El orden del Inca: Las contribuciones, distribuciones y la utilidad de guardar dicho orden (s. XVI).Traslado de un cartapacio a manera de borrador que quedó en los papeles del licenciado Polo de Ondegardo cerca del linaje de los ingas y cómo conquistaron/ Relación de los fundamentos acerca del notable daño que resulta de no guardar a los indios sus fueros 9789972947087

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El orden del Inca: Las contribuciones, distribuciones y la utilidad de guardar dicho orden (s. XVI).Traslado de un cartapacio a manera de borrador que quedó en los papeles del licenciado Polo de Ondegardo cerca del linaje de los ingas y cómo conquistaron/ Relación de los fundamentos acerca del notable daño que resulta de no guardar a los indios sus fueros
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EL ORDEN POR EL LICENCIADO

Edición

Andrés Chirinos MArthA ZegArrA

DEL

INCA

POLO ONDEGARDO

Fe de erratas: Tratado por Traslado El título “Traslado de un cartapacio a manera de borrador...” corresponde a lo que erróneamente hemos llamado “Tratado de un cartapacio a manera de borrador...” en la pág.9 de la Introducción y que hemos abreviado como Tratado. Es decir en todas las referencias que figura Tratado, debe leerse Traslado. Dicho Traslado es la copia incompleta de la Relación acerca del notable daño... y es la que figura transcrita en las páginas pares (desde la 90 a la 198). Igualmente, el encabezado en esas páginas debe leerse como Traslado... y la abreviatura de la pág.79 Tra.-ms. corresponde a “manuscrito Traslado” que usamos de referencia en las notas. En la pág.10 de la Introducción, hacemos mención a la edición de Urteaga y Romero de 1917, que colocó este título (Traslado de un cartapacio a manera de borrador...) erróneamente, lo hizo en la pág.95, en lo que corresponde al documento más conocido como Parecer de Yucay. El carácter de copia parcial (aunque con modificaciones) del manuscrito Traslado ha contribuido a la confusión que ha reinado acerca de la obra de Polo y los documentos originales o copias que se le atribuyen. Sin embargo, en la presente edición, al confrontar la copia Traslado con la versión más completa (también copia) llamada Relación acerca del notable daño... esperamos que sea una contribución a resolver la confusión mencionada, corrigiendo únicamente la mención de Tratado por Traslado.

el orden del inCA Las contribuciones, distribuciones y la utilidad de guardar dicho orden (s. XVI)

por el liCenCiAdo polo ondegArdo

ediCión de Andrés Chirinos y MArthA ZegArrA introduCCión de Andrés Chirinos

E

C

© Andrés Chirinos, Martha Zegarra y Editorial Commentarios S.A.C.

Hecho el Depósito Legal en la Biblioteca Nacional del Perú No 201303277 ISBN: 978-9972-9470-8-7 Editorial Commentarios SAC, Avda. Reducto 1447 F-1 Lima-18 E-mail: [email protected] Impresión: 1a edición, Lima, abril del 2013

Cuidado de edición: Elaboración de mapas

Martha Zegarra Andrés Chirinos

introducción La prEsEntE Edición El licenciado Polo Ondegardo es autor de diversas relaciones y tratados del derecho, de la política y de la religión de los incas. Llegó al Perú alrededor de 1544 cuando comenzaba la rebelión de Gonzalo Pizarro, en la cual, como casi todos los españoles que vivían en el Perú en ese tiempo, estuvo implicado. Pocos años después destaca como hombre de confianza del presidente Gasca en la campaña para restablecer el orden. A propósito de estos años Mercedes de las Casas (2003), muy razonadamente, considera que Polo es el autor (aun cuando procuró el anonimato) de una breve relación donde se narran detalles importantes del alzamiento de Gonzalo Pizarro. Tras la derrota de los rebeldes en Sacsahuana (Anta) tuvo un destacado papel en la elaboración de la primera Tasa de los tributos que debían dar los indígenas a la Corona o a sus encomenderos. También fue encomendero y corregidor en el Cuzco, en Potosí y en Charcas, estableciendo su residencia en La Plata (hoy Sucre-Chuquisaca, Bolivia). Vivió practicamente treinta años en el Perú (entendido en sentido amplio), también llamado Pirú, entre 1544 y 1575 cuando fallece en Charcas. Después de haber descubierto las momias de los incas (1559) ganó fama como gran conocedor de leyes, fueros, adoratorios y otras costumbres de los indios. Las mismas que indaga tanto en su carrera de funcionario como durante su vida como encomendero. sus obras: EL tratado sobrE La rELigión De las obras de Polo, fuera de las que no deseó aparecer como autor, sabemos por sus propias menciones. Entre las primeras destaca el «Tratado sobre la Religión» al que Polo alude en distintos pasajes. Conocemos una pequeña parte de dicho texto publicada como «De los errores y supersticio-

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nes de los indios. sacados del Tratado y Averiguación que hizo el licenciado Polo» por el III Concilio Limense en 1585 (1985). El Tratado de la Religión incluye capítulos sobre las momias y sobre la historia de cada uno de los incas que gobernaron, puesto que los incas fueron objeto de adoración eso los convertía también en tema de religión. Y lo sabemos por las alusiones del propio Polo a lo largo de muchos pasajes contenidos en esta edición. Otra importante fuente sobre la obra mencionada de Polo es el padre Bernabé Cobo que en la «Historia del Nuevo Mundo» incluyó muchos pasajes de diversas obras de Polo, incluyendo dicho Tratado de la Religión. Es una tarea pendiente realizar un minucioso cotejo del estilo propio de Cobo (caracterizado por el profundo desprecio por lo indio) con otras partes de «su» obra (caracterizadas por ser analíticas, sopesadas, reflexivas, racionales, con contenido humanista) y «rescatar» los escritos de Polo contenidos en su «Historia del Nuevo Mundo».

«rELación dE guacas dEL cuzco»: EL sistEma dE cEquEs dEL cuzco Polo también menciona este escrito frecuentemente. Cuando por ejemplo, lo llama «Carta General» señala explícitamente que contiene la relación de las guacas. Es en realidad una recopilación producto directo de la Manifestación General que muchos caciques e incas hicieron ante Polo el tiempo en que fue corregidor en Cuzco en 1559. Es probable que además de la relación propiamente dicha Polo haya elaborado un mapa. Sin embargo es absolutamente comprobable que, aun cuando no exista el mapa al que se alude, la «Relación de Guacas» que conocemos es una descripción tan bien detallada que funciona como un mapa. Transcurridos más de 400 años, se han podido ubicar buena parte de las guacas descritas en el Cuzco moderno (investigación realizada por un grupo de estudiosos cuzqueños y extranjeros, bajo la coordinación de Brian Bauer) gracias a la Relación escrita por Polo. Aun cuando no podamos certificar el grado de fidelidad en su transcripción, podemos estar bastante seguros de que la Relación de Guacas de Polo es la que años después Bernabé Cobo incluye en su Historia del Nuevo Mundo, la que hoy es nuestra única fuente manuscrita. A propósito de autorías y fuentes, es digno de mención que varios histo-

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riadores modernos hayan considerado que la Relación de Guacas es un texto basado en lo que ya estaba registrado en los quipus. Según Pärssinen: «parece que en los khipus estuvieron codificados los nombres y la composición de las huacas, así como los objetos que debían ser sacrificados en cada una de ellas» (2004: 102).

otras obras dE poLo Varias de las producciones de Polo están hoy perdidas y sabemos de ellas solo por algunas de sus propias menciones y las del padre José de Acosta. Entre las obras no habidas está el «Tratado de los matrimonios» y un pequeño «Tratado de la Coca». También redactó las «Ordenanzas de minas de Huamanga» y hay varias otras ordenanzas que probablemente también redactó ya que es perceptible su estilo entre los copiosos volúmenes de documentos legales producidos durante el gobierno del virrey Toledo. Hay además una buena colección de manuscritos relativos a Polo (que incluyen cartas suyas) de los cuales se hace relación en Lamana (2012: 393-406). «informE aL LicEnciado briviEsca...» y «rELación dE Los fundamEntos ...» Las obras centrales y más citadas de Polo son la que editamos en la presente edición. Aun cuando son tres manuscritos (el Informe tiene uno y la Relación tiene dos manuscritos, uno de ellos parcial) se pueden considerar como una sola obra en cuya redacción Polo trabajó al menos entre 1561 y 1571, aunque la indagación abarcaba desde su llegada al Perú en 1545. Elabora una primera versión en Lima, en 1561, que en la presente edición llamamos Respuestas. Polo explica brevemente las condiciones bajo las que elabora Respuestas: Habiendo llegado a Lima desde Charcas para tratar el asunto de la perpetuidad de la encomiendas le encargaron, como una tarea separada, responder a los capítulos (las preguntas) contenidas en una instruccion del rey. En aquella ocasión se lamenta de no tener a mano sus registros y borradores (ya que su residencia estaba en Charcas). Años después reelabora y amplía aquella primera versión. Antes de 1571 debió tener la versión de la que proviene la copia llamada Tratado (que es incompleta y algo distinta respecto a Relación) y tiempo después, para junio de 1571, debió terminar

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la redacción del manuscrito del que deriva la copia Relación en la cual hace algunas modificaciones de su redacción previa. Al conjunto de tres manuscritos: «Respuestas», «Tratado» y «Relación» cuyo autor original es el licenciado Polo llamamos «El Orden del Inca» lo que da título al presente libro. Ser el autor original no lo hace responsable de las copias. Las características de la copia manuscrita «Respuestas» indican que es muy probable que el autor haya revisado personalmente dicha copia. Sin embargo es evidente que no tiene responsabilidad alguna en la mayoría de las innumerables erratas de las copias manuscritas que nos han llegado de «Tratado» y «Relación». La casi absoluta falta de comprensión de los múltiples copistas sobre el texto que copiaban ha provocado gran cantidad de pequeñas deformaciones que sumadas entre sí hacen irreconocible algunas partes del texto de Polo. Todo ello reclamaba un tratamiento de edición ad hoc a los textos de Polo, tratamiento justo, que en nuestro juicio, le ha sido negado en anteriores ediciones. Esa es la misión que asume la presente edición.

Los manuscritos y su Edición Los manuscritos de Polo que tratamos y editamos son: Informe al licenciado Briviesca con las Respuestas a la Instrucción del rey. Que en ocasiones anteriores ha sido editado con el equívoco título de «Informe al licenciado Briviesca sobre la perpetuidad de las encomiendas». (1561). También lo llamamos Respuestas. Relación de los fundamentos acerca del notable daño que resulta de no guardar a los indios sus fueros. Con este mismo título ha sido varias veces editado y constituye el centro de la presente edición. (1571). También lo llamamos Relación. Tratado de un cartapacio a manera de borrador que quedó en los papeles del Licenciado Polo de Ondegardo cerca del linaje de los ingas y cómo conquistaron. Que es menos conocido ya que fue considerado como una copia simple e incompleta de la Relación anterior. (Sin fecha). También lo llamamos Tratado. Esta es la primera edición que sitúa parelelamente los dos manuscritos

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últimos (de la Relación... y el Tratado...) de manera que el lector podrá tener una comprensión más cabal del proceso de edición del propio autor de lo que constituye su obra principal, al menos en lo que hasta ahora conocemos.

antEriorEs EdicionEs 1. Informe al licenciado Briviesca con las Respuestas a la Instrucción del rey. (título que nosotros asignamos, abreviadamente lo llamaremos: Respuestas. Ms. Archivo General de Indias (AGI), Patronato 188, ramo 22. Fechado el 12 de diciembre de 1561. Está digitalizado en la página web www.pares.es. El manuscrito fue leído por Prescott quien lo cita elogiosamente. Este manuscrito ha sido editado en varias ocasiones bajo el título «Informe al licenciado Briviesca sobre la perpetuidad de las encomiendas en el Perú». Siendo que la perpetuidad de las encomiendas no es tema tratado ni en una sola línea del documento nos ha parecido justo y necesario modificarlo eliminando lo que se refiere a la perpetuidad : «Informe al licenciado Briviesca...», pero «con las Respuestas a la Instrucción del rey», como indica uno de los encabezados del mismo documento. Además de una traducción al francés (que desconocemos) a cargo de Henri Ternaux-Compans en 1844 ha tenido varias ediciones: 1940. «Informe al licenciado Briviesca sobre la perpetuidad de las encomiendas en el Perú». En Carlos A. Romero. Revista Histórica XII pp. 125-196. Lima. 1999. «Informe al licenciado Briviesca sobre la perpetuidad de las encomiendas». En González Pujana, Laura. Polo de Ondegardo un cronista vallisoletano en Valladolid. pp. 104-145. Universidad de Valladolid. Valladolid. 2012. «Informe del licenciado Juan Polo Ondegardo al licenciado Briviesca sobre la perpetuidad de las encomiendas en el Perú». En Gonzalo Lamana Ferrario (ed.). Pensamiento colonial crítico. Textos y actos de Polo Ondegardo. pp. 139-204. IFEA-CBC. Lima. 2. «Tratado de un cartapacio a manera de borrador que quedó en los papeles del Licenciado Polo de Ondegardo cerca del linaje de los ingas y cómo conquistaron». Título que figura en el encabezado del documento,

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abreviadamente lo llamaremos Tratado ms. Biblioteca Nacional de España (BNE, ms. 3169. ff.37r-60v). Esta copia de la obra de Polo está inserta entre varios otros manuscritos en un volumen (de ahí que la numeración empiece en la foja 37). Los otros manuscritos contenidos en el volumen son también de enorme importancia para el conocimiento del Perú antiguo, son: «Relación de las fábulas y Ritos de los Ynga» de Cristobal de Molina, el «Manuscrito Quechua de Huarochiri» de autor anónimo, el «Tratado y relación de errores...» de Avila y la «Relación de Antigüedades deste Reyno del Piru» de Pachacuti Yamque Salcamaygua. Según Gerald Taylor, editor del Manuscrito de Huarochiri: «Se puede suponer que el conjunto de manuscritos perteneció originariamente al investigador de idolatrías. el doctor Francisco de Ávila» (1987: 15). Este manuscrito tiene las siguientes ediciones: 1873. «Report by Polo de Ondegardo of the Lineage of the Yncas and how they extended their conquests». En Clements R. Markham (ed. y trad.) Narratives of the Rites and Laws of the Yncas, pp. 151-171. The Hakluyt Society. Londres. 1917. «Tratado de un cartapacio a manera de borrador que quedó en los papeles del Licenciado Polo de Ondegardo cerca del linaje de los ingas y cómo conquistaron.» En Horacio H. Urteaga, Informaciones acerca de la Religión y Gobierno de los Incas. Colección de Libros y Documentos Referentes a la Historia del Perú, Tomo IV, pp 45-94. Imprenta y librería Sanmartí y Ca., Lima. Por un error, a todas luces tipográfico, este título no aparece en el lugar que le corresponde. En la página 45 aparece el título abreviado: «Del linage de los incas y cómo conquistaron». 1999. «Tratado de un cartapacio a manera de borrador que quedó en los papeles del Licenciado Polo de Ondegardo cerca del linaje de los ingas y cómo conquistaron». En González Pujana, Laura. Polo de Ondegardo un cronista vallisoletano en Valladolid. pp. 344-367. Universidad de Valladolid. Valladolid. 2012. Glosado como «Ms. 3169». Aun cuando se señala (p. 35) que la edición de este manuscrito no está incluida se transcriben muchas frases sueltas en notas al pie de página y algunos pasajes que a juicio del editor

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contienen las diferencias más notables con el manuscrito de «Relación». En Gonzalo Lamana Ferrario (ed.). Pensamiento colonial crítico. Textos y actos de Polo Ondegardo. pp. 327-330 (solo algunos pasajes). IFEA-CBC. Lima. 3. «Relación de los fundamentos acerca del notable daño que resulta de no guardar a los indios sus fueros» título ya usado por otras ediciones y que mantenemos. Abreviadamente lo llamaremos Relación. Ms. Biblioteca Nacional de España (BNE, ms. 2821, ff 1-77v), fechado el 26 de junio de 1571. El título del documento está basado en el primer punto de la «Tabla de lo contenido en esta Relación» que a la letra dice: «Las razones que movieron sacar esta relación y notables daños que resultan de no guardar a estos indios sus fueros». Aunque solo sea el título de la introducción y se haya modificado parcialmente es innegable que guarda conexión con parte importante del documento, por ello y por ser ya conocido con dicho título lo respetamos. Tiene las siguientes ediciones: 1872. «Relación de los fundamentos acerca del notable daño que resulta de no guardar a los indios sus fueros». Colección de Documentos Inéditos del Archivo de Indias (CDIA) tomo XVII pp 5 -177. Imprenta del Hospicio. Madrid. En realidad más que una edición es solo una transcripción descuidada, sin embargo las ediciones posteriores han seguido buena parte de sus errores. Esta edición, que es la que le pone el título al documento, está escaneada en el sitio web www.archive.org. 1916. «Relación de los fundamentos acerca del notable daño que resulta de no guardar a los indios sus fueros». En Horacio H. Urteaga (ed.). Informaciones acerca de la Religión y Gobierno de los Incas. Colección de Libros y Documentos Referentes a la Historia del Perú, Tomo III, pp 45-188. Imprenta y librería Sanmartí y Ca., Lima. 1990. «Notables daños de no guardar a los indios sus fueros.» en Laura González Pujana y Alicia Alonso (eds.) Polo de Ondegardo. El mundo de los Incas. Crónicas de América 58, pp. 33-121. Historia 16. Madrid. 2012. «Las razones que movieron sacar esta relación y notable daño que resulta de no guardar a estos indios sus fueros». En Gonzalo Lamana Ferra-

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rio (ed.). Pensamiento colonial crítico. Textos y actos de Polo Ondegardo. pp. 217-326. IFEA-CBC. Lima.

caractErísticas dE Los manuscritos dE Esta Edición El primer manuscrito, «Informe al licenciado Briviesca con las Respuestas a la Instrucción del rey» (que abreviaremos como Respuestas), tiene peculiares características que lo hacen muy distinto a los dos manuscritos que tratamos a continuación. Estas características las podemos resumir en lo siguiente: A. Las palabras quechuas (o quechuismos) están escritas de acuerdo a las normas de la época, sin errores, si entendemos los usos de la época. Ello revela que el texto ha sido controlado o escrito por alguien con conocimiento que ha tenido especial cuidado ya que lo normal precisamente es que haya más errores en estas palabras. Por ejemplo: Xaquixauana, Pacaritambo, Guayna Capa, quipo, guaccha, capac llama, huno, tocorico, layme, changas, zeque, llauto, malque, guacas, Pachayachachi, Iupangui, Atabalipa, Guazcar, etc. Todas estas formas guardan coherencia con la ortografía de la época reflejada en múltiples autores como Cieza y otros cronistas tempranos. Se nota en ellos la influencia de las variedades quechuas que se pueden asociar a la costa, a los huancas y tal vez a los cañaris (por ejemplo suele elidir la posvelar «c» en final de sílaba, convertir la «c» y «qu» en «g» después de «n», añadir una vocal en sílabas cerradas, diferenciar entre ‘ç-z’ por un lado y ‘s’ por otro, lo que corresponde a la diferencia entre «s» y «sh» en algunos dialectos modernos; «l» en vez de «r»). Los hablantes de las variedades de quechua mencionadas, por su condición de aliados de los españoles, tuvieron mayor facilidad para el aprendizaje del castellano. Por ello y por gozar de mayor confianza con los españoles muchos de ellos devinieron en intérpretes. Eso explicaría la notable influencia de estos quechuas en los escritos de los primeros cronistas. Recién después del III Concilio de 1584 se nota que el quechua escrito se desembaraza de esas primeras influencias. Por otro lado en Relación y Tratado (los otros dos manuscritos que componen esta edición) las palabras quechuas tienen un índice de error más alto que el de las demás palabras. Dichos errores son evidente producto del des-

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conocimiento o la falta de comprensión del término quechua lo que genera gran cantidad de transcripciones incoherentes. B. En Respuestas ms. las equivocaciones en la transcripción de palabras, no solo en las de quechua sino en general, son muy pocas. Hay errores que suelen ser corregidos en el mismo texto. Muchas de las correcciones no responden a simples lapsus sino que parecen implicar conocimiento del tema por parte del corrector. Dos ejemplos: «tuve a cargo el govierno» es modificado en «tuve a cargo negoçios del govierno». Otro ejemplo: «en lo que Su Magestad pretende» es modificado a «en lo que Su Magestad dize». Lo interesante es que las primeras versiones tenían sentido y lo que se modificó es solo un matiz, no un error propiamente. Este tipo de modificaciones son inexistentes en los otros dos manuscritos. C. En Respuestas ms. no hay espacios en blanco que denoten que el copista no pudo entender alguna parte que copiaba. En los otros dos manuscritos abundan los espacios en blanco. D. La caligrafía es clara y cuidada, muy diferente a los estilos de los copistas de los otros dos manuscritos. E. Las faltas de concordancia o incoherencias en Respuestas son escasas, manteniéndose en un rango que consideramos inferior al habitual. Es decir un promedio de dos faltas de este tipo cada 10 páginas corresponde a un rango de escritor pulcro, con buena formación y práctica de redacción. Sin embargo en los otros dos manuscritos hay innumerables faltas de concordancias e incoherencias gramaticales que en algunos pasajes denotan una falta de comprensión total de lo que se copiaba. Hemos contado un promedio aproximado superior a 3 errores por página en esos dos manuscritos. F. La ortografía utilizada corresponde a la época con pocos errores. G. Incidentalmente reseñamos que la copia de Tratado contiene unos pocos elementos de escritura quechua que siendo extraños al uso de Polo, son coherentes con otra norma que él, por lo que parece, nunca usó. Estos son: uso de la «ll» en «Villcanota», restitución de «c» final en «capac», uso de «c» o «qu» en lugar de «g» tras nasal como en «chancas», «Yupanqui», además de otros quechuismos como «mitimas»). Estos elementos gráficos hacen pensar que los originales de Polo (tomando como referencias Respuestas y

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los rastros que quedan en Relación) fueron modificados por algún copista que adoptó las grafías puestas en boga a partir del III Concilio (1584) o por los Comentarios de Garcilaso (1609). Sin embargo el uso no sistemático y la cantidad muy alta de errores muestran concluyentemente que de ser cierta la hipótesis, el copista «conocedor de términos quechuas» que aludimos debió ser anterior al último copista. Es decir el último copista no tenía conocimientos de quechua, dado que la gran cantidad de gruesos errores en otras palabras quechuas no se justificaría. Es necesario aclarar que el hecho de ser «conocedor de términos quechuas» no implica que pensamos que fuera un copista indígena, aunque tampoco lo descarta. En todo caso el rastro de este copista es poco perceptible y no consideramos que la hipótesis mencionada sea segura. Lo verificable es que la copia de Tratado tiene un nivel de deformación tan alto como la de Relación. A propósito del tema también reseñamos que no consideramos justificada la hipótesis que apunta a que los copistas pudieron ser hablantes nativos de alguna lengua distinta al español y al quechua (Lamana 2012: 32). No hallamos ningún rastro en ese sentido. Y aunque no descartamos la posibilidad de que haya pasado por mano de algún copista quechuahablante, ya que hay algunas alternancias que nos parecen algo anómalas de las vocales i-e en Tratado (por ejemplo las situadas en párrafos §166, 170, 190), consideramos que tres o cuatro casos de este tipo son una pista insegura. El hecho de pasar por muchas manos (no un copista por manuscrito, sino varios) y la falta de comprensión de un texto que es ciertamente complejo, es la causa principal que a nuestro entender explica los errores de los manuscritos Tratado y Relación. Dadas las características anotadas, podemos inferir que el manuscrito Respuestas refleja bastante bien lo que pudo ser la escritura original del autor. Podríamos también inferir que no es una copia sino que es la propia escritura de Polo. Sin embargo, para hacer esta afirmación sería necesario cotejarla con otros manuscritos donde se encuentre la caligrafía de Polo de manera más cierta, manuscritos que parece haber en el Archivo de Indias. Mientras tanto, baste lo dicho: si no es la escritura del propio Polo hay suficientes indicios para afirmar que directa o indirectamente hubo un buen control sobre dicha copia que hace que indudablemente se acerque mucho

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a lo que debió ser el manuscrito original. Una vez hecha esta aclaración lo llamaremos «manuscrito original», con la reserva indicada, donde «original» indica que consideramos que dicha copia fue por lo menos «controlada» por el autor. Esta conclusión será de gran importancia para analizar y editar las incoherencias de los otros dos manuscritos. Las menciones a Polo en su época reflejan que fue considerado un estudioso muy versado y culto. Esta apreciación la consideramos confirmada por su manuscrito original, donde hay mínimas incoherencias gramaticales así como de frases sin sentido. De lo anterior deducimos que si no todas, la mayor parte de las innumerables incoherencias encontradas en los otros dos manuscritos (Tratado ms. y Relacion ms.) son producto de errores de los sucesivos copistas, y no reflejan el pulcro estilo del autor.

tratado ms. y rELación ms. puEstos En paraLELo El cotejo de los dos manuscritos nos hace aparecer, en primera instancia, que Tratado ms. es una copia incompleta de Relación, lo que en parte es cierto. Sin embargo un cotejo más minucioso indica que por lo menos algunos pasajes no son copia, aun cuando sean dos versiones cercanas de una misma obra. Hay múltiples pasajes casi idénticos en que una de las versiones ayuda a corregir la otra y viceversa, dichos pasajes deben haber tenido un original común. Sin embargo hay también múltiples pasajes con cambios que aunque sean leves son siempre significativos. También hay no pocos pasajes con cambios sustanciales. Estas diferencias nos sirven para esclarecer significaciones dudosas (por ejemplo al alternar el uso del término quechua hunu con su traducción castellana de ‘provincia’ o ‘comarca’ nos permite entender a qué hacía alusión Polo). Por tanto nuestra conclusión es que para lograr una comprensión mejor del texto de Polo es importante leer las dos versiones. Lógicamente la edición que hacemos privilegia de alguna manera el manuscrito Relación ms. ya que contiene la que probablemente sea la versión última y más completa de la obra que hasta ahora conocemos. Aun cuando hay diferencias significativas como señalamos es claro también que los dos manuscritos son el resultado de diferentes momentos en la

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edición de una sola obra que Polo vendría elaborando a través de los años (desde antes de 1561 a 1571). En lo que no reconocemos la autoría de Polo es en los múltiples errores, que fueron generados bien por los copistas o bien por el mal estado de los manuscritos que les antecedieron y les sirvieron de modelo. Nuestra edición ha dedicado la parte principal de su esfuerzo a intentar ofrecer una versión que se acerque a lo que debió ser el original. Respuestas ms. aun siendo una obra muy anterior (1561) contiene ya los elementos sustanciales que formarán parte de Tratado ms. y Relación ms. El propio autor la considera una primera versión cuando nos dice: «Y movíame mucho que el Conde de Nieva, visorrey que fue de estos reinos, y el comendador Birviesca de Muñatones me mostraron una Instrucción de Su Majestad firmada de la Serenísima princesa doña Juana, en la cual mandaba que particularmente se averiguasen en esta tierra la mayor parte de las cosas que en esta Relación se han de tratar.» Por tanto creemos que el mismo autor valida considerar a los tres manuscritos como parte de una sola obra.

EL EnfoquE dE La Edición dE «EL ordEn dEL inca» «El Orden del Inca» lo entendemos como el conjunto de dispositivos legales (Polo utiliza los términos fueros, leyes, estatutos y constituciones) acerca de la organización política y económica. Se tratará especialmente sobre los bienes que se tributaban y cómo se repartían los trabajos necesarios para la producción de dichos bienes. Todo ello con el fin de rescatar aquello que el autor considera útil y valioso para el buen gobierno del Pirú de aquella época. Se hace énfasis especial, atendiendo al interés de la Corona de España, en la importancia del tributo de plata cuya centro principal radicaba en Potosí, provincia de los Charcas. De ahí la importancia central que adquiere Charcas en el texto de Polo (mapa 6). Algunas partes de la obra de Polo han sido sistemáticamente malinterpretadas, señalamos por ejemplo los que se refieren al papel de los hunus o provincias. En la organización política y en el esquema decimal que la acompaña es fundamental entender el concepto de hunu, como señalamos en varias ocasiones a lo largo de esta edición.

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Otra parte crucial de su obra, que ha merecido igual o mayor descuido, es la descripción de la forma de distribuir los tributos, en la que Polo insiste tanto resaltando la minuciosidad y exactitud como se hacían. La presente edición hace especial hincapié en el análisis de los significados de los términos quechuas, incluyendo los términos castellanos que Polo emplea para traducir conceptos quechuas. También nos interesamos en aspectos que han sido groseramente descuidados como son la correcta dicción de los topónimos y su ubicación. Por poner solo un ejemplo, creemos que es muy injusto para el autor que haya habido tantas ediciones que han repetido una y otra vez el término «Pava» sin señalar que, evidentemente, Polo debió escribir Paria, cuyas restos existen aun en lo que fue Charcas (hoy Bolivia). No sería justo haber expresado algunas de nuestras críticas sin dar reconocimiento a anteriores ediciones. La edición de Lamana coteja una copia de Respuestas ms. existente en la Real Academia de Historia (Colección Muñoz, A/69). En base a dicha copia el editor pudo completar algunas líneas que por el mal estado físico de Respuestas ms. eran ilegibles, sin duda es un aporte importante del cual aprovechamos en esta edición. Este es uno de los aspectos entre varios otros que hacen que dicha edición mejorara notablemente lo que hasta entonces se había hecho. En nuestras anotaciones a pie de página y al final es donde el lector podrá apreciar mejor las diferencias entre la presente edición y las anteriores, al citar otras ediciones casi siempre nos referiremos a la edición de Lamana (2012) pues reconocemos en ella a la primera edición que no se limita a una mera transcripción o repetición de la edición de 1872, aun cuando discrepemos de su enfoque.

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otros critErios dE Edición Hemos separado el texto de los manuscritos en párrafos. Numeramos cada párrafo porque creemos que ayuda a una mejor comprensión, además de que facilita la comparación entre los manuscritos. También hemos numerado las partes y capítulos de Relación y Tratado. A lo largo del texto original están señalados apartados, a manera de capítulos, a los cuales nosotros hemos añadido algunos que hemos creido conveniente, en tal caso siempre señalándolos entre corchetes. La «Tabla de lo contenido en esta Relación» va transcrita al inicio de Relación tal como aparece en el original. Al final del libro hemos elaborado un Índice General para todo el libro que se basa parcialmente en dicha «Tabla». En lo que se refiere a Respuestas nos hemos valido de un resumen por nosotros elaborado de las preguntas o capítulos de la Instrucción del Rey, el mismo que colocamos en nuestro Índice General. En los textos de esta edición se señala con asterisco todas las divisiones de párrafo que están asimismo marcadas con una señal en los manuscritos. También están señaladas con asterisco las entradas de la Tabla de Contenido de Relación que se corresponden con una entrada en el texto. Las entradas que son de la Tabla de Contenido original del manuscrito pero que no figuran en el texto van con asterisco pero entre corchetes. Finalmente las entradas de capítulos que han sido añadidas por nosotros no tienen asterisco y solo van entre corchetes. En Tratado no son necesarias estas distinciones puesto que no tiene una Tabla de Contenido. Hemos intercalado notas comparativas pero solo en la versión de Tratado (con una excepción). En las notas comparativas explicamos algunas diferencias de contenido (no de erratas) entre los dos manuscritos. Algunas de estas diferencas son explicables solo porque los originales de Polo en los que están basadas las copias fueron también distintos entre sí. Es decir hay partes (las llamamos también intervalos) que deben corresponder a un solo original común y otras partes o intervalos que corresponden a originales distintos que sirvieron de fuente a las dos manuscritos que nos han llegado. Para lo señalado hay varias explicaciones posibles, ponemos un ejemplo: Tenemos

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un manuscrito de 100 páginas y decidimos realizar cambios parciales que implican modificar solo algunas páginas no todas; entonces sustituiremos algunas de sus hojas (las partes que cambiamos) y dejamos otras intactas (las que no cambiamos). Los que aun hemos usado máquina de escribir conocemos bien esta forma de trabajo, ya que ahorraba esfuerzo cuando la escritura era manual. Por lo que juzgamos como un nivel más elaborado de redacción, suponemos que el manuscrito original de Tratado debe ser anterior al de Relación. Nos referimos sobre todo al añadido de información y a la calidad de la misma. Aunque a veces pueda ocurrir que la primera versión (Tratado) nos resulte más clara. Dadas las características tan diferentes entre el primer manuscrito (Respuestas ms.) y los dos siguientes (Relación ms. y Tratado ms.) hemos empleado criterios distintos. El manuscrito Respuestas no ha sido modernizado en su ortografía (aunque sí hemos completado las abreviaturas), ya que considerándolo, como ya señalamos, muy próximo a lo que debió ser el original, creemos que es importante presentarlo como una especie de testigo frente a los otros dos maltratados manuscritos. Las múltiples incoherencias de los otros dos manuscritos (Relación y Tratado) no representan la creación del autor, mantener la ortografía original no sería un aporte tan valioso, al mismo tiempo que dificultaría la lectura. Por ello hemos seguido un criterio diferente con estos dos manuscritos modernizando su escritura. Sin embargo hemos considerado algunas excepciones a la modernización como son las palabras: «agora» y «dende» que no han sido modernizadas en Tratado. Aunque la mayor parte de las veces «agora» se puede interpretar por «ahora» hay también varios casos en que debe ser interpretado como una conjunción («ora»), dichos casos los hemos mantenido como ‘agora’ también en la versión de Relación. Otra excepción considerada solo para el manuscrito Tratado es mantener el uso antiguo de la «ll» en palabras como «hacelle, ayudalle, dalle, llevalla, asilla», las que mantenemos, en tanto que en la versión de Relación las modernizamos: «hacerle, ayudarle, darle, llevarla, asirla». Con el criterio aplicado creemos que se posibilita un mayor acercamiento al uso de la época al lector que así lo desee, advirtiendo

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que en las copias de ambos manuscritos se alternaron frecuentemente las dos formas señaladas (raramente en Respuestas). Respecto a las palabras quechuas y quechuismos, bien sean palabras simples o nombres propios, etnónimos y topónimos hemos seguido varios criterios: Señalamos siempre cuál es la ortografía original del manuscrito. En ocasiones mantendremos el original en el texto y en otras oportunidades lo señalaremos en nota. En los casos que hemos considerado que se comete un grueso error en la transcripción de los copistas, la escritura del original la señalamos en nota, en los demás casos se mantiene el original en el texto. Por ejemplo, se mantiene el original en nota: «Guasparyta, Valiça» pero en el texto se escribe «Guazcar y Atabalipa» corrigiendo lo que consideramos un grueso error de copistas y restituyendo lo que deducimos debió haber sido la forma escrita empleada por Polo. Puesto que siempre transcribiremos el original aun cuando en ocasiones lo remitamos a la nota al pie, el lector y el estudioso podrán juzgar los cambios realizados. Los criterios para considerar lo que es un «grueso error» varían en cada caso. Los hay que resultan evidentes de por sí. Pero otros no resultan tan claros, en esos casos hemos procurado señalar el criterio aplicado. Ciertamente lo que para algunos resulta evidente a otros puede no parecerles. Hemos estudiado el quechua y otras lenguas indígenas en variantes modernas y coloniales, orales y escritas por espacio de casi 30 años, intentamos aprovechar esta ventaja para nuestra edición. Además se debe tener en cuenta que algunos elementos de la lengua quechua no han variado desde entonces hasta ahora y pueden ser juzgados no solo por especialistas sino por sus hablantes modernos, algunos de los cuales en la actualidad estudian ciencias sociales o tienen interés por leer sobre nuestra historia. Los dos manuscritos señalados tienen abundantes incoherencias que consideramos deben ser aclaradas en la medida que resulte posible y esté suficientemente sustentado. Ello no obsta a que siempre señalemos la forma original del manuscrito, cuando menos, en nota al pie. De esta manera nuestro criterio de edición puede ser juzgado (por otras personas o por nosotros

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mismos) y eventualmente modificado por otro mejor. Siendo que las incoherencias son especialmente abundantes en dos de los manuscritos (Relación ms. y Tratado ms.) utilizamos los siguientes criterios generales: Nuestro mejor sustento es la existencia misma de los dos manuscritos citados. Afortunadamente pocas veces cometen el mismo error: donde uno falla, el otro aclara; mutuamente son la principal fuente que hemos utilizado para resolver las incoherencias. Como un criterio general podemos decir que el «respeto» al original, que es una regla de oro, debe ser interpretado de forma especial en el caso de las circunstancias que envuelven a los manuscritos Relación ms. y Tratado ms. Las evidencias que hemos señalado indican que esos errores no pueden haber sido parte del original. La existencia de dos versiones nos ha permitido comprobar que frecuentemente hay más de tres errores por página que pueden ser corregidos usando las dos versiones alternadamente. Por tanto cuando solo nos queda una única versión (desde el §230 de Relación ms.) y seguimos encontrando incoherencias similares que resultan en un texto incomprensible nuestra obligación como editores es tratar de encontrar alguna forma de resolverla, y creemos que al menos en algunos casos hemos hallado algún procedimiento que nos ha permitido acercarnos a lo que Polo debió escribir. De esta manera tratamos de ser fieles al original de Polo. Que no es el manuscrito mismo que tenemos entre manos, sino el que deducimos que debió haber escrito el autor. Por supuesto reconocemos que es una tarea arriesgada y debemos haber cometido cometido errores. Por ello siempre reseñamos la forma que aparece en el manuscrito. Esta es la forma específica en que tratamos esta edición, por las especiales circunstancias que envuelven a dos de los manuscritos supervivientes. Cuando el texto que aparece en el manuscrito Relación ms. resulta en una versión incomprensible hemos tratado de hallar formas de resolver la incoherencia recurriendo a otras fuentes que indicamos en lo posible. Polo es un escritor sistemático que establece lo que él llama «presupuestos» que han sido verificados documentalmente o por experiencia. Todo ello es utilizado para construir de manera lógica sus argumentaciones y llegar a conclusiones. Puesto que este proceder es comprobable en pasajes concretos de su obra,

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hemos ensayado a aplicar el mismo procedimiento en aquellos pasajes que resultan oscuros. Si aceptamos que Polo utiliza este procedimiento para sus argumentaciones, intentaremos reproducir el procedimiento buscando conexiones lógicas que nos permitan reconstruir su argumento en pasajes que «aparentemente» son incongruentes. Teniendo en cuenta que la incongruencia se debe con mayor probabilidad al maltrato de que ha sido objeto por los diferentes copistas. En las notas finales a la versión Relación explicamos la aplicación de esta técnica a determinados pasajes. Las notas al pie sirven para aclaraciones puntuales casi siempre sencillas y cortas, de manera que no molesten la lectura. Incluyen las formas originales del manuscrito que han sido editadas, aclaraciones puntuales al sentido de términos o construcciones de la época, comparación con otras ediciones. Los comentarios al texto los hemos incluido en el «Índice Analítico y Glosario». Finalmente hemos considerado unas pocas notas finales para aclaraciones a pasajes de complicada interpretación y comentarios que no supimos incluir en el Índice Analítico y Glosario. Para resumir la estructura del libro consta de cuatro partes: 1. Introducción 2. Tratado (solo hasta el párrafo §229) y Relación. 3. Respuestas a la Instrucción del Rey. 4. Índice Analítico y Glosario. Creemos que nuestra edición tiene algunos logros pero también reconocemos de antemano sus carencias. Necesitamos mejorar progresivamente nuestro conocimiento de Polo, así como nuestra comprensión de esa parte maltratada de nuestra historia y solo esperamos que este sea un paso más, al que otros muchos, incluyendo las ediciones que citamos críticamente, han contribuido. Nuestros apuntes sirven como una orientación de lo que esta edición pretende, el lector juzgará si lo hemos logrado.

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La organización dEL ordEn dEL inca Los finEs dE poLo En la introducción de su obra, Polo nos explica con toda claridad que su propósito es describir cuáles eran los bienes que se contribuían para el Inca y cómo se distribuían los trabajos necesarios para dichas contribuciones. Todo ello, contribuciones y distribuciones, se enmarca en un verdadero aparato legal (fueros) que están registrados en quipus. La forma de repartir o distribuir los trabajos considera Polo que es la mejor y más provechosa manera de asegurar el buen funcionamiento de la economía colonial, más específicamente de organizar el trabajo en las minas. Polo declara haber dedicado mucho tiempo al estudio de estas formas de organización y haber hallado −según su experiencia como autoridad (corregidor en Cuzco, Charcas y en Potosí), como consejero (elaboración de la Tasa de Gasca y de revisitas), como funcionario (encargado de labores logísticas en la lucha contra Gonzalo Pizarro al lado de Gasca) y como persona particular (encomendero en Charcas)− que mantener los fueros de los indios es la mejor forma de organizar la economía colonial para que el Pirú «vuelva a su ser». Es decir para que recupere un estado de prosperidad (que implícitamente reconoce que tuvo) y que se había perdido después de varias décadas de guerras y abusos cometidos. Y en realidad, según su apreciación, más incluso que los abusos, lo que peor daño había causado era no mantener el orden del Inca en aquello que resultaba beneficioso y posible de mantener. Reconoce que mucho de ese orden se ha perdido, y ya no es posible de recuperar. También se felicita de que se haya perdido todo aquello que considera idolátrico. Pero de lo que aun queda de esa estructura administrativocultural, aquello que sigue funcionando y hace funcionar el mundo colonial es sobre lo que más le interesa tratar. En base a ese fundamento justificará su posición política. Por tanto su mención al origen de los Incas, a toda la organización que tenían, está dirigida a enfocarse en aquello que es posible e importante mantener para asegurar el progreso de la economía colonial y hacer que tanto indios como españoles sean «ricos».

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Este fin último de su obra hace que muchos detalles de la organización inca sean obviados para centrarse en enfocar los aspectos de esta organización que él considera todavía válidos y útiles para el buen gobierno. La descripción pormenorizada de la organización Inca no es el fin de su obra y en varios casos el mismo Polo señala que solo presenta un breve resumen de ella: «esta orden y división (...) no se pone aquí ni hace memoria de ella». Sin embargo aun con la reserva indicada, la rigurosidad metodológica con que trata todo asunto y su afán de saber lo hicieron capaz de averiguar algunos detalles de los cuales, si bien no es la única fuente, es la que mejor lo describe. En cierto modo el valor de Polo, aun siendo tan distinto, es paralelo al de otros autores como Cieza y Guaman Poma: fuentes únicas que por la calidad de la información que aportan descollan respecto a otras. Y no es porque invaliden a otras fuentes, sino porque nos acercan mejor que otras a una comprensión del conjunto. Teniendo en cuenta lo señalado, dividiremos lo que sigue en dos partes: en la primera nos centraremos en la organización de las entidades administrativas que daban forma al orden del inca. Creemos que hay algunos vacíos en su obra que hoy en día dificultan la comprensión de lo que Polo explica, intentaremos rellenarlos en lo que alcanzamos a entender. La segunda parte de nuestro comentario versará sobre el valor político del «orden del inca» en los años previos al moldeamiento del sistema colonial que impondrá España en el Perú de la mano de su autoridad suprema: el virrey Toledo.

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La organización poLítica dEL tahuantinsuyo En poLo Aunque a la fecha hay ya abundantes estudios acerca de la organización política del Tahuantinsuyo, encontramos pocos donde ésta se analice de manera que nos permita entender siquiera un nivel mínimo de organización política que esté a la altura de los logros alcanzados por los incas. La obra de Polo Ondegardo nos ayuda a mejorar la comprensión de esta organización. Si bien el esquema organizativo por el que Polo empieza acabó por convertirse en un cliché común a la mayoría de autores: «cuatro partes en que todo el reino estaba dividido, que llamaron Collasuyo, Chinchasuyo, Andesuyo, Condesuyo», Polo se distingue por dos precisiones. La primera, hacer ver que la organización de todos los pueblos de todo el reino corresponde al mismo esquema de la «Carta de Ceques». En dicha carta o sistema de ceques, como es ya sabido, el Cuzco se divide en cuatro suyos, dos de ellos corresponden al Cuzco de arriba (Hanansaya) y los dos restantes al Cuzco de abajo (Hurinsaya). Cada uno de los suyos está a su vez dividido en tres grupos de «rayas» o líneas y cada uno de los tres grupos de rayas consta también de 3 rayas llamadas collana (la primera), payan (la segunda) y cayao (la tercera). Por tanto en cada suyo hay 9 rayas. Esto es así con la excepción del Cuntisuyo donde en lugar de 9 hay 14 ceques. A propósito de esta excepción, es de notar que lejos de encontrar esquemas rígidos lo normal será encontrar esquemas funcionales y flexibles donde siempre habrá excepciones. También viene a propósito precavernos de algunas apreciaciones simplistas que inducen a pensar que los ceques pretenden organizar la realidad bajo esquemas predeterminados. La organización inca opera de modo exactamente contrario (lo que explica sus logros): los esquemas (como el que se desprende de la Carta de Ceques) sirven para facilitar la organización de las realidades. Por tanto el esquema es el que debe adaptarse a la realidad y no al contrario. La segunda precisión de Polo es no menos importante, puesto que nos indica con mayor claridad que ningún otro cronista que la división por suyos y provincias junto al sistema de ceques es usada (además de para adorar a las huacas) para hacer repartos proporcionales (distribuciones) de cualquier trabajo o contribución. De tal manera que si el Inca pedía 100,000 fanegas

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de maíz inmediatamente cada demarcación política (bien fuera un suyo o conjunto de provincias, una provincia grande, una parcialidad, una provincia chica o un pueblo) sabía qué parte proporcional le correspondía. Volveremos a estos puntos tras hacer un breve repaso de la terminología quechua (y la traducción castellana) que utiliza Polo para explicar la organización tahuantinsuyana.

La tErminoLogía quEchua para Las dEmarcacionEs poLíticas Si se analiza el conjunto de términos que Polo y otros cronistas han empleado para traducir al castellano los términos quechuas de las demarcaciones políticas y sus autoridades, podremos apreciar algunas características en el uso de dichos términos: arbitrariedad, variabilidad, homonimia y sinonimia. Los términos que comúnmente usamos para designar las demarcaciones políticas suelen ser especialmente arbitrarios. Un ejemplo de esto son las diferencias modernas entre países modernos que comparten idioma. Términos de demarcaciones políticas en naciones actuales País 1a. Demarcación 2a. Demarcación 3a. Demarcación Argentina Provincia Departamento Municipio (Distrito) Bolivia Departamento Provincia Municipio Chile Región Provincia Comuna Ecuador Provincia Cantón Parroquia Perú Departamento (Región) Provincia Distrito

Los términos para designar las autoridades de estas demarcaciones tienen también variaciones. Las variaciones se multiplican teniendo en cuenta que hay autoridades elegidas por voto directo y otras que son designadas por un gobierno central o regional. Por ejemplo (presidente, prefecto, subprefecto, gobernador, alcalde, corregidor, etc.). Diferentes entornos como los religiosos, judiciales o internacionales aumentan la variación. Entre los jesuitas una provincia pueden incluir varios países, así como en la UNESCO una región implica a toda Latinoamérica y el Caribe. Incluso dentro de un país puede usarse como sinónimos más de un término (municipio y distrito por ejemplo). El término alcalde puede designar

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varios niveles de autoridad (por ejemplo provincial o distrital) y para determinarlo será necesario el contexto o el añadido de un segundo término que lo especifique. La variabilidad aumenta al ser términos estrechamente vinculados a los más altos estratos de poder: una simple reforma, decreto o ley puede hacer cambiar una designación de forma súbita imponiendo un nuevo uso en plazos casi inmediatos (a diferencia de lo que ocurre con el lenguaje común que no es moldeable por decreto). Es de suponer que las características anteriores (arbitrariedad, variabilidad, homonimia y sinonimia) se agudicen en la medida que el código oral predomine con mayor fuerza sobre el código escrito, como parece ser el caso en la sociedad del Tahuantinsuyo. Lo anterior nos sirve para concluir que los términos quechuas tanto para las demarcaciones políticas como para las autoridades correspondientes pudieron tener un alto grado de arbitrariedad, variabilidad (dialectal y de otros tipos) homonimia y sinonimia. Lo que no quiere decir que renunciemos a la idea de buscar una mayor comprensión. Un buen ejemplo de homonimia es el término «inca» ( que solía escribirse como «ynga» en los inicios coloniales). Puede significar: a) la autoridad suprema (zapa ynga), b) la nobleza «ynga» de los hanancuzcos y hurincuzcos, es decir la clase o nación dirigente y, c) las naciones «yngas» que rodeaban el Cuzco (Acos yngas, Tambo yngas, Equeco yngas, Quiliscachi yngas, Anta yngas, Papri yngas, etc.), que eran etnias con ciertos privilegios pero con obligaciones tributarias como cualquier otra nación del Tahuantinsuyo.

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NIVELES DE DEMARCACIÓN POLÍTICA EN EL TAHUANTINSUYO CON LOS TÉRMINOS MÁS USADOS EN POLO, CIEZA Y GUAMAN POMA Castellano Nivel Territorial 1a. Demarcación

Dimensión numérica de aucacamayoc

Términos usados

Autoridad estatal

Autoridad de la nación

Radio aprox. leguas

La totalidad

Reyno

Inga, Señor

-

Todo

2a. Demarcación (ampliada)

Agrupaciones de Guamanis* (más de 40,000 hasta más de 100,000)

Comarca, Suyo, Provincia, «Otros Cuzcos», Cabeceras (Ejemplos: Quito, Charcas, Taguansuyo ampliado)

Gobernador, Delegado

-

24-48

2a. Demarcación (restringida)

Guamani o agrupaciones de hunus (40,000-70,000)

Comarca, Suyo, Provincia, Cabecera Gobernador Ejemplos: (Taguansuyo, Vilcasguaman)

Cacique principal, Señores, Señor

16-48

3a. Demarcación

Hunu o hunus (10,000-40,000)

Provincia, Suyu, Parcialidad

Caciques, Principa6.5-24 les, Señores

4a. Demarcación

Mil o varios miles

Provincia, Parcialidad

-

Caciques, Principales, Mandones

5a. Demarcación

Cien o varios cientos

Pueblo, Parcialidad, Ayllo

-

Principales, Principalejos, Mandoncillos

Gobernador

Quechua Nivel Territorial 1a. Demarcación 2a. Demarcación (ampliada) 2a. Demarcación (restringida) 3a. Demarcación

Dimensión numérica Llapantin

Términos usados

Autoridad estatal

Autoridad de la nación

Aprox. en tupu

Taguantinsuyu

Zapa Ynga

-

Hatun Guaman

Suyu, Guaman, Guamani, Qusqukuna

Tocrico, tocorico, tucuyricuc

-

15-30

Guaman

Suyu, Guaman, Guamani, Qusqukuna

Tocrico

Apu, Hatun Curaca, Curaca

10-30

Iskay kimsa Hunu / Huk Hunu

Hunu

Tocrico

Apu, Hunu Curaca, 4-15 Curaca

4a. Guaranga Guaranga Curaca Demarcación 5a. Pachaca, Pisca Ayllu, Pachaca Camachicuc Demarcación Chunga * Elegimos la forma «guamani» y no «guaman» simplemente porque se presta más a la castellanización.

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El cuadro presenta un conjunto de términos frecuentemente usados por Polo, Cieza y Guaman Poma. Polo pocas veces utiliza términos en quechua, sin embargo se esfuerza por representar en castellano el sentido del término quechua. Al parecer busca ser leído y entendido por autoridades de la metrópoli. Gracias a la existencia de dos versiones (Tratado y Relación) podemos apreciar que varias veces sustituyó el término hunu por algún equivalente en castellano. Como ejemplo, el párrafo §116 lo sustituye por ‘provincia’: Con todo eso, si al principio se entendiera, dejando su posibilidad y orden a cada hunu sin dividirse –ni apartarlos– se pudieran hacer las encomiendas. (Tratado)

Con todo eso, si al principio se entendiera, dejando su posibilidad y orden a cada provincia sin dividirse ni apartarlos se pudieran hacer las encomiendas. (Relación)

En §204 lo sustituye por ‘comarca’: Y así todas las veces que se descubría oro en algunas provincias y se proponía que se fuese a sacar, se mandaba juntar la gente de aquel hunu –que eran diez mil indios– y entre ellos se repartía la cantidad que se mandaba que fuese para lo susodicho y esta era la que al Inca y a sus gobernadores le parecía. (Tratado)

Allende de lo cual todas las veces que se descubría oro en algunas provincias, y aún según dicen cuando fallecía el Inca y sucedía otro nuevo, se mandaba juntar copia [cantidad] de gente de aquella comarca conforme a lo que se mandaba, cuya distribución estaba a cargo de los mismos indios, y éstos sacaban oro. (Relación)

En una ocasión añade hunu (§229): Esta contribución se hacía general de todo el reino porque acordado en el Cuzco la gente que había de salir aquel año para las obras, acudía con ella todo el reino por la orden que se dirá brevemente, en la que tenía del distribuir en semejantes negocios. (Tratado)

(...) para los cuales la contribución se hacía en general por todo el reino. Porque acordado en el Cuzco la gente que había de salir aquel año para las obras, hacían su distribución por sus hunus y provincias en todo el reino y por la orden que se dirá en su lugar. (Relación)

En otros pasajes ‘provincia’ equivale a guaranga, ya que las menciona como partes de un hunu §121:

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Con lo cual, entendida una vez la división de todo el reino y la cantidad de gente de cada provincia, y las provincias que estaban debajo de cada hunu –a que llamaron a estos diez mil indios casados– las contribuciones y distribuciones eran facilísimas (...)

También en §329: Que si le cabía en la distribución general mil fanegas de maíz, luego se dividía por las provincias de aquel hunu, y entendía cada uno [de los gobernadores o caciques] lo que había de sacar de sus depósitos.

Encontramos que el mismo término se repite para varias demarcaciones. Sin embargo a pesar del uso aparentemente caótico encontraremos que hay ciertas reglas: ‘provincia’ se encuentra en un rango que va desde una agrupación de hunus (como Chucuito) a la guaranga. No se usa para niveles inferiores (como serían las pachacas) y raramente para niveles superiores que suelen estar reservados al término «comarca» o «suyu». El orden del cuadro presentado sigue el esquema de organización decimal. Es decir, según nos da a entender Polo y muchos otros autores, lo que ordena y precisa la organización política tahuantinsuyana es el esquema de repartición decimal. De acuerdo a él, cada término para designar demarcaciones políticas o autoridades puede (y debe) hacerse corresponder a una cierta cantidad de ‘indios casados’ o aucacamayoc. De manera que sino totalmente, al menos parcialmente podremos superar la arbitrariedad, variabilidad, homonimia y sinonimia envuelta en dichos términos. De acuerdo a lo que podemos deducir en Polo el término hunu tiene dos acepciones principales: comarca y provincia. Esto reflejaría también dos acepciones numéricas: a) Una demarcación que corresponde aproximadamente a 10,000 aucacamayoc (que es el sentido restringido directo) y b) Una agrupación de varias decenas de millar o hunus (en sentido amplio, como los casos conocidos de Chucuito y Jauja). Según los contextos, provincia también puede traducir el equivalente de guaranga. El mismo grado polisémico tendría cacique principal o cacique. Parcialidad la usa en casi todos los niveles. Puesto que para 15601570 (cuando Polo escribe) la organización del estado Inca en los niveles superiores al hunu había sido deshecha, Polo se referirá principalmente al nivel del hunu (en sentido restringido o amplio) y a la guaranga. Mencionará

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también pero muy de pasada un nivel de comarca o suyu, es decir entidades administrativas mayores que llamamos nosotros de segundo nivel, teniendo en cuenta que el primer nivel corresponde a todo el Tahuantinsuyu. Sobre esos niveles organizativos superiores al hunu trataremos en este artículo puesto que los consideramos esenciales para alcanzar mayor comprensión de los repartos proporcionales de los que tratará Polo.

EL nivEL dE comarca o suyo El esquema de Polo es bastante simple: Primero se divide la contribución entre los hanan (Chinchasuyo y Antisuyo) y los hurin (Collasuyo y Condesuyo). Seguidamente entre los hunus (o provincias) que componen cada suyo. Cerca al Cuzco la división pudo ser esta: Repartición en suyos y hunus de acuerdo a Polo SUYUS

Chinchasuyo

HUNUS Sacsahuana (Pampa de Anta y Abancay) Calca-Yucay

SUYUS

Antisuyo

Cotabamba (parte de Apurímac)

Canas Canchis

Paucartambo Lamay-Pisac

Quispicanchi Collasuyo

HUNUS

Condesuyo

Chilques-Mascas (Paruro) OmasayosYanahuaras Chumbivilcas

Tras esta división, hecha por los caciques principales junto con los gobernadores incas de cada hunu (provincia), se divide entre las guarangas de cada hunu. Algunas de las guarangas de los hunus del Chinchasuyo, según nuestro ejemplo, pudieron ser: Guarangas de Sacsahuana: Sacsahuana, Abancay, Zancu, Curahuasi y

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Chinchaypuquio que corresponden aproximadamente a las actuales provincias de Anta y Abancay. Guarangas de Calca-Yucay: Calca, Chinchero, Yucay, Maras, Laris, Ollantaytambo, que corresponden a la parte occidental de las actuales provincias de Calca y Urubamba. Guarangas de Cotabamba: Cotabambas, Cotaneras, Coyllurqui. Correspondientes aproximadamentes a las actuales provincias de Cotabambas (norte) y Grau en Apurímac. Tras la división en guarangas, restaría dividir en pachacas. Las pachacas corresponden aproximadamente al nivel de comunidad actual, en ese nivel ya se repartiría a cada aucacamayoc (persona apta para servir al estado). En el supuesto presentado, podemos apreciar que cada hunu no está compuesto de 10 guarangas (como indicaría el modelo «ideal» y muchos ingenuamente en algún momento hemos pensado). El esquema decimal es aproximativo y las pruebas existentes en los archivos y en los quipos arquelógicos apuntan claramente a señalar que si hubo alguna exactitud, esta fue la excepción de la regla. Lo común sería que una guaranga tuviera algunos cientos más que excedan a los 1,000 aucacamayoc. De hecho en Chucuito consta (según quipo ynga citado en la famosa Visita de 1567) que de las 14 parcialidades equivalentes a guarangas, 11 de ellas tenían más de 1,100 aucacamayoc y una de ellas tenía menos de mil: 866. Ninguna tenía los mil exactos y había dos que pasaban de 1,500. Es sorprendente que con los datos existentes algunos autores se sigan preguntando si había algún tipo de norma que implicara «exactitud» poblacional en el esquema decimal de los incas. El ser una norma orientadora y aproximada no significa que no tuviera rangos establecidos. Al parecer la norma preferida en cuanto a las guarangas era que solo cuando alcanzaban los dos mil aucacamayoc podrían dividirse en dos guarangas. Además de los datos de los quipos incas transcritos en el s. XVI tenemos la explicación de Guaman Poma al hablar de las guarangas: Y si multiplica de un mil a dos [mil], entre su hijo y el dicho padre y hijo señoreará los dos dichos (...) (1936: 456)

Los márgenes de variación de los hunu eran aún mayores. Por la comparación de cifras de los quipus huancas (que como los de Chucuito, tam-

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bién son de la época inca) resulta que Atun Jauja tenía 6,202 aucacamayoc, Hananhuanca 9,067 y Lurinhuanca 11,931 (Chirinos 2010: 33). Cada una de las parcialidades huancas, a efectos prácticos, sería un hunu (en sentido restringido) al tiempo que las tres parcialidades juntas constituyen también un hunu o provincia (en sentido amplio), ya que son una nación que está conformada de tres hunus. Para poder imaginarnos el modelo organizativo, creemos es necesario verlo operar en los cuatro suyos cercanos al Cuzco (mapa 3). La existencia de estos cuatro suyos cercanos al Cuzco está hasta cierto punto bien documentada. En una declaración que en adelante llamaremos «Declaración de 120 curacas» aproximadamente 120 caciques del Cuzco en 1577, declararon cada uno de qué pueblo eran y a qué suyo pertenecían (Espinoza Soriano 1977). Al ubicar los pueblos en el mapa resulta que la división de los suyos se corresponde con una proyección de los ceques del Cuzco resultando como se señala en los mapas 1, 2 y 3. Tomando en cuenta el censo toledano de 1572 (aproximadamente) y las proyecciones regresivas de la disminución poblacional entre 1520 y 1572 (-1.2% anual como tasa menor según Noble Cook) se puede considerar que el número de tributarios debió ser al menos del doble respecto al censo toledano. Es decir, en el ámbito de los pueblos donde declararon los 120 curacas, en 1572 y de acuerdo al censo toledano, la población de tributarios fue de 35,160. En la tabla que a continuación presentamos hemos proyectado (regresivamente) dicha población a lo que debió haber en la época inca. De lo cual nos resulta que la población de aucacamayoc en el ámbito cuzqueño (exceptuado el Valle y la ciudad misma de Cuzco) debió ser de 70,320. Para la población total simplemente multiplicamos por cinco y obtenemos los 351,600 habitantes presentados. En las columnas de la derecha figuran los “tantos por mil”, que como veremos más adelante, suponemos que debieron estar consignados en los quipus, teniendo en cuenta que lo que presentamos solo es un supuesto que sin embargo lo consideramos válido como ejemplo.

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ESTIMADO DE AUCACAMAYOC Y POBLACIÓN TOTAL PARA EL TAGUANSUYO (1520) AUCACAMA- POBLACIÓN «Tanto «Tanto por SUYUS Y HUNUS YOC «Aptos TOTAL por mil» mil» del para el servicio» APROX. del Suyo Hunu Sacsahuana 11502 57510 427 Yucay 8055 40275 299 Cotabamba 7383 36915 274 Chinchasuyo 26940 134700 361 Poques-Cuyos (Lamay4062 20310 531 Pisac) Paucartambo 3585 17925 469 Antisuyo 7647 38235 102 Quispecancha 8474 42370 409 Canas y Canchis 12220 61100 591 Collasuyo 20694 103470 277 Chillques y Mascas 9558 47790 309 Omasayos 8134 40670 263 Chumbivilcas 9680 48400 313 Condesuyo 26568 132840 356 4 SUYOS 70320 351600 1000 1000 (TAGUANSUYO)

Por la declaración de los 120 curacas cuzqueños y suponiendo que nos aproximemos al estimado poblacional de la época inca, el promedio de aucacamayoc a cargo de cada cacique o curaca hubiera sido de 586 (total de aucacamayoc entre total de curacas, es decir: 70,320/120) en 1520; pero en 1572 eran solo alrededor de la mitad (293). Lo que nos hace suponer que los 120 declarantes eran mayormente caciques de pachacas (en 1577), aunque es probable que para 1520 muchas fueran guarangas. Esto se corresponde a lo que Polo señala y nos es ya conocido: el nivel del hunu o de las agrupaciones de hunus (provincias de una o varias decenas de millar de aucacamayoc) fue prácticamente suprimido, especialmente en el Cuzco, ya que al repartirse las encomiendas se dividieron los hunus, quedando solo unas pocas guarangas y

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muchas pachacas. Sin embargo, quedaron resquicios donde la organización antigua funcionaba y la declaración de los 120 curacas es una muestra. Una de las razones de esa continuidad es que obras públicas del Cuzco se organizaban usando la estructura administrativa del Taguansuyo. Resulta admirable que hasta hoy en día los territorios que ocuparon esos 4 suyos corresponden con bastante aproximación a la región o departamento del Cuzco. En la «Declaración de los 120 curacas» consta que se autodenominaron como del «Taguansuyo» y no del Tahuantinsuyo. Intentaremos explicar por qué creemos que es importante esta diferencia que no sería una mera variación de términos.

taguansuyo como partE dEL tahuantinsuyo El modelo de repartición descrito en el apartado anterior, siguiendo el esquema de Polo, resultaría en un esquema muy difícil o imposible de aplicar si se considera al Tahuantinsuyo como compuesto de casi 100 provincias que van de Quito hasta Chile y sin niveles de agrupación intermedios. Es decir se necesitaban agrupaciones de provincias que permitieran organizar adecuadamente los dos grandes suyos: el Chinchasuyo y el Collasuyo. Aun sabiendo que Quito y Tomebamba tuvieron autonomía, resultaría igualmente engorroso dividir una contribución desde Chachapoyas hasta las proximidades del Cuzco, si ese fuera el ámbito administrativo del Chinchasuyo. Y la cantidad de provincias o hunus (alrededor de 50) no sería el principal obstáculo, sino la gran distancia entre las provincias. Polo no nos explica esta dificultad, puesto que su análisis se centra en lo que aun queda de la organización inca y el nivel que nos interesa tratar era un nivel del que solo quedaban rastros para cuando Polo escribe. Para entender cómo se reparten las contribuciones en el Estado Inca debemos tener presente el modelo del cual partía. El modelo está basado en la organización de ceques del valle del Cuzco (mapa 1). La división en ceques del valle del río Huatanay en Cuzco (que en términos actuales corresponde casi exactamente a la llamada provincia del Cuzco) se proyecta hacia afuera organizando la comarca o región cuzqueña (mapas 2 y 3). El territorio que comprende los suyos cercanos al Cuzco son los que la «Declaración de los

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120 curacas» denomina Taguansuyo (mapa 3). Cada suyo del Taguansuyo es una proyección del sistema de ceques del Valle del Cuzco y cada uno de los suyos a su vez estaba compuesto de varios hunus o provincias todas ellas cercanas al Cuzco. Quito, Tomebamba, Charcas y Collao fueron también agrupaciones de varias provincias o hunus tal como lo fue el Taguansuyo. Por tanto es de esperar que no solo los ceques sino la misma organización del Taguansuyo alrededor del Cuzco constituyó el modelo para organizar otras agrupaciones de provincias a lo largo del Chinchasuyo y del Collasuyo (entendidos geográficamente). Fueron estos dos suyos (Chinchasuyo y Collasuyo entendidos en sentido geográfico), por su gran extensión, los que más necesitaron del modelo proporcionado por el Taguansuyo. Polo es una de nuestras fuentes, pero no la única. Su explicación es clara: todo el imperio se dividía en suyos y los suyos se dividen en provincias. A todo ello agrega que se sigue el modelo Hanan/ Urin siguiendo la Carta de Ceques. Es claro que se podría entender que cada uno de los suyos (entendidos en toda su amplitud) era una entidad política que estaba dividida en provincias. Sin embargo nosotros no creemos que fuera así por dos razones. La primera es que se opone a toda lógica de una buena organización y resulta evidente, (por ejemplo por la cantidad de obras públicas desarrolladas) que los incas debieron tener una buena organización que hiciera lo que también Polo señala (que las contribuciones y distribuciones fueran facilísimas). Es posible aunque no me parece tan probable que se dieran determinadas circunstancias o asuntos que permitirían organizar una contribución en niveles muy amplios (por ejemplo de todo el Collasuyo para una guerra como la que emprendió Huayna Capac en Quito). Pero es también evidente que los asuntos de importancia comarcal debieran ser manejados por una entidad intermedia entre la provincia y la enorme extensión de los dos grandes suyos del sur y del norte: Collasuyo y Chinchasuyo. Por ejemplo la construcción de caminos, el mantenimiento de puentes, tambos, el almacenamiento de alimentos y demás provisiones. Las menciones a estas entidades intermedias entre los hunus y los dos grandes suyos están dispersas, suelen ser fragmentarias, y pueden superpo-

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nerse lo que no es extraño para casi todo lo que concierne a la historia inca. Sin ser nada exhaustivo citaré algunas empezando por Polo mismo, quien llama a estas entidades comarcas, que están expresamente asociadas al «orden del inca»: «Otro tributo tenían común en todo el reino del servicio de tambos y caminos y puentes en todos los ríos, que son muchos. A todo lo cual acudían por comarcas, conforme a la orden que se les había puesto». (Relación §269)

Cabello Balboa señala que el general Atoc fue comisionado por Huascar para reunir un ejército en el ámbito supraprovincial de Tomebamba. Aunque por muchas otras fuentes consta de la autonomía que tenían tanto Quito como Tomebamba, utilizo un ejemplo que pone a Tomebamba sometida a las órdenes del Cuzco, pero como entidad propia que abarca un territorio entre las fronteras del Ecuador y Perú actuales: «Guascar (...) nombró por capitán a Atoc, hombre de valor, y le dio cantidad de gente y comisión para que en los Paltas, Cañares y Guayacundos y demás provincias a estas circunvecinas hiciese copia de gente que viese convenir para prender y destruir a su hermano.» (1951: 424).

En el llamado «Memorial de Charcas» los caciques principales de las naciones que formaban parte de Charcas describen una organización por cabeceras que sirve para reclutar soldados. De donde se infiere una categoría intermedia que agrupa a varias naciones (hunus): Caracaras con Chichas por un lado y Charcas con Chuis por otro: «Y así cuando hacían gente de guerra en nuestros pueblos los señores incas, los Caracaras y los Chichas se juntaban en el pueblo de Macha, que es cabecera de los indios Caracara, y lo mismo la nación de los Charcas y los Chuis se juntaban en el pueblo de Sacaca, que es cabecera de los indios Charcas. Y así partiendo de estos dichos dos pueblos los dichos capitanes y soldados de las dichas cuatro naciones se solían juntarse en el pueblo y tambo de Paria; cabecera de Sura, que es de los Soras, hacia el camino del Cuzco.» (en Platt et al. 2006: 842-843).

Guaman Poma señala que Tupac Yupanqui dispuso la creación de «Otros Cuzcos» que según señala son cinco: Quito, Tomebamba, Huánuco, Hatun Colla y uno en Charcas.

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Cieza, una de las fuentes más respetadas de la historia inca, afirma la existencia de niveles de organización más amplios que las provincias, que llama ‘cabeza de provincias o de comarcas’: «Por muy cierto se averigua [que] los reyes de este reino en el tiempo de su señorío y reinado tuvieron en todas las cabeceras de las provincias −como eran Vilcas, Jauja, Bonbón, Caxamalca, Huancabamba, Tomebamba, Latacunga, Quito, Carangue; y por la otra parte del Cuzco, hacia el mediodía, Hatun Cana, Hatun Colla, Ayavire, Chuquiabo, Chucuito, Paria y otros que van hasta Chile− sus delegados. Porque en estos tales lugares había mayores aposentos y más primos que en otros muchos pueblos de este gran reino. Y muchos depósitos, y eran como cabezas de provincias o de comarcas porque de tantas a tantas leguas venían los tributos a una de estas cabeceras; y de tantas a tantas iba a otra, habiendo en esto tanta cuenta, que ningún pueblo dejaba de tener conocido adónde había de ir y acudir. Y en todas estas cabeceras tenían los reyes templos del sol y casa de fundición y muchos plateros que no entendían en todo el tiempo más que labrar ricas piezas de oro y grandes vasijas de plata. Y había mucha gente de guarnición y como dije, mayordomo mayor o delegado que estaba sobre todos y a quien venía la cuenta de lo que entraba y el que era obligado de la dar de lo que salía» (1986, cap. XX).

Betanzos, siguiendo lo que se informara por Angelina Yupanqui y sus parientes, nos dice que cada 40 leguas hubo un gran tambo que almacenaba lo que consumían los ejércitos incas, la distancia entre cada uno de estos grandes tambos la llamó guaman. Puesto que en dichos tambos se reunían los tributos de toda la comarca, se puede deducir que eran la cabeza de entidades administrativas: «Ordenó y mandó [Pachacutic] que el capitán que llevase gente de guerra mandase que de cuarenta en cuarenta leguas desde la ciudad del Cuzco hasta do fuesen lo postrero que llegase, fuesen hechos −en los tambos de las cuarenta leguas− {fuesen} grandes depósitos de todos mantenimientos, ansí de maíz como de chuño y papa y quinua y ají y sal y carne seca y pescado y ovejas en pie (...) y el espacio que había de tambo a tambo donde esta comida se les daba llamó y mandó que se llamase Xuc Guaman (que quiere decir en esto ‘un vuelo de halcón’) y que cada año los caciques comarcanos de estos tales tambos tuviesen cuidado de estos depósitos y los hiciesen hinchir y proveer para lo ya dicho y

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beneficio de ello.» (1999: 108)

Damián de la Bandera confirma el término de 40 leguas (lo que en realidad puede implicar un radio de 20 leguas) que se cumple en la demarcación de Vilcasguaman: «Sobre cada provincia había un gobernador y este era un capitán del Inga, al cual llamaban tucuyrico que quiere decir ‘todo lo mira’; y el que lo era en esta provincia tenía su asiento en Vilcas (...) Este gobernaba cuarenta leguas de tierra, desde Uramarca que es de aquel cabo de Vilcas seis leguas, hasta Acos [Acostambo] que está junto al valle de Xauxa.» (Jimenez de la Espada 1965 I : 178).

La relación del licenciado Hernando de Santillán es de particular interés, al describir un Tahuantinsuyo que excluye a una parte del propio Taguansuyo (totalmente al Antisuyo que corresponde a Lamay-Pisac-CaycayPaucartambo, ya que lo hace partir desde Abisca). También excluye a parte importante del Chinchasuyo (a toda la Pampa de Anta o Sacsahuana ya que lo hace partir desde Vilcaconga hacia el norte). Para el Condesuyo no da un punto de partida claro, aunque podría interpretarse que excluye lo que está cerca y finalmente sí incluye a casi todo el Collasuyo cercano pues lo hace partir desde Urcos. Para resolver lo que parece una incoherencia, debiera o bien incluir los suyos completos o bien hacer partir al Collasuyo desde Lurucachi o La Raya (frontera entre Puno y Cuzco actual). Por otro lado, afirma la existencia de los grandes suyos como entidades administrativas al dar incluso los nombres de los «capac» que los tuvieron a cargo (aunque resulta incoherente que estén al mismo nivel los capac de los suyos Chincha y Colla respecto a los Ande y Conde). Finalmente, Santillán también sostiene la existencia de los guaman como agrupaciones de hunus, es decir como un nivel intermedio entre el gran suyu y el hunu, lo que nos parece lo más rescatable. Cuando se refiere a este nivel de guaman nos menciona que es «otra» división, por lo que podemos entender que es un nivel distinto al de los cuatro socorridos suyos: «Después que Topa Ynga Yupangui habiendo conquistado la mayor parte de aquel reino, se volvió al Cuzco, hizo allí junta de todos los señores de la tierra, con los cuales se holgó y hizo sus fiestas y después comenzó a poner orden ge-

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neral para el gobierno de toda la tierra. Y lo primero que hizo fue dividir todo lo que estaba debajo de su señorío en cuatro partes o reinos: el uno fue Chinchasuyo que comienza desde Vilcaconga, por los Llanos hasta Quito, el segundo se llamó Collasuyo que comienza desde Urcos y llega hasta los Charcas, el tercer se llamó Andesuyo, que comienza desde Abisca por todo lo despoblado y cordillera de los Andes; el cuarto se llama Condesuyo, que va desde el Cuzco hasta Arequipa e incluye toda la sierra que está hacia aquella banda (...) Hizo asimismo el dicho inga otra división de su tierra para tener mejor cuenta, y de cada cuarenta mil vecinos hizo un guaman, que quiere decir provincia, y en cada una puso un gobernador que residía en ella y le llamaban tocrico (...) (1927:16-17)

Las entidades intermedias existentes ¿fueron solo los cinco «otros Cuzcos» de Guaman Poma? No lo creemos, porque el ámbito de lo que corresponde a Huánuco sería excesivamente extenso. ¿O se organizaban por cabeceras como las que señala Cieza y otros autores que las sitúan a una distancia aproximada de 40 leguas? ¿Cuántos niveles intermedios hubo entre Cuzco y las provincias? ¿»Grandes Guamanis» que se dividían en «Guamanis» o «Comarcas» que a su vez se subdividían en «Hunus» o provincias?... No tenemos respuesta definitiva y es posible que la respuesta nunca sea muy clara. El engranaje administrativo se modificaba con el tiempo y con la sucesión de los incas. Podría incluso tratarse de un esquema móvil de acuerdo a las necesidades. Y también es de sospechar que cualquiera que fuera la organización existente esta se debía hallar en crisis después de la guerra civil entre Huascar y Atahualpa. Sin embargo, aun cuando no podamos precisar detalles sí creemos poder visualizar un esquema organizativo que se ajustaba a las necesidades del Estado Inca. Intentaremos explicarlo. Primeramente señalaremos lo que consideramos seguro. Aun cuando no podamos precisar cuántos niveles organizativos hubo antes de llegar al del hunu o provincia y aunque sea impreciso también el número de cabeceras, resulta claro que las cabeceras y los niveles administrativos diferenciados por su amplitud existían. Y el mejor ejemplo de ese nivel intermedio tiene que ser el que surge del Cuzco mismo, es decir el Taguansuyo. Hay varias evidencias que confirman la existencia de esta entidad política, además del documento de la «Declaración de los 120 curacas».

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Aunque también la llame Tahuantinsuyo, el Inca Garcilaso hace una clara referencia a esta entidad en el siguiente pasaje: «La leña y el agua –y otras cosas que se gastaban en la casa real cuando el Inca estaba en la ciudad del Cozco− la traían por su vez [=mita] y repartimiento los indios de los cuatro distritos que llamaron Tahuantinsuyo. Quiero decir los pueblos más cercanos a la ciudad de aquellas cuatro partes en espacio de 15 a 20 leguas a la redonda. En ausencia del Inca también servían los mismos, mas no en tanta cantidad» (1990:337).

Para la guerra contra los Pizarro, según Titu Cusi Yupangui, Manco Inca organiza dos frentes, uno de estos frentes corresponde al Taguansuyo. El frente a cargo de Quisu Yupangui organizó emboscadas y refriegas entre Jauja y Vilcashuaman. Es así que cuando Manco Inca anuncia su alzamiento, en la junta secreta que realizaron en Cuzco donde reunió solo a los caciques de 10,000 indios (hunucuracas), les dijo lo siguiente: «Yo enviaré a Lima a Quisu Yupangui, mi capitán que gobierna aquella tierra (...) él allá y nosotros acá en el Cuzco, luego los acabaremos sin que quede ninguno».

Donde se puede notar que lo que estaba fuera del Cuzco tiene otro mando político. Titu Cusi añade algunos detalles que corresponden a lo que llamamos Taguansuyo, que lo pone a cargo de Vila Oma: «Y así sin ninguna dilación, luego lo pusieron por la obra y enviaron por sus parcialidades cada uno como les cabía la vez [=mita]. De los Chinchasuyo envió Vila Oma a Coyllas, y a Ozca, y a Cori Atao y a Taypi (...) de los Cullasuyos fue Lliclli y otros muchos capitanes (...) a Condesuyo [fue] Suranguaman, Quicana y Surivallpa y otros muchos capitanes; los de Andesuyo: Ronpa Yupanqui y otros muchos capitanes.» (1992:40-41).

La entidad Taguansuyo tuvo probablemente alguna tradición pre-Pachacutic, ya que se menciona que desde los Canas y Canchis vinieron los refuerzos para la lucha contra los Chancas. Y tiene también una existencia posInca ya que en la Colonia y aun hasta hoy en día la mantiene. Si su nombre fue o no Taguansuyo (Garcilaso también lo llama Tahuantinsuyo) es una cuestión de menor importancia, pero nos acogemos a él puesto que así está señalado en la declaración mencionada y es posible que esa pequeña distinción sirvie-

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ra para hacer ver que se refería solamente a esos suyos cercanos. El sufijo -ntin contenido en /Tawa-ntin-suyu/ da una acepción de totalidad, «todo lo que abarcan los 4 suyos». En cambio en /Tawa-n-suyu/ (el sufijo -n en este caso podría ser el relativo, que no se traduce) carece de esa acepción, dándonos una referencia a los 4 suyos distinta a la que estábamos acostumbrados. Probablemente son los mismos suyos que en una época y durante un periodo difícil de determinar marcaron el conjunto de naciones aliadas de los incas, desde antes del gobierno de Pachacutic Inca Yupanqui. Sin embargo la definición del Taguansuyo se fue complicando a medida que los incas ampliaban sus conquistas. Tal vez hubo dos Taguansuyos. El primero «restringido» a las 15 ó 20 leguas que señala Garcilaso y que está implícito en la Declaración de los 120 curacas. El otro sería el Taguansuyo «ampliado», que incluye hasta los Chancas y Lucanas por el norte, el Condesuyo sur (hoy Arequipa) y el Collao y Chucuito por el sur. También Garcilaso menciona esta entidad, aun cuando le asigne una función que nos parece limitada: «La cosecha del sol y del Inca de 50 leguas al derredor de la ciudad del Cozco llevaban a ella para el sustento de la corte, para que el Inca tuviese a la mano bastimento de qué hacer merced a los capitanes y curacas que a ella fuesen.» (1990: 267).

Además del número de aucacamayoc podemos apreciar que la distancia fue un factor importante en las delimitaciones administrativas. El Taguansuyo restringido estaba definido por unas 15 ó 20 leguas de radio. Mientras que para el Taguansuyo ampliado Garcilaso da la medida de 50 leguas ( ≈ 30 tupus). Estas distancias están directamente relacionadas a los días en que se podían caminar: 3 ó 4 días el Taguansuyo «cerca» y alrededor de 10 días el Taguansuyo «lejos». Las medidas se aproximan a las distancias de los Guaman o Guamani que señala Guaman Poma (teniendo en cuenta que 1 legua ≈ 5 km ≈ 2/3 de tupu). Si replicamos la hipótesis que describimos sobre el funcionamiento del Taguansuyo (restringida y ampliada) para las entidades que llamemos «Grandes comarcas», comarcas o guamanis y provincias o hunus, tendríamos un esquema administrativo flexible con niveles de amplitud variables en función de las tareas asignadas (abastecimiento de ejérci-

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tos, construcción de caminos, mantenimiento de tambos y puentes, etc.). El mantenimiento de un sistema de registro del número de aucacamayoc, de las distancias, de las existencias de los depósitos, de los tambos, ganados, etc, a través de los quipus haría posible y hasta cierto punto sencillo hacer funcionar las tareas de gobierno con un esquema tal como el descrito. Por otra parte, y teniendo en cuenta que los españoles desconocían estos esquemas resultaría muy difícil tanto el ser explicado como el ser entendido en sus detalles. Algo parecido a lo que ocurrió con los detalles y procedimientos matemáticos (y de otros tipos) que contienen los quipus. La apretada relación expuesta por Polo nos permite inferir que él fue de los pocos cronistas que alcanzaron a captar la dimensión de la organización inca, aun cuando por distintas razones haya pasado por alto muchos de sus detalles en el resumen que nos ofrece. Y lo que le permitió alcanzar esa comprensión fue captar el mecanismo como operaban los quipus: «para su verificación ni hay ni puede haber conforme a la costumbre de estos indios más claridad de la que hallé –que no fue pequeña– pues faltándoles escrituras no pudieron tener otra que más satisficiese: a sus propios quipos por registros».

¿En basE a qué suyos o provincias sE dividían Los rEpartos? La descripción de Polo nos permite apreciar de una forma coherente la organización del Tahuantinsuyo, pero para ello es necesario superar el esquema simplista de cuatro partes administrativas para todo el reino. Efectivamente todo el reino se dividió en cuatro partes, entendidas en sentido geográfico. De estas cuatro partes resulta evidente que al menos una de ellas, el caso del Antisuyo, era una entidad con dos acepciones muy distintas: la geográfica y la política. La una no se podía superponer con la otra por razones bastante evidentes (no tendría lógica ninguna administrar, bajo una misma entidad política, cocales situados en Huánuco, Perú con cocales de La Paz, Bolivia; por poner un ejemplo). Otras dos partes, el Chinchasuyo y el Collasuyo, tal vez nunca fueron entidades políticas tan extensas (hasta Quito y Chile) pero como quiera que fuese requerían de niveles intermedios que –en función a la distancia y a la población– administrara comarcas (agru-

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paciones de guamanis o hunus grandes) o de provincias (hunus y guarangas). Las divisiones politicas del Tahuantinsuyo en comarcas estarían dotadas de cabeceras, tal como las señala Cieza y aunque no podamos precisarlas ni señalar su jerarquía, aproximadamente debieron ser: a) Evidentemente el Cuzco mismo, con su Valle y el Taguansuyo; b) Quito, Tomebamba, Cajamarca, Huanuco, Bombon, Atun Jauja, Vilcasguaman y probablemente algunas cabeceras a lo largo de la costa, en el Chinchasuyo; c) Hatun Colla, Chucuito, Chuquiabo, Paria (Charcas), y algunas cabeceras no precisadas para Tucuman y Chile al sur; en el Collasuyo; d) Antisuyo, Condesuyo y algunas otras delimitaciones especiales en el resto del territorio. Todo ello bajo una hipótesis de un rango amplio. Bajo una hipótesis de rango restringido disminuiría el rango de amplitud de las demarcaciones y consecuentemente aumentaría el número de cabeceras, hasta coincidir con las señaladas por Cieza. Estos rangos podrían coexistir estableciéndose las diferencias en función de las tareas que se emprendían o mantenían. Cada uno de estas subdivisiones políticas que acabamos de nombrar (llámense «Otros Cuzcos» «grandes comarcas», comarcas o guamanis) debía replicar el modelo del Taguansuyo. Para explicarlo imaginemos un artificio terminológico: Taguansuyo = Gran Comarca, Suyo = Comarca y Hunu = Provincia. De esa manera una repartición dada fuera del Taguansuyo pudo ser así: a) Lo que tocaba a cada Gran Comarca se dividía en 4 comarcas individuales, b) cada una de las Comarcas se dividía en grupos de tres provincias o hunus (como los grupos de ceques aunque no sería obligado dividirlos en esa cantidad), d) cada uno de los hunus se dividía en collana, payan y cayao resultando las guarangas. El esquema podía implicar partir de una entidad mayor o menor, pero la lógica siempre será la misma: se agrupa y se divide en 2 o en 3, de manera sucesiva; a fin de establecer conjuntos administrativos y reparticiones funcionales. Los términos para designar las distintas agrupaciones podían variar regionalmente y en muchos casos ni siquiera sería necesaria la existencia de un término genérico, puesto que el número de aucacamayoc y la distancia son los indicadores que precisarán la

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demarcación usada. El esquema organizativo se complementa con un importante detalle, en el cual destaca el aporte de Polo por sobre todos los otros cronistas: el reparto se hacía de acuerdo a la fracción proporcional de aucacamayoc para cada uno de los niveles administrativos que se consideraran. Y además se tenía en cuenta la posibilidad de cada provincia o hunu. Es decir, se tenía en cuenta lo que se producía y lo que se carecía en determinadas provincias. Pero en lo que fuere posible se haría una repartición matemáticamente proporcional. La fracción proporcional que se establecía estaría representada en quipus y se calculaba en las juntas de caciques y gobernadores dividiendo los totales entre las partes que los componían, utilizando las piedras, maíces o frijoles como los describe Polo o Blas Valera. Polo además nos da un término para caracterizar estas proporciones: las cotas o cotas partes.

Las cotas partEs y Las proporcionEs Las cotas partes (o cotas) de Polo equivalen a «partes proporcionales» que pueden ser «porcentajes» o «tantos por mil» o «fracciones» según sea el caso. Este término y su interpretación es parte fundamental de la comprensión del sistema de distribución que Polo describe a lo largo de muchos pasajes de su texto, aun cuando el término en sí solo aparezca tres veces. Puesto que se ha solido pasar por alto su importancia hacemos mención de algunas referencias concretas donde se refuerza esta interpretación: Cuando Polo nos dice «lo que se quita de los unos se ha de añadir a los otros» (§341) indica claramente la característica de una proporción o fracción. También cuando señala que inmediatamente («en un momento», «luego» §326, 330) sabían lo que le tocaba a cada uno, respecto a un total que variaba según los casos. Da ejemplos de fracciones: «tercias o cuartas o décimas como estaba dividido» §205, «séptima, quinta o décima o veintena parte» §328, 339. Otra característica de la «cota parte» o proporción es que está fijada (limitada o tasada §331), a diferencia de lo que sería una cuota a secas que puede variar. También se indica su uso cuando se describe la repartición como «dividida conforme al número» §128; «conforme a lo que cabía» §159; «se hacía igualmente» §197, «conforme a la cantidad, a la gente» §205, 604, «la distri-

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bución era igual y ninguno era agraviado» §302, 604, 606; «según los indios que tenía» §603, «lo que cabe a cada parcialidad» §681. Las descripciones de Polo son indicaciones claras del uso de proporciones: de otra manera sería casi imposible imaginar cómo se logra establecer un sistema de esas características reconocido por todos, siendo que las cantidades a tributar variaban de año en año, como también se señala. En la «Relación y descripción de la ciudad de Loja» de Salinas Loyola también se señala el uso de proporciones: «El cacique y señor mandaba a los principales lo que habían de hacer, así en cosas de trabajo como en juntar tributos, los cuales principales lo repartían a rata por cantidad entre los indios que mandaba; de manera que el trabajo y contribución era igual, sin que recibiesen agravio; y en esta orden están y guardan y es la mejor que se les puede dar.» (En Jiménez de la Espada 1965, tomo II, p. 304.).

El término «rata por cantidad» es equivalente a «proporción» y está asociado a cota: «Rata de cuenta: lo que a cada uno puede caber de la cota principal repartida entre muchos, que dezimos prorata» (COV).

Prorratear según acepción aun vigente es «repartir una cantidad entre varios según la parte que proporcionalmente toca a cada uno» (DRAE). Al mismo tiempo: «Cota. Entre contadores es término de división simbólica, cuando se reparte una suma entre muchos, lo que cabe a cada una se llama cota» (COV).

En quechua y aymara existen abundantes términos para dividir y hacer partes. Uno de ellos es ‘suyu’ que Polo emplea y que su contemporáneo Domingo de Santo Tomás glosa en varias acepciones: «Suyucuni, gui. hazer partes dividiendo. Suyo. parte assi divissa. Suyunacuni, gui. sostear, hasiendo partes.» (DST: 353)

Puesto que no encontramos explicación al término ‘sostear’, consideramos la posibilidad de que se trate de una errata por ‘escotar’ lo que también nos lleva a proporción:

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«Escotar tanto por barba, repartir a las personas por rata» (COV)

Esta interpretación también está apoyada por el significado que nos da Bertonio para suyusitha: ‘repartir entre sí la parte que les cabe del trabajo’ (1612: 352). También es de notar la referencia de Guaman Poma a la responsabilidad de los suyuyuc que él mismo traduce como ‘administrador’ (más literalmente: ‘el que tiene [a su cargo] un suyo’). Dibuja a un suyuyoc llevando los quipus en la mano y a otro dando cuentas a Tupac Yupanqui: «le daban estos cargos porque aprendiesen oficios y contar y mandar» (Guaman Poma 1936: 335, 348, 349, subrayado nuestro). Acosta, basado en Polo, utiliza el término «cuota», sin su complemento «parte» por lo que no resulta tan claro, pero al mismo tiempo es el cronista que describe con mayor detalle cómo se realizaban las operaciones de división con maíces o piedritas (2008: 211). Como antes hemos señalado, podría confundir el hecho de que Polo también señale que la «cota parte» no siempre era «igual», sino que además del número se hacía «conforme a la calidad de la tierra». Sin embargo son las excepciones que solo confirman la regla existente en cuanto al uso proporciones establecidas. Por ejemplo, algunas parcialidades podrían quedar excluidas de aportar maíz (por ser de altura) pero entre las otras −las que tenían condiciones similares− la contribución de maíz se repartía de manera exactamente proporcional. Las «cotas» estaban registradas en los quipus como se expresa claramente cuando Polo nos dice: «si todos [los tahuantinsuyos] estuviesen juntos– en media hora sabrían la distribución, cómo se había de hacer y cuánto cabía, sin altercarle más de sacar sus hilos con sus nudos» §332.

Si las explicaciones de Polo fueran insuficientes tenemos documentos que traducen quipus antiguos, así como algunos quipus incas en los museos que confirman el uso exacto de proporciones. Por ejemplo, entre los documentos antiguos tenemos los quipus de Chucuito, donde el aporte de los Uros y de los indios de Sama en lo que respecta a la mina de Potosí es diferente al resto de aymaras, que lo reparten de manera exactamente proporcional (en Chirinos: 2010: 73-74). El quipu AS120 del Museo Etnológico de Berlín

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es un quipu donde hay 8 hilos que representan totales y 24 hilos que son proporciones donde se puede apreciar cantidades excepcionalmente distintas en 4 hilos y al mismo tiempo una repartición proporcionalmente exacta en los demás hilos (Ascher & Ascher 1978: 796-799, Pereyra 1996: 187-202, Chirinos 2010: 279-284). También tenemos los repartos proporcionales que aparecen en otros documentos que también traducen quipus del siglo XVI (Lurinhuancas, Atun Xauxas, Visita de Huánuco) y varios otros quipus arqueológicos. Sin embargo tantos testimonios, claros y creíbles, acerca de que los caciques e incas sí podían realizar las cuatro operaciones básicas no son suficientes. Como dice Polo: hay que verlo para creerlo. Y aunque hoy en día no podemos verlos operar aun tenemos la posibilidad de recrear sus cálculos en base a los estudios de los quipus, entre los cuales destacan los que desarrollaron los esposos Ascher.

¿cómo rEaLizaban Los cáLcuLos? También podemos acercarnos a las formas de operar con las piedritas en base a la yupana dibujada por Guaman Poma. Una de las posibilidades de asignar valores consiste en numerar los casilleros del 1 al 11 por filas (Chirinos, 2010). De lo que resultan tres casilleros al centro con valores de 10 - 5 - 1 además de 4 parejas de casilleros que sumados resultan todos en múltiplos de cinco: 20 - 15 - 10 – 5. 10

5

1

11 8

1

5 7

9

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3

6

10

15

4

2

10

5

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Con dichos valores y aplicando los mismos procedimientos que en la actualidad se usan en el ábaco chino es posible hacer cualquier operación (suma, resta, multiplicación y división) por compleja que sea, de manera eficiente y rápida. La formas o algoritmos para hacerlas son muy variadas; no ha sido nuestro propósito averiguar los procedimientos antiguos «exactos». Tan solo enfatizamos el hecho de que es posible calcular con piedritas (y con el esquema que nos da Guaman Poma) las operaciones complejas que se reflejan en los quipus de los museos o las descritas por Polo, quien las observó en las juntas de caciques a las que asistió.

EL ordEn dEL inca bajo La corona dE España (1560-1571) Entre 1560 y 1571, los años en que Polo redacta la obra que tratamos, se discute agitadamente en el Pirú qué políticas se aplicarán en su gobierno. La obra de Polo nos muestra algunas de las posiciones que se enfrentaban en las encendidas polémicas de su tiempo. Pasadas las guerras de Manco Inca, las guerras promovidas por los encomenderos, la rebelión de G. Pizarro y de Girón se debía empezar a dar forma al gobierno de los españoles. Circunstancias diversas abrieron un margen de tiempo, hasta la llegada de Toledo en 1570, para discutir los planteamientos sobre cómo realizar un buen gobierno. Varias personalidades conocidas intervienen en estas discusiones, entre ellas Matienzo, Santillán, Ciancas, Cuenca, Domingo de Santo Tomás, el arzobispo Loayza, etc. varios grupos reconocibles: los encomenderos, los caciques, los religiosos. Así como tendencias varias: partidarios y opositores del padre Las Casas, defensores de los incas y quienes les negaban cualquier legitimidad y clamaban por la justicia de los títulos de España para gobernar las Indias, calificando a los incas de tiranos y usurpadores. La obra de Polo debió ser un documento cuyos destinatarios principales fueron sus superiores. Sin embargo Polo era famoso y el hecho de que fuera un informe dirigido al virrey Toledo no impidió que ya en la época tuviera una difusión que fue mucho más allá del entorno administrativo. Cronistas o jusristas como Acosta, Cobo, Garcilaso y Solórzano lo citaron elogiosamente por lo que se deduce que debieron circular muchas copias manuscritas. Polo define su propia posición política situándola equidistante de dos

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El Orden del Inca

posiciones: de los que solo se preocupan por el bienestar de los indios (donde suponemos que sitúa a los partidarios de Las Casas) y los que solo se preocupan por el bienestar de los españoles (donde parece situar a los que cometen excesos y abusos respecto a los indios). Argumenta que para el buen gobierno es necesario considerar los asuntos de los indios y de los españoles en conjunto y no separadamente. Desde ese punto de vista su posición es próxima a las posiciones de los jesuitas, de ahí que no es extraño que entre los cronistas que más lo nombran estén destacados jesuitas. Sin embargo para entonces casi no había jesuitas en el Perú y es difícil adscribir a Polo a una tendencia determinada ya que destaca por su originalidad y prudente manejo político. Por ello fue respetado desde diversas posiciones. También tuvo y tiene detractores. Recibió fuertes críticas del cronista conocido como «Jesuita anónimo» y algunas críticas puntuales de Montesinos. Modernamente algunos estudios señalan la incoherencia entre los postulados que defendió y su actividad como encomendero. Parece no haber duda de que fue próspero y que gozó de abundantes rentas. La reciente edición de Lamana incluso señala a Polo como «el creador de una influyente teoría racial». Sobre esto último cabe mencionar que Lamana lista al «Anónimo de Yucay» entre las obras cuyo autor «pudo ser» Polo, lo que ayuda a explicar la atribución a Polo de esa supuesta «teoría racial». Para nosotros es evidente que Polo no es el autor del «Anónimo de Yucay». Respecto a su biografía no consideramos probadas sus incoherencias y tampoco creemos que el hecho de que haya alcanzado una posición económica holgada sea elemento para desmerecer su obra. Polo es un funcionario del reino de España y un hombre de su época, con defectos y virtudes. Lo que resulta extraordinario es su interés y empeño por averiguar las formas del gobierno inca. Puso su conocimiento al servicio de los intereses del gobierno colonial, como funcionario que era. Pero en su afán de averiguación hay algo especial que a nuestro modo de ver tiene mucho de moderno: se convierte en un investigador dominado por el afán de saber. Le interesa descubrir por alcanzar a comprender algo que al resto le parece oscuro. Respecto al tema de los incas Polo siente, con fundamento, que él puede alcanzar mayor comprensión que los demás. Eso le impone una obligación y una dedicación muy

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profunda a su tarea investigadora: habla con ancianos, con gente del pueblo, con incas que fueron autoridades, con mitayos, con caciques de todas las posiciones, asiste a sus juntas, a sus repartos. No sabemos cuál haya sido la naturaleza de su virtud comunicativa, su intérprete, o su conocimiento de las claves comunicativas indígenas, pero lo cierto es que en sus textos demuestra que alcanza conocimientos en un nivel de detalle que otros no lograron. Entre sus motivaciones parece que estuvo el sincero deseo de alcanzar el llamado buen gobierno. De sus escritos se ve que no considera incompatible la búsqueda de la riqueza y el buen gobierno, al contrario. Propone que no solo los españoles sino también los indios alcancen riqueza, visto ahora diríamos que es una propuesta moderna, aunque para muchos sea criticable y conducente a una mayor explotación. No ahondaremos en ese tema, pero sobre sus cualidades personales sí daremos una breve opinión: No creemos que se le puede calificar de acomodado u oportunista ya que en ocasiones mantiene posiciones políticas que fueron minoritarias (como la defensa que hace de los curacas) y que tal vez no ayudaron en su carrera política. Reconocemos en él a un político cauto y prudente y para sus ataques o críticas a posiciones políticas que considera rivales puede ser sutil, indirecto usando mucho de la ironía y hasta el humor. También suele ser claro y directo. Siendo corregidor del Cuzco ganó fama por haber descubierto las momias de los incas más venerados (Pachacutec, Huayna Capac) y así pudo cumplir la misión que le encomendaron de acabar con el culto a las mismas. Asunto de gran importancia en su momento y que preocupaba mucho al virrey Marqués de Cañete. Es un pasaje decisivo de su vida, al que él mismo hace varias referencias en los tres manuscrios que tratamos. Justamente una de estas referencias, que son claves para entender al autor, ha sido malinterpretada en ediciones anteriores (Tratado §200). La propuesta de Polo se encamina no solo a mantener lo aprovechable del orden incaico que aun subsiste, sino incluso a tratar de recuperar lo que sería util y ya se ha perdido. Un buen ejemplo de ello es tratar de recuperar la riqueza del ganado de la tierra: llamas y alpacas. Y para proponerlo se sirve de nuevo de su investigación: pudo comprobar que existían muchas disposiciones de los incas que son las que permitieron que el ganado se conservara

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El Orden del Inca

y aumentara. Cuando menciona la extrema destrucción y exterminio al que fue sometido el ganado a la llegada de los españoles nos parece que su dato radicaba en cifras que ha podido comprobar en quipus: (...) me parece se puede afirmar, que hicieron más daño los españoles en solos cuatro años, que el Inca en cuatrocientos, porque lo tomaron [el ganado] sin orden. (Relación §206).

Los 400 años hacen referencia, según Polo mismo, al periodo que gobernaron los Incas y el «daño» en esos cuatro siglos debe hacer referencia, al menos, a la cantidad de ganado que se sacrificaba con fines religiosos que, como debía constar en los quipus que Polo vio, era de miles de cabezas por año: Y así se puede entender conforme a la relación que ellos dan [y] lo que tienen asentado en sus registros [=quipus], que dende el tiempo que el Inca los señoreó hasta que los españoles entraron en la tierra fue sin comparación más lo que se multiplicó en el ganado por la orden que en ello se tenía, que no lo que ellos pudieron dar de tributo para la religión y para el gobierno. (§147)

Los cuatro años que refiere al «daño» de los españoles también estuvieron documentados en quipus: como consta en las 119,794 llamas y alpacas entregadas o robadas en la primera estancia de Pizarro en Jauja (Lurinhuancas y Atun Xauxas). De manera que lejos de dar unas cifras al vuelo, Polo nos está dando un aproximado de los millones de llamas y alpacas que fueron exterminadas, en tan solo 4 años, según él mismo pudo comprobar en los quipus que manejaban aun los caciques: Y aun que fue muy excesiva la cantidad que daban y consumían en cada un año –que de todo tienen cuenta y razón desde que el Inca los sujetó hasta hoy, que es cosa que con dificultad lo pudiera yo creer si no lo viera. (§148)

No solo el problema del ganado, sino otros muchos temas podrían resolverse o al menos mejorarse en el Pirú de entonces, según Polo sugiere, si se retomara lo bueno del orden establecido por el Inca. La administración de justicia es otro de los temas en que Polo insiste que podría ser mejorado si se designan jueces indios, según la experiencia aplicada por él mismo en el Cuzco.

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Sin embargo el tema privilegiado donde debe mantenerse «el orden del inca» es el que refiere al reparto de los tributos. Para ello, Polo demuestra que el modo de repartirlo que tienen los indios es mejor, da resultado y cambiarlo comporta un grave riesgo, ya que los ingresos de las mismas arcas reales disminuirían. No solo es importante mantener el orden de los incas. Polo sugiere incluso que para alcanzar un buen gobierno se debe recurrir a la ayuda de los incas: Y luego entender si podrá ayudarse de estos incas del Cuzco –que son prudentes– para que tengan cargo por provincias, porque de otra manera todo se ha de hacer con mucha dificultad y a fuerza de brazos. (§505)

Lo que nos hace traer a la mente la propuesta de Guaman Poma que varias décadas después sugerirá algo más radical, encargar a los incas todo el gobierno para mejorar las rentas del reino de España. Cabe preguntarnos: ¿cuánto de las ideas y propuestas de Polo retomó el Virrey Toledo para el Orden Virreynal que impuso? Sería tal vez ingenuo decir que poco, ya que Polo fue consejero y corregidor nombrado en Cuzco por Toledo. Pero en propuestas que implican acercarse más o establecer alianzas con los caciques indígenas hay notables diferencias: Propuestas de Polo No subir las tasas Tender a gobernar con los caciques Ayudarse de los incas para el gobierno Mantener a los caciques responsables de la distribución de los tributos

Acciones de Toledo Hubo una notable alza de las tasas tributarias Tendió a marginar y desconfiar de los caciques Expulsa a España y margina a descendientes de Incas Los caciques solo deben hacer cumplir lo que se dispone. Ya no son responsables de asignar las cantidades a repartir. Las cantidades de mitayos al interior de cada parcialidad vienen establecidas en los dispositivos que emite el virrey.

Toledo diseñó un gobierno donde los indígenas son forzados al trabajo

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El Orden del Inca

y por la otra parte solo son considerados como merecedores de dispositivos de protección frente a los abusos de sus caciques y encomenderos. La cantidad de dispositivos legales (sin efectos prácticos) a favor de los indígenas es impresionante. Pero impresiona mucho más las escasas o nulas acciones tomadas que verdaderamente los protegieran. En ello podemos decir que perdura la herencia virreinal puesto que es una práctica común hasta hoy en día. Polo, dirigiéndose a los partidarios de «liberar» a los indios, discute la idea de libertad y aconseja que los indios deben mantenerse bajo el férreo dominio de sus caciques. Propone que los indios que van a las minas sigan siendo enviados por sus caciques. Este punto es esencial para comprender la época. Lo que se hizo hasta entonces era imponer un tributo que se hacía constar en la llamada Tasa. Pero el cómo pagaban ese tributo era un asunto interno de los caciques, ellos eran los que decidían enviar indios a Potosí o a otros lugares para conseguir la plata exigida por la Tasa. Es decir, hasta 1571, los indios de Potosí iban por cumplir con su comunidad y con su cacique. Polo propone mantener las cosas como están. Había otra posición que sugería sacar a los indios del dominio de sus caciques y hacer que se imponga un tributo por cabezas, es decir individualmente, y no comunalmente. Toledo no siguió ninguna de las dos propuestas: instituyó la mita minera. Durante su gobierno se reguló legalmente la obligación de los indios de acudir por turnos a las minas, iniciando así el trabajo forzado de los indios que se mantuvo a lo largo de toda la Colonia. Toledo se basa en la institución de la mita inca, pero para desfigurarla y convertirla en una formidable −y terrible− maquinaria de extracción de metales. Si bien muchos elementos de la propuesta de Polo pueden ser criticables nos parece que estaba lejos del extremo al que la llevó Toledo. Polo sin duda tuvo grandes errores entre ellos juzgar benévolamente el trabajo en las minas (tal vez porque en sus inicios no morían tantos en su explotación) y no prever las vidas que se sacrificarían por la codicia de los minerales. Pero entre sus virtudes estuvo proponer formas de gobierno concertadas, respetar a autoridades naturales asignándoles responsabilidades, respetar los fueros y costumbres indígenas (al menos en lo que no consideraba idólatra).

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Siempre pudo ser mejor, pero considerándolo todo, las propuestas de Polo podemos decir que habrían ayudado a mejorar el gobierno en su época, de haber sido consideradas y valoradas convenientemente. Incluso respecto a la represión de lo idolátrico aconseja dar tiempo, y no propone una erradicación violenta de prácticas y creencias como la que emprende Arriaga a inicios del s. XVII. Una lectura más crítica puede llevarnos a pensar que se utilizó mucho de lo que Polo propone, pero solo aquello encaminado a sacar el mayor beneficio económico para la Corona, dejando de lado el resto. En ese caso, uno puede argumentar que Polo tiene algún grado de responsabilidad en dichas acciones por el hecho de haber puesto a disposición de los gobernantes sus averiguaciones. Lo cual sería innegable, y tenemos que admitir su parte de responsabildad. Sin embargo es otro tipo de responsabilidad. Podemos decir que para la Corona de entonces, por medio de Toledo, prevaleció el interés por maximizar las rentas, lo demás interesó menos. Transcurridos más de cuatro siglos, temas como el respeto por los derechos de los pueblos indígenas o la explotación minera siguen siendo temas actuales y lo que Polo informa se situa al inicio de esa historia de desencuentros que hasta ahora marca la realidad de los países andinos. Por cierto, también hubo encuentros y Polo mismo es una muestra de un acercamiento singular al mundo indígena.

Los mapas (comEntario) Por las menciones de Polo se ve que conocía muy bien el territorio de lo que fue Cuzco, el Collao y Charcas. Aporta algunos detalles de provincias (cantidad de tributarios, naciones de las que se componen, ubicación de sus tierras en valles y en altura) en los que se nota una de las principales cualidades de un buen administrador: conocer el territorio. Los mapas de la presente edición tienen un doble propósito: ubicar los sitios mencionados por Polo y visualizar las entidades administrativas así como la dinámica organizativa del Tahuantinsuyo. El Mapa 1: Los ceques del Cuzco. Está basado en el trabajo de Brian Bauer y sus equipo de investigación publicado en castellano como «El Espa-

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El Orden del Inca

cio Sagrado de los Incas». En él podemos podemos apreciar cómo irradian los ceques desde el Coricancha o Casa del Sol y se proyectan en toda la extensión del valle del Cuzco. Al noroeste y sureste, el Chinchasuyo y el Collasuyo; al noreste y suroeste el Antisuyo y Condesuyo. Al fondo aparece sombreada la ciudad actual del Cuzco. La escala del mapa permite apreciar unas tres leguas (18 km) a la redonda de la ciudad. Mapa 2: Los 4 suyos antes de Pachacutec. Este mapa marca la distancia de unas 6 leguas (36 km) alrededor del Cuzco, lo que según Polo fue el espacio donde señorearon los incas antes de la guerra contra los Chancas. En él podemos apreciar la proyección de los ceques desde el Cuzco hasta abarcar lo que se denomina los cuatro suyos. Dichos suyos están definidos en el documento mencionado anteriormente como la «Declaración de los 120 curacas». Hemos procurado ubicar cada uno de los lugares mencionados en dicho documento y cuando hemos tenido dudas lo hemos marcado con una interrogación. Es notable apreciar cómo la dirección de los ceques se proyecta con bastante aproximación al territorio definido como los cuatro suyos. Aun cuando también apreciamos varios elementos anómalos: el curso zigzagueante de algunos ceques del Antisuyo, la superposición de dos ceques del Chinchasuyo y Antisuyo, se puede decir que en general las proyecciones de los ceques se adaptan bastante bien a los límites de los suyos tal como los definimos a partir de la declaración de los 120 curacas. Las rayas que se proyectan desde los ceques no coinciden con las fronteras territoriales, solo se aproximan a ellas, sin embargo muchos de los adoratorios o guacas situadas en dichas rayas o ceques sí marcaban fronteras (abras, cerros). Mapa 3: El Taguansuyo. Este mapa es una ampliación del mapa anterior abarcando sitios relativamente distantes de la ciudad del Cuzco (20-30 leguas, 120-180km). Incluye la casi totalidad (una o dos excepciones) de los pueblos enunciados en la «Declaración de los 120 curacas». Abarca un territorio que hasta hoy sigue conformando la región cuzqueña. Es de notar la diferencia existente entre el Antisuyo «administrativo» tal como aparece en la Declaración de los curacas y la idea tradicional del Antisuyo «selvático». Contrariamente a dicha idea tradicional, vemos que el núcleo del Antisuyo administrativo lo constituyen pueblos de sierra como Pisac, Lamay, Coya.

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Mapa 4: «Provincias», de Bombón al Condesuyo. Hemos procurado reflejar la mayor parte de las provincias que existieron (muchas mantienen su territorio hasta hoy en día) en dicho ámbito. Con borde grueso marcamos la extensión probable que pudo tener la «agrupación» de provincias o hunus; la cual según algunas fuentes se llamó guaman. Mapa 5: «Comarcas» de Cajamarca a Lucanas. este mapa refleja las posibles «comarcas» y «grandes comarcas» que habrían existido en el ámbito representado. Es un mapa hipotético puesto que las fuentes que disponemos solo suelen mencionar las cabeceras mismas, mas no el ámbito que les correspondía. Nuestra hipótesis explicada en las páginas anteriores sostiene que debieron existir agrupaciones de provincias que funcionaran de forma similar al Taguansuyo, es decir compuestas de comarcas más pequeñas (equivalentes a los suyos) que a su vez se pudieran dividir en hunus o provincias. Mapa 6: Naciones de Charcas. Este mapa refleja el territorio que correspondió al Charcas incaico, que después se transformó en el Charcas colonial, el ámbito donde Polo residió por más años y el centro de la actividad minera. Mapa del Tahuantinsuyo: Finalmente representamos un mapa que intenta superar la tradicional división de los cuatro suyos geográficos, es un intento por reflejar la organización inca que fue capaz de desarrollar los logros que posibilitaron lo que fueron y son hoy los países andinos que formaron parte de él. No está demás aclarar que consideramos que las fronteras marcadas no son fijas sino que más bien se amoldaban y definían según las necesidades.

vaLoración dE aLgunas fuEntEs modErnas rEspEcto La organizacion poLítica dEL tahuantinsuyo: Entre los autores modernos que tratan sobre la organización política del Tahuantinsuyo, Pärssinen es uno de los que aporta mejores y más detalladas fuentes, al tiempo que analiza pormenorizadamente la organización de los suyos y provincias, a las que llama guaman. Considera favorablemente la posibilidad de que cada suyo (entendido en la acepción geográfica) fuera al mismo tiempo una entidad política. Por otro lado, Araníbar argumenta sólidamente en favor a una invención tardía del término Tahuantinsuyo, que no aparece en la crónica temprana.

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El Orden del Inca

También ofrece elementos que nos hacen ver que se pudo haber inventado el término e incluso el concepto, para esquemas aceptables a visiones europeas. Insiste en todo caso en que los cuatro suyos son más una referencia geográfica. La visión de Thierry Saignes, así como el estudio de Platt et al. me han servido mucho para ensanchar la visión del Tahuantinsuyo, hacia el territorio que mejor conoció Polo: los Charcas. Espinoza Soriano es el autor de quien más me he valido para aproximarme a las delimitaciones de muchas de las provincias que presento en los mapas. Por otro lado Noble Cook y Hyslop son algunos de los autores que he procurado seguir para comprender los vínculos territoriales y los volúmenes de población. Lo mismo vale para Assadourian y Murra en cuanto al contexto histórico. En cuanto al sistema de ceques del Cuzco, la obra de Zuidema (en cuanto a la replicabilidad del sistema en todo el Tahuantinsuyo), Agurto Calvo y Bauer han sido mis fuentes principales. El esquema decimal de los incas ha sido estudiado por muchos de los autores mencionados, así como Wedin y Julien entre otros, sin embargo he discrepado de los temas de fondo tratados en sus estudios. En algunos aspectos (tal vez en la mayoría) no creo alejarme de lo que los autores mencionados han expuesto mucho antes que el presente escrito. Mi esfuerzo se ha centrado en exponer la lógica organizativa en cuanto a territorio, población y producción que me ha parecido insuficientemente tratada en los estudios modernos acerca de los incas. Y, a lo que concluyo es que en el fundamento de la lógica organizativa inca está el Taguansuyo, los ceques y el reparto matemáticamente proporcional. Mi experiencia de trabajo en zonas rurales de las provincias de Caylloma, Anta, Cotabambas y Chumbivilcas, así como entre las naciones indígenas y pueblos mestizos amazónicos como el awajun, shawi, cocama y el pueblo loretano en general son las que me posibiliten acercarme a algunos saberes poco representados en libros y diccionarios.

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abrEviaturas y signos dEL tExto •x

«...» [] = «abc»

abc (1872) AUT COV DRAE DST err. Gon.-Al GH HUA Lam. Lam.-RAH Ms. Rel.-ms. Res.-ms. Tra.-ms.

El punto al medio seguido de nota indica que una palabra del manuscrito ha sido suprimida por considerarse errata. En nota se señala cuál es dicha palabra suprimida. Indica un espacio dejado en blanco en el Ms. Cualquier añadido de los editores en el texto original. Equivalencia o definición del término señalado. En nota indica una palabra que aparece así en la versión citada entre paréntesis (en otra edición o en el manuscrito mismo). Palabra tachada en el Ms. y puesta en nota al pie. Primera edición impresa de la Relación de Polo. Diccionario de Autoridades. Covarrubias, 1998 [1611]. Diccionario de la Real Academia. Domingo de Santo Tomás, 1951[1560]. errata. Edición de 1990 de Rel.-ms. de González y Alonso. Diego González Holguín, 1952 [1608]. Visita de Huánuco, 1967 [1562]. Lamana, 2012. Copia de Res.-ms. en la Real Academia de Historia citada en Lamana, 2012. Manuscrito. Ms. Relación acerca de los fundamentos... Ms. Respuestas a la Instrucción del Rey. Ms. Tratado.

«TRATADO DE UN CARTAPACIO A MANERA DE BORRADOR QUE QUEDÓ EN LOS PAPELES DEL LICENCIADO POLO DE ONDEGARDO CERCA DEL LINAJE DE LOS INGAS Y CÓMO CONQUISTARON». (BNE, ms. 3169)

«RELACIÓN DE LOS FUNDAMENTOS ACERCA DEL NOTABLE DAÑO QUE RESULTA DE NO GUARDAR A LOS INDIOS SUS FUEROS» (BNE, ms. 2821)

NOTA DE LOS EDITORES: Las dos versiones manuscritas van puestas en paralelo desde el párrafo §1 hasta el párrafo §229: la versión del Tratado en las páginas pares y la versión Relación en las páginas impares. Desde el párrafo §230 en adelante solo va la versión de Relación en páginas pares e impares.

[f. 1r] tabLa dE Lo contEnido En Esta rELación1

Las razones que movieron sacar esta relación y notable daño que resulta de no guardar a estos indios sus fueros. Fojas 2 El origen de los incas y señores de esta tierra fo. § El título con que conquistaron y se hicieron señores fo. § Cómo dividieron las tierras después de la conquista fo. § Cómo la beneficiaban los indios y a cuya costa comían cuando beneficiaban el tributo fo. A quién pertenece lo que el Inca aplicó para sí y para las guacas y adoratorios fo. Cómo dividió y se poseyeron los ganados y la orden que puso en el beneficio y conservación y gasto de ellos fo. De qué contribuían y cómo, los indios al Inca, y cómo poseían las haciendas fo. De qué proceden los pleitos de estos indios y medio que se podría dar para que cesasen fo. Cómo no podrán dejar su tierra y hábito y las utilidades que de ello resultan fo. La orden que tuvieron en los montes y cazaderos fo. La orden que tuvieron en tributar de las doncellas fo. Cómo contribuían de los ganados fo. Del servicio personal [a] que se deben en el Cuzco de todas las provincias fo. El servicio de gentes para la guerra, cómo se daba el tributo del reino al Inca fo. El tributo del servicio de los chasquis fo. Tributo para edificios y fortalezas fo. De la tierra que traían para los sepulcros del servicio de los muertos fo. Del servicio de tambos y caminos fo. 1 Esta es la versión de la tabla de contenido tal como aparece en la copia manuscrita (Relación). Basados en esta tabla, añadiendo algunos apartados adicionales hemos elaborado una nueva tabla para esta edición, la misma que forma parte del índice general al final del libro.

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Relación acerca del notable daño de no guardar a los indios sus fueros

Del servicio para los incas fo. La forma que se tiene en la distribución de los tributos fo. La división que estaba hecha de los indios fo. [f. 1v] La orden que tienen los indios en pagar la tasa de la plata y si conviene alterarla fo. Si conviene que los indios contribuyan como agora o tasarlos por personas fo. Algunos daños de las visitas fo. Si conviene subir las tasas fo.

Las razones que movieron sacar esta Relación

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*[Las razonEs quE moviEron sacar Esta rELación y notabLEs daños quE rEsuLtan dE no guardar a Estos indios sus fuEros] *Habiéndose tratado lo que se ha podido averiguar tocante a la religión de estos naturales, como parece por los capítulos y relación pasada, que parecía que principalmente no estaba a mi cargo, si no fuera negocio que en particular me fuera cometido1; más justo es que yo tome trabajo de escribir la orden que tenían en pagar los tributos al Inca2, a quien obedecían por rey y señor cuando, en nombre de Su Majestad, se vino a predicar el Evangelio a estos reinos, y se entendió en la pacificación y población de ellos. De lo cual –allende de lo que se puede saber por la Manifestación General que por sus quipos y registros hicieron ante mí y ante los prelados de los monasterios en la ciudad del Cuzco– lo tengo yo mejor entendido que3 lo demás4 por haber tratado tantas veces y en tan diferentes lugares de sus negocios y pleitos5, y haber errado así mismo en la determinación de ellos, a los principios, como los demás jueces. Y haber visitado su tierra antes y después que tuviese noticia de lo agora. Lo cual creo que no bastara, si particularmente mi propia inclinación no me moviera a sacarlo de raíz. Porque no me cuesta tan poco trabajo cualquiera de las cosas que se tratarán, que no estuve movido muchas veces a dejarlo,6 si no entendiera que en alguna manera se me pudiera poner culpa ante Dios y ante el reino. [No] por lo pasado, que ya no tenían remedio los daños –sino por lo porvenir– que me satisface claro y perpetuamente se quedará ansí7. Y movíame mucho que el Conde de Nieva, visorrey que fue de estos reinos, y el comendador Birviesca de Muñatones me mostraron una Instrucción de Su Majestad firmada de la Serenísima princesa [f. 2r] doña Juana, en la 1 = encargado. 2 «yngar» (Rel.-ms.). 3 Tachado «en» (Rel.-ms.). 4 = los asuntos sobre tributos mejor que los asuntos de religión (lo demás). 5 Es la acostumbrada fórmula donde explica sus ventajas para encarar esta labor frente a las otras personas. Usa también de esta fórmula al inicio y al final de Respuestas a la Instrucción del Rey (§2 y §258) 6 La negación como afirmación es un recurso estilístico usado en varias ocasiones por Polo. 7 = seguro de que lo pasado ya no tiene remedio.

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Relación acerca del notable daño de no guardar a los indios sus fueros

cual mandaba que particularmente se averiguasen en esta tierra la mayor parte de las cosas que en esta Relación se han de tratar. Y después de haber trabajado lo posible1 en la averiguación de los dichos capítulos –sin hallar rastro ni origen que se pudiese dar crédito– entendido que yo tenía la más claridad de lo que se pretendía saber, mandaron2 responder a ella. Y yo lo hice. Aunque por no tener allí presentes los borradores y registros, pudo ser que –en caso que lo que se dijo sería lo que en efecto pasaba– faltase mucho de lo que se pretendía saber. Y tuvo Su Majestad muy gran razón de mandar averiguar el origen del señorío de estos incas y la forma que tuvieron en servirse de las gentes de esta tierra, y la que ellos mismos tenían en la distribución de lo que daban. Porque de esto resultaría todo lo que toca a la justicia y fueros que entre ellos se guardaban. E incidentemente, el daño que han recibido y reciben en la orden del proceder que con ellos se tiene en la determinación de sus pleitos. Porque dado caso que en alguna manera se les debiese poner otra –en algunas cosas que parecieren no convenir a la buena policía– no había de ser tan presto, ni sin entender la suya propia –que tantos años ha que se guarda entre ellos por ley inviolable. Mayormente estando determinado por los teólogos la obligación que hay de guardar sus fueros y costumbres cuando no repugnasen al derecho natural. Porque de otra manera y por la orden que se trata y ha tratado, no hay duda sino que a muchos se les quita el derecho adquirido obligándolos a pasar por más3 leyes que ni supieron ni entendieron ni vendrán en conocimiento de ellas de aquí [a] cien años. Y no hay este solo inconveniente, aunque es harto sustancial, pero aún en cierta forma hemos perdido mucha parte de crédito4 y hecho a los mis-

1 el comendador y el visorrey. 2 = mandáronme. 3 Del Pino-Diaz transcribe «unas» en Acosta (2008:229). 4 Acosta recoge este pasaje y así lo interpreta: «El otro fin que puede conseguirse con la noticia de sus fueros y costumbres y policía de los indios es ayudarlos y regirlos por ellas mismas (...). Por cuya ignorancia se han cometido yerros de no poca importancia (...). Que –además de ser agravio y sinrazón que se les hace− es en gran daño por tenernos aborrecidos como a hombres que en todo, así en lo bueno como en lo malo, les somos y hemos sido siempre contrarios» (Acosta 2008: 204-5).

Las razones que movieron sacar esta Relación

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mos naturales hacer emulaciones1 malas y reprobadas para conseguir lo que quieren, tanto para su cristiandad como para su policía. Y creo yo que sería dificultoso de remediar sin mucha violencia y castigo, como parece claro en el discurso de esta breve relación. Y es cierto verdad que todas las veces [f. 2v] que me acuerdo de la orden que hemos tenido con ellos después que nos conocieron –así en lo que toca a su religión como a su gobierno, como he visto los inconvenientes, aunque casi tan tarde como los demás–, estoy maravillado2 –siendo el principal intento de Su Majestad traerlos a nuestra santa fe católica y que vivan en toda buena policía, que es todo ·3 lo que estriba en sus intenciones reales– cómo se cegaron los primeros, y segundos4 y hasta ahora. Siendo [que] la principal causa para que fuesen cristianos [era] saber sus ritos y opiniones y desventuras, que son innumerables, para que predicándoles contra ellas, pudiesen recibir nuestra ley evangélica. Y saber sus fueros y costumbres, para que haciéndoles en ellos justicia en lo que se les debiese, poco a poco fuésemos entendiendo lo que se había de mudar, y Su Majestad lo que debía proveer. En lo uno y en lo otro5, no hay más claridad que si nunca viéramos6. Que bien tengo yo entendido: Que antes que estos indios fuesen sujetos al Inca, cuando eran bestias –de lo cual en sus originales7 hay bastante memoria, que se puede8 colegir el tiempo que ha que entraron debajo de leyes universales, que vivieron debajo de ley– y que cada uno en su tierra tenía sus «leyes» que ordenaban conforme a instinto natural, como de todas las naciones que no las tienen les acaece por providencia divina. Pero después que los sujetaron, no hay duda sino que sólo han usado de las leyes que los incas les pusieron cuanto al gobierno y aun cuanto a la religión. Aunque les quedaron sus ídolos y adoratorios, pero 1 «ynulaçiones» (Rel.-ms.), «innovaciones» (Del Pino-Díaz). 2 = sorprendido. 3 Suprimido «en». 4 = los que trataron de la religíón y los que trataron respecto al gobierno. 5 = en los asuntos de religión y de gobierno. 6 = es tanta la claridad a como si dejáramos de ser ciegos. 7 = quipus. 8 «pueda» (Rel.-ms.).

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Relación acerca del notable daño de no guardar a los indios sus fueros

fueron tantos los que de nuevo les dieron en cosas –a que en esto nos obligaron y cargaron– que se puede llamar muy poco lo que ellos antes tenían. De lo cual con harto trabajo y tiempo hicimos la averiguación. Y pues1 se ha tratado de lo que toca a su religión, en este cuadernillo –abreviando cuanto fuere posible– se dirá lo de las contribuciones y distribuciones. Poniendo en cada cosa lo que me pareciere necesario para que se entienda y venga de ello [f. 3r] alguna utilidad. Lo cual me parece que se podía mejor entablar por presupuestos. Los cuales, y cada uno de ellos, se ha de entender que son verdaderos, y que para su verificación ni hay ni puede haber conforme a la costumbre de estos indios más claridad de la que hallé –que no fue pequeña– pues faltándoles escrituras no pudieron tener otra que más satisficiese: a sus propios quipos por registros.2

1 como. 2 En este párrafo el autor resume el contenido y planteamiento de toda la Relación. Nosotros nos atrevemos a parafrasearlo en términos contemporáneos: tema o contenido, metodología aplicada, fundamentos y propósito. Tema: Contribuciones (qué se tributaba al Inca y cuánto) y distribuciones (cómo se repartían las obligaciones tributarias). Metodología: Presupuestos (hipótesis comprobadas que a su vez dan lugar a nuevas hipótesis que también son verificadas hasta convertirse en nuevos presupuestos que nos permiten entender la realidad). Fundamentos o fuentes de verificación: cada presupuesto se ha verificado de diversas maneras, testimonios, constatación in situ, etc. En el caso de la presente Relación, la prueba documental primigenia consta en los quipus. Por sus propias palabras entendemos que el autor ha podido verificar los quipus y pudiera mostrarlo de ser necesario. El autor sigue un procedimiento estrictamente metódico para todos los presupuestos que expone a lo largo de su obra. Propósito: Que sea de alguna utilidad para el buen gobierno del Pirú, como se llamó en el siglo XVI al territorio que correspondió al Tahuantinsuyo.

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Tratado cerca del linaje de los incas y cómo conquistaron

[f.37r] Tratado de un cartapacio a manera de borrador que quedó en los papeles del Licenciado Polo de Ondegardo cerca del linaje de los ingas y cómo conquistaron

1. dEL LinajE dE Los ingas y cómo conquistaron 1. Primeramente se ha de presuponer que el linaje de estos incas, que fueron dos parcialidades, –que la una se llamó Hanancuzco1 y la otra Lurincuzco, a lo que se puede averiguar (porque de más no se halla memoria) eran naturales del valle del Cuzco, y aun que algunos quieren decir que vinieron de otras partes a poblar allí. Pero esto no hace mucho al caso, porque dicen fue antes del Diluvio y traían allá ciertas imaginaciones, que como cosas tan antiguas no hay parar en ellas. 2. Sólo hacía al propósito saber que –lo que se puede averiguar y conjeturar por la cuenta de estos indios–, no debe de haber 350 o 400 años que estos incas no poseían ni señoreaban más de aquel valle del Cuzco y hasta Urcos, que son seis leguas y el valle de Yucay [y] Sacsahuana, que por cada parte no hay más de cinco leguas2. Y por los señores que ellos se acuerdan, como está hecha relación y por lo que vivió cada uno, en resolución su memoria no alcanza más de al tiempo sobredicho, a lo que se puede entender. Porque dado caso –como es así– que ellos tuvieron noticia del Diluvio y afirman que se destruyó todo el mundo por agua, en esta generalidad dura la memoria entre ellos y muy generalmente como cosa muy notoria. Y de lo demás no tienen noticia [f.37v] si no es por los señores que han tenido, de que se acuerdan por sus quipos y según lo que dicen haber vivido cada uno, no se puede extender el tiempo a cuatrocientos años, a lo más largo. 3. *Este mismo tiempo, poco más o menos, debe haber que ellos empezaron a señorear y conquistar en aquellas comarcas del Cuzco, y según parece por sus registros, algunas veces fueron desbaratados. Y aunque Andaguaylas está treinta3 leguas del Cuzco, que es la provincia de los Chancas, no lo sujetaron ni metieron debajo de su dominio hasta el tiempo de Pachacuti Inga Yupanqui, inca que fue el que los desbarató. Y de esta historia y suceso, 1 2 3

Tachado «a lo que se puede» (Tra.-ms.). «....» (Tra.-ms.). Añadido según (Rel.-ms.). Suprimida la repetición de «treinta».

Relación acerca del notable daño de no guardar a los indios sus fueros

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1. *EL origEn dE Los incas 1. *Primeramente se ha de presuponer que el linaje1 de estos incas, que fueron dos parcialidades, –que la una se llama Anancuzco y la otra Urincuzco, a lo que se puede averiguar porque de más no se halla memoria– eran naturales del valle del Cuzco. Y aunque algunos quieren decir que vinieron de otras partes a poblar allí. Pero de esto no hace mucho al caso, porque dicen que fue antes del Diluvio y traen allá ciertas imaginaciones, como cosa tan antigua no hay para qué parar en ello. 2. Sólo hace al propósito saber que –a lo que se puede averiguar y conjeturar por la cuenta de estos indios–, no debe de haber trescientos y cincuenta o cuatrocientos años que estos indios no poseían ni señoreaban más de aquel valle del Cuzco y hasta Hurcos, que son seis leguas y el valle de Yucay y Xaquixahuana, que por cada parte no hay más de cinco leguas. Y por los señores2 que ellos se acuerdan, como está hecha relación y por lo que vivió cada uno, en resolución su memoria no alcanza más de lo sobredicho, a lo que se puede entender. Porque dado caso –como es así– que ellos tuvieron noticia del Diluvio, afirman que se destruyó todo el mundo por agua. De esta generalidad dura la memoria entre ellos y muy generalmente como cosa muy notoria. Y de lo demás no tienen noticia si no es por los señores que han tenido, que se acuerdan por sus quipos de diez a doce señores y según lo que dicen haber vivido cada uno, no se puede extender el tiempo [f. 3v] a cuatrocientos años. 3. Este mismo tiempo, poco más o menos, debe de haber que ellos empezaron a señorear y conquistar en aquellas comarcas del Cuzco, y según parece por sus registros3, algunas veces fueron desbaratados. Y aunque Andaguaylas está treinta leguas del Cuzco, que es en la provincia de los Changas, no la sujetaron ni pusieron debajo de su dominio hasta el tiempo de Pachacuti Ynga Yupangui, que fue el que los desbarató. Y de esta victoria y suceso, que está hecha relación en el capítulo de los purunrunas –que fueron 1 2 3

«yngar» (Rel.-ms.). Seguimos al (Tra.-ms.). = incas gobernantes. = quipus.

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Tratado cerca del linaje de los incas y cómo conquistaron

está hecha relación en el capítulo de los pururunas, que fueron guacas que proce[dieron] y resultaron de aquella batalla, donde los Chancas fueron vencidos, que fue el fundamento de todas sus victorias. 4. Y por esotra parte del Cuzco, hacia el camino de Collasuyo, también hay memoria cuando los Canas y Canches1, que están aún más cerca, fueron con los incas a la guerra, pagados2 y no por vía de señorío –que fue en aquella misma batalla que venció Pachacuti Inga contra Uscovilca, señor de los Chancas. 5. Y también hay memoria abastante cuando señorearon por este mismo camino hasta la laguna de Villcanota3, que es adonde empieza el Collao y salen de aquella lagunilla dos poderosos ríos –que el uno vierte al mar del norte y el otro a la del sur– que fue adoratorio de estos naturales, y guaca señalada y universal. 6. Y mucho tiempo pasó que los incas no conquistaron más de hasta allí –digo mucho en tiempo de este Inca que venció los Chancas– y luego el sucesor empezó a conquistar por esta parte. Y así nunca estuvieron pacíficas aquellas provincias hasta el tiempo de Topa Inga, padre de Guayna Capac, y aun el mismo4 Guayna Capac tuvo por allí guerras [f. 38r] e hizo grandes castigos. 7. Y aunque en el registro de los incas muy por menudo hallamos memoria de todo, también cada provincia tiene sus registros de las victorias y guerras y castigos de su tierra. Si importara algo, pudiéramos muy bien colegir5 el tiempo que había que cada una estaba pacífica debajo de la sujeción del Inca. Pero esto no importa para lo que se pretende, pues basta tener averiguado que estos incas señorearon por violencia y guerra el tiempo que ha que empezaron su conquista; la que fueron partes para hacer. Porque no tuvieron contradicción universal, sino cada provincia defendía su tierra sin ayudalle otro ninguno, como eran behetrías. 1 Escrito originalmente «canchis» y repasada la «e» sobre la «i». 2 por amistad . (Relación-ms.). 3 Llama la atención el uso de la «ll» al final de sílaba, ya que no es un sonido que reconozca fácilmente quien no es quechua hablante. 4 «mis» (Tra.-ms.) 5 «elexir» (Tra.-ms.). Seguimos a (Relación-ms.).

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guancas1 que procedieron y resultaron de aquella batalla– porque los Changas fueron vencidos, que fue el fundamento de todas sus victorias. 4. Y por esa otra parte del Cuzco, hacia el camino de Collasuyo2, también hay memoria cuando los Canas y Canches, aún más cerca, fueron con los incas a la guerra, pagados por amistad y no por vía de señorío3 –que fue en aquella misma batalla que venció Pachacuti Ynga contra Uscovilca, señor de los Changas. 5. Que también4 hay memoria bastante cuándo señorearon por este mismo camino hasta la laguna de Vilcanota, que es adonde empieza el Collao5 y salen de aquella lagunilla dos poderosos ríos –que el uno vierte a la mano del norte y el otro a la del sur– que fue adoratorio de estos naturales, y guaca señalada universal. 6. Y mucho tiempo pasó que los incas no conquistaron más de hasta allí –digo mucho en el tiempo de este Inca que venció los Changas– y luego el sucesor empezó a conquistar por esta parte. Y aun nunca estuvieron pacíficas aquellas provincias hasta el tiempo de Tupa Inga Yupangui, padre de Guayna Capa, y aun el mismo Guayna Capa tuvo por allí guerras e hizo muy grandes castigos. 7. Y aunque en el registro de los incas muy por extenso hallamos memoria, también cada provincia tiene sus registros de las victorias, guerras y castigos de su tierra. Si importara algo, [f. 4r] pudiéramos muy bien colegir el tiempo que había que cada una estaba pacífica debajo de la sujeción del Inca. Pero esto no importa para lo que se pretende, pues basta tener averiguado que estos incas señorearon por violencia y guerra, y el tiempo que ha que empezaron su conquista; la cual fueron partes para hacer. Porque no tuvieron contradicción universal, sino cada provincia defendía su tierra sin ayudarle otro ninguno, como6 eran behetrías. 8. Y así, toda la dificultad que hubo fue en conquistar aquellas comarcas 1 2 3 4 5 6

«guacas» (Tra.-ms.). «collas suyo» (Rel.-ms., Lam.). Seguimos al (Tra.-ms.). = por ser aliados y no por ser vasallos. «no» (Rel.-ms.). Seguimos al (Tra.-ms.). «collado» (Rel.-ms., Lam.). Seguimos al (Tra.-ms.). = ya que.

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Tratado cerca del linaje de los incas y cómo conquistaron

8. Y así, toda la dificultad que hubo fue en conquistar aquellas comarcas del Cuzco, porque luego todos los conquistados iban con ellos y era siempre mucha más fuerza que los otros y mejor maña. Y así, pocas veces o1 ninguna, aunque no saliesen con sus intentos, fueron desbaratados del todo. Aunque algunas veces les mataron gente y tuvieron necesidad de reformarse y aún de dejar la guerra por un año. 9. Y ayúdales en gran manera, a mi parecer, que ninguna provincia los procuró inquietar a ellos en su tierra, sino que se contentaban con que los dejasen en la suya. Porque de esto no hay memoria en sus registros, ni en los de los otros. A lo cual, después que ellos tuvieron pacíficas sus comarcas, también les ayudaba tener la tierra fortísima. Porque por cuatro caminos que el Cuzco tiene a todo el reino, que salen de él, no hay ninguno que no tenga río que en ningún tiempo del año se vadea bien y sino por maravilla. Y la tierra es asperísima y fuerte. Y así no hay que dudar sino que en esto y en tener mejor maña y mayor entendimiento, hacen ventaja a todas las naciones del reino, hasta en los edificios y puentes y sementeras y orden [f. 38v] de traer sus aguas y repartirlas. 10. Aun antes que fuesen señores es sin comparación otra su policía y muy mejor orden en lo que toca a la vida humana que todos los demás. Porque si algo tienen los otros bueno, aún en el día de hoy, es lo que ellos les enseñaron. Y en el pelear tenían diferente orden y se acaudillaban mejor, y así no podían dejar de ser señores como lo empezasen –a la corta o a la larga– como lo fueron. Y esta industria no fue maravilla que con el uso de la guerra les fuese creciendo cada día y aventajándose de los otros.

2. [EL títuLo con quE conquistaron y sE hiciEron sEñorEs] 11. *El segundo presupuesto es que, dende que se determinaron a conquistar y que los otros les fuesen sujetos, buscaron título y color para conseguir lo que pretendían, que es cosa natural, y así lo han hecho –creo yo– que todos los del mundo por bárbaros que fuesen. De lo cual se podría hacer larga historia, si mi intento fuera no hacella cuan corta fuere posible, sólo para que 1

Añadido según (Rel.-ms.).

Relación acerca del notable daño de no guardar a los indios sus fueros

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del Cuzco, porque luego todos los conquistados iban con ellos y era siempre mucha más fuerza que los otros y mejor maña. Y así, pocas veces o ninguna, aunque no saliesen con sus intentos, fueron desbaratados del todo. Aunque algunas veces les mataron gente y tuvieron necesidad de reformarse y aún dejar la guerra por un año. 9. Y ayudoles en gran manera, a mi parecer, que ninguna provincia les pretendió inquietar ·1 a ellos en su tierra, sino que se contentaban con que los dejasen en la suya; porque de esto no hay memoria en sus registros ni en los de los otros. A2 lo cual, después que ellos tuvieron pacíficas sus comarcas, también les ayudaba tener la tierra fortísima. Porque por cuatro caminos que el Cuzco tiene a todo el reino, que salen de él, ninguno hay que no tenga río que en ningún tiempo del año se vadea bien sino es por maravilla. Y la tierra es asperísima y fuerte. Y así no hay que dudar sino que en esto y en tener mejor maña y mayor entendimiento, hacen ventaja a todas las naciones del reino, y hasta en los edificios y puentes y sementeras y orden de traer sus aguas y repartirlas. 10. Y aun antes que fuesen señores es sin comparación otra su policía y muy mejor orden en lo que toca a la vida humana que todos los demás. Porque si algo tienen los otros bueno, [f. 4v] y aún el día de hoy, es lo que ellos les enseñaron. Y en el pelear tenían diferente orden y se acaudillaban mejor, y así no podían dejar de ser señores como lo empezasen –a la corta o3 a la larga– como lo fueron. Y a esta industria no es maravilla que con el uso de la guerra les fuese creciendo cada el día y aventajándose de los otros.

2. *[EL títuLo con quE conquistaron y sE hiciEron sEñorEs] 11. *El segundo presupuesto es que dende que se determinaron a conquistar y que los otros les fuesen sujetos, buscaron título y color para conseguir lo que pretendían, que es cosa natural, y así lo han hecho –creo yo– todos los del mundo por bárbaros que fuesen. De lo cual se podría hacer larga historia, si mi intento fuera no hacerla cuan breve fuere posible, sólo para que 1 2 3

Suprimido «e». Seguimos al (Tra.-ms.). «de» (Rel.-ms.). Seguimos al (Tra.-ms.). «y» (Rel.-ms.). Seguimos al (Tra.-ms.).

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Tratado cerca del linaje de los incas y cómo conquistaron

se entiendan el fin y intento que se propuso al principio. 12. Y lo primero que estos incas propusieron, aunque no fue éste el título con que acabaron y el que les hizo señores, fue una imaginación que se les asentó o1 que ellos fingieron a los principios: Que después del Diluvio habían salido de una cueva que ellos llaman de Pacaritanbo, cinco leguas del Cuzco –donde está labrada antiquísimamente una ventana de cantería arrimada a un2 cerro que fue antiguo adoratorio suyo– siete personas, hombres y mujeres de los cuales se había multiplicado el mundo. En lo cual difieren, porque yo lo quise averiguar, y unos3 de ellos dicen que estos siete se salvaron4 en aquella cueva y otros que los crio nuevamente el Criador para que tornasen a multiplicar el mundo. 13. Finalmente, como quiera que sea, afirmaron que de ellos y su generación procedían todas las gentes y que les debían sujeción y servicio y que se le habían [f. 39r] de dar, y de lo cual resultaron en todas las provincias en cada una su adoratorio de la misma dedicación. Defendiéndose y no negando el Diluvio, dijeron que por esa razón no se les debía. Porque después de la perdición universal, en cada provincia había habido gente nueva de donde se tornó a multiplicar la que se había perdido, y sus viejos y hechiceros les señalaron de dónde. Y como los incas veneraban la cueva de Pacaritambo, también los otros hicieron veneración al lugar que señalaron para el efecto, aunque no con tanta orden y con sacrificios tan principales. Y así en cualquiera provincia que lo pregunten hallarán este adoratorio, cada uno con su imaginación contando el caso diferentemente. 14. Y así con este título anduvieron muchos años sin poderse señorear más de aquella comarca del Cuzco hasta el tiempo de Pachacuti Ynga Yupanqui, inga que como está hecha relación más copiosa en los capítulos de las opiniones y guacas que de ellos resultaron, habiendo sido desbaratado5 su padre de este Inca por los Chancas, y habiéndose retraído a un pucara y 1 2 3 4 5

«a» (Tra.-ms.). Seguimos a (Rel.-ms.). «con» (Tra.-ms.). Seguimos a (Rel.-ms.). «vno» (Tra.-ms.) Seguimos a (Rel.-ms.) «sanvaron» (Tra.-ms.). «desbaratados» (Tra.-ms.). Seguimos a (Rel.-ms.).

Relación acerca del notable daño de no guardar a los indios sus fueros

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se entiendan el fin e intento que se propuso al principio. 12. Y lo primero que estos incas propusieron –aunque no fue éste el título que acabaron y el que les hizo señores– fue una imaginación que se les asentó o que ellos fingieron a los principios: Que después del Diluvio habían salido de una cueva que ellos llaman de Pacaritambo1, cinco leguas del Cuzco –donde está labrada antiquísimamente una ventana de cantería arrimada a un cerro que fue antiguo adoratorio suyo– siete personas, hombres y2 mujeres de los cuales se había multiplicado todo el mundo. En lo cual difieren, porque yo lo quisiera averiguar, y unos de ellos dicen que estos siete se escaparon en aquella cueva y otros que los crio nuevamente el Criador para que tornasen a multiplicar el mundo. 13. Finalmente, como quiera que sea, afirmaron que de ellos y de su generación precedieron todas las gentes y que les debían sujeción y servicio y que se la habían de dar. De lo cual resultaron en todas las provincias en cada una [f. 5r] su adoratorio de la misma dedicación3. Defendiéndose y no negando el Diluvio, dijeron que por esta razón no se les debía4; porque después de la perdición5 universal, en cada provincia había habido gente nueva de6 donde se tornó a multiplicar lo que se había perdido, y sus viejos hechiceros les señalaron de dónde. Y como los incas veneraban la cueva de Pacaritanbo, también los otros hicieron veneración al lugar que señalaron para el efecto, aunque no con tanta orden y aun sacrificios tan principales. Y así en cualquier provincia que lo pregunte hallará este adoratorio, cada uno con su imaginación contando el caso diferentemente. 14. Y así con este título anduvieron muchos años sin poder señorear más de aquella comarca del Cuzco hasta el tiempo de7 Pachacute Ynga Yupangui. Que −como está hecha relación más copiosa en los capítulos de8 las opinio1 2 3 4 5 6 7 8

«Parcartambo» (Rel.-ms.). Añadido según (Tra.-ms.). «dericación» (Rel.-ms.). obediencia. «predicación» (Rel.-ms., Lam.). Seguimos al (Tra.-ms.). Añadido según (Tra.-ms.). Añadido según (Tra.-ms.). Añadido según (Tra.-ms.), «[que tratan de]» (Lam.)

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Tratado cerca del linaje de los incas y cómo conquistaron

fuerte donde estaba su gente, vino él al Cuzco. Y de la gente que huyó y de la que venía alquilada en socorro1 de su padre de los Canas y Canches y de otra que se juntó que había quedado en guarnición para la defensa del Cuzco, volvió sobre los Chancas. 15. Y antes que saliese del Cuzco le dijo su madre haber soñado que la razón de la victoria de los Chancas había sido que hacía en el Cuzco más veneración al Sol que al Pachayachachi, que era Criador universal, y que prometiese que de allí adelante se harían más sacrificios y más ordinarios a2 aquellas estatuas, y que fuese luego contra los Chancas y que él le daría la victoria y le enviaría del Cielo gente que le ayudase. Finalmente con este título fue y venció, y de allí quedó aquella imaginación de los pururaucas, de que se hizo relación, que fue una de las cosas más importantes que los incas [f. 39v] tuvieron para hacerse señores. 16. Y después siempre su título fue esto de la relación e3 inventar cada día más géneros de sacrificios y obligar a ellos a todos los que metían debajo de su dominio, y dar a entender que aquella ciudad del Cuzco era casa4 y morada de dioses. Y así no había en toda ella fuente ni paso5 ni pared que no dijesen que tenía misterio, como parece en6 la Manifestación de los Adoratorios de aquella ciudad y Carta, que de ellos manifestaron que pasan de cuatrocientos y tantos. 17. Todo esto duró hasta que vinieron los españoles, y hasta hoy se hace veneración a cada uno cuando no los ven. Y toda la tierra guarda y venera las guacas que los incas les dieron, y yo por sus mismos registros –para ensayar la Manifestación– saqué muchas que7 las provincias Chinchasuyo y Collasuyo8. Y porque ésta no es la materia que tenemos presupuesto9, basta 1 2 3 4 5 6 7 8 9

«....» (Tra.-ms.). Añadido «en socorro» según (Rel.-ms.). Añadido según (Rel.-ms.). «....» (Tra.-ms). Añadido «de la relación e» según (Rel.-ms.). «cosa» (Tra..-ms.). Seguimos a (Rel.-ms.). «poso» (Tra.-ms.). Seguimos a (Rel.-ms.). «an» (Rel.-ms.). También en (Rel-ms.). Es un error común a ambas versiones. «allasuyo» (Tra.-ms.). «prepuesto» (Tra.-ms.).

Relación acerca del notable daño de no guardar a los indios sus fueros

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nes y guacas que de ellas resultaron− habiendo sido desbaratado su padre de este Inca por los Changas, y habiéndose retraído a un pucara y fuerza donde estaba su gente, vino él al Cuzco. Y de la gente que huyó y de la que venía alquilada1 en socorro de su padre de los Canas y Canches y de otra que se juntó que había quedado de guarnición para la defensa del Cuzco, volvió sobre los Changas. 15. Y antes que saliese del Cuzco le dijo su madre haber soñado que la razón de la victoria de los Changas había sido que se hacía en el Cuzco más veneración al Sol que al Pachayachache, que era Criador universal y que prometiese que de ahí adelante se harían más sacrificios y más ordinarios a aquellas estatuas, y que fuese luego contra los Changas y que él le daría victoria y le enviaría del Cielo gente que le ayudase. Finalmente con2 este título fue y venció, y de allí quedó aquella imaginación de los pururaucas3, de que se hizo relación, que fue una de las más importantes que los incas tuvieron por hacerse señores. 16. Después siempre su título fue esto de la relación e inventar cada el día más géneros4 de sacrificios y5 obligar a6 ellos a todos los que metían debajo de su dominio, y dar a entender que aquella ciudad del Cuzco era casa y morada de dioses. Y así no había en toda ella fuente ni paso ni pared que no dijesen que tenía [f. 5v] misterio, como parece en la7 Manifestación de los Adoratorios de aquella ciudad y Carta, que de ellos manifestaron que pasaban de cuatrocientos y tantos. 17. Todo esto duró hasta que vinieron los españoles, y hasta hoy se hace veneración a cada uno cuando no los ven. Y toda la tierra guarda y venera las guacas que los incas les dieron. Y yo por sus mismos registros –para ensayar la Manifestación– saqué muchas que [había en]8 las provincias Chinchasuyo 1 2 3 4 5 6 7 8

= convocada. «en» (Rel.-ms.). Seguimos al (Tra.-ms.). «purvaraucas» (Rel.-ms.). «generoso» (Rel.-ms., Lam.). Seguimos al (Tra.-ms.). «o» (Rel.-ms.). Seguimos al (Tra.-ms.). Suprimido «a» (repetido) seguido de la tachadura: «todos». «cada» (Rel.-ms.). Seguimos al (Tra.-ms.). Insertado por sentido, también en (Lam.).

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esto cuanto a este artículo, solo necesario para entendimiento de los demás. [Nota comparativa: El intervalo de los párrafos iniciales (§1-39) debe proceder de un original común para ambas versiones (Tratado y Relación). Sus diferencias pueden explicarse por errores o lapsus de copistas, aun cuando nos queden dudas respecto al párrafo §2 donde las discrepancias son algo mayores.]

3. [cómo dividiEron Las tiErras dEspués dE La conquista] 18. *El tercer presupuesto es que después que se hicieron los incas señores de cada provincia, lo primero que hicieron fue reducir los indios a pueblos y mandarles que viviesen en comunidad, porque hasta entonces vivían muy divididos y apartados. Y que se contasen y dividiesen por parcialidades, y que con cada diez hubiese un mandón que trabajase con ellos; y de ciento, otro; y de mil, otro; y de diez mil, otro –que llamaron esta división de diez mil indios hunu1. Y sobre todos, un gobernador inca a quien todos obedecían y daba cuenta en cada un año de todo lo hecho en aquel distrito y sucedido, así lo que había muerto y nacido de hombres y ganados, y cogídose de sementeras y de todo lo demás por cuenta muy particular y menuda. 19. Y éstos salían en cada un año del Cuzco y volvían por febrero, a su cuenta, antes que se empezase la fiesta o Pascua del Laymi2 –que era la principal. Y todos los gobernadores traían consigo el [f. 40r] tributo de todo el reino que venía al Cuzco. La cual orden –aunque de suyo es buena y provechosa– pero para la pretensión de los incas y para tenerlos más sujetos era y fue importantísima, mayormente que ninguno de los que venían de todo el reino, por señor que fuese, dejaba de entrar cargado con alguna cosa, que le daba mucha autoridad y era solemnidad que nadie la quebrantaba. 4. [cómo Las bEnEficiaban Los indios y a cuya costa comían cuando bEnEficiaban EL tributo] 20. *El cuarto presupuesto3 es que allí adonde pobló los pueblos en todo 1 2 3

Añadido según (Rel.-ms.). «çayne» (Rel.-ms.), «....mi» (Tra.-ms.). «pusupuesto» (Tra.-ms.). Seguimos a (Rel.-ms.).

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y Collasuyo. Y1 porque ésta no es la materia que tenemos presupuesto, basta esto cuanto a este artículo para entendimiento de los demás.||

3. [*cómo dividiEron Las tiErras dEspués dE La conquista] 18. *El tercero capítulo presupuesto es2 que después que se hicieron los incas señores de cada provincia, lo primero que hicieron fue reducir los indios a pueblos y mandarles que viviesen en comunidad, porque hasta entonces vivían muy divididos y apartados. Y que se contasen y dividiesen por parcialidades, y que con cada diez hubiese un mandón y que trabajase con ellos, y de ciento otro, y de mil otro, y de diez mil otro –que llamaban esta división de diez mil indios hunu3. Y sobre todos, un gobernador inca a quien todos obedecían y daban cuenta cada un año de todo lo hecho en aquel distrito y sucedido –así de los que habían muerto y nacido, hombres y ganados, y cogídose de sementeras y de todo lo demás por cuenta y muy particular y menuda4. 19. Y éstos [gobernadores] salían en cada un año del Cuzco y volvían por febrero a su cuenta antes que se empezase la fiesta y Pascua del Layme5 –que era la principal. Y todos los gobernadores traían consigo el tributo de todo el reino que venía al Cuzco. La cual orden –aunque de suyo es buena y provechosa– pero para6 la pretensión de los incas y tenerlos más sujetos era y fue importantísima. Mayormente que ninguno de los que venían de todo el reino, por señor que fuese, dejaba de entrar cargado de alguna cosa, que le daba mucha autoridad y era solemnidad que nadie quebrantaba.|| 4. [*cómo Las bEnEficiaban Los indios y a cuya costa comían cuando bEnEficiaban EL tributo] 20. *El cuarto presupuesto. Que allí adonde pobló los pueblos en todo 1 2 3 4 5 6

Añadido según (Tra.-ms.). Añadido según (Tra.-ms.). «uno» (Rel.-ms.). Refiere a los quipus. «çayne» (Rel.-ms, Lam.), «mi» (Tra.-ms.). Añadido según (Tra.-ms.).

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Tratado cerca del linaje de los incas y cómo conquistaron

el reino, en cada uno dividió las tierras en esta forma: una parte de ellas aplicó para la religión dividiéndola entre el Sol y el Pachayachachi y el Trueno que llaman ellos Chuquilla y la Pachamama y los muertos1 y otras guacas y adoratorios universales y particulares del pueblo, que sería larga historia tratar de esto en particular. Porque los cargó tanto y obligó a sacrificios que aunque no tuvieran otra cosa en qué entender, no estuvieran muy desocupados. 21. Especialmente que en cada pueblo puso la misma orden del Cuzco y dividió por signos2 y rayas la comarca, e hizo adoratorios de diversas advocaciones todas las cosas que fueron notables de fuentes y manantiales y puquios y piedras y hondos y valles y cumbres que ellos llaman apachetas. Y puso a cada cosa su gente y les mostró la orden que habían de tener en sacrificar a cada una de ellas, y para qué efecto. Y puso quien se lo enseñase y en qué tiempos y con qué género de cosas. 22. Finalmente, aunque en ninguna parte fueron tantos los adoratorios como en el Cuzco, pero es la orden una misma. Y visto la Carta de las Guacas del Cuzco en cada pueblo por pequeño que sea la pintarán de aquella misma manera y amostrarán los çeques3 y guacas y adoratorios fijas. Que sabelle es negocio importantísimo para su conversión y yo la tengo ensayada en más de cien pueblos. 23. Y al señor obispo de los Charcas4 dudando él si aquello fuese tan universal, cuando vinimos juntos al ne- [f. 40v] gocio de la perpetuidad por mandado de Su Majestad– se la amostré en Pocona y los mismos indios le pintaron allí la misma Carta. Y en esto no hay duda porque se hallará, como digo, sin falta y por ser negocio general, se ha de tener en más haberse descubierto. 24. Y aunque la digresión ha sido algo larga tratándose materia de contribuciones y tributos, pero ha sido necesaria porque todas las tierras5 –que digo 1 2 3 4 5

«ministros» (Tra.-ms.). Seguimos a (Rel.-ms.). Se refiere a las momias. «çeques» (Rel.-ms.). A pesar de que creemos que es error no lo corregimos por ser inusual. «....» (Tra.-ms.). Seguimos a (Rel.-ms.). «chacas» (Tra.-ms.). Seguimos a (Rel.-ms.). «historias» (Tra.-ms.). Seguimos a (Rel.-ms.).

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el reino, en cada uno1 dividió2 las tierras en esta forma: Una parte de ellas aplicó para la religión dividiéndola entre el Sol y el Pachayachachi y el Trueno que ellos llaman Chucuylla [f. 6r] y la Pachamama y los muertos y otras guacas y adoratorios universales y particulares del pueblo, que sería larga historia tratar de esto en particular. Porque los cargó tanto y obligó a sacrificios que aunque no tuvieran3 otra cosa en qué entender, no estuvieran4 muy desocupados. 21. Especialmente en cada pueblo puso la misma orden5 y dividió por çeques y rayas la comarca, e hizo adoratorios de diversas advocaciones todas las cosas que parecían notables de fuentes y manantiales y puquios y piedras, hondos6 y valles, y cumbres que ellos llaman apachetas. Y puso a cada cosa su gente y les mostró la orden que habían de tener en sacrificar a7 cada una de ellas, y para qué efecto. Y puso quien se lo enseñase y en qué tiempo y con qué género de cosas. 22. Finalmente, aunque en ninguna parte fueron tantos los adoratorios como en el Cuzco, pero es la orden una misma. Y vista la Carta de los Guacas del Cuzco en cada pueblo por pequeño que sea la pintarán de aquella misma manera y mostrarán los çeques y guacas y adoratorios fijos8. Que ·9 saberlo es negocio importantísimo para su conversión, que yo la tengo ensayada en más de cien pueblos. 23. Y al señor obispo de los Charcas, dudando él si aquello fuese tan universal, cuando vinimos juntos al negocio de la perpetuidad [de las encomiendas] por mandado de Su Majestad– se lo mostré en Pocona y los mismos indios le pintaron allí la misma Carta. Y en esto no hay duda porque se hallará como digo sin falta y por ser negocio general se ha de tener en más 1 2 3 4 5 6 7 8 9

Cabe la posibilidad de hunu. «dividido» (Rel.-ms.). Seguimos al (Tra.-ms.). «tuviera» (Rel.-ms.). Seguimos al (Tra.-ms.). «estuviera» (Rel.-ms.). Seguimos al (Tra.-ms.). del Cuzco. (Tra.-ms.). «hondas» (Rel.-ms.). Seguimos al (Tra.-ms.). Añadido según (Tra.-ms.). «suyos» (Lam.). Suprimido «para». Seguimos al (Tra.-ms.).

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Tratado cerca del linaje de los incas y cómo conquistaron

se aplicaron para esto– fue una gran parte del tributo que daban el sembrarlas y cogerlas y poner lo que se cogía en los depósitos que para esto estaban hechos, parte de lo cual se gastaba en los sacrificios que1 el mismo pueblo y lo2 más se llevaban al Cuzco para ·3 el mismo efecto, de todas partes. Porque los que allá se hacían y gastaban4 en esto, traído de todo el reino, era grandísima cantidad. Porque allí tenían las casas5 principales de todos los dioses y gente mucha en cada una que no entendía en otra cosa. 25. Y todos los días se sacrificaba a cada uno en la6 Plaza y en los cerros, que cierto, ver en esto la Manifestación General, no creo yo que se halla de ningún señorío de gente de las que tenemos noticia que tanto ni con tantas ceremonias gastase en sacrificios y que tanta parte de tierras se aplicase en cada pueblo para este efecto. Digo, si fuese tercia o cuarta, menos o más, no se puede averiguar, porque no fue igualmente en todas partes, sino conforme a la disposición de la tierra y gente. 26. Mayormente que hay gran cantidad de pueblos que todos y lo que se cogía era del Sol y se llamaban suyos como eran Harapa y otros, y en estos7 era la mayor parte (y en otros no tanto) porque eran del Inca. Pero como quiera que sea, esta parte era muy grande y aún según afirman la que se beneficiaba primero que las otras. De la cual había gente que tenía cuidado, y depósitos para ello, [f. 41r] y muy gran recaudo y cuenta con ellos. 27. Y registros el día de hoy de todo lo que se llevó y gastó y personas que los entienden. Sino que es tan gran prolijidad tratar de ello que no creo que se pudiera acabar. Porque si en ello fuera mucho, por las cuentas pudiéramos averiguar la cantidad de las tierras que para esto se aplicaban en cada parte. Pero no importa mucho ni fue8 igualmente, y por eso se dejó. 28. *Otra parte de las tierras aplicó el Inca para sí, señaladamente, las 1 «en» (Rel.-ms.). 2 «los» (Tra.-ms.). 3 Suprimido «en» según (Rel.-ms.) 4 «estaban» (Rel.-ms., Lam.). Pero no seguimos a (Rel.-ms.). 5 «caxas» (Tra.-ms.). Seguimos a (Rel.-ms.). 6 Suprimida la repetición «en la». 7 tales. (Rel.-ms.). 8 Añadido según (Rel.-ms.).

Relación acerca del notable daño de no guardar a los indios sus fueros

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haberse descubierto. 24. Y aunque la digresión ha sido algo larga tratándose materia de contribuciones y tributos, pero ha sido necesaria porque todas las tierras –que digo que se aplicaron para esto– fue una gran parte del tributo que daban el sembrarlas y cogerlas y poner lo que se cogía en los depósitos que para esto estaban hechos, parte de lo cual se gastaba en sacrificios en el mismo pueblo y lo más se llevaba al Cuzco para el mismo efecto [f. 6v] de todas partes. Porque los que allá hacían y gastaban1 en esto, traído de todo el reino, era en grandísima cantidad. Porque allí tenían las casas principales de todos los dioses y gente mucha en cada una que no entendían en otra cosa. 25. Y cada día se2 sacrificaba a3 cada uno en la Plaza y en los cerros, que cierto, ver en esto la Manifestación General, no creo yo que se halla en ningún género de gente de la que tenemos noticia que tanto ni con tantas ceremonias gastasen en sacrificios y que tanta parte de tierras se aplicasen en cada pueblo para este efecto. Digo, si fuese tercia o cuarta, menos o más, no se puede averiguar, porque no fue igualmente en todas las partes, sino conforme a la disposición de la tierra y gente. 26. Mayormente que hay gran cantidad de pueblos que todo4 lo que se cogía era del Sol y se llaman suyos propios como Arapa, y en estos tales era la mayor parte (y en otros no tanto) porque eran del Inca. Pero como quiera que sea, esta parte era muy grande y aún según afirman la que se beneficiaba5 primero que las otras. De la cual había gente que tenía cuidado, y depósitos para ello, y muy gran recaudo y cuenta con ello. 27. Y hay registros el día de hoy de todo lo que se llevó y gastó y personas que los entienden. Sino que es tan gran prolijidad tratar de ello que no creo que se pudiera acabar. Porque si en ello fuera mucho6, por las cuentas pudiéramos averiguar la cantidad de las tierras que para esto se aplica en cada parte. Pero no importa mucho ni fue igualmente, y por eso se dejó. 1 2 3 4 5 6

«estaban» (Rel.-ms). Seguimos al (Tra.-ms.) añadiendo la «y» antes. Añadido siguiendo al (Tra.-ms.). Idem. «todos» (Rel.-ms.) corregimos sustentados en (Tra.-ms). = cultivaba. = si fuera importante.

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cuales asimismo sembraban y cogían y ponían en sus depósitos y se la llevaban al Cuzco al tiempo sobredicho, conforme a la necesidad que había. Digo esto porque no era siempre de una manera –porque presupuesto que el Inca daba de comer –a1 todas sus guarniciones y servicio y parientes y señores que consigo tenía– de estos tributos y comida que de todo el reino se traía al Cuzco, si tenía guarniciones o guerra, la comida de unas partes se pasaba a otras, allende del gasto ordinario, en lo cual se tenía tanta orden que nunca faltaba. Y unas veces se llevaba de los depósitos de la sierra2 a los llanos, y otras al contrario. Finalmente conforme a la necesidad, con tanta orden y presteza que no3 se podría mas encarecer, porque iba de mano en mano adonde era necesaria. 29. Y así cuando no era menester se estaba en los depósitos y había algunas veces comida de diez años. Y así esta parte del Inca no hay duda sino que –de todas tres– era la mayor, y en los depósitos se parece bien, que yo visité muchos en diferentes partes y son mayores y más largos y que los de su religión sin comparación. Este era otro género de tributo grande y en mucha cantidad, y estas tierras se sembraban luego en acabando las sobredichas, y así en el beneficio de sembrar4 y coger se llevaba la misma orden. 30. Sólo es bien que se entienda una cosa conveniente a la materia, que cuando iban al beneficio así a sembrar como a las demás necesidades hasta encerrar la comida en los depósitos, comía y bebían a costa del Inca y del Sol. Y este beneficio no se hacía por parcialidades ni se contaba la gente que a ello había de ir, sino que todo el pueblo, como se hallaban presentes salían a ello, sin salir viejo ni enfermo, [f. 41v] sino la gente de trabajo vestidos cada uno con lo que mejor tenía y cantando cantares apropiados a la materia sin permitirse otra cosa. 31. De manera que en estos dos géneros de tributos se ha de notar, porque así se manifestó, dos cosas que me parecieron dignas de memoria: la una, que viejos ni enfermos ni mujeres viudas no acudían a este trabajo; la otra, que 1 2 3 4

Añadido según (Rel.-ms.). «tierra» (Tra.-ms.). Seguimos a (Rel.-ms.). Añadido según (Rel.-ms.). «deservar» (Tra.-ms.). Seguimos a (Rel.-ms.).

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28. Otra parte de las tierras aplicó el Inca para sí, señaladamente, lo cual asimismo sembraban y cogían y ponían en sus depósitos y se la llevaban al Cuzco al tiempo sobredicho, conforme a la necesidad que había. Digo esto porque no era siempre de una manera: Que presupuesto que el Inca daba de comer –a todas sus guarniciones y servicios y parientes y señores que consigo tenía– de estos tributos y comida que de todo el reino se traía [f. 7r] al Cuzco, si tenía guarniciones o guerras, la comida de unas partes se pasaba a otras, allende del gasto ordinario, en lo cual se tenía tanta orden que nunca faltaba. Unas veces se llevaba de los depósitos de la sierra a los llanos, otras al contrario. Finalmente conforme a la necesidad, con tanta orden y presteza que no se podría mas encarecer, porque iba de mano en mano donde era necesaria. 29. Y así cuando no era menester se estaba en los depósitos y había algunas veces comida de diez años. Y así esta parte del Inca no hay duda sino que –de todas tres– era la mayor, y en los depósitos se parece bien: que yo visité muchos en diferentes partes y son mayores y más largos, que no los de su religión, sin comparación. Este1 era otro género de tributo grande y en mucha cantidad, y estas tierras se sembraban luego en acabando las sobredichas, y así en el beneficio de sembrar y coger llevaba la misma orden. 30. Sólo es bien que se entienda una cosa conveniente a la materia, que cuando iban al beneficio así al sembrar como a las demás necesidades hasta encerrar la comida en los depósitos, comían y bebían a costa del Inca y del Sol. Y este beneficio2 no se hacía por parcialidades ni se contaba la gente que a ello había de ir, sino que todo el pueblo, como se hallaban presentes, salían a ello, sin salir viejo ni enfermo, sino la gente de trabajo vestidos cada uno con lo mejor que tenían y cantando cantares apropiados a la materia sin permitirse otra cosa. 31. De manera que estos dos géneros de tributos se ha de notar, porque así se manifestó, dos cosas que me parecieron dignas de memoria: la una, que viejos ni enfermos ni mujeres viudas no acudían a este trabajo; la otra, 1 2

de la religión. = trabajo.

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aunque de estas tierras señaladas y aplicadas para ello se cogiese lo que se daba, las tierras fueron de los indios propias y de sus antepasados y de sus mismos pueblos. 32. De donde se entenderá una cosa –mal entendida hasta agora– y es que cuando alguno quiere pedir tierras, la información que hace, y se tiene por bastante, es probar que fueron del Inca o del Sol; en lo cual, estos indios reciben y han recibido agravio y notoria sinjusticia. Porque supuesto1 que pagan el tributo de ellas, y eran suyas, si agora en nuestro tiempo se tasó de otra manera –porque así pareció conveniente– claro está que serán dos tributos: el uno, quitarles las tierras y el otro, el que agora mandan dar.

4.1. [a quién pErtEnEcE Lo quE EL inca apLicó para sí y para Las guacas y adoratorios] 33. Pero si alguno quisiese hacer fundamento –como le hacen–, en decir que «el Inca las podía aplicar para sí», por esa misma razón es mayor el agravio y sinjusticia. Porque si es derecho realengo, sucede en él Su Majestad y estas encomiendas que hace temporales por vida o vidas –como a él le parece–, claro está que no es su intento –ni es justo que lo sea– encomendar la hacienda de los indios, sino lo que a él le pertenece. Y que el tributo y tasa ha de ser de aquello mismo que el Inca lo llevaba como Rey y Señor, y no de lo concejil ni propio. 34. De lo cual sucedió un engaño notable, y fue que a2 Su Majestad le informaron que todas las chácaras de coca fueron del Inca –y dijeron verdad– y que por este mismo caso le pertenecían, –y no fue mala consecuencia– y así se despachó cédulas sobre ello y trató el [f. 42r] fiscal el negocio; y después, concluso el pleito, que era de gran importancia, se acabó con un solo fundamento: que por el mismo caso que fueron del Inca –y son de Su Majestad–, las pudo encomendar como lo tiene hecho. Y cumplido el tiempo las podrá tomar para sí –si quisiere– o tornarlas a encomendar (como puede hacer las

1 2

«presupuesto» (Rel.-ms.). «querer» (Tra.-ms.). Sustituido por «que a» siguiendo a (Rel.-ms.).

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que aunque [f. 7v] de estas tierras señaladas y aplicadas para ello se cogiese lo que se daba, las tierras fueron de los indios propias y de sus antepasados y de sus mismos pueblos. 32. De donde se entenderá una cosa –mal entendida hasta ahora– y es que cuando alguno1 quiere pedir tierras, la información que hace, y se tiene por bastante para dárselas es probar que fueron del Inca o del Sol; en lo cual, estos indios reciben y han recibido agravio y notoria sinjusticia. Porque presupuesto que pagaban el tributo de ellas, y eran suyas, si ahora en nuestro tiempo se tasó de otra manera –porque así pareció conveniente– claro está que serán dos tributos: el uno, quitarles las tierras y el otro, el que ahora les mandan dar.

4.1. [*a quién pErtEnEcE Lo quE EL inca apLicó para sí y para Las guacas y adoratorios] 33. *Pero si alguno quisiere hacer fundamento –como le hacen–, en decir que «el Inca las pudo aplicar para sí», por esa misma razón es mayor el agravio y sinjusticia. Porque si es derecho realengo sucede en él Su Majestad y estas encomiendas que hace temporales por vida o vidas –como a él le parece–, claro está que no es su intento –ni es justo que lo sea– en encomendar la hacienda de los indios, sino lo que a él le pertenece. Y que el tributo que tasa ha de ser de aquello mismo que el Inca llevaba como Rey y Señor, y no de lo concejil ni propio. 34. De lo cual sucedió un engaño notable, y fue que a Su Majestad le informaron que todas las chácaras de coca eran del Inca, y dijeron verdad. Y por este mismo caso le pertenecían, y no fue mala la consecuencia. Y así se despachó cédula sobre ello y trató el fiscal el negocio, y después, concluso el tiempo que era de grande importancia, hase acabado con solo un fundamento: que por el mismo caso que fueron del Inca –y son de Su Majestad–, las pudo encomendar como lo tiene hecho. Y cumplido el tiempo las podía [f. 8r] tomar para sí –si quisiere– o tornarlas a encomendar (como puede hacer

1

Se refiere a algún español.

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alcabalas de Valladolid, que tiene dados1 juros2 de por vida). 35. Y es lo bueno que el fiscal trabajó todo lo que pudo en probar que fuesen estas chácaras del Inca; y los encomenderos, que no habían sido sino de los indios. De manera que cada uno probaba lo que no le convenía por no entender el negocio: este fue3 otro género de tributo que daban al Inca. 36. Porque en efecto, todas las chácaras de coca en todos los Andes tomó para sí, excepto algunos pedazuelos de caciques y camayos, que en todas las partes les dio, pero lo principal, todo se llevaba al Cuzco. Y no se ha de entender que era tanta como hay agora ni de cincuenta partes la una, que también en esto se engañaron los del aviso, como en el Tratadillo de la Coca particularmente se hizo relación.

4.2. [cómo dividió y sE posEyEron Los ganados y La ordEn quE puso En EL bEnEficio y consErvación y gasto dE ELLos] 37. *Lo mismo hizo el Inga de todos los ganados de la tierra mansos, lo cual así mismo aplicó para sí y para la religión dejándolo en la misma tierra donde lo halló, salvo que lo contó y dejó proveído que no se le llevase hembra en el tributo. Y lo que se llevaba y tributaba de esto era por la orden que se tratará en la relación de las distribuciones adelante. 38. Y dividió los pastos y cazaderos, no para hacello concejil sino para que ninguna provincia pasase con el ganado a la otra ni a cazar (cuando se les daba licencia), sino que cada una tuviese su distrito limitado. 39. Que también por este presupuesto4 han querido algunos tomarles el ganado diciendo que era del Sol o del Inca. Y aún antes que hubiese justicia, como agora, salieron con ello [f. 42v] y les tomaron gran suma. Y cierto, bien claro estaba que si Su Majestad tasaba el tributo y ganado que no quería que le diesen de lo que los indios tuvieron por suyo y gozaban como tal, sino de lo que a él pertenecía y de lo que ellos daban al Inca y su religión. 40. Y después que yo entendí bien el negocio, condené ásperamente [a] 1 2 3 4

«de dos» ha sido corregido a «dados» en (Tra.-ms.). «uros» (Tra.-ms.). Añadido según (Rel.-ms.). «pussupuesto» (Tra.-ms.). Seguimos a (Rel.-ms.).

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las alcabalas de Valladolid1, en que tiene dados juros de por vida). 35. Y es lo «bueno» que el fiscal trabajó todo lo que pudo en probar que fuesen estas chácaras del Inca; y los encomenderos, que no habían sido sino2 de los indios3. De manera que finalmente cada uno probaba lo que no le convenía, por no entender el negocio: este fue otro género de tributo que daban al Inca. 36. Porque en efecto todas las chácaras de coca en todos los Andes4 tomó para sí, excepto algunos pedazuelos de caciques y camayos, que en todas las partes les dio, pero lo principal, todo se llevaba al Cuzco. Y no se ha de entender que era tanto como hay ahora ni de cincuenta partes la una que también en esto se engañaron los del aviso, como en el Tratadillo de la Coca particularmente hase5 relación.

4.2. *[cómo dividió y sE posEyEron Los ganados y La ordEn quE puso En EL bEnEficio y consErvación y gasto dE ELLos] 37. *Lo mismo hizo el Inca de todos los ganados de la tierra mansos, lo cual así mismo aplicó para sí y para la religión dejándolo en la misma tierra donde lo halló, salvo que lo contó y dejó proveído que no se le llevase hembras en el tributo. Y lo que se llevaba y tributaba de esto era por la orden que se tratará en la relación de las distribuciones adelante. 38. Dividió los pastos y cazaderos, no para hacerlo concejil sino para que ninguna provincia pasase con el ganado a la otra ni a cazar (cuando se les daba licencia), sino que cada uno tuviese su distrito limitado. 39. Que también por este presupuesto han querido algunos tomarles el ganado diciendo que fuese del Sol o del Inca. Y aún antes que hubiese justicia, como ahora, salieron con ello y les tomaron gran suma. Y cierto, bien 1 «Val. jo» (Rel.-ms.), «Vallejo» (Lam.). En Polo 2003: 168, también se usa «Val» por Valladolid. 2 Añadido según (Tra.-ms.). 3 Se entiende que los encomenderos usufructuan de hecho de las chacras de coca las cuales les han sido encomendadas por el Rey. Sin embargo les interesa probar que antiguamente fueron de los indios, no para devolvérselas, sino para poder quedárselas para siempre; ya que en tal caso la Corona no tendría derecho sobre dichas chacras. 4 «anteres» (Rel.-ms.). Seguimos al (Tra.-ms.). 5 = se ha hecho.

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algunos que traían cantidad de los Aymaraes y de otras partes con este título e informada la Audiencia [no] se permitió1. Porque si Su Majestad sucedió en ello parece que basta por fundamento para que no sea mostrenco o en nullivo bonis como ellos quieren fundar. 41. Verdad es que dado caso que este ganado manso aplicó en la forma sobredicha, no fue todos. Porque alguna parte –aunque pequeña– dejó al pueblo y alguna dio a los caciques y después hizo mercedes a personas que le sirvieron, en poca cantidad, prohibiéndoles también el matar hembras. 42. Y lo que hay2 cedido de estos hatos y criádose se conoce muy bien, porque lo de su religión y del Inca llámanse3 capac llama y esotros guaccha llama4, que quiere decir «hatos pobres» y «hatos ricos». 43. Y en todo lo que dio −como quiera que fuese− prohibió la división. Y así, hoy en día, se posee en común por todos los sucesores, y así se goza sin que en esto haya falencia, como se dirá5 abajo en la división de las tierras que hizo para el pueblo –que fue lo concejil, de lo cual se entenderá algunas cosas provechosas.|| 44. En esto de los ganados hicieron muchas constituciones en diferentes tiempos y algunas tan útiles y provechosas para su conservación, que convendría6 mucho hacerlas guardar agora. [Nota comparativa: Para el intervalo que va desde §39 hasta el §73 hay diferencias entre las dos versiones (Tratado y Relación) que parecen corresponder a fuentes distintas, es decir originales distintos en los que están fundadas. La tónica de las modificaciones lleva a pensar que Tratado es una primera versión y Relacion es posterior. En Relación se añaden detalles que especifican información, la ajustan (moderando algunas expresiones). Por ejemplo en §40 se añade la referencia a Chumbivilcas y en §44 modera la afirmación de «hicieron» a «pareció haber hecho».]

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«permito» (Tra.-ms.). «alli» (Tra.-ms.). «llamense» (Tra.-ms.). «capay» y «guaychay» (Tra.-ms.). «diera» (Tra.-ms.). Seguimos a (Rel.-ms.). En la versión de (Lam.) se ha añadido «que también» (nota 49).

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claro estaba que si Su Majestad –cuando el Presidente Gasca en su nombre tasó la tierra o la mandó tasar– si mandaba dar tributo de ganado, que no era su voluntad que le diesen de lo que los indios tuvieron por suyo y gozaban [f. 8v] como tal, sino de lo que a él1 le pertenecía y de lo que ellos daban al Inca y a su religión. 40. Y después que yo entendí bien el negocio, condené ásperamente a algunos que lo tenían casi por oficio y con este título habían tomado cantidad de las provincias de los Aymaraes y Chumbivilcas2. E informada el Audiencia entonces, y después los visorreyes, nunca más se ha permitido. Porque si Su Majestad sucedió en ello parece que basta por fundamento para que no sea mostrenco o en nullius bonis como algunos quisieron fundar. 41. *Verdad es que dado caso que este ganado manso aplicó en la forma sobredicha, no fue todo. Porque alguna parte –aunque pequeña– dejó al pueblo y alguna dio a los principales y después hizo mercedes a las personas que le sirvieron, en poca cantidad, prohibiéndoles así mismo el matar hembras. 42. Y lo que se ha criado de estos hatos y procedido de ellos se conoce muy bien, porque lo de su religión y del Inca llamábanlo capac llama3 y los demás hatos guaccha llama4, que quiere decir ‘hatos pobres’ y ‘hatos ricos’. 43. Y en todo lo que dio como quiera que fuese, prohibió la división [a la muerte del dueño]. Y así, hoy en día, se posee en común por todos los sucesores, y así se goza sin que en esto haya falencia, como se dirá abajo en la división de las tierras que hizo para el pueblo –que fue lo concejil. De lo cual se entenderá algunas cosas provechosas. 44. *En esto de los ganados pareció haber hecho muchas constituciones5 en diferentes tiempos y algunas tan útiles y provechosas para su conservación, que convendría que también guardasen ahora. 45. Porque entendida la manera de la población de estos naturales en la mayor parte del reino –porque así se puede decir–, [el ganado] es toda su sus1 2 3 4 5

= a Su Majestad (por derecho de conquista). «chunvilvicas» (Rel.-ms.). «capar» (Rel.-ms., Lam.). También añadimos «llama». Seguimos a (Respuestas-ms.). «guacha lluna» (Rel.-ms., Lam.[sic]). Seguimos a (Respuestas-ms.). = leyes.

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45. Porque entendida la manera1 de la población de estos naturales en la mayor parte del reino –que así se puede decir–, es toda sustancia y mediante lo cual viven y se conservan. Y aún es esto en tanto grado, que como no se cría2 bien ni multiplica en tierras [f. 43r] calientes sino frigidísimas, en estas mismas están poblados los indios que los poseen. Como en todo el Collao y a los lados,3 como hacia Arequipa hasta la costa, como en todos los Carangas, Aullagas y Quillacas4 y Collaguas y todas aquellas comarcas. Toda la cual tierra, si bien la han considerado los que la han visto, si no fuese por el ganado la podrían juzgar por inhabitable. 46. Porque aunque en ellas se cogen papas y quinua y ocas, es cosa ordinaria en cinco años ser los tres estériles y generalmente no se da otro género de comida sustancial5 y vivirían pobrísimos y les sería forzoso despoblarla. Y con el ganado son más ricos y tienen su tierra más proveída y comen de ordinario y visten mejor y más abundantemente que los que habitan en tierra fértil. Y viven más sanos y están más multiplicados los pueblos y más enteros que los otros, y aún de la misma comida que los de tierra caliente cogen: les falta más ordinario que a estotros, porque se la llevan casi toda al tiempo de la cosecha con el ganado y rescate de lana y cosas que della llevan hechas. Y con esto, cargan de maíz y ají y otras legumbres lo cual llevan a sus tierras con poco trabajo aunque sea lejos y gastan con orden. Y los demás con poca consideración dánselo, y beben presto lo que les queda y es cosa ordinaria vivir pobres y enfermos. Y con el abundancia6 de ella cuando les falta hállanse7 más fuera de su tierra8 y ninguno residiendo siempre en ellas: como no trate, [no] puede dejar de estar pobres. Y el trato en esta tierra no se puede hacer sin el ganado. 47. Y esta es la razón por que en las tasas dan y pueden dar y dan más y 1 2 3 4 5 6 7 8

«memoria» (Tra.-ms.). Seguimos a (Rel.-ms.). «seria» (Tra.-ms.). Sustituido por «se cría» siguiendo a (Rel.-ms.). = el lado Orcosuyo (cordillera occidental) y el lado Omasuyo (cordillera oriental). «quilluas» (Tra.-ms.). «sustancias» (Tra.-ms.). Seguimos a (Rel.-ms.). o esperanza (Rel.-ms.). «o vanse» (Tra.-ms.). Seguimos a (Rel.-ms.). «destierra» (Tra.-ms.) sustituido por «de su tierra» siguiendo a (Rel.-ms.).

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tancia y mediante lo cual viven y se conservan. Y aún es esto en tanto grado, que como no se cría bien ni multiplica en tierras calientes ni aún templadas sino frigidísimas, en estas mismas están poblados los indios que los poseen. Como en todo el Collao1 y a los lados hacia la ciudad [f. 9r] de Ariquipa hacia la costa, como en todos los Carangas, Aullagas, y Quillacas, y Collaguas y todas aquellas comarcas, casi la mayor parte de las provincias del Cuzco. Toda la cual tierra, si bien la han considerado los que la han visto, si no fuese por el ganado la podrían juzgar por inhabitable. 46. Porque aunque alguna de ella se cogen papas y quinoa, es cosa ordinaria en cinco años2 ser los tres estériles y aún la poca sustancia de la tierra se conoce bien: en que no se puede coger fruto en ninguna parte en siete años o en seis, por lo menos después que una vez se siembra. Finalmente no se da otro género de comida sustancial y vivirían pobrísimos y les sería forzado3 despoblarla, y con el ganado son más ricos y tienen su tierra más proveída y comen de ordinario y visten mejor y más abundantemente que los que habitan en tierras fértiles. Y viven más sanos y están más multiplicados los pueblos y más enteros que los otros, y aún de la misma comida que los de tierra caliente cogen. [Esa comida] les falta más ordinario [a los de la tierra caliente] que a estos otros, porque se la rescatan casi toda al tiempo de la cosecha con el ganado y rescates de lana y cosas que de ella llevan hecha. Y con esto, cargan de maíz y ají y otras legumbres lo cual llevan a su tierra con poco trabajo, aunque sea lejos y gástanlo con orden. Y los demás [de tierra caliente] con poca consideración dánselo, y beben presto lo que les queda y es cosa ordinaria vivir pobres y enfermos. Y con la abundancia (o4 esperanza de ella5 cuando les falta), hállanse más6 fuera de sus tierras, y ninguno residiendo siempre en ellas: como no trate7, [no] pueden dejar de estar pobres. Y el trato en esta tierra no se puede hacer sin el ganado. 1 2 3 4 5 6 7

«collado» (Rel.-ms.). Añadido «en cinco años» según (Tra.-ms.). «forçada» (Tra.-ms., Lam.). Suprimida también la tachadura: pob. «y» (Rel.-ms.). = afán de conseguirla (la abundancia). «mal» (Lam.). = intercambie, negocie.

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más descansadamente cien indios de tierra estéril, aunque estén lejos de las minas, que doscientos de tierra fértil, aunque estén cerca. Y aún1 dende que nacen, con la obligación de ir por lo que han de comer son para más y hacen más hacienda uno de aquellos que dos de los otros. 48. Mayormente que traen su ganado a Potosí, y diez indios con ello ganan más en un mes que [de los] otros diez en un año, y más descansadamente. Y aún tornan el ganado mejorado, [f. 43v] porque andan con ello por tierra aparejada2 para conservarse, al trato del carbón que es el más provechoso3 de las minas.|| [Nota comparativa: Polo va modificando las proporciones respecto a la productividad de los indios, según procedencia (puna y valle) en conseguir plata: indios de tierra estéril 100 100 10 10

Ventaja de los indios de tierra estéril respecto a los de tierra fértil según versión en 1 mes / 1 año indios en 1 mes / 1 año con/sin ganan cerca/lejos de tierra cerca/lejos llamas más de la mina fértil de la mina lejos de la mina sin que 200 cerca de la mina lejos de la mina sin que 150 cerca de la mina en un mes con que 10 en un año en un mes con que 20 en un año

versión Tratado Relación Tratado Relación

4.3. [provisionEs para La consErvación dEL ganado] 49. *Tenían proveído que de este ganado de la comunidad ni de todo lo demás no se matasen hembras. Y así multiplicó en gran manera porque tampoco se mataba de lo del Inca ni de su religión y porque menos se gastaban en los sacrificios en ninguna manera. Y aun que el ganado bravo, cuando lo tomaban en chacos, tampoco lo mataban [hembras] porque no se hacían sin licencia, y cada uno en su comarca. Y era4 gran remedio de la gente pobre y –considerado que la tierra donde anda ni es para otra cosa ni puede hacer mal a sementeras– ha sido gran descuido no conservar5 la costumbre y prohibir 1 2 3 4 5

«un» (Tra.-ms.). Seguimos a (Rel.-ms.). «y parejada» (Tra.-ms.). Seguimos a (Rel.-ms.). «provechosos» (Lam. en nota 62). «será» (Tra.-ms.). «comprovar» (Tra.-ms.). Seguimos a (Rel.-ms.).

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47. Y esta es la razón porque en1 las tasas dan y pueden dar más, con menos [f. 9v] trabajo, cien indios de tierra estéril, aunque estén lejos de las minas, que ciento y cincuenta de tierra fértil, aunque estén cerca. Y aún dende2 que nacen, con la necesidad y obligación de ir por lo que han de comer fuera de sus tierras, son para más y hacen más hacienda en los tratos y granjerías uno de aquellos que dos de los otros. 48. Mayormente que trayendo su ganado a Potosí, y diez indios con cien carneros ganan más en un mes que veinte de los otros con sus personas en un año, y más descansadamente. Y aún tornan su ganado mejorado, porque andan con ello por tierra aparejada para conservarlo; al trato del carbón que es lo más provechoso de las minas. Que es una de las consideraciones más importantes que conviene tener para las tasas, y que más podrían dañar si el negocio se tomase generalmente3.

4.3. [provisionEs para La consErvación dEL ganado] 49. *Tenían proveído que de este ganado de la comunidad ni de todo lo demás no se matasen hembras. Y así se multiplicó en gran manera porque tampoco se mataba de lo del Inca ni de lo de su religión, porque menos se gastaban en los sacrificios en ninguna manera. Y aun el ganado bravo, cuando lo tomaban en chacos, solamente se mataban los machos y no se hacía sin licencia, y4 cada uno en su comarca. Y esto era gran remedio de la gente pobre y –considerado que en la tierra adonde andan ni es para otra cosa ni pueden hacer mal a sementeras– ha sido gran descuido no conservar la costumbre y prohibir los chacos con tanta exorbitancia como los hacen, que se vayan acabando. Y aún tendría remedio si ahora se diese en ello orden. 50. *A cualquiera res mansa que daba carache, que es la enfermedad de que se ha perdido mucho en nuestros tiempos –considerando que es enfermedad contagiosa– tenían proveído que no se comiese ni curase, sino que la tal

1 2 3 4

Añadido según (Tra.-ms.). «dede» (Rel.-ms.). = sin considerar las diferencias. «de» (Rel.-ms.). Seguimos al (Tra.-ms.).

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los chacos con tanta exorbitancia como los hacen que se vaya acabando. Y aún tendría remedio si con rigor se diese traza en ello.|| [Nota: comparativa: En la versión de Relación (§49) se suprime la referencia al «rigor», también cambia «traza» por «orden».]

50. *A cualquiera res mansa que daba carache, que es la enfermedad de que se ha perdido1 mucho en nuestros tiempos –considerando que es enfermedad contagiosa– tenían proveído2 que no se comiesen ni curasen, sino que el tal res se enterrase luego hondo y guardábase entre ellos.|| 51. *El ganado de la comunidad se tresquilaba a su tiempo y se repartía a la gente del pueblo, dando a cada uno lo que había menester para sí y su mujer e hijos limitadamente. Y visitábase si lo habían hecho ropa y castigaban al que se descuidaba y así todos andaban vestidos. 52. También se trasquilaba alguno del Inca y de su religión y de la3 lana hacían ropa que se llevaba al Cuzco al tiempo dicho. Así para el Inca como para los sacrificios que se quemaba y vestían los criados del Inca y la gente toda y se guardaba en los depósitos que era gran cantidad. 53. Y así en cada pueblo tenían obradores que llamaban cumbicos para tejer esta ropa [f. 44r] rica, que hacían a dos haces y también mucha de la de abasca4, que era gran género de tributo5 y de mucha importancia. 54. En lo de la cantidad, no había límite sino la que se les mandaba hacer en cada un año en6 (la división se dirá en las distribuciones la orden que se tenía) y la lana que sobraba se guardaba en depósitos, los cuales se hallaron llenos, cuando llegaron los españoles, de esto y de todas las cosas necesarias para la vida humana, y para la guerra; que siempre los tenían proveídos.||

4.4. [no sE contribuía dEL ganado propio] 55. *Una cosa se ha de advertir, que es necesaria: Y es que esta lana que 1 2 3 4 5 6

«pedido» (Tra.-ms.). Seguimos a (Rel.-ms.). «proybido» (Tra.-ms.). Seguimos a (Rel.-ms.). «lo» (Tra.-ms.). «castilla» (Tra.-ms., Lam.). Seguimos a (Rel.-ms.). Añadido «de tributo», según (Rel.-ms.). principio de él. (Rel.-ms.).

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res se enterrase luego en muy honda y guardábase1. [f. 10r]. 51. *Y el ganado de la comunidad se trasquilaba a su tiempo y se repartía la lana a la gente del pueblo, dando a cada uno lo que había menester para su estado y el de su mujer e hijos limitadamente. Y visitábanlos para ver si lo habían hecho ropa y castigaban al que se descuidaba y así todos andaban vestidos. 52. También se trasquilaba lo que era menester del Inca y de su religión para la ropa que se llevaba al Cuzco al tiempo dicho, así para el Inca como para los sacrificios que se quemaban [ropa pequeña]2 y rica de cumbi3 de ordinario. Y para lo uno y para lo otro4 había grandes depósitos, y de ellos se vestía la gente del Inca y la del Sol y había siempre gran cantidad en ellos de sobra. 53. Y así en cada pueblo tenían obradores que llamaban cunbiscas para tejer5 esta ropa rica, que hacían a dos haces, aunque más hacían de la de abasca, que era gran género de tributo y de mucha importancia. 54. En lo de la cantidad no había límite sino lo que se les mandaba que hiciesen en cada un año, en principio de él. Y la lana que sobraba se guardaba en depósito para su cuenta, los cuales todos se hallaron llenos cuando llegaron los españoles, de esto y de todas las cosas necesarias para la vida humana, y para la guerra; que siempre estaban proveídos y apercibidos de todo.

4.4. [no sE contribuía dEL ganado propio] 55. Una cosa se ha de advertir, que es necesaria: Que esta lana que se repartía de la comunidad a cada uno, lo que había menester para su vestido y de sus mujeres e hijos, que nunca se tuvo consideración si la tal persona a quien se daba tenía lana de su ganado, porque esta [lana] gozaba él sin que por tenerla se le dejase de dar su parte como a los demás, y aunque una parcialidad o familia tuviese en mucha cantidad. 1 2 3 4 5

= se cumplía. Añadimos «ropa pequeña» (véase Glosario «Tributo de ropa»). «cunvi» (Rel.-ms.). = lo del Inca y lo de la religión. «traer» (Rel.-ms., Lam.). Seguimos al (Tra.-ms.).

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se repartía de la comunidad a cada uno lo que había menester para su vestir y de sus hijos, que nunca se tuvo consideración si la tal persona a quien se daba tenía lana de su ganado, porque ésta gozaba él sin que por tenerla se le dejase de dar su parte como a los demás, aunque una parcialidad o familia tuvieran1 mucha cantidad.|| 56. *Lo cual es negocio importante, para que habiéndose de proveer – como es justicia– que de toda esta hacienda de la comunidad y del Inca y del Sol se pague el tributo, que sea2 habiendo bastante cantidad (para lo que se paga de este género de contribución, y de lo que de ello resulta con3 todo aquello que se hace de lana). Pero faltando algo, no será razón ni lo es, que esta falta se supla por cabeza, como agora lo distribuyen. Porque acaece si un4 indio tiene una cabeza sola de ganado tomársela para el tributo, y si otro tiene ciento no tomarle más de una, y si otro no tiene más de una, hacelle que la busque cuando le cabe. Y a esto da ocasión su propia costumbre: 57. Que ninguno contribuía de la cosa propia ni de lo que cogía, sino solo del trabajo de su persona, empleándole de comunidad todos en lo que se les mandaba como está dicho y adelante se dirá en la materia de las distribuciones. 58. Pero es cierto y no hay duda sino que si el Sol y su religión del Inga no lo tuvieran, que de costa de comunidad tampoco les mandaran tributar en tiempo del Inca porque esto estaba estatuido para la necesidad pública y de cada uno del pueblo. 59. Y lo que cada uno tenía que procedía de merced del Inca –porque no podía proceder de otro título, según sus fueros– esto era precipuo5. Aunque también los sucesores [f. 44v] de aquel6 a quien la merced se7 había hecho −aora8 fuese en tierras o ganado– lo poseían de comunidad sin dividirlo. Y de 1 2 3 4 5 6 7 8

«tuvieron» (Tra.-ms.). «si» (Tra.-ms.). «como» (Tra.-ms.). «aca ....» (Tra.-ms.). Según (Rel.-ms.) hemos completado «acaece si un». «....» (Tra.-ms.). Añadido según (Rel.-ms.). «......» (Tra.-ms.). Añadido «de aquel» según (Rel.-ms.). Añadido según (Rel.-ms.). = ora. Es conjunción en este caso, aunque se suele escribir «agora».

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56. Lo cual es negocio importante, para que habiéndose de proveer – como es justicia– [f. 10v] que de toda esta hacienda de la comunidad y del Inca y del Sol se pague el tributo, que se entienda habiendo bastante cantidad1 (para lo que se paga de este género de contribución –y de lo que de ello resulta, que es lo que se hace de la lana). Pero faltando algo, no será justo ni lo es, que esta falta se supla por cabezas, como ahora lo distribuyen. Porque acaece si un indio tiene un carnero tomársele para el tributo, y si otro tiene ciento no tomarle más de uno, y si otro no tiene ninguno hacerle que le busque cuando le cabe. A lo cual da ocasión2 su propia costumbre: 57. Que ninguno contribuía de la cosa propia ni de lo que cogía, sino solo del trabajo de su persona, empleándolo de comunidad todos juntos en lo que se les mandaba como está dicho y adelante se dirá en la materia de las distribuciones. 58. Pero cierto, no hay duda sino que si sucediera caso –aunque no podía ser– que si en los depósitos del Inca o de su religión no se hallara la parte que cabía a la provincia de lo que se mandaba dar, que en tal caso no se les tomara de lo propio ni de la comunidad, ni en comida, ni en ganado; porque esto estaba diputado para la necesidad pública de cada uno del pueblo. 59. Y lo que cada uno tenía que procedía de merced del Inca –porque según parece no podía proceder de otro título, según sus fueros– esto era precipuo y para ninguna cosa se tenía consideración a ello. Aunque también los sucesores de aquél a quien la merced se había hecho –o de tierras o ganado– también las poseían de comunidad sin dividirlo. Y de esto en ninguna manera se tributaba ni se suplía otra necesidad mas de la de aquellos a quien pertenecía, aunque les sobrase. Ni por eso se les dejaba de dar su parte de lo común. Pero considerado que si el Inca o el Sol no lo tuvieran, no les echaran tributo de ello. 60. En caso que ahora se les eche [tributo] porque los moradores ·3 poseen ganado, no es justo que los dejen engañar por sus costumbres contribuyendo 1 2 3

= de ganado. de pensar. Suprimido «que».

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esto no se tributaba en ninguna manera ni se suplía1 otra necesidad mas2 de la de aquellos a quien pertenecía, aunque les sobrase. Ni por eso se les dejaba de dar su parte de lo común. Pero considerando que si el Inca o el Sol no lo tuvieran no les echaran tributos dello 60. En caso que agora se les eche porque los moradores poseen ganado ni es razón que los dejen engañar por sus costumbres contribuyendo por cabezas sino por haciendas. De manera que al que no tuviere ganado –pues el tributo de esto se manda pagar y a consideración a que lo hay en el pueblo3– ·4 no pague de esto cosa alguna, sino los de que lo tienen de crianza. Lo cual entendido que es razón así, mandándoselo, luego lo harán aunque será algo dificultoso, porque salen de sus costumbres con gran trabajo y lo sienten mucho. 61. Pero considerado que si los indios de un repartimiento son mil y tienen quinientos mitimas los cuales en ninguna parte poseen una sola oveja, que si el tributo son quinientas cabezas de ganado les mandan buscar la mitad como lo hacen, es imposible cumplir aunque todos juntos no entiendan en otra cosa todo el año. 62. Y para evitar esto, cuando en la visita pareciere que por razón del ganado se pagase tributo de ovejas podríase averiguar cuyo es y quién lo posee como en el caso sobredicho y tasar los mitimaes por sí y los naturales aparte. Y de esta manera, cesaría el agravio y la dificultad dicha. 63. Y no habiendo mitimaes ni ganado de comunidad, o esto no es5 suficiente para el tributo que se les echa, considerar que esta república es de pobres y ricos y que el tributo del ganado se distribuya entre los que los crían y no en más; pues ha de ser proporcionado conforme a lo que hay de crianza, sin considerar si un indio pobre adquirió un carnero, que es todo su hato, al cual es gran inhumanidad que le tomen como lo hacen y esto aunque breve es de mucha importancia y es justo que se advierta.|| 1 2 3 4 5

«suplica» (Tra.-ms.). Seguimos a (Rel.-ms.). Añadido según (Rel.-ms.). = todo lo que se manda pagar que sea de lana debe ser una vez comprobado que tienen el ganado necesario. Suprimido «y». «a esto no» (Tra.-ms.). Seguimos a (Rel.-ms.) «o esto no es».

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por cabezas1 sino por hacienda. De manera [f. 11r] que el que no tuviere ganado –pues el tributo de esto se manda pagar habida consideración a que lo hay en el pueblo– no pague de esto cosa alguna, sino los que lo tuvieren de crianza. Lo cual aunque será dificultoso al principio por salir de sus costumbres, que lo hacen con gran trabajo, tratándoles el negocio por razón, entendido bien por los principales, al fin se hará. 61. Pero entendido que si los indios de un repartimiento son mil y tienen quinientos mitimaes, los cuales en ninguna parte poseen ganado, que si el tributo son quinientas cabezas, les manden buscar la mitad, como lo hacen, es imposible cumplir; aunque todos juntos no entiendan en otra cosa todo el año. 62. Y2 para evitar esto, cuando en la visita pareciese que por razón del ganado se pagase tributo de carneros, podráse averiguar cuyo es y quién lo posee en el caso sobredicho y tasar los mitimaes por sí y los naturales aparte. De esta manera cesaría el agravio y la dificultad dicha3. 63. Y no habiendo mitimaes ni ganado de comunidad, o esto no es suficiente para el tributo que se les echa, considerar que esta república es de pobres y ricos y que el tributo de ganado se distribuya4 entre5 los que lo crían y no en más–, pues ha de ser proporcionado conforme a lo que hay de crianza, sin considerar si un indio pobre adquiere un carnero (que es todo su hato) al cual es grande inhumanidad que los otros se le tomen para el tributo como lo hacen. Y esto, aunque en pocas partes fuera de esta provincia se puede explicar, es de mucha importancia y es justo que se advierta en ello.

1 Ciertamente contribuían por cabezas (de manera igualitaria) para todas las cosas de trabajo, pero no en lo que se refiere a sus propias pertenencias, he ahí el engaño al que podrían ser inducidos. 2 «o» (Rel.-ms.). 3 «hecha» (Rel.-ms., Lam.). Seguimos al (Tra.-ms.). 4 «destribute» (Rel.-ms., Lam.). Seguimos al (Tra.-ms.). 5 «de» (Rel.-ms.). Seguimos al (Tra.-ms.).

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4.5. [EL tributo En Los acarrEos dE Los ganados] 64. *Lo mismo es en los acarretos1 que se mandan dar [f. 45r] por la tasa en todo el Collao y provincia de los Charcas, donde había ganado y se hallaban en la visita. Porque les mandaron llevar a Potosí cantidad de comida al respecto del ganado que se entendía había. Y este género de contribución era tributo muy conocido en tiempo del Inca, porque lo llevaban en estos mismos ganados del Sol y del Inca al Cuzco en gran cantidad y a otras partes donde eran menester. 65. Pero en la distribución, recibían notable agravio los mitimas, porque como se tasaron así juntos, reparten los indios la mitad de estos acarretos y echan a los mitimaes su parte y respecto de las personas. Y los naturales – donde esto acaece, que es en algunas partes– llévanlo en el ganado y los otros a cuestas. Que cierto, cuarenta leguas y más de camino es negocio áspero, obligar a un indio que lleve a cuestas tres arrobas2 que pesa media hanega de harina y más lo que ha de llevar que comer. 66. Y querellos meter por razón sin premio grande para deshacerse el agravio es gastar el tiempo y no aprovechar cosa ninguna. Porque aunque el encomendero quiera deshacer3 el yerro de la tasa y perdonar (…) [Nota comparativa: La referencia a las tres arrobas que debía cargar cada indio (§63) ya no está en Relación. También se ha especificado que la observación del autor se refiere más a Charcas. Algunas otras diferencias pueden deberse a errores, como la ausencia de «mitimaes» en el párrafo §64 de Tratado. En la primera oración del párrafo §66 es apreciable la diferencia de estilo: donde una versión −Tratado− lo da como pérdida de tiempo (en caso de no dar premio grande), la otra versión −Relación− lo considera difícil pero realizable. El copista de Tratado ha saltado una cara completa de una de las fojas que copiaba en donde estaba lo que falta de los párrafos §66 hasta el §72 que sí están en Relación. La siguiente cara de la foja (la que debía estarse copiando) empezaba en «lo que cabe a los… » pero el copista la saltó y empezó a copiar la subsiguiente que dice «lo que cogía…» La última cara que sí registró el copista 1 2 3

«acauetir» (Tra.-ms.). Seguimos a (Rel.-ms.). = 34 kilos y medio aproximadamente. Añadido según (Rel.-ms.) «quiera des-«.

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4.5. [EL tributo En Los acarrEos dE Los ganados] 64. *Lo mismo es en los acarretos que se mandan dar por la tasa en esta provincia de los Charcas, donde había ganados y mitimaes y se1 hallaron en la visita2. Y por razón de ello les mandaron llevar a Potosí cantidad de comida al respecto del ganado que se entendía que había en el repartimiento3, y este género de contribución era tributo muy conocido en tiempo del Inca, porque [f. 11v] lo llevaban4 en estos mismos ganados del Sol y del Inca al Cuzco en gran cantidad y a otras partes donde era menester. 65. Pero en la distribución reciben notable daño y agravio los mitimaes, porque como se tasaron así juntos, reparten ellos la mitad de estos acarretos a los mitimaes teniendo respecto5 a las personas. Y los naturales –donde esto acaece, que es6 en algunas partes– llévanlo en el ganado con poco trabajo y los otros a cuestas, que cierto, cuarenta leguas y más de camino es negocio áspero. 66. Y procuré sobre esta materia ponerlos en razón, unas veces como persona pública y otras como privada, y aunque lo entienden así, es cosa maravillosa ver cuán cuesta arriba se les hace. Porque en caso que el mismo encomendero quiera deshacer el yerro de la tasa y perdonar lo que cabe a los mitimaes, los naturales tornan a echar parte de lo que resta, y en fin lo traen7 porque son muy señores de ellos. 67. Pero bien se puede remediar porque la contribución es justa habiendo ganado y es en lo que [hay] menos trabajos. Y la distribución notablemente dañosa e injusta en repartir parte de este tributo a los que no lo poseen, porque es obligarle a llevarlo a cuestas. Lo cual es justo que se ataje en todo género de contribución, fuera de lo que a ellos les conviene; porque en esto no parece que hay que proveer, que también recibirán agravio si se tratase de 1 2 3 4 5 6 7

«si» (Rel.-ms.). Seguimos al (Tra.-ms.). «vista» (Rel.-ms.). Seguimos al (Tra.-ms.). de los tributos que hacen los indios entre sí. «llevan» (Rel.-ms.). Seguimos al (Tra.-ms.). = proporción. Añadido según (Tra.-ms.) «que es». = «Obligar, constreñir a uno a que se haga alguna cosa» (DRAE).

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termina en «perdonar», y la que se saltó terminaba en «pero de». Una o ambas similitudes gráficas, además de la «aparente» coherencia de lo que copiaba, deben haberse conjugado para hacer caer en el error al copista de Tratado. Por la dimensión de lo faltante se deduce que corresponde a una sola cara de una foja. Es un caso conocido como homoteleuton, similar al señalado en el §93 de Relación.]

72. (…) lo que cogía (de esta parte que le cabía en el1 repartimiento que se le daba en cada un año) tampoco pagaba tributo; en lo que no hay que dudar en todo el reino, ni nunca le pagaron. 73. Porque como está presupuesto el tributo era sembrar las chácaras –

1 Sin «el» (Rel.-ms.). Dada la gran variedad de significaciones de «repartimiento» (en este caso refiere al que hacen los indios de cada nación, hunu o provincia entre sí para lo que han de aportar al Inca) es posible que el autor haya optado por la alternativa de omitir el artículo como muestra Relación.

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ello. Que por materia clara se deja, que mil ejemplos hay con que se podrá satisfacer muy bastantemente.

5. *[dE qué contribuían y cómo, Los indios aL inca, y cómo posEían Las haciEndas] Quinto Presupuesto: la tercera división de las tierras 68. *La división tercera que hicieron de las tierras fue para la comunidad, la cual parte tampoco se puede averiguar si fuese igual con las otras o mayor. Pero bien se entiende claramente que se tuvo consideración a la cantidad de gente que vivía en el pueblo. Y estas tierras dividían en cada un año y dividen hoy día en la mayor parte del reino. 69. Y yo me he hallado presente a la división en muchas, y principalmente en la provincia del Collao y en la del Chucuyto. Y en este quinto presupuesto, pude encontrar1 por regla [f. 12r] general infalible que ninguno poseyó [sino] por merced del Inca, la cual como está dicho, tampoco dividían los herederos ni podían disponer de ella en ninguna manera. En lo cual es menester advertir para entendimiento de muchas dudas que se ofrecen en los pleitos de estos naturales2. 70. Y primero, es bien que se entienda que esto concejil se dividía y divide entre todos, conforme a la gente que cada uno tiene para sembrar y para comer. De manera que si tiene más de una mujer, danle más tierra y conforme a la cantidad de los hijos. Y si al tiempo de la división se le han muerto, danle menos. 71. Y aunque3 se haya de quedar perdida no le dan más de lo que tienen entendido que han menester por personas y familia. Porque tienen sus medidas antiguas y ésta guardan. 72. En lo cual así mismo no se tiene consideración a si hay alguna parcialidad que posee4 alguna tierra de comunidad de que el Inca les hubiese hecho

1 2 3 4

«entrar» (Rel.-ms-, Lam.). «estos naturales de pleito» (Rel.-ms., Lam.). Sustituido según sentido «los pleitos de estos naturales». la tierra. «por ser» (Rel.-ms., Lam.). Sustituido según sentido por «que posee»

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para el Inca y para su religión– de comunidad, y1 que eran muchas. Y coger y poner en los depósitos lo que de ellos procedía, en las cuales había siempre gran cantidad sobrada. Y aun, si el año era avieso, de aquellos algunas veces socorrían las gentes, si la necesidad era extrema, pero no de otra manera.|| 74. *Con esto queda entendido una duda que no sé si se ha mirado en ella: ¿Qué sea la razón2 porque después que hay jueces ni audiencias –con ser estos tan amigos de pleitos– no creo yo que ha visto pleitear un indio con otro sobre tierras en un repartimiento? ¡Porque ninguno tuvo propiedad en ninguna de ellas! Y después se entenderá por qué hay [f. 45v] tantos pleitos entre los pueblos y la facilidad de la determinación entendidos sus fueros.|| 75. *Y también se entenderá un yerro que se hizo en la tasa –por no entenderse esto de raíz, mayormente en todo el Collao– de que han recibido los indios gran molestia y es de mandarles dar cantidad de comida teniendo consideración a las tierras que tienen para sembrar de lo que en ellas se da. Que son papas, o chuño que se hace de ellas, porque lo demás que se coge en las tierras frías es de poca sustancia. Y como por la mayor parte de cinco años son los tres estériles en los cuales se coge muy poco acontece ser menester todo cuanto los indios tienen y hubieron cada uno de lo que sembraron para pagar de lo que se les manda dar de lo cual resultan un mundo de inconvenientes. 76. El primero, ir contra lo que usaban entre ellos que es pagar tributo de lo que ellos propios cogían que no siendo el fuero malo es justo que se les guarde.|| 77. *El segundo, que por razón del tributo quedan puestos en necesidad todo el año ellos y sus hijos.|| [Nota comparativa: Desde el párrafo §40 hasta el párrafo §73 (donde Relación añade la referencia a la ausencia de hambre en el gobierno inca) las fuentes parecen ser dos originales distintos. Sin embargo a partir del párrafo §74 y hasta el §97 las diferencias vuelven a ser muy leves y podrían explicarse por los múltiples errores y lapsus de los copistas]

1 2

Sin «y» (Rel.-ms.). «....» (Tra.-ms.). Añadido según (Rel.-ms.) «la razón».

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merced. Como dijimos de la lana1, se ha de entender en todo lo demás. Pero de lo que cogía2 (de esta parte que le cabía en repartimiento que se le daba en cada un año) tampoco pagaba tributo; en lo cual no hay que dudar en todo el reino, y nunca le pagaron. 73. Que como está presupuesto: el tributo era sembrar las chácaras –estatuidas para el Inca y para su religión– de comunidad, que eran muchas. Y coger y poner en los depósitos lo que de ellas procedía, en los cuales había siempre gran cantidad sobrada. Y aún, si el año era avieso, de aquello algunas veces socorrían la gente, si la necesidad era extrema, pero no de otra manera. Y así jamás hubo hambre en aquel reino. 74. *Con esto queda entendida una duda –que no sé si se ha mirado3 en4 ella– es: ¿Qué sea la razón porque después que hay5 jueces ni Audiencias –con ser estos tan amigos de pleitos– no creo yo que han visto pleitear un indio con otro sobre tierras en un repartimiento? Y es porque ninguno tuvo propiedad en ninguna de ellas. Y después se entenderá por qué hay tantos pleitos entre los pueblos y la facilidad de la determinación entendidos sus fueros. 75. También se entenderá un yerro que se hizo en la Tasa –por no entenderse esto de raíz, mayormente en todo el Collao– de que han [f. 12v] recibido los indios gran molestia. Y es de mandarles dar cantidad de comida teniendo consideración a las tierras que tienen para sembrarla de lo que en ellas se da. Que son papas, o chuño que se hace de ellas, porque lo demás que se coge en las tierras frías es de poca sustancia. Como por la mayor parte, de cinco años, son los tres estériles, en los cuales se coge muy poco, acaece ser menester todo cuanto los indios tienen y hubieron cada uno de lo que sembraron para pagar lo que les mandan dar; de lo cual resultan un mundo de inconvenientes. 76. El primero, ir contra lo que usaban entre ellos, que es pagar tributo 1 2 3 4 5

«llana» (Rel.-ms.). = de lo que cosechaba [en sus propias tierras]. «mirada» (Rel.-ms.). Seguimos al (Tra.-ms.). Añadido según (Tra.-ms.). = incluso habiendo ya.

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78. El tercero, que como el encomendero recibe toda la comida que se coge del repartimiento, acaece rescatalles con ella el ganado, y compelidos con la hambre hanlo de dar como él quisiere. De manera que siendo el tributo de comida, le está mejor al amo que el año sea malo para que valga más.|| 79. *Y lo cuarto, se puede creer piadosamente: Que no será igual el repartimiento, ni en semejantes años el cacique ni los principales contribuirán conforme a lo que cada uno cogió... ¡Antes acaece coger una vieja dos hanegas de papas y llevárselas sin dejarle cosa que coma aquel año! Y el viejo... y el enfermo... Porque cuanto a esto no tenga nadie duda: sino que caridad y consideración absolutamente les falta unos con otros. 80. Y de aquí, de este inconveniente, resulta otro agravio notorio: Que [he] entendido (éstos no daban tributo de comida más de aquel trabajo [f. 46r] que ponían en sembrar las chácaras del Inca y de su religión, a lo que sólo acudían la gente de la comunidad moza y recia como está dicho) que a los viejos y enfermos y viudas –que estaban de esto reservados– se les lleva1 este tributo. 81. Lo cual no solamente no es poner buena orden, pero es quitar la de caridad que con ellos se usaba muy justamente, entendido que el viejo y la viuda no hace poco si sembrare y cogiere para sí, sabido que entre éstos no se ayudan unos a otros si no fuese por razón de algún oficio que el viejo tenga, o enfermo, que obliga a dalle de comer –y lo cual2, no permitiéndose ahora porque todos los oficios que a los semejantes se daban son superticiosos y dañosos para sus ánimas y que de necesidad se han de prohibir y castigar– bien claro está que obligarles a éstos a la contribución de comida por razón de la tasa como agora en la forma que está hecha, se platica entre ellos, no es justo se permita.

5.1. [cómo tasar EL tributo dE comida] 82. *Y entendido de esta manera, está en la mano el remedio, y es que atento a que este género de tributo de comunidad conviene que no se quite 1 2

«llevava» (Tra.-ms.). Seguimos a Rel.-ms.). Sin «y lo cual» (Rel.-ms.).

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de lo que ellos propios cogían, que no siendo el fuero malo, es justo que se les guarde. 77. El segundo, que por razón del tributo quedan puestos en necesidad todo el año, ellos y sus hijos. 78. El tercero, que como el comendero recibe toda la comida que se coge del repartimiento, acaece rescatarle con ella el ganado, y compelidos con el hambre hanlos1 de dar como él quisiere. De manera que siendo el tributo de comida, le está mejor al amo que el año sea malo para que valga más. 79. El cuarto, que se puede creer «piadosamente»: que no será igual el repartimiento2, ni en semejantes años el cacique ni los principales contribuirán conforme a lo que cada uno cogió: ¡Antes acaece coger una vieja dos fanegas de papas y llevárselas3! Sin dejarla cosa que coma aquel año, y el viejo... y el enfermo... Porque cuanto a esto, no tenga nadie duda: sino que caridad y consideración absolutamente les falta unos con otros. 80. Y de aquí, de este inconveniente, resulta otro agravio notorio: que he entendido4 (que éstos no daban tributos de comida mas de aquel trabajo que ponían en sembrar las chácaras del Inca y de su religión, a lo cual sólo acudían la gente de la comunidad moza y recia como está dicho) que a los viejos y enfermos y viudas –que estaban de esto reservados− se les lleva5 este tributo nuevo. 81. Lo cual no tan solamente no es poner buena orden, pero es quitar la piedad que con ellos se usaba muy justamente. Entendido que el viejo y la viuda no hace poco si sembrare y cogiere para sí –sabiendo que entre éstos no se ayudan6 unos a otros si no fuese por razón de algún oficio [f. 13r] que el viejo tenga, o enfermo, que obliga a darle de comer –no permitiéndose ahora porque todos los oficios que a los semejantes se daban son supersticiosos y dañosos para sus ánimas y que de necesidad se ha de prohibir y castigar– bien claro está que obligarles a éstos a la contribución de comida por razón 1 2 3 4 5 6

= se los han. que hacen los indios entre sí. = quitárselas para el tributo. = me he enterado. = cobra. Tachado: do.

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(porque no se podrían sustentar los pueblos sin ella) y es el1 más «fácil» cuando los años son buenos, especialmente allegándonos a su costumbre que es la más acomodada para que se pueda hacer: 83. Que considerados los indios y las tierras, no se tase la comida sino las hanegas que pareciere2 justo que siembren para el encomendero, los cuales les mandan sembrar, beneficiar y coger. Y si el año fuese bueno, tendrá su comida, que será cuando a los mismos indios la tienen; y si fuere malo, correrá el riesgo que ellos. 84. Y lo susodicho hacerse ha3 de comunidad y mando, así ni acude el viejo ni la vieja, ni la viuda, ni el enfermo. Porque así es costumbre, y sin que se mande4 se hará entre ellos. Y aún se podría mandar que el encomendero con bueyes, pues en la mayor parte es aparejado [f. 46v] para ello, les are la tierra. Y de esta manera el trabajo será casí5 ninguno, el de los indios. Y queda todo con esto proveído y ellos muy descansados. [Nota comparativa: Del §81 hasta el §96 las diferencias en el contenido de los manuscritos podrían deberse a correcciones intencionales (es decir de las cuales Polo es responsable) caracterizadas por ser leves (pocos cambios, no muy significativos, pocas palabras involucradas, ninguna oración se añade o quita). Por ejemplo el cambio de «caridad» por «piedad» (§81), y «pareciere» por «fuere» (§83). Sin embargo dado que las muestras son muy escasas no se puede descartar que hayan tenido solo un original como fuente desde el §74 hasta el §97). El §84, al inicio, es un buen ejemplo de dudas no resueltas en nuestra edición. En este párrafo las diferencias existentes son difíciles de conciliar en una sola versión, por lo que mantenemos dos versiones que nos parecen relativamente coherentes, aun cuando la fuente original puede haber sido una sola.]

85. Porque decir que el año que fuere avieso no paguen esta comida es cosa confusa. Porque hay muchos que está en duda porque no del todo es 1 2 3 4 5

Sin «el» (Rel.-ms.). «fuere» (Rel.-Ms.). «....» (Tra.-ms.). Añadido «hacerse ha» según (Rel.-ms.). «manda» (Tra.-ms.). Seguimos a (Rel.-ms.). «asi» (Tra.-ms.). Seguimos a (Rel.-ms.).

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de la tasa como ahora en la forma que está hecha, se platica entre ellos, no es justo que se permita.

5.1. [cómo tasar EL tributo dE comida] 82. *Y entendido de esta manera, está en la mano el remedio. Y es que atento a1 que este género de tributo de comida conviene que no se quite (porque no se podría sustentar los pueblos sin ella), y2 es más «fácil» cuando los años son buenos, especialmente allegándonos a su costumbre que es la más acomodada para que se pueda hacer: 83. Que considerados los indios y las tierras, no se tase la comida sino las fanegas que fuere justo que siembren para el encomendero, las cuales le manden sembrar, beneficiar y coger. Si el año fuere bueno, tendrá su comida, que será cuando los mismos indios la tienen; y si fuere malo, correrá el3 riesgo que ellos. 84. Y lo susodicho hacerse ha de comunidad y mandado así, ni acuda el viejo ni viuda, ni enfermo. Y así es costumbre, y que sin que se le mande4 se hará entre ellos. Y aún se podría mandar que el encomendero con bueyes, pues en la mayor parte es aparejada para ello, les are la tierra. Y de esta manera el trabajo será casi ninguno, el de los indios. Y queda ·5 con esto casi todo proveído y ellos muy descansados. 85. Porque decir que el año que fuere avieso no paguen esta comida es cosa confusa. Porque hay muchos que están en duda porque no del todo es el año malo, y su fin es pleito. Y por la6 orden que se determinan y tratan7 tendría por mejor que la8 pagasen que no obligarles a pleitear sobre ello. Mayormente que todos los años lo querrán hacer porque tienen la condición muy aparejada para ello, y no es buena traza dejarlo en esta duda. Y con el 1 2 3 4 5 6 7 8

Añadido según (Tra.-ms.). Añadido según (Tra.-ms.). mismo. «mandado así» refiere a la Tasa. No hay necesidad de «mandar» nada más (ordenanzas). Suprimido «todo» que se repite tres palabras más adelante. «poca» (Rel.-ms.). Sustituido por «por la» siguiendo al (Tra.-ms.). «trata» (Rel.-ms., Lam.). Seguimos al (Tra.-ms.). «las» (Rel.-ms.).

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el año malo, y en fin es pleito. Y por la orden que se determinan y tratan tendría1 por mejor que la pagasen, que no obligarles a pleitear sobre ello. Mayormente que todos los años lo querrán hacer porque tienen la condición muy aparejada para ello, y no es buena traza dejallo en esta duda. Y con el remedio dicho no queda asilla a los indios ni a sus amos, y todo queda bien proveído. 86. Esto se entiende en las tierras frías, que están a la disposición del tiempo por no tener regadío, que en las demás no es tanto el riesgo; porque tienen la comida segura, porque el temple y agua les quita de él; y tasada moderadamente danla sin pesadumbre, porque siempre para ello hacen chácara o roza de comunidad.

6. [no contribuían dE Lo quE cada uno cosEchaba] 87. *El sexto presupuesto es, como tengo dado a entender, que ningún indio contribuyó de cosa que cogiese de la chácara o roza que le cabía para sembrar de la comunidad, lo cual poseía por propia. Como está dicho, esta propiedad no la podía tener si no fuese por merced del Inca, la cual hacía algunas veces por servicios que le hacían o por industria que en alguno hallaba, como para echar alguna agua o hacer alguna puente, o2 porque siendo hijo de algún cacique se hubiese criado en su casa de pequeño o por otras razones; y lo mismo era si le daba ganado. De manera que en este presupuesto3 se contienen tres cosas. 88. La primera: Que lo que les cabía en la chácara de comunidad ni lo que tenían por propio en ganado, ni tierra hecha merced de ello por el Inca, no contribuían de esto4 en ninguna manera. 89. Pero también es menester advertir en una cosa sustancial tocante a este sexto5 presupuesto, [f. 47r] y es –que en esto que poseían6 en propiedad y que en los términos del Cuzco es más cantidad que en otras partes– que 1 2 3 4 5 6

«sernían» (Tra.-ms.). Seguimos a (Rel.-ms.). «y» (Tra.-ms.), «no» (Lam. en n. 92). Seguimos a (Rel.-ms.). «propósito» (Tra.-ms.). Seguimos a (Rel.-ms.). «esta» (Tra.-ms.). Seguimos a (Rel.-ms.). «pio» (Tra.-ms.). Interpretamos que «pio» es un lapsus por «6º». «....» (Tra.-ms.). Añadido «que poseían» según (Rel.-ms.).

Relación acerca del notable daño de no guardar a los indios sus fueros

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remedio dicho no queda asirla1 a los indios ni a sus amos, y todo queda2 bien proveído. 86. Esto es en las tierras frías, que están a la disposición del tiempo por [no] tener regadío, que en las demás no es tanto el riesgo; [f. 13v] porque tienen la comida segura, porque el temple y agua les3 quita de él4; y tasada moderadamente danla sin pesadumbre, porque siempre para ello hacen chácara o roza de comunidad.

6. [no contribuían dE Lo quE cada uno cosEchaba] 87. *El5 sexto presupuesto es, como tengo dado a entender, que ningún indio contribuyó de cosa que cogiese de la chácara o roza que le cabía para sembrar de la comunidad y de la que él poseyese por propia. Y como está dicho, esta propiedad no la podía tener si no fuese por merced del Inca, la cual hacía algunas veces por servicios que le hacían o por industria que alguno hallaba, como para echar alguna agua o hacer alguna puente o camino, o porque siendo hijo de algún cacique se había criado en su casa de pequeño o por otras razones; y lo mismo era si le daba ganado. De manera que en este presupuesto se contienen tres cosas. 88. La primera: Que lo que les cabía en la chácara de comunidad ni lo que tenían por propio en ganado ni en tierra hecha merced de ello por el Inca, no contribuían de esto en ninguna manera. 89. Pero también es bien advertir en una cosa sustancial tocante a este presupuesto, y es –que en esto que poseían en propiedad y que6 en los términos del Cuzco es en más cantidad que en otras tierras– que también muerto aquél a quien la merced se hacía, los herederos perpetuamente y descendientes también lo poseían en comunidad sin poderlo dividir ni enajenar por alguna vía. Salvo que uno –que representaba siempre la persona del ayllo o parcialidad– lo tenía en su cabeza y todos gozaban del fruto, el cual se repar1 2 3 4 5 6

= agarrarse de algún pretexto para pleitear. Añadido siguiendo a (Tra.-ms.). «las» (Rel.-ms.). Seguimos al (Tra.-ms.). riesgo. «del» (Rel.-ms., Lam.). Seguimos al (Tra.-ms.), ¿el «6» interpretado como «d»? Añadido según (Tra.-ms.).

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Tratado cerca del linaje de los incas y cómo conquistaron

también muerto aquél a quien la merced se hizo, los herederos perpetuamente y descendientes, también lo poseían en comunidad sin poderla dividir ni enajenar por alguna vía. Salvo que uno –que representaba siempre la persona del ayllo o parcialidad– lo tenía en su cabeza y todos gozaban del fruto, el cual se repartía por cabezas de esta manera: Que si un hijo del señor primero tenía seis hijos y otro tenía dos, cada uno tenía partes iguales, y tantas partes se hacían cuantas personas había. 90. En lo cual se tenía esta orden: Que venido el tiempo del sembrar aquella tierra, todos los que se hallaban al sembrar se habían de hallar a partir cuando se cogía. Pero aunque fuese descendiente, si no se hallaba cuando se sembraba, ni podría dar a otros su parte, ni llevalla él. Pero aunque estuviese ausente diez años ni más tiempo, no perdía su derecho cuando venía para tornar al tiempo a sembrar, si quisiese. 91. Y aunque fuesen tantos que no cupiesen a mazorca de maíz, esta regla se guardaba y guarda el día de hoy en aquel distrito del Cuzco, mayormente allí, en la comarca donde hay más tierras de esta condición, y poseídas de esta manera. 92. Y esto de tener los descendientes cada uno su parte por cabezas, se ha también de entender dende que entraban en contribución para cualquier negocio, que era1 después que se casaban y les daban chuco o braguero, conforme al uso de cada provincia. 93. De manera que queda concluido que las tierras se2 poseían en comunidad de todo el pueblo, y lo que era propio también los herederos lo poseían en comunidad sin partirlo, y el trabajo de guardarlo, si era ganado, o de sembrarlo si era tierra, también era en comunidad, y el3 que no trabajaba al sembrar, no llevaba parte al coger.|| [f. 47v]

1 2 3

«quiera» (Tra.-ms.) sustituido por «que era» siguiendo a (Rel.-ms.) Añadido según (Rel.-ms.). Añadido según (Rel.-ms.).

Relación acerca del notable daño de no guardar a los indios sus fueros

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tía por cabezas de esta manera: Que si un hijo del señor primero tenía seis hijos y otro tenía dos, cada uno1 tenía partes iguales, y tantas partes se hacían cuantas personas había. 90. En lo cual se tenía esta orden: Que venido el tiempo del sembrar aquella tierra, todos los que se hallaban en el sembrar se habían de hallar a partir cuando se cogía. Pero aunque fuese descendiente, si no se hallaba cuando se sembraba, ni podía dar a otro su parte, ni llevarla él. Pero aunque estuviese ausente diez años ni más tiempo, no perdía su derecho cuando venía para tornar a sembrar al tiempo, si quisiese. 91. Y aunque fuesen tantos2 –o que no cupiesen en mazorca de maíz– esta regla se guardaba [f. 14r] y guarda el día de hoy en aquel3 distrito del Cuzco, y mayormente allí, en la comarca adonde hay más tierras de esta condición y poseídas en esta manera. 92. Y esto de tener los descendientes cada uno su parte por cabezas, se ha también de entender dende que entraban en contribución para cualquiera negocio, que era después que se casaban y les daban4 chuco o braguero, conforme al uso de cada provincia. 93. De manera que queda concluido que las tierras se poseían en 5 [comunidad de todo el pueblo, y lo que era propio también los herederos lo poseían en com]unidad sin partirlas, y el trabajo de guardarlo si era ganado, o de sembrarlo si era tierra, también era de comunidad, y el que no trabajaba en sembrar, no llevaba parte al coger.

1 de los nietos. 2 «fuese tanto» (Rel-ms., Lam.). Sustituido por «fuesen tantos» siguiendo a (Tra.). Refiere a los herederos. 3 «aunque el» (Rel.-ms.). Seguimos al (Tra.-ms.). 4 «daba» (Rel.-ms.). Seguimos al (Tra.-ms.). 5 Lo que sigue entre corchetes está añadido siguiendo la versión de Tratado, el copista de Relación lo omite «saltándose» la línea. Señalado también en Lam.

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6.1. [dE qué procEdEn Los pLEitos dE Estos indios y mEdio quE sE podía dar para quE cEsasEn] 94. *Del cual presupuesto se entenderán algunas cosas sustanciales que se han tenido claridad después de esta averiguación general que hicimos; y ahora se entenderán mejor, utilísimas y necesarias para la determinación de sus pleitos.|| 95. *La primera es: ¿Qué sea la razón porque de tantos pleitos como hay entre los indios, que casi1 tienen ocupados Audiencias y corregidores y todos los demás jueces, no pende casi ninguno entre un indio y otro de un pueblo ni aún de una provincia, sino entre los pueblos o parcialidades, y aun2 pocas veces o ninguna penden, sino entre diferentes repartimientos? Porque si es toda una la contribución no pleitean, y los pleitos también se traen entre una misma provincia unos pueblos con otros, si fue dividida3 en dos repartimientos, y aún en esta4 tienen más ocasión de pleitear. 96. La razón de esto está clara, considerada la razón del presupuesto: Porque si no poseyeron5 sino en comunidad y en cada un año se había de señalar a cada uno lo que había de sembrar, y lo mismo se hace agora, no teniendo nadie por6 propiedad y señorío distinto en ninguna tierra, no tienen para qué, ni título cómo pleitear uno con otro, si no fuese alguno con el cacique o principal que no le dio lo que había menester; y de esto, a lo menos por acá en la sierra, no los agravian porque les sobra tierra en todas partes. Y yo no he oído quejarse a ninguno de semejante negocio, ni creo que nadie lo ha visto. Bien creo que podría ser que el cacique por darles más tierra les llevase algo para sí o por dársela mejor, y que en esto les acrecentase la contribución. Pero aún esto, aunque se presume y algunos lo dicen, yo no lo he averiguado hasta agora. Y si fuere en alguna parte, no es negocio general.|| [f. 48r] 97. *La segunda, porque pleitean tantos pueblos unos con otros y provin1 2 3 4 5 6

«asi» (Tra.-ms.). Es err. recurrente. «hacen» (Lam. nota 98) Suprimido la repetición «si fue dividida». circunstancia. «poseyeran» (Tra.-ms.). Seguimos a (Rel.-ms.). Sin «por» (Rel.-ms.).

Relación acerca del notable daño de no guardar a los indios sus fueros

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6.1. *[dE qué procEdEn Los pLEitos dE Estos indios y mEdio quE sE podía dar para quE cEsasEn] 94. *Del cual presupuesto se1 entenderán algunas cosas sustanciales que han tenido claridad después de esta averiguación general que hicimos; y ahora se entenderán mejor, utilísimas y necesarias para la determinación de sus pleitos. 95. La primera es: ¿Qué sea la razón porque de tantos pleitos como hay entre los indios, que casi tienen ocupados Audiencias, corregidores y todos los demás jueces, no pende casi ninguno entre un indio y otro de un pueblo ni aún de una provincia, sino entre los pueblos o parcialidades, y aún pocas veces o ninguna penden, sino entre diferentes repartimientos? Porque si es toda una la contribución no pleitean. Los pleitos también se traen entre una misma provincia unos pueblos con otros, si fue dividida en dos repartimientos, y aún estos tienen más ocasión de pleitear. 96. La razón de esto está clara considerada la sustancia del presupuesto: Porque si no poseyeron sino en comunidad, en cada un año se había de señalar a cada uno lo que había de sembrar, y lo mismo se hace ahora, no teniendo nadie propiedad ni señorío distinto en ninguna tierra, no tienen para qué, ni título cómo pleitear uno con otro, si no fuere alguno con el cacique o principal que no le dio lo que había menester; y de esto, a lo menos por acá en la sierra, no los agravian porque les sobra tierra en todas partes. Yo no he oído quejarse a ninguno de semejante negocio, ni creo que nadie lo ha visto. Bien que podría ser que el cacique por darles más tierra llevase2 algo para sí o por dársela mejor3, o que en esto les acrecentase la contribución. [f. 14v] Pero aún de esto, aunque se presume y algunos lo dicen, yo no lo he averiguado hasta ahora. Y si fuere en alguna parte, no es negocio general. 97. *La segunda, porque pleitean tantos pueblos, unos con otros, y provincias, es porque en tiempo del Inca daban −como está dicho− el tributo ordinario de las tierras que estaban señaladas para el Inca y para su religión, 1 2 3

Añadido según (Tra.-ms.). = cobrase. = por darle una tierra mejor. En (Lam.) «darse la mejor» invirtiendo el sentido.

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cias, es porque como en tiempo1 del Inca daban −como está dicho− el2 tributo ordinario de las tierras que estaban señaladas para el Inca y para su religión y del trabajo que ponían de comunidad para sembrallas y cogerlas; y esta orden −cuanto a esto− está alterada. 98. Porque el tributo está tasado de otra manera en cada parte, conforme a lo que se entendió que convenía, considerada la tierra y comarcas, tratos y granjerías nuevas de los indios, en que empezaron a entender después de la general libertad que entendieron tener para ello –porque antes no hay duda sino que no la tenían– quedaron todas estas tierras del Inca y de la religión sin la obligación pasada de sembrallas y cogellas para lo que estaba diputado. Y como dado caso que cuando el Inca se las dividió y apartó, se entiende claro agora cuyas eran o3 de qué pueblo; pero la gente acaecía acudir de las comarcas conforme estaba ordenado a sembrarlas. [Nota comparativa: Desde el §98 hasta el §120 hay añadidos u otras correcciones que calificamos como ‘relativamente sustanciales’ entre las dos versiones ya que implican nuevas oraciones que aportan más información de variado tipo (poner de relieve acciones personales del autor, precisar puntos descritos en Tratado de forma general, correcciones léxicas, etc.). En algunos casos también se omiten oraciones que figuraban en Tratado. Las fuentes de cada manuscrito, en lo que se refiere al intervalo señalado, serían dos originales distintos.]

99. Y no hay duda sino que después que vinieron los españoles mucho tiempo lo hicieron4 y lo pusieron en aquellos depósitos como solían, y la consumieron y gastaron lo uno en sacrificios quemándolo5 a los que antes solían tener cuidado de hacerlo; y lo6 demás tenían en depósitos creyendo que había de venir tiempo en que diesen de ello cuenta al Inca. 100. Y así, cuando el señor presidente Gasca pasó con la gente al castigo de Gonzalo Pizarro por el valle de Jauja, que estuvo allí siete semanas, a lo que me acuerdo, se hallaron en depósitos maíz de cuatro y de tres y de dos 1 2 3 4 5 6

«entientiempo» (Tra.-ms.). «al» (Tra.-ms.). Seguimos a (Rel.-ms.). «y» (Tra.-ms.). Seguimos a (Rel.-ms.) teniendo en cuenta también que «agora» equivale a ‘ora’. asi. (Rel.-ms.). y dándolo (Rel.-ms.).. Añadido según (Rel.-ms.)

Relación acerca del notable daño de no guardar a los indios sus fueros

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y del trabajo que ponían de comunidad para sembrarlas y cogerlas; y esta orden −cuanto a esto− está alterada. 98. Porque el tributo está tasado de otra manera en cada parte, conforme a lo que se entendió que convenía, considerada la tierra y comarcas, granjerías y tratos nuevos de los indios, en que empezaron a entender después que se descubrió el cerro de Potosí, que fue como un año antes del castigo de Gonzalo Pizarro. Y después de la tasa y aún mucho antes, quedaron todas estas tierras del Inca y de la religión sin la obligación pasada de sembrarlas y cogerlas para lo que estaban diputadas. Dado caso que cuando el Inca las dividió y partió se entiende claro agora cuyas eran o1 de qué pueblo, provincia o nación de gente, pero acudían otros de las comarcas conforme como estaba ordenado a sembrarlas; y aún como se dividieron las provincias y por encomiendas2. 99. Y no hay duda sino que aún después que vinieron los españoles mucho tiempo lo hicieron así, y lo pusieron en aquellos depósitos como solían, y lo consumieron y gastaron lo uno en sacrificios quemándolo y dándolo a los que antes solían tener cuidado de hacerlos; y lo demás tuvieron en depósitos creyendo que había de venir tiempo en que diesen cuenta de ello al Inca. 100. Y así, cuando el señor presidente Gasca pasó con la gente de castigo de Gonzalo Pizarro por el valle de Jauja, estuvo allí siete semanas, a lo que me acuerdo, se hallaron en depósito maíz de cuatro y de tres y de dos años, más de quince mil fanegas junto al camino; y allí comió la gente y se entendió que si fueran menester muchas más, no faltaran en el valle en aquellos depósitos conforme a la orden antigua, porque a mi [f. 15r] cargo estuvo el repartirlas y hacer la cuenta para pagarlas, y ningún indio acudió con su hacienda con sola una [fanega]. 101. Y como ya van entendiendo la libertad que tienen de sembrar estas tierras y gozar de ellas para sí y para sus aprovechamientos, todas las comu1 Este «o» se debe entender relacionado al anterior «agora» (= ora, o bien). De manera que la oración equivale a: ‘se entiende claro o bien de quién fueron o bien de qué pueblo, provincia o nación de gente son’. 2 = todavía [acudieron a trabajar esas tierras] cuando se dividieron los hunus en provincias [guarangas] y por encomiendas. Esta aclaración solo figura en Relación, entendemos que es posterior a la redacción del Tratado y es importante para comprender mejor el desarrollo que sigue entre los párrafos §103 al §112.

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años, más de quince mil hanegas y junto al camino; y se entendió que si fueran menester muchas más, no faltaran en el valle de aquellos depósitos conforme a la orden antigua. 101. Y como ya van entendiendo, la libertad que tienen de sembrar estas tierras y gozar de ellas para sí y para sus aprovechamientos, todas las comunidades, que acudían a sembrar, las [f. 48v] querrían agora para sí; aunque no fuesen de su propio pueblo. Y de aquí resultan tantos pleitos y diferencias. Porque algunos pueblos salían a sembrar para los dichos efectos en comarcas de los otros por diferente respeto o por haber muchos indios o pocas tierras1 en las suyas. 102. Y de esto sucede entenderse mal2 algunos pleitos y aún sentenciarse. Porque, en las probanzas que se hacen, todos prueban de tiempo inmemorial haber sembrado y cogido aquellas tierras. Y puestas las probanzas ante el juez, todas hinchen el interrogatorio de la parte, y atribuyéndolo a la facilidad de los testigos –la cual es muy grande– y sin que fuese verdad la posesión del sembrar y coger, la jurarían. Pero todos dicen verdad, y por no entenderse el origen de la cosa sobre que se pleitea, muchas veces la dan a cuya no es, y al verdadero señor y propietario lo dejan sin ello: o porque el otro presentó más testigos o porque fue más diligente o porque pagó mejor al procurador, escribanos y solicitadores. 103. Y si ante todas cosas, en semejantes pleitos, tuviesen los jueces un solo presupuesto: Que todos cuantos sembraban estas tierras no tenían algún aprovechamiento de lo que de ellas se cogía, no tratarían de este juicio posesorio; sino de la averiguación de cuyas eran cuando el Inca las dispuso para este efecto. [Nota comparativa: En §100 Relación se ha añadido detalles respecto a la participación del autor en el acopio del maíz para las tropas de la Gasca. En §101 sustituye «querrían que fuesen para sí» por «querrían que fuesen suyas». Añade «entendidas sus leyes y costumbres» en §104. Otros párrafos son versiones coincidentes, sin embargo están en un sector donde hay párrafos circundantes que son distintos.] 1 2

Suprimido «y» siguiendo a (Rel.-ms.). Añadido según (Rel.-ms.).

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nidades que acudían a sembrarlas querrían ahora que fuesen suyas, aunque no fuese de su propio pueblo. Y de aquí resultan tantos pleitos y diferencias: porque algunos pueblos salían a sembrar por los dichos efectos en comarcas de los otros (por diferentes respetos: o1 por haber muchos indios o pocas tierras2). Y lo mismo es en los pastos y cazaderos: que todo estaba distinto y amojonado y se tenían por moyas del Inca. 102. Y de esto sucede entenderse y aún sentenciarse mal los pleitos. Porque en las probanzas que se hacen todos prueban de tiempo inmemorial haber3 sembrado y cogido –cada una de las partes4– aquellas tierras. Y puestas las probanzas ante el juez, todas hinchen el interrogatorio de cada parte, y atribuyendo a la facilidad de los testigos –la cual es verdad que es muy grande– y sin que fuese verdad la posesión del sembrar y coger, lo jurarían. Pero todos dicen verdad, y por no entenderse el origen de la cosa sobre que se pleitea, muchas veces lo dan a cuyo no es, y el verdadero señor y propietario lo dejan sin ello: o porque el otro presentó más testigos o fue más diligente o pagó mejor al procurador o escribano que hace más al caso. 103. Y si ante todas cosas, en semejantes pleitos, tuviesen los jueces un solo presupuesto: Que todos cuantos sembraban esta tierra no tenían algún aprovechamiento de lo que de ella se cogía, no tratarían de este juicio posesorio; sino de la averiguación de cuyas eran cuando el Inca las diputó para este efecto. 104. Lo cual visto por vista de ojos y juntos los pueblos5 que pleitean en todas partes es6 negocio claro, entendidas sus leyes y costumbres. Porque no solamente a los que sembraban en tierras ajenas no se hace agravio en que no las siembren, pero aún considerado que de lo que cogían no llevaban aprovechamiento, se ha de entender que estén ahora reservados de aquel trabajo. 105. Y si alguno dijere que se han de dividir es7 juicio rústico [f. 15v], 1 2 3 4 5 6 7

«e» (Rel.-ms.). Seguimos al (Tra.-ms.). en las suyas. (Tra.-ms.) Añadido según (Tra.-ms.). «parte» (Rel.-ms.). Añadido según (Tra.-ms.). «e» (Rel.-ms.). Seguimos al (Tra.-ms.). «en» (Rel.-ms., Lam.). Seguimos al (Tra.-ms.) y al sentido: «juicio rústico» = juicio burdo, propio de un

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104. Lo cual por vista de ojos es negocio claro en todas partes y juntos los pueblos que pleitean queda sin duda. Porque no solamente a los que sembraban en tierras ajenas no se les hace agravio en que no siembren, pero aún considerado que de lo que cogían no llevaban cosa alguna, se ha de entender que están agora reservados de aquel trabajo. 105. Y si alguno dijere que se han de dividir es juicio rústico, porque dado caso que venían a sembrar en tierras ajenas para el Inca y para la religión, también en sus propias tierras hacían lo mismo. 106. Y cuando tal caso1 sucede, que es en algunas partes acá en la sierra, [f. 49r] la justicia es que cada uno se tenga sus tierras, que por los términos y mojones que dividen los pueblos verán cuáles son claramente. Y que lo del Inca y del Sol pues era de los indios –que en esto no hay duda–, sea de la comunidad de cada república y ellos paguen sus2 tributos como está tasado, pues es tan diferente.|| 107. *Con lo cual está quitado esta duda que es muy general en materia de pleitos. Y es que cuando así acaecía, que de unas provincias venían a sembrar a otras, presupuesto que todo lo que se cogía3 era para el Inca y sus depósitos y para lo que gastaba y consumía en los sacrificios y ofrendas4 de su desventurada5 religión, siempre tenía tierra diputada para esto que llaman suyos. 108. Y dado caso que venía la comunidad a sembrallo y cogerlo si estaba cerca, y si lejos enviaban a sus tiempos quien lo hiciese; pero siempre tenían de asiento algunos indios para regadores y guardas, cuyas viviendas eran en aquellos suyos y aunque estaban en tierra ajena, eran sujetos a sus caciques y no a los señores de la tierra donde residían –que es otro género de gente que los que llaman mitimas (porque estos salían de la sujeción de los caciques de su naturaleza). 109. Y al tiempo que la primera vez se visitó la tierra para repartirla, 1 «talla sa» (Tra.-ms.). Sustituido por «tal caso» siguiendo a (Rel.-ms.). 2 «su» (Tra.-ms.). Seguimos a (Rel.-ms.). 3 «....» (Tra.-ms.). Según (Rel.-ms.) «se cogía». 4 «....» (Tra.-ms.), «y ofertas», (Rel.-ms.). Ninguna de las dos versiones (Relación y Tratado) da con el término que probablemente haya usado el autor: «ofrendas». 5 «desventura de» (Tra.-ms.). Seguimos a (Rel.-ms.).

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porque dado caso que venían a sembrar en tierras ajenas para el Inca y para su religión, lo mismo hacían en sus propias tierras, adonde tenían así mismo chácaras diputadas para esto. 106. Y cuando tal caso sucede, que es en algunas partes acá en la sierra, la justicia es que cada uno se quede en sus tierras y las siembre para sí, que por los términos y mojones que dividen los pueblos verán cuáles son claramente. Y que pues lo1 del Inca y del Sol era2 de los indios –que en esto no hay para qué poner duda–, sea de la comunidad de cada república3 y ellos paguen su tributo como está tasado, pues es tan diferente de lo que solía. 107. *Con lo cual queda quitada una duda que es muy importante en materia de pleitos: Es que cuando así acaecía –que de unas provincias venían a sembrar a otras, presupuesto que todo lo que se cogía era para el Inca y se ponía en sus depósitos y para lo que se gastaba en los sacrificios y ofrendas4 de su desventurada religión– siempre tenía tierra diputada para esto que llaman suyos. 108. Y dado caso que de algunas partes venía la comunidad a sembrarlo y cogerlo si estaba cerca, y si lejos, enviaban a sus tiempos quien lo hiciese, pero siempre tenían de asiento algunos indios para regadores y guardas, cuyas viviendas eran en aquellos suyos5. Y6 aunque estaba en tierra ajena, eran sujetos a sus caciques y no a los señores de la tierra donde residían –que es otro género de gente muy notoria7 que los que llamaban mitimaes porque estos salían de la sujeción de los caciques y de su naturaleza. 109. Y al tiempo que la primera vez se visitó la tierra para repartirla, estos indios que se hallaron en algunos valles (como está hecha relación, que estaban puestos para el efecto susodicho) contáronlos y repartiéronlos con los del mismo valle, de manera que los sacaron de la sujeción de sus principales, ignorante en tal asunto. 1 «los» (Rel.-ms.). Seguimos al (Tra.-ms.). 2 «eran» (Rel.-ms.). Seguimos al (Tra.-ms.). 3 = conjunto de pueblos. 4 «ofertas» (Rel.-ms., Lam.). En blanco en (Tra.-ms.). No tendría sentido de otra manera. 5 «sitios» (Rel.-ms., Lam.). Seguimos al (Tra.-ms.). 6 «o» (Rel.-ms.). Seguimos al (Tra.-ms.). 7 = muy distinta.

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estos indios que se hallaron en algunos valles (como tengo dicho, estaban puestos para el efecto susodicho) contáronlos y repartiéronlos con los del mismo valle, de manera que los sacaron de la sujeción de sus caciques, y los repartieron sin ellos y los dieron encomendero diferente. [Nota comparativa: En la mayor parte de estos párrafos hay añadidos u otros cambios en Relación respecto a la versión de Tratado. Hay cambios léxicos como «general» por «importante» (§107), «caciques» por «principales» (§109) y añadidos que suelen especificar la información: «de lo que solía» (§106) «de algunas partes» (§107).]

110. No trato yo aquí si fuera mejor de otra manera o de aquella que se hizo, porque está ya hecho y no tiene remedio. Pero la duda es agora que acaece1 los caciques de estos indios llevárselos a sus tierras y después pretender las tierras que sembraban para la razón y efectos sobredichos. Lo cual es gran agravio. 111. Porque si acaso el negocio no se entiende: dejarán2 a los del valle adonde residían aquellos que venían [f. 49v] a sembrarlos, de más3 cargados con el tributo de aquello que les cabía a los que llevaron y de más de esto desposeídos de sus tierras con que fueron tasados al tiempo de la visita. Y aunque se tuvo consideración para la contribución de maíz y trigo con que se les mandó acudir a sus encomenderos, finalmente es la justicia que los indios vuelvan adonde fueron visitados y contribuyan con los que fueron tasados pues así lo quiso Su Majestad y las tierras se queden para aquellos y los demás del valle. Y considerado lo que se hizo y como ahora está ni se puede alterar ni darles otro medio porque ninguno reciba agravio.|| [Nota comparativa: Los párrafos §110 y §111 son bastante distintos entre las versiones de Relación y Tratado, por la forma y los detalles de la información que dan o añaden. No existe el párrafo §112 en Tratado. En el párrafo §111 de Tratado solo hay una parte común (al final del mismo) que corresponde parcialmente a lo que en Relación está situado de manera separada (en los párrafos §111 y §112 de la presente edición). 1 2 3

«acaue» (Tra.-ms.). Seguimos a (Rel.-ms.). «se harán» (Lam.). = además de.

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y los repartieron sin ellos y les dieron diferente encomendero. 110. No trato yo aquí si se pudiera hacer [f. 16r] mejor de otra manera que de la que se hizo, porque está ya hecho y no tiene remedio. Pero la duda es agora que acaece los caciques de estos indios llevárselos a sus tierras1 y después2 pretender tener derecho a las chácaras o suyos que sembraban para el Inca. Lo cual habiéndose de probar por probanza, es imposible acertarse sin entender el fundamento dicho: porque éstos3 están repartidos y tasados con los de los valles y con sus tierras, y cualquiera que [los] lleve encarga4 el tributo de aquél5 sobre los que quedan y les sacan de la encomienda, y es grande el agravio.i 111. Que en lo demás de las tierras es negocio tan claro que no le pueden errar los jueces, sino lo quieren hacer de industria6, porque la encomienda se hizo con sus tierras y a ellas se tuvo consideración cuando se tasaron. Y los que de allí7 venían a sembrar ni tienen, ni pueden pretender derecho a ellas por ninguna vía; porque allende de no ser suyas, lo que de ellas se cogía –ni todo ni parte– no era para ellos. Y cuando se tasaron, en la manifestación que todos hicieron en las visitas, ninguno manifestó sino sus propias tierras, y a éstas se tuvo consideración en la tasa en lo que toca a comida de trigo y maíz. 112. Finalmente, que la justicia es que los indios vuelvan adonde fueron tasados y visitados, y contribuyan en sus encomiendas, pues así se hizo por los que tuvieron poder de Su Majestad; y las tierras se queden a sus dueños, y a estos conforme a [como fueron repartidos en] las encomiendas. Porque considerado lo que se hizo y como ahora está, ni se puede alterar, ni darles otro remedio para que ninguno reciba agravio; si no se mudase todo, que es negocio imposible.

1 2 3 4 5 6 7

≈ la duda surge cuando a la hora que los caciques se los llevan a sus tierras y... Suprimida la repetición de «y después». = los indios que los caciques pretenden llevar de vuelta a sus tierras. = carga (el tributo). = aquellos. Es decir el tributo que pagaban aquellos que se van. = intencionalmente. (AUT). = de otra parte.

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Con respecto a quién debe finalmente quedarse con las tierras en litigio se dice: «aquellos y los demás del Valle» (§111 Tratado) y «con sus dueños» (§112 Relación). La primera opción aparentemente podría incluir a esos residentes temporales junto a los dueños originarios que habitan en el Valle. Pero la segunda opción aparentemente los excluye.]

6.2. [otros casos sobrE posEsión dE tiErras] 113. *Todo esto se entiende si aquellas tierras que venían a sembrar no fueron diputadas al principio para comida de aquellos que las sembraban. Lo cual se entenderá claro, conforme a la costumbre de éstos, si su tierra era estéril y en ella no se daba comida, a lo menos de aquello que venían a sembrar, como en el Collao (que ni cogen ni pueden coger maíz) porque en tal caso recibirían agravio los que las sembraban1, en quitárselas. 114. Y así le recibieron los de aquella provincia en quitarles los indios y las tierras que tenían en la costa de la mar, que los pusieron debajo de la jurisdicción de Ariquipa cuando se pobló, no entendiendo los gobernadores la orden que los indios tenían. 115. Y en tiempo del marqués de Cañete visorrey que fue de estos reinos, por información que yo le hice de esto volvió los suyos a la provincia de Chuquito, poniéndole por delante que pues estaban en cabeza de Su Majestad diese otros al que los tenía y así lo hizo y los indios quedaron remediados y la provincia con mucha más claridad con aquello. Pero todos los demás padecen necesidad por esta razón, aunque con ganado la suplen porque tienen grande aparejo para traello [f. 50r] de donde lo hallan. 116. Con todo eso, si al principio se entendiera, dejando su posibilidad y orden a cada hunu2 sin dividirse –ni apartarlos– se pudieran hacer las encomiendas. De suerte, que el tributo y encomenderos fuera como es; y la división de ella quedara repartida, de suerte que pagando los indios lo mismo no pasaran necesidad y lo3 hicieran con más descanso. [Nota comparativa: Se precisa la mención a las ‘probanzas’ en Relación (§113) 1 2 3

«sembrarían» (Tra.-ms.). Seguimos a (Rel.-ms.). Aquí interpretamos «uno» como «hunu», ya que en la versión de Relación es ‘provincia’. «los» (Tra.-ms.). Seguimos a (Rel.-ms.).

Relación acerca del notable daño de no guardar a los indios sus fueros

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6.2. [otros casos sobrE posEsión dE tiErras] 113. *Todo esto se entiende si aquellas tierras que venían a sembrar no fueran diputadas al principio para comida de aquellos que las sembraban. Lo cual se entenderá claro, conforme a la costumbre de éstos, –si faltaran probanzas– cuando su tierra era tan estéril o no se daba comida, a lo menos de aquello que venían a sembrar (como en todo el Collao que ni cogen ni pueden coger maíz). Porque en tal caso recibieron agravio los que las sembraban, en quitárselas. 114. Y así fue en todos los de aquellas provincias [del Collao] en quitarles los indios y las tierras que tenía en la costa [f. 16v] de la mar, de que se hicieron particulares encomiendas y los pusieron debajo de la jurisdicción de la ciudad de Ariquipa, cuando se pobló, no entendiendo los gobernadores la orden que los indios tenían. 115. Y así gobernando estos reinos el marqués de Cañete, se trató esta materia, y hallando verdadera esta información que yo le hice, queriéndola saber de mí, y el remedio que podía tener, se hizo de esta manera: Que a la provincia de Chucuyto se le volvieron los indios y las tierras que tenía en la costa, en el tiempo del Inca, donde cogían sus comidas. Y a Juan de San Juan, vecino de Ariquipa, en quien estaban encomendados, se le dieron otros que vacaron en aquella ciudad, y así quedó aquella provincia remediada. Y lo mismo se había de hacer en todas las demás, si fuera posible. Aunque1 con el ganado suplen su necesidad, porque tienen grandes aparejos para traerlo2 de donde lo hallan y a poca costa con sus rescates. 116. Con todo eso, si al principio se entendiera, dejando su posibilidad y orden a cada provincia3 sin dividirse ni apartarlos se pudieran hacer las encomiendas. De suerte que el tributo y encomenderos fuera como ahora son; y la división de ellos quedara repartida4, de suerte que pagando los indios lo tasado –y aún algo más– no pasaran necesidad y lo hicieran con más descanso. 117. Porque esta regla –que en todo lo que se hubiere de ordenar convie1 2 3 4

las demás provincias. = traer lo que necesitan. = hunu. (Tra.-ms.) «repartido» (Rel.-ms., Lam.). Seguimos al (Tra.-ms.).

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y se añade información de hechos en los que ha habido participación personal del autor, especialmente la devolución de tierras a los aymaras de Chucuito (§115). Se sustituye hunu por ‘provincia’ (§116).]

117. Porque esta regla –que en todo lo que se hubiere de ordenar [conviene saber la costumbre de estos naturales y orden]1 que tuvieron para sustentarse y poblarse, y su conservación como los hallamos y arrimándonos a aquello ordenar lo que sobre ello pareciere, quitando lo justo y añadiendo lo justificado– siempre es provechosísimo. Porque cualquiera que tomare otro camino, creyendo ponerles orden nueva, aprisa y quitarles la suya, saldrá con dejarles sin ninguna, y que ellos ni él no se entiendan. Y no conseguirá otro efecto, lo cual por ser cosa natural no son menester razones. 118. Aunque bastaría una que no tiene respuesta, que para2 hacerlos cristianos que está sabido el camino y tenemos por maestro a quien no pudo errar. Y sabida la orden, con todo eso es necesario saber sus opiniones y costumbres para quitarles las malas y predicarles para contra ellas y ayudarnos de aquello3 que por ley natural ellos hubieron alcanzado, para que tenga fundamento lo que se hiciere y con menos trabajo vengan en conocimiento de la verdad.|| [Nota comparativa: En Relación se desarrolla las consecuencias negativas de no haber averiguado lo suficiente sobre la antigua religión indígena para una efectiva evangelización (párrafo §119 que no figura en Tratado).]

7. [cómo no podrán dEjar su tiErra y hábito y Las utiLidadEs quE dE ELLo rEsuLtan] 120. *De lo cual se entenderá un yerro4 que se hace ordinario y con el tiempo5 ha de venir a ser pernicioso y es de no haber sabido al principio la orden de estos naturales en su población, y mediante la cual se conservaron, 1 Insertamos entre corchetes la línea omitida en la versión de Tratado. 2 «con para» (Tra.-ms.). Seguimos a (Rel.-ms.). Es un caso de dos alternativas excluyentes (con / para) que sin embargo permanecen por algún error u omisión. 3 «aquella» (Tra.-ms.). Seguimos a (Rel.-ms.). 4 «....» (Tra.-ms.). Añadimos «un yerro» siguiendo a (Rel.-ms.). 5 Suprimida la repetición «que se hace ordinario».

Relación acerca del notable daño de no guardar a los indios sus fueros

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ne ·1 saber la costumbre de estos naturales y orden que tuvieron para sustentarse y poblarse, y para su conservación como los hallamos y arrimándonos a aquello ordenar lo que sobre ello pareciere, quitando lo injusto y añadiendo lo justificado– siempre se hallará provechosa. Porque cualquiera que tomare otro camino, creyendo ponerles nueva orden aprisa, quitándoles la suya, saldrá con dejarles sin ninguna, y que ellos ni él no se entiendan. Y no conseguirá otro efecto, lo cual por ser cosa natural no son menester razones. 118. Aunque bastaría una que no tiene respuesta, que aunque para hacerlos cristianos está sabido el camino y tenemos por maestro a la misma Sabiduría, es necesario saber sus opiniones y costumbres para quitárselas, predicándoles primero contra ellas, y ayudarnos de aquello que por ley natural ellos hubieron alcanzado, porque2 tenga fundamento lo que se hiciere y con menos trabajo vengan en conocimiento de la verdad. 119. El cual yerro ha sido tan grande, que los muy predicados y enseñados, dan [f. 17r] por descargos –después de bautizados– de hacer sus fiestas y conservar sus ídolos, haber entendido que era negocio compatible con lo que se le enseñaba. Lo cual pasó delante de mí, y en presencia del Obispo de esta ciudad en cierta congregación que yo hice hacer en la Iglesia Mayor para tratar con los naturales esta materia.

7. *[cómo no podrán dEjar su tiErra y hábito y Las utiLidadEs quE dE ELLo rEsuLtan] 120. De lo cual se entenderá un yerro que se hace ordinario y con el tiempo ha de ser pernicioso, y es de no haber sabido de principio la orden de estos naturales en su población, y mediante la cual se conservaron, porque sin ella fuera dificultoso y aún imposible, entendida la calidad de la tierra y su propia condición. Aunque principalmente se ha de tener consideración para su gobierno. 121. Y es la obligación que cada uno tenía de no dejar su tierra ni hábito. Con lo cual, entendida una vez la división de todo el reino y la cantidad de 1 2

«a» (Rel.-ms., Lam.). Suprimida por sentido. = para que.

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que sin ella fuera dificultoso y aún imposible y entendida la calidad1 de la tierra. Aunque2 principalmente se ha de tener consideración para su gobierno. [Nota comparativa: A partir del §121 hasta el párrafo §153 consideramos que todas las diferencias están originadas por los errores y lapsus de copistas, es decir, en dicho intervalo, ambos manuscritos se basan en un original común.]

121. Y es la obligación que cada uno tenía de no dejar su tierra ni hábito. Con lo cual, entendida una vez la división de todo el reino y la cantidad [f. 50v] de gente de cada provincia, y las provincias que estaban debajo de cada hunu3 –que llamaron estos diez mil indios casados– las contribuciones y distribuciones eran facilísimas, sin recibir ninguno agravio. Porque poco más o menos siempre estaban en un ser –considerados muertos y nacidos–, sin haber necesidad de contarlos en mucho tiempo después que el Inca los puso debajo de su dominio. 122. Y esta orden en que se conservaron –hasta que entraron en la de Su Majestad– la cual aunque fue medio para tenerlos más sujetos, era la misma que convenía y conviene para hacellos cristianos, y entender cada uno cómo vive. Y en caso que tratando materia de libertad quisiese decir alguno que era áspera, pero –habiéndolos hallado en ella tan conservados y ricas las comunidades– necesario es sustentarla, hasta que en ellos mismos se conociese capacidad para dejarlos con más libertad. 123. Pues si siempre pareciese dañosa, no sería Su Majestad obligado a dársela, ni sería justo que sin averiguar esto muy bien, se la diese, pues están debajo de su amparo, y el principal título con que tiene el patronazgo es la conversión y doctrina. Mayormente que aún para la orden en que se pusieron con estas encomiendas al principio, y para que en la contribuciones y divisiones de ellas, no reciban sinjusticia4, y para quitar los subsidios a que cada día les obligan– es necesario por lo siguiente5: 124. *Lo primero, tratemos de la conversión brevemente, aunque no sea 1 2 3 4 5

«caridad» (Tra.-ms.). Seguimos a (Rel.-ms.). «aquí» (Tra.-ms., Lam.). Seguimos a (Rel.-ms.). «vno» (Tra.-ms.). «sin justo» (Tra.-ms.). Seguimos a (Rel.-ms.). «....» (Tra.-ms.). Seguimos a (Rel.-ms.).

Relación acerca del notable daño de no guardar a los indios sus fueros

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gente de cada provincia, y las provincias que estaban debajo de cada hunu1 –a que llamaron2 a estos diez mil indios casados– las contribuciones y distribuciones eran facilísimas, sin recibir ninguno agravio. Porque poco más o menos siempre estaban en un ser –considerados muertos y nacidos– sin haber necesidad de contarlos en mucho tiempo después que el Inca los puso debajo de su dominio. 122. Y esta orden en que se conservaron –hasta que entraron en el de Su Majestad– la cual aunque fue medio para tenerlos más sujetos, era la misma que convenía y conviene para hacerlos cristianos, y entender cada uno cómo vive. Y en caso que tratando materia de libertad quisiese3 decir alguno que era áspera, pero –habiéndolos hallado en ella tan conservados y ricas4 las comunidades– necesario es sustentarla, hasta que en ellos mismos se conociese capacidad para dejarlos con más libertad. 123. Porque si siempre pareciese dañosa, no sería Su Majestad obligado a dársela, ni sería justo que sin averiguar esto muy bien se la diese, pues están debajo de su amparo, y el5 principal título con que tiene el patronazgo es la conversión6 y doctrina. Mayormente, que aun para la orden en que se pusieron con estas encomiendas al principio, y para que en7 la contribución [f. 17v] y división de ellas, no reciban sinjusticia, y para quitar los subsidios a que cada día los obligan, es necesario por lo siguiente. 124. *Lo primero, trataremos de la conversión brevemente, aunque no sea este su lugar. La orden que hasta ahora se ha puesto y entablado –no con poco trabajo– por los prelados en las visitas de la gente de cada provincia y cada pueblo de ella por sí, y el libro que de ello tienen los sacerdotes por el cual consta cuáles son bautizados y casados, y quién tenía más de una mujer y quién estaba casado en ley natural, y el remedio que en ello se puso para que con la mudanza de los sacerdotes no se quitase la orden que en todo 1 2 3 4 5 6 7

«uno» (Rel.-ms.). «lo amaran» (Rel.-ms.). «quisiere» (Lam.). «ricos» (Rel.-ms.). Seguimos a (Tra.-ms.) «en» (Rel.-ms.). Seguimos al (Tra.-ms.). Tachado parcialmente «combersaçion». «con» (Rel.-ms., Lam.). Seguimos al (Tra.-ms.).

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este su lugar. La orden que hasta agora se ha puesto y entablado –no1 con poco trabajo– por los prelados es la visita de las gentes de cada provincia y cada pueblo de ella por sí, y el libro que de ello tienen los sacerdotes por el cual consta cuáles son bautizados y casados, y quién tenía más de una mujer y quién estaba casado según ley natural, y el remedio que en ello se puso para que con la mudanza de los sacerdotes no se quitase la orden que en todo estaba dado ni hubiese [f. 51r] variedad, sino continuación, con la noticia que de lo hecho se podía tener por la relación contenida en el libro. De manera que el principio y fundamento del negocio ha sido que el pastor conozca sus ovejas y ellas a él, para que sepa la enfermedad de cada una. 125. Y esta orden suya antigua que es no mudarse cada uno de su pueblo, ayudó para esto maravillosamente y es fácil de conservar que2 es propia, con lo cual, el miedo y las visitas, y continuación de averiguar lo3 que sobre todo pasa cuando alguno excede, los refrenan y escarmientan para que vivan menos mal que solían. Y el tiempo cura sus desórdenes, de manera que ayudándonos de él, podríamos poner estos naturales en los términos que se pretende. 126. Todo lo cual queda inútil y sin fundamento: Porque bien claro está que habiendo guaridas adonde uno se vaya con la manceba que le quitan o con la hermana4 que tomó por mujer, sin que haya facultad de volvelle. Que para toda la diligencia que se pone está en las manos el remedio. Especialmente que la hacienda que deja en el pueblo dondequiera que se vaya, se la dan, que son aquellas tierras que siembran. Y reitéranse los sacramentos del bautismo y del matrimonio tan ordinario, que es averiguado que no hay ninguno que se vaya que no se case dos veces y bautice otras tantas. 127. Y en caso que lleve la mujer prohibida o deje la legítima –de que se cansó– es el daño notable, porque si va solo danle otra; y si lleva la prohibida, no se puede saber el perjuicio ni los sacerdotes pueden dejar de errar. Finalmente, si su orden cuanto a esto se quebrantase con todos los presupuestos que están hechos, considerado que lo que es de uno ha de ser de muchos, 1 2 3 4

Añadido según (Rel.-ms.). «porque» (Rel.-ms.). Añadido según (Rel.-ms.). «humana» (Tra.-ms.). Seguimos a (Rel.-ms.).

Relación acerca del notable daño de no guardar a los indios sus fueros

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estaba dado ni hubiese variedad, sino continuación, con la noticia que del hecho se podía tener por la relación contenida en el libro. De manera que el principio y fundamento del negocio ha sido que el pastor conozca a sus ovejas y ellas a él, para que sepa la enfermedad de cada una. 125. Y esta orden suya antigua que es no mudarse cada uno de su pueblo, ayuda para esto maravillosamente y es fácil de conservar porque es propia, con el cual, el miedo y las visitas, y continuación de averiguar lo que sobre todo pasa, con algún castigo cuando alguno excede, los refrena y escarmienta para que vivan menos mal que solían. Y el tiempo cura sus desórdenes, de manera que ayudándonos de él, podríamos poner a estos naturales en los términos que se pretende. 126. Todo lo cual queda inútil y sin fundamento: Porque bien claro está que habiendo guarida adonde uno se vaya con la manceba que le quiten o con la hermana que tomó por mujer, sin que haya facultad de volverle. Que para todas las diligencias que se pone1 está en la mano el remedio. Especialmente que la hacienda que deja en el pueblo dondequiera que se vaya, se la dan, que son aquellas tierras que siembra. Y reitéranse2 los sacramentos del bautismo, del matrimonio, tan ordinario, que es averiguado que no hay ninguno que se vaya que no se case dos veces y bautice otras tantas. 127. Y en caso que lleve la mujer prohibida o deje la legítima –de que se cansó– es el daño notable, porque si va solo, dándole otra... Y si lleva la prohibida no se puede saber [f. 18r] el perjuicio3 ni los sacerdotes pueden dejar de errar. Finalmente, si su orden cuanto a esto se quebrantase con todos los presupuestos que están hechos, considerado que lo que es de uno ha de ser de muchos, y todas las diligencias eclesiásticas quedan inútiles, no guardándoles su orden cuanto a esto. 128. *Lo segundo, cuanto a lo que de parte de Su Majestad se ha hecho hasta ahora, todo queda sin fundamento. Porque lo sustancial ha sido las visitas, y tasas que por virtud de ellas se ha hecho, de las cuales la principal ha sido averiguar el número. Y conforme a el habido, respecto a la comarca 1 2 3

Poner: = «trabajar para un fin determinado» (DRAE). = se vuelven (a bautizar, casar). «retíranse» (Rel.-ms., Lam.). Seguimos al (Tra.-ms.). «por juicio» (Rel.-ms.). Seguimos a (Tra.-ms.).

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todas las diligencias eclesiásticas quedan inútiles, no guardándoles su orden cuanto a esto.|| 128. *Lo segundo, cuanto a lo que de parte1 de Su Majestad se ha hecho hasta agora, todo queda sin fundamento. [f. 51v] Porque lo sustancial ha sido las visitas y tasas que por virtud de ellas se ha hecho, de las cuales lo principal ha sido averiguar el número. Y conforme a el habido, respecto a la comarca y granjerías, tasar la contribución y cantidad con que han de acudir los de un repartimiento. Y conforme a este número así mismo, los indios han dividido la distribución por ayllos y parcialidades. 129. Y claro está que si diez indios se salen de un repartimiento para irse al otro, que la tasa del uno se aumenta y cargan sobre los que quedan y la del otro se disminuye. Y que todas las veces que el principal dijese «aquéllos fueron contados y tasados en mi tierra y se me han ido a tal repartimiento», que habiendo de hacelles justicia se ha de hacer una de dos cosas: O mandalles que vuelvan y acudan con su tasa2, o descontar aquello menos del tributo que se les tasó respecto de las personas que fueron. Y luego también sería justicia que al repartimiento donde se fueren, se añadiese aquello más en el tributo conforme al número. 130. Y considerado que según la molestia y pesadumbre que de una visita3, aunque se haga en veinte años una vez, ·4 (entendido lo que pasan) reciben más daño5 los indios, que en el tributo que dan en todos veinte años, sin ninguna duda. Por las razones que adelante se dirán6 hanse de excusar lo más que fuere posible. 131. Y no guardándoles su orden, nadie puede negar que en cada año es menester una visita y otra tasa, que tendría yo –y aun los indios– por menor daño que les doblasen el tributo. Especialmente que si ellos entendiesen del todo que semejante cosa se permitía conocida su condición, y entendido que dondequiera [que se fueran] les han de hacer buen acogimiento –y aún reser1 2 3 4 5 6

«parece» (Tra.-ms.). Según (Rel.-ms.) «de parte», «casa» (Tra.-ms.). Seguimos a (Rel.-ms.). reciben. Suprimido «a» según (Rel.-ms.). Suprimida la repetición «reciuen mas daño» (Tra.-ms.). «dieran» (Tra.-ms.). Seguimos a (Rel.-ms.).

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y granjerías, tasar la contribución y cantidad con que han de acudir los de un repartimiento. Y conforme a este número así mismo, los indios han dividido1 la2 distribución por ayllos y parcialidades. 129. Y claro está que si diez indios se salen de un repartimiento para irse a otro, que la tasa del uno se aumenta y carga sobre los que quedan y la del otro se disminuye. Y que todas las veces que el principal dijese «aquéllos fueron tasados y contados en mi tierra y se me han ido a tal repartimiento», que habiendo de hacerles justicia se ha de hacer una de dos cosas: O mandarles que vuelvan y acudan con su tasa, o descontar aquello menos del tributo que se les tasó respecto de las personas que fueron3. Y luego también sería justicia que el repartimiento donde se fueron, se añadiese más en el tributo conforme al número. 130. Y considerado que según la molestia y pesadumbre de una visita, aunque se haga en veinte años una vez, (entendido lo que pasa) reciben más daño los indios,4 que en el tributo que dan en todos veinte años, sin ninguna duda. Por las razones que adelante se dirán hanse5 de excusar6 lo más que fuere posible. 131. Y no guardándoles7 su orden, nadie puede negar que en cada año es menester una visita y otra tasa, que tendría yo –y aun los indios– por menos daño que los doblasen el tributo. Especialmente que si ellos entendiesen del todo que8 semejante cosa se permitía, conocida su condición, y entendido que dondequiera [que se fueran] les han de hacer buen acogimiento –y aún reservarlos [f. 18v] dos años porque asienten– que habría una mudanza tan notable y tan ordinaria que de ninguna orden que se pusiese en la tierra se podría hacer cuenta a lo más largo por más de seis meses. 132. Cuanto más que entendida la [orden] de los mitimaes que el Inca 1 2 3 4 5 6 7 8

«debido» (Rel.-ms.). Seguimos al (Tra.-ms.). «las» (Rel.-ms.). Seguimos al (Tra.-ms.). «fueren» (Rel.-ms., Lam.). Seguimos al (Tra.-ms.). en una visita. «así» (Rel.-ms.). Seguimos al (Tra.-ms.). = evitar. «guardarles» (Rel.-ms.) Seguimos al (Tra.-ms.). Añadido según (Tra.-ms.).

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vallos dos años porque asienten– [f. 52r] que habría una mudanza tan notable y tan ordinaria, que de ningún orden que se pusiese en la tierra se podría hacer cuenta a lo más largo por más de seis meses.|| 132. *Cuanto más que entendida la de los mitimas que el Inca puso de unos repartimientos en otros y que las encomiendas se hicieron como se hallaron; que entendiendo1 los caciques que les queda facultad a los indios para volverse donde el Inca los sacó, que muchas encomiendas quedarían inútiles y mucha tierra despoblada, y toda la buena orden perecería sin ningún remedio. Y aún la tierra, antes de mucho tiempo, quedaría sin fundamento ni sin sujeto para podelle dar traza en2 ninguna cosa, ni de gobierno ni de doctrina. 133. De manera que con estas contribuciones para que haya orden y la pueda haber entre los naturales, lo principal es que entiendan que, a lo menos, hasta que se dé otra, ninguno puede salirse a vivir de su natural de los que estaban presentes y se visitaron y tasaron juntos. 134. Para lo cual no se ha de tomar argumento de lo que se hace en México. Porque allende de ser diferente la gente –y la tierra dende el principio tuvo orden y en ésta empiézase a poner agora– y aunque un indio se vaya a otra parte, no por eso dejan de cobrar de él tributo con tener más indios un repartimiento que acá toda la tierra. Y aún esto es también razón de diferencia, porque hay en estas partes vecino que tiene de encomienda cincuenta indios mitimaes,3 o sacados antiguamente de alguna provincia, y si el cacique se los lleva, queda la encomienda inútil y la tierra donde estaban despoblada. Y lo primero, pierde a quien se encomendaron sus méritos y gratificación; lo segundo, queda la proporción y población [f. 52v] deshecha. 135. Que aún sin estas permisiones es este reino muy despoblado, y la más tierra de él sería de trabajosa habitación si no fuese por los ganados que conserva la gente que vive en tierra estéril y con ellos son abundosamente proveídos de todo lo que nace en la [tierra] fértil. Y por esta razón se ha de tener gran consideración a la conservación de estas ovejas de la tierra.||

1 2 3

«entienden» (Tra.-ms.). Seguimos a (Rel.-ms.). «y» (Tra.-ms.). Seguimos a (Rel.-ms.). Añadido según (Rel.-ms.).

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puso de unos repartimientos en otros y que las encomiendas se hicieron como se hallaron; que entendiendo1 los caciques que les queda facultad a los indios para volverse donde el Inca los sacó, que muchas encomiendas quedarían inútiles y mucha tierra despoblada, y toda la buena orden perecería sin ningún remedio. Y aún la tierra, antes de mucho tiempo, quedaría sin fundamento ni sin sujeto para poderle dar traza en ninguna cosa, ni de gobierno ni de doctrina. 133. De manera que en esta contribución y distribuciones, para que haya orden y la pueda haber entre los naturales, lo principal es que entiendan que, a lo menos que hasta que se dé otro [orden], ninguno pueda salirse a vivir de su natural de los que estaban presentes y se visitaron y tasaron juntos. 134. *Para lo cual no se ha de tomar argumento de lo que se hace en México. Porque allende de ser diferente la gente –y la tierra dende2 el principio tuvo orden y en ésta se empieza a poner ahora– y aunque un indio se vaya a otra parte, no por eso dejan de cobrar de él el tributo, con tener más indios un repartimiento que acá toda la tierra. Y aún esto también es razón de diferencia, porque hay en estas partes vecino que tiene de encomienda cincuenta indios mitimaes, o sacados antiguamente de alguna provincia y si el cacique se los lleva, queda la encomienda inútil y la tierra donde estaban3 despoblada. Y en lo primero pierde a quien se encomendaron sus méritos y gratificación; y lo segundo, queda4 la proporción5 y población deshecha. 135. Que aún sin estas permisiones es este reino muy despoblado y la más tierra de él sería de trabajosa habitación si no fuese por los ganados que conserva la gente que vive en tierra estéril y con ellos son abundosamente proveídos de todo lo que nace6 en la [tierra] fértil. Por esta razón se ha de tener gran consideración a la conservación de estas ovejas de la tierra. [f. 19r]

1 «que entendiendo que» (Rel.-ms.), «que entienden» (Tra.-ms., Lam.). Seleccionamos de ambos manuscritos para quedarnos con «que entendiendo». 2 «donde» (Rel.-ms.), «desde» (Lam.). Seguimos al (Tra.-ms.). 3 «estaba» (Rel.-ms.). Seguimos a (Tra.-ms.) 4 «que» (Rel.-ms.). Seguimos al (Tra.-ms.). 5 «proposición» (Rel.-ms.). Seguimos al (Tra.-ms.). 6 «más» (Rel.-ms.). Seguimos al (Tra.-ms.).

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136. *Así mismo hace a nuestro propósito que en Nueva España es1 la tierra llana, y la gente –aunque mucha– entre ellos muy conocida, están muy bien poblados, y los pueblos muy grandes, y la gente junta. Y como todos ven en estas provincias tienen un repartimiento con mil vecinos cincuenta leguas de tierra, y en Méjico en una legua hay cincuenta mil vecinos en algunas partes. Así que no hay proporción para que las costumbres y ordenanzas de la una parte puedan cuadrar ni aprovechar para la otra. 137. Bien sabía esto aquel bienaventurado y prudente varón don Antonio de Mendoza, cuya memoria en Indias se perderá tarde, y cuya pérdida Su Majestad y la gente que en él vive sentirá cada día más. Pues al cabo de un año que había tratado las cosas de esta tierra aunque con enfermedades, con haber puesto la orden en México en tan largo discurso de tiempo, decía que: 138. Primero que mudase ni ordenase cosa ninguna en este reino había de hacer tres cosas: la primera, ver la tierra; la segunda, conocer la capacidad de los indios; la tercera, saber sus costumbres y fueros y manera de vivir y tributar antigua. Y que sabido esto, lo primero había de ser poblallos en comunidades en cuanto sufriese la calidad de la tierra y su necesidad. 139. Para lo que había menester más salud y menos años que tenía cuando llegó a esta [f. 53r] tierra. Pero era tan enemigo de errar, que en ninguna cosa andaba a tiento, y muy pocas tuvo necesidad de enmendar ni hacellas de otra manera que como una vez las había ordenado y proveído.

8. [La ordEn quE tuviEron En Los pastos, montEs y cazadEros] 140. Lo mismo hicieron los incas en la división de los pastos y cazaderos y montes. Que dado caso que las tierras inhabitables por razón del mucho frío son pastos apropiados para los ganados de los naturales, también los dividieron y amojonando apropiando los términos en cada provincia conforme a la división que hicieron de los ganados. Porque los que aplicaron para el Sol tenían sus términos limitados donde habían de pacer; y los del Inca asimismo tuvieron amojonado el suyo. Y también estaba señalado término para el ganado de la comunidad, de manera que todas pacían, cada uno sin 1

«en» (Tra.-ms.). Seguimos a (Rel.-ms.).

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136. *Así mismo hace a nuestro propósito que en1 Nueva España es la tierra llana, y la gente –aunque mucha– entre ellos muy conocida, están muy bien poblados, y los pueblos muy grandes, y la gente junta. Y como todos ven que en estas provincias tienen un repartimiento con mil vecinos cincuenta leguas de tierra, y en México en2 una legua hay cincuenta mil vecinos en algunas partes. Así que no hay proporción para que las costumbres y ordenanzas de una parte se puedan cuadrar ni apropiar para otra. 137. Bien sabía esto aquel bienaventurado y prudente varón don Antonio de Mendoza, cuya memoria en las Indias se perderá tarde, y cuya pérdida Su Majestad y la gente que en ellas vive sentirá cada el día más. Pues al3 cabo de un año que había tratado las cosas de esta tierra aunque con enfermedades, con haber puesto la orden en México en tan largo discurso de tiempo, decía que: 138. Primero que mudase ni ordenase cosa ninguna en este reino había de hacer tres cosas: la primera, ver la tierra; la segunda, conocer la capacidad de los indios; la tercera, saber sus costumbres y fueros y manera de vivir y4 tributar antiguamente. Y que sabido esto, lo primero había de ser poblarlos en comunidades en cuanto sufriese la calidad de la tierra y su necesidad. 139. Para lo cual había menester más salud y menos años que tenía cuando llegó a esta tierra. Pero era tan enemigo de errar, que en ninguna cosa andaba a tiento, y muy pocas tuvo necesidad de enmendar ni hacerlas de otra manera que como una vez las había ordenado y proveído.

8. *[La ordEn quE tuviEron En Los pastos, montEs y cazadEros] 140. Lo mismo hicieron los incas en la división de los pastos y cazaderos y montes. Que dado caso que las tierras inhabitables por razón de mucho frío son pastos apropiados para los ganados de los naturales, también los dividieron y amojonaron apropiando los términos en cada provincia conforme a la división que hicieron de los ganados. Porque los que aplicaron para el Sol tenían su término limitado donde habían de pacer; y los del Inca [f. 19v] 1 2 3 4

Sin «en» (Rel.-ms. Lam.) Añadido siguiendo (Tra.-ms.) «con» (Rel.-ms.). Seguimos al (Tra.-ms.). «a» (Rel.-ms.). Añadido «pues al» siguiendo (Tra.-ms.). «a» (Rel.-ms.). Seguimos al (Tra.-ms.).

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Tratado cerca del linaje de los incas y cómo conquistaron

perjuicio del otro. 141. Y así mismo como estaba dividido el término y pasto en una provincia en la forma dicha, también estaban divididos los términos entre una provincia y otra. Y esto es lo que se llamaba y llama el día de hoy moyas del Inca y moyas del Sol. 142. Por la misma orden estaban amojonados los cazaderos del ganado bravo, que es de la misma manera que el manso en la proporción, y también es el día de hoy en algunas partes en mucha cantidad. 143. Salvo que los cazaderos todos los hizo el Inca propio suyos, de manera que ninguno podía cazar en ellos sin su licencia y de sus gobernadores. La cual se les daba conforme a la necesidad de los tiempos, y así mataban las reses conforme a la cantidad que se les daba licencia. 144. Y también les estaba prohibido matar hembras de lo bravo como de lo manso. Y según la orden que ellos tienen en el cazar1 con los chacos podíase cumplir muy bien con lo uno y con lo otro. 145. Pero hase de presuponer [f. 53v] que dado caso que el Inca aplicó todos los cazaderos para sí, como está dicho, que también los amojonó entre una provincia y otra, de manera que aunque cazaban con su licencia, a ninguno se la daban para cazar en el término del otro. 146. Toda esta orden, bien mirado, no fue quitar a los indios sus haciendas sino prohibirlos el uso de ellas y dar medios cómo gozasen de cada cosa por la orden que convenía para su conservación. Pues los tributos daban de aquello mismo que el Inca y Sol señalaban para sí, y no de lo propio, que dejaron para la comunidad, ni de lo que cada uno criaba y el Inca le había hecho merced. Y para cazar lo demás se les daba licencia conforme a la necesidad humana.

1

«....» (Tra.-ms.). Según sentido.

Relación acerca del notable daño de no guardar a los indios sus fueros

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asimismo tuvieron amojonado el suyo. Y también estaba señalado término para el ganado de la comunidad, de manera que todos pacían, cada uno sin perjuicio del otro. 141. Y así mismo como estaba dividido1 el término y pasto en una provincia en la forma dicha, también estaban divididos los términos entre una provincia y otra. Y esto es lo que se llamaba y llama el día de hoy moyas del Inca y moyas del Sol. 142. Por la misma orden estaban amojonados los cazaderos del ganado bravo, que es de la misma manera que el manso ·2 en la proporción, y también era y es el día de hoy en algunas partes en mucha cantidad. 143. Salvo que los cazaderos todos los hizo el Inca propios suyos, de manera que ninguno podía cazar en ellos sin su licencia y de sus gobernadores. La cual se les daba conforme a la necesidad de los tiempos, y así mataban las reses conforme a la cantidad que se les daba licencia. 144. Y también les estaba prohibido matar hembras de lo bravo como de lo manso. Y según la orden que ellos tienen en alcanzar3 con los chacos podíase muy bien cumplir con lo uno y con lo otro4. 145. Pero hase5 de presuponer que dado caso que el Inca aplicó todos los cazaderos para sí, como está dicho, que también los amojonó entre una provincia y otra, de manera que aunque cazaban con su licencia, a ninguno se la daban para cazar en el término del otro. 146. Todo esto, bien mirado, no fue quitar a los indios sus haciendas sino prohibirles el uso de ellas y dar medios cómo gozasen de cada cosa por la orden que convenía para su conservación. Pues los tributos daban de aquello mismo que el Inca y el Sol señalaba para sí, y no de lo propio que dejaron para la comunidad, ni de lo que cada uno criaba y el Inca le había hecho merced. Y para cazar lo demás se les daba licencia conforme a la necesidad humana. 1 2 3 4 5

«divido» (Rel.-ms.). Seguimos al (Tra.-ms.). «y» (Rel.-ms., Lam.). Suprimida según (Tra.-ms.) en blanco (Tra.-ms.). Puede ser err. por «el cazar». = no matar hembras y matar una cantidad limitada. = se ha.

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Tratado cerca del linaje de los incas y cómo conquistaron

147. Y así se puede entender conforme a la relación que ellos dan y la que tienen asentada en sus registros, que dende el tiempo que el Inca los señoreó hasta que los españoles entraron en la tierra fue sin comparación más lo que se multiplicó en el ganado por la orden que en ello se tenía, que no lo que ellos pudieron dar de tributo para la religión y para el gobierno. 148. Aun que fue muy excesiva la cantidad que daban y consumían en cada un año –que de todo tienen cuenta y razón dende que el Inca los sujetó hasta hoy, que es cosa que con dificultad pudiera yo creer si no la viera. 149. Lo mismo hizo el Inca en lo que toca a los montes en las partes y lugares donde fueron de alguna importancia. Porque donde es la tierra montañas y cantidad de madera no hicieron caso de ellos. Pero en toda la tierra rasa y falta de leña aplicaron los montes para sí y los llamaron moyas del Inca. Pero el uso de ellos también era1 para el pueblo, en cuya comarca cayeron los dichos montes; salvo que cortaban con orden y licencia conforme [f. 54r] a la necesidad. 150. De2 todo lo cual ha resultado y resultan grandísima suma de pleitos después que estos naturales entraron debajo del dominio de Su Majestad, en los cuales y en su determinación allende del trabajo y tiempo que en ello se ocupan, gastan gran suma de pesos de oro. Y3 en la determinación de las causas no tienen los jueces cosa cierta por no saber sus costumbres. 151. Y sucede otro daño muy peor: Que pareciendo cosa de poca importancia sobre lo que litigan, acaece hacer el juicio arbitrario4 y partir o dividir la cosa litigiosa en los litigantes y por el mismo caso que los indios entienden que [a] alguna provincia se le dio lo que no era suyo por el pleito, se mueven todos a traerla con los comarcanos de su tierra. No pretendiendo lo que es suyo, sino pidiendo cada uno lo que ha menester5 o lo que le parece convenirle. De lo cual ha resultado gran cantidad de inconvenientes que sería larga historia tratar dellos. 1 2 3 4 5

Añadido según (Rel.-ms.). Añadido según (Rel.-ms.). Añadido según (Rel.-ms.). «advitrario» (Rel.-ms.). = sin sujección a derecho. «mester» (Tra.-ms.). Corregimos según sentido y (Rel.-ms.).

Relación acerca del notable daño de no guardar a los indios sus fueros

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147. Y así se puede entender conforme a la relación que ellos dan [f. 20r] y lo que tienen asentado en sus registros, que dende el tiempo que el Inca los señoreó hasta que los españoles entraron en la tierra fue sin comparación más lo que se multiplicó en el ganado por la orden que en ello se tenía, que no lo que ellos1 pudieron dar de tributo para la religión y para el gobierno. 148. Y aun que fue muy excesiva la cantidad que daban y consumían en cada un año –que de todo tienen cuenta y razón2 desde que el Inca los sujetó hasta hoy, que es cosa que con dificultad lo pudiera yo creer si no lo viera. 149. *Lo mismo hizo el Inca en lo que toca a los montes en las partes y lugares donde fueron de alguna importancia. ·3 Porque donde es la tierra montaña o hay cantidad de madera no hicieron caso de ellos. Pero en toda la tierra rasa y falta de leña aplicaron los montes para sí y los llamaron moyas del Inca. Pero el uso de ellos también era para el pueblo en cuya comarca cayeron los dichos montes, salvo que cortaban con orden y licencia conforme a la necesidad. 150. De todo lo cual, han resultado y resultan grandísima suma de pleitos después que estos naturales entraron debajo del dominio de Su Majestad, en los cuales y en su determinación allende del trabajo y tiempo que en ello se ocupan, gastan gran suma de pesos de oro. Y en la determinación de las causas no tienen los jueces cosa cierta por no saber sus4 costumbres. 151. Y sucede otro daño muy peor: Que pareciendo cosa de poca importancia sobre lo que litigan, acaece hacer el juicio arbitrario y partir y dividir la cosa litigiosa en los litigantes. Y por el mismo caso que los indios entienden5 que [a] alguna provincia se le dio lo que no era suyo, y por el pleito, se mueven6 todos a traerle con los comarcanos de su tierra. No pretendiendo lo que es suyo, sino pidiendo cada uno [f. 20v] lo que ha menester o lo que le parece convenirle. De lo cual han resultado gran cantidad de inconvenientes que sería larga historia tratar de ellos. 1 2 3 4 5 6

Tachado: dan. = quipus. «y» (Rel.-ms., Lam.). Suprimida según (Tra.-ms.). «que» (Rel.-ms.). Seguimos al (Tra.-ms.). = se enteran, averiguan. = se animan.

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Tratado cerca del linaje de los incas y cómo conquistaron

152. Solamente servirá lo dicho para que habiendo Su Majestad de mandar amojonar la tierra y quitar pleitos de entre estos naturales, y hacer libro en todas las provincias para quitalles de pleitos y diferencias (que sería el mayor beneficio que se les podría hacer) es bien que se entienda que tuvieron orden y tienen relación della. Y que juntos y congregados los comarcanos no se la negarán los unos a los otros. 153. Y presupuesto1 y entendido primero cómo convendrá que usen de estos pastos y cazaderos y montes, o si han de ser comunes –como Su Majestad lo tiene determinado con los españoles en todas las Indias– lo cual no tiene duda, sino que sentirán los naturales en extremo se ponga la orden y traza. 154. De manera que de2 una vez, sin alzar la mano dello dende3 que se empiece, los quiten de pleitos y diferencias. En lo que según el tiempo y dineros gastan, será tan grande beneficio, que después [f. 54v] de hacellos cristianos no se les puede hacer otro mayor. En esto se ha de guardar la orden del Inca porque hacer otra cosa sería infinito. [Nota comparativa: En Relación, en los párrafos §155-6 (que no están en Tratado), se desarrolla con mayor detalle cómo disponer para quitar los pleitos de tierras entre indios. Modera la tajante afirmación sobre «hacer otra cosa sería infinito» (§154, Tratado) sustituyéndola por «a mi parecer» (§156, Relación), y considera algunas excepciones que podría haber cuando «notoriamente pareciese agravio». Para el intérvalo de párrafos que va desde el §154-229 (final de Tratado) consideramos que las versiones existentes (Tratado y Relación) se basan en dos originales distintos. En dicho intervalo también es donde se encuentran las diferencias más notables entre ambas versiones.]

1 2 3

«prosupuesto» (Tra.-ms.). Añadido según (Rel.-ms.). «donde» (Tra.-ms.), «desde» (Rel.-ms.).

Relación acerca del notable daño de no guardar a los indios sus fueros

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152. Solamente servirá lo dicho para que habiendo Su Majestad de mandar amojonar la tierra y quitar pleitos entre estos naturales, y hacer libro en todas las provincias para quitarles de pleitos y diferencias (que sería el mayor beneficio que se les podría hacer) es bien que se entienda que tuvieron orden y tienen relación1 de ella. Y que juntos y congregados los comarcanos no se la negarán los unos a los otros. 153. Presupuesto y entendido primero cómo convendrá que usen de estos pastos y cazaderos y montes o si han de ser comunes –como Su Majestad lo tiene determinado con los españoles en todas las Indias– lo cual no tiene duda, sino que sentirán los naturales en extremo se ponga la orden y dé la traza. 154. De manera que de una vez, sin alzar la mano de ello dende que se empezare, los quiten de pleitos y diferencias. En lo cual según tiempo y dineros2 gastan, será tan grande beneficio, que después de hacerlos cristianos no se les puede hacer otro mayor. 155. Y hacerlo de suerte que en caso que en algo se errase, que no podrá ser menos, aquello quede por ley inviolable, y a ninguno le quede facultad de traer sobre ello pleito, sino que si vinieren a las Audiencias a semejantes negocios, sin dar traslado a la parte, sólo se les dé provisión, inserto3 el amojonamiento, mandando que aquel se guarde sin que se pueda alterar sobre lo contrario. 156. Porque de otra manera, sería multiplicar los inconvenientes y los pleitos y los gastos y nunca acabar. En lo cual, a mi parecer, se ha de guardar la orden que el Inca puso. Porque de esto hallarse ha probanza clara y tratar de otra cosa sería negocio infinito, considerado que por lo menos a lo que ellos se acuerdan ha más de cuatrocientos años que los sujetó y se la puso, salvo si en algunas cosas, que serán bien pocas, notoriamente pareciese el agravio [f. 21r].

1 2 3

= quipus. que. = adjunto.

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Tratado cerca del linaje de los incas y cómo conquistaron

[otros tributos quE daban aL inca] 1. [*La ordEn quE tuviEron En tributar dE Las doncELLas] 157. Hase de1 presuponer que tenían otro género de contribución en el tiempo del Inca ·2 tan pesada y trabajosa como todas las otras. Y era que en todas las provincias tenían una casa que llamaron acllaguaçi3, que quiere decir, casa de escogidas, en la cual se guardaba esta orden: 158. Que había un gobernador en cada provincia que entendía4 en solo este género de negocio, cuyo nombre era apopanaca, y este en espacio de un hunu5 –que quiere decir diez mil indios– tenía licencia de señalar todas las muchachas que a él le pareciesen de buena disposición y gesto de ocho y nueve años para abajo, en las cuales no había límite ni número, sino las que a él le parecían. Las cuales ponían en esta casa en compañía de ciertas mamaconas viejas que allí residían donde las enseñaban todo lo necesario que ellos tenían puesto a cargo de las mujeres, como hilar y tejer, y hacer sus vinos de que ellos usaban. 159. Las cuales, por el mes de febrero, que es cuando hacían las fiestas del Laymi en la ciudad del Cuzco, las llevaban [a] aquella ciudad conforme a lo que a cada provincia cabía (como se dirá en la materia de las distribuciones). Todas iban de trece y catorce años para arriba con gran guarda, la cual así mismo habían tenido después que las encerraron para efecto que llegasen doncellas al Cuzco. 160. Las cuales juntas las de todas las provincias, que eran en grandísima cantidad, mediado el mes de marzo, a lo que yo puedo colegir6 por el descurso de sus tiempos, lo repartía el Inca a su lugarteniente en esta forma: [Nota comparativa: En Relación ha sido suprimida la referencia al hunu (§158).]

1 2 3 4 5 6

«ose de» (Tra.-ms.), «se de[be]» (Lam. n. 139). Suprimido según (Rel.-ms.). «aecallaguaçi» (Tra.-ms.), «accallaguaçi» (Lam. n.139). «tenía» (Tra.-ms.). «vno» (Tra.-ms., Lam.). «corregir» (Rel.-ms., Lam.[sic] n. 142).

Relación acerca del notable daño de no guardar a los indios sus fueros

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[otros tributos quE daban aL inca] 1. [*La ordEn quE tuviEron En tributar dE Las doncELLas] 157. *Item tuvieron estos [indios] en tiempo del Inca otro género de contribución a mi parecer más pesado y trabajoso que todos los otros. Y era que en todas las provincias tuvieron una casa acllaguaçi1, que quiere decir casa de escogidas, en la cual se guardaba esta orden: 158. Que había un gobernador de cada una de estas, cuyo nombre era2 apopanaca, que significa este género de oficio. El cual tenía licencia de escoger todas las muchachas que a él pareciese de buena disposición y gesto de ocho años para abajo, en lo cual no había límite ni número, sino lo que a él le parecía. Las cuales ponía en esta casa en compañía de ciertas mamaconas, o3 mujeres viejas que allí residían de ordinario, que así mismo eran doncellas, que se quedaban allí criadas desde niñas para efecto de enseñar a estas muchachas y de doctrinarlas en todo lo necesario, como hilar y tejer y hacer la chicha y vinos de que ellos usaban. 159. De las cuales, por el mes de febrero (que era cuando se hacía la fiesta de Layme4 en la ciudad del Cuzco, que era su fiesta principal) las tenían puestas en aquella ciudad conforme a lo que cabía a cada una de las provincias. Y se mandaba llevar en cada un año todas ellas. Que se llevaban e iban de trece a catorce años para arriba con gran guarda, la cual así mismo tenían después que las encerraban para efecto que llegasen doncellas al Cuzco. 160. Las cuales juntas de todas las provincias, que eran en gran cantidad, mediado el mes de marzo –a mi cuenta, según la que ellos dan por las lunas contando el discurso del sol por aquellos pilares o topos, que llamaban ellos saybas, que están en torno de la ciudad del Cuzco–, las repartía el Inca o su lugarteniente, habiéndose hecho una fiesta solemne para ello, en esta forma: 161. Que de allí se tomaban mujeres para el Sol conforme a la necesidad que tenían sus casas para su servicio, en las cuales había gran guarda para 1 2 3 4

«azllaguaca» (Rel.-ms.), «ayllaguaca» (Lam.). Seguimos al (Tra.-ms.). Añadido según (Tra.-ms.). «e» (Rel.-ms., Lam.). Sustituida por sentido. «ayme» (Lam.).

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Tratado cerca del linaje de los incas y cómo conquistaron

161. Que de allí se tomaban mujeres para el Sol conforme a la necesidad que había [f. 55r] y se ponían en sus casas para su servicio. En los cuales había gran guardia para que estuvieran doncellas siempre. 162. También por la misma orden se daban las mujeres al Trueno –que ellos llaman Chuquilla1– que tenía casa y servicio solemne en la ciudad del Cuzco. 164. Y también se tomaba para la Pachamama y para otras cosas de su religión. 165. Y luego se apartaban otras para los sacrificios que se hacían en el discurso del año –que eran muchos. En los cuales se mataban de estas doncellas por su orden y tenían por requisito necesario que fuesen doncellas. 166. Sin otros muchos sacrificios extraordinarios como por la salud del Inca si estaba enfermo, o si fallecía para envialle para su servicio, o si iba personalmente a la guerra para que tuviese victoria, o si había notable eclepse del sol, o si temblaba la tierra para la fiesta que llamaban Itu2, que por esta razón se hacía, o por otras muchas ocasiones que el demonio les inducía tener necesidad de este sacrificio. 167. Asimismo, daban de las mujeres para el Inca, para su servicio y también se sacaban para algunos capitanes y parientes del Inca y para otras personas a quien era su voluntad hacer merced. La cual se tenía en mucho3, por las razones que dije en el Tratado de los Matrimonios. [Nota comparativa: Se ha añadido en Relación lo que corresponde al Pachayachachi (§163). También se ha añadido la referencia a los ‘viejos y hechiceros’ que no estaba en Tratado (§166). Del §167 de Relación se entiende que diponían de las acllas ‘para sus mujeres’ del mismo Inca.]

168. Porque ninguna cosa tuvieron en tanto los naturales como muchas mujeres, las cuales después de una4 que el pueblo daba a cada uno de obli-

1 «cuquilla» (Tra.-ms.). 2 «....» (Tra.-ms.), «tytri» (Rel.-ms.). Probablemente se refiera a la fiesta extraordinaria llamada «Itu». 3 Suprimida la repetición de «la cual se tenía en mucho» (Tra.-ms.). 4 «la primera» (Rel.-ms.). Cabe la posibilidad que algún copista de Tratado haya interpretado la abreviatura «1ª» como «una».

Relación acerca del notable daño de no guardar a los indios sus fueros

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que siempre estuviesen doncellas [f. 21v]. 162. También por la misma orden se daban mujeres al Trueno –que ellos llamaban Chucuylla– que tenía casa y servicio solemne en la misma ciudad del Cuzco. 163. Y primero que todas se daban al Pachayachachi –aunque nunca pude allí averiguar dónde fuese su casa (algunos afirman que fuese dentro de la del Sol). 164. También se daban a la Pachamama, que ellos llaman la Tierra, y a1 otras cosas de su religión. 165. Y luego se apartaban otras a los sacrificios que se hacían en el discurso del año –que eran muchos. En los cuales se mataban de estas doncellas por su orden y tenían por requisito necesario que fuesen vírgenes. 166. Sin otros muchos sacrificios extraordinarios que se hacían, como por la salud del Inca si caía enfermo, o si fallecía para enviarle para su servicio, o si iba personalmente a la guerra para que tuviese victoria, o si había notable eclipse del sol o de la luna, o si temblaba la tierra en aquella fiesta principal que aquellos llamaban Tytri2 (que por esta razón se hacía) o por la pestilencia, o por otras muchas ocasiones que el demonio por sus viejos y hechiceros les decía tener necesidad de estos sacrificios. 167. Asimismo, daban de estas doncellas para el servicio del Inca y para sus mujeres y para parientes y deudos suyos, y para algunos capitanes y otras personas a quien era su voluntad hacer merced. La cual se tenía en mucho, por las razones que dije en el Tratado de los Matrimonios y en otras partes que ha venido a propósito. 168. Porque ninguna cosa les era de tanta importancia a estos indios como las mujeres, las cuales después de la primera que el pueblo daba a cada uno de obligación, con la cual contraía matrimonio, que llamaban mujer legítima o mamanchic, no podía ninguno poseer otra, sino por mano3 del Inca o por herencia de los padres o hermanos, como está dicho en otras partes. Y estas daban los incas por méritos que alguno [f. 22r] tuviese, como ser especial en 1 2 3

Añadido «a». Puede ser «Itu», véase el Glosario. «merced» (Tra.-ms., Lam.).

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Tratado cerca del linaje de los incas y cómo conquistaron

gación, con la cual contraía matrimonio y llamaban1 mujer legítima o mamanchic, no podían poseer otra si no fuese por merced del Inca la cual él daba siempre por diversos respetos o por las razones dichas o por ser alguno especial en algún arte o haber dado alguna industria [f. 55v] en algunas cosas necesarias para la vida humana o por ser valiente en la guerra, por haberle contentado en alguna cosa. 169. Finalmente, era grande el número de mujeres que sacaban para este efecto sin tenerse respeto a cuyas fuesen, más de a la elección y disposición del apopanaca como está dicho; sin poder reclamar sus padres ni excusarse por ninguna razón, ni mostrar tristeza porque se las llevasen. 170. Y así mismo se hacía roza o chácara para el mantenimiento destas doncellas que residían en aquella casa, adonde iban creciendo hasta ser de edad para llevarlas. 171. Que fue de los más pesados tributos que estos tuvieron en el tiempo del inca; y fuéralo2 mucho más si no estuvieran satisfechos y creyeran realmente que las que mataban en los sacrificios, y las que daban para servicio de los difuntos, y las que sacrificaban por la salud del Inca, y por otras necesidades, iban sus ánimas a tener grandísimo descanso como3 ellos afirmaban. Que era ocasión de ofrecellas algunas veces de su propia voluntad, mayormente en el Cuzco, si el Inca estaba malo, o algún cacique principal, como tengo hecha relación en los sacrificios y fiestas más largamente.

2. dE La ropa || 172. *El otro. Se ha de presuponer en lo que toca a las contribuciones de estos indios, que una de las principales que tenían era la ropa que daban para el Inca y para su religión. Porque dado caso que no daban para el Inca y para su religión tributo otro ninguno, como es verdad, el Inca distribuía gran número della así entre la gente de guerra, como entre sus deudos y parientes, y la ponía en sus depósitos. De la cual se halló innumerable cantidad cuando los españoles entraron en estos reinos en todas las partes y lugares [f. 56r] 1 2 3

«llevaban» (Tra.-ms.). Seguimos a (Rel.-ms.). «fueranlo» (Tra.-ms., Lam.). Seguimos a (Rel.-ms.). «con» (Tra.-ms.). Seguimos a (Rel.-ms.).

Relación acerca del notable daño de no guardar a los indios sus fueros

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algún arte o si dio alguna industria en cosas necesarias para la vida humana o por haberse mostrado en la guerra o por haberle contentado en alguna otra cosa. 169. Finalmente, era grande el número de mujeres que se sacaban en cada un año para estos efectos sin tenerse respeto1 a cuyas hijas fuesen, más de la elección y disposición del apopanaca como está dicho; sin poder reclamar sus padres ni quejarse por alguna vía; ni aun, según afirman, mostrar tristeza porque se las llevasen. 170. Y así mismo se hacían rozas y chácaras para el mantenimiento de estas doncellas –que siempre eran en mucha cantidad– y las que de ellas tenían cargo. 171. Que, cierto, era tributo pesado, y fuéralo mucho más si no estuvieran satisfechos2 y creyeran realmente que las que mataban en los sacrificios, y las que daban para servicio de los difuntos, y las que sacrificaban por la salud del Inca, y por otras necesidades, iban sus ánimas a tener grandísimo descanso como ellos afirmaban. Que era ocasión de ofrecerles algunas veces de su propia voluntad, mayormente en el Cuzco, si el Inca estaba enfermo, o algún cacique principal, como más largamente está hecha relación en la materia de las fiestas y sacrificios.

2. dE La ropa 172. *Otrosí. Se ha de presuponer en lo que toca a las contribuciones de estos indios, que uno de los principales tributos a que estaban obligados era la ropa que daban para el Inca y para su religión. Porque dado caso que no3 daban tributo a otro ninguno, como es verdad, el Inca distribuía gran número de ella así entre la gente de guerra, como entre sus deudos y parientes, y la ponían en sus depósitos. De la cual se halló innumerable cantidad, cuando los cristianos entraron en estos reinos, en todas las partes y lugares donde había depósitos, que eran muchas. 1 2 3

= consideración. = convencidos. Añadido según (Tra.-ms.).

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Tratado cerca del linaje de los incas y cómo conquistaron

donde había depósitos, que eran muchas. 173. Y esta ropa era de muchas maneras conforme a la traza que se les daba en cada un año, porque de la muy rica de combi tejida1 a dos haces, se hacía gran cantidad, y2 de la otra común. 174. Y otra para sacrificar el mismo Inca, porque en cada un año en todos los sacrificios que él hacía en fiestas ordinarias quemaba mucha cantidad. 175. Y toda esta ropa que se hacía era de comunidad para la cual se trasquilaba el ganado del Inca en la cantidad necesaria para ello y había siempre gran suma de ella en los depósitos para labrarla conforme a lo que se les mandase en cada una de las provincias por sí, señaladamente. 176. Y todo lo que se labraba se llevaba al Cusco por el mes de febrero con el demás tributo, allende de la que dejaban a los depósitos conforme a la instrucción que tenían en cada un año.|| [Nota comparativa: Se ha añadido en Relación varios detalles: Sobre la ropa fina ofrecida en los sacrificios, de la cual afirma el autor haberla visto (§174). También se señala la existencia de los administradores incas (§175) que solo se dedicaban a recoger y guardar dichas ropas.]

3. [cómo contribuían dE Los ganados] 177. *Iten así mismo llevaban el ganado que se les mandaba al Cuzco por el dicho mes de febrero, en la cantidad que se les señalaba, llevando3 siempre machos4. Porque como está dicho, ni en sacrificios ni en mantenimientos no se les daba ni se gastaba ninguna hembra. 178. Y así en lo que toca a la ropa, como al ganado, tenía la misma orden para su religión. Porque como está dicho, el Pachayachachi –que ellos tenían 1 2 3 4

«texido» (Lam. n. 153). Añadido según (Rel.-ms.). «llamado» (Tra.-ms.). Seguimos a (Rel.-ms.). «muchos» (Tra.-ms.).

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173. Esta ropa era de muchas maneras conforme [f. 22v] a la traza1 que se les daba en cada un año, porque del dicho cumbe,2 tejida a dos haces, se hacía en gran cantidad; y de la otra común de avasca3. 174. Y otra de otra suerte,4 para los sacrificios que el mismo Inca hacía en cada un año en todas las fiestas ordinarias que él hacía, en las cuales quemaba mucha cantidad, y aunque era tan costosa y polida como la otra, era de diferente suerte y más pequeña y con más colores, de la cual yo he visto mucha. También era diferente la que se ofrecía a los guacas. Y para el Sol se hacía lo mismo y tenía sus depósitos con que sus ministros hacían las mismas fiestas, celebraban sus pascuas al Inca y −de ordinario− los sacrificios a su parte. 175. Y toda esta ropa la hacían la comunidad de los pueblos, porque en todas partes tenían el Inca y el Sol sus mayordomos que no entendían en otra cosa sino en el recogimiento y guarda y poner en los depósitos lo que a cada uno cabía. Para lo cual se trasquilaban los ganados del Inca y del Sol en la cantidad necesaria, y había gran suma de ella en los depósitos para labrarla, conforme a lo que se les mandaba en cada una de las5 provincias por sí, señaladamente, conforme a lo que les cabía de lo que se mandaba hacer en todo el reino. 176. Y de los depósitos se llevaba al Cuzco por el mes de febrero con los demás tributos, de manera que siempre se hacía de suerte que los depósitos eran mayores.

3. *dEL ganado 177. *Item así mismo llevaban el ganado que se les mandaba al Cuzco por el mismo mes de febrero, en la cantidad que se les señalaba, llevando siempre carneros6. Porque como está dicho, en sacrificios ni en otros mantenimientos no se gastaba hembra ninguna. 1 2 3 4 5 6

= al plan. «del urcumbe» (Rel.-ms., Lam.). Sustituimos por «del dicho cumbe». «abasca» (Lam.) = clase. «dellas» (Rel.-ms., Lam.). Seguimos al (Tra.-ms.) machos.

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por Criador Universal– y el Sol y el Trueno que llamaron ellos Chuquilla– y la Pachamama y otra infinidad de adoratorios que tenían, cada uno1 tenía su ganado aparte. 179. Y si2 tenía cuenta y razón con la lana que de ellos procedía y se mandaba labrar y llevar en cada un año. La cual ropa y ganado se distribuía en la ciudad del Cuzco, donde era la fuerza de los sacrificios, en vestir la gente del servicio de las guacas y adoratorios, que era en gran cantidad; [f. 56v] y en quemarlo por los días señalados del año conforme a lo estatuido, sin otras necesidades extraordinarias, porque se multiplicaban los sacrificios. 180. Finalmente se llevaban siempre mucha más de la que era menester, de que tenían también grandes depósitos en el Cuzco. Y de lo que se llevaba para el Inca, también se proveían las casas adonde estaban los cuerpos de los señores incas embalsamados, de que se mantenía el servicio que tenían, que era en gran cantidad. 181. Y por esta misma orden, por abreviar, se llevaba toda la comida así de maíz, chuño, ají y todas las demás cosas de todo el reino que se sembraba y cogía en las chácaras y tierras señaladas y dispuestas para el gobierno y para la religión. 182. Lo cual a cada uno lo llevaban en su ganado por tanta orden y cuenta, que sería dificultoso creello3 ni darlo a entender como ellos lo tienen en su cuenta y registros. Y lo quisieron4 manifestar si hiciera al caso, sino que por ser tan prolijo dejamos de averiguar el número de los tiempos y años como se había dado y contribuido.||

4. [dEL sErvicio pErsonaL quE sE dEbEn En EL cuzco dE todas Las provincias] 183. *Y así mismo tenían grandísima suma de servicio personal de todas 1 Es decir Pachayachachi, Chuquilla, Pachamama, etc., tenían su ganado aparte, cada uno. Esta afirmación se modera en Relación donde en vez de «cada uno» se dirá «los más». 2 ¿Lapsus? por «se». Aunque lo más probable es que sea un lapsus casual, como tantos otros en esta versión, lo señalamos por ser inusual. 3 «traello» (Tra.). Señalado en (Lam.), seguimos a (Rel.-ms.). 4 «que hicieron» (Tra.-ms.).

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178. Y así, en lo que toca al ganado tenían la misma orden con su religión. Porque como está dicho, el Pachayachachi –que ellos tenían por Criador Universal– y el Sol y el Trueno –que llamaron ellos Chuquilla1– y la Pachamama y otra infinidad [f. 23r] de adoratorios que tenían, los2 más tenían su ganado aparte. 179. Y se tenía cuenta y razón3 con la lana que de ello procedía y se mandaba labrar y llevar en cada un año. La cual ropa y ganado se distribuía en la ciudad del Cuzco, donde era la fuerza de los sacrificios, y en vestir la gente del servicio de las casas, y gente del servicio de las guacas y adoratorios, que era en gran cantidad; y lo quemaban por los días señalados del año conforme a lo estatuido, sin otras necesidades extraordinarias, porque se multiplicaban los sacrificios. 180. Finalmente se llevaba mucha más de la que era menester, de que tenían también grandes depósitos en la ciudad del Cuzco. Y de lo que llevaban para el Inca, también se proveían las casas donde estaban los señores incas embalsamados4, de que se mantenían el servicio que cada uno de ellos tenían, que era mucho. 181. Y por esta misma orden, por abreviar, se llevaba toda la comida así de maíz, chuño, y ají y todas las demás cosas de bastimento que se cogían en todo el reino que sembraba y cogía en las chácaras y tierras señaladas para ello. 182. Lo cual a cada uno lo llevaban en su ganado por tanta orden y cuenta, que sería dificultoso creerlo ni darlo a entender, como ellos lo tienen en su cuenta y por registros. Y por menudo lo manifestaron −que se pusiera por extenso si hiciera al caso− y por ser tan prolijo se dejó de poner en relación los años y tiempos y la cantidad que se había dado en muchos años.

4. *sErvicios [pErsonaLEs] 183. *Así mismo tenían mucha gente de servicio de todas las provincias 1 2 3 4

«chilcuylla» (Rel., Lam.). «lo» (Rel.-ms.). = quipus. Añadido según (Tra.-ms.).

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las provincias en la ciudad del Cuzco para el Inca y para su gente, el cual mudaba1 en cada un año. Y uno particular de no poca pesadumbre, como está dicho: todas las provincias que se conquistaron dieron el ídolo principal y se puso en la ciudad del Cuzco, el cual estaba con el cuerpo del señor que le había conquistado. Y este ídolo tenía su servicio y gasto2 y mujer en la misma ciudad, a lo cual todo y para los sacrificios que se le hacían proveían de la misma provincia –ordinaria y muy abundantemente– por la misma orden [f. 57r] que lo hacían cuando estaban en su misma provincia.|| [Nota comparativa: En Relación se insiste en la apreciación sobre la magnificencia de los incas. Los párrafos §184 y 185 de Relación deben ser añadidos posteriores ya que no están en Tratado. Se halla en ellos una referencia al descubrimiento de las momias hecho por Polo.]

5. [EL sErvicio dE gEntEs para La guErra, cómo sE daba EL tributo dEL rEino aL inga] 186. *Tuvieron también otra contribución muy pesada de gente para la guerra, porque aún después que estuvieron pacíficos en todo lo que agora señorea Su Majestad, aún que muchas veces se le rebeló parte de ella según parece por historia3, Y en el castigo y en la guerra se gastó notable suma de gente, que toda la tienen por memoria4. 1 «mandaba» (Tra.-ms.). Seguimos a (Rel.-ms.). 2 «pasto» (Tra.-ms., Lam. n. 159). Seguimos a (Rel.-ms.). 3 = relación. cf Relación. 4 Esta referencia a toda la gente que murió en guerras sería aún más tajante que la de Relación. Sin embargo también cabe la posibilidad, por los frecuentes errores de este manuscrito, que la palabra del autor haya sido

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en la ciudad del Cuzco para el Inca y para su gente, el cual mudaban en cada un año. Y uno particular y de no poca pesadumbre: Que, como está dicho, todas las provincias que se conquistaron dieron el ídolo principal [f. 23v] y se puso en la ciudad del Cuzco, el cual estaba con el mismo cuerpo del señor1 que le había conquistado. Y así, todos los cuerpos y los ídolos estaban en aquel galpón grande de la Casa del Sol, y cada ídolo de estos tenía su servicio y gastos en2 mujeres, y en la Casa del Sol le iban a hacer reverencia los que venían de su provincia. Para lo cual, y sacrificios que se hacían, proveían de su misma tierra –ordinaria y muy abundantemente– por la misma orden que lo hacían cuando estaba3 en la misma provincia. 184. Que daba gran autoridad a mi parecer, y aún fuerza, a estos incas, que cierto me causó gran admiración por[que] la misma orden tuvieron los romanos: y así tuvieron los ídolos de todas las provincias que conquistaron, el principal de cada una, en aquella casa que llamaban en Roma Panteón, que después se hizo iglesia y muy a propósito se le dio por advocación Omnium Santorum. 185. *Esta orden entendí yo cuando descubrí el cuerpo [de] Pachacuti Inga Yupangui, inca, que fue uno de los que yo envié al Marqués4 a la ciudad de los Reyes. Que estaba embalsamado y tan bien curado como todos vieron, que hallé con él el ídolo principal de la provincia de Andavaylas, porque la conquistó éste,5 y la metió debajo del dominio de los incas cuando venció a Uscovilca6, el señor principal de ella, y le mató. De la cual batalla, resultaron aquellas guacas e ídolos tan venerados entre los incas, que llamaron pururaucas como está hecha particular relación en el capítulo que trata de ellos en su lugar.

5. *gEntE para La guErra 186. *Tuvieron, así mismo, otra contribución muy pesada y ordinaria de 1 2 3 4 5 6

= Inca. «y sus» (Lam.) = estuvo. de Cañete. = Pachacutec. «Batcuvilca» (Rel.-ms., Lam.). Seguimos a §4.

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187. Tuvieron después necesidad de tener fronteras en todas partes y hacer guerra particular con muchas provincias, de ordinario, como en las de Chile, del río de Maule para adelante, y en los Bracamoros, y en las provincias de Quito y hacia aquella de Macas y en las de los Chiriguanaes (después que vinieron del Brasil1 a los confines de esta provincia de los Charcas), y por la parte de las montañas hacia los Chunchos y Moxos2. En todas las cuales partes hallamos el día de hoy pucaraes y fortalezas3 adonde se recogía la gente, y caminos hechos hasta cerca de la gente de guerra, al cual servicio ninguno se reservaba. 188. Porque en4 todo el reino se hacía el repartimiento de lo que era menester por provincias. Y las más fronteras estaban hechos mitimas de todas naciones que residían en ellas. 189. De manera que siempre el tributo era igual, salvo que en algunas partes que abundan de algunas cosas señaladas o que la gente es más aparejada para algún género de ministerio, porque de estos se traía al Inca gran cantidad. 190. Aunque también afirman que se recompensaba el trabajo quitándosele de otras cosas como se puede poner ejemplo en la provincia de los Lucanas, que por ser gente aparejada para llevar las andas del Inca y tener el paso según ellos [f. 57v] dicen, «muy llano» todos los anderos5 del6 Inca eran de aquella tierra; y por ser los Chumbivilcas grandes bailadores, tenía muchos para este efecto; y por haber en la provincia de los Chichas7 una leña colorada y excelente para labrar, aunque están doscientas liguas del Cuzco, «todo» lo que incluiría además de la gente, los avituallamientos de la gente, las cargas, los ganados, etc., que es lo que observamos en los ejemplos que podemos verificar en los quipus huancas. 1 «Brejil» (Tra.-ms.). 2 «moyos» (Tra.-ms.). 3 «fuerte» (Rel.-ms.). El término que el autor debió usar era «fuerza», dado que era el uso de la época atestiguado en el P. Acosta y en el mismo autor según inferimos del §14 de Relación. Lo señalamos para hacer notar que los copistas editaban al tiempo que copiaban. 4 «con» (Rel.-ms.). La versión de Relación indica más precisamente que se trabajaba una cantidad global que se repartía proporcionalmente con todo el reino. 5 «andelos» (Tra.-ms.). 6 Añadido según (Rel.-ms.). 7 «chilcas» (Tra.-ms.), así en las dos siguientes menciones de «Chichas».

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dar gente para la guerra porque, aún después que estuvieron pacíficos en todo lo que ahora está debajo [f. 24r] del dominio de Su Majestad, en lo cual aún nunca les faltaron guerras. Y muchas veces se les rebeló1 parte de ello, según parece por la relación que dan en2 la vida de los señores. En cuyo castigo y en la guerra se gastó gran suma de gente, que de esto tienen muy particular memoria. 187. Tuvieron después necesidad de tener fronteras en todas partes y hacer guerra particular en muchas provincias, de ordinario, como fue en las de Chile −del río de Maule para adelante− y en los de Bracamoros, y en las provincias de Quito hacia aquello de Macas y en estos de los Charcas por los Chiriguanaes después que salieron del Brasil. En los confines de toda esta comarca, y por la parte de las montañas hacia los Chunchos o Mojos3. En todas estas partes, hallamos el día de hoy4 pucaraes y fuertes adonde se recogía la gente y caminos hechos hasta la tierra de guerra, del cual servicio ninguno se reservaba. 188. Porque con todo el reino se hacía el repartimiento de lo que era menester por provincias5. Y en muchas provincias estaba la gente de asiento como mitimaes de todas naciones, como en Pocona y en otras partes que se quedaron y encomendaron así como los hallamos. 189. De manera que el tributo siempre era igual en todo el reino, salvo que en algunas partes que abundan de algunas cosas señaladas o que la gente es aparejada más que otra para algún género de servicio, porque de esto acudían como se les mandaba. 190. Yo quise saber si se les compensaba el trabajo, quieren decir que en todo se tenía cuenta; pero no se pueden averiguar tantas cosas [f. 24v] al cierto sin que en algunas quede duda. Y para que se entienda se puede poner ejemplo en los Lucanas, que por ser gente aparejada para llevar las andas del Inca y tener el paso según ellos dicen «muy llano y asentado», y por esta 1 2 3 4 5

«reveló» (Lam.). = de. «mozos» (Rel.-ms.). Lapsus por «moxos». «silos» (Rel.ms.), «hoy los» (Lam.). = hunus.

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la llevaban de allí los mismos Chichas muy labrada y aderezada y hecha en ella gran suma de pinturas y muy igual y en grandísima cantidad para quemar en los sacrificios del Sol y de su religión y en los fuegos que se hacían en la plaza delante de la presencia del Inca, y de los demás cuerpos de los señores embalsamados que sacaban allí ordinariamente. 192. De manera que de todas partes se le traía de todo lo que había en ellos especial y más lo ordinario, y con esto se entenderá cuán mal han querido afirmar algunos que los Lucanas y Chumbivilcas y Chichas no sirviese ·1 cada provincia de más de lo sobredicho, hallándose como se halla en sus quipos y registros gran suma de oro y ropa y ganado, y todo lo demás traído de las dichas provincias. Y es muy notorio negocio entre estos naturales.||

6. [EL tributo quE sE daba: cómo no había cantidad Limitada] 193. *Lo otro se ha de presuponer y servirá de respuesta concluyente para lo que Su Majestad quiere saber, en un capítulo de la instrucción que trajeron los comisarios, firmado de la Serenísima Princesa de Portugal, que fue querer saber la cantidad que las provincias daban de tributo al Inca, para lo cual hay un fundamento que se ha de llevar por delante: y es que nunca tuvieron tributo limitado. 194. Porque, como hemos dicho, de lo que tocaba al pan y sementeras era todo aquello que se cogía de las chácaras y tierras que estuvieron señaladas en cada provincia para el Inca y para su religión. Lo cual todos ellos sembraban, beneficiaban y cogían y ponían en los depósitos, y de esto llevaban al Cuzco aquello que se les mandaba. 195. Y de lo que tocaba al ganado [f. 58r] de todo lo que daban tributo estaba aplicado para el Inca y para su religión, y de esto llevaban así mismo lo que se les mandaba, y lo demás quedaba en los hatos por cosa propia. 196. Y de la lana tejían la ropa en la cantidad que se les mandaba en cada un año, y después llevaban la que se proveía, y la demás quedaba en los depósitos. 197. De manera que así de esto como de todo lo demás de gente de guerra 1

Suprimido «a» según (Rel.-ms.).

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razón todos los anderos del Inca eran de esta nación de los Lucanas; y porque los Chumbivilcas1 eran bailadores, tenía muchos en el Cuzco para este efecto; y por haber en la provincia de los Chichas una leña colorada y excelente para labrar, aunque están doscientas leguas del Cuzco, la llevaban de acá los mismos Chichas muy labrada y aderezada y hecho en ella gran suma de pinturas y muy igual y en gran cantidad para quemar en los sacrificios del Sol y en los fuegos que se hacían en la plaza delante de la persona del Inca y de los demás cuerpos de sus antecesores. 191. Que todos los días que el Inca salía a comer allí –que era muy ordinario– los sacaba allí su gente, como está dicho donde se trató de esta materia. 192. De manera que de todas partes se le traía [al Cuzco] de lo que había en ellas especial y más lo ordinario. Y con esto se2 entenderá cuán mal afirman algunos que los Lucanas, y Chumbivilcas, y Chichas y otros así no sirviese cada provincia de más de lo sobredicho, hallándose como se halla en sus quipos y registros gran suma de oro y ropa y ganado, y todo lo demás traído de las dichas provincias. Y es muy notorio negocio entre estos naturales3.

6. EL tributo quE sE daba: [dE cómo no había cantidad Limitada] 193. *Otro sí se ha de presuponer y servirá de respuesta para lo que Su Majestad quiere saber, por un capítulo de una instrucción que trajeron los comisarios, firmada de la Serenísima Princesa de Portugal, que fue averiguar la cantidad que las provincias daban de tributo al Inca, para la cual ha de haber un presupuesto y fundamento que se ha de llevar [f. 25r] por delante: y es que nunca tuvieron tributo limitado ni tasado. 194. Porque, como hemos dicho, de lo que tocaba al pan4 era todo aquello que se cogía de las chácaras5 y tierras que estaban señaladas en cada pro1 2 3 4 5

«chunvilvicas» (Rel.-ms.). Añadido según (Tra.-ms.). «nuestra ley» (Rel.-ms.). Seguimos al (Tra.-ms.). = comidas. «charac» (Rel.-ms.). Seguimos al (Tra.-ms.).

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y de mujeres y servicio, la voluntad del Inca era la tasa, y la distribución era igual. 198. Y así de esta misma manera se hacía en lo que tocaba al oro y plata y edificios grandes que se hicieron, que nunca se les pidió cantidad limitada1 sino la gente que había de ir a sacarlo, la cual se mantenía a costa del Inca y del Sol y de aquellos para quien se sacaba. Y lo que resultaba de este trabajo, ése era el tributo, sin obligar a más cantidad ni llevar ellos cosa ninguna de ello. 199. Y así sacaron todo el oro y plata que tuvieron los incas y el Sol, porque cada Inca labraba de nuevo para sí y para su tesoro. Y esto no lo heredaba el sucesor como está dicho, sino todo quedaba con los cuerpos y para tesoro2 y hacienda suya. 200. Y así se entiende haber en el Cuzco de aquellos cuerpos que enterraron de los señores gran suma de hacienda. En lo cual por3 poder tratar de las guacas y adoratorios y no haber licencia de Su Majestad particular para ello no se les hizo extorsión ni más diligencia de lo que se dijo en el descubrimiento de los cuerpos. [Nota comparativa: Las «Respuestas a la Instrucción del Rey» ayudan a comprender mejor la redacción de los pasajes de Relación y Tratado que hacen referencia al descubrimiento de las momias, §633-634: «(...) y hallé el cuerpo del Inga Yupangui enbalsamado, en gran veneración; y los hilos y quenta de sus hazañas e fiestas e ydolatrías que estatuyó, y la prinçipal era que avía dado este renonbre al Viracocha y que con él avía subjectado todo el reyno. Al qual el común tenía en mucha más veneración que a Guayna Capa, a lo que a mí me paresció, aunque no fue tan rico en joyas, aunque tuvo muchas. Y dicen los indios averse pagado dellas y de lo de Guayna Capa el rescate de Caxamalca; y no se hizo más averiguación por no inpedir el descubrimiento de los ydolos.» Aparecen varias ideas: a) Se sospecha que los tesoros asociados a las momias fueron ocultados, al tiempo que salta la duda del motivo no haberlos descu-

1 2 3

Suprimimos «y» (Tra.-ms.) siguiendo a (Rel.-ms.). «....» (Tra.-ms.). Seguimos a (Rel.-ms.). «[no]» (Lam.). Contrariando el sentido.

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vincia para el Inca y para sus adoratorios. Lo cual todos ellos sembraban, beneficiaban y cogían y ponían en los depósitos, y de estos llevaban al Cuzco aquello que se les mandaba. 195. Y de lo que tocaba al ganado de todo lo que daban tributo estaba aplicado para el Inca y para sus adoratorios, y de esto llevaban así mismo lo que se les mandaba, y lo demás se quedaba en los hatos por cosa propia. 196. Y de la lana tejían la ropa en la cantidad que se proveía en cada un año, y de aquella llevaban la que se les mandaba, y la demás se quedaba en los depósitos. Y en cada provincia tenían puestos los indios, los pastores y guardas y toda la demás gente necesaria. 197. De manera que así de esto, como de todo lo demás de gente de guerra y mujeres y servicio, la voluntad del Inca era la tasa, y la distribución estaba a cargo de los indios, la cual se hacía igualmente. 198. Y lo mismo era cuando se determinaba que se sacase oro de algunas minas, o plata o edificios grandes, que nunca se les pidió cantidad limitada, sino la gente que había de ir a sacarlo, la cual se mantenía a costa del Inca o del Sol y de aquellos para quien se sacaba. Y lo que resultaba de este trabajo, aquello, era el tributo; sin obligarles a más cantidad, ni poder ellos de ello llevar cosa alguna. 199. Y así sacaron todo el oro y plata que tuvieron los incas y las casas y adoratorios de sus dioses, porque cada Inca labraba de nuevo para sí y para su tesoro1. Y esto no lo heredaba el sucesor como está dicho, sino todo quedaba con los cuerpos y para tesoro y hacienda suya. 200. Y así se entiende haber en el Cuzco y en la comarca, de aquellos cuerpos de los incas, por su origen y sucesión, que exhibieron ante mí, gran suma de hacienda; en lo cual por poder2 tratar de las guacas [f. 25v] y adoratorios y de los ídolos, y para3 que no se escandalizasen aquellos a cuyo cargo estaban4 tratando materia de hacienda: no se les hizo extorsión ninguna sobre ello; ni aún se les dio a entender –a lo menos por mí– que se pretendía otra 1 2 3 4

«tesorero» (Rel.-ms.). Seguimos al (Tra.-ms.). «podré» (Rel.-ms., Lam.). Sustituido por «por poder», siguiendo a (Tra.-ms.) y Respuestas. Añadido por sentido «y para». las momias.

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biertos teniendo a la mano los indios que debían saber de dicho tesoro. La justificación que da el autor fue que el objeto principal de la pesquisa fue la extirpación idolátrica y no el tesoro. b) La pesquisa encaminada a saber del tesoro, de haberse hecho, hubiese escandalizado a los indígenas que colaboraron en el descubrimiento de las momias. Es un detalle que muestra que Polo negociaba con los indígenas estableciendo pactos que aparentemente cumplía. c) No había «licencia de Su Majestad» para extender la pesquisa hasta averiguar del tesoro asociado a ellas. Es necesario tomar en cuenta las corrientes de opinión en contra de los saqueos realizados por los conquistadores a los indios, personajes como Las Casas tienen mucha influencia ante el mismo emperador Carlos V. d) Polo admite la posibilidad que el tesoro asociado a dichas momias fuera el que se llevó a Cajamarca, según declaran los indígenas. e) De haber licencia de Su Majestad, podría ejercerse «extorsión» para averiguar más sobre el tesoro «desaparecido». Recordemos que Polo será duramente atacado por algunos que suponen que todo aquello lo hizo por interés personal del oro (Jesuita anónimo). Sin embargo parece más probable que hubiera críticos que le reprochan no haber averiguado de ese oro (para beneficio de la Corona). Por otro lado, en dos párrafos de Relación (§202 y 203) que no están en Tratado, se describen los sitios principales de dónde el Inca sacaba oro a lo largo de todo el Tahuantinsuyo, información que –con todo probabilidad– Polo debió extraer de quipus.]

204. Y así todas las veces que se descubría oro en algunas provincias y se proponía que se fuese a sacar, se mandaba juntar la gente de aquel hunu1 – que eran diez mil indios– y entre ellos se repartía la cantidad que se mandaba que fuese para lo susodicho y esta era la que al Inca y a sus gobernadores le parecía. Y la distribución hacían ellos mismos por la cantidad del hunu2 y luego por la cantidad de cada provincia y por los de cada pueblo y luego por las parcialidades, de manera [f. 58v] que sabida la gente que había de acudir, en la distribución no recibían ni podían recibir ningún agravio.3 1 Es la única vez que aparece así escrito. 2 «vno» (Tra.-ms.). 3 De las varias veces que Polo explica la distribución de los tributos, la que aparece en este párrafo es una de las más simples y mejor logradas, es tan solo un esquema en 4 niveles: a) Primeros distribuyen por hunus, b) seguidamente por guarangas (= provincias que comprenden aprox. mil aucacamayos), c) siguen las pachacas (=

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cosa. Porque para lo demás, con particular licencia de Su Majestad, se podría sacar de raíz. 201. Aunque tratando de ello a otros propósitos, siempre afirman los naturales que lo más que se dio en Caxamalca1 de oro y plata fue de esto que tenían los cuerpos. Y en alguna manera se les puede dar crédito, porque todo fueron vasijas de cántaros y vasos de la condición de los que los Incas tenían para su servicio. Pero con todo eso, según la relación y lo que se entiende, había sin comparación mucha suma de ello, aunque no hubiera más sino lo que tenía para servicio ordinario. Y sobre esto está tratado en el capítulo del descubrimiento de los cuerpos, que es su propio lugar.2 202. Y así, tornando a la materia, parece que el servicio o contribución de oro era ordinario andar indios a sacarlo en las provincias donde lo había, que son las más, en la comarca del Cuzco, como en las Quichuas3 y Chumbilvicas, Andavaylas, Parinacocha y Yanaguaras4. Y en toda la sierra como en los Soras y Lucanas y en todas las provincias de Cundesuyo, y por el camino de Omasuyo, todos los que confinan con Calavaya y todos los comarcanos a las provincias de los Mojos y Chunchos, y en toda la provincia de Huánuco y Chachapoyas, y en toda la de Quito. 203. Y casi en todas las partes hay minas de oro de ríos y cabañas, unas más ricas que otras, y donde los Chichas que están en esta provincia5, así todos los Diaguitas y todo lo de Chili dende Coquimbo hasta el río de Maule. Todos daban oro trayendo a las minas la cantidad de indios que se les mandaba y acudiendo con lo que resultaba de su trabajo −poco o mucho− sin que ninguna provincia estuviese obligada a cosa cierta. 204. Allende de lo cual todas las veces que se descubría oro en algunas provincias [f. 26r], y aún según dicen cuando fallecía el Inca y sucedía otro nuevo, se mandaba juntar copia6 de gente de aquella comarca conforme a lo que se mandaba, cuya distribución estaba a cargo de los mismos indios, y és1 2 3 4 5 6

«cajamalaca» (Rel.-ms.). Ver nota comparativa en §200 de Tratado. «quichos» (Rel.-ms.). «anaguaras» (Rel.-ms.). de Charcas. = cantidad.

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205. Y aunque los ganados todos de que daban tributo eran del Inca y su religión también hacían la misma distribución. Porque si se mandaban llevar cien mil cabezas de ganado al Cusco también se repartía y hacía la distribución conforme a la cantidad que cada uno tenía a cargo. De manera que habiéndoselo tomado el Inca para sí y para su religión en todo el tiempo que le tributaron de ello no recibieron agravio los unos ·1 más que los otros quedándosele todo como se le quedó, salvo de los grandes robos que se hicieron más en una provincia que otras cuando llegaron los españoles.|| [Nota comparativa: La última oración de §205 ha sido omitida en Relación. En su lugar en Relación se analiza el tremendo daño causado al ganado al inicio de la conquista (§206) que no está expresado así en Tratado. Por otro lado el párrafo §207 de Tratado donde se menciona la orden de distribuir trabajos cuando se hacen obras públicas coloniales no figura en Relación.]

207. *Asimismo, ordenó en el repartir y distribuir el tributo guardar los indios (…)2 el día de hoy cuando les viene al3 caso una provisión, alguna obra general que hacer −como puentes y caminos− y proveimientos, cuando hay guerra de españoles. Y lo mismo sería si a todo el reino junto le mandasen proveer una cosa. Y salen a esto sin pasión ni molestia –como era su costumbre– y al contrario la reciben.4||

7. [EL tributo dEL sErvicio dE Los chasquis] 208. *Tuvieron estos indios otra contribución y tributo que aunque parece fácil era de mucho trabajo por ser ordinario5. Y este era general en todos los caminos reales, desde Quito hasta Chile y más adelante por la gobernapueblos agrupaciones de comunidades de aprox. 100 aucacamayos ) y finalmente, d) por parcialidades (= ayllos, comunidades que suelen ser a su vez asientos donde residen grupos familiares compuestos habitualmente por una o varias decenas de aucacamayos). El autor suprime esta explicación de su versión de Relación ya que tratará este punto particularmente en cuanto trate de las distribuciones (§325-331). Sin embargo en la explicación que da allí intervienen dos conceptos que no aparecen en este párrafo (suyu y parcialidades hanan-urin) que siendo importantes complican el esquema. 1 Suprimida «y» (Tra-ms., Lam). 2 Parece que faltan algunas palabras, por ejemplo: «[la misma orden que guardan hasta]». 3 «a» (Rel.-ms., Lam.). Por sentido parece que es lapsus. 4 = aceptan. 5 = continuo.

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tos sacaban oro. Y acudían al Cuzco con ello los mayordomos1 del Inca y allí se labraba. Y así es cierto que cuando había Inca nuevo, y cuando fallecía, se pasaba mayor el trabajo en todo el reino, generalmente así con el muerto como con el que sucedía. Y en todo, sabida la cantidad con que se había de acudir –porque ésta pendía de la voluntad y mandato del Inca– en la distribución, ninguno recibía agravio. 205. Y aunque el ganado todo de que daban tributo, todo era del Inca y de sus adoratorios, también se hacía la misma distribución, y ninguno acudía con más de aquello que le cabía conforme a la cantidad que estaba a su cargo por sus tercias o cuartas o décimas como estaba dividido. De manera que habiéndolo tomado el Inca para sí y para sus guacas desde el principio, en todo el tiempo que le tributaron no recibieron más agravios los unos que los otros, quedándoseles todo como se les quedó. 206. Y considerado todo conforme al discurso del tiempo, me parece se puede afirmar, que hicieron más daño los españoles en solos cuatro años, que el Inca en cuatrocientos, porque lo tomaron [el ganado] sin orden. Y los indios también usaron de libertad quebrantando lo que antes tenían; y así se disipó mucho, y vino en gran disminución, porque comió de ello toda la tierra generalmente y sin freno ni tasa. Aunque ahora con el ganado de España parece que se torna a reformar lo de la tierra. Con todo2 eso es necesario proveer sobre lo manso y sobre lo bravo con mucha diligencia, porque es el fundamento de su conservación. [Nota comparativa: El párrafo 207 de Tratado ha sido omitido en Relación]

1 2

= administradores. «todos»(Rel.-ms.) .

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ción de Benalcázar1 hasta adonde el Inca conquistó y puso las fronteras. Y lo mismo por el camino atravesado a los Bracamoros, adonde los tuvo asimismo (porque la tierra adentro por allí nunca aquellos indios le sirvieron) que era lo que los indios llaman chasques. 209. Que son unas casillas en el camino real de la Sierra y de los Llanos en cada topo de tierra, que a nuestra cuenta es legua y media. Y en aquellas casillas, que son pequeñas cuanto era menester para estar dos indios en cada una, había cuatro [f. 59r] indios de ordinario2 que servían de postas los cuales se mudaban cada mes y proveíanlos las comarcas como caían cada uno3 en su parte. Y de noche y de día nunca faltaban. 210. El oficio de estos era llevar la palabra del Inca desde el Cuzco adonde él quería enviarla y traer la de los gobernadores, de manera que pudiese saber breve lo que él quería de toda la tierra. 211. Y hacíase de esta forma, que si el Inca quería mandar algo a los gobernadores, se les decía al primer chasqui, y luego a toda furia salía corriendo con el mensaje, y sin parar andaba legua y media, y antes que llegase al otro alzaba la voz y decía lo que llevaba. De manera que cuando llegaba ya había salido el otro. Porque a los que les cabía de correr cuando viniese dormían por cuartos. 212. De manera que el recaudo era tan grande y las furias de las postas, que quinientas leguas que hay desde el Cuzco a Quito que afirman que cuanto4 más tardaban de ida y vuelta, eran menos de veinte días. [Nota comparativa: En §208 de Relación han sido omitidos detalles respecto a la provincia de los Bracamoros y a cómo los incas no pudieron conquistarlos. Esos detalles constan en los quipus del Capac Ayllu que fueron presentados en Cuzco por los descendientes de Tupac Yupanqui y que Polo debía conocer.]

213. Y es de creer, porque después acá, cuando ha habido guerras en la tierra y otras necesidades, hemos usado nosotros de este remedio de los chasquis, los cuales como era orden vieja luego en mandándoselo los ponen. 1 2 3 4

Es decir hasta el sur de la actual Colombia, Pasto. «indios ordinarios» (Tra.-ms., Lam.). «ordinario» = siempre, continuamente. Puede ser «hunu». «cuando» (Tra.-ms.). Seguimos a (Rel.-ms.).

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7. dE Los chasquis 208. *Tuvieron estos indios en tiempo del Inca otro tributo que parecía fácil y era de mucho trabajo por ser ordinario y continuo. Y era que en todos los caminos reales de Quito [f. 26v] hasta Chile y más adelante por la gobernación de Benalcázar1, hasta donde el Inca conquistó y puso las fronteras por la sierra y por los llanos. Y en muchas travesías, principalmente adonde había fronteras, tenían puesto chasquis cada uno por su tierra. 209. Que son unas casillas en cada topo, que es a nuestra medida legua y media, que no son mayores de cuanto es menester para estar dos indios en cada una. De manera que en cada topo había cuatro indios ordinarios2 de noche y de día que servían de postas, los cuales se mudaban cada mes y proveían las comarcas como caían, cada uno3 en su parte. 210. El oficio de estos era llevar la4 palabra del Inca desde el Cuzco adonde él quería enviarla y traer la de los gobernadores, de manera que pudiese saber breve lo que él quería de toda la tierra. 211. Y hacíase de esta forma, que si el Inca quería mandar algo a algún gobernador, se lo decía al primer chasqui, y luego a toda furia salía corriendo, y sin parar andaba la legua y media, y antes que llegase al otro alzaba la voz y decía que se apercibiese, y empezaba a decir su embajada y a qué provincia iba dirigida. De manera que en llegando, sin detenerse salía otra. Porque a los que les cabía de correr velaban, de suerte que nunca estaban desapercibidos. 212. Y el recaudo5 en esto era tan grande y la furia de las postas, que afirman que dende el Cuzco hasta Quito, que son quinientas leguas y la mayor parte tierra muy áspera, cuanto6 más tardaban de ida y vuelta, eran veinte días. 213. Y es de creer, porque después acá cuando ha habido guerras y otras 1 Añadido «de Benalcázar», según (Tra.-ms.). 2 = continuamente. 3 Cabe la posibilidad de hunu. 4 «le» (Rel.-ms. no Lam.). Seguimos al (Tra.-ms.). 5 «recado» (Rel.-ms.). 6 «cuando» (Lam.).

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214. Y algunas veces yo los he puesto, y no hay duda sino que corren en día y noche cincuenta leguas con no haber la diligencia que entonces ni es posible1; y así del Cuzco a Lima han llegado cartas en tres días, que son ciento y treinta leguas de muy mal camino con no poderse poner tan concertados que en algunas partes no falten2. Y así por el Collao han corrido por esta misma cuenta muchas veces. 215. También usaba el Inca de estos chasquis cuando se le antojaba algún pescado fresco de la mar, volaban aquellos chasquis tan a prisa que con haber por el camino más cerca, más de cien leguas venía muy fresco en dos días o dos y medio cuando más. 216. Esto tuvieron ellos por grandeza y así tienen [f. 59v] memoria en sus registros y quipos de algunas veces que vinieron en poco tiempo con estos antojos de Tumbez, que son más de trescientas leguas y de otras partes. Y así en tiempo de los gobernadores,3 −antes que gozasen estos de la libertad y favores que agora, cuando estuvieron pacíficos−4 corrían estos chasquis de la misma manera. 217. Pero hase de entender que lo que comían cuando estaban en estos caminos y les cabía este negocio de trabajo se les daba de los depósitos del Inca. Aunque en esto no concuerdan todos porque otros dicen que comían de lo que ellos cogían. Solo me parece a mí que se les5 debía de dar [la comida] por una regla general en que no ponen duda: Que todas las veces que salían a trabajar para el Inca o para cosas de su religión no comían a su costa. Pero como era este un trabajo que se mudaban tan ordinario podría ser6 no se les diese. 218. Pero como quiera que sea él, era gran subsidio. Y por tal le tienen 1 que la haya. 2 En quechua se diría «huchankupuni». Polo habla de las «faltas» en las «mitas» (= turnos). Es un concepto quechua aunque esté dicho en castellano. 3 Los gobernadores españoles fueron F. Pizarro, Vaca de Castro y G. Pizarro. Desde Antonio de Mendoza, segundo virrey (1551), empezaría el tiempo de los virreyes ya que el primer virrey no gobernó. 4 «pacíficos» indica aquí ‘mansos’, ‘sometidos’; cf. «es de su condición manso» (COV). Justamente se usaron sus servicios en las guerras. Son de notar las varias menciones de Polo al estado «de libertad» en que se encontraban los indios entre 1550 y 1571. 5 «le» (Tra.-ms.). No habría concordancia. 6 que.

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necesidades en la tierra, hemos usado nosotros de este remedio de los chasques, lo cual como era orden vieja y estaba repartido y aún las casillas en la mayor parte están el día de hoy hechas1, luego en mandándoselo, los ponen. 214. Y algunas veces yo los he hecho poner, y no hay duda sino que entre día y noche debían de correr las cincuenta leguas que dicen, porque con no poner ahora aquella diligencia ni estar entablada2[f. 27r] la orden como en el tiempo del Inca, porque siempre hacen faltas, acaece correr uno, dos y tres chasquis, y he recibido las cartas a razón de treinta y cinco leguas entre día y noche. Y así otras veces he visto llegar cartas desde Lima al Cuzco en cuatro días, que son ciento y veinte leguas, casi todo camino áspero y muy trabajoso de andar. Y por el Collao, que es tierra llana, los he visto correr a esta misma cuentaii. 215. También usaba el Inca de estos chasquis cuando se le antojaba alguna cosa que hubiese en otra provincia, como fruta o pescado fresco de la mar: venía según afirman −con haber cien leguas− muy frescos en dos días. 216. Esto tuvieron ellos por grandeza y así tienen memoria3 de muchas veces que vinieron de Quito y de Túmbez al Cuzco en poco tiempo, con estos antojos de cuatrocientas y quinientas leguas. Y tienen razón, porque sólo era menester dar lo que se había de traer a la primera posta, porque sin hacer4 más diligencia, llegase todo el camino. Y aunque era algún trabajo para los indios, pero después de entablado como estaba, era mucha majestad y contentamiento para el Inca, y negocio importante para el gobierno. A lo menos no lo he yo leído de ningún rey ni oídolo decir. 217. Yo quise averiguar si aquel mes que residían en los chasquis, se les daba de comer de los depósitos, o si comían ellos de lo que tenían en su casa, y como cosa menuda difieren en la relación, y poco importa. 218. Sólo entendida la orden, se colige claro que no era posible faltar ni ser agraviado uno más que otro, y repartido el trabajo de esta manera, como los indios eran muchos, ya no debían de recibir pesadumbre; aunque tomado 1 2 3 4

«fechas» (Rel.-ms.). Lo señalamos por ser excepcional en este manuscrito. = no se cumplía tan eficazmente. = quipu. Agregado en la parte superior.

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ahora cuando se los mandan poner. Aunque esto creo yo que también procede de ver que no es general a todos, porque los obligamos solo a ello por la parte que tenemos necesidad –cuando había guerra, porque para otros negocios nunca se ha visto mandar– que es la cosa que estos indios más sienten1.

8. [tributo para Edificios y fortaLEzas] 219. *Otra contribución y subsidio tuvieron éstos en tiempo del Inca de2 gran trabajo, y era de traer indios para los edificios del Cuzco, que fueron muy pesados. Porque como todas sus obras eran de cantera y no tenían herramientas de hierro ni acero así para sacar la piedra de las canteras como para labrarla, sino con otras piedras, era obra muy pesada y aún más dificultosa de lo que se puede dar [f. 60r] a entender para los que no3 la han visto. 220. Porque no labraban con cal y arena sino que ajustaban una piedra con otra tan al justo, que apenas se ven las junturas en algunas partes. Y considerado las veces que las quitaban y ponían para ajustar cada una según son grandes y pesadas, se parece bien la mucha gente que andaba en la labor. 221. Mayormente que no tenían grúa ni otro artíficio4 y aun acrecentaba el trabajo el traerlas a la obra tan lejos con tan poca maña porque todo lo hacían a fuerza de brazos. 223. Y vistas las obras que allí hay, no se maravillará ninguno de lo que ellos afirman que andaban de ordinario treinta mil peones; porque no solamente hay obras hechas encima de la tierra como los edificios que están en la ciudad y Fortaleza de que no se puede decir la manera de su labor; pero debajo5 hay en gran cantidad.

1 Este aspecto es importante y solo está consignado en esta versión: Por el hecho de «no ser general a todos» ni matemáticamente proporcional habría resistencia a poner los chasquis porque los españoles solo los mandaban poner en algunas partes y no era general a todas las provincias. Uno de los «secretos» de los incas, que Polo parece comprender, era la repartición igualitaria y proporcional que animaba a todos a cumplir su parte; la desigualdad en los repartos sería «la cosa que más sienten». 2 «en» (Tra.-ms.). Seguimos a (Rel.-ms.). 3 Añadido según (Rel.-ms.). 4 «ni tenía guía ni otro artífiçe» (Tra.-ms.). Seguimos a (Rel.-ms.). 5 Se refiere a las piedras que se utilizaron para encauzar los ríos del Cuzco, las mismas que siguen existiendo hoy en día como parte del alcantarillado del Cuzco moderno.

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así junto, parece subsidio1 trabajoso y pesado por ser continuo, a lo menos ahora en nuestros tiempos; aunque lo hacen cuando los que gobiernan se lo mandan, pero mucho lo sienten. Y así no se hace sino con extrema necesidad y no en otra, sino cuando ha habido alteraciones, que es negocio forzoso y conveniente [f. 27v].

8. *Edificios y fortaLEzas 219. *Otra contribución y tributo tuvieron éstos en tiempo del Inca, de gran trabajo, y era dar gente de todo el reino para los edificios del Cuzco, que fueron muy pesados. Porque como todas las obras eran de cantería y no tenían herramientas de hierro ni acero así para sacar las piedras de las canterías como para labrar, sino con otras piedras, era obra muy larga y aún más dificultoso de lo que se puede dar a entender de los que no lo han visto. 220. Porque no labraban con mezcla sino que ajustaban una piedra con otra tan encajada, que apenas se ven las junturas en algunas partes. Y considerado las veces que las quitaban y ponían para que viniesen2, según son grandes y pesadas, se parece bien3 la mucha gente que andaba en las obras. 221. Mayormente que no tenían grúa ni otro artificio4 para subirlas ni bajarlas ni para traerlas de tan lejos, que para todo tenían poca maña y lo hacían a fuerza de brazos en tanto grado que he considerado yo una cosa en las obras: Que ponían cada piedra como salía de la cantera –aunque fuese muy grande– y debía de ser por el poco aparejo que tenían para quebrarlas. 222. Y así cierto es cosa maravillosa de ver en la Fortaleza del Cuzco, que hay piedras tan grandes y ajustadas, que yo he estado presente delante de canteros y se espantan cómo se podían subir sin artificio, aunque el edificio no es muy alto, y labrarlas y ponerlas de suerte que viniesen bien. 223. Entiéndese cierto que hay piedra de aquellas que una sola sería menester trabajo de veinte personas un año entero para desbastarla, y vistas las obras que allí hay debajo de tierra y encima alrededor del Cuzco, no me 1 2 3 4

«susidio» (Rel.-ms., Lam.). Seguimos al (Tra.-ms.). = ajustasen, acomodasen. = resulta claro. «artífice» (Lam.).

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224. Y toda ella es piedra recia y tan bien labrada como no1 se puede hallar en ninguna obra de España, con todos los aparejos que allá hay, [y aquí] sin otro ninguno, porque no le tuvieron mas [que] con piedras, que me parece a mí –y aun2 a todos– que cien indios no pueden labrar una piedra de aquellas anchas en un mes y quien quiera que lo vea le parecerá lo mismo. [Nota comparativa: Es curiosa que la alusión a la magnificencia inca en labrar piedras haya sido comparada con la de España en Tratado y con la de los romanos en Relación, bajando a su vez el tono de la alabanza. Se podría pensar que la nueva administración toledana no viera con tan buenos ojos este ensalzamiento de las obras incas, y que ello haya influido en el cambio de redacción de Polo. Hay que reconocer que es especulación. En todo caso, el labrado de las piedras incas no tiene parangón y sigue impresionando.]

225. Y estas obras no solamente las tenían los incas en el Cuzco pero en otras muchas partes donde habían de ser muy más pesadas y dificultosos por estar la piedra más lejos. Porque allí en la ciudad del Cuzco miré yo en una cosa3 que por ventura no se hallará en el mundo, a lo menos yo no lo he oído decir: 226. Que desde Santa Ana, que es en Carmenga, donde empieza el Cuzco, que hasta el Angostura puede haber tres leguas poco más o menos, se hallaron todos los géneros de canteras que se pueden desear para edificios: negras y blancas, recias y blandas, y fáciles y dificultosas de labrar y de mármoles y canteras pómez [f. 60v] para bóvedas, y piedra jaspe, aunque no de la muy fina, y todas las piedras de aquellas cuestas es excelente para cal y muchos y muy abundantes veneros4 de yeso. Finalmente, que yo lo paseé5 todo y vi las canteras con artífices bien diestros y que habían labrado en España mucho tiempo, y me certificaron que nunca tal habían visto ni oído en tan poca tierra, porque ellos les ponían muchos más nombres que6 yo me acuerdo. 1 2 3 4 5 6

Añadido «no» para concordar con «ninguna». «au» (Tra..-ms.), «aua» (Lam.) en lugar de «aun a». «....» (Tra.-ms.). Añadido «miré yo en una cosa» según (Rel.-ms.). «géneros» (Rel.-ms.). «pase» (Tra.-ms.). Seguimos a (Rel.-ms.). los que.

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maravillo1 de los peones que afirman que andaban de ordinario, que eran en grandísima cantidad, porque no se puede encarecer la manera de la labor. 224. Y toda ella es piedra recia y tan bien labrada como se puede hallar en cualquier edificio de los romanos, con todo el aparejo que ellos tuvieron para ello y con todos los que hay hoy en España. Digo [...]2 cuanto a la labor de las piedras, porque en lo demás, los edificios de éstos son sin orden [f. 28r] ni proporción y bajos y aun con poco cimiento. Pero si en aquella ciudad3 quisiesen labrar cuatro iglesias como la de Sevilla, se hallaría allí piedra labrada que los maestros no tuviesen más que hacer de traerla a la obra llevando la medida de la que hubiesen menester, sin más necesidad de meterla en escuadra y asentarla, y aún muchas no habrían menester estas diligencias. 225. Y estas obras no solamente las tenían los incas en el Cuzco, pero aún en otras muchas partes más dificultosas y trabajosas por estar la piedra mucho más lejos. Porque allí en la ciudad del Cuzco miré yo en una cosa que por ventura no se hallará en el mundo, a lo menos yo no lo he oído decir: 226. Que dende la iglesia de Santa Ana, que es la parroquia de Carmenga, donde empieza el Cuzco, que hasta el Angostura,4 que puede haber tres leguas a mi parecer, se hallarán todos los géneros de canteras que se puede desear para edificios: negras y blancas y recias y muy blandas, muy fáciles y muy dificultosas, y de mármoles y canteras para bóvedas de piedra liviana, y piedra de jaspe, aunque no de la muy fina; y toda la piedra de aquellas cuestas es excelente para5 cal y muchos y muy abundantes géneros de yeso. Finalmente, que yo la paseé toda y vi las canteras con artífices bien diestros y que habían labrado en España mucho tiempo, y me certificaron que nunca tal habían visto ni oído decir que hubiese en tan poca tierra, porque ellos les ponían muchos y más nombres que los que yo me acuerdo. 227. Y quien hubiere visto la obra que los incas empezaron en Tiaguanaco que es acá en el Collao, cerca de Chuquiabo6, si considerase que en sesen1 2 3 4 5 6

= sorprendo. Palabra ilegible (Rel.-ms.). de Cuzco. Añadido «que hasta el Angostura» siguiendo a (Tra.-ms.). Añadido según (Tra.-ms.). «Chuquiaco» (Rel.-ms., Lam.).

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227. Y quien hubiere visto la obra que los incas empezaron en Tiaguanaco que es a la cerca de Chuquiapo, si consideraran que en cien leguas de allí no se halla el venero de aquella piedra y la suntuosidad con que va trazada, entenderá fácilmente la poca dificultad que hallaban en hacer edificios aunque fuesen pesados, en confianza de la gente.1 Y como las de esta tierra no es mucha, como tengo hecha relación, este era tributo tan pesado como se puede entender por lo dicho. [Nota comparativa: En la última oración de §227 de Relación ya no se da la aparente contradicción que figura en Tratado: Se hacía con facilidad cualquier cosa porque se «contaba» con la gente, pero como la gente no es mucha era un tributo pesado. Cabe notar que la mención «en confianza de la gente» puede interpretarse como una alusión al «ánimo, aliento y vigor para obrar» (DRAE) existente de parte de los indios en las obras que emprendían con los incas. Esta afirmación relativizaría el «sometimiento» absoluto que ejercieron los incas según otros pasajes. De ser correcta esta interpretación no hubiera sido congruente con el discurso oficial toledano que destacaba la «tiranía» de los incas. En §228 se trata más sobre las características de las piedras que también aprovecharon los españoles en sus construcciones, lo que no aparece en Tratado.]

229. *Esta contribución se hacía general de todo el reino porque acordado en el Cuzco la gente que había de salir aquel año para las obras, acudía con ella todo el reino por la orden que se dirá brevemente, en la que tenía del distribuir en semejantes negocios. Porque como está dicho, en esta ni las demás contribuciones no2 había más tasa de la voluntad del señor y solo el repartirla quedaba3 a los naturales. En lo cual ellos tenían tanta orden que no habían menester pleitos ni terceros que los concertasen ni mucho tiempo para acudir cada uno4 con lo que le cabía. [Fin de Tratado] [Nota de los editores: Puesto que termina la versión Tratado, desde la página siguiente solo continuará la versión Relación en las paginas pares e impares] 1 = teniendo la disposición (fianza) de la gente. 2 «ni» (Rel.-ms., Lam.). Seguimos a (Rel.-ms.) 3 «en el repartir la que daba» (Lam.). Perdiendo el sentido. 4 Aunque no cuadraría mal hunu esta vez parece castellano ya que refiere a «todos» sean personas, provincias, indios o caciques.

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ta leguas de allí no se halla el venero1 de aquella piedra y la suntuosidad con que va trazada, entenderá fácilmente la poca dificultad que hallaban en hacer edificios, aunque fuesen pesados. Antes, según lo poco que importaban, muchos parecen que buscaban ocasión para [f. 28v] hacerlos sin propósito de manera que nunca se acabasen. Y para indios, la gente del Perú –a lo menos esto que sujetó el Inca– no es mucha, y la tierra aunque larga tiene grandes despoblados y por todas partes es angosta, y con tantas ocupaciones generales, cierto no debía de holgar mucho. 228. Que es verdad –que vistas las piedras con que labraban y el trabajo con que se desbastaban y que hay en estos edificios tantas que no tienen número–, que a ninguna portada de España dejarían de alcanzar por batientes. Y así en el Cuzco las más casas las tienen de una pieza, aunque hay muchas bien anchas. Y en todas cuantas las han querido poner2 y han acortado gran número los indios para pilares. 229. Quien quiera puede considerar la mucha gente que debía de andar en estos edificios, para los cuales la contribución se hacía en general por todo el reino. Porque acordado en el Cuzco la gente que había de salir aquel año para las obras, hacían su distribución por sus hunus3 y provincias en todo el reino y por la orden que se dirá en su lugar. Porque como está dicho, en esto ni en los demás no había más tasa de la voluntad del Señor4, y sólo el repartir les quedaba a los naturales. En lo cual ellos tenían tanta orden que no habían menester pleitos ni terceros que los concertasen ni mucho tiempo para acudir cada uno con lo que le cabía. [Nota de los editores. Desde aquí la versión de Relación continúa en las páginas pares e impares]

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= «Origen y principio de donde procede una cosa.» DRAE. las han puesto. «umos» (Rel.-ms. Lam.). = Inca.

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9. dE La tiErra quE traían para sEpuLcros aL cuzco 230.*Tuvieron estos naturales otro género de tributo, aunque no ordinario, pero pesado y trabajoso, el cual nacía de sus imaginaciones y opiniones, todas enderezadas a dar a entender los incas la grandeza de aquella ciudad del Cuzco. Y el gran (.…)1 que tenía el gran Criador Universal que se engrandeciese y ennobleciese y que en ella hubiese grandes misterios2. 231. Y que así, cualquiera cosa que proponían los viejos hechiceros, que convenía o se les había dicho en sueños –porque estuvieron3 entre estos indios en gran crédito– [f. 29r] luego se ponía por obra, engañándose los unos a los otros por inducción del demonio. Y de todo venía a resultar en trabajo de la gente menuda. 232. Y así afirmaban: A toda aquella Plaza del Cuzco le sacaron la tierra propia y se llevó a otras partes por cosa de gran estima, y la hinchieron4 de arena de la costa de la mar como hasta dos palmos y medio, en algunas partes más. Sembraron por toda ella muchos vasos de oro y plata y ovejuelas5 y hombrecillos pequeños de lo mismo, lo cual se ha sacado en mucha cantidad, que todo lo hemos visto. De esta arena, estaba toda la plaza cuando yo fui a gobernar aquella ciudad. Y si fue verdad que aquella arena se trajo de donde6 ellos afirman y tienen puestos en sus registros, paréceme que será así: Que toda la tierra junta tuvo necesidad de entender en ello, porque la Plaza es grande y no tiene número las cargas que en ella entraron. Y la costa por lo más cerca está más7 de noventa leguas, a lo que creo. Y cierto, yo me satisfice, porque todos dicen que aquel género de arena no le hay hasta la costa. 233. Que yo hice toda la información posible así entre indios como entre españoles, inquiriendo la razón de haberla traído. Dicen haber sido por reverencia del Ticçseviracocha8, a quien ellos dirigen principalmente sus sa1 2 3 4 5 6 7 8

«....» (Rel.-ms.). Tal vez «deseo». = «ceremonias de cultos sagrados» (DRAE). Parece lapsus por «estos tuvieron». = llenaron. «hincharon» (Lam.). = llamitas. Añadido según sentido. Tachado: çinquenta leguas. «Tizeberacocha» (Rel.-ms., Lam.).

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crificios y le envían las cenizas de ellos por aquellos dos ríos que salen del Cuzco en cada un año con aquella solemnidad de los bailes1 y cantares de que se hizo relación en la fiesta de Layme2. Iban con ellas a la ciudad de Pacaritambo3, que es donde ellos tienen por opinión que salieron aquellos siete hombres y mujeres después del Diluvio, de que se tornó a multiplicar todo el mundo. Porque al que ellos tienen por Criador Universal llámanle de muchas maneras, por un nombre Pachayachachi, que es nombre general y quiere decir Criador [f. 29v], y cuando tratan de la mar, llámanle Ticçiviracocha, y otros nombres que de todo dan su origen y cuentan mil desatinos. 234. Y es así, que abriéndose los cimientos de la Iglesia Mayor del Cuzco, y siendo la arena que se hallaba ruin y lejos, dijeron los artífices que si no se tomaba la de la Plaza, que sería mucha la costa, porque la que se hallaba era ruin y dificultosa de traer. Y así yo la hice quitar toda, que fue grandísima cantidad, y la igualamos con otra tierra. 235. Lo cual, allá por sus opiniones, sintieron los indios en extremo y no lo pagaran mal si lo pusiéramos en precio el dejar la Plaza como se estaba. Que después que lo entendí la di de mejor voluntad a la Iglesia. Y no hay duda sino que valió más de cuatro mil castellanos, porque mucho más le costara a traer y no de provecho. Y con ella hice cuatro puentes de cantería en el mismo río de la ciudad, en que se ahorró mucho trabajo y costa porque fue muy gran cantidad, y otras obras que allí se hicieron de provecho. Y lo principal fue quitarles la reverencia grande que se tenía a aquella Plaza por esta razón. 236. La orden que dicen los viejos que tuvieron en traerla fue por tambos y provincias, acudiendo toda la tierra al Camino Real. Y cada provincia lo ponía y llevaba por sus términos, lo cual se les mandaba hacer en tiempos desocupados. 237. Y así, no solamente en el Cuzco, pero en todo el reino se tuvo gran veneración a esta Plaza por esto y por las fiestas y sacrificios que en ella se hacían de ordinario por la salud de todo el reino, reservadas solamente a los 1 2 3

«bacus» (Rel.-ms.), «bacos» (Lam.). cf. §308. «ayme» (Lam.). «Pacaytambo» (Rel.-ms., Lam.).

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incas, que por haberlo tratado en su lugar no se hace relación. 238. *Lo mismo afirman que mandaba hacer el Inca cuando alguna mujer a quien él quería mucho fallecía en el Cuzco. Que se traía tierra de su [f. 30r] naturaleza para el sepulcro. También me satisface ser esto así, porque declararon haber una sepultura en las casas del capitán Diego Maldonado labrada de cantería debajo de tierra, adonde se enterró una mujer del Inca natural de los yungas, la cual hallamos bien honda y labrada desde tres estados de cantería muy prima y en cuadra como doce pies. Y afirmaron ellos ser aquella arena de la costa de la mar, y sacada la arena, se halló solamente abajo un cuerpo en cierto hueco que había1 en la sepultura, hacia a un lado, que pareció probanza de lo que está dicho. 239. Porque en ello no se pone duda, ni menos que en Quito esté una casa que los incas mandaron hacer de piedra labrada de las canteras del Cuzco, que en caso que no fuese muy grande, según la distancia del camino, lo sería el trabajo de llevarla, porque son quinientas leguas. 240. Hago de esto relación porque se entienda la facilidad2 con que estos indios hacían cualquier cosa por la orden que les estaba puesta, porque para llevar quinientas piedras labradas quinientas leguas de camino, y aunque fueran en más cantidad, no se tardaban cincuenta días. Porque iban de mano en mano sin parar aunque fuesen muy grandes. Y la determinación con que ponían en obra cualquier cosa con cualquier imaginación, mayormente si iba dirigido a la conservación de su estado y pacificación de su tierra. Que de cada una cosa de éstas dan ellos sus razones, que –para quien entiende la condición de estos indios– no son malas, las cuales por no hacer al propósito de lo que se trata no se pone. 241. Digo esto [f. 30v] porque no era el intento principal, como algunos dicen, por solo traerlos ocupados, porque así convenía para que con el vicio no pensasen rebeliones, y bien podría ser esto en alguna manera la causa. Pero no hay duda sino que de cada cosa dan su razón que procedían de sus imaginaciones, que serían largas de contar. Pero baste que esta contribución3 1 2 3

Añadido para dar sentido. «falidad» (Rel.-ms.) = el traslado de arena y piedra.

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aunque extraordinaria1 era bien trabajosa. Pero en caso que de una misma cosa no fuese continua, de diversas nunca les faltaban juntas generales para estos negocios del año desocupados. Y la misma orden que tenían, la facilidad con que se hacía, debía convidar [a que así se hiciera].

10. dEL sErvicio dE Las guacas 242. *También fue gran subsidio el que tenían en todos los pueblos del reino con la orden que los incas tenían puesta para la veneración de los adoratorios y oficios que tenían estatuidos que hubiese, como está hecha relación en el capítulo que particularmente trata de esto en las guacas y adoratorios. 243. Porque ·2 había gran número de gente en cada hunu3 en su oficio particular que no entendía en otra cosa. Así de personas señaladas que mostrasen e hiciesen veneración al Chucuylla, para que no helase ni granizase; y otros que la hiciesen al Pachamama para que fructificase la tierra al tiempo que se sembraba; y otros para que tuviesen cuenta ordinaria con la veneración y sacrificio de los muertos, y hacerles su vino, y llevárselo a derramar en tiempos; y otros que tuviesen cuidado de echar las suertes o yllas4 (así las llaman) para pronosticar el suceso de los que salían del pueblo, adonde se habían de detener algún tiempo. 244. Lo cual hacen esto de diferentes maneras en cada provincia, porque [f. 40r]5 unos tienen piedras y frijoles de muchos colores, y otros unas arañas grandes metidas en unas ollas con cierta harina de que se sustentan, y esto es más común en la provincia de Chinchasuyo. 245. Y lo más ordinario y general es mirar las asaduras de los cuyes, que son unos animalejos como conejos mansos de muchos colores que ellos crían en todo el reino en sus casas, degollados con ciertas ceremonias, y es negocio importante. 246. Hacen lo mismo en los corderos de la tierra y en carneros grandes y 1 2 3 4 5

«tras ordinaria» (Rel.-ms., Lam.). Suprimido «entender otra cosa» que una línea más abajo se repite. «uno» (Rel.-ms., Lam.). «rellas» (Rel.-ms.) «acrellas» (Lam.). La numeración de las fojas del manuscrito salta de la 30v a la 40r.

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de otras maneras diferentes. De todo lo cual también usan para entender qué sacrificios serán más apacibles a sus dioses y guacas cuando tienen alguna necesidad, hasta [quien]1 haga veneración y sacrificio a las acequias para que no se derrumben2, y quien haga crecer los niños cuando están entecados. 247. Y hallando yo entre los otros3 este oficio en el valle de Yucay, quise saber de qué usan para esto. Y manifestaron que cogían basura de casa de la que barrían y espuma del río y algunas hierbas silvestres, y que con esto les daban ciertos sahumerios, diciendo: «que así como todo aquello crece sin entender en ello nadie, y aunque a todos les pese, que así crezca aquel niño». Pongo esto para que se entienda que así son sus imaginaciones en cada cosa, y cuán fáciles y desventurados son. 248. Otros muchos varones y hembras tienen cargo de las guacas fijas de que está hecha particular relación en la Carta General del Cuzco, que es común en todo el reino y contiene todos los lugares que se diferencian de los otros en algo alrededor del pueblo, hasta las cumbres, si es tierra áspera que llaman éstos apachetas, como algunas piedras grandes y todos los puquios y nacimientos [f. 40v] de agua, o algunos llanos que hacen en alguna cuesta, o algunos árboles señalados, o las partes donde siembran el maíz para los sacrificios. 249. Porque todas estas cosas están divididas por sus çeques y rayas en el torno de cada pueblo y están a cargo de personas que hagan en ellas sacrificios diferentes y para diversos efectos: En unas para que se empreñen las mujeres, en otras que dicen que de allí sale el hielo o el granizo, y en otras que llueva. 250. Así de esta manera les enseñó4 el Inca esta división de lugares en todo lo que conquistó, echándoles grandísimo cargo del beneficio que recibían en darles noticia, a cada uno en su tierra, de lo que tenían y se podían aprovechar para sus necesidades. Lo cual el día de hoy hacen por su misma orden y tienen señalada gente que entiende en ello. Y, si es necesario, en 1 2 3 4

«...... y» (Rel.-ms., Lam), «conseguir y» (Gon.-Al.). El añadido «quien» es solo una posibilidad. «rredunben» (Rel.-ms.). Parece lapsus por «indios». «enseña» (Rel.-ms., Lam.).

Contribuciones: Qué y cuánto se tributaba

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todos los pueblos hacerles que pinten la Carta, y, viendo la del Cuzco, luego lo hacen. 251. Que al sacerdote le quede noticia de cada cosa de aquellas en particular, así para que la entienda y haga castigar, como para predicarles contra ella y moverlos con razones claras a que entiendan las ilusiones y engaños del demonio. Que es negocio que por ser general1 va mucho en él y es gran fundamento para su edificación y conversión. 252. Así mismo les hicieron señalar gente para hechiceros, que también es entre ellos oficio público y conocido. En todos los cuales dichos oficios de que está hecha relación, dado caso que la gente que en ello entiende es mucha, según la grandeza de cada pueblo, los diputados para ello no lo tenían por trabajo, porque ninguno podía tener semejante oficio como los dichos, si no2 fuesen viejos y viejas y personas inhábiles para trabajar, como mancos, cojos o contrahechos y gente así a quien faltaba las fuerzas para ello. 253. Pero con todo eso, era obligado el pueblo a hacer chácara particular para que éstos se mantuviesen, y para ello contribuían [f. 41r] de otras cosas [y] de la comida que habían menester. Finalmente, ellos3 se mantenían con los oficios, sin tener necesidad de pedirlo a nadie, ni que se lo diesen por caridad, ni por otros efectos ni respetos. 254. Y así, los hijos no tenían obligación, ni para qué mantener a los padres después de viejos, ni ninguno a socorrer las necesidades de otros. 255. Que a mi parecer, fue una invención que el demonio introdujo entre éstos para quitarles la caridad, a lo que yo entiendo. Y del poco uso que tuvieron de hacerla con nadie se quedaron así. En tanto grado que el día de hoy, aunque hallen un indio con la pierna quebrada y pasen por allí veinte juntos del mismo pueblo, aunque sea cerca, no harán más diligencias de avisar como4 está allí, para que la comunidad envíe por él a quien le cabe. 256. Y verdaderamente, entiendo que ·5 una de las razones porque la con1 = de todo el Pirú. 2 = a no ser que. 3 = los viejos. 4 = que. 5 «en» (Rel.-ms., Lam.). Suprimido por falto de sentido. Tampoco resulta cambiar a «es» que más adelante se repitiría.

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Relación acerca del notable daño de no guardar a los indios sus fueros

versión de estos se hace con tanta dificultad, es por no hallarlos ejercitados en estar en un uso de hacer obras de piedad. Que está claro que allende de ser del derecho divino, también son de derecho natural. Y tuvo cuidado el demonio de quitárselas con esta invención, dando orden que por viejo y enfermo que uno estuviese, o pobre, no tuviese necesidad de otro. Proveyendo de manera que haciéndolos idólatras y supersticiosos de principal intento, viniese a resultar este daño tan general y costumbre tan perniciosa como la sobredicha. Que algunos no mirando más de la superficie, alaban esto por especie de buen gobierno.1 257. De la misma manera, se usaba con las parteras y sobaderas y algebristas2 y médicos y herbolarios, que hay entre ellos en gran cantidad, que no se permitían hasta que no podían trabajar. Y cierto, hay entre ellos de todo buenos oficiales, y todos conocen hierbas y las saben aplicar a sus necesidades. Pero tenerlo por oficio no se permitía hasta el tiempo dicho. Y así muchos haraganes empezaban [f. 41v] a tener de comer cuando no lo podían trabajar. 258. Aunque es verdad que el cuidado entre estos fue grande para que ninguno lo fuese como parece en el repartimiento de las tierras y en otras partes en el discurso de esta relación. De manera que así como se tenía cuenta para que no les sobrase, también se tenía consideración a que no les faltase lo necesario.

11. sErvicio para Los muErtos 259. *Uno de los mayores subsidios3 que a mi juicio tuvieron estos naturales, y la mayor carga que el demonio les puso, fue la opinión que les enseñó de que los muertos tuviesen necesidad de servicio en el otro mundo como4 en éste. La cual es general en todas las Indias, así acá como en Nueva España, como en el río de la Plata, en aquel maramán de provincias. Porque yo me he informado asimismo de todas estas montañas y es así. Que indistintamente 1 2 3 4

La falta de caridad en los indios es fuertemente contestada por Guaman Poma en sus textos y dibujos. = hueseros, curanderos. = tributos extraordinarios. = así como.

Contribuciones: Qué y cuánto se tributaba

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todos creen [en] la inmortalidad de las ánimas, y tienen los más la opinión sobredicha, de la cual resultaron grandes daños. Y especialmente en estas provincias una contribución y tributo muy pesado y de gran lástima. Tanto que si Su Majestad no les hubiera hecho otro bien después que los recibió debajo de su amparo, sino quitársela, habían ellos ganado mucho, porque fue el mayor beneficio que se les pudo hacer acá temporalmente1. 260. Porque para cumplir con esta opinión, ninguno que fallecía –como fuese hombre de quien se hiciese cuenta– le dejaba[n] de matar servicio que llevase consigo. Lo cual no se hacía con la gente común sino2 con los demás,3 como cada uno tenía la estimación. Porque no se podía tampoco hacer sin licencia del Inca o de su gobernador, porque era el negocio de más estimación de todos cuantos entre ellos se trataban, y así era menester favor para ello y lo negociaban en vida. 261. De manera que en un gran bien, como creer la inmortalidad de las ánimas, les vino a sacar el demonio un tan gran mal que causase tantas muertes. Y dado caso que este servicio –en las gentes de estimación– fuese del mismo que le servía y aún el más amado y querido del propio, así de las mujeres como de las [f. 42r] viejas que hacen el vino o chicha y el muchacho que trae la tiana o silla en que ellos se asientan de ordinario. Pero en caciques principales era grande la exorbitancia, porque se daban las licencias más largas4 y en gobernadores mucho mayores. 262. Pero aún después que los cristianos entraron en la tierra fue este daño mucho mayor en los señores5, porque tomaban ellos y sus hijos la licencia más cumplida y copiosa que antes se les daba, porque cada uno era Inca en su tierra. Y los vivos que ·6 quedaban en los señoríos con7 el amor de los padres y con la pretensión que se hiciese lo mismo con ellos alargábanse demasiadamente. 1 2 3 4 5 6 7

= en la vida terrenal. «y» (Rel-ms., Lam.). Sustituido por falta de sentido. = caciques, gobernadores e incas. = permisos más amplios. = caciques principales. Suprimido «no». Invertiría el sentido. = alegando.

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Relación acerca del notable daño de no guardar a los indios sus fueros

263. Y así, sobre esto yo he castigado algunos con quien se ha podido averiguar, y algunas veces se han venido a mí huyendo otros que estaban diputados para este efecto. Que cierto bien se podía llamar tributo pesado para la gente común, y según yo averigüé por las memorias, fueron estos daños antiquísimos cuanto alcanza su noticia. 264. Y así en todas las sepulturas, conforme a la calidad del que se enterró, se hallan cuerpos en su compañía, aunque no era de sustancia. Digo que no paraban1 en que se sepultasen con el difunto o aparte. Y en los incas –quiero decir en los que fueron reyes, a los cuales llamaban estos Çapa Ynga2– por sus memorias siempre se fue multiplicando el daño como3 fueron señoreando más. Y así parece que [a] Guayna Capa, que fue uno de los cuerpos de los señores que yo hallé embalsamados –por los registros– se le mataron mil personas de todas edades, y porque este fue el postrer Inca que murió en su trono. 265. Que los demás como Guazcar y Atavalipa4 y Mango Inga y Sayri Topa, todos han muerto en nuestros tiempos. Y con cada uno se ha hecho, a lo que dicen –y aún yo lo creo– lo que han podido, conforme al tiempo y lugar donde murieron. Pero no será tanto –con mucha parte5– como si murieran reinando. 266. Y no hay duda, sino [f. 42v] que ahora se hace con los caciques lo que ellos pueden, sino que es oculto y los sacerdotes están ya sobre el aviso. Pero con todo eso, con morir don Cristóbal Apo Alaya en Xauxa estando yo en el Cuzco, que era cacique principal de una de aquellas parcialidades, se averiguó habérsele muerto alguna gente en diferentes partes. Porque como quedaron muy hombres sus hijos y eran muchos, cada uno le sirvió con lo que pudo. 267. Y en esto cierto es menester gran recaudo, y no creo que para quitarlo del todo ha de aprovechar hasta que a la gente principal se les quite la 1 2 3 4 5

= reparaban. «capaynga» (1872, Lam.), «capa inga» (Gon.). = Sapa Inca. = a medida que. «Guasparyta, Valiça» (Rel.-ms.). = ni de lejos.

Contribuciones: Qué y cuánto se tributaba

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opinión de que los muertos no han menester servicio. Porque con la demás gente muy poca cuenta tuvieron en todas las cosas más de que trabajasen sin reservarse ninguno y con que no les faltase lo necesario. Tanto, que aún en vida se les daba la mujer con dificultad si enviudaban, como parece en el Tratadillo de los Matrimonios. 268. Y aún ellos mismos, en general, tuvieron opinión que el servicio en esta vida también había de servir en la otra, y aun trazaban la gloria de cada uno como había tenido la estimación en el mundo. Y tuvieron opinión de infierno y paraíso, salvo que son innumerables los desatinos que dicen en cada cosa de éstas, cuales al demonio le convino enseñarlos para sus propósitos y fines.

12. *sErvicio dE tambos y caminos [y puEntEs] 269. *Otro tributo tenían común en todo el reino del servicio de tambos y caminos y puentes en todos los ríos, que son muchos. A todo lo cual acudían por comarcas, conforme a la orden que se les había puesto. 270. Aunque esto, en nuestros tiempos ha sido sin comparación más pesado. Porque a los principios caminaron mucho los españoles y casi lo tenían por oficio, sin haber en qué entender por el buen servicio y gran provisión que los indios daban en todos los caminos. [f. 43r] Porque mucho tiempo duró dar indios en los tambos para cargar: todos los que cada uno pedía. Y aún para hamacas: si quería caminar en hombros de indios no tenía que hacer más de negociarlo en el primer tambo donde salía, porque después, como1 llegaba le daban el recaudo, aunque fuese quinientas leguas. 271. Y fue cosa exorbitante lo que en esto pasó. Hasta que el licenciado Vaca de Castro puso en ello límite y tasa, los indios que habían de dar a cada uno de a pie y de a caballo –y se guardó mucho tiempo– y de qué peso había de ser cada carga. Después se mandó guardar aquella orden y que pagasen los indios, porque no se hacía ni mandaba en lo que Vaca de Castro proveyó. Y aun no hizo poco2 entablarlo de aquella manera, y con esto3 los indios lo 1 2 3

= al momento que. = no fue suficiente. = pero a pesar de esto.

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Relación acerca del notable daño de no guardar a los indios sus fueros

tienen por granjería y aún darían mucho más [servicio] si los caminantes los quisiesen. Pero ya suplen los caballos en esta necesidad y tiénenlo por más barato, y así se aprovechan poco de ellos y se va perdiendo del todo. 272. Y así el tiempo lo ha remediado mejor que las Ordenanzas de las Indias, que una de las que más ásperas parecieron y que más dificultoso se le hizo al reino fue quitar estas cargas. Y ahora aunque los indios se hallen que en abundancia se ofrecen a ello, en las más partes no hay quien los quiera. 273. Y por este mismo camino, después que Su Majestad las revocó, se han cumplido todas y otras muchas cosas y más pesadas y convenientes que las que en ellas se contenían. Porque el tiempo es gran maestro de todo, y sin él y sin su ayuda no se puede en esta materia de gobierno hacer cosa buena. 274. *El de los puentes era así mismo, servicio pesado por dos razones: la primera porque es trabajoso y ordinario, y en las más partes es menester traer las mimbres de lejos. Y la principal: porque los [f. 43v] ríos por la mayor parte se pasan por lugares demasiado cálidos. Y como han de bajar de la tierra fría a hacerlas y a tirarlas, de ordinario, especialmente cuando llueve, que es el tiempo de más calor, muere mucha parte y tardan tiempo en hacerlos, y acábanse muy presto1. 275. Y más en nuestros tiempos, porque de antes sólo pasaba por ellos gente de a pie, y este ganado de la tierra que es liviano, y duraban2 más. Y en el nuestro, allende de frecuentarse más los caminos, pasan caballos, ganado vacuno, que después que de esto hay cantidad, gástanse muy breve, y es necesario tirarlos más a menudo. Y los más ríos donde los puentes son menester, no se vadean casi en ningún tiempo, y los indios que estaban obligados a esto, cada uno en su comarca, han padecido gran molestia. 276. Porque el Inca los mandaba3 acudir según la necesidad de aquel tiempo, y después eran pocos para sufrir tanto trabajo, porque sin comparación fue mayor. El cual en la mayor parte del reino –y en el camino más frecuentado, por industria del Marqués de Cañete, virrey de estos reinos– se les quitó en su tiempo, e hizo los caminos más fáciles. 1 2 3

= duran muy poco. «duran» (Rel.-ms., Lam.). Sin concordancia. «manda» (Rel.-ms.).

Contribuciones: Qué y cuánto se tributaba

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277. Y ennobleció el reino haciendo puentes de cantería, que hizo muchos, y el [puente] de la Ciudad de Los Reyes fue el primero, donde se ahogaba mucha gente cada año. Hizo el de Xauxa1, y el de Angoyaco, y el de Avancay2, y el del Angostura del Cuzco, y el de T(…)3 con el cual, aderezando solamente media legua el Camino Real, se excusan el de Quiquixana, Combapata y otros más pequeños, y es todo fácil, y, aquella comarca queda descansada, porque aquel es camino muy pasajero y los indios pocos y viene a ser el trabajo incomportable4. 278. Hiciéronse así mismo, y por su mandato, todos los que están dentro en la [f. 44r] ciudad del Cuzco en aquel río en que trabajaba toda aquella tierra de ordinario cada año. Y dado caso que sus ministros lo hacían, pero –como quien entendió5 casi en todo ello desde el principio– puedo yo decir la diligencia que el Marqués en ello ponía, y con cuánta curiosidad los trazaba y concertaba con los oficiales desde Lima. Hasta enviar las herramientas y dar orden como costasen poco. Asimismo, mandó hacer el del río de Ariquipa y los de esta provincia de los Charcas en Cachimayo6 y Pilcomayo, negocio muy importante. 279. Y otros dejó trazados y mandados a hacer, sino que con su muerte cesaron hasta hoy. Con lo cual, a los indios se les ha quitado mucho trabajo y grandes riesgos, así porque se ahogaban muchos, como porque se morían en gran cantidad en venirlos a hacer y aderezar cada año.7 280. Sólo en el Camino Real, de los ríos de importancia, quedó por hacer el [puente] de Apurima. Que sé yo bien el deseo que tuvo él8 de verlo concluido. Y así por su mandado fui yo a ver el sitio algunas veces, y es muy dificultoso porque no hay otro sitio conveniente en el río, si no es en el mismo 1 «xuaxa» (Rel.-ms., Lam.). 2 «auncay» (Rel.-ms.). «aucay» (Lam.) 3 Tal vez «Tinta», espacio en blanco (Rel.-ms.). 4 = intolerable. 5 = se ocupó. 6 «Chachimayo». (Rel.-ms.). 7 Guaman Poman, al respecto de estos puentes, dice: «no ha hecho tan gran servicio de Dios y Su Majestad ningún visorrey como el señor Marqués de Cañete» (p.357). 8 = el marqués de Cañete

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Relación acerca del notable daño de no guardar a los indios sus fueros

camino que al parecer de todos es muy fijo1. Salvo que es forzoso hacerse por allí de un arco y tiene más de ciento y ochenta pies, y no me pareció. Que en caso2 que se pudiera hallar madera para la cimbra3, aunque muy lejos y por caminos ásperos, pero la mayor dificultad es de los maestros. Y no hay lugar más angosto arriba ni abajo. 281. También se trató de hacerlo de muchos ojos en un pedazo de tierra llana donde el río se ensancha, poco más abajo del camino adonde me parece a mí que el río se podría en verano desagüar, aunque con trabajo. Pero tárdase ya mucho, porque no se podrá acabar en cinco años con los [f. 44v] indios que allí pueden acudir. Y el lugar es cálido y enfermo, y toda la gente serrana, y moriría4 mucha. Y el río es grande y recio en extremo, y paréceme a mí que arruinaría en la creciente lo que quedase hecho, y es nunca acabar. Que cierto la obra era muy útil y quitaría a los indios de la comarca de un notable trabajo. Y así creo que solo este puente no tiene remedio hacerse de cantería, todos los demás son fáciles y pocos, y quitárseles ya a los indios el trabajo que más sienten de todos; pues ya está entendido el medio que hay para que se haga a muy poca costa.

13. sErvicio [dE oro y pLata] para Los incas 282. *No era pequeña pesadumbre, aunque se hacía pocas veces, el servicio que éstos daban al Inca cuando sucedía por Señor5 en el reino. Porque, como está dicho, el servicio de su antecesor [no se heredaba], ni en la ropa –que en el discurso de su vida se hallaba en los depósitos del Cuzco– ni en su vajilla de oro y plata –que era muy notable lo que se hacía para cada Inca cuando sucedía en el reino– ni en otra cosa que él tuviese por propia; sino que todo esto y la gente de su servicio quedaba para el cuerpo; para el cual y para el servicio se le hacían chacras y tenían gran gasto. 283. Porque cada el día se sacaban los cuerpos todos de los Incas a la 1 2 3 4 5

«fizo» (Rel.-ms.) ¿? = aunque. = «Armazón que sostiene el peso de un arco» (DRAE). «cumbre» (Lam.). «moría» (Rel.-ms.). = Sapa Inca.

Contribuciones: Qué y cuánto se tributaba

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Plaza, y allí se les hacía su fuego, muy cubiertos y envueltos en mucha suma de mantas ricas sobre cantidad de algodón, y estaban debajo sentados en sus sillas1, y allí delante se les hacía su fuego como al propio Inca vivo, y su gente y mujeres con sus cántaros de açua –que es el vino de que ellos usan hecho de maíz. Y esta gente nunca volvía a su tierra, sino siempre estaban allí acompañando el cuerpo, y antes2 –cuando faltaba– se les proveía de más3 para aquel servicio. 284. Y tenía siempre el cuerpo un capitán a cuyo cargo quedaba toda aquella gente desde que fallecía. Y sólo éste –y las mujeres a cuyo [f. 45r] cargo estaba el limpiarle y lavarle de ordinario y renovarle la ropa y algodón– le podían ver el gesto, aunque dicen que ciertas veces le veía el hijo mayor que sucedía en el reino. Y así lo hallé yo en diferentes partes, con toda esta custodia. 285. Este capitán se juntaba en la Plaza junto a él –y en nombre suyo– enviaba con las mujeres sus vasos de chicha al Inca vivo y al Sol y a los otros cuerpos4, a manera de brindar, y ellos los bebían y los capitanes [bebían] los [vasos] que enviaban a los difuntos, en nombre de los cuerpos. Y aún pasaba otra cosa, que es justo que se haga relación: Para que se entendiese5 que en6 aquellos vasos –que el Sol y el Inca habían enviado con sus mujeres a los cuerpos– se habían bebido en su nombre, cuando iba a orinar tomaba el capitán el cuerpo a cuestas y así lo hacía. 286. Y esta solemnidad se hacía en el Cuzco, en la Plaza grande todos los días que daba lugar el tiempo. Porque los sacrificios, como está dicho en su lugar, eran allí ordinarios todos los días, sin faltar ninguno. Desde la mañana, que se encendían los fuegos, hasta mediodía, así lo que el Inca hacía en sus fuegos dirigidos al Sol, como los que hacía el Sol al Viracocha Pachayachachi y otros muchos que hacían los cuerpos, y los que se hacían a las guacas. Que cierto creo que no ha habido género de gente, en lo que tenemos noticia, 1 2 3 4 5 6

= tiyana. = más bien. gente. = momias, wawqi. = supiese. = de.

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Relación acerca del notable daño de no guardar a los indios sus fueros

que se preciase tanto de esto y que tanta cantidad consumiese en sacrificios en aquella ciudad del Cuzco –hasta las cumbres apachitas– de estos servicios universales de que todos contribuían. 287. Sería nunca acabar hacer relación de todos. Y los que estos declaran por sus quipos y se entiende claro ser así. Aunque es verdad que por no ser ordinario sino como le venía la voluntad y lo ordenaba el señor, no es necesario mas de la regla general de no haber cosa tasada ni servicio que se pudiese rehusar. Salvo que sola la distribución quedaba en mano de los naturales, la cual se hacía con gran orden. 288. *Y en lo demás, quien quisiere entender el trabajo que los indios tenían allende de lo universal, sino [f. 45v] cada uno en su tierra, vea de esta ciudad hasta la de Quito por la sierra, así por el camino que va a la Ciudad de Los Reyes, como tomando el de Guaxi1 por Huánuco y los Chachapoyas, y lo mismo por los Llanos, y hallará tanta multitud de edificios en cada provincia, que ya todos están arruinados y caídos fuera de la población de los indios, así de galpones como depósitos y casas de mamaconas del Inca, y fortalezas y descansaderos. 289. Y con tener en los Llanos grandísima suma de tierra donde sembrar, fertilísima y fácil de regar, toda la tierra áspera la aprovechaban con andenes de piedra trayendo el agua para repararlos con tanto artificio y trabajo, cuanto los que hubieren sido curiosos –sin mudar el Camino Real– lo habrán considerado, que cierto parece imposible. Y fuera del camino, no tienen número los adoratorios y casas que tienen en lugares ásperos para cumplir con sus imaginaciones e idolatrías.2 290. Que todo esto se puede llamar tributo, pues ellos no lo habían menester, sino que lo hacían en tiempos desocupados. Y [de] cada cosa de estas entrando en cualquier población dan razón los incas viejos para el efecto que se mandaba: unos provechosos y otros para sus desatinos y desventuras. Que cierto –aunque no dieran más tributo sino los edificios que en cada provincia hay, a los cuales sola la gente de ella acudía3– era bastante para no holgar en 1 2 3

= Tal vez por Guari (Huari). «y diocotias» (Rel-ms.), «idólatras» (Lam.). Añadimos «e». a construirlos.

Contribuciones: Qué y cuánto se tributaba

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todo el año. 291. Y porque sólo es menester responder y remediar los que todos afirman de «la opresión de sus caciques», se queda para la materia de las distribuciones, porque es más propio que en ésta, donde yo diré lo que entiendo. 292. Y con esto se acaba la parte, en la cual no es posible –ni lo ha sido– hacer relación de todo lo que daban1, por ser muy diferente unos años de otros. Pero baste que sea entendido la orden que tenían, lo cual se puede bien colegir de lo dicho. 293. Porque si –en particular– se quisiese tratar de ocupaciones y guardas de ganados y de depósitos y guardas de registros o quipos –como ellos los llaman– y los que venían con los tributos de toda la tierra hasta el Cuzco y en mudar comida de un cabo para otro cuando lo pedía la necesidad, sería nunca acabar. 294. Aunque los [f. 46r] que hubieren tratado de esto, lo uno y lo otro entenderán fácilmente, porque los mismos edificios los muestran bien y cantidad de depósitos y fortalezas en todas las fronteras de Quito hasta Chile, y las grandes guerras y largas que tuvieron los incas con la gente que le quedó por meter debajo de su dominio, cuando los españoles entraron en la tierra; que después acá, se ha hecho bien poco en su reducción. Y con esto basta, para entendimiento de lo que resta.

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de tributo al Inca.

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Relación acerca del notable daño de no guardar a los indios sus fueros

1. *dE La ordEn quE Los indios tEnían En dividir Los tributos y distribuirLos EntrE sí

[partE ii ] distribucionEs 295. *Después de la materia sobredicha, en que se trata de los tributos que daban estos naturales a su rey, y la orden que tenían en servirse de ellos, bien se sigue que se haga relación de la que ellos tenían en dividirlos entre sí y distribuir la cantidad que se les echaba para que ninguno recibiese agravio. 296. Porque dado caso que la orden de pagar se haya mudado en todo –y la de poseer las haciendas como ha parecido y parecerá adelante1– en el distribuir lo que se les mandaba en efecto no ha habido mudanza después que entraron debajo del dominio de Su Majestad. Para entendimiento de lo cual, se han de presuponer dos principios verdaderos, aunque consta de ellos en la relación pasada2. 297. El primero, que nunca tuvieron cosa tasada, sino solamente aquello que el Inca mandaba que se juntase para aquel año. Y lo otro, que ningún indio contribuía de lo que él cogía en la tierra que se le repartía para su comida, de la ropa que hacía para su vestir de la lana (que se daba de la comunidad para ese efecto), sino –como está dicho– el Inca y el Sol y todas las demás guacas tenían sus chácaras en cada provincia y éstas sembraban y cogían por la comunidad a los tiempos que estaba diputado3. 298. Y en todas partes había depósitos, como ahora se parece, de donde se tomaba lo que cabía a cada [f. 46v] provincia para llevar al Cuzco y gastar conforme a lo que se proveía, y allí quedaba lo que sobraba, que siempre era mucha cantidad. Y cuando los años eran estériles, de aquellos depósitos se repartía a la gente pobre y aun a todos los demás, porque en esto de comida ninguno lo dejaba de haber menester ·4 si el año era estéril. Porque pocas veces les sobraba según ellos dicen, y así debe de ser, porque si las tierras que se les daban para sembrar eran limitadas, conforme a la gente que cada uno tenía, teniendo consideración a sólo su sustentación, claro está que no 1 2 3 4

en lo que escribo. No nos queda claro si alude a Respuestas o a la primera parte sobre contribuciones. = señalado, indicado. Suprimido «y».

Distribuciones: Forma de distribuir los tributos

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les podía sobrar mucho. 299. Y lo mismo era en los ganados que se mandaban llevar. Que en la distribución no se repartía del ganado de la comunidad ni de lo que alguno poseía en particular, aunque estos no eran muchos, y así –como está dicho– estos1 hatos se llamaban guaccha llama2, que quiere decir «hatos pobres». Aun que, como no se dividían, sino que los herederos los poseían en común, como está dicho, algunos había grandes. Pero de estos no se les tomaba cosa alguna, ni por tenerlos se les dejaba de dar su ración de lana y carne como a los demás conforme a la cantidad que se distribuía. 300. De manera que en caso que la necesidad fuese grande y el tributo que se mandaba llevar fuese excesivo para aquel año, la gente no recibía daño ni pesadumbre en cuanto a pan y carne y ropa. Porque el ganado estaba diputado para aquello, y lo demás, de los depósitos se sacaba como cabía a cada provincia. Pero nunca fue tributo tasado, sino a la voluntad del Inca, como se proveía en cada un año. Y siempre quedaba en los depósitos gran número de todo sobrado. Y la distribución se hacía de esta manera: 301. Que después de entendido lo que cabía a una provincia de la ropa que se les mandaba hacer, considerada la gente que era menester para tejerla, se repartía ésta por los ayllos3 o parcialidades, y con ésta acudía y dábanles la lana necesaria para la cantidad de los mismos depósitos. Y así juntos la labraban y se guardaba, teniéndose [f. 47r] siempre cuenta que este trabajo fuese igual, de esta manera: 302. Que si [a] una parcialidad le cabía este año diez indios para tejer ropa, que otro año cabía a otros y aquellos no tornaban a trabajar en aquel género de negocio hasta que pasaba por todos, en lo cual se tenía tanta cuenta, que después de vista y entendida por sus nudos ninguno dudará sino que la distribución era igual y que ninguno era agraviado. 303. Cuanto a esto, sólo hay una dificultad que alguno podía mover, que les fue preguntada tocante a esta materia: Que para que esto pudiese ser así, sería necesario que todos supiesen tejer y hacer ropa. En lo cual no hay que 1 2 3

Añadido según sentido. «guachallana» (Rel.-ms., 1872, Lam.). «cuellos» (Rel.-ms., 1872, Lam.).

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Relación acerca del notable daño de no guardar a los indios sus fueros

poner duda, porque en caso que unos lo sepan mejor que otros, pero en todo lo necesario para vida humana, conforme a la costumbre y uso de estos indios, todos lo saben hacer indistintamente. 304. De manera que ninguno hay que haya menester a otro, ni pagarle porque le haga lo necesario para su casa ni para sus personas. Y aún de lo que no es menester, oficiales hay y había entre ellos, como plateros y de labrar cosas galanas de palo. Pero hacer de vestir y calzar, y una casa, y sembrar y coger, todos lo saben, y hacer herramientas y aparejos para ello. 305. Verdad es que su hábito y casas no son de obra muy dificultosa porque, a lo que yo entiendo, es vestido natural y de que debieron usar los primeros, que son estas mantas y camisetas, porque yo las he visto en pinturas antiquísimas. 306. Y aún sin esto, me satisface mucho ser así, cuando me acuerdo de aquella historia de Sansón y lo acaecido en su casamiento; cuando para pagar el apuesta que hizo con sus cuñados o parientes de su mujer tuvo necesidad de matar aquel número de la gente de aquella tierra; que en efecto, despojándolos de todo el hato, dice la escritura, que pudo pagar una manta [f. 47v] y una camisa a cada uno de los que apostaron, porque propiamente esto quiere decir tunican et syndonem1. Y no hay duda sino que este traje se debía usar gran suma de tiempo después de la creación del mundo –porque el facial2 y los demás no deben de ser muy antiguos, y aún después de la muerte de Jesucristo Nuestro Redentor– en algunas escrituras ·3 yo [he] visto usar de estos mismos vocablos, acaso hablando en vestiduras. 307. Verdad es que dado caso, que en la proporción, toda la ropa de que estos indios usan en toda esta tierra es de una misma manera, que es manta y camiseta; pero difiere en algunas cosas, como en las listas y en otras señales; de manera que la gente que en ello trata conoce de qué provincia es. 308. Y no se mudó en tiempo del Inca, ni después, ni creo se mudará en ninguna manera. Porque éstos son tan amigos del uso de su tierra, que las casas y el hábito y todo lo demás, aunque el Inca los pusiese por mitimaes y 1 2 3

«tunican es in donem» (Rel.-ms.). = ‘manta y camiseta’ = los adornos de la cara. Suprimido «y».

Distribuciones: Forma de distribuir los tributos

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los mudase quinientas leguas de ella, nunca lo hicieron de otra manera. Hasta los bailes y los cantares y manera de música, si han mirado en ello, aunque sean los tratamientos1 de los que vinieron no lo dejarán, ni los unos usan lo de los otros. 309. El tocado de los indios es todo diferente, porque en ninguna provincia se usa lo que en otra. Y aunque −a lo menos los principales− están obligados a saber la lengua general, pero cada provincia tiene la suya. 310. Algunos dicen que usar los unos del traje de los otros era prohibición del Inca, y créolo porque llevaba camino, aunque sin esto, es su natural inclinación. 311. Pero lo que hace a nuestro propósito es que como siempre usaron un traje y una manera de vestidos y no les mandaban hacer la ropa sino conforme al uso de la tierra, todos eran maestros porque lo aprenden –desde que nace cada uno– hacer para sí los que han menester. 312. Y cierto, mirando bien en ello, el uso de éstos es más sano y el hábito mucho más suelto y mucho mejor para ellos que todos cuantos pueden usar. Porque hecho [f. 48r] el cuerpo a ello desde que nacen, nunca –por fría que sea la tierra– tienen necesidad de más ropa que la ordinaria. Y están muy seguros de muchas enfermedades a que nosotros estamos sujetos cuando nos falta aquello de que usamos de ordinario, o desabrigándonos o arropándonos, allende de otras pesadumbres y pensiones2 que nuestros vestidos y trajes traen consigo, que son innumerables. 313. Y así tengo por malo enseñarlos a traer otros hábitos. Y aún3 teniendo para esto ·4 la autoridad de don Antonio de Mendoza −que lo decía así− bien se puede decir que es mal gobierno permitirlo. Por muchas razones que se podrían dar y grandes inconvenientes, que de ellos se siguen muy notables. 314. Una cosa tenían de grande alivio para todos: que la gente común nunca tenía cuenta cuándo le cabía el trabajo, ni ahora trata de esto ninguno 1 2 3 4

= modales, gestos, tratos. = «Trabajo, molestia o cuidado que lleva consigo la posesión o goce de una cosa» (DRAE). = y para mayor confirmación. Suprimido «y».

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de ellos. Sino que los mandones tenían y aún el día de hoy les dura el regimiento: cuando se lo mandaban cada uno cree que le cabe o que ha venido su mita –como ellos dicen– y sin replicar van a hacerlo. 315. Y así esto, para quien así juntas hubiere considerado sus costumbres y orden de vivir, entendiendo que siempre la comunidad andaba ocupada en unas cosas y en otras; fuera del tiempo que se les daba para hacer sus sementeras y tejer sus ropas. 316. Aunque en esto último [de tejer] por la mayor parte lo hacían las mujeres. Dígolo porque los más afirman que a esto no se tenía consideración, ni ellas –por esta razón– nunca trabajaban con la comunidad. Bien [se] entenderá cuán poco les hacía al caso que les cupiese tejer [a las mujeres] si el tiempo que lo hacían no estaban obligadas1 a lo demás.iii 317. Porque en cosa de comunidad no había cuenta, sino que todos acudían, los que se hallaban en el pueblo, sin faltar ninguno –como no fuesen viejo o enfermo– de los que estaban ocupados por repartimiento en lo sobredicho2 o en otras cosas semejantes. [f. 48v] 318. Entendidos por estos presupuestos, en los cuales no hay duda, porque cada uno se averiguó en particular por ser negocios generales; queda muy claro lo que algunos dudan qué3 sea la causa de ser estos indios tan descuidados en adquirir y tener hacienda propia –fuera de los [indios] principales– en tanto grado, que en caso que ahora tengan desocupaciones no se acuerdan de hacer un vestido hasta que el que tienen está muy viejo y aun roto. Y si no es principal –que está hecho a mandar– muy pocos hallarán que tengan dos [vestidos] entre la gente común. 319. Para lo cual basta lo dicho, que siempre tuvieron ocupaciones de comunidad y quien tuviese cuidado de hacerles labrar sus chácaras y castigarlos cuando no lo hacían y hacer su ropa para vestirse. Para lo cual las mujeres siempre fueron reservadas4. Y los hijos [también eran reservados] hasta que se casaban y se ponían en el número de los tributarios, y hasta entonces no 1 2 3 4

«obligados» (Rel.-ms., Lam). = en tejer. = cuál. = no tenían esta obligación.

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podían traer chucos ni bragueros como se usa en el Collao. 320. Y en cada provincia, tenían insignia para esto, conforme al hábito que traen, aunque en lo general de manta y camiseta son conformes,1 todavía en los tocados difieren y en otras cosas, que se conoce de qué provincia es cada uno –el que quisiere haber mirado en ello. 321. Finalmente, que nunca se les dejaba tiempo sino para hacer lo que cada uno había menester, ni el intento de los incas era otro. ¡Que no fue de poco provecho para tenerlos sujetos!2 Y así se han quedado en aquella costumbre, con aquel descuido hasta hoy en general3. 322. *De lo cual así mismo resulta otro negocio de gran importancia para entender una cosa, que algunos se les hace dificultoso de creer, que se podrá satisfacer (…)4 si se allanasen a quererla entender. Y es que por bajarles mucho la tasa estando la tierra en los términos que ahora está, no quedan más ricos si una [f. 49r] vez estuvieron en costumbre de darles. 323. De aquí, asimismo, porque viene a propósito y se trata la materia de distribuciones, se entenderá la razón porque se bajan los tributos tan fácilmente y se suben después con tanta dificultad. Aunque se vea la posibilidad por vista de ojos. Que viene a ser negocio casi imposible [subirla]. Y se entenderá luego cuán maduro consejo se ha menester para bajar una tasa, y lo que es menester presuponer y entender para que se haga y el daño que a los mismos indios resulta (de hacerse con la facilidad con que se hace) y a Su Majestad y a todo el reino. 324. Todo lo cual, aunque parezca digresión, será menester para entender la materia y será breve y necesario para quitar la opinión que algunos tienen: «Que tasar los indios por personas y que pagando cada uno lo que le cabe en la distribución del tributo quedase libre de la sujeción del cacique que ahora los manda y da la orden cómo se ha de buscar para la comunidad» –conforme a su uso y costumbre cuanto los alcanza la manera– y: «que con esto se qui-

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= parecidos. = ¡Que fue de mucho provecho! = todas partes. en blanco (Rel.-ms.). No parece faltar palabra.

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tarán los robos que [los caciques] hacen a la gente común1». Y otras cosas que algunos afirman ser provechosas. Fácil es de decir –y que parecen que concluyen– y dificultosas de ejecutar y poner en orden –a mi parecer– para lo cual haré los presupuestos necesarios.

2.*[La división quE Estaba hEcha dE Los indios] 325. *Lo primero, es menester presuponer un principio: que entre estos indios y su manera de vivir es notorio que todo el reino estaba dividido por partes. Que cada una era de diez mil indios, que llaman hunu2, y de cada hunu3 de éstos había un gobernador sobre los caciques y principales y mandones –como está dicho– allende de otra división más general, que llamaron éstos Taguantinsuyo, que quiere decir [f. 49v] cuatro partes en que todo el reino estaba dividido, que llamaron Collasuyo4, Chinchasuyo, Andesuyo, Condesuyo. 326. La cual división empieza desde el Cuzco, del cual salen cuatro caminos, cada uno para una parte de éstas, como parece en la Carta de las Guacas, y con esta orden y división era fácil tener cuenta con todo, como ellos la tenían. La cual no se pone aquí ni hace memoria de ella, sino solamente porque se entienda que en estando acordado en el Cuzco que se trajesen cien mil fanegas de maíz, en un momento sabía cada gobernador cuánto cabía a su distrito y a los depósitos de él, sin diferencia ni porfía ni pleito. Y cada provincia [sabía] cuánto cabía a las parcialidades empezando la cuenta por las cabeceras5 y luego se iban distribuyendo por menudo. De manera que todo se hacía con la facilidad que está significado. 327. Y no se ha de entender que la distribución de esto era igual, para que si por ventura había veinte6, o más, se repartiese la distribución en veinte partes, tan grande la una como la otra; sino que estaba repartido conforme a 1 2 3 4 5 6

= indios comunes, indios no principales. «uno» (Rel.-ms.). «uno» (Rel.-ms.). «colcasuyo» (Rel.-ms.). «çiveçeras» (Rel.-ms). Refiere a unidades administrativas (hunus, guarangas o pachacas).

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la calidad de la tierra, así el pan1 como la ropa y ganado, por cotas. 328. De manera que si se mandaban traer las cien fanegas que digo –digo las cien mil fanegas– ya sabía cada uno2 qué parte le cabía, si era quinta o séptima o décima en la distribución o veintena de aquello con que se mandaba acudir. 329. Y de la misma manera los acarretos conforme a la cantidad del ganado, y por la misma orden se hacía la distribución en cada hunu3: Que si le cabía en la distribución general mil fanegas de maíz, luego se dividía por las provincias de aquel hunu4, y entendía cada uno [de los gobernadores o caciques] lo que había de sacar de sus depósitos. 330. Luego, juntas las dos parcialidades de aquellas provincias, que en todas partes son hanansaya y urinsaya, y hanancuzco y urincuzco –conforme [f. 50r] a la lengua y uso de cada una tierra los nombres– luego saben lo que les cabe y cuánto se ha de distribuir. 331. Y la misma orden se tiene en la distribución entre las parcialidades de cada hunu5. Porque, como tengo dicho, lo que así les cabe también lo tienen6 tasado por cotas. 332. Y según esta orden –si todos estuviesen juntos– en media hora sabrían la distribución como se había de hacer y cuanto cabía, sin altercarle7 más de sacar sus hilos con sus nudos, que era registro común de las partes y su libro. 333. Conforme a lo cual, si Su Majestad el día de hoy hubiese de tratar un negocio general con toda la república de los indios tahuantinsuyos, propuesto en la ciudad del Cuzco, donde sería necesario de por fuerza, para que ellos se entendiesen –y aún porque está en la mejor comarca para ello– por su misma orden sin alterarla en ninguna cosa, después de resumido y tratado, hecho el llamamiento general –que se resumiría en no mucha gente entendiendo su 1 = comida, los productos como el maíz, papa, quinua, chuño. 2 Puede ser «hunu». 3 «uno» (Rel.-ms.). 4 Esta es de las pocas apariciones de «hunu» así: con «h» y «u». 5 «uno» (Rel.-ms.). 6 «tiene» (Rel.-ms.). 7 = sin mayor discusión.

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orden antigua– en una tarde quedaría concluida y determinada la distribución de consentimiento de partes. De lo cual no tenga nadie duda, sino que no altercarían sobre ello más tiempo, porque es cosa muy vieja y muy sabida entre ellos, lo cual no se podría hacer fuera del Cuzco por ninguna vía.

2.1. [La ordEn quE siguiEron Los indios cuando fuEron EncomEndados] 334. *Esta orden, después que los indios entraron debajo del dominio de Su Majestad, fueles forzado alterarla como1 fueron divididos y encomendados por provincias. Y así, como todo el reino junto acudía a las necesidades del Inca y la contribución era conforme a lo que se les mandaba en cada un año; así después que fueron encomendados, el tributo [fue] el que su encomendero les pedía conforme a su voluntad, antes que hubiese tasa. [f. 50v] 335. Y en ello no se puede negar que hubo grandes exorbitancias2, todas las cuales procedieron de no entender su orden. Porque entendida –aunque les pidieran doblado tributo– fuera menos el daño. Porque aunque ellos daban lo que se les pedía del mismo ganado que tenían diputado para los tributos del Inca y del Sol, pero tomábanselo muchas veces por su autoridad3 y llevábanles las hembras –que ellos no tenían costumbre de matar– distendiendo4 ausentábanlo de las provincias y pastos donde lo tenían, así perdieron gran suma de ello. Y algunos vinieron a quedar pobres, porque esta es su principal hacienda donde lo hay. 336. Y así con las encomiendas, dejaron la división general que en todo el reino se hacían de lo que les pedían: cada provincia distribuía por sí5 lo que su encomendero mandaba que diesen. Y así en la distribución siempre guardaron la orden de antes, considerado la posibilidad de la gente y hacienda de la misma provincia. 337. Y así lo tienen tan por cuenta y razón –por menudo– que darán hoy la cuenta de todo cuanto se les llevó6, que no se yerre una gallina y en otra 1 2 3 4 5 6

= ya que. = excesos, cobros exagerados. = prepotentemente. = dispersándolo .«distinyendo» (Rel.-ms., 1872, Lam.). = aparte. = cobró.

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carga de leña, que cierto es cosa que no se puede creer pero tienen de esto grandes oficiales.1

2.2. [advErtEncia dEL yErro dE Los indios En guardar EL númEro viEjo] 338. *En lo cual es necesario advertir un yerro notable en que estos indios se están hasta hoy, sin creer entre ellos que tenga remedio y será de grande importancia saberse en estas últimas visitas y tasas2. 339. Que –como está dicho– el repartimiento y las provincias y el reino estaba dividido por cotas partes. 340. De manera que si a una provincia le cabían diez, luego sabía cada parcialidad si era séptima o quinta o décima parte, con lo que había de acudir3. Y la misma orden guardan hoy en la división del tributo de un repartimiento, sin tener [f. 51r] consideración si algunas de las parcialidades ha venido en disminución o por pestilencia –que dio más en unas partes que en otras, o porque la gente que ha ido a entradas o descubrimientos, ha llevado más gente de aquella parcialidad, que acaece caberles más en comarca, o que por ser mitimaes se han disipado y sacádolos de su tierra españoles (porque éstos salen de mejor voluntad a servir); lo cual todo se hallará en algunas partes. 341. Y es menester remediar el agravio para hacerles justicia. El cual entre los indios puesto en plática será negocio muy notorio, y muy sabido, y ellos mismos se conformarán advirtiéndolos de ello; pues en esto del número no se pueden engañar, y luego lo averiguarán; porque lo que se quita de los unos se ha de añadir a los otros. 342. Y aún será buen remedio para que no se encubran los indios y los agravien en la distribución –como lo hacen y han hecho hasta aquí– creyendo que por ser «orden vieja del Inca» no se pueda remediar aunque se conozca el agravio.

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= quipocamayos. Se ha puesto en marcha la visita toledana. = contribuir.

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3. *[ La ordEn quE tiEnEn Los indios En pagar La tasa dE La pLata y si conviEnE aLtErarLa] 343. *Después que se tasaron –como todos saben– fue diferente la manera de contribuir. Porque fue con cuenta y razón, y túvose consideración a la posibilidad de los indios, así de lo1 que cogían en su tierra como en su comarca, para que de todo tributasen. 344. Y en lo que tocaba al dinero que habían de dar, túvose [consideración] asimismo a las minas que tenían en su tierra y adónde alcanzaban ellos con sus contrataciones y lo que de ellas resultaba. 345. Porque yo hice visita antes de la Tasa a todas las provincias de los Charcas2, adonde al tiempo de la visita me hallé por Corregidor por las instrucciones que el señor arzobispo3 y el señor presidente Gasca enviaron con parecer de prelados y de otras personas antiguas en la tierra. [f. 51v] Y después me hallé en la Ciudad de Los Reyes cuando se tasaron. Y vi algunas tasas y entregas de lo tocante a ellas con el señor arzobispo y con el licenciado Cianca, oidor de la Audiencia; con los que en ello entendieron que para algunas cosas fui necesario, de que en las visitas no había entera claridad. Y puedo decir mucho del intento que en ello se tuvo. 346. Pero solo viene a nuestro propósito que se tuvo consideración a que los indios diesen de tributo aquello que buenamente pudiesen –sin vejación ni molestia– y sacarlos ante todas cosas de la sujeción de sus amos y encomenderos. Para que llevasen4 –con orden, límite y tasa– lo que fuese justo conforme a la posibilidad del repartimiento que les estaba encomendado. Y así no hay duda, sino que, allende de la libertad de los naturales –que fue grande, si se contara todo lo que antes ellos daban– a la mayor parte les quitaron la mitad, y a otros más y a otros menos. 347. Finalmente, que todos los indios recibieron gran beneficio de la Tasa, de la cual allende de esto, resultaron muchas cosas buenas, de más de 1 2 3 4

«los» (Rel.-ms.). «Chacaras» (1872) «Charcacas» (Lam.). Jerónimo de Loayza. = los encomenderos cobrasen.

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lo que con ellas se pretendió, que se vieron claras. Y por no hacer mucho al caso para el intento, no es necesario tratar de ellas. Sólo se puede afirmar una por muy [importante]. Del servicio ordinario de su casa, de que antes no se hacía caso para tenerlo por tributo, importaría1 mucho más el día de hoy que todo lo que dan de tasa. Y en muchas partes se contentarían con ello, en lo cual ninguno de los que lo vieren pondrá duda. 348. *Hecha esta tasa y avisados los indios que la habían de pagar –aunque con dificultad se les podía hacer creer que no se les pediría otra cosa de lo en ella contenido– hicieron la distribución de ella por sus ayllos y parcialidades, como cosa que había de ser perpetua asentáronla con fundamento y empezáronla a pagar con poca pesadumbre. Y para [f. 52r] que esto se crea fácilmente, se podrá persuadir a quien supiere: Que los indios Charcas que fueron del general Hinojosa, daban2 a su encomendero quinientos marcos de plata cada sábado, y todo el maíz que se podía vender en una tienda en Potosí, que era gran cantidad –porque valía cada fanega en aquella sazón veinte pesos– y ropa y ganado y otras cosas. 349. Que por abreviar –yo vi las3 cuentas que se tomaron a su mayordomo de poco menos de dos años– y bien me acuerdo que se hizo de cargo más de cuatrocientos mil castellanos. Y no parecía que los indios recibían pesadumbre, como adelante se dirá. 350. Después de esto fueron tasados, y la primera Tasa no pasó –con todo lo que se les mandó dar en dinero y en todo lo demás– de cincuenta mil pesos ensayados. Porque yo hice el balance conforme a los precios de entonces en la ciudad de Los Reyes, y me acuerdo muy bien que fue en poco más de ochenta mil pesos, porque había bajado algo la (…)4. Y ahora por la última tasa no dan más de diecinueve mil pesos. 351. Pues no se les haría muy pesada a los Quillacas, si en menos de dos años, en ovejas y plata y en otras cosas habían5 dado a su encomendero más 1 2 3 4 5

= el importe vendría a ser. «deban» (Lam.) Tachado quinyentas e. Espacio en blanco en Relación. «había» (Rel.-ms.).

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de ochenta mil castellanos, si toda la Tasa no pasa [ahora] de doce. Y si los Carangas de Chuquicota daban cada semana doscientos marcos de plata1 y todas las ovejas y carneros que se les pedían –que con todo se pudiera bien tasar en cincuenta mil pesos– si la Tasa no subió de quince, y ahora no creo yo que pasa de nueve. Pues los indios Condes y Lipes de Tapia y Segura de esta provincia bien daban, si todo se contaba, más de treinta mil pesos, y después no pasó la Tasa de diez y ahora no llega a cuatro. 352. Y por esta orden, pudiera hacer relación de todos los demás repartimientos de esta provincia de los Charcas, de que yo tengo más noticia. Todo sin [contar] el servicio [f. 52v] y ocupaciones, que eran conforme a la voluntad de los encomenderos. Que si algunos2 ahora dan algo de aquello se les paga, y en ello se viene a descontar buena parte de la tasa. Y lo mismo fue en la mayor parte del reino, porque yo he tratado muchas veces esta materia después acá3. Y también se ha de entender que en esto de acá arriba fue después que se descubrió el cerro de Potosí, que pudo ser tres o cuatro años antes que la Tasa, porque hasta esta sazón fue tierra muy pobre y así lo tornaría a ser si faltase del todo.

3.1. [Los bEnEficios dE La tasa no fuEron EntEndidos por quiEnEs gobErnaron] 353. *Entendido pues así, es bien que se sepa otra particularidad que no se puede negar. Y es que si como se hizo este beneficio a los indios –del cual resultó saber ellos lo que habían de dar, que no fue pequeño para sus encomenderos en saber ellos lo que habían de recibir, porque dado caso que al principio se les hizo pesado– parece cuesta arriba creer que les fue provechoso y para las haciendas, allende de la seguridad de las ánimas. 354. Y porque acortaron la costa y exorbitancias que hacían en aquella esperanza larga [cuando no tenían tasa]. Y bien cierto es, que en muchos años que estuvieron sin tasa, nunca fueron tan ricos como después en pocos 1 2 3

200 marcos = 800 pesos; siendo semanales, dan 800 x 52 = 41,600 pesos al año. indios. = desde entonces hasta ahora.

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que vivieron con ella. Y así se han ido a España muchos más, sin comparación que antes, porque tuvo suelo la pretensión y la codicia. 355. Y si aquellos a cuyo cargo estuvo el gobierno por Su Majestad en aquel tiempo (y los demás que le toman al suyo sin ponérsele nadie, que es esta tierra gran suma de gente) alcanzaran el gran bien que se había hecho y le quisieran1 conservar, mucho antes de ahora, hubieran visto por evidencia clara grandísima prosperidad en estos indios, en sus comunidades y repúblicas (porque para que2 ellos en particular la tengan más tiempo era menester).iv 356. Pero estuviera la materia dispuesta para cualquier pretensión y orden que pareciera convenir, porque luego empezaron los indios a descubrir [f. 53r] sus ganados y a entender en algunas granjerías, y en algunas partes en poblar sus tierras. 357. A lo cual parecía justo que todos ayudaran, que fuera suficiente favor con certificarles uniformemente que aquello que estaba tasado había de ser así siempre, sin quedar otro género de remedio. Y que si los indios fuesen doblados, no habían de dar más. Y que si pareciesen muchos menos, aquella había de ser su tasa. Y que la prosperidad o la pobreza no había de ser parte para disminución o acrecentamiento. Guardándoles justicia para verificación de esto y ejecutando las penas contra los transgresores de lo mandado, y asentándoles algunas granjerías, según la disposición de la tierra, como después se ha hecho en algunas partes. 358. Que todo esto era fácil, como fueran entendiendo que el provecho fuera para ellos mismos conservándoles en sus comunidades y uso antiguo. Dejando por entonces lo que toca a los [indios] principales; pues se pudiera remediar con el tiempo, porque3 no fuera dificultosa la orden: cómo del provecho universal en común, resultara en particular algo a cada uno, no fatigándose mucho que fuera la distribución tan igual, que no recibieran algún agravio. Porque para esto había y aún hay gran necesidad de ayudarse del tiempo, porque aun para entenderlo no es menester poco, y aun para dárselo 1 2 3

«quisieron» (Rel.-ms., 1872, Lam.). Sin concordancia. Añadido según sentido. = para que.

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a entender a la gente común. 359. *Pero aun no estuvo bien ejecutada la Tasa cuando no faltó quien les certificase, que agraviándose1 de ella se le bajaría. Y como algunos de los que se lo decían eran de los mismos que lo habían de hacer2, no fue mucho3 que los indios lo creyesen. Mayormente, cuando vieron que con sólo el pedimiento de los primeros, sin otra solemnidad, bajaron algunos [f. 53v] la cuarta parte, y a otros la tercia, y a otros más y menos. Y así acudió todo el reino tan de golpe, que no había otra cosa en qué entender. Que cierto, entre gente grave, creo que [no] se pudo hacer cosa que tanto bajase la autoridad. 360. Porque cuando la Tasa se hizo, fueron tantas las solemnidades, visitadores y plegarias para que Nuestro Señor les encaminase. Y después4 los que la vinieron a efectuar, eclesiásticos y seglares, los de más autoridad del reino. Y que un negocio que tanto se tardó en concluir, que después de hecho, por sólo el pedimento de la parte, se viniesen a desbaratar tanta suma de solemnidades y consideraciones que se habían tenido cuando se hizo, causaba admiración y por otra parte atrevimiento a los mismos indios. 361. Y porque no les fue a algunos bien concedida la retasa, cuando luego dentro de un año vinieron y volvieron a pedir otra baja, preciándose tan de pobres y pretendiendo parecerlo, que no tengo duda sino que en caso que les quitaran las dos partes5 del tributo y no les mandaran pagar más de la tercia, recibieron algunos más daño que si los mandaran pagar enteramente cuando la primera vez se fueron a quejar. Y si los jueces no cayeran6 que el daño era grande, yo creo cierto que antes de tres años después de la retasa se salieran con que este fuera el más pobre reino de las Indias.

1 = quejándose ante las autoridades. 2 Es decir los que les incitaban a quejarse después eran los mismos que las Audiencias encargaban para que efectuaran la revisión de la Tasa. 3 = no fue difícil. 4 = además. 5 = dos tercias partes. 6 en la cuenta.

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3.2. [cómo hacEn Los indios cuando sE bajan Las tasas] 362. *Todo esto procedió de no querer entender el reino la orden de estos naturales y manera de pagar sus tributos y forma que ellos mismos habían dado para acudir con ellos sin salir de su orden. La cual antes de la Tasa ni después, nunca mudaron en efecto. Porque habiendo atajado los daños de antes de la Tasa, tiempo tuvieron1 para entender si estaban cargados [f. 54r] o qué repartimientos eran los agraviados porque el remedio se pusiera en particular, sabiendo dar razón de lo que se hacía. Y no tan a carga cerrada que no les quedase otra guarida –a los que en ello entendían– sino responder que por mucho que les quitasen, les debían [tasar en] menos; que era bien concluyente razón para concluir con las provisiones que les mandaban hacer la Tasa, y conforme a la posibilidad de los repartimientos, tratos y granjerías de los indios. 363. *Para que esta materia se entienda mejor, es menester presuponer –para los que no se hallaron presentes– que concluida la Tasa (en que se tuvo consideración al número de los indios y comarca donde tenían sus tierras, y granjerías en que entendían y tierras y ganado que poseían) que todos los que en sus tierras tuvieron minas, que fue la mayor parte de las provincias del reino que están en la sierra, sacaron de ellas el tributo. Porque lo mismo hacían antes de la Tasa y como era mucho más cantidad que lo2 tasado, no tuvieron más que hacer de atajar3 el número de los indios que en ello entendían. 364. Lo cual les será dificultoso de creer [a] los que absolutamente afirman que «los caciques hurtan gran número de hacienda y están muy ricos de plata y oro; y que todo cuanto les han quitado de las primeras tasas, lo llevan ellos después acá», y que: «los indios no contribuyen en menos ni se hace menor la distribución». Y puesto caso, que en esto del hurtar [de parte de los caciques] no hay duda, sino que hay exorbitancias; pero yo creo que las he averiguado con tanta diligencia como otro cualquiera; y he tenido tanta ocasión, y lo pondré en capítulo aparte para que se entienda lo que pasa, porque 1 2 3

¿los oidores?, ¿otras autoridades? ¿los que fueron a hacer las visitas? que después fue. = reducir.

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no se pierda el hilo de lo que es importante.

3.3. [EL caso dE macha] 365. *Cuando el presidente Gasca encomendó estos [f. 54v] indios de Macha al general Pedro de Hinojosa, que antes fueron de Gonzalo Pizarro, y más la parcialidad de Chaquí que se encomendó a otro, les llevaba en plata quinientos marcos cada semana, que eran dos mil pesos corrientes1, y se quejaron en la Ciudad de Los Reyes al mismo presidente [de la Audiencia], no embargante que los pagaban sin hacer falta. Y cometiose2 a mí el negocio por cédula y comisión suya para que moderase aquella plata que se les llevaba en tanto que la Tasa se concluía, que se esperaba breve –y así fue, que no tardó ocho meses. 366. Y para hacer esta moderación, yo quise saber la orden que tenían en la paga y hallé que traían en Potosí seiscientos indios y que cada uno acudía a los caciques con un marco cada sábado, de manera que a la cuenta sobraba cada semana cien marcos. Y haciéndoles de esto cargo a los caciques, respondieron que siempre había faltas3; así de algunos enfermos, como de otros que se volvían a su tierra, y no tornaban tan presto. Allende de lo cual, estaban con los indios de todas parcialidades más de treinta principales que se habían de tener4. Lo cual todo visto y considerado, a mí me pareció que tenían razón. Mayormente entendida la costumbre de éstos, que todas las fiestas cuando van y vienen, acuden a comer y beber con sus principales, y siempre se ha de tener esta consideración. 367. Y así como nuevo en este género de negocios en aquel tiempo, sin tener más consideración que a quitar como los otros5, [dispuse] que se les abajase cien marcos cada semana. Y que como andaban seiscientos indios, anduviesen quinientos, y que tributasen los cuatrocientos [marcos], un marco cada uno y lo demás quedase para el efecto sobredicho.6 Y para certificarme 1 2 3 4 5 6

cf. § 348. = se me encargó. «fallas» (Rel.-ms., 1872, Lam.). = mantener. hacían. = las faltas.

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si habían re- [f. 55r] cibido provecho y beneficio de esta diligencia, algunos días después, averigüé que no andaban allí más de quinientos. Aunque a lo cierto se puede entender con dificultad. 368. De manera que si la libertad en los caciques principales fuera la que algunos afirman, con dejarlos allí todos1 fuera para ellos mejor granjería que ninguna otra de las que podían tener con ellos para ser ricos. Y aún si tuvieran más policía, y yo más curso de negocios y más consideración, fuera2 muy mejor que se quedaran todos3 como antes, y acudiendo con los cuatrocientos marcos se aprovecharan para sí de lo que sobra4. Y así quiteles el tributo y aprovechamiento de su amo5, pero no el trabajo a los que allí quedaron, porque acudían con lo mismo que antes6. 369. Aunque entiendo que, en caso que lo proveyera así, no lo cumplieran, porque salen con dificultad de lo que usan. Y nunca ellos tratan del aprovechamiento de cada uno en particular, sino en descargar el pueblo en general. Lo cual vi yo más claro después, cuando les bajaron el tributo a cincuenta mil pesos en todo, y aún algo menos: Que me parece que traían en Potosí muy pocos indios, que no debían ser doscientos. 370. Pues siendo así: Verdad que de la estada de este número de indios, los que allí residían en particular, no solamente no recibían agravio, sino gran beneficio mudándose por su orden, y aún mayor cuanto más [tiempo] los dejaron.

3.4. [EL caso dE achacachi] 371. Bien resumido queda7: Que por pagar más tributo no eran más pobres, ni por pagar menos quedaron más ricos. Pues cuando acababa cada uno su tiempo8, no hay duda sino que iba aprovechado. Para en prueba de lo cual 1 2 3 4 5 6 7 8

= los indios que antes iban, es decir los seiscientos. «fueran» (Rel.-ms., 1872, Lam.). los seiscientos que iban. Hubiera sobrado 600 - 400 = 200 marcos. = encomendero. Los que iban a la mina siguieron aportando lo mismo: un marco por semana. Suprimida la repetición de «queda». = mita.

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bastará el ejemplo de tres [f. 55v] o cuatro repartimientos que ahora en este año y en los pasados han pleiteado en esta Real Audiencia de los Charcas, uno de los cuales fue la provincia de Achacachi, que es en el Collao, el cual pretendió lo siguiente: 372. *Más ha de veinte años que siendo tasados estos indios en siete mil pesos de plata ensayada, [los caciques] dieron orden que todos los demás [también fueran]1 para pagarlos. Que fue entender qué2 indios serían menester para ganarlos en la provincia del Porco y minas de aquel asiento, adonde antes de la Tasa asimismo buscaban lo que ·3 sus amos les pedían. Y estos4 los repartieron por ayllos y parcialidades. Y creo que enviaron allí setenta u ochenta con sus mujeres –que bien me acuerdo que este fue el número– los cuales hasta hoy han pagado toda la tasa sin haber hecho falta. No sé yo si al principio los mudaron alguna vez, pero es cierto que después se descuidaron los caciques. De más de quince años a esta parte no los han mudado ni trocado. Y queriendo el cacique principal llevarlos a su tierra y que viniesen otros, los indios se defendieron y finalmente: 373. «Que había mucho tiempo que entendían en aquello, sin hacer falta en pagar toda la tasa enteramente, buscando la plata necesaria para ello, y que estaban olvidados de los tratos de su tierra y hechos a buenas comidas, las cuales allá no alcanzaban; y que además de esto, tenían muchos hijos nacidos en aquella tierra y hechos a aquel temple.» 374. Y otras muchas razones, todas enderezadas a que los caciques no los llevasen a su tierra. Y principalmente con esto: «Que como tenían muchos tratos, debían algunas deudas y a ellos así mismo les estaban obligados otros, así indios como españoles, y que todo se les perdería si hiciesen mudanza.» Y de parte de los caciques se decía: 375. «Que era justo que los demás [f. 56r] también gozasen del aprovechamiento de aquella granjería, pues ya aquellos la habían tenido tanto tiempo y estaban ricos; y que también tenían gran multiplico de hijos, y que 1 2 3 4

Este añadido se justifica por el sentido de lo que dirá en el párrafo siguiente. = cuántos. Suprimido «a». Invierte el sentido. indios.

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era justo que fuesen a su tierra y viniesen otros.» 376. Finalmente se proveyó que pues ellos pagaban sin hacer falta, que los dejasen hasta la Visita General. 377. Bastante argumento es este para entender que si el tal repartimiento tiene dos mil indios de visita y a todo él se le mandó pagar siete mil pesos en plata, que lo demás es de poca importancia. Que si estos los pagan ochenta indios, que el repartimiento no está agraviado. Y luego se sigue claramente que menos lo están los ochenta indios que para esto fueron diputados1, pues en efecto acuden con ellos tantos años ha sin hacer falta, y tanta pesadumbre reciben de mudarse y volverse a su tierra. 378. Y dado caso que en otros muchos, que en Potosí residen, se pudiera poner el mismo ejemplo cuando los caciques se han descuidado algún tiempo de trocarlos. Pero no es necesario porque la pesadumbre de mudarse en todos es general y en esto no hay contradicción2, sino que tienen por muy mejor los que allí residen pagar la tasa de plata por3 los que están4 en los pueblos, que no volverse a ellos para que vengan otros. De manera que se puede tener por conclusión verdadera que esta obligación se tiene entre ellos por menos pesadumbre que residir en su tierra. 379. Y de no entender esta materia de raíz, sucede admirarse algunos que siendo informados que un indio da de tributo ochenta o cien pesos en un año, después que tienen el presupuesto por verdadero –como lo es y aún algunos más– luego hacen una consecuencia: Que mil indios dan cien mil pesos. 380. Y de aquí fraguan un mundo de sospechas desatinadas: «que antes de la tasa los llevaban los encomenderos,» y que «después los roban los caciques», y luego [f. 56v] «que hay entre estos [indios] principales grandes tesoros». Finalmente, que ellos se aprovechan del argumento para contra quien les parece que le han menester. A los cuales –me parece a mí– que no hay que responder, sino remitirlos a quien les responde dentro de sí mismos. Porque como no tratan de lo que conviene para saberlo, sino para decirlo – 1 Los enunciados de este párrafo son un ejemplo claro de la forma como Polo relaciona «presupuestos». 2 = discusión, conflicto. 3 «porque» (Rel.-ms., Lam.[sic]). 4 = se quedan.

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cada uno para sus fines– de cualquier cosa conciben y abortan en un punto. Y verlos tratar estas materias –aunque no son muy hondas– parecen doctores en ellas, y muchas veces las porfían el mismo día que vinieron a su noticia. Pero dejando esto aparte, que cansa hablar en ello, digo tornando a la materia: 381. *Que de lo dicho se colige, quien lo hubiere considerado, que el medio que los mismos indios han dado para pagar sus tasas es el mejor y más conveniente que se puede hallar. Y que el que quisiere trabajar en dar otro mejor para la distribución podría salir con quitarles la buena orden –y fácil– que en ello tienen, pero no con enseñarles otra ninguna, aunque mucho tiempo gastase en ello. De manera que decir que el tributo se distribuyese por cabezas en el repartimiento, y que se empadronasen los indios, y que pagando cada uno su parte no fuese obligado a tener más cuenta con el cacique –a lo menos en estas provincias de acá arriba1– no sería provecho ni se podría salir con ello sin perderse notoriamente. 382. Y como materia de mucha importancia y en que muchas veces se ha platicado, diré las razones que allende de lo dicho hacen al propósito, para que se entienda las excepciones que la regla puede tener, porque cualquiera que la quisiere hacer general –ésta ni otra ninguna– en todo el reino, sin ninguna duda errará. 383. Y luego trataré del medio que se podría dar para que los caciques no viviesen con tanta libertad (como dicen que lo hacen, de que se tiene sospecha general, en que yo no tengo duda, aunque es sin comparación menos2 de lo que dicen) por otros [f. 57r] caminos que3 comúnmente se trata. Y con esto quedará entendida la materia, a lo menos dicho como yo la entiendo. Porque aún conforme a esto, no hallo tan fácil el remedio como otros más resolutos. Pero algo se ha de dejar al tiempo, porque si el más sabio no se ayudare de él, no tengo duda sino que tomando a pechos el remediarlo todo junto, verá brevemente que fuera muy mejor dejarlo como se estaba.

1 2 3

= Collao y Charcas (hoy: sur del Perú y Bolivia). «más» (Rel.-ms., 1872, Lam.). Sería un contrasentido. los que.

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4. *[si conviEnE quE Los indios contribuyan como ahora o tasarLos por pErsonas] 384. *Lo primero. Considerada la orden que han dado los indios en la distribución de sus tasas, que es1 casi general y está asentada universalmente casi en todos los repartimientos desde el Cuzco hasta Potosí, cualquiera repentina mudanza lo alteraría de suerte que fuese menester más tiempo para volverlo a poner como estaba, que para mudarlo como se pretende. Y porque esta razón parece muy general, se le puede poner por fundamento todo lo que está escrito en filosofía tocante a esta materia, y los inconvenientes que todos ponen de las repentinas mutaciones. 385. Mayormente que yo tengo por averiguado que estando la tierra en el estado en que está y las tasas como están hechas, que para hacer la distribución por personas, que primero sería menester mudarlo todo. Lo cual parecerá claro en las razones siguientes, porque vaya distinto, de suerte que yo me pueda entender; aunque sé cierto que por mucho que lo adelgace, que de lo que entiendo del daño2 a lo que diere a entender por razones ha de ir mucho. 386. Pero allende que para mí las tengo por suficientes, es de gran satisfacción la autoridad, prudencia y experiencia de don Antonio de Mendoza, que decía –hablando en esta materia: que cuando una cosa de república estaba mal ordenada, si era común y general, tenía por menos inconveniente dejarla así que no remediarla muy aprisa. 387. Y aún estrechándolo más, que él [f. 57v] resumía: Si un vicio fuese común en todo un reino 3 para sacarle de raíz convenía mucho ayudarse del tiempo. Porque todos los demás –decía– que eran remedios y negocios de cumplimientos y no esenciales. 388. Mayormente entre estos indios cuya costumbre –en este caso es antiquísima– de gobernarse y regirse por comunidades en todo. Y siendo tan 1 Eliminada la tachadura «tasa». 2 «año» (Rel.-ms., 1872, Lam.[sic]). Es decir, que el daño sería tan grande que no le alcanzarán las razones para explicarlo. 3 O falta algo, o sobraría esta palabra.

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grande la incapacidad de la gente común –como conocemos cuantos los hemos tratado– cierto, ningún presupuesto me parece a mí (después de haberlo pensado bien sé1) que se puede tener de mayor provecho para no errar en su gobierno; que es: 389. Saber muy bien de raíz su orden y manera cómo se han conservado y regido hasta ahora, arrimándose a ella en todo lo que pareciere útil y provechoso, enmendar lo que no pareciere tal, llevando por delante la conservación de todo el reino así junto, no considerando la de los indios y la de los españoles por dos repúblicas, sino una. Y que de tal manera se provea que por favorecer demasiado a los unos no se pierdan todos. 390. Mayormente que sin2 el conocimiento [de los] presupuestos sobredichos, aun tengo por muy dificultoso acertar lo que está bien a cualquiera de ellos, aunque el que lo proveyese, quisiese ser muy parcial o aficionado3. Porque son negocios en que se ha de considerar lo por venir, salvo si no le quedase el resguardo4 del otro: 391. –Que habiendo encarcado5 gran cantidad de años lo que convenía a la libertad de estos naturales de las Indias, y habiendo solicitado con grande instancia las Ordenanzas que sobre ello se hicieron, y habiendo muerto sobre la ejecución de ellos más de tres mil españoles y grandísimo número de indios, y si el visorrey... y... [si]don Antonio no se hallaran en México, sin entenderse los unos y los otros, no hay duda [f. 58r] sino que se acabaran todos.v 392. Diciéndole6 una persona de mucha autoridad que: –Otros medios pudiera haber mejores con que se evitara el daño tan grande como sucedió y se consiguiera lo que se pretendía, mayormente que sin haberlo visto ni entendido, no fuera razón que se mostrara tan resoluto; respondió: 393. –Que los diese al demonio, que todos eran bellacos y que poco se 1 2 3 4 5 6

= lo sé bien. «si en» (Rel.-ms., 1872, Lam.). Sin sentido. = favorecer solo a una de las partes (indios o españoles). = «miramiento, respeto» (DRAE). A continuación el autor dará un ejemplo. «encalcado» (Lam.). = «Recalcar, apretar» (DRAE). = respondiendo, argumentando.

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había perdido, porque los españoles eran ladrones y robadores, y los indios idólatras y malos, y que poco hacía al caso. 394. Por este camino van casi todos cuantos tratan en esta materia y andan dando voces sin propósito. Que con solo haber llegado a la Ciudad de Los Reyes, y aún otros antes que salgan de Sanlúcar, vienen maestros, y aún de allí se volverían a tratar de ello en España, sino que sólo llegan acá por dar autoridad a lo que traen pensado de decir cuando vuelvan. 395. Que cierto cuando yo me acuerdo el ruido1 grande que hicieron las Ordenanzas de las Indias, y que después las revocó Su Majestad. Y que sin entender2 nadie en ello, el mismo tiempo ha ejecutado todo lo que en ellas venía bien proveído sin faltar nada. Y otras muchas cosas más necesarias que fuera imposible acertarlas a proveer ni ejecutarse por entonces. Y me satisfizo3 mucho que no hay cosa dificultosa de hacer, que sea buena y justa, si después de entendido así, llevando por delante el intento de lo que se pretende con prudencia, [no] se fuere4 ayudando de5 las coyunturas y del tiempo. Que no hay duda, sino que es el mejor gobernador de todos, el que más sin ruido provee lo que más conviene. 396. *La otra razón es porque entendiendo bien la orden sobredicha que los indios han dado [f. 58v] para pagar sus tasas de plata (que es poner en Potosí de sus repúblicas aquellos que son menester para que la busquen en la orden sobredicha, y repartirlos6 por sus ayllus y parcialidades) si ahora se proveyese que todo el repartimiento pagase por personas o cada uno lo que le cupiese, sería cierto que los que están en Potosí o la mayor parte se quedarían allí. 397. Y, si pagando lo que le cabe, no se le puede estorbar que esté donde mejor le pareciere...7 398. O si ochenta indios buscan siete mil pesos, con quinientos quedarían 1 2 3 4 5 6 7

= protestas. = ocuparse. «satisfecho» (1872, Lam.). «fueron» (Rel.-ms., 1872, Lam.). «y» (Rel.-ms.). «repartidos» (Rel.-ms., 1872, Lam.). No concordaría. El autor da espacio para que el lector complete, por ejemplo con: «¿sí o no?»

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libres del tributo ¿y se podrían quedar con lo demás?... 1 399. Aunque también creo que son de condición que sacado aquello2, se les daría poco por buscar más, y no serían por eso más ricos sino más pobres. A lo menos de salud, porque lo consumirían en vicios y borracheras que notoriamente vemos que los consume y acaba, especialmente si les faltase la industria y solicitud de los principales que están con ellos, lo cual lo allegan y juntan. 400. *Sólo una cosa quiero yo preguntar a los que tratan lo contrario, antes que pasar3 adelante: Si cien indios pagan4 tasa de plata de dos mil –como está dicho y es así averiguado, o dejándolos de asiento o trocándolos, como quiera que sea– y esta plata no hay dónde haberla de sacar sino por esta provincia de los Charcas, a lo que se alcanza... Si dos mil indios hubiesen de dar dos mil marcos de plata –que sería menester más de cuatro mil5 para ensayarlos y para comer y vestir en tanto que los buscan... Si hubiesen de venir todos a ganar cada uno su parte –unos ciento y cincuenta leguas, y otros ciento y treinta y otros más, como hay la distancia– y habiendo de residir dos y tres años poco hace más al caso que estén cerca o lejosvi... ¿Cómo lo hacen?... Si acabados de buscar los dos marcos o cuatro que les caben6... ¿Si se [f. 59r] volverá a su tierra para tornar de allí a cuatro meses, otras tantas leguas a buscar otros tantos? o ¿si habían todos de dejar sus hijos y mujeres o traerlos?... ¡Qué tan determinadamente sin ahondar el negocio se atreven a hablar en cosa tan pesada! 401. Yo creo será menester responderles ·7 a un argumento, que también parecerá bueno a quien no lo entienda. Y es decir que «cada uno en su tierra 1 = si van quinientos indios a la razón dicha ganarían mucho más que lo que les toca pagar... ¿se podrían quedar con lo que les sobra? 2 = los siete mil pesos. 3 «pasaran» (Rel.-ms., 1872, Lam.). Sin coherencia. 4 «pagando» (Rel.-ms., 1872, Lam.). En este caso la oración subordinada quedaría aislada y sin sentido. 5 = 4,000 marcos de plata corriente. 6 Polo da dos alternativas: a) divide los 4,000 marcos (2,000 de la tasa más los gastos) entre todos los dos mil indios lo que da dos marcos por persona y b) divide los 4,000 marcos entre 1,000 indios = 4 marcos por persona. Lo hace así porque aunque son 2,000 personas, a lo mucho y exagerando (para que sus tierras no queden vacías) pudieran ir la mitad de ellos (1,000) y con el aporte de 4 marcos x 1,000 alcanzar los 4,000 marcos necesarios. 7 Suprimido «y». El autor va a responder al argumento.

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lo podrá ganar, pues ahora, en acarretos y en otras granjerías con españoles, alquilándose, adquieren [en] un viaje lo que les puede caber». Lo cual yo he oído decir a algunos sin considerar que en todos los acarretos –cuando más– anden ocupados quinientos o seiscientos y sesenta [indios] –y que fuesen mil– que no fuesen menester tantos. Pues si doscientos mil hubiesen de andar a este trato, que ni hallarían a quién servir, ni el que los hubiese menester les daría por su trabajo el diezmo1 que ahora ganan; como se alquilaban2 antes que hubiese el trato de Potosí. Y aun si los indios no residiesen allí, no hallarían quién les diese poco ni mucho, ni habría para qué. Y ya que todo esto cesará, también cesa la razón, como parecerá adelante que se mostrará no solamente no haber conveniente, pero imposible.

4.1. [cómo afEctarían Las mudanzas propuEstas a Los quintos rEaLEs]3 402. *Y porque en la sustancia de esta razón dije que se quedarían en Potosí muchos de los que ahora residen allí y pagan la plata por su provincia. Pongamos que se quieran ir a sus tierras y, hagamos un presupuesto bien dificultoso de averiguar: En ellas mismas los unos y los otros pudiesen buscar lo que les cupiese en plata. 403. Cierto, es de considerar ¡qué lejos están los que tratan esta materia de entender que –por el mismo caso– perdería4 Su Majestad trescientos [f. 59v] mil castellanos de renta en cada un año de sus quintos! Los cuales ya no proceden de las minas de Potosí –porque del Cerro al presente sale muy poco– sino de aquella gran congregación de indios que allí andan, mariscando cada uno lo que ha menester de minillas pobres de la comarca, que ni son para seguir ni hacer caso de ellas. Sino que la necesidad hace a los indios que las labren, y de lo que sacan compran la comida y la coca y la ropa. Y los que lo traen a vender –así indios como españoles– acuden con ello a pagar sus quintos y marcarlo. Y con cualquier orden que les pusiesen diferente de 1 = la décima parte. 2 = empleaban. 3 Desde aquí hasta el §408 se trata de un tema de difícil interpretación correspondiente a discusiones, algunas muy secretas, de cómo se encaminaría la explotación de las minas de plata, asunto de primera importancia para el mismo rey Felipe. En notas finales ‘vi’ a la ‘ix’ nuestros comentarios. 4 «perdía» (Rel.-ms., 1872, Lam.). Sería incoherente con lo que sigue.

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la que traen –de donde resulta este trato– no hay duda sino que se perderían [los quintos de Su Majestad]. 404. Y considerado todo, es cierta una proposición que no tiene dificultad después de visto: Y que si los indios que allí andan y todas las minas fuesen del mismo rey y estuviesen en su cabeza, y en ello se pusiese la diligencia posible; de todo junto no resultaría la tercia parte de lo que a Su Majestad cabe de quinto. 405. Y siendo así: Que este es el derecho y renta que con mejor título llevan los reyes y que con menos pesadumbre se lo dan sus vasallos. Y es trato más provechoso para los indios que en ello entienden, y la tierra más conveniente para su salud y, finalmente, la granjería de que menos daño y más provecho reciben. Y que andando libres y a su voluntad, pagan sus tributos y con tan buena voluntad acuden a ello.vii ¡Y que esto pende1 de quitar la orden que ellos tienen hasta ahora en pagarlos! 406. Yo tengo por atrevimiento tratar de mudanza de una cosa que ella misma se introdujo2 sin entender en ella nadie (ni se entiende bien aún) cómo se sustenta3, a lo menos en tanto que ella misma no se cae4 o disminuye con algún [f. 60r] extremo, que es el que más temo, según se ve en las muestras5. Aunque podría ser que desto penda6: la esperanza agora7 que se descubriese –andando buscando como se hace– alguna cosa importante, como lo fue el mismo Cerro de Potosí, que le diese fundamento para no acabarse tan presto. Que verdaderamente de veinte años a esta parte, muchas veces se han acometido por él8 –algunos de los que gobiernan– cosas que si pasaran con ellas adelante, sin ninguna duda fuera todo acabado.viii 407. Y si este daño se tuviera en poco, justo es que se entienda, pues está 1 = depende, se sostiene. Implica los fondos económicos para hacer lo que se proponen. 2 «ynduxo» (1872). 3 = sin que nadie sepa cómo se sostendrá (económicamente). 4 = «fig. Ir a parar a distinta parte de aquella que uno se propuso al principio» (DRAE). 5 ¿muestras del mineral de plata? o ¿lo que mostraban las cuentas fiscales en la disminución de ingresos? 6 «pende» (Rel.-ms., 1872, Lam.). 7 = ‘ora’, ‘tal vez’. Es decir: = [la sustentación de la propuesta] dependería de la esperanza en que tal vez se descubriese... 8 Alude a las medidas de gobierno respecto a la plata de Potosí.

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claro, que si trescientos mil castellanos han cabido a Su Majestad de quintos cuando menos, y otras veces le han cabido muchos más, que resta un millón y doscientos mil de que el reino se sustenta y da calor a España. Porque no queda1 acá ninguna cosa de ello. Y que toda esta máquina de Audiencia y almojarifazgo daría notable baja. Porque este es artificio que el fundamento de él pende de la dicha orden2. Y por muchas razones que yo quiera dar (que creo que lo he mirado y tratado tanto como otro cualquier, pues fui el primero que goberné estas provincias después que se descubrió Potosí, y el que lo puso en la orden que ha tenido, y el que hizo las ordenanzas de las minas y lo demás por donde hasta hoy se rige) no creo que ha de perecer mi trabajo y lo que se me dé por este nuevo que ahora tomo3, si no fuese que haciéndose lo que se platica, se perdiese todo. 408. Que cierto, querría yo perder más el premio de haberlo trabajado, porque aunque ha veinte y tres añosix que lo empecé, casi nunca lo he dejado de la mano para entenderlo como ahora. Y aunque la habilidad no sea tanta como la de otros, es bien que se me crea una cosa: Que es negocio que después de errado no puede haber lugar el arrepentirse. Porque si una vez con mudanza que se hiciese se desentablase, no lo tornarían a poner como está aunque todos los ministros de Su Majestad juntos entendiesen en ello. Porque sería menester más extorsión de la que se podría dar a entender, y casi viene a implicar contradicción4 si se viese5. Y allende que no parecería6 [f. 60v] ninguno lícito (siendo vasallos del rey) aunque todo se aventurase, tengo por imposible ponerlo como ahora está. Que la vista del mismo negocio lo hace claro y las razones por escrito no son tan viva probanza, y no hay quien no se canse en darles en cosa que ve por vista de ojos.

1 «quede» (Rel.-ms., 1872, Lam.). Sin coherencia. 2 Depende de dichos quintos. 3 Por la fecha del documento (junio 1571) parece que Toledo le acaba de nombrar corregidor del Cuzco (cargo que asume por segunda vez). 4 = enfrentamiento. 5 = considerase. 6 «paresçia» (Rel.-ms., 1872), «parecía» (Lam.). Sin concordancia.

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4. *[(continuación) si conviEnE quE Los indios contribuyan como ahora o tasarLos por pErsonas] 409. *Lo otro. Es menester que se presuponga para entender el intento una cosa clara: Que la principal gente1, que anda en las minas y en los tratos y granjerías de ellas, son de tierra tan estéril, que allende de no cogerse en toda ella más de papas (y aún en muchas de ellas no se dan) que de cinco años los tres por la mayor parte son aviesos. 410. Y aún, que siempre tienen necesidad de salir de sus tierras con sus ganados a buscar comida de maíz por sus rescates a la tierra caliente, que la más cercana les cae más de sesenta leguas, (digo para traer cantidad) porque han de bajar2 a la costa o a los valles de Cochabamba por esta otra parte. De suerte que un año de estos, que son muy ordinarios, sale de su tierra la mayor parte de la gente, unos con carneros de la comunidad, y de viudas y menores y encomiendas3, que por sus ayllos y parcialidades tienen su cuenta. Y en el mismo ganado llevan sus rescates de lana y costales y carneros, y lo principal es carneros nuevos de dos años, con que cargan de maíz y vuelven a sus tierras, de que se sustentan todo el año. 411. En la cuenta y distribución de esto que se trae, es cosa que no se puede creer ver su curiosidad porque ninguno reciba agravio. 412. Y en este rescate –que es ordinario aunque los años sean buenos– muchas veces está la gente que va, un año y ocho meses. Porque todas sus cosas son tan de espacio como esto. Y aun algunos alquilan tierras allá y siembran y esperan la cosecha y se quedan tan de asiento que parecen naturales de aquella tierra para quien no los conoce. Y despachan con otros el ganado cargado y vuelven a cargar a la cosecha de lo que han cogido y rescatado. 413. Esto es aunque los años sean [f. 61r] fértiles –porque [el rescate] es ordinario. Pero si son faltos de aguas, la más parte de la gente sale a sus aventuras y se están en los valles cuatro y cinco meses a solo comer por su trabajo. Y se contentan con volver mantenidos y con un par de cargas de 1 2 3

= mayoría de la gente. «trabajar» (Rel.-ms., 1872, Lam.). A lo que van principalmente no es a «trabajar» sino a rescatar. = bultos.

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maíz en sus carneros que cada uno lleva. De manera que así quedan en estos años los pueblos despoblados. 414. Pues entendido esto así y que no puede ser menos, por ser orden vieja y forzosa, fácil es de considerar: Si estuviesen empadronados por personas y casas –como [a] algunos les parece– habiéndose de cobrar el tributo cada cuatro o cada seis meses, sería imposible hallar [a] los que lo habían de pagar. 415. Y aún otra cosa, que no tiene respuesta para quien los conoce, que si la paga se dilatase un año, que también sería imposible cobrar lo rezagado, ni hallar en qué se pudiese ejecutar. Porque en esto no hay que dudar, sino que costaría más hacer la cobranza que lo que de ella se sacase. Mayormente, que aún habiendo de salir de sus tierras a buscar cada uno lo que le cabe de necesidad, en ningún tiempo se hallaría la tercia parte de los empadronados, y sería una confusión que los unos y los otros no se entendiesen. Y aún no es dificultoso de satisfacer, que en cuatro años, como fuesen los indios cayendo en ello, no pagarían tributo de plata ni se hallaría número para ello. 416. *Lo otro, conforme a la relación sobredicha, en que se puede poner duda, bien claro se colige el poco asiento que los indios hacen en sus tierras. A lo cual por la mayor parte la calidad de ellas les fuerza, y con esto es casi ordinario tomarles fuera de sus pueblos el tiempo de sembrar. Y en tal caso quédanse adonde se hallan, mayormente con gente de su tierra que están puestos por mitimaes casi en todas las provincias. Y acostumbran pagarles algo de lo que cogen por el terrazgo, y después se vuelven y aún algunos se quedan y desde allí acuden a sus caciques con la tasa. 417. Y aún de aquí sucede un yerro de mucha importancia, y de donde resultan muchos pleitos. Porque a estos forasteros llámanlos [f. 61v] llactaruna1, que quiere decir «hombre de nuestra tierra». Y acaece hacerse una visita a un pueblo de éstos y asentarlos en ella por naturales, sin entender las2 que ellos tienen entre sí. Y después no los dejan volver, ni pagar su tasa adonde fueron visitados, sobre lo cual hay mil pleitos excusados. 1 2

«llartaruna» (Rel.-ms., 1872, Lam.). costumbres, leyes.

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418. Y también como ya estas provincias de los Charcas están tan pobladas de españoles, adonde quiera hallan [estos forasteros] quien1 les dé tierra para sembrar porque2 les ayuden y aún otros regalos mediante los cuales se les quedan allí. Y aún los casan con indias a quien han faltado los maridos, que para ellos poco les embaraza haber dejado mujeres en sus tierras. Y por ésta y por otras muchas razones se salen3. 419. Y hay en estas provincias muchos4 yanaconas, que se llama «servicio de españoles», más de cinco mil que fueron visitados y tasados en los repartimientos. Y siendo de esta manera, si los indios estuviesen empadronados por la visita y cada uno supiese lo que ha de pagar y por el padrón se hubiese de cobrar de él, no alcanzo yo a quién se había de pedir la parte que le cupo. Porque una de dos cosas se han de hacer: cargarlos5 sobre lo[s] que quedan, o perderlo el encomendero. Y porque cualquiera diría que esto último es lo más seguro, querría yo que me dijesen: ¿quién averiguará qué faltó? o ¿a cuyo cargo estará6 el dar cuenta de él? 420. Y aún éste no es el mayor inconveniente, porque tenía remedio. Pero si después de las visitas se mueren diez, o se huyen otros tantos, bastante descargo es –para el cobrador y para el cacique– para no pagar por ellos. Porque en caso que se les diga que: si unos mueren, otros nacen y crecen, y se ponen en la distribución... como ahora7; que así es verdad, que la cuenta es cierta... Si se mudase su orden,8 ¿quién les ha de averiguar que son tantos los que crecieron como los muertos? y ¿quién ha de ser el que tenga el cuidado que el hijo grande se case y salga del dominio del padre y que ayude por sus ayllos a la contribución?... como ahora lo hace la comunidad. Y si con pagar cada uno su parte queda descargado de pleitos ajenos, no sé yo quién le ha de 1 = algún español. 2 = a cambio de que. 3 de la comunidad de indios a la que pertenecían. 4 «chuchos e anaconas» (Rel.-ms.). «chuchos y [y]anaconas» (Lam.). 5 = cargar los tributos. 6 «está» (Rel.-ms., 1872, Lam.). 7 se les dice y se hace. 8 Hemos sustituido «sin mudarse su orden a» (Rel.-ms., 1872, Lam.) por «si se mudase su orden». El autor encadena varias condiciones acumulativamente, hay varios ejemplos de este estilo lo que aunado al sentido justifican lo propuesto, a nuestro parecer.

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[f. 62r] obligar a otros cuidados. 421. Cierto, no hay duda sino que sería menester cada año una visita, y cada tres que fuese un juez. Y otras tormentas que se figuran al que lo entiende, que no se puede poner por escrito. Porque de claras y averiguadas, me parece que son palabras ociosas fundar una materia que de la1 contraria opinión sucederían mayores inconvenientes que indios tiene el repartimiento. 422. Y lo que peor es que se ponen pláticas2 sin ninguna necesidad, estando al presente ordenado de una manera que a los indios que están en Potosí, y a los que quedan en los pueblos, y a los encomenderos, y al Rey, y a la república, para todos no se puede imaginar otra mejor. Y que se introdujo ello así, sin poner en ello nadie la mano, y que entendido no resulta cosa mala ni injusta;3 y si algo hay de lo que se trata,4 lo más es irse tras el vulgo5, y lo que hay que remediar no es muy dificultoso. 423. Y con esto quiero concluir: Que por la misma razón que se pretende desagraviar los indios, empadronándolos y repartiendo el tributo por personas o cabezas, por esa misma, se les haría mayor sinjusticia y agravio, que dejándolos en sus comunidades les puede suceder. 424. Y porque si se pretende que paguen igualmente, bien claro está: que si uno tiene diez carneros y otro no tiene ninguno, que la distribución es agraviada pagando tanto el uno como el otro. 425. Y si alguna parcialidad tiene alguna mina de metal y de donde sacan plata, que acaecerá sacar [en] un día para todo el año, ¿será «igual» la distribución si le igualaren con el que ha de trabajar tres o cuatro meses para buscar lo que le cabe por su persona? Y aún si no tiene habilidad y le dejan suelto, quizá no lo hallará ni lo ganará en todo un año si les mudan su orden, por poco que le quepa. 426. Y si una parcialidad tiene tierras fértiles, donde cogen de ordinario más que la otra, ¿no le habían hecho «justicia» si dividen el tributo por per1 2 3 4 5

«della» (Rel.-ms., 1872, Lam.). Sustituido por «de la». = razonamientos. «justa» (Rel.-ms., 1872, Lam.). Es contrario al sentido del autor. que no sea justo. los que no ven más que lo superficial.

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sonas, con los otros que no las tienen tales? [O] sino1: uno tiene tres hijos que le ayudan y algunas mujeres que se les juntan, ¿y le echan tanto2 [f. 62v] como al que tiene una sola? –y quizá vieja– y no quién le ayude a sembrar y coger… ¡No saldrá bien con el presupuesto el que intentó la traza! 427. Y si en un repartimiento hay naturales y mitimaes y quisiese que pagasen por personas, tanto los unos como los otros... tengo por cierto que cuando viese el daño, no sería parte para poner el remedio. Y si el repartimiento tiene pescadores,3 –que hombres son como los otros, y aún industriados por el tiempo, más hábiles para tejer y hacer ropa que ninguno– no sé yo qué distribución se puede hacer por personas entre gente que cada vez que viniere el tercio4 será menester armar redes para cogerlos en el agua; siendo verdad que no tienen más fundamento sus casas y moradas que un poco de totora5 encima del agua: que donde están este año y se mudan al que viene algunas veces, suele haber cinco leguas. Y aún es verdad, cierto que si quieren preguntar a los unos por los otros, que los mismos nombres hácenlos breves o longos, mudan la significación y no los hallarán en toda su vida. 428. Y si en un repartimiento hay ganado, el cual se posee por parcialidades fuera de la6 común, no será razón7 igualar a los que tienen mucho con otros, que por ventura no tienen ninguno o mucho menos. 429. Y si alguno hay que se tenga por tan «hábil y suficiente» que afirme que todas estas consideraciones se pueden entender en la tasa y distribución (estando los ganados muchas veces en cincuenta lugares de despoblado, y lo demás siendo materia imposible de averiguar en veinte años; aunque todos ellos trabajen8 de tener noticia de la posibilidad de todos los indios de él y de cada uno en particular) que creo –según tenemos el mundo– no faltará quien se atreva a ello, no hay para qué hacer caso de tal parecer. 1 2 3 4 5 6 7 8

«si» (Lam.) tributo. Se refiere a los Uros. = la ocasión. «tura» (Rel.-ms.). propiedad. = razonable. «trabaje» (Rel.-ms.).

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430. Porque en caso que fuera posible, fuera necesario primero dividir por personas lo que ellas poseen en [f. 63r] común, que es todo1 cuanto tienen. Y es otro laberinto que aún pensarlo es atrevimiento, cuanto más poder poner por obra. Porque aún dividido no duraría un año en su poder. Porque si fuese ganado no lo podrían guardar, y si chácara de coca, la dejan perder; y las demás de maíz y otras cosas que ellos tienen, ni las sembrarían ni se podrían dividir.

4.1. [EL caso dE pEquEños concEjos dE España] 431. Aun por la experiencia que yo tengo de algunos concejos bien pequeños de España, no será dificultoso de probar que en un lugar de cien vecinos no hay hombre tan suficiente en el mundo que si pretendiese repartir entre ellos cincuenta mil maravedís en que estuviesen encausados, podría hacer igual la distribución, aunque trabajase en ello un año entero; con estar2 todos juntos y tener las haciendas media legua de camino. Y ellos mismos la hacen (en tanto que bebe el concejo doce cántaras de vino) tan justa que todos viven contentos con ser así. Verdad que tienen por ruin al que no habla en concejo, y yo he mirado en ello, que hablan todos juntos sin escucharse los unos a los otros, y sale concluida en menos de dos horas. Y porque los repartidores a quien se comete3, sin preguntarlo a nadie, consideran y tienen atención a cosas que es imposible venir a noticia de ningún forastero, aunque estuviese allí dos años. Porque tiene atención a que el año pasado uno moró en casa de alquiler y al presente la tiene propia, y que el otro no tenía costa con un majuelo que al presente es ya viña y coge vino de él, y que el otro año no tenía gallinas y que este las tiene y huevos que vender, o que ha criado un puerco que vale ocho o nueve ducados, o que encerró paja, o que le parió la yegua, o que heredó alguna tierra, o que se casó segunda vez con quien trajo hacienda, o que dio parte de la [f. 63v] que tenía al hijo que casó el año pasado, o que enajenó algunas tierras fuera del término... ¡Quién dirá que por haber uno plantado viña en alguna tierra suya le echan menos en la dis1 2 3

«questo» (Rel.-ms.). = aunque estén. = encarga.

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tribución aquellos años! Y está clara la razón, pues deja de coger pan y tiene doblado trabajo y costa en el beneficio, y también consideran que pasados los cinco años pagará doblado, porque será de provecho.

4.2. [EntrE ELLos hay ordEn y cuEnta y razón dELicada] 432. Finalmente que nunca por la distribución de un año pasa el siguiente, ni será posible hacer ninguno el repartimiento tan igual ni tan delicado como ellos mismos, con ser algunas veces en pueblos que la mitad de la gente no ha tenido habilidad para aprender el Pater noster, con haber treinta años que se les enseña.1 Lo mismo se ha de entender que es en todas las partes respective. 433. Y hasta tanto que nosotros entendamos más esta gente, y de ellos mismos conozcamos2 que se puede sacar quien ayude a la justicia, como don Antonio de Mendoza dice hizo en México. Y aún a cabo de tantos años que trató el negocio, mostraré yo cartas suyas en que me escribió que no lo dejaba aún del todo asentado. Y es gran yerro entrar de golpe en sus negocios, pues ellos los hacen tan bien, que de aquí a cincuenta años no sería poco que nosotros los supiésemos entender. 434. Porque dado caso que en el repartimiento general, en la distribución que hacen, no tengan consideración a la persona de cada uno, sino a las parcialidades y a la tierra y a las minas y a la habilidad y a las comarcas, tomando así generalmente todo; después, cuando se va desmenuzando por ayllos y parcialidades, cada uno tiene consideración en la suya de cosas en particular. 435. Y que queriéndolo yo saber me han espantado claro3 qué [es] la razón porque diez indios de un repartimiento adquieren en Potosí más plata que treinta [f. 64r] de otro. Que esta ventaja no la causa solamente la habilidad para buscarla, aunque hace mucho al caso, sino el aparejo4 que llevan para adquirirle y lo principal es el ganado. Porque tres indios con cien carneros, más ganan en hacer carbón [en] un mes que treinta indios de los otros alquilándose en un año. Y este ganado que llevan cuando van a Potosí –en 1 2 3 4

Deducimos que vuelve a hablar del Pirú, siendo que alude a los 30 años de evangelización pasados. = nos demos cuenta. = causado mucha admiración. = la preparación, los medios de que disponen.

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la distribución que hacen– lo dividen según cada uno de aquella parcialidad tiene, y algunas veces [va] el ganado de uno y no va la persona y otras al contrario. 436. De manera que entendido que entre ellos hay orden y cuenta y razón tan delicada (que sobre un chuco de maíz o sobre dos libras de lana los vemos diferir1 cuando hacen sus repartimientos, que es cosa maravillosa la diligencia que ponen aún que no se lleve más de lo que cabe) tengo por gran atrevimiento tratar de mudanza de una orden tan general entre gente nueva2.

4.3. [EL caso dE paria] 437. Para lo cual quiero concluir con la distribución que en mi presencia ha hecho el repartimiento de Paria3 cuatro veces, en diferentes tiempos. Estos indios fueron tasados en once mil pesos de plata ensayada y marcada. Sin las demás cosas de comida y acarretos o sementeras contenidas en la Tasa. Y deben de ser de la cuenta vieja de la primera visita4 más de cuatro mil indios, aunque no hay duda sino que se encubrieron muchos. Porque los pescadores, que son los que llaman Huros, no se pueden contar y son gran cantidad, y aun están fuera de su tierra más de mil de ellos, de ordinariamente alquilados a tejer ropa. De este género de indios Huros, no hay duda sino que son estos los mejores [tejedores] de todos. Pongo el ejemplo en este repartimiento, [f. 64v] porque hay tres parcialidades, la una de estos huros pescadores, que serán más de la mitad, y algunos quieren decir que las dos partes5. Los otros se llaman Casayas y la otra parcialidad son indios Suras. 438. Los cuales para dividir estos once mil pesos, se juntan de todos como treinta indios principales y quipocamayos, que son sus –contadores o marcacamayos6– y puesto caso que dan sus voces con sus piedras y maíces7 y frijoles puestos en el suelo con que hacen sus cuentas por la orden 1 2 3 4 5 6 7

= discutir. para nosotros, que recién los estamos conociendo. «Pava» (Rel.-ms. y todos). Visita de Gasca (1548-1550). = dos tercias partes. «marcamayos» (Rel.-ms., Lam.). «machices» (Rel.-ms., Gon.-Al., Lam.).

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acostumbrada, finalmente, en menos de tres horas supo delante de mí cada parcialidad lo que le cabía. 439. Y en este general repartimiento −porque se vaya entendiendo «el fraude de los caciques»− entendidas sus pláticas y cuenta, no hay duda sino que ninguno consiente agraviar a su parcialidad y que tienen consideraciones1 que cuando se me declararon en sus porfías, conocí ser imposible venir a nuestra noticia en mucho tiempo. Y para que se entienda así, basta saber que de todos once mil pesos les cupieron a estos pescadores sólo dos mil. Y siendo más de mitad eran –a lo que yo vi– los que más se agraviaban y de menos voluntad tomaban a su cargo el distribuirlo por sus indios y parcialidades. Y los demás repartieron los nueve mil entre sí y no igualmente, conforme a lo que entendemos del número que tiene de indios cada una de las parcialidades. 440. De manera que queriendo yo averiguar la razón de la división –muy en particular por negocio que andaba por saberle de raíz mucho tiempo había– hallé que consideraban que los pescadores, siendo este tributo de plata, no era gente que podía residir en Potosí para buscarlo. Y que habiéndolo de ganar por su tierra, que [f. 65r] bastaba aquello que les echaban. 441. Y aun los pescadores decían que en tiempo de los incas, nunca los Huros entraron en contribución para ningún género de tributo, sino que era servicio de los gobernadores y caciques; y que ayudaban a hacer ropa, y tejían esteras, y que daban pescado y que nunca fueron tenidos por hombres ni se llamaban tal nombre. Y así es plática común hasta el día de hoy, que si preguntan «¿cuántos indios están en tal parte?» –dicen «diez o doce» los que son, aunque estén veinte pescadores con ellos. Y si después les dicen que «eran más» –responden «que no son sino Huros y que no entran en cuenta». Finalmente, que nunca sacaron oro ni plata ni salieron de su tierra para edificios ni a la guerra ni se tuvo consideración ni cuenta con ellos para ningún género de negocio. 442. Sino que como los [Uros] de Paria son tantos –que en ninguna parte hay tan gran congregación, ni aún creo que todos juntos los [Uros] del 1

«consideracion» (Rel.-ms.).

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Collao, que es adonde los hay, no deben de ser en tanta cantidad– y fueron visitados y tasados con todo el repartimiento, así junto hicieron1 la distribución entre ellos en la forma susodicha; y aún –según me certificaron– aunque ello no cumple. 443. Lo cual en el estado en que están las cosas de esta provincia es por falta de industria. Porque aquellos indios pescadores no han de ser tasados con los otros, sino aparte. Y considerada su condición y manera de vivir, ni han de salir de su tierra ni la tasa les ha de obligar a ello. Pues se puede dar medio facilísimo como siendo industriados en las cosas de nuestra fe y bien mantenidos, y con gran descanso suyo, pudiesen dar tanto tributo como las otras dos parcialidades haciéndoles un obrador en su tierra. Y con solos cien indios que pusiesen en él, que [f. 65v] por sus mitas o tandas como ellos llaman, dándoles de comer y llevando la lana necesaria y poniendo personas que tuviesen cuidado de ellos, resultaría tanto provecho e interés como digo. 444. Entiéndese que no han de dejar ninguna cosa a su cargo porque, visto y tratado, este género de gente tiene muy poca más habilidad que animales; y no hay otra como ella en todo el reino. Y si alguno dijese que «este era servicio personal» –como suelen– que con sólo el nombre quieren hacer más efecto que con todas las razones del mundo, ni con la vista de ojos, que es la probanza más evidente de todas, paréceme que basta entender que cien indios mantenidos y bien ocupados y vestidos darán el tributo que dan dos mil que andan derramados hasta el Cuzco buscándole. Que en este género de oficio son hábiles y ganan a ello su vida, salvo que son tan desventurados que se alquilan sin más interés de medio peso cada mes. 445. Si les mandasen a todos dar una pieza de ropa, no lo cumplieran. Y tejen ellos más de dos mil para ganar quinientos pesos, muriendo de hambre y maltratados por esos pueblos. Verdaderamente en efecto es así, que no los tienen por hombres, ni ellos se tienen por tales. 446. *Las demás parcialidades considerábanse2 en la distribución de los ganados y las minillas de soroche y aún dicen los unos a los otros que «ha1 2

«hiciese» (Rel.-ms.). «considerábase» (Rel.-ms.).

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bían de pagar más, porque eran más hábiles en el género de trato que se adquiría la plata». Y trataban de la calidad de las tierras. Y así desde la primera vez que yo los vi distribuir, hasta la postrera, entendí que trataban bien por menudo estas cosas. De manera que [f. 66r] entre ellos mismos entendí yo que es tan notoria la posibilidad de las parcialidades que brevísimamente se conforman. Y si hay alguna novedad luego la conocen. 447. De manera que en esta división general luego se avienen con poco ruido, y hecha, no se puede poner duda. Sin1 que ninguno de los principales de cada parcialidad reconozca al otro o le tenga sujeción, de manera que le pueda hacer agravio. Sólo hay que [a] la parcialidad de hanansaya de ordinario se le reconoce un poco de preeminencia para hacer las cuentas en su casa y juntarse cuando él lo manda. Pero entre las parcialidades mismas no hay duda, sino que un tomín le desmenuzan en muchas partes y que ninguno se deja agraviar del otro. Esto se ha de entender, como tengo dicho otras veces en muchas partes, cuanto a la posibilidad y granjerías y hacienda. 448. Que cuanto al número de los indios nunca tratan de ello2, porque si antiguamente la una parcialidad era mayor en número, y por esta razón acudía con veinte indios para las cosas que se ofrecían, y la otra con diez y ocho, aunque por alguna razón serán ahora menos, no se habla en ello. Porque no piensan que puede haber en esto novedad, por ninguna causa. 449. *Hecha pues esta división general –a que se hallan presentes a lo menos todos los principales de cada parcialidad, y los unos y los otros llevan en sus quipos y registros lo que les cupo– luego se tornan a juntar cada cacique principal con sus sujetos y tratan de lo [f. 66v] que cabe a cada principalejo de lo que les fue repartido, conforme al número viejo y posibilidad. Y hacen su distribución, que también a esta me hallé yo presente por entenderlo de raíz, y cabe al cacique principal su parte, conforme a su posibilidad e indios que tiene. Porque en caso que manda toda aquella gente, tiene él sus sujetos aparte; porque sobre los demás es el mando como gobierno, que así se ha de entender. 1 2

«sino» (Rel.-ms., Lam.). La última oración del párrafo §449 justifica el cambio. = nunca se discute la cantidad de población [en base a la cual se hará el reparto].

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450. Y puesto el negocio en estos términos, cada principal busca la gente que le parece que basta para que busquen aquella plata que le fue repartida. Y él mismo o algún hermano1 se va con ella a Potosí, y allí acude con sus tercios2 con aquella cantidad. Y la llevan junta a fundición y hacen sus barras y pagan a su encomendero. Y esto en los indios que allí hay de asiento con esta orden no hay falta. A lo menos, no la ha habido hasta ahora.

4. *[(continuación ii) si conviEnE quE Los indios contribuyan como ahora o tasarLos por pErsonas] 451. *Y si yo me supiese ahora dar a entender, bien claras quedarían algunas cosas de las3 que se dudan en estas distribuciones y otras que es menester tener presupuestas para entendimiento de esta materia que trata de los naturales, que tantos hablamos en ello y los más a tiento; pero haré lo que pudiere. 452. *La primera es que sin vender ninguna cosa de su hacienda ni traerla de sus tierras, excepto algún ganado los que lo tienen y siempre lo conservan y mejoran, pagan su tributo de plata y comen y se mantienen de mejores bastimentos, y se visten y calzan y vuelven más aprovechados que vinieron. Y por eso se les hace tan de mal mudarse –como está dicho– y la razón está clara y vese4 por evidencia: que como está proveído que ninguno saque plata por quintar ni marcar de Potosí con pena de perderla, [f. 67r] al tiempo que se mudan les han tomado los alguaciles cantidad. Ahora se les da licencia que lleve cada uno no sé cuánto, y con esto llevan escondido lo demás. Porque de algunas cantidades de gran importancia antes de la prohibición podría yo poner ejemplo en muchos que se volvían, porque los vi. Y sin duda, si están tres o cuatro años, van ricos y mucho más multiplicados que en su tierra. Y cuanto más tiempo, es mejor para ellos.

1 Puesto que cacique en quechua (curaca) o aymara (hilata) también significa ‘hermano mayor’ es posible que el autor se refiera a otro cacique o principal (Chirinos 2010:147 nota) y no a un hermano de sangre. 2 «Intervenir en alguna cosa para completar el número de los que toman parte en ella». (DRAE) 3 «dellas» (Rel.-ms., Lam.). 4 = se ve.

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453. Y, en cuanto a este aprovechamiento, tampoco lo1 es en todos igualmente, porque unos vinieron más bien proveídos que otros. Y esto va mucho en los principales que los envían. De manera que está entendida la razón porque diez indios de tierra estéril pueden dar más plata que treinta de otra fértil. Porque allende del aparejo del ganado que les falta, porque –como está dicho– en las tierras fértiles no se cría2, sino en las punas, hácenseles de mal, aunque estén cerca, residir en Potosí y en Porco. Porque la abundancia que los de tierra estéril pretenden viniendo a las minas, la dejan los otros en su casa.x Y por otras muchas razones ([que] se han entendido y entenderán en el discurso de lo que se trata) que vendrán a propósito, que todo parece dificultoso de creer, visto no tiene duda. 454. *Lo otro. Que en esta distribución de la plata que se les manda acudir con la tasa, por la orden que estos mismos naturales tienen dada de residir con algunos indios, sólo ellos lo podían hacer por sus distribuciones. Y si3 los caciques y principales no los roban a los indios ·4 la averiguación quedará buena y fácil de remediar –donde pareciere lo contrario.xi 455. Porque si en la primera división de hanansaya y hurinsaya que se hace [f. 67v] en los pueblos para dividir la plata no puede haber fraude, como está dicho, ni menos en la que hace cada una de las parcialidades con sus principalejos –cada uno según su posibilidad y división antigua– sólo resta saber si cada principal lleva más –a estos indios que residen en Potosí– de lo que cabe a cada uno conforme a lo que fue repartido a la gente que llevaba. Pues ya está dicho y averiguado que, entre los repartimientos de posibilidad, los que van han de pagar por5 los que quedan. Y no hay duda sino que pues los más cumplen sin hacer falta, a su tiempo, y aún algunos lo dan adelantado, que no es justo6 lo que ganan, sino que siempre les sobra. 456. Y si esto [que sobra] lo deja el principal a los atunlunas7 o se lo lleva, 1 «no» (Rel.-ms., Lam.). 2 «seria» (Rel.-ms., 1872, Lam.) errata por «se cría». Cf. la misma expresión en §45. 3 «asi» (Lam.). 4 «y» (Rel.-ms.). Suprimida por sentido. 5 Sin «por» (Rel.-ms., 1872, Lam.). 6 = lo exacto. 7 = indio tributario.

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no se puede bien averiguar; porque son los indios, fuera de los principales, tan cerrados que si no fuese tomándolo1 en Potosí (muy de espacio y sin que ellos entiendan que la averiguación es para este fin) se podría hacer con dificultad. Pero no es poco que esté la averiguación hecha, que en lo que toca a la tasa de plata –en que todos hacen tanto ruido, de lo cual penden otras cosas muy importantes– que yo diré al cierto, no hay agravio sino que se hace con entereza. 457. Y para que esto se entienda así, como cosa en que tanto va, quiero traer a la memoria aquel ejemplo que puse de los indios Charcas, que fueron de Hinojosa. Cuando poco antes de la Tasa, quejándose al presidente Gasca que daban a su amo quinientos marcos de plata cada semana, cuya moderación me fue a mí cometida en tanto que se concluía la Tasa; que hallé que para pagarlos, andaban en Potosí seiscientos indios. Después que yo lo moderé en cuatrocientos marcos, sé yo –como dije– que mandaron volver a sus tierras más de ciento de los que allí tenían. 458. Y después que se tasó que no quedó en cincuenta mil pesos –con plata [f. 68r] y con todo lo demás, que vale otra tanta cantidad como la plata– y parece que no quedaron en la ranchería doscientos indios. De manera que si los caciques de estos principales quisieran, pudieran hurtar. No compeliéndoles entonces nadie que trajesen muchos ni pocos, ni teniéndose con ellos cuenta hasta hoy, en este caso, ni los indios habilidad para quejarse; ni aún, fuera de los principales, entre los demás debe de haber bien pocos que entiendan su distribución en lo general. (Esto digo en duda, porque aunque los quieran preguntar otras cosas más fáciles, no dan más razón de ellas, que2 si no fuesen ellos los que las pagan). Ningún género de granjería pudieran tener los caciques más importante que dejar allí todos los indios hasta hoy. Que lo pudieran bien hacer, sin pedirles nadie cuenta de ello y llevarse cada año por lo menos cien mil pesos pagando su tasa muy holgadamente. Y aún para mí tengo que los indios estuvieran más aprovechados y mejor mantenidos. 459. Y esta duda, si de los principales abajo los inferiores que vienen a 1 2

al atunluna. = como.

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Potosí tienen cuenta con lo que a cada uno cabe para no acudir con más y tomar él para sí lo que sobra, yo trabajé por quitarla y entender el negocio. Y es verdad que al tiempo que han de pagar el tributo y hacer las barras para ensayarlas, que es cuando todos se juntan, son tantos los trapillos y atadijos que cada uno trae –y después si faltan, lo que tornan a traer– que he visto sacar un indio un grano de plata, y dos, y un tomín. Que en cierta forma me satisface que [f. 68v] en caso que estos atunlunas en la distribución general no tengan cuenta, que después que está en particular sabido lo que cabe a cada principalejo, y ellos van a Potosí, que no reciben agravio, sino que cada uno acude con lo que le cabe de aquella parte. Mayormente que aún al tiempo que éstos se juntan, acaece estar algunos ausentes y las mujeres suplen por sus maridos y se hallan a ello y dan su plata. 460. De una cosa estoy yo satisfecho: Que para comer el principal y beber deben acudir todos, y esto no es agravio. Porque justo es que le reconozcan en algo, porque también ellos acuden a sus casas a beber algunas fiestas y, entre ellos es orden general. Y si este reconocimiento se les quitase, el trabajo de buscarlos y recogerlos, y hacerlos que trabajasen, y entender en ir a la justicia y a que los desagravien (que hay bien en qué) de ordinario quedaría sin premio. Y sería mayor perjuicio el descuido de los caciques, que no el daño que en darles algo reciben los indios. Cuanto más que están ellos1 obligados a lo que falta, que con los indios mal se puede hablar en esto. Y yo entiendo que lo que allí dan es tan poco, que no hay para qué hablar en ello. 461. *Lo tercero. Que entendida esta cuenta que ellos tienen hecha en sus distribuciones y en pagar sus tasas, que el bajarlas está en mano de cada uno. Porque pagar menos, quién dirá que acude2 a ellos. Y el subirlas es tan dificultoso, que no solamente sería menester la violencia notable para [f. 69r] que lo diesen, pero aun para que se juntasen a hacer la distribución lo tengo casi por imposible.

1 2

= los caciques. = «Replicar o contestar; objetar» (DRAE).

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5. *[aLgunos daños dE Las visitas] 462. Para satisfacción de lo cual, allende de lo que se colige de la relación sobredicha y de su orden y manera de negociar, están tan redomados y apercibidos del efecto para que se visitan, cuando se trata de esta materia, y tan determinados en poner sus fuerzas para que [no] se les suba la tasa, que se atreven1 a hacer cosas que en efecto –si fuesen hombres que tuviesen término de razón– se les podría representar que les son más dañosas sin comparación que pagarla doblada. Porque deshacen los pueblos y desbaratan los indios por las quebradas, entierran su ropilla, vasijas –que es toda su hacienda– donde se les pudre y pierden otras cosillas que ellos tienen, y nunca vuelven a estar como estaban en su vida. Y aunque todo cuanto ellos poseen es de poca importancia, pero aún por lo que toca a la comunidad, derruecan sus casas y se les pierde todo lo demás. Es muy cierto que después nadie se las ayuda a hacer, ni se les paga cosa de lo perdido. 463. Y es lo peor que se quedan así en lugares, que después ni pueden ser doctrinados, ni hallados para administrarles los sacramentos. Y aún yo he visto ahorcados algunos, porque aún que con aquel ímpetu que se les manda lo ponen por ejecución con gran prisa y voluntad; después, cuando se hallan sin su hato y lo hallan perdido, ayuda el demonio a sus imaginaciones y fáltales la consideración. Y así se pierden, y aún gente principal [f. 69v] y queda desbaratada su orden. 464. Caso que la tasa por cualquier razón se les suba, aún lo tengo por muy perjudicial para sus encomenderos. Porque no solamente no pagan el aumento, pero aún lo que antes pagaban se cobrará mal. Y aún acaece perderse por algunos años, antes que tornen a entrar en orden. Todo lo cual causa su propia condición, que es la razón que se puede dar. Y aún están tan apercibidos que en empezándose a hacer visitas, si sospechan que es general2, los que muy bien pagaban sus tasas se dejan estar en la cárcel algunos días antes que acudan con el tributo, aunque le tengan en sus casas recogido. 465. Y porque viene a propósito lo que otras veces yo he referido, que 1 2

«atrevan» (Rel.-ms.). En la visita general se censaba y se decidían las tasas.

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habiéndose quitado tanto a los indios Charcas de Macha, que fueron de Hinojosa, y conocida su posibilidad, por mandato del Marqués de Cañete, les quise yo persuadir a que añadiesen en la tasa sólo mil pesos más, para que la tasa fuese veinte mil, porque eran diecinueve, y nunca se pudo acabar con ellos. Y queriéndolo hacer con alguna violencia, entendí que se empezaban a desbaratar y pedir visitas, y tuve por mejor dejarlos. Y al visorrey le pareció así, ya que el yerro estaba hecho y así se están hasta ahora. 466. Pero más frescos ejemplos se pueden poner en los indios de Capachica, que pidiendo visita ellos o su encomendero, que de esto no estoy certificado, fue un oidor a entender en ello [f. 70r] –y no debiera tener tanta experiencia como fuera menester, que no siendo de su profesión no se le hace agravio, ni aún el encomendero entender tan bien los indios cuanto le fuera necesario– y después de visitados, subió la tasa dos mil pesos más. Y él tornó1 porfiando «que los han de pagar», y ellos haciéndose sordos: De lo que antes pagaban sin extorsión2 deben mucho, y no creo yo que se cobrará de ellos. 467. Y para que yo me satisfaga que esta mudanza no ha de ser3 muy dañosa para el encomendero he de ver a lo menos: Que de lo que antes pagaban no deben nada, pero4 en lo que toca al aumento, ninguna duda tengo sino que ningún género de diligencia bastará para que se cobre. 468. Porque lo primero: Como el amo no lo reciba a su tiempo, no se fatigan en buscarlo para tenérselo guardado, ni hallará en la hacienda de todos juntos sólo5 de qué cobrar el tributo de medio año. Porque casi no tienen otra mas de su trabajo y orden que en ello tienen dado. Y así las deudas rezagadas no hay para qué hablar en ellas, mayormente si son en alguna cantidad. 469. Y quien lo quisiere ver al cierto, basta que Lorenzo de Aldana quitó a los indios de Paria cierta parte de la tasa, no por auto, sino dejándola de cobrar por consideraciones que para ello tuvo de cosas atrás cuando no estaban 1 2 3 4 5

«tomó» (Lam.[sic]). ahora. = ya lo creo que ha de ser. Forma coloquial. «porque» (Rel.-ms., Lam.). = ni tan solo.

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tasados. Y de esta manera, se la llevó1 algunos años y muriose. Los oficiales de Su Majestad, en cuya cabeza quedaron los indios, han querido cobrar enteramente por la tasa. Y con ser estos indios cuya posibilidad es muy notoria y dejarlos su amo [f. 70v] ricos de ganados y de otras cosas que les dejó de dos parcialidades, se cobra con mucho trabajo. Y la de aquellos pescadores –que dije que les cabían dos mil pesos con ser tantos– ni poco ni mucho: no se ha podido cobrar. Y creo que ha de ser muy dificultoso tornarlos a meter en cuenta. 470. De manera que por cobrar de ellos menos, no se les aumentó la posibilidad. Antes, en quebrando la orden, se hicieron más pobres, y de lo rezagado no tengo por posible que se pueda cobrar2, aunque sólo [se] les quiera pedir lo que su encomendero les llevaba. 471. Así que se ha de advertir3 con4 la mudanza que de esto5 se hiciere ha de ser con maduro consejo y no con esperanza que si se errare se podrá después remediar, que es el intento con que se ha tratado la materia. Para lo cual, si no bastara lo dicho y la notoriedad del caso, en muchos se pudiera poner ejemplo. 472. Y porque esta opinión que los caciques roban [a] estos indios es tan común, y no sin gran ocasión, es bien que se entienda la orden que tienen en hacerlo, para que se pueda remediar. 473. De manera que de todo lo dicho sirva (allende del intento principal que se tuvo: Que sacarlos de su comunidad y orden de contribuir y distribuir lo que les está tasado sería perniciosísimo y total destrucción de todo el reino y perdición de ellos mismos) para entender que si están tasados en diez y los abaja en dos, que no se los llevan a los caciques y principales, sino que en ellos hay6 cuenta y razón. Y lo mismo en las comidas y ropa y en todas las demás cosas que se les manda acudir, [f. 71r] en tanto grado, que son tantas las partes que se hace cada cosa y menudencias en que miran, que 1 2 3 4 5 6

= cobró. Espacio en blanco en Relación. «divirtir» (Rel.-ms., Lam.). = que. de subir o bajar tasas. «haya» (Lam.).

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no tendrían por mal que los encomenderos los viesen algunas veces, para que con más tiento lo gastasen y lo tuviesen en mucho cuando se lo pagan. Sino que como lo ven traer en barras y junto, algunos creen que las sacan de algún hoyo donde debieron quedar otras muchas. Y que para que le diesen doblado sólo sería menester que la justicia lo mandase. Porque si no son los muy cuerdos, los demás ninguno duda de la posibilidad. Para lo cual, es muy buen principio y muy averiguado saber que en lo que toca a la distribución de la tasa no hay qué remediar, por ahora.

5.1. [sobrE Los abusos dE Los caciquEs] 474. *En lo demás, tengo yo por averiguado que con cualquier ocasión, por pequeña que fuese, que el cacique principal y principales quisiesen echar otras contribuciones nuevas, harían la distribución diciéndoles la cantidad como le sea posible y acudirían con ella y buscarían orden cómo buscarlo, como hacen lo1 demás, con poca2 pesadumbre –aunque fuese en cantidad de mil pesos– que si les dijesen que repartiesen diez más para la tasa. Como lo hacen ordinariamente cuando algún pleito se les ofrece con otros comarcanos suyos, aunque sea sobre interés de cosa que no valga cien pesos: derraman3 mil. La cuenta y orden del gasto bien satisfecho estoy yo que no se toma. Y si proponen que se vaya a pedir baja de la tasa, no les duele cualquier derrama, y aunque no salgan sino con quitar de ella diez gallinas, tienen por muy [f. 71v] bien gastados mil pesos; aunque se mueran otros tantos indios en ir a Lima a negociarlo. 475. También acuden al servicio del cacique con más cantidad de la necesaria, y no replican ni contradicen, aunque al tiempo de la sementera se les mande hacer excesiva chácara –como es ordinario– porque acude a ello toda la comunidad junta sin faltar ninguno, y es la primera que ahora se hace y se coge. 476. Y no hay duda que si al cacique se le quitan dos mujeres por los sacerdotes, o él las quiere tener a escondidas –que pocos se contentan con 1 «los» (Rel.-ms., Lam.). 2 = menos 3 = reparten tributo.

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una– que en los pueblos donde las ponen también les hacen su chácara o sementera y les dan servicio. Finalmente les acuden con lo necesario, allende de esto, del ganado de la comunidad y de lo que antes tenían por del Sol y del Inca, y de las guacas y adoratorios a cuya guarda y servicio acuden los indios. Y aún sin esto, hay ovejeros antiguos y son reservados de tasa, y no se pueden visitar libremente. Se sirven de ello los caciques donde los1 hay, y alquilan lo que les parece y aún deben vender algo. Y en caso que algunas veces los principalejos murmuran de esto, no le van a la mano ni en su presencia se habla en ello. 477. Y aún esas provincias de Chucuyto de esto se han dado excesivas dotes los unos a los otros2, porque lo han aprendido de nosotros, que de antes no se usaba entre ellos. Y si el cacique pide veinte indios para negocio propio y aún para alquilarlos, también los distribuyen entre sí sin contradicción. Y tampoco hay duda que [f. 72r] todas las veces que los caciques [van] a cualquier negocio –de muchos para que los llaman por año, que parece que no se hace nada sin3 que vengan a la ciudad– distribuyen para sus gastos. Y para abreviar, los caciques han sucedido en lugar del Inca –con quien como está dicho no tuvieron cosa tasada– sino que hacen y dan lo que se les manda. Y en la distribución sólo4, se guarda la orden entre estos indios. 478. De manera que no se niega que el remedio para que los caciques con sus indios no sean tan señores, deja de ser necesario. Pero que por esta razón quieran mudar la orden que entre ellos hay para pagar y buscar sus tributos como les están tasados –con la cual acuden ellos a tan poca costa y trabajo como está hecha relación– es destruir todo el fundamento; y pretendiendo la libertad y descanso de estos naturales, derramarlos y despoblarlos. De suerte que lo que hiciere un hombre solo a quien se le dé comisión sin entenderlo, no lo adoben5 después ciento, con todo el poder y prudencia del mundo.

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«lo» (1872, Lam.). = entre los caciques. Añadido para mantener el sentido. = sólo en la distribución. = «componer, arreglar» (DRAE).

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5.2. [otros notabLEs daños dE no guardar La ordEn quE tiEnEn dada] 479. *Cuanto más, que aún no se mira que −por la misma razón− se destruye la orden con que ahora se sustentan las repúblicas de los españoles, sin las cuales también los indios quedarían perdidos. Porque los servicios de los tambos y caminos reales, y la orden que ahora se tiene en dar indios en los pueblos y ciudades, pagándose como está tasado, y los que acuden a los puentes adonde los hay y para hacer las iglesias, hospitales y casas de ayuntamiento, monasterios y recogimientos de huérfanas, [f. 72v] y obrajes y otras muchas cosas que son forzosas y necesarias y el fundamento de la sustentación de las repúblicas. 480. Que dado caso que les pagan su jornal –pero bien se entiende y es averiguado– que no lo hacen de su voluntad. Pues vemos claramente que si les cabe diez indios para cualquiera de estas cosas, y les añaden dos, pleitean un año. Y vienen sobre ello a la Audiencia Real –aunque estén [a] cien leguas– a que se remedie. Y si pueden salir con ello vuelven muy contentos a sus casas. 481. A lo más de lo cual, siempre ellos acudieron1 en tiempo del Inca, como está dicho. Para que mejor se entienda su condición y costumbre –lo cual es muy necesario para su gobierno– se ha de entender: Que si hay obra pública nueva a que les manden acudir, y que distribuyan generalmente cien indios entre todos, lo hacen, con menos pesadumbre que si –después de distribuidos– a cualquier repartimiento2 les manden3 uno solo; aunque le paguen doblado de jornal de lo que comúnmente gana. 482. Porque a lo primero, como está dicho, acuden por su costumbre, porque nunca tuvieron tasa. Y lo demás tiénenlo por notable agravio, porque todo lo que sale fuera de distribución general no lo usaron. Y es cosa maravillosa lo que lo sienten, y muy dificultosa hacerlo tener efecto. 483. Y con todo cuanto se quisiere hacer, se puede tener cuenta con estar ellos divididos por ayllos y parcialidades como lo están. Porque los principa1 2 3

= contribuyeron con trabajos. = repartición [de un nuevo trabajo]. aumentar.

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les la tienen1 de acudir con lo que a cada uno les cabe; y cuando salen fuera de su tierra a lo2 que a ellos o a toda la comunidad conviene, [de] dejar gente que entienda en lo sobredicho para que no falte. Finalmente, que hay a quien pedirla3 y quien [f. 73r] la dé. 484. Y para todo no es menester tratar con más de con dos o con tres principales en un repartimiento de mil indios. Porque ellos lo tratan con sus inferiores, y en una hora se entiende en quién está la falta, y en otra se remedia por la orden que ahora se tiene entre ellos, que es su fundamento desde que se acuerdan. Y es cierto que debe ser desde que entraron debajo de la sujeción del Inca. Que se la puso, como está tratado en el principio de este cuaderno y en otras partes. 485. Pero si estuviesen empadronados, [y] por el padrón hubiesen de ser compelidos; sería menester, aunque se entendiese la falta –que tengo por imposible– andar un año a buscarle. Y aunque todo un cabildo de una ciudad no entendiese en otra cosa, si no con sólo un repartimiento, no creo yo que saldrían con que estuviesen concertados como ahora. 486. Y si alguno quisiese decir que menos inconveniente todo esto, que no quitarles su «libertad» –que no creo que faltará, según hay de oficiales y maestros de esta sentencia– es gran cansancio responder a tantos que no consideran qué «libertad» es la que a éstos les conviene para su conservación y para que sean cristianos, y para que vivan en4 policía y república con el concierto que se pretende. 487. Pues está claro que el día que los sacaren de esta orden, ni habrá quién les recoja ni averigüe dónde se quedaron. Y no hay quebrada ninguna donde no cojan lo que en su tierra y se puedan5 sustentar. Y por no haber6 un sacerdote y no ser compelidos a hacer vida con una sola mujer y dejar sus ritos y ceremonias, es cierto que de muy [f. 73v] buena voluntad trabajarían 1 2 3 4 5 6

= tienen cuenta. «los» (Rel.-ms.). = pedir cuenta. «enos» (Rel.-ms.). «pueden» (Rel.-ms., Lam.). Sin concordancia. = tener.

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doblado, porque aun son tiernos y nuevamente reducidos1. Y la verdadera «libertad» es que vivan como a ellos propios les conviene, como niños, hasta que el tiempo muestre que tienen capacidad para tratarlos de otra manera. Pues con esta orden los hallamos, y en ella se han criado y conservado, y tenían riquísimas repúblicas. 488. Y la misma [orden] conviene para que se pueda tener cuenta con ellos en lo que toca a sus ánimas. Pues está claro que hasta el día de hoy, [a] los que hallamos gobernados de esta manera hemos podido domeñar y predicarles el Evangelio. Y todos los demás que después que Su Majestad tiene estos reinos hemos procurado descubrir y conquistar –que creo que son más de quince jornadas las que se han hecho por esta tierra– no sabemos que haya un cristiano, ni se pueda doctrinar, sino solo éstos que estaban en esta orden debajo de la sujeción del Inca. 489. Y en caso que se sospeche que no lo son esencialmente, mas de cuanto en las apariencias exteriores, pero con ellos se han hecho muchas diligencias y podido hacer muchas más. Y no hay duda, sino que se debe salvar gran número de ellos. Porque allende de los niños que mueren bautizados en toda la edad de su inocencia, que son innumerables, de los adultos vemos pedir fe, sacramento de la confesión, estando peligrosos, con grande instancia, y el bautismo si no son bautizados y algunas muestras de cristianos. Y en fin, en tanto número de gente con la continuación de la predicación y frecuentación de los sacramentos, no es posible sino que se salven muchos. 490. Mayormente que aún yo soy informado de los sacerdotes que muchos [f. 74r] se confiesan, a lo que parece, bien. Porque dicen culpas graves y se acusan de cosas, que saben ellos que si viniesen a noticia de los prelados serían castigados; porque son en materia de idolatría y de muertes secretas, que es gran señal que hay algunos que caen y se levantan. Y con el tiempo se espera que se podrá remediar del todo. 491. Que bien entiendo yo que el más cristiano, al parecer, acude a lo que le dicen sus viejos y a las ceremonias antiguas, mayormente si hacen alguna fiesta de congregación. Pero en todas estas partes fue así en los nuevamente 1

= recientemente cristianos.

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convertidos, y hase de procurar el medio cómo estén sujetos a orden y cómo no se derramen. Lo cual es remedio y fundamento para todos efectos. Y hacer de nuestra parte lo posible, pues con esto habrá aparejo para ello. Y encomendarlo a Nuestro Señor, pues con esto se descarga la conciencia de Su Majestad y la nuestra. 492. Y porque se podría decir «que todos estos inconvenientes van fuera de la materia, pues sólo se trata de estorbar que los caciques no los roben», como en efecto se hace; digo que el día que se determinase que los indios fuesen empadronados y tasados cada uno por sí, y que cumplido con lo que le cabe saliese de la sujeción y mandado de los caciques, y de su orden, y libremente pudiesen ir donde les pareciere, sería sacarlos el freno con que los hacen estar juntos y concertados y con que se conservan y conservaron antes que hubiésemos los cristianos estos reinos. Lo cual, si se pudiese probar un año, se vería clara su destrucción; pero después de visto el yerro, no se podría poner a como ahora está en otros veinte.

6. *[si conviEnE subir Las tasas] 493. [f. 74v] Porque es menester responder a todo, parece que se podría ofrecer una [pregunta más]. Que según esta relación, estando las cosas en los términos que ahora cuanto a la posibilidad de la tierra, que si –como hemos concluido– ochenta y cien indios de un repartimiento de mil y más indios pagan la tasa de plata, que proveyéndose que fuesen doblados, podrían dar otra tanta cantidad… Que son consecuencias que cuadran a algunos conforme a sus opiniones. Para lo cual parece satisfacción bastante decir que quedando en los pueblos, que el daño sería poco, pues los que vienen no le reciben, y no mirando las cosas bien de raíz parecería razón bastante. 494. Así digo que considerando a las cosas a que estos indios están obligados, así públicas como propias fuera de sus tasas, que muy bien les queda en qué entender en sus tierras, sin que por esta razón de presente se les pueda mandar. Porque considerando que ellos no tienen en particular otra hacienda más que su trabajo, y que por sus manos hacen cuanto visten y calzan ellos y sus hijos, y labran, y aderezan sus casas, y adoban caminos y puentes, y sirven tambos, y hacen las chácaras o sementeras de sus caciques y las que

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son menester para la comida que dan de tasa a sus encomenderos. Y otros por su orden van a buscar otras cosas de la tasa afuera y dan indios que sirven en la ciudad donde son comarcanos por su alquiler1, y otros para iglesias que se edifican y para la guarda de sus propios ganados y para los acarretos contenidos en las tasas. Que todo está ordenado como ellos se aprovechen en alguna manera y las repúblicas se puedan sustentar, y todo no les es de tanto trabajo. 495. Pero considerado que un año estéril, y aún el que no lo es, en las tierras frías que no se coge [f. 75r] maíz y otras legumbres necesarias para su mantenimiento –que es en la mayor parte y más rica de la tierra– tienen necesidad con sus ganados [de] irlo a buscar tan lejos como está dicho, así de comunidad como cada uno en particular; yo entiendo que cuando han2 cumplido con todo esto, no hace poco, por mucha que sea la gente. 496. Y así verán por la mayor parte de ordinario muy pocos indios por los pueblos. Y en algunas partes que los religiosos con buen celo3 les impiden la salida, queriéndolos tener allí para la doctrina, ha acaecido morir de hambre. Porque todo se ha de proporcionar conforme a la necesidad de la gente y calidad de la tierra, y hacer en ello cuanto se sufre, considerando lo uno y lo otro. 497. Así que el subir las tasas es dificultoso, por su propia condición – como está dicho– ya que se bajaron una vez. Mayormente que en caso que esto cesara de presente, no es coyuntura por la baja grande que va dando4 la tierra con la falta de la plata. Ni tampoco alterar por ninguna vía la orden que estos naturales tienen en lo demás –como está dicho– y por otras muchas razones. Que entendido bien el trato a éstos hacen el negocio notorio. 498. Y también es justo que se crea que la posibilidad de estos indios tiene suelo, desengañándose algunos que piensan lo contrario. Porque en efecto, no son para más ni tanto como los españoles; y no teniendo haciendas en particular que los haga ricos para que de ellas tributen y los haga poderosos para ello, allende del trabajo de sus personas. Bien es que se traiga a la memoria que cualquier labrador de España que tiene mujer e hijos, si no tiene 1 2 3 4

= para su alquiler. Es decir para que los empleen en las obras públicas urbanas. «cuan» (Rel.-ms., Lam.). En vez de «cuando han». Es una cruel ironía utilizada, según nuestra apreciación, para hacer una fuerte crítica a un sector del clero. Suprimida la repetición «que va dando» (Rel.-ms., Lam.).

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bienes, con trabajar todo el año hace lo posible cuando ha comido y vestido [f. 75v] de su trabajo, aunque los subsidios son allá más los que en particular cada uno paga, considerados todos juntos los de un repartimiento todo sale allá1. Porque yo sé algo de lo de España cuanto a esta materia, porque he vivido en lugares de pecheros2 algún tiempo, y lo de acá lo he trabajado3 de entender en muchos años. 499. Y estoy satisfecho que si esto se conserva y viven sin necesidad, que es por la orden que tienen de tributar; porque de otra manera, ninguna duda tengo si no que se perdería y que ningún repartimiento con quedar ellos perdidos no sería suficiente para pagar la tercia parte que ahora [pagan] con poco trabajo. 500. Y aún con todo eso, como es notorio, si la posibilidad de estas provincias –y aún de casi todo el reino– subió tanto por respecto de las minas de Potosí y su riqueza y tratos y contratos que los naturales en ellas tienen, que si como va bajando y lo vemos claro, viniese esto a ser cada día más, o si faltase del todo sin descubrirse alguna cosa buena, que muy diferentemente se ha todo de considerar de lo que está dicho. Lo cual, los que antes lo vimos y vieron no pondrán en ello duda, mayormente cuanto a oro y plata, que de lo demás antes subirá; pero no valdrá nada, ni habrá para qué sea. 501. De manera que de presente, a mí me parece, que por ninguna vía, en cosa ninguna convendría hacer mudamiento. Ni se debe pensar que, por dejarlo así hasta ver en qué para, deja de hacer mucho el que lo tiene a cargo; pues hay bien en qué entender: En pensar cómo se sustentará para que no baje. 502. Y con buen gobierno poner puntales como se sustente hasta que el tiempo y la diligencia, que todos en ello ponen, descubra algún remedio [para] que la provincia vuelva a su ser. Que cierto es bien menester, porque nunca estuvo en [f. 76r] términos en que tanto la prudencia en el gobierno fuese menester, como en el estado que ahora está.xii 1 “sale allá” se presta a varias interpretaciones, ponemos algunos ejemplos. Es posible vincularlo a “de su trabajo”. También es posible que falte alguna palabra para que fuera “sale (más/menos/igual) allá”. 2 = que pagan pecho, es decir tributo. 3 Tal vez «tratado».

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[6.1. mEdidas para EL buEn gobiErno dEL pirú] 503. *Para que los caciques no roben, ni lleven más de lo que fuere tasado a sus indios, no es necesario tocar a la tasa que el repartimiento está obligado a dar, ni poner otra orden de la que ellos tienen en pagar por las razones dichas. Porque juntos los pueblos y hecha congregación de los indios1, en cuanto fuere posible –en lo cual también es menester gran tiento para la reducción, considerada las tierras y el agua y comodidad que para ello hubiere– luego es necesario que se haga tasa entre los caciques y sus indios. Que pues justo es –que pues son señores y le ha de quedar el cuidado de mandar y ejecutar las leyes que para su policía les fueron puestas– que tengan algo por razón del señorío y trabajo –lo cual se ha de tasar en sementeras– y quien les haga ropa y otras cosas de las necesarias. 504. Y luego se entenderá con qué principales se ha de entender esto. Y puesta la pena para que no excedan, y tratándose de la averiguación, si lo cumplen, y llevando el castigo; poco a poco, se podrá remediar con el tiempo, para que se venga a poner en lo que es razón. 505. Y luego entender si podrá ayudarse de estos ingas del Cuzco –que son prudentes– para que tengan cargo por provincias, porque de otra manera todo se ha de hacer con mucha dificultad y a fuerza de brazos. 506. Después2 de esto, averiguado el ganado de la comunidad –que se ha de entender todo aquello que éstos tuvieron por del Inca y del Sol y por propio del pueblo y de las guacas– dejándolo así como está junto, y poniéndole el recaudo que hasta [f. 76v] aquí se le ha puesto también de común; ordenar como resulte el provecho del común. Y se haga libro, y se tenga cuenta para que se pueda tomar cada vez que la justicia visitare. 507. Así mismo como se haga amojonamiento, con el cual cesarán todos los pleitos del Cuzco –que éstos traen unos pueblos con otros, que son innumerables– y hacer libro de él, para que por allí se determinen cuando quisiere tornar a ello. Ordenando sobre todo, que como Su Majestad lo tiene

1 2

Se refiere a las reducciones que se habían puesto en marcha. = además.

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proveído, a éstos no les llevasen derechos, aún1 que se les diese algún salario a los secretarios en las Audiencias por esta razón. 508. Y dar traza para que si no fuese por ocasión muy bastante, no los llamen los caciques de sus tierras a las ciudades; porque o por no entender el daño, o por dárseles2 poco a los que mandan3, se hace por cualquiera4, por liviana que sea, que es negocio para ellos y para sus indios incomportable. 509. Que es cierto: Lo que padecen con jueces eclesiásticos y seglares, y lo que gastan en lo uno y en lo otro −mayormente donde no hay prelados− y en visitas que les hacen los unos y los otros es otra tasa con que reciben notable pesadumbre y doblada. Que platicado todo, no faltarán buenos medios y no de mucho trabajo como se vaya introduciendo. 510. De manera que se pretenda el asiento de los indios, y no hacer constituciones5 penales de las cuales resulte otro nuevo robo mucho más pernicioso que los que se pretenden atajar. Que cierto: Es cosa de lástima que se haya pretendido tanto tiempo administrar a estos naturales justicia sin entender sus fueros, mediante lo cual, –así en las sucesiones de señoríos como en los bienes– a unos quitan el derecho adquirido6 por virtud de ellos7, y a8 otros los dan sin pertenecerles [f. 77r] y lo que es de muchos dan a uno solo. 511. Finalmente, en la administración de la justicia no hay duda, sino que justiciándolos por nuestras leyes y poniendo la fuerza y riesgos9, el acertar ha de ser acaso10. 512. Y otras muchas cosas que son menester ordenar: porque si los quieren poner en otra orden de la que tienen, bien claro se entiende que el suceso será el que yo he dicho en otras partes. Sino que entendiendo primero sus 1 = ordenando incluso. 2 = importarles. 3 en los juzgados y las Audiencias. «manden» (Rel.-ms.). 4 ocasión. 5 = leyes. 6 «adquiriendo» (Rel.-ms., Lam.). Sin sentido. 7 = sus fueros. 8 Sin «a» (Rel.-ms.). Cambiando el sentido. 9 Proponemos la sustitución de este pasaje: «poniendo la fuerza de la justicia en los testigos». Esta es la idea que Polo mantiene desde sus Respuestas hasta esta Relación. «fuerza y riesgos» no se entiende. 10 = por suerte, por casualidad.

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fueros, y arrimándose a su propia orden, tomándolo por fundamento, y en ellos mismos remediar lo injusto si se hallare y hacer justicia a los que parece1 que están agraviados, que algo se halla de esto, y añadir lo que fuere necesario; porque de otra manera, podríase errar. De suerte que queriéndoles poner orden nueva, que perdiesen la suya –por donde ellos se entienden y los entendemos– y que quedasen sin ninguna. De manera que después, con grandísima dificultad, los tornasen a su camino; de lo cual será testigo el tiempo, si otra cosa se intenta. 513. Y porque muchas cosas menudas están en los borradores averiguadas, que hacían larga esta relación, me pareció que bastaba lo dicho. Porque la orden que tuvieron en el castigo de los delitos es otra materia, y breve y entendida, y parte de ello y aún lo más consta en las relaciones pasadas. 514. Y con esto queda concluido y cumplido con el mandato de vuesa señoría, a quien cierto deseo servir muy de veras, y bien se parece; pues, salido de enfermedad tan larga, he recopilado esta relación por cumplir lo que tantas veces [f. 77v] vuesa señoría ha enviado a mandar. Concluyóse a veinte y seis de junio de mil y quinientos y setenta y un años.

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= se ve.

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notas finaLEs dE RELACIÓN (§ indica el párrafo al que alude la nota) i Así entendemos el planteamiento de Polo: Hubo indios a los que el gobierno del Inca ordenó trabajar tierras en los valles (generalmente procedentes de la altura, por ejemplo en el valle de Cochabamba). Estos indios no pueden pretender tener derechos a tierras que ni eran suyas ni aprovechaban de lo que se obtenía de ellas (ya que iba a los depósitos del Inca). Tampoco deberían sacarlos de la encomienda donde ya han sido tasados (= ya tienen un monto de tributos que deben pagar) porque ese tributo tendrían que repartirlo sobre los que quedan (aumentando las cargas tributarias sobre ellos). Es decir si los llevan de vuelta a sus tierras y además de eso piden derechos sobre las tierras el agravio es doble. Finalmente concluye Polo que no se debe hacer ni lo uno ni lo otro: los indios deben quedarse en las tierras donde fueron tasados (ya que el mal está hecho) y su nación de origen no tiene ningún derecho sobre las tierras que sus paisanos trabajaron tan solo por encargo del Inca. A partir del párrafo §113 se expone otro caso que sí justificaría la devolución de tierras e indios a sus autoridades originales. §110 ii Según la cuenta de Polo si los chasquis corren a 35 leguas por día y son 120 leguas resultan como él mismo dice cuatro días. Más exacto sería decir tres días y medio. Es curioso que esta es también la cuenta que da Guaman Poma: Cómo el inga probaba a los ligeros que volaban como un gamo [y así] mandaba a muchos mozos valientes que corriesen para cuesta arriba y abajo y llano. Que quien corría y andaba [con] más ventaja [man]da que corriese como gavilanes. ¡Qué caminaba! El buen peón caminaba a siete días de camino [en] un día, que es un guaman. Porque desde el Cuzco venía a dormir a Vilcasguaman [un día], de Vilcasguaman a Tayacajaguaman [otro día], de Tayacaja a Anchicochaguaman [otro día]: Llegaba a la ciudad de Los Reyes de Lima [a] almorzar. (p.336-7, versión modernizada, con añadidos nuestros entre corchetes) Teniendo en cuenta el recorrido (Anchicocha queda en Huarochiri) lo que nos está diciendo Guaman Poma es que desde el Cuzco hasta Lima son tres días y medio. De lo cual sacamos un dato importante: las 35 leguas de Polo equivalen a 1 guaman de Felipe Guaman Poma. Un guaman se podría caminar en siete días (5 leguas o 3 topos diaríos tomando la equivalencia dada por Ramos Gavilán de 5 leguas = 3 topos). De ahí también resulta que 35 leguas serían exactamente 21 topos; de donde se deduce que los chasquis correrían 21 topos diarios (las 35 leguas que dice Polo). Cada topo puede tener aproximadamente 8 ó 9 km. Es de notar que otras fuentes informan que el guaman se caminaba en 10 días, es decir a dos topos diarios. Dadas estas equivalencias, es de notar que los 2 a 3 topos entre tambo y tambo están comprobados arqueológicamente como las distancias más frecuentes en varios sectores del Camino Inca estudiados por Hyslop (1984: 298-303). §214 iii Respecto al tributo de las mujeres interpretamos que Polo hace un comentario irónico: Si las mujeres, por causa de tejer, no tuvieran que colaborar en los trabajos de comunidad,

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Relación acerca del notable daño de no guardar a los indios sus fueros

entonces no les importaría nada (cuán poco les hacía al caso) que les asignen o repartan mucho trabajo en tejer (que les cupiese tejer), porque mientras tejían se libraban de todo lo demás. Polo concluye en las líneas siguientes diciendo que no es así, sino que tienen (también las mujeres) que colaborar en el trabajo comunal, del cual solo se libran, viejos, enfermos y mujeres viudas. Aun cuando, como señala más abajo, las mujeres son excusadas de participar (reservadas) en las distribuciones de mitas u otras reparticiones proporcionales para los cuales solo se contaban los aucacamayos o indios casados. §316 iv Se pueden realizar varias interpretaciones cuando Polo dice «ellos en particular», ¿quiénes son ellos? Parece encerrar alguna fuerte crítica a altos funcionarios del gobierno, dicha en una especie de clave. Por otros pasajes resulta evidente que para Polo fue desastrosa la política de bajar y subir las tasas en la que se enfrascaron los oidores de la Audiencia de Lima cuando estuvieron a cargo del gobierno entre 1552 y 1555. Por otro lado, Polo utiliza, a lo largo de estos pasajes una fuerte ironía. Esta es nuestra hipótesis: Para que algunos personajes de las audiencias tuvieran «prosperidad» necesitaron cuestionar la Tasa de Gasca haciendo las retasas (más tiempo era menester), es entonces cuando se pudieron enriquecer cobrando de los caciques las costas de dichas retasas, cf. §359. §355 v El virrey al que se alude es Blasco Núñez Vela el cual llegado al Perú para aplicar las Leyes Nuevas (Ordenanzas) fue expulsado, vencido y ejecutado por los rebeldes pizarristas en 1546. En esos mismos años, don Antonio de Mendoza era virrey en México. Por tanto es difícil de entender la alusión del manuscrito que aparentemente los sitúa juntos: «y si el visorrey... y... don Antonio no se hallaran en México». Hacemos la corrección que señalamos en el texto, ya que la falta de sentido debe ser achacable a los copistas. §391 vi Polo construye de manera lógica y concatenada su argumento: A. Cien indios pagan actualmente la tasa de 2000 indios. B. Sucederá que dos mil indios necesiten conseguir 4,000 marcos para pagar sus tasas (pero lo tendrán que hacer por cabezas). C. Entonces tendrán que venir a Potosí los dos mil indios, algunos a gran distancia y a vivir por tiempo largo. §400 vii Todo este pasaje parece una cita de varias ideas con las que el autor coincidiría, aunque esté muy en desacuerdo con quienes acompañan las ideas dichas con la propuesta de «quitar la orden de los indios». Es de interés anotar que hubo la percepción de que los indios que iban a Potosí eran «trabajadores libres», situación que Toledo estaba a punto de cambiar en 1571 con el establecimiento de la mita minera. §405 viii Este pasaje de la Relación es tal vez uno de los más enredados de la misma, nuestra hipótesis para interpretarlo apunta a lo siguiente: A. El Rey perdería 300,000 pesos (castellanos) de sus quintos puesto que la plata de los quintos sale de lo que los indios sacan de minillas pobres. Se deduce que de asignar el tributo por cabezas (y no comunalmente) ya no se explotarían esas minillas (puesto que ningún minero los contratará para ello, y al momento lo hacen porque la comunidad se los manda). B. Si todas las minas pasaran a ser del mismo Rey (una especie de

Notas finales del manuscrito Relación

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estatización) apenas se lograría sacar un tercio de lo que le toca de quintos al Rey, es decir, 100,000 pesos. Este último dato debe estar sustentado en algún reporte de la productividad de minas en la época, que sería necesario confrontar. C. La «mudanza» que el autor critica en este párrafo parece referirse a que los indios paguen por cabezas, sin embargo puede también aludir a la que ha señalado en B, pasar las minas a la cabeza del Rey (estatatizar). D. La estatización de las minas se sostendría económicamente («pendería») de quitar la orden que tienen los indios en el pago de sus tributos, lo cual salta a la vista, en opinión del autor, lo absurdo que es. E. El gran atrevimiento consiste pues en haber introducido la idea de «estatizar» sin haber calculado esa pérdida de los quintos que está señalada en A (a la que alude antes y después de este párrafo) que se necesitan justamente en un momento en que la producción de plata está a la baja. F. Con todo, y a pesar de lo dicho, el autor considera la posibilidad de que si se «descubriese algo importante» la decisión al respecto también pueda cambiar; ya que se «fundamentaría» nuevamente la producción de plata. El autor parece que está parcialmente informado sobre algo importante en marcha: el virrey Toledo iba a iniciar la producción de plata con azogue, al tiempo que establecería la mita minera, lo que haría alcanzar cotas nunca vistas en la producción de plata. Sin embargo, las noticias que tiene el autor serían imprecisas, de ahí también que lo que exprese no resulte muy claro. §406 ix Si contamos desde 1545, cuando llega al Perú y se desempeña como funcionario (aunque en la parte de Gonzalo Pizarro), estaría indicando que escribe en 1568, tres años antes de la fecha que lo termina. También es posible que empiece a contar desde que se incorpora al servicio de Gasca (1548). §408 x Un ejemplo de esto está en los indios de los valles de Sama: no van a Potosí pero sin embargo aportan buena cantidad de pesos. Es decir, su aprovechamiento no estaba en ir a la mina, sino cultivar en sus valles (en su casa). §453 xi Los indios en Potosí debían agruparse según su procedencia y residir con alguno de sus caciques en Potosí. En tiempos de Toledo, según señala una de sus ordenanzas de 1575, se ordenó respetar esta orden (a pedimento de los caciques) ya que se estaba relajando. Polo alude a este hecho como una condición que facilita el recojo de los tributos al tiempo que posibilita averiguar si es que los caciques roban. §454 xii La situación del Perú era considerada mala según se desprende del texto de Polo. A ello contribuiría especialmente la baja en la producción de plata. Incidentalmente podría estarse dando cierta tensión por el empantanamiento de la negociación para la salida de Vilcabamba del último inca, Titu Cusi Yupanqui. Para 1571 Titu Cusi murió en Vilcabamba pero la noticia en Cuzco se supo cerca de un año después (Hemming 2005:506). §502

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[f. 1r] rEspuEstas a La ynstrución dEL rEy Ilustre señor. Pirú. (Ojo. Esta es la instrucçión dada a don Antonio de Mendoza y es muy buena para su lugar dicho.)1

515. En lo que Vuestra Merçed manda (tocante a la instruiçión de Su Magestad y capítulos en ella contenidos) muchas vezes para otros efectos he tractado desta materia en diferentes partes deste reyno y me he informado de los yndios viejos, que es a quien se deve dar crédito. 516. Y la última diligençia que se puede hazer por faltalles escripturas como nosotros las tenemos, y las pinturas que tienen los yndios de México por las quales todavía se saben las costunbres y señoríos con alguna más certidumbre que en este reyno, en el qual todo cassi lo tienen remitido a la memoria de los hombres y a lo que oyeron a sus padres y abuelos. Y aunque en esto, en algunas cosas modernas se pueda dar algún crédito, en las antiguas es menester ayudarnos de conjecturas. 517.Y sobre todo se puede entender algo de lo que vieron los conquistadores al prinçipio, y lo que todos entendemos de su orden que al presente tienen, y por la razón y causas que della dan tanbién se puede tomar algún rastro del origen y prinçipio de algunas dellas. 518. Y aviéndose de andar a tiento2, yo creo que ninguno avrá trabajado en esta averiguaçión más que yo. Porque después3 de aver tenido deseo grande de entenderlo y alguna neçessidad para averiguar sus pleytos y diferençias, tuve a cargo negoçios4 del govierno de las provinçias del Cuzco, ques la cabeça destos reynos, y de donde salían los governadores para todos ellos de muchos años a esta parte. Y donde residían los ingas y donde davan y se tomava quenta a los que governavan. Y a donde se tractavan los negoçios de su religión y tenían casa prinçipal de todos los ydolos deste reyno y, finalmente, a donde se entendían y se hazían y despachavan las leyes y estatutos para todo él. 519. Y tractando yo prinçipalmente de todo y procurando hazer estas 1 2 3 4

Estas dos primeras líneas están escritas con una letra de color y caligrafía diferente al resto. Sin embargo en Relación revela más confianza en sus fuentes (pág. 88). = además. Añadida una «d» y «negocios». De manera que la frase original era «tuve a cargo el gobierno».

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averiguaçiones, así para quitar a los naturales de pleytos –que çierto ésta es1 cosa de lástima verlos enseñados a nuestras trampas, hechos pleytistas por las Audiençias– y lo que peor es: Que entendida la fuerça de nuestra justiçia consistir la mayor parte en testigos, hallando fácil el remedio por la gran façilidad de los yndios, ya no piden lo que cada uno creía ser suyo o perteneçerle, sino lo que avía menester o le quería a propóssito. 520. Y en esto, allende de gastarse gran suma de dineros y no entenderse la justiçia, tenemos con ellos perdido el crédito, con ver que la «buena diligençia» y posibilidad de cada uno esta en2 parte y fundamento de nuestra justiçia. Y ase hallado plaça pública de [viejos que venían de sus]3 tierras a ganar de comer por testigos y se sentavan a ora [çierta para ser alquilados]4 y otras cosas prejudiçiales desta condiçion dignas [f. 1v] de ponelles el remedio que se les puso. 521. Y fue tal que, puestos juezes proprios5 y trabajando en tener6 su capaçidad para elegillos y sus costunbres para determinar sus causas, ni era menester juramento ni testigos, sino tan solamente la presençia de las partes. Con la qual, de consentimiento y confessión dellas, se determinaban todas las causas que se ofresçían. 522. Y vista la orden, se atajavan otras muchas. Que çierto, yo lo tuve por cossa maravillossa, y que en ello no quedava otra que desear mas de que en nosotros pudiera aver lugar lo mismo. Que ni se encubría hurto ni delinquente, y los negoçios del govierno entre los naturales, entendiendo en él los mismos, se hazían con tanta façilidad. Que con verlo los que allí estávamos, apenas podíamos entender la orden que en ellos davan. En aquella çiudad7 se hallan oy8 muchos viejos ofiçiales antiguos del Inga, así de la religión como del gobierno. 1 2 3 4 5 6 7 8

Añadido en la parte superior de la línea. Roto el original. «está es» (Lam.-RAH). Entre corchetes lo completado según la copia existente en la Real Academia de Historia, (Lam.-RAH.). Completado según (Lam.-RAH.). Alquilados equivale a «contratados». Más exactamente jueces que fueron ‘antiguos oficiales del Inca’, por lo que después señala. = reforzar. del Cuzco. «se hallan oy» es resultado de una enmienda.

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523. Y otra cosa –que no pudiera creer si no la viera–, que por hilos y ñudos se1 halla figuradas las leyes y estatutos, así de lo uno como de lo otro. Y las sucçessiones de los reyes y tienpo que governaron y hallose los2 que todo esto tenían a su cargo que no fue poco. 524. Y aún tuve alguna claridad de los estatutos que en tienpo de cada uno se avían puesto, y dende a quándo se avían entroduzido y se guardavan las costunbres –así en lo de la ydolatría como en lo del govierno–. Y las que se tenían en los matrimonios, en los quales tuvieron sus prohibiçiones y orden y en el sucçeder en las mugeres los unos de los otros. Que refiriéndose los Sumos Pontífices en lo que toca a esta materia en tantas partes a las costunbres de los yndios para tractar della, era lo primero que se avía de averiguar. 525. Y si algo más se dilataran estas averiguaçiones, aunque en ellas no se pueda tener toda çertidumbre, fuera ninguna la que se hallara. Si los viejos de tanta hedad, como allí se hallan, se huvieran acabado y los registros se huvieran perdido. 526. Todo esto a sido neçessario presuponer para responder a lo que Vuestra Merced manda, y servirá, allende de darse algún crédito a lo que se dixere, de razón de cómo se sabe. Pues aunque diez años ha se me huviera mandado y todos no huviera entendido en otra cosa, no pudiera aver hecho más diligençia para sabello y dezillo de la que hize, para otros efectos. Aunque me haze mucha falta no tener comigo todos los borradores que entonçes hize sobre cada cosa; pero lo que agora dixere será lo que me acuerdo y lo que no dexallo he y quando vaya a mi casa3 lo enbiaré a Vuestra Merced si fuere neçessario. Y así, satisfaré a la instruiçión por capítulos.

[1o]

*El primer capítulo de la instruiçión dize desta manera: Primeramente se a de averiguar qué son los tributos que los yndios pagavan al Señor Soberano y a sus governadores y a los señores cuyos vasallos eran particulares y lo que antiguamente les solían tributar4.

1 «se» ha sido añadido. 2 «hallose» es fruto de una enmienda y además se ha añadido «los». 3 Su casa estaba en La Plata, (hoy Sucre, Bolivia) y el informe lo redacta en Lima. 4 Las partes rotas del original se han completado en base al traslado de las mismas preguntas existente en Visita de Huánuco [1562]1972:17.

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527. *En este capítulo y su materia pende la [prinçipal declaración de toda la instruiçión]1 [f. 2r] y ase de presuponer, para que mejor se entienda, un prinçipio verdadero. Que dado caso que estos indios del Pirú fueron subjetos a los ingas del Cuzco muchos años y tienpos, que todavía se tiene memoria dende quando enpeçaron a señorearse dellos, (y en esto todos concuerdan) que antes deste señorío no tuvieron rey universal, sino que fueron behetrías y que los señores de cada provinçia mandava cada uno sus subjectos. Y que entrellos avía guerras y disensiones ordinarias. 528. Pero tractar en aquellos tiempos de la forma que tuvieron en el govierno y de los tributos que davan al Señor, o de la forma como poseían las haziendas, o la que tenían en el tributar, no es posible averiguarse; ni desto ay quien tenga notiçia. 529. Y faltando escripturas, tanbién paresçe tienpo perdido querella buscar con diligençia humana. Porque discurriendo por los señores del Cuzco dendel primero que éstos concuerdan que conquistó y se apoderó de la tierra, a lo menos de mucha parte della –cuyo cuerpo se halló enbalsamado y entero y tan bien curado quanto todos vieron– hasta la venida de los españoles a esta tierra, hecha la quenta por las hedades de cada señor, bien se entiende que pasó de trezientos años. 530. Porque tanbién estos yndios hazen de doze lunas un año y quéntale dende el mes de hebrero, y tuvieron quenta con el discurso que haze el sol en todas doze lunas. 531. Y así, en el Cuzco, tienen hechas doze mojones, que llaman saybas, a donde llegava el sol cada mes, en las quales se hazían notables sacrifiçios. Y avía personas que tenían con esto cuenta, y lo que havían de hazer los indios en cada mes de aquéllos. Y tienen sus nonbres, y por estos meses regulavan las fiestas y sacrifiçios que tenían ordenados. Lo qual también se continuó algunos años después de nuestra venida. 532. De manera que siendo tanta la antigüedad, escusado será el trabajo en tomar más de raíz este negoçio que dende el tiempo de los primeros ingas. Y aún esto fuera tanbién dificultoso si las costumbres no tuvieran tracto su1

Completado según (Lam.-RAH.).

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cçessivo y se continuaran de unos en otros y1 estuvieran bivos aquellos ñudos y registros que ellos tienen. 533. Una cossa me satisfaze2 a mí, para que esto es así3. Y es que todos los caminos reales y açequias (que éstos llevan por tierras agras) y los mojones que ay entre unas provinçias y otras, y la división de los pastos y caçaderos, y los edifiçios –que ay notables– y fortalezas e ydolatrías, y orden en la poblaçión –de la qual an per- [f. 2v] dido mucha– y el hazellos vevir4 en comunidad: No saben de todo esto otro origen, sino que el Inga lo mandó hazer. 534. Y bien se entiende por esto, y por otras conjecturas, la poca comunicaçión que antes que éstos señoreasen unas provinçias tenían con otras. Espiçialmente que aun las lenguas eran diferentes hasta que el Inga dio orden como5 en todas partes se supiesse la que se husava en el Cuzco dado caso que husasen de la suya propia como lo hazen hasta oy. Y aun tanbién se colige aver tenido poca puliçia, hasta que fueron subjectos. 535. Porque todas las costunbres que tienen, assí en el trabajar como en todo lo demás, y su govierno y tracto, confiessan avérselo enseñado los ingas. Y paresçe assí verdad, por la conformidad que en esto todos tienen. Y tanbién que para defenderse al tienpo de la conquista no se juntaron ni acaudillaron. 536. De manera que, para cunplir con este capítulo, sólo podremos dezir y tractar de los tributos que davan al Inga y a sus governadores y la orden en que los hallamos. Pues de lo demás no puede aver memoria, ni Su Magestad es obligado a hazer más diligençias para ningún efecto, ni devía ser tal que se pueda hazer casso della. 537. *Los ingas más se hizieron señores al prinçipio por maña que por fuerça, porque fueron pocos y poseían poca tierra. Porque aun ay entrellos memoria de las grandes guerras que tuvieron con los Changas, que no estavan a veinte e çinco leguas del Cuzco. Y que alquilavan6 para ir contra ellos a 1 2 3 4 5 6

si no. = convence. «para» y «esto es así» son correcciones añadidas y sobrescritas. «venir» (Lam.) = que. = se concertaban.

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los Canas y Canches –que están juncto al Cuzco por estotra parte camino del Collao– con los quales Inga Yupangui, inga a quien ellos llamaron Pachacuti, los vençió. Y este fue el que primero enpeçó en sus conquistas a tomar por título1 la religión, diziendo que conquistava porque al Criador Universal a quien llamaron Viracocha Pachayachachi, no se le hazía la reverençia [f. 3r] devida ni al Sol ni a los otros ydolos. 538. Y con este título de aquella primera vez casi conquistó y metió debaxo de su dominio toda la tierra, aunque después huvo muchos alçamientos en las provinçias. Pero he dicho esto para lo que haze al propóssito y para que Su Magestad sepa más de raíz el origen, porque es inportante para entendimiento de lo que se pretende. Y fue assí que como éste fue el prinçipal título de sus guerras, en acabando la conquista de una provinçia, le ponía la misma orden que avía puesto en las otras. Y era desapropiar a los indios de todo quanto tenían en común y en particular y metello debaxo de su dominio y ordenar la comunidad. 539. De suerte que aprovechándosse de lo neçessario para conservaçión de la vida humana por quenta y razón, cada uno limitadamente lo que huviesse menester, no les quedase mano en ninguna cosa y que diessen los tributos en común sin poner a ninguno carga particular. Los quales fuessen el trabajo de sus propias personas, cada provinçia según su calidad y comarca, dando medio como el trabajo cupiesse igualmente a todos. Lo qual no se podía hazer de otra manera, aviéndoles quitado todo lo que poseían: raíz y semoviente, que era el ganado, que donde lo avía, era su prinçipal hazienda. 540. Lo qual ordenó desta manera: Que todas las tierras hizo un cuerpo y en cada pueblo çierta parte aplicó para el Viracocha y el Sol y el Trueno y otras guacas, y otra parte aplicó para el Inga, y otra para el pueblo2. Si estas partes fuessen yguales, o quál fuesse mayor, yo lo he procurado averiguar y en unas es diferente de otras. Finalmente, yo tengo entendido que se hazía conforme a la dispusiçión de la tierra y a la cantidad de los indios. Porque no hay duda ninguna sino que las más poblaçiones hizieron los ingas después 1 = argumento. 2 Son tres partes a las que volverá a aludir: la de la religión, la del Inca y la del pueblo.

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de la conquista de las provinçias y reduxeron los indios1 a [f. 3v] comunidad y buscaron los asientos más convinientes para ello. 541. Y mandaron hazer depóssitos donde se ençerrassen2 las cosechas y adonde se guardasen, de un año para otro, las sementeras que hazía la cumunidad toda juncta, y el trabajo neçessario hasta ençerrallo en los depóssitos cada cossa a quien pertenesçía. En cada pueblo, avía personas diputadas para que lo soliçitassen y guardasen. 542. Y quando en una parte avía muchas tierras y pocos indios, dio orden para que de fuera del pueblo viniessen a ayudar o ponían mitimaes para este efecto, como los puso de unas partes en otras para otros muchos. Espiçialmente para seguridad de la gente, y que como rezién conquistada no se alterasse, mandó3 de unas partes a otras. 543. Y lo que se cogía tocante a su religión, lo más dello, quando estava en comarca para ello se llevava al Cuzco y se consumía en los sacrifiçios; y otra parte en el pueblo donde se cogía, y otra se gastava en su sustentaçión de los honbres y mugeres aplicados para el servicio de aquello, que eran muchos. La forma que en los sacrifiçios se tenía es larga de contar y no haze a nuestro propóssito. 544. *La otra parte que cabía al Inga –así mismo en las comarcas del Cuzco– se llevava4 aquella çiudad de todas partes para sustentaçión suya y de la gente que allí residía, que era la prinçipal de deudos suyos y gente de guerra de su naçión y de otras, que sienpre avía allí cantidad. Y lo que no era menester se quedava en los depósitos de donde se proveía la gente de guerra quando pasava y aun servía para provisión de los pueblos quando avía necessidad y el Inga lo dispensava, y si no, estava allí hasta que se pudría. Pero finalmente, aunque hubiese mucho, se guardava [f. 4r] la orden de ençerrar cada año lo que se cogía. 545. *La parte de tierras que cabía al pueblo se repartía cada año entre los naturales, conforme a su necessidad y familia. Así en las tierras de maíz, 1 2 3 4

«naturales» (Lam.). «enterrasen» (Lam.). gente, mitimaes. a.

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como en las de las punas de papas y quinoa. Y cumplido con las obligaçiones de comunidad, en quanto al benefiçio de lo demás, cada uno con su gentezilla o solo o ayudándose los unos a los otros hazía su chácara en lo que le avía cabido y ençerrava lo que cogía. Sin que tubiese obligaçión de contribuir de aquello para ningún effecto por vía de tributo al Inga, ni al governador, ni al caçique, ni a otra persona. Porque en todas partes tanbién la comunidad hazía las chácaras destos como estava tassado y ordenado. 546. Solamente si se le ofresçía alguna neçessidad de los hechizeros, parteras o sortílegos, que en cada pueblo los avía, a éstos pagava su trabajo en comida. Y tanbién gastavan en particular cada uno con sus diffuntos. Pero lo uno y lo otro era voluntario y no obligatorio, salvo si todo el pueblo no acordava que se hiziesse algún sacrifiçio por las heladas o por las aguas o porque no se derribasen las açequias. Porque tocando al común, todos contribuían a los hechiceros y gente diputada para esto en poca cantidad, y esto se hazía quando entendían y acordavan que hera menester. 547. Y en quanto a llevar al Cuzco la provisión, tanbién tenían orden. Porque muchas vezes los pueblos que cogían mucho llevavan poco, y los que poco llevavan mucho. Y todo estava rrepartido por la orden que hallavan mejor para que el trabajo fuesse ygual.

ganado 548. *Quanto al ganado hizo lo mismo en repartimiento1. Salvo que no aplicó ninguno a los pueblos ni dexó libertad para usar dello en ninguna manera sin su liçencia. Y así como lo tomó todo para sí y para [f. 4v] su religión, ni más ni menos aplicó todos los pastos, aunque los amojonase entre provinçia y provinçia. Y según todos concluyen, de unas partes a otras traxo algún ganado acomodándolo conforme a los pastos. 549. Y hizo pueblos de obejeros2 para la guarda y los llevó de unas partes a otras, y éstos davan quenta al caçique de lo que multiplicava y moría, y el caçique al governador, y él al Inga, por sus ñudos y hilos. Y de cada pro1 2

= hizo la misma repartición. = llameros.

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vinçia, llevava al Cuzco lo que se repartía, así para los sacrifiçios, en lo qual se consumía cada año mucha cantidad, como para los gastos del Inga y la gente del Cuzco. Pero para lo uno y para lo otro no se halla que –dende que el Inga lo tomó a su cargo– se permitiesse sacar de los hatos ninguna henbra vieja ni nueva. 550. Estos ganados, así mismo, se tresquilavan de comunidad. Y en todas partes avía cuidado de la ropa, donde assí mismo la comunidad la hazía para los sacrifiçios –en que quemavan mucha cantidad– como para el Inga. Y el governador destribuía en el pueblo por cada uno lo que avía menester para su vestido, la qual hilava y texía él y su mujer y hijos. Porque siempre se distribuía conforme a la necessidad de cada uno. Y de la que sobrava se ponía en depósito señalada cuya era1, si era del Inga o del Sol, de lo qual avía gran cantidad en cada parte quando los españoles vinieron. Tanbién se rrepartía en el pueblo algún ganado viejo a tienpos y se hazía çeçina, y cada uno llevava su parte conforme a su neçessidad. 551. Después que esta orden se puso, hizo el Inga merçed a algunas personas, así como caçiques y otros, que en la guerra se señalavan, de mandalles dar algunas ovejas, de las cuales se hizieron algunos hatos grandes. Y vinieron a tener ganado proprio las parçialidades, el qual se llamava entre ellos guaccha llama, que quiere dezir hato pobre, porque lo del Inga o del Sol llamavan capac llama, que quiere dezir hato rico. [f. 5r] Y desto que el Inga dava parte alguno que tenían los indios en particular. Y lo mismo hizo en algunas tierras en que sucçeden los herederos de aquellos. Y de lo uno ni de lo otro en toda la tierra no dan otro título, sino que el Inga se lo dio. Y todo es entre los indios muy sabido, porque de lo uno y de lo otro estava prohibida la enagenaçión. 552. Y tanbién los herederos lo poseían en común, y nunca se dividía entre ellos sino el fructo para sus necessidades. Aunque ellos fuesen muchos, todos los que proçedían de aquél cuyo avía sido, acudían a llevar su parte. Y uno representava la persona y lo partía, y quién éste fuesse o cómo sucçediessen en las casas ésta es otra materia y larga y en que con dificultad 1

«era» está escrito tachando al mismo tiempo «tierra».

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se podría dar regla çierta, porque el mayor derecho era la voluntad del Inga. Y así, hallo yo quebrantadas muchas reglas por esta razón, las quales más comúnmente se guardavan entre ellos. 553. Del ganado que se moría y de lo que se matava viejo, avía en cada pueblo depósitos de çeçina. Y tanbién los avía de ropa y de todas las demás cosas que en la provinçia se daban. Pero todo aquello hazía junto la comunidad, o los que della se sacavan que eran neçessarios repartiendo el trabajo, sin que entre ellos se hallasse, ni yo la he entendido ni lo he podido averiguar, que ninguno acudiesse1 a tributo ninguno, sino con el trabajo de su persona, como le cabía conforme a su quenta, que la tenían grande. 554. Y entendido por menudo el recaudo que en esto se tenía, que sería largo de contar, se hazía con toda la delicadeza posible sin reservarse nadie. Porque si algunos no trabajavan en hazerlo, tenían trabajo en mandarlo y tener quenta con los que en ello entendían. Finalmente, ninguno tenía tienpo para entender en su hazienda más de aquello que era menester para cunplir con la neçessidad humana. Y teníase gran cuidado para que cada uno hiziesse su chácara y guardase y reglase lo que della cogía, y ansí nunca les faltava. 555. Verdad es que, en algunas partes, hallo yo que la comunidad tanbién hiçiesse chácara para tienpo de neçessidad. Pero [f. 5v] es averiguado que, quando la avía, de los depósitos del Inga en todas partes se remediava y ansí nunca padesçían de hanbre. Sino eran los prinçipales o a quien el Inga avía dado mujeres, ni les faltava de comer ni les sobrava mucho esto, ni ropa. Porque en la gente común sólo se tenía respecto a que no padesçiessen neçessidad. 556. Lo mismo hazían en el tributo de oro y plata. Que en las provinçias donde avía minas echavan a sacallo çierta cantidad de indios, y todo lo que se hallava se enbiava cada un año al Inga. Y tanbién en esto avía quenta enpero no en la cantidad, y lo mismo para enbiar a la guerra, acudían las comunidades conforme al número que se mandava distribuir. 557. De manera que todo el ganado, pastos e caçaderos y quebradas de malque, que son árboles puestos a mano, y todos los montes que se criavan 1

«per» (de «perdiesse») está tachado y encima escrito «acu».

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en tierras rossas1, todo lo aplicaron los ingas para sí y para su religión. Y en este nonbre se poseya y dava la liçencia conforme a la neçessidad para gozar dello. Y esta liçençia de aprovecharse de las cossas del Inga tanbién se dava a los comarcanos en las tierras o montes agenos, como a los proprios de aquel pueblo. De manera que, como cosa suya, y2 todos sus vasallos, proveya a la neçessidad de cada uno como a él le paresçía. 558. Y las comunidades contribuían en las sementeras de las tierras que estavan aplicadas para todo. Y no avía cantidad tassada de ninguna cossa sino aquello se ençerrava, [lo] que se cogía de las tierras del Inga o del Sol o del Trueno o de las demás guacas. Que fuesse mucho o poco: el riesgo del mal año o la prosperidad corría por el dueño. Y los indios ni tenían más obligaçión, ni otra quenta de trabajar con sus personas. En lo qual se tenía tanto cuidado por los governadores que quando sobrava tienpo los ocupavan en obras de ninguna neçessidad, aunque esto era en lugares donde no avía otras neçessarias y de provecho. 559. Y cómo succedían3 los ingas en estos ganados, qué parte quedava para los muertos y cómo lo gozavan después los que quedavan en guarda de los cuerpos4, es largo, porque en todo avía quenta y orden. Y el día de oy tiene su memoria dello el camayo5 de comunidad cuyo antes era. Y lo poseen y contribuyen dello y sería muy dificultoso o inposible de averiguar quáles son el día de oy. 560. *En lo que toca a la jurisdiçión destos indios, tanpoco se puede averiguar cómo la tenían e usavan en tienpo de la behetría o la forma que tenían en los castigos, pero –como quiera que fuesse– toda esta jurisdiçión tomó el Inga y la manera [f. 6r] de los castigos puso uniforme en todo el reino. 561. Y dividió los goviernos por guarangas y hunos, y tenía sus gobernadores. Y dende el tienpo del Inga Yupangui, se hizieron los aillos y se puso la orden, que a todos es notoria, de poner cinco a cargo de uno, y a otro dar 1 = rozas. = «Tierra rozada y limpia de las matas que naturalmente cría, para sembrar en ella» (DRAE). 2 de. 3 = heredaban. 4 = las momias. 5 Esta palabra está añadida en el texto. Igualmente están añadidas la conjunción «y» que sigue y las «n» de «poseen» y «contribuyen».

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cargo de diez, y a otro de çiento, y a otro de mill y a otro de diez mill; y poner sobre todos gobernador, como el Inga lo hizo. Todos fueron medios para que –aviendo de hazer el trabajo la comunidad– ninguno se excusase dél. 562. Y tanbién trabajavan los mandones sin escusarse ninguno, eçepto el que era guaranga que tenía cargo de mill, solo se hazía para que hubiesse quenta y razón. 563. En esto y este enpeçó a dar orden en los castigos y en el administrar jurisdiçión, y las penas que se avían de dar por cada delicto, que es largo de contar. Pero, espiçialmente en las rebeliones y alçamientos, se hizieron los castigos tan ásperos que algunas vezes asolaron las provinçias de todos los varones de hedad, sin quedar ninguno. Y así, después que tuvieron orden en particular, no se hallaba pecado de inobidiencia, ni éstos dizen que le hubiesse; pero que estava puesta pena de muerte al que dexase de obedescer al mayor1 a cuyo cargo estava. 564. *Tubieron éstos, conforme a la orden del Inga, un género de tributo de gran pesadunbre. Y fue que se hazía çierta distribución de las mugeres de cada provinçia en cada un año en esta forma: Todas las pequeñas de buenos gestos recogían en una casa diputada para esto, con buenas guardas, y quando tenían hedad, de allí sacavan mugeres para el Viracocha y para el Sol y para el Inga y para los sacrifiçios, que en algunos estava ordenado que se matassen vírgines, espiçialmente quando hazían Inga, que era su rey. 565. Éstas se llevavan al Cuzco y allí se hazía el repartimiento dellas, de las quales el mesmo Inga hazía merçedes a sus capitanes, y a otras personas que avían servido, y a sus deudos, y a caçiques de la misma tierra. Y era merçed de gran estima, y que se tenía en mucho. Y el que tenía muchas mugeres era el más rico. Y tenían razón, entendida su orden, porque las mugeres eran reservadas2 y sienpre hazían ropa y chácaras para el marido. 566. Estas mugeres que se ençerravan para el effecto sobredicho se llamavan acllas, que quiere decir escogidas, a diferencia de las demás que no se recogían, las quales así mismo juntavan en çierto día del año y hazían çierta 1 2

= curaca = excusadas del trabajo para el Inca.

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fiesta y las casavan con los moços que avía [f. 6v] de hedad, al paresçer del governador. 567. Y esta gente común no tenía más de una mujer, si por privilegio, serviçios o abilidad en algunas cosas, no le davan otra. Antes1 faltavan ordinariamente porque su religión gastava muchas. Y si alguno enbiudava era gran adversidad, y en dos años no le davan muger, antes le davan çierto género de castigo, porque dezían que por alguna culpa suya se avía venido aquella adversidad. Y tenían en partes del reyno gran suma dellas con guarda, que eran las que llaman mamaconas del Sol y del Inga o de otras personas, las quales se tenía quenta que no cumunicasen con varones. 568. Otro tributo daban los indios, y éste así mismo le dan agora y era los adobios de caminos y puentes y servicio de los tanbos, el qual estava repartido por las provinçias. Y lo mismo se guarda [ahora] y por la misma orden. Salvo que las puentes duravan más, por no ser su ganado tan pesado como el nuestro y no tenían cavallos que las destruye mucho. Pero ya las más son de piedra y las que faltan se pueden hazer fácilmente. Y en lo del servicio de los tanbos, no devían pasar tanto trabajo como agora. Pero está remediado, que se les paga y ellos lo tienen ya por grangería. 569. *Tenían estos indios un tributo en tienpo del Inga grande que, dende Quito hasta Cuzco, que son más de quatrocientas leguas por la sierra, y dende el Cuzco hasta los Charcas (que son trezientas a donde llegaran) tenían puestos chasquis que son postas en cada media legua dos buhíos o casillas pequeñas, y estavan sienpre pobladas de dos indios en cada una, y mudávanse cada quince días. Y por estos venían las nuevas de todas partes, tan breves que por día corrían más de çinquenta leguas, que assí sale a la quenta questos hazen. 570. Tenían otro [tributo] inconportable con las muertes de los ingas o caçiques: Que mandavan enterrar gran suma de gente de todas hedades, como2 era la persona que moría. Espiçialmente halle yo −por su quenta3− que mataron mill personas en la muerte de Guaina Capa. Y así allende de los sacrifiçios, que eran muchos, moría gran suma de gente por este camino. 1 2 3

= más bien. = según. = quipu.

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571. Y esta orden hallamos también husada en algunas de las behetrías que se an conquistado. Aunque en otras se haze diferentemente, porque en ciertos montes se husava (yo lo he bisto hazer) [f. 7r] tostar el cuerpo del caçique y hazelle polvos y bever cada uno la parte que le cabía diziendo que siendo su señor no le podían dar mejor sepultura. Y en la governaçión si no dexava hazienda a los hijos, le despeñavan y permitían que le comiesen las aves; y si dexava le enterravan. Y otras muchas costunbres husava cada uno conforme a su ymaginaçión. 572. *De manera que los tributos que estos davan al señor soberano que era el Inga, se resumen en el trabajo de sus personas, ocupándolos en aquello que a sus governadores les paresçia, el qual trabajo sienpre se dava de comunidad. Y a ellos les dexavan tienpo para su sementera y para hazer la ropa que cada uno avía menester para su vestido. Y el trabajo era continuo, y de la ocupaçión era el fructo conforme a la calidad de su tierra y comarca. 573. Y en el tienpo y comida y todo lo demás, y en el repartimiento de las personas sienpre se tenía consideraçión y respecto a la conservaçión de los indios y a que el trabajo fuesse ygual. Y todo el govierno, orden y constituciones que tenían eran medios como ninguno se escusase del trabajo. 574. Y ellos no poseían cosa propria, porque el ganado y tierras y todo lo demás lo puso el Inga en su cabeça. Y desto llevava él lo neçessario y a los indios se les dava por quenta y razón lo que avían menester para cunplir con la neçessidad humana y no más. Y si alguno poseía alguna tierra o ganado era por particular merçed del Inga, de lo qual no disponía, sino que él y sus herederos gozavan dello en comunidad, como está dicho. 575. Y así mismo estava tassado lo que avían de dar a los caçiques y governadores, lo qual dava la comunidad en hazelle la chácara o sementera, y no otra cosa. Porque yo he averiguado que no se les hazía ropa, aunque poseyan mucha por razón de las mugeres. Y en todo, avía su quenta y razón, sin que ninguno se pudiesse desmandar1 más de lo que estava ordenado; y en esto no ay duda, ni lo puedo poner más claro. 576. Y los indios ni podían mudar ábito ni tierra ni disponer de sí, en 1

«demandar» (Lam.)

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ninguna manera, sin orden del inga. Esto era sin los cargos1 que tengo dichos, que eran memorables. Y con esto queda cunplido con este primer capítulo [f. 7v].



Capítulo. Así mesmo, os informareis qué es lo que agora contribuyen y pagan los dichos indios y si en respecto de lo que antiguamente pagavan están cargados o aliviados o si dexan de pagar a los caçiques y señores particulares lo que antiguamente les solían pagar y contribuir y qué valían los dichos tributos reduzidos en pesos de oro en cada un año, y para averiguación dello haréis traer ante vos qualesquier pinturas o tablas o otras quentas que aya de aquel tienpo por do se pueda saber y averiguar lo que dicho es, y de todo os informaréis de qualesquier personas de buena intinçión y desapasionadas que no pretendan interesse y que puedan tener y tengan alguna notiçia desto.

577. *Quatro cosas pregunta Su Magestad en el capítulo sobredicho, y la primera es qué es lo que agora contribuyen y pagan los indios. En lo qual por abreviar se podría responder que pagan conforme a la tassa que les está hecha. Porque en este reyno no conozco yo indios que no estén tassados, sino algunos pedaçuelos de poca inportançia, que son indios de monte que es menester darles más que ellos sirven, y no se les puede mandar que den cossa ninguna, porque no la tienen ni están en parte que su trabajo pueda servir de interese. Esta tassa, que se hizo a todos los demás, por la qual pagan el tributo el día de oy, se tuvo en ella la forma que se verá en el capítulo 8° que trata desta materia. 578. *La 2a es si al respecto de lo que antiguamente pagavan están cargados o aliviados. Y quanto a esto me paresce que, entendida la orden que tuvieron dende que los ingas los conquistaron, pues lo demás no se puede averiguar, se colegirá claro la respuesta. Porque de tal manera los puso debaxo de su dominio que ni les quedó hazienda propria, ni medio para adquirirla, ni libertad para tractar ni contractar, ni tienpo para que en cossa propria se pudiesen ocupar, sino era el neçessario para cunplir con la neçessidad humana, como senbrar su chácara y hazer la ropa que se bestían. El demás tienpo avían de entender con sus personas en lo que mandava el que los governava y, dado caso que mucho desto tanbién resultava en provecho suyo, era en común; porque en particular ni rescibían provecho ni daño, porque todos los trabajos hazía la comunidad juncta. 1

«cargas» (Lam.). Se refiere a los castigos, en caso de que no se obedeciese.

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579. Sólo se tenía orden para que el trabajo fuesse igual y ninguno fuese reservado y mediante la traça que en esto tenían dada, hallo yo que al indio ni le podía sobrar ni faltar, ni podía tener neçessidad en ninguna manera. 580. Y tanbién se tenía quenta que el [f. 8r] trabajo que pasavan fuesse moderado y con el menos riesgo que fuesse posible. Y ansí se hallará que donde se benefiçiava coca o sacava oro, que son los trabajos de que más daño podría resultar, se tenía todo cuidado para que los que en ello entendían no padesçiessen neçessidad. Y otros preparamentos como de casas, puentes y caminos, mediante lo qual se conservarían los que en ello entendían en quanto era posible. 581. De manera que el tributo agora es mucho menos porque lo es el trabajo que pasan en darle, lo qual está provado por el mucho tienpo que les sobra, mediante el qual y sus viçios se acaban muchos, y quédales la libertad de buscar cada uno para sí cumplido con esto y la que tienen de tractar y contractar si ellos fuessen aplicados. Y sólo falta para que esto se parezca más y es el «cuidado» que sería bien tener, que cunplido con el tributo, trabajasen y que fuesse para sí, pues sería medio para que fuesen ricos. 582. Y demás desto, ganados, tierras y pastos, todos se los quedaron en su poder, que es de donde pagan sus tributos. Y quitóseles aquella carga de los sacrifiçios que era más pessada que si agora diessen doblado tributo. 583. Y si el trabajo se considera en común de todo el reyno, sin el de las provinçias en particular, según lo que yo he entendido, andavan en el tienpo de los ingas más indios ocupados en sola la guerra y en fronteras y pucaraes1 que2 agora entienden en pagar tributo. Y presupuesto que según su orden, ni holgava ni podía holgar ninguno sin orden de los governadores; no ay duda, sino que sin conparación el trabajo es mucho menos. 584. Y si estos fuessen aplicados para enplear el [tiempo] que sobra en su provecho, fácilmente y en poco tienpo se conosçería la libertad en que agora biven. Pero siguiendo su condiçión, quanto menos tributo diesen a de ser para ellos más dañosso. Y en esto yo no tengo duda, sino que tractando de su 1 2

= fortalezas. los que.

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descanso y conservaçión en los más no consiste en abaxalles el tributo, sino en darles policía y obligalles a gastar bien su tiempo. 585. Verdad es que esto de la subjection antigua no se a de entender absolutamente ni hazer la regla general, porque los caçiques y prinçipales trabajavan en mandar lo que se ordenava por los governadores y a ellos les hazía la comunidad sus chácaras y dava servicio. Lo demás se entiende por el común, que es por quien se pregunta, y en esto no ay duda ninguna. 586. *La tercera es si dexan de pagar a los caçiques y señores particulares lo que antigamente les solían pagar. Y en esto se ha de entender que todo el [f. 8v] poder que tenían los ingas y sus governadores sobre los indios, como hemos declarado, todo quedó en los caçiques y prinçipales, y a su dispusiçión quedaron los ganados que estavan e[n] cabeça del Inga y del Sol y de los demás guacas. Y así mismo quedaron señores de todo lo demás que guardava la comunidad, y desto mantienen los indios y se guarda la orden que antes, salvo que disponen a su voluntad de todo y de allí pagan los tributos hasta agora. 587. Antes ay fama que los caçiques sean con los indios más sueltamente en lo de su trabajo y se le dan mayor de lo que requiere la tassa. Pero esto no es tanto como dizen, ni con mucho generalmente1. Y si en algunas partes se haze es en pocas y fuera de la contribuçión general, porque en este repartimiento no se haze fraude y todos saben lo que se paga. 588. Y en la distribuçión son tan delicados como todas las naçiones del mundo, verdad es que fuera del repartimiento, generalmente ay algún çecesso2 en las chácaras y servicio y algunos rescates que van a hazer por su mandado los indios, pero al cabo los mismos indios gozan dello. 589. Y en lo prinçipal de la tierra los caçiques, alliende del señorio y neçessidades caseras suyas y de sus mugeres, yo tengo por averiguado que no tractan de adquirir, a lo menos que esto es en poca cantidad. Y si en3 esto ay algunos en quien falte esta regla son de los que están cerca de Lima o del Cuzco y de otras çiudades, que con nuestra comunicación, an tomado de 1 2 3

Polo es más crítico de los «excesos» de los caciques en la Relación, §477. Lapsus por «ecçesso» = exceso. Añadido para dar sentido.

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nuestra orden. Pero en lo que tracta la pregunta, no tiene duda sino que los señores particulares son el día de oy más aventajados que1 el tienpo del Inga, sin conparaçión, porque son señores de la comunidad y de toda la hazienda, así en tierras como ganados, y obedesçidos como el Inga y sus governadores lo solían ser. 590. *La 4a : Qué balían estos tributos reduçidos en pesos de oro en cada un año. Y en quanto a esto es cierto que en tienpo de los ingas no avía estimaçión en ninguna cosa a dineros, porque no se conprava comida con oro ni con plata, dado casso que algunas comunidades de los Llanos rescatavan oro y plata con los bastimentos que llevavan a la sierra, pero en esto concluyen cassi todos los viejos que esto fue antes quel Inga los conquistasse, porque después avía pocas contractaçiones desta manera, y las que avía eran permutaçiones, como ropa de algodón por de lana, o pescado por otras comidas. Lo primero se hazía con los prinçipales, porque la gente común sólo rescatava [f. 9r] comida por comida y en poca cantidad. En lo qual tanbién ay diferentes costunbres en unas partes que en otras. 591. Pero en lo general que Su Magestad pregunta de la estimación de2 los tributos, se podría mal responder en ninguna provinçia, si no considerássemos y hiziéssemos distinctión de los tienpos. Porque después que entraron los españoles en este reyno a subido y baxado excesivamente, y tanto que, a poco más o menos, no se podría responder. 592. Porque en los Charcas valía un çesto de [coca]3 1 peso y después de las minas se vendía en treinta castellanos. Y un carnero un peso, y después doze y quinze; y el repartimiento que valía tres mill pesos de renta, le vimos valer dozientos mill castellanos y después abaxar a valer veinte y aún menos. Y assí de todo lo demás. Y lo mismo fue en otras provinçias al respecto y podría ser4 el día de oy, que todo pende del descubrimiento de 1 en. 2 Suprimido un «de» repetido. 3 Tal vez «quoca dos» (Lam. y Gon.). Es una errata singular en este manuscrito, los candidatos para esta palabra son «pescados» o «coca». De ser «coca» otro escrito del mismo Polo confirmaría que el costal de coca valía en dicha época treinta pesos (2003: 251), lo que coincide con el precio señalado «después de las minas», ya que el «castellano» como unidad monetaria tiene casi el mismo valor que el peso. 4 = volver a pasar.

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las minas para grangear los tributos. Y esta es la causa porque la regla sería dificultosa. 593. Y con esto queda respondido al capítulo. Y puédese resumir desta manera: Que ganado y ropa sin conparaçión davan más en tienpo del Inga donde lo avía, y en quanto a la comida, vistas las chácaras que senbrava para el Inga y su religión, sin conparaçión era más1 la cantidad que dellas se cogía que2 agora se da.



Capítulo. *Iten nos informareéis qué generos de personas eran los que pagavan los tales tributos, si eran solos los labradores, que llamavan ellos maçegolos3, o si tanbién pagavan en ellos mercaderes o de otra manera de gente, o si avía exemptos o hidalgos, o qué manera de gente, y tanbién os informaréis en qué tienpos del año pagavan estos tributos y de la orden que tenían en el repartimiento, cobrança y paga dellos.

594. En este capítulo pregunta Su Magestad, en efecto, tres cosas: La primera, qué género de gente tributava y si avía algunos hidalgos; la 2a, en qué tienpos del año; la 3a, la orden que en ello se tenía. Y leydo todo lo que se a respondido, paresçe que bastara por satisfaçión bastante, pero para cunplir con la orden se responderá breve. 595. Y quanto a lo primero, digo que en lo que toca a la gente que tributava que, a lo que yo he averiguado, ninguno se eximía4. Salvo que como tengo dicho, los caçiques y prinçipales entendían5 en mandar la otra gente y que se pusiesse en execuçión lo que el Inga y sus governadores ordenavan. Y a [f. 9v] estos se les hazían sus chácaras por la comunidad, y eran aventajados en tener muchas mugeres, que era su prinçipal hazienda y en que se diferençiavan de los otros más principalmente. 596. Y a culpa6 de los indios, si alguna avía, el caçique era castigado y él tomava quenta a los ayllos. Porque verdaderamente, a lo que yo he averiguado, toda la pretensión de los ingas fue una sujectión en toda la gente, qual nunca yo he oydo dezir de ninguna otra naçión. En tanto grado que por muy 1 2 3 4 5 6

Añadido «más» en la parte superior de la línea. lo que. Del nahuatl: hombres que tributan para un señor, a través de tareas agrícolas. «exi-» está añadido arriba y reemplaza otras letras ilegibles. = se ocupaban. = falta, en quechua sería ‘hucha’.

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prinçipal que un señor fuesse, dende que entrava cerca del Cuzco en çierta señal que estava puesta en cada camino de quatro que ay, avía dende allí de venir cargado hasta la presencia del Inga, y allí dexava la carga y hazía su obidiençia. 597. Y no avía ninguno que fuesse prinçipal que no le enbiasse cada año un vestido hecho para su persona de mano de sus mugeres, el qual dende que se cortava la lana hasta que se concluía, sienpre se hazían cerimonias extraordinarias que serían largas de contar. 598. Todos los demás trabajavan cada uno en lo que se les mandava por su orden, que en estos indios se a de considerar una cossa: Que todo lo que era neçessario para sustentaçión de la vida humana conforme a su orden de vivir, todos lo sabían hazer. Dende el çapato hasta el bonete y labrar cossas y asentar piedra. Dado casso que en todo avía honbres más diestros que tenían cuydado1, pero no ay ninguno que en dos meses no hiziesse el ofiçio más dificultosso que entre ellos avía. Y así por su orden trabajavan en lo neçessario para cunplir con las cargas que tenía cada comunidad, como se les mandava por los que dello tenían cargo. 599. Una sola gente hallo yo que era exempta, que eran los ingas del Cuzco y por allí alrededor de anbas parcialidades. Porque estos no solo no pagavan tributo, pero aún comían de lo que trayan al Inga de todo el reyno. Y estos eran por la mayor parte los governadores y tocoricos2 en todo el reyno, y por donde quiera que yvan se les hazía mucha onrra. Y estos, aunque de los viejos ay pocos, tanbién son libres agora y residen en aquella ciudad [del Cuzco] y algunos tienen ayuda de Su Magestad y el Señor Gobernador3 a dado alguna comida a algunos dellos viejos y pobres. 600. *Lo 2° que toca al tienpo en que se pagavan los tributos ya está dicho que [f. 10r] la comunidad hazía la contribuçión, y el tributo era su trabajo y éste davan conforme al tienpo, así en las sementeras y cosechas como concluido con esto en los demás offiçios. Y si el Inga hazía algunas obras, que nunca le faltavan, de todas partes andavan indios en ellas y estos 1 2 3

= «solicitud y atención para hacer alguna cosa» (DRAE). Según Polo entonces, la mayoría de gobernadores o tocoricos del reino eran del linaje real de los incas. Vaca de Castro.

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se mudavan por tiempo1, y cada pueblo tenía cuidado de acudir con ellos y proveher su comida. Y en todo tenían orden y quenta, y lo mismo en los obradores de la ropa. 601. Y en esto del hazerlo, todo el año tenía tracto sucçessivo. Y en el acudir con ello de todo el reyno se traya al Cuzco por primero de hebrero, que era la fiesta del Layme, y en otros dos tienpos, pero no tanto ni universalmente como entonces. Y no podían entrar con el tributo hasta acabada la fiesta, que durava un mes entero. Y en aquel mismo tienpo entrava el ganado y ropa neçessaria para los sacrifiçios de todo el año de todo el reyno. La forma y orden que en esto se tenía es larga de contar y no toca a nuestro propóssito. 602. *Lo 3° que se pregunta2 de la orden que se tenía en el repartimiento, cobranza y pago dello. Y en este artículo se puede poner una regla general y verdadera en todo el reyno, y por ella se entenderá mucho de lo que Su Magestad pretende en toda esta instrucçión. Y es que en el quánto avía de dar cada provinçia al señor soberano, nunca hubo tassa sino que esta era la voluntad del Inga o de su gobernador. Pero cómo se avía de dividir esto que se pedía, era tanta la orden que tuvieron estos indios que, a mi paresçer, aunque mucho se piense en ello, sería dificultosso mejorarla, conosçida su condiçión y costumbres. 603. Y el repartimiento se hazía en esta forma: Que si el governador mandava que mill indios desta provinçia fuessen este verano a sacar oro para el Inga, dávanlos las parçialidades por su quenta y razón, cada una según los indios que tenía. Y la comida que se les avía de llevar, tanbién se dividía (por la misma orden) los indios que eran menester para ello. Si el oro que se sacava era mucho o poco, aquello se resçebía. 604. Lo mismo se hazía en la ropa desta manera: Si el governador mandava que quinientos indios hiziessen ropa, las parçialidades los davan por su orden y quenta y la lana se traya de los depóssitos y las parçialidades la dividían entre sí, y cada una hazía hilar la que le cabía, conforme a la gente; y entre ellos se hazía la misma división, de manera que ninguno resçebía agravio. 1 2

= mita, turno. es.

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605. Y las sementeras, a lo que yo he averiguado, ya se tenían señaladas las chácaras del Inga, la qual toda la comunidad salía a benefiçiar y lo mismo [f. 10v] las del Sol y del Trueno. Si mucho o poco se cogía en esto, no avía quenta, ni los indios en ninguna parte fueron obligados a tributo tassado. 606. Lo mismo se hazía, si avía guerra: Que mandava el Inga1 de una provinçia saliesen mill honbres, en la división destos ninguna parçialidad era agraviada. Pero en el mandato no avía réplica, porque la justiçia sólo se hazía si alguna parçialidad pidiesse2 que le echavan3 más; pero en dexar de dar lo que se pedía, no avía memoria de pensar que hubiesse remedio. 607. Y lo mismo para las obras que el Inga mandava hazer, eçepto que si la obra era en el Cuzco la división hazía todo el reyno junto, y luego cada provinçia por sí. 608. Y esta misma orden an tenido después que entraron los españoles hasta que se hizo la tassa. Que lo que el amo pedía, eso le davan, pero en la división no resçebían agravio. Y después que se tassaron ya saben el quánto, y en la división se tiene la misma orden. 609. En la qual, a mi paresçer, no conviene hazer mudança. Porque si se quisiesse poner otra, mediante la qual cada indio contribuyesse por sí, allende que el daño sería mayor, cada año sería menester una vissita y cada repartimiento un corregidor, y finalmente en mucho tienpo no se conçertaría lo que se destruyese con solo hablar en ello. 610. De manera que lo que se deve hazer es llegarnos4 a sus costunbres, y en aquellas dar orden cómo no resçiban agravio. Desta manera: que sabido lo que es justo que dé cada provinçia la división se les a de dexar5 tiniendo quenta que no sea en más cantidad de lo tassado. 611. Y porque su costunbre es esperar que les manden lo que an de hazer y no hazello sin este mandato, dar orden como estos indios no huelguen, y que lo que trabajaren sea para ellos cunplido con su tassa. Que como ellos 1 2 3 4 5

que. = alegase. = que le habían puesto una carga mayor que a otra. = acomodarnos. a ellos que la hagan.

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enpieçen a poseher en particular y sepan que pueden tractar1 como ya lo hazen, cossa natural es venir luego la codiçia mediante la qual nasçe el «cuidado» sin otro artificio. Y tanbién esto se a de hazer de espacio, porque para mudar una costunbre tan antigua e introducir otra nueva tan diferente es menester industria. 612. Y lo más a de hazer el tienpo y buena parte tiene ya hecha, sólo resta yllos ayudando con la justiçia, no pirmitiendo que ninguno resçiba agravio. Que yo entiendo que a de venir tienpo, que para lo que toca a sus ánimas, a de ser menester quitalles algo del «cuidado»2. Pero es tan dañoso para su salud el holgar y están tan encarniçados [f. 11r] en viçios que corre tanto riesgo su salud y mueren desto tantos, que es neçessario socorrer a la neçessidad presente y, conforme al tienpo, proveer en lo demás. 613. Una sola cossa resta para entendimiento de lo dicho, que todas las vezes que se ocupavan en estas obras y benefiçios, se les dava la comida de los depóssitos, si era para el Inga de los suyos, y si era para el Sol de los que estavan diputados para esto. Y así de los demás3. 614. Lo que el Inga hazía de todo este tributo tanbién está averiguado. Porque si era oro y plata, todo lo hazía vassos y ornatos de las casas de su religión y enterrávanse con ello. Y si ropa, tenían innumerables depóssitos y distribuía alguna como avía la neçesidad y él quería. Y si era comida gastávasse conforme al tiempo. Y con esto queda respondido al capítulo de la instruyçión y a lo que Su Magestad pretende saber.

4o

Asimismo os informareis si la paga de los tributos era por razón de las tierras que labravan o cultivavan o por razón de las haziendas que poseyan o por respecto de sus personas y así por cabeças.

615. *En este capítulo se pudiera escusar la respuesta con lo dicho, pero por satisfazer a cada uno por sí, se a de tener por regla general y verdadera: Que en todo quanto el Inga posseyó y tributos que le dieron, nunca él ni sus 1 = comerciar. 2 El «cuidado» hace referencia a un seguimiento a que no estén ociosos, ya que dicho «cuidado» es necesario para que sobrevivan. Ya habrá tiempo de ocuparse de las ánimas. Marca una clara distancia de las propuestas de Las Casas. 3 depósitos de guacas, del Chuquilla, etc.

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governadores ni cobradores tuvieron quenta con ninguna persona en particular; sino que la comunidad estava obligada a dar lo que se le pidiesse y repartía personas que entendiessen1 en ello, como está dicho. 616. De manera que sólo el trabajo de las personas era el tributo que se dava, porque ellos no poseyan otra cossa. Y cunplido con el número de personas que se pedían, la hazienda y tributo era su trabajo, agora2 resultasse dél mucho o poco. Y en las contribuçiones la misma orden se tiene agora, salvo que lo que se a de dar está tasado y ellos señalan las personas que les paresçe que serán bastantes3 para buscar aquella cantidad y enbíanlas por ello. Porque de otra manera sería inposible darse orden como4 tubiesse effecto el pagar de sus tributos. 617. Desta manera [f. 11v] manda la tassa que se den çient pesos y çient pares de alpargates y veinte mantas... Tassan ellos desta manera: • que diez yndios que vayan a las minas, con su grangería traerán los çient pesos y estos diez yndios reparten entre sí, • y reparten otros tantos que vayan por la cabuya, • y otros que hagan los alpargates, • y reparten la lana para que cada parcialidad hile su parte, • y sacan5 quatro indios que las texan; y así, cunplen con su tributo. 618. Y para pagar el maíz, haze la comunidad una sementera y de aquí sale lo que dan. Esto es donde ay caçique que tiene quenta con sus yndios, (porque en esto va mucho) porque si no, cada pueblo paga lo que le cabe y el repartimiento hazen ellos entre sí.6 619. Y en quanto al trabajo, tanbién tienen quenta en el repartirle de manera que no resçiban agravio. Y que si uno trabajó este año, no lo haga el 1 = se ocupasen. 2 = ora, bien sea que. 3 = suficientes. 4 para que. 5 = destacan a. 6 Polo considera que era mejor que el cacique convoque a todos los sujetos de su ámbito (probablemente guaranga) para trabajar las chacras necesarias de las cuales obtener el pago del tributo. Sin embargo cabe la posibilidad (no aconsejable) de que cada comunidad aportara la cuota necesaria para alcanzar el pago.

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que viene. Aunque en esto se crehe que reservar a1 algunos deudos o amigos. Pero en esto fácil es el remedio, y no lo sería darles otra orden, a lo menos por agora. 620. Y en lo del ganado, págase de aquello que ellos tenían en comunidad. Porque el señor de la parçialidad, posee aquello que antes estava en cabeza del Señor2 y tenía quenta con ello. Y esta orden, conosçida la condiçión de los indios, ase de conservar. Porque si el ganado se mandase partir entre todos, en un año no quedaría ninguno y aún sería dificultosso hazello. 621. En lo demás que Su Magestad quiere saber, si este tributo era por razón de las tierras o haciendas: Todo era destos indios antes que el Inga los conquistase –aunque la orden que antes3 tenían no se puede saber. Y húbose con ellos desta manera4: Que todo quanto tenían puso en su cabeça. Y ordenó5 como se conservasen los ganados y como todos se aprovechasen dellos en quanto fuesse neçessario para sola la necessidad humana, dándolo por quenta y razón a cada uno. Así de tierras como de todo lo demás. Y él se aprovechava del trabajo de sus personas en quanto se entendía su possibilidad, y convenía a los tiempos y neçessidad del Inga, y ellos nunca holgaban. 622. Y en aquel trabajo que se les dava, siempre se tenía respecto a su conservación. Y para que por ser mucho o que por falta de bastimentos o puentes o de otras cossas neçessarias no muriesen. Y [el Inga] llevava el fructo de sus tierras, senbrado y cogido con su trabajo6. 623. [f. 12r] Y de los ganados, sacava en cada un año todos los machos del múltiplico. Los quales dividía en sacrifiçios y tributos para su persona. Y tenía depóssitos de çeçinas en cada parte para cunplir con la neçessidad de los indios quando le paresçía la padesçían en esta forma: Quando en el canpo avía cuis o perdiçes o langosta o destas chucherías, no les davan cosa ninguna. Y quando esto faltava, proveíanles muy tassado a cada comunidad, y ellos lo repartían. 1 2 3 4 5 6

= debe (ha). «reservará» (Lam.) = Inga. del Inca. = el Inca hizo así. «orden» (Res.-ms., Lam.). Resalta el hecho de que el Inca solo llevaba lo cosechado de las tierras que le han sido asignadas.

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624. Y ase de entender que en estas personas que mandavan trabajar no heran conpelidos a trabajar sus mugeres, porque estas solas tenían obligaçión de servir a sus maridos y buscalles las chucherías del canpo. Lo qual se a de entender si la comunidad no las dava1, a falta de varones, si eran viudas. Porque siendo el trabajo de condiçión que ellas le pudiessen hazer, tanbién se ayudavan dél desta manera.

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*Yten os informareis cuyas eran las tierras, heredades y términos que los indios poseyan y si los que pagavan el tributo eran solariegos y como tales respondían con el tributo al señor de las tierras, o si era la paga por razón del señorío universal o particular de los señores.

625. *En este capítulo no ay que responder más de a lo último. Y es que todo el tributo –que está dicho que estos indios davan y el Inga resçibía– yo no hallo que para ello tuviesse otro título ni causa más del señorío universal, por avellos conquistado y señoreádose dellos. Dado caso que entre ellos, aunque bárbaros, tanbién se pretendía tener2 fundamento al señorío con fábulas e ymaginaçiones que es justo que se entiendan. 626. Porque tratando yo desta materia con los viejos que fueron governadores del Inga, y en cuyo poder hallé la orden3 assí de su religión como govierno, vine a entender que al prinçipio que los ingas enpeçaron a conquistar, el título con que lo salieron a hazer fue una fábula que les dixeron sus viejos: 627. Que después del diluvio –del cual en toda la tierra hallo yo en- [f. 12v] tera notiçia– de una cueva que está seis leguas del Cuzco, que ellos llaman Pacaritanbo, salieron tres o cuatro honbres de donde se tornó a multiplicar el mundo. Y que por aver sido ellos los primeros de donde todos avían salido, les perteneçiesse el señorío. Y con este4, enpezaron a señorear hasta el tiempo del Inga Iupangi que llamaron ellos Pachacuti, que aun entonçes no poseían sino poca gente. 628. Y fue assí: Que como todos5 se defendían6, cada uno su tierra, acor1 2 3 4 5 6

= a no ser que la comunidad las diera. = dar. Es un añadido. Puede aludir a los quipos. título, fundamento. los de las otras naciones. = resistían a ser conquistados.

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daron de contraminar1 el título de los ingas. Y fundaron2 cada uno, que después del diluvio en cada provinçia avían salido personas que la avían tornado a poblar y de donde deçendía la gente della. Y en cada una señalaron lugar de donde avían salido. Y ansí como tuvieron notiçia que los ingas hazían sacrifiçios en aquella ventana o cueva de Pacaritanbo, así los hazía cada provinçia en el lugar donde dezían que avían salido, y quellos señalaron para esto, el qual es universal adoratorio suyo. Y en cada provinçia hallarán un lugar destos sacrificado por los indios hasta oy, espiçialmente por los viejos de aquella tierra. Y con esto anduvieron en las guerras, defendiéndose hasta el tienpo que digo. 629. Pero después que Pachacuti enpeçó la conquista, aviendo vencido los Changas a su padre, tomó otro título. Para entendimiento del qual se a de presuponer que, a lo que he entendido y todos los viejos afirman, en toda la tierra se hazía veneración al Sol de que3 tienen memoria. Pero ninguna otra gente tuvo tanta quenta –con presumir de religiossos– como los ingas, los quales fueron los más cargados de adoratorios y ydolos y orden en esto. La qual añadió en mucha más cantidad aquel Inga Iupangui, porque de todo lo más que yo hallo entre estos indios le dan a él por inventor. 630. Pero tornando al propósito, dado caso que en toda la tierra se hazía veneración al Sol, y los ingas más prinçipalmente, tubieron ellos otra estatua por sí a quien veneravan, que llamaron Viracocha. La cual assí mismo tenían ygual con la del Sol y tenían con ella serviçio y mugeres y [f. 13r] todo lo demás ygualmente. 631. Y al tienpo que el Inga Iupangi salió contra los Changas, dixo aver soñado4 que el Viracocha era Criador Universal, y que le avía dicho –que aviendo5 criado al Sol y a todo lo demás– que hera justo que se le hiziesse más veneración. Y que en testimonio que esto hera así fuesse con buen ánimo contra los Changas, que le hazía saber que los vencería. Porque él 1 2 3 4 5

= oponerse a su pretensión. = argumentaron, dieron por fundamento. = desde que. «sonado» (Res.-ms.). él.

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inbiaría gente del cielo que le ayudasen a ello. Finalmente, con esto animó su gente y vençió y subjectó aquélla y otras muchas provinçias y estatuyó ynumerables sacrifiçios. 632. Y dende entonçes se tubo entre ellos por título prinçipal, y con él señorearon todo el reyno y en todo plantaron sus idolatrías y pusieron gente que entendiesse en hazellas guardar. Y tomaron el ydolo de cada provinçia y le traxeron a la Cassa del Sol al Cuzco, a donde los tenían todos con serviçio de su misma tierra. 633. Y dende entonçes se llamó el Viracocha Pachayachachi, que quiere dezir Criador Universal de todo. Y yo hallé su estatua en el Cuzco en poder de su gente, la qual era de çiertas mantas muy gruessas, y hallé el cuerpo del Inga Yupangui enbalsamado, en gran veneración. Y los hilos y quenta de sus hazañas e fiestas e ydolatrías que estatuyó. Y la prinçipal era que avía dado este renonbre al Viracocha y que con él avía subjectado todo el reyno. 634. Al qual 1 el común tenía en mucha más veneración que a Guayna Capa, a lo que a mí me paresció, aunque no fue tan rico en joyas, aunque tuvo muchas. Y dicen los indios averse pagado dellas y de lo de Guayna Capa el rescate de Caxamalca, y no se hizo más averiguación por no inpedir el descubrimiento de los ydolos. 635. Y con esto queda respondido quanto al título. Y parescióme hazer relación desto porque ni ellos dan otro [título] ni yo le hallo en todas sus relaciones. 636. Desta fábula que estos quentan se entenderá la ocassión que tuvieron de llamar a los christianos Viracochas, en que tantas opiniones ay. Y es así: Que al tienpo que los capitanes de [A]tabalipa prendieron en el Cuzco a Guazcar Inga por engaños, después que lo llevaron, hizieron los ingas un [f. 13v] gran sacrifiçio al Viracocha para que le labrasse2 en quematorio gran suma de niños y carneros y ropa. Y como inmediatamente, quando se acabó3, vino nueva que los christianos avían prendido a Atabalipa, entendieron que fuesse gente que hubiesse enbiado el Viracocha por razón del sacrifiçio y 1 2 3

= Pachacutic Inca Yupanqui. Parece ser un lapsus por «abrase», de abrasar, lo que daría sentido a la oración. el sacrificio u ofrenda.

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llamáronlos viracochas. Y este nonbre baxó del Cuzco donde se introduxo. Porque en el canpo1 de [A]tabalipa, antes y después que le prendiessen, no los llamavan sino zungazapa, que quiere dezir barbudos. Y esta es verdadera historia y es bien que se sepa, aunque no haga al propóssito de lo que Su Magestad pregunta.

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Así mismo os informaréis si quando los españoles christianos entraron y conquistaron aquellas provinçias, si pusieron en los indios tributos de nuevo más de los antiguos que durante su infidelidad pagavan y de qué manera se sirvieron dellos y si fue tiniendo consideraçión a no les llevar otro tributo y serviçio, sino el mismo que pagavan a su señor universal, o si fue inpusiçión nueva que sobre los indios se echó, sobre razón de dar de comer a los españoles a quien encomendavan los pueblos.

637. *En este capítulo pregunta Su Magestad dos cossas, la primera si quando la conquista desta tierra, si los españoles siguieron la orden del Inga en el llevar de los tributos o si fueron inpusiçiones nuevas las que hizieron, que toda es una misma cossa lo que pretende averiguar. 638. Y para declaración de la respuesta y que se entienda, se an de presuponer quatro tienpos: • El primero, dende que los españoles entraron en la tierra y lo que duró la conquista general hasta que el marqués don Francisco Piçarro hizo las encomiendas. • El 2° hasta que la tierra se entendió bien y vino el Audiencia Real y estuvo asentada después de las guerras. • El 3° hasta que el presidente Gasca hizo el repartimiento y después la vissita y tassa. • El quarto después acá hasta oy. 639. Y aunque en cada tienpo destos ha avido más y menos, con estas distinctiones se entenderá lo que ha passado. Porque tractarlo todo –aunque se pudiera hazer y aún nonbrar los que en esto exçedieron, más unos que otros; [f. 14r] porque en ninguna cossa, quando no ay orden estatuyda, se puede hazer2 regla general– fuera muy largo, y por esta orden me paresçe que brevemente se entenderá lo que se pretende. 1 2

= bando. «ha-» (Res.-ms.) por rotura, completado por sentido.

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640. Quanto a lo primero, dende que el marqués entró en estos reynos, no se puede hazer quenta hasta la prisión de [A]tabalipa en Caxamalca. Porque hasta allí ni tuvieron guerra, ni pretendieron más de bastimentos para passar, porque dado casso que ranchearon algunas cossas, no fue la cantidad mucha. Pero después que prendieron a Atabalipa, todo lo que se pudo aver de oro y plata y el rescate que él dio, que fue en mucha cantidad, todo vino a montón y se partió, y Su Magestad llevó su parte. 641. Y éstas son las partes que llaman de Caxamalca, las quales, a lo que se entiende, no salió de los indios en particular sino del tesoro de los ingas y de las cosas de religión. Y desto hallé yo el rastro en el Cuzco en las averiguaciones que allí hize de los cuerpos y ydolos, y afirman todos los viejos averse llevado de allí mucha parte de aquello. 642. Y lo mismo fue en las partes de Xauxa, y después en las del Cuzco, y la misma orden se tuvo. Presupuesto que en aquella sazón los españoles no hizieron quenta ni tractaron de mas de buscar oro y plata. Porque ropa y ganados era innumerable la cantidad que se hallava sin que hiziessen caudal dello, mas de lo que hera neçessario para comer y vestir. Porque se hallavan en todas partes llenos los depóssitos y los dexavan. De los quales y de la mayor cantidad se aprovecharon los indios1. Porque como todo era del Inga y de guacas, cada uno alçó lo que pudo y lo llevó a su tierra y, a río buelto, se aprovecharon dello. 643. Y los españoles, en aviendo menester ganado, enbiavan por ello un capitán con gente y traya de lo primero que hallaba. Y lo mismo de todas las comidas, y partíalo la comunidad conforme a la neçessidad de cada uno. En lo cual y en el gasto dello, siendo guerra2, notorio es que avía de aver las desórdenes que ay en otras partes3 muy mayores, por ser la gente4 más bárbara y5 de menos defensa. Y que todo quanto [f. 14v] vieron los españoles 1 Estos indios que señala Polo fueron indios «soldados» aliados a F. Pizarro. Ellos «aprovecharon» y «lo llevaron a su tierra». El ejército pizarrista más que «español», era un ejército aliado, con una numerosa participación indígena, entre cañaris, chachapoyas, yungas, etc. que se suele hacer ignorar o minimizar. 2 «siendo guerra» insertado arriba. 3 o incluso. 4 española (?). 5 los indios.

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tuvieron por suyo, sin averiguar cuyo fuese. Ni aún se puede saber, si no es por esta generalidad que está presupuesta de estar todo en cabeça del Inga o de su religión destos indios: casas, ydolos y adoratorios. 644. Y así en estos tienpos todas1 (hasta el repartimiento2) las provinçias que estavan cerca del Camino Real padesçieron todo el daño. Porque las3 que estavan la tierra adentro, como los españoles eran pocos, no se osaron desmandar y no fue tanto el daño que se les hizo. Ni aún en aquel tiempo, cassi ninguno. Así que en toda esta era ni ay que tractar de orden, ni de otra consideraçión ninguna. 645. 2°. El segundo tienpo fue después que el marqués hizo encomiendas en los españoles, las quales fueron por notiçias que ni él sabía lo que dava ni nadie lo que resçebía, sino a tiento y a poco más o menos. Y así muchos que pensaron que se les dava poco, se hallaron con mucho, y al contrario. 646. Hechos estos repartimientos, si no fueron los indios que cayeron junto al Cuzco y a otras çiudades, pocos venían a servir ni se tenía quenta con tributo, sino cada uno pedía a su caçique lo que avía menester de comida y servicio, y él se lo traía. Y los que estavan más lexos yvan en persona con los soldados que les paresçían neçessarios para su seguridad y, llegados a su provinçia, pedían lo que podían sacar y bolvíanse. Y de lo que les davan, partían con los que yvan con ellos. 647. Y servían las encomiendas para que ninguno otro osase hazer esto sino fuesse el encomendero, pero no para que ubiese en mucho tienpo ninguna orden, quenta ni razón. Y tanpoco se puede dar regla en los malos tractamientos ni estorsiones que a los indios se hazían, porque esto era diferente conforme a la diligençia, codiçia que cada uno tenía y maña que se dava con sus indios, y no ay duda sino que sobresto mataron algunos4, y los indios a muchos de sus amos, y que ubo fuerças y estorsiones y malos tractamientos, lo qual duró algún tiempo por esta misma orden.

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«todos» (Res.-ms., Lam.) pero nos parece que claramente se refiere a las provincias. Los primeros repartimientos de encomiendas fueron dispuestos por F. Pizarro (aprox. 1534-1535). provincias. indios.

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648. Y en todo ello diera1 uno el repartimiento que agora renta quatro mill pesos2 por otros tantos en dineros. Y de algunos que rentaron después diez mill −y cassas y chácaras− lo dieron todo por quatro. 649. En esta misma hera, vino otro tienpo [f. 15r] y pasó en medio él Alçamiento3 de la Tierra. Y vinieron en conoscimiento de los repartimientos, y los yndios de sus amos, y a entender que podían exentarse de la jurisdiçión y dominio del Inga, y echar los gobernadores, y acudieron a servir a sus encomenderos. Y cada uno4 pedía a su caçique lo que le paresçía, y él5 regateaba lo que podía, pero finalmente se lo dava. 650. Y el repartimiento se hazía a la orden del Inga, y si pedían duzientos indios para hazer una cassa u otra cossa, los caçiques los davan por su orden. De manera que el amo pedía y la orden se guardava en el repartir. Finalmente, la tassa y medida era la voluntad del encomendero como todo el repartimiento pudiesse. 651. Y la diferencia que avía deste tienpo al del Inga era que los indios pedían6 lo que el repartimiento podía dar y trabajar, y los españoles a tiento. Pero finalmente, como en el tienpo del Inga, ninguno holgava: No se les hazía de mal quando les mandavan trabajar hasta esto7, sólo se fatigavan quando les pedían lo que no tenían. 652. 3° El tercero, después que vino el Audiencia Real que se enpeçó a tractar de orden y de castigar ecesos passados, que fue causa de tenplarse más los encomederos. Y aunque en este tienpo se alçó Gonçalo Pizarro y cessó todo8, con todo eso hubo más tenplança9 en todas partes. 653. Y así passó desta manera hasta que el presidente Gasca repartió10 después del castigo de Gonçalo Piçarro. Y aunque tuvo sienpre intento de 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10

= vendiera. al año. «alcamiento» (Res.-ms.). de los encomenderos. cacique. que se limite el tributo. Por otro lado los españoles «a tiento» iban averiguando lo más que podían sacar. = hasta que no tenían tiempo de holgar. el orden. = hubo más moderación comparado a los abusos anteriores. las encomiendas.

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tassar antes que repartiesse –y no ay duda sino que fuera mejor porque supiera lo que dava y cada uno lo que resçebía. Pero como la gente acabó la guerra y estava junta esperando el repartimiento– no paresçió posible detenella y esperar la visita para hazer la tassa, ni hazerla sin esta diligençia. Y así enbió por un tiento1 a todas las provinçias de la cantidad que podía rentar cada repartimiento. Y yo le enbié los de los Charcas. 654. Y como la tassa fue a tiento y sin verla, fue herrada. Y así fueron todas quantas resçibió. Y desta manera, al que pensava que dava diez, dio más, y a otros mucho menos, sin conparación de lo que fue su voluntad. 655. Pero prevínose en lo que toca a los yndios desta manera: Que se entendiesse que les avían de llevar [f. 15v] los tributos conforme a la tassa que después se hiziesse, con aperçibimiento que si fuesen más los que hubiessen llevado2, los bolverían o descostarían en lo por venir, y así lo puso en todas las zédulas. 656. Luego proveyó vissitadores a todas partes, que fue Vissita General, y conforme a ésta se hizieron las tassas, que fueron las primeras. Y por ellas se llevaron3 los tributos a los indios, y enpeçó la tierra a tener orden y a conosçer la gente el benefiçio que se les avía hecho. Y aunque al prinçipio se tubo por negoçio pessado, pero para los españoles en fin se llevó y hizo guardar. Y huvo visitas y castigos contra algunos [encomenderos] que exçedieron [en los cobros]. Y finalmente se asentó bien y los indios enpezaron a traer su ganado público y tractar libremente y çessaron las libertades4 pasadas. 657. El otro tienpo fue después de la tassa algún tiempo. Que a pedimiento de algunos indios que se agraviaron, se abaxó el tributo que se avía tassado, y visto por las provinçias todos ocurrieron5 a esto. Y como con muchos se hazía6, tornavan a esconder el hato y aún los indios y a mostrar cada uno la pobreza que tenía y dexarse prender por el tributo y a usar de todas las apariençias que ellos sabían. Y con esto andan desasosegados hasta oy. 1 2 3 4 5 6

= un aproximado. = cobrado. = se cobraron. = cuando los encomenderos cobraban a su libre voluntad. = concurrieron, acudieron. lo de bajarles los tributos.

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658. Y çierto aunque es bien que se entienda la «posibilidad» para desagraviallos, más daño resçiben con una novedad, acudiendo1 a su condición, que con la mitad de tributo que se les subiesse. Y en tratando de visitallos para entender lo que tienen y pueden, son tantas las diligençias que hazen para encubrillo, ques el daño irrecuperable. Y finalmente quando lo toman a pechos, como lo hazen, ni queda pueblo que no asuelen ni sementera que no arranquen con esta pretensión. Y finalmente de una visita quedan más destruidos que de diez años que diessen doblada tassa, y en estos términos están agora. 659. Resta de saber para cumplimiento de lo que Su Magestad manda en este capítulo, si las tassas fueron inpusiçiones nuevas que sobre los indios se echaron o conforme a lo que antes pagavan, ques lo principal. Pero es la materia del capítulo que se sigue, y allí me paresçe satisfacer a ello, por no dezillo dos vezes. 660. Y con esto queda respondido a lo demás, de lo qual [f. 16r] resulta una regla: Que antes de la tassa ninguna horden hubo en llevar de los tributos, y los exçessos no fueron generales, sino cada uno como con el amo con quien le juntaron. Y los indios cercanos2 rescibieron más trabajo que los otros. Y después de la tassa ha avido la orden que dura hasta oy de la manera que está dicho.

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Y tanbién os informaréis de la orden que se tuvo después en los que hizieron las tassaçiones de los tributos que avían de dar a los españoles encomenderos, cómo se hizo esto y si se tubo consideraçión a que fuesen conforme a lo que pagavan a su señor prinçipal, o entrando en quenta dello, o si fue cosa de nuevo y más de lo que así pagavan a sus señores.

661. *En este capítulo pregunta Su Magestad dos cosas en suma: La primera, la orden que se tuvo en hazer las tassaçiones. Lo segundo, si se tuvo consideraçión a que la tassa fuesse menos de lo que pagavan a sus señores, mandándoles en la tassa pagar cossa de nuevo. 662. Y en todo lo que por este capítulo se pretende saber, se podría escusar el trabajo estando presentes3 los mismos a quien las tassas fueron co1 2 3

= teniendo en cuenta. al camino real o a los asentamientos de españoles. Las personas que va a nombrar Polo residían en Lima.

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metidas y las hizieron y concluyeron, espicialmente tractando en materia de «consideración». Que si otro qualquier a de responder a de ser adivinando. 663. Y siendo el reverendisimo señor Arçobispo1 desta provinçia y el padre maestro fray Domingo de Sancto Tomás y el liçenciado Hernando de Santillán, oydor de la Audiencia Real, personas de tanta calidad y espiriençia, de creer es que en quanto el negocio lo sufriese y alcançasse la notiçia de las provinçias tassadas avría en todo la orden y «consideración» que conviniese al caso de que se tractava, y como en causa propia podrían mejor responder a este capítulo. 664. Y así dexando esto aparte de la «consideración», diré yo la orden que se tuvo y lo que pudimos entender todos. Y es: Que ante todas cossas el presidente Gasca mandó visitar todas las provinçias y repartimientos deste reyno, nombrando para ello personas de autoridad y de quien se tenía entendido que tenían conosçimiento de la tierra que se les encargava, que a de ser la prinçipal calidad que se a de buscar en la persona a quien se comete semejante negoçio, después2 de que sea christiano. 665. [f. 16v] Lo 2º, se les dio instrucçión de lo que avían de averiguar que fueron muchas cossas: el número, las haziendas, los tractos y grangerías, la calidad de la gente y de sus tierras y comarca y lo que davan de tributo y en qué, a la sazón que fueron vissitados. Y lo que ellos dezían que podrían dar y el paresçer de los vissitadores. 666. Para lo qual se les mandó que lo viessen por vista de ojos y se les encargó la conçiençia y se proveyó que fuesen despachados a ello –oyendo ante todas cossas la misa del Spiritu Sancto con mucha devoçión, para que los guiasse y encaminasse a que açertassen conforme a çierta instructión de Su Magestad que para ello avía. Todo lo qual pusieron por obra. Y se concluyó y se despacharon las vissitas3 y todas vinieron a esta ciudad4 y se entregaron a los comisarios5. Los quales por virtud dellas y por lo que se pudo alcançar 1 2 3 4 5

Jerónimo de Loayza. = además. Refiere a los documentos de las Visitas. de los Reyes, Lima. Los comisarios son los nombrados en §663.

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del paresçer de los visitadores se hizieron las tassas como por ellas paresçe1. 667. Luego que las vissitas se enpeçaron, como a los caçiques se dio a entender la causa porque se hazían, enpeçaron a usar (para efecto de encubrir los yndios) de los remedios que agora hazen para encubrir el número, escondiéndolos y asolando los pueblos. 668. Pero para quien entiende materia de indios, no ay cosa más fácil que, a pocos más o menos entender el número, andando por sus tierras y viendo las poblaciones aunque estén caydas, y considerando las sementeras y otras cossas que no se pueden encubrir. Y lo principal de todo, si an tractado aquellos indios y vístolos servir antes de la tassa a sus encomenderos. 669. Y así conforme a todo esto, enbiaron los vissitadores su paresçer. Espiçialmente que también en tienpo del marqués Piçarro se hizo la visita vieja, quando los indios no tenían tanta industria2 en esto. Aunque entonçes, como se vissitavan para reformar a los posehedores, sienpre procuravan los que vissitavan y los vissitadores, que fuesen menos, espiçialmente si eran del marqués o de sus hermanos, hijos o de capitanes o personas privadas. De manera que sienpre se entendía que mill yndios de vissita eran mill e quinientos de número. Pero juntas las unas vissitas con las otras y con la consideraçión del que tracta3 dello, [f. 17r] en quanto al número puede aver poco hierro. 670. Y con este presupuesto4 no es lo prinçipal que se deve considerar para la tassa. Porque muchos indios de una provinçia pueden dar menos que pocos de otra, y aún en una misma ay esta misma diferencia y aún otras muchas –porque çient indios de tierra estéril pueden dar más tributos que otros tantos de tierra fértil, y los dan con menos pessadumbre con estar todos en una misma provincia. 671. Porque la prinçipal consideraçión es la calidad de la gente y tractos y grangerías y costumbres en que están puestos y horden que tienen de bivir, en lo qual aunque sean proposiciones dificultossas de provar, son fáciles de creer para aquellos que los tractan y comunican. En lo qual se entiende bien 1 2 3 4

= se ve. = habilidad (en lo de esconder los indios). = conoce. respecto al número.

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la notiçia y abilidad que se requiere el vissitador, para que se pueda confiar de su paresçer y darse crédito a lo que dixere. 672. Y así se hizo la tassa, y en la calidad de las cossas se les mandó dar a los yndios de todo lo que tenían en sus tierras y podían grangear1 en sus comarcas. Y en la cantidad, lo que les paresçió que podrían conforme a sus fuerças y possibilidad que se entendió que tenían. En lo qual, siendo tales las personas, está claro que se tenía toda buena consideraçión para que fuesse sin vejaçión y molestia de los naturales. 673. Verdad es que en la calidad, en algunas cossas de poca inportancia, huvo hierro. Como en mandar dar aves o perdizes o magueyes o madera a gente que en su tierra no lo tenía. Pero esto es de poca inportançia y los mismos encomenderos lo dexaron y a otros se les a quitado. De manera que esto es de poca sustancia tractar dello. 674. Y en lo que toca a lo prinçipal: no sé yo si tuvieron consideraçión a lo que los indios davan al señor soberano, porque como esto era a su dispusiçión, y no era limitado ni tassado, ni se puede bien averiguar, podría ser que no se tractasse de la materia. Pero una cossa sabemos todos, que en los más repartimientos de lo que davan antes de la tassa primera a sus encomenderos, a lo que mandaron dar después, [f. 17v] fue la mitad menos y en otro las dos partes, y en otros tanbién no fue tanta la diferencia y en alguno o algunos, aunque pocos, fue lo mismo. 675. De manera que si los indios trabajaran para ssí −después de la Tassa− como antes, aunque no fuera más, cunplieran con sus tributos y quedaran ricos. Pero no fue assí, sino que con dar menos estuvieron más pobres. Y en todas las partes donde ay aparejo para ganar de comer (y las contractaçiones lo sufren) será lo mismo quanto más abaxaren las tassas. Como no2 se dé orden cómo, aunque el tributo sea menos, el trabajo sea el mismo o más, y que lo que sobrare sea suyo dellos. 676. Y en esto no ay duda ni es menester más provança, sino que, si vi-

1 2

= comerciar. = a no ser que.

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niere a estos términos1, para que se cria2 yo lo mostraré claro por exemplos y reievidencia3, de manera que la provança sea demostraçión. Y aún vistas las visitas y paresçer de los caçiques, los más dizen que podrán dar lo que les fue tassado y otros poco menos y otros más. Y aunque alguno diga otra cossa, no será mucha la diferençia. 677. Pero çiertamente si, acabada la tassa, se tractara de dalles a entender que la avían de cunplir y que en esto no avía remisión, ni bastava negoçio suyo, aunque se pensara hazer otra cossa. Y que dado aquello4 en lo demás ni se les avía de fazer molestia (aunque paresçiessen más ricos y tuviessen más hazienda y se les enpeçara a dar alguna industria, así de molinos como de telares, como de bueyes y rejas a donde la tierra lo sufriera, y otras cossas desta condiçión con que se desminuyera su trabajo y cresçiera su hazienda) el día de oy estuvieran tan ricos y holgados que creo fuera menester tornárselo a quitar para tornallos a trabajar, por el gran daño que de la oçiossidad resçiben. 678. Pero no fue acabada de poner la orden quando entendieron que paresçiendo pobres, se les quitaría el tributo, que hasta oy a sido su prinçipal pretensión. Y estas vissitas es el medio con que lo piensan conseguir. Y con entender todos el daño5 no falta quien les ayude. Y así podría ser que quando se entendiesse el remedio, ya no le tuviesen6 los indios. 679. Finalmente de las tassas que se hizieron después se an [f. 18r] abaxado las más, unas mucho y otras poco. Todo lo qual, pues por ellas paresçe no ay para qué hazer más larga historia, mas de çertificar que de la retassa a la tassa ay mucho, y de la tassa a lo que davan antes ay mucho más. Y de lo que davan antes a lo que davan en tienpo del Inga no tiene comparación. Y los indios están más pobres en este tienpo que en todos los otros, que es en el que an trabajado menos. 1 2 3 4 5 6

= en caso de ser necesario. = crea. = de forma muy evidente. = lo que está tasado. que les causan las visitas. Había letrados y curas que ayudaban en esto a los curacas. Es decir, puede ser que para entonces estén ya todos muertos.

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680. Y con esto y con lo que se podrá saber de los comisarios1 se entenderá lo que Su Magestad pretende saber deste sétimo capítulo de la instrucçión. La razón de lo dicho está clara: Porque quando muchos indios andavan en la contractaçión para pagar el tributo todos gozavan su parte, y quando el tributo es menos no salen a buscalle más de los que son menester. Y quanto más huelgan es peor para su salud, porque ocupan el tienpo en cossas que notablemente la dañan, y en esto no ay duda ninguna.



Yten os informaréis cómo se hizo esta tassa y si llamaron los pueblos para la hazer y qué consideraçión tubieron para la tassa, y si los pueblos dieron su consentimiento a la tassa y cómo juntavan los pueblos y qué orden tubieron en pedir el consentimiento y si fue forçosso o de libre voluntad o contra ella y har[e]is todas estas averiguaçiones.

681. *En este capítulo no ay qué responder más de remitirme a lo dicho en el pasado porque2 con los indios todas las diligençias dichas se hizieron en la Visita. Y las tassas se hizieron en esta çiudad, donde ni los pueblos se pudieron llamar, ni aunque entre los indios no se tracta en ningún negoçio con ellos. Dende el tienpo que el Inga los conquistó sólo tienen paresçer los caçiques, porque los demás no saben ni entienden en otra cossa dende aquellos tienpos, sino hazer lo que les mandan. Y en esto sólo saben lo que cabe a cada parçialidad para entender con quánto a de acudir cada uno de los que paresce que será bien que lo vayan a buscar donde lo ay. Que no es poco según en el término que los hallamos. 682. Y en lo que se tracta de la voluntad, si fue libre o no. No creo yo que ay indio que dé nada de su libre voluntad. Que aunque los más la muestran buena quando lo dan, pero en abaxándoles algo la tassa, no se provará que acudan con ello sin alguna storsión, y lo mismo sería si lo quitasen todo. Y en esto no hay duda ninguna, ni la terná quien tiene notiçia de indios. Y cierto, la tassa fue el mayor benefiçio que se les pudo hazer, porque fue prinçipio de orden, si luego se hiziera lo demás. [f. 18v]



- Ynformaros eis si antiguamente avía serviçios personales y de qué manera, para que en casso que antiguamente los hubiesse se entienda lo que justamente en su lugar podrían y

1 Puesto que el tema gira en torno a la Tasa de Gasca, los comisarios a los que alude deben seguir siendo el Arzobispo Loayza y sus otros dos acompañantes. cf. §687 2 = ya que.

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devrían pagar.

683. A lo que Su Magestad pregunta en este capítulo, se colige la respuesta de lo que se dixo en el prinçipio. Porque es muy averiguado, y en esto no se puede poner duda, que todo quanto los indios davan al señor soberano fueron serviçios personales, porque todo lo demás que avía, como tierras y ganado, los indios lo tenían por suyo. 684. Y dado casso que el tributo que se dava al Inga consistía en muchas cossas, todo resultaba del trabajo de las personas sin estar limitada la cantidad. Porque si se avía de ir por oro a donde lo avía, pedía el governador a la provinçia la cantidad de yndios que le paresçia y estos se sacavan y andavan el verano en las minas. Y persona con ellos que recogía el oro que hallavan, poco o mucho. Ellos no estavan obligados al quánto mas de al trabajo, ni aún sabían lo que se avía juntado, sin osar llevar ninguno una punta para sí. 685. Lo mismo era en la ropa. Que quando se avía de hazer, se pedía la cantidad de indios para texer que le parescía al governador, y lo que estos texían se llevava a los depóssitos, y se guardava. Y lo mismo en la comida. Que estavan sabidas las chácaras donde avían de benefiçiar las sementeras, y esto hazía toda la comunidad, que se cogiesse poco o mucho, no estavan obligados a cantidad. 686. De manera que en la orden destos naturales no se halla, ni yo lo he podido averiguar, que ninguna gente de la que subjectó el Inga estubiesse obligada a tributo tassado ni en particular contribuyese más de con su trabajo quando se lo mandavan conforme al repartimiento que se hazía. 687. Y entendido esto por los comisarios, en la tassa que se hizo de los tributos, (según alguno dellos comunicó conmigo en aquel tiempo, de que me acuerdo muy bien) primero consideraron el número de los indios y luego qué tantos sería justo que se ocupassen en el servicio del encomendero, y lo 3°, considerada la comarca y sacados de aquel número los que eran neçessarios para sementeras y otras cosas que les mandavan dar, los que restavan, qué tanto podrían adquirir en plata o en oro en las minas −conforme a la provinçia de que se tractava− con moderado trabajo. Y esto tassaron que fuesse el tributo.

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688. Y esto de la comarca1, para entender adónde se entendería que fuessen para mandar que diessen los indios oro o plata. Tanbién tubieron sus consideraciones si alcançavan a las minas con sus tractos y granjerías. De manera que en todo a lo que paresçió ubo buen término y consideraçión, y si después a paresçido que la tassa [f. 19r] no fue uniforme y que no ubo ygualdad respecto unas de otras, a lo menos no se dexó de mirar bien. Y por muy agraviados que fuesen algunos indios, no hubo ningunos que no resçibiessen notable benefiçio. 689. Porque acertar «al justo» ni es materia que lo sufre. Y si otras muchas vezes se hiziere, bien se acertará a quitar sienpre de lo tassado, pero que esto sea con orden. Y que esta2 se pueda dar al «justo» y como conviene, yo lo tengo por dificultosso. Y aún de hallar otra mejor de la que se dio al prinçipio. Solo espiçialmente3 que aun el hierro estubo en algunas vissitas y negligencia de los vissitadores. 690. Resta, que es lo principal, dar orden cómo, cunplido con la tassa, los indios no huelguen ni husen de los viçios a que están acostunbrados que tan noçivos son para su salud. Y que tengan la puliçia que conviene, buscando para esto los medios más convinientes y neçessarios y haziéndolo de espaçio como es neçessario quando se tracta de introduzir nuevas costunbres entre gente bárbara. 691. Y para tassar este tributo paresçe que sería justo no solamente trasçar la possibilidad considerando lo que trabajan, pero4 lo que cómodamente podrían trabajar. Quiero dezir que esta consideraçión –que Su Magestad manda que se tenga que les quede para sustentar sus personas y doctar sus hijas y curarse– no a de ser considerando su condición5 (porque si les quitassen todo el tributo tanpoco ternán más que agora) sino su posibilidad y abilidad si ellos quisiesen. Y que sean conpelidos a que lo hagan, pues para la sustentaçión de las ánimas y cuerpos les conviene. 1 = y lo de la comarca debe tenerse en cuenta para saber hasta dónde deberían ir los indios y de acuerdo a eso mandar... La comarca equivale a región geográfica en este caso. 2 nueva tasa. 3 = es de destacar. 4 = sino. 5 Su «condición» actual de pobreza.

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692. Y con esto queda respondido a lo que Su Magestad pregunta, y tractar con estos yndios si lo que dan es serviçio personal o no, es negoçio que no se entiende. Y por ventura si se mirasse bien en ello sería menester y convernía que algo de lo que quitaron, por llamallo desta manera, lo mandasen tener a los vecinos, por obligaçión y con pena, para grandes effectos buenos que dello resultarían, hecho con orden y quenta. Que se vea si será bien que los tributos se paguen de los frutos1 de la tierra y de las cosas que ay en la misma provinçia y no de otras y cómo se deven pagar las sementeras que ubieren de hazer.

[10º]

693. Este capítulo es muy inportante, y la materia dél muy neçessaria para entendimiento de lo que se deve proveer, y contiene dos cossas: La primera si será bien que los tributos se paguen de las cossas que ay en la misma provinçia solamente, y la 2a, cómo se an de pagar las sementeras. 694. Quanto a lo primero, en lo que toca a ganado, ropa y semillas y otras cossas, justo es que no lo den si en su misma tierra no lo hubiere. Pero en lo que toca a oro y plata, si ellos caen en comarca que o buscándolo en las minas o pudiéndolo aver con las [f. 19v] contractaçiones, digo que es bien obligallos a ello, aunque no lo hubieran de aver sus amos y se hubiera de echar en la mar. Quanto más que sin2 esto no se puede sustentar el reyno. Espiçialmente que entendiendo en buscar lo que se les manda, adquieren para sí. 695. Esto de minas, considerándolos como en otras partes, paresçe que es negoçio prejudiçial. Pero como acá se tracta, para los que an visto las de la provinçia de los Charcas, no se les hará dificultosso creer que no ay negoçio de menos prejuyçio. Porque es un mercado donde hallan lo que van a buscar y vienen ricos y muy mejor mantenidos que en su tierra y más sanos sin comparación. 696. Y en todas las minas de oro y plata desta tierra se a de entender que llevar los indios a ellas es algún prejuizio. Pero obligalles al tributo y que ellos lo vayan a buscar quando les cae en comarca para ello, es el menos 1 2

«tributos» (Res.-ms.). Es lapsus por «frutos» (HUA: 18). «si en» (Res.-ms.). Lapsus.

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daño que les pueden hazer y lo menos dificultosso y más sano y provecho para ellos que les pueden mandar. Y para esto queda respondido, porque satisfazer con razones –aunque para cada1 cossa las ay bastantes y claras– es negoçio largo para escripto, y mucho dello ha Vuestra Merced comunicado conmigo, y esto basta. 697. *La 2a cossa que Su Magestad pregunta es cómo se an de pagar las sementeras. Y en esto se a de mirar mucho porque en la tassa obligaron a los yndios de diferente manera. Y por no se entender bien la calidad de las tierras y tenples, en alguna manera está herrado. Porque en unas partes se las mandan dar de dos maneras, la una que sienbren, benefiçien y cojan çierta cantidad de hanegas de senbradura y anlliende2 desto, que den a sus amos çierta cantidad de comida. Y quando es en tierras de regadío y en valles donde corre poco riesgo, de todas maneras lo dan, y con un poco de cuydado lo pagan sin pessadunbre, porque la senbradura es benefiçio de comunidad, y para la comida tassada tanbién pueden hazer chácaras donde lo saquen y el riesgo es poco. 698. Pero ay muchas tierras en este reyno que en lo que toca a comida corren el mismo riesgo que en España o mucho mayor. O por falta de agua o por sobra de hielo o por demasiada agua o por no acertar con el tiempo. De manera que ordinariamente en çinco años faltan los tres y algunos son tan stériles que en los pueblos no se coge la quinta parte de lo que es menester –como acaesçe en toda la provinçia del Collao ques la más poblada deste reyno y en otras algunas. En las quales por estar obligados los indios a contribuir con çierta comida a su encomendero tassadamente acaesçe que de la chácara que la comunidad hizo no se cogió (que por la mayor parte si el caçique es bueno tiene este cuidado3). [f. 20r] Y en tal casso recógese de todo el pueblo, y acaesçe ser neçessario todo quanto cogieron o poco menos. Y ésta es mala orden y conviene proveher sobre ello. 699. Y si se quisiesse hazer regla que en los semejantes años se tuviesse quenta con la estirilidad en lo que toca al tributo, sería mayor el inconvi1 2 3

Añadido. = allende. cf. 618.

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Relación acerca del notable daño de no guardar a los indios sus fueros

niente, entendida la condiçión destos yndios, que nunca saldrían de las audiençias, que es lo que más les ha dañado y hechos haraganes. Porque si pensasen que mediante morir todos viniéndolo a negoçiar les han de quitar una hanega de mayz cada año, lo hazen, y en la confiança la dexan de senbrar. 700. Y en las provissiones y orden que a estos se les ha de poner, sienpre se ha de tener consideraçión a no dexalles puerta para hazellos negociadores ni pleitistas. Y es çierto que se les haze más provecho con quitalles la esperança que lo que se les manda tiene remedio, y1 con quitalles la mitad de lo que dan. Porque con lo primero les hazen ricos y con lo 2° pobres y haraganes y viçiossos. 701. Y así, salvo mejor juyzio, en lo que Su Magestad pregunta tocante a sementeras, sería mi paresçer que en las tierras de la condiçión sobredicha, donde se corre el riesgo que tengo significado, que son muchas, que2 estos indios no les obligasse la tassa a tributo de comida tassado. Sino que sabido quánto es justo que den, entender de quántas hanegas se coge aquello en años razonables y obligallos a que las sienbren, beneficien y cojan. 702. Y si el año fuere bueno, terná el encomendero su tributo, y si malo no estarán los yndios obligados a hazerle bueno con lo poco que cada uno cogió. Que verdaderamente sienten más tomalles un çelemín de papas de lo que cada uno hubo de su trabajo que acudir quinze días con la comunidad a qualquiera hazienda. 703. Y aún desto resulta otro provecho, que en todas las cossas a que acude la comunidad, no va el viejo ni vieja ni enfermo. Antes, según su costumbre, va la gente rezia y lo mejor adereçados que pueden, y házenlo en regozijo y con poco trabajo. Y si el tributo se ha de repartir, acaesce venir la carga sobre los más pobres. Y en los negoçios destos el mejor consejo es, por agora, arrimarnos a sus costunbres y en aquellas hazer que se les haga justiçia y no resçiban agravio, pues entender3 quáles son buenas o malas no es dificultosso para los que an querido mirar en ello. 704. Y porque dixe arriba que donde ay estos inconvinientes es la tierra 1 2 3

Debiera decir «que». a. «entener» (Res.-ms.), «en tener» (Lam.).

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más poblada y de más gente, y esto paresçe que inplica contradiçión aviendo la esterilidad tan hordinaria, es justo que se entienda una regla: Que en todas las tierras [f. 20v] estériles biven los yndios más sanos y más ricos y son para más y dan sus tributos con menos pessadumbre. 705. La razón desto sería dificultosso darla que satisfaziesse a quien no lo ha visto, pero ay una general. Y es que la misma tierra y su calidad les pone cuidado y quita los viçios, y a los otros ella misma los descuida y se los ha puesto1 después que les faltó quien tenía el cuidado que en la una y en la otra el trabajo fuesse continuo, que es mediante el qual todos se conservavan. Y ansí en la fértil a faltado la gente porque faltó el trabajo, y en la estéril está cassi en el mismo ser porque la neçessidad que no sufre descuido les a obligado a él. 706. Cómo y de dónde se mantienen estos yndios de tierra estéril quando ay neçessidad y la orden que tienen en proveerse, se dirá en otro capítulo, porque es muy buena y fácil para ellos y es negoçio que conviene saber al que ubiere de dar el asiento que se pretende en esta tierra. Que cierto donde ay tan diferentes cossas y que no se pueden guiar por regla general es neçessario tener notiçia de todo, y por falta desto se hierra las más vezes por información de personas que con Su Magestad y con sus consejos no tienen miedo de hablar a tiento.

11°

Capítulo. Tanbién se vea si antiguamente solían llevar los tributos fuera de sus mismos lugares y la orden que al presente tiene y la que se devría tener.

707. *En lo que Su Magestad pregunta en este capítulo ay gran notoriedad en toda la tierra, en lo qual no ay que poner duda, sino que de Quito se traían tributos al Cuzco y de Chile tanbién se traxeron algunos en tienpo del Inga. Porque allí2 se traya para el Inga y su gente de toda la tierra. Pero avía una orden: 708. Que de las tierras que estavan lexos se traya poco (y sólo en ello se pretendía el recognoscimiento y que la grandeza del Señor3 se entendiesse) si no era oro y ropa, porque desto era poco el pesso, y era ordinario el tributo 1 2 3

los vicios. = al Cuzco. = Inca.

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El Orden del Inca

de Chile traerse cada un año al Cuzco. Y dende Quito y las demás partes del camino se traya ropa. Y así los depóssitos del Cuzco eran en gran cantidad y lo mismo eran en las tierras que estavan lexos. 709. Y de las demás comarcas se traya la comida, quanto más cerca trayan más y quanto más lexos menos. Y la más trayan en su ganado. Y de unas partes acaesçía y aún era ordinario, (según afirman aquellos viejos que yo hallé que tuvieron cuidado del govierno en tiempo del Inga, que ay algunos bivos [f. 21r] en el Cuzco) que llevavan el ganado para traer la comida de otros [lugares donde no lo había]. Y así se repartía el trabajo. 710. Porque donde ay poca comida es en esta1 tierra ordinario aver mucho ganado y al contrario. Y aunque en algunas partes lo ay todo, esto es lo general. Porque el ganado de acá quiere tierra fría y estéril, que acá llaman punas. Y así es el menos prejudiçial que yo he visto, porque donde ello se cría no ay a qué hazer daño. 711. Pero en lo que dezimos de comida, aunque no se hubiesse de traer, nunca se dexava de senbrar. Y aunque los depósitos estubiessen llenos, se derramavan unos donde estavan podridos los bastimentos para tornallos a henchir de nuevo. 712. Porque, alliende de la provisión, era muy prinçipal intento que la gente no holgasse. Que dava causa a que después que los ingas estuvieron en paz, hazer traer de Quito al Cuzco piedra, que venían de provinçia en provinçia, para hazer cassas para sí o para el Sol en gran cantidad. Y del Cuzco llevalla a Quito para el mismo effecto, aunque ellos dan también otras razones porque2 se hazía. 713. Y de los Llanos llevar arena al Cuzco. Que no tengo yo duda sino que la Plaça de aquella çiudad más de dos codos en alto se hinchió de arena de los Llanos, a lo menos de muy lexos. Porque yo me aproveché della para çiertas puentes de cantería que allí se hizieron, y para la obra de la yglesia mayor. Y muy lexos del Cuzco no se halla aquella arena y los ingas afirman –aunque no ay quien tenga memoria de avella visto traer– que se traxo de los 1 2

«en esta» es enmendadura que reemplaza la palabra «menester». = por las que.

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Llanos. Y para sepulturas de mugeres del Inga que eran naturales de los Llanos, y para otras cosas la trayan en mucha cantidad que paresçe impossible. 714. Y así destas cossas hazían los ingas muchas de poco provecho y de exçessivo trabajo, en que trayan ocupadas las provinçias ordinariamente. Y en fin, el trabajo era causa de su conservación, porque todo lo hazían muy de espaçio y era continuo. Y teníase gran cuydado que anduviessen bien mantenidos de lo neçessario, conforme a su costumbre. 715. Y tenían los ingas tan gran cuenta con evitar lo que les hazía daño, como yo diré en lo último destos capítulos: que con aver los exçessos en los sacrifiçios y otros donde se consumía a tanta gente, avía ynumerable [población] como es notorio. 716. Assí que en esto no tiene duda lo que Su Magestad pregunta, sino que de todas las provinçias se traya la comida y tributos al Cuzco y a otros depóssitos que ay en los caminos quando convenía. 717. Y en lo demás que tracta [f. 21v] de saber cómo se haze agora, es assí: Que la tassa tanbién obliga a los indios a poner çierta comida en los pueblos donde residen los encomenderos. Y en unas partes lo traen a cuestas, y en otras les obligó a llevallo por razón del ganado, y en otras les mandó dar personas que entendiessen en cargar y descargar y que el encomendero pusiese el ganado, y en otras se mandó todo1; tiniendo consideraçión a la possibilidad y ganados y a lo que davan de todo, que2 fuesse tributo moderado. 718. Y si en la cantidad o en la calidad hubo algún hierro, en algunas partes se ha quitado y en otras los mismos años lo an dexado. Y es negoçio que aunque muchas vezes se hiciesse no se podría açertar bien si no fuesse por aquellos mismos que lo tractan. Y puesta ya la tassa en los términos en que está, quitándoles el poder de añadilla, en lo que toca a las comutaçiones y asiento podría ser que (si se quitasse esta sospecha –que siendo causa propia avían de estar apassionados los vezinos) que entre sí y sus caçiques, el mismo pueblo hiziesse el asiento, de suerte que los indios quedasen más descargados y los encomenderos no quedassen más pobres. 1 2

Que lo carguen y descarguen en su propio ganado. = para que.

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719. Pero este es negoçio dificultosso de hazelle creer y la materia mucho más de darse a entender por reglas, por ser neçesario ponellas differentes en cada repartimiento. Y así, para lo que toca a la pregunta de Su Magestad, basta dezir: Que unos con algún trabajo, y otros con más, y otros con ninguno por razón del ganado; los más repartimientos están obligados a llevallo fuera de sus tierras. Y no se podrían sustentar los pueblos1 de otra manera. Y que ésta no fue orden nueva, y que los comisarios ternían en ello toda consideraçión y traça. Y así ubo diferençia en el mandato en las provinçias y en cada una respecto un repartimiento de otros. Y con esto queda respondido a lo que Su Magestad pretende saber.

12o

Capítulo. Otrosí devréis mirar si convendrá que la tasaçión que se a de hazer de los dichos tributos sea por cabeças, pues comúnmente los labradores son yguales en haziendas, porque cada indio sepa lo que ha de pagar y el tributo crezca o mengüe según el tractamiento hiziere el encomendero a sus encomendados, porque tiniendo muchos indios en el lugar de su encomienda, terná muchos tributos, y si tubiere pocos indios terná pocos tributos, y por esta vía se escusarán las tassas que cada día se hazen, y por esta manera o por otra que allá os paresçiere, teniendo como aveis de tener la cossa presente, os informaréis de las personas que viéredes que en esto os podrán dar avisso.

720. [f. 22r] La materia deste capítulo es la más altercada de todas las que se contienen en la instructión y en que menos resoluçión se tiene hasta agora, porque tiene un fundamento piadosso que es la libertad de los indios. Y para sacallos de la subjection y servidunbre −en que afirman y se tiene por opinión− que los tienen sus caçiques, y para que por vías indirectas los encomenderos no les puedan llevar más tributos de los tassados. Y que contribuir por cabeças y saber cada uno lo que avía de pagar fuesse buen medio para que, cunplido con aquello que tubiesse de tassa, adquiriesse hazienda para sí y fuessen ricos y biviessen con más descanso y quietud. 721. Y que entendido el benefiçio que con esto resçibían más en nuestro poder que antiguamente en el de los señores debaxo de cuyo dominio estavan, admitiessen de mejor voluntad y ánimo nuestra sancta fee catholica, mediante el buen tractamiento que se les hiziesse. 722. A todo lo qual ayuda mucho ser ésta la orden común de España y la que don Antonio de Mendoça pusso en las provinçias de México univer1

= ciudades, villas y asientos de españoles.

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salmente, con la qual aquella tierra tiene buen orden y mediana policía, en quanto fue possible ponérsela en el tienpo que ha que fueron reducidos a nuestra religión christiana. 723. Porque quieren dezir que si la tassa no se haze desta manera, ningún fructo se les sigue a los indios de ser tassados. Porque si cumplido con lo que ella monta en comunidad para el encomendero, el indio queda obligado a trabajar para su cacique en particular sin quedalle tienpo para sí, no se consigue el effecto que Su Magestad pretendió de mandalla hazer. 724. Finalmente que los fundamentos para tener esta opinión, en suma son libertad de los yndios, serviçio de Dios y descanso de la conçiençia de Su Magestad. Y esto la haze fuerte y colorada1 y aparejada para engañar con ella dende lexos. Que cierto, a ninguno se la dirán que no le parezca conviniente, hasta llegar al pie de la obra. 725. Porque es averiguado que una de las razones porque esta tierra no ha tenido orden es por aver en ella muchas gentes que den traças y no uno2 que se anime a executar ninguna. Que don Antonio de Mendoça en México no le faltó esta plaga, pero él mismo era el executor de lo que se hazía, y con ser la tierra tan aparejada para ello, lo qual no es ésta, tardó diez y ocho años en poner allí la orden que agora tiene. La cual con ser tan buena, tubo a los prinçipios grandes contradictiones3 y si él no biviera diez y ocho años y tubiera el tessón que tubo en ello, no se conservara ni durara como dura hasta oy. 726. Que çierto quando tractó que los indios tubiessen jurisdiçión y juzgasen pleytos y tubiessen cabildos [tuvo que enfrentar] las mismas contradictiones de todo género de gentes, diziendo ser4 incapaces. Le hizo tomar a pechos el negoçio y trabajar tanto con su propia persona en enseñallos, que vino a salir con que ay indios que no les hazemos nosotros bentaja en hazer el [f. 22v] oficio, y él los tenía familiares5, muchos a quien encomendava una 1 2 3 4 5

= «Aplícase a lo que se funda en alguna apariencia de razón o de justicia» (DRAE). Tachado que no ninguna y añadido «no uno». = conflictos, oposición. los indios. = de toda confianza.

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residencia que no la hazía mejor un letrado. 727. Lo qual todo para que tubiese buen fin tubo neçessidad del trabajo personal suyo y de su propria autoridad, y tener los indios junctos y ser ellos aparejados para ello y bivir él tanto tienpo en que se pudiese concluir, y de ser tan curioso como todos sabemos que lo fue. 728. *En esta materia, para los que an tractado estos indios y entendido su propia condiçión y manera de bivir, pocas razones serían menester y presupuestas las que Vuestra Merced a tractado conmigo en diferentes pláticas –por las quales, a lo que yo he entendido, está resoluto que lo contenido en este capítulo no conviene– se podrían tractar algunas generales por donde viniéssemos en conoscimiento del fin que el negoçio ternía si le pusiéssemos por obra. 729. Y presupuesto1 que se tracta de la libertad de los naturales desta tierra, de donde afirman los que tienen esta opinión que se consiguirían los effectos de que tengo hecha relación, será la duda si esta libertad es conviniente a ellos mismos o no, o si para algún effecto sería buena en los términos que agora están. Y entendida la distancia de las tierras donde moran y su incapacidad, lo cual ante todas cossas se deve considerar, se podría tractar si es buena la libertad para qualquier república. Y si las nuestras propias, con toda nuestra codiçia e industria, (en lo qual no hemos menester maestro) si se sustentan mediante tenella, y esta sería larga disputa. 730. Y basta saber que con tener cada uno de nossotros el cuidado que vemos, de entender cada uno en su hazienda, todo el govierno de nuestra república es la subjection que está ordenada que tengamos los unos a los otros. Y el freno que con nuestra orden está puesto para que ninguno se desmande. El exemplo está claro en lo general: los hijos a los padres, las mugeres a los maridos, los siervos a sus amos, los frayles a los perlados y los clérigos al obispo. Finalmente no ay ninguno que no tiene su alguazil y a quien tenga temor y miedo. 731. Y si alguno se desmanda, tanta fuerça de leyes que tractan de su castigo, y tanto género de juezes que entienden en la execución dellas. Me1

Parece decir «prosupuesto», pero en ocasiones la «e» se cierra y parece «o».

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diante lo qual se sustentan las repúblicas y se an sustentado hasta oy, y es ordenaçión de Dios y órdenes hechas por los reyes mediante las necessidades que an mostrado los tiempos y la espiriençia y maliçia de los hombres. Pero vengamos a lo particular sin tractar el negoçio por exemplos, y hablemos en estos mismos indios de cuya consideraçión [f. 23r] tracta Su Magestad, en los quales se an de hazer los presupuestos siguientes: 732. Primeramente que ha trezientos años que biven en comunidad en todas las contribuçiones, sin tener en particular ninguno dellos cuydado de cossa propria, porque su propria chácara no hera en su mano dexalla de hazer. Porque la tierra –que a cada uno se señalava cada un año para su neçessidad– no tenía menos que pena de muerte si la dexava de benefiçiar. Y no le dexavan incurrir en la pena porque avía personas que entendían en vello y examinallo. 733. *El segundo, que mediante esta orden y el trabajo continuo que tenían en aquellos años, se conservaron hasta que los españoles entraron en el reyno en tanto número que era cossa maravillossa. Y que después, con ser el trabajo menos, se an disminuido en tanta cantidad en las tierras fértiles y que en las estériles están conservados, a donde la neçessidad les ha conpelido al trabajo, después que les faltó la orden y cuidado que no estubiessen holgazanes. Que ni ay otra razón ni se puede dar para ello. 734. *Lo terçero, que los tributos que los dichos indios dan en comunidad a sus encomenderos, dura la paga dellos por el cuidado de los caçiques a cuyo cargo está de hazellos buscar. Y en lo que ha cessado este cuydado, que es en el rremedio de cada uno1, con tener el tienpo sobrado, biven más pobres y neçessitados por averse dado tan desenfrenadamente a los viçios. Lo cual se entiende tanto de su poca consideración: Que si un indio coxe veinte hanegas de maiz y es comida bastante para un año, si le dexan dos meses en su cassa las2 consume sin ningún respecto. Y se entiende claro que si la subjection del caçique le quitassen, haría en los tributos lo mismo que haze en su propria hazienda y se acabaría sin ninguna duda. 1 2

Propondríamos: «que es el remedio que dan algunos» para lo que nos parece un lapsus. «los» (Res.-ms.).

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735. *Lo quarto. Que ay muy pocas tierras o ninguna en la sierra que los yndios puedan pasar sin yr a otras por lo neçessario. Y quando la comunidad enbía por la orden passada tráesse para todos, por pocos que vayan por ello, con el recaudo que se envía. Y si todos hubiessen de ir, cada uno por lo que ha menester, quedarían cada año los pueblos despoblados y no se podría tener cuydado en particular con cada uno. Y lo mismo se entiende en la paga de los tributos, porque aviendo de ser de tantas cosas, si cada uno fuese por un poco de cada [f. 23v] una como le cabe, con muy poco interéss todos andarían todo el año perdidos. Y repartiéndose por comunidad, por su orden enbía el pueblo los que son menester y los demás entienden cada uno en su hazienda. 736. Y en esto son tan delicados en el repartir el trabajo para que sea ygual, que se podría creer con dificultad, como lo saben los que lo an visto y examinado con curiossidad, como es justo que lo aya hecho el que ha de hablar en ello con Su Magestad para negoçio tan inportante. 737. *Lo quinto, que conforme al prinçipio del presupuesto passado es assí: Que el Inga tubo tan buena orden que1 cada provinçia dio medios para que tubiesse lo neçessario y cogiesse sustentaçión para pasar la vida. 738. Y así quando están poblados en tierra fría repartió tierras en la caliente –aunque fuese lexos– y hizo poner en ella indios de cada provinçia para que se enbiasen y benefiçiassen las simillas que se dan y cogen. Y ordenó que la comunidad enbiasse por ello en sus ganados. Sin la qual orden no se pueden cómodamente sustentar, ni cada uno por sí podría gozar del aprovechamiento ni intento. Porque se hizo como consta en todos los indios del camino de Omasuyo, que para este effecto tienen yndios en Calavaya, y en los de Urcosuyo, que los tienen en la costa y los de Cotabanba en Tayopaya2 y los de Pocona en la coca, y por la mayor parte todos los de la tierra. 739. Y a los que esta orden se les quebrantó, padesçen neçessidad y se sustentan con trabajo. Como a los Carangas, que les quitaron sus mitimaes, y por no entender la orden, se repartieron a Arequipa. Y con los de Chucuyto 1 2

a. «Tayapaya» (Lam.). Creemos que es err. por Ayopaya.

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se hizo lo mismo, hasta que el marqués de Cañete, por informaçión mía, se los volvió. 740. Y finalmente las mismas tierras no sufren que de su sustentaçión se tracte en particular, ni a la condiçión y descuido de los indios se podría confiar semejante negoçio. Sino que o se perderían o se yrían a bivir a tierras fértiles. Y la tierra que es lo prinçipal, la estéril, quedaría despoblada, de cuya conservaçión se a de tractar con gran diligençia. Y si mucho se pensare en ello, no se hallará1 mejor camino ni medio que el que está dado. 741. Porque tomando el origen de las más poblaçiones, hallo yo haberlas poblado el Inga y dado el medio como se sustentasen. Que por esto sólo se le devía lo que le davan. Y buenas leyes que para su conservaçión les pusso, si no fuera por los sacrifiçios y mucha gente que permitió que se consumiesse en esto y en los enterramientos, pero lo demás passa como está dicho. 742. [f. 24r] *Lo sesto, que todo el ganado y la lana y ropa que dello se saca se posee en comunidad hasta el día de oy, y así se paga el tributo y se saca dello. Lo qual si se repartiesse por cabeças, al común le faltaría de qué pagar. Y si se dividiesse con este intento, en un año no avría ninguno. Porque ni cada uno podría guardar lo que le cupiesse, ni tienen consideraçión para conservallo. Y entendido bien este presupuesto no sería menester otro ninguno para que no se tractasse deste artículo. 743. *Lo 7°, porque siendo esta orden tan antigua, dado casso que para quitalla bastaría qualquier mandato, pero para introduzir otra nueva –como sería si por cabeças se mandasse contribuir– sería menester tanto cuidado en cada repartimiento, que ni yo hallo aparejo en la tierra para ponelle, ni capacidad en los indios para resçibille, ni aún en nossotros los requisitos neçessarios para que podamos tener el cuidado que se requie[re] en ello. Y çiertamente, sería quitalles su orden, que entienden y en que están instructos, y no dalles otra ninguna. Mediante lo qual verníamos a caer en una confusión, que sería menester otro nuevo cuydado para tornallos a ordenar como antes estavan, y esto sería más dificultosso de lo que agora se puede ymaginar. 744. *Lo 8°, porque si todos los presupuestos faltaran como están di1

«hallara» (Lam.)

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chos, −que de cada uno dellos, entendido como es razón, resulta eficaçíssima causa para no tocar a la orden que estos naturales tienen− bastaría entender que todos los yndios que estavan fuera de la orden del Inga, que después se a procurado ponellos debaxo del dominio de Su Magestad y que sirvan y sean christianos, ni emos podido salir con ello ni aún enpeçádolo hasta que todos se an acabado entre sí mismos o poco menos1. Y a sido neçesario conquistallos muchas vezes, como los de Chili del río de Maule para adelante, y lo de los Bracamoros y los Llanos y otros. 745. Finalmente no ay ningunos de que se pueda hazer casso si no los hallamos diçiplinados ni industriados en la orden del Inga, ni nosotros los podemos poner en ella, ni tenemos aparejo ni industria para ello. Y çierto, siendo esto assí y aviéndolo visto por vista de ojos, no acabo de entender quien tracta de medios en lo que está tan bien ordenado. Pues si quisiéssemos mirar quán reprovadas están en buena filosophía las novedades y mudanças en las repúblicas, no solamente quando son buenas las que están introduzidas, pero quando son malas, se avrían de quitar [f. 24v] con gran tiento y poco a poco. 746. Algunos quieren dezir, entendidos los inconvinientes, que será bien que el quánto an de dar los indios se tasse por cabeças y la distribuçión se quede a la comunidad. De manera que si un repartimiento tiene mill yndios, sepamos quánto a de pagar, y aquel respecto paguen todos y se haga regla general de una vez. Y desto, a mi paresçer, no les durará la opinión más de quanto les preguntare la causa, porque della misma se entenderá que hablan sin spiriençia, a lo menos sin conoscimiento destos naturales. 747. Porque la tassa que será fácil para unos, será inposible para otros. No digo solamente en diferentes provinçias, questo es cossa clara, sino en una2 misma tierra y provinçia. Y en un mismo repartimiento, una parçialidad respecto de otra. Y la possibilidad de los yndios tanpoco se puede entender por el número haziéndolo regla general. Esta es materia vieja y por esso y porque es clara, sin dezir más razones ni hazer el proçesso tan grande, salvo mejor juyzio diré mi paresçer. 1 No está clara la alusión «acabarse entre sí mismos»: ¿entre los mismos españoles como acababa de ocurrir con la expedición de Lope de Aguirre? 2 Tachado «sola», que con «misma» era una caso de alternancia (o la una o la otra).

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748. *Una de las cosas que más a destruydo y acabado esta gente es la libertad, porque no se a de procurar que hagan lo que quisieren sino lo que les conviene querer para su conservaçión, como niños tiernos que no tienen prudençia para regirse. Y si su propia orden los conservava, y desto tenemos espiriençia, falta de entendimiento paresçería mudársela ni quererles dar otra mejor tan apriessa. Porque más fácil será buscar la orden para los yndios, pues están abituados a ella, que no hazer los yndios para la orden que no saben ni podrán entender, sin tener primero los requisitos y condiciones que nossotros tenemos para rescibilla. 749. Y la libertad sólo a de ser para quitalles la tiranía en que los hallamos y para que, cumplido con el tributo que devieren, lo que ganaren sea para ellos. De manera que an de trabajar todo lo que solían, comutando el trabajo que no fuesse justo, y pagar sólo lo que fuere razón, para que ellos bivan ricos y el tributo se pague sin pesadumbre. 750. Y para esto, no solamente no es bien mudalles la orden que les a quedado, sino buscar y averiguar lo que della se a perdido y tornalla a introduzir. Assí en la forma que tenían en el cuidado que avía sobrellos, como en la que estava dada para que no muriessen ni enfermasen [f. 25r] como quien conosçía su condiçión. Porque entendidas las leyes y prohibiçiones que tenían, que tocavan a su conservaçión conforme a las tierras en que bivían, es cossa maravillossa ver el cuydado que de la salud de cada uno se tenía. 751. Y lo que Su Magestad dize en el capítulo es assí, que casi todas las haziendas son yguales en la gente común. Pero por la orden que tracta1 no solamente no çessarían las tassas y vissitas, pero sería menester hazer muchas más. Porque una vez diría el caçique que se murieron diez, y otra que se murieron quinze, y otra que estuvieron enfermos. Y cada terçio sería menester un juez y cada repartimiento un corregidor. 752. Y según el poco cuydado destos, si al caçique se le quitasse la orden que tiene, no ay repartimiento que en término de un año no estuviesse perdido. Y si la orden que agora tienen de cassar los yndios a su tienpo y

1

de introducir.

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metellos en la contribuçión se perdiesse, como sería1 si el cuydado de hazello no fuesse de la misma comunidad... cada año sería menester hazer un padrón y la cobranza se vernía a hazer impossible. 753. De todo esto se entienden mejor las razones que se pueden dar, y la prinçipal y verdadera es aver tractado estos indios y conosçer su condiçión y ver que todos quantos hemos hallado fuera desta orden –assí en la Mar del Norte, como en la governaçión de Benalcáçar, y acá en el Pirú, ansí en Chili, como por estos montes–, no solamente no los emos podido meter en corral y dalles nuestra orden, pero aún se an acabado y se acaban con guerras y desventuras. 754. Assí que todas las vezes que sacáremos esta comunidad de poder del caçique, y a cada uno de poder de la comunidad, para que por su interéss procuren que acudan con el trabajo que le cabe para cunplir con la tassa y se meta en contribuçión –en siendo de hedad, lo qual todos negoçian y procuran por la orden que agora tienen– no hay duda ninguna, ni yo la tengo, sino que [en] muy poco tienpo se perderían. 755. Y que será bien que conservando la [orden] que tienen en lo que toca a la tassa, se les ponga la que se ha perdido, en lo que toca al trabajo y ordenanças que estavan hechas para su salud y conservaçión, y que lo que sobrare sea para ellos mismos. 756. Y porque algunos podrían tener duda de qué hedad entran en la contribuçión [f. 25v] o ssi trabajan antes o contribuyen con algo, se a de entender que quando el pueblo sale a hazer qualquier negoçio de comunidad, todos van allá y cada uno, aunque sea muchacho ayuda. Pero si se haze repartimiento2 no le señalan3 por persona hasta que le an dado muger y puesto braguero y chuco o llauto que es la insignia que tiene cada provinçia. 757. Pero bien es que se entienda que aunque muchas parçialidades vayan a hazer una cossa de comunidad, nunca la enpieçan sin ver y medir lo que cabe a cada una. Y entre los mismos de cada parçialidad tanbién hazen su división, que llaman suyos; y no ayudará el uno al otro aunque acabe pri1 2 3

= ocurriría. = repartición de personas para un determinado trabajo. = consideran.

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mero por ninguna cosa. Y fue buen mandamiento1 entrellos, porque son tan descuidados que cada uno se diera la menos priessa que pudiera por dexar el trabajo al conpañero. Y si van los muchachos no es porque la comunidad lo tiene ordenado, sino porque va cada uno a ayudar a su padre o madre. 758. Y ésta es la verdad y lo que yo tengo averiguado por vista de ojos muchas y diversas vezes que lo he querydo entender. Y oy en día quien quiera que mire en ello2 sin preguntallo. Porque ninguna cossa les preguntarán a estos yndios que no piensen ellos que importa no dezir la verdad. 759. Y en un repartimiento, sino son los prinçipales, no ay indio que sepa responder a cossa de lo que se les pregunta en materia de orden ni de otra cossa, a lo menos no lo quieren hazer. Sino que cunplido con su trabajo, no paresçe que dende que nasçió a mirado en otra cossa, que çierto es una de las cossas que más me espanta y más muestra su incapacidad. Y si ay alguna porfía entre las parçialidades o entre las provinçias, no verá a indio común hablar, aunque estén muchos presentes, sino sólo a los principales. 760. De manera que, por resoluçión digo que en todo quanto se hubiere de ordenar con estos indios, sería mi paresçer que allegándonos a su orden, en todo quanto pudiéssemos, se hiziesse de manera que ninguno rescibiesse agravio. Pero que sobre todo se an de tener medios como no huelguen y como sean ricos. 761. Y quanto a la salud ninguna orden se les puede dar mejor que la suya. Y los medios para lo demás son los que ellos tenían ordenado de veedores, assí como se tenía cuydado de lo que se hazía para el tributo [f. 26r] como de lo que cada uno avía de trabajar para sí. Y lo mismo conviene agora, hasta que ellos vayan entendiendo más lo que les conviene. 762. Y en las poblaçiones tanbién me paresçe que nos debemos allegar a su orden quanto a los lugares, pero es menester ponérsela mejor en las traças de los pueblos, y en algunas partes se podría juntar más y sería neçessario amojonalles los términos, que se haría con mucha façilidad. 763. Y que hubiesse libro para quitallos de pleytos, y assi mismo dividi1 2

«medio» (Lam.). lo podrá averiguar.

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lles las tierras que estavan puestas en cabeça del Inga y de su religión, para que cada uno entendiesse lo que era suyo. Porque en esto es el mayor agravio que resçiben, porque no osan senbrar en ellas sin liçençia del caçique, y ésta es gran subjection. Y sería el trabajo más bien enpleado de todos, aunque es menester prudençia y ingenio para hazello y conosçimiento de la condiçión destos. Y como empeçassen a conosçer proprios yría tomando más amor al trabajo y a la tierra. 764. Y en esto de la división se a de tener consideraçión de dexar sienpre tierras que sienbre la comunidad para el tributo, que para todo ay, y señalar las que an de quedar para el encomendero, que con la orden todo sobra y sin ella todo falta. Y con esto y con otras cossas desta calidad se enpeçaría a ordenar. [Capítulo 13º. Asimismo se ha de averiguar lo que los dichos indios han de dar y pagar de tributo en lugar de diezmo para el culto divino, clérigos y religiosos y beneficiados y curas parroquiales, edificación de iglesias y monasterios y ornamentos, teniendo consideración a los diezmos que al presente pagan los españoles y a las rentes y tributos que antiguamente en tiempo de su infidelidad solían tributar los dichos indios para los soles y santuarios y otras cualesquier haciendas y rentas que estuviesen aplicadas a los templos de los indios y al Sol, lo cual se podrá saber de indios viejos y por pinturas antiguas, y qué parte bastará para todo esto de los tributos que al presente pagan los encomenderos. Capítulo 14º Item, la parte que para esto se ha de situar y señalar no ha de ser por vía de diezmo como acá en Castilla, repartiendo un tanto cierto a todo un lugar. Porque yendo por vía de diezmos, en la cobranza de ellos serían vejados los naturales con vejaciones de ministros y excomuniones de los prelados y también recibirían los dichos naturales algún escándalo como ignorantes que son, diciendo que la ley de Cristo se les introducía por dineros e interés pues por razón de ella se les imponía ahora nuevos tributos. Y sabido y averiguado por vosotros lo que los dichos naturales deben dar para el servicio de Dios según que dicho es, se entenderá lo que les queda y lo que deben dar y pagar a los señores temporales.]1

765. *En estos dos capítulos pretende Su Magestad saber la orden que se podrá dar para que las yglesias, assí las mayores como las parrochias, tengan cómoda sustentación. Y en el segundo capítulo se pretende que la cantidad que para el efecto susodicho se señalare, no sea por vía de diezmos 1 Inserción tomada de (HUA: 18-19). Los capítulos (o preguntas) 13 y 14, y la fórmula de cierre incluida en la Instrucción del Rey son respondidos pero no fueron copiados en el manuscrito original (Res.-ms.).

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como en España, para evitar ciertos inconvinientes de que haze relación. De manera que, sumada1, la intinçión de Su Magestad es que las yglesias tengan cómoda sustentaçión y ayudarse para esto de los yndios y naturales destos reynos, de manera que ellos no resçiban escándalo. Y a lo que paresçe quiere dar a entender que, ante todas cossas, se saque lo que para el dicho efecto es necessario, como cossa más prinçipal del tributo que los yndios an de dar. Y que sobresto se tasse la possibilidad que tienen, y que con ello se acuda a los encomenderos, tiniendo consideraçión ante todas cossas a los diezmos que agora pagan los españoles, para que sobre esta cantidad se busque lo que falta para poner orden en el dicho negoçio. 766. [f. 26v] Paresçe que Su Magestad apunta en los capítulos desta instruction a dezir que aquello que estava diputado para la religión de los indios aplicado al Sol y a otras guacas y adoratorios, que esto mismo o la parte que paresçiesse neçessaria se aplicasse a nuestro verdadero Dios y a sus yglesias, para que dello tuviessen cómoda sustentaçión. En lo qual muchas vezes he visto yo hablar en esta tierra, assí a religiosos que lo an inquirido como a otras personas que presumen de curiossos y lo an deseado entender. 767. Y çierto yo tengo hecho sobrello tantas averiguaçiones quantas he podido, y tenido más aparejo que todos para ello, por lo que dixe en el capítulo primero desta instrucçión. Y sería menester mucho tienpo para dar atender la materia y cómo passava lo que toca a la religión de los indios y la orden que en su tienpo se tenía. Porque según paresçerá por la Carta que yo hize de los zeques y adoratorios de la çiudad del Cuzco, que se hallará en poder de muchos religiossos de aquel pueblo, avía2 en aquella çiudad, y legua y media a la redonda, quatrocientos y tantos lugares donde se hazían sacrifiçios y se gastava mucha suma de hazienda en ellos para diferentes effectos que los indios tienen imaginado que aprovechaban. 768. Y dado casso que la mayor parte de lo que allí se ofrescía se consumía con fuego, sustentávanse con lo demás aquéllos a cuyo cargo estavan los adoratorios, que eran mucha gente. Lo qual todo no tenía cantidad limitada, 1 2

= resumida. Hay una o dos palabras tachadas ilegibles.

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sino según cada uno quería y quando quería. Porque unos yvan a ofresçer para hazer buen viaje, otros por enfermedad de sus mugeres o hijos, o suyas, otros para tener hijos y otros para que no helasse. 769. Finalmente no es negoçio que podemos saber dónde está la renta ni quién la dava. Dado casso que avía muchas fiestas generales en que se repartían en todos aquellos adoratorios particulares sacrifiçios de las haziendas del Sol y del Inga. 770. Y la misma orden se tenía en los pueblos de cada provinçia, lo qual todo sería muy largo de contar y hazerse ya muy larga la escriptura. Pero lo que podría tener algún effecto es saber que muchos lugares ay en el reyno, y provinçias enteras, que estavan aplicadas al Sol, y todo el tributo que davan hera para sacrifiçios, las quales Su Magestad encomendó después a personas [f. 27r] en cuyo poder están al presente. 771. Pero en todas las provinçias avía ganados del Sol en gran cantidad, y del Inga y de algunas guacas particulares, y lo mismo avía tierras diputadas para este effecto y que se podrían hallar el día de oy por testificaciones de viejos y por otras razones que, entendidas las costunbres de estos indios, todo tiene su quenta. 772. Pero en lo del ganado, quando entraron los españoles y después mucho tienpo, todo se confundió lo uno con lo otro, y cada uno se hizo señor de lo que guardava y lo revolvió con lo suyo propio, y pagaron dello sus tributos. Y como a passado mucho tienpo, ha avido divisiones dello entre las parçialidades. Y çiertamente es assí verdad que si agora se quisiesse averiguar si ay alguno de lo que decindió de lo del Sol o de lo del Inga, alliende de hazerse con gran dificultad y ser cossa cassi inpossible, sería mayor escándalo entre estos indios que si los quisieran fazer esclavos. 773. Y [para] esto podríamos dar la provanca de algunas vezes que por vía de denunçiaçión an querido algunos pedir cantidad de ganado que se falla1 en los despoblados, y ay tantas rebueltas para hazer la averiguaçión y es tan inpossible fallarse la provança que es neçessaria, que a sido forçoso volvérselo. Y lo mismo acaesçerá todas las vezes que se tractare desta materia, 1

De ‘hallar’, lo mismo en la línea siguiente.

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y sin ningún fructo se avrá tomado mucho trabajo. Porque está en poder de y quintos posehedores y rebuelto con lo que antes tenían y mudado de unos lugares en otros. Assí que en esta materia yo sería de paresçer que en ninguna manera se tractasse. 774. Y en lo de las tierras, aunque pueda aver más averiguaçión, en toda la tierra fría no avía diputadas para esto, porque se sienbran de siete en siete años. Y quando se repartía1 para el pueblo y para los veçinos dél se señalava ansí mismo la parte del Inga y del Sol. Y en las tierras calientes estava señalada en algunas partes y en otras se señalava cada año, y tanbién el Sol tenía pastos y caçaderos. 775. Y es un laberintio tractar desta materia para averigualla, y después que se hubiesse hecho y entendido sería de poco fructo, porque las tierras que están junto a las çiudades todas se repartieron para la población2 dellas, y los que están en los repartimientos, aunque las quisiéssemos aplicar a las yglesias, son de poca importancia, mayormente que el Inga y el Sol, el origen que tienen de las chácaras y de lo demás que poseyan fue averlo señalado el Inga para el efecto al tienpo que lo conquistó. Porque es averiguado –como tengo dicho– que todo era de los mismos indios. De manera que [f. 27v] quanto a esto, yo tengo por tienpo perdido tractar dello para el efecto que Su Magestad pretende. 776. Ansí mismo en lo que Su Magestad dize3 que sería bien que el tributo que fuese menester se inpussiesse sobre los pueblos, y no por cabeças, ni por vía de diezmo, por las causas que allí pone, yo tengo por averiguado que sería negoçio más escandalosso entre los indios que otro ningún medio que se diesse. Y la razón es porque siendo christianos como nosotros, no avría cosa que más les encandalizasse al presente que ver que les mandavan pagar a ellos lo que no pagamos nossotros. Y assí me paresçe, salvo mejor juyzio, que lo que se devría hazer es lo siguiente: 777. Primeramente que en cada provinçia de indios se dividiessen entre los naturales todas las tierras que ay, de qualquier manera que fuessen, 1 2 3

las tierras. española. Tachado pretende.

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dexando parte señalada donde los yndios de comunidad senbrassen el tributo que paresçiesse que era bien que diessen de tassa a su encomendero, y otra parte para1 {en} que sembrase el encomendero como se acostumbra. Y que todos los pastos de toda la tierra fuessen comunes, assí entre yndios como lo son entre los españoles, por çédula del rey. Y que agora al prinçipio se mandasse que todos los caçiques e principales dezmassen, porque ya en las más partes lo hazen, y tenemos por espiriençia que no resçiben ninguna pessadumbre. La razón de lo qual es por ver que todos los christianos lo hazen –que es la causa que más a ellos les mueve para entender que no se les haze agravio. 778. Y aperçebir en todas partes y lugares que dentro de diez años ha de enpeçar a dezmar toda la demás gente, en el qual tienpo se podrán aver juntado los pueblos en quanto fuere possible y sufriere la calidad de la tierra, y cada uno terná conosçidas sus tierras y en algunas partes las ternán todas juntas, y sin dificultad lo pagarán y se podrá cobrar dellos. Espiçialmente que aviendo yglesias de fundamento y clérigos de assiento que tengan por propios los benefiçios, conosçidos los feligreses, es fácil la cobrança y no será dificultossa la paga de los diezmos. 779. Espiçialmente que por término de otros veinte años se podrá mandar que no aya descomuniones, y aún para sienpre, sino que los yndios sean creydos en lo que an de dar, porque en empeçando la orden no lo pagaremos mejor nossotros que ellos mismos, y ansí con el diezmo de cada provinçia, reservando lo que se suele sacar juntamente con lo que dan los encomenderos, todas las yglesias ternán cómoda sustentaçión. Y por este camino para lo que toca a las tassas, tanbién se podrá tener consideraçión a que los yndios pag[uen]2 [f. 28r] el diezmo en lo que toca a sus tributos, juntamente con las demás cargas que tienen. 780. Y cierto pues Su Magestad tracta de escándalo, se le puede çertificar que de ninguna cossa se escandalizarán menos que es que se guarde con ellos la misma orden que se guarda con los otros. Y tractar de dar otra [orden], en 1 2

Un caso de alternancia no corregido, «en» o «para» pero los dos no cuadran. Roto el original y deducido por sentido. «pagan» (Lam.- RAH).

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lo que toca a las yglesias, si se empeçare, se entenderá que ni se puede salir bien con ella sin mucho escándalo de los mismos naturales. Y que, alliende desto, ni se podrá poner orden çierta ni que se pueda cunplir, sino con tantos enbaraços que al fin se venga a dexar, de lo qual ningún testigo se podrá dar mejor que el tiempo y las razones sobredichas. 781. Y parésçeme a mí que donde primero se deve proveer es en la çiudad del Cuzco, en los Andes della, en la grangería de la coca, que es donde menos pessadumbre se resçibirá. Porque dado casso que algunos an salido a pagar diezmo de los yndios, en lo general no se paga, e allí son de diferentes personas y cada uno de su dueño, como dizen. Y lo que montará será mucho y podríase fazer de manera que lo que montasse este diezmo nuevo se hiziesse un cuerpo, y aquel dinero se gastasse en la doctrina de los mismos yndios y dello se pagasse los sacerdotes y lo neçessario para el culto divino, porque avría para todo. Y de lo que sobrasse, se diesse algo para ayuda de mantener los pobres en el ospital de los Andes, en el qual será buen govierno poner gran cuydado y reformalle. 782. Porque dado casso que la grangería de la coca es perniciossa, por ser general en el reyno todo, no sería buen govierno tractar de quitarla ni fazer en ella al presente mudança. Porque esta tierra de suyo se ayuda poco a las grangerías, y faltando ésta, quedaría oçiossa gran suma de gente demás de otras causas que ay para ello. Pero por aver tocado en esta materia, quiero dezir aquí mi paresçer. 783. *Lo primero que dado caso que no conviene que en ella aya mudança, convendría que se diesse orden y se buscassen medios como fuesse menos1, porque el valer cara es provechosso assí para los que la benefiçian como para todos los demás. Esta es una materia clara y, (aunque parezca, fuera de donde se entiende, que es dificultossa de probar2) en esta tierra, es muy notoria. Y Vuestra Merced lo tiene entendido assí, y por esso no doy razones para ello. Los medios que serían buenos es quanto a lo primero: La prohibiçión absoluta que no [f. 28v] se pudiesse fazer roça para ningún 1 = menos tierras sembradas con coca. 2 = es claro que mantener alto el precio de la coca es provechoso, aunque aparte de los que lo saben [por haberlo visto], para los demás sea difícil probárselo.

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género de cossa. 784. Lo segundo, que ninguno pudiesse senbrar malque, que es semilla de coca, por tienpo y espaçio de veinte años so graves penas; porque aunque está prohibido lo uno y lo otro, no se guarda. Y con esto y con executar la pena una vez y tener personas de confiança sienpre que administre allí la justiçia, sin memoria de tracto ni grangería en cossa de coca, brevemente quedaría remediado lo que se pretende. 785. *Lo otro, que atento que todos los yndios que allí van son estrangeros1 y la tierra muy caliente, húmida y dexativa y de diferente tenple de las suyas propias, que se diessen todos los medios posibles para que el daño fuese menos. 786. Lo primero, limitando algunas provinçias [de] donde no conviene que vayan, y que sin yr, con mediana diligençia y menos riesgo, pueden sacar el tributo de las minas de oro, y mandándosele pagar en oro ternán cuydado de labrallas. Esta es provissión inportantíssima para grandes efectos. 787. Lo segundo, tener sienpre cuydado que el camino vaya abierto y asegurado y no dexalle çerrar, de manera que puedan andar carneros en aquel tracto, y pues esto se faze y suele fazer a costa de las mismas haziendas, fáçilmente, con solo el cuydado, estará proveído sobreste artículo, y espicialmente en lo que toca a las puentes, porque en los ríos peligran gran suma de yndios quando se descuydan. 788. *Lo tercero es menester gran diligençia en que la comida que está proveída que se les dé no les falte, ni enpieçen a trabajar hasta que se les entriegue, y que si enfermaren sean luego2 llevados al ospital. Que con lo que está proveido del uno por çiento y con lo que arriba está dicho, en lo que toca al diezmo estará tan bien proveído que el daño sea sin conparaçión menos. Porque yo tengo desaminado el negoçio, y lo prinçipal de que mueren [f. 29r] es de faltalles el bastimento, que la tierra de yuso3 no es tan dañosa como la tienen figurada. 789. *Lo quarto, proveer que en cada chácara de coca aya buhiyo donde 1 2 3

= mitimaes, migrantes. = inmediatamente. = suyo.

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duerman los yndios alquilados, sin que sirvan de otra cossa, y hechas en él barbacoas para que duerman en alto, que una de las cossas que más les daña es venir mojados de la lavor y dormir en el suelo, por razón de la gran humidad de la tierra. 790. *Lo quinto, vissitar todas las chácaras particulares de los yndios, porque los caçiques se an dado a poner muchas y ésta es particular grangería suya. Y examinar cómo la benefiçian con sus yndios, porque en esto es en lo que hazen mayor estrago y no entra en la contribuçión del tributo. 791. *Lo sesto, tassar los camayos con los dueños de las chácaras y que se entienda en lo que an de trabajar limitadamente, sin que les quede la facultad libre como agora la tienen para suplir con ellos las faltas de los yndios alquilados quando la tienen. Porque aquella orden de camayos no conviene mudalla por agora, pero convendría dar traça1 los hijos de aquellos heredassen sus haziendas; ésta es una manera muy entendida y en que conviene poner remedio. Y quanto esto de camayos, se a de prohibir el tracto entrellos y sus amos o criados [de los amos] y el rrescate tan absolutamente que conviene hazerse castigo exemplar en los primeros que incurriessen en la pena. 792. *Lo sétimo, aunque por ordenança está prohibido que de Pirco e Paucartanbo al Cuzco no se trayga la coca en yndios, pues se puede traer en carneros, no se guarda. Y es bien hazer la ordenança clara, de manera que se guarde y cunpla. Y proveer que en lo que toca al tienpo que an de estar en los Andes, en ninguna manera se exçeda, porque en esto es gran daño el que se rresçibe. 793. *Lo octavo, hazer que se guarde una ordenança que el Marqués [de Cañete] hizo, que tracta que el dinero se dé a los mismos yndios, y en esto ningún remedio puede aver sino es proveyendo dos cossas: La primera, que no se puedan alquilar2 en los pueblos ni pueda yr español a sacarlos dellos so grandes penas. La segunda, que conçertado con los indios, que el dinero se les pague ante la justiçia de los mismos Andes, [f. 29v] no se consienta que entren a trabajar sin que lleven testimonio de cómo está hecha esta diligençia. 1 2

para que. = contratar.

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794. *Lo noveno, que se tenga gran cuydado de los galpones de los caminos que estén sienpre hechos en las dormidas que se proveyó quando yo allí estuve1, y prohibir que ninguna persona pueda meter en los tales buhíos cavallos ni carneros. 795. *Lo déçimo, que los yndios serranos que tienen tassa de coca, no sean conpelidos a hazer ofiçio de camayos –que es ençerrar y aparejar todo lo neçessario para los çestos y armar buhíos quando fuere neçessario, no enbargante que por algunas tassas esté mandado otra cossa– sino que los serranos sólo tengan obligaçión de coxer la coca y a corar las chácaras. 796. *Lo onzeno, que si alguna chácara de coca se vendiere, se entienda que los yanaconas y camayos que en ella hubiere goze[n] libremente cada uno de su chácara, lo qual espressamente se mande poner en las cartas de venta. 797. *Lo dozeno, que en las tassas que {no}2 se comutaren a plata en benefiçio de coca, que se traçe de manera que los caçiques provean los yndios neçessarios para la cantidad de coca que les manda beneficiar, porque por causa de enbiar menos, los que van trabaxan más y ocupan más tienpo. 798. *Lo trezeno, dar orden cómo se guarden algunas ordenanças de las que están hechas y mudar otras y ponellas todas juntas, de manera que aprovechen y se entiendan. Porque por causa de no entenderse bien, quando se hizieron, algunas están obscuras y en otras conviene ordenarse de otra manera. 799. *Yten atento que se an de pretender dos cosas: la una que la coca sea menos y la otra que se den todos los medios possibles para que los yndios sean bien tractados, que todo quanto se proveyere y hiziere vaya sienpre inclinado a estos fines, sin admitir ningún inconviniente que para ello se ponga. Porque, si [la coca] fuere menos, vale más y benefíçiasse con menos costa3. Y en lo que toca a los indios no es menester dar más razón de que la grangería es perniçiossa y de gran perjuyzio de los naturales. 800. Y la razón porque no se quita del todo es por ser el tracto universal, 1 Polo fue corregidor del Cuzco hasta mayo de 1561. 2 Entendemos que es lapsus. El «no» debe ser sustituido por «aun» para dar sentido a lo que sigue. Eran comunes las conmutaciones mediante acuerdos entre caciques y encomenderos. 3 = «El precio de una cosa» (COV).

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y no siendo otra, sienpre nos hemos de inclinar a que sea menos con todos los remedios que fuere possible. Y esto es de los Andes del Cuzco y aún de los de Chuquiago y Charcas, es la cossa de más inportançia del govierno desta tierra, y aún del interesse que en ella ay. Y conviene mucho hazer las ordenanças y entender en la execuçión dellas con mayor cuydado que en todo lo demás. Y por ser la tierra poca y estar junta en cada provinçia es muy fáçil como se quiera poner en ella cuydado, porque por falta deste peresçe gran suma de ánimas. 801. Y con esto tanbién queda respondido a un capítulo [f. 30r] de lo que Vuestra Merced mandó que tractássemos tocante a este negoçio de la coca. Espiçialmente que como cosa muy inportante se an de proveer otras cossas, que teniendo el negoçio presente y tractando dél se entenderán para los effectos que están propuestos1. 802. Y si paresçiere que en esto del diezmo se deviesse introduzir al prinçipio con un poco de más moderaçión, se podría mandar pagar la veintena. Aunque verdaderamente aviéndose de hazer y tractar de dar asiento en lo que toca a las yglesias, ninguna cossa avría, aviéndose de inponer algún tributo, de menos escándalo ni de más facilidad para los naturales que es mandalles contribuir de sus sementeras e ganados lo mismo que ellos ven que nosotros contribuimos de nuestra criança y labrança. 803. Y después de aver pensado en esto muchas vezes, entiendo que no ay medio tan fáçil como el que está dicho, ni de que menos pessadunbre resçiban. Y todos los inconvinientes que Su Magestad dize que resultarían de los diezmos, entiendo yo, y tengo por muy averiguado, que vernían si los yndios viessen que, para lo que toca a Dios, contribuyen diferentemente que nossotros. 804. Y no se a de tomar la regla en lo de acá tiniendo consideraçión a lo de Nueva España, porque en cassi toda la orden se herraría. Porque la gente es diferente, la tierra y grangerías y maneras de bivir no son las mismas, las poblaçiones y costumbres y maneras de contractar en que los indios están abituados, y aún su condiçión y abilidad va por otro camino muy diferente. 1

«prosupuestos» (Res.-ms.), «presupuestos» (Lam.).

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Y ansí se a de entender todo esto para hordenar lo que toca a estos naturales, porque sería curar todas las enfermedades con unas mismas mediçinas mayor hierro que dexallos como ellos se están. 805. Sólo sería yo de paresçer que por agora no se tractasse del diezmo del ganado de la tierra, en lo qual an de quedar reservados por muchas razones, espiçialmente la ocassión que ternían de ocultallo y escondello y no aprovecharse dello como sería razón1. Y sería dar ocassión que se la andubiessen buscando [los que quieren cobrar de los indios], y como ellos tienen lugares remotos y punas, hazérseles ya mucha pesadunbre [a los cobradores]. Y con el tienpo todo se viene a remediar, y él es el maestro de las coyunturas para los negoçios. [Todo lo cual trataréis y miraréis con el cuidado y diligencia que de vos confiamos y conviene a nuestro servicio y al buen efecto de los negocios.]2

806. *En este último capítulo sólo tracta Su Magestad de la diligençia que se a de poner para lo que conviene a su serviçio y al buen efecto de los negoçios. Pero siendo assí que todo lo preguntado en esta instructión es para fin y efecto de entender lo que es justo que a estos yndios se les lleve y lo que es bien que trabajen y la orden que se a de tener en lo uno y en lo otro y en la pedricaçión –que es justo que se les haga para enseñamiento de las cossas de nuestra santa fee cathólica– no paresçerá fuera de propóssito dezir algo de sus costunbres o ynvinçiones3 y leyes, assí4 en lo que toca a lo que estava proveído entrellos para su salud como para sustentallos en paz y justiçia. 807. Porque dado casso que la gente común era bárbara, los ingas tuvieron mucha puliçia. Aunque es verdad que todas sus leyes y fueros eran encaminados y endereçados para que los yndios estubiessen más subjectos y tubiessen menos lugar de revelarse ni pensar en otra cossa más de en servir y trabajar; juntamente con esto se tubo gran [f. 30v] cuidado en su salud, proveyendo sienpre lo neçessario para que no enfermasen. 1 = razonable. 2 Pasaje insertado, que hemos tomado de (HUA:19). Fórmula de cierre de la Instrucción del Rey. 3 «ybiçiones» (Res.-ms.), «provisiones» (Lam.). = «Inventar. Sacar alguna cosa de nuevo que no se haya visto antes ni tenga imitación de otra.» (COV) 4 = tanto.

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808. De manera que a lo que yo hallo, ningún trabajo se les dava que en la obra que hazían no se tubiesse quenta para que biviessen sanos y que los que hubiessen de ir a hazella, estuviessen avituados a la tierra donde se mandava hazer. Eçepto quando avía guerra, porque en tal casso, el hazella como les convenía se prefería a todo. Y ansí solamente quanto a este artículo diré algo en general, pues si fuere menester quando se tractare desta materia se podrá desmenuzar el negoçio, porque yo daré recaudo bastante dello y [de los] grandes sacrifiçios por lo que tocava a la salud del pueblo. 809. *Tuvieron estos yndios gran quenta que los de tierra fría no baxasen a caliente ni al contrario. 810. Yten tuvieron gran diligençia que la gente común no se enborrachasse, y estatuydos castigos para el que exçediesse y dispensado con cassos en que se podía hazer, assí como mortuorios, bodas y al tienpo que se labravan las chácaras del Inga o del Sol, en concluyéndosse cada obra destas y en todas las cossas a que acudía la comunidad junta. Pero no se consintía en este último casso sino bever en acabando de trabajar, pero no durava más. Y tanbién cada y quándo que el pueblo hazía sacrifiçio general, pero fuera desto no se enborrachava ninguno, ni era menester más castigo de la proybiçión que sobrello estava hecha. 811. Teníasse assí mismo gran vigilançia para que ninguna chicha se hiziesse de maíz nuevo, ni menos se comiesse en choclo antes de estar seco, ni se comiesse viros, que son las cañas del maíz quando están verdes, que es todo esto la cossa más perniçiossa y perjudiçial para estos indios de todas quantas husan, sobresto y sobre cada parte dello avía grandes penas y grandes guardas en cada pueblo. 812. Assí mismo en los tienpos cómodos se mandava hazer cada trabajo. Y la coca, como cossa perjudicial, avía poca y tenían sienpre para benefiçio della, gente abituada a ello que llamavan mitimaes, la qual buscavan de tierra calurossa y de valles calientes. 813. Y dondequiera que avía asientos para fructa, y los mandava el Inga benefiçiar, si estavan en la sierra traya gente de los Llanos para que residiesse allí. Y donde avía lagunas las poblava de gente pescadores y que tuviessen aquel officio en otras partes.

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814. Y si baxava gente de la sierra a la coca, gran cuydado que se detuviessen pocos días y grandes preparamentos en el camino para que hubiesse buhíos y comida y que no enfermasen. 815. Y mucha diligençia en que los pueblos estubiessen poblados en los lugares más sanos, aunque faltassen las cossas más neçessarias, y por esta causa van algunos lexos por el agua. Finalmente sólo esto se ha dicho para dar a entender el cuydado que se ponía en lo de la salud. 816. Tanbién tuvieron leyes para governarse, que serían largas de contar, pero no tenían pleyto çivil [f. 31r] porque tenían pocas cosas proprias y de aquéllas nunca se mudava el dominio. 817. No avía conpras ni ventas ni permutaçiones espiçialmente en bienes rayzes y si algunos pueblos litigavan con otros era sobre los pastos que estavan aplicados para el ganado del Inga o del Sol que cada uno tenía a su cargo. 818. Y en lo que toca a estos pleytos çeviles por la causa susodicha, entendidas las costunbres, es fáçil de dar orden para que no los tengan tanbién agora, como se entendiese en ello de una vez. 819. En los pleytos criminales tuvieron grandes leyes y tenían quatro delictos que se castigavan ásperamente: La blasfemia contra el que tenían por Dios o contra las guacas o contra el Inga, el hurto espiçialmente si era1 de cossa de religión o de cossa que tocasse al Inga y hera más calificado si alguno hurtava lo que no avía menester. Tanbién se castigava ásperamente el adulterio y el omiçidio. Y en cada cossa destas ay limitaçiones y cassos y en algunos hechas las leyes con harta razón, y en los castigos tanbién avía muchas diferençias. 820. Sólo una cosa tenían mala: Que no se castigavan uniformemente todos, porque en las más cossas se hazía diferencia de personas, pero baste que en este género de negoçios tenían su orden y quenta y juezes y castigos y todo lo demás con gente de poliçía. 821. Tanbién tuvieron horden en las subçesiones, ansí del que avía de ser Inga, señor prinçipal, como en todos los demás señoríos y herençias particulares, y quién avía de representar la persona de los padres en el ayllo y 1

«si era», añadido por rotura del original pero deducible del sentido. También (Lam.-RAH.).

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parçialidad y en qué avían de sucçeder los ingas por razón del señorío, y lo que avía de quedar para el cuerpo, ayllo e parçialidad del que moría. 822. Verdad es que en muchas partes hallo quebrantada la orden, pero ase de entender que ninguna cossa avía tan ordenada que no se quebrantasse por la voluntad del Inga, la qual mudava por diversos respectos. Y espiçialmente si algún caçique que tenía muchas mugeres y le llevava alguna en el Cuzco de su mano1, aunque tuviesse otros muchos hijos, el que nasçía de aquélla mandava que sucçediesse en el señorío. Y si algún caçique tenía muchos hijos y alguno dellos se criava con el Inga, que aquél avía de sucçeder después de la muerte del padre. Y tanbién mudava las causas por otra orden que tenían puesta. Pero digo que avía orden, porque comúnmente se guardava, eçepto por la razones sobredichas. 823. Ansí mismo tuvieron orden en los matrimonios y grados prohibidos y permitidos y subçedían en él las mugeres, los unos de los otros2 en diferentes maneras. Y tienen sus reglas y sus delictos y castigos en este caso. Lo qual todo tengo averiguado y hecho un tractado particular dello, inportantíssimo para la orden que a los naturales se deve tener en las dispensaçiones, porque en todas las bulas apostólicas se refieren los Sumos Pontífiçes a las costumbres de los indios; y es cierto que entr[e] açendientes y deçendientes por línea recta y en el primero grado de los transversales tuvieron prohibido el matrimonio, hasta que Guayna Capa se cassó con su propia hermana de padre y madre, pero no se falla3 que otro lo hiziese. 824. Tanbién tuvieron una muger prinçipal, aunque pudieron tener muchas, pero con aquella se hazía la solenidad del matrimonio y en él se hazían particulares çerimonias, lo qual tanbién ynportava mucho saber para entender quál se llamava muger ligítima, para que aquélla se le entriegue al marido después4 que son christianos, que por no avello averiguado se han hecho notables hierros. 1 Si alguna de esas mujeres del cacique le había sido entregada personalmente por el Inca en Cuzco. 2 Interpretación: «Para que proceda la selección de las mujeres con las cuales uno puede casarse se debe saber como asignarles (se suceden en él las mujeres) un grado permitido o prohibido, dichos grados, los unos de los otros, alternan en diferentes maneras.» 3 = halla. 4 = una vez.

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825. *En lo de la religión es innumerable la orden que se tenía en materia de sacrifiçios: tuvieron confesores y confesión bocal, pero tanbién en esto hubo eçeptaçión1 de personas, porque los ingas no heran obligados a confesarse a confesor ninguno, y dan por razón la priminençia y no ser justo sino que sólo Dios2 sepa [f. 31v] sus culpas, como gente que deçendía del Sol. 826. En los sacrifiçios era lo mismo, porque muchas fiestas estavan prohibidas a unos y permitidas a otros y se dispensava con ellos por algunas causas; y en esta materia sería muy larga3 historia tractar de las cossas en particular, si Vuestra Merced quisiere ver algunas hallará gran copia en un librillo que yo hize en que están compiladas las generales, que está en poder del señor arçobispo; y en lo uno y en lo otro quando fuere neçessario yo daré más claridad, sólo lo he apuntado aquí por paresçerme que conviene que Vuestra Merced tenga entendido que en todo avía orden y quenta. 827. Y con esto queda concluydo en lo que toca a la instructión de Su Magestad, en lo qual, si algunas dudas se offresçieren o algunas personas entendieren otra cossa...4 Yo [he] hecho mi diligençia y a lo que yo creo, el original donde se tracta de las materias5 y los viejos que entendían en el govierno, ninguno lo a sacado más de rayz. Sobre qualquiera cossa que se pusiere duda holgaré6 yo de tractalla para informarme mejor o para satisfaçer a quien por lo escripto no lo estuviere. Yo quisiera tener más tienpo y tener presentes mis borradores para satisfazer mejor a lo que Vuestra Merced me mandó. Vuestra Merced resçiba mi voluntad y supla las faltas que en ninguna 1 = exceptuación. «aceptación» (Lam.) 2 Debiera decir «el Sol». 3 Tachado cossa. 4 Esta oración queda inconlusa pero la idea es retomada en la oración subsiguiente. 5 Considero que este «original» al que Polo se refiere no debe ser otro que los quipus «originales» que trataban de lo estatuido por los incas, especialmente los de Pachacuti Inca Yupanqui, como refiere cuando menciona «los hilos y quenta de sus hazañas» §633. Esta oración insertada puede aclararse así: «Yo he hecho mi diligencia, y lo que yo creo, en cuanto a haber consultado tanto el original donde se trata de estas materias como con con los viejos gobernadores o tocricos que tuvieron a su cargo el gobierno, es que ninguno lo ha averiguado más de raíz que lo que yo he hecho». Las dos fuentes principales de Polo son pues los quipus y el testimonio de los viejos incas, esas mismas fuentes fueron mencionadas al inicio de Respuestas y sobre ellas volverá a insistir en la introducción de la Relación. 6 = me dará mucho gusto.

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cossa hecha de priessa las puede1 dexar de aver. En Lima, a 12 de dizienbre de 1561 años. [f. 55r] Papel muy sustancial de cosas del Pirú.

1

Completado según (Lam.- RAH).

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índicE anaLítico y gLosario

abrEviaturas dEL índicE anaLítico y gLosario § §Tra. §Rel.

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a. ant. AUT BER cf. COV dep. dis. DRAE DST err. GH pág. prov. q. v.

Remite al número de párrafo del texto de Polo Indica que la referencia solo está en Tratado. Indica que la referencia sólo está en Relación. Señalamos las variantes de escritura o erratas del documento Entre barras van palabras quechuas en escritura moderna, normalizadas para el quechua sureño. Marcamos aspiraciones y glotalizaciones solo en casos que exista otra palabra que se escribiría igual, ejemplo: /wak’a/ ‘guaca’ y /waka/ ‘vaca’. palabra aymara antiguo, antiguamente Diccionario de Autoridades. P. Ludovico Bertonio, 1984[1612]. confróntese Covarrubias, 1998 [1611]. departamento distrito Diccionario de la Real Academia. Domingo de Santo Tomás, 1951[1560]. errata. González Holguín, 1952 [1608]. remite a la página indicada provincia palabra quechua véase

A Abancay . Hoy capital de la región Apurímac, Perú. Lugar donde se situó un puente de cal y canto. §277 abasca . q. /awasqa/ ‘tejido’. Refiere a la ‘ropa basta’ o ‘común’ que se entregaba de tributo, en oposición a la ropa fina o ‘de cumbi’. §53, 173 acarretos. ant. Acarreos, transporte de ganados. §65, 329, 401, 437, 494 Achacachi. Cabecera importante del Collao, en el lado Omasuyo, actualmente en la prov. Omasuyos, dep. de La Paz, Bolivia. En Achacachi había 2,000 «indios casados» que pagaban 7,000 pesos anuales. Para pagarlos enviaban a 70 u 80 indios a Porco. Por tanto cada uno de los que iba a Porco pagaba cerca de 100 pesos anuales. El autor emplea este dato, a manera de lo que él llama ‘presupuesto’, varias veces en sus argumentaciones. Polo la llama ‘provincia de Achacachi’, siendo que eran dos guarangas, las cuales agrupadas con las otras de Omasuyos formaron el corregimiento colonial de Omasuyos, el mismo que en tiempos del Inca habría sido un hunu. §371-2 acllaguasi . q. /aklla/ ‘escogida’ y /wasi/ ‘casa’, ‘casa de escogidas’. Hoy se escribe ‘acllahuasi’. §157 acllas. q. /aclla/ ‘escoger’. Escogidas. Niñas seleccionadas para entrar al acllahuasi. §566 açua. q. (variante q. del Centro) /aswa/ ‘vino, chicha’. Polo no usa el término quechua del Sur: /aqa/. §283 acudir. Se usa con varias acepciones: ‘ir o asistir con frecuencia’; ‘corresponder, pagar u obsequiar’; ‘atender’; ‘replicar o contestar; objetar’ (DRAE). advertir. ant. ‘considerar, pensar’. §63 agora ant. ‘ora, o bien, bien sea, tal vez’; acepción antigua de este término. Polo usa también esta acepción en escritos muy anteriores (2003: 213). En la versión Tratado, así como en algunos casos de la versión Relación mantenemos la escritura antigua (cuando no equivale a ‘ahora’). §98 a la hora que. §110. agravio. Polo la utiliza principalmente en dos acepciones: «La sin razón que se hace a alguno y sin justicia (...) que vale agraviar y molestar» (COV). La otra acepción se relaciona a la cantidad de tributos: «quando a uno se le reparte más carga o obligación de la que es justicia» (COV). De ahí que ‘sin agravio’ se pueda interpretar como ‘cargar con la cantidad justa de tributos que le corresponden, ni más ni menos’. Alçamiento de la Tierra. Encabezado por Manco Inca, cuyo episodio más destacado es el Sitio del Cuzco en 1536. Según se desprende de lo que Polo narra es recién entonces cuando los indios y sus caciques empezaron a darse cuenta de que ya no gobiernan los incas. §649 allende. ant. ‘además’. alpargates. ant. por ‘alpargatas’. Calzado de los españoles que era elaborado por los indios, y

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por tanto artículo frecuente en las tasas tributarias. Había oficiales de su producción que fueron probablemente los mismos que antes se encargaron de hacer las ojotas para los incas. §617 alquilar. ant. ‘contratar o subcontratar personas’. amo. ant. Encomendero. §78, 368, 468, 469. anancuzco. v. HANANCUZCO. anansaya. v. HANANSAYA. Andahuaylas . Capital de la prov. del mismo nombre la cual juntamente a Chincheros constituía el núcleo de la nación Chanca, actualmente prov. del mismo nombre en la región Apurímac, Perú. §3, 185, 202 Andes. del q. /anti/ y de /antisuyo/ que por extensión designa a la zona selvática geográficamente, lo hemos puesto en mayúscula. Hoy llamada ‘ceja de selva’ o selva alta. Idónea para el sembrío de coca, desde el tiempo inca. §36, 781, 793, 800 Andesuyo. §325 Angostura. Sitio donde se estrecha el río Huatanay aguas abajo de San Jerónimo, Cuzco; marca el extremo sur del Valle del Cuzco. §226 puente de cal y canto §277 apacheta . q. ‘cumbre, abra’. §21, 248 Apo Alaya, don Cristóbal. Cacique principal de la parcialidad Hananhuanca, Jauja (a su vez constituye un hunu). Aparece como uno de los declarantes en la presentación de los quipus huancas en Lima junto a Sulichaque (Atun Jauja) y Guacrapaucar (Lurinhuanca). Los tres caciques principales de Jauja fueron también dibujados por Guaman Poma. §266 apopanaca. q. /apupanaka/ de /apu/ ‘autoridad máxima’ y /panaka/ sinónimo de ‘ayllu’ restringido a los linajes incas. El gobernador de un acllahuasi. §158 Apurima, puente. Puente de soga que no pudo hacerse de cal y canto por lo que Polo indica. El nombre del famoso puente y la guaca asociada a ese lugar (Apu = Gran Guaca, Rimac = Hablador o Adivinador) puede traducirse como el ‘Gran Guaca Adivino’. §280 arañas. Utilizadas para mirar suertes. §244 Arapa. Distrito de la prov. de Azángaro, región Puno. §26 Arequipa . Hoy capital de la región del mismo nombre, Perú. §45, 114, 278, 739 arzobispo Loayza. v. LOAYZA. Atabalipa . ant. por Atahualpa o Atahuallpa /Atawallpa/. GH lo traduce como ‘venturoso en guerra’. §265, 636, 640 atento. ant. ‘teniendo en cuenta que’. atunluna. q. Literalmente se entiende /atun/ ‘grande’ y /luna/ ‘gente’; ‘hombre adulto’. Indio tributario, término que solía ser usado por los españoles con connotación despectiva. Parece palabra que se formó a partir de la variedad de quechua huanca. Diversas

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fuentes de Huánuco, Jauja y Guaman Poma coinciden en que el término quechua era aucacamayoc. §456 aucacamayoc. q. /awqakamayuq/. Literalmente es ‘dedicado a la guerra’. Polo no usa el término quechua pero sí el término castellano que habitualmente se emplea para traducirlo: ‘hombres casados’. Hoy en día la traducción que nos parece más apropiada es ‘hombres aptos para cualquier servicio al Inca’. La guerra fue el principal servicio. Aullagas. Etnia o nación aymara de Charcas, generalmente asociada a los Quillacas con quienes debía formar una provincia; hoy en día al sur del lago Poopo, dep. de Oruro, Bolivia. §45 auto. «Escritura o documento» (DRAE). §469 Avancay. v. ABANCAY. avasca. v. ABASCA. ayllo. q. y a. /ayllu/. Polo lo empareja con ‘parcialidad’. Tiene muchas acepciones y diversos grados según sean menores o mayores, citamos solo dos: ‘parcialidad o comunidad que es parte de una entidad mayor’ y ‘familia extensa, grupo de descendencia’. Siendo que las comunidades antiguas solían estar ligadas por parentesco las dos acepciones en muchos casos debieron ser una sola. sucesiones o herencias §89, 821 Describe las divisiones de los tributos que hacen las provincias (guarangas) ‘por ayllos’ lo que se relaciona al término aymara derivado de suyu: /suuchthapitha/: «Juntar todo el pueblo así, dividiéndole por ayllos» (BER). En el contexto que muestra Polo el equivalente decimal aproximado de los ‘ayllos’ son las ‘pachacas’. §128, 301, 348, 372, 420, 434, 483, 596 Aymaraes. Prov. y hunu incaico. Actualmente abarcaría aproximadamente las prov. de Aymaraes y Antabamba en la región Apurímac, Perú. Antiguamente fue de habla aymara. §40 Ayopaya. Aunque en el manuscrito aparece como ‘Tayopaya’ o ‘Tayapaya’ creemos que es errata y refiere a la prov. Ayopaya, dep. Cochabamba, Bolivia. §738

B batientes. «Parte del cerco de las puertas, ventanas y otras cosas semejantes, en que se detienen y baten cuando se cierran.» (DRAE). §228 behetrías. ant. Designaba las sociedades que carecían de organización centralizada y se acaudillaban solamente en tiempos de guerra. §7, 527, 571 Benalcázar, Sebastián de. Gobernador de Popayán (Colombia), en la parte más norteña del dominio inca, donde está la llamada provincia de Pasto, hasta ahí llegaron los chasquis. §208, 753 beneficiar. ant. Cultivar, trabajar. «Vale también cultivar, procurar el beneficio y adelantamien-

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to de alguna cosa para que fructifique y reditúe en beneficio del dueño: como beneficiar los campos, las haciendas etc.» (AUT). Por ejemplo en §26. Birviesca de Muñatones, licenciado. La autoridad a la que Polo dirige su Informe con las Respuestas a la Instrucción del rey. pág. 85. Bracamoros. Extensa área que incluye la zona de selva alta de las regiones actuales de Cajamarca y Amazonas en el Perú y de las prov. de Zamora-Chinchipe y Santiago-Morona en el Ecuador, las que corresponden al territorio histórico de las naciones jíbaro cuyos descendientes awajun, wampis, shuar, achuar, shiwar son en conjunto la nación (o el grupo de naciones) indígena más numerosa de la Amazonía al presente (más de cien mil habitantes). Los Bracamoros también hablaban lenguas de la familia jíbaro. §178, Tra. §208, 744 braguero. Calzón, pañete; en quechua huara, su entrega al joven marca su paso a la adultez. La ceremonia referida por Polo se llamó huarachicuy. §92, 756 Brasil. ant. También usado para designar a poblaciones indígenas de la Amazonía. §187 Buhío . Choza. §569, 789, 794, 795

C Cachimayo, puente de. Asociado al puente de Pilcomayo, de manera que hemos podido corregir la mención de Relación (donde se escribe “Chachimayo”) ya que también son mencionados en otros documentos. Fue puente de cal y canto ubicado en el camino a Potosí, Charcas. §278 cacique. Del taíno, en quechua /kuraka/. cacique principal. Al decir ‘principal’ Polo hace alusión a los caciques de hunus o de varias guarangas. El primer caso es claro en Apo Alaya (§266) que era cacique de una parcialidad con 12,000 aucacamayoc (Jiménez de la Espada 1965: 166), para el segundo caso tenemos las dos guarangas de Achacachi (§372) también las cuatro guarangas de Paria §449 otros casos no definidos son §171, 474 los llama ‘señores’ §262 Calavaya. Provincia inca que correspondería a las prov. de Carabaya y Sandia (región Puno, Perú) y parte de la prov. Franz Tamayo (dep. de La Paz, Bolivia); confinaba con todo el área llamada Omasuyo. Según Polo, proveía de oro al Inca. §202, 738 camayo (1). q. Originalmente del sufijo quechua /-kamayuq/: ‘especialista’ ‘experto’ ‘dedicado en exclusividad a algún trabajo’, convertido en sustantivo en el castellano colonial. En este caso se refiere al que tenía a cargo cuidado del ganado que incluye tener los quipus o memorias correspondientes. §559 camayo (2). Especialistas en el cultivo de coca. Los camayos son indígenas que tienen la responsabilidad de encestar la coca para el dueño (amo español). «(…) los dichos camayos

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tienen algunas chacarillas junto a las de sus amos, de que se sustentan, de las cuales algunas están plantadas de manos de sus amos, que las habían dejado otros camayos que se murieron y ausentaron y otros las plantaron y criaron en tierras que no eran de sus amos. Y que siendo así los dichos camayos no han ganado por su trabajo otro sueldo mas del aprovechamiento que tienen de las dichas chacarillas. Si algún camayo se ausenta y no quiere permanecer en aquella manera de trabajo, le quita el dueño la chácara, y si se muere también se la quita a la mujer (…)» Toledo (1989b:183) Nuevas Ordenanzas de la Coca, Arequipa. §36, 791,795-6 Camino Real. Camino del Inca o Qhapaq Ñan. §236, 280, 289, 644 Canas y Canchis. . Etnias o naciones aliadas de los incas. Actualmente siguen ubicadas en su territorio histórico: prov. de Canas y Espinar (Canas) y prov. de Canchis, región Cuzco. §4, 14, 537 Çapa Inca. v. SAPA INCA. capac llama. q. /qapaq/ ‘rico, poderoso’, y /llama/. Polo lo traduce como los ‘hatos del inca’. §42, 551 Capachica. Provincia inca, más tarde repartimiento colonial, hoy dis. de la prov. y región de Puno, Perú, a orillas del Titicaca. Las previsiones negativas hechas por Polo para Capachica se cumplieron, años después sus problemas se agravaron (Rostworowski 2005, tomo I pp. 335-366). §466 carache. q. «la enfermedad de que se ha perdido mucho [ganado] en nuestros tiempos». §50 Carangas. Etnia y nación aymara de Charcas, corresponde en buena parte a más de la mitad noroccidental del actual dep. de Oruro, Bolivia. §45, 351, 739 Carmenga. Uno de los antiguos barrios del Cuzco inca. Corresponde hoy en día al barrio de Santa Ana. §226 carneros. Refiere casi siempre a las llamas. §48, 63, 177, 246, 351, 410, 413, 424, 435, 792, 794 aunque algún caso sea dudoso §636 Carta (de Guacas, de Çeques o Zeques, de Adoratorios, Manifestación General). v. CEQUE. Polo nombra de diversas formas lo que ahora como conocemos como Relación de Guacas y Ceques del Cuzco. Cuando Polo indica «que le pintaron la misma Carta» los caciques de Pocona suponemos que se debe interpretar como que ‘la lógica de las subdivisiones era la misma’ y cuando menciona que lo experimentó «en más de cien pueblos» a su vez lo interpretamos como ‘muchos’. §22, 23, 248, 250, 326 Casa de mamaconas. Refiere a los acllahuasi que se podían ver en ruinas en 1560-70. §288 Casa del Sol . Refiere al hoy llamado Coricancha /Qurikancha/ literalmente ‘Cancha de Oro’. §183, 632 Casayas. Etnia aymara de pastores que habitaba en la llamada provincia de Paria, junto a Soras y Uros. §437 castellano. Como unidad monetaria las equivalencias son las siguientes: 1 castellano = 1/50

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marco de oro, es decir 0.02 marcos de oro; 1 marco de oro ≈ 12 marcos de plata; por tanto un castellano equivale a 12 x 0.02 = 0.24 marcos de plata. Puesto que 1 marco de plata = 4 pesos … podemos concluir que 1 castellano equivale a 0.24 x 4 = 0.96 pesos. Entonces: 1 castellano ≈ 1 peso. 400,000 castellanos en dos años equivaldrían aproximadamente a 192,000 pesos al año. Que es lo que recibía Hinojosa en total v. MARCO. §235, 349, 403, 407, 592 Caxamalca. ant. para Cajamarca. Cabecera inca probablemente de una gran provincia o comarca. Hoy en día capital de la región del mismo nombre, Perú. §200, 201, 634, 641. ceque . q. /siqi/ Polo los define como ‘rayas’ donde se ubican las guacas o adoratorios de la religión inca. También lo hace equivaler a ‘pertenencia’ (Polo 1585: f. 10v). Cada ceque estaba asignado a un determinado ayllu o panaca. Es término quechua que sobrevive solo en regiones aisladas con las acepciones de ‘hacer rayas’ y ‘ponerse en fila’. v. CARTA DE CEQUES, SUYO. §21, 249, 767 chácara. ant. q. /chakra/ ‘tierras cultivadas’, ‘chacra’. Usado a veces en doblete con ‘sementera’. Desde el Ecuador hasta Argentina es ya quechuismo incorporado al castellano. Chachapoyas. Prov. inca de considerable extensión que abarcaba desde la prov. también hoy llamada así en la región Amazonas, hasta las prov. de Bolivar y Pataz (región Libertad), Perú. §202, 288 chacos. q. /chaku/. Forma de cazar mediante un gran rodeo y cerco de los animales para ser capturados selectivamente (sin matar hembras y matando limitadamente cierta cantidad). §49, 144 Chancas . Nación indigena hoy en día situada al oeste de la región Apurímac (prov. de Andahuaylas y Chincheros). No es sabida la extensión que alcanzó antes de ser derrotados por los ejércitos de Pachacutec. §3, 4, 14, 15, 537, 631. Chaquí. Asiento importante de Charcas, hoy en la prov. Saavedra, dep. de Potosí. §365 Charcas (1). Nombre de una confederación que se usó para el conjunto de naciones aymaras que hoy en día se sitúan en el centro y sur de Bolivia. Abarcaba la mayor parte de los dep. actuales de Chuquisaca, Cochabamba, Oruro y Potosí. Charcas (2). Nación indígena aymara, la principal o dominante en la provincia de Charcas. Al parecer se descomponía en dos parcialidades: los Charcas y Caracaras. Polo no haría esta distinción y llama a todo este grupo simplemente indios Charcas. §457 chasqui . q. y a. /chaski/ ´posta’. «Casita de piedras donde aguardaban las postas a cada cuarto de legua» (BER). Por extensión, nombre del sistema de postas inca. Polo señala que los incas repartían también el trabajo de los chasquis de forma igualitaria §218. De manera que cuando se dice que el trabajo de los chasquis «proveían las comarcas como les caía [más cerca]» (§209) entendemos que podemos imaginar algo así como ‘aunque fueran de lejos’. La idea de comarca que expresa el autor (claramente en algunos pasajes) corresponde a una entidad administrativa que incluye a varias pro-

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vincias, cabe también esta posibilidad en el pasaje mencionado en §209. v. también en pág. 273 nota correspondiente . §215, 217, 569 Chichas. Nación indígena parte de la confederación Charca. Actualmente sureste del dep. de Potosí, al límite con Argentina. Según Polo, proveía de oro al Inca. §190, 192, 203 Chili . Polo define su extensión entre Coquimbo y el río Maule. Proveía de oro al Inca, lo que probablemente animó la desastrada incursión almagrista. §187, 203, 208, 707, 744, 753 Chinchasuyo (1). En sentido amplio se refiere a la enorme extensión desde Cuzco hacia el norte hasta Quito. Si bien en las crónicas, incluyendo a Polo, cabe entender que dicha extensión es a su vez una demarcación política, nosotros creemos que una lectura más cuidadosa nos debe llevar a la conclusión de que el Chinchasuyo extenso refiere especialmente a una extensión geográfica: todo lo que se situó al norte del Cuzco. §325 Chinchasuyo (2). Territorio relativamente cercano al Cuzco que abarcaba desde Abancay, parte de la actual Cotabambas, la prov. de Anta y la parte oriental de las prov. de Urubamba y Calca actuales (mapa 3). La mención de Polo relacionada a la Manifestación (realizada en Cuzco) y a las arañas grandes que se usan en esta provincia puede indicar este Chinchasuyo. §17, 244 Chiriguanaes. Naciones indígenas hablantes de una lengua guaraní que pelearon contra los incas y los españoles. §187 chuco . q. /chuku/ ‘sombrero, bonete’ que era entregado al joven en ceremonias rituales del paso a la adultez. §92, 756 medida de un puñado de maíz. §436 Chucuito . prov. o hunu inca que corresponde a las actuales prov. de Chucuito, El Collao, Yunguyo y parte de Puno, en la región Puno, Perú. También es nombre de la antigua capital o cabecera que hoy en día es un distrito que pertenece a la prov. de Puno. Antiguamente fue la nación Lupaca /lupaqa/. Eran poseedores de tierras de valle en Moquegua, Tacna, Arica y Larecaxa (actual Bolivia). Polo en ocasiones lo considera como parte del Collao (en sentido amplio) pero también distinto ya que en sentido restringido Collao correspondía a sus vecinos que dependían de la cabecera de Hatun Colla. §69, 115, 477, 739 Chucuylla. v. CHUQUILLA. Chumbivilcas. Provincia inca del Condesuyo (parte del Taguansuyo). Hoy en día situada en el mismo territorio de la región Cuzco. Según Polo, proveía de oro. §40, 190, 192 Chunchos. Naciones indígenas amazónicas vinculadas a los incas, situadas actualmente en las tierras bajas amazónicas de La Paz. Según Polo, en los límites con estas naciones se extraía oro para el Inca. §187 chuño. q. y a. /chuñu/. Papa seca, deshidratada con tecnología prehispánica aun en uso. Importante tributo que aportaban de las zonas altas, al Inca y después a los encomenderos.

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§75, 181 Chuquiabo . Actualmente La Paz, Bolivia. §228, 800 Chuquicota. Asiento ubicado al norte de la actual prov. de Carangas, dep. de Oruro. §351 Chuquilla §20 q. ‘Trueno’. Es término compuesto de dos vocablos: /chuki/ ‘lanza’ e /illa/ ‘resplandor’: /chuki illa/. La norma quechua establecida en el III Concilio hizo que se escribiera Chuqui ylla. “chucuylla” sería una deformación de algún copista que ha sustituido la ‘q’ por ‘c’, Polo tal vez escribió “chuquylla”. Siendo ya arcaísmo mantenemos la escritura de la copia que nos ha llegado. Aun no hay consenso en su etimología (otros sugieren que su primer componente sea /chuqi/ ‘oro fino’). Sin embargo cuando la escritura de este término se aleja ostensiblemente de la forma original (ej. “chilcuylla” §178) señalamos la escritura del manuscrito solo en la nota correspondiente. §20, 162, 178, 243 Cianca, licenciado. Oidor de la Audiencia de Lima. §345 Ciudad de Los Reyes, Lima. §288, 345, 365, 394 Cochabamba. Provincia inca en los valles cálidos de Charcas, productora de maíz para el Inca. Actualmente en el dep. de Cochabamba, Bolivia. §410 Collaguas. Nación de lado sur del Condesuyo, su territorio corresponde a lo que hoy en día es la prov. de Caylloma, región Arequipa. Es mencionada como zona ganadera, lo que sigue siendo válido en la actualidad. §45 Collao (1). q. y a. /Qullaw/. Abarcaría desde Vilcanota hasta Charcas incluyendo todo lo que rodea al lago Titicaca entre el Perú y Bolivia, hasta Paria (inclusive), así se entiende en §75. Puesto que Tiaguanaco es situado por Polo en el Collao, es claro que consideraría también la provincia inca de Pacajes como parte de dicho Collao. También al decir «acá» podríamos pensar que Polo considera al Collao (o a cierta parte del Collao) como parte de Charcas (donde escribe). Efectivamente el Collao dependía de la Audiencia y obispado de Charcas. §6, 45, 64, 75, 113, 214, 227, 319, 371, 442, 698 Collao (2). Específicamente sería solo la parte que corresponde aproximadamente a la región de Puno actual, excluido Chucuito, puede ser la que en este caso llama ‘provincia’. §69 Collasuyo. Tendría también dos acepciones: el Collasuyo ‘cerca’ que incluye desde Quispicanchi hasta Vilcanota §17, (mapa 3) y el Collasuyo amplio que es todo lo que está al sur del Cuzco hacia Charcas. §4, 20, 325 comarca (1). Le da el sentido explícito de agrupación de provincias en algunos pasajes §269 se divide en ceques §21 otros casos probables §49 comarca (2). Región geográfica extensa que no comporta entidad administrativa. Ejemplos: §363, 688 Combapata, puente de. Puente de soga que deviniera innecesario de construir gracias a otro puente de cal y canto presumiblemente en Tinta, aunque sería necesario desviar en

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algo el Camino Real. Cabecera de Canas-Canchis, actualmente en la prov. de Canchis, región Cuzco. §277 combi. v. CUMBI. comunidad. «Común de algún pueblo, provincia o reino» (DRAE). Polo usa de esta palabra para describir lo que caracteriza e impregna toda la organización social andina. La propiedad (tierras, ganados, pastos, cazaderos) es en comunidad y así también son las formas de distribución de obligaciones para cualquier trabajo. Los pleitos incluso se plantean por comunidades ya que no son los individuos los que pleitean. También caracteriza algunos aspectos específicos como el trabajo ‘en cosa de comunidad’ (§317) donde no es necesario calcular ni número ni proporción, porque simplemente deben participar todos el tiempo que demande cumplir lo que se proponen. Así lo hacen hasta hoy en día las comunidades andinas y amazónicas: faenas en la sierra, mingas en la selva. Condes. Etnia asentada en algunas partes de Charcas que posiblemente fueron mitimaes provinientes de algunas provincias del Condesuyo. §351 Condesuyo (1). La región geográfica más pequeña de los llamados cuatro grandes suyos. Por tanto sería también la que más se asemejaba a una demarcación administrativa. Situada al sur y al oeste de Cuzco hacia el mar. En la época colonial estuvo integrado por tres o cuatro agrupaciones administrativas que se llamaron ‘Condesuyo de Cuzco’, ‘Condesuyo de Arequipa’, la provincia de Collaguas y la zona en torno a la ciudad de Arequipa. §325 Condesuyo (2). Esta acepción incluiría solo las provincias del Condesuyo cercanas al Cuzco: actualmente Paruro, Chumbivilcas, y partes de Cotabambas y Grau de la región Apurímac (mapa 3). Cuando Polo menciona como zonas de producción de oro a «todas las del Cundesuyo» puede estar aludiendo a esta zona. §202 Condesuyo (3). La tercera acepción la entendemos como una agrupación de provincias, que correspondían solo a la parte del Condesuyo que se encuentra hoy en la región Arequipa. Es posible que Polo no se refiera a este sector. consejos. Vale como ‘consejeros de Su Majestad’. §702 consideración. «Tener advertencia, pensar bien las cosas, reparando en ellas» (COV). Se refiere a la reflexión interior que debemos hacer, teniendo en cuenta que los indios son nuestroa prójimos, de manera que se ‘considerase’ que los indios debían trabajar moderadamente y ser bien tratados. A esta ‘consideración’, entendida así, estamos obligados como cristianos. Necesario es tener en cuenta que entre 1540 y 1566 el debate en España sobre la necesidad de moderar los tributos fue especialmente álgido, estando vivo Las Casas y apoyándolo en muchos de sus planteamientos el mismo emperador Carlos V. Uno de los argumentos de peso en la corriente impulsada por Las Casas es el afán de frenar la espeluznante mortandad de indios. Guaman Poma hizo muchos de sus

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dibujos bajo el título ‘consideración’ en una acepción parecida pero más enfática en lo que comporta de ‘amor por los indios y respeto a los pobres’. §662-664 constituciones. «En el derecho romano, ley que establecía el príncipe, ya fuese por carta, ya por edicto, decreto, rescripto u orden» (DRAE). Polo aplica el concepto a las leyes emitidas por los incas §44, 573 constituciones penales §510 contribución. La descripción del «orden del Inca» girará en torno a qué se contribuía y cómo se hacía. Polo insitirá en que el repartimiento se hacía «en general». Es decir se determinaba una cantidad total de la cual se iban dividiendo las partes proporcionales entre los hunus, provincias, pueblos, parcialidades. §229 Coquimbo. Definía según Polo el comienzo de la provincia de Chili. §203 corar. Es quechuismo que se usa hasta hoy, de /quray/ ‘desyerbar’. §795 corderos de la tierra. Se puede referir a las alpacas o llamas chicas. §246 Cotabamba . El par Cotabamba-Tayopaya que menciona Polo puede ser una errata por Cotabamba-Ayopaya, donde Cotabamba sería las partes altas de Cochabamba (tal vez no los valles propiamente) y Ayopaya la región cálida. De esa manera se podría entender la correspondencia de alturas-valles que Polo establece. §738 cotas partes (o cotas). v. IGUALMENTE, REPARTICIÓN, TRIBUTO. También en la Introducción del editor. §327, 331, 339 Criador Universal. Tiene varios nombres: Pachayachachi nombre general. Cuando tratan de la mar, Ticçiviracocha. §177, 230, 537, 633 cuenta. Los gobernadores ‘daban cuenta’ anualmente §18 ‘las cuentas’, ‘cuenta y razón’, ‘su cuenta y por registros’ son varias de las traducciones que Polo da para ‘quipu’ §27, 148, 179, 182, 337 ‘para su cuenta’, indica ‘para su gasto’ §54 ‘dar cuenta’ al Inca §99 ‘dar, hacer o tener cuenta’ §131, 190, 243, 258, 260, 267, 301, 302, 326, 381, 419, 441, 458, 483, 488, 506, 531, 554 ‘a mi cuenta, ‘misma cuenta’, ‘a la cuenta’§160, 214, 209 Tra., 366, 410 ‘con cuenta y razón’ refiere a la Tasa §343 ‘cuenta vieja’ refiere a la población §437 ‘entendidas sus pláticas y cuenta’ refiere a las operaciones de cálculo §439 ‘tener cuenta con lo que les cabe’ §459 con la salud §715 ‘en ellos hay cuenta y razón’ §473 otros usos: §469, 474 cumbi. q. /qumpi/. v. TRIBUTO DE ROPA. Ropa fina a diferencia de la ordinaria llamada abasca. Polo menciona tres clases de ropa, pero para los sacrificios espe-

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cifica que se quemaban dos clases: una ropa pequeña fina y la ropa rica de cumbi. §52 cunbico, cumbisca. q. /qumpikuq/, /qumpisqa/. Ambos términos son usados (uno en cada versión) para denominar a los tejedores de ropa de cumbi. No podemos decidir si hay alguna versión correcta ya que es posible que el mismo Polo haya dado las dos versiones. §53 curaca. q. /kurak/. Aunque Polo no utiliza este término como tal, sí lo hace en su traducción más habitual: ‘cacique’. También utiliza ‘mayor’: De hecho el significado usado de kurak en el quechua cusqueño actual es ‘hermano mayor’. §563 cuyes . q. /quwi/, llamados también ‘conejillos de Indias’. §245, 623

D de espacio. ant. Espaciadamente, despacio. de la lana. El Inca aportaba la lana y «de la lana» resultaba la ropa, manteles, sobremesas, toldos, sogas, frazadas, etc. §56. Era uno de los principales tributos después de las comidas, también suelen abundar estos productos en la Tasa de Gasca. El ejemplo de la lana sirve para describir el mecanismo: lo que se aporta es el trabajo porque la lana salía de lo que el Inca les daba. Lo mismo se hace con lo demás: metales, madera, cabuya o cualquier otro producto. §78, 196, 297 de ordinario. Seguido, continuamente. dende. ant. por ‘donde’. depósitos (se les daba comida). A los que trabajaban para el Inca (mit’ayuq) se les proveía de los depósitos del mismo Inca. Los depósitos tienen un rol fundamental en la economía ya que de ellos se paga o retribuye a dichos trabajadores. Además de la comida (maíz, quinua, papas) también se les daba ropa, calzado (ojotas), ollas, vasijas, platos de barro, chicha, leña y algunas otras menudencias como perdices, o pescado seco. Esto explica mejor por qué Polo dice que el tributo al Inca «no tenía límite»: su límite teórico podría ser todo lo que una persona trabaja el año completo. Cabía la posibilidad de que toda la actividad del año la dedicara una persona a trabajar para el Estado (el Inca), puesto que el Estado lo pagaba en bienes y es posible que lo pagara mejor que lo que cada persona obtenía particular o comunalmente de su trabajo (chacra, tejido, artesanía, pastoreo, etc.). De hecho así cuentan que sucedía con los que trabajaron en las construcciones del Cuzco (§229), donde había unas 30,000 personas procedentes de todo el Tahuantinsuyo cumpliendo turnos rotativos (mitas) de varios meses a lo largo de los años que duró su construcción (§223Tra.). Los yanaconas de hecho se dedicaban solo al servicio de los incas y era considerada una clase privilegiada que mantuvo o hasta incrementó dicho estatus cuando pasaron a servir a los españoles. depósitos del Inca. Según Polo «se hallaron en depósito maíz de cuatro y de tres y de dos años, más de quince mil fanegas junto al camino» §100. Según los quipos huancas, su

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aporte de maíz al ejército de Gasca fue el siguiente: De la parcialidad de Atun Jauja 6,616 hanegas; de Lurinhuanca 15,532 hanegas; de los Hananhuancas no está habido el documento. Cabe pues la posibilidad de que las más de 15,000 hanegas de maíz mencionadas por Polo correspondan solo al aporte de los Lurinhuancas. Años después, los huancas afirmaron que no se les pagó, por su parte Polo señala que hizo la cuenta para pagarlas, lo que no implica el cumplimiento del pago. Refiere también a las ruinas de los depósitos que aun se podían ver en su tiempo. §288, 294 derrama. Contribución extraordinaria impuesta por los caciques. §474 desaminado. v. EXAMINADO descansaderos del Inca. Refiere probablemente a tambos incas que se podían ver en ruinas en 1560-70. §288 Diaguitas. Naciones indígenas situadas principalmente en el entorno del dominio inca correspondiente a las prov. de Salta, Tucuman, Santiago del Estero y Catamarca; tal vez incluyendo a Atacama. Según Polo, proveían de oro al Inca. Está demostrada arqueológicamente la existencia de talleres para el labrado de metales en dicha área. §203 distribución. v. también COTAS, REPARTICIÓN. La distribución de los tributos es el eje alrededor del cual gira todo ‘el orden del Inca’ del que Polo trata. Era ‘igual’, ‘sin agravio’, basado en proporciones o en turnos (mita). Polo también alude a una división diferente en la medida que no es para cumplir con ningún tributo, sino solo para arreglar cuentas entre indios comunes. §411 doncellas. El tributo de las acllas fue una de las imposiciones más ‘pesadas’ del Inca. §157-171 mamaconas vírgenes §158

E edificios incas. §9, 198, 219-229, 288, 294, 441 encomendero . Persona que prestó servicios importantes a la Corona y es premiado o reconocido otorgándosele una encomienda. La encomienda consistía en otorgar al encomendero el poder sobre un ‘repartimiento’, espacio que solía equivaler a una unidad administrativa menor (una o varias pachacas) para que todos los indios allí residentes le dieran los tributos en especies, plata, oro y trabajo que requiriese para «vivir y sustentarse de acuerdo a su calidad». Recibía los tributos en nombre del rey y a cambio de dichos tributos se comprometía a velar por la evangelización de los indígenas. escándalo. «Alboroto, tumulto, inquietud, ruido» (DRAE). Indica la preocupación de que ciertas medidas pudieran causar ‘escándalo’ a los indígenas. Se usa en el contexto de las Respuestas a la pregunta 14 del rey. §765, 772, 780, 802 espantar. ant. Impresionar, asombrar. §435 estatua. ant. «Al principio las estatuas se usaron en representación de los falsos dioses» (COV).

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Polo llama así a la ‘estatua’ que tuvo Viracocha, diciendo que «eran ciertas mantas gruesas». También equivale a ‘ídolo’. §15, 630, 633 estatuto. El estatuto refiere a ordenamientos legales particulares, Polo los nombra como ‘leyes y estatutos’ de los incas. §518, 523 estéril. v. TIERRA ESTÉRIL estériles / fértiles. v. también TIERRAS. Referido al clima. hay sequías de cinco años §298 con la estirilidad necesitan comida §495 años fértiles §413 examinado . «Examinar. inquirir, investigar, escudriñar, buscar con diligencia y cuidado alguna cosa.» (AUT). §788

F facilidad. «Hombre fácil, el que es poco constante en su parecer y voto, que cada uno le lleva a su opinión.» (COV). Hace referencia a la disposición que tienen los indios, según Polo, a declarar cualquier cosa por favorecer a una parte. §102, 519 falta. Expresa el concepto quechua de /hucha/. §56, 214, 218. Polo también lo expresa como ‘culpa’ (§596). Aunque el autor use el término castellano le asigna un significado quechua, ya que lo aplica justamente cuando habla de la organización de los turnos de trabajo (= mita) donde se daban estas ‘faltas’. ‘Falta’ en el contexto indígena implica «obligación» como bien señala Taylor (1987:30) y por tanto la necesidad de ser reparada de alguna forma. Es parte de un conjunto de conceptos quechuas para los cuales el autor usa exclusivamente la traducción castellana como: bailes y cantares (taqui), principalejo (camachicuc), cacique (apu, curaca), principal (curaca, hilacata), braguero (guara), comunidad (sapçi), depósito (collca). Otros términos los alterna con sus correspondientes términos quechuas como: señor (inga), provincia (hunu, guaranga), parcialidad (ayllu, saya), gobernador (tocrico), registro-memoria-cuenta-hilos-nudo (quipu), tiempos (mita), vino-chicha (açua), ganado (llama), mujer legítima (mamanchic), ropa fina (cumbe), ropa común (abasca), Criador Universal (Pachayachachi), etc. Unos pocos son utilizados solo en quechua: chucu, apacheta, pururaucas. Regresando a ‘falta’ hacemos notar que en §366 aparece “fallas” que hemos considerado errata por «faltas» ya que es poco probable “fallar” cuando en la época aun se usaba en sentido de ‘hallar’, como es comprobable en Respuestas (§771, 823). fértil. v. TIERRA FÉRTIL. Fortaleza del Cuzco. Hoy en día Sacsahuamán. §222 fortalezas del Inca. Refiere a pucaras que se podían ver en ruinas en su época. §288, 294

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G ganado bravo. Refiere a vicuñas y guanacos, también les llama «reses». §49, 142,144, 206 ganado de la tierra (1) . v. también CARNEROS, CORDEROS, OVEJAS. Camélidos sudamericanos, es decir llamas, alpacas y sus cruces. En la época «ovejas de la tierra, carneros, corderos». Los españoles demoraron mucho tiempo para distinguir entre llamas y alpacas, tan solo se distinguía entre los que cargaban mejor y los más lanudos sin tener conciencia de que se trataba de especies diferentes. En 1590 un autor tan connotado como Acosta los distinguía principalmente como ‘lanudos’ y ‘rasos’ (2008: 143-144). Pudo ser que los cruces entre llama y alpaca contribuyeran a la confusión. Sin embargo resulta claro que la importancia económica en la época recaía en la llama, que trasladaba la plata desde Potosí. Polo apoyó la idea de imponer tributos a los que fueren ricos en ganado. §275, 805 ganado de la tierra (2) (propiedad del). Tras la caída del poder Inca todo el ganado pasó a ser controlado por los caciques de los respectivos hunos y provincias. Consta que hubo intentos de hacerlos del rey pero fracasaron y solo causaron más pérdidas ya que dispersaban el ganado cuando temían que se los quitasen, lo que era una práctica frecuente de algunos españoles. En la versión de Relación Polo modifica la mención a los «grandes robos» habidos al tiempo de la llegada de los españoles (Tratado). Sin embargo, en el párrafo siguiente se explica mejor que en Tratado el gran descuido en la crianza de ganado con respecto al que los incas tuvieron. §205 ganado de la tierra (3) (conservación). Diversos testimonios también confirman su gran exterminio al inicio de la Conquista: «(...) en Quito se sacrificaron más de 100,000 llamas en pocos meses, según un oficial conquistador de Benalcázar (...)» en Stuart (2009:3). Los camélidos del Tahuantinsuyo corrieron la misma suerte que sus habitantes, de ser 30 ó 50 millones pasaron a ser 90% menos; en las personas se calcula una disminución del 80%. Como señala el autor, los camélidos eran el fundamento de su conservación, muertos ellos y deshecho su orden también habrían muerto las personas. Y esto ocurrió con mayor virulencia y rapidez en la costa. §207 Gasca, Presidente. Presidente de la Audiencia que recibió amplios poderes para acabar con la rebelión de Gonzalo Pizarro (1546-1549). §39, 100, 345, 365, 457, 638, 653, 664 gente de tierra estéril/fértil. v. INDIOS DE TIERRA ESTÉRIL/FÉRTIL. gobernadores. Cuando refiere a los funcionarios incas es traducción del término q. tocrico. Polo refiere a los gobernadores de hunus o provincias, sin embargo parece que hubo tocricos de varias jerarquías. guacas. q. y a. /wak’a/ ‘ídolos, adoratorios’. Entre las naturales podían estar los cerros, manantes, abras, árboles. Otras guacas eran ‘fabricadas’, como las momias o estatuas. Polo es de los mejores conocedores de guacas de su tiempo, minuciosamente descritas en la Carta de Guacas o Ceques que aparece en Cobo.

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guacas fijas. Refiere a las ubicadas en lugares naturales, como la mayor parte de las de la Carta de Ceques. §248 guacas y adoratorios. El término castellano es la traducción. §22, 179, 242, 476, 766 guaccha llama. q. /wakcha/ ‘pobre’ y /llama/ que en este caso sería ‘hato’ según Polo ya que es la denominación de los ‘hatos pobres’, propiedad de particulares y no del Inca. §42, 299, 551 guamani. q. /waman, wamani/ y a. /mamani/. Polo no usa este término pero consideramos que lo alude cuando menciona las ‘comarcas’. En varios documentos se menciona que guamani sería una unidad administrativa que contaría con cuatro hunus o cuarenta mil tributarios. Guaman o guamani también se dice que era una distancia equivalente a unas cuarenta leguas (240 km) que podía caminarse en diez días. guanca. q. /wanka/ refiere a ‘piedras largas y paradas’, que, casualmente, se parecen algo a como describen a los «pururaucas» y es vocablo también asociado a ritos y leyendas. Sin embargo sería muy extraño que el autor haya utilizado «guancas» y no haya sido citado así ni por Acosta ni por Cobo, y que tampoco haya ningún otro cronista que conozcamos que las nombre así; y además que en §185 de este mismo manuscrito se emplee «guacas» en este mismo contexto. Consideramos que es un lapsus de copista, debiendo haber escrito «guacas». Sin embargo no lo hemos corregido en el texto ya que no es común que del error surja una palabra con sentido. §3 guaranga (cacique de). q. y a. /waranqa/ ‘mil’. El cacique de guaranga era quien tenía cargo de la unidad administrativa llamada también guaranga. Esta exento de tributo por razón de llavar mejor las cuentas (quipus). §562 guaranga. q. y a. Unidad administrativa generalmente compuesta aproximadamente por algo más de 1000 aucacamayoc, sin llegar a 2000. Excepcionalmente serían menos de 1000 aunque tras la conquista lo que fue excepcional se pudo convertir en la norma debido a la caída demográfica. §561 Guascar . ant. por ‘Huascar’. §265, 636 Guaxi. Probalemente errata por Huari, prov. de la región Ancash, Perú. §288 Guayna Capac . q. /Wayna Qhapaq/. §6, 264, 634, 570, 823

H hanancuzco. Equivalente de hanansaya para el Cuzco mismo. §1, 330 hanansaya y lurinsaya. Parcialidad de arriba y parcialidad de abajo de un conjunto determinado. Todo conjunto es susceptible de dividirse en dos partes como primer paso para organizar trabajos de todo tipo, repartir cargas, soldados, etc. hanansaya. q. Compuesto de dos términos: hanan – ‘arriba’ y saya – ‘parcialidad o parte’. ‘Parte de arriba’, en oposición a la ‘parte de abajo’ o urinsaya (o lurinsaya que es más usado en los documentos tempranos). División que debía tener cualquier reino,

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provincia o hunu, guaranga, ciudad o cualquier territorio en tiempos prehispánicos. Se conserva hasta hoy en muchas comunidades. §330, 447, 455 Harapa. v. ARAPA. hechiceros . §546 hilos (con sus nudos). Quipus. §332, 523, 549, 633 Hinojosa, Pedro de. Fue llamado general. En un principio apoyó la rebelión de G. Pizarro pero luego pasó con toda la armada al bando de Gasca. Fue premiado con grandes encomiendas en Charcas. §348, 365, 457, 465 holgar. ant. Estar ocioso, de fiesta. Huánuco. La provincia colonial de Huanuco (no sabemos en cuanto se diferenciaría de la provincia inca) abarcaría el entorno actual aproximado de las prov. de Huánuco, Ambo y Pachitea en la región Huánuco, Perú. Según Polo proveía de oro al Inca. §202, 288 Huáscar. v. GUASCAR. hunu. q. y a. /hunu/. División administrativa que engloba a un número aproximado de 10,000 indios casados (o mejor aún: ‘que abarca varias guarangas’). La razón de haber sido suprimida la mayoría de las apariciones de ‘h’ en huno en el manuscrito que nos ha llegado debe ser, sin mayor duda, responsabilidad de copistas. Solo hemos restituido la ‘h’ donde nos parece que debió estar con seguridad el término indígena, pero hay varios casos dudosos. Tiene dos acepciones principales: 1. Como término numeral designa ‘diez mil’, varias lenguas como el chino o el japonés tienen un término equivalente para dicho número, lo que da idea de que las culturas andinas hicieron extenso uso de un sistema posicional en base 10. Polo no lo usa en sentido estrictamente numeral aunque señale la referencia a los ‘diez mil’. 2. Por extensión, sirve para designar unidades administrativas-territoriales de aproximadamente diez mil aucacamayoc (‘tributarios’), es decir lo que ahora diríamos ‘personas aptas para el servicio’. Puesto que hunu designa un referente que no tiene equivalente en castellano y puesto que además esa equivalencia era solo una aproximación, se solía confundir su significado empleando términos imprecisos: un millón, un cuento, innumerable, etc. Al parecer ‘cuento’ logró ser entendido como 10,000 en algunos textos de la época, lo que no nos consta de ‘millón’. §18, 116Tra., 121, 158Tra., 204Tra., 229Rel., 243, 325, 329, 331 Hurinsaya. v. URINSAYA, HANANSAYA. Huros. v. UROS.

I Iglesia Mayor del Cuzco. Catedral. §119, 234 igual. A veces lo usa para indicar que todos cumplían con un trabajo igual (=misma cantidad de tiempo) en las mitas. §301, 302 igualmente. v. COTAS PARTES, REPARTICIÓN. En ocasiones tiene el sentido de ‘propor-

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cionalmente’. §197, 424, 439 illas . q. /illa/ ‘objetos sagrados para la suerte’. En el manuscrito aparece “rellas” pero la definición de Polo y la similitud gráfica justifican entenderlo como illas ‘suertes’. §243 Indias. Nombre inicial de los territorios que resultaban un descubrimiento para los europeos. §137, 153, 259, 272, 361, 391, 395 indios casados. Traducción castellana de aucacamayoc. §121 indios de tierra estéril / de tierra fértil (conservación de la gente). El colapso demográfico de la población indígena costeña fue abrupto, para esos años (1561) ya había una ínfima población en relación a la que se calcula hubo en tiempo del Inca. Polo intenta responder al argumento que señala a la explotación y abuso como causa de mortandad. Achaca tantas muertes a la holgazanería lo que parece una exageración. Sin embargo creemos que debe considerarse sus argumentos en alguna medida: al acabar el gobierno Inca la población costeña se quedó sin autoridades capaces de mandar (lo que no ocurre en la sierra, cabe preguntarse por qué) y eso contribuyó a su colapso. Visto así parece razonable. En todo caso puede demostrarse que la regla de Polo respecto al clima no se cumplió en la costa norte, donde la población indígena de origen mochica no sufrió pérdidas tan catastróficas. A partir de 1580-90 las epidemias comenzaron a golpear con más fuerza en la sierra, y el trabajo en las minas con el azogue se tornó en mortífero, lo cual generó que también la población serrana decayera fuertemente, pero nunca en los niveles de la costa central y sureña. pagan más, son para más §47, 453, 670, 704 se conservan/se acaban §135, 705-6, 733, 740 industria. ant. Habilidad §611. nuevas maneras de producir y hacer el trabajo más rentable §677 Polo es muy práctico y busca formas de estimular la innovación para aumentar la producción, que como es lógico, se desalentarían si comportan subida de tributos. Comparar con Relación §357. Inga Yupangui . v. PACHACUTEC. invencion . También se llamaron ‘invenciones de alarde’ a representaciones teatralizadas de batallas a manera de las que dibuja Guaman Poma (1936:333). Sin embargo Polo aunque menciona algo sobre fiestas (§826) no llega a tratar de las ‘invenciones’, tal vez no le alcanzó el tiempo o quizá tenga un sentido diferente, que damos en nota al pie en su lugar. §806 Itu. Consideramos que la mención a «Tytri» debe ser errata por «Itu». Más nos guíamos por la descripción que hace («era una fiesta extraordinaria»). §166

J Jaquijahuana. v. XAQUIXAHUANA.

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Jesucristo (Nuestro Señor). §306, 360, 491 jornadas. ant. ‘Campañas de conquista’. Se refiere a las expediciones militares generalmente dirigidas a la Amazonía. Por ejemplo se hicieron hacia los chiriguanos, jíbaros, araucanos, etc.; todas estuvieron signadas por el fracaso. §488 jueces. También se les solía denominar ‘alcaldes’. Al respecto de los jueces propios que menciona Polo (§526), Hemming reporta: «(...) [el marqués de] Cañete encargó al corregidor del Cuzco, el muy respetable experto en temas indígenas licenciado Juan Polo de Ondegardo, que organizara un sistema de ese tipo para los indios que vivían en la ciudad y sus alrededores. Polo dividió la ciudad en cuatro barrios o parroquias y nombró a ocho candidatos en cada barrio, entre los cuales los indios eligieron a tres, y el corregidor nombró alcaldes uno de estos tres. Los alcaldes administraban justicia a los indios, pero no podían condenar a muerte ni a mutilación. Se desempeñaron muy bien (...)» (2005:456). Fue allí cuando el autor viene a enterarse de muchos de los usos jurídicos de los incas. Polo prestó atención al uso de los quipus y según declara, aunque hubiera estado «diez años» averiguando sobre ello no lo hubiera podido hacer como cuando los vio operar. Por otro lado casi siempre se refiere a los jueces asociándolos a la mala administración de justicia, reconoce como él también, siendo corregidor en Cuzco, se equivocó en sus inicios e insiste en la idea de cómo podría mejorar si se conociesen los fueros de los indios. pag. 85, §74, 95, 102, 111, 150, 361, 509, 521 juros de por vida. «Los juros ‘de por vida’ tenían una caducidad determinada, según el número de vidas en que se podía disfrutar el privilegio. Normalmente, eran dos, a elección del titular, pero también había juros con una o con tres vidas» (Alvarez, 2009:15). §34

L La Plata, río. §259 La Plata. Nombre colonial de la capital española de Charcas, también Chuquisaca, hoy Sucre, Bolivia. Polo alude a la ciudad cuando cita «mi casa». §526 langosta. No sabemos a qué especie particular se puede referir «langosta». §84 Layme (Fiesta de, Pascua de). La fiesta del Layme es la fiesta principal según Polo, si bien la escritura más habitual es Rayme o Raymi cambiar la ‘r’ por ‘l’ es la norma en la pronunciación del quechua de los primeros cronistas. Años después, a partir del III Concilio se escribe «Rayme» o «Raymi». Es de notar la consistencia de Polo en señalar su inicio el mes de febrero, cuando la mayor parte de cronistas indica que se hacía en el solsticio de verano en diciembre. A manera de conjetura se puede señalar que ‘un mes antes de enero’ en quechua se diría ‘huk killa ñawpaqnin’ que literalmente se podría interpretar al revés: ‘un mes delante’; lo que podría haber causado la curiosa diferencia de dos meses en Polo. §19, 159, 233, 601 legua. Medida de distancia con equivalencia aproximada a 5-6 km. Una legua y media equivalía

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a un tupu inca según Polo. v. TOPO. §209 lengua general. Refiere al quechua. §309; del Cuzco §534 licencia del inca (para el sacrificio de las personas destinadas al servicio a los muertos). Se daban especialmente para los gobernadores y caciques principales. §261 Lima. v. también CIUDAD DE LOS REYES. §214, 278, 589, 666, 827 Lipes. Etnia y nación al sur de Charcas, corresponde en buena parte al cuarto suroccidental del actual dep. de Potosí, Bolivia, hasta el límite con Argentina. §351 llactaruna. q. /llaqta/ ‘pueblo’ y /runa/ ‘gente/. Polo traduce, correctamente, como ‘hombre de nuestra tierra’. Ahora podemos decir ‘paisano’. Cuando un grupo de migrantes mitimaes conversa entre sí, lógicamente se dicen entre ellos ‘paisanos’ (llactaruna). El autor menciona el caso en que los visitadores entienden el quechua, pero de poco les sirve ya que no entienden el contexto: el hecho de ser ‘paisanos’ entre migrantes no los hace gente del lugar donde están viviendo. Es un ejemplo entre muchos donde Polo demuestra que su comprensión del quechua va más allá de los significados aislados de las palabras. §417 llamas y alpacas. V. GANADO, CARNEROS, CORDEROS, OVEJAS. Llanos, los (1). Hace referencia a territorio que hubo de ser conquistado varias veces, suponemos que es el hoy llamado Tierras Bajas en Bolivia (Amazonía y Llanos de Chiquitos). §744 Llanos, los (2). Refiere a la costa desde Lambayeque a Chile. §209, 288-9, 590, 713, 813 llauto. q. /llawtu/ ‘adorno o insignia de la cabeza, tocado’. §756 Loayza, arzobispo Jerónimo de. Arzobispo de Lima 1545-1575. Loayza fue quien encargó a Polo la investigación sobre las guacas y adoratorios, cuyo fruto fue la Carta de las Guacas. §345, 663 Lorenzo de Aldana. Fue encomendero del repartimiento de Paria. §469 Lucanas. Provincia inca que se sitúa en la que hoy sigue siendo llamada así, región Ayacucho, Perú. Según Polo, proveía de oro al Inca. §190, 192, 202 luego. Inmediatamente. «Al instante, sin dilación, prontamente» (AUT). lurincuzco . Según Polo es una variante lingüística (limitada para el Cuzco, suponemos) de ‘lurinsaya’. §1, 330. lurinsaya. v. URINSAYA.

M Macas. Se refería al territorio amazónico próximo al situado hoy en el cantón del mismo nombre, prov. Zamora-Chinchipe, Ecuador. §187 Macha. Cabecera de la provincia (hunu) de los Caracaras, parte de la confederación Charcas. Hoy en la prov. Chayanta, dep. de Potosí. §365, 465 maíz, maíces . La explicación de los «machices» que aparece en la edición de

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Gonzalez-Alonso («Los machices son piedras usadas con rudimentarias equivalencias de medidas de peso que el encomendero entregaba a los caciques para la recaudación del tributo en especies», también en Lamana 2012: 310 nota) es de lo más ocurrente y anecdótica. Si existe tal palabra, definitivamente no es ese su lugar. Existen múltiples referencias a las formas de contar con piedras, maíces o frisoles. Se ha intentado resumirlas en Chirinos 2010 (pp. 44-47, 172-173). §438 Maldonado, Diego. Capitán y encomendero, hombre acaudalado del Cuzco, mencionado por Polo a propósito de las casas que antes fueron de los incas. §238 malque. q. /mallki/. Según Polo «árboles puestos a mano», es decir ‘árboles cultivados’, en oposición a los que crecen silvestres que son sacha. También lo define como ‘semilla de coca’, por el hecho de que la coca se siembra trasplantando plantones. Sin embargo hay término propio para la semilla de coca: /kuka ruru/. §557, 784 mamacona. q. Es quechuismo castellanizado: ‘mujeres responsables de la educación de las acllas’. §158 mamanchic. q. /mamanchik/. Se puede traducir como ‘nuestra madre’. Sin embargo Polo da ‘mujer legítima’ como traducción. Es posible que en ciertos contextos se entendiera así, por ejemplo todo el personal de servicio de la casa la podría llamar así. Polo suele dar significados contextualizados y no aislados. §168 mandón, mandones. Refiere a caciques menores. El autor parece que reserva el término cacique principal para los jefes de toda una provincia (guarangas o hunus), las mismas que solían constar al menos de una guaranga y aplica ‘mandón’, en general, para jefes menores. Sin embargo más que clara separación de términos son ‘tendencias’. En Relación el autor se referirá a «principalejos» cuando se trata de jefes menores. §18, 314, 562 Mango Inga. q. /Manqu Inka/. Nacido en 1516. En un principio aliado de los españoles (15331536) que promueven su coronación como Inca. Años después amenazó seriamente el poder español. Lideró el llamado «Alzamiento de la Tierra» cuyos momentos más álgidos estuvieron entre 1536 (Cuzco) y 1538 (Charcas). Muere asesinado en 1545. §265 Manifestación de los Adoratorios. En 1559, por encargo del arzobispo Loayza Polo convoca a los caciques a la Catedral del Cuzco para que manifiesten los adoratorios, de lo cual surge la Carta de Guacas o Carta de Ceques de la que hace varias menciones a lo largo de sus escritos. pag. 85, §16, 25 manta y camiseta. En lo general son parecidos entre las diversas naciones indígenas. §320 maramán. No hemos encontrado referencias para esta palabra pero su equivalencia a mare magnum es clara. §259 maravillosa. ant. Impresionante. §66 marcacamayos. q. y a. Equivale a ‘quipocamayo de un pueblo (marca ‘pueblo’, voz aymara, y camayoc ‘especialista’). v. QUIPOCAMAYO. §438

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marcos de plata. Unidad de peso para metales. Las equivalencias de la época son las siguientes: 1 marco de plata = 4 pesos de plata; 500 marcos = 2,000 pesos. 2,000 pesos semanales multiplicados por las 52 semanas que tiene un año darían un total de 104,000 pesos anuales. Que es lo que recibía Hinojosa solo en plata. §348 Marqués de Cañete, Andrés Hurtado de Mendoza. Virrey del Perú (1556-1560). Polo en §185, 278 solo le llama «marqués», probablemente por la familiaridad que tuvo con él. §276, 465, 793 matrimonios. v. también TRATADO DE LOS MATRIMONIOS. §524, 823 Maule, río. El límite de la expansión inca en el territorio Araucano, según Polo. §187, 203, 744 memoria. Clara referencia a quipu en algunas menciones. §216, 263, 264, 559 Mendoza, Antonio de. Fue virrey en México (1535-1550) y luego en el Perú (1551-2). Aparece su nombre en el encabezado de las Respuestas de Polo. Para la fecha de su redacción ya habían pasado 9 años de su muerte, sin embargo la Instrucción del Rey pudo haber estado inicialmente diseñada para México ya que usa términos en lengua nahuatl. Según declara Polo mantuvo frecuentes contacto con él. §137, 313, 386, 433 México . También Nueva España como sinónimo. §134, 136, 137, 391, 433, 516, 722 mina (perjuicios). Polo argumenta que el trabajo en la misma mina puede que sea de «algun perjuicio», sin embargo de los que van a la mina buena parte se dedican al «trato», es decir, transportan carbón con llamas, venden chicha, comida, coca, tienen posadas, etc. A estos indios según dice Polo les va muy bien. Al parecer la mayoría de los indios que iban a Potosí no trabajaba en la misma mina desde tempranas épocas. En 1575 Toledo reguló que solo un tercio de los indios que iban de mita a Potosí trabajaran en la misma mina. §695 ministros. Tiene el sentido de ‘personas delegadas por el rey para hacerse cargo’. §278 mita. a y q. /mita/ ‘turno’, ‘tanda’. Se decía así al turno que debían cumplir las personas de cada nación, provincia, pueblo o asiento (suyu, hunu, guaranga, pachaca, ayllu) del Tahuantinsuyo en servicios al estado o a la misma comunidad. Las mitas o turnos se cumplían para guerras, obras públicas, chacras de las guacas, del Sol o del Inca, chasquis, o para la elaboración de ropa, entre otras muchas tareas. Es otra forma de repartición igualitaria donde cada persona debe cumplir un tiempo determinado dedicado a una tarea. Polo resume el funcionamiento de la mita a nivel comunal, que no necesariamente comporta una distribución porcentual, pero sí requiere ser una distribución equitativa. Es así que hay quipus arqueológicos como son AS40, AS143, AS199, que tienen grupos de cuerdas con distintas cantidades dispuestas alternadamente, de manera que estableciendo determinados ciclos lógicos presentes en la estructura del quipu (orden, jerarquía, grupo-subgrupo, asociación por color, direccionalidad de los nudos) resultan en sumas iguales. Esas características son justamente las que requiere un sistema equitativo de turnos como el descrito por Polo: distintas cantidades son asumidas por un

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grupo de ayllus alternadamente, de manera que siempre se cumple con una misma cuota y en un determinado ciclo de años (un ciclo lógico) todos deben haber cumplido con el mismo turno. Los ajustes matemáticos de estas equivalencias son aún más llamativos que los porcentajes exactos, ya que para esto último solo es necesario saber las cuatro operaciones básicas (para las que hay cierto consenso en que todos los caciques eran especialmente diestros), sin embargo no sabemos cuál es el algoritmo usado en quipus arqueológicos como los citados. Polo da a entender que sabía leer los nudos («después de vista y entendida por sus nudos» §302). Las referencias a los quipus citados son de Ascher & Ascher 1978 y Chirinos 2010. Polo suele utilizar ‘tiempos’ (§371, 600) para referirse a la mita. §302, 314, 371-2, 443, 600 mitimaes (1) . q. y a. /mitma/. Población migrante o «extranjera». Se refieren como parte de una migración planificada por el gobierno Inca. Por el reporte de Polo (§65) se puede entender que en algunas partes eran la mitad de la población, y en casi todas las provincias los había (§416). Les llama también «extranjeros». §60-67, 132, 188, 308, 340, 427, 739, 785 Los fines de los mitimaes son muy discutidos, lo cierto era que fueron muy variados, desde los económicos a los de contribuir a la seguridad del estado. §542 su procedencia se tenía en cuenta §812 mitimaes (2) Aparte de los oriundos (naturales) y mitimaes (migrantes), hay un tercer género que podrían llamarse ‘residentes temporales’ que mantienen el vínculo con los caciques que residen en su propia nación haciendo el oficio de regadores y guardadores. §108 Mojos . Naciones indígenas amazónicas fronterizas con los incas, situadas actualmente al sur del dep. de Trinidad, en el límite con el dep. de Cochabamba, Bolivia. Según Polo, en los límites con estas naciones se extraía oro para el Inca. §187, 202 momias, cuerpos. El hallazgo de las momias de los antiguos incas es el hecho que hace famoso a Polo y marca su vida y sus escritos. La importancia de las momias fue muy sentida en toda la sociedad del Tahuantinsuyo. Su culto también demandaba un considerable esfuerzo económico ya que las personas dedicadas a atenderlas eran muchas, necesitaron chacras, ropas, bebidas, y muchos otros bienes; no es por eso extraño que un libro que trata de los tributos les conceda espacio. Polo describe detalladamente (§285) el brindis cuando el capitán, la persona a cargo de las momias, cargaba el cuerpo del Inca y orinaba simulando que era el mismo Inca quien orinaba lo que había «bebido». El dibujo de Guaman Poma (p. 287) es ilustrativo del momento en que un Inca realmente vivo brinda con la momia del Inca, donde se puede apreciar claramente que parece estar vivo. Quien ha vivido la fiesta del Corpus en el Cuzco contemporáneo ha podido apreciar que a los santos y santas que salen en procesión la tradición popular les considera «vivos» y se cuentan anécdotas de lo que hacen o dicen cuando se juntan en la Catedral, creemos que de alguna manera esto muestra cómo perdura, ahora ya asociada a la

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religión católica, una antigua tradición. Acosta hace también referencia a este hecho, que a él le pareció grosero «(...) comer y beber en nombre de sus ídolos y, con ellos a cuestas, orinar a nombre del ídolo (...)» (2008: 191). También es de notar que en el Perú actual una de las formas brindar es beber por turno del mismo vaso, tal como parece que se hacía en el Perú antiguo. §180, 183-5, 190-1, 199, 200-1, 264, 282-6, 529, 559, 633, 641, 691, 821 mostrenco. Sin dueño. «Adjetivo que se aplica a la alhaja o bienes que no tienen dueño conocido, y por eso pertenecen al príncipe o comunidad que tiene privilegio de él.» (AUT). §40. moyas del Inca. q. y a. /muya/ «jardín o huerta o pedazo de tierra, y no tocaban a las cosas que había en ella por ser aplicadas para el Inga» (BER). §101, 141, 149

N naciones y provincias. Es claro que el autor, y todos en la época, usa ‘los’ antecedido al etnónimo (los lucanas, los chumbivilcas, los charcas), ya que refiere a los indios de una nación que habitan un determinado territorio. Progresivamente, con el paso de los años, fue quedando como el nombre de la provincia en sí hasta perderse en algunos casos el rastro de la nación que originó ese nombre. Buena parte de las prov. andinas del Ecuador, Perú y Bolivia usan así sus nombres: prehispanos de origen y pluralizados por el uso administrativo colonial. Los copistas al no entender corrigen lo que les parece falta de concordancia sobre todo en el caso de la provincia de los Charcas que suele figurar en este manuscrito como las Charcas, lo tratamos como una simple modernización de la escritura sin señalarlo en nota. También es de notar que hasta el día de hoy muchas de las naciones indígenas nombradas por Polo usan de la forma pluralizada como nombre de su terrritorio actual. En algunos casos conservan el nombre antiguo de su nación (cañaris, canas, chancas, huaylas, huancas, etc.). Usamos de mayúsculas tanto para el etnónimo como cuando refiere al territorio. Charcas al ser una provincia grande que engloba a otras es un caso especial ya que la provincia de los Charcas incluye a otros indios de provincias como Paria, Caracaras, Aullagas, Quillacas, Chichas, Yamparaes. nullius bonis. v. MOSTRENCO. número viejo. Hace referencia a que en 1570 se conservan los registros de la cantidad de personas (número) que fueron en tiempo de los incas. Otro ejemplo de este número viejo sería los ‘quipos yngas’ de Chucuito según mostraron sus caciques en 1567 (Visita de Chucuito, 1964). En el mismo párrafo el autor resume los dos puntos en base a los cuales se hace la distribución: el número (la cantidad de indios en base a la cual se establecen proporciones) y la posibilidad. §449 número. Frecuentemente hace referencia a la cantidad de personas o al cálculo poblacional de una provincia determinada. §121, 128-9, 243, 319, 363, 415, 439, 448, 556, 667-9,

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687, 733, 747 Núñez Vela, Blasco. Primer virrey oficial (1544-46) pero no real, ya que su gobierno fue muy efímero, derrocado y muerto por la rebelión de Gonzalo Pizarro. Polo le nombra solo como «visorrey» §391.

O obispo de Charcas. v. SANTO TOMÁS. ocas. q. /uqa/. Tubérculo andino, dulce, de color amarillo. Sólo en Tra. §46 oficiales. maestros de obras, funcionarios españoles §278, 469 españoles ‘expertos’ en sentenciar §486 indígenas expertos en hierbas §257 plateros y otros oficios §304 expertos en quipus y en sacar cuentas §337 funcionarios incas §522 ofrendas. v. SACRIFICIOS. Omasuyo. a. Toda la parte del Collao que linda con los valles amazónicos. Su significado puede tomarse del aymara: /uma/ ‘agua’ y /suyu/ ‘provincia’ ya que el lado oriental es más lluvioso que el lado occidental. Según Bouysse-Cassagne todo el territorio del Collao tendría un lado ‘urco’ y otro lado ‘uma’. El lado ‘urco’ es de la cordillera hacia el mar y el lado ‘uma’ de la cordillera hacia las vertientes amazónicas. El territorio Omasuyo se asociaba al camino así llamado. La zona amazónica con la que colindaba era la llamada prov. de Calavaya. §202, 738 Omnium Santorum. lat. Transformación cristiana del Panteón romano que se vino a dedicar a «Todos los Santos». Según Polo los incas tuvieron un equivalente al panteón en el Coricancha o Casa del Sol. §184 Orcosuyo. v. URCOSUYO. orden vieja del Inca. La visita toledana efectivamente se propuso acabar con «ese orden viejo del inca», realizando un censo meticuloso, capaz de competir con la rigurosidad de los censos incaicos. §342, 449 Ordenanzas de las Indias (Leyes Nuevas). El autor alude al difícil proceso que se generó al promulgar y revocar Ordenanzas que limitaban el poder de los encomenderos. Esas ordenanzas encendieron la mecha de las rebeliones contra la Corona de parte de un sector de encomenderos y conquistadores en las décadas de 1540 y 1550, de las cuales la peor fue el alzamiento de Gonzalo Pizarro (1544-1548). En dichos sucesos el autor tuvo participación personal, al lado de los rebeldes primero y después combatiéndolos al lado del Presidente Gasca (§272-3). En otros pasajes §391-3, 395 volverá a tocar el tema en un interesante diálogo. Siendo que este diálogo ha carecido de una interpretación y puntuación coherente, hacemos alguna aclaración de lo que entendemos: Los

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dos personajes que intervienen son: a) Un defensor a ultranza de las Leyes Nuevas (que presionó a favor de las Ordenanzas, las mismas que al intentar imponerse provocaron la rebelión de Gonzalo Pizarro), al personaje citado en este primer parlamento llamaremos: «el defensor de las Ordenanzas», y b) un interlocutor que critica no las Ordenanzas en sí mismas, sino la forma cómo se intentaron aplicar. A este segundo personaje, siguiendo al autor, llamaremos «persona de gran autoridad», teniendo en cuenta que la «autoridad» se refiere a lo intelectual, es decir un estudioso de la materia. El diálogo lo termina el «defensor de las Ordenanzas» que responde de una forma un tanto violenta, haciendo ver que, a pesar de su aparente interés por los indios, poco le importan indios o españoles (que vivían en el Perú). Un tercer personaje de este diálogo sería el autor, aparentemente solo como testigo. Llama la atención la forma inesperada como el autor presenta el diálogo, aunque también es necesario entender de ciertas claves que podían hacer evidentes en la época asuntos que ahora nos cuesta entender. Por ejemplo la postura ante las Ordenanzas podía ubicar el lado «lascasiano» o «anti-lascasiano», por así llamarlos. El autor no se define en ninguno de esos «partidos» propugnando defender lo que conviene tanto a indios como a españoles, sin parcializarse. §272, 391, 395 ovejas. No es claro si refiere a llamas o alpacas, parece que refiere a ambas: (§61-62, 135, 551). En §351 parece que son ‘alpacas’; metáfora cristiana §124

P Pacaritambo . q. /Paqariqtampu/ de /paqariq/ ‘lo que nace’ y /tampu/ ‘posada’. Literalmente ‘el Tambo del Origen’. Lugar del origen mítico de los incas narrado en el Mito del Diluvio, o Mito de los Hermanos Ayar. En dicha localidad se situaba Tambotoco (‘el Tambo de las Ventanas’), ‘ventanas o huecos’ de los que surgen los abuelos míticos de los incas. El mito de origen que nos presenta Polo aparece ‘rivalizando’ con los mitos de otras naciones ‘no incas’. En una de las versiones de Betanzos, también contada por viejos incas, los mitos del origen de todas las naciones se integran en uno solo: Cada nación tuvo su origen en alguna cueva o laguna u otro lugar sagrado, y el que dispuso que surgieran las diferentes naciones fue Viracocha. Desde el Titicaca y siguiendo los cuatro puntos cardinales que marcan los cuatro suyos fueron apareciendo cada una de las naciones. En cuanto a la versión de Polo merece destacarse que da cuenta del uso de los mitos como argumento político para dominar o defender un territorio. Mitos indígenas amazónicos que perviven en la actualidad dan cuenta de su origen, de la variedad de naciones o clanes y de sus territorios («El hombre sal», de los pueblos Jíbaro del Ecuador y el Perú, «El picaflor» de los Huitoto de Perú y Colombia, «Origen de los hombres’ de los Shawi del Perú) en formas análogas a como contaron los incas. El catolicismo en boga en dicha época imposibilitaba una comprensión mayor de los mitos, justamente porque son el fundamento de creencias religiosas dife-

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rentes: historias sagradas. Aun así Polo hace esfuerzos de comprensión poco comunes entre otros españoles. §12, 233, 628 pachaca. a. y q. /pachak, pachaka/ ‘cien’. Si bien en Polo no aparece este término se alude a él en varias de las ocasiones en que se menciona a los ayllos y parcialidades. Como unidad administrativa, y siguiendo a Guaman Poma, estuvo definida por agrupar a no menos de cien aucacamayos y no más de doscientos. Pachacutec Inca Yupanqui . §3, 4, 14, 185, 537, 629 Pachamama. q. y a. Actualmente se traduce como Madre Tierra. Hay pocas menciones en otras crónicas a esta divinidad andina que sigue vigente. §20, 164, 243 Pachayachachi. q. /Pachayachachiq/ Criador Universal. A lo que alcanzamos /yachachiq/ tendría y tiene dos acepciones más usadas ‘el que hace saber’ y ‘el que hace establecerse (vivir en un sitio)’. /pacha/, asocia los conceptos de espacio y tiempo ‘mundo-tiempo’. Podríamos dar como traducción ‘el que hace establecerse al mundo’ señalando esto como una conjetura. §15, 20, 178, 233, 286, 537, 633 pan. Polo refiere a todos los productos alimenticios que sirven para el sustento principal, las comidas como el maíz, papa, quinua, chuño, a lo que se sumaron los productos traídos de España como el trigo. §194, 300, 327, 431 parcialidad, familia. Sería una de la acepciones de /ayllu/. Es necesario notar los términos ‘parcialidad o familia’ (en quechua ayllu), puesto que en otras ocasiones ‘parcialidad’ será usado por el mismo Polo como equivalente del término quechua saya. Usando términos actuales diríamos que ayllu tiene y tuvo al menos dos acepciones: ‘comunidad’ y ‘familia’ que a veces son imposibles de separar. Esta doble acepción de ayllu es la que hace a Polo usar de dos términos para caracterizarla (parcialidad o familia). Para ‘comunidad o comunal’ (entendida como forma de administrar bienes) hubo, siguiendo a Guaman Poma, un tercer término: sapci que Polo no usa como tal aunque sí como concepto cuando habla de la propiedad ‘comunal’. §55 parcialidad. Polo generalmente lo asocia a ‘ayllos’ que son en general grupos de familia extensa o comunidades o también pueblos. Hay otros casos en que refiere a las partes de la división de provincias de diversas dimensiones, de lo que pueden resultar hunus, guarangas o pachacas. Paria . Las ruinas del antiguo Paria inca se han ubicado muy próximas a la localidad del mismo nombre en el dep. de Oruro, Bolivia. Los copistas del manuscrito Relación lo deformaron a Pava y ninguna edición de las que conocemos hasta ahora ha señalado el error aun cuando las evidencias son abrumadoras, a las ya que dimos anteriormente (Chirinos 2010: 77), podemos agregar las que figuran en Toledo, (1989: 19, 40, 57 y 364). Paria fue el repartimiento de todo el Collao y Charcas que tuvo mayor número de Uros, en ello es único como lo señala Polo. §437, 442, 469

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Parinacocha. Provincia inca que se situaba en lo que hoy es la prov. homónima y la prov. de Paucar del Sara-Sara, región Ayacucho. Polo la menciona como abastecedora de oro en tiempos del inca. §202 parteras. §546 Paucartambo. Valle de selva alta apto para el sembrío de coca. Hoy en día dis. y prov. de Paucartambo, dep. Cuzco. §792 perdices (perdiçes). Fue tributo importante como lo muestran las cantidades entregadas según los quipus Huancas y de Charcas. En quechua yutu o llutu especie diferente a la perdiz europea pero así llamada hasta ahora. Hoy en día es escasa excepto en parajes lejanos de puna. §623 pescadores. v. UROS. Piçarro. v. PIZARRO piedras y frijoles de muchos colores. Para mirar las suertes. §244; para contar §438 Pilcomayo, puente de. Puente de cal y canto ubicado en el camino a Potosí, Charcas. §278 Pirco. Valle de selva alta apto para el sembrío de coca. Hoy en día Pillcopata, prov. Paucartambo, dep. Cuzco. §792 Pizarro, Gonçalo. §100, 365, 653 Pizarro, marqués Francisco. §638, 669 plata. Polo fue testigo de una baja en la producción de plata para 1570 y teme que empeore §497-500 extracción inca §198-9, 201 tributo inca §556 vasos, figuras, vajillas §232, 282, 614 rescate §590 rescate de Atahualpa §640-2 tasas, pago a encomenderos §348, 351, 365, 372-3, 377-8, 396-402, 415, 425, 437, 440, 452-8, 493, 687, 797 unos indios adquieren más que otros §435, 446, 453 Uros no tributaban §441 riqueza de los caciques §364 responsabilidad de caciques §450 distribución sin fraude §455, 459 Plaza del Cuzco. En quechua se llamó Aucaypata /Hawkaypata/ y Cusipata /Kusipata/ según el lado del río Saphi donde estaban. Traducido su nombre como «Plaza de las fiestas y de la borrachera», ahora podemos decir también «de la Alegría». De hecho «Plaza Regocijo» se llama hasta ahora la parte que tocaba a Cusipata. Hoy en día Plaza de Armas. §25, 232, 283, 285 Pocona. Probablemente fue cabecera de hunu. Se sitúa entre Cochabamba y Mizque, actual

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Bolivia. §23, 188, 738 policia . ant. Orden, educación. por maravilla. Raramente. §9 Porco. Ubicación de importante guaca y mina explotada ya por los incas. Actualmente en la prov. Antonio Quijarro, dep. de Potosí. En §372 la llama ‘provincia’ y en §453 refiere al asiento minero. posibilidad. Todo lo que incluye la capacidad de transportar, cultivar, producir (llamas para acarreos, chacras, especialistas, salud, clima, etc.). También refiere a los medios económicos. §323, 520, 658 Potosí. Es curioso que Polo no nombre a Potosí una sola vez en sus Respuestas aunque trata el tema de la plata mencionando «la comarca», «las minas». «su descubrimiento» §98, 352; comercio, tiendas §348, 401; acarreos a §48, 64; lo goberné §407; entrevistar a indios allí §456; no se quieren mudar §378, 396 precipuo. Del latín praecipuus: prescribir-prescriptivo. «Adquirir una cosa o un derecho por la virtud jurídica de su posesión continuada …» (DRAE). §59 presupuesto. «Presuponer. Latine praesupponere, dar una cosa por notoria; y de allí presupuesto, lo que damos por concedido» (COV). Polo construye progresivamente sus argumentaciones estableciendo «verdades comprobadas» que llama presupuestos. Para la comprobación de los presupuestos recurre a diversas fuentes: a los testimonios de los viejos incas, de los conquistadores, lo que él mismo ha comprobado como corregidor viendo actuar a los jueces naturales, lo que se halla «figurado» o «significado» en los quipus, las experiencias de las cuales ha sido testigo, todo ello lo acompaña de deducciones lógicas y de sentido común. Sus procedimientos, lógicos y racionales, no perderán vigencia. principal. En general es el término que se usa para los caciques que son de menor rango al cacique principal (generalmente cacique de guaranga). Por ejemplo en la junta de 30 principales de Paria, descrita por Polo, la mayor parte serían caciques de pachacas. §438. Cuando menciona que en un repartimiento de mil indios no hay más que tratar con tres principales, se puede entender que serían caciques de varias pachacas o pisca pachacas, es decir de quinientos tributarios. §484 principalejo. Con este término Polo se refiere a los caciques menores de ayllos o parcialidades que pueden tener a cargo entre 10 y 50 tributarios. §449, 459 proporción. «Correspondencia debida de las partes con el todo» (DRAE). §134, 136, 224; también refiere al tamaño. §142 provincia. Traducción castellana empleada por Polo para hunu o guaranga. La mayoría de los hunu incas fueron divididos (o repartidos) a más de un encomendero, aunque algunos hunu se mantuvieron unidos y pagaron sus tributos directamente a la Corona (en cabeza de Su Majestad) §95, 116.

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En ocasiones se refiere al hunu y en ocasiones se refiere claramente a guaranga: «las provincias que estaban debajo de cada hunu» §121 puede ser tanto hunu como guaranga §175 provisión. «Mandamiento que en nombre del rey expedían algunos tribunales, especialmente los consejos y audiencias, para que se ejecutase lo que por ellos se ordenaba y mandaba.» DRAE. §155 pucara, pucaraes. q. /pukara/. En castellano ant. «fuerza». Fortaleza. §14, 187, 583 pueblo. Utiliza varias acepciones. Una de ellas equivale a pequeñas localidades que se encontraban dentro de una provincia, dependientes de una cabecera, y agrupados por pachacas. Estos pueblos serían algo similar a lo que ahora entendemos por comunidades y antes de las reducciones toledanas estaban compuestos por alguna o algunas decenas de familas, aunque muchos no llegaban ni a cinco familias, como se ve en la Visita de Huánuco de 1562. §600, 789 pulicia. v. POLICIA. puquio. Del q. /pukyu/ ‘manantial’. §21, 248. purunrunas. Es extraña esta mención asociada a la guerra contra los Chancas. Páginas después estos personajes míticos se llaman pururaucas (§14, 185). Parece un error del propio Polo. Los purunrunas nos son conocidos por varias fuentes y se habla de ellos hasta la actualidad, son las personas incivilizadas de un tiempo mítico primordial, antes de la aparición del Sol, no hay ninguna otra fuente que conozcamos que asocie este término a los personajes que surgen de la guerra contra los chancas. §3 pururaucas. q. de /purur/ o /purum/ ‘primordial’, ‘incivilizado’ y /awqa/ ‘guerrero’, ‘soldado’. Puede traducirse como ‘guerreros primordiales’. En (§3) les nombró como purunrunas, pero debe ser errata. §15, 118, 185

Q Quichuas. Provincia inca aproximadamente situada entre las prov. actuales de Aymaraes, Abancay y Cotabambas de la región Apurímac. Puesto que estaban en valles que limitaban con los Aymaraes de partes altas (que en ese tiempo hablaban aymara) de ahí parece que surge el nombre de la lengua quechua. Según Polo, proveía de oro al Inca. §202 Quillacas. Etnia o nación aymara de Charcas, generalmente asociada a los Aullagas, con quienes debían formar una provincia inca, hoy en día al sur del lago Poopo, dep. de Oruro, Bolivia. §45, 351 quinua . q. y a. /kinwa/. Granos similares en apariencia a los cereales, de grandes propiedades alimenticias, nombrados en segundo lugar en los quipus, después del maíz. §46, 545 quipocamayos. q. /kipukamayuq/ ‘oficial o experto en quipus’. Suelen ser los mismos caciques los encargados de llevar las cuentas con los quipos, aunque en provincias de regular

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tamaño los había dedicados exclusivamente a esa labor. Polo da como sinónimo marcacamayo y lo traduce como ‘contadores’. También son llamados «grandes oficiales». §337, 438 quipu . q. /kipu/ ‘nudo’, ‘instrumento anudado de cuerdas’. Las referencias a los quipos son muy numerosas a lo largo de todo el texto de Polo, sin embargo la mayor parte de las veces no se nombran como «quipo»: registros §7, 27, 147, 182, 232, 264, 293 memoria §186, 216, 263, 264 cuentas, orden y cuenta 302, §570, 600, 603 hilos y quenta §633 hilos o nudos §302, 332, 523 orden §626 quipu (admiración por los cálculos o lo que registran). ‘no se puede creer’ §148, 182, 337, 411, 523, 736; ‘cosa maravillosa ver la diligencia’ §436 quipu (naciones no incas también tenían) §9. Polo hace alusión a estos quipus «de los otros» que corresponden a naciones que aun no habían sido incorporadas a los incas. Conocemos una referencia a estos quipos: en 1570, don Alonso Poma Guala, de edad de 92 ó 93 años, natural de Tuna en los Lurinhuancas, declaró: «Que oyó decir a su padre y abuelo, que cuando vino el dicho Inga a conquistar y señorear esta tierra, se puso en un cerro, en este repartimiento, con la gente que traía, que serían diez mil indios de guerra, que en su lengua se llama este número huno. Y que allí se fue su bisabuelo del testigo, que se llamaba Apo Guala, el cual le dio la obediencia y le mochó [a Tupac Yupanqui]. Y que habia llevado consigo diez indios soldados, porque él era uno de los cincheconas deste valle (...) y el dicho Topa Inga, oyó decir este testigo, que habia dado al dicho su bisagüelo unas camisetas y mantas galanas y unos vasos en que bebiese, que llaman entre ellos aquilla.» (Jimenez de la Espada 1882:). De las referencias númericas −aunque imprecisas− a las cantidades de soldados, así como a los bienes entregados-recibidos (mantas, camisetas y aquillas o vasos de plata) se puede inferir que se lee un quipu de los usados por los huancas antes de que los conquistara Tupac Yupanqui. Un quipu con estructura casi idéntica es el que usaron los caciques huancas para «recibir como amigo» a Pizarro en Cajamarca. (Chirinos 2010: 35). quipus (registran los muertos en guerra). En los quipus constaba el número de fallecidos en cada refriega o batalla, diferenciado por sexo (Quipos huancas, Quipos de Chucuito). §186 quipus (registran traslado de arena). La existencia de quipus con los traslados de la arena es un detalle nuevo que no figuraba en la versión primera (cf. §713). Aunque Polo señaló que consta en quipus (registros) el traslado de la arena, añade que lo «dicen los viejos» (§236), lo que a su vez indica que su fuente principal, al menos en este caso, es el tes-

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timonio oral. Cuando menciona que la orden fue por tambos y provincias es necesario tener en cuenta que el tambo, aunque no es una división administrativa, sí solía ser la cabecera de una o varias provincias. §232 quipus (registro de chasquis). En el párrafo §216 de Tratado se señala explícitamente que se usaron los quipus para registrar los viajes. Cuando Polo escribe, hacia 1560-70, se conservan aún los quipus donde se registran las hazañas de los chasquis. Este hecho nos lleva a concluir que la descripción que figura en el párrafo §211 de ambas versiones es incompleta. A la descripción que hace Polo falta agregar el hecho de que además de la palabra «a viva voz» el chasqui que llegaba corriendo tenía que entregar al menos un quipu al chasqui que recibía la posta. Esto es así puesto que de otra manera sería imposible, al menos así nos lo parece, que existieran los quipus donde están registrados los viajes (que algunos guardan varias décadas después de haber ocurrido). Tenían que darse un tiempo −aunque fuera brevísimo− para entregar el quipu donde quedaría registrado el itinerario, leguas recorridas y días empleados. Y de aquí sacamos otra conclusión: la palabra del Inca también debía constar en un quipu tal como ilustra el dibujo de Guaman Poma. Si nos preguntamos por qué Polo y otros cronistas han omitido este detalle, igualmente podemos preguntarnos por qué se ha omitido el detalle de la entrega del quipu donde constaban los días y recorrido hecho, el mismo que −según lógica elemental− no hay otra forma de hacerlo −de manera fidedigna− sino es pasándolo de mano en mano entre todos los que recibieron la respectiva posta y después retornándolo al lugar de origen con la respectivas copias que fueran necesarias para los interesados. Todo ello sin tomar en cuenta cómo podría llegar un mensaje de Cuzco a Quito después de pasar ‘a viva voz’ por unos 500 chasquis. La descripción de Polo de los chasquis es una especie de versión ofical que perdura hasta hoy y tal vez sea incompleta. Pero muy valiosa, pues atendiendo a sus detalles, nos puede dar una nueva comprensión de los quipus y los chasquis. Quiquixana, puente de. Puente de soga “prescindible” gracias a otro puente de cal y canto que se habría hecho. Cabecera de Quispicanchi, actualmente en la prov. del mismo nombre, región Cuzco. §277 Quito. Proveía de ropa para el Inca. §187, 202, 208, 239, 288, 294, 569, 712

R ranchería. «Conjunto de ranchos o chozas que forman como un lugar» (DRAE). recado. ant. ‘Cuidado’ § 212 reducción. Es la concentración de indios en pueblos grandes, a partir de los poblados dispersos en los que vivían. Se intentaba hacer desde hacía bastantes años pero será recién Toledo el que la emprenda con inusitada violencia. Polo aconseja hacerla con gran tiento. §503

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registro. «Registro, el libro donde se registró y el alvalá que lleva el que ha registrado. Registro, cerca de los escrivanos, es el protocolo de las escrituras» (COV). Para Polo en varias oportunidades es simplemente la traducción castellana de «quipu», con toda claridad. §7, 27, 147, 182, 232, 264, 293 relación pasada. Refiere a lo que llamamos Respuestas. §296. repartición (de todo el reino junto). En §607 Polo describe este tipo de repartición que se utilizaba las obras que se realizaban en Cuzco. De dicha descripción se infiere que habría una estadística total y un cálculo de las proporciones para cada provincia (que probablemente estaban agrupadas en conjuntos de provincias). Esta impresionante movilidad de las personas solo se explicaba por la red de caminos y abastecimientos. Todos los «tahuantinsuyos» podrían hacer la repartición para todo el territorio. §333 repartición (igual, sin ser agraviados, en base a proporciones). v. también COTAS. Parece que la división proporcional afectaba a casi todo: acllas, chasquis §218 maíz, ropa, oro, lana: §602-7 era conforme al número §128, 159 se hacía igualmente §197, 302 ninguno recibía agravio §204 conforme a la cantidad §205. Al respecto de los españoles que conocían las características de los repartos Polo dice que «solo lo saben quienes lo han examinado con curiosidad». Entre ellos suponemos que pudieron haber estado Cieza, el informante de Las Casas, Damian de la Bandera, Matienzo y Salinas Loyola. §736 repartimiento (1). Se decía de los indios y de su territorio que se entregaban en encomienda. Dichos indios debían aportar sus tributos al encomendero, quien recibía la encomienda en nombre del rey por los servicios prestados a la Corona. Algunos incas, los que pactaron con el Marqués de Cañete, así como Paullo Inca, aliado de los españoles, también recibieron encomiendas. En muy pocas partes o ninguna se entregaron hunus como repartimientos. En algunas partes se entregaron guarangas como repartimientos (Charcas). En el área del Cuzco parece que lo que se repartió a los encomenderos fueron pachacas. En la práctica operaba como una subdivisión política dentro de un corregimiento, el mismo que incluía un número variable de repartimientos. §61, 64, 78, 128-9, 132, 346, 674, 743, 746, 759 fueron conocidos por los indios §649 tierras de él §745 pagaran lo que pudiesen §650-1, 653 necesitaría cada uno un corregidor §609, 751 padecieron el daño de la conquista §644 visitados §664

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valor monetario §592, 648 se perderían §752 comparados a los de México §134, 136 repartimiento (2). Refiere a lo que los incas distribuyen o a lo que los indios dividen entre sí para sacar la cuenta de lo que les cabe en cuanto a los tributos. hechos por los indios §72, 79, 188, 587-8, 602-3, 618, 650, 686, 756. hechos por el Inca en ganado §548 en mujeres §565, en personas §573 repartimiento (3). Refiere a la acción de repartir encomiendas. §638, 646, 653 rescate. (1) Comercio, intercambio, trueque. entre indios §46, 115, 410-2, 590. De encomenderos con indios §78 rescate. (2) Podemos decir que es una forma de brutal de explotación crónica consistente en obligar a aceptar crédito y a los que se endeudan cargarlos con unos intereses que ni siquiera conocen; lo que hace que sus deudas sean impagables y entren al círculo vicioso de la explotación. Modalidad muy usada por los españoles y mestizos a lo largo de la Colonia y República para la explotación y el robo «legal» de los indígenas. §791 rescate. (3) el de Atahualpa en Cajamarca. §634, 640 respective. ant. Respectivamente. respetos. Consideraciones. §101 retasa La «retasa» era la revisión de la tasa, que podía estar encaminada a bajar los tributos (cuando los caciques la pedían) o a subirlos (cuando los encomenderos o la misma Autoridad dependiente del Rey lo pedían). §359, 675 Roma. §184 roza . 1. Lo usa como sinónimo de chacra §70, 87. 2. Porción de monte talado y quemado para hacerlo chacra, en relación a los sembríos de coca §557, 783.

S sacrificios. Eran innumerables y un gran gasto §20, 24-5, 246, 286, 628, 769, 770, 825-6 a las guacas, en los ceques §13, 15-6, 249, 767 en la Plaza del Cuzco §286 de ganado §549, 550, 623 pero no las hembras §49, 177 se permitía la bebida §810 a Viracocha §637 al Tecsiviracocha §233 por la salud §237 de ropa §52, 174, 179, 601

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de madera §190 por las heladas, las aguas §546 a las acllas § 165-6, 171, 564 para las momias §183 de personas §582, 715, 741 los estableció Pachacutec §628 Sacsahuana. v. XAQUIXAHUANA. Sanlúcar de Barrameda. Puerto español de donde zarpaban las naves al Perú. §394 Sansón. §306 Santa Ana, Iglesia de. Situada ahora en el Barrio de Santa Ana del Cuzco. Al parecer tuvo una primera ubicación no muy distante (Bauer 2002). §226 Santillán, Hernando de. Oidor de la Audiencia de Lima, uno de los comisarios de la Tasa de Gasca. §663 Santo Tomás, Fray Domingo de. Fue obispo de Charcas. Domingo de Santo Tomás era prácticamente un portavoz de la corriente lascasiana, de la cual Polo se distancia claramente al relativizar los abusos de los españoles, negando por ejemplo que el excesivo trabajo impuesto fuese causa del sufrimiento o muerte de los indios o al argumentar contra los principios de «libertad» propuestos para los indios. Por ello cuando en las preguntas de Su Majestad se insiste en el tema de la «consideración» parece que Polo, muy sibilinamente, sugiera que sobre eso mejor se les pregunte a los tres personajes que fueron responsables de la elaboración final de la Tasa, ya que ellos son los adalides de la defensa de los indios. De ser cierta esta interpretación es congruente con la presunción de Murra acerca de que el obispo es el redactor de la Instrucción del Rey. §115, 663 Sapa . q. /sapa/ ‘solo’ ‘único’. La escritura de “capa ynga” en §264 puede inducir a confusión. En el quechua actual se mantiene vigente el término ‘sapa’, el mismo que en época colonial se escribía «çapa» o «zapa», glosado en este caso como ‘único’. «Sapa Inca» en escritura modernizada quiere decir ‘Único Inca’. Por otro lado /qapaq/ o ‘capac’ se solía escribir a los inicios eliminando la ‘c’ última. A raíz del III Concilio se escribe /capac/ significando ‘rey’, ‘poderoso’, ‘rico’. Este capac es claro que no es el título al que hace referencia el autor. Por otro lado, la puntuación usada en la edición (Lam.) da a entender que se le llama Sapa Inca «por sus memorias». Sin embargo lo que indica el autor es que las memorias (o quipus) lo que informaron es la cantidad de personas que acompañaban a morir al Inca difunto, lo que reitera líneas después. satisfacerse. Lo usa generalmente en primera persona: «satisfice», ‘convencerse’. saybas. q. y a. /saywa/ ‘señal de piedra para marcar límites’, suele estar asociada a un valor sagrado. Acosta que lo sigue en casi todo, sin embargo da el nombre de succanga para los pilares que Polo menciona. §160, 531 Sayri Topa. /Sayri Tupaq/. Hijo de Manco Inca y nieto de Huayna Capac, que le correspondía

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suceder a Manco Inca al frente de la facción Inca independiente asentada en Vilcabamba. Tras negociaciones con representantes del Marqués de Cañete, salió de su reducto y aceptó una encomienda en Yucay a condición de acatar obediencia al rey de España. §265 semoviente. ant.’ganado’. §539 servicio del encomendero El servicio del encomendero se refiere a los indios de servidumbre como cocineras, porteros, cuidadores de establos, proveedores de leña, etc. que se dedicaban a atender las labores en las casas de los encomenderos. Dichos indios también se regían por el sistema de turnos o mitas. §347 servicio. En algún caso ‘servicio’ se entiende por todas las cosas que requería tener un nuevo Inca: ropa, ojotas, pero especialmente a la vajilla de oro y plata. §282 Sevilla. Ciudad principal de España desde donde se armaban las flotas a las Indias. §224 siempre. En (§123) Polo lo usa en el sentido equivalente a ‘de todas maneras’, tal como ocurre en el quechua y aymara con el sufijo -puni y el castellano andino actual. ¿Una coincidencia semántica entre el castellano de Polo y las lenguas andinas? Soras (1). Provincia inca que se sitúa en la que ahora es la prov. de Sucre, región Ayacucho, Perú. Suele estar asociada a la provincia de Lucanas. Según Polo, proveía de oro al Inca. §202 Soras (2). Nación indígena de Charcas, de habla aymara. Su nucleo mayor estaba entre Paria y Cochabamba, Bolivia. §437 soroche. Metal plomizo utilizado para fundir la plata en las guayras de Potosí, según lo describe Acosta (2008: 109). §446 sortílegos. «Que adivina o pronostica una cosa por medio de suertes superticiosas» (DRAE). §546 subsidios. Tributos extraordinarios. §123, 218 sucesion de las mujeres. v. MATRIMONIOS. Suras. v. SORAS. suyo (1). q. y a. /suyu/. División administrativa con la que se identificaba a los cuatro suyos principales. Puesto que Polo menciona que después de dividir por suyos se dividía por hunus se puede suponer que ‘suyu’ implica una agrupación de hunus. Algunas provincias, fuera de los cuatro suyos famosos, usaron de este término en su nombre: Urcosuyo, Omasuyo y tal vez Culisuyo. Las significaciones del término suyu y sus derivados aparecen relacionadas a los repartos proporcionales (v. Introducción del editor). suyo (2). q. y a. Polo refiere con este término a las chacras y territorios de caza que el Inca separaba, apropiándoselo, para sí mismo o para el Sol. Esta significación está relacionada a «Dividir tierras, chacras». (GH 1608: 333). Suyu comporta varias significaciones con el sentido de división, de rayas, que es común a algunas acepciones de ceque. También sería común el que ambas palabras marquen la división de territorios o parcialidades.

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§26, 107, 108, 143 suyo (3). q. y a. «La parte que alguno o muchos toman de alguna obra para trabajar’ (BER). §757

T tambos (servicio a los españoles). q. /tampu/. Es notable el cambio producido en la evaluación del problema de los abusos que se hacían con los porteadores indios en los tambos, comparando lo dicho en Relación §271 y Respuestas §568. Es una buena muestra de los cambios entre 1561 y 1571. Las Ordenanzas de Tambos de 1543 fueron publicadas en Revista Histórica, pp. 427-492. Tapia y Segura. Nombres de encomenderos. §351 tasa. La tasa en general refiere a cualquier fijación de un precio o de una cantidad establecida. En esta edición escribimos en mayúsculas solo las referencias a la primera Tasa de Gasca. Tasa de Gasca. Se efectuó entre 1549 y 1551, ordenada por el Presidente de la Audiencia de Lima, La Gasca. Fue la primera fijación de lo que los indios de cada repartimiento debían pagar a sus encomenderos o a la Corona. tasado . Fijado, limitado (COV). §694 Tayopaya o Tayapaya. v. AYOPAYA. tener tanta cuenta. Calcular meticulosamente en quipos §302. terrazgo. Pago que hace al dueño de la tierra el que la trabaja. §416 Tiaguanaco. Polo y varios otros cronistas pensaron que sus ruinas eran incas. §227 tiana (silla). q. /tiyana/ Asiento a manera de taburete que simbolizaba el poder de caciques y el del mismo Inca, Polo también emplea solo el término castellano ´silla’. §261, 283 Ticsiviracocha. . Le llaman al Criador Universal «cuando tratan de la mar», §233 tiempos. Traducción de mita. §108, 371 tierra, (toda la). ‘Toda la población’ §17, ‘todas partes’ §89, ‘todo el país’ §131 tierras estériles (frías y secas) / tierras fértiles (caliente y regadas). Polo usa este binomio para explicar distintos temas como la tenencia de tierras, el envio de mitimaes, la despoblación, la naturaleza de la gente, su riqueza, etc. llamadas punas §710; tres de cada cinco año hay sequía § 46, 75; no da maíz § 113; producen más §426 Tinta, puente de. Presumimos que puede referirse a Tinta, aunque en el manuscrito solo se lee la primera letra (T). §277 título. Polo lo menciona como la razón del señorío, el fundamento sobre el que se basaba el gobierno de los incas. §635 tiyana. v. TIANA. tocados. Polo señala que en los adornos de la cabeza se puede distinguir la procedencia. Lo que

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sigue siendo cierto para zonas de población indígena. §320 tocrico . q. /tukrikuq/, derivado según algunas fuentes (otros lo discuten) de /tukuy rikuq/ ‘el que todo lo ve’. Gobernadores del Inca puestos a cargo de una provincia. §599 topo. q. y a. /tupu/, de /tupuy/ ‘medir’. Medida de área y de distancia en el Tahuantinsuyo. «Legua de camino a la medida del Inga» (BER). Para las distancias Ramos Gavilán da una equivalencia de: 3 topos (o ‘leguas del Inca’) = 5 leguas. Para Polo cada topo es legua y media. De acuerdo a las equivalencias que da Polo, las 500 leguas entre Quito y Cuzco serían aproximadamente 333 topos. Si cada chasqui corría un topo, tan solo hay que multiplicar por dos (ida y vuelta) para obtener las 666 «carreras» de chasquis que debían ser necesarias. Y si empleaban «menos de 20 días», implica que cada día (con su noche) corrían 33 topos, 33/24= 1.4 topos por hora. Si cada topo equivale aproximadamente a 8 km, el promedio sería algo más de 11 km por hora. §209 medida para el movimiento del sol §160 totora. q. y a. /tutura/. Planta acuática a manera de junco utilizada para hacer ‘suelos flotantes’, ‘balsas’, etc. §427 Tratado de la Religión. Es aludido en varios pasajes. pág. 85 y 88; §2, 3, 14, 15, 185, 201, 826 Tratado de los Matrimonios. Referencia de Polo a su estudio sobre las leyes y costumbres de los casamientos. Por lo que Polo menciona se infiere que su Tratadillo contiene con quiénes estaba prohibido y con quiénes permitido el vínculo matrimonial estableciendo también algunas reglas preferenciales. Hasta tiempos muy recientes en diversas culturas indígenas amazónicas (que fueron limítrofes del Tahuantinsuyo) se permitía el matrimonio entre primos «cruzados» de acuerdo a determinadas reglas. A este tipo de reglas creemos que se refiere el autor. §167, 267, 823 tributo (igualmente distribuido, conforme al número, ninguno recibía agravio). Es decir, proporcionalmente igual. De acuerdo a lo que también llama «cotas partes». §189, 197, 204, 556 tributo (señaladamente). Por el contexto donde se expresa (§175) se entiende que «señaladamente» alude a que se trataba de una cantidad establecida (señalada). Puesto que el tributo no era fijo sino que variaba de año en año, dicha cantidad tenía que ser una proporción obtenida por medio de una fracción matemática que dividía una parte (conforme a lo que les cabía a cada hunu separadamente) entre un total, es decir el total de un conjunto de suyos o comarcas o provincias que despues se subdividía. Comparando el pasaje mencionado con el correspondiente en Tratado se aprecia el esfuerzo de Polo por darse a entender con la mayor precisión posible. tributo a la religión. Se entiende que tanto al Inca como al Sol, al Pachayachachi, a la Pachamama, a Chuquilla, a las momias de cada Inca, etc.; se les llevaba sus provisiones en sus ganados y de todo ello existían quipus detallados. Respecto a la averiguación de

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cantidades entregadas, en Relación se dice «se dejó de poner» y en Tratado «lo dejamos de averiguar», lo que hace una diferencia significativa. §182 tributo al Inca (sin límite). Polo menciona que en la cantidad de lo que se daba al Inca «no había límite» (§54). Da a entender que se podían mandar a hacer tanto 1,000 tejidos como 5,000, lo que probablemente él mismo habría visto en algún quipu. Sin embargo lo evidente es que tenía que haber límite, el cual dependía de «en cuanto se entendía su posibilidad» como Polo aclara (§621). La insistencia de Polo en la ausencia de «límite» hay que entenderla en el contexto de los argumentos lascasianos que demandaban insistentemente disminuir el trabajo a los indios y ponerle límite a los abusos que se cometen desde la llegada de los españoles. En ese contexto es que Polo incide en que antiguamente no hubo un límite fijo –por así decirlo− en lo que el Inca mandaba a hacer, ya que dependía de la necesidad del Estado o voluntad del Inca, como el autor la llama. Por ejemplo cuando se hicieron las obras con miles de trabajadores residiendo por turnos en el Cuzco se habrán necesitado decenas de millares de ropas y en otras circunstancias, menos. Más allá de la cantidad, que era muy variable, Polo resalta la característica de la distibución proporcional y por turnos, según los casos (conforme al número, sin agraviar a nadie). §198, 556 tributo de doncellas (acllas). De lo dicho en la versión de Tratado (§159) se entiende más claramente que de las doncellas recogidas en cada hunu (de ocho y nueve años), se llevaba la parte proporcional que correspondía a dicho hunu. Esto se hacía por el mes de febrero de cada año cuando dichas niñas ya habían cumplido trece o catorce años y estaban instruidas por las mamaconas. Las dos versiones tienen ideas que son complementarias: las llevaban al Cuzco y después las tenían puestas allí. Todas las que se mandaban, era esa única vez del año. Así hay que entender cuando dice todas puesto que de otra manera no tendría sentido la repartición matemáticamente proporcional: «conforme a lo que les cabía». En §167 señala que podían ser empleadas para servicio de la coya y para concubinas del Inca. tributo de ganado. Polo también menciona la división proporcional en este tributo: «tercias o cuartas o décimas» §205 tributo de ropa. Hay una sutil e importante diferencia cuando en Relación dice ‘a otro ninguno’ (§172) y en Tratado ‘otro ninguno’. Creemos que la versión de Relación es la correcta puesto que efectivamente solo daban tributo de ropa al Inca y su religión. Aunque es probable que la versión de Tratado sea producto de la omisión de los copistas, la hemos mantenido dado que el tributo de ropa era especial, en la medida que la ropa era usada como un bien de intercambio a gran escala, con ella los incas pagaban a quienes le servían. Apreciando esto, Francisco Pizarro permitió que sus soldados (españoles o indígenas –sin precisar−) saquearan los depósitos de ropa: Apenas llegados a Jauja en 1533 robaron 2,216 vestidos finos de cumbi. (Atun Xauxa y Lurinhuancas).

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Para un pasaje maltratado por los copistas en Polo y de difícil comprensión (§173) nos sirve la versión del padre Acosta: «En tomando la borla, luego se hacían fiesta muy solemnes y gran multitud de sacrificios con gran cantidad de vasos de oro y plata, y muchas ovejuelas hechas de lo mismo; y gran suma de ropa de cumbi muy bien obrada, grande y pequeña (...)» (2008: 213). tributo en servicios. Polo hace un repaso muy breve de algunos de los oficiales, como se llamaron en la época, que trabajaron al servicio directo del estado inca en labores administrativas. Los nombres quechuas que debieron tener son: llamacamayoc, collcacamayoc, quipucamayoc. Otros oficiales no mencionados por Polo, que aparecen por ejemplo en la visita de Huánuco, son carpinteros (quirucamayoc), los que hacen ojotas (usutacamayoc), los tejedores de ropa fina (cumbicamayoc), los olleros (sañucamayoc), los guardas de chacras (chacracamayoc), los que cultivaban coca (cucacamayoc) entre muchos otros. Si bien estos últimos no trabajaban directamente para el estado sino que contribuían en su especialidad para los tributos que aportaba su comunidad o provincia. El sufijo compuesto -camayoc tiene dos acepciones principales: la de ‘especialista’ y la de ‘oficio o profesión’ tal como en castellano el sufijo -ero/a. De ello resulta que quipucamayoc podía ser tanto el especialista en registrar y calcular con los quipus (la acepción que nos ha llegado hasta nuestros días) o el que los guardaba, una especie de archivero o bibliotecario de los quipus. §293 trigo. Se incorpora tempranamente como tributo a los españoles. §111 Tumbes . Hoy capital de la región del mismo nombre. §216 tunican et syndonem = ‘manta y camiseta’. En el manuscrito y en otras ediciones se señala equivocadamente el término “tunican es in donem” (Rel.-ms.), “tunicam est in donum” (Lam.) cambiando la significación. Acosta trata este tema a propósito de los que afirmaban un parentesco entre judíos e indios: «Y que estos dos vestidos que solamente traen los indios eran los que puso en apuesta Sansón, que la Escritura nombra tunicam et syndonem, y es lo mismo que los indios dicen aquí ‘camiseta y manta’» (2008: 40). Polo da varias muestras de buscar universales en costumbres y comportamientos, lo que es una visión moderna, y aun en la actualidad poco practicada. §306 Tupac Yupanqui . Sucesor de Pachacutec. §6 Tytri. Así en Rel.-ms. En blanco en (Tra.-ms.). Puede ser Itu: «La fiesta de Itu no tenía tiempo señalado mas que en tiempos de gran necesidad se hacía» (Polo 1985: 273). §166.

U Urcos . Situada donde está la actual capital de la prov. de Quispicanchi, región Cuzco §2. Urcosuyo. q. y a. Junto con Omasuyo serían las dos partes que conformaban el Collao. El Urcosuyo era la cordillera occidental (hacia el mar) y el Omasuyo la cordillera oriental

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(hacia la Amazonía). Ambas regiones estaban asociadas a sus respectivos caminos que desde Ayaviri hacia el sur se dividían en las dos partes dichas. §738 urincuzco. v. LURINCUZCO. urinsaya . q. ‘La parcialidad de la parte de abajo’. §330, 455 Uros . Nación indígena dedicada especialmente a la actividad pesquera que habitaba cerca a los lagos Titicaca, Poopo, hablantes de la lengua uro. Fueron grupos sociales marginados en las sociedades aymaras, de lo cual hay aun recuerdo. Actualmente perviven en Bolivia comunidades hablantes de la lengua uro-chipaya en la prov. de Atahuallpa, dep. de Oruro. Polo les llama indistintamente «pescadores». §427, 437-445, 469, 813 Uros, lengua de los. Polo alude a la diferencia entre vocales largas y cortas de la lengua uro, aspecto confirmado en modernos estudios sobre dicha lengua (Cerrón-Palomino 2006). Es un detalle que nos hace ver la meticulosidad de Polo en aspectos lingüísticos, que fueron cruciales en sus investigaciones. §427 Uscovilca . Señor o capac de los Chancas. §4, 185

V Vaca de Castro, licenciado. Gobernador del Pirú tras la muerte de F. Pizarro y antes del virrey Núñez Vela (1542-1544). §271, 216, 599 Valladolid. Ciudad de España que solía ser sede de la corte a mediados del siglo XVI, donde nació Polo. §34 vecinos. Suelen ser los españoles que habitan en ciudades y villas, de los cuales la mayor parte no son encomenderos. Polo señala la conveniencia que los indios sirvieran a los vecinos en dichas ciudades para construir obras públicas, como proponía también su colega Matienzo. §692 Vilcanota (laguna de). Polo la menciona como el límite de un territorio conquistado por los incas en el cual permanecieron mucho tiempo. El ahora llamado Nudo de Vilcanota marca la divisoria de aguas entre los ríos que van a la mar del Norte (antiguo nombre del Atlántico, es decir parte de la cuenca amazónica) y los ríos que se dirigen al lago Titicaca hacia el sur. El lago Titicaca a su vez desagua al lago Poopo, (antiguo lago Paria) sin salir después a ningún mar. Los límites importantes suelen ser tambien guacas importantes. Por otra parte tal vez no haya sido una lagunilla, Guaman Poma dibuja Vilcanota como un cerro (1936: 270). §5 vino o chicha. Refiere a la chicha de maíz. v. AÇUA. §158, 243, 261, 283, 285, 811 vino español §431 Viracocha (nombre que dieron a los españoles). §636 Viracocha Pachayachachi. Criador Universal. §286, 537, 633 Viracocha. Criador Universal. §286, 540, 564, 630

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viros. q. /wiru/ ‘caña dulce del tallo del maíz’. §811 Visita de Gasca. Por lo que sabemos de los resúmenes que existen de la Tasa de la Gasca, los cálculos del número de indios que se hicieron en las visitas previas son aproximados, lo que implicaría que no se hizo un censo estricto (numeración), o si se intentó hacer finalmente se deshechó, tal vez como respuesta a las maniobras de los caciques para «esconder» sus indios. Por lo que dice Polo se puede entender que de alguna manera defiende lo que podría haberse considerado una «debilidad» en la Tasa de la Gasca, en la cual él fue visitador y por tanto co-autor. §661-70 visita vieja. Polo no define cuál es esta visita, suponemos que pudo ser una realizada en tiempos de F. Pizarro. §669 visita. «Visitar como juezes o prelados, es hazer averiguación de cómo viven los visitados, cómo gastan la hazienda, cómo guardan sus estatutos, cómo administran justicia. El que lleva esta comissión se llama visitador y la resulta della visita.» (COV). Como aspectos específicos para las visitas realizadas en el Perú se consideraba como muy importante la averiguación del número de personas aptas para tributar, número de mujeres, niños; si eran ya bautizados o no; la presencia de minas; la condición religiosa (si ya se habían bautizado o aun no). Hubo visitas tempranas, tal como la que representa Guaman Poma. La primera Visita General es la que ordenó Gasca en 1548, al acabar la rebelión de Gonzalo Pizarro. A partir de la Visita es que se establecía la Tasa. visorrey. ant. por ‘virrey.

X Xaquixahuana. Ant. nombre de la actual Pampa de Anta, prov. de la región Cuzco. También refiere a la cabecera de la provincia emplazada presumiblemente en torno a la capital de la prov. de Anta, Izcuchaca. §2 Xauxa. ant. por Jauja. Gran tambo situado donde se haya hoy la ciudad del mismo nombre, prov. Jauja, dep. Junín, Perú. §266, 277, 642

Y yanacona. q. /yana-kuna/, donde /yana/ es ‘criado’ y /kuna/ el pluralizador: ‘criado, personal de servicio’. El uso del pluralizador /-kuna/ se transforma en -cona y sirvió solo para castellanizar sin ninguna connotación de plural, como en mamacona que solo designaba a la ‘señora responsable de las acllas’; ‘yanacona’ tampoco tiene referencia a plural, es por tanto un término castellano aunque su origen sea quechua. Los yana fueron criados del inca, y fue un estamento social que gozaba de ciertos provilegios debido a que su cercanía a los incas les instruía mejor que a otros en los usos y costumbres (también los administrativos) de los incas. No tributaban ya que solo se dedicaban a trabajar para los incas. El término colonial ‘yanacona’ designa a indios que son personal de servicio

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de españoles y que no dependen de un cacique. Con el tiempo muchos yanaconas se independizaron, gradualmente se amestizaron, aprendieron castellano y se fueron convirtiendo en una clase social diferente con prerrogativas de las que carecían los demás indios. Como un ejemplo de la relativa libertad de movimientos que empezaban a tener es lo que Polo señala, podían establecerse en cocales. §419, 796 Yanahuara. Provincia inca que se situaba en los dis. actuales de Mara, Challhuahuacho y Haquira, prov. de Cotabambas, región Apurímac, Perú. Según Polo, proveía de oro al Inca. El término quechua viene de /yana/ y /wara/: ‘braguero negro’. Hasta hoy en día la ropa tradicional en dichos distritos es negra. §202 Yucay (valle de). ant. nombre del río Urubamba. El valle se ubica en lo que hoy en día son las prov. de Urubamba y Calca, región Cusco. §2, 247 yungas. Puede referir a los valles cálidos tanto hacia la región amazónica como hacia la costa, aunque algo más frecuentemente es término usado para la región mochica que se sitúa en las regiones costeras de Lambayeque y La Libertad, Perú. §238

Z zeque. v. CEQUE. zungazapa. [= barbudos]. q. de /sunka/ ‘barba’ y /-sapa/ sufijo posesivo-aumentativo: ‘que tiene mucho’. §636

índicE gEnEraL 1. introduCCión La prEsEntE Edición Sus obras: El Tratado sobre la Religión ..............................................................................5 «Relación de Guacas del Cuzco»: El Sistema de Ceques del Cuzco...................................6 Otras obras de Polo ..............................................................................................................7 «Informe al licenciado Briviesca...» y «Relación de los fundamentos...» ..........................7 Los manuscritos y su edición ...............................................................................................8 Anteriores ediciones.............................................................................................................9 Características de los manuscritos de esta edición ............................................................12 Tratado ms. y Relación ms. puestos en paralelo ................................................................15 El enfoque de la edición de «El Orden del Inca»..............................................................16 Otros criterios de edición ...................................................................................................18

La organización dEL ordEn dEL inca Los fines de Polo en cuanto a la averiguación sobre el Orden del Inca.............................23 La organización política del Tahuantinsuyo en Polo .........................................................24 La terminología quechua para las demarcaciones políticas ..............................................26 El nivel de comarca o suyo ................................................................................................31 Taguansuyo como parte del Tahuantinsuyo ......................................................................35 ¿En base a qué suyos o provincias se dividían los repartos? .............................................43 Las cotas partes y las proporciones....................................................................................45 ¿Cómo realizaban los cálculos? .........................................................................................48 El Orden del Inca bajo la corona de España (1560-1571) .................................................49 Los Mapas (comentario) ....................................................................................................55 Valoración de algunas fuentes modernas respecto la Organización Política del Tahuantinsuyo ....................................................................................................................57

mapas Mapa del Tahuantinsuyo ....................................................................................................48 Mapas 1 al 6 .......................................................................................................................60

bibLiografía ........................................................................................................................68 Abreviaturas del texto ........................................................................................................79

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El Orden del Inca

2. los dos MAnusCritos: trAtAdo y relACión ............................................... 81 Tabla de lo contenido en esta Relación.............................................................................. 83 Las razones que movieron sacar esta relación y notable daño que resulta de no guardar a estos indios sus fueros........................................................................................ 85 PARTE PRIMERA: CONTRIBUCIONES A. PRESUPUESTOS

1. Primer Presupuesto: El origen de los ingas y señores de esta tierra . ............................ 91 2. Segundo Presupuesto: El título con que conquistaron y se hicieron señores ................ 95 3. Tercer Presupuesto: Cómo dividieron las tierras después de la conquista ................. 101 4. Cuarto Presupuesto: Cómo la beneficiaban los indios y a cuya costa comían cuando beneficiaban el tributo . ....................................................................................... 101 4.1. A quién pertenece lo que el inga aplicó para sí y para las guacas ..................... 109 4.2. Cómo dividió y se poseyeron los ganados y la orden que puso en el beneficio y conservación y gasto de ellos................................................................... 111 4.3. Provisiones para la conservación del ganado. .............................................. 117 4.4. No contribuían del ganado propio. ............................................................... 119 4.5. El tributo en los acarretos de ganado ........................................................... 125 5. Quinto presupuesto: De qué contribuían y cómo, los indios al inga, y cómo poseían las haciendas . ..................................................................................................... 127 5.1. Cómo tasar el tributo de comida ........................................................................ 133 6. Sexto presupuesto: No contribuían de lo que cada uno cosechaba.............................. 135 6.1. De qué proceden los pleitos de estos indios y medio que se podría dar para que cesasen ......................................................................................................... 139 6.2. Otros casos sobre posesión de tierras. ............................................................... 149 7. Cómo no podrán dejar su tierra y hábito y las utilidades que de ello resultan ............ 151 8. La orden que tuvieron en los pastos, montes y cazaderos ........................................... 161 B. OTROS TRIBUTOS QUE DABAN AL INCA

1. La orden que tuvieron en tributar de las doncellas ...................................................... 169 2. De la ropa ..................................................................................................................... 173 3. Cómo contribuían de los ganados ............................................................................... .175 4. Del servicio personal que se deben en el Cuzco de todas las provincias..................... 177 5. El servicio de gentes para la guerra, cómo se daba el tributo del reino al inga .......... 179 6. El tributo que se daba: de cómo no había cantidad limitada........................................ 183 7. El tributo del servicio de los chasquis ........................................................................ 191 8. Tributo para edificios y fortalezas .............................................................................. 195 9. De la tierra para los sepulcros que traían al Cuzco ...................................................... 200 10. Del servicio de las guacas .......................................................................................... 203

Índice General

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11. Servicio para los muertos ........................................................................................... 206 12. Del servicio de tambos y caminos y puentes. ........................................................... 209 13. Del servicio de oro y plata para los ingas ................................................................. 212 PARTE SEGUNDA: DISTRIBUCIONES A. EL ORDEN DEL INCA ANTES DE LOS ESPAÑOLES

1. De la orden que los indios tenían en dividir los tributos y distribuirlos entre sí ......... 216 2. La división que estaba hecha de los indios .................................................................. 222 2.1. La orden que siguieron los indios cuando fueron encomendados. .................... 224 2.2. Advertencia del yerro de los indios en guardar el número viejo ....................... 225 B. EL ORDEN DEL INCA CUANDO FUERON ENCOMENDADOS

3. La orden que tienen los indios en pagar la tasa de la plata y si conviene alterarla ..... 226 3.1. Los beneficios de la Tasa no fueron entendidos por quienes gobernaron ......... 228 3.2. Cómo hacen los indios cuando se bajan las tasas. ............................................. 231 3.3. El caso de Macha ............................................................................................... 232 3.4. El caso de Achacachi ......................................................................................... 233 4a. Si conviene que los indios contribuyan como ahora o tasarlos por personas ........... 237 4.1. Cómo afectarían las mudanzas propuestas a los quintos reales ......................... 241 4b. (Continuación I) Si conviene que los indios contribuyan como ahora o tasarlos por personas. .................................................................................................................... 244 4.1. El caso de pequeños concejos de España........................................................... 249 4.2. Entre ellos hay orden y cuenta y razón delicada ................................................ 250 4.3. El caso de Paria .................................................................................................. 251 4c. (Continuación II) Si conviene que los indios contribuyan como ahora o tasarlos por personas. .................................................................................................................... 255 5. Algunos daños de las visitas ........................................................................................ 259 5.1. Sobre los abusos de los caciques ....................................................................... 262 5.2. Otros notables daños de no guardar la orden que tienen dada ........................... 264 6. Si conviene subir las tasas ........................................................................................... 267 6.1. Medidas para el buen gobierno del Pirú ............................................................ 270

notas finaLEs dE RELACIÓN ......................................................................................... 273

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El Orden del Inca

3. inforMe Con lAs respuestAs A lA instruCCión del rey......................277 capítuLos dE La instrucción dEL rEy 1o Qué son los tributos que los yndios pagavan al Señor Soberano ............................. 279 2o Si en respecto de lo que antiguamente pagavan están cargados o aliviados .............291 3o Qué generos de personas eran los que pagavan los tales tributos, y en qué tienpos del año pagavan estos tributos y de la orden que tenían en el repartimiento .........................................................................................................295 4o La paga de los tributos era por razón de las haziendas o por cabeças ......................299 5o Cuyas eran las tierras, heredades y términos que los indios poseyan .......................302 6o Quando los españoles christianos entraron si pusieron en los indios tributos de nuevo y de qué manera se sirvieron dellos y si fue tiniendo consideraçión .............305 7o La orden que se tuvo después en los que hizieron las tassaçiones de los tributos que avían de dar a los españoles encomenderos, y si se tubo consideraçión ............310 8o Si llamaron los pueblos para la hazer y si los pueblos dieron su consentimiento a la tassa ....................................................................................................................315 9o Si antiguamente avía serviçios personales y de qué manera.....................................315 10o Si será bien que los tributos se paguen de los frutos de la tierra y de las cosas que ay en la misma provinçia y no de otras. .............................................................318 11o Si antiguamente solían llevar los tributos fuera de sus mismos lugares y la orden que al presente tiene y la que se devría tener..................................................321 12o Si convendrá que la tasaçión de los dichos tributos sea por cabeças ........................324 13o y 14o Lo que los dichos indios han de dar y pagar de tributo en lugar de diezmo para el culto divino, clérigos y religiosos y beneficiados .........................................334 Todo lo cual miraréis con el cuidado que de vos confiamos y conviene al buen efecto de los negocios. .....................................................................................................344

4. ÍndiCe AnAlÍtiCo y glosArio ............................................................................351 Abreviaturas del Índice Analítico y Glosario ..................................................................352

índicE gEnEraL ................................................................................................................395

Este libro de terminó de imprimir en el mes de abril del 2013 en los talleres gráficos de Valgraf

La presente edición es un recorrido por la obra más importante del licenciado Polo Ondegardo, buscando mostrar con claridad las palabras del funcionario español que fue probablemente el más lúcido de su tiempo y el que mejor comprendió el orden del inca. Polo Ondegardo, a través de su dicha averiguación Polo va descubriendo que respetar «la orden inca» era la mejor manera de establecer un gobierno eficaz: «Porque dado caso que en alguna manera se les debiese poner otra –en algunas cosas que parecieren no convenir a la buena policía– no había de ser tan presto, ni sin entender la suya propia –que tantos años ha que se guarda entre ellos por ley inviolable. Mayormente estando determinado por los teólogos la obligación que hay de guardar sus fueros y costumbres cuando no repugnasen al derecho natural. Porque de otra manera y por la orden que se trata y ha tratado, no hay duda sino que a muchos se les quita el derecho adquirido obligándolos a pasar por más leyes que ni supieron ni entendieron ni vendrán en conocimiento de ellas de aquí a cien años.» Pitusiray

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Angostura Quispicanchi Caycay

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Chacaro Caxapucara

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Tambobamba Guancallo

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