El libro del tabú [5 ed.]

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tu¡¡J 't no es algo exterior a la piel. Como el Rey Juan, de Shakespeare, dice a Huberto: «Tras este muro de carne hay un alma que es su acreedora». La piel es siempre considerada como muro, barrera o límite que, decididamente, separa a uno mismo del mundo, a pesar de que está cubierta de poros aue respiran aire y terminaciones nerviosas que acumulan información. La piel informa tanto hacia dentro como hacia fuera; es más un puente que una barrera. A pesar de todo, es nuestra firme convicción que más allá de este •muro de carne» reina un mundo aieno, ligeramente jn. teresado en nosotros, de modo que se requiere mucha enerszfa para atraer su atención, o para cambiar su comoortarniento. Estaba ahí antes de que noc;otros naciéramos, y se1?11irá ahí cuando muramos. Vivimos en él, temoorariamente, como fragmentos intrasce"ndentes, desconectados v solos. Toda esta ilusión tiene su historia en las formas de pensar, en las imágenes, modelos, mitos y c;istemac; lingiiísticos oue hemos usado durante miles de año