Miradas Globales Para Otra Economia

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Miradas globales para otra economía

Miradas globales

para otra economía

EDITA: SETEM (www.setem .org) REDACCIÓN: Pablo Guerra COORDINACIÓN: Anna Fernández M ontes INVESTIGACIÓN: Pablo Guerra, Clem entlne Servalre y Anna Fernández M ontes CONSEJO EDITORIAL: Iratxe Arteagoltla, Eva Blanco, Anna F M ontes, Ménica Gómez, Silvia Ibañez, Beatriz Jiménez, Flavla Laurenclcch, María Martín y M arta Solano AGRADECIMIENTOS: Por prestar su Interesante experiencia y acercarnos sus testim onios: ASARBOLSEM, Cadena Textil Solidarla, El Sallnerlto, Faces do Brasil, Fiare, Fonds Afrlque, Gone Rural, IDEAS, Landare, Le Gafreh, Red Comal, Red Social Koopera, RESOPPSom Energía, WoTyo Kondeye-Coclnas Colectivas de Mali. Por su inspirador prólogo a Jordl García. Por participar en las presentaciones, poniendo cara, voz y sentim iento a las expe­ riencias que relatan a Aram aixo Baserrl Barri, Carlos Céspedes, Fiare, Francisco Martínez, Biblane Tuina yM a rcV Ive s.Y en especial a Pablo Guerra, por el entu­ siasm o y diligencia con que ha acogido y realizado este proyecto. TRADUCCIÓN: Casos africanos: Marina Relg DISEÑO Y MAQUETACIÓN: Toni Sánchez Poy IM PRESIÓ N: ELTINTER, SAL LICENCIA DE:

Esta obra está bajo licencia de «Reconocimiento-NoComercial-Compartir Igual» 3.0 Espanya Creative Commons. B arcelona, ju n io de 2 0 1 2 DIPÓSITO LEGAL: xxxxxxxxxx ISBN: xxxxxxxxxx

CON EL APOYO DE: ¡ i : - . , ,

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Esta publicación ha sido elaborada con el apoyo económico de la Agencia Española de Coopera­ ción Internacional para el Desarrollo (AECID). El contenido de este documento es responsabilidad exclusiva de SETEM y en ningún caso debe considerarse que refleja la opinión de la AECID.

Im preso en papel ecológico y reciclado

Indice Presentación____________________________________________________ 4 Prólogo_________________________________________________________ 6 Capítulo I.Tendencias actuales de la econom ía____________________ 8 Capítulo II. ¿Es posible otra economía? El caso de las economías solidarias____________________ 19 Capítulo III. Análisis de experiencias______________________________ 27 Mapa índice de las experiencias_________________________________ 2 8 ÁFR IC A

Las cocinas colectivas de Malí [M alí]__________________________ 30 Le Gafreh [Burkina Faso] ____________________________________ 34

I

FondsAfrique [Regional]_____________________________________ 38 Gone Rural [S w azilandia]____________________________________ 42 RESOPP [S enegal]__________________________________________ 46

A M É R IC A LATINA

ASARBOLSEM [Bolivia] _____________________________________ 50 El Salinerito [E cu a do r]_______________________________________54

I I

ESTADO ESPAÑOL

Landare Textil ___________________________________________________ Cadena Solidaria [Argentina] ___________________________ 74 59 Som E nergia_______________________________________________ Red Comal [Honduras] _____________________________________ 78 63 Faces de Brasil [Brasil] _____________________________________ 69

Red Social Koopera_________________________________________ 81 Fiare _____________________________________________________ 85 _94 Conclusiones IDEAS_____________________________________________________ 89 100 Bibliografía _

Presentación Es una gran alegría para todo el equipo de SETEM que tengas estas páginas entre las m a­ nos, fruto de un largo recorrido de reflexión y lucha. Desde SETEM llevamos décadas trab a­ jando para la transform ación social, sobretodo centrada en la búsqueda de la justicia econó­ mica y la em ancipación de las personas (pro­ ductoras, trabajadoras y consum idoras). Con esta meta trabajam os activam ente en el fortalecim iento de todas las dim ensiones del m ovim iento de Comercio Justo - sensibili­ zación, com ercialización e incidencia política-, diseñam os cam pañas de movilización social alrededor de la protección y mejora de los de­ rechos laborales de los colectivos de personas trabajadoras, de los Im pactos sociales y mediam bientales de las actividades de empresas transnacionales, de prom oción de alternativas económ icas como la banca ética o el consu­ mo crítico y responsable... con el fin últim o de construir una cultura de la solidaridad interna­ cional respetuosa con la dignidad de los pue­ blos, orientada a erradicar las causas estruc­ turales de las desigualdades y a la creación alternativas colectivas. Todas estas líneas de trabajo encuentran un denom inador común en la propuesta de la Economía Solidaria, entendida como aquel conjunto de prácticas de producción, com er­ cialización, consum o y crédito que buscan la

satisfacción de necesidades y el desarrollo in­ tegral del ser humano y de la com unidad en lugar de la maximización de beneficios, y que se organizan siguiendo los valores de coopera­ ción, solidaridad, dem ocracia, igualdad y sostenibilidad. En este sentido, pues, hablamos, de producción cooperativa, de com ercializaci­ ón justa, de consumo responsable y de finan­ zas éticas. En el contexto actual de crisis del sistema, re­ cortes sociales, depredación del medio y explo­ tación humana nos parece especialmente útil e im portante seguir mostrando que existen muc­ has otras maneras de gestionar la sociedad y el entorno. Parafraseando a Eduardo Galeano en su visita a las plazas del 15M el pasado 2 011, “ hay otro mundo en la barriga de este m undo” , y éste huye de la homogeneización que nos im po­ ne el modelo actual, y se viste de la diversidad de iniciativas de la sociedad civil. El objetivo que nos marcamos con esta pu­ blicación es mostrar los Impactos negativos que está im plicando el actual modelo hegemónico capitalista, mediante mecanismos como el co­ mercio internacional o la dictadura económica de las empresas transnacionales, y contraponer y visibilizar una realidad ya existente: miles de experiencias de economía solidaria se están de­ sarrollando en todos los rincones del mundo, las cuales, poniendo las necesidades de las perso-

ñas y el medio como prioridad en sus activida­ des, generan diversidad de Impactos positivos que nos permiten confiar en la consecución de un mundo mejor para todas y todos. Queremos co m p artir contigo quince expe­ riencias del continente africano, latin oa m e ri­ canas y del Estado español. Cuando ideam os esta publicación , nos m arcam os algunos ejes prioritarios para analizar, presuponiendo que encontraríam os experiencias que podrían clasificarse según su im pacto en género, de­ rechos laborales, autogestión, ecología, cu ltu ­ ra de consum o, finanzas éticas... la elabora­ ción de esta edición ha sido un proceso de aprendizaje para el equipo. Enseguida vim os que no era posible hacer esa distinción tan clara. Las iniciativas de econonom ía solidaria que hem os conocido y recopilado son m ucho más ricas y com plejas que ese prim er esque­ ma que nos habíam os planteado: todos los em prend im ientos generan m ultitud de Im pac­ tos positivos en todas las áreas, convirtiendo este tip o de inciativas en respuestas holística s a diversos problem as que afrontam os com o com unidad. Por este m otivo, en el tercer capítulo dedicado a la exposición de casos, encontrarás cuadros resumen de Im pactos de cada experiencia, de los cuales resaltam os aquellos dos que consideram os más destacables para cada iniciativa.

Otro aspecto que nos proponem os visibilizar con estas páginas es que las experiencias tie ­ nen un alto grado de replicabilidad, atendiendo a las peculiaridades de cada contexto, por lo que nos parece de suma im portancia poder m ostrar diferentes iniciativas en diferentes lu­ gares, y contribuir a un aprendizaje común. En este sentido, tam bién nos gustaría re­ calcar la relevancia del trabajo en red, como m ecanism o de trabajo colaborativo, horizon­ tal y extensivo que perm ite al m ovim iento de economía solidaria tejer lazos regionales e intercontinentales que refuerzan la capacidad constructiva y de incidencia política. Nos gusta pensar que la lectura de esta pu­ blicación será un contagio de entusiasm o. Las siguientes páginas no son una com pilación de ideas y sueños, son la muestra de realidades que están configurando otra manera de traba­ jar, de producir, de relacionarnos y de entender el mundo. Está pasando y lo estam os hacien­ do. Esperamos contar contigo.

Anna Fernández Montes

Responsable de Cam pañas de SETEM Catalunya

Prólogo No es que una nueva econom ía distinta a la capitalista sea posible, es que ya existe. Adopta nom bres diferentes, según el autor y el contexto: econom ía social, econom ía de la so lid aridad, econom ía s olid a ri..., pero en cualquier caso cobija m iles de prácticas económ icas que operan con una racionalidad diferente de la econom ía cap italista y que in­ tentan guiarse por valores com o la ju s ticia , la solidaridad, la participa ció n, la cooperación, la com unidad y la sostenibilidad. En lugar de buscar el lucro com o hace la econom ía dom inante, son prácticas que per­ siguen satisfacer necesidades (de trabajo, de alim entación, de vivienda, de educación, de p a rticipa ción ...). En vez de organizarse de manera autoritaria, en torno a la propiedad del capital, lo hacen de manera dem ocrática y situando com o centro el trabajo hum ano. En vez de tra ta r el entorno am biental y soci­ al com o una fuente de recursos para usar y tirar, se consideran a sí m ism as com o parte inseparable de este m edio y se esfuerzan por preservarlo y m ejorarlo. Sector económ ico y m ovim iento social a la vez, la economía social y solidaria la forman experiencias de naturaleza muy diversa, unas centradas en la producción (en form a de tra­ bajo cooperativo), otras en la comercialización (en form a de com ercio ju sto), en el consumo

(como consumo responsable), en el crédito (las finanzas éticas), en la circulación de la moneda (las monedas sociales y locales) y otras ta m b i­ én en la propiedad y la gestión de los recursos (los bienes comunes). En todo ello participan m illones de personas, con grados de inserción diversos y sirviéndose de form as organizativas diferentes: muchas son cooperativas (de tra ­ bajo, de consumo, de crédito...), otras son aso­ ciaciones, tam bién las hay que operan como redes de cooperación inform ales... Quizás todavía lo verbaliza poco, quizás por el m om ento es un fenóm eno que se expresa tan sólo desde la co tidianidad, la cuestión es que la econom ía social y solidaria está ya redefiniendo conceptos clave para toda sociedad com o son los de em presa, rique­ za, eficiencia o m ercado. En el fondo, trae a la realidad el sentido originario del térm ino “ econom ía” , esto es el gobierno de la casa, la reproducción de la vida y la organización racional del conjunto de actividades que nos perm iten subsistir y satisfacer nuestras aspi­ raciones y necesidades. C iertam ente, no constituye ni m ucho menos la econom ía m ayoritaria, pero nadie puede m enospreciarla argum entando una supuesta insignificancia: a día de hoy está resolvien­ do ya las necesidades de cientos de m illones de personas de los cinco continentes (en el

m undo hay más de 8 0 0 m illones de coope­ rativistas) y, en estos últim os años, crece y se m ultiplica muy rápidam ente. Ésta es una descripción sum aria de la am ­ plia y heterogénea constelación que dibuja la econom ía social y solid aria. Para saber más, te recom iendo leer este libro que tienes en las manos. Los dos prim eros capítulos que ha escrito uno de los m áxim os expertos de la econom ía solidaria no sólo de Am éri­ ca Latina, sinode to do el m undo, el profesor uruguayo Pablo Guerra- analizan la situación actual de la econom ía m undial y plantean la posib ilid ad de que la econom ía solidaria se convierta en una alternativa al capitalism o. A continuación, el libro nos sumerge en la histo­ ria de quince experiencias de econom ía so li­ daria, que relatan prácticas de éxito, diversas, todas apasionantes, cinco de africanas, cinco am ericanas y cinco del Estado español. Cierra la obra un capítulo de conclusiones. Estamos, pues, ante un libro necesario, más aún en el presente contexto de crisis global del sistem a capitalista. Necesitamos lecturas de este tipo, que nos inspiren alternativas prac­ ticables para salir del agujero en que parecen querer enterrarnos especuladores, banqueros y grandes empresarios (cam uflados bajo el nombre de “ m ercados” ), y los políticos que les hacen de capataces.

Felicito e los com pañeros y com pañeras de Setem, organización líder de solidaridad inter­ nacional y tam bién entidad m iem bro de la Red de Economía Solidaria, por haber publicado este libro. El editor alem án Siegfried Unseld decía que todo escritor debería querer que su libro tuviera consecuencias. Honestamente, pi­ enso que “ Miradas globales para otra econo­ m ía” puede tenerlas. Las necesitamos.

Jordi Garcia Jané

Xarxa de Economía Solidaría de Catalunya (XES) M iem bro de la Red de Economía Alternativa y S olidaria (REAS)

Capítulo I Tendencias actuales de la economía

LA EVOLUCIÓN DE LA GLOBALIZACIÓN Y CONTEXTO ACTUAL Hay muchas maneras de entender y concebir a la globalización, un fenóm eno com plejo en sí mismo con aristas positivas y otras negativas. A los efectos de este estudio, partirem os de una definición acotada para dar cuenta de una de sus dim ensiones específicas. Nos referiremos entonces a la globalización como fenóm eno principalm ente económ ico y de carácter capi­ talista, pero vayamos por partes. Podemos de fin ir la globalización a nuestros efectos com o una nueva fase en la internacionalización de los m ercados. En concreto Benjam ín Coriat a quien seguirem os en la pe rio dificació n1 hace m ención a tres fases en los procesos de ¡nternacionalización, que -según entendem os- coloca a las em presas y a los estados en una especial situación de desenfrenada com petitividad com o nunca antes se había observado en el escenario m undial. Se trata fundam en talm ente de una globalización ca pita lista , en el entendido que los principales intereses por gestarla y m ante­ nerla responden a los grandes capitales que com o verem os más adelante en buena parte son “ capitales basura” que surgen en m edio de las burbujas especulativas y desaparecen cuando éstas estallan dando paso a las crisis financieras. 1

Primera etapa: Internacionalización Se extiende desde principios del S. XIX hasta la Primera Guerra M undial, y se caracteriza, en el caso de los países latinoamericanos, por fundar la concepción de los “ Estados Soberanos” , tanto en el plano político (procesos independentistas) como en el plano económico (emisión de mo­ neda, definición de tasas de cambio, control de intercambios aduaneros, etc.), a la par que cre­ ce la comercialización internacional. En el caso de los países africanos, la Conferencia de Berlín (1 8 8 4 - 1885) es la que determina una fuerte colonización por parte de los países europeos, generando Estados Nacionales pero de tipos co­ loniales, dando lugar a una serie de inversiones en infraestructura pensadas justam ente para facilitar la logística de la nueva división interna­ cional del trabajo. Esta nueva división consiste en una notoria diferencia de roles económicos entre el centro (parte de Europa fundam ental­ mente en esta etapa) y la periferia (Asia, África y América). Para la periferia, el modelo podría denominarse “ primario extractivista” , en la medi­ da que a los países del sur les correspondía ela­ borar y exportar productos primarios muy espe­ cíficos: agro y pecuaria en Uruguay y Argentina; café en Brasil, Colombia, Angola o Etiopía; fruta en los países del Caribe,Tailandia, India o Filipi­ nas; cobre en Chile; oro en Sudáfrica; cromo en Zimbawbe; azúcar en Cuba; cacao en Ecuador, Costa de Marfil o Malasia, etc., profundizándose

Coriat, B.: Los d e safío s de la co m p e titivid a d , Bs. As., UBA, 1 9 9 7 .

bajo el liderazgo de la aristocracia latifundista, las diferentes formas de explotación rural de la época: estancias, hacienda y explotaciones. Han sido escasos los modelos nacionales que inten­ taron m odificar este patrón internacional, acaso el Paraguay anteriora la Guerra de Triple Alianza (1 8 6 5 - 1870), la Revolución Mexicana (1 9 1 7 ) o para irnos antes en el tiem po, la experiencia de las Misiones Jesuíticas en la región del Guai­ ra (duramente reprimidas por los Imperios de España y Portugal a partir de las repercusiones del Tratado de Madrid de 1750). El aum ento del com ercio internacional en esta primera etapa genera algunos hitos im ­ portantes en materia de tratados de libre co­ mercio. Es el caso del tratado franco - británico de 1860, conocido como “Tratado Cobden” en honor al reconocido econom ista liberal. Gran Bretaña justam ente influirá notoriam ente en esta etapa prom oviendo políticas liberales y de libre com ercio en buena parte del m undo a partir de lo que el historiador británico Bernard Semmel denom inó “ free trade im perialism ” o im perialism o del libre comercio. Segunda etapa: Mundialización Comprende desde la Segunda Guerra Mundial hasta los años setenta, década que ha servido de corte histórico para im portante cantidad de fenóm enos sociales, culturales y económicos. La principal novedad aquí es que las firm as m ultinacionales empiezan a operar con base m undial, dividiendo sus procesos productivos y com erciales. Mientras esto ocurría, los Estados Naciona­ les en América Latina exploraban nuevas vías hacia el desarrollo, im plem entando la estrate­ gia sustitutiva de im portaciones, y por lo tanto cam biando a los actores líderes de estos pro­ cesos, que pasan a ser ahora los empresarios

industriales (burguesía nacional), sobre todo los de sectores estratégicos como el siderúrgi­ co, m etal-m ecánico y petrolero. Nótese, como al tiem po que el Estado asumía obligaciones en el cam po industrial, las m ultinacionales tam bién iban extendiendo sus tejidos en estos países, comenzando una etapa de com erciali­ zación entre firm as (intra ramas), que asumiría valores cercanos al 40% sobre el total del co­ mercio m undial. Evidentemente, no tiene senti­ do hablar de libre com petencia en ese marco. El caso africano fue diferente: la postgue­ rra depara una nueva geografía internacional, provocando un fuerte y lento proceso de des­ colonización que inhibió, por diversas circuns­ tancias, la posibilidad de gestar procesos au­ tónom os de desarrollo con base industrial. En estos casos las m ultinacionales operaron con mayor liberalidad. En esta etapa de postguerra surgen ade­ más algunas instituciones fundam entales para com prender la historia económica contem po­ ránea. Los acuerdos de Bretton Woods (1 9 4 4 ) por ejem plo sientan las bases de una econo­ mía basada en el dólar como patrón interna­ cional de referencia, adem ás de crear el Banco M undial y el Fondo M onetario Internacional, de desgraciada influencia cuando se desata la cri­ sis de la deuda externa de los países del tercer m undo, en el marco de la tercera etapa. Tercera etapa: Globalización Nace a m ediados de los años setenta y al­ canza hasta nuestros días. Como ha señalado el “ Grupo de Lisboa” , el “ m undo global” es el resultado de una profunda reorganización re­ ciente de la economía y de la sociedad que busca abarcar a la vez los países capitalistas desarrollados, los países ex-com unistas y los países llam ados “ en desarrollo” 2.

2 GRUPO DE LISBOA: Los lím ite s a la co m p e titivid a d . Cóm o se de be g e s tio n a r la A ldea G lobal, U N Q ui/S udam erican a, Buenos Aires 1 9 9 6 .

Podemos mencionar en ese sentido, varias características que asume este nuevo período. ■ En prim er lugar, la globalización capitalista pasa a ser fundam entalm ente globalización f i­ nanciera, con su correspondiente desregulación (en térm inos generales) de los mercados de finanzas. Según el Banco de Reglamentos In-

Las fusiones empresariales no dejan de sucederse. Aquí van las de mayor notoriedad iniciadas en 2011: Express Scripts, empresa de gestión de servicios de salud, anunció en julio la compra de Medco por US$29.140 millones. Johnson & Johnson, farmacéutica estadou­ nidense, ofreció US$21.497 millones por Synthes, empresa de productos ortopédicos con sede en Suiza. Kinder Morgan, distribuidora estadounidense de gas natural, anunció la compra de El Paso por US$21.180 millones. Google anunció un acuerdo de US$12.938 millones para adquirir Motorola Mobility, divi­ sión de Motorola que fabrica celulares con el sistema operativo de Android, de Google.

ternacionales, las transacciones en el mercado de cambios alcanzaban sobre principios de este siglo al billón de dólares diarios y representa­ ban cincuenta veces el monto del intercambio de bienes y de servicios. En el mismo sentido, Jaerson Bezerra nos habla de una globalizaci­

ón alentada por una gran cantidad de dinero “ ocioso” , en un mundo “ que crece poco y se distribuye aún menos, que desemplea mucho y convive con formas cada vez más sofisticadas de exclusión social y de desigualdad tecnológi­ ca”3. Decimos que la globalización es “ especi­ alm ente” financiera, porque aquí se cumple el principio de Castells de una economía con la capacidad de funcionar como una “ unidad de tiem po real a escala planetaria” , cosa que no ocurre -aún- con los otros mercados4. La desregulación tam bién es visible en los grandes servicios internacionales masivos, caso de las telecom unicaciones, pero ta m ­ bién en el transporte aéreo; así com o en los m ercados laborales, para hacer referencia a los casos más obvios. El mal llam ado “ Con­ senso de W ashington” de gran receptividad por los gobiernos latinoam ericanos en los no­ venta, fue determ inante para consolidar estos procesos. ■ Una segunda característica de esta etapa es que al tiem po que se globaliza, ocurren procesos de concentración: el intercam bio de am enazas al decir de Coriat, propio de la lógica m ercantil exacerbada, lleva a que por un lado, las em presas se reúnan para m an­ tener sus rentas, dando lugar a procesos de concentración (ya sea por m edio de la fusión o adquisición em presarial), com o es evidente ha ocurrido con num erosas em presas m edi­ anas y grandes en diversas ramas de activi­ dad: Rhóne-Poulenc de Francia con Hoeschst de Alem ania en la industria farm acéutica; la francesa Total y la belga Petrofina o Amoco y British Petroleum, o Exxon y M obil de Norte-

3 Bezerra, J.: "Políticas económ ica s, Ideo lóg icas y dim ensió n G eo cu ltu ra l”, Fondatlon C harles Léopold Mayer pour le Progrés de THom m e y Alianza por un m und o responsable, plural y so lida rlo, 2 0 0 1 . 4 Castells, M.: La era de la in fo rm a c ió n : Econom ía, S o c ie d a d y C u ltu ra , M adrid, Alianza, 1 9 9 8 .

am érica para el caso de la industria del pe­ tróleo; el Deustche Bank con el norteam erica­ no BankerTrust, o C iticorp con Travelers, para el caso bancario; Bell y GTE, o ATT y TCI en las telecom unicaciones; Volkswagen con Seat y Skoda, o Peugeot con Citroen entre otras para la industria autom otriz, son solo algunas de las operaciones de mayor notoriedad en los noventa. Una de las mayores operaciones de fusión ocurrió en el 2 0 0 0 cuando Am erican Online (AOL) com pra el grupo Tim e Warner en 156 mil m illones de dólares. Como señala Zubero, sin embargo, son fusio­ nes paradójicas: suman capitales, incrementan cuotas de m ercado, com parten directivos, pero restan trabajadores y trabajadoras, todo esto alentado por las Bolsas que tienden a recibir com o una buena señal el anuncio de despido de mano de obra5. Los Estados, por su lado, se ju n ta n para rem arcar el te rrito rio donde se concentran sus principales Intercam bios. Los procesos de integración regional en este período de análisis son ejem plos en la m ateria. En Am é­ rica: C om unidad del Caribe (1 9 7 3 ), M ercado Común del Sur (1 9 9 1 ), N A F A (1 9 9 4 ), Co­ m unidad Andina de N aciones (1 9 9 8 ) a lo que debem os sum ar las infructuosas gestio­ nes para in stalar el ALCA (2 0 0 1 ). En Asia y Pacífico: ANCERT (1 9 8 3 ), AFTA (1 9 9 2 ), APEC (1 9 9 4 ), Japón y S ingapur (2 0 1 1 ). En África hay una am plia nom enclatura de pactos re­ gionales alcanzados en este período de refe­ rencia, solo a m anera de ejem plo podem os citar: Tratado C onstitutivo de la C om unidad E co nó -rnica de África O ccidental (ECOWAS, 1 9 7 5 ), C om unidad Económ ica de Estados

del África Central (CEEAC, 1 9 8 3 ), Unión Eco­ nóm ica y M onetaria para África del Oeste (1 9 9 6 ), Unión Africana (1 9 9 9 ), C om unidad para el D esarrollo de África Austral (2 0 0 0 ), M ercado Común para África del Este y del Sur (2 0 0 4 ), etc. En Europa nos podem os concen­ tra r en lo sucedido por la década de los no­ venta: firm a del Tratado de la Unión Europea en M aastricht (1 9 9 2 ), Firma del Acuerdo so­ bre el Espacio Económ ico Europeo (1 9 9 2 ), entrada en vigor del m ercado único (1 9 9 3 ), entrada en vigor del Tratado de la Unión Euro­ pea (1 9 9 3 ), Firma del Tratado de Ám sterdam (1 9 9 7 ), Creación del Banco Central Europeo (1 9 9 8 ), etc. Nótese sin em bargo que los procesos de integración regional han estado dom inados en m uchos casos por visiones más o m enos liberales, que ponen énfasis en las dim e n ­ siones m ercantiles antes que en las más propiam ente p o líticas (éstas ú ltim as más tra b a ja d a s en el proceso europeo respecto a lo ocurrido en las otras regiones). Estas visiones m ás m e rcantilista s se exacerban en los tra ta d o s de lib re com ercio a nivel b ila ­ teral así com o en el sistem a m u ltila te ra l. Si bien la firm a del GATT ocurre en el m arco del segundo período analizado (1 9 4 7 ), la Ron­ da Uruguay marca un hito en su historia con la creación de la O rganización M undial del C om ercio (OMC, 1 9 9 4 ). Las negociaciones a q u í m uestran una in cu e stio n a b le in fluen­ cia por parte de los intereses de los países m ás ricos al centrar el debate en el com er­ cio de las m ercancías y de los servicios, con la excepción de los productos agrícolas, lo que ha producido un e stancam iento de las

5 Zubero, I.: "Entre la glob aliza ción económ ica y el na cio n a lism o po lítico: el espacio de una nueva so cie d a d civil m und ia l, en Pérez Adán (c o m p ): Las Terceras Vías, M adrid, Ediciones Intern aciona le s U niversitarias, 2 0 0 1 .

¿Sabíé

negociaciones, ya que esto supone un claro d e se q u ilib rio para los países em pobre cidos que, com o hem os visto en la prim era etapa, se han especializado en la producción y co­ m ercialización de m aterias prim as. Las negociaciones bilaterales, mientras tanto, de gran dinam ism o en los noventa, han ido incorporando cláusulas tam bién influidas por posiciones de dom inio. Es el caso de las repercusiones en la producción de alim entos, en la pequeña producción fam iliar, en el uso de patentes (de gran im pacto para la industria farm acéutica) o en las norm as para concursos públicos6. Es en este contexto que las em presas trasn acio na le s (ETN) logran posicionarse con mayor fuerza, haciendo valer sus derechos em presariales por encim a m uchas veces de derechos hum anos más fundam en tales. Hay evidencia, por ejem plo, de obstáculos im pues­ tos por ciertas ETN para el acceso de m uchos países a fárm acos genéricos; de agresiones a pueblos indígenas, al m edioam biente o al derecho laboral. Un caso paradigm ático, es el ju ic io interpuesto por la m ultinacio nal Philip M orris al Estado Uruguayo cuando éste instala en 2 0 0 6 7 una Ley dirigida a proteger la salud pública lim itando la publicid ad com ercial que incita al consum o del tabaco. Como expresa el Tribunal Perm anente de los Pueblos, “ los derechos de las ETNs se ven tu tela do s por un

o rd e n a m ¡e n t 0 jurídico global ba-

me...

el m onto de subsidios a la agricultura de los países con altos ingresos económ icos es cinco veces superior al m onto total destinado a la cooperación internacional?

sado en re­ glas de com er­ cio y de inversiones de carácter im perativo, coercitivas y ejecuti­ vas, m ientras que sus obligaciones se rem iten a ordenam ientos nacionales som etidos a la lógica neoliberal, a un derecho internacional de los derechos hum anos m anifiestam ente frágil, y a una responsabilidad social corpo­ rativa voluntaria, unilateral y no exigible ju rí­ d icam ente”8. ■ Una tercera característica es que a la cre­ ciente m ercantilización de la vida, que carac­ terizó en realidad a los tres períodos anotados, se le suma en el plano cultural, la tendencia a im portar determ inados m odelos de consu­ mo. La explosión de la cultura de consumismo norteamericana o m acdonalización de la vida, es reflejo de varios factores que actúan en si­ m ultáneo. Si bien la globalización perm ite un mayor intercam bio cultural y por lo tanto una mayor riqueza producto de la m ulticulturización, ciertam ente los m ecanism os por los que fluyen los intercam bios culturales no dejan de estar afectados por ciertas relaciones de do­ minación.

6 Para un an álisis crítico sobre los tra ta d o s de libre co m e rcio Cfr. SETEM: "De un co m e rcio esclavo a un co m e rcio ju s to ” , Revista N. 2 0 , D iciem bre de 2 0 1 1 . 7 Ley 1 8 .2 5 6 de 2 0 0 6 . El litig io entre una de las p rin cipales ta b a caleras del m und o y uno de los países m ás pe queñ os de Am érica Latina, basa sus argum entos en un Acuerdo de Protección Recíproca de Inversiones que Im pediría al Estado Uruguayo defe nder la salud p ú blica de sus h a b ita n te s m e dian te m eca nism os legítim am en te esta b le cid o s por su Parlam ento N acional. Es de de stacar que las ventas an uales de la ETN su pera en m uch as veces el PIB del Uruguay. 8 Cfr.Tribunal Perm anente de los Pueblos: "La Unión Europea y las ETN en Am érica L a tina” , M adrid, Mayo de 2 0 1 0 , en h ttp : / / w w w .e n la za n d o a lte rn a tlva s .o rg /IM G /p d f/T P P -ve rd lct_ e s .p d f (R e cuperado en Marzo de 2 0 1 2 ) 9 C honchol, Jacques: "G lo balizació n y n e o c o lo n ia lis m o ” , Reflexión y Liberación, S an tiag o de Chile, 1 9 9 6 , en h ttp ://w w w .s e rv ic lo s k o ln o n ia .o rg /re la t/1 8 4 .h tm (R e cuperado en Febrero de 2 0 1 1 ). 10 "V ita li, S. G lattfelder, B. and B attlston, S.: "The netw ork o f glob al corporate c o n tro l” (Las redes del control glob al de las em ­ presas), en h ttp ://a r x iv .o rg /P S _ c a c h e /a r x lv /p d f/1 1 0 7 /1 1 0 7 .5 7 2 8 v 2 .p d f p u b lic a d o en 2 0 1 1 (recuperado en Febrero de 2 0 1 2 ).

Ranking de las 10 corporaciones más influyentes en la economía globalizada (fuente: “The network of global corporate control”, 2011): 1 BARCLAYS PLC (GB) ■ Finalm ente, como señala Jacques Chonchol, la globalización se m anifiesta en el plano de «un cierto traspaso de poder de los Estados nacionales a las sociedades m ultinacionales y de una sim biosis entre los intereses de los grandes Estados de los países desarrollados y dichas sociedades»9. Un reciente estudio publicado en Suiza10 revela que un grupo de 1 .3 1 8 empresas se sitúa al centro del com er­ cio global controlando el 50% de los ingresos de explotación de todas las corporaciones m ultinacionales. Al interior de este grupo se encuentra un núcleo de 147 m ultinacionales. Esta ‘superentid a d ’ controla cerca del 40% del valor total de las m ultinacionales y el 75% de ellas correponden a grupos financieros. Estas grandes m u ltin a cio n a le s, com o in­ siste C h o n c h o l,« no son hom ogéneas ni por sus estructuras fin an cie ra s ni por su d im e n ­ sión o por sus estrategias. A pesar de perte ­ necer teó rica m e n te a ciu da da no s de algunos de los grandes países desarro lla do s, ningún gobierno de esos países puede ejercer un control sobre ellas. Si alguna ley m olesta su expansión, ellas am enazan desplazarse y pueden hacerlo rápidam ente. Pueden m over­ se lib re m e nte por el planeta para escoger la m ano de obra más barata , el m edio a m b ie n ­ te m enos proteg ido por leyes o reglam entos, el régim en fiscal m ás favorable para ellas o los su b sid io s m ás generosos. No necesitan ya, com o las grandes em presas del pasado, ligarse a una nación o d e ja r que se n tim ie nto s nacionales so lid a rio s entram en sus proyec­ tos. Están en gran parte al margen del con­ trol in d ivid u a l de sus Estados de o rig e n ». En este se n tid o , co m p a rtim o s con Beck cuando señala que la glo ba liza ción económ ica “ no

2 CAPITAL GROUP COMPANIES INC, (US) 3 FMR CORP (US) 4AXA (FR) 5 STATE STREET CORPORATION (US) 6 JPMORGAN CHASE & CO. (US) 7 LEGAL & GENERAL GROUP PLC (GB) 8 VANGUARD GROUR INC., (US) 9 UBSAG (CH) 10 MERRILL LYNCH & CO., INC. (US)

es ningún m ecanism o ni a u to m a tism o , sino que es cada vez m ás, un proyecto político cuyos agentes trasn a cio n a le s, in stitucione s y convergencias en el discurso (B anco M un­ d ia l, OMC, OCDE, em presas m u ltin a cio n a le s, así com o otras organizaciones in te rn a cio n a ­ les) fom entan la política económ ica n eolibe­ ra l” 11. En materia productiva y com ercial, resalta una nueva estrategia de com petitividad muy utilizada por las empresas trasnacionales con base en los países del centro: las políticas de relocalización, esto es, el traslado de ciertas áreas productivas (bienes o servicios) que realizan empresas situadas en los países más ricos hacia los países emergentes. Anglicismos com o “ Offshoring” o “ Outsourcing” comienzan a ser de dom inio público, para hacer referencia a los procesos de tercerización y deslocalización en países que perm itan una mayor rentabilidad a los capitales. El Kearney Global Services Location Index realiza un ranking con los siguien­ tes países más atractivos para este nuevo tipo de práctica empresarial: India, China, Malasia, Tailandia, Indonesia, Egipto, Filipinas, Chile,

11 B eck, U.: ¿ Q ué e s la g lo b a liz a c ió n ? . F a la c ia s a l g lo b a lis m o , re s p u e s ta s a la g lo b a liz a c ió n , B a rc e lo n a , Raidos, 1 9 9 8 .

G ráfico 1: Evolución de los salarios y consumo en relación al PIB en los EEUU

Jordania y Vietnam encabezan el listado. El prim er país de alto desarrollo económ ico en el ranking es EEUU en el puesto 14, seguido de Canadá en el puesto 2 8 12. En América Latina, este período de globaliza­ ción se corresponde con el abandono de la estrategia sustitutiva de im portaciones, por un paulatino (en algunos casos radicales, com o en Chile) proceso de apertura com ercial tendiente a lograr mayores niveles de exportación de bie­ nes no tradicionales y por un proceso muy claro hacia la privatización de las empresas estatiza­ das en el período anterior. Sin duda la creciente deuda externa tuvo efectos determ inantes en este proceso. En África por su parte, este período revela una enorme crisis fom entada entre otros facto­ res, por la desregulación creciente, el desplome de relaciones sociales que contribuían a la re­

distribución, la mayor participación de agentes económ icos sin escrúpulos y una violencia in­ usitada que impulsa guerras intestinas y pro­ longadas luchas sociales. Todo lo anotado lleva sobre finales de los 90 a una mayor tom a de conciencia por parte de ciertos sectores sociales. La globalización capi­ ta lis ta comienza a ser cuestionada dando lugar a m anifestaciones crecientes como las ocurri­ das desde la reunión de Seattle de la OMC en Noviembre de 1999 o la contracum bre de Davos, el Foro Social M undial realizado en Porto Alegre en Enero de 2 001.

CRISIS DEL SISTEMA La población m undial se ha visto sacudida a com ienzos del Siglo XXI. Las te n d e n cia s hacia la liberalización de las econom ías, la

12 ATKearney: The S h iftin g G eography o fO ffs h o rin g , Chicago, 2 0 0 9 .

G ráfico 2: Evolución Tasas de B eneficios y de A cum ulación (EEUU + Europa + Japón)

desregulación de los m ercados, la d e slo ca ­ lización productiva o la m erca ntiliza ció n de d iferen te s bienes e conóm icos no parecían s ig n ific a r un problem a para quienes hegem onizaban los discursos y las p rá cticas eco­ nóm icas. La a c en tua ción de las d e s ig u a l­ dades, el ca m b io c lim á tic o , los crecientes niveles de pobreza y exclusión social más bien eran id e n tific a d o s com o e xternalidades que el propio m ercado debería ir corrigiendo en la m edida que ganara terren o frente a re­ gula cio ne s que aún c o n tin ua ba n afectan do “ la m ano in v is ib le ” . Los grandes a rq uite cto s de ese fia sco fin a n cie ro , com o Alan Greenspan, no podían im aginarse lo que vendría, lo que com ienza a suceder a p a rtir de fines de 2 0 0 7 . Hasta entonces los agentes financieros globales estaban eufóricos: llevaban ya varios años de un auge sostenido, con inversionis­ tas, empresarios, gobiernos y consum idores/ as beneficiándose de un círculo que parecía virtuoso: unos invertían, otros producían, unos

terceros consum ían, todo gracias a las bonda­ des del libre mercado. Sin em bargo, com o podem os a preciar en el gráfico 1, el consum o devenido en consum ism o com ienza a generar una distancia a pre cia b le en relación a los ingresos, fe n ó ­ meno que com ienza a ser visib le a p a rtir de la década de los ochenta en el contexto del m odelo neoliberal im pulsado por Reagan. A su vez, el m odelo hegemónico se estaba basando en un distanciam iento cada vez mayor entre las ganancias financieras y la inversión productiva, o dicho de otra manera, el capital fic tic io le ganaba terreno al capital productivo, como puede observarse en el gráfico 2. Este gráfico muestra las distancias cada vez mayores entre la tasa de ganancia (bene­ fic io /c a p ita l) y la tasa de acum ulación (tasa de crecim iento del volum en de capital neto). Señala Michel Husson al respecto: “ La masa creciente de beneficios no invertidos ha sido principalm ente distribuida bajo form a de ingre­ sos financieros y es ahí donde se encuentra la

¿Sabías que... La crisis especulativa de los alim entos en 2 0 0 8 provocó un increm ento de las personas desnutridas de 75 m illones según la FAO?

fu e n te del pro­ ceso de fin a n c ia rización. La diferencia entre la tasa de beneficio y la tasa de inversión representa, por otra parte, un buen ind icad o r del grado de financiarización. Se puede tam bién v e rifica r que el auge del d e se m pleo y de la pre ca rie d a d va de par con el cre c im ie n to de la esfera fin a n ­ c ie ra ” 13. Se puede com prender de esta manera en­ tonces cóm o se van acum ulando capitales que tom an la form a de activos financieros (llam a­ dos activos fantasm as por algunos analistas al no estar anclados en la economía real) de­ seosos de ser reinvertidos en nuevos form atos (productos derivados) buscando mayores ren­ tabilidades. Esta fiesta de aparente prosperidad y evidente descontrol com ienza su fin al a m e­ diad os de 2 0 0 7 , cuando algunos bancos y finan cieras en Estados U nidos experim entan serios problem as de liquidez. ¿Qué había s ucedido? Tanto se había infla do la burbuja in m o b ilia ria (a lim e n ta d a por créditos bara­ tos para m antener el crecim ien to de la eco­ nom ía y el consum o, así com o por el re la ja ­ m iento de las regulaciones bancarias), que las fa m ilia s fueron incentivadas a com prar bienes in m uebles por encim a de su ca p a ­ cidad real de pago, las h ipotecas a su vez se tran sfo rm an en papeles negociables, las vivienda s aum entan su valor en el m ercado, hasta ta l punto que algunos prestam istas ya no pueden hacer frente a sus obligaciones. En ese m om ento los bancos se encuentran

con la situ a ció n de hipotecas sin valor y con inversionistas reclam ando sus divid endos. El resultado es que algunos bancos ya no tie ­ nen fondos suficien tes para hacer frente a sus obligaciones. Los papeles que se habían m u ltip lic a d o en un frenesí in te rm in a b le por la especulación y la búsqueda de lucro (que ta m b ié n habían afectado los precios de los a lim e n to s y de otras m aterias prim as com o el p e tróleo), pasan a te n e r cada vez m enos respaldo ta n g ib le . Pronto la crisis dem uestra que no solo es de algunos bancos, sino de to d o un siste m a fin a n c ie ro que eclip sa b a . El resultado in m ediato es un encadenam iento crítico en las bolsas de valores, en los títu lo s de las em presas y en la econom ía real, con desenlace en un aum ento co nsiderable de las tasas de paro y de la pobreza. S e tiem ­ bre de 2 0 0 8 , por ejem plo, es testigo de la caída de gigantes com o Lehm an Brothers o la aseguradora AIG. El G obierno reacciona inyectando m iles de m illone s para salvar a las institu cio n e s bancarias y evitar un nuevo freno a la econom ía. Lo m ism o sucedería en a q uellos países y regiones más afectadas por la crisis financiera, caso de Europa y Ja­ pón, volviendo más vulnerables econom ías que nunca antes habían visto engordar sus deudas y d ila p id a r ta n ta s reservas a cam bio de nada. Algunos años después, el saliente Presiden­ te del Banco Central Europeo se confesaba: “ El origen de la crisis financiera es sisté m ica” (Foro de Davos, 2 0 1 2 ). Sin embargo se refería al sistema financiero, cuando en realidad hay un sistem a-m undo, al decir de W allerstein, que se encuentra en profunda crisis, o lo que es lo mismo: las finanzas son solo una parte del problema.

13 Husson, M.: "¿C risis de las finanzas o crisis del c a p ita lis m o ” , en h ttp ://h u s s o n e t.fre e .fr/d e n k n e s p .p d f (R e cuperado en febrero de 2 0 1 2 ).

¿Sabía;

LA OTRA PARTE DEL PROBLEMA ¿Qué tiene en común la crisis financiera, con el cam bio clim ático, las revueltas en los estados árabes, el aum ento en el precio de los alim en­ tos, los reclamos de miles de jóvenes acam ­ padas en Madrid o Nueva York, o el aum ento de consumo de ansiolíticos? Probablem ente muchas más cosas en común de las que nos imaginam os. Se trata de una serie de hechos concretos que han surgido en los últim os años y que muestran una serie de respuestas res­ pecto a un m undo que está m utando y cuya di­ rección de cam bio dependerá de las capacida­ des propositivas de las actuales generaciones. El cam bio clim ático sea quizá uno de los asuntos de mayor preocupación, causa y efecto en ese “sistema - m undo” en transform ación. Así como la tragedia de Fukushima ha abierto los ojos de muchos para cuestionar los planes nucleares y reactivar las inversiones en ener­ gías renovables, las tragedias socioeconóm i­ cas -unidas a la movilización social- deberían provocar cam bios en ciertas instituciones eco­ nóm icas y políticas. Pero veam os estos asun­ tos con más detenim iento, concentrándonos en las tres crisis que confluyen en el sistem a: crisis financiera (vista anteriorm ente), crisis energética y crisis alim entaria, con sus mutuas im plicaciones. La crisis energética es la consecuencia de un m odelo de desarrollo basado en la explota­ ción de las fuentes energéticas no renovables, a su vez producto de una concepción del m un­ do -tam bién en crisis- según la cual el creci­ m iento económ ico conlleva bienestar y ello ha fom entado la depredación del medio por parte del ser hum ano. Las ciencias (en su discurso más cientificista y positivista) se encargarán de

Según la FAO, para el caso de los Estados Unidos, se indica que los alim entos que com ponen la dieta diaria de cada habitante recorren más de 8 mil kilóm etros en prom edio antes de llegar a su mesa?

e n c o n tra r s olucion es a los problemas que obstaculicen ese crecim iento. La confianza ciega en el progreso comienza a ser cuestionada por las elaboraciones del Club de Roma y su infor­ me sobre “ los límites del crecim iento” (1 9 7 2 ). Aunque desde hace algunas décadas tom a­ mos conciencia acerca de la im posibilidad de crecer ilim itadam ente en un mundo lim itado y desde 1979 la com unidad científica adopta el térm ino de “ calentam iento global” , lo cierto es que este fenóm eno sigue en aum ento ponien­ do en jaque la seguridad alim entaria y el acce­ so al agua potable por parte de la mayoría de la población en el mundo. En los últim os años, esta crisis ecológica y de las fuentes energé­ ticas se ha recrudecido adem ás por las pro­ pias tendencias especulativas de la economía. Recordemos que en 2 0 0 7 el precio del barril del petróleo por primera vez alcanza el valor de U$S 100 y llega a trepar hasta U$S 147 para bajar por efecto de la ley de oferta y dem anda junto a la recesión económ ica de 2 0 0 8 . Esto provoca que productores y productoras de todo el mundo se movilizaran por los efectos, de es­ tos precios en la producción de bienes incluido los alim entos que utilizan m edios de produc­ ción en base a com bustibles fósiles. La crisis alim e n ta ria es tam bién un pro­ ducto de estas tendencias. La m aximización de ganancias que persigue el capital especu­ lativo lleva a que se haya invertido m ucho di­ nero en las bolsas (sobre todo de Nueva York, Londres y Chicago, que influyen directam ente en los precios de las co m m o d itie s14 de todo

14 La tra d u cció n de c o m m o d itie es m ercancía, pero en este contexto es m ás acertad o por tra d u cir por "m a te ria s p rim a s ”

el m undo) apuntalando el negocio de los a li­ mentos, considerado una inversión segura ya que la gente debe comer. También conduce a un aum ento de la inversión directa acum ulan­ do tierras productivas o con am plias reservas de agua, desplazando de esta manera a m illo ­ nes de fa m ilia s productoras del m edio rural. La vo latilid ad bursátil y la especulación con bienes tan fundam en tale s com o son los alim entos se realiza m ediante refinados m e­ canism os que un Inform e del In s titu te fo r A griculture and Trade Policy describe de la si­ guiente manera: “ Para evitar los reglam entos de especulación, el ca b ild e o 15 neoliberal pro­ puso una exención en las reglas para perm i­ tir que las institucione s financieras pudieran vender y revender los contratos de futuros por m edio de contratos de intercam bio (Swaps), com o si fueran pólizas de seguros. Adem ás, en vez de “ apostar” en tal o cual m ateria pri­ ma, algunas casas financieras confecciona­ ron unos fondos de índice de m aterias prim as para diversificar riesgos de precio / . . . / En vez de com prar o vender los contratos según la oferta y dem anda de una m ateria prim a, los fondos com praron o vendieron una mezcla de m aterias prim as, calculadas según una fór­ mula m atem ática p a te n ta d a ” 16. Al igual que con la burbuja inm obiliaria, la enorm e inyección de dólares para la especu­ lación en m aterias prim as derivó en una infla­ ción de los precios que colapso. Cuando ello sucede los Bancos no pueden responder por falta de reservas siendo rescatados por los fondos públicos. Quisiéramos poner énfasis en que el au­ mento de estos precios se debe a la especu­ lación (com o sucedió con la crisis financiera),

pero tam bién al cam bio clim ático (que genera pérdida de productividad en las cosechas), a la producción de biocom bustibles (cuya gene­ ración requiere muchas hectáreas de tierra, lo cual presiona al alza el precio de los alim en­ tos), al aum ento en el precio de los insumos y del petróleo (que a su vez son resultado de los procesos especulativos y de la crisis energéti­ ca), interrelacionando los diversos com ponen­ tes sistém icos, a tal punto que es difícil esta­ blecer a ciencia cierta qué es causa o qué es consecuencia en esta com pleja dinám ica. Nos basta saber, sin embargo, que un m o­ delo de hacer economía ya está encontrando sus lím ites y que otro m odelo debe reem pla­ zarlo urgentemente. Es necesario que ese nue­ vo m odelo se inspire en valores más elevados, como explicaremos en el siguiente capítulo.

15 C onjunto de acciones e m prend id as por iobb ie s para orie ntar las políticas. 16 S uppan, S.: "E sp eculació n en las bolsas de m aterias prim as. Riesgos a la se gurid ad a lim e ntaria y a la a g ricu ltu ra ” , IATR D iciem bre de 2 0 0 8 .

¿ t a jju d iu ie u u d c u u iiu ii iid :

El caso de las economías solidarias

Crisis económ ica, crisis social y am biental, desem pleo creciente, objetivos del m ilenio in­ cum plidos por el aum ento de la pobreza en el m undo, pérdida de referencias culturales. Los signos de los tiem pos que nos tocan vivir pare­ cen no ser alentadores. Sin embargo la historia no es unilineal: jun to a las grandes tendencias se pueden observar siem pre tendencias alter­ nativas, toda cultura hegemónica genera con­ traculturas, las sociedades presentan siem pre una gran capacidad de resistencia que abrigan notas de esperanza aún en los contextos más agobiantes. Como dice Marcos Arruda n i el ca­ pitalism o es la única form a viable de organi­ zación, ni la globalización capitalista la única fórm ula a la que podem os aspirar En el plano económ ico, podem os observar cóm o frente a los modelos de desarrollo im perantes, basados en una lectura extrem adam ente individualista, m aterialista y liberal del com portam iento hu­ mano, se han ¡do gestando pequeñas expe­ riencias que dem uestran en los hechos cómo es posible hacer econom ía en base a valores como la solidaridad, la equidad, la ju sticia , la cooperación, la participación y el cuidado del medio am biente. Es así que desde hace ya varios años se vie­ ne divulgando en el m undo de las ¡deas y las prácticas económ icas alternativas, el concepto de econom ía de la solid aridad o economía so­

lidaria para dar cuenta de las numerosas ex­ periencias de hacer economía (en sus diversas fases de producción, distribución, consumo y acum ulación) que se caracterizan por m ovili­ zar recursos, factores, relaciones económ icas y valores alternativos a los que hegemonizan en nuestros mercados, poniendo al ser hum ano y sus necesidades como prioridad. Al tratarse de experiencias que pretenden manejarse con criterios alternativos en alguna de las cuatro fases de la economía, necesa­ riam ente estam os frente a realidades muy diversificadas de propuestas, por ejemplo: cooperativas, grupos asociativos y empresas recuperadas, talleres autogestionados, com u­ nidades de trabajo, experiencias de comercio justo y com unitario, de ahorro ético, de produc­ ción ecológica y sostenible, de consumo res­ ponsable, de tecnologías alternativas, etc.

DIM ENSIO NES DE LA ECONOMÍA SOLIDARIA Debemos reconocer tres grandes dim ensiones de la economía solidaria: ■ Es un m ovim iento que propone una visión a lternativa y constructiva sobre el concep­ to de desarrollo y el c o m p o rta m ie n to eco­ nóm ico.

Algunas características de una empresa de economía solidaria: Democracia: las decisiones se toman en conjunto. Equidad: los derechos y deberes se distribuyen equitativamente entre los socios y socias. Justicia distributiva: los propios socios y socias definen los criterios de distribución procurando una remuneración y distribución de ganancias lo más justas posibles. Cuidado del medio ambiente: criterios ecológicos guían los objetivos de la empresa. Producción de satisfactores: se produce un bien o servicio que sirva a las verdaderas necesidades humanas, evitando el consumismo.

■ Es un nuevo paradigm a para pensar y teori­ zar en térm inos económicos. ■ Es un conjunto de prácticas económ icas surgidas de las com unidades hum anas que se distinguen tanto de la economía capita­ lista com o de la economía estatal. Una característica relevante del m ovim iento de la economía solidaria en todo el mundo, es el movilizarse para cam biar el sentido que actualm ente vienen teniendo los procesos eco­ nóm icos generadores de tanta pobreza, inequidades, desem pleo y deterioro m edioam biental. Frente a ese panorama descrito en el capítulo anterior, lo que propone la economía solidaria es un m odelo de desarrollo distinto, basado en experiencias com unitarias donde se desta­ quen los valores de la solidaridad, de la ayuda

m utua, de la equidad, de la participación y del respeto por el medio ambiente. En síntesis, se puede decir que la economía solidaria se caracteriza por dem ostrar en los hechos que es posible (y necesario) incorpo­ rar la solidaridad como elemento vertebral de nuestros com portam ientos económ icos. Es así que las organizaciones de la economía solida­ ria presentes en el Foro Social M undial, logran traducir su lema “ Otro M undo es Posible” por el más concreto “ Otra Economía es Posible” . Una segunda característica de la economía solidaria es que constituye un sector específico de la economía distinto al privado empresarial y público capitalista. Desde este punto de vista, la econom ía de la solidaridad se entronca con otro concepto muy divulgado en Europa a p a rtir de las ela­ boraciones francófonas: la econom ía social. Aunque pueden existir m atices, y la discusión sobre la definición sigue abierta, el Consejo Valón de Economía Social (CWES - Bélgica) en 1 9 9 0 define los com ponentes básicos: “ la econom ía social se com pone de actividades económ icas ejercidas por sociedades, princi­ palm ente cooperativas, m utualidades y aso­ ciaciones cuya ética se traduce en los p rin c i­ pios siguientes: 1. Finalidad de servicio a los m iem bros o a la colectividad antes que al beneficio. 2. Autonomía en la gestión. 3. Procesos de decisión dem ocrática. 4. Primacía de las personas y de tra b a jo so­ bre el c a pital en el reparto de los benefi­ cios” 17. En el Sur, porsu parte, las corrientes im pulsoras del cooperativism o y de las mutuales adoptan no solo las m ism as prácticas europeas (las pri-

17 Cfr. Ciriec: Econom ía S o c ia l y e m pleo en Europa, M adrid, Ciriec España, 2 0 0 0 .

meras cooperativas y m utuales son fundadas por las corrientes m igratorias) sino que ade­ más, adoptan la misma term inología del viejo continente.

Organizaciones económicas populares Sin em bargo, algo comienza a cam biar en los años ochenta. Por una parte, el m ovim iento cooperativo com ienza a dar signos de estan­ cam iento no sólo en lo estrictam ente produc­ tivo, sino adem ás en el m ensaje alternativo que siem pre le caracterizó en m ateria so­ cioeconóm ica. A la crisis de cierto cooperati­ vism o tra dicion a l, adem ás, debem os sum arle la em ergencia de nuevos m ovim ientos y ex­ periencias sociales surgidas desde los secto­ res populares, donde se comienza a percibir una centralidad insoslayable ta n to de cierto discurso contra hegem ónico en m ateria so­ cioeconóm ica, com o de instrum entos con­ cretos de cooperación, ayuda m utua y reci­ procidad. Luis Razeto ju n to a su equipo de trabajo del PET18 de Chile denom ina a este fenóm eno “ Organizaciones Económ icas Popu­ lares” (OEPs.), y son el antecedente de lo que luego él m ism o denom inaría experiencias de “ econom ía de la s o lid a rid a d ” . Veamos cuáles eran entonces sus características: ■ Las OEPs. son iniciativas surgidas en am ­ bientes populares, tanto del m edio urbano como del medio rural. ■ Son experiencias asociativas, muchas veces de carácter fam iliar, vecinal o funcional, que se proponen alcanzar objetivos comunes, a partir de los cuáles crean sus propias estra­ tegias para enfrentar un conjunto de caren­

cias. Lo distintivo es que por lo general sa­ tisfacen no solo necesidades individuales, sino tam bién sociales. ■ Enfrentan las carencias con sus propios re­ cursos, movilizando energías de la propia sociedad civil. Aún así, se trata de experien­ cias muchas veces apoyadas por terceras instituciones. ■ Son iniciativas que im plican relaciones y valores solidarios, que se proponen ser participativas, dem ocráticas, autogestionarias y autónom as. ■ Finalm ente, son experiencias que desarro­ llan un discurso y una práctica alternativa respecto del sistema dom inante, elaboran­ do respuestas integrales19. Tenemos entonces que el concepto de Orga­ nizaciones Económicas Populares, sirvió para catapultar luego el concepto de Economía So­ lidaria en el continente latinoam ericano. No puede llam ar la atención en ese sentido, que mucha literatura de la época, e incluso de los últim os años, manejara el concepto de “ Econo­ mía Popular S olidaria” . Llegado a este punto conviene precisar al­ gunos asuntos, que si bien en principio pueden resultaren una mayor com plejidad del panora­ ma, seguram ente contribuirán finalm ente a un m ejor recorte de los com portam ientos econó­ micos que nos interesa rescatar. La primera precisión es que no toda econo­ mía popular puede ser considerada economía solidaria: num erosas experiencias de sobrevi­ vencia entre los sectores populares, lejos de practicar valores solidarios se basan en me­ canism os y racionalidades ajenas a las que se promueven desde nuestro paradigm a. Nos re­

í s Programa Econom ía del Trabajo 19 Cfr. Razeto, L. Et al: Las O rganizaciones E co nóm icas P op ulare s 1 9 7 3 - 1 9 9 0 ", Santiago, PET, tercera edición a m pliada , 1990.

ferim os a distintas salidas de tip o individu alis­ tas, delictivas o inmorales. Esta prim era preci­ sión nos servirá para rechazar cierta literatura rom ántica e ideológica que encuentra loable y positivo todo lo que proviene de las capas populares. Desde nuestro punto de vista, la economía p o p u la rs e canaliza en buena parte en econom ías solidarias, pero en otra parte en salidas no solidarias. A llí asoma com o prim er desafío conducir las salidas individualistas a salidas de corte com unitario entre esos sec­ tores20. Una segunda precisión, es que no todas las experiencias de econom ías so lid a ria s su r­ gen y se desarrollan en am bientes populares, entendiendo en este caso lo popular com o un recorte en la estructura social: una par­ te de las experiencias solid arias se originan en otros contextos socioeconóm icos, m enos aprem iados por las necesidades m ateriales, y por lo ta nto m uchas veces con un mayor m ar­ gen para apostar por ciertos cam bios de va­ lores en la puesta en práctica de num erosas experiencias económ icas. De esta m anera, la econom ía solidaria tam bién se explica por el cam bio de valores económ icos en el contexto de lo que Inglehart denom ina “valores post m aterialistas” . Una tercera precisión es de carácter más académ ico: la existencia de un rico entra m a ­ do social so lid a rio entre las capas populares y culturas autóctonas de los países africanos y latinoam ericanos, no es algo de reciente descubrim iento, sino que ha sido objeto de estudio desde hace un buen tie m po por parte de las ciencias sociales. Num erosas investi­ gaciones vienen a confirm ar la presencia de relaciones de reciprocidad y solid aridad que

se expresan en térm inos e “ instituciones so­ ciales” tam bién muy autóctonas y arraigadas en la cultura de nuestros pueblos. El con­ cepto del “ Sum ak Kawsay” (traducido como “ buen vivir” y recientem ente incorporado en la C onstitución de Ecuador), de onda raíz en las culturas andinas, es un buen ejem plo en la m ateria. En cuarto lugar digam os que si bien el con­ cepto de economía de la solidaridad es recien­ te, y de cuño latinoam ericano, sus prácticas hunden raíces en los m ism ísim os orígenes de la especie humana. Lejos del principio del hom o oeconom icus21, según el cual seríamos por naturaleza egoístas e individualistas, lo que muestra la historia (y prehistoria) de la hum anidad, es que sin solidaridad no hubiera sido posible sobrevivir como especie. Estudios clásicos de la antropología económ ica subra­ yan en ese sentido, que los valores solidarios, encarnados por ejem plo en la reciprocidad, la redistribución, las donaciones o incluso meca­ nismos de economía dom éstica, fueron bási­ cos para entender la forma en que hacíamos econom ía, hasta que con la m odernidad, co­ mienzan a prim ar otros valores (o antivalores) como el afán de lucro, el individualism o, la concentración de riquezas, etc., más propias de la economía de mercado. La econom ía solidaria, por lo tanto, reúne a las diversas experiencias de hacer economía en todas sus etapas (producción, distrib u ­ ción, consum o y ahorro) que se caracterizan por vertebrarse en torno a la solidaridad como valor suprem o. La solidaridad (del latin solid u m ) a su vez debe entenderse en un doble sentido: en prim er lugar com o todo aquello que hacem os en conjunto con otros, dando

2 0 Otros desafíos que surgen en m ateria de econom ía p o p u la r pueden verse en Guerra, R (coord): H acie ndo la c a lle , M ontevi­ deo, N ordan, 2 0 0 0 . 21 Bien lla m a d o por H lnke lam m ert "su je to b ille te ra ” . Cfr. H lnkelam m ert, F: El g rito d e l su je to , Costa Rica. DEI, 1 9 9 8 .

La economia solidaria promueve a llí donde se exacerba el individualismo

a llí donde se busca el lucro

a llí donde se persigue . el consumismo a llí donde se glorifica el libre comercio

cuando solo se habla de crecim iento económ ico

comercio justo

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lugar a la asociatividad; y en segundo lugar, com o todo com portam iento que tenga en cuenta el bienestar de un tercero. Desde este punto de vista, son em prendim ientos so li­ darios ta n to aquellos de carácter asociativo (una cooperativa, una asociación de produc­ to re s /a s , una com unidad de tra ba jo), com o aquellos que se organizan no para beneficio propio, sino orientados por el bien com ún o el bien de algún sector desfavorecido de la sociedad (una Tienda de Comercio Justo, un Banco ético, etc.). La econom ía so lid aria es m ucho más que la reunión de d e term in ad a s experiencias. Pretende ser en ta l s e ntid o, una corriente

crítica de la form a y los valores que im p e ­ ran hoy en nuestros m ercados. A llí donde se exacerba el individualism o, la econom ía so­ lidaria promueve el com unitarism o; a llí don­ de se incita a la com petencia, la economía solidaria promueve la cooperación; a llí donde se busca el lucro, la econom ía solidaria pro­ mueve un ju sto beneficio; a llí donde gana el m aterialism o, la econom ía solidaria promueve la satisfacción de todas las necesidades hu­ m anas; a llí donde se persigue el consum ism o, la econom ía solidaria promueve el consum o responsable; a llí donde se glorifica el libre com ercio, la econom ía solidaria propone el com ercio ju s to ; en fin, cuando solo se habla

de crecim iento económ ico, la econom ía so li­ daria prefiere hablar de desarrollo a escala hum ana.

LA PERTINENCIA DE LA ECONOMÍA SOLIDARIA EN UN CONTEXTO DE EMERGENCIA SOCIAL Podem os de cir que hay dos fue nte s en los orígenes de las experiencias de econom ía so lid a ria en to d o el m undo. Por un la do , bá­ sica m e nte en los contextos donde prim an los valores p o s t-m a te ria lis ta s , las in iciativa s surgen en un contexto de crisis de un m o­ delo de d e sarro llo que preten de v in c u la r el crecim ie n to econ óm ico con la fe lic id a d de la gente. Craso error si ten em os en cuenta que algunas de las ciu da de s más ricas del m undo, son c iu da de s críticas desde el pun­ to de vista de la seg urida d , del cu id a d o del m edio a m b ie n te , de los lazos co m u n ita rio s y de la vida fa m ilia r. M uchas veces la riqueza m aterial no es acom p añ a da de verdadero bienestar. Es a sí que en los ú ltim o s años han surgido m uchas in ic ia tiv a s g u ia d a s por valores a lte rn a tiv o s , que pretenden superar este con cep to de d e sa rro llo , p o nie n d o el acento en fó rm u la s e co nó m ica s m ás a m i­ gab le s con la co m u n id a d y con el m e d ioa m biente. En Ita lia , por eje m p lo , quienes p a rti­ cipan de la econom ía so lid a ria utilizan la voz “ l'a lt r a eco n o m ía " (la otra e conom ía) d o n ­ de incluyen b á sicam en te el com ercio ju s to y so lid a rio , las finanzas éticas, la agricultura bio ló g ica , el consum o crítico, el tu rism o res­ ponsa b le, experiencias de re cicla je de m a­ te ria le s, con energía renovable, in tercam bio s

no m onetarios, siste m as de softw are libre, e tc 22. Por otra parte, en América Latina y África, los orígenes de las prácticas de economía so­ lidaria son distintos. Nacen como vim os antes, básicam ente en am bientes populares, y las iniciativas m uchas veces se originan no tanto como una alternativa guiada por el deseo de cam biar la form a de hacer economía de nues­ tras sociedades, sino fundam entalm ente como una estrategia de sobrevivencia a veces pro­ movidas por las propias com unidades, otras veces prom ovidas desde organizaciones socia­ les. Es así que la mayoría de las cooperativas de producción en algunos países latinoam e­ ricanos nacen como fruto de la crisis de una em presa, ahí está el caso de las em presas re­ cuperadas en los últim os años. Es así adem ás que numerosas experiencias de relieve como las que expondremos luego, surgen en el mar­ co de proyectos de desarrollo local promovidos por organizaciones de la sociedad civil23. Esto no quiere decir que los valores alternativos no estén presentes en los sujetos involucrados. De hecho, existen numerosas experiencias notables donde el asociacionism o comienza siendo un mero recurso de sobrevivencia, pero donde la propia dinám ica socioeconóm ica ter­ mina por situar determ inados valores, no solo como m edios sino tam bién como fines en sí mismos.

LA ECONOMÍA SOLIDARIA Y SU ORGANIZACIÓN EN REDES Una de las características de la economía soli­ daria com o m ovim iento social es la búsqueda

22 Cfr. "Cosa é I 'a ltra e c o n o m ía ” , Com une di Roma, agosto de 2 0 0 4 . 2 3 En los ú ltim o s años ta m b ié n p o dem os Incluir una oleada de em p re n d im le n to s creados al am pa ro de p o líticas p ú blicas para el fo m e n to del sector, sobre todo pro p icia n d o la activación económ ica en contextos de pobreza y vu ln e ra b ilid a d .

de un trabajo en red que perm ita ganar no solo en térm inos de eficiencia económ ica y gremial sino adem ás de identidad frente a las otras form as de hacer economía. Es así que en los últim os años se han crea­ do numerosas redes locales, nacionales, regio­ nales e incluso internacionales para fortalecer el movim iento. Veamos que ocurre en los tres continentes donde focalizarem os el análisis de casos:

Latinoam érica Entre las redes nacionales destaca por su alto nivel de organización y movilización el Foro Bra­ silero de Economía Solidaria (FBES), un espa­ cio promovido desde la sociedad civil donde convergen em prendim ientos productivos, orga­ nizaciones de prom oción y gestores públicos (agentes del gobierno). En su Carta de Princi­ pios podem os leer com o primera presentación lo siguiente: “La econom ía solidaria resurge hoy com o rescate de la lucha histórica de los trabajadores, com o defensa contra la explotación del trabajo hum ano y como alternativa al m odo capitalista de orga­ nizar las relaciones sociales de los seres hum anos entre s í y de estos con la na­ turaleza” .24 En otros países com o Argentina, B olivia, Chile, Ecuador, M éxico, Perú y Uruguay las redes integran so lam ente a actores de la sociedad civil, aunque en la mayoría de los casos existe un diálogo frecuente con el sistem a político . Finalm ente, algunos países com o C olom bia o Venezuela, adem ás de la

mayoría de los países centroam ericanos, presentan varias organizaciones de prom o­ ción de las econom ías so lid a ria s aunque no han con stru id o aún una única coordinación o red nacional. A nivel supranacional en m ateria de redes latinoam ericanas podem os distinguir aque­ llas que tom an com o núcleo básicam ente a actores de la econom ía real (organizaciones productoras y com ercializadoras) y aquellas que integran organizaciones de todo tip o (in­ cluidas organizaciones de prom oción). Entre las prim eras destacan la Coordinadora Lati­ noam ericana y del Caribe de Pequeños Pro­ ductores de Comercio Justo (CLAC), integrada por 3 0 0 organizaciones fundam entalm ente cooperativas que venden parte de su produc­ ción en el marco del com ercio ju sto , así como el capítulo latinoam ericano de la Organización M undial del Comercio Justo (WFTO). También podem os citar el caso de la Red Latinoam e­ ricana de C om ercialización Com unitaria (RELACC), la Red Latinoam ericana de Tiendas de Economía Solidaria y Comercio Justo (ELAT) y la Confederación Latinoam ericana de Coope­ rativas y M utuales deTrabajadores (COLACOT). Entre las segundas encontram os a la Red In­ tercontinenta l de Economía Social y Solidaria (RIPESS LA) y el Espacio M ercosur Solidario (EMS). En 2 0 0 9 casi todas éstas crearon un espacio denom inado Encuentro Inter Re­ des, con el propósito de coordinar agendas y avanzar aún más en la consolidación de un m ovim iento latinoam ericanista de economía solidaria más cohesionado. Á frica En África tam bién ha operado un proceso de organización nacional a nivel de redes, aunque

24 FBES: "C arta de P rin cipios” , en h ttp ://w w w .fb e s .o rg .b r/in d e x .p h p ? o p tio n = c o m _ c o n te n t& ta s k = v ie w & id = 6 3 & ite m id = 6 0 . Acceso el 17 de mayo de 2 0 1 0 .

con un m enor dinam ism o y muchas veces pro­ movidos por proyectos de cooperación interna­ cional. El Foro Social M undial, con im portantes reuniones internacionales, ha contribuido a la conform ación del Foro Social Africano.También la Red Intercontinental de Promoción de la Economía Social y Solidaria (RIPESS) cuenta con su red continental africana: RAESS, con presencia en Benin, Burkina Faso, Camerún, República Dem ocrática del Congo, Costa de Marfil, Gabón, M auricio, Malí, Níger, Senegal, Togo,Túnez, Argelia, Marruecos. La WFTO m ien­ tras tanto cuenta con su capítulo africano: COFTA, integrada por 70 organizaciones de 20 países. Europa En setiem bre 2 0 1 1 tuvo lugar en Barcelona el Congreso Fundacional de RIPESS Europa, el capítulo europeo de la Red Intercontinental de Prom oción de la Economía Social y S oli­ daria. Destaca en el continente el trabajo conjunto en redes como la asociación de im portadoras EFTA (Asociación Europea de Comercio Justo), y el capítulo europeo de WFTO (organización M undial de com ercio Justo). En el caso de España, país donde nos hemos detenido para m ostrar algunos casos prácticos, destaca la existencia de la Red de redes de Economía Alternativa y solidaria (REAS), que cuenta con redes en cada com unidad autó­ noma y la coordinadora Estatal de Comercio Justo (CECJ), que aúna todas las entidades que trabajan activam ente en el m ovim iento de com ercio justo.

También existe un im portante dinam ism o de organizaciones nacionales y supranacionales en Norteamérica y Asia. En todos los casos, la organización en redes ha perm itido una mayor

visibilidad del m ovim iento y mayores oportuni­ dades para la incidencia pública o incluso para el acceso a mayores oportunidades com ercia­ les (los casos de las Ferias de Economía Soli­ daria en Uruguay y Brasil son un ejem plo).

Los im postergables desafíos p olíticos de la econom ía so lid aria por lo ta n to dependen en buena parte de la capacidad de organiza­ ción, de te jid o s en red, de sum ar colectivos por parte de las experiencias alternativas. Como verem os a co n tin u a ció n , las p o s ib i­ lidades de hacer re p lica r o m u ltip lic a r los efectos positivos de ciertas experiencias dependerán de circunstancia s p olíticas que d ifíc ilm e n te se consigan sin a rticu la ció n e intercoopera ción.

Análisis de experiencias NOTAS SOBRE LA RECOLECCIÓN DE LA INFORMACIÓN El propósito de la información recogida y proce­ sada para la elaboración de esta publicación no es mostrar un balance cuantitativo de las experi­ encias que se divulgan, sino introducir al lector y lectora sobre sus características generales y los Impactos percibidos por los actores acerca de sus experiencias. Con este fin, un equipo de diversas personas provenientes de diferentes continentes han participado en el contacto con organizacio­ nes y recolección de información yTestimonios. El Foro Social Mundial de Dakar en 2011 fue el punto de partida en el cual SETEM y la persona contratada en Senegal contactaron 8 experienci­ as de economía solidaria en África, 5 en Améri­ ca Latina y 3 en el estado español, a efectos de mostrar bajo la modalidad de un muestreo teórico las potencialidades y logros de cada una de ellas. Para su selección se tomaron en cuenta el tra­ bajo en diferentes sectores económicos, diversos ámbitos socioculturales de desarrollo y diferentes grados de estructuración organizacional. El equipo de SETEM elaboró dos cuestionarios para la reco­ lección de la información en África: uno dirigido a recabar datos de la organización y valoración de impacto, y otro dirigido a participantes, solicitan­ do la opinión y percepción sobre su organización y el trabajo en el marco del comercio justo y la economía solidaria. En la mayoría de los casos europeos y latinoamericanos, el procedimiento

de recolección de la información fue diferente. Habida cuenta de algunos problemas vinculados al proceso de recolección de la información en 2 011, un nuevo consultor se integró en el equipo y las fuentes fueron nuevamente contactadas en 2012. Es así que en vez de aplicarse los formu­ larios, el mecanismo consistió en tom ar contacto con referentes de las organizaciones y solicitarles alguna información sobre los casos (incluyendo documentación yTestimonios), que fueron luego complementados con análisis de documentación y lectura de los sitios webs oficiales de dichas or­ ganizaciones. Después de un proceso de am pliación y validación de la inform ación, por común acu­ erdo entre el consultor y el equipo técnico de SETEM, se seleccionaron los casos que final­ mente se exponen en esta publicación, cinco p o rca d a región. Notas m etodológicas: 1. los casos que cor­ responden a África y América Latina com i­ enzan con una breve presentación de los respectivos países donde se desarrollan los em prendim ientos. La fuente de inform ación estadística para estos países corresponde a la Guía del Tercer M undo25 y sitios webs de organism os m ultila terales26. 2. La descripción de las características de los em prendim ientos tom a com o fuente la docum entación recibida por SETEM y los sitios webs oficiales de las respectivas organizaciones.

2 5 Cfr. w w w .g uiade lm un do.org.uy 2 6 Cfr. W ebs del Programa de las N aciones U nidas para el D esarrollo (w w w .u ndp .o rg), Organización Intern aciona l del Trabajo (w w w .llo.org), C om isión Económ ica Para Am érica Latina y El Caribe (www. Eclac.org) y Banco M undial (w w w .b a n co m u n d la l.o rg ).

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[África]

Cifras clave mujeres se benefician de las cocinas colectivas de M ali 9 0 cocineras de comedores escolares aprenden a hacer platos más sanos y equilibrados alu m nos/as mejoran su nutrición en los comedores escolares

La República de M alí cuenta con una población de algo más de 15 m illones de personas en una superficie de 1 .2 2 0 .1 9 0 Km2. Su situación ali­ mentaria es deficitaria, debiendo im portar unas 125 m illones de toneladas de cereales por año (datos correspondientes al año 2 0 0 0 ). Algunos de los problem as recabados in situ son la de­ gradación del poder adquisitivo de la población; la poca diversidad de la alim entación que de­ riva en m alnutrición crónica y aguda del 30 % de la población infantil (O a 5 años), ligada al aporte insuficiente de proteínas; los problem as derivados de la carencia en yodo; la anemia causada por insuficiente hierro y falta de vita­ mina C. La esperanza de vida al nacer es de 52 años y la m ortalidad infantil es de 142 por mil. El analfabetism o alcanza al 60% de la poblaci­ ón y aum enta al 77% entre las mujeres. En este contexto se crea hace 15 años la ONG WoTyo Kondeye (WK), que significa “ espacio

de en ón en

reflexión y de ayuda mutua entre las mujeres” lengua Songhai, partiendo de la constataci­ de que las mujeres de M alí viven marginadas todos los niveles de la sociedad. WK apoya las acciones de las mujeres y sus com unidades para la mejora de sus condicio­ nes de vida y su dignidad. Contribuye al acceso de las mujeres a la inform ación y a una buena form ación, asegurando a la vez su im plicación en la vida activa de la sociedad. Este proyecto se basa en el concepto de cocina colectiva y en la valorización de los pro­ ductos locales con el objetivo de reducir la malnutrición y sus consecuencias y perm itir a las mujeres de los lugares más pobres asum ir la responsabilidad de la nutrición de sus fam ilias. ¿Que son las cocinas colectivas de M alí? Es un grupo de embarazadas y de madres de niños y niñas de 6 meses a 5 años, que, acom ­

pañadas por una persona form ada en nutrici­ ón, ponen en común su tiem po, su dinero, sus productos y sus conocim ientos para confeccio­ nar platos sanos, nutritivos, variados, económ i­ cos, fáciles de conservar y hechos a partir de productos locales. Todo esto se hace con placer, ilusión y respe­ to, según comentan sus participantes, comparti­ endo y ayudándose mutuamente. Una vez vuelven a casa tienen a su alcance alimentos nutritivos, sanos y preparados para ser consumidos. Las actividades realizadas en estas cocinas colectivas están destinadas a ser una transfe­ rencia de conocim ientos, cuyo objetivo es la autonom ía de los grupos de mujeres. Las co­ cinas colectivas están destinadas a las madres de fam ilia que tienen la preocupación o el in­ terés por conocer m ejor los alim entos locales, sus transform aciones, la higiene y el ahorro para alim entar m ejor a sus fam ilias y aum entar la seguridad alim entaria de sus hogares. La valorización de los productos locales Las actividades de las cocinas colectivas se basan en la preparación y la transform ación de productos locales, alim entos muy nutriti­ vos. Básicam ente son cereales (m ijo, sorgo, fonio, arroz, trigo), legumbres (judías, cacahu­ ete, soja), frutos (mangos, plátanos, piñas, pa­ payas) y verduras. Estos productos son transform ados en: ■ Alim entos precocidos locales: > cuscús de m ijo o de arroz acom pañado de un paquete de verduras deshidratadas o de hojas ricas en hierro > fonio o sorgo pre-cocido acom pañado de verduras deshidratadas > Djonka precocido (m ijo fonio, un cereal muy p o p ula re n Malí) > Laro precocido (plato muy popular a base de sorgo) acom pañado con paquetes de verduras deshidratadas, de “ acedera” , de

peces secos o ahum ados preparados de la manera más higiénica posible ■ Frutos secos (mangos, papaya, plátanos, etc.) ■ Purés enriquecidos y variados a base de cereales locales, legumbres y productos de cosecha (Nerea, Zira) Todo esto refuerza y revaloriza las buenas prácticas existentes y prom ociona el consumo de alim entos locales. La valorización de los productos locales es un factor de im plicación de las com unidades en la mejora nutricional de las poblaciones, especialm ente las más vul­ nerables.

De esta manera las cocinas colectivas de Malí contribuyen a la lucha contra la pobreza a través de la creación de puestos de trabajo, en la transformación y el aumento de los ingresos de los productores y productoras locales. Favore­ cen tam bién la mejora de la salud tanto de sus integrantes, como de su entorno familiar, gracias al consumo de alimentos sanos y nutritivos. Para la consecución de estos objetivos, la organización ha prom ovido la creación de

COFETPROL, una cooperativa integrada por las mujeres que procesan los alim entos. ¿Cuál es el resultado y el futuro de las co­ cinas colectivas? La cocina colectiva ha m ejorado con sid e ­ rablem ente las costum bres alim e n ta ria s, la autoestim a de las m ujeres y ha producido ingresos a través del servicio de com idas preparadas.

Testimonio de Founé Foune Diarisso, 54 años, miembro desde 2 007. Es teñidora, compra los tejidos, los tiñe, los confecciona y vende en Bamako. Con 8 personas en casa las com i­ das requieren astucia, savoir-faire y organización, que es precisam en­ te lo que la cocina colectiva le ha aportado.

«La cocina colectiva me ha ap o rta d o m uchas cosas com o, p o r ejem plo, se r form ada en los valores n u tritivo s de los alim e n to s locales. He sido transform adora de p ro d u cto s locales pero no conocía sus valores nutritivos. Ahora he p od id o m ejorar el régim en a lim en tario de m i fam ilia. También he aprend ido nuevas téc­ nicas de transform ación, com o las hojas ver­ des y he tenido la suerte de ap re n d e r a a nim a r (fa c ilita r) activida d e s que se dirigen a m uchas mujeres.

Hem os m ejorado nuestra higiene alim e n ta ­ ria, sobre todo en lo que se refiere a las frutas y verduras crudas a s í com o la higiene corpo­ ra l (lavado de m anos) que no era una p ráctica corriente. También hem os podido re d u c ir los gastos com prando a l p o r m ayor y cocinando en grupo. ¡He salido en la televisión! En el program a “Com er b ie n ’’. ¡M e s e n tí m uy orgullosa de p re ­ se n ta r p la to s que habíam os preparado y algu­ nas personas que me encuentro p o r la calle me reconocen! En la cocina colectiva tenem os la opor­ tu n id a d de ch a rla r entre nosotras sobre la preparación de los p la to s y aprendem os m u­ chas cosas. Ahora, cuando salgo de casa sé que tendré un em pleo en la cocina colectiva. Adem ás, la cocina colectiva ha c o ntribuido a a u m e n ta r m is ingresos, g racias a l servicio de p la to s preparados». •

estimonio de Foutamata Nueva miembro, 3 5 años. Acaba de apuntarse a una cocina colectiva para m e­ jorar la alim entación de su fam ilia. Foutam ata lleva un pequeño comercio: la compra, la transfor­ mación (m olienda de los cereales) y la venta de cereales molidos.

«He aprendido a transform ar los cereales y conservarlos. Entendí que lavarse las m anos y m antener lim pia la cocina es igual de im por­ tante». Gracias a la cocina colectiva ha dejado de utilizar productos quím icos no nutritivos y utiliza mucho más los productos locales. Ha mejorado la alim entación y la higiene de su fam ilia. •

Impactos

Refuerzo de las ca­ pacidades nutritivas e higiénicas Mejora de los ingresos Ampliación de las relaciones Mejora de la consciencia ciuda daña participando en eventos nacionales e internacionales Mejora de la autoestima, valoración de las capacidades culinarias.

Género Solidaridad entre mujeres debido a la creación de un espacio donde com partir y ayudarse mutua­ mente Las mujeres han mejorado sus costumbres alim en­ tarias y las de sus comunidades gracias a los co­ nocimientos adquiridos en nutrición e higiene Mejora de los ingresos de las mujeres gracias al ser­ vicio de comidas preparadas con productos locales

La República de Burkina Faso cuenta con una población de algo más de 16 m illones de personas en una superficie de 2 7 3 .6 0 0 km2. Como toda la región, sufre las consecuencias de la desertificación provocada por la falta de lluvias y el inadecuado uso de técnicas de ex­ plotación agropecuaria. El PIB per cápita es de US$ 9 7 6 y la esperanza de vida al nacer es de 48 años. La m ortalidad infantil es de 105 por mil. El analfabetism o alcanza al 77% de la po­ blación y aum enta a 87% entre las mujeres. La situación de mayor vulnerabilidad social de la mujer es producto de una sociedad patriarcal que no valora sus aportes en la vida social y económ ica. G afreh: una doble respuesta En este contexto se crea en 1995 el Grupo de Acción de las Mujeres para el Relanzamiento Económico de Houet (GAFREH) en Bobo Diou-

lasso, para contribuir a la mejora de las condici­ ones de vida de las mujeres de la región. Gafreh se propone revalorizar el lugar de la m ujer y tiene como objetivo sensibilizar, agrupar y form ar a mujeres para que puedan jugar ple­ nam ente su rol en el desarrollo económ ico de la provincia. Para favorecer este em poderam iento fem eni­ no, Gafreh lleva a cabo acciones en 2 niveles: ■ Prom oción de la inserción económ ica de las m ujeres para asegurar su autonom ía fin a n ­ ciera ■ Formación de las mujeres en el conocim ien­ to de sus derechos. En 2 0 0 2 , Haoua Ibouldo, en la actualidad te ­ sorera de Gafreh, tenía unos anim ales en Bobo Dioulasso para llevar unos pequeños ingresos adicionales a su fam ilia. Cansada de que los anim ales murieran por la ingestión de bolsas de

plástico, unió una problem á­ tica tan grave como la de la marginación de las mujeres a la contam inación masiva causada por deshecho sin criterio de las bolsas de plástico usadas, que “ deco­ ran” tristem ente los árboles, “ m atan” los suelos, atascan los canales favoreciendo la estancación de las aguas y la propagación de enferm e­ dades com o el cólera, el t i­ fus y el paludism o... (Según el M inisterio de Recursos Anim ales ésta sería la cau­ sa del 30% de la m ortalidad anim al) Indignada por la cantidad de bolsas de plástico Haoua tuvo la idea de recogerlas y darles valor. Más tarde su proyec­ to fue objeto de ayudas de la cooperación in­ ternacional; esto le perm itió comenzar con un equipo de 6 mujeres que, diez años más tarde, aum entarán a diez veces en número, im plica­ das en las tareas de recogida, lavado, cortado, tejido (telar y punto), ganchillo y costura. Es así que se elaboran unos 8 0 tipos de artículos diferentes entre los cuales hay bolsos, cestos, monederos, fundas de móviles, pufs, llaveros, sets de mesa, muñecas, etc. Como integrante de la WFTO27 Gafreh espera desarrollar sus salidas com erciales integrando los valores de dignidad, remuneración justa y promoción de la mujer, en una lógica de m ejo­ ra continua de las prácticas y las condiciones de las mujeres. Este proyecto ha tenido un fuerte im pacto positivo sobre uno de los problem as más gra­ ves de la región. Por un lado, la reducción de

la pobreza, asegurando ingresos estables a las mujeres y chicas jóvenes más desfavorecidas, que son las beneficiarías prioritarias del Cen­ tro. Además el proyecto ha perm itido la inser­ ción profesional de algunas madres jóvenes, generalm ente excluidas, rechazadas por sus fam ilias y consecuentem ente, con grandes d ifi­ cultades para afrontar el futuro. Evidentem ente la lucha contra la contam i­ nación es el segundo im pacto del centro. Re­ cogiendo bolsas del paisaje natural y urbano y reciclándolas, las m ujeres realizan una con­ tribución al saneam iento y a la lucha contra aquello que el M inisterio del Medio Am biente de Burkina Fasso denom ina “ el gran desastre del deshecho de las bolsas de plá stico ” . Finalm ente, favorece la educación de las m ujeres y la prom oción de sus derechos gracias a diversas form aciones que propone Gafreh sobre el código de las personas y la fam ilia.

27 Organización M undial de Com ercio Justo (W orld FairTrade O rganization)

Testimonio de Fatimata Zouré Fatimata Zouré, 33 años, trabaja desde hace 3 años en el Centro. «Soy m adre de fam ilia, som os seis en casa. Por la m añana realizo las tareas cotidia­ nas de casa antes de venir a l Centro. M onto el telar y puedo em pezara trabajar. Tengo dos horas para comer, entre 12h y 14h y vuelvo a casa a las 17 h 3 0 para ocu­ parm e de m i fam ilia. Desde que trabajo en el Centro puedo ayudar a m i marido con las cargas familiares. Nuestro nivel de vida ha aumentado. Gracias a ello puedo com prar pequeños regalos a mis hijos y a m i m arido el día de su cum pleaños y pa rticip a r en las obras sociales. Gafreh ha aportado m ucho a la com unidad. La recogida de bolsas ha perm itido sanear la ciudad y luch ar contra la contam inación. Además, da em pleo a m uchas mujeres, lo que perm ite luchar contra la pobreza. M i visión del Comercio Justo es que todo el m undo tiene su parte. En cuanto a la economía soli­ daria, ésta im plica la p a rticip ación de todos». •

Testimonio de Haoua Ibouldo Directora del Centro «Gracias a l reciclaje las m ujeres pueden vivir bien. Se escolariza a los niños y las m ujeres van a clases de alfabetización financiadas p o r el Centro. Es im portante educa ra las mujeres para que puedan gestionar sus activi­ dades. No hemos querido contratar a hom bres para ocuparse de la ges­ tión, son las mujeres quienes lo hacen. Como los hom bres han recibido una m ejor educación nos avasallarían. Gracias a los beneficios obtenidos hem os podido conseguir docum entos de identidad para aquellas m ujeres que no tenían y com prar bicicletas para aquellas que viven lejos del CenHoy, nuestro objetivo es aum entar las ventas, hacer sostenible el proyecto y am pliar las actividades para p o de r o frecer o portunidades al máximo de m ujeres posible. Queremos que las m ujeres ocupen el lugar que les corresponde en la sociedad, luchen p o r sus derechos y sean m ejor valoradas. Es p o r ello que Gafreh lleva a cabo num erosas cam pañas de sensibilización. También hem os querido crear un centro de form ación para las m ujeres y construir nuestro propio centro de reciclaje, para no tener que pagar a lquiler nunca más. La solid aridad entre m ujeres es esencial. Cuando estam os ju n ta s y llevam os a cabo nues­ tras propias ideas podem os avanzar. Así se em pieza a levantar m ontañas». •

Impactos Personal Mejora de los ingresos

M edioam bienta

Mejora de la consciencia ciudadana participando en eventos nacionales e inter­ nacionales

Proceso productivo basado en el reciclado de bolsas de plástico, una de las mayores fuentes de contaminación del país.

Aumento de la autoestima y empoderamiento.

Plantación de un pequeño bosque de anacardos

Ampliación de las relaciones

Social

Económico

♦ El modelo de negocios, que combina dimensiones sociales y económicas, ha permitido reducir la po­ breza.

♦ Puesta en funciona­ miento de programa de microcréditos ♦ Capacitación micro empresarial a mujeres

Género Las mujeres han logrado reconocimiento social Capacitación a miles de mujeres en derechos Asesorías para regularizar la situación matrimo­ nial de las mujeres (la ausencia de regulación contribuye a su desprotección) Aumento en el número de mujeres ocupadas en el emprendimiento Mejora de los ingresos de las mujeres gracias al desarrollo adquirido por el emprendimiento.

Fonds Afrique Fondos Africanos, iniciativa de finanzas solidarias

Senegal

empresariales. Burkina Faso

Benin.

Camerún

Los Fondos Africanos son un buen ejem plo de solid aridad económ ica internacional entre per­ sonas ahorradoras (en este caso franceses) y personas em prendedoras (en este caso africa­ nas). Creados en 2 0 0 5 por la sociedad coope­ rativa Garrigue (Francia), trabajan aportando un fondo de capital de riesgo gestionado por la Asociación Tech Dev (con sede en París), d i­ rigido a pequeñas em presas de utilid ad social que norm alm ente no cuentan con p o sib ilid a ­ des de financiación bancaria con los sistem as crediticios tradicionales. En 2 0 0 6 eran 43 las personas s o d a s ahorradoras que lograron for­ mar un capital de 65 mil euros. El sistema se basa en la presencia de socios institucionales representativos de em prendim i­ entos de utilidad social con sede en algunos

países africanos. Estos socios son: Bureau d ’appui aux artisans (Bénin); ICDE (Burkina Faso); la Maison de l’Entreprise du Cameroun (Came­ rún); le Forum des Jeunes Entreprises du Congo (Congo); y Baobab des Saveurs (Senegal). El particular sistem a de inversión consiste en orientar una parte de los ahorros de la coo­ perativa hacia fondos que privilegien el carác­ te r socialm ente útil de los m ism os, sin buscar la m axim ización de beneficios financieros. Las personas s o d a s ahorradoras están inform a­ das del uso que se hará de sus dineros, saben que no están haciendo aportaciones a fondos especulativos y confían en quienes gestionan los fondos para m antener el valor de sus ahor­ ros y así no llegar a pérdidas nom inales en el m om ento de retirar el dinero.

Fondos Africanos invierte en pequeñas em ­ presas de gran utilid ad social en su país. Para que una em presa reciba crédito de los Fon­ dos, Debe responder a criterios de econom ía social y de respeto al m edio am biente. Debe ser de utilidad colectiva (creación de puestos de trab ajo y gobierno é tico), valorar los recur­ sos naturales locales y vender sus productos prioritariam ente en el m ercado local y no ex­ clusivam ente en exportación. Si la dem anda de financiació n de la em ­ presa africana se acepta después de un es­ tu d io profundo del com ité de riesgos de los Fondos, la sociedad cooperativa Garrigue procede a una inversión de entre 1 5 .0 0 0 y 3 0 .0 0 0 euros, por una duración de 5 años com o m ínim o.

Se puede hacer de 2 maneras: ■ Aportación m inoritaria en capital (inferior al 30% del capital de la em presa), que re­ presenta cerca del 20% de la inversión ■ Aportación a la cuenta corriente de asoci­ ados y asociadas, reem bolsable en 2 o 3 años, con un diferido de 12 a 18 meses y un interés m edio del 7,5% . Como asocia­ do, Garrigue no pide garantía. De esta manera la em presa «sostenida», gra­ cias al acom pañam iento de Tech Dev, puede llevar a cabo su actividad a pesar de ser au­ tónom a. En la actualidad se cuenta con el apoyo de más de 150 ahorradores y ahorradoras que han suscrito el Fondo África, y 13 empresas re­ ciben fondos por un total de 2 6 0 .0 0 0 euros.

Empresa beneficiada por la financiación de Fonds Afrique Parfait Kissa, fu ndad or de la Co­ operativa agrícola Cuba Libre, nace en 1 9 7 0 en Congo. Realiza los estu di­ os de secundaria y superiores en Cuba y

obtiene su diplom a en tecnología agroalim enta ria en el Instituto Politécnico Idilio.

En 1 9 9 4 pone en marcha una pequeña unidad inform al de transform ación agroalim entaria en Brazzaville llam ada COPRAC (Conser­ vación de productos agrícolas del Congo), que produce siropes, jugos, confituras y conservas de verduras.

Testimonio de Cooperativa Cuba Libre (Congo)

En 1998 las actividades son in terru m p i­ das por la guerra civil pero recomienzan a pe­ queña escala 5 años más tarde en la ciudad de Pointe Noire. En 2 0 0 5 , con la ayuda de un socio congo­ leño Parfait Kissita crea una cooperativa agrí­ cola llam ada Cuba Libre y produce productos com o el jugo de jengibre y mezclas de frutas (pasión, mango, etc.) El objetivo es revalorizar un sector vital para el país, la transform ación de las frutas, asegurando unos ingresos m ínim os a las y los productores y valorando los excedentes de producción. Parfait Kissita afirm a con convicción su vo­ luntad de co ntribu ir al desarrollo económ ico y social de su país: «el Congo im p o rta en gran ca n tid a d pro d u cto s transform ados com o los zum os de frutas, provenientes de Asia y de Europa, m ientras que las tierras del país son fé rtile s y p ro p icia s a la prod ucció n agrícola y que la tasa de paro es m uy elevada. C onsciente de esta pa rado ja hem os de­ cidid o c o n trib u ir a l fo rta le cim ie n to del se cto r agroalim entario y a la creación de pue stos de trabajo a través de la valorización de los p ro ­ ductos agrícolas locales. La transform ación de fruta s y verduras p e rm ite tam bién asegurar ingresos a los prod u cto res y aprovechar los excedentes de producción. Las m aterias p rim as que u tiliza ­ m os son naturales, sin co lorantes quím icos, espesantes n i conservantes, y cultivad as en el Congo». Parfait Kissita cree en el m ercado potenci­ al de su em presa y tiene am biciones. Para responder a su necesidad de fin an ci­ ación se dirige a los Fondos Africanos. Con su

socio JB Itou deciden en 2 0 0 7 form alizar la empresa y constituirse en SL para poder abrir su capital a Garrigue hasta el 20% , es decir una aportación en capital de 1 .9 0 6 € . Cuba Libre se beneficiará adem ás de una aportación de 1 2 .2 0 4 € en la cuenta corriente asociada, reem bolsable en 3 6 meses con 9 meses de gracia. Esta financiación solidaria ha perm itido a la em presa hacer frente a 4 desafíos im portantes: la com ercialización, la tecnología, las com pras y la higiene alim en­ taria. En cuanto al aspecto com ercial, antes de la obtención del crédito, Cuba Libre tenía un problem a grave de fondos de explotación que le im pedía funcionar norm alm ente, generan­ do a m enudo rupturas de stock y dañando la imagen de la empresa. A nivel tecnológico Cuba Libre pudo me­ jo ra r la calidad de sus productos gracias a la adquisición de un PH neutro y de un m otor térm ico, acoplado al m olino, por ser autóno­ mo en energía y no sufrir los cortes de corri­ ente. En lo relativo a las com pras, gracias a los consejos del Foro de Jóvenes Empresas del Congo, puso en marcha una cooperativa de com pras de productos agrícolas para garanti­ zar una producción continua. Finalm ente en cuanto a la higiene alim en­ taria, Cuba Libre hizo gracias al crédito un ta ­ ller de producción m oderno, con las norm as de higiene de la industria alim entaria, sa n ita ­ rios, un alm acén y una oficina. De m om ento la em presa está funcionando muy bien y su éxito tendrá un valor de ejem ­ plo. Como dice Kissita «las in stitu cio n e s de m icro-finanzas del Congo no pueden respon­

d e r a las necesidades de una socied ad como la nuestra... En el Congo el paso de artesano en S ociedad lim ita d a es m uy difícil. Si gracias a los Fon dos África nos este sueño p udiera ser re a lid a d estaríam os encantados. Esperam os

que nuestra experiencia pueda b e neficiar a otros em presarios».

Impactos La población accede a servicios financieros antes inexistentes Se realiza un seguimiento del im­ pacto social respecto a cada em ­ presa interviniente Se apoya empresas de utilidad social

Economico 2 6 0 mil euros invertidos en pequeñas empresas de 4 países diferentes Creación de empleos basados en materias primas locales y en mecanis­ mos locales de comercialización

Personal ♦ Proyectos personales y asociativos logran su concreción por medio de los créditos ♦ Personas ahorradoras canalizan sus ahorros con perspectiva ética

M edioam biental ♦ Las variables ambientales forman parte del análisis crediticio ♦ Tev Dech acompaña especial­ mente a los emprendimientos en la mejora de los Impactos am bientales

[África]

Gone Rural

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Ingresos estables para mujeres artesanas de Swazilandia

Cifras clave

Swazilandia

Um buso w akaN gw ane o Sw azilandia en or­ den a la etnia swazi m ayoritaria (8 3 % ) es un pequeño Estado de 1 7 .2 0 0 Km2 y cerca de 1 m illón de ha bita nte s. Tradicionalm ente ex­ p o rta d o r de m inerales, ta m b ié n produce a li­ m entos a pesar de los problem as de erosión provocados por el sobrepastoreo y la escasez de agua po tab le . El PIB per cápita es de US$ 4 .5 0 0 a pesar de lo cual existe un alto ín­ dice de m o rta lid a d in fa n til (1 0 1 por m il) y una esperanza de vida al nacer de apenas 3 8 años, consecuencia entre otras razones de la pandem ia de SIDA que hace de éste, uno de los países con mayores índices de población portad ora de VIH (18% ). N acim iento de Gone Rural En este contexto se crea en 1992 Gone Rural, una empresa fundada con el objetivo de ase­ gurar ingresos estables a las mujeres de las

com unidades rurales del país. Lo que comenzó como un pequeño proyecto im plicando una tre­ intena de mujeres ha tom ado una envergadura internacional, dando trabajo a 760 mujeres y distribuyendo sus productos en todo el mundo. Gone Rural pertenece a WFTO desde 2 0 0 6 y se inscribe en una lógica de sostenibilidad, ase­ gurando una utilización responsable de los recur­ sos naturales. Todas las materias primas utiliza­ das son naturales, reutilizables o reciclables. La «lutindzi» es una hierba fibrosa que cre­ ce en las rocas de las montañas. Con un gusto agrio y una textura dura la hierba no es atractiva para los rebaños. Cosechada en enero, las raí­ ces quedan intactas, asegurando el crecimiento del año siguiente. El «sisal» es una mala hierba “ invasora” , re­ cogida durante todo el año y que se regenera ella misma cuando el ciclo de crecim iento es com pleto.

Las mujeres recogen estas hierbas, las guar­ dan en su casa y las venden durante el año en Gone Rural, donde serán tintadas y secadas. Gone Rural visita cada 3 sem anas estos gru­ pos de mujeres trabajadoras para com probar la calidad. Se paga a las mujeres por trabajo realizado y ellas mismas definen el núm e­ ro de productos que se com pro­ meten a hacer hasta la próxima visita. En función de los pedidos a las que se com ­ prometen se les atribuye la can­ tidad de paja teñida necesaria para la produc­ ción y el diseño de los productos. Este funciona­ m iento perm ite a las mujeres trabajar en casa y mantener su modo de vida tradicional, aún teniendo ingre­ sos. Son libres de ocuparse de sus niños y niñas y a menudo hacen un trabajo com plem entario con la agricultura de subsistencia. Los productos fabricados a partir de las pa­ ja s teñidas son básicam ente cestas, objetos de decoración, o sets de mesa, todos ellos de muy buena calidad, con gran sentido de la estética y siguiendo las tendencias actuales, según ex­ presan los docum entos institucionales.

Para diversificar la oferta Gone Rural ha intro­ ducido otras materias como la arcilla, la cerámi­ ca, el vidrio reciclado y el metal, creando porta velas, cuencos y otras artesanías.También se ha desarrollado una nueva línea llamada «Recicla­ je», para utilizar la basura como botellas y bol­ sas de plástico usadas. Para Gone Rural la inno­ vación y el diseño son esenciales para m antener el dinamismo en la colección de pro­ ductos. Así, cuando se crea un nuevo producto se for­ ma un grupo de mujeres que des­ pués serán las form adoras para todas las mujeres de los talleres. Desarrollo com unitario En 2 0 0 6 la empre­ sa crea una asoci­ ación sin áni-mo de lucro, “ Gone Rural boM ake” , para apoyar a las mujeres y sus com unidades en el terreno de la educación, de la salud y de las necesidades sociales. Mientras que Gone Rural genera ingresos para las mujeres, la asociación com pleta este trabajo llevando a cabo programas de mejora del bienestar de las beneficiarlas y del respeto a los derechos de las mujeres: sensibilización y cuidados respecto al SIDA, becas escolares, h¡-

giene y saneam iento, em poderam iento de las mujeres y desarrollo com unitario. Gone Rural boM ake participa tam bién en la transform ación de grupos de productoras en cooperativas que perm itirá llevar a cabo acti­ vidades de m icrofinanzas, ofreciendo servicios de ahorro y m icrocréditos a las mujeres. El modelo de gestión em presarial Además del esfuerzo en contribuir al desarrollo económ ico y social de las com unidades, lo que hace de Gone Rural una empresa atípica es la participación de todas en el éxito: una tercera parte de los beneficios se aportan a la asocia­ ción para programas de salud y educación de las mujeres y sus fam ilias. Otra tercera parte se reparte entre las tra ­ bajadoras para cubrir gastos de transporte y ofrecer préstamos. La tercera parte restante se utiliza para desarrollar la empresa.

Las mujeres están representadas en la oficina de las artesanas donde se deciden las estrategias y las políticas, asegurando su participación activa en la tom a de decisiones, incluyendo la construcción de precios. Los márgenes se fijan de manera participativa, por ejem plo para una cesta el margen será del 51% y el de un set de mesa del 47%. Además de producir ingresos estables para las mujeres, las evoluciones de las poblacio­ nes en donde trabaja Gone Rural son notables: escuelas, tiendas, clínicas y microempresas como venta de ropa de segunda mano o de productos cocinados han florecido alrededor de los grupos de artesanas. El em poderam iento de las mujeres es sin duda un factor de desarrollo. Para anim ar a las mujeres a tom ar en mano su futuro Gone Rural ha organizado en los últim os años instancias de form ación en estas materias.

Testimonio de Mónica Mónica Shongwe, trabajadora desde 1999 Nacida en Sudáfrica, se estableció en Swaziiandia por su m a­ trim onio. Ella y las otras dos esposas de su m arido, desem ­ pleado, llevan adelante a sus 2 5 niños y niñas por cuenta propia.

Además de trabajar en la confección de artesanías, Mónica atiende los fines de semana la tienda de GoneRural. El trabajo en GoneRural le perm itió conocer otras mujeres con quienes ahorra en común para co m prara granel arroz y aceite.A dem ás,trabaja en una peque­ ña huerta donde cosecha verduras. Gone Rural es el único ingreso de Mónica. “Estoy m uy feliz con m i trabajo, ya que me da lib e rta d y protección, algo que no tenía cuando trabajaba como sirvienta o en el m ercado vendiendo verdura” •

Impactos

[África]

RESOPP Union Cooperativa de la Red de Organizaciones Ganaderas y Campesinas de Senegal Cifras clave .



Senegal

La República de Senegal cuenta con una pobla­ ción de algo más de 13 millones de personas en una superficie de 196.720 Km2. Con aproxima­ damente solo el 12% de sus tierras arables, y pa­ deciendo fenómenos de sequía y desertificación el país necesita im portar cereales para alim entar a su población. La esperanza de vida al nacer es de 57 años y la m ortalidad infantil es de 137 por mil. El analfabetism o alcanza al 61% de la pobla­ ción y aumenta al 71% entre las mujeres. En Senegal las cooperativas se han desarro­ llado en el sector agrícola bajo una fuerte tutela del Estado durante el período 1 9 6 0 -1 9 8 0 , en el contexto de un m odelo colectivista. En consecu­ encia las poblaciones percibían a las cooperati­ vas com o instrum entos del Estado planificador más que como una herramienta de desarrollo a su servicio. Las dificultades económicas sin embargo, llevan a un cambio de rumbo y a una retirada

del Estado respecto a su rol en la economía. Es­ tos hechos afectan la supervivencia de muchas cooperativas, aunque algunas logran continuidad ahora con mayor autonomía respecto al Estado. Actualmente Senegal cuenta con unas 4 0 0 0 co­ operativas y un total de 2 millones de personas miembro. En un docum ento reciente de Política Nacional de Desarrollo Cooperativo del Senegal el gobierno afirma su voluntad de promover la emergencia de empresas cooperativas, con­ vencido de que éstas y otras expresiones de la economía social y solidaria son las herramientas privilegiadas para la creación de riqueza, lucha contra la pobreza y la exclusión social. Las características de RESOPP La unión de las cooperativas de la RESOPP de­ muestra cómo la herramienta cooperativista pu­ ede sostener el desarrollo económico del mundo rural.Creadas en 20 0 2 y establecidas legalmen-

te a partir de 2 0 0 8 , persiguen el objetivo de mejorar la calidad de vida del campesinado y personas encargadas del pastoreo, organi­ zados cooperativamente. RESOPP está form ada por 28 coopera­ tivas, de las cuales 6 son las que polarizan las organizaciones de base a nivel de las co­ m unidades rurales. El número de asociados y asociadas es variable de una cooperativa a otra, yendo de 2 .5 0 0 a 8 .0 0 0 personas. A día 1 de enero 2 0 1 1 RESOPP cuenta con 3 5 .0 0 0 personas asociadas. Las cooperativas rurales de la RESOPP ” tienen com o objetivo fa cilitar a sus inte­ grantes el acceso a las m aterias primas, al equipam iento, a las infraestructuras de alm a­ cenaje y de transform ación, a los servicios de com ercialización y al apoyo técnico a todos los niveles. Disponen de unos fondos de funciona­ m iento para la producción y la com ercializaci­ ón, que les perm ite ofrecer productos a crédito a la base social y com ercializar sus excedentes de producción en el m om ento oportuno. Se trata pues de apoyar de manera integra­ da las filiales de cereales, agrícolas y de pro­ ducción anim al. RESOPP y el desarrollo local En cada población que pertenece al sistema Resopp la cooperativa dispone de una secci­ ón rural con el objetivo de asegurar servicios de proxim idad a su base social y de facilitar su participación en la gestión. La sección rural es la célula base de una cooperativa. Tiene una estructura dem ocrática de participación com u­ nitaria que agrupa el conjunto de asociados y asociadas residentes en el ám bito del pueblo o de un grupo de pueblos. Las secciones tam bién son la base de las actividades de educación y de prom oción de la cooperativa. Son las encargadas de las acti­ vidades específicas en ciertos sectores como

son el otorgam iento de créditos, el ahorro, la gestión de las sem illas, la producción y la co­ m ercialización de nuevos productos, la gestión de programas de equipam ientos colectivos y de la organización fem enina del pueblo. RESOPP y el desarrollo con equidad La Dynamique Féminine es el lugar de expresión de las mujeres de la RESOPP Contaba hasta el 2 0 1 0 con 1 7 .000 socias, constituyendo el 48% del total de la base social. Están, además, equi­ tativam ente representadas en todas las instan­ cias del sistema. El RESOPP permite a las mujeres gestionar actividades generadoras de ingresos individuales dentro de la economía fam iliar (pequeña gana­ dería, avicultura, pequeño comercio...) o activi­ dades colectivas (gestión de batidoras, molinos, y unidades de transformación). El apoyo a las co­ operativas a través de la financiación de la activi­ dad económica y el refuerzo de las capacidades tienen su eje en el desarrollo de un empresariado femenino significativo en zonas rurales, siguiendo la lógica del auto-empoderamiento. La “ dinám ica fem enina” asegura la cohesi­ ón y la solidaridad de las mujeres m iembros del RESOPR favorece la apropiación de la instituci­ ón por ellas y su im plicación en los órganos de

dirección (Asam bleas Generales y Consejos de Adm inistración). Finanzas solidarías Ante la necesidad de responderá la problem á­ tica de acceso a la financiación, la RESOPP ha creado una cooperativa de ahorro y de crédito (COOPEC-RESOPP) en 2 0 0 7 , asegurando to ­ dos los servicios de microfinanzas a los socios y socias de sus cooperativas m iembro. De esta manera COOPEC-RESOPP tiene una sucursal en cada cooperativa.

La COOPEC asegura la financiación de cam pañas agrícolas de pequeños productores y productoras, de las actividades generadoras de ingresos de las m ujeres de la Dynamique Femenine, de la realización de inversiones por parte de individuos o colectivos en la gana­ dería, la transform ación y la com ercialización de productos diversos. Por últim o, apoya la financiación de operaciones de aprovisiona­ m iento y de com ercialización de las m ismas cooperativas.

Testimonio de Fatim Fatim Diop, 65 años, miembro de la Cooperativa Rural de PambaI Viuda y teniendo que ocuparse de 15 personas en casa, Fatim debe llevar a cabo varias activida­ des para cubrir las necesidades de su fam ilia.

«Hago “em bouche” (engorde de ganado) y pequeño com ercio. Cuando es la época vendo mangos y transform o cacahuetes en aceite. Con el grupo de m ujeres de m i poblado ges­ tionam os un m olino para hacer harina de ca­ cahuete, de m ijo o de maíz. La gestión la lleva concretam ente un Comité y un molinero. Cada día una m ujer diferente acom paña al m olinero para m edir las cantidades a m oler y re cib ir el pago de las personas que vienen a m oler sus cereales. RESOPP es quien ha puesto el m olino en m archa para nosotras. Al principio se trataba de un crédito, pero todas las m ujeres del pue­

blo pagaron para que el m olino fuera nuestro, cosa que es ahora. M ucha gente de otros pueblos lejanos viene para m oler sus cereales en nuestro molino. Desde que pertenezco a la cooperativa he m ejorado mis actividades ya que he podido pe­ d ir un crédito a COOPEC. Pude com prar al princi­ pio unas ovejas y mangos y no me ha ido mal. De hecho solo una vez he tenido problem as para devolver el préstam o: cuando m urió m i marido. De todas m aneras opino que los lím ites del crédito que nos dan no son suficientes como para llevar a cabo grandes actividades. La cooperativa es un buen sistem a, pero el otorgam iento de créditos es lento. Creo que si has ido pagando bien deberías poder obtener otro crédito rápidam ente, cosa que no es así actualm ente, porque tienes que esperar que tu dosier sea aceptado. Pero es un buen sistem a ya que p erm ite a los pobres que no tienen nada el tener alguna cosan.

Impactos

Social Generación de lazos de solidaridad entre pequeños productores y productoras, así como campesinado Rescate de cooperativas autónomas y contribución al fortalecimiento del movimiento cooperativo Creación de un centro de formación cooperativa Carácter fuertemente participativo de la organización cooperativa

Económico ♦ Mejora de los ingresos de los productores y productoras ♦ Creación de infraestructura pro­ ductiva ♦ Acceso al crédito m ediante la cooperativa ♦ Mejora de las capacidades de producción y comercializa­ ción

Personal ♦ Mejora de los ingresos ♦ Ampliación de las relaciones ♦ Mejora de la autoestima.

M edioam biental ♦

Género La experiencia cuenta con un espacio específico para el desarrollo desde una perspectiva de género ( “Dynamique Féminine”) Las socias representan casi la mitad de la masa social.

Contribución al mejora­ miento de las infraestructu­ ras hidráulicas

♦ Distribución geográfica que asegura diversidad produc­ tiva

[América Latina]

Cifras clave ✓

son los trabajadores y trabajadoras asociados a Asarbolsem 8 0 % son mujeres

Bolivia

3 0 0 dólares fue su primera venta al extranjero 2 m illo n e s de dólares es el monto de la facturación anual

La República de Bolivia es un país con unos 10 m illones de habitantes distribuidos en una su­ perficie de 1 .0 9 8 .5 8 0 Kms2. Es el único país del continente latinoam ericano sin costa, com pren­ diendo su territorio tres zonas bien marcadas: el altiplano, de gran riqueza mineral y donde se concentra la mayoría de la población; los valles con clim a subtropical donde se produce café, cacao, coca, plátanos y caña de azúcar entre otros productos del trópico; y los llanos donde se practica la ganadería y agricultura, adem ás de la explotación de hidrocarburos. Más allá de la riqueza de su territorio, Boli­ via es uno de los países más pobres del conti­ nente. El 23% de la población vive con menos de 1 U$S por día (2 0 0 2 ), en tanto la m ortalidad infantil es de 64 por mil. A este cuadro social se le suma una histo­ ria plagada de explotación y revueltas que han desgastado su debilitado sistem a político. Des­

pués de distintos gobiernos con diferentes ori­ entaciones y de regímenes m ilitares, la década de los noventa se caracteriza por la aplicación de políticas neoliberales, fuertem ente resistidas por las organizaciones sociales e indígenas. Fruto de estas resistencias en 2 0 0 5 gana las elecciones presidenciales un dirigente cocacolero, Evo Morales, prim er m andatorio de origen indígena en un país donde la mayoría (57% ) son quechuas y aymaras.

Sus orígenes y evolución En este contexto se crea en 1989 una organizaci­ ón de artesanos y artesanas que bajo el liderazgo de Antonia Rodríguez logra reunir a productores y productoras de la ciudad de El Alto (La Paz) así como de otras comunidades rurales de la zona andina. Al principio eran 62 las mujeres de 6 pe­ queños grupos de El Alto. Si bien uno de los obje­ tivos era salir de la pobreza m ediante un trabajo

digno, el proyecto inicial contem plaba hacerlo a través de estrategias com unitarias y participativas. De esta manera Asarbolsem se propone desde sus inicios “ lograr consolidar una Empre­ sa Social de estructura administrativa autogestionaria que logre ser económ icam ente viable, socialm ente aceptada y ecológicamente sostenible; a partir de inversiones individuales, grupales y comunales, unimos nuestros esfuercos para la nivelación y perfeccionamiento de calidad y capacidad productiva destinada a satisfacer la dem anda de nuestros productos cum pliendo las exigencias del mercado local e internacional” . Con anterioridad a su fundación Antonia Rodríguez había sido contratada por diversas ONGs para capacitar a grupos productivos. Sin embargo, todos ellos luego carecían de estrate­ gias de com ercialización y caían en las tram pas de la pobreza generadas por los grupos de in­ terés em presarial, incluso de contrabandistas, que pagaban miserias a los productores y pro­ ductoras. En ese m om ento Antonia, quien en­ tonces no sabía leer ni escribir, se siente llam a­ da a colaborar con sus ¡guales para proponerles organizarse y com ercializar en conjunto. Para ello debió rom per con varios prejuicios, com o el hecho de que una m ujer indígena pudiera orga­ nizar una empresa exitosa. Su primera venta in­ ternacional, básicam ente de tejidos, fue de 3 0 0 dólares a un suizo que acertaba pasar por una plaza y se llevó fotos de sus productos. Años después, gracias al desarrollo del em prendim i­ ento, han logrado concretar ventas por valor de 60 mil dólares. En 1998 la Asociación ingresa a la IFAT, la plataform a de com ercio justo a nivel

m undial (hoy WFTO) lo que le perm ite ingresar al circuito com ercial del comercio justo en di­ versos países de Europa, Japón y Norteamérica de los siguientes productos: ■ Artesanía Textil. > Tejidos manuales en palillo > Tejidos en telares andinos tradicionales > Textiles en costura y bordado ■ Instrum entos m usicales (aerófonos andinos en bam bú, caña hueca y madera) ■ Cerámica decorativa y utilitaria Asimism o, las técnicas de producción textil, in­ cluyen el tejido a palillo, en telar así como cos­ tura y bordado, asegurando la transm isión de técnicas de larga tradición. ASARBOLSEM se encarga de prom ocionar y recibir los pedidos, organizar la producción y responsabilizarse de la exportación, para lo cual debió aprender mucho pues sus com ien­ zos fueron vendiendo en la plaza pública. A nivel interno, adem ás, trabajan con proyectos de pre­ vención de la violencia intrafam iliar, así como en igualdad de género. En la actualidad, la Asociación agrupa a 19 organizaciones, con 3 1 5 m iem bros que trabajan en los diferentes rubros. Con el paso del tiem po, Asarbolsem ha logrado consolidar su masa so­

cial inicial así com o abrir posibilidades a otros productores y productoras. El éxito del em prendim iento les ha perm itido obtener im portantes prem ios dentro y fuera de frontera. La Asociación busca maximizar el ingreso de sus integrantes a partir del desarrollo y pro­ ducción de artículos de tipo artesanal, con la mejor calidad posible, logrando de esta forma acceder con productos diferenciados a merca­ dos internacionales (80% ) y nacionales de alto poder adquisitivo (20% )

Modelo de gestión Su m odelo de gestión se basa en una Asamblea de asociados, que en la práctica está confor­ mada por los representantes de los 19 grupos productivos, que en conjunto representan a 3 1 5

personas de La Paz, Potosí y Oruro. Dentro de estos 19 grupos, 2 grupos están integrados por personas con discapacidades motrices, con un total de 3 6 trabajadores y trabajadoras, y un grupo está com puesto por 28 jóvenes en situ­ ación de calle. Además, m ediante un convenio especial, se sum aron al trabajo en la empresa los reclusos de la cárcel m asculina de Chancho Loro (El Alto) y las reclusas de la cárcel fem eni­ na Obrajes (La Paz). La Asamblea (integrada por 4 m iem bros por cada grupo) elige una comisión directiva de cin­ co personas a cargo de la gerencia colectiva. Además hay un Directorio Ejecutivo, una Direc­ ción Ejecutiva (unipersonal), una Dirección Ope­ rativa (unipersonal), un Equipo de Producción y un Equipo de Comercialización.

Testimonio de Antonia Rodríguez Fundadora de Asarbolsem28 “Cuando me encon­ tré con ellos (los grupos de artesanos), me dijeron que los habían capa­ citado, pero seguían explotados p o r los in­ termediarios y contrabandistas. Es la verdad. No podía hacer nada, porque no sabía cómo leer o escribir ni tenía plata. Sí p o ­ díam os u nir los esfuerzos. Entre esos grupos tom am os la decisión de fundar la Asociación Artesanal Boliviana Señor de Mayo en 1989. M uchas apostam os para lu cha r contra la po ­ breza y alim e ntar a nuestros hijos. En m i país,

p o r el m achism o fuim os explotadas y hum illa­ das; así que dijim os que no sólo vamos a gene­ ra r ingresos económ icos para p a lia r el ham bre, sino que tam bién vamos a buscar la igualdad de derechos de la mujer. ¿Qué podíam os hacer contra tanto m achism o en m i país? Nos decían que hablábam os contra los hom bres y contra otras mujeres. Decían que éram os m ujeres chis­ mosas. ¿Para qué nos reuníam os? Nadie nos daba im portancia / . . . / Ahora hem os lo-grado conquistar el m ercado, fortalecer a las m ujeres y ser parte de la adm inistración del Gobierno2. Diría que es p o r las ganas; cuando uno quiere hacer algo, lo hace...”29 •

2 8 h ttp ://e s .s c rib d .c o m /d o c /1 4 9 7 9 3 0 8 /R S E -5 -P a n e l-2 -C o m b a te -a -la -P o b re z a 2 9 A nton ia Rodríguez se refiere a su designación co m o M in istra de D esarrollo Productivo y Econom ía Plural en el año 2 0 1 0 . Se m antuvo en el cargo hasta el año 2 0 1 1 .

Impactos Social ♦ Productores y productoras en situación de pobreza logran generar un emprendim iento productivo colectivo ♦ Mujeres y productores y productoras minusválidos logran inclusión social m ediante el trabajo ♦ Sectores de alta vulnerabilidad logran acceder a servicios básicos como salud y educación ♦ Activa participación en el escenario po­ lítico y social de Bolivia

Economico Creación autogestionada de más de 3 0 0 puestos de trabajo Exportan el 80% de lo producido, gene­ rando divisas por un valor de 2 millones de U$S al año Voluntad manifiesta por mejorar los in­ gresos de las trabajadoras y trabajadores

El Salinerito Una experiencia cooperativista y solidaria en Salinas de Bolívar, Ecuador

3 .5 0 0 socios/as integran la cooperativa de ahorro y crédito 2 2 0 socios/as integran la cooperativa de productos lácteos que ha hecho famoso la marca “Salinerito” U $ S 6 .0 7 2 . 0 0 0 fue la facturación obtenida en el año 2011.

La República de Ecuador es un país con apro­ xim adam ente 14 m illones de habitantes dis­ tribuidos en una superficie de 2 8 3 .5 6 0 Kms2. Presenta tres principales regiones naturales: la costa, donde vive la mayoría de la población y se producen los cultivos de exportación (café, cacao, bananas, etc.); la zona de la cordillera de los Andes, con población mayoritariamente nativa donde predom inan los cultivos de sub­ sistencia; y la región Amazónica donde las m ul­ tinacionales concentran la explotación del pe­ tróleo generando en los últim os años intensos debates acerca de los lím ites al m odelo econó­ mico centrado en el crecim iento a costa de los derechos am bientales. Aproxim adam ente el 38% de la población vive en situación de pobreza, porcentaje que aum enta sustancialm ente en las áreas rurales (61% ). La m ortalidad infantil es de 2 6 por mil y

el PBI per cápita se sitúa en U$S 3 .9 0 0 (datos referentes al año 2 0 0 4 ). Los años noventa fueron el escenario de im­ portantes transform aciones en Ecuador. La agu­ da crisis económ ica lleva a la dolarización de la econom ía, lo que moviliza a im portantes secto­ res sociales entre los cuales está el movimiento indígena reunido en la CONAIE. Los cam bios po­ líticos se suceden junto a la movilización social. En este marco se inscribe el triunfo en 2 0 0 6 del actual Presidente, Ec. Rafael Correa, quien asume el im pulso de un m odelo económ ico “social y solidario” que luego será confirm ado en la Asamblea Constituyente del año 2 0 0 7 . De esta manera, la actual Constitución de Ecua­ dor incluye conceptos como el Sumak Kawsay (“ buen vivir” ), la economía popular y solidaria, el comercio justo, las finanzas solidarias y la so­ beranía alim entaria, entre otros.

Salinas de Bolívar Salinas de Bolívar es una pequeña localidad ubicada en los Andes ecuatorianos, cuenta aproxim adam ente con unos 10 mil habitantes. Debe su nombre a la producción de sal mineral yodada que caracterizó al pueblo incluso desde la época de los Incas, cuando los Tomabelas -nativos de la zona- organizaban su economía en torno al trueque de la sal. Esta práctica sin embargo comienza a derrum barse en los años sesenta cuando irrum pe en el m ercado la sal marina, sum ergiendo la economía local.

El origen y desarrollo de la experiencia En 1970 el Obispo de la Diócesis convoca a un grupo de voluntarios italianos y sacerdotes salesianos para que promuevan soluciones com uni­ tarias a efectos de hacer frente a los problem as sociales y de pobreza de la zona (un pueblo sin infraestructura, con altísim os índices de analfa­ betism o y m ortandad infantil, etc.). Es así que la primera cooperativa se funda en 1972 con solo 15 personas asociadas.

Misión y valores de la experiencia La Misión reza de la siguiente manera: “ Somos una Corporación de tercer nivel que integra a seis organizaciones locales de servicio social y com unitario. Nuestra entidad representa y coor­

dina el proceso de Economía Solidaria para el buen vivir de las personas. Hacemos uso de la marca corporativa “ Salinerito” para producir y com ercializar bienes y servicios de calidad a nivel nacional e interna­ cional” . En cuanto a su Visión: “ Ser un gobierno cor­ porativo consolidado que lidera el proceso de de­ sarrollo comunitario y comercial, que promueve las capacidades locales y el traspaso generacio­ nal para situarnos como referente de economía solidaria a nivel nacional e internacional” . Son sus principios y valores los siguientes: ■ Preocupación y ACCIÓN SOLIDARIA en pro del bienestar de los demás. ■ La COMUNICACIÓN com o práctica diaria que perm ite acuerdos, socializar y trasm itir co­ nocimientos. ■ Rendición de cuentas e indicadores con TRANSPARENCIA a todo nivel. ■ REINVERSIÓN DE EXCEDENTES para el de­ sarrollo social. ■ TRABAJO COMUNITARIO y espíritu VOLUNTARIO. ■ Labor en RED a todo nivel para el bien co­ mún. ■ Respeto y valoración a la NATURALEZA. Todos estos valores, se señala en sus docum en­ tos, tom an su fuerza e inspiración en la propu­ esta del Evangelio.

Composición Hoy la Corporación GRUPPO SALINAS (jurídica­ mente aprobada el 2 6 de noviembre del 2 0 0 6 ) constituye una instancia que representa los intereses com unes y específicos de un pueblo dispuesto a transitar un cam ino de desarrollo local com unitario y participativo. El Gruppo Salinas, com o ente corporativo, está integrado por seis m iem bros que a su vez son organizaciones salineras dedicadas a acti­ vidades sociales y productivas: COOPERATIVA DE AHORRO Y CRÉDITO SA­ LINAS LTDA (COACSAL) Dedicada a las microfinanzas parroquiales, es la más antigua de las organizaciones y punto de partida para la activi­ dad productiva de transform ación de lácteos. La COACSAL tiene más de 3 .5 0 0 socios y socias y ha extendido su servicio con una ventanilla en la parroquia San Luis de Pambil y a la com uni­ dad de Chazojuan. ASOCIACIÓN “ DESARROLLO SOCIAL DE ARTESANOS TEXAL SALINAS” (TEXAL), organi­ zación que agrupa mujeres artesanas que tra ­ bajan prendas de hilo utilizando lanas natura­ les (oveja, alpaca, algodón) que son producidos

por la Hilandería Salinas. Sus socias reciben servicios como capacitación adm inistrativa y artesanal, m icro-financiam iento y espacios de encuentro y reflexión. FUNDACION DE ORGANIZACIONES CAMPESI­ NAS DE SALINAS (FUNORSAL), es una organiza­ ción de segundo grado que se encarga de la or­ ganización, asistencia técnica y acompañamiento de las comunidades de base de la parroquia. Cuenta con empresas productivas que ayudan a financiar sus actividades organizativas y sociales. FUNDACION GRUPO JUVENIL SALINAS, entidad creada con la finalidad de asesorar y fom entar la creación de grupos y actividades juveniles en la parroquia. Es el organismo que gestiona las actividades turísticas de Salinas (bajo los principios de un “turism o responsa­ ble” para lo cual m antiene un hotel, oficina de turism o y operadora. También dirige la fábrica secadora de hongos y una hacienda forestal. FUNDACION FAMILIA SALESIANA SALINAS (FFSS), Sus principales acciones se centran en la pastoral y atención a la educación y salud de los niños y jóvenes de la parroquia. Administra y mantiene los hogares juveniles masculino y

fem enino con el apoyo de empresas productivas com o la fábrica de chocolates, de turrones y la fábrica de aceites esenciales, entre otras, que se hallan en fase experimental. COOPERATIVA DE PRODUCCION AGROPE­ CUARIA “ SALINERITO” , es la organización co­ operativa que adm inistra la fábrica de lácteos “ S alinerito” y varias fincas de producción de leche y forestales. Alrededor de 2 2 0 fam ilias son s o d a s de la PRODUCOOR la prim era y más exitosa em presa agro-industrial rural. INDICADORES SIGNIFICATIVOS DE MEJORA DE CALIDAD DE VIDA de acuerdo con la propia va­ loración de sus impulsores. ■ “ SALUD: en la Salinas de los años ’70 la mor­ talidad infantil se acercaba al 50 por ciento, La desnutrición quitaba defensas frente a las enferm edades y el único rem edio posible era... la resignación. ■ VIVIENDA: un puñado de chozas se ha transfor­ mado en un bonito complejo de viviendas.

■ EDUCACIÓN: las nuevas generaciones se pre­ paran a nivel secundario y superior en dis­ tintas Universidades. Está por aprobarse la extensión universitaria de ECONOMIA SOLI­ DARIA en Salinas y la creación de la UNIDAD EDUCATIVA del MILENIO. ■ COMUNICACIÓN: 180 km de carreteras inter­ nas unen ahora las 33 com unidades desde el páramo hasta el subtrópico; telefonía fija y móvil alcanza prácticam ente totalidad del territorio; la RADIO EL SALINERITO 8 9 .9 es la primera emisora com unitaria oficialm ente reconocida. ■ TURISMO: un pueblo abandonado y desco­ nocido se ha convertido en meta deseada para estudiantes, científicos, organizaciones cam pesinas y turistas en general a raíz de sus im pactantes industrias com unitarias y la calidad de los productos ofrecidos. Un pai­ saje espectacular corona las aspiraciones de los visitantes del país y del m undo” .

“Lo increíble de Salinas es que haya seguido incansable su cam i­ no, haciendo posible el despertar de una com unidad aplastada p o r siglos de aislam iento y explotación, al con ta cta r gente llegada de los cuatro rincones del mundo, con recorridos, credos religiosos, ideas p o ­ lítica s absolutam ente diferentes. M ucha gente en Salinas, o trabajando para Salinas, ha reorientado su vida, ha estrechado lazos de am istad y hasta de parentesco, ha sacado inspiración para dar a sus hijos una visión diferente de la existencia. Se me antoja que este m icrocosm os, enclaustrado en un rem oto rincón de los Andes, podría prefigurar el m undo que todos soñam os: solidario, tolerante, optim ista, capaz de una autocrítica perm anente, p artiendo desde los ú ltim o s ". •

Impactos

Económico Creación de 19 7 plazas de trabajo comuni­ tario, que involucran entre dirigentes, perso­ nal de planta y productores y productoras de materias primas 1 .5 0 0 personas Generación de facturación anual superior a los U$S 6 millones con una generación de divisas cercanas al U$S 1 millón (total de exportaciones)

♦ Liberación de la humillante servidumbre de la Hacienda

Propuesta de diversificación productiva inclu­ yendo una perspectiva de turismo responsa­ ble

♦ Un pueblo de 1 0 .0 0 0 habi­ tantes logra un proceso de desarrollo local en base a relaciones cooperativistas y comunitarias

I Personal El ancestral sentido de inferioridad se ha vuelto “sano orgullo” y fuerte autoestima

uTv-- ■

Circuitos económicos que contemplan su propio sistema de financiamiento por medio de una cooperativa de ahorro y crédito

JS .

ÑÉ. M edioam biental

J B IP

M Ir Género ♦ El Gruppo asume el valor de la equidad de género

►La naturaleza ha sido ancestral­ mente un obstáculo para vencer: es ahora un tesoro preciado para m antener y valorar: forestación, cuidado de cuencas hidrográfi­ cas, bosques protectores, inver­ naderos, ipogeos, orquidearios, viveros de plantas nativas y exó­ ticas,...

VI [América Latina]

Cadena Textil Justa y Solidaria Del Algodón agroecológico a la fábrica recuperada en Argentina Cifras clave es la mejora de ingresos económicos de los productores del algodón respecto al comercio convencional 120C Kg es el rendimiento del algodón ecológico por hectárea familias involucradas en la producción del algodón

La República de Argentina es un país de casi 40 m illones de habitantes con una superficie de 2 .7 3 6 .6 9 0 Kms2. Ubicada en el cono sur del continente americano, presenta condiciones am ­ bientales estupendas para la explotación agríco­ la y ganadera, lo que la convierte sobre principios del Siglo XX en una de las principales potencias mundiales en la producción de alim entos a lo que se suma sobre mediados de siglo un proce­ so de industrialización que comienza a desmo­ ronarse con los gobiernos de la dictadura m ilitar (1 9 7 6 - 1983) y los posteriores gobiernos de ori­ entación neoliberal. El pico de mayor dramatismo ocurre con la severa crisis económica y política de diciembre de 2 0 0 1 , que provoca una m ultipli­ cación de la pobreza y desocupación. Sucesivas reacciones populares (asambleas, marchas, ocu­ paciones) generan cam bios de orientación en los gobiernos lo que a su vez trae como consecu­ encia una paulatina mejora en los indicadores económicos y sociales.

Encadenamiento solidario En este contexto la organización civil Otro Mer­ cado al Sur se propone en 2 0 0 3 m ontar un proyecto que perm ita un encadenam iento so­ lidario centrado en la producción de algodón ecológico: la Cadena Textil Solidaria (CTS). Como indican sus fundadores , la CTS es una marca colectiva de textiles agroecológicos de comercio justo, utilizada por un consorcio de empresas de la economía solidaria formado por la Asociación Civil Otro Mercado al Sur, la Coo­ perativa de Trabajo Texti les Pigüé y la Cooperativa Agroecológica del Litoral. Altromercato Argentina S.A (empresa instalada en Argentina con fondos de Altromercato de Italia y con participación de los anteriores actores) es la encargada de la co­ mercialización de los productos de la cadena. La cadena se sustenta en tres pilares: ■ Producción agroecológica ■ Comercio justo y economía solidaria ■ Consumo responsable

i? * * - -

Estos pilares conform an cam inos alternativos para la producción, transform ación y consumo, en este caso, del algodón producido por fam i­ lias cam pesinas de Chaco y Corrientes y trans­ form ado en remeras (cam isetas) por obreros de una empresa textil recuperada. Y tam bién es un cam ino alternativo para la com ercialización del algodón, aunque la ¡dea de com ercialización, dentro de la CTS, se aleja, cada vez más, del concepto habitual de com prar y vender. En la práctica, la CTS es un encadenam iento productivo que inicia con la obtención de algo­ dón agroecológico y culm ina con la venta en el circuito de com ercio justo internacional de ca­ misetas y calzados. En el m edio, existe una am ­ plia y cada vez más consolidada red de actores de la economía social y solidaria.

El funcionamiento de la cadena Desde el año 2 0 0 5 , en que se conform ó la CTS, hasta la actual cam paña de producción algo­ donera, los actores han ¡do cam biando: la ar­ ticulación es dinám ica, el proceso es com plejo, variable, y lleno de incertidum bres, lo que obliga a una cuota extra de com prom iso. Los eslabones de la cadena son los siguientes: Cultivo del algodón: ■ Los productores y productoras cultivan el cam po y se ocupan de la recolección del al­ godón, siguiendo las indicaciones del equipo técnico de la Cooperativa Agroecológica del Litoral. Al inicio de la cam paña productiva se

acuerdan las condiciones de producción y com ercialización, así como el precio mínimo que recibirán por la producción. ■ La Cooperativa Agroecológica del Litoral, ju n ­ to a Otro M ercado al Sur coordina las sigui­ entes actividades: > Asistencia técnica en el campo durante la fase de siem bra, controles y cosecha en el campo > Formación a productores y productoras > Control de calidad de la fibra > Recibe el dinero contado de Altromercato S.A: y paga la fibra contado a cada pro­ ductor particular perteneciente a los gru­ pos vinculados a la CTS ■ Altrom ercato S.A.: > Compra el algodón de los pequeños pro­ ductores y productoras. Desmote: ■ El algodón es desm otado por la Cooperativa “ El triunfo” de Margarita Belén, Chaco. ■ La Cooperativa Agroecológica del Litoral transporta el algodón y realiza el control de desm ote y el seguim iento del proceso de trazabilidad. ■ Altrom ercato S.A. paga el servicio de desm o­ te y los fletes Hilado: ■ La fibra desm otada se envía a la planta de Tucumán de la empresaTnPlatex.TnPlatex no es un actor de la economía solidaria, es una de las más grandes empresas de hilandería

de la Argentina. Altrom ercato S.A. contrata y paga el servicio de hilado. TnPlatex aseguró la trazabilidad de la fibra a partir de la co­ secha 2 0 0 9 . Desde 2 0 1 1 se ha incorpora la Cooperativa. Hilandería Villa Ángela (Chaco). Producción y corte del tejido:

■ El hilado producido se envía desde el esta­ blecimiento deTNPlatexa la Cooperativa Textil Pigüé (empresa recuperada por sus trabaja­ dores en el año 2 0 0 5 30). La cooperativa se ocupa del tejido, de la tintura y de la term ina­ ción de la tela. Además realiza el corte a partir de los moldes presentados por los clientes. Confección:

■ Parte de la confección de las cam isetas la realizan cooperativas ubicadas en el Gran Buenos Aires, Cooperativa Mirando el Futu­ ro, de La Matanza (10 m ujeres), Cooperativa Alameda de Buenos Aires (12 integrantes), Taller de la Casa del Niño Arco iris, de illa

Elisa, La Plata (4 mujeres). Otro Mercado se ocupa de la form ación, del control de cali­ dad y del trasporte. ■ La mayor parte de la confección lo realiza directam ente en el taller de confección la Cooperativa Textil Pigüé. Elaboración de accesorios y control de calidad:

■ Altrom ercato Argentina se ocupa de contratar a los proveedores de servicios com plem en­ tarios (estam pa, etiquetas, packaging, tras­ porte al puerto) y de realizar el control de calidad antes del envío de la producción. Logística de la producción:

■ El envío se realiza vía barco por medio de Altrom ercato Argentina e im portado directa­ mente por CTM Altrom ercato para Europa. ■ Para América las exportaciones son directas de Altrom ercato Argentina. ■ Para el mercado local la comercialización mayo­ rista es coordinada por Altromercato Argentina.

Testimonio de Fernando

Responsable de Producto de la Cadena “Comencé a trabajar en el proyecto en Julio de 2 0 0 6 y he tenido la p osi­ b ilid a d de contem plar el crecim iento de la m ism a desde casi sus inicios en térm inos operativos. Laboralm ente hablando, he tenido la satisfac­ ción de ver concretados la realización de lo que a sim ple vista pudo p arecer una utopía, pero que se logro con m ucho esfuerzo, sacrificio, in­ versión de tiem po y de recursos para que C.T.S. llegase a funcionar. Hoy se puede ver como resultado principal, al margen de las cuestiones netamente financieras

o de rentabilidad en las que entran en juego un sinnúmeros de factores propios del mercado, una estructura de trabajo dinámica con sustentación propia y considerable proyección de crecimiento. Formar parte de esto, genera mucho gusto, sobre todo porque he tenido la posibilidad de desarrollar­ me desde lo técnico, crecer en cuanto a capacidad para acom pañarlos desafíos que iban surgiendo. M uy vinculado a esto, esta la significación que ha tenido C.T.S. para m íe n lo personal. No son m uchos los ám bitos laborales donde uno tiene la oportu nida d de capacitarse y C.T.S. nos ha brindado a todos los que la com ponem os esa posibilidad, fundam entalm ente a p a rtir de la valoración del individuo...” •

30 Las em presas re cuperadas son em presas que una vez en qu ie bra ba jo gestión ca p ita lista , pasan a ser co ntrolad as y autoge stio nada s por sus trab ajado res, la mayoría de las veces ba jo fó rm u la s cooperativas.

Impactos

Económico Mejora de los ingresos de los productores y productoras Generación de divisas me­ diante la exportación de los productos

Personal 4 Ampliación de las relaciones 4 Mejora de la auto-estima.

Generación de ingresos para las empresas recuperadas Generación de valor agregado en el encadenam iento

Género M edioam biental

♦ Operarías de empresas recuperadas logran mejora de sus ingresos

♦ Toda la cadena se rige por criterios ecológicos.

Se conservan y promueven los métodos tradicionales en la producción del algodón Se promueve el desarrollo local con acento en las cul­ turas autóctonas de la Provincia del Chaco, una de las más pobres de Argentina Externalidades positivas resultantes del trabajo de en­ cadenam iento solidario Se promueve la autogestión y el involucramiento de empresas recuperadas Se promueve el comercio justo sur - sur

[América Latina]

Red de Comercialización Comunitaria y Alternativa, Honduras.

Cifras clave

londuras

1 .0 4 1

La República de Honduras es un país con unos 8 m illones de habitantes distribuidos en una superficie de 1 1 2 .0 9 0 Kms2. Su territorio mayormente m ontañoso y selvático alberga en la zona litoral la mayor producción bananera de toda la región. Además, hacia el sur, destacan la producción de café, tabaco y maíz, este últi­ mo, de fundam ental im portancia para la cultura alim enticia tanto de la sociedad actual com o de las primeras poblaciones mayas. Tras los años ochenta donde los gobiernos de turno convivían con los intereses norteam ericanos y se reprimía fuertem ente toda movilización social, los noven­ ta se caracterizaron por la apertura económ ica y las políticas neoliberales. La alicaída econo­ mía y los altísim os niveles de pobreza fueron más intensificados aún por el fugaz paso del Huracán Mitch (1 9 9 8 ) que dejó solo en este país 14 mil personas muertas y daños m ateri­

ales por encima de los 5 mil m illones de dóla­ res. La sucesión dem ocrática de los gobiernos es cortada abruptam ente en 2 0 0 9 cuando el Presidente Manuel Zelaya es destituido por un golpe de Estado. Honduras es el tercer país más pobre de Amé­ rica Latina. La mortalidad infantil es de 42 por mil, en tanto el PBI per cápita es de U$S 28 7 6 (datos relativos al año 2004). La pobreza alcanza al 60% de la población (datos relativos al 2 011) en tanto la pobreza extrema afecta al 40%. Justamente en el contexto de unas políticas neoliberales y aperturistas, que implicaron la im­ portación de alimentos subsidiados desde los EUA, generando una gran crisis entre los pequeños productores y productoras, un grupo de organiza­ ciones campesinas, indígenas y artesanas empi­ ezan a reunirse entre 1993 y 1995 concretando la creación de una red de pequeños productores

y productoras. Son los comienzos de la Red de Comercialización Comunitaria Alternativa.

Qué es la Red Comal La Red Com al es una a so cia ció n de orga­ nizaciones de pequ e ñ os p ro d u cto re s y pro­ d u cto ra s en H onduras. “ C o m al” en la le n ­ gua n á h ua tl se refiere a un in stru m e n to de cocina tra d ic io n a l (la mayoría de las veces de ce rá m ic a ), con form a de p la to , do n d e se suelen c o c in a r y /o c a le n ta r las p o pu lares to rtilla s de maíz. Está conform ada por unas 4 0 organizacio­ nes afiliadas y aproxim adam ente 2 0 0 grupos com unitarios dedicados a la producción agríco­ la, agroindustria, gestión de m icroem prendim ientos y tiendas com unitarias para el sum inistro de alim entos y bienes básicos. La estructura organizativa de COMAL está conform ada por una asam blea de productores y productoras, que son elegidos en Asam bleas Regionales, una Junta Directiva, seis Com ités Regionales y un Equipo Técnico. La Asam blea N acional es el órgano político de tom a de de­

cisión donde participan representantes de las organizaciones afiliadas a COMAL. La Asam ­ blea N acional elige a la Junta Directiva cada dos años.

La estructura comercial y solidaria La Red ha ido construyendo con el paso de los años una organización solidaria que incluye una empresa de com ercialización, una escuela de economía solidaria, un conjunto de tiendas, áreas específicas para la mejora del producto e incluso un sugerente sistema de intercam bios en base a una moneda propia. Veamos más de­ tenidam ente estos com ponentes: ■ La Empresa de Comercialización Alternativa y Solidaria (ECOMAS) es la encargada de la comercialización de los productos cam pesi­ nos y bienes de consum o básico elaborados por los socios y sodas. Cuenta con un sis­ tem a de acopio y Unidades Regionales de Mayoreo (URM), adem ás de las tiendas co­ m unitarias. Promueve el com ercio con ven­ tas de carpa, ferias y una gran Feria Anual Campesina

Red Comal

■ La Escuela de Economía Solidaria (ECOSOL), busca contribuir a la mejora de la economía cam pesina m ediante un proceso de form a­ ción y capacitación. Cuenta con un equipo de educadores y educadoras populares que atienden a la población afiliada en las dife­ rentes regiones de cobertura de la red.. ■ El Departamento de Desarrollo de Productos (DDP) es la instancia de acompañamiento a la población afiliada en las iniciativas empre­ sariales de desarrollo de productos; en temas de asesoría técnica, empaques y embalajes, trám ites legales, imagen comercial de produc­ tos, mejora de la calidez del producto y todo el requerido de los productos para el acceso al mercado. Sus áreas de Trabajo son: a) Uni­ dad de Agroindustria, encargada de trabajar conjuntamente con las empresas sociales seleccionadas en el desarrollo de sus produc­ tos de carácter industrial desde la fórmula del producto, procesos de producción, normas de calidez e higiene, seguridad laboral, diseño de imagen comercial, empaques y embalajes y dar seguimiento a los trám ites legales requeri­

dos por los productos para su comercializaci­ ón; b) Unidad de Apoyo a la producción Agrí­ cola, acompaña a las y los productores en sus labores agrícolas asesorándoles en sus proce­ sos productivos; capacitando e implementando técnicas de cultivos, uso adecuado de los productos agropecuarios y planes de inversión y c) Unidad de Financiamiento Alternativo, cu­ enta con una cartera de créditos para el apoyo a la producción agrícola de empresas sociales campesinas. Este financiamiento se brinda por medio del suministro de semilla, insumos y herramientas. Una parte de los créditos se otorga a través de vales llamados Unidades de Intercambio Solidario (UDIS). ■ Restaurante La Cocina de COMAL, donde adem ás de ser el lugar donde se venden alim entos, se alquilan salas para eventos y reuniones. ■ Tienda Centroamericana, promueve la co­ mercialización de productos solidarios de los diferentes países de la región. ■ Centro de Capacitación ECOSOL, el cual cu­ enta con hospedaje, alim entación y aulas de

65

Productos que comercializa la Red

>1.

Algunos de sus productos más reconocidos son la panela granulada ECOCOMAL, producto 100% natural extraída de la caña de azúcar y certificada por Biolatina; el Café ECOCOMAL, producto 100% natural; café orgánico COMUCAP producido por la Cooperativa de Mujeres Campesinas, entre otros.

Los valores que inspiran a la Red

trabajo, adem ás de personal capacitado. Se organizan form aciones sobre com ercializa­ ción, adm inistración y gestión organizativa, entre otras. ■ Unidades de Intercambio Solidarios (UNIS). Son vales comunitarios emitidos por la Red Comal para financiar actividades productivas de sus afiliados y afiliadas. Como la mayoría de las monedas sociales, no son convertibles y están además respaldadas en los inventa­ rios y capacidad financiera de la Red. Sue­ len ser utilizadas para el pago de planillas, la compra de productos a empresas campesi­ nas, el otorgamiento de préstamos para ca­ pital de trabajo a empresas y grupos de per­ sonas productoras y para el pago de servicios contratados como albañilería. Las personas, organizaciones o empresas que reciben UDIS pueden usarlos para realizar com ­ pras en la Red Comal a través de las tiendas com unitarias afiliadas y las Unidades Regiona­ les de Mayoreo. Sin embargo, muchas perso­ nas y negocios en las com unidades tam bién ya aceptan UDIS; por eso los llam am os vales com unitarios.

Los y las integrantes de la Red (200 grupos afili­ ados) han consensuado la siguiente Misión: “ La Red Comal es una asociación que integra empre­ sas sociales de productores, productoras y con­ sumidores y consumidoras, que impulsados por la lucha y la dignidad del ser humano, desarrolla procesos de formación, producción, transforma­ ción y comercialización bajo los principios de la economía solidaria para la mejora de la calidad de vida de las fam ilias campesinas” . En cuanto a su Visión dicen lo siguiente: “ Somos una fuerza integradora, com prom etida y consolidada, de organizaciones económ icas y sociales, que contribuye a los procesos de trans­ form ación en el país y es referente de economía solidaria a nivel nacional e internacional. Los procesos de form ación, producción agroindustrial y comercialización son sostenibles, realizados con calidez, en armonía con la naturaleza y bajo principios de justicia, equidad, solidaridad y respeto al ser hum ano” . En ese marco los valores en los que se basan son: 1. Valoramos el trabajo y la participación más que el capital. 2 . Practicamos la justicia. 3 . Respetamos la vida y la naturaleza. 4 . Nos com prom etem os a m antener la trans­ parencia económica. 5. Unidos y unidas fortalecem os nuestra fe transform adora. 6 . Practicamos la honradez y la honestidad. 7. Comercializamos con precio y peso justo. 8 . Practicamos la solidaridad.

Red Comal

9 . Promovemos la unidad en nuestra organiza­ ción, reconociendo la diversidad del movi­ m iento social y popular. 10. Practicamos relaciones de equidad de entre hombres y mujeres. Así entienden a la economía solidaria com o la construcción de un m odelo que “ im plica el in­ tercam bio de los bienes y productos en red, la

unidad de organizaciones y espacios de inter­ cam bio de productos y mercancías, el consumo de bienes producidos localm ente. Todo lo ante­ rior en respeto y armonía con la naturaleza y las culturas, predom inando la cooperación y el bien común ante la com petencia, con el fin últim o, la realización de la persona humana, sobrepuesta por encima de todo aquello que im pide su autorrealización” .

Testimonio de Faustino

Faustino López, Choluteca, Tienda Comunitaria Nuevo Horizonte “Economía Solidaria es c om p artir en todos los aspectos de la vida de la com unidad”. •

Pablo Vázquez, Tienda Comunitaria Estrellas en Acción “La economía solida­ ria es donde trabaja­ m os todos para el bienestar de nuestras fam ilias. Donde producim os y cosecha­ m os para el bien de todos. La solidari­ dad para nosotros es una form ación, un aprendizaje”. •

Testimonio de Cirilo

Cirilo George, Grupo Productor de Caña El Nuevo Despertar “Si cam inam os en solidaridad llegará un tiem po que podam os fabricar, p ro du cir y consum ir todo lo que necesitam os. Creo que la solidaridad nos llevará a una vida m ejor en las com uni­ dades. La econom ía solidaria nos hace rom per barreras que nos están esclavizando”.