patente en expresiones de puede expresar las as a] ract abst más [= le poisgurda más simp

ente o las a e todo no desarrollado e eado Sor una dono de un que es cion rela , lado rrol antes de lo más desa € a ensamiento sentido se desarrollara en el categoría «ná el todo el camino e!corresp' onder más concreta. Sólo entonces podría

ar a lo complejo, eleva de lo simple al Tacto, que se 21 » la Proceso históri ”. rico real olución de » . “En la ev . afirma: Yen a en Grundrisse ¡ los cien cia eOtro pasaje 4de A nes abstractas SON las primeras | mente” y las má sas determinacio ocurre, é% parte, histórica ás pobres, tal como también

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A

278

«$: Y LOS METODOS pg y, EL CONCEPTO DE NATURALEZA A

CIENCIA

.

la gorías más abstractas En otros términos, no son las cate la a todo” concreto, sino que es

preceden históricamente al

(en un todo más unción gorías mas abstractas dominante de las cate subordinada (enble ión func su a

precede y no desarrollado) la querrollado). Entonces, la historia misma o a a todo más complejo y desa pim nto; no es el moqo tido de su movimie sentido del n ió ers inv la a liz rea que te el modo “histg. ier inv que ia el tor n his la ció de “lógico” de exposi ción histórica misma “inviérte” q] rico” expositivo, sino que la evolu procesos anteriores,invir. orden tanto lógico como cronológico de sus el “predominio”. tiendo su tendencia y por tanto los tomadosdela agriMarx ilustra esta regla específica con ejemp o industrial-manufaccultura, que (desde los comienzos del capitalism

rama de la industurero) “se transforma cada vez más en una simpleal”, ocurriendo lo capit el e por ment leja comp y es dominada

tria erte en una parte y una mismo con la renta del suelo, quese convi el capital (cuando forma subordinada de la plusvalía realizada por bien sus orígenes éste se desplaza hacia las inversiones agrícolas) si teniendo carácter nal, perso aleza natur s de legio privi los a ntan se remo e Kapitalitische dominante en la antecedente economía feudal (“Di la teoría de la de ca críti ria Histo la en birá ” escri Productionweise sich erst plusvalía, “Beginnt in der Manufaktur und unterwirft spáter die Agrikultur”). Otro ejemplo lo ofrece la misma historia de la ciencia. Histórica y lógicamente se puede afirmar que, hasta un momento determinado

(más o menos hasta el siglo xvi), los progresos empíricos de las acti-

vidades económicas condicionan de manera preponderante las conquistas teóricas en el campo del saber (del artístico sin duda; pero en gran medida también del saber científico en su gradual constitución comociencia rigurosa: piénsese en los nexos muy conocidos de con i-

cionamiento entre las prácticas agrícolas y las especulaciones astronómicas, entre las innovaciones artesanales y los estudios de la mecánica - y entre las terapias empíricas sobre el hombre o los animales y 125

investigaciones anatómicas fisiológicas, etc.). Pero másallá de cierta etapa, pareciera que el sentido preponderante de la relación st

invierte y que, no sólo la ciencia actúa ahora por su cuenta (por lo

s en sus expresiones más avanzadas y en la medida en

que obe-

meno y de nomo que le es im dece a la ley de un desarrollo autó todavía que peafás o po Ea

resueltos suma de problemas teóricos no le sigue), sino que ada A de científicos trasmite a la que de (de modo PEU o pa importante —ahora la ciencia prece y, en el eAo GU

económica obstante esporádico) a la actividad

abanico de tratamos, a la actividad industrial, poniéndole ante sí un

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MODO “HISTÓRICO” Y “LÓGICO”: ¿ENGELS MALE NTENDIO A M ARX?

aplicaciones tecnológicas

279

posi

lo posterior se Espia hoy, en general, a a Cuyo desarrol de la práctica dedd industrial. Este es un tema, como ya vimos, ialé aan marxia-

ión lógico-d nos. Pues bien, no sólo una exposic porla ciencia macos sino incluso elta desenvu función la de historia la los otros peuy 9pues sobre ciencia la a giar privile dejar de

fuerzas productivas propiamente dichas que participan en los otras industriales.

En el orden lógico (e igualmente en el orden histórico) que condiciona los “estratos” de una formación histórica dada puede resultar invertida (o subvertida: por un cataclismo telúrico, de acuerdo con la acostumbrada metáfora geológica, es decir por una “ruptura”, por un “salto”) la relación jerárquica de predominio peculiar del estadio marxisque precede. Considérese el hecho histórico que es (según el en la mo) la revolución. El resultado diacrónico de esta última, inversión de las ón de una formación social a otra, es la

transici produce enla realidad relaciones preexistentes:** una inversión que se en el pensamiento, como de la praxis histórico-social y no solamente e filosófico-abstracta en contraposición a la realidad o en la variant ión histórico-cronoexposic una de e variant la a tanto contraposición real. lógica del mismo proceso contenidos específicos de la La inversión alcanza entonces a ciertos lógica, y se configura como un investigación, tanto histórica como y el histórico. coincidencia entre el orden lógico

caso particular de la el pasaje más controvertido a Si se lee con esta clave interpretativa, más inteligible. Dice Marx: aparece 1857 de ucción” “Introd la de se debe leer: sería imparte “sería impracticable y erróneo” (pero que aborda a

una investigación cable y erróneo aquí, o sea en

que pueden “inversión” capitalista y no ya, por ejemplo, las “formas económicas en

r las categorías a la producción capitalista), “alinea determinantes”. (Marx sedesa ca orden en que fueron históricamente ilegítimo un corte cronológico en pa país muy bien de considerar una exposición en el 1nBa.duración y, en consecuencia, da ad elec En . nantes” determi camente

25 categorías “fueron históri podria nc mo las erión científica de la investigación id Poal sabría ron históricamente determinantes ca m orden! ese en nantes determi larga duración mis os que fueron más de tal gación cronoléós; “formas que o Marx esboza una investi A

Ógica cuando, en los Grundrisse, se Ocupa de las “4 3 preceden” E capitalista coi ¡ y acteriza, €N oa a la producción O cesa » > una $e

histórica

Ss aun más generales, una “situación “Su orden de sucéAs . Ción histórica n* 11” y así sucesivamente).

Situació

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280

DE NAT! URALEZA EL CONCEPTO

CA Y LOS METODOS DE LA CINCIA

m que es en el análisis de la ¿moderna sión” (Marx sobrentiende siempre por las en cambio, determinado sociedad burguesa) “está, burguesa” N Les en la moderna sociedad “No q cual ue existen entre ellas invertido. «del resulta precisamente específico) análisis el orden de predominio este que es en sobrentendido por da Le (Marx económicas asumen históricamente más posición que las relaciones de sociedades” (en un análisis

la sucesión de las distintas formas histórico, el orden fundado en “la en la general de las líneas de desarrollo económicas asumen históricamente plausible único el posición que las relaciones sería de sociedades” sucesión de las distintas formasy “lógico” al mismo tiempo, según el sería un orden “histórico” encuentra en el prólogo de 1859— de se de la soconcepto marxiano —que de la formación económica reseña determinadas “épocas progresivas engelsiano —de la concepto el con ciedad” y de acuerdo que “cada factor puede una secuencia en la del mismo año— de madurez, en su forma plena su de desarrollo estudiarse en el punto de caso se caería en una tal en (porque en de sucesión «en la clásica”) y “mucho menos” nte ilegítima) “en su ord resentación nebulosa pretensión científicame rep una que que no es ma:ás rior idea» (Proudhon) * articulación en el inte órico. Se trata de su «en la sión suce de del movimiento hist den “or da ad burguesa”. El de la moderna socied ficación burda —bur nada más que la identi idea»” no es para Marx Hegel— entre el proceso €pistemológico, que en el fundamento ontolóen Proudhon, Sutlil ir de lo abstracto, y funda lo concreto a part as, en las cuales el antes y después se caracóric gico de las ciencias hist rsas (inversas) relaciones entre los términos terizan en cambio por dive formaciones concretas. Es sintomático que abstractos en las diversas ento idealista como “representación nebuimi Marxcalifique el proced o”, con una expresión muy similar a la que óric traponer losa del movimiento hist alista”—, en la reseña, para con empleará Engels —“ropaje ide car” el núcleo racional de la lógica “sa en iste cons que método dialéc: la operación o poner sobre sus pies al hegeliana y en “restaurar” aje idealista” o la “representación nebulosa “cámara tico:?” precisamente el “rop e n dar lugar como en una del movimiento histórico” pued invertida en tanto

da” (pero en t al caso oscura” a una visión “inverti el orden rea% chocando por ta nto con rrollo real, : po. ideológica) del desa : o. tiem mo n mis HiA al histórico” y “lógico” la reseña una “mala comprensión » 28 en

No parece existir entonces

engelsiana de 1859. la regla ión, Engels descuida o limita En realidad, en nuestra opin se realiza en el mismo proceso histórico específica en virtud de la cual en € objetivos y de su orden, > hasta una inversión real de los datos

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MODO “HISTÓRICO” Y “LÓGICO”: ¿ENGELS MALENTEND,

10 A MARX? 281 por Mar da fica veri a regl ; ico ológ aspecto cron ión ontac ; confr la pital en entre producción capitalista y formas preca io ias (así como enla confrontación entre el primer y segundo estad capitalista), pero no igualmente válida para Ebas mismo desarrollo ”,22 lo dimensiones de la investigación “lógica” o “histórica rar esa de fija Por tanto en el ejemplo (tomado por Marx para ilust función especificidad) de una en ma sfor tran se que , suelo del la renta ca se paa ia la

e los comienzos del valorización del capital, desd es pas aun cuando deriva de determinadas relaciones personalde la cebapor

tas (servidumbre en algunas formaciones precapitalis ejemplo), mencionando en cambio el ejemplo de la mercancía de mecanismo intrínseco, que en rigor sólo expresa relaciones capitalitas

o protocapitalistas y constituye tanto el comienzo “lógico”del análisis del capitalismo en su conjunto comola primera fase histórica (historiográficamente cognoscible) del capitalismo mismo. La mercancía, en efecto, está considerada también por Marx como el punto de parpuesto tida tanto del desarrollo lógico como de la sucesión histórica:til rcan del que ésta última procede de una fase manufacturera-me nicapitalismo hacia una fase en la que predominan la industria meca zada y el capital constante. No hay que olvidar que Marx dice: “En na a . los primeros estadios d e la sociedad burguesa el comercio domi ga: ; agre y rso” inve re lo a ocur ern mod edad la industria; en la soci

tasa de interés: “En nuestro tiempo la tasa de ganancia regula a la ganancia”. * a de cuot la a laba regu és inter de tasa osla en otros tiemp

le pedía a su En la carta a Engels del 22 de julio de 1859, Marx r especicarácte “el que obra, la amigo que resaltara, en la reseña de producción burguesa, ficamente social, en modo alguno absoluto, de la más simple: la de mercancia es analizado aquí desde su forma

lo sumo, la indicación de que el Luporini ve en tales expresiones, a ta, constituye el comienzo abstrac análisis de la mercancía, en su forma

Como La mercancía pee efectivo y sistemático de la obra marxiana.” descubi erta por habría sido actualidad histórica”, en cambio, , ollo sistemático”. es desarr ad un cierto punto del o Snte 10 al carácter especificamente Producción en la referencia dy lo hispos! contra una ta Social Jon burguesa estaría implíci

Séci,” de la topar rta. de Mary mo figuradia nada que de cuado cu tórico (co 18 sociológico (como sinónimo te ría O acelbsir a la Engels co). empíri de mprensión. sinónimo cio istemático de ercancía el errónea de, la indicación cado de un signifi Mismo tilempo.3 3

“comienzo”

histó

y

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282

+

CONCEPTO DE NATURALEZA Y LOS M£TODOS DE LA CiENC)A

s interpretó de modo co Somos de la opinión de que Engel doble sugerencia de ¡orrecto y que se atuvo a la

el método marxiano enzo sistemático (“... es e de Marx: a la que concierne al comi la de mercancía”) ; y ala eE e: zada aquí desde su forma más simpl

la que implica la correspondencia de la investigación lógica con to alguno absolu modo , en social mente ífica espec ter carác “el ia: histor la producción burguesa . . .” En estas últimas palabras, no enten. de co” y contra. al” pueda ser sinónimo de “sistemáti demossecómo “soci ario, órico”. poner

a “hist

Por el contr

tanto aquí como en otros

ialismo histórico, numerosos lugares, por los dos fondadores del mater las polémicas contra en sese (pién ral” “natu a apone contr se al” “soci y “natural” es, a su vez las ilusiones de los economistas burgueses)

oluto” precisamente dice en este contexto, sinónimo de “eterno” (“abs justamente la

vislumbra Marx), de manera que en lo “Social” Marx ta a lo natural concebido dimensión de la historicidad, contrapues rico).. como “absoluto” (y por tanto como ahistó de 1859 se repite bastante julio de 22 del La indicación de la carta be: “De prime abord, más tarde en las Glosas a Wagner. Marx escri .]. Yo parto de la forma yo no arranco nunca de los «conceptos» [. . cto del trabajo en la social más simple en que toma cuerpo el produ ».” ** sociedad actual, que es la «mercancía

:

como historicidad Sin embargo, Marx nunca concibe lo social también rígidamente tanto por y da cerra a o minad e deter ament rígid sión “lógica” contrapuesta ya sea a la naturaleza como a la dimen algún modo de ntos eleme ión de tigac inves como dida (esta última enten formación social). “naturales”, por su permanencia de una a otra

lo Enefecto, reprobará a Rodbertus la contraposición ilícita —por rígida— entre concepto “lógico” e “histórico”. Para mí, dice, no se co”), para trata de apartar los “valores de uso” (como concepto “lógi ndidos como expreexplicar en cambio los “valores de cambio” (ente minada).** Se trata en sión de una sociedad históricamente detera, quese por una parte, “valor cambio de postular algo (la mercancía) r” se distingue de su “forma de uso”, por la otra, “valor”; y el “valo de manifestarse” (los “valores de cambio”) justamente porque en sua tóric historicidad social permite descubrir una estructura lógico-his a todas en existí ya que “lo os, sea o ez remot más o de tiemp y valid

ue bajo otra forma, 4 las demás formas históricas de sociedad, aunq

saber: el carácter social del trabajo, en cuanto aplicación de la fuerza social de la fuerza de trabajo”. al cual tuvimos acceso, Entre otros, Sereni, en un trabajo inédito do con la Einleitung desacuer en está no Engels de estima que la reseña ini como Althusser Lupor tanto que marxiana.* Después de comprobar

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MODO “HISTÓRICO” Y “LÓGICO”: ¿ENGELS MALENTENDIO A MARX) >

resuponen la no concordancia en ent:

Marx y el de Engels ore dos modos lógico e o o Luporini sostede epistemológica niendo la estrecha subordinación

Si método historio-

ráfico al llamado sociológico-estructural (entre una diterencia, Dorm Engels, según Luporini,** sólo habría visto ps epistemoló, icadeles validez similar la de dos afirma cambio, Sereni uno del otro sólo por an int métodos que se distinguirían expresable mediante la reciprocidad de los dos binomios que cds Bolhagen * para designarlos: “genético-estructural” y estrucA L deopi. enético”. Luego, en confirmación de la sustancial identidad

emáo niones entre Marx y Engels, cita la carta del primero al

suelo escrita el 2 de abril de 1858 (sobre el paso de la propiedad del

sino al trabajo asalariado como proceso, no solamente dialéctico, e histórica, del histórico,” como también de la transición, dialéctica alcanza por tanto a Althusdinero al capital).** La crítica de Sereni por su

la historia” y ser por negarse a considerar “lo que sucede en una expresión de con llama, éste que lo exclusiva opción en favor de historia”, o “la producción, eco vagamente idealista, el “concepto 39de42 la construcción del concepto de historia”. mos en lo que respecta a la A esta tesis de Sereni, que comparti dos objeciones en nuestra hacer en pued le se relación Marx-Engels, Sereni concede mucho y sí. entre opinión aparentemente opuestas Mucho cuando implícitamente muy poco a Luporini y a Althusser. el enfoque estructural de una con o lógic modo el acepta identificar rico la necesaria integración histó modo al totalidad sincrónica, dejando aconteciserie de hechos anteriores y diacrónica, constituida por la dada.**

En el a la totalidad mientos cronológicamente consecutivos rado mostrar que la ciencia este trabajo hemos procu

desarrollo de s es ciencia de estructuras estructural de las formaciones diacrónica se encuentran observaanos marxi diacrónicas y que en los Grundrisse ctural de los

un análisis estru ciones de enorme importancia para en, la cual Er que ic ial amentes de una diacronía esenc lista. e a neral.

ción capita firmpa , según Marx, a la forma cual lro el elis d de desarrollar un ilida posib la ello La Si se ado carácter diacrónico de societiad

lucrar,] a un lado el marc

encia a oo Como también de su refer capitalista ¿MArKIAnO, (en nto de los eleme e conju el cual la te” táneos int presen Maoa

ar las este a CARE parecen a veces ocult el análisis 27 EIA lar de asimi ciencia e se corre el peligro sincrónicos, es decir 2 e po mas siste los de al ciones del uctur emático.** Esta asimilación, q Otra part Pensamiento lógico-mat gica

analogía epistemoló e sugerida en razón de la notable

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Sa _—=

284

EL CONCEPTO DE NATURALEZA Y LOS METODOS pg y,

A CIENG)4 la cual nos hemos ya apoyado y sobre la. que volveremos ) Pensamos que es el error de fondo del estructuralismo francés La segunda objeción a Sereni se desprende de la primera «; x

Si al “modo lógico” se lo debe entender, en Marx, comociencia pm de las formaciones diacrónicas y por tanto abarca, en sí ral estudio de los procesos de transición de una a otra fase dle A

|

histórico, aun desde el ángulo del análisis categorial, entonces edbe

|

admitir un cierto predominioepistemológico de tal método e “modo”) lógico sobre el método de la ciencia historiográfica, “Pedo. minio”significa, en este Caso, únicamente, capacidad de proporcionar al otro método, el de la ciencia historiográfica, una' axiomática que

|

hay que verificar concretamente y sobre cuya base la historiografía

pueda desenvolver su específico objetivo: por ejemplo, proporcionar determinadas “constantes” categoriales *? que subyacen en las periodizaciones históricas,*$ o en la división de las especializaciones en virtud de las cuales la historia única se articula en las numerosas historias (de las relaciones sociales, de las fuerzas productivas, de las intituciones, de la cultura e incluso del arte, la ciencia, etc.) más O menos autónomas,** es cierto, pero en modo alguno separadas (de ningún modo historias “paralelas” e inconmensurables una respecto

de la otra), como lo sostiene Althusser.** Enefecto, el objetivo más específico de la historiografía, en cuanto

se diferencia del análisis lógico-dialéctico (filosófico), es el de indicar su trama la fusión de todos los componentes de un proceso, de captar

en una “formación económico-social” determinada (Marx), de mos-

trarlos ya en su estado fluido, o sea en tanto confluyen en el conjunto dado, ya dentro del compacto “bloque histórico” (Gramsci) al que todos se suman y consolidan en la plenitud de la época, O de la coyuntura determinada. En este sentido, aunque parezca paradójico, se puede afirmar qué si hay inversión entre los dos modos, los objetivos de la historiografía e y el del análisis lógico-dialéctico, resultan invertidos en el sentido ue surge un tema que está más de acuerdo con la especificida

y un tema más compatible historiográfica, como el de la coexistencia,

sucesión (aunque con el análisis lógico-dialéctico, como es el de la como una

se conciba abstracta), a condición de que la “coexistencia”ya como sinónimo de no y diacronía) la (de forma de la sucesión consistirá en examinary sincronía. El “ideal” historiográfico, entonces, y que se entre-

coexistentes ir la multiplicidad de los estratosmientras que el ideal lógicoj formación determinada, discern

cruzan en una

dialéctico será €

1 de delinear (en el plano categorial) los sucesivos

supuestos por aquella realidad estratificada,

estadios que están Presup

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MODO “HISTORICO” Y “LÓGICO”: ¿ENGELS MALENTEND] Mars O

A MARX)

gía alemana, partiendo de la dentifio. En la [deolo a 4 5 entifi

285

. á lismo y filosofía, o entre metafísica y filosofía cación entre ideapolémico antifilosófico de la obra juvenil de Mn un postulado que, en lugar de la antigua filosofía “puede Spa OS autores afirman compendio de los resultados más generales, abstraídoy 2 lo sumo, un ración del desarrollo histórico de los hombres” Sin. Ce la conside. abstracciones “separadas de la historia rea] carecen eobargo, estas

Sólo pueden servir para facilitar la ordenación del malede valor. para indicar la sucesión en serie de sus diferentes estratos Peree ofrecen en modo alguno, como la filosofía, una receta o un ñl 0 con arreglo al cual puedan aderezarse las épocas históricas Porel contrario, la dificultad comienza allí donde se abordala consideración y ordenación del material, sea el de una época pasada o el del presente, la exposición real de las cosas”.* En la £inleitung encontramos una preocupación metodológica semejante ante una dificultad (Schwierigkeit) similar, allí donde Marx, adoptando la posición hegeliana que atribuye al arte griego un punto culminante de perfección nunca más alcanzado ni alcanzable en las épocas posteriores (pero poniendo la perfección —su forma “clási-

ca”— del arte y del epos griego en relación directa con el escaso progreso de las técnicas económicas y del dominio que las mismas permitían, en la edad antigua, sobre las fuerzas de la naturaleza, y cómo su florecimiento debe considerarse inversamente proporcional al

desarrollo de la tecnología y de la industria, siendo compatible, en cambio, con la “niñez de la humanidad”), observa: “Pero la difi-

cultad no consiste en comprender queel arte griegoy la epopeyaesten

a ciertas formas del desarrollo social. La dificultad “consiste

ligados artisticos y en comprender que aun puedan proporcionarn os gocespe y UN IO elo norma una como mean, en ciertos aspectos, e se . A Entre la Ideología alemana y la Einleitung de e sE copiar e y Ente co madura sobre las. EDe as una reflexión más método puramen e fragmentos el entre , concreto lo y inerte pero lo an acciones lógicas citados istórico de la exposición; tout court a he uóricas Ode car identifi a siempre, el rechazo “a renoas, con cada una de las eAcndolas O volvién últimas, en enfoque histórico, olas imper en consecuencia, estas es pr -Oión de las “Ep EuErAlS En í. entres Un or lt Ao de una miss qu el en « “eleje en ento del material qn €

or (en Una sucesión de “estratos tanto e] que en E pa € una época pasada como plsipresar ones obvj a ne de estra sado) qe

ej densidad de articu

: an proceder en consonancia y “paralelamente”, sirio Porquee SNE a

como hemos visto antes, transferir tal cual la prioridad sita MEIO! 1052 afz abstracto respecto a lo concreto o, como dice Luporini Pemolégica de lo mático de la ciencia” (pero de la ciencia en general Ae. desarrollo siste-

la misma ciencia historiográfica) en el objeto real me DES tanto también de

(y por tanto, en particular, en el objeto de la hlttado sra por la ciencia 27 Véase nuestra nota 6. He aquí donde, según soga ía). . fiesta la sustancial identidad entre la metáfora cie Opinión, se manila marxiana “corteza mística”, que Luporini, como hem ia idealista” y divergentes. Otras expresiones reveladoras de Marx, por pe Lo considera

pital, Roma, 1954, 1, 1, p. 86, len esp. El Capital, tomo ¡opioen El Canebulosas del mundo religioso”).

28 C. Luporini, op. cit., p. 100, [p. 145].

» P-

62), (“regiones

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MODO “HISTÓRICO” Y “LOGICU”: ¿ENGELS MALENTENDIO 4 MARX>

29

:

1

29 Luporini observa que Marx, distintamente a Engels, tiende a problemaientífi m tizar, no tanto el método científico en general, como las exigencias Pl s de su investigación en torno a la economía capitalista (ibíd., p. 95), [ibid ,

o

p- re nuestra nota 21. En una apreciable obra que se remonta a los

mos veinte, el soviético 1, I. Rubin había adoptado un punto de vista si 5 similar sobre el problema de la distinci ini, e años Y a distinción o no entre una E on e f histórica del capitalismo mercantil y una fase histórica del capitalismo pa“ión strial. Había visto en el modelo de la mercancía únicamente una “abgin teórica y no el marco de la transición histórica de la economía simple fadida en la mercancía a la economía capitalista” (1. 1, Rubin, Ocherki

nn orij stoimosti Marksa, Moscú, 1928, p. 277; véase la amplia exposición de ello hace F. Perlman, 1! feticismo della merci. Saggio su Marx e la

po

crios delPeconomia politica, Milán, 1972). Nos parece que en el modelo debe considerar, no “el de la mercancía, junto a la abstracción teórica, se marco de la transición histórica de la economía simple fundada en la merfase cancía a la economía capitalista”, sino más bien el marco de la primera

del capitalismo mahistórica de la economía capitalista, la fase, precisamente,

la conclusión nufacturero-mercantil. De su- premisa Rubin infiere en cambio sólo por su de que la sociedad capitalista técnicamente avanzada diferiría menda, y la en fundada mayor “complejidad” de la sociedad capitalista reductil ñ que, por lo tanto, la problemática de los precios sería totalmente que sele objeciones a la problemática del valor. Dejando a un lado otras modo, tE Ce podrían formular a esta tesis, ¿no reintroduce, en cierto una mayor “comp ejida $ histórica bajo la forma de pasaje de una menor a 0f. nota, [en esp. en 68, p. 31 Cfr. C. Luporini, e secondo Marx, cit., de la ronca ma A 02-103, E 147-148]. El “sistema de pro. —escribe Luporini— es en cambio sólo un momento po Íidez) da genético-sistemático (método del «desarrollo» sistemático) ni Sia burguesa) ducción burgués (Lenin, precisamente, lo había visto zan E línea de principio (o sea a los efectos del análisis de a so > S e todoindiferente qué dosis de realidad histórica le ha corresp e HÓ . i Onde y cuándo”. o Aca

[p.147]. Marx dice “[...] mi método

% Ibid, p. 102, [en tp. arranca del «hombre» sino de un período social concreto| +3 LS, El Capi a economia politica, a cargo de M. Tronti, Roma, 2 cds de > apéndice a tal. Mos a Wagner, publicadas como , y

; E. Marx, Seritti inediti, cit., p. 175, lp. 699).

we Pbid., p. 182, [p. 708].

en el planteamiento de n Pads p. 183, [p. 704). :sche Methode der de otro Obras LeUe difiriendo ostensiblementel uno sct dialekti Die a, Rosenta M. M, Politiscanctivas, tanto Berlín, Marx, Karl von konomie de blemes 406) e € la dialectique dans “Le Capital” de Marx, ” M. a delPastratto ¿sismos Cobitale de E. V. Ilienkov (La dialettic ital., Milán, pp-a,170-175) y es: trad, lita Mars, (L. ol Séve 3d e irraziona neleconomi €cc., Cb. distin Mstanej En el informe cie, p. 14) ponen de relieve de Ye las

tinto arincidencia entre orden lógico y orden históricode podido con-

Ultar de Mgels como para Marx. Lamentablemente, 4e sólo accesibles €n mente muchos trabajos soviéticos recientes

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292

EL CONCEPTO DE NATURALEZA Y Los METODOS DEL

lengua rusa, Damos ellos una lista parcial para Puedan Profundizar ladeproblemática: aquellos M.

Pital”

de Kk.

arx,

A CIENCp,

s N. Alexeiev, Lg lógica deeran y

en Filosofskie problemy : A. Vazilin, La lógica de “El Capital” de K. “Kapitala”, Ma rx, Moscú Vazilin, El sistema de la lógic

os El Ca

e. 3 1968;

skogo Universiteta, Filosofija a dialéctica en “a Capital”, enye, 268 , núm. 3, 1971; B. modo histórico de investig ación en “El Capital”, 1955; K. K. Erzin, Unidad Uchenye zametki (Tashken de lo histórico y lo lógico en “Ej t), 1958; A, Kogan, Federico Capita» > tal”: problemas de metodolo Engels y a en gía visshej shkoly, núm. 11, 1970 y método de e xposición, Nauchnye ; Í s. Marskij, Algunos dialéctica en “El Capital” problemas de lógi de Marx, en Filosofskie K. Marksa, Moscú, 1968 problemy “Kapitala” ; z . M. Orudhzev, Problemas de lógica gación económica de Marx. La oposición radical entre dialéctico de “El Capital” y la de la lógica Hegel, Baku, 1965; V. M. ascenso de lo abstracto a Tipuchin, El método del lo G. A. Podgopytov, Análisis concreto en “El Capital” de Marx, Omsk, 1961; Marx, en Uchenye zapiski histórico y lógico de las formas del valo; en filosoficheskich nauk, Vypu Leningradskogo Universiteta, núm. 196, Serija sk, núm. 7, 1956; Prob lema Capital”, Sbornik, Izdatels tvo Moskovskogo Universiteta s filosóficos de “Ej Proceso histórico objetivo , y método lóg ico en “El Capit 1968; K. 1. Shilin, problemy Kapitala K. Mark al”, en Filosofskie sa, cit. 38 Cfr. C. Luporini, “Realta e storicitá: economia e diale xismo”, en Critica Marxista, ttica nel marnúm.. 1, 1966, p. 77, [en esp. léctica marxista e historicis C. Luporini, Diamo, Buenos “Aires, Cuaderno s de Pasado y Presente n* 11, 1969; y tamb ién incluido en Cuaderno s de Pasado y Presente n” 39]. 39 P. Bolhagen, Soziologie und Geschichte, Berlín, 1966. 10 Cfr. Carteggio Marx-Engels, pondencia Marx-Engels, Cartago, w, Roma, 1951, P. 198, [en esp., Corres. 1972, p. 96]. * Ibíd., p. 201, [p. 99]. Se Podría consultar tamb Grundrisse (cfr. Line ién un pasaje de los amenti fondamentali, etC., cit., Y. 1, p, 223) Elementos fundamentales, cit., , [en esp., y, 1) P. 189], donde se dice al capital como el mono al homb que el dinero es re, En otro lugar, Marx be: “En la evolución de la ciencia esas determinacio , como vimos, escriprimeras en aparecer y nes abstractas son las las históricamente; lo más desamás Pobres, tal como también ocurre, en parte, rrollado es lo posterior, En sociedad burguesa actual, esta conjunto de la reducción a precios Y a suel circu lación, etc., aparece como el proceso super ficia l bajo el cual, empero, ocurren en profundidad procesos completa la mente diferentes, en los cuales aque lla igualdad y libertad aparentes de los viduos se desvanecen” ( ibíd., p. 218; las cursivas son nuestras) [en esp. indi p. 186]. Sobre las modificacion es que período introduce, respecto a la regla de la coincidencia entre “evoel segundo la ciencia” y orde lución de n histórico ( Posteriormen te expl icad a por Marx en un pasaje que se encuentra en el y. 1, cit., p. 80), [en esp. v. 1, pp. 420-421],- volve remos enseguida. 42 Cfr. nuestra nota 10,

icular, nos parece que es de este mod 43 En rege o como puede ser comtal v. nte de los Grundrisse que mencio u, pp. 81-82), [v. , p. EE cemp na Sereni (Lineamenti ondame lo específico ado y Ye E ital pta ista) lo induce a atribuir do por Marx ( la sociedad cap: al an lisis estructural

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|

A MAR2 MODO “HISTORICO” Y “LÓGICO”: ¿ENGELS MALENTENDIÓ

293

. 5 del pasado el estudio del presente y a la exposición históri pero no blico coerción lo conposible (d Ñ de la serie de los “antecedentes”, n de la sucesió (el pasado”) ural estruct iento tratam coexistencia trario: es decir un tipo historiográfico de la te”), “presen de a de ión zonas exposic una sentido, las cómo, en cierto lógico- opsancia de Veremos más adelante método del y ográfico elección del método histori y en la sucesión respectivamente 1co pueden encontrarse en la coexistencia 4. Si bien el mismo Marx parece acercarse a veces a esta convicción e la filosofia di Bened tt ; ss Cír. A. Gramsci, 11 materialismo storico El materialismo histórica . apo Turín, 1948, P. 100, [en esp., A. Gramsci, Visión, 1972]. sofía de Benedetto Croce, Buenos Aires, Nueva p. 66 [en esp., of. cit.]. se Cfr. C. Luporini, Realtá e storicita, cit.,

os actúa, según Engels y . , en la historia de los sistemas jurídic

. 41 Por ejemplo : s a en la historia de otras funciones superesuna lógica interna más ajustada que la historia de podría afirmarse, por razones obvias, de

tructurales. Lo mismo la ciencia. storia, cit., p. 120 (y en Lire Le as Cfr. L. Althusser, Per un concetto di vez sea C. Lévi-Strauss (cfr. Jl tal fuente la Pero 46-47). Capital, cit., 1, PP281). p. 1965, Milán, pensiero selvaggio, Roma, 1972, v, p. 23, [en esp., Marxw Cír. K. Marx-F. Engels, Opere, EPU, 1968, p. 27]. Este fragmento Engels, La ideología alemana, Montevideo, geológica de los “estratos” para metáfora la que forde la Ideología testimonia sucesivas en la coexistencia de una señalar el legado de épocas históricasa una fecha muy anterior a la del fragremonta se dada, Lenin: histórica a mación E. Sereni (en el ensayo “Da Marxe dirigente mento de El Capital que menciona teorico economico-sociale»”, en Lenin en nota, la categoría di «formazione 1970 de Crítica Marxista, P. 37, 4, núm. Cuaderno en revoluzionario, de “formación _económico-social”, categoría La Sereni, E. 1973]. Sereni insiste Aires, y 42), [en esp. Buenos 39, n” Cuadernos de Pasado y Presente eficacia de la metáfora que, tal vez por la oportunamente sobre el valor y de Morgan, se halla en los primeros dos ulteriores influencias provenientes de febrero Vera Zasulich del 16 puesta a la carta de del Meno, res t de cfor nos n Fran xia mar ov, an zos esbo Riaz iv, al cuidado de D. ión (op. cil. psci Gram a (Marx-Engelsy Arch de rvac obse que, según una , 1, Pp. 320-332) ” del concepto A, como modelo “naturalista Seren, op. cit., Pp. Y 1238), podría funcionar ra-s E. (cfr. ra uctu estr uper 2yo, relación estructu del? so della filosofia sde wski . Á proposito Mora S. be Éscri awski (en Assoluto e forma Ma, di “Lo que Husserl ha indi arte

Ai 201): me Malraux, trad, E Bari, su ensayo sobre el

origen en , es que la E o de forma brillante ersa, O con más Pr po vicev y ra uctu estr la e defin el Pasadoest que, pero ente e implica el pres ctura acuso. Imposible esiratibicándos pasado sin recurrir a la estru

reflexiv nes ha sido forerrar el otros términos en SUS rmulado por Marx en

. e El Capital”. fundamentales cit. p. 197, [en esp- Elementos Cfr. o y. » >: y la critica, etc., a Cuadernos

. q Cfr. cit. P- 20% Len - la dirección cit., L Lenin, Quaderni filosofict, 76], Una a S Hiloséficos, vo Obra; Séve (informe en 2 P . cuentra XXXVII, P t. , s Completas, »t estr AS pri e ceden e nes se en tes consideracio

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294

SA

E . EL CONCEPTO DE NATURALE ZA Y Los METODOS DELa Cl

Cla

PP. 14-15), quien considera al méto do genético (¿ historiográfico? una investigación de los orígenes y bases A áli explicatilvas situadas A dentado Pa : misma realidad cualitativa” (es decir en una suert e de “cocxisteneja» E Una datos considerados), mientras que un análisis distinto (el lógico-d: de lo, obviamente) es necesario para demostrar cómo toda nueva realidad Ai se constituye una base

genético.

nueva propia, diferente de su Princ ipio de pe

"gen

52 Op. cit. p. 152, [p. 153]. Y cfr.

Ch. Glucksmann, “En gels et la ph; sophie marxiste”, supl. al núm. 46 (sept. 1971) de La Nouvelle Critigue,Dhilo p, 99,

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ÓRICO” Y MODO +, MODO “HIST xVI. LAS ”. ÓFICAS CIENCIAS HISTORIOGRÁFICAS/ÓGICO YFILOS

Si la inversión que hasta aquí hemos tratado es un caso particular de la coincidencia entre orden lógico y orden histórico, no obstante de ella se desprende otra inversión, metodológico-formal o epistemológica, que tiene su límite preciso en su ubicación dentro de la

unidad lógico-histórica. Es la inversión que también acepta implícita-

mente Sereni, cuando acepta los dos binomios recíprocos de Bolhagen (“genético-estructural” y “estructural-genético”), para designar el modo histórico y el modo lógico respectivamente. Procuraremos esclarecer desde una óptica distinta, los términos del problema. Vimos cómo Lenin aprueba a Hegel cuando “subsume la historia completanosreferimente bajo la causalidad”. Pero en el captíulo x1, cuando genético (por proceso el en que, vimos también Lukács, a mos o en la formación ejemplo, en el advenimiento de la vida orgánica superior toma como de una nueva especie viviente), una estructura

que para una estructura propia la necesidad interna y estructural de lo d) : en donde casual (Mono casual efecto ádico espor un es inferior interacciones particularmente es por un efecto secundario, producto de M e nos inversiónión sse meno de e invers fenó complejas o excepcionales. Un primer la cual, en el binomio génesispor doja para a nuev esta presenta ya en causase suele asociar el concepto de estructura, la génesis (a la que l (de e 113

Ñ

:



.

el lugar de lo casua lidad) se revela en cambio como l (de lo lo causaA el lugar de yA como ece apar ctura estru la y ble) necesario) a ao stemológica de las cienciasdo ó8 E . Pues bien, la inversión epi do histórico” al mo filosóficas (del “mo

lasa ciencias to fntass(Ep Ln “onsiste, en nuestra opinión, en el desplazamien deldad. as* pi bili posi ción l rela la usa (de -ca ual mológico) de lo cas z

lidad) - El tral relación necesidad-posibi dosal-casual (a la . 1 ando “subsumido” enstigac ls paco, aun est inve la de. co ógi Conse e elideal epistemol s, los efectos compuestode elección : , y por tanto de cUen am o . el camp ¡ nalEescias e lo necesario Margi : i lidad casua la de : tos, y fortui historia : d el de lo posible (de lo conjetural) MAS ls j fica lo 25ta más queel E la E En el to lógico-filosófico pa

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r

| 296

EL CONCEPTO DE NATURALEZA Y LOS METODOS DE 1, A ClENC

opuesto. La diferencia se debe al carácter más acentuadameny

mental de la investigación histórica en comparación con a *Xber lógico-filosófico. Todos los procesos que las ciencias de Jo di ¿MÁs investigan están situados (aunque a diferentes distancias) en ni hitórico y no pueden ser sometidos a una directa verificación Pasado

mental, como si fuesen contemporáneos de lo histórico o reiterar

por obra de lo histórico; por lo tanto el acento de la investigació. histórica (en cuanto experimental) es puesto en la afirmación del simple posibilidad de que un hecho haya existido (en otros términos el hecho no es “observado” sino “atestiguado”), mientras que en la

investigación filosófica el acento se pone en la verificación de las con. diciones de tal posibilidad,? es decir sobre la verificación teórica de los nexos primarios de la necesidad lógico-causal. Afirmación y verificación, conocimiento de lo “cierto” y conocimiento de lo “verda. dero”: una vez más no se puede eludir aquel pasaje obligado de la gnoseología y de la epistemología moderna que es la Ciencia nueva de Vico. En otros términos, no se puede partir del presupuesto de la pura reducción del azar a la necesidad (determinismo metafísico) o viceversa (indeterminismo existencialista); pero se debe tener presente

el carácter dialéctico de la relación “necesidad-azar”, que es luego sinónimo de relación “abstracto-concreto” (““verdad-certeza”): abstractos son los componentes de la determinación y de la redeterminación categorial; concreta es la resultante de una interacción generalizada que replantea las relaciones abstractas y lineales de desarrollo en un tiempo histórico de n dimensiones. Si se desconoce esta interdependencia, en sí misma dialéctica, entre las categorías epistemológico-filosóficas y epistemológico-históricas, de necesidad y casualidad, o de necesidad (realidad) y posibilidad, se

está expuesto a caer en las aporías de la metafísica, en las cuales uno de los dos extremos, aislado del otro, se invierte impensadamente en su

contrario. Luporini, en confirmación del proclamado “historicismo de Engels, que coincide totalmente con su positivismo de los «hechos» inmediatos, y también con su hegelianismo esencializante”,* afirma que la contraposición engelsiana (reseña de 1859) de los “hechos tenaces” al “pensamiento puro”, estaría bien lejos de la contraposición marxiana (“Postfacio” de 1873) del “elemento material” al «proceso de pensamiento”. Los “hechos tenaces” destacados por Engels

serían la realidad histórico-empírica; allí donde el “elemento material” destacado por Marx sería la reconstrucción conceptual de “lo ue está detrás de los hechos fenoménicos”,* es decir su oculta lógica D, ue excluiría cualquier y “apelación directa a la inme(estructura )> lidad y a la historicidad”.?

diata factua

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MODO “HISTÓRICO” Y “LÓGICO”: LAS CIENCIAS HISTORIOGRAFICAS

297 engelsiana “hechos lá expresión que Con arece[COmun a aa el positivismo, sinod que pertelate no tie tenaces”

En efecto, nece más bien a otro “ambiente histórico”.

de y pre qe ceder hasta 1841-1842, a los escritos juveniles

filosófica pena Schelling, Y encontraremos allí una instancia con la de 1859. que, aunque inmadura, se relaciona estrechamente a los veintidós añ En su opúsculo sobre Schelling y la revelación,

hegeliana el joven crítico no oculta su adhesión a la conocida fórmula

es real y todo lo real es racional), que interpreta de lo racional (todomodo: Ue “A Hegel nuncale pasó por la cabeza[. . .] querer demosdealgo sin premisas empíricas; sencillamente

trar la existencia de El conocimiento filosófico muestra la necesidad de lo que existe”.* necesidad

de una —no cabe duda— consiste en el reconocimiento

es decir tal que no sea pero no puede perseguir una necesidad pura, no constituya la (que efectivo real lo a la necesidad inmanente como afirmara o, mismos hechos los “tenacidad”, por así decir, de material” de lo real). En el “elemento el rigor, mayor con Marx, se dedica a fantasear, no caso contrario, el pensamiento especulativo la antitética e igualsobre sino evanescente, sobre la mera necesidad los gratuitos demuestran lo como pura, mente evanescente posibilidad el viejo Schelling. Al respecto, desvaríos “oníricos” a los que se entrega agradecidos por una filosofía Engels ironiza: “Los alemanes estarán a través del Sahara infiniescabroso, camino un por que los conduce, real para comer

sin darles algo tamente monótono de la posibilidad, materialista de Marx y beber”.7 Con la maduración del pensamiento merecerá análogos aunque

hegeliana y Engels, incluso la concepción Hasta el “pensamiento puro”, que menos desdeñosos relieves críticos. se evade hacia tal apriorista hegeliano, sistema del constituye el eje

en la caprichosa necesidad y termina por tanto inexorablementehechos tenaces o al a los apelar El posibles. meros de combinatoria al núcleo de necesidad apelación elemento material resuena como

< de la dialéctica hegeliana, contra racional-real (lógico-histórica) (Marx)contra su “corteza mística” ropaje idealista” (Engels) o bien s expresiones a

as dos última pecto de est ls y da no o o a resS diferencia entre Enge e Site Le a 0 E mo cis sti a al rechazo del “mi a i a o p nte ame sol den idealista.” Peridealismo Y. or su de ión ers a la inv eríti o lógico del nes

e 0 al misticism Mistifi uerbachiana) de lo empírico €n e tica (fe y subrepticia presencia e joven En8 -

el J Schel antes ena : 1 contra especulativas se encuentra e Li arx to juvem ia denc inci 4 , la coln y. $ 1 significativo que, en el mismo escrica ción o Eng il nmg, c cipa $ años de anti els sugiera, con diecisiete

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EL CONCEPTO DE NATURALEZA Y LOS METODOS pp , ClE, Cia . ás y la marxiana a c i ei ms eza “cort ista” ds ideal aje semántica entre su “rop cuando escribe: “Estas llamadas potencias no son en modo Sica, Ar: Buno s fe sticas, en las cuales Pro pensamie ntos, son . figuras nebulosaas,s, fantá cl ya es tren se io, Aramente los mister de del ropaje que las envuelve 1 contornos de las tres hipóstasis divinas”.

208

Precisamente la unidad de lo lógico y lo histórico (de necesidag posible) permite esca , realidad, o bien de necesidad real y realidad de las acechanzas del misticismo lógico o inversión idealista de que se trate.

Distinto es el problemade la relación entre las ciencias de lo diacré. nico (historia y filosofía globalmente consideradas) y las ciencias de lo sincrónico, en las que globalmente se incluyen las experimentales-taxonómicas (“naturales”) y las lógico-matemáticas (“exactas”). Se trata de dos niveles epistemológicos entre los cuales no subsiste coincidencia ni interpenetración ni inversión de acento, sino una

relación analógica, debido al hecho de quelas ciencias de lo sincrónico

repiten —epistemológicamente— el' funcionamiento de las ciencias de lo diacrónico (por lo demás, incluso en el aspecto ontológico, en la realidad objetiva, lo sincrónico repite, como ya señaláramos, lo que por su origen y naturaleza es diacrónico). Por supuesto, sólo desde

el punto de vista del filósofo de la ciencia se puede afirmar quelas

ciencias de lo sincrónico no coinciden ni se interpenetran con las de lo diacrónico. En la práctica científica de una personalidad individual, y en la historia efectiva de una obra particular, ciertamente los dos agrupamientos pueden coexistir de una'manera proficua y entrelazarse, como El Capital, en muchas de sus páginas, y los Manuscritos mate-

máticos de Marx lo atestiguan. Las indicaciones de Marx y de Engels son, al respecto, descarnadas y tienden más bien a subrayar la unidad (de contenido y método) de lo que Engels suele designar como “las ciencias de la naturaleza Y de la historia”. No hay que olvidar que también Marx, en el prólogo

de 1857, esboza la sugerencia de un modelo naturalista para la ciencia

crítica de la economía y por tanto para el conocimiento histórico-

materialista en general. Pero, en nuestra opinión,al recurrir al modelo

naturalista, Marx apunta sólo a la extensión a las ciencias históricas, como conocimiefto objetivo, del nivel de función teórica esencial-

producmente relacionada a la estructura y al progreso de las fuerzas tivas (naturales y naturales-sociales) ; lo que no es un impedimento entre ciencias para retornar 2 las diferenciación pinceles, no ya

de la naturaleza, sino entre ciencias de lo del hombre y : ciencias a s de lo sincrónico, incluyendo en estas últimas el diacrónico y Cienci

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OGRAFICAS MODO “HISTÓRICO” Y “LÓGICO”: LAS CIENCIAS HISTORI

299

en el mund estudio de todos los fenómenos que, tanto cíclicos o re titiv ce A en el humano, se configuran como 01 a

espacio-tiempo “físico”) ? perO como dinámicos (en el el histórico). tivos y progresivos (en tiempo

como evolu-

analógica la que Sise acepta considerar como una correspondencia e: ES i sincrónico, lo de las y diacrónico lo de media entre las ciencias formal lógica la de las y histórica” entre las categorías de la “lógica la facilidad más con evita se (que abarca a la lógica simbólica), el concepto de necesisobre disputas las lugar dar suelen aporía a que no ya como análogo, sino como dad histórica, cuando éste es aceptado,de las uniformidades funciona(o homólogo de las leyes generales lógica formal (o de la lógica simbóles) propuestas en el nivel de la está en una ley si su verificación lica). ¿Cómo se puede pensar “singular” en tanto histórico, confiada a uN solo acontecimiento términos

de semejante “neceen si la única irrepetible? ¿Cómo puede pensarse francesa, revolución la por ejemplo, mismo

€s el sidad” histórica, (“general”, por presunción) verificación de tal necesidad revolución frandenominado (“específico”) acontecimiento histórico es Un algo cesa? Y : es que ni esa necesidad icto, un “particu: La única respuesta correcta estr ido sent en €s, to ien cuanto el “sentido” “general”, ni ese aconteecim por vía analógica, por las consecuencias lar”. Lo son únicament necesarios a .

.

.

.

a

«e.

bl

constiy, €M cierto modo, es el res cor que mo or co eri ult o sad posibles) es pen de aquel objeto epistemológico ades más genemid

los antecedentes de la historia (de pondiente

sde las unifor tuyente respecto o en lo l sincrónico (de Y en efecto, comco, pero sentido” de lo rea ulares). ón tic par lo específi s one con aci aci fic rel eci en esp o sól las tan tanico lo general es hascró ralessin E real general, asi en la rea A Ñ una entidad más de una de ón aci fic to pec ible resepa a a su vez es especi tiempo UN pos ins rable de lo par dic te.smYo como lo general es denmi eceal e esaario antes nec c sari lO nece l d menester una (para lo cual es aral tar pero no lo agota te histórico €s den ece ant

C logo el a de modo aná a suficiente del acontecimien aví a tod de no uo o tin per analo; er con contimul ad re en el caráct a, Fespe e tán on La descub pirámite taxonómic , Y e Ve: la de e bas erales Muidad de ui de us icaciones más gen aunque Al las clasiftanto basada en lo diacró pre ga de A la

c en to de la disc mientos Ar posteriores, respec a 0 erna ANtecede Istóricos la oa ri *ecuencias : tes dan fun y 0 s . esario py] a, allí Se Peri: odizació, ne tinuidad”) pur inclina e discon ión con fus la y ma ptar la tra Ciertas conjeturadas.** y de las

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300

EL CONCEPTO DE NATURALEzA Y Lo s MELO

AID . e Pues bien DOS p a , la dialécti ca de lo COMPuesto” “sim ¡S que hemos Principio en Considerado “ua gelsiano de ir la “n en e Movimi egación dela a ta Puesto» ( ento efectivo ne e nte en de la Universa Verzas materi ] Co Y QU rela be al e situ A Considere como es actuantes asumirá ¡aspec to di eció; Co : Entre | a reconozca co nstituyente de un Cono cimiento o mo e ySún n el primer Ca l funcionamiento de una cien ci so ade lo, 9 Dieel n le en el concepto , como decía Lenin, se de berá subs ir la de causalidad, se traducirá y po Po ni r a tantola en la dialécti ca de necesida relación simplecoostoria y casualidad) dond d y Posibilida ela Posibilidad se d aj rá Ja

segundo,se refl ej (generalidad y si ará en la dialéct ngularidad) ci

mutua exclusión

alypaudad

a'a ésta o la Otra clase (nu e objetos acum. necesario”, y la de de “universal” las categorías “mat “dinámicas” que co em n ellas se relacionan , áticas ” y de las categorías habían preparado el terreno

naturaleza) contra el determinismo mecanicis ta en las llamadas ciencias “naturales” y la sim ánea exhortación a no mismo plano, por ejemplo, el ult er en el principio de transformaciónpon dela Ena gía (dotado de extensión univ ersal, diríamos entonces, y no ya, e Piamente de determinació arveja “contenga seis gui n “necesaria ) y el hecho de que a santes y no cinco o siete (es ce hecho que

tiene un acentuado carácter propabilista , en pa estadístico-matemátic y no ya, propiamente, posibilista” en o lógico-h

istórico). o e En realidad la distinción permitirá pasta E qean EdS aaa

(y dialécticamente) tanto la ade da a nación”, e tam nalarelac ión entre el fenómeno observado y el porque interesa tarbiévaci ón como la problemática del “surgimiento instrumento de la n RY

O nivel evolutivo de organiza casual o unicasualde que ción, 0 se abren al

desarrollo, en la historia sea de las posibilida biológic o y en los progresos humanos. 2 natural, en e ciones implican, sin embargo, una uste: 5 Estas últimas observa ue atribuye al materialismo dia te a E n del

rectificación | .

e

¡

concepto4

eneralizar, los resultados de cada ul

versalizar Pdos (o mejor dicho, cien objetivo de cias de lo sin' Esicas y na

de las ciencias

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MODO “HISTÓRICO” Y “LÓGICO”: Las CIENCIAS HISTOR:OGRAICAS

301 crónico) y de controlar las generalizaciones Propuestas por las mis n mas ciencias. Muy distinta es la relación que se establece sat la filosofía de un oñochmi componente (como dialéctico-materialista ciencias ce histórico más vasto y articulado) y las llamadas rales” y dislécticosnar exactas; respecto de estas últimas, la filosofía

de competencia e eE no tiene más que una clara. delimitación lógica histórica, que consiste en abstraer el modo de funcionar ..lo de aquellas ciencias, tal como resulta del análisis histórico dinteiólo

de su desarrollo y de la comparacióncon el desarrollo de las lens

ciencias históricas o de otras funciones cognoscitivas (por ejemplo

las ideaciones artísticas), por un lado, y de la praxis material, por

el otro.

Las sumarias consideraciones que preceden implican además una sustancial rectificación del criterio dellavolpiano que identificaba,

como se sabe, la lógica histórica con la lógica positiva, el método marxiano con el método galileano. No obstante tener la convicción de que no existen campos o contenidos distintos para la lógica histórica y para la lógica de las ciencias naturales, y que incluso metodológicamente las dos lógicas presentan (como por otra parte lo sugiere Mario Rossi) ** reveladoras analogías, no creemos que los dos métodos posipuedan considerarse uno solo y queel método de la “ciencia de origen tiva” (el formal aristotélico o el axiomático-matemático ciencia galileano) se identifique totalmente con el método de la histórica. Entre las aporías que se desprenden de la aserción de la identidad da por entre los dos métodos, recordamos la tesis (filosófica) que extinguida toda filosofía. Extinguida, en efecto, es sólo una versión, tan firme como equívoca ( vinculada a la tradición metafísica), de la

de lo diacrónico filosofía misma como ciencia de lo sincrónico, 0

y del reducido a lo sincrónico (en el “eterno presente” de la teología materia. e por postulada “sustancia” la mo, pero también en caro a Althusser born ecanicista y por el spinozismo tan oseste paréntesis, referido —muy por ecrónico y

las ciencias eo divergencia, e estructura lógica entre as de lo dilacrónico, (filosófico) y volvamos a nuestro tema e

dentro q Y

m

e las ciencias de lo diacrónico, entre modológico

a

,

modo histórico (historiográfico) .

Selo conce como el campo de los processelepues,l :

Si

iratamiento 2amicostórico no puedeser considerado como ha

en el pasaje del fico (por ÓBico. o del ángulo visual que se produce tratamiento historiográtlC dialéctico (por “estadios”) al

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O

302

a

e

EL CONCEPTO DE NATURALEZA Y LOS METODOS pg ,,

CIENC7A

“estratos”) implica por tanto también la sustitución de unilineal por otra multilineal. En la mediación de este p UNA Óptica Asaje inter.

vienen dos fundamentales conceptos historiográficos MArx-engelsi

el de “modo de producción” y el de “formación económico “social” o

Nos detendremos ahora brevemente a considerarlos Porquela clusión de este trabajo nuestro alude, a su modo, a la regla demprocedimiento científico que se mueve de lo abstracto a lo Concreto,” porque la historia, como ciencia de lo presente y de la Prospectiva resulta, en los hechos, el resultado coherente y normal de todo trata.

miento lógico de impronta materialista y marxista.

Lo que Marx interpreta con su concepto historiográfico fundamen.

tal de “modo de producción”,'* es la inmanente presencia de un determinado tipo de fuerzas productivas en un también determinado tipo de relaciones sociales. El mismo nos lleva más allá de las móviles fronteras de las categorías lógico-dialécticas de una antropología y de una sociología filosófica del marxismo: nos hace penetrar más bien en la región densa y compleja de la sociología histórica marxista, aunque la noción de modo de producción tienda aún, en cierto sentido, a situar las peculiaridades concretas de los procesos dentro de esquemas estructurales periodizantes y unificadores, más allá de las distancias cronológicas y geográficas. Más apegada todavía a lo concreto histórico es la noción de “formación económico-social”. No discutiremos aquí los controvertidos problemas que fueron objeto de un largo debate.** Pero observaremos solamente que él replanteó implícitamente la diferenciación marx-engelsiana y leninista entre “estadios” (del proceso) y “estratos” (en la formación social), y que, al poner en evidencia la diversidad de significado, en Marx, entre las dos expresiones “forma de sociedad” (Gesellschaftsform) y “formación económico-social” (o formación económica de la sociedad: ókonomische Gesellschaftsformation) ,** al mismo tiempo convalidó el fundamental descubrimiento metodológico marxiano de la unidad dialéctica

entre un modo lógico y otro histórico de ordenamiento del material. Por otra parte, la dimensión lógico-histórica no es reductible a la dimensión formal-empírica. Sólo en un sentido analógico,*” en efecto, es cierto lo que sostiene Gerratana: o sea que “forma de sociedad” es en Marx un concepto más general, o más genérico, que “formación

económico-social”. De los textos a que hace referencia Gerratana Ita más bien que entre los dos términos media una diferencia resulta | ás pertinente al discurso historiográfico-dialéctico en el

semántica M E decir, resulta que “formas de sociedad”está siempre cual se ubican. AS asadas”,* “precedentes” 1% u “otras” (siempre en acompañada por entes” ),? y por tanto “todas” (pero en el sentido

el sentido de “preC

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MODO “Hlsumuv 2 2ovILu”: LAS CIENCIAS HISTORIOCRAF ICAS 303 de “todas las formas quehasta ahora se sucedieron”) 21 e tal significación es evidente, en particular, en e] de Agregamos fragmento de los Grundrisse que presenta los desarrollos antro famoso sociedad capitalista como antecesores y Presupuestos de > Pr a la

Formas que preceden a la producción capitalista ( Forme, ies kapitalistischen Produktion vorhergehen). En cambio forma 2er económico-social

es un término referido casi siempre al a

veces se refiere al pasado pero sólo si, a su vez, éste es ia.2

como objeto de un directo y exclusivo enfoque historiográfico (“para apreciar antiguas formaciones económicas de la sociedad ya sepultadas”),?? que subraya su intrínseca estructuración compuesta. Si esta diversidad de uso semántico no es casual, el concepto de “formación

económico-social” es al de “formas de sociedad” como la imagen de una estratificación (geológica) -compleja presente es a la de una

antecedente sucesión lineal de estadios (geológicos),? según el concepto, enunciado por Marx, de que “la yuxtaposición es, a su vez,

simple resultado de lasucesión”.?* Pero entonces una conclusión distinta de la propuesta por Gerratana comienza a surgir para el problema de la transición en general y de.la transición al socialismo en particular. Gerratana, haciendo propia una expresión de Lenin, sostiene que “socialismo significa extinción de las clases” y agrega que este objetivo,

posible y necesario, implica además la superación de toda producción

de mercancías. Ahora bien, es indudable que la sociedad socialista

(como “primera fase de la sociedad comunista”) no puede conservar la estructura de clases de la sociedad burguesa-capitalista, pero es Probable también que ya las estructuras más altamente industriali-

zadas del mismo capitalismo maduro tiendan a sustituir el anbesriinos lado (el nivel de intercambio de as a edad ca + la formación e bn ajo) por un mecanismo basado en el “mera fase q embargo sin significa no que Lo econó, cción.** soci, al comunista, en general y clesids Y ea tificacio-

alista, pueda realizar una completa disolución de “estra E nes” (entendid Pe atificaci nesA de raya clasessubterráneas o estamen 03 Socia] idas no tanto como estratificacio y/o residuosa elsignificado más apio cab. Tal ausencia € OS pi de por ejemplo, Por En 0 de producció epruetura es (con -. abordinados,** sojuzgado y recreado de ón ominante y por 0 ominante, O Y2 en vías de tinción) : conformidad con el modo dom: Dos COn la noción

Misma de « ería contradictorio —como ya vimos la máxima de la formación económico-social”. Y también

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==



304

EL CONCEPTO DE NATURALEZA Y LOS MÉTODOS pg Lac

TENCI,4

podría sufrir el efecto restrictivo de Una ve

acción revolucionaria Visión teórica reductora y, llevada al límite, utópica. estryee (entre social lo y La conexión existente entre lo político tizar en dos a sq esquema |Qy superestructura) no prohíbe por cierto

“mentos sucesivos la iniciativa del poder (político) y la trasformació

(social) que se deriva de ello, ni prohíbe tomar, como lo hace

hente Gerratana, el retraso que experimenta el proceso ei cuidadosam plenitud, en cada país, por causas objetivas (el cerco su alcanzar capitalista) y por límites subjetivos (las desarticulaciones de la teoría y de la estrategia). Pero, en concreto, no puede haber iniciativa política revolucionaria, como conquista del estado (y en particular

de los instrumentos del capitalismo de estado) moderno que no se traduzca ¿pso facto en una trasformación cuasi contextual de la estructura socio-económica.

La correlación que existe entre los dos momentos descarta toda

"subperiodización de la trayectoria histórica concreta que, en el ám-

bito de la. nueva formación económico-social, aísla el momento polí-

tico de la gestión revolucionaria del estado, como único elemento caracterizante de la transición, remitiendo a un futuro orden social

caracterizado por el fin de las clases (y del estado) la definición de

una auténtica “sociedad socialista”.?

Estas observaciones críticas permiten una rápida recapitulación

del punto de vista que hasta aquí hemos adoptado sobre el problema de la relación entre “lógico” e “histórico”: 1) la llamada “inversión” del orden de las categorías es pertinente, según Marx,sólo en el caso

de que una porción homogénea e históricamente circunscripta se

aísle de una más prolongada serie de procesos -(por ejemplo, si la “formación” capitalista es contrapuesta a la “forma” o a las “formas” de sociedad que la preceden). Por lo tanto es posible que en el trata-

resulte miento lógico de la forma siguiente el orden de las categorías invertido respecto al tratamiento histórico de la precedente, pero nada impide que se dé el caso, que Engels planteó como hipótesis, de

respecto de la investigación una investigación histórica coextensiva, apreciable inversión de alguna implique no lógica, es decir tal que orden; 2 ) la inversión no se refiere al orden cronológico (histórico), por un lado, y al (lógico) de la sucesión dialéctica de las categorías,

jerárquico or el otro, sino, como el mismo Marx lo aclara, al orden lógico): más

histórico de las categorías dentro de un esbozo

(o

y al orden jerárquico de extenso, o bien más antiguo, en el tiempo, lógico (e histórico al esbozo un de dentro categorías las mismas más restringida temporal ole una a mismo tiempo) referido expresar las relaPp y más próxima (“la categoria

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p——

i

|

0

MODO “HISTORICO” Y “LÓGICO”: LAS CIENCIAS HISTORIOCRAFICAS

305

ciones dominantes de un todo no desarrollado o las relaciones subor-

dinadas de un todo más desarrollado”); 3) el carácter diacrónico

corresponde tanto al esbozo histórico como al lógico, y a éste último tanto en el caso que —según el esquema predilecto de Engels— abar-

ue un orden categorial de largo período (la serie de las “formas”

o de los “estadios”, de un desarrollo necesario y paradigmático) tomo en el caso —más familiar a Marx— quedescriba un orden categorial

de más corto período (la “formación”, o la “estratificación”, de una contemporaneidad que denuncie, subvirtiéndola, la sucesión de donde

surgió y se nutre); 4) por el carácter diacrónico, historia y lógica

(historiografía y filosofía) tienen en común también las mismas categorías epistemológicas (necesidad-posibilidad; o causalidad-casuali-

dad), diferenciándose sólo por un desplazamiento de “acento” (inver-

sión metodológica) ; en tal sentido, dijimos antes que las orientaciones

privilegiadas de la investigación apuntan, en la indagación lógico-

filosófica, hacia el módulo de la sucesión —aunque abstracta— y, .en

la historiografía, hacia un mayor concreto de la contemporaneidad, entendida como coexistencia o copresencia no sólo de “las contingencias perturbadoras” (Engels), sino además de componentes estructurales y superestructurales (por ejemplo, como una tendencia a la conexión entre lo político y lo social); 5) las categorías lógico-históricas no son asimilables, excepto por una lata correspondencia analógica, a las categorías lógico-empíricas (simbólico-taxonómicas) del grupo de las ciencias de lo sincrónico (sólo por analogía con las clasificaciones taxonómicas se puede en realidad hablar de la serie de las formas pasadas como de algo “genérico”, respecto a lo “específico” de la

formación presente).

_Pensamos que de esta forma se podrían aclarar algunos puntos de

divergencia que surgieron, especialmente entre los críticos franceses,

en el debate ya mencionado sobre el significado del concepto de pcipación económico-social”, si luego de haber reconocido en esa distingue delas ol pronunciada impronta histórico-conereta, quela

“form5 de MO lógico-históricas de ' modo de producción” y de

precisamente e mayor raul ad , se permitiera inferir de sellos,

era] dación conlos procesos de formación,” o sea de desarro o contenido Pra a saltos” (Lenin), en el tiempo histórico; su reúne en Una inescindible nteraer 'órico-efectivo más integral, que ucción) y ción elementos de estructura (modo o modos de la

un bloque histórico Uertemente ie superestructurales, en ubicación enla zona E la determi Ividualizado”; precisamente su

digmática q ón factual (respecto a la relativa constancia para-

el modelo de modo de producción), en el sentido de que un

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dk 306

EL CONCEPTO DE NA TURALEZA Y LOS ME TODOS DE LA

ece nec esario mudo :de prod ucci cló n puede reproduci ón distintas formacion mu es económico-sociales Pos rse y ibles distancias cronológicas gosentar y geográficas, por lo me nos h aaa a la irreversible unific llegu : ación económica y social del rd se de e planeta+ Puesto que tal unificac ión

odo, la t ndene laa un ayer :se refl una pluralidad de formaciones ejaba en económi co-sociales alternat; sí ( por ejemplo, según Marx, en la alternativa entre Ésa E aslática, germánica, etc.) ya se ha iniciado desarrollo multilineal de las soci edades, que hast astaa

, se reduce hoy a una pluralid ad de ES alternativas en el ámbito de una misma

formación económicos, la capitalista o la comunist a que le sucede.?* La relación de cn

que se establece, de modo gene ral, entre las dos formaciones no excluye sin embargo que una fase ulterior (o una variante) de la formación capitalista pueda configur arse como unaalternativa de estancamiento o de “putrefacción”, resp ecto de otra alternativa histórica de desarrollo y Progreso, constituida por la formación comunista en su totalidad. Esta problemática está presente en algunos estudiosos que, confrontando las observaciones marx-engelsianas sobre el modo de producción asiático y sobre los modos precapitalistas en general, con el desarrollo actual de los países del llamado “tercer mundo” y con las tendencias del capitalismo maduro, ponen el acento sobre el carácter multilineal del desarrollo histórico. La base teórica de tales investigaciones radica

en el carácter ““unicasual” del advenimiento de la formación capitalista. El soviético Andreiev, en su estudio sobre Engels," se inclina a pensar que, de los tres modos de producción, asiático, antiguo ygermánico, sólo este último (o sólo su pervivencia o latencia en los otros dos) estaba en condiciones de provocar históricamente una serie de modificaciones que condujeran al capitalismo generalizado; aunque los otros dos modos presentan mayores afinidades, reales o aparentes, con el mismo capitalismo: concentración de los medios de producción, de fuerza de trabajo, etc. En iguales términos, también el francés Dhoquois sostiene que, entre las sociedades pertenecientes a los perío-

dos largos de las “historias particulares , 0 locales, la forma asisi se encaminó siempre hacia el estancamiento, mientras que sólo E

esclavista-feudal (como se comprueba cl el Pano del Japón) se reveló

orgánicamente capaz de evolucionar

hacia él capitalismo.

onces una singular característica de las sociedades Se explicaría ent do resultan,en el orden lógico-cronolégico, anteceasiáticas: por un la la formación capitalista; por otro, pueden prolonde to pec res tes den “coexistentes” no sólo con respecto a las formas garse hasta hacerse

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MODO “HISTÓRICO” Y “LÓGICO”: LAS CIENCIAS HISTORIOGRAFICAS

307

., ermánica, etc., sino también respe pecto a la formación

antigua, Aelealista. 5 En el mundo contemporáneo, o sea en la época de la “historia tiva análoga 32 universal”, es posible que subsista una alterna

“sgexistentes posibles”. La segunda fase capitalista no Parerzoes lesse de estado)22la Lenin definía, en 1917, al capitalismo monopolista ir a un laberinto conduc ad puede realid en ismo; social ala” del «“antes

ón sin salida. El socialismo se desarrollaría por lo tanto en una relaci

entre alternativas posibles más bien que en una relación necesaria de continuidad-discontinuidad, respecto del capitalismo maduro. En el cuadro que resulta de esta hipótesis, no sólo las considera-

s expresiones, ciones de Kautsky, como es obvio, sino hasta alguna

alismo tomadas literalmente, del Antidiihring engelsiano y del Imperi

y Lenin de Lenin serían erradas: las afinidades señaladas por Engels

o, la entre la última fase del capitalismo y el socialismo (por ejempl e inesenextrema “concentración” de las empresas) serían extrínsecas una ciales, bajo el ángulo de las posibilidades que se ofrecen para s de transitransición más directa y fácil de una a otra.** Los modelo inicios del ción normal deberían ser, en cambio, buscados en los mediados de erra Inglat la (en no moder ial industr ismo capital histórico to momen un en decir es ara), estudi del siglo xrx que Marx acaracterizada, ya hoy perdido e irrepetible, o en la sociedad modern situación “parano tanto por un estadio premonopolista como por una azan, pero monopolista”; y en el cual lo viejo y lo nuevo se entrel se contrala rebelar su en te presen está lista monopo lismo dondeel capita pasujeción del imperialismo ajeno, más que bajo la forma de partici en las cuales ción dirigida al nuevo dominio mundial (en las sociedades

). A es aplicable la otra fórmula leniniana del “eslabón más débil” ca históri a eficaci una r atribui pueda le se este último modelo quizás Deactiada, si se le hacen los necesarios y nada desdeñables DA en común con carales mn, e Muy poco y nada tienen de las an en listas integra s teórico los por del munA los “marginado sl Pac) así amo POr a en DEERE en las

ese me eranta) obstanotee lis imperi list los lumpen que, no sentid metrópo Canismo de a Istas, serían en cierto

, La hing producción-consumo (Marcuse de los años tiva alterna una tuye consti A ismo ¿, bie Mipótesis según la cual el social Más madura del capitalismo analizaue el desenlace obligado de la fase ciones, implica su contenido y en sus Y Corre id a con mayor rigor en

el plano ar carácter que la v!incule en

a a cualquier presunto político— podría va ple) la a histórica y en el terreno insustituible), que, junto a la clase obrera (protagonista

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G

308

EL CONCEPTO DE NATURALEZA Y Los METODOS P.

LA Cien,Cia pone entre las fuerzas motrices o entre los aliados de la y socialista a otros estratos sociales antimonopolistas; Porque lución la recuperación de condiciones en apariencia “atrasadas” torpe a

campesina, repoblación del campo, defensa de la pequeña emp ld

para poder iniciar con facilidad el proceso de transición al socialimo) porque evita los desenlaces no ciertamente fatales de una CONCentra. ción extrema de las estructuras monopolistas; y porque descarta lay perspectivas de un improbable “derrumbe” espontáneo del sistema llegado a su punto culminante, o del menos probable “derrumbe” ecológico de un planeta en el cual todos los países se hubieran con. vertido en un símil de los Estados Unidos. Pero, una vez más, esta estrategia podrá desplegarse de modo más eficiente si no rechaza o excluye la posibilidad de otra vía y de otras formas de transición, en otras condiciones históricamente

FA

determinadas.

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NOTAS

1 R. Mondolfo piensa que esta problemática se encuentra ya en Aristóteles (cr. Momenti_ del pensiero greco e cristiano, Nápoles, 1964, p. 6 y 16).

2 En la:medida en quela historiografía participa también de una fundación filosófica, como de un “verdadero” inseparable de lo “cierto” histórico, también su investigación trata de lo que Fleischer, con terminología kantiana, llama las “condiciones de posibilidad” de lo posible (cfr. H. Fleischer, Marxismo e storia, Bolonia, 1970, p. 93).

3 Cfr. C. Luporini, “Marx secondo Marx”, en Crítica Marxista, núm. 2-3, 1972, p. 99, [en esp. Luporini, Marx según Marx, Buenos Aires, Cuadernos de Pasado y Presente n* 39, 1973, p. 143]. Y véase la “invectiva” contra el historicismo y contra sus tajantes implicaciones oportunistas y revisionistas, en la p. 104, [p. 148], en un pasaje más bien desconcertante, a decir verdad, por la ausencia de esas rigurosas demostraciones a las que comúnmente se atiene el autor.

Ibíd., p. 97, [p. 142). 5 Ibíd. Según Luporini en Marx existe una necesidad “pero sólo de tipo

estructural (en relación a los efectosde las estructuras o «formas» sobre los

procesos) que por ello deja juego —aunque no un espacio teórico indefinido— a la espontaneidad empírica (o, si se quiere, a la combinatoria empírica), a través de las posibilidades reales que se van determinando, o que son determinadas por la estructura misma” (p. 61) [p. 109]. La necesidad estructural tal como es concebida por Luporini excluye, sin embargo, toda necesidad de tipo determinista y no concierne por tanto al pasaje desde un estadio al que le sigue, sino sólo a la estructuración interna de cada modo de producción, aunque el nexo entre un modo de producción y el que lo precede nose sitúa en absoluta indeterminación empírica sino en una serie de posibilidades reales —serie y combinaciones de condicionamientos y por lo tanto de hipótesis— Le pueden presentarse como alternativa”. Por consiguiente Luporini, por un l o a la discontinuidad entre los modos de producción (las formas Pda un continuum constituido por el desarrollo de las fuerzas clamae formación económica de la sociedad), por el otro, e

ció O de la factualidad empírica” (es decir fuera de toda

« icon ,teórico-conceptual, que estaría reservada a los singulares y

os ad pe de producción). y

.

.

¡bi-

lidades reales HA acuerdo a la concepción marxiana la referenia a las pos ls

Producción sin Atlas (en lo que respecta a la formación de los me Depl ura de los gulares) y a su transformación en necesidad internaen la es ni

lormado, PeroesPondientes modos de producción, cuando éstos se

an

efinitiva lao ho parece aceptable la exclusión perjudicial inversa, que es en "ación de la Principal, es decir, la de la relación entre la necesidad de la supeorma precedente y las posibles variantes alternativas que se dan en la fo,

40: OEI; lícito (Para £n las formas subsiguientes. En efecto, Marx es sumamente

(asta en

u

de 1859) acerca del poder preponderantela £jemplo, i « en el prólogo 207 ” sentido determinista”) que el desarrollo de las fuerzas produc

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310

!

EL CONCEPTO DE NATURALE ZA Y Los METOD

tivas posee respecto a lasrelaciones de Producción y q 1 estruct

OS D A

uras, y no parece dispuesto a rebajar tal poder pra,4 AS respec Ea tiv,

f lida “factua los caracteres lidad empírica”. Además, los car

de la com E inante a De,

discontinuidad no pueden ser atribuidos, de modo u ontinuidag Mer productivas y a los modos de producción respectivamente,$> las fio kh fundada en cierto sentido, es' igualmente y aún más tanda Atribución inversa (de la que existen no pocos ejemplos en los nl Atribución atribución de la “discontinuidad” al desarrollo de las Ey! o da la

desarrollo que no consiste sólo en un incremento indefinido o uc , cuantitativo, sino que consta de auténticos estadios, hasta anta enecimiento sí (estadio agrícola-pastoril y estadio artesanal; artesanado a Etre e industria mecánica), respecto a los cuales los modos de producción

4 IM, ueciita Y por | tanto lasrelaciones de producción, acentúa n los elementos de compatibilidad histórico-efectiva, y de tal manera los de simultaneigoySean?o element os a nuidad”, en virtud de la coexistencia de más estratos, formados sociales en retardo respecto al estadio de las fuerzas productivas, pe porrelaciones

sociales correspondientes a tal estadio y, a veces, directamente, también por , cia a sobre el desarrollo de las fuerzas producti relaciones sociales anticipadas vas, Quizás conviniera, en cambio, renunciar totalmente a emplear las palabras “estático” y dinámico”, tanto para los conceptos de relaciones productivas y de fuerzas productivas como para otras categorías marxianas. Bajo este aspecto, las críticas que Luporini formula a Sereni nos parecen fundadas (Ibid., p. 65 y ss.), [p. 113 y ss.] pero el empleo que Luporini propone,a su vez, nos deja perplejos (Ibid., pp. 72-73) [pp. 119-120). $ Cfr. F. Engels, Anti-Schelling, trad. ital. a cargo: de E. Fiorani, Bari, , 1972, p. 77. 1 Ibíd., p. 74. Engels replanteará, en la versión materialista-dialéctica, su problema juvenil de la relación (dialéctica) correcta entre necesidad y postbilidad, o bien entre necesidad y azar. Polemizando con el determinismo mecanicista, que intenta reducir lo casual a lo necesario y desconoce tanto su gradual dislocación del sistema de leyes de lo real, así como su insuprimibl compenetración, concluye que la pretensión de elevar todo tipo de casuali S “a la altura de la necesidad” termina de hecho, a su pesar, en el e

inverso, o sea “rebaja la necesidad a casualidad” (cfr, F. Engels, Dialettica della , natura, Roma, 1967, p. 228-230). Para una revaloración del influjo de Schelling sobre el mismo Marx, vas un artículo de A. Negri, en Logos, núm. 1, 1972 “Marx e il problema del

conoscenza organica”.

8 Cfr. C. Luporini, of.cit., p, 92, [p. 137], (y cfr. nuestra nota 6 al cap. X?* » Cír. F. Engels, Anti-Schelling, cit., p. 78.

56

10 Jbíd., p. 72; las cursivas son nuestras. Ya hemos señalado la expresico

“representación nebulosa”, referida, en la Einleitung marxiana, al Prot

miento idealista de tipo prudhoniano,

o

11 Cfr. H. Fleischer, of. cit. p, 175. Véase la controversia entre “Positl

vistas” e “idealistas” y las objeciones de Oakeshott a los positivistas €n ión

términos que los refiere W. H. Dray: “Al historiador le interesa la RevoluC Francesa o la ejecución de Carlos 1 —hechos históricos singulares— MO ll como tales. Estudiar. estos hechos como ejemP pa y ejecuciones revo! luciones E puede ser perfectamente legítimo e interesante; pero difícilmen

de su tipo foque típicamente histórico de lo ocurrido. Ya queel inte representa e tales sucesos no se limitará a los aspectos y rasgos comunes gel oeucianes y ejecuciones; querrá estudiarlos en toda su singularidad

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MODO “HISTÓRICO” Y “LÓGICO”: LAS CIENCIAS HISTORIOGRAFICAS

311

y particul aridad” (W. H. Dray, Philosophy of History, Londres, 1964, p. 8;

Filosofia e conoscenza storica, Bolonia, 1969, p. 21). IS prota trad. ital. 12 Para el concepto de “continuidad” en Oakeshott y para el modelo de : nterpretación ió de “seri inua” hacia tenderí istóri cf tendería lo histórico, ual hacia lo cual “serie continua” » cr, el trad. ital. a p. 23).. O W. . Dray . (op. cit. p. 10;3 mismo 13 Cfr. M. Rossi, “Fondamenti d'un etica umanistica”, en Logos, núm. 2,

A . 1969. U. Cerroni sostiene en cambio la “asimilibilidad del método de Marx al

y la competencia exclusiva de este último en las científico-experimental” (cfr. la antología Il pensiero di Marx, Roma, ciencias de la naturaleza

1972, p. 15). 1 Cfr.

Lineamenti fondamentali della

critica

dellPeconomia politica

ntos funda, 1857-1858, v. 11, Florencia, 1970, p. 122, [en esp., K. Marx Eleme 1858, Buenos mentales para la crítica de la economía política (borrador) 1857Aires, Siglo XXI, 1971, v. 1, p. 456]. 15 El debate, desarrollado por iniciativa del Centre d'études et de recherches 4 marxistes, se lo puede encontrar, además de en La Pensée, en los núms. ones por la parte (1971) y 1, 2-3, 4 (1972) de Crítica Marxista (las intervenci ot, g, Gallis R. r, Herzo Ph, francesa estuvieron a cargo de G. Dhoquois, J. Texie e fue el P. Gruet, G. Labica, Ch. Glucksmann y M. Godelier). Objeto del debat

artículo de E. Sereni “Da Marx a Marx”, etc. cit.

izione”, en 16 Cfr. V. Gerratana, “Formazione sociale e societáa di trans

Crítica Marxista, núm. 1, 1972; en esp. V. Gerratana, Formación económico-

nte social y proceso de transición, Buenos Aires, Cuadernos de Pasado y Prese

n' 46, 1973. En su intervención citada, Luporini intenta una interpretación aún más fuertemente reductiva del concepto de “formación económica de la sociedad”,

que él hace coincidir con el continuum del desarrollo de las fuerzas produc-

ni de las tivas. No entramos en la consideración de esta última propuesta dificultades que nos parece surgen con ella, por el empleo nada infrecuente

en Marx de la forma plural (“formaciones económico-sociales”) y de la singular indeterminada (“una formación dada”), y sobre todo por el abandono, ado contenido en la recurrente Que tal propuesta implica, del profundo signi.ic cual el discurso. se a en virtu d de la _ cual

muestra Ecológico.genética marxian progresivas (de los estadios o de las le endos planos: el de las “épocas de pr ranas ) y el de la recapitulación (ontogenética) dentro quiera, respecto a la se cuanto ica (asimétr ón” “formaci o secuencia q ñ dada, “Tal e las formas). tamente do mostrar en las páginas inmedia hemos preceden , capítulo. mismoprocura de este , E escomo la pág. 58, en sostén € su Earo de los fragmentos que Gerratanacita en a), liga

ón: noción específic ( ormas: expresión genérica; formaciadjetivo “pasadas” (untergl” el gengnen) 1]mino “formas de sociedad la más compleja y desarrollada organi-

“ción históri a sociedad burguesa es nes categorínas que expresan sus condicio Las permite ón.ción producci la su i de de ión comprens al mismo tiempo aa er organiza dea l nizac en socie de formas las basadas, obre 2 relaciones de producción de todas ella fue edificada y cuyos mba han no superados. ruinas y elementos meros indicios pre >

ndo, a la vez que

*sarrollado ; continúa arrastra [...]”. (K. Marx, Lingamen Mental, eto en ella su significación plena nuestra), [en esp. v. 1 1968, p. 32-33; la cursiva es os undamental, ales, cit., y, 1, p. 26].

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-_ EL CONCEPTO DE NATURALEZA Y LOs METODOS pg

LA CIEN

Cla

dos 19 El adjetivo se repite, entre otros, en los en la pág. dogEmentos de El CaPital ambos (1 y II) que Gerratana cita en nota,sobre la sociedad efec En ambi fragmentos el enfoque se concentra Asta y las otras tes”. “preceden das “formas” son considera 20 Léase otro pasaje de la Introducción de 1857 citado (pág. 59 en nota): “En consecuencia, si es verdad que las Ma Gerra validez para todas las pi de la economía burguesa poseen cierto grado de salis” (Lineamenti fonda, formas de sociedad, esto debe ser tomado cum grano [en esp., v. 1, p a etc., cit., v. 1, p. 33; la primera cursiva es nuestra),

21 Comoen los Lineamenti fondamentali, etc. cit., v. 1, p. 34, Ív. 1, p.27 roda e (“En todas las formas de sociedad existe una determinada[...)”), y en pe

e influencia asigna a todas las otras su correspondiente rango

dos pasajes de El Capital (1 y III) citados por Gerratana (en la p. 60).

e

tienen una 22 “Y así como la estructura y armazón de los restos de huesos

animales desgran importancia para reconstruir la organización de especies sirven para apreciar aparecidas, los vestigios de instrumentos de trabajo nos ya sepultadas” (K. Marx, antiguas formaciones económicas de la sociedad de 1956 traduce, 1 Capitale, L, 1, Roma, 1956, p. 198, la traducción [italiana]observar la versión erróneamente, “formaciones sociales”) ;-[Tal como se puede de Marx que es castellana arriba trascripta no se corresponde en el concepto el de “formación económico-social” , N. del T.]. el artículo citado p. 52, pone 23 Por lo demás, también V. Gerratana, en marxiana de formación correctamente de relieve la afinidad de la noción

social con la de formación geológica. 1953, p. 109, [en esp., tomo 24 Cfr. K. Marx, 11 Capitale, libro II, 1, Roma, 1, p. 83, ed. cit.].

Per il comunismo. Questioni di teoria, Turín, 1972,

25 Cfr. N. Badaloni, críticas en mérito a la incompp. 157-162 (donde el autor formula ciertas encontrado en Engels). prensión que ese descubrimiento marxiano habría economico-sociale? 28 Cfr. M. Godelier, “Come definire una formazione p. 81. En lo que Incas”, en Crítica Marxista, núm. 1, 1972,

L'esempio degli feudales, de las formas de respecta a la complejidad de las supervivencias en el régimen capitalista, transición y de los nuevos caracteres que éstas asumen ica e i problemi dell'evoluvéase G. Giorgetti, “La rendita fondiaria capitalist zione agraria italiana”, en Crítica Marxista, núm. 2-3, 1972. umentación 21 Tal remisión es en cambio inevitable sobre la base de la arg

expuesta por Gerratana, en el artículo cit., p.-76-79,

di formazione economico28 Cfr. E. Sereni, “Da Marx a Lenin: la categoria 4, 1970, sociale”, en Lenin teorico e dirigente rivoluzionario, Cuaderno núm. económico-

ón de Critica Marxista; en esp. E. Sereni, La categoría de “formaci social”, Buenos Aires, en Cuadernos de Pasado y Presente n* 39, 1973. Ulbricht, quien 29 En el artículo citado Sereni polemiza con las tesis de parte

n en sí. Por otra tiende a considerar la fase socialista como formació la sucesión de subraya las afirmaciones de Marx sobre la no-unilinealidad de adopta el punto de vista las formaciones sociales (Ibíd., p. 40). Un libro que uno 5€ ema Per Terzo Mondo. multilineal es el de U. Melotti, Marx e il storico, Milán, 1972, multilineare della concezione marxiana dello sviluppo objetivas pOr ejemplo trad. en esp.], en el cual junto a observaciones lo menos desde plano, por sobre el mismo antigua sobre el hecho de que Marx “puso y sociedad feudal” sociedad eo: ciertos puntos eee sociedad sobre la gastados ya comunes ág. 52), se hallan los acostumbra os lugares

Childe (“Levoluzióne delle societá iedad tos (p. 207 y 217). G.

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E

312

e

->— «HISTORIC

o”

y “LOGICO”: LAS CIENCIAS HISTORIOGRAFICAS

313

a

7 n y Lamarck 176) dice que, mientras para Darwi de por esta Roma, 197 2, E mpre un proceso de diferenciación, y proce cimivErgánica e non ia humana revela tanto diferenciación

MODO

en a histor ,encia y asimilación. lemificaciones” psi y divergencia Pe Friedrich Engels sur le passage de la communauté

so Cfr. 1. Andrei gray”, en Friedrich Engels grand révolutionnaire

rimit jve AUX cio7 de Problémes du monde contemporain, a cargo de la

y Engels, ya en el ManiFo OSciences Sociales Aujourd'hui. Marx [en esp. Obras Escogidas, comunista (Bari, 1966, p. 55) (en

esto de admitieron el juego de las posibilidades alternativas Muecb, 1966, Pp. 20] siempre con la trasformación revolucionaria el sentido de que la “lucha terminó de las clases beligerantes”). Sobre la no de toda la sociedad o elÉhundimiento “morfológicas” (Labriola) insistieron recienteunivocidad de ai , adaloni. Luporini E Dhoquois (Pour Phistorie, París, 1971, p. 47, 120-123, 227) afirma a un que el “capitalismo de estado” sería un modo de producción condenado estancamiento comparable al asiático de las épocas pasadas, en tánto incapaz de desenvolverse (hacia el socialismo). Nos parece totalmente arbitrario considerar el “capitalismo de estado” un modo de producción o una: formación económico-social. Es, en efecto, una específica organización del capitalismo tardío o también un instrumento en la transición ypara la construcción del socialismo. 32 Cfr. V, I. Lenin, La catastrofe imminente e come lottare contro di essa, en Opere, Roma, 1967, v. 25, p. 341, [en esp., Obras Completas, 'v. 25, p. 349]. Sobre las “inseguridades” de Gramsci y de Togliatti-y sobre algunas apreciaciones un tanto forzadas del mismo Lenin, a propósito del capitalismo monopolista de estado (en su forma específica “de guerra”), tratado como fase posterior” de desarrollo del capitalismo, sobre la función del capital Inenciero y del “mecanismo único” entre estructura (capitalismo monopo«p

, Y superestructura (estado), en la época imperialista, cfr. E. Sereni, ascismo, capitale finanziario e capitalismo monopolistico di stato nelle

analisi dei comunisti italiani”, en Crítica Marxista, núm. 5, 1972.

“si Sobre las formas anticipadoras del comunismo que Marx vislumbra en el apitalismo desarrollado sobre la base del capital constante, cfr. N. Badaloni,

OP. citp. 171 y a.

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