El joven Hegel
 9800016406

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EL JOVEN HEGEL / Nelson José Guzmán

Nelson José Guzmán

EDICIONES DE LA BIBLIOTECA -EBUC

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COLECCIÓN FILOSOFIA XIII

N e lso n G uzm án

E l J oven H egel

UNIVERSIDAD CENTRAL DE VENEZUELA EDICIONES DE LA BIBLIOTECA-EBUC

ISBN 980-00-1640-6

Hecho el Depósito de Ley Depósito Legal: Ifl 75200010093

Copyrigth by Ediciones de la Biblioteca Universidad Central de Venezuela

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B2948 G8 Guzmán, Nelson José El Joven Hegel : ética, política y religisión / Nelson José Guzmán - Caracas. Universidad Centrai de Venezuela, Ediciones de la Biblioteca, 2000. 161 p.; 22 cm ISBN 980-00-1640-6 Incluye bibliografía Inclye referencias bibliográficas í. H EG EL, G E O R G W ILH E L M FR IE D R IC H , 1 7 7 0 -1 8 3 1 .1. T ítulo

BC: 14-07-00

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INTRODUCCION La fortuna me ha llevado a entender este trabajo en tomo a un prolijo extenso y abigarrado pensador: Hegel. El núcleo de interés de mi reflexión va a estar instalado en el joven Hegel (problem as éticos, políticos y filosóficos). Desde su juventud Hegel como pensador de la modernidad señala un hito importante en el discurso filosófico, la substancia sobre la cual va reflexionar es lo histórico, y la vida humana. El joven Hegel acredita su estudio sobre el saber de Occidente, le va a prestar especial interés al paganismo, al judaismo y al cristianismo, y a partir de esos grandes módulos culturales revisa la inserción del hombre en lo social. La crítica de Hegel desde su juventud va a ser devastadora con respecto a las instituciones. En estos escritos de juventud no va Hegel a ser ateo, en los textos de Berna guarda una profunda simpatía hacia la religión protestante en el sentido de que ésta permite escoger con más libertad los motivos de la vida, que la religión católica. El elemento religioso juega un papel cardinal en la exposición filosófica juvenil de Hegel. Por un lado encontramos su culto a la polis griega, y a sus dioses. Por otro lado la etapa de Tubinga de franca simpatía con la Revolución Francesa, no con los desmanes que el incorruptible Robespierre realizó con aquel bello ideal; en 1774 la metralla y la guillotina dieron al traste en Lyon con 1600 almas.

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Hegel examina el pensamiento kantiano como un saber del entendimiento, está preocupado y solícito por la instau­ ración de una razón crítica. La filosofía hegeliana romperá con la idea nostálgica de su juventud, considera a Grecia como lo eterno bello, su amigo Hölderlin partidario de esta idea quedaría para siempre aprisionado en la locura. Hegel se rasgó las vestiduras e invocó a los héroes nacio­ nales de su país como artífices de una libertad que debe tener sus propios motivos en el psiquismo del pueblo alemán. En el transcurso de estas líneas exponemos la posición de varios teóricos, y su versión con respecto a los escritos juveniles hegelianos. A Dilthey que le corresponde repre­ sentar la postura clásica, ve a Hegel obnubilado en su pensamiento juvenil de un afán místico que va a tener su substrato en figuras como Jesús, a esta se le caracteriza como alma bella. En la etapa de Frankfurt (1797-1800), la reconciliación entre los hombres va a ser gracias al amor, a esta entidad le toca hacer unitario lo diverso, deja latente y calma las diferencias que van a existir entre los hombres. Un detalle importante en el temario intelectual de Hegel es el hecho de que el pensamiento hegeliano florece en una Europa plagada de guerra de ambiciones; Alemania es un caso político en donde trescientos ducados luchaban por ejercer la soberanía. Napoleón por su parte trata de convertir a Europa en una sola unidad cultural, un dato curioso que nos suministra Kufmann es que la noche en que Hegel estaba concluyendo La Fenomenología del Espíritu, en Jena, estalla la guerra de Prusia. Hegel pierde .1 uno do sus hermanos en esta guerra, éste se enroló en

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las filas del ejército prusiano que combatía contra Napoleón. Hegel fue un pensador de transición, en momentos en que aún no se había realizado la completa unidad nacional europea, en ese mundo feudal surge la razón ilustrada, y se presenta en querella con respecto a las instituciones que había afianzado. J. M. Ripalda nos dirá en su texto La Nación Dividida que nobles, duques y archiduques en Alemania fueron simpatizantes del ideal ilustrado fundando el club de la masonería. Europa se había subsumido en la guerra, la iglesia apegada a las antiguas verdades iba a insurgir contra cualquier afán de cambio. La Revolución Francesa va a tratar de resarcir en los hombres la dignidad oprimida. No obstante en la misma Iglesia Católica nos vamos a encontrar casos como el del sacerdote Chelier; quien fue llevado al cadalso por el ala conservadora y realista. La Convención Nacional Francesa no dejaría impune el crimen de Chelier. Los jacobinos mandarían a exterminar Lyon, este degradante honor le tocaría materializarlo a un hombre: intrigante, astuto y malicioso como lo fue José Fouché. Como lo señala bien Lukács en su libro El joven Hegel, en 1794 cuando las aguas iban en declive, en una famosa pieza oratoria, Robespierre exhorta a la Convención Francesa la necesidad que se tenía que reeditar la idea del ser supremo como mecanismo que amalgamara al pueblo francés. Realistas, jacobinos y girondinos no iban a poder resistir la carga de la guillotina, todos eran peligrosos, el lenguaje había languidecido hasta la miseria, los hombres se habían subsumido al miedo. En síntesis: la filosofía hegeliana va a expresar en un universo categorial complejo lo que los hombres vivían en la vida concreta.

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Los escritos juveniles de Hegel están en disputa contra la tradición filosófica, las viejas enseñanzas del claustro de Tubinga le quedan cortas a este genial alemán. Hegel satiriza mediante la vía epistolar a sus antiguos profesores, preocupados más por los afanes materiales que otorga la comodidad que por la innovación de la filosofía. Los escritos juveniles hegelianos presentan una unidad temática, su tema central es la religión. Hegel pensó (1770-1788) en reivindicar una religión nacional para Alemania, luego elogió Hegel la polis griega y por último el ideal tranquilizador que se logra mediante el amor. En este trabajo, grosso modo, se realizan algunas menciones históricas acerca del significado de la pugna teorética entre Kant, Fichte, Schelling y Hegel, sólo este aspecto podría ser objeto de un libro, por esto sólo me limitó a reseñarlos. Es de interés precisar y establecer las diferencias presentadas entre el idealismo de Fichte y Hegel. Fichte depositará toda su fe en el yo puro que destruye al no yo. El conocimiento sólo es posible esta­ blecerlo mediante el yo que pone las determinaciones, Lukács ubica a Fichte como idealista subjetivo. El profesor Julio Pagallo considera que la preocu­ pación del Hegel de Tubinga y Berna, fue la forma que asumía la conciencia filosófica, sustenta que el tiempo I i ü . i ó i ico es de carácter irreversible, y éste es el elemento contra] que une los textos de Tubinga, Berna, Frankfurt v l.i Fenomenología. Además señala este autor que Hegel i >