El desarrollo de la habilida en ajedrez

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ARCHIVOS DE LA REVISTA “AJEDREZ EN EL CENTRO ” Producido por M.I. Raúl Ocampo Vargas. Número 1.

“EL DESARROLLO DE LA HABILIDAD EN AJEDREZ” Por el G.M. I. Carlos Torre Repetto. Traducción de la obra original aparecida en Leningrado 1926.

Septiembre de 2005

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El Desarrollo de la Habilidad en Ajedrez En primer lugar, entendamos claramente y aceptemos el hecho de que el ajedrez es ante todo un juego, pero un juego que exige del ajedrecista entusiasta serio una buena parte de su energía. El ajedrez, como juego basado en nuestro juicio y en nuestra capacidad de razonamiento, no consiste solamente en un cierto complejo de procedimientos y de principios técnicos, sino que el juego de ajedrez está influido, en un grado extraordinariamente importante, por nuestras actitudes psicológicas, nuestra sensibilidad y nuestra voluntad. En otras palabras, podemos examinar el proceso de desarrollo de nuestra habilidad ajedrecística no sólo como el hecho de perfeccionar simplemente nuestra técnica individual, sino también como algo de naturaleza psicológica, es decir, como el problema de la evolución de nuestra “esencia ajedrecística”. Esta bifurcación comienza en el momento mismo en que estamos disputando a adquirir un conocimiento más profundo del ajedrez y, con este propósito, emprendemos la tarea de estudiar un manual de ajedrez. Una vez que estamos familiarizados con las reglas generales del juego, así como su terminológia, con su historia y demás, inmediatamente nos ponemos con gran seriedad a estudiar una serie de partidas analizadas, cada una de las cuales tiene indudablemente un gran valor intrínseco que la convierte en un excelente ejemplo para el estudiante o para el principiante. Ciertamente no podemos negar que los cientos de variantes que podemos encontrar a través de las páginas de un libro de ajedrez, son extremadamente valiosas, tanto desde el punto de vista teórico como práctico y, sin embargo, el principiante no debiera someterse completamente a su fascinación. Recordemos que ni la adquisición de la habilidad necesaria para el manejo con éxito de la apertura, ni el aprendizaje de una serie de principios con los que nos orientamos a través de la fase final de la partida; pueden considerarse como un progreso verdadero en el desarrollo de nuestra habilidad en ajedrez, ya que un desarrollo sin armonía, sin crecimiento

armónico de toda nuestra conciencia e ideas, nada significa o, en el mejor de los casos, significa muy poco. Por supuesto, es muy significativo que un jugador sea muy diestro en las aperturas o en los finales, o digamos, que sea muy hábil para explotar los menores errores de sus oponentes, o que sea capaz de concebir combinaciones muy complicadas. Todas estas cualidades individuales son, sobra decirlo, muy valiosas e inalienables, pero nada más. El verdadero desarrollo comienza cuando podemos jugar cada partida con firmeza, esto es, igualmente bien y con igual fuerza en cada una de sus fases. Para nosotros no deben existir métodos aislados para jugar cada fase separadamente y de acuerdo con nuestras necesidades. Un juego de ajedrez es y debe ser considerado como una especie de conjunto armónico o una unidad que es igualmente importante en cada una de sus fases. Sólo cuando hemos alcanzado tal equilibrio podemos decir que jugamos ajedrez. Ante esta conexión nuestra actitud hacia los libros de ajedrez debe ser de respeto, pero también de precaución, precaución en el sentido que no debemos ser hipnotizados, por así decirlo, por toda la riqueza encontrada en esos libros. Los libros no deben dominarnos; somos nosotros los que tenemos que aprender a dominarlos y para este propósito tenemos que demarcar un límite claro entre la memoria mecánica y la imaginación creativa. La memoria no debe ser más que una simple ayuda para desarrollar nuestras fuerzas creativas interiores. Una vez que nos hemos familiarizado con los estilos y los métodos de juego de los grandes maestros, no podemos y no debemos intentar imitarlos ciega e irreflexivamente; no podemos por la simple razón de que nunca estaremos en condiciones de revivir en cada caso esperado el proceso psíquico que originó un cierto estilo de juego y no debemos porque, de otra manera, el ajedrez se transformaría de un juego verdadero a una proeza desagradable e inútil de nuestra memoria. Examinemos ahora cómo se supone que debemos jugar para que nuestra habilidad pueda desarrollarse y mejor incesantemente:

Si nos imponemos la firme determinación de tratar siempre de jugar mejor que la última vez, de tratar de manejar las aperturas con mayor precisión, de conducir el medio juego con mayor conciencia y el final con más lógica y seriedad, si realmente hacemos un esfuerzo para concebir cualquier combinación plausible con más agudeza y mejor exactitud táctica, entonces ascenderemos sin duda más y más los difíciles escalones de la maestría. Es esencial desarrollar en nosotros el hábito de encontrar nuestros errores, analizarlos y tratar seriamente de no volverlos a repetir. Debemos encontrar cada hueco para rellenarlo y construir una montaña sobre él. La cantidad de esfuerzo serio que hacemos en cada caso, producirá gradualmente una mejor calidad de nuestro juego y esta calidad probará más tarde ser un factor importante en la formación de nuestro “yo ajedrecístico”. Es importante notar que la formación del estilo de un jugador tiende a evolucionar a través de las siguientes etapas ascendentes: 1) 2) 3) 4)

La forma o manera. La característica de nuestro juego. El estilo El gran estilo.

Una vez que hemos conocido por primera vez las reglas del ajedrez y hemos comenzado por mover las piezas sobre el tablero por diferentes direcciones, durante nuestras primeras partidas iremos, por supuesto, tanteando nuestro camino, por así decirlo, a través de un inmenso bosque de ideas y variantes. De alguna manera sentiremos como si el curso del juego nos fuera dictando sus condiciones inexorables y, por lo tanto, a menudo experimentaremos un sentimiento análogo al de un náufrago en medio del océano. Después sucederá que gradualmente nos familiarizaremos con la geometría del tablero, con las peculiaridades y el valor relativo de cada una de las piezas y así comenzaremos a comprender y a concebir algunas combinaciones elementales, a encontrar las características básicas del hilo estratégico que esconden ciertas maniobras y, así a comprender los principios básicos del juego.

Durante esta etapa de nuestro desarrollo, en cada juego tendremos continuamente frente a nosotros cierta cantidad de posibles planes a escoger y podríamos inclinarnos a optar por los que más se ajustan a nuestras tendencias individuales, ello buscando siempre comprenderlos a todos y jugando en consecuencia. De tal modo adquiriremos pronto una cierta manera de juego. Aquí el papel principal no pertenecerá a nuestra erudición ajedrecística, ni a nuestra memoria, ni siquiera a nuestra imaginación creativa; sólo a un sentido instintivo de “autoconservación” que nos dicta ciertas tácticas y planes a seguir. Durante esta etapa, no poseeremos todavía una mente ajedrecística racional, aunque ya habrá una tendencia hacia ella. Tal tipo de tendencia será más bien inconsciente y por ello extremadamente fuerte. Así, la adquisición de una cierta manera de juego llevará a la formación de nuestra característica ajedrecística. El progreso de nuestros esfuerzos interiores junto con nuestra habilidad técnica y el conocimiento teórico acumulado, darán gradualmente la posibilidad de manejar cada partida, desde la primera hasta la última jugada, de una manera personal cada vez más alejada de normas que difieren de la personalidad propia. Sólo de esta manera estaremos en una posición de construir nuestro “yo ajedrecístico” y encontrar el largo camino de la creatividad ajedrecística. La siguiente etapa es la manifestación de un estilo especial en nuestro juego. El “estilo” es la unión de todos nuestros métodos, de todas nuestras ideas tomadas juntas como una unidad indivisible. Durante esta etapa cada juego se presenta definitivamente ante nosotros como un proceso de ideas, de sentido y de determinación unificado, mismo que es proyectado sobre el tablero. Finalmente, el gran estilo de un jugador es la unificación total, en su yo ajedrecístico, de todo lo que ha sido acumulado por el propio jugador y por sus colegas y oponentes de fuerza similar, tanto en lo que se refiere a la teoría y la práctica del ajedrez, como en la transformación de todo ello en nuestros principios universales. Detrás de todo esto se encuentra la acumulación de nuestros poderes creativos

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interiores junto con una condición esencial: concebir cada juego no como una colección de variaciones mecánicas y de momentos aislados, sino más bien como un proceso integrado, unificado. Dilucidar la cuestión de si hemos elegido la “mejor” jugada, es relativamente irrelevante comparada con la cuestión de si el plan completo que hemos escogido para el ataque o para la defensa es en realidad el más lógico de acuerdo con la posición de las piezas sobre el tablero. El desarrollo de un jugador sin tal “sentido” de unidad en el juego, sin una comprensión clara de la integridad de un juego de ajedrez, no es desarrollo alguno. Uno de los requerimientos de un desarrollo firme es la constante acumulación de conciencia, y esta es una de las supremas cualidades de todos los grandes maestros en el arte de ajedrez. Conciencia, esto es, un control completo sobre uno mismo y sobre la situación circundante, una completa eliminación de toda barrera entre ideas objetivas y su ejecución, un conocimiento riguroso de uno mismo y el tomar en cuenta todas las posibilidades creativas que estén presentes en cada momento; todo esto constituye la esencia del estilo de juego del Campeón Mundial Capablanca. En su juego podemos observar que todas las características a que nos hemos referido van unidas de la mano. Ahora teniendo este ejemplo ante nuestros ojos, debemos empeñarnos en buscar que ningún movimiento se efectúe sin una clara comprensión y una completa conciencia de nuestros objetivos. Aprendamos a librarnos de todos esos “ojalá” que este movimiento que hago traiga, por si mismo, la victoria, porque tal incertidumbre no podrá acarrear más que confusión y arrepentimiento en todo el juego. Propongámonos siempre estimar con claridad los porqués y los cómos de lo que juguemos; estemos siempre decididos a calcular y analizar con precisión la consecuencia final de cada variante antes de conducir nuestra mente a otra, y sólo después que hayamos valorado el plan correcto, debemos realizarlo sobre el tablero sin dudas. No nos demos por satisfechos, nunca, con un sólo “ojalá” que nuestras jugadas puedan

probarse las mejores, porque de otra manera simplemente detendremos nuestros progresos y caeremos en una red de estereotipos. Un juego estereotipado nunca nos permitirá crear una verdadera obra de arte sobre el tablero, porque tal arte sólo viene como resultado de una profunda concepción realizada con armonía, economía y lógica. Si nos proponemos dar libertad a nuestros poderes creativos interiores a nuestra conciencia y a nuestra voluntad, si levantamos un puente entre nuestro propio yo y la mano con la cual movemos las piezas sobre el tablero, entonces estaremos con seguridad sobre el verdadero camino de ágil desarrollo de nuestra habilidad ajedrecística.

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Desarrollo de la Habilidad en Ajedrez. Estudio Primero. Reproducimos a continuación la partida decisiva en el Torneo de Campeonato verificado en Nueva Orleans, Luisiana, Estados Unidos, noviembre de 1923. Ocho fueron los jugadores y cada cual contendió en dos partidas con su adversario. Las piezas Blancas son manejadas por el más distinguido ajedrecista del Estado. Labatt,Judge - Torre,Carlos. Nueva Orleans,EUA., 1923 1.d4 d5 2.Cf3 Cf6 3.c4 e6 4.Ag5 Ae7 5.e3 Cbd7 6.Cc3 0-0 7.Tc1 c6 Esta forma de desarrollo fue perfeccionada por Capablanca. La idea es desarrollar en su oportunidad el A de la D, llevándolo a b7, donde puede ser más útil que el AR de las blancas. 8.Ad3 dxc4 9.Axc4 Cd5 10.Axe7 Este opúsculo no ha sido escrito como un tratado de aperturas, por eso no nos ocupamos de las posibles continuaciones en este punto. 10...Dxe7 11.0-0 Cxc3 12.Txc3 b6 13.De2 Td8 14.Ad3 Como la intención de las blancas es llevar este A a a6, hubiera sido más apropiado desarrollar la TR a d1 o a c1. 14...Ab7 15.Aa6 Cierto, las Blancas hubieran obtenido un juego muy bueno, acaso un juego ganado con 15.Ae4, pero no nos concierne ocuparnos de movimientos que resultan buenos incidentalmente.

incurrir en este error. Si queremos desarrollar nuestra habilidad, no debemos perder esfuerzo alguno. Trataremos de cultivar el hábito de hacer siempre las mejores jugadas posibles durante todo el juego, las jugadas que favorezcan más nuestra posición. Esta regla no debe ser violada nunca conscientemente. 17...Tac8 18.Tfc1 Tc7 19.dxc5 Txc5 20.a3 g6 21.g3 Hubiera sido más prudente jugar 21.h3 21...e5 El avance de este peón, en otras circunstancias difícilmente justificable, es ahora una jugada muy fuerte, a causa del hueco f3. 22.b4 Txc3 23.Txc3 e4 24.Cd4 Ce5 25.Cc6 Las Blancas han creído eliminar todo peligro con el cambio de caballos. 25...Dc7 Dar jaque con el caballo sería inútil, porque las Blancas sencillamente lo tomarían. En cambio, con la jugada que se ha hecho, se logra colocar una pieza en una posición muy favorable, que les permite aprovecharse del punto débil f3. 26.Dc2 Ninguna otra jugada sería mejor. 26...Cf3+ 27.Rf1 Td3 Ahora no hay defensa contra la amenaza de doblar en la fila d. 28.h3 Dd7 . 0-1

15...Axa6 16.Dxa6 c5 17.De2 Como resultado de la pérdida de tiempo en la jugada 14, que no ayudó en nada absolutamente, las Blancas han perdido ya la ventaja de la apertura. Debemos evitar el

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13.Cf3 Estudio Segundo. En el curso del Torneo por el Campeonato del Estado de Nueva York , en octubre de 1924, tuve que ganar el siguiente juego a fin de igualar al que llevaba el primer lugar, y más tarde gané el match. Por esta razón considero la partida como la más meritoria de las que he ganado.

Aquí las Blancas siguen el curso más sencillo, contentándose con una pequeña ventaja para el final que se aproxima. Más complicado hubiera sido el avance de 10.f4. 13...Dc7 14.Af4 Db6 15.Ad6 Dxb3 16.Axb3 Te8 17.Cg5 Cd5 18.e4 h6 19.exd5 Con 19.Cxf7, pierde después de 19...Txe4.

Torre,C - Jennings,H Nueva York, EUA; match(2). 1924 1.d4 Cf6 2.Cf3 d5 3.c4 e6 4.Ag5 Cbd7 5.e3 c6 6.Cbd2

19...hxg5 20.Tfe1 Cf6 21.Txe8+ Cxe8 22.Ae7 cxd5 23.Axd5 Cc7 24.Ae4 f6 25.Tc1 Ce8 Diag.59 26.Ad5+ Rh7 27.b4 Rg6 28.Tc4 Tb8 29.h4

Eludiendo la forma ordinaria de la variante Cambridge Springs que puede resultar muy dificultosa. 6...Da5 7.a3 dxc4 Las Negras cambian antes de jugar Ad6, pues no les agrada c4-c5. 8.Axc4 Ad6 9.0-0 e5 Enrocar hubiera sido más seguro, aún cuando las Blancas retuviesen la ventaja de manera más sencilla con Ad3, amenazando cambiar la pieza más útil de las Negras.

29….g4

Las complicaciones que resultasen de 10...e4,11.Ce5 favorecerían a las Blancas que tienen mejor desarrollo.

La posición de las Negras no era muy buena de cualquier manera, pero aquí debieron haber cambiado. En su posición inferior, las Negras se crean una gran debilidad material en g4, además le quitan a su A una casilla que puede ser usada.

11.dxe5 Axe5 12.Cxe5 Dxe5

30.h5+

10.Db3 0-0

La intención de esta jugada es invitar el avance del peón g, con lo cual se acentuar más la debilidad del lado del R. 30...Rh7 31.Af7 Diag.60 31...Af5 32.Tc5 g6 33.hxg6+ Axg6 34.Ae6 b6 35.Tc4 Tb7 36.Ad8 Ah5 Ahora vemos que el radio de acción de los alfiles Blancos ha aumentado, mientras que el A Negro está completamente encerrado. 37.Td4 Rh6 38.Rh2 Rg5 39.Ad7

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Amenazando Td5+ y Txh5. 39...Tb8 40.Ae7

40… Rh6 Previniendo las Negras que sus esfuerzos por salvar el lado del R solamente las conduce a mayores dificultades, tratan de retirarse ordenadamente. Pero esto no puede llevarse a efecto después del error cometido en la jugada 29. 41.b5 Esto determina todo. Las blancas, con toda propiedad toman su atención hacia el lado de la D que ha sido debilitado al quitar el A. 41...Rg7 42.Ac6 Ag6 43.Td7 Af5 44.Txa7 Rg6 45.a4 Cg7 46.Ad6 Th8+ 47.Rg1 Td8 48.Ac7 Td1+ 49.Rh2 Ae6 50.a5 Cf5 51.axb6 Td3 52.b7 g3+ 53.Axg3 1-0 Lo que hemos visto en esta Partida puede resumirse como sigue: Cuando vuestro adversario tiene un punto débil, acaso pueda protegerlo; pero probablemente sólo creando otro punto menos débil en alguna otra parte del tablero. Este punto débil aunque de menor importancia que el otro, debe ser localizado y explotado para aprovechar así la ventaja de la debilidad original.

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Estudio Tercero.

Esto puede ser interesante para poner de manifiesto cómo actúa la mente del ajedrecista.

La partida siguiente es en mi opinión, la que mejor jugué en el Torneo de Campeonato del Oeste, verificado en Detroit, Michigan, en septiembre de 1924. Las piezas Negras son conducidas por uno de los jugadores más fuertes y antiguos de esa ciudad. Torre,C - Winter,J Detroit, EUA. 1924 1.e4 e6 2.d4 d5 3.Cc3 c5 4.exd5 exd5 5.Cf3 Ae6 Como siempre, las Blancas tienen la pequeña ventaja de la "apertura" en forma de presión sobre d5. 6.Ae2 Cc6 7.0-0 Ae7 8.Af4 Cf6 9.dxc5 Axc5 10.Cb5 Tc8 11.Cbd4 0-0 12.Cxc6 Txc6 Tomar bxc6 haría perder la calidad. 13.Cd4 Tc8 Las Negras pueden naturalmente jugar 13...Axd4 14.Dxd4 Txc2 15.Ad3.

28.Cf5 Ahora vemos que las Blancas no han hecho un simple cambio de peones, sino que han clavado una pieza en forma muy efectiva. 28...Dc1+ 29.Rh2 Dg5 30.Td4 g6 31.Ce3 De7 32.Cg4 Rg7 33.Td6 Axg4 34.Dd4+ f6 35.Txd8 Ae6 36.Dd6 Df7 37.c4 Una buena jugada que da a las Blancas mayor radio de acción.

14.Ag5 h6 15.Ah4 a6

37...g5 38.c5 Rg6 39.c6 bxc6 40.Dxc6 Axa2 41.Dc2+ f5

Sus deseos son jugar Te8 lo que sería contestado con Ab5, sin embargo, su método es un tanto lento.

Si ahora o en la jugada siguiente las Negras llevan de nuevo al R a g7, las Blancas juegan su T a la columna "c".

16.c3 Te8 17.Af3 Ae7 18.Te1 Db6 19.Tb1 Ad8 20.Dd3 Ch7 21.Axd8 Tcxd8 22.Te2 Cg5 23.Tbe1 Ce4 24.h3

42.Td6+ Ae6 43.Dc8 Rf6 44.Dh8+ 1-0

Aquí las Blancas pueden jugar 24.Axe4 dxe4 25.Dxe4 y después de Axa2;26.Dxe8 con ventaja material. 24...Ad7 25.Axe4 dxe4 26.Txe4 Txe4 27.Txe4 Dxb2 Las Negras jugaron Ce4,con la idea de cambiar su peón d débil, por el peón b y las Blancas formaron un plan para salirles a mitad del camino. Incidentalmente pudo ganarse la calidad jugando Af5. Había como ochenta espectadores, todos lo vieron, advirtiéndolo así después a los jugadores.

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18.dxc5 bxc5 19.Tab1 Estudio Cuarto En Marzo de 1925, poco después de mi match con Kupchik, jugamos en Nueva York la partida siguiente:

De otra manera, las Blancas tendrán que tomar en cuenta la posibilidad de Txd2 y Cc4. 19...f5 20.c4

Kupchik,A - Torre,C

Al liberar el Alfil las blancas encadenan al Caballo.

Liga.M.A.NuevawYork, EUA. 1925 1.c4 Cf6 2.d4 g6 3.Cc3 Ag7 4.g3 d5 5.cxd5 Cxd5 6.Ag2 Cxc3 7.bxc3 c5 8.Cf3 Cc6 9.Ab2

20...Td3 21.Rf1 Tad8 22.Re2 e4 23.Axg7 Rxg7 24.Ta1 Rf6 25.Re1 Re6 26.Re2 T8d7 27.Re1

27…. b5 9… Db6 Con esta jugada y con la siguiente que tiene gran fuerza, las Negras, van con ventaja, directamente al final. 10.Db3 Ae6 11.Dxb6 axb6 12.a3 0-0 13.0-0 Ad5 La ventaja aumenta con el cambio de la única pieza útil de las Blancas. 14.Tfd1 Tfd8 15.e3 Ca5 La amenaza de este C que se dirige a c4, y que resultaría muy embarazosos, obliga al cambio de alfiles. También permite a las Negras apoderarse de la fila de la D. 16.Cd2 Axg2 17.Rxg2 e5 A la vez que el A Blanco está completamente encerrado, esta jugada tiene por objeto aumentar la fuerza del A negro.

Totalmente erróneo. Las Negras .han jugado una partida de posición y han obtenido lo suficiente para ganar; ahora deberían sencillamente jugar Tc3. Las Negras .hacen una combinación no obstante la habilidad del contrario. Por esto probablemente los Grandes Maestros, Capablanca, Lasker, Alekhine, pierden tan pocas partidas. Sin preocuparles las opiniones de los otros Maestros, rara vez juegan contra su propio criterio. 28.cxb5 c4 29.Tac1 c3 30.Cf1 Cb3 31.Txd3 Txd3 32.Tc2 Rd5 33.g4 Rc4 34.gxf5 gxf5 35.Cg3 Rxb5 36.Cxf5 Ra4 37.Cg3 Cd2 38.Rd1 La posición ha sido dificilísima en las últimas diez jugadas, y ahora las Blancas hacen un movimiento de sorpresa que conduce a un jaque a la descubierta.

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38...Cf1+ 39.Rc1 Cxg3 40.hxg3 Rxa3 41.Te2 Rb3 Se Rinden Blancas. De otra manera, las Negras jugarían Td6 y después movilizarían la T a las columnas "a" o "h" para coronar el P. 0-1 Si algo hemos de aprender de esta partida, que nos permite apreciar la verdadera belleza del ajedrez, tratemos de no dejarnos seducir por apariencias de brillantez. Hacer esto, en muchos casos retarda nuestro lógico desarrollo y en algunos otros lo deforma totalmente. Muchas veces torna en incongruente lo que es inherentemente bello.

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Estudio Quinto. He escogido la partida siguiente jugada en el Torneo Internacional de Marienbad, porque presenta un problema muy instructivo sobre el cual laborar. Reti,R - Torre,C Marienbad, Alemania, (7ma Ronda), 1925 1.c4 e5 2.Cf3 e4 3.Cd4 Hubiera sido interesante 3.Cg1.Las Negras habrían resultado jugando la defensa Siciliana con una jugada de ventaja. Que esta jugada sea favorable o no es el problema. Esta es una apertura sin embargo, que no conviene a las blancas. 3...Cc6 4.Cxc6 Aquí hubiera sido más prudente jugar Cc2, aunque de cualquier manera la ventaja ha sido ya perdida; pero cambiar en estas condiciones favorece claramente la posición de las Negras. 4...dxc6 5.Cc3 Cf6 6.g3 Ac5 7.Ag2 Af5 8.0-0 0-0 9.Rh1 Dd4

13…. De5 Insuficiente, por la razón de que tan sólo transfiere a la D de una casilla a otra, en la cual ejerce tanta presión como en la original, pero no más. Las Negras tienen juego superior; sin embargo las piezas Blancas están situadas de tal manera que . pueden repeler todas las amenazas. Debemos por lo mismo buscar la continuación que permita ejercer mayor presión en el campo de las Blancas. Esto puede obtenerse con el avance del peón h, de suerte que 13...h5 14.Tb1 h4 15.b4 Af8 dejando a las Blancas con un juego muy dificultoso. 14. f3 Dh5 15.b4 Pero ahora el Sr.Reti por la premura del tiempo no se fija en que el PR tiene que perderse. Con 15.b3, las Blancas hubieran tenido un juego bastante satisfactorio, pues las Negras pueden fácilmente caer en una mala posición. 15...Axb4 16.fxe4 Dxe2 18.Dxd3 Txd3 19.Ae2 Txd2

17.Af3

Dd3

La más simple. Además de los tres peones obtenidos por el cambio, sus alfiles serán formidables.

La amenaza es Cg4 y después de f3, Dg1+. 20.Axd2 Axd2 21.Cf5 Cxe4 22.Ad3 10.Db3 Tfe8 11.Cd1 Tad8 12.Ce3 En virtud de su inferior desarrollo, las Blancas hacen bien en no dedicarse a perseguir peones. 12...Ac8 13.Dc2

22… g6 Las Negras inician una serie de jugadas para lograr otra vez el cambio.

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23.Ch4 Ah3 24.Cg2 Cc5

Dc7 13.Cd2 h6 14.Ae3 Cd5 15.Ch5 f5 16.Db3 Rh8

Cuando el adversario no tiene peón "b", la casilla c5 es la más útil para el C 25.Tfd1 Mover la otra T produciría perdida de la calidad. 25...Ac3 26.Tac1 Ag4 27.Tf1 Ad2 No sería tan efectivo jugar 27...Ab2?! 28.Tce1 Txe1 29.Cxe1 Cxd3 30.Cxd3 Ae2 31.Tf2 28.Tc2 Aa5 Es curioso que el A blanco este "muerto" en el centro del tablero. 29.Cf4 Cxd3 30.Cxd3 Ae2 0-1 Estudio Sexto. Jugar bien hasta obtener ventaja, no es suficiente; hay que empeñarse en hallar la mejor continuación que lleve nuestra ventaja adelante, haciendo las jugadas más exactas y precisas, aún a costa de algún pequeño riesgo.

Las piezas blancas han sido colocadas en posiciones apropiadas para enfrentarse al avance de los peones, en consecuencia, se gana así: 17.Cf4 Cxf4, 18. Axf4 e5 19. Df7 Af6 20. Dh5. .Sin embargo en vez de esta jugada las Blancas hicieron 17.f3,lo que le dio posibilidades al negro. 17.f3 Ah4 Lo que hace cambiar por completo la situación. El resultado del Torneo fue: Gotthilf, 4 - 2; Rockline y Torre, 3 - 3; y Modell que jugó mejor ajedrez, pero que fue culpable de esa omisión, 2 - 4.

Un método demasiado cauteloso puede ser completamente erróneo. Dice Capablanca, hay ciertas posiciones en las cuales lo mejor es “meterse de lleno en la contienda”. Un ejemplo tomado del Torneo Cuadrangular de Maestros Jóvenes, verificado en Leningrado en enero de 1926, demostrará esto. Torre,C - Rockline Leningrado, 1926 1.d4 Cf6 2.Cf3 e6 3.Ag5 c5 4.e3 cxd4 Este sistema de jugar fué ideado desarrollado por Saemisch, de Berlín.

y

5.exd4 Ae7 6.Cbd2 d6 7.Ad3 Cbd7 8.0-0 b6 9.Te1 Ab7 10.c3 0-0 11.Cf1 Te8 12.Cg3

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Estudio Séptimo. Esta partida que fue jugada en el Torneo Internacional de Moscú 1925, es el juego más clásico que he ganado. Torre,C - Gotthilf,S Moscú (9).1925 1.d4 d5 2.c4 c6 3.Cc3 Cf6 4.Cf3 Af5 5.cxd5 cxd5 6.Db3 Db6 El Campeón del Mundo jugó la más conservadora Ac8. Si es este el mejor procedimiento con que cuentan las Negras después de su cuarta jugada, esta variante debe evitarse. 7.Cxd5 Cxd5 8.Dxd5 e6 9.Db3 Dxb3 10.axb3 Ac2

compenetrarnos que debemos siempre jugar lo mejor hasta para ganar un juego “ganado”. 12.e4 En esta partida las negras han jugado más consistentemente al ganar el P que perseguían; pero su A está encerrado y las blancas amenazan Ab5+ y Ce5; también Ac3 y Cd2. 12...f6 13.Ac3 Ac2 14.Cd2 Cd7 15.Ab5 a6 16.Re2 Tc8 17.Axd7+ Rxd7 18.Thc1 b5 19.Txc2 b4 20.Txa6 bxc3 21.Txc3 De esta manera se cambia la única pieza desarrollada negra. Es siempre conveniente cambiar las piezas más valiosas del adversario. Compárese con la partida vs Kupchik en la cual el Negro tiene un alfil muerto pero que inmediatamente que empieza a ser útil es cambiado. 21...Txc3 22.bxc3 Ad6 23.Cc4 1-0 La belleza de esta partida, muy sencilla en su esencia, se encuentra en su armonía, armonía de concepción y armonía de ejecución; porque la belleza y la armonía son una… Al principio del juego, las Blancas tuvieron un plan muy sencillo: tomar la ventaja de la dudosa jugada 4 de las Negras. El resto de la partida no es más que el desenvolvimiento natural de una idea sólida.

Si las Blancas pueden conservar un P extra, tendrán muy buen juego, ya que existe cierta presión sobre la fila de la T, y además controlan el centro. 11.Ad2 Axb3 Mi partida con Opocensky en el primer encuentro en Marienbad 1925 fue más o menos como sigue: 11...Cc6 12.Ac3 Ab4 13.Cd2 Ag6 14.e3 0-0 15.Ab5 Ae7 16.Re2 Tfd8 17.Ta4 Tdc8 18.Tha1 a6 19.Cc4 Tab8 20.Axc6 Txc6 21.Ce5 Tc7 22.Cxg6 ( 22.Tc4 Mejor. Tbc8 23.Cxg6 hxg6 24.Rd3 Con la posibilidad de Aa5.) hxg6 23.Tc4 Td7 Llevando la T a d5 y b5 con buenas posibilidades de empatar. Torre-Opocensky, Marienbad 1925. Esto nos ayudará a

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Estudio Octavo. Tomamos este último ejemplo del Torneo de Leningrado previamente mencionado. Modell,A - Torre,C Leningrado, 1926 1.c4 Cf6 2.Cf3 b6 3.Cc3 Ab7 4.d4 e6 5.e3 Ae7 6.Ad3 d6 7.0-0 Cbd7 8.e4 e5 Defensa Nimzovich.No es muy buena, puesto que hay muchas jugadas de peones. Ade más las Negras tienen "huecos" en f4 y c3, y el emplazamiento del AR no es de lo mejor. 9.De2 0-0

14… Ag5 El plan de contraataque de las Negras es ahora igualmente claro, la diagonal d8-h4 está suficientemente dominada por la D. de suerte que el deseo de las Negras es cambiar el poderoso AD de las blancas con la consiguiente utilidad de la superior disposición del otro A. 15.Cf5 g6 16.f4 El conductor de las Blancas es un magnífico jugador y no se desviará de su plan. Naturalmente, después de 16.Cg3 Af4; pero siguiendo el texto, el juego de las Negras florece. Sin embargo, éste hábito de seguir fielmente nuestro plan debe ser cultivado, pues desarrolla nuestra habilidad para producir siempre concepciones más sólidas.

10.d5

16...exf4 17.Cd4 Ce5 18.h3 Ad7 19.b3 De7

Después de 40 minutos de deliberación las Blancas se decidieron a este avance, con el plan de adelantar el peón "f" y la masa de sus fuerzas por el flanco rey. Jugadas de tal trascendencia sólo deben hacerse después de que una profunda comprensión de la posición nos permite formar juicio sobre las probables ventajas del plan que se toma en consideración.

Más prudente que 19...Df6; que resultaría peligrosa por la posición de la TR de las blancas y la movilización del A a b2.

10...Cc5 11.Ac2 a5 12.Ce1 Cfd7 13.Cd1 Ac8 14.Ce3

20...Axf4 21.Txf4 Dg5 22.Tf2 Axh3 23.Cef3 Cxf3+ 24.Cxf3 Dg3 25.Dd2 Ag4

20.Axf4 El P puede ser salvado con otra jugada, pero las Negras jugarían 20...Tae8; siempre con manifiesta ventaja.

Ciertamente más prudente que 25...Axg2. 26.Dg5 f6 27.Dh6 Axf3 28.Txf3 De5 29.Te1 Tae8 30.Th3 Tf7

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De alguna importancia en preferencia a 30....Te7; como se verá en seguida. 31.Tee3 Da1+ 32.Rh2 Dc1 33.e5 Dxc2 34.exf6 Ce4 Cambiar primero las torres hubiera sido más simple; pero sí las Negras hubieran jugado 34...Tff8; las Blancas hubieran forzado una bellísima victoria con 35.Te7 y 36.Dg7+. 35.Th4 Cxf6 36.Txe8+ Cxe8 0-1 Si se considera este estudio como más agradable e instructivo que los anteriores, podemos seguramente llegar a la conclusión de que sirve de ejemplo para el arte del “alto” ajedrez; al ajedrez no como una serie de movimientos sin conexión, sino como la resultante de dos ideas que se manifiestan durante toda la partida.

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RESUMEN.

clave de nuestro desarrollo: grande y continuado esfuerzo.

No ha sido mi intención, como lo habrá descubierto el lector, anotar analíticamente las partidas, sino más bien a manera de conversación, con el propósito de exponer con claridad algunas verdades fundamentales que pueden ayudarnos en el desarrollo de nuestra habilidad.

La virtud de los Grandes Maestros, es el esfuerzo a conciencia. Esta cualidad en su grado más alta, combinada con un conocimiento superior ha encarnado en el juego del Campeón del Mundo, Capablanca. El esfuerzo a conciencia y el conocimiento caminan paralelamente.

Este capítulo, continuación de lo anterior, le he escrito para jugadores jóvenes que aspiren a ser maestros o por lo menos muy hábiles en el arte del Ajedrez. ¡Ojalá que pueda ayudaros a realizar vuestras aspiraciones!

En consecuencia, no hagamos nunca una jugada para ver que resulta y con la esperanza de que salga bien y sea la más fuerte, porque en la ignorancia no puede haber desarrollo, y si lo hubiese, nunca sería el más alto. Cultivemos por el contrario, el hábito de saber por qué, con qué fin hacemos una jugada, y ver antes de hacerla la combinación completa, teniendo siempre la seguridad de que nuestro modo de proceder es el mejor.

Comprenetrémonos clara y distintamente de que el desarrollo de nuestra habilidad no consiste en que lleguemos a ser conocedores de las “aperturas” y diestros en los finales, porque no hay desarrollo sin armonía. En consecuencia, para desarrollar nuestra habilidad, debemos empeñarnos primordialmente en jugar todas las partes del juego igualmente bien; esto es, “en jugar ajedrez.” Ahora bien, decidamos cómo hemos de jugar, para que nuestra habilidad se desarrolle siempre en grado ascendente. Si resolvemos jugar cada vez mejor que antes: la apertura con mayor precisión, el medio juego más conscientemente y el final con exactitud; si nos proponemos hacer nuestros cálculos con más corrección, producir una obra maestra, nuestros esfuerzos internos se traducirán y nuestro progreso sobrepasará a los más lisonjeros sueños. Con seguridad que si jugamos de esta manera veinte veces por ejemplo, adelantaremos más que en dos años de juego a diario sin tales propósitos, porque la fuerza que se acumula debe producir progreso, y de esta suerte, nuestro esfuerzo continuo y creciente desarrollará nuestra habilidad en razón progresiva.

Sí, guardémonos permanentemente de la peligrosísima tentación de hacer jugadas de acuerdo con la “política de lo bastante bueno”, que rara vez nos lleva a la victoria. Porqué la belleza en el Ajedrez, que es solidez en la concepción aliadas con la armonía en la ejecución, no esta en esa senda. Las más admirables combinaciones de los Grandes Maestros son la culminación de planes más directos y simples. Estas brillantes combinaciones que llenan nuestro ser del más alto sentimiento de bienestar no ocurren al acaso: son producto de la evolución. Posiblemente con solo exteriorizar nuestros esfuerzos internos podremos poner en ejecución esos amplísimos planes de posiciones de largo alcance que están ejemplificados con las partidas de los Maestros modernos. Obrar en conciencia, ser sincero, querer…. ESO ES DESARROLLO. Carlos Torre Repetto.

Si como ha sucedido hasta hoy, nos conformamos con copiar las variantes de los libros, no obtendremos el desarrollo que sólo es fruto del esfuerzo interno. He aquí la

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PARTIDAS DE CARLOS TORRE EN ELTORNEO INTERNACIONAL DE MOSCÚ 1925 Torre,C - Dus Chotimirsky,F Moscú (1), 1925 1.d4 Cf6 2.Cf3 b5 3.Af4 Ab7 4.Cbd2 e6 5.e3 a6 6.Ad3 c5 7.c3 Cc6 8.De2 Ae7 9.h3 0-0 10.0-0 Db6 11.Ag5 cxd4 12.exd4 Cd5 13.Ae4 Axg5 14.Cxg5 Cf6 15.Ad3 Ce7 16.Cde4 Ced5 17.Tfe1 h6 18.Cxf6+ Cxf6 19.Ce4 Cd5 20.Dd2 d6 21.Cg3 Cf6 22.Te2 Tac8 23.Tae1 Ad5 24.Ab1 Tfd8 25.Te3 a5 26.Ce2 b4 27.Tg3 Rf8 28.Cf4 bxc3 29.bxc3 Dc6 30.Dd1 Ae4 31.Ch5 Axb1 32.Cxf6 Ag6 33.d5 exd5 34.Cxd5 Td7 35.Tge3 Tcd8 36.Df3 Diag.253 36...Db7 37.Cf6 Dc8 38.Te8+ Txe8 39.Txe8+ Dxe8 40.Cxe8 Rxe8 41.Da8+ Re7 42.Dxa5 Ae4 43.Db4 f5 44.a4 Tb7 45.Dd4 Tb1+ 46.Rh2 Tb2 47.Dxg7+ Re6 48.Dxh6+ Rd5 49.De3 Rc4 50.Dd4+ Rb3 51.Dxd6 Rxa4 52.h4 Rb3 53.h5 Rxc3 54.h6 Tb7 55.f3 1-0 Marshall,F - Torre,C Moscú(2), 1925 1.d4 Cf6 2.Cf3 d5 3.c4 Af5 4.Cc3 e6 5.Ag5 c6 6.Db3 Db6 7.c5 Dc7 8.e3 Cbd7 9.Af4 Dc8 10.h3 Ae7 11.Tc1 0-0 12.Ae2 Ce4 13.0-0 Te8 14.Dd1 Af6 15.Cxe4 Axe4 16.Ce5 Axe5 17.dxe5 Dd8 18.b4 b6 19.cxb6 Dxb6 20.Dd4 Tab8 21.a3 Tec8 22.Tc3 a5 23.Dxb6 Txb6 24.f3 axb4 25.axb4 Ag6 26.Tfc1 h6 27.Ag3 Txb4 28.Txc6 Txc6 29.Txc6 Tb3 30.Tc8+ Rh7 31.Tc7 Cb6 32.Af2 Tb1+ 33.Rh2 Tb2 34.e4 Ca8 35.Ta7 Txe2 36.Rg3 dxe4 37.Txa8 e3 38.Ag1 Te1 39.Ah2 Th1 40.Ta2 Ad3 41.Rf4 e2 42.Ag3 e1D 43.Axe1 Txe1 44.h4 g5+ 45.hxg5 hxg5+ 46.Rxg5 Txe5+ 47.Rf4 Te2 48.Ta3 Ac4 49.g4 Rg6 50.Rg3 Ad5 51.f4 Tb2 52.Ta5 Tb3+ 53.Rh4 Ab7 54.f5+ exf5 55.gxf5+ Rf6 56.Tc5 Ae4 57.Rg4 Tb4 0-1 Torre,C - Levenfish,G Moscú (3), 1925 1.d4 d5 2.c4 c6 3.Cc3 Cf6 4.Cf3 dxc4 5.Ce5 Cbd7 6.f4 e6 7.e3 Cxe5 8.fxe5 Cd7 9.Dg4 f5 10.Dg3 b5 11.Ae2 g6 12.h4 Ae7 13.h5 Diag.317 13...g5 14.h6 0-0 15.a4 b4 16.Cb1 Cb6 17.Cd2 c3 18.bxc3 bxc3 19.Cf3 Rh8 20.a5 Cd5 21.e4 f4 22.Dg4 Ce3 23.Axe3 fxe3 24.0-0 Ad7 25.Tac1 Tf4 26.Dg3 Txe4

27.Txc3 Dg8 28.Tb1 g4 Diag.319 29.Ad3 gxf3 30.Dg7+ Dxg7 31.hxg7+ Rxg7 32.Axe4 e2 33.Rf2 Tb8 34.Txf3 Txb1 35.Axb1 c5 36.Tb3 Ac6 37.Rxe2 cxd4 38.Rd3 Ah4 39.Rxd4 Af2+ 40.Rd3 h5 41.Tb2 Ag1 42.Aa2 Rf7 43.Tc2 Aa8 44.a6 h4 45.Tc7+ Rg6 46.Tc8 Ad5 47.Axd5 exd5 48.Tf8 Ac5 49.Tf1 1-0 Zubarev,N - Torre,C Moscú(6), 1925 1.e4 Cf6 2.e5 Cd5 3.d4 d6 4.c4 Cb6 5.exd6 exd6 6.Ad3 Ae7 7.Ae3 d5 8.c5 C6d7 9.Cf3 Cf6 10.b4 0-0 11.Dc2 Te8 12.Cbd2 Ag4 13.Ce5 Cc6 14.Tb1 Cxe5 15.dxe5 .d4 16.exf6 dxe3 17.fxe3 Axf6 18.Axh7+ Rh8 19.0-0 Txe3 20.Tf4 Te2 21.Txg4 Txd2 22.Df5 Td1+ 23.Txd1 Dxd1+ 24.Rf2 Td8 25.Te4 Td2+ 26.Rg3 Td3+ 27.Rf2 Td2+ 28.Rg3 Td3+ 29.Rf2 Ah4+ 30.Txh4 Dc2+ 31.Rg1 Td1+ 32.Df1 Txf1+ 33.Rxf1 Dd1+ 34.Rf2 Dd2+ 35.Rf1 g5 36.Th3 Rg7 37.a3 g4 38.Th4 f5 39.g3 Dd3+ 40.Rg1 Dd1+ 41.Rf2 Df3+ 42.Re1 Dxa3 43.Th5 Dxb4+ 44.Rd1 Da4+ 45.Rc1 De8 46.Th4 De3+ 47.Rb1 Dxc5 48.Th5 Db5+ 0-1 Torre,C - Saemisch,F Moscú(7), 1925 1.d4 Cf6 2.Cf3 e6 3.Ag5 c5 4.e3 Cc6 5.Cbd2 b6 6.c3 Ab7 7.Ad3 cxd4 8.exd4 Ae7 9.Cc4 Dc7 10.Dd2 Tc8 11.0-0 h6 12.Af4 d6 13.Tfe1 Cd8 14.Dd1 Cd5 15.Ag3 0-0 16.Ch4 g5 17.Dh5 Rg7 18.Txe6 Cxe6 19.Cf5+ Rg8 20.Cxh6+ 1-0 Bogoljubow,E - Torre,C Moscú(8), 1925 1.d4 Cf6 2.Cf3 b6 3.c4 Ab7 4.Cc3 g6 5.g3 Ag7 6.Ag2 Ce4 7.Dd3 Cxc3 8.bxc3 d6 9.h4 Cd7 10.h5 e5 11.Ag5 f6 12.Ad2 De7 13.h6 Af8 14.Dc2 Tg8 15.Ae3 a5 16.Tb1 Td8 17.Db3 Ae4 18.Td1 g5 19.c5 d5 20.cxb6 cxb6 21.dxe5 fxe5 22.Th5 Tg6 23.Rf1 Cf6 24.Axg5 Txg5 25.Txg5 Axf3 26.Axf3 Axh6 27.Ah5+ Rf8 28.Tf5 De6 29.Ag4 Re7 30.Ah3 Dd6 31.Da4 Ce4 32.Td3 Ag7 33.Ag2 Cf6 34.Dh4 De6 35.Tg5 Rf7 36.Tf3 h6 37.Dh5+ Rf8 38.Txe5 Dd6 39.Txd5 Rg8 40.Tfd3 Cxd5 41.Axd5+ Rh8 42.Ae4 Df6 43.Dg6 Rg8 44.Dh7+ 1-0 Torre,C - Gotthilf,S Moscú(9), 1925 1.d4 d5 2.c4 c6 3.Cc3 Cf6 4.Cf3 Af5 5.cxd5 cxd5 6.Db3 Db6 7.Cxd5 Cxd5 8.Dxd5 e6

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9.Db3 Dxb3 10.axb3 Ac2 Diag.264 11.Ad2 Axb3 12.e4 f6 13.Ac3 Ac2 14.Cd2 Cd7 15.Ab5 a6 16.Re2 Tc8 17.Axd7+ Rxd7 18.Thc1 b5 19.Txc2 b4 20.Txa6 bxc3 21.Txc3 Txc3 22.bxc3 Ad6 23.Cc4 1-0 Capablanca,J - Torre,C Moscú(10), 1925 1.e4 e6 2.d4 d5 3.Cc3 Cf6 4.Ag5 Ab4 5.e5 h6 6.Ad2 Axc3 7.bxc3 Ce4 8.Dg4 g6 9.Ad3 Cxd2 10.Rxd2 c5 11.h4 Cc6 12.Th3 cxd4 13.cxd4 Ad7 14.c3 De7 15.Dd1 Ca5 16.Db1 Tc8 17.Ce2 Tc6 18.Db4 Dxb4 19.cxb4 Cc4+ 20.Axc4 Txc4 21.a3 Re7 22.Tc3 Thc8 23.Tac1 Txc3 24.Txc3 Txc3 25.Cxc3 f6 26.Re3 g5 27.exf6+ Rxf6 28.hxg5+ Rxg5 29.f3 Ae8 30.g4 Ac6 31.a4 Ad7 32.b5 Ae8 33.Ce2 h5 34.Cf4 hxg4 35.Cxe6+ Rh4 Diag.274 36.fxg4 Rxg4 37.Cd8 Rf5 38.Cxb7 Re6 39.Rd3 Rd7 40.Cc5+ Rc7 41.Ca6+ Rb6 42.Rc3 Ra5 43.Rb3 Ah5 44.Ra3 Ad1 45.Cc5 a6 46.bxa6 Rb6 47.Rb4 Ae2 48.a5+ Ra7 49.Ce6 Axa6 50.Cc7 Ac4 51.Rc5 Ab3 52.Rc6 Ac4 53.a6 Ae2 54.Rxd5 Rb6 55.Rd6 Ag4 56.d5 Af3 TABLAS. Torre,C - Lasker,Em Moscú(11), 1925 1.d4 Cf6 2.Cf3 e6 3.Ag5 c5 4.e3 cxd4 5.exd4 Ae7 6.Cbd2 d6 7.c3 Cbd7 8.Ad3 b6 9.Cc4 Ab7 10.De2 Dc7 11.0-0 0-0 12.Tfe1 Tfe8 13.Tad1 Cf8 14.Ac1 Cd5 15.Cg5 b5 16.Ca3 b4 Diag.279 17.cxb4 Cxb4 18.Dh5 Axg5 19.Axg5 Cxd3 20.Txd3 Da5 21.b4 Df5 22.Tg3 h6 23.Cc4 Dd5 24.Ce3 Db5 25.Af6 Dxh5 26.Txg7+ Rh8 27.Txf7+ Rg8 28.Tg7+ Rh8 29.Txb7+ Rg8 30.Tg7+ Rh8 31.Tg5+ Rh7 32.Txh5 Rg6 33.Th3 Rxf6 34.Txh6+ Rg5 35.Th3 Teb8 36.Tg3+ Rf6 37.Tf3+ Rg6 38.a3 a5 39.bxa5 Txa5 40.Cc4 Td5 41.Tf4 Cd7 42.Txe6+ Rg5 43.g3 1-0

g5 40.hxg5 hxg5 41.a5 a6 42.Af3 Ce6 43.Ah5 Cd4 44.Rd3 c5 TABLAS Torre,C - Ilyin Zhenevsky,A Moscú (13), 1925 1.d4 d5 2.c4 e6 3.Cc3 dxc4 4.e3 c5 5.Axc4 a6 6.Cf3 b5 7.Ad3 Ab7 8.0-0 Cd7 9.De2 Cgf6 10.Td1 Db6 11.a4 b4 12.a5 Da7 13.Ca4 Ae7 14.b3 0-0 15.Ab2 Ae4 16.dxc5 Axd3 17.Txd3 Axc5 18.Tad1 Ae7 19.Ad4 Db7 20.Db2 Tfd8 21.h3 Db5 22.Axf6 Axf6 23.Dd2 Cf8 24.Cb6 Txd3 25.Dxd3 Ta7 26.Dd6 Te7 27.Cd4 Dh5 28.Tc1 Te8 29.Dxb4 Axd4 30.exd4 h6 31.Dc5 De2 32.Dc2 Dh5 33.Dc5 De2 34.Dc4 Dd2 35.Dc3 Dg5 36.Te1 Td8 37.Te5 Df4 38.De3 Dxd4 39.Dxd4 Txd4 40.Tc5 Cg6 41.Tc8+ Rh7 42.Cc4 Td3 43.Tb8 Cf4 44.Tb7 Cd5 45.Txf7 Txb3 46.Ta7 Tc3 47.Cd6 Cc7 48.Tb7 Tc5 49.Ce4 Tc2 50.Rh2 Cd5 51.Cd6 Cc7 52.Rg3 Rg6 53.h4 Tc6 54.Ce4 Tc4 55.Rf3 Tc2 56.Tb6 Rf5 57.Td6 Ta2 58.Cg3+ Re5 59.Tc6 Cb5 60.Txa6 Cd4+ 61.Rg4 TABLAS Torre,C - Verlinsky,B Moscú(14), 1925 1.d4 Cf6 2.Cf3 b6 3.Ag5 Ab7 4.Cbd2 d5 5.e3 Cbd7 6.Ad3 e6 7.Ce5 a6 8.f4 Ae7 9.0-0 c5 10.c3 0-0 11.Df3 Cxe5 12.fxe5 Cd7 13.Dh3 g6 14.Ah6 c4 15.Ac2 b5 16.Tf2 Db6 17.Taf1 f5 18.exf6 Txf6 19.Cf3 Te8 20.Dg3 Cf8 21.Ce5 Dd8 22.h4 Tf5 23.Axf5 Axh4 24.Axg6 Axg3 25.Af7+ Rh8 26.Axe8 Axf2+ 27.Txf2 1-0

Reti,R - Torre,C Moscú(12), 1925 1.Cf3 d5 2.c4 c6 3.b3 Cf6 4.g3 Ag4 5.Ce5 Ah5 6.Ab2 Cbd7 7.Cxd7 Dxd7 8.Ag2 e6 9.00 Ad6 10.d3 De7 11.Dc2 0-0 12.e4 dxe4 13.dxe4 Ac5 14.Cd2 Tad8 15.e5 Cg4 16.Ce4 Ag6 17.De2 Axe4 18.Axe4 Dg5 19.Ac3 f5 20.exf6 Cxf6 21.Af3 Df5 22.Rg2 Ad4 23.Axd4 Txd4 24.Tfe1 Te8 25.De5 Td2 26.Dxf5 exf5 27.Txe8+ Cxe8 28.Td1 Txd1 29.Axd1 Rf7 30.Rf3 Re6 31.Rf4 Rf6 32.h4 Cc7 33.Re3 Ce6 34.Af3 Re5 35.b4 g6 36.Ag2 f4+ 37.gxf4+ Cxf4 38.Ae4 h6 39.a4

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TORRE EN LENINGRADO Modell,A - Torre,C Leningrado, 1926 1.c4 Cf6 2.Cf3 b6 3.Cc3 Ab7 4.d4 e6 5.e3 Ae7 6.Ad3 d6 7.0-0 Cbd7 8.e4 e5 9.De2 0-0 10.d5 Cc5 11.Ac2 a5 12.Ce1 Cfd7 13.Cd1 Ac8 14.Ce3 Ag5 15.Cf5 g6 16.f4 exf4 17.Cd4 Ce5 18.h3 Ad7 19.b3 De7 20.Axf4 Axf4 21.Txf4 Dg5 22.Tf2 Axh3 23.Cef3 Cxf3+ 24.Cxf3 Dg3 25.Dd2 Ag4 26.Dg5 f6 27.Dh6 Axf3 28.Txf3 De5 29.Te1 Tae8 30.Th3 Tf7 31.Tee3 Da1+ 32.Rh2 Dc1 33.e5 Dxc2 34.exf6 Ce4 35.Th4 Cxf6 36.Txe8+ Cxe8 0-1 Rockline - Torre,C Leningrado, 1926 1.d4 Cf6 2.Cf3 d5 3.c4 Af5 4.Cc3 e6 5.Ag5 c6 6.e3 Db6 7.Dd2 Cbd7 8.c5 Da5 9.a3 Ae7 10.Ad3 Dd8 11.0-0 0-0 12.Axf6 Axf6 13.e4 dxe4 14.Axe4 Ag4 15.Df4 Axf3 16.Axf3 e5 17.dxe5 Axe5 18.Dc4 Df6 19.Tad1 Tad8 20.Db4 a5 21.Dxb7 Df4 22.g3 Dxf3 23.Txd7 Tb8 24.Da6 Txb2 25.Cd1 Tb3 26.Dxa5 Txa3 27.Dd2 g6 28.Te7 Af6 29.Te3 Txe3 30.Cxe3 Td8 31.Dc2 h5 32.Te1 h4 33.gxh4 Axh4 34.De2 TABLAS Torre,C - Rockline Leningrado, 1926 1.d4 Cf6 2.Cf3 e6 3.Ag5 c5 4.e3 cxd4 5.exd4 Ae7 6.Cbd2 d6 7.Ad3 Cbd7 8.0-0 b6 9.Te1 Ab7 10.c3 0-0 11.Cf1 Te8 12.Cg3 Dc7 13.Cd2 h6 14.Ae3 Cd5 15.Ch5 f5 16.Db3 Rh8 17.f3 Ah4 TABLAS

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