Desmontando la sicialiana [1. ed.]
 9789992014943, 9992014946

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Desmontando la Siciliana Jesús De

1

la Villa

esra-;; ed..d�rhll

Primera edición en Andorra, Octubre 2003. Edita Esfera Editorial Mas de Ribafeta Les Feixes AIV Arinsal - La Massana Andorra http: 1/www.esferaeditorial.com [email protected]

© Jesús de la Villa García, 2003 © Esfera Editorial, 2003 ISBN: 99920-1-494-6 Depósito Legal: ANO 648-2003 Impreso en Andorra por Impremta Solber Diseño de portada: Esfera Editorial Maquetación: Esfera Editorial

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lndice General

Introducción

5

Sección 1: 1. e4 c5 2.ltJf3 2. . .ltJf6 Nimzovitch y otras jugadas 1. 2. 2. . . b6 3. 2. . .a6 O'Kelly

9 16 20

Sección 2: 1. e4 c5 2. ltJf3 ltJc6 3.d4 cd4 4. ltJd4 4. 4.. .d5 y otras jugadas 5. 4. . .Wb6 6. 4. . .g6 Dragón Acelerado 7. 4. . .e5 Lowenthal 8. 4. . . e5 5. ltJb5 d6 Khalasnikov 9. 4. . . ltJf6 5.ltJc3 e5 Pelikan

28 31 39 61 68 81

Sección 3: 1. e4 c5 2. ltJf3 e6 3. d4 cd4 4. ltJd4 4. . . i.c5; 4. . . Wb6 y 5. .. i.c5 10. 4. . . ltJf6 5.ltJc3 Wb6 11. 4. . . ltJf6 5.ltJc3 �b4 12. 4. . . ltJf6 5.ltJc3 ltJc6 13. 14. 4. . . ltJc6 Taimanov 4... a6 Paulsen 15.

132 140 143 153 161 182

Sección 4: 1.e4 c5 2. ltJf3 d6 3. d4 cd4 4. ltJd4 16. 4. . . e5; 4... ltJf6 5.ltJc3 e5 17. 4... ltJf6 5.ltJc3 i.d7 Kupreichik 4. . . ltJf6 5.ltJc3 g6 Dragón 18. 4. . . ltJf6 5.ltJc3 ltJc6 19. 20. 4. . .ltJf6 5.ltJc3 e6 Scheveningen 21. 4. . .ltJf6 5.ltJc3 d6 Najdorf

202 210 215 243 274 302

Índice de variantes

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Introducción

Este libro trata del estudio de la Defensa Siciliana. Sin embargo el desarrollo de la Teoría de Aperturas ha sido tan grande en los últimos años, que resulta una utopía abarcar todas las variantes de una Defensa tan compleja. Por lo tanto el libro se concentra en ofrecer un repertorio para el jugador de blancas, basado en l .e4 c5 2.�f3. La Siciliana es la defensa que más se emplea. Sobre una base de tres millones y medio de partidas de todas las épocas, el porcentaje de sicilianas es del 20%; si consideramos sólo las partidas que comienzan con l .e4 el porcentaje de Sicilianas llega al 3 8%. Pero estos porcentajes incluso crecen si consideramos partidas de los últimos años. Por ejemplo el 4 1 % para las partidas que comienzan con J .e4 a par­ tir del año 2000. Por ese motivo, propongo un repertorio basado en la variante abierta, la que comienza con 2.�f3 y se complementa casi siempre con 3 .d4. Parece lógico dedi­ car los mejores esfuerzos a una posición que se va a producir muchas veces en nuestras partidas y es mej or elegir variantes secundarias contra defensas que no j ugaremos tan a menudo. Además una amplia experiencia indica que, contra la Siciliana, no hay muchas perspectivas de obtener ventaja con sistemas diferentes a 2.�f3. La flexibil idad y el factor sorpresa es una cosa, y otra bien diferente, basar nuestro repertorio en líneas inofensivas. Mi recomendación general para el estudio de las aperturas, la baso en el siguiente enfoque: contra principal, principal, contra secundaria, secundaria y con­ tra mala, refutación. Naturalmente este es un planteamiento esquemático y debe adaptarse a cada caso.

6

Introducción

El estilo también debe influir en la formación del repertorio, pero si nuestro estilo no implica jugar abierto contra la siciliana, entonces debemos planteamos si l .e4 es nuestra jugada. Aunque se eligen variantes principales, desde el punto de vista de la actual idad teórica, el repertorio presentado en el l ibro también intenta cumplir con el princi­ pio de economía y de coherencia al elegir líneas que pueden trasponer entre sí, cuando eso es posible, o que tienen ideas estratégicas comunes, también cuando eso es posible. De este modo, hay un esquema, que se presenta como dominante en este reper­ torio y que puede aplicarse (con importantes variaciones, claro está) contra un grupo amplio de defensas (Najdorf, Sheveningen, Clásica, Taimanov, Dragón, Kupreichik y algunas secundarias). Dicho esquema se basa en las jugadas f3, �e3 , l!1/d2 y o-o-o. El enroque largo siempre me ha parecido enormemente natural en la Siciliana abierta, puesto que la torre se sitúa de inmediato en la única columna abierta (para las blancas). Más discutible, es la posición del peón f. Durante muchos años la tendencia general y casi una regla sagrada, era considerar que las blancas no pueden j ugar activo en la siciliana sin incluir la j ugada f4. Este pensamiento está bien fundado en una amplia experiencia, pero a mi parecer, su aplicación de modo indiscrimi­ nado ha llevado a las blancas a dificultades en muchas variantes, porque faci lita el contraj uego natural de las negras a través de la diagonal a8-h 1 , presionando en e4 y, a través de ese punto vulnerable, más allá, en el interior de la posición blanca.

En el esquema con f3, el punto e4 está sólidamente defendido y no es una pre­ ocupación para las blancas y su plan es muy claro y fácil de ejecutar. Esta puede ser una causa, si no analítica, sí práctica, de que los resultados de las blancas con este esquema hayan sido brillantes, en general. El comentario de Fischer, de que la Dragón era una defensa débil porque en ella, con el Ataque Rauzer, un aficionado con blancas puede derrotar fácilmente a un Gran Maestro, se puede extender aun­ que sea con menos intensidad a las otras defensas. Sobre la estructura del libro

He decidido presentar el libro en forma de partidas comentadas, porque pienso que de este modo el material resulta menos árido y además de como obra de con­ sulta, el libro puede leerse también de principio a fin, como un modo de fami lia-

Introducción

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rizarse con las ideas tácticas, las trasposiciones, y los planes estratégicos que se producen de forma más frecuente. Cada defensa tiene su capítu lo, aunque algunas de ellas tienen mucho menos material. En mi opinión, los sistemas de preparación y de competición actuales (estoy pensando ahora sobre todo en los torneos abiertos y de ajedrez activo) obli­ gan a un conocimiento preciso de determinadas refutaciones y favorecen el uso de variantes sorpresa, habiendo muchas de estas, que a pesar de su debilidad teórica, crean compl icaciones casi insuperables en la partida viva. Además mi intención ha sido, que el lector tenga un repertorio completo y por lo tanto responder con claridad a la pregunta de que jugada hacer en todas las posi­ ciones posibles. Al principio y al final de cada capítulo, presentamos unas breves secciones, que pueden faci litar el estudio del material. aunque no son en rigor necesarias para el jugador experimentado. Comienzan con el título del capítu lo y con el diagrama que refleja la posición inicial a estudiar. Las estrellas son una valoración algo subjetiva, que puede orien­ tar a los menos expertos, sobre la importancia de la variante en cuestión, y a los más, sobre el respeto que el autor siente por cada variante. Tratan de evaluar. la fuerza teórica, la importancia histórica, la frecuencia de uso y las virtudes prácti­ cas de una variante determinada y por supuesto cada j ugador podría tener su pro­ pia valoración. En mi opinión hay muchas variantes infravaloradas en la Sicil iana (y unas pocas sobrevaloradas) y mi impresión al llevar adelante este trabajo ha sido que casi cualquiera de ellas se puede j ugar y crean problemas a las blancas, si estas se proponen sacar ventaja. La introducción intenta orientar sobre los motivos de la variante elegida y su relación con otras variantes. La historia es un pequeño homenaje a aquellos que han hecho más por el desarrollo de la variante, pero por cuestiones obvias de espacio, no puede conver­ tirse en una investigación profunda sobre el tema. Creo obligado hacer referencia aquí al auténtico padre de la Defensa Sicil iana, Louis Paulsen ( 1 833-9 1 ) nacido en Alemania y formado como jugador de ajedrez en los Estados Unidos. Paulsen investigó la mayoría de las variantes importantes y comprendió el sentido de contraataque que anida en esta Defensa. Es un resultado del flujo azaroso de los acontecimientos que la Sicil iana no lleve su nombre.

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Introducción

Sería interesante haber profundizado más en las ideas de cada variante, pero el libro resulta ya demasiado voluminoso y me ha parecido más importante profun­ dizar bien en algunas líneas. Las estadísticas son actualmente un dato interesante, para formarse una prime­ ra idea sobre la viabilidad de la variante, pero no se deben tomar al pie de la letra porque existen muchos factores que influyen sobre ellas y que no pueden ser refle­ jados en el frio número final. En conj unto esta estructura debe permitir también al jugador de negras orien­ tarse para elegir algunas variantes para su repertorio, aunque si lo hace, debe completar su estudio con las líneas de ataque de las blancas que no presentamos en el libro. En algunos casos las trasposiciones son frecuentes y, por una cuestión de cla­ ridad, las primeras j ugadas no siempre se presentan por el orden real en que se pro­ dujeron en la partida, sino por el orden teórico más frecuente. Creo que es más adecuado advertir de ello aquí. que hacer referencia en cada caso al orden exacto. Hemos tratado de presentar el material de forma muy clara, con arboles con poco ramaje y explicaciones de cada j ugada (excepto aquellas que se repiten a menudo), puesto que pensamos que la comprensión de la posición y de los moti­ vos de cada j ugada es muy importante, para fijar la memoria y evitar que el estu­ dio de las líneas sea inútil, al olvidarse estas a los pocas días o semanas. Ahora el libro queda en las manos del lector. Sólo me resta añadir que he puesto en él toda mi ilusión, que es el primero de una nueva colección y de la aceptación que reciba, dependerá nuestro esfuerzo por seguir en esa línea y mejo­ rarla en el futuro. Jesús de la Villa García Pamplona, septiembre del 2003

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CAPITULO

1

1.e4 c5 2.li)f3 li)f6 Variante Nimzovitch y otras jugadas

Valoración ***

X�..t�•..t X i i i i i i i �

Este capítu lo será el cajón de sastre donde estudiaremos todas las opciones en la jugada 2 de las negras que no tienen capítulo propio. De las cuatro j ugadas que consideramos 2 . . .�f6, 2 . . . g6, 2 . . . h6 y 2 . ..®c7, una de ellas 2 . . . g6 no tiene un capítulo propio, porque el sistema que proponemos para las blancas, será estudiado en los capítulos dedicados a sus hennanos mayores en la simpática familia del dragón. Otras dos (2 ... h6 y 2 ... ®c7) tal vez no lo merecen, pero el caso de la variante Nimzovitch puede resultar un poco inj usto. La jugada 2 ... �f6 es perfectamente

sana, aunque no disfruta de una popularidad muy amplia. El motivo se1:,TUramente es que las blancas pueden elegir entre intentar refutarla (tarea que nonnalmente se reserva a la jugada 3 .e5) o simplemente dejar a las negras trasponer a otras líneas con 3 .�3 . Otra circunstancia que la hace poco atracti­ va para entrar en el repertorio de las negras, es que las blancas tienen trata­ mientos muy diferentes dentro de la variante 3 .e5 y varios de ellos tienen el prestigio, tal vez poco merecido, de ofrecer una ventaja cómoda y amplia. Sin embargo mi opinión sobre el estado actual de la teoría de 2. ..�f6 se aparta bastante de estas conclusiones tan asentadas. A la vez que justifico la elección de la variante propuesta contra 2 . ..�f6, quiero en este caso ir desgra­ nando mi opinión sobre cada una de las otras variantes que se han considerado más o menos como refutaciones. - La refutación número 1 , reco­ mendada en todos los libros 3 .e5 �5 4.�3 e6 5 .�5 ed5 6.d4 �6 7.dc5 �c5 8.®c5 en mi opinión es muy poco clara debido a la linea moderna 8 . . . d6 que ha sido mucho menos investigada que la casi refutada 8 ... ®b6. - La otra variante directa, la que comienza con 5 .�4 lleva a complica-

10

2 �6 Variante Nimzovitch y otras jugadas . . .

ciones enormes pero en mi opinión las negras tienen una partida jugable des­ pués de 5 . . .&6 6.c4 flb6 7.b4 flb4 8.�b2 d5 ! . Las refutaciones posicionales, dentro de 3 .e5 que son las que recomiendo aquí, ofrecen una ventaja pequeña, como las blancas obtienen en muchas otras variantes, y por tanto no deberían ser motivo de seria preocupa­ ción para los partidarios de 2 . . .flf6. Fallando 3 .e5 la idea de dejar a las negras trasponer con 3 .�3 se impone por eliminación pero aquí las cosas tampoco son tan claras. Si las negras estuvieran obligadas a trasponer a la corriente normal de la sicil iana, los j ugadores de blancas podríamos senci­ llamente olvidamos de la variante Nimzovitch y tendríamos una preocu­ pación menos, pero resulta que no es así, las negras tienen dos continuacio­ nes independientes que merecen nues­ tra consideración : La variante 3 . . . d5, totalmente con­ denada por la teoría, es en mi opinión completamente satisfactoria para las negras, y es el motivo de que no reco­ miende trasponer con 3 .�3. La otra variante, 3 . . . &6 4.d4 d5, más jugada y respetada, es también bastante sólida, si bien en este caso las blancas pueden lograr una mínima ventaja, en una posición con pocas perspectivas para las negras. En consecuencia, recomiendo para las blancas un tratamiento posicional que, además de la pequeña ventaja teó­ rica obtenida, ofrece algunas ventajas prácticas, en particular evita entrar en batallas teóricas que ocupan bastante

tiempo de preparación y en las cuales el j ugador de negras tiene que estar nece­ sariamente en terreno más conocido. Historia

La jugada 2 ... flf6 es una más de las aportaciones de la escuela hipermoder­ na a la teoría de aperturas, y una que cuadra muy bien dentro de sus ideas; las negras atacan el centro de peones blancos y provocan su avance para demostrar más adelante su debil idad. N i mzovitch la empleó en múltiples ocasiones con bastante éxito. Otros jugadores de la época como Rubinstein y Tartakover también la incorporaron a su repertorio. La aparición de la j ugada 4.&3 y de las supuestas refutaciones disminuyó mucho su popularidad que ya nunca llegó a los jugadores de primera fila. Recientemente algunos investiga­ dores han reforzado diferentes líneas con las negras y j ugadores más o menos bien informados la utilizan esporádica­ mente, pero parece que su destino es el de arma sorpresa. Ideas

La principal idea original es provocar el avance del peón central blanco para luego atacarlo. Los dife­ rentes esquemas que se producen tienen una naturaleza muy diferente, pero los temas del j uego abierto, rápido desarrollo y búsqueda de objetivos inmediatos, tienen preferencia.

2...�/6 Variante Nimzovitch y otras jugadas

Pa rtida

1.01

Sa ntos-Jones

Correspondencia 1981 l.e4 eS 2.�0 �f6

Tras 2 ... g6 3 .d4 (O) y a)l ora:

A) 3 . . . �g7 4.�c3 Esta es la jugada más sencilla para trasponer a las variantes recomendadas contra el Dragón o el Dragón Acelerado. Las negras están casi obligadas a capturar en d4. Como ya he señalado la trasposición es el método más econó­ mico, pero para aquellos j ugadores que desean profundizar más y dar un trata­ miento especial a esta l ínea recomen­ damos la siguiente variante: 4.dxc5 ®a5+ 5 .c3 ®xc5 6.�3 ! aunque nuestro planteam iento global nos i mpide profundizar en ella. B) 3 ... cxd4 Las negras pueden optar por este otro orden de jugadas, pero eso no altera nuestros planes, puesto que después de 4.�xd4 no tienen j ugadas

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razonables excepto las que permiten la trasposición al Dragón o al Dragón Acelerado. 4 . . . �c6 (4 . . . �g7 5 .�c3 ) 5 .�3 ver capítulo 6. 2 ... h6 Una variante de aspecto estrafalario, que tiene algunas virtudes. Si las blancas la toman en serio, no deben tener problemas para sacar ventaja. 3 .c3 Las virtudes del tratamiento Alapin parecen reforzadas aquí. Las blancas se disponen a formar el centro clásico de peones mientras la jugada h6, no se ve muy útil contra este esquema (3 .d4 cxd4 4.fud4 �f6 5 .�3 e5 6.�b5 d6 y la casilla g5 está defendida, ilustra muy bien la principal idea de las negras). Después de 3 .c3 las negras pueden elegir: A) 3 . . . g5 4.d4 cxd4 5.cxd4 d5 es la reacción lógica. en otro caso las blancas reforzarían su posición central con un desarrollo activo y rápido. (5 ... �g7 6.�3 �6 7.d5 �5 8.d6 ±) 6.exd5 �f6 7 .�3 {j¡_g7 (7 ... fud5 8.h4 g4 9.�5±) 8.h4 g4 9.�5 a6 (9 . . .fud5? ! 1 O.(j¿b5+ y s e pierde también e l enro­ que, aunque la verdad ya no servía para mucho) I O.(j)_e2 ( I O.®a4+ ! ? ) I O . . . h5 1 1 .0-o �bd7 1 2 .(j)_g5 �b6 1 3 .®b3 o-o No era posible todavía recuperar el peón (si 1 3 . . . �bxd5? 1 4 .�xf6+-; 1 3 ... �fxd5? 1 4.fud5 fud5 1 5 .(j)_c4+-) 1 4.l::t fe l ± ( 1 4.B:ae l que potencia el plan f3 o la directa 1 4.f3 parecen todavía más fuertes) 1 4 . . .�h7? 1 5 .(j)_xe7'? ! ( 1 5 .�g6 !+-) 1 5 . . . ®xe7 1 6.®xb6 ®xh4, con algunas complicaciones; Palac­ Sulava, Montecatini 1 995. Su lava acabó ganando esta partida, lo cual debió ser un alivio para el "amigo" que le había recomendado 2 . . . h6.

2 '0{6 Variante Nimzovitc:h y otras jugadas

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. . .

B ) 3 . . . e6 El hecho de que el principal abogado de la variante h6 pase a este esquema, donde la segunda jugada de las negras es muy poco útil, dice mucho. 4.d4 d5 5.exd5 (5.e5 ! ? trasponiendo a una especie d e variante de avance de la Defensa Francesa con un tiempo de más, y en la cual las negras han estropeado un poco su posi­ ble contrajuego con f6) 5 ... exd5 6.�f4 (de nuevo 6.�e3 traspone a una varian­ te favorable de la Alapin y 6.�b5+ seguido de Wle2 no es ninguna tontería) 6 . . .�f6 7.�d3 ?! (7.�b5+ !?; 7.�xb8?! lhb8 8.Wia4+ �d7 9.Wixa7 !l:a8 I O.Wixb7 !l:b8 con contrajuego) 7 . . . c4 8.�c2 �d6 9.�xd6 Wlxd6 1 0.0-0 0-0 l l .�bd2 �c6= Y finalmente las negras han logrado demostrar lo que querían, que un tiempo no es decisivo para la suerte de la partida. Dory-Bucker, Budapest 1 984. 2 Wic7 Una j ugada que también debe tomarse en serio. Puede usarse con la intención de trasponer a las líne­ as Paulsen o Taimanov, pero también tienen una idea propia, basada una vez más en un oportuno avance e5. Consideramos dos contnuaciones de las blancas para ilustrar la idea negra: A) 3 .d4 cxd4 4.fud4 �f6 (4 ... e6 acabaría trasponiendo) 5 .�3 a6 con la intención de e5, es uno de los puntos principales de la idea negra, lo cual no quiere dec ir que esta posición no encierre dificultades para el las, por ejemplo la línea que comienza con 6.g4, pero en este caso disponen del interesante contrajuego 6 . . . d5 ! ? sin el cual tal vez esta hubiera sido la variante seleccionada para este libro. ...

7.�xd5 fud5 8.exd5 Wle5+ 9.i;tle3 \\!Jxd5 1 O.llg l . Es un buen punto de partida para las investigaciones de los más ambiciosos, pero no hay ejemplos prácticos, y lo que es peor, no habrán muchas ocasiones de ponerlo en prác­ tica. B) 3 .�3 Una recomendación, que se acerca más a la trasposición, aunque las negras pueden resistirse a ella con 3 . . . a6 (3 . . . e6 4.d4 cxd4 5 .fud4 y las negras no tienen mejores jugadas que las que trasponen) 4.�5 Wla5 (4 . . . W/d8 5.d4 e6 6.�3 traspone) y ahora es muy desagradable 5 .�5 ! . C ) 3.c3 ! La alternativa principal. De nuevo el tratamiento Alapin debe ser lo más eficaz contra la poco flexible salida de la dama negra. 3 ... �f6 ! ? ( las demás jugadas permiten a las blancas establecer su querido centro de peones clásico. 3 . . . d6 4.d4±; 3 . . . e6 4.d4±) 4.e5 �d5 5.d4 ( 5 .� puede ser un intento de mejora, pero seguramente acabará en trasposición) 5 ... cxd4 6.cxd4 d6 (con la dama en c7, que puede acabar siendo hostigada, un juego más lento sería irresponsable) 7.�3 ! el caballo blanco se dirige a la casilla e5 o bien a apoyar el peón que se situará allí, pero su posi­ ble excursión a b5 crea molestias: C l ) 7 ... dxe5 8.�b5 \\!Jb6 ( 8 ... Wid8 9.dxe5 e6; no eran posibles ni �g4 ni a6 por la amenaza Wld5 . I O.i;tlc4 ) 9.dxe5 e6 I O.i;tld3;!;; . C2) 7 . . . a6 8.�d3 e6 (8 . . . dxe5 9.dxe5 �g4 I O.W/a4+ Wld7 I I .�b5 �6 1 2.�c6 ;!;; ) 9.�4 dxe5 I O.�xe5 ( I O.dxe5;!;; ) I O . . . f6 ( I O . . . �d6 l l .�d2, seguido de !!:e 1 ) 1 1 .�4 b5 1 2.�3 �b7 1 3 .0-0 �d6 1 4.a4;!;; ; Hazai-Csom, Budapest 1 979.

2 .�{6 Variante Nimzovitch y otras jugadas ..

3.e5 �5 ( D)

.i. 4¡) ..t 'iV •. ..t .i. i i i i i i i

13

puesta eficaz la posición blanca es más atractiva de lo que suele ser en estas estructuras. 1 2 .. . d4? ! ( 1 2 ... �d7 1 3 .®h4 t) 1 3 .�g5 ! h6 ( 1 3 ... dxc3 1 4.t;lxh7+ 1Yf8 1 5 .®c4 ®e7 1 6.�f4 con fuerte ataque) 1 4.�h7+ 1Yf8 1 5 .�4 con clara ventaja Socko-K.rogulski, Zakopane 2000.

4 ... cxd4

ltJ ���� ��� �ltJ�'iV�..t � 4.d4!? Ya hemos dicho que renunciamos a extendemos en la refutación oficial que comienza con: 4.�3 e6 5 .fud5 exd5 6.d4 �6 7.dxc5 �xc5. Sin embargo ofrecemos una línea alternativa, para los amantes de las posiciones con peón aislado o sencillamente para los que se conforman con una sana y mínima ventaja posicional. 8.�d3 ! ? ( 8.®xd5 d6! 9.exd6 ®b6 oo como he señalado antes, no veo claro como se refuta) 8 . . . d6 (casi necesaria; 8 . . . 0-0? 9.�xh7+ ! ) 9.exd6 0-0 1 0.0-0 ®xd6 1 1 .c3 !. Aumentar el control sobre d4 no sólo es lo más natural sino también lo que ha dado mejores resultados hasta ahora: A) 1 l . ..�g4? 1 2 .�xh7+ ! . 8) 1 1 . . .h6 y ahora s i 1 2.t;ic2 ( 1 2.He 1 �g4; 1 2.®a4 d4 ! ) 1 2 . . .�g4 1 3 .®d3t. C) l l . . .!l:e8 1 2.®a4 ! ? Una j ugada que prepara el paso de la dama al flan­ co de rey, impide t;lg4 y d4, y apoya �f4. Si las negras no presentan una res-

Las otras alternativas son bastante flojas por ejemplo: 4... e6 5 .c4 ! �b6 (5 . . .�b4 6.a3 �a6 7.dxc5 t;lxc5 8.b4±; 5 . . . �7 6.t;ig5 {j;_e7 7/ilxe7 ®xe7 8.dxc5 ®xc5 9.®d6!±) 6.�g5 �e7 7.� xe7 ®xe7 8.a4 la mala posición del caballo en b6 permite esta continuación tan directa que deja a las blancas con una ventaja enorme. 8 . . . d5 9.exd6 ®xd6 I O.b4 !+­ Geus-Wonnacott, I ECC 1 999. 4 ... d6 5.dxc5 dxc5 6.�c4±.

s.®xd4 e6 6.t;lc4 �6 6 . . . �b4 7 .®c3 Dificultando e l desarrollo del a l fi l d e f8. 7. . . �e7 8.a3 �c6 9.0-0±.

7.®e4 d6 7. . . f5 Deja a las negras en una posición muy apretada. 8.®e2 ! �e7 9.�c3 a6 I O.h4 ( I O.�g5 ! ?) I O . . . b5 1 1 .�b3t; Tai-Zaitsev, Chigorin mem 1 977.

8.exd6 Un intento interesante es 8.0-0 dxe5 9.�xe5 �f6 (9 . . .�d6 I O.fuc6t) 1 O.�xc6 ®c7 (Timoschenko-García

2 .fi"6 Varia nte Nimzovitch y otras jugadas

14

..

Palenno, Cuba 1 98 1 ) y ahora l l .�f4 ®xc6 1 2 .®xc6+ bxc6;l;. La estructura de las blancas es mejor, pero deberán trabajar mucho para expulsar al caballo negro de la casilla d5.

8 ...�f6 9.®e2 �xd6 I O.o-o o-o l l .�gS (D)

®b4 1 5 .®xc4 1 6.®e2 �e7?! ( 1 6 . . . ®xb2 !?) 1 7:tJd4 eS?! 1 8 .�5+­ Jansa-Regan, Budapest 1 978. l l . .. h6 Es una jugada muy natural que no tiene antecedentes y que puede ser un buen argumento a favor del orden 1 0.�3 a6 I J .(j¿gS .

1 2.�3 a6 13J"!:fd l ! E l detalle de colocar esta torre se verá en el comentario a la j ugada 1 5 .

1 3 ...®c7 14.�4!? Un intento muy concreto de crear problemas, tanto más serio cuanto que ha tenido éxito en una partida moderna por correo.

14 b5 ...

Las blancas tienen un desarrollo más l ibre, pero las negras no tienen debilidades. Muchas j ugadas son posibles y los ejemplos son muy pocos, por eso pasará tiempo hasta que se establezcan verdaderos senderos teóri­ cos. Hasta entonces podemos conside­ rar que las negras tienen que jugar con más cuidado para no caer bajo un peligroso ataque, pero la posición está cercana a la igualdad. 1 1 .�3 ! ? a6 1 2.�g5 traspone a la partida, pero evita algunas opciones para las negras.

1 l {j¿e7 •••

1 l . .. ®a5?! Me parece peligroso: 1 2.�xf6 gxf6 1 3 .�3 �5 1 4.Had l ilic4

Cambiar los caballos sería la otra j ugada natural: 1 4 . . . �xe4 1 5 .®xe4 h6 ( 1 5 . . . �d8 1 6 .(j¿xe7 ®xe7 1 7 .�xd8+ ®xd8 1 8.íee l ;l;) 1 6.�e7 �e7 l 7.(j¿d3 f5 1 8.1/NeS con clara ventaja.

15 ...�4? ! 1 6.(j¿xe7± y ahora falla 1 6 ... �4? que con la otra torre en d i sería ganadora: 1 7.1/Ne l ! �f3+ 1 8.gxf3 ®xh2+ 1 9.wfl y las negras no tienen compensación por la pieza; 1 5 .. �xe4 l 6.{j¿xe7 ! y las negras pierden material. .

1 6.c4! Debil itando la solidez de la estruc­ tura de peones negra y del punto fuerte

2 'ZJf6 Variante Nimzovitch y otras jugadas

15

. . .

en d5 .

1 6 'ZJf4?! [Algo mejor es 1 6 . . . bxc4 1 7 .�xc4 'ZJf4 1 81 ®e3t] 1 7 .�xf4 ®xf4 •••

Las blancas renuncian de nuevo a una sana captura de peón en a6, pero esta vez por motivos tácticos bien fun­ dados. 2 l .'ZJxc8 !!bxc8 22.�xa6±.

1 8J;1:ac l 21 ...®h6 Luis Santos premia a esta jugada con dos admiraciones y la continuación de la partida le da la razón, pero si no logramos entender el motivo del todo nos podemos conformar con 1 8.cxb5 axb5 1 9.�xb5, ganando un peón por una compensación bastante escasa.

La dama no tenía muchas casillas, pero aquí quedará como una mera espectadora del j uego. 2 1 ... ®f6 22 .®e4 con ventaja decisiva.

22.�e4 �aS 23J:rcd4 [Con las amenazas �f5 y �f7] 23 ®hS ••.

1 8 b4?! ..•

La clave estaría en 1 8 ...'ZJb4. Me imagino que Luis Santos tiene alguna jugada aquí pero no la he encontrado. 19.cS± !!d8 20.fld6 !!b8 21.!!c4!

23 . . . �xd6 24.!!xd6 ftf8 (24 ...!!xd6 25 .cxd6 �d7 26.®xa6+-) 25.ftd8+-.

24.c6! [24.�f5 ! ? frxd4 25 .ruxd4 ®xe2 26.�xe7+ i>f8 27.'ZJxe2 i>xe7 28.�d4±] 24 \lll c s 2S.®d2!+- eS 26 .ftdS ®b6 27.�xti 1-0 •••

Estadística:

Las variantes 2 . . . h6 y 2 ... ®c7 cuentan con muy pocas partidas. Por su parte 2 ...�f6 con mas de 4000 partidas da un "normal " 56% a las blancas. La variante pro­ puesta a partir de 4.d4 supera l igeramente estos resultados con un 59%. Esquema Resumen: l .e4 eS 2.�f3

- 2 ... g6 Traspone a los capítulos 6 o 1 8 - 2 . . . h6 Con el tratamiento Alapin 3 .c3, resulta inofensiva t - 2 . . . ®c7 Las blancas pueden elegir entre el tratamiento Alapin o trasponer a la Taimanov con 3 .�3 - 2 ...�f6 3 .e5 'ZJd5 4.d4 ! ? Asegura una ligera ventaja posicional ;t

CAPÍTULO

2

1.e4 eS 2.�f3 b&

Valoración **

Historia

Se trata de una variante relativa­ mente "moderna". No existen precur­ sores ni verdaderos especialistas. Tal vez fue introducida por varios j ugado­ res georgianos (Aiexandria) y relativa­ mente popularizada por Psakhis en los años 80. Ideas

Por ese motivo puede ser un arma ocasional muy adecuada para jugadores que tienen en su repertorio varias sicilianas, preferentemente la Paulsen. Un síntoma es que algunos grandes maestros la han usado de vez en cuando con buenos resultados, entre ellos Topalov, I l lescas, Vallej o o Korneev. La flexibil idad de la estruc­ tura de peones negra permite obtener posiciones muy diferentes, que tienen puntos de contacto con el Dragón y sobre todo con la Paulsen. Las líneas que dejan el peón dama en d7 durante la apertura son las más apreciadas. Pa rtida 2.01 Panchenko - Psakhis,L

Vilnius 1978

l .e4 c5 2.�f3 b6 3.d4 cxd4 4.flxd4 �b7 5.�3 (D) En el primer nudo de la variante las negras tienen al menos seis alternativas, algunas de ellas similares y otras bastante diferentes.

5 ... d6 La principal idea es casi siempre sacar al rival de la teoría y llegar a una posición sicil iana más o menos típica.

Tomamos 5 . d6 como variante principal, aunque 5 . a6 es la que han . .

.

.

17

2 . b6 . .

( 1 O . . . e6'!? l l .�xt7+ y mate) l l . f4 e6 1 2. fxeS exfS 1 3 .0-0 ®c7 1 4J!xfS . La posición negra está destrozada. Psakhis -Dizdarevic, Palma de Mallorca 1 989. 5 flc6 Buscando también la flexibil idad, pero hay problemas tácticos derivados de la di ficultad de j ugar posterionnente tanto e6 como d6. 6.�f4 ! !ic8 ( 6 ... a6 7.�c6 �c6 8.�S d6 9.�e3±) 7.�c6 dxc6 8.®f3 ®d4 9.!id l ®eS I O.eS !id8?! ( I O . . . e6 ) 1 1 Jlxd8+ wxd8 1 2.�e2 we8 1 3 .0-0 fS 1 4 .e6 �f6 I S .lld l �S 1 6.�eS 1 -0 Beliavsky-Quinteros, Viena 1 986. 5 a6!? La jugada que ha dado algunos éxitos ultimamente, la elección del especialista más reciente, Cicak, y también la de Topalov e I llescas. Sin embargo no sabemos que pueden tener preparado contra la conti nuación recomendada aquí, puesto que se ha jugado en muy pocas partidas. 6.�gS ! ®c7 ¿Qué hacer si no? 7.�S (empleada hasta el momento en una sola partida) 7 ... ®eS (7 ... �xdS gana un peón y hay que analizarla. 8.exdS ®eS+ 9.�e3 ®xdS 1 O.�e2 ! la compensación parece tremenda) 8.�e3 e6 (8 . . . 1/Yxe4 parece peor por 9.flc7+; 8 . . . �xdS traspone y otras jugadas pierden el peón de b6) 9.�f3 ! ®xe4 1 O.flc7+ We7 1 l .�xa8 �xa8 y las negras de ningún modo tienen bastante compensación . Grozspeter -Bereziuk, Pardubice 2000. 5 e6?! Por la debilidad de las casil las d6 y luego dS una de las continuaciones más flojas. 6.�bS ! d6 7.�f4 eS 8.�S fla6 (8 . . . exf4 9.flbc7+ wd7 1 O.®g4+ wc6 l l .�bS+ con mate rápido) 9.�e3 �e7 (9 . . . �f6 I O.�gS �e7 1 l .�f6+ gxf6 1 2.�xf6) I O.�c4 �f6 .••

jugado Jos últimos "experimentadores". El motivo es que el plan que propone­ mos contra S . . . d6 es el que más se repite en las otras variantes. Ahora pasamos a considerar: 5 �f6 El mérito de esta j ugada es obligar a las blancas a definirse antes de mover uno de los dos peones centrales. 6.�gS ! ?, se trata de nuestra recomendación, avalada por haber sido empleada con blancas por Psakhis, uno de los especialistas con negras. A) 6 . . .�e4? ! La captura de peón parece peligrosa pero es de análisis obligado. 7.�xe4 �xe4 8.®e2 ! (otra línea prometedora es 8.®g4 �b7 9.�bS f6 1 O.�d3 g6 1 J .�e3 �g7 1 2.0-0-0�) A l ) 8 . . . �b7? 9 .�bS d6 ( 9 . . . dS I O.�f4+- ) I O.ü-0-0+-. A2) 8 ... dS ! 9.f3 �g6 I O.®bS+ �7 ( I O . . . ®d7 l l .®b3 a6 1 2 .®xb6±) 1 l .®xd5±. 8) 6 . . .flc6 7.flfS Las negras tienen serios problemas para termi nar el desarrollo sin hacer concesiones posicionales. 7 ... h6 8.�xf6 gxf6 9.�e2 a6 (9 . . . e6 I O.�d6±) I O .�hS ! �eS ...

...

...

2 b6

18

. . .

l l .fuf6+ gxf6 1 2.Wh5+- 0-0 1 3 .�3 �5 1 4.�h6 �6 1 5 .D-0-0 Wc8 1 6.� xe6 fxe6 1 7.I:td3 1 -0 Hecht-Velimirovic. Budapest 1 973. S g6 Esta fonna de desarrollar que tiene mucho sentido contra detennina­ dos esquemas blancos resulta prematu­ ra, puesto que las blancas pueden elegir el esquema más agresivo y el alfil en b7 no juega ahora un papel muy destaca­ do. 6.�e3 ! �g7 7.�c4 (7.Wd2 �f6 8.f3 o-o 9.0-0-0 es otra fonna de prepa­ rarse) 7 . . . Wc7 8.�b3 �f6 9.f3. La típica fonnación de Rauzer que prepara un ataque violento en el flanco de rey. 9 . . . 0-0 1 0.Wd2 d6 1 1 .0-0-0 �bd7 1 2.h4 ( 1 2.�h6 puede ser más exacto) 1 2 . . . h5 1 3 .I:th g l ? ! �5 1 4.�d5 ( 1 4.�h6) 1 4 . . . ®d7 1 5.�h6 I:tac8 1 6.�xg7 Qil xg7 lHY g5 I:th8? 1 8 .g4? ( 1 8 .�f5+-) 1 8 . . . Qlf8oo; H o h m e y er-N a ge l Berlín 1 997. ...

,

U na j ugada muy molesta que di ficulta el desarrollo libre de las negras.

6 .�7 (D) [6 . . .�f6 7§ixf6] 7.�c4 ..

7.�b5 ! Es una recomendación de Moiseev y parece asegurar una ventaja de modo forzado. 7 ... �gf6 8.�5 8 3 7.1Yd3+-] 34.llcfl llxfS

3SJ':1xfS t;tif6 36J!xaS llb8 37.\Yfl wh6 [37 . . .ID>2 3 8J:!a8+-] 38.g4 wg7 39J"íf5 t;tih4 40.gS 1 -0

Es la jugada más frecuente o al menos la que está de moda. Las negras quieren cambiar en d5 y desarrollar libremente su otro caballo a una casilla más adecuada.

9.c4 Una vez más recomendamos c4, aunque en este caso se trata de capturar con el otro peón en d5. La continuación 9.�g5 dificultando el desarrollo negro tiene también sus partidarios pero tras 9 . . . h6 obl iga a un sacri ficio de pieza que tiene buena prensa pero muy malos resultados 1 O.t;tixb5+ axb5 l l .flxb5 !ra6 con posición complicada.

9 flxdS J O.exdS!? (D) .•.

Pa rtida 8 . 03 Shirov, A - Fedorov, A Estambul (o/) 2000

t .e4 eS 2.flf3 flc6 3.d4 cxd4 4.flxd4 eS S.flbS d6 6.fllc3 a6 7.fla3 bS 8.fldS flce7 (D)



.t � • .t � � �· · · i t¿j . �

Todo sería más sencillo capturando con el otro peón. pero en ese caso las negras están mucho mejor preparadas para comenzar el ataque a la base con la temática f5 como en el siguiente ejem­ plo: 1 O.cxd5 f5 l l .exf5 �xf5 1 2 .t;tid3 ®d7 1 3 .0-0 flf6 1 4.flc2 �e7 y las

2.� fr6 3.d4 cd4 4.0d4 e5 5.�5 d6 Variante Khalasnikov

negras tienen una postcton perfecta­ me nte sana. Handke-Fedorov, Linares op 2002 . Ahora l a s blancas persiguen u n objetivo diferente que la ventaja de espacio derivada de la captura simétri­ ca. La ventaja de desarrollo y la mayo­ ría de peones en el flanco de dama ofrecen un tema muy claro para las siguientes j ugadas. Lamentablemente, esta elección no está exenta de incon­ venientes: el peón de d5 es una debili­ dad y las negras pueden llegar a lanzar el clásico ataque arrollador con sus peones del flanco de rey.

I O bxc4 ...

La elección que se produce en el 90% de las partidas. Todas las otras j ugadas

i m p l i can

una momentánea

entrega de peón y con la falta de des­ arrollo esas inversiones suelen ser difí­ ci les de j usti fi car. Veamos varios ejemplos: 1 o �e7?! l l .cxb5 �f6 1 2 .c.:.lc4, traspone a I O . . . �f6. IO �f6?! l l .cxb5 c.:.le7 ( l l . . .®a5+ 1 2 .�d2 ®b6 1 3 .c.:.lc4±) 1 2 .c.:.lc4 0-0 1 3 . o-o c.:.lg4 1 4. ®b3 !i:b8 1 5 .c.:.le3 ( las blancas han mantenido el peón sin problemas) 1 5 . . . c.:.ld7 1 6.!i:ad 1 �g4 1 7.�a7 axb5 1 8.c;.)xb8 bxc4 1 9.®b7 ®c8 20.®a7 f5 2 l .�xc4 !i:f6 22 .�b6 ®e8 23 .®xd7 ®h5 24.h3 fuf2 25 .'iYxf2 1 -0 Shirov-Annageldyev, Estambul 2000. 1 O fS? ! l l .cxb5 �f6 1 2.bxa6 �xa6 ( 1 2 . . . ®a5+ 1 3 .�d2 ®xd5 1 4.�b5 !+-) 1 3 .®a4+ lf;if7 1 4.�a6 ®b6 1 5.0-0 ®xa6 1 6 .®c2 g6 1 7 .!i:d l !i:c8 1 8 .®b3 f4 1 9.�b5. Las blancas tienen todavía ...

...

...

77

mucho trabajo por delante pero su ventaja es indudable según la partida Ni Hua-Mikhalevski, Qingdao 2002 .

l l .�xc4 �6 Lo natural es acelerar el desarrollo del flanco de rey para poder oponerse a las piezas blancas en el flanco de dama y preparar el contrajuego. Pero se han experimentado algunas otras jugadas que tienen su idea propia: 1 1 . §2e7!? Puede trasponer, pero se reserva la opción de j ugar f5 antes de �f6. Los inconvenientes parecen mayores, pero hay muchos recursos tácticos. A) Lo más sencillo puede ser trasponer con 1 2.�e3 !i:b8 ( 1 2 . . .�f6 1 3 .�b6) 1 3 .§2e2 �f6 1 4.a4. 8) 1 2.§2d2 La amenaza §2a5 parece tremenda pero a la hora de comer los peones siempre surgen inconvenientes. 8 1 ) 1 2 . . . §2d7 ! ? ( tal vez merezca más pruebas) 1 3 .�a5 ®b8 1 4.®d2 (no veo la necesidad de esta j ugada de dama; 1 4.§2e2 !?) 14 . . .!i:a7 1 5 .g3 �f6 1 6.c.:.lg2 0-0 1 7.0-0;1;; Mohrlok-Schlachetka, cr. 1 992. Las blancas pueden estar algo mejor pero la posición es demasiado compleja para que la valoración sea firme. 82) 1 2 . . . a5 1 3 .�e3 (no es tan fácil como parece: 1 3 .®a4+ §2d7 1 4.®a3 �f6 1 5 .�xa5 ®b8 1 6.§2c7 !i:xa3 ! 1 7.�b8 !i:a6'"') 1 3 . . . !i:b8 1 4.®a4+ §2d7 (Dudas­ Kasparov, Tatry op 200 1 ) y ahora una jugada aún inédita a pesar de ser la más natura1 1 5.®a3 ! ( 1 5.®xa5 ®xa5 1 6.�xa5 !i:xb2'"') 1 5 . . .�f6 ( 1 5 . . . �f5 1 6.fua5±) 1 6.�xd6+ lf;if8 1 7.�c5 fud5 1 8.c.:.lc4±. .•

78

2.�3 �:6 3.d4 cd4 4.�Jti4 e5 5.fJb5 d6 Variante Kha/asnikov

l l . f5 La j ugada más ambiciosa. Parece dificil que se pueda perder un tiempo con las debilidades que hay en el flanco de dama, pero una vez más al intentar concretar, las blancas pueden caer bajo un peligroso contraj uego. J 2§id2 a5 1 3 .®a4+ (seguramente la inédita jugada 1 3 .®b3 ! ? sea más fuerte. Si 1 3 . . .�f6 1 4.�b6 iTh8 1 5 .�a5 {j¿e7 1 6.®b5± {j),d7? 1 7.flxd7+-) 1 3 .. ,{j),d7 1 4.®a3 ®b8 1 5 .{j),xa5 �f6 1 6Jld l (una vez más fal la 1 6.{j),c7? ! , ahora por 1 6 . . . ®b7 1 7.flxd6+ {j),xd6 1 8.®xd6 1Yf7 ! y todas las piezas negras se ponen en juego) 1 6 ... {j),e7 1 7.®b4 0-0 1 8.®xb8 :9:fxb8 ¡;¡¡ Sulipa-Mochalov, Y alta 1 995. ••

1 2.{j),e3 [Planteando la inmediata amenaza �b6] 12 :9:b8 13.{j),e2 •.•

Con este orden se impide �g4, pero se permite iTh5 que algunos impiden con 1 3.a4? ! , aunque tras 1 3 . . . �g4 ! 1 4.(j¿d2 f5 (también fue satisfactoria para las negras la partida 1 4 . . . ®d7 1 5 .{j¿e2 {j),e7 1 6.0-0 0-0 1 7.a5 �f6 1 8 .�b6 ®f5oo; Svetushkin-Fedorov, Estambul 2000) 1 5 .{j),e2 ®h4 1 6.g3 ®h3 1 7.{j),fl ®h5 1 8.h3 �f6 l 9.®xh5+ flxh5 20.a5 �f6 2 l .�b6 {j),b7 22.�c4 {j),e7 y la posición es complej a Smikovski­ Sveshnikov, RUS-eh 2000 13.®a4+ tampoco parece dar nada, 1 3 . . . ®d7 1 4.®xd7+ {j),xd7 1 5 .�b6 {j),b5 1 6.{j),xb5+ axb5 con igualdad Klovans­ Mi lov, Alemania 1 996.

13 {j),e7 .••

Nadie se ha molestado en probar la jugada 1 3 . . . 1Th5 y sólo Bologan se ha

comprometido en explicar una refuta­ ción. 1 4.a4 :9:xd5 1 5.®c2;!;. Parece que las negras perderán cal idad, pero tal vez los peones centrales den una buena compensación.

14.a4 Más j ugadores j uegan 1 4.0-0 ! ? pero ahora tal vez s i merezca l a pena ser más cuidadoso e impedir la opción l 4 .. J:tb5 1 5 .a4 :9:xd5 1 6.®c2;!;.

t 4 ®d7 .•.

Enrocar ahora supone a menudo una trasposición, aunque no a esta partida, pero también permite algunas alternativas diferentes: 1 4 . . . 0-0 1 5 .0-0 A) 1 5 . . . ®d7 Ver el comentario a la j ugada 1 5 . B) 1 5 . . . a5 1 6.{j),d2 :9:a8 1 7.®e l �a6 ( 1 7 . . .flxd5 ! ? 1 8.{j),f3 {j),e6 1 9.{j),xa5 ®b8 20.�d5 �xd5 2 1 .�b6;!;) 1 8.flxa5 flxdS 1 9.{j),xa6 lha6 20.b4± Palac-Brumen, Pula op 2000. Los peones del flanco de dama resultan más moviles que los centrales, y pronto habrá un punto de apoyo en c6. C) I S . . . {j),b7 La alternativa más lógica que presiona en el punto débil d5. 1 6.�b6 �7 1 7 .a5 f5 (comienza el contraj uego) 1 8. f3 flxb6 1 9 .�b6 ®d7 20.b4 �d8 2 1 .{j),e3 {j),f6 22.1Th 1 :9:bc8 2 3 . b5 ! y las blancas consiguen un molesto peón pasado en el extremo del tablero. Karjakin-Shirov, Benidorm 2002.

l S.o-0!

2.fj3 �6 3.d4 cd4 4.0d4 e5 5.�5 d6 Variante Khalasnikov

Shirov señala que no se consigue nada con 1 5 .flb6 ®f5 1 6.fuc8 ( 1 6.0-0 �b7oo) 1 6 . . . ®xc8, con idea de 1 7J::k 1 ®b7 ! con posición compleja.

79

Las j ugadas naturales pierden material. 1 8 . . . fld7? 1 9 .�g4+- y si 1 8 ... 0-0? 1 9.Hc7+-.

1 9.Hc7 �xd5 20.�xa6 (D) 1 5 �b7?! •..

Fedorov busca una vez más su contraj uego favorito trasladando la dama a f5 y atacando el peón d5, pero pasa por alto un detalle táctico. Algo mejor deben ser las dos alternativas: IS . o-o 1 6.flb6 ! ®f5 1 7.flxc8 ®xc8 1 8.Ik l ®f5 ( 1 8 . . .\Wb7 1 9.Hc6;t) 1 9.b3 aS 20.h3 e4 2 l .�c4 fld7 22.1J:Yg4 !;t. Con el cambio de damas las debilidades negras son más v isibles. Bologan­ Milov, Nueva York 1 997. 15 ®b7!? Sin ninguna experiencia práctica, pero muy lógica, puesto que toma como objetivo la debilidad blanca de d5 . 1 6.flb6 ( 1 6.�f3 ? ! e4) 1 6 . . . �f5 (con ideas como �e4 o �d8; 1 6 . . . �d8 1 7.flxc8;t) 1 7 . f4 �e4 1 8 .a5 ! . De momento las negras no pueden capturar en d5 y en la próxima jugada las blan­ cas pueden conjurar esa amenaza por largo tiempo j ugando Ha4. ..

•.•

1 6.�a7!

Podríamos decir que las blancas controlan no sólo su mitad del tablero sino también el flanco izquierdo. La posición de las piezas del primer juga­ dor es singular, pero olvidando los aspectos estéticos podemos observar que hay dos peones pasados y que las negras siguen sin poder enrocar.

20 ...�e6 2 t .®c2! ? [Tomando bajo control la casilla ¡c8 ! ] 2t h5 •••

Con esta maniobra las blancas se aseguran una cómoda ventaja. La torre no puede ir a las casil las "naturales" y el alfil de b7 queda indefenso ante la entrada inmediata de la torre blanca en c7.

Shirov anal iza otras dos alternativas de forma bastante convincente. 2 1 . . . d5 2H t�b5+ i>f8 23.Hxe7 ! i>xe7 24.®c5+ Hd6 2 5 .®c7+ f!d7 26.flxd7 Hxd7 27.�c5+ i>f6 28.�xd7 �xd7 29.f3+-; 2 1 ... fld7 22.flc8 ! �f8 23 .�b5+-.

16 Hd8 t 7.flb6 ®fS t 8.Hct± e4 •..

Echando el resto en el ataque a d5.

22.Hd t ! flg4 [22 . . . d5 23 .�b5+ i>f8 24.Hxe7 i>xe7 25.®c5+ Hd6 26.flc4+-]

80

2.f'Jj3 f'Jc6 3.d4 cd4 4.fJd4 e5 5.f'Jb5 d6 Variante Khalasnikov

23.h3 fJeS 24.f'Jc8! �xc8 2S.�xc8 ®g6

26.�be7 fS 27.aS+- �f6 28.�dS 1-0

Estadística:

Sobre una base de 5000 partidas, la mayoría de los últimos 1 5 años, las negras obtienen en la variante Khalasnikov un prometedor 48% de los puntos, que justifica totalmente su adopción. La línea con 6.f'J l c3 consigue un resultado aún peor (el 48% para las blancas), pero profundizando más se comprueba que eso es debido sobre todo a las líneas superdirectas, con entregas de pieza o bien captu­ ras arriesgadas en b5 . El tratamiento con c4 alcanza siempre porcentajes satis­ factorios para las blancas, que presentamos por separado: En 8 ... f'Jf6 9.c4 el 83% (pocas partidas); en 8 . . . �e7 9.c4 el 53%; en 8 . . .fJge7 9.c4 el 64%. Y en la variante crítica 8 ...fJce7 9.c4 el 53%, que sigue siendo razo­ nable para las negras. Esquema Resumen: l .e4 eS 2.f'Jt3 f'Jc6 3.d4 cd4 4.f'Jd4 eS S.f'JbS d6 6.f'Jtc3

a6 7.� bS 8.f'Jds - 8 . . .f'Jf6 Actualmente parece en un momento delicado ± - 8 . . . �e7 Es cómoda para las blancas aunque no incorrecta ;!; - 8 ... fJge7 Las negras han luchado mucho en esta línea pero no consiguen neutralizar la ventaja posicional de las blancas ;!;

8 f'Jce7 9.c4 fJdS l O.cdS bc4 l l.f'Jc4 y ahora: •.•

- l l . . . �e7 Sutil idea para reservarse la opción de fS ;!; - l l . . . f5 Demasiado ambiciosa pero no fácil de refutar ;!; - l l ...i'lf6 Compleja y con terreno para mejorar ;!;

CAPÍTULO

9

1.e4 eS 2 .�f3 tll c6 3.d4 cd4 4.� d4 lll f6 S.tll c3 eS Variante Pelikan

Valoración *****

La variante Pelikan se ha converti­ do en una de las Sicil ianas más apreciadas. A pesar de su aspecto anti­ posicional, la actividad que consiguen las piezas negras la hace muy atractiva para jugadores de todos los niveles. Tal vez el único defecto, desde el punto de vista práctico, es que las blancas tienen varias opciones para jugar a tablas, cuando conocen un poco la teoría. Hasta ahora los intentos de refutarla han sido vanos y las variantes de moda han ido cambiando. La variante que recomiendo en este libro es una de las principales y en ella

se han librado algunas de las batallas teóricas más importantes de los últimos años. Si bien no puedo garantizar que las blancas consigan una ventaja apre­ ciable en todas las variantes, si parece cierto que las negras se han visto redu­ cidas, por la constante investigación teórica. a una estrecha variante en una fortaleza cada vez más asediada. Si la última variante cayera, la Pel ikan esta­ ría en serio peligro por primera vez desde que su popularidad creciera en los años 70. En esa variante las blancas tienen, como mínimo un juego rico y lleno de posibilidades. lo cual me ha incli nado definiti vamente por su elección. Esta variante se está discutiendo en cada torneo al más alto nivel, por lo que las nuevas ideas hacen cambiar las evaluaciones en muy cortos espacios de tiempo. Aquel j ugador que quiera mantener en buen estado sus conoci­ mientos teóricos ha de ser consciente de que debe mantener la vigi lancia sobre las partidas que aparecen cada semana en intemet. Historia

La variante que empieza con la jugada 5 ... e5 fue empleada ya en el

82

2.�/3 �c6 3.d4 cd4 4.�4 �6 5.a·3 e5 6.0dh5 Variante Pelikan

siglo XIX por Mieses y Lasker, pero no tuvo continuidad. El jugador argentino, de origen Checo, Jiri Pelikan la empleó en los años 50, pero a pesar de algunos logros, su aspecto seguía siendo anti­ posicional. No fue hasta los años 70, cuando Svesnikov comenzó a jugar la variante moderna incluyendo la jugada 8 b5, cuando la Pelikan logró la res­ petabilidad en las altas esferas. De pronto comenzó a surgir el debate de si no sería más importante la mala colo­ cación del caballo blanco en a3, que la debil idad de la casi lla d5 y los buenos resultados logrados por las negras le dieron el empujón definitivo. Desde entonces su popularidad no ha hecho más que crecer y hoy es usada virtual­ mente por toda la elite mundial, aunque algunos jugadores como Kramnik. y más recientemente Leko, la han defen­ dido de forma mucho más constante que otros. Curiosamente todavía no se ha usado en los matches finales por el título mundial, tal vez porque debido a su naturaleza táctica, permite peligro­ sas preparaciones teóricas. . . .

el contrario se incl inan del lado blanco cuando el caballo llega al centro con­ trolando la importante casilla d5. La pareja de alfiles negra, permite un juego muy activo y continuas entregas de peones para abrir el j uego, también la mayoría central que se produce des­ pués del cambio en f6. puede conver­ tirse en un elemento muy importante en el medio j uego. Por parte de las blan­ cas, su plan está casi siempre relacio­ nado con el control de la casilla d5 y no son pocas las partidas en las que las negras quedan estranguladas, una vez que las blancas logran situar sus piezas en las casillas ideales. También la casi­ lla f5 puede tener un papel de bloqueo en algunas variantes. Pa rtida 9 . 0 1 Hector, J - Andersson , U Elsinore 1 999

l .e4 eS 2.�f3 �6 3.d4 cxd4 4.fud4 �f6 S.� eS 6.�bS (O}

Ideas

La idea básica, como ya hemos citado de pasada, consiste en la actividad de las piezas gracias a la influencia lograda en el centro por el avance e5, que debe compensar la debilidad de la casilla d5. Sin embargo en la variante principal algunas ideas típicas son más concretas: el caballo de a3 está descolocado durante mucho tiempo y muchas partidas se deciden porque no logra entrar en j uego, o por

Esta es la posición base de nuestro

2.�/3 fr6 3.d4 cd4 4.frl4 �l6 H)d e5 6.frlb5 Variante Pelikan

análisis. Las negras podríamos decir que invariablemente juegan 6 ... d6 que estudiaremos en el resto de las partidas de este capítulo, pero entre las otras alternativas hay por lo menos una res­ petable.

6 ... h6!? Una línea infravalorada y que tiene sus virtudes. Un jugador tan serio como Andersson la ha empleado en varias partidas de torneo y sobre todo en miles de partidas rápidas por internet, y la mayoría de sus rivales hemos podido comprobar lo dificil que es refutarla. Claro que las posiciones sin damas que producen no son del agrado de todos, pero para aquellos jugadores a los que les gusta el "finalito", puede ser una interesante arma complementaria. Las otras alternativas no tienen demasiada consistencia: 6 ... a6?! Se ha jugado en muchas partidas pero ninguna de alto nivel. Comparada con la línea de la partida principal, la falta de vigilancia de la casilla g5 se demuestra como un serio inconveniente. 7.�6+ �xd6 8.1/!ixd6 ®e7 9.Wxe7+ �xe7 (9 . . . wxe7? I O.�g5+-) I O.�g5 b5 lo relativamente mejor ( 1 0 . . .�6? ! I J .�xf6 gxf6 1 2.�5 Wd8 1 3 .0-0-0+-; Gag Poh Teo­ Phi llips, cr. 1 999) 1 1 .0-0-0 �b7 1 2.f3 0-0-0 1 3 Jíd6 �fg8 1 4.�e2 wc7 1 5 JThd l f6 1 6.�e3 �8 1 7.:i::l:6d2 �ge7 1 8.a4 con una ventaja considerable en varios factores, aunque no decisiva. Espineira-Vidal del Rio, Santiago de Compostela 2002. 6 ...�b4 Una alternativa algo más

83

sana que la anterior. 7 .�d6+ (7.a3 �xc3+ 8.�xc3 es un modo sencillo de lograr una mínima ventaja) A) 7 . . . we7 ! ? 8.�c8+ ( 8.�f5+ Wf8 9.�d2 d5 no es tan claro) 8 .. Jhc8 9.�d3 d5 1 O.exd5 Wxd5 1 1 .0-0 �xc3 1 2.bxc3 !ihd8 1 3 .�a3+. Y la pareja de alfiles, unida a la incómoda posicion del rey negro da mejores perspectivas a las blancas, aunque las negras tienen algunos triunfos. Kudrin-Murrey, Nueva York 1 983. B ) 7 ... �xd6 La respuesta más frecuente pero en mi opinión no la más lógica. 8.Wxd6 Wa5 9.�d2 Wb6 J O.�d3 !ib8?! ( 1 O ... ®xb2?? no es posible por l l .!ib l +-; Si I O ...®b4 l l .�b5 con clara ventaja) 1 1 .�5 ! �d5 1 2.exd5 ®xb2 1 3 .0-0 ®d4 1 4.1;i.le3 Wb2 1 5 .dxc6+­ Tirabassi-Fortini, cr. 1 997. 6 1;i.lc5?! Otra jugada con intencio­ nes activas pero que deja muchas debilidades. 7.�e3 �xe3 ( 7 ... d6 8.�xc5 dxc5 9.®xd8±) 8.�6+ wf8 9.fxe3 Wb6 1 0.�4±. .••

Las blancas casi siempre j uegan así cuando aspiran a una verdadera refuta­ ción. Sin embargo existe una alternati­ va muy interesante y completamente ignorada por la teoría, que se convierte en mi principal recomendación: 7 .f4!? Esta es mi sugerencia. Inicialmente la "descubrimos" en un análisis a la ciega. para matar el aburri­ miento en un viaje, cuando la propuso Javier Ochoa. Luego vi que se había j ugado en una partida clásica, pero que nadie la había analizado seriamente.

84

2.�3 fr6 3.d4 cd4 4.0d4 �(J Hx·3 e5 6.0dh5 Variante Pelikan

Las negras tienen un verdadero abani­ co de posibilidades: A) 7 . . . exf4? 8.�xf4+-. 8) 7 ... d6 Es lógica pero en esta variante la presión del peón f4 es más útil que h6. 8.fld5 ! �d5 9.exd5 iJb8 (9 ...iJb4 1 O.c3 iJa6 l l .�e3±; 9 ...&7? 1 0. fxe5+-) I O. fxe5 '1Yh4+ ( I O . . .dxe5 1 1 .'1Yh5±) I J .d2 ! ? (por supuesto g3 también es posible) 1 1 ... '1Yg5+ 1 2.Wc3 I/Yxe5+ 1 3 .1/Yd4±. C) 7 ... �b4? ! También aquí se nota la presión de la jugada f4. 8.fld6+ We7 9.fxe5 �e5 l O.iJf5+ wf8 l l .�f4 I/Ya5 1 2 .'1Yd4 iJc6 ( 1 2 . . . d6? 1 3 .iJxd6) 1 3 .�d6+ wg8 1 4.iJe7+ wh7 1 5 .�b4 iJxb4 1 6.0-0-0±. D) 7 . . . �c5?! 8.iJd6+ we7 9.fxe5 iJxe5 1 O.iJf5+ wf8 l l .�e3±. E) 7 ... a6 ! Puesto que el cabal lo va a dar jaque en d6 en muchas variantes, puede resultar útil tener defendido el salto del otro caballo a b5. 8.fld6+ �xd6 9.'1Yxd6 I/Ye7 1 O.fxe5 iJxe5 1 1 .1/Yxe7+ Una j ugada lógica y de apariencia favorable, pero las negras, apoyadas en su buena coordinación central llevaron la partida a la igualdad. (Es un buen momento para mantener un juego más complicado que pennita explotar la presencia del alfil de casillas negras con: l l .®b6 ! d5 1 2.�e3 dxe4 1 3 .0-0-0 con una compensación tre­ menda por el peón) l l ... wxe7 1 2.b3 Tal vez haya otros sistemas de desarrollo más precisos, pero esta parece la juga­ da natural. l 2 . . . d6 1 3 .�a3 (un intento de lograr una presión más duradera es 1 3 .a4 ! ? �e6 1 4.�a3 l'Thc8 1 5 .0-Q-0 ! ? puesto q u e 1 5 . . . !íxc3? falla por 1 6.�xd6+-) 1 3 ... �g4 1 4.�d3 b5 l 5 .fkl l

�xd l 1 6.!íxd l !íhb8 l 7.\!.>d2 a5 1 8 .!ii2b2 iJfd7 1 9.�d4 iJc5 20.!íb l b4 Y2- Y2 Keres-Drimer, Luhacovice 1 969. 7.iJd5 iJxd5 8.exd5 a6 ! 9.dxc6 axb5 y las negras quedan muy activas. 7.�c4 o 7.a4 son j ugadas sanas pero no demasiado molestas.

7...�xd6 8.1/Yxd6 I/Ye7 9.iJb5! ? Es u n viejo sacrificio de peón de Spassky bendecido por la teoría. Tras 9.1/Yxe7+ \!.>xe7 1 O.�e3 se considera también favorable a las blancas, no en vano tienen la pareja de alfi les y las negras un peón retrasado en d6, pero la práctica de muchas partidas de Andersson, por más que algunas sean rápidas, me ha convencido de que las negras con su centralización perfecta y buena coordinación pueden en frentarse a todas las eventualidades y salir ade­ lante. Por ejemplo: I O ... d6 l l . f3 �e6 1 2.0-0-0 a6 !? ( 1 2 . . . Hhd8 l 3 .g4 segui­ do del clásico asalto h4-g5 como en una vieja partida Stein- Miagmarsuren, si parece favorable a las blancas) 1 3 .a3 !íhc8 1 4.iJd5+ �xd5 1 5 .exd5 iJa5 1 6.wb 1 iJc4 1 7 .�f.2 b5 l 8.�d3 !íab8 l 9.!íhe 1 wf8 20.g3 iJb6 2 1 .�e4 !íc4 22.b3 Hc3 23 .Wb2 �e4 24.fxe4 !íf3= Borocz-Gyurkovics, Hungría 1 995. Esta partida no es por supuesto exhaustiva, pero da una idea del moti­ vo por el cual he tratado de recomendar otra cosa.

9 ®xd6?! ..•

Esta jugada, aunque está llena de complicaciones, parece llevar a una

2.� 'ilc6 3.d4 cd4 4.f:Jd4 �(6 5.'ilc3 e5 6.�b5 Variante Peliktm

vida dificil para las negras, pero existe una posible mej ora, probada por Andersson en partidas rápidas que no he logrado refutar, a pesar de su aspec�o humilde: 9 . . J;tb8 ! (si las blan­ cas concretan algo contra esta jugada entonces el sacrificio de peón 9.flb5 es la opción más prometedora) 1 o.�e3 flxe4 I I .®xe7+ g;xe7 1 2. f3 ( 1 2.�d3 d5 oc; 1 2.flxa7 flxa7 1 3 .�xa7 l:l:a8 1 4.�b6 d5oo) 1 2 ... a6! 1 3 .fxe4 axb5 1 4.�xb5 d6 y de nuevo alcanzamos una posición en la cual, a pesar de las "aparentes" ventajas académicas blancas (par de alfi les, peón aislado en b7 y retrasado en d6), las negras tienen una coordina­ ción perfecta que les concede la igual­ dad.

l O.flxd6+ g;e7 l l .flfS+ g;ds Ya un intento de mejora de Andersson. En la partida original el rey fue a f8, y entonces se encontró con el fuerte desarrollo del alfil por a3 ; 1 1 . . .g;f8 1 2.b3 ! d5 ( 1 2 ... flxe4 1 3 .�a3+ Wg8 1 4.fld6 flxd6 1 5 .�xd6 y la compensación es bastante c lara) 1 3 .�a3+ 1Yg8 1 4.exd5 flxd5 1 5 .fld6. Ya se siente que la presión de las blancas por las diagonales resultará irresistible. 1 5 . . . l:l:b8 1 6.�c4 �e6 1 7 .0-0-0 flf4 1 8.g3 �xc4 1 9.flxc4 fle2+ 20.wb2 b5 2 I .l:l:he 1 ± Spassky-Gheorghiu, Bath 1 973.

Lo mejor, acelerando el desarrollo y llevando al alfil sin oponente a una posición desde la cual puede molestar

85

en varias diagonales. l 2.flxg7 es la propuesta de los pro­ gramas 1 2 ...flb4 ! 1 3 .�d3 d5 1 4.f3 !i:h7 1 5 .flf5 �xf5 1 6.exf5 !i:c8ii5 las negras tienen un juego muy interesante por el peón. 1 2.�d3 d5 ! 1 3 .exd5 flb4 1 4.fle3 ( 1 4.flxg7? flxd3+ 1 5 .cxd3 !i:h7-+) 14 ... flfxd5 1 5 .flxd5 flxd5 a pesar de la pareja de alfi les está muy cerca de la igualdad.

l 2 d5 ..•

1 2 ...flxe4 es demasiado optimista, por ejemplo: 1 3 .o-o-o d5 ! ? ( 1 3 ... g6 1 4.flg3 flf6 1 5 .�c4ii5 con todas las piezas blancas j ugando) 1 4.fud5+ IYc7 y ahora una j ugada inesperada pero muy eficaz: 1 5 .fld4 ! ! flf6 ( 1 5 . . . exd4? t 6.�f4+ wb6 t 7.a:bs+-) t 6.flbs+ g;bs 1 7.l:l:d t ;!;; .

13.fld6 1Yc7 1 4.flb5+ g;b8 l S.exdS flxdS 1 6.�c4!? Hector permite e l cambio d e su importante alfil pero retiene una pequeña ventaja en forma de piezas más activas. Sin embargo es posible que lo más preciso sea retener todas las ventajas. En cualquier caso es una posición dificil para las negras que posteriormente Andersson no quiso repeti r. 1 6.�c5 ! �e6 1 7 .�d6+ IYc8 1 8.0-0-0;!;; .

1 6 ...�xe3 1 7.fxe3 a6 1 8.flc3 f6 1 9.6-0-0 fle7 20.l:l:d3 wc7 2 l .fld5+ flxdS 22.�xd5

2.�j3 �6 3.d4 cd4 4.�4 0/6 5.�3 e5 6.0db5 Variante Pelikan

86

La posición se ha estabilizado. El fuerte alfil blanco y las torres más acti­ vas le conceden una persistente inicia­ tiva. En el resto de la partida Andersson se ve obl igado a desplegar toda su habil idad técnica para arrancar el medio punto.

22 .!Ia7 23.ilc3+ wb8 24.a4 �d8 2S.�d l bS 26.axbS axbS 27.�dd3 �e7 28.�b3 �eS 29.e4 �d7 30.�a3 �a7 3 l .�xa7 Wxa7 32.�a3+ wb6 33.�a8 �a6 34.�g8 �e7 3S.b4 wa7 36.�a8+ wb6 37.�d8 wa7 38.wd2 wb6 39.e3 wa7 40.�d6 �b7 4 l.wd3 �a6 42.�e6 l:"Ic8 43.g4 �e7 44.�d7 wb7 4S.l:"IdS wb6 46.h3 �a7 47.�e8 l:"Ie7 48.h4 �e8 49.l:"Id6+ Wa7 SO.�e6 �e7 S l .�dS �e8 S2.�e6 �a6 S3.wd2 wb6 S4.�dS+ wa7 SS.gS fxgS S6.hxgS hxgS S7.�e6 g4 S8.�xe5 g6 S9.�gS �g7 60.�e6 g3 6t .we3 g2 62.wd4 �b7 63.�xg2 gs 64.�dS g4 6S.wes �gs 66.�g3 �xdS 67.exd5 wb7 68.1hbS �xdS+ 69.we4 �gs 70.wd4 l:"Ig8 7t .e4 we6 72.we4 �b8 7J.IIbJ gJ 74.wo �gs 1s.�b2 �g7 76.l:"Ie2 l:"Ib7 77.�b2 �g7 78.wg2 l:"Ig4 79.�e2 �g8 80.l:"Iel �g7 8 l .�h l l:"Ig4 82.�e l �g7 83Jic3 �g4 84.ile2 �g8 8S.wf3 �g7 86.�a2 �g8 87.�e2 �b8 88.�b2 �g8 89.�e2 �g7 90.wg2 �g4 9 l .He l �g8 92.Hc3 Hg4 93.He l �g8 94.l:"Ie2 l:"Ig7 9S.wf3 �g8 96.l:"Ia2 �b8 97.l:"Ia6+ wd7 98.�a4 �g8 99.l:"Ia7+ wd6 I OO.wg2 l:"Ig4 IOt .cS+ we6 1 02.ila6+ wb7 1 03.�b6+ we7 1 04.bS Hgs t os.�e6+ wb7 t o6.wfl g2+ I 07.wgt lilb8 1 08.b6 lilb7 1 09.�e7+ lilb8 1 1 0.e6 Hg6 l l l .Hb7+ we8 Yz-Yz

Pa rtida 9 . 02 Enders, P - Sermek, D

Ptuj (zt) 1 995

l .e4 eS 2.�f3 �6 6 3.d4 exd4 4.�xd4 �f6 S.M eS 6.�bS d6 7.�g5 (D)

•.

La jugada más popular. Con ella las blancas empiezan el plan más directo contra la variante que estudiamos en este capítulo: control y uso de la deci­ siva casilla d5. Para lograr este objeti­ vo el cambio del alfil de casil las negras por el caballo negro que defiende el punto clave es un medio imprescindi­ ble.

7 a6 ..•

Conviene desplazar este caballo ahora mismo porque si no acabará creando problemas. Las alternativas no son demasiado importantes pero vamos a considerar una de ellas: 7 �e6 8.�5 �c8 (8 . . .�xd5 9.exd5 �e7 1 0.c3 ! con la amenaza ®a4 pone a las negras ante ••.

2.'f:f3 �)c6 3.d4 cd4 4.�4 �6 5.�3 e5 6.�/b5 Variante Pelikan

serios inconvenientes, puesto que la captura del peón es muy pel igrosa, por ejemplo: 1 0 ...�xd5 l l .®a4 we7 1 2.00-0 a6 1 3 J�xd5 axb5 1 4. ®xb5± Dutrew-üvezov, Estambul 2000) 9.c3 a6 1 0.�3 �xd5 l l .�xf6 gxf6 ( l l .. .®xf6 1 3 .®xd5 deja a las blancas con una cómoda ventaja, pero tal vez sea el menor mal) 1 2.®xd5 ®a5 1 3 .�c4 l:!c7 1 4.®xa5 fua5 1 5 .�d5± Jansa­ Danek, Checoslovaquia 1 982.

8.� �e6 Se considera que el defecto de esta jugada es permitir el reagrupamiento rápido del caballo despistado de a3 . Sin embargo, debido a las pérdidas de tiempo de ese mismo cabal lo, las negras pueden conseguir un j uego muy activo que aspira a compensar la debi­ lidad crónica de d5. Las blancas están obligadas a tomar esta variante muy en serio. 8 b5 Ver partidas 9.04 a 9. 1 2. 8 d5?! Es un intento radical de resolver los problemas negros que fue experimentado por Velimirovic, pero abandonado finalmente. 9.�xd5 ! �xa3 I O.bxa3 ®a5+ l l .®d2 ! (tras el cambio de las damas la casi lla c7 queda amenazada) l l . . .®xd2 1 2.�xd2 fud5?! ( 1 2 ... l:!b8 1 4.f3±) l 3 .exd5 �4 1 4.ü-O­ O �f5 l 5 .c3 �c8 1 6.wb2+-; Sax­ Velimirovic, Rio de Janeiro 1 979. No hay compensación por el peón. .•.

..•

Naturalmente este es el tratamiento lógico. El cabal lo abandona su absurdo

87

refugio de a3 y se situa a dos pasos de la casilla ideal d5.

9 .�c8 ..

La torre se activa rápidamente y crea algunas amenazas en la columna c. Las otras alternativas son netamente inferiores: 9 �4 Un puesto activo para el caballo pero ha saltado prematuramen­ te. Ahora los planes blancos para tomar el control de los puntos claves se desarrollan de modo casi forzado. 1 o.�xf6 y ahora: A) I O .. ®xf6 l l .�b6 Ifu8 1 2 .frd5 ®d8 1 3 .c3 �xd5 ( 1 3 ... fr6 l 4.®a4!±) 1 4.�xd5 �6 1 5 .g3 lj¿e7 1 6.a4 0-0 1 7.1j¿h3±. El dominio de las blancas en las casillas de su color no tiene res­ puesta. Tal-Wade, Reikjavik 1 965. B) 10 ... gxf6 Aparece otro punto débil en la casilla f5, característico de la variante Pelikan, pero más serio en este momento por la cercanía del caballo díscolo. 1 1 .�3 �g7 1 2 .1j¿d3 l:!c8 1 3 .0-0 h5 1 4.�cd5 h4 l 5 .c3 �6 1 6.®f3±. Las blancas tienen la posición soñada contra la Pelikan: control absoluto de los puntos fuertes d5 y f5 , todas sus piezas trabajando de forma coordinada sobre las casillas blancas. Las negras están muy lejos de poder conseguir el contraj uego temático basado en las rupturas f5 y b4. Hemández-Ramos, Cuba cr. 1 990. 9 ...�e7?! Deja las piezas negras mal coordinadas después de 1 O.�xf6 gxf6 1 1 .�3±. cuando el al fi l de negras haría mejor papel en h6. 9 . b5?! Tampoco parece muy lógi.•.

..

2.�}3 �6 3.d4 cd4 4.�4 �6 5.fr·3 e5 6.�h5 Variante Pelikan

88

co después de no haberlo hecho una jugada antes. 1 0.�3 {j¿e7 1 J .{j¿xf6 �xf6 1 2.�cd5±.

1 0.�5!'? (D) !

�. � • ..t l. ' ' ' ' � · ..t � 'D i i.. 'LJ fj

Este es el orden que recomiendo. No es la variante principal, pero me parece suficientemente molesto para las negras. La idea es no cambiar en f6 hasta que las negras no hayan cambia­ do también su alfil por el caballo de d5. En todos los casos las blancas logran un control de la casi lla d5 absoluto y las negras tienen que buscar reacciones basadas en la táctica. 1 0.d l i:Ixc4 1 5 .�xc4 �xa l 1 6.b l c;i;>e7 1 9.�f3± Rohl-González, Moscú ol 1 994) 1 5 .®xc2 �b4+ 1 6.c;i;>d l ®xd5+ 1 7. c;i;>c 1 ! ( 1 7_(j¿d3 es menos claro por 1 7 . . . 0-0 1 8.f3 I:rfd8 1 9.c;i;>e2 e4 ! 20.fxe4 ®h5&i Maksimovic-Skoko, Belgrado 1 99 1 ) 1 7 . . . 0-ü 1 8.a3 �c5 1 9.®d3 {j¿d4 20.c;i;>b l grd8 2 l .�e2 Q;>f8 22.�3 ®c5 23.®1>3+- Y las complicaciones se han acabado sin que las negras hayan recu­ perado el material.Sudakova-Zimina, San Petersburgo 200 l . 12 . b5 La estu­ diamos en la siguiente partida. ..

13.6-0-0 Se ha probado también 1 3 .�d3 que en algún momento fue la principal, pero la continuación de la partida que

l.fJ/3 fr6 3.d4 cd4 4.f:Jd4 f:Jf6 5.�.Jc3 e5 6.f:Jdb5 Variante Pelikan

deja abierto un posible sacrificio de calidad en d4 y también la presión de toda la artillería contra d6, es clara­ mente la más activa.

1 3 ®e7 ...

Defiende el peón de b7, para proce­ der a la captura de la dama blanca con treS . En las próximas jugadas veremos lo que resulta de esto, pero de momen­ to nos enfrentaremos a las alternativas: 13 Wd7!? Una jugada sorprenden­ te porque se pone a tiro de un doblete en b6, sin embargo son las blancas las que se ven casi forzadas a sacrificar calidad, ante la amenaza ¡;res. 1 4.trxd4 ( 1 4.�b6?? ¡;rxc2+ I S .Wb l ®c7-+ ) 1 4 . . . cxd4 con las opciones: A) I S .®xd4 ®e6 1 6.�b6 ( 1 6.Wb l dS 1 7.�b6 q¿c5 1 8.®a4+ ®c6 no parece suficiente) 1 6 .. Jk5 1 7.�5;!;. Lleva a una posición muy similar a la de la otra variante. 8) 1 5 .f'lb6 La estructura de peones negros es un verdadero chiste, y eso da a las blancas toda una serie de conti­ nuaciones para reclamar compensación por la calidad. Pero una cosa es tener una compensación interesante y otra aspirar a la ventaja y para eso es nece­ sario recuperar al menos un peón y controlar las rupturas en los puntos clave (d5 y fS ). Por eso este salto del caballo que busca la casilla d5 parece necesario, aunque también puede hacerse en la j ugada siguiente. I S . . . ®g4 (el detalle táctico que salva la torre debido a la amenaza en d i ) 1 6.®xd4 ®g5+ ( 1 6 . . . trc6 1 7.f'ld5 q¿g7 1 8. f3 ®d7 1 9 .�d3 ftg8 20.fte 1 Wf8 2 1 . ®t2 ®e6 ...

89

22.g4 h5 23 .h3± Mauro-A iderigi. I talia cr. 1 998) 1 7.Wb l ®c5 1 8 .®xc5 Itxc5 1 9.f'ld5;!;. Y las blancas mantienen el control dado que no es posible jugar 1 9 . . . f5? por 20.b4 ! . 13 b 5 Una continuación muy poco investigada, que en mi opinión obliga a las blancas a seguir un sendero muy estrecho si aspiran a algo. 1 4.c3 !? (Si 1 4.f'le3 �h6 I S .wb l �xe3 1 6. fxe3 ¡;res ! 1 7 .®b7 f'lxc2 1 8 .®xa6 We7 1 9.�d3 ®c7 20.�xc2 Irxc2 2 l .®xd6+ ®xd6 22Jíxd6 Ii:xb2+ 23 .Wxb2 wxd6= Luther-Kem, Bundesl iga 1 996) 1 4 . . . bxc4 ( 1 4 . . .Ii:c5 1 5 .®b7) 1 5 .cxd4 ®c7 ( 1 5 . . . c3? 1 6.�xa6 ! +-) 1 6.Wb l ! c3 1 7 .¡;rc l ( 1 7 .bxc3 ®xc3 también puede dar algo, pero me parece menos claro) 1 7 . . . c2+ 1 8 .Wa l �h6 1 9.�a6 �xc l 20.Ii:xc l Ii:b8 2 1 .�b5+ we7 22.�c4± y capturando el peón de c2 la cal idad no compensará a las negras de los múltiples desastres de su posición. .••

t 4.wb 1 !

Así se prepara la pequeña combina-

90

2.�3 �·6 3.d4 cd4 4.f:Jd4 �f6 5.�·3 e5 6.Wb5 Variallfe Pelikan

ción de las próximas jugadas. Recomiendo esta continuación por­ que me parece que ofrece un final muy agradable, pero para aquellos que no les guste explotar mínimas ventajas técnicas existe una opción radicalmen­ te diferente: 1 4Jl:xd4 !? exd4 1 5 .®xd4 con una posición muy similar a la de la variante 1 3 . . . ®d7.

1 4.. J:tc5 No se ha probado otra j ugada, a pesar de que esta solamente induce a las blancas a llegar al final que desean. 1 4 b5?! 1 5 .c3 con una posición mucho más favorable que la de la variante 1 3 . . . b5 que comentamos unas jugadas antes. 14 Hc6 ( l a defensa natural de la amenaza blanca) 1 5 .c3 �6 1 6.g3 y las blancas tienen el con­ trol absoluto de la posición. ..•

..•

!J;!f4 22 .Hd7+ Qie8 ! 2 3 J:Id8+ Hxd8 24.Hxd8+ Qfxd8 25 .Qfxc2 �h2 y tablas) 2 1 . . .H8c6 22 .Hfl Hxb2+ !=. C) 20.!J;!d3 �f4 2 1 .a4 Hc l + 22.Hxc 1 Hxc l + 23 .Qia2 Hd l ! 24.Hd5 Hd2 . Con un contrajuego suficiente. 1 9.b4?! Hc3 20.Hxd4 lThc8 2 1 .�e2 Hc2 22.!J;!g4 H8c6, también con contra­ j uego. 1 9.g3 Es otra j ugada natural, aun­ que Rantanen no pudo romper la resis­ tencia de Cifuentes después de 1 9 . . . Hd8 20.�d3 h6 2 1 .Hc l ?! Hdc8 22 .Hxc5 Hxc5. Sin embargo el cambio de una torre parece facil itar la defensa de las negras, como se verá en la partida prin­ cipal.

1 9...Hhc8 20.g3 Las blancas empiezan su labor de restricción del alfil negro aprovechan­ do su mejor estructura de peones.

I S.�xd6 ®xd6 1 6.®xd6 !J;!xd6 1 7.c3 20 h6 2 l .Hhel HhS •..

Las blancas van a recuperar la pieza y su estructura de peones es netamente superior. A las negras sólo les queda el consuelo de que los alfiles de color diferente a veces terminan la partida en tablas, pero es una perspectiva muy pobre.

Las negras no hacen nada útil. Se ha sugerido 2 1 . . .wf8 con idea de Wg7, pero la posición sigue siendo de la misma naturaleza. Ligera presión blanca y pasividad total negra.

22.h4 HhcS 23.He2 HSc7 24.!J;!c2 1 7 Qie7 1 8.cxd4 exd4 1 9.!J;!d3 •.•

[Ahora las blancas si amenazan el peón de d4] 24 �c5 25.e5!? ••.

Las blancas tienen que conformarse con las conquistas posicionales. Es demasiado pronto para capturar mate­ rial con 1 9.Hxd4?! lThc8 y ahora: A) 20.Hd l Hc2+. 8) 20.!J;!e2 Hc2 2 1 .�g4 (2 1 .lThd 1

Un tratamiento más lento basado en a3 , Hd3 y Hf3 es perfectamente posible.

25... fxe5 26Jhe5+ Wf8 27.!J;!d3 He8 28.Hd5 aS 29.a3 b6 30.Hf5 wg7 3 l .wa2

2.fi3 �·6 3.d4 cd4 4.ru4 fi"6 5.�·3 e5 6.rub5 Variante Pelikan

91

Y ahora e l rey blanco puede vol­ verse activo a través de las casillas blancas abandonadas por su rival en el flanco de dama.

31 i:i:e6 32.1Yb3 i:i:f6 33.i:i:xf6 1Yxf6 34.wa4 He7 35.�fl He4 36.�d3 He7 3 7.l::!:c l He6 38.b4! ± axb4 39.axb4 {j¿e7 40.l::i:c7 l::i:d 6 [40 . . . l::!:e l ? ! 4 l .l::i:d7 y el peón d cae] 41 .Wb3 (j¿d8 42.i:i:c8 1Ye7 43.1Yc4 i:i:d7 44.l::!: b8 l::i:d6 45.(j¿e4 IYe6 46.f4 (j¿f6 47.Wd3 (j¿d8 48.b5 Q:Je7 49.g4 .•.

La posición de las piezas negras es muy pasiva y se convierte en crítica por momentos

49 ...Q:Je6 50.g5 hxg5 5l.hxg5 i:i:d7?! [5 l ... Q:Je7] 52.�c6!+- l::i:d 6 53.i:i:b7 [Las negras no tienen ninguna j ugada buena, y si pudieran pasar también perderían la partida ante la amenaza we4] 53 f5 ••.

54.g6 �e7 55.g7 l::i:d 8 56.l::!:xe7+ 1-0 Pa rtida 9 . 03 Smag i n,S - Kha rlov,A

EU-Cup 1 991

l .e4 eS 2.flf3 flc6 3.d4 cxd4 4.fud4 flf6 5.flc3 eS 6.fldb5 d6 7 .�g5 a6 8.fla3 �e6 9.flc4 l::!:c8 1 O.(j¿xf6 gxf6 1 1 .fld5 �xd5 1 2.®xd5 b5 (O) Una continuación crítica según algunas fuentes. En mi opinión es más floja que 1 2 . . .fld4, y crea menores problemas a las blancas. La idea es acelerar las acc iones tácticas, para cambiar el caballo o bien lograr otro tipo de compensaciones.

13.fle3 �h6?! De nuevo lo más empleado. pero con resultados pésimos. Las jugadas alternativas no son mucho mejores: 13 fle7 1 4.®d3 ( las jugadas 1 4.®d2 (j¿h6 y 1 4.®b7 ®a5+ 1 5 .c3 Hc7 dan con­ trajuego a las negras) 1 4 . . . �h6 1 5 .�e2 ( 1 5 .fld5 flxd5 y las negras habrían logrado su objetivo de cambiar el caballo; 1 5 .flg4 c:tg7 1 6.c:te2 f5! 1 7.exf5 e4 es una reacción típica de la Pelikan y las negras consiguen contraj uego, cuando parecían más asfixiadas) 1 5 . . . d8 1 3 .gxf5 �xf5 1 4.�3 ( 1 4.ex f.5? ! tM!g2) 1 4 . . . �e6 1 5 . tMid2 �h6 1 6 .0-0-0 ( 1 6Jixb5 ! ?) 1 6 ... �4 Lenski-Frilli, cr 1 984. L a posición está l lena de debilidades y defectos, pero l as piezas negras son muy activas y por lo tanto no creo que sus perspectiv as sean peores. B ) 1 2 . &7+ i>d8 1 3 .�xa8 ®xg2 t 4Jifl �4. Sólo se ha experimentado en la partida Vera-Ochoa, C ienfuegos 1 977, pero la compensac ión negra parece abundante. C) 1 2.exf5 ! Es la j ugada más sana y natural . 1 2 . . J:Ia7 ( 1 2 . . . ®xg2?? 1 3 .�f6+ i>d8 1 4.�e4+-; 1 2 ... i>d8 1 3 .�3 d5? ! 1 4.�e4+- Renet-Marco, U l m 1 984) 1 3 .h4 ®xg2? ( 1 3 . . . ®h6 1 4.g4±) 1 4.flf6+ i>d8 1 5 .�e4 ®g7 1 6.flh5 ®h6 1 7.�xc6 +- Wendling-Murphy, USA cr. 1 972. 1 1 f4 Se intenta dejar sin valor l a última j ugada blanca y más adelante aprovechar este peón para l anzar un ataque al enroque blanco, pero el defecto evidente es que el centro blan­ co queda sin presión y da manos libres para j ugar con energía. 1 2 .c4 ! ( 1 2.g3 es también una buena opción) 1 2 . . . �g7 ( 1 2 . . . b4 1 3 .®a4+-) 1 3 .cxb5 fld4 1 4.bxa6 0-0 1 5 . &2 La entrega de todo su fl anco de dama por parte de las negras es a veces temática, pero en este caso no parece justificada, puesto que el ataque todavía no ha comenzado y el c abal lo sigue firme en d5. 1 5 . . .�6 ...

102

2.� �)c6 3.d4 cd4 4.0./4 f:/6 5.fr3 e5 6.0tlb5 Variante Pelikan

1 6.b4 con ventaja dec isiva, Nunn­ Fedorowicz, Reikjavik 1 990.

1 2.0-0 (D)

Y este es el orden que propongo. La vieja línea comenzaba con 1 2.®h5 y normalmente llegaba a la misma posi­ ción después de 1 2 ... �g7, pero actual­ mente se considera que no hay forma de refutar 1 2 .. Jlg8. Algunos j ugadores están trabajando en esa línea y si las blancas consiguen algo contra 1 2 . . . �g8, el orden con 1 2.®h5 volverá a primera línea porque de ese modo las blancas evitarían 1 2 .. �d5 que se ha convertido en la línea principal contra 1 2.0-0. En este l ibro solo nos ocuparemos de 1 2 .0-0.

1 2 �xd5 Es la línea de moda y se analiza en las partidas 9. 1 2 a 9 . 1 4, pero hay otras alternativas interesantes. 1 2 flb8!? Se trata de una idea de Gurgenidze que no ha tenido seguido•.•

.••

res. Unas fuentes la ignoran. otras la dan como especulativa, pero nadie se molesta en refutarla. tal vez porque debido a su aspecto, nunca será popular y, ¿para que esforzarse en refutar algo que nunca veremos? 1 3 .c4 �xd5 1 4.cxd5 ( 1 4.exd5 e4 !oo) 1 4 . . . fld7 ( 1 4 . . . fxe4 1 5 .�xe4±. No es lógico porque las blancas se adueñan de la casilla f5 ) 1 5.exf5 �h6 (la jugada de la partida original Byme-Gurgenidze. Es a considerar adelantarse a la j ugada del texto de las blancas con 1 5 ... ®h4) 1 6.®h5. Sobredefiende el peón de ventaja, impide la activa ®h4 y se dispone a traer el caballo. ( 1 6.flc2 Wh4 1 7.g3 �g8 1 8. Q.lh l ®h3 1 9.a4 �g4 ! con posición compleja, Byme-Gurgenidze, H arare 1 983) 1 6 . . . ®f6 1 7 .flc2 0-0 1 8.fle3 con clara ventaja, Gerundino­ Pantaleoni, Italia cr. 1 987. 12 f4? ! Deja las manos libres en el centro y por lo tanto es muy cómoda para las blancas. 1 3 .c4 ! �g7 ( 1 3 . . . b4? 1 4.®a4+-; 1 3 . . . �xd5 ? ! 1 4.cxb5 ! ± ; 1 3 . . . fld4 1 4 .cxb5 f3 1 5 .g3 �xd5 1 6.exd5 ®d7 1 7 .�e 1 y el ataque de las negras ha resultado prematuro 1 7 . . . axb5 1 8 .flc2 flxc2 1 9 .®xc2± Sitnikova-Meski, Kapsokas 1 97 8 . 1 3 . . . �g8 (la jugada más peligrosa. Las negras pueden crear amenazas rápidas contra el enroque blanco) 1 4.cxb5 ! �h3 1 5 .g3 No hay que temer a la entrega de calidad, porque las casil las blancas quedan bajo total dominio y el caballo de d5 pasa a ser el verdadero domina­ dor de la partida. 1 5 . . .fld4 1 6.flc2 flxb5 1 7.�e l �g4 1 8.�e2 �d7 1 9.a4 flc7 20.flcb4 flxd5 2 l .flxd5 fxg3 22.hxg3±. Las amenazas negras han sido paradas ••.

2.�/3 fr6 3.d4 cd4 4.004 �l6 5.fr3 e5 6.0.db5 Variante Pelikan

y los defectos de su posición persisten. Dvoiris-Nunn, Rubinstein mem 1 989) 1 4.cxb5 �4 1 5 .bxa6 0-0 Como ocurre muchas veces en la Pel ikan, las negras han entregado su flanco de dama para lanzar un ataque en el centro y flanco de rey comenzando con f5, pero sus operaciones activas van demasiado atrasadas. 1 6.�b5 fub5 1 7 . t;Uxb5 f5 1 8 Jkl (amenaza �7) 1 8 .. J::ra7 1 9Jíc6 (amenaza l'!d6) l 9 .. . b4 5 l .:iig4+-) 5 l .d7+-.

2.�3 otlc6 3.d4 cd4 4.�4 �l6 5.�3 e5 6.0db5 Variante Pelikan

108

47.Hg 1 ®e2 48.®f4! ®e6 49.cS Hb2?! [Todavía la j ugada 49 . . .Hc2! ofrece muchos problemas. Por ejemplo: 50.Ha l !? d2 I .Hg l (5 1 .Ha7+?? i>c6-+) 5 I . . .®d5 52.Hd 1 ®e6 53 .b5±] SO.®d4

+- ®e2 S J .c6+! wxc6 S2.®cS+ wb7 [52 . . .wd7 53.®c7+ we6 54.1J�e7+ wf5 55.®xt7+] S3.®c7+ wa6 S4.Hal+ Ha2 ss.®c4+ wb6 S6.®xa2 d2 S7.®a7+ wc6 S8.®c7+ 1-o

lograron real izar mucho contrajuego apoyándose en los temas básicos: casi­ lla d4 para su cabal lo, ruptura f5 con el posterior avance desbocado del centro y aprovechamiento de la pobre posi­ ción del caballo en a3 . Actualmente esta variante ya no atrae a la el ite y ha comenzado su declive. Las ventajas posi cionales de las blancas han sido llevadas al éxito a menudo a través de análisis muy precisos.

Partida 9.8 Short,N - Sax,G Saint John (m/1) 1 988

1 .e4 eS 2.�0 �c6 3.d4 cxd4 4.�xd4 �f6 S.�3 eS 6.�dbS d6 7.�gS a6 8.�a3 bS 9.�xf6 gxf6 1 0.�dS fS 1 I.�d3 �e6 1 2.1/YhS �g7 13.0-o f4 14.c4 bxc4 (D)

.i

\i' •

.i l. .t. l.

� l. .t. QJI. WJ¡ l. 81. Qj .i, 88 888 : :� La j ugada que mantuvo durante muchos años a flote a la Pelikan. El aspecto es claramente sospechoso por­ que el alfil de casillas blancas logra una ubi cación excelente y el punto fuerte en d5 pare ce eterno. Pero las negras

El enroque es lo más natural y lo más frecuente, pero hay que tener en cuen ta una interesante alternativa: 1S ...�4 La idea de esta jugada puede ser evitar el cambio del caballo adelantándose a �2. o bien especular con algún eventual f3. Recibe escasa atención de los manuales teóricos, pero su refutación está lejos de ser clara. Yo voy a proponer dos ideas, porque una aunque senci l la y clara l leva a una posi ción con calidad de m ás pero cierta compensación a largo plazo, mientras que la otra resulta muy compl i cada y sólo se ha jugado en una ocasión: A) 1 6J:!ac 1 HeS (la al ternativa 1 6 ...f3, recomendada en algún análisis no parece buena después de la simple 1 7.gxf3 !±) I H:lb6 ! Hxc4 casi forzada, pero la compensación es dificil de evaluar en esta posi ción. 1 8 .�bxc4 ( 1 8.�xc4 o-o 1 9.wh l f5 oo) 1 8 .. . 0-0 ( 1 8 .. .f3!? es una alternativa molesta puesto que 1 9.gx f3?? fal l a por 1 9 . ..�2+ 20.1Yh l �f4!-+) 1 9.�2 f5 20.�2 �xc2 2 I .:!! xc2 fxe4 22.-tlxe4 �f5

2.f:Jj3 fr6 3.d4 cd4 4.fJd4 f:#"6 5.fr3 e5 6.f:Jdb5 Variante Pelikan

23Jle2. Como ya adelanté más arriba es dificil evaluar esta posic ión. 8) 1 6J::Iad l Evitando el cambio de torres que se produce en la otra vari.ante y, en consecuencia, evitando fí:c8. 1 6 . . . 0-0 ( 1 6 . . . llc8?! 1 7. §ixa6!±; 1 6 . . . f3 1 7 .gxf3;\;) 1 7 .fí:d2 (preparando fJc2 ) 1 7 . . . c;f;lh8 ( 1 7 . . . fí:c8? 1 8 .�xa6; 1 7 . . . f5 1 8 . fí:xd4 ! exd4 1 9 .exf5±; 1 7 ... f3!?) 1 8.fJc2 fí:c8 1 9.fud4 fí:xc4 20.fJf5 (así se entra en grandes compl icaciones. Parece más sencillo 20.fue6 fxe6 2 l .fJc3 seguido de fí:fd 1 , pero se encuentra con 2 1 . . .fí:d4! y las cosas no son tan claras) 20 . . . llxe4 2 l .�e7. Un peón de menos y dos cabal los dando tumbos por la posición rival, tiene que estar muy bien calculado. 2 l . . . d5 (Aimasi-Horvath, Alemania 1 996) y ahora 2Uifd l ! ( 2 l . . .�xf5 22.�xf5 d5 23 .llfd 1 d4 24.®f3 ®a8 25 .®g4 �f6 26 .fJd6+-) parece asegurar un plus, pero no hay confirmación práctica. 22 . . . d4 23 .®f3 ®a8 24.�6 f5 (24 . . . �f6 25 .fJef5 �xf5 26.fuf5± y no existe una buena defen­ sa contra �6, por ejemplo la siguiente variante es divertida: 26 . . . fí:g8 27.�6 fí:e 1 + 28.fí:xe 1 ®xf3 29.fJxt7+-) 25 .®h5 fí:f6 26.fJexf5 �xf5 27.�xf5 . La posi­ ción de la torre en e4 sigue siendo difi­ cil.

.i. '

Las blancas se disponen a pasar la torre por la tercera fila, a especular con la posición indefensa del fJc6 y pueden responder a �4 con fJc2. La directa fJc2 permitiría la inmediata reacción f5.

.i.é i i. i

� i i. ttJ i � �·

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1 6 fJe7 •••

Las negras están ante un verdadero cruce de caminos. En todo caso parece más lógico cambiar el caballo de d5 que el de a3 (como sucede en la línea �4). Consideremos las alternativas: 16 fJd4 Va al encuentro de las intenciones blancas 1 7 .�c2 fJxc2 ( l 7 . . .�b5 1 8.a4 fJc7 1 9.fJcb4±) 1 8. fí:xc2 c;f;lh8 1 9.fí:fc l llc8 ( 1 9 . . . f5? vuelve a fal lar por 20.�xf4) 20.b4 (preparando la captura en a6; si 20.§ixa6?! llxc2 2 l . fí:xc2 ®a5oo) 20 . . . a5 2 l .a3 y con el peón pasado en el flanco de dama y el control total de la posición no está en duda quien tiene la ventaja. U libin­ Nunn, Sochi 1 989. 16 fí:a7 La torre evita algún doble y se prepara para j ugar en un futuro contra el enroque blanco, pero de momento queda un poco tonta aquí. 1 7 . fí:fd l ®b8 ( 1 7 ... f5 ? 1 8 . i'lb4!+- ) 1 8.b3 �4 ( 1 8 . . . f5? l 9.cxf5+-) 1 9.fJc2 i'lb5 20.fJcb4! y no hay forma de evitar la pérdida de material mientras las blancas siguen manteniendo el control ••.

••.

1 6.llac l ( D)

'ill

109

1 10

2.f:i3 �c6 3.d4 cd4 4.�4 f:i"6 5.�·3 e5 6.�b5 Variante Pelikan

absoluto de la postcwn. 20 . . . ®b7 2 l .�x b5 ®xb5 22.�6 :!Th7 23 .a4 ®xb3 24.�5+-; Sión-Remón, La Habana 1 99 1 . 1 6 i>h8 Es una j ugada frecuente pero no tiene apenas importancia independiente porque revierte a la variante principal después de 1 7 .�fd 1 ! :m,8 ( 1 7 . . �4 1 8.�2 fuc2 1 9.�xc2 ±) 1 8.b3 . Tampoco sirve de gran ayuda 1 6 f5? ! por 1 7 .�b4 ! con ventaja. 16 �b8 Es la variante principal y se estudia en las siguientes partidas. •..

.

.••

..•

1 7 �fd l

Eé � · .t• • .t • ¡y i.. � · ttJ : ��� �� : � �

1 9 �fd8! ? Una jugada útil, que sobredefiende d6 y especula con algún eventual d5. 20.®e2 (la dama apoya la lucha por las casillas blancas tocando c4 y a6. 20.b3?! revela uno de Jos pun­ tos de la jugada negra. 20 . . . d5 ! 2 1 .exd5 �xd5 22.�cd3 �c4 23 .ilic4 e4 con buen contraj uego. Kuniyuki-Bauer, cr. 1 99 1 ) y ahora: A) 20 . . . i>h8 ! (dificultando �e6 y preparando f5) Por ejemplo: 2 1 .®d3 ! (2l.�e6llxc3 22.bxc3 ®xe6 el caballo blanco no tiene un buen punto de apoyo, o mej or dicho está lejos de él ! ) 2 l . . .d5 (tal vez precipitado, pero las blancas estaban ya dispuestas a conso­ l idar su dominio con �e6 o �d5 ) 22 .�d5 �xc3 23 .®xc3 �d5 24.fud5 llxd5 25 .exd5 e4 26.®c8+ �f8 ( Peter­ Rausz, Budapest 1 988) y ahora en lugar de la glotona ®a6 las blancas pueden casi forzar la victoria con 27.�4! y tras 27 ... ®b4 (27 ... wg8 28.®g4++-> 28.wfl wg7 29.b3+-, con idea de ®g4. B) Si 20 . . . a5? ! 2 1 .�xe6! fxe6 (2 1 . . . �xc3?! 22 .�xf7+) 22. llxc8 llxc8 23 .�4 con una clara ventaja. ••

.

Manteniendo abierta la posibilidad de tomar en d5 con una pieza.

1 7 J:;Ic8 ••

Di ficulta las maniobras blancas, pero alguna de las alternativas es muy lógica. 1 7 �a7 1 8.�d3 wh8 1 9.�cd l con c lara ventaja, Boudre-Erdogan, Francia 1 979. 1 7 llb8 1 8.fue7+ ®xe7 1 9 .b3± Van der Wiei-Haakman, Harlem 1 992. 17 f5? falla ahora por 1 8.�7+-; ...

•••

••.

1 8.�xe7+ ®xe7 1 9.�c3! (D) La torre se prepara tanto a doblarse en la columna d, como para amenazar el enroque negro por la tercera fila.

t 9 wh8 •.•

Necesaria para preparar f.S. De las otras alternativas, sólo una debe tomarse en serio:

2.� fr6 3.d4 cd4 4.�4 �6 5.fr3 e5 6.�h5 Variante Pe/ikan

1 9 J::íc 6?? 20.�xe6 lh c3 2 1 .�f5 ; 1 9... f5? 20.exf5! con ventaja decisiva .•

111

y las negras son incapaces de crear contraj uego.

en ambos casos.

24.®e2 20.b3 f5 La jugada más deseada, pero justo ahora permite molestas amenazas en h7. Veamos otras alternativas: 20 �d7!? Una sugerencia de Short que no ha sido puesta a prueba hasta ahora. La idea, poco disimulada, es jugar d5, pero los análisis del propio Short ponen en duda su corrección. 2 l .�bt! (evitando los trucos y dando un paso hacia d5) 2 l . . . f5 22.�xa6 ±. 20 ... lig8 2 l . licd3 �f8 (2 l . . . licd8 22.�e6 ®xe6 23 .fr4±) 22.�xe6 ®xe6 (22 . . . fxe6 23 .fr4±) 23.fr4 lic6 24. 1/!ifS ®g6 25 .®xg6 fug6. Y el blanco ha alcanzado la posición-control deseada. M u kheijee-Kruse, cr. 1 995 . 20 ... d5? 2 l .exd5 �xd5 2 2 . lixd5 ®xa3 23 .�d3+-. •••

Reagrupando para mantener el control absol uto de las importantes casillas blancas e4 y d5. Como conse­ cuencia de dicho control el alfil de casillas negras seguirá inactivo. También es correcto 24.�4 fxe4 2 5 . lixd6 lixd6 26.lixd6 ®e7 pero ahora no hay necesidad de capturar el peón de a6 y permitir cierto contraj uego. 2 7 . lixa6?! ( 2 7 .®g6; 2 7 . h 3 ) 27 . . . e3 ! 28.fxe3 fxe3 29.®e2!;!;.

24 ... fxe4 [24 . . . ®g6 25.f3 y sigue manteniendo el control] 25.®xe4 f3!? Un intento lógico de crear ciertas complicaciones antes de que el caballo blanco se centralice y la partida quede posicionalmente decidida.

2 1 .lih3 h6 22.�e6 ®xe6 23.lihd3 Con la maniobra de ida y vuelta de la torre, las blancas han logrado varios objetivos estratégi cos deseables: el cambio del alfil de casillas blancas, el control de la casilla d5 y un punto de apoyo de paso para su caballo en c4. Está muy claro que el resultado de la apertura ha terminado en su favor.

23 ... licd8 23 . . . fxe4 podría ser la úni ca jugada capaz de compl icar los asuntos, pero sigue 24. lixd6 ®e7 25 .fr4 licd8 26.®g6

26.lhf3?! permite 26 . . . d5 con algún l io, ya que tras 27.®h4 (27.lixf8+?! �xf8 28.®a4 �c5ii5; 2 7.®e2 lixf3 2 8 .®xf3 e4ii5) 27 . . . life8 e4 (27 . . . e4 2 8 . lixf8+ lhf8 29.fr2;l;;) 28.fr2 y es d i fi ci l evaluar la actividad de las negras, pero está claro que la posición no es fácil de j ugar para las blancas.

26... lif4 [26 . . . fxg2 27.Hxd6 Hxd6 28.lixd6 ®t7 29.®xg2 lig8 30.lig6±] 27.®d5 ®g4 28.Hxf3?! Provocando el paso a

un

final tran-

112

2. �f3 �)c6 3.d4 cd4 4.�/4 'W6 5.fr3 e5 6.�h5 Variante Pelikan

quilo de conducir, pero ditki l de l levar a la vi ctoria en vista de la degradación de los peones blancos. 28.fr3 !? ®g5 29.g3 , es una alternativa senci l la que mantiene el control de la posi ción.

28 !Ixf3 29.® xf3 ®xf3 30.gxf3 d5 3 I .e2 ..•

Short recomienda 33Jk 1 ! con idea de :gc8 pero esa jugada no sería posible después de 33 ... d3!? con contrajuego

33 ... �g5 [33 ... i>g7!?] 34.fr4 �f4 35.h3 !Ig8 [La torre no hace nada por

aquí. Algo mejor sería 35 ... i>g7 36.Wd3 M6 37.!Ig l ] 36.b4 [Las blancas se disponen a hacer uso de su mayoría móvil en el flanco de dama] 36 !Ig2? .•.

Y las negras deciden irse con todas sus piezas a la Patagonia, para no verlo. Mejor parece 36 ... lTh8 .

37.a4+- Wg7 38.b5 axb5 39.axb5 i>f6 40.b6 i>e6 4 I .b7 !Ig8 42.!Ib 1 !Ib8 43.!Ib5 Wd7 44.�a5 i>c7 J44 ... �g5 45J''íxe5 �d8 46,:gd5+ i>e6 47.r;rxd8J 45.wd3 wd6 46.h4 wc7 47.!Ib2 �h2 48.we4 �f4 49.!Ic2+ i>d7 so.wdJ! �h2 s t .r;rcl �f4 52.!Igl i>d6 53.wc4 1-0 Partida 9.09 Short,N Kuijf,R Wijk aan Zee 1 990 -

1 .e4 eS 2.�f3 �c6 3.d4 cxd4 4.fud4 �f6 5.fr3 eS 6.�b5 d6 7.�g5 a6 8.�a3 b5 9.�xf6 gxf6 1 0.�5 f5 1 l .�d3 �e6 1 2.0-o �g7 13.®h5 f4 1 4.c4 bxc4 1 5.�xc4 o-o 1 6.r;rac 1 !Ib8 (D)

Otro paso en la variante principal.

1 7.b3 Casi la única jugada empleada por las blancas. Plantea una inmediata amenaza táctica (�f4 seguido de las capturas en e6 y c6) pero lo más importante es su contenido estratégi co: neutraliza la torre de b8 y forti fi ca el punto de apoyo en c4.

1 7...\WaS La j ugada de la partida sólo tiene sentido táctico y tuvo un éxi to fugaz en los últimos años 80. Veamos las otras posibilidades: 1 7... ®d7 que defiende el caballo y prepara un posible �g4 es la j ugada principal y se estudia en la partida 9. 1 O. 1 7 ... �xd5?! Sería un disparate estratégico, que se basa en la captura de un peón despúes de 1 8 .�xd5 �b4 1 9.!Ifd 1 fua2; sin embargo las blancas a caban recuperando el peón tras 20. :gc6! :gb6 (20 . . . ®e7 2 1 .�4 �b4

2/ijj3 �6 3.d4 cd4 4.�4 �f6 5.�3 e5 6.�b5 Variante Pelikan

22.l:íxd6 �xd5 2 3 . l:í6xd5 l:íxb3 24.�6 y el caballo blanco se dirige a f5 con ataque imparable; Wolff-Bronstein, Wij k aan Zee 1 992) 2 l . l:íxb6 ®xb6 22 .�c4 ®c7 23 .�xd6 �c3 24.�f5 ! ± Stean-Sax, Las Palmas 1 978. 17 �4 Facilita los planes blancos l 8 .�c2 �xc2 1 9 . l:íxc2 i>h8 20.g4 (20.l:íd l ! ?) 20 . . . l:íg8 2 1 .i>h l �f8 22.l:íg l ± Kotronias-Reinderman, Wij k aan Zee, 1 995. 17 1Ph8?! Se ha jugado a menudo, aunque es inexacta por este orden. 1 8 .fuf4 �xc4 ( l 8 ... exf4 l 9.�xe6 �d4 20.�c4 f5 Idler-Reichel, cr-DDR 1 989 y ahora con 2 l .�d3 las blancas mantienen su peón sin compensación) l 9. l:íxc4 �5 20.�5 (20. l:ía4 ! ? puede servir para los que no quieren entregar nada. 20 . . . fub3 2 l .axb3 exf4 22.l:íxa6 l:íxb3 23 .®d5±) 20 ... fuc4 2 l .fuc4 con una compensación tremenda por la calidad. Tischbierek-Staudler, cr­ DDR 1 990.

113

en lnformator, que reproducimos a continuación, las blancas pueden ganar: 25 .®g4 ! l:íg8 (25 . . . �f6 26.®xe6 �g7 2 7 . l:íc8) 26 .®xe6 l:íf8 27J:tc8 h6 28. l:íxf8+ �xf8 29.®f7 �g7 30.l:íc l �2 3 l .®f5 ! +-.

•••

.••

1 9.l:ífd 1 l:íg8 Después de renunciar de forma definitiva a tomar el peón de a2, las negras sufren el castigo por su impro­ ductiva excursión. l 9 . . . ®xa2 es la alternativa lógica pero después de 20.®e2 la dama negra tiene problemas y el peón de a6 está condenado. 20 . . . �xd5 (20 . . . ®a5 2 1 . l:ía 1 ®d8 22. l:íxa6+-) 2 1 . l:íxd5 ®b2 22. l:ícd l ±.

20.b4! ®d8 2 l .�xa6± Las negras pueden crear algo de contrajuego en el ala de rey pero la superioridad blanca en el otro flanco es demasiado grande.

1 8.fX:2 1Ph8 2 l . �f8 22.b5 �7 .•

El complemento lógico de la j ugada an terior sería l 8 . . . ®xa2 ? ! pero se encuentra con una fuerte respuesta tác­ tica l 9.�b4 ! ! �xb4 ( l 9 . . . l:íxb4 20.fub4 �xb4 2 l .�xe6 fxe6 22.l:íc7 traspone a la partida) 20.�7+ 1Ph8 2 1 .�xe6 fxe6 ( 2 1 . . . l:íb7 22.�f5 h6 23 .�g6+ fxg6 24.®xg6 1Pg8 25.l:íc3 ®a5 26. l:ífc l �a2 27 . l:íc8 �xc l 28 .�e6+ Khruschiov-Y agupov, Rusia 200 l ) 22.�g6+ IPg8 23 .fuf8 l:íxf8 24. l:íc7 1Ph8 (24 ... ®xb3 25J!fc l y la amenaza l:íg7 es imparable) Lutz-Babula, Alemania 1 999. Y ahora según el análisis de Lutz

22 . . .�g4 23 .®xf7 l:íg7 (23 . . . �xd l 24.bxc6+-) 24.®xg7+ 1Pxg7 25.bxc6+-

23.�b4 �xd5 24.fud5 l:íg6 24 . . . �g4 25 .®xf7 �xd l 26.l:íxd l renuncia al contraj uego y la ganancia de calidad resulta pírrica.

25.h3!+Las blancas neutralizan poco a poco los intentos negros y finalmente se

1 14

2.$ �·6 3.d4 cd4 4.f:d4 g8 27. i'i:x d6 +-) 24. llxd5 llf6 ( los programas infor­ máticos sugieren la bizarra 24 . . . ®a4 pero después de 25.®h5 ! ! ®xa2 27.1/Yd l la dama negra está atrapada) 25.exf5 ®xf5 26.®h5 ®xh5 (26 ... 1/Yb l +? ! 27.1/Yd l ®xa2?? 2 8 . i'i:d 2+-) 27.llxh5 las negras tienen problemas para mantener el equil ibrio material.

23.�e6! [Todo esto ya está en el anál isis de Renet] 23 ®e7 •.•

Es mala 23 . . . �xh4? por 24.�xd7 �7 25.�xf5 l.lf7 26. l.ld2 y se pierde un peón limpio. 23 . . . ®a7 24.®h5 fxe4 25.�f5 l.lf7 26.�xe4 �xa2 27.�4 con ataque decisivo.

24.1/YhS fxe4 25:&:4 e3 25 . . . d5 26.�6+-. Así rermina el análisis de Renet. Las blancas ganan calidad y continuan con la iniciativa pero el centro negro impone respeto. Tal vez 26.�xd5 resulte más sano.

26.�xd6 exf2+ 27.Ml O!? L a s negras sueltan toda su munición, sin apuntar demasiado, por­ que la presión blanca es tremenda.

28.�f7+ llxf7 29.�xf7 fxg2+ 30.wxg2 ®b7+ 3 t .wxf2 ®b6+ 32.wfl \lllb5+ 33.�c4+- [Pero Lenier no da opciónal con traj uego, manteniendo la ventaja material y las terribles amena-

2.�3 �6 3.d4 cd4 4.f'xi4 fJ/6 5.�3 e5 6.f'xlb5 Variante Pe/ikan

zas e n h7) 3 3 ®b7 34.®fS [para r:i:d7] 34...r:i:f8 3S.r:i:d8! [contundente hasta el final] 1 -o •.•

Partida 9. 11 Rittner,H - Privara,I 0/m-cr 1 982

l .e4 eS 2.�f3 �6 3.d4 cxd4 4.�xd4 �f6 S.�3 eS 6.�bS d6 7.�gS a6 8.�a3 bS 9.�xf6 gxf6 1 o.�dS fS l l .�d3 �e6 1 2.®hS �g7 13.0-0 f4 1 4.c4 bxc4 I S.�xc4 o-o 1 6J:iac l r:i:b8 1 7.b3 ®d7 1 8.r:i:fd l wh8 1 9.®h4 fS (D)

117

negras encuentren alguna mejora que ponga la variante otra vez a flote.

Este tratamiento táctico es la única manera de evitar que las negras se hagan con el mando de la partida. La próxima serie de j ugadas es práctica­ mente forzada.

20 ... exf4 2 l .�xe6 ®xe6 22.r:l:xc6 fxe4 23.r:i:cxd6 ®e8 24.�4 Es un buen momento para hacer balance, las blancas han ganado un peón y sus piezas están situadas de forma casi ideal. Aún así la posición no es fácil, porque el alfil es muy fuerte en posiciones de naturaleza tan abierta y la pareja de peones centrales son móviles y pueden producir un peón pasado muy desagradable.

24 ... e3!? [La opción lógica y casi universal . No hay motivo para retrasar la creación del peón pasado] 2S.fxe3 fxe3 26.r:i:el Tal vez la j ugada principal, o por lo menos la más lógica desde el punto de vista estratégico. Esta posición se ha puesto en práctica sobre todo en parti­ das por correspondencia y el grueso de los análisis ha ido filtrando la conclu­ sión de que el contrajuego negro puede controlarse. Por ese motivo no está la variante ahora mismo en la cresta de la ola, pero es imposible j ugarla con blancas sin conocimientos muy preci­ sos, y no se puede descartar que las

Las negras ya amenazaban e2 seguido de ®fl y las otras defensas son más articificiales.

Casi todas las partidas han seguido este camino, que es una muy lógica reorganización de funciones, al ceder la dama negra la casil la e8 a la torre menos activa. Sólo otra jugada aparece en mi base de datos, pero veremos

1 18

2.� �6 3.d4 cd4 4.fxi4 h8! 22J;¡:g l (22.�xe4 �f6 23 .Wt3 lhb4 24.b3 parece ligeramente favorable para el blanco) 22 ... �xb2 23.Wh6 \l11c 3 ! no dió nada a las blancas en Topalov­ Leko, Dortmund 2002. C) 1 9.�b3 �g6 20.f4 exf3 2 1 .\l11x f3 f4 22 .�c2 aS 23.a3 \l11d 7 24.fl:e2 Y2-Y2 Toro-Leotard, cr. 1 998. 1 8.f3 ! ? Una continuación poco explorada, que intenta demostrar que no es necesario perder un tiempo con i>h l . 1 8 ... b4 ! ( 1 8 ...�xdS 1 9.fxe4 ll1icS+ 20.fl:t2 �e3 2 1 .exfS± De la Vil la­ Gómez, Matalascañas 1 993) 1 9.�b l bxc3 20.fuc3 ! Es mi propuesta, las blancas plantean un ataque peligroso, pero es cierto que sus dos piezas menores no ocupan posiciones sólidas. (20.fxe4 cxb2 con ventaja negra Gómez-Fluvia, Mondariz 2002) 20 . . . fl:b8 (20 . . . �xc3 2 1 .bxc3 \l11 x c3 22 .�b l con ataque) 2 1 .�b3 ! �xc3 (2 l . . .�d4+ 22.h l dS pero toda esta variante es muy del icada para las negras y las blancas tienen varias opciones de asegurarse al menos una pequeña ventaja) 26.:\lxe8+ ll1ixe8 2 7 .i>fl . Las negras siguen estando activas, pero su estructura de peones está llena de debilidades; Ponomariov -Anand, Mainz (rapid) 2002 B) También es interesante: 1 9 ...�f4 20.\l11g S �d3 2 1 .�e3 ! h6 (2 1 . . .\l11d 8 22.Wxd8 :!laxd8 23 .fl:e2;l;) 22. WxfS (22.\l11 h S ! ? para tomar en fS con el caballo es una posible mejora sugerida por Daniel Lafarga en su interesante artículo para Jaque) 22 . . .�xe l 23 .fl:xe 1 fl:e8 24.\l11 f4 fl:eS 25 .g4 ! Y las blancas tienen una posición muy prometedora por la cal idad; Acs-Malakhatko, Yerevan 200 l . 1 8...\l11c 5?! No tiene lógica si luego no puedes comer el peón 1 9 .�c2 fud5?! 20.\l11x f5±. 18 ...fl:b8?! 1 9.\l11g S �g6 20.�2 :!le8 2 1 .fki4 Werle-Emst, Groningen 2002, y las negras deben perder un peón o ceder su importante alfi l .

1 8 a5 •..

1 9.1/YgS Una vez más poniendo piedrecitas en la buena circulación de las piezas blancas. Se han intentado otras alterna­ tivas: 18 �g6 La más frecuente, el caba­ llo ya no tiene interés en presionar dS y busca nuevos horizontes. 1 9.�2 A) 1 9 . . . fl:e8 20.f4 exf3 2 1 .fl:xe8+ Wxe8 22.\l11x f3 f4 23 J:�e 1 Wd7 24.�b4 !

1 9.fubS ! ? Es una alternativa muy interesante que se analiza en la partida siguiente.

•••

1 9 1l1ib 7! •..

Después de esta excelente j ugada, recomendada por Rogozenko anterior-

2.�/3 �6 3.d4 cd4 4.ru4 �l6 5.�3 e5 6.rub5 Variante Pelikan

1 26

mente, pero empleada por primera vez en esta partida los intentos de las blancas por ganar quedan reducidos a pequeñas chances prácticas. Las otras continuaciones no eliminan el sufri­ miento de las negras. 19 �6 Era lo más conocido, pero deja la cadena sensible fS-e4 mal defendida. 20 .�xbS a4 2 l .�d 1 (2 l .fud6 ! ? disponiéndose a dar una pieza por todos los peones posibles, por ej emplo: 2 l . . . ill'b 8 22 .fufS axb3 23.axb3 ill'x b3 24J::txe4 ill'x b2 2S.c4;t) 2 l . . . il!lcS 22.c4 (22 .�e2 ! ?) 22 . . . il!lxc4 23 .fud6 ill'x a2 24J:te2 ! (no es cuestión de permitir un peón pasado en la columna a con 24.�xfS ? ! ill'xb2 2S .Ii:xe4 a3oo) 24 . . . ®xdS 2S .�xfS;t; Bruzón­ Handke, Oropesa del Mar 1 999. 19 ®d7 Es otra continuación muy reciente y aunque parece más pasiva que ill'b 7, ha cosechado buenos resulta­ dos hasta ahora. 20.f3 �g6 (esta es la c lave de la j ugada anterior. Las negras van a entregar un peón para instalar un fuerte caballo en eS ) 2 l . fxe4 f4 22.�b 1 En vista de que �2 no es posible, esta parece la jugada más lógica, intentando oponerse con este caballo al dominio de eS. Además se prepara a3, consolidan­ do el ala de dama. (22.1Yh l Ii:ae8 23 .®f5 ®b7 24.c4 bxc4 2S .fuc4 ill'b4 26.®d7 Ii:c8 27.Ii:c l �S 28 .�xeS fuc l 29.fuc l �xeS 30.®g4+ r;i;1h8 y el peón de más no debe serv ir para j ugar a ganar; Thipsay-Harikrishna, Mumbai 2003 ) 22 . . . b4 23.cxb4 axb4 24.�d2 �xb2 2S .�c4 ? ! (¿porque no? 2S .Ii:xf4) 2S . . . �c3 26.Ii:e2 Ii:ac8 y el caballo blan­ co tiene problemas según la partida Lindberg-McShane, Malmoe 2003 . •..

•.•

20.0 h6 Es mejor desplazar la dama ahora, para que no sepa donde ir, antes de definirse con los avances de peones en el ala de dama, pero no parece haber un motivo concreto 20 ... a4 ! ? 2 l .�c2 b4 22.cxb4 h6 ! .

2 I .®g3 Es muy conocido que unas rondas después, a pesar de su victoria en esta partida, Shirov cambió de j ugada contra Grischuk y perdió. Un signo más de que consideraba no haber sacado mucho de la apertura en esta partida, lo cual declaró también en una rueda de prensa. 2 I .®f4 a4 22.�c2 b4 23 .cxb4 ®xb4 ! 24.fxe4 �g6 !oo 2S.I!ilxfS �xb2 26.eS �xeS 27.�b l Ii:ae8 28.�e4?? �f4 ! -+ 29.g3 �eS 30.®g4 Il:xe4 3 l .�xe4 ®xe4 32.gxf4 �b8 0- 1 ; Shirov­ Grischuk, Wijk aan Zee 2003 .

2 l . a4 22.�c2 b4 ••

El contraj uego negro sigue, de manera característica, lo bastante rápido para no permitir a las blancas iniciar un ataque después de haber eliminado los peones centrales.

23.�c4! En el Yearbook 66, Tzermiadianos escrutiniza profundamente la promete­ dora jugada 23.cxb4!? para llegar a la conclusión final de que las negras no tienen problemas. Por ejemplo: 23 . . . fudS ! ( Rogozenko apoya también

2.� flc6 3.d4 cd4 4.fld4 �6 5.flc3 e5 6.fldh5 Variante Pelikan

la variante 23 ... ®xb4 24.fxe4 f4 25Jhf4 flg6 26J::í:ffl �xb2 27.flb l pero esto parece menos claro, a pesar del punto de apoyo en e5) 24.fxe4 f4 25 .®h3 flxb4 26.�b l flc6 27.�f4 ®xb2 28.flc4 ®b4 29.l:!c l ®c5+ 30.1Ph l fle5 3 1 .�d3 f5 .

2 3 ®xdS 24.fxe4 ®xc4 [Necesario puesto que si 24 . . . fxe4 25 .l:!xe4 con varias amenazas] 2S.exfS fldS

127

El consenso de evaluación sobre esta posición es que las negras deben hacer tablas, pero su posición es algo más desagradable debido a la iniciativa que conceden a las blancas los alfiles de diferente color. Es dificil creer que Grischuk quisiera repetir esto 4 días después.

•••

Como señala Rogozenko, 25 . . .flxf5 26.l:!xf5 ®xa2 27.®d3 da un ataque realmente peligroso a las blancas.

26.f6 flxf6 27.l:!xf6 l:!ae8 Esto todavía parece lo mejor, por­ que arrebata la columna e o bien crea debil idades en la primera línea a las blancas. En caso de 27 . . . ®c5+ 28.Wh l ®g5 29.®d3 ! l:!fe8 30.l:!ffl Las blancas siguen manteniendo cierta iniciativa, lo que tiene su valor en posiciones con alfiles diferentes. Pero las cosas son menos c l aras si 27 . . . bxc3 28 .l:!xh6 Wc5+! 29.1Pfl l:!fe8oo.

28.l:!efl [Tampoco da nada 28.l:!d 1 l:!e2 29 .l:!d4 Wc5] 28 l:!e2

32 bxc3 33.bxc3 WeS?! •••

Los apuros de tiempo de Kramnik le llevan a una serie de j ugadas donde se va a buscar su ruina. Los comenta­ ristas no se ponen de acuerdo en cual es el momento en que tira la partida del todo y nosotros ya hemos pasado la fase que nos interesa analizar profun­ damente. 33 . . . a3 34.We4 f5 35 .We6+;!;; 33 . . . f5 !?.

34.c4 1Ph8?! [34 ... f5 3 5 .�c2;!;] 3S.�c2 WaS?! [35 ... f5] 36.Wd3!+- rs 37.Wxd6 Wc3 38.�d3 Wd2 39.cS Wxa2 40.c6 l:!g8 4 t . Wg6 l:!f8 42.c7 Wg8 43.Wc6 l:!c8 44.�a6 1 -0 Pa rtida 9.14

Wieringen,C - Swinkels,A cr-NL 1 999

.••

No es mejor 28 . . . bxc3 29.bxc3 (29.l:!xh6? ! Wd4+ 30.wh 1 We3=) 29 ... l:!e2 30.�d3 ®c5+ 3 1 .\Ph l ;!;; mien­ tras que 3 1 . . . l:!xa2? resulta demasiado ambiciosa por 32.l:!xh6 l:!b8 3 3 .®f4+-.

29.�d3 WcS+ 30.1Ph 1 l:!e3 3 1 .1!60 l:!xf3 32.Wxf3

t .e4 eS 2.flf3 flc6 3.d4 cxd4 4.flxd4 flf6 S.flc3 eS 6.fldbS d6 7.�gS a6 8.fla3 bS 9.�xf6 gxf6 1 O.fldS fS 1 1 .�d3 �e6 1 2.0-0 @xdS 13.exdS fle7 1 4.c3 �g7 1 S.®hS e4 1 6.�c2 Wc8 1 7.l:!ae1 O-o 1 8.�b3 aS 1 9.flxbS! ? (O)

Una continuación que, aunque se ha jugado en algunas partidas, no ha reci­ bido hasta ahora la atención adecuada.

2.fiJj3 rr6 3.d4 cd4 4.�}{14 �{6 5.�)c3 e5 6.�b5 Variante Pelikan

1 28

Con los análisis realizados hasta este momento, la posición blanca me pare­ ce preferible, pero está claro, que en este tipo de posición las nuevas ideas pueden convertirse en viejas e inservi­ bles en un periodo de tiempo mínimo.

E

i ttJ



:� • A!il i ..t i i �

1 9 a4 •.•

La única j ugada que puede justificar la entrega del peón. 1 9 ... 1/NcS? ! 20.a4 ! deja un caballo muy fuerte e n b 5 y las negras no pueden tomar todavía en d5 .

20.�d l ®es 2 l .�e2! ? David Lafarga fu e quien m e hizo reparar en esta j ugada, de una "oscura" partida por correspondencia y que pone los máximos problemas a las negras. Anteriormente se había j ugado : 2 1 .�4 ®xd5 22J!e3 r::i:tb 8 23.r::l:h 3 ? ! (es preferible b3 para eliminar la siguiente posibilidad negra) 23 ... h6? ! (23 . . Jlxb2 ! 24.®xh7+ li;>f8:x>) 24.b3 a3 25 .�c2 (25.b4 ! '? f4 ! 26.1/:11x d5 fud5oo) 25 ... r::l:c 8 26.r::i:d l ( ahora sí 26.b4 ! , con idea de

�b3 , que obl iga a las negras a medidas extremas. 26 .. Jhc3 27.r::l: x c3 ®xd4 28.Hc7 y aunque la posición es muy compleja, con un gran alfil en b3, yo prefiero la calidad de más que la com­ pensación) 26 . . . 1/:11 e 5 27.g4 fxg4 (27 . . . �5 !co) 2 8 .1/:11 xg4 d5 29.1Yh l f5 30.®h5 f4 3 1 .1/:11x e5 �xe5 32.c4 r::l:a6 33 .�b5 �g7 34.Hg l l!>f8 35.r::l:h4 �g6 36Jlhg4± Vallej o-Van Wely, B led (ol) 2002.

2 l . .. f4 Hasta ahora es la única j ugada empleada en la práctica, pero la batalla anal ítica se presenta compl icada. 2 l ... fud5 parece la jugada crítica: A) Es fácil caer en 22.1/:11 x f5 fuc3 ! 23 .®xc5 fue2+ 24.lhe2 dxc5 25Jlxe4 Htb8 ! (25 ... �xb2 26.Hg4+ .1Yh8 27.r::l:c4 �) 26.�7 Ha7 27.�5 Hxb2=. 8) 22.Wg5 ! (evitando el doble en f4 antes de j ugar c4) 22 ... Htb8 (22 ... h6 23 .®d2�; 22 . . J;!ab8 23 .c4 �7 24.fuc7 l/:llx c7 25.Iib l l/:llc 5 26.Hfd l �) 23 .c4 �b6 24J:td 1 Hd8 25 .b3�. Las negras tienen demasiadas debilidades y sus activas piezas han perdido muchos de los objetivos que tenían en el flanco de dama blanco.

22.1/NgS Se ha jugado también la inmediata

22.b4 axb3 23.axb3 f5? ! (las negras pudieron j ugar 23 . . .fud5co) 24.b4 l/:llb 6 25 .c4 �g6 26.c5?! (aquí 26.1/:11g 5 se pro­ duce en mejores condiciones que en la partida) 22 . . . dxc5 27.bxc5 ®xc5 28.Hc l l/:llb4 29.d6 f3, con iniciativa. Pilgaard-

2.f:¡f3 �·6 3.d4 cd4 4.�4 f:¡(6 5.�·3 e5 6.�b5 Variante Pelikan

Bokros, B udapcst 1 999. Otra idea interesante es 22.c4!? con la intención de liberar al alfil de la defensa del caballo, por ejemplo 22 . . . .1tib2 23 .1tig4 f5? ! 24.®g5±.

1 29

L a posición e s muy compleja. Si las blancas logran controlar la actividad negra se impondrán, pero necesitamos más ejemplos prácticos para verlo.

26 ..J!es 27.®g4 rs 28.®g5 22 . . .fud5 23 .c4 �b6 24.®xf4 �xc4 25 .b3 ! axb3 26.axb3 �5 (26 . . . ®xb5 27.1tixc4±) 27.®xe4±.

Provocando los nuevos ataques a la dama que acaban descolocando piezas negras. Si 28.®h5 f3 29.ef3 e3 ! con un fuerte contraj uego.

23.b4 axb3 24.axb3 Hae8 25.b4 ®b6 26.c4 ( D )

28...1tif6 [28 . . . e3 29. f3 ! seguido de un eventual g3] 29.®h6 ®d8?! Debemos suponer que las negras j ugaban a ganar, puesto que la mejor j ugada parece 29 ... 1tig7 y en ese caso no se ve como las b lancas hubieran evitado la repetición. Si 30.®h5? ! f3 3 I .gf3 e3 ! .

30.i>h l ltig7 3 1 .®h3 t3 [Es dificil hacer algo sin rupturas pero esto no lleva a nada. 3 1 . . . e3?! 32.fxe3 fxe3 33 .1tid3+-] 32.gxt3 �f4 33.®g3 �hS 34.®g l [ Ú nicas pero desagradables] 34 .. J!f6 35.®g5 f4 36.®h4 e3 37.1tid3 ®e8 38.®g4 1 -0 Estadística :

En el conjunto de la variante las blancas consiguen tan solo el 52% de los pun­ tos sobre casi 40.000 partidas, lo que puede considerarse satisfactorio para las negras. En la denominada variante Svesnikov, la que comienza con la jugada b5, las negras con 25 .000 partidas mantienen el 48% de los puntos. En las variantes recomendadas en este libro las blancas mejoran ligeramente el porcentaje. en el caso de ltid3 contra f5 hasta el 53% y en el caso de c3 contra ltig7 hasta el 54%. En todos los casos se puede considerar que el porcentaje de las negras es satisfactorio.

130

2.�3 �6 3.d4 cd4 4.��14 �6 5.�3 e5 6.�b5 Variante Pelikan

Esquema Resumen : l .e4 c5 2:�)0 �6 3.d4 cd4 4.fld4 �f6 5.M e5 6.�db5

- 6 . . . h6 Una variante sólida aunque algo pasiva ;t

6 ... d6 7.�g5 a6 8.�3 �e6 8.�a3 con las siguientes opciones: - 8 . . . d5? ! Compl icada pero floja ± - 8 . . . �e6 ! ? Las blancas pueden mantener el control j ugando con precisión ± - 8 . . . b5 9.�f6 gf6 1 0.�5 �g7 Las blancas logran controlar el contraj uego negro sin agobios ;t

l O fS l l .�d3 �e6 1 2.0-o �g7 y ahora: •••

-

1 3 .®h5 1 3 .®h5 1 3 .®h5 1 3 .®h5

0-0? Perdedora aunque bastante frecuente +h6? ! Las blancas logran controlar la posición ± f4 1 4.c4 b4? ! Pasiva. Deja las manos libres a las blancas ;t f4 1 4.c4 bc4 1 5 .�c4 �4 Complicada. Puede haber mejoras ±

- 1 6 . . .�4? ! Floja. Las blancas logran el control ± - 1 6 . . . fia7?! Las blancas no tienen problemas ± . - 1 6 . . .�7 Lógica para romper el control blanco, pero se queda a un paso de conseguirlo ;t - 1 6 . . .fib8 1 7.b3 ®a5 Complicada, pero ha perdido su encanto inicial ;t - 1 6 . . . fib8 1 7.b3 ®d7 1 8.fiad 1 wh8 1 9.®h4 �d5 Lucha por el control de d5, pero, con ciertas complicaciones las blancas lo mantienen ;!.; - 1 6 . . .fib8 1 7.b3 ®d7 1 8.fiad l lilh8 1 9.®h4 f5 La variante más complicada, las blancas mantienen una mínima ventaja pero no se pueden descartar mejoras ;!;

I O f5 l l .�d3 �e6 12.0-0 �d5 13.ed5 �7 1 4.c3 ..•

y

ahora:

- 1 4 . . . fig8?! Ambiciosa pero imprecisa ± - 1 4 . . . ®d7 Perfeccionando la idea anterior. Las blancas deben cambiar de plan ;t

1 4 ... �g7 1 5.®h5 con las siguientes posibilidades: - 1 5 . . . ®d7 Sólida, incisiva y con terreno por investigar ;!.;/= - 1 5 ... e4 1 6.�c2 ®a5 Especulativa y arriesgada ± - 1 5 . . . e4 1 6.�c2 ®c8 Un orden impreciso ;t

2.� fr6 3.d4 cd4 4.0Ll4 �l6 5.fr3 e5 6.0Llb5 Variante Pelikan

131

15 ...e4 1 6.c;?¿c2 o-o 1 7.fl:ael ®es -

1 8 .wh 1 Neutralizada por 1 8 ... fl:b8 ! , pero con campo para investigar = 1 8. f3 Poco investigada e interesante =/ t 1 8.c;t¿b3 �g6 Ambiciosa, pero deja las manos l ibres a las blancas ;!; 1 8.c;?¿b3 a5 1 9.®g5 ®b7 ! ? Ambiciosa y sana =/;!; 1 8.�b3 a5 1 9.®g5 ®d7 ! ? Menos analizada, pero igualmente sana =/;!; 1 8.c;?¿b3 a5 1 9.�b5 ! ? Un complej o intento de crear problemas a las negras =/;!;

,

CAPITU LO 1 0 1 .e4 eS 2 . tll f3 e6 3.d4 cd4 4. tll d4 jugadas 4 . . . .tc5 ; 4 . . :ti'b6 y s . . ..tcs

Valoración **

He decidido incluir las variantes que comienzan con las jugadas 4 . . . �c5 , 4 . . . ®b6 y 5 . . . �c5 e n e l mismo capítu lo por varios motivos. En primer lugar, la variante que propongo para intentar la refutación de dos de el las permite la trasposición de una a otra; en segundo lugar algunas de las ideas básicas son comunes y en tercero existen muchas otras trasposiciones entre ellas. también en el caso de que las blancas elijan un tratamiento diferente al propuesto en este libro. De hecho las tres variantes conflu­ yen en una rama común tal como seña-

lo en la primera partida del capítulo. En mi opinión las blancas pueden intentar una refutación directa de las tres, pero para aquel los jugadores que no desean una lucha táctica desde el comienzo, o que desconfian de ella, propongo trata­ mientos posicionales que podríamos denominar "de secado" . En el los las blancas se aseguran una pequeña ven­ taja posicional sin muchos riesgos. Las conclusiones teóricas de este libro no son nada halagüeñas para estas variantes, sin embargo los resultados obtenidos hasta el momento son bas­ tante razonables. En mi opinión esto es debido a que los jugadores de blancas no las han tomado en serio y todas ellas tienen un alto potencial de contraj uego. Si las blancas creen que basta con reti­ rar el caballo atacado y luego siempre habrá una pequeña ventaja, pueden estar cometiendo un error y no sólo de naturaleza psicológica. En mi opinión la mayoría de las posiciones con la retirada del caballo blanco, sobre todo las derivadas de 4 . . . ®b6 ofrecen a las negras un juego atractivo y lleno de posibil idades de lucha. Por último quiero señalar que la j ugada 4 . . . ®b6 puede resultar mucho más sana que 4 . . . �c5 y es una línea marginal que se puede mantener en el

2. . e6 3.d4 cd4 4.f1.14 jugadas 4 . {j;_c5; 4 ®h 6 y 5. . . �c5 .

repertorio con poco esfuerzo y buenos rendimientos, siempre que los jugado­ res de blancas no elijan la continuación 5.{j;_eJ que hasta el momento es casi inédita. Historia

Las variantes 4 . . .{j;_c5 y 5 . . . {j;_c5 tras­ ponen entre sí muy a menudo y tienen una historia paralela. Como en tantas otras líneas de la sicil iana el precursor fue Luis Paulsen que la empleó en varias partidas con Morphy . En aque­ llos años algunos otros j ugadores la emplearon pero pronto cayó en el descrédito por la debilidad provocada a menudo en las casillas negras. En los años 70 el iconoc lasta Basman la resucitó pero no logró seguidores. Por fin, a mediados de la década de los 90 el MI croata Srdjan Sale comenzó a j ugarla de forma regular con excelentes resultados y finalmente publ icó un artículo sobre la misma en N lC. A pesar de todo ello las variantes con {j;_c5 no han logrado dar el paso de ser empleadas a un alto nivel. Por el contrario la j ugada 4 . . . ®b6, de aspecto más moderno, no hizo su aparición hasta la década de los 90, defendida sobre todo por el GM Kveinis que alcanzó unos porcentajes envidiables con ella. Como reacción a este éxito j ugadores de la elite como Judit Polgar. Epishin. Jalifman o Short la han empleado ocasionalmente, curiosamente con unos resultados muy malos. Ideas

.

.

. . .

133

Las jugadas con �c5 parecen seguir una estrategia antigua, un rápido des­ arrollo de piezas y juego táctico. En su versión moderna las negras intentan mantener el alfil en la agresiva diago­ nal a7-g l y desarrol lar el flanco de rey con el esquema f:Je7, 0-0 y f5 para l le­ var a cabo un ataque a través de la columna f. Si las blancas no se toman en serio esta idea pueden sufrir fiascos inesperados. La j ugada 4 ... ®b6, a pesar de las muchas trasposiciones, tiene una idea más elaborada y podríamos decir que es uno de esos casos en que el objetivo que parece secundario es el principal. Las negras intentan convencer a las blancas de que retiren el caballo de la casi lla d4, para a continuación seguir un desarrollo clásico de la siciliana con ®c7, a6, b5, �b7, flf6, d6 y flbd7. Comparado a las líneas con ®b6 del capítulo 5, las negras obtienen un desarrollo mucho más flexible que lo hace realmente atractivo. Por el contra­ rio la desventaja respecto a aquel capí­ tulo es que las blancas no están obliga­ das a retirar el caballo y en mi opinión no deberían hacerlo. Pa rtida 10 . 01

Georgiev,K Nadanian,A Saint Vincent 2000 -

t .e4 eS 2.flf3 e6 3.d4 cxd4 4.flxd4 {j;_cs ( 0)

Recomendamos esta continuación puesto que los análisis a día de hoy

13 4

2

...

e6

3.d4 cd4 4.fJd4 jugadas 4. �c5; 4. . . ®h6 y 5. . �c5

parecen indicar que es muy dificil para las negras mantenerse a flote. Sin embargo, sí algún j ugador desea una vía más tranquila le sugerimos estudiar la continuación: s.�b3 �b6 6.fr3 �7 7.�f4, que coloca a las negras ante el dilema de permitir un alfil blanco en d6 o bien la continuación 7 . . . d5 8.exd5 que da a las blancas un j uego bastante cómodo contra el peón d aislado. No agotamos aquí los anál isis de esta l inea, pero el material a tratar es muy manejable.

5 ®b6 •••

La j ugada más lógica y más frecuente, aunque las negras han inten­ tado un amplío abanico de opciones, casi todas las que se defienden de la amenaza blanca de tomar en e6: 5 d6?! {parece muy extraña) 6.fr3 �e7?! 7.�b5+-. 5 b6?! ( no es mucho mejor que la anterior) 6.�c3 �e7?! 7.�b5 �xe3 s.�6+ wf8 9.®D+-. 5 �b6!? Es algo más lógica pero ...

. .

.

las negras renuncian a aumentar la presión con su dama y además el otro caballo blanco puede dirigirse rápida­ mente a incordiar el alfil negro. 6.�2 ! (6.fr3 fr6 7.frb5 tampoco está mal ) y ahora: A) 6 . . .�7 7.fr4 (j)c7 8.e5 �xeS (8 . . . o-o 9.�bS±) 9.�bs {j)f6 t o.�bd6+ Wf8 I J .{j)dJ , con una compensación brutal. B) 6 . . .fr6 7.fr4 �xd4 8.(j)xd4 fud4 9.®xd4+-, con amenazas en g7 y d6. C) 6 . . . d5 7.exd5 ®xdS 8.®g4, con una enorme ventaja de desarrollo.

6.c3! La j ugada c lave que prepara el viraje del caballo hacia la molesta casi­ lla c4. El único pero a esta j ugada, es que está avalada por una escasa expe­ riencia práctica. 6.'�Jc3 fr6 lleva a la famosa posición común en las tres variantes que cuenta con amplía expe­ riencia a nivel magistral. En este momento las blancas pueden saltar a bS con cualquiera de los dos cabal los y las dos j ugadas son peligrosas para las negras. También pueden atacar a las dos piezas negras saltando a a4, que resulta más inofensivo. En cualquier caso no vamos a profundizar en esta linea, a pesar de su evidente interés, porque después de haberla anal izado, creo que las negras tienen opciones muy razonabes de resistir.

.••

..•

La captura inmediata del peón parece l levar a las negras a una posí-

135

2 e6 3.c/4 cc/4 4.Y.Jd4 jugadas 4 . / iic5; 4 . . Yllh 6 y 5 . . . �c5 . . .

ción muy dificil. 6 . . . ®xb2?! H:Xi2 y ahora: A) 7 . . . ®xc3? 8.�bS ®eS 9.�xcS ®xcS I OJic l +-. B) 7 ...�6 8 J'l:c 1 (es menos claro 8.flbS �xe3 9.fxe3 con la idea Cc4 9 . . . dS 1 O.exd5 exdS 1 1 J:!b 1 ®xa2 1 2.Il:a 1 ®b2ac) 8 . . .®b6 9.®g4 g6 1 O.e5, con una compensación realmente tre­ menda. C) 7 . . . a6 (para cubrir la casilla bS) 8.Il:b 1 ®a3 9.Il:b3 ®xa2 (9 ... ®aS 1 0.�6 flxc6 I J .flc4 �xe3 1 2 .flxaS flxaS 1 3 . fxe3 fub3 1 4.axb3±) I O.flc4 (inten­ tando atrapar la dama) 1 O . . . bS I I .Il:b2 ®a4 1 2 . ®xa4 bxa4 1 3 . flxe6 dxe6 1 4.�cS±.

7.fld2! ( D )

.

.

7 d5?! •.•

Evita el salto a c4, pero el caballo tiene otra casilla interesante: 7 ...flxd4!. Es J o crítico y l o mejor, pero las blan­ cas tienen siempre una pel igrosa ini­ ciativa como demuestran los siguientes anál isis: 8.flc4 ®c6 9.�xd4 ®xe4+ 1 O.�e2 con varias opciones: A) I O . . . �f8 1 1 .0-0 ®c6 ( l l . . .flf6 1 2.�f3) 1 2.b4 ! a6 ( 1 2 . . . dS 1 3 .fle5±) 1 3 .a4 !±. B) l O ...�e7 t i . o-o flf6 1 2 .�f3 ®f4 ! ( l 2 . . . ®g6 1 3 .®a4 ! ± 0-0 l 4.flb6+-; l2 ... ®h4 1 3 .®a4 0-0 1 4.g3 ®h6 I S .flb6 axb6 1 6.®xa8 dS 1 7.�xb6+-; 1 2 . . . 1/YfS 1 3 .®a4 0-0 1 4.flb6±) 1 3 .®a4 0-0 l 4.�eS ( 1 4.flb6? axb6 I S .®xa8 �d6+) 1 4 . . . \WgS J S .�d6 con compensación. 7 ...�xd4? ! (dej a sin defensor la casilla d6) 8.�xd4 flxd4 9.flc4 ®cS 1 O.b4 V!lgS I J .V!Ixd4 flf6 1 2 .h4 ! ®f4 1 3 .fld6+ We7 1 4.fid l ±. 7 ®xb2? 8.Il:b l ®xa2 9.�c4 ®aS I O.fl4b3+-. ..•

Una concesión muy seria pero inevitable. Si 8 dxe4? 9.flxcS ®xcS I O.flbS ( I O.flxe6 ®eS ) 1 0 . . . 1/YeS ( I O . . . ®e7? J J .fld6+ wf8 1 2 .�cS +- ) l l .�d4 ! fud4 1 2.cxd4 ®b8 ( 1 2 . . . ®f4 1 3 .g3 ) l 3 .Hc l ±. 8 flxd4? 9.flxcS ®xcS 1 O.�xd4 ®f8 l l .�bS±. ..•

••.

7.b4 �xd4 8.�xd4 flxd4 9.®xd4 parece suficiente para tener un final más agradable, pero la j ugada de la partida plantea amenazas muy serias y conduce a las negras por un sendero muy estrecho.

9.flxd4 ®d8 1 0.®g4 1 O.exd5 exdS ( 1 0 . . . 1/YxdS? ! l l .flbS ±) l l .�d3 flf6 1 2.0-0 0-0t.

I O flf6 l t .®xg7 fig8 1 2.V!Ih6 fig6 •.•

136

2. . . e6 3.d4 c:d4 4.�4 jugadas 4. . . (j)_c:5: 4 . . ®b6 y 5 . . . (j)_c5 .

1 3.�xc6 bxc6 14.®f4 [ 1 4.®h4 !'Ig4] 1 4 ...!Ig4 [ 1 4 . . . flxe4 1 5 . 0 ±] I S.®f3 dxe4 1 6.®e2 aS 1 7.!'Id l ®c7 1 8.g3 {j¿a6 1 9.c4 a4 20.h3 !'Ig6 2 1 .®d2 fld7 22.{j¿e2 !'Ib8 23.®d4 eS 24.®c3 !'Ib4 2S.®h8+ Qie7 26.(j¿hS !'Ib8 27.®c3 f[gg8 28.(j¿f4 eS 29.f[xd7+ ®xd7 30.iJJ/ x eS+ ®e6 3 1 .®xcS+ M6 32.{j)_g4 f[xg4 33.hxg4 t -o Pa rtida 10.02

Asauskas - Staniszewski Varsovia 1 999

l .e4 eS 2.�0 e6 3.d4 cxd4 4.flxd4 ®b6 (0)

� � .t • .t � � ' ' • ••• ' ¡v

La j ugada 4 . . . iJJ/b6 ha sido empleada repetidamente por K veinis con gran éxito. Las negras tratan de desplazar el caballo blanco a la casilla b3 mante­ niendo una flexibilidad envidiable en su posición. Si las blancas quieren sacar alguna ventaja están obligadas a internarse en variantes más o menos agudas.

Como variante principal elegimos la jugada que puede llevar a trasponer a las otras variantes estudiadas en este capitulo. Pero al menos una de las alternativas es buena para las blancas. S.flc3 Es una jugada menos ambi­ ciosa, pero suficiente para lograr cierta ventaja. 5 . . . (j)_c5 6.fla4 ®a5+ 7.c3 {j¿xd4 8.®xd4 �f6. Las blancas han logrado la pareja de alfiles. pero no tienen fácil estabilizar el juego debido a la posición algo expuesta de sus piezas. Lo consi­ guen forzando un final con una entrega de peón 9.flc5 flc6 I O.®d6 ! b6 I l .flb3 �xe4 1 2 .®xc6! dxc6 1 3 .flxa5 bxa5 1 4.{j¿e3;!;. S.flb3 ®c7 ! ? da mucho juego a las negras.

S ®xb2 •.•

Es necesario tomar el desafio, pero ahora todo depende de los análisis tácticos y hasta el momento parecen favorecer a las blancas. 5 . . . �c5 es una trasposición a la partida anterior.

Es necesario evitar el salto del caballo blanco a b5, veamos porque: 6...flc6?! 7.flb5 y ahora hay dos opciones: A) 7 . . . ®e5 8.a3 d5 (8 . . . iJJ/b 8 9.flc4±) 9.g3 g5 (9 . . . ®b8 J O.exd5 exd5 I J .{j)_f4+-) J O.flt1 ®b8 l l .exd5 exd5 1 2 .(j)_xg5+- . 8) 7 . . . flb4 8.�c l flxa2 ( 8 . . . ®e5 9.�c4+-) 9.!'Ib l ®e5 I O.flc4+-. 6 (j¿b4?! 7.flb5 ®e5 8.f4 ! �xd2+ .•.

2 . . . e6 3.d4 cd4 4.�4 jugadas 4. . . ?tc5; 4. . . ®b6 y 5. . . �c5

9 . 1i>xd2+-.

7 ®c3

137

Esta continuación que abre el rey y obliga a perder más tiempos da un respiro a las negras, pero las cosas parecen mucho más dificíles para ellas en caso de 9.Hb l ! �6 I O.fuc6 dxc6 l l .�b6 ®d7 1 2.�4 i5.

9 ...�f6 1 0.1i>h 1 ? ! [ I O.c4 d6] 10 ...�6 t t .c4 d6 1 2.�xc6 bxc6 1 3.eS �7 1 4.exd6 �xd6 1 S.�4 �e7 1 6.�d4 0-0 1 7.HO eS 1 8.fxeS fueS 1 9.Hg3 Hd8 20.�S �g6 2 t .®g1 eS 22.�e4 Hb8 23.�e3 �b7 24.�xb7 Hxb7 2S.Hft �xgS 26.HxgS �S 27.�4 f6 28.�xeS fxeS 29.®e3 He8 30.h4 ®d6 3 t .HgfS ®d4 32.®0 ®xh4+ 33.1i>g 1 ®d4+ 34.1i>h 1 Hbb8 3S.Hf7 e4 36.®fS e3 37 .Hd7 e2 o-1

..•

La dama impide el salto a c4 que es muy peligroso, como demuestran los análisis, y a la vez prepara su retirada a c7. Veamos otras posibilidades: 7 ...�c6 8.0-0! �xd4? ! (8 . . . b5 9.�f3 �f6 I O.a4iil; 8 . . . d5 9.exd5 exd5 l OJíe l iil) 9.�c4 ®c3 I O.�d2 �f3+ l l .®xf3 ®d4 1 2 .�e3±. 7 ...�b4?! 8.0-ü, con una enorme ventaja de desarrollo.

Pa rtida 10.03

Steinitz,W - Green,V Londres 1 866

t .e4 eS 2.�0 �6 3.�3 e6 4.d4 exd4 s.�xd4 �es (D)

s.o-o Las blancas terminan el desarrollo y la defensa negra parece muy dificil. I ncluso en este momento las blancas tienen otra posibil idad atractiva. 8.�2 ! ? ®c7 9.�4. cayendo sobre b6.

8 ... ®c7 [8 . . . b5 9.a4! b4? ! 1 0.�4 y la dama está atrapada; 8 . . . d5 9.exd5 exd5 l OJ!e l ±] 9.f4?!

Este orden de jugadas que puede

138

2 ... e6 3.d4 cd4 4.fJI./4 jugadas 4 . . �c5; 4. . . ®b6 y 5 ... �c5 .

trasponer a las otras dos variantes del capítulo se ha ensayado menos, pero tiene las mismas virtudes que defectos: buen contraj uego si las blancas no están preparadas y grandes pel igros contra un j uego crítico y bien dirigido.

De nuevo las blancas se pueden conformar con una ligera ventaja en la variante 6.flb3, seguido de �f4, pero esta j ugada antigua a la luz de los nue­ vos análisis parece realmente muy contundente. Por su parte, 6.�e3 tras­ pone a la posición común de las tres variantes.

6 ®b6 •..

Yendo por el camino más crítico, si no, las amenazas posicionales de los cabal los blancos se hacen patentes rápidamente. 6 ...d6 H)a4! a6 8.fuc5 axb5 9.flb3 con una c lara ventaja, Rodríguez-Sanc lemente, Somontano op 200 l . 6 a6 7.fld6+ �xd6 8.®xd6±, ..•

Janowsky-Marquez, París 1 900.

No podemos criticar al padre del ajedrez moderno por no refutar cada variante que le jugaban, pero en este momento las blancas tienen a su disposición una j ugada paradój ica pero muy fuerte: 7.®d2 ! preparando el salto del caballo a a4, y ahora: A) 7 . . .a6 8.fla4+-; B ) 7 . . . �b4 8 .a3 ( 8.®e3 ! ) 8 . . . �e7 9.®f4±; C) 7 . . .flf6 8.fla4+-

7 ... wf8 [7 . . . we7 8.flf5+ wf8 9.fle3;;!;] 8.�c4! ? [8 .®d2;;!;, con idea fla4] 8 ... �xf2+? ! [8 . . .fla5 ! ?] 9.we2 fld4+ I O.It>xf2 flfS [ I O . . .fuc2+ l l . wg3 flxa l 1 2 .�f�] 1 1 .\t>e2 flxd6 1 2.�e3 ®c7 1 3.�b3 b6? [ 1 3 . . . fle8; 1 3 . . . flc4] 14.�f4!+- �a6+ 1 5.\t>el we7 1 6.®d2 ®c6 1 7.fld5+! exd5 [ 1 7 . . . \t>d8 1 8.®d4 fle8 l 9.flb4 ®b7 20.fua6 ®xa6 2 1 .ild 1 ®b7 22 .�g5+ f6 23 .�xe6] 1 8.�xd5

· flxe4 1 9.®b4+ 1 --o

Estadística:

E s dificil establecer una estadística fiable, porque las muchas trasposiciones hacen dudar de donde incluir algunos grupos de partidas. Finalmente he optado por hacer una estadística de las 3 variantes incluyendo en todas la variante común, que por cierto arroja unos números muy desfavorables para las negras. De este modo los resultados son: - Variante 4 . . .®b6 50% realmente envidiable sobre más de 800 partidas. - Variante 4 . . . �c5 49% que sigue siendo muy bueno para las negras. - Variante 5 . . . �c5 4 1 % muy malo y verdadero reflejo de que esta línea sufre problemas contra un amplio ramo de continuaciones.

2 . . e6 3.d4 cd4 4.fJd4 jugadas 4. . . (jic5; 4. . . ®b6 y 5. . . (j¿c5 .

139

La estadística de las variantes recomendadas es tremenda a favor de las blancas pero poco signi ficativa al basarse en un puñado de partidas. Esquema Resumen : l .e4 eS 2.�f3 e6 3.d4 cd4 4.d4 {j¿cS Interesante como anna sorpresa pero es arriesgada

- 5 .�e3 Parece una refutación fiable ± - 5 .�b3 lilb6 6.\ilf4 Suficiente para una pequeña ventaja sin compl icaciones t

l .e4 eS 2.�f3 e6 3.d4 cd4 4.�4 �6 S.�3 lilcS Simi lar a 4 . . . 1ilc5 - 5 .�b5 La refutación ambiciosa ± - 5 .�b3 �b6 6.�f4 La posicional t

l .e4 eS 2.�f3 e6 3.d4 cd4 4.�4 ®b6 La más sana de las tres jugadas. Las blan­ cas deben emplearse con seriedad para conseguir algo - 5 .\ile3 Compleja tácticamente ± - 5 .�3 �c5 6.�4 Más modesta pero suficiente t

Variante común 4 ... ®b6 S.�3 �eS 6.�e3 �6 No analizada en este libro, aunque muy interesante y con posibil idades de matar tres pájaros de un tiro

,

CAPITU LO

11

1 .e4 eS 2 .ttlf3 e6 3.d4 cd4 4.ttld4 ttlf6 5 . ttlc3 Wb6

Valoración **

interés de un amplio grupo de jugado­ res. Ideas

Historia

La variante 5 . . . 1/Nb6 aparece en algunas partidas del j ugador Sueco Bengt Svensson a comienzos de los 90. Casi inmediatamente después empezó a jugarla el GM español Juan Manuel Bel lón, que se ha convertido en su principal defensor en estos escasos doce años de historia. En las primeras partidas, esta idea provocativa no fue tomada muy en serio y varios jugado­ res intentaron una refutación directa. pero sin demasiado éxito. La variante sobrevive pero no ha conquistado el

Como muchas otras variantes con ®b6 la idea principal es desviar el cabal lo blanco de la activa casilla d4. En el caso de que las blancas lo retiren, la línea tiene muchos puntos de con­ tacto con la variante 4 . . . 1/Nb6 estudiada en el capítulo 5, pero no tantos con las estudiadas en el capítulo 1 0, puesto que las negras no pueden retirar la dama a c7 de inmediato en vista de �b5 y tam­ poco tienen tie�po de jugar un previo a6 por culpa de e5. Por ese motivo las negras deben elegir entre trasponer al capítulo 5 con �6 o probar una línea independiente con el inmediato �b4. En el caso de que las blancas no retiren el caballo el juego toma un carácter puramente táctico en la fase de la apertura y todo depende del análisis; las negras capturan a menudo en b2 y se confian a la versatilidad de su dama para superar todas las di ficultades. Pa rtida 11.01

Alderete,J - Hjorth,G Prel corr 1 992

2.fj] e6 3.d4 cd4 4.0d4 �6 5.�3 ®b6

t .e4 eS 2.�0 e6 3.d4 cxd4 4.fud4 �f6 5.�3 1/N b6

141

pone al capítulo 5) 8.�xc3 �e4 9.�d4 y ahora: A) 9 . . 1/Nb4+ I O.c3 ®f8?! 1 1 . 0 �f6 1 2 .�c5 ®g8 1 3 .®d6 �6 1 4.�b5+-. 8 ) 9 ... ®c7?! 1 o.®g4+- f5 1 1 .1/Nxg? Hf8 1 2 .0 �6 1 3 .o-o-o �f7 1 4.�c5 Hh8 1 5 .�d6 ®d8 1 6.f4 fr6 1 7 .�e2 �e7 1 8 .�h5 �g6 1 9.g4 �xd6'? ( 1 9 . . . fxg4 20.�5+-) 20.®xh8+ We7 2 1 .®xh7+ �f7 22.�xg6 Jbarra-García, Juvenil­ ESP 2002. 6.e5!? Por supuesto es la jugada crítica, pero después de investigarla profundamente en varias ocasiones, no me siento inclinado a recomendarla, aunque no descarto que las blancas refuercen su juego en algún momento y consigan ventaja. La línea más prome­ tedora me parece la siguiente: 6 . . . �c5 7.�e3 �5 ! 8.�xd5 exd5 9.�f5 ®xb2 I O.�d3 ®c3+ ( J O . . .�xe3 ! es Jo menos claro l l .�d6+ We7 1 2 .�f5+ Wd8 1 3 .�xe3 ®c3+ 1 4.Ml ®xe5oo 1 5 .Hb l �6 1 6.®0 f6 1 7.�f5 �4 1 8 .�d4 ®xd4 1 9.®h5 ®e5 20.®f7 ®e7 2 1 .®xd5 ®e6 22.1/Nb3 ®xb3 23 .cxb3 d5+; Jones­ Dolgitser, cr. 1 997) l l .wfl �xe3 1 2 .�6 wd8 1 3 .�f7+ wc7 1 4.�h8 �d4 1 5 .Hb l �xe5 1 6.�f7 �6 1 7.1/NO '/NaS 1 8.�e5 �e5 1 9.®g3±; Díaz-8el lón, Capablanca mem-8 1 996. .

La posición inicial de la variante. La jugada negra parece una provoca­ ción y de hecho lo es. Pero su mérito, como muy a menudo en estos casos, consiste en que la refutación es más dificil de lo que parece.

6.�b5!? ( D)

!. lfll .t

• .t !. i i i i � i lfl¡

6.�b3! ? Me parece una razonable continuación, perfectemente sana y recomendable aunque no tan ambiciosa como la jugada de la variante principal. Veamos algunas posibilidades: 6 ... �b4 (6 . . .�6 7.a3 traspone al capítulo 5 y por otra parte las negras no están en condic iones de trasponer a otras variantes favorables por medio de 6 . . . 1/Nc? por culpa de 7.�b5 ni de 6 . . . a6 por culpa de 7.e5) 7.�d2 ! . É sta me parece la mejor jugada, manteniendo intacta la estructura de peones, en vista de que la captura del peón e4 es muy peligrosa. Si 7 . . . �xc3'? ! (7 . . .�6 tras-

6 a6 •••

La continuación más crítica. Pero existe una alternativa que produce grandes complicaciones: 6 �c5 7.®0 fr6 ( 7 . . . 0-0 8 .e5 �8 9.�4 �6 1 0.�f4 f6 l l .exf6 �xf6 1 2.�c5 ®xc5 1 3 .0-0-0 �5 1 4.�d6 frxO 1 5 .�xc5±; 7 . . . a6 8.e5 axb5 9.exf6 .••

142

2.fJ/3 e6 3.d4 cd4 4.ru4 f:/6 5.�·3 ®b6

gxf6 I O .�e4 {j¿e7 l l .�xf6+ wd8. lsonzo-Barlocco, Lido Estensi 2002 ; y ahora con 1 2 .\.1e3 ®a5+ 1 3 .c3 las blan­ cas tienen una enorme ventaja posicio­ nal debido a un montón de factores) 8.\.1f4 fld4 (8 . . . e5 9.0-0-0 exf4 1 0.�4 ®a5 l l .�xc5 0-0 1 2 .�b3 ! ± ®xa2'? 1 3 .�3 ) 9.ilid4 \.1xd4 1 0.�b5 (D)

1 2J:rxd4 ! exd4 1 3 .ilid6+ w f8 1 4.\.1c�) 1 2 .wxb2 d5 ( 1 2 . . . exf4 1 3 .e5 �g8 1 4.®xf4 a6 1 5 .e6 fxe6 1 6.®c7+-) 1 3 .\.1xe5 �g4 1 4.®b3 \.1xd l 1 5 .�7 we7 1 6.®xb6 axb6 1 7.ilia8 á:xa8 1 8.exd5±.

7.e5 axb5 8.exf6 b4 [Debe ser algo mejor 8 . . . gxf6 pero después de 9.\.1e3 \.1c5 1 O.�c5 ®c5 l l .(j¿b5 no se puede poner en duda la ventaja blanca] 9.fxg7 {j;_xg7 I O.�b5 d5 [Tampoco resuelve nada 1 0 . . . 0-ü l l .®g4 wh8 1 2.®b4±] t l .®g4 Las blancas aprovechan las múlti­ ples debilidades en la posición negra para real izar un j uego activo y contun­ dente. Las negras necesitarían tomar la iniciativa para justificar los defectos de su posición pero ocurre todo lo contra­ rio como demuestra su próxima j ugada.

A) lO . . . o-o J J .{j;_c7 ! ®c6 1 2 .o-o-o con clara ventaja. B ) I O ... e5 1 1 .0-Q-0 \.1xb2 ( l l . . .d6

l l . ..�f8 1 2.�f4 �a6 I J.�e5 h5 1 4.®g5 �e7 ( 1 4 . . . l::rh 6 1 5 .fld6+ {j¿xd6 1 6.{j¿xd6 ®xd6 1 7.®xh6+-] 1 5.�6+ ®xd6? 1 6.®g7 t;tr6 1 7.®xf6 i'íh6 1 8.®g7 t -o

Estadística :

Las negras obtienen un razonable 46% aunque el número de partidas j ugadas sigue siendo bajo. Esquema Resumen : l .e4 eS 2.�f3 e6 J.d4 cd4 4.�4 �f6 5.�c3 ®b6

- 6.e5 A pesar de todos los esfuerzos anal íticos las negras se mantienen co - 6.�b3 (j¿b4 6.�d2 Es una opción sana y cómoda para las blancas ;!; - 6.fldb5 De momento parece una refutación, pero hay muy poco material para afirmarlo categóricamente ±

CAPÍTU LO

12

1 .e4 eS 2.ti�f3 e6 3.d4 cd4 4 . � d4 �f6 5 . � c3 �b4 Contraataque sicil iano o Varia nte de la clavada

Valoración * *

!. X IS\ .t 'if • 1. 1. , l. 1. 1. 1. l. �S\

La variante de la clavada es bastante popular entre los aficionados y en el tipo de torneos actuales puede resultar una interesante anna sorpresa. El j ugador de blancas a veces no está bien preparado para dar la batalla en las compl icadísimas variantes principales y en ese caso las negras pueden igualar o asumir la iniciativa con facil idad. Las blancas pueden intentar esqui­ varla j ugando 3 .�3. pero esto limita sus opciones si las negras el igen la Paulsen, por ejemplo. En mi opinión, no queda otro remedio que estudiar la refutación y apl icarla, lo demás es

aplazar el problema. Por parte de las negras el jugador que quiera emplearla debe amar el riesgo pero también estar dispuesto a investigar y anal izar por cuenta propia. Historia

Una variante con un aspecto tan activo no pudo pasar desaperc ibida mucho tiempo y jugadores agresivos del siglo X I X como Anderssen o Janovsky la utilizaron a menudo. En la primera mitad del siglo XX, también de fonna ocasional, la usaron jugadores de primera fi la como A lekhine o Tartakover que provisionalmente le dió su nombre. A partir de los años 1 940 desapareció de la circulación y quedó como una curiosidad en los libros de teoría. pero de pronto alrededor de 1 9 80 varios j ugadores entre ellos Nogueiras o Speelman parecieron descubrir la idea previamente emplea­ da por el j ugador por correspondencia Bryntse. incluyendo un sacrificio de cal idad, y esto revital izó la l í nea durante algunos años. De nuevo la jugada 7J;;>d 2 ha enfriado el entusiasmo por esta línea, pero insisto, es fácil encontrarla en torneos abiertos o de ajedrez activo.

2/4!3 e6 3.d4 cd4 4.�4 Y:f6 5.-&:3 (]),b4 Variante de la Clavada

144

I deas

La línea se basa en un ajedrez muy directo de desarrollo y amenazas y no contiene grandes ideas estratégicas, pero se puede citar la entrega de cali­ dad, a cambio de una posición sólida y la destrucción de la estructura de peo­ nes blancos, y por supuesto la necesi­ dad por parte de los dos bandos de atender a la iniciativa, más que a facto­ res materiales o estáticos. Pa rtida 1 2 . 01

Krogius,N - Korelov,A Erevan SU-eh 1 962

l .e4 eS 2.�13 e6 3.d4 cxd4 4.�xd4 �f6 S.�c3 � b4 [La posición que da comienzo a la variante de la clavada] 6.e5 �4?! (D)

.t

' t!J ltj �

lLJ t!J t!J t!J t!J t!J t!J � � ¡y � � � La jugada que analizamos en esta partida tiene muy mala reputación teórica y en este l ibro no vamos a con­ tradecir esa opinión. Sin embargo l leva a enormes compl icaciones y para poder

desarro l lar claramente todas las variantes le dedicaremos también la próxima partida. 6 ®a5? 7.exf6 l leva a la misma posición que 6 . . . 'Wc7; 6 ...�5 se anali­ za en la partida 1 2.03 . 6 'Wc7? Lleva de modo forzado a una posición casi agónica para las negras. 7.exf6 �xc3+ 8.bxc3 'Wxc3+ 9.'Wd2 ! 'Wxa l 1 0.c3 amenazando �b3 y �d3 l O . . . 'Wb l l l .�d3 ®b6 1 2 . fxg7 r;[g8 1 3 .®g5 ! h6 ( 1 3 . . . ®d8 1 4.®xd8+ i>xd8 1 5 .�g5+-) 1 4.®f6 ®d8 1 5 .®xd8+ i>xd8 1 6.�xh6 f5 1 7.�f5 ! exf5 1 8.�c4 He8+ I 9.i>d2 �6 2o.�n (20.He l ! +-) 20 . . . d6 2 I .He l �5 22.f4 we7 23 .g8® Hxg8 24.�xg8, con ventaja decisiva; Kozakov-Todorov, Valjevo 2000. •.•

•..

7.®g4! Ahora no es posible 7 .�d2. como en la variante 6 . . .�5. pero esta j ugada ataca a la vez el punto g7 y el caballo y lleva a las negras a un callejón sin sali­ da, aunque lleno 'de rincones peligro­ sos.

7 ®a5 [ Para 7 ... �xc3, ver la parti­ da 1 2 .02] 8.®xe4 .••

Algunos libros dan una refutación más contundente que comienza con 8.'Wxg7, pero después de 8 . . . �xc3+ 9.bxc3 ®xc3+ I O.we2 d5 ! ? Las cosas no son tan claras. El análisis de estas com­ pl i caciones podría demostrar una victoria blanca forzada pero no estoy tan seguro. Dejaremos este terreno para los jugadores por correspondencia y nos conformaremos con una ventaja

2.$ e6 3.d4 cd4 4.�4 �6 5.�·3 (jtb4 Variante de la Clavada

145

más modesta.

8 ... {j;_xc3+ 9.bxc3 ®xc3+ l O.Ii?d l ®xa 1 l l .flbS fr6! Las negras también hacen lo más razonable con esta j ugada que les lleva a un final inferior pero j ugable. La mayoría de los análisis hasta ahora se han centrado en la jugada l l ... dS?!, pero e n este caso el ataque blanco parece decisivo: A ) 1 2 .exd6 ! fla6 1 3 .d7+ ! (jtxd7 1 4.fld6+ li?e7 1 5 .(jtxa6 (jtc6 ( 1 5 ... bxa6 1 6.flf5+ M6 1 7.®h4 !+-; 1 5 . . . wxd6! ? es tal vez la j ugada que plantea mayores problemas a las blancas pero tras 1 6.®b4+ ! �c7 1 7.®xb7+ �d6 1 8.1i?e2 ! ®e5+ 1 9.�e3 �e7 20.l::Id 1 �ad8 2 I .c4 ! ­ con idea de �b5- 2 l . . . We8 22.c5 las negras están indefensas ante el avance c6) 1 6.fl5 li?e8 ( 1 6 . . . wd7 1 7 .®d3+ �c7 I 8 .®d6+ �b6 1 9.we2 !+-) 1 7.®b4 ! l::rd 8 ( 1 7 . . . exf5 1 8 .l::re l + {j;_e4 1 9.(jtb5+- ) 1 8.�6+ we7 1 9.�e2 ®e5+ 20.fle4+ �e8 2 1 .§2xb7 �xb7 22.®xb7 f5 ( la única forma de recuperar el material pero el final es sin esperanzas) 23 .(jtg5 ®xe4+ 24.®xe4 fxe4 25 .�xd8 li?xd8 26.� 1 ! Wc7 2 7J:l:b4 con ventaja dec isiva Klundt-Taeger. Oberursel 1 972. 8) 1 2.®b4 Se trata de otra de las refutaciones oficiales. pero como seña­ la Burguess puede llevar a tablas des­ pués de 1 2 . . . �6 1 3 .flc7+ wd8 1 4.®d6+ �d7 1 5 .fua8 ®d4+ ! (provocando al alfil blanco a situarse en d3 ) 1 6.�d3 ®xe5 1 7.�f4 ®a l + ! con igualdad.

1 2.flc7+ wd8 1 4.®xe5 flxeS (D)

13.flxa8

®xeS

Un momento bastante importante. Las negras tienen dos peones por la pieza y el caballo blanco está atrapado en el rincón. Las negras podrían inclu­ so ganar la partida, pero las blancas tienen una continuación muy precisa para ayudar a su caballo y obtener las mejores posibilidades.

El alfil apunta a la casilla d6 para liberar el caballo. 1 5.�e3? ! es la j ugada automática pero después de 1 5 . . . b6 ! las blancas tendrán que dar el caballo por los dos peones y las negras tienen una estructura más compacta que compen­ sa la pareja de alfi les y el peón pasado de la columna a. 1 6.�d2 �b7 1 7.fub6 axb6 1 8.(jtxb6+ we7+.

1 5 d5 •..

Liberando la casilla d7 se ponen algunas dudas en la maniobra blanca. Otras continuaciones llevan a una libe­ ración sencilla para el prisionero de a8.

2.� e6 3.d4 cd4 4.�4 �}6 5.f)c3 t;).b4 Variante de la Clavada

146

1 5 . . . b6? ! 1 6.�d6 1 8 .�g3+-.

f6

1 7 .�c7

�f7

fuerza He 1 habría sido mejor, pero es comprensible que el caballo no quisie­ ra volver a a8.

1 6.t;).d6 �4 Las maniobras son similares en otras variantes, por ejemplo: 1 6...�6 1 7.flc7 \Yd7 1 8 .�g3 a6 1 9.�8 ! seguido del inevitable �b6; 16 f6 1 7.1Yd2 ! ( 1 7 .t;J.b8 flc6oo; 1 7. f4 �g4 1 8 .\Ye 1 b6oo; 1 7 .�c 7 ! ? wd7 1 8 .�b5±) 1 7 . . . b6 < t 7 . . . wd7 t 8 .t;J.b8 �c6 t 9.0b5+-; t 7 . . . �d7 t 8.flc7+-) t 8.flc7 wd7 t 9.�bs y el caballo está libre.

24 ...�xb6 25.�e7+ IYd7 26.c.t{xb6 HeS 27.Hxe8 wxe8 28.1Ye3 [28.f4] 28 wd7 29.f4 �e4 30.g4 f6 3 1 .wd4 1Ye6 32.�as gS 33.�d8! gxf4 34.�xf6 f3 3S.�ft aS 36.a3 bS 37.�e7 �e2 38.we3 �d 1 39.�d3 es 40.�xh7 d4+ 4t .wf2 wds 42.�g8+ we6 43.�6 \Yd6 44.h4 b4 4S.axb4 axb4 46.hS d3 47.h6 d2 48.�xeS+ IYeS 49.�4 b3 SO.t;J.xd2 b2 S t .�h7 1-o

1 7.1Ye1 c.t{d7 1 8.flc7 a6 1 9.�8! [La última visita al rincón antes de respirar aire fresco] 19 ...�a4! ?

Schmidt,W - Boidman,Y Bad Breisig op 2000

•..

Convencidas d e n o poder atrapar e l caballo las negras capturan u n tercer peón, pero las piezas blancas se activan y toman el mando. 1 9 . . . b5 20.�b6 �c6 2 t .�e2 �f6 22 .c.t{e5 �8 23 .wd2 f6 24.�b8 we7 25.a4+-.

••.

Pa rtida 1 2 .02

t .e4 eS 2.�f3 e6 3.d4 exd4 4.�xd4 �f6 S.�3 �b4 6.eS fle4 7.®g4 �xe3? ! (D)

20.�b6! �xe2 2 t .f3 �f6 22.wd2 �rs 23.�e2+Con la entrada en juego de la torre blanca la partida está decidida. Ha sido una batalla muy excitante y de indudable interés teórico. Ahora todavía las blancas tendrán que j ugar un final d ific i l . Aquí daba menos problemas técnicos. 23 .�e5 ! .

23 �7 24J;:(e 1 •••

Tal vez 24.�8 ! ?, para evitar el cambio de caballos y preparar con más

Esta continuación es algo más popular que 7 ... ®a5 y l leva a varias ramas posteriores, pero las complica­ ciones que se producen son muy malas para las negras.

2.fYJ e6 3.d4 cd4 4.�4 9:{6 5.�-3 (jtb4 Variante de la Clavada

8.®xg7 á:f8 9.a3 ®a5 Además de la j ugada de la partida las negras tienen una serie de alternativas pero todas ellas l levan a un desastre absoluto sin demasiadas compl icaciones: 9 �6?! I O.axb4 ! �xd4 1 l .bxc3 ! (es lo más contundente; 1 1 _(jtg5? es un grave error 1 I . . .®xg5 ! ! 1 2.®xg5 fuc2+ 1 3 .Wd2 �e4-+; I J .(jth6 no ofrece demasiado por l l . . . ®e7 1 2.bxc3 fuc2+ 1 3 .Wd2 fua l 1 4.®xf8+ ®xf8 1 5 .�xf8 Wxf8 1 6.�d3 �b3+ 1 7.Wc2 b6 1 8 .Wxb3 ;!; ) I l . . .fuc2+ 1 2 .Wd l fua l 1 3 .�g5 con ventaja decisiva; Cabrera-Rodríguez, Camaguey 2000. 9 �b5+?! 1 O.axb4 fud4 l l .�g5 ®b6 1 2.�d3 ! ? ( lleva a un final muy bri­ llante, pero más limpio es 1 2 .�h6 ! ®xb4 1 3 .c3 � f5 1 4.cxb4 fug7 1 5 .�xg7 á:g8 1 6.�f6±) 1 2 . . .�f5 ( 1 2 . . . d6 ! ? ) 1 3 .�xf5 exf5 1 4.0-Q-0 ®g6 1 5 .e6! ! d6 1 6.á:xd6 f6 1 7 .á:d8+! 1 -0; Jevtic­ Prokopisin, Hungría 1 995. 9 ...�a5? I O.�h6 ®e7 l l .�b3+-. .•.

.••

Aquí las blancas tienen que actuar con más cuidado, pero también consi­ guen una ventaja decisiva.

IO ®d5 l l .�d3 �e7 1 2.bxc3 d6?! •••

Las negras tienen algunos motivos para confiar en su posición; la dama centralizada, los peones doblados blancos y la esperanza de enrocar largo y usar la columna g para el ataque. Pero los defectos son más graves y el resul-

147

tado de esta partida (derrota con un j ugador mucho más débil ) es bastante signi ficativo. Después Boidman trató de mejorar el juego negro en partidas rápidas por intemet, pero la variante no da para una partida más seria. 12 �6 1 3 .�f4 b5 ! ? Es el intento de mejorar las opciones negras. La idea se revela por si misma y consiste en asegurar la posición de la dama en d5 y preparar la serie de jugadas §;)b7, o-o-o y á:g8. Ante un j uego pasivo puede resultar, pero las blancas tienen una continua­ ción poderosa: 1 4.a4 ! ( tras 1 4.á:d l �b7 1 5 .�e2 ®e4 continuaron muchas otras partidas de Boidman con verdadero contrajuego) y ahora: A) 1 4 . . . a6 1 5 .axb5+- . 8) 1 4 . . . §;)a6 1 5 .0-0 bxa4 ( 1 5 . . . 0-Q0 1 6.axb5 ! á:g8 1 7 .c4+-) 1 6.§;)xa6 axb3 1 7.cxb3+-. C) 1 4 ... f6 Otras tampoco funcionan. 1 5 .á:d l ! ( 1 5 .axb5 ) 1 5 . . .fue5 1 6.�g6+ �xg6 1 7 .á:xd5 exd5 l 8 .�h6 á:h8 1 9.axb5+- �f8 20.®xf6 �h6 2 1 .0-0 y no hay defensa cotra á:e l . lbarra­ Boidman, partida a 3' en ICC. .•.

1 3.�f4 4:ld7 14.c4 ®c6 1 5.�d4 ®b6 1 6.�b5!+- [Las negras están realmen­ te indefensas ante las amenazas que plantea este caballo] 16 dxe5 17 .�xe5 ••.

4:lxe5 1 8.®xe5 ®a5+ 1 9.We2 §;)d8 20J:rad 1 f6 2 t .®h5+ We7 22.®xh7+ á:f7 23.®g8 a6 24.�g6 1 -0 Pa rtida 1 2 .03

Hansen,S - Kristensen,B Tastrup 1 998

1 .e4 c5 2.�f3 e6 3.d4 cxd4 4.�xd4 �f6

148

2.$/3 e6 3.d4 cd4 4.fJd4 �f6 5.�·3 �b4 Variaflle de la Clavada

5.fr3 �b4 6.e5 �dS! ? (D)

La j ugada más seria, que unida a la idea del sacrificio de calidad, causó un cierto resurgimiento de la variante de la clavada. El juego de las blancas no puede ser tan contundente como en la variante anterior, pero los resultados han ido girando a su favor en Jos últi­ mos años y el plan de ataque ha ido adquiriendo todos sus perfiles.

Esta jugada ha sido la causa de la nueva caída en desgracia de 6 . . .�S . La antigua 7.®g4 0-0 8.�h6 g6 ofrecía un buen contrajuego.

Aquí tenemos una posición de doble filo, pero los pel igros que se ciernen sobre las negras en fonna de dos altiles depredadores y ataque, son más inmediatos. 9.c4 (9.�d3 ha dado también buenos resultados) 9 . . . �7 y ahora: A) J O.�b4? ! Esta j ugada que ha sido recomendada pero muy poco uti li­ zada y que parece la más lógica, se encuentra con una respuesta típica. I O . . . �bc6! J J .�xc6 �xc6 1 2 .�d6 ( 1 2 .�xf8 ®aSas) 1 2 . . . f6oo. 8) J O.�d3 �bc6 l l .®hS ! Provoca la debi lidad en las casillas negras que ya no pueden ser cubiertas por el alfil J J . . .g6 ( l l . . .�g6 1 2.�f3 ! ®c7 1 3 .0-0 y dado que las negras no pueden tomar en eS, la restricción de su flanco de rey es un peligro inmediato) 1 2.ilic6 �xc6 1 3 .®e2 (unas jugadas de control, ter­ minar el desarrollo y volveremos) 1 3 ... f6 1 4.exf6 ®xf6 I S .0-0 b6 1 6. f4 �b 7 1 7. ®e 1 (preparando la toma de la diagonal principal por parte del alfil de casi l las negras) 1 7 . . . dS 1 8 .cxdS exdS 1 9. fS ! (ya no es posible 1 9.�c 3 d4 pero ahora el peón f causa daños muy graves en el enroque negro) 1 9 . . . gxfS 20.llxfS ®d6 2 1 .1IgS+ wh8 22 .�xh7 llf6 23 .llhS llaf8 24.�d3+ wg8 2S .llh8+ 1 -0 Aseev -Steffens, Bad Woerishofen 1 99 1 .

8.bxc3 �e7 La j ugada más lógica. Se causa un daño a la estrutura de peones blanca y se mantiene el alfil, tan importante para defender las casillas negras. Pero la captura alternativa ha sido también experimentada: 7 ...�xc3 8.bxc3 0-0.

La retirada natural. 8 �a5 parece más activa pero deja indefenso el flanco de rey y las blancas se lanzarán allí. 9.®g4 0-0 1 0.�d3 d6 A) J J .�gS ! ? Recomendada por Byrne y Mednis y aparentemente más .•.

2.�3 e6 3.d4 cd4 4.ru4 fJf6 5.fr3 tiib4 Variante de la Clavada

sana, a pesar de permitir el jaque en c3 . l l .. .tiix c3+ 1 2.Ml fS ( 1 2 . . . ®a5 1 3 .tii f6 g6 1 4.®g5 �d2 1 5 .f4+-- ) 1 3 .exf6 llxf6 1 4.�xf6 ®xf6 1 5 .�h7+ Wxh7 1 6.®h3+ \9g8 1 7.®xc3+--. 8) l l .fJf3 El giro del caballo pare­ ce j ustificado por los anál isis posterio­ res, pero causa la impresión de estar tomado con a l fi leres. l l . . . g6 (si l l . . .dxe5? 1 2.�xh7!+-- ) 1 2. h4 (todavía las blancas tenían ocasión de aplicar tratamientos más reposados con 1 2.00) 1 2 . . . dxe5 1 3 .h5 fS! Es casi única ante el sacrificio que se amenaza en g6 y pone a las blancas ante la obligación de demostrar tácticamente la correción de su idea de ataque. 1 4.�xf5 ! (resulta que esto funciona. ¡ La vida es dura para los reyes solitarios ! ) 1 4 . . . exf5 1 5 .®c4 8 1 ) 1 5 . . . 19g7 ! ( lo mejor) 1 6.hxg6 f4 ( 1 6 . . . Wxg6? 1 7.fue5+-- ) 1 7 J:!xh7 19xg6 1 8 .®e4+ l:!fS ( 1 8 . . . �f5 1 9.®xb7) 1 9.l:!h 1 (con la amenaza primaria �4) 1 9 . . . 19g7 20.g4 ! fxg3 (20 .. .l:!f6 2 1 .®h7+-) 2 1 .®g4+ l:!g5 (2 1 . . .wf7 22 .1:!h7+-) 22.®xg5+ ®xg5 23 .fug5 gxf2 24.19xf2 �f5 25 .1:!ag l y a pesar del cambio de damas el ataque sigue demoledor. 82) 1 5 .. J:!f7? Esta jugada facilita mucho el desenlace, pero incluso en el caso de la mejor defensa la posición negra parece derrumbarse. 1 6.hxg6 hxg6 1 7 .fJg5 ®c7 1 8.®h4 ! +-- (el resto es una caza sin piedad) 1 8 . . . 19f8 1 9.fJx f7 ( 1 9.®h8+ ! 19e7 20.fJxf7+-- ) 1 9 . . . wxf7 20.®h7+ 19e6 2 l .®xg6+ wd5 22 .l:!h6 �6 23 .®g8+ wc5 24.l:!b l b5 25 .�e3+ �4 26.�xd4+ exd4 27.®f8+ 19c4 2 8.®g8+ wc5 29.l:!xb5+ 19xb5 30.®d5+ ®c5 3 l .a4+ 1 -0; Wagman8arle, 8iel op 1 98 1 .

149

9.®g4 o-o Las negras ms1sten en su oferta temática de la cal idad, que las blancas harán bien en no tomar en cuenta. Las alternativas para defender el peón de g7 tampoco son atractivas. 9 ... g6 I O.fJb5 ! ( 1 0.h4 h5 no puede permitirse h5 del blanco; l l .®g3 d6 1 2. f4 a6 es menos claro. Hunt-Levitt, 8CF-chT 1 998) 1 0 . . . 0-0 l l .�h6 l:!e8 1 2.�d3 fr6 1 3 .®f4 ( 1 3 .®g3 ! ?) 1 3 . . . a6 ( 1 3 . . . d6 ! ? 1 4 .exd6 e5) 1 4.fJd6 �xd6 1 5 .exd6 e5 1 6.®d2 ®a5 1 7 .�e4 b5 1 8.0-o± Sidenko-Gozis, I ECG 1 999. 9... g5!? Es una continuación casi inédita: A) 1 O.fJb5 ! ( parece lo mej or) I O ... h5 ( 1 0 ... d6 l l .exd6+-- ) l l .®g3 h4 1 2.®g4 �6 1 3 .�6+ �xd6 1 4.exd6 l:!g8 1 5 . f4 con clara ventaja. 8 ) I O.h4 h5 l l .hxg5?! (demasiado val iente) l l . . . hxg4 1 2.llxh8 �f8 1 3 .fJb5 (tampoco la recomendac ión 1 3 .g6 parece justificar el sacrificio blanco en vista de 1 3 . . . ®c7 ! +) 1 3 . . . d5 1 4.exd6 �6 1 5 .�d3 �d7 1 6.19e2 ®a5 1 7.c4 ®b6 1 8.�e3 ®a5 1 9.�d2 ®b6 20.�e3 ®a5 2 l .�d2 Y2-Y2 Grosar-De Waal, Sas van Gent 1 986.

1 0.�h6 g6 l l .h4! ( O) Las blancas renuncian olímpica­ mente a la calidad y comienzan un ataque brutal . Hasta ahora, y a pesar de que las negras lo han probado casi todo, el éxito de la estrategia blanca ha sido completo.

150

2.f:J/3 e6 3.d4 cd4 4.fx/4 �f6 5.�·3 fJh4 Variante de la Clavada

:i � ..t � :i é .t. i i ..t i i t!J iD t!J t!J

1 t . ..®as Es la linea principal en este cruce de variantes. Veamos todas las demás. l l .d6? Es la lógica reacción cen­ tral pero no llega a tiempo por 1 2.h5 con varias opciones: A ) Tras 1 2 . . . dxe5 1 3 .hxg6 fxg6 ( 1 3 . . . hxg6 1 4.®h3+-) 1 4.fJxf8 exd4 ( 1 4 . . . ®xf8 1 5 .�xe6 ®f6 1 6.�c4+-) 1 5 .�xe7 ®xe7 1 6.�d3 ! �d7 1 7JTh l b6 1 8.cxd4+-; Klovans-Schein, Graz op 1 999. B) 12 ... 1/:YaS 1 3 .�b5 ! Uugada clave que ralentiza el contrataque negro en el otro flanco, j usto una jugada) 1 3 . . . a6 1 4.hxg6 fxg6 1 5 .�xf8 axbS ( 1 5 . . . �f8 1 6.®h4+- ; 1 5 . . . wxf8 1 6Jixh7 axb5 1 7 .®f3+-) 1 6 .wd2 �xf8 ( 1 6 . . . e2 fxg6 1 9.�xg6 ! �xa l 20.�xd6+-) 1 7 .hxg6 �xd3+ 1 8.®xd3 fxg6 1 9.�xffi r¡¿xffi 20.fud6± y aquí tampoco está compensada la calidad. •.•

1 4.h5! 1 4.exd6 �f6 proporc iona a las negras contraj uego. Es necesario ser enérgicos porque en esta variante las piezas negras están cobrando vida.

14 fue5 ..•

Contra 14 . . . Hd8 sigue lo mismo de siempre : 1 5 . hxg6 fxg6 ( 1 5 . . . hxg6 1 6. ®h3+-) 1 6.exd6 �xd6 ( 1 6 . . . �f6

1 6.fxe5 �xb5 1 7.�xb5 ®xb5 1 8.r¡¿xf8 l'!xf8 [ 1 8 . . . �xffi ! ? 1 9. hxg6 hxg6 20.exd6 es similar a la partida]

1 9.exd6 �g5 20.l'!d l Está claro que la posición blanca está desordenada pero el peón de d6 dificulta mucho el contrajuego negro.

20 ... h6 2 1 .d7 ®f5 22.l'!d3 l'!d8 23.hxg6 ®e4+ 24.1912 f5 25.®0 ®a4

152

2.�/3 e6 3.d4 cd4 4.ru4 fJJ6 5.fJc3 (Jib4 Variante de la Clavada

26.®e2 ®f4+ 27JU3 ®d6 28.�dl ®e7 29J!fd3 wg7 30.�el �xd7 3 1 .x;¡xd7

®xd7 32.®xe6 t -o

Estadística:

Las blancas consiguen un muy favorable 58% de los puntos en la variante global sobre un total de 2500 partidas. La variante 6 ...fJe4 da a las negras un catastrófi­ co 3 1 %, mientras que la más "respetable" y moderna 6 ... fJd5 sólo asciende al 35%. La variante 7.(Jid2 que recomendamos da a las blancas el 67% de los pun­ tos. Esquema Resumen : I .e4 eS 2.fJf3 e6 3.d4 cd4 4.fJd4 fJf6 5.fJc3 �b4 6.e5

- 6 ...fJe4 7.®g4 fJc3 Realmente incorrecta aunque muy complicada +- 6 ...fJe4 7.®g4 ®a5 También dudosa, aunque menos clara que la anterior ± - 6 ...fJd5 7 .�d2 (Jic3 Muy del icada para las negras ± - 6 ...fJd5 7.(Jid2 fJc3 8.bc3 �a5 Muy complicada, pero da a las blancas un ataque tremendo ± - 6 . . .fJd5 7.!;tid2 fJc3 8.bc3 �e7 La línea más sólida pero las blancas continuan teniendo un fuerte ataque ±

CAPÍTU LO

13

1 .e4 eS 2 .llJf3 e6 3 .d4 cd4 4.ti� d4 lilf6 5 . lil c3 lil c6

Valoración ***

las negras pueden elegir entre trasponer a la Pelikan o jugar una posición algo inferior pero muy sólida con 6 . . . �b4 que es precisamente la línea que vamos a estudiar. Si el blanco es un fuerte jugador de ataque o un teórico peligro­ so, esta variante puede desactivar sus mejores virtudes. Por estos motivos es conveniente ser un jugador completo y poder adaptarse a todo tipo de posicio­ nes y situaciones. Historia

Estamos ante una variante que no ha logrado un lugar entre las grandes de la siciliana, pero que sin embargo se juega mucho en niveles que van desde aficionados hasta grandes maestros, incluyendo, aunque no muy a menudo, a la elite. Sus virtudes son que las negras pueden arrebatar fáci lmente la iniciativa ante un j uego poco decidido y que en las dos variantes de las blancas, que se supone que aspiran a conseguir ventaja, las negras tienen algunas com­ pensaciones. En caso de 6.�xc6 las negras tienen un interesante contrajue­ go en varias líneas y en caso de 6.�b5

En una variante altamente "traspo­ sicional", como esta, es dificil hablar de una historia independiente, porque la mayoría de los jugadores la han emple­ ado para luego pasar a su variante favorita. Si nos centramos en las l íneas independientes, podemos ver que este orden ya era muy apreciado en el siglo XIX y fue empleado por Anderssen, Paulsen (como no) y más tarde por B lakburne, Tarrasch y sobre todo M ieses. Desde más o menos 1 920 la variante fue pasando a un segundo plano y era empleada por jugadores de segunda fila. A partir de 1 970, gracias a la popularidad de la Pel ikan, muchos jugadores se fijaron en este orden para usarlo como alternativa al orden clási-

1 54

co con la intención de esquivar alguna variante. Así es como entró en el reper­ torio de jugadores como Dolmatov, Nunn, I llescas, Krasenkov y sobre todo Leko, mientras que otros especialistas de la Pelikan como Kramnik, nunca quisieron saber nada de este orden. Sin embargo la variante independiente, que es la que estudiamos aquí, disfruta de una popularidad mucho más restringi­ da, aunque ha sido empleada reciente­ mente por jugadores como Grischuk o Korchnoi. Ideas

De nuevo hay que hacer referencia al carácter "trasposicional" de la variante. De hecho tal vez la principal idea del orden e6, �6 y �f6 sea tras­ poner a otras líneas esquivando varian­ tes. Si nos centramos en las líneas independientes, una virtud esencial del esquema negro, es que si las blancas hacen una jugada "normal" como Jo son 6.�e2, 6.!iie 3, 6.!iic4 y otras, la clavada con @b4 resulta muy molesta. En la línea principal, 6.�b5 @b4, las negras pretenden tener un juego libre de piezas y evitar que su rey sea atacado como ocurre en la mayoría de líneas de la siciliana, aunque para ello deben hacer concesiones importantes como su parej a de alfi les. Pa rtida 1 3.01

Shirov,A - Grischuk,A Linares 2001

t .e4 eS 2.�1'3 �6 3.d4 cxd4 4.�xd4 �f6 5.�3 e6 6.�b5

La jugada recomendada es 6.�xc6 que tiene como virtud más importante impedir las derivaciones a la variante Pel i kan. Como nosotros en nuestro repertorio permitimos la Pelikan no debemos tener problemas para j ugar el movimiento de caballo objetivamente más fuerte.

La principal continuación indepen­ diente. Lleva la partida a posiciones fáci les de jugar para las negras pero poco prometedoras. Repasamos las alternativas: 6 ...d6 7.!ii f4 e5 (7 . . .�5? 8.®d4 ! a6 9.o-o-O+-) 8.!iig 5, ver el capítulo 9. 6 ... a6?! Se ha j ugado un montón de veces en partidas antiguas, pero no tiene ni nguna lógica 7 .�d6+ !ii x d6 8.®xd6±, y las blancas capturan las casillas negras a cambio de nada. 6 ... !iic 5 Una variante con c ierto veneno que ha defendido el MI alemán Hall y que se ha dado en denominar "la cobra" . Las blancas harán bien en tomársela en serio y en conformarse con pequeñas ventajas. Los intentos de refutac ión pueden ser pel igrosos. 7 .�f4 ! (7.�6+ 'tle7 8.!ii f4 e5 y 7.!iie3 son otros intentos más ambiciosos, pero en mi opinión sólo la jugada del texto ofrece garantías) 7 . . . o-o 8.!iic 7! ( 8.�d6 ®b6 ! no es claro) 8 . . . ®e7 9.!iid6 �xd6 I O.®xd6 Llevando la partida a un final en que la mejor estructura ofrece una vida más agradable. Para algunos jugadores esto no será bastante, pero en este caso no veo como ofrecer una alternativa táctica.

2.�3 e6 3.d4 cd4 4.�4 �6 5.�·3 �6

A) I O . . . ®d8?! El intento de mante­ ner las damas es menos lógico y parece más peligroso, aunque hasta ahora en la práctica no ha sido castigado con claridad. 1 1 .0-0-0 a6 1 2 .�4 ®b6 1 3 . �xc6 dxc6 ( 1 3 . . . bxc6 1 4 . f3±) 1 4J;'l:d2 ( 1 4. f3 �e8 ! intentando e5) 14 ... ®a5 ( 1 4 ... �e8 1 5 .�c4 e5 1 6.�hd l �e6 1 7.�xe6 �xe6 1 8.®a3 las blancas tienen una mínima ventaja gracias al control de la columna d) 1 5 .f4 b5?! ( 1 5 ... e5 ! 1 6.f5 las negras tienen cierto atasco de desarrollo 1 6 . . . �d7 1 7 .�e2 �ad8 1 8.�hd l ;!;) 1 6.®c5 fld7 1 7.®xc6 ! b4 ( 1 7 . . . �a7 1 8.®d6 b4 1 9.�b l ®xa2 20.®xb4±) 1 8.�a4 (no se ven claros los motivos para no capturar la torre; 1 8.®xa8 !?) 1 8 . . .�a7 1 9.b3?! ( 1 9.�d4 �c7 20.®d6±) 1 9 . . . �c7 20.®d6 �b7 2 J .�d4 �5 22.�c4 �fc8 23 .�xc5 �xc5 24.�xc5 �xc5 25 .®b8+ �c8 26.19b l ± Pikula-Bakic, Scheveningen 1 999. B) 1 0 ... �8 La jugada patrocinada por el " impulsor" de la variante, Jesper Hall con la cual él no ha perdido nunca, pero las negras han sufrido siempre. l l .®xe7 fue7 1 2.ü-ü-O f5 ! ? É sta es la idea. Con el cambio en la estructura de peones, las piezas negras cobran actividad y se percibe que las blancas no están bien situadas para bloquear adecuadamente los peones colgantes que surgen en el centro. 1 3 .�6 fud6 1 4.�xd6 fxe4 1 5 .fue4 �f5 1 6.�d2 d5 1 7 .�g5 ! (el caballo se dirige a controlar e5) 1 7 . . . �d7 1 8 .�d3 g6 1 9.�f3 fld6 20.h4 (20.�e 1 !?) 20 . . . �b5 2 1 .�xb5 �xb5 22.h5 fld6 (el caballo negro busca e4) 23.hxg6 hxg6 24.�g5 !;!;; Tissir­ Bel lón, Málaga 2003 . No es mucho, pero creo que todos preferiríamos j ugar

155

esta posición con blancas.

7.a3 �xc3+ 8.�xc3 dS La continuación lógica de la estra­ tegia negra. Tras el cambio del alfil buscan un juego libre para sus piezas. Apenas se han probado alternativas, puesto que la principal de ellas suele trasponer. 8 6-0 9 .�d3 ( la más lógica para trasponer) 9 . . . d5 1 0.0-0 siguiendo nuestro esquema ( los partidarios de la otra línea pueden también trasponer con I O.exd5 ): A) 1 O ... d4 1 1 .�2 traspone. B) 1 0 . . .�5 No es tan eficaz como en la posición de la partida 1 3 .02. Si l l .exd5 fud3 ( l l . . .�xd5?! 1 2.�xh7+ 19xh7 1 3 .®h5 19g8 1 4.®xe5±; l l . ..exd5 1 2 .�g5 ) 1 2.®xd3 �xd5 ( 1 2 . . . exd5 1 3 .�g5±) 1 3 .�d l ;!;. C) Es floja en cambio, 1 O . . . dxe4? ! por l l .fue4 �xe4 1 2.�xe4 y ahora las blancas tienen la pareja de alfiles sin necesidad de perder tiempos con el rey. 1 2 . . . f5 1 3 .�xc6 !? ( 1 3 .�d3;!;) 1 3 . . . bxc6 1 4.®xd8 �xd8 1 5 .�f4 19t7 1 6.�fe l (Aiapin-M ieses, Barmen 1 905 ) con un final mucho más agradable para las blancas. ..•

9.�d3! ? ( D) É sta es mi recomendación. La alternativa 9.exd5 es más popular y también ofrece buenas perspectivas a las blancas. Sin embargo pienso que jugar 9.exd5 es ir al encuentro de las posiciones que buscan las negras y estas posiciones tienen la característica

156

2.f'Jj3 e6 3.d4 cd4 4.fJd4 �6 5.fr3 f'Jc6

de dejar escurrir la ventaja sin darse cuenta. Seguramente elegir una u otra es una cuestión de gustos y de estilo.

E .t.. 'iV é ' ' ' ' � ·� ' � � tt:J i.. �� �� : i., � �

E '

� :

ción en el hecho de que el rey de las blancas tiene una posición incómoda, aunque en la partida principal Fischer logró transformar la posición del rey en una virtud. 1 2 . . . �d7 ( 1 2 . . . e5 ! ? I 3 J:te l f6 1 4.�e3 �e6 1 5 .we2 f5? ! 1 6.�xc6+ ! bxc6 1 7.b3 y las negras tienen un final muy desagradable por delante; De Firmian-ll lescas, Linares 1 994) 1 3 .�e3 f5 1 4.�f3 e5 1 5 .b4 ! o-o­ o 1 6.Wc l �4? ! (no se trata de dejarse aislar un peón por la cara) 1 7.�xd4 ! exd4 1 8 J:Ie 1 �he8 1 9.wd2;!; y las blan­ cas han transformado su ventaja en una de más largo alcance. El peón de d4 es déb i l y el rey blanco está cerca. Fischer-Bolbochan, Mar del Plata 1 959. 9 fJeS, que la teoría considera actualmente la mejor j ugada, la estu­ diamos en la partida siguiente. •••

9... d4 Objetivamente esta j ugada no debe ser la más fuerte, pero sí es la única que permite a las negras provocar una par­ tida compleja. Las dos alternativas son: 9 dxe4 Las diversas fuentes no se ponen de acuerdo en si esta jugada lleva a igualdad muerta o es ligera ven­ taja. La última versión de la ECO ni la cita, con lo cual se ahorra el problema. Tal vez lo que sucede es que nuestro sistema de valoraciones no es lo bas­ tante flexible. Podríamos decir que esta jugada ofrece algunas esperanzas prác­ ticas a las blancas de ganar la partida y muchas más a las negras de entablar (no hace falta más que mirar los resul­ tados). Creo que eso lo dice todo al respecto. 1 O.fJxe4 fJxe4 l l .�xe4 1!!/xd 1 + 1 2.Wxd 1 ya tenemos el final deseado. Las blancas tienen la pareja de alfi les. Las negras tienen algo de compensa...

I O.fJe2 eS 1 1 .0-0 o-o 1 2.h3 Preparando las j ugadas que siguen, pero la inmediata 1 2.fJg3 es muy jugable, aunque la próx ima jugada blanca no pueda ser l!!l f3 . 1 2 . . . �g4 1 3 .f3 �e6 1 4.f4;!; Lutz-Rabiega, Bundesliga 200 1 . El punto de h3 es, que no sólo se puede seguir con fJg3 y l!!if3 , sino tam­ bién con la inmediata f4.

1 2 .. J:Ie8 Impidiendo f4. Si 1 2 . . . �e6 1 3 .f4 exf4 1 4.�xf4 �7 ( Rigo-Hasangatin, Presov 200 1 ) y ahora 1 5 .fJg3 dejando abiertas las opciones l!!lh 5 y f'Jf5.

13.fJg3

2.�}3 e6 3.d4 cd4 4.f:d4 �l6 5.fr·3 fr6

La clavada es enérgicamente con­ testada 1 3 .�gS h6 1 4.�h4 gS ! , con idea de 1 S .�g3 �hS y las negras no tienen problemas.

157

el peón de b2 es una alternativa, pero aleja la dama peligrosamente: 1 6.b4 �7 1 7 .1/YhS �f6 y la dama blanca no puede ir a las casil las activas en la quinta fila del flanco de dama.

1 6.®h5! Desarrolla y defiende fl (la colum­ na fse va a abrir), así que no parece una jugada criticable. Pero de todos modos la alternativa es también muy lógica. 1 3 . . . �d7 ( Ponomariov-Kortschnoi, Donetsk 200 1 ) 1 4.f4 No estoy seguro que sea lógico abrir de inmediato el punto eS para el caballo negro que ahora está taponando el alfil. Las blan­ cas pueden retrasar la ruptura e intentar castigar la última jugada negra. (Son interesantes 1 4.b4 ! ?, controlando eS o bien 1 4.®hS ! ? g6 I S .®h6;;!;) 1 4 ... exf4 1 S .�xf4 �eS 1 6.1/YhS f6 1 7.b4 (esta j ugada tampoco parece necesaria) 1 7 . . .�e6 1 8 .bS �fl 1 9.®e2 �aS=.

Impide la inmediata �S y provoca que las negras se debil iten.

1 6 ...g6 Viendo el resto de la partida, esto parece grave y de hecho se ha criticado esta j ugada, pero las alternativas no seducen : 16 ...�f6 intentando expulsar la dama para luego volver a d7. 1 7 .®bS ! ? ( 1 7.®f3 �d7 ) 1 7 ... ®e7 ( 1 7 . . . ®d7? 1 8 .�h6 ! +- ) 1 8 .�gS±; 1 6 . ®b6 1 7.eS h6 1 8 .�4. con un fuerte ataque. 1 6 ... f6? 1 7.eS±. .

.

1 7.®h6 14.f4 Las blancas comienzan un ataque basado en la columna " f'. Pero las ne!,rras tienen una buena base en eS para sus caballos y es dificil romper su defensa. Creo que veremos más parti­ das con esta posición, antes de llegar a una conclusión firme, pero las expecta­ tivas blancas son más atrayentes.

14 ... exf4 1 5.�xf4 �7 Todo parece en orden, pero como veremos en el comentario a la próxima jugada los problemas de las negras pueden estar aquí. 1 S . . . ®b6 ! ? . Tocando

Ahora ya vienen las amenazas una detrás de otra. De momento eS .

1 7 ..®f6?! .

1 7 ... f6 Debe ser lo mejor, aunque da miedo 1 8.eS ! ? pero parece que sólo conduce a tablas ( 1 8.l::If2 ! ?) 1 8 ... �xeS ! ( 1 8 . . . �xeS? 1 9.�hS+-) 1 9.�xeS fueS 20.�S gxhS 2 1 .�h7+ (2 l .®xh7+ l!>f8 22.l::Iae 1 también parece l levar a tablas 22 . . .�xd3 23 .cxd3 l::Ic 8 24.®h6+ l!>fl 2S .®h7+ Wf8=) 2 1 . . .\!.>fl 22.:!::1ae 1 �c4 23 .�g6+=. Por lo tanto las blancas deberían construir todavía su ataque, seguramente comenzando con el

158

2/i'lj3

e6

3.d4 cd4 4.f'L!4 �6 5.�3 �)c6

doblaje de torres.

1 8.�g5 ®g7 1 9.1/ilh4 [Ya no se puede impedir que el alfil se situe en h6] 19 �e5 20.�h6 1/ilh8 (O) ..•

.i

* 'if ' ' � '� .t � i ¿j � ,

¿j ¿j

fea j ugada que "huele a mate". 26 . . .�xf4 27.gxf7+ l!;lxt7 28.�xf4+-; 26 . . . hxg6 27 .:!'jxf7+-.

27.:!! fi ! 29.:!'jfti-+-

�c5

28.:!'jg7+

l!;lh8

Es casi un milagro que el rey negro pueda sobrevivir unas pocas j ugadas tal como está rodeado de todo el ejército enemigo.

29 �6 30.:fjxg6 d3 3 1 .�g4 �g8 32.�xh7+ [es mate en 3) 1-6 •••

Pa rtida 1 3 .02

De Firmian - Khmelnitsky USA-eh Parsippany 1 996

.: No se puede esperar que no haya nada con la dama situada en esta posición.

2 1 .�f5! ! Amenaza �g7] 2 1 . �xf5 .•

2 l . . . gxf5?! 22 .exf5 A�g6 23.fxe6 ! �xe6 (23 . . .�xh4?? 24.ext7#) 24.1/!IQ 1/ilf6 25 .®d2±.

22.exf5 �d3 23.cxd3 1/ile5 La dama sale, pero ahora el peligro viene a través de la columna f. Es peor 23 . . . �5? por 24.b4 ! fud3 25.f6+-, seguido de �g7 .

24.�f4 �c5 25.�afl ! �xd3 26.fxg6! fxg6 No hay otro remedio que hacer esta

l .e4 c5 2.�13 e6 3.d4 cxd4 4.�xd4 �f6 5.�3 �6 6.�b5 �b4 7.a3 �xc3+ 8.�xc3 d5 9.�d3 �5 ( 0)

.i .i .t 'if • ' ' ' ' ' ·� �· � ¿j ¿j � ..t ¿j ¿j ¿j ¿j ¿j .: � 'ii � .: Una interesante mejora de los años recientes, que debe ser la causa de la falta de popularidad de 9.�d3 . Las negras intentan simpl i ficar sin hacer

159

2.�{3 e6 3.d4 cd4 4.ru4 �(6 5.fX:3 fX:6

ninguna concesión, ni pareja de alfiles, ni peones débi les ni nada. Los resulta­ dos la avalan y en pri ncipio la pelota está en el tejado de las blancas.

l O.Itib5+ Casi todos los jugadores de blancas han optado por esta continuación que pennite más cambios. Veamos otras opciones: 1 O.exd5 �xd3+ 1 l . ®xd3 �xd5 1 2.�xd5 ®xd5 1 3 .®xd5 exd5 Moldovan -Chemov, Bucarest 1 992. Aunque las blancas acabaron ganando, la ventaja es microscópica. 1 0.\tie2! É sta es mi propuesta. Las blancas entregan un peón pero logran una fuerte presión y lo recuperan cuan­ do quieren. Me parece c laramente superior a las jugadas empleadas hasta ahora, pero todavía la posición negra es resistente. Veamos: A) 1 0 . . .�e4? ! (es peor) l l .�e4 dxe4 1 2.®xd8+ i>xd8 1 3 .\tif4 �g6 1 4.Q0-0+ i>e7 1 5 .\tid6+ i>e8 ( 1 5 . . . wf6 1 6. f3 !±) 1 6.Ild4 f5 1 7 .Iíhd l . Aquí la compensación es enonne. 8) 1 0 . . . d4?! l l .�b5 y las blancas han pasado la crisis y mantienen su pareja de alfi les. C) 1 0 . . .dxe4 l l .®xd8 wxd8 1 2.1tif4 ! ( 1 2.\tigS ! ? ) 1 2 . . . �g6 1 3 .0-0-0+ ltid7 1 4.\tigS . Las negras se enfrentan a una presión persistente y dificilmente sal­ drán de ella sin hacer concesiones más importantes que el peón que l levan de ventaja.

t l .®d4 �6 1 2.\tixc6 ltixc6 1 3 .exd5 ( 1 3 .e5, Garbisu-Femández, Pamplona 2002; 1 3 . . .�4 ! también es algo muy parec ido a la igualdad) 1 3 . . . �xd5 1 4.�d5 ®xd5 1 5 .®xd5 �d5 el alfil es algo mejor que el caballo, pero este tipo de ventajas son casi testimoniales. 1 6.c4 �e7 1 7.�e3 �f5=; Christiansen­ A iburt, USA-eh 1 996. l l .f4 ltixb5 1 2. fxe5 �e4 1 3 .�xb5 ®h4+ 1 4.i>e2 ®f2+ 1 5.wd3 �5+ 1 6.wc3 �4+ con tablas, ya que si 1 7.wb3? ®b6+.

l l . ..®xd7 1 2.exd5 1 2.f4 �6 1 3 .e5 �g8, con una buena Francesa de acuerdo con Romero. 1 4.®g4? ! f6.

1 2 �xd5 l3.fu.d5 exd5 •.•

En esta posición el peón aislado no representa mayor problema. La pieza menor que les queda a las negras es la más útil para manejar la situación; puede defender el peón, defender la casilla contigua y maniobrar para situarse en los puntos fuertes. La igual­ dad es total.

1 4.\tir4 ®f5 [ 1 4 ... �6! ?] 1 5.®d4 �6 1 6.®e3+ [ 1 6.®xg7 o-o-o y las negras tienen mucho juego] 1 6 ®e6 1 7.0-0-0 o-o t 8.Ilhe 1 ••.

Las blancas posibi l idad de colgantes, pero en caballo es la pieza

dejan escapar la provocar peones ese caso también el idónea.

1 0 �d7 l l .ltixd7+ .••

1 8 ®f5 1 9.\tig3 d4 [ 1 9 . . . Iíad8 es ..•

160

2.f:fj e6 3.d4 cd4 4.004 f:/6 5.f'lc3 fr6

simple] 20.®e4 ®xe4 2 1 .!:Ixe4 fS! Si no tuvieran esta jugada las negras habrían caido en dificultades. Ahora el contraj uego es suficiente.

g5] 24.13? ! [24.g4 fxg3 25 .�xg3=; 24.�e7'? Qin] 24 .. J�h5 [Las blancas pasan ahora por algunas dificultades]

25.§if2 !:Ixh2 26.!:Igt !íd8 27Jie4 g5 28.\!;>d2 !íh6 29.wd3 Q;lf7 30.b4 a6 3 1 .�d4 �xd4 Yz-Yz

22Jíe6 f4 23.�h4 !:If5! [Se amenaza Estadística:

En este caso he seguido el criterio de hacer una estadística de las variantes que no trasponen, puesto que hacer una estadística de las partidas que llegan a la posición del diagrama se vería muy contaminada por la frecuencia de las traspo­ siciones. Así la estadística de la línea global, sobre 1 0.000 partidas, da sólo un 52% a las blancas, que es muy satisfactorio para las negras, pero está influido por el buen porcentaje obtenido en las variantes secundarias. Después de 6.�b5 �b4 el número de partidas baja a 3000 y las blancas ya consiguen un 59% que es un resultado excelente. En la línea recomendada en este libro 9.�d3 las blancas suben incluso su porcentaje al 62%, pero el número de partidas es escaso, sólo 1 20. Esquema Resumen : t .e4 c5 2.�13 e6 3.d4 cd4 4.�4 �f6 5.�3 �6 6.�b5

- 6 . . .�c5 Desconocida y pel igrosa, pero las blancas con un j uego tranquilo pueden garantizarse ;!;

6 �b4 7.a3 �c3 8.�3 d5 9.�d3 y ahora: •..

- 9 . . . d4 La más compleja, pero las blancas tienen buena iniciativa ;!; - 9 . . . de4 La más sólida, pero demasiado pasiva ;!; - 9 . . .�5 La de mejor reputación, pero en mi opinión no mejor que las otras ;!;

CAPÍTU LO

14

1 .�4 c5 2 .t1� f3 e6 3 . d4 cd4 4.�d4 � c6 Variante Ta ima nov

Valoración ****

.i .t 'iV • .t � .i .t. .t. .t. .t. .t. .t. �

El orden con 4 . . . �6. que denomi­ namos Variante Taimanov, está fuerte­ mente relacionado con el de 4 . . . a6 ( Paulsen), y comparten grandes ramas de variantes que se producen en las siguientes jugadas. Los nombres aplicados a estas variantes de la Sicil iana tampoco son del todo firmes y podemos encontrar otras denominaciones como Variante Kan, sobre todo en la literatura soviéti­ ca. También tiene relaciones "trasposi­ cionales" importantes con la variante Scheveningen, y es bien conocido que muchos jugadores lo usan para jugar

una Scheveningen sin ataque Keres (6.g4), o incl uso si es posible sin Ataque Inglés. La j ugada 4 . . .�6 tiene el principal inconveniente (sobre 4 . . . a6 ) de permitir 5 .�b5 que lleva a una for­ mación de tipo erizo que no es del gusto de todos los j ugadores. Por eso es muy interesante el orden 2 . . . �6 y 4 . . . ®c7 seguido de e6, que parece l imi­ tar los inconvenientes del salto del caballo blanco a b5. Por otro lado, la presencia del caballo negro en c6 ejer­ ce una presión inmediata sobre d4 y di ficulta la construcción de la forma­ ción Maroczy de forma inmediata. Precisamente por este motivo. y por su otro parentesco (con la Scheveningen) he elegido para las blancas un esquema basado en las jugadas �e3, ®d2 y o-o­ O, que puede trasponer al ataque inglés, aunque no es muy frecuente que lo haga. Es un esquema joven, favorecido en este momento por j ugadores tan fuertes como el mismo Kasparov, pero que puede pasar de moda en cualquier momento. Para jugarlo es necesario, estar atento a las nuevas corrientes teó­ ricas, y sentir incl inación por el juego de ataque. Historia

162

2.�3 e6 3.d4 cd4 4.�4 flc6 Variante Taimanov

El orden 4 . . .flc6 fue empleado a menudo por Anderssen y algunos otros jugadores del siglo XIX, pero pronto cayó en desuso debido a la fuerza (aparente) de la entonces l l amada variante Szen, 5 .flb5 que en realidad provoca una fom1ación Maroczy, que luego se aplicaría en muchas otras posiciones. Fue en 1 960, cuando Taimanov, gran partidario de la Paulsen hasta entonces, aparentemente cayó en la cuenta de que este orden no era tan malo y además tenía sus venta­ jas. A partir de aquí Taimanov defendió su variante con gran entusiasmo y a pesar de algunos desastres como el match con Fischer, fue añadiendo par­ tidarios entre los jugadores de primera fi la. Kasparov la empleó en los matches por el campeonato mundial, aunque la abandonó con posterioridad. Otro defensor acérrimo del sistema es el gran maestro sueco Ulf Andersson, que logró una bri l lante victoria contra el entonces campeón mundial, Karpov. En los últimos años forma parte del repertorio de la elite, por ejemplo de Anand o Judit Polgar. Ideas

En este apartado por una cuestión de claridad, quiero señalar las ideas comparando con su variante gemela la Paulsen. La idea básica común, es que gracias a la defensa del peón e6 ( importante eslabón débil en muchas variantes de la siciliana), quedan neu­ tralizados, o al menos desanimados, los ataques blancos basados en el avance de los peones del flanco de rey.

Esta circunstancia hace de la Taimanov y la Paulsen las defensas ideales para los j ugadores ambic iosos de esti lo estratégico. Como otra idea común tenemos la presión en e4 a través de la diagonal, más fuerte en la Paulsen, por la ausencia del caballo de c6 y como características diferentes, el frecuente cambio de caballos en d4 seguido de la maniobra flge7-c6 y la presión en d4 que impide la formación Maroczy de manera inmediata. Pa rtida 1 4 . 0 1

Waitzkin,J - Maiwald,J Bermuda 1 997

l .e4 eS 2.flt3 flc6 3.d4 cxd4 4.flxd4 e6 S.flc3 Algunos jugadores prefieren obligar a las negras a adoptar una formación erizo, pero nosotros nos centraremos en esta jugada, que no solo es la más frecuente sino sobre todo la más coherente con nuestro repertorio. Aquí las negras tienen una amplia elección.

5 a6 ( D) •••

S �cS Se estudia en el capítulo 1 O. s...®c7, que será la jugada principal ••.

de este capítulo se estudia en las próxi­ mas partidas. S ... �b4 Es una continuación inofensiva, pero se encuentra en bastantes partidas. 6.flxc6 bxc6 ( 6 . . . dxc6 7 .®xd8 Wxd8 8.�d2±; 6 ... �c3 ? ! debil ita demasiado las casilas negras) 7. ®d4 ! ±.

2.${3 e6 3.d4 cd4 4.�!{/4 �-6 Variante Taimanov

.i.

J.. 'iV * J.. "' .i. ' ' ' ' ' . , "' '

5 ...�f6 Traspone a posiciones estu­ diadas en el capítulo 1 3 . 5 ... d6 6.�e3 y ahora lo normal sería jugar �f6 y trasponer al capítulo 20, pero en algunas partidas recientes las negras, intentando desactivar el peligro del avance de los peones blancos del flanco de rey, han seguido otros cami­ nos: 6 . . . . a6 7.®d2 �d7 ! ? (este es el plan independiente que más se ha empleado) 8 . f3 (esta j ugada no es todavía necesa­ ria para l levar adelante el plan con el 00-0, pero las blancas planean algo diferente si el caballo no sale por f6. 8.0-0-0 �ge7 9.fuc6 fuc6 1 0.�4 b5 l l .�b6 y la ventaja blanca de la pareja de alfi les es casi simbólica. Luther­ Bischof, Halkidiki 2002) 8 . . . �ge7 9.�b3 b5 (9 . . . �c8 I O.a4 y en esta variante el caballo en c8 ha gastado más tiempos y no hace nada. I O . . . �e7 l l .�e2 o-o 1 2.0-0 ®c7 1 3 .f4;!;; De la Villa-Yudasin, Pamplona 1 99 1 ) I O.a4! b4 1 1 .�2 ®b8 ( l l ...®c7 ! ?; l l . . .a5?! 1 2.c3±) 1 2.l:l:d l �g6 1 3 .�c5 !± Reinaldo -De Firmian, Las Palmas op 1 999.

163

6...®c7 Traspone a las siguientes partidas . 6...�b4?! 7.�xc6 �xc3+ (7 ... bxc6 8.®d4± y 7 . . . dxc6 8.®xd8+ i>xd8 9.0D-0 son demasiado cómodas para l as blancas) 8.bxc3 bxc6 9.®d6 f6 l O.l:l:b l ! (el dominio de las casi l las negras es abrumador) 1 0 . . .�7 l l .�b6 �f5 1 2 .ef5 ®e7 1 3 .®xe7+ Wxe7 1 4. fxe6 dxe6 1 5 .�e2 l:l:e8 1 6.�t3 �d7 1 H�c5+ Wd8 1 8 .0-0 e5 1 9.a:b7 wc8 20.l:l:tb l e4 2 l .�e2 �f5 22.�a7 e3 23 .�xa6 1 -0 Kol ler-Luffy, cr. 1 987.

Es natural impedir el cambio y el posterior despliegue del otro caballo en c6. Ahora las negras tienen que perder un tiempo tarde o temprano con el caballo de e7, y seguramente para l le­ varlo a una casilla peor que f6.

7...�6 Tal vez demasiado pronto para definir la posición de este caballo. Se han probado también: 7 ...d6 8.h4 ! ? b5 9.h5 h6. No se puede permitir el avance del peón blanco hasta h6, pero ahora el flanco de rey ya no ofrece un refugio tranquilo al rey negro. I O.®d2 �b7 1 1 .0-D-0 �8 1 2. f4 �b6 t 3 .e5 d5 1 4.®f2 �7 I S .wb l �b4 1 6.�2 ®c7 1 7.&d4 fud4 1 8 .�xd4 0-0-0 1 9.a:h3, y las blancas con más espacio en el flanco de rey y el firme control de la casilla d4 tienen mejores perspectivas. Tseshkovsky-Taimanov,

164

2.�3 e6 3.d4 cd4 4.fJd4 �)c6 Variante Taimanov

Moscú 1 999.

1 962.

7 b5?! 8.a4 ( las blancas están •••

sobradas de buenos planes por ejemplo: 8 .®e2 ! ? con intenciones c laramente agresivas 8 ... �5 9.0-0-0 Arizmendi­ Corral, Mondariz 2002 ; o bien 8.�c5, pero la continuación del texto es más forzada y sencilla) 8 . . . b4? ! (8 . . . bxa4 9.fua4±) 9.a5 fua5 (9 . . . bxc3? I O.�b6; 9 . . . �b7 1 0.�4±) I O.�a4 fub3 l l .�b6 fua l 1 2.�xa l ±; Zaderman-Taimanov, New York 1 992.

9.g3;t Con idea de avanzar el peón h para desplazar otra vez al caballo y crear debilidades en el flanco de rey.

9 ...�e7 9 . . . b5 I O.h4 �e7 l l .h5 �f8 1 2.�d2 �b7 1 3 .0-0-0 rfc8 1 4.�h3±; Muir­ Arkell. Camp. Británico 1 989.

8.f4 (D) t O.h4 o-o

E

.t � • .t E i i i i i i � �

Una dec isión extraña, impulsada por el deseo de dar una casilla de retirada al caballo. En cualquier caso las blancas, que tienen un refugio seguro en el enroque largo y una iniciativa prometedora en el flanco de rey, están algo mejor. I O ... h5? l l .�e2; I O . . . �f6 J l .®d2;t

l l .hS �h8 1 2.a4!?

8.�4 b5 9.�b6 :!Th8 I O.fuc8 �xc8 l l . f4 �c7, con idea de �5-c4 y, a pesar de la pareja de alfiles, las blancas no tienen ninguna ventaja.

Un plan ambicioso que trata de explotar también la debil idad de la casil la b6 relacionada con el aleja­ miento del caballo. La posición lo per­ mite, pero los planes naturales también ofrecen ventaja. 1 2.®d2±; 1 2 .h6 g6 1 3 .�d2±.

8 d6 •••

1 2 b6 [No se puede permitir a5] 1 3.®d2 �c7 1 4.g4 �d7 [ 1 4 . . . �b7 •.•

8 . . . b5 9.®d2 d6 1 o.®f2 (no tener que preocuparse por su peón e4 permite a las blancas maniobrar con comodidad) I O . . . �d7 l l .h4 �e7 1 2 .h5 �f8 1 3 .h6 g6 1 4.0-0-0±; Dj urovic-Portisch, Niksic

1 5 .®f2 ( 1 5 .0-0-ü !?) 15 ... �d8 1 6.g5±]

I S.g5 rffe8 1 6.®f2 ®b7!? Las negras encuentran u n modo de

2.fj3 e6 3.d4 cd4 4.ru4 �6 Variante Taimanov

no tener que defender el peón, pero ahora el asalto de los peones blancos está demasiado avanzado y el rey blanco puede dirigirse al flanco de rey. 1 6. , .I;reb8 1 7.�g2±; 1 6 .. J!ab8 1 7.�xa6 ±; 1 6 . . . �d8 1 7 .�g2±.

165

mo. 25.fxe5 �xe5 (25 . . . �xe5 26J!a8 +-; 25 ... �fxe5 26.�6+-) 26.�7 fua7 27.I;rxa7 I;rd8 28.b4±.

2S I;rd8 26.c3 {j¿e8 27.I;rfl exf4 28.(j¿xf4 eS 29.{j¿e3 �e7 [29 . . . �d6? •••

30.fud6 );;!xd6 3 1 .�4 );;!e6 32.�h3+-]

1 7.�g2

30.�7 ®g4

1 7.�xb6? ! permite una cierta reac­ ción después de 1 7 . . . d5 ! y si 1 8.e5? ( 1 8.�e3 d4 1 9.�xd4 �xd4 20.®xd4 eS ! �; 1 8 .�g2 ! ? I;rab8 1 9.a5 eS�) 1 8 . . . d4 ! y de pronto las negras ganan.

1 7 ... bS 1 8.axbS axbS 1 9.0-o f6? ! E s comprensible el deseo d e las negras de devolver al j uego su cabal lo, (supongo que ahora estarían pensando en porque no lo habían sacado por f6), pero esto no funciona. Algo mejor era 1 9 . . J!xa 1 20Ji:xa 1 b4 (20 . . J!a8 2 1 .I;rxa8+ ®xa8 22 .�xb5±) 2 1 .�2 I;ra8 22.I;rxa8+ ®xa8 23.h6 g6 24.�ed4;!;.

20.gxf6 �xf6 2 1 .eS!± [Abriendo una diagonal l lena de piezas negras con ganancia de tiempo] 2 1 . .:!ha1 •

2 1 ... dxe5? 22.�5 ®c8 (22 ... ®c7 23 .�xb5+-) 23 .fua8 ®xa8 24.fud7+-; 2 1 . . . {j¿e7 22.�a5 ®c8 23.exd6 (j¿xd6 24.�xb5±.

22.I;rxa 1 dxeS [22 . . . {j)_e7 23 .exd6 {j¿xd6 24.h6 g6? ! 25.®d2 !+-] 23.�S ®c8 24.�xbS �ti 2S.I;rd 1 ?! I mprecisa, no parece haber motivo para abandonar la columna del extre-

La partida ha entrado en una fase puramente táctica y no está claro que las blancas mantengan el contro l . 30 . . .®b8 ! ? 3 1 .�4 � 5 32.fuf6+ fuf6 33 .�6 {j¿xc6 34.{j)_xc6;!;.

3 1 .�e4 (j¿h4 [3 1 . . .�5 ! ?] 32.®f3 ®xt3 33.{j¿xf3 �dS 34.{j¿cS �f4 3S.b4 �h6?! [35 . . . �g5 ! ? 3 6.�xg5 �xg5] 36.);;!d 1 ! �e6 [36 . . . I;rxd 1 + 3 7.�xd 1 �xh5 3 8.{j¿xh5 fuh5 39.b5±] 37.{j)_f2 �fS 38.);;!x d8 {j¿xd8 39.bS Con la desaparición de las piezas mayores, los peones pasados del flanco de dama cobran el protagonismo decisivo.

39 ...�f4 40.(j¿g4 g6 4 1 .hxg6 hxg6 42.b6 �d3 43.b7 {j¿c7 44.�f6+ �ti 4S.�xe8 �xe8 46.�bS �d7 47.{j¿a7 �c6 48.�xc7 �xb7 49.�bS �a6 SO.{j¿e2 e4 S 1 .c4 �aS S2.�3 �g3 S3.cS �a6 S4.(j¿b6 �b7 SS.(j¿d1 �S S6.�f2 �fS S7.�xe4 �d7 SS.{j¿aS �a6 S9.c6+- �S 60.c7 �b7 6 1 .�S+ �c8 62.{j¿e2 1 -0 Pa rtida 14.02

Rytshagov,M- Agopov,M 1 ra Liga 2001

l .e4 eS 2.�0 �6 3.d4 cxd4 4.�xd4 e6

166

2.�[3 e6 3.d4 cd4 4.�Jti4 fr6 Variante Taimanov

s.M ®c7 La jugada más característica del moderno sistema de Taimanov, aunque su inventor prefería a6 y el desarrollo rápido del caballo rey por la casilla e7. 6.�e3 (D)

El sistema propuesto. A pesar de que se ha puesto de moda entre los j ugadores deprimera fila, aún no existe un enorme arsenal de teoría debido a su reciente buena fama. Se complementa de fonna ideal con el sistema de ataque propuesto para combatir las variantes Najdorf y Scheveningen.

6 a6 .••

La continuación casi universal. No obstante se han hecho algunos intentos para ahorrarse esta j ugada y comenzar de forma inmediata la presión al punto e4 a través de las jugadas ilf6 y �b4. 6 . .�f6 ! ? 7 . f4 En este caso las blancas tienen que cambiar su idea .

preconcebida. no sólo porque resulta menos efectiva, sino también porque ahora este avance es más eficaz. Se amenaza un inmediato e5 . 7 . . . �b4 (7 ...ilxd4 8.®xd4 ilg4 9.0-ü-0 �xe3 J O.®xe3 �c5 l l .®g3 0-0 1 2.�d3 y a pesar de haber capturado el importante alfil de casillas negras. el bando de este color se enfrenta a serios poblemas derivados de su falta de desarrollo. 1 2 ... a6 1 3 .e5 d6? 1 4.exd6 �xd6 1 5 .IJ;!xh7-1-; Raisa-Doda, Leningrado 1 960) 8.i)db5 ®a5 9.e5 (9.�d2 ! ? a6 1 O.e5 axb5 l l .exf6 �c3 1 2 .bxc3 g6 1 3 .�d3 t Femández-Lakos. Pamplona 2002) 9 ... a6 I O.i)d6+ IJ;!xd6 l l .®xd6 ile4 1 2.®d3 fuc3 1 3 .bxc3 b5 1 4.�e2 ®c7 1 5 .0-0 y las blancas están clara­ mente mejor, puesto que pronto comenzarán las rupturas contra la cadena negra del flanco de dama. Beliavsky-Matulovic, Sombor 1 972.

7.®d2 bS Una jugada muy frecuente en el esquema negro. La continuación más frecuente, 7...�f6 se analizará en las próximas partidas. Una tercera jugada interesante es 7 ilxd4 que además ha obtenido resultados excelentes. y contra la cual las blancas no han mostrado hasta ahora una línea convincente. a pesar de lo cual es casi completamente ignorada por todos. 8 .�xd4 ile7 9.®g5 Una j ugada que lleva el signo de admiración desde su partida de origen pero que no responde a los interrogantes más inmediatos (tal vez haya que buscar las mejoras desde aquí mismo y hay dos ..•

2.�/3 e6 3.d4 cd4 4.�/4 fr-6 Variante Taimanov

j ugadas naturales que se presentan como candidatas: 9.®e3 ! ? b5 I O.�b6 ®c6 l l .�d3 b4 1 2.fle2 y las blancas han sido desviadas de sus planes habituales pero tienen un montón de ideas para probar, rupturas en c3 y a3, rápido avance del peón f, �a5 y �d4, etc; 9.0Q-{) �6 1 O.�e3 seguido de los planes clásicos) 9 . . . h6 (9 . . . b5 ! ? ; 9 . . . �c6? I O.�xg7 l:lg8 l l .�e5+-) I O.®e3 d6? ! (el mismo Anand sugirió desde el primer momento I O . . . b5 ! ? valorando como poco claro, lo cual copia la ECO, pero en realidad la posición sigue sien­ do rica para las blancas y sólo necesita algunas experiencias prácticas. Sin embargo es muy discutible que haber provocado h6 sea un mérito) l l .�b6 ! ( ahora sí las negras quedan en una situación incómoda) l l . . . ®b8 1 2 .f4 �d7 (Anand-Gobet, Biel 1 988) y aquí el propio Anand sugiere como mej or 1 3 .0-0-0 �8 1 4.�d4±. Por último, para 7 d6 ver el capítulo 20. .•.

167

sugieren algunas j ugadas más o menos lógicas, pero la práctica no ha sido tan provechosa para las negras. 1 0 . . .�5 ( I O .. JYa5 l l .b3 y la dama negra queda expuesta a nuevos ataques con �b6) l l .�b3 ílb8 A) 1 2.�c5 Anand perdió una parti­ da contra Plaskett con esta j ugada ( lógica desde el punto de vista de las casil las, pero i lógica en cuanto al des­ arrollo) y, aunque hay terreno para la mejora del juego blanco, sí es cierto que las negras se liberan tras 1 2 . . . �xc5 1 3 .�axc5 ( 1 3 .�bxc5 d5 1 4.�xa6 fled7 ;¡¡) ) 1 3 . . . d5 1 4 .exd5 �xd5 1 5 . f4 ( 1 5 .�xa6 ! ? ) 1 5 . . . �d7 1 6.�xd7 �xd7 1 7. f5 0-0 y las negras han tomado la iniciativa. 8 ) 1 2.®f2 �e7 1 3 .�a7 ílh7 1 4.�d4 o-o J 5.wb l d6 1 6.�b6 ílh8 1 7.fuc8 ®xc8 1 8.g4 con clara ventaja. Short­ Kogan, Los Inmortales 2002.

9.�xc6 �xc6 ( D )

8.6-0-0 �b7 Es una de las continuaciones más lógicas. La más frecuente tal vez sea 8 �f6, pero traspone a las próximas partidas. Sin embargo, en vista de la mejora 8 . . .�f6 9.�f4! jugada en la par­ tida Topalov-Movsesian, éste es el momento correcto para considerar la opción 8 . . . �f6 9.0 b4 1 0.�4, que sólo puede obtenerse jugando 8 . . . b4 en esta posición : 8 b4!? 9.�4 �f6 1 0. 0 Los pro­ gramas son bastante felices con esta posición (algún día los programadores nos explicarán que le encuentran), y ...

• .t. I,I) .E 'iV i ' ' ' ' j_

.E

' '

...

9 . . . ®xc6 Trata de evitar el sacrificio temático que se produce en la partida

2.fJj3 e6 3.d4 cd4 4.0d4 4X:6 Variante Taimanov

1 68

principal. J O.wb l ( I O.�d3 ! ? con idea de e5 o de fJe2) 1 O . . . d6? ! (esta j ugada deja que el plan blanco se desarrolle sin interferenc ias, pero 1 O ... �b4 l l .�d4 fJf6 1 2. f3 tampoco resuelve todos los problemas y 1 O . . . b4 l l .fJe2 fJf6 1 2. f3 h a enviado el caballo blanco justo más cerca de casilla d4, que es la ideal cuando se ha cambiado su colega) l l . f3 fJf6 1 2.g4 ( 1 2 .fJe2 ! '? parece u n orden más prec iso) 1 2 . . . fJd7 1 3 .�d3 ( 1 3 .fJe2? ! d5 !=; 1 3 .g5 fJe5 1 4. f4 b4 oo ) 1 3 . . . fJe5 1 4 .®g2 Hc8 1 5 .fJe2 �e7 ( 1 5 . . .fJxd3 1 6.fJd4 ! fJf4 1 7.�xf4 ®b6 1 8 .�e3;!;) 1 6.fJd4 ®c7 1 7 . f4 fJc4 1 8.�c 1 ;!;. Las blancas han logrado la reagrupación ideal; Cheparinov8osboom, Málaga 2003 .

I O.fJdS ®b7 Es natural que en una partida viva, un jugador humano no se decida por la captura de la pieza, pero en los tiempos que corren, no es descartable que alguien chequee la defensa con un pro­ grama y se sienta listo para j ugarlo. Sin ánimo de ser exhaustivos proponemos algunos caminos posibles. La sensación que queda es que la captura es muy peligrosa: IO exdS l l .exd5 �b7 1 2 .d6 ®c6 1 3 .�e2 ( intentando �f3 ) 1 3 ... ®xg2 (si 1 3 ... o-O-O'? ! 1 4.�f3 con clara ventaja; 1 3 . . . fJf6? es mala por 1 4 .�f3 fJe4 1 5 .�xe4 ®xe4 1 6.�b6+-) 1 4.a:he l f6 ( 1 4 . . .fJf6 1 5 .�b6 ! fJe4 1 6. f3 !±; 1 4 . . . 00-0? 1 5 .®a5 ®c6 1 6.�f3+-) 1 5 .®c3 ( para impedir que el rey negro se esconda por t7) 1 5 . . . g6 1 6.�fl ®f3 1 7.�h3 .

I O ... �xdS! ? l l .exd5 fJf6 y ahora: A) Si 1 2.dxe6 dxe6 1 3 .�e2 �e7 ( 1 3 . . . �c5 1 4.�xc5 Wxc5 1 5 .�f3 a:b8 1 6.1/Yd6;!;) 1 4.�f3 :11d 8 con igualdad. 8) 1 2.�f4 ! parece lo mejor, por ejemplo: 8 1 ) 1 2 . . . e5? 1 3 .�xe5+-. 82) 1 2 . . .®b6 1 3 .g4 :11d 8 ( 1 3 . . .fJxd5 1 4.�g2 rJie7 1 5 .�xd5±) 1 4.dxe6 dxe6 1 5 .®xd8+ ®xd8 1 6.:11x d8+ wxd8 1 7.a4 ! con clara ventaja. 83) 1 2 ... rJid6 1 3 .�xd6 Wxd6 1 4.dxe6 ®xd2+ 1 5 .Hxd2 dxe6 1 6.�e2;!;. No parece mucho, pero algunos jugadores saltarían de alegría con esto. C) 1 2.d6'? ! Después de esta jugada la partida entra en una fase en la que las blancas hacen esfuerzos desesperados por mantener alguna compensación. 1 2 . . . ®c6 1 3 .rJie2 ®xg2 1 4. f3 fJd5 1 5.Hdg 1 ®h3 1 6.Hg3 ®h4 1 7 .:11g4 1/Yd8 1 8.�c5 :11c 8+; Leko-Movsesian, FIDE W ch-rapid 1 999. l l .rJie2! Una vez que el caballo no puede ser capturado, las blancas pueden preparar sus evoluciones con más calma.

l l ...fJe7 1 2.�f3 d6 1 3.:i'lhel

•..

Si ahora el sacri ficio puede ser aceptado es cierto que las blancas disponían de una buena alternativa en 1 3 .fJb4 ! �e4 1 4.rJixe4 ®xe4 1 5 .®xd6±.

13 ...exd5 1 4.exd5 �d7 I S.®aS f6 Entramos de nuevo en una batalla de análisis intenninables, que ya no es

2/i:Y3 e6 3.d4 cd4 4.�4 �·6 Variante Taimanov

necesaria en vista del comentario a la jugada 1 3 ; 1 5 .. J;l:c8!?.

1 6.�f4 wf7 1 7.�xd6 �6 1 8.�g3 �eS? !

esta partida parece muy fuerte y nos permite ignorar otras opciones. La j ugada 8 . . . b5 era una de las líneas principales que ha sufrido un serio traspiés tras la partida del texto. 8 �b4 que es la actual variante principal la veremos en la proxima partida. 8 ...�4!? Ha sido empleada insis­ tentemente por Banikas y con buenos resultados, pero el análisis de las últimas partidas no parece justificar su insistencia. 9.�f4 �ge5 (9 ... e5 1 O.�d5 ®d8 I I .h3 ! ; Arizmendi-Collutis, Aosta 2003 , l l .. .�f6 1 2.fuc6 bxc6 1 3 .fuf6+ ®xf6 1 4.�g5 con una amplia ventaja de desarrollo) I O.�g3 fud4 l l .®xd4 y ahora: A) l l . . .d6? ! 1 2.�xe5 dxe5 1 3 .®a4+ �d7? ( 1 3 . . . we7) 1 4Jlxd7 ! ®xd7 1 5 .�b5 con ventaja decisiva. B ) l l ... f6 (verse obligado a esta j ugada ya hace la variante �g4 sospe­ chosa) 1 2.f4 �eS 1 3 .®d2 �f7 1 4.f5 ! ? Banikas n o h a mostrado aún que pien­ sa de esta jugada. Tal vez lo haga en las próximas partidas. 14 ... ®c6 ( 1 4 . . .�5 es por supuesto la j ugada crítica, pero en ese caso la cuestión es cómo lograrán las negras acabar de movilizar sus pie­ zas; 1 4 . . . e5? ! 1 5 .�5± ) 1 5 .e5 ! . Un violento tratamiento que se justifica por la ventaja en desarrollo de las blancas: B l ) 1 5 . . . �xe5 1 6. fxe6 ®xe6 ( 1 6 . . . dxe6'?? 1 7.®d8+) 1 7.�5±. 82) 1 5 . . . fxe5 1 6. fxe6 dxe6 ( l 6 . . . ®xe6 1 7 .�d5:ii ) I H�d3 �d4 ( 1 7 . . . 0-0 1 8 .�e4 ®c7 1 9.I!hfl y las piezas negras siguen muy atadas. a cambio de una ventaja material ínfima) 1 8.I!he 1 �xc3 1 9.bxc3 �d7 ( 1 9 . . . 0-0 •••

En estas situaciones es muy dificil defenderse durante largo rato. Con esta jugada las blancas encuentran el cami­ no de las variantes forzadas, pero con otras la situación también es precaria.

1 9.d6!+- �e6 20.®e3 �xf3 2 1 .gxt3 ®a7 22.®b3+ Wf8 23.d7 I!d8 24.®e6 ®a8 25.�e7 �e7 26.f4 1 -o Pa rtida 1 4 .03

Topalov,V - Movsesian,S 5arajevo 2001

l .e4 eS 2.�t3 �6 3.d4 cxd4 4.�xd4 e6 5.�3 ®c7 6.�e3 a6 7.®d2 �f6 s.o-o-o b5 ( D)

.1

'

..t • ..t .1 'iV i ' ' ' � ·�

Hace tiempo se jugaba siempre 9.0 en esta posición, y sigue siendo intere­ sante, pero la novedad de Topalov en

169

170

2.� e6 3.d4 cd4 4.'0d4 fr6 Variante Taimanov

20.�e4 \\lla4 2 l .®d3:i5) 20J''Ie4! El inge­ nioso paso de esta torre al ataque pone al descubierto la falta de efectivos negros para defender el flanco de rey. 20 .. Jk8 (20 . . .o-O-O?? 2 1 .l':Ic4) 2 1 .llg4 0-0 22.�h4 (con idea de �f6) 22 ... lilh8 23.\\lle 2 ! (con la amenaza llxg7) 23 . . . e4 24Jlxg7 ! ! (a pesar de todo) 24 . . . exd3 25.�f6 (las negras están indefensas ante la máquina) 25 ... \\llx c3 26.llg8+ 1 -0 Ramesh-Kunte, Torquay 2002 .

Todo está basado en concretos detal les tácticos. Las negras no tienen una j ugada cómoda como veremos en las alternativas a la j ugada de la partida. Esta j ugada se ha convertido en un tema recurrente en esta variante como puede verse en la bri l lante parti­ da Vallejo-Miladinovic.

La respuesta más natural. Veamos que pasa con cada una de las otras: 9 d6? Pierde un peón después de I O.�xc6 \\llx c6 l l .�xd6 �xd6 1 2 .\\llx d6 \\llx d6 1 3 .llxd6 b4 1 4.� 1 �xe4 1 5 .lld4 ±. 9 e5 1 o.�xc6 exf4 ( 1 o . . . dxc6? l l .�e5+-) l l .e5 !±. 9 ®b6 Es seguramente la única alternativa seria como demuestra que fue la siguiente elección de Movsesian en la siguiente partida con esta línea, pero los resultados han sido descorazo­ nadores. J O.e5 ( I O.�b3 ! ? ) I O . . . ®xd4 ( I O . . . b4? ! 1 1 .�4 ®xd4 1 2.\\llx d4 fud4 1 3 .exf6+-; 1 o . . . �xd4? ! simplemente •.•

•••

..•

ofrece una opción más a las blancas: J l .exf6 ! �c6 1 2 .'z)e4 d5 1 3 .�6+-, Kasimdzhanov-Polgar, Moscú 2002) l l .®xd4 fud4 1 2.l':Ixd4 b4 ! ? (es lógico luchar por la casilla d5; si 1 2 . . .�g4 1 3 .�g3i) 1 3 .�a4 �d5 l 4.�g3 �b7 l 5 .�c4 (pero las blancas también luchan por esa casil la) 1 5 . . . l':Id8 ( l 5 . . . l':Ib8 ! ? l 6 .llhd l �c6 1 7 .b3 aS 1 8.�xd5 �xd5 l 9.f3;!;, seguido de c4) 1 6.llhd l �c6 1 7 .�xd5 ! La próxima secuencia es forzada a partir de aquí. l 7 . . . �xd5 1 8 .�b6 �c6 ( 1 8 . . . �xg2 l 9.�h4±) l 9.�h4 �c5 20.�xd8 �xd4 2 1 .l':Ixd4 lilxd8 22.llxb4±; De la Paz­ Rodríguez, Mancha Real 200 l . 9 \\lla S?! l O.�b3 ®b6 l l .e5 �g4 1 2 .\\lle 2 ! ± fuf2? 1 3 .�e3+-; 9 ®b7 I O.e5±. •••

•••

1 0.�0 �fg4?! Renunciando a la mejor posibilidad de deshacerse de la clavada, lo cual en las próximas jugadas será cada vez más dificil. El juego negro. con el desarro­ llo muy retrasado y molestas amenazas a las que atender, está ya muy compro­ metido. IO . �xf3! es la mejor opción: ( J O . . . d6? l l .�xe5 dxe5 1 2.�xe5+-) l l .gxf3 \\llc 6 ( 1 1 . . .\\lla S 1 2.\ilb l i) l 2.llg l con dos posibilidades: A) l 2 ... b4 (envía el caballo a la casil la deseada) 1 3 .�2 d5 1 4.�4 \\lla4 1 5 .�c4 ! �b7 ( 1 5 . . . dxc4 1 6.�b5+-) 1 6.�b3±. B) 1 2 ... �b7 1 3 .�2 Ahora el movi­ miento del caballo anima a las negras a realizar su ruptura temática. ( El trata­ miento más tranquilo comenzando con 1 3 .\ilb l parece más sano) 1 3 ... d5 ! ?oo ..

2.�3 e6 3.d4 cd4 4.0Li4 �6 Variante Taimanov

1 4.�e5 dxe4 1 5 .�4 ®d5 1 6.�xf6 gxf6 1 7. fxe4 Wlxa2 1 8 .�b3 �c6 1 9.e5 ( 1 9.�g2 ! ?) 1 9 . . . t;id5 ( 1 9 . . . t;ie7 !oo) 20.t;ig2 Hd8 2 1 .exf6 (2 1 .t;ixd5 Hxd5 22.®f4±) 2 l . . . h5 22.f4 Wla4 23 .®e3 �h6? 24.Hd4 1 -0; Tischbierek­ Baumegger, AT-eh tt 2002.

1 1 .�g3 1 l .h3 �xf3 1 2 .t;ixc7 �d2 1 3 .Hxd2 �f6 1 4.e5 b4 1 5 .�4 �5 1 6.�xd5 ( 1 6.�d6 ! '?) 1 6 . . . exd5 1 7.�b6 �a7 1 8 .�d5�.

1 1 . f6 1 2.�xe5 �xeS 1 3.f4 �c4 1 4.t;ixc4 Wlxc4 [ 1 4 . . . bxc4 1 5 .f5±] 1 5.f5 ••

wn

Si 1 5 �b4?! 1 6.fxe6 Wlxe6 1 7.®d5 ! ®c6 ( 1 7 . . . Wixd5? 1 8.�xd5 t;ia5 1 9.t;ic7 +-) 1 8.®h5+ g6 1 9.®h6±. 1 5 b4!? 1 6. fxe6 bxc3 1 7.exd7+ Wf7 ! 1 8.®d5+ ®xd5 1 9 .�xd5 cxb2+ 20.Wb l t;ie7 2 l .dxc81/N l:nlxc8 22.�d?;!;.

171

Partida 14.04 Vallejo,F - Miladinovic,I EU-chT Leon 2001

l .e4 eS 2.�1'3 �6 3.d4 cxd4 4.�xd4 Wc7 5.� e6 6.�e3 a6 7.®d2 �f6 8.0o-o t;ib4 La opción de esta clavada ha sido el motivo fundamental por el cual las blancas durante mucho tiempo no han con fiado en los esquemas con el enro­ que largo contra la variante Taimanov. Actual mente t;ib4 sigue siendo la variante principal de esta l ínea, pero las blancas parecen tener recursos sufi­ cientes para luchar por la ventaja.

9.1'3 (0)

•.•

•••

1 6.e5!? E l tratamiento violento, muy característico de Topalov y justi ficado por la posición del rey negro. También es posible un plan más tranqui lo. 1 6.t;id6 b4 1 7.1/Ne2 1/Nxe2 1 8.�e2 ;t.

16 b4 1 7.�b l exfS 1 8.exf6 gxf6 1 9.t;id6 t;ixd6 20.®xd6 He8 2 l .b3 ®bS 22.Hhel �b7 23.a4 ®c6 24.®xb4 �xel 25.1/Nxe l �c8 26.�a3 dS 27.®h4 1Pg8 28.�d3 \We6 29.1/:\JgJ+ IPn 30.l';te3 ®b6 3 1 .®h3 1ll'c5 32.®xh7+ wf8 33.�g3 t -o ..•

9 b5 ..•

Estamos ante un cruce de caminos muy importante. 9 ...�5! ? se analiza en la siguiente partida, mientras que existen otras opciones:

172

2.�3 e6 3.d4 cd4 4.�4 fr6 Variante Taimanov

9 d5 Es la ruptura lógica de la sicil iana y se hace poniendo presión sobre la casilla e4 que "defiende" sólo nominalmente el caballo clavado. Sin embargo las blancas tienen una conti­ nuación muy prometedora. 1 O.a3 y ahora: A) 1 O ...�xc3 l l .'lllx c3 dxe4. A 1 ) 1 2.�c6 !'? Una compensación muy clara se obtiene tras 1 2 . . . 'l!lxc6 ( 1 2 . . . bxc6? ! 1 3 .fxe4±) 1 3 .'l!lxc6+ bxc6 1 4 . fxe4 �xe4 I S .�d3 �f6 { l S . . . fS 1 6.�xe4 fxe4 1 7 Jld6±) 1 6.�cSiXl. A2) 1 2 . fxe4 �e4 1 3 .'llld3 ( 1 3 .'l!lc4) 1 3 . . . fS 1 4.'l!Jc4 eS 1 S.�c6 'lllx c6 1 6JldS 'l!le6 1 7JiaS �6? ! {tal vez sea más tenaz jugar 1 7 ... 'llle 7 pero la compensa­ ción de las blancas es muy c lara) 1 8 .'lllc 3 ( 1 8.®xe6+ �xe6 1 9J;!xeS;l;) 1 8 ... 0-0 1 9.l:l:xeS 'llla 2 20.b3 ®xa3+ 2 U9b l �bS 22.®e l l:l:d8 23 .�c4+ '19h8 24.�d2 1 -0 Polgar-Horvath, Halkidiki 2002 . B) I O ... �e7 l l .exdS �dS 1 2.�dS exdS 1 3 .�d3 , con una ligera ventaja. C) I O ...�aS l l .�b3 ! Esta es la clave de la falta de pegada de la ruptura temática dS . Las negras no pueden mantener su alfil de casil las negras en el tablero, y las casillas de este color de su campo van a sufrir. C l ) l l . . .�b6?! 1 2 .�xb6 'l!lxb6 1 3 .exdS±. C2) l l . . .�xc3 1 2 .®xc3 dxe4 1 3 .fxe4 ( 1 3 .�cS ! ?) 1 3 ... o-o 1 4.�d3;l;. C3 ) l l . .. dxe4 1 2 .�xaS ®xaS 1 3 .fxe4 ( 1 3 .�e4 es probablemente lo más simple, pero no se puede criticar a las blancas por tratar de mantener las damas y atacar. 1 3 . . . flxe4 1 4.®xaS �aS I S . fxe4 eS 1 6.�b6 �6 1 7 .t/{c4±) ...

1 3 ... 0-0 1 4.t/{gS l:l:d8 I S .t/{d3 bS 1 6.eS b4 1 7.�xf6 gxf6 1 8.'lllh 6 fS 1 9.�4 fxe4 20.�xe4 1 -0 Rizouk-Garrido, Sevilla 2003 . 9 9-0?! Es una preparación natu­ ral de dS, pero las blancas se adelantan a las intenciones negras y comienzan el ataque temático. I O.g4! bS ( I O ... dS? l l .gS; I O ... �S ! ? l l .gS �c3 1 2.®xc3 ®xc3 1 3 .bxc3 �e8 1 4. f4;l;) l l .gS �5 1 2.a3 �e7 Una vez más el alfil no puede mantener la clavada, y cuando esto sucede su excursión a b4 se con­ vierte, en el peor de los casos, en una pérdida de tiempos y en el mejor, en una sutileza para provocar a3, que a pesar de dar a las negras un punto de ruptura en b4, es una j ugada que tiene algunos aspectos positivos (mantiene finne en c3 el caballo que controla d5; 1 2 ... t/{aS 1 3 .�b3;l;). 1 3 .�e2 ! (ahora el caballo se dirige a g3 para poner en aprietos a su colega de hS) 1 3 ...�S 1 4 .�g3 ! ( 1 4.®c3 �4 I S .flg3;!;) 14 ... eS ! ? Una medida radical en una situación delicada. Las blancas contes­ tan con una poderosa secuencia táctica, que debían haber calculado en la j uga­ da anterior y que parece totalmente sana. 1 5 .�xhS ! ( I S .�fS?? �b3+; 1 5.'19b l ) 15 . . . exd4 1 6.Wb l dxe3 1 7.®d4 f6 1 8 .gxf6 y ahora: A) 1 8 ... gxf6 ! ? Es la respuesta que obliga a un cálculo más preciso, pero objetivamente es peor. 1 9.®xe3 ! (ir a la caza del material daría la vuelta dramáticamente a la partida 1 9.®d5+? wh8 20.®xa8 �b7 2 1 .®a7 �c5 ) 1 9 ... wh8 ( 1 9 . . .l:l:f7 20.l:l:g l wh8 2 l .®h6; 1 9 . . . ®a7 20. 'l!lh6 ii:f7 2 t .t/{c4 �c4 22Jlhg 1 + wh8 23 .ii:g7+-) 20.®h6 ii:f7 2 1 .l:l:g l +-. ...

2.�}3 e6 3.d4 cd4 4.�4 �6 Variante Taimanov

seguido de :t:'l:g7. 8) 1 8 . . . �xf6 1 9.�xf6+ :t:'l:xf6 20.®d5 :t:'l:f7 2 l .®xa8+-; Arizmendi-Arbakov, Linares op 2003 . 9 �7! ? Es tal vez la alternativa más seria a 9 . . . �5. En un principio parecía que las blancas tenían que aceptar el doblaje de peones, pero por lo visto se pueden permitir el lujo de descolocar su caballo de d4. ¡Claro que si las piezas bien colocadas no pudieran moverse el bando con ventaja posicio­ nal pronto quedaría en zugzwang! I O.�e2 ! (prepara el acoso y cambio del alfil de negras, una estrategia muy repetida en esta variante) I O . . . d5 (con otras j ugadas la retirada del caballo a e 7 quedaría fuera de lugar) l l .a3 ( l l .�g5 ! ? dxe4 1 2.�xf6 gxf6 1 3 .®d4 exf3 1 4 .®xf6 �g6 1 5 .®xf3 f5oo) l l . . .�c5 ( l l ... �a5 1 2.b4 ! ? �b6 1 3 .�xb6 ®xb6 1 4.exd5 exd5 1 5 .®d4 ®c7 1 6.®f4 ®c6 1 7.wb2 �e6 1 8.�4 las blancas disponen de la casilla d4 y piezas acti­ vas, pero las negras no están sin contraj uego. Magem-Reefat. Dhaka 2003 ) 1 2.exd5 �fxd5 1 3 .fud5 exd5 ( 1 3 . . . fud5?! 1 4.�c5 ®xc5 1 5 .flf4±) 1 4.�xc5 ®xc5 1 5 .�f4 ( 1 5.®d4 fuerza un final muy favorable, pero las blancas quieren ganar un peón) 1 5 ... �f5 1 6.g4 �d7 1 7 .�xd5 �xd5 1 8 .®xd5 ®xd5 1 9.:t:'l:xd5±; Fressinet-Tregubov, Halkidiki 2002 .

173

negras y que Miladinovic repetía.

.•.

I O.�f4! (D) Con esta idea. similar a la de la partida de Topalov. las blancas logra­ ron una ventaja apreciable en una línea que había dado buenas posiciones a las

I O.�xc6!? Resulta mucho mejor intercalar �f4 antes de realizar el cam­ bio; aquí las negras tan solo tienen que ser cuidadosas para igualar. 1 O . . . dxc6 ( I O . . . ®xc6 l l .�d4 0-0 1 2 .�d3J;) l l .i>b l intentando �b5 l l .. .�e7 1 2.g4 ( 1 2.®f2 c5) 1 2 . . . e5 con igualdad Kapnisis-M i ladinovic, Ano Liosia 200 1 . I O.wb l �b7 l l .flxc6 ®xc6 1 2 .�d4 �e7 1 3 .�d3 d6 1 4.e5 dxe5 1 5 .�xe5 0-Q con igualdad; Todorovic­ Spassov, Budapest 200 l .

Una vez más las negras tenían una amplia elección pero cada jugada tenía sus propios problemas. M uchas pierden el alfil de negras, alguna otra estropea la estructura de peones y unas pocas fal lan tácticamente. 10 e5 l l .�xc6 �xc3 ( l l . . .dxc6? 1 2 .�xe5 ! +-) 1 2 .®xc3 exf4 1 3 .®e5+ ®xe5 1 4.�xe5t. I O ®b6 l l .a3 �a5 ? ! ( l l . . . �e7 ...

...

1 74

2.�3 e6 3.d4 c:d4 4.�4 �)c6 Variante Taimanov

1 2 .e5;!;) 1 2 .�b3 b4 1 3 .�4 ! ®d8 1 4.�xa5 ®xa5 1 5 .b3±; I O ... �xc3 l l .�xc7 l{¿xd2+ 1 Uixd2±; 1 o ... ®as l l .�b3 l{¿xc3 ( l l . . .®d8 1 2 .a3) 1 2.�a5 �xd2+ 1 3 .�xd2±.

1 1 .�6! Una j ugada realmente com1ca y brillante a la vez. Las blancas parecen tener aquí una ventaja garantizada. Pero al menos una alternativa es inte­ resante: l l .�xeS ®xe5 1 2.fr6 ®c5? ( 1 2 . . . �xc3 1 3 .�e5 �xd2 1 4.Hxd2 1{¿b7 =) 1 3 .�b4 ®xb4 1 4.e5±. l l .wb l ! ? ( para intentar �b5 ) l l . . .�a5 ! ? ( l l . . .�e7? 1 2 .frxb5 axb5 1 3 .�xb5 ®b8 1 4.®c3+-; l l . . .�xc3 1 2.�xe5 ®xe5 1 3 .®xc3 , de nuevo �b5 es la amenaza, 1 3 . . . Hb8oo) 1 2.frxb5 axb5 1 3 .�xb5 ®b8 1 4.b4 ( 1 4.�6 wf8 1 5.c3 �g6oo) 14 ... o-Ooo.

A) 1 2 . . . �x f3 ? ! 1 3 .�xc7 �xd2 1 4.Hxd2 �e4 ( 1 4 . . . dxc6 1 5 .Hd8+-) 1 5 .Hd4 �xc3 1 6,!{¿a5 �d5 1 7.Hxd5 ! exd5 1 8.�xb5 o-o ( 1 8 . . . axb5 1 9.He l + wrs 20.�b4+-> 1 9.�7+-. B) 1 2 . . . dxc6? ! 1 3 .�xe5 ®e7 1 4.�d6 con clara ventaja. C) 1 2 ... ®xc6 1 3 .�xe5 0-0 1 4.®d6;!;. O) 1 2 . . .�3+ ! 1 3 .�d3 ®xc6 1 4.1{¿e5 y a pesar del dominio de las casillas negras y el desarrollo de las blancas, las negras tienen también algunos triunfos a su favor. l l ...dxc6?! 1 2.�xe5 ®e7 ( 1 2 . . . ®xe5'?? 1 3 .®d8#) 1 3 .a3 �aS ( 1 3 .. §ic5 1 4.®g5±) 1 4.®g5±.

1 2.cxd3 [ 1 2.�xd3 ®xc6=) 1 2 ®xc6 1 3.\!;lbl;\; .••

Las blancas han reforzado s u centro y harán uso de la columna c. Podemos considerar que la batalla de la apertura se ha resuelto a su favor.

1 1 00+ •..

1 3 0-0 [ 1 3 . . . �b7 1 4.Hc l Hc8 1 5 .d4;!;; 1 3 . . ,1{¿xc3 1 4.®xc3 ®xc3 1 5 .bxc3 d5 1 6.�e5;!;) 1 4J1ct ®b7?! •••

Parece que las negras desean hacer también bobadas con el caballo, pero resulta ser una de las mejores jugadas. Algunas de las alternativas son muy flojas, pero una de ellas merece la más seria atención: l l ...®xc6 1 2.!{¿xe5 Esta posición es similar a la que surge en la alternativa 1 O.fr6, e incluso traspondría en las variantes en que las blancas tomen en f6. La diferencia es que ahora las negras no han podido tomar en c6 con peón. 1 2 . . . 0-0 1 3 .�d3� ( 1 3 .�d6 ! ?). l l ...�c3! 1 2.bxc3 ! ( 1 2 .®xc3 �3+ 1 3 .®xd3 ®xf4+ 1 4.wb l ®c7 1 5.�4 !{¿b7 =) y ahora:

Verdaderamente es una extraña casilla. Sería muy raro que esta fuera la mejor jugada.

1 5.®f2 [ 1 5.d4 d5 1 6.e5;!; es un tra­ tamiento más clásico de la posición] 1 5...�e7 1 6.d4?! 1 6.e5 ! ? �5 1 7.�d5 ®xd5 1 8.d4 deja a la dama negra en una situación muy incómoda.

1 6 b4 [ 1 6 . . . d5 1 7.e5;!;] 1 7.�d l •..

2.�3 e6 3.d4 cd4 4.ru4 �6 Variallfe Taimanov

175

[Buscando maniobrar hacia c4] 17 ...d6 [ 1 7 ... dS? 1 8 .!k7 ®b8 1 9 .�eS+-] 1 8.fle3 �hS [ 1 8 ... b3 1 9.a3 eS ! es una buena oportunidad de complicar la posición] 1 9.�g3 �d7 [ 1 9 . . . �xg3 ? ! 20.hxg3 ; 1 9 . . . b3 ! ?] 20.�h4 �bS Ribli recomienda 20 . . .�f6 como un modo de igualar con la siguiente variante, pero la jugada de la partida tampoco es mala. 20 . . .�f6 ! ? 2 l .�d3 (2 l .eS �e4 22.®e l �xh4 23.®xh4 00+ 24.wa 1 �xfl 2S .Hhxfl �bSao) 2 1 . . .�bS 22.�c2 Hfc8=.

2 1 .�xe7 ®xe7 22.®d2 ®b7 [22 ... b3 23.a3 �xfl 24.Hhxfl Hfc8=] 23.�xbS ®xbS 24.dS Hfd8 2S.Hc4 aS 26.Hhc 1 [Finalmente las blancas, con el control absoluto de la columna e, han recupe­ rado el mando de la partida] 26...�f6 27.Hc7 ! ? h6 [27 . . . exdS 28 .�xdS ( 2 8 .�fS ! ?) 28 . . . �dS 29 .®xdS ®xdS 30.exdS±] 28.dxe6 fxe6 29.�2 �8 [29 . . . es 30.�3±] 30.�4± ®es 3 1 .Hb7 ®xh2 [3 J . . . Hac8 3 Hk6] 32.�6!+- dS 33.�xd8 Hxd8 34.exdS ®hS [34 . . .HxdS 3 S .®e2] 3S.g4 ®h4?! [3S . . . ®xdS 36.®xdS exdS 37.Ha7+-] 36.HbS ®f6

37.HxaS ®xl3 38.®xb4 exdS 39.®e7 ®d3+ 40.wa 1 ®d2 4 1 .HacS Hb8 42.®es Hd8 43.a3 1 -0 Pa rtida 14.05

Morozevich,A - Anand,V Dortmund 2001

1 .e4 eS 2.�3 e6 3.�13 �6 4.d4 cxd4 s.�xd4 ®c7 6.�e3 a6 7.®d2 �f6 s.o-o0 �b4 9.13 �S (D)

Esta es actualmente la línea princi­ pal. Las negras aumentan la presión en c3, pero dejan libre la retirada de su al fi l a e7. Además el caballo en eS está más activo que en e7, impide �e2, pero también está más expuesto.

La jugada casi universal . La captu­ ra en c3 dejaría las casillas negras muy débiles. Otras opciones: 10 ...�xc3?! l l .®xc3 (menos claro, aunque interesante, es l l .bxc3 �4 1 2.�xc4 ®xc4 1 3 .�cS;!; Rada-San Emeterio, Mondariz 2002; pero es muy dudoso que la mejor estrategia de las negras sea cambiar su caballo por el alfil blanco) l l . . .®xc3 1 2.bxc3 dS ( 1 2 ... bS puede ser un intento de mejora 1 3 .�S. para c4; 1 3 . . . �6 1 4.�c6 dxc6 J S .�e2 eS 1 6.Hd6;!;) 1 3 .�d4 �d7 1 4.eS ( 1 4.exdS ! ? es una elección menos ambiciosa pero que garantiza una pequeña ventaja) 14 ...�g8 Wiegelman­ Suetin, Berl ín 1 993, y ahora con J S .c4 ! las blancas estarían bastante mejor.

2.� e6 3.d4 cd4 4.�4 �·6 Variante Taimanov

176

1 O dS Se ha empleado en varias partidas recientes con bastante éxito. pero en el mejor de los casos las negras tienen que aceptar un peón d aislado y las piezas blancas están correctamente situadas para esa eventualidad. l l .�d4 0-0 1 2 .a3 �d6 1 3 .exd5 exd5 1 4.®f2 b5 1 5 .�xb5 ! El propio Kasimdzhanov en una partida anterior prefirió la normal g4, pero si esta continuación forzada ofrece una posición prometedora no hay motivo para conformarse con algo menos claro. 1 5 . . . axb5 1 6.�b5 ®b8 1 7.�xd6 ®xd6 1 8 .�c5 ®d8 1 9.�xf8 ®xf8 20.®c5 ®d8 2 I .lThe l . Dos piezas son una buena compensación por torre y dos peones en el medio j uego, pero aquí las piezas blancas están muy bien situadas, y por supuesto las negras no se pueden permitir el final. 2 1 . . .�g6 22.�4 (22.g4 ! ?) 22 . . . �d7 23 .á:e3 �f4 24.g3 �6 25 .�e6 �e6 26.®d4 con una posición ligeramente superior Vallejo-Kasimdzhanov, Pamplona 2002. ••.

l l .�d4 (0)

J: ' ' ' i 4i) 4i) _i. fj,

j_ ttJ ttJ fj, fj, fj, "fi �:

Aunque la jugada de la partida, que amenaza ®g5. es con mucho la más empleada, aquí ya podemos encontrar algunos disidentes que ven más atracti­ va t t .i>b 1 dejando la casilla e 1 para la retirada del caballo en la variante más directa: A) 1 1 . . .�4 1 2.�xc4 bxc4 1 3 .� 1 ®b7 1 4.� I e2 a:b8 1 5 .b3 0-0 1 6.�f4 á:a8 1 7.�d6! Con el cambio del alfil de negras las blancas controlan los puntos claves de la posición. Topalov-Lutz, Dortmund 2002. 8 ) l l . . . �e7 ! ? H a dado mej ores resultados y después de 1 2 .®f2 d6 I 3 .g4 �fd7 I 4 .á:g l �b7 1 5 .g5 a:cs 1 6.a3 �4 1 7.�xc4 bxc4 1 8.�4 a:b8 1 9. h4 d5 20.exd5 �d5 2 1 .�d5 exd5 22.á:ge 1 La posición blanca, que pare­ ce más agradable está a punto de sufrir un colapso. 22 . . . Ó-O 23 .�f4 á:xb2+! ! 24.i>xb2 �xa3 ! 25 .i>xa3 ®a5+ 26.i>b2 c3+ 27.i>b l ®b6-+; Kasimdzhanov-Ye Jiangchuan, Bled (ol) 2002 . Parece claro que en esta línea de l l . . . �e7 la pelota está en el lado blanco aunque parece fácil sugerir varias mejoras.

La

vieja j ugada

de

Portisch,

l l . .. h6!?, que impide de forma radical ®g5, no ha suscitado ningún entusias­ mo a pesar de que no es evidente su refutac ión como demostraron los comentarios de Anand a la partida original . 1 2.Wb l ( 1 2.®e3 0-0 1 3 .�c5 �xc5 1 4.®xc5 ®xc5 1 5 .�xc5 b4 ! 1 6 .�3a4 d5 !'"') 1 2 . . . �c4 1 3 .®f2 ( 1 3 .�xc4 bxc4 1 4.�xf6 gxf6 1 5 .®d4 es un posible intento, pero la posición

2.�/3 e6 3.d4 cd4 4.�4 �6 Variante Taimanov

sigue compleja) 1 3 . . . 0-0 ( 1 3 . . . �3+ 1 4.Wc l �b7 I S .eS;t) 1 4.®g3 �d6 ( 1 4 . . . ®xg3 I S .hxg3 eS 1 6.�cS �xc3 1 7.bxc3 �e8 1 8 .�xc4 bxc4 1 9.�S;t) 1 5 .'1Ye 1 �eS?! ( I S ... eS 1 6.\Ut2 con una posición muy dificil de evaluar, aunque la colocación de las piezas negras es bastante extraña y las blancas tienen un punto de contacto en gS) 1 6.�xeS ®xeS 1 7 . '1Yg3 '1Yxg3 1 8.hxg3 �3 1 9 .�d6;j; Anand-Portisch, Biel ( izt) 1 993. 1 1 . �6 que continua con el baile del caballo es la única otra alternativa probada. Las blancas tampoco han demostrado nada claro, pero el aspecto de la j ugada ha impedido su populari­ dad. 1 2 .�t2 ( 1 2.�cS lUxeS 1 3 .fucS 0-0 1 4.'1Yd6 ®a7ao y las blancas no pueden mantener sus puestos avanzados, por la amenaza �8; 1 2.�f6 gxf6 1 3 .a3 �f8 las negras tienen un fácil y molesto b4 ) 1 2 ... 0-0: A) 1 3 .a3 �xc3 ( 1 3 . . . \Ue7 1 4.\Ug3 ) 1 4.'1Yxc3 es un tratamiento más sencillo. B) 1 3 .�g3 eS 1 4.a3 �xc3 I S .®xc3 d6 Las negras se disponen a lograr un desarrollo armónico con �e6 y dS o �c8, pero las blancas lo impiden con una serie de jugadas ingeniosas 1 6.�S ! �d7 1 7.fuc6 �xc6 1 8.�h4 ! B l ) 1 8 . . . �e8 ! ? 1 9.�e7 ! ®xe7 20.®xc6 Xia7 2 1 .g3 Morozevich valora esto como clara ventaja, pero parece demasiado optimista. 2 1 . . . f5 (2 1 . . .®gS ) 22.�h3 fxe4 23.fxe4 �t2. 82) 1 8 ... �ac8? ! 1 9.�xf6 gxf6 20.g3 ;t, con idea de �h3 . Morozevich­ Kobalija, Rusia 1 998. 1 1 . ..�4? ! 1 2.®gS {j¡_e7 1 3 .eS h6 1 4.®xg7 �g8 I S .exf6 ! +-; Komeev­ Parfionov, Málaga 2003 . .•

1 77

Junto a 1 2.®t2, que a veces traspo­ ne al texto, monopolizan las experien­ cias en esta posición. Como pasa a menudo, la jugada wb 1 no impresiona. pero es úti l en la mayoría de las varian­ tes, y cede a las negras la ocasión de mostrar sus planes a corto plazo. Aún así, deja demasiadas opciones a las negras. y es posible que el orden más exacto sea primero ®t2. Veamos: 1 2.®f2 ! d6 ( 1 2 . . . 0-0 1 3 .�xeS ! ? ®xeS 1 4.f4 ®b8 I S .eS � 8 1 6.(jid3;t) 1 3 .g4 ( 1 3 .Wb l ! traspone a la partida principal) 1 3 ... 0-ü y ahora: A) 1 4.gS (es un primer intento de mejora) 1 4 ... �fd7 I S . f4 �4 ( I S . . . b4 !?) 1 6.�xc4 bxc4 1 7.�2 �b7ao. B) Si 1 4.�g l �fd7 I S . f4 �c4 ( I S ... b4 !?) 1 6.gS?! ( 1 6.�xc4) 1 6 ... b4 1 7.\Uxc4 ( 1 7.�2 eS !+) 1 7 ... ®xc4 y las negras han tomado la iniciativa; Motylev-Alekseev, Tomsk 200 1 . 1 2.®g5 Parece inofensiva por 1 2 ...�g6 y la dama debe moverse de nuevo, pero Leko se las ingenió para obtener una posición más agradable, aunque muy seca, que no será del gusto de todos: 1 3 .®g3 (j)_d6 ( 1 3 . . . ®xg3 1 4.hxg3;l;) 1 4.'1Yt2 �8 (la captura del peón tras 14 ... (jixh2 ! ? l levaría a una posición mucho más compleja y de evaluación totalmente oscura) I S .wb 1 0-0? ! 1 6.�cS ! �xcS 1 7.®xcS ®xcS 1 8 .fucS �b6 1 9.a4 ! . No es mucho pero la posición blanca es preferible; Leko­ Vallejo, Linares 2003 . 1 2.f4?! �c4 J 3 .{j)_xc4 bxc4 y el caballo no tiene buena retirada, 1 4.(jieS d6 I S .�xf6 \Uxf6 1 6.�4 �b7+.

178

2.$ e6 3.d4 cd4 4.fJd4 �6 Variante Taimanov

1 2 d6 ...

Después de 1 2 �4? ! las blancas pueden lanzar el asalto de peones (g4g 5-h4) sin haber debi litado e4, eso sin contar con la opción táctica 1 3 .®g5 ! ? o-o 1 4.e5 h 6 1 5 .\!!lg3 �7 1 6.�d3;!;. 1 2 b4? ! Las negras no se han preparado adecuadamente para defen­ der sus casil las del flanco de dama 1 H.)a4 ! 1Th8 1 4. f4 ( 1 4.\!!lg 5 �g6 1 5 .\!!la 5 ®c6 1 6.�a7 ! Ha8 1 7.�c5±). 12 o-o No se ha probado, pero es una de las j ugadas más lógicas, y tal vez un argumento a favor del orden 1 2.®f2. y 1 3 .b l . 1 3 . f4 ( 1 3.®f2. �b7 ! ?) 1 3 . . . �4 1 4.�xc4 bxc4 1 5 .� 1 �b7 1 6.a:he l . La posición blanca es muy armóni ca, y con unas perspectivas interesantes. pero no estoy seguro de que tengan ventaja. 12 �b7 Tampoco ha recibido una refutación clara. 1 3 .\!!lg 5 �g6 1 4.e5 �5 1 5 .�d5 �xd5 1 6.®e3 Hc8 1 7.�d3 0-0 con posición compl icada; Komeev­ Oms. Albacete 2000. ••.

..•

.•.

•••

1 3.®fl [Preparando g4 y amagando algún �b6] 13 Hb8 .••

La preocupación por la casilla b6 es prematura. Esta jugada va combinada con las dos siguientes y representa el desarrollo de un plan típico de las negras en estas estructuras: un pequeño retraso del asalto blanco a través de h6 y a la vez comienzo de operaciones en el flanco de dama con �4. en este caso para abrir la columna b. Es más lógica 13 6-0 . Por otro lado está claro que da la señal de salida •••

para la avalancha de peones blancos. 1 4.g4 �fd7 esta jugada que aumenta el control de b6 puede preparar un ade­ cuado b4, pero las negras no han que­ rido explotar hasta ahora ese tema de contraj uego, aunque de momento no se porqué. Veamos: A) 1 5. f4 ! ? b4 ( 1 5 . . .�g4 1 6.®g3 �gf6 1 7.Hg l g6 1 8.e5 con un fuerte ataque, claro que tal vez las negras no deban comer en g4) 1 6.�2 ( 1 6.�4? ! Vallejo-comas, Ayamonte 2002 deja el cabal lo en una posición muy delica­ da) 1 6 . . . �g4 1 7.®g3 �gf6 1 8.Hg l g6 1 9.e5 �4 20.®e3 f5 hay compensa­ ción, claro, pero se necesitan ejemplos prácticos para saber quien está mejor. 8) 1 5 .h4? ! b4 1 6.�4 ®c6 1 7.�b6 �b6 1 8.�b6 a5 ! y las negras toman la iniciativa ( l 8 . . .�f3? 1 9.�5+-). C) 1 5 .Hg 1 Las blancas claramente no desean entregar peones, y preparan los siguientes pasos del peón g. C 1 ) 1 5 . . . b4 Parece el tratamiento crítico: 1 6.�4 ( 1 6.�2 a5) 1 6 . . .�b7 ( 1 6 . . . \!!lc 6 ! ? es la mejora que me preo­ cupa: 1 7 .�b6 �xb6 1 8 .�xb6 a5ao) 1 7.�b6 llab8 1 8.g5 Hfd8 1 9.�d7 �d7 20.h4. Las blancas han montado su ataque; Leko-Lutz, Essen 2002. C2) 1 5 . . . �b7 1 6.g5 ( las blancas preparan un rapidísimo asalto del peón "f') 1 6 . . . !rfc8 ( ahora no es tan eficaz 1 6 . . . b4 1 7 .�a4 ®c6 1 8 .�b6 �xb6 1 9.�5 ! y el ataque negro sufre un parón). C2a) 1 7.h4 b4 1 8.�4 �d8 ! y el caballo de a4 tiene problemas. C2b) 1 7.f4'? ! b4 ! 1 8 .fxe5 ( 1 8.�4? �xe4 ! -+) 1 8 . . . dxe5+. C2c) 1 7.a3 Kasparov realiza aquí

2J::j3 e6 3.d4 cd4 4.fJt/4 fr·6 Variante Taimanov

esta jugada profi láctica que parecía necesaria antes, aunque ya hemos visto que las alternativas no son demasiado satisfactorias. 1 7 . . .4X:4 1 8 .�c4 bxc4 ( la captura de dama, 1 8 . . . ®xc4 ! ? se me antoja más lógica, pero tendremos que esperar para ver ejemplos prácticos). Finalmente se abre la columna b, pero esta estructura es muy conocida y las blancas tienen muchos recursos para defender su enroque sobre el cual no hay rupturas. Por el contrario el avan­ ce de los peones blancos, aunque algo retrasado acaba llegando a su objetivo. 1 9.�c l flab8 20.� 1 e2 �c6 2 I .Ii;>a l ! (dando la casi lla a la torre y evitando truquitos con �a3 ) 2 1 . . .®a5 22 .�2 Kasparov sigue con su reorganización de piezas. El alfil estará idealmente situado en c3, adonde ahora l l ega ganando tiempos. Además la casilla d4 sería un puesto estupendo para el caba­ l lo. Por último el caballo de a2 puede tener trabajo en b4. 22 . . . e5 23 .�c3 ®c7 24.�g3 ! (el caballo blanco, amagando con f5, se dirige a la casilla soñada de la siciliana, "d5 ") 24 . . . g6 25 .�fl �5 26.�3 . Las blancas controlan por fin los puntos claves de la posición, y luego podrán relanzar su "olvidado ataque" ; Kasparov-Y e J iangchuan, Bled (ol) 2002.

1 4.g4 h6 Con esta jugada las negras toman un fuerte compromiso. Pero veamos las alternativas: 14 ... b4 1 5 .�2 ( 1 5 .�a4?! deja el caballo en una posición apurada 1 5 . . . �fd 7 ! 1 6 . f4 �xg4 1 7 .®g l oo) 1 5 . . . a5? ! (esto no parece llegar a tiem-

179

po, pero contra otras j ugadas las blan­ cas lanzan sus peones g5 y f4 ganando tiempos) 1 6.g5 �fd7 1 7.f4 �4 1 8.�xg7 ±; 14 ...o-o 1 5 .g5 �fd7 1 6.f4;!; y viene el ataque.

1 5.h4 fr4 (D)

En comparación con las variantes de los comentarios a la jugada 1 3, las negras están mucho mejor preparadas para crear amenazas a lo largo de la columna "b". En mi opinión es el momento para buscar mej oras. 1 6.�e2! ? (comunica las torres y prepa­ ra g5 ) 1 6 . . . b4 1 7 .�a4 eS ( 1 7 . . . �d7 1 8 .�c4 �xa4 1 9.�xa6 fla8 20.�e2 !±; 1 7 . . . d5? 1 8.g5 �5 1 9.exd5 exd5 20.f4 +-) 1 8.�a7 flb5 1 9.�xc4 ®xc4 20.�b6 ®c7 2 l .fuc8 ®xc8 22.g5±.

1 6... bxc4 1 7.�2 1 7.� 1 Las blancas no tienen tiem­ po de reagrupar sus piezas adecuada-

180

2.�./3 e6 3.d4 cd4 4.ru4 �6 Variante Taimanov

mente y 1 7 . . . \Wb7 ahora casi obliga a debilitar el enroque blanco.

17 e5! [ 1 7 . . . 1Wb7? ! 1 8.�c4 y si l 7 ... �d7 1 8 .g5 ! t] 1 8.�a7 :!Th7 1 9.g5! •••

Las blancas hacen un gran esfuerzo para mantenerse al mando, pero sus piezas no han logrado las casillas idó­ neas. 1 9.�e3 es peor por 1 9 . . . ®a5 y las negras plantean amenazas.

19 �h5 20.�5 ll!lc6 2 l .�fl .••

El caballo no puede llegar a e3 por

culpa de la posición del alfil de a7, así que esta jugada debe tener otras ideas. Las blancas tienen un par de alternati­ vas a considerar aquí: 2 l .�e3 �e6 !ac y 2 l .�e7 wxe7ac.

2 t . �e6 22.�e3 �xdS 23.exd5 ••

[23 .f!:xd5 f5ac] 23 ®b5 [Finalmente la iniciativa está en manos de las negras] •••

24.c3 �f4 25.�xf4 exf4 26J:tgl 6-0 27.Hg2 fífb8 28.l::rd 2 g6 29.®d4 hxgS 30.�h2 gxh4 3 1 .�4 �gS 32.�f6+ �xf6 33.®xf6 ll!lb6 34.Hde2 ll!ld8 3S.Il!lxf4 f!:e7 36.®xh4 f!:xe2 37.®xd8+ fíxd8 38.Hxe2 f!:c8 Yl-Yl

Estadística :

Una vez más, dada su relación con la Paulsen, hay problemas para hacer una estadística porque muchas variantes pueden incluirse en una u otra. Seleccionando las partidas que comienzan cori la posición del diagrama inicial del capítulo, sobre 3 1 .000 partidas las negras consiguen un muy satisfactorio 49% de los puntos, el más alto de todas las variantes importantes de la Siciliana. Este resultado no es raro si tenemos en cuenta que el tipo de posiciones desagra­ dan más al j ugador de ataque, muy frecuente entre los partidarios del peón rey. La variante propuesta, similar al ataque inglés (con �e3 y ®d2) sólo consigue un 50% de los puntos, pero si precisamos más el orden e incluimos la jugada O-O­ O antes de f3, como se recomienda en el libro, el porcentaje sube a un envidiable 60%, aunque sobre un grupo bastante reducido de 220 partidas. Esquema Resumen : l .e4 eS 2.�0 e6 3.d4 cd4 4.�4 �6 s.flc3

- 5 . . . a6 6.�e3 �ge7 Compleja. Las blancas pueden mantener la in iciativa, pero las negras tienen mucho juego y campo para mejorar ;;!; - 5 ... ®c7 6.�e3 �f6 Ambiciosa nueva idea, pero las negras tienen problemas des­ pués de 7.f4 ;;!;

s ®c7 6.�e3 a6 7.®d2 y ahora: ••.

- 7 . . . b5 8.o-o-o b4 Ambiciosa y compleja con mucho campo para investigar ;;!;/=

2.fj3 e6 3.d4 cd4 4.f:xi4 �6 Variante Taimanov

- 7 . . . b5 8.0-0-0 �b7 Sólida, aunque algunas variantes son violentas ;!; - 7 . . . �4 Sól ida y con gran campo para la investigación ;!;

7 flf6 s.o-o-0 con las siguientes posibilidades: ..•

-

8 flg4 Buenos resultados hasta ahora pero sospechosa ;!; 8 . . b5 Postergada por una partida, pero no refutada ;!; 8 . �b4 9.f3 b5 Las blancas logran una fuerte iniciativa ;!; 8 . �b4 9.f3 d5 A pesar de su lógica, no funciona ± 8 . �b4 9.f3 fle7 Sólida y muy cerca de la igualdad ;!; 8 . �b4 9.f3 fle5 Sana y ambiciosa, mantiene las espadas en alto =/;!; . . .

.

.

.

. .

..

.

.

181

,

CAPITU LO

15

1 .e4 eS 2 . � f3 e6 3.d4 cd4 4.�d4 a6 Va ria nte Pau lsen

Valoración *****

.1 4tl .t ¡v • :t 4tl .l i i i i i ••

La variante Paulsen es una de las grandes ramas de la Siciliana, con una larga y exitosa historia, que ha resisti­ do no sólo todos los intentos de refuta­ ción sino incluso los de garantizar a las blancas una ventaja cómoda, aunque fuera ligera. Las posiciones que se producen, complejas estratégicamente, son ideales para jugar a ganar contra todo tipo de rivales. Las blancas en su quinta jugada pueden optar por varias j ugadas. pero dentro de ellas las más importantes son 5 .�d3, H:Jc3. 5 .�e2 y 5 .c4. La variante que recomendamos no

es la más frecuente en este caso, pero en los últimos tiempos cuenta con el aval de ser la favorita de Kasparov. La decisión ha sido dificil. La continua­ ción principal se considera 5 .�d3 pero en este caso he creído que las perspec­ tivas de ventaja que ofrece son muy simi lares a las de 5 .c4 con la desventa­ ja de que exige un conocimiento de la teoría mucho más enciclopédico. Por su parte 5 .�3 es la jugada que más opciones nos ofrecía de trasponer a nuestro repertorio, pero tiene fama de no dar problemas a las negras, y en la práctica las posibilidades de que el negro trasponga a la variante Taimanov son escasas. 5.�e2 es una interesante j ugada, muy flexible y que permite jugar con c4 o con �3 según jueguen las negras, pero tiene un grave incon­ veniente para nuestro repertorio, las negras pueden trasponer a los esque­ mas Scheveningen donde no recomen­ damos el tratamiento con 6.�e2. Por último 5.c4, la jugada que recomiendo, l leva de inmediato a la formación del an i l lo Maroczy. Es un tratamiento paciente que contrasta con la mayoria de las otras variantes recomendadas en este libro, y que se j ustifica por la dificultad de lanzar un rápido ataque contra la variante Paulsen.

183

2.fi3 e6 3.d4 cd4 4.�4 a6 Variallle Paulsen

Historia

Luis Paulsen ( 1 833- 1 89 1 ) fue uno de los grandes jugadores y teóricos del siglo XIX. De origen alemán, pasó gran parte de su vida en los Estados Unidos donde comenzó su carrera ajedrecista. Un poco eclipsado, primero por Morphy y luego por Steinitz, participó activamente en el debate de las ideas y desarrolló su propio estilo, con una importante técnica defensiva y sobre todo una inagotable capacidad de pro­ poner nuevas ideas teóricas principal­ mente en la Defensa Siciliana. M uchas variantes de esta apertura podrían l le­ var su nombre, pero finalmente la variante que lo l leva fue seguramente introducida por Anderssen en la década de los 50. Paulsen la analizó y comenzó a jugarla unas décadas después, curiosa­ mente como un refi namiento para evitar la variante Szen, ( l .e4 eS 2.�f3 e6 3 .d4 cd4 4.�d4 fr6 5 .�b5 ! ), que había puesto en di ficultades el orden que más adelante resucitaría Taimanov. Maestros de la primera parte del siglo XX como Tartakower, la tuvieron en su repertorio, pero es tal vez su época más oscura. Alrededor del año 1 940 comenzó a estudiarla y jugarla con éxito uno de los pioneros de la escuela soviética Ilia Kan, motivo por el cual los rusos le dan ese nombre. Pronto se le unieron otros teóricos y entrenadores famosos como Koblenz, Funnan o Suetin, pero mucho más importante, comenzó a ser utilizada por un amplio grupo de maestros de prime­ ra fila de la escuela soviética corno

Taimanov, Tal, Polugaievski y un poco más adelante de otros países del este, como el húngaro Lajos Portisch. Durante muchos años fue una de las armas más importantes de la escuela soviética hasta que el "boom" de la información en las últimas décadas del siglo XX la ha convertido en una variante popular a todos los n iveles. Ideas

En una variante tan compleja y de tan amplia historia se podrían l lenar muchas páginas hablando de sus ideas. Pero podemos resumirlas en dos muy importantes: 1 ) Manteniendo el peón en d7 durante muchas j ugadas las negras desaniman, casi por completo, los ata­ ques relámpago de las blancas al contar con una segunda defensa del peón e6 y además permiten sal ir al alfil de casillas negras a posiciones más activas que la clásica e7. 2 ) El rápido b5 sin un caballo en c6 que cierre la diagonal pone una presión inmediata sobre el peón e4, hasta el punto de que en muchas variantes se considera que el alfil debe desarrollar­ se a d3 (en vez de la más clásica �e2) para proveer una defensa segura a dicho peón. La fuerza del contraataque b5 ha hecho incluso que el desarrollo rápido del caballo blanco a c3 sea visto corno inexacto. Pa rtida 1 5 . 0 1

Nunn,J Szmetan,R Bie/ 1 982 -

184

2.�3 e6 3.d4 cd4 4.'0d4 a6 Variante Paulsen

t .e4 eS 2.�f3 e6 3.d4 cxd4 4.�xd4 a6 5.c4 (D)

.i. � .t � • .t � .i. l. l. 1. 1. 1.

Apertura Inglesa o en otras variantes de la Sicil iana como por ejemplo l .e4 c5 2 .�f3 b6, o bien l .e4 c5 2.�f3 d6 3 .d4 cd4 4.cd4 �f6 5 . f3 a6 . Naturalmente las blancas tienen esa opción, pero incluir el estudio de esas variantes multiplicaria el esfuerzo de mantener al día nuestro repertorio. En este orden las blancas pueden j ugar sin necesidad de f3 y de hecho esa parece la mejor continuación y la que nosotros elegimos. 6 Wic7, ver partidas 1 5 .03 a 1 5 .05; 6 �b4, ver la partida 1 5 .02 y 6 ... �c6 es imprec isa por culpa de 7.fuc6. •••

.••

La posición básica para la.s partidas de este capítulo. Las blancas aprove­ chan la " lentitud" de la cuarta j ugada negra para establecer el anillo Maroczy y cortan de raiz el molesto avance b5 . Las negras tienen varios esquemas de desarrollo aunque casi todos comien­ zan con �f6.

5 ...ft6 6.fr3 ®c7 (ó 6 . . . �b4), ver la partida 3 .02. 5 Wic7 No debe tener un significado independiente después de 6.fr3 o 6.a3, pero incluso pennite a las blancas un desarrollo más incisivo de su alfil de rey con 6.�d3. •••

Las negras pueden intentar adelan­ tarse y forzar a las blancas a jugar con f3 pero no lo consiguen: 7 ... b6 8.f4 ! �b7 9.�f3 ®c7 I O.®e2 �6 l l .�xc6 �c6 1 2.0-0 ( 1 2 .�5 !?) 12 . . . Hc8 1 3 .�5 Wld8 1 4.b3 b5 1 5 .�a3± �d7 1 6 .Hfe l exd5 1 7 .exd5+ {j)_e7 1 8.(jtxd6 �g8 1 9.®t2 \f;lf8 20.Hxe7 fue? 2 1 .He l �e6 22.c5 \f;lg8 23 .dxe6 1 -0 M i lov-Bozinovic, Biel op 1 998. 7 �bd7 (es un orden más elabora­ do para trasponer a la inglesa) 8.D-O b6, pero también aquí las blancas j ue­ gan con 9.f4 (jtb? 1 0.�f3 Hc8 1 1 .®e2 Wlc7 1 2 .b3;t;. ..•

8.0-o o-o 9.f4 (D) Las negras eligen una continuación algo pasiva. Puede parecer que van a trasponer la partida a un erizo ortodo­ xo, que se produce más a menudo en la

Esta es la j ugada que hace el plan de las blancas independiente del usado en otras variantes en las cuales son forza­ das a un temprano f3. Eso no quiere decir que a partir de aquí el juego sea

2.�3

e6

3.d4 cd4 4.�4 a6 Variallte Paulsen

un camino de rosas. Las negras tienen también sus opciones, pero la disposi­ ción blanca es más agresiva, como p odremos ver.

185

I O.�e3 �e8 Esta jugada, algo misteriosa pero temática, que situa la torre enfrente de los alfiles blancos, se reparte las prefe­ rencias con: I O . b6 l l .�c l �b7 1 2.f5 ! (el punto es que ahora e6 está más débil) 1 2 . . . e5 ( 1 2 . . . ®d7 1 3 . fxe6 fxe6 1 4.�g4±) 1 3 . �d5 ( 1 3 . �b3 ! ? las blancas no necesitan ocupar esta casilla porque el peón e esta defendido indirectamente 1 3 . . .�xe4? 1 4.�5+-) 1 3 . . . ®d8 1 4.�2 �bd7 1 5 .0f3 �xd5 1 6.cxd5 c:lg5 (Nunn-Dicker, Londres 1 983) y ahora el propio Nunn recomienda 1 7 .®d2 �e3+ 1 8.®xe3;t. IO . ..fr6 Ya dij imos que esta no es la casilla más lógica para el caballo en esta variante. I I .®e 1 �d7 1 2.®g3 wh8 1 3 .Ii:ad l Ii:ac8 1 4.wh l &5 1 5 .e5 ! ± Zehm-M ueller, cr-DDR 1 988. I O . �bd7 l l .fic l g6 1 2 . f5 �e5 1 3 .g4 �xc4? ! 1 4.c:lxc4 ®xc4 1 5 .g5 �7 1 6.�5 +-, según el análisis de Van der Wiel. ..

9 ®c7 .•.

Las negras siempre se oponen a e5, aunque no está claro que sea una ame­ naza inmediata. Veamos las otras fonnas de hacerlo: 9. . .�6?! El caballo no está bien en esta casilla en los esquemas erizo. I O.�e3 0d7 I l .wh l ®c7 1 2Jlc l �fd8 1 3 .®e l ;t; Mainka-Schneider, Nort West Cup 200 1 . 9 �bd7!? Esta jugada anima a las blancas a lanzar g4, pero esa no es una estrategia sin riesgos. 1 0.0f3 ®c7 I I .®e2 l1e8 1 2 .g4 �b6 1 3 .b3? ! ( 1 3.g5 ! ) 1 3 . . . d 5 1 4.e5 �fd7 1 5 .cxd5 ®xc3 1 6.0b2 con mucha compensación pero muy poca claridad. Mainka-Graf, Bad Lauteberg 1 98 1 . 9 ...b6?! I O.e5 dxe5 l l .fxe5 �fd7 1 2.00 fia7 1 3 .0f4±. ...

..

l l .®el �bd7 Nunn ha jugado muchas veces esta posición con blancas y siempre con resultados favorables. Precisamente es otra partida suya la que sigue con : l l . . .c:if8 1 2.®h4 b6 1 3 .Ii:ae l (el plan blanco es cristal ino, acumulación de fuerzas y ataque al rey) 1 3 . . . �bd7 1 4.c:id3 0b7 1 5 .�c2 ( 1 5 .e5 no sirve aún, pero después de la última preparación es una amenaza inmediata; 1 5 . . . dxe5 1 6. fxe5 �xe5 1 7 .c:lc2 �g6) 1 5 . . . g6 ( 1 5 . . .®xc4? 1 6.e5 dxe5 1 7.fxe5 �xe5

186

2.�3 e6 3.d4 cd4 4.fJt/4 a6 Variante Pau/sen

1 8 .fl:xf6+-) 1 6.e5 ! 4)h5 ( 1 6 . . . dxe5? ! 1 7. fxe5 ®xe5? 1 8.�g5 ®xd4+ l 9.®xd4 �c5 20.�xf6 fuf6 2 I .®xc5+-) 1 7.exd6 �xd6 1 8 . f5 , con un fuerte ataque; Nunn-Gheorghiu, Phill ips Drew 1 980.

1 2.®g3 Nunn eligió dos veces esta jugada en 1 982 y logró dos victorias rápidas. La estrategia es la misma señalada en el comentario anterior: acumulación de fuerzas para hacer factibles las rupturas e5 y/o f5 contra el enroque negro.

1 2 ...� La

otra partida continuó con 12 fl:b8 1 3 .wh l b6 1 4.ii:ad l �5 I 5 .e5 ! (siempre el mismo guión) 1 5 . . .4)fe4 1 6.4)xe4 fue4 1 7. ®h3 g6 ( 1 7 . . . dxe5 1 8 . fxe5 ®xe5? 1 9.�f4) 1 8 .�d3 �b7 1 9 .�xe6 ! +- fxe6 20.�xe4 �xe4 2 I .®xe6 Wg7 22.exd6 �xd6 23 .�d4+ 1Pf8 24.®f6+ IPg8 25 J!fe l ®b7 26.®h8+ wt7 27 .®xh7+ 1Pe6 28.®xb7 1 -0 Nunn­ Sunye Neto, Wijk aan Zee 1 982. ••.

1 3J::ta dt �5 1 4.e5 �fe4 1 5.�xe4 �xe4 1 6.®0! [En este caso la jugada temática ®h3 permitiría la captura del peón eS] 16 f5 [ 1 6 . . .�5 ! ?] 1 7.exf6 ..•

4)xf6 1 8.wh t ;!; Las blancas pueden hacer una pausa en el ataque ya que se han asegurado una estuctura de peones favorable.

18 g6 1 9.�gl �g7 20.®b3 [Cede la casilla f3 para otras piezas] 20 ...�4 2 t .®e3 4)f6 [2 1 . . .d5 22.®b3 ! ±] 22.®b3 •••

� 23.� �5 24.®a3 �d7 25.fl:fel [Las piezas blancas han tomado pues­ tos idóneos frente a los peones negros]

25...fl:ac8?! 26.b4! fla4 27.4)xe6! ®xc4 [27 . . . fl:xe6 28 .�d5] 28.�d5 ®c3 29.�5+ wh8 30.�f7+ wg8 3 1 .�xd6+ i>f8 32.®xc3 �xc3 33.�xc8 1 -0 Pa rtida 1 5 .02

H racek,Z - Oral,T Mi/k Masters Selfoss 2002

t .e4 c5 2.4)0 e6 3.d4 cxd4 4.�xd4 a6 5.c4 4)f6 6.�3 �b4 (D)

.i .i � ..t � • ' ' ' ' ' ' ' ·�

La continuación crítica desde el punto de vista teórico. Cuando Kasparov comenzó a plantear la j ugada 5.c4 hace unos pocos años, todo el mundo comenzó a preguntarse que quiere hacer contra esta jugada, pero hasta el momento nadie ha querido ser el primero en conocer la respuesta y sólo nos cabe especular. La teoría actual mantiene que las negras están bien con esta variante, y puede ser ver­ dad, pero lo cierto es que existen varias

187

l.f:J/3 e6 3.d4 cd4 4.fJd4 a6 Variante Paulsen

continuaciones que llevan a situaciones muy oscuras, y por lo tanto hay un amplio campo para la investigación personal. En esas circunstancias es lógico que la preparación de Kasparov sea más de temer. Nosotros nos vamos a ocupar de una de esas variantes "inte­ resantes" de forma más extensa y ade­ más haremos algunas sugerencias.

Es la continuación normal, defen­ diendo el peón de e4, pero también se ha empleado 7 .�d2 y en esa línea la teoría tampoco esta muy extendida. Por ejemplo: 7 . . . 0-0 8.e5 �xc3 9.�xc3 �4 I O.�b4 d6 I I .'We2 'Wb6 1 2.�2 �6 1 3 .a3 d5 1 4.f3 �5 1 5 .'We3 (la teoría basada en una partida de 1 95 7 es siempre algo sospechoso y una invita­ ción a la búsqueda. No descarto que las blancas tengan otras mejoras, puesto que llevan tiempo con la pareja de alfi­ les pero en este momento, 1 5 .'Wt2 ! parece claramente mej or) 1 5 . . . d4 1 6.fud4 fub4 1 7.axb4 'Wxb4+ 1 8.'i!tt2 'Wxb2+ 1 9.�e2 'Wb6 20.IIhb 1 'Wc7 2 1 .�b5 'We7 22 .�d6 'Wc7 y tablas; Kortchnoi-Furman, Leningrado 1 957. Por el contrario la continuación 7.e5 que ha dado algunas brillantes victorias me parece correctamente refutada por la línea 7 . . .�4 8.®g4 fuc3 9.a3 �f8 I O.bxc3 d6 l l .exd6 e5 1 2.�f5 g6 1 3 .®g3 �6 1 4.�6 ®xd6 !+.

7 ...fr6 Este es el principal inconveniente. Ahora el caballo de d4 está atacado y

las blancas no pueden consolidarse con tranquilidad, como desearían. Las otras continuaciones no deben plantear pro­ blemas, pero lo cierto es que faltan ejemplos prácticos. 7 ®c 7 Es la alter­ nativa más lógica porque también impide e5 : A) 8.�e2 �6 9.0-0 (9.a3 es una j ugada muy lógica que no se ha utilizado ¡ nunca ! . 9 . . .�d6 1 0. f4 �c5 l l .b4) 9 . . .�5 1 0.h3 �xc4?! l l .®b3 �e5 1 2 .®xb4 �xd3 1 3 .®d4 �e5 ( 1 3 . . . fuc l 1 4.laaxc l 'Wa5 1 5 . e5±) 1 4.�f4, con una compensación tremen­ da; Ehlvest-Bologan, Calcutta 1 999. B) 8.0-0 �6 9.�c2 fud4 1 O.®xd4 �g4 l l .e5 fue5 (sin capturar el peón las negras tienen algunas opciones, pero la posición blanca es preferible. l l . . .h5?! 1 2.�f4 �c5 1 3 .®d2±; l l . . . f5 ! ? 1 2.�f4 �c5 1 3 .'Wd3;1; fue5?! 1 4.�e5 ®xe5 1 5 .frae 1 'Wd4 1 6.'Wxf5±) 1 2.�4 (de interés similar es 1 2.�f4 f6 1 3 .�4 �d6 1 4.Hfe l Hb8 1 5.�g3 b5 1 6.cxb5 axb5 1 7 .IIac 1 �c4 1 8 .�3� Salo v­ y dovin, cr. 1 995) 1 2 . . . b6 ( 1 2 . . . d6? ! 1 3 .�f4 b6 1 4.a3 �c5 1 5 .'Wc3 f5 1 6.�a4+ 'i!tf8 1 7 .�xc5 bxc5 1 8 .Hfd 1 ± y las negras no parecen estar en condiciones de detener la avalancha de problemas; 1 2 . . .�f8 ! ?) 1 3 . f4 !Wxc4 1 4 .�e3 �b7?! (O) ••.

( 1 4 ... 'Wxd4 es más sensata, pero a pesar de cambiar damas con dos peones de ventaja no l lega para resolver todos los problemas 1 5 .�xd4 f5 1 6.�e5 fxe4 1 7.�he4±) 1 5 . fxe5 !Wxc2 1 6.Hx t7 ! +­ Kulczewsk i-Szczepaniak, cr-POL 1 993.

188

2.�3 e6 3.d4 cd4 4.fxi4 a6 Variante Paulsen

con igualdad, o una entrega muy audaz que no está nada clara tras 1 2.®d2 ®xa 1 1 3 .0-0 ®xf6 1 4.�b2 e5 !oo. No agota­ mos el estudio de estas variantes, que por supuesto también son un campo posible de investigación.

8 4)eS •••

C) 8.�g5 Las investigaciones de Velimirovic siempre son interesantes. 8 . . . �xc3+ 9.bxc3 d6 I O.�x f6 gxf6 l l .®g4 ( l l .ü-0 es un tratamiento más pausado, pero la ubicación del rey siempre será una preocupación para las negras) I I . . .®a5 1 2.�2 ®g5 1 3 .®h3 h5 1 4. f4 ®c5 1 5 .g4 (esto tal vez va dema­ siado lejos. ¿Porque no renovar la amenaza de llevar la dama a g7 mediante 1 5 .®g3?) 1 5 . . .�c6 1 6.®h4 llh6 1 7.llg 1 �d7 1 8.g5 llg6 1 9.®xh5 o­ o-o 20.h4 lldg8 y ciertamente ahora son las blancas las que tienen que preocuparse por su rey.

Una jugada ambiciosa que ha sido empleada solo ocasionalmente por algunos fuertes grandes maestros. La j ugada principal es: 8.�xc6 pero aquí despues de 8 ... dxc6 9.e5 ®d4 I O.exf6 �xc3+ l l .bxc3 ®xc3+ las blancas tienen que elegir entre 1 2.�d2, una continuación anodina por 1 2 . . . ®xd3 1 3 .fxg7 llg8 1 4.�h6 ®c3+ 1 5 .wfl ®f6

Este parece ser el principal incon­ veniente de �c2 . Las negras atacan de inmediato el peón de c4 y las blancas casi están obligadas a entregarlo, pero es precisamente en esa entrega donde existen posibilidades atractivas. Las negras tienen una alternativa perfecta­ mente sana en 8 . . . ®c7 9.ü-O, que tras­ pone a 7 . . . ®c7.

9.6-0 (D)

Ya no hay marcha atrás. Esta entrega de peón se ha empleado en muy pocas partidas, y desde luego es com­ plicada. pero la compensación de las blancas es considerable. o al menos eso trataremos de demostrar con los próxi-

2.�3 e6 3.d4 cd4 4.0d4 a6 Variante Paulsen

mos comentarios.

Se puede cambiar primero el alfil pero luego las casillas negras sufren, aunque como no hay ejemplos prácti­ cos, no está claro que diagonal debe tomar el alfil de e l . 9 . . . �xc3 I O.bxc3 fuc4 l l .�g5 ( l l .®e2 ! ? ®c7 1 2.�b3 b5 1 3 .a4�) 1 1 . . .0-0 1 2.®d3 ( 1 2.f4 ! ? �3 1 3 .®d3 ilifl 1 4.e5oc) 1 2 . . .�5 1 3 .®h3 . El ataque parece amenazador; por supuesto las negras no tienen porque enrocar, pero la idea f4 y e5 puede venir igual.

1 0.®e2 �5 Casi la única j ugada probada hasta ahora. Opciones tan plausibles como 10 .. b5 tendrán que esperar. La que sí ha tenido una oportunidad es: 1 o...®c7 I J .Q;lh 1 0-0 muy atrevido ( l l . . .d5 l 2.exd5 �c3 1 3 .bxc3 ilid5 1 4.�a4 �; l l . . .d6 ! ?) 1 2.�g5 (se prepa­ ra �e 1 ; hay muchas piezas negras en la columna e) 1 2 . . .ilib2 1 3 .e5 ! ( 1 3 .�xf6 posiblemente sólo dé para tablas 1 3 . . . gxf6 1 4.®g4+) ¿Quemando las naves o con un cálculo completo de las complicaciones? A) 1 3 . . . �xc3 ? 1 4.�xf6 ! gxf6 1 5 .®g4+ f6 26.®d8+ c;!;JeS 27.®d6#) 20.®e5+ c;!;Jd8 2 l .�xc5 ®d2+ 22 .wb 1 I;íc7 23.®xg7 ! �eS 24.®f8+-. 19 Jid7 20.®b8+ c;!;Je7 2 1 .®eS+ wd8 22.®b8+ Q/e7 23.\WeS+? .•

Las blancas definitivamente se conforman con el botín de medio punto, presumiblemente agobiadas por el tiempo. 23 .�b5 ! todavía les l leva a la victoria tras: 23 . . .�f6 24.®e5+ c;!;Jd8 2 5 .I;íb l ! +- Wxb l ? ! 26.®b8+ c;!;Je7 27.�c5+ I;íd6 28.®xd6# 23 c;!;Jd8 24.®b8+ Yl-Yl •••

Partida 1 6.02

Liss,E - Uritzky,M

Si 6.�3 h6 y las negras siguen un desarrollo armónico en relación a la casilla d5 . 6.�0 ! ? (con la doble ame­ naza posicional �c4 y �g5 ) 6 . . . h6 (también es posible 6...�e6 como ya vimos en la partida anterior) 7.�c4 �e7 8.0-o �e6 9.�b3 0-0 l O.l:ie l �bd7 y no parece que las negras tengan demasia­ dos problemas. 6 �bd7 •••

Te/ A viv 1996 l .e4 eS 2.�0 d6 3.d4 cxd4 4.�xd4 �f6 S.M eS (D)

Este momento para avanzar el peón es mucho más popular que el analizado en la partida anterior, pero todavía sigue teniendo muy mala reputación, tal vez peor que la que se merece.

De nuevo la única jugada que puede

6 . . . �d7 7.�xd7+ ®xd7 8.�e2 ! es de hecho una trasposición a lo comentado en la partida anterior. 7.�f5 a6 ( D)

Nos encontramos en un momento clave. Mi recomendación es la jugada de la partida, que l leva a una lucha compleja en la cual las blancas parecen tener buenas chances de aprovechar la debilidad de la casilla dS . La continua­ ción más teórica, l leva a la postre a

2.�3 d6 3.d4 cd4 4.ru4 e5- 4.3Jf6 5.�3 e5

ganar un peón, pero la pareja de alfiles negros y la actividad de sus piezas deben ser suficientes para lograr. en mi opinión, las tablas.

.t � • .t � ' � ' ' ' ' � i lb

207

1 7 .o-o-o según la partida Rodríguez­ N ijboer, Amsterdam 1 989, y ahora 1 7 . . . l"re8 ! 1 8 .�g5 ( 1 8 .�xg7 l"rxg7+) 1 8 . . . l"rd7 1 9.f3 �f6 20.�h3 l"rg7 y las negras no pueden perder. 8 ... b5 9.�b3 �5

9... �b6 Es la única alternativa y tras 1 O.�g5 trasponemos a variantes anali­ zadas en la partida anterior.



Siempre en lucha por la casi l la d5. Esta variante que podemos considerar la principal, ya no puede trasponer a lo analizado en la partida anterior corres­ pondiente a la jugada 4 . . . e5 . I O...�f5 8.�xd7 ®xd7 9.�g5 fue4 1 0.fug7 �xg7 1 1 .�xe4 o-o con dos opciones: A) 1 2.�f6+? ! Se va de las manos, pero falla decididamente por motivos tácticos. 1 2 . .. �x f6 1 3 .�xf6 ®f5 1 4.®xd6 ®e4+ 1 5 .'iPfl �h3 ! . Esto obli­ ga a las blancas a jugar con una torre de menos y un rey encajonado y debe ser suficiente motivo para definir el futuro del j uego. 1 6J'!:g l �e6 1 7.b3 ®xc2 1 8.f!d 1 ?! ( 1 8.®xe5 debe ser algo mejor, 1 8 ... ®d3+ 1 9 .®e2 Wg6 20.�d4 �d7 2 l .a4 f!fe8 22.�e3 f!ac8 23.g4 f!c2 24.®e l ®d3+ 25 .1i?g2 );txe3 0- 1 ; M edvegy-Vasilevich, Szombathely 1 993) 1 8 ... f!ac8 1 9.g4 );'tfe8 20.f!g3 Wxa2 2 l .li?g l ®c2 22.l"re l �xb3+. B) 1 2 .®xd6 f6 1 3 .®xd7 �xd7 1 4.�d2 f5 1 5 .�c5 �c6 1 6.�e6 l"rf7

Es casi imposible seguir j ugando con la presencia de ese caballo en f5 , pero al menos una de las alternativas, empleada por el especialista de la variante Bator merece atención: IO .. �b7!? ( I O ... b4? ! 1 l .�xf6 ®xf6 1 2 .�d5 ®d8 1 3 .®f3±) l l .�d5 �xd5 1 2.�xf6 Wxf6 1 3 .ilid5 (el tratamiento más concreto a base de 1 3 .®xd5 l"rc8 no acaba de rematar la faena 1 4.l"rd l ®e6 ! 1 5 .Wxe6+ �xe6 1 6.ilid6+ �xd6 1 7.f!xd6 b4) 1 3 . . . ®d8 1 4.0-0 ( 1 4.®f3 ! es mi propuesta de mejora, 1 4 . . . g6 1 5 .�fe3 �g7 1 6.0-0 0-0 1 7.f!ad l ±) 1 4 . . . g6 1 5 .�g3 �g7 1 6.b3 a5 1 7.'1Ye2 f!b8 1 8.a3 0-0 y las negras tienen cier­ ta actividad. Lindberg-Bator, Politiken Cup 1 984. .

2.fJj3 d6 3.d4 cd4 4.fxi4 e5- 4... fJJ6 5.fr3 e5

208

l l .exf5 {j;_e7 1 2.c;!;lxf6 c;!;lxf6 13.®d5

Las blancas se confonnan con una pequeña ventaj a pero reducen el contraj uego de las negras al mínimo. Es posible obtener también una ventaja similar en la variante: 1 3 .0-0 Q-{) 1 4.fJd5 fJd7 (buscando fJb6) 1 5 .a4;t. t3 ... o-o t 4.fle4!

Ahora es necesario evitar e4, por ejemplo: 1 4.6-0?! e4 ! I S Jlad l {j;_xc3 1 6.bxc3 Ra7=; Van der Wiel-Bielcyzk Holzoster am Zee 1 98 1 ; 1 4.6-6-0 Me parece arriesgado 1 4 . . . ®b6 ! ?ao ( 1 4 . . . aS I S .fubS±; Triguba-Bangiev, cr. 1 987) 1 S .®xd6? ! fJxb3+ 1 6.axb3 ®xf2+. 1 4 ®a5+ •••

Las negras siempre han jugado esto y es lógico porque molesta bastante. Veamos : 14 fJxe4 IS .®xe4 aS 1 6.0-0 a4 1 7 .c;!;ldS :11c 8 1 Uiad 1 ;t; 1 4 fJxb3?! 1 S .axb3 ®d7 1 6.g4 y no hay manera de contrarrestar a las dos piezas blancas centralizadas. •••

•.•

ts.we2 !

El rey no corre mucho peligro aquí y de momento es necesario evitar c3 para no dar un fáci l contrajuego a las negras. I S .c3 b4 1 6.:11d 1 bxc3 1 7 .bxc3 :11 a b8 1 8 .c;!;lc4 c;!;ld8 ! oo; Zagrebelny­ Vasilevich, Alushta 1 994. 1 5 :11a c8?! .••

Har Zvi considera esta j ugada

dudosa porque las blancas pueden capturar el peón. Si es así las alternati­ vas negras son mej ores, pero poco atractivas. 1 5 ®b4 1 6.1i?f3 ! fJxe4 1 7. ®xe4 ®eS 1 8.iihd 1 iiac8 1 9 .a4 ®b6 20.axb5 axbS 2 1 .g3 con ligera ventaja; Soffer-Bykhovsky, I srael 1 99 5 . 1 5 fJxe4 1 6.®xe4 ®b6 1 7Jl:hd l ;t. .••

.••

1 6.:11h d l

Suficiente para una ligera ventaja, pero analicemos la propuesta de Har Zvi : 1 6.fJxd6! ? A ) 1 6 . . . iic7 1 7 .fJxf7 fub3 ( 1 7 . . . iifxf7?? 1 8.®a8+-; 1 7 . . . iicxf7? 1 8.®c5 +-) 1 8.fJd6+ li?h8 1 9.®xb3 ®b6 20.fJe4±. B) 1 6 . . .fJxb3 1 7.®xb3 :11c 6 ( 1 7 . . . iicd8 1 8JThd l ±) 1 8.fJe4 {j;_e7 1 9.iihd l :11c4 20.0 iifc8 2 1 .c3 y la posición blanca es inatacable, por lo tanto el peón de ventaja es casi decisivo. Esta línea es fundamental para considerar que la variante S . . . eS está en sus horas bajas. 16 fJxb3 1 7.®xb3 :11c4 1 8.0 •••

1 8 .fJxd6? iib4 1 9.®c3 ( 1 9.®a3 ? ®xa3 20.bxa3 Ha4+) 1 9 . . . e4 20.®d2 e3 ! 2 1 .fxe3 �xb2 22.Rab 1 ®a3=F; 1 8.fJxf6 gxf6 1 9.Hxd6 ®c7. 1 8 ®c7 19.c3 ®c6? •••

Entrega los peones sin suficiente motivo y faci l ita la tarea b lanca. 19 ... (j;_e7 20.iidS i:rd8 2 1 .:11ad l ;t. 20.fJxd6 e4 2 1 .fJxe4± {j;_e5?!

2.f:j3 d6 3.d4 cd4 4.'%Jd4 e5- 4.3:Jf6 5.�3 e5

2 l . . . Rxe4 es la continuacion lógica de la maniobra negra pero después de 22. fxe4 ®xe4+ 23 .fl no hay bastante compensación. 22.®c2 !

Evitando las posibles amenazas y

209

preparando b3 . 22 ...®h6 [22 . . . b4 23.b3] 23.h3 ®f4 24.frd5+- (jic7 25.fre l (jid8 26.®d2 ®b8 27.frd l (jih4 28.frd6 ];!;eS 29.fl (jie7 30.frd7 ®a8 3 1 .®d5 ®xdS 32.fr l xdS Hcc8 33.Ra7 {j)_f8 34.f6 g6 35.ildd7 b4 36.Hxf7 1 -0

Estadística:

Las blancas logran un 58% de los puntos, bastante favorable, sobre un total de 1 000 partidas. En las l íneas recomendadas con �a4 el porcentaje sube al 66% pero el número de partidas es escaso, unas 70. Esquema Resumen: l .e4 eS 2.�0 d6 3.d4 cd4 4.�4 es

- S .(jibS (jid7 Antiposicional, y sin embargo bastante sólida ;!; - 5 .�b5 �7 6.�f5 a6 7.�a4 ! Acaba siendo pasiva para las negras también, aunque de momento quedan más piezas ;!; l .e4 eS 2.�0 d6 3.d4 cd4 4.�4 �f6 S.�3 eS es un reflejo de lo anterior:

- 6.r;;.b s r;;. d 7 Traspone a la variante de arriba - 6.�b7 �bd7 7.�f5 a6 8.(jia4 Las posiciones son similares a las de 4 . . . e5 ;!;

,

CAPITULO 17 1.e4 c5 2.ttlf3 d6 3.d4 cd4 4.ttld4 ttlf6 5.ttlc3 Ad7 Variante Kupreichik

Valoración ***

La variante que comienza con la jugada 5 ... �d7 es relativamente recien­ te en los torneos internacionales. Su principal virtud parece ser que logra l levar al adversario fuera de la teoría desde muy pronto y permite alcanzar posiciones típicas de la siciliana. No conviene subestimarla, como demues­ tran las estadísticas, pero tomándola en serio, y enfrentándola como a una variante más, con la ventaja de no tener que hacer grandes investigac iones teóricas, las blancas puede:t obtener posiciones bastante prometedoras.

Historia

En los años 60, Lein la puso en práctica algunas veces, pero luego quedó en el olvido hasta que fue rescatada en la década de los 90 por Viktor Kupreichik, un jugador de gran ingenio táctico deseoso de evitar largos duelos teóricos. Los buenos resultados de Kupreichik atrajeron la atención de algunos otros jugadores como Efimov, Kengis (curiosamente a partir de una derrota contra Kupreichik en el lado blanco), Heberla y Pavel Blehm. Su teoría está en pañales, pero si conside­ ramos la necesidad de amplios y varia­ dos repertorios de los jugadores de hoy, debería desarrol larse cada vez más deprisa en un futuro cercano. Ideas

Es dificil pensar que una jugada tan poco flexible como 5 . . . �d7 tenga algu­ na virtud, o por lo menos ventajas tangibles sobre 5 . . .ik6, pero cuando se profundiza se ve que tiene algunas. Por ejemplo la maniobra e5 seguida de �c6 en algunas variantes e incluso el apoyo al asalto de peones con b5, b4, a5, etc; contra el flanco de dama blanco. Con todo, me sigue pareciendo que su idea

2.�/3 d6 3.d4 cd4 4.�4 �{6 5.�3 (]).dl Variante Kupreichik

principal e s sacar a l rival d e l a teoría y jugar una siciliana relativamente nor­ mal. El jugador de negras que elige 5 . . . (]).d7 debe estar preparado para tras­ poner a estructuras tipo Dragón, Scheveningen o Richter y eso le exige, no un gran conocimiento teórico, pero si un ampl io dominio de la siciliana.

211

6 e6 (D) ••.

Partida 1 7.01

Zude,A- Kupreichik,V

Bundesliga 1993 l .e4 eS 2.�13 d6 3.d4 cxd4 4.�xd4 �f6 s.� (]).d7

Las blancas han probado virtual­ mente todas las posibilidades y como respuesta las negras intentan trasponer a las variantes clásicas en condiciones en que puedan aprovechar �d7. Como en el caso de la variante 5 . . .�6, la variante más incisiva es:

Jugando con la posibilidad de doblar los peones en buenas condicio­ nes. Esta jugada puede trasponer, o llevar a posiciones similares a las reco­ mendadas en otros capítulos. Las otras jugadas que he considerado para pro­ poner, puesto que van en la línea de los esquemas propuestos en este libro son : 6.(jie3; en este caso me desagrada 6 . . .�g4 7.�g5 h6 8.(jih4 g5 9.�g3 con una posición muy similar a la variante Najdorf, en la cual (jid7 puede ser más útil que a6. 6.13 Aquí la jugada (]).d7 puede justificarse mediante 6 . . . e5 7.�b3 (]).c6.

La jugada normal, pero también se pueden considerar: 6 �6 7.®d2, ver el capítulo 1 9. 6 �c6 ( un extraño intento de Efimov, uno de los ocasionales adictos a 5 . . . (]).d7) 7.(}).xf6 ! gxf6 8.®h5 (una posición ideal para la dama en estas estructuras) 8 . . .�7 9.�c4 �5 I O.(]).b3 �g6 l l .f4 (el plan típico de las blancas se desarrolla rápido y sin inconvenien­ tes) l l .. .e6 1 2. f5 ®a5 ! ? (un ingenioso recurso para sobrevivir, pero no cabe duda de la ventaja blanca) 1 3 .0-0-0 ( 1 3 .�xc6 bxc6 1 4.ü-O± y el caballo no puede irse sin permitir un desastre) · 1 3 . . . 0-0-0 1 4.®h3 �f4 1 5 .®f3 (]).h6 1 6.b l ! Puesto que las negras pueden enrocar en cualquier momento. nosotros de momento nos mantenemos dentro de la línea que vamos a reco­ mendar: 1 3 . . . ®a5 1 4.�b3 ®c7 1 5 .g4 h5 1 6.g5 �g8 1 7 .fld5 ®b8 (Nunes-De Souza, cr. 1 978) y ahora 1 8.c.!id4 �xd4 1 9. ®d3 ! y las blancas consiguen una considerable ventaja grac ias a su desarrollo e iniciativa.

forzada que decide la partida] 1 6 ... dxe5 1 7.�xe5 ®c8 1 8.®e2 [La posición inde­ fensa de la torre es el defecto de 1 5 . . . �c6?] 1 8 ...�d7 ( 1 8 . . . b5 1 9.fla5+-) 1 9.l1xd7! i>xd7 20.�b5+- ®c6 2 1 .l1d l we8 22.�7+ ®xc7 23.�xc7 laxc7 24.®c4 1 -8 Partida 18.04

Anand,V - Georgiev,K

Be/grado 1997 l .e4 eS 2.�f3 d6 3.d4 cxd4 4.�xd4 �f6 5.flc3 g6 6.�e3 �g7 7.f3 o-o 8.®d2 flc6 (D)

1 1 .8-0-0 fleS 1 2.h4 flc4 [ 1 2 . . . 0-0 1 3 .wb l , partida 1 8.06] 1 3.c.!ixc4 l1xc4 1 4.flb3 ®c7 I S.c.!id4! [Con la temática amenaza �f6 y fld5] 15 ...�c6?! ( D)

La otra opción es 1 5 �e6, pero el ataque blanco se desarrolla sin proble­ mas: 1 6.g4 ! ( 1 6.e5 ? ! dxe5 1 7.c.tixe5 ®c8 1 8 .�5 l1b4 1 9.a3 l1b6 20.�d4 l1d6ac) 1 6 . . . 0-0 1 7.h5±. 1 5 ...0-8?! 1 6.c.!ixf6!±. ••.

1 6.e5! I Fischer inicia una maniobra

En esta partida comenzamos a estudiar las variantes que incluyen el enroque corto de las negras, que se han desarrollado en muchas direcciones a lo largo de unos 60 años. En esta pri­ mera entrega nos ocuparemos de las variantes menos habituales. 8 ... d5? ! Una verdadera rareza. jugada a menudo y con cierto éxito por Afek. No debe dar ningún problema ante una reacción precisa. 9.e5 flfd7

2.f:{3 d6 3.d4 cd4 4.YJLI4 �6 5.fr3 g6 Variante del Dragón

I O.f4 �6 1 1 .0-ü-0 �b6 1 2.�f3 ! (con esta jugada c lave que presiona de inmediato en d5, las negras están ante serios problemas) 1 2 . . . �e6 ( 1 2 . . . e6 1 3 .h4 h5 1 4.�c5 f:Je7 1 5 .�b5± y las piezas blancas se hacen dueñas de todas las casi l las importantes. 1 2 . . . �c4 1 3 .�xc4 dxc4 1 4.®e2 ®c7 1 5 .®xc4 �e6 1 6 .�5 ®a5 1 7 .�g5±) 1 3 .h4 �c4 ( 1 3 . . . �a5 1 4.®f2 �ac4 1 5 .�d4;!;) 1 4.�xc4 dxc4 1 5 .®f2 ( 1 5 .®e2 ! ? tocan­ do c4) 1 5 . . . 1/NaS 1 6.hS �fd8 1 7.llxd8+ llxd8 1 8.hxg6 hxg6 1 9.�gS (es posible que las negras no tengan una buena defensa contra 1 9.®h4 ! ?) 1 9 . . . �fS 20.®e2 b5 2 1 .g4 �c8 22 .i>b l f6 23 .®h2 fxgS 24.®h7+ i>f7 2S.e6+ �xe6 26.fS gxfS 27 .gxfS �dS 2 8 .®g6+ li.>f8 29.�dS llxdS 30.�xg5 lld 1 + 3 I .llxd 1 ®c7 32.�6 �xh6 33 .®xh6 I -0; Palac­ Afek, Werfen op 1 99 1 .

La línea principal, que introduce las variantes más i mportantes. En este momento las negras han probado muchas alternativas, aunque algunas de el las son meras trasposiciones sin demasiada sutileza: 9 �7 Ambiciosa y en apariencia bastante imprudente continuación. El caballo de rey busca reforzar el domi­ nio de la casilla c4, pero gasta tiempos y abandona la defensa de su monarca. La variante se atribuye a A verbach, pero no parece de su estilo y de hecho no encuentro que la empleara a menu­ do. Jugadores emprendedores como Larsen, Stein o Kupreichik la pusieron en práctica más tarde, pero actualmen•..

223

te ha caído en desuso. 1 O.h4! las blan­ cas procuran darse prisa, para llegar a cambiar en g6 antes de que las negras taponen en c4, y de este modo obligar a su rival a retomar con el peón h. 1 O . . .�b6 ( 1 O . . .�S I I .�b3 f:x:S, deja los cabal los en peor posición y el cambio �b3 casi nunca es deseable. 1 2.®e2 ! �d7 1 3 .hS llc8 1 4.hxg6 hxg6 I S .g4 ! llxc3 1 6 .bxc3 ®c7 1 7.®h2 ®xc3+ 1 8.1f.>f2 llc8 1 9.f:Je2 1 -0 Klovans Chemiaev, Biel 1 996, es una victoria impactante) l l .�b3 �aS ( 1 J . . .�eS 1 2.®e2 ! ) 1 2.®d3 ! (ahora curiosamente si 1 2.®e2?! a6, con la amenaza e5 ) 1 2 . . . �b3 (esto refuerza las defensas del enroque negro, pero se justifica por el iminar un importante alfil y por la inmediata reacción central. Seguir la carrera de ataques es suicida: 1 2 ... �d7?! 1 3 .h5 ! llc8 1 4.hxg6 hxg6 1 5 .0-0-0 �bc4 1 6.�gS ! fub3+ 1 7 .cxb3 ®a5 1 8 .�xe7 f:x:S 1 9 .®c 2 ! llxc3 20.bxc3 llc8 2 I .i>b2 !+- Wedberg -Sosonko, Haninge 1 989) 1 3 .axb3 dS ! ? ( 1 3 ... a6 parece demasiado lento 1 4.ü-O-o, seguido de h5) 1 4.�bS a6 ! ? (una mejora que permite a las negras alcanzar una posición con perspectivas. La más antigua, 14 . . . �e6?! lleva a un ataque muy fuerte para las blancas tras J S .ü-0-0 dxe4 1 6.®xe4 �7 1 7.hS ®aS 1 8.hxg6 hxg6 1 9.1f.>b l , y es dificil parar las amenazas combinadas de ®h4 y �d4, entre otras menos directas). J S .�xb6 Wxb6 1 6.fudS Wd8 1 7.�bc3 b5 Las negras consiguen un juego intere­ sante y de hecho han ganado la mayo­ ría de partidas desde esta posición, pero en mi opinión no es suficiente para compensar el peón de menos. 1 8.0-0-

224

2.f:j3 d6 3.d4 cd4 4.�4 �j6 5.fr3 g6 Variante del Dragón

e6 1 9 .fr3 (esta parece la mejor reti­ rada pues se prepara un posible �g4, combinado con e5 o con h5 y �6) 1 9 . . . ®a5 20.Wb l �b7 Sammalvuo­ Pyhala, Vantaa 1 993 . Y ahora propon­ go 2 1 . Wd6 con idea de b4, por ejemplo: 2 l . ..�ad8 {2 1 . . .�xc3 22.bxc3 ®xc3 23J'!d3 ®a5 24.�g4±) 22.b4 ( 22.®e7 !?) 22 . . . �xd6 23.bxa5 �fd8 24.fud6 �xd6 25 .�d l ;t. 9 �a5 Puede ser un orden más venenoso que el empleado en la partida puesto que en caso de que las blancas sigan con �e2, las negras pueden pres­ cindir de �d7. I O.�b3 ( I O.�e2 ! ? a6 1 1 .0-0-0 b5 1 2 .�h6 �b7 1 3 .�xg7 Wxg7 1 4.h4 e5 1 5 .�b3 �4 l 6.1tixc4 bxc4 1 7.�a l d5 1 8 .exd5 ®b6oo Movsesian-Fedorov, FI DE-Wch k.o. rapid 1 999, con cierta compensación por el peón. Tal vez nada más que un experimento en una partida rápida, pero al fin y al cabo en un Campeonato del Mundo) 1 O . . .�d7 ( 1 O . . . �xb3 l l .axb3 a6 1 2.h4!±; Spassky-Geller, Riga 1 965 ) l l .�h6 ! (aprovechando de inmediato la falta de presión en el punto d4, para acelerar el ataque. Si l l .h4 �c8 segui­ do de �4. acabaría trasponiendo a una variante que no deseamos j ugar y 1 1 .00-Q fub3 1 2.cxb3 ®a5 es perfecta­ mente jugable pero entra seguramente en los planes de las negras al hacer &5) l l . . .�c8 1 2 .h4 �4 1 3 .�c4 �xc4 1 4.�xg7 Wxg7 1 5 .h5 ! (el ataque blanco se desarrolla en la forma habitual de "pi loto automático") 1 5 . . . e5 ( 1 5 . . . �xh5 no cambia nada) 1 6.�e2 fuh5 1 7.g4 �f6 1 8.®h6 wg8 1 9.g5 �h5 20.�xh5 !+­ gxh5 2 1 .�5 f5 22 .g6 hxg6 23 .®xg6+ Wh8 24.0-0-Q 1 -0; una clásica miniaO

...

tura más en el Dragón. Rubenchik­ Kanadin, URSS 1 957. 9 �5? ! Acaba trasponiendo a las líneas principales, pero permite a las blancas un rápido �h6 que puede ser molesto. 1 0.�b3 �d7 l l .�h6 ! ? ( I I .Q0-0 traspone). 9 ®c7 N o tiene ningún interés independiente porque las negras acaban jugando �d7, aunque a veces lo hagan después de la maniobra &5-c4 y por tanto trasponen a 9 . . . �d7 y I O . . . ®c7. 9 ®a5 Acaba trasponiendo a otras líneas después de 1 0.0-Q-0 y ahora o bien I O . . . �d7 l l .�b3 �feS ó 1 O . . . �xd4 l l .�xd4 �e6. 9 �xd4! ? Este cambio combinado con el desarrollo del alfil a la casilla e6, es sin ninguna duda, la variante más importante de este grupo. Fue popular en los primeros tiempos del Rauzer, pero más tarde cayó en desuso, puesto que lleva a un final con pocas perspec­ tivas. En algunas de sus l íneas se han analizado con detalle finales de peones, pero sin llegar a una conclusión defini­ tiva. Hay que reconocer que es una elección muy l imitada para el jugador de las negras pero el de blancas debe estar muy bien preparado si quiere aspirar a algo. 1 O.�d4 �e6 (con otras j ugadas es dificil justificar el cambio en d4. La alternativa más frecuente es una trasposición: I O . . . ®a5 l i .Q-0-0 �e6) l l .�b3 ! . Las blancas no quieren refor­ zar el control de la casi lla d5 y por el contrario invitan a que sea el negro el que cambie y "refuerce" su enroque. A) 1 l . . . ®d7 !'? (apoyando los avan­ ces b5 ó a5-a4) 1 2.h4 a5 1 3 .h5 a4 1 4.�e6 ®xe6 1 5 .hxg6 fxg6 1 6.0-0-0 ...

•••

...

•••

2.� d6 3.d4 cd4 4.�4 �6 5.fr3 g6 Variante del Dragón

( 1 6.a3 ! '!;t, confom1ándose con un tra­ tam iento más posic iona l ) 1 6 . . . ®t7 1 7.wb l �fc8 1 8 .�d5 �xd5 1 9.!;tixg7 Wxg7 20.®xd5 ®f6 2 1 .a3 frc5 22.®xb7 llac8 23 .e5 ®xe5 24.�de l �8c7 25 .llxe5 I;lxb7 26.%;lxc5 dxc5 27.I'th4 l:la7 28.wa2 con ligera ventaja, Santo Roman-Parmentier, Plancoet 2002. La torre blanca es más activa. 8 ) l l . . . ®a5 La fidelidad de las negras a esta jugada es casi absoluta. 1 2.0-0-0 con varias jugadas: 8 1 ) 1 2 . . . �fc8 1 3 .wb l l:lc6 (o bien con el cambio previo en b3 ) 1 4.h4 (Golubev en su l ibro sobre el Dragón parece recomendar 1 4.g4, pero él mismo sugiere que las negras resisten con 1 4 . . . �xb3 1 5 .cxb3 l:lac8 1 6.h4 h5 ao ) 1 4 . . . �b3 1 5 .cxb3 ( 1 5 .axb3 ?! I'ta6t) 1 5 . . . b5 1 6.�xf6 �xf6 1 7.�d5 ®xd2 Todas las partidas siguen automática­ mente con 1 8.�f6 y las blancas no sacan nada. Mi sugerencia es mantener la amenaza con 1 8.l:lxd2 ! por ejemplo: 1 8 . . . wg7 1 9.g4 e6 ( 1 9 . . . h6 20.f4) 20.�b4 frcc8! (20 . . . %;lc7 2 1 .�xd6 �e7 22.�c6±) 2 1 . f4 con cierta iniciativa. 82) 1 2 . . . b5 ( 1 2 . . . �b3 o bien 1 2 . . . llfc8 suelen trasponer a la variante principal). Los intentos de hacer un juego independiente son muy peligro­ sos, debido a la solidez del enroque blanco después de la captura "antiposi­ cional" cxb3 . 1 3 .Wb l l:lfc8 1 4.Hhe l ! (no hay nada en el final 1 4.�xf6 �xf6 1 5 .�5 ®xd2 1 6.fuf6+ wg7 1 7.�h5+ gxh5 ! 1 8.�xd2 llc5=; y es peligrosa la carrera de ataques 1 4.h4 �b3 1 5 .cxb3 b4 1 6.�2 l:lc6 ! t ) l 4 . . . �xb3 1 5 .cxb3 b4 1 6.�x f6 bxc3 ( 1 6 . . . �x f6 1 7.�d5±) l 7.�xc3 �xc3 1 8.bxc3 ®xc3 1 9.®xc3

225

frxc3 20.Hc 1 Hac8 2 1 .frxc3 Hxc3 22.frc l I;lxc l + 23 .Wxc l ( D)

Este es el final en el que muy a menudo desemboca esta variante. A pesar de ser un final de peones, el análisis no se ha agotado. Creo que no es objetivo de este libro hacerlo. pero sí dar el mejor consejo práctico posible. Casi todas las partidas que han llegado a esta posición han sido por correspon­ dencia y el porcentaje es muy favorable a las blancas. Las pocas partidasgana­ das por las negras lo han sido por exceso de ambición de su rival. En resumen: yo no lo jugaría con negras. pero hay gustos para todo. 9 ... a5?! Parece prematuro lanzar este peón cuando el blanco ni siquiera se ha enrocado largo. Es una vieja línea de Donald 8yme, que no ha cuajado en la práctica. Las blancas detienen el peón negro en a5, enrocan corto y aprovechan las debil idades creadas. Como ejemplo debe servir el trata­ miento con blancas del hermano del inventor, que debía saber bien Jos pun-

226

2.� d6 3.d4 cd4 4.fJd4 fi:Jf6 5.fi:Jc3 g6 Variante del Dragón

tos débiles de la idea. l O.ü-0 (de todos modos el orden 1 0.a4! es más exacto) l O . . . fiJeS?! (en las variantes con aS, casi siempre es preferible cambiar un caba­ l l o blanco y situar el a l fi l en c6. Además las negras pierden la ocasión de dar un paso más con su peón. 1 O . . . fi:Jxd4 l l .�xd4; 1 O . . . a4 ! ) l l .�b3 �d7 1 2.a4 ! (ahora todo está en orden) 1 2 . . . fí:c8 1 3 .®e2 flc6 1 4.fiJdbS ! (evitan­ do el cambio) 1 4 . . .�e6 I S .fiJxg7 1 5 .exd5 a5 1 6.a3, pero no da mucho) 1 3 ... a5 Golubev cal ifica esta jugada de dudosa, pero no da alternativa y nadie ha probado nin­ guna otra. 1 4.h5 ( l a inmediata 1 4.�xf6 ! ? �x f6 1 5 .h5, citada por Golubev, no me parece tan clara des­ pués de 1 5 . . . �g7 ! por ejemplo: 1 6.hxg6 hxg6 1 7.llh6 e6! ) 1 4 . . . a4 ( 1 4 . . . f:Jxh5 1 5 .�xg7 li;>xg7 1 6.g4 lleva a las negras al desastre) 1 5 .�xf6 ! exf6 (ahora sí 1 5 ... �xf6'? es perdedora por 1 6. hxg6) 1 6.�d5 f5 ( 1 6 . . . a3 parece más crítica pero las blancas están mejor después de 1 7.hxg6 axb2+ 1 8.\Yb l hxg6 1 9.�b3 ) 1 7.hxg6 hxg6 1 8.g4, con un fuerte ata­ que. Reutsky-Shahade, Budapest 2003 . Por ejemplo: 1 8 . . . b4 1 9.�h2 He8 20.�xd6 bxc3 2 1 .�xg6+-. .••

1 7.f:Jxf6+ [ 1 7.f:Jc 5 ! ?] 1 7 exf6 1 8.f:JcS [Chuleando, ya todas ganan] 18 dxeS 1 9.�xd7 �eS 20.�xbS Hab8 2 1 .�e4+ wh8 22.e3 f5 23.Hxh7+ wxh7 24.fth l + �h6 2S.�f7 1 -0 •..

.•.

Partida 18.06

Bologan,V - Fedorov,A

Calcuta 1 999 l .e4 eS 2.�0 d6 3.d4 exd4 4.�xd4 �f6 s.f:Jc3 g6 6.�e3 �g7 7.0 f:Jc6 s.�d2 o­ o 9.�e4 �d7 I O.o-o-o HeS (D)

,¡ ¡v .� . ' ' .t .t. .t. .t .t. & .t. & .t.

La variante que ha desbancado a la clásica IO ... �a5 que estudiaremos en las partidas 1 8.08 y 1 8 .09. El éxito continuado de �c8, se apoyó en varios compl icados sistemas, pero sobre todo en la llamada variante Soltis (a base de h5) defendida con éxito por M i les y otros grandes maestros. 1 1 .�b3 �S

1 2.\Yb l ! ( D)

La j ugada que recomendamos. Hace unos pocos años una oscura variante pero su popularidad ha subido como la espuma y actualmente pone en duda la corrección de la variante 1 O ... Hc8. Otro punto a su favor es que elimina la necesidad de estar preparado

2.�/3 d6 3.d4 cd4 4.�14 �(6 5.fr·3 g6 Variante del Dragón

232

en una jungla teórica que había adquirido proporciones montañosas. El punto parece ser que las blancas hacen una jugada que es útil en la mayoría de las variantes, y obl igan a las negras a definirse primero.

' '

1 5 .b3 r:i:c8 1 6.e8 32.®xg6+ �f7 33.®h6 ®fl+ 34.:ild 1 ®e4 3S.®h8+ �g8 36.®hS+ � 37.®xbS+ ®xbS 38.fubS a6 39.fJd4 :!leS 40.b3 �g6 4 1 .i>b2 :!leS 42.1ld2 :!le4 43.fr6 i>f7 44.:!ld4 :!le2 4S.:!lf4+ i>e8 46.:!le4 :!lg2 47.fJeS t -o Partida 18.09

Polzin,R - Roos,M

Dresde op 1999

objetivamente parece que las blancas mantienen su ventaja. 1 4.fJcxbS! ®xd2

Es un cierto descanso comprobar que las negras prefieren cambiar damas para demostar la compensación des­ pués. Hay que tener en cuenta que no se ha avanzado el peón g y la estructura de peones blancos es sól ida. Aunque no se debe despreciar la actividad de las pie­ zas negras, con un buen juego se puede neutralizar. 14 ®a6 1 5.fJc3 fJc4 1 6.®d3 :!lab8 1 7 .�e 1 Las blancas oponen un verda­ dero muro de piezas delante de su rey y no renuncian al ataque. 1 7 . . . :!:!b4 1 8.h5 ®b7 1 9.hxg6 hxg6 20.�h6±; Karpov­ García, Ljubljana-Portoroz 1 975. 1 4 ®d8 Es un tratamiento más reciente y algo más pel igroso de la entrega de peón : 1 5 .�h6 ! �xh6 ( 1 5 ... �h8 1 6.h5 fJxh5 1 7.:!lxh5 a6? ! 1 8.fJxd6 exd6 1 9.�g5 ®b6 20.:!lxh7 i>xh7 2 J .:i:!h 1 + i>g8 22.1lxh8+ i>xh8 23.�f6+ i>h7 24.®g5 ilif3 25 .gxf3 �c5 26.�d5 :!lxd5 27.exd5 1 -0, Zelcic­ Forster, Portoroz 1 998) 1 6.®xh6 :!lab8 1 7 .a4 ( 1 7.fJc3 a5) 1 7 . . . a6 1 8 .fJa3 ( 1 8.fJc3 :!lxc3oo) 1 8 . . . :!:!b4 1 9.h5 fuh5 20.fJf5 ! �xf5 2 I .exf5 ®f8 22 .®g5 fJf6 23.fxg6 fJxg6 24.®a5±; Wang Lei­ Ward, Beij ing op 1 993 . ..•

l .e4 eS 2.fJt3 d6 3.d4 exd4 4.fJxd4 fJf6 S.fJc3 g6 6.�e3 �g7 7.0 o-o 8.�e4 fJc6 9.®d2 �d7 I O.h4 fJeS 1 l .�b3 ®aS 1 2.0-o-o :!:!fe8 1 3.i>b l bS (D)

. . •

Una jugada que se le atribuye a Korchnoi. El sacri ficio de peón es temático en el dragón y casi siempre poco exitoso. El espec ial ista del Dragón, Ward. ha trabajado mucho en esta línea con bastantes éxitos, pero

Me incl ino por recomendar esta jugada que defiende la cas i l l a c3, importante en ciertas variantes tácticas.

2.�3 d6 3.d4 cd4 4.�4 �6 5.�·3 g6 Variante del Dragón

24 1

alternativas: 1 8 ... l::t b 8 1 9 .�e3 a6 20.�a3±; 1 8 e5 (para tomar en b5) 1 9.�2 �xb5 20.cxb5 lhb5 2 l .�e3 y la ventaja posicional es enorme. •••

Esta jugada se reparte las preferen­ cias con la tal vez más compl icada 1 5 .. Jbb8 1 6.�3 �4. que pone a las blancas ante una gran encrucijada: 1 7 .�xc4 (está claro que son interesan­ tes tanto �g5 como �e t . manteniendo toda la madera, pero mientras no haya un motivo concreto, creo que las blancas deben intentar simplificar la posición) 1 7 . . . lhc4 1 8 .�b3 �e6 1 9.�e3 a5? ! 20.iid4 ! y las negras se ven obli­ gadas a aflojar la presión; Parker-Tan, Hastings 1 994.

1 9.M �4

Aprovechando la penúltima ocasión para explotar la indefensión del cabal lo d4. 1 9 . . . Hb8 (es muy similar) 20.�c2 �g4 2 l .fxg4 �xd4 (Reeh­ Ward, Bem 1 993) y ahora 22.�5 !±. 20.fxg4 �xd4 2 1 .�d5 �xg4 [2 I . . . i!e8? 22.�b4+-] 22.�xe7+ i>g7 23.�h6+ wxh6 24.Hxd4±

1 6.�xc4 I::tx c4 1 7.b3 !

Con esta reorganización, la com­ pensación por el peón se l i m ita a cuestiones testimoniales como la pareja de alfiles, porque la posición blanca es muy compacta. 1 7 iic5 1 8.c4 a6 •••

La jugada más frecuente. Otras

Las complicaciones se han resuelto con un peón de más para las blancas. 24 ...iie5 25.�d5 wg7 26.wb2 fS 27 -�3 l::td 8 28.exf5 gxfS 29.!!0 wg6 30.b4 whS 3 1 .i!h 1 wg6 32.c5 dS 33.a4 i>f6 34.b5 we6 3S.Hcl axbS 36.axb5 Hc8 37.b6 �e2 38.b7 i!b8 39.c6 wd6 40.�b5+ �xb5 4 1 .c7 !!xb7 42.c8® He2+ 43.Wa l 1 -0

Estadística :

Sobre 44.000 partidas el Dragón da un resultado global del 55% para las blancas, que no es malo del todo desde el punto de vista de las negras, pero si nos centra­ mos en el Ataque Rauzer, vemos que se juegan 3 3 .000 partidas (un porcentaje muy alto del total) y que alcanza un 58% para las blancas, un porcentaje muy alto en un número de partidas tan considerable. El porcentaje es espectacular en la variante 1 2.Wb l ! que recomendamos contra la principal !!c8, llegando al 65% sobre 600 partidas. También es magní fico en el tratamiento sugerido contra el plan de ®a5 al lograr el 6 1 % sobre 1 300 partidas. Esquema Resumen : t .e4 eS 2.�f3 d6 3.d4 cd4 4.�d4 �f6 5.�3 g6 6.�e3

242

2.WJ d6 3.d4 cd4 4.�4 �f6 5.�3 g6 Variante del Dragón

�g7 7.0 y ahora:

- 7 . . . a6 Un tratamiento moderno, razonablemente sano, que abre un campo de investigación ;!; - 7 . . o-o 8.®d2 a6 Con el enroque corto, el esquema negro es mucho más peli­ groso ± - 7 . .fX6 8.®d2 �d7 Retrasar el enroque puede dar resultado pero no funciona ante una correcta preparación ± .

.

7 ...fX6 8.®d2 o-o 9.�c4

- 9 . .�7? ! Especulativa y pel igrosa ± - 9 . . .�4 I O.�d4 �e6 Sólida, pero a la postre pasiva ;t .

9...�d7 I O.o-o-0

- I O . . . ®c7 Uno de los muchos intentos de contrajuego. I nteresante pero insufi­ ciente ;!; - I O . . . ®b8 Ha dado algún resultado pero es muy peligrosa ;!; - 1 O . . . llb8 Tiene la virtud de la novedad y de momento resiste mejor que otras ;!; - 1 0 . .�5 Como la anterior, poco empleada y no tan mala ;!; .

1 O ..J:�c8 l l .�b3 �5 Hace años la variante principal pero ante 12.1Yb 1 , en serias dificultades:

- 1 2 . . .fX4 El ataque blanco se lleva solo ± - 1 2 .. J:Ie8 Lo relativamente mejor con campo para investigar ;!; I O .®a5 l l .�b3 :ilfc8 También fue la variante pri ncipal en otros tiempos pero también está en dificultades. 1 2.1Yb l �5 1 3.h4 y ahora: ..

- 1 3 ...fX4 El ataque blanco se desarrolla muy fácil ± - 1 3 . . . b5 Da algún contraj uego pero no basta para igualar ;t

,

CAPITULO 1 9 1.e4 eS 2.t2�f3 d6 3.d4 cd4 4.�d4 �f6 5.�c3 �c6

Valoración ****

l. ..t � é .t. l. .t .t .t .t .t .t Af¡¡ .t Af¡¡ '

la jugada f3, que lleva a posiciones similares a las de otras variantes, pero con sus aspectos particulares. Estos esquemas con f3, aunque subiendo en popularidad, son todavía mucho menos frecuentes que los que emplean la jugada f4. Puesto que la variante es prácticamente un cruce de caminos, vamos a obviar el apartado correspon­ diente a su historia y en el de las ideas, nos centraremos en las del esquema blanco. Ideas

La variante que tratamos en este capítulo, desde el punto de vista de las negras, es sobre todo un gran entrama­ do de trasposiciones. Muchos jugado­ res la usan para llegar a sus defensas favoritas, evitando las continuaciones más molestas. Al elegir la continuación 6.�g5, las blancas evitan las trasposi­ ciones y le dan un carácter indepen­ diente, pero también muy agudo, lo cual puede provocar que muchos jugadores de negras eviten este esque­ ma cuando esperan esa jugada. Dentro de 6.�g5 este libro anal iza, sobre todo, los esquemas en que las blancas apl ican

Los esquemas con el enroque largo y la jugada f3, tienen una serie de ideas comunes, que ya hemos citado en la introducción general del l ibro . La presencia de la jugada �g5 imprime su propio sello: las negras deben estar atentas a un posible cambio en f6 seguido de la captura del peón en d6, aunque muy a menudo la cesión del alfil de casillas negras no compensa. Otro aspecto independiente es que el avance d5, directo o preparado por la previa e5, es mucho más dificil con el alfil en g5 . A menudo el plan blanco consiste en mantener el alfil en g5, ejerciendo presión sobre la posición negra hasta que l lega el momento en

2 44

2.�}3 d6 3.d4 cd4 4.�4 �{6 5.fr3 fr6

que su retirada a e3, abre el camino a un ataque directo. Partida 1 9.01

Gallego,F - Franco,Z

Elche 1985 t .e4 eS 2.flt3 �6 3.d4 cxd4 4.�d4 flf6 5.� d6 6.�g5 ( D}

Esta es la postcton que vamos a estudiar en este capítulo. En esta primera partida nos ocuparemos de las alternativas secundarias y en el resto de partidas del capítulo trataremos 6 . . . e6.

Con mucho, la variante secundaria más importante. Las negras aceleran el desarrollo del flanco de dama, sobre todo �c8, y tratan de especular con un rápido ataque si las blancas enrocan allí. Sacrificios de calidad en c3, algún e5 directo, y si las blancas toman en f6, la esperanza de j ugar f5 sostenido por el alfil son marcas distintivas de la

variante. Casi todas las demás alternativas han sido probadas: 6 ... h6! ? Una línea muy marginal que tiene bastante sentido. Las negras quieren obligar a las blancas a capturar en f6 antes de jugar e6. De este modo luego podrán jugar f5 y l ibrarse de los peones doblados. El defecto es que retrasa mucho el desarrollo, pero si las blancas no son capaces de aprovechar­ lo pueden quedar peor con faci lidad. 7.�f6 gxf6 8.®d2 ®b6 (es necesario expulsar al caballo de d4, para luego jugar f5 ) 9.flb3 f5 I O.fld5 ! y aquí viene la ofensiva por el desarrollo; I O . . . ®d8 I l .�b5 (amenazando ®c3, y también fla5 ) l l . . .�g7 ( l l . .. a6? 1 2 .®c3+-) 1 2 .fld4 ! (con doble ataque a c6 y f5 ) 1 2 . . . �xd4 ( importante concesión. S i 1 2 . . . �d7 1 3 .flxf5 ítlxb2 1 4.� 1 y el alfil no tiene una buena retirada, así que 1 4 . . . ítlxf5 1 5 .exf5 (j)_g7 1 6. f6 ! con una fuerte iniciativa) 1 3 .®xd4 0-0 1 4.®e3 . Momentaneamente el desarrollo se ha igualado, pero el blanco solo necesita enrocar para comenzar a explotar la debil idad del enroque negro. 1 4 . . . e6 1 5 .�3 ®g5 1 6. f4 ®h4+ 1 7 .g3 ®f6 1 8.0-0-0 con clara ventaja, Szefer­ Kowalska, Varsovia 1 996. 6 ... a6 Una jugada normal, que no resulta fáci l de refutar, por lo tanto apl icaremos el principio de economía y nos conformaremos con una trasposi­ ción. 7.®d2 flxd4 (es la única forma de trastocar la intención blanca, aunque por supuesto es mucho más frecuente 7 . . . e6 trasponiendo a la variante princi­ pal del Richter) 8.®xd4 e5 Parece que se gana un tiempo sobre otras variantes, pero las negras no están bien prepara-

2.�3 d6 3. d4 cd4 4.fJd4 �6 H:K:3 �6

das para esto todavía. 9.�a4+ ! �d7 I O.�xf6 ! ? (el orden más agudo, pero del mismo valor es I O.�b3 b5 l l .�f6 puesto que si l l . ..�xf6? ! 1 2 .a4 ! tam­ bién .crea serios problemas) 1 o . . . �xf6?! (parece algo mejor IO . . . gxf6 I I .Wb3 b5 y ahora las blancas tienen una agrada­ be elección entre 1 2 .�5; 1 2.�e2 o incluso 1 2 .a4 directamente) l l .�b5 ! (esta es la clave. Se cambia el alfil de casillas blancas y la casilla d5 no tiene respuesta) l l . . . ®d8 1 2 .�xd7+ Wxd7 1 3 .Wb3 �e7 1 4.�5 con una clara ven­ taja; Kotron ias-Kovalev, Debrecen 1 992 . 6 g6? ! Realmente si las negras tienen tantas ganas de jugar el Dragón, pueden elegir cualquiera de los otros órdenes para entrar en el. Ahora su estructura de peones queda destrozada, y aunque pueden alcanzar cierta actividad por medio de f5, la realidad objetiva es que las blancas tienen una ventaja tangible. H��xf6 exf6 8.�c4 �g7 9.�b5 ! ? Cae el peón y las negras pueden elegir entre conseguir cierta compensación a largo plazo basada en la pareja de al fi les o tratar de recuperarlo entrando en compl icacio­ nes. 9 . . . 0-0 I O.Wxd6 f5 1 1 .0-0-0 ®g5+ 1 2. f4 Wxg2 1 3 .e5 ( 1 3 .�d5 ! ) 1 3 . . . Wg4 1 4Jlhfl fue5? ( 1 4 . . . �xe5 1 5 .�xf7 ljxf7 1 6.fxe5±) 1 5 .�e2 !+-; García-Estévez, Camaguey 1 987. 6...�b6 Una de las alternativas más serias de esta sección. Las negras quieren desplazar el caballo central, lo que limita la fuerza de los esquemas con f.3 del blanco, y no temen a los peones doblados en f. 7.flb3 e6 8.�f4 ! (D) .••

245

lK j_ • .t. lK i i i i i ¡v � · · �

Esta curiosa maniobra escalonada del alfil, que aprovecha los defectos de la posición de la dama negra en b6, es la forma más simple y directa de crear problemas. También prometedora, pero más llena de teoría y típica de las intenciones negras es: 8.�f6 ! ? gxf6 (aprovechando la presencia de la dama en la diagonal para jugar ®h5 o bien �e2 y un eventual �h5 ) 8 . . . �5 ( 8 . . . e5? ! deja u n feo hueco e n d 5 y l a dama mal colocada) 9.�e3 ! (preparándose a ganar tiempos sobre el caballo, recientemen­ te "invitado" a venir a la casilla eS ) 9 . . . ®c7 I O.f4 flc6 ( 1 0 . . .�g4? ! l l .�g l y el caballo tiene problemas; 1 O . . . flc4 l l .flb5 ! Wc6 1 2.�xc4 �xc4 1 3 .Wd3±) l l .g4! (lo más agresivo, aunque otros desarrol los con ®f.3 y 0-0-0 o bien �d3 y 0-0 son perfectamente posibles) l l ... d5 (lo más lógico, si no las blancas juegan g5, ®d2 y 0-0-0 y consiguen un esquema de ataque ideal) 1 2.e5 �7 ( 1 2 . . .�4? 1 3 .fue4 dxe4 1 4 .�g2 flb4 1 5 .�xe4 Wc4 1 6.�2+-, y no hay com­ pensación por el peón) 1 H :lb5 ®b8 1 4.g5 ! ( importante para evitar la caída

24 6

2.� d6 3.d4 cd4 4.004 f:l6 5.flc3 �)c6

del c entro blanco por un posible golpe en g5 . Si I 4.�g2 a6 1 5 .�d4 g5 !ao) 1 4 . . a6 I 5 .�5d4 ®c7 1 6.® f3 ! ? (no es malo pero se pueden evitar complica­ ciones con la más natural 1 6.�d3 ) 1 6 . . .flx d4 I 7. �xd4 �b4 1 8.c;f;lf2 ! (ahora este peq ueñ o paseo es necesario ) 1 8 . . . �e7 I 9.h4;!; ; Topalov-Smirin, Burgas 1 994. Las blancas tienen la típica posici ón con ventaja de espacio y la casilla d4, pero su rey estaría más tranquilo en b l . 6 e5? ! Tal vez con la ingenua esperanza de trasponer a la Pelikan. H��xf6 ! (el orden exacto ) 7 . . . gxf6 (7 . . . ®xf6? 8.�5 ®d8 9.�b5+-) 8.�f5 �xf5 9.exf5± ( las negras han cedido la casilla d5 a cambio de nada) 9 . . . ®a5 1 O.�c4 �e7 1 1 .0-0 h5 1 2.�d5 l:!c8 1 3 .c3 ®c5 1 4.�e3 a5 1 5 .®b3 l:!h7 1 6.l:!ad 1 ®a7 1 7.a4 c;f;lf8 1 8.l:!d5 d2 ®a5+ 1 8.i>e2+-; 1 5 . . . �g8 renuncia a esconder el rey definitivamente. 1 6.�c4 gxf6 1 7.:§:he 1 fxg5 1 8.�e6 ! y estas son las consecuencias 1 8 . . . fxe6 Kupreichik -Yudasin, Frunze 1 98 1 y ahora 1 9.®f6 ! con u n ataque decisivo) 1 6.§ic4 �c5 1 7.®g4 h5 1 8.We2 o-o 1 9JThfl !±, con la amenaza g4; Varga-Robatsch, Mitropa Cup 1 995. 8) 1 4 . . . �a4 Parece la más lógica, porque ataca c2 1 5.h4 ! , pero esta fría jugada pone en duda que el ataque en c2 sirva para algo. (La más antigua 1 5 .�d2 ! ? gana calidad, pero no parece suficiente para reclamar una ventaja sensible. 1 5 . . . fi:xc2+ 1 6.i>b l :§:xd2 !=) 1 5 . . .g6 ( 1 5 . . . fi:xc2+? 1 6.i>b l +- y no hay defensa contra todas las amenazas) 1 6.�d3 ( 1 6.�d2 es algo mejor que antes porque preserva el peón de f6, aún así 1 6 . . .fi:xc2 1 7 .i>b 1 :§:xd2 !;!;; ofrece bas­ tante j uego a las negras} 1 6 . . . �c5 1 7.®g4 ®b4 ( 1 7 . . . h5 1 8.®e2 y no hay demasiada diferencia con la variante �c6. Las negras tienen que convivir con la inseguridad eterna de su rey) 1 8.®xb4 §ixb4 1 9.h5 ! Justo a tiempo, esta ruptura, unida a la amenaza :!Th4, crea un problema muy serio a las negras. Almasi-Nogradi, Budapest Spring op 1 996. l l .bxc3 !

..•

l l .®xc3 ! ? evitaría las principales compl icaciones, pero las negras tienen buena compensación después de 1 l . . . Wxc3+ 1 2.bxc3 �4oo.

249

2.f:j] d6 3.d4 cd4 4.�:xi4 W6 5.fr3 �c6

l l ...fle4

Forzando la entrada en c3, pero las negras están pel igrosamente retrasadas en desarrollo y las blancas lo van a aprovechar bri l lantemente. Existe una alternativa algo más sólida: 1 1 . �5!? 1 2 .exd6 ! ( las blancas no temen la descubierta después de la captura en c3 y por lo tanto tienen tiempo de destruir la estructura negra antes de dedicarse a enrocar. 1 2.�c4 ! ? �xc3 1 3 .0-0 d5ao) 1 2 . . . e6 ( 1 2 . . . �xc3? ! 1 3 .dxe7 ! +-) 1 3 .�c4 y ahora se disponen a enrocar 1 3 . . . Wxc3+ ( 1 3 . . . �xc3 1 4 .0-0+-) 1 4.Wxc3 fuc3 1 5 . f5 ! jugada clave para consolidar la ventaja blanca. 1 5 . . . �xd6 ( 1 5 . . . exf5 1 6.�f4± defendiendo el molesto peón de d6) 1 6.fxe6±. ••

Lo más resi stente es 1 4 . . . Wc3 1 5 .�xd7+ wxd7 1 6.Wxb7+ Wc7 ( 1 6 . . .we6 1 Ui:e 1 +-) 1 7 .l;tb 1 ! ± con un final ganador; 1 4 . . . Wxh l ? 1 5 .Wxb7 con mate imparable. I S.Wxb7 ! Wxc2+ 1 6.wg3 Wc3+ 1 7.wh4! �xbS 1 8.WxbS+ wd8 1 9.l;td t ! ! [Una forma muy precisa de rematar en una posJc!On l lena de jugadas atractivas y algunas trampas. Se amenaza l;td6] 1 9 ... f6 [ 1 9 ... wc7 20.l;td3 Wc5 2 l .Wb3+-, seguido de l;tc3] 20.e6 fxgS+ [20 . . . Wc7 2 l .l;tc l !+-] 2 1 .fxgS [No hay ni un jaque] 2 t ...Wc7 22.l;tc t ! a6 23.Wa4 Wb7 24.l;tb l Wa7 2S.l;tb6 l ­ o Partida 19 .02

Bologan,V

1 2.Wxe4 [Ahora la suerte está echa­ da] t 2 Wxc3+ 1 3.wf2 Wxa t (O)

-

Obodch uk,A

Poikovsky 2002

.••

1 4.�bS ! [Forzando los aconteci­ mientos. Menos exacta es 1 4.Wxb7 ®d4ao] 1 4...®b2

l .e4 eS 2.�f3 d6 3.d4 cxd4 4.�xd4 �f6 5.�3 �6 6.�gS e6 (O)

La j ugada más empleada. Las negras evitan los peones doblados de

250

2.$ d6 3.d4 cd4 4.ili4 �6 5.0d �c6

momento, y luego disponen de una amplia elección de planes, que se pueden agrupar en dos vertientes: rey en el centro y rápido contrajuego en el flanco de dama, o bien desarrollo ortodoxo, b2 Il:cS 1 9.Il:a 1 �c6 casi igualdad, pero las blancas tienen posibilidades de valori­ zar su peón de más, debido a sus posi­ bles rupturas en a4 y c4. ...

l l .�xf6 gxf6

255

Ahora, sin haber enrocado, esta captura parece más sana y la entrega de peón es muy poco popular. l l . . . �xf6 1 2.eS ! dxeS 1 3 .®e4 �d7 1 4.�xbS ! axbS 1 5.Il:xd7 ! y con este festival es lógico que la gente no quiera saber nada. I S . . . ®aS ( 1 5 . . . Yilxd7 1 6.®xa8+ ®d8 1 7 .®c6+ Yild7 1 8 .®cS±; I S . . . ®c8 1 6.Il:c7; I S . . . ®b8 1 6.Il:b7 ®c8 1 7.Il:c7) 1 6.Il:b7 o-o 1 7.Il:xbS ®a6 1 8. fxeS+-; Karasev-Aseev, St Petersburg 1 99S. 1 2.e5!

La novedad de Kasparov que dió el primer golpe de aviso a la variante. Como de costumbe Gari completó una partida espectacular y dejó preocupada a la concurrencia. Luego los partidarios de las negras arreglaron un poco la situación, pero . . . 12 d5 ..•

1 2 . . . fxeS 1 3 . fxeS d S (deja líneas más abiertas para el ataque) 1 4.�d3 b4 1 S .�2 aS 1 6 .Il:hfl �d7 1 7 .Il:f3 a4 1 8 .Il:dfl , con un fuerte ataque. Gobvinder--Kaschev, cr. 1 989. 1 3.c;!>bt �b7

Durante algún tiempo la l ínea principal. 13 Hg8 es la otra jugada importante de resistencia. 1 4. f5 fxeS I S .YilxeS �f6 1 6 .®e3 ! (una fuerte novedad que deja la dama en una posición muy activa) 1 6 . . . ®e7 1 7. fxe6 fxe6 1 8.�e2 con dos opciones: A) 1 8 . . .Il:xg2 1 9.�h5+ c;!>f8 ( 1 9 . . .c;!>d8 20.�d5+-) 20.Hhfl parece demasiado •••

256

2.� d6 3.d4 cd4 4.f:xl4 �6 H.'lc3 �)c6

pel igroso. 8) 1 8 ... l::lg5 1 9.l::lh fl �b7? ! 20.�4 ! el mismo golpe que en la part ida principal, y justo un minuto antes de que las negras enrocaran ( ¡ porque no se lo hubieran pensado más de un minuto ! ). 20 . . . d4 (si 20 . . . dxe4? 2 1 .1M'xg5 ! ! es una buena sorpresa) 2 I .ilif6+ IM'xf6 22.Hxd4+-; Komeev­ López, Elgoibar 2000. 13 �d7 1 4.1M'e3 ! (con idea de �5) 14 ... f5 1 5.g4 ! fxg4 1 6.h3 gxh3 1 7.�xh3 con una iniciativa muy fuerte. Xie Jun -Galiamova, Kazan 1 999; 13 b4? ! Sólo fue empleada por el desafortunado "probador" de la nove­ dad e5 ! y tiene la mala suerte de enviar el caballo allí donde Kasparov quería l levarlo. 1 4.�2 a5 I H.'lg3 f5 1 6.�5 ! Hb8 1 7.g4 ! fxg4 1 8. f5; con su habitual energía Kasparov irrumpe en las habi­ taciones de su adversario. 1 8 .. Itg8 1 9.�f6+ �xf6 20.exf6 1M'd6 2 l .�g2; con un ataque demoledor que no ha vuelto a ser puesto a prueba. Kasparov-Hracek, Erevan (ol) 1 996.

23 .a3 l!g6 24.�xe6+ ! l::l x e6 25.\Wg4 27J:1e 1 +­ Éidd6 26.l!xe6 l!xe6 Kasparov-lvanchuk, Francfort 1 998. 1 9.a4! ( 0 )

..•

•.•

1 4.f5! fxe5 1 5.\WxeS �f6 1 6.1M'g3 IM'e7

Todo el mundo había jugado esto, y es normal porque prepara el o-o-o y defiende e6. 1 7.fxe6 fxe6 1 8.�e2 h5

Para evitar �g4. Se había jugado antes la natural 1 8 . . . 0-0-0 pero Kasparov demostró la fuerza del alfil en la diagonal h3-c8 1 9 .�g4 ! h5 20.�h3 h4 2 I .IM'f4 �g7 22.IDte l l::l h6

La sorprendente novedad, cuya clave es la próxima jugada. Recuerdo haber visto esta partida en vivo, y a Osear pensando durante mucho tiempo, sin encontrar solución. 1 9... b4 1 9 d4 Es la única jugada que ha tenido el honor de puntuar hasta ahora. 20.axb5 ! (20.�f3 dxc3 2 I .IM'g6+ IM'f7 22.®xf7+ 1Pxf7 23 .l!d7+ \Pg6 24.�xb7 l!ad8 con igualdad; Kulaots-Kotronias, 20 . . . h4 (20 . . . dxc3? ! Gausdal 2002) 2 I .®g6+ IM' f7 22.1M'xf7+ wxf7 23 .l!d7±; 20 . . . axb5 2 I .�xb5±) 2 1 .1M'g4 dxc3 22.�c4 ! ? (una idea muy emprendedora, pero parece correcta; si 22.1M'g6+ ®f7 23 .®xf7+ 1Pxf7 24.Éid7+ IPg6 25.�d3+ wh6 26.Hxb7 axb5 y las negras puede que logren tablas, pero deben sufii r un •..

2.�/3 d6 3.d4 cd4 4.�14 0.f6 5.0.c3 0.c6

rato. Por ejemplo: 27Jlfl I!af8 28.b3 1Ihg8 29.I!f4;!; I!xg2? 30.I:Ixf6 ! +- ) 2 2 . . . �c8 23 .I:Ihfl :!:i:f8 24.Hfe 1 y ahora en la partida Von Bhar-Barkhagen, Suecia 2003, se jugó 24 . . . e5? y las negras perdieron rapidamente después de 2 5 . ®g6, pero tampoco 24 . . . wf7 25 .�d3 ! :!:i:g8 26.®h5+ wf8 27.Hfl pare­ ce una buena solución. 19 h4!? (es lo mejor) 20.®g6+ ®f7 2 1 .®d3 (2 1 .®xf7+ wxf7 22.axb5 �xc3 23.bxc3 axb5 24.�xb5 �a6 con unas previsibles tablas) 2 1 . . . 0-0 22.�g4. La posición es como mínimo más incó­ moda de conducir para las negras con el rey tan abierto. Kovalev-Supatasvili, León 200 l . 19 ... bxa4 ? ! 20.0.xa4±; 1 9... ®b4?! 20.I!d3 ! .

257

Partida 1 9 .04

Fressinet, L - Bacrot, E Haute Vichy 2000

l .e4 eS 2.0.c3 �6 3.0.f3 d6 4.d4 exd4 5.0.xd4 0.f6 6.�g5 e6 7.®d2 a6 s.o-o0 h6 (0)

.••

Esta es l a sutileza que lleva a las negras por fuerza a un final agonizante. 20 ... dxe4 [20 . . . o-o-o 2 1 .0.xf6 ®xf6 22 .�hfl ®e7 23 .a5±] 2 l .® g6+ ®ti 22.®xti+ wxt7 23.�d7+ wg6 24.I!xb7 [Las negras tienen muchas debilidades, y los alfi les diferentes aquí no son una ayuda] 24 ... a5 25.I!b6 I:Ihe8 26.�b5 �d4?! [Intentando complicar la partida con el peón pasado avanzado. 26 . . . I:Ie7 27 .�c6±] 27.I!d6 �f2 28.�xe8+ I:Ixe8 29.we l ! wrs 30.wd2 I:Ie8 J I .I!fl e3+ 32.wd3 h4 33J:Id7 i>e5 34. g3 hxg3 35.hxg3 I!g8 36J;Ih l �x g3 37.�h5+ i>f6 38.I:Ih6+ wfS 39.:l:i:ti+ i>eS 40.:l:!e7+- i>dS 4 l .Hhxe6 e2+ 42.wxe2 �d4 43.:!:i:a6 �xb2 44.:!:i:xa5+ i>d4 4S.I:If5 �e l 46.�b7 i>e4 47.He7+ i>d4 48.�b5 �a3 49.a5 1 -o

Esta variante alcanzó su maxuna cota de popularidad en las dos últimas décadas del pasado siglo, cuando varios jugadores de elite la incluyeron en su repertorio. Actualmente ha entrado en un periodo de crisis a medida que las blancas han ido encontrando sistemas interesantes de ataque, como por ejem­ plo el que estudiaremos en esta partida. Aunque muy a menudo se convierte en una trasposición a 8 . . . �d7, el sentido particular de esta jugada es jugar 0.xd4, e5 y �e6 para seguir luego con un ataque temático y muy natural al enroque blanco. 8 ...�d7 Ver partidas 1 9.05 y 1 9.06. 8 ... �e7 Es un orden muy poco frecuente, pero perfectamente posible.

258

2.�3 d6 3.d4 cd4 4.frl4 �6 H)c3 fr6

Contra él recomiendo 9.�xf6 ! (es posi­ ble 9 . f3 pero después de 9 . . . �xd4 I O.�xd4 b5 las negras consiguen una versión favorable de la variante 7 . . . a6, 8 . . .fud4 y 9 . . . �e7) 9 . . . gxf6 (9 . . . �xf6 I O.flxc6 bxc6 l l .�xd6 y en este caso las negras no tienen bastante compensación por el peón) I O. f4. En este caso son las b lancas las que consiguen una versión favorable de la estructura típica con los peones doblados en f6 y f7: el alfil se ha s ituado prematuramente en e7. IO . . . �d7 l l .�e2 h5 ( l l . . .b5 1 2.�h5 !;l;) 1 2JThfl b5 (la alternativa es 12 ... �b6 para mantener los caballos pero tam­ bién tras 1 3 .flb3 0-0-0 1 4J!f3 ! ? las blancas tienen buenas perspectivas) 1 3 .fuc6 �c6 1 4.�d3 ®b6 1 5 .rl>b l b4? ! ( 1 5 . . o-o-o parece más sól ida pero las blancas juegan 1 6.�e2 ! y plantean la doble amenaza a4 y fld5 ) 1 6.fle2 d5?! 1 7.exd5 �xd5 l 8. f5 ! La apertura del j uego ha sido prematura y ahora las negras tienen problemas con la posi­ ción de su rey y con las casillas blan­ cas. Psakhis-Przewozn ik, Naleczow 1 980.

9 bxc6 1 O.§a4 •••

Esta es la jugada clave, las blancas atacan el peón de d6, y como no se puede hacer e5, la siguiente jugada negra es obligada. I O. . d5 l l .�e3 ( D) .

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.

C lava el peón d y prepara el paso de la dama a casillas activas frente al enroque negro. Las negras se encuen­ tran ahora ante un importante cruce de caminos.

9.fuc6! ?

Esta jugada, combinada con l a siguiente, e s u n tratamiento bastante original de esta posición, pero parece totalmente justificado por cuestiones de desarrollo y ha cosechado hasta el momento muy buenos resultados. Recomiendo esta variante, pero mi opinión es que después de 9Jie3 las blancas tienen también buenas posibi­ lidades de conseguir ventaja.

Es la jugada más frecuente. Parece lógico desarrollar el alfil, la duda prin­ cipal es si debe hacerse a la casilla más activa, b4. 1 l ... �a5 Desclava el peón y por lo tanto prepara un posible dxe4 seguido de fld5, pero también permite aumentar la presión en c3 por medio de �b4. 1 2 .�e2 ! ; siempre esta j ugada que termina el desarrollo y prepara �g3 :

2.�{3 d6 3.d4 cd4 4.�4 �6 5.fr3 �c6

A) La inmediata 1 2 . . . dxe4 ! ? ha provocado a las blancas, hasta ahora, a entregar un peón, con una compensa­ ción bastante fuerte, pero no del todo clara. 1 3 .®g3 �d5 1 4 .�xd5 ( 1 4.�e5 !? es una alternativa inédita que merece anal izarse) 1 4 . . . cxd5 1 5 .i'b l �d7 1 6. f3 � b 5 1 7 .!!he 1 �xe2 1 8 .l:Ixe2 ®b5 (Newman-Otenwel ler, cr. 2000) y ahora 1 9 .l:Ie3 ! ex f3 20 .lh f3¡¡c¡. B) 1 2 . . .�b4 1 3 .�e5 ! y ahora: B 1 ) De nuevo hay que considerar 1 3 . . . dxe4, pero aquí parece muy fuerte la continuación 1 4.®g3 ! �xc3 1 5 .�c7 ! ? ( 1 5 .�xc3 es suficiente para lograr u n final mejor) 1 5 . . .�xb2+ 1 6.i'xb2 ®b4+ 1 7.i'a l �5 1 8.®xg7 ®f8 1 9.QM4 �d7 20.�g3±; Ponomariov-Bu, Lausana 200 l . Y a pesar del peón de ventaja, las negras están en serias di ficultades, porque su rey no tiene refugio seguro y el alfil de casi llas negras de las blancas domina el tablero. B2) 1 3 . . . �c3 1 4 .�xc3 ®xa2 1 5.�d3 ( preparando la fuerte amenaza ®g3, lo que pone de man i fiesto la vulnerabi l i­ dad de las negras por las casillas de su color) 1 5 . . . dxe4 1 6. ®g3 ! , aún así; 1 6 ... exd3 1 7.®xg7 f!:g8 1 8.Wxf6 d2+ 1 9.i'xd2 ®d5+ 20.i'c l Wg5+ 2 1 .®xg5 hxg5 22.�6 �b7 23.h4±; Balasov­ Makarov, Rusia 2000. 1 t . �b4 En un principio más activo que la variante principal, pero si la amenaza a la casilla e4 no es real, entonces no sirve para mucho. 1 2 .a3 ! (esta jugada me parece lógica y fuerza los acontecimientos, aunque también es prometedora 1 2.�e2 ! ? puesto que la mejor continuación de las negras, 1 2 . . . ®a5 traspone a l l . . .®a5 ) ..

259

A) 1 2 . . . �xc3 E s critico, pero las negras necesitan una mejora en esta l ínea: 1 3 .Wxc3 �xe4 1 4.®xg7 Wf6 1 5 .®xf6 �xf6 y las blancas tienen la pareja de alfiles y una estrucura más flexible a cambio de muy poca cosa, en concreto de un centro difici l de poner en marcha. 1 6.�e5 !±. 8 ) 12 ... �a5 Desde aquí el a l fi l puede pasar a c7 presionando el futuro peón blanco en eS, pero el enroque negro queda peligrosamente solitario. 1 3 .�e2 ! (prepara ®g3 ) 1 3 . . . 0-0 ( S i 1 3 . . . �b7 1 4.®g3±) 1 4.e5 � 7 1 5 .®g3 �c7 1 6.Wb l ! (evitando f6) 1 6 . . . �b8 (De la Paz-Martínez, San Juan de las Y eras 2000) Esta posición se ha dado en una sola partida que se ha resuelto con ven­ taja negra, pero la acumulación de pie­ zas negras no es muy airosa. las blan­ cas deben estar mejor, por ejemplo: 1 7.�d3 ( 1 7J;i:he l ? ! f6 ! 1 8 .�xh6 We7¡¡c¡; 1 7.h4!?) 1 7 . . . f6? ! 1 8.®g6 con ataque. C) 1 2 . . . �e7 Alcanzando una posi­ ción similar a la de la partida principal. 1 3 .�e2 (de nuevo prepara Wg3 ) 1 3 . . . 00 1 4.®g3 i'h8 1 5 .�e5 ( 1 5 .e5 ! ? ) 1 5 . . . �d7 1 6.exd5 cxd5 1 7 .l:Id4 �e8 1 8.�d3 :fl:c8 1 9 .f!:e 1 las blancas apun­ tan al enroque negro con todas sus piezas, aunque de un modo que parece algo artificial. 1 9 . . .f!:xc3?! ( 1 9 . . . ®a5oo) 20.bxc3 �xa3+ 2 1 .wd l �e7 22 .He3 (siguen pasando las piezas) 22 . . . ®b6 23 .f!:g4 Il:g8 24.f!:g6 (24.Wf4 ! ) 24 . . . �f6 25 .f!:xf6 gxf6 26.Wh4 l:Ig7 27.Wxh6+ i'g8 28JTh3+-; Fedorchuk- Vuckovic, Wch U20 Calicut 1 998. 1 2.�e2 0-0

260

La opción de dar refugio al rey para luego poder actuar libremente con sus peones centrales o en el flanco de dama es respetable, pero tiene el inconve­ niente de pennitir un ataque directo al enroque. Otra alternativa es 1 2 . . . �b7 1 3 .®g3 la jugada clave de la variante 1 3 . . . g6 1 4.b l ! fJd7 1 9.g6± Butunoi-Dumitrescu, Rumania 2000 y una vez más el refugio del rey negro queda destrozado) 1 5 .hxg5 hxg5 1 6.e5 ! fue5 1 7.�xg5 {j;_e7 ( 1 7 . . .fJfd7 1 8.®e2 con ataque; Kolev-Iglesias, Cataluña 2000) 1 8 J;lde 1 y parece imposible detener el ataque blanco ( Becerra­ Muñoz, Guayaquil 200 1 ). Por ejemplo: 1 8 ... fJc4 ( 1 8 ... fJed7 1 9.{j;_eJ ! , seguida de g5-g6) 1 9.®e2, seguida de fJe6. B) 1 3 ... g5 No es mejor por 1 4.{j;_g2 (amenazando hxg5) 1 4 . . . gxh4 1 5 Jixh4 dxe4 ( 1 5 . . .fue4 1 6. fxe4 ®xh4 1 7.exd5 exd5 1 8 .{j;_xd5 ! {j;_xd5 1 9.fJf5+-) 1 6.g5 fJd5 1 7.I:rxe4 ( Kasparov-Van Wely, Wij k aan Zee 2000) y a pesar de lo complej ísimo de la posición todo parece indicar que Kasparov la tenía perfectamente controlada, porque ha sido capaz de refutar todas las pro­ puestas de las negras. Por ejemplo: 1 7 ... ®a5 1 8.fue6! fxe6 1 9J:'lxe6+ wt7 20.®d3 ! ! l!>xe6 2 1 .®e4+ fJe5 22.{j;_hJ+ wd6 23 .�c5+ ®xc5 24.fJxc5 l!>xc5 25 .�e6+-. 1 3.b3 fJcS

Y las negras no han logrado resolver los problemas creados por la amenaza g5-g6; veamos sus intentos: A) 1 3 ... ®a5 1 4.b3 g5 ( no hay otra fonna de detener al peón g blanco;

De nuevo lo más crítico. Parece que las blancas tienen problemas por la indefensión de su peón de a2, pero con un esfuerzo supremo, logran ganar un peón y mantener la iniciativa. aunque sea al enonne coste de debilitar grave­ mente el enroque. 13 ... dS 1 4.�h3 ! Trasponiendo al comentario a la jugada anterior. 13 eS Se ha probado poco, pero parece abrir l íneas para el ataque rival. ...

2.�/3 d6 3.d4 cd4 4.fJt/4 �(6 5.�·3 e6 Variante Scheveningen

296

1 4.�f5 d5 1 5 .exd5 �xd5 1 6.�g2 y está claro que el blanco l leva la iniciativa. 13 .. �e7 ! ? Interesante, a pesar de que parece lenta, es un sutil intento de mejorar la posición y dejar definirse a las blancas, que de momento no ha sido claramente refutado, y puede ser una vía alternativa a la hiperanalizada �5. A) 1 4.�h3 g5 ! 1 5 .�g2 �g8 con una posición poco clara. 8 ) 1 4.wb l �c5 1 5 .a3 ( 1 5 .�b2? �fxe4-+) 1 5 ... �xa4 1 6 .axb4 I!!Jc 7 1 7.bxa4 d5 1 8.e5 �7 1 9. f4 �b6 con compensación; Constantini-Arlandi, Ital ia 200 l . Se hace evidente que la j ugada 1 3 ...«;ie7 es más úti l, o mejor dicho menos perjudicial, que wb l . C) 1 4.�h3 ! ? (D) .

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Me inclino por esta jugada, de una oscura partida por e-ma i l , siendo consciente de que la corriente teórica puede salir por cualquier lado y debido a que las otras continuaciones no me convencen. Veamos: 1 4 ... �c8 ( 1 4 ... �c5 ? ! 1 5 .a3 ! y la torre en h3 está muy bien; 14 ... 0-Q-0? !

1 5 .g5 �h5 1 6.g6 ! ± ) 1 5 .g5 �g8 ( 1 5 . . .�5 1 6.\i?b l y las blancas están preparadas para responder a 1 6 . . .�5 con 1 7.�b2 momento en que pueden reanudar su ofensiva y el rey negro parece en más peligro) 1 6.a3 d5 1 7.Wb l �d8?! (no resuelve nada pero lo cierto es que no se ve una alternativa atracti­ va para las negras) 1 8.g6 ! y el rey negro sufrirá el ataque de las piezas blancas. Pugh-Jankowiz, e-mail 2000. 1 4.a3

Sólo esta jugada, que gana un peón, puede justificar el j uego anterior de las blancas. 1 4 ...�xa4 14 ... �c8 Una jugada cuyo primer ejemplo data del año 2000, se ha convertido en una alternativa impor­ tante, y ha crecido en popularidad muy deprisa. 1 5 .1/!Jxb4 I/!Jc7 ( 1 5 . . . 1/!Jxb4 1 6.axb4 fua4 1 7.bxa4 d5 1 8.b5 «;ia3+ 1 9.\i?b l dxe4 20.bxa6 �a8 2 l .g5 �5 22 .«;id2 e3 23 .«;ia5 wf8 24 .�b5 Zivkovic-Jardelholm, cr. (ol) 2000. La posición es muy complej a pero se siente que los desordenados peones blancos del flanco de dama son más peligrosos) 1 6.�xc5 dxc5 1 7.1/!Ja4+ �7 1 8.�2 con varias posibil idades: A) 1 8 . . . «;ic6 1 9.1/!Jxa6 �8 20.1/!Jc4 �xa3 (Gu Xiaobing-Sergeeva M undial Sub20 200 1 ). La posición es complica­ da pero parece que las negras no tienen suficientes fuerzas para crear proble­ mas al rey blanco; 2 I .wb2 ! I!!Ja 5 (2 1 . . .1/!Ja7 22.�3 �b6? ! 23 .1/!Jd3 «;ie7

2.Y:j3 d6 3. d4 cd4 4.fX14 �}6 5.flc3 e6 Variante Scheveningen

24.�xc5+-) 22.®c3 :!!a2+ 23 .1Yb l ®a7 24.� 1 ±. B) 1 8 . . . c4 1 9.�f4 ®c6 20.1Yb2 ®xa4 (20 . . . cxb3 2 l .®xc6 :!! x c6 22 .cxb3±) 2 l .bxa4 {j¿e7 22.(jie3 (me gusta más esta jugada de Timoschenko aunque la par­ tida: 22.�c3 {jif6 23 .(jie2 �b6 24.e5 �e7 25 .a5 �5 26.(jid2cc; Anand-Kasparov, Rusia 2002 no es del todo satisfactoria para las negras) 22 . . .fr5 2H Xi4 0-0 24.�e2 :!! fd8 25.g5. Aquí se firmaron las tablas, pero en mi opinión las blan­ cas reunen varias pequeñas ventajas, aunque su ultima jugada podía haberse sustituido por 25 .1Ya2, con idea de :!!b l Timoschenko-Maksimenko, Halkidiki 2002 . I S.axb4 ®c7 1 6.bxa4 (D)

1 6 d5 ..•

El golpe en el centro es lo lógico. En su lugar sólo se han probado: 1 6 . �7!? No sólo l leva el caballo al flanco de dama, sino que prepara d5, sin tener que permitir el cierre del centro con e5. Hasta ahora no hay una clara refutación, pero los j ugadores más fuertes la han evitado. 1 7 .�b3 Hasta ahora parece la mejor jugada. Las piezas blancas se van agrupando cerca del rey para minimizar las debil idades. ( 1 7 .a5 d5cc; 1 7 .�h3 apuntando directa y salvajemente al punto e6, pero parece fallar por 1 7 . . . d5 1 8.g5 ®c4 1 9 .g6 �xb4 20.gxf7+ 19e7 ! 2 l .�g5+ hxg5 22.®xg5+ �f6! y las negras pueden defenderse) 1 7 . . . d5 1 8 .1Yb2 :!!c 8 ( 1 8 . . . dxe4 1 9.f4 con una posicion muy complej a, pero las blancas pueden tener mejor final, ®c3 está en el programa, ataque con g5 y más desarrollo) 1 9 .c3 ( la inmediata 1 9.exd5 ! ? parece más lógica pero se encuentra con 1 9 . . . �xb4 ! 20.®xb4 ®xc2+ 2 1 .19a3 ®xd l cc y es necesario un profundo anál isis) 1 9 . . . {jie7 20.exd5 (jixd5 2 J .{jixa6; C ioara-Vorobiov, Pardubice 200 l . Las blancas tendrán que superar muchas compl icaciones pero sus ventajas materiales parecen decisivas. 16 e5? ! Tiene cierta lógica, porque es deseable jugar d5 sin pennitir e5, pero de momento esa forma de abrir el centro expone más al rey de las negras. 1 7. �b3 ! (aquí el caballo defiende y puede saltar a importantes cas i l las como a5 y c5, puesto que las negras van a jugar d5) 1 7 . . . d5 1 8.exd5 :!!d 8 ( 1 8 . . . �xd5 1 9.�5 �xc5 20.(jixc5 (jixD .

.

...

Es una situación extremadamente tensa e importante para valorar la variante. El enroque blanco es muy débil, pero tienen un peón de más y pueden atacar el rey negro en el centro. La disputa analítica segu irá algún tiempo.

297

298

2.�3 d6 3.d4 cd4 4.�4 f:/6 5.�·3 e6 Variallfe Scheveningen

2 1 .�g2 �xd l 22Jhd l ± y Jos alfiles blancos cortan el tablero. Mastrovasilis -Smirnov, Patras 200 1 ) 19 .:fíe 1 ! fud5 20.�c5 ! (el punto fuerte en c 5 . Defiende al rey blanco y el negro n o va a encontrar refugio ni en el centro ni en el flanco de rey) 20 . . . �xc5 2 J .fuc5 o­ o 22.g5, con un ataque muy fuerte. Alvarez-Siefring, cr. 2000. 1 7.e5

Lógicamente las blancas cierran el centro y refuerzan el punto fuerte de su caballo en d4. 1 7 fld7 [ 1 7 . . . ®xe5? 1 8 .�f4+-] 1 8.f4 [Ahora la amenaza f5 está pendiente y es dificil decidir que rey está más inseguro] 1 8 flb6 •••

•••

E l caballo negro tantea las dos debilidades blancas. Naturalmente las blancas querrían j ugar 1 9.b3, pero como no sea que el rival se levante a pasear y sea muy despistao... Se ha probado también 1 8 . . . a5 ( pero no parece lógico dejar el control de la casi lla b5) 1 9.bxa5 !;;!;; ( 1 9.flb5 ®d8 ! ?oo) 1 9 . . . fua5? 20.flb5 ®d8 2 1 .®c3+-.

1 9 flxa4 ...

Es dificil elegir entre esta jugada que recupera el peón pero escora demasiado el caballo o la muy natural 1 9 . . .flc4 !'?, teniendo esta ultima como "desventaja" que ya ha sido empleada frente a Kasparov. 20.®c3 :ftc8 2 1 .�d2 �e7 (2 l . . .fud2 22.®xd2 ®b6?! 23 .a5 y las negras no pueden tomar en b4, por "culpa" de la torre de h3) 22.�e l Las blancas han consolidado, dentro de lo posible, su flanco de dama y si las negras enrocan, están en condiciones de abrir brecha. 22 . . . :ftb8 ( lógico para apuntar a b4, pero afloja el control de c4; 22 . . . ®d7 ! ? 23.®b3 0-0) 23.f5 �c8 24.�xc4 dxc4 25 .®f3 ! �d7 (única para renovar la amenaza en b4) 26.fxe6 fxe6 27.g5 hxg5 28.hxg5 :fíxh3 29 .®xh3 ® xe5 30. ® h5+ wf8 3 l .flf3 ® e3+ ( Kasparov-Topalov, Wij k aan Zee 200 1 ). Y ahora Jos análisis de Kasparov en el lnforrnator 82 indican que debió jugar 32.�d2 ! con ventaja en las dos variantes críticas 32 . . . ®a3+ 3 3 .1Yb l :ftxb4! (33 . . . �d6? 34.®h8+ 1Yf7 35.g6+ Wf6 3 6.�g5+ Wxg6 3 7.flh4+-) 34.�xb4 ®xb4+ 3 5 .Wc 1 ®a3+ 36 .1Yd2 ®b2 37.®h8+ wf7 38.We3 �c6?! 39.®h5+ IYg8 40.g6+-.

1 9.:fíh3 ! 20.�12 :fíeS 2 1 .�e 1

Esta es la jugada que recomiendo, aunque el mayor caudal teórico se ha desgastado en el análisis hasta la saciedad de 1 9. f5 que parece conducir a tablas. Desde h3 la torre puede pasar al flanco de dama, colaborando en la defensa y en el ataque.

Reforzando el control de las casi l las c3 y b4. Se ha analizado 2 l .b5 flc3? ! 22.:ftxc3 ®xc3 23.®xc3 :ftxc3 24.bxa6 �a8 una posición donde las blancas seguramente están mejor después de 25 .�b5+ Wd8 26.f5 pero, ¿que se puede contestar a 2 1 . . .flc5'?.

2.�3 d6 3.d4 cd4 4.fJd4 �}6 5.�·3 e6 Variante Scheveningen

2 1 . �b6 ( D) •.

Esta jugada se ha cali ficado de dudosa, pero de momento las otras me parecen peores: 2 1 . Iib8 22.Iia3 ! ®d7 2 3 . f5 con una clara iniciativa. 2 1 . �e7 22.'Mid3 (22.a:a3 !?) 22 . . .�b6 23 .g5 �c4 24.g6 Pecha-Mil ler cr. 200 1 de nuevo con iniciativa blanca. 2 1 ...h5 22.f5 hxg4 23 .a:a3 �b6 24. fxe6±; Libiszewski­ Arlandi, Pula 2003 . ••

.•

22.a:a3

Las blancas siguen con la idea temática de activar la torre contra el peón débil de a6, aunque en este momento tenían una alternativa más activa que tanto Bologan como otros comentaristas han valorado como la mejor j ugada, pero que está muy escasa de experiencias prácticas. 22.f5 ! ? Esta es la propuesta, la presión sobre el peón e6 crea problemas a las negras, que en la única partida conoc ida, optaron por el

299

contraj uego 22 . . .�c4 (22 . . . ®xe5 ? ! 23 . fxe6 fxe6'? 24.a:e3+-; 2 2 . . . ®d7?! 23 .fxe6 fxe6 24.®d3±) 23 .�xc4 ®xc4 24.fxe6 fxe6 y ahora: A) 25 .'Mid3 'Mixd3 26.Iidxd3;l;, puede ser un intento de explotar la pasividad del alfil de b7. B) Pero la jugada más sutil parece ser: 25 .];tf3 ! ?, esperando antes de tomar en e6. La única buena respuesta es: 25 . . . �e7 ! ( S i 25 . . . wd7? 26.'Mif4+-; 25 . . . 'Mia2? ! 26.1M'd3±; 25 . . . a:c7? 26.�xe6) 26.1M'd3 (26.wb2 wd7 27.a:f7 a:hg8 28 .g5 también da cierta iniciativa) 26 . . . Wxd3 27.a:dxd3 Wd7 28.Iif7 g5 29.];tdf3 y desde luego las negras tienen algunos problemas, aunque en todas estas variantes la posición es bastante com­ pleja. C ) 25 .�xe6?! ®xg4 26 .�f4 Iic4 27.�xd5 ! Wxh3 28.e6 �xd5 29.®xd5 Wa3+ 30.wb 1 a:xb4+, con igualdad. Kim-Essen, Peñíscola 2002.

Pelletier prefirió 22 . . . �e7 pero des­ pués de 23 .Wb l 0-0 24.g5 h5 25 .g6 �4 26.�xc4 dxc4 27.gxf7+ Iixf7 28.fue6 ®b6 ( Bologan-Pel letier, B iel 1 999), pudo quedarse peor tras 29.�g5 ! Iid8 30.We2 �xg5 3 l .hxg5 fuf4 32.fud8 ®xd8 33 .®xh5±. 23.�xc4 dxc4

No me gusta la captura de peón. 23 ... ®xc4 24.h5 �e7 25 .Wb2. Se ha valorado como ligera ventaja blanca, pero no estoy seguro.

300

2. �}3 d6 3.d4 cd4 4.�4 f:/'6 5.flc3 e6 Variante Scheveningen

24.®e2 [24.c3 ! Aquí si estoy de acuerdo con la valoración de Pel letier de ligera ventaja] 24 ®b6 2S.c3 �dS 26.®c2!± ..•

A pesar de la complej idad que todavía mantiene la posición, las blancas han conseguido mucho. Un fuerte caballo en d4 y juego por la columna a. El resto de la partida lo damos con los comentarios de Bologan en Informator. 26...l:!a8 27.fS [27.®a4+ 1Pd8 28.�t2 ®b7 29.f5 wc7±] 27... ®b7 28.Wa4+ ®d7 29.fxe6 Wxa4 [29 . . . fxe6 30.�e6 ! ®xa4 3 1 .�7 wd7 32.l:!xd5 wxc7 33 .l:!xa4+-]

30.exf7+ Wxf7 3 1 .l:!xa4 �e7 32.l:!aS l:!hd8 33.�g3 �b7 34.l:!fl + wg8 3S.�fS l1e8 36.e6 !+- �f6 37.�d6 l:!xe6! [37 . . . l:!e7 3 8 .wc2] 38.�xb7 �xc3 39.HcS l:!b6 40.l:!xc4 �xb4 4 1 .Hc7 HeS 42.Hf3 He4 43.�8 Hxg4 44.flf7 Hb8 4S.fleS l:!e4 46.Hff7 �f8 47 .hS �a4 48.Hfd7 [48.�g6 �a l + 49.'i9d2 Ha2+ 50.\Pe3 Ha3+ 5 1 .wt2 �xg3 52J:Ixf8+ Hxf8+ 5 3 .wxg3 ] 48 � a2 49.�f4?? [49.�c2 �a3+ 50.wd2 �b4+ 5 l .Wd l �xc2 52.wxc2+-] 49 ... �a3+ SO.Wd l l:!b l + S l .�c l Hxc l + S2.Ibc l �xc l S3.l:!d8+ wh7 S4.�6 �d2+! SS.Hxd2 �xd2 S6.wxd2 wg8 S7.�es Wf8 S8.we3 aS S9.flc4 g6 60.hxg6 wg7 Y:-Y: •••

Estadística:

La variante Scheveningen, considerando como tales las variantes incluidas como 880 en la ECO, sobre 36.000 partidas logra un porcentaje del 46% para las negras, uno de los peores entre las variantes más "serias" de la Siciliana. Reduciéndonos a las variantes del Ataque Inglés con e6 de las negras las blancas consiguen sobre 7600 partidas un porcentaje del 5 5%, no tan avasallador como se podría esperar por su popularidad creciente. La variante actualmente de moda como principal l l .h4 b4 1 2.fla4 si logra un avasallador 68% que debe ser con­ tenido, si las negras quieren seguir jugando esa línea. Esquema Resumen: t .e4 eS 2.�f3 d6 3.d4 cd4 4.�4 �f6 S.flc3 e6 6.�e3

- 6 . . .fr6 (Sin a6) Muy sólida, aunque algo pasiva 't/= - 6 . . . a6 7.f3 Wc7 (con sus trasposiciones) El contrajuego es lento. Cómodo para las blancas ;t - 6 . . . a6 7.f3 �e7 (con sus trasposiciones) Lo mismo que la anterior ;t 6 ... a6 7.f3 flc6 8.®d2 con las siguientes posibilidades:

- 8 ... d5 Sólida, pero pasiva ;t - 8 . . . �e7 9.0-0-0 d5 Pasiva y algo incorrecta ;t

2.f:j3 d6 3.d4 cd4 4.fx/4 �/6 5.�c3 e6 Variante Scheveningen

30 1

- 8 ... �e7 9.0-o-o 0-0 9.g4 Hb8 Poco flexible ;!; - 8 . . .�e7 9.0-0-0 Q-0 9.g4 �7 Compleja, pero la iniciativa blanca parece más fuerte ;!; - 8 . . . �e7 9.Q-O-O 0-0 9.g4 �4 Una de las variantes principales, pero de momento las blancas plantean muchos problemas a las negras ;!; 6 ... a6 7.0 bS 8.g4 y ahora:

- 8 ... b4 Emprendedora y compleja. Queda terreno por investigar ;!;/= - 8 .. �fd7 Muy interesante, pero en este momento las negras tienen que encontrar mejoras ;!; - 8 . . . �b7 Normalmente traspone excepto en 9.®d2 ®aS ! ? Muy interesante y poco investigada ;!; .

6 ... a6 7.0 bS 8.g4 h6 9.®d2 La l ínea principal y ahora:

- 9 . . . �b7 Orden incorrecto, el ataque blanco es muy fuerte ;!; - 9 . . b4 Similar a 8 . . . b4 aunque menos flexible ;!; .

9 �bd7 1 0.9-0-0 �b7 1 1 .h4 y ahora: .•.

- 1 1 ... �5 Peligrosa, el ataque blanco es muy fuerte ± - l l . . . ®a5 Más peligrosa que la anterior ± - l l . . .�b6 Ingeniosa nueva idea pero el ataque blanco sigue sendo peligroso ± - l l . . . Hc8 Simi lar a las anteriores ± - l l . ..b4 1 2.�4 d5 Reacción lógica y muy complicada, pero las negras parecen estar en peligro ± 1 1 b4 1 2.�4 ®aS 1 3.b3 .••

- 1 3 . . . �e7 ! ? Una interesante idea poco analizada y sólida ;!;/= - 1 3 . . . e5? ! Provoca una apertura del juego muy peligrosa ± 1 3 ... �5 1 4.a3 con las siguientes posibilidades:

- 14 . . . Hc8 Sólida y compleja, con terreno para mejorar ;!; - 1 4 . . .�4 1 5 .ab4 ®c7 1 6.ba4 �7 Sana, ambiciosa y aún poco investigada ;!;/= - 1 4 . . .�4 1 5 .ab4 ®c7 1 6.ba4 d5 Lo principal. Hiper-analizado y todavía muy complejo pero dificil para la negras ;!;

CAPÍTULO 2 1 1.e4 eS 2.lilf3 d6 3.d4 cd4 4.lild4 lilf6 5.lilc3 a6 Variante Najdoñ

Valoración *****

.!. � .t. if • .t. .!. i i i i i i �

pasado de una variante marginal hasta los años 1 980, a convertirse en la variante principal. Esta nueva situación sign ifica que el desarrollo teórico se ha acelerado, y es necesario estar al corriente de las últimas aportaciones teóricas, sobre todo en los torneos de elite. Lo que no ha perdido este sistema de ataque es su facilidad estratégica, que representa para las blancas un cierto "plus" a la hora de cosechar resultados. Historia

La variante Najdorf es reconocida como la línea más importante de la Sicil iana, y su gran mérito es haberse mantenido en esa consideración duran­ te unas cuantas décadas. ¿Podemos señalar las causas?. Sin duda el hecho de su viabilidad teórica es una de ellas, pero otra es su capacidad, por lo visto inagotable, para llevar a posiciones con enorme contenido táctico y estratégico, que garantizan la lucha y la posibilidad de jugar a ganar con las piezas negras. Nuestra recomendación contra la Najdorf es el habitual esquema a base de t1 , �e3 y el enroque largo, que ha

La jugada 5 . . . a6 debía parecer muy pasiva a los jugadores del siglo XIX, puesto que al contrario de la mayoría de las variantes de la Siciliana, no encon­ tramos partidas de ninguno de los pre­ cursores como Paulsen o Anderssen. La primera partida que aparece en mi base de datos es una entre Yates­ Tartakower de Budapest 1 926, pero Tartakower juega enseguida g6, pasando a posiciones típicas del Dragón, mucho más apreciado en aquel momento. Después tenemos partidas de los holandeses Van den Bosch y Notebom, en las cuales las ideas de un rápido b5, e incluso e5, ya están pre­ sentes. De aquí debió pasar a los juga-

2.� d6 3.d4 cd4 4.f:Jt/4 f:!f6 5.fr3 a6 Variante Najdmj"

dores checos, sobre todo Opocensky, que insistió en el esquema con e5 del negro. En los años 40 por fin el fla­ mante argentino M iguel Najdorf comienza a usarla de manera regular, a obtener buenos resultados y, con su apabullante carácter, a contagiar a sus compatriotas y a algunos otros jugado­ res. Es curioso que la escuela soviética (a pesar de algunas experiencias de Kotov y Alatortsev), en un primer momento se posicione en el bando de las blancas. Sus mejores representantes desarrol laron el temible ataque 6.\UgS , que durante varias décadas fue el azote de la Najdorf. Pero el ascenso definiti­ vo al estatus de variante principal de la Sicil iana, que todavía disfruta, se pro­ duce gracias a la adopción por parte de Fischer, que hace de ella su arma prin­ cipal contra el peón de rey. El temido ataque 6.\Ug5 tiene que enfrentarse a un sinfin de nuevos desarrollos, pero sobre todo se atasca frente a la audaz varian­ te del peón envenenado, en la cual las negras capturan con descaro el peón de b2 perdiendo varios tiempos con su dama. Desde el punto de vista de las negras, la elección por parte de Kasparov, mantiene a la Najdorf en la cresta de la ola, sin olvidar el apoyo de todo un rosario de jugadores de la elite como Polgar, Topalov, l vanchuk, Anand y en resumen, casi todos. Desde el punto de vista de las blan­ cas, el hecho más importante es el ascenso en los últimos 20 años, de una oscura variante como 6.\Ue3 (o 6.f3, que tanto da), hasta convertirse en la l ínea más apreciada, no sólo por la mayoría

303

de aficionados, sino por los mismos jugadores que hemos citado antes. La importante labor pionera de Nunn, Short, Adams o Chandler ha hecho que todo el sistema lleve el nombre del Ataque Inglés, aunque ahora lo juega todo el mundo. Ideas

La idea original de la jugada a6 es controlar la casi lla b5, lo que permite un posible e5, disputando el centro en aceptables condiciones y un futuro b5 comenzando el c lásico ataque de minorías, típico de la siciliana. Lo que no podrían adiv inar sus primeros practicantes es que esas simples ideas iban a tener tan largo recorrido y ser durante muchas décadas la base de planes de contrajuego para los mejores jugadores del mundo. En el esquema que proponemos para las blancas, las ideas más frecuen­ tes se parecen a las de otros capítulos, pero con algunos detal les característi­ cos. La existencia de la casilla d5 débi l hace que muy a menudo las blancas no aceleren tanto su ataque al enroque corto, si no que se concentren en controlar el flanco de dama. Esto suce­ de, sobre todo, en las posiciones en que se transforma la estructura de peones, al cambiarse el caballo blanco situado en d5, y tomar el primer jugador con el peón. Las negras han desarrollado algunos esquemas (sobre todo h5) que pueden recibir una respuesta diferente a la habitual, en forma de enroque corto combinado con la j ugada a4. S i n embargo, l a s carreras d e ataques a los

304

2.�3 d6 3.d4 cd4 4.��14 fY6 5.fx:3 ar6 Variante Najdm.f

enroques opuestos. aunque muy poco frecuentes entre jugadores experimen­ tados. están en la base del pensamiento de ambos bandos en todo momento. Pa rtida 2 1 . 0 1 Leko, P - Kasparov,G

Linares 2000 l .e4 eS 2.�0 d6 3.d4 cxd4 4.�xd4 �f6 5.�3 a6 6.�e3 (O)

E � .t tv • .t

E

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Esta es la posición que vamos a estudiar en este capítulo. El plan de las blancas ya es famil iar: se defiende el punto c4 con f3, se enroca largo y tonnenta de peones en el flanco de rey. Los detal les exactos pueden variar en cada momento. Por ejemplo en esta misma jugada las blancas pueden evitar la molesta variante 6 . . .�g4 jugando primero 6.f3. En mi opinión esta juga­ da y la estudiada en este libro son de similar fuerza. y se pueden uti lizar dependiendo del adversario y del momento teórico concreto. Mi elección de 6.�e3 para este libro

no ha sido fácil, pero finalmente han pesado las siguientes circunstancias: 1 ) La variante 6 ... �g4 sigue siendo molesta pe:ro está seriamente atacada por la nueva idea. I O.h3 . 2) Contra 6.f3, las variantes 6 . . . ®b6 y 6 . . . b5 me: parecen bastante sanas. 3) Además quería presentar a los lectores un tratamiento complementa­ rio al de mi anterior libro, "El Ataque Inglés" .

En esta partida vamos a estudiar las continuaciones diferentes a 6 . . . e5 y 6 . . . e6 y es lógico tomar el salto de caballo como la variante principal, puesto que su interés sobrepasa en mucho al de todas las demás jugadas. Demos un vistazo a las alternativas. alguna de las cuales tiene cierto interés: 6 ... ®c7 Es una idea muy respetable que se basa en preparar b5 , que direc­ tamente tiene algunos problemas como veremos, y ahorrarse la jugada e6. Naturalmente las blancas pueden seguir los esquemas habituales, pero en mi opinión en este caso lo más correcto es cambiar de idea. 7.a4 Tratando de aprovechar el hueco de b6, y conside­ rando que la jugada de dama no es muy útil contra ese plan. 7 . . .fr6 (7 . . . b6 es la otra fonna de impedir a5 . Me parece que después de 8.�e2 �b7 9.f3 las blancas están un poco mejor y van a ejercer una presión duradera, pero nos faltan ejemplos prácticos. 7 . . .�bd7? ! pennite 8.a5±) 8.�b3 (8.�e2 ! ? espe­ rando antes de retirar el caballo y amenazar a5 puede ser lo más exacto)

2.� d6 3.d4 cd4 4.�4 �f6 5.�·3 a6 Variante Najdm:f"

8 ... �b4 ! ? (es lo más crítico, especular con la"amenaza" �4 y controlar dS. Si 8 . . . �e6 9 .�dS ! �xdS l O.exdS �aS I I .IJ!Jd3 con c lara ventaja; Ghinda­ Gtunfeld, Malta 1 980) y ahora: A) En mi opinión las negras tienen un camino claro a la igualdad después de 9. t3 ! ? por ejemplo: 9 . . . dS (9 . . . b6 J O.aS !±; 9 . . . eS J O.aS;t) J O.exdS �fS ( I O . . . IJ/Jes 1 J .wf2 �bxdS 1 2.fudS fudS 1 3 .�d4 IJ/Jc7 1 4.�d3;t) 1 1 .�4 �g6 con clara compensación. 8) 9.aS ! ? fue4 ! (única por otro lado) I O.�xe4 �xc2+ 1 J .wd2 �xa l 1 2.1J/Jxa l dS (las negras disponen de toda otra serie de jugadas interesantes: 1 2 ... eS ; 12 . . . �fS ) 1 3 .�cS eS 1 4.1J/Ja4+ �d7 1 S .fud7 1J/Jxd7 1 6.1J/Jxd7. El cambio de damas tranquil iza al rey blanco incómodo en d2, pero ahora Jos peones negros centrales plantean muchos pro­ blemas. Con todo, prefiero la posición blanca, puesto que su pareja de alfiles va a desplegar una gran actividad. 1 6 . . . wxd?;t; Short-Amason, Esbjerg 1 98S. 6 b5? ! Lógica, pero prematura por motivos tácticos: 7.a4! b4 (7 . . . eS 8.�b3 b4 9.�S ±; 7 . . . bxa4 8.l';Ixa4± deja una debilidad eterna en a6) 8.�S y aquí : A ) 8 . . . �xdS 9.exdS �b7 J O.�c4 1J/Jc7 1 J .�b3 �d7 1 2 .0-0 �b6 (pero las blancas mantienen un claro dominio) 1 3 J:i:e l ( 1 3.�fS±) 1 3 ... fudS 1 4.�dS �xdS J S .�bS axbS 1 6.1J/JxdS l1b8 1 7.axbS+- Tseitlin-Durbán, Benasque op 1 993 . 8) 8 . . .fue4? ! (la captura del peón es visualmente sospechosa y l leva al desastre) 9.�bS ! �b7 1 o.�bc7+ liid 7 1 J .fua8 1 -0; Edwards-Berzanskis, cr. . . .

305

1 988. 6 �bd7 Es otro intento de preparar bS e iniciar el contrajuego ahorrándose la jugada e6. 7.g4 ! Este es el inconve­ niente, ahora el cabal lo de d7 elimina la retirada natural a su colega. 7 . . . dS ! ? (7 . . . h 6 e s l a otra jugada lógica 8 .llg l g6 9.h4 con iniciativa. Varga- Tate, Budapest 1 997) 8.�b3 ! (amenazando el peón dS. Si 8.exdS �Soo) 8 . . .�xe4 (8 . . . dxe4 9.gS±; 8 . . . hS ! ? 9.gS �g4 1 O.g6!±; De la Paz-Góngora, Santa Clara 2000) 9 .�xdS �d6 (9 . . . e6 I O.�b6 ! ± ) I O.IJ!Je2 e6 1 J .�f4 �b6 1 2 .�xb6 IJ/Jxb6 1 3 . 0-0-0±; Sax­ Radulov, Baile Herculane zt 1 982. 6 �6 Otra jugada poco frecuente, pero muy lógica y sobre todo, más flexible que las anteriores. Las negras se reservan la posibilidad de cambiar en d4, seguido de eS, de e6 o incluso de jugar dS directamente según cual sea la jugada de las blancas. 7 . t3 Las blancas también esperan antes de mover su dama y obligan a las negras a definirse un poco más. 7 . . . d5 ! ? Una jugada sana y que está cerca de igualar. (7 . . .fud4? ! 8.1J/Jxd4 la dama sale a d4 de un golpe; 7 . . . g6 traspone a una variante floja del dragón. 7 . . . e5 8.�b3 �e7 9.1J/Jd2 l leva a una posición que se puede producir en la variante 6 . . . e5 , pero el caballo en c6 está mal situado. 9 . . . 0-0 1 0.0-ü-0 �e6 l l .�dS ! La presencia del caballo en c6, multiplica la fuerza de esta jugada típica. l l . . . �xd5? ! 1 2 .exd5 �xdS 1 3 .1J/Jxd5 �b4 1 4.1J/Jd2 d5 1 5 .1iib l d4 1 6.�f2+-. No hay suficiente compen­ sac ión; Hoffman-Gaj ate, cr. 1 999) 8 .1J/Je2 ! ? (el único intento serio de refutación) 8 ... e5 (8 ... fud4? ! 9.�xd4 ...

•••

306

2.f:(j d6 3.d4 cd4 4.004 �6 5.�·3 a6 Variante Najdor.f

dxe4 1 O.o-o-o Las blancas tienen una interesante compensac ión y aunque los módulos de análisis ven ventaja negra, nadie se ha aventurado a probarlo hasta ahora. 8 . . . dxe4 9.fuc6 bxc6 I O.fue4;1;, desarrollo y mejor estructura son los triunfos de las blancas. 8 . . . e6 tal vez lo más sólido. 9.0-o-O �b4 I O.exd5 fud5 l l .fud5 ®xd5 1 2.fuc6 ®xc6 1 3 .®c4 da a las blancas una ventaj a mínima) 9.�xc6 bxc6 I O.exd5 fud5 l t .o-o-o �e6 1 2 .�d2 ! ? (una interesante mejora, adelantándose a la que sin duda traía Sutovsky. Tras 1 2.®e l , De la Villa­ Sutovsky, Pamplona 1 998 y ahora 1 2 . . . ®c7ao podría ser la mejora de las negras) 1 2 . . . ®c7 1 3 .He l ( l a j ugada clave, que casi asegura a las blancas ganar la pareja de alfi les) 1 3 . . . �d6 ( 1 3 . . . f6?! 1 4. f4) 1 4.�4 �e7 ( 1 4 . . . f6? ! 1 5 .fud6+ ®xd6 1 6. f4±) 1 5 .�g5 �g5 ( 1 5 . . .�d7 1 6. f4) 1 6.�g5 f6 1 7.�d2;!;; Shabalov-Sutovsky, Estambul 2000. 6 e6 Traspone al capítulo anterior. 6 eS Se estudia en el resto de partidas de este capítulo. •••

••.

7.�gS

La estratagema 7.�c l �f6 8 . f3 no es gratuita porque obliga a las negras a estar preparado a j ugar dos variantes diferentes. 7... b6 8.�b4 gS 9.�g3 �g7 I O.b3 ! ?

L a jugada más reciente y e n mi opinión la que pone más problemas a las negras. Anteriormente se habían j ugado sobre todo I O.�e2 y I O.®d2, pero merece la pena observar con

cuidado otra nueva idea, 1 O.�c4. 1 0 �5 ...

1 O �f6 Ha sido la favorita sobre todo de Judith Polgar, pero el plan elegido por las blancas en esta partida es directo y claro. l l .®e2 ! ? Hasta ahora sólo un ej emplo, lo cual siempre provoca ciertas dudas y obliga a estar vigil ante, pero la dama parece mucho mejor aquí que en f3. 1 1 . . .�6 (esto puede ser ya dudoso, pero es lo más natura l . Veamos otras opciónes: l l . . .�d7 1 2 .0-0-0 �c6 1 3 .fuc6;!;; , seguido de e5 igualmente; l l . . .�bd7? ! 1 2 .�f5±; l l . . .®b6 ! ? 1 2 .0-0-0 ft6 1 3 .�f5 �xf5 1 4.exf5 0-0 1 5 . h4ao. Puede ser una de las líneas de discusión teórica futura) 1 2 .�xc6 bxc6 1 3 .e5 dxe5 1 4.�xe5 0-0 A) El incansable analista, Ftacnick propone un tratamiento posicional modesto, pero muy sano: 1 5 .g3 ! �e6 l 6.�g2 ®b6 1 7.o-o-o ( 1 7.l:fu l seguido de o-o y un futuro b3, parece bueno también) 1 7 . . . flfd8 1 8.f4;!;; . 8) 1 5 .h4 g4 1 6.g3 ®b6 1 7.0-0-0 ( 1 7.�g2 es posible porque si l 7 . . . ®xb2 1 8.flb l ®a3 1 9.�xc6 gana material) 1 7 ... �e6 1 8.�g2 Hfd8 1 9JThe l h5 20.b3 Hac8 2 1 .�a4 flxd 1 + 22 .Hxd 1 ®b5 ( Ponomariov-Polgar, Benidorm 2002) y ahora 23 .®xb5 (23 .®e3 !?) 23 . . . cxb5 24.�b7 He8 25.�5 es claramente ven­ tajoso para las blancas. •••

1 1 .0

Esta jugada que prepara el reciclaje del alfil y el reforzamiento de la casilla

2.� d6 3.d4 cd4 4.ru4 f:{6 5.�3 a6 Variante Najdorf

d4, por medio de �f2. es mi recomen­ dación, aunque la batalla (más táctica), sobre la alternativa 1 3 .�f5 no está ni mucho menos agotada.

1 2 flxd4 ! ? 1 3 .�d4 �e6 Traspone al comentario de la jugada siguiente, evitando el cambio en e6 que nadie parece considerar bueno. Otras jugadas penniten a las blancas construir lenta­ mente su fortaleza y luego acosar las debilidades negras mediante h4. t2 ...�d7 1 3 .®d2 E:c8 1 4.o-o-o fla5 l 5 .b3 e6 1 6. h4 ®c7 1 7 .flce2 flac6 l 8.'�)xc6 ®xc6 1 9.hxg5 hxg5 20.�4 ®c7 2 l .lhh8+ �xh8 22.�e3;!; Galvin­ Matic, cr 200 l . .••

13.®d2 ®aS!?

Tratando de impedir el o-o-o de las blancas, veamos las alternativas: 13 ...E:c8 1 4.0-0-Q ®a5 tiene menos sentido 1 5.�b3 ®c7 (Topalov-Gel fand, Bugojno 1 999; Tras 1 5 . . . �b3 1 6.cxb3 se traspone a la variante del comentario de la jugada 1 5) y ahora: 1 6.Wb l debe dar alguna ventaja a las blancas, por ejemplo: 1 6 . . .fla5 ( 1 6 . . . 0-0 l 7.h4 g4 l 8. f4 flc4 1 9.�c4 �c4 20.�5 �xd5 2 l .exd5 �b8 22.�4±) 1 7.�a5 ®xa5 l 8.�d4;!;, seguido de h4 o �5 excepto que las negras se embarquen en l 8 . . . E:xc3 l 9.®xc3 ®xa2+ 20.Wc l o-o 2 l .®a3 con l igera ventaja. IJ . .flxd4 l 4.�xd4 ®a5 (es otra fonna de dificultar el o-o-0, evitando �b3) 1 5 .a3 ( l 5 .h4 ! ?) : A) 1 5 . . .E:c8?! 1 6.h4 ! . .

307

B ) 1 5 . . . 0-0 1 6.h4 flg6 ( Anand­ Ponomariov, Mainz 2002) 1 7. hxg5 �xd4 ( 1 7 . . . hxg5 1 8 J:th5;!;) 1 8 .®xd4 ®xg5 1 9.Wd2;!;. C) 1 5 .. J:!g8 Una jugada realmente humilde, que es la más empleada hasta el momento. 1 6.h4 E:c8 1 7.hxg5 hxg5 1 8 .0-Q-0 (de acuerdo con Bologan opino que 1 8 .E:h7 ! �f6 1 9.0-Q-0 da una posición más agradable para las blancas) l 8 . . .flc4 1 9.�xc4 �d4 20.�b5 (20.®xd4 ! ? lhc4 2 l .®a?;t) 20 . . . axb5 2 l .®xd4 I!:c4 22.®d2 wd7 23 .�a2 ®xd2+ 24.I!:xd2 con l igera ventaja; Bologan-X u, Beij ing 2000.

En caso de 1 4.a3, intentando tras­ poner a la partida, las negras podrían jugar 14 . . .flc4 1 5 .�c4 �c4 mante­ niendo algunas otras posibilidades abiertas.

14 . . . ®c7 Tendría, de hecho, muchas posibilidades de trasponer a la partida Topalov-Gelfand del comentario a la jugada 1 3, pero también parece intere­ sante 1 5.�5. 1 5.cxb3 �b4!

Esforzándose por evitar el 0-0-o, por ejemplo: 1 5 . . . E:c8 l 6.Q-Q-O! �b4 l 7.Wb l flg6 ( 1 7 . . . 0-0 1 8.a3 flbc6 1 9.b4 ®d8 20.h4±) 1 8.�d4 �xd4 1 9.1M'xd4;!;, con idea de 1 9 . . . lhc3? ! 20.Wxc3 Wxa2+ 2 l .Wc l ±.

308

2.$ d6 3.d4 cd4 4.�4 fj"6 5.�·3 a6 Variante Najdot:(

1 6.a3

caballo sale por c7.

Leko en el comentario a su partida sugiere 1 6.!k 1 ! y efectivamente parece una buena jugada 1 6 . . . Ik8 1 7 .a3 flbc6 1 8.b4 1/Nd8 1 9.�e3 b5 ( 1 9 . . . o-O?! 20.h4 ±) 20.b3 flg6 2 l .�e2 e6 22.a4± Weyler -Gerik, cr 2000.

Un ingenioso recurso, que cede una casilla más activa a la dama y inicia un contrajuego sobre las casil las negras. 1 7.Hd l flc6 1 8.fldS [ 1 8.1/Ne3 �e5 ; 1 8 .b4 1/Ne5 ! ] 1 8...1/Nxd2+

Las negras están forzadas a esta jugada poco agradable, porque la pare­ ja de alfi les blancos aumenta su fuerza sin damas. 1 8 . . . �xb2? 1 9.1/NxaS flxa5 20.�b6 flc6 2 l .flc7+ Wd7 22.flxa8 Iíxa8 23.a4+-. 1 9.Iíxd2 o-o [Era preferible 1 9 . . . Iíc8 20.flb6 Iíc7 2 1 .b4 22.wd ! ao] 20.b4! ? [20.flb6 Had8 flf4;!; buscando la casilla d4] 20

..•

jugar flce5 2 1 .b4 bS?!

Típico del estilo activo y algo impaciente de Kasparov, pero no parece totalmente justificado. 2 1 .fle7 23.HdS?!

Hab8

22.flxa6

Hb7

Las blancas entregan casi toda su ventaja con esta jugada. 23 .wd 1 ! ? y si 23 . . . Ha8? ! 24.�xb5 I!:xb5 25 .flc7±; 23 .Il:c2 fld4 24.�d4 �xd4 25.wd2 y el

23 fla7! 24.�xa7? ! [24.Il:d2 es interesante] 24...Hxa7 2S.�xbS �xb2 ••.

Más exacto es 25 . . . Il:c8 ! ? 26.0-0 Iíc2 27.Il:f2 I!:c 1 + 28.I!:fl (28.wh2 �e5+ 29.g3 h5t) 28 . . . Hc2 con igualdad. 26.o-O �xa3 27.Iíb l He8 [27 . . .Il:fa8 28 .Il:d3 I!:xa6 29.�a6 Il:xa6 30.Ha 1 I!:b6 3 1 .Hdxa3 Il:xb4=] 28.� �e 1 29.Hb3 �f4

Las blancas todavía pueden moles­ tar un poco con su peón pasado, pero el contrajuego por las cas i l las negras parece suficiente. 30.Iíd l e6 3 1 .bS Hb7 32.flb4 hS 33.wf2 h4 34Jla3 HeS 3S.�e2 fleS 36.Hb l Wg7 37.Il:ab3 �g3+ 'lz-'lz Pa rtida 2 1 .02 Motylev,A- Makarov,M

Rusia 2002 l .e4 eS 2.flf3 d6 3.d4 exd4 4.�xd4 flf6 S.flc3 a6 6.�e3 eS 7.flb3 (D)

En la primera época del Ataque Inglés se consideraba mejor 7.flf3 , que lleva a un juego más posicional centra­ do alrededor del control de la casilla d5, pero finalmente esta jugada que prepara el clásico asalto f3-g4 combi­ nado con el 0-0-ü, se ha convertido en la variante principal. El juego es muy diferente al de las partidas del anterior capítulo porque la presencia del peón en e5 y la debilidad de la casilla d5

2.f:y3 d6 3.d4 cd4 4.�4 f:i'6 5.u·3 a6 Variante Najdmf

introducen nuevos temas para los dos bandos.

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7 (j}e6 •..

Las negras apenas pueden prescin­ dir de esta jugada, porque el control de la casi l l a d5 es fundamental y el desarrollo a b7 tiene problemas como vamos a ver en las alternativas: 7 ®c 7 La dama negra puede ir a esta casi lla más adelante, pero ahora facil ita a las blancas el dominio de d5 . 8.®d2 {j}_e7 ( 8 . . . (j}e6 9.f4 {j}_e7 1 O.f5±) 9.0-0-0 (9.f4 ! ?) 9 . . . 0-0 1 0.f4 flbd7 l l .g4 !± Smagin-Bukhtin. U RSS 1 982. La presencia de la dama en c7 impulsa el ataque blanco. 7 {j}_e7 (es perfectamente jugable, pero casi siempre traspone a (j}e6) 8.f3 0-0 ( 8 . . .flbd7 perm ite a las blancas elegir entre dos planes atractivos: 9.g4 ! ? y 9.a4, seguido de (j}e2 y ü-0) 9.®d2 flbd7!? Esta es la única alterna­ tiva realmente seria al desarrollo del alfil en e6. La presencia de la dama en d2 permite a las ne!,rras una respuesta •••

309

coherente al avance del peón g. 1 O.g4 (puesto que todavía no han debilitado su flanco de rey las blancas pueden cambiar de plan y tratar de aprovechar la ausencia del alfil en e6 con 1 O.a4;t) 1 o . . . b5 l l .g5 b4 ( sin esta jugada, tácticamente compleja, el plan negro sería inocuo. Si l l . . .fr8 1 2.0-0-0±) 1 2.gxf6 (si esta jugada no funciona lo mejor parece retirarse con 1 2 .fr2 fr8 1 3 .flg3;t) 1 2 . . . bxc3 1 3 .®d5 flxf6 1 4.®xa8 cxb2 1 5 J'!b 1 Las blancas se han comido una torre y seguramente la compensación no es bastante, pero en la práctica es una posición dificil de conducir. 1 5 . . . d5 1 6.®c6 ( 1 6.(j}d3 ! dxe4 J 7 .(j}xe4 flxe4 1 8 .®xe4±) 1 6 . . . dxe4 1 7 ,{j)_b6 ®d5 ! y después de esta inespe­ rada jugada las cosas no son fáciles. 1 8.®xd5 flxd5 1 9.(j}c5 (j}h4+oo 20.(j}f2? flc3 ! con ventaja decisiva; Wang Zili­ Lin Weiguo, Shenzhen 1 992. 7 bS? ! 8.a4 ( 8 .flrl5 también es buena) 8 . . . b4? ! ( 8 . . . bxa4 9 .l'!xa4±) 9.fld5 y las negras como mínimo pierden un peón. 9 . . .flbd7 I O.flxb4+­ Thorhallsson-Angelov, New York op 1 997. 7 flbd7? ! (es un orden inexacto) 8.g4 ! h6 9.h4 b5 1 O.a3 flb6 l l .l'!g 1 �e6 1 2 .g5±; De la Y i lla-Epishin, Dos Hermanas 1 998. ..•

.••

•..

8.13 (D) 8 flbd7 ...

Las negras eligen activar el juego en el flanco de dama en vez de prepa­ rar el enroque.

310

2.f:/3 d6 3.d4 cd4 4.�4 �6 5.fr3 a6 Variante Najdmf

Esta jugada, mucho más reciente, se ha consolidado como la jugada princi­ pal y se ha convertido en uno de los campos de batalla favoritos de la elite, después de que la "natural" topara con un fuerte contrajuego a través de las casillas negras en la variante: 9.®d2 b5 I O.a4 b4 1 1 .�5 �d5 1 2.exd5 �6 1 3 .�b6 ®xb6oc. 9 b5 ...

8 �e7 Acelera el enroque corto y no da tiempo a las blancas para jugar g4. La estudiaremos en el resto de las partidas del capítulo. Ambas jugadas se reparten las preferencias por igual. Otras continuaciones son menos interesantes: 8 d5 Es sólida pero las blancas pueden mantener un ligero plus sin ningún riesgo: 9.exd5 �d5 I O.�d5 y ahora: A) 1 0 . . . �xd5 I I .c4! �c6 ( l l . . . �b4+ 1 2.'iil f2 ) 1 2.®xd8+ 'iilx d8 1 3 .�5 �b4+ 1 4.�d2 �xd2+ 1 5 .'iil x d2;!; Vescovi­ Capellano, Paulista 2000. 8) I O . . . ®xd5 I l .®xd5 �d5 1 2.ü­ O-O (las negras tienen problemas para no perder la pareja de alfiles) 1 2 . . . �e6 ( 1 2 . . . �xb3 1 3 .axb3;!;; 1 2 . . . �c6 1 3 .� ±) 1 3 .�5 ! �c8 1 4.�4. con una ligera ventaja. 8 �6 (prepara d5, pero las blancas pueden evitarlo) 9.�5 ! �d5 I O.exd5 fk7 l l .c4;!; Shirov-Shabalov, North Bay 1 994. ...

...

...

9.g4

La carrera de los peones por expul­ sar a los cabal los que controlan d5 es uno de los temas centrales de esta variante. Las otras j ugadas crean menos problemas a las blancas: 9 flb6 Es la otra solución natural cediendo la casil la d7 al otro caballo, pero renuncia al importante contrajue­ go que da el avance del peón b. 1 O.g5 (aunque permite una posterior reacción con la ruptura en h6, esta jugada casi es necesaria. Veamos porque: I O.®d2 d5 ! una interesante idea de lvanchuk que iguala por completo; l l .exd5 flfxd5 1 2 . 0-0-0 ®c7 1 3 .flxd5 flxd5+; Spasov-Hracek, Bled 2002) I O ... flfd7 ( 1 O . . .flh5 es interesante pero poco coherente con la jugada anterior. I I .®d2 �e7 1 2.0-0-0 Il:c8 1 3 .Il:g t o-o 14.'iilb l g6 1 5 .�5 ! �d5 1 6.exd5 �f5 1 7 .�d3;!;; Smirin-Lutz, B i e l 2003) I I .®d2 h6 La reacción lógica, aunque en este momento está muy poco claro a quien favorece. 1 2 .0-0-0 hxg5 1 3 .�g5 flf6 ( 1 3 ... ®c7 1 4.h4;!; el rey negro estará siempre en el centro) 1 4. f4 Il:c8 1 5. f5 �d7 1 6.�d3 �4 1 7.�c4 Il:xc4 1 8.®d3 b5 1 9.�5 �c6 20.�xf6 gxf6 2 l . h4 �xd5 22.®xd5;!;; Bologan...

2.f:d3 d6 3. d4 cd4 4.�4 f:Jj6 5.fr3 a6 Variante Najdm.f

Dvoirys, Nefteyugansk 2000. 9 ... !!c8 Un plan que está ganando partidarios, tanto en esta posición como en otras similares. Las negras conside­ ran que su caballo no esta mal en h5, pero no quieren debilitar la casilla c6, que puede ser un punto fuerte para el caballo tonto de b3, después de un cambio de piezas en d5 . I O.'Wd2 f:Jb6 ( 1 0 . . . h6 traspone a la partida siguiente) 1 1 .0-0-0 �e7 ( l l . . .�c4 faci l ita las cosas a las blancas 1 2.�xc4 �c4 l 3 .g5 ahora sí l 3 . . .�h5 l 4.fJd5±; l l . . .®c7 tampoco cambia nada: 1 2 . h4 f:Jc4 l 3 .�xc4 ®xc4 1 4.1fib l b5 1 5 .!!h2 ! b4 1 6.fJd5± Georgadze-Schneider, URSS 1 982) 1 2 .h4 o-o 1 3 .1fib l lfih8? ! Ambos j ugadores tratan de hacer jugadas útiles sin comprometer todavía algunas cues­ tiones, las blancas el avance de sus peones, las negras el salto a c4, pero esta j ugada difícilmente mej ora l a posición. ( l 3 . . . f:Jc4 1 4 §ixc4 !!xc4 1 5 .h5 ! b5 1 6.g5 fJd7 1 7.fJd5 con venta­ ja Movsesian-Jedlika, Litomsil 1 995) 1 4.!!g l (preparando h5. Un ejemplo de la estrategia negra sería: 1 4.g5?! f:Jh5 1 5 .fJd5 �xd5 ! 1 6.exd5 �g3 1 7.!!g l fufl 1 8Jldx fl �4 !+ y aquí vemos porque las negras quieren retrasar �4) 1 4 . . .�c4 1 5 .�xc4 Hxc4 1 6 .®d3 b5 1 7.g5 ! Ahora sí, una vez cambiado el caballo de b6 y listo el caballo blanco para saltar a d5 . 1 7 . . .�5 1 8.ru2 !!c8 1 9.fJd5, con ligera ventaja, Almasi­ Woztikiewicz Krynica 1 998. 9. . h6 Ver la partida 2 1 .03 . .

311

mos los resultados de las negras con la jugada I O . . .f:Jh5 ? ! I I .f:Jd5 ! (no hay motivo para l l .®d2 �b6 y de nuevo se obstacul iza el salto a d 5 ) l l . . . �e7 1 2 .fue7 Wxe7 1 3 .®d2 Hd8 ( 1 3 . . . 0-0 1 4.Q-0-0±) 1 4.�5 ! �b8 I S .c4±. Tras esta serie de jugadas tan directas, pare­ ce claro que permitir rus no es una buena idea. Fedorov-Fressinet, Saint Vincent 2000. 1 1 .�2 ! ? (D)

Esta es la curiosa idea blanca. En vez de permitir el cambio en d5, el caballo blanco va a perseguir a su colega desde otra posición. La variante que nos ocupa ha acelerado su interés en los últimos años y está en la cresta de la ola. Las negras tienen algunos problemas, pero los están resolviendo con un contrajuego enérgico y aún es pronto para dar un veredicto teórico claro.

I O.gS b4 l l . f:JhS 1 2.®d2 [ E s prematuro 1 2.�g3? ! f:Jf4] ••

Esto parece necesario si observa-

2f4!3 d6 3.d4 cd4 4.f:x14 �16 5.flc3 a 6 Variante Najd01j"

312

1 2 a5! ..•

Esta es la única jugada que ha plan­ teado problemas a las blancas. El peón avanza, destruye el posible o-o-0 y obl iga al rey de las blancas a una vida dificil. 12 �e7 Es la jugada natural y la que se experimentó en las primeras partidas que llegaron a esta posición: 1 3 .�g3 �f4 ( 1 3 . . . �xg3 1 4.hxg3 a5 1 5.�b5;!;) 1 4.h4 con dos variantes: A) 1 4 . . . o-o 1 5 .�xf4 exf4 1 6.�5 fle5 1 7.�4 (tal vez es más sencillo 1 7.�e2±) 1 7 ... fu f3 + ! ? 1 8 .fuf3 �g4 1 9.fuf4 �xf3 20.�g2;!;. 8) 14 ... h6 ! ? En busca de contrajue­ go inmediato. El juego lento no resuel­ ve aquí los problemas de las neb'TilS. 1 5 .�xf4 exf4 1 6.�5 �b3 (poco dese­ able pero casi necesaria; 1 6 . . . hxg5 1 7.fug7+ wf8 1 8.fue6+ fxe6 1 9.�4 ! �5 20.�c4±) 1 7.axb3 g6 1 8.fuf4 hxg5 1 9.�5 g4 ( l 9 ... ihh4 20.fuh4 gxh4 2 1 .0-0-0±; Adams-Svidler, Dos Hennanas 1 990; 1 9 ...fle5 20.�e2 g4 2 1 . f4 �h4+ 22.wn �f3 23 .Wxb4 �f6 24.�f3 gxfJ 25 .wf2 a5 26.Wb7 o-o Fedorov-Topalov, Batumi 1 999 y ahora 27 Jih2 ! , con clara ventaja) 20.�b5 ! gxf3 2 l .�d7+ Wxd7 22.0-o-0 �xh4 23 .lhh4 �xh4 24.Wf4. Con un posiciona l . dominio absoluto Arizmendi-N i Hua, Bled 2002 . 1 2 •.• h6 Es todavía una continuación casi inédita, pero su uso por parte del campeón mundial Ponomariov, da que pensar. 1 3 .gxh6 g6 1 4.�g3 �f4 1 5 .�4 ! (basándose en este detalle. las blancas mantienen su peón vivo en h6) 1 5 ... exd4 1 6.�x f4 �e5 1 7 .�e2 Wb6 •..

(Calzetta-Zhao Xue, Cannes 2003) y ahora las blancas debieron preparar la expu lsión del molesto caballo con 1 8.�g5 y las negras tienen problemas ante el avance f4-f5 . 1 2 ... g6 E s u n intento más posicional de crear el mismo contrajuego 1 3 .0-00 ( 1 3 .�g3 es menos claro por 1 3 . . .�f4! 1 4.�xf4 exf4 1 5 .Wxf4 h6�) 1 3 . . . a5 1 4.wb l �e7 1 5 .�g3 a4 1 6.fr l y las negras se ven ante la necesidad de hacer alguna concesión : abrir la columna cambiando en g3 , entregar un peón en f4 o retirarse y dejar que el ataque blanco avance. Kutuzovic­ Zufic, Croacia 2002. 13.�3 �xg3 1 4.hxg3 a4

Después de la importante concesión del cambio en g3, las negras deben acelerar el contraj uego. Sólo se ha experimentado otra posibilidad: 1 4 .. Wc7 l 5 .a3 ! ? Las dos torres blancas se activan en su columna de origen. 1 5 . . . bxa3 l 6.�xa3 a4 1 7.�b5 d5 (Grischuk-Svidler, Biel 200 1 ) y ahora en lugar de la imaginativa 1 8.ed5 de Grischuk, que parece l levar a las tablas, 1 8 .�xa4 �xa4 1 9.�xa4 d4 20.�f2 Wc4 2 l .�d7+ �d7 y aunque las negras tienen cierta compensación tal vez no sea bastante. .

1 5.� 1 ®a5 1 6.f4

Aquí las opiniones se dividen entre esta j ugada directamente y activar primero el caballo mediante: 1 6.�3 d5 (nadie ha querido probar la natural 1 6 . . . a3, tal vez porque después de

2.�3 d6 3.d4 cd4 4.fJLJ4 �{6 5.fr3 a6 Variante NC1jd01.l

l 7.b3 hay que seguir igual y las negras han perdido la opción de jugar b3 en algún caso. 1 7 . . . dS l 8 .exdS ®xdS 1 9.�g2;!;) 1 7.exdS y ahora: A) Si 17 . . . �xdS 1 8.�h3 Parece muy molesta, aunque los resultados no son claros hasta ahora. 1 8 .. Ji:d8 1 9.�xd7+ ( 1 9 .0-0 me parece muy lógica) 1 9 .. Jhd7 20.�eS �d8 (González­ Vera, Holguin 2002 ) y ahora 2 1 .\\lle2 ! parece muy fuerte, por ej emplo: 2 1 ... �e7 (2 1 ... b3+? 22.�d2; 2 l ... ];td6 22.�b6 ! ±) 22.g6 O-O? ! 23 .nxh7 fxg6 24.\\ll h 2+-. 8) 1 7 . . . \\ll x dS 1 8.�g2 ®bS ( 1 8 . . . �c8 se ha jugado en una partida por corres­ pondencia, pero las blancas no han probado la jugada crítica 1 9. f4) 1 9. f4 (la jugada de Anand. 1 9.�h3 moviendo otra vez el alfil, magníficamente situa­ do en g2, es menos natural) 1 9 .. Ji:c8 20.o-0 Esta posición puede ser centro de muchas discusiones. Las blancas han puesto en juego todas sus piezas y tienen cierta iniciativa, pero lo cierto es que si las negras capean el temporal su posición es más sana. 8 1 ) 20 ... g6 (evitando fS) 2 1 .�ae l (2 l . fxeS !?) 2 l . . .�g7?! 22.�b4 y no hay compensación suficiente por el peón. Arizmendi-Constantini, Aosta 2003 . 82) 20 . . . �e7 2 1 . fS �c4 22.b3 axb3 23.axb3 �xd3 ( Leitao-chunfwa, 8led 2002) y ahora las blancas cambiaron damas en d3 y no lograron concretar la ventaj a aparente. M anteniendo las damas la amenaza f6 es muy molesta; 24.cxd3 0-0? ! 2S.f6 gxf6 26.gxf6 �xf6 27.�a7 con ataque.

313

1 6... exf4

Es la jugada más directa, y abre la casilla eS al caballo cuando el peón avance a fS , pero tal vez sea un error. 1 6 ... g6 Es la alternativa sólida. 1 7.�g2 a3 ( 1 7 ... �g7?! entra en compli­ caciones dudosas 1 8 .fS ! gxf5 1 9.exfS �xfS 20.o-0 e4 2 l .®xd6 �es 22.\\ll c 6 �a6 23.®c8+ q;e7 24.\\llc4 con fuerte ataque. Zatkuerdieva-8atsiasvili, 8aku 2002) 1 8.b3 �g7 ( 1 8 . . . �c8 1 9.o-Ot) 1 9.f5 (ahora la diagonal h8-a l lleva a la torre blanca) 1 9 . . . gxfS 20.exfS �xfS 2 1 .�xa8 (2 1 .0-0? ! e4) 2 1 . . .\\llx a8 22.o­ O �h3 Pérez-Aleksieva, Capelle 2000. La posición es decididamente muy complicada, por ejemplo: 23 .�f2 \\lle4 24Ji:h2 ®g4 2H )e2 e4 26.];td 1 �es 27.�f4 o-üoo. 1 6 a3 ! ? Es una alternativa muy lógica que se ha sugerido pero no se ha probado aún. 1 7.b3co. 16 ...�5! ? l 7.�g2 �d8 1 8.a3 l:Th8 (Grosso-Lafuente, Torneo Federal 2003 ) no parece muy inspirado: 1 9.f5 �d7 20.g6±. ...

1 7.gxf4 dS?!

Ha sido la única alternativa emple­ ada, pero ya se levantan voces en su contra y es lógico si observamos los magros resultados. Se ha sugerido 1 7 . . . a3 pero como en otros casos tras 1 8.b3 las negras han perdido flexibili­ dad. 1 8.f5!

Esta fue la novedad en esta partida

2.�3 d6 3.d4 cd4 4.f)d4 �"6 5.�3 a6 Variante NajdOif

3 14

pone a la posición negra en estado crítico. y

18 ...�S 1 9.®f2 b3+ 1 9 dxe4 20.fxe6 �f3+ 2 I .I!>d l ®d5+ 22 .�d3 exd3 2 3 . exf7+ ®xf7 24.�g2+-. 19 �4 20.®f4 fue3 2 1 .fxe6 ®a7 22.exf7+ 'i9d8 23.g6 (también 23 J:l:h2 ±) 23 . . . �xc2+ 24.1Pd2 b3 25 .�d3± Rodríguez-Herrera, Mancha Real 2002. •••

•.•

20.�d2+- �b4 2 l .c3 a3? !

Tiene cierta lógica que las negras se tiren al río, en una posición así . Otras alternativas no eran solución. 2 1 . . .�c5 22.®f4 �d6 23 . fxe6 �d3+ 24.�xd3 !;tixf4 25 .exf7+ We7 (25 . . .Wxf7 26J:lfl ) 26.!;tixf4+-. 22.axb3 ! axb2 [22 . . . �c5 2 3 .®f4 �d6 24Jha3 ; 22 . . .�d6 23.fxe6 axb2 24J:l:xa5 §:xa5 25 .exf7+ we7 26.§:xh7 ! ] 23.§:xaS \!;!xaS 24.fxe6+b1® (24 . . . fxe6 25 .�b5+ Wd8 26.®c5] 2S.�bS+ 'i9f8 [25 ... wd8 26.e7+ ! wc7 27 .®c5+ l!>b8 28 .®xd5 �f3+ 29.Wd l �xd2 3 0J:l:xh 7 ! §:c8 3 1 .®d7 ®xe4 32.\!;!c6] 26.\WcS+ Q;lg8 27.®xdS 1 -0 Pa rtida 2 1 .03 Hracek,Z - Bab ula,V

Lahucovice 2003 l .e4 eS 2.�f3 d6 3.d4 cxd4 4.�xd4 �f6 S.�3 a6 6.�e3 eS 7.�b3 �e6 8.f3 �bd7 9.g4 h6 (D)

Esta comprometida j ugada, que detiene el avance blanco pero renuncia casi definitivamente al enroque, tiene una gran importancia teórica porque traspone a todas las líneas antiguas con 9.®d2 antes de g4. 1 0.®d2 bS

Preparando el salto del caballo a b6, para controlar d5 y la posible expulsión del caballo blanco. El defecto de esta jugada es que en ocasiones las blancas pueden aprovechar la debilidad de c6. Por eso las negras han intentado tam­ bién llevar adelante el contrajuego de forma más cautelosa. IO �e7 Ver la partida 2 1 .05 . 1 0 ... Hc8 1 1 .0-0-0 ®c7 ( l l . . . b5 traspone al comentario a la próxima jugada) 1 2.'i9b l �5 1 3 .h4 b5 1 4.Hh2 ! sobredefensa de c2 1 4 . . .�4 1 5.4'ld5± Mortensen-Wilhelmi, Reikjavik 1 997. IO ®c7 Normalmente traspondrá al comentario a la próxima jugada o al comentario anterior. •••

•••

l.f:J/3 d6 3.d4 cd4 4.fxi4 'f:/6 5.�3 a6 Variante Najdmf

l l .D--0-0 �b6

La continuación más coherente. Se han probado muchas alternativas: l l ...b4?! 1 2.�5 (ahora las negras se ven forzadas a ceder el a l fi l ) 1 2 . . . �xd5 1 3 .exd5 �b6 Esta e s l a idea, con el ataque al peón d5, se intenta obligar a las blancas a hacer alguna concesión (como el cambio en b6), pero las negras tienen poco desarro llo y por las casillas blancas silba el viento. 1 4.�5 ! ( 1 4.®xb4 también debe ser buena, pero las negras tendrán cierta actividad tras 1 4 ...�fxd5 1 5 .�xb6 fub6 1 6.�xa6 !±) 1 4 . . . �bxd5 1 5 .�c6 ®c7 1 6.fub4 fue3 1 7.®xe3 �e7 1 8.h4, con c l ara ventaja. Sokolov-Kalinichev, Moscú 1 982. 1 I ..J;(c8 Una variante similar a la de la partida principal, pero con la idea añadida de dificultar ®f2 debido al sacrificio temático de calidad en c3. 1 2.h4 ( 1 2.®f2 ri:xc3 ! ) 12 . . .�b6 1 3 .c,f;lb l �e7 ( 1 3 . . . d5? 1 4.�xb6! ±; 1 3 . . . b4 ! ? no gana la batalla por la casilla d5, gracias a 1 4.®f2 ! ) 1 4.�d3 (comunica las torres para j ugar g5) 1 4 . . . �fd7 ( 1 4 . . . b4 1 5 .®f2; 1 4 . . . d5, es dudosa por 1 5.�b6 ®xb6 1 6.fud5 �xd5 1 7 .exd5 �xd5 1 8.�xb5±) 1 5 .g5 h5 1 6. f4 con ventaja, Tseshkovsky-Sunye, Erevan 1 980. l l ...®c7 La dama se aparta de la columna d, para seguir con la maniobra �b6, evitando los temas de �5. Es una idea posicionalmente sana, defendida repetidamente por Bologan, que tiene la única desventaja de perder algunos tiempos. 1 2.c,f;lb l (no se si es mejor el orden 1 2.�5 �xd5 1 3 .exd5 que evita �5, pero permite 1 3 . . . IIc8) 1 2 . . . �b6

315

1 Hrtxb6 ! '? (es una concesión impor­ tante, pero me parece lo mejor en este momento) 1 3 . . . ®xb6 1 4.�5 �xd5 ( 1 4 ... fud5 ! ?) 1 5.exd5 g6 (Bologan no quiso repetir la prematura 1 5 . . . a5? ! que debilita las casil l as blancas 1 6.®e2 ! Bruzón-Bologan, Mondariz 2002; y 1 5 . . . �e7 1 6.�a5 ri:c8 1 7.�c6 fud5 1 8.fue7 fue7 1 9.®xd6;!;; tampoco le gustó) 1 6.h4! ( pero el inconveniente de g6 se manifiesta. La j ugada h5 expon­ drá mucho la debilidad en las casillas blancas) 1 6 . . .�g7 1 7.h5 g5 1 8.�d3 a5 1 9.®e2 0-0 20.�e4 a4 2 1 .� 1 ;!;; ; Komeev-Bologan, Mondariz 2002. 1 2.®f2

La jugada casi imprescindible en el esquema blanco, adelantándose a b4. 1 2 ...�fd7

Esto cede en parte el control de d5, pero otras jugadas tienen otros incon­ venientes: 1 2 ... llb8 1 3 .� 5 ! (un tema esencial, el caballo gana tiempos en su reciclaje hacia d5) 1 3 ... a l ®c7 [Con otras retiradas de dama el ataque blanco sigue igual] 26.l::i:d gl [No hay manera de defender g7] 26 ... �f6 [26 . . . flf6 27.Hxg7 y las amenazas sobre el rey negro (por ejemplo �h6, seguido de l::i:g 8) son muy graves] 27.�h6!+- ®aS 28.�g7 �xg7 29.®g5 �f6 30.®h6 1 -o

330

2.�3 d6 3.d4 cd4 4.�4 f:/6 5.fr3 a6 Variante Najdorf

Estadística:

La variante Najdorf, considerando las partidas que comienzan a partir de la posi­ ción que se produce después de 5 . . . a6 se produce, en mi base, en 97.000 partidas y las blancas consiguen un razonable 53%, superior a otras variantes de la Siciliana mucho menos populares. Si nos centramos sólo en las variantes que estudiamos en este capítulo, el porcentaje sube al 55%, que podemos considerar bueno sobre 6.400 partidas. Esquema Resumen: l .e4 c5 2.�0 d6 3.d4 cd4 4.�4 �f6 5.�3 a6 6.�e3

-

6 . . . b5?! Debilita peligrosamente el flanco de dama ± 6 . . . ®c7 ! ? Interesante. Obliga a un tratamiento más posicional t)= 6 . . .�bd7 Ambiciosa, pero no logra sus objetivos ;j;; 6 . . .�6 Interesante. Puede igualar si las blancas no están bien preparadas ;j;;

6 ... �4 Da mucho contrajuego y ahora: 7.�g5 h6 8.�h4 g5 9.�g3 �g7

- I O.h3 �f6 M ucho juego para los dos bandos aunque da a las blancas muchas opciones ;j;; - I O.h3 4'le5 Más sólida, también hay mucho juego para los dos y mucho campo para investigar ;j;; 6 ... e5 7.�3 con las siguientes ramificaciones:

- 7 . . . b5?! Debilita el flanco de dama ± - 7 . . .�bd7 Facilita el ataque blanco ± - 7 . . . {jJ_e7 (sin �e6) Poco investigada. Parece inexacta, pero sól ida ;j;; 7 ... �e6 8.0 y ahora:

- 8 . . . d5 Sólida pero muy pasiva ;j;; - 8 . . . �6 Poco investigada. Permite a las blancas ganar la pareja de alfiles ;j;; 8 ...�bd7 9.g4

- 9 . . .�6 Interesante, pero poco investigada ;j;; - 9 . . . I;ic8 Un plan nuevo, que bien interpretado ofrece perspectivas, pero parece que su formulación exacta es con ®c7 y la torre de rey a c8 ;j;; - 9 . . . b5 I O.g5 �5?! Hace concesiones sin conseguir mucho ±

2.�3 d6 3.d4 cd4 4.�4 �6 5.�-3 a6 Variante Najd01j'

331

- 9 . . .b 5 I O.g5 b4 U n a d e las variantes críticas, con contrajuego. terreno para investigar y de todo t,/= - 9 . . h6 I O.®d2 �c8? ! Imprecisa en este orden ± - 9 . .. h6 I O.®d2 b5 Otra de las variantes críticas t,/= .

8...�e7 9.®d2

- 9 . . . b5?! Sigue siendo prematura y debilitadora ± - 9 . . . d5? ! Sigue siendo prematura y pasiva t, - 9 . . .&6? ! Peor que en la j ugada anterior ± - 9 . . . h5 Posicional y muy sana. Las blancas tienen que cambiar de plan t. 9...�bd7 1 O.g4

t. -

1 O . . . b5? ! Tampoco es el momento. Debilitadora ± 1 O . . .�b6? ! Limita el contraj uego ± I O . . . ®c7 Interesante. Puede trasponer al otro ®c7, aunque prefiero el otro orden 1 O . . . �c8 Traspone a anteriores �c8 t. 1 O . . . h6 Otra de las l íneas críticas t.

s ... �e7 9.®d2 o-o t o.o-o-o

- 1 O . . . a5?! Anti-posicional t. - 1 O . . . b5 Lleva a una batalla muy viva, pero las negras necesitan mejorar en algún momento t. - 1 O . . . �bd7 l l .g4 �c8 Como otros �c8 pero menos flexible t. - 1 O . . .�bd7 l l .g4 b5 La vieja variante pero la carrera va bien para las blancas t, - 1 O . . . �bd7 l l .g4 ®c7 1 2 .Wb 1 b5 Ambiciosa y bien planteada. Obliga a las blancas a una entrega de peón, pero está resultando buena t - I O . . .�bd7 I I .g4 ®c7 1 2.Wb l I;rfc8 El último refinamiento. Las negras juegan por la iniciativa de igual a igual. Campo para futuras investigaciones y batallas t:l=

,

l n dice d e Varia ntes

1 .e4 c5 2.lLJf3 (D}

Sección Sección Sección Sección

1: 2: 3: 4:

2 . . . otras jugadas 2 . . . lLJc6 2 . . . e6 2 . . . d6

Sección 1 : 2 . . . otras jugadas

2 . . . h6 1 1 2 . . . g6 1 1 2 . . :i/ic7 1 2 2 ... lbf6 1 2 2 . . b6 1 6 2 . . . a6 2 1

4 . . . lLJxd4 28 4 . . . d5 28 4 . .'ii' c 7 28 4 .. .'ii'b6 32 4 . . . e6 - traspone 1 62 .

A} 4 . . . g6 5.lLJc3 ..tg7 (5 . . . lLJf6 40} 6.i.e3 lLJf6 7 . ..tc4 a1) a2} a3} a4}

7 . . . lLJa5 43 7 . . . d6 43 7 . . .'ifa5 46 7 ... 0-0 8.i.b3

.

Sección 2: 2 . . . lLJc6 3.d4 cd4 4.tbd4

(D}

a4 1 } a42} a43} a44}

8 . . . a5 49 8 . e6 52 8 . .'ifa5 52 8 . . . lLJa5 52 .

.

.

Índice de Variantes

a45) 8 . . . a6 53 a46) 8 . . . tüg4 53 a47) 8 . . . d6 54

333

- 1 2.0-0 i.dS 1 3.ed5 tüe7 1 4.c3

B) 4 ... e5 S.tübS

a) 14 .. J:tg8 1 20 b) 1 4 . . . 'ii'd 7 1 20 e) 1 4 ... i.g7 1 5.'ii' h 5

b 1 ) 5 . . . a6 6 1 b2) 5 . . . d6 69

e1 ) 15 ... e4 1 6.i.e2 1 23 e2) 1 5 . . . e4 1 6 . .i.e2 0-0 1 7.l:tae1 1 24

C) 4. . . tüf6 5.tüc3 Sección 3: 2 . . . e6 3.d4 ed4 4.tüd4

e1 ) 5 . . . 'ii'b6 35 e2) 5 . . . e6 - traspone 1 53 e3) 5 . . . d6 traspone 243

(D)

-

D) 4 ... tüf6 5.tüc3 eS 6.tüdb5 d 1 ) 6 . . . h6 83 d2) 6 ... d6 7 . .i.g5 a6 8.tüa3 d2 1 ) 8 . . . i.e6 87; 8. . . d5 87 d22) 8 ... b5 9.i.f6 gf6 1 0.tüd5 d22 1 ) d222) d223) d224)

1 o . . . .i.e6 93 1 0 . . . i.g7 93 1 0 . . .f5 1 1 .i.d3 'ii'g 5 1 0 1 10 ... f5 1 1 . i.d3 i.e6 1 0 1

- 1 2.0-0 .i. g 7 (12 ... lüb8 1 02; 1 2 .. .f4 1 02; 1 2 . . . l:te8 1 03) 1 3.'ii' h 5 f4 ( 1 3 ... h6 1 03; 1 2 . . . lte8 1 03) 1 4.c4

a) 1 4 . . . b4 1 04; 1 4 . . . 0-0 1 04 b) 1 4 . . . bc4 1 5 . .i.c4 tüd4 1 08 e) 1 4 ... bc4 1 5.i.c4 0-0 1 6 . .:tac1 e1 ) 1 6 . . . tüe7 1 09; 1 6 . . . tüd4 1 09 e2) 1 6 . . . ltb8 1 7.b3 'ii'a 5 1 1 2 e3) 1 6 . . . l:tb8 1 7.b3 'ii'd 7 1 1 4

4 . . . �e5 1 33 4 . . . 'ii' b6 1 36 A) 4 ... tüf6 5.tüc3 a 1 ) 5 . . . 'ii' b6 1 40 a2) 5 . . . i.b4 1 43 a3) 5 ... tüc6 6.tüdb5 a31 ) 6 . . . d6 1 54 a32) 6 . . . �e5 1 54 a33) 6 . . . .i.b4 1 54

B) 4 ... tüc6 5.tüc3

334

Índice de Variantes

b1 ) 5 . . . .tc5 137 b2) 5 ... a6 1 62 b3) 5 . . . d6 1 63 b4) 5 .. JWc7 6.i.e3

b) 5 . . . i.. d 7 2 1 1 A) 5 ... g6 6 . .te3 i.. g 7 7.f3 0-0 (7 . . . a6 2 1 7; 7 . . . lLlc6 220) 8.'ii'd 2 lLlc6 9.i.. c 4 ..td7

b41 ) b42) b43) b43)

6 . . . lLlf6 1 66 6 . . . a6 7.'ii'd 2 b5 1 66 6 . . . a6 7.'ii'd 2 lLld4 1 66 6 . . . a6 7 .'ii'd 2 lLlf6 1 69

C) 4... a6 5.c4 lLJf6 6.lLlc3 c1 ) 6 . . . d6 1 84 c2) 6 . . .tb4 1 86 c3) 6 ... 'ii'c7 7.a3 .

c3 1 ) c32) c33) c34)

7 . . . lLle4 1 9 1 7 . . .d 6 1 9 1 7 . . . b 6 1 96 7 . . . lLlc6 1 98

a 1 ) 9 . . . lLld7 223 a2) 9 . . lLlxd4 224 a3) 1 0.0-0-0 .

a31 ) 1 0 . . . lLla5 226; 10. . . 'ii'c 7 226 a32) 1 0 . . . llb8 227 a33) 1 o . . . 'ii' b 8 229 a34) 1 o ... :ca 1 1 .i.b3 lLle5 ( 1 1 . . . lLld4 23 1) a34 1 ) 1 2.Wb1 a5 232 a342) 1 2.Wb1 lLlc4 232 a343) 1 2.Wb1 :ea 235 a4) 1 0 . 'ii'a 5 1 1 . .tb3 .Ufc8 1 2.Wb1 ..

Sección 4: 2 . . . d6 3.d4 cd4 4.lLld4

(D)

a4 1 ) 1 2 . . . lLle5 1 3.h4 h5 238 a42) 1 2 . . . lLle5 1 3.h4 lLlc4 238 a43) 1 2 . . . lLle5 1 3.h4 b5 240

B) 5 ... lLlc6 6.i..g 5 b1 ) b2) b3) b4) b5) b6)

4 . . . e5 202

6 ... i.. d 7 244 6 . . . h6 244 6 . . . a6 244 6 . . . 'ii' b 6 245 6 . . . 'ii'a 5 246 6 ... e6 7.'ii'd 2

b61 ) 7 . . . i..e 7 250 b62) 7. . . h6 250 b62) 7 . . . 'ii' b 6 250

4 ... lLlf6 5.lLlc3 - 7 . . . a6 8.0-0-0

a) 5 . . . e5 206

335

Índice de Variantes

a) b) e) d) d1 ) d2) d3) d4)

8 . . . lbd4 254 8 . . . h6 257 8 . . .ie7 257 .

8 ... .id7 9.f3

9 . . h6 1 0 . .ie3 262 9 . . . .ie7 266 9 . . . .:ca 267 9 . . . bS 267

C) 5 . . . e6 6 . .ie3 a6 (6 . . . t:Dc6 275) 7.f3 c1 ) c2) c3) c4)

7 . . .-.c7 279 7 . . . hS 2 79 7 . . . t:Dc6 8.'ii'd 2 dS 282

7 ... t:Dc6 8.'ii'd 2 .ie7 9.0-0-0 0-0 (9 . . . dS; 9 . . . .id7; 9 . . . lbd4 283)

c41 ) 1 O.g4 l:bB 284 c4 1 ) 1 0.g4 lbd7 284 c42) 1 O.g4 lbd4 284 eS) 7 ... b5 8.g4 h6 (8 . . . lbfd7 288; 8 . . . .ib7 289) 9.'ii'd 2 lbbd7 1 0.00-0 i.b7 (9 . . . b4; 9 . . . ..tb7 292)

O) 5 . . . . a6 6 . .ie3 d1) d2) d3) d4) dS)

6 . . . t:Dg4 304 6 . . . -.c7 304 6 . . . bS 305 6 . . . t:Dc6 305 6 . . . lbbd7 305

- 6 . . . . e5 7.lbb3 .ie6 (7 . . . .ie7; 7 . . . bS; 7 . . . 'ii'c7 309) 8.f3

a) 8 . . . t:Dc6 3 1 0; B . . . dS 3 1 0 b ) 8 . . . t:Dbd7 9.g4 h 6 3 1 4 (9 . . . bS; 9 . . . t:Db6 3 1 0) e) 8 . . . ..te7 9.'ii'd 2 c1 ) c2) c3) c4) eS)

9 . . . hS 3 1 7 9 . . .d 5 3 1 7 9 . . . t:Dc6 3 1 7 9 . . . bS 3 1 7 9. . .t:Dbd7 1 0.g4

c51 ) c52) c53) c54)

1 o . . . t:Db6 3 1 9 1 0 . . . .:.ca 3 1 9 1 0 . . . h6 3 1 9 1 0 . . . b 5 320

1 1 .h4

c6) 9 ... 0-0 1 0.0-0-0 cS1 ) 1 1 .h4 294 cS2) 1 1 . h4 b4 1 2.t:Da4 295 cS3) 1 1 .h4 b4 1 2.t:Da4 'i'a5 cS3 1 ) 1 2.b3 .ie7 296 cS32) 1 2.b3 lDcS 1 4.a3 296

c6 1 ) 1 0 . . . a5 323 c62) 1 o . . . lübd7 1 1 .g4 'ii'c 7 325 ( 1 1 . . . bS; 1 1 . . . .:.ca; 1 1 . . . lüb6 323) 1 2.�b1 326 c63) 1 0 . . . b5 328

336

Próximo lanzamiento, vera no 2004

" le4 eS! , repertorio com pleto pa ra las neg ras" por Marc Narciso Responda a 1e4 con 1 ... e s ! ; garantícese pos1c1o nes abiertas, sanas y estratég icamente interesantes. Este l i bro contiene todo l o que n ecesita saber para enfrentarse con garantías a las l íneas p rincipales ( española, escocesa, italiana ... } , sin descu idar otras l i n eas menos populares (gambito de rey, vienesa, apertu ra central. .. ) . Aná l isis orig i nales e ideas di n á micas. Todo anal izado y expl icado al detalle por el G ran Maestro Marc Narciso.