Diccionario de atentados contra el idioma espanol

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© Juan Aroca Sanz, 1997 d e l P r a d o , de la presente edición, Septiembre, 1997 Cea Bermúdez, 39, 6o. 28003 Madrid

© E d ic io n e s

I.S.B.N.: 84-7838-934-2 D.L.: M-3143 1-1997 Impreso en España Printed in Spain

f n escritor francés mundialmente conocido, Julio Veme, L / que tuvo en su vida bastantes oportunidades de oír hablar en muchos idiomas, dijo del español: " ¡Qué lengua! ¡Qué lengua tan abundante y tan sonora! ¡Estoy seguro de que entran en su composición setenta y ocho partes de cobre y veintidós de estaño, como en el bronce de las campanas!”.

I N T R O I T O Este Diccionario, que pretende ser una obra de lectura y no de consulta, aunque una vez leída de cabo a rabo de la A a la Z , decida el lector consejarla para ulteriores confronta­ ciones o despejo de dudas, tiene una particularidad: que para los errores o atentados cometidos contra el idioma se han establecido una serie de penas o castigos. Y una intención: llevar las inquietudes por el idioma al hombre de la calle, a quien simplemente sabe leer y escribir pero nunca se ha preocupado por los problemas de la lengua, quizás porque le han parecido un poco áridos y aburridos, cuando en realidad no lo son. Nos gustaría que se consolidara la figura de “guerrilleros del idioma” que sugerimos en esta obra , personas que luchen por defenderlo, perfeccionarlo y embellecerlo, no coa el bagaje cultural con que lo hacen los especialistas, a los cuales podemos considerar como las “fuerzas regulares” encargadas de su defensa, sino con las armas que dan la atención , el “conocimiento del terreno”, la curiosidad y las ganas de combatir por algo que vale la pena. El tiempo dirá si cristaliza la idea. El Tiempo, ese Gran Señor que tantas cosas tíos resuelve con su sola presencia y, simultáneamente, Gran Tirano impasible que nunca perdona. La idea de penar los atentados contra el idioma español brotó espontáneamente el día en que escuché un chiste muy malo durante un velatorio. A nadie le hizo gracia, que es lo peor que puede sucederle a un chascarrillo. Y lo único que se me ocurrió decirle al deudo que lo contó fue que “sí los chistes , amigo Flavio, estuvieran sujetos a condena, por ése que acabas de contar nadie te libraba de una buena horca”.

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¿Y por qué, me dije, no castigar, simbólicamente, por supuesto, los atentados contra el idioma? La idea no era mala y, además, no era nueva. Si no ando trascordado, que me estoy remontando a mis años de infancia, en “La Codorniz”, una revista que intentaba revolucionar la forma de hacer humor, y lo consiguió, aparecía una sección que se llamaba “la cárcel de papel”. A esa cárcel papirofléxica solían condenar a todos aquellos a quienes se les cogía en algún renuncio, no sé si sólo idiomático o, también, de cualquier otra clase. El caso es que pen­ sando en el castigo a! mal chiste, y en lo justo y aleccionador de aquella sección de “La Codorniz”, decidí aplicar los principios de ambas ideas al Diccionario de Atentados contra el Idioma Español. Por otra parte, cuando andábamos en la penúltima revisión de estas páginas, que nunca podemos estar seguros de que exista “una última revisión’, nos enteramos por la prensa de que nada menos que un Gobierno, en este caso el francés, acababa de redactar un proyecto de Ley “prohibiendo el uso de palabras extranjeras en la publicidad, obligando a las empresas a usar el francés en sus contratos, prohibiendo el uso exclusivo del inglés en los con­ gresos, anunciando multas y una muy grave paralización financiera contra quienes utilicen mal o abusivamente el lenguaje, introduciendo ‘gérmenes’ de corrupción verbal”. Y si eso lo hace nada menos que un Gobierno, ¿por qué no podemos nosotros, humildes contribuyentes, aplicar unos castigos simbólicos a quienes atenían contra nuestro idioma, y de forma especial a quie­ nes lo hacen con la pluma, la máquina o la imprenta, delito grave porque además inducen a otros pobres inocentes a seguir cometiéndolo. Esos “delincuentes” infectan la “atmósfera” idiomática y contribuyen a la epidemia. Por eso, en función de la gravedad del delito cometido, proponemos una serie de castigos que van desde le amonestación o tirón de orejas, hasta la hoguera o la horca, sin olvidar que hay agravios al idioma que no son merecedores de tan gra­ ves penas, y pueden castigarse ejemplarmente con unos días de arresto, unas semanitas de calabozo, o unos años de cárcel, por supuesto, de papel. Y, en el mejor de los casos, con una temporadita en un “campo de reeducación”, vulgo colegio. En el lenguaje, y muy especialmente en el español, que es un idioma bello fonética y gráficamente, hay que cuidar de la estética en el sonido. A nadie en sus cinco sentidos idio­ máticos se le ocurre decir “eslalome” por eslálom o slalom, la conocida prueba de nieve. De ahí que no haya que seguir al pie de la letra las normas de españolización de cualquier aporte idiomático extranjero si el resultado va a ser grotesco o antiestético desde el punto de vista fonético o gráfico. A ningún académico se le ocurrirá escribir “salacote ” o “salacó”, ni pro­ nunciarlo. Queda mucho más bonito salacot y protege mucho mejor la cabeza de los rayos solares dicho así, aunque finalice con una consonante que no es final típica de fonema en español.

VI

Por oirá parte, ninguna lengua tiene por qué avergonzarse de tomar de otras lo que a ella le falta. Si el castigo al orgullo de querer construir una torre en cuyo ático pudiéramos code­ arnos,, que no cocearnos, como algunos pretenden, con el propio Creador, fue la confusión lingüística, la penitencia puede ser el resignarse a incorporar a nuestros acervos idiomáticos ¡o que otros tienen y nosotros no, con lo cual, además, compensamos el orgullo con la humildad. Y eso del toma y daca en los asuntos idiomáticos es lo correcto, de cara a Dios. Y de cara a los hom­ bres. Lo absurdo es pedir prestado cuando disponemos de fondos propios, y llamar “penthouse” o “constipado” (del constiparon inglés) a conceptos tan castizos como ático y estreñimiento. Una plaga peligrosa para cualquier idioma, y muy especialmente para el nuestro, es la de los malos traductores, que nosotros calificamos de ”mocosuenas". La profesión de traductor es una profesión muy seria, y no debería permitirse a nadie traducir ni siquiera una carátula de disco si no demostraba antes que era “traductor titulado El problema es que no existen los tra­ ductores titulados, y deberían existir. Verter de un idioma a otro las expresiones en forma correcta y lo más ajusfadas al sentido original es una labor muy difícil que requiere conocimientos pro­ fundos de ambas lenguas. Y éstos se consiguen con muchos años de estudio. La profesión de traductor, pues, debe ser una carrera universitaria, y se debería castigar legalmente el intrusismo en ella de la misma manera que se castiga en otras profesiones, pensamos en la medicina o en la abogacía, que no deben ejercerse sin haber cursado los estudios necesarios. Y si los médicos pue­ den expulsar de su Cuerpo o Colegio a un colega que confunda la licencia para sanar con la licencia para matar, los traductores titulados del futuro podrán echar de su gremio a quienes no sean capaces de llamar a las cosas extranjeras por su nombre correcto en español. Desde este mismo instante, y por el solo hecho de haberse interesado por el título de esta obra, el lector queda convertido automáticamente en “guerrillero del idioma” para dedicarse a la caza de “gazapos” y “delincuentes” y al mismo tiempo en miembro del Tribunal Popular Idiomático que acabamos de crear para que, como tal, enjuicie o valore cada uno de nuestros veredictos y pueda oponerse a ellos, hacer más suave el castigo o, por el contrarío, endurecerlo. Y, naturalmente, como todos estamos expuestos a caer, por aquello de que hasta el mejor escri­ bano echa un borrón, o por aquello otro de que errare humanum est, lo cual significa, al decir de un amigo y camarada nuestro, que “hasta a las bestias puede fallarles el instinto”, desde este punto y hora aceptamos que si en el transcurrir de este goteo de atentados también se nos esca­ para alguno a nosotros, que se nos condene utilizando la misma vara de medir que empleamos, ya que, apenados por el error,pero gozosos de haber aprendido de él, la cumpliremos sin rechistar. Porque si nos gusta enseñar, no nos disgusta aprender;y la vida no es más que un largo camino de aprendizaje que, por cierto, se nos hace muy corto, y que unos aprovechan mejor y otros peor.

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Espa ñ o l

Premeditadamente hemos abundado en nuestros comentarios a muchos de los atentados tratando de hacer su lectura lo más amena y divertida posible, siempre que la amenidad y la diversión se han prestado a aparecer, con objeto de que nuestros posibles lectores, ya “guerrille­ ros del idioma", no se limiten a utilizar este Diccionario como una obra de consulta más, que no es esta nuestra pretensión, cuando se les plantee un problema idiomático , sino que se decidan a leerlo enterito, de cabo a rabo , déla A a la Z, aunque no recomendamos seguir el riguroso orden alfabético, para disfrutar con su lectura, suavizar o endurecer nuestras peregrinas sentencias, y aprenden algo , si es que descubren en toda esta obra algo que ellos puedan aprender. Nuestras condenas, por duras que sean, tienen la ventaja de que pueden repetirse para la misma persona. Y eso no es malo, ya que podemos condenar a la horca siete veces al mismo “delincuente" por cometer siete atentados diferentes. Lo que sí sería grave es que las siete con­ denas se debieran a la comisión de! mismo delito contra el idioma, porque entonces significaría que para el reo del ejemplo no había redención posible. Indicamos a continuación los símbolos con los que vamos a representar los diferentes tipos de condena, según sean los delitos, atentudos o crímenes cometidos contra uno de los más hermosos idiomas hablado por gente alguna: el español. Admonición o tarjeta Arresto domiciliario

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Multa

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Campo de reeducación

m

Jardín de infancia

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Calabozo Cárcel Cadena perpetua Hoguera Horca al reo.

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Por supuesto, no nos faltará la absolución

que siempre es agradable dar por libre

mis padres

Como expresión de un fonema, es decir, como mera letra, la a es un sustantivo femenino, cuyo plural es aes, Como valor gramatical, el más importante que representa es el de preposición, aunque en ciertos casos tiene la calidad de adverbio o de conjunción. Pero no es nuestro objetivo metemos en honduras gramaticales, sino destacar los atentados que contra el idioma español se perpetran a diario en todos los medios de comunicación, y de forma muy especial en los hablados, que dejan huella de sus desatinos si los repiten mucho, y en los escritos (revistas, libros, prensa diaria, folletos, anuncios, etcétera), que suelen dejarla porque ahí quedan, aunque sólo se cometan una vez. Y como abundan los atentados en los modos y frases adverbiales que comienzan por la prepo­ sición a, o que no comienzan con ella pero se empeñan en que así sea muchos ignorantes y algunos despistados, exponemos a continua­ ción una lista de todos los modos y frases adverbiales que se inician con la preposición a, y que son erróneos porque no la necesitan, o porque necesitándola yerran en otras partes de la construcción. Todos, aclaramos, los que hemos podido descubrir, que algunos habrán conseguido escapar a nuestras pesquisas. a abajo por ABAJO

A es una preposición que no puede preceder al adverbio abajo. Podemos decir desde abajo o hasta abajo, pero NUNCA a abajo. Un tipo puede rajar a otro con un cuchillo “de arriba abajo” pero nunca “de arriba a abajo”, porque entonces no serán las autoridades judi­ ciales quienes le metan en la cárcel, sino nuestro recién creado Tribunal Idiomático. No rpt-i por el crimen, que no es de nuestra compe­ t í ! tencia, sino por el solecismo.

a acá por ACÁ

Muy mal dicho, y peor escrito, porque dicho puede disimularse, y escrito no, “de entonces

a acá", como

se les escapa a algunos profesio­ nales de la pluma. Lo correcto es "de entonces acá” porque el adverbio acá puede ir prece­ dido de diversas preposiciones, pero minea de la preposición a. Sucede con él lo mismo que — con abajo, según acabamos de ver. Y al mismo delito, igual condena. a banda por

A LA BANDA ¿Por qué hablan tan mal algunos de nuestros comentaristas de fútbol y, en consecuencia, por qué les permiten seguir hablando? Un jugador puede mandar el balón “a la banda derecha”, “a la banda izquierda” o “a la tribuna presidencial”. Siempre a la cuando el sustan­ tivo que vaya a continuación sea del género femenino. Pero que no se coman el la, por favor, que por ahí se empieza, y luego conti­ núan comiéndose sílabas, artículos, preposi­ ciones y verbos completos, y si el mal ejemplo cunde nos tocará entendemos por señas. Esta incorrección de cargarse el artículo están tra­ tando de imponérnosla, porque también hemos oído que dicen “no aciertan a puerta” y "recibe golpe en rodilla izquierda”, entre otras lindezas. Esos caballeretes del micro aca­ barán diciendo “pupa ojo derecho”, o “vecina quinto violada descampado”. ¡A la cárcel con ellos!

a base de por

BASADO EN, FUNDADO EN Podemos usar a base de en muchas construc­ ciones, siempre que equivalga a "a fuerza de”. Por ejemplo a base de paciencia = a fuerza de paciencia lo consiguió. O cuando se indique que una cosa es fundamento de otra: le pusieron un tratamiento a base de penicilina. Pero debemos evitar su empleo en sustitución de basado en, fundado en. Decir que “hemos redactado un informe a base de los datos que nos pro­ porcionó el auditor” suena horrible, y no es

correcto. En estos casos deberemos decir “un informe basado en, o fundado en, los datos...”. Esta locución prepositiva suele anteponerse a un

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nombre, según hemos visto, pero a veces, en la lengua común, precede a un adverbio o a un adjetivo. Y decimos “a base de bien”, o “a base de barato”, expresiones a las que no tenemos por qué hacerles ascos, aunque sean populares, ya que tienen sentido y son muy expresivas. De modo y manera que aquí sólo condena­ remos a unos días de calabozo a quienes se empeñen en utilizarla para sustituir a fundado en o a. basado en. a bocajarro por A BOCA DE JARRO, A QUEMA ROPA La expresión original es a boca de jarro, y se emplea para denotar la acción de beber sin tasa. En sentido figurado se adopta para reemplazar el modo adverbial “a boca de cañón” = “a quema ropa”, que significa, como todos sabemos, “disparando desde muy cerca" y, también, “de improviso, sin preparación ni rodeos”. Después, impuesto ya en este signifi­ cado de “a quema ropa”, se convierte en “a bocajarro”, lo cual no deja de ser un barbarismo que constituye, en el fondo, una abrevia­ tura de la expresión original, de la que se ha suprimido simplemente la preposición de. No i—| es grave el delito, y nos limitaremos a amoL-p' nestar a quienes lo cometan. a bordo de por EN Modo adverbial que significa “en la embarca­ ción”. Se ha extendido su uso a los aviones, que son naves aéreas, pero no es correcto utili­ zarlo para referirse a coches, bicicletas, pati­ netes, tanques, motos y bestias. “El asesino huyó a bordo de un taxi” no es permisible ni siquiera en el caso, poco probable, de que se tratara de un taxi anfibio. Mucho peor si pre­ tenden hacemos creer que lo hizo “a bordo de un burro”, así lo ha escrito un novelista refi­ riéndose a la forma en que un fraile abandonó la ciudad. A la cárcel, pues, con ellos, y no nos referimos al asesino ni al fraile, sino al redactor de la noticia y al novelista.

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a campo a través, a campo través por A CAMPO TRAVIESA, A CAMPO TRAVIESO Son variantes erróneas que deben evitarse puesto que la forma correcta de expresar que Fulanito se largó atravesando el campo, es escribir que lo hizo “a campo traviesa” , y no “a campo a través”, que es horroroso, ni “a campo través”, ni “campo a través” (¡!) (ABC, 20.1.93) ni “campo a traviesa”, que son las variantes equivocadas que han utili­ zado algunos de nuestros presentadores de TV, comentaristas de todo pelaje y escritores despistados. Lo más que podemos aceptar es el uso de “a campo través” para campeonatos deportivos, porque de esa forma limitamos y encasillamos el concepto, y dejamos “a campo traviesa” o “a campo travieso” para el menester de dejar el camino y cruzar el campo. Al cierre de esta ficha nos encontramos con otro atentado similar en el ABC del 25.7.94, pág. 20, firmado y todo por un tal M. S. D., el cual nos invita a ir “a campo través", no como actividad deportiva específica, sino en el sen­ tido de “echarse al camino después de mirar al cielo”. a cobrar por COBRAR Los recibos, cuentas o facturas pendientes de cobro son documentos por cobrar, no a cobrar. Y los pendientes de pago son docu­ mentos por pagar, no a pagar. A quien los debe le importa un bledo que se les llame de una o de otra manera, y lo único que pide en su fuero interno es que no se los pasen nunca “al cobro”. En cuanto a quien los posee, desea con­ vertirlos en efectivo. Pero unos y otros deben saber que se trata de documentos por cobrar, que en su momento se presentarán o pasarán al cobro. Y a quienes se empeñen en tener docu­ mentos a cobrar, el castigo será no pagárselos alegando “defecto de forma” y, además, para que no los puedan presentar al cobro, ponerles una temporadita a la sombra.

a color por EN COLOR

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Cuando decimos ilustraciones a todo color, decimos bien. Pero si alguien escribe repor­ taje a color, escribe mal, porque debe escribir en color. Se dice, pues, a todo color o en color, pero no a color. ¿Está claro, en blanco y negro, o a todo colorí ¿No? Pues multas cuantiosas, hasta que dejen de verlo todo de color de rosa.

a consecuencia de por A CAUSA DE, COMO CONSECUENCIA, EN CONSECUENCIA

Forma parte del lío que algunas personas se hacen con las preposiciones (véanse). Es prefe­ rible usar como consecuencia de, en conse­ cuencia de, pero el a consecuencia de aca­ bará imponiéndose y por eso nos limitaremos, ¡—j de momento, a mostrar una tarjeta de amonesl—r tación.

atienda, pagará una prenda”. Pues la prenda, en

$ nuestro caso, será una sustanciosa multa. a disparar por EN DISPARAR

Se dice “el Primero en disparar”, NUNCA “el primero a disparar”. Este insignificante cambio la va a costar, señor reportero, unos días de calabozo, aunque su escrito mal escrito haya aparecido en un periódico tan serio como el ABC (6.11.1993, pág. 29).

a falta de por

CUANDO FALTAN O CUANDO FALTABAN “A falta de pan buenas son tortas”. No hay que explicar el significado de este refrán. Cuando no hay pan, las tortas son bien recibidas. He aquí una forma correcta de utilizar el modismo que nos ocupa “a falta de”. Pero si hablamos de fútbol, por ejemplo, y decimos que "a falta

de dos minutos para terminar el primer tiempo los locales metieron un gol”, nos

a cuál más confusas (o más indescifrables, o más lo que sea, en plural) por A CUÁL MÁS CONFUSA

A cuál más, con acento en cuál, y con acento en más, que algunos no acentúan ninguna de las dos, es fórmula de valor adverbial que se usa precediendo a un adjetivo. Y aunque se refiere a una pluralidad de cosas o seres, el adjetivo tendrá que ir en singular porque concuerda con cuál, que es singular. Por ejemplo: “son tres socios, a cuál más inteligente”; “fueron un par de jeroglíficos, a cuál más enigmático e indes­ cifrable”. En cuanto a la fórmula "a cacfa cuál más”, como la empleada por J. Cueto en El País del 29.5.76, según ref. de Manuel Seco en su Diccionario de dudas, en la que el periodista mezcla y confunde “a cuál más” .con “a cada cual” (“...hay una larga tradición de 'sotanas a cada cual más (en lugar de a cuál más) ale­ jada de la realidad espiritual del país”), lo atri­ buimos a que en el momento de escribir estaba pensando en ese juego infantil que dice algo así como “Antón, Antón Pirulero, cada cual, cada cual, que atienda a su juego, y el que no lo

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estamos expresando incorrectamente, y debe­ remos decir “cuando faltaban dos minutos para terminar... etcétera”. De modo que “a falta de conocimientos buena es una tempo­ rada de colegio”. Castigo a los comentaristas deportivos, que son quienes más caen en este absurdo error: campo... de reeducación

a ganancia por

CON GANANCIA Se puede vender con pérdida o con ganancia, pero JAMÁS a pérdida o a ganancia. Aunque sí podemos enviar una partida contable a la cuenta de “Pérdidas y ganancias”. Pero esto tiene otro sentido que capta hasta el más tonto del pueblo. Para los “listillos” de este jaez, calabozo al canto

a gas por DE GAS

Véase a reacción

a grosso modo por GROSSO MODO

Si queremos utilizar esta expresión latina correctamente, suprimiremos la 1 salvo que

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queramos incurrir en falta para exponemos a la vindicta publica en forma de multa.

a la mayor brevedad por CON LA MAY OR BREVEDAD Lo correcto es con. Lo incorrecto, pero dicho y escrito en demasía, es a. Tan en demasía, que acabará por incluirlo en sus páginas el mismíj—¡ simo DRAE. De modo que, resignadamente, nos LJ limitaremos a sacar tarjeta de amonestación. a lo largo de por DURANTE Este modo adverbial es correcto cuando se usa para expresar espacio: “a lo largo de la carre­ tera" , “a lo largo de esla calle", "a lo largo de esta manga hay un solo zurcido’’, etc. Pero cuando expresa tiempo su uso es incorrecto y debe sustituirse por durante: "/es aplaudieron a lo largo de tres minutos" debe ser “les aplaudieron durante tres minutos". “A lo largo de su hermoso discurso..." debe ser “Durante su hermoso discurso...". Calabozo durante tres largos días para los infractores. a los puntos por POR PUNTOS En boxeo, y a pesar de que lo cacareen comen­ taristas deportivos, un púgil no vence al otro “a los puntos” sino “por puntos”. Ganas nos dan de dejar fuera de combate a esos comentaristas en cuestión, aunque tengan que darles unos puntos, pero nos conformaremos con ence­ rrarles en un calabozo cuadrado, y con cuerdas alrededor durante toda una temporada de boxeo. a manos de por DE MANOS DE Esa locutora que dice (TM, 19.3.95,20:25) que “los ganadores recibieron su premio a manos de la concejala”, no sabe lo que dice. “A manos de la concejala” pueden perecer los ganadores, pero nunca recibir premios. Estos los reci^ 5 bieron, para expresarse con propiedad, de manos de la concejala. Multa, señorita, por mal decir y, también, calabozo.

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a mansalva por A QUEMA ROPA Dice el DRAE: “A mansalva: sin ningún peligro, sobre seguro’’. “A quema ropa: tratándose del disparo de un arma de fuego, desde muy cerca.!! Fig. De improviso, inopinadamente, sin preparación ni rodeos”. Vistas las definiciones de ambos modos adver­ biales, los comentarios sobran. Está claro que no significan lo mismo. ¿Qué hacer con esos arti.-pi culistas que los confunden? Pues de momento, una temporadita a un campo de reeducación. a más precio por A MAYOR PRECIO, A MÁS ALTO PRECIO Si decimos que una cosa se vende a más precio que otra, estamos expresando una compara­ ción. Y el comparativo de más es mayor, luego deberemos decir que “esta misma mariscada se vende a mayor precio aquí que en el restau­ rante de enfrente". Y a quien lo diga mal, aparte de dejarle sin mariscada, le castigaremos a pagarla con el importe de la multa.

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a menos de que por A MENOS QUE “A menos que" , seguido de verbo en subjuntivo, equivale a “a no ser que". Sobra la preposición de. “A menos que Luis vaya a cenar con noso­ tros”, pero nunca “a menos de que" o "a no ser de que”. Lo sentimos. Calabozo al canto. a mi gusto por PARA MI GUSTO Son expresiones que tienen matices distintos. “A mi gusto" significa según mi deseo, a mi satisfacción. Y “para mi gusto” equivale a desde mi punto de vista, según mi opinión. Confundirlas, y utilizar la una por la otra, es • , caer en vulgarismos imperdonables, merece­ dores de una cuantiosa multa. a muerte por DE MUERTE Los verbos odiar, aborrecer, perseguir, etcétera, no deben usarse, cuando queremos llevarlos a

su expresión máxima de odio o de aborreci­ miento, con un modo adverbial equivocado porque entonces no funcionan, al menos gra­ maticalmente. Cuando queremos decir “impla­ cablemente, con ferocidad”, tenemos que emplear “de muerte”. Por lo tanto, si estamos explicando que “Stalin odiaba con ferocidad a Trotsky”, y deseamos usar la palabrita muerte para dar más énfasis al odio, diremos que “le odiaba de muerte”, no que “le odiaba a muerte”. La expresión “a muerte" sólo se emplea para las condenas. “Fueron conde­ nados a muerte los terroristas”, sí es una expresión correcta, como correcta es también la expresión “aborrecemos de muerte a los terroristas”. Su uso es muy sencillo y no hay por qué confundirlo. Amonestación. a nivel de por A ESCALA DE, DESDE EL PUNTO DE VISTA DE, EN EL ÁMBITO DE, COMO y otras más “A nivel del mar” es una expresión correctí­ sima puesto que se refiere a un concepto de altura. “Las aguas del río no llegaron con la crecida al nivel de otras veces” es igualmente correcta. Pero escribir “vamos a hacer esto a nivel de prueba”, en vez de “como prueba”, o decir que tal cosa está prohibida “a nivel estatal”, o “toda la novela, a nivel de len­ guaje, a nivel de acción e, incluso a nivel de construcción, es una provocación” (Vanguardia, 27.7.1978), o que “habrá un retiro espiritual a nivel de matrimonios” es

merecedor del peor de los castigos. Todos estos excesos se deben a la aplicación incorrecta de un sentido normal de nivel, el de “grado jerár­ quico”. Por ejemplo: “las conversaciones se celebraron al más alto nivel”. Dejemos, pues, a nivel de donde debe estar, y utilicémoslo donde convenga, y no para reem­ plazar incorrectamente otras expresiones como las que indicamos más arriba. Y quienes se empeñen en continuar en niveles que no les correspondan, serán condenados a destierro

durante una larga temporada “a nivel de la cota más alta del Everest”. A ver si el frío les hace entrar en razón. Y mientras llega el momento oportuno de aplicarles la condena, encerréj t j mosles en un calabozo húmedo, a nivel del Ü j subsuelo. A ver si así aprenden. a nombre de por

EN NOMBRE DE “A nombre de" equivale a “con el nombre de”. Por ejemplo: “He abierto una cuenta a nombre de los dos". “En nombre de” equivale a “en representación de”. Por ejemplo: “El gerente firmó en nombre de su empresa". ¿Verdad que está claro? Pues hay quienes con­ funden estos dos modos adverbiales. ¿Y por qué los confunden, si nos ayudan a expresamos con claridad y precisión? Pues porque el mal uso los ha hecho sinónimos, y hasta el DRAE acepta el “a nombre de uno” como igual de “en nombre de uno". Sacaríamos una tarjeta de amonestación pero no nos queda más remedio que aceptar la absolución.

a pagar por

PAGAR Véase a cobrar.

a pérdida por

CON PÉRDIDA Véase a ganancia.

a pie de hierba por

AL PIE DE LA HIERBA, en el mejor de los casos. Cuando los comentaristas de fútbol hablan desde el mismísimo borde del campo de juego suelen decimos, equivocadamente, que “se encuentran a pie de hierba”, o que “entre­ vistan a Fulano a pie de hierba”. Las únicas expresiones que conocemos que utilizan el “al pie de” son: al pie de la obra, al pie de fábrica y al pie del cañón, todas ellas perfectamente claras para nuestros lectores. Pero con eso de “a pie de hierba”, “a pie de ventanilla” o “a pie de urna”, como hemos leído en el ABC del 24.4.95, no nos habíamos tropezado nunca.

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Creemos que sus inventores deberían respetar la forma “al pie de”, que tiene más sentido, y decir “al pie de la urna”, “al pie de la hierba”, etc., pero suplicamos que no abusen porque son capaces de inventarse un “al pie de la coyunda”. Prácticamente están convirtiendo ese incorrecto "a pie de” que debería ser, ya que se empeñan en usarlo, “alpie de", en una expresión equivalente a “junto a”. De momento nos limitamos a sacarles tarjerta, si prometen no excederse.

suerte, es contarlo diciendo “por poco (casi) me aplasta un camión”. Este error de confundir “a poco” por “por poco” es más común que confundir la locución adverbial “por poco" con la otra. A nadie se le ocurre decir “por poco de llegar, se mar­ charon” sino “A poco de llegar (poco después de llegar) se marcharon”. ¿Qué hacer con los transgresores? ¿Un par de semanitas en el calaHf] bozo? ¡Nos va a saber a poco! Pero este “a __ poco” es otra historia.

a poca (o mucha) distancia suya por A POCA DISTANCIA DE ÉL (o DE ELLA), DE ELLOS, DE ELLAS Aquí tenemos un atentado grave. Suyo (como suyo o mío) es un adjetivo posesivo que sufre apócope cuando va delante de un nombre, aunque éste vaya precedido de adjetivo: su casa, sus viejos amigos. No puede ir a conti­ nuación de adverbios que exijan en la cons­ trucción de la frase nombres o pronombres per­ sonales. Ejs.: arriba nuestro por arriba de nosotros; delante mío por delante de mí; detrás tuyo por detrás de ti; encima vuestro por encima de vosotros; a poca distancia nuestra por a poca distancia de nosotros. No se admiten, pues, como normales las cons­ trucciones en las que adjetivos posesivos van a continuación de arriba, debajo, encima, delante, detrás, etc., según hemos visto. “A cuatro leguas de Pinto y a cinco de Marmolejo” no podemos convertirlo en "a cuatro leguas mías y a cinco suyas” pero sí en “a cuatro leguas de mí y a cinco de él”. La leguas, -i-i-] o las distancias, no son tuyas ni mías, sino que nos separan a ti de mí, o a los dos de los demás.

a por por POR No resistimos la tentación de transcribir, íntegro, el comentario que el gran filólogo español Emilio M- Martínez-Amador hace en su Diccionario gramatical sobre este sole­ cismo. Comentario que redondearemos con una experiencia propia en un país hispanoame­ ricano en el que se habla muy bien hablado el idioma común a todos nosotros. Dice Martínez-Amador: “Esta locución, que la Academia llama “tan usada por el vulgo”, ciertamente no se.limita tanto, sino que, en el tiempo que ha transcu­ rrido desde que se publicó la última edición de la Gramática oficial, el “a por” ha inva­ dido los más altos círculos y aun ha salido de la pluma de brillantes escritores (Unamuno, entre otros). Muchos recordamos cierta pro­ paganda electoral que se realizó con el lema de “a por los trescientos”, frase elíptica que no podía inducir a error a nadie, lo que no se podría haber dicho si se hubiera suprimido la preposición a. Ciertamente la expresión no es clásica, y es muy posible que en el Siglo de Oro no anduviera aún en boca del pueblo, pues de haberla oído algún autor y de haber estimado, como no podía menos de ocurrir, la precisión de concepto que encierra, segura­ mente no habría faltado por lo menos un gra­ cioso de comedia que la recogiera, tal vez haciendo un retruécano a que tanto se prestan la forma académica y la estigmatizada. No

a poco por POR POCO “A poco” = poco después. “Por poco" =casi. No deben confundirse estas dos locuciones adverbiales, y decir “a poco me aplasta un camión” cuando lo correcto, ya que ha habido

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sólo no hay antagonismo semántico entre las dos proposiciones (pues la una indica direc­ ción y la otra finalidad, dos cosas que pueden complementarse), sino que, colocadas a la inversa, por a, vinieron ambas a hacer tan buenas migas que se fundieron en pora, con­ vertida luego en para, preposición puramente española. La a no repugna por naturaleza la proximidad a otra preposición, pues llega en algún caso hasta la soldadura, como en atrás, por ejemplo. Ni ¿por qué había de cons­ tituir la a una excepción entre las preposi­ ciones que se unen sin escrúpulo en otros casos? ¿No se dice “para con sus seme­ jantes”, “resucitó de entre los muertos”, “por entre unas matas seguido de perros”, “de por vida”, “de a tres pesetas”, “de a folio”, sin contar con los modos adverbiales en que la a precede a una palabra compuesta de preposi­ ción: “a sobre peine”, “a írasmano”, etc.? Parece, pues, que la regla académica se ha dictado con el único objeto de proscribir esa locución a por, cuya sola culpa es su cuño popular. Pero no siempre el pueblo ha de corromper el idioma diciendo “haiga” y “diferiencia” (aunque con corrupciones semejantes: asimilación de formas de verbos, diptongación de e acentuada, se creó la lengua de la que hoy nos ufanamos), sino que a veces, con certero instinto, ofrece frases de una precisión admirable con la mayor senci­ llez de elementos. Véanse algunos casos de aplicación de la forma académica y la vulgar: “como aquel que patina por el hielo” (Campoamor) y “manda al criado a por el hielo”; “voy a la iglesia por mi mujer”, quiere decir “por mí no iría”; “voy a la iglesia a por mi mujer”, es “voy a reunirme con ella”; “he venido por ti” (por tu causa); “he venido a por ti” (a recogerte); “ha subido (medrado) por su salero” (por su gracia); “ha subido a por su salero”, donde no puede tratarse de otra cosa que de la vasija de la sal. “Se puede ir de un lado a otro de Ginebra por tierra o

por agua” y “ve a por agua para beber" y “ve a por agua para estos tiestos”. Y dígase, en su vista, si no vale la pena de rogar a la Aca­ demia que levante el entredicho”. En cuanto a la experiencia propia, ahí va. Mis amigos colombianos solían reprocharme el uso de ir a por -que yo defendía con argu­ mentos parecidos a los de mi maestro, el filó­ logo citado-,, que no les convencían del todo. Pero sucedió que alquilé un ático en la Carrera Séptima con la Calle 69. Para instalar un farol en la terraza pedí prestada una escalera de mano a los porteros. En esos días nos cam­ biaron de cancerberos, entró un matrimonio activo y entusiasta. Llego a mi piso una tarde, después de almorzar, y coincido a la puerta del ascensor con el nuevo conserje. Subimos los dos, él se baja en el cuarto piso, yo continúo hasta el ático. Veo la escalera de mano que me habían prestado los anteriores porteros, ya he terminado mis instalaciones “de altura”, y me recrimino por no haberle dicho al conserje nuevo que ya podía llevársela. Bajo al rato, me encuentro con su esposa en el vestíbulo y, antes de salir del edificio, me dirijo a ella con las siguientes palabras: “Ah, por favor, dígale a su marido que suba por la escalera”, imaginando que sus antecesores les habrían informado de que el vecino del ático la tenía en calidad de préstamo. Me marcho. Y regreso por la noche. Al entrar en el edificio me encuentro al portero, que viene hacia mí con cara de pocos amigos. “Doctor, mi señora me ha contado que usted le ha dicho que yo suba por la escalera. Y yo tam­ bién tengo derecho a usar el ascensor”. Sonrío, y le contesto que nadie ha discutido nunca ese derecho, y que lo que yo le dije a su señora fue que podían subir “a por" la escalera, a recoger la escalera que los anteriores porteros me habían prestado. Cuando al día siguiente les cuento a mis amigos colombianos la anécdota, no tienen más remedio que rendirse ante la evi­ dencia: que la intuición del pueblo cuando construye ese giro es para evitar equívocos. Y

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A tfn tad o s

en el lenguaje, todo lo que contribuye a la pre­ cisión, es bueno. De modo que continuaré uti­ lizando “a por’’ siempre que el no hacerlo así pueda contribuir a malas interpretaciones, y hasta a disgustos. ¿Condena? Nada de eso. Soy juez y parte, de modo que absolución.

a pretexto de por CON EL PRETEXTO DE o SO PRETEXTO DE

En su Diccionario de dudas, Manuel Seco cita un caso de este uso erróneo. “A pretexto de proteger a Europa, (os norteamericanos, de hecho, han ocupado militarmente el territorio de sus aliados" (M. Benedetti, El País, 6.8.1984). Con lo cual se demuestra que el Sr. Benedetti no sabe lo que dice, o quiere con­ fundir, o bien que su traductor no sabe verter al español lo que lee en otro idioma, suponiendo que el artículo de Benedetti fuese una traduc­ ción. Porque en nuestro idioma decimos “con el pretexto de pedirle un cigarrillo, se acercó a ella para cortejarla" o, si queremos presumir de literatos y castizos, “so pretexto de pedirle un pitillo, se apropincuó a ella con la intención de ligársela". Pero jamás diremos "a pretexto de quitarse el frío, se metió conmigo en la cama", aunque le permitamos a la ninfa que lo haga... “con cualquier pretexto”.

a punta de pistola por PISTOLA EN MANO

Durante los últimos años, constituyen las histo­ rias nuestras de cada día los atracos, asaltos, robos, asesinatos, secuestros y violaciones. Nada de extraño tiene, pues, que muy a menudo nos cuenten que esas “hazañas” de bandidos, felones y delincuentes se han hecho “a punta de pistola”. Tras cornudos, apalea­ dos por los redactores de sucesos, que no saben narrar correctamente. Si un tipo me amenaza con una navaja cabritera, de cabrito, podré decir que lo hizo “a punta de navaja”, que no son romas. Pero si el asaltante utiliza un arma de fuego, y me apunta (del verbo “apuntar”)

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con ella a la cabeza, el redactor de la noticia deberá decir que me asaltaron “pistola en mano” (o bazuca en mano, o fusil kalaschnikov en mano), salvo que el delincuente maneje estas armas con la boca, cosa un poco dudosa. O sea, que podemos ser asaltados “a punta de navaja" o “pistola en ruano" o, si acaso, “navaja en mano". Pero NUNCA "a punta de pistola” porque nos cabrearemos con el asal­ tante y con el redactor. Sucede que “a punta de pistola" se ha convertido ya en una expresión que equivale a conseguir algo utilizando para ello una pistola, bien sea esgrimiéndola, colo­ cándola sobre una mesa o exhibiéndola provo­ cativamente para mostrar las intenciones. Únicamente en este sentido podremos utilizar la expresión “a punta de pistola”, aunque (-‘- i- estaría mejor que en cada caso la sustituyé­ ramos por otras de mayor precisión.

a raíz de por DEBIDO A, por CAUSA DE

El significado de “a raíz de” es inmedia­ tamente después de. Utilizarlo, por lo tanto, en el sentido de “por causa de” , o “debido a" como lo hemos visto en algunos periódicos del país, es para conducir directamente a nuestra horca privada al terrorista idiomático de marras.

a reacción por DE REACCIÓN

Expresiones como “avión a reacción”, “cocina a gas" y otras por el estilo, son galicismos sin­ tácticos que se construyen, en español correcto con la preposición de. Son consecuencia de malas traducciones. Por consiguiente, debemos referimos a los “aviones de reacción” y a las “cocinas de gas” (o de carbón, o de leña), pero nunca"cocinas a leña, o a carbón, o a gas", aunque nuestros hermanos chilenos las utilicen, tanto las cocinas como la expresión. Estas locuciones han quedado muy bien para los asuntos gastronómicos porque nos permiten decir “langosta a la Thermidor”, “pulpo a la gallega”, “monchetas a la catalana”, “bacalao a

la vizcaína”, "pisto a la manchega”, “gazpacho a la andaluza”, y “ojo a la funerala”, que si no es un término gastronómico, sí es conse­ cuencia, también, de un “tratamiento” previo. Pero podríamos prescindir de ellas, como se prescinde cuando hablamos de la “paella valen­ ciana” o del “cocido madrileño”, que podrí­ amos convertir en “paella a la valenciana” y en “cocido a la madrileña”. Con respecto a la papeleta que nos ocupa, evi­ temos los “aviones a reacción”, sobre todo si van volando bajo, y quedémonos con los “aviones de reacción”, las “cocinas de gas” los televisores de pantalla plana, las batidoras de aspas de acero, etc. Y a los infractores, a la hoguera. a resultas de por A CAUSA DE, DE RESULTAS DE “A resultas de” es una incorrección que algunos escriben, y que otros, como cotorras iletradas, repiten. Pero está mal, ya que lo . correcto, en el idioma que todos hablamos, es decir “de resultas de” o “a causa de”, o cual­ quiera otra expresión equivalente, pero NUNCA a resultas de. a rondón por DE RONDÓN Lo sentimos por D. Rafael Conte {ABC, 7.12.1993) pero eso de “se nos ha ido colando más o menos a rondón” no nos ha parecido que debía colarse. Porque lo correcto es “de rondón”. a tal extremo por HASTA TAL EXTREMO Hasta es una preposición que, según la Aca­ demia, “sirve para expresar el término de lugares, acciones y cantidades continuas o dis­ cretas”. Por ejemplo: “llevó el asunto hasta tal extremo que no tuve más remedio que pararle los pies”. No es normal emplear la preposición a en estas construcciones. Dejémosla, a la pobre, cumplir con sus muchas funciones, y no la carguemos con las que no le corresponden.

O

Utilicemos, en el caso que nos ocupa, esta par­ tícula (hasta), que es de las pocas (partículas, no vocablos) que de los moros recibió en tiempos el castellano, para cumplir con un papel muy específico dentro de nuestro idioma.

a traspié, o a traspiés (que es aún más grave) por A CONTRAPIÉ Está claro, a poco que lo meditemos, que “contrapié” significa el empleo de un pie en una acción para la cual el que estaba mejor dispuesto era el otro. Y el golpe con el pie contrario, o no se da, o, si se da, sale, naturalmente, mal. Y “traspié” equivale a resbalón o tropezón, y a zancadilla. De donde se infiere que un beodo puede caminar dando traspiés (resbalando, tro­ pezando) y un jugador de fútbol puede marrar un tiro a puerta porque “ha dado un traspié” en el preciso momento de chutar. Lo que es inad­ misible es que un comentarista de fútbol nos diga, y se quede tan tranquilo, que el delantero centro “no pudo chutar porque el pase le pilló a traspié”, cuando lo que en realidad sucedió fue que recibió la pelota “a contrapie ’. Y si, a mayor inri, el comentarista de marras nos cuenta, que lo hemos escuchado, que “le pilló a traspiés”, en plural, porque quiso decir “a contrapiés”, en plural, y no le salió la expresión, es que en el campo de fútbol estaban jugando unos mulos, que sólo animales con más de dos extre­ midades inferiores o cuatro patas pueden recibir un balón “a contrapiés”. A la cárcel con él, y castigado a no comentar partidos de fútbol hasta que aprenda la diferencia entre “a contrapié” y “traspié”, entre “a contrapelo” y “a machamar­ tillo”, entre “el culo” y “las témporas”, entre “la velocidad” y “el tocino” y entre “el bien decir” y “el maldecir”. a través de por MEDIANTE, POR INTERMEDIO DE, POR MEDIACIÓN DE, POR MEDIO DE “A través” o “al través” equivale a “por entre” (“por entre las rejas” , “a través de la

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celosía", “a través del cristal”, “a través de la gasa"). No podemos decir que Juanito, el de los chistes, mira a la vecina “mediante un cristal”, salvo que esté utilizando un catalejo, y aun así lo discutiríamos. Ni que vemos el rostro de la novia, cubierto con un velo, “por media­ ción de éste", sino a través de él. Por pare­ cidas razones no podemos escribir que “el Comité Olímpico lo ha desmentido a través del portavoz”, sino “por intermedio

del", “por mediación del", "por medio del” o "mediante el". Con su permiso, lector, vamos a enviarles, aunque cuenten con el respaldo de alguno que otro diccionario, a un buen campo de reeducación.

a + infinitivo

En muchos casos se trata de una construcción galicana que se nos ha colado en el idioma por las ignorancias de falsos traductores mocosuenas. Dejan tal cual las expresiones francesas en las que su preposición ó precede a un infini­ tivo como complemento de un nombre. En estos casos, esa á francesa puede equivaler a nuestras preposiciones para, por, en, según, etc., pero no por norma, a la preposición a. Así, decimos “este medicamento sirve para calmar los nervios” y no "a calmar ios nervios". “Normas que hay que seguir”, y no “normas a seguir”; “faltas que se deben penalizar” y no "faltas a penalizar”; “conversaciones que se celebrarán en Washington”, y no “conversa­ ciones a celebrar en W.”, como oímos en el noticiario del Canal 1 el día 28.8.93. Muchas veces puede prescindirse de la a y de su verbo en infinitivo, corno por ejemplo en la frase “el profesional debe tener muy claros los dos objetivos (a alcanzar) en una buena tra­ ducción”. Quede más bonito, breve, y no hay incorrección si decimos “muy claros los dos objetivos en una buena traducción”. En resumen, que la preposición a + infinitivo como complemento de un nombre huele a gali­ cana que apesta. Hay que huir de esas construc­

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Españ o l

ciones y buscar la manera correcta de decirlo en nuestro idioma. Creemos, sin embaído, que en algunos casos estas locuciones acabarán impo­ niéndose. Los idiomas vivos, y el nuestro lo es, que están en plena vitalidad, son como los ríos, que buscan los caminos más fáciles para avanzar. Y este camino del a + infinitivo, que no siempre es consecuencia de las malas traduc­ ciones, es más corto y, por otra parte, no suele inducir a confusión. Un ejemplo: “el árbol arranca a crecer’’. En este caso, el verbo arrancar, acompañado de la preposición a más un infinitivo (crecer), expresa que la acción de crecer se inicia bruscamente, o bien después de un retraso o de una pausa. Claro que en este caso no se trata de la preposición a + iifinitivo como complemento de un nombre, que son los que suelen originar traducciones mocosuenas. ¿Castigo para los infractores? Seremos bené­ volos por esta vez, y les impondremos el más leve de todos: multa. abadesal

por ABACIAL

sencillamente, no existe. “Aba­ cial" es el adjetivo que significa “pertene­ ciente al abad, a la abadesa o a la abadía". “Abadesal”,

abasida

o abasida por ABASÍ

“Abasí (adj.) Dícese del descendiente de Abul-Abbés, .quien, destronando a los califas omeyas de Damasco, fundó una nueva dinastía y trasladó la corte a Bagdad, en el siglo VIH d. de J.C. Usase más como sustantivo masculino y en plural. II Perteneciente o relativo a este linaje o dinastía”. Nos volvemos locos buscando abasida o abásida y no lo encontramos más que en la mente calenturienta de algún traductor mocosuena. Y para los atentados de este jaez no hay sino una sola condena: hoguera.

abertura por APERTURA

Son sinónimos en algunos significados (acción de abrir o abrirse) y, tratándose de documentos

cerrados "el acto solemne Je sacarlos de sus pliegos y darles publicidad y autenticidad", prefiriéndose en este caso el término apertura. Pero cada uno de estos vocablos tiene, además, sus propios significados, y no hay que confun­ dirlos. Por ejemplo, ningún ajedrecista dirá que la abertura del contrario le sorprendió, salvo que el contrario llevase la bragueta abierta. Porque en ajedrez se llama apertura (y no abertura) a la combinación de ciertas jugadas con que se inicia una partida. Para los confundidos y despistados, arresto domiciliario, sin aberturas ni aperturas de nin­ guna clase, para que no vean la calle ni puedan salir a ella. abigarrar por ABARROTAR “Abigarrar: Dar o poner a una cosa varios colores mal combinados’’. “Abarrotar: (entre otras acepciones que no vienen al caso). Llenar completamente, atestar de género u otras cosas una tienda , un almacén, etc. H Llenar un espacio de personas o cosas”. “Abigarrado: De varios colores mal combi­ nados. II Dícese también de lo heterogéneo reunido sin concierto”. “Abigarrado", pues, no debe emplearse como “denso, concentrado, nutrido , abarrotado”. Leemos en El País (13.11.83): “El abigarrado número de Iglesias madrileñas...”, donde está mal empleado el abigarrado, que debiera ser abarrotado, y está peor anteponerlo a número. El aberrante redactor debiera haber escrito “las abarrotadas iglesias madri­ leñas...”, que es lo que quiso decir y no supo expresarlo. Si es que en realidad quiso decir r+tj eso, porque vaya usted a saber en qué estaba X P pensando el mozo. abogar por ATACAR, o algo parecido Lo sentimos, pero “abogar en favor o en contra (¡!) del Tratado de Mastrique” se lo hemos escuchado a un político que, al parecer,

no tiene (o no tenía) ni puñetera idea de que si abogar equivale a “interceder en favor de alguno”, malamente se puede abogar en contra de nada ni de nadie, porque no se puede “interceder en contra”, por todo lo cual no intercederemos ni abogaremos por el político de marras, y le condenamos a un merecido campo de reeducación, hasta que aprenda a interceder por algo que valga la pena. abóle por ANULA, DEROGA, INVALIDA Acerca del verbo abolir, dice MartínezAmador en su Diccionario gramatical: “Es verbo defectivo de la tercera conjugación, pues carece de las formas que no tienen i en la desi­ nencia, o sea las tres del singular, y la tercera del plural del presente de indicativo, las seis del presente de subjuntivo y el imperativo. Obsér­ vese que éstas son las formas que, por recaer el acento en la o, deberían diptongarla en ue. La razón de esto es, según la Academia, ora el sen­ tido anfibológico a que se prestarían algunas formas: yo abuelo, yo abuela, ora lo extraño de las voces que resultarían de la conjugación normal: yo abolo, tú abólas, etc. Como se trata de un verbo culto, y que fácilmente puede sus­ tituirse por “derogar, anular, invalidar, etc.” no se siente la necesidad de toda la conjugación normal. Esto último puede explicar que no se hayan formado derivados de verbos análogos latinos, como abolefacio, abolesco”. Disponiendo, pues, de verbos que expresan lo mismo, y que no tienen problemas de conjuga­ ción, ¿por qué escribir “un golpe de narradores abóle la tradición” (El País, 17.5.1980)? Son ganas de fastidiar y de conjugar mal. Y a quien fastidia, y conjuga mal, arresto domiciliario hasta que se calme y aprenda. abortar (un peligro) por ALEJARLO, CONJURARLO Todos sabemos lo que significa abortar, verbo que no tiene nada de agradable, y mucho menos para el ser abortado, incapaz de alegar

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Aten ta d o s

sus derechos ni de defenderse físicamente aunque sea a puñadas. Aparte de otras acep­ ciones en medicina y en botánica, en sentido figurado equivale a “fracasar, malograrse alguna empresa o proyecto”. Pues bien, algunos comentaristas de fútbol quieren con­ vencemos de que el peligro también se aborta, quizás porque ignoran que existen, entre otros, los verbos alejar y conjurar para decir que el peligro ha pasado. Por supuesto que ellos quieren decir que se ha malogrado “la acción de ataque”, la combinación, de pizarra o no, que habían desarrollado unos jugadores para hacerla terminar en un hermoso gol. Pero nos cuelan que el defensa Perico “hizo abortar el peligro de gol” y se quedan tan panchos. Y los radioyentes o telespectadores no lo cuelgan de yn la horca de papel. Pues nosotros sí vamos a hacerlo. abrogar por ARROGAR “Abrogar: abolir, revocar: abrogar una ley, un código". “Arrogar: adoptar o recibir como hijo al huér­ fano o al emancipado. II Atribuirse, apro­ piarse. Dícese de cosas inmateriales, como jurisdicción, facultad, etc.”. ¿Verdad que no se parecen en nada, más que en el aspecto gráfico (una b por una r)l Bueno, pues hay quienes los confunden, y no por despiste, perdonable, sino por ignorancia. Y confundién­ dolos ellos, confunden a quienes los escuchan o los leen. ¿Y cuál es la pena por el delito de con­ fusión? Para nosotros, calabocito al canto. absentismo por ABSTENCIÓN “Absentismo: costumbre de residir el propie­ tario fuera de la localidad en que radican sus bienes. II Falta de los obreros al trabajo”. “Abstención: acción y efecto de abstenerse”. “Abstenerse: privarse de alguna cosa (de un paseo, del derecho al voto, de una buena comida)”. Las elecciones no puede perderlas un partido

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político, o ganarlas otro, “a causa del absen­ tismo de la población media urbana”, señor periodista que escribió semejante cosa. Por cometer tal desaguisado idiomático le conde­ namos a abandonar el pueblo antes de que ama­ nezca. Sólo podrá regresar después de un largo período de absentismo. absenta por AJENJO El ajenjo es una planta cuyo nombre en griego apsinthion pasó al latín como absinthium, y quizás a estos orígenes se debe el absenta que hemos visto escrito, pero del cual no hay referencia en ningún diccionario. Tal vez sea “absenta” un nombre comercial de la bebida alcohólica que se prepara con esencia de ajenjo y otras hierbas. Está claro, pues, que si invi­ tamos a alguien a una copa de ese licor deberemos decirle que lo que va a tomar es ajenjo. 4 P La “absenta”, lo sentimos, no existe. acaparación por ACAPARAMIENTO Es un reportaje sobre asuntos de la naturaleza transmitido por La 2 de TVE el día 2.11.1972, a las 15:30, alcancé a oír que el comentarista dijo, y no feneció en el acto, que “la acaparación de bellotas...”. Pocas palabras después soltó la eretinada de “jugar un papel”. En primer lugar, no se dice “acaparación” porque, aparte de feo, no existe el vocablo. Se dice acaparamiento. Y en segundo lugar, los actores no juegan un papel, lo representan. Los ingleses y los franceses uti­ lizan un solo verbo para expresar ambas acciones, la de jugar y la de representar. Pero en español se representa un papel, y se juega a muchas cosas. Pero sobre este asunto volve­ remos a la carga cuando lleguemos a la jota, letra, no a la jota, baile. Al locutor de marras, cárcel por acaparamiento de malos hábitos en el decir. acápite por PÁRRAFO Con el significado de párrafo se usa en varios países hispanoamericanos. Para indicar punto

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aparte dicen “punto acápite", que suena a broma. Contra esta fea costumbre han arreme­ tido muchos guerrilleros defensores del idioma en los propios países donde se emplea esa expresión. La Academia, de acuerdo con las correspondientes Academias hermanas, ío ha incluido en su diccionario con el sentido de "párrafo”, especialmente en las referencias a textos legales. Si de ahí no sale la fiera, podemos dejarla en paz. Pero la amonestación no se la quita nadie, a pesar de que su origen sea el a capite latino, que significa “desde la cabeza”.

acatar por ACEPTAR DE MALA GANA A ese líder político que hace mal uso del verbo acatar cuando asegura que “acatará la Consti­ tución española pero que nunca será leal a ella porque no es la suya” le invitamos a que com­ pruebe que “acatar” significa “tributar home­ naje de sumisión y respeto”, y que si algo se acata y no se es leal a ello se incurre en vulgar traición. Y todos sabemos qué se ha hecho siempre con los traidores, aunque ahora se les pague, para no imitar a Roma. En cuanto a su traición idiomática, que son las que aquí juz­ gamos y condenamos, es merecedora de un buen campo de reeducación, con estancia per­ manente, es decir, sin permiso para escapar. acceder por ASCENDER, ALCANZAR, ENTRAR, LLEGAR A, SUBIR “Acceder: Consentir en lo que otro solicita o quiere. I! Ceder uno en su parecer, conviniendo con un dictamen o una idea de otro, o asocián­ dose a un acuerdo". Aquí terminan las acepciones de “acceder”. Pero ya nos lo han colado en el DRAE con el significado de tener acceso, que no significa precisamente “entrar” ni “subir”, sino otra cosa: ''posibilidad de llegar a un sitio o de entrar en él: tiene acceso a La M oncha". Dejémoslo ahí y no ampliemos sus significados a otros horizontes para los cuales ya dispo­

nemos de vocablos propios, precisos y variados, sin tener que recurrir a préstamos innecesarios. Porque decir “acceder ai tren” en vez de “subir al tren", o "acceder al /f=r\ vagón" (ABC, 8.4.94) en lugar de “entrar en mismo como ejemplos las cosas que pueden causarle sorpresa. sospechar... a por SOSPECHAR...DE Se sospecha “del” vecino de abajo, no “al” vecino de abajo. “Sospechamos crueldades del vecino de abajo”, NUNCA “sospechamos

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A tentad o s

crueldades al vecino de abajo”, que tendría otro sentido, ya que en este segundo caso el vecino de abajo sería objeto, y no sujeto. Podemos “acusar de mala intención a alguien”, pero “sospecharemos mala intención de alguien”. Claro que “acusar" se construye de forma dis­ tinta a “sospechar”, ya que “acusamos a alguien” y “sospechamos de alguien” Y según parece, los infractores han confundido los verbos. sostener por MANTENER “Sostener: sustentar, mantener firme una cosa. ¡I Sustentar o defender una proposición. ¡í Sufrir, tolerar. ¡í Prestar apoyo, dar aliento o auxilio. // Dar a uno lo necesario para su manutención’’. Por eso, cuando celebramos entrevistas, tenemos conversaciones o asis­ timos a reuniones, ninguna de ellas "se sostiene". En todos los casos “mantenemos con­ versaciones, entrevistas o reuniones”. Sí podemos “sostener” una tesis, la palabra dada, una disputa y una maleta. Pero no una entre­ vista. souvenir por RECUERDO ¿Quién no se trae algún “recuerdo” de los viajes? Los franceses llaman souvenir a lo que nosotros llamamos “recuerdo”. Quédense ellos con sus souvenirs y nosotros con nuestros “recuerdos”. Y todos tan contentos. spaghetti por ESPAGUETI La pasta alimenticia que han popularizado los italianos en el mundo entero se llama, en Italia, spaghetti, y es un nombre plural. Al españo­ lizar la grafía, nosotros hemos construido “espagueti”, y sin importamos que con la i final los italianos forman su plural (el singular es spaghetto), nosotros hemos convertido el plural de espagueti en espaguetis. Normal. Tarjeta, únicamente, a quienes escriban o pronuncien, f—j con afectación en el tono, “ssspaguetttiii...”, I—? salvo que lo digan en broma.

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spleen por

TEDIO VITAL, DEPRESION, “ DEPRE” o ...ESPLÍN Se trata de un anglicismo viejo, que se nos coló hace ya más de doscientos años para expresar ese humor tétrico que a veces invade a determi­ nadas personas, y que les produce tedio y tris­ teza, hastío y cansancio de la vida. O sea, que les da “la depre”. No hay por qué escribirlo en inglés, máxime cuando su origen es griego, que así llamaban en Grecia a la hipocondría, y de él habríamos hecho nosotros directamente el “esplín". Y cuando, además, los ingleses han dejado prácticamente de usarlo (el vocablo), no sabemos si también de sentirlo.

sponsor por PATROCINADOR Véase esponsor. sport (ropa de) por INFORMAL

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( ROPA, VESTIMENTA), ROPA DEPORTIVA Salvo que uno se vista el uniforme del Barfa, por ejemplo, o con el equipo completo para esquiar, o se ponga ropa específica para practicar cualquier deporte, a “vestir de sport” le llamamos en español “vestir ropa informal”.

spot por ANUNCIO, CUÑA, ESPACIO PUBLICITARIO BREVE Un spot es, para los ingleses, un anuncio, un espacio publicitario, una “cuña”, como llaman exactamente al spot en Colombia, palabra, ésa de “cuña”, que nos encanta, y que deberíamos adoptar todos los cientos de millones de hispa­ nohablantes para referirnos a un “espacio publicitario” o spot. spray

por AEROSOL, NEBULIZADOR, PULVERIZADOR, VAPORIZADOR Los aerosoles, nebulizadores, pulverizadores y vaporizadores son, para los ingleses, sprays. Noso­ tros podemos utilizar el vocablo que más convenga a la operación que vayamos a realizar. Nos sobra, pues, el spray, y utilizarlo indebidamente puede castigarlo el TP1 con, por lo menos, calabozo.

sprint por ESFUERZO, ESPRINT En inglés, sprint equivale a aceleración, arran­ cada, embestida, empujón, aceleración, velo­ cidad. Limitado al mundo del deporte, sprint ha quedado para definir el esfuerzo momentáneo en una carrera en un momento dado (especial­ mente al final). Como es de uso habitual en todas las competiciones deportivas, y en todo el mundo, creemos que debemos dejarla tal cual, sin intentar españolizarla, ya que es de uso común en todos los idiomas. sprinter por VELOCISTA Véase sprint. De acuerdo con el significado de esta palabra, un “sprinter” no sería exacta­ mente “un velocista”, sino el corredor que en un momento dado de la carrera en la que parti­ cipa "hace un esfuerzo para aumentar el ritmo o la velocidad". sr. alcalde por SEÑOR ALCALDE Cuando el “señor” se antepone a un cargo o profesión, debe escribirse con todas sus letras. La abreviatura Sr. sólo puede anteponerse a los apellidos: Sr. González, Sr. Pérez, Sr. Aguirregomezcorta. Pero NUNCA Sr. Gobernador, sino “señor Gobernador”, o “señor alcalde”, o “señor ministro”, o “señor conde”, o “señor juez”, etcétera. Olvidarse de esta norma tan sencilla es motivo de multa. stablishment por ESTABLISHMENT Aquí defendemos, más que el uso de un vocablo determinado, la correcta grafía de una palabra inglesa, stablishment, que ha pasado a casi todos los idiomas con un significado muy preciso. Pues este vocablo lo escriben algunos erróneamente, ya que lo hacen con j líquida (stablishment), tal vez porque así les parece el vocablo más “english”. Escríbanla bien, por favor, y expresen con ella NO un sistema polí­ tico, que no es ése su significado, sino “un grupo o sector dominante” dentro de cualquier sistema político.

staff por EQUIPO, ESTADO MAYOR, PLANA MAYOR, PLANTILLA DE REDACCIÓN, PERSONAL DOCENTE Los ingleses y norteamericanos utilizan muy a menudo la palabra staff para referirse a grupos de personas, grupos que lo mismo forman un equipo de dirección, que un estado mayor, que el personal docente de un colegio o de una uni­ versidad. En español tenemos voces más que suficientes para referimos a cada uno de esos grupos y otros más, por lo que podemos ir olvi­ dándonos del staff, salvo pena de horca. stage por ESTADÍA O ESTANCIA PREPARA­ TORIA A esos períodos de tiempo que pasan los juga­ dores de fútbol concentrados en cualquier lugar alejado del suyo habitual, y que dedican o les hacen dedicar a alternar unas breves vacaciones con fases de preparación y entrenamiento, hay que llamarles cualquier cosa menos stage. Para los franceses, de quienes sospechamos que nuestros expertos en fútbol han tomado la pala­ breja, stage es el período de prueba que pasa una persona en cualquier trabajo, puesto o cargo, antes de ser admitido formalmente. Define, pues, una situación de interinidad o transitoria. También equivale a “cursillo” o “preparación”, y a este último vocablo es el que deberían haber recurrido los técnicos futbo­ leros. Es más bonito, y suena mejor, y lo enten­ demos todos, decir que el Zaragoza ha esco­ gido Biescas para una “estadía o estancia preparatoria” que decir que sus jugadores se X0

han ido o les han llevado de stage a Biescas. Nosotros nos limitamos a meter en la cárcel a los usuarios del tal stage.

stand por MOSTRADOR, PUESTO, CASETA, PABELLÓN Otro anglicismo que se impuso durante una temporada, y que ha sido reemplazado por las palabras adecuadas según sea lo que se pre­ tenda designar con el stand inglés.

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D ic c io n a r io

de

Aten t a d o s

standard por ESTANDAR, MARCA, NORMA, PATRÓN, MODELO, NIVEL, TIPO Esta palabra inglesa, que ya hemos acogido en nuestro idioma, españolizando su grafía y la de sus derivados, significa "marca, norma, patrón, modelo, regla fija, nivel, tipo". Tam­ bién suele usarse en el sentido de ‘‘común o corriente'’, como adjetivo, y ya que la hemos españolizado como nombre no hay ninguna razón para no hacerlo también como adjetivo. Podemos, pues, decir que se trata “de un modelo estándar”. En cuanto a los derivados, se aceptan “estanda­ rizar” y “estandarización, y hay que huir del estandardizar y, por supuesto, del estandar­ dización. Con la advertencia de que, siempre que sea posible, deberemos emplear vocablos como los que se indican, dejando lo de “estándar” y derivados para casos muy pre­ cisos, en los cuales no encajen bien los vocai blos españoles que puedan reemplazarlos. I J Véase, también, estándar,

standing por CATEGORÍA, NIVEL DE VIDA,

POSICIÓN, REPRESENTACIÓN Cuando para un idioma resulta útil aceptar un vocablo extranjero porque designa o define precisamente una cosa o un concepto, para los cuales el idioma propio no tiene una palabra adecuada, se acoge el vocablo extraño y se le prohija. Esto se hace en todos los países. El idioma ruso está plagado de vocablos de origen francés del siglo XIX. En todos los idiomas cultos encontramos “hispanismos” y, natural­ mente, en nuestro idioma encontramos “angli­ cismos". “germanismos”, “galicismos” y otros pocos -ismos más. Pero cuando en el idioma propio se dispone de voces adecuadas para expresar una determinada cosa, es absurdo acoger vocablos extraños para decir lo mismo. Un ejemplo de esto lo tenemos en standing. Que un publicista español, o el encargado de la publicidad de una empresa, escriba que ésta ofrece “pisos de alto standing" es como para

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c o n t r a e l Id io m a

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E spa ñ o l

“clavarle" unas multas de las que no se rehaga en un par de lustros. Eso de “alto standing", aparte de una cursilada, es una bobada que refleja únicamente la escasez de ideas de quienes tienen que recurrir a esa expresión. Nos reafirmamos en lo de la multa.

statouder por ESTATÚDER

Algunos historiadores continúan refiriéndose el Skidhouder, jefe o magistrado supremo de la antigua república de los Países Bajos, con la palabra “statouder”, posiblemente porque no saben que la Academia ya ha aceptado con­ vertir al Stadhouder en “estatúder”. Es muy probable que la palabreja no tengamos necesidad de utilizarla nunca, pero, si se tercia, que sepamos cómo se escribe en español.

status por ESTADO, NIVEL o POSICIÓN (social o económica), SITUACIÓN

Aunque status es una palabra latina que signi­ fica “estado, situación, posición”, se ha colado en nuestro idioma por la vía inglesa. O sea, que casi podemos considerarla como anglicismo, totalmente innecesario, por otra parte, ya que para nada necesitamos lo de status, salvo en la expresión statu qun. muy utilizada en el len­ guaje diplomático para designar el estado de cosas que se mantiene sin cambio en el momento de que se trata.

stock por EXISTENCIAS,

ALMACENAMIENTO To stock, para los ingleses, significa “alma­ cenar". A las existencias que tienen de cual­ quier mercancía la llaman stock. En español decimos “en existencia”, “en almacén”, “alma­ cenar”, “almacenamiento”. No necesitamos el ^ stock para nada. Y, mucho menos, esa mons­ truosidad de “esfoca/e" (véase).

stop por ALTO

Stop tiene cuatro letras, y ¡alto! tiene otras cuatro, o sea, que los costos de impresión son

los mismos. Pero los únicos hispanoparlantes, que sepamos, que se han decidido a sustituir en las señales de tráfico al stop inglés por el alto español, han sido nuestros hermanos mexi­ canos de Cancún, Cozumel y territorios adya­ centes. ¿Por qué no seguimos su ejemplo en todos los países de habla española? Sí, sí, ya sabemos que stop se ha convertido en una señal internacional que todo el mundo entiende. Pero la verdad es que lo del ALTO que hemos visto en los caminos de Cancún nos ha entusias­ mado. ¡Viva México! stress

Véase estrés.

sugerencia por SUGESTIÓN Son sinónimos en algunas acepciones. Recor­ demos que “sugerencia”, sólo tiene relación con las acepciones de “sugerir”, y que “suges­ tión” la tiene, además de con el verbo “sugerir”, con el verbo “sugestionar”, de signi­ ficados distintos. No hay que hacerlos sinó­ nimos cuando no lo sean, ya que confundirlos nos hará sacar el cuadernillo de las multas. sujección por SUJECIÓN Se escribe con una sola c. No hacerlo así puede ser motivo de amonestación. sumarse por CREER Una cosa es “sumarse, apuntarse, adherirse o incorporarse”, y otra muy diferente es “creer lo que te cuentan”, a tal extremo que el resultado de la confusión puede ser grave. Veamóslo. Escribe un articulista: “el mismo día que Lluch se sumaba jubiloso y nada gratuita­ mente a la confabulación...”, y el lector

piensa que el Sr. Lluch es uno de los confabu­ lados. Pero no es así, según descubrimos al continuar leyendo. Porque el Sr. Lluch, a lo que “se suma jubiloso” es al grupo de los que creen en la confabulación que se denuncia. Como esto es muy grave, señor articulista, nadie le

libra de una larga temporadita en nuestras deprimentes cárceles, deprimentes por los -t-n inquilinos que en ella se alojan, que no por sus sólidas instalaciones. sunita o sunnita por SUNÍ o SUNNÍ En otras fichas (saudí, sefardita, por ejemplo) nos hemos referido a terminaciones en -t y a las terminaciones en -ita, cuando se trata de cons­ truir gentilicios. Nos remitimos a ellas. En este caso, en que el vocablo no se relaciona con gentilicios de ninguna clase, sino con musul­ manes ortodoxos, lo correcto seno “sunní” o “sunf’, plural sunníes o suníes. Pero la termi­ nación en -ita también se viene utilizando, de modo que absolución, aunque a regañadientes. superar por REBASAR En el partido At. Bilbao-Valencia del 5.3.1994, cuyo desarrollo nos contó un comentarista de fútbol, le oímos decir que “el balón superó la linea de banda”. El balón, señor comenta­ rista, puede “rebasar” la línea de puerta, o la de banda, o cualquier línea siempre que lleve el impulso suficiente para llegar a ella... y reba­ sarla. NUNCA superarla porque "superar” significa “sobrepujar, exceder, vencer”. Le esperamos en la ventanilla de multas, y no le aceptaremos talones. supervivir por SOBREVIVIR “Superviviente” existe como adjetivo y como nombre, y equivale a “sobreviviente”, derivado del verbo “sobrevivir”. Curiosamente, como verbo existe “sobrevivir”, y es el que se usa. En cambio, es más común “superviviente”, aunque el verbo “supervivir” no existe, no importa que algún diccionario lo recoja por aquello de que lo han visto escrito, mal escrito, alguna vez. Como norma, debemos aplicar el término “superviviente” a personas, y reservar lo de “sobreviviente” a cosas: “algunos conservato­ rios sobreviven de milagro”, pero los “supervi­ vientes del naufragio llegaron al puerto”.

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D ic c io n a r io

de

A tentad o s

SUSTITUIR, REEMPLAZAR Cuando en un partido de fútbol uno de los entrenadores decide hacer cambios, y saca del campo a un delantero para “sustituirlo” o “reemplazarlo” por un defensa, ponemos por caso, es que trata desesperadamente de pro­ teger un resultado que favorece a su equipo y, para evitar que el contrario marque, refuerza su línea defensiva y afloja la de ataque. Podemos estar o no estar de acuerdo con él, pero donde hay patrón no manda marinero, aunque el patrón se equivoque a veces, y olvide la vieja máxima de que “la mejor defensa es un -buen ataque”. Hasta aquí, nada que reprochar al entrenador. Pero cuando éste nos dice, muy serio, que “ha suplantado a un delantero por un defensa”, no tenemos más remedio que decirle al Sr. Valdano, pues de él se trata, que “suplantar" significa *'falsificar un escrito con palabras o cláusulas que alteren el sentido que antes tenía” y, también, “ocupar con malas artes el lugar de otro, defraudándole el derecho, empleo o favor que disfrutaba”, acepción esta última que es a la que intenta agarrarse para decirnos que

c o n t r a el

suplantar por

“suplanta a un delantero por un defensa ”.

Pero como el delantero se entere de que lo ha hecho “con malas artes”, puede haber bronca. Nosotros nos limitamos a mandar a nuestros calabozos al Sr. Valdano, sin permitir que nadie “le suplante” suplicatorio por PERMISO,

AUTORIZACIÓN El ‘‘suplicatorio" es la “instancia que un juez o tribunal eleva a una asamblea legislativa solicitando permiso o autorización para pro­ ceder en justicia contra algún miembro de la misma". Un “suplicatorio", pues, “se presenta, se redacta o se expone", pero NUNCA se otorga ni se concede, ni se aprueba o se rechaza. Lo que se aprueba, si acaso, o se

rechaza, es la solución solicitada en el “supli­ catorio”. Por eso son incorrectas las frases que hemos leído en muchas ocasiones acerca de si

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Id io m a E s p a ñ o l

“el Senado concede el correspondiente s u p lic a t o r io . o “el Supremo solícita al suplicatorio de Pablo Castellano”. No esta­

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blecer la diferencia entre continente (suplica­ torio) y contenido (permiso o autorización que en el suplicatorio se solicita) puede ser motivo de cuantiosa multa.

supporter por HINCHA

n

Los equipos de fútbol ingleses tienen supporters, los equipos de fútbol españoles tienen lo mismo, pero aquí se les llama “hinchas” Y hablamos de la “hinchada” del Barfa, o de la “hinchada”, que también existe, del Alcoyano, aunque esta hinchada tenga fama de contar con más moral que cualquier otra. Utilizar en nuestro idioma lo de supporter es de horca.

supuesto

Véase presunto.

surménage por AGOTAMIENTO,

SOBREFATIGA El estado resultante de un trabajo intelectual excesivo es el “agotamiento” o “sobrefatiga”, estado al cual los franceses llaman surménage. Quédense, pues, ellos con el surménage y nosotros con el “agotamiento” o la “sobrefaW . tiga”. A ver quién aguanta más.

surrealismo por SOBRERREALISMO,

SUPERREALISMO, SUPRARREALISMO Cuando surge en Francia esa nueva tendencia artística, los franceses la bautizan con el nombre de sur-réalisme, surréalísme. De inme­ diato, sin ponerse a pensar en lo que significa sur, los mocosuenas traducen surrealismo, y así se nos cuela la palabrita, sin que nadie tire de la cadena. Cuando tenemos, en español, nada menos que tres formas de traducir sur: “sobre, super y supra". O sea, que si los mocosuenas hubiesen pensado un poquito nada más, habrían dado con cualquiera de las tres formas correctas: “sobrerrealismo, superrealismo,

suprarrealismo”. Adoptemos cualquiera de

ellas, de preferencia la que apoya nuestra Aca­ demia: “sobrerrealism o”, aunque personal­ mente, para bautizar una nueva tendencia artís­ tica, nos guste más “ suprarrealismo”.

susceptible por CAPAZ Véanse capaz y posible. suspender - Mal uso de este verbo.

“Suspender” es un verbo transitivo. Si decimos “ha suspendido” tenemos que agregar “a quién o a quiénes ha suspendido”. Y si ha sido a noso­ tros a quienes han suspendido, diremos que “nos han suspendido”, o “me han suspendido” o “he sido suspendido”. Lo de “he suspendido” sólo puede decirlo el catedrático o el profesor que da las notas: “he suspendido a todos mis alumnos” , “he suspendido sólo a tres”, etcé­ tera. De modo que al próximo estudiante que nos suelte eso de “he suspendido’’ en el sen­ tido de que “le han suspendido”, le “suspende­ remos” nosotros también, esta vez en Lengua, y lo trasladaremos a un campo de reeducación, vulgo colegio, para que empiece a estudiar de nuevo.

suspense por SUSPENSO, SUSPENSIÓN... y SUSPENSE

Cuando el desarrollo de una acción literaria, cinematográfica, teatral, o de la vida real, pro­ duce un estado de ansiedad o de impaciencia por lo que va a suceder, decimos que en ese desarrollo hay “suspense” (pronunciamos “suspéns”). Para reemplazar a este anglicismo se han sugerido “suspenso” y “ suspensión”. Esta última palabra no ha sido bien acogida, y lo entendemos y compartimos. “Suspenso”, en cambio, sí se ve escrito, especialmente en países hispanoamericanos. Sin embargo, “sus­ penso” significa otras cosas, además de la acepción que queremos agregarle, de manera que no hay razón para que no aceptemos el “suspéns” o “suspense” para expresar única y

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exclusivamente lo que todos sabemos que expresa. Lo preferimos mil veces a “suspen­ sión”, y unas pocas de veces a “suspenso”.

sustantivo por ADJETIVO

No resistimos la tentación de transcribir literal­ mente los dos párrafos que el académico Fer­ nando Lázaro Carreter dedicó, en uno de sus preciosos “dardos”, al adjetivo (¡!) estabilidad: “Esas elecciones han dado lugar a interesantes reformas de la gramática misma. He aquí que un periódico refería: “El líder socialista fue requerido para que le pusiera un adjetivo a su opinión de lo que ha pasado en estos comicios, y usó esta palabra: estabilidad.” No cabe desdeñar lo difícil que es califiear una opinión antes de expresarla. Aun así, la gramática hubiera objetado la inclusión de estabilidad entre los adjetivos. Pero como ello no importó mucho ni al Sr. Jáuregui ni a su cronista (si éste transcribió con fidelidad el requerimiento y la respuesta), es lícito suponer que se están dando patadas a la oración en sus partes. “El desdén que la pulcritud merece a quienes pululan por el lenguaje, se corresponde exactamente con las demás suciedades observables en nuestra vida social. Y ese desdén no cesa: se está culminando la cumbre de la miseria mental colectiva”. Hay muchos sustantivos que se adjetivan y, a la inversa, adjetivos que se sustantivan. Lo que nunca debe hacerse es llamar “adjetivo” a una palabra que no lo es, ni llamar “pronombre” a un adverbio, ni “verbo” a una nota musical. Porque entonces, nuestros campos de reeduca­ ción van a estar más concurridos que nuestros calabozos.

CQ

sustantivos colectivos

Un sustantivo colectivo en singular puede concordar con un adjetivo o un verbo en plural, siempre que tal sustantivo, en su calidad de colectivo, signifique “conjunto de personas o cosas de especie indeterminada” (multitud, infinidad, gente, pueblo, mayoría, por

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D ic c io n a r io

de

A ten tad o s

c o n t r a el

ejemplo), y que el adjetivo o verbo no se halle en la misma oración que el sustantivo colec­ tivo. Por ejemplo: “la gente se alegró', se oyó la música, y bailaron” (verbo en plural); “la mayoría aprobó la ley, pero al conocer las A últimas noticias cambiaron (verbo en plural) de opinion”; el pueblo se reunió en la plaza, pero a los primeros tiros se desbandaron" (verbo en plural). En los tres ejemplos mencionados, el j—¡ verbo en plural no se encuentra en la misma ¡—r oración que el sustantivo colectivo. svástica o swástica por ESVÁSTICA, CRUZ GAMADA

Se llama "cruz gamada” a la que tiene cuatro brazos acodados como la letra gamma mayús­ cula del alfabeto griego, aunque también se dibuja con los brazos colocados en dirección opuesta. Además del nombre de cruz gamada, [— 1 recibe el de “esvástica”, que es la españolizal—J ción de la svástica o mástico foráneas.

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Id io m a E s p a ñ o l

tachar por CALIFICAR, CONSIDERAR

“Tachar: poner en una cosa falta o tacha. // Borrar lo escrito. II Alegar contra un testigo algún motivo legal para que no sea creído en el pleito. II Culpar, censurar, notar. II Atribuir a algo o alguien cierta falta". Ni una sola acep­ ción que nos permita utilizarlo en el sentido de “calificar o considerar” positivamente. No puede escribirse, por lo tanto, que “cabe tachar de espectacular la eficacia de la policía locar (El País, 11.4.1978), Cabría

“tacharla de desconsiderada”, por ejemplo, o “tacharla de crueldad”, pero nunca “tacharla de eficaz” ni "tacharla de humanitaria” porque el verbo “tachar” implica siempre algo censurable, no loable.

tal por IGUAL QUE, TAL COMO

y podemos escribir que “es increíble D general, en un hombre tan mayor”.

tan pronto por TAN PRONTO COMO

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Esta locución conjuntiva no debe prescindir de “como”, y es error garrafal, por ejemplo, decir "tan pronto se hizo de noche...”. Debe escribirse, y decirse, “tan pronto como se hizo de noche...”.

tanto (adj.) por TANTO (adv.) Véase mucho (adj.) teatro por ESCENARIO o CAMPO

Otra traducción mocosuena de quienes creen que manejan bien el inglés y bien el español, cuando tratan de explicamos algo sobre la estrategia militar. Los militares españoles dicen “campo de operaciones”, NUNCA "teatro de operaciones”, que hasta huele a sarcasmo. A ese “campo” los militares ingleses le llaman theater. De manera que menos teatro.

“Tal”, como adverbio, significa “asf\ y suele ir seguido de una proposición iniciada por“como” o por “cual”, o por “y como” (tal y como, que es una forma más enfática): “tal y como están las cosas...”. Pero escribir “déjala tal sueles", en lugar de “tal como sueles”, constituye, siendo tecnología por TÉCNICA La “técnica” es el “conjunto de procedimientos benévolos, un alarde estilístico que se permite y recursos de que se siire una ciencia o un arte”. r~j Juan Goytisolo en La Resaca. Pero con alardes La ‘‘tecnología’ es el "conjunto de los conocil / estilísticos o sin ellos, amonestación. nientos propios de un oficio mecánico o arte industrial", aparte de “tratado de los términos tan por TANTO técnicos”. Es muy común emplear mal esta voz Delante de verbo no debe usarse nunca la de “tecnología”, cuando está clarísimo que forma apocopada. Es incorrecto decir “tan era quienes la utilizan están refiriéndose a “técnica”. cierto” o “tan es asi". Debe escribirse “tan Porque si quieren referirse a los procedimientos cierto era” (o “tanto era cierto”) y “tanto es y recursos de que se sirve un laboratorio, deberán asf. La regla es muy sencilla: no usar “tan” decir “las técnicas de laboratorio”, NUNCA “las delante de verbo: “tanto es así que el histo­ tecnologías de laboratorio”. Si quieren refe­ riador...”. rirse a “los procedimientos y recursos” que se No debe usarse tampoco delante de los compa­ utilizan en la industria conservera, deberán rativos “más, menos; mayor, menor; mejor, hablamos de “las técnicas conserveras”. Hechas peor”, ya que en todos estos casos el compara­ estas aclaraciones, quienes se las salten a la tivo debe ir precedido de la forma no apoco­ torera sufrirán en carne propia “las técnicas de pada: “tanto más, tanto menos; tanto mayor, nuestros calabozos”. Allí aprenderán que no se tanto menor; tanto mejor, tanto peor”. Hay sólo puede ser “ingeniero tecnólogo”, sino “inge­ una excepción: cuando “mayor” se emplea sin niero técnico”. valor comparativo. Sigue, entonces, la regla

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D ic c io n a r io

de

A ten ta d o s

tecnología punta por TECNOLOGÍA AVANZADA

S¡ hablamos con propiedad de “tecnología”, y no la confundimos con “técnicas” cuando que­ ramos referimos a lo que algunos llaman “fecnología punta”, deberemos sustituir esa “punta” por la voz “avanzada”, para que nos quede “tecnología avanzada”. Y si vamos a referimos a “los procedimientos v recursos de que se sin’e una ciencia o un arte”, por favor, no les saquemos “punta” y digamos de ellos que son “técnicas avanzadas”.

televidente por TELESPECTADOR

Somos, cuando nos sentamos frente a la pan­ talla de un televisor, “telespectadores” o “espec­ tadores de televisión”, NUNCA televidentes, porque no somos “videntes de teatro " ni “videntes de cine”, sino “espectadores” del uno y del otro. Y cómo no, también de la televi1 ¡n sión. Aunque “vidente” signifique, como todos sabemos, “que ve”. Pero no “que mira”.

televisivo por TELEVISADO, TELEVISUAL o TELEGÉNICO

“Televisivo" significa “relativo a la televi­ sión", y no creemos que deban ampliarse sus acepciones para que también nos sirva para decir que “tiene buenas condiciones para ser televisado” Cuando en fotografía se reúnen esas condiciones, suele decirse que el objeto o la persona, especialmente las personas, son “fotogénicas”. ¿Por qué no podemos decir “telegénicas” en lugar de "televisivas”? Así, nos quedaría “televisivo” para todo lo relacio­ nado con el mundillo de la televisión; “telegénico” para indicar que una escena, una cosa o una persona “tienen o reúnen buenas condi­ ciones para ser televisadas”; “televisual” como término técnico para referimos a la televisión como instrumento para proyectar imágenes; y “televisado” para todo aquello que haya sido transmitido por televisión. Tendríamos, así, “un programa televisado”, “un artista telegénico”,

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E spa ñ o l

“un ambiente televisivo” y “un nuevo aparato televisual”. (Esperamos, humildes, el fallo del TPI) tema por ¡CUALQUIER COSA!, que ya se usa por ASUNTO, CUESTIÓN, MATERIA, NEGOCIO, OBJETO, PROBLEMA, PROPÓSITO, PUNTO, etc.

La palabrita “tema” se ha convertido en un lati­ guillo que muchos utilizan a falta de encontrar el vocablo adecuado para lo que tratan de decir. A veces nos recuerda la voz “vaina”, que algunos venezolanos usan con tal profusión que hemos llegado a contar veintidós “vainas” en una conservación de tres minutos. Demuestra, su abuso, una sola cosa: pobreza de lenguaje de los “abusuarios”. Esa constancia en los “abusuarios” del tema nos hace considerar que tal vez tenga su origen en las acepciones femeninas de la palabra: “la tema”. La tenui significa “porfía, obstinación o contumacia en un propo­ sito o aprensión". También, “especie o idea fija que suelen tener los dementes”. Y para que nuestros lectores, si los hubiere, no caígan en el abuso “del tema” ni “de la tema”, damos a con­ tinuación la acepciones de esta voz en su género masculino, que es del que más abusan: “Propo­ sición o texto que se toma por asunto o materia de un discurso, ¡i Este mismo punto o matera. II Gram. Parte esencial, fija o invariable de un vocablo, a diferencia de la terminación, del sufijo o del prefijo de aquél. II Mus. Pequeño trozo de una composición; con arreglo al cual se desarrolla el resto de ella". Todos cono­ cemos “el tema” del famoso bolero de Rabel, y aquí está bien empleado el vocablo. Pues así debemos emplearlo también en sus otras acep• ciones, para evitar que el TPI, Tribunal Popular Idiomático, nos meta “en chirona”.

temática por TEMARIO o LOS TEMAS

“Temática" es “el conjunto de los temas par­ ciales contenidos en un asunto general". “Temario" es “el conjunto de temas que se

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proponen para su estudio a una conferencia, congreso, etcétera". Y “los temas” pueden ser de acá o de acullá, de biología o de cibernética. No son ni “la temática” ni “el temario”. Ojo, pues, a los matices y a las precisiones.

por FRACASAR, ESTROPEARSE, FALLAR

temblar

Una señora que viajó a Bagdad, y no es un cuento de Las mil y una noches, llegó a decir (lo escuchamos en un informativo de televi­ sión, y lo vimos impreso en los periódicos del día) que “unas declaraciones de nuestro ministro de Asuntos Exteriores pusieron en peligro la operación; por ellas (las decla­ raciones), los negociadores vieron temblar sus gestiones". Pues las verían ellos como

quien ve visiones, porque las negociaciones, señora, no tiemblan. SÍ acaso, fallan, fracasan, se estropean, se posponen, y otros muchos verbos más. Pero NUNCA tiemblan. Quienes tal vez “temblaron”, y eso si es posible, fueron los negociadores.

templanza por TEMPLE (imaginamos)

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Hubo un cronista taurino que, refiriéndose a un conocido diestro, dijo de él que “toreó con mucha templanza", Nos asustamos. Y por si el susto no tenía razón de ser, acudimos de inmediato al “tumbaburros”. Y descubrimos que nuestro susto idiomático tenía razón de ser. Porque según nuestro cronista, el diestro había toreado “con moderación, sobriedad y contin­ gencia” , pero aplicadas a una de las cuatro vir­ tudes cardinales (la templanza), que consiste en “moderar los apetitos y el uso excesivo de los sentidos, sujetándolos a la razón” . -Vemos que “temple", en sentido figurado, significa “arrojo, valentía”, y sospechamos que tal vez el cronista quiso decimos que el diestro toreó con arrojo y valentía. Y eso es más fácil que se dé en un diestro que lo otro, sin que esto signifique, ni mucho menos, que no haya toreros que practiquen la virtud de la templanza.

tener efecto por CELEBRARSE, EFECTUARSE, SUCEDER, TENER LUGAR

Ojo con el abuso de “tener efecto”. Equivale a los verbos que indicamos, y a otros muchos más (ocurrir, desarrollarse, producirse), y conviene que a la hora de redactar una noticia nos acori—[ demos de que hay muchas maneras de decir I • “tener efecto” o “tener lugar”. Empleémoslas.

tener lugar por CELEBRARSE, DESARROLLARSE, OCURRIR, SUCEDER, etc. Véase tener efecto, ficha anterior. tener presente por TENER PRESENTES

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El adjetivo “presente” debe concordar en género (singular o plural) con el sustantivo designador de “lo que se tiene presente”: “Tened presentes los consejos que os da vuestro abuelo” (NO tened presente). Si se tratase de un solo con­ sejo sería correcto el adjetivo en singular: ‘Tened presente el consejo que ayer os dio vuestro abuelo”. Y a quien no tenga presente esta norma, multa al canto, que las arcas están vacías.

teniente alcalde por TENIENTE DE ALCALDE

‘Teniente” es el que ejerce al cargo o ministerio de otro, y es como sustituto suyo. En el caso de los cargos municipales se dice “teniente de alcalde”, sin olvidar la preposición, ya que es incorrecto "teniente alcalde”. Sin embargo, al referimos al substituto de un sacerdote en su feligresía, no se dice “teniente de cura", sino “teniente cura”. Aquí sobra la preposición, que i—í algún privilegio debe tener la Iglesia, aunque en /-> este caso sea sólo gramatical.

tennis por TENIS

Se ha popularizado tanto este juego o deporte entre la “ciudadanía mundial”, los habitantes de esta aldea galáctica en que a Dios gracias se está convirtiendo nuestro planeta, que debemos aprendernos en español cómo se llaman los dis­ tintos lances del tenis. Son los siguientes:

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D ic c io n a r io

de

A tentad o s

ace advantage break break point deuce drive

tanto directo de saque ventaja, después de iguales rotura de servicio punto de rotura de servicio iguales, a partir de 40-40 golpe que se da por el lado del brazo que sostiene la raqueta, como contraposición al “revés” game juego Grand Slam suma de las cuatro grandes pruebas del año efecto acelerado liftado globo lob love cero match partido match ball pelota de partido red net passing shot golpe paralelo a las líneas longitudinales de la pista set manga set ball pelota de manga set point punto de manga single partido de individuales smash mate, remate tie-break desempate, juego decisivo winner tanto ganador Como ya tenemos las equivalencias, pagarán multa todos los que las ignoren, sean o no comentaristas deportivos. tensionar por TENSAR Ni tensionar, ni tensionamiento, ni tensionamentar, ni tensionamentación, ni estupi­

deces por el estilo, que se convierten en el cuento de nunca acabar. En español se dice -t-fl “tensar" y “tensión", de modo que a la cárcel los usuarios de los otros términos.

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MAS. “Principio: base, fundamento, origen, razón fundamental sobre la cual se procede discurriendo en cualquier materia”. Y otras cosas más, que “principio” tiene muchas acepciones, no le pasa lo que a “teorema”, pero la que indicamos es la única que puede inducir a confusión entre quienes emplean “teorema” en lugar de “principio”. Y todo esto viene a cuento de los consejos que el señor ministro Borrell daba al PP acerca de que debía estudiar e interpretar “el teorema de Arquímedes”. Se confundió el ministro, porque existe un “teorema de Pitágoras”, que -¡¡¡n nada tiene que ver con “el principio (ahora, sí) — de Arquímedes”. tercera edad por ¡INVÉNTENSE OTRA EXPRESIÓN, SEÑORES!

Ahora resulta que hay una primera edad, una segunda edad, y una tercera edad. Nos gustaría saber quiénes ponen los límites a cada una de ellas. ¿La primera edad es la de la lactancia? ¿Cuándo termina? ¿Empieza la segunda edad a partir del momento en que dejamos el chupete, o la teta? ¿Cuándo termina? ¿Con las primeras cosquillitas del sexo, o cuando se terminan las oposiciones? Y si la tercera edad empieza en el momento de la jubilación, ¿qué pasa con los que no se jubilan nunca? ¿Siguen pertene­ ciendo , a la segunda edad? ¿Por qué no una cuarta y una quinta, y una sexta edad, que los especímenes humanos dan para más clasificaciones o grupos? ¿Vamos a referimos siempre a las edades cronológicas, o vamos a considerar también las biológicas? ¿O las men­ tales? Porque en estas últimas existen algunos individuos a quienes se ha incluido en la tercera edad, y resulta que no han salido aún de la pri­ mera.

teorema por PRINCIPIO

Un “principio” es un principio, y un ‘'teo­ rema’’ es un teorema. Para quienes no lo ven claro, aclarémoslo: “Teorema: proposición que afirma una verdad demostrable". NADA

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terminaciones en consonantes extrañas al español

Es loable, y siempre se ha hecho, la españolización de los vocablos extranjeros que, por una u otra razón son acogidos amorosamente en

nuestro idioma porque vienen a servirle, y no a “jostidiarle” (no busquen este voquible en ningún diccionario, que no lo encontrarán, pero todos ustedes lo entienden). Algunas de esas voces extranjeras, sin embargo, tienen una español ización que las convierte en grotescas o en antiestéticas, y entonces es preferible dejarlas como vienen de origen. También se dan los casos en que el vocablo extraño ha dejado de serlo para el mundo entero, que lo reconoce como propio y ha respetado la grafía original, por lo que es contraproducente y poco práctico el andar cambiándosela, A continuación damos una lista, por supuesto que no completa, de esas palabras que pro­ ceden de otras lenguas, y que ya las conside­ ramos nuestras aunque sus terminaciones no sean propias de nuestro idioma. En la lista, naturalmente, no figura ninguna que perte­ nezca al catalán, al gallego, al vasco, al valen­ ciano, al balear, porque todas esas lenguas son nuestras, propias y, por lo tanto, no extrañas, que lo que de ellas procede es tan español como todo lo que ha procedido del castellano, base del idioma, o de las lenguas habladas por los pobladores americanos, fili­ pinos y de otras latitudes descubiertas y pobladas por España. aerobic azimut bíceps boicot bulldog cámping chucrut complot currículum dúmping esnob fórceps gong hábitat iceberg

álbum ballet bidet o bidé boomerang bungalow carcaj clímax coñac debut dux fagot frac gourmand hall imam

anorak baobab bit bufet, buffet cabaret carnet, carné clip confort déficit eslálom fénix golf gourmet handicap klínex

leitmotiv máximum mínimum quántum robot tam-tam tótem trust vermú whisky

lied memorándum ñu (pl. ñus) quorum salacot tándem tricot ultimátum vermut

mamut (pl. mamuts) menú {pl. menús) plácet referéndum sílex tic troj vademécum vivac zenit

NOTA.- Aunque la regla para la formación del plural establece que las palabras agudas terminadas en í o en íí, hacen el plural en -íes y en -úes (véase plurales dudosos), una costumbre no escrita establece que las pala­ bras extranjeras que se acogen a nuestro idioma, buen refugio, suelen formar el plural añadiéndolas una s. Aunque terminen en i o en ¿í acentuadas,

termita por TERMES, TÉRM1TE, TERM1TES

Comprende este vocablo, con sus tres variantes, distintas especies de insectos cuya característica común es la de ser “devoradores de madera”. Viven bajo tierra o construyen nidos (termiteros) que a veces alcanzan varios metros de altura. Referirse a ellos como ter­ mitas es una incorrección cometida, quizás, por influencia de “la hormiga”, que es del género femenino, ya que los termites son muy pare­ cidos a las hormigas, al extremo de que a algunas de sus especies se les llama “hormigas blancas". Pero "la hormiga” es un insecto himenóptero, y los termites son insectos arquípteros, que un entomólogo les explique la diferencia. El vocablo “termita”, en química, se usa para designar una mezcla inflamable hecha a base de limaduras de aluminio y un óxido metálico. Pero como sospechamos que mucha gente no les va a cambiar de género a los ter­ mites, y continuarán llamándoles termitas, nos ¡—i limitaremos a mostrar una simple tarjeta de i amonestación.

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termonuclear por ATÓMICO Véase atómico. tesitura por MOMENTO, SITUACION, TRANCE “Tesitura” es un término musical que significa “altura propia de cada voz o de cada instru­ mento”. En sentido figurado significa "actitud o disposición de ánimo”. Pero no tiene absolu­ tamente nada que ver con el sentido de “momento”, “situación”, “trance” que algunos ignaros se empeñan en darle. test por PRUEBA, COMPROBACION, EXAMEN, EXPERIMENTO, CUESTIONARIO Test, en inglés, es igual a “prueba”, en español. No hay, pues, que utilizar para nada el vocablo ‘ de nuestros conciudadanos europeos. Los psi­ cólogos añaden, cuando se refieren específica­ mente a sus pruebas con pacientes, la palabra “objetiva”: “prueba objetiva”. NADA de test objetivo.

testada por COMPROBADA Si lo de test, a estas alturas es de horca, lo de “testada" (auncio televisión, 16.5.1993,20:20), es de horca con hoguera debajo. La eficacia, señores publicistas que tan mal manejan su herramienta de trabajo, el idioma, será una “eficacia comprobada”, NUNCA testada, en español, que no existe con ese significado que ustedes le dan. Por malos publicistas (un buen j v publicista sabe manejar su idioma), y por í mocosuenas, hoguera. ticket por BILLETE, BOLETO, BONO, CÉDULA, CUPÓN, ENTRADA, VALE, RECIBO, TARJETA DE CONTRASEÑA y, en política, CANDIDATURA o LISTA. ¡La cantidad de palabras de que disponemos para decir ticket, dando precisión y belleza al idioma. No necesitamos para nada ese ticket, ni

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en su versión original ni en la españolizada “Ü q u e Los guerrilleros del idioma tenemos que encargamos de borrar ese “tique” absurdo de nuestra lengua, habiendo, como hay, tantí­ simos vocablos para reemplazarlo. Ni nos gusta el “tíquete” que se emplea en algunos países hermanos de Hispanoamérica, influidos por el inglés del vecino del norte. En cuanto al uso de ticket como “candidatura” o “lista” de un partido político es, todavía, más grave porque demuestra una abulia mental de sanatorio. Multas, en ambos casos, mayores en las equivalencias políticas que en las otras.

lie break por JUEGO DECISIVO o DESEM­ PATE Véase tennis. tiene la fortuna de tocarle por TIENE LA FORTUNA DE QUE LE HAN TOCADO Así, sin más complementos, puede parecer que estamos jugando con frasea pecaminosas. No nos referimos a que nadie 'Tenga la fortuna de tocarle” (a quien sea), ni de que “tenga la fortuna de que le hayan tocado”, mientras que a los demás les han tenido a dieta de toques. Nada de eso. Nos refe­ rimos a un texto mal redactado que apareció en ABC (28.10.1993). El redactor de tumo escribe que “Carlos, el nuevo novio de Lourdes, tiene la fortuna de tocarle cinco millones en el sorteo de la lotería”. Pues el redactor ése no ha leído el

Libro de estilo de su propio periódico, que de haberlo leído habría escrito: .. tiene la fortuna de que le hayan tocado cinco millones...” No sabemos si en ABC se llevará una reprimenda de su redactor jefe, pero sí sabemos que el TPI le ha enviado ya al calabozo. tifón por HURACAN Véase huracán. tifosi por HINCHAS Los italianos llaman tifosi a los hinchas de sus equipos locales; los ingleses les llaman suppor-

ters. Cada país tiene una forma de calificar a los partidarios fanáticos de un equipo de fútbol. Nosotros, acabamos de verlo, los llamamos “hinchas”, y al grupo de hinchas, “hinchada”. tigresa por TIGRE HEMBRA o TIGRA

Lo de “tigresa” se nos queda, más bien, para designar a una mujer de armas tomar. Para refe­ rimos a la hembra del tigre digamos “tigre hembra” o, aunque suena horrible, “tigra”. “Tigra” llaman, en los países hispanoameriVI canos donde esas especies existen, a la hembra \ del tigre o del jaguar.

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todo por TODA Véase poco, y

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"Solicitó que los Ejércitos no sean adjeti­ vados con tildes democráticos o antidemo­ cráticos”. Aquí no está en el sentido de “nota

denigrativa” y, por lo tanto, es erróneo su uso. Véase tachar.

tisular por HÍSTICO Lo del “tisular", del tissnlaire francés, es un gali­

cismo nacido de una traducción mocosuena. En español, la parte de la anatomía que trata del estudio de los tejidos orgánicos se llama “histo­ logía”. “Histológico” es lo relativo o pertene­ ciente a la histología, y el adjetivo “hístico”, como equivalente a “de los tejidos”, debe reem­ plazar al tisular, aunque haya médicos que usan habitualmente este vocablo. Para el TPI, como todo lo que se ha originado por la ignorancia de los mocosuenas, sería de hoguera. Pero han abu­ sado tanto de esa traducción mocosuena en los tratados de histología, a pesar de los médicos que

quedará claro por qué debemos decir “toda el agua”, “toda el hampa”, “toda el habla”, etcétera, y NO todo el agua, todo el hampa, todo el habla...

todo el partido por LO QUE VA DE PARTIDO

tildar por LLAMAR “Tildar” es un

verbo con tres acepciones: “Poner tilde a las letras que lo necesitan. Tachar lo escrito. En sentido figurado, señalar con alguna nota denigrante a una persona". Escribir, pues, como vemos en El País (13.8.1991): "el bombón de la Tele, como le tildan sus seguidores", es un error. Como lo es, igualmente grave, cunfundir “tilde” con “calificación”, y escribir {El País, 26.7.1981):

han defendido “hístico”, que nos limitaremos resignadamente a sacar tarjeta, con la recomen­ dación a nuestros galenos de que vayan arrinco­ nando tísular para reemplazarlo por “hístico”.

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Una cosa es decir que “el gol de Juanito fue el primero de todo el partido”, que significa que hubo más goles, y que nos referimos al partido ya concluido (“todo” el partido), y otra, inco­ rrecta, decir que “es el primer tiro de esquina en todo el partido’’, cuando todavía se está jugando. El comentarista de marras debió expresarse mejor, y decir que “es el primer tiro de esquina en lo que va de partido”, es decir, en el tiempo que se lleva jugando.

todos los por CADA Escribir que "se someten, todos ios ocho días, a un tratamiento" es un galicismo que,

por fortuna, ya nadie comete. Pero como el galicismo aparece de vez en cuando, cuando releemos obras publicadas hace tiempo, avi­ samos de que nuestras sanciones tienen efecto retroactivo, por lo cual estamos autorizados a mandar a la hoguera a Don Julio Camba, con cuyas obras, dicho sea de paso, hemos pasado buenísimos momentos, por haber cometido en Lúcido el error al que ahora nos referimos. Don Julio debió escribir “se someten cada ocho días a un tratamiento”. Es lo correcto. Lo otro, ya lo hemos apuntado, es de hoguera.

toilette por TOCADOR, LAVABO, CUARTO DE BAÑO, RETRETE, SERVICIOS, EXCUSADO

La toilette, para los franceses, es, entre otras cosas, el “tocador, el lavabo”, originalmente

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llamado por ellos cabinet de toilette, y con­ vertido, con el tiempo, por eso del abreviar, en simple toilette. En español decimos “lavabo, tocador, cuarto de baño, retrete (ya en desuso) y “servicios". Este último vocablo, en plural, tiene su origen en el “ser­ vidor” o “servicio”, que de ambas maneras se llamaba al “orinal para excrementos”. En lugar de mencionar el “orinal”, que debía de ser palabra poco fina, se recurría a la palabra “servicio” y, después, en plural, a cualquier tipo de orinal, grande o chico, para aguas menores o para aguas mayores. Los “servi­ cios” son, pues, “los lugares donde se encuentran los orinales, llamados ahora “tazas de retrete, mingitorios o, castizamente, y para disimular, meódromos”. De modo que nada de “ir a ¡a toilette”, cuando disponemos de tantas formas de decir, elegantemente o no, adonde vamos en caso de apretón. Quizá la forma más simpática de decir que iba al “excusado” se la escuché a una señorita nór­ dica con la que salí varias temporadas: “voy a ver a mi abuelita”, solía decir. Y se dirigía “a los servicios”. tomar acuerdo por ACORDAR

Eso de “tomar acuerdo” no está del todo mal, pero conviene que sus “abusuarios” recuerden que existe el verbo “acordar”. Que “se acuerden” de él, en otra de sus acepciones, a la hora de redactar noticias y escritos.

top less por CON E L BUSTO AL DESCUBIERTO o DESNUDO

Nos parece bien que en esos lugares donde sirven bebidas unas chicas “a teta descubierta” se llamen top less. El anglicismo es mucho más discreto que la expresión carpetovetónica y, además, se ha internacionalizado. En cuanto a la equivalencia del topless con monokini, nos quedamos únicamente con este vocablo para las playas, para reservar así lo del top less a las chicas del párrafo anterior.

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top model por MODELO ESTRELLA, MODELO DE PRIM ERA

Hay que ir pensando en cómo llamamos en español a las top models. Hemos dado un par de ideas pero se aceptan otras. A la obra, pues, guerrilleros del idioma, que siempre es grato eso de dedicarse a las top models, o como deci­ damos llamarlas.

tópico por TEMA, ASUNTO

Eramos pocos, y parió la abuela. Ya hemos visto en la ficha dedicada a temo (véase), que esa palabrita la usan ahora para significar cual­ quier cosa, tenga o no relación con “tema” y venga o no a cuento. Todo es “un tema”. Pero no contentos con empobrecerse mentalmente rehuyendo los términos precisos para cada caso, o quizás para compensar ese empobreci­ miento, nos salen ahora, y son los mismos, con el invento de “tópico”. De cualquier cosa te dicen que “es un tópico”. O es un tema, o es un tópico. Y de ahí no salimos, Facundio. Pues con objeto de ver si conseguimos escapamos de ese círculo vicioso, vamos a dar las defini­ ciones de ‘'tópico”, que las de “tenia” ya las dimos en su ficha particular, con objeto de que los “abusuarios” se muerdan la lengua antes de soltarla indebidamente, o destrocen el bolí­ grafo antes de escribirla sin sentido. “Tópico, ca", como adjetivo, significa “perteneciente a determinado lugar. II Perteneciente o relativo al lugar común. II En Farmacia, medicamento de uso externo. // Principios generales de que se sacan pruebas v expresión trivial, lugares comunes". ¿Por qué emplean tópico en el sentido de tema? Pues muy sencillo. Porque topic, en inglés, significa “asunto, materia, tema” y, en plural, topics, equivale, ahora sí, a “tópicos, lugares comunes”. Con esto a la vista es fácil sacar conclusiones. Nos encon­ tramos ante un caso más de traducción mocosuena y, como tal, la condenamos a la hoguera.

sabemos qué habrá sido de él, pero hay orden de busca y captura expedida por el TPI. Eso de “traducido a la óptica” no va a quedar así.

tour de forcé por ESFUERZO EXTRAORDINARIO, PRUEBA DE FUERZA o DESTREZA

Esta expresión francesa suele usarse para indicar que se ha realizado, o se va a realizar, un esfuerzo especial para terminar algo en un tiempo límite. Si mañana a las doce debemos entregar un proyecto cuya elaboración nos lle­ varía normalmente dos o tres días, y tenemos obligatoriamente que entregarlo mañana a las doce, podremos intentarlo haciendo un tour de forcé. Siempre que lo escribamos subrayado, cuando deseemos o necesitemos utilizar esta expresión, habrá absolución. Si empezamos a j i abusar de ella, aparte de que nos agotaremos, habrá castigo. Es para uso con cuentagotas.

tráiler por REMOLQUE (si se refiere a un vehículo) y por AVANCE o ANTICIPO

(si se trata de asuntos cinematográficos) Antes, en los cines, nos pasaban un tráiler para anunciamos la película que estrenarían en breve en esa o en otra sala. Ahora, nos dan “un avance” o “un anticipo”, que es más correcto. Y antes comprábamos un tráiler para engan­ charlo a nuestro automóvil, y ahora com­ pramos un “remolque”. Estas dos batallitas las hemos ganado, pero en los campos idiomáticos siempre hay batallas que librar, por lo que siempre existirán nuestros guerrilleros del idioma.

tour operator por OPERADOR TURÍSTICO

yi En español, se dice, y se escribe, “operador ✓\ turístico”.

training por ADIESTRAMIENTO, ENTRENAMIENTO

tournée por GIRA

A la serie de actuaciones de una compañía tea­ tral, una orquesta o un artista en diferentes localidades, se le llama en español “gira”. Ya pasaron los tiempos en que nuestros artistas hacían “una tournée". El último que usó de ella con cierta notoriedad, por la importancia del personaje, fue Jardiel Poncela (La tournée de Dios). En la actualidad, el vocablo ha desa­ parecido de nuestro idioma, reemplazado por su equivalente correcto: la gira.

trade mark por MARCA REGISTRADA

Ya nadie dice trade mark, por fortuna, pero por si acaso a alguno se le escapa, que sepa que en f q español eso mismo se dice “marca registrada”. Exactamente igual, pero en español.

traducido a la óptica por PERSPECTIVA, PUNTO DE VISTA

Aunque nuestros lectores no se lo crean, ya ha habido un aficionado a las metáforas que ha soltado eso de “traducido a la óptica”. No

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