Los siete saberes necesarios para la educación del futuro

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Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura

Los siete saberes necesarios para la educación del futuro

Edgar Morin

Traducción de Mercedes Vallejo-Gómez, Profesora de ia Universidad Pontificia Boiivariana de Medellín-Colombia Con ia contribución de Nelson Vaiiejo-Gómez y Françoise Girard

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Las ideas e opiniones expresadas en esta obra son las del autor y no reflejan necesariamente los puntos de vista de la UNESCO. Publicado en octubre de 1999 por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura - 7 place de Fontenoy - 75352 París 07 SP - Francia © UNESCO 1999

EPD-99AVS/4

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ÍNDICE Agradecimientos Prefacio dei Director General de ia UNESCO Prólogo

..................................................................................................................................

1

Capítulo I - Las cegueras del conocim iento : el error y la ilu s ió n ...................................................

5

El talón de Aquiles del conocimiento........................................................................................

5

1.1 1.2 1.3 1.4

errores mentales................................................................................................... errores intelectuales............................................................................................... errores de la razón................................................................................................ cegueras paradigmáticas........................................................................................

6 7 7 8

2.

El imprinting y la normalización...............................................................................................

10

3.

La noología : posesión...........................................................................................................

10

4.

Lo inesperado......................................................................................................................

12

5.

La incertidumbre del conocimiento..........................................................................................

12

1.

Los Los Les Las

Capítulo II - Los principios de un conocim iento pertinente............................................................. 1.

De la pertinencia en el conocimiento........................................................................................ 1.1 1.2 1.3 1.4

2.

15 16 16 17

La inteligencia general...........................................................................................................

17

La antinomia.......................................................

Los problemas esenciales....................................................................................................... 3.1 3.2 3.3

Disyunción y especialización cerrada............................................................................... Reducción y disyunción................................................................................................ La falsa racionalidad....................................................................................................

Capítulo I I I - Enseñar la condición hu m an a................................................................................. 1.

Arraigamiento «-► desarraigamiento humano............................................................................. 1.1 1.2 1.3 1.4

2.

La La La La

condición cósmica................................................................................................... condición física....................................................................................................... condición terrestre................................................................................................... humana condición ..........................................................................................

Lo humano del humano.............. 2.1 2.2 2.3 2.4

3.

15

El contexto................................................................................................................. Lo global (las relaciones entre todoy partes)................................................................... Lo multidimensional.................................................................................................... Lo complejo...............................................................................................................

2.1 3.

15

18 18 18 19 20 23 23 24 24 24 25 26

Unidualidad................................................................................................................ El bucle cerebro ment e Existe un problema capital, aún desconocido, cual es el de la necesidad de promover un conocimiento capaz de abordar los problemas globales y fundamentales para inscribir allí los conocimientos parciales y locales.

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> La supremacía de un conocimiento fragmentado según las disciplinas impide a menudo operar el vínculo entre las partes y las totalidades y debe dar paso a un modo de conocimiento capaz de aprehender los objetos en sus contextos, sus complejidades, sus conjuntos. V

Es necesario desarrollar la aptitud natural de la inteligencia humana para ubicar todas sus informaciones en un contexto y en un conjunto. Es necesario enseñar los métodos que permiten aprehender las relaciones mutuas y las influencias recíprocas entre las partes y el todo en un mundo complejo.

Capítulo III : E n señ ar la co n d ición humana > El ser humano es a la vez físico, biológico, síquico, cultural, social, histórico. Es esta unidad compleja de la naturaleza humana la que está completamente desintegrada en la educación a través de las disciplinas y que imposibilita aprender lo que significa ser humano. Hay que restaurarla de tal manera que cada uno desde donde esté tome conocimiento y conciencia al mismo tiempo de su identidad compleja y de su identidad común a todos los demás humanos. > Así, la condición educación.

humana debería ser objeto esencial de cualquier

> Este capítulo indica cómo, posible reconocer la unidad organizando conocimientos naturaleza, en las ciencias mostrar la unión indisoluble lo que es humano.

a partir de las disciplinas actuales, es y la complejidad humanas reuniendo y dispersos en las ciencias de la humanas, la literatura y la filosofía y entre la unidad y la diversidad de todo

Capítul o IV : E n señ ar i a id e n tid a d te rren al > En lo sucesivo, el destino planetario del género humano será otra realidad fundamental ignorada por la educación. El conocimiento de los desarrollos de la era planeraria que van a incrementarse en el siglo XXI y el reconocimiento de la identidad terrenal que será cada vez más indispensable para cada uno y para todos deben convertirse en uno de los mayores objetos de la educación. > Es pertinente enseñar la historia de la era planetaria que comienza con la comunicación de todos los continentes en el siglo XVI y mostrar cómo se volvieron intersolidarias todas las partes del mundo sin por ello ocultar las opresiones y dominaciones que han asolado a la humanidad y que aún no han desaparecido. > Habrá que señalar la complejidad de la crisis planetaria que enmarca el siglo XX mostrando que todos los humanos, confrontados desde ahora con los mismos problemas de vida y muerte, viven en una misma comunidad de destino.

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Capítulo V : Enfrentar las incertidum bres > Las ciencias nos han hecho adquirir muchas certezas, pero de la misma manera nos han revelado, en el siglo XX, innumerables campos de incertidumbre. La educación debería comprender la enseñanza de las incertidumbres que han aparecido en las ciencias físicas (microfísica, termodinámica, cosmología), en las ciencias de la evolución biológica y en las ciencias históricas. > Se tendrían que enseñar principios de estrategia que permitan afrontar los riesgos, lo inesperado, lo incierto, y modificar su desarrollo en virtud de las informaciones adquiridas en el camino. Es necesario aprender a navegar en un océano de incertidumbres a través de archipiélagos de certeza. > La fórmula del poeta griego Eurípides que data de hace 25 siglos está ahora más actual que nunca. « L o esperado no se cum ple y p ara lo in e spe rad o un dio s abre la p u erta ». El abandono de los conceptos deterministas de la historia humana que creían poder predecir nuestro futuro, el examen de los grandes acontecimientos y accidentes de nuestro siglo que fueron todos inesperados, el carácter en adelante desconocido de la aventura humana, deben incitarnos a preparar nuestras mentes para esperar lo inesperado y poder afrontarlo. Es imperativo que todos aquellos que tienen la carga de la educación estén a la vanguardia con la incertidumbre de nuestros tiempos. Capítulo VI : En señ ar la com prensión > La comprensión es al mismo tiempo medio y fin de la comunicación humana. Ahora bien, la educación para la comprensión está ausente de nuestras enseñanzas. El planeta necesita comprensiones mutuas en todos los sentidos. Teniendo en cuenta la importancia de la educación para la comprensión en todos los niveles educativos y en todas las edades, el desarrollo de la comprensión necesita una reforma de las mentalidades. Tal debe ser la tarea para la educación del futuro. > La comprensión mutua entre humanos, tanto próximos como extraños es en adelante vital para que las relaciones humanas salgan de su estado bárbaro de incomprensión. > De allí, la necesidad de estudiar la incomprensión desde sus raíces, sus modalidades y sus efectos. Este estudio sería tanto más importante cuanto que se centraría, no sólo en los síntomas, sino en las causas de los racismos, las xenofobias y los desprecios. Constituiría, al mismo tiempo, una de las bases más seguras para la educación por la paz, a la cual estamos ligados por esencia y v o ca ci ó n .

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Capítulo VII : La ética de! género humano > La educación debe conducir a una « antropo-ética » considerado el carácter ternario de la condición humana cual es el de ser a la vez individuo sociedad La ética no se podría enseñar con lecciones de moral. Ella debe formarse en las mentes a partir de la conciencia de que el humano es al mismo tiempo individuo, parte de una sociedad, parte de una especie. Llevamos en cada uno de nosotros esta triple realidad. De igual manera, todo desarrollo verdaderamente humano debe comprender el desarrollo conjunto de las autonomías individuales, de las participaciones comunitarias y la conciencia de pertenecer a la especie humana. > De allí, se esbozan las dos grandes finalidades ético-políticas del nuevo milenio : establecer una relación de control mutuo entre la sociedad y los individuos por medio de la democracia y concebir la Humanidad como comunidad planetaria. La educación debe no sólo contribuir a una toma de conciencia de nuestra Tierra-Patria, sino también permitir que esta conciencia se traduzca en la voluntad de realizar la ciudadanía terrenal.

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CAPÍTULO I LAS C E G U E R A S DEL C O N O C I M I E N T O : EL E R R O R Y LA IL U S IÓ N

Todo conocimiento conlleva el riesgo del error y de la ilusión. La educación del futuro debe afrontar el problema desde estos dos aspectos : error e ilusión. El mayor error sería subestimar el problema del error ; la mayor ilusión sería subestimar el problema de la ilusión. El reconocimiento del error y de la ilusión es tan difícil que el error y la ilusión no se reconocen en absoluto. Error e ilusión parasitan la mente humana desde la aparición del hom o sapiens. Cuando consideramos el pasado, incluyendo el reciente, sentimos que ha sufrido el dominio de innumerables errores e ilusiones. Marx y Engels enunciaron justamente en La Id e o lo g ía Alem ana que los hombres siempre han elaborado falsas concepciones de ellos mismos, de lo que hacen, de lo que deben hacer, del mundo donde viven. Pero ni Marx ni Engels escaparon a estos errores. 1.

EL TALÓN DE AQUILES DEL CONOCIMIENTO

La educación debe mostrar que no hay conocimiento que no esté, en algún grado, amenazado por el error y por la ilusión. La teoría de la información muestra que hay un riesgo de error bajo el efecto de perturbaciones aleatorias o ruidos ( n oise), en cualquier transmisión de información, en cualquier comunicación de mensajes. Un conocimiento no es el espejo de las cosas o del mundo exterior. Todas las percepciones son a la vez traducciones y reconstrucciones cerebrales, a partir de estímulos o signos captados y codificados por los sentidos ; de ahí, es bien sabido, los innumerables errores de percepción que sin embargo nos llegan de nuestro sentido más fiable, el de la visión. Al error de percepción seagrega el error intelectual. El conocimiento en forma de palabra, de idea, de teoría, es el fruto de una traducción /reconstrucción mediada por el lenguaje y el pensamiento y por ende conoce el riesgo de error. Este conocimiento en tanto que traducción y reconstrucción implica la interpretación, lo que introduce el riesgo de error al interior de la subjetividad del conociente, de su visión del mundo, de sus principios de conocimiento. De ahí provienen los innumerables errores de concepción y de ideas que sobrevienen a pesar de nuestros controles racionales. La proyección de nuestros deseos o de nuestros miedos, las perturbaciones mentales que aportan nuestras emociones multiplican los riesgos de error. Se podría creer en la posibilidad de eliminar el riesgo de error rechazando cualquier afectividad. De hecho, el sentimiento, el odio, el amor y la amistad pueden enceguecernos ; pero también hay que decir que ya en el mundo mamífero, y sobre todo en el mundo humano, el desarrollo de la inteligencia es inseparable del de la afectividad, es decir de la curiosidad, de la pasión, que son, a su vez, de la competencia de la investigación filosófica o científica. La afectividad puede asfixiar el conocimiento pero también puede fortalecerlo. Existe una relación

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estrecha entre la inteligencia y la afectividad : la facultad de razonamiento puede ser disminuida y hasta destruida por un déficit de emoción ; el debilitamiento de la capacidad para reaccionar emocionalmente puede llegar a ser la causa de comportamientos irracionales. Así pues, no hay un estado superior de la razón que domine la emoción sino un bucle in te lle c t a f f e c t ; y de cierta manera la capacidad de emoción es indispensable para el establecimiento de comportamientos racionales. El desarrollo del conocimiento científico es un medio poderoso de detección de errores y de lucha contra las ilusiones. No obstante, los paradigmas que controlan la ciencia pueden desarrollar ilusiones y ninguna teoría científica está inmunizada para siempre contra el error. Además, el conocimiento científico no puede tratar únicamente los problemas epistemológicos, filosóficos y éticos. La educación debe entonces dedicarse a orígenes de errores, de ilusiones y de cegueras.

la

identificación

de

los

1.1 Los errores mentales Ningún dispositivo cerebral permite distinguir la alucinación de la percepción, el sueño de la vigilia, lo imaginario de lo real, lo subjetivo de lo objetivo. La importancia del fantasma y del imaginario en el ser humano es inimaginable ; dado que las vías de entrada y de salida del sistema neuro­ cerebral que conectan el organismo con el mundo exterior representan sólo el 2% de todo el conjunto, mientras que el 98% implica al funcionamiento interior, se ha constituido en un mundo síquico relativamente independiente donde se fermentan necesidades, sueños, deseos, ideas, imágenes, fantasmas, y este mundo se infiltra en nuestra visión o concepción del mundo exterior. También existe en cada mente una posibilidad de mentira a sí mismo ( s e lf-d e ce p tio n ) que es fuente permanente de error y de ilusión. El egocentrismo, la necesidad de auto-justificación, la tendencia a proyectar sobre el otro la causa del mal hacen que cada uno se mienta a sí mismo sin detectar esa mentira de la cual, no obstante, es el autor. Nuestra memoria misma está sujeta a numerosas fuentes de error. Una memoria no regenerada con la remembranza tiende a degradarse ; pero cada remembranza la puede adornar o desfigurar. Nuestra mente, de manera inconsciente, tiende a seleccionar los recuerdos que nos convienen y a rechazar, incluso a borrar, los desfavorables ; y cada uno puede allí adjudicarse un rol adulador. También tiende a deformar los recuerdos por proyecciones o confusiones inconscientes. Existen, a veces, falsos recuerdos con la persuación de haberlos vivido y también recuerdos que rechazamos porque estamos persuadidos de no haberlos vivido jamás. Así, la memoria, fuente irremplazable de verdad, puede estar sujeta a los errores y a las ilusiones.

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1.2 Los errores intelectuales Nuestros sistemas de ideas (teorías, doctrinas, ideologías) no sólo están sujetos al error sino que también protegen los errores e ilusiones que están inscritos en ellos. Forma parte de la lógica organizadora de cualquier sistema de ideas el hecho de resistir a la información que no conviene o que no se puede integrar. Las teorías resisten a la agresión de las teorías enemigas o de los argumentos adversos. Aunque las teorías científicas sean las únicas en aceptar la posibilidad de ser refutadas, tienden a manifestar esta resistencia. En cuanto a las doctrinas, que son teorías encerradas en sí mismas y absolutamente convencidas de su verdad, éstas son invulnerables a cualquier crítica que denuncie sus errores. 1.3 Los errores de la razón Lo que permite la distinción entre vigilia y sueño, imaginario y real, subjetivo y objetivo, es la actividad racional de la mente que apela al control del entorno (resistencia física del medio al deseo y al imaginario), al control de la práctica (actividad verificadora), al control de la cultura (referencia al saber común), al control del prójimo (¿es que usted ve lo mismo que yo ?), al control cerebral (memoria, operaciones lógicas). Dicho de otra manera, es la racionalidad la que corrige. La racionalidad es el mejor pretil contra el error y la ilusión. Por una parte, está la racionalidad constructiva que elabora teorías coherentes verificando el carácter lógico de la organización teórica, la compatibilidad entre las ideas que componen la teoría, el acuerdo entre sus afirmaciones y los elementos empíricos a los cuales se dedica : esta racionalidad debe permanecer abierta a la discusión para evitar que se vuelva a encerrar en una doctrina y se convierta en racionalización ; por otra parte, está la racionalidad crítica que se ejerce particularmente sobre los errores e ilusiones de las creencias, doctrinas y teorías. Pero la racionalidad también lleva en su seno una posibilidad de error y de ilusión cuando se pervierte en racionalización como se acaba de indicar. La racionalización se cree racional porque constituye un sistema lógico perfecto basado en la deducción o la inducción ; pero ella se funda sobre bases mutiladas o falsas y se niega a la discusión de argumentos y a la verificación empírica. La racionalización es cerrada, la racionalidad es abierta. La racionalización toma las mismas fuentes de la racionalidad, pero constituye una de las fuentes de errores y de ilusiones más poderosa. De esta manera, una doctrina que obedece a un modelo mecanicista y determinista para considerar el mundo no es racional sino racionalizadora. La verdadera racionalidad, abierta por naturaleza, dialoga con una realidad que se le resiste. Ella opera un ir y venir incesante entre la instancia lógica y la instancia empírica ; es el fruto del debate argumentado de las ideas y no la propiedad de un sistema de ideas. Un racionalismo que ignora los seres, la subjetividad, la afectividad, la vida es irracional. La racionalidad debe reconocer el lado del afecto, del amor, del arrepentimiento. La verdadera racionalidad conoce los límites de la lógica, del determinismo, del mecanismo ; sabe que la mente humana no podría ser omnisciente, que la realidad comporta misterio ; ella negocia con lo irracionalizado, lo oscuro, lo irracionalizable ; no sólo es crítica sino

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autocrítica. Se reconoce la verdadera racionalidad por la capacidad de reconocer sus insuficiencias. La racionalidad no es una cualidad con la que están dotadas las mentes de los científicos y técnicos y de la cual están desprovistos los demás. Los sabios atomistas, racionales en su área de competencia y bajo la coacción del laboratorio, pueden ser completamente irracionales en política o en su vida privada. Así mismo, la racionalidad no es una cualidad de la cual dispondría en monopolio la civilización occidental. Durante mucho tiempo, el Occidente europeo se creyó dueño de la racionalidad, sólo veía errores, ilusiones y retrazos en las otras culturas y juzgaba cualquier cultura en la medida de sus resultados tecnológicos. Ahora bien, debemos saber que en toda sociedad, comprendida la arcaica, hay racionalidad tanto en la confección de herramientas, estrategia para la caza, conocimiento de las plantas, de los animales, del terreno como la hay en el mito, la magia, la religión. En nuestras sociedades occidentales también hay presencia de mitos, de magia, de religión, incluyendo el mito de una razón providencial e incluyendo también una religión del progreso. Comenzamos a ser verdaderamente racionales cuando reconocemos la racionalización incluida en nuestra racionalidad y cuando reconocemos nuestros propios mitos entre los cuales el mito de nuestra razón todopoderosa y el del progreso garantizado. Es necesario entonces, reconocer en la educación para el futuro un p rin c ip io de incertidu m bre ra c io n a ! : si no mantiene su vigilante autocrítica, la racionalidad arriesga permanentemente a caer en la ilusión racionalizadora ; es decir que la verdadera racionalidad no es solamente teórica ni crítica sino también autocrítica. 1.4 Las cegueras paradigmáticas El juego de la verdad y del error no sólo se juega en la verificación empírica y la coherencia lógica de las teorías ; también se juega a fondo en la zona invisible de los paradigmas. Esto lo debe tener bien en cuenta la educación. Un paradigma puede ser definido por : ♦ La p ro m o ció n /se le cció n de ¡os co n cep tos m aestros de la in te lig ib ilid a d . Así, el Orden en las concepciones deterministas, la M ateria en las concepciones materialistas, el E s p íritu en las concepciones espiritualistas, la E structura en las concepciones estructuralistas son los conceptos maestros seleccionados/ seleccionantes que excluyen o subordinan los conceptos que les son antinómicos (el desorden, el espíritu, la materia, el acontecimiento). De este modo, el nivel paradigmático es el del principio de selección de las ideas que están integradas en el discurso o en la teoría o que son apartadas y rechazadas. ♦ La d eterm inación de la s op era cion es ló g ica s m aestras. El paradigma está oculto bajo la lógica y selecciona las operaciones lógicas que se vuelven a la vez preponderantes, pertinentes y evidentes bajo su imperio (exclusión-inclusión, disyunción-conjunción, implicación-negación). Es el paradigma quien otorga el privilegio a

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ciertas operaciones lógicas a expensas de otras como la disyunción, en detrimento de la conjunción ; es él quien da validez y universalidad a la lógica que ha elegido. Por eso mismo, da a los discursos y a las teorías que controla las características de necesidad y verdad. Por su prescripción y su proscripción, el paradigma funda el axioma y se expresa en el axioma {«todo fenóm eno natura! obedece a! determ ínism o », « todo fenóm eno p rop iam ente hum ano se d efin e p o r o p o sició n a i a n atu raleza »...). Así pues, el paradigma efectúa la selección y la determinación de la conceptualización y de las operaciones lógicas. Designa las categorías fundamentales de la inteligibilidad y efectúa el control de su empleo. Los individuos conocen, piensan y actúan según los paradigmas inscritos culturalmente en ellos. Tomemos un ejemplo : Hay dos paradigmas opuestos concernientes a la relación hom bre naturaleza. El primero incluye lo humano en la naturaleza y cualquier discurso que obedezca a este paradigma hace del hombre un ser natural y reconoce la « naturaleza humana ». El segundo paradigma prescribe la disyunción entre estos dos términos y determina lo que hay de específico en el hombre por exclusión a la idea de naturaleza. Estos dos paradigmas opuestos tienen en común la obediencia de ambos a un paradigma aún más profundo que es el paradigma de simplificación, el cual, ante cualquier complejidad conceptual, prescribe bien sea la reducción (aquí de lo humano a lo natural) o la disyunción (aquí entre lo humano y lo natural). Uno y otro paradigma impiden concebir la u n id u a iid a d (natural cultural, cerebral Efectuar el doble pilotaje del planeta : obedecer a la vida, guiar la vida. > Lograr la unidad planetaria en la diversidad. > Respetar en el otro, a la vez, tanto la diferencia como la identidad consigo mismo. > Desarrollar la ética de la solidaridad. > Desarrollar la ética de la comprensión. > Enseñar la ética del género humano.

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La antropo-ética conlleva, entonces, la esperanza de lograr la humanidad como conciencia y ciudadanía planetaria. Comprende, por consigui ente, como toda ética, una aspiración y una voluntad pero también una apuesta a lo incierto. Ella es conciencia individual más allá de la Individualidad. 1.

EL BUCLE INDIVIDUO

SOCIEDAD : ENSEÑAR LA DEMOC RA CIA

Individuo y Sociedad existen mutuamente. La democracia permite la relación rica y compleja individuo ig u a ld a d fratern idad , co m u n id ad n a cio n a l/a n ta g o n ism o s so cia le s e id e ológ icos. En resumen, la democracia depende de las condiciones que dependen de su ejercicio (espíritu cívico, aceptación de la regla del juego democrático). Las democracias son frágiles, viven de conflictos, pero éstos las pueden sumergir. La democracia aún no está generalizada en todo el planeta que incluye dictaduras y residuos del totalitarismo del siglo XX o gérmenes de nuevos totalitarismos. Ella seguirá amenazada en el siglo XXI ; Además, las democracias existentes no es que no se hayan logrado sino que están incompletas o inacabadas. La democratización de las sociedades occidentales ha sido un proceso largo que se ha continuado irregularmente en ciertos campos como el acceso de las mujeres a la igualdad con los hombres en la pareja, el trabajo, el acceso a las carreras públicas. El socialismo occidental no ha podido democratizar la organización económico-social de nuestras sociedades. Las empresas siguen siendo sistemas autoritarios jerárquicos, democratizados muy parcialmente en su base por consejos o sindicatos. Es cierto que la democratización tiene límites en organizaciones cuya eficacia esta basada en la obediencia, como en el ejército. Pero nos podemos cuestionar si, como lo hacen ver ciertas empresas, no se puede lograr otra eficacia apelando a la iniciativa y responsabilidad de individuos o grupos. De todas formas, nuestras democracias comportan carencias y lagunas. Por ejemplo, los ciudadanos implicados no son consultados sobre las alternativas en materia, por ejemplo, de transporte (TGV -tren de gran velocidad-, aviones cargueros, autopistas, etc.).

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No existen solamente las Incapacidades democráticas. Hay procesos de regresión democrática que tienden a marginar a los ciudadanos de las grandes decisiones políticas (bajo el pretexto de que éstas son muy « compl icadas » y deben ser tomadas por « expertos » tecnócratas) ; a atrofiar sus habilidades, a amenazar la diversidad, a degradar el civismo. Estos procesos de regresión están ligados al crecimiento de la complejidad de los problemas y al modo mutililador de tratarlos. La política se fragmenta en diversos campos y la posibilidad de concebirlos juntos disminuye o desaparece. Del mismo modo, hay despolitización de la política que se autodisuelve en la administración, la técnica (el expertismo), la economía, el pensamiento cuantificador (sondeos, estadísticas). La política en trizas pierde la comprensión de la vida, de los sufrimientos, de los desemparos, de las soledades, de las necesidades no cuantificables. Todo esto contribuye a una gigantesca regresión democrática : los ciudadanos desposeídos de los problemas fundamentales de la ciudad. 1.3 El futuro de la democracia Las democracias del siglo XXI estarán cada vez más enfrentadas a un problema gigantesco que nació con el desarrollo de la enorme máquina donde ciencia, técnica y burocracia están intimamente asociadas. Esta enorme máquina no produce sólo conocimiento y elucidación, también produce ignorancia y ceguera. Los desarrollos disciplinarios de las ciencias no han aportado solamente las ventajas de la división del trabajo ; también han aportado los inconvenientes de la superespecialización, la separación y la parcelación del saber. Este último se ha vuelto cada vez más esotérico (accesible sólo para especialistas) y anónimo (concentrado en bancos de datos y utilizado por instancias anónimas, empezando por el Estado). Igualmente, el conocimiento técnico se reserva a los expertos cuya habilidad en un campo cerrado se acompaña de una incompetencia cuando este campo es parasitado por influencias externas o modificado por un evento nuevo. En tales condiciones el ciudadano pierde el derecho al conocimiento ; tiene el derecho de adquirir un saber especializado haciendo estudios a d hoc, pero está desprovisto como ciudadano de cualquier punto de vista global y pertinente. El arma atómica, por ejemplo, ha desposeído por completo al ciudadano de la posibilidad de pensarla y de controlarla ; su utilización depende generalmente de la decisión personal y única de un jefe de Estado sin consultar ninguna instancia democrática regular. Entre más técnica se vuelve la política, más retrocede la competencia democrática. El problema no se plantea solamente por la crisis o la guerra. Es un problema de la vida cotidiana : el desarrollo de la tecnoburocracia instala el reino de los expertos en todos los campos que hasta ahora dependían de discusiones y decisiones políticas y suplanta a los ciudadanos en los campos abiertos a las manipulaciones biológicas de la paternidad, de la maternidad, del nacimiento, de la muerte. Estos problemas no han entrado en la conciencia política ni en el debate democrático del siglo XX, a excepción de algunos casos.

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En el fondo, la fosa que se agranda entre una tecnociencia esotérica, hlper especializada y los ciudadanos crea una dualidad entre los conocientes-cuyo conocimiento es parcelado, incapaz de contextualizar y globalizar- y los ignorantes, es decir el conjunto de los ciudadanos. Así se crea una nueva fractura de la sociedad entre una "nueva clase " y los ciudadanos. El mismo proceso está en marcha en el acceso a las nuevas tecnologías de comunicación entre los países ricos y los países pobres. Los ciudadanos son rechazados de los asuntos políticos cada vez más acaparados por los « expertos » y la dominación de la « nueva clase » impide, en realidad, la democratización del conocimiento. De esta manera, la reducción de lo político a lo técnico y a lo económico, la reducción de lo económico al crecimiento, la pérdida de los referentes y de los horizontes, todo ello produce debilitamiento del civismo, escape y refugio en la vida privada, alteración entre apatía y revoluciones violentas ; así, a pesar de que se mantengan las instituciones democráticas, la vida democrática se debilita. En estas condiciones, se plantea a las sociedades conocidas como democráticas la necesidad de regenerar la democracia, mientras que, en una gran parte del mundo, se plantea el problema de generar democracia y que las necesidades planetarias nos piden engendrar a su nivel una nueva posibilidad democrática. La regeneración democrática supone la regeneración del civismo, la regeneración del civismo supone la regeneración de la solidaridad y de la responsabilidad, es decir el desarrollo de la antropo-ética15. 2.

EL BUCLE INDIVIDUO T ER R ES TR E

ESPECIE : ENSEÑAR ,

LA CIUDADANÍA

El vínculo ético del individuo con la especie humana ha sido afirmado desde las más antiguas civilizaciones. Fue el autor latino Terence quien, en el siglo II antes de la era cristiana, hacía decir a uno de los personajes del B ou rreau de soi-m êm e : « homo sum n ih ii a me aiienum p u to » (« so y hum ano, nada de lo que es hum ano me es extraño »). Esta antropo-ética ha sido cubierta, oscurecida, minimizada por las éticas diversas y cerradas pero no ha dejado de conservarse en las grandes religiones universalistas ni de resurgir en las éticas universalistas, en el humanismo, en los derechos humanos, en el imperativo kantiano.

15 Podríamos preguntarnos finalmente si la escuela no podría ser práctica y concretamente un laboratorio de vida democrática. Obviamente, se trataría de una democracia limitada en el sentido que un profesor no sería elegido por sus estudiantes, que una necesaria autodisciplina colectiva no podría eliminar una disciplina impuesta e igualmente en el sentido que la desigualdad de principio entre los que saben y los que aprenden no se podría abolir. Sin embargo, (y de todas formas la autonomía adquirida por el tipo de edad adolecente lo requiere), la autoridad no podría ser incondicional, y se podrían instaurar reglas de cuestionamiento de las decisiones consideradas como arbitrarias, especialmente con la institución de un consejo de grupo elegido por los estudiantes o incluso por instancias de arbitramento externos. La reforma francesa de los liceos que se realizó en 1999 instaura este tipo de mecanismo. Pero sobre todo, la clase debe ser el lugar de aprendizaje del debate argumentado, de las reglas necesarias para la discusión, de la toma de conciencia de las necesidades y de los procesos de comprensión del pensamiento de los demás, de la escucha y del respeto de las voces minoritarias y marginadas. Así, el aprendizaje de la comprensión debe jugar un papel fundamental en el aprendizaje democrático.

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Ya decía Kant que la finitud geográfica de nuestra tierra impone a sus habitantes un principio de hospitalidad universal, reconociendo al otro el derecho de no ser tratado como enemigo. A partir del siglo XX, la comunidad de destino terrestre nos impone de manera vital la solidaridad. 3.

LA HUMANIDAD COMO DESTINO PLANETARIO

La comunidad de destino planetaria permite asumir y cumplir esta parte de la antropo-ética que concierne a la relación entre el individuo singular y la especie humana como un todo. Esta debe trabajar para que la especie humana, sin dejar de ser la instancia b io ló g ico -re p ro d u cto ra del humano, se desarrolle y dé, al fin, con la participación de los individuos y de las sociedades, concretamente nacimiento a la Humanidad como conciencia común y solidaridad planetaria del género humano. La Humanidad dejó de ser una noción meramente biológica debiendo ser plenamente reconocida con su inclusión indisociable en la biosfera ; la Humanidad dejó de ser una noción sin raíces ; ella se enraizó en una "Patria", la Tierra, yla Tierra es una P atria en peligro. La Humanidad dejó de ser una noción abstracta : es una realidad vital ya que desde ahora está amenazada de muerte por primera vez. La Humanidad ha dejado de ser una noción solamente ideal, se ha vuelto una comunidad de destino y sólo la conciencia de esta comunidad la puede conducir a una comunidad de vida ; la Humanidad, de ahora en adelante, es una noción ética : ella es lo que debe ser realizado por todos y en cada uno. Mientras que la especie humana continúa su aventura bajo la amenaza de la autodestrucción, el imperativo es : salvar a la Humanidad realizándola. En realidad, la dominación, la opresión, la barbarie humanas permanecen en el planeta y se agravan. Es un problema antropo-histórico fundamental para .el cual no hay solución a priori, pero sobre el cual hay mejoras posibles, y el cual únicamente podría tratar el proceso multidimensional que nos civilizaría a cada uno de nosotros, a nuestras sociedades, a la Tierra. Como tales y conjuntamente, una política del hombre16, una política de civil izació n17, una reforma de pensamiento, la antropo-ética, el verdadero humanismo, la conciencia de Tierra-Patria reducirían la ignominia en el mundo. Aún por más tiempo (cf. capitulo III) la expansión y la libre expresión de los individuos constituyen nuestro propósito ético y politico para el planeta ; ello supone a la vez el desarrollo de la relación in d iv id u o s o c ie d a d en el sentido democrático, y el desarrollo de la relación in d iv id u o esp ecie en el sentido de la realización de la Humanidad ; es decir que los individuos permanecen integrados en el desarrollo mutuo de los términos de la triada in d ivid u o so cie d a d especie. No tenemos las

16 Cf. Edgar Morin, Introduction à une politique de l'homme, nueva edición, Le Seuil Points, 1999. 17 Cf. Edgar Morin, Sami Naïr, Politique de civilisation, Arlea, 1997.

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llaves que abran las puertas de un futuro mejor. No conocemos un camino trazado. "El camino se hace al andar" (Antonio Machado). Pero podemos emprender nuestras finalidades : la continuación de la hominización en humanización, via ascenso a la ciudadanía terrestre. Para una comunidad planetaria organizada : ¿no sería esa la misión de una verdadera O rgan ización de ¡as N acion es Unidas ?

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A p ro p ós it o de una b ib lio g r a fía Este texto de proposición y de reflexión no incluye bibliografía. Por una parte, el tema de los 7 sab eres nos remite a una bibliografía considerable la cual no sería posible inscribir en las dimensiones de esta publicación. Por otra parte, yo no podría imponer una bibliografía selectiva. Es facultativo, para cualquier lector interesado formarse su propia opinión con la realización de lecturas. Además , cada país dispone de obras provenientes de su propia cultura y no se trata aquí de excluirlas, intentando hacer una selección.

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