El imperio incaico. En el que se incluye la historia del ayllo y familia de los incas

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El imperio incaico. En el que se incluye la historia del ayllo y familia de los incas

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EL IMPERIO INCAICO En el que se incluye la historia del ayllo y familia de los Incas POR

Hi

URTEAGA

HORACIO

PROLOGO DE

JOSE DE LA RIVA AGÜERO

GROUZO

LIMA LIBRERIA E IMPRENTA GIL , CALLE

DE

JUNIN

ZARATE

1931

3. A.

460 - 468

PROLOGO

En este sugestivo y substancioso libro, mi amigo el reputado his

toriógrafo Dr. D. Horacio Urteaga me dispensa el honor de prohijar algunas de mis teorías. Es la primera y para má más importante, entre las varias que formulé hace bastantes años, la del quechuísmo del primitivo imperio del Tiahuanaco, que apellidaré imperio Paleo quechua, por evitar la confusión lamentable en que incurrió Uhle al atribuirme (ORÍGENES DE LOS INCAS, Congreso de Americanistas de Buenos Aires, 1910) la pueril creencia de ser incaica la civilización

tiahuanaquense. Ni el Dr. Urteaga ni yo sostenemos tan extrava gante doctrina. Lo que en este punto opinamos, y es muy diferente de la antojadiza suposición de Uhle a nuestro respecto— se resume en que la civilización de Tiahuanaco, a lo menos en su época clásica, de expansión y apogeo, no pudo ser aymara o colla; que es muy

probable que la engendraran y desarrollaran pueblos íntimamente emparentados por lengua y sangre con la familia actual quechua, aunque es claro que en un estado filológico anterior al del idioma general difundido por los incas ( paleo - quechuísmo) ; y que el im perio incaico o neoquechua vino a representar, al cabo de una larga evolución , y de invasiones y vicisitudes indicadas por la arqueología y las tradiciones de los cronistas, el renacimiento y último fruto de la cultura de Tiahuanaco .

Expuse por primera vez los fundamentos de estas opiniones mías en los estudios sobre Garcilaso, publicados por la REVISTA HISTÓRICA desde 1906 ( tomo I, trimestre IV ) . Los reproduje en mi libro LA HISTORIA EN EL PERÚ ( Lima 1910 ) . Envié, por esos mismos tiempos, una abreviada y particular formulación de la hipótesis, al Congreso Científico de Santiago de Chile, Amplié y reforcé los argumentos principales en mis lecciones universitarias de mayo de 1918. Insistí,

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HORACIO URTEAGA

agregando algunas consideraciones, en las páginas 17 a 30 de la in troducción de mi folleto acerca de las relaciones entre comarca san tanderina y el Perú (Santander, 1921 ) . Compuse sobre la materia una

memoria especial, que he presentado al Congreso Histórico de Sevilla este año y que se ha de imprimir muy pronto. En consecuencia , debo limitarme aquí a indicaciones sumarísimas, comenzando por las ra

zones menos contundentes, yendo en progresivo orden probatorio , y condensando los resultados de mis citadas exposiciones y los trabajos de diversos etnólogos concurrentes al mismo fin .

1.-Los collas o seudo -aymaras, como sus congéneres los ataca meños (y aun es cierto que los mismos quechuas modernos ; ya apun taré después porqué ), se enterraban en cuclillas ; y los genuinos en terramientos del imperio de Tiahuanaco presentan con frecuencia los cadáveres en sentido horizontal. 11. - Muchas momias en Tiahuanaco no son aymaras sino osten

siblemente quechuas, sobre todo en la necrópolis llamada del Norte, según lo ha patentizado Hrdlicka.

III.-La época reconocidamente colla produjo grosera alfarería y construcciones funerarias denominadas chulpas ; mientras que la

floreciente de Tiahuanaco se caracterizó por una peculiar y lujosa cerámica , y estupendos edificios muy desemejantes de aquel estilo posterior de las chulpas collas o aymaras. IV . - Las figuras tiahuanaquenses no ofrecen con evidencia la de formación crananea aymara (D ' Orbigny ), y empuñan como arma la estólica, mientras que los collas y atacameños empleaban el arco.

V. - La divinidad del gran lago, creadora y protectora de Tia huanaco, no lleva nombre aymara sino quechua, pues se llama Hui racocha y jamás Huiracota ; y consta que el dios colla equivalente, Arnahuan o Tahuacapa, fué moderno, adventicio y enemigo del pri mero .

V1.- Los collas no se tenían por aborígenes de Tiahuanaco, sino

que recordaban su venida del Sur y del Este, como expresamente se consigna en las RELACIONES GEOGRÁFICAS.

La ciudad de Tiahuanaco fué violentamente destruída, aun VII.antes de acabados sus templos; y su destrucción concide con la expan sión aymara hasta cerca del Cuzco y de Chincha, que penetró de un

lado en tierras quechuas y de otro en colindantes con yungas costeñas, por una edad no muy alejada de los orígenes incaicos. Y no parece

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verosímil suponer que los collas arruinaran su propia santuario,

precisamente en la época de su mayor poderío y pujanza . Todo arguye, pues, que los destructores del antiguo Tiahuanaco fueron los invasores meridionales o caris mencionados con suma claridad por Cieza, los indudables forasteros collas, que se identi fican, por mil particularidades e inferencias, con los atacameños de Uhle .

Al grande pero arbitrario arqueólogo Max . Uhle, le ha ocurrido, con esta inmigración atacameña, que él ha puesto en tanta transpa

rencia y resalto, percance semejante al que según la Biblia le ocurrió al profeta Balaam. Determinado a maldecir a los hebreos, Dios hizo que trocara sus denuestos y escarnios en bendiciones. No de otro modo, los descubrimientos y las conjeturas de Uhle, en su mayoría acertadas, sobre la acometida de los caris, venidos desde Atacama

contra Tiahuanaco, han desvirtuado y desvanecido enteramente sus apologías de la inmemorial cultura aymara en el Collao y los desdenes contra la raza quechua, que son de ver en sus conferencias y artículos

de 1910. Porque si queda probado que los bárbaros de Carangas, Potosí y Atacama se establecieron en Tiahuanaco, devastándolo, y que nada diferencia a estos caris de los presentes aymaras o collas, habrá por fuerza que acudir, para explicar la primitiva y homogénea civilización andina, a la gran estirpe quechua, cuyas tradiciones, cuyos mitos y cuyo idioma dan razón de esa arcaica homogeneidad

y de su tardía recomposición bajo los incas. Puede afirmarse que dondequiera que se hallen las huellas de la religión de Huiracocha, perseguida y acosada por los invasores del Collao, allí también se

advierten restos arqueológicos del estilo de Tiahuanaco y toponimias quechuas o muy afines, hasta en el centro del Ecuador.

La lengua de este primer imperio de la Sierra no fué cierta mente el mismo quechua que ahora se habla y que usaron los incas, porque el largo transcurso de tiempo y la existencia de numerosos

dialectos suponen una considerable transformación idiomática ; pero hubo de ser el precedente inmediato y el tronco del quechua incaico, hoy subsistente. Sólo así se hace inteligible el singular panorama lingüístico del Tahuantinsuyo a raíz de la conquista castellana : la indudable existencia de dialectos e híbridos quechuas, no ya en el centro sino en las fronteras del imperio, lenguajes quechuizantes en los extremos del Tucumán y entre los colorados, cayapas y quilla

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cingas de Quito, que no pudieron originarse con la efímera domina ción de los incas en tan remotas fronteras.

Idioma colateral, hermano pero no progenitor del quechua, es el colla o aymara de Bertonio. Me parecen desatinados los esfuerzos de Uhle para probar la filiación directa entre los dos, que para colmo

de abismática contradicción, niega en el propio estudio. ( 1 ) . Si el aymara fuera la lengua madre, la hablada por los constructores de Tiahuanaco, no se habría mantenido con tanta extensión y arraigo en su mismo foco, y coetánea al lado de las derivadas, a pesar de tantas transmigraciones y catástrofes paladinamente demostradas por la arqueología y las crónicas. Su arcaísmo y primitividad indiscuti

bles no significan troncalidad y primacía en el tiempo, sino inferior desarrollo, mayor barbarie social, como ocurre con el latín en lo tocante al griego, el sardo respecto del toscano, y el lituano para con todos

los procedentes del ario. Las formas largas de las raíces aymaras no prueban por sí solas, como creyó Juan Durand, su anterioridad a las seudo -apócopes quechuas, pues la teoría de la ineludible abre viación radical se halla hoy muy desacreditada con la observación

de las indo-europeas y en especial las romances. Para mí el aymara no es un protoquechua, sino un consanguinco suyo, retrasado e invasor, como en habla y costumbres lo fueron los germanos en las tierras latinas durante la primera Edad Media de Europa. Su procedencia del Sudoeste, y en época relativamente pró zima, se demuestra con los textos de los historiadores y en especial con los de las RELACIONES GEOGRÁFICAS. Por éstas vemos que los collas

de Cochabamba, de Yauyos y de Quito fueron modernas colonias, mitimaes de los incas; y que los collaguas en Caylloma representan

la última etapa de la conquista colla en Canchis y Canas, natural camino para quienes se habían apoderado del Collao. Y por Garcilaso, Cieza y otros se induce que la semiaymarización chanca del valle de Andahuaylas no remonta sino a los tiempos de la segunda dinastía incaica, pues fué contemporánea de Inca Roja, y traía camino del

poniente, partiendo de las punas de Choclococha y de Chuquibamba de Condesuyos, confinantes con las ya sojuzgadas comarcas de Lu canas, Cabana y Caylloma ; y que los aymarismos de huancas, huánu cos y chachapoyas provienen del écodo de los chancas bajo el Inca Huiracocha. ( 1 ) Posición histórica de los aymaras en el antiguo Perú . Conf. en la Soc. Geo. de La Paz, XVIII Congr. de Am . 1910. ( Bol. de la Of. de Est. II ., Nos. 58-60 ) .

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El arrinconamiento de los quechuas, estrechados al Sur por los collas y al Oeste por los chancas - parientes de los collas, y que fueron como el ala izquierda movediza y más rápida de su tremenda

invasión , - se descubre palmaria aunque inconscientemente en los relatos de Garcilaso. Por eso admito, de acuerdo con el Dr. Urteaga

y como de la mayor verosimilitud , que se infiltraran gentes, clanes,

usos y nombres aymaras, en tan revueltos tiempos, hasta las márgenes del Apurímac y del Huilcamayo, perturbando o desalojando parcial mente la civilización de la “ muy antigua nación quechua ” , según la llama Cieza. Esta colonización o contaminación aymara ha debido

de producir cierta variación en los ritos fúnebres, como lo insinué arriba, por más que el enterrar en cuclillas estuvo muy difundido en todas las regiones y épocas del Perú autóctono, hasta en las pri

mitivas culturas costeñas. También la invasión puede invocarse para las semejanzas de algunas ruinas del Urubamba, como Písaj, con el estilo de las chulpas; y para cierta onomástica de tribus y localidades cuzqueñas. Mas en todo esto, y muy particularmente en las etimo logías, hay que ir con gran parsimonia y prudencia, a fin de no caer en las clamorosas exageraciones de los aymaristas. Yo no creo ni siquiera que los canchis y canas fueran por entero de raza colla , sino quechua - aymaras, o sea poblaciones mixtas, influídas y dome ñadas por los conquistadores del Collao. Su toponimia, sus tradi ciones relativas a la huida de los huiracochas de vestidos anchos,

y la arrogancia y dureza advenedizas de sus curacas, notadas por Cieza ( CRÓNICA DEL PERÚ, Caps. XCVII y XCVIII ), así parecen confirmarlo. En cuanto a los laris, pojes y huallas, precursores de los ay

llos incaicos en el asiento del Cuzco, no tengo por tan indudable que sus denominaciones sean aymaras ; y me corrobora en la conjetura de que pudieran ser de lengua quechua, la opinión de Luis Valcárce!

( 1 ) , que es, con Urteaga y conmigo, decidido y razonado partidario de la tesis del paleo -quechuísmo tiahuanaquense o megalítico, apenas columbrada y bosquejada por Angrand. Para la explicación del nombre Manco no hay porqué acudir

cerradamente al aymara, cuando la raíz mallcu, que el mismo Mid ( 1 ) Valcárcel me asegura que en genuino quechua lari -lari significa gente sin gobierno ; poke o poje, primerizos o poco desarrollados, y en esto tiene como

sinónimo la raíz kolla que quiere decir lo mismo; y hualla, fundador u originario ;

etimologías luminosas para el quechuísmo del Cuzco primitivo.

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HORACIO URTEAGA

dendorf reconoce en calidad de primordial, existe en quechua con

levísima e insignificante diferencia, y a mayor abundamiento con acepción duplicada, pues significa, ya polluelo de ave, ya una hier ba, como el totemismo lo exige, siendo sabido que hay totemes ani males y vegetales. Además malju significa, por metáfora, adolescen te, mozo, en sinonimia con huayna. Consta que el ídolo particular

de Manco era un pájaro apellidado inti ; y que el famoso adoratorio de Huanacauri se cifraba en una piedra representativa de uno de los hermanos Ayares y en íntima relación con el culto antropomor fo de Huiracocha del Collao. Precisamente junto al cerro de Hua nacauri se reverenciaba el lugar de Huiracocha -cancha. Estoy de perfecto acuerdo con el Profesor Urteaga en la efec tiva existencia e histórica personalidad de Manco. No hay que ha cer caso alguno de las denegaciones de González de la Rosa, infun

dadas y caprichosas como suyas. Con las Informaciones del Virrey Toledo quedó archiprobado que el relato de los cuatro Ayares no es un mito, sino una leyenda, con sólido y copioso fundamento real.

Manco no es una figura imaginaria, no es epónimo en el sentido de ficticio, porque hubo un caudillo vencedor en la emigración y ri validad de los cuatro clanes (hacia mediados del siglo XI de la Era Cristiana ) ; y su nombre se perpetuó como individual, con vás tagos agrupados en cofradía o panaca genealógica, igual a las de

los monarcas posteriores, y con culto privado, semejante al de éstos, limitado a su ayllo peculiar, acomodado a un héroe o progenitor au téntico, y nó el público o general, como habría correspondido a una advocación solar o a un numen naturalista.

No entraré en sutilizar sobre los ayllos incaicos, como lo hacen con innegable competencia los eruditos Latcham , Valcárcel y Urtea ga. Sólo diré que dichos ayllos me parecen del todo agnaticios, o sea atentos meramente a la descendencia varonil y para nada a la ute rina. Lo mismo ocurre con todos los linajes quechuas ; y los vesti

gios del matriarcado o promiscuidad primitiva se hallan más bien entre los aymaras, cuya lengua posee términos sobreabundantes pa ra la filiación y parentela femeninas. En vista de los explícitos textos de la información ordenada en el Cuzco el 4 de enero de 1572 por

el Virrey D. Francisco de Toledo, creo inobjetable la identificación de los Alcahuizas con la tribu de Ayar Uchu, y probabilísima la de los Sahuasiray y Antasáyaj con los otros dos restantes ayares. La osada negativa de Uhle sobre el primer punto ( ORIGEN DE LOS IN

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CAS, Congr. de Am . de Buenos Aires ) no sirve sino para demostrar su aceleramiento y ofuscación en la materia. El quechuísmo de los incas y su procedencia del Titijaja, en

alto grado significativa para la teoría que sustento, constituyen, mal que le pese a Uhle, dos tesis irrefragables e indisolubles. La lengua secreta o privativa de los incas, de que habla Garcilaso (COMEN TARIOS REALES, Primera Parte, libro VII, cap. I ) , existió indudable

mente ; pero jamás escribió ni imaginó Garcilaso que fuera aymara. Es ésta una falsa suposición del desaprensivo Middendorf, desbara tada con el estudio de Markham , y los textos concordantes del Pa dre Cobo y Santillán . El P. Cobo supo, de labios de D. Alonso Túpaj Atau, descendiente de los últimos soberanos, que el idioma secreto incaico no era sino el dialecto de la región solariega de Pa

caritambo, en la actual provincia de Paruro; y el oidor D. Her nando de Santillán , en el párrafo segundo de su célebre relación, afirma que la lengua particular y natural de aquel lugar de Paca

ritambo era quechua. No existe, pues, la menor incertidumbre : el pe culiar idioma incaico en realidad fué, como tenía lógicamente que ser, la variedad dialectal quechua del lugar originario de las cuatro tribus o Ayar. Dichas cuatro tribus representaban el núcleo de los orejones o incas ; y tales clanes en su conjunto, unidos a los primi

tivos confederados, y todos ellos quechuas, componían los llamados incas de privilegio descritos por Garcilaso, casta superior consan

guínea, milicia especial, nobleza conquistadora y hereditaria, que go bernaba el Tahuantinsuyo. Siendo quechuas todos los incas, hasta los de inferior grado, y estando demostrado hasta la saciedad, por un

centenar de autoridades cuando menos, que los incas de Pacaritam bo y sus congéneres, como los cahuinas, provenían del Collao, pa

cere superfluo insistir en evidenciar aun más que el Collao estuvo un tiempo habitado por los quechuas.

Los primeros sucesores de Manco, los dinastas hurincuzcos, fue ron de ordinario los jefes electivos o sinchis de una confederación quechua considerable y dilatada. No me guío ciertamente por el so

lo Garcilaso. Según las Informaciones de Vaca de Castro ( 1 ) , Sin chi Roja señoreaba hasta el valle de Andahuaylas y la raya de Vil canota, en Canas y Canchis; y Cjápaj Yupanqui, el último hurin cuzco reinante, penetró por el Oeste hasta Vilcas, los Soras y Pa ( 1 ) Colección Urteaga, tomo III de la Segunda Serie, págs. 12 y 13 III

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HORACIO URTEAGA

rinacochas, y por el Sur hasta Paucarcolla, no lejos del moderno Pu

no. El mismo Cjápac Yupanqui fué para Cieza el conquistador de Cuntisuyo, y recibió en alianza y federación a los amenazados que chuas de Andahuaylas. Las tradiciones recogidas por Juan Santa cruz Pachacuti nos muestran de igual modo a este Cjápaj Yupan qui en relación constante con Tonapa y la religión del dios Huira cocha, procedente del Titijaja, con los curacas de Asillo y Orurillo en Canchis y Canas, y hasta con los huancas y jaujas. Hubo de pe recer, según otros relatos, en el antiguo palacio de los hurincuzcos, llamado después Inticancha o Coricancha, asesinado a causa de los

celos que entre sus vasallos y confederales de Cuntisuyo desperta ba la proyectada expedición contra Hatuncolla . Nacida de esta conjuración , la segunda dinastía, o sea la de

los hanancuzcos, debió de tener principios difíciles, y perder bajo In ca Roja muchos de los dominios e influencias que ya los últimos hurincuzcos habían adquirido. El retroceso y la forzada inacción ex terna se advierten en las palabras de Sarmiento de Gamboa y San

tacruz Pachacuti, y en las valiosas Informaciones de Vaca de Castro ( 1 ) . Ondegardo se limita a hacer constar que cuatro siglos atrás de 1570 los incas no poseían (sin duda con dominio directo ) más que el valle del Cuzco, desde Yucay a Jaquijahuana. He insistido, desde hace mucho tiempo, en llamar la atención sobre un texto del P. Cobo (Libro XII, cap . XI), que aclara las contradicciones relativas a las campañas de los primeros incas.

Acoge el Dr. Urteaga mi restitución al Inca Huiracocha del rechazo de la invasión chanca en el Cuzco; y conmigo reconoce la abdicación de Yáhuar, su derrotado padre, contra el trastrueque y

aplazamiento a la generación posterior, que presentan los cantares aprovechados por Cieza y Betanzos. Las circunstancias de esta gue

rra contra los chancas, parientes de los oollas, encajan y convienen con los títulos y renombres de ambos monarcas, citados ambos, y con la restauración y reflorescencia entonces del tradicional y decaído

culto de Huiracocha. Me complace que igualmente adopte el Dr. Urteaga mi parecer sobre el breve reinado de Amaru Yupanqui, del cual hay rastros en tantos cronistas.

En cuanto a la progenie materna de Atahualpa, descartados los ilusorios chiris del P. Velasco, después de la certera crítica de Ji

jón, quedan en pie, a favor del nacimiento de aquel Inca de madre (1 ) Ob. cit. de la Colec. Urteaga, pág. 14.

EL IMPERIO INCAICO

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forastera y quiteña, las terminantes palabras de las Informaciones de Vaca de Castro ( 2 ) , las de la Destrucción de Molina, y las de Gómara, Zárate y Pedro Pizarro, a más de Garcilaso. El hecho es en

sí muy verosímil, a lo menos. Huayna Cjápaj tuvo concubinas alie nígenas procedentes del Norte, y sin duda quechuízadas desde más de una generación, pues en Sarmiento y otros se lee que este em perador nació en Tomebamba , y que sus conquistas de Quito fueron

mera recuperación y debelación de súbditos alzados. Véase cómo el razonamiento de Cieza contra el origen extranjero de Atahualpa , sus tentado de manera esencial en lo reciente de la adquisición de Qui to, se rebate con el testimonio de Sarmiento, por mucho que éste también crea concubina incaica a la madre de Atahualpa.

El árbol genealógico de la página 175 y el Apéndice A, que reproduce una disertación de Llano -Zapata, describen la hoy extin ta descendencia principal de Huayna Cjápaj por la línea de Sayri

Túpaj. No juzgo inútil añadir algunas particularidades, tomadas de Bethencourt y otras varias fuentes. La ilustre mestiza, única nieta del Inca Sayri Túpaj, D. Ma

ría de Loyola, sobrina de San Ignacio y primera Marquesa de San tiago de Oropesa en el valle de Yucay, tuvo de su matrimonio con D. Juan Enríquez de Borja , caballero de la Orden de Santiago y se gundogénito de las grandes casas de Gandia y Alcañices ( 1 ) , no me nos de ocho hijos, casi todos nacidos en el Perú. El mayor, llamado

D. Juan Enríquez de Almansa , fué, andando el tiempo, segundo Mar qués de Santiago de Oropesa y octavo Marqués de Alcañices, Comen dador Mayor de Calatrava. Nació en Lima el 29 de diciembre de 1615; y fué bautizado por el Arzobispo D. Bartolomé de Lobo Gue rrero, y apadrinado por su tío el Virrey Príncipe de Esquilache. Casó dos veces. La primera con D. Ana de la Cueva, hija del sép timo Duque de Alburquerque y hermana del Virrey del Perú Conde

de Castellar, de la cual tuvo a Ana, la novena Marquesa de Alca

ñices, que casó con el Duque de Híjar, antes Conde de Belchite, sin descendencia. La segundo vez casó D. Juan Enríquez, el Mar (2 ) Ob. cit. de la Colec. Urteaga, pág. 26. ( 1 ) Estos ' sucesivog matrimonios de las dos generaciones de las últimas llamadas coyas, que impresionaron mucho y parecieron simbólicos, hasta por el inmediato parentesco de los maridos con los dos célebres santos jesuítas, se conmemoraron en varias pinturas. Una existe en la iglesia de la Compañía del Cuzco ; y otra en la sacristía de Copacabana de Lima, beaterio de indias no

bles fundado por las hijas de los curacas del Callao y Yungay.

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HORACIO . URTEAGA

qués octavo de Alcañices, con D.' Juana de Velasco Folch de Car dona y Guzmán, hija del Condestable , Duque de Frías; y de es te matrimonio , que es el expresado en la tabla de la página 175, pro cedieron D. Teresa Enríquez de Almansa y Velasco, Marquesa de Alcañices y Oropesa de Yucay, esposa de D. Juan Tomás Enríquez de Cabrera, Duque de Medina de Rioseco y último Almirante de Castilla, el que murió emigrado en Lisboa cuando la guerra de Su cesión y sin dejar posteridad ; y su hermana legítima y entera, D." Francisca Enríquez de Almansa y Velasco, mujer del Marqués de Bedmar, que tampoco tuvo hijos. De los siete hermanos menores del referido Marqués de Al

cañices y de Santiago de Oropesa, D. Juan Enríquez de Almansa y Loyola, Pariente Mayor de los Incas del Perú , el segundo, D.

Antonio, que nació en Yucay y fué caballero de Calatrava, murió mozo y soltero ; D. Diego, limeño, falleció también joven y sin ha ber contraído matrimonio ; D. Alvaro, igualmente nacido en Lima, el 31 de enero de 1619, fué caballero de la Orden de Santiago, y

hacia 1639 era bachiller en Cánones y estudiaba como Capellán en el Colegio Viejo de S. Bartolomé de Salamanca; tres mujeres

entraron monjas Comendadoras en Santa Cruz de Valladolid ; y la última, D. Francisca, Dama de la Reina D." Mariana, casó en Madrid el año de 1664 con el muy noble desterrado portugués D. Luis de Meneses, Marqués de Penalba y Conde de Tauroca, y fa lleció en breve, al año siguiente, sin haber logrado sucesión .

Extinguida así la línea primogénita de Borja y Loyola, que daron, de la sangre real de Huayna Cjápaj, fuera de los del Cuzco, en España y en Lima los vástagos de la Princesa D. Inés. La progenie de sus bastardos con D. Francisco Pizarro está represen tada en España por los actuales Marqueses de Albayda y de la Conquista . La de sus hijos legítimos con el conquistador Francis

co de Ampuero, recordada en la nota 9 de la página 168 , poseyo en Lima el cuantioso mayorazgo cuyas casas principales estaban en la esquina de las calles de Espaderos y Jesús Nazareno ; y cuya des

cendencia, por Valverde, pasó a los Vásquez de Velasco, Condes de las Lagunas.

Conforme tales ejemplos y otros mil lo acreditan, la fusión de ambas razas, comenzando por sus más encumbrados representantes,

se hizo desde los principios en el Perú sin dificultad ni repugnancia alguna. Pudo el español ser cruel, pero no despreciativo y excluyente

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por sistema, como lo fué el anglo -sajón en la América del Norte . Nunca sintió el castellano por la sangre india el invencible desvío que a la sazón experimentaba por la judía y la mora. El catolicismo fervoroso disipó en los conquistadores todos los prejuicios contra

tan sumisos neófitos. Por eso la colonización hispana produjo de veras pueblos nuevos y mestizos, que no representan una reproduc

ción simplificada y agigantada de Europa, como ocurre con la Amé rica Inglesa, sino un experimento de aleación étnica, audaz, lento y laborioso, pero interesantísimo. Hemos pagado con tropiezos, atra

sos y dicterios la generosidad y alteza del intento. Los puros blan cos, sin ninguna excepción, tenemos en el Perú una mentalidad de

mestizaje, derivada del ambiente, de las tradiciones, y de nuestra propia y reflexiva voluntad de asimilación. Dos herencias, a la par sagradas, integran nuestro acervo espiritual; y si presentan sendos defectos, ofrecen también correspondientes virtudes y antídotos. Re negar de cualquiera de ellas, sería torpe y menguado.

Peca la tradición incaica por sus tendencias socialistas y des póticas, cuyos deprimentes resultados analiza con tanta maestría el contemporáneo \Baudin. Es la menos liberal y democrática de las

dos, por más que duela a la mayoría de sus panegiristas: su ideal fué el orden , el método, la disciplina y la jerarquía. Estriba en ella nuestra mincomunidad con las repúblicas andinas y particularmente con Bolivia.

La española adoleció con frecuencia de desarreglo y anarquía incoercibles, aun bajo el régimen de la concentración monárquica

autocrática ; pero su nobleza, excelencias y evidentes beneficios su peraron con extremo sus culpas y sus errores. En ella y sólo en ella

radica nuestra confraternidad latino-americana, que de otro modo estaría desprovista de todo alcance, medula y sentido ; y en ella ra dica igualmente nuestra comunidad con Europa, pues privados de su savia ancestral nos reduciríamos a desdichados imitadores, ajenos

siervos y raquíticos expósitos. Aunque mestizos de sangre o de espíritu, o precisamente por serlo, no carecen los peruanos de esclarecida historia , de honrosa

legitimidad, y de generosos y rancios orígenes. Y como el solar es doble, indo-español, y en calidad de tal lo acatamos y veneramos ;

como la conquista española fué un hecho definitivo, irreversible, há gase lo que se quiera y pésele a quien le pesare, y determinó la mic

tión casi perfecta y a menudo indiscernible de ambos pueblos ; como

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HORACIO URTEAGA

los blancos nos sentimos en todo peruanos de alma, y en nada nos parecemos a los inasimilables barones bálticos, predicar odios y exclu

sivismos de raza es en el Perú tarea extemporánea, insensata y cri minal, y destinada a la postre al fracaso y al ridículo. Excitar pre tensas reivindicaciones cerrada y meramente indigenas, no puede significar entre nosotros sino un frenesi de inconscientes o un se

ñuelo de logreros. La convivencia , entrecruzamiento y mezcla de di ferentes razas ha constituído dondequiera, y muy especialmente en

nuestro país, el proceso esencial de la civilización . El repudio de los sucesivos colonizadores llevaría en buena lógica a quedarse con el primitivo salvajismo antropófago.

En la página 31 del presente libro, expone el Dr. Urteaga, con mucho tino y precisión, que los hombres, al abandonar la vida errante y pasar de hordas a clanes, reemplazan progresivamente la solidaridad de sangre con la del territorio común. Entonces aparece la noción de patria. El absoluto predominio del instinto racial es

la antitesis y negación de la nacionalidad , la regresión a un nivel, >

no ya bárbaro, sino salvaje y totémico. Porque la obra del Dr. Urteaga y los importantes documentos que publica, componen la mejor refutación de tales extravios e

inculcan con eficacia el patriotismo verdadero, que es la aceptación y el amor de la herencia completa de nuestros antepasados, le tribu to mi efusivo aplauso y mi más cordial enhorabuena. Chorrillos, 5 de diciembre de 1930. J. DE LA RIVA- AGÜERO Y OSMA.

INTRODUCCION

Tres son, hasta ahora, las principales y más fundadas hipótesis que se han ideado para explicar la existencia de las culturas perua

nas preincas tan esplendorosamente desarrolladas, y cuya fartura se conoce por los monumentos arqueológicos existentes en las dos zonas, cisandina y andina del Perú. La primera y más antigua, expuesta prudentemente por Hum

boldt, y sostenida, francamente, por Angrand ( 1 ) halla en la cul tura nahua o tolteca el origen de las viejas civilizaciones (A ) se

rranas del Perú, que se desarrollan como focos esporádicos en la meseta del Collao y en otras altiplanicies de los Andes, y cuyas obras

de piedra, de un mismo estilo y de características comunes, pare cen probar que son obra de un mismo artífice. ( 2 )

La segunda, sostenida con tenacidad y competencia por Rivet, quiere hallar en las culturas cisandina y andina del Perú, la in ( 1 ) B. de Humboldt. Veus des Cordillers.

L. Angrand. Léttre sur les antiquités de Tiaguanaco, et l'origene presumable de la plus ancienne civilisation du Haut Peror . ( A ) Aunque aprobamos con Spengler la distinción entre civilización y cultura, aquí designamos con el nombre de civilizaciones, a las que, en la Amé

rica Austral, habían llegado a su madurez, y con el de cultura, las quo se hallaban en formación .

( 2 ) " Solidéz, simetría y majestad, he allí las características de los mo

numentos peruanos, que paracen ser la obra de un mismo artifice " . Humboldt, ob. cit. pag. 219.

La segunda hipótesis se halla sostenida con vigor por Uhle, Joyce, Saville, y Jijón.

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HORACIO URTEAGA

fluencia decisiva de los océanicos, cuyas huellas se encuentran en la filiación de las lenguas polinesias y australianas, con las andinas ;

en las costumbres y hábitos en los aborígenes océanicos y peruanos antiguos ( yungas, puquinas, uros, atacameños, changos y collas) y en la semejanza de sus construcciones de piedra, cuya huella y ti po común se pueden observar - produciendo más de una sorpresa y evidente comprobación en las ruinas de Rupa -rupa, isla de Pas cuas, Tiahuanaco y Hatun -collao. ( 3 ) . La última, más ingeniosa, pero también más débil en sus fun damentos, quiere derivar las viejas civilizaciones de los Andes y de la Costa del Perú, de la región de las selvas amazónicas, de las

que, las civilizaciones a su vez, son prolongación de las radiaciones culturales de los caribes. ( 4 ) .

Ha ganado en preponderancia la primera de estas hipótesis, si bien depurada o corregida, gracias a los estupendos y múltiples

hallazgos, y a los estudios verificados en la zona donde se asen tó la vieja cultura maya, y en las regiones que se suceden hacia el Sur : Centro-América, Ecuador, Colombia, y sierra del Perú, alto y bajo. El Dr. Uhle, el más profundo y perseverante de los arqueólo gos peruanistas, que alguna vez inclinó sus opiniones en favor de

las hipótesis que veían influencias amazónicas en la cultura perua na, ( 4 ) es hoy el más ardiente sostenedor de la procedencia maya

o mayoide- quiché, de las culturas proto -nasca, protochimú y de la de Chavin de Huántar. ( 6 ) .

Mas, el que la hipótesis que asegura la influencia de las cul turas del Norte, sobre las del Perú se apoye en pruebas de más valor, o se hallen más hondas y múltiples huellas de aquellas cul turas en la costa y en los Andes, no excluye la posibilidad de in fluencias extrañas, ni contradice la casi segura inmigración de ele mentos asiáticos u océanicos en las costas occidentales de Sud Amé rica . Demasiado pesan las deducciones lingüísticas y etnológicas de

sus sostenedores, para rechazarlas de plano. ( 3 ) Paul Rivet.

( 4 ) J. Tello, en su estudio “ Wirakocha ” publicado inconcluso en la Revista Inca, Lima, números 1 y 2. 1923. ( 5 ) La esfera de influencia del país de los Incas en Revista Histórica, Lima; tomo IV, trimestres I y II .

( 6 ) M. Ulhe. Los elementos constitutivos de las civilizaciones andinas, Quito 1926, y los “ 6 Principios de las civilizaciones peruanas ''. Quito 1920.

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EL IMPERIO INCAICO

De allí la imposibilidad de sentar conclusiones cerradas. La deducción más racional, no excluye sino armoniza estas encontradas teorías.

El valor relativo que encarnan , lo da la Cronología, ya que América no ha sufrido el flujo de una sola inmigración, sino de

múltiples y ya que no ha sido, seguramente, una sola época la pri vilegiada por las migraciones de pueblos y razas. Las tradiciones que se conservaban en el Perú y Chile de in

migraciones de gentes venidas de Occidente, y la fundación de co lonias en el litoral del Pacífico, no han sido sino la perduración, a

través de los siglos, de evidentes acontecimientos, desfigurados, co mo todo relato oral.

Los hallazgos que verifica, a su vez, la Arqueología, de una ri. ca cerámica esmaltada en Acarí, Paracas y Nasca, apareciendo ex

abrupto, y sin una preliminar sedimentación cultural, parecen pro bar suficientemente que tales hallazgos corresponden a una raza que llegaba con una preparación técnica , propia para hacer nacer un núcleo esporádico de la cultura materna.

Es aceptable la suposición de que en remotos tiempos, tal vez mil años antes de la Era cristiana, ya las costas del Perú, y tal vez, algunos puntos de la Sierra, estaban habitados por unas gentes sal

vajes de las familias, que hasta hoy, viven en diferentes lugares de la América austral.

En la costa se han revelado sus huellas en los numerosos es

queletos encontrados por Uhle en Bellavista (cerca de Lima) en An cón y Supe. Son, según el sabio arqueólogo, restos de una raza de estatura alta, de pescadores antropófagos, cuyas producciones primi tivas resisten a toda tentativa de comparación con las de los po bladores civilizados que vinieron más tarde. Se parecen más a las

tribus de pescadores antiguos de Chile y a los de la Tierra del Fue go, todavía existentes, y no tanto a los peruanos antiguos civili

cados por época de millares de años, por una cultura continua. En la Sierra habitaban y habitan aún los Uros, en los totora

les del Desaguadero y el lago de Aullagas, indios bestiales, en los que el Dr. Rivet y el Marqués Créqui-Montfort han comprobado la misma lengua, fisonomía y costumbres, semejantes a las numerosas

tribus de los Arahuacos, extendidas desde los bosques de América Austral hasta el mar Caribe y las Antillas. IV

1

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HORACIO URTEAGA

Tales hallazgos imponen la aceptación de un proceso histórico verificado en el antiguo Perú, y cuyas conclusiones pueden así re sumirse :

1. - La habitación humana se encuentra, en el Perú prehistó rico, desparramada en las regiones andina y costeña, y represen tada en el litoral por la existencia de necrópolis con utensilios de

hueso, pocos y primitivos artefactos cerámicos, múltiples y parti culares tejidos de mimbre y redes, y restos humanos desproporcio nados ; en la Sierra, por la persistencia de una raza de indios bes tializados, en las orillas del río Desaguadero y el lago Paria, en

Bolivia . Quizá los pescadores costeños son más antiguos que los uros y puquinas de la Sierra ; y ambos, representantes de razas inva

soras, llegadas al país en remotas edades, y que atestiguan la más honda sedimentación humana. ( 7 ) .

2. — La presencia intempestiva de una cultura adelantada en la Costa, en Acarí y Nasca, Ica, Nievería (valle del Rímac) Chan. cay, Supe, Samanco, Chimbote, Trujillo, Pacasmayo y Virú (entre los 6º y 16° de latitud Sur) cultura representada al Sur de Lima, por una fina alfarería policromada, con pinturas de hombres y ani males, y estilizaciones admirables, zoomorfas, fitomorfas y antropo morfas, variada ornamentación grecal y utensilios de cobre y hue so ; y en el norte, por cerámica de color blanco, rosa y negro, y

en las que predominan las formas escultóricas, simple dibujo o re lieve de hombres, animales o plantas. La aparición de esta cultura

sin antecedentes y en forma tan acabada en su técnica, acusa proce dencia exterior.

3. — La presencia en la región andina de una cultura homogénea, cuyos restos megalíticos se encuentran desparramados desde Tiahua naco , en el Collao, hasta Atun Cañar en el Ecuador, y que atesti

gua que los “ distintos pueblos que habitaban en el antiguo Perú, tuvieron sus épocas de unión ”. ( 8 ) . Las características de esta cul ( 7 ) " Uros se llamaban en tiempos de la Conquista mil habitantes de la

costa pacífica entre Arica y Tarapacá. ( Relaciones geográficas de Indias, T. I. Ap. I ) .- Otros vivían al Sur del Lago de Pucarani, donde hablaban su idioma

( Relac. Geog. Descripción de la provincia de La Paz. ) “ Hubo en 1895, en las

orillas del lago Titicaca, cerca de Huaqui, algunas casitas ocupadas por Uros, pero ya habían olvidado su idioma antiguo ' '. Ulhe, en “ Fundamentos étnicos de la región de Arica y Tacna ' '.

Soc. Ec. de Estudios Históricos Americanos' '. Quito, 2.a edición, 1922. Basadre Riquezas peruanas. Los Uros" Lima, 1888. Bandelier. “ Las islas de Titicaca y de Coati ' '.

( 8 ) Ulle. Discurso de incorporación al Instituto Histórico. Rev. Hist. T. I.

EL IMPERIO INCAICO

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tura y los rasgos sustanciales de sus ornamentaciones, se ven apa recer en la Costa como manifestaciones epigonales, y llegan al lito ral cuando ya en él florecía exuberante la cultura representada en la cerámica policroma y escultórica, y las artes textiles y metalúr gicas.

No cabe duda de que las culturas costeñas precedieron a las andinas, que en los valles, cuyos núcleos eran Nasca, Rímac y Chica ma, se había desenvuelto una civilización (29) cada vez más com pleja, cuando llegaron las radiaciones de la cultura cuyo exponente principal era Tiahuanaco. ( 9 ) . Esta sucesión y esta influencia , las ha comprobado la Arqueo

gía. En efecto, si las culturas del litoral peruano fueron manifes taciones epigonales de las mayas-quichés, y llegaron al Perú ya for madas ; la inmigración de los importadores no pudo tener lugar sino

unos tres o cuatro siglos antes de la Era cristiana , supuesto que la cultura maya no data sino de seis siglos antes de Cristo ; las expan siones de los pueblos no se producen sino después de una madura

ción suficiente de sus elementos vitales, de un crecimiento de su po blación, y de una desproporción entre este crecimiento y los recur

sos naturales. Así, las irradiaciones de la cultura maya, tanto al Sur como al Norte, no han podido tener lugar sino en el período indica

do, y su fijación en el Perú, así como su aclimatación y posterior desarrollo, no pudo alcanzarlos sino uno o dos siglos más tarde. Hay, entonces, que fijar la aparición de la cultura de Tiahuana co en los primeros siglos de la Era cristiana (dos o tres después de Cristo ) y aceptar que la vejez inaudita que se le asigna no tiene fundamento sólido. ( 10 ) . Pero existe filiación entre la cultura tiahuanaquense y la coste ña ? Tiahuanaco, des derivación en la Sierra, de la misma cultura del

litoral, y que adquiriendo en medios distintos diversos caracteres, se ofrece deshermanada ? ¿ Es, al contrario, una cultura autóctona y desarrollada sin extranjeras influencias ? ¿Es, por último, importación ( 9 ) Es sensible disentir de modo tan absoluto de la tesis sostenida por A,

Posnansky, que atribuye a la cultura de Tiahuanaco ( el dice Tihuanaco ) cerca de 25.000 años. Su obra “ Una metrópoli pre -histórica de la América del Sur"

está, por lo demás, llena de datos y observaciones interesantísimas y valiosas en relación con ese vieja civilización .

( 10) Como se ha sostenido por Posnansky, y quien quiera conocer sus ori ginales teorías, puede consultarlas en sus obras “ Una metrópoli pre-histórica en

la América del Sur ” , “ El clima del Altiplano ” . “ Habitaciones y viviendas ” .

HORACIO URTEAGA

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extraña de culturas y razas que nada tienen de común con las del Norte !

He aquí tres nuevas interrogaciones, que se ofrecen al estudio de los peruanistas. Comencemos con la tesis más atrevida : la del autoctonismo. Pa

ra sostenerla hay que desconocer un acervo de semejanzas, y hasta identidades, entre los caracteres de la cultura tiahuanaquense y otras extrañas, y violar las reglas que determinan el nacimiento y el len

to desarrollo de una civilización, ya que en Tiahuanaco, como en la Costa, la aparición de ese estrato cultural, con falta de período pre paratorio en su técnica, revela la importación de formas ya conclui das y de razas inmigrantes. Sobre todos estos argumentos, cae abru

mador el que se desprende de la insuficiencia del medio, y que An. grand resume así : “ Siempre que he recorrido las glaciales mesetas de Bolivia y la región desolada tenida por cuna histórica de los Qui

chuas, me ha parecido imposible que las civilizaciones, cuyas hue llas veía, hubiesen nacido en semejantes soledades, a más de cuatro mil metros de elevación. Aparecían ante mi vista, separadas del res

to del mundo por barreras infranqueables para cualquier otro que no fuera un hombre poseedor de una experiencia colectiva merced

a luchas seculares con la naturaleza ; no podía convencerme de que re giones tan inclementes como insuficientes para satisfacer las necesi dades de la vida, y en la cual todos los elementos son inertes, hu bieran llegado a ser el centro de sociedades civilizadas, si éstas no

hubieran venido de fuera, completamente organizadas, por decirlo así. $ Cómo suponer, en efecto, que el hombre sin tradición social, que tribus aún en estado primitivo, ante condiciones físicas tan desfavo rables, sin la poderosa vitalidad , ni la abundancia de recursos que

únicamente poseen los pueblos iniciados de larga data en el arte de dominar las fuerzas de la naturaleza, hayan llegado a crecer, sin apoyo , sin contacto , sin comunicación externa, en esos ásperos de siertos ? Miré, pues, con evidencia, que esas razas cuyas imponen

tes huellas contemplaba, habían penetrado en esas regiones inhospi talarias, cuando ya tenían un pasado remoto y estaban poderosamer te preparadas para las luchas de la vida social, fecunda y práctica ; que dichas razas se habían formado en medios más propicios, donde habían sufrido esa larga inticiación engendradora de la potencia de

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EL IMPERIO INCAICO

la acción colectiva, y que debe preceder a la fundación de toda so ciedad obligada a vivir sola ” . ( 11 ) .

.. La tesis que sostiene la llegada de gentes extrañas importado ras de la cultura de Tiahuanaco, tiene dos clases de partidarios: unos

que se suman a los sostenedores de la influencia maya o centroame ricana y otros que sostienen que la cultura Andino -peruana es el fruto de inmigraciones venidas por el Occidente o por el Sur, y afi liadas a las razas océanicas y asiáticas. A fines del siglo XIX fue ron sostenedores de esta última hipótesis Vicente Fidel López y nues

tro malogrado etnólogo Dr. Pablo Patrón. ( 12 ) . Actualmente la sos tienen con tenacidad y brillo Paul Rivet y el Marqués de Crequi Montfort. ( 13 ) .

Hay todavía una hipótesis conciliatoria de estas dos últimas: la que quiere ver en las culturas andinas del Perú mezclas de la aus traliana y melano-polinesia llegadas a América en remotísima épo ca , quizás cuando el mismo continente no ofrecía su actual configu

ración, y que se fijaron no sólo en el continente austral, sino en regiones del Norte en la parte meridional de la península de Ca lifornia, y también en Lagoa Santa. No es por eso extraño hallar cruces diversos de inmigraciones ya de oeste a este, ya de norte a sur y viceversa . ( 14 ) .

.. Por fin , la primera de las hipótesis arriba enunciadas supone la Ulegada al litoral peruano de emigraciones centro -americanas, y su ( 11 ) Angrand.- Ob . cit. ( 12) Vicente Fidel López “ Les races aryennes du Pérou ' '.

( 13 ) Rivet “ Les melano-polinesiens et les australiens en Amérique ” . ( 14 ) Ulhe ha resumido los acuerdos de toda esta controversia sobre migra ciones antiguas a América, en las siguientes conclusiones : Primera ola de influencia del Este : llegada de los Uropuquinas en la re gión de Arica y en la costa, más al sur de Chile.

Segunda ola, caracterizada por la importación del ornamento de hachas, de la estólica, cerbatana, flauta de Pan, y del uso de fabricar trofeos de cabe zas humanas. 2

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establecimiento dilatado en esta región, y su penetración a la Sie rra, siguiendo por los valles de la Costa y las quebradas andinas, hasta llegar a Chavín por Recuay, a Nievería por el valle de Lima, a Cajamarca por el abra de Jequetepeque, a la región del Collao por la lenta infiltración a través de los valles de Arequipa, Moquegua y Arica . ( 15 ) . Un acervo de múltiples observaciones habría inclinado a los pe ruanistas a aceptar esta última hipótesis, si los datos y deduccio

nes impuestos por los estudios filológicos y arqueológicos de estos últimos 30 años no hubieran aclarado el problema de los orígenes de las culturas peruanas.

Hoy, a tenor de ellos, se advierte que las inmigraciones cuyos

rastros no se han perdido y que datan desde el segundo siglo antes de la Era Cristiana, verificáronse por dos vías : la costanera y la andina, por la costa del Perú cayó la inmigración centro -america na, incidiendo, seguramente, primero al centro del litoral, entre Aca ri e Ica, teniendo su núcleo principal en Nasca . Posteriormente, una

nueva ola incidió al norte- Moche y Chicama,-irradiando ambas por todos sus contornos continentales, y dando nacimiento a esos grupos de cultura homogénea, que han sido denominados " proto Nasca ” , “ proto-Chimú” y “ proto -Lima” . ( 16 ) . La migración andina, descendió de la región centro -americana

desarrollando la cultura chorotega, esmeraldeña, la proto-pausaleo, la ambateña, y la que se muestra con igual filiación en Loja, Cuen ca, y más tarde en Hatun -Cañar, en Cuélap, en Cajamarca, y por Tercera ola, importación de la técnica de labrar oro y tumbaga , inventada por tribus caribes o arahuacas en el interior de la Guayana. Intercalación de las migraciones de tribus centro - americanas, influenciadas por la civilización arcaica mexicana, al Sur.

Cuarta ola, introducción de tres tipos de hachas neolíticas, usadas sobre una vasta extensión en el Este, en el altiplano del Ecuador y de allí más al Sur.

Quinta ola, de las migraciones orientales caracterizadas por la introducción del uso de pipas de tabaco en el Sur, primero por el lado de Chile. “ Los elemen tos constitutivos de las civilizaciones andinas ' '.- 1926 . Quito.

( 15 ) En nuestro estudio “ El Perú a la luz de la Arqucología y la crítica ” ( 1904 ) sostuvimos esta hipotisis con las razones que hasta hoy sirven de fun damento a los que aún a ella se aferran. Hemos variado nuestro modo de pensar de entonces, después de los aportes de la Arqueología y de la Lingiiística de aquella fecha a la actual, y hoy distamos mucho de patrocinarla.

( 16 ) El estilo proto-nasca se extendió, según Ulhe, de los valles del Sur ( Nasca. Ica, Pisco, Chincha ) por los del Centro ( Lurín, Rímac, Ancón, Chancay, Supe ) hasta la proximidad de Chavín situada encima del valle de Huarmey , un poco más al Norte.

“ Los principios de la civilización en la Sierra peruana . 1922.

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fin en Chavín , en Huánuco el Viejo, Cusco el antiguo, y Tiahuana co. “ De esta genuina civilización ,—dice Uhle refutando la tesis,

orientalista de Rivet,-quizás exceptuando la posición del cóndor en los mitos, idea andina, no hay ni un elemento conocido de esta im portante civilización sur-americana, cuyo origen no se pueda tra

zar muy cerca a elementos de otras civilizaciones anteriores, impor tadas de regiones centro -americanas " . ( 17 ) . Que tardó más en desarrollarse la cultura andina que la coste ña, es ya tesis indiscutida ( 18) y entre otras razones no es la menos fuerte la que ve en las dificultades geográficas para el cruce de los Andes, la más lenta génesis de la civilización serrana .

Formados los núcleos principales de esa cultura andina, ésta irradió su influencia por todos los contornos, y así se formaron esas metrópolis, Tiahuanaco, Cusco, Huánuco, Chavín , en donde la ar

queologia ha encontrado identidad de mitos a través de sus dibujos ideográficos, estilos comunes, y una semejante toponimia. ( 19 ) . El origen de todas las civilizaciones del Este de Sud -América, (de las colombinas, costarricenses, etc.) en todas sus partes esencia

les está ahora fuera de duda, según la opinión de Uhle. Igualmen te, el tiempo de su origen , relativamente reciente, se ha determina do, y hoy se ofrece un acervo de pruebas para establecer esta géne sis : que la cultura de Tiahuanaco procede de Chavín ; Chavín de

proto -Nasca y proto -Nasca de las regiones centro-americanas y meji canas. ( 20 ) .

(17) Ulhe ha sostenido con eficiencia la prelación de la cultura proto-nasca sobre la proto - chimú, así como ha explicado satisfactoriamente la formación

de núcleos inmigrantes mayoides, primero al sur de Lima y después al Norte, en el artículo en que refutó brillantemente las aventuradas aseveraciones del señor Felipe Ainsworth Means. Ver “ Los principios de las antiguas civilizaciones pe ruanas ' ' Quito, 1920.

( 18 ) “ Los elementos constitutivos de las civilizaciones andinas ' '. Max Ulbe. Quito, 1926.

(19 ) Ulhe. “ Los principios de las civilizaciones peruanas''. Quito, 1920.

(20 ) “ Hasta cierto punto, dice Ulhe,-se pueden comprender las dudas de los investigadores de la civilización de Tiahuanaco, a los que pareció incompren sible el surgimiento aparentemente abrupto de nuevas técnicas al lado de un nuevo estilo . Culpa de la desviación de los razonamientos ordenados, tiene la mala interpretación del relieve de la piedra de Chavín ”.

Este relieve,-agrega más adelante,- " no se una copia, sino el predecesor estilístico de la gran portada de Tiahuanaco " . Representando el relieve de Chavín, al aparecer, el monstruo, que en los eclipses devora al Sol o a la Luna, las ideas religiosas en las representaciones es

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culpidas se han suavizado después, hasta llegar a la del dios Sol, civilizador del mundo, en el relieve de la portada tiahuanaqueña. La figura del tigre se reem plazó en la misma posición por una figura humana ; los dos cetros, como haces

de dardos, por las figuras de la estólica y de la flecha , armas usadas en aquel tiempo en los alrederores del Lago Titicaca. La figura del escolopendro, con sus piés en forma como rayas, se redujo a los rayos solares de la figura tiahuanaque

ña, y la joya pectoral de las figura tiahuanaqueña , tomó el lugar de la figura de la segunda boca estomacal ya desplazada. No hay necesidad de mencionar más que un desarrollo estilístitco; en esta forma se encuentra en todo orden,

miemtras el opuesto de los detalles de la figura tiahuanaqueña a los del relieve do Chavín, habría sido de todos modos imposible. De la mayor novedad del relieve de Tiahánuco da también un testimonio la figura de la serpiente con numerosos pies ( Ten -ten ” 0 “ Caicai” de los mitos aruacanos ), derivado evidentemente del escolopendro protonasca en el mismo friso '.

“ Para la explicación completa de la civilización de Tiahuanaco faltaba, hasta ahora, la del origen de sus trabajos grandes de escultura y obras grandes

de piedra. La civilización de Chavín , predecesora de la de Tiahuanaco , da la

explicación, y no hay necesidad de buscarla por otros caminos". Max Uhle. “ Los principios de la civilización en la Sierra Peruana " . Pág. 12, 13.

R, TU RI

PERÚ

TRUJILLO UpoC

CAPITULO I

LA CULTURA QUE FLORECE EN EL SIGLO III DE LA ERA CRISTIANA ES QUICHUA Y NO AIMARA O COLLA

Existió, pues, una cultura homogénea en la región andina del Antiguo Perú, extendida desde el Ecuador ( Hatun -Cañar, Tumibam ba, Cayambé ), por el norte ; hasta el nor -oeste argentino, ( región

Diaguita y del Chaco) , por el sur. ( 1 ) . Y así la civilización llamada de Tiahuanaco no debe circunscri

birse a la región del Collao, al Antiplano del Titicaca, sino compren der aquel enorme estrato territorial.

Mas, esta dominación o representación cultural, ja qué raza co rresponde ?

Dos son las escuelas a que ha dado lugar esta interrogación de la etnología peruana : la aimaraísta y la quichuísta. ( 2 ) . La tesis aimaraísta se basa : ( 1 ) Esta área cultural no puede tener límites fijos, y se señala únicamente por los restos de monumentos de un mismo estilo, desparramados en tan vasto

Territorio, y cuyos representativos son : Hatun -Cañar, Cuélap (provincia de Luya, en el Departamento de Amazonas ,del Perú ,) Cajamarca , ( construcciones del Ce rrillo, y Qringaiquero,) Huánuco Viejo, Villcashuaman, Huaitará, Cusco, Machu Piccho , Viticos, Ollantaitambo , Pucara, Hatun -Colla , Páucar -Colla , Huancané, Tiahuanaco, Escoma y Necrópolis de Catamarca. ( 2) Representantes de la tesis aimaraísta, son: Ulhe, Markham, Midendorff,

Bandelier, los escritores bolivianos Saavedra y Ballivián , y el arqueólogo polace Pongnasky.

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1.° En el estudio de los mitos indígenas. En efecto, Huiracocha, Creador del Mundo y de Tiahuanaco, divinidad principal de la mi

tología peruana, es - se dice una deidad aimara. 2.• La situación geográfica : El hecho de que Tiahuanaco se ha lle en pleno dominio aimara y en la meseta del Collao. 3.° La extensión de la lengua aimara , cuya toponimia no sólo se halla en Tiahuanaco, sino desparramada en todo el territorio del

antiguo Perú, aunque es verdad que en forma esporádica. Como argumentos subsidiarios para reforzar los anteriores se agrega :

a ) Que el idioma secreto y reservado de los Incas, fué el ai mara .

b ) Que el estilo arquitectónico y dominante en las construccio nes andinas, es el propio de Tiahuanaco . c ) Que todas las tradiciones arrancan el origen de la cultura del

Perú, de la gran metrópolis Tiahuanaquense.

Falsa es la deducción sacada del estudio de los mitos . La dei .

dad de Huiracocha, es antes quichua que aimara. Huiracocha fué el dios nacional de los quichuas como se comprueba por la tradición remota del origen de la raza, recogida por los cronistas ; allí vemos

a Huiracocha venerado por los quichuas, y perseguido y ofendido por los collas y las gentes extrañas. El Sol aparece sólo como nu men tutelar o totem de las agrupaciones ayares -quichuas; pero Vi. racocha es reconocido como el dios nacional o racial. Su culto se

intensifica entre los Canas y Canchis, naciones collas que, rebeldes al dios, al fin son castigadas por su sacrílega conducta, y arrepenti das, elevan el santuario de Cacha que pasa por el más antiguo tem

plo de Viracocha. ( 3 ) . Este, siempre es recordado por los quichuas en los actos solemnes de su vida nacional. Cuando la invasión Chan ca o colla ( 4 ) invade el valle de del Cusco, el héroe salvador de la ( 3 ) Véase Cieza de León. Crónica I parte. c, XCVIII. ( 4 ) Los chancas son una mancha de aimaras o collas. Véase, al respecto, Cieza de León, “ Señorío de los Incas ” c, XXXVIII ; y más adelante, en el c , XLV, y en su Crónica Col. Urteaga , t. VII. c, XC., donde Cieza cuenta lo narrado por

los collas, y sus luchas con los quichuas.

EL IMPERIO INCAICO

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Ciudad Santa, propala la noticia de la aparición de Huiracocha, y su oferta de salvar la ciudad y la raza, de la destrucción que se pro

meten los collas, a condición de que se continuase la veneración a su nombre, y de que se le rindiese culto, su antiguo culto, ya olvidado por el del Sol. ( 5 ) Qué dios tutelar de los aimaras era éste, quc

así salvaba la raza contraria y enemiga y contribuía a la destruc ción de sus adoradores ?

El nombre de la deidad , fué adoptado por el Inca vencedor,

para dar testimonio del prodigio, y acreditar el mérito de su di nastía .

Ordenó la reconstrucción del antiguo Santuario de Cacha

y la elevación, en el Coricancha, de la efigie del Creador univer sal ( Ticci-Viracocha-Pachayachachi) , sobre las del Sol, la Luna, las Estrellas, el Rayo y el Trueno. ( 6 ) .

La efigie de la portada de Acapana, ( 7 ) tenía su representa ción idéntica, o casi idéntica, en el ídolo de Cacha, según las no ticias de Cieza de León ; ( 8 ) la misma efigie, seguramente, se vene raba en el santuario destruído de Huánuco Viejo, ya que las orna mentaciones y detalles míticos que al dios acompañan en los relie

ves tiahuanaquenses, se hallan profusos en las piedras de los pala cios y templos de Huánuco . Uhle además ha demostrado, fehacien temente, la identidad de las figuras del Huiracocha de la puerta de

Acapana con el ídolo del monolito de Chavín ; ( 9 ) y de éste, con las ( 5 ) En Polo de Ondegardo, leemos: que al Inca Viracocha “ le dijo su madre haber soñado que la razón de la victoria (avance ventajoso ) de los chancas, había sido que se hacia en el Cusco más veneración al Sol que al que era

Creador Universal ( Huiracocha ) , y que prometiese que de allí adelante se harían más sacrificios y más ordinarios a aquellas estátuas ( las del dios Huiracocha ) , y que fuese luego contra los chancas, y que él le daría la victoria y le enviaría

gente que le ayudase ''. 2.a Relación, pág. 54, en Col. de Libros y documentos para la Historia del Perú, por H. H. Urteaga y C. A. Romero t. III.

( 6) En el nunca bien ponderado estudio de R. Lehmann -Nitsche, “ Corican cha ” , págs. 80-105, se demuestra del modo más fechaciente la superioridad de Viracocha sobre los númenes tutelares : el Sol, la Luna, las Estrellas, y otros

tótemes. Allí mismo, a base documentaría, se estudian las voces quichuas que componen las leyendas de las efigies del altar mayor del Coricancha , y en donde no queda duda que la deidad de Viracocha era considerada como el Supremo Creador del Universo y protector del In erio de los Incas, !

( 7 ) Patrón. Discurso de incorporación al Instituto Histórico del Perú. Rev. Hist. Lima, t. I , pág . 420 . Stübel y Ulhe, “Tiahuanaco ". Ed . Berlín. ( 8 ) Cieza de León , “ Crónica del Perú ' '. c, XCVIII .

( 9 ) La figura mítica de la piedra de Chavín, dice Ulhe,-no es una copia sino el prodecesor estilístico de la efigie de la Portada de Tiahuanaco. Represen tando el relieve de Chavín, al parecer el monstruo que en los eclipses devora el Sol o la Luna, las ideas religiosas en las representaciones esculpidas se han sua

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HORACIO URTEAGA

profusas figuras del dios de los protonascas pintadas en las vasija , y en las telas santuáricas halladas en Nasca, Pachacámac y Ancón, asientos de la cultura homogénea cronológicamente ubicada entre los

siglos II a X de la era cristiana. ( 10) .

Falsa es también la prueba fundada en la situación geográfi ca. El hecho de hallarse actualmente Tiahuanaco en una zona habi

tada por indios de la raza aimara, no prueba que siempre ese te rritorio fuera habitado por esta raza. Los modernos estudios arqueo

lógicos y lingüísticos han proyectado plena luz, con respecto a la progenie de esta raza, extendida en el sur y centro del antiguo Pe rú. Hoy se sabe que una sedimentación lingüística atacameña se ha extendido por el norte de Chile y sur del Perú, dominando el an tiguo Contisuyo y los actuales departamentos peruanos de Ayacu cho y Apurímac ( 11 ) , conciliándose así las noticias de la invasión

de gentes llegadas del sur, por la región de Chile y Atacama, que se conservaban hasta los tiempos de Cieza de León y Montesinos. Aparecen así las razas collas como invasoras y no originarias.

Cuando llegaron, en uno de tantos martillazos provocados por sus invasiones, florecía esa cultura tiahuanaqueña, que al fin destru yeron .

La prueba de que fueron invasores y no antiguos hijos de la región, la da su propia situación geográfica, ya que los aimaras ocupan actualmente, y ocuparon desde los tiempos históricos, una verdadera mancha esporádica en la altiplanicie del Titicaca, mancha racial, rodeada por todas partes por la raza quichua. Así, mientras la vizado después, hasta llegar a la del Sol, civilizador del Mundo, en el relieve de la Portada tiahuanaqueña. “ Los principios de la civilización en el Sierra peruana ' '. Quito, 1930. ( 9 ) Urteaga.- " El fetichismo en los huacos de Nasca ' ', en “ El Perú. Bo cetos históricos '', t . I. “ Las antiguas civilizaciones y razas del Perú ”, en " EL PERÚ. BOCETOS HISTÓRICOS ' ', t. II ( 10 ) Entre estos siglos ubica, efectivamente, la moderna Arqueología el nacimiento de la cultura andina , pues Chavín se ofrece desde 150 a 200, después

de Cristo, y la decadencia de Tiahuanaco, y su posible destrucción, de 900 a 1000, de la misma era , según Ulhe, “ Cronología de las antiguas civilizaciones pe ruanas ' ' . Quito. 1920 . ( 11 ) Úlhe, “ Fundamentos étnicos de la región de Arica y Tacna ” y “ La

arqueologia de Arica y Tacna ' '. 2.a edición. Quito, 1920.

EL IMPERIO INCAICO

17

actual provincia peruana de Chuquito y el departamento boliviano de La Paz son habitados por aimaras, todos sus contornos , principalmen te en sus sectores de norte y sur, son ocupados por los quichuax. La toponimia quichua más abundante , domina los contornos inme diatos, y casi por entero en las regiones de Puno, Cusco, Oruro, Co chabamba, y el Nor - oeste argentino. La situación de los aimaras en el Collao la

determinó el ca

taclismo / histórico o físico — que trajo la caída de Tiahuanaco , y ei éxito de su invasión destructora, que los fijó en esa región como en otras, rodeadas por la nación de los quichuas. Aun en los tiempos históricos, la tradición aseguraba que los jefes collas que fundaron reinos autónomos en esa región , proce dían del norte de Chile .

Hemos dicho que se ha querido reforzar la tesis aimaraísta con tres argumentos subsidiarios : 1.º el uso del idioma aimara en la

corte del Inca . Se asegura, sin ningún fundamento , que el idioma extraño y privilegiado, hablado sólo por la familia imperial,-según noticia de Garcilaso paterno. ( 12 ) .

fué el idioma de los collas ; es decir el idioma

Aparte de que la noticia dada por Garcilaso hay que recibirla con la reserva con que él mismo la admite ( 13 ) , la tentativa o en sayo para filiar con el aimara las dicciones que el Inca historia

dor da como pertenecientes al idioma esotérico incaico, han fraca sado, y, más bien, se ha podido

aseverar que el tal

idioma reser

vado, era el antiguo dialecto de los ayllos de Pacaritambo, ( 14 ) es decir, un dialecto quichua. Uhle ha sostenido con calor que la extensión de la lengua ai mara, fué en el antiguo Perú mayor que la del quichua ; que la ( 12 ) Garcilaso. “ Comentarios Reales ' ', Col. Urteaga. Parte I. Lib. VII. C. I. pág. 234.

( 13 ) Markham quiso probar la filiación del idioma reservado de los Incas, por el estudio de log vocablos conservados por Garcilaso ; pero su tentativa aima raísta no tuvo éxito, y más bien ha servido para hallar las analogías entre estos vocablos y el quichua. ( 14 ) “ Esta, me escriben del Perú que se ha perdido totalmente: porque como pereció la República particular de los Incas, pereció, también, el lenguaje

de ellos ' '. Garcilaso, ob. cit. referencias nota 12. 3

18

HORACIO URTEAGA

abundancia de la toponimia colla, también supera a la quichua, y

por fin, que es mayor la excelencia y riqueza del aimara que la atribuída al quichua. El hecho de que las " Relaciones de la época colonial hicieran constar que los indios del Perú eran bilingües ( 15 ) , y que los dia lectos, y acaso lenguas extrañas, abundaron en el país, ( 16 ) sólo demuestra que, al realizarse las conquistas incaicas, que incorpora ron tantas naciones al Imperio, fué política de los soberanos im

poner el idioma oficial; pero una objeción capital a la tesis de Uhle es que esta situación bilingüe sólo existía en las regiones en que se habían impuesto mitimaes, y no en otras, principalmente en las re giones extrañas del norte y del sur, ( 17 ) entre los Huaylas ( región del

actual departamento de Ancahs) entre los Cajamarcas, (región del actual departamento de Cajamarca ) ( 18 ) ; región de Quito ( vasta región donde se hablaba el chinchaysuyo y el quiteño, dialectos qui

chuas) ; ( 19 ) en la región calchaqui o Diaguita de Catamarca, San Juan y Rioja, del Noroeste de Argentina, precisamente lugares donde fueron recientes las conquistas incaicas, y en donde ya no podía imponerse un idioma oficial en tan poco tiempo, cual fué el

que medió entre la conquista de los Incas, ( bajo el reinado de Tú pac Inca y Huayna Cápac ) y la conquista española. ( 20 ) . Allí se Los amigos del historiador no le habrían dicho que se perdió totalmente, si la lengua secreta hubiera sido la aimara. Además, a qué lengua esotérica era esa, que se hablaba por tantas gentes, y todavía por las más bajas! (colla_gen te baja , que hiede.) No se ha dicho, por otro lado, que los indios del Perú, principalmente los del Cusco y sus contornos, y los collas, eran bilingües . ( 15 ) Santillana. “ Relación del Gobierno de los Incas ' '. Col. Urteaga , t.

IX , ( 2.8 serie ) Párrafo 2, pág. 11.-B. Cobo, “ Historia del Nuevo Mundo " . t. III. Lib. XII c. III. pág. 127.

( 16) “ Relaciones Geográficas de Indias ''. M. Jiménez de la Espada, t II. Consúltese la nota de Ulhe, “ Origen de los Incas " . pág. 305 , nota número

( 17) Prince. “ Lenguas indígenas de América. Perú " .- Orbigue, “ L'homme americain ” t. I. cap. III. pág. 145.

( 18) A la llegada de los españoles, en toda la región atravesada por éstos, desde Piura hasta Cajamarca, el idioma hablado por los indios era el quichua ; el mismo idioma hallaron en su viaje por la región de Ancash y Junín, “ Relación de la Conquista ” de Jerez. Viaje de Hernando Pizarro a Pachacámac. ( 19 ) Miguel Estete, “Relación de la Conquista ' '. Col. Urteaga - Romero,

toino V. de la primera Serie, y VIII de la segunda. ( 20 ) “ Es una monstruosidad, una heregía ling’iística, pretender que, en tan corto período, engendrara el quichua dialectos tan definidos como el quiteño у chinchaysuyu. La mayor parte de las lenguas que en la Sierra del Perú se usaban bajo el Gobierno de los Incas, a más de la quicha oficial o

cus

queña, y que recibían la denominación de lenguas forasteras, particulares o ahuasimi, eran meros dialectos de la misma quichua, y " tan apegadas a ella, es

criben los redactores de las informaciones de Vaca de Castro ( 1), como la por

EL IMPERIO INCAICO

19

hablaba el quichua, porque había sido el idioma antiquísimo y ori ginario de la región ; el que fué hallado con sorpresa, por los Con quistadores del Cusco . ( 21 ) . Era que los Incas reconstruían el an

tiguo dominio quichua, reuniendo los fragmentos del primer Im perio, destruído en época remota. Por razones idénticas a las anteriores, es que se halla en aque

llos lugares toponimia aimara, pero asimismo, la toponimia qui chua abunda en donde han sido más recientes las conquistas incai cas ; lo contrario de lo que debía ocurrir por razones históricas.

Ni aceptamos, tampoco , las razones que se dan para probar la excelencia del idioma colla sobre el quichua. Que el verbo aimara ten

ga -según los actuales gramáticos bolivianos, -más variedad y ri queza que el quichua, sólo prueba que haya adquirido esa flexibi. lidad en su contacto y hermandad con las modalidades del verbo

español y del quichua, ya que trilingües son casi todos los gramáti cas que se han ocupado de estas disquisiciones lingüísticas. La ver

dad es que Ludovico Bertonio, el sabio aimaraísta del siglo XVI y los competentes filólogos Midendorff y Tschudi, no le han encon trado esas excelencias de última hora, y han hecho bien al supo ner al aimara un idioma rudo y pobre, detenido en su desarrollo, y de una manifiesta inferioridad al idioma abundante y armonio so de los Incas.

Queda, aún, por resolver esa diferencia de estilos observada

en las obras líticas de los tiahuanaquenses y las incaicas. Uhle asegura que los estilos difieren, y en esto nos hallamos conformes con su tesis : uno es el estilo propio de Tiahuanaco, aun tuguesa o la gallega a la castellana ” . Estupenda muestra de criterio filológico

daría quien admitiera la probabilidad de tales efectos durante el breve período de la dominación incaica en las regiones extremas del Tahuantinsuyo : '. Riva Agüero, “ El Perú Histórico Artístico ” , pág. 23. (21) Garcilaso, Herrera , Cieza de León.

20

HORACIO URTEAGA

en sus dos características ; y otro, el incaico. El primero ofrece tres

períodos bien marcados : 1.°, el de la piedra ciclópea, que presen tan los monumentos megalíticos, que son , precisamente, los que en

el antiguo Perú, desparramados de Hatun Cañar a Tiahuanaco, ofre cen fisonomía homogénea, a la que tantas veces nos hemos refe rido; 2.º, el que difiere de estos por el engaste de sus piedras y otros detalles, estilo que Uhle ha reconocido como interpolado al

primero, y que asegura es de origen aimara neto, de procedencia colla o Hatun -Colla , o de más lejos, atacameña, y cuya filiación , -extraña a los tiahuanaquenses ,-aseveraba ya Cieza de León ( 22 ) ; y 3.º, el estilo incaico que se halla en Tiahuanaco al fin del 1.°, >

y que se reconoce en construcciones quichuas innegables, como el Palacio de Manco II en el Cusco, el de Huayna Cápac, y el San tuario del Coricancha, restauración de Pachacútec. Este último estilo, es - según Uhleuna derivación del prime

ro, como que, según él, no era sino el aimara tiahuanaquense que renacía ; pero si los renacientes Incas son quichuas, y si hay que

buscar la filiación de su cultura en el lejano Tiahuanaco, no cabe duda que, si no ellos, su raza fué la autora de la civilización me

galítica primitiva. Que fué una dominación quichua, extendida, co mo ya lo hemos dicho, la que elevó esas viejas metrópolis ; que esa dominación sufrió un cataclismo histórico que la llevó a la de cadencia, y que tras un lapso de tiempo no muy grande ( 23 ) renació con los restos de la nación desparramados en diferentes regiones, adonde los había empujado la invasión . ( 24 ) .

#

Hay, por último, un argumento histórico notable, que los ai maraístas han invocado a su favor, y que, precisamente, se vuel ( 22 ) Cieza de León, “ Señorío de los Incas ' ', c. IV “ Crónica del Perú ' ', Col. Urteaga, t. I, Caps. C, CII y CV. ( 23 ) “ Las observaciones ( subre cerámica y monumentos de la Costa del Perú y de la Sierra) nos enseñan la distancia limitada por la extensión de unos pocos y no muy importantes períodos de diferente civilización entre la de Tiahua naco y la de los incas que impiden tanto hacer remontar las construcciones de Tiahuanaco por infinitos milenios, antes de las construcciones incaicas, como su

poner un desarrollo directo y una sucesión inmediata de una civilización a otra ' .- " Los orígenes de los Incas ” . Max Uhle, pág. 327 .

(24) Uhle ha observado muy bien esa sucesión de culturas de la Costa y de la Sierra y ha visto cómo se hermanaban la tiahuanaquense y la incaica, en que

EL IMPERIO INCAICO

21

ve contra ellos. Todas las tradiciones del origen del mundo y de

los incas, -- dicen - han salido de Tiahuanaco, ( 25 ) lo que prue ba que la cultura del Perú proto-histórica y aun incaica, es una cultura aimara. ( 26 ) . Curiosa y peregrina tesis sería la que trata

se de sostener que los incas no son quichuas, y que se les presen tase renegando de su origen racial , cuando era este origen el que los enorgullecía. Las tradiciones de una progenie y primer establecimiento en Tiahuanaco, son, al contrario de lo dicho por los aimaraístas, prue bas del linaje de los Incas, descendientes de los constructores de la

gran metrópoli. Allí en Tiahuanaco, fueron criados por Viracocha, su dios na cional desde entonces.

Las mismas tradiciones que aseguran la filiación quichua del

dios, nombran a Tuapaca o Arnawan , como la divinidad de los ai se nota la profunda influencia de la una sobre la otra . “ El segundo resultado de la observación de los períodos que intermediaron entre el de Tiahuanaco y el de los Incas, es la confirmación de que a la altura de la Civilizacin general en el período de Tiahuanaco, siguió un período bastante extenso de depresión y de decadencia general, acompañado de la descomposición de la civilización primera hasta formar varios tipos provinciales de caracteres distintos. Este

período habrá sido aquel en que el mundo peruano se rehizo de las influencias ex cesivas de la raza aimara. Poco a poco, en este período, la raza quechua, opri

mida por los aimaras, emergió de su condición. Dondequiera que aparecen en la evolución histórica de este período, los encontramos en oposición y contacto hostil con aquéllos. Los chancas, de raza aimara, desalojaron a los quichuas de la región de Andahuailas y de las pampas fértiles al Sur de esta ciudad , y de su nombre quechua, esta raza recibió su propia designación. Los nombres de las

provincias de Cotapampa y Cotanera son de origen aimara, mientras los habi tantes, al tiempo de las guerras de los incas con los Chancas. fueron conside rados como quichuas. Este hecho comprueba también un contacto de las dos razas en la misma provincia, y ya se han apreciado arriba los conflictos en que estaban los grupos quichuas con tribus aimarás y con el régimen aimara primi tivo en la región del Cusco ''.- Los Orígenes de los Incas ''. Uhle, pág. 329.

(25) Véanse las “ Crónicas '' de Molina, “ Ritos y Fábulas '', pág. 10 Cabello

Balboa, “ Historia de los Incas ”', c. I. Garcilaso, ob. cit. lib . , cs. XV y XVIII Betanzos —

, “ Suma y narración de los Incas ' ', todos en Col. Urteaga,

Romero cops. I, y II, ( Segunda Serie ) Historiadores Clásicos, I, IX ( Segunda Serie ) respectivamente, y en Sarmiento de Gamboa, “ Historia Indica ”, cc. VI y VII y Bernabé Cobo, ob cit .

(26 ) Su argumento puede resolverse en este silogismo : “ El origen de los Incas, se encuentra en Tiahuanaco " . “ Tiahuanaco es aimara ;

“ luego los Incas son de origen aimara ” .

La segunda premisa es falsa. Se ha probado, al contrario, que Tiahuanaco es quichua ; y entonces el silogismo se vuelve en favor de los quichuistas.

22

HORACIO URTEAGA

maras, ( 27) y más aún la consideran inferior al dios quichua, pues, creado por éste, fué infiel y desobediente a sus mandatos, y, por

lo mismo, castigado. ( 28 ) . El piadoso dios quichua, en su benéfica peregrinación hacia el norte, vuelve a sufrir el ultraje de los aima ras ; los Canas, que son de raza colla, ( 29 ) lo ultrajan y descono

cen, mereciendo por semejante sacrílega conducta, el castigo en for ma de lluvia de fuego. ( 30 ) . Pero hay una razón superior a todas

las que fluyen del examen antecedente, para dar a la raza quichua la paternidad de la cultura de Tiahuanaco. Esta no es una cultu ra autóctona, ni su desarrollo y grandeza son únicos. Representati vos de esa cultura por la identidad de sus estilos y múltiples parti cularidades, son los monumentos de Hatun -Colla, Paucarcolla, Puca

rá, Cusco, Ollantaitambo, Viticos, Choquequirao, Macchu -Picchu, Huá . nuco -Viejo, Cajamarca, Huamachuco, Cuélap y Hatun -Cañar, ( 31 ) re giones estas, donde ha dominado el quichua desde la más remota épo ca, puesto que la lengua matriz había desarrollado dialectos nume

rosos en el Norte y en el Sur. ( 32 ) . En qué época se verificó este desarrollo y extensión del idio

ma de los incas ? Seguramente, el proceso de la formación y desarro ( 27 ) “ Al Criador del mundo, llaman los collas Tuapaca, y en otros lu gares della, Arnawan ” . Cieza de León “ Señorío de los Incas " , capítulo V. pág. 6.

( 28 ) “ E yendo Tetuacapac blasfemando de Viracocha, por lo que él hacía, y amenazando que él volvería a tomar venganza del, fué llevado del agua por el Desagnadero de la misma laguna, donde no fué visto más por muchos tiempos''. Sarmiento de Gamboa , ob. cit. cap. VII. T. 26 ( edición alemana 1906) . En Las Casas Antiguas Gentos del Perú pgs. 55-56, se puede leer más ex.

tensamente y con mayores pormenores, esta tradición. ( 29 ) Sarmiento de Ganboa, ob. cit. c. VII, págs. 27-28 . (30 ) Ultimamente, en el magistral trabajo de Lehmann -Nitsch,

( Cori

cancha - Buenos Aires, 1928 ) se da una interpretación atrevida, pero con só. lidos fundamentos, a la dicción Viracocha, y se comenta esta leyenda que ha servido de clave a deducción tan novedosa y revolucionaria . Coricancha - Vira cocha y Tunapa, pgs. 85—103 .

Todavía se encuentra en Cobo, para corroborar el origen quichua de los Incas y la preocupación de éstos de filiarse con la divinidad del Viracocha tiahuanaquense, que “ los Incas nacieron de una mujer llamada Titicaca, quien

tomó el nombre que hoy tiene la isla y laguna, y en memoria de aquella mujer, madre de los Incas, tenían sus descendientes en un solemna templo de aquella isla un ídolo en figura de mujer de oro y plata ” . Ob. cit. tomo III, pág. 125. ( 31 ) Urteaga, “ El Perú, Bocetos Históricos' T. II. Las antiguas civi. lizaciones y razas del Perú.

( 32 ) En el Norte, el quiteño, el chinchaysuyo, hablado en el Ecundor y Norte del Perú. En el Sur la lengua huilela, la calchaqui o diaguita, en el Nor -este argentino.

EL IMPERIO INCAICO

23

llo de esta lengua rica y armoniosa, comprende más de un milenio,

( 33 ) abrazando el gran período cultural comprendido entre los si glos III al X.

A este “ dominio " de la raza en el extenso territorio del Perú, y

revelado por sus monumentos megalíticos, he dado el nombre de Pri mer Imperio Quichua. ( 34 )

( 33) Considerando lo que Ulhe expone en los estudios lingüísticos de su interesantísima monografía , “ Fundamentos étnicos de la región de Arica y Tacna, en donde se ve que abandonando su tendencia absoluta a la filiación aimara de las regiones del Perú que cita , se inclina a aceptar la influencia

atacameña , y a la hermandad de las lenguas generales del Perú. (34) Las antiguas civilizaciones y razas del Perú . — Monografía presenta da al XXII Congreso de Americanistas de Rio Janeiro. inserto en sus actas y en “ El Perú ' '-- Bocetos Históricos'', ( Segunda Serie ) — Lima 1919.

S CAPITULO II

EL PRIMER IMPERIO QUICHUA : EL PERIODO FEUDAL, ANTERIOR AL SIGLO XI. LOS INCAS DE PACARITAMBO

Si hemos de aceptar la tan bien fundada cronología de Uhle, eu la sucesión de las culturas peruanas, allá por el siglo III después de J. C. florecían en las vastas zonas andina y cisandina del Pe

rú, estupendas metrópolis, núcleos de adelantadas culturas : los mo numentos de Tiahuanaco y Hatun - Collao, Cusco y Ollantaitambo, Vilcashuaman y Huaitará, Huánuco Viejo y Marca Huamachuco, Cajamarca y Cuélap, Hatun-Cañar y San Agustín en Pasto, atesti guan que estas regiones eran centros de inmensos poblados, donde

se había desenvuelto la vida civil, política, religiosa y artística, en una vasta trayectoria ; se cultivaba la patata, el maíz y la quinua ;

se había domesticado la llama y la vicuña ( 1 ) , alcanzado una or ganización política con poderes centralizados y respetables, como que sólo ellos, con sus características, han podido obligar un esfuerzo colectivo revelado en sus grandiosos monumentos : templos, palacios

y fortalezas ; ( 2 ) se había organizado la familia, estructura ésta que perduró en el ayllo, asociación que los incas respetaron y pulie ( 1 ) La llama ( o el llama, como se le nombra con tanta falta de harmonia

fonética) la alpaca, la vicuña y el guanaco, corresponden al género auchenia, originario de las regiones frías del Continente Sur Americano.

La’ma, o urco — llama. Véase el interesante estudio de J. J. Tschudi , al res pecto, Contribuciones, en Col. Urteaga - Romero, t. IX, pág. 204 y siguientes. ( 2) Los tres grandes tipos de construcciones arquilectonicas en el antiguo

Perú corresponden a la arquitectura militar, civil y religiosa; la casa habita ción particular cuando no pertenecía al Príncipe no revestía caracteres de elegancia ni de solidez . Véaso Wiener, Pérou el Botivie. L'architecture.

1

EL IMPERIO INCAICO

25

ron debidamente ; el sentimiento religioso había creado una adelan tada teogonía ; y el arte, el arte sobre todo, había alcanzado tal eleva ción , que sus obras, que han vencido la acción destructora del tiempo y los elementos, acreditan la elevación de sus ideas, la técnica de sus

procedimientos y la potencia de su inventiva. ¡ Lástima que sólo en sus libros de piedra pudieran trasmitirnos una parte de la inmen sa gama de su desarrollo artístico y científico !

Existió, así, en un largo período de tiempo una estructura po lítica y civil, que si no nos atrevemos a afirmar que estuvo centra lizada bajo la acción de un solo gobierno, conceptuamos, fundada mente, que la caracterizó, por lo menos, una vasta federación de

grandes reinos, y quizás el recuerdo de esas variadas soberanías recogidas por Montesinos, lo tentaron a edificar sus tres grandes dinastías de reyes y la sucesión de sus 92 monarcas. (3 ) . Lo que sí está fuera de duda, es que las manifestaciones de esa cultura obedecen al mismo espíritu, tienen la misma tendencia, y se ins piran en idénticos ideales ; y estas características se imponen de

tal modo a la reflexión de los arqueólogos, que éstos declaran, por boca del más autorizado de ellos, que la contemplación de los restos, esparcidos por la región andina y cisandina, elevados en

épocas anteriores a los incas, “ permiten inducir que en la sierra y la costa del Perú existió una civilización bastante homogénea, cuya posición cronológica respecto a la de Tiahuanaco, es comple tamente segura ” . (4) . Se ofrece más tarde una decadencia estilística de esta cul

tura homogénea, decadencia que Uhle ha ubicado a partir del 700

después de J. C. y, por fin, un eclipse y desaparición de sus for mas genuinas. Lo que queda de este oscuro período, son rarísi mas y esporádicas tradiciones, que notician de un cataclismo his

tórico desolador, e indicios de fenómenos físicos que, quizá, coin cidieron , en la destrucción, con la acción de los hombres. El hecho histórico es que la cultura y dominación homogé nea quichua, o sea lo que llamamos el Primer Imperio quichua, desapareció destruído. ( 5 ) . ( 3 ) Memorias historiales y políticas del Perú. (4 ) Ulhe, Origenes de los Incas, en Actas del XVII Congreso de america

nistas, reunido en Buenos Aires, 1910, págnas 325. ( 5 ) Urteaga , Las antiguas civilizaciones y razas del Perú, en El Perú - Bo

cetos históricos, t. II. 4

HORACIO URTEAGA

26 Si fuéramos

a creer al más sesudo y diligente de los cronis

tas, Cieza de León, fueron invasiones de gentes extrañas, las que, viniendo del sur, por el lado de Chile ( Coquimbo ) cayeron al Co llao, destruyeron gentes y pueblos y se establecieron allí. ( 6 ) . Mon tesinos ha recogido también parecidas noticias. Según el Licenciado, una inmigración de gentes bárbaras venidas del sur, por Chile y Tucumán, abatió gentes y pueblos y produjo desórdenes inconta bles . (7 ) .

Los estudios antropológicos y lingüísticos de Uhle han probado,

a la vez, que, efectivamente, olas invasoras de gentes del norte de Chile, ( Atacameños ) se han filtrado por las abras andinas y han ocu pado regiones extensas de las serranías peruanas. En su notable estudio “ Fundamentos étnicos de la región de Arica y Tacna " ( 8 ) ha establecido la toponimia atacameña-diaguita, imponente en Are

quipa y la Raya del Cusco, entre Ica y Ayacucho, Tiahuanaco y Pu no, esto es, una mancha etnológica que parece atestiguar una infiltra ción prepotente ocurrida sobre las regiones donde más fuerte y res petable era la dominación de los quichuas.

Estos fueron así arrollados en la destrucción de su soberanía y se reconcentraron en la fértil región del Vilcanota y Urubamba. Allí han sostenido perenne lucha contra las invasiones del Sur. He pro

bado en anterior estudio ( 9 ) que la ubicación de las fortalezas de es tilo tiahuanaquense tendidas en la región del Vilcanota, Urubam

ba y Apurímac, señalan el carácter y la vetustez de esas luchas: de fensas de las tierras fértiles que se suceden de Pucará ( 10) a la Raya, de la Raya a Urcos, de Urcos a Cusco, de Cusco a Ollantai

tambo, de Ollantaitambo a Viticos, y de allí hasta las profundidades de Machu-Piccho. Han pasado, así, cinco siglos, ( 11 ) del 700 al 1,100 o 1,200, de agitados encuentros entre los advenedizos ( 12) y ( 6) Cieza de León, Señorío, c, III pág. 4. (7 ) Montesinos, ob. cit. Urteaga, El antiguo Perú a la luz de la arqueología en Revista Histórica, 1909, Lima, t. IV, cap . I. págs. 200 y sigs. ( 8) Max Ulhe, ob. cit. 2." edicción, Quito, 1922. ( 9 ) Las antiguas civilizaciones y razas del Perú, en ob. cit.

( 10 ) El nombre del pueblo Pucará, ( fortaleza ) es toda una revelación de las construcciones en él habidas.

( 11 ) .-Según la cronología dada por Uhle en Los principios de las civiliza ciones peruanas.

( 12 ) Uhle, Arqueologia de Arica y Tacna . Capdevila , Arqueología de Taltal. Bomán, Región Diaguita - Calchaquí. BOLETÍN DE LA ACADEMIA NACIONAL DE HISTORIA . B. Aires 1923 .

EL IMPERIO INCAICO

27

los naturales ; durante este lapso de tiempo se han perdido los cono cimientos de una técnica artística adelantada ; la vida civil ha su frido un retroceso ; la religión ha perdido sus concepciones teogóni cas superiores ; las soberanías se han fraccionado ; a los antiguos po derosos reinos, cuya prepotencia es revelada por los restos de sus

ciudades metropolitanas, se han sucedido soberanías minúsculas, am biciosas, solamente, de conservar las tierras fértiles y la marca , don de se sustentaban los restos fraccionados de los antiguos dueños del país. En determinadas regiones, las invasiones han asentado definiti

vamente su poder. Así se encontraban los Canas, los Collas de Hatun y Páucar, en la sábana del Titicaca, los Aimaras de Ayacucho, y los Caucaes o Cauquis en las Serranías de Lima (Huarochirí). Do minios feudales, manchas de las invasiones de advenedizos, unas ; restos de las ramas quichuas, otras; todos ellos gobernados en for ma tan primitiva y con tal ausencia de buen gobierno, que bien

pudieron los historiadores incaicos, y después los cronistas españo les, considerarlos como formando, únicamente, behetrías. Persistió, sin embargo, en uno de esos agrupamientos de qui

chuas, el antiguo espíritu de la raza ; la ambición al poder y la fi na inteligencia que se sobrepone a los obstáculos y las grandes des

gracias colectivas. Indios tales vivían en Paruro, al sur del Cusco ; habían conservado su régimen familiar : el aillo ; su creencia en el dios potente : Huiracocha ; su lengua materna, adulterada con dic ciones tomadas de los invasores ( 13 ) y su aspiración a la soberanía. Ellos intentan la conquista de ese antiguo valle del Cusco, que an

tes poseyeron sus progenitores lejanos, e inician, así, la reconquis ta de los viejos dominios perdidos. Nunca pensarían esos bravos quichuas de Paruro, que, con su tentativa inicial a la reconquista del valle del Vilcanota , iban a echar las bases de uno de los más gran des Imperios del Mundo.

( 13 ) Según el Padre B. Cobo, que trasmitía una aseveración dada por don Alonso Topa Atau, nieto de Huayna Cápac, en Historia del Nuevo Mundo, t. III, pág. 127.

CAPITULO III

EVOLUCION SOCIAL . EL CLAN, LA HORDA, LA FRATRIA

El primer núcleo humano, germen del elemento social, nació

del agrupamiento de los vástagos al rededor de la madre : el senti miento de la especie, como lo ha llamado Giddings, ( 1 ) cambiándo se, poco a poco, en el dulce y fuerte sentimiento de ternura, dió co hesión a este agregado humano. La madre que sintió y conoció el vínculo consanguíneo con los hijos, y éstos que conservaron apego a

la madre por el sometimiento, durante su minoría, a la autoridad cui dadosa y diligente de la autora de su vida, dieron nacimiento a la primera forma de gobierno en la también primera sociedad huma

na. La base de toda cohesión fué el parentesco estrecho y reconoci do de la maternidad, y dicho parentesco no se derivó sino de la fi liación uterina ; las derivaciones adventicias del mismo tronco mater

no dieron origen a una progenie de miembros afines que, unidos pa ra su defensa y conservación, se desarrollaron en una promiscui dad aceptada hasta constituir un núcleo familiar, con fuerza sufi ciente para considerarse originario y autónomo. En esta primera fa se de la evolución del agregado, dominó, seguramente, la endoga mia, ( 2 ) y sólo más tarde fué necesaria la alianza y coalición con ( 1 ) F. Giddings. Principios de Sociología, Lib. IV . c, II. ( 2 ) En los orígenes, o sea en las primeras generaciones del clan uterino

y del gobierno matriarcal, no se concibe la exogamia, ya que la promiscuidad sexual debió ser impuesta por la vida común, por el peligro de relaciones con gentes extrañas, y por la ausencia, entonces, de preocupaciones de incesto, y, por lo mismo, del tabú, que sólo nacen y se imponen a efecto del temor religioso y del imperio del totemismo. Se violenta mucho la evolución del fenómeno gené

EL IMPERIO INCAICO

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otros grupos, -a efecto de los peligros y de la necesidad de defen derse ,-la unión sexual con miembros del grupo originario se hizo tabú, y motivó la exogamia o unión con agregados extraños, pero extraños en apariencia, por ser derivaciones lejanas de una madre común .

Se ha dado por los sociólogos el nombre de clan a este primer núcleo social humano de filiación uterina y de gobierno matrial cal. ( 3 ) . El agrupamiento de estos clanes, formando ya un todo orgánico más compacto, de resistencia más potente a la disolución, y con elementos más complejos en su estructura, es la horda. En la horda, además de la preocupación por una filiación uterina, que ya inicia la tendencia exogámica, aparece otra fuerza de cohesión aún más enérgica : el sentimiento religioso. Nace a efecto de la ne

cesidad de tener un elemento protector o guardián de los grupos o clanes y del reconocimiento de agentes poderosos, que tan pron to protegen como aniquilan. El espectáculo de los fenómenos

físicos, y los efectos de los grandes agentes naturales, han moti vado esa primera noción religiosa del aninismo, y, como conse cuencia, la fuerza y el poder de los númenes. “ La base de todo sen timiento religioso primitivo, dice Durkheim , -no son objetos, o se tico, cuando se quiere sostener que la exogamia fué la primitiva forma de unión. Esta no podía imponerse y hacerse fácil, sino cuando la progenie era vasta y la aproximación con grupos extraños no ofrecía peligro. Seguramente, la exogamia sólo nació cuando se formaron confederaciones de clanes, o sean clanes compuestos, o fratrías, demasiado densas , o cuando terminó el nomadismo, y la vida sedentaria impuso la unión confederada de grupos en territorios (mar cas) agrícolas. Así, no estamos de acuerdo en este sentido de la evolución

genética con lo sostenido por Durkheim , (Memoria, Années Sociologiques Vol. I. ) que señala, como_ley de los clanes, la exogamia, pues, como dice su co mentarista, ( Moret, De los clanes a los Imperios, pág. 56) , “ Los caracteres

señalados a las clanes, por Durkehim , son, evidentemente, teóricos y no se en cuentran en el estado puro en ningún clan uterino ''. Por lo demás, esta agru pación genética, nacida de la promiscuidad sexual, no puede considerarse como familia ; familia, en el concepto genuino, es “ agrupación más estrecha que el clan, especializada, jerarquizada, con soberanía feudal, y, por consiguiente, más refinada que la simple soberanía difusa del clan ”. Pero, a medida que progresa y se cohesiona con otros grupos, este clan simple y se forma la fra tria o el clan compuesto, se aclara ya su constitución social, y de él es del que se puede decir, con Moret, que es “ una sociedad jurídica de parientes enlaza dos entre sí por la comunidad de nombre y de culto , y por la reciprocidad de derechos y deberes' '. Moret, Evolución de la Humanidad. De los clanes a los imperios, VI c. II.

( 3) Para otros, como Durkheim , no sólo filiación consanguínea y gobier no, ( matriarcal o patriarcal) es su carecterística, sino la posesión del mismo tótem , y, por consiguiente, de un mismo nombre. Durkheim , Memorias acerca de la prohibición del incesto. Année, sociologique, cit. ap. Moret, ob. cit. C.,

II, pág. 18.

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HORACIO URTEAGA

res determinados y distintos, que, por sí mismos, posean un carác

ter sagrado, sino poderes indefinidos, fuerzas anónimas, más o me nos numerosas, según las sociedades, a veces hasta llevados a la uni

dad, y cuya impersonalidad es estrictamente comparable a la de las fuerzas físicas, y cuya manifestación estudian las ciencias natura les " . (4) .

El temor a esos númenes, y la necesidad de representarlos e in vocarles, hizo nacer el totemismo. ( 5 ) .

Este totemismo, o creencia en un numen protector, le da tal fuerza, cohesión y consistencia al grupo, que determina, casi por entero, su estructura, y es el que, en forma visible, revela la co munidad de origen del agregado social ; de allí que, para algunos,

la primera organización de los grupos humanos, sea totémica. ( 6 ) . “ ¿ De dónde procede el privilegio de este lazo para constituir la primera solidaridad del clan ? ¿ Por qué, —dice Moret,-el lazo totémico es, primitivamente, un lazo social más potente que el de la sangre o el de la vecindad ? La respuesta parece muy sencilla. Es

que, al principio, el clan no tiene otro modo de asegurar su cohe sión ni de definirse, que adoptando un nombre y un emblema toté micos. Durkheim hace notar, con razón, que no puede definirse por su jefe, pues la autoridad es aún difusa y en modo alguno indi

vidualizada. No puede, tampoco, definirse por el territorio que ocu pa, porque su nomadismo le impide estar demasiado apegado a una localidad determinada ....... " . ( 7 ). Tiene que definirse por la su bordinación de todos a un agente superior que ayuda, guarda y pro

teje al grupo, y que sin él no podría existir ; ese agente es el to tem originario, cuyo nombre es el nombre del grupo del que se creen descendientes por la línea femenina, es decir, por la sangre que se trasmite de madre a hijo, por una especie de reencarnación

de la substancia divina, que hace que todos los ligados por ese pa rentesco, se consideren como un grupo orgánico y autónomo.

La horda no puede supervivir, sin embargo, con esta sola cons titución ; al abandonar el nomadismo y convertirse al régimen agrí

cola, se fracciona y toma posesión de la tierra. Se abre, entonces, ( 4 ) Durkheim , ob cit. Ap. Moret, ob. cit. C. V. pág. 102. ( 5 ) Urteaga, EL PERÚ. Monografías Históricas. * El totemismo en el an. tiguo Perú " . ( 6 ) Moret. ob. cit. C. III, pág. 74. ( 7 ) Moret, ob. cit. pág. 68.

EL IMPERIO INCAICO

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para ella una larga carrera de transformaciones y mayor comple

jidad de sus elementos constitutivos : el primero y principal lo da sul estabilidad, su sedentarismo; fijo en un lugar el grupo, reac ciona sobre él el elemento territorial, y lo amolda ; el agente físi

co fracciona al grupo totémico, e inicia la organización social, que va a reemplazar la organización totémica. Si ésta subsiste, no es sino como elemento subsidiario de la cohesión. El verdadero sostén

de la solidaridad, lo da el territorio. (8) . Sin embargo, el totemismo aún determina la más alta función en el régimen de organización social: la política, o sea el recono cimiento de la autoridad ; poco a poco, el matriarcado ha ido per diendo su fuerza y cediendo su soberanía, pero sin perder su cua

lidad sustancial, o sea el régimen uterino en la designación del je

fe. “ El poder es ejercido por los hombres que no son los esposos de la madre, (tronco o núcleo ) sino sus hermanos, ( tíos uteri nos, de los hijos ) o por sus propios hijos. ( 9 ) .

Varios son ya, como vemos, los elementos que entran en la es tructura del grupo sedentario o agrícola : 1.', filiación uterina ; 2.", reconocimiento de un numen protector, del que se cree descen der al grupo , y con el que guarda una filiación misteriosa : tote

mismo ; 3.", comunidad territorial, o sea, posesión de una marca , donde el suelo imprime el sello de su influencia ; 4.", soberanía o jefatura del más fuerte y del más hábil, descendiente del tótem por filiación uterina.

Los caracteres externos, a la vez, son : 1.", matriarcalismo, re presentado, no obstante, por la jefatura de los esposos, de los her manos de la mujer del jefe o de los hijos de ésta que es reconocida

tronco del linaje; 2.º, nombre común, simple o doble, adoptado por el reconocimiento del tótem paterno y del materno ; y, 3.°, represen tación y culto al tótem. Para conocer el origen de los Incas, hay que buscar esta géne

sis ; observar si en ese grupo social, que impera en forma tan ade lantada en los tiempos históricos, se han cumplido las leyes que go biernan la vida y el desarrollo de las sociedades humanas. ( 8 ) " Cuando el recuerdo del origen común se ha extinguido, el clan no

tiene conciencia de sí mismo, sino como de un grupo de individuos que ocupan una misma porción de territorio ' '. Moret , ob. cit. p. 74. (9) Sidney Hartland, PRIMITIVE SOCIETY: The beginnings of the da fa mily, and the reckoning of desccnt.

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HORACIO URTEAGA

Este hilo de Ariadna nos conducirá , a través del intrincado la berinto de la tradición, al verdadero origen de los Soberanos del

Segundo Imperio quichua, nos revelará su verdadero entroncamien to racial, y despejará esas múltiples incógnitas que se ofrecen al investigador, cuando, en medio de relatos contradictorios e interpre

taciones antojadizas, quiere hallar la cuna del Imperio incaico y la historia de sus monarcas .

Encontramos en la evolución social de las razas andinas un

agregado social, el aillo, que tiene todos los caracteres de la fratría, y que en el examen de su desarrollo se observa que ha partido de

la formación clánica ; y que, aun en esta forma clánica, ha evolu cionado de la simple hacia la compuesta. El aillo, en su más per

fecta y simple forma, es la agrupación de un indeterminado nú mero de miembros consanguíneos por la línea femenina, y unidos, además del vínculo de sangre, por el reconocimiento de la autori dad de la madre o de la abuela, representada en ocasiones por su esposo o su hermano uterino, y la creencia en la descendencia y pro tección del mismo tótem . ( 10 ). .

Se ha definido el ayllo peruano como la agrupación de indi

viduos unidos por el vínculo de parentesco consanguíneo y la co munidad agraria.

Esta última característica económica, “ propiedad territorial y apropiación de frutos ” , ha sido sedimentación posterior y en gran parte obra de la colonización española. “ La voz " ayllo ” , - dice muy acertadamente el notable etnólo go Ricardo E. Latcham -era el nombre común dado originalmen te a un grupo de parientes consanguíneos. Estos individuos, en con junto, se llamaban “ ayllucuna ” o “ ayllupira ” . Solamente después

de la conquista, los españoles dieron al vocablo el significado geo ( 10 ) Es así errada la definición que dá Means del aillo cuando dice :

“ El aillo primitivo de los tiempos anteriores a los Incas, obedecía a dos ob jetos principales: la distribución justa entre las familias del terreno ocupado por el aillo, y la necesidad de disponer y organizar la fuerza militar del mis mo ' . “ La Civilización Pre -Colombina ” . Este aspecto o tipo del aillo , co

cuanto a su organización militar, corresponde a la época en que organizó la confederación y tuvo ya forma tribal.

EL IMPERIO INCAICO

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gráfico que éste llegó a tener para hablar del territorio ocupado por el grupo de parientes. ( 11 ) .

En los primeros tiempos, y cuando el aillo consistió en agru paciones nomadistas, mal podía estar esta institución pegada a la tierra ; cuando se pasó del régimen del pastoreo al sedentario, se hizo entonces exigente la apropiación de tierras, pero aún así, el aillo ambuló como institución social independientemente de la tie rra. Las tradiciones más antiguas sobre el aillo, nos muestran esta

institución organizada por vínculos de sangre y de religión (uteris mo y totemismo ) proyectando expansiones, confederándose y pro metiendo la conquista de regiones fértiles. ( 12 ) . Aún no está fi

jado en el suelo, y aún no se le designa por el territorio que ocu pa. El lazo territorial, como se ve, va a suceder al familiar, siguien do la ley del proceso, de los clanes a las fratrias, de éstas, a las tri bus y a los imperios. Cuando más tarde se impuso la dominación y el Imperio de

los aillus del Cusco, los soberanos quichuas, cuya organización so cial era, también, aillal, conservaron e incorporaron a su régimen dominador y centralista la organización por linajes, y respetaron

la posesión o propiedad que estos linajes habían conseguido desde tiempo immemorial. Así fué como se fundieron en un todo orgáni

co elementos afines, y se constituyó el vasto imperio, sobre un con junto de constitución social homogénea. El régimen de propiedad

fué, entonces, también respetado ; cada parcialidad, o conjunto ay llal en territorio propio, continuó gozando de los beneficios de es tas tierras, que continuaron sirviendo a la comunidad ayllal o de linaje, eso sí, con la obligación ineludible de pagar los tributos ; “ y su sistema de tributos era maravilloso en cuanto a sus resultados,

-dice Latcham,—sin ser especialmente gravoso para el individuo. Cierto es que su aplicación dió lugar a muchas arbitrariedades que ( 11) “ Los Incas y sus aillos " , en Anales de la Universidad de Chile. Tomo V.

( 12 ) En Sarmiento de Gamboa, leemos que, para la apropiación de tierras fértiles, “ se movieron diez parcialidades o aillos, que quiere decir entre es.

tos bárbaros, linaje o bando .... Estas cuadrillas mencionadas, se movieron con Manco Cápac y las demás hermanas, a buscar tierras y tiranizar... " y más adelante agrega :

.y caminando todos juntos, llegaron a un asiento

llamado Guanacancha, donde estuvieron algún tiempo sembrando y buscando tierra fértil ,... y no contentándose de la tierra, vinieron a otro pueblo

llamado Huayaquisrro, un cuarto de legua del pueblo pasado... etc. etc " . Sar. miento de Gamboa, ob. cit. cap. 16, pág. 34 . 5

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HORACIO URTEAGA

en algo restringían la libertad personal ; pero los Incas no miraban al individuo ni a sus intereses sino en cuanto convenía a la conso lidación del imperio y el bienestar general de la colectividad ...... El tributo consistía en lo que cada uno producía ; a veces en produc tos naturales o manufacturados, a veces en el cultivo por el pue

blo de los predios del Estado y del culto, a menudo en el trabajo personal de las numerosas obras públicas, y por todas partes en un diezmo de jóvenes para el servicio de los ejércitos o en los templos. Así, todas las personas válidas, entre las edades de 16 a 50

años, tuvieron que contribuir con su trabajo o personas en una for ma u otra ” . ( 13 ) .

El régimen ayllal siguió, pues, más consolidado bajo los Incas desde que no tan sólo tuvo los vínculos sustantivos a su organiza ción primitiva, sino el territorial, y de allí que muchos de esos ay llos que llevaron en su origen nombres totémicos ( 14) , los cambia

ron por el nombre de la tierra o por alguna cualidad física, como efecto de la reacción del medio sobre el grupo. ( 15 ) .

Pero el que se observe que, bajo el régimen incaico, el ayllo entró en posesión de tierras y de propiedades rústicas y urbanas, no implica el que en su constitución íntima fuera su característica la comunidad agraria. La ley Incaica, el régimen imperial, conti

nuó considerando el ayllo como organismo social independiente, tan to más cuanto que en el reparto de tierras no se concedió a los pa dres de familia o purics, tierra fija a perpetuidad, sino el derecho de cultivar en las tierras asignadas a la parcialidad ,-que en ve ces se componía de muchos ayllos ;-y este derecho hacía que di chas tierras de reparto rotaran por diferentes purics o familias, descansaran de la labranza, por hallarse agotados, ( callpa) o se dedicaran a beneficio del Inca o el culto ( huaca ) . ( 16 ) . El ayllo originario, el que había de dar origen al régimen am plio de la tribu, y, más tarde, al Imperio, fué la reunión de una ( 13 ) Ricardo E. Latcham . El Régimen de la propiedad en el Imperio de los Incas.

(14) ayllo cuntur = condor ; ayllu mallcu = águila ; ayllu chima = hal. cón ; ayllu puma = león ; ayllu huaman = halcón ; ayllu ccayra = rana ; ayllu amaru serpiente. ( 15 ) Ayllu quico = bezoar; ayllu tacucaray = algarrobo ; ayllu aca = tu bérculo comestible ; ayllu collpa = tierra bermeja ; ayllu umallura = agua blanca .

( 16 ) Véase R. Latcham , Garcilaso, Lic. Falcón, Fernando de Santillana, Matienzo, Gobierno del Perú.

EL IMPERIO INCAICO

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gran familia de filiación uterina, compuesta de tres o más genera

ciones, y , por consiguiente, de un número indeterminado pero nu meroso de individuos, que reconocían como tronco a la abuela o bi

sabuela , se gobernaban por un Inca - nombre dado al marido de 9

la bisabuela o abuela , que tenía bajo su subordinación a los pu rics, o jefes de familia, maridos de las hijas o nietas, y que en la

guerra se sometía a la autoridad de un sinche. Este sinche era elec. tivo , y su mando, temporal, duraba lo que la lucha, y en tiempo de paz volvía al nivel de los demás.

En el ayllo, los hijos casados con mujer de otro ayllo,-por la exogamia - llevaban a sus mujeres a vivir consigo en su parciali dad ; los hijos solteros, convivían con sus madres y sus hermanos uterinos ; los nietos solteros convivían, asimismo, con sus hermanos y tíos; los vástagos de los hermanos casados con mujeres de otros ayllos, convivían en el ayllo de sus padres mientras éstos vivían, y cuando morían, pasaban junto con sus madres al ayllo originario de donde éstos habían salido para casarse. ( 17 ) .

El ayllu uterino o matriarcal estuvo, pues, así, compuesto de un gran número de individuos, -hombres y mujeres - pero en los que el vínculo consanguíneo fué el único que los caracterizó, y el

gobierno matriarcal que se delegó en los maridos, o hermanos, o tíos, por parte de madre. ( 18) . Una vez más vemos que el proceso de la evolución social ha sido fijo e inalterable en el Perú antiguo, y que su desarrollo ha

ofrecido las mismas modalidades que en otras sociedades humanas, tal como ha sido observado por Durkheim , Frazer, Spencer y Gui llén, Moret y Davy. ( 19 ) . El paso del nomadismo al régimen sedentario ha modificado la constitución del ayllu , y este mismo paso, lo lleva a la confedera

ción con sus afines. Cuando, ya convertido en fratría, es una agru pación de ayllus, ligados por el reconocimiento de un mismo tótem, ( 17 ) Ordenanzas de Toledo en Revista de Archivos y Bibliotecas Naciona

les, Lima. El ayllo. Conferencia sobre el " ayllu ” del profesor M. Ulhe Bole. tín de la Sociedad Geográfica de Lima. 1911 .

( 18) Baustista Saavedra El ayllu, págs. 179 y 180. R. Latcham . Ob. cit. P. 176 y sigs.

(19) Durkehim , ob. cit. Frazer, Totemisn and exogamy. Spencer y Gillen, The native tribes of central Australia. Moret y Davy, De los clanes a los imperios,

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HORACIO URTEAGA

y un vínculo agnaticio, ( 20 ) tiene que luchar por la vida y fijar

se en un lugar, se confedera y forma la parcialidad, que, al tomar posesión de una marca, o sea de un territorio fértil, se organiza en comunidad agraria, y funda un gobierno civil o político. No se pierden los caracteres primarios, los jefes no son sino los maridos de las mujeres madres, o los hermanos de éstas madres, si son viu das; (21 ) y cuando hay necesidad de luchar y defenderse, se eli

gen jefes militares dentro de los más diestros de la parcialidad ayllal; estos jefes son los sinches.

Alguna vez la porción de tierras fértiles confedera estas par

cialidades ayllales, y las empuja a conquistas lejanas: la vida, en tonces, se vuelve agitada y de luchas incesantes; los sinches acaban por perdurar como jefes supremos , y, por fin, subordinar a todos

los purics, y aliarse con parcialidades vecinas de las marcas circun dantes ; así nacen las tribus que, en su avance conquistador y ab sorbente, han de dar origen a los reinos y a los imperios. Tal ha sido, también , la marcha del ayllo peruano. Su trayectoria ha sido amplia y completa : el ayllo simple o

clan simple, el clan compuesto, la horda, la fratría, la tribu, la con. federación de las tribus, el reino, y el Imperio.

( 20) Este vínculo agnaticio se derivó de las ramas que se desprendian del tronco y constituían meros ayllus o linajes. Las hijas y los hijos de una misma madre que se casaban y que fundaban nuevos núcleos llegaban a for mar algo así como una vasta gens parecida a la romana ; eso sí, diferente a ésta en cuanto a su vinculación : la del ayllu era uterina : la del romano era

varonil; en el ayllu dominó el matriarcalismo ; en la gens romana, la pater nidad : de todos modos, estas filiaciones consanguíneas del ayllo, y este pa rentesco derivado de uniones exogámicas engendraron ya un parentesco agnado, que es el que dió origen a la agrupación de la fratría . ( 21 ) La tradición todavía conserva estos recuerdos. Los Ayares, jefes de los ayllus históricos del Cusco, aparecen acompañados de sus mujeres y parecen que mandan en nombre de ellas; estas mujeres, por otro indicio, parecen ser

sus hermanas, pues Mama Ocllo , mujer de Manco, uno de los ayares, es a la vez su hermana . Prueba de que, en los origenes, la endogamia no era rara y que el vínculo uterino era prepotente.

DS

CAPITULO IV.

LOS QUICHUAS EMIGRANTES DE TIAHUANACO , EN PACARITAMBO ; SUS INVASIONES AL CUSCO

La destrucción de Tiahuanaco hizo emigrar a la raza quichua por distintas zonas del Contisuyo ; ( 1 ) el núcleo más representativo

del poder caído se fijó en la región S. O. del Cusco actual, en la pro vincia de Paruro. Las tradiciones del origen de los Incas, arrancan

todas de estos dos centros : la laguna de Titicaca y el valle de Paca ritambo . (2 ) .

El avance desde el Titicaca o región de Tiahuanaco hata Pa ruro , ha debido realizarse en remotísima época, y la emigración ha

debido tener lugar en un largo lapso de tiempo. A este movimiento ( 1 ) Esta es la región que en la época del Imperio Incaico comprendía los actuales repartamentos de Cusco, norte de Puno, y gran parte del de Are

quipa. Ulhe declara que, a la caída de Tiahuanaco, siguió un período de de presión general acompañado de la descomposición de la civilización primera hasta formar varios tipos provinciales de caracteres distintos. Este período habría sido aquél en que el mundo peruano se rehizo de las influencias exce sivas de la raza aimara . Orígenes de los Incas, pág. 329. ( 2 ) Estas tradiciones las recogieron los primeros diligentes Cronistas y se leen con más detalles en Betanzos, Suma y Narración de los Incas, Col. Ur

teaga, t. VIII , ( 2.a serie) Caps. I y II ; en Cieza . Señorío de los Incas, C. III y VI; Montesinos, Memorias Historiales Col. Urteaga. t. IX, ( 2.a Serie) , Lib. 2. C. I.; Cabello Balboa, Historia de los Incas , Col. Urteaga, Romero t. 11, ( 2.a Serie) c. I .; Morúa, Historia de los Incas. Col. Urteaga. Romero t. IV, ( 2.a Serie ) cps. I. y II.;

B. Cobo, Historia del Nuevo Mundo, t. III, Lib. XII. cap. III ; Sarmiento de Gamboa, Historia Indica , Caps. 7–13 ; Molina, Antiguas gentes del Perú , ( atribuído erradamente a Las Casas ) C. XVI. Col. de libros españoles raros y curiosog.

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emigratorio está unida la primera tradición que ha desfigurado los hechos históricos con las narraciones de la creación del mundo y de

los hombres por Viracocha, y el peregrinaje del dios hacia el Norte. ( 3 ) . Una de estas tradiciones es más explícita porque cuenta el tras lado de las generaciones ( nacidas en Tiahuanaco) al valle de Pa caritambo, saliendo por la ventana de Tambo Toco. (4) . El segundo avance, o sea la emigración de Pacaritambo al Cusco, ha sido más reciente ; quizá date del siglo X ; su tradición está menos des figurada, y narra la aparición de los Incas en Tambo - Toco o Casa de las ventanas ; ha conservado el recuerdo de sus ayllos emigrantes, y, por fin, su avance lento y por etapas, y aún el lugar de sus esta ciones u hospederías. ( Ccorpa huasi tampu ).

Las informaciones tomadas por Sarmiento de Gamboa, (5 ) los relatos de la Relación de Molina y de las Historias de Cobo y Garci. laso, nos proporcionan un copioso material para poder reconstruir el acontecer de estas emigraciones ayllales que se mueven desde el siglo XI , para tomar posesión del valle del Cusco y fundar el Señorío

quichua que debía ser el núcleo del Imperio.

Antes de la llegada al Cusco de los ayllos incas, salidos del Pa . caritambo, el valle ya se hallaba poblado. Según Morúa ( 6 ) lo habitaban los Lares, Poques y Huallas. Sarmiento asegura que las naciones que vivían, se nombraban Sa uaseras, Antasayas y Guallas ; ya veremos más adelante, que estos tres últimos llegaron a establecerse después que los primeros. El es tudio etimológico de los nombres de las naciones citadas por Morúa ( 3 ) Principalmente en las tradiciones recogidas por Cieza, ( Señorío, caps. III y VI ) Betanzos, Suma y Narración ob. cit . Col. cit. caps. I y II.

( 4) Tampu-ttoco, o Tampu- thoco, o Tampo-toko, (en la curiosa anarquía fonética reinante ).

Tampu: Casa de hospedaje; toco: ventana, alacena, hornacina ; Casa de 129 tres ventanas. Y rifiriéndose al accidente geográfico de Pacaritampu, a la cueva con tres agujeros que se señalaba como el sitio misterioso de donde

salieron los personajes epónimos, de los ayllos jefes de la invasión famosa, Nótese que las dicciones son quichuas: tampu : venta, mesón, hotel, Holguín.

Vocabulario ; ttoco = ventana, alacena. Holguín Vocabulario. ( 5 ) Que dieron base para componer su Historia Indica, cit. ( 6 ) . Morua Historia de los Incas.-Libro I. c. II. p. 8 de la Col. Urteaga Romero .

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nos demuestra su filiación aimara, ( 7 ) y nos aclara su origen : eran restos de la invasión de los collas que destruyó el primer señorío

quichua y se fijó, esporádicamente, en el rico valle del Cusco, al que no habían podido salvar ni sus hombres ni sus , fortalezas de defensa . Que antes de la llegada de los Lares, Poques y Huallas, la re gión había sido habitada por quichuas, ( los quichuas de la primera

dominación o del primer Imperio ), lo demuestra la persistencia de las posesiones geográficas quichuas en la región del Cusco. Morúa ase . gura que el nombre del lugar o sitio que ocupó después el Cusco, se llamaba Acamama, ( 8 ) y los puntos principales de la futura ciudari se nombraban Quenti-Cancha y Chumpi-Cancha, ( 9 ) de neta filiación quichua.

Nada persiste tanto como la toponimia, y la de esta región, aun que habitada por collas, es revelación de un antiguo establecimiento de quichuas.

Mas, ¿ dónde vivían estos pueblos que aparecen como los pobla .

dores originarios, a la aparición de los quichuas de Pacaritambo ? Es probable que su primera estancia haya sido el centro del va lle entre los ríos Huatanay y Tulumayo ; más tarde han sido arro. jados por la primera invasión quichua de Pacaritampa y se han fi

jado en la periferia. Sarmiento de Gamboa cuenta que “ los Huallas ( 7 ) Poque = miga de quinua o pan de harina de quinua. Bertonio, Vocabu lario aimara, 274 Platzmann. Lari = tío. Bertonio , ob. cit. 191.

Huallas = danzadores ; derivado de huallahui = baile o danza, y huallatha = danzas como se hacía en tiempo del Inca. Bertonio, ob. cit. chicha ; mama = madre. Derivación del lugar donde se cul ( 8 ) Acko tivó el maíz más exuberante y el que dedicaban a la confección de la bebida fermentada ofrecida a los malquis, en las fiestas religiosas. Como se usa hasta hoy en día en las serranías del Perú y Bolivia. Cuentan que antes de la llegada de los Incas al Cusco, existió allí una

población de treinta casas, que se llamaba Acamama. ( Informaciones de Toledo ,) En Betanzos, obra citada, se lee : “ En el sitio que hoy dicen y llaman la gran ciudad del Cusco, había un pueblo pequeño de hasta treinta casas ,

pequeñas, pajeras y muy ruinosas, y en ellas había treinta indios, y el Señor y Cacique deste pueblo se decia Alcaviza ' '. Col. Urteaga - Romero. t. IX ( 2.2 Serie ).

En las listas de ayllos de San Jerónimo, se halló un ayllo acamama. Ulhe .Origen de los Incas. en Anales del Congreso internacional de Americanistas.XVII - p. 334. lomada, plaza encorvada . Chumpi-Cancha = plaza ( 9 ) Quinti-Cancha o llano, en la falda.

“ Sahuasiray vino de Sutic-toco por sinche de otros indios que consigo traía y descubrió un sitio en el asiento donde agora está la ciudad del Cusco,

que se decía en tiempos antiguos Quiunti-cancha y Chumbi-cancha " . Informa ciones, 228.

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habitaban las tierras de Guaynapata, que es cerca de donde agora es

el Arco de la Plata, camino de los Charcas, ( Collao ) es decir, al Sur del Cusco . ( 10 ) . Los Poques fueron arrojados al Oriente y hasta las cabeceras del río Pacaritampu, ( 11 ) y los Lares hacia el Sudoes te, por los Collaguas, en dirección al mar " . ( 12 ) .

Otros pueblos más insignificantes, seguramente, ramas adventi cias de los ayllos aimaras de Lares, Poques y Guallas, y restos de ramas quichuas, todavía habitaban las alturas y faldas de los cerros que bordean el valle o la quebrada de los ríos. Garcilaso recogió la tradición de las reducciones que se decían efectuadas por el primer Inca . Según él, por el Oriente se formaron pueblos de tres naciones : Mascas, Chulqui y Papuri; al Norte, los sacados de las parcialidades

Mayu, Cancu, Chinchapucyu y Rímactampu ; al Sur, los que se for maron de las gentes: Quispicancha, Muina, Urcos, Quechuar, Hua ruc, Caviña ( 13 ) . ( 10) " Los tres ayllos, Sahuasiray, Antasaya, y Alcahuisas, declararon que al llegar sus antepasados encontraron en el valle al ayllo Gualla, viviendo en las

faldas del cerro, al Oriente de la ciudad ” . Los Guallas dijeron que sus ante pasados habían vivido en el Cusco, desde los andenes de San Blas, y que hu. yeron de Manco Cápac hasta el lugar que hoy se llama Gualla, donde se siem.

bre coca ”. Informaciones de Toledo, Col. cit. pág. 240. Huamán Poma de Ayala, dice que Hualla significa Brujo. Cuando vino a poblar en ella (Cusco) el dicho Sahuasiray, no había otra gente ninguna sino en cercanía de ella, hacia donde sale el Sol, a la ladera de la cuesta, los indios Guallas. Informaciones, 228 .

“ Los Guallas, -- dice Ulhe,-ocupaban los cerros al este del Cusco, quizá hasta el valle de Písac y Ollantaitambo ; eran aimaras, restos de los que, repri.

midos por poblaciones de lengua quichua , se refugiaron, en su mayor parte , al pueblo de Gualla, en la provincia de Vilcas Huamán, donde en el siglo XVI se hablaba todavía aimara.

Véase, además, Sarmiento de Gamboa, caps., 9–13 ; Informaciones, 241 ; Relaciones geográficas, I , pág. 759. ( 11 ) Los Poques y Lares vivían al oriente del Cusco, en unas chozas,

Informaciones, 228. Manco Cápac, mandó poblar a una y otra banda del camino real de Antisuyo, trece pueblos; casi todos, o todos, son de la nación llamada

Poques, Garcilaso, ob. cit. I, c. XX. ( 12 ) “ Los Lares, otra de las tribus nativas del Cusco, eran , sin duda, aimaras, según su nombre idéntico con el de una rama importante de los Colla guas, de estirpe aimara, en la provincia de Arequipa ” . Lari = tío de la ma

dre, Bertonio, Ob. cit. edición Plaztmann, II, pág. 191. ( 13 ) Garcilaso, Comentarios Reales, t . I, c, XXI. Los nombres de las tres primeras naciones, son netamente aimaras; los otros corresponden a nombres quichuas y de filiación extraña, probablemente aimaras o quichuas desfigura

dos. Todo lo que prueba que, en este tiempo, se formaba una amalgama quichua aimara y se emparentaban los ayllos de ambas naciones. Mascas : derivado de Mascani, buscar, y de Mascaykacuni: buscadores , gente que busca el sustento. Seguramente, los Mascas eran los que formaban el ayllo guía, delantero, en las excursiones en pos de terrenos fértiles, y hacían de ayllo jefe; así se explica que su insignia de cabeza, su distintivo aillal,

Ri zu

Ivana PERÚ

.

41

EL IMPERIO INCAICO

La fertilidad del valle del Vilcanota y del Urubamba, fué un incentivo para las invasiones : ocurrieron a ese valle oleadas de gen tes que lo martillaron con incursiones guerreras, siglo tras siglo ; ese valle, como el del Po de la vieja Italia, vió empapado su suelo con

sangre de invasores y defensores, que hizo esa región " desgraciada por ser demasiado bella ” ( 14 ) . A las primeras invasiones de Collas, que empujaron a los quichuas en todas direcciones, se siguieron otras oleadas de gentes, ya quichuas, ya aimaras, que ocuparon en forma pacífica o en forma violenta la región del Vilcanota y del Cusco. A esta segunda oleada de invasiones, debe referirse la tradi

ción de la llegada de los Sahuaserayas y de los Antasayas.

Los Sahuaserayas, quichuas de raza , y salidos de Pacaritam pu, ( 15 ) llegaron a tomar posesión de lo que después fué el princi pal asiento de la ciudad, la lomada fértil, donde después se asenta

ron el templo y palacio de Inti-Cancha, más tarde el Cori-Cancha, y fuera una insignia ilustre ; probablemente consistía en una borla encarnada que cubría la frente de sien a sien, y de allí que esta borla o paicha la adoptaron los Incas, Reyes del Cusco, como distintivo de su jefatura, y la llamaron Masca paicha, o sea la borla de los mascas. Ulhe dice : " no sabemos, de cierto , qué acepción daban a masca ; recuerda

el de una de las tres naciones quichuas primitivas, establecidas al poniente del Cusco. Esta región es, exactamente, la de la cueva santa de Pacaritambo (pro vincia de Paruro), de donde, al decir de muchas fábulas, los Incas derivan su origen. Han sido, entonces, los primeros Incas originarios de la antigua tribu de los Mascas? En toda la provincia de Contisuyu los habitantes se ponían Nautos ( de que he dado referencias en mi obra ) , y derivándose los Incas de ese

lugar, parece que el llauto ha -perdurado como insignia incaica en todo su Im perio ' . Revista Histórica de Lima, t. II, pág. 232. Si, como se ve los mascas eran quichuas, y de Paruro o Pacaritampu, era natural que viesen en las invasiones de los aillos ayares de Tampu -toco, a sus antiguos parientes, y ellos no fuesen sino pobladores del valle, y que se adelantaron a sus hermanos.

Chilqui

arbusto de hojas espinosas que se utiliza como mordiente para

teñir, y , por lo mismo, es muy apreciado. Es también planta medicinal. Vocabu lario, G. Holguín . Cchilca = una mata espinosa ( aymara ). Vocabulario Ber tonio, pág. 85 .

Papuri: tal vez, corrupción de paruri o paruc = menestra, (maíz, alverja, haba, fréjol, maduros pero no secos ;) nombre dado a los que se dedicaban a su cultivo .

Mayu = río. Cancu :: probablemente, Çancu = pan de maíz. Chincha -puquio = manantial de los chinchas, o abrevadero de los chinchas, o, también, represa de riego de los chinchas. Rimac-tampu = tambo de los pregones, casa de los

pregones; o, tal vez, estancia de los adivinos o brujos, en sus orígenes, pertene

ciente al aillu de los sortílegos. Todas las anotadas son dicciones quichuas, cuya filiación podía parecer dudosa, no así los otros : Quispicancha, Muyna, Urcos, Quchnar, Huóruc y Caviña. ( 14) Petrarca, ap. Taine, La Pintura en Italia. (15) Véase comprobación en nota número 9, у referencias, 6

42

HORACIO URTEAGA

hoy la Iglesia y Convento de Santo Domingo y sus contornos. Según

decían sus afiliados, las gentes que hallaron los Guallas, no les hi cieron oposición, y más bien parece que se confederaron con ellos. ( 16 ) .

Mas tarde llegaron los Antasayas- ( Anta Suyos ? ) — ; quizá ve nían del Oeste de la región de los Andes y se fijaron en el sitio don -

de hoy se halla el Monasterio de Santa Clara, por la parte Norte, hasta Collcampata. ( 17 ) . Aseguraba la tradición que la llegada de estos indios, también quichuas de origen y cuyo sinchi o jefe llamá base Quisque ( 18 ) , había dado ocasión a poner nombre al asiento, que se llamó desde entonces Cusco. ( 19 ) . Vivieron también en paz con los Sahuasirayes, y hasta llegaron a confederarse con los Gus

llas, a quienes también señalaban como antiguos habitadores en el

valle. ( 20 ) . Tal era el estado de la población en el Cusco, cuando aparecen gentes más belicosas y dominadoras : los Alcahuisas, olea

da de quichuas salidos, también, del núcleo de Paruro . Los Alcahuisas ( 21 ) reclamaban su origen de Cápac-toco, de clarando sus descendientes derivar del ayllo Ayar-Uchu , matriz en 6

Pacaritampa. “ Los indios,-se lee en las informaciones de Toledo, declararon ser de la descendencia de Ayar -Uchu, y haber hecho asiento en el sitio donde agora está esta ciudad, donde decían Puca marca ( 22 ) y los incas pusieron a este ayllo el nombre de Alcavizas ”.

Ellos mismos declararon que al llegar estos Alcavizas, hallaron ya establecidos a los Huallas y a los Sahuasiray y a los del sinche Quiz co. ( Ya hemos visto que Quizco era el sinche de los Antasayac ). Aho ra bien, estos Alcavizas no eran sino rama adventicia del ayllo de ( 16 ) Informaciones de Toledo. p. 228. ( 17 ) Informaciones de Toledo. p. 229. Quizque el pájaro quisque o quisqui = agoraro : seguramente, nombre totémico quichua.

( 19 ) El nombre ha dado lugar a que se forme de su etimología una copio sa literatura. Sarmiento dice que significa triste y fértil, pero cree que me jor debe traducirse por hito o mojón piedra mármol. Ob. cit. c. 13. Montesinos, Memorias Historiales, dice : “ Pareció bien el lugar a la her mana mayor, y díjole a su hermano que edificase allí la ciudad , diciendo :

" en esos cuzcos ” , como si dijera , en ese sitio donde están esas piedras que

parecen amontonamientos ’’; y de aquí dicen algunos que se llamó aquella pri mera ciudad Cuzco ; y otros dicen que el sitio donde se fundó estaba cercado

de cerros , y tenía algunos peñoles que fué necesario allanarlo con tierra, y este término de allanar se dice por este verbo cozcoani, cozcochanqui, o chanssi, y que de allí se llamó Cuzeo ''. Garcilaso dice que Cusco significa ombligo o centro. ( 20 ) Informaciones de Toledo, p . 229. ( 21) Informaciones de Toledo, Ayllo de Ayar-Uchu, págs. 230 y sigtes.

( 22) Informaciones de Toledo, pág. 230.

EL IMPERIO INCAICO

43

Ayar Ucho, emparentados con los anteriores Sauasirayes y los An

tasayos, y, probablemente, trajeron como jefes a Copalimayta y Cu lumchima. El apellido ilustre de Mayta perteneció a este ayllo, y así lo declararon los indios : “ Los ayarucho, que por otro nombre se llaman alcavizas, dijeron que tuvieron por su sinche a Apomayta,

después de haber convertido en piedra Ayarucho, y Culumchima después que pobló Ayarucho ”, es decir, después de su establecimien >

to en el valle.

“ ¿ Cuál fué el inmediato sucesor de Ayarucho , -dice Lancham , Apo-mayta o Culumchima ? No es clara la declaracióu ;-agrega— , de todos modos parece que ninguno de estos sinches era de origen

alcaviza, sino que serían guerreros elegidos por otros ayllos ” . (23 ) . No seguimos al ilustre etnólogo en su duda ; para nosotros se

aclara el problema por la declaración misma de los indios. Sarmien to dice que " algunos tiempos antes de los Incas, se averigua que tres sinches extranjeros deste valle, llamados, el uno Alcaviça, el se gundo Copalimayta, y el tercero Culumchima, juntaron ciertas com

pañías y vinieron al valle del Cusco, donde, por consentimiento de los naturales dél, asentaron y poblaron, y se hicieron hermanos y >

compañeros de los naturales antiquísimos ya dichos, (o sea de los antasayos, sauasirayes y guallas ). Se ve que el cronista recogió una noticia alterada :: se tomaba por ayllos o linajes los nombres de sus sinches . El linaje de Alcahuisa (ancahuira ? ) tuvo por jefes a Copa .

limayta y Culum Chima ; su parcialidad se fijó en el valle, y ,—como dice Sarmiento- , reconociendo a sus hermanos en los Sauasirayes y ntasayos, se confederó con ellos. Mas tarde, cuando la invasión de los quichuas de Manco, al ver que éstos los querían despojar de sus

tierras y de sus aguas, como lo habían hecho con las de los Guallas y Poques ( 24 ) se alzaron en contra de ellos, bajo las órdenes de su sinche Copalimayta, que obligó a los quichuas de Manco a volver a (23 ) Ricardo Latcham , “ Los Incas y sus orígenes '', pág. ( 24 ) “ Y como hubiesen tomado los de los Guallas y los saua seras quiso

también, tomar la de los alcahuisas. Y puesto caso que los alcabiças le habían dado algunas, el Manco Cápac quiso e intentó tomárselas todas o casi todas, y como los alcabiças vieron que se les entraban hasta las casas, dijeron : “ ¡ Estos

son hombres belicosos y sin razón ! inos toman las tierras! i vamos y amojo nemos las que nos quedan ! ”. Y así lo hicieron. Pero Mama Guaco dijo a Man go Cápac: " Tomemos todas las aguas a los alcabiças, y así serán forzados à nos dar las tierras que quisiéramos! ” Y así fué hecho que les tomaron las aguas' '. Sarmiento Historia Indica pág. 41.

44

HORACIO URTEAGA

sus acatamientos de Guanaypata, tierra que habían usurpado de los Guallas. ( 25) .

El peligro común confederó fuertemente a Alcavizas y Sahua

siras, que volvieron nuevamente a sufrir el ataque de Manco ; en esta vez fueron vencidos, tomadas sus tierras, y perdido su jefe que se desterró para no sobrevivir a la pérdida de su señorío. Segura mente los alcavizas, aun vencidos, conservaron una parte importan te de sus tierras, acordada por los vencedores. Estos nunca tuvieron seguridad en la sumisión de este linaje ; rival desde entonces de los nuevos inmigrantes, frecuentemente se ofrecían a la revancha hasta

que, habiéndose frustrado un ataque a la Casa real de Maita Cápac, -abortado plan que ha disfrazado la leyenda (26 ) , - fueron definiti. vamente sometidos y perdida su autonomía. Como ocurría en la evolución y desarrollo de estos linajes del primitivo ayllo de Ayar-ucho, se desprendieron los adventicios de

Alcavizas, y más tarde otro, el de los Culumchimas, que constituídos en parcialidad, los encontramos bajo el gobierno de Lloque- Yupan qui. ( 27) .

Nuestra investigación y estudio de las crónicas nos ha llevado hasta este momento a las siguientes conclusiones :

1.—Que a la caída de Tiahuanaco, la raza de los quichuas, su fre un eclipse y su dominación, fraccionada, ofrece núcleos esporá dicos.

( 25 ) Sarmiento de Bamboa, ob. cit. c. 13-14,

(26) “ Dicen deste Mayta que siendo de muy tierna edad, andando ju. gando con ciertos mozos de los Alcabiças y Culunchimas, naturales del Cusco, los lastimaba a muchos dellos y algunos mataba. Y un día, sobre beber o tomar

agua de una fuente, quebró la pierna a un hijo del cinchi de los alcabiças y per siguió a los demás, hasta los encerrar

en

sus casas, adonde los Alcabi.

ças vivían sin hacer mal a los ingas. Mas los Alcabiças, no pudiendo sufrir las travesuras de Mayta Cápac, que con favor de Lloqui Yupan

gui y de los ayllos, que les guardaban, les hacía, determinaron de volver por su libertad y aventurar las vidas por ello Y así escogieron diez indios determinados

que fuesen a la Casa del Sol, dorde vivían Lloqui Yupangui y Mayta Cápac su hijo, y entran con determinación de matallos. Y a esta sazon Mayta Cápac estaba en el patio de la Casa jugando a las bolas con otros muchachos. El cual, como viese entrar sus enemigos con armas en su casa , arrebató una bola

de las con que jugaba y con ella dió a uno y lo mató, y luego a otro, y arreme tiendo tras los otros los hizo huír. Y aunque se le escaparon, fué con muchas heridas; y desta manera llegaron a sus cinchis Culunchima y Alcabica ”. (27) Sarmiento de Gamboa, ob. cit. pág. C. XVII.

EL IMPERIO INCAICO

45

2 : —Que de estos núcleos de quichuas el más importante era el fijado en Paruro, en la región de Pacaritampu, lugar donde, proba blemente, se refugió la alta clase o nobleza de los quichuas de Tia huanaco .

3.—Que el crecimiento de los ayllos y la necesidad de tierras para su sustento, desprendieron invasiones que se dirigieron hacia el Vilcanota y el Cusco.

4. — Que el valle del Vilcanota y Cusco se hallaba poblado por Collas y Quichuas, siendo los Collas los dominadores. 5.—Que la primera invasión de los quichuas Sauasiras y An .

tasayes al valle del Cusco no dió ocasión a guerras, y, más bien, inició una fusión con los collas allí existentes.

6.4Que la segunda invasión de Alcaviçcas, también salida de Pacaritambo como rama adventicia de los ayllos nobles de ayares, se

fijó en el valle del Cusco, sin oposición, confederándose con los aillos hermanos, y conviviendo pacíficamente con los collas . 7.—Que la guerra de conquista en el Cusco, la inició la llegada de los quichuas de Manco , conocidos en la tradición con el nombre de los Ayares.

CAPITULO V

LOS AILLOS ORIGINARIOS Y LOS AILLOS HISTORICOS EN EL CUSCO

Los etnólogos peruanos convienen en que las fuentes de la Historia peruana, después del hallazgo de las Informaciones de To ledo, de la Crónica de Sarmiento de Gamboa, y de la Historia de los Incas de Morúa, aportan ya un caudal de datos y noticias verí

dicas para poder reconstruir la primitiva historia de los Incas, sa ber de sus orígenes y de la filiación de sus linajes, y averiguar el proceso histórico de su estancia en el valle del Cusco. Ateniéndonos a los atos citados y a las noticias dadas por

Garcilaso y Cieza de León ( 28 ) hemos ensayado la reconstrucción de la protohistoria de ese valle del Cusco, en el que leyendas y re latos contradictorios hacen su visión tan enmarañada.

Guiados por estas fuentes y por las deducciones tan sesudas de los etnólogos que se han ocupado del tema, reconstruiremos, tam

bién, la historia de los Incas y el origen de sus ayllos. La constitución del ayllo y la costumbre de señalarse con un

nombre genérico que correspondía al del tótem o a la ocupación ha bitual de sus miembros ( 29 ) o a la cualidad excelente de su epó ( 28) Garcilaso , ob. cit. t. I., L. I, C. XV al XXII. Cieza de León, Señorío, C. III y sigts. ( 29 ) Esta es una costumbre generalizada en todos los pueblos agrícolas y en los que la influencia religiosa domina e informa las primeras estructuras po

lítico-sociales. Los clanes territoriales se denominan por la ocupación habitual

EL IMPERIO INCAICO

47

nimo, ( 30 ) es un excelente recurso que nos aclara muchos puntos del problema de los orígenes. Cuando se tomaron las Informaciones de Toledo, existían en el Cusco representantes de los ayllos y linajes de los pobladores y fundadores de la ciudad. El examen de tales sujetos permitió, en tonces, conocer cuáles habían sido las parcialidades que existían en

el valle antes de la llagada de los ayllos reales o incas, y quiénes los que, sucesivamente, fueron llegando, filiados con la raza qui chua, como precursores de los Incas, ramas ayllales desprendidas del mismo tronco que las que habían de llamarse Incas, Cápacso Yupanquis. ( 31 ) .

Cuatro listas existen de estos ayllos. Tres completas en el sen tido de que presentan las parcialidades de los ayllos originarios o naturales : pobladores del valle antes de los Incas, y, además, los linajes de estos soberanos con sus representantes en el momento de la Información, y además, con dos particularidades muy notables : el nombre que los distinguía y emparentaba, y el santuario a cuyo cuidado estaban obligados, como formando una cofradía . Estas listas son las siguientes : La de Sarmiento de Gamboa. (32 ) . Sútic- toco . Maras. Cuicusa. Masca. Oro.

dentro de la vida agrícola : son los cultivadores de tal o cual planta o fruto

comestible, como la gens Flabia y la Ciceronia , en la primitiva Roma agrícola, que no eran sino las gentes dedicadas al cultivo de haba ( faba ) y del gar banzo (cicero ), respectivamente. Entre los peruanos, los ayllos áyares cultiva dores de la quinua. En otra ocasión es el, tótem el que nomina al clan, como la gens Corbus, la " gens del cuervo ' '. En el Perú Guamangayllo, el " ayllo del

halcón ” ; Pumacahua -ay!lo, “ del león " . Otros el distintivo de su jefatura, como Manco-ayllo, o Anca -ayllo, el " ayllo Jefe ” o el “ ayllo Guerrero " , etc., etc. Véase para el caso , Plutarco, Vidas Paralelas. ( 30 ) Como el ayllo “ Ayar Uchú ” , el “ Vicaquirao " , etc. , etc. ( 31 ) “ Inca ” es posible que derive de “ Inti ” Sol , ya que el totem de estas tribus era el Sol. En Molina, hallamos que el ídolo del Sol y el Pachachachi se llamaban Punchao -Inca, Ob. cit. pág. 26. “ Cápacs ” = Grandes, poderosos, reyes .

“ Yupanquis' = Memorables, dignos de recordación ; en su origen, Yupani = sembrador.

( 32 ) En “ Historia Indica ”. C. II.

48

HORACIO URTEAGA

Ayllus originarios o naturales Hanan Saya o Masaya: Chavín Cusco.

Arayraca Cusco Callan. Tarpuntay.

Guacaitaqui. Sáñoc.

Ayllus Incas o históricos de Hurin : Chima

panaca ayllo descendiente de Manco Cápac.

Raura

panaca ayllo panaca ayllo

Avayni Usca mayta panaca ayllo

Apo mayta panaca ayllo

Sinche Roca . >

Lloque Yupanqui.

» Mayta Cápac.

Cápac Yupanqui

Ayllus Incas históricos de Hanan :

Vicaquirao panaca, descendientes de Inca Roca. Aucaylli

panaca,

Cocco Inaca

panaca, panaca,

Cápac

panaca ,

Tumibamba panaca ,

Yáhuar Huaca. Viracocha. Pachacútec.

Túpac Yupanqui. Huayna Cápac.

La de Cristóbal de Molina (33 ) ofrece la particularidad de que

ha distribuído los ayllos según el servicio religioso, o de cofradías, que se verificaba en los cuatro centros de idolatría, o sea en los cua . tro seques o vías que salían de la ciudad, hacia el Chinchaysuyu , Collasuyu, Antisuyu y Cuntisuyu. Los ayllos se presentaban en la fiesta del Raymi ( 34 ) en el orden siguiente : Los pertenecientes a las cofradías del Collasuyu :

Uscu Mayta, o ayllo de Mayta Cápac, (histórico) . Yapo Mayta ( Apo -Mayta ) ayllo de Cápac Yuqanqui , ( histórico ) . ( 33 ) En " Ritos y Fábulas ' '. Col. cit. T. I. págs. 35 y sigts. ( 34) Mejor en la fiesta de Citua, en el mes llamado Coya -Raimi. Mo lina, ob . cit. p. 35 y notas 94 y 95.

EL IMPERIO INCAICO

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Yahuaymin (avayni) ayllo de Lloque Yupanqui, ( histórico ). Sutic, originario, o de los naturales, ( hurin ) . Maras, originario, o de los naturales, ( hurin ) .

Cuinisa, ( Cuicusa ( 1) ) , originario, o de los naturales, ( hurin ). Los pertenecientes a las cofradías del Chinchaysuyu (Hanan ). Cápac, ayllo descendiente de Túpac Yupanqui, ( histórico ). Hatun ayllo, o Inca ayllo, descendiente de Pachacútec, (histórico ).

Vicaquirao, ayllo descendiente de Inca Roca, ( histórico ). Chauiti Cusco, ayllo original, o de los naturales, ( hanan ). Ararayca de los naturales, ( hurin) . Uro, de los naturales (hurin) .

Los pertenecientes a las cofradías del Antisuyu ( hanan ). Usca panaca, descendientes de Maita Cápac, ( histórico ). Yáhuar Huaca ( Aucaylli, ).

Tarpuntay, originario o de los naturales, ( hanan ). Sañu,

(



).

De las cofradías de Cunti Suyu. ( Hurin ) . Yaura panaca, descendientes de Sinche Roca. China panaca ,

"

Manco Cápac.

Masca panaca, originario o de los naturales, ( hurin ). ( „ ).

Quisco panaca ,

2

La del Padre Bernabé Cobo ( 35 ) sólo ha conservado de los Ay llus originarios o naturales (hurin ).

Aquini. De los reales o históricos de Hurin.

Chima . Hahuaini . Usca Maita . (35 ) Historia del Nuevo Mundo. T. III. Lib. XII, C. III al XXI. 7

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HORACIO URTEAGA

De los reales o históricos de Hanan.

Vicaquirao. Aucailli.

Cápac.

De los supernumerarios. Anahuarque. Quisco.

El historiador Garcilaso ( 36 ) no presenta sino los aillos histó

ricos, y el número de sus representantes, según las noticias que le enviaron sus parientes y amigos del Perú. Dicha lista es como sigue : Chima panaca, ayllo de Manco Cápac, con 40 representantes. Raurahua panaca , Sinche Roca , 64 Hahuaina panaca , 63 Lloque Yupanqui, Usca maita, 35 Maita Cápac, 99

Apu maita , Vicaquirao,

Cápac Yupanqui,

Aylli panaca , Sacco panaca,

Yáhuar Huaca, Viracocha ,

Inca panaca ,

Inca Roca ,

>

Cápac ayllo,

56 50

51 69

Inca

Yupanqui, Túpac Inca Yu panqui, Huayna Cápac,

99

18

Tumipampa ayllo,

Pachacútec

"

En las relaciones atribuídas a Las Casas, que parecen escritas por Molina ( 37 ) , leemos : ( 36 ) Comentarios Reales. Cap. final de la Primera Parte. ( 37 ) En Antiguas Gentes del Perú , C. XVII. Pág. 146.

El texto dice así : “ Lo primero que cerca desto hizo, fué dividir toda la “ ciudad del Cuzco que ya era muy populosa, en dos barrios o partes o ban " dos. El uno y más principal 11:1mó Hanancusco, que quiere decir: “ la parte “ o barrio o bando de arriba del Cuzco ” ; a la otra puso nombre Rurincusquo

“ (Hurin Cuzco ), que significa : “ la parte o barrio de abajo del Cuzco " . El " barrio y parte Hanancuzquo, que era principal, subdividió en cinco barrios " o partes; al uno y principal, nombró + Cápac ayllo " que quiere decir “ el " linaje del Rey ' ' ; con éste juntó gran multitud de gente y parte de la ciudad, “ que fuesen de aquel bando ; al segundo llamó “ Inaca panaca ' ' ; al terce

EL IMPERIO INCAICO

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Ayllus de Hurin :

Chima panaca . Raurau panaca.

Haguaini. Usca Maita .

Apo Maita . Ayllus de Hanan :

:

Vicaquirao ayllo. Aucaylli. Cucço panaca .

Íñaca panaca. Cápac ayllo. En total, diez ayllos : cinco de Hurin y cinco de Hanan. No menciona al aylla de Huayna Cápac, —Tumipampa ayllo ,-y no

atribuye los ayllos a sus verdaderos fundadores, sino a otros de los incas. (38 ) . Diego Fernández, ( 39 ) que recogió la tradición de los descen

dientes directos e inmediatos de los Incas, ha conservado, también, la relación de los ayllos históricos, aunque con una designación muy adulterada .

“ ro “ Cucço panaca ''; el cuarto “ Aucaylli panaca ” ( “ auca aylli panaca ”'); " el quinto " Vicaquirau panaca ” ; a cada uno de los cuales señaló du nú. “ mero grande de gente, y así repartió por bandos toda la ciudad. Del primero 6

“ barrio o bando hizo capitán a su hijo mayor y que le había de suceder en el

" reino; el segundo y tercero señaló a su padre y descendientes por la línea “ trasversal; el cuarto a su agüelo y descendientes, también, por la línea tras

" versal; el quinto a su visagüelo, por la misma línea. " Así mismo la parte y bando segundo y principal de la ciudad que llamó " de Rurin -Cuzco, barrio de abajo del Cuzco, subdividió en otras cinco partes " o parcialidades: a la primera llamó “ Uzcamayta " , y déste hizo capitanes " a los descendientes del segundo hijo del primer Rey Inga ; a la segunda “ nombró “ A pomayta ” , de la cual constituyó capitán y capitanes el segundo “ hijo y descendientes del Segundo Inga ; a la tercera parcialidad o bando, " puso nombre “ Haguayni””, del cual nombró por capitán y capitanes al se " gundo y descendientes del Tercero Inga ; al cuarto barrio nombró “ Raurau panaca ' ”, cuya capitanía encomendó al segundo hijo y descendientes del 6

“ cuarto Inga , al quinto barrio llamó “ Chima-panaca ”, ý dióle por capitán

" y capitanes al segundo hijo y sus descendientes del quinto Inga ” . (38 ) El hecho de que en esta relación no se mencione el ayllo de Huayna Cápac, y tengan los nombres semejanza o casi identidad con las cofradías de Molina, nos afirman la creencia de que la Relación atribuída a Las Casas es obra del Párraco Cuzqueño, autor de los Ritos y Fábulas. ( 39 ) Historia del Perú, escrita por Diego Fernández, vecino de Palencia,

año de 1570, Segunda parte, Lib. III. C. VII Edi. Lima, 1876.

52

HORACIO URTEAGA

Su lista es como sigue : Chima panaca

ayllo de Manco Cápac. 09

Piaurahua panaca Usca maita panaca

» Lloque Yupanqui. Maita Cápac. » Cápac Yupanqui .

Apo maita panaca Aguanin panaca Vica cupa Aoca >

Cóçoc panaca

Sinche Roca .

Hatren

Cápac Tome Bamba

Inca Roca . Yáhuar Huaca. Viracocha Pachacútec.

» Túpac Inca Yupanqui. » Huayna Cápac.

En el pueblo de San Gerónimo, cerca del Cusco, halló Max Ulhe una lista de los ayllos existentes en el valla. Seguramente se formó para el mejor conocimiento de las parcialidades y la recabación de

los tributos, ya que en el valle, por varias reales cédulas, se reconocie ron privilegios a los descendientes de los antiguos monarcas. (40 ). La

lista tiene, pues, un valor histórico notable; y está de acuerdo, so bre todo, en la relación de los ayllos supernumerarios, con las más autorizadas tradiciones.

La relación es la siguiente, por orden de ayllos originales, his tóricos y supernumerarios :

Siramos ayllo ( Suyo maras ? )

Rocaquirao.

Chahuan

Aucayllay. Sujso.

Rallampata Chima

Anta machay !

Raurahua

Acjamana ?

Apu Maita

Existen, además, otras relaciones de ayllos históricos que se con signan en crónicas de segundo orden , y cuya nomenclatura y nu meración muy adultera, obedece al hecho de haber sido copiadas de los Cronistas de primera categoría ; son así, repetición de los da ( 40 ) La relación de los ayllos hallados en San Jerónimo, se puede leer en Ulhe, Orígenes de los Incas, “ Actas del XVII Congreso de Americanistas '', citada.

EL IMPERIO INCAICO

53

tos consignados en las obras de Garcilaso y el Palentino que les fue ron conocidos. (41 ) .

El cuadro adjunto muestra las series ayllales existentes en el Cusco a la caída del Imperio. En dicha serie se ve que se han conservado los linajes de las parcialidades que fueron poseedoras del valle, como naturales u originarias, y las que lo fueron como adve

nedizas y forasteras ; además, la superposición de los ayllos reales

sobre los naturales, y, por fin, los ayllos supernumerarios, que, se guramente, fueron restos de ayllos originarios o naturales, que con tinuaron gozando de los privilegios de clase como aliados a los In cas, una vez que éstos impusieron su señorío y organizaron la cons titución censataria, bajo el reinado del Inca Pachacútec.

( 41 ) Los que traen esta relación de ayllos reales tomada de segunda ma no, no son pocos. Se lee en Herrera, Hechos de los Castellanos, DÉCADA V.

Román y Zamora, Repúblicas de Indias, Lib . II C. XI. Acosta, Historia Natural, y Moral de las Indias, Lib. VI. C. XX.

Pachacutic Salcamayua, Relación de los Incas. Col. Urteaga, t. IX ( 2.a serie )

Anónimo, Anales del Cusco. etc., etc.

CAPITULO VI.

LOS HANAN Y LOS HURIN : LOS ORIGINARIOS Y LOS FORASTEROS

1

Llama, desde luego, la atención en estas listas, principalmente en las de Sarmiento de Gamboa y Molina, la clasificación que se ha ce de los ayllos, en dos grupos, llamando a unos " Hanan " y a otros

“ Hurin ” . Qué significado tienen estas palabras en relación con los linajes, su origen y procedencia, asiento y categoría ? Hasta hace poco, historiadores y críticos suponían, siguiendo a Garcilaso, que esta división había sido ocasionada por una simple

ordenanza municipal de los primeros Incas, que distribuyeron a los habitantes de la ciudad en dos grupos : los que habitaban en la par

te alta y los que vivían en la parte baja ; descendientes de Manco Cápac y de Mama Ocllo, respectivamente. Otros la suponían arreglada para la mejor distribución y cobro de tributos : " Los monarcas incas habían aprovechado y fomentado

esta misma organización de Sayas (Hanan -saya y Hurin -saya ), con sus jefes y oficiales, porque vieron en ella una base excelente para la metódica recolección del tributo que exigían en todos los pueblos conquistados, ( 1 ) y otros han opinado que era una división instituí ( 1 ) " En Bolivia, es decir, entre los pueblos de habla aymara, las divi se llamaban “ Aransaya " ( Hanan - saya ) , y “ Ma-Saya ” , apócope

rsiones

" de Manca-Saya, (Manca : abajo en aymara; Manca Saya tiene el mismo sig. " nificado : partido de abajo, como la voz quichua Hurin - Saya ), que corres

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EL IMPERIO INCAICO

da para fines militares ". ( 2 ) . El punto ha quedado aclarado en for ma satisfactoria merced a los admirables y metódicos análisis hechos al respecto por el notable etnólogo inglés, señor Ricardo E. Latchamı Ha observado este inteligente peruanista , que la clasificación es antiquísima, derivada del régimen ayllal sedentario, y motivada por el propio sistema agrícola de los ayllos, una vez que éstos toma ban posesión de un territorio y se fijaban en él. El aprovechamiento de las aguas y de la apropiación de la mejor parte de los valles, ha .

cía que las inmigraciones se fijaran en las partes bajas y tomaran de ellas posesión, defendiéndolas contra las oleadas de inmigrantes que llegaban después. Las nuevas gentes ocupaban los terrenos mos . trencos, las partes altas del valle, y quedaban así en condición de

inferioridad en cuanto a la riqueza del suelo, y en categoría inferior también,

respecto a la antigüedad de su data.

Llamábanse gentes

nuevas, advenedizas, recién llegadas, extranjeras, allegadas, foraste ras, que tales eran los sinónimos de la palabra quichua “ hanan " . ( 3 ) . “ ponde a la Hurin -saya de los Incas . Estos nombres no son más que adapta

“ ciones de las voces quichuas introducidas por los Incas ; pero los aymarás “ hubieron, además de ellas sus propias expresiones mucho más arcaicas " .

R. E. Lahcham , Los Incas y sus ayllos, en Añales de la Universidad de Chile, año VII . 2.a serie, 3er. trim . 1928.

( 2 ) Un informe de fines del siglo XVIII, dice : “ Originarios son aquellos que tuvieron su primer origen en un ayllo, a que a la actualidad se miran exis tentes, y se conciben solariegos, como que logran dicho su origen anticuado en

aquellas tierras, nominando, ayllo, lo que nosotros rapartimiento. Estos por lo mismo no se suponen de superior calidad y aunque se tienen por mejores que los

yanacones forasteros y unos, de forma que entre ellos el originario, es más recomendable que los forasteros, para exercitar en empleos públicos, gozar más tierra, en su ayllo alcanza el mejor lugar...

Forasteros ( agregados ) son los que no teniendo en aquel repartimiento su origen ni confunfiéndose con la nobleza de dichos originarios aparecen como agregándose a las tireas de comunidad ( de las que se les asignan las necesarias

para su comoda subsistencia) pagan tributo como ayudando a los originarios. Informe del Sub - Delegado de Anasuyo, Márquez de La Plata , al Intenden

te de La Paz-Coscochaca, 2 de mayo de 1792, en Acad. de la Historia Madrid , Col. Mata Linares, tomo III. ap. Latchmann, ob. cit. pág. 219. ( 3) Cuando los Incas establecieron el sistema de los mitimaes o trasplan tados, fijaron a los nuevos pobladores inmigrantes, oficinas o colonias en los terrenos altos y mostrencos para no desposeer a los naturales, ya que su política benevolante consistía en hacer lo menos sensible

yugo a los conquistados.

Los mitimaes se llamaron , entonces, hanan -sayos, y cuadraba muy bien su de

signación con el carácter de forasteros, advenedizos, importados. Como eran

trasportados como custodios y vigilantes de las poblaciones sometidas, fue ron mirados como enemigos. Hurin-sayos y Hanan-sayas, se veían con recelo. El Padre Ramos Gavilán , cuenta en su “ Historia de Copacabana ' ' , 1860,

página 55, que: “ Entre los Urinsayas, que son los naturales de un lugar, “ solía mandar el Inca, indios de su confianza para amalgamarlos mejor en las 66

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HORACIO URTEAGA

Los ayllos poseedores de los terrenos bajos y fértiles, más hú medos y mejor irrigados, más extensos y de mayor producción , se

decían originarios, naturales, llegados primero, algo así como autóc tonos del lugar, que tal es el significado de la palabra " hurin " en quichua. Esta constitución

del ayllo no fué invención incaica ni conse

cuencia del régimen administrativo del Imperio ; existió desde remo tísima época y los Incas no hicieron sino aprovechar los beneficios de la clasificación, adaptándola a sus fines. Universalmente extendi

da entre las viejas razas andinas, la clasificación es una clave para marcar la cronología de las inmigraciones y la calidad de los habi tantes de una región. Los hurin eran , en todos los valles, los anti

guos o regnícolas ; los hanan, los advenedizos o agregados. Entre los aimaras existió, también, la denominación de " origi. narios ” y “ agregados ” , sólo que en este idioma se denominaban los

Hanansayas “ Llaquas” o “ Llakahuas ” , y los Hurin -sayas, “ Hua ri” o “ Llactayoc ”. Y que aún entre los aimaras los huari eran con siderados como los originarios o naturales, se confirma por la leyen da de Viracocha “ que llama “ Huari- Viracocha " a la primera gene ración de hombres, los pobladores primitivos, los cuales fueron ex. terminados por un diluvio. Después Viracocha creó una nueva gene ración, que apareció en las cuevas, en los ríos, en las fuentes, en los altos montes, etcétera, y comenzó a repoblar la tierra. Estas gentes .

fueron los huaris, hijos de cada tierra , es decir, autóctonos " . (4 ) . Así pues, en las razas andinas, en donde la institución ayllal es

taba generalizada, al convertirse el clan nómada en sedentario, se “ costumbres del Imperio y para velar sobre la fidelidad de los nuevos con “ quistados; a estos forasteros les llamaban Anansayas ; dos parcialidades que " se miraban con recelo, y muchas veces venían a las manos, como judíos y sa " maritanos.... Los Urinsayas dijeron a los anansayas, que eran unos pobres

1 .

" advenedizos sin tierra ni patria propia ” . (4 ) Ulhe, Origen de los Incas, Anales cit. “ El ayllo peruano " Bol. de la Sociedad Geográfica de Lima, 1910 .

En Bandelier, Las islas de Titicaca y Koati, leemos : “ La expansión rápida “ pero regular del yugo dela tribu incaica del Cusco, no modificó estas organi " zaciones primitivas, allí donde se permitía quedarse a los habitantes conquis.

“ tados. Los ayllus quedaron como antes, así como dos grupos mayores cada " uno de los cuales constituía varios clanes. Estos grupos existieron en el “ como divisiones geográficas, llamadas respectivamente, Cuzco -alto, y “ bajo ( Hanan y Hurin Cuzco. Bajo los nombres de “ Arán -saya ” y " saya se encuentran divisiones análogas entre los aymaras en todas

Cusco, Cuzco “ Ma partes,

" y fueron encontradas entre ellos, juntamente en el ayllu, por los españoles ”. Tomo I, p. 177.

1

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EL IMPERIO INCAICO

impuso esta clasificación que toma toda su fuerza característica de la participación territorial y el estado agrícola. Los primitivos ocu pantes de un valle o tierra fértil, fueron los Hurin ; los llegados des pués, los hanan ; cuando pertenecían a una misma tribu o nación, se

repartían el terreno y vivían en paz, siendo los primeros, dueños de las tierras bajas o más fértiles, y los segundos, de las altas o más áridas. Si se juntaban en pueblos, porque así lo imponía, más tarde,

la administración imperial de los Incas, el pueblo se dividía, tam bién , en barrio de los Hurin o barrio bajo, y barrio de los Hanan o barrio alto. De allí que estas denominaciones las hallemos en todos

los poblados y en todas las ciudades ( si este nombre puede dárseles ) existentes en el Imperio. Cuando los aimaras dieron el nombre de Lactayoc al Hurin , se

referían a su situación de poblado o villorío, ya que “ Llantayoc” significa en quichua " el habitante original” de un pueblo. (5 ) . Esta disquisición que nos ha aclarado el problema de la clasifi cación en Hurins y Hanans, ha iluminado, también , los orígenes del Imperio, ya que en los ayllos existentes en el Cusco, encontramos a los originarios y a los advenedizos. Los originarios, que fueron los primeros pobladores (huris) y que en las listas de Sarmiento y de Molina son los “ Súttic -tocco ” , “ Maras ” , “ Cuicusa ” , “ Masca ” y 9

“ Oro " ; y los llegados después, o extranjeros, que en las mismas lis

tas son : los Hanan : “ Chavin -Cusco ” , “ Ararayca ” , “ Tarpuntaes ”, “ Guacaytaquis ” , y “ Sáñuc ” . Todos estos linajes, sin embargo, no fueron sino ramas adventi

cias del mismo tronco de nación : la quichua; salidos de Paruro y llegados al Cusco en oleadas sucesivas : primero los Sahuasiras, Alca viças, уy más tarde, los huris, de Sarmiento y Molina, y finalmente los Напап .

Estas incursiones al fértil valle del Vilcanota, duraron siglos; a mediados del XI, una nueva inmigración de ayllos se mueve, llevan do los restos de la nación : está simbolizado este movimiento inmi. gratorio, en el avance de los ayares con catorce ayllos o linajes. Los nuevos inmigrantes principian su infiltración en el Cusco, pacífica primero y violenta después, expulsan a los antiguos poseedores, hu

ris, de las viejas tierras y se fijan en ellas; otros toman posesión de ( 5 ) Llacta : pueblo. Yok : dueño o poseedor. Llacta -yok : el que es del

pueblo, el poseedor, del pueblo el que tiene pueblo, pueblerino. 8

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HORACIO URTEAGA

las tierras altas de los Hanan. La antigua clasificación se impone en el nuevo regimen municipal, y los últimos invasores se llaman ,-más

por la posición geográfica que ocupan, que por privilegio , -Hurin Cuscos y Hanan-Cuscos. Los antiguos regnícolas que se han sometido al Señorío de los Ayares, toman tierras en la periferie del valle, o se fijan lejos en el

extremo territorio regado por el Vilcanota. En la época del Inca Pachacútec, cuando se hace la clasificación de los linajes y se intenta ordenar los hechos para elaborar la historia oficial, los ayllos anti guos y los nuevos se agrupan en cofradías, y son ya huris, ya hanan, del linaje de los indios principales y del linaje de los reyes o Incas. Se ordenan, entonces, esas penacas incaicas de los descendientes ute rinos, desde Manco Cápac hasta Pachacútec-Yupanqui , y, gracias a

esta rigidez de las parcialidades por vínculos, y a sus privilegios den

tro del mundo social, es que se ha podido conservar el organismo de ese régimen , detallado e integral, con cuyo auxilio se reconstruye su historia.

En esta reconstrucción comenzamos por la filiación de los ayllos, desde los más antiguos habitadores del valle : los collas ; y luego los demás, para devolverles su origen racial, negado con tenacidad tan

injusta por muchos historiadores.

CAPITULO VII

AIMARAS Y QUICHUAS EN EL CUSCO . LOS LINAJES DE HANAN Y HURIN

De los antiguos y originarios Guallas, no ha quedado rastro. En la presentación de los ayllos durante las fiestas del Raymi, nadie re

presenta a los Guallas en las cofradías, ni hay huaca que les perte. nezca en las enumeradas por Ondegardo. Este viejo pueblo aimara que existió en los orígenes del Cusco, se ha extinguido. ( 1 ) . De los Poques,-también aimaras de origen ,-cuyas noticias re cogió Morúa, no ha quedado sino el recuerdo de su Huaca, elevada

en un llano, cerca del Cusco, en el camino de Colla -suyo ; con el tiem po el santuario de los Poques fué dedicado al Sol, y se nombró “ Po

que- Cancha ”. Allí se conservaba ,—según Molina,-pintada en tablas la vida de cada uno de los Incas, las tierras que conquistó, y el ori gen que tuvieron. ( 2 ) . ( 1 ) No pueden ser descendientes de éstos los Guayllacanes; éstos son qui chuas y el nombre no es alteración de Guallas.. Guayllanas = Los dueños del suelo florido. 66 " Yáhuar -Huaca, teniendo consideración a que los Guayllacanes eran sus deudos, los perdonó ” . Sarmiento de Gamboa, ob. cit . Pág. 55.

(2 ) Sobre esa historia de los Incas pintada en paños que fueron remitidos por Don Francisco de Toledo al Rey, nos cuenta el Notario Alvaro Ruíz de Na vamuel, lo que sigue: “ Estaban escriptos y pintados en los cuatro paños los “ bultos de los Ingas con las medallas de sus mujeres y ayllos ; en las cenefas " la historia de lo que sucedió en tiempo de cada uno de los ingas y la fábula “ y notables que van puestos en el primer paño, uno que ellos dice de Tampo

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HORACIO URTEAGA

Ya hemos visto, también, que Garcilaso recogió la noticia de quo Manco Cápac desterró a los Poques a las cabeceras del río Paucar

tambo : éstos subsistieron , pues, hasta bien entrado el Imperio, pero se fueron extinguiendo, ya que de ellos no quedó sino el recuerdo y

la perduración de su nombre en el santuario de Poquen -Cancha. De los Laras refieren las Informaciones de Toledo, que existie ron durante el reinado de los primeros Incas, y que junto con los Poques poseían al Oriente del Cusco unas humildes chozas. Mas tar de, el resto de la nación se fijó en el fondo del valle del Urubamba, donde se amalgamó con los quichuas, y luego, de ellos sólo quedó el nombre de su asiento en el actual pueblo de Lares. ( 3 ) .

Así se extinguió la antigua dominación aimara en el valle del Cusco. Los Sahuaseras, que llegaron a tener al principio la posesión de Inticancha, es decir, el corazón de la ciudad del Cusco, fueron explusados por los ayares de Manco, no obstante su alianza con los Alcahuizas. ( 4) .

Los Antasayas pueden identificarse con el ayllo Quisco, supues to que su sinche o jefe, en la invasión tuvo este nombre ; convivieron al principio con los sahuaseras y alcahuizas; fueron más tarde, tam bién, vencidos y expulsados de sus primeras posiciones, o sea de los terrenos donde se asienta el Convento de Santa Clara hasta la casa

de Paullo Inca, en Collcampata ; y salieron del circuito de la ciudad, viviendo en las afueras, ya, desde la época de Lloque Yupanqui. ( 5) . Por fin, los Alcahuizas que, como los Sabinos de la antigua Roma, fueron aliados de los primeros Incas, y ocuparon toda la parte Oeste

de la ciudad ( 6 ) vivieron también unidos y aliados a los primeros " Toco, y las fábulas de las creaciones de Viracocha que van en la cenefa del " primer paño, por fundamento y principio de la historia, cada cosa por sí

" distintamente escripto y señalado de la rúbrica de mí, el presente secretario : " y de la declaración y prevención para la inteligencia de la historia, y los " rumbos y vientos para la demarcación de los sitios de los pueblos, quespuesto

“ por el Capitán Pedro Sarmiento ” . Sobre el destino de estos célebres paſos pintados, y la probable traslación de los retratos de los Incas a las Portadas de las Décadas de Herrera, véase las noticias que trae en referencia don Marcos Jiménez de la Espada en Tres Relaciones XXVIII. Véase Cristóbal de Mo lina, Fábulas y Ritos de los Incas, pág. 4. ( 3 ) Lares, Distrito de Calca, Cusco. Lori, Distrito de Cailloma, Arequipa.

Lorio, Caserío, Provincia de Canchis, Cusco. ( 4 ) Sarmiento, ob. cit. C. XIII. ( 5 ) Sarmiento, ob. cit. C. XVII.

( 6 ) Dijeron que vivían en la casa de doña Isabel Bobadilla. Informaciones, Toledo , pág. 230.

EL IMPERIO INCAICO

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Incas, Manco, Roca y Lloqui Yupanqui; pero oprimidos por el au mento de población de los ayllos Incas, intentaron un ataque sorpre sivo contra sus intrusos hermanos (7 ) y frustrado éste, fueron do

minados y sometidos por Mayta Cápac, viviendo fuera de la ciudad ,

como a distancia de un tiro de arcabuz, dicen las Informaciones , aunque con el privilegio que les daba su parentesco con la familia -

Imperial. ( 8 ).

Existieron , así, los ayllos nobles de Sahuasiras, Antasayaes y Al cahuizas, sometidos a los Incas, hasta la época de las Informaciones de

Toledo. Tuvieron tierras y privilegios, y en la época del esplendor del Imperio, cuando Pachacútec Yupanqui hizo el censo de la cuidad

y el empadronamiento y arreglo de los ayllos, seguramente éstos se organizaron mejor dentro de sus viejos linajes de ayllos quichuas emparentados con los de Pacaritambo, y no tuvieron ya recelo sino orgullo de mantenerse bajo la disciplina y la sumisión de los Incas. ¡ Cuántos de sus privilegios y derechos dentro del régimen Imperial, nos son desconocidos ! Supuesto que los informantes de Toledo que pudieron hacer la reconstrucción de todo el régimen ayllal, no con

testaban sino a tenor de un interrogatorio acomodado a los fines que se proponía el Virrey : probar que los Incas habían sido los usurpa :

( 7 ) “ A la cuarta pregunta dijeron los dichos Alcauisas, que a los dichos sus padres y antepasados oyeron que el dicho Mayta Cápac, cuarto Inga, " por fuerza de armas los sujetó y tiranizó, tomándoles sus tierras y deterrando “ de ellas a sus antepasados y mató mucha gente de ellos y prendió a Apomaita

" y a Culloy, ( o Culcoy ), Chima, que eran sinches de los dichos Alcauisas, e los “ “ " " “

tuvo presos en una cárcel que llamaban Sanzahuaci, donde se daba mucho tormento a los que en ella entraban, y los mataban ; la cual enemistad tomó el dicho Mayta - Cápac con los dichos Alcauisas por les haber defendido sus antepasados las dichas sus tierras. E que entendiendo el Inca questos eran indios que se les resistían y que podían llegar a ser más quél, los mataban y acababan,

" como dicho tienen, y los hacía tributar y que le respetasen por fuerza ; y que " como indios temerosos de las crueldades que el dicho Inga les hacía, cumplían

" lo que el dicho Inga les mandaba, contra su voluntad ; y los desterró donde " agora están estos dichos testigos del ayllo de los dichos Alcauisas y Ayarucho, que es un tiro de arcabuz, poco más o menos del asiento que habían to “ mado ;.... ”? Informaciones, pág. 232. ( 8 ) “ E los del dicho tercero ayllo de Ayarucho, que por otro nombre se

" 'llaman Alcauisas, dijeron que tuvieron por su cinche a Apomayta, después " de haberse convertido en piedra Ayarucho, y Culcoychima después que pobló “ Arayucho : y que el dicho Āyarucho no tuvo guerras con los que en esta ciudad

“ habían poblado ” . Informaciones, pág. 231. Dijeron los informantes que eran de la descendencia de Ayarucho recla mando así el origen de Cápac Toco en Pacaritampo,... “ Que así lo oyeron decir a sus padres y pasados ' ', .... Informaciones, Toledo, pág. 230.

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HORACIO URTEAGA

dores de tierras, su gobierno tiránico, y muy desgraciada la vida de los ayllos sometidos a su yugo . ( 9 ) . Sarmiento de Gamboa recogió la tradición del avance al Cusco en són de conquista, de diez ayllos o linajes salidos de Pacaritambo

al comando de Manco Cápac. Este movimiento emigratorio, que la tradición colocaba en un solo momento, debió realizarse, según ya lo hemos manifestado, en etapas sucesivas separadas por extensos lap sos, en los que los ayllos enumerados tomaron posesión de las regio nes baldías o se acomodaron con los antiguos habitantes del valle en una participación en las tierras, preparando así la llegada de los ayllos reales : los Ayares de la leyenda. Estos diez linajes de Sarmiento. son, comenzando por los más

antiguos, o sea los primeros en llegar al valle, clasificados entre los hurin :

Sutin ttoco Maras ttoco

( Hurin .)

Cuicuisa Masca Oro o Uru

( Hurin .) ( Hurin .) ( Hurin. )

Chavin

(Hanan .) ( Hanan . ) ( Hanan .)

( Hurin . )

Hanan : Arayraca Tarpuntay

Guacaytaqui Sánoc

( Hanan. ) ( Hanan. )

Ninguno de ellos dejó de tener representación en las informa ciones que se tomaron en el Cusco en 1571, y se les halló en posesión de la ciudad ; los cinco primeros, (hurin ) en las partes bajas, o sea en la circunscripción del Coricancha y Cuyocache, ( Sarmiento, pág .

34) ; los otros, (hanan ) en tierras altas, Collcampata y las barriadas anexas .

Las tierras que a estos ayllos pertenecieron se hallaban, asimis mo, en la región Sur del valle del Vilcanota las de los primeros, y en la región Norte las de los segundos ; esta distribución, por lo demás,

ya tuvo mucho de convencional y arbitraria, supuesto que fué arre ( 9 ) H. Urteaga, Fundación Española del Cusco . C. III.

EL IMPERIO INCAICO

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glada modificando seguramente los primeros establecimientos, hacia

la época del Inca Pachacútec Yupanqui. Antes también , seguramen te, habían sufrido estos establecimientos ayllales serios cambios de

posición, ya que el cambio de dinastía que trajo al gobierno a Inca Roca , no pudo haberse realizado sin modificaciones fundamentales en

el régimen de propiedad de los dos bandos. ( 10) . Veamos la situación de estos ayllos en la época de la Informa. ción ( 1571 ) , o sea después de la reducción que llevó a cabo el Inca Pachacútec. ( 11 ) . Ayllo Sútic Ttoco

Este ayllo desprendido del tronco de Pacaritampu ( 12 ) adelan tó su estancia en el Cusco, estando representado desde bien antiguo

por los Sahuaseras. El nombre de estos indios se deriva, seguramen te, de su sinche “ Sahuaseray ”, que los condujo de Paruro hacia el Norte. Cuando se fijaron en el Cusco ocuparon el sitio comprendido entre Quinti-Cancha y Chumpi-Cancha, ( donde más tarde, se elevó >

el Cori-Cancha ). Se nominaban " hurin ” u originarios. Aliados de

los alcauisas, hicieron resistencia a Manco Cápac, y, vencidos sus sinches Copali-Mayta y Apu -Mayta, se fusionaron con los ayllos in. cas, que, por lo demás, eran sus parientes. ( 13) .

En la época del empadronamiento de Pachacútec, los Sútic y sus ramas descendientes de los Sahuasirayes, ocuparon las tierras

del Sur del Cusco, camino del Collao, entre el Cusco y Huanacauri,

pues los adoratorios que estaban confiados a estos linajes de Apu mayta , eran diez huacas en el camino del Collao. La quinta de estas ( 10 ) Inga Roca inaugura la Segunda Dinastía ,-la de los Hurin,—dentro de la clasificación de los aylos reales. Este cambio parece que tuvo lugar des

pués de una sangrienta guerra civil que encubre la leyenda del reinado de Inca Roca y el robo a Inti Cusi Huallpa Inga por los ayar-marcas, y su rescate

por los Guayllacanes, después de librarse la batalla del lago Guaipon. Véase Sarmiento, ob. cit. Caps. XIX–XXIV. ( 11) La reducción y empadronamiento de los ayllos quichuas hurin y hanan, los decretó Pachacuti, y la llevó a efecto según el testimonio de casi todos los cronistas e informaciones. (12 ) “ Que es la generación salida de una de las ventanas, llamada Sutic ttoco "

Sarmiento , ob. cit . c. XI.

( 13 ) Ulhe supone que el apellido 6" Maita ” pertenecía a este ayllo de los sútic, porque el sinche que hizo oposición a Manco Cápac se llamaba Copali Maita , Supone por esto, que la descendencia de los husca -maytas, (ayllo de

Maita Cápac,) y los apu -maitas, ( ayllo de Cápac Yupanqui,) estaban en rela originales. ción más directa con los sútic, u otros ayllos

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HORACIO URTEAGA

huacas, llamada “ Allavillay ” , — que quizá sea síncopa o corrupción de “ Alcahuisa -ayllu ” , - era el enterratorio o pacarina de los linajes Sútic, Sahuaseras, y Alcahuisas. “ Era una sepultura donde se ente rraban los señores del ayllu " dice Polo de Ondegardo. ( 14 ) . Los representantes que depusieron por este ayllo en 1571, fue ron : Don Francisco Auca Micho Auri Sútic y D. Alonso Gulpa.

Ayllo Maras Ttoco

Este ayllo , como el anterior, fué rama adventicia desprendida de Pacaritampu , mucho antes de la invasión de los Ayares, y tení:

su asiento en la región del Vilcamayo y Urubamba, comprendida entre Carmega ( N. 0. de la ciudad ) y Yucay. ( 15 ) . El tronco del linaje se asentaba en Piccho, no lejos de Zurite y su pacarina se ha .

llaba en Vicaribi. ( 16 ) . Ondergado nos dice : “ Vicaribo era una se

pultura bien labrada que estaba en Piccho, que fué de un señor prin cipal, así llamado, del ayllo Maras " . Y más adelante agrega : “ La sexta huaca del noveno y último Ceque del Chinchaysuyu , era una piedra llamada Apu-yavira que estaba sobre el cerro de Picchu, te

nían creído que era uno de aquellos que salieron de la tierra de Hua nacaure, ( Ayarucho ?) y que después de haber vivido mucho tiem

po, se subió allí y se volvió piedra ; a la que iban a adorar todos los ayllos en la fiesta del Raymi” . ( 17) .

Los Maras, en la época de las Informaciones de Toledo, depu sieron ante el Juez Loarte y el Notario Navamuel , y declararon que

sus pasados salieron de la ventana Maras-ttoco ; ( 18 ) estuvieron re

presentados en la actuación notarial por don Alonso Llama Oca y don Gonzalo Ampura Llama Oca. ( 14) Polo de Ondogardo, Tercera Relación, Col. cit. Tomo pág. 29. ( 15) No creemos, como el señor Latcham, que la ubicación de los maras fuera en el territorio situado entre el Vilcamayo y la laguna de Muina, cerca de Urcos. Los maras, como ayllo fuertemente emparentado con los Ingas, tu

vieron propiedad de magníficas tierras más al Norte, entre el paradisíaco valle de Yucay y Surite, al Sur del río Urubamba , donde ha perdurado su nombre en el actual pueblo de Maras. Por lo demás, las referencias de Ondegardo y de

Molina son concluyentes para fijar la ubicación que le hemos dado. ( 16 ) El nombre pareco alterado en extremo.

( 17 ) Ondegardo, Tercera Relación, en Col. Urteaga -Romero, t. IV, pág. 15 y en Cobo, ob. cit. t. III. Lb. XIII. C. XIII, págs. 20 y 21 . ( 18) Sarmiento, ob. cit. C. XI.

EL IMPERIO INCAICO

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Ayllo Cuicusa ó Chuisec Ya hemos escrito que la etimología de este ayllo derivó segura mente de su tótem : la lechuza, y que, alterado el nombre a través

de los cronistas ( 19) correspondía a Chuisec, voz quichua y no ai mara . Este ayllo, desprendido también del tronco materno de Paca ritampu, estaba, seguramente, emparentado con los Sahuaserayes y Alcavizas, y con sus ramas de Maras y Sútic, pues que todos ellos

reconocían como adoratorio o pacarina principal a Huanacauri. En cuanto a la situación de este ayllo Chuisec, ocupaba terrenos en el sur del Cusco, camino del Collasuyo, a la banda derecha del Vilca nota, en la provincia de Quispicanchis. Ondegardo ubica sus adora torios en el octavo Ceque del Collasuyo que partiendo de la ciudad

( 20 ) iba hasta Huanacauri. “ La quinta guaca , - dice el Licenciado, -se decía Cuicosa. Eran tres piedras redondas que estaban en un cerro llamado así, junto a Guanacauri ” . ( 21 ) .

Sarmiento declara que en la época de la Información, había al gunos indios de este ayllo en el Cusco, y que el principal de éstos y

cabeza del ayllo era don Cristóbal Acllari. Ayllo Masca Ya hemos dado la etimología de este ayllo y señalado su im . portancia en la época de la primera inmigración : el ayllo de la van

guardia, el ayllo guía en la búsqueda de tierras : Masca ; su distintivo fué la cenefa roja con que se cubría la frente, y que más tarde fué adoptada por los Incas como signo de la más alta dignidad : la Mas.

ca -paicha o borla de los guías y buscadores, gente de la vanguardia. ( 22 ). ( 19) Molina lo nombra Cuinisa ; Sarmiento, Cuicusa ; Cobo, Aquini. Ulhe cree que debe leerse Chicosa ; y yo me inclino a llamarlo Chuisec, fundándome, además, en el valor del culto totémico para la dssignación de los ayllos y en la frecuencia con que se halla este tótem en la Cerámica y la Texilaria de los quichuas.

(20) “ Desde el Solar que fué de Figueroa ” , dice Polo de Ondegardo.

ob. cit. Tercera Relación, pág. 33 y en Cobo. Ob. cit. t. IV. Lb. XIII C. XVI, pág. 38 .

(21 ) Puede leerse, también, en Cobo. Ob. cit. Lb. XIII. C. XV. ( 22 ) Véase nuestra Nota. 13 del Capítulo IV. 9

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HORACIO URTEAGA

Los Mascas se dedicaron más tarde a la hechicería y se hicieron

sortílegos ; de su linaje salían los adivinos o brujos que tan aprecia dos eran como médicos. Arriaga nos dice que los Masca o Vilha son

los que curan con mil embustes y supersticiones, y precediendo, de ordinario, sacrificios a la Huaca o Conopa del particular que las consulta . ( 23 ) . Este oficio, así como el de los Tarpuntayes y los Huacaytaquis,

demuestra el servicio a que estaban dedicados estos linajes, y asimis mo es un indicio de su parentesco.

La situación de los ayllos Masca se hallaba al poniente del Cus co, ( 24) y por la región Sud -Oeste en el camino del Contisuyo ; pues Ondegardo halló sus adoratorios y pacarinas en esta región. En el octavo Ceque, ubica quince huacas, y a la sexta que nombra Masca ta-urco ( 25 ) , dice : que es un cerro desde donde se pierde la vista de la ciudad del Cusco por esta raya . (26) . En el año de 1571, declaró por este ayllo, ante los Jueces de la Información famosa, Juan Quispe. Ayllo Oro o Uru Como lo ha hecho notar Latcham , el representante de este ay .

llo en la época de la información, era don Pedro Yucay ; el apellido corresponde al nombre del linaje, y este de Yucay, así como el de

Urcos y Tampu, fueron muy apreciados por los Incas. Se les conce dió,-según Garcilaso , el privilegio de llevar como insignias los

argollones de oro pendientes de las orejas, y para este fin, que las tu ( 23 ) Arriaga. “ Extirpación de la Idolatría " . Col. Urteaga -Romero T. I. ( 2.a Serie ) C. III.

( 24) Garcilaso . Comentarios Reales . - Libro I. Cap. XX. Esta ubicación no pudo ser ordenada por Manco Cápac, como muy bien

lo dice el etnólogo Latcham . Con toda probalidad fué ordenada por Inga Yupan qui Pachacútic “ Este Monarca, para abastecer las crecientes necesidades de los Incas, hizo despoblar las tierras de otros pueblos, dentro de un radio de dos

leguas de la ciudad y removió sus habitantes a otras partes donde les dió nuevas tierras. Si los Mascas, o una parte de ellos estuvieron redicados dentro de la zona

que hizo desplobar el Inca Yupanqui, es fácil que fuesen trasladados al poniente del Cuzco y sería por esto que en el nuevo arreglo de los ayllus en cuatro co fradías, efectuado por el mismo Monarca, llegan a figurar en la de Cuntisuyo ” . ( 25 ) Masca-ta-urco, ta = a ó a los, urco = cerro .

( 26 ) Polo de Ondegardo, Ob. cit. Col. cit. t. IV p. 39. También en Cobo.

Lib. XIII. Cap. XVI.

EL IMPERIO INCAICO

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viesen horadadas en más del tamaño que se asignaba a los demás principales y nobles. (27 ) . Pero esta misma circunstancia, lejos de filiar el ayllo entre los aimaras, lo filia entre los quichuas, ya que el aprecio que los Incas

tenían por estos linajes no podía provenir sino de su estrecho paren tesco y derivación común. No es, además, exacto, que el ayllo uru fuera derivación lejana de los uros, nación de indios bestializados en

la época en que se realizaban estas Informaciones políticas en el Perú ; ni que hubieran llegado a amalgamarse con los aimaras en esa

trasfusión de razas que traían las invasiones de las viejas edades. Uru es el verdadero nombre del ayllo originario de Pacaritambo, y seguramente fué rama adventicia del gran ayllo de Tampu -ttoco, ya que estaba unido en estrecho parentesco con el ayllu tampu . La primera ubicación estuvo al Sur del Cusco, en los fértiles terrenos del distrito actual de Oropesa , no lejos de Yucay, y muy

cercana a la laguna de Muina. En la época de empadronamiento de los ayllos bajo el gobierno de Pachacuti, los ayllus uri como los tampu, tuvieron tierras al Norte del Cusco, en las márgenes del Uru bamba, donde la toponimia de Uru y Tampu es abundante. (28 ) . Quizás si los urcos fueron también ramas de urus; y que así tampus, urcos, urus y yucayes, no sean sino la frondosa ramifica

ción del ayllo matriz tampu, cuya pacarina o enterratorio, estuvo en Tampu -ttoco. Ya vemos que Garcilaso filia a los urcos con los yucayes y tampus. El pueblo y la laguna sagrada de Urcos ( 29 ) lindaba con las tierras de Oropesa y de Yucay.

En las ceremonias de la fiesta de Citua, cuenta Molina que el ayllo de los urus, oficiaba en la cofradía del Chinchaysuyu y te nía el cuidado de las huacas de esta raya. El octavo ceque de este

camino ( Chinchaysuyo ) se decía Payan, y la sexta guaca era un manantial llamado “ Oro -coto -puquio ” , que estaba en Carmenga, al ( 27 ) " A los tres apellidos Urcos, Tucay y Tampu que todos son el río abajo

de Yucay mandó por particular favor y merced que trujesen las orejas más abier

tas que otras naciones: más que no llegasen a la mitad del tamaño del horado, como lo habían hecho a todos los demás apellidos, para que no escendiesen en el grandor de los horados ” . ( 28 ) Ollantaytampu , Tampu, Tambupata, Choque tampu, Urupampa.

( 29 ) Molina nos cuenta que en Urcos había un cerro llamado Urcos Viracocha que era considerado como huaca sacratísima y a la que sacrificaban y ofrendaban por el mes de hacicayllusque ( mayo ) ob. cit. pág, 30.

68

HORACIO URTEAGA

cual se daba conchas molidas. (30) . Es seguro que la traslación de los ayllos del lado del Collao, es decir de las tierras bajas de los Hurin a las tierras altas de los Hanan. fué la obra del empadrona . miento incaico : de allí que los ayllos de uru, urcos y yucayes tuvie ran sus servicios religiosos tanto en el camino del Collasuyo, ( Sur ) .

como del Chinchaysuyo (Norte ) del Cusco. Ayllo Chavín Cusco o Chahuan Cusco

Chahuan es dicción quichua, como lo ha reconocido Uhle; pe ro no creemos que signifique para el ayllu “ lo medio cocido o cru .

do ” sino mejor, lo que oprime, estruja o saca sumo, voz que cua draría a gentes que se avecinan por al fuerza en linajes ocupados por otros. Los chahuanes desprendidos de Pacaritampu, formaron la primera oleada de los Hanan, es decir de los advenedizos que

llegaron al valle ya ocupado por sus lejanos parientes los Sútic, Ma ras, Cuicusa, y Uru. Los Chahuanes reconocían como su huaca prin cipal la Cápac -ttoco, de la cual había de proceder la generación de Manco Cápac, y se decían descendientes de Ayar Cache. ( 31 ) . Los Chahuanes habitaron al Oeste del Cusco y las partes al

tas del valle por el lado del Collasuyo. Sus parientes, los quillis cachis y collacachis, vivían en Coya -cachi. Garcilaso conoció toda

vía el suburvio Cayancachi de más de trescientos vecinos, que esta ban a más de mil pasos de las casas últimas de la ciudad por el lado del mediodía . (32 ) . En Molina encontramos al ayllo Chavin -Cusco sirviendo en las cofradias de Chinchaysuyo ( 33 ) no hallando en los adoratorios de esta raya, al ayllo ni a sus parientes, cosa muy digna de notarse ; pero en la raya de Antisuyo hallamos la huaca Chusacachi ( o Chuiseca

chi ? ) ( 34 ) que seguramente era servida por indios del linaje de los Chahuanes o Chuisec. Igualmente en el camino del Contisuyo, hacia el so. del Cusco, en el tercer ceque, donde se hallaba la huaca ( 30 ) Koto es papera o también mentón puquiu , es manatial. Ondegardo Ob. cit., pág. 30 y en Cobo Lib . XIII. C. XIII. ( 31 ) Sarmiento . Ob. cit. C. XI. ( 32 ) Garcilaso. Ob. cit. Lib. VII C. VIII. ( 33 ) Fábulas y Ritos, Col., cit., pág. 18.

(34) Ondegardo. Ob. cit., pág. 18. Cobo. Ob. Cit. Cap . XVI, pág. 44.

EL IMPERIO INCAICO

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Chuquimatero, donde beben los indios de Cayo -cachi ( 35 ) y ya sa bemos que en Cayo-cachi vivían los parientes de los Chahuanes o Chuisec, los quillis-cachis y callancanchis. Ayllo Arairaca La dicción " arairaca ', extraña en todos los vocabularios, es

seguramente una dicción adulterada y que, en su origen , pudo ser “ ayarhuaca ” , cuya sincopación dió lugar al neologismo “ arairaca ”. En Sarmiento leemos que el tal ayllo se nombraba “ Arayra ca ayllo Cusco Callan " y que se decía descendiente de Ayar -Ucho. Su nombre corresponde a la veneración de su pacarina, situa da seguramente en el propio Huanacauri . ( 36 ) . Sarmiento ha conservado la tradición que parece responder al nombre del ayllo y la veneración de la huaca. Así nos cuenta que,

desde Quirumanta, resolvieron los Incas que Manco se casase con su hermana, que Ayar -ucho quedase por “ huaca, para su religión ” , y que · Ayar-auca, desde donde le mandasen, fuese a tomar posesión de la tierra. De pronto, al llegar a un cerro cercano a Quirumanta, vieron un arco iris que los indios llaman Huanacauri; pero antes de llegar al cerro vieron una huaca en forma humana. Ayar -Uchu,

con gran ánimo se asentó sobre ella preguntándole qué hacía allí. A las cuales palabras, la huaca volvió la cabeza, mas, como la te

nía oprimida con el peso, no le pudo ver. Ayar-Ucho, luego, que riendo desviar, no pudo porque se halló pegadas las plantas de los pies. Permaneció, entonces, allí, convertido en piedra y fué recono cido por la Huaca de los Incas. ( 37 ) . El ayllo arayraca , o ayar -huaca, tuvo seguramenyte, como to dos los ayllos, sus derivaciones, ramas adventicias que reconocían

las mismas pacarinas, adoratorios o mochaderos. De estos ayllos los conocidos y filiados con Ayar-ucho son los ayar -mascas o ayar

marcas, y los omas. que tributaban a la huaca Huanacauri, y que, ( 35) Fernando de Santallán , trae esta noticia. Uno de los ingas salidos de Pacaritambo, fué a vivir al valle donde al presente está edificado el Cusco

en un punto que se dice Cayacachi. Relación. Col. Urteaga. T. IX ( 2.a Serie) pág. XI. ( 36 ) Ayar huaca Cusco Callán = huaca ayar, cimiento del Cusco .

(37) Sarmiento. Ob. cit. C. XII. pag. 37.

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HORACIO URTEAGA

antes de la llegada de los Ayares, de Manco, ya se habían asentado en Quirumanta . ( 38 ) En Molina leemos que el ayllo arayraca tenía su cofradía en la raya de Chichaysuyo ; y en la fiesta del Raymi caminaban prece

didos por el Cápac -ayllo (de filiación remota de Cápac -ttoco ) ; y uno de sus adoratorios lo tenía, además de la huaca Huanacauri, en el cuarto ceque, cuya primera huaca se nominaba Aray-tampu, tambo u hospedaje de los aray. ( Seguramente síncopa de Aray racu-tampu. ( 39 ) . De las informaciones de Toledo, se colige que los ayllos Alca

visa y Ayarucho eran parientes. (40 ). Las anteriores deducciones nos llevan a filiar el ayllo de arairaca con los dos primeros. Pue

de, pues, entonces, deducirse ( 41 ) que los tres ayllos derivaban del mismo tronco, que su huaca se hallaba en Huanacauri y que su si tuación estaría en el propio Cusco y en las cercanías del Huana cauri.

En las Informaciones, tomadas en 1571, representaron al ayllo de Arairaca, don Juan Pizarro Yupanqui , don Francisco Quispe y don Alonso Tarma Yupanqui .

Ayllo Tarpuntay

Los tarpuntayes, también filiados a los ayllos de Pacaritampu, como tendremos ocasión de ver más adelante, seguramente fueron rama de los Cápac-ttoco y antecesores del ayllo de Manco Cápac. En los orígenes tuvieron la tarea de arreglar las siembras, fueron

los sembradores por excelencia. De allí que su ocupación les hizo conocer y fijar las estaciones y las variaciones atmosféricas que oca sionan las lluvias o las sequías. “ La agricultura impone, -dice Ihering,-la observación del cielo, y da nacimiento a la astronomía . El agricultor es el primitivo astrónomo ; sabe de los movimientos ( 38 ) Esta llegada anterior de los Ayamarcas o Ayar Marcas, a Quiromanta o Huanacauri es la que explica la fusión con el linaje de Ayar Ucho llegado después y que al fijarse en el mismo centro dió lugar a la plantificación petrea del Ayar y su conversión en huaca de los Incas y de las ramas adventicias.

( 39) Molina . Ob. cit. Pág. 39. Ondegardo. Ob. cit. Pág. 7. Cobo . Ob. cit. Lib. XII. C. XXX. Pág. 13 . ( 40 ) Informaciones, págs. 230 a 235.

(41 ) Como lo hace tan juiciosamente Latcham en Ob. cit. Pag. 380.

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EL IMPERIO INCAICO

del Sol y de la Luna, conoce por su observación de las leyes de la naturaleza y determina las faenas en el cultivo de la tierra ". Los

tarpuntayes o tarpun-acyes fueron los sembradores maestros, y su nombre los significa tales :

Tárpuc: = sembrador. acya :

partícula que se junta a los nombres y sirve para

animar a varones y exaltar el entusiasmo. Y ya sabemos que, en el antiguo Perú, las siembras eran animadas con música y cantos do animación . (42) .

Tarpuc -acyes Tarpuntaya tarpuntayes : = jarriba !, ¡adelante !, ¡ ánimo, sembrador !

Cuando, más tarde, el ayllo privilegiado y conocedor de los se cretos del cielo y de la tierra, se fijó en el suelo fértil del Cusco, conservó su privilegio de dirigir las siembres, pero ya no como obre ros sino como Sacerdotes. No resistimos reproducir este párrafo de Molina, que nos da enteramente la razón :

“ Y, “ y a los “ ra que " criasen

así mismo, a los Sacerdotes del Sol, llamados tarpuntayes, Sacerdotes del trueno ( 43 ) les daban de este sacrificio pa lo hiciese como ellos rogando al Sol calentase para que se las comidas y al trueno llamado chuqui yllapa que envia

" se sus aguas con que se criase y no enviase granizo, los cuales 6

“ sacrificios actuados, se iban los labradores a sus labranzas y los “ cortesanos a casa del señor inga, hasta que el mes que en su

“ lengua llamaban quispe, acababa ” . Véase Molina, pág. 34.

En otra parte, Molina dice de los tarpuntayes que eran los que tenían a cargo dar de comer a las huacas, y las ofrendas, eran, precisamente, productos de la tierra : coca y maíz tostado, en ces tillas que se quemaban. (44 ) . Luego, más adelante, Molina es más explícito : " Al mes de

“ julio llamaban,dice,-moronpassa tarpunquilla (45 ) y en este ( 42 ) Hasta hoy se observa.

(43 ) Que Arriega, ( “ Extirpación de la Idolatría ) llama labiacpavillac que habla con el rayo, al sacerdote del Illapa , y Punchac-pavillac el sacerdote del Sol. Col. Urteaga Romero, ( 2.a Serie ) . T. I. C. III. ( 44 ) Molina. Ob. cit. Pág . 27.

( 45 ) Moropasa Tarpuquilla debe leerse Murun Passa Tarpu Quilla = mes de las siembras o de las semillas. Muru = semilla ; pas

tarpuni = sembrar, Molina Ob. cit. y. 33 nota 87.

y ; quilla = luna o mes ;

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HORACIO URTEAGA

“ mes hacían las fiestas del yahuaira ( 46) que es que en ella pe " dían al Hacedor que todas las comidas acudiesen y produjesen " bien en aquel año y que fuese próspero ; porque en este mes sem " braban , en el cual hacían las ceremonias siguientes: Los tarpun

6

“ tayes, “ que es una gente como sacerdotes ”, tenían cuidado de ayunar desde que sembraban el maíz hasta que salía de la tierra ' como un dedo en alto y en este tiempo no se juntaban con sus

“ mujeres, y así mismo ayunaban sus mujeres e hijos de éstos ” . (47 ) . No hay necesidad de multiplicar las citas para la prueba de que los tarpuntayes eran, en sus orígenes, los labradores o maestros de

labranza ; después se convirtieron en astrónomos y conocedores del cielo, y, por fin , en los Sacerdotes del Sol . Seguramente tuvieron desde sus orígenes al Sol como numen , y al cambiar su tarea por el servicio religioso del astro se convirtieron en los propagadores de su culto. Los ayllos ayares no fueron sino hermanos del ayllo tar

puntay, ya que éstos y aquellos se caracterizan por las tareas agrí colas ; no es extrañar que a la llegada de Manco al Cusco , los tar

puntayes le sirvieran para propagar la creencia de que el Ayar Manco era el Hijo del Sol (48 ) y que el mismo Manco Cápac es tuviese afiliado en Pacaritampu al ayllo de los Tarpuntayes o sem bradores ; pues los quipo-camayos Callpiña y Supno, declararon an te Vaca de Castro ( 49 ) que Manco Capac, hijo de un curaca de Pa caritampu, fué muy apreciado por su hermosura y talento ; llamá

banle " con nombre de holgura, Hijo del Sol ” . Educáronle dos Sa cerdotes hechiceros, llamandole tal Hijo del Sol, y, educándolo pa ra que fuera Señor, propagaron esta nueva. Llegado al valle del Cusco, los viejos Sacerdotes publicaron entre las gentes del valle la

venida de Manco Capac, Hijo del Sol; que se le había de obedecer · consiguiendo que los tímidos le veneraran. Aunque en la relación de los quipos-camayos, se nota la mez cla de noticias, queda el indicio claro de que Manco no fué extra ( 46 ) Yahuaira. Véase nota 88 eit Molina Ob. cta. ( 47 ) Molina. Pág. 35.

|(48) “ ....Estos sacerdotes, con la demás gente y familia de aquella casa, muy común y ordinariamente le llamaban y le decían Hijo del Sol, y él lo creyó ser ansí, por no conocer madre y liaberlo oido decir, y nombrar al Padre muy de ordinario; de aquí formó esta patraña " " Declaración de los Quipe camayos a Vaca de Castro " Col. Urteaga Romero . T. III. ( 2.a Serie ) . pag. 9. ( 19 ) Discurso sobre la descendencia y gobierno de los Incas. Informaciones

de los Quipocamayos a Vaca de Castro. Col. Urteaga Romero . Tomo. III, (2.a Serie ). Págs. 9 a 12.

1

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EL IMPERIO INCAICO

ño a la comunidad de los Sacerdotes del Sol ; y que fueron éstos,

-los tarpuntayes,-los que más le servieron en su obra de atrac ción, por medios pacíficos, a los ayllos ya asentados en la comarca , Más, aún, su filiación con los tarpuntayes o sembradores, se pone de manifiesto en que el acto más simpático y atrayente de su

apostolado benevolente, cual fué enseñar a la gente el arte de labrar la tierra con el arado. estableciendo que al principiarse el mes de ma yo, (muru -passa tarpunquilla ) fuera el mismo Inca el que abriera el primer surco por su mano en las tierras sagradas de Inti-cancha,

y después en Collcampata. Es así como se entronca el ayllo tar puntay con el más noble de los ayllos ayares; y es por estas cau sas, tan antiguas como nobles, que los de este ayllo tuvieron el pri vilegio de ser los sacerdotes principales del culto del Sol. Pero, a poco, dejaron ya de constituir un linaje cerrado, y só

lo se distinguieron por el oficio : probablemente el cargo se conce dió no sólo a los afiliados al ayllo tarpuntay, sino a otros de lina jes distintos y principalmente a parientes del Inca ,-hermanos o

tíos como el Villac -Umu ( 50 ) , razón por el cual, ya en los fi nes del Imperio, ni formaron ayllo cerrado ni tuvieron tierras afec tas a comunidad agraria ; las tierras del Sol o de las huacas serían

las heredades de los tarpuntayes y de los otros ministros del culto.

Así, no es de extrañar que este ayllo, no obstante la vaga ase veración de Sarmiento, no presente en las Informaciones de 1571 ningún representante, ni aparezca en la lista de 1786 y 87. ( 51 ) . Por lo demás, en el servicio de cofradías, Molina coloca a los tar puntayes en la raya del Antisuyo, pero no les asigna adoratorio es

pecial para sus obligaciones rituales. (52) . Ayllo Huacaytaquis

Este ayllo, de etimología quichua, tenía el servicio religioso de las danzas en las fiestas de las cosechas :

(50 ) " Los sacerdotes del Sol eran del ayllu y familia de Tarpuntay y por eso los llamaban Tarpuntaes, y no podían serlo de otro linaje : y el sacerdote supremo déllos, como si dijéramos su obispo, era el que presidía en el templo del Sol, que estaba en la ciudad del Cusco , el cual era la dignidad suprema entre

ellos y el superior y prelado entre los demás sacerdotes, así del Sol como de los otros dioses, llamábase Villac -Umu, que significa el " adivino o el hechicero que dice ''; ... Cobo . T. IV Lib. XIII. C. XXXIII.

( 51 ) Publicada por Luis Eguiguren, 1909, Lima. ( 52 ) Molina. Ob. cit. Pág. 39. 10

.

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HORACIO URTEAGA

Huaca = cosa sagrada. taqui = canto y baile y también troje o depósito de lo cose chado.

Este ayllo aparece hermanado con el de Tarpuntay, y es seguro que los sembradores y los cantores y danzantes, siempre laboraban juntos. Hoy mismo, en las faenas agrícolas, observamos que, por de lante de los sembradores que abren el surco, arrojan la semilla, des hierban o aporcan las plantas, se enfilan los músicos y danzantes, o, mejor, danzantes-músicos, que animan al trabajo y mitigan el rigor del cansancio en la dura labor. El hecho de que Garcilaso, bien informado de la toponimia de la ciudad imperial, llame a la plaza de las fiestas y regocijos ( 53 )

Huacaypata , y que esta plaza sea la grande que se hallaba entre las Casas reales de Casana y el Amaru-cancha ( 54 ) hace ver que la ubi cación de la estancia del ayllo huacaytaqui fué espléndida y más central que la de otro aguno . Más, ja qué linaje de los principales de Pacaritampu perte neció o estuvo afiliado esta ayllo adventicio, hermanado a los tra

puntayes ? No hay violencia en admitir que este ayllo está filiado a la generación Capac-ttoco.

Hay marcada violencia en hacer derivar en forma directa es

te ayllo del de Ayar-auca, o Ayar-sauca. Si su linaje fuera prolon gación del ayllo de aquel Ayar, Sarmiento no habría olvidado o des cuidado consignarlo, como lo hace con los desprendidos de Ayar ucho, o de las generaciones de Maras y Sútic. ( 55 ) . Más probable es que fuera un ayllo desprendido de la generación de Cápac Ttoco,

y, por lo mismo, rama adventicia del ayllo de Ayar Manco, como lo han sido los tarpuntayes ; por eso vemos unidos a éstos y a los hua caytaquis ; además, el género de sus ocupaciones los hermanaba ya

en las faenas de la paz, ya en las ceremonias religiosas. Su situación territorial los junta, también, pues si los tarpuntayes tenían su prin |( 53 ) Hoy esta gran plaza se halla dividida en dos : la llamada principal y la del Cabildo ; ambas rodeadas, en su mayor parte, de portales. Ya Garcilaso vió elevarse una media manzana, casi en el centro de la gran plaza . Esta tenía

la forma de retángulo (medía 200 pasos de largo por 150 pasos de ancho ) . “ También ví, dice, derribar el galpón y hacer en el barrio de Cassana las tiendas con sus portales, como hoy están para morada de mercaderes y oficiales ” .

Delante de esta gran plaza y en el sitio del Amarucancha antiguo, está hoy la Iglesia de la Compañía y la Universidad. Ocupaba pues la plaza de Cusipampa el centro de la ciudad .

( 54 ) Garcilaso. Lib. VII. c. X. ( 55 ) Sarmiento. Ob. cit. Cap. II.

EL IMPERIO INCAICO

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cipal asiento en Inti Cancha, el primitivo santuario de los sacerdo

tes del Sol y casa de Manco, los Huacaytaquis, los cantores y dan zantes se asentaban en Huacaypata o mejor, Cusi-pampa. la plaza

de los regocijos, que no está lejos de la lomada del Coricancha. Cuando se verificó el empadronamiento de los ayllos y la dis tribución de sus estancias, en la época de Pacahcuti Yupanqui, los Huacaytaquis tuvieron sus tierras al sur del Cusco, cerca del famo

so cerro de Totocachi, - Toco- cachi: cueva de la sal, y servían en una gran cofradía que tributaba en cinco huacas. “ La primera se llamaba Michosamaro, estaba arrimada a la fal “ da del cerro de Totocache, y decían ser uno de aquellos que fin " gieron haber salido con el primer Inca Manco-Capac de la cueva

" de Pacaritampu, al cual refiere que una mujer de las que salie “ ron con ellos de la dicha cueva le mató por cierto desacato que con

" ella tuvo, y se tornó piedra ; y que su ánima se apareció en este

" mismo lugar y mandó que le sacrificansen allí ; y así fué el sacrifi " cio desta Guaca muy antiguo ; el cual se hacia siempre de oro, ro

“ pa, conchas de la mar y otras cosas, y solían hacer por buenos tem “ porales. " La segunda guaca deste Ceque se decia Patallacta ; era una

casa que diputó Inca-Yupanqui para sus sacrificios y murió en " ella ; y los Incas que después le sucedieron hicieron aquí sacrificio “ ordinario. Ofrecíansele, generalmente, todas las cosas que consu

" mían en sacrificio por la salud y prosperidad el Inca. “ La tercera Guaca se llamaba Pilcopuquio : es una fuente jun " to a la casa sobredicha, de la cual sale una acequia ; y cuentan los " indios que habiendo hecho Inca -Yupanqui aquella casa para los “ sacrificios, mandó que saliese de allí aquel agua, y después decre “ tó que se le hiciese sacrificio ordinario. “ La cuarta Guaca se decia Cirocoya : es una cueva de piedra,

" de la cual tenían creído que salía el granizo ; por lo cual al tiem " po que se temían del, iban todos a sacrificar en ella, porque no sa " liese y les destruyese los sembrados. “ La quinta y postera Guaca deste Ceque tenía por nombre Sonconancay : es un cerro donde era muy antiguo ofrecer sacri " ficios por la salud del Inca ”. (Véase Cobo ,. Historia del Nuevo Mundo, t. III, pág. 10. Ondegardo. Ob. cit. Pág. 3 ) .

!

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HORACIO URTEAGA

Por esta relación se prueba fehacientemente el parentesco de los Huacaytaquis con los ayares de Manco, su salida de Pacaritampu y su entronque con la generación de Cápac -ttoco.

En las declaraciones de Sarmiento, los Humcaytaquis no tie nen personeros, y el Crónista sólo dice que de este ayllo vivían algu nos en el Cusco Ayllo Sañu o Sánoc

Veamos, por fin el ayllo Sáñoc. Su etimología genuinamente quichua, significa labrador de tierras o alfarero ; ( 56 ) era el oficio del ayllo en las tierras de Paruro, antes de la inmigración.

Es seguro que este ayllo estaba filiado con las generaciones del Sútic - titoco, como veremos luego. Adelantándose en la búsqueda de tierras, llegó al Cusco en tiempo muy anterior a la inmigración de

los ayares, y más aún a la de Manco Cápac. Se fijó en las afue ras de lo que se supone fué el asiento de la ciudad, en los terrenos del actual barrio de San Sebastián, y se extendió hacia los contor nos. ( 57 ) . Cuando el ayllo de Ayar Manco llegó a Guaynapata,

encontró en las cercanías establecidos a los Sáñuc que tenían por sinche a Sitic -Huaman o Sútic -Huaman . No perteneciendo a su pa naca el ayllo sútic, pero si a la nación quichua, Manco Capac, pudo buscar en el ayllo de los Sáñuc mujer para su hijo Sinchi Roca, y lo

casó con la hija de Sútic Huaman, llamada Mama Coca. ( 58) . Cieza de León, asegura, a su vez, que otra hija del sinche de

Sáñuc, casó con Lloque -Yupanqui, y que de este entronque se ori ginó la alianza o fusión de las dos ramas Sútic e Inca, “ confir mándose su hermandad " . ( 59 ) . ( 56 ) Sañu = Loza cocida ; allpa = tierra para loza ; saño Tturo = las te jas ; Baño huasi = casa de tejas, horno de teja, ollería ; Sanu - Camayoc = ollero, tejero, ladrillero, Vocabulario González Holguín , Pág. 325.

(57 ) Valcárcel dice : “ En unos papeles del mayorazgo de Diego Arias Mal donado, que hemos tenido a la vista , hemos podido reconocer a Sañu en Sana,

pueblo de indios con el que limitan las tierras de Quisñiquillo ( pequeña hacienda que hoy mismo existe ). " Del Ayllo al Imperio ''. Pág. 47. La noticia la admitimos con reserva , a no ser que el pueblo que cita

Valcárcel se halle en las próximidades de San Sebastián, pues el pueblo de Sana no es raro en esas regiones, y aún en el departamento de Apurímac donde al norte de Huanta y La Mar, se halla la montaña de Sana, Raymondi, “ El Perú". ( 58 ) El nombre es bien significativo y recuerda la divinidad totémica de los ayllos agrícolas de Pacaritambo : la madre ó diosa de la coca .

(59) Y como esta casamiento se hizo cuando los mismos indios que aquella parcialidad se juntó con los vecinos del Cuzco, y haciendo grandes convites y

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EL IMPERIO INCAICO

Al Señor de Sáñuc,-agrega Cieza - se le dió y señaló para su vivienda la parte occidental de la ciudad, la cual, por estar en la

dera y collados se llamó Anan -Cusco, y en lo llano y más bajo, quedóse el rey con su casa y vecindad . ( 60) . En la asistencia de los ayllos originarios y fundadores del Cusco a las fiestas de Citua, Molina coloca el ayllo Saño en los servidores .

de la raya de Anti-suyu ; pero Ondegardo y el Padre Cobo ubican sus adoratorios en Colla -suyu, seguramente donde se les señaló tie rras por haber sido por allí su asiento originario. “ En el tercer Ce que de esta raya del Collasuya, la última huaca se llamaba Simo

pampa ( Saño-pampa ? ) Eran tres piedras redondas que estaban en el llano en medio del pueblo de Saño . Sacrificábanle niños " . La octava Saño-puquina, era cierta fuente que estaba en una quebrada del dicho pueblo. Ofrecíanle carneros y conchas. (61 ) . Coincide la noticia de Ondegardo sobre el holocauste en la hua ca Sino -pampa, con la que trae Sarmiento cuando nos dice que des

pués que Manco Cápac hubo casado a su hijo Roca, con la hija del Sinche de Sañu, instituyó allí el sacrificio llamado Capa -cocha, que es sacrificar dos niños,-macho y hembra, -al ídolo de Guanacau ri, para cuando los Incas se fuesen a armar Caballeros. ( 62 ) . -

borracheras, confirmaron su hermandad y amistad de ser todos unos ; y por ello se hicieron grandes sacrificios en el cerro de Guanacauro y en Tampuquiro y en el mesmo templo de Curicancha . Lo cual pasado, se juntaron más de cuatro mill mancebos, y hechas las cirimonias que para ello se habían inventado, fueron armados caballeros y quedaron tenidos por nobles, y les fueron rasgadas las

orejas y puestos en ella aquel redonda que usar solían . - Señorío de los Incas. Pág. 126. ( 60 ) Cieza. Señorío . C. XXXII. Pág. 129. ( 61 ) Ondegardo Ob. cit. Pág. 28. (62 ) Sarmiento. Ob. cit. C. XIII. Pag. 39.

Š

CAPITULO VIII

EL PROBLEMA HISTORICO SOBRE MANCO CAPAC

Algunos de los cronistas españoles de los más autorizados,

como Cieza, Betanzos, el Padre Acosta, Ondegardo y Bernabé Cobo, ( 1 ) ya pusieron en tela de juicio la real existencia de Manco Cápac e interpretaron de muy diferentes maneras las leyendas relativas a su origen y progenie. Entre los historiadores y críticos modernos, no ha tenido mejor suerte el problema relativo a la existencia

histórica de Manco Cápac, el fundador del Imperio, y algunos, como Gonzáles La Rosa , han llegado a protestar, en nombre de la se veridad de la Historia, que se considere como personaje real al

que sólo es un símbolo de creencias cosmogonicas, y se tenga la ligereza de criterio de dar por histórico un mito. (2) . ( 1 ) Cieza, Señorío, C. VI Betanzos, ob. cit. C., III y IV Acosta, ob. cit. C. LI. Ondegardo, Origen de los Incas, Col. Urteaga Romero, t. III, pág. 40 Bernabé Cobo, ob . cit. C. III y IV del Lib. XII.

( 2 ) ... “ El nombre de Manco, pertenece genuinamente a la leyenda de “ los Ayar, que figuran en el principio del mundo entero . Manco era uno de

" los cuatro hermanos, que no tenían más padre que el Sol, cuando la Tierra " estaba vacía y ellos salieron de la cueva de la Aurora o Pacaritambo, para

" propagar la raza humana. Esto, pues, no se refería a la dinastía de los incas, “ sino a todas las razas y a su origen. Habían inventado, como otros pueblos, “ que hubo un hombre primitivo, del que descendían los demás, y ese Manco, “ que triunfó de sus hermanos, era para ellos el hombre primitivo ; pero de eso , “ a creer que sea el fundador de la dinastía, hay tal diferencia como la que va “ de pueblo a humanidad ... " .“ Creemos, pues, que sin destruir la verda

“ dera trama de la historia primitiva del Perú, debemos en adelante conside " rar como meramente legendario o mitológico al referido Manco, y que debe “ ocupar su lugar importante en la leyenda, y ser considerado en ella como el

!

1

82

HORACIO URTEAGA

Con mayor severidad que la que usaba este último ilustre

peruanista, vamos a emprender la tarea reivindicatoria del ilustre 1

fundador del Imperio peruano, acudiendo a las fuentes más auto

rizadas, y sometiendo su nombre yу hechos, a la crítica más exigente. Manco Cápac es conocido por las leyendas, tanto ' de collas

1

como de quichuas como el más grande de los epónimos : héroe o semidiós.

Molina, el más escrupuloso y detallado en la conservación de

estas tradiciones, nos cuenta una que era común a collas y quichuas, 1

y es la siguiente :

1

Creen algunos que, después de una gran inundación que acabó con casi todas las gentes, las pocas que se salvaron en cerros, árbo les y cuevas, no tardaron en multiplicarse, pero olvidando el culto

al Hacedor Viracocha, cuyo asiento estaba en Tiahuanaco, los castigó el Dios convirtiéndolos en piedras “ ....dicen que era de

noche y que allí hizo el sol y la luna y estrellas, y que mandó al sol, y luna y estrellas, fuesen a la isla del Titicaca, que está allí cerca, y que desde allí subiesen al cielo. Y al tiempo que se quería

subir el sol en figura de un hombre muy resplandeciente llamó a los ingas y a Manco -cápac como a mayor dellos, y le dijo :-tú y

tus descendientes habéis de ser señores y habéis de sujetar muchas naciones, tenedme por padre y por tales hijos míos os jatad ,

y allí

me reverenciaréis como a padre ....." (Molina. Fábulas y Ritos, p. 7.)

La misma tradición ha sido conservada por Cobo y por el Cape

llán del Almagro, ( 3 ) a quien le contaron los indios que..... " la manera que tuvieron para tener señor entre sí, fué que de una laguna questá treinta leguas en la tierra del Collao, que se llama Titicaca, salió el principal dellos, que se llamaba Inga Viracocha, que era muy entendido y sabio y decía que era hijo del Sol, y éste, “ hombre primitivo, el Adan o Manú de los incas y de los que tenían sus tra " diciones en la Sierra. Por eso mismo, debe considerarse como un error, in.

“ digno de nuestra época, el creer a Manco el primero de los reyes históricos “ que gobernaron en los últimos tiempos. Para el que estudia seriamente la “ historia indígena, el Manco es legendario y no puede figurar entre los per

" sonajes históricos y reales ” Carácter legendario de Manco Cápac. ANALES DEL XVII CONGRESO INTER NACIONAL DE AMERICANISTAS REUNIDO

EN BUENOS AIRES.--- 1910 .

( 3 ) El Padre Cristóbal de Molina, Sochantre de la Catedral de Santiago y Capellán del ejército de Almagro, en su expedición a Chile ; del mismo

nombre que el autor de “ Ritos y fábulas” Nuestra Señora de los Remedios en el Cusco.

que fué párroco del Hospital de

EL IMPERIO INCAICO

83

dicen ellos, que les dió policía de vestidos, y hacer casas de piedras, y fué el que edificó el Cusco, y hizo casas de piedras ù la fortaleza y casa del Sol, y dejó principiada y se dió a conquistar las pro

vincias comarcanas al Cusco, de cuya fábula inferimos los españo les que alguna persona aportó por aquella tierra antiguamente de las partes de Europa, Africa o Asia, y les dió la policía conforme a lo que en ellas dicen se usaban en aquellos tiempos....

Juan Santa Cruz Pachacuti, relata la creación del mundo y de los hombres en la meseta del Collao, y la aparición de Tunapa

o Viracocha pachayachachi ( 4 ) cachan o Pachacan ( 5 ) benefactor de los hombres y el predicador de la moral " , Tonapa es vilipendiado y perseguido por los ingratos hombres, y sólo oído con amor y res

petado por Apotambo. Este Apotambo, es Pacaritambo, " dice el indio de Salcamayhua. En premio de la hospitalidad que recibe To napa de Apotambo, entrega a éste un bastón donde se hallan es critos sus consejos, y parte a seguir su apostolado por el Collao

y por entre los Canas y Canchis, hasta que se pierde en el mar. ( 6) . Según Garcilaso, que en esta parte de su historia relata tra diciones muy bien conservadas por las gentes de su linaje, los in dios del Perú creían que después de una gran inundación del mun do, seca ya la tierra, " apareció un hombre en Tiahuanaco, que está al mediodía del Cusco, que fué tan poderoso que repartió el mundo en cuatro partes, y las dió a cuatro hombres, que llamó reyes ; el primero se llamó Manco Cápac, y el segundo Colla, el

tercero Tocay, y el cuarto Pinahua. Dicen que a Manco Cápac dió la parte septentrional , y al Colla la parte meridional, ( de cuyo hombre se llamó después Collao aquella gran provincia ) ; al tercero, llamado Tocay, dió la parte del Levante, y al cuarto que llaman Pinahua la del Poniente ; y que les mandó fuese cada uno a su dis trito, y conquistase y gobernase la gente que hallase ; y no advier ten a decir si el diluvio los había ahogado o si los indios habían resucitado para ser conquistados y doctrinados, y así es todo cuan

to dicen de aquellos tiempos. Dicen que deste repartimiento del mundo nació después el que hicieron los Incas de su reino llamado

Tahuantinsuyo. Dicen que el Manco Cápac fué hacia el Norte, y ( 4 ) El indio reune aquí como nombres de un sólo Dios, a las dos divini

dades más veneradas en el antiguo Perú : Viracocha y Pachacamac. (5 ) Esta frase es una nota del manuscrito hecha por el mismo Pachacuti.

132 ( 6) Pachacuti. Relación . Col. Urteaga, ( 2.a Serie ), t. IX. págs. 11

134.

84

HORACIO URTEAGA

llegó al valle del Cusco, y fundó aquella ciudad, y sujetó los cir cunvecinos, y los doctrinó ; y con estos principios dicen de Manco Cápac casi lo mismo que hemos dicho dél ; y que los reyes Incas descienden dél ; y de los otros tres reyes no saben decir qué fué dellos. ( Garcilaso. Ob . cit . Par, lra. Lib . 1.• Cap. 18. ) De la misma fuente debió beber Gutiérrez de Santa Clara, que, a su vez, nos cuenta que el primer señor natural que princi pió a entrar en tierras agenas, se llamaba Manco Inca Capalla, y que éste inició las guerras. “ .... .salió con gente armada de

una grande isla llamada Titicaca, la cual está en medio de una laguna muy grande y bien honda en la gran provincia de Atun

Collao. Este Mango Inga Capalla procuró de ser muy nombrado y aventajado Señor más que todos los señoretes curacas que ha bía a la redonda de aquella laguna, por lo cual propuso por con sejo del demonio y de los hechiceros, de ocupar las tierras por

mil vías, modos y maneras que pudiese, y ponerlas debaxo de su señorío y mando. Y con esta determinación salió con mucha gente de la isla en muchas balsas de cañas y madera seca y luego con

halagos y amenazas atrajo para sí algunos curacas y señoretes, y los que no quisieron venir a su obediencia llamándolos, les dió mu cha guerra hasta que los puso debajo de su dominio y mando. Des

pués que se vió hecho Señor desta gran provincia y que todos los curacas y principales indios le servían como a señor natural, fun dó un pueblo nuevo, que llamó Atun-collao, que quiere decir el gran Collao. En este pueblo puso su asiento y Corte real porque no se rebelasen los indios que había conquistado, y después que

los tenía ya pacíficos y bien avasallados, al cabo se cumplieron sus días y murió según las gentes dijeron, de ciento y veinte años,

habiendo gobernado la tierra setenta años en guerra y en paz ” ... (Guerras Civiles del Perú . t. III. pág. 421. ) Cobo ha recogido una tradición análoga a la del Molina Cus queño, pero agrega esta interesante noticia : " que al subir el Sol al cielo, después de anunciar a Manco Cápac que sería dominador de muchas tierras, les ordenó a Manco y sus hermanos Incas sumirse

en las tierras, lo que verificaron éstos, yendo a salir a la cueva de Pacaritampu ". En esta tradición aparece claramente Pacaritampu como el lugar de estancia de Manco después de la salida de Tiahuanaco ;

.

EL IMPERIO INCAICO

85

punto donde van después a incidir las tradiciones relativas al ori gen de los Incas ( 7 ) . Esta tradición se enlaza ya con las informaciones de los qui

pocamayos a Vaca de Castro en que los indios Callopiña y Supno contaban que Manco Cápac fué hijo de un Curaca de Pacaritampu, criado con esmero y nombrado hijo del Sol por su padre, que lo llamaba así “ por darle un nombre de holgura ” , creció persuadido de su progenie ilustre. Muerto su padre, dejando a Manco Cápac

de diez a doce años, fué cuidado por dos sacerdotes que le ayuda ron en su apostolado civilizador. ( 8) .

Por otra parte, Pachacuti Salcamaygua, ha conservado el re cuerdo del célebre curaca de Pacaritampu, Apotampu, que, fiel a los consejos de Tonapa Viracocha, mereció de éste el regalo de un

cetro de oro, donde se hallaban rayados o escritos sus mandamien tos. Apotampu, o sea, el Señor de los Tambos, aparece así como el personaje ancestral de la familia o nación quichua, ( 9 ) cuyos miembros, como lo asegura el padre Acosta, declaraban que el linaje de los tampus era el más antiguo del mundo. ( 10 ). En la versión de Garcilaso, que pasa por el relato clásico, pa recen enlazarse estos distintos restos de tradición. Según el Inca

Historiador, Viracocha, Creador de los hombres en Tiahuanaco, hizo nacer el Sol como lumbrera universal allá en la laguna del Ti ticaca ; Manco Cápac y Mama Ocllo, hijos del astro, recibieron de

él una barreta de oro y la orden de peregrinar en busca de una tierra donde la barra se hundiese, y poder allí por esa seña, esta blecer un pueblo, centro de un imperio en que los hombres ha

bían de reducirse al señorío de Manco y sus sucesores, obedecien do la razón y la justicia, y siendo tratados con piedad, clemencia y mansedumbre ; debiendo el Inca ser como padre y los vasallos tratados como hijos. Así salieron del Titicaca, caminaron al sep

tentrión y llegaron a Pacaritambo, desde donde principiraron a preparar la invasión al valle del Cusco, siendo en el lugar donde se asienta la ciudad, aquel en donde se hundió la barra de oro. ( 11 ) . ( 7 ) Cobo, ob. cit. Lib. XII, C. III. ( 8 ) Informaciones de los quipocamayos a Vaca de Castro, Col. Urteaga

Romero, t. III, ( 2.a Serie ) p. 8. ( 9 ) Pachacuti Salcamaygua, Ob. cit. Col. Urteaga. T. IX . ( 2.a Serie ). ( 10 ) Historia Natural y Moral de las Indias. Lib. VII C. XXI. (11) Garcilaso, ob. cit. Primera Parte, Lib. I. c. XV.

86

HORACIO URTEAGA

Como se vé, las tradiciones no son contradictorias sino con

cordes. Los Cronistas las han conservado fraccionadas y no tienen sino una aparente desemejanza.

Pacaritambo, aparece así como el lugar central donde se re fugian los quichuas de Tiahuanaco, y es allí donde ya las relacio nes toman un carácter histórico, y en el que se puede desentrañar la verdad de la leyenda .

La historia oficial de los Incas, arranca, así, de este lugar privilegiado. Según el relato oficial, en Pacaritambo, existieron cuatro cue

vas, ( tocco ) , y de cada una de ellas, por permisión de Viracocha, salieron los ancestrales de las cuatro naciones del mundo : de la

primera cueva, —Tampu -tocco— salió la generación de los Tampus : de la segunda. —Maras-tocco— , salió la de los Maras : de la tercera , -Sútic-tocco-, la de los Sútic : y de la última y más principal, --- Cápac-tocco , la de los futuros Incas o descendientes de Manco Cápac. Esta tradición, como se vé, se enlaza con las anteriores : en ella

aparece como primera generación la de los Tampus, de filiación

quichua indudable : ( 12 ) los tampus, según los mitos collas, son los más antiguos de los hombres, y según los mismos, tienen en Apo tampu su ancestral, que fué discípulo de Viracocha o Tonapa, crea dor de Tiahuanaco y de sus gentes. Pero, a su vez, se concatena esta tradición de los criaderos

de naciones,, -tocco , de Paruro con la presencia de comunidades

del mismo nombre, desparramadas en los valles del Vilcanota, Cusco y Urubamba. Allí hemos encontrado a los Sútic , a los Maras y a los

Tampus, con sus linajes, y por fin a los Alcahuisas, Sahuaserayes y Antasayes, filiados con los Ayares, hermanos de Manco . Las le yendas tiene, así, un fondo histórico notable, cuyos hechos verosí

miles se apoyan en múltiples elementos de comprobación , sacados de la linguística y de la arqueología comparadas. ( 13 ) .

La figura de Manco Cápac, va perdiendo, así, su carácter mí tico y legendario para dibujar los perfiles de la realidad histó rica, que se acentúan con datos de mayor relieve. ( 12) La dicción tampu es quichua ; significa venta, mesón, posada ; tampu al españolizarse se ha convertido en tambo, por la conversión de la p en b frecuente .

( 13 ) Veánse los Capítulos VI y VII de este estudio.

EL IMPERIO INCAICO

87

En efecto, la leyenda de Pacaritambo, que es contada por los indios a más de un cronista , aunque no siempre en forma integral, ( 14 ) acentúa las narraciones sobre la generación de los salidos de

la cueva de Cápac-tocco. Aunque considera que Tampus, Sútic, Maras y Capacs, son todos hermanos creados por Viracocha para ser señores, y salidos de Pacaric, es decir : del tronco, o fuente o principio de un linaje escogido, aunque los recoje y junta a todos en las famosas cuevas de Paruro, haciéndolos venir juntos desde

Tiahuanaco en viaje misterioso bajo tierra ; señala sobre todo, la generación de Cápac-tocco, como la principal y más noble. De esa cueva, salieron, en efecto, ocho hermanos : cuatro hombres y cua

tro mujeres ; los hombres se denominan genéricamente Ayares ; las mujeres, Mamas ; ya tendremos ocasión de analizar el signifi

cado de estas denominaciones : los varones : Ayar -Manco -Cápac; Ayar-Cachi; Ayar-Uchu ; y Ayar -Auca ; las mujeres : Mama-Ocllo ; Mama-Cora ; Mama-Rahua y Mama -Huaco.

A la salida de Cápac-tocco comienza el movimiento de los lina jes o ayllos, que tienen por jefe, pacarina o progenitor, a cada uno de los ayares. No hay que exigir al relato una racional crono . logía. En él se suprime la noción del tiempo para precipitar he chos que han estado separados por largos lapsos, y se hace ejecutar

estos hechos por un hombre, cuando fueron obra de una colectivi dad. Sin embargo, estas anomalías, no son sino los velos de la fan tasía, que ocultan la realidad histórica. Ayar-Manco se mueve con sus gentes y sus hermanos hacia

el Cusco ; promete a sus compañeros, -conquistadores esforzados , " la posesión de tierras, y por premio, las riquezas ”, y a su voz

de mando y soberanía , movidos por el interés, se alzan diez par cialidades o ayllos, dice el cronista, ( 15 ) y cuyos nombres hemos

hallado entre los hurin y los hanan, poseedores del valle legenda rio del Vilcanota y Huatanay. Manco recorre el territorio desde Paruro al Cusco, marcando etapas, fundando estancias que después son pueblos, aliándose con gentes de su raza y avanzando lenta y seguramente en una

conquista de voluntades y de tierras. Al fin llega al término de su misión : funda el santuario de Inti -Cancha, y, después de domi ( 14) Como puede verse en Cabello Balboa , Betanzos, Cieza , Sarmiento y Garcilaso.

( 15 ) Sarmiento de Gamboa, ob. cit. C. 11, pág. 34.

88

HORACIO URTIAGA

nar a las gentes por la beneficencia, acaba por fundar el señorío que ha de ser la base del nuevo Imperio.

Tratemos de reconstruír con este acervo de datos tradiciona les, los sucesos verificados por la raza quichua, en ese perdido y viejo mundo peruano.

A la caída de Tiahuanaco, después del cataclismo histórico que eclipsó su poderío, elementos valiosos de la raza emigraron al Sur del Cusco. Paruro fué el centro de esa reconcentración. ( 16 ) Las comunidades ayllales que se establecieron en ese centro, traían

el recuerdo de la patria lejana, grandiosa y prepotente. Ese re cuerdo concluye por ver en el límite de ese panorama tradicional, la cuna del mundo ; en el dios nacional, el Creador del Universo ; en la caida del imperio, un hecho sobrenatural y divino; en la emigración de la raza, la orden de peregrinación en busca de nue vas tierras y dominios, donde había de continuarse el privilegio del señorío ; ( 17 ) la estancia en la región de Paruro es un hecho provi

dencial, y la poseción de las tierras fértiles y el incremento de los ayllos quichuas de Pacaritambo, permisión divina ya ofrecida por Viracocha. ( 18 ) Los ayllos existentes en esta zona intensifican el cultivo de la tierra y crecen incesantemente. Han traído de las mesetas frías del Collao la habilidad en el

cultivo de la quinua, base de su sistema alimenticio. ( 19 ) Los ayllos sedentarios y agrícolas, derivados de un tronco ancestral, lejano, pero hermanados por el sistema del matriarcado y la filiación ute.

rina, se llaman por el nombre de una ocupación habitual : los cul tivadores de la quínua, ayares o ayar -cunas. (20) . ( 16 ) La historia ofrece más de un ejemplo de esta clase de sucesos. En el antiguo Egipto tuvo lugar una reconcentración semejante, a la visión de los Hicsos: en la Europa medioeval, el caso de la invasión árabe, la reconcentra

ción en Asturias, y la reconquista cristiana son, por demás, demostrativos de que iguales causas producen iguales efectos.

( 17 ) “ Y Viracocha les aseguró que habían nacido para ser señores y dueños del mundo ". Sarmiento, ob. cit. C. VII y XIII. Informaciones de los quipocamayos a Vaca de Castro, ob. cit. Col. cit. pág. 11. ( 18 ) ...“ Y les ofreció Viracocha que aumentarían y poblarían la tierra ... " Sarmiento, ob. cit. ( 19 ) Véase sobre el valor alimenticio de la quinua y su uso en los tiempos antiguos entre los indios, el Boletín de la Sociedad Geográfica de La Paz, 1916. ( 20 ) Ayar = la quinua silvestre, Vocabulario quichua, González Holguín,

pág. 40. Barranca, Raíses quichuas en BOLETÍN DE LA SOCIEDAD GEOGRÁFICA DE Lima. T. XXXI; pág. 123. Garcilaso ignora el significado de esta dicción que significa quinua silves tre.

EL IMPERIO INCAICO

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En la nueva región templada de Paruro, ( 21 ) a la costumbre o tarea del cultivo de la quinua en común, se agrega para cada uno

de los linajes principales la extracción y el cultivo de un producto sustancialmente necesario en la alimentación : la sal, el ají, la co ca, el maíz. Así se señalan los linajes de los ayares, cuando, a efec

to de la posesión del territorio, y de los sembríos, tienen que to mar un nombre ; este es el del país, o el del cultivo de un fruto, o el del tótem protector, y, algunas veces, nombres compuestos de unos y otros, y se forman , entonces : Los ayar-cachi : cultivadores de la quinua y de la sal. ayar -uchu : ayar -acuy : ( 22)

2

97

>

del ají de la coca o el maíz.

ayar-manco :

ayllus jefes a la vez.

Estos ayllos reconocen , así mismo, como que se han formado por sucesión uterina, la derivación de los matriarcas : Mama-Ocllo, u Oca -ayllu Mama-Kora, o Kori .

.

del ayllu de la Oca. (23 ) .

.

del oro. ( 24 ) .

( 21) Paru es maíz amarillo, maíz morocho, propio para la chochoa o sopa, muy agradable y alimenticio. Vocabulario Poliglota Incaico. Uro es el nombre del

ayllo que tenía por totem al gusano de la tierra. Véase ayllo URO u ORO, C. VII de este estudio.

Paruro : tierra de los uros, cultivadores del maíz morocho. ( 22 ) Ayar quinua ; Cachi = sal ; Uchu = ají ; Acay = cosechador de coca ,

cultivador de coca. Algunos cronistas le nombran Ayar- sauca , y otros, Ayar-auca o Auka. Sauca es burla o cosa de burlas. Sáucac es burlón , mozo chocarrero. No cuadra la dicción a la importancia del ayllo ni a las características de los nom bres de los linajes. Auca, o Auka es enemigo, o traidor, o contrario ; también,

bueno ; pero la primera significación era más extendida y más usada. Después de la conquista, se llamó auka al infiel o no bautizado. También pudo ser la

primitiva dicción Sara o Ayar-sara ; Sara es maíz, y así se formó por corrupción la voz Sauca .

( 23 ) Mama Oc!lu. Mama = madre , en quichua y aimara. Ocllo no es voz que

se halle en los vocabularios quichuas más antiguos, y es, quizá, una síncopa de Oca -ayllu, u Oca-ayllo. Oca es una raíz silvestre, tubérculo muy apreciado co mo comestible en las regiones frías del Perú andino; la oca es un manjar que se sirve como el más apreciado postre. El apellido oca es, por lo demás, frecuente entre los indios. ( Véase, apropósito, en Sarmiento, Ayllo Maras, Alonso Llama Oca, Gonzalo Amparo Llama Oca, ob. cit. c. II ; pág. 34 ) .

( 24 ) Cora : es mala yerba en quichua y aún en aimara . No se conforma esta etimología con el personaje. Cora, seguramente, es variante de Kori : ORO, como hoy se dice niña de Oro , Cora- Ñusta, debiendo pronunciarse Cori - ſusta.

Mama-Kori, es madre de oro, por el aprecio a la matriarca, o porque eran los de

su linaje ricos en oro, explotadores de oro, ya que una parte del ayllo había de dedicarse a las faenas agrícolas, y otra , a trabajos distintos : es la división

90

HORACIO URTEAGA

Mama-Rahua, o Raura :

fuego. ( 26 ) .

.

Mama- Huaco, (27 ) : .

de los alfareros. ( 28 ) .

Como se vé con claridad meridiana, la onomástica de las gen tes ancestrales, conservada por la tradición, no puede ser más fiel a las características de la formación y nominación de los clanes en los orígenes de las sociedades humanas : 1.Filiación uterina.

2.—Régimen agrícola. 3.—Nominación derivada del género de ocupación .

4. – Formación de ramas adventicias. con nombres derivados del medio geográfico. del totemismo, o de la habitual tarea. Sin embargo, hay el punto obscuro de la soberanía varonil.

Los ayares son hombres que gobiernan y dirigen a los ayllos con quistadores.

Mas, observando con atención, se vé que su jefatura se vé unida

a la de las mujeres madres. Los ayares salen de las tocco

acompañados de sus hermanas. Fueron , seguramente, cuatro ayllos numerosos que reconocían el matriarcado de : Ocllo, Kori, Raura , y Huaco.

Las acciones de estas mujeres son desconocidas ; aparecen en la leyenda acompañadas de los ayares. Inician la marcha hacia el

Cusco, y pronto desaparecen del escenario histórico, a excepción de la primera y la última que figuran , la primera en la iniciación y la última en toda la marcha inmigratoria. Mama -Ocllo, la figura de ocupaciones, que se impone lentamente en el progreso de las colectividades y en el nacimiento de los burgos. Por lo demás, el fino metal era extraído y labrado, entre los quichuas, desde antiguo.

( 26 ) Rahua es voz desconocida en ambas lenguas, y, si la palabra no está profundamente adulterada , puede ser variante de Raurar-Kuni : encenderse, y entonces, inició la pudo dar ( 27 )

Rahua signifique lumbre o fuego. El descubrimiento del fuego, que función hogareña propia de la mujer, y el cocido de los alimentos, nombre a la matriarca ancestral: la madre de la lumbre o del fuego . Huaco : es olla o cántaro. Huaca es cosa sagrada. Si no está altera

da la dicción, sería un apodo de alfarfera u ollera , ocupación muy principal entre las sociedades primitivas. Si es alteración de Huaca, significaría cosa o

persona sagrada o venerada; ambas dicciones cuadran a la nominación de la matriarca.

( 28 ) Ya sabemos que los Sútic, que se decían salidos de Pacaritambo, eran el ayllo de los alfareros.

EL IMPERIO INCAICO

91

histórica, va también acompañando a Manco-Cápac, el ayar histó rico por excelencia. Aun más, mientras la leyenda supone a los

ayares solos y sin mujeres, asegura que Manco tomó desde el pri mer momento por mujer a su hermana Ocllo ; y luego a Huaco por

la esterilidad de la primera ; Manco es el único casado con la ma triarca del principal ayllo agrícola, y después con la matriarca del ayllu industrial. Mientras los otros ayares realizan acciones estupendas y mara . villosas, Manco no pierde sus características humanas ; sus accio nes no tienen nada de extraordinarias ; si domina y subyuga las

voluntades, es por el mejor conocimiento que tiene de las industrias que enseña y de las medidas que adopta para mantener el orden

Es inteligente y astuto ; no tiene ni el dón del milagro ni el de la profecía. Ofrece premios naturales y apetecidos : tierras y la paz

y riquezas, señoríos y títulos de mando y nobleza. Combate a sus

hermanos, o, mejor dicho, a los jefes de los otros ayllos, cuando los vé peligrosos para el logro de sus planes. Es dominador y hasta pér fido. Por fin , procura la muerte de sus rivales y queda solo. Su mu jer lo secunda en astucia y en rigor. En la leyenda recogida por Morúa y Sarmiento, aparece la matriarca sanguinaria y cruel ; un

día se presenta con la boca ensangretada porque ha comido los hígados de un indio Hualla, muerto por su mano, armada de un aybinto . ( 29 ) . Hasta aquí los relatos del viaje de Pacaritambo al Cusco y el establecimiento. Manco Cápac en todo momento se ofrece como un hombre de carne y hueso.

Veámos las acciones de sus compañeros, los ayares de Tambu tocco.

Salidos

los cuatro

ayares de Pacaritambo, caminan juntos,

hasta Haysquirro ( 30 ) en donde principian las disidencias. Ayar cachi, el más altanero y violento, infunde recelos y provoca des confianzas; su fuerza es sobrehumana, su destreza en el manejo de la honda, sin igual. “ Era tan diestro este Ayar-cachi de la hon da y tan fuerte, que de cada pedrada derribaba un monte y hacía

una quebrada. Y así dicen que las quebradas que ahora existen ( 29 ) Sarmiento. Ob . cit . c , XIII , Morua , Ob . cit. c. II del Libro I.

( 30 ) Las etapas señaladas por Sarmiento son : partiendo de Tambo tocco ( Pacaritambo) 1.a Guanacaneha, 2.a Tamboquiro, 3. Pallata, 4.a Haysquirro

5.a Quirumanta, ( o Guanacauri) 6." Matagua, 7.a Colcabamba, 8.a Guaynapata 9.a Cusco. Véase Ob. cit . C. XII y XIII. 12

92

HORACIO URTEAGA

por las parte donde anduvieron, las hizo Ayar-cachi a pedradas ” . ( 31 ) . La ferocidad de Ayar-cachi y las crueldades que cometía con

las gentes halladas en el tránsito, determinan a los otros hermanos a apartarlo de sí y obligarlo a volver a Cápac-tocco. Con engaños

consiguen este regreso. Para determinarlo a volver, interviene la matriarca Mama-Ocllo ( 32 ) y lo acusa de cobarde. Así instigado,

vuelve Ayar-Cachi a Paruro, con un acompañante del ayllu de los tampus, ( 33 ) que, engañosamente, lo invita a penetrar en la cueva, cuya boca obstruye con piedras, dejando encerrado al infeliz. Este se venga convirtiendo en piedra al traidor, y provocando con una sacudida en el antro, un temblor espantoso " . No fué más feliz AyarUchu. Llegados a Quirumanta, Manco im puso su autoridad y el reconocimiento de ser cabeza de todos, “ Jefe y Guía " . Determina, así, que Uchu , que es un mago, pues adivina

el porvenir y domina los elementos, intente la posesión de Guana cauri. El ayar obedece y domina a los enemigos que la leyenda sin

tetiza en una huaca, que es aprisionada por el Ayar. Desgraciada : mente, en el combate muere Uchu, o es convertido en piedra : la célebre efigie de Huanacaure. Allí en el cerro tiene su eterno altar, " la más solemne huaca , y la más ofrendada de todo el reino " . Quedaban sólo Manco y Ayar-Accuy, ( Ayar -Sauca, para otros) . Manco y sus gentes, permaneciendo algún tiempo en Guanacaure, se trasladaron por fin a Matagua. En esta estancia se fijaron largo

tiempo los ayllos emigrantes. Había llegado Roca, el hijo de Manco y Ocllo, a su mayor edad ; se celebra esta entrada en la vida civil con una fiesta, que más tarde se ha de hacer obligatoria ,—con un

ceremonial que se vuelve litúrgico ; el célebre huara -chico. Mata gua es un lugar célebre y una fuerte posición. Desde allí se despa cha a Ayar -accuy para efectuar un reconocimiento en las tierras. Accuy, —a quien han nacido alas-, avanza hasta el Cusco que Manco le ha señalado como lugar predestinado a ser el centro de

sus dominios. Llega al promontorio del futuro Inti- cancha y allí se asienta, pero, a su vez, queda petrificado. La leyenda oculta aquí también , una refriega y la muerte del jefe de los ayllos, y su ( 31 ) Señorío . C. XII. pág. 36. ( 32 ) Sarmiento dice que Mama Huaco. C. XII, pág. 36. ( 33 ) “ Diéronle por compañero a uno de los que con ellos venían, llamado Tambo Chacay ' ), Sarmiento. C. XII. Balboa, ob . cit . C. I. pág. 6.

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sepultura o enterratorio en el Cusco ; la sintetiza, en la transfor mación de alado viajero en ídolo de piedra.

Quedó así Manco solo, pero de único jefe y señor reconocido. Avanza lentamente con todos los ayllos, de Matagua a Guaynapata ;

desde allí hasta las afueras del Cusco, a Saño, en donde, aliándose con los Omas, gentes de su raza, ya que eran ramas de las gentes de Sútic-tocco,-casa a su hijo Roca con Mama -Coca, ( 34 ) y, fuerte y respetado, llamándose el Hijo del Sol, inicia la dominación del valle central del Cusco.

Sus actividades políticas son muy complejas, como cuadra a un hombre experimentado en largas campañas y peregrinaciones. Con promesas de beneficencia y garantías de paz, para unos ; con ataques sorpresivos y escarmientos terribles, para otros. Se junta a sus antiguos hermanos quichuas y con ellos se alia : esa es su conducta

con los indios de Saño, y con los de Matagua y Cusco ; combate y destroza a los enemigos de su raza, los collas ; tal es su procedimiento

con los Guallas. (35) . Lucha moderadamente, avanza y retrocede con cautela al tropezar con los Sahuaseray, y, vencidos éstos, se impone

a los Alcahuisas, y antes que dominarlos, se reparte con ellos las tierras y las aguas, y espera mejor época para dominarlos por entero. Tal es el rigor de la tradición y la fantasía de la leyenda. Probemos a interpretarlas.

Paruro es una zona de concentración de los emigrados quichuas de Titicaca. El nombre de este centro lo han dado los ayllos uros, dedicados al cultivo del maíz, -- Páruc. ( Véase nota 22 ) . ( 34) Mama Coca era hija del sinche de los Omas de Saño, llamado Sútic

Huamán . Sútic, Capítulo VII. Pág. 86, huamán = halcón . ( 35 ) “ Y Manco Cápac y Mama Huaco , comenzaron a poblar y tomarles

las tierras y aguas contra su voluntad de los Guallas. Y sobre este les hacían muchos males y fuerzas, y como los Guallas por esto se pusiesen en defensa por

sus vidas y tierras, Mama Guaco y Mango Cápac hicieron en ellos muchas crueldades. Y cuentan que Mama Guaco era tan feroz, que matando un indio Gualla le hizo pedazos y le saco el asadura y tomó el corazón y bofes en la boca, y con un haybinto , que es una piedra atada con una soga, con que ella peleaba , - en las manos se fué contra los Guallas con diabólica determinación .

Y como los Guallas viesen aquel horrendo e inhumano espectáculo, temiendo que dellos hiciesen los mesmo , huyeron , ca simples y timidos eran, y así desemn pararon su natural. Y Mama Guaco , visto la crueldad que habían hecho, y te . miendo que por ello fuesen infamados de tiranos , parecióleg no dejar ninguno de los Guallas, creyendo que así se incubriría . Y así mataron a cuantos pudieron

haber a las manos, y a las mujeres preñadas sacaban las criaturas de los vientres, porque no quedase memoria de aquellos miserables Guallas ' '. Sar miento Ob. cit. Pág. 39.

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Los grandes ayllos quichuas que se fijan más tarde allí, dedi cados a la agricultura, cultivo de plantas alimenticias, extracción de la sal, del oro, fabricación de locería, y hábiles en la fundición de los metales, se nombran por los frutos que cultivan, el material

que extraen y la industria a que se dedican ; en muchos casos, por el totem que los proteje. Son así :

Ayar: = quinua . ají. uchu .: cachi : = sal.

Sañu : = loza cocida, ollero. huaco : = cerámico, olla, cántaro. masca : = guía, buscador,

acay : = maíz.

chusec : = lechuza.

cocca : = oca, (tubérculo ) .

huaman : = halcón.

tarpunti: = sembrador,. raura : = flama, esplendor, lumbre. kori: = oro .

El régimen uterino rige las relaciones entre sus miembros y determina la jefatura en el gobierno. La madre (mama) es la cabeza del linaje y la matriarca. Los varones son o maridos o hermanos o tios. Estos, que en el período de los movimientos invasores, rigen al grupo y lo guían, son los sinches. Seguramente, cada uno de éstos ayllos tuvo los propios, y Manco fué el sinche del ayllo más ilustre, del ayllo más numeroso o de gentes más diestras o hábiles. De allí que sólo su nombre no sea un símbolo y que sus acciones no sean maravillosas, sino totalmente humanas.

Los otros sinches de la tradición , los tres ayares que se le jun tan, son mágicas figuras : dominan los elementos, hacen llover fue go del cielo, parten la tierra formando quebradas o levantan cerros ; les nacen alas, y, por fín, después de prodigar sus profecías, se con vierten en huacas o númenes protectores. Manco Cápac es el único que no ha menester dones sobrena tuarles para luchar y dominar a los hombres. Su viaje al frente

de sus indios, es lento y difícil. Sus jornadas las señalan lugares y pueblos que hasta hoy existen. Toma mujer fecunda y en ella tiene un hijo, que, como su padre, es luchador y valiente. Sufre Manco de rrotas, y retrocede. No siempre es tranquilo y clemente ; en ocasiones

es terrible y cruel. Sus combates están contados. Sus enemigos , Copalimayta, el jefe de los sahuaserayes, -- después de vencidos se

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ven obligados a huír, por temor a la venganza del Inca. Manco, como las gentes de su época, es supersticioso ; guarda un pajaraco agorero que es totem, (el halcón ,) símbolo del Sol, Inti, ( 36) y cree que de su conservación depende su éxito y buena fortuna. En el Cusco,

después de vencer a sus rivales, concluye el Santuario del Sol, el gran numen de su tribu, de toda la tribu de Pacaritampu, de toda esa nación de agricultores que necesariamente ha debido amar al sol que le daba la vida, porque de sus movimientos en el cielo dependía la abundancia , como lo proclamaban los tarpuntayes.

& Qué relieve más histórico se quiere para el primer Inca perua no ! Su peregrinación no se relata punto a punto ? Su acción no se aparta de lo maravilloso para convertirse sobre lo humano ? No son conocidas sus estancias ? No se han narrado sus derrotas y peripe cies ? No es conocida la onomástica de su familia ? Sus amigos y ene

migos no están nombrados en la narración de sus hechos ? Su llegada al Cusco y su plantificación en Inti-Cancha, no es un hecho históri co innegable, que ni lo han ocultado los relatos hechos en diferentes épocas y por diferentes testimonios ?

El orgullo de los clanes nobles del Imperio, que descendían de esos ayllos ilustres de Pacaritambo , que tantas veces hemos enunciado, quizo simbolizar en los ayares mágicos, a sus ancestrales. El avance de éstos ayllos en la conquista del valle del Vilcanota y Huatanay,

tuvo contratiempos terribles; seguramente Ayar-cachi, el primer ayllo inmigrante, sufrió una refriega y se replegó a Paruro ; este

descalabro está oculto en la vuelta del Ayar a Cápac-tocco. El segundo avance , de los ayllos de Ayar-uchu, experimento un nuevo descalabro en Guanacauri, a donde lo seguía el ayllo de Manco. La muerte y el enterramiento del sinche en el cerro histórico, se ocultan en la conversión en piedra del divino hermano.

Manco queda ya de Jefe Supremo de todos los ayllos, que se coaligan en la inmigración. Esta fué lenta y penosa. La nueva ruta de los invasores quichuas en la zona del Cusco, se oculta en la muerte y conversión en piedra de Ayar-accuy en el promontorio Cusco-Huan ca. Pero el arrollamiento de los indios del valle ha sido eficaz ; y un nuevo empuje de Manco, el único señor, determina el triunfo (36) Sarmiento. Ob. cit. Caps. XII y XIV.

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supremo: la posesión del Cusco y el señorío del ayllo quichua de Manco Cápac. Tal ha sido el disfraz de la leyenda, obra de la vanidad de los

clanes. La figura de Manco no ha sufrido en la posibilidad de su rol histórico .

Puede negarse su existencia, como se ha negado la de Sakyamu ni, la de Licurgo, la de Cristo.

Es el prurito de la novedad en la crítica, ageno a la severidad de la Historia .

CAPITULO IX EL PROBLEMA HISTORICO SOBRE MANCO CAPAC

( Continuación )

Queda, aún , por aclarar un punto obscuro acerca de la realidad

histórica del Primer Inca : el significado de su nombre y su filiación . Manco Cápac Se ha hecho el análisis de estas voces. La dicción Manco, que, no

se halla catalogada en los vocabularios quichua ni aimara, se ha su puesto alteración de Mallco, dicción encontrada en el aimara. Ante

este hallazgo, los aimaraístas, han entonado el himno triunfal de su victoria.

Mallco, Mayco = cacique o Señor de vasallos. Bertonio. ( Vocabulario aimara, 2. parte, pág. 212) .

Para ser estricto en la deducción histórica, este significado, aún admitiendo que fuera sólo propio de una dicción aimara, llevaría a la conclusión de la posibilidad histórica del primer Inca . No es voca blo mágico ni significativo de cualidades maravillosas o sobrenatu rales en el sujeto a quien se aplica. Habría que deducir que el Jefe de las invasiones al valle del Cusco, concluyó por ser designado úni camente con el nombre de sus títulos, por razón del éxito en sus cam pañas :

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Manco -Cápac = cacique o señor de vasallos, grande y rico . =

No importaría el olvido de su nombre propio. La Historia ofre ce en esto más de un ejemplo. ( 1) .

Respecto a la dicción Manco, derivada del quichua, hay que re montarse a las fuentes originarias del idioma. Morúa asegura que el idioma de los Chinchas fué el quichua, y que de la región de Chin

cha partió la infiltración de quichuas a las regiones andinas del Sur. (2) .

Ahora bien, entre los Chinchas, efectivamente, se habló quichua antes de las conquistas de Pachacútec Yupanqui. Los patronímicos encontrados por mí en las nóminas de empadronamiento censal de los viejos ayllus de Nasca y Acarí existentes en el Archivo Nacional,

comprueba este aserto. El título de sus reyes fué, seguramente, Man co, ya que al presentarse los quichuas, en esta región, al mando de

los generales de Pachacútec, hallaron como soberanos de Chincha y

Mala a Cuis Manco y Cuyus Manco, respectivamente, y si fuéramos a creer a Garcilaso, el señorete de Lima y sus anexos, se nombraba Chuqui-Manco. ( 3 ) .

" Todavía en el siglo XVII , -- dice Ulhe ,--los caciques de los al 2

“ rededores de Lima, al entrar en la ciudad fueron saludados con el

“ título de Manco, como reyes. Ciertas ruínas, cerca de Lurigancho, “ son conocidos todavía con el nombre de Manco -Marca, (pueblo de “ reyes ). (4) .

,Hay más, aún, sobre la dicción Manco ; en quichua fué expresión que significó, seguramente, en los orígenes, la yerba del tinte que sirvió como mordiente en la industria texilaria. En el Chinchaysuyn

(dialecto del quichua ) se ha conservado su significado. Marco y Man co son llamadas las plantas tintóreas y mordientes ; tiñen de un co. lor amarillo-oro y hacen indeleble el teñido por la infusión de sus

hojas y raíces. Nada de extraño tiene también que haya sido desig nado uno de los ayllos quichuas de Tiahuanaco y Pacaritambo con el ( 1) El Cid, el Camprador, fué llamado en las crónicas y romances caste llanos el héroe español que en las actas nominales del bautismo se llamó don Rodrigo Díaz de Vivar. Cid era síncopa de Side ( Señor) como lo llamaban sus soldados árabes. Mín Cid ( Mi Señor ). Altamira, Historia de España . T. I. Las Crónicas de la Guerra de los Cien Años, tienen esta onomástica : Carlos VII se denomina “ El Victorioso ” , y Juana de Arco . “ La Doncella de Orleans ' '.

No hay para que multiplicar los ejemplos. ( 2 ) Morúa, ob cit. t . IV ; ( 2.a Serie ) Col. cit. ( 3 ) Garcilaso , Comentarios Reales, Primera Parte, Lib. VI. C. XVIII y XXIX.

( 4 ) Orígenes de los Incas, cit. p. 17.

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nombre de la planta utilizada en el teñido : significaría por latitud, los tintoreros y tejedores.

Cuando el sinche del linaje sobresalió por su inteligencia y ac

ciones heróicas, se le llamó Manco, el poderoso, el rico, el grande, ( Cápac ) y transformado así el nominativo del fundador de la sobe ranía, nadie se atrevió a llamarse con este nombre hasta muy avan

zado el Imperio, y cuando las ideas religiosas y preocupaciones mí ticas de los quichuas recibían ya un oreamiento de despreocupa ción. ( 5) . La dicción Cápac ha sido, también, discutida. El notable etnó

logo inglés, Ricardo E. Latcham , ha sostenido con todo el esfuerzo de su notable mentalidad , que Cápac es variante de Capa. Que Man co, si bien fué un personaje de indudable existencia real , su nombre, en un principio fué Capa, y que, sólo más tarde, por orgullo de clase >

y pretensión del Inca Pachacútec, que arregló una historia oficial de los soberanos imperiales, se les designó con el nombre ilustre de Capac.

“ Capa, --dice Latcham , - era apellido en su origen y no título. Manco-Capa significaría el Señor o Jefe de los Capa, y sería el achachilla o pacarina, antepasado fundador del ayllo ”. -

También dice : " El apellido del sinche no era Cápac, sino Capa, " o Kapa que significa gavilán, en aimara, y que solamente con pos

“ terioridad se ha trocado en Cápac. Apoya esta teoría el hecho de " ser el gavilán o el halcón , (chima) el símbolo totémico del ayllu " que se decía descender de Manco Cápac, y de ser todas estas espe " cies de aves dedicadas al Sol, el cual era, a todas luces, el verda “ dero tótem de la tribu de los Incas originales, después elevados a " la categoría de deidad del mismo linaje ". (6 ) . Examinemos la hipótesis por partes : (5) Ninguno de los catorce Incas se atrevió a llevar, el nombre del fundador. El primero que lo poseyó, y no sabemos si por alguna preocupación religiosa, fué Manco II, el hijo de Huayna Cápac , allegado a los Españoles, ( Viracochas )

en los primeros momentos de la Conquista, y enemigo y reaccionario contra los invasores, el año 1533. ¿ No es curioso y significativo que en el Pontificado romano, ninguno de los Papas lleve el nombre de Pedro, y que, según la tradición de San Malaquías, el

último será llamado Pedro II ? La Historia recoje estas preocupaciones colectivas, que provocan hondas reflexiones.

(6) Ricardo E. Latcham , Los Incas y sus Orígenes, Anales de la Uni versidad de Chile, tomo V. p. 198. 13

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Precisamente, Capa no significa en aimara halcón o gavilán. En Bertonio, única e indiscutible autoridad y fuente, no hallamos las

dicciones Capa ni Kapa, sino, únicamente, las siguientes : Ccapaca

Rey, Señor. Es vocablo antiguo que ya no se usa en esta significación. ( Vocabulario, 2. parte,,

Capacka

Medida a palmos.

pág. 42) . Ccapaca = Rico. Capa el palmo. -

Vivo, diligente, y también alegre y regocijado. (Vocabulario, 2.a parte, pág. 46) . Chima no es dicción aimara ; y, a mayor abundamiento en aimara :

Kapa haque

Gavilán, o halcón = Mamani ( Voc. 1.a parte, pág. 250 ). Como se ve, la única dicción aimara es Ccapaca, y su significa ción es Rico, Rey, Gran Señor, y no gavilán o halcón, como dice Latcham . ( 7 ) . En el quichua encontramos :

Kápac Kápac Ccapa Kapa Kapa Ccápac

Rey.

Principal, Soberano, Ilustre. (Gonzales Holguín ob. cit. p. 168 ) . Palmo, medida.

Palmo, la mano extendida, la medida. Alegre cosa, graciosa.

Poderoso , rico, ilustre, grande. ( Diego de Torres Ru bio, Vocabulario, pág. 77 ) .

Como se vé, en ambos idiomas, la dicción Kapa o Capa, no tie ne otro significado que palmo de la mano, o medida ; y la dicción Ccápac, significa, a su vez, únicamente. ( 7 ) Consúltese todos los vocabularios antereriores al de Midendorff y al de Tshudi, y se verá, así mismo, que lo que decimos es exacto. El águila, y todas las águilag en común, se llaman , Paca, dice González Holguín .

En algunos pueblos del Chinchaysuyo, llaman paca a la lechuza y al gavilán. " Te canta la paca-paca ” se dice al que se le anuncia la muerte ; es el ave ago rera. Barranca dice que, en veces llaman por eso al gavilán Paca o Kapa. Es

posible esta alteración, pero no en el quichua puro sino en los dialectos.

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Rey, Príncipe, Ilustre, Soberano, Rico. ¿ De dónde, pues, la derivación de halcón o gavilán ! Pero se ha argumentado. La hipótesis de que el Inca no se llame Ccápac sino Capa, (hal

cón o gavilán ) se refuerza en el hecho de que el tótem de Manco era el gavilán que llevaba consigo ; ave agorera que estaba dedicada al Sol, tótem de la tribu inca . No hay ajustamiento lógico en esta deducción. El pájaro agore

ro de Manco, es verdad que fué el halcón , pero nunca se nombró Ca pa, sino Inti o Indi.

Quichua : Huamán

halcón .

Pulluy

gavilán.

Aimara : halcón . Mamani = gavilán.

Paca

La expresión Indi o Inti, al halcón agorero o totémico de Man co, se explica por la consagración de esta ave al Sol ( Inti ). Era el animal grato al astro, su símbolo, su representativo, y la imagen to témica de los ayllos de Ccápac-tocco. Si Inti era el Sol, el ave consa grada al astro y símbolo de la realeza y origen divino, fué el Inti ( Halcón ) de Manco Cápac. Sarmiento lo expresa en forma categó rica :

“ Manco Cápac traía consigo un pájaro como halcón, lla " mado Indi, al cual veneraban todos y le temían como a cosa sagra

" da o, como otros dicen, encantada, y pensaban que aquel hacía a " Manco Cápac señor y que las gentes le siguiesen . Y así se le daba " Manco Cápac a entender y los traía en váhidos guardándolo siem " pre en una petaquilla de paja a manera de cajón con mucho cui “ dado. El cual dejó por mayorazgo después a su hijo, y lo poseye " ron los incas hasta Inga Yupanqui. Y trajo consigo en la mano

“ una estaca de oro para experimentar las tierras donde llegase ” . ( 8 ) . (8) Sarmiento, Historia Indica, pág. 35.

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Concluímos, pues, que si algo habría que colegir de la venera ción al halcón, llamado Indi por Manco y sus sucesores, sería que ese nombre aplicado al ave, ponía de manifiesto el totemismo primi tivo, y aseguraba al sol como el númen tutelar de los Incas, formán dose estas expresiones quichuas : Inti Indi

Sol.

ave consagrada al Sol, o grata al Sol

Intip -churi = Hijo del Sol. = Sólo, único Señor, Inca -

En cuanto a la dicción Chima-panaca con que se designa al ayllo o linaje de Manco, ya tendremos ocasión de examinarla ; pero, desde luego, queda sin valor la afirmación de que chima fuera el halcón. (9 ) . Como se ve, las tradiciones que aseguran ser Manco Cápac de raza quichua, guardan perfecta concordancia con los datos de la linguística, ya que la etimología del nombre del soberano, la etimo logía de los ayllos originarios de Pacaritambo, la etimología de la toponimia de la región de Paruro y del Cusco, responden a voces

genuinamente quichuas. ( 10) . Hay sin embargo algo más. Los aimaraístas sostienen la filia

ción colla o aimara de Manco, pero no pueden negar que éste habla ba quichua, se entroncaba con los quichuas de Capac -tocco, y pro pagaba el idioma quichua entre las gentes del Cusco. Latcham ha resumido así los términos con que los aimaraistas tratan de explicar la anomalía de un “ aimara ” que no habla en su 2

propio idioma ; un “ colla ” que propala y autoriza como idioma ge neral y oficial, la lengua de sus enemigos y contrarios :

“ Este, dice, es un fenómeno bien conocido de los lingüis tas, sociólogos y etnólogos. Ha sucedido innumerables veces y obede ( 9 ) Seguramente, ha sido un error de Latcham el dar a esta expresión

tal significado. Así como creemos que al afirmar que Cápac era gavilán, ha equiparado Paca, aimara, con Capa , y ha jugado con las sílabas pa-ca, invir tiéndolas : Ca -pa. Pero como se vé, esta manera de analizar la onomástica de

cualquier lengua, es violentísima, y, por lo menos, no lleva sino a hipótesis muy sutiles .

( 10 ) Cuantas pruebas hemos aducido en los Capítulos I y IV para pro bar la filiación quichua de la cultura de Tiahuanaco , en relación con las mani

festaciones de una civilización que data de los siglos IX a X, son aquí aplica bles a la filiación quichua del Primer Inca, y no tenemos necesidad de repe tirlas.

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ce a una serie variada de contingencias. Una de estas, notada a me nudo en la evolución de los pueblos de costumbres más o menos pri

mitivas, es la fusión de dos pueblos de habla diversa pero de cultu ra parecida. En este caso, generalmente, logra imponerse la lengua de los numéricamente superiores, sobre todo cuando ambos pueblos son exogámicos y buscan sus mujeres entre las del otro pueblo ” . En primer lugar, los numéricamente superiores eran los qui chuas. Los había en el Collao, en donde tuvieron su asiento en dos .

grandes centros : Hatun y Páucar Colla. Los había capiosos en Paru

ro, y poblando los valles del Cusco. Ya hemos demostrado que las naciones existentes antes de la llegada de los ayares : los Sahuasera yes, Antasayas, Alcahuisas, señalados por Sarmiento y las Informa ciones, eran todos quichuas. Que las comunidades de Guallas, Poques y Lares, eran collas o aimaras que poco a poco fueron ex tinguiéndose. Ya hemos demostrado también ( Capítulos II, III y IV) que las zonas de raza quichua en el antiguo Perú, eran vastas, y que las agrupaciones aimaras formaban verdaderas islas rodea

das por la raza quichua; una elocuente prueba de ello , la dá la esta ción geográfica aimara de la actual Bolivia : La Paz, y la parte occi dental del Lago Titicaca, o sea la provincia peruana de Chucuito, forman una isla linguística colla, en medio de las zonas quichuas de Cochabamba, Oruro, Santa Cruz y Puno en el Perú, y siguiendo hacia el Norte y Oeste, Cusco y Arequipa.

La exogamia de las tribus de Pacaritambo, o de los Ayarcomo se les llama - se verifica, precisamente, entre gentes de su raza, Roca, el hijo de Manco Cápac, se casa con la hija del Curaca de

Saño, de filiación quichua ( 11 ) . Lloca Yupanqui con una hija del Sinche de Omas, también de filiación quichua ( 12 ) . Mayta Cápac, con una india de Tucucaray, pueblo de quichuas ( 13 ) . Cápac Yu

panqui, con una hija del Sinche de los Ayamarcas ( 14) . ¿ Para qué ( 11) Sarmiento, ob. cit. C. XIII p. 38 Cieza de León, Señorío, C. XXXI Betanzos, ob. cit. Ć. V.

( 12 ) Sarmiento, ob. cit. C. XVI p. 45 Cieza de León, II, C. XXXIII Betan zos, C. V.

( 13 ) Sarmiento , ob. cit. C. XVII p. 47.

( 14) Los ayarmarcas y los guayllacanes se consideraban parientes de los Incas, y eran , probablemente, descendientes del tronco Cápac -tocco. Sarmiento, cc. XXII y XXIII. Cabello Balboa , ob. cit . c. III.

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multiplicar los ejemplos ? Nos basta con haber señalado las relacio nes exogámicas de los Incas de la Primera Dinastía, es decir, uniones que debieron tener lugar en el primer siglo de la dominación de

los Incas en el Cusco. No buscaron , pues, los Incas sus mujeres “ entre las gentes del otro pueblo ” sino entre los ayllos de su raza. Lejos de mirar con simpatía y apego a los collas vencidos del valle del Cusco, los quichuas invasores los redujeron a servidumbre y no tuvieron para ellos sino menosprecio. Así se colige por la noticia que nos ha conservado Las Casas, (Molina ?) (15 ) quien cuenta que los quichuas miraban con menosprecio y repelencia a los collas, “ llamándolos gente que biede" y juzgándola solapada y violenta (16 ) .

Los sostenedores de la filiación aimara de Manco Cápac, se hacen eco de la versión de Garcilaso, que, en sus Comentarios Reales, dice : “ que los Incas tuvieron otra lengua particular que hablaban entre ellos, que no la entendían los demás indios ni les era lícito aprenderla, como lenguaje divino " ( 17 ) . Ya hemos demostrado ( 18 ) lo falso de esta suposición que el mismo Garcilaso no la dá sino como noticia de segunda mano y que

no pudo comprobar, porque sus amigos y parientes no pudieron darle razón del aserto, supuesto que, dice, ya la tal lengua secreta se había extinguido. Curiosa extinción del idioma reservado de una fa milia cuyos mienmbros subsistieron hasta bien entrado el siglo XVII, y cuyos representantes más directos vivían en la época en que Gar cilaso escribía ( 19 ) . Una sola muestra de la falsa suposición de Garcilaso, vá ense guida. “ La dicción Ayar ,—dice el Inca Historiador ,-no tiene signi ( 15) La obra de los Casas intitulada “ Antiguas gentes del Perú ” , se cree, con bastante fundamento que es del clérigo Cristóbal de Molina, el Capellán de Almagro, canónigo en la Catedral de Santiago de Chile . ( 16) “ Era el Inga y todos sus súbditos, enemicísimos en general de todos los que se lo alzaban, y con los que más veces se le habían rebelado estaba peor él y todas sus provincias, y eran tenidos en gran oprobio de todos ; y no

les permitía ningún género de armas, y siempre los aviltaban de palabra y en sus refranes, como a los indios del Collao, que les llamaban aznacolla , como

quien decía " el indio del Collao hiede ; " .... Antiguas gentes del Perú pág. 261.

(17) Garcilaso,ob . cit. Lib . VII c I. pág. 236. ( 18 ) Capítulo VIII de este libro.

( 19) Garcilaso, Cap. final de c. a . Primera Parte.

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en la lengua general del Perú ; en la particular de los Incas, la “ debía de tener ” ( 20 ) . La voz desconocida por Garcilaso, y que la creía aimara, era

ficación "

genuinamente quichua ; significaba la quinua silvestres, y, segura mente, en su tiempo ya pasaba por un arcaísmo. (Vocabulario Gon záles Holguín , Torres Rubio, Raíces, Barranca ). Hay, aún, para agotar el tema.

Si Manco Cápac no hubiera sido un personaje real e histórico,

su bando o linaje no debía haber tenido limitacion , ni los caracteres específicos de las agrupaciones ayllales. Al ser un símbolo de la raza o un héroe epónimo creado por la fantasía, el orgullo de sus descendientes los habría llevado a pretender la descendencia de sus linajes, en forma directa, del epónimo, y , para todos, una paternidad común. Por estas razones el Primer Inca, no debió tener ayllu . Lejos de eso, Manco tiene su linaje propio, su ayllo represen

tativo ( 21 ) . Es el Chima- panaca , el primer ayllo regio de los In cas. Sus descendientes por la línea mujeril o uterina, se han suce dido a través de las dos grandes dinastías de reyes, los Hurin y los Hanan Cuscos, y todavía en la época de las “ Informaciones” de Toledo, por el año de 1571, declaraban , ante el célebre Juzgado de Loarte y Navamuel, cuatro de esos descendientes. Don Diego Checo, de 70 años. Don Francisco Paucar Chima, de 30 años ( 22 ) . Don Sebastián Illuc, de 30 años.

Don Juan Guargua Chima. (sin designación de edad ). ( 20 ) Garcilaso, ob. cit. L. I. c. XVIII. (21) Todos los linajes reales o de los Incas, se decían descendientes de Manco Cápac, y por eso se nominaban con un nombre común Cápac-ayllo, (Garcilaso , Comentarios Reales, Lib. IX, C. XL .) Esto no obstante, tenía para sus linajes un nombre especial, y lo mismo ocurría con Manco Cápac ; su ayllo era venerado y reconocido como el genera dor, pero eso no quitaba que tuviera, como el de los demás, su nominación espe cífica y sus representantes directos. Prueba evidente de su realidad histórica.

( 22) Latcham, con honradez y claridad de criterio, declara que ; “ No

queda la menor duda de la existencia, entre los Incas del Cuzco, de un ayllo de este nombre, ( Chima panaca ). Las pruebas son irrefutables ” . Por lo demás, él no niega, sino, al contrario, afirma categóricamente la

realidad histórica del Primer Inca, sólo que lo supone afiliado a la raza aimara, quedó en Tiahuanaco y tuvo, tal vez, su enterratorio en el Cápac-tocco de Pa y creo que no llegó al Cusco ni fué fundador directo del señorío, sino que ruro. Véase Los Incas y sus ayllos, ob. cit.

106

HORACIO URTEAGA

Sin contar los cuarenta de esta sucesión que existieron en el Cusco, según asegura Garcilaso ( 23 ) . Que Manco Cápac hubiera tenido estatua venerada por todos los otros linajes, y que no se hubiere hallado su momia, por Onde gardo, entre las que éste encontró en Bimbilla y otros lugares del Cusco, nada prueba en contra de la realidad histórica del primer Inca. Habría que negar, así, la existencia real de Moisés, del que no se sabía ni dónde se hallaba su sepulcro.... ! Un argumento de esta índole es siempre pueril. De todo lo dicho se deduce en forma incontrovertible :

1.°—Que Manco Cápac es un personaje histórico. 2.—Que las dicciones Manco y Cápac, con que se designa al primer Inca, son quichuas. 3. — Que tales dicciones cuadran con la vida y hechos del fun dador del Imperio. 4.—Que la voz Manco no fué extraña como calificativo ilustre de Reyes, Señores y Jefes únicos. 5.°—Que la voz Cápac, — que es la genuina , - designa un título honorífico, y sirvió en el Perú antiguo, para nominar a los Incas ( 24 ). y 6. — Que aún el símbolo totémico de Manco Cápac, apoya su

realidad histórica, lo filia a la raza quichua, y dá razón del título genérico que habrían de adoptar los soberanos.

(23) Sarmiento, ob. cit. Fé de la probanza y verificación de la His Informaciones de Toledo, pág.247.

toria Indica , párrafos finales, pág. 131.

Garcilaso Ob. cit . Cap. final de la Primera Parte.

CAPITULO X LOS AYLLUS REALES DE LA PRIMERA DINASTIA DE HURIN CUSCO

Ya hemos visto como en la evolución del ayllo, al mismo tiem po que éste se extiende por la multiplicación de sus miembros y el paso del estado nómade al sedentario, el nuevo régimen complica más la función .

Las migraciones en busca de tierras, los cuidados en asegurar la poseción de regiones fértiles, y la defensa y lucha ya por conser

var ya por adquirir, imponen la adopción de un nuevo sistema en el gobierno : la elección de jefes capaces en la lucha y en la emi

gración ; estos jefes son los sinches. Se impone, además, el recono cimiento, de administradores celosos de los bienes comunes,, tie rras y futos ; estos son los Purics, entre los ayllos ; y los Incas, en

tre las tribus. La elección y el reconocimiento de estas dos elases de jefes, no altera el régimen de filiación uterina del aillo, ni su

adherencia por el reconocimiento del mismo tótem y del mismo

tronco. La matriarca conserva sus derechos plenos a la consangui nidad y afinidad del grupo, bien es verdad que ya esta autoridad es nominal ; el hermano, el tío o el hijo ,, gobiernan en su nombre

como jefes civiles ; los sinches, elegidos temporariamente, gobiernan como jefes militares, y solo en las épocas de emigración y en los momentos de lucha.

Tal es la constitución política de los ayllos peruanos, al abrirse el período histórico, con que comienza el Imperio de los Incas. 14

108

HORACIO URTEAGA

Tres grandes tribus o naciones, como las han llamado los Cro nistas españoles, iniciaron desde Paruro, allá en el siglo X, la mi

gración conquistadora : los Tampus, los Maras, y los Sútic, los pri meros llamados también Cápacs o Tarpuntayes. Cada una de estas tribus o confederaciones ayllales, había elegido su sinche o jefe militar. Los nombres de estos jefes nos son desconocidos, e, igualmente desconocidos o incompletos nos

son también los numerosos ayllos que formaban cada una de estas tribus. La tradición sólo ha conservado los nombres de los sinches

de los grandes linajes que formaban la tribu de los Cápac-Tam pus, ( 1 ) los Ayares de la leyenda.

Esta tribu Cápac fué seguramente la más numerosa, y si fué ramos a calcular el número de sus ayllos por los indicios tradicio nales, estos ayllos serían en número de cuatro, y tres respectiva

mente los linajes de las otras dos tribus de Maras y Sútic, forman do un total de diez parcialidades como aseguraban los informan

tes a Toledo, y cuya distribución sería la siguiente : Tribu salida de Tampu- / Tarpuntayes del linaje de Manco-Cápac. tocco, o tribu de los

Guacaytaquis

Ayares, llamada de los Cápac.

Chavin Cusco

id id

id id

Arayraca

id

id

Ayar-Auca. Ayar -Cachi. Ayar-Uchu.

Maras ayllu. Tribu Maras .

.

Masca ayllu .

| Uro ayllu. Tribu Sútic ..

Cuicusa ( o Chuisec ) ayllu. Sútic ayllu . Sáñoc ayllu .

En la tribu de los Cápacs nos es también conocido el nombre de las matriarcas, o jefes legítimos del linaje, ( Véase Capítulo VIII de este libro ) , no habiéndose conservado en la tradición el nombre de las de los demás linajes.

En la adquisición de tierras y en el avance conquistador, sobre salió el primero de los ayllus ayares, cuyo sinche, que tomó la je (1 ) Los Cápacc-tocco, pueden llamarse también Tarpuntayes. Sarmiento de Gamboa Ob. cit. c. XI.

EL IMPERIO INCAICO

109

fatura de la tribu, fué el sinche único de los cuatro linajes. La tradición lo llama Malco -Cápac, ya sabemos cuál pudo ser la clave de su nombre.

Manco -Cápac se movió desde Paruro con su parcialidad y con algunos ayllos de las demás parcialidades, arrastrando así las ra mas adventicias de toda la raza quichua. La invasión llega al Cusco cuando ya otras de sus ramas adventicias habían tomado posesión de los valles del Vilcanota, Huatanay y Vilcamayo, como ya lo hemos demostrado anteriormente

La primera estancia de Manco fué Guanacancha distante cua

tro leguas aún del valle del Cusco, lugar áspero y poco fértil; avanzó de allí a Tampo-quiro ( 2 ) y se fijó en el lugar por poco

tiempo. Aquí parece que tomó nueva mujer, pues, visto que Mama Ocllo, con quien se había juntado, no le daba hijos, por ser estéril, se unió a Mama Huaco de la que le nacieron tres hijos y una hija ( 3 ) . No contento con la posición conquistada, avanzó hasta Hays quiro, en donde la lucha contra las gentes habitadoras de esa región, le ocasionó el primer quebranto o retroceso ; algunos de los ayllos

que lo acompañaban abandonaron la expedición y se volvieron hacia Paruro. Este retroceso, lo ocultó la fábula, contando el re greso de Ayar Cachi y Tambo Chacay a Tampu - tocco, y su desa parición posterior.

Rehecho Manco y sus gentes, volvieron al avance y pusieron sus reales en Quiru -manta. Fué aquí tenaz la lucha con las gentes del lugar. En uno de esos encuentros pereció el Sinche de los ayllos Ayar-Ucho. La fábula , vuelve a ocultar la desgracia, contando la

conversión en piedra del infeliz Ayar en Guanacaure, huaca que (2 ) Guanacancha o Guaman Cancha =pampa de halcones. Gamboa escribe Guamancancha ( ob. cit. c. I.

Tambo-quiro: tambo dentallado, provablemente por estar edificado en pe ñazco tajado.

(3 ) Sarmiento dice que de Mama-Ocllo le nació Sinche Roca, pero la versión de este Cronista está en desacuerdo con otras más autorizadas, y hasta en con

tradición con las que el mismo Sarmiento dá más adelante, asegurando que Man co tuvo la compañía de Mama Huaco desde su llegada a Haysquisrro ; con ella realizó grandes hazañas ; juntos poblaron Guaynapata en la redonda del Cusco ; lucharon y vencieron a los Guallas y a los Sahuaserayes; y, así, mientras esta Matriarca convive con el Inca, la otra, Mama-Ocllo, se eclipsa y no aparece más. Véase Sarmiento, caps. 12, 13, 14.

Cieza de León, asegura ser Sinche Roca hijo de Mama-Huaco ; él la llama Mama-Ocllo -Huaco . Señorío, C. VIII.

110

HORACIO . URTEAGA

fué desde entonces venerada por ser el enterratorio del valiente Sin

chi, en cuya memoria se estableció la fiesta del Huarachico (4) . Vencidos los pobladores de Quiru -manta y Guanacauri, avan zaron los vencedores a Matagua, “ donde asentaron e hicieron cho zas para estar algún tiempo ". Han pasado muchos años desde la salida de Tampu-tocco, has

ta la estancia en Matagua ; aquí mismo, el establecimiento de los ayllus de Manco, duró mucho, “ veinte años ” , según los informan tes de Gamboa. El hijo que le había nacido a Manco de Mama Hua co, se llamaba Roca ; era un mozo valiente y esforzado ; con su padre hizo varias correrías y mantuvo la posesión de esta parte del valle. Para asegurarle la jefatura del señorío, Manco Cápac lo impuso al respecto de sus gentes armándolo caballero en la tumba del héroe nacional Ayar-uchu, en Guanacauri, y celebrando esta

adopción a la realeza, con una fiesta que después fué obligatoria para todos los jóvenes al llegar a la edad viril y para todos los sin ches al ser reconocidos como jefes. ( 5 ) . Una rama poderosa de la nación quichua de Paruro, la Sútic, tenía sus establecimientos en el pueblo de Saño. El sinche o jefe de los Sútic, llamado Sútic-huamán, ( 6 ) dió a Roca su hija Cauca para que con ella se desposase. Este matrimonio exogámico, es una prueba de que no era, aún, obligación el que la esposa legítima o coya fuera hermana uterina del Sinche o del Inca, El establecimiento en Matagua fué el más largo de los del tránsito ; salido Manco de allí, avanzó sin fuerte oposición hasta

Colcabamba y Guaynapata, en este último lugar debió librarse un combate rudo contra las tribus poseedoras de las ricas tierras del Cusco. La tradición oculta aquí la muerte de otro de los sinches ayares, de Auca, que seguramente pereció en la refriega, y se cuen ta que quedó convertido en piedra o huaca como su hermano Ayar-uchu .

El avance, no obstante la resistencia de los Guallas, Alcahuisas y Sahuaserayes, fué ya definitivo. Aterrorizados los Guallas por ( 4 ) Molina , ob. cit . pag. 60, y sigs.

Sarmiento, ob. cit. c. XIII. Pachacuti, ob .cit. pág. 151. Cobo, ob. cit. Lib. XIII. c. XXV. ( 5 ) Véarc Cieza de León, Señorío , c . VII.

(6) Sútic, significa empadronador ; Huamán , equivale a halcón.

EL IMPERIO INCAICO

111

las crueldades que con ellos se usaron , (7 ) y vencido Copalimayta el jefe de los Sahuaserayes ( 8) y después Culunchima, que segu ramente lo era de los Alcahuisas, abandonaron la posesión del Cusco a Manco, el que asentó fuerte en Inti-Cancha y Coya-Cachi,

es decir, en plano valle, arrojando lejos de la fértil comarca a los antiguos poseedores. Nada autoriza la duda de esta realidad histórica que se ocul

ta entre el tejido de las leyendas ; estas apenas han desfigurado los hechos, avances, retrocesos, estancias largas, derrotas, y vic torias decisivas de los invasores. El nombre de Manco y de sus ayllos, no se borra ; las particularidades de su vida netamente hu mana, sin ribetes sobrenaturales, se destacan con una precisión

que maravilla ; ni aún victorioso y dueño del Cusco, le atribuye la leyenda acciones superhumanas. La tradición cuenta, -con la vani dad que impone el relato de hechos verdaderos , que el jefe ven

cedor, después de sus éxitos, y su final establecimiento, se dedica a una labor beneficente y pacífica. Como nacido entre agricultores, entre esos inteligentes tarpuntayes de Paruro, trae el conocimiento de la labor de la tierra. El cronista concreta, así, las acciones del Inca fundador del Imperio : “ Púsose a enseñar a los hombres todos

los oficios que son propios del varón, como la labor de los campos, sacar acequias de los ríos, para regarlos, los tiempos acomodados

para sembrar y coger sus frutos ; impúsoles el andar vestidos, y calzados, al uso que después guardaron y hoy día conservan los más. La Coya o reina puso diligencia en que las mujeres aprendiesen a

hilar y tejer lana y algodón, con los otros ministerios y ocupacio nes de su profesión ” . ( Cobo, t. III, p. 128 ) . Manco murió a edad avanzada. Ya, en los últimos años de su vida, su hijo Rocca, que se había hecho conocer en la guerra y en 9

la paz, como inteligente y activo, consiguió, seguramente, que el grupo de los indios viejos y matriarcas de los ayllos de Paruro, le eligiesen Sinche o jefe, para mantenerlos en la posición conquis tada y ampliar el señorío.

" La sencillez de los indios, -dice Cabello Balboa- , y la cos

tumbre que tenían ya contraída de obedecer a amos extranjeros, ( 7 ) Sarmiento, ob. cit. c. XIII, pág. 39.

Balboa, ob. cit. c. I. pág. 11. El arma usada, según el Cronista, fué un tumi de piedra.

(8 ) Sarmiento, ob.cit. c. XIII, pág. 40.

112

HORACIO URTEAGA

facilitaron el advenimiento del Sinche Rocca " . Este quedó, así,

reconocido como el jefe militar y político de todos los ayllus de Pacaritampu.

Descendencia de Manco Cápac

En las listas, presentadas por los Cronistas, de la descendencia de los soberanos del Imperio, se nombra el linaje de Manco Cápac,

Chima panaca -ayllo, ( 9 ) . La dicción corresponde a la índole y cons titución de esas descendencias uterinas y a la designación totémi ca de los grupos . Chima = gavilán

Panaca, síncopa de panacama = todos los descendientes de la hermana ; de pana == hermana ; y cama = todos, sin faltar ningu no ; tal es el oficio de este subfijo añadido al nombre. El Chima-panaca, era, pues, la descendencia por línea mujeril, del primer Inca y comprendía a todos los descendientes uterinos. Formaba, además, en la parcialidad de Hurin , ya que al organi

zarse el empadronamiento de los fundadores y pobladores del Cus co, el linaje de Manco, aparecía como originario, tanto más cuanto que sus representantes étnicos o familiares, los Culum -chimas y

los Tarpuntayes, figuraban entre los invasores quichuas avecindados en el valle antes de la definitiva conquista del ayllo de Manco Cápac .

Los que han negado la existencia histórica de Manco, y han

supuesto que éste no llegó al Cusco, y, por lo mismo, no fundó el Señorío, han tenido que violentar las interpretaciones de la tradi ción . ( 10 ) .

En primer lugar, han tenido que suponer que el ayllo Chima panaca derivaba del ayllo Culum - chima y no de Manco ; que, a su vez el ayllo Culun -chima era rama del ayllo Cápac, originario de Paruro, y quizá de Tiahuanaco. El hecho de que el Chima-panaca ( 9 ) Véase Sarmiento Ob. cit . c . XIV. Cieza , Señorío , C. VI. Betanzos, ob. cit. c. III ; Garcilaso , Lib . IX , c. XL. Acosta, Lib. VI, cps. XX

y XXI. Morúa, ob . cit. Lib. I. c. II. Molina, Ritos y Fábulas, pág 40. Cobo, Lib. XII, c. IV. El Palentino, Lib. III, c. VII. Las Casas, ob . cit. XVII, pág. 147. Pachacuti, Relación , pág . 146.

( 10) Latcham es el que con más precisión ha reasumido estas curiosas interpretaciones en su magnífico estudio sobre los Ayllos Reales de los Incas. Anales de la Universidad de Chile, año 1915.

EL IMPERIO INCAICO

113

fuera el poseedor del tótem de Manco, el ave Indi o Chima, es una prueba concluyente de su descendencia directa e inmediata del primer Inca, y, lógicamente, no puede servir para probar lo con trario . ( 11 ) .

Es verdad que bajo el reinado de Pachacútec Yupanqui, este Inca ordenó el empadronamiento y censo ayllal de los descendien tes de los soberanos, y arregló una historia oficial de los monarcas ; pero no podía borrar la tradición fuerte y prepotente, casi dogma tica, del fundador del Imperio y su linaje, e invertir los términos de una creencia, solamente para satisfacer la vanidad de su casta, y propiciar su organización aristocrática. La tradición de los epóni mos se arriaga tan fuertemente, que no son decretos gubernativos ni ficticias relaciones oficiales, las que la alteran. Además, & qué interés había en borrar el entroncamiento con el

fundador del Imperio ?. ¿ Acaso no era un orgullo sobrehumano per tenecer a su progenie ?.

Esta firmeza de los datos históricos de la primera dinastía de los Hurin, se prueba, además, por los propios anales del tiempo de Pachacútec. La historia oficial y los decretos gubernativos pudie

ron alterar las reglas de sucesión, de filiación y de organización de los ayllos en los reinados del reformador y de sus sucesores ; pero quedaron intáctas las relaciones de los sucesos de los once

primeros Monarcas, y sólo en los linajes de Pachacútec, de Túpac Inga y Huayna Cápac, pudo variarse en parte, la organización y sucesión de los emperadores. ( 12 ) .

La Chima -panaca formóse, pues, de la descendencia de Manco y de Mama-Huaco, y el linaje estuvo emparentado más inmedia tamente con el ayllu Tarpuntay, ya que el hermano del Inga era ( 11 ) Sarmiento dice : “ A esta parcialidad o bando, o linaje , llamó "“ ,ayllo's

y para que dél tomasen los venideros que es lo mesmo que linaje... ejemplo, hizo el primero ayllo, y llamóle Chima-panaca ayllo, que quiere decir linaje que desciende de Chima, por que el primero en quien dejó encomendado su linaje o ayllo se llamó Chima ”. Ob . cit. c. 14 .

( 12 ) Así el régimen de tomar por esposa a la hermana del Inca, para ase gurar la sucesión dentro del límite cerrado de la casta , no perduró : fracasó con el propio sucesor, pues Huayna Cápac y después Huáscar no fueron hijos primogénitos ni de la primera coya sino hijos habidos en otras mujeres distintas

de la primera legítima , bien es verdad que de familias nobles. Las pretensiones de Atahuallpa fueron por eso atacadas, pues era considerado como bastardo, o sea habido en una india que no estaba muy entroncada con la nobleza, y por alguna

parte tenía sangre plebeya. Montesinos dice que fué del pueblo de Atau ; y Cieza, que fué una india Quilaco .

114

HORACIO URTEAGA

el Supremo Sacerdote del culto solar. Culto solar o culto totémico

en que los sembradores de Pacaritambo ( tarpuntayes) oficiaban al Punchau Inti y cuidaban de su huaqui, el pájaro sagrado, el ave favorita del Sol, el halcón. En efecto , en el ayllo Chima -panaca se cuidaba el famoso tó

tem que trajo consigo Manco Cápac, “ al cual veneraban todos y le temían como cosa sagrada, o, como otros dicen, encantada, y pensaban que aquel hacía a Mango Cápac Señor y que las gentes

le siguiesen. Y así se lo daba Mango Cápac a entender y los traía envahidos, guardándolos siempre en una petaquilla de paja, a ma nera de cajón, con mucho cuidado. El cual dejó por mayorazgo,

después, a su hijo, y los poseyeron los Ingas, hasta Inga Yupan qui' ' ( 13 ) .

El ayllo Chima pinaca veneraba a su fundador rindiendo culto a su estatua, la que era llevada a las guerras. Esta costumbre ve neranda, duró, seguramente, hasta la época del Inca Rocca, o sea hasta la iniciación de las grandes conquistas, aunque Sarmiento asegura que los indios contaban que la dicha estatua de Manco

fué llevada por Huayna Cápac a la Conquista de Quito. ( 14 ) . En las fiestas del Raymi era paseada en triunfo y llevada a Guana cauri.

En la época de las informaciones del Virrey Toledo, decla raron algunos indios que conservaban la memoria y hechos de Manco Cápac, y éstos eran :

Don Diego Checo, ( 70 años) . Don Juan Guargua ( 1) . Don Sebastián Illuc, ( 30 años) .

Don Francisco Paucar Chima, (30 años) . ( 13 ) Más adelante cuenta Sarmiento que esta jaula que se mantenía cerrada, la abrió Mayta Cápac. Dice así: “ Cuentan dóste (Mayta Cápac) que como el pájaro indi que Mango Cápac había traído de Tambo-toco, lo hubiesen heredado los sucesores suyos y antecesores deste Mayta Cápac, como más atrevido que todos,

deseosos de ver qué era aquello que tanto guardó sus pasados, abrió la petaca y vido el pájaro indi y habló con él ; ca dicen que daba oráculos. Y de aquella con

fabulación quedó Mayta Cápac, muy sabio y avisado en lo que había de hacer y lo que había de suceder ” .

( 14) Sarmiento, ob. cit. c. 14.

115

EL IMPERIO INCAICO

En los Anales del Cusco ( 15 ) leemos que : " Fueron sus descen dientes, según el árbol real de las doce Casas : Apun -Chima, Hua hua, Culla-Chima, Aman -Chima, Apu Quilles Cachi, Auki Tocay, Cullu -Chima, Apu -Anta, Chunti- Hualla, y otros muchos Capitanes, y el muy celebrado Capitán de Atahuallpa Inca, llamado Chalcuchi ma , nieto de Viracocha por parte materna ” ( 16 ) . La efigie del primer Inca se conservaba dibujada en un cuadro de tela, especie de gobelino, en el que se había representado la pa

tria originaria en Paruro, las tres ventanas de Pacaric — Tampu, v en una cenefa los retratos de los soberanos Incas. ( 17 ) . Reprodujo esta efigie de Manco Cápac el Cronista don Antonio

de Herrera en la portada de su Década Quinta según se sospecha con bastante fundamento, como lo veremos más adelante al tratar de la Iconografía Incaica. ( 18 ) .

( 15 ) Noticias Cronológicas del Cusco, pág. 13 , Lima, 1902 . ( 16 ) El autor de estas noticias, que aparecieron como anónimas, fué don

Diego Esquivel y Navia , según lo han probado fechacientemente, los Señores Doc tores Fortunato L. Herrera, y Francisco Sivirich. ( 17 ) Juan Santa Cruz Pachacuti reproduce parte de estas pinturas en su célebre Relación, pág. 158. Col. Urteaga, t. IX 2.a Serie.

( 18) Véase el Cap. XXV de este libro. 15

eld

CAPITULO XI

SINCHIS DE LA DINASTIA HURIN 1

Sinche Roca

Roca, el hijo de Manco Cápac en su segunda mujer Mama Hua co, casó durante el período de la invasión con una india del pueblo

de Saño, hija del sinche de esta parcialidad, llamado Sútic-Huaman. ( 1 ) . Este nombre denuncia la procedencia quichua del pueblo y la filiación de este linaje en el de los Cápac de Paruro. (2 )

El nombre de la esposa no se ha conservado nítido a través de las Crónicas. Mama- Coca la llaman Sarmiento, Betanzos y el padre Jerónimo Román ; ( 3 ) Mama-Ocllo, Cieza, Balboa y Garcilaso, y Mama-Cura, el Palentino, ( 4 ) . Seguramente los informantes de To

ledo estaban mejor noticiados y lo mismo el lenguaraz Betanzos (5 ) . ( 1) Ya sabemos que sútic Tocco era la pacarina de la tercera tribu quichua de Pacaritambo.

( 2 ) Sútic era el nombre del primer ayllo de Hurin Cusco en la épora de la invasión de los quichuas de Paruro. Sarmiento, C. 11 . Huaman es el tótem de los Tarpuntaves, y después, de los Incas.

|( 3 ) Repúblicas de Indias. Lib. II . C. XI. Betanzos. Ob. cit. c. V. ( 4 ) Historia del Perú 3. Parte 2.a Lib. III C. VII.

(5 ) Según Morua, la mujer de Sinchi Roca fuó hija de Máma-Vaco,

(Huaco ) , mujer de Manco Cápac. Morúa es el más preocupado en asegurar que los Incas tomaban por coya o mujer legítima a su hermana, y así, para probar su aserto, asegura que Sinche Roca casó con su hermana ; que su hijo Lloque Yupanqui casó con una sobrina suya ; ( su media hermana o casi her mana ;) a la hija de este matrimonio, Chimpo Orma, la casa con su hermano Mayta Cápac, y así sucesivamente los demás Incas. Morúa, ob. cit. t. V., p. 35, y sigts.

EL IMPERIO INCAICO

117

Mama-Coca, ( 6 ) que es vivamente alabada por Morúa, que la señala como extremadamente aficionado al lujo, tuvo un hijo lla mado Sacápac, probablemente nombre alterado de Sútic Cápac, y que recuerda el ayllo de su madre,- Sútic,- y el calificativo ilustre de su abuelo , – Cápac. El muchacho no dió muestras de habilidad ; al contrario “ de mostró siempre muy poco ingenio ” , lo que había de ocasionar su >

separación del poder y la elección de otro sinche en otro de los ayllos adventicios de los de Paruro. Sucápac, fué, no obstante su corta in

teligencia, dedicado al culto del Sol. ( 7) . La obra de Sinche Roca se contrajo a la conservación del Seño río, que se aumentó con las tierras de Saño, y la irrigación del valle, distribuyendo las aguas de regadío entre las parcialidades. Probablemente sus operaciones militares se contrajeron a con tener los levantamientos de los sometidos por su padre, y a asegurar

las posiciones adquiridas. Bajo su gobierno, los tarpuntayes amplia ron las dependencias reales, que a la vez , eran palacio del Sinche y Templo del Sol, ( Inti-Cancha) y principiaron a adoptarse ciertas ceremonias en el culto del Sol y en el trato con el Jefe. Balboa

asegura que Roca introdujo el uso de la borla encarnada, - masca paicha, – la borla de los Mascas, como distinción de la jefatura, y el uso del Súntur -páucar o guión, en las insignias militares. ( 8 ) . El nombre Roca, del Sinche (9 ) es una variante de Rucus, el -

gavilán , - apellido totémico de la tribu que tenía esta ave por símbolo del Sol. ( 10) .

Su gobierno ilustrado, como hemos dicho, con una serie de acciones benéficas y la eficaz defensa del señorío, aumentado con ricas poseciones, impuso la formación de su linaje regio. Su ayllo

se independizó del Chima-panaca de su padre, y se nombró Raura o Rahurahua, seguramente derivación de fuego o lumbre, el nombre (6) Morúa, Ob. cit. C. XVII, llama a la coya, mujer de Roca, Mama Chimpo. ( 7 ) Balboa, ob. cit. C. II pág. 15. ( 8) Balboa . C. II pág. 15. Véase para explicar la confusión de la mas ca -paicha y el suntun -paucar, la nota No. 2. en Balboa. Edi. Urteaga - Romero.

(9 ) Cuando los de algún pueblo sabían que algunos de otras partes venían a hacerles guerra , procuraban uno de ellos natural y un extranjero de su patria, que fuese valiente hombre de guerra , &, &. Sarmiento Ob. cit. c, 8.0 pág. 29.

( 10) Rucos = gavilán. Gonzales Holguín. Vocabulario, pág. 318.

118

HORACIO URTEAGA

de una de las matriarcas o ayllos matrices de Paruro, como ya lo hemos demostrado. ( 11 ) .

Molina refiere que la Huaca o adoratorio Rahurahua, quizás sepultura de los indios del ayllo de Roca, había sido antes huaca de los Maras. Esto sólo confirmaría la común ascendencia de estas

dos parcialidades. Así mismo, Ondegardo, asegura haber habido un adoratorio en el camino de Collasuyo, que, si el nombre que le

asigna : Raraoquirao, está alterado, podría ser Raurahua -quirau, (cu na de los raurahua ) ; pero su servicio lo tenían los del ayllu de Apu-maita. ( 12 ) .

En la relación de supervivientes de este linaje, tomada en 1572 por orden de Toledo, figuraban en este ayllo :

Don Diego Cayo Guallpa (o Huallpa) de 70 años. don Alonso Puscon , ( o Porcon ? ) de 30 años. don Diego Quispe, ( no señala edad. ) ( 13 ) .

Las Noticias Cronológicas del Cusco, de Esquivel y Navía, traen la siguiente descendencia de pura sangre : Apu-Anansi ; Huaca ; Cachúncar ; Roka-Supanqui ; Anyui-Chu

ma ; Anqui-Alcay ; Piñas-Tupa ; y su hermana Cusi -Chimpu , y mu chos hijos bastardos en concubinas alienígenas. ( 14 ) .

El tótem del Sinche Roca, a quien veneraba su parcialidad, tenía la forma de un verme ( 15 ) y se nombraba Guanacuri Amaro; este nombre totémico es un nuevo indicio de su descendencia de

Manco Cápac, puesto que la serpiente, - amaro, era el símbolo del ( 11 ) Véase Cap. VIII, pág. 12.

Así, de modo nada violento, se explica el entroncamiento de Roca con los ayllus de Paruro ; para no buscar otras particularidades, como las que señala Latcham, al quererlo emparentar con el ayllo Tarpuntay por el nombre de su guaoqui. Véase Latcham . ob. cit. año VI, ( 2.a Serie ) pág.693.

(12 ) Ondegardo, ob. cit. pág. 17 Cobo, c. XV, pág. 34. Ulhe admite la probabilidad de que los Maras se dividieran en dos parcia lidades, cuyos últimos, los Raurahua, quedaron con el santuario de los primeros. Origen de los Incas, pág. 344.

( 13 ) Sarmiento c. 15 y la Fé y Probanza, final. ( 14 ) Esquivel y Navía, Noticias Cronológicas del Cusco, pág. 14. ( 15 ) Para el tótem o guaoqui, véase Sarmiento, c. 15. Al decir que tenía

la forma de pez, se referían los indios a la figura del verme como pescado.

EL IMPERIO INCAICO

119

rayo, agente del Sol, adorado por los Tarpuntayes, progenitores de Manco Cápac. ( 16 ) . El hecho de encontrarse entre los descendientes de Roca los

apellidos de Quispe y Huallpa, nobles apellidos muy generalizados entre los descendientes de los ayllos reales, es una prueba de primer orden de la forma exogámica de uniones entre los ayllos de los dife rentes linajes nobles de los quichuas. Latcham, con el juicio certero

con que saca sus deducciones, nos dice :: “ De esta manera se explican los diversos apellidos que se encontraban en cada uno de los ayllos reales, a la llegada de los españoles y anotados por Sarmiento. Por ésto, aun cuando los apellidos pueden ser indicios del ayllu en que se han originado, no se pueden considerar como prueba segura de

la derivación del ayllu, porque los apellidos encontrados en ellos pueden haberse introducido por las costumbres exogámicas y no ser originales." ( 17 ) .

Sinche Lloque Yupanqui Es seguro que ninguno de los descendientes de Roca tuvo crédito entre los ayllus nobles de Paruro, avecindados ya en el Cusco, para

tomar el gobierno militar. Reunidas, según su costumbre, las matriar

cas de los ayllus con sus maridos y hermanos, eligieron por jefe o Sinche a Lloque Yupanqui. Si la ley de sucesión, de que hablan tan seriamente Garcilaso, Morúa, Balboa, y Sarmiento, hubiera im perado, el sucesor de Roca habría sido Sucápac o Sútic-Cápac, el

primogénito hijo de Roca y Mama Coca, y no Lloque. Los cronistas acomodaron este entronque para probar la aplicación de las le yes de herencia regia, o repitieron lo que la historia oficial, aco modada desde Pachacútec, enseñaba a las generaciones.

Si la sucesión de Roca se había impuesto, había sido con ocasión de circunstancias que la hicieron posible : el crédito militar del hijo ( 16 ) Así como el halcón, el gavilán, y el águila eran representaciones del Sol, y, aves gratas al dios helíaco ; el rayo, el trueno, y el relámpago eran sus manifestaciones soberanas, y la serpiente figurando el rayo o el haz de luz,

era su símbolo. Figuró, también, como apellido ilustre de reyes. ( 17 ) Latcham, Ob. cit. pág. 697.

" El apellido Huallpa también muy repetido entre Jos Incas; parece, igualmente, tener relación con el mismo distrito. Huayna Cápac, cuyo verdadero nombre era Titu Cusi Huallpa, hizo construir un palacio de recreo en un lu

gar llamado Huáscar-pata, cerca de Quispicancha, y gustaba pasar una parte de su tiempo allí y su hijo Túpac Cusi Huallpa, generalmente llamado Huáscar, nació en dicho lugar. A este hecho debía el apodo con que es conocido en la Historia .

120

HORACIO URTEAGA

de Manco y el respeto que se tuvo al hombre venerable que había

fundado el señorío en las tierras codiciadas por los conquistadores. Fué un convenio aceptado y nó impuesto ; de allí que a la muerte de Roca volvieron los ayllus a entrar en posesión de su derecho electoral, poseído desde antiguo. “ Cuando todos los naturales de es tos reinos, - dice Sarmiento , - vivieron en behetrías sin reconocer

Señor natural ni elegido, procurando conservarse como dicho es en libertad,...... y este nombre de Sinche que le servía de cabeza para sólo la guerra, duró en esta tierra hasta el tiempo de Topa Inga Yupanqui." ( 18 ) . Bien dice Latcham : Si Lloque Yupanqui, hubiera sido hijo de Roca, habría pertenecido o al Sañoc-ayllu por su madre, o al

Raurahua panaca, por su padre ; pero no pertenece a ninguno de éstos " . ( 19 ) .

Seguro indicio del linaje del que salió, es el nombre de su tótem o guaoqui, llamado Apu -Maita. Fué Lloque elegido, seguramente, de

entre los indios del ayllu de los Sahuaserayes, que en los orígenes tuvieron por jefe a Copalimayta. (20) . Maita equivale a envoltorio ; Apu -Maita, significaba el envoltorio del Señor o jefe. Seguramente,

era la momia del Sinche que se había juntado con la efigie de piedra del epónimo Ayar-Uchu, señor de los Sahuaserayes, y juntos for

maban un bulto traído en las fiestas por el linaje. (202). Lloque, el Sahuaseray elegido Sinche por sus cualidades físicas sobresalientes, y su destreza en el combate, ( 21 ) casó con Mama-Ca ( 18 ) Sarmiento, c. VIII. ( 19 ) Latcham, ob. cit. Año VI, pág. 699.

(20) Cuando Copalimayta el viejo caudillo o sinche, fué vencido por Manco, su parcialidad se juntó o alió con la de Tarpuntayes y Culunchimas de Man co ; en esta época los aliados reaccionaron e impusieron la jefatura o sinchazgo de uno de sus miembros, así se explica también la llegada de Lloque al poder. Los alcabusas, también aliados, continuaron todavía como rivales y sometidos contra su albedrío; de allí las dificultades que oponían en la posesión y cul tivo de la tierra , hasta que fueron definitivamente sometidos por Mayta Cápac. ( 20a) “ El Vocablo Mayta o Mayttu , no se usaba sólo, como apellido, sino siempre acompañado de algún calificativo que indicaba el linaje : Copali.

Mayta, Apu-Mayta , Cunti-Mayta, Usca-Mayta, Rimachi-Mayta, Quispi-Mayta, Coca-Mayta etc., entre los más conocidos. Esto se explica por su significado estatua, imagen , - y el calificativo indica de quién o de qué era la estatua ". ( 21 ) Lloque equivale a zurdo. " El Zurdo memorable ” Latcham, ob. cit. pag . 700, se le nombraba a este Sinchi. El zurdo, o hábil en el uso de ambas manos y brazos, es muy apreciado entre los salvajes ; se le supone dotado de

cualidades divinas. En la Biblia el Juez Aod, se decía, que había recibido este dón de Jehová : Aod era zurdo.

Lloque es, también, un árbol de madera muy fuerte y resistente; no deja de cuadrar con la calidad del jefe indio .

1

EL IMPERIO INCAICO

121

hua, hija del sinche de los Omas. Los Omas parecen haber sido desde antiguo aliados de los ayllus de Manco, ya que, seguramente,

eran ramas de los Tarpuntayes. El nombre está desfigurado, espa ñolizado. El verdadero era Umu, equivalente a hechicero, sortilago interprete de las Huacas. (22 ). La alianza debió reportar a los quichuas de Manco gran ven taja, ya que el poder sacerdotal quedó incorporado a este linaje ; no otra cosa nos revela el nombre del pontífice máximo del Imperio, el Huillac-Umu, o Villac-Umu, ( 23 ) . De esta alianza de un hijo del

ayllu Sahuaseray (24) con una mujer salida de uno de los ayllus adventicios de Tarpuntayes, nació un vástago de cualidades sobre salientes, el célebre Maita -Cápac. Su nombre denuncia su progenie, ya que tiene el totémico del ayllu paterno y el calificativo de los ayllus tarpuntayes.

Lloque dejó un linaje al que se nombró Ahuanin -ayllu, o sea el ayllu de los tejedores, ya que la habilidad en el tejido seguramente fué la cualidad del linaje. ( 24 ").

Lloque, aunque casado con varias mujeres, parece no haber te nido descendencia sino en una o dos de ellas, pues sus hijos casi todos llevan el nombre del tótem o guaoqui paterno, Maiťa. Asi, en las Informaciones de 1572, figuran : Apu Tito, Tito Ahuaini, Tito Ri machi, Felipe Tito, Conde Maita, Juan Bautista Quispe Conde Maita, don Juan Tampu Usca Maita de 60 años ; don García Amauz de 45

años, y Miguel Rimachi Maita. (Este último no sería el Tito que, bautizado, tomó el nombre de Miguel ? ). ( 22 ) Umu = el hechicero. Vocabulario de Holguín, pág. 379. (23 ) “ El Gran Sacerdote del Sol, el Gran Hechicero del Consejo del Inca ”. Holguín ,Vocabulario, pág. 379. El cambio de la u en o en nombres formados de sílabas labiales, era fre cuente entre los españoles lenguaraces. Así se decia Orco cerro , por Urco

cerro Oro -pesa, por Uru -pisa. Uru = gusano. Cieza de León dice que la mujer de Lloque, fué hija del señor de Uma. Cieza, Señorío cit. ( 23 ) Recuérdese que los Sahuaserayes se decían descendientes de Ayar Uchu, Informaciones de Toledo. ( 24a ) Ahuani = tejer. Aguanini = el tejedor magnífico , o el mejor teje dor. El nombre del ayllo, que se ha desfigurado al ser trasladado por los cro nistas, se conserva casi sin alteración en la Relación de los linajes del Palentino;

éste dice: " el linaje de Lloque -Yupanqui se nombró Aguanin ” . Ob. cit. Lib. III. C. VII.

Patrón lo escribió mejor : Ahuanina. “ La Suseción de los Incas” Monogra fía en Ateneo de Lima, Año, 1897, pág. 215.

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HORACIO URTEAGA

Garcilaso dice que de este linaje existían en el Cusco , a prin cipios del siglo XVI, 63 miembros. Las Noticias del Cusco, de Esqui vel , dán la siguiente relación :: Apu Conde Maita.

Oro Huaranga . Apu Tisoc Conde Maita .

Maita Poryan . Kayan Yahuaisa. Paucar Yalli.

Conde Ancalli.

El nombre de esta parcialidad , dice, se nombraba Hahuaynin ayllo.

Sinche Mayta Cápac Maita Cápac, hijo de Lloque Yupanqui y de Mama Cahua, fué elegido sinche a la muerte de su padre. Tenía cualidades apropiadas

para el gobierno militar. Siendo joven se había distinguido como altanero y valeroso, y alguna vez, en las reyertas de su familia con los alcahuisas rivales de los tarpuntayes y culumchimas, los había atacado y vencido. La leyenda contaba entonces la hazaña del mu chacho maltratando al hijo del sinche de los alcahuisas, (25 ) y ven

ciéndolos en repetidos encuentros, hasta lograr su definitivo some timiento.

Mayta Cápac es el Hércules de la leyenda peruana. Se le hace excursionar a la región boscosa de Antisuyo, y vencer monstruos,

inventar los puentes colgantes, conquistando regiones lejanas hacia el Cuntisuyo, ( 26 ) fomentar las industrias, y dar mucho auge a la ( 25 ) Sarmiento, Garcilaso y Balboa, han conservado esta tradición. El

primero la ha contado en forma más atrayente y simpática. Dice así : “ Mas, los Alcabisas, no pudiendo sufrir las travesuras de Mayta Cápac, que, con “ favor de Lloque Yupanqui y de los ayllos, que le guardaban, les hacía, deter " minaron de volver por su libertad y aventurar las vidas por ello. Y así esco " gieron diez indios determinados, que fuesen a la Casa del Sol , donde vivían “ Lloqui Yupangui y Mayta Cápac su hijo, y entraron con determinación de " matallos. Y a esta sazón Mayta Cápac estaba en el patio de la Casa jugando 6

" a las bolas con otros muchachos. El cual , como viese entrar sus enemigos

" con armas en su Casa, arrebató una bola de las con que jugaba y con ella dió " a uno y lo mató, y luego a otro y , arremetiendo tras los otros, los hizo huír .

" Y aunque se le escaparon, fué con muchas heridas; y desta manera llegaron " a sus cinchis Culunchima y Alcabiça ” . ( 26 ) Se le atribuye la fundación de Arequipa. Véase Garcilaso, Comentarios Reales, Primera Parte, Lib . III c. IX.

Anello Oliva, Historia del Perú. Lib. I. c. II párrafo 5.0

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EL IMPERIO INCAICO

hechicería, protegiendo a los sortilegos. ( 26 ) . Mucha es la fantasía de los narradores indios, pero sus alabanzas guardan el recuerdo de la habilidad y la energía de este sinche, que, seguramente, supera a los anteriores en audacia y valor.

La ascendencia de Maita Cápac no puede dar lugar a dudas ; tiene el nombre derivado, como ya dijimos, del tótem del ayllo pa terno, y del calificativo ilustre de los ayllus Culunchima ; en este sentido pertenecía a la más rancia nobleza quichua de los Hurin Sayas. Como su padre, buscó mujer entre los ayllus de su raza

que tuvieran importancia, y se casó con una doncella del pueblo de Tarpu Kori. Sarmiento la hace del pueblo de Tacu -Caray, y Balboa de Taucarás. Ambos cronistas han desfigurado el verdadero nombre Tarpu Kori, cuyo significado es el de sembradores animosos.

( 27 ) . Así, por más que la unión fué entre ayllus distintos, quedó encerrada la progenie entre la gran Tribu de los Tampu -tocco, o Cápac-tocco de Paruro.

Es posible que la posición del pueblo de Tarpu -Kori, en la re gión Sur o del Colla suyo, haya dado margen a que los informantes al padre Cobo le hubieran asegurado que la mujer de Maita Cápac, llamada Mama-Taucaray Yacchi, era hija del cacique de los Co llaguas. ( 28 ) . De su unión con esta india nobilísima le nacieron cuatro hijos

llamados Tarpu Huaman , Apu Conde Maita, Quisco Ahuaini, Roque Yupanqui y Cápac Yupanqui. A este último se le nombra el pri mogénito por el hecho de ser el sucesor en el sinchazgo ; pero es

casi seguro que no fué hijo de Maita Cápac, por las siguientes razones :

En primer lugar, la falta de renombre del sucesor, bajo el reinado de su supuesto padre. Por lo mismo que la eleción de sinche ( 26a) . El reinado de este príncipe fué notable por la influencia que tu vieron en esta época los brujos y astrólogos ''. Balboa, Ob. cit. c. II. pág. 19. ( 27 ) De tarpuy

sembrar, y Kori = valiente, esforzado, animoso.

( 28) La noticia del Padre Cobo, es muy curiosa e interesante. Dice así : “ En teniendo edad el Príncipe, tomó la borla y el gob rno del reino y se

" casó con una señora llamada Mama-Tancaray -Yacchi, hija del cacique de los “ Collaguas; y por este respecto, los indios de aquella provincia hicieron en " servicio de estos reyes una casa toda de cobre en que aposentarlos cuando “ fueron a visitar a los deudos de la reina. Parte deste cobre se halló con

" diligencia que pusieron los frailes de San Francisco que tienen la doctrina " de aquella provincia del cual hicieron cuatro campanas grandes, y lo demás “ que faltaba dijeron los indios que lo habían dado a Gonzalo Pizarro y a su

" ejército, en tiempo de las guerras civiles ” . Tomo III c. 140. 16

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HORACIO URTEAGA

recaía en la persona más capacitada en el arte militar y con crédito de valiente y esforzado, cualidades que se habían hecho visibles en

Roca bajo el reinado de Manco su padre, y en Maita bajo el de Lloque Yupanqui ; la súbita aparición de Cápac Yupanqui en el

sinchazgo sin antecedentes remarcables, nos hace presumir que fue ra conocido por su valor, sin haber figurado entre la descendencia de Maita Cápac. El nuevo jefe parece más bien, pertenecer a un ayllo

noble de los viejos troncos de Paruro, o ser hermano de Lloque Yu panqui, ya que el apellido Yupanqui aparece súbitamente en el sinchazgo de Lloque. & Que significado tiene este apellido ! Según los analistas incai

cos, era un adjetivo mangnífico ; equivalía a memorable, digno de recordación. Sin embargo tal significado se aplica a la palabra por ser apellido de personas ilustres y heróicas, y, perdiendo su verda dero y original sentido, se transformó en término de alabanza. (29 ) . Más probable es que el ayllo del que salió Lloque estuviera emparentado con algún ayllo de los adventicios de Paruro, deriva ción de los Tarpuntayes o de los Mascas, ( sembradores o guiadores,

guías,) cuya ocupación era la indicación de las tareas y repartición de los frutos, ( yupani o yupangni), ( 29a ) y que, bajo el gobierno de Lloque cobraron tal importancia y prestaron tales beneficios al sinche, que éste se filió con el nombre de estos parientes que sobresalían, que dando, desde entonces, incrustado en la nobleza el nombre de Yu

panqui, que, desde entoncs vá a figurar cada vez con mayor lustre. El ayllu de Maita Cápac se nominó Usca Mayta Panaca. La voz

Usca no existe en los vocabularios, y, quizá, sea una alteración de Masca Mayta, la efigie o imagen de Masca, ascendiente lejano o pacarina del ayllu .

Respecto al tótem o guaoqui de este Sinche, escribe Sarmiento lo siguiente: “ Cuentan deste que como el pájaro indi que Mango Cápac había traído de Tambo toco, lo hubiesen heredado los suceso res suyos y antecesores deste Mayta Cápac, siempre lo habían tenido cerrado en una petaca o cajón de paja, que no la osaban abrir, tanto era el miedo que le tenían, mas Mayta Cápac, como más atrevido ( 29 ) Es muy común en la onomáctica de toda lengua. En España Jos ape

llidos Bravo , Valiente, Bueno, Malo , etc., datan de los calificativos aplicados a cualidades de los Caballeros de la Cruz, en las Cruzadas con los infieles : San cho el Bravo ; Guzmán el Bueno, Juan el Malo, etc., etc. , etc. contar o hacer cuentas. Los ynpani o yupanqui, era los ( 29a ) Yupani

dedicados al recuento de frutos en el reparto, ocupación adyacente al tarpuntay.

EL IMPERIO INCAICO

125

que todos, deseoso de ver qué era aquello que tanto guardó sus pa sados, abrió la petaca y vido el pájaro indi y habló con él, cá dicen

que daba oráculos. Y de aquella confabulación, quedó Mayta Cápac, muy sabio y avisado en lo que había de hacer y de lo que le había de suceder .” Véase Sarmiento , pág. 47. ob. cit. En la época de las Informaciones de Toledo, existían de este ayllo los siguientes personajes : Don Juan Tambo Usca Maita, de 60 años.

Don Felipe Usca Maita de 70 años. Don Francisco Usca Maita de 30 años .

Don Baltazar Quispe Maita, sin desginación de edad . Garcilaso dice que de este linaje vivían en el Cusco, a princi.

pios del siglo XVII, 35 individuos, y las Noticias Cronológicas, de Esquivel, dá la siguiente relación : "Tarco-Huamau, Páucar Mayta, Apu Kori Mayta, Apu Orco " huranka, Apu Hahuascha, Apu Usca Mayta, Cunti Mayta, Apu

“ Chima, Michi Yupanqui, Apu Tísoc Yupanqui, Apu Yupanqui, “ Aunqui Huarin Anco, Auoqui Copalli Mayta, Apu Saylla, Kaka “ Auqui, Auqui Chuma Huicsa, Quisquis Llauquiri Mayta, Huaca “Mayta, Huayta Mayta, Inti Cusi Mayta, Auqui Tarqque, Tampu “ Usca Mayta, Auca Marca, Apu Choko, Aukaylli Qqueso Mayta, Au " qui Llámac Chima, Auqui Yanaura, Auqui Ttocay, Kahin Tupac, “Auqui Sútic, Auqui Cullin Chima, Auqui Hualla, Auqui Alka, Ko “ chan Cunti Mayta. Esta parcialidad real, se llama ayllo Usca

" Mayta panaca ". Anales y Noticias Cronológicas del Cusco, Esquivel, pág. 21 .

Sinche Cápac Yupanqui Muerto Mayta sin un hijo que mereciera la jefatura del sin chazgo, los ayllos de Hurin se confabularon para elegir jefe a un miembro de la familia de los Yupani o Yupanqui, el que, para acre

ditar su parentesco con los troncos nobles de quichuas, tomó el nom bre de Cápac, figurando como sucesor consaguíneo de Maita Cápac. Cápac Yupanqui casó con Mama Cura Hillapay Cahua, cuyo verdadero nombre era Mama Cori Tupay Cahua. Los elementos de esta onomástica están demostrado que Cápac Yupanqui tomó por

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mujer, también , a una india emparentada con los Yupani. (30) o con los cahuares o chahuares.

Era hijo del sinche de los Ayamarcas, o, mejor, Ayar Marcas,

del linaje de los quichuas de Paruro . Asegura Sarmiento que, de las mujeres que tuvo, además de la legítima, le nacieron los siguientes hijos :

Apo Calla, Humpiri, Apo-Saca, Apo -Chumachaui, Uchu -Cunas, Callorando, Apo - Urco -Guaranga, y, por fin, de la Coya, a Inga Roca. Este último, como veremos, no fué hijo de Cápac Yupanqui, y se le impone tan sólo para confirmar el orden de sucesión heredi

taria, en la que creían, a pié juntillas, Sarmiento, Morúa y Garcilaso . Cápac Yupanqui fundó el ayllo llamado Apo Mayta, cuyo sig. nificado es envoltorio del jefe, o momia del jefe; singular designa ción, que significaba, seguramente, la veneración a la memoria del antepasado ilustre y que tan solemne culto se le tributaba en las fiestas del Raymi.

El tótem o guaoqui de Cápac Yupanqui fué también el ave indi o halcón, ya que con el mismo nombre de Apo Mayta se designaba al guiaoqui de Lloque Yupanqui, pariente por este mero indicio del

sinche Cápac Yupanqui. En la época de las informaciones de Toledo, figuraban como re

presentantes de este ayllo los siguientes : Francisco Copca Mayta, de 71 años. Juan Quispe Mayta, de 30 años. Juan Apo Mayta , de 30 años.

Cristóbal Cusi Hualpa ,-sin designación de edad y lo mismo : Antonio Piçuy. Francisco Cocoçaca.

Alonso Rupaca. Garcilaso asegura que de este ayllo existían en el Cusco, a

principios del siglo XVII, cincuenta y seis representantes, y en las Noticias Cronológicas del Cusco, Esquivel dice lo siguiente: ( 30 ) Cahua

madeja, madejo de hilo ; y si Yupany es contar, yu

pani- cahua es contar por madejas o manejos de hilo, sistema numerario de los quichuas, (sistema de los quipus ) ocupación de los contadores,

(quipo

camayos ).

Cahua, es también espía, guarda, centinela. Vocabulario, Holguín, pág. 162. El verdadero nombre de la coya lo ha dado Pablo Patrón, en Sucesión de los Incas. Ateneo de Lima, pág. 240.

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“ Dejó otros muchos hijos e hijas, legítimos y bastardos, que pa

saron de 80. Sus descendientes, según el árbol real que se remitió " a la majestad del señor Felipe II, fueron : Auqui Aupu Mayta, “ Apu -Rimachi Mayta, Auqui Huallcakan, Kurin Yahuayra, Paucar “ Yalli, Thaka Chúcar-Mancha Yupanqui, Kuchun, Puiruru, Ticlla “ Mayta, Auqui Quisquis, cuyo tataranieto fué el gran capitán Quis " quis de Atahuallpa Inca. Esta parcialidad y familia real se llamó “ Ayllo Apu -mayta Panaca Koskos ".

Conocidos la filiación y linaje de los Sinches de Hurin Cusco,

cuyo gobierno no tuvo las características de una verdadera reyecía sino solamente las de un mando precario, a efecto de la azorosa

vida de los inmigrantes al valle, defendiendo las posiciones conquis tadas, aclaremos el problema de la estensión de su señorío . Garcilaso, y cuantos a éste han seguido en la relación de los hechos de los Sinches de Hurin Cusco, les atribuyen grandes con

quistas. Se dice que , salidos del valle del Cusco, llevaron sus ejércitos victoriosos y la dominación, hasta el fin de la altiplanicie del Collao y el valle de Arequipa, por el Sur ; las montañas de los Andes, por el Norte y Oriente, y el río Apurímac, por el Poniente. Nada es , sin embargo, más inexacto. Las verdaderas noticias tomadas a los analistas quichuas desde la época de Vaca de Castro, y los relatos de los más serios cronistas están conformes en afirmar que los cinco jefes o sinches de Hurin Cusco, apenas hicieron otra cosa que man

tener la poseción del valle del Cusco y someter a los que, siendo al principio aliados se convirtieron en súbditos.

Los quipucamayos Callupina y Supno que depusieron ante Vaca de Castro, contaron que ni Sinche Roca, ni Lloque Yupanqui ni Mayta Cápac, aumentaron gran cosa el señorío de Manco ; bajo Cá

pac Yupanqui se conquistó, decían, hasta Vilca y los Soras y Aima raes, ( es decir hasta las márgenes del Apurímac,) y más bien se le venían a la obediencia del Inca por temor que por voluntad. ( 31 ) . (31) Relación de los quipocamayos a Vaca de Castro. Col. Urteaga. Romero t. III, ( Segunda Serie ), págs. 12 y 13.

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Ondegardo es más explícito. Después de narrar los orígenes de los Incas y su llegada al Cusco y el gobierno de los primeros, dice : .... e así con este título, anduvieron muchos años, sin poder seño :

rear más de aquella comarca del Cusco, hasta el tiempo de Pacha

cuti Inga Yupanqui”. En esta afirmación concuerdan Cieza, Acosta, Balboa y Molina. ( 32 ) .

( 32 ) Molina dice : “ Tenían en estos quipos, que casi son a modo de “ pavilos con que las viejas reçan en nuestra España, salvo ser ramales, tenían " tanta cuenta en los meses, años y luna, de tal suerte que no había herrar

“ ( sic ) Luna, año ni mes, aunque no con tanta puliçía como después que inga “ Yupangui empeçó a señoriar y conquistar esta tierra , porque hasta entonces los “ Ingas no habían salido de los alrededores del Cusco, como por la relación " que V. 8. retiene parece. Este Inga fué el primero que empeçó a poner cuen “ ta y razón en todas las cosas y el que quitó cultos y ceremonias y el que hizo

6

" los doce meses del año ...

Fábulas y Ritos de los Incas, pág. 15 . Cieza, Señorío , c. XXXV y XXXVII.

Acosta, Ob. cit. Lib. VI, c. XIX -XX. Cabello Balboa Ob . cit. c. II- V .

CAPITULO XII

DINASTIA DE LOS INCAS DE LA RAMA DE LOS HANAN

Inca Roca

La llegada de Inca Roca al poder señala un cambio radical en la constitución del gobierno entre los ayllus quichuas del Cusco. Cápac Yupanqui fué el último de los sinches o jefes militares. A su

muerte se opera toda una revolución social. Los ayllus quichuas postergados en el gobierno, seguramente, ramas numerosas de los antiguos alcahuisas, sahuaserayes y antasayos, que bajo el gobierno de los ayllos de Manco habían ocupado un lugar inferior en la cons titución de la ciudad y en la posesión de tierras, los que habían

sido alejados de la parte fértil del valle y vivían en las afueras del Norte y Oeste, como advenedizos o hanansayos, alcanzan , si no el

gobierno, el reconocimiento de una igualdad política y económica, yу la elección de un jefe de amplias miras políticas. Este es conocido con

el nombre de Inca Roca. Su onomástica revela que pertenecía a la rama ayllal del segundo Inca, del que se origina el nombre Rocca, y la palabra “ Inca ” con que se le designa, es una nueva revelación del cambio de funciones que en él se operó.

Ya sabemos que entre los ayllus existían dos jefaturas: la civil y la militar. La civil era el incazgo ; la militar el sinchazgo. Inca y Sinche eran dos personajes que se ocupaban, el primer de la admi

nistración económica y ritualidades del ayllu ; el sinche de la orga

130

HORACIO URTEAGA

nización de los ejércitos, y de las guerras. Durante el tiempo de las

inmigraciones y del establecimiento en el Cusco, la vida de sobre salto y de ataque y defensa, había dado importancia capital al sin che sobre el inca, y de allí que la tradición conservara el recuerdo de los jefes militares y no de los civiles ; éstos tenían una función tranquila y obscura, mientras los primeros la tenían novedosa y

atrayente. Además, cada ayllo o linaje ya en posesión de territorio propio, tuvo sus púrics o jefe de familias, y su Inca o administrador de toda la parcialidad ; pero el ayllo confederado con otros, reconoció la jefatura única para todos los linajes de la confederación, de un Sinche. Así, pues, mientras en la confederación existía un Inca para cada ayllo, sólo existía un Sinche para todo el haz de los ayllos confederados. Razón demás para que el sinche tuviera una impor tancia capital, sobre los incas. Pero a la muerte de Cápac Yupanqui, la extensión del señorio

de los ayllos quichuas de Paruro con el sometimiento de los antiguos rivales, reclamaba una atención muy viva en las relaciones de la economía general de la confederación. Ya no sólo eran guerras y

conquistas, ataques y defensa, las ordinarias preocupaciones de los ayllus, sino la distribución de tierras y de aguas, el régimen de tra bajo y el orden y la garantia eivil. En este momento histórico que

había de llegar, la más elemental previsión tenía que imponer la refundición del sinche y del inca. Sólo se necesitaba un hombre capaz de realizar esta función, y este fué Inca Roca.

Que el nuevo sinche o jefe fué uno de los incas de los ayllos, no cabe duda, pues el nombre lo denuncia ; seguramente el elegido

se había recomendado por su competencia administrativa y por su valor y pericia militar ; quizás era la primera vez que los jefes de ayllos, o sean los incas reunidos en Consejo, ( Consejo de los Ore

jones,) designaba por sịnche a uno de los incas. De allí el título, bien remarcado :: Inca Roca.

Mas, de qué ayllo procedía el nuevo Inca ?

Hay dos suposiciones en este intrincado problema : La que hace a Roca representante lejano de los ayllos postergados o ayllos hanan que, como reacción al gobierno de los hurín , establece este cambio de dinastía y de constitución política en el señorío cusqueño ; o la

que hace de Roca un miembro de los ayllos Hurin, pero que, a fin de refundir y unificar la confederación de todos los ayllos se pro

131

EL IMPERIO INCAICO

clama jefe de los Hanan no obstante su filiación con los Hurin. Esta última suposición es más probable. La probabilidad crece cuan

do se observa la marcada predilección de Roca por el servicio del Sol y los beneficios que otorga al ayllo de los tarpuntayes. Hasta parece haber sido el inca, de éste ayllo, y, tal vez, el sacerdote prin cipal del culto helíaco. Sarmiento trasmite la noticia de haber sido Inca Roca morador de Inti Cancha, y que al subir al poder, cambió de residencia yendo a establecerse en Coracora en lo alto de la ciudad donde se construye un palacio. Los informantes a Vaca de Castro ( 33 ) contaron que Inca Roca “ mandó labrar las casas del Sol de

labor de cantería, y ordenó que en cada pueblo hubiese casa de ma maconas, mujeres dedicadas al Sol ” . Cobo, por su parte, cuenta que, “ antes de casarse ( Inca Roca ) precedió el que el sacerdote del templo del sol le dijo que convenía

que se casara, porque el Sol su padre, le había mandado que se lo dijese, porque así convenía, y que muy pronto tendría muchas ba tallas y sería señor de muchas provincias. ” ( 34 ) .

Otra muestra y revelación del carácter religioso y ritualista del Inca lo encontramos en la relación que hace Morúa, con tanta minuciosidad, de las innovaciones del soberano en cuanto al culto de los muertos y al ceremonial cortesano :

.... " Mandó este valeroso Inca Roca en su tiempo, nombrar ciertas

" estatuas o piedras en su nombre, para que en vida y en muerte “ se les hiciese la misma veneración que a los reyes Ingas y cada “ ayllo o linaje tuviese su ídolo o estatua de sus ingas, los cuales

“ llevaban a la guerra y sacaban en procesión para alcanzar agua y “ buenos temporales, y les hacían ciertas fiestas y sacrificios a estos “ ídolos ” ..... Y más adelante agrega :

. “ Era este valeroso Inca Roca acatado y temido, y cuando “ los indios hablaban con él miraban al suelo, por no le mirar a la " cara, y cuando entraban donde este principe Inga estaba, iban ca

“ bizbajos y humildes y de rodillas, y antes que empezasen a decir “ algo a este dicho príncipe Inga pedíanle su bendición y licencia, “ al cual decían su embajada muy callado y con mucha humildad ; y ( 33) Informaciones de los quipocamayos a Vaca de Castro, Col. Urteaga Romero, t. III, 1 (2.a Serie) pág. 14. (34) Cobo, Lib. XII, c. ix. 17

!

132

HORACIO URTEAGA

“ muchas veces, de turbados, no le sabían hablar, el cual, como tan sagaz y discreto, les consolaba, haciéndo muchas mercedes, con cara " muy alegre y pura ” . ( Véase Morúa pág. 17. ob . cit. )

Es de presumir, después de las noticias apuntadas, que Roca, sacerdote del ayllo Tarpuntay y valeroso hombre de guerra, ( 35 ) com prendiendo la necesidad de separar las funciones sacerdotales de las del incazgo, y dar a aquéllas toda la importancia y suntuosidad debida, instituyó el pontificado máximo o sacerdocio máximo del Villac Umu, o cabeza del culto del Sol, ( 36 ) en la persona de su

pariente, quizás su hermano uterino, (37 ) le construyó casa, en grandeció el santuario ; dejóle en su sede Inti Cancha, ( después

Cori Cancha) como jefe, y la residencia militar y civil la trasladó a los barrios altos halagando así la vanidad de los ayllos de Ha

nan, que veían establecerse en sus barriadas el palacio del señor. Quedóse ya, desde entonces, la división municipal de los Hu rin o de los barrios bajos, y de los Hanan, o de los barrios altos, perdiendo su primitiva característica de originarios y forasteros, toda vez que el nuevo inca trataba de fundir en un todo orgánico

las parcialidades de una misma raza y borrar las divisiones ocasio nadas por rivalidades que ya no tenían razón de ser. Inca Roca, comprendiendo el interés de la colectividad y las necesidades de la nueva vida civil y urbana que inauguraba, tomó a su cargo con una actividad asombrosa, la administración muni cipal y la guerra. Fué inca y sinche en la forma más adelantada y eficaz.

Reglamentó la distribución de las tierras y el reparto de he .

redades y viviendas ; el viejo Cusco, formado de agrupamientos de chozas en Inti Cancha, Quispi Cancha, Quenti Cancha, Rímac Pampa, Cullun Cachi, Colcampata , Carmenca, y Cusi Pampa, fué cortado por calles que dividieron los barrios. El agua de los ríos que se desbordaba y formaba pantanos, fué represada y corrió por la ciudad en canales. Inca Roca designó esta labor hidráulica, acom

pañado por sus hábiles trabajadores, los ayllos de los Maras y ( 35 ) No estaban reñidas las funciones de sacerdote del Sol y de guerrero. Sacerdote del Sol; Uma = Cabeza .

( 36 ) Villac

( 37) “ El Villac -Uma era hermano del Inca ". Garcilaso, Comentarios Reales, Lib. IX . C. XXI.

EL IMPERIO INCAICO

133

Tarpuntayes. ( 374) . Dió, así mismo agua potable al Cusco. Los dos arroyos que descendían del cerro y llevaban el líquido en cañas labradas por los indios sútic, se nominaban de Hurin Chacan , que

riega el Cusco bajo ; y Hanan Chacan, que surte de agua al Cusco alto .

Roca no fué menos diligente en la guerra. Quizás si su espí ritu organizador lo llevó a constituir el primer ejército regular y

disciplinado, toda vez que lo vemos salir del valle y llevar sus armas a conquistas más lejanas. Siguiendo el Vilcanota, impuso obediencia a los ayllos qui huas, que si bien, habían respetado a los sinches del Cusco, no les

estaban sometidos. Aunque eran de la misma raza, como ramas de los ayllos de Paruro, vivían independientes y desparramados por la vía del Collasuyo, en Muina, en Urcos, al sur del Huanacauri, en Cayllo Marca, y otros lugares. A todos ellos atacó y venció el

Inca Roca. Por el lado del Norte y del Oriente, fué, también , im poniendo su autoridad soberana. Una de las más fuertes y extensas parcialidades, la de los Ayar-marcas, que mantenían su autonomía, fué atacada y vencida. Roca para concluir con ellos se alió a sus

rivales, los ayllos Guayllacanes, que, vecinos de los Ayar-marcas, vivían en contínua reyerta con éstos. Atacados los Ayar-marcas por

los Guayllacanes, fueron derrotados en cruenta lucha. Roca inter vino, según deja entrever la leyenda como pacificador, y obligó,

por fin, al sometimiento a su autoridad, a ambas tribus. La leyenda oculta esta guerra y sus intrigas en la leyenda del rapto del hijo de Roca por los Guayllacanes, su entrega a los Ayar-marcas, su

rescate del poder de éstos por los mismos Guayllacanes, y la paz general, afianzada con uniones matrimoniales. Inca Roca, casado con Mama Micay, hija de Sama Inca, del ayllo de los guayllaca

nes , dá a Tocay Cápac, sinche de los ayar -marcas, antes su rival, por mujer a una de sus hijas, y a su vez, entrega a la suya, Mama Chicya, para que se despose con Yáhuar Húacac, de la tribu Guay ( 37a ) Los tarpuntayes y los maras fueron los que en los orígenes de la nacionalidad se ocuparon de la labranza , de las tierras, y eran, por lo mismo, hábiles hidráulicos y facedores de calzadas, acueductos y andenerías. En el apogeo del imperio dieron personal hábil para la ingeniería civil y militar. Maras piedra de sustentación, quizá alusión a su oficio de arquitectos o inge nieros hidráulicos.

134

HORACIO URTEAGA

llacan, ya que descendía de la famosa Micay, cuya belleza había sido la causa de la guerra . (37b) .

Inca Roca, como se vé, fué el primer soberano verdaderamente digno de este calificativo. Tuvo el concepto de la reyecía, como ninguno de sus antecesores, y realizó con el éxito más acabado, 1

la unificación de las tribus quichuas, cuya confederación era más aparente que real. Impuso el respeto del jefe cusqueño, o Inca del Cusco ; fusionó los poderes militar y civil ; concretó y definió las atribuciones del sacerdocio , creando la autoridad del Villac-Umu y su subordinación a la persona del Inca. Creó la milicia permanente

para servir al soberano, en sus funciones militares ; y, comprendiendo la necesidad que tenía el Estado de oficiales administradores, creó

una Escuela de funcionarios, para que pudiesen manejar los resortes de la organización civil y política del incanato. Fué todo un Rey.

La creación de esa escuela de burócratas le ha valido gran fama y renombre ( 38 ) . Mas, a la vez que determinó la unión definitiva del inca y del sinche, impuso la sucesión entre los miembros de su

familia. El gran consejo de los orejones, podía, a la muerte del Inca, elegir entre sus hijos al heredero del incanato . i¡ El incanato ! Tal fué ya la denominación del gobierno. El res peto a la autoridad soberana que Roca impuso, y los intereses de

clase que creó la nueva organización , consolidaron el poder único y cada vez más absoluto del inca. El sólo señor, el hijo del Sol, el padre de los pobres, vino a ser, ya, el eje y motor de toda la vida nacional .

Inca Roca tuvo por consorte legítima a Mama Micay, pero debió tener varias mujeres de otros ayllos, a las que se unió por razones políticas. Entre sus hijos, figuran , además de los de apellidos ya

conocidos;-como Maytas, Yupanquis, Huamanes, -algunos de nom ( 37b ) Consúltese nuestros Comentarios sobre la vida de Inti Cúsi Huallpa, en Bocetos Históricos, t. I. ed. 1914.

Se puede ver en Garcilaso, Morúa, Acosta y Cieza. ( 38 ) Garcilaso atribuye esta frase al

creador de

las escuelas :

" No

conviene que la gente del pueblo aprenda la ciencia sólo propia de los que diri gen, no sea que se ensoberbezca y amengüe la república ”. Ob. cit. 1.a parte, Lib. IV , c. XIX, pág. 42.

EL IMPERIO INCAICO

135

bres que han de hacerse célebres en los reinados posteriores, como los de Huallpa y Tito .

Sarmiento enumera, como hijos de Inca Roca, a Tito Cusi Guall pa, por otro nombre Yáhuar Huácca, asegurando fué el legítimo y mayor, habido en Mama Micay, y los otros famosos: Vicaquirao,

Apo Mayta, Páucar Inga, Huaman Tacsi. Otros cronistas consignan, también, como capitanes famosos a Mayta Yupanqui y Mayta Cápac. Esquivel, siguiendo a Román y Zamora, Gregorio García y el cronista Herrera, dá la siguiente lista :

Auqui Huekaquirau, ( Vicaquirao) . Incca Páucar Huamatani, ( Huanacauri ) . Auqui Mayta, Auqui Rocca, Huaman Titu. Auqui Usca Yupanqui, Auqui Huaranka.

Huaman Túpac, Huaka Mayta, y Tampu Toco. Inca Roca dejó fundado el linaje de Vicaquirao panaca. Seguramente Roca tomó por guaoqui o tótem , el mismo indi de

sus antecesores de hurin, y ésto nos explica el que su linaje se nomi nase Villca, o Villac quirao, o sea, sacerdote que cuida del santuario del Sol, que tal puede ser el significado de esta singular designación . Villac

sacerdote del Sol. Quirao = Cuna.

En la época de las Informaciones de Toledo, figuraban como representantes de este linaje : Don Pedro Huachacona, de 53 años.

don Diego Mayta, de 40 años . don Francisco Huaman Rimachi Huachacona .

don Antonio Guama Mayta, estos últimos, sin designación de edad.

Garcilaso asegura que, a principios del siglo XVI, existían de este linaje 50 representantes.

dedi

CAPITULO XIII

INCA YAHUAR HUACA . ( TITU CUSSI HUALLPA )

Los detalles de la infancia de este Inca que trae la Crónica de Sarmiento, inclina a creer que eran exactas las noticias que los analistas quichuas tenían de este soberano, fallando sólo en cuanto

se relaciona con algunos de sus actos

político-militares ; pues,

como veremos más adelante, por atribuír las glorias de la victoria

contra los Chancas a Pachacútec, trasladaron estos sucesos a otro reinado, y no al que en rigor le correspondía. El poder y la influencia de Inca Roca no podía dejar de surtir sus efectos en la designación de un miembro de su linaje para su cederle en el gobierno. Yáhuar Huaca, antes llamado Inti Cusi Huallpa, era el hijo de Mama Micay, y, por lo tanto, de la tribu de los Guallacanes. Estos, tal vez estaban emparentados con los Huacaytaquis, uno de los ayllos nobilísimos, originarios de Paruro. Los Guallacanes, aliados a Inca Roca, y que habían contri buído a extender y consolidar el poder soberano de Roca en la vasta confederación quichua, dominando a los poderosos Ayar marcas, no podían dejar de influir en la sucesión de un Inca sali

do de su linaje. Así fué reconocido Titu Cusi Huallpa, que, al as cender al incanato, se nominó

EL IMPERIO INCAICO

137

Yáhuar Huaca , cuyo significado es el de “ la sangre nobilísima y sagrada ” : Yahuar = sangre. Huaca = cosa sagrada. ( 1 ) . Bajo el gobierno de Inca Roca, habían figurado como mili

e inteligentes, sus hijos Villca-quirao y Apu Mayta, seguramente habidos en mujeres nobles de los ayllos de Mascas, Tarpuntayes y Yupanis. Yáhuarº Huaca se asoció con sus tares esforzados

hermanos, a quienes colocó al frente de las milicias, para prose

guir las conquistas que Inca Roca había iniciado por el lado del sur y del poniente. Los analistas de Sarmiento, le atribuían la sumisión de Mohi

na, Pinagua y Mollaca, no distantes del Cusco sino de cuatro y seis leguas al Sur; luego Pillahua, el valle de Písac, el pueblo de Collca y el de Yaco, y a los indios de Chullinga, Taocomarca, y Cabiñas.

El hecho más memorabe de su reinado, es sin embargo, la in

vasión de los Chancas, amenazados desde la época de Inca Roca, por las márgenes del Apurímac, y que, de súbito, aparecieron al Norte del valle, decididos a ocupar la ciudad. En tan terrible apu

ro, Yáhuar Huaca, que se creyó impotente, se trasladó a Chita, acompañado de su familia y de la mayor parte de su ejército, que dando la ciudad a merced del invasor. Fué entonces que uno de

sus menores hijos, el príncipe Ripa Yupanqui, (2 ) levantó los ánimos

de los timoratos, reunió gente colecticia pero animosa, junto a los ayllos fieles de la comarca, y atacando a los Chancas en sus acan

tonamientos, los venció tras cruenta lucha, que la recordaba la llanura de Yáhuar -pampa .

El vencedor fué proclamado Inca por el ejército victorioso, obligando a Yáhuar Huaca a abdicar. Este, que no se resignó a dejar el mando sino en la persona de Urco, el mayor de sus hijos, vió desvanecidos sus esperanzas por el asesinato de Urco, que pe reció en una sublevación de sus propios soldados que querían, por ( 1 ) Este nombre ha dado lugar a las más curiosas interpretaciones. Una de ellas , ---La más popular , — " el que llora sangre ” derivado de Yahuar = san

gre y del verbo Huacani = llorar a gritos. Para acomodar esta designación,

los indios inventan la leyenda del niño robado, que ocultaba la guerra civil de Guayllacanes y Ayarmarcas, bajo Inca Roca .

(2 ) Unos lo llaman “ Inca Ripa ' ', otros, “ Yupanqui ”.

138

HORACIO URTEAGA

este medio, borrar la mancha de cobardía a que sé les había expuesto, y congratularse con el nuevo rey. El hecho histórico ha sido valorizado por el serio y sesudo

examen de uno de los más modernos y competentes comentaristas de Garcilaso . ( 3) . En el triunfo sobre los Chancas, es seguro que Ripa Yupan

qui tuvo la cooperación de Vicaquirao y Apu -Mayta, los valero sos capitanes de Yáhuar Huaca, ya que los vemos figurar al fren te de las tropas conquistadoras quichuas, durante el reinado de Viracocha, nombre que tomó el vencedor de los Chancas. Sarmiento asegura que Yáhuar Huaca tuvo en su mujer, Ma ma Chicya, del linaje de las ayar-marcas, tres hijos. El mayor,

Páucar Ayllo, el segundo Páhuar-Huallpa -Mayta, y el tercero y menor, Ripa, o tal vez Roca, que había de ser el futuro Viracocha.

Tuvo, además, otros hijos bastardos : Vicho -Topa, Marcayuto, e Inga Roca . (4) .

El Ripa de Sarmiento no parece ser el Viracocha de otros cronistas, ya que Sarmiento asegura que Ripa fué el tercer hijo de Yáhuar Huacca, en Mama Chicya y lo llama Atun - Topa - Inga. De to dos modos, la sucesión del incanato, pasó a uno de los menores hijos del inca destronado, a efecto del triunfo del príncipe sobre los Chancas.

Yáhuar-Huacca dejó su ayllo nominado Aucaylli- panaca, que es variante de Auca Ayllo Panaca. El nombre nos recuerda al pro (3 ) José de la Riva -Agüero, expone así el hecho y los juicios que le mere cen : “ Para resolver la contradicción entre las dos tradiciones ; la una que atri

buye a Viracocha la derrota de los Chancas, y la otra que se la atribuye a su hi jo Pachacútec, hay historiadores que acuden al cómodo recurso de atribuírsela à ambos ,sin ver que así incurren en una manifiesta duplicación del suceso . El primero que echó mano de tan burdo arreglo parece haber sido el padre Cobo

que reproduce en la vida de Viracocha la parte esencial de la narración de Gar cilaso y que luego intercala en el reinado de Pachacútec una nueva guerra con tra los Chancas y la emigración de su jefe Ancohuallu. Lorente se inclina a una solución semejante. Todo el que tenga alguna experiencia de crítica histórica advertirá lo inaceptable de tal transacción. Hay que decidirse por la opinión de Garcilaso, o por la de Cieza, Betanzos y los demás ; pero no repetir en la his. toria del hijo las mismas empresas del padre, y suponer que si Viracocha des trono a Yáhuar o Huaccac, también Pachacútec desposeyó al primogénico Inca Urco, regente del Imperio por " voluntad del anciano Viracocha ” .

( 4 ) Asegura el Cronista que los Guayllacanes, con el fin de asegurar el poder para Marcayuto, por ser su pariente, determinaron matar a Páhuar May.

ta, que debía heredar en lugar de Paucar Ayllo , que era el mayor, y dice, tam bién, que el sucesor de Yahuar Huacca, Viracocha, tuvo por nombre, siendo ni fo, Atun Topa Inga .

139

EL IMPERIO INCAICO

genitor Ayar-Auca, pacarina de los quichuas de Paruro, que ado raban al fundador del linaje en la estatua de piedra que estaba en lo que después fué el Cori-Cancha. ( 5 ) .

En la época de las informaciones de Toledo, los sobrevivien tes del ayllo de este Inca, eran : Don Juan Yupanqui, de 60 años. Don Martín Rimachi, de 26 años.

Sarmiento cita, también, a un Martín Tito Yupanqui, y a un Juan Concha Yupanqui, y a don Gonzalo Páucar Aucaylli. Quizá si los dos primeros sean los mismos de la relación que trae en el capítulo final de la Fé y Probanzas.

Garcilaso asegura que de este Inca quedaban 51 sobrevivientes . o guaoqui de este Inca fué seguramente, la estatua de Ayar-Auca, una nueva Apu-Mayta, ( o efigie del

El tótem

en piedra señor) .

( 5 ) Sarmiento, C. 13 , p. 39.

Latcham dice con muy buen acierto que a juzgar por el nombre, el ayllo de Yáhuar Huacca ha debido relacionarse con los Huacaytaquis que tuvieron por pacarina a Ayar. Auca , y que el Páucar ayllo de Sarmiento debe ser más bien

Auca ayllu. Ob. cit. pág. 719. 18

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CAPITULO XIV . INCA VIRACOCHA

El triunfo de los Chancas, la abdicación de Yáhuar Huacca ( 1 ) y la muerte de Urcos, o Urcon , ( 2 ) , determinaron la consolidación en el trono del nuevo Inca, que al, ceñirse el llauto regio, tomó el

nombre de Viracocha, el mismo del dios nacional, numen de la raza, y cuyo culto había sido olvidado. ( 3 ) .

Con Viracocha, cuyo reinado se halla entre los confines de la leyenda y de la historia, se inauguran las grandes expediciones mi litares y conquistadoras. Desde luego , la victoria sobre los Chancas determinó la sumisión de éstos, que dominaban en lo actuales depar tamentos de Ayacucho y Apurímac. Asi mismo fueron sometidos los

Pocras y los Lucanas. Para aegurar la sumisión de estas naciones, Viracocha las colmó de favores ; entre otras obras de beneficio co mún , hizo la del canal de riego de Angaraes a Lucanas, obra estu penda de ingeniería hidráulica. Con sus ejércitos veteranos y co

mandados por los célebres Vicaquirao y Apu -Mayta, llevó sus con (1 ) Respecto a los últimos años de la vida del destronado, sabemos por Garcilaso y Betanzos que el Inca destronado vivió tranquilo y respetado en un hermoso retiro y morada adecuada a su dignidad. Véase en los Comentarios Reales. Primera Parte. Lib. V. c. XXI.

Betanzos atribuye a Viracocha los hechos de Yáhuar Huaca y los narra con lujo de detalles en el Capítulo XVII de la Suma y narración de los Incas. Col. Urteaga Romero. t. VIII. ( 2.a Serie) . ( 2 ) Sarmiento de Gamboa Ob. cit. cc. XXIV a XXXIII. inclusive.

( 3 ) Cieza de León , asegura que Viracocha hijo de Yáhuar Huaca, fué ele

gido por el Consejo de los Orejones, a la muerte de su padre, y que tomó el nombre de Viracocha por una visión del dios que tubo en Urcos, Señorío, c. XXXVII.

EL IMPERIO INCAICO

141

quistas hasta más allá del Collao ; y, por la Costa, a Arequipa y Moquegua. En el norte, sus generales sometieron a los Huancas, tribus belicosas y fuertes, que poblaban el actual departamento de Junín . En el período de paz que se siguió a las grandes conquistas, Viracocha se dedicó a la restauración de santuarios, a la irrigación

de terrenos eriazos, y al embellecimiento del Cusco y de la residencia de los Incas, en el paradisíaco valle de Yucay.

No és el objeto del presente estudio, el referir los hechos mili tares y políticos de los soberanos ; sino, unicamente, establecer su rol, histórico en el período imperial; averiguar sus entronques fa miliales, y la influencia que sus linajes ejercieron bajo el incanato, y aun bajo los primeros años de la dominación española. Esta razón impone un límite a nuestros estudios de crítica, advirtiendo que la

fácil tarea de narrar los hechos de historia política desde Pachacútec hasta Atahuallpa, no es de nuestra incumbencia, por lo mismo que no constituyen, esta clase de sucesos , problemas que haya que resolver .

Las fuentes históricas son valederas para conocer el reinado de estos soberanos, cuyos hechos ya no presentan el carácter mítico o legen dario.

El ayllo que mantuvo el linaje de Viracocha, se nombraba Cocso

Panaca. La palabra “ cocso " está profundamente desfigurada, no siendo posible afirmar su verdadera fonética y sentido a través de las crónicas .

Garcilaso escribe “ zoczo ’ ’ ; Molina, “ usco ” ' ; el Palentino, “ co coc ' ' ; Cobo, “ socso ” ; Ulhe, opta por “ sujso ” , y dice que en San Jerónimo figura como " sujsu " ( 4 ) . Sarmiento escribe " cocco " o " cocso ” ; quizá la verdadera dicción haya sido “ Cucco " equiva lente a maíz, un maíz especial y apreciado, y sea así nombre del fruto que se cultivaba por el ayllo de origen, formando un apelativo, como el ayar, el coca, el oca, para no citar sino a los más comunes. ( 5 ) . ( 4 ) Ulhe, ob. cit. pág. 723. ( 5 ) Suçsu -huc el enfermizo, el sin fuerzas, atiriciado. Suçsu -ni = estar caído, sin poder sanar. Suçsu -palo = pastón , cayado.

Ninguno de estos significados cuadra como el Cocco de Sarmiento.

142

HORACIO URTEAGA

Entre las mujeres de Viracocha, figuran la coya Mama Ron do o Runtu Coya, una india hermosa, de la parcialidad de los Aya villa. ( 6 ) . De la primera se dice que tuvo cuatro hijos ; el primero .

y mayor, Inga Roca ; el segundo, Topa Yupanqui ; el tercero, Inca Yupanqui ; y el cuarto, Cápac Yupanqui. Sarmiento dá, también,

como hijos de este Inca, a Inga Urcon e Inga Cocco. La suposición de ser Urco o Urcon hijo de Viracocha, es consiguiente en el relato

de Sarmiento que atribuye a Pachacuti el vencimiento de los Chan cas, y su elevación al trono a despecho de su cobarde hermano . Otros aseguran que, además de estos hijos, tuvo Viracocha a

Inca Páucar, Cusi Yupanqui, Inca Mayta y Huayna Yupanqui. ( 7) . El guaoqui de este Inca se llamó Inca Amaru, ( la serpiente real ) . Ya sabemos que la serpiente era el símbolo del rayo, y éste era considerado como mensajero del Sol. Los tarpuntayes, que estaban

dedicados al culto del Sol, veneraban, como dice Molina, al Illapa, la serpiente de luz, como símbolo del Sol . ( 8) . Se aseguró a los cronistas españoles que recojieron la tradición imperial, que Viracocha murió casi centenario. El Consejo de los

Orejones eligió entre sus hijos al más digno del incazgo, mereciendo tal distinción Inga Yupanqui, quizá el tercero de sus hijos habidos en Mama Rondo o Runtu Caya, como asegura Sarmiento . Cuando la información del año 1572, figuraban como represen

tantes del ayllo Cocco Panaca o ayllo de Viracocha, los siguientes : Don Francisco Andi Hualpa de 89 años. don Martín Quechgua Cucçu de 64 años. don Francisco Chalco Yupanqui de 45 años. don Amaro Tito, sin designación de edad. En las Noticias Cronológicas, de Esquivel, hallamos la siguiente descendencia :

( 6 ) No vemos por qué se puede suponer a esta mujer de nación aymara, pues Ayavilla, ( que puede ser Ayar. Villac, o Aya-Villa ) , es dicción quichua cuyos términos se repiten en la toponimia y onomástica del Imperio. Mama Runtu, se ha traducido por madre blanca aludiendo a que era blanca como el huevo. Huevo

runtu .

( 7 ) El Palentino le dá los siguientes : Pachacútec ( el heredero ) el 2.0

Inga Uncon el 3.0 Inga Mayta , el 4.9 Cuna Yurachali Curopangue el 5.0 Cápac Yupangue, Ob. cit . Lib. III c. V.

( 8 ) Véase Molina Ob. cit. pág. 34 y el capítulo VII de este libro.

EL IMPERIO INCAICO

143

“ Inca Orkon, Auqui Tecse, Sihuy Inca Roca, Inca Sucsu.

" “ “ “

Auqui Tecse Yupanqui, Kolla Tupa, Apu Chalcu Yupanqui. Huayna Yupanqui, Auqui Yñaca Ttupa, Curu Yupanqui. Quispe Sueso, Auqui Michi, Apu Yanque, Auqui Ttupa. Ttupa Rarico, Páucar Uçno. La cual familia y parcialidad se

" llamó Sucsu Panaca ' .

Garcilaso asegura que de esta parcialidad existían en el Cusco 69 miembros. ( Ob. cit. la. Parte. Lib. IX. C. XL. )