El derecho de elegir, conversaciones con los jóvenes

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El derecho de elegir, conversaciones con los jóvenes

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DIRECTOR DE COLECCIÓN Patricio Garrahan

Shalom, Héctor El derecho de elegir. - 1a ed. - Buenos Aires : Eudeba, 2008. 160 p. : il. ; 20x14 cm. (Ciencia joven dirigida por Patricio Garrahan) ISBN 978-950-23-1626-0 1. Sociología. I. Título CDD 301

Eudeba Universidad de Buenos Aires 1ª edición: abril de 2008

© 2008 Editorial Universitaria de Buenos Aires Sociedad de Economía Mixta Av. Rivadavia 1571/73 (1033) Ciudad de Buenos Aires Tel.: 4383-8025 / Fax: 4383-2202 www.eudeba.com.ar

Imagen de tapa: Gabriel Balan Diagramación general: Félix C. Lucas

Impreso en Argentina. Hecho el depósito que establece la ley 11.723 No se permite la reproducción total o parcial de este libro, ni su almacenamiento en un sistema informático, ni su transmisión en cualquier forma o por cualquier medio, electrónico, mecánico, fotocopia u otros métodos, sin el permiso previo del editor.

Dedico este libro a mis amores: mis padres mis hijos mi esposa mi nieta por las alegrías, los acompañamientos los momentos compartidos de intensidad y plenitud. Y a todos los jóvenes, por las conversaciones vividas, por sus testimonios, por sus dolores convertidos en interrogantes, desafíos y proyectos; por sus esperanzas convertidas en sentido.

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Agradecimientos

A la Srta. Montiel, maestra de 1º y 6to grado de mi primaria que me enseñó el valor del cuestionamiento, del espíritu crítico, de la pregunta y la participación en los aprendizajes. Al Dr. Mauricio Chevnik maestro de mi formación psicoanalítica, que supo acompañar mis incursiones en ámbitos educativos, institucionales y de promoción de salud con adolescentes. A la Prof. Alicia Camilioni con quien aprendí el rol profesional de orientación al estudiante, en la escuela técnica ORT, en el Colegio Nacional de Buenos Aires y en la Secretaría Académica de la UNBA. A la Prof. Mónica Farias, de su generosidad con el conocimiento, su compromiso por una educación comprometida con la vida, de quien aprendí mucho de mi experiencia en el Ministerio de Educación de la Nación. Al Dr. Juan Carlos Gorlero de quien aprendí el valor de la reflexión, de la capacidad de poner las situaciones en su verdadera dimensión y a transitar en los sinuosos caminos de las etapas de crisis. Al Lic. Luis Karpf de quien aprendí a comprender el mundo de las organizaciones y a aportar en roles de gestión y de consultoría. A mi paso de muchos años en la Sociedad Hebraica Argentina donde pude aprender el valor de la educación en el tiempo libre, y temas tan sensibles como motivación, liderazgo y gestión de proyectos educativos y sociales. A Estela de Carlotto, Abuelas de Plaza de Mayo de quien aprendí el valor de la educación para la memoria, del compromiso con la verdad y con la Justicia como caminos de dignidad. A compañeros y amigos de caminos en los Derechos Humanos con quienes comparto convicciones y esperanzas y de quienes he aprendido el valor de la perseverancia y la lucha por la vida. A mis amigos y colegas de la Casa- Museo Ana Frank de Holanda con quienes he aprendido de educación y comunicación en temas de discriminación. A los colegas coordinadores de un proyecto tan caro a mis sentimientos como los Centros de Actividades Juveniles en el Ministerio de Educación de la Nación, que en una decena de provincias y en cientos de localidades castigadas 7

de nuestro país y en plena crisis, han demostrado a miles de adolescentes el valor del respeto, de la confianza y de la apuesta en ellos y en su futuro. A los miles de adolescentes y jóvenes de los C.A.J de cuyas conversaciones he aprendido acerca de la capacidad de sobreponerse a la adversidad y de saber elegir a quien acercarse en cada momento. A todos los guías de la Expoacción itinerante “Los Jóvenes y sus Derechos” que en más de 60 ciudades han demostrado el valor de la conversación y el compromiso con la vida y con un futuro mejor. A mis padres, Julieta y Miguel, con quienes conviví en experiencias solidarias, de compromiso silencioso y de responsabilidad social, el valor de conversar, de acompañarme en cada emprendimiento a veces con riesgo, a veces no del todo entendidos pero siempre estimulados. A mis hijos, Nurit, Mayra e Ilán junto con Ari y Buba, con quienes tengo la inmensa felicidad de compartir la vida de afectos y encuentros, conversaciones y diálogos y a su vez experiencias educativas de alta sensibilidad social. A mi esposa SIlvina que ha recorrido cada palabra de este texto, observando, sugiriendo, corrigiendo con la inmensidad de su sapiencia y con toda la dimensión de su pasión, haciéndome disfrutar el placer de compartir la vida junto a textos y proyectos. A mi nieta, Sofía, que me está enseñando a comprender la dimensión del amor en el tiempo y en la proyección de la vida.

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Introducción

Un adolescente que crece en respeto por sí mismo puede aprender cualquier cosa y adquirir cualquier habilidad si lo desea. Humberto Maturana

Un tiempo de conversaciones Imaginemos que tenemos la posibilidad de regalarnos algunas horas para sentarnos a conversar. Y como si tuviéramos un mazo de cartas en nuestras manos, mezclarlas todas y dar de nuevo. Sí, de eso se trata este libro. De tomar todas las cartas que componen la vida de los adolescentes –las que nos gustan, las que no queremos ver, las que creemos que entendemos y las que nos confunden– y volver a repartirlas. Animarnos a salir de nosotros mismos y volver a mirarnos. Porque de eso se trata la vida, de animarse y elegir. Y a elegir se aprende. Y no creamos que cada vez que hacemos algo lo estamos eligiendo. Todos sabemos, aunque no lo reconozcamos en público, que muchas veces eligen por nosotros, que otras no sabemos qué queremos y decidimos tomar el camino que no nos “deje afuera”. Las opciones son muchas. Y las presiones de lo que nos rodea a veces también nos confunden. Quien sabe elegir es aquella persona que cree que vale, que lo que piensa tiene sentido, que lo que cree es importante. Por eso, aunque todos hagan cosas, algunos las están eligiendo y otros no. Pero no desesperemos. Hay mucho por aprender. Tenemos mucho de qué hablar. 9

Vamos a tener que pensarnos a nosotros mismos y descubrir cómo somos cuando elegimos. Si sabemos identificar lo que queremos hacer y cómo lo queremos hacer. Si la decisión es nuestra o seguimos la de otros, aunque sintamos que no nos favorece... Vamos a tener que descubrir cuál es el lugar que tienen en nosotros nuestros grupos de amigos. ¿Qué cosas hacemos para seguir estando con ellos? Y lo que hacemos ¿lo estamos eligiendo o es el precio que pagamos para no quedarnos afuera? Cuando éramos chicos los amigos ocupaban un lugar particular, eran nuestros compañeros de juego, de recreación, a veces para hacer alguna tarea juntos para la escuela, andar en bicicleta o cambiar figuritas. La adolescencia es otra cosa. Es el pleno proceso de construcción de la identidad, es decir, quién es cada uno y quién quiere ser. Parte del mundo de los adultos pierde peso, entonces, los amigos se constituyen en verdaderos “socios de búsqueda”. El grupo al que cada uno decida pertenecer ocupará sin duda un lugar definitorio en la vida. Por eso, también conversaremos acerca de cómo se eligen los grupos de amigos que nos permitan “seguir eligiendo” nuestro camino. Como verán, aprender a elegir es una compleja articulación entre las creencias personales de cada uno y las creencias de los grupos a los que están integrados. A lo largo del texto vamos a desplegar diferentes capacidades para que cada uno pueda fortalecer e incrementar sus posibilidades de decidir. También debemos saber que el camino está salpicado de riesgos y amenazas, que se instalan justo ahí sobre nuestros puntos vulnerables y de eso también es imprescindible conversar. Tomemos el mazo de cartas y prepárense, porque vamos a revolver ¡para dar de nuevo!

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1. El valor de elegir

Elegir es un valor ¿Por qué es bueno saber elegir, saber tomar decisiones? ¿Qué significa que sea un valor? Los valores siempre dan cuenta de proyectos, de ideales, una manera de existir que cada ser humano desea, aprecia, busca. Los valores son opciones personales, sucesiones de elecciones que se van adquiriendo. Son sistemas de creencias individuales o colectivas que se construyen en procesos de aprendizaje. Los valores dan orientación a las conductas del sujeto, caracterizan a la persona, son “enhebradores” de la personalidad. Ahora veamos: ¿por qué elegir en un valor tan estructurante que nos convoca a escribir todo un libro sobre él? Elegir es fundamentalmente tomar decisiones, es un acto activo, proactivo del sujeto1 que da cuenta de su voluntad y de su deseo. Todos conocemos muchas personas que son muy pasivas, esperan que las cosas les sucedan, esperan que otros decidan por ellos, parecen resignadas a una vida dependiente, resulta muy difícil saber qué les gusta o qué les hace bien, parece que todo les da lo mismo. Y ésta es una pregunta que te invitamos a formular: En esta caracterización de los sujetos, entre activos y buscadores de sus proyectos de vida y aquellos pasivos que esperan que los milagros les lleguen, ¿dónde te gustaría ubicarte? En este texto vamos a hacer todos los esfuerzos para explicar las ventajas de ser activo, de saber elegir, de tomar decisiones, de hacerse cargo de la propia vida, de apropiarse de ella con lo que tiene de linda y lo que lleva de difícil. La capacidad de elegir implica tener metas propias, proyectos más cercanos o más lejanos, pero tener algo allí adelante que nos convoque a trazar planes para alcanzarlo. ¿Serán cambiantes nuestras metas? ¡Claro que sí! Es muy probable que nos pasemos la vida con metas que van cambiando, pero algo bien distinto es no tenerlas. Metas pueden ser: programar unos días de vacaciones, aprender algo 11

que nos interesa, acercarnos a alguien que nos gusta, conseguir cierto trabajo. Hay proyectos cercanos y más pequeños, los hay más lejanos y más grandes. Siempre que hay metas hay proyectos y esto requiere de nosotros tomar decisiones, decisiones que construyan ladrillo a ladrillo la pared que queremos. Veamos este esquema: Metas propias

Metas de los otros

Capacidad de construir Proyectos

Dificultad para construir Proyectos

Toma de decisiones constructivas

Toma de decisiones destructivas

Vamos a mirarlo de abajo hacia arriba. Empecemos por la izquierda. Tomar decisiones constructivas desarrolla la capacidad de construir proyectos y así encaminarnos al cumplimiento o al menos acercarnos hacia nuestras metas. Vamos al otro. Las decisiones destructivas, entre otras cosas, nos incapacitan en la construcción de proyectos y quedamos así absolutamente expuestos a que otros nos usen y nos hagan actuar en beneficio de sus metas, las metas de los otros. De esto vamos a seguir conversando, pero hasta aquí la idea es que o nos encaminamos hacia nuestras propias metas u otros van a ocuparse de hacernos actuar para sus beneficios. ¿Cómo darse cuenta? Hay aún mucho texto por recorrer. En gran parte depende de nuestro capital social y cultural, ya lo voy a explicar.

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Valemos por lo que somos y por quiénes elegimos para estar ¿Qué es el capital cultural? Veamos. Todos sabemos acerca del “capital económico”, que tiene que ver con la capacidad de los sujetos de acumular bienes materiales. Capital es todo bien o conjunto de bienes que al poseerlos nos dan la posibilidad de conseguir otros bienes (si tenemos plata, podremos comprar lo que queremos). Una persona adinerada tiene muchos bienes, un sujeto pobre no tiene bienes, o porque no pudo hacerse de un capital económico o porque lo ha perdido. El capital económico es lo que en definitiva le da el poder a las clases dominantes, es la fuente de poder político y de hegemonía social.2 El sociólogo francés Pierre Bourdieu3 ha desarrollado el concepto de “capital cultural”, que es diferente del de “capital económico” que estamos acostumbrados a escuchar. Capital cultural es el conjunto de conocimientos, de saberes acumulados por una persona, son los aprendizajes que, en definitiva, se transforman en el principal instrumento para la vida. ¿De dónde proviene? ¿Cómo se construye? Muchos pensarán que las familias “cultas” tienen capital cultural y otras, sin mucha formación, no lo pueden llegar a tener… Y no es tan así. Es cierto que por un lado el “capital cultural” depende de la valoración que cada familia le dé al conocimiento. Y esto no tiene que ver solamente con los títulos, sino de cuánto se motive a cada chico en su hogar para que estudie, que pregunte, que se interese por saber cada vez más. La escuela es uno de los espacios más significativos en esa construcción, como así también las tradiciones de padres y abuelos, la educación superior, y tantas otras instituciones. Una persona con capital cultural tiene mayores fundamentos que amplían su capacidad de elegir. Y aunque estamos acostumbrados a creer que el poder lo da

1. Sujeto: cada vez que mencionamos la palabra sujeto consideramos al individuo como un ser que no es objeto de manipulación o de uso. 2. Cuando hablamos de hegemonía nos referimos a cierta clase dentro de la sociedad que ejerce la superioridad o el predominio sobre otros que están en condiciones inferiores o en desventaja. 3. Pierre-Félix Bourdieu (1930-2002) fue uno de los sociólogos más relevantes de la segunda mitad del siglo XX. Sus aportes fueron muy relevantes en la sociología de la cultura, de la educación y de los estilos de vida.

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solamente el dinero, una persona con capital cultural es sumamente poderosa. Los títulos que vamos recibiendo a lo largo de nuestra educación formal son una manera de presentarnos y hacernos un lugar en esta sociedad. Los certificados que atestiguan el resultado de desarrollo escolar o universitario se presentan socialmente como garantía de competencia; si tiene el título quiere decir que “sabe”, aunque nosotros sabemos que ésta no es una verdad absoluta. Si volvemos a Bourdieu, él nos explica que muchas veces la escuela se encarga de agudizar la separación que hay entre los alumnos: recibe con buenos ojos a los mejores dotados y deja afuera a los desprovistos de capital cultural. Las diferencias sociales también se traducen en diferencias de capitales culturales. Y la escuela, que podría ser una oportunidad igualitaria para todos, más allá de donde cada uno haya nacido, a veces no cumple con su función sino que intensifica la brecha. El capital cultural tiene la particularidad de que no se lo puede perder, nadie lo puede comprar ni robar, no se regala ni puede recibirse en ningún plan social. Depende de cuánto uno quiera invertir en eso. Muchas personas han perdido sus bienes en situaciones de crisis económicas o en las guerras. Muchas veces, por diferentes motivos nos vemos expuestos a la pérdida de los bienes materiales. Pero si algo caracteriza a los bienes del capital cultural es que nadie puede quitárnolos, no hay crisis ni guerra que pueda hacerlos desaparecer. Es cierto que estamos viviendo una época en la que el valor de los bienes materiales pareciera orientar el conjunto de acciones de los individuos y el ser humano sólo valdría en tanto productor o consumidor. A todo se lo convierte en mercancía y lo que no es mercancía no se lo considera, como si sólo hubiera interés en lo rentable y resulta que el “bien supremo” es ser próspero. Vamos a entendernos bien. Muchos objetos hacen la vida más confortable y mejorar las condiciones de vida materiales es una legítima aspiración, pero cuando el sentido de vida queda restringido a la obtención de bienes materiales, estamos ante problemas de vaciamiento del sujeto que se expone frágilmente a los avatares de la vida. Ahora corresponde definir el capital social. ¿De qué estamos hablando? Capital social es el conjunto de normas de cooperación y reciprocidad con que cuenta una comunidad y los valores que estructuran estas normas. Así, por ejemplo, si la honradez y la laboriosidad son condiciones para que el personal de una empresa sea productivo, este hecho convierte a la honradez y a la laboriosidad en capital social. Dicho de otro modo, el capital social apunta a los “bienes” que significan nuestro mundo de relaciones y nuestra capacidad para vincularnos y compartir experiencias. 14

En este sentido, la autoestima, la inteligencia, la simpatía, la capacidad de hacer amigos, la perseverancia son bienes o recursos con que cuenta una persona para interactuar consigo misma y con los demás, de modo saludable. Hablamos de estos temas porque pensamos que, en la medida en que cada sujeto comprenda el valor del capital social y cultural para el desarrollo de su vida, le dedicará espacio y tiempo a su formación y a la construcción y cuidado de sus vínculos sociales. Estos “bienes” fueron estudiados también por Marcel Mauss,4 quien los llamó “dones”. Veamos de qué se trata.

Dar y recibir - el valor del intercambio Los “bienes” del capital social y cultural que cada uno posee, o los “dones” –como los llama Mauss–, se constituyen en recursos para dar y recibir, para intercambiar. Los intercambios serán valiosos o no acordes al valor de los “bienes” o “dones” que finalmente cada uno ha logrado construir. Los vínculos son intercambios de afecto, de solidaridad, de ayuda, de beneficios, se da y se recibe, eso da dignidad a las personas. Cada vez que se intercambian dones se crea un vínculo, porque esto genera reciprocidad. La pregunta que Mauss se hacía era: ¿qué poder tiene “el objeto” dado que hace que su receptor quiera retribuirlo? La respuesta es simple: cuando uno da, no da simplemente “el objeto” sino que lo que damos está ligado a nosotros mismos. Somos nosotros los que nos estamos entregando. Los objetos no están separados de las personas que los intercambian. Cuando uno vende un objeto, el que era dueño deja de serlo y el que lo compra es el nuevo propietario. ¿Verdad? Pero en una economía de intercambio de dones, el que da, no se desprende de su don, sino que lo comparte, lo cede, sin perderlo. Por lo tanto, como lo que se dona está ligado al donante, quien lo recibe adquiere el compromiso de devolver, y es allí que se genera el intercambio. Cuando las personas son conscientes de su cuota de bienes o dones y están dispuestas a usarlos en su beneficio y en beneficio de otros a través del intercambio surge entonces una moral y una ética del compartir los bienes personales. No se comparte cualquier don, ni se comparte con cualquiera. Se trata entonces de una economía vincular. 4. Marcel Mauss (1872 -1950) fue considerado como el “padre de la etnología francesa”. La etnología es la ciencia social que estudia y compara los diferentes pueblos o razas del mundo.

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Estamos hablando de administrar un intercambio que sea justo y, por qué no, que nos haga más felices. Y esto también tiene que ver con la capacidad de elegir y tomar decisiones, porque la economía vincular hace circular los bienes humanos dentro de y entre los grupos significativos a los que pertenece cada individuo. Porque un intercambio orientado hacia la justicia y la felicidad hacen que sintamos que nuestra vida es digna y que vale ser vivida. Cada uno de nosotros es valioso por sí mismo, por eso no tenemos precio, sino que tenemos dignidad. En la historia esto no siempre fue así. Recordemos la compra y venta de esclavos, una práctica habitual también en nuestro país en los siglos XVIII y comienzos del XIX. Aunque también en nuestros días algunas prácticas nos remiten a lo mismo, la trata de personas, la venta de bebés, la comercialización de órganos, la prostitución –en especial la prostitución infantil o la explotación laboral infantil (¿sabían que cerca de un millón y medio de chicos menores de 15 años son explotados laboralmente hoy en nuestro país?). Hay cosas que no se intercambian por dinero porque no tienen precio sino dignidad. Y sobre esto tendremos que tomar conciencia a la hora de evaluar con quiénes estamos, qué nos piden, qué les damos y qué recibimos de ellos. Porque eso habla fundamentalmente de cómo elegimos.

Elegir no confronta el placer con la realidad Cuántas veces escuchamos criticar a los adolescentes –“Sólo les interesa divertirse y pasarla bien”, “Sólo buscan el placer”, “Sólo piensan en cosas inmediatas y sin compromiso con nada”. También se escucha de muchos adolescentes y jóvenes frases que con mucho escepticismo descreen del futuro, del trabajo posible, del sentido que tiene estudiar y que no hay esperanzas de tiempos mejores. Estamos ante un problema. Veamos. Toda vez que describamos una parte de la realidad, como su totalidad, estaremos haciendo una lectura equivocada. Pero, ¿no es cierto que hay adolescentes que caben perfectamente en la descripción planteada? Sí. Y ¿es cierto que lo que dicen esos adolescentes y jóvenes que piensan que todo está perdido refleja una parte de la realidad? Sí. Pero si se entiende que eso refleja toda la realidad, se convierte en un camino hacia una trampa sin salida. 16

Si el futuro está signado por la hostilidad y el fracaso, entonces no queda otra alternativa que sólo vivir el hoy en toda su intensidad y “mientras dure”. En esta línea no tiene sentido ni estudiar, capacitarse, fijarse metas, ni nada por el estilo. Pero en este texto vamos a discutir estas afirmaciones y vamos a darle al “contexto hostil” todo el peso que tiene. Lo que no vamos a aceptar es que ese mismo contexto defina la vida, algo así como si el sujeto fuese un objeto sin ninguna autonomía de decisión, ni de movimiento, ni de elección. Hablemos de polos antitéticos. Son conceptos que se instalan unos opuestos a otros, como conceptos antónimos; si es una cosa de ninguna manera puede ser la otra, por ejemplo: Verdad - Mentira Seco - Mojado Si algo es verdad, no puede ser al mismo tiempo mentira, si algo está seco no puede estar mojado. El problema se plantea cuando instalamos como polos antitéticos conceptos que no lo son, que no están uno en un extremo y otro en su opuesto. En este capítulo vamos a conversar sobre algunos de ellos, como, por ejemplo: Placer - Responsabilidad Placer - Cuidado Placer - Proyecto, Metas Placer - Pensar Muchas veces se los intenta presentar como polos antitéticos: Placer vs. Responsabilidad, Placer vs. Cuidado, Placer (búsqueda inmediata) vs. Proyecto (construcción seria y hacia el futuro), Placer vs. Pensar. Así planteada, la búsqueda del placer estaría severamente cuestionada. Placer es la sensación agradable producida por aquello que a uno le gusta hacer o por aquello que a uno le gusta que le hagan. Y entonces esto nos obliga a pensar mucho más en la relación entre placer y realidad.

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Principio del placer Sigmund Freud5 escribe acerca del Principio del placer y dice que es uno de los dos principios que rigen el funcionamiento mental. El conjunto de la actividad psíquica tiene por finalidad evitar el displacer y procurar el placer. En palabras más fáciles, toda nuestra actividad psíquica va a dedicarse a buscar las experiencias de placer y a evitar que las de displacer nos invadan. Las personas buscamos tener experiencias gratificantes, lindas, agradables, placenteras, nos acercamos a las cosas que nos gustan y que nos dan placer. Un día a mi hija, a sus tres años, le expliqué que yo tenía que ir al cementerio. Esto me obligó a contarle qué era un cementerio. Y luego de escuchar atentamente de qué se trataba me miró. Su pregunta fue muy simple: ¿Por qué vas si no es divertido? El principio de las personas es buscar pasarla bien, estar bien. Para los chicos, divertirse es lo único que vale, buscan hacer sólo lo que les divierte. En el crecimiento deberá ir incluyendo también otras premisas que Freud va a llamar Principio de realidad. Él establece la existencia de dos principios: el Principio del placer y el Principio de realidad. El placer está orientado a buscar satisfacer las necesidades y en especial las que él llama necesidades de autoconservación, es decir, mantenerse vivo, vivir. En diferentes etapas de la vida ese placer va a ser generado por distintas zonas erógenas, hasta llegar a la pubertad, cuando prima el placer en la zona genital. Ya hemos dicho que nada en las personas es “matemático”; esto explica desarrollos, tendencias, maneras de comprender el placer y lo humano, pero no sucede exactamente igual ni en la misma secuencia. Cada uno tiene su propio proceso. Veamos cómo seguir explicando esto tan complejo. En un principio, la búsqueda de satisfacción se realiza por los caminos más cortos (“¡Si no es divertido no lo hago!” - “¡Quiero ya y ahora!”). Y progresivamente va a ir aprendiendo de la realidad, que tiene otros tiempos y muchas circunstancias a tener en cuenta.

5. Casi todos conocerán que Sigmund Freud (1856-1939) fue un médico, filósofo y neurólogo austriaco, quien fuera el creador del psicoanálisis.

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El placer está ligado a la búsqueda de experiencias de satisfacción. El Principio de realidad como regulador ya no busca los caminos más cortos sino que los adapta a la realidad. Por supuesto que la predisposición al placer se transforma en una guía para las elecciones que hacemos, pero adaptar esa predisposición a las condiciones de la realidad hace que sea posible convivir con otros. Vamos a verlo con ejemplos: Si una chica ve a un chico –o viceversa– por la calle y le gusta mucho, puede correr hacia él/ella y tirársele encima muy excitadamente. Esto puede significar recibir algunos golpes si su novio o novia están al lado, puede implicar escenas ridículas por impulsivas. Lo llamamos caminos cortos, que a los bebés no hay cómo explicarles. Esto es el “placer impulsivo inmediato” sin incorporación del pensamiento: –Me gusta ese chico o esa chica, unas cervezas y a mantener relaciones en cualquier lugar y de cualquier forma, o –Me gusta la campera que tiene aquel tipo, voy y se la quito, o esa moto me encanta, voy y la robo, implicaría esa búsqueda de placer muy primitiva, casi animal. En las personas, el desarrollo implica incluir la realidad, ya no sólo se va en busca de lo agradable, sino que se van a tener que incorporar los aspectos de la realidad aunque sean desagradables. El Principio del placer va a acomodarse al de realidad. Así nace la capacidad de pensar. Y pensar es anticipar (–Si hago esto me podría suceder esto otro...). Y ¿para qué hablamos de esto? Porque es totalmente legítimo orientar nuestras acciones a la búsqueda de experiencias de placer, es muy valioso en la vida identificar qué le gusta a uno y dirigir las acciones hacia su satisfacción, pero debemos diferenciarnos de los bebés. No todo lo que queremos es posible, y no todo lo que nos gusta podemos tenerlo ¡ya!, ¡ahora mismo!, sin ninguna objeción. Porque ésa es una búsqueda impulsiva, donde el pensamiento está ausente. Y hoy nos proponemos conversar acerca de una búsqueda legítima del placer que incorpore el pensamiento y lo vincule con la realidad. Porque de eso también se trata el valor de elegir, tomar decisiones cuidando y cuidándonos de los riesgos y las amenazas, creciendo con cada elección y tomando la vida en nuestras propias manos.

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Algunos puntos para empezar a reflexionar Cuantos más bienes o recursos culturales y sociales tenga una persona más fácil le resultará conseguir otros más. Toda persona independientemente de su riqueza monetaria posee una cuota de bienes culturales y sociales y mucho dependerá de su capacidad de usarlos. Es importante que la persona conozca, reconozca y asuma sus bienes. Sus talentos son su capital. Sin duda hay quienes han nacido y vivido sus primeros años en mejores condiciones afectivas y socioeconómicas que otros, pero la capacidad de construir su propio capital social y cultural depende en gran parte de uno mismo. Hay personas que en sus vidas han debido atravesar situaciones de extremo dolor, por carencias, por pérdidas, pero no todas las personas reaccionan ante sus pérdidas o circunstancias dolorosas de la misma manera. Una de las alternativas es responder con venganza o produciendo más dolor, pero también es cierto que muchos desde el sufrimiento pueden construir alternativas constructoras de sí mismos y de los otros. La mayor y mejor capacidad de intercambio con otros para beneficios mutuos depende de cuánto tenga cada uno para ofrecerse a sí mismo y a los demás. La capacidad de buscar el placer articulándolo con los principios de la realidad nos permitirán experiencias placenteras sin amenazas ni riesgos. Y entonces es posible volver a nuestro esquema y poner en la base el capital social y cultural. Si es alto, nace de allí una sucesión de elementos que favorecerán nuestras acciones orientadas a tener metas propias y a desarrollar los pasos para cumplirlas: ésa es nuestra columna de la izquierda y entonces seremos nosotros mismos quienes escribamos “el guión de nuestra película”. Pero si la columna tiene en la base (como la de la derecha) un bajo capital social y cultural, es mucho más probable que sin darnos cuenta estemos haciendo las cosas para metas de otros, el guión de nuestra película estará siendo escrito por otros.

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Metas propias

Metas de los otros

Capacidad para construir Proyectos

Dificultad para construir Proyectos

Toma de decisiones Constructivas

Toma de decisiones Destructivas

Juicio crítico Elecciones positivas

Juicio crítico Elecciones negativas

Capital social y cultural (Alto)

Capital social y cultural (Bajo)

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2. Los obstáculos para elegir

El desarrollo de la capacidad de elegir encuentra obstáculos: externos a la persona e internos. Muchos creen que las cosas se dan de determinada manera y sobre eso no se puede actuar. Sin embargo, una dimensión del saber elegir y valorar la propia elección es tomar decisiones también acerca de los obstáculos que se nos presentan. Es bueno saber que hay obstáculos, es útil reconocerlos e identificarlos. ¿Qué es un obstáculo? Pensemos en una piedra en el camino. Algunos se van a parar frente a la piedra y van a decir: “no hay cómo seguir”. Otros buscarán la manera de rodearla; si es muy grande, abrir una pequeña huella al lado de la piedra. Si al intentarlo en un costado de la piedra, encuentran otras piedras, algunos intentarán buscar abrir otra huella en el otro costado... de lo que se trata es de que ningún obstáculo impida seguir caminando. A algunos les llevará más tiempo, otros deberán pedir ayuda, lo cierto es que el que se queda paralizado no llegará al destino que él había planeado para sí mismo. Algunos definen inteligencia como la capacidad de las personas de resolver problemas, como la habilidad de los sujetos de buscar nuevas alternativas para sortear dificultades. Tomamos esta idea de inteligencia y pensamos que la capacidad de elegir requiere de acciones “inteligentes” para trascender los obstáculos. Es una oportunidad para dar cuenta de las ideas de optimismo y pesimismo. Optimista, que no es otra cosa que la prevalencia de lo óptimo, será aquel que pensará una y otra vez que es posible encontrar nuevas alternativas para seguir caminando. Pesimista, que es la prevalencia de lo pésimo, será aquel que dirá que el tamaño de los obstáculos hace imposible seguir la marcha. Me parece bueno advertir en este párrafo la trampa que proponen muchos que dicen que los pesimistas “son realistas”. La realidad no sería exactamente lo que sucede sino cómo cada uno la ve y la vive.

¿Somos realmente libres para elegir? La pregunta que nos hacemos ahora es si uno es realmente libre cuando dice y le dicen que es libre, o si hay condicionamientos afuera de uno mismo que 22

hace que la vida sea de determinada manera (o que, de hecho, uno decida hacer lo que hacen los otros, o lo que se espera de nosotros, más allá de nuestra libertad individual de elegir nuestro camino). A esto nos referimos cuando utilizamos el concepto de “determinismo social”: la sociedad, o ciertas condiciones de nuestro entorno parecen determinar nuestro destino y nuestras elecciones. A veces sentimos que no podemos ni tenemos derecho a construir algo mejor o diferente de lo que “aparentemente” está marcado para nosotros, desde el día que nacemos. Es cierto que cuando un chico nace en un hogar donde hay madre y padre o figuras masculinas y femeninas y otros afectos alrededor, y éstos tienen un reconocimiento por el valor de la salud y del conocimiento y se interesan por los afectos de su hijo y por sus aprendizajes, es muy probable que ese chico tenga más facilitados los caminos de acceso a la construcción de su capital social y cultural. Si un chico nace en un hogar con carencias en las condiciones de vida básicas de salud y alimentación, con padres con bajo compromiso afectivo, escaso valor por la escolaridad, en un entorno social donde el conocimiento no tiene cabida, es probable que ese chico tenga más limitaciones a la hora de ir construyendo su capital social y cultural. Habrán notado que digo “más probable” o “menos probable” y así lo creo. Muchos ejemplos ratifican esta condición, pero otros indican que aunque se haya nacido en ámbitos signados por las carencias se han podido construir muy buenas condiciones de vida. El desarrollo de lo humano no es una ciencia exacta, donde 2 más 2 da siempre igual y la raíz cuadrada de 64 también. Como si a tales y cuales condiciones de vida iniciales le correspondiese exactamente e invariablemente tal futuro. ¡Por suerte la vida no es así y de eso estamos hablando en este libro! También lo humano es diferente a los minerales, los animales o las plantas, que tienen un desarrollo en el que no tienen por sí mismas posibilidades de elegir ni transformar su destino biológico. Cuando Freud escribe acerca de cómo se construye la personalidad, cómo se construye el psiquismo1 de la persona, cómo cada uno va teniendo la “cabeza” que tiene, él describe 3 factores:

1. Cuando Freud habla de psiquismo se refiere a la mente, a los procesos afectivos e intelectuales que van a marcar su autonomía y su relación con el mundo.

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El primero tiene que ver con todo aquello que ocurre antes del nacimiento: si el bebé es buscado o no es querido ni esperado, si es cuidado durante su período de gestación o no, es decir, todo lo que sucede en su etapa intrauterina. El segundo factor tiene que ver con las cosas que le ocurren en sus primeras experiencias de vida al nacer y sus primeros meses y años; su alimentación, su cuidado, sus afectos. El tercer factor es lo que él llama las experiencias actuales, lo que cada persona va viviendo en cada momento de su vida.

Es cierto que los dos primeros funcionan de alguna manera como condicionantes, pero el tercero tiene la capacidad de actuar sobre los primeros y construir alternativas que sean ampliamente superadoras. Entonces, de la misma manera en la que no seríamos serios si no reconocemos el valor fundante de la manera en la que uno llegó a este mundo, cómo fue recibido y cómo le ha tocado vivir sus primeros años, decimos que ni es una marca a fuego, ni es un condicionamiento exacto, ni la vida está definida y sellada, ni su destino determinado. Las personas al nacer no eligen ni pueden actuar sobre los dos primeros factores que menciona Freud, pero en el tercero está la potencia constructora y la capacidad transformadora que implican las sucesivas elecciones que cada uno vaya tomando. Así, él explica el concepto de “elaboración” viene de la raíz “laboro” trabajo. Depende de la capacidad de elaboración de las personas, es decir, del trabajo “psíquico” que hagan para poder revertir aspectos dificultosos de la historia de vida. Freud contrapone la idea de elaboración con la de “repetición” y dice que cuando el sujeto no elabora, repite. Cuando nosotros decimos repetir, queremos indicar que probablemente vuelva a hacer las mismas cosas que le produjeron sufrimiento. Por ejemplo; si sufrió por tener un padre alcohólico y no pudo elaborar ese entorno, quizás él también quede atrapado en el alcoholismo como alternativa de vida. Y de esto vamos a volver a hablar más adelante... Fernando Savater2 en Ética para Amador escribe “Se puede vivir de muchos modos pero hay modos que no dejan vivir”. Además dice: “Entre todos los

2. Fernando Savater es un filósofo y escritor español que, entre tantas obras, le escribió un libro a su propio hijo, y por lo tanto a los jóvenes de la edad de su hijo, llamado Ética para Amador.

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saberes posibles existe al menos uno imprescindible, el de que ciertas cosas nos convienen y otras no, siempre y cuando uno quiera seguir viviendo”. A lo que nos conviene, reflexiona Savater, vamos a llamarlo “bueno”, porque nos hace sentir bien, y a lo que nos hace sentir mal lo llamaremos “malo”. Saber lo que nos conviene, es decir ,distinguir entre lo bueno y lo malo es un conocimiento que todos intentamos conseguir. “Lo que vaya a ser nuestra vida, al menos en parte, es resultado de lo que cada uno haga. Los animales y las plantas no tienen más remedio que ser como son, están programados para ser naturalmente. No saben comportarse de otro modo. De alguna manera los hombres estamos también programados por la naturaleza, para beber agua, morir...” Así como la naturaleza nos “programa”, los seres humanos también estamos condicionados o determinados por la cultura: el lenguaje, los hábitos, las tradiciones, las historias que nos van contando, que vamos heredando. Pero, por más programados que estemos biológica o culturalmente, no somos como títeres que actuamos tal como otros lo pensaron para nosotros. En alguna parte todos tenemos la capacidad de optar, tenemos derecho a decir “Sí” o “No quiero”, porque siempre vamos a tener alternativas, por más difíciles que parezcan. Ser libres es una condición que nos diferencia de los animales o los minerales. Un cuento popular puede ayudarnos a reflexionar al respecto. Un escorpión quería cruzar un río y por sus características le resultaba imposible hacerlo solo sin ahogarse. En la margen del río ve una rana, primero ésta se asusta pero luego se le acerca el escorpión y le dice: –Si me ayudas a cruzar el río, no te voy a hacer nada. La rana, aunque sospechando, no tuvo más opciones que aceptar la propuesta. Es así como el escorpión se subió sobre el cuerpo de la rana y ésta comenzó a nadar cruzando el río. En el medio del río y ante la sorpresa de la rana, el escorpión la pica y ambos comienzan a hundirse. Antes de hundirse del todo la rana le pregunta: –Pero así nos morimos los dos, ¿por qué me picaste? Y el escorpión le respondió: 25

–No pude evitarlo, está en mi esencia. El escorpión tiene una esencia, un destino del que no puede escapar, está biológicamente determinado, nada puede él cambiar. Ésta es la diferencia; las personas tenemos la capacidad de elegir, de decidir, somos libres de hacerlo, pero no nos engañemos; muchos mensajes sociales tratan de decir que no es así al escuchar algunas frases como: “Mirá de dónde viene, ¡qué podés esperar de él!”, “Fijate cómo son sus padres, su destino es el fracaso”, “Viene de la villa, no va a poder aprender nada”, “Con el entorno que tiene, no vale la pena ni que se inscriba en la escuela”, “Su padre es alcohólico, él también lo será”. Tanto escuchamos estas afirmaciones que muchos creen que ésa es la única verdad, por tanto actúan para que así sea realmente lo que les va pasando. Es más, nosotros mismos a veces, con nuestros prejuicios y nuestras frases “determinantes” contribuimos a que otros sientan que no tienen salida. Esto nos lleva a reflexionar un instante sobre discriminación, prejuicio, marginación y expulsión social. Quizás habría que detenerse en el peso de las palabras que se dicen, que escuchamos, que decimos: el peso que tiene una palabra cuando alienta o cuando descalifica, cuando estimula o cuando denigra, porque una palabra de alguien significativo puede ayudar al otro a “salir del pozo” o, por el contrario, puede terminar hundiéndolo hasta el fondo. Savater vuelve a decirnos: “Es cierto, no podemos querer cualquier cosa que queramos pero también es cierto que no estamos obligados a querer una sola cosa”. No somos libres de elegir lo que nos pasa, es verdad, no decidimos cuándo nacemos, en qué familia, en qué país. Tampoco elegimos acerca de las fatalidades que nos sucederán: si tendremos cáncer, si seremos atropellados por un auto. Lo que también es verdad es que somos libres de responder a lo que nos pasa de tal o cual manera, “obedecer o rebelarnos, ser prudentes o temerarios, vengativos o resignados”, concluye Savater. Ser libres para intentar algo no tiene nada que ver con lograrlo indefectiblemente. El intento es una posición en la vida; hay quienes buscan alternativas, unas y otras, y vuelven a intentarlo. Muchas veces logran lo que se proponen, otras no, pero la alternativa de lograrlo sólo existe cuando uno lo intenta. 26

Una frase que me acompañó en mi adolescencia fue: “Nadie sabe de lo que es capaz hasta el momento mismo en que lo intenta”. Libertad es elegir dentro de lo posible. A diferencia de la omnipotencia, que significa pretender conseguir siempre lo que uno quiere, aunque sea imposible. Por ello, cuanta más capacidad de acción tengamos, mejores resultados podremos obtener de nuestra libertad. Es cierto que no todo depende de nuestra voluntad, pero lo que sí depende de ella es mucho y es ello lo que nos hace libres y nos permite construir una vida digna de ser vivida.

Redefinir el tiempo vs. todo, ya y ahora En general, elegir y elegir bien nos lleva tiempo. Y ahora que estamos reflexionando acerca de los obstáculos, deberemos detenernos en este concepto: el tiempo, lo mediato y lo inmediato. Algunas de las premisas de la posmodernidad se vuelven útiles para conversar sobre este tema y algunas frases nos pueden ayudar a entender: “Hay que vivir el momento”, “La cosa es hoy y ahora”, “Cada uno se las debe arreglar por sí mismo”, “El sentido de todo es la diversión, lo que no es divertido no hay que hacerlo”, “Hay que darse la buena vida”, “Lo importante es conseguir lo que uno quiere y hay que conseguirlo como sea”, “¡Llame ya! Satisfacción inmediata o le devolvemos su dinero”, “Con la merca llegás a donde querés y sin esfuerzo”, “Si no hay ninguna perspectiva de que esto mejore, para qué me voy a romper el alma... ¿para seguir siendo nadie?”. La inmediatez parece ser un rasgo de los jóvenes y de la sociedad toda. En la posmodernidad, las cosas deben ser ahora y ya. Pareciera ser que el placer o la satisfacción deben ser conseguidos inmediatamente. Por lo tanto, el esfuerzo no está visto como un valor. Es más, también pareciera ser que es mejor aquel que consigue las cosas que quiere con el menor esfuerzo... Y en esta ecuación, importa bastante poco si para conseguir lo que queremos estamos perjudicando a alguien o si, en definitiva, nos estamos dañando a nosotros mismos. 27

Si no, miremos el “beneficio de la coima”,3 para los que dan y los que reciben. ¡Cuántos tiempo de trámites ahorra un automovilista que habiendo cometido una infracción la resuelve dándole unos pesos al policía! Y qué bueno es hacerse de un dinero extra para quien está controlando la seguridad vial. Uso la ironía porque, en esta línea de pensamiento, la coima es el camino más corto para resolver los problemas beneficiando a las dos partes... Hay un pequeño detalle... para eso a uno no le debería molestar ser “corrupto”. Nos enfrenta a un problema ético. Y ser ético lleva, entre otras cosas, tiempo y trabajo. En esta lógica, todo lo que ayude a la satisfacción inmediata es más que bienvenido; también el alcohol y otras drogas, por ejemplo. Muchos grupos de jóvenes extremadamente marginales de favelas en Brasil o de barrios carenciados de los alrededores de Buenos Aires manifiestan la idea de que al estar convencidos de que muchos años no van a vivir tratan de vivir “lo mejor posible” y contar con los objetos que más quieren sin importarles cómo hay que hacer para conseguirlos. Es así como robar zapatillas o camperas o motos y autos pasa a ser parte de actos necesarios para obtener, en forma ilimitada y sin esperar ningún tiempo, todo lo que quieren. Quizás ustedes se estén preguntando cómo es posible animarse a eso. Hay que poder livianamente salir a buscar las cosas “como sea”. Sin duda, la droga se convierte en un auxilio imprescindible. Si te “das”, te animás y entonces es posible animarse a hacer lo que de otro modo sería imposible de llevar a cabo. La droga se transforma así, por un lado, en un estímulo que ayuda a animarse a lo que de otra manera no sería posible y, al mismo tiempo, en un producto que para obtenerlo también es necesario el delito. Volvamos al tema de los tiempos y los esfuerzos, el placer y la responsabilidad. Estas premisas hedonistas4 e inmediatas suelen encontrar discursos claramente opuestos: “Hay que prepararse para el futuro”. “Lo más importante es ser serio y responsable”. “Lo importante es saber sacrificarse”.

3. En el lunfardo castellano se llama “coima” al soborno para obtener un beneficio. 4. Al hablar de hedonismo nos referimos a la búsqueda del placer y la supresión del dolor como objetivo o razón de ser de la vida.

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Cuando todo está orientado al futuro parecería justificar que tengamos una mala vida en el presente... total... estamos preparándonos para el futuro. Esta concepción propone “sacrificar” el presente en función del futuro. Y ningún proyecto interesante de vida puede basarse en sacrificar ni el presente ni el futuro. Quizás estemos ante una formulación entrampada. ¿Son opuestos los conceptos de mediato e inmediato cuando hablamos de personas y de procesos? Si algo estamos intentando conversar en este libro es acerca del error de entender que los conceptos se oponen cuando muchas veces se complementan. No todo se presenta en “blanco y negro”, tenemos que animarnos a mirar más complejamente. Lo inmediato sólo se vuelve antagónico de lo mediato cuando sus acciones obturan los proyectos de futuro o anulan el presente. Actuar sólo con una mirada en lo inmediato se vuelve un riesgo cuando en sus pasos el futuro mismo queda condenado. Esto funciona de la misma manera cuando una mirada en el futuro no nos ayuda a vivir y a disfrutar el presente. Esas acciones obturan el presente cuando allí se instalan impidiendo la vida cotidiana. Muchas veces se habla de los jóvenes como el futuro, que la escuela forma hombres y mujeres para el futuro. ¡Qué error grave!, ¿no? Si no forman para vivir un presente mejor, al tiempo que los prepara para un futuro interesante, no cumple su función. Considerar lo complejo como simple siempre es una puerta abierta a cometer errores y los conceptos de tiempo son complejos, están articulados. Es como el tema del árbol y el bosque, que el árbol no nos impida ver el bosque y que el bosque no nos aleje del árbol. También debemos apropiarnos de los tiempos. El tiempo ni hace ni cura por sí solo. Somos nosotros, en nuestra apropiación del tiempo, que lo convertimos en un recurso pleno de alternativas. El tiempo no tiene autonomía para hacer ni deshacer. Somos las personas que elegimos de qué manera hacer uso de los tiempos. El filósofo Martin Buber5 en su libro Yo y Tú escribe: “Hombre libre es el que cree en el destino y cree que el destino lo necesita... pues lo que ha de acontecer no acontecerá si no está resuelto a querer lo que es capaz de querer”. Buber nos convoca a pensar en la relación entre sujeto y destino. Muchos dicen “que el destino está marcado”, y este concepto promueve actitudes de

5. Martin Buber (1878-1965) fue un filósofo, teólogo y escritor, conocido por su filosofía de diálogo.

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resignación y pasividad. Pero al destino, creo yo, hay que desearlo, planificarlo, invitarlo a que suceda con cada paso que vamos dando en la vida. De hecho, de esto estamos hablando todo el tiempo, en nuestra conversación.

El grupo y los jóvenes: un puzzle por armar ¿De qué hablamos cuando decimos sistemas de valores y creencias? Los grupos humanos más grandes o más chicos se organizan por medio de costumbres, tradiciones, mitos, ritos que constituyen lo particular, lo específico de ese grupo. Podemos identificar a los grupos humanos y sus culturas según su forma de vestirse, de hablar, de sus comidas y muy especialmente por sus “ritos de paso”; ritos de nacimiento, de iniciación de la pubertad, bodas, ceremonias fúnebres, entre otros. Estos rituales ayudan a superar las “crisis vitales o de crecimiento”, los momentos cruciales en los que pasamos de una etapa del ser a la siguiente. Todas las culturas y religiones tienen ritos de ingreso a la pubertad o a la adolescencia, esto significa que luego de su “atravesamiento” se instalan en sus nuevas creencias y pasan a pertenecer a ese nuevo estado, adhieren a sus creencias y aceptan sus acciones. Muchos grupos adolescentes desarrollan sus “ritos de iniciación”, que van a ser aquellos que marcan la aceptación a la incorporación al grupo, algunos son altamente riesgosos, ya conocemos que muchos están dispuestos a hacer lo que se les pida para lograr aquello tan ansiado: ser parte, ser aceptado, ser incluido. Veamos algunos ejemplos para entender a qué nos referimos: En el archipiélago de Vanuatu hay costumbres tribales como aquellas en las que los adolescentes se lanzan de unas torres de 15 metros de altura, con cuerdas vegetales atadas a sus tobillos, luego de danzas rituales alrededor de la torre; todo para demostrar que son suficientemente valientes como para convertirse en hombres. Otro ejemplo, en Brasil, Río de Janeiro, unos surfistas adolescentes, encaramados al techo de los veloces trenes que circulan por las colinas circundantes de la ciudad, si no se agachan en el momento oportuno, o rozan los cables eléctricos, pueden sufrir graves lesiones; si pasan la prueba serán aceptados en el grupo. En muchas comunidades de todo el mundo, los adolescentes manifiestan su necesidad de poner a prueba su temple y convertirse en “héroes”. Son rituales que destacan su paso a la virilidad. La iniciación entraña invariablemente una 30

prueba compartida que consolida la unión entre los miembros del grupo. Las pruebas de fuerza y resistencia son comunes a muchas iniciaciones. El “adulto” tiene que ser valiente ante el peligro y mostrarse firme ante el dolor. Los jóvenes judíos en su Bar Mitzvah o las confirmaciones cristianas o las jóvenes iniciadas en la religión Vodun en Togo son reconocidos como plenos participantes de su religión después de los rituales correspondientes. La celebración de los “dulces dieciséis” en Estados Unidos o los hispanos festejando a las “quinceañeras” proclaman así su madurez femenina. El final de los estudios secundarios y los viajes de egresados son también un rito de paso importante en la cultura occidental. También podemos observar los bailes de gala estudiantil en algunas sociedades con aspiraciones aristocratizantes; al mismo tiempo en el que los adolescentes de ciertas aldeas de Nueva Guinea danzan bajo la luna llena en festejos que duran toda la noche. En todo el mundo, tanto las sociedades modernas como las tradicionales festejan nuestro viaje por la vida con sorprendentes ritos de paso. Ahora veamos, ¿Qué hacemos cuando estos ritos a los que somos convocados ponen en riesgo nuestras vidas? Volvemos al tema de la capacidad de elegir y hasta dónde se está dispuesto a hacer cosas para pertenecer y dónde se pone el límite y se dice: “Hasta aquí yo llego y de aquí no paso”. Algunos ejemplos: Los grupos de motoqueros suelen exigir pruebas como descender una cornisa de un cerro a alta velocidad, o usando una sola mano, o con un ojo vendado, o superar determinada velocidad zigzagueando, entre otros tantos riesgos. Otros grupos, para dejar ingresar a un “novato”, le exigen que tome determinada cantidad de vodka o cerveza para poder ser parte de esa “banda”. Es decir, la condición para ser incluido y reconocido como miembro es su “tolerancia” al alcohol. También agarrarse a golpes con o sin motivo con otros de otra banda mide la valentía, mide hasta dónde cada uno está dispuesto a lo ilimitado. Conversando de estos temas, una vez una adolescente chaqueña en su propio lenguaje me dijo: “En el barrio si no chorreás no sos de la junta” (Si no robás no pertenecés al grupo) “y si querés pisar fuerte en la junta no vengas chorreando bicicletas” (y si querés ocupar un lugar destacado en el grupo, de cierto liderazgo, hay que robar cosas más importantes que bicicletas). Vamos a tratar de explicar estas cosas un poco mejor: Sistema de creencias en estos grupos es el conjunto de actos o aspectos valorados por ese grupo, en el caso de los motoqueros el riesgo y la velocidad 31

son valores, ese grupo cree en eso y a eso le da valor y si uno quiere pertenecer debe adherir a esos valores. En el caso del consumo de alcohol, beber está valorado, está bien visto el que más toma, a veces vomitar es celebrado por el grupo. Tolerar más alcohol pone al sujeto en un lugar más importante dentro del grupo. Agarrarse a golpes constituye un valor en ciertos grupos y al que no le guste eso debe saber que le va a costar mucho ser aceptado en ese grupo. En el caso de la adolescente chaqueña resulta claro que en su grupo está bien visto robar y más claro aún es cuando explica que ocupar un buen lugar en el grupo requiere estar dispuesto a robar cosas más importantes que bicicletas. Por otro lado muchos grupos de adolescentes se conforman a través de experiencias como el teatro, la murga, proyectos sociales, o equipos deportivos porque, en definitiva, ser parte requiere adherir a ciertos valores o convicciones. Un grupo de jóvenes que se conforma para hacer títeres y llevar espectáculos a barrios carenciados u hospitales se constituye alrededor de otro sistema de creencias y ser parte implicará estar de acuerdo con los valores de lo solidario o del compromiso social. Entonces, pertenecer a un grupo, algo tan importante en la adolescencia, implica adherir a sus valores y creencias y estar dispuesto a atravesar las exigencias para pertenecer. Hay tantos grupos a los cuales se puede pertenecer, más allá de los ya mencionados, asociaciones barriales, grupos de organizaciones religiosas, grupos delictivos, equipos deportivos, grupos solidarios, pandillas o patotas, habitantes de plazas o de esquinas o de boliches, clubes, voluntarios por causas sociales, grupos ideológicos o de activismo político o de derechos humanos... Elegir a qué grupo o grupos pertenecer es una de las pruebas más difíciles en el ejercicio de la capacidad de elegir. Porque en algunos la autonomía de elección es respetada y en otros la anulación de la voluntad individual es la condición para formar parte.

Las leyes del “mercado”, los jóvenes y el consumo Vamos a conversar un poco acerca del “mercado”, las leyes del consumo y su impacto en los jóvenes. Vamos por partes. ¿Qué es eso a lo que llaman “el mercado”? Podríamos explicarlo en palabras simples. Se trata de las ganancias que obtienen las empresas cuando venden cosas a las personas y que, cuando crece su poder, tienen la capacidad de tomar todas las decisiones que se les antoje. 32

Seguramente habrán escuchado hablar de los 90 en la Argentina y el auge del liberalismo y de las privatizaciones. Vamos a tratar de explicar algo de eso y cómo se relaciona con los jóvenes... tengamos un poco de paciencia... Algunos piensan que antes de los años 90 en la Argentina había demasiada injerencia del Estado en las actividades comerciales y de las empresas, y que muchas empresas estaban en manos del Estado. Por ejemplo: los ferrocarriles del país eran una empresa del Estado, así como YPF (Yacimientos Petrolíferos Fiscales), o las empresas de telefonía, o el correo... Empresas del Estado quiere decir que tenían una administración en manos de funcionarios del Estado, sus ganancias y sus pérdidas eran ganancias o pérdidas del Estado y si eran deficitarias, es decir, que producían muchas pérdidas, éstas eran pagadas por el Estado. Es cierto que había mucha ineficiencia, la gente que manejaba esas empresas no siempre ponía ni entusiasmo ni le interesaba mucho si daban poca o mucha pérdida, total… eran del Estado. Y entonces vinieron las privatizaciones. ¿Qué quiere decir eso? Venderle las empresas del Estado a empresas privadas, en general a empresas extranjeras, para que se ocupen de ellas. Y entonces vinieron empresas a las que sólo les interesaba obtener más y más ganancias en el menor tiempo posible, sin otro objetivo ni otra responsabilidad que obtener ganancias. Quizás sea comprensible que el único objetivo de una Empresa sea obtener ganancias, sólo que eso tratándose de servicios esenciales para la población es algo que hubiera debido ser controlado o regulado, y no sucedió así. Y se compraron todo, en realidad “comprar” es una manera de decir... porque les ¡regalaron todo! Veamos un ejemplo: si una empresa privada compró los ferrocarriles y busca sus ganancias, observa rápidamente que viajan muchas más personas desde Buenos Aires a Mar del Plata que de Tucumán a Jujuy y por lo tanto son más rentables los primeros viajes que los segundos y, entonces, ¿qué hace? Muy simple. ¡Cierra todo aquello que no da ganancia! O si se vende mucha más nafta en las estaciones de servicio de las grandes ciudades que en las de los pequeños pueblitos, el que compró YPF cierra las estaciones de los pueblitos y se queda con las de las grandes ciudades. Por supuesto que no les importó que una enorme cantidad de pequeños pueblos entre Tucumán y Jujuy hayan quedado sin trenes y, por lo tanto, aislados, sin comunicación, marginados y excluidos. Tampoco se preocuparon por que en muchos pueblitos se hayan quedado sin estaciones de servicio y, por lo tanto, sin ambulancias, ni transporte para comerciar lo que cultivaban en la tierra. 33

El mercado puro, salvaje, no tiene ninguna responsabilidad social, no le importa lo que provoca en el camino más allá de la búsqueda de la mayor rentabilidad. Como consecuencia de este proceso de privatización se pasó de un Estado que manejaba todo y decidía todo, a otro que hacía exactamente lo contrario. A esta altura ya hemos explicado que las cosas son complejas y entonces no debemos recurrir a argumentaciones simples para entenderlas. Es cierto que en las empresas del Estado había mucha ineficiencia y mucha corrupción y que privatizar pudo ser una alternativa para poner fin a todo esto; pero un Estado serio y responsable que vende sus empresas a privados puede y debe poner condiciones que protejan a sus habitantes y, por ejemplo, exigir que ciertos trenes sigan existiendo y que en determinados pueblos haya estaciones de servicio. Un Estado serio y responsable puede exigir que las tarifas no excedan de tal monto y que sus inversiones para mejorar el servicio sean de tal o cual manera, o que los empleados que había cuando era estatal no sean “tirados a la calle” y despedidos como lo fueron. Hay un concepto con el que sería interesante ir familiarizándose y es el de “responsabilidad social empresaria” y tiene que ver con la manera con la que la empresa, más allá de la búsqueda de su rentabilidad, se vincula con la comunidad en la que está inserta. Y entonces hay aquellas que promueven capacitaciones, facilitan pasantías, ayudan en la creación de puestos de trabajo, aportan a la construcción o mejoras de escuelas u hospitales, sólo para dar algunos ejemplos. Hay algunas empresas que hoy van creciendo en su responsabilidad social y se constituye en un valor para ellas, otras no. Pero cuando el Estado regala todo y los gobernantes del momento sólo se ocupan de hacer negociados de beneficios personales, los resultados son muy claros; lugares sin trenes, sin estaciones de servicio –para seguir con nuestros ejemplos– y mucha, muchísima, desocupación, mayor pobreza y más exclusión de los pueblos del interior. ¿Para que hablamos de todo esto? Por un lado, para entender un poco el país en el que vivimos y, por el otro, para explicar que al mercado, en su concepción más salvaje, sólo le interesa obtener ganancias y busca vender allí donde es más rentable. Y los jóvenes son eso para las empresas, un segmento muy rentable. Segmento en el mercado, es ese sector al que van a dirigir sus ventas. Por ejemplo, para una empresa que vende cremas para mujeres, el segmento puede ser “mujeres de 30 a 50 años” obsesionadas por ser más jóvenes, o, si venden ropa de bebés, su segmento serán “madres jóvenes en especial primerizas de clase media y alta”. 34

Y los jóvenes son un segmento en el que muchas empresas ponen mucha atención, porque a los jóvenes les importa comprar y tener ciertos objetos. El mercado de las zapatillas, o de los jeans, o de las cervezas, o de los energizantes, o de los MP3, o de los teléfonos celulares están muy dirigidos a los jóvenes, como también la marihuana o el éxtasis (con menos publicidad en la vía pública, pero con una estrategia de venta exitosísima). Es más, la delgadez pasó a ser un bien de venta, para la cual están disponibles todo tipo de productos. Lo que el mercado hace es “inventar” necesidades, hace sentir a la gente que tener tal o cual producto es una necesidad, es muy importante, es casi vital y si uno no lo tiene, algo le falta en su vida. Al mercado no le sirve que no haya cambios de moda, imaginen por un momento que un año esté de moda la misma ropa de mujer que el año anterior, ¡perderían de vender nueva ropa! El mercado necesita que las personas sientan que lo que tienen es viejo o fuera de moda lo antes posible. Entonces, un aparato celular parece viejo al año o menos de uso; para eso, estos aparatos cada vez vienen con más cosas; ahora es una necesidad que los teléfonos saquen fotos, reciban mails o permitan escuchar música, y si no lo tenés, no servís. Un año los jeans deben ser ajustados y al año siguiente sueltos o con tiro bajo o con botamangas anchas. Lo importante es que las personas sientan que lo que tienen no les sirve y salgan a comprar algo nuevo o a comprar más. En la cultura del consumo, consumir más es muy importante y el consumo da identidad –sos lo que tenés puesto o lo que comprás. Entonces creemos que compramos lo que queremos o lo que nos gusta y sin embargo compramos lo que nos venden o nos imponen o nos hacen sentir de extrema necesidad. Está de moda o bien visto consumir determinadas cosas y cuanto más consumimos de ellas mejor. Al mercado le importa vender y ganar y no si hace bien o mal. Como a las empresas que venden cigarrillos, que les importa vender mucho. Está absolutamente claro cuánto daña el cigarrillo, pero la salud no es un objetivo de las empresas tabacaleras; lo mismo sucede con las condiciones de vida en los pueblos de Jujuy, que no son una preocupación de las empresas dueñas de los ferrocarriles. La publicidad es el arma que usa el mercado para hacer sentir a la gente “ilusiones” acerca de qué va a obtener si compra tal o cual producto. Entonces, si uno consume tal marca de cerveza, estará alegre y feliz y podrá “tener” a tal tipo de chicas o tal tipo de chicos. La capacidad de la publicidad es penetrar en el sujeto, hacerle sentir que esas ilusiones van a concretarse si lo compran. Entonces es bueno reflexionar acerca de lo que compramos, de lo que elegimos. Ampliar nuestra capacidad de “elegir” lo que compramos es un acto de 35

libertad. Un sujeto con fortaleza para elegir puede decidir si eso que le están vendiendo lo quiere comprar o no, o si lo que va a conseguir hará que se cumplan sus sueños o es simplemente una víctima de la estrategia del mercado.

Los que eligen por los adolescentes - manipulación y uso Si seguimos algunos razonamientos del capitulo anterior, se nos hace necesario conversar acerca de quiénes eligen por los adolescentes o por los jóvenes y de qué manera lo hacen. Si los adolescentes y los jóvenes son un segmento atractivo del mercado, hay muchos que se ocupan de venderles cosas de todo tipo y quiero abordar un tema que me parece importante. Vamos a ponerle como título “Si los jóvenes y los adolescentes son un segmento importante, no sólo hay que venderles a ellos sino que hay que conseguir que los niños sientan que ingresan en ese segmento lo antes posible”. Vamos despacio. Si ser adolescente es algo “apetecible” para los niños, éstos procurarán ser adolescentes lo antes posible y eso es bueno para el mercado. Y entonces hay mensajes dedicados a los niños que hacen sentir que haciendo o consumiendo tal o cual cosa o yendo a tal o cual lugar van a ser adolescentes antes o muy pronto. “Haciendo eso vas a ser más grande”. ¿Haciendo qué? “Consumiendo cigarrillos, alcohol, otras drogas, yendo a tales boliches vas a ser más grande”. Por eso muchos chicos se obsesionan con la idea de poder burlar su edad para poder ingresar a determinados lugares, lo que también explica cómo año a año el consumo de alcohol se inicia más temprano y por qué los boliches inventan el horario de la matinée, para que los más chiquitos sientan que “ya van a bailar” y que están cerca de ser más grandes. Querer ser más grande es un buen negocio para los vendedores especializados en el segmento de adolescentes y jóvenes. Hay muchos adultos que hacen uso de estas “ilusiones” para sus propios beneficios. Las leyes del mercado en su versión más salvaje, usan a los adolescentes para obtener beneficios sin ninguna otra expectativa que ganar para ellos mismos y nada más. Suena casi ridículo pensar que un personaje del mercado salvaje esté interesado por la escolaridad de los adolescentes, o por su salud, o por su futuro, ¿no? Otro tema aún más grave de este salvajismo y de la perversión de muchos adultos, que todavía andan sueltos, es el uso de los menores para cometer delitos. 36

Para eso los mejores adolescentes o jóvenes para usar son los más vulnerables, los que tienen menos capacidad de entender, los que tienen menos capacidad de elegir. Siempre hay una promesa, “van a ganar mucho dinero y rápidamente”. Esta promesa en manos de adultos manipuladores tiene diversas versiones según regiones, clases sociales, etc. Pero en general estamos hablando de la ilegalidad y el consumo cuando se aprovechan de la desesperación de los que más necesitan. Veamos algunos ejemplos: Hay adultos que mandan a robar a menores, prometiéndoles alguna parte pequeña del “botín” –si todo sale bien–, convenciéndolos de que como son menores, si los agarran, no les hacen nada. Es más, muchas veces los instruyen para que si los agarra la policía se golpeen rápidamente y acusen al policía de haberlos golpeado y, de esta manera, o los largan en el momento o, para evitarse líos, la policía los larga sin mucho drama y sin dejarlos registrados.6 Hay adultos que usan a los chicos de “mulas”. Para entrar o sacar droga por las fronteras, se preparan cápsulas cerradas con droga adentro que se las hacen tragar. Así por unos pesos pasan la frontera. Muchas veces los agarran, más bien, tarde o temprano los agarran y no la pasan nada bien. A veces las cápsulas se abren en el estómago y los daños que producen pueden ser hasta fatales, nada de esto le importa al dueño del negocio de la droga. He vivido la triste experiencia de conversar con una directora de escuela en una población de Jujuy que me decía con desesperación que ya habían sacado 14 chicos de la escuela para usarlos de “mulas”. En los niveles socioeconómicos medios y altos, el uso es diferente: los invitan a ser “dealers”, vendedores de drogas en boliches, en plazas o esquinas. Con eso pagan sus propios consumos y son los únicos que asumen riesgos en este negocio. Los únicos que están expuestos. Pero también hay otros usos y manipulaciones de “frágiles y desesperados”. Voy a hacer un salto en los ejemplos y voy a meterme con las “sectas pseudorreligiosas”. Algunos estiman que hay más de 3.000 en la Argentina y sus “pastores” obtienen grandes ganancias.

6. Vale la pena aclarar que tal afirmación de que “no les pasa nada” es una absoluta mentira y que si piensan que la policía no se “cobra” en algún momento el truco, sencillamente han comprado una sarta de mentiras. El maltrato policial a jóvenes está considerado por una gran parte de los jóvenes como la principal violación de sus derechos, pero de eso vamos a ocuparnos después.

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Sé que es un tema duro y complejo pero voy a desarrollarlo. ¿Cómo diferenciar si uno está ante una religión o ante un “manipulador” “psicópata” que vende ilusiones de salvación? Veamos algunas características de una secta pseudorreligiosa: • • • •



Los que están adentro siempre se van a “salvar”, ellos están en el camino correcto. Siempre los que están afuera son “demonios” o no entienden o no pueden entender. Convocan a que sus miembros rompan con sus familias y amigos y todo aquello que no es la secta. Muchos incluso deben irse a vivir entre ellos. Siempre hay que poner dinero para la “iglesia” que, por supuesto, no la llaman secta. Todo sirve; si son pobres pondrán poco dinero, aunque sea todo lo que los pobres tengan. Si tienen bienes terminarán poniéndolos a nombre de la “iglesia” y si son menores generarán tales conflictos con sus padres que muchas veces consiguen que ellos les cedan sus bienes. Siempre hay rituales sexuales, que muchas veces involucran al propio pastor, con situaciones de sometimiento.

También la manipulación de los adultos sobre los “vulnerables y desesperados” se da como una práctica de la política. Se usan a jóvenes para hacer pintadas, sumar público a actos o hacer cortes de rutas o calles. Quizás aquí sea muy importante diferenciar la legítima elección de alguien de ser parte de un proyecto ideológico o político, de la manipulación que es llamada “clientelismo”, que se ha traducido en el manejo de ciertos personajes de los planes sociales, entregados según su sometimiento a las necesidades clientelares de sus manipuladores, muchas veces debiendo dejar un porcentaje de las sumas de esos planes para la “organización”, que no es otra cosa que sus “propios bolsillos”. Y nuevamente vamos a volver a los conceptos centrales de toda nuestra conversación; un adolescente o joven con capacidad de entender y de elegir está con más herramientas para aceptar o no la convocatoria de los manipuladores, cualquiera sea la manera en la que pretendan usarlos.

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Ser fuertes para hablar de las fragilidades Definamos primero qué entendemos por frágil y qué por fuerte para poder contrastar luego con otras miradas. Desde que comenzamos este libro queda claro que en nuestra concepción fuerte es aquel que mayor capacidad tiene de discernir, de comprender y de elegir qué quiere para sí y qué no. Para otros, más fuerte es el que se anima a agarrase a golpes con otros con mayor frecuencia, el que se anima a correr más riesgos e involucrarse cada vez más en situaciones violentas. Para nuestra forma de comprender lo humano, frágil es aquel que es más influenciable, que tiene poca capacidad de discernir, que es débil ante lo que le proponen, que no tiene posibilidad de decir “no” cuando algo no le gusta o no lo quiere. Es lo que en el capitulo inicial definíamos como mayor o menor capital social y cultural. A mayor capital social y cultural, mayor fortaleza. Los obstáculos para elegir que vienen desde afuera de las personas encuentran a las mismas con diferentes capacidades para hacerles frente. Quiero hacer un recorrido acerca de aquellas maneras con las que la sociedad se ocupa de poner en riesgo la vida y el desarrollo de los adolescentes y los jóvenes. Estamos hablando no de “los problemas de los jóvenes”, sino de “los problemas de la sociedad y cómo se manifiestan en los jóvenes”. No vamos a tratar de echar culpas, vamos a tratar de compartir impresiones acerca de cómo los jóvenes pueden protegerse mejor ante las cosas a las que están expuestos. Pensemos acerca de las representaciones sociales a las que están asociados diferentes elementos que –mal usados– se convierten en amenazantes. Asumo plenamente en este acto el riesgo de ser tildado de “moralista”. No lo soy, así no me siento y espero que al final del recorrido así lo crea el lector.

Acerca del consumo Empecemos por los cigarrillos y el alcohol. Están instalados en el mundo infantil, como un dato de acercamiento al mundo de los adolescentes y los jóvenes. Por eso, el que empieza a fumar más tempranamente es, en muchos círculos, muy bien visto por sus pares. Es una experiencia vivida como placentera y transgresora en edades tempranas y esto, a su vez, es su mayor atractivo. En los jóvenes es casi un acompañante natural e inofensivo. 39

El tabaco y el alcohol entran en la definición de drogas legales, que se diferenciarán de las ilegales como el paco, la marihuana, la cocaína, el éxtasis, etc. ¿Qué son las drogas? Sustancias psicoactivas que afectan la conciencia de las personas y su percepción de la realidad. Productos químicos que ingresan en el organismo y producen transformaciones biológicas y psicológicas en el sujeto. Se trata de tener la información necesaria para saber qué hace bien y qué hace mal para elegir qué hacer con eso. El consumo de sustancias psicoactivas –es decir, que activan el psiquismo– es una parte del mundo del consumo, regido por sus mismas normas y leyes. Y aunque pensamos que nosotros tomamos las decisiones, muchas veces son otros los que lo hacen; la publicidad, la moda, el temor de quedarse afuera, las ganas de verse más grandes, ganas de probar, la rebeldía. Sabemos que muchos piensan que el consumo es una elección, desde algún punto de vista es posible que así lo sea, muchos eligen “conscientemente” fumar o drogarse, depende de qué definición de elección usemos. Tener libertad de elegir es tener todas las opciones en la mano y decidir. Cuando hay opciones restringidas o manipuladas no podemos decir que haya elección en el sentido estricto de la palabra. Vemos que está muy instalado en el sistema de creencias: • • •

Si no tomás alcohol no te divertís. Si no tomás, hay cosas a las que no te animás. Cuanto más tomas o depende con lo que te das, más te animas.

El alcohol es una sustancia de gran aceptación social, se encuentra integrada a nuestra cultura, su modalidad de consumo es fundamentalmente social, y a su vez es una de las sustancias de las que más se abusa. El aumento del consumo en la población joven se da predominantemente durante los fines de semana, es decir, en el tiempo libre. El contexto del consumo de alcohol se realiza fundamentalmente en la calle, fuera de los hogares. Actualmente los jóvenes consumen alcohol en los lugares de encuentro y diversión, y en compañía de sus pares. De esta forma observamos que el consumo de alcohol entre los jóvenes se asocia a la necesidad de obtener reconocimiento social por parte de los pares. El modelo de consumo juvenil se asocia, sobre todo, a las atribuciones psicoactivas del alcohol y a la búsqueda de diversiones y efectos positivos. Entonces, veamos.

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Emborracharse es una especie de rito de transición o rito de paso casi obligatorio para los adolescentes. Un tipo de socialización obligatoria para el que existen muy pocas posibilidades de resistirse. Es un clásico; la salida, el boliche, el alcohol hasta darse vuelta. También se ha constituido en una práctica “la previa”, que es reunirse en un lugar, puede ser una casa, y tomarse todo antes mismo de llegar al boliche, a veces ni siquiera se está en condiciones de llegar. Sabemos que produce enfermedades en todo el organismo, en especial en el aparato digestivo y en el sistema circulatorio, también afecta el psiquismo y las relaciones sociales. Pero eso lleva algún tiempo y entonces resulta difícil advertir sus consecuencias. El descontrol nocturno, en términos de violencia, en algunas zonas se ha convertido en parte de un paisaje naturalizado. Estando en grupo –y bien sabemos que la alcoholización en adolescentes y jóvenes es siempre una experiencia grupal– resulta muy difícil ponerse un límite y decir, “gente, hasta acá llegué yo, yo no sigo”. Cuando hablamos del valor de elegir nos referimos a esta capacidad de tomar decisiones, sostenerlas, poder argumentar, respetarse a sí mismo y respetar a los demás. Es también estar dispuestos a que la decisión personal no siempre esté acompañada por la decisión grupal y que esto no los desaliente. Y para poder decir no y no sentir la amenaza de perder el grupo de pares, hace falta ser fuerte. “La influencia o presión de los grupos de pares es distinta para uno que ha crecido sostenido en vínculos adecuados a sus necesidades, que para otro en el que la historia de desamparos durante su desarrollo dejó marcas e fragilidad o vulnerabilidad.” “Junto a los beneficios que les permiten alcanzar a sus miembros, los grupos les imponen condiciones. Éstas se dan en forma de presión que el grupo aplica sobre ellos.” (Los jóvenes y sus derechos, Lugar editorial, p. 90) Hasta acá hablamos del alcohol, pero veamos qué sucede con el pasaje a las drogas ilegales. El ingreso a este nuevo mundo es una búsqueda que se produce cuando el tabaco y el alcohol resultan insuficientes o han saturado su efecto. La marihuana, el paco, el éxtasis son pasos siguientes. No todos pasan del abuso de alcohol a las drogas ilegales, pero la mayoría de las veces que se accede a ellas es porque se ha pasado por el abuso de alcohol. Entonces, se va por más. 41

Otro mundo se abre, de clandestinidades, ocultamientos e ilegalidades. Y esto se relaciona con la omnipotencia. ¿Cómo? Hablamos de una sensación que tienen las personas de que “nada les va a pasar”, que “la tienen toda controlada”, que “el cuerpo aguanta todo”, que “uno puede elegir cuando entrar y cuando salir”. Hay algo que es estrictamente cierto: los adolescentes, los jóvenes son potentes, tienen cuerpos vitales, resistentes, poderosos, sin los desgastes de los años. Esta potencia suele ser percibida como omnipotencia y eso constituye una invitación a veces fatal al desafío sin límites. La omnipotencia hace sentir que uno no depende de nada ni de nadie, que todo está en uno y nada ni nadie puede ponerse en el camino y que, para obtener lo que uno quiere, no hay limites de ninguna naturaleza. Esto es peligroso en el consumo y mucho más en el de drogas duras, pesadas, ilegales. Por un lado, hace falta dinero para comprarlas, constituyendo uno de los motivos más frecuentes por el cual se ingresa en el mundo del delito; para comprar hay que tener con qué, no son baratas y la manera más rápida de obtener dinero es robando, para poder robar muchas veces se animan a más estando drogados, que es un círculo con pocas salidas. Estar drogado es tener un estado de conciencia disminuido, una percepción de la realidad distorsionada, y robar en esas condiciones es aún más riesgoso para el delincuente y para las víctimas. Uno tiene acceso a información en la que robos son seguidos de golpes o hasta de asesinatos sin que haya habido resistencia por parte de la víctima. Uno se pregunta por qué lo golpearon o lo mataron si con robarle era suficiente, y la respuesta no es otra que el estado de falta de conciencia, reflejos, percepción de la realidad que produce la droga. Entonces, droga y delito suelen ser una sociedad casi inevitable. Para delinquir hay que drogarse y para drogarse hay que delinquir. El consumo de sustancias, al igual que el de alcohol, comprende una escala gradual de tres niveles: uso, abuso y dependencia. Uso se trata del momento en el que las personas están en la etapa exploratoria en el consumo de sustancias. Abuso es el nivel en el que se ha regularizado su frecuencia y comúnmente ha aumentado la cantidad ingerida por vez. Dependencia se trata de un nivel elevado de consumo, combinación de sustancias y un compromiso orgánico y psicológico, con los efectos de la abstinencia, que pasa a ser insoportable (Grimson, 2007). La omnipotencia desembocó en absoluta dependencia. Pero quiero compartir un dato de la complejidad de este problema: es cierto que algunas sustancias provocan algunas sensaciones que pueden ser positivas 42

a la hora de juntarse con amigos para pasar un momento divertido, es cierto que el alcohol desinhibe y que por eso uno se puede divertir más... Es cierto que para muchos fumar calma la ansiedad o da la sensación de placer. Es cierto y sería deshonesto desconocerlo... Pero... Es sólo una parte de la verdad. Porque “a medida que le sucedan estas cosas a partir del consumo de sustancias, va perdiendo algo así como ‘los reflejos’ y las capacidades naturales de divertirse, desinhibirse o calmar la ansiedad... y esto también es cierto y tenemos que decirlo” (Los jóvenes y sus derechos, op. cit.). Hablemos ahora un poco de los accidentes. Sí, ya sé que esta parte de nuestras conversaciones nos lleva a temas no muy agradables. Pero debemos hacerlo. ¿Sabían que los accidentes son la primera causa de muerte en adolescentes y jóvenes? ¿Sabían que la alcoholización es el principal motivo de los accidentes que producen los fallecimientos? ¡Qué más divertido que andar en auto a toda velocidad, borrachos, muertos de risa, zigzagueando en el tráfico?... ¿Qué más divertido? Pero entre nosotros, qué difícil resulta, en medio de esa escena, que alguien diga: “gente, nos vamos a hacer ‘goma’, paremos...”. Qué difícil es decirlo y no estar expuesto a todo tipo de burlas y reproches. Es como en el cuento de la rana en el agua hirviendo, que cito a continuación, con el que se puede hacer un paralelo: cuando uno ya está cerca del hervor, ha perdido casi toda capacidad de salir. Un relato interesante: si uno arroja una rana a una cacerola con agua hirviendo, reaccionará al contacto con el agua saltando hacia afuera; pero si uno la coloca en el mismo recipiente con agua fría, comenzará a nadar, si uno sube la temperatura un poco, quizás lo hará con más placer, si uno continúa subiendo la temperatura, empezará asentir molestias, y si se hace hervir el agua, perecerá porque no ha tenido la capacidad de reacción necesaria y a tiempo.

Acerca de la sexualidad Ahora es el momento de conversar un poco acerca de la sexualidad y la capacidad de elegir. Si hay un tema que convoca a lo “moralista” es la sexualidad, pero quisiera compartir algunas ideas al respecto y se podrá ver cuán lejos estoy de una concepción de ese estilo. Una de las características más significativas que definen el acceso primero a la pubertad y luego a adolescencia es el ingreso a la sexualidad genital. La genitalidad es la etapa del desarrollo en la que prima el placer en la zona genital, 43

que es cuando llega el momento en el que el sujeto está con las condiciones dadas de mantener relaciones sexuales. La sexualidad es una de las dimensiones más importantes de la vida, puede implicar encuentro, placer, afecto, diversión, juego, deseo. Y como una de las dimensiones más importantes de la vida es que creo que debe ser “elegida”, “placentera” y “equitativa”. -

Elegida significa que cada uno elija con quién, cuándo y dónde; cuando son los dos los que deciden y se respeta y se hace respetar la intimidad y la libertad. Placentera, cuando la sexualidad se ejerce para buscar el propio placer y el del otro, cuando no se está obligada/o presionada/o, acosada/o a hacer lo que uno no quiere. Equitativa cuando varones y mujeres se vinculan en su vida sexual desde la igualdad de derechos y oportunidades para decidir, para pedir y para dar.

Veamos algunas cosas que pasan. Se estima que más de 100.000 de los 700.000 bebés que nacen por año son de madres menores de 19 años. Cerca del 75% de los embarazos de menores de 15 años son con hombres al menos 10 años mayores que ellas. La mortandad infantil en madres adolescentes es muy superior al medio. Cada día nacen aproximadamente 1.500 bebés en la Argentina y se producen cerca de 1.400 abortos, en su inmensa mayoría en condiciones de absoluta falta de asepsia y de los que surgen infecciones múltiples, que cobran más de 100 muertes al año. Entonces cabe preguntar: ¿Han elegido esas relaciones ambos en cada caso? ¿Han tenido ambos la capacidad de decir sí o de decir no? ¿Cuántas estarían encuadradas en la figura de abuso sexual? La capacidad biológica de estar embarazada ¿está acompañada de la capacidad psicológica y social de estarlo? ¿Cuántas de esas madres han elegido la relación que finalizó en embarazo? ¿Cuántos de quienes embarazaron en una relación de pasatiempo asumieron su paternidad? Vamos tema por tema. Cuando me preguntan cuál es la mejor edad para iniciarse en las relaciones sexuales, sólo respondo que cuando en una relación de dos, de sexos diferentes o del mismo, ambos deciden, eligen con conciencia tener relaciones, ése es el momento adecuado. Que entiendan que placer y cuidado no son contrapuestos sino todo lo contrario. 44

Entonces la sexualidad es motivo de encuentro y placer, pero también podemos hablar mucho de prácticas abusivas en este país y en el mundo: la prostitución, la trata de personas, la explotación en prostitución infantil, el abuso sexual muchas veces en entornos familiares son temas que debemos encararlos a partir de nuestra definición de personas fuertes y débiles. Pero hay un agregado más y tiene que ver con cuestiones de género. El segmento más perjudicado es el de mujeres, jóvenes y pobres, que de diferentes maneras padecen la vulnerabilidad, la manipulación y el uso de personas. Saber decir “no” cuando uno/una no quiere es una capacidad acerca de la cual tenemos mucho que trabajar y apelar a los derechos que cada joven tiene.

Acerca de la alimentación Cambiemos de tema. Quiero compartir algunas reflexiones acerca de los trastornos de alimentación como otro factor de vulnerabilidad en adolescentes y jóvenes. Los patrones de belleza instalados por el mercado de la moda son precisos, así como crueles y salvajes. La delgadez es un rasgo inapelable de la condición de belleza, no es que a los comerciantes de belleza les importe la obesidad como enfermedad. Al mercado la salud no le interesa (salvo a los que venden prepagas de salud). Entonces encontramos la creciente enfermedad ligada a los trastornos en la alimentación, en particular la anorexia y la bulimia. Hace pocos meses hemos sido testigos de varias muertes de modelos internacionales por anorexia. Las modelos, verdaderos objetos de uso y abuso en la comercialización de sus cuerpos, deben tener determinados peso y medidas y, para alcanzarlos, muchas veces dejan de comer o son obligadas a hacerlo. Las y los modelos son instalados en el mercado como patrones de belleza, a ellos hay que parecerse, como ellos hay que ser. Cuánto una o un adolescente está dispuesto a hacer para parecerse a ellas o ellos. Si bien es un fenómeno que alcanza mucho más a las mujeres, los varones están cada vez más expuestos a las mismas leyes del mercado de imagen corporal. Es habitual que una adolescente que supere los kilos establecidos por el mercado tenga muchas dificultades para comprarse ropa. Muchos negocios de moda sólo tienen talles pequeños. Los medios de comunicación acosan con programas y productos de adelgazamiento y con esto nada tiene que ver la obesidad como enfermedad, que es muy diferente de lo que el mercado establece como gorda o gordo. 45

Es otra forma de manipulación; la construcción de la identidad corporal, tan importante en los procesos de crecimiento en estas etapas de la vida, está bombardeada con imágenes que convocan a hacer cualquier cosa con tal de no quedarse afuera de los parámetros establecidos de belleza. Qué es lindo y qué es feo, quién es lindo y quién es feo es una decisión de los manipuladores del mercado de la belleza y sus aliados, los medios masivos de comunicación con sus publicidades que establecen un correlato directo entre felicidad y consumo –entre otros consumos– la imagen de delgadez. Como hemos visto en estas conversaciones, no son pocos los obstáculos en la construcción de la capacidad de elegir y se manifiestan de muchas maneras, instalando vulnerabilidad en adolescentes y jóvenes, eligiendo por ellos qué deben ser, cómo deben ser, cómo vestir, qué tomar y qué comprar. Sólo quienes mejor comprendan estos acosos sociales podrán hacer uso de su libertad de elegir y adaptarse activamente a una sociedad con personas empecinadas en expropiar la capacidad responsable de tomar decisiones en la vida.

Modelo de adulto para identificarnos SE BUSCA Vamos a conversar un poco acerca de los adultos con quienes hay que compartir estos procesos del ser adolescentes o jóvenes. ¿Qué cosas definen la adultez? Cuando Arminda Aberastury7 explicaba los procesos de acceso a la pubertad, lo hacía señalando que era una “pérdida de los padres idealizados de la infancia”. Idealizar a los padres era ver en ellos personas sólidas, fuertes, con convicciones y valores. Esto hacía que los hijos adolescentes se sintieran débiles, frágiles, incompletos, casi como si nunca fuera posible llegar a ser como ellos –los padres. Llegar a ser adulto, tres o cuatro décadas atrás, era acceder a casarse, tener hijos, una profesión o un trabajo para mantenerse. Freud denominaba a este desarrollo tener la capacidad de “amar” y “trabajar”. En otros términos, la capacidad de construir vida social y familiar más allá de la casa de los padres y desarrollar capacidades de trabajar para autoabastecerse. El adulto podría hasta caricaturizarse como alguien con ideas claras y precisas, con sus emociones y afectos enmarcados en su familia, con capacidad de orientar 7. Aberastury, Arminda; Knobell, Mauricio, La adolescencia normal, un enfoque psicoanalitico, Paidós.

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la vida de sus hijos. También en ese encuadre el padre era responsable económico y la madre en su casa responsable de los afectos y la crianza de los hijos. Esta descripción, que puede o no ser aspiración de muchos, poco tiene que ver con las realidades que tenemos hoy. Hoy existen las familias monoparentales,8 que han crecido en forma geométrica, y además aparece el fenómeno de los numerosos matrimonios que se separan constituyendo en muchos casos nuevas parejas promoviendo familias ensambladas. También el cambio del rol social de la mujer se ha modificado. Ahora ha salido al mundo del trabajo a crecer y desarrollarse, con lo que marca una diferencia sustancial del rol al que estaba recluida en tiempos pasados. Las crisis han expuesto fenómenos masivos de desocupación, en las que las mujeres han demostrado mayor capacidad de sobrellevar las crisis y salir a construir alternativas creativas y con reserva anímica más grande. También en vastos sectores, niños y adolescentes han asumido responsabilidades económicas para alimentar a sus hermanos y a veces a sus padres. En diferentes clases sociales esto ha impactado de distinta manera, en los niveles sociales más empobrecidos ha obligado a niños a asumir “responsabilidades de adultos muy tempranamente”, mientras que en los niveles medios y altos ya no se van de sus casas tempranamente sino que extienden lo máximo posible su permanencia en relaciones de dependencia de sus padres, viviendo en sus casas, teniendo comportamientos adolescentes por muchos años. Hoy Obiols9 nos señala que el cuerpo adolescente es un cuerpo idealizado sin imperfecciones y es el adulto, el padre, la madre los que quieren parecerse a ellos. “Si, clásicamente, la juventud fue un ‘divino tesoro’ porque duraba poco, ahora se intenta conservar ese tesoro el mayor tiempo posible. Mucha ciencia y mucha tecnología apuntan sus cañones sobre este objetivo.” “El adolescente posmoderno deja el cuerpo de la niñez, pero para ingresar de por sí en un estado socialmente declarado ideal. Pasa a ser poseedor del cuerpo que hay que tener, que sus padres (¿abuelos?) desean mantener, es dueño de un tesoro.” Los padres y muchos adultos en general tratan de parecerse a los jóvenes o a sus hijos. 8. Hijos que se crían sólo con la madre o con el padre. O, a veces, con una mamá y una abuela. 9. Obiols, Guillermo A. (2002), La formación del adolescente ante la crisis, Kapelusz.

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Una cultura que ha instalado para su veneración a la “juventud” y a la “delgadez” implica que mucho son capaces de hacer los adultos, casi todo, para ser o parecer más jóvenes y para ser o parecer más delgados y tener un cuerpo “adolescente”. Hoy, dice Obiols: “...Estos padres buscan como objetivo ser jóvenes el mayor tiempo posible, desdibujan el modelo de adulto que consideraba la modernidad. - Visten como sus hijos. - Renuncian a pautas rígidas. Las pautan pierden claridad. No hay nuevas. - La verdadera sabiduría está en sus hijos. Dejar que el saber y la creatividad surjan sin interferencias. - Borran las distancias - Compinches de sus hijos. Intercambios de confidencias”. Hay menos conflictos generacionales, los adultos en general se pelean con mucha menor frecuencia con los adolescentes porque en realidad quieren parecerse a ellos. Por su lado los adolescentes no se pelean porque a veces sienten que no tienen con quién confrontar o que sus padres o los adultos son tan frágiles que no tiene emoción pelearse y casi ni tiene sentido. En otras generaciones discutir a qué hora se podía llegar a su casa o si estaban autorizados a comprarse tal o cual estilo de ropa o si podían o no pasear o veranear con amigos o amigas, si estudiar o no o qué estudiar, eran discusiones entre una generación y otra, entre padres “sólidos” y adolescentes en proceso de búsqueda. “El niño de estos padres no incorporó una imagen de adulto claramente diferenciada, separada de sí por la brecha generacional y cuando llega la adolescencia se encuentra con alguien que tiene sus mismas dudas, no mantiene valores claros, comparte sus mismos conflictos. Ese adolescente no tiene que elaborar la pérdida de la figura de los padres de la infancia (...). Al llegar a la adolescencia está más cerca que nunca de sus padres, incluso puede idealizarlos en este período más que antes. No hay duelo. Se fomenta más la dependencia que la independencia”, continúa diciendo Obiols. Grandes confusiones invaden a las generaciones de padres de sectores medios que sienten que sus certezas se han diluido. 48

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La certeza de que el estudiar aseguraba el ascenso social ha caído en desgracia a partir de la crisis de los 90, en la que la desocupación barrió por igual a diversas clases socioeconómicas, La certeza de que hay que prepararse para el futuro contrastó con la emergencia de ganar dinero en forma inmediata que también sienten sus hijos. La certeza de que los padres eran los portadores de saberes se chocó con la sensación de que hoy el saber está informatizado y que sus hijos tienen mayor y mejor acceso.

Veamos entonces de qué estamos hablando, estimados adolescentes y jóvenes. Estamos diciendo que el mundo adulto se ha debilitado. En muchos casos los han dejado abandonados, sin creencias, ni convicciones con las cuales confrontar. Conversando en un grupo estos temas, una chica en Córdoba me decía: “Nuestros padres nos dejaron sueltos...”. Lo decía con enorme pesar. La fragilidad de los adultos es una verdadera pérdida para los adolescentes, es una falta que hace más difícil la construcción de la propia identidad. Pero no todo es tan negro... Las crisis de la modernidad también ha motorizado, en sectores del mundo de los adultos, personas que han sabido salir a construir nuevos modelos, nuevas maneras de estar cerca de los adolescentes, nuevas instancias entre el viejo modelo de la modernidad y el débil modelo de la posmodernidad, es en la convivencia con esos adultos, padres, profesores o actores sociales, en los que muchos adolescentes han tenido la alternativa de construir y construirse sin abandonos ni ausencias. Es un desafío importante para los adolescentes y jóvenes que quieren desarrollar su capacidad de elegir y tomar decisiones en su vida, buscar y encontrar adultos cercanos que no pierdan su lugar de tales para estar cerca, en cercanías sin demagogias ni manipulaciones.

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3. A elegir se aprende

Fuertes para tomar decisiones Vamos ahora a conversar acerca de si es posible aprender la capacidad de elegir y tomar decisiones. ¿Qué quiere decir capacidad? ¿Cuándo podemos decir que una persona tiene la capacidad de hacer tal o cual cosa? Vamos por parte. Usaremos la metáfora de la construcción para señalar que es un proceso, que demanda tiempo, que requiere de una serie de elementos. Cuando pensamos en la construcción de una casa es necesario pensar en que eso demanda tener un terreno, ladrillos, cemento, cables, caños y muchísimos elementos más. Que se requiere saber qué hacer primero y qué después, cómo hacer para que por los caños de cables no pase agua y que finalmente, al encender una llave, esté todo lo necesario para que la luz se encienda. Tiempo, procesos, conocimientos, habilidades, experiencia son requisitos imprescindibles para tener la capacidad de construir una casa. Si podemos imaginar que construir una casa es muy complejo, más aún será que un sujeto construya una capacidad, es decir “que llegue a ser capaz de”. Entonces para construir una capacidad al menos vamos a necesitar: - Conocimientos - Habilidades - Actitud - Experiencia - Personalidad proactiva Conocimientos: hay cosas que se hace imprescindible saber, saber leer las cosas de la realidad que nos rodea, saber comprender anticipadamente los impactos y consecuencias de lo que estamos eligiendo, tener informaciones para ponerlas en juego en el momento de elegir. Habilidades: tiene que ver con la posibilidad de hacer, de accionar, de ser activos ante aquello sobre lo que estamos eligiendo; así como hemos visto que 50

es importante saber, aquí vemos que es fundamental tener la habilidad de “hacer” con aquello que estamos eligiendo. Actitudes: la manera en la que vamos a enfrentarnos con las cosas, con convicción y firmeza, o con desgano y que “todo dé igual”. Es la manera en la que vamos a hacer las cosas. Experiencia: la construcción de la capacidad de elegir supone aprender de las experiencias ajenas y propias. Se trata de entender que repetir las mismas soluciones a viejos problemas es volver justamente a eso, a repetir, cuando lo que hay que elegir es cambiar. De la misma manera que la experiencia nos ayuda a “repetir” cuando las soluciones aplicadas resultaron adecuadas. Personalidad proactiva: aprender a elegir es mucho más fácil cuando la personalidad del sujeto está más relacionada con buscar una y otra vez las alternativas para resolver los temas y elegir nuevas posibilidades. Hablamos de personas proactivas, emprendedoras y de esto, vamos a conversar más adelante. Para resumir: elegir es tener la capacidad de evaluar las opciones, entender las implicancias, ventajas y desventajas de cada opción y elegir la mejor. Esto significa que en la capacidad de elegir es necesario incluir la reflexión, el pensamiento. Cuando la elección se produce por puro impulso estaremos más expuestos a equivocarnos. El impulso conlleva señales del cuerpo, se expresa en sensaciones de atracción, de deseo; también de rechazo, de temor, es una parte del lenguaje del cuerpo. Es importante considerar positivamente estas señales, porque nos orientan hacia dónde queremos ir y de dónde debemos alejarnos. Tener en cuenta el impulso es también saber que estamos vivos, pero elegir “solo por el impulso” lleva muchas veces a elegir mal y a tener luego consecuencias que no queríamos. Vamos a recurrir a un ejemplo, para explicarlo mejor: Cuado estoy con una persona, puede existir una fuerte atracción, y ésta ser recíproca y ambos tener un intenso deseo de mantener relaciones sexuales (sentir el impulso de hacerlo). Pero al mismo tiempo debo incorporar un espacio para pensar y revisar qué implicancias puede tener. Pensar si la persona con la que estoy es menor, si está alcoholizada, dónde vamos a hacerlo, cómo vamos a cuidarnos. Sin incorporar la dimensión del pensamiento, puedo estar impulsado a hacer algo que tal vez no hubiera elegido hacer en ese momento y en esa situación. El pensamiento es un buen compañero del impulso, no para frenarlo, sino para asociarlo en la toma de decisiones. Si, entonces, a tomar decisiones se aprende, esto quiere decir que a tomar decisiones se enseña o se debería enseñar. 51

Éste es un párrafo dirigido a los adultos, los docentes, los responsables de la educación en todos los niveles. Sería muy útil destinar estrategias educativas orientadas a desarrollar la capacidad de elegir y de tomar decisiones. Enseñar, en una concepción orientada al aprendizaje, preocupada fundamentalmente en el sujeto aprendiendo más que en el cumplimiento de los programas. A veces algunos docentes parecen más preocupados en “cumplir el programa” que en que sus alumnos aprendan. ¡Vaya palabra alumno!, viene de a-letrado, un sujeto sin letras y de lo que estamos hablando es de un sujeto con letras que está construyendo sus capacidades y que requiere que el sistema educativo lo tenga mucho más en cuenta. Tengo un amigo holandés que suele contar un cuento que se refiere a esto. Dos amigos se encuentran y uno de ellos tenía un hermoso perro siberiano al que llamaba Pancho. Conversando de la belleza de su perro, su dueño cuenta que le había enseñado a buscar la pelota cuando la arroja, a sentarse y a acostarse cuando se lo indica y que le había enseñado a silbar. Su amigo se sorprendió por esto último y dirigiéndose a Pancho le dice: –Pancho, silbá. Y Pancho mira para todos lados y... nada. El amigo del dueño vuelve a decirle a Pancho mirándolo firme y con vos más alta. –Pancho, silbá. Y Pancho... nada. Repite la escena por tercera vez. Y Pancho mira para todos lados y... nada. Entonces el amigo le increpa al dueño y le dice: –Vos me dijiste que le habías enseñado a silbar a Pancho y Pancho no silba nada. Entonces el dueño de Pancho le responde. –Yo te dije que le había enseñado, no que había aprendido. Resulta simple entenderlo en la experiencia entre los amigos y el perro Pancho, pero mucho más difícil es diferenciar las experiencias orientadas a enseñar de aquellas orientadas a promover el aprendizaje. El concepto de aprendizaje no se trata solo de una experiencia intelectual, sino que incorproa otras dimensiones como las habilidades, las actitudes, la personalidad y la expriencia, que pasan a engrosar el capital social y cultural de las personas. 52

Cuando lo que se aprende es la capacidad, entonces se la va a poder poner en juego tantas veces como sea necesario. Aprender requiere de un sujeto activo que quiera aprender, que valore el aprender, que entienda que es su derecho y su herramienta de vida, que esté convencido de que con conocimientos amplía la mirada de sí mismo y del mundo que lo rodea. Un texto de enseñanza-aprendizaje para compartir. Quiero compartir una carta en la que una madre le escribe a su hijo adolescente cuando cumple sus 18 años e intenta compartir deseos e inquietudes. Querido hijo: Hoy estás entrando a lo que la vida civil llama la “mayoría de edad”. Y aunque es imposible unificar por ley cuándo una persona se hace mayor, voy a aprovechar esta circunstancia para regalarte palabras y pensamientos que me habitan y que se desplegaron durante todos estos años en los que te estoy viendo crecer. Ahora te van a decir que sos mayor. ¿Y qué es ser mayor? En principio se me ocurre pensar en la palabra misma. Mayor sería el antónimo de “menor”... y nuestra sociedad le dio a estas palabras un significado bastante injusto. “Menor” vendría de “menos” y “mayor” de “más”. Algo que es menor tiene menos importancia, menos relevancia. Y algo que es mayor suena, en el imaginario, como algo superlativo. Ése es un riesgo de creerse mayor. Mayor no es “más”. Mayor no es “mejor”. Los números en tu documento de identidad no te hacen superior por decreto. El ser mayor es una dimensión que se gana en la vida, con el correr de los días, con cada acto al que serás desafiado, con cada decisión, con cada vínculo. Creo que el ser mayor está en relación con uno mismo... uno se hace mayor a lo que uno era en la medida en que concibe a la vida como una permanente propuesta de ser mejor, de doblar la apuesta de lo que uno es, es más, creo que es incorrecto decir “lo que uno es”, sino lo que uno “va siendo”... Sí, ser mayor es darse cuenta de que uno nunca llegará a ser definitivamente mayor, porque allí en el horizonte siempre existe algún nuevo paso que dar, en esta construcción de uno mismo que se llama vida. Por otro lado, hijo querido, la sociedad te va a decir que ahora que sos mayor podés hacer cosas que antes estaban prohibidas, entonces, para muchos llegar a la mayoría implica acceder “legalmente” a un mundo que antes les estaba negado. Así podrás pensar en las ventajas que significa ser mayor: entrar a boliches sin esconder el documento, tomar alcohol, 53

comprar alcohol, “vivir la noche”... Y así, con el “cuento” de ser mayor, muchos entran en la fascinación de que una fecha en el calendario los habilita a vivir una vida que nada tiene que ver con la verdadera dimensión del crecer. Ser mayor realmente es darse cuenta que ese mundo nada tiene que ver con la “grandeza” sino con la bajeza de aquellos que dejan que otros elijan por uno. Ser mayor no te habilita a nada más que a mirarte a vos mismo y pensar si te gusta lo que ves, si sos realmente quién querés ser, si estás acompañado por gente que de verdad quiere hacerte bien, si te da orgullo el camino que estás eligiendo, si te trazás metas posibles que no te hagan daño, si te cuidás, si tenés paz, si vas de frente con la verdad. Ése es el examen de la mayoría de edad. Cuando uno se banca su propio interrogatorio, y, sin tener que darle cuentas a nadie, queda satisfecho con los resultados. A vos, desde hace mucho tiempo te vienen alabando esa capacidad que tenés de “ser mayor” a pesar de la edad. Ahora te llega la edad y es hora de decidir cómo vas a construir ese crecimiento. Este año comienza una nueva etapa en tu vida, una etapa que durará muchos años, quizás toda la vida. Y sé que la esperaste mucho. Querías llegar a ser grande porque tenés inquietudes, ambiciones, muchas ganas de ser y hacer... Pero tené cuidado... ahora que llegó el momento, tengo que decirte que no es fácil, y que nunca va a ser fácil. Tomar decisiones no es un juego, decidir con quién una comparte la vida no da lo mismo, pensar quién uno quiere ser y sostenerlo implica mucho trabajo interno, mucha paciencia y constancia. Esta sociedad nos ha vendido que la mayoría de edad es como un gran cartel luminoso que se enciende el día en el que mágicamente dejamos de ser “menores”, pero hay un riesgo... que te quedes pegado a las luces que encandilan y queman, cuando uno no es capaz de discernir que los carteles luminosos en la calle Corrientes no son la vida, sino son sólo carteles que venden fantasías. El otro día me comentabas que este año tenés que votar... y que no sabías a quién... Ésa es una hermosa metáfora de lo que significa la responsabilidad de ser mayor... aprender a elegir cuál de las opciones es la mejor para tu proyecto, porque de esa votación, que es tu responsabilidad, dependerá la calidad de vida que tengas durante el “próximo período”. Por eso no se vota por la cara del candidato, ni por los millones que ponga en su campaña, 54

ni por lo que dicen tus amigos, ni por lo que marcan las encuestas. Tampoco se vota al que tiene más chances de ganar, porque la vida real no tiene que ver con concursos ni competencias, no es más feliz el que gana, es más feliz el que elige. Te deseo una vida elegida. Una vida en la que te animes a preguntarte. Una vida en la que no sientas que llegaste a la meta. Una vida en la que no te encandilen las luces de las marquesinas, sino que vos mismo seas tu propia luz. Una vida con gente que te quiera bien, que te acompañe bien y que busque tu propio bien a la hora de estar a tu lado. Entre ésos, que te quieren bien, que te quieren con respeto y responsabilidad, me vas a tener a mí. Siempre. Te parí, con mucha emoción y mucha esperanza hace 18 años, y cada día que pasa te vuelvo a parir, porque cada día de tu vida es, para mí, un nuevo nacimiento. Te amo mucho. ¡Feliz Cumple! Mamá

Ser lo más parecido a lo que queremos ser Vamos a conversar ahora acerca de los factores protectores. ¿Por qué hablamos de factores protectores? ¿De qué tenemos que protegernos? Quiero compartir una metáfora acerca de la vida en la selva que quizás me ayude a explicar esto. Por momentos tengo la impresión de que a los adolescentes y jóvenes de nuestros días les ha tocado vivir en un particular y difícil momento de la humanidad y en una particular y difícil parte del mundo, que podría asemejarse a una “selva”. A veces pienso que hoy viven en una selva. Y sobrevivir en la selva no es tarea fácil. Para poder sobrevivir hace falta tener las capacidades necesarias para hacerlo. En la selva van a poder sobrevivir mejor quienes sepan qué animales salvajes hay, dónde habitan, cómo se comportan y de qué manera protegerse de ellos. También va a ser necesario saber de dónde se puede obtener y almacenar agua y que ésta sea potable, también cómo obtener alimentos, cómo hacer fuego, cómo protegerse de inclemencias del tiempo y de ciertos insectos. Van a poder sobrevivir en esta selva quienes estén preparados para hacerlo, pero en realidad van a sobrevivir aquellos que aspiren “no sólo a sobrevivir sino 55

a vivir”. No se trata sólo de subsistir protegiéndose de los embates, sino de aspirar a salir de la selva para vivir. Se trata de tener un sentido en la vida que ayude a las personas a protegerse de los factores amenazantes, para salir de ellos, salir de la selva y aspirar a una vida digna que dé ganas de ser vivida. En esto quiero ser muy claro. Nadie cuida aquello de lo que no está convencido que tiene valor. Sólo se cuida lo que vale. Y si hablamos de la vida, vamos a poder ver que hay personas que cuidan su vida, su cuerpo, su alma, sus vínculos y otras que no. Hay quienes ponen en riesgo su vida a cada momento, la ponen en riesgo “sin sentido”. Éstas son personas que sin duda sienten que su vida vale poco o nada. El sentido de la vida da cuenta del valor que tiene la vida para cada uno. Es tener motivos que den sentido vivir y buscar vivir mejor en la concepción más amplia del término: proyectos afectivos, sociales, familiares, proyectos ocupacionales, profesionales, artísticos, creativos. Es tener sueños y buscar caminos para acercarse a ellos. En el primer capítulo poníamos arriba en la lista tener metas propias y encaminarse hacia ellas. Tener metas propias significa haber elegido caminos y metas; eso da sentido a la vida y entonces hace que también tenga sentido cuidarla. Vamos ahora a tratar de desarrollar la idea de “factores protectores”. Se trata de aquellas capacidades que inciden positivamente en la respuesta de una persona ante una situación de peligro o una situación nueva. A mayor desarrollo de las capacidades protectoras, mayor será la posibilidad del sujeto de sobrellevar positivamente situaciones a las que pueda quedar expuesto. Algunos autores han llamado a estas capacidades conductas resilientes. Vamos a tratar de explicar un poco esto. La palabra resiliencia viene de la física. Explica la capacidad de resistencia que tienen los materiales que cuando son sometidos a una fuerza que los deforma, conservan en su interior una energía que les permite recuperar su forma original. Tiene su origen en el latín resilio que significa volver atrás, volver de un salto. Por ejemplo, podemos señalar que a una banda elástica uno la estira y al soltarla recupera su estado anterior, diferente de un alambre que uno lo dobla y al soltarlo no recupera su estado anterior. En estos ejemplos, la banda elástica tiene mayor capacidad resiliente que el alambre. Vamos a otro ejemplo. Se construyen “edificios resilientes”, esto significa que, en zonas de terremotos, la construcción de los edificios tiene características específicas que hacen que ante determinados temblores el edificio recupere su estado y no se derrumbe. 56

Ahora veamos cómo esto se aplica a los seres humanos. Las capacidades resilientes de los humanos serían aquellas que permiten “manejar y aun salir fortalecidos de situaciones adversas”. Podemos definirla como una “capacidad universal que permite a una persona grupo o comunidad minimizar o sobreponerse a los efectos nocivos de la adversidad y, a partir de ella, poder fortalecer la vida de las personas”. Veamos algunos ejemplos. Ante situaciones de inundaciones, podemos observar que una vez finalizadas hay personas y familias con mayor capacidad personal para reponerse y reconstruir que otras. Algunas quedan fijadas en el dolor, la tristeza de las pérdidas. Y ante la misma situación, otras sobrellevan esos dolores y tristezas y se abocan a la reconstrucción. Podemos decir que hay personas con mayores capacidades resilientes que otras si observamos de qué manera reaccionan ante la adversidad. La resiliencia nos refiere a la habilidad para surgir de la adversidad, la capacidad de recuperarse, de promover una adaptación activa y acceder a una vida en la que se haya superado la dificultad. La pregunta que se han hecho las ciencias sociales es si esas capacidades son hereditarias, genéticas o eran adquiribles por las personas. La respuesta ha sido clara, nadie nace resiliente o no resiliente, ni tampoco está en sus genes. Estamos hablando de capacidades que se aprenden, se construyen, se adquieren. Eso es lo que diferencia a unos y a otros. No creamos como muchos piensan que tiene que ver con la condición social en la que nacen. Tampoco. Hay gente millonaria y poco resiliente. Hay otros que, aun en la extrema pobreza, desarrollaron actitudes positivas para enfrentar las vicisitudes que sus vidas les depara. Aunque también es verdad que, si un sujeto vive experiencias de exclusión, marginación y expulsión social permanente, le sea más difícil buscar y encontrar alternativas de salida a las dificultades a las que está expuesto. Edith Grotberg1 define a la resiliencia como “la capacidad humana para enfrentar, sobreponerse y ser fortalecido o transformado por experiencias de la realidad”. En un libro llamado Resiliencia. Descubriendo las propias fortalezas, sus autores Aldo Melillo y Elbio Suárez Ojeda incorporan otras definiciones de resiliencia. “Es la historia de adaptaciones exitosas en el individuo que se ha visto expuesto a factores biológicos de riesgo o eventos estresantes. Además

1. Edith Grotberg es investigadora especialista en temas de resiliencia en la Universidad de Georgetown, Washington, EE.UU.

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implica la expectativa de continuar con una baja susceptibilidad a futuros estresares” (Luthar y Zingler, 1991). “La resiliencia remite a una combinación de factores que permiten a un niño, a un ser humano, afrontar y superar problemas y adversidades de la vida” (Suárez, 1995). “La resiliencia define el resorte de los que, habiendo recibido un golpe, han podido sobrepasarlo” (Cyrulnik, 2001). Quiero desarrollar ahora algunas capacidades que podemos definir como resilientes:

1. Elegir con quién estar Es la capacidad de ser independiente, es decir elegir qué amigos tener, en qué adultos confiar y en quiénes no. Poder identificar a quiénes están cerca para compartir el crecimiento y a quiénes buscan utilizarnos para sus fines.

2. Aprender a tolerar las caídas Aprender a recuperarnos de las caídas, un fracaso no debe desmoronarnos. Aprender de lo sucedido. Hay sujetos que ante las caídas sienten que ya nada es posible, que todo está perdido, que nada se puede recuperar, y otros que por más duro que haya sido el golpe sienten que es posible volver a intentar una y otra vez.

3. Tener iniciativas Atreverse a buscar alternativas. Animarse a arriesgarse en la búsqueda de nuevos caminos que nos ayuden a construir el propio camino. Hay quienes ante la dificultad vuelven a repetir las mismas actitudes que no resultaron, otros se animan a ensayar nuevas.

4. Capacidad de introspección. Poder conectarse con uno mismo Es la capacidad de saber escuchar las señales del cuerpo y de las emociones, reconocer lo que se siente y comprender cómo se está en cada circunstancia. Introspección es mirarse hacia adentro y confiar en los datos que nos aportan nuestras sensaciones. 58

5. Hacer valer el derecho a la autonomía Saber que somos libres y autónomos. Es la capacidad de elegir qué cosas hacer para acercarnos a cumplir nuestras metas y poder despegarnos de aquellos que pretenden someternos para que trabajemos y actuemos con el fin de cumplir “sus” metas, no las “nuestras”.

6. Capacidad de tomar decisiones Es la capacidad de identificar las alternativas y evaluar las ventajas y desventajas, las consecuencias positivas y negativas de cada alternativa y elegir. Estamos siempre expuestos a tener que tomar decisiones. Hay personas a quienes les resulta más confortable que otros las tomen por ellas.

7. Tener sentido del humor Es una capacidad importante, alternar la seriedad de las situaciones con la capacidad de distensión, risa, humor y hasta, quizás, de reírse de uno mismo, ya que ayuda a mirarse en nuevas dimensiones.

8. Saber agruparnos y trabajar en grupos Es la posibilidad de saber encontrarnos con otros, articular necesidades e intereses y desarrollar la capacidad de construcción compartida. Aprender, estudiar, trabajar, enfrentar situaciones difíciles. Es distinto cuando se realiza como experiencia compartida. Es aprender a convivir.

9. Reconocer y valorar nuestras capacidades. Tener autoestima Es la capacidad de identificar en “qué somos buenos”, cuál es nuestro talento. Cada uno tiene capacidades más desarrolladas que otras. Apoyarse en las que se tienen y salir a construir las que le faltan. Ante la misma situación algunos se dicen: “yo soy capaz de hacerlo”, y otros se dicen: “soy incapaz de hacerlo” o “a mí no me da la cabeza”. Es quererse, saber que la vida de uno tiene valor para uno mismo y para otros que lo rodean.

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10. Capacidad de planificar acciones Es la posibilidad de comprender procesos en el desarrollo de planes y proyectos, es poder anticipar situaciones y crear alternativas para su abordaje. Traducir en pasos y secuencias aquello a lo que queremos llegar, aquello que queremos construir.

11. Ser creativos Jugar, crear, inventar, arriesgar hacen que nuestra imaginación se desarrolle y con ella las ganas de seguir adelante. Es la capacidad artística de transformar, de hacer las cosas con las propias manos, con el propio cuerpo, con las propias habilidades.

12. Tener capacidad de comunicar emociones e ideas Es una de las capacidades más importantes. Saber decir que sí cuando queremos “sí” y no cuando queremos “no”, sin dañar ni lastimar cuando no lo queremos pero cuidándonos de no ser lastimados por no poder comunicarlo. Es tener ideas y poder expresarlas y defenderlas. Es también poder comunicar nuestras emociones, buscar a quiénes puedan escucharlas. Saber comunicar a tiempo ideas y emociones puede protegernos de muchas situaciones de riesgo.

13. Ser críticos Es tener la capacidad de analizar cuando nos quieren vender cualquier cosa, vender ilusiones facilistas, cuando se nos acercan “salvadores” que nos van a solucionar mágicamente todos nuestros problemas. No significa ni criticar todo ni creerlas todas. Es descubrir qué nos hace bien y quiénes nos hacen bien y quiénes no. Es la capacidad de reflexionar acerca de lo que observamos y tomar las propias decisiones.

14. Tener proyectos en la vida Hay muchas maneras de sentirse útil y vivo, construyendo caminos personales, tener “los pies sobre la tierra” pero animándose a soñar. Caminos personales como estudiar, desarrollar una ocupación, trabajar, ser parte de proyectos solidarios, participar de grupos de jóvenes en diferentes emprendimientos, 60

integrar un equipo deportivo y querer superarse. Hacer cosas para llegar a ser alguien más cercano a quien soñamos ser. Para recordar Es posible dejar que la adversidad se apropie de nosotros y defina sus conductas o es posible sobrellevar las situaciones difíciles y hacer prevalecer la capacidad de superarlas y seguir adelante con nuestro camino.

Elegir en las crisis La capacidad de tomar buenas decisiones se pone en juego en muchos momentos y son vitales en los momentos de crisis. ¿Qué son los momentos de crisis? Son aquellos en los que una situación pasa de cierta estabilidad a un estado de incertidumbre, de inestabilidad. Algo nos obliga a dejar el lugar en el que estábamos para tener que instalarnos en otro. Crisis es pérdida y a su vez oportunidad. Eso significa que según nuestra capacidad de elegir, de decidir qué hacer, estaremos agudizando las pérdidas o acompañando las oportunidades. Ésta es una forma de entender la crisis como período transicional que representa tanto una oportunidad para el desarrollo de nuevas capacidades en la construcción de su subjetividad como el peligro de una mayor vulnerabilidad. Las buenas resoluciones de las crisis fortalecen a las personas, las malas suelen convertirlas en más frágiles y vulnerables. Un cuento para compartir: Se encontraba en una pradera un perro que paseaba tranquilo y mordía unos huesos que por allí tenía. De repente ve que un puma viene hacia él a toda velocidad para atacarlo y devorarlo. Ante la situación amenazante el perro piensa, y en el momento en que el puma ya está avalanzado hacia él y en el aire, dice en voz alta y comiendo un hueso que allí tenía: –¡Qué bueno estaba este puma! –con aire de saborear el hueso. El puma ante semejante escena, decide dejar al perro tranquilo y retirarse. Un mono que vio la escena desde un árbol, corre hacia el puma y le dice: –¿Cómo le temés a un perro? Te inventó la historia que se comió a un puma para evitar que lo ataques, te hizo el cuento. 61

El puma se dio cuenta de la situación, invitó al mono a subir sobre su lomo y con el mono montado volvió a toda velocidad nuevamente hacia el perro. El perro, que había visto toda la situación, al ver venir al puma con el mono encima a gran velocidad y cuanto éste ya estaba casi sobre él dice en voz alta: –¡Qué bueno que el mono me trajo otro puma, estoy con mucha hambre y ganas de devorarme otro! El cuento nos convoca a pensar en las situaciones de crisis y de amenaza y nos invita a reflexionar acerca de que de las situaciones de crisis se sale con mucho “coraje, convicción y creatividad”. Coraje para, en el momento más acuciante en el que el puma ataca, recurrir al pensamiento, afrontar la situación y actuar. Coraje para tener un rol activo frente a la amenaza y encontrar alternativas no violentas ante la violencia del otro. Convicción, porque el perro no renuncia a valores como la no violencia, la inteligencia, el lugar del pensamiento, construir una alternativa y apostar fuertemente a ella. Creatividad, porque si algo define lo humano es la capacidad de inventar, de buscar nuevas alternativas a viejos problemas e identificar las viejas y reiteradas respuestas como destinadas inevitablemente al fracaso. Las nuevas respuestas, las respuestas creativas abren siempre una nueva oportunidad. Siguiendo la concepción de Erikson2 podemos diferenciar “crisis evolutivas” –como todas aquellas que dan cuenta de los procesos de crecimiento y cambios a los que están expuestos los sujetos– de las “crisis accidentales” –en las que, en forma precipitada, se producen pérdidas significativas o amenazas de pérdidas repentinas. La adolescencia y la juventud estarían enmarcadas en lo que Ericsson llama crisis evolutiva y constituyen, con sus variantes, etapas muy significativas de cambio, pero a eso debemos agregarle las constantes agresiones del medio, de un medio hostil que agudiza las crisis y que convoca a redoblar los esfuerzos para procesarlas y salir adelante. Es la libertad misma la que se amenaza en las situaciones de crisis. Octavio Paz3 en La otra voz escribía:

2. Erik Erikson fue un psicólogo estadounidense del siglo XX que se destacó por sus contribuciones a la psicología evolutiva. Elaboró una teoría del desarrollo de la personalidad a la que denominó “Teoría Psicosocial”. 3. Octavio Paz, poeta y ensayista mexicano (1914-1998), recibió el Premio Nobel de Literatura el 1989.

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“La libertad no es una filosofía y ni siquiera es una idea: es un movimiento de la conciencia que nos lleva, en ciertos momentos, a pronunciar los monosílabos.SÍ o NO, en su brevedad instantánea, como la luz del relámpago se dibuja el signo contradictorio de la naturaleza humana”. Muchas veces las circunstancias nos obligan a decidir entre dos opciones que no hemos elegido, entre dos opciones que nos parecen igualmente malas y sentimos que estamos expuestos a elegir con las alternativas cercenadas y es allí donde la capacidad de tomar decisiones se expone a su máxima exigencia. La capacidad de un capitán de un barco no se pone a prueba en los momentos en los que conduce por un mar calmo y con climas cálidos y benignos. Se pone a prueba en las tormentas, en los mares embravecidos que ponen en tensión a sus tripulantes, es allí donde más se requiere del temple y de la sabiduría. Lo mismo sucede con las personas que “capitanean” sus vidas y están expuestas a situaciones tormentosas y deben decidir. Aunque sea redundante, cuando no elegimos nosotros sobre las cosas, éstas son las que eligen por nosotros. Cuando no elegimos a tiempo, el tiempo elige por nosotros. Ni las cosas ni el tiempo son mejores electores que nosotros en ninguna circunstancia. Saber decidir siempre es difícil y decidir en momentos de crisis es más difícil aun, pero es posible aprender y cuanto más sólidos nos sentimos con estos aprendizajes más valoramos lo que somos y hacia dónde estamos yendo.

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4. Grupos y elecciones

Ser adolescente hoy Vamos a ver qué se escucha decir acerca de los adolescentes. Cuántas frases negativas circulan y se leen sobre los adolescentes de hoy: “No les interesa nada”, “No tienen responsabilidad por nada”, “Son todos borrachos y drogadictos”, “No tienen futuro y tampoco les importa”, “Lo único que les interesa es divertirse”, “No tienen ningún interés por el esfuerzo, todo lo quieren ya y sin esfuerzo”, “No tienen responsabilidad por nada”, “No les interesa estudiar” y muchas más. Algunos pretenden culpabilizar a los adolescentes de los peores males de la sociedad, y pretenden hacerlos responsables de los delitos, de la violencia, de la inseguridad... y de todo lo que uno pueda imaginar. Probablemente sea cierto que algunos adolescentes sean responsables de algunas de estas acusaciones, pero extender a todos esas críticas esconde la incapacidad de la sociedad de hacerse cargo de sus propias responsabilidades. La adolescencia, ese período con múltiples definiciones en términos de edad pero que para este texto ubicaremos entre los 11-12 y los 18-19, es una experiencia de la vida, que puede ser muy bella y digna de ser vivida en toda su intensidad. Es un tiempo de mucha energía y de mucha fuerza, de plena vitalidad, en el que se construyen sueños y todo parece posible y alcanzable, siempre que logremos hacernos dueños de nuestra capacidad de elegir. Adolescente es alguien que pasó la pubertad, signada por la maduración genital y la capacidad funcional de reproducirse y que está en pleno proceso de formación de su identidad, de su ser, de su personalidad. Es un ser humano en construcción de su formación ocupacional-profesional y de su identidad sexual. Es básicamente un período intenso de crecimiento. 64

Para Gesell1 la adolescencia se inicia a los 11 años y finaliza a los 20, con la madurez física. Acompañando el desarrollo físico, el proceso de maduración psicosocial es el que indica los procesos de entrada y salida de la adolescencia. La Convención sobre los Derechos del Niño (1989) extiende su edad hasta los 18 años, con lo que está definiendo la adolescencia como una última etapa de la niñez. Y postula el fin de la niñez como una etapa de derecho. Sus derechos cambian a partir de esa edad. ¿De qué hablamos cuando usamos la palabra joven? Estamos hablando de un adulto-joven que ya ha adquirido ciertas responsabilidades, que ejerce cierta autonomía sobre sí mismo, que ha pasado ciertos procesos de maduración y ha establecido cierta identidad sexual. Es alguien que ha ingresado al mundo del trabajo, que ha cumplimentado un determinado proceso de formación. Este período de la vida marca su límite, en determinados ámbitos, en la finalización de estudios terciarios o universitarios. Peter Blos2 considera que hay dos grandes momentos en el desarrollo de las personas que hacen a la construcción de la “individualidad”, lo que él llama proceso de individuación. El primer proceso lo ubica alrededor de los tres años de vida y el segundo en la adolescencia en su conjunto. Para decirlo en otras palabras, son dos momentos de la vida muy importantes en la construcción de la persona. Estos procesos hacen que se atraviesen situaciones de mayor vulnerabilidad, están más frágiles y es en estas etapas en la que los cambios requieren de una particular maduración y se constituyen en claves para el crecimiento. En la infancia, tanto para los niños como para sus familias es clara la dependencia y la necesidad que estos tienen de los adultos, sean sus padres biológicos, a cargo u otros adultos sustitutos. Está claro qué se espera de la familia en esta etapa de la vida, cualquiera sea la constitución familiar. Se espera contención, satisfacción de sus necesidades básicas, acompañamiento en el desarrollo integral de los chicos, de su escolaridad, de sus afectos, etc. Cuando los chicos son chicos, miran a los adultos de abajo hacia arriba, está claro que son más altos, más grandes, más sólidos.

1. Arnold Lucius Gesell (1880-1961) fue un psicólogo norteamericano. Investigó el crecimiento y desarrollo de los niños por medio de la impresión de películas y otros originales procedimientos, entre otros campos de investigación. 2. Peter Blos es un psicoanalista que ha contribuido muchísimo a la literatura psicoanalítica sobre pubertad y adolescencia.

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Muchas veces los chicos sienten que los adultos les pueden resolver todo, arreglar y solucionar todo lo que necesiten. Eso los hace sentir muy protegidos y felices. A su vez a los adultos les hace sentir bien el ser considerados tan importantes y con tanto para dar. La adolescencia confronta a los padres con el desafío de encontrar y construir un nuevo vínculo, que va a ser ambivalente, con claros y oscuros. Es el momento en el que los adolescentes pelean por lograr su autonomía y el mundo adulto los señala como “grandes” que ya pueden solos. Sin embargo, los vínculos transcurren en esta etapa entre la autonomía y la dependencia y convoca a los padres a crear y construir nuevos lazos que reconozcan y respeten una nueva horizontalización en las relaciones. Ya dejan de ser unos más altos que otros, tienen la misma altura, se ven a la misma altura. Ya hay temas en los que los hijos pasan a saber más y a veces mucho más que sus padres y eso es un cambio muy fuerte en los vínculos. En Adolescencia, posmodernidad y escuela secundaria. La crisis de la enseñanza media, Obiols y Obiols diferencian la adolescencia en las sociedades primitivas de la de las sociedades modernas en estos términos: En las sociedades primitivas, - “...la adolescencia es un momento representado por un ritual de paso de una etapa de la vida a otra en la cual se accede a la sexualidad activa, se adquieren responsabilidades y poder dentro de la tribu”. - En las que hay un ritual específico y concreto “...la adolescencia casi no existe, es sólo un momento de pasaje y las etapas importantes son la pubertad, que marca el fin de la infancia, y la etapa adulta posterior”. Mientras que en las sociedades modernas -

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Los ritos de iniciación a la adolescencia son, por ejemplo, fumar - visitar prostíbulos - pintarse la cara - usar medias de nylon - tener novio. En los sectores de población medios y altos urbanos, la adolescencia es un proceso que dura un determinado tiempo, nunca se reduce a un ritual. Los niños están contentos con ser niños y en cambio la adolescencia es una etapa en la se entra con renuencia, no siempre se entra contento y muchas veces se busca salir lo antes posible. La adolescencia implica una crisis subjetiva, una crisis en la forma de ser, de sentirse, de reconocerse a sí mismo y de ser reconocido por otros. Los adolescentes se revelan contra los padres, contra la sociedad y contra sus obligaciones y, a la vez, sueñan con ser adultos.

Más allá de algunos rasgos distintivos, nos parece más claro hablar de los adolescentes y de diferentes grupos de adolescentes, así como de jóvenes y de diferentes grupos de jóvenes de acuerdo con las distintas situaciones sociales y económicas a las que pertenezcan y también de acuerdo a los grupos familiares de los que provengan y a la manera en la que hayan podido acompañar de diferentes maneras las etapas de la niñez. No obstante podemos señalar algunos cambios que han signado las últimas décadas: a) La adolescencia en sectores sociales medios y altos tiende a prolongarse en el tiempo, a durar más años, y ya no es vivida como una etapa incómoda y de transición. b) Muchos adolescentes sienten ese período de la vida como un modelo que puede ser un modo de vida definitivo. c) Los niños aspiran a llegar a ser adolescentes lo antes posible y adquieren conductas “adolescentes” tempranamente. d) La “adolescencia” va convirtiéndose en un segmento de población para diferentes análisis sociales y se va institucionalizando. e) La adolescencia es un segmento muy importante para el mercado, con muchos productos especialmente dirigidos. f) Para el mercado es muy rentable que la adolescencia se prolongue muchos años y que haya adultos que quieran consumir los productos para adolescentes. g) Los adolescentes de bajos ingresos entran a la adultez en forma abrupta, rápida y brusca, acosados por las necesidades de subsistencia. h) Los embarazos tempranos constituyen también un ingreso abrupto al mundo adulto signado por responsabilidades. i) Los padres, en lugar de confrontar, tienden a semejarse a los hijos, a querer parecerse a ellos y sienten que la adolescencia es la mejor etapa de la vida, “vivir como adolescentes” para muchos se transformó en un modelo de vida. Los medios masivos y la publicidad estimulan el consumo de los adolescentes y jóvenes como grupo privilegiado. La desocupación que afecta en gran medida a los jóvenes contribuye a la prolongación de la adolescencia, viviendo más tiempo con sus padres. La asunción de responsabilidades se posterga mientras se disfrutan las comodidades de la “infancia” con libertades de “adultos”, un estado casi ideal. 67

Los medios y una parte significativa de la sociedad signan a los adolescentes como responsables de muchos de los males de la vida cotidiana. Los adolescentes se han apropiado de la noche como un segmento del tiempo que les es propio. Los procesos sociales, la dificultad de los adultos para resolver la conflictividad social y los problemas a los que están expuestos encuentran muchas veces en los adolescentes personas a quienes culpabilizar. En otras palabras: No hay “problemas de los adolescentes” sino “cómo se manifiestan en los adolescentes los problemas generales de la sociedad”. Y en la medida en que el discurso social los culpabilice de todos los males, será esa misma sociedad la que continuará favoreciendo los procesos de expulsión y marginación de los adolescentes y los jóvenes.

La búsqueda de reconocimiento Vamos a conversar acerca de la búsqueda de reconocimiento como factor constitutivo de la identidad y del lugar que ocupan los pares, los amigos en esto. Una vieja frase de aquellas que uno nunca termina de saber exactamente de dónde proviene dice: “Me importa que hablen de mí, mal o bien, lo importante es que hablen de mí”. Porque si hablan de él, él existe, y existe aunque hablen mal de él. Podemos explicarlo de esta manera: los sujetos esperan en su vida ser reconocidos desde el afecto, la valoración positiva, ser hablados bien, ser queridos y buscados. Si lo logran, así transitarán su vida con una fuerte autoestima y una imagen de sí mismos alta y positiva. Si no lo logran esperan en su vida ser reconocidos con odio, valoración negativa o en términos de la frase “que hablen mal de uno”. Por medio de la agresividad, la violencia, el maltrato, conseguirán ser reconocidos como “los malos”, pero ocuparán un espacio en la mirada de los otros, no como hubieran querido, pero un lugar al fin. En ambos casos, por amor o por odio, ocupan un espacio, un lugar, existen, su existencia está reconocida. Son personas de quienes se habla, a quienes se mira y se le dedican palabras. 68

Lo peor que le puede suceder a alguien es no ser “hablado”, porque su misma existencia está desconocida, una nueva palabra en nuestro vocabulario popular lo describe muy bien: ser “ninguneado”, ser ninguno es ser nadie. Es la peor de las experiencias a las que un sujeto puede estar expuesto, no existir para nada, para nadie, nadie está atento a lo que hace, a lo que necesita, a lo que espera, si va o no va a un lado nadie lo percibe. Entonces hay una búsqueda de las personas por ser reconocidas, conocidas por otros. Lo mejor es ser bien reconocidas; si no lo logra, aunque sea, ser mal conocidas pero conocidas al fin, que es muchísimo mejor que desconocidas. La búsqueda del reconocimiento convoca a la búsqueda de experiencias en las que uno se destaque o que haga cosas valoradas por los otros. Lo peor que le puede suceder a un sujeto es sentir que para otros si está o no está da lo mismo. La autoestima, la autoimagen positiva, la percepción positiva de uno mismo se va construyendo en las sucesivas experiencias de reconocimiento. Un bebé que es hablado, mirado, sonreído está recibiendo experiencias de reconocimiento, es alguien para otros. Si, por ejemplo, un compañero deja de ir a la escuela, primero nadie lo nota y nadie lo llama o lo va a buscar, la sensación que tiene es que “a nadie le importa”, entonces hablamos de personas excluidas. ¿A qué nos referimos cuando decimos personas excluidas? ¿Acaso hay diferencia entre exclusión y pobreza? Excluidas son personas que están “afuera”, afuera de las instituciones, de los grupos, de los proyectos, son personas abandonadas a su suerte, de quienes nadie se ocupa. Pobre económicamente es una persona sin dinero, sin bienes materiales, excluido es mucho más que pobre, es una persona sin recursos de ninguna naturaleza. Cuando conversamos acerca de la desnutrición, por ejemplo, vemos madres que no se dan cuenta de que sus hijos están desnutridos, y entonces no hacen nada, ni los llevan a un hospital ni se mueven para hacer algo. Excluido es ni siquiera tener los conocimientos mínimos para darse cuenta de que un hijo está desnutrido, o padece de algunos síntomas que requieren consulta. En cambio, una persona pobre pero con otros recursos de vida se da cuenta de lo que está viviendo y busca alternativas. Decenas de miles de bebés nacen sin ser inscriptos en ningún registro civil. Muchas personas creen que cuesta dinero inscribirse, cosa que no es así. Otros temen que descubran su indocumentación, porque la mamá no tiene papeles en orden. Muchos simplemente no saben que eso existe. Todos estos bebés “nacen excluidos”, nacen casi inexistiendo. En estas circunstancias temerán llevarlos al hospital y que les pidan documentos, llevarlos a una escuela y les pidan 69

documentos de sus hijos y los suyos. Entonces, ese bebé se transforma en un habitante inexistente. Más allá de sus conocidos, nadie sabe de él, nadie lo conoce. Pero la exclusión alcanza otros niveles socioeconómicos también. La discriminación provoca necesariamente exclusión, las personas discriminadas por ser inmigrantes, por el color de piel, por cierta discapacidad, por la elección sexual, por el género, etc., pueden tender a marginarse, a recluirse, a ir quedando afuera. La discriminación es el mecanismo por el cual un rasgo de la persona, un aspecto de la persona es tomado como su totalidad, ese aspecto es descalificado socialmente y entonces la burla, la denigración, la descalificación social activan mecanismos para expulsar, para dejar afuera. “Sos gordo” o “bolita” (por boliviano) o “paragua” (por paraguayo) o “negro” o tantas otras cosas. Discriminación por género (en una sociedad donde la mujer sigue siendo denigrada) o por razones de color de piel o por país de origen. La agresión hecha burla, la cargada, el insulto son actos de violencia que dañan, lastiman. Cuando varios o muchos en un grupo o en un curso se ríen de uno, de algún aspecto o rasgo de ese sujeto que lo hace sufrir y sentirse mal, lo empujan cada vez un poco más hacia fuera, o lo convocan a la agresividad y a la violencia a quien está siendo excluido y llegan momentos en que ellos mismos prefieren salir de esa escuela, o de ese grupo, para evitar seguir padeciendo discriminación. Se empiezan a alejar, a refugiarse en el silencio, en el dolor, en la tristeza. Nadie está afuera solo. Es un mecanismo en el cual algunos empujan a otros hacia afuera y las personas mismas, luego de mucho padecimiento, van buscando quedar afuera. La discriminación, la burla que los sujetos reciben, van acumulando enojo, bronca, resentimiento, violencia. Es siempre una experiencia de individuos solos, o de minorías que se sienten impotentes y muy pocas veces son defendidos o protegidos. A veces esa impotencia, esa violencia que se va acumulando estalla en forma de venganza, de defensa desesperada, con violencia extrema. Es la violencia como respuesta a la recibida. Vamos a ver que el mejor remedio para la exclusión es la participación, y de eso hablaremos más adelante. Ser reconocido es ser incluido, es ser considerado parte de algo y es casi tan vital como respirar. El que excluye, el que expulsa, deberá entender el daño que produce; el excluido deberá entender acerca de sus derechos y actuar en su defensa y en la defensa de sus pares. Todos deberán aprender a construir convivencia en las diferencias y a hacer valer los derechos de todos. 70

La inclusión social, el incorporar al que está afuera requiere de responsabilidad social, de los adolescentes y jóvenes entre sí en primer lugar, de los adultos en segundo y del Estado como actor fundamental. Sería muy gratificante para todo burlado o discriminado contar con la ayuda, la protección, el cuidado de sus compañeros, de sus pares y no con la complicidad en la burla. Las cosas son divertidas en un grupo cuando todos se divierten; cuando unos se divierten burlándose de otros, eso es agresión y violencia. La legítima búsqueda de reconocimiento debe ser una convocatoria a lo mejor de cada uno, a sus talentos, a sus virtudes, a sus logros, a su capacidad de acompañar y ser acompañado, para promover que la agresividad y la violencia no sean necesarias para construir reconocimiento.

El valor del otro Entonces vamos a ver cómo el “otro” ocupa un lugar fundamental. Cuando hablamos de “otro” estamos hablando de personas que son importantes para uno; los abuelos, los padres, los amigos, los profesores, el cura, el profesor del club, o tantos otros posibles. A estas personas las llamamos “personas significativas” en la vida de cada uno. Son aquellas personas a las que sabemos que podemos recurrir cuando lo necesitamos, que cuando nos encontramos con ellas nos sentimos bien, acompañados. Es un buen ejercicio ponerse a pensar: “¿Quiénes son las personas en quienes más puedo confiar?” “¿Quiénes son aquellas personas a las que, ante dudas o dificultades, me haría bien acercarme y pedir ayuda?” Se trata de levantar la mirada y hacer un giro y ver cómo alrededor hay personas, a veces son los padres, los abuelos, algún tío o un amigo o amiga de los padres, o un profesor o profesora que nos han dado pruebas de que están interesados por la vida y están dispuestos a estar cerca, a veces es un vecino o el padre de un amigo o un cura o un preceptor o un ex preceptor. Tantas situaciones límites hubieran podido ser manejadas de otra manera si las personas hubiesen desarrollado la capacidad de identificar personas significativas positivas y, paralelamente, la capacidad de comunicar a tiempo a otro para recibir apoyo y acompañamiento. Sabemos de qué manera hacer sentir bien a los otros, a aquellos otros valiosos: agasajar, reconocer, valorar, hacerles saber lo que significan para uno. 71

Y también sabemos de qué manera hacer sentir mal, de qué manera hacerlos doler, de qué manera lastimar. Hay un riesgo más en la adolescencia, que es que hablar de las emociones, de los sentimientos, de los logros y de las crisis sea “mal visto” y, entonces, en lugar de promover acercamiento a otros, con capacidad de ayudar, nos alejemos de ellos y optemos por huir, con búsquedas mágicas de soluciones por medio de la evasión, de escapar de lo que nos pasa. Los otros van siendo parte de la construcción de uno mismo, sus opiniones, sus creencias, sus valores, sus luchas, sus enojos, sus maneras de actuar. Son quienes nos reconocen o quienes nos desconocen. Muchas veces es como si estuviéramos en el escenario de un gran teatro esperando que desde los palcos o la platea se aplauda nuestra actuación, nos hagan saber que aquello que hemos hecho les gusta, o los hace reír, son esos “otros” de cuya aprobación estamos pendientes. Aquellos que a veces una palabra simple nos llena de satisfacción y orgullo y que una palabra negativa nos aplasta, nos deprime, nos confunde. Pero el gran tema de este capítulo es: ¿A quiénes ponemos en la platea o en los palcos de nuestra vida, para que sus aplausos o reprobaciones se constituyan en mensajes que marcan nuestros caminos? Según a quiénes “otros” pongamos frente a nuestro escenario, se irán fortaleciendo o desvaneciendo escenas de nuestra obra. Se trata de saber que los otros son constitutivos de nuestra identidad para hacernos crecer o para hundirnos. No son meros espectadores de nuestra obra, son co-actores. A mediados del año 2000 tuve la oportunidad de dirigir un proyecto desde el Ministerio de Educación que generase propuestas participativas en el ámbito de las escuelas medias, en el tiempo libre, principalmente sábados y domingos. El objetivo era desarrollar un espacio de pertenencia, planificado en función de sus necesidades e intereses, tanto para los alumnos de las escuelas como también para aquellos que habían quedado afuera del sistema. Sí. Aunque resulte extraño, la escuela que los había expulsado, o la escolaridad que habían perdido, los volvía a llamar, diciéndoles que en la escuela había un lugar para ellos. La condición para este proyecto fue la escucha. Escuchar a quienes iban a ser los protagonistas, los “motorizadores” de esta iniciativa. En primer lugar, los jóvenes de dentro y fuera de la escuela, pero también –y esto fue imprescindible– había que saber con qué adultos significativos contaba en cada localidad para acompañar este emprendimiento; conocer sus opiniones, debatir las decisiones. 72

En cada lugar encontré un número importante de gente que quería involucrarse: docentes, preceptores, padres, directores que confiaban en un espacio manejado por los jóvenes y acompañados por adultos que los respetaran y valoraran. Es interesante ver cómo cuando un adulto valora y respeta a un joven, la reacción es simétrica –genera valoración y respeto por parte del joven–. Uno no valora por jerarquías o rangos. Es una construcción compartida de dos que respetan el lugar del otro en el mundo. Volvamos a este proyecto. Se llamó C.A.J. (Centro de actividades juveniles). Las reuniones de planeamiento participativo eran sumamente enriquecedoras. Muchas opiniones ayudan a tener una comprensión amplia de los diferentes aspectos en el momento de diseñar planes y proyectos. Entonces era necesario indagar acerca de: – ¿Qué necesitaban los adolescentes de hoy en una experiencia complementaria en sus escuelas? – ¿Qué esperaban que se realizara y que los acompañara en su desarrollo personal? – ¿Qué temas y experiencias les interesaban? – ¿Qué opiniones tenían los adultos sobre estos temas? Luego de un interesantísimo proceso de postulaciones y elecciones, se conformaba el “Grupo de Gestión”, una comisión de jóvenes que representaba a todos los alumnos de la escuela y a los jóvenes fuera de ella. Y el mismo Grupo de Gestión elegía luego a los representantes de los adultos que los acompañarían: un docente, un padre y un preceptor. Luego vinieron las capacitaciones (porque para gestionar hay que capacitarse) y el diseño de cada proyecto, distinto en cada localidad, porque cada lugar tiene sus propias expectativas, necesidades y sueños. Hubo desde actividades deportivas, recreativas, microemprendimientos económicos, talleres literarios, de teatro, de salud sexual, de prevención de tabaquismo, alcoholismo y otras drogas, programas de radio, excursiones, pesca, montañismo, cursos de baby sitter y muchísimas cosas más. Calculen que, en más o menos 2 años, hubo más de 30.000 jóvenes involucrados en los proyectos participativos del C.A.J. Si alguien me pregunta por qué funcionó esto, creo que el gran secreto es el valor de poder estar con otros que promuevan y fortalezcan de nosotros lo mejor que tenemos para dar. Poder satisfacer nuestras necesidades atendiendo también a las necesidades del otro. Sentir que no estamos solos y que hay 73

alguien que nos mira, que se preocupa y que nos toma en cuenta para construir nuestro propio camino. En tiempos en los que se dice que “no hay nada por hacer”, 30.000 jóvenes de nuestro país estuvieron embarcados en procesos que a muchos les cambió la vida, porque encontraron un lugar y un proyecto que los hizo sentir valiosos y útiles. Protagonistas de su propia historia.

La necesidad de pertenecer Pertenecer a un grupo es considerarse y ser considerado parte. Algo hemos conversado acerca de la amenaza de exclusión, qué significa que uno no sea aceptado en un grupo al que quiere pertenecer o que no lo reconozcan; mucho peor: que lo expulsen. El grupo es muy importante en la construcción de “quién soy”. La adolescencia es la etapa que convoca a la construcción de la subjetividad, de la identidad. Es una búsqueda acerca de quién soy, quién quiero ser, como quién quiero ser, qué partes del otro querría tener para mi propio ser. En la infancia los amigos son con quienes se comparte juegos, recreación, diversión. Los amigos en la infancia son muy importantes, pero en la adolescencia los amigos son los que ocupan el lugar de verdaderos “socios de búsqueda”. Es por eso que en esta etapa de la vida los amigos son “tan importantes”. Cuando hablamos de “búsqueda” nos referimos a “tantear” caminos, reconocer que a veces nos atrae el rumbo hacia un lado y de a ratos nos atrapa la idea de otro camino, a veces una huella que encontramos nos parece interesante pero al poco tiempo descubrimos que no lo es. Buscar en este sentido es buscar caminos y en la adolescencia esos caminos se buscan con otros, con grupos. Entonces vamos a hacernos una pregunta: ¿Elegimos a qué grupo pertenecer antes de elegir caminos o según el camino que elegimos buscamos a qué grupo pertenecer? (Estarán pensando que es una pregunta parecida a qué es lo que fue primero, ¿el huevo o la gallina? ¿No?) Ya hemos aprendido que las conductas humanas son complejas y que no siguen reglas fijas. La complejidad también caracteriza a esta búsqueda. Hay caminos que descartamos apenas iniciamos las búsquedas y entonces hay también grupos que descartamos apenas iniciamos las búsquedas, aunque no siempre nos podemos dar cuenta de esto tan fácilmente. A veces creemos que encontramos lo que estábamos buscando, cuando en realidad nos escondimos en lo que a otros les queda cómodo. Y es aquí donde volvemos a ideas anteriores. Una persona con buen capital social y cultural se dará cuenta con más facilidad si ese grupo al que se está 74

acercando, o en sentido inverso ese grupo que se le ha acercado, está en el campo de sus opciones o no. La necesidad de pertenecer es tan grande que muchas veces nos encontramos perteneciendo a un grupo casi sin darnos cuenta y haciendo cosas que no entendemos muy bien por qué las estamos haciendo. Y... las estamos haciendo porque el grupo al que estamos perteneciendo las hace y nosotros estamos siendo parte de él. Entonces, deberíamos formularnos una nueva pregunta: ¿Quiero yo ser y hacer las cosas que hace ese grupo? ¿Está en el camino que quiero para mí? Y si salgo de este grupo, ¿tendré otro o habré perdido toda posibilidad de pertenecer a un grupo? El grupo, los grupos dan mucho a quienes lo integran, pero hay grupos que exigen de sus miembros también mucho y obligan a pagar cualquier precio, y es ante esto que resulta fundamental estar atentos.

Ser uno y estar con otros La identidad es básicamente una experiencia individual. Identidad viene de idéntico, y sólo cada persona es idéntica a sí misma, no hay dos personas iguales y cada uno va construyendo su vida, su identidad de tal manera que es y será sólo idéntico a sí mismo. Pero la búsqueda es difícil y los grupos son grandes portadores de componentes de identidad o lo que algunos denominan “identificaciones parciales” o pedazos de identidad, partes pequeñas o parciales que van armando el rompecabezas. ¡Qué palabra “rompecabezas”! Y viene bien en este caso, porque armar la propia identidad es como armar un rompecabezas, pero además es algo así como un rompedero de cabeza. Y cada vez que estamos ante cosas difíciles, aparecen alternativas facilitadoras. A veces pasan de facilitadoras a pretender dar “soluciones mágicas” y es allí donde la integración grupal puede ofrecerse como “la solución a todas las búsquedas”. Es como si el grupo hablara y te dijera: “Si venís conmigo todo lo vas a tener resuelto”. Son esas situaciones en las que integrar un grupo se convierte en la totalidad de la identidad individual y entonces el sujeto pasa de pertenecer a un grupo a estar sometido a un grupo. 75

Hay grupos que son absolutamente sometedores y sus integrantes no tienen ninguna alternativa de hacer algo ni siquiera un poco diferente de lo que el grupo exige: - a qué lugares hay que ir y a qué lugares está prohibido ir, - de qué manera hay que vestirse y de qué manera está prohibido vestirse, - con quiénes se puede hablar y con quiénes está prohibido hacerlo. Pero no todos los grupos son así. Hay grupos que son democráticos y posibilitan pertenecer sin que exijan autoritariamente sus condiciones, que se nutren de las particularidades de cada uno y las enriquecen; grupos que favorecen el crecimiento y que no lo obturan, que ayudan a encontrar caminos y no que ofrecen caminos únicos y cerrados. Hay entonces grupos que favorecen la construcción de la identidad de sus integrantes y otros que no diferencian identidad individual de identidad grupal y es bueno estar atento a los procesos en los que el grupo va sustituyendo poco a poco a la persona misma y la transforma, sometiéndola. Por otro lado, hay grupos que son sumamente enriquecedores para sus miembros y contribuyen a su crecimiento y desarrollo. Cuando un grupo tiene: – – – – –

“exigencias absolutas” para con sus integrantes, “prohibiciones”, sanciones para quienes no hagan lo que el grupo ordena, ritos de iniciación humillantes o violentos, líderes violentos a quienes hay que obedecer,

es aconsejable elegir otros rumbos y buscar otro grupo al cual acercarse.

La exclusión - una amenaza constante La fiesta Quiero compartir algunas reflexiones acerca de una denominada fiesta de despedida de 5to. a 6to. año en una escuela de clase media y media alta. Una historia real, similar a muchas que se desarrollan a lo largo y a lo ancho del país. Se ha instalado como tradición que los de 4to. agasajan a los de 5to. con una fiesta, o de 5to. a 6to. con varias fiestas, suelen ser tres o más a lo largo del año. 76

Se trata de adquirir un número muy importante de entradas de un boliche en funcionamiento o de alquilar un salón de uso propio, o de un club. A veces se trata de no gastar mucho en el salón para optimizar el dinero juntado en la compra de bebidas. El día, en general es el jueves, para no competir con los boliches que funcionan masivamente de viernes a domingo. Juntan el dinero, en este caso una suma que permitió comprar 3 carritos de supermercado llenos de bebidas, uno de gaseosas, otros dos con cerveza, vodka, fernet y vino en dos niveles, uno medianamente bueno y otro muy económico que viene en cajas, el tetrabrik, que servirá para ser arrojado en baldes sobre las cabezas a modo de “Bautismo de vino”; una suerte de entrada a un mundo superior. Se invita al curso que será despedido y a amigos de ambos años que son invitados a compartir esa despedida, también a gente de otros colegios, lo que a su vez genera el ser invitados a despedidas de otros convirtiendo el año en una sucesión de fiestas de despedida propias y ajenas. La organización suele tener algunos obstáculos a ser superados, como ser la compra de una buena cantidad de bebidas alcohólicas y su traslado. A veces es necesario buscar un adulto (siempre hay algún compañero que repitió de año y tiene más de 18 y viene muy bien para solucionar esto). También es posible encontrar algún “buen hermano” mayor o algún padre o madre “gambas” que cooperan con el trámite. Para el traslado también se aprovecha de los mismos recursos. No son pocos los padres que facilitan sus autos a menores con o sin registro... Todo comienza con “la previa”. Consiste en encontrarse en una casa temprano por la noche y esperar juntos la hora en la que van a ir a la fiesta. Esa espera se realiza indefectiblemente bebiendo alcohol; es: – – – – –

para esperar, para no aburrirse, porque es más barato que hacerlo en los boliches, para llegar en condiciones divertidas a la fiesta, para divertirse desde temprano.

Esto significa que a la fiesta se llega ya con una buena cantidad de alcohol ingerido, algunos ya habrán tenido que vomitar antes de salir de la previa y llegar a la fiesta en estado de absoluta alcoholización. Pero recién comienza la fiesta y a los “despedidos” se los recibe con bautismos de vino, que significa empaparlos con vino. 77

Como la práctica es ya conocida y anticipada, es muy frecuente llegar a la fiesta con una mochila con algunas ropas para cambiarse luego del bautismo. La fiesta sigue siendo un espacio de baile y mucho alcohol, poco a poco se va perdiendo todo control y autocontrol y se desatan diferentes situaciones, botellas que se caen y se rompen, provocaciones y agarradas a trompadas entre diferentes personas o grupos, roturas de elementos del salón, los vómitos se suceden, suele haber competencias acerca de quién es más resistente y tiene capacidad de tomar más o de vomitar más veces. También se juega a qué chico “se gana” a más chicas y qué chicas se “ganan a más chicos”. Ganar tiene un indicador, a veces es transar, a veces es besarse, otras veces los indicadores de “ganado” son más jugados. Todo se vuelve descontrol y el descontrol es una aspiración, es un objetivo. Llegar al absoluto descontrol de uno mismo es un logro muy reconocido y valorado por los asistentes a las fiestas. Le dedico un pequeño párrafo para los que no están muy integrados al grupo, o que son habitualmente marginados o socialmente excluidos en los cursos. Ellos encuentran estas fiestas como un desafío a la inclusión, de animarse a hacer todo lo que los demás hacen y más aun, tratan de mostrarse capaces de ser como los otros y suelen promover en sí mismos descontroles absolutos. Muchas veces no tienen la “experiencia” para hacerlo y son los que terminan más dañados, más accidentados o en las comisarías. Difícilmente la fiesta termine en la forma programada. Son echados cuando se rompen cosas o cuando sus vómitos invaden los salones o por golpes entre sí o con patovicas o con los dueños que finalmente llaman a la policía. Algunos terminan caídos en las veredas o en las puertas de los lugares de las fiestas; otros teniendo relaciones sexuales con cualquiera y en cualquier condición; los que manejan autos no siempre llegan a destino, hay padres que les envían remises para evitar que se desplacen en esas condiciones. Todo está al límite, todo y todos quedan expuestos a todos los riesgos, y esto nos llama a sacar algunas conclusiones o a realizar algunas reflexiones. Hay ideas absolutamente instaladas en muchos adolescentes y jóvenes, a saber: – – – –

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Sólo es posible divertirse si te tomás todo. Sólo es posible integrarte y ser reconocido si te tomás todo. El descontrol total es la mayor aspiración. La previa es para empezar antes, no perder el tiempo y llegar a la fiesta mejor.

– No hay manera de estar en la fiesta si no es alcoholizado. – Despedir a compañeros es hacer fiestas y alcoholizarse. Estas afirmaciones son una suerte de axiomas o verdades absolutas. Es probablemente el mayor éxito de la cultura del consumo, que tiene en los adolescentes un segmento de consumo muy apetecible y en el consumo de alcohol uno de los productos más importantes y rentables; han conseguido hacer sentir a muchos de los adolescentes que están “eligiendo” consumir cuando en realidad les han vendido la ilusión de inclusión social si consumen alcohol. En otras palabras, la ilusión de que si tomás vas a ser bien recibido, integrado, exitoso, vas a “tener” las chicas y chicos que quieras, vas a animarte a hacer lo que no te animarías sin alcohol. La publicidad vende ilusiones y toma, como base, las necesidades y deseos de las personas. El legítimo deseo de pertenecer y ser reconocido y aceptado por grupos es usado por los vendedores de alcohol que construyen discursos propagandísticos o mensajes que transmiten que eso a lo que aspira, tomando tal o cual bebida, va a ser conseguido. Sería interesante analizar cuántas de las propagandas televisivas o gráficas están orientadas a adolescentes y jóvenes, cuántas son de bebidas alcohólicas y qué mensajes usan para favorecer las ventas y estimular el consumo. Todos sabemos que hay drogas legales y drogas ilegales. Droga es todo producto químico que ingresa al organismo y produce alteraciones en el cerebro. El alcohol es una droga legal, puede comprarse en cualquier kiosco, almacén o supermercado libremente, y si bien rige la prohibición de venta a menores de 18 años, esto es fácilmente posible de burlar; su consumo y comercialización básicamente no están prohibidos. También sabemos que a poco que el alcohol solo no consigue satisfacer las necesidades de descontrol y energía suficiente para animarse a todo, muchas veces comienzan a emplearse los energizantes y las drogas ilegales livianas primero y más pesadas después. Está claro que no todos siguen el mismo camino, pero sí está claro que hay muchos interesados en el negocio de que sean cada vez más y lo van consiguiendo. El mercado del consumo de alcohol y otras drogas necesita: - que cada vez la alcoholización se inicie a edades más tempranas, - que cada vez sea más masivo, - que cada vez las necesidades de consumo sean de mayor cantidad, y lo van consiguiendo...

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Es cierto que: – – – –

Muchos adultos se alcoholizan. Muchos adultos consumen drogas ilegales. Muchos adultos si no toman tranquilizantes no viven. Muchos adultos si no toma una pastilla no duermen.

Si todo eso es cierto, muchos adultos también tienen conductas autodestructivas pero... ¡ojo! Hay un riesgo, y es que muchos adolescentes jóvenes argumenten y fundamenten en esas verdades su autodestrucción. Beber alcohol, puede ser una experiencia social, acompañar un encuentro de amigos es algo compartible y disfrutable, pero es bueno diferenciar el beber como experiencia social de la alcoholización como conducta habitual. Es diferente en la cantidad y es diferente en la actitud. Lo que estamos intentando es crear un espacio para poder pensar por qué se ha convertido en hábito, por qué es la única manera de divertirse, por qué es la única manera de festejar y qué es una conducta signada por el riesgo y la autodestrucción. Entonces conversemos un poco acerca del valor del cuidado y el valor del riesgo.

El cuidado y el riesgo Hemos dado algunas referencias acerca de qué manera los adolescentes y los jóvenes se ponen en riesgo y ponen en riesgo a otros. Cuando uno se instala en condiciones en las que pierde referencia respecto de la realidad, pierde el control, no tiene capacidad de darse cuenta dónde está, con quién está o qué está haciendo, podemos afirmar que ha quedado expuesto a todo tipo de riesgos. Es bueno saber que el motivo más alto de mortandad adolescente y joven es por accidentes automovilísticos y éstos por estado de ebriedad. Es bueno saber que una inmensa mayoría de embarazos adolescentes no deseados se producen por relaciones ocasionales y con relativa capacidad de conciencia con influencia del alcohol. Es bueno saber que un importante porcentaje de adolescentes que se inician tempranamente en la ebriedad frecuente continúan con drogas livianas y algunos luego con pesadas. Pero ya hemos hablado de que ese riego está de alguna manera bien visto, bien reconocido en el sistema de valores y creencias de diversos grupos de adolescentes y jóvenes. 80

Cuando hablamos de sistemas de valores y de creencias estamos refiriéndonos a qué ideas son bien vistas o mal vistas en un determinado grupo. Cuáles promueven de sus pares valoración y reconocimiento y cuáles descalificación y denigración. Vayamos a algunos ejemplos: Si un adolescente es parte de un grupo de motoqueros que habitualmente, estando bebidos, salen a correr sin casco y es mejor visto aquel que se anima a correr con una sola mano... si alguien quiere ser parte de ese grupo debe saber que esas prácticas grupales se esperan de todos y cada uno de sus integrantes. Deberá tener fuertes convicciones alguien para poder decir: “muchachos, estoy dado vuelta, mejor hoy no corro”. Otro ejemplo: si un adolescente integra un grupo de voluntarios que hacen apoyo escolar a chicos con dificultades de aprendizaje, el grupo esperará de cada uno de sus miembros que se prepare para enseñar, que ponga entusiasmo, que tenga conocimientos adecuados para ayudar a otros. Y si alguien quiere pertenecer a ese grupo debe comprender qué valoran sus integrantes. Entonces podríamos decir que el riesgo se opone al cuidado. ¿Cómo está visto aquel que valora el cuidado? Muchas veces está denigrado, burlado. Aquel que quiere divertirse pero se impone un límite cuando ve el peligro está muchas veces mal visto. Cuidarse es quererse, pero la pregunta es por qué aquel que hace alguna referencia al cuidado tiene temor de parecer ridículo, de que se burlen de él. Cuidarse no es aburrirse. Cuidarse no es dejar de hacer lo que te gusta. Cuidarse no es evitar el placer. Es aprender a integrar diversión con cuidado, placer con cuidado. Ya hemos hablado que para ser parte de un grupo tenés que ceder algunas cosas, adaptarte a él. Para compartir gustos con amigos es necesario que se produzcan mutuas adaptaciones. Pero si alguien se llama tu amigo, tenés que saber que no debería obligarte ni presionarte a hacer lo que vos no querés, o presionarte a ponerte en riesgo. Es sabido que en esta etapa los amigos pasan a ser muchas veces casi más importantes que la familia. Pero cada uno de nosotros es valioso. Y no debería aceptar quedarse en un entorno que le ofrece como condición hacer algo que va en contra de la propia y libre decisión y del propio bienestar. Elegir cuidarse es ejercer plenamente el derecho a la diversión, al placer, al encuentro con otros, al crecimiento personal, a la búsqueda de nuevas experiencias de vida, es hacer que la adrenalina fluya pero manejándola uno mismo y no siendo manejado. 81

Es bueno aclarar que cuestionamos ese riesgo “sin sentido”, ese poner hasta la vida en juego por nada que valga la pena. Es bien distinto a asumir riesgos cuando uno se lanza a un nuevo proyecto de vida, asume desafíos, no se queda quieto y busca nuevas alternativas, entonces asume riegos. Esos riesgos son la vida misma y son lo que le dan sentido a no quedarse quieto y a seguir abriendo caminos. Se trata entonces de buscar ser reconocido y amado sin volverse enemigo de uno mismo. Citando a Erich Fromm:3 “Volverse enemigo de uno mismo estropea la posibilidad de ser amado y respetado por el resto de sus compañeros humanos con toda la libertad para tomar la vida en serio es una acto responsable.” “El tipo responsable es conciente de lo real de su libertad real tanto como auténtico como verdadera responsabilidad es saber que cada uno de mis actos me va construyendo me va definiendo me va inventando.” Entonces estamos hablando de una concepción ética en la formación de la subjetividad orientada a mejorar las capacidades de elegir y de tomar decisiones justas y orientadas hacia las mejores condiciones de vida. Sabemos que las personas somos “seres de carencias”, necesitamos de los otros y de lo que el entorno puede ofrecernos, e intentamos tomarlo mediante la fuerza o el intercambio. En sociedades democráticas nos hemos convencido de que el intercambio y la cooperación son más inteligentes que la fuerza bruta porque hasta el más débil te puede quitar la vida. Por eso muchas veces contemplamos nuestras relaciones sociales desde el cálculo de lo que podemos obtener de ellas y qué debemos ofrecer a cambio. ¿Qué ocurre con los que no tienen nada que ofrecer a cambio? ¿Qué ocurre con los pobres, en un mundo que ha ido desarrollando aversión a los pobres, al que no tiene nada que ofrecer? Es un excluido; el que siente que no tiene nada que ofrecer a cambio porque no entra en el sistema social del intercambio infinito queda fuera por definición y, en el mejor de los casos, se transforma en objeto de beneficencia pero no de reconocimiento en su dignidad.

3. Erich Fromm, psicoanalista nacido en Frankfurt, Alemania, vivió en México y se dedicó a la difusión, enseñanza y práctica del psicoanálisis.

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Muchas veces es al excluido al que más difícil le resulta construirse en una cultura del cuidado, nada tiene valor, nada tiene sentido, la vida misma parece tener poco valor y sentido. ¿Cómo poner en consonancia el principio del intercambio con el de dignidad? Se trata de reconocer que las personas son dignas de respeto y que toda persona es valiosa, y que toda vida es valiosa. Cuidado es entonces inclusión, buscar, encontrar, construir sentido. Se trata de empoderamiento. Asumir el poder de apropiarse de la vida de sí mismos, promover que cada uno escriba su propia historia, ser protagonista de su propia historia y evitar que la misma sea arrebatada por otros.

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5. Especial para adultos - un alto en la lectura

Advertencia Este capítulo está dedicado especialmente a los adultos, aquellos que interesados por los temas de los jóvenes están leyendo este libro. También está destinado a los jóvenes que tengan una actitud constructiva hacia el vínculo con los adultos que los rodean... pueden recomendarlo, leerlo juntos, comentarlo... El desafío de estar cerca. Encontrar las distancias óptimas para transitar acompañando el crecimiento de nuestros hijos es probablemente el arte al que estamos convocados como padres, como adultos. Se trata de discernir qué significa estar cerca en cada una de las etapas de desarrollo, en cada uno de los momentos significativos, en cada situación clave. Hay tiempos en los que se necesita una distancia casi imperceptible y otros en los que la cercanía es un condición requerida. Se hace necesario conversar acerca de la construcción de cercanías con los adultos y acerca de los adultos de hoy para entender un poco más de los adolescentes y los jóvenes. Unas décadas atrás, cuando se hablaba del adolescente, era muy frecuente relacionarlo con búsqueda de identidad, con la pregunta acerca de “quién soy”. En esa búsqueda, en esa necesidad de los adolescentes de encontrarse, de construirse, el adulto actuaba como el “frontón” necesario para que el joven hiciera sus prácticas, se probara, ensayara los golpes, mejorara los tiros. Para Peter Blos: “La creación de un conflicto entre generaciones y su posterior resolución es la tarea normativa de la adolescencia. Su importancia para la continuidad cultural es evidente. Sin este conflicto no habría reestructuración psíquica adolescente”.1 Estos conflictos entre generaciones no solamente son inevitables sino que se constituyen en esenciales para el proceso de crecimiento.

1. Blos, Peter, Los comienzos de la adolescencia, Buenos Aires, Amorrortu, 1986.

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Pero, para esa confrontación generacional, se hace imprescindible un adulto con cierta solidez, parado frente a la vida con ciertas convicciones y certezas. Es una “pelea” que construye y, para que así sea, requiere de dos medianamente fuertes, con ideas distintas, con visiones distintas, que confronten, que discutan. Pero esta posmodernidad que nos atraviesa nos ha dejado a los adultos sin muchas certezas, donde resulta más difícil tener ideas claras, exponerlas y defenderlas. A veces hasta nos ha tornado más frágiles, a tal punto que nos transformó en un frontón que se agrieta con los golpes. Estamos afectados por un discurso social en el que los adultos deben buscar como objetivo ser jóvenes el mayor tiempo posible y, al hacerlo, quedan desdibujados como adultos. Han cambiado, lo que podríamos llamar, los valores fundacionales. Los adultos representaban en esas décadas el mundo de las obligaciones, de las responsabilidades, del deber ser. Hoy, los valores fundacionales pasaron a ser la búsqueda de las libertades y el cumplimiento inmediato de deseos. Pero veamos, ¿era doloroso ese enfrentamiento? Claro que sí, era inevitablemente doloroso, implicaba la pérdida de la imagen de ídolos, pérdidas de ilusiones, bronca, sensación de incomprensión, en el que surgían muchos temores. Eran momentos de grandes cambios y fuertes pérdidas. Generaban a su vez sensaciones de triunfo y libertad. Cuando adolescentes confrontaban con adultos, ambos sentían que había crecimiento, que se daban pasos hacia la autonomía, con sensaciones de triunfo que alternaban con tristezas por pérdidas. Se estaba frente a la construcción misma del vivir o, citando a Fromm, del arte de vivir. “En el arte de vivir, el hombre es al mismo tiempo el artista y el objeto de su arte, es el escultor y el mármol, el médico y el paciente.”2 Se estaba frente a la experiencia del desarrollo de la capacidad de inventar la propia vida, obteniendo ideas, creencias, valores de esas confrontaciones, para adherir con algunas y para desechar otras. La adolescencia implica un proceso de desprendimiento de los lazos de dependencia familiares, de la manera “infantil” de vincularse con los padres y pasar a integrar una sociedad más amplia, a ser parte del mundo de los adultos, construyendo una particular forma de ingresar a ese nuevo universo. Estamos ante un mundo de adultos que quizás podemos definir como más endebles y entonces son un frontón que se resquebraja con los golpes. Los

2. Erich Fromm, en Ética y Psicoanálisis.

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padres de los actuales adolescentes crecieron en los años sesenta, incorporaron un modo de relacionarse con sus hijos muy distinto del que tenían con sus padres. Estos padres han quedado expuestos al impacto del discurso social y mediático que los impulsan a buscar como objetivo ser jóvenes el mayor tiempo posible y, al hacerlo, desdibujan el modelo de adulto que consideraba la modernidad. Han pasado a creer que la verdadera sabiduría está en sus hijos, casi sin agregados. El niño de estos padres muchas veces no ha conseguido incorporar una imagen de adulto claramente diferenciada. El duelo por la pérdida de la manera de ser niño o niña ha cambiado y mucho. Pensemos que los medios difunden el mensaje de no postergar ningún deseo, sino el de obtenerlos inmediatamente, sin tener en cuenta las consecuencias que esto pueda implicar. Por eso es que no parece muy claro para el adolescente que haya que abandonar ningún rol de la infancia al llegar a esa etapa. Se podrá seguir actuando y deseando con la misma modalidad y temporalidad que cuando se era niño. La identidad se establece ya no por un mecanismo de confrontación y ruptura con las viejas concepciones de los adultos, sino que se produce favorecida por el impacto de los medios masivos, por influencia del grupo de pares, por el valor que tienen las posiciones en el sistema de creencias de los grupos cercanos o grupos más amplios de pertenencia. Era posible encontrar fuertes discusiones acerca de la hora en la que el o la adolescente debía regresar a su casa por la noche o una férrea posición ante el consumo de alcohol de los hijos o de cigarrillos o censuras acerca de las relaciones sexuales adolescentes. Recordemos que la moral admitía solamente las relaciones sexuales para los varones con prostitutas e imponía severa prohibición para las mujeres. La discusión acerca del uso del auto de los padres o del tipo de fiesta que era admitida hacer en la casa eran unos de los tantos temas que generaban confrontaciones y discusiones. Estas confrontaciones finalmente daban cuenta de la existencia de adultos, que estaban allí, que eran un verdadero “frontón”. El conflicto generacional hoy no es lo que era. Los jóvenes huyen, se alejan de los adultos, pero ya no se enfrentan tanto con ellos. Las hostilidades abiertas han casi desaparecido de los lazos familiares. La rebeldía adolescente ha sido en muchos casos suplantada por indiferencia, por incomunicación. F. Dolto3 lo formula en estos términos: “El problema más bien es la neutralización de las relaciones, el no-intercambio. Y lo que se hace es cohabitar. Ya no hay deseo de comunicarse”.

3. Françoise Dolto, médica psicoanalista francesa (1908-1988).

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“...esta neutralidad pasiva es quizá más grave que los conflictos violentos entre las generaciones...” El amor y el odio han sido suplantados por la indiferencia, el aplanamiento de los sentimientos, la planicie infinita y la desaparición de la brecha generacional. Hoy, muchos de estos padres y adultos, buscan como objetivo ser “más parecidos a los jóvenes”. – – – – – – – –

Les gusta vestirse como sus hijos. Renuncian a pautas rígidas. Las pautas pierden claridad y no hay nuevas. Sienten que la verdadera sabiduría está en sus hijos. Dejan que el saber y la creatividad surjan de sus hijos. Borran las distancias. Son compinches de sus hijos. Intercambian confidencias.

El niño de estos padres no incorporó una imagen separada de sí por la brecha generacional, y cuando llega la adolescencia se encuentra con alguien que tiene sus mismas dudas, suele no mantener valores claros y comparte sus mismos conflictos. Es ese adulto quien, como padre –o quien actúe como tal en su falta–, en su fragilidad, no permite esa confrontación y esa rebelión estructurante.

Entre el modelo de la modernidad y el de la posmodernidad Veamos algunas ideas acerca de la modernidad y posmodernidad que nos ayuden a enmarcar lo que estamos intentando explicar. El proyecto de la modernidad constituye un movimiento que se inicia a partir del Renacimiento. Es en los siglos XV y XVI en Europa Occidental en los que se produce un importante movimiento en la cultura, en las artes, en las letras y en las ciencias. El nombre Renacimiento se utiliza porque se retomaron los elementos de la cultura clásica. Es el símbolo de la reactivación del conocimiento y el progreso tras los siglos de congelamiento de la sociedad feudal en la Edad Media. El Renacimiento planteó una nueva forma de ver el mundo y el ser humano; la vida cultural e intelectual de la Edad Media, con pleno dominio de la Iglesia, a lo que se ha denominado teocentrismo, es reemplazada por una concepción que pone al hombre como lo esencial, denominado antropocentrismo. 87

El Renacimiento, y con él la modernidad, coloca al hombre en el centro de todas las cosas. Veamos algunas características más para comprender este importante proceso de transformación que significó la modernidad: – Se produce un cambio hacia una sociedad dominada progresivamente por instituciones políticas. – Se observa el debilitamiento de la cristiandad como poder político y el desarrollo de los nacionalismos. – La introducción de la imprenta, entre 1460 y 1480, con la consiguiente difusión de la cultura. – Se produce una importante transformación en el mundo de las ideas. – El conocimiento es buscado en la ciencia y ya no en la teología. – Se pone un fuerte acento en lo racional y en el desarrollo científico y tecnológico como solución a los problemas de la humanidad. Cabe preguntarse, entonces, ¿cómo surge entonces la Posmodernidad? Frente a este proyecto de la Modernidad, la Posmodernidad surge como una reacción en contra de las grandes ideologías, que no supieron dar soluciones existenciales para vivir mejor, ser más felices, o tener una vida más rica y más plena. En oposición al pensamiento racional, los posmodernos proponen un pensamiento liviano, con escasos fundamentos. Esta reacción es lógica frente al excesivo racionalismo de los modernos, que creyeron que la razón en sus desarrollos científicos y tecnológicos iba a ser la solución a todos los problemas en la tierra. Por eso es que los bravísimos hechos que afectan hoy a la humanidad hacen que los posmodernos cuestionen las ideas modernas como “la razón”, “las ideologías” y los “grandes relatos” que todo lo explicaban. Un rasgo característico de la sociedad posmoderna es la mentalidad de consumo. Frente a la diversificación cada vez mayor de bienes y servicios, la moral de austeridad está desacreditada, y más aún entre los jóvenes. Ellos son, además, los principales destinatarios de las estrategias de mercado orientadas a la búsqueda inmediata de placer. Dentro de esta mentalidad consumista y fuertemente hedonista es frecuente observar el aprecio por ganar dinero tempranamente, el puesto de trabajo en la medida en que éste permite obtener la propia cuota de consumo. También es posible ver el crecimiento de actitudes inescrupulosas y hasta delictivas para obtener esos bienes y servicios que la sociedad les ofrece y a veces les exige. 88

Esta sociedad posmoderna ha instalado una valoración excesiva y desmedida del consumo e implica un fuerte riesgo a futuro. Es en esta cultura que muchas veces los adultos son encaminados a adoptar los hábitos de sus hijos, a comportarse como ellos, a renunciar a pautas rígidas o a perder la claridad. El adulto dejó de ser exportador de la sabiduría: ahora, el que “la tiene clara” es el adolescente, el que es el más creativo... Es así como invade la confusión a la hora de hablar del consumo de alcohol, de los horarios, del uso del auto, el tipo de fiestas, etc. Muchas veces nuestros hijos nos desafían transgrediendo con la secreta esperanza de no lograrlo, porque si “nos vencen”, quedan vencidos. A veces ser compinche es una manera de estar cerca, otras es una manera de desaparecer, pero la posmodernidad instala confusión. Tal vez la búsqueda debería estar orientada a construir cercanías que no nos obliguen a renunciar a ser padres o adultos. A su vez hoy se hace necesario extender el tiempo dedicado al estudio, ya no resultan suficiente ni los conocimientos ni la certificación de escolaridad primaria, ni tampoco la secundaria para aspirar a trabajos más calificados, y, por otro lado, la falta de trabajo, muy especialmente para los jóvenes, retrasa la inserción de éstos en el mercado laboral. Ésta es una las tantas causas por las que la etapa de la adolescencia o juventud temprana se ha prolongado de manera significativa, y que muchos adultos manifiesten pensamientos adolescentes como ideales de la juventud, cuidado excesivo de la imagen y del cuerpo, así como considerar la informalidad como un valor. Y también de que el éxito se asocie directamente con la juventud y que se le tenga pánico a la vejez. Los jóvenes del posmodernismo priorizan la libertad individual, es decir, mantienen sus propios pensamientos, con escasa aceptación de la norma social, salvo las provenientes de sus grupos de interés que comparten con pares. Es clara la prioridad que tiene la libertad individual sobre determinados modelos éticos. Los jóvenes suelen guiarse más por una moral de corte situacional y a la medida. Rechazan los modelos abstractos, los aparatos normativos y objetivos, para dar lugar a objetivos de carácter más cotidiano. La posmodernidad también le da una gran importancia al presente, restando valor al futuro y al pasado, cosa que el modernismo no hacía. Prioriza la satisfacción de deseos y la inmediatez. La constante necesidad de consumir es un organizador en la juventud posmoderna. El consumo atraviesa todas las esferas de los jóvenes, la ropa es sumamente importante ya que da cuenta de la imagen. Es así que el jean que se 89

use o las zapatillas van a convertirse en un dato de su ser. Las bebidas que se tomen, sus marcas, su cantidad van a ser fundamentales, en diferentes ámbitos. Las marcas de las motos o los autos serán un signo de prestigio social y de éxito. La pérdida de fe en las utopías es un rasgo también significativo de vastos grupos de adolescentes y jóvenes, un descreimiento acerca de la posibilidad de construir una sociedad mejor, de verse incluidos en un futuro diferente consolida el valor de lo inmediato y lo individual. Esta característica también hace más difícil que esos adolescentes y jóvenes puedan verse a sí mismos en la construcción de proyectos, desplegando pasos y secuencias conducentes a un futuro planificado. Del mismo modo, muchos jóvenes están poco interesados en participar activamente de la vida social, solamente una minoría pertenece a grandes grupos colectivos con alguna finalidad (política, deportiva, social, etc.) o se sienten con determinada responsabilidad social. En cambio, tienen una gran actividad social en grupos reducidos privados, que tienen un valor preponderante en su vida. En estos grupos encuentran la seguridad y la estabilidad afectivas. La música es el fenómeno artístico con el que los jóvenes más se identifican. El rock es entre ellos una forma de participación social, la asistencia a locales bailables o a recitales es una práctica sumamente arraigada, los adherentes a la bailanta o al cuarteto también definen afinidad, identidad y pertenencia.

Qué ha sido de las ideologías y los adolescentes en la posmodernidad Vamos a ver de qué hablamos cuando nos referimos a ideologías. En sentido amplio, es el conjunto de ideas acerca de la vida, de la sociedad, del hombre. La construcción de ideologías, de una visión del mundo, parecía ser una tarea estructurante en la adolescencia, era un elemento constituyente de la propia identidad. Los adolescentes han sido siempre los más atraídos por las grandes ideologías y siempre comprendían un enfrentamiento con la ideología de la familia. Otras décadas estaban mucho más signadas por fuertes discusiones entre padres e hijos acerca de temas religiosos, políticos y éticos. Pareciera ser que la posmodernidad signa a los adolescentes y jóvenes con una vida liviana, con emociones “light”, con evitar el dolor. Todo debe ser sin drama, y esto favorece la disminución del interés por los problemas sociales; 90

hay menor sensibilidad ante la pobreza, el hambre, las enfermedades de los otros... los otros parecieran ser poco importantes. Muchos de los adultos que estén leyendo este capítulo estarán evocando el concepto de “ideología” de su época de juventud. Las ideologías de los 70 proponían cambiar la sociedad, el mundo, con fuerte preocupación por los marginados o los excluidos, por la pobreza o la injusticia. Y pareciera ser que muy poco de esto existe en la actual generación de jóvenes. Sin embargo, hay un riesgo grande en considerar crítica y lapidariamente a los adolescentes y jóvenes y en descalificar así a los grupos que muchas veces –a contramano de las mencionadas tendencias sociales– despliegan acciones de alto compromiso social y de gran responsabilidad por el otro. Es interesante revisar el rol de lo que ha sido llamado el Tercer Sector y el lugar que en él ocupan adolescentes y jóvenes. El Tercer Sector es el conformado por una infinidad de organizaciones sociales, sensibles a los problemas sociales y que se ocupan de realizar acciones solidarias. El descreimiento en las organizaciones del Estado, el descreimiento en los partidos políticos e incluso en organizaciones sociales tradicionales, dio pie a la conformación de un gran número de “pequeñas organizaciones” para realizar proyectos puntuales, para apoyar poblaciones específicas, cercanas, de contacto personal. Juntarse con proyectos concretos cercanos para ayudar a personas concretas y cercanas es una actividad que se ha multiplicado por miles. Estas organizaciones han sido protagonistas de las acciones que permitieron paliar la enorme crisis de los años 2000, 2001 y siguientes, y posibilitaron disminuir sus efectos destructivos. Es posible entonces recuperar un concepto ético de responsabilidad por el otro que se manifiesta de una manera diferente de la de la participación en grandes movimientos políticos y sociales, pero que asume, con enorme compromiso, un rol activo de responsabilidad social, dando así sentido a su propia vida y ayudando a construir sentido en la de aquellos abandonados por la crueldad de lo salvaje de la economía de mercado y el endiosamiento del consumo. Pero estemos atentos; no es un análisis acertado promulgar el fin de las ideologías en términos de lo que fue la práctica de los años 60-70 en el mundo y en la Argentina, porque hoy las ideologías se definen a partir de la responsabilidad y el compromiso por los otros, expresadas en un sinnúmero de acciones cotidianas de efecto concreto. Hoy son muchos los adolescentes y jóvenes que han demostrado su capacidad de vivir en este comienzo de siglo sin someterse a sus premisas y dictámenes y de desarrollar su capacidad de elegir, dar sentido a sus vidas y aportar a dar sentido a las de otros. 91

Un espacio para la reflexión acerca de la escuela y los docentes Veamos qué responsabilidad tiene la escuela como sistema y sus docentes, en la dificultad de construir esa capacidad de elegir a la que nos estamos refiriendo. Para comenzar vamos a decir que ni tienen toda la responsabilidad pero tampoco están livianamente exentos de la misma. La crisis ha obligado a la escuela a ocuparse de la alimentación y crear comedores escolares, y muchos han considerado esto como un desvío de la función de la escuela. Los debates acerca de temas como educación sexual, violencia familiar, consumo de alcohol y otras drogas tienen, en muchos actores de la educación, la idea de que se le pide a la escuela todo y se desvirtúa así su función esencial, su verdadero objetivo. Cuando se les pegunta a los alumnos acerca del nazismo, de la Segunda Guerra Mundial, del holocausto, de los asesinatos de gitanos, discapacitados, homosexuales, judíos, dicen que no llegaron en el programa. Cuando se les pregunta acerca de la dictadura militar, la desaparición de personas, la apropiación de bebés, dicen que no llegaron en el programa. En el mejor de los casos algunos recuerdan que el 24 de marzo se hicieron talleres y un acto. ¿Es posible aprender sólo con un día de actividades?, ¿algún docente de matemáticas podría sugerir que sus alumnos aprendieran su asignatura en un día?, ¿o de física?, ¿o cualquier otra? Conversando con un grupo de alumnos de años superiores de una escuela del Gran Buenos Aires decían: “Todos los años te cuentan la misma historia de Colón y el Puerto de Palos...”. Otro interrumpe y dice: “Lo que no te cuentan es que le robaron el oro a los indios y después los mataron...”. Continúa el primero: “A mí me invitan a ir a una manifestación contra el FMI y no tengo idea de qué se trata, pero si van mis amigos yo voy”.

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Surge la siguiente pregunta: ¿Es responsabilidad de la escuela abordar los temas que permitan a sus alumnos comprender la realidad que los rodea? ¿Es responsabilidad de la escuela crear los tiempos y espacios para trabajar acera de los temas que hacen a la vulnerabilidad de sus alumnos? Veamos tres definiciones acerca de la función de la educación: Hanna Arendt4 escribía: “El objetivo de la educación es preparar a cada generación para que entienda la realidad del mundo de los adultos al que va accediendo, paso a paso, y asuma la responsabilidad por él para continuarlo o modificarlo”. Herbert Spencer decía:5 “El objeto de la educación es formar seres aptos para gobernarse a sí mismos, y no para ser gobernados por los demás”. Paulo Freire,6 a su vez, consignaba: “Educación es praxis, reflexión y acción del hombre sobre el mundo, para transformarlo”. Entonces, ¿de qué estamos hablando? De cómo se relaciona la escuela con los temas de la vida y del mundo que nos rodea. La escuela debe ser el ámbito por excelencia en el que se aborden los temas que hacen a la mayor vulnerabilidad y contribuyan a desarrollar capacidades que le permitan a los jóvenes transitar la vida con más herramientas y construir su futuro con mayor solidez. En conversaciones con alumnos hacen referencia, con admiración y sorpresa, cuando algún docente, fuera de programa, da cuenta de algún tema de interés de los alumnos; parecería hacerles sentir que se interesa por ellos como seres humanos. Un alumno me decía: “No sólo los profesores no te ven como ser humano sino que ni siquiera como alumno, el de Matemática te ve como alumno de Matemática, el de Geografía como alumno de Geografía y así cada uno”. ¿Qué hace sentir a los alumnos que tal o cual profesor los ve como “seres humanos”? – Cuando les preguntan por alguna situación particular de un compañero, de salud o de algún problema. 4. Hanna Arendt, “La educación del hábito de la distancia”, en Revista de prensa Comunidad escolar. 5. Spencer Herbert, filósofo inglés, escribió sobre sociología, psicología, biología y filosofía social (1820-1903). 6. Paulo Freire, Educación para la Libertad, S XXI editores, México, p. 7.

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– Cuando conversan algún tema emergente de una situación acontecida en el día. – Cuando conversan acerca de temas muy cercanos a sus preocupaciones como adolescentes. Algunas frases de los alumnos hacen percibir que para muchos profesores el programa es más importante que lo que le sucede a sus alumnos. Entonces la pregunta que surge es: ¿se sienten importantes los alumnos en sus escuelas? ¿Sienten que lo que les pasa como grupo generacional en esta sociedad conflictiva es importante para sus docentes? Y la respuesta es heterogénea, no lo perciben de la escuela como sistema, lo perciben de algunos profesores, individualmente sensibles e interesados. Las estadísticas son divergentes, pero es fácil advertir que una inmensa cantidad de adolescentes en edad escolar media están fuera del sistema, hay provincias donde superan el 50%. El abandono escolar es un dato duro de la crisis. Mucho hay para criticar del sistema educativo, pero está claro que un adolescente que no completa sus estudios medios tiene una cierta condena a la exclusión social, queda afuera de muchas posibilidades, queda afuera de muchas alternativas de trabajo, queda afuera de su propia capacidad para elegir y tomar decisiones. Un “monólogo imaginario” podría decir al respecto: “Si a la escuela no le interesa mis intereses y preocupaciones, a mí no me interesa lo que a la escuela le interese enseñarme”. En esta dialéctica de desintereses es imposible construir experiencias de aprendizaje. Constituye una enorme deuda de la escuela el desarrollo de los contenidos vinculados a los interrogantes de la vida a los que los alumnos están expuestos, complementariamente a los contenidos curriculares tradicionales que igual deben ser revisados a la luz de nuevos paradigmas. Es enorme la deuda con los adolescentes en la construcción de su capacidad de vivir en la plenitud de sus derechos, de favorecer su desarrollo como ciudadanos íntegros. Es una enorme deuda de la escuela el desarrollo de contenidos que permitan a los alumnos comprender mejor el micro y macromundo en el que están insertos y favorecer de esta manera la capacidad de tomar sus mejores decisiones. Es así que –en cuanto a sus interrogantes vitales– temas como el consumo en general y de alcohol y otras drogas en particular deben ser temas de trabajo, como también el desarrollo de la sexualidad, la marginación, la explotación laboral infantil, la prostitución, la violencia social y familiar, la exclusión social, la 94

salud integral y su lugar en la cultura del cuidado, los derechos y sus manifestaciones cotidianas y otros. Y es así que –en cuanto a temas que favorezcan la comprensión del mundo en el que están insertos– deben ser trabajados los temas vinculados a la comprensión de la historia de luchas y opresiones, crímenes contra la humanidad en el mundo y en nuestro país, derechos y violaciones de derechos, dictadura y terrorismo de Estado, entre otros.

Entre la escuela inclusiva y la selectiva Un falso debate se ha instalado entre la escuela inclusiva y la escuela de calidad (que en realidad encubre una concepción de escuela selectiva). Los defensores de la escuela tradicional defienden los dispositivos de la escuela selectiva, en los que la consigna es: el que alcanza las notas requeridas pasa y sigue, el que no, se queda afuera o repite –que es el primer paso para quedarse afuera del sistema educativo. Una escuela inclusiva estaría preocupada y actuaría con multiplicidad de herramientas y recursos para la disminución de la repitencia, actuando sobre los factores que la generan (externos a la escuela –acerca de los cuales pueda actuar– e internos de la escuela), promoviendo múltiples alternativas de apoyo en los procesos de aprendizaje. Actuaría sobre las condiciones de convivencia favoreciendo actitudes solidarias entre los alumnos y de éstos con sus docentes. Desarrollaría experiencias constructoras de capacidades resilientes y que promuevan en los alumnos capacidades orientadas hacia la consolidación de la autonomía y la capacidad de elegir. Conversando en diversas provincias con alumnos pertenecientes al nivel medio (secundario y EGB3) acerca de los aspectos de los profesores que les resultan los más valorados, me he permitido sintetizar la opinión de los mismos de la siguiente manera. Los más valorados por los alumnos son: – “Profesores que se interesen por nosotros como seres humanos”. – “Profesores que nos escuchen”. – “Profesores con ganas”. En una oportunidad, en el Colegio Nacional de Buenos Aires, en la que me desempeñaba como Jefe del Departamento de Orientación coordinando unas jornadas acerca de violencia en el aula, en una actividad preparatoria, les preguntaba a los profesores qué es lo que más les molestaba de los 95

alumnos y a los alumnos cuáles eran las actitudes o acciones de los docentes que más les incomodaban. De esta última transcribo algunas de las respuestas... De los docentes nos molesan: - Cuando toman lo que no explican. - Cuando califican conducta con nota. - Cuando toman lo que saben que no hemos aprendido. - Cuando toman pruebas sin anunciar. - Y otras más… Pero en medio del listado, una alumna interrumpe y dice: “A mí me molesta algo muy diferente... A mí lo que más me molesta de un docente es la resignación”. Generó una fuerte adhesión y propició un interesante giro en la conversación. Parece interesante reflexionar acerca de que lo que más molesta, duele o perturba a los alumnos es ver a docentes resignados, desganados, entregados, desesperanzados. Es probablemente lo peor que les puede suceder. Todos mis respetos y reconocimientos a aquellos docentes que a pesar de las condiciones que lo rodean, del escaso reconocimiento, y con fuertes convicciones personales, promueven aprendizajes con alto respeto por sus alumnos, con afecto y verdadera responsabilidad social. A continuación desarrollaré algunas reflexiones a compartir acerca de la escuela como constructora de orgullo y fortalecedora de autoestima.

Escuela y padres, lo cierto y lo no tan cierto En múltiples experiencias de capacitación con docentes o directores de escuela, hay un tema recurrente, que es la distancia entre padres y escuela: - “No vienen, no se interesan por sus hijos, son abandónicos, familias desestructuradas, padres ausentes, etc.”. Quiero hacer referencia a otra ideas para promover reflexión: ¿Es la escuela constructora de orgullo? Toda persona tiene –en forma muy sintética– sus aspectos buenos y sus aspectos malos, sus cualidades y sus defectos, sus aciertos y sus desaciertos. 96

La pregunta que suelo hacer es: ¿Con qué parte del sujeto se vinculan predominantemente? Conversando esto con una autoridad provincial y en forma reflexiva me dice: “Es cierto, hasta cuando veo los cuadernos y las carpetas de mis hijos, fijo mi vista en los errores”. Quiero atreverme a hacer algunas consideraciones: – Si uno acentúa los talentos de cada alumno y sus aciertos, está en mejores condiciones de señalar sus dificultades. – Si uno trata con mucho respeto las dificultades, promoverá en los alumnos mayor receptividad. – Si uno fortalece la autoestima de los alumnos, fortalece la capacidad de corregir sus dificultades. – Si uno convoca a los padres a felicitar por los aciertos de sus hijos (por pequeños que sean), estará en mejores condiciones de promover compromiso frente a sus dificultades. Los invito a pensar. Si a los padres se los llama cada vez que sus hijos tienen problemas y es frecuente emitir juicios ante los alumnos acerca del poco interés de los padres en concurrir a la escuela y el poco interés que tienen en ellos, ¿estamos construyendo orgullo en los hijos por los padres que tienen y en los padres por los hijos que tienen o todo lo contrario? Si ante un error grave de un alumno dando una lección, deviene un comentario burlón del profesor y provoca la risa de sus compañeros, ¿cómo imaginan que se siente ese alumno? Un taller que realizo con frecuencia en capacitación de Directores es acerca de –y con cierta ironía–, “Frases de la cotidianeidad del aula, destructoras de autoestima”, y aparecen largas listas, muy largas como: – – – –

“sos de madera”, “no te llega agua al tanque”, “vengas o no vengas da lo mismo”, “no te da la cabeza”, etc.

Y con estas respuestas trabajo en la reflexión sobre dos aspectos: a) Lo que provoca emocionalmente en el alumno. b) Que las frases atacan la totalidad del ser, ni siquiera se limitan a su asignatura. 97

Seguramente proteger y ayudar a los alumnos con dificultad y a los padres con dificultad promoverá resultados bien diferentes. Una observación me permite al menos diferenciar tres segmentos entre la población de padres y su relación con la escuela: a) Los interesados, sensibles y preocupados por sus hijos sepan o no cómo actuar. b) Los semiinteresados o poco preocupados. c) Los ausentes abandónicos y absolutamente desinteresados. Suponer que el segmento “c” abarca la totalidad de los padres es equivocarse en la lectura, y lo peor: actuar frente a los tres segmentos como si todos fuesen “c”. De la misma manera es posible diferenciar tres segmentos entre los docentes. a) Los sensibles e interesados en su profesión y en sus alumnos. b) Los medianamente interesados, a veces cansados, a veces desbordados. c) Los absolutamente desinteresados, expulsivos. Toda consideración que se refiera a los docentes como totalidad suele pecar de error y de intención manipuladora. Es muy bueno que los alumnos aprendan a identificar muy bien quiénes son sus docentes ubicados en el segmento “a”, acercarse a ellos, apoyarse en ellos y confiar. Promover en los “b” vincularse con su mejor parte, y protegerse de los del grupo “c” con su capacidad destructiva y expulsiva, administrar con ellos la tensión cuando es posible y denunciar sus actos. Es fundamental no otorgarles a los del grupo “c” el poder de dejarlos afuera del sistema educativo. Mis sinceros deseos a los del grupo “a” de que reciban todo el reconocimiento y gratificación que merecen. A los del “b” que se acerquen al “a”, que será más satisfactorio; a ambos, “a” y “b”, que se protejan del “c”, que suelen tener gran capacidad desmoralizadora y destructiva. Y con un dejo de esperanza a los del “c”, una invitación a la revisión de sus actitudes, dejando en claro que hay espacio para ser parte de un proyecto educativo más afectuoso y respetuoso de los alumnos y que recibirán de ellos lo mejor.

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Para padres y docentes Para finalizar este capítulo traigo el testimonio real de una carta leída por una madre hacia los alumnos, en un acto de graduación de una promoción de 5to. año en un Colegio de la Ciudad de Buenos Aires. Su contenido principal se desarrolla acerca del desafío de estar cerca. “Queridos chicos y chicas, queridos docentes y queridos padres: Desde que parimos, las madres y los padres transitamos junto con nuestros hijos el difícil desafío de encontrar las distancias óptimas para estar cerca. Cada etapa tuvo sus propias medidas. Y cada momento de la escolaridad requirió nuevas acomodaciones. Hubo tiempos en los que se necesitó una distancia casi imperceptible y otros, en los que la consigna era estar distantemente cerca. Así fuimos habitando nuestros vínculos. Así fuimos testigos y partícipes de cada decisión, de cada equivocación y de cada logro. La escuela secundaria fue para nosotros, como padres y madres, una gran lección. Fue el tiempo en el que ambos, Uds. y nosotros, ensayamos este escenario desconocido de ser autónomos, de respetar decisiones, de disentir, de fortalecernos, de desilusionarnos, de repararnos... A medida que fueron creciendo, fuimos desafiados una y otra vez a buscar la mejor distancia para estar lo más cerca posible. Porque, durante la escuela primaria, todo lo que Uds. querían saber nosotros lo podíamos contestar... y Uds. lo recibían con mucha alegría y orgullo. Sin embargo, en la secundaria, aprendimos a que nos pregunten menos, intentamos seguir hablando, aun cuando parecía que no lo necesitaban, y tuvimos que aprender a descifrar maneras más sutiles de decir: ‘Te necesito’. Durante esta etapa nos enfrentamos a nuevas preguntas: ¿Cuál es el límite entre la autonomía y el abandono? ¿Cómo distinguir acompañamiento de invasión? ¿Cómo dejarlos que se inserten en un mundo con tanto potencial de hacer daño y no poder evitarles ese sinsabor? ¿Cómo ayudarlos a buscar el espacio en el que puedan habitar sus propias decisiones? Y así, entre preguntas y asombros y conversaciones y emociones silenciosas, llegamos al día de hoy: Uds. egresan y nosotros también. Y nuevamente se nos presenta el recurrente desafío de definir las nuevas distancias para estar cerca. Porque de algo estamos seguros, pasarán los años, se insertarán en el mundo del trabajo, del estudio, experimentarán amores y desamores, recorrerán geografías y aventuras, pero nosotros, como padres y madres, seguiremos estando respetuosamente cerca. 99

Porque nosotros crecemos con Uds. y nos convocan, tanto a Uds. como a nosotros, los mismos interrogantes y las mismas certezas. Porque como sus padres decidimos no consumir la vida, sino asumirla, con todos sus retos, como lo hacen Uds. cada día en el que la van caminando y descubriendo. Nelson Mandela dijo alguna vez que ‘después de escalar una montaña muy alta, descubrimos que hay muchas otras montañas por escalar’. Hoy pareciera que han llegado a la cima, mañana cuando se despierten descubrirán que les esperan otras alturas a las que aspirar. Queremos que sepan que allí estaremos nosotros, preparados con el equipo necesario para acompañarlos cuidadosamente en esta nueva escalada. Llevamos sogas para los tramos más riesgosos, vendas para las caídas, chocolates para el descanso, y una guitarra para que, cuando la travesía nos deje, de vez en cuando, podamos sentarnos a cantar juntos. Les deseamos la experiencia más rica y más intensa. Y les agradecemos profundamente el hacernos vivir este momento. Pusieron el cuerpo y el alma, todos los días durante los últimos cinco años, y corresponde reconocerlo y agradecérselo. Y finalmente, un profundo agradecimiento a esta escuela, a sus directores, docentes, psicopedagogas y a todos los que se hicieron cargo de nuestros hijos durante estos cinco años. Porque se embarcaron en la tarea, para muchos imposible, de educar para ser, para ver, para creer, para elegir, para comprometerse, para saber, para aplicar lo aprendido, para respetar y respetarse, para cuidar y para cuidarse. En estos tiempos en lo que todo puede verse como relativo, les han enseñado a tomar posición, a intervenir en el disenso, a confrontarse con la realidad, a pelearse con la apatía, a construir ciudadanía. Gracias por la entrega y el compromiso, Por la disciplina y la libertad, Por el límite y la confianza, Por el amor y la idoneidad, Por el respeto y la claridad”.

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6. El sentido de elegir

“Cuando un grano de arena penetra en la ostra y la arremete hasta el punto que, para defenderse, ésta debe secretar el néctar redondeado, la reacción de defensa da como resultado una joya dura, brillante y preciosa.” Borys Cyrulnic, La maravilla del dolor

Construir el sentido y el proyecto Vamos a conversar en este el último capítulo acerca de la construcción de caminos, de la búsqueda de sentido y, entonces, de la capacidad de elegir y construir proyectos. Hemos hablado acerca de las múltiples influencias y presiones a las que están sometidos los adolescentes y los jóvenes. No obstante es bueno saber que, a fuerza de convicción, muchos consiguen hacer valer sus creencias y elegir la vida que quieren, sostener principios y construir condiciones de vida dignas. Hace más de 60 años Ana Frank en su diario escrito cuando tenía 15 años de edad y llevaba ya más de 26 meses escondida del nazismo escribía: “Comparto el dolor de millones de personas, y sin embargo cuando me pongo a mirar al cielo, pienso que todo cambiará para bien, que esa crueldad también se acabará, que la paz y la tranquilidad volverán a reinar en el orden mundial. Mientras tanto tendré que mantener bien alto mis ideales, tal vez en los tiempos venideros aún se puedan llevar a la práctica.” 15 de julio de 1944. Dos semanas más tarde irrumpían en su casa oficiales nazis, era deportada y moría a los pocos meses en un campo de concentración. Mantener bien alto los ideales parece ser la forma en la que es posible, a pesar de todo, ser dueños de escribir el libreto de la película de la propia vida. 101

Con la presión de vivir escondida, con el terror de ser descubierta y conociendo el destino que implicaba ser encontrada, aún creía en el valor de los ideales que conservó hasta el final de sus días. Es difícil imaginar que haya un derredor más cruel que el que ella vivió y aun, en esas circunstancias, reivindicaba el sentido y el valor de los ideales. Cuando hablamos de sentido, nos referimos a aquellas cosas que están más allá de la imagen, de la ropa que se usa, de los objetos obtenidos y del mayor o menor sometimiento al mundo del consumo. Estamos hablando de tomar la vida en serio, en la plenitud de su valor, no para cuestionar la diversión, sino simplemente para que tenga sentido ser vivida. Pero hay un gran enemigo en estos procesos y es bueno reconocerlo en la verdadera dimensión de su potencia; un enemigo capaz de destruirlo todo; éste es la “naturalización”. Vamos a tratar de explicarlo: Naturalización es el proceso por el cual “leemos” lo que estamos viviendo como parte de nosotros y de la realidad que nos toca vivir, así de natural, empezamos a convivir con eso hasta considerarlo parte de nuestras vidas y entendemos como natural que así sea. Quiero compartir una metáfora para ejemplificarlo. La rana en el agua hirviendo: Uds. saben que si colocan una rana en una cacerola con agua fría, la rana nadará placenteramente. Si Uds. comienzan a calentar el agua y la dejan tibia, la rana seguirá nadando y hasta es posible que lo haga con mayor comodidad y placer. Si uds. aumentan la temperatura del agua, seguirá nadando; si está muy caliente empezará a sentir un poco de incomodidad, o quizás no se dé cuenta del aumento de la temperatura. Si Uds. hacen calentar el agua hasta hacerla hervir, la rana perecerá sin capacidad alguna de reacción. Pero fíjense qué interesante: si Uds. colocan una rana en agua hirviendo, ésta reaccionará saltando de la cacerola hacia fuera, salvándose. En la naturalización, uno va nadando confortablemente y no se da cuenta de que el agua cada vez está más caliente y cuando llega el hervor ya no tenemos capacidad de reacción. Nos hemos ido acostumbrando a eso, lentamente, lo hemos vivido como natural. Muchas veces tomamos como “natural” la violencia en la familia, la discriminación, la burla, la pobreza o el consumo... Una vez escuché a alguien que decía, después de hablar sobre adolescencia y sus problemas, que “La adolescencia no es un problema a ser resuelto sino una aventura a ser vivida.” 102

Es bueno convocarse a la aventura y convocar a los que están alrededor y dar los pasos que nos orienten a estar más cerca de aquello a lo que queremos llegar a ser. A veces se pone el acento tanto en los problemas de la adolescencia, que nos confunde y hace desaparecer todo lo potente, lo rico, lo bello que tiene esa aventura a la que podemos abocarnos en esa etapa. ¿Quieren saber cuáles son las últimas palabras que escribió Ana Frank en su diario a sólo 3 días de que irrumpan soldados nazis y la deporten? Miren, que es muy interesante. “Así sigo, tratando de buscar la manera de llegar a ser aquella que tanto querría ser, aquella que podría ser, si... no hubiera otras personas en el mundo.” 1 de agosto de 1944. Elegirse más allá de las circunstancias. Claro que ella se refería a los nazis y su denodada persecución y matanza a toda minoría y a toda oposición. Tres párrafos más de su diario que convocan a la reflexión: “A los jóvenes nos resulta doblemente difícil conservar nuestras opiniones en unos tiempos en los que se destruye y se aplasta cualquier idealismo, en los que la gente deja ver su lado más desdeñable, en los que se duda de la verdad y de la justicia y de Dios”. “¿Acaso este año de 1944 nos traerá la victoria? Ahora mismo no lo sabemos, pero la esperanza, que también es vida, nos devuelve el valor y la fuerza...” “¿Por qué se destinan a diario miles de millones a la guerra y no se reserva ni un céntimo para la medicina, los artistas y los pobres? ¿Por qué la gente tiene que pasar hambre, cuando en otras partes del mundo hay comida en abundancia, pudriéndose? ¡Dios mío! ¿Por qué el hombre es tan estúpido?” Sentido es conservar el interés por uno mismo y por los otros, es vivir la intensidad del momento y diseñar caminos hacia el futuro, es conservar la sensibilidad por el propio dolor y por el ajeno, sabiendo que el pesar ajeno nos pertenece y no somos dueños de dar vuelta la cara.

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De los temas de siempre pero de otra manera: Estado, derechos, adultos y responsabilidades Vamos a conversar ahora acerca de los adolescentes y los jóvenes en cuanto a sus derechos y a lo que vamos a llamar responsabilidad social. Cuando hablamos de derechos nos estamos refiriendo al conjunto de normas, leyes convenciones internacionales y constituciones nacionales que, por un lado, nos habilitan a ser, a pensar y a actuar y que se nos imponen como un límite a nuestro accionar a partir del reconocimiento del derecho de los otros. Están orientados a defender, a proteger a los seres humanos, por su sola condición de tales, y a favorecer las condiciones de vida para su desarrollo personal. Aunque sabemos muy bien que el hecho de que estén escritos es un gran avance de la sociedad, eso no implica que se cumplan. Pero ya están escritos y ése es un muy valioso punto de partida. Es muy importante saber que “los adolescentes y los jóvenes son sujetos de derecho”. ¿Qué quiere decir esto? Que son sujetos, seres humanos, personas con la plenitud de sus derechos, que no son cosas u objetos para uso o aprovechamiento de otros. Ser sujeto es considerar al otro como sujeto. Vivir en la plenitud de los derechos es algo que se aprende, es algo que se construye, es algo que se defiende, muy especialmente estando junto a otros, asumiendo responsabilidad por uno mismo y a la vez responsabilidad por el otro. ¿Quién es el primer responsable de hacer cumplir los derechos? El Estado, tanto nacional como provincial y municipal, con el conjunto de sus organizaciones como las escuelas, los hospitales, las policías, los juzgados, entre otros. No es sólo el Estado, sino el conjunto de los adultos de la sociedad quienes tienen la responsabilidad de custodiar el cumplimiento de los derechos de los adolescentes y los jóvenes. Es función de todas y cada una de las personas estar atentas a la violación de derechos, a su denuncia y a proteger integralmente su cumplimiento. Pero, veamos; en la concepción que estamos desarrollando, los adolescentes y los jóvenes son los responsables centrales de promover que se cumplan sus derechos, y hacer cumplir los derechos es una manera de pararse frente a la vida. Cada uno elige o ser un sujeto pasivo y mirar cómo las cosas suceden y despreocuparse si no lo tocan a uno, o ser un sujeto activo que asume con responsabilidad cada cosa que a él le sucede y es sensible y comprometido frente a lo que le sucede a los otros. Es bueno compartir este texto de Bertold Brecht: 104

“Primero persiguieron a los comunistas, pero no dije nada porque yo no era comunista. Luego se llevaron a los judíos, pero no dije nada porque yo no era judío. Luego se llevaron a los obreros, pero yo no dije nada porque yo no era obrero. Después se metieron con los católicos, pero yo no dije nada porque yo era protestante. Cuando vinieron por mí, no quedaba nadie para protestar”. El concepto mismo de Derecho incluye el de responsabilidad social por los otros. Es una relación dual, si lo hago por los otros también lo hago por mí, estar atento a la violación de derechos de otro es estar atento a mí mismo. Desde el punto de vista estrictamente jurídico, el responsable por la protección de los derechos es el Estado; pero desde el punto de vista ético, es responsabilidad de todos y es ésa la dimensión que diferencia a un sujeto comprometido de alguien desinteresado. ¿Para qué nos sirve tener derechos? Es una pregunta que en mis conversaciones con adolescentes y jóvenes aparece con mucha frecuencia, con un fuerte descreimiento en las instituciones del Estado. Es cierto que en esta joven democracia que estamos viviendo hay muchos derechos que no se cumplen y hay muchas personas para quienes los derechos les son absolutamente vedados, pero hay un camino recorrido y hay otros que van mejorando su cumplimiento y es un compromiso de todos avanzar hacia esa dirección. Es bueno tener siempre presente que hubo períodos de la historia de la Argentina en los que la totalidad de los derechos y para todos fueron violados. Ha sido en las dictaduras en las que el terrorismo de Estado, el terrorismo ejercido desde una dictadura militar sembraron el país de muertes y desapariciones. Con plena colaboración de las policías y otros organismos del Estado, se ocuparon de crear un clima de terror, asesinar y provocar el exilio de cientos de miles de personas. Hasta los más elementales derechos fueron violados. Es entonces en democracia cuando se crean las mejores condiciones para el respeto y la garantía de los derechos, a pesar de sus falencias y desaciertos. Volvamos a la pregunta acerca de para qué sirven los derechos:

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– Para protegernos del abuso de la fuerza y de la injusticia. – Para darnos herramientas legales para desarrollarnos como individuos y como sociedad. – Para tener la posibilidad de crecer en libertad y con responsabilidad. – Para enseñarnos a convivir con las diferencias y reconocernos todos iguales por el solo hecho de ser humanos. – Para marcarnos el límite que significan los derechos de los demás. – Para saber que debemos denunciar cuando no se cumplen. – Para asumir el compromiso de cumplirlos y hacerlos cumplir. Vamos a conversar acerca de algunos derechos particularmente importantes y sensibles para los adolescentes y los jóvenes.

Convivencia sin discriminaciones Cuando hablamos de discriminación, nos referimos al acto de agredir física o verbalmente a alguien; por su color de piel, por ser pobre, por ser inmigrante, por su religión, por ser flaco o gordo o cualquier otro rasgo particular. Para aclarar estas ideas es importante conversar acerca de qué significan los prejuicios y de qué hablamos cuando decimos generalización y prejuicio. Los prejuicios son ideas que algunas personas tienen acerca del conjunto de las personas que conforman un grupo humano identificados por algún rasgo, como, por ejemplo, “los negros son sucios”, o “los pobres son ladrones”, “los pueblos originarios son ignorantes o brutos”, “los discapacitados son inútiles”, etc. Fíjense varias cosas. En primer lugar hay una absoluta generalización, “todos” son de tal o cual manera; “todos son”, independientemente de que yo conozca o no a alguno, ya está en el campo de las ideas acerca de cómo “todos ellos son”. El prejuicio, que no es más que eso, un juicio previo, una opinión que se tiene antes de conocer a las personas, deviene en discriminación, en ataque a los miembros de ese grupo. El prejuicio implica considerar a la totalidad de los miembros de ese grupo de una determinada manera. Se ataca, se persigue y se llega hasta a matar por ser diferentes a uno. Quizás en el régimen nazi, en la Segunda Guerra Mundial esto fue llevado al extremo. Hitler mandó a matar primero a los discapacitados, luego a los homosexuales, a los judíos, a los gitanos, a los opositores, por el solo hecho de ser discapacitado, homosexual, judío, gitano o pensar diferente. Siempre que hay prejuicios y discriminación hay una idea de superiores e inferiores y son los “superiores” quienes discriminan a los inferiores y suelen hacerlos culpables de cualquier cosa que se necesite. 106

Nuevamente Hitler ha llevado esto al extremo, señaló a la raza aria como la superior y entonces mató a todos los que no eran arios, “como ellos”. Pero conocer los extremos nos ayuda a pensar que convivimos con prejuicios y discriminaciones y que se ejerce violencia discriminatoria en múltiples campos, menos visibles, de la vida cotidiana, como, por ejemplo, cuando se burla a un compañero en el aula o en un grupo, cuando en un hospital se atiende primero a la persona bien vestida rubia que a la persona pobre y morocha. ¡Qué bueno sería que cuando se observa un acto de violencia discriminatoria todo su derredor reaccionase y fuese –el discriminado– protegido por sí mismo y por los otros!

Varones y mujeres por igual La sociedad entera ha vivido considerando a la mujer como inferior. El derecho de los ciudadanos a votar ha sido en realidad un derecho para los hombres, sólo muchos años después ese derecho fue también para las mujeres. Recién en 1979 la Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer emergió como un documento integral de defensa de sus derechos. Es bueno tener una comprensión acerca del concepto de “diferencia” y de “inequidad”. Diferencia tiene que ver con los rasgos que hacen que una persona sea diferente de otra –en este caso, ser varón o ser mujer–. Inequidad refiere a desigualdad de oportunidades en función de sus diferencias. Vemos cómo la inequidad de género afecta fundamentalmente a las mujeres más jóvenes y más pobres. Hoy entre los adolescentes y jóvenes es bueno reparar y reflexionar: – acerca de quién se hace cargo del bebé ante un embarazo adolescente, – en caso de necesidad, quién abandona la escuela para cuidar a sus hermanos menores, – el uso en la prostitución, – cuántas letras de canciones de diferentes géneros musicales son denigratorias de la mujer. Los medios masivos de comunicación, las propagandas, muchos programas de TV instalan a las mujeres en el lugar de objetos sexuales y promueven muchas veces en ellas la aceptación de un lugar de denigración. 107

Hay mucho que construir en la defensa de este derecho y propiciar equidad. Es bueno reflexionar y observar en la vida cotidiana situaciones en las que la mujer es discriminada, y cercenados sus derechos.

Ser capaces de incluir la discapacidad Veamos de qué manera se deben proteger los derechos de personas con discapacidades, sean psíquicas o físicas. Estamos hablando de exclusión o inclusión de personas que requieren condiciones particulares para transitar por la calle, para asistir a la escuela, al trabajo o a la universidad. Por un lado, es importante reparar en las condiciones físicas, los edificios públicos que en muy pocos casos empiezan a estar preparados para facilitar el acceso a personas con dificultades motoras, pero hay mucho camino por recorrer para facilitar la plena integración social. El Art. 23 de la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño y el Adolescente dice “Los Estados partes reconocen que el niño y adolescente mental o físicamente impedido deberá disfrutar de una vida plena y decente en condiciones que aseguren dignidad, le permitan llegar a bastarse por sí mismo y facilite la participación activa en la Comunidad”. Sendra,1 en un dibujo alusivo a este derecho, escribía: “Hay muchas formas de ser discapacitados... La única peligrosa es la de no tener corazón”.

Identidad: saber quiénes somos y de dónde venimos Este Derecho ha sido incluido en la Convención Internacional gracias al aporte de las Abuelas de Plaza de Mayo de nuestro país. Es el derecho de toda persona a saber acerca de sus padres y de su historia. Durante la última dictadura militar en la Argentina, entre el 24 de marzo de

1. Sendra es un gran dibujante e historietista argentino. Sus tiras más famosas son “Prudencio” y “Yo, Matías”. Tiene varios libros publicados y fue parte del equipo de humoristas gráficos que diseñó la Campaña Nacional sobre los Derechos de la Infancia a través del humor gráfico.

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1976 y el año 1983, el terrorismo de Estado ejerció una de las prácticas más abominables que seres humanos puedan realizar. Secuestrar madres embarazadas, esperar hasta su parto en los centros clandestinos de detención, asesinar a la madre y apropiarse del bebé. Es una de las formas más terribles de vulnerar el derecho a la identidad de las personas en la infancia, es la de arrebatar a los niños su nombre y sus lazos familiares y suplantarlos por otros, negándoles el derecho a reconstruir la verdad sobre su historia personal. La apropiación de bebés no puede ser considerada genocidio porque no elimina la vida humana, pero esta violencia constituye un verdadero “etnocidio”, porque destruye la historia y la cultura de las personas y los pueblos. Precisamente, el argumento que subyace entre los apropiadores para justificar el robo de niños a los enemigos, es la necesidad de criarlos de acuerdo con los valores propios, impidiendo que sean educados dentro de la cultura y los valores de sus grupos de origen. Muchos hijos de esas personas, nacidos en centros clandestinos de detención durante el cautiverio de sus madres o arrancados de sus hogares, junto a sus padres, durante allanamientos y operativos ilegales perpetrados por las fuerzas de seguridad y los grupos paramilitares, fueron entregados a familias sustitutas, frecuentemente las mismas de sus agresores o vinculadas a ellos, quienes se los apropiaron y les arrebataron su verdadera identidad. Las madres de los jóvenes “desaparecidos”, abuelas de estos niños, “desaparecidos” también por obra de la dictadura, iniciaron una búsqueda de sus nietos, sin descanso, que continúa hasta hoy, cuando ya la mayoría de ellos ha alcanzado la mayoría de edad plena. Ése es el origen de la organización “Abuelas de Plaza de Mayo”, cuya lucha en respuesta a ese aberrante episodio de nuestra historia ha permitido recuperar la identidad a muchos de sus nietos. El trabajo de “Abuelas” ha impulsado también desarrollos en el campo científico en cuanto a la comprobación de la identidad biológica, que permitieron generalizar la prueba de ADN como un recurso válido para probar lazos sanguíneos de familiaridad (paternidad y abuelitud). Y, por supuesto, en el desarrollo del campo de los Derechos Humanos, al cual aportaron el concepto de “identidad”, tal como ahora es reconocido por la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño. Este aporte tiene repercusiones fundamentales para definir y enfrentar otras formas de sustracción de identidad de los chicos, que continúan ocurriendo en la actualidad: las “adopciones” ilegales, relacionadas, generalmente, con el delito de la compraventa y el tráfico de bebés. 109

La adopción, cuando se realiza legalmente y cuidando los recaudos necesarios sociales, culturales y psicológicos que ella requiere, es una institución valiosa y un gran beneficio para niños que, por diversas circunstancias, están privados de sus vínculos familiares biológicos, ya que les ofrece la posibilidad de desarrollarse, como es su derecho, en el seno de una familia a la que genuinamente pueden considerar como propia. Pero los adoptantes no tienen el derecho o no deben negar a estos niños la verdad sobre su historia, ni tampoco la posibilidad de establecer contacto con sus familias de origen, siempre y cuando esto no sea perjudicial para ellos. La “compraventa” y el “tráfico” son delitos que afectan la identidad y la integridad de los chicos, y se producen fundamentalmente con madres y familias pobres y, por lo tanto, también más vulnerables a las presiones de la demanda de personas o parejas que desean un bebé y no están dispuestas a cumplir con los requisitos normales de una adopción. Proteger el derecho a la identidad es proteger el derecho de toda persona a saber de sí mismo, de sus padres, de su historia, y vivir en su seno llamándose por su nombre.

La salud que nos pertenece Para desarrollar las ideas acerca de salud, en primer lugar es importante destacar que no nos referimos a aquello que está exclusivamente ligado a lo que hacen o dejan de hacer los hospitales, los enfermeros y los médicos. Es cierto que las instituciones del Estado deben garantizar nuestro derecho a la atención y a la asistencia y ésa es su responsabilidad. Pero ahí no termina la cosa... La salud es un estado que se construye, que se desarrolla, que se va armando a partir de muchas dimensiones que se cruzan y que van mucho más allá de tener el cuerpo sin enfermedades. Veamos: La Organización Mundial de la Salud, en el año 1948, definió la Salud como: “el completo estado de bienestar físico, mental y social y no solamente la ausencia de la enfermedad”. Pese a ello, en el imaginario colectivo lo sano sigue considerándose como lo opuesto a lo enfermo. Esta situación tiene una importante trascendencia en los adolescentes y jóvenes, porque en general son sanos si los evaluamos a partir de los tradicionales indicadores de salud como, por ejemplo, tasas de mortalidad o incidencia de enfermedades (la incidencia de muertes con respecto al total de defunciones en 110

todas las edades es de 2,4%). Esta situación se refuerza cuando los chicos se sienten omnipotentes, invulnerables, cuando sienten que nada les va a pasar. Resulta comprensible, entonces, que en el momento de planificar programas, asignar recursos y definir prioridades en las instancias estatales los adolescentes y jóvenes suelan ser relegados y, a su vez, ellos mismos dejen de tomar conciencia sobre los derechos que les corresponden. Consideremos algunos ejemplos. En el momento actual son pocos los adolescentes enfermos de VIH-SIDA, dado que si lo hubiesen contraído desde la madre por transmisión vertical es probable que ya hubiesen fallecido; pero no ocurre lo mismo con el hecho de ser portadores del virus, que suele ser ignorado hasta por los mismos afectados que contraerán la enfermedad años después. Es prácticamente nula la posibilidad de encontrar en etapas tempranas de la vida cualquiera de los efectos negativos del tabaco, que se manifestarán en la edad adulta, mientras que las estadísticas nos enseñan que cerca del 90% de los casos la adicción del tabaco se inicia en la adolescencia. Situaciones similares se dan en la malnutrición, el alcoholismo, el uso de sustancias, etc. Pero ¡atención!, dentro de las tasas de mortalidad y discapacidad física entre adolescentes y jóvenes corresponde el primer lugar a los accidentes. Somos una unidad... Estar bien depende de “atender” todas estas dimensiones de la vida... y cuando alguna de ellas no anda bien, saber que es posible fortalecer nuestras mejores partes. La unidad radica en la capacidad de recurrir a nuestras fortalezas para afrontar nuestras dificultades que pueden ayudarnos a sostenernos y salir adelante.

De sexualidades elegidas, placenteras y equitativas El desarrollo y el descubrimiento de la sexualidad con todos sus matices y oportunidades es quizás la revolución más fuerte que se pueda experimentar en esta etapa de la vida. Para la Organización Mundial de la Salud, adolescencia es “el proceso mediante el cual el individuo progresa desde la aparición de sus caracteres sexuales secundarios hasta alcanzar la madurez total, desde las pautas de identificación que se desarrollan en la niñez a las del adulto y desde la dependencia socioeconómica total hacia una relativa independencia”. Esta revolución a la que hacíamos referencia posibilitará un crecimiento saludable si consigue hacer valer sus derechos y su capacidad de elegir. Entonces la sexualidad será saludable: 111

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Si se elige con quién estar. Y a su vez se es elegido/a. Si se es libre para decidir cuándo, cómo, dónde... Si se sienten respetados, y respetan. Si se sienten confiados y confían. Si creen que están haciendo aquello que les hace bien en ese momento.

La adolescencia es la etapa de la vida sexual en la que se está en condiciones biológicas de mantener relaciones sexuales-genitales. Para comprender un poco más esta idea, es bueno señalar que la sexualidad nace con cada uno de nosotros. Desde nuestro nacimiento y aún antes y a lo largo de nuestro camino por la vida, está presente. Se hace presente en los sentimientos y en la expresión de los mismos a otras personas a las que demostramos emociones de afecto positivos o de rechazo. Nos involucramos en relaciones de maneras muy diferentes y hay con quienes sentimos atracción, agrado, amor o indiferencia, rechazo. Es en los primeros vínculos, en especial con la madre, y luego en las relaciones más cercanas de padre, abuelos, hermanos o tíos, que se inicia la construcción de la particular manera de relacionarnos en la infancia y que dejará una impronta en nuestras vidas. El contexto, por ejemplo, donde crecemos tiene una muy fuerte influencia: un niño que se desarrolla sin afecto y es agredido cotidianamente aprende a mostrarse más agresivo que cariñoso. No obstante, si recibe otro trato, realiza cambios increíbles de adaptación y respuesta. El acto sexual también es una manifestación de nuestra sexualidad, pero no la única. La sexualidad se expresa también en una atracción física, un deseo de vinculación con otra persona. Es entonces que tener una relación sexual puede implicar satisfacer un deseo físico o constituirse en un acto totalmente vinculante o ambos. El comportamiento sexual cambia en las diferentes situaciones y en las diferentes etapas de la vida, acorde a los vínculos que se van estableciendo y a las particulares elecciones que cada sujeto va realizando. Es clave, en el proceso de construcción de la sexualidad, propiciar que la misma sea: – elegida: cuando uno elige con quién, cuándo y cómo. – placentera: cuando la sexualidad es ejercida para buscar el propio placer y el del otro. – equitativa: cuando varones y mujeres se vinculan en su vida sexual desde la igualdad de derechos y oportunidades para decidir.

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Cuando hablamos de elegir, nos referimos a la capacidad de decidir con discernimiento. También, cuando hablamos de elegir, lo hacemos en el pleno reconocimiento del derecho a la elección sexual que cada uno adopte. Cabe preguntarse si, cuando una relación sexual se da estando alcoholizados, a la salida de un boliche, en la calle o en un descampado, con alguien que no conocemos, ¿es elegida?, ¿es placentera?, ¿es equitativa? Veamos acerca de qué temas es necesario pensar alrededor de todo esto. Se hace necesario conversar acerca de algunos temas antes de llegar al momento de mayor excitación ante una relación sexual. Sólo si son pensados habremos incorporado el campo de las ideas a nuestra decisión; pensar para preservar una relación, para que sea placentera, vivida con alegría, transitada con confianza. La capacidad de dialogar con la pareja, sea estable o circunstancial, se convierte en condición de cuidado, de respeto. Es la posibilidad de suprimir los riesgos y los componentes negativos de actitudes primariamente impulsivas y prevenir el quedar expuestos a situaciones de riesgo no deseadas. Conversar es un derecho al que no se debe renunciar. Muchas veces se piensa de a uno, pero sólo si se lo comparte permitirá que el placer y el cuidado vayan juntos. ¿De qué temas conversar? Aquí van algunas sugerencias: – – – –

¿Los dos tenemos ganas y estamos eligiendo tener relaciones? ¿De qué manera nos vamos a cuidar? ¿Cuándo y dónde estaremos más cómodos y cuidados? ¿De qué manera vamos a protegernos de enfermedades de transmisión sexual o de embarazos?

Lo que no está pensado antes, decidido antes, elegido antes, resulta muy difícil hacerlo ante la inminencia de una relación. Aprender a conversarlo, a preguntar, a saber qué opina nuestro compañero o compañera es un derecho al que nadie te puede obligar a renunciar. ¿Por qué hablamos de esto? Porque la vida sexual es muy importante en las personas; habla de su manera de ser, de creer, de querer, de quererse. Tomarla en serio es también tomar la vida en serio, no significa ser aburrido y negar el lugar de lo impulsivo, del deseo; todo lo contrario, se trata de construir la vida sexual que nos haga sentir bien con nosotros. 113

Se trata, a su vez, de conversar con información adecuada. El primer derecho es a saber: no hay decisión ni elección adecuada posible desde la ignorancia, desde los prejuicios. Conversar con buena información permitirá construir una sexualidad placentera y cuidadosa. En cuanto a los derechos, una reciente ley de salud sexual aparece como un importante elemento de protección y me parece útil que sean conocidos sus principios o sus ideas centrales. Acerca de la Ley de Salud Sexual y Procreación Responsable, octubre de 2002, Ley 25.673, sus ideas principales: “- Las/los jóvenes adolescentes tienen derecho a la educación en Salud Reproductiva y a la información necesaria para ejercer ese derecho en forma correcta. - Las/los jóvenes adolescentes tienen derecho al asesoramiento y adecuado acceso a los métodos anticonceptivos a través de la concurrencia a consultorios y/o servicios de alta calidad especializados, así como a equipos interdisciplinarios para ser atendidos en estos requerimientos. - Las/los jóvenes adolescentes tienen derecho a las mismas condiciones de igualdad y equidad –varones y mujeres– para el ejercicio de un desarrollo libre de la discriminación por motivos de género. - Otorgar a las/los jóvenes adolescentes educación y facilitar el ejercicio de sus derechos les permite poner en práctica debidamente sus deberes al optar por decisiones informadas que redundan en el ejercicio de una sexualidad y procreación responsable, conforme a sus valores. - Garantizar a las/los adolescentes que acuden a servicios de salud sexual y reproductiva el derecho a la privacidad y confidencialidad”. La Ley: – Respalda el derecho de las personas a “tener relaciones sexuales gratificantes sin coerción, sin temor a infecciones o a embarazos no deseados, y a regular su fecundidad”. – Promueve la “consejería” en salud reproductiva en los centros de salud. – Establece el “principio de autonomía” de todas las personas para decidir “en libertad” y “en forma individual” qué anticonceptivo elegir para regular su fertilidad, a partir del asesoramiento médico. – Los médicos deben informar sobre todos los métodos autorizados por el Ministerio de Salud. – Los profesionales también deberán informar sobre la anticoncepción de emergencia para casos excepcionales (como una violación o una relación 114

sexual sin protección) y la esterilización a través de la vasectomía y la ligadura de trompas. – Tiene un claro enfoque de género: está dirigido tanto a mujeres como a varones. – “Promueve conductas de responsabilidad compartida en la pareja, tanto en la procreación y en el cuidado de la descendencia como frente a la decisión y el empleo de métodos anticonceptivos.” A partir de la vigencia de la Ley 25.673, todas las obras sociales y las prepagas estarán obligadas a cubrir los métodos anticonceptivos. Pero la norma –plasmada en el Programa Nacional– no sólo apunta a favorecer la planificación familiar. Entre sus objetivos también se contempla la prevención de enfermedades de transmisión sexual y del cáncer genito-mamario, y la educación sexual en las escuelas. Una sexualidad no elegida provocará efectos no deseados. No sólo hablamos de embarazos no deseados o enfermedades de transmisión, sino de efectos psicológicos o sociales no deseados. Perder el valor de placer y encuentro de la vida sexual es un gran trastorno también. Algunos datos adicionales van a permitir también dimensionar estos temas. – Cada día nacen en la Argentina aproximadamente 1.500 bebés y cada día se practican alrededor de 1.400 abortos; claro está se realizan en lugares clandestinos, casi un aborto por cada nacimiento. – Pero de los abortos se tiene información sólo por las personas que concurren a los hospitales por infecciones producidas por los mismos, que en su inmensa mayoría se realizan en condiciones de alta precariedad y con alto riesgo de infecciones. Además, de no realizarse una consulta en forma inmediata, los riesgos crecen. – Otro dato importante, algo más de 100.000 bebés nacen al año de madres menores de 19 años, en su inmensa mayoría de embarazos no deseados, muchos de ellos producidos por varones 10 y 20 años mayores que las madres y sin que asuman responsabilidad paterna con todas sus implicancias. – l segmento más vulnerable, que son las mujeres menores y de los sectores más pobres y excluidos de la sociedad, cuenta con índices alarmantes de mortandad por infecciones producidas en los abortos. Saber y cuidarse es un derecho y además una responsabilidad.

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Veamos ahora algo que inquieta. Cómo podemos explicar la distancia que existe entre el saber acerca del uso del preservativo y de los cuidados necesarios y el acto concreto de cuidarse. Cómo podemos explicar que tantos jóvenes aun sabiendo perfectamente la necesidad de cuidarse no lo hacen. Vamos a ensayar algunas hipótesis: – Hay muchos chicos y chicas que no se animan a decirle a su pareja que tuvieron relaciones anteriores. – Muchos chicos no usan preservativos porque tienen vergüenza de no saber ponérselos y hacer el ridículo. – Muchos chicos y chicas quieren cuidarse y no se animan a decirle a su pareja por temor a que los consideren “cobardes” o “miedosos” o que se rían o burlen. – Muchas chicas siguen creyendo que el preservativo es cosa de hombres y que ellos deben ocuparse. – A algunos les da vergüenza buscar o comprar preservativos. – Las chicas que sí llevan consigo preservativos temen ser consideradas “mujeres fáciles”. Es útil que cada uno en este momento piense si se cuida o no, de qué manera; si se identifica con algunas de las explicaciones expuestas o pueden agregar o sugerir otras. Y también es importante saber qué hacer cuando alguna amiga está pasando por un momento difícil. Por ejemplo: si una amiga se hizo un aborto y tiene fiebre u otros síntomas, debemos llevarla al médico o a la sala u hospital más cercano, en forma inmediata. Ocultarlo en ese momento puede costarle mucho. Es el momento de buscar a un adulto confiable y pedir ayuda. Hay más temas acerca de los cuales tenemos que conversar: – Que aunque el cuerpo este biológicamente preparado para un embarazo desde la primera menstruación, tener un hijo requiere de otro tipo de preparación emocional y social. – Que la mortandad infantil es muy superior en bebés nacidos de madres menores de 19 años. La explicación no es compleja, no ha construido las condiciones mínimas de cuidado, no ha hecho consultas ni estudios durante el embarazo, muchas veces no tiene los conocimientos mínimos para cuidar al bebé, y entender las señales que éste da.

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– Que la mayoría de las chicas embarazadas abandonan sus estudios, no pueden continuar con su proyecto de vida, les es difícil conseguir trabajo y vivir la vida de los adolescentes. Si quedaste embarazada y vas a tener el bebé, es muy importante conocer tus derechos y hacerlos valer: – El embarazo requiere de acompañamiento médico desde su inicio. – El amor al bebé por nacer y el respeto por una misma y el cuidado propio requiere de análisis y estudios de indicación médica adecuados. Es tu derecho reclamar su realización. – Prepararse para la maternidad requiere informarse, preguntar, leer acerca del valor de las acciones de cuidado antes del parto y después del mismo. – Toda la vida de ese hijo estará en manos de su madre, su padre, sus afectos cercanos, abuelos, amigos, amigas y cómo eso transcurra en sus primeros meses marcará un camino en su vida. – Organizarse, pedir ayuda a personas cercanas podrá permitir no abandonar la escuela y desarrollar, para una misma y para el hijo, mejores herramientas para la construcción del futuro. Conversando con adolescentes embarazadas y con amigas de ellas surge una pregunta acerca de si todos los embarazos no deseados son realmente no deseados o existen algunos motivos por los cuales embarazarse es una opción y se convierte en una elección. Algunas adolescentes hacían referencia a que a partir del embarazo habían abandonado lo que definían como el “reviente”, ligado al consumo de alcohol y otras drogas, y que el embarazo las había ayudado a salir de ese mundo. Otras referencias daban cuenta de la sensación de tener algo propio, el bebé como algo valioso y de su pertenencia. En otros casos los comentarios tenían que ver con la sensación de que el embarazo las hacía sentir más respetadas. Estas voces hacen reflexionar acerca de que muchas veces el concepto de embarazo “deseado” o “no deseado” no resulta muy claro de distinguir. Para estas voces, el embarazo les hace sentir que les permite salir de donde tal vez no podían salir de otra manera, o tener algo propio o “ser alguien”. En estos casos el riesgo radica en que el embarazo y el bebé son buscados para resolver problemas personales o para que auxilie ante sus propias dificultades. Sin duda se deberán buscar otras formas de abordar sus problemas.

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Desear un hijo es bastante más que eso, es proyectarlo, es imaginarlo, es prepararse para tenerlo, es construirle condiciones para recibirlo y ofrecerle una vida protegida. Es mucho mejor cuando es un proyecto de dos: madre y padre. Elegir y decidir siguen siendo palabras clave en la construcción de mejores condiciones de vida. Elegir cuándo, con quién y cómo tener un hijo seguramente promoverá mejor futuro para todos. El aborto provocado es producto de un embarazo no deseado. El bebé de un embarazo no deseado suele ser un bebé no deseado. Ha fracasado el proceso de prevención en el ejercicio de la sexualidad. Ante un embarazo no deseado han fracasado muchas de las etapas que llevaron al mismo. Es utópico pensar que de una serie de desaciertos pueda surgir un final feliz, sin dolor ni sufrimiento. Al igual que en el tema aborto, el miedo al VIH-Sida, el temor a las enfermedades y a la muerte... se previenen cuidándose, para que la sexualidad no se convierta en una trampa mortal, sino que sea una experiencia de disfrute pleno y de cuidado.

Derecho a elegir frente al consumo Vamos ahora a conversar acerca del derecho a elegir y su relación con el consumo. Algo ya hemos escrito en capítulos anteriores pero vamos a ampliar algunas ideas y a desarrollar otras. Es un tema atravesado de confusión, informaciones contradictorias e indiscriminadas. Vamos a enfatizar en el tema de las sustancias, que se enmarca en el derecho que cada uno tiene de decidir libremente quién es, quién quiere ser, qué quiere hacer... y por lo tanto... qué decide consumir y qué no... Pero es un tema que está muy desordenado en la cabeza de muchos jóvenes. Todo junto, sin discriminar, sin saber qué es realmente cierto y qué no... Qué hace bien y qué no, cuándo elegir y cuándo decir que no, qué argumentos son propios y cuáles ajenos, si tenemos la información suficiente para ser libres a la hora de decidir... El consumo de sustancias psicoactivas es una parte del mundo de consumo en el que vivimos, en el que pensamos muchas veces que estamos decidiendo y, sin embargo, otros “deciden por nosotros”: la publicidad, la moda, el miedo de quedarse afuera, las ganas de verse más grande, las ganas de probar, la rebeldía, etc. Sabemos que muchos están pensando que también el consumo de sustancias psicoactivas es una elección. Desde algún punto de vista es posible que sí. Muchos eligen “conscientemente” fumar, tomar alcohol, drogarse. 118

La pregunta que nosotros nos hacemos es qué definición de “elección” estamos usando. Porque ser libres para elegir implica tener todas las opciones en la mano. Cuando las opciones para elegir están restringidas o manipuladas, ya no podemos hablar estrictamente de que estamos eligiendo. Cuando está muy instalado en el sistema de creencias que “si no tomás alcohol, no te divertís”, que “si no tomás alcohol, hay cosas a las que no te animás” (y hay muchos que se ocupan de instalar este sistema de creencias, como verdades o certezas), es el sistema de creencias el que nos está haciendo elegir –o haciéndonos creer que estamos eligiendo. La autonomía, la libertad de elegir con criterios propios y ser respetados en esa elección es un derecho que tenemos que conocer y cuidar de él.

¿Qué son las drogas? Cuando hablamos de drogas, quizás recordemos distintas imágenes relacionadas con sustancias tales como la marihuana, el paco, el éxtasis, la cocaína, la heroína y, en general, pensamos en algo ilegal, que afecta la conciencia de las personas y su percepción de la realidad. Muchas veces la idea de droga no la relacionamos con otras sustancias legales, tales como el alcohol y el tabaco. Éstas circulan libremente. Pero también son usadas, en muchos casos, indebidamente, causando problemas de salud pública, accidentes de tránsito, violencia familiar, delitos y dependencia. El alcohol es una sustancia con gran aceptación social y se encuentra integrada en nuestra cultura. Por ser su modalidad de consumo predominantemente social, es una de las sustancias de las que más se abusa. Existe un aumento del consumo de alcohol en la población joven durante los fines de semana, es decir, durante el tiempo libre. El contexto del consumo de alcohol se realiza en la calle, fuera de los hogares. Actualmente los jóvenes consumen alcohol en los lugares de encuentro y diversión y en compañía de sus pares. De esta forma observamos que el consumo de alcohol entre los jóvenes se asocia a la necesidad de obtener reconocimiento social por parte de los pares. El modelo de consumo juvenil se asocia, sobre todo, a las atribuciones psicoactivas del alcohol y a la búsqueda de diversiones y efectos positivos. Dentro de este contexto, la experiencia de embriaguez es una especie de rito de transición o rito de paso casi obligatorio para los adolescentes, un tipo de socialización obligatoria al que apenas existen alternativas de resistencia. Algunas de las consecuencias del consumo abusivo y continuado: 119

Produce enfermedades en todos los órganos, especialmente los del aparato digestivo (sobre todo, en el hígado) y en el sistema circulatorio, trastornos psicológicos graves, elevado número de accidentes de tránsito y laborales, deterioro en las relaciones familiares y sociales del alcohólico, afecciones serias en el embarazo. En esta época la bebida ha adquirido una nueva connotación dado que la intoxicación y el descontrol transcurren de la mano del márketing. Y lo más preocupante es que gran parte de los adultos acostumbran a verla como parte de un paisaje nocturno de fin de semana, sin que les cause una reacción de alarma. A esto nos referíamos cuando algunas páginas atrás hablábamos de “naturalización”. Hay algunos argumentos que tienen el efecto de hacer sentir a los jóvenes que los habilitan a consumir. Por ejemplo: los que hacen referencia al consumo de los adultos. Es cierto, muchos adultos consumen, pero esto no significa que sea una conducta habilitante y mucho menos que no sea cuestionable. Las explicaciones que hacen referencia a la posibilidad de entrar y de salir del consumo cuando lo decidan constituyen también un argumento generalmente usado por los que venden o los que quieren iniciarte en el consumo, esconden una trampa: uno no sabe si cuando entra va a poder salir, algunos pueden, otros no. Es claro que, al iniciarse en el consumo, algo de la autonomía para decidir ya queda debilitada. Es bueno en este capítulo reflexionar acerca de los amigos y qué significa amistad. Si alguien se llama tu amigo, tenés que saber que no debería obligarte ni presionarte a hacer lo que vos no querés. Es verdad, en esta etapa los amigos pasan a ser considerados muchas veces casi más importantes que la familia. Pero cada uno de nosotros es valioso y no debería aceptar quedarse en un entorno que le ofrece como condición hacer algo que va en contra de la propia y libre decisión y del propio bienestar. Es cierto que las sustancias provocan algunas sensaciones que pueden ser positivas a la hora de juntarse con amigos o de pasar un momento divertido. Es cierto que el alcohol desinhibe y que por eso uno se puede divertir más... Es cierto que, para muchos, fumar un cigarrillo les calma la ansiedad o les da sensación de placer. Es cierto... Sería una negligencia no reconocerlo. Pero también es cierto que a medida que el cuerpo se va acostumbrando a que le sucedan estas cosas a partir del consumo de sustancias, va perdiendo algo así como “los reflejos” y las capacidades naturales de divertirse, desinhibirse o calmar la ansiedad... 120

Vamos a ver que, como en otros temas, está en juego la capacidad de elegir: – Para poder decidir es importante tener información. – Para decidir es importante tener la oportunidad de desarrollar tu propio criterio. – Para esto es necesario conversar con amigos, familia, docentes, dialogando, acompañando, conteniendo. – La escuela tiene un lugar en este tema, escuchando, facilitando la participación, incluyendo y no excluyendo, promoviendo el pensamiento, y permitiendo el disenso. – Los amigos dialogando, discutiendo, entendiendo, permitiendo las diferencias, acompañando. – Para tomar decisiones siempre como actos reflexivos y responsables. Estas conversaciones nos invitan a analizar críticamente las campañas publicitarias en las que para vender e imponer un producto en el mercado de consumo utilizan todo tipo de argumentaciones –falsas– acerca de la vida que te espera si consumís tal o cual cosa... y, muchas veces, uno –anestesiado por estas ilusiones que venden las publicidades– compra sin darse cuenta de que, por ejemplo, por fumar dos paquetes por día, es muy poco probable que uno pueda tener una 4 x 4, o que quien vuelve borracho y vomitando los sábados después del boliche tenga más posibilidades que otro que no toma de conquistar a la mujer o al chico más linda o lindo de la ciudad. Me parece bueno a esta altura compartir unas líneas de un poeta turco, Nazim Hikmet (1902-1965): “Sobre la vida No es chacota2 la vida. La tomarás en serio, como lo hace la ardilla, por ejemplo, sin esperar ayuda ni de aquí ni de allá. Tu más serio quehacer será vivir. ……………………………… La tomarás en serio, pero en serio a tal punto que a los setenta años, por ejemplo,

2. En lunfardo español: broma, burla.

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plantarás olivares, no para que les queden a tus hijos, sino porque, aunque temas a la muerte, ya no creerás en ella, puesto que en tu balanza la vida habrá pesado mucho más”. Para finalizar dediquémosle un tiempo a hablar un poco sobre la “previa”, del “boliche” y de “lo que sigue”. Algunas conversaciones con adolescentes y jóvenes me ayudaron a diferenciar tres tipos de conductas en las previas y en las salidas a los boliches. a) Están los que toman y se controlan, conocen sus límites y los ponen en juego, saben hasta dónde pueden y no quieren atravesarlos. No manejan alcoholizados, saben cuidarse y suelen cuidar a los otros. b) Están los que no tienen ninguna posibilidad de control, miden sus éxitos en la cantidad de vómitos por la noche, pierden todo dominio de sus actos, pueden volverse violentos y no tienen conciencia acerca de manejar o no hacerlo alcoholizados. c) Hay un tercer grupo que casi no bebe y busca ser reconocido y aceptado por igual en el grupo, muchos grupos los aceptan y no los cuestionan, otros los rechazan y los provocan para que o se sumen al descontrol o no participen. Está en tus manos elegir en qué lugar ubicarte y qué decisiones tomar. – Tus decisiones tienen implicancias para vos y para los demás. Pueden ser adecuadas o equivocadas. – Con respecto al consumo, decisiones equivocadas provocan situaciones de riesgo. – No hay consumo abusivo sin consecuencia. – Hoy, los mensajes intentan disminuir, disfrazar, ocultar que el consumo es un problema. Síntoma de una sociedad que promueve el consumo como un valor y una meta.

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¡No hay derecho a la violencia! Vamos a conversar acerca de la violencia en sus diferentes manifestaciones y el derecho a una vida de convivencia. La violencia emerge cuando han fracasado todos los demás sistemas de comunicación, cuando han fracasado los sistemas de escucha, de hacerse visible, de ser considerado por los otros. Violencia que es todo aquello que a uno le hacen y no le gusta que le hagan. Con lo que el verdadero concepto opuesto a la violencia es la convivencia. Si a mí me llaman de una manera que no me gusta, están siendo violentos conmigo; si me hacen lo que no me gusta, están siendo violentos conmigo. La búsqueda de la convivencia es una legítima búsqueda de los sujetos, da sentido a muchos de nuestros caminos; en este texto vamos a ser defensores de la convivencia que se hace valor fundamentalmente cuando es elegida. Pero veamos de qué estamos hablando. Si bien hay grupos definidos por estas características agresivas, y así se visten, así se presentan y así actúan en su vida estos aspectos “violentos”, destructivos y con actitudes que desafían el riesgo, es un un aspecto enraizado en muchos grupos de adolescentes, en los que buscan satisfacer sus pasiones de manera desenfrenada, sedientos de diversión, a la que asocian con actos destructivos. Estos aspectos son reconocidos positivamente en muchos grupos de adolescentes, es “bien visto” poner en riesgo la vida y es un valor en sí mismo, no importa el motivo. En el complejo proceso de construcción de la identidad, y vamos a llamar identidad al “quién soy”, ser idéntico a uno mismo o al grupo al que se pertenece, en los proceso de construcción, influyen tres factores: – Cómo me veo a mí mismo. – Cómo me dicen los otros que me ven. – Cómo quiero ser visto. Ese proceso pasa por momentos de indefiniciones, de confusiones, de ambivalencias, por momentos de fuertes apegos a una u otra persona, lo que algunos llamaron “identificaciones masivas”: “quiero ser exactamente como...” tal cantante o jugador de fútbol o actriz o profesor o miembro de mi grupo. El “quiero ser idéntico a él” es parte del proceso de construcción. Por momentos esa búsqueda genera mucha angustia y quien tiene elementos frágiles de identidad puede pensar en estos hipotéticos términos: 123

“Cuanto más frágil siento mi identidad... a) ...más tengo que pelearme con otros.” Algo así como: “No sé bien quién soy, pero no soy ellos y ellos me hacen sentir amenazado”. b) ...más tengo que usar elementos externos que me den identidad.” Forma de vestirme, de usar el cabello, elementos, tachas, cueros, piercings, tatuajes, etc. Algo así como: “No sé bien quién soy pero estos objetos me dicen quién soy y a qué grupo pertenezco”. c) ...más intolerante soy ante los diferentes.” Todo diferente se vuelve un malestar y entonces discrimino, persigo, agredo. Una persona con mayor claridad en su ser puede convivir con los diferentes y decir: “él es así y yo soy de otra manera”, “él cree en eso y yo creo en algo distinto”, sin que esas diferencias deban convertirse en amenaza y generen violencia y guerras de patotas, de bandas barriales. Volvamos a la violencia. Violencia es también la manera de decir con actos cuando todas las otras maneras han fracasado. Es la incapacidad de decir. Es el no saber decir, es no saber comunicar. Vamos a aprovechar este capítulo para establecer relaciones entre violencia y “comunicación efectiva”. Comunicación efectiva es conseguir decir lo que queremos decir, a la persona adecuada, en el momento pertinente. La comunicación efectiva es una capacidad para la convivencia. Cuando un curso en una escuela tiene actitudes violentas hacia un profesor, algo está diciendo, pero no está decodificado, no está claro qué se está diciendo, porque ese decir es acto y no palabra. Aclaremos. En la violencia encontramos mensajes, cosas que se están expresando. Hay veces que ni el violento está sabiendo cuál es el contenido que está oculto en esa violencia. Percibe un malestar, un malestar fuerte y reacciona con violencia. Otras veces tiene más claro lo que le molesta pero no encuentra un interlocutor que escuche y que actúe. Es muy probable encontrar que el violento ha recibido sucesivos actos de violencia y entonces responde, con las herramientas que tiene; en realidad, dan cuenta de las que “no” tiene. 124

Aprender a comunicar es una capacidad esencial en la convivencia, parte de la posibilidad de clarificar las propias ideas, convertir sensaciones y malestares en contenidos. Quizás a esa profesora no le entienden cuando explica o molesta que no explique lo que toma... algo molesta. La primera etapa es saber qué molesta. A partir de allí entonces es posible pensar qué quiero con eso que me molesta, qué pido o reclamo con eso... será que quiero que explique mejor o que aclare lo que va a tomar... probablemente sea eso es lo que queremos decir. A quién decírselo y cómo. Toda comunicación que empieza dirigida a su destinatario directo tiene más opciones de obtener los resultados esperados, en este caso sería la misma profesora. Cómo decirlo es un punto clave. Si lo vamos a decir sólo para descargar nuestra bronca o lo vamos a decir para lograr una escucha adecuada y un posible cambio en la actitud. Si se trata de sólo expresar la bronca, la manera de decirlo será agresiva y violenta. Si la opción es la otra, se dirá con claridad, con firmeza pero para promover reflexión y escucha. Este párrafo es una invitación a pensar cada acto de violencia como mensaje, como mensaje expresado en actos. Cuando digo violencia digo que puede ser física o verbal y cuando digo actos es porque no ha habido allí espacio para pensar, entender y actuar mediatizados por la palabra. Violencia siempre da cuenta de “frustración”, sensación de fracaso, insatisfacción, carencia, ¡ojo!, carencia de cualquier tipo, de cosas materiales, de afectos y reconocimientos o –y eso es lo peor– carencia de sentido de vida. ¿Qué hacer con la frustración? Las reacciones violentas son la manera de actuar cuando todas las demás fracasaron o cuando las personas no han sabido dar cuenta de sus frustraciones de otra manera y no han podido construir otras alternativas. Termina siendo un boomerang, ¿saben lo que es eso? Es un elemento que tiene una forma tal que uno lo arroja con fuerza hacia delante y luego de hacer un recorrido vuelve a uno. Es como cuando decimos que algo que hicimos se nos vuelve en contra. Nos hemos referido hasta aquí a la violencia en las relaciones interpersonales y sus expresiones en el ámbito de la escuela. Vamos a otros tipos de violencia.

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Violencia visible e invisible Cuando decimos violencias visibles hablamos de asaltos, secuestros, robos, etc. Son las noticias de cada día que nos amenazan, nos asustan y nos hacen sentir sin protección. Existe un riesgo que consiste en que se vaya construyendo una sociedad basada en la desconfianza, en la sospecha del que vive al lado, del vecino, del compañero de la escuela. En estos últimos tiempos el debate público en gran medida se ha centrado en esta violencia y han aparecido los que solucionan la violencia ejerciendo más violencia y no descifrando sus orígenes, sus raíces, con propuestas orientadas a una policía con “mano dura”, cárcel a los menores, reducción de la edad de imputabilidad en otras. Esto lleva a explicar que existe otra violencia, la violencia invisible como la pobreza, la injusticia, la exclusión social, que construyen otras maneras, a veces más brutales aun. Estamos refiriéndonos a la violencia social, reflejada en niños en situación de calle, desamparados; en la falta de empleo, de seguridad social, de capacidad para comprar medicamentos, etc. Si la exclusión social está en el centro de todas las violaciones de derechos, en nuestros días está en el origen mismo de la violencia; seguramente otras deberán ser las acciones que promuevan una mejor y más equitativa distribución de los ingresos, disminuir la desigualdad social, propiciar el acceso a la salud y a la educación a toda la población. Debemos tener en cuenta “ambas violencias”, tanto para entender sus orígenes como para evitarlas o saber que debemos hacer algo con ellas. ¿A quiénes les corresponde esa responsabilidad? Ineludiblemente el Estado es el que debe ocuparse, teniendo en cuenta ambos temas, la violencia visible y la invisible dan cuenta en forma ineludible de la desigualdad social. Sólo abordar la violencia visible, sin cambios sociales orientados a construir una sociedad más igualitaria y justa, en la que se viva en la plenitud de los derechos, en ejercicio de la ciudadanía, no alcanzará ningún resultado. Pero también a nosotros nos toca otra parte. Ser ciudadanos es implicarnos con una participación activa en todas aquellas situaciones sociales que generan violencia.

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Violencia policial Una sociedad con muchos exponentes que, asentados en la violencia visible, demandan mano dura, una policía violenta y represora. Hoy los adolescentes y jóvenes refieren a la policía cuando se les pregunta en que experiencias ven más frecuentemente afectados sus derechos. El uso indebido de la fuerza y de la autoridad se constituyen en generadores de mayor violencia. Los jóvenes de hoy transcurren gran parte de su vida entre ellos, sus “pares” y fuera de sus casas. “Habitan” la ciudad, sus calles, boliches, festivales de música, eventos deportivos, clubes, etc. En algún punto los jóvenes terminan siendo el grupo social más expuesto a situaciones de violencia y a su vez peligrosamente expuestos al maltrato y violencia de los policías. En conversaciones con jóvenes, con mucha frecuencia relatan experiencias de muy diversa índole de maltrato, abuso o violencia contra ellos por parte de fuerzas de seguridad. Por lo tanto, es importante tener toda la información acerca de los derechos y acerca de cómo actuar a la hora de estar pasando por una situación de este tipo. “Nadie puede detenerte si no se identifica como policía; si sos menor de edad, no te pueden incomunicar; nadie te puede pegar ni maltratar; no tengas miedo a denunciar a organismos protectores o defensores de derechos; si te intentan detener, no corras; si te detienen, gritá tu nombre, teléfono, dirección a cualquiera que pase, etc.”. Confiamos en que esta democracia joven va a ir transformando cada vez más a la policía –en la que algunos viejos exponentes actúan con algunas remembranzas de épocas de dictadura– y van a posibilitar a las nuevas generaciones de policías actuar más profesionalmente, en el marco de la ley y en el marco pleno de los derechos humanos.

Violencia familiar La familia es el lugar primario del que se espera y necesita recibir cuidados, amparo, protección, cariño, solidaridad. Sin embargo, una sociedad en crisis también se refleja en un marcado crecimiento de la violencia familiar. Pero aunque duela, no se puede dejar de abordar, de pensar, de comentar, de conocer. Duele porque esta violencia no tiene una sola manera de expresión; va desde la indiferencia y la desprotección hasta el maltrato, el abuso sexual, la explotación laboral. 127

Es necesario saber que un porcentaje muy alto de las experiencias de violaciones y abusos sexuales se producen con personas cercanas, familiares, padrastros, tíos, ejerciendo violencia en estado de alcoholización, y provocando víctimas fundamentalmente entre mujeres y niños. Ser víctimas de violencia familiar tiene diversas y dolorosas consecuencias; por un lado, paraliza, se hace muy difícil denunciar por violencia a alguien que está cerca y que en muchos casos ha sido depositario de confianza y a veces hasta de afecto. Por otro lado, la naturalización, o sea, se acepta como natural que así sea, así ha sido siempre, siempre ha pegado (por ejemplo) y ya las personas van acostumbrándose a su cotidianeidad. Es importante en este tema que cada persona, cuando perciba en el interior de su grupo familiar, de amigos o vecinos indicios de situaciones de violencia familiar, sepan que hay mucho por hacer. Lo más importante es salir a buscar ayuda, desde lo más concreto e inmediato, como pedirle auxilio a un/a amigo/a para conversar, parientes confiables, centros asistenciales, centros de salud mental, o ayuda psicológica, grupos de autoayuda, maestros confiables, la parroquia, etc. Nunca se está solo/a. Cuando se busca, se encuentra a quién o dónde recurrir. acaaaa Por otro lado, es importante saber que existen lugares de ayuda y de denuncia. Hay leyes que protegen contra la violencia familiar. Ni padres, ni tutores, ni parientes, ni hermanos están autorizados a ejercer ningún tipo de violencia física o mental, ni abuso de ninguna índole. Y al hablar de abusos debemos, lamentablemente, focalizarnos en uno específico, del cual resulta muy difícil hablar, el abuso sexual. Niñas y adolescentes mujeres son la población más afectada. A veces las situaciones son confusas... un pariente cercano, un abuelo, el marido de la mamá, hasta a veces el propio padre... Es decir, los adultos, que deberían proteger y cuidar, abusan, con palabras, con caricias, con manoseos y con el propio acto sexual. Es difícil salir de esta escena que avergüenza y paraliza. A veces se tiene la sensación de estar entendiendo mal, se toma como que puede ser una manera de manifestar cariño, u otras situaciones que confunden y se manifiestan como que quizás si acepta va a tratar mejor a la mamá o a dejar dinero para ella y sus hermanos. No hay ninguna situación que justifique el abuso de nadie. Y a pesar del dolor y la vergüenza que esto provoque, la única salida es “hablar”. Poder contárselo a alguien por quien nos sentimos protegidos y confiados. Un abusador, sea quien sea en la familia, no puede permanecer en la casa. Y quien lo denuncia no es “el malo de la película”, sino es alguien responsable, que conoce sus derechos y que se protege a sí mismo y a sus seres queridos.

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¿Cómo darse cuenta cuando alguien es abusado? Aunque te estén diciendo que esto está bien, que es amor, que no se lo cuentes a nadie porque es privado, y tantas otras excusas falsas, el cuerpo sabe muy bien cuándo lo que le están haciendo no está bien... Hay una sensación de malestar, de “asco”..., el cuerpo te dice: “No, no, paren con eso...”. Y aunque traten de convencerte, y aunque lo que te digan suene “coherente”... y dudes... escuchá los mensajes de tu cuerpo. Cuando te dice que “no”, negate a hacerlo, intentá salir de esa situación y buscá con quién vas a hablar para que te ayude. Es bueno tener presente que no hay ninguna situación que justifique el abuso de nadie, y que es nuestro derecho protegernos y proteger del uso de la fuerza y de la violencia.

Trabajo - camino a la autonomía Cuando hablamos de acceso al mundo del trabajo estamos refiriéndonos a uno de los temas clave en la construcción de condiciones de vida dignas. La desocupación, la dificultad de acceso al mundo del trabajo conlleva a situaciones que amenazan la autoestima, las personas se perciben con una autoimagen negativa y es la falta de trabajo una de las situaciones más duras a las que un sujeto puede estar expuesto. En el Parlamento Juvenil de la Cámara de Diputados de la Nación (que se realizó en octubre de 2006), los jóvenes incluyeron entre sus recomendaciones: “La adquisición de conocimientos mejoraría el acceso al trabajo, según el ámbito laboral de que se trate; como consecuencia de la globalización, se exige una cierta base educativa que nos haga progresar junto con los avances tecnológicos.” “Una falla muy grande es la brecha tecnológica que se ha generado entre las escuelas urbanas y rurales.” “La importancia de aumentar el nivel de exigencia educativa para que el alumno se vea en la necesidad de estudiar y aprender y no depender sólo de la demanda que pueda venir de un profesor.” Conversando con muchos adolescentes y jóvenes acerca de este tema, surge un debate acerca del lugar del conocimiento en el acceso al trabajo. 129

Es cierto que conocemos a muchos que tienen títulos y no consiguen trabajo. Pero también es cierto que para conseguir trabajo es útil tener títulos, haber aprendido y tener una actitud proactiva –buscar alternativas e ir siempre para adelante. Tener conocimientos es también saber dónde buscar y cómo, construir relaciones interpersonales, crear confianza. El trabajo ocupa un lugar primordial como una oportunidad del ejercicio y construcción de autonomía. Conocemos lo que dicen muchos, jóvenes y adultos, acerca de la sensación de impotencia frente a las posibilidades reales de trabajo, con índices de desempleo muy altos, con una crisis que se llevó los capitales y las esperanzas. El trabajo es una variable indiscutida en el proceso de construcción de la vida de cualquier persona. Alguien que trabaja se siente productivo, creativo, útil, libre. Hablamos de trabajo, como un Derecho para la Autonomía, porque eso es lo que produce la experiencia del trabajo: sujetos autónomos, desafiados a tomar decisiones autónomas y con la posibilidad de hacerse cargo de sus vidas. En la Carta Iberoamericana de Derecho de los Jóvenes queda expreso que: “Los y las jóvenes tienen derecho a la igualdad de oportunidades y trato en lo relativo a la inserción, remuneración, promoción, y condiciones de trabajo, a que existan programas que promuevan el primer empleo, la capacitación laboral y que se atienda de manera especial a quienes se encuentren temporalmente desocupados”. Art. 22, Carta Iberoamericana de Derecho de los Jóvenes- Organización Iberoamericana de la Juventud - OIJ. A la hora de conversar acerca de las capacidades que mejoran las alternativas para acceder al mundo del trabajo es necesario considerar: – Conocer, estudiar, formarse - “Se trata de saber hacer”. Cuanto más sabemos, más posibilidades tenemos de que nos tomen en cuenta para un trabajo. La escuela secundaria es importantísima para conseguir un empleo. Los cursos de formación de oficios, los talleres ocupacionales y la formación laboral en distintos ámbitos también contribuyen en nuestras posibilidades de ser tomados en cuenta. – Capacidades personales y actitudes - “Se trata de poder hacer”. Tenerse confianza, ser perseverantes, ser creativos, arriesgarse a lo desconocido, poder expresar ideas, lograr comunicarse, poder escuchar al otro, creerse valiosos, dar curso a iniciativas personales, son ingredientes tan 130

importantes como el conocimiento a la hora de proyectar y desempeñar un trabajo. – Búsqueda, voluntad, intento - “Se trata de querer hacer”. Hay distintas formas de generar o buscar un trabajo. Por ejemplo, avisos clasificados, bolsas de trabajo, avisos en la vía pública, medios de comunicación locales, contarles a nuestros amigos y familiares que estamos buscando trabajo, buscar por Internet, etc. En todos los casos es fundamental las ganas que uno pone en cada acto de buscar.

Acerca del trabajo infantil Las leyes de nuestro país penalizan el trabajo de los niños. Nuestro país adhiere a los convenios internacionales que difunde la Organización Internacional del Trabajo (OIT), esto implica la ejecución de acciones tendientes a erradicar el trabajo de los niños. Con esa misión fue creada la Comisión Nacional para la Erradicación del Trabajo Infantil, según la cual el empleo de los niños es una de las peores formas de explotación y abuso de los menores, ya que pone en peligro la salud, seguridad y educación de los más chicos y al mismo tiempo atenta contra su desarrollo físico, mental, espiritual, moral y social. Se denomina “trabajo infantil” a aquel desarrollado por los chicos menores de 14 años de edad. El ingreso de los menores al mercado de trabajo se asocia estrechamente con el crecimiento de la pobreza y las difíciles situaciones económicas que afectan a las familias. Una de las principales consecuencias que acarrea la incorporación de los niños al trabajo es que abandonan la escuela. Desde los “18” años podés trabajar. Entre los “14” y los “18” años se necesita autorización de los padres o representantes legales para tener un trabajo. Menores de “14” años tienen prohibido trabajar. Es posible comenzar a construir una nueva cultura, un nuevo compromiso. El Estado y sus ciudadanos, o sea, nosotros. Exigiendo al Estado que garantice nuestros derechos y transformándonos en ciudadanos que cumplen con sus responsabilidades sociales. Pedir que nos informen, que nos rindan cuentas, conocer organismos de defensa de los derechos del pueblo, y ¡usarlos! Transformarnos en ciudadanos que participan, que se ocupan de lo de todos, o sea, de lo nuestro. Es en el campo del trabajo donde se hace muy importante adquirir un cierto “saber vivir” que nos permita acertar en el arte de vivir en forma ética. Sabemos que es en este campo en el que muchas veces estamos expuestos a circunstancias que nos imponen decidir entre dos opciones que no hemos 131

elegido; no conseguir trabajo o aceptar el trabajo no registrado y en condiciones poco favorables. Un relato para acompañar esta reflexión. En la montaña un monje pide a sus discípulos que lleguen hasta el mercado para hacer algunas compras, para lo cual le indica el camino. Al mediar el camino se encuentran con un anciano con aspecto bondadoso que les dice que si siguen por ese camino van a toparse con unos ladrones y les aconseja usar otro camino. Éstos aceptan la sugerencia, toman el nuevo camino y a poca distancia se topan con ladrones. Regresan entristecidos ante el monje y éste les pregunta qué han aprendido. Uno responde: “Que nunca debemos salir del camino establecido”. El otro responde: “Que nunca hay que confiar en nadie”. Ante semejantes respuestas el monje los sienta y les dice: “Los caminos están para ser transitados y es bueno en la vida experimentar caminos y buscar nuevas alternativas, y en cuanto a desconfiar de todos, sería una pésima manera de vivir, se trata entonces de confiar, pero, a su vez, estar atentos”. Se trata de lo que puedas hacer con tu vida, se trata de cómo vivir del mejor modo posible. Se trata de procurar no fallar en las decisiones y se trata de, en caso de fallar, no desfallecer.

Que nadie te quite el derecho de saber Vamos a conversar acerca de la educación pero fundamentalmente vamos a conversar acerca del conocimiento. Y ¿cuál es la diferencia? El derecho a la educación obliga a los Estados a crear escuelas, capacitar docentes, actualizar currículas, etc. De eso vamos a hablar también. Pero acceder o no al conocimiento es algo de cada sujeto. Es una acción del Estado o de las escuelas hacia el sujeto y una acción del sujeto hacia el aprendizaje. Y es ahí donde me gustaría poner el acento. Veamos esta afirmación. La motivación precede al aprendizaje. Nos referimos con esto al valor que cada sujeto le otorga al conocimiento y, por ende, al aprendizaje. Motivación es tener motivos para algo y al hablar de aprender debemos referirnos a tener motivos para aprender, sentir que el conocimiento tiene valor. 132

Podemos afirmar que un joven con acceso al mundo del conocimiento tiene en sus manos una mayor cantidad de recursos para convertirse en sujeto pleno. Es cierto que egresar de la escuela media no garantiza trabajo, ni futuro. Podemos decir que crea mayores posibilidades, pero no lo asegura. Lo que sí podemos asegurar es que un adolescente o joven que no completa sus estudios medios está condenado a la exclusión. Ir o no a la escuela marca una diferencia. Aprender a aprender y aprender a vivir son los desafíos es la articulación entre el saber científico y el comportamiento ético. Así como la imprenta constituyó un gran avance hacia la multiplicación de las personas que accedieron al saber escrito, hoy el desafío es la construcción de una escuela que esté orientada a la inclusión, es decir, una escuela para todos y a su vez una escuela de calidad, de aprendizajes significativos. EDUCANDO

EDUCADOR

CONTENIDOS

Los aprendizajes se potencian o no según se articulen estos tres elementos.

Relación educador-educando, educando-educador Un vínculo de cercanía, de interés, de afecto, con canales fluidos de comunicación, con diálogo, son favorecedores de los procesos de enseñanza-aprendizaje. Los vínculos construyen condiciones favorecedoras o entorpecedoras de los aprendizajes. Hay muchos docentes que despiertan interés y hasta pasión por su materia, otros apenas cumplen reglamentariamente con su tarea. El vínculo marca una diferencia. Hay docentes inclusivos e interesados por el ser humano que está aprendiendo y hay docentes expulsivos.

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Relación educador-contenidos, contenidos-educador Cuando un docente siente que lo que enseña es valioso, esto lo transmite, y cuando siente lo contrario, también. Los contenidos son enseñados y posibles de ser aprendidos si son “interesantes”, “útiles”, “vigentes”. Muchos docentes se enojan cuando sus alumnos les preguntan para qué sirve lo que están aprendiendo y resulta claro que si el docente no puede explicarlo y el alumno no puede entenderlo, ese contenido sólo servirá para dar examen y pasará al olvido inmediatamente. Utilidad no significa inmediatez, no significa útil para ser usado ya, pero, si no atraviesa ningún criterio de utilidad, se tratará solo de administrar inteligentemente ese contenido y archivarlo. Orientarse a la búsqueda de lo interesante parte de una premisa que es que a sus alumnos hay muchas cosas que sí les interesan, se trata de identificarlas y contemplarlas. Si un docente piensa que a sus alumnos no les interesa nada, actuará en consonancia. Si los contenidos son vigentes, permitirán agregar elementos para conocer y comprender más el mundo en el que están insertos.

Relación educando-contenidos, contenidos-educando Sólo cuando los alumnos perciben utilidad, vigencia e interés le otorgan valor a los contenidos para fijar atención y convertirlos en aprendizajes. Algunas experiencias son reveladoras. Un examen tomado en la fecha indicada y que fuera aprobado por el 80% de los alumnos es nuevamente tomado, exactamente el mismo, dos semanas después, y sólo lo aprobó el 20%. Ahora veamos, sólo cuando los alumnos se apropian del deseo de aprender, aprenden. Significa que uno no estudia para pasar un trámite sino que entiende que eso que está aprendiendo tiene sentido y valor para él. Algunos consejos prácticos: – Identificá bien quién es quién entre tus docentes, acercate a los que valen y administrá la relación con los otros. – Identificá qué contenidos considerás valiosos, desplegá tus acciones para apropiarte de ellos y adminsitrá los otros para que no perturben tu continuidad. – No le otorgues a ningún docente “expulsivo” el peso de dejarte afuera del sistema. – El derecho al conocimiento es tuyo, apropiate más allá de los aciertos o deudas que tenga el sistema educativo con vos. 134

El conocimiento deber ayudarte a: – Poder hacer Ayudarte a construirte como sujeto de acción, para crear, para producir, para transformar la realidad en la que estás inserto. – Poder ser El conocimiento construye la existencia misma del sujeto. Allí están las herramientas para la construcción de la identidad, el conocimiento de los propios sueños y los caminos para acercarse a su concreción. – Poder vivir juntos Conocimiento es también vivir con otros, convivir, construir un mundo de relaciones elegidas, es la posibilidad de discernir con quién estar y con quién no, con quién construir proyectos y caminos de vida. Es interesante incorporar algunas de las recomendaciones del Parlamento Juvenil de la Cámara de Diputados al respecto. “Creación de un gabinete psicopedagógico conformado por profesionales (médicos clínicos, psicólogos, psicopedagogos y asistentes sociales), que desempeñen su trabajo con dedicación única en la institución educativa a la cual fueron designados.” “La creación de Centros de Mediación integrados por alumnos, personal docente y no docente, y padres y/o responsables, que funcionen dentro de las escuelas, con facultades para intervenir en los conflictos que se generen en la comunidad educativa, con el objeto de mejorar la convivencia de todos los integrantes de la institución involucrada.” La construcción de sólidos vínculos sociales y afectivos constituirá un fuerte aporte a la construcción del capital social y cultural del que ya hemos hablado en capítulos anteriores. La afectividad y lo sensorial dan lugar a un intercambio intergeneracional que crea vínculos entre sujetos que construyen cultura y no entre quienes la poseen y quienes no. El joven, entonces, considerado centro creativo y activo de la construcción de saberes y de la estructura de gestión social escolar, como protagonista en la escuela. Se trata de propiciar una pedagogía crítica que promueva autonomía y construcción de criteriosidad en los sujetos. 135

El lugar de la convivencia y del trabajo en equipo Los sujetos tienen la capacidad de relatar su propia historia y la historia de los que lo rodean. Cuando uno relata, hay otro que escucha y uno mismo se escucha. En ese proceso se contribuye a construir percepción de lo relatado y en ese acto se construye convivencia. Promover la escucha y el habla contribuye a la detección de necesidades y a la posibilidad de establecer estrategias para responder a ellas y desarrollar una serie de toma de decisiones. Además, promueve la capacidad de construir consenso y el trabajo en equipo. La convivencia es una construcción. Por un lado, la convivencia como acto significa simplemente compartir un espacio físico, pero la convivencia en términos de aprender a “vivir-con” es un aprendizaje y, como todo aprendizaje, requiere progresión y continuidad, requiere tiempo, espacio, intencionalidad. Los adolescentes y los jóvenes lo demandan. Invito a las escuelas en todos los niveles a crear distintos tiempos y programas orientados a la construcción de convivencia, en la que ésta se constituya en espacios de relatos y en contenidos. Un espacio donde cada uno se conozca con el otro cara a cara. Debería prohibirse por ley que los pupitres se alineen uno atrás del otro porque se hace importante la nuca del de adelante y no su rostro. Convivencia es saber del “rostro” de los otros, de su lenguaje, de su entusiasmo, alegría o tristeza, de cara a sus vivencias, a sus docentes, a sus compañeros. Saber de sus gustos y sus disgustos, saber de sus historias lindas y feas, saber del otro y que el otro sepa de mí construye convivencia. Es la creación de espacios de diálogo. Y más allá de estar convencido del valor de los aprendizajes de convivencia para la vida, la convivencia construye condiciones favorecedoras de aprendizaje. El trabajo en equipo debe ser un aprendizaje priorizado en el sistema educativo, ya que, en la vida, los sujetos construyen equipos en todos los ámbitos de la vida –deportivos, laborales, de estudio–, pero a trabajar en equipo se enseña y se aprende, y sujetos que saben trabajar en equipo tendrán herramientas. Trabajar en equipo y construir convivencia es saber que uno puede contar con los otros y es bueno compartir esto de Mario Benedetti: Hagamos un trato Compañera usted sabe

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que puede contar conmigo, no hasta dos o hasta diez sino contar conmigo. Si alguna vez advierte que a los ojos la miro, y una veta de amor reconoce en los míos, no alerte sus fusiles ni piense que deliro; a pesar de la veta, o tal vez porque existe, usted puede contar conmigo. Si otras veces me encuentra huraño sin motivo, no piense que es flojera igual puede contar conmigo. Pero hagamos un trato: yo quisiera contar con usted, es tan lindo saber que usted existe, uno se siente vivo; y cuando digo esto quiero decir contar aunque sea hasta dos, aunque sea hasta cinco. No ya para que acuda presurosa en mi auxilio, sino para saber a ciencia cierta que usted sabe que puede contar conmigo.

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El fracaso escolar responsabilidad de todos Cuando un alumno deja la escuela estamos hablando de fracaso, de lo que no han logrado el alumno y la escuela. El error más frecuente radica en culpabilizar al alumno y a su familia de su fracaso, es lo que alguno con cierta ironía escribió así: “Si alguien ante un problema sonríe, es que encontró a quién echarle la culpa”. Cuando un alumno abandona la escuela es necesario revisar las situaciones de explusión que ha padecido. El alumno no consiguió pelearla y permanecer, y la escuela no supo contenerlo, retenerlo. El rol de los alumnos es participar activamente en sus escuelas, pedir por lo que necesitan saber y denunciar cuando las cosas no funcionan. El ejercicio de las responsabilidades en la escuela compromete a todos: a directores, a docentes, a padres, a alumnos. Y es derecho de los adolescentes cumplir y hacer cumplir las obligaciones propias y las de cada uno. Asistir a clase, cumplir las tareas, preparar y rendir los exámenes, cumplir las normas establecidas son obligaciones de los alumnos. Concurrir a dar clase, preparar sus clases, llegar a horario, ayudar a los alumnos con dificultades, capacitarse, escuchar a los alumnos, cumplir las normas son obligaciones de los docentes. Es responsabilidad del Estado crear condiciones adecuadas para el cumplimiento de ese derecho. Estado-docentes, padres y alumnos son responsables de este derecho esencial. El incumplimiento de uno aumenta la responsabilidad de los otros, no los habilita a su incumplimiento. Los actores de la vida escolar también constituyen un equipo, cuanto más articulado esté, más se favorecerán los aprendizajes. ¿A qué se refiere el concepto de “democratizar la educación”? A crear condiciones equitativas de ingreso, es decir, que todos tengan acceso a la educación, pero lo más importante es crear condiciones equitativas para su permanencia. Y si nos preguntamos acerca de los docentes, una vez más es bueno no generalizar, ni todos son excelentes docentes, ni todos están sólo para cumplir formalidades. Los hay –y muchísimos– sensibles y con real vocación preguntándose cómo hacer cada vez mejor las cosas, pero también están los otros. Un diálogo entre dos jóvenes de un Centro de Actividades Juveniles en Tucumán: (Intercambiando opiniones acerca del valor de la escuela y del conocimiento) 138

Joven A: “El conocimiento te hace ser alguien, ser persona”. Joven B: “Mi mamá es semianalfabeta, trabaja de mucama y es alguien”. Joven A: “Tenés razón, pero ¿está contenta con lo que hace?”. Joven B: “No, siempre habla de las cosas que hubiera querido ser y hacer”. Joven A: “Entonces podemos decir que el conocimiento te ayuda a ser alguien más cercano a aquel que vos querés ser”.3 El conocimiento que se asocia a la convivencia y a la capacidad de estar y hacer con otros contribuye a la construcción de redes para la contención, para el desarrollo, para compartir logros y dificultades y entonces abrir caminos que nos acerquen más a aquel que queremos ser.

Construcción de ciudadanía e inclusión social ¿De qué hablamos cuando decimos ciudadanía? ¿Desde cuándo las personas son ciudadanas y qué quiere decir ser ciudadano? Un poco de historia> Durante las revoluciones que pusieron límites al poder absoluto de los reyes en Inglaterra y Francia en los siglos XVII y XVIII, se sentaron las bases de un nuevo orden jurídico. A partir de allí, los gobernados pasaron a tener derechos, pasaron a ser considerados sujetos de derecho iguales ante la ley y los gobernantes debieron respetar esos derechos. Esto significa el reconocimiento de derechos civiles que son para todos, sin importar situación social, educativa o económica. Son derechos por ser, sin otro requisito, miembro de una sociedad. Esta igualdad ante la ley prontamente alcanzó el campo de los derechos políticos, es decir que podían intervenir en el gobierno de su país eligiendo o siendo elegidos para ocupar un cargo público. Ciudadanía está entonces relacionada con la capacidad de participar en los asuntos públicos y no sólo en actos eleccionarios. En el siglo XX la ampliación de los derechos del ciudadano alcanzó otras dimensiones de la vida social, como los derechos de los trabajadores, de las mujeres, etc., promoviendo niveles más amplios de participación.

3. Del libro Los jóvenes y sus derechos, p. 100.

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Por un lado, ciudadano se es a pesar de lo que uno haga, pero ejercer plenamente la ciudadanía es otra cosa. Es asumir con responsabilidad social el lugar de serlo y está ligado al ejercicio de los derechos. Y volvemos al valor del conocimiento en la construcción de ciudadanía, porque el primer paso es conocer nuestros derechos y entonces los derechos constituyen un contenido significativo para ser incluido en la escuela. Son los conocimientos que se ligan con nuestros intereses que nos ayudan a comprender los procesos en los que estamos inmersos, a entender el mundo que nos rodea, y a actuar en nuestra vida cotidiana. Son los conocimientos que sirven para protegernos de quienes se instalan en nuestras debilidades y construyen allí sus “negocios” a costa de nosotros, para protegernos de los manipuladores; los hay de diversos tipos, como los vendedores de ilusiones y los de drogas, los políticos demagogos y los explotadores. El conocimiento es una herramienta para promover la inserción social, tanto en la vida ciudadana como en el mundo del trabajo. Es una herramienta porque nos da los instrumentos para entender que se sigue aprendiendo toda la vida. La escuela se constituyó en un bastión de formación ciudadana de los Estados nacionales y es su función establecer las bases de una ciudadanía activa, reflexiva, que sea capaz de alejarse de los consumos masivos para promover la incorporación a proyectos sociales solidarios. Hablamos, entonces, de conocimientos que fortalecen la capacidad de participar en la vida democrática de la escuela, del barrio, de la ciudad, del país. Conversando estos temas con adolescentes, suelen mencionar como datos el de diputados que no terminaron la primaria o de intendentes, de jugadores de fútbol que ganan millones y son semianalfabetos, y es cierto; pero nosotros estamos hablando de construir condiciones de vida permanentes, más allá del azar o de casos individuales que deberíamos entender más a fondo. Ser ciudadano es conocer nuestros derechos y tomar iniciativas para que se cumplan, conocer nuestras responsabilidades, cumplir y sentir que estamos contribuyendo a construir un país distinto. Sin cerrar los ojos a lo que vemos, sin lavarnos las manos y decir está todo “podrido”, saber, actuar, denunciar, no dejar pasar injusticias, aunque no siempre lo logremos, nuestras actitudes nos construyen en ciudadanos dignos. Estamos hablando de vivir en sociedad, con otros que necesitan de nosotros y a quienes nosotros necesitamos. Las experiencias de nuestro país en estas crisis han demostrando cuántos jóvenes ayudaron a otros. No se trata de jóvenes sin problemas ni necesidades, se trata de jóvenes que han 140

sido realmente útiles ayudando a otros y han sentido la inmensa satisfacción de sentirse útiles. Ciudadanía es desarrollar los aprendizajes necesarios para saber de los procesos de elegir y ser elegido, de saber representar y de saber ser representado; siempre elegir es un proceso complejo y sobre el que es necesario dialogar. Quiero compartir un relato de Alejandro Dolina de Crónicas del Ángel Gris. “Cuando un grupo de amigos no enrolados en ningún equipo se reúne para jugar, tiene lugar una emocionante ceremonia destinada a establecer quiénes integrarán los dos bandos. Generalmente dos jugadores se enfrentan en un sorteo o pisada y luego cada uno de ellos elige alternadamente a sus futuros compañeros. Se supone que los más diestros serán elegidos en los primeros turnos quedando para el final los troncos. Pocos han reparado en el contenido dramático de estos lances. El hombre que está esperando ser elegido vive una situación que rara vez se da en la vida. Sabrá de un modo brutal y exacto en qué medida lo aceptan o lo rechazan. Manuel Mandeb, que casi siempre oficiaba de elector, observó que sus decisiones no siempre recaían sobre los más hábiles. En un principio se creyó poseedor de vaya a saber qué sutilezas de orden técnico, que le hacían preferir compañeros que reunían ciertas calidades. Pero un día comprendió que lo que en realidad deseaba era jugar con sus amigos más queridos. Por eso elegía a los que estaban más cerca de su corazón, aunque no fueran tan capaces. El criterio de Mandeb parece apenas sentimental, pero es también estratégico. Uno juega mejor con sus amigos. Ellos serán generosos, lo ayudarán, lo comprenderán, lo alentarán y lo perdonarán. Un equipo de hombres que se respetan y se quieren es invencible. Y si no lo es, más vale compartir la derrota con amigos que la victoria con los extraños y los indeseables.” El conocimiento y los vínculos nos dan poder para analizar la información, para pelear por lo que corresponde, para denunciar. Esto explica por qué los gobiernos dictatoriales prefieren la ignorancia en la población y el control absoluto de la educación. Esto explica por qué se ocupan de que los derechos no sean conocidos y que los Organismos de Derechos Humanos sean perseguidos. El conocimiento también da placer, porque somos más reconocidos, porque podemos tener ideas propias y saber defenderlas, porque tenemos más capacidad de crear. La autonomía de pensamiento es una experiencia de placer. 141

El conocimiento es condición para cualquier experiencia de la vida personal, individual o laboral, para saber pescar, vender, ser médico o biólogo, astronauta, locutor o electricista. Para ser un ciudadano pleno, el conocimiento es imprescindible. Formar para participar, para elegir, para decidir, para ser tolerante y convivir en la diversidad a pesar de un contexto que segrega y violenta es todo un desafío de esos que tienen mucho sentido encarar.

Participar: decidir ser parte El derecho a participar es probablemente un derecho que abarca y engloba a muchos otros. Si exclusión es estar afuera, quedarse afuera, ser expulsado, participar es estar adentro, ser incluido, ser parte. Participación es reconocerse y ser reconocido como parte. Es fundamentalmente una acción compartida, se participa juntándose con otros. Mencioné anteriormente al Parlamento Juvenil. Quiero contarles exactamente de qué se trató, porque es un ejemplo cabal del ejercicio del derecho a la participación. En octubre del año 2006 he tenido la oportunidad de coordinar la organización del Parlamento Juvenil por la Ley Nacional de Educación promovido por la Cámara de Diputados de la Nación en el que participaron más de 240 jóvenes de la casi totalidad de las provincias del país debatiendo en 10 Comisiones de Trabajo durante una semana. El grupo estaba conformado por representantes de provincias y que en su composición las delegaciones incluían integrantes de pueblos originarios, madres, alumnas, discapacitados, alumnos que trabajan, jóvenes no escolarizados, asistentes a diferentes modalidades, habitantes de diferentes localidades y situaciones socioeconómicas, de escuelas rurales y urbanas, etc. Ha sorprendido a muchos el nivel de responsabilidad con el que tomaron la tarea, el respeto en el trato, el entusiasmo y la alegría. Esta experiencia vuelve a ratificar que hay una enorme cantidad de adolescentes y jóvenes dispuestos a comprometerse y apasionarse con proyectos que ni son desinteresados, ni vacíos, y vuelven a interpelar a un mundo adulto que muchas veces no confía en ellos, ni los reconoce ni respeta. Lo que los jóvenes dicen de sí mismos habla también de nosotros, adultos, y del mundo que configuramos para ellos.

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Sin duda, una experiencia que los convoca con respeto potencia lo mejor de cada uno y crea las condiciones de reflexión necesarias para que se expresen libremente. La profundidad de sus propuestas, la claridad de sus requerimientos y demandas nos interpelan acerca de los prejuicios con los que escuchamos frecuentemente como adultos. Ha sido una experiencia de alta participación, y es útil reflexionar acerca del concepto mismo de aprendizaje y participación. Por un lado, podemos decir que a participar se enseña y a participar se aprende, y debería ser un objetivo primordial del sistema educativo. Es un rol del adulto promover no en forma paternalista pero sí desde un lugar organizador, ayudando a construir los bordes para el desarrollo de la experiencia de participación. Propiciar una escucha no censuradora, que no obture la creatividad y el desarrollo de ideas, un adulto que no se instale desde el lugar de portador de saberes que descalifican los saberes de los jóvenes. Una vieja sabiduría talmúdica dice que en el Sanhedrín (una suerte de parlamento de los primeros siglos de esta era) el anciano no debe hablar primero porque su palabra pone en riesgo la creatividad de la palabra de los más jóvenes, pero que ese anciano no era libre de dejar de dar una opinión en los finales de la sesión y privar así de su conocimiento a los jóvenes. Quizás un aprendizaje es que no se trata de la ausencia de los adultos en los sistemas de participación de los adolescentes y los jóvenes, sino una manera diferente de estar presentes. Entre las conclusiones más significativas del Parlamento Juvenil están las que hacen referencia a la necesidad de crear espacios donde la palabra de los alumnos sea escuchada y se construya un diálogo. Crear Centros de Estudiantes u otras formas de participación “Crear Centros de Estudiantes que representen la voz de los alumnos, sus derechos y obligaciones, como canal de comunicación eficiente entre educandos y autoridades escolares.” “Creación de organismos de gestión reguladores de la participación estudiantil.” “...creación de estos entes para sustentar, sostener y garantizar el derecho de libre expresión que posee cada alumno dentro de su ámbito escolar.”

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También es interesante recuperar algunas consideraciones de los participantes acerca del Parlamento Juvenil como experiencia. “Consideramos que esta propuesta es buena porque refleja el trabajo, las inquietudes, las expectativas de nuestros distintos lugares de origen. Desde nuestras diversas experiencias nos reunimos con un mismo fin: la educación de nuestro país.” “Sin imponer ideas y en un marco de respeto y tolerancia hemos trabajado durante arduas jornadas para tratar de mejorar el nivel educativo de todos los argentinos. Estamos orgullosos de representar las voces de nuestros compañeros estudiantes.”

Participar es incluirse, es ser parte de los problemas y ser parte de las soluciones. Los jóvenes se relacionan entre sí y con adultos significativos para promover la construcción de redes sociales en las que la escuela sea un espacio del que los jóvenes se apropien en función de posibilitar una educación que los prepare para experiencias concretas de la vida. Esto interpela a la escuela en su capacidad de promover experiencias participativas y de inclusión de los interrogantes de sus educandos. El debate debe inundar la escuela; jóvenes detectando necesidades de sus compañeros (que son las propias) y buscando respuestas y alternativas a partir de la investigación educativa de la propia historia. La experiencia de los jóvenes convertida en contenido, sus necesidades, sus búsquedas, sus soluciones. La escuela abocada a hacer un pasaje del concepto de transmisión al de construcción de conocimientos, de los saberes a las competencias de currículas rígidas a la transversalización de conceptos y la transferencia de conocimientos. Porque la escuela es, sin duda, la organización en la que puede fundarse el desarrollo de los aprendizajes orientados a la participación y, así, favorecer la construcción de capacidades para que los educandos asuman un rol activo sobre sus condiciones de existencia. Formar para participar, para elegir, para decidir, para ser tolerante y convivir en la diversidad, a pesar de un contexto que segrega y violenta, es un gran desafío. Los C.A.J. (Centros de Actividades Juveniles) constituyeron una interesante experiencia de participación en la que los mismos jóvenes detectaban problemas de sus compañeros, los estudiaban los analizaban y los transformaban en proyectos orientados a disminuir su impacto. 144

Una experiencia basada en la participación y en la autogestión de adolescentes con acompañamiento de adultos por ellos elegidos. Los aprendizajes incluían la capacidad de detectar situaciones sociales problemáticas, analizarlas, comprenderlas y desarrollar proyectos superadores. Algunos ejemplos: Problema detectado: La incidencia de la dificultad de continuar los estudios de las madres adolescentes. Proyecto: crearon Jardines Maternales atendidos por sus compañeros en contraturno, para lo que se formaron en cursos especiales y salieron a recuperar para el sistema educativo a las madres que habían abandonado la escuela. Problema detectado: Compañeros con dificultades de aprendizaje en algunas asignaturas y para la preparación de los exámenes. Proyecto: Apoyo escolar de alumno a alumno, donde acompañaban, explicaban y apoyaban afectivamente a esos compañeros, generando compromiso y responsabilidad mutua para desembocar en la presentación en los exámenes. Problema detectado: Efectos negativos y temores de los alumnos en el ingreso al ciclo de EGB3 o Polimodal o Escuela Secundaria, temor a los más grandes y en muchos casos “ritos violentos de iniciación a los ingresantes”. Proyecto: Actividades de “Bienvenida a los Ingresantes”, actividades de presentación de la escuela a los alumnos del ciclo anterior antes que finalice el año lectivo. Y así un sinnúmero de experiencias participativas creativas y de alto compromiso personal. Apenas pensamos un poco en los ejemplos vemos de qué manera ambas partes, el que ayuda y el que es ayudado, se sienten particularmente gratificados por la experiencia. El que ayuda siente que es útil, trascendente, que puede ayudar a otro y eso lo hace sentir que es alguien con la importancia suficiente como para ser útil para otros. El ayudado siente que hay quienes están interesados en él, que su situación o problema no pasan desapercibidos, se siente mirado y atendido y eso lo hace sentir muy bien y se constituye en un compromiso consigo mismo y con quien esta ayudándolo. 145

Algunos testimonios de esas experiencias: “A mí me aporta algo que es muy importante, a pesar de que nosotros somos los que tenemos que ayudar a la escuela, a la comunidad, ellos nos ayudan a nosotros porque nos hacen sentir útiles.” Milena, 16 años, Equipo de gestión de Mendoza. “Es buenísimo que nosotros podamos hacer actividades y propuestas para el resto de nuestros compañeros...”. Javier, 17 años. “Se puede decir que con voluntad y solidaridad se pueden lograr todos los objetivos y expectativas que nos planteamos.” Marcos, 15 años. “Espero poder ayudar a mis compañeros e incentivarlos para que sigan estudiando y no renuncien a sus sueños y expectativas.” Griselda, 14 años, Río Cuarto, Córdoba. “Salvarle la escolaridad a un compañero es como salvarle el futuro...”. Juan, 17 años, Jujuy. “Nos comprometemos a trabajar solidariamente con nuestra comunidad buscando propuestas alternativas al asistencialismo”. C.A.J., Chaco. Participar tiene muchas alternativas, un grupo de teatro, una murga, un proyecto social solidario, el Centro de Estudiantes, centros barriales, centros culturales, huertas comunitarias, microemprendimientos... Se trata de no quedarse solo y afuera, es hacer las cosas a favor de nosotros y de los demás. Participar es asumir plena responsabilidad social, involucrarse, es el verdadero ejercicio de la capacidad de elegir.

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Consideraciones finales o a modo de conclusiones

Nuestras conversaciones están llegando al final. Por eso es que me gustaría volver a recorrer con Uds. algunas de las ideas centrales de este libro. Quizás, cuando decidan leerlo por segunda vez comiencen por este final, como un nuevo principio.

A elegir se aprende El mensaje central es que a elegir se aprende. Desarrollar la capacidad de elegir es el gran desafío y aquellos que sienten que sus vidas valen, están en mejores condiciones de lograrlo. La adolescencia es el momento en el que la identidad se construye, en el que cada uno va intentando ser y va eligiendo quien quiere ser. Por eso la manera de elegir lo que quieren ser forma parte de quiénes son. Aprender a elegir es una experiencia que se da entre las propias creencias y decisiones y aquellas de los grupos de los que se participa. El camino está salpicado de riesgos y amenazas que se vuelven más intensos cuando se instalan en nuestros puntos vulnerables. Cada sujeto construye su vida en base a los valores a los que va adhiriendo, siempre tienen que ver con los proyectos personales, los ideales, la manera de vivir que cada uno desea, son opciones personales, sucesiones de elecciones.

La capacidad de elegir La capacidad de elegir implica tener metas propias, proyectos más cercanos o más lejanos, pero tener algo allí adelante que convoque a trazar planes para alcanzarlo. Las personas desarrollan a lo largo de su vida su capital social y cultural, que es el conjunto de conocimientos, de saberes acumulados, de aprendizajes, que constituyen su principal herramienta de vida. Es un capital que nadie lo puede perder, ni robar ni quitar, tampoco se recibe de regalo ni en ningún plan social. 147

Cuando las personas invierten en si mismas en su desarrollo personal, crecen y mejoran su capacidad de elegir. Los vínculos son intercambios de afectos, la solidaridad, la ayuda, se dan y se reciben y eso da dignidad a las personas. La búsqueda de experiencias de placer orientan gran parte de las elecciones de las personas, pero sólo cuando se articulan con las condiciones de la realidad se vuelve posible convivir con otros. Cuando las personas escriben el guión de sus películas, están caminando para cumplir las propias metas, cuando otros los escriben, las arrastran a cumplir las metas de otros. Inteligencia es la capacidad de resolver problemas, la competencia de buscar nuevas alternativas para superar dificultades, la capacidad de elegir requiere acciones inteligentes para superar obstáculos. Todos tenemos la capacidad de optar, tenemos el derecho de decir sí o de decir no. Siempre vamos a tener alternativas, por más difíciles que parezcan.

Ser libres La libertad significa elegir dentro de lo posible. La omnipotencia es pretender conseguir todo aunque sea imposible y eso no nos hace libres. No todo depende de nuestra voluntad, aunque mucho sí y es eso lo que nos hace libres y nos permite construir vidas dignas.

Apropiarse del tiempo El tiempo no hace ni cura por sí solo, son las personas que al apropiarse del tiempo lo convierte en un recurso pleno de oportunidades. El tiempo no tiene autonomía para hacer ni deshacer, las personas eligen de que manera hacer uso de los tiempos. A que grupo o grupos pertenecer es uno de los desafíos más exigentes en el ejercicio de la capacidad de elegir, tomar decisiones, sostenerlas, argumentarlas, es respetarse y respetar, no siempre la decisión personal está acompañada por la grupal, ser fuerte es no sentirse amenazado por perder el grupo de pares en ese ejercicio. Lo que decidimos o no comprar es también un acto de libertad, a mayor fortaleza menos posibilidades de ser víctima de estrategias del mercado, elegir cómo vestir, qué tomar, a dónde ir. Siempre hay personas dispuestas a expropiar la capacidad de decidir. 148

Adultos que pueden acompañar Buscar y encontrar adultos cercanos y significativos, que no hayan caído en la tentación de venerar la juventud y la delgadez para querer ser o parecer adolescentes es una acción que facilita el desarrollo acompañado. Para los adultos se trata de discernir qué ignifica estar cerca en cada una de las etapas de desarrollo, cada uno de los momentos significativos, en cada situación clave.

Amenazas y riesgos Los que ponen sus vidas en riesgos sin sentido a cada momento, seguramente son personas que sienten que sus vidas valen poco o nada. Es posible dejar que las adversidades se apropien de los sujetos y actúen en consecuencia, o hacer prevalecer la capacidad de superarlas y seguir adelante por el camino escogido. Ante las situaciones de amenaza o crisis poner en juego capacidades como el coraje, la convicción y la creatividad favorecen la superación. Muchas veces los adultos ante la dificultad de resolver la conflictividad social encuentran en los adolescentes y jóvenes a quienes culpabilizar, favoreciendo la expulsión y la marginación. No hay problemas de los adolescentes sino cómo se manifiestan en ellos los problemas generales de la sociedad.

Cómo conseguir reconocimiento La búsqueda de reconocimiento, de ser conocidos por otros, valorados, convoca a experiencias en las que cada uno pueda destacarse y esto puede darse en múltiples direcciones, no siempre esta orientada a los talentos o a lo mejor de cada uno. Muchas veces la agresividad y la violencia son recursos para obtener reconocimiento. La discriminación es el mecanismo por el cual un rasgo de la persona, un aspecto de la persona es tomado como su totalidad, ese aspecto es descalificado socialmente y entonces la burla, la denigración, la descalificación social activan mecanismos para expulsar, dejar afuera. La inclusión social, el incorporar al que está afuera requiere de responsabilidad social, de los adolescentes y jóvenes entre sí en primer lugar, de los adultos en segundo y del Estado como actor fundamental. 149

Es interesante ver cómo cuando un adulto valora y respeta a un joven, la reacción es simétrica- genera valoración y respeto. Uno no valora por jerarquías o rangos. Es una construcción compartida de dos que respetan el lugar del otro en el mundo.

Las elecciones y el consumo La publicidad vende ilusiones y toma, como base, las necesidades y deseos de las personas. Un rasgo característico de la sociedad posmoderna es la mentalidad de consumo con una diversificación cada vez mayor de bienes y servicios en la que los adolescentes y jóvenes son los principales destinatarios de las estrategias de mercado orientadas a la búsqueda inmediata de placer. El legítimo deseo de pertenecer y ser reconocido y aceptado por grupos, es usado por los vendedores de alcohol por ejemplo y construyen discursos propagandísticos o mensajes que eso a lo que aspira, tomando tal o cual bebida va a ser conseguido. Elegir cuidarse es ejercer plenamente el derecho a la diversión, al placer, al encuentro con otros, al crecimiento personal, a la búsqueda de nuevas experiencias de vida, es hacer que la adrenalina fluya pero manejándola uno mismo y no siendo manipulado por otros.

Cuidados y esperanzas Cuidado es entonces inclusión, buscar, encontrar, construir sentido. La pérdida de fe en las utopías es un rasgo también significativo de vastos grupos de adolescentes y jóvenes, un descreimiento acerca de la posibilidad de construir una sociedad mejor, de verse incluidos en un futuro diferente consolida el valor de lo inmediato y lo individual Hoy son muchos los adolescentes y jóvenes que han demostrado su capacidad de vivir en este comienzo de siglo sin someterse a sus premisas y dictámenes y desarrollar su capacidad de elegir, dar sentido a sus vidas y aportar a dar sentido a las de otros. La escuela , en especial la media ,debe ser el ámbito en el que se aborden los temas que hacen a la vulnerabilidad. Es una deuda de la escuela el desarrollo de los contenidos vinculados a los interrogantes de la vida a los que los alumnos están expuestos, complementariamente a los contenidos curriculares tradicionales . 150

Temas como consumo en general y de alcohol y otras drogas , el desarrollo de la sexualidad, la marginación, la explotación laboral infantil, la prostitución, la violencia social y familiar, la exclusión social, la salud integral y su lugar en la cultura del cuidado, los derechos y sus manifestaciones cotidianas entre otros, constituyen hoy interrogantes vitales. Resulta esencial también incorporar temas orientados la comprensión del mundo en el que se esta inserto, como la historia de luchas y opresiones, crímenes contra la humanidad en el mundo y en nuestro país, derechos y violaciones de derechos, dictadura y terrorismo de Estado, entre otros. Elegir ser activo o pasivo y mirar sin involucrarse como suceden las cosas, es una manera de pararse frente a la vida. Asumir con responsabilidad social compromete frente a lo que le sucede a otros. Promover que se cumplan los derechos y hacer cumplir los derechos incluye el concepto de responsabilidad social por los otros, estar atento a la violación de derechos de otro, es estar atento a los propios. La sexualidad elegida, es motivo de encuentro y placer y convoca a conversaciones acerca de la equidad, ambos eligen, al cuidado , saber qué opina nuestro compañero o compañera, es un derecho al que nadie te puede obligar a renunciar. Pensar antes, decidir, elegir antes resulta más fácil que hacerlo frente a la inminencia de una Elegir, como capacidad de decidir con discernimiento, también refiere al derecho a la elección sexual que cada uno adopte. Pero sexualidad no siempre es placer y debemos saber también de prácticas abusivas en este país y en el mundo: la prostitución, la trata de personas, la explotación en prostitución infantil, el abuso sexual muchas veces en entornos familiares . Una sexualidad no elegida, provocará efectos no deseados, no sólo embarazos no deseados o enfermedades de transmisión, sino efectos psicológicos o sociales no buscados. Perder el valor de placer y encuentro de la vida sexual, es un gran trastorno también. Violencia es todo aquello a que uno le hacen y no le gusta. Siempre se esta ante una experiencia de frustración, sensación de fracaso, impotencia, insatisfacción, pérdidas materiales o afectivas y en su extremo carencia de sentido de vida. La violencia emerge cuando han fracasado todos los demás sistemas de comunicación, cuando han fracasado los sistemas de escucha, de hacerse visible de ser considerado por los otros. Cuando ha fracasado la convivencia. Todo violento ha recibido y padecido sucesivas experiencias de golpes, siempre la violencia activa es respuesta a la sufrida y entonces responde como puede y que en verdad expresa que no puede de otra manera. 151

La comunicación resulta efectiva, cuando se logra decir lo que se quiere decir, a la persona adecuada, en el momento pertinente. La comunicación efectiva es una capacidad para la convivencia. Aprender a comunicar es una capacidad esencial en la convivencia, parte de la posibilidad de clarificar las propias ideas, convertir sensaciones y malestares en contenidos. Ninguna situación justifica el el abuso de nadie, y que es un derecho protegerse y proteger del uso de la fuerza y de la violencia. Acceder al mundo del trabajo, promueve autonomía y es condición en el proceso de construcción de una vida digna. Egresar de la escuela media, no garantiza trabajo, ni futuro, aunque crea mayores posibilidades, no completar la escuela media es casi una condena asegurada a la exclusión. Aprender a aprender y aprender a vivir son los desafíos, es la articulación entre el saber científico y el comportamiento ético. El conocimiento debe ayudar a poder hacer, a poder ser y a poder vivir con otros, a convivir. Sólo cuando los alumnos perciben utilidad, vigencia e interés le otorgan valor a los contenidos para fijar atención y convertirlos en aprendizajes. El conocimiento que se asocia a la convivencia y a la capacidad de estar y hacer con otros, contribuye a la construcción de redes para la contención, para el desarrollo, para compartir logros y dificultades y entonces abrir caminos . Los conocimientos que sirven para identificar a aquellos que saben aprovechar las debilidades para construir sus negocios y para saber protegerse de los manipuladores, los hay de diversos tipos; como los vendedores de ilusiones y los de drogas, los políticos demagogos y los explotadores. El conocimiento es herramienta para promover inserción social, en la inclusión tanto en la vida ciudadana, como en el mundo del trabajo. Es una herramienta porque nos da los instrumentos para entender que se sigue aprendiendo toda la vida. La construcción de una ciudadanía plena , habitada en los derechos, implica desarrollar los aprendizajes necesarios para saber acerca de elegir y ser elegido, de saber representar y de saber ser representado. Participar es una clave en la capacidad de elegir, exclusión es quedarse afuera, participar es estar adentro, incluido, ser parte. Es reconocerse y ser reconocido como miembro . Aprender a participar, para elegir, para decidir para ser tolerante y convivir en la diversidad, a pesar de un contexto que segrega y violenta, es un gran desafío.

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Participar es asumir plena responsabilidad social, involucrarse, es el verdadero ejercicio de la capacidad de elegir. Es aprender a tomar decisiones. Se trata de empoderamiento. Asumir el poder de apropiarse de la vida , promover que cada uno escriba su propia historia, ser protagonista de su propia historia y evitar que la misma sea arrebatada por otros. Se trata de lo que se pueda hacer con la vida, de como vivir del mejor modo posible. Se trata de procurar no fallar en las decisiones y que, en caso de fallar, no desfallecer. Elegir es finalmente desarrollar la capacidad de evaluar las opciones, entender las implicancias, ventajas y desventajas de cada opción y decidir por la mejor.

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7. Bibliografía citada y consultada

Fariña, Mabel Beatriz y Klainer, Rosa Ester (2004): Aprender Ética y Ciudadanía Derechos Humanos Democracia y Participación, Lugar Editorial, Colección Enseñar y Aprender. Obiols, Guillermo A; Obiols, Silvia Di Segni (2001): Adolescencia posmodernidad y escuela secundaria.la crisis de la enseñanza media Ed. Kapeluz Biblioteca de Actualización Pedagogica. Proponer y Dialogar, Guía para el trabajo con jóvenes y adolescentes. Coordinación general Lic. Irene Konterllnik coordinación del equipo de producción Dra. Beatriz Taber UNICEF y DIRECCIÓN Nacional de Juventud. Blos, Peter, Los comienzos de la adolescencia (1986) Amorrortu Editores. Johnson David W, Jonson Roger T (1999) Como reducir la violencia en las escuelas Paidos Educador. Fischer Lilian coordinadora. Lic Crosta Analía y Ortiz, Paula edición,redacción y supervisión. Nuestros derechos, nuestras vidas.Abriendo espacios de reflexión y construcción conjunta. Consejo de los Derechos de Niños, Niñas y adolescentes. Maturana Humberto R, Varela, Francisco G,(1984) El arbol del conocimiento Editorial Universitaria Colección fuera de serie. Savater Fernando (1993) Etica para Amador Editorial ariel El Circulo de la vida., (1993) Rituales del álbum de la familia humana Editorial Serres Bourdieu, Pierre Capital Cultural, Escuela y Espacio Social Siglo XXI editores argentina. La discriminación en Argentina Diagnostico y propuestas Coord. Villalpando Waldo (2005) Alto Comisionado de la naciones UNIDAS PARA Argentina Programa de las Naciones Unidas para Argentina. Obiols Guillermo A (2002) La formación del Adolescente ante la crisis Editorial Kapeluz. 154

Balduin,María A, Borace Viviana Gaggero Daniel Montenegro Ma. del carmen (2000) En la cuerda con los adolescentes Fundación Confluencias Dolto F. (1995) La causa de los adolescentes 7ª edición Buenos aires Editorial Seik Barral. Faur, Eleonor coord. Academica Sexualoidad y Salud en la adolescencia herramientas teóricas y practicas para ejercer nuestros derechos FEIM Fundación para estudio e investigación de la mujer(2003) Erikson, E Identidad Juventud y Crisis (1968) Editorial Paidós Freire Paulo (1996) Educación para la libertad SXXI Editores Mexico Freire Paulo (2003) pedagogía del oprimido SXXI Editores Bs Aires Imberti Julieta (comp) (2001) Violencia y Escuela.Miradas y propuestas concretas Editorial paidos Frankl Victor 1994)El hombre en busca de sentido Editorial Herder Barcelona Maturana, H y Nesis S Formación Humana y capacitación 2da edicion Pub UNICEF-Dolmen ediciones Chile 1997 Morin,E (2001)Los siete saberes necesarios para l educación del futuro Nueva vision Buyenos Aires. Tenti Fanfani,E (comp) (2000) Una escuela para adolescentes Reflexiones y valoraciones.Ed UNICEF/Losada Buenos Aires Ferreyra Horacio y Peretti Gabriela (coords) (2006) Diseñar y gestionar una educación autentica Desarrollo de Competencias en escuelas situadas Noveduc Grimberg Miguel (2002) Edgar Morin y el pensamiento complejo Ed campo de iodeas. Balardini Sergio (comp) (2000) La participación social y politica de los jóvenes en el horizonte del nuevo siglo Argntina FLACSO. Giberti Eva y otros (1998) Hijos del rock, Buenos Aires Sudamericana. Jacinto Claudia y Konterllnik Irene, comp (1996) Adolescencia pobreza educación y trabajo Buenos Aires UNICEF- Losada Freud Sigmund (1920) Mas alla del principio del Placer Amorrortu Editores Tomo XVIII Freud Sigmund (1905) Tres Ensayos para una teoria sexual) Amorortu Editores Tomo VII Freud Sigmund (1916/17) Conferencias de Introducción al psicoanalisis Amorrortu EditoresTomo XVI 155

Aberastury, Arminda, Knobell Mauricio La adolescencia Normal un enfoque psicoanalitico Ed. paidos Pavlovsky Eduardo (1977) Adolescencia y Mito Ediciones Busqueda. aturana Humberto (1993) El sentido de lo humano Dolmen Ediciones/ Granica Binstock, Georgina, Cerrutti Marcela (2005) Carreras truncadas El abandono escolar en el nivel medio en la argentina UNICEF Grimson Wilbur Ricardo “Sociedad de adictos” Editorial Planeta Arg. Maturana Humberto R, Nesis Sima (1997)Formación Humana y capacitación Dolmen Ensayo Editorial Granica. Sarlo, Beatriz, (1995) Escenas de la vida posmoderna Intelectuales, arte videocultura en la Argentina Editorial Ariel Galeano Eduardo, (2000) Patas Arriba La escuela del mundo al reves Editorial catálogos. Shalom,Hector, Chemen Silvina, Taber Beatriz,Balardini Sergio (2004) Los Jóvenes y sus derechos saber para actuar, exigir y denunciar Lugar Editorial Krichesky Marcelo (comp) (2005) Adolescentes e inclusión educativa Un derecho en cuestion Noveduc Oei UNICEF Fundación SES Educación Ciudadanía y participación Transformar las practicas El enfoque de la resiliencia (2002) Ensayos y Experiencias Ediciones Novedades educativas Bank Amy (coord) (1998) Construyebndo alianzas entre jóvenes Ed Puntos de Encuentro Nicragua Taber Beatriz (coord) (2002) proponer y Dialogar Temas jóvenes para la reflexión y el debate UNICEF Dabas,Elina (1998) Redes sociales familias y escuela Buenos aires Ed Paidos Conflictos y violencia en los ámbitos educativos. Poder, autoridad y participación en la escuela la construcción de sistemas de convivencia. (2000) Ediciones Novedades educativas Melillo Aldo; Suarez Ojeda Elbio Nestor (2003) Resiliencia.Descubrimiendo las propias fortalezas. Ed Paidos

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Acerca del autor

Héctor Shalom es Licenciado en Psicología por la UBA, Psicoanalista, egresado de la Escuela de Psicología Social de las Organizaciones, con postgrados en la Escuela Argentina de Psicoterapia para Graduado y cursos en Brandeis University, Boston, Estados Unidos. Fue psicólogo clínico en el Servicio de Psicopatología Infanto Juvenil del Hospital Dr. Jose Penna, Jefe del Departamento de Orientación al Estudiante en las Escuelas Técnicas ORT y del Colegio Nacional de Buenos Aires y desarrolló tareas de asesoramiento en la Secretaría Académica de la UBA en rediseños de proyectos en orientación vocacional ocupacional. Desempeñó tareas de docencia en la carrera de Psicología de la UBA, en la Asociación de Psicólogos de Buenos Aires, en la Escuela Argentina de Psicoterapia para Graduados, en la Universidad de Palermo. En trabajo con jóvenes y en educación y tiempo libre ha desarrollado funciones de Director de Adolescentes, del Departamento de Juventud y Director Ejecutivo de la Sociedad Hebraica Argentina, fue Miembro del Consejo de la Asociación para la Educación no Formal. Especialista en Planeamiento Educativo y Políticas Públicas con Jóvenes, ha realizado tareas de asesoramiento en planeamiento y desarrollo de organizaciones y proyectos en diversas instituciones estatales y privadas en el país y en Uruguay, Chile, Paraguay, Brasil, Venezuela, México, España , Italia y en Estados Unidos. Analista organizacional, asesor de instituciones educativas y de trabajo con jóvenes. Coordinador de programas de salud integral adolescente. Diseñó y desarrolló planes y proyectos para Sedronar (Secretaría de Prevención de las Adicciones), Ministerio de Salud, Dirección de Juventud del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, entre otros. Asesor de la Diputada Silvia Esteban, Presidenta de la Comisión de Educación de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación. Desarrolló y coordinó el Proyecto de Centros de Actividades Juveniles, en el Ministerio de Educación Ciencia y Tecnología de la Nación. Entre los años 2001 y 2004 implementado en 11 provincias con más de 300 centros y 30.000 jóvenes. Representante en Argentina de la de la Anne Frank Foundation de Holanda y es miembro del Equipo Internacional de producción de Materiales Educativos sobre Educación Discriminación y Derechos Humanos. 157

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Índice

Agradecimientos ............................................................................................. 7 Introducción .................................................................................................... 9 Un tiempo de conversaciones .................................................................... 9 1. El valor de elegir ........................................................................................ 11 Elegir es un valor ...................................................................................... 11 Valemos por lo que somos y por quiénes elegimos para estar ................. 13 Dar y recibir - el valor del intercambio ...................................................... 15 Elegir no confronta el placer con la realidad ............................................. 16 Principio del placer ................................................................................... 18 Algunos puntos para empezar a reflexionar ............................................. 20 2. Los obstáculos para elegir ........................................................................ 22 ¿Somos realmente libres para elegir? ........................................................ 22 Redefinir el tiempo vs. todo, ya y ahora ................................................... 27 El grupo y los jóvenes: un puzzle por armar ............................................. 30 Las leyes del “mercado”, los jóvenes y el consumo ................................ 32 Los que eligen por los adolescentes - manipulación y uso ...................... 36 Ser fuertes para hablar de las fragilidades ................................................ 39 Acerca del consumo ................................................................................. 39 Acerca de la sexualidad ............................................................................ 43 Acerca de la alimentación ......................................................................... 45 Modelo de adulto para identificarnos SE BUSCA .................................... 46 3. A elegir se aprende .................................................................................... 50 Fuertes para tomar decisiones .................................................................. 50 Ser lo más parecido a lo que queremos ser ............................................... 55 1. Elegir con quién estar ...................................................................... 58 2. Aprender a tolerar las caídas ........................................................... 58 3. Tener iniciativas .............................................................................. 58 4. Capacidad de introspección. Poder conectarse con uno mismo ..... 58 5. Hacer valer el derecho a la autonomía ............................................. 59 6. Capacidad de tomar decisiones ....................................................... 59 7. Tener sentido del humor ................................................................. 59

8. Saber agruparnos y trabajar en grupos ........................................... 59 9. Reconocer y valorar nuestras capacidades. Tener autoestima ........ 59 10. Capacidad de planificar acciones .................................................. 60 11. Ser creativos .................................................................................. 60 12. Tener capacidad de comunicar emociones e ideas ........................ 60 13. Ser críticos ..................................................................................... 60 14. Tener proyectos en la vida ............................................................ 60 Elegir en las crisis ..................................................................................... 61 4. Grupos y elecciones .................................................................................. 64 Ser adolescente hoy ................................................................................. 64 La búsqueda de reconocimiento .............................................................. 68 El valor del otro ........................................................................................ 71 La necesidad de pertenecer ...................................................................... 74 Ser uno y estar con otros ......................................................................... 75 La exclusión - una amenaza constante ..................................................... 76 La fiesta .................................................................................................... 76 El cuidado y el riesgo ............................................................................... 80 5. Especial para adultos - un alto en la lectura .............................................. 84 Entre el modelo de la modernidad y el de la posmodernidad .................... 87 Qué ha sido de las ideologías y los adolescentes en la posmodernidad .. 90 Un espacio para la reflexión acerca de la escuela y los docentes ............. 92 Entre la escuela inclusiva y la selectiva .................................................... 95 Escuela y padres, lo cierto y lo no tan cierto ............................................ 96 Para padres y docentes ............................................................................ 99 6. El sentido de elegir .................................................................................. 101 Construir el sentido y el proyecto .......................................................... 101 De los temas de siempre pero de otra manera: Estado, derechos, adultos y responsabilidades .................................................................. 104 Convivencia sin discriminaciones .......................................................... 106 Varones y mujeres por igual ................................................................... 107 Ser capaces de incluir la discapacidad ................................................... 108 Identidad: saber quiénes somos y de dónde venimos ........................... 108 La salud que nos pertenece .................................................................... 110 De sexualidades elegidas, placenteras y equitativas .............................. 111 Derecho a elegir frente al consumo ........................................................ 118 ¿Qué son las drogas? ............................................................................. 119 ¡No hay derecho a la violencia! .............................................................. 123 Violencia visible e invisible ..................................................................... 126

Violencia policial ..................................................................................... Violencia familiar ..................................................................................... Trabajo - camino a la autonomía ............................................................. Acerca del trabajo infantil ...................................................................... Que nadie te quite el derecho de saber ................................................... Relación educador-educando, educando-educador ............................... Relación educador-contenidos, contenidos-educador ........................... Relación educando-contenidos, contenidos-educando ......................... El lugar de la convivencia y del trabajo en equipo ................................. El fracaso escolar responsabilidad de todos .......................................... Construcción de ciudadanía e inclusión social ...................................... Participar: decidir ser parte ..................................................................... Consideraciones finales o a modo de conclusiones ............................... A elegir se aprende ................................................................................. La capacidad de elegir ............................................................................ Ser libres ................................................................................................. Apropiarse del tiempo ............................................................................ Adultos que pueden acompañar ............................................................ Amenazas y riesgos ............................................................................... Cómo conseguir reconocimiento ............................................................ Las elecciones y el consumo .................................................................. Cuidados y esperanzas ........................................................................... 7. Bibliografía citada y consultada .............................................................. 8. Acerca del autor ......................................................................................

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Colección Ciencia joven

1.

Una expedición al mundo subatómico. Átomos, núcleos y partículas elementales, Daniel de Florian

2.

Números combinatorios y probabilidades, Ricardo Miró

3.

Las plantas, entre el suelo y el cielo, Jorge Casal

4.

Introducción a la geología. El planeta de los dragones de piedra, Andrés Folguera, Víctor A. Ramos y Mauro Spagnuolo (coords.)

5.

Biomateriales. Una mejor calidad de vida, Gustavo S. Duffó

6.

Reproducción humana, Marta Tesone

7.

La física y la edad de la información, Marcelo J. Rozenberg

8.

Biodiversidad y ecosistemas. La naturaleza en funcionamiento, Claudio M. Ghersa

9.

100 años de relatividad, Diego Harari y Diego Mazzitelli

10. Entre el calamar y el camello. O del control del medio interno, Carlos Amorena y Alejandra Goldman 11. Por los senderos de la noche. Guía de viaje para mochileros del Universo, Pedro Saizar 12. La física de los instrumentos musicales, Javier Luzuriaga y Raúl O. Pérez 13. La intimidad de las moléculas de la vida. De los genes a las proteínas, Martín Vázquez 14. El lenguaje de las neuronas, Osvaldo Uchitel 15. Biología marina, Pablo E. Penchaszadeh y Martín I. Brögger 16. El universo de las radiaciones, Jorge Fernández Niello 17. Construyendo con átomos y moléculas, Índigo 18. Evolución y selección natural, Esteban Hasson 19. El aire y el agua en nuestro planeta, Inés Camilloni y Carolina Vera 20. Respuesta inmune. Anticuerpos, alergias, vacunas y reproducción humana, Ana Cauerhff, Guillermo Horacio Docena, Carlos Alberto Fossati y Fernando Alberto Goldbaum

21. Contaminación y medio ambiente, Daniel Cicerone 22. El sol, Marta Rovira 23. Drogas hoy. Problemas y prevenciones, Wilbur Ricardo Grimson 24. El origen de los primeros Estados. La “revolución urbana” en América Precolombina, Marcelo Campagno 25. Investigación en cáncer y citogenética, Christiane Dosne Pasqualini y Susana Acevedo 26. El VIH/Sida desde una perspectiva integral, Fundación Huésped 27. El mundo mediterráneo entre la Antigüedad y la Edad Media 300-800 d.C, Pablo Ubierna 28. Introducción a la filosofía, Francisco Bertelloni y Antonio Tursi 29. Los juegos de Minerva. La historia de las ciencias de la naturaleza en trece escenas con comentarios, Miguel de Asúa 30. El derecho de elegir. Conversaciones con los jóvenes, Héctor Shalom 31. Biología Tumoral. Claves celulares y moleculares del cáncer, Elisa Bal de Kier Joffé y colaboradores 32. La memoria animal: adquisición, persistencia y olvido, Héctor Maldonado 33. Una mirada fisicoquímica a través del vidrio, Horacio R. Corti 34. La razón de las hormonas. El porqué de las glándulas endocrinas, Ernesto J. Podestá

De próxima aparición Nanotecnología. El desafío tecnológico del Siglo XXI, Galo Soler Illía Genética humana y salud, Víctor Penchaszadeh Las guerras de la independencia, Gustavo Paz Los primeros americanos. Una historia arqueológica y bioantropológica del poblamiento de América, Gustavo Politis, Luciano Prates e Iván Pérez El ATP. El transporte y la energía, Juan Pablo Rossi y Gustavo Rossi Citoesqueleto, Luis Mayorga y María Isabel Colombo