Como me hice monja: la costurera y el viento
 9508450746, 9789508450746

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Cómo me hice monja, La costurera y el viento, Capital Federal: Beatriz Viterbo, 1999.

Como me hice monja La costurera y el viento

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Mi historia, la historia de :'como me hice monja", comenzo muy temprano ,en mi vida; yo acababa de cumplir seis aiios. El comienzo esta marcado con un recuerdovivido, que puedo reconstruir en su menor detalle. Antes de esono hay nada: despues, todo siguio haciendo un, solo recuerdo vivido, continuoe ininterrumpido, incluidos los lapsos de sueno,hasta:que tome los habitos . . Nos habiamos mud ado a Rosario. Mis primeros seis anos los habiamos pasado, papa, mama y yo, en un pueblo de la provincia de Buenos Aires del que no guardo memoria alguna y al que no he vuelto despues: Coronel Pringles. La gran ciudad (era 10 que parecia Rosario, viniendo de donde veniamos) nos prodUjo una sensacion inmensa. Mi padre no demoro mas que un par de diasen cumplir. una promesa que me habia hecho: llevarme a to"7 mar un helado. Seria el primeropara mi, pues en Pringles no existian. Itl, que ensu juventud habia conocido ciudades; me habia hecho mas de una vez el elogio de esa golosina, que recor-

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daba deliciosa y festiva aunque no atinaba a explicar su encanto con palabras. Me 10 habia descripto, muy correctamente, como algo inimaginable para el no iniciado, y eso habia bastado para que el helado echara raices en mi mente infantil y creciera en ella hasta tomar las dimensiones de un mito. Fuimos caminando hasta una heladeria que habiamos localizado el dia anterior. Entramos. El pidi6 uno de cincuenta centavos, de pistaccio, crema americana y kinotos al whisky, y para mi uno de diez, de frutilla. El color rosa me encant6. Yo i iba' rbien .predispuesta. Adoraba;a. mipapa.Veneraba todo 10 que viniera de el. Nos seritamos en un banco en la vereda, bajo los arboles que habia en aquel entonces en el'centro de Rosario: platanos. Observe c6mo 10 hacia' papa, que en segundoshabia dado cuenta delcopete"de crema verde;1Cargue lacucharita·con extremocuidado, y melalleve a la boca. Bast6 que las !primeras particulas se disolvieran enmi lengua para; sentirme enfermadel disgusto. Nunca habiaprobado algo tan repugnante. Yo era mas bien dificil en la alimentaci6n, y la comedia del asco no tenia secretos parami, cuarido no' queria comer; pero esto superabatodo ilo:que; hubiera experimentado nunc a.; mispeores 'exageraciones,incluidas las que' nunca.me; habia permitido, se veian justificadas desobra.' 'Por 'unal fracci6n 'de segundo pense. en disimularlo.'Papahabiaipuestotanta ilusi6n 'en hacerme feliz; yi eso era tan raro en el, un hombre'distante,:iviolento, sin ternuras visibles, que; echar'por la 'borda la ocasionme 10

parecio un pecado. Pas6 por mi mente la alternativa atroz de tragar todo el helado, s610 por complacerlo. Era un dedal, el vasito mas chico, para parvulos, pero ahora me parecia una tonelada. No se si mi heroismo habriallegado a tanto, pero no pude siquiera ponerlo a prueba. El primer bocado me habia dibujado en el rostrouna mueca involuntaria de asco que el no pudodejar de ver. Fue una mueca casi exagerada, en la que se conjugaba la reacci6n fisio16gica ysu acompaiiamiento psiquico de'desilusi6n,' miedo. y la tragica tristeza de no poder seguir a papa ni siquiera en este camino de: placeres. Habria sido insensato intentar ocultarlo; ni siquiera hoy podria hacerlo. porque esa mueca no se ha borrado de mi cara. -GQue te pasa? En su tono ya estaba todo 10 que vino despues. Encircunstancias normales el llanto me habria impedido contestarle. Siempre tenia las lagrimas a Dor de ojos. como tantos chicos hipersensibles. Pero un rebote del gusto horrendo, que me habia bajado hasta la garganta y ahora volvia como un latigazo. me electriz6 en seco. -Gggh ... '-:-GQue? -Es ... feo. -GEs que? -jFeol-chille desesperada. -GNo te gusta el helado? ;r • Recorde que en el camino me habia dicho, entre otras. cosas cargadas de una'agradable 11

expectativa: "Vamos aver si te gusta el helado". Claro que 10 decia dando por supuesto que si me gustaria: lA que chico no Ie gusta? Los hay que, adultos, recuerdan su nifiez como un prolongado pedido de helados y poca cosa mas. Por eso ahora'su pregunta tenia una resonancia de incredulo fatalismo, como si dijera: "No puedo creerlo: tambien en esto tenias que fallarme". Vi construirse la indignaci6n y el desprecio en sus ojOs, pero se contuvo todavia. Decidi6 dar me una oportunidad mas. -Comelo. Es rico -dijo, y para demostrarlo se llev6a la boca una cucharada cargada del suyo. Yo ya no podia retroceder. Estabajugada. En cierto modo no queria retroceder. Se me revelaba que mi unico camino a esta altura era demostrarle a papa que 10 que tenia entre manos era inmundo. Mire el rosa del helado con horror. La comedia asomaba a la realidad. Peor: la comedia se haciarealidad, frente a mi, a trayes de mi. Senti vertigo, pero no podia echarme atras. -iEs feo!iEs una porqueria! -Quise ponerme histerica. -iEs asqueroso! No dijo nada. Miraba el vacio delante de el y cornia de prisa su helado. Yo habia errado una vez masel enfoque. Lo cambie con aturdida precipitaci6n. -Es amargo -dije. -No, es dulce-respondi6 con una contenida suavidad cargada de amenaza. -iEs amargo! ·-grite. -Esdulce.

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-liEs amargo!! Papa ya habia renunciado a toda satisfacci6n que pudiera haber esperado de la salida, de la comuni6n de gustos, de la camaraderia. Eso quedaba atras, iY que ingenuo de su parte, debia de estar pensando, en haberlo creido posiblel No obstante, ys610 para ahondar mas su propia herida, emprendi6 el trabajo de convencerme de mi error. 0 de convencerse el de que yo era su error. -Es una crema muy dulce con gusto a frutilla, riquisima. Yo negaba con la cabeza. -(.No? lY que gusto tiene entonces? -IEs horriblel -A mi me parece muy rico. -dijo tranquilamente, y engu1l6 otra cucharada. Su calma me espantaba mas que cualquier otra cosa. Intente hacer las paces por un camino retorcido, muy tipico de mi: -No se c6mo puede gustarte esa porqueria. -Trate de darle un tonillo de admiraci6n. -A todo el mundo Ie gustan los helados -dijo livido de furia. La mascara de paciencia caia, y no se c6mo yo todavia no estaba llorando.-A todo el mundo menos a vos, que sos un tarado. -INo, papal ITe Juro ... 1 -Come ese helado.- Frio, tajante. -Para eso te 10 compre, taradito. -IPero no puedo ... 1 -Comelo. Probalo. Ni 10 probaste. Abriendo grandeslos ojos por mihonestidad puesta en duda (tendria que haber sido un. monstruo para mentir por gusto) exclame: 13

-jTe jura que es horrible! -jQue vaa ser horrible! Probalo. -IYa 10 probel INo puedol Se Ie ocurri6 algo y volvi6 a un nivel mas condescendiente: -GSabes que debe ser? Que te dio impresi6n 10 frio. Noelgusto, sino 10 frio que esta. Pero enseguida te vas a acostumbrar y vas a ver que rico es. ;. Me aferre a un clavo ardiente·. Quise creer en esaposibilidad" que a mi no se me habria ocurrido en mil anos. Pero en el fondo sabia que no valia la pena.No eraasi. Yo no tomaba habitualmente bebidas heladas (no teniamos heladera) pero las habia probado y sabia, bien que no era eso. Aun asi,'me aferre. Tome con sumaprecauci6n una pizca de' helado en la punta de la cucharita, y me la 11eve a laboca mecanicamente. Me result6 mil veces mas asqueante que la vez anterior. Lo habria escupido, de saber c6mo hacerlo. Nunca aprendi a escupir a distancia. Me chorre6 por las comisuras de los labios. Papa habia seguido cada uno de mis movimientos de reojo, sin dejar de comer su helado a grandes cucharadas. Las tres capas de distintos colores iban desapareciendo velozmenteo Con la cucharita aplast6la crema dejandola a niveLconlosbordesdelvasito de barqui110. En ese punto comenz6ra comerselo. Yo no s voyia"ver. ~)ero m;uerto? -No. Vivd/' .: " ; ' Yo palpaba 'elinteres de la gente.El paisaje

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urbano se deslizaba por los vidriosde las ventanillas como un accesorio olvidado. :-Mama, Aprendi a anorar el, esquema., Si hubiera podidojugarenvoz altahabria 'sido menos:dificil~:,pero nolo hacia,porque en el secreta estaba·la estetica' deljuego.De modo que mamainunca supo que'yo estabadando clases. Quien; sabe que;~creeriat'al verme paralizada. tensa como un,marmol.:. i Meviobligada aemplear un arte' de la.memoria: ,Mimemoria era: perfecta. ·pero "no' bas": taba~Me lashabia arregladoparanecesitar algo mas. Necesitaba un'metodo,y utilice la ima..; gen de mi aula en sumomentode plena ocupacion. Para.hacerimagen debia tener las. figuras en silencio. Ahora bien. en el aula. y .supongo que sera igual en cualquier aula de cuarenta y dos chicos(yono ,me cuento)de seis anos, eranmuyescasos los momentos en que todos ocupaban' sus.bancosy sequedaban en silencio.' Habia,un solo momenta asi: cuando la senoritatomabai asis tencia. Erauna'letania de nombres:elapellido primero, el nombre de pila despues -faltaba yo, que deberia haber estado segundo, entre Abate y Artola. Repetida todos los dias en el mismo. orden, me la habia aprendido de memoria. Y estaba fundida, como el audio de una imagen. ,al recuerdo utilizable mnemotecnicamente de todael aula en su lu": gar..·.,Lamentablemente.,iesa· fusion. meimpe-: diausarda imagen{tal~omoila teniaalmacena.::; day:Porquenel:rorden:;sonoroide:los ninos~que era eLalfabetico, ,no 'coincidiaicon el de las! ubi-: caciones;·/Esomeiobligaba;aun'penosozigzag. eran dos 6rdenesisobreimpresos .. ,

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Este entretenimientome absorbia.Me ,absor: bia tanto que llego a producirme placer,elpri,,? mero extenso ymanipulablequeyo.experimen-: tara .en mi vida. Era un placer doloroso .. casi abrumador, pero asi era yo. Y no, tardo en su., blimarse, en trascenderse ... Un .poco al margen de mi voluntad cre6 un suplemento,sobre el que se lanzo mi imaginacion .con unaavidez 10ca.Trascendi la escuela. Empece a dar ins..; trucciones. lnstrucciones de todo,de vida. Se las daba a nadie. a seres impalpables que ha-: bia dentro de mi personalidad.que.ni siquiera tomabanJormas imaginarias. E,ran nadieY,eran todos. i·' , Las instruccionesque yo daba se referian a cualquiercosa. A algo que estuviera .haciendo, en principio, pero tambien a otras actividades que no hacia ni iba a hacer jamas (por ejeIIlplo trepara una montana) y sobre lascualessin embargo especificaba los detalles mas xpinimos. Pero labase,elmodelo, el grueso. de mis instruc~iones, se referia a.1o que yo estaba haciendo en ese momento. A tal punta que mis actividades se duplicaban ,en,las instrucciones para llevarlas a cabo.actividades.einstruccio, nes eran una misma cosa. Caminaba, Yi 10 ha~ cia explicandole. a un discipulo.fantasmal c6mq era quese caminaba. como se debia camlnar... No era;tan simple como parecia,.nada 1gera.. ~ Porque la verdadera eficacia: ~ra un~!elygal1;j cia, y laelegancia dependia de.l1 n saberfIl1inu., ciosamente detallado,. caprichoso, de,Jan,dei a ., llado,una .idiosincrasia esotericaque"so.!o yo estaba:en, condiciones de trans.mitirle a; ., .. na-

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die, no sabia'a qUien, quizas a alguien. El juego invadia toda mi vida. Como sostener el tenedor, como Uevarselo a la boca, como beber un sorbodeagua, como mirarpor la ventana, como abrir'una puerta, como cerrarla,' como encender la luz; como atarse los zapatos ... Todo acompanado de un flujo incesante de palabras, "hagalo asi. ... nunca 10 haga asi... una vez yo 10 hice asi. .. tenga la precaucion de ... hay gente que prefiere ... 'de estemodo los resultados no son tan ... " Era un'discurso rapido, muy rapido, no disponia de 'nlnguna lentitud en la que refugiarme porque la velocidad justa era parte esencial de la correccion, y yo estaba dando el ejemplo. Y ademas eran tantas las actividades sobre las que debia instruir... eran todas ... algunas simultaneas, lanzar una mirada ligeramente a la derecha y algo arriba del horizonte, controlando el movimiento de la pupila, de la cabeza (IY habia que tener algun pensamiento adecuado y elegante como acompanamiento de esa mirada, sin 10 cual no valia nadal), al mismo tiempo que se recogia una piedrita, con el gesto preciso de losdedos ... Como usar los cubiertos, como ponerse el pantalon: como tragar saliva. Como' estar quieto, como estar sentado en una siUa, Icomo respirarl Hacia yoga sin saberlo, ultrayoga ... Pero para mi no era un ejercicio: 'era' una clase, daba por supuesto que 'yo yalo sabia todo', ya' 10 dominaba... Por eso debiaensenar:: ..y:enrealidad 10 sabia, como no iba a saberlo sf erala vida entodo su despliegue \espontaneo. Aunque lo"principal no era saberlo, 'ni siquierahacerlo, sino explicarlo,

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desplegarlo como saber... Y tan curiosos son los mecanismos de la mente y el lenguaje, que a veces me descubria dandome las instrucciones a mi misma.

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Mi mama era mi mej or amiga. Pero no por una eleccion que me definiera, ni por una, elec;cion de cualquier otro tipo, sino por necesidad. Estabamos solas, aisladas, Gque nos quedaba sino tenernos la una a la otra? Enesos. casos la necesidad se hace virtud, y no es menos virtude por eso. Ni menos necesidad. La nuestra no era profunda, no tenia raices 0 concomitancias. Era una necesidad casual, de momento. Dificilmente podria encontrarse ,dos seres con menos afinidades que nosotras dos. Ni s1quiera eramos opuestos complementarios, porque nos pareciamos. Ella tambien era 'una 50nadora. Habria preferido ocultarmelo, pero 10. descubri por alguna senal minima. Las personalidades secretas se revelan enlo fp.rtivo, y eso era 10 que yo captaba antes que Ifada, de modo que la pobre mama no tuvo ninguna chance de hacerse imperceptible conmigo. Mis ojos horadantes de monstruo impedian que nin:gun ser vivo se mimetizanl con mi vida.. Aun asi, tuve un amigo, ese ano:Un, nino, un vecinito. con el que solia jugar, un amigo

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en el sentido corriente de la palabra ... Un poco mas, y yo me volvia una nina corriente en el sentido corriente de la palabra (de la palabra "corriente"). Pero no, no es para tanto. La historia de mi amistad con Arturo Carrera es de 10 mas peculiar. Viviamos, como creo haberlo dicho ya, en un inquilinato ruinoso en los arrabales de Rosario, del lado del rio. Ocupabamos una pieza, por casualidad no de las peores, del piso alto. En marcado contraste con 10 que suele pasar en tales lugares, no habia casi ninos. Los due'nos no losadmitian. Conmigo habiari hecho una excepcion' porque no tenia hermanos, porque mama estaba desesperada, y sobre todo porque les dijoque yo era retrasada mental, cosa que mi aspecto hacia tan verosimil. La excepcion de la que~'ehabia beneficiado Arturo Carr~ra era mas cdmplicada~ y nunca he intentado' explicarmela. (Pero'es laclave de todo.) ,Erahuerfano de padre y madre, y no tenia Qtro parientevivoque su abuelita, que a su vez no 10 tenia 'mfts que el. El mismo' caso que mama y yo, pero mucho mas' acentuado: nosotras estabamos momentaneamente solas en Rosario, ellos lo'estaban definitivamente, en el mundo. Su relacion ademas era muy diferente de la, nuestra', como ellos eran'distintos de nosotras. Laabuela' eravieJisima,pequenita como UIl, nino, '~elohlaric(), vestidonegro;, hablaba endialectosiciliano y' efl1nico qtH~ 'la entendia era su nieto .. ob'stante,. saHa' sola ahacer las compras,"y hablaba cOIl,todos los vecinos. No 's'e como' s'e lasarreglaba. ;

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Arturito por su parte era muy bajo para su edad; tenia siete anos, uno mas que yo, pero no me lIegaba al hombro; y yo no era alta. Era muy palido, ceroso, rubio, se peinaba con gomina. En la ropa sobre todo se notaba que no tenia madre ni padre ni tias ni nada. Cualquier adulto razonable 10 habria hecho vestir de un modo mas adecuado a su edad. Como no era as!, hacia su capricho. Usaba trajes, con camisa blanca almidonada, gemelos, corbata, a veces los trajes eran de tres piezas, con chaleco, 0 bien sacos sport a cuadros, pantalones de franela gris, mocasines color gUinda muy lustrados. Parecia un enano. El gusto con que elegia telas y cortes era deplorable, peroeso era 10 de menos, habida cuenta de su fantastica inadecuacion. Con todo, debe decirse que no llamaba demasiado la atencion. QUizas la gente del inquilinato y del barrio se habia habituado. Quizas ese atuendo ridiculo era 10 que mas sentaba a su tipo. Era un chico con personalidad, eso no podia negarse. Lo inadecuado parecia ser el precio justo de la personalidad. Yo en cambio no tenia personalidad. Estaba dispuesta a pagar el precio, pero no se me ocurria cual podia ser. Imitar a Arturito, ademas de ser materialmente imposible, no me habria servido de nada, pero no tenia otro modelo. Entonces renunciaba a imitarlo, renunciabaa tener personalidad, y adivinaba oscuramente queen la renuncia estaba mi unica posibilidad de ser alguien. Llegue a angustiarme;'Memi': raha al espejo y no me encontrabaun'solo rasgo por el que se mepudiera reconocer. Era invisible. Era la nina-masa. Habria'cambiado sin

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vacilar mis lindos rasgos .armoniosos. por la nariz de Arturito ... . Porquepara terminansu retrato me 'faltaba mencionar, ~1 rasgo mas notable, la desmesurada nariz· ganchuda que; tenia, tan pero tan grande queledaba su forma.a todo el rostro, loproyectaba hacia adelante., Otra caracteristica .notable: la voz.O mejor dicho. la manera de; hablar. como si Ie hubieran inflado la boca con gas 0 lehubieran metido una papa caliente. I.e .daba; una afectacion;medio oligarquica. indescriptiblepero no inimitable. Nada es inimitable. Arturitose consideraba rico. Se creia un heredero.Vastago final y unico de una familia de acomodadosestancieros, lalogica Ie decia que en el se acumularian las propiedades, las rentas ... No:habia nada de eso. Eran pobrisimos. Sobrevivian a duraspenas con unos trabajitos de costura que; hacia la abuela, que se arruinaba con los gastos desastreria del nieto. Era extraflO .que el persistiera tan inconmovible en su delirio, cuando ella nohablaba mas que de platay de la,miseriay del temor de dejar en la mendicidad a su nieto si ella moria... ,Es cierto queeso 10,decia en su dialecto,y nadie mas que .el 10 entendia. Pero justamente si entendia, lcomo no .entendia el significado, 10. que Ie concernia,es decir que no era rico? La oia como quienrOyellover.,Como si ellCl.; se quejarapara otros,pourJagalerie, lPara los que no, podian entende:rla! '; ,Apesar ide estas p,eculiaridades, 0 a causa de elIas, Arturitq ,era:un :nifl(),feliz, un nino tipicq (0 se,a:;de los que no"existen), libre de ;los 94

rasgos atormentados de la infancia de la clase media, de la que yo era un exponente tan acusado. No tenia preocupaciones. Era popularisimo en laescuela, propulsor de todas lasmodas. sociable, triunfante.Solo lacircunstancia de que vivieramos en la misma casa 10 'acerco a mi, de otro modo yo jamas habria tenidoacceso a su circulo dorado. Se hizo mi protector, mi agente. siempre poniendopor las nubes mi inteligencia. Era de una cortesia loca,' como todo 10 suyo. Toda ocasion Ie era buena para poner en relieve mis virtudes, 10 alto que me elevaba mi intelecto por encima de H ... Yquizasacertaba sin saberlo. Por 10 pronto, yor'eservaba mi interioridad, mientras el ponia la suya ala vista. Ocultar algo es tener algo queocultar.' Yo no 10 tenia, peroocultaba, asomaba almundo como quien viene de enterrar un tesoro:Ya mi asombro ante el azar que me habia hecho la amiga mas intima del chico mas popular de: la escuela era un ocultamiento. Por 10 pronfo, me cuide de ocultarselo a Arturito. Yademas, no tome 'lecciones de elegancia de el. En eso no me servia. La elegancia alucinada de'la que yo era suprema instructora sigui6 intacta en mi, sin tomar nada de el ni de nadie.Arturito en ese sentido representaba otra esfera, la dela riqueza... Su alucinacion coloreaba la'mia:.. Ser rico era pasar de largo, ir mas alIa' de'la :elegancia, dela precision, de la finura: la riqueza conducia a una vida enbloque,' radiante ycom-: pacta, pero sin los claroscuros, los.pequeflos movimientos diferenciales, que eran:el motivo de mi vida. De modo que, sin proponermelo realmente, sin maldad, me ocult€:: enteramente de 95

Arturito. Le oculte una pequena parte de mi,y esa parteoculto el ~esto... Traicione la unica amistad que pude haber, tenido ... No se como pudehace~lo.; 0 quizas 10 se. !Es como s1 me hubiera puesto. una mascara, para salvaguardar;detras de, ella los giros de un·sujeto sin a cada yez mas ,de que eso ;suc~9-i~ra ,al comien,zq, del p'as,~o, ernpezaba;Cls~I1tir que Y9:era per~Jeguida. Esa sensaci6n,fu~.creciendo,demodo. exponenciaL Tuve la g~nial }de Cl de .comentars~loa m.ama.Mi impr,udenciaera,asombrosa. Al principiono me~izo,.caso,pero,i,nsisti justo 10 necesario, 8;nt~s dedar :lllareha,atras, para que se inquietar;a. Pasaban ,tantas. cosas,tan terribles .... ;Mepregunta.-ba,si habi8; visto, al que me seguia'l ~i. era ~orn,bre ;()mujer, Jov~no viejo.. ::Yon(),.sa1:>iCl3c6111o.;,cl~S!J.J~}qu~;estabaha:blando de otra:cosa,de{§~nsaciones"desutile­ zas: de ···instJ.;l.;l~CiO'n~s" ' . I , . " ' . . . . . • . • ' ,.-','"

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baldios ... Sin sangre en lasvenas. Era una ola de vampiros que cubria el pais. Mama era una mujer de pueblo, no demasiado ignorante (habia hecho un ano del secundario) pero credula, simple... IQue distintaseramosl Ella no s610 creia en las noticias de la prensa amarilla (si era por eso, yo tambien podia creerlas), sino que las aplicaba' a su propia vida real. Ahi estaba nuestra diferencia clave, el abismo que nos separaba. Yo tenia una vida real totalmente separada de las creencias, de larealidad general conformada por las creencias compartidas ... Pues bien, una vez, en uno de esos trances ... Yo habia perdido completamente a mama, Y ya no sabia si seguir derecho, doblar, 0 directamente volver a casa, que estaba ados cuadras nada mas. Y eso que acababamos de salir,y mama tardaria una buena media hora en volver, nerviosa, inquieta por mi. quizas sin poder terminar sus compras por mi culpa ... Una desconocida me abord6: -Hola, Cesar. Sabia' mi nombre. Yo no conocia a nadie, nadie me conocia a mi. (,De d6nde habia salido? Podia vivir en el inquilinato, 0 ser de alguno de 'los .negocios donde mama hacia las compras; para mi todaslas senoras eran'iguales, asi'que podiaser cualquiera, no measombrabademasiado no reconocerla. Lo que' si era extranisimo era que me dirigierala palabra. Porque no se trataba s610 de quien era ella, sino, muchomas, de quien era yo. Tanconvencida estaba de mi propia imperceptibilidad, de logei

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neral y anodino de mis rasgos, que esto s610 podia aceptarlo como un milagro. Lo asocie con las marquitas que tenia en la nariz, a la que me lleve la mano. -GQue te pas6 en la naricita? -me pregunt6 sonriendo, interesada. -Me mordieron -dije sin entrar en detalles, no porque no quisiera contarle toda la historia (me prometi llegar a eso) sino por cortesia, por no abrumarla, por ahorrarle tiempo. -Que barbaridad. GFue un chico, un amiguito malo? GO un perrito? Me irrit6 que insistiera. Mostraba no haber apreciado mi cortesia. Yo estaba apurada por pasar a otro tema, por aclarar la situaci6n, para entonces si,. poder contarle la historia de la mordida con pelos y senales. Me encogi de hombros con una sonrisa que la impaciencia me hizo dificil producir. Como si me hubiera leido el pensamiento, entr6 en materia. -GTe acordas de mi? Asenti, con la misma sonrisa, ahora un poco mas relajada, mas encantadora. Ella se sobresalt6 visiblemente, pero se contro16 de inmediato. Sonri6 mas todavia. -GTe acordas, en serio? Yo habia dicho que si por pura cortesia, por reciprocidad, ya que ella si me conoda. Volvi a asentir, pero ya el gesto tenia un sentido totalmente distinto., Este sentido se me escapaba en sus detalles, aunque los adivinaba oscuramente. Esa mujer en realidad no me conocia, me estaba mintiendo, era una secuestradora, una vampiro ... La adivinaci6n tiene un 108

margen de incertidumbre. Y la cortesia, la cautela de cortesia, se proyectaba desde ese margen y 10 invadia todo. Aun cuando yo hubiera creido en la realidad de los vampiros, les habria temido menos que a una ruptura de la situaci6n. La cortesia era una fijaci6n, un equilibrio. Para mi, la vida dependia de eso. Caer en manos de un vampiro no era peor. Ademas, yo no creia en los vampiros, y esta mujer no era un vampiro. De modo que al asentir, 10 que queria decir era que la situaci6n seguia como estaba. -No, no te acordas, pero no importa. Soy amiga de tu mama. pero hace mucho que no la veo. Nos conociamos de Pringles ... GC6mo esta? -Muy bien. -GY don Tomas? -Esta preso. -Si, ya me habia enterado. Era una mujer comun. morocha pero tenida de rubia. mas bien baja. regordeta, muy arreglada... Tenia algo de histerica. de alucinada. Eso yo 10 sentia en la intensidad que tenia la escena. No era la manera natural de dirigirse a una nina encontrada por casualidad en la calle. Parecia como si hubiera ensayado, como si estuviera desarrollandose un drama fundamental para ella. No me alarmaba demasiado porque hay gente asi, gente. sobre todo mujeres, que no jerarquiza los momentos y les da a todos la misma importancia tragica. -GQue haces solito en la calle? GSaliste a hacer un mandado? -Si. 109

·Memiraba extraflada: Mis "si" Ie rompian todos los esquemas. Entonces sejugo entera: ;-lQueresivenir a'mi casa?;Yo vivo aqui nomas,' te convido con unasmasitas ... -Nose.:: De prontolacrealidad, la realidad del secuestro, bajaba;Y yo no estaba preparada para ella. No creia. Mi cortesia era'mi idiotez.Por delicadeza, . renunciaba a todo, hasta 'a lavida. El miedo que se apodero de mi a partir de; ese momento fue inmenso. Pero el miedo quedaba debajo de la delicadeza, lY no eta siempre asi? Menudasorpresa met habria llevado en caso contrario. -Despues te llevo de vuelta a tu casa. Quiero saludarla a tu mama, hace tanto que no la Yeo.

Espero mi respuesta, con su intensidad multiplicada por mil. , -Ah, entonces si'-dije, teatral,;exagerando mi buena voluntad. Era 10 menos que podia hacer por ella, por agradecerle que se tomara el trabajo de allanar los obstaculos. Me tomo de'la mana Y me arrastro'ligerito haciala avenida Brown. Hablaba todoeltiempo pero yo no la escuchaba. La angustia me ahogaba. Cuandome, miraba,' Ie sonreia. Me adaptabaa su:paso,'le apretabalamano tanto como .ella>meHaapretaba a;:mi:it Pensaba;ique acentuandd:.mi buena, disposicion:volvia' dema:- i siado 'descabellada 'la'hipotesis ;de'un) secues-;: tro. En menos de,lo;que·canta un galloestuvimosabordo de,uncolectivo,' viajando por calles desconocidas. El colectivo ;ibamedio vacio, pero ella hablaba para el' publico, me colmaba 110

de mimos, me llamaba por mi nombre todo el tiempo, Cesar, Cesar, Cesar. A mime encantaba que pronunciaran mi nombre, era mil pala7 bra favorita. -lTe. acordas cuando eras chiquito, ,Cesar, y yo te llevaba a tomar helados? -Si. Mentia, mentia. IYo no habia tornado un helado en toda mi vidal Yo entraba en la actuacion, me adelantaba a ella, la esperaba... Lleve la cortesia al extremo directamente, absurdo de suponerque me ha-; bia confundido con otra chica, que se .llamaba como yo, que habia nacido en Pringles, que te-; nia a su papa preso ... En ese caso, que decepcion se llevaria al enterarse deja verdad ... incluso podria enojarse, porque mis "si" se revelarian mentiras, excesos de cortesia. BaJamos en un barrio lejano y desconocido, y caminamos un par de cuadras, siempre de la mano ... Pero la actitud de ella se habia resquebrajado, la locura que habia tenido laboriosamente controlada subia a la superficie, teftida de violencia, de sarcasmo. Yo me sentia obligada a subrayar mi cortesia, contra un derrumbe inminente. -.IQUe contenta se va a poner mama cuando la veal -Si. Contentisima. -jQue linda barrio! -lTe gusta, Cesitar? '. f -Si. IQUe siniestra se habia hecho su; Nozi Mi diagnostico fue inapelable: esa muJer estaba loca. Solo un loco podia renunciar a uI1 status 111

quo imaginario. Solo un loco podia adoptar 10 realdela realidad.;Trate de no pensar que estaba en manos de'una loca. Total.lque podia hacerme? Llegamos.;iAbrioconllave la puerta de una casa vieja. Cerroipordentro. La'casa estaba semiabandonada. Siempre de la mana (no me habiasoltado entningun 'momento~'toda la maniobra' dela'llave y lapuerta:ilafrealizO'con;la izquierda)"me''llevo'por una galeria~ratravesde unos cuartososcuros.deprisaYsin·hablar. Yo buscabaalgo'amable que'decir. pero antes de encontrarloya'estab'amos' en un salonal fondo de la: casa. ". Encendio'la luz. 'porque no habia ventanas. Habiamos llegado. Me soIto y se aparto )dos pasos caminando hacia atras.;; Me miro con ojos llameantes: Se sacabarla'careta.mostraba lacarade bruja... Pero no era necesario; yo ya la habia desenmascarado con micortesia. Ahora ella queria convencermede 10' contrario'de 10 que tanto se habia esforzado. inutilmente. enhacerme creer. Habiahechounesfuerzosobrehumano por convencerme de que era buena: .. Ahoraqueria con'vencerme de' que era mala: .. La conversion no era tan facil como creia. Mis maniobras habian neutralizado la'creencia en la's'dos direcciones opuestas. c-·lSabesquiensoy? ···Afirmacionsonriente}o;l.TI -lSabes quien soy. {taradito? Afirmacion sonriente. ;···.-·'lSabesquien soy;i'mocoso idiota? Soy la mUjer"delLheladero 'que'mato la' bestia'detu padre'.' fLaviudal jEsci. soylq 112

-Ah. -Otra afirmacionsonriente., NiYO m:is;~' mo podia creer en mi obstinacion: todavia trataba de mantener la comedia. Dentro de todo. era 10 mas logico. Si habia llegado tan lejos. podia seguiI~ indefinidamente. ",', '. -Hace meses que los vengo vigilando. avos y a la mosca muerta de ttl madre. ,Nose lavan a llevar ,dearribaljOcho anos Ie, dier~n,:'l~s,e anim'al. nad'a II1:~s' que; o~ho.fln,?,s"Yami, pobrecito 10 mato.lomato ..': ; -'; f~, En ese momento'sin querer cometlla peor descortesia: son rei; me 'encogi de hombros y dije: -Yo no se ... Yo sabia muy bien de que ~e t~atab,a. Sabia, 10 que era una venganza: creo que no sabia otra cosa. Pero la unica posibilidadde'persistir en mi tesitura cortes era hacerme la iriocente. la ajena a todas esas cosas de adultos que,Yo no entendia. Quizas por saber que era mi ultima chance con la cortesia. en el gesto y las palabras confluyeron todas mis habilidades de ac-; triz nata. Me salio perfecto. Esa fue, mi perdicion. Cualquier otra cosa que hubiera dicho podria haberme salvado. ella podria haber recapacitado. podria haberse arrepentido de la horrenda vendetta que estaba por consumfir... Despues de todo era mujec tenia,corazon,'p()dia conmoverse.xo era'una nini~a de seis, anos., toCIa inocencl'a;' no era culpable de'jnad~;y' ella' en el fondo 10 sabia... peromi "yo 'sen fiie, tan perfecto que la' enloquecio del todo.la'cego'.' . Mi sonrisa. todavia 'cortes.: todavia' "como us-· ted diga. senora". era el fin del' camino p~r