Derecho Constitucional General

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^ ^ l estudi cbnstiti) énfasis o; igualdad, fundamentos de toda sociedad 'na organizada. Entiéndase libertad como incipio base propio del ser humano, que que todo individuo sea artífice de su propio... lO. responsable ante sí mismo y ante , la lad y suficientemente instruido para rollarse como persona inteligente. El lO de ser "Hombro libie" no debe estar do sino por otro semejante pero opuesto: el igualdad frente a los demás. El nuevo daño debe saber poner barreras a su tad natural de vivir plenamente, sus ccione-s! dentro del respet o de los derechos y ertadesdelosdemási ; , .precisamente, el equilibrio entre estos rincipios' fundamentales lo que pretende iarelconstítucionalismomoderno.



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DERECHO

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Derecho Constitucional General Segunda edición

Carlos Mario Molina Betancur Mario Alfonso Álvaréz Móntoya Fernando Peláéz Arango Luis Alfonso Botero Chica

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DEHECHO CONSTITUCIONAL GENERAL CARWJS MARIO MOUNA BKTANCUR'

T A B L A DE CONTENIDO

MARIO ALFONSO ÁI.VAREZ MONTOYA FERNANDO PELÁEZ AJÍANÜO LUIS ALFONSO BOTERO CHICA

Primera sciición: Enero 2006 Segunda edición; Junio 2006 © Universidad de Modellín © Carlos Mario Molina Betancur Mai'io Alfonso Álvarez Montoya Fp-rnando Peláa-z Arango Luis Alfonso Botero Chica

PRESENTACIÓN PRÓLOGO A m SEGUNDA EDICIÓN INTRODUCCIÓN

ISBN: 9 5 8 - 9 7 3 5 4 - 9 - 2

Editora; Lorenza Correa Resu'epo lcorrea@udem,edu,co Universidad de Medellín Carrera 87 No. 30-65 Oficina 11-102 Teléfono; 340 54 2?. Medsllín. Colombia

Diseño, diagramación e impresión; l . Vieco e Hijas Ltda. Carrera 50E No, lOSur-165 P B X 2 5 5 9 6 LO

Medellín. Colombia e-mail; [email protected]

Todos los derechos reservados. Este libro no podrá ser reproducido, ni total ni parcialmente sin el permiso escrito de los editores. Hecho el depósito legal

CAPÍTULO PMMERC EL ESTADO COMO ENCÜADRAMIENTO MODERNO DEL PODER 1.1. DEFINICIÓN DE ESTADO 1.2. TIPOS DE ESTADO ; ; 1.3. NATURALEZA DEL ESTADO 1.3.1. Corriente objetiva 1.3.2. Corriente subjetiva 1.4. EL CONCEPTO DE ESTADO 1.5. i o s ELEMENTOS CONSTITUTIVOS DEL ESTADO 1.5,1. Él territorio ; l'.5;2. La' población 1.5.3. El poder 1.6. LAS DOCTRINAS EXPLICATIVAS DEL ESTADO 1.6.1. El Estado fenómeno de divinidad 1.6.2. El Estado como fenómeno de fuerza 1.6.3. Doctrinas sociológicas 1.6.4. Doctrina normativas 1.6.5. Doctrinas voluntaristas 1.8.6. Otras doctrinas explicativas del Estado 1.7. LAS FORMAS DEL ESTADO Y LOS REGÍMENES DÉ'GOBIERNO 1.7.1. La forma del Estado 1.7.2, El régimen político del Estado

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Carlos M a r i o Molinn 8. M a r i o A l f o n s o Á l v a r o z M. F e r n a n d o P e l á e z A.Uils A l f o n s o B o t e r o Ch.

1.8.

C e r e t h o C o n s t l n i t í o n a l GeriBral

FINES DEL ESTADO 1.8.1. Teorías-sobra los fines oxpar^sivos del Estado 1.5.2. Teorías acerca de los finos limitativos del Estado 1.8.3. Otros enfoques 1.9. PUNCIONES DEL ESTADO 1.9.1. Análisis jurídico de las funciones del Estado 1.9.2. Extensión y límites del rol del Estado en la ópoca contemporánea 1.10. LA ECONOMIA ¿NUEVA FUNCIÓN DEL ESTADO? ..'. 1.10.1. El auge por el derecho público económico 1.10.2.Nociones básicas de la importancia de la economía en el Estado 1.10.3. Las limitaciones propias del Estado en la economía

r¿6 127 128 12 8 130 132

WemerNaeí Staat und staatsgedanke I. La estructura histórica del estado moderno

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Manuel García Pslayo "Del mito y de la razón en la Historia del Pensamiento Político" en Obras Completas II

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LECTÜKAS DEL CAPÍTULO I. EL ORIGEN DEL ESTADO Jean Bodino "Los seis libros de la República" Libro primero: Capítulo VUI "De la soberanía" Libro primero; Capítulo X "De los verdaderos atributos de la soberanía"

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CAPÍTULO SEGUNDO . EL CONSTITÜCIONAUSMO MODERNO 2.1. DEFINICIÓN DEL DERECHO CONSTITUCIONAL E. 1.1. Los fenómenos políticos 2,1.2; Encuadraniiento jurídico de los fenómenos políticos 281 2.1.3. El particularismo da! derecho constitucional 2.2. EL SIGNITICADO DEL DERECHO CONSTITUCIONAL 2.2.1, La oposición entre poder y libertad 2.2.2. La conciliación entre poder y llbenad 2.3. LA FORíAACIÓN DEL DERECHO CONSTITUCIONAL 2.3.1. El invento ds Occidente 2.3.2, La civilización occidental 2.4. EL DERECHO CONSTITUCIONAL MO.DERNÓ ,... 2.4.1. La Identidad del derecho constitucional moderno 2.4.2. La evolución del derecho constitucional moderno 2.4.3. La rápida expansión del constitucionalismo moderno 2.4.4. La transformación del constltuoionallsmo moderno

Thomas Hobbes "Leviatán" Capiculo XIII; De la condición natural del género huiriano, en lo que concierne a su felicidad y miseria Capítulo XIV: De las leyes naturales primera y segunda, Y de los contratos Capitulo XVIII: De los derechos de soberanos por institución , Capítulo XIX: De las diferentes clases de República por institución, y de la sucesión al poder soberano

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169 185

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2', 2! 2'.

2! 2í 2í 25 ᣠ2í 25 2£ 25 2í 2S 2í

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Nicolás Maqviavelo (3 do mayo de 1469 - 21 de junio de 1527) El Príncipe Capítulo IV; Por qué el reino de Darío, ocupado por Alejandro, no se sublevó contra los sucesores dó éste, después de su muerte : 231 Capítulo IX; Del principado civil 235

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Capítulo XVII: De la OTjeldad Y 'a clemencia; y si es mejor ser amado que temido, o ser temido que amado

LECTURAS DEL CAPÍTULO II. EL ORIGEN CONSTITUCIONAL I. La Revolución Inglesa Carta Magna (de 15 de junio de 1215) Petición of Rlghts "Petición de Derechos" (de 7 de junio de 1628) Habeas Corpus Amendment Act "Lay de Modificación del Habeas Corpus" (de 28 de mayo de 1679)

3C 3C 31 31 31 32

D s f s c h o Ccmstiiucloii^

C i r i o s Mai'lo Molina B, M a r i o A l f o n s o Álvarer. M. F e r n a n d o ["eláaü A.Luis A l f n n s o B o t a r a Ch,

BinofRighcs "Declaración de Derechos" (d« 13 de febrero de 1689)

325 325

Act. of Setllernenl

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"Ley de Instauración" íde 12 de junio de 1701)

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John LocJce 1 690 Segundo tratado sobre el gobierno civil Capítulo 9; Da los fiaes de la sociedad política y del gobierno La Revolución Americana La Declaración de Independencia (1 de julio de 1766) La Declaración de Derechos de Virginia , (12 de junio de 1776) La Constitución de ios Estados Unidos de América (17 de septietnbre de 1787) Las Diez Primeras Enmiendas Bill of rights (15 de diciembre de 1791) Lecciones Constitucionales Tomadas del libro El Federalista. El debate por la unión, que es traducción y selección de Tbe Federalist Papers. Hamilcon, Alexandsr sc ai. Introducción y Selección: Jorge Sáenz CarbansiJ Presupuestos democráticos Marbury Vs, Madison (24 de febrero de 1803) La Revolución R-ancesa Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano (26 de agosto de 1789)

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jBan-Jscques Rousseau (28 de julio de 1712 - 2 de julio de 1778) El contrato social Libro primero Capítulo VI 377Capitulo Vil 381 Libro Segundo Capítulo I 385 Capítulo n 387

Capítulo Capitulo Libro Tercero Capítulo Capítulo

III IV IV XV

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CAPÍTULO TERCEEO EL ESTADO DE DERECHO 3.1. LA CONSTITUCIÓN 3.1.1. La noción de Constitución 3.1.2. Constitución en sentido forma! y Constitución en sentido material 3.1.3. Constitución política y Constitución social 3.1.4. Formas de Constitución 3.2. CONCEPTOS ACERCA DE LA CONSTITUCIÓN 3.2.1. Criterio racional normativo 3.2.2. Criterio histórico tradicional 3.2.3. Concepto sociológico 3.3. EL CONTENIDO DE LA CONSTITUCIÓN 3.3.1, El preámbulo 3.3.2, Pane dogmática 3.3.3, La pane orgánica de la Constitución 3.4. EL ESTABLECIMIENTO Y LA REVISIÓN DE LA CONSTTTUaÓN 427 3.4,1.El establecimiento de la Constitución 3.4.2. El órgano competente para establecer la Constitución 3.4.3. Los procedimientos de revisión 3.4.4. l a s técnicas de revisión de la Constitución escrita 3.4.5. Límites al poder de revisión 3.5. EL CONTROL CONSTITUCIONAL 3.5.1. La ausencia de control 3.5.2. El control parcial da constitucionalidad 3.6. LA ESTRUCTURA DEL GOBIERNO Y LA DESIGNACIÓN DELOS GOBERNANTES 3.6.1, La herencia 3.6.2, La cooptación 3.6.3, La elección

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• ' ' < { í e entre ellos surge, en 15 79, b^o la Impresión de la Noche de San Bartolomé y de la lucha de los Países B^os por su libertad, el célebre libró de Duplessis-Mornay, "Vinclíciae contra tyrannas", con.el característico subtítulo, "De príacipis ín populum. popuISqua In princip&nfi, legitima potestate". "De la puissance légitinie du princa sur le peuple et du peuple sur le prínce". De la teoría contractual, empero, los teóricos del derecho dé resistencia llegan a la idea de que el "corps du peuple " se halla sobre el príncipe, es decir, llegan a la concepción y a la exigencia da la soberanía popular. Ahora bien, ¿qué entendían los teóricos del derecho de resistencia por el término "pueblo"? Nada en absoluto de 10 que nosotros entendemos hoy con esta palabra; no el pueblo en el sentido democrático-indivi,dualista. 21 derecho dé resistencia, el derecho de soberanía no es ejercído;por el individuo aislado; ni el hombre ni el ciudadano, en tanto que tales gozan de una posición jurídica garantizada en el Estado ni tienen competencia política alguna, Derecho da resistencia sólo lo paseen los estados y las llamadas "competencias inferiores", és decir, corporaciones municipales, autoridades políticas intermedias, instancias cuyos titulares se hallaban especialmente cualificados por el n^cirrúento, por la posición social o por privilegio. Én el Estado, monista y absoluto la doctrina del derecho de resistencia pierde.signiñcacióft en su forma originaria; se le priva de su fundamento, tie-.su confirmación por el derecho positivo vlgetlte, y el poder monárquico absoluto se Impone definitivamente. En contraposición, empero-, -con al derecho absoluto del monarca, los elementos da la doctrtnaíáciqjiieren nuevo sentido y nueva importancia, tanto la teoría cütítraeí,usi,'Cpmo la idea de un ámbito jurídico no basado en la

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C s r i o s M a n o Molinn 8. Mario A l f o n s o Á l v a r e í

F e r n a n d o Palász A.Luls A l f o n s o B o t o r o C h .

voluntad del príncipe, sino de naturaleza popular. Y os ahora, en este momento, cuando, partiendo del Derecho Natural, tiene lügar lo nuevo; el descubrimiento ds la personalidad individual como éla.mento integrante de la comunidad nacional constitutiva del Estado, el descubrimiento del individuo con fuerzas, derechos y libertades para el Estado, en el Estado y del Estado, Con ello se ha abierto el camino que conduce a la doctrina de los derechos del hombre y al Estado democrático. La decisiva concepción de los derechos del homiire tiene lugar en los Estados coloniales ingleses de Norteamérica. Su germen, en cambio, procede de la vieja Europa. En el protestantismo, especialmente en el calvinismo, se encuentra un elemento individualista, la idea de que el individuo aislado y cada una de las comunidades singulares se halla bajo la ley de Dios y de Cristo, y que aquí el poder del Estado tiene sus límites; este concepto lo llevaron consigo a América los colonos puritanos. Como súbditos británicos, estos colonos poseen además una serie de derechos y libertades perfectamente garantizados, conquistados por ellos en e\ cvirso de la historia y asegurados por el parlamento, derechos consagrados en leyes positivas como el acta ¡Jabeas Corpus o el Sj'JJ ofrígJhts. Estos gérmenes, empero, encuentran en América un suelo extraordinariamente favorable. El curso de la colonización norteamericana, las presuposiciones del suelo y su explotación, todo provoca una situación de base esencialmente individualista: las fundaciones de Estados, como la de New/-Plymouth en el camarote del "Mayflower", tiene lugar efectivamente por un contrato; la comunidad estatal se constituye por individuos que coinbinan sus fuerzas y que hacen coincidir sus voluntades aisladas con el fin de alcanzar objetivos comunes. El primer d e r e c h o del hombre auténtico, ni c o n c e d i d o ni abrogable, que se convierte en Norteamérica en hecho político, es el derecho de libertad religiosa, Ya en 1636 se constituya un Estado, Providence, sobre esta base, y pronto siguen a éste otros, aun cuando no todos. En la época del conflicto con Inglaterra, los derechos que los colonos poseen como ciudadanos ingleses son interpretados según el modelo del derecho de libertad religiosa, y convertidos en derechos concedidos por Dios y basados en la naturaleza, es decir, en derechos cuya validez no dependa del parlamento inglés, y que el Es-

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Derecho Constitucional General

tado tiene, más bien, que respetar en todo caso. Se comienza a enumerar, a subrayar estos derechos, que son utilizados como .armas de guerra contra las medidas del gobierno inglés. El 2 0 de noviembre de 1772 los ciudadanos de Boston formulan por primera vez una "Declaración de derechos del hombre y del ciudadano". El 12 de julio de 2 776 sigue, a la cabeza de la constitución de Virginia, el "Virginia Bill of Rights", un catálogo d s derechos del honobre en sentido propio, en el cual los derechos del hombre aparecen independientes de toda conexión jurídico-posítiva, basados e n el Derecho natural, innatos, inalienables, indestructibles, parte integrante del concepto "hombre" y convertidos en presupuesto de toda Constitución política. En la declaración de independencia de las trece colonias, de 4 de julio de 1776, se incorporó esta noción, transformada ya en idea política fundamenta!. Desde América los derechos del hombre fueron trasplantados al suelo francés, preparado para ello por la Ilustración; la trayectoria lleva a la declaración francesa de los derechos del hombre de 1789 y más allá aún, El padre de los derechos del hombre no f u s Rousseau, por grande que fuera su influencia en este respecto, no tanto por su doctrina, sino por ia forma en que fue entendido. Su frase de que el hombre ha nacido libre revistió una enorme significación por la forma apodíctica de su formulación, mientras que su doctrina de la subordinación total .del individuo al Estado, pensado éste como democracia absoluta, sólo influyó en mucha menor medida la conciencia histórica de la época. ¿Qué es lo que ello significa? Ello significa que se ha llevado a cabo la fundamentación individualista del Estado - e n tanto que idea, es decir, que ha tenido lugar un hecho cardinal para tóda.la historia ulterior. Y de este Estado, cuya estructura es pensada en forma absolutamente diversa, queda como aislada e independiente en virtud de la declaración de derechos del hombre una esfera jurídica sustraída al poder estatal. Esta es la gran limitación del Estado absoluto, limitación que tan e^waordinaria trascendencia iba a revestir para el curso de la historia Rplítica subsiguiente; el Estado, ese m i s m o Estado que en el siglo XIX alcanza en los demás sectores vitales una potencia y • una intensidad. de acción mayores que nunca, tiene que respetar las barreras implicadas en aquella delimitación. Una linnitación, la exclu-

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C a r l o s M a r i o M o l i n a H. M a r i o A l f o n s o A l v a r e j M . F e r n o n d o ?e\áez

A . I u i s Alfortso E o i o r o

Ch.

sióf) de un sector vital de la competencia del Éstado, que, sin embargó, no Iricerrumpe para nada el proceso general en su movimiento impulsivo,

ManueJ García Pelayó

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A los derechos del individuo frente al Estado se añaden pronto sus derechós políticos activos en el Estado. Del principio de la soberanía popular, encendido como derecho del hombre, s e derivan postulados quS harán saltar la forma estatal absolutista. Aquí se inicia el proceso que ha de llevar a la participación política activa del pueblo en e¡ gobierno del Estado -con ésto o el otro matiz y con ésta o la otra organización- y que, por tanto, va a colocar junto a la poteftcia monárquica o e n s u lugar dentro del Estado moderno otro hilar de base democrática. Tal es el panorama en el siglo XIX. El "Estado moderno" alcanza piona realización y despliega máxima actividad, pero excluido de un sector reservado a la libertad individual. En relación con su estructura y su forma estatal, empero, el proceso que parte del Estado dualista y de! Estado monárquico absolutista ha creado ahora un Estado que extrae una parte de su fuerza, su mejor fuerza, toda su fuerza, de la suma de,individuos que le componen y que le rigen directamente o por representantes, por sí solos o en unión de la corona, FUENTE'. ÁiyiADE DERBCHO CONSTITUCIONAL. Facultad de Derecho UNIVERSIDAD DE VAllADOLID Esve docomento ha sido reprodMCido con fines BXC\USÍVamento docentes, paia su uso por profesores y aluinnos de Darecho Constitucional.

A) La abolición de lós poderes intermedios Corno h e m o s visto e n las líneas anteriores, el emperador recaba para sí la plenitud del póder y se proclama fuente originaria de toda autoridad: le corresponde e x c l u s i v a m e n t e la atribución de dar y casar la ley, y es el origen de toda potestad ejercida eñ el reino y toda autoridad Investida en los magistrados. Mas para dar realidad a tales pret e n s i o n e s s e precisaba, ante todo, la abolición política de los centros que, ejerciendo poder a propio título, s e interponían entre el réy y la masa del puebló, Tál abolición ha sido característica del Estado m o derno -al menos hasta la aparición de las doctrinas pluralistas- y consuna nota esencial de la teoría y de la praxis de la soberanía. Veamos, p u e s / c u á l fue la polftica de Federico respecto a estos poderes. Para la Edad Moderna, el signo y compendio de la soberanía es el poder de legíáráí, pero, para una época de casi nula actividad legislativa, como lo file la alta Edad Media, el poder político supremo s é cifraba en el-ejércició de la jurisdicción criminal superior, del mero imperio, De aeüérdo con ello, las Constituciones prohiben a los prelados, cOndss, bafon-es, caballeros y ciudades - e s decir, a todas las dignidades y perstíbas físicas o colectivas que hasta e n t o n c e s habían detentado podei^s públicos- el ejercicio de la jurisdicción critninal e n sus tierras, la.'éüálqusda exclusivamente reservada a los justiciarios; la desúbedienoiá^-a éste mandato s s castiga coft la muerte, salvO para

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Wsn.v^iíÁ'.

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C a r l o s M n r l o M o l l n í B. M a r i o A l f o n s o A l v a r e s U . F a r n a n d o Paláüz A.Luls A l f o n s o B o l e r o Clí.

Derecho ConsUtuclenal General

el caso de la.? ciudades, al que nos referiremos m á s adelante. La legitimidad de los feudos, es decir, del poder de disposición sobre la tierra en que s e ejercía el señorío, había de justificarse ante la Magna Curia y -de acuerdo con el principio normando ningún vasallo pódía prestar homenaje a su señor si no había jurado previamente fidelidad al rey. La conversión del feudalismo en i n s t r u m e n t u m regni s e acentúa con la prohibición de ia enajenación de feudos, ya que no se los considera como patrimonio libre del señor, sino como un fondo perpetuo de ia Corona destinado a sustentar la fuerza militar del reino.

privilegios al clero, reducida toda la población al D e r e c h o común y afirmado el monopolio del poder por el emperador-rey, apenas parece necesario añadir que los e s t a m e n t o s carecían de poder político. Pues si bien, c o m o v e r e m o s m á s adelante, s e ordenó la reunión anual da unas asambleas e s t a m e n t a l e s regionales, dichas a s a m b l e a s tenían como función la fiscalización de los actos de los funcionarlos provinciales y, por taiito, n o fueron organismos de carácter político, sino administrativo, cuya competencia, por otra p a n e , s e limitaba a s e ñ a lar la Infracción, pero sin decidir sobre ella, de manera que, e n resumidas cuentas, eran órganos de fiscalización, pero no de decisión, Es cierto también q u e s e reunieron algunas Cortés o Parlamentos Generales, pero tales a s a m b l e a s tenían m á s la función de aclarar q u é la de decidir, m á s la de vía de comunicación de las decisiones de u n poder que la de un poder e n sí m i s m o , m á s la de i n s t r u m e n t u m regni que la de sujeto d e gobierno, A s í s e lee, e n la circular de convocatoria para el Parlamento de Foggia, e s t e t e x t o e n el que s e m a n i f i e s t a n Indudables huellas bizantinas y q u e e s expresivo del significado de dichas asanribieas: "designaréis dos diputados ante Nos, que por parte de todos vosotros c o n t e m p l e n la serenidad de nuestro rostro y os transmitan nuestra.voluntad". Ni siquiera podían considerarse tales reuniones como un.intento de comunicación directa entre el rey y el pueblo; la asamblea estaba silenciosa y e n ocasiones prosternada, y Federico, que cultivó c o m o pocos e s e pathos de la distancia que Spranger s e ñ a la como c ^ a c t e r í s t i c a del h o m o politices, permanecía con el rostro hierático y m y d o ante ella y, a una señal de s u cetro, hablaba el logoteta, u n funcionario d e origen bizantino (en sus orígenes con f u n c i o n e s contables) que, .aparte d e otros m e n e s t e r e s , tenía el de actuar como intérprete del verbo del emperador. B) El monopolio de la v i o l e n c i a l e g í t i m a

Además, s e codifica s i s t e m á t i c a m e n t e el Derecho feudal, sin que q u e d e m a r g e n para el e s t a b l e c i m i e n t o l i b r e d e r e l a c i o n e s feudovasalláticas. La eliminación de la nobleza como poder intermedio se perfeccionó con la limitación del derecho de erigir castillos privados, Y finalmente la enérgica represión de las insurrecciones nobiliarias hizo efectivas estas leyes y redujo la nobleza a auxiliar del Estado, Dura y brutal fue también su poh'tica respecto a las ciudades; la ciudad que s e atreviera a elegir por sí m i s m a sus magistrados quedaría arrasada; los elegidos, castigados con la muerte, y sus habitantes, dispersados. Tan duro precepto - q u e anulaba la ciudad como corporación jurídico-política- no quedó e n letra muerta; las ciudades de Centorbi, Traiana, Capizzi, Monte Albona fueron desoladas y sus habitantes dispersados de los lugares y concentrados e n una ciudad que se llamó Augusta. Y e n u n terrible d o c u m e n t o de la Cancillería de Federico, dirigido al Justiciario de los Abruzzos, se lee lo siguiente: "Nuestra Alteza aprueba lo que nos anunciás respecto a los habitantes del castillo llamado Cittá di Sant Angelo, contra los que has procedido j u s t a m e n t e , como merecía su maldad, destruyendo las murallas del lugar, q u e m a n d o sus casas y albergues, colgando los hombres, mutilándolos, dispersándolos y exiliándoles para siempre, y queremos que el lugar quede en estado de perpetua desolación", Apenas hay que añadir que las ciudades quedaron reducidas al Derecho común, anulándose los usos y privilegios locales y, cuando alguna vez, y sobre asuntos poco importantes, se les concedía alguna franquicia, lo era a título revocable o a reserva de mandato e n contrario. Neutralizada la nobleza como poder político autónomo, anuladas las ciudades como corporaciones jurídicas públicas, sustraídos sus

La paz -^á ctíya garantía sirve el poder político- supone, cuando rrtenos, la exclusión de la violencia e n las relaciones entre los h o m bres y grupos,-Eero dicha exclusión sólo s e hace cierta y s e g u r a cuando la violencia eí'monopolizada efectiva y l e g í t i m a m e n t e por u n c e n tro, y por e s o Max Weber ha definido al Estado c o m o "aquella asociación humana-qúe dentro-de los límites de un cierto territorio a s u m e con éxito el-mónopolio l e g í t i m o de la violencia"'"'. El monopolio d e la violencia, esí; pues, el contrapunto de la'garantía de paz, y significa

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C e l l o s M s r i o Mullna B. M a r i o A l f o n s o A l v a r e z M. Kernatido PsIáOT A . l u l s A l f o n s o B o t e r o Ch.

Derecho Constitucional General

Sí' que la d e f e n s a de la vida y de los b i e n e s d e cada u n o corre a cargo del Estado, e s decir, es estatizada. Mas no era ésta la situación en la alta Edad Media, e n la q u e s e consideraba legítinna la Fehde o guerra privada, en la que, e n m u c h a s circunstancias, ciertas p e r s o n a s físicas o colectivas podía/i reivindicar la o f e n s a y t o m a r s e así la justicia por su nnano, y en la que, c o r r e l a t i v a m e n t e a tales situaciones, la d e f e n s a d e los débiles n o corría a cargo del Estado, sino al de c i e n o s institutos, c o m o las Órdenes de Caballería, los m o n a s t e r i o s , etc., o de s e ñ o r e s particulares frente a s u s vasallos y e n c o m e n d a d o s . El rey era uno de los defensoras de la paz, pero no el ú n i c o ni s i e m p r e el m á s importante, Én correspondencia con la pluralidad d e d e f e n s a s , había una pluralidad de paces, fuera en función de los si^etos q u e tomaban sobre sí la responsabilidad de m a n t e n e r la paz (paz del rey, de la Iglesia, de la ciudad, etc.), fuera e n función d e las pei-sonas protegidas (paz del peregrino, del mercader, de la viuda, etc., y cuya violación conllevaba distinta sanción), fuera e n función de los lugares (paz del rey, que originariamente era la de los palacios y c a m i n o s reales, pero q u e d e s pviés s e e x t e n d i ó a otros ámbitos, h a s t a convertirse e n paz territorial; paz del mercado, del molino, d e los lugares santos, etc.). Pero e n el reino siciliano el Éstado toma para sí el m o n o p o l i o de la violencia legítima; nadie podrá reivindicar una injuria por su propia autoridad, ni tomar presas ni represalias, ni p r o m o v e r guerras e n el reino, sino q u e ha de reivindicar su D e r e c h o ante los funcionarios judiciales c o m p e t e n t e s para la causa e n cuestión, de manera q u e los condes, barones o c u a l e s q u i e r a otros q u e p r o m u e v a n guerras privadas serán c o n d e n a d o s a m u e r t e y s u s b i e n e s confiscados, y q u i e n hiciera presas y represalias perderá la mitad del patrimonio. Estas m e didas f u n d a m e n t a l e s fueron c o m p l e m e n t a d a s con una s i s t e m á t i c a tipificación de delitos s a n c i o n a d o s con p e n a s - q u e aun t e n i e n d o e n cuenta la naturaleza de los t i e m p o s y d e la situación por la q u e atravesaba Sicilia- no dejan de p a r e c e m o s terribles. Mediante esta tipificación de delitos s e reduce a un racional s i s t e m a jurídico penal la antigua heterogeneidad de p a c e s en función de las p e r s o n a s y do las materias protegidas. Mas, entre los delitos, cobran especial importancia los de rebeldía y bandidaje, Como h e m o s dicho antes, al rebelde s e te Identifica con el hereje y a la rebeldía con el sacrilegio, A m b o s s o n delitos contra

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Dios y contra ei emperador, p u e s el rebelde político, al alzarse contra el emperador, s e r e v u e l v e contra el orden próvideftcial y natural del, q u e el e m p e r a d o r e s a g e n t e y c o n s e c u e n c i a necesaria; y el hereje, a! rebelarse contra Dios y tratar de escindir la unidad de la Iglesia, se rebela Contra el emperador, q u e e s la materia d e la m a j e s t a d divina y si encargado de d e f e n d e r la integridad eOlesiástica. El culpable de d e lito grave de l e s a int^estad perdía s u v i d a y t o d o s s u s b i e n e s a u n q u e tuviera hijos, T t o b i é n s e c o n s i d e r a b a c o m o sacrilegio d i s c u t i r l o s j u i cios, criterios o i n s t i t u c i o n e s i m p e r i a l e s y p o n e r eíi cuestióíi la dignidad d e los funcionarios d e s i g n a d o s por el emperador, Al a c u s a d o d e lesa msyestad s e le v e d a b a el c o n o c i m i e n t o d e los d e n u n c i a n t e s y d e los t e s t i m o n i o s , s i g u i é n d o s e un procedirftiento análogo al d e la inquisición eclesiástica. La e x c l u s i ó n d e la v i o l e n c i a s e a ñ a n z ó c o n la prohibición del u s o de 'armas por los particulares, salvo a los caballeros y bur^rueses cuando salieran de vicye.-.la c o n t r a v e n c i ó n a e s t a disposición s e castigaba con distintas multas, e n f u n c i ó n d e la condición social d e la persona, q u e a s c e n d í a n al doble por e l solo h e c h o d e sacar el s r m a y q u e conllevaba la pérdida de m a n ó si hería c o n ella; a s u entrada, e n el reino los ex" Granjeros debían ser i n f o r m a d o s d e las disposiciones sobré el u s o d e armas, Los r e b e l d e s a la justicia aran declarados bandidos d e s p u é s d e transcurrido un año d e la publicación del bando justiciario e n el q u e se r e c l a m a b a s u presencia. Tal declaracióri implicaba la m u e r t e civil y la consideración d e e n e m i g ó público {pro m o r t u h a b e t u r et h o s t i s publico reputetur): s e otorgaban p r e m i o s s n m e t á l i c o a s u captura; cualquiera podía matarlo: si lo hacía otro r e b e l d e o bandido s e l e e x tinguía s u pena, y el Justiciario e s t a b a obligado a darle m u e r t e sii^ formación d e causa. Entre las m e d i d a s t o m a d a s por Federico para garantizar la paz figura la concentración de los m u s u l m a n e s e n l a ciudad de Lucera. D e s i o m p r e habíari constituido los sarracenos un factor,de i n q u i e t u d e n Sicilia y, todavía durante la fftinoHa de Federico, s e hüblan s u b l e v a d o p o n i é n d o s e al lado d e los enennigos d e í emperador, Resuelto a t e r m i nar con e s t a f u e n t e d e disturbios, Federico realizó cuatro c a m p a ñ a s contra ellos, q u e ^empiezan e n 1 2 2 1 y t e r m i n a n e n 1 2 2 6 , y u n a v e z dominados, los coriqentró en colonias y e s p e c i a l m e n t e e n la ciudad d e Lucera, situada e n J a costa adriática y, "por tanto, lejos d e África, único

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üwiv:'!! Úirk^yíKii^

C a r l o s M a r i o Molina B. M s r l o A l f o n s o A j v a r e z M. F e m a n d o P a l á s i A.I.uis A l f o n s o B o i a r o C h .

lugar de donde los musulmanes podían esperar ayuda. Convierte, pues, a la ciudad en una especie de campo de concentración, rodeado de altas murallas y dominado por una ciudadela, y del que sus habitantes no podían salir sin un permiso especial, Y mediante este procedinniento transformó a los rebeldes en tropas a quienes su situación pone en trance de ser absolutamente leales ai emperador, pues, en última instancia, sólo en él encontraban protección en medio de poblaciones hostiles; en tropas que no se i n m u t a b a n ante las banderas de! papa ni temblaban ante las excomuniones, y de las que Federico H recluta su guardia personal. Lucera se convirtió así en una colonia núlitar y en uno de los puntales del ejército de Federico, G) Las garantías de la paz y de la Justicia Asunnida por el Estado la garantía de la paz, s e precisaba del establecimiento de un sistema que la llevase efectivamente a cabo, A tal fin responde no sólo la cobertura de todo el reino con una red de funcionarios, encargados de administrai-justicia "con pronto celo y abundancia necesaria""" -y sobre la que v o l v e r e m o s m á s adelante-, sino tanibién al establecimiento de la persecución criminal de oficio, la "invocación" y la racionalidad y precisión del proceso judicial. Durante ta alta Edad Media se seguía, e n general, juicio criminal como consecuencia de una querella, pero no existía una investigación de oficio destinada a descubrir los delitos cometidos, La Iglesia - m á s avanzada que el Estado en su racionalización- introdujo el s i s t e m a de que los delitos de herejía fueran perseguidos no sólo como resultado de la denuncia de un particular, sino también por iniciativa del archidiácono del obispado; un paso adelante tuvo lugar cuando el Concilio de Narbona (1227) estableció se e n c o m e n d a s e a funcionarios e s p e cializados el cuidado de buscar el crimen de herejía, de manera que la misión de tales funcionarios era no sólo la denuncia, sino también la investigación del delito. La inquisición eclesiástica quedó definitivamente establecida en 1233, bajo si pontificado do Gregorio IX, Federico, inspirado probablemente e n los m o d e l o s eclesiásticos y romanos, introduce en el reino de Sicilia la persecutio ex-officio, de m a n e ra que ciertos delitos, corno los de lesa majestad) asesinato, homicidio, asalto de caminos, defraudación al fisco, etc., son perseguidos de oficio sin necesidad de que m e d i e querella o denuncia. T^nto e n el Tribunal de la Magna Curia como en los de los justiciarios se estable-

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cen unos iudices p e r m a n e n t e m e n t e dedicados a la inquisición de tales delitos. "Trátase -dice Kantorowicz- del primer indicio de la "fiscalía del Estado", de algo tan rigurosamente opuesto a! p e n s a m i e n t o m e dieval que el glosador,., anota certeramente: "Con razón suficiente puede decirse que esta ley c o n t i e n e D e r e c h o nuevo"", La "invocación" o "defensa" e s una curiosa institución. Su,sentido es dar omnipresencla a la autoridad del emperador dondequiera que alguien fuera injustamente atacado en su persona, en s u familia o en sus bienes. La víctima de la violencia podía d e f e n d e r s e invocando el nombre del emperador, a n t e el cual el atacante debía dejarlo en paz. D e s p u é s de pronunciada la fórmula, la continuación del ataque se calificaba de ofensa contra el emperador mismo. El cxilpable -si s e probaba que había sido hacha la invocación- era j u z g a d o por el Tribunal de la Magna Curia y c o n d e n a d o a perder, a favor del fisco, la tercera parte de s u s bienes, si el ataque había sido h e c h o con armas, y la cuarta parte si-había sido realizado sin ellas, Las m i s m a s p e n a s eran aplicables a quien invocase injustamente, e s decir, sin haber sido atacado o siendo él quien inició la ofensa. No es é s t e el lugar para u n a descripción del Derecho procesal. Diremos, sin embargo, que, inspirándose en los Derechos romano y canónico, se racionaliza y s i s t e m a t i z a tanto el proceso penal como el civil: se fijan con precisión los términos, las acciones, las excepciones, se racionalizan las pruebas, s s reglamenta la intervención de los testigos y de los abogados, s e e s t a b l e c e n procedimientos sumarlos, etc. D)

La igual protección y el distinto honor

La tendencia a,la igualdad sustancial de todos los súbditos perten e c e a la lógica rrdsma del absolutismo» en virtud de varias razones: en primer lug.a;r, lodo privilegio, e n especial si se s u s t e n t a sobre una realidad social, supone u n lírr^ite al poder, de aquí que si bien el Estado absolutista m t ó t u v p ciertos privilegios jurídicos (pero n o políticos), s u s juristas s e e r i c a f g a r o n de dejar bien sentado que. tales privilegios no se gozaban a p r o p i o título, sino por inerced revocable del soberano; e n segundo^.iíugar, el Estado absoluto tiende a la uniformidad, lo que e s contradííSorio con la sociedad pluralista que s e alberga tras u n orden jurídico .basado e n el privilegio; e n tercer lugar, el rey absoluto,'al pretender encarnar los i n t e r e s e s generales del Estado frente a los

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C a r l o s Mario M o l i n a B. M a r i o A l f o n s o Á l v a r e z M. F e r n a n d o Peláez A.Liits A l f o n s o B o t e r o Cli.

particulares de los distintos grupos y fracciones, ha de mostrarse an oposición á todo lo que signifique parcialidad. Sin embargo, s e trata más bien de una tendencia que de una plena realización, pues, bajo la afirmación de la igualdad política sustancial ante el rey, no sólo se reconocen desigualdades de índole social y jurídica, sino que tales desigualdades constituyen la infraestructura del absolutismo e incluso son racionalffiente utilizadas por éste para mantener la sociedad en orden y para estimular la prestación de buenos servicios al Estado con ascenso en el honor social. En resumen, bajo una superestructura política de tendencia Igualitaria se albergaba un plurati,snnú político social. Éste mismo e s q u e m a s e encuentra presente en el reino de Sicilia b ^ o ol gobierno de Federico: se administrará justicia a todos por igual y sin excepción de personas, porque: "Nos, qvie p e s a m o s en la balanza de la justicia los derechos de cada uno, no queremos en los juicios distinción alguna de personas, sino Igualdad: sea franco, sea romano, sea longobardo el pleiteante o acusado, q u e r e m o s que s e le administre justicia". No s e trata tan sólo de extender normas jurídicas uniform e s sobre toda Sicilia -lo que por sí representa un progreso políticojurídico considerable, puesto que equivale al triunfo del principio territorial tan vinculado a la formación del Estado moderno-, sino que se trata también del resultado de una exigencia moral que, como en seguida veremos, conduce a otorgar una especial protección jurídica a los débiles y al establecimiento de un sistema en el que ningún rango social conlleva impunidad. La protección se extiende, así, a los judíos y saiTacenOs, contra los que "por cierto -dicen las Constituciones- abunda ¡a persecución de los cristianos", y a quienes, "destituidos de todo auxilio, no podemos defraudar en la protección de nuestro póder". Sin embargo, esto rto excluía ciertas diferencias jurídicas, de acuerdo con las distintas categorías sociales y étnicas del reino de Sicilia. De la lectura dé las Constituciones se desprende que la sociedad siciliana -dejando aparte al clero- s e jerarquizaba en cinco rangos; 1) los Condes; 2) los barones; 3) los caballeros; 4) los burgueses, y 5) los rústicos o campesinas. A la nobleza s© Je conservó Ja justicia por sus pares, s u s miembros estaban más protegidos en s u honor que el resto de la población, y, como hemos visto anteriormente, el crédito do su tésti-

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Darscho Constiiuclonal General

nwnio era superior a! d e otras clases de la población, pero, como también h e m o s visto, sa le imponían eñ ocasiones p e n a s superiores a las del resto de los ciudadanos, pues el honor de cada e s t a m e n t o iihplicaba no sólo distintos derechos, sino también distintas obligaciones. Y aunque la protección s e extendía a todos lOs subditos, s e reputaba, sin embargo, en doble el valor de la vida de u n cristiano a la dé un pagano; la ciudad e n la que tuviera lugar un honnioidió iifipune sería multada con 1 0 0 augustales si oJ muerto era cristianó, y sólo con 5 0 si era judío o sarraceno". Pero la protección del poder público s e acentuaba con respecto a las g e n t e s a q u i e n e s motivos permanentes o circunstanciales colocaban en situación e s p e c i a l m e n t e débil. Así, s e c a s t l g ^ a cOn la muerte el rapto de vírgenes, de viudas o de m o r j a s y, en general, la violencia a una mujer, aunque fuera meretriz s e sancionaba, por tan nociva desidia, con cuatro augustales de multa a quien, oyendo a una m^^er que clama auxilio para defenderse de la violencia, n o dcudiefa e n su socorro. Contra la bárbara costumbre que cónvertía los barcos naufragados y su mercancía e n despojos para el señor o para los habitantes de la costa, las Constituciones castigan con la m u e r t e y restitución del cuádruplo al que haga dañó o robe al náufrago mientras lucha para salvar su vida y sus bienes, y con multa de un augusial a quien no acuda en su socorro; las m i s m a s penas s e e x t i e n d e n a sírniláfes actos con ocasión de incendios y de terrenrwtos. Las mv^eres, los pupilos y los pobres gozan de protecciones penales y procesales específicas en lo que respecta.a la administración de sus bienes; a fin de que l a v a r a de la justicia no, fuera torcida por influencia de los poderosos sobre los tribunales iríferiores, s e reserva el conocimiento de ciertos pleitos al Tribunal de la.Magna Curia, y si s e trata de viudas, de pupilos o de pobres, los gastos causídicos y do abogados corren por cuenta del fisco. Tales s o n algunos ejemplos de la positivación de la idea de la paz y de la justicia,,Sin duda que, e n tal política, influyen motivos de índole práctica, entre los que tienen gran importancia consideraciones de naturaleza económica, c o m o es el caso de la protección a los náufragos o a los judíos, y sin duda también que Federico no respetó derecho alguno q u s constituyera u n peligró para la seguridad del ejercicio de su poder. ííp m e n o s cierto e s (^ue estribó tributariamente á sus

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•feeÁUiiUÍ

Carlos Mario Molina B, Mario A l í b n s o Á l v a r e z M. F e r n a n d o l^eléez A.Luis A l f c n s o B o t e r o C h .

subditos y que la crueldad de su carácter estuvo presente sn la prácdca de su gobierno, Paro más allá de algunas motivaciones inmediatas y oportunistas y de las condiciones personales del emperador, los preceptos en el espíritu de los reseñados son el resultado de enérgicas corrientes espirituales y adquieren pleno sentido en conexión con ellas. Una es la idea de justicia, tan místicamente sentida y, a la vez, tan racionalmente estructurada por Federico; es otra el ethos romano de la majestas expresado en el famoso verso de Virgilio parcere tubjectos et debeüare superbos, constantemente presente en la conciencia imperial; junto a ellas está la idea cristiana de la dignidad de la persona, y, en fin, el convencimiento, derivado de un Siglo de estudios jurídicos, de que, gracias a la precisión y a la racionalidad que ofrece el Derecho para regular la convivencia humana, p u e d e n hacerse vigentes la justicia, la majestas y la dignidad de la persona por débil que ésta sea. Pero la tiranía efectiva de su régimen muestra, una vez más, el riesgo que encierran las ideas abstractas y generosas cuando tratan de ser fanáticamente realizadas. , E)

t a organización económica

Unido al nacimiento del Estado moderno va el de una economía destinada a sustentarlo financieramente, es decir, a hacer frente a los gastos necesarios para mantener funcionarios a sueldo, sostener un ejército mercenario y desplegar una política interior y exteriór'mucho más activa y costosa que la de los tiempos precedentes, Y'también en este sentido el reino de Sicilia e s la vax^guardia- del Estado moderno, Veamos, pues, las tendencias directrices y algunas de las manifestaciones más importantes de su política económica, Federico II hubo de luchar contra la Curia y contra las ciudades lombardas, es decir, contra las potencias financieras más poderosas de su tiempo; hubo de sostener un cuerpo de funcionarios y de tropas mercenarias, y hubo de proveer a la construcción y mantenimiento de un amplio sistema de fortificación y de obras públicas. Obligado por estas necesidades, la finalidad de su política económica fue conseguir los mayores recursos monetarios posibles. El método seguido para ello consistió, junto a una implacable presión tributaria, en la rigurosa fiscalización y racionalización de la economía, pudiendo ser considerado en este aspecto como un precursor de la política mercantilista, o -lo que en cierto modo es lo m i s m o - como adaptador al



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espacio de un reino de medidas de política económica y social que hasta entonces sólo se habían desarrollado en el ámbito de las ciudades; sin embargo, y a pesar de sus Intenciones, no le fue posible conseguir uno de los objetivos típicos de la política mercantüista, a saber, la ampliación de las fuentes tributarias mediante el ascenso de ¡a riqueza del país, pues sus apremiantes necesidades financieras le impulsaron a una rapacidad flscal que impidió esa acumulación de capital que es el supuesto para una expansión de la producción y del comercio y, con ello, de la riqueza del país. En correspondencia con su territorializadón 7 estatízación del Derecho y de la paz, el sentido de su política económica fue la reducción de toda Sicilia a u n solo espacio económico, aboliendo las aduanas particulares, anulandp los privilegios económicos señoriales o corporativos y sustituyendo lá h e t e rogeneidad de monedas, p e s a s y medidas por sistemas h o m o g é n e o s y de validez general para todo el reino; finalmente, en correlación con su centralización del poder, estableció una economía que si no era centralmente planificada, sí lo era centralmente dirigida a conseguir los mayores ingresos fiscales posibles. El reino quedó, pues, s o m e t i d o a u n único poder aduanero, suprimiéndose tanto los derechos arancelarios percibidos por s e ñ o res o ciudades •ínarítireias como las aduanas internas, que e n algunos países duraron hasta la época contemporánea. Con arreglo al nuevo sistema, las mercancías ínnponadas s e almacenaban en depósitos donde eran vendidas b ^ o la inspección de funcionarios reales (magistri fundicariur), qüépercibían para el tesoro el 3 por 1 0 0 de su valor más los derechos ^de almacenaje, pero una v e z abonados estos derechos podían circular:.librement0 por todo el país. Las exportaciones pagaban derechos variables en función de la coyuntura económica del reino, pero frecusnténnente llegó a prohibirse la salida de algunos productos consideriadós como necesarios para la economía del país. La unidad' y ¡delimitación del espacio aduanero se completaron con la unidad de. los factores básicos de la estructura económica, a cuyo fin se uniñéícron los s i s t e m a s monetarios, de pesas y medidas, y se monopolizáron los productos clave para la economía del reino. La reforma monét'áifia c o m e n z ó e n 1 2 2 1 y terminó e n 1 2 3 1 con el establecimiento déf úna m o n e d a de oro -augustal- destinada a ser la base del sistei3ia monetario y a la que s e le dio un valor legal superior

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C a r l o s Mario Molina B. M a r i o A l f o n s o Á l v a r s z M. F a r i i a n d o P e l á s z A.Luis A l f o n s o B o t e r o Ch.

Derecho Constitucional General

ai intrínseco. Rlgiirósas penas castigaban ios delitos monetarios,

del producto de las tierras del demanium dadas a censo; del produao de la tasa de exportación del trigo y de las compras a particulares, estando rigurosamente prohibido exportarlo antes de que estuvieran cubiertas las necesidades del reino. Comoquiera que el Estado era el mayor productpr de trigo, que estaba, además, exento de gravámenes fiscales, que ^transportaba en su propia flota y que podía noanipular a su favor la politica fiscal, el resultado fue el dominio del comercio interno y externo y, con ello, el monopolio práctico sobra el cereal".

llegando a sancionarse con muerte y confiscación la falsificación de monedas o la baja de su valor m e d i a n t e ¡a limadura T. La unificación monetaria fue acompañada del monopolio estatal de los bancos de cambio. En él mismo año de 1 2 3 1 -año clave e n cuanto a la política económica- s e estableció también un sistema único de pesas y medidas, acompañado de penalidades que llegaban hasta ta muerte para quien vulnerara sus disposiciones, lo que, al parecer, no impidió que las g e n t e s continuaran apegadas al uso de las antiguas medidas. Se desarrolló, además, un s i s t e m a de monopolios, en parte de administración estatal directa, e n parte bajo régimen de concesión! y • cuya raíz jurídica la constituían los dere'chos de la regalía. Entre e s t o s monopolios s é encuentran el de la seda, que aun teniendo origen anterior fue organizado sobre nuevas b a s e s por Federico 11 e n el año 1 2 3 1 ; los judíos de Trani obcienen.el privilegio exclusivo de compra de la s e d a en bruto debiendo venderla con un tercio de ganancia para el Estado y obteniendo como beneficio comercial lo que rebasara dicha cantidad. En la m i s m a fecha fueron estatizadas las tintorerías, ordenándose la disolución de las e x i s t e n t e s y autorizándose tan sólo el funcionamiento de una en Capua y otra en Nápoles; sus talleres estaban a cargo de judíos que, bíyo la fiscalización de los funcionarios regios, percibían los derechos del fisco. Jurídicamente, se trataba de un monopolio estatal y, prácticamente, de un negocio judaico, de e s casa ganancia comercial, pero de gran rendimiento fiscal, El m o n o polio de la sal, lasrüiiéív fundado et^ 1 2 3 1 , s e alimentaba no sólo de la sal obtenida en las salinas reales, sino también de la extraída de las privadas, ya que sus propietarios estaban obligados a entregar su producto aL fisco, obteniendo una gai-^ancia del 8 por 100. El ñsco la v e n día, a s u vez, a los distribuidores particulares, a quienes fijaba un preció de v e n t a al público que periTütía un margen de ganancia de hasta cuatro v e c e s en el comercio al por mayor y hasta de seis en el de m e n u d e o sobi-e el precio de compra, No había, jurídicamente hablando, un monopolio del trigo, pero el Estado, por ser la más poderosa de las firmas corherciales, dominaba prácticamente el conlercio de este cereal. Los silos fiscales s e alimentaban del producto de los cultivos de las fincas explotadas pOr cuenta del Estado (massariae) que era el mayor cultivador del reino;

Aunque la aludida rapacidad fiscal le impidió desarrollar las posibilidades de riqueza del país, Federico tomó, además de las antedichas, una serie de medidas destinadas a provocar iift mayor tráfico económico. Entre ellas cabe contar, a título de ejemplo, la institución anual de siete ferias generales y rotativas en siete ciudades del reino, la introducción del cultivo de ciertos productos agrícolas, el desarrollo de obras públicas, como carftinos y puentes, y la atracción de la inmigración eximiendo de impuestos durante diez años y prometiendo la gracia real a los'axtrar\jeros que, por sus costumbres, fueran dignos de la paz.de Sicilia, y, por sus conocinnieíitós técnicos o por sus recursos, fueran útiles al desarrollo económico del país, Finalmente, en el reino siciliano se desarrollaron también ciertas medidas de política social, tales como la creación de becas para estudiantes pobres, "con el fin de que el conocimiento no quede reservado á pocos, sino que se difunda entre las distintas clases de la sociedad", la detallada regulación del ejercicio de la medicina, de la farmacia, de la abogacía y. del notariado, la fijación de normas de higiene y honestidad-comerciales cuya contíavsíioióíi llevaba aparejada rigurosísimas penas, etc, F) La orgánizác'ión burocrática a; Princí^iiiSffenetales Él Estado'^^óderno -especialmente en su versión absolutista- se ha formadó p^^^Jamente al desarrollo de la administración burocrática, Ello n^.ha sido así por azar histórico, sino por necesidad estructui'al, pqe,s él Estado es una institución no ciertameñte separada, pero sí destacada,'.de la sociedad, y superpuesta á ella; fto independiente, pero sí aut^íjoma de la realidad social, de tal manera que los poderes sociales heiéásitah de un proceso de transfonfiación para coñver-

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c;nrl03 Mario Moünfi B. Mario Alfonso Álvarez M, / ' e r t i a n d o Peláo? A.Luis A l f o n s o B o t e r o C'h,

liree en políticos, mientras que ein lo Edad Media ambas dimensiones dsl poder se hallaban confundidfis. Ahora bien, si Estado s e destaca de la sociedad al asumir' e! monopolio de los intereses públicos y se superpone a ella mediante un cuerpo de funcionarlos, que sólo obedece a los principios y normas del Estado, que está estructurado según una jerarquía distinta y superior, en su orden a la jerarquía social (de tal modo que el más Inferiov de los funcionarios tiene, dentro de su competencia, un poder jurídico superior al más poderoso de los particulares), y que no es agente de los intereses parciales de los grupos sociales, sino da los tenidos por intereses generales del Estado. Además, el Estado moderno se ha construido bajo ¡a idea de la soberanía y, por tanto, de le unidi^d del poder del Estado, !o que lleva implícito que todo poder derive de un centro originario y que. por consiguiente, no S9 ejerza por los funcionarios como propio Derecho, sino a título de una competencia impersonal. Finalmente, la complejidad y magnitud de los asuntos con los que ha de enfrentarse el Estado moderno exigen que SU administración se lleve a cabo con arreglo a los métodos racionales que caracterizan a la administración burocrática. Con el reino de. Sicilia de Federico II, "por prvmeva voz en la Edaii Media -dice Mitteis- todo un Estado SG sustenta sobre una burocracia puramente laica, rigurosamente disciplinada y educada en la obediencia incondicional". Veamos, pues, los rasgos esenciales de !a administración siciliana, En primer lugar, y correlativamente a la abolición de los poderes públicos poseídos a título personal y, por tanto, como un derecho subjetivo, todo el poder ejercido en el reino lo e.s en virtud de una competencia derivada del centro y definida por una o varias normas Jun'dicas objetivas, originadas en la voluntad del rey y que circunscriben la función, los poderes y deberes del funcionario. Explícitamente afirman las Constituciones que todos los poderes emanan del emperador, como los arroyos de las fuentes; que es el mismo emperador quien derrama la justicia sobre aquellos que ejercen jurisdicción, y que así como él responde ante Dios, así responden los funcionarios ante él. Todo, pues, deriva del centro y es responsable ante el centro, como es característico de la administración burocrática. Además, la administración siciliana se estructura de acuerdo con la división de funciones, tanto en sentido horizontal como vertical. En

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Derecho Constitucional Goneral

la administración central, la Magna Curia comprende los departamentos de Cancillería, Tribunal y Cámara; de dicha Magna Curia derivan las dos grandes ramas de la administración dsl Estado, es decir, la j udicial y la fiscal, cada una de las cuales, se despliega a través de una jerarquía de funcionarios. No puede, sin embargo, afírniarse que la distribución de competencias en sentido horizontal fuera del todo perfecta, pues frecuentemente, y en especial en las instancias superiores, se atribuyen a un órgano o funcionafio misiones de i^aturaleza heterogénea y que s e interfieren con las de otros órganos. Más rígida y perfecta era la estructura vertical, ordenada en una rigurosa jerarquía, cada uno de cuyos grados es responsable ante el superior, y construida b^'o e! principio típicamente jerárquico de que mientras más cerca se está de la fuente del poder meyores son las atribuciones, los deberes y la dignidad, y, por eso, el gran maestre justiciarlo ha de ser "espejo de la justicia" en el que todos puedan mirarse, modelo y "ejemplo máximo de los magistrados irrferiores, y luminaria mayor en la que todos e n cuentren luz", También de acuerdo con el principio jerárquico, el funcionario inferior cede en el ejercicio de su cai^o ante la pre.sencía del superior, y así, cuando el Justiciario mayor esté en una ciudad o e n otro lugar, tendrá curia con los magistrados del lugar, y el Justiciario providencial enmudecerá, del mismo modo que se oscurece la luz más débil ante la luz más potente. La administración siciliana está ya inspirada por la idea de "instancia" o "autoridad" en ©1 sentido de la técnica administrativa, e s decir, por la atribución de facultades a determinados órganos para tramitar y resolver asuntos, espacia! o rifiaterialínente delimitados, sin necesidad de un mandato específico del soberano, de modo que la voluntad del órgano valga como la voluntad del Estado y que la actividad del titular, del cargo forme unidad impersona) con la de sus predecésores 7 sucesores. El reino siciliano estableció un amplio y riguroso sistema de fiscalización de flincionaríos, a cuyo fin instituyó u n servicio secreto de información dotado de una precisión y de una extensión increíbles para la época; organizó constantes visitas de inspección; determinó los plazos do tiempo.en que habían de s e r r e s u e l t o s los a¡?untos y obligó al funcionario a informar regularmente a las autoridades jerárqul-

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C a r l o s M a r i ü Molina B. M a r i o A l f o n s o A l v a r e s M. T o r n a n d o í e l á e a A.Luis A l f o n s o B o t a r o C h .

cas sobre el estado de la ejecución y tramitación; se les tomaron rigurosas cuentas al final de su gestión, y se abrió a los súbdiios la apelación ante las instancias superiores frente a los excesos de los funcionarios. A todo ello se añade el recurso de queja por parte de los adnrünistrados, a cuyo objeto se instituyeron en 1 2 3 4 unas Curias Provinciales, compuestas de representantes de lOs tres estamentos del reino y que se reunían anualmente en siete lugares bajo la presidencia de un legado de! emperador; los presentes exponían sus quejas contra las faltas de la administración o de los funcionarios, las cuales, según su naturaleza, eran investigadas, bien p o r el Justiciarlo, bien pór una comisión precedida por el legrado y compuesta de dos prelados y de dos seglares. Otras características de la administración burocrática, cuya presencia s e acusa en el reino de Sicilia, fueron la stuecióh de la mayoría de los funcionarios a sueldo, eliminando con ello la explotación econónhica privada del cargó, y la decisiva importancia adquirida por la formación facultativa, ya que, o bien se requería la calidad de jurista para ocupar los principales cargos de la administración, o bien,-como veremos más adelante, j u m o al titular de cada instancia actuaban como asesores juristas y notarios. Finalmente, había algo similar a un estatuto de funcionarios dado que, por uft lado, estaban protegidos por sanciones penales específicas frente a aquellos que atentaran a su dignidad o a sus personas, o que trataran de corromperlos, y, par el otro, en cuanto que ellos nnisffios se hacían reos de duras penalidades por delitos y faltas cometidas en el ejercicio de sus funciones y que en más de un caso llegaban hasta la pena de muerte. FUENTE: ÁREA DE DERECHO CÚNáTITUCIONAl. Facultad de Derecho UNlVEflSIDAD DE VALMDOLID F^te documento ha sido feproducitlü can finas axclusivameftte docentes, para su uso por profesores y alumnos de Derecho Coattituclonal. Consultar ;t

Capítulo segundo El constitucionalismo modérno

Para la mejor comprensión del estudio del constitucionalismo moderno se necesita, en primer lugar, definirlo para entender mejor su significado y formación. 2.1, DEFINICIÓN DEL DEHECHO CONSÍITÜCIONAL

De manera.amplia, el derecho constitucional se define óomo el encuadramiento jurídico de los fenómenos púlíticos. De manera restringida, se podría definir como el derecho que estudia la Constitución®®, emendida ésta, a la vez, como Pacto político dé base y corto nórma fundamerttal®®, Esta defínicióñ pretende descartar toda actividad arbitraria eh el ejercicio del poder. Es el símbolo del Estado de derecho que caracteriza la sociedad moderna y que se traduce en la sumisión dél Estado al derechó. Se hace así diferencia con el antiguo régimen despótico marcado por ilimitado í3odef del monarca. Pór ello, la Constitución se interpreta contemporáneamente como un sistema de normas que cOrttieneñ los principios reguladores del Estado, su estructura, el poder público y su ejercicio, y garantiza a los ciudadanos sus derechos básicos y garantías sociales, dentro de un marcó político, económico yjutííciico. 88 89

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Karl Loewestein, La teoría de ¡a Consticucióh, Barcelona, Arle!, 1064, fi. 29, Cari Schmít£^.'iYfí¿qs,sobre los artículos importados o exportados, cumplir sus leyes de i^sg^cción, y el producto n e t o de todos los d e r e c h o s e i m p u e s t o s q u ^ r e S l ^ I e z c a n los Estados sobre las importaciones y e x portaciones se;|p;i|cará e n p r o v e c h o del tesoro de los Estados Unidos; y todas las leye,^;a|,que s e trata estarán si^jetas a la revisión Y vigilancia del Congreso' -'

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C e r l o s M a r i o M o l i n a B. M a r i o A l f o n s o Á l v a r s z M, F e r n a n d o P e l á e z A . L u i s A l f o n s o B o t e r o Cli,

Derecho Constitucional General

3, Sin dicho consentimiento del Congreso ningún Estado podrá establecer derechos dé tonel^'e, m a n t e n e r tropas o navios de guerra e n tiempo de paz, celebrar c o n v e n i o o pacto alguno con ocro Estado o con una potencia extraryera, o hacer la guerra, a m e n o s de ser invadido r e a l m e n t e o de hallarse e n peligro tan i n m i n e n t e que n o adnnita demora.

7. Antes de entrar a desempeiíar su cargo prestará el siguiente juramento o protesta; "Juro (o protesto) solemnemente que desempeñaré legalmente el cargo de Presidente de los Estados Unidos y que sostendré, protegeré y defenderé la Constitución de los Estados Unidos, empleando en ello el máximo de mis facultades". Segoinda Sección ' 1. Él Presidente será conoandante en jefe del ejército y la marina de los Estados Unidos y de la nrülicia de los diversos Estados cuando se la llame ai sei-vicio activo d e los Estados Unidos; podrá solicitar la opinión por escrito del funcionario principal de cada uno de los departamentos admirustrativos Con relación a cualqüísr asunto que se relacione con los deberes de sus respectivos empleos, y estará facultado para suspender la ejecución de las sentencias y para conceder indultos tratándose de delitos contra los Estados Unidos, excepto en los casos de acusación por responsabilidades oficiales.

AATÍCULO DOS Primera Sección 1. Se deposita el poder ejecutivo e n u n Presidente de los Estados Unidos. D e s e m p e ñ a r á su encargo durante un término de cuatro años y, j u n t a m e n t e con el Vicepresidente designado para el m i s m o período, será elegido como sigue; 2. Cada Estado nombraj-á, del modo que su legislatura disponga, un n ú m e r o de electores igual al total de los s e n a d o r e s y representantes a q u e el Estado tenga derecho en el Congreso, pero ningún senador, ni representante, ni persona que ocupe un e m p l e o honorífico o remunerado de los Estado Uñidos podrá ser d e s i g n a d o como elector.

2. Tendrá facultad, con el consejo y consentimiento del Senado, para celebrar tratados, con tal de que den su anuencia dos tercios de los senadores presentes, y propondrá y, con el consejo y sentimiento del Senado, nombrará a los embajadores, los demás irúnistros públicos y los cónsules, los magistrados del Tribunal Supremo y a todos los demás funcionarios de los Estados Unidos a cuya designación no provea este documento en otra forma y que hayan sido establecidos por ley. Pero el Congreso podrá atribuir el nombramiento de los funcionarios inferiorés que considere convenientes, por medio de una ley, al Presidente soló; á los tribunales judiciales o a los jefes de los depanamentos.

3. El Congreso podrá fijar la época de designación de los electores, así como el día e n que deberán emitir sus votos, el cual deberá ser si m i s m o en todos los Estados Unidos, 4. Solo las personas que s e a n ciudadanos por nacimiento o que hayan sido ciudadanos de los Estados Unidos al tiempo de adoptarse esta Constitución, serán elegibles para él cai-go de Presidente; tampoco íerá elegüjle una persona que no haya cumplido 35 años de edad y que no haya residido 14 años en los Estados Unidos. 5. En caso de que el Presidente sea separado de su puesto, de que muera, renuncie o s e incapacite para dar cumplimiento a los poderes y d e b e r e s del referido cargo, este pasará al Vicepresidente y el Congreso podrá prever por medio de una ley el caso de separación, muerte, renuncia o incapacidad, tanto del Presidente como del Vicepresidente, y declarar qué funcionario fungirá c o m o Presidente hasta que desaparezca la c a u s a de incapacidad o se elija un Presidente,

3. El Presidente tendrá el derecho de cubrir todas las vacantes que ocurran durante el receso del Senado, extendiendo nombramientos provisionales que terminarán al final del siguiente período de sesiones, Tercera Sección Periódlcaméij;© deberá proporcionar ai Congreso informes sobre el estado de Isí'l^gvóa, recomendando a su consideración las medidas que estime rie^g^^as y Oportunas; en ocasiones de carácter extraordinario podrá, coi^'j^ocar a ambas Cárnaras o a cualquiera de ellas, y en el supuesto d.e .q'Ü^-'cfiscrepen en cuánto a la fecha en que deban entrar

6. El Presidente recibirá una remuneración por Sus servicios, en las épocas que s e determinarán, la cual no podrá ser aumentada ni disminuida durante el período para el cual haya sido d e s i g n a d o y no podrá recibir durante e s e tiempo ningún otro e m o l u m e n t o de paite de los Estados Unidos o de cualquiera de estos.

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Derecho Constitucional

Carlos Morio Molina B. Mai'io A l f o n s o Alvai-ez M. F e m a n d o P a l á e z A.Luis A l f o n s o B o t e r o C h .

e n receso, podrá s u s p e n d e r sus s e s i o n e s , fijándoles para que las reanuden la fecha que considere conveniente; recibirá a los embajadores Y otros ministros públicos; cuidará de que las leyes se ejecuten puntualmente y extenderá los d e s p a c h o s de todos los funcionarios de los Estados Unidos, Cuarta Sección El Presidente, el Vicepresidente y todos los funcionarios civiles de los Estados Unidos serán separados de sus p u e s t o s al ser acusados y declarados culpables de traición, cohecho u otros delitos y faltas graves, ARTÍCULO TRES Primera Sección 1, Se depositará el poder judicial de los Estados Unidos en un Tribunal Supremo y en los tribunales inferiores que el Congreso instituya y establezca en lo sucesivo, Los Jueces, tanto del Tribunal Supremo como de los inferioi-es, continuarán e n s u s funciones mientras observen buena conducta y recibirán en períodos fijos, una remuneración por s u s servicios que n o será disminuida durante el tiempo de su encargo. S e g u n d a Sección 1, El Poder Judicial e n t e n d e r á en todas las controversias, tanto de derecho escrito c o m o de equidad, que surjan c o m o c o n s e c u e n c i a de esta Constitución, de las leyes de los Estados Unidos y de los tratados celebrados o que s e celebren bajo s u autoridad; en todas las controversias que se relacionen con embejadores, otros ministros públicos y cónsules; en todas las controversias de la jurisdicción de almirantazgo y marítima; en las controversias en que s e a n parte los Estados Unidos; en las controversias entre dos o más Estados, entre un Estado y los ciudadanos de otro, entre ciudadanos de Estados diferentes, entre ciudadanos del m i s m o Estado que reclamen tierras en virtud de concesiones de diferentes Estados y entre un Estado o los ciudadanos del m i s m o y Estados, ciudadanos o súbditas extranjeros. 2, En todos los casos relativos a embajadores, otros ministros públicos y cónsules, así c o m o e n aquellos en que s e a parte un Estado, el Tribunal Supremo p o s e e r á jurisdicción e n única instancia, En todos los d e m á s casos que a n t e s s e mencionaron el Tribunal Supremo conocerá en apelaóión, tanto del derecho como de los hechos, con las

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Gsneral

excepciones y con arreglo a la reglamentación que formule el Congreso, 3. Todos los delitos serán j u z g a d o s por medio de u n jurado e x cepto en los casos de acusación por responsabilidades oficiales, y el juicio de que se habla tendrá lugar e n el Estado en que-el delito s e haya cometido; pero cuando no s e haya c o m e t i d o dentro de ios líniites de ningún Estado, el Juicio s e celebrará e n el lugar o lugares q u e el Congreso haya dispuesto por m e d i o de una ley.

Tercera Sección La traición contra los Estados Unidos sólo consistirá e n hacer la guerra e n su contra o e n unirse a s u s e n e m i g o s , impartiéndoles ayuda y protección. A n i n g u n a persona s e le condenará por traición si n o e s sobre la base de lá declaración de los t e s t i g o s que hayan presenciado el m i s m o acto perpetrado a b i e r t a m e n t e o de una confesión e n s e s i ó n pública de un tribunal, 2. El Congreso estará facultado para fyar la p e n a que corresponda a la traición; pero n i n g u n a s e n t e n c i a por causa d e traición podrá privar del derecho de heredar o d e transmitir b i e n e s por herencia, ni producirá l a c o i ^ s c a c i ó n d e s u s b i e n e s m á s que e n v i d a de la persona condenada. • •

ARTÍCULO CUARTO Primera Sección Se dará e n t e r a fe y crédito e n cada Estado a los actos públicos, registros y procedimientos judiciales de todos los demás, Y el Congreso podrá prescribir, m e d i a n t e leyes generales, la forma e n que dichos actos, registros y procedimientos s e probarán y el e f e c t o que producirán.

Segunda Sección 1. Los ciudadanos de cada Estado t e n d r á n derecho e n los d e m á s a todos los privilis^ibs e i n m u n i d a d e s de los ciudadanos de estos, 2, La perMnSiaqusada en cualquier Estado por traición, delito grave u otro crimen, ^y^^ huya de la justicia y fuere hallada en otro Estadoserá entrega(ía^',|t-spÍlcitarlo así la autoridad ejecutiva del E.stado del que s e haya fvi^^pwqoh el objeto de q u e s e a conducida al Estado q u e posea jurisdiccíiÓft^bre el delito.

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C a r l o s M s f l o Molina B. M a r i o A l f o n s o Á l v a r a z M. F e r n a n d o P s i á e z A.LuJs A l f o n s o B o t e r o Ch.

3, Las persóftBs obligadas a servir o laborar en un Estado, con arreglo a tas leyes de éste, que e s c a p e n á otros, no quedarán liberadas de dichos servicios o trabajo a consecuencia de cualesquiera leyes o reglamentos del segundo, sino que serán entregadas al reclamarlo la parte interesada a quien s e deba tal servicio o trab^o.

Tercera Sección , 1, El Congreso podrá admitir n u e v o s Estados a la Unión, pero ningún n u e v o Estado podrá formarse o erigirse dentro de los límites de otro Estado, ni un Estado constituirse m e d i a n t e la reunión de dos o m á s Estados o partes de Estados, sin el c o n s e n t i m i e n t o de las legislaturas de los Estados e n cuestión, así c o m o del Congreso. 2, El Congreso tendrá facviltad para ejecutar actos de disposición y para formular todos los reglamentos y reglas que s e a n precisos con respecto a las tierras y otros b i e n e s que pertenezcan a los Estados unidos, y nada de lo que esta Constitución contiene se intérpretará en un sentido que cause perjuicio a los derechos aducidos por los Estados Unidos o por cualquier Estado individual.

Cuarta Sección Los Estados Unidos garantizarán a todo Estado comprendido en esta Unión una forma republicana de gobierno y protegerán a cada u n o en contra de invasiones, así como contra los disturbios internos, cuando 10 soliciten la legislatura o el ejecutivo (en caso de que no f u e s e posible reunir a la legislatura).

ARTÍCULO CINCO Siempre que las dos terceras partes de ambas Cámaras lo j u z g u e n necesario, el Congreso propondrá e n m i e n d a s a esta Constitución, o bien, a solicitud de las legislaturas de los dos tercios de los distintos Estados, convocará una c o n v e n c i ó n con el objeto de que proponga enmiendas, las cuales, en uno y otro caso, poseerán la noisma validez que si fueran parte de esta Constitución, d e s d e todos los puncos de vista y para cualesquiera fines, una vez que hayan sido ratificadas por las legislaturas d e las tres cuartas partes de los Estados separadamente o por m e d i o de c o n v e n c i o n e s reunidas en tres cuartos de los naismtís, s e g ú n que el Congreso haya propuesto uno u otro m o d o de hacer la ratificación, y a condición de que antes del año de mil Ochocientos ocho no podrá hacerse ninguna e n m i e n d a que modifique en cual-

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Derocho Constitucional General

quier forma las cláusulas primera y Cuarta de la sección novena del artículo primero y de que a ningún Estado s e le privará, sin su consentimiento, de la igualdad de voto e n e l Senado.

ARTÍCULO SEIS 1. Todas las d e u d a s contraídas y los compromisos adquiridos ant e s de la adopción de esta Constitución serán tan válidos e n contra de los Estados Unidos bajo el imperio de esta Constitución, c o m o bgyo el de la Confederación. 2. Esta Constitución, y las l e y e s de los Estados Unidos que s e expidan con arreglo a ella, y todos los tratados Celebrados o que s e c e l e bren bajo la autoridad de los Estados Unidos serán la s u p r e m a l e y del país, y los j u e c e s de cada Estado estarán obligaidos a observarlos, a pesar de cualquier cosa e n contrario que se encuentre e n la Constitución o las l e y e s d e cualquier Estado. 3. Los Senadores y r e p r e s e n t a n t e s y a mencionados, los miembros de las distintas legislaturas locales y todos los funcionarios ejecutivos y judiciales, tanto de los Estados Unidos c o m o de los diversos Estados, s e obligarán m e d i a n t e Juramento o protesta a s o s t e n e r asta Constitución; pero nunca s e exigirá una declaración religiosa como condición para ocupar n i n g ú n e m p l e o o mandato público d e los Estados Unidos.

ARTÍCULO SIETE La ratificación por las convenciones de n u e v e Estados bastará para que esta Constitución entre e n vigor por lo q u e respecta a los Estados que la ratifiquen. Dado en la convención, por c o n s e n t i m i e n t o u n á n i m e de los Estados presentes, el día 17 d s s e p t i e m b r e del año de Nuestro Señor de mil s e t e c i e m o g o c h e n t a y s i e t e y d u o d é c i m o de la i n d e p e n d e n c i a de los Estados Unidos d e América, fuente; Prograrfias da-Itiformación internacional del Departartefito de Estado de EE. UU. U. S. State Dspa'rtmam's International inforMátion Prografii,

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2M

ENMIENDA I El Congreso no hará ley alguna por la que adopte una religión como oficial del Estado o s e prohiba practicarla libremente, o que coarte la libertad de palabra o d e imprenta, o el derecho del pueblo para reunirse pacíficamente y para pedir al gobierno la reparación de agrarios.

ENMIENDA 11 Siendo necesaria una milicia bien ordenada para la seguridad de un Estado Libre, no se violará el derecho del pueblo a poseer y portar armas.

ENMIENDA III En tiempo d e paz a n i n g ú n militar s e le alojará en casa alguna sin el c o n s e n t i m i e n t o del propietario; ni s n t i e m p o d e guerra, como no sea e n !a forma q u e prescriba la ley,

. ENMIENDA IV El derecho de-los habitantes de que s u s personas, domicilios, papeles y efectos s e hallen a salvo de pesquisas y aprehensiones arbitrarias, será inviolable, y no s e expedirán al efecto n i a n d a m i e m o s que no s e apoyen e n u n mótivo verosímil, e s t é n corroborados mediante j u ramento o prote.sta y describan con particularidad el lugar que deba ser registrado y las personas o cosas q u e h a n de ser detenidas o e m bargadas.

ENMIENDA V Nadie est^ái.obligado a responder de u n delito castigado con la. pena capital o éori-otra infamante si u n gran jurado no lo denuncia o acusa, a excepeióó.de los casos que s e p r e s e n t e n e n las fuerzas de mar o tierra o e n l a i M i c i a nacional cuando s e encuentre en servicio efectivo en tiempo'dií^üerra o peligro público; tanipoco se pondrá a persona alguna dOs v e c e s e n peligro d e perder la vida o algún miembro

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C a r l o s M a r i o M o l i n a B. M a r i o A l f o n s o A l v a r o M, F e r n a n d o P e l i e j A.Luis A l f o n s o B o t e r o C h .

con m o t i v o del m i s m o delito; ni s e le c o m p e l e r á a declarar contra sí m i s m a e n n i n g ú n juicio criminal; ni s e le privará de la vida, la libertad o la propiedad sin el d e b i d o p r o c e s o legal; ni s e o c u p a r á la propiedad privada para u s o público sin una j u s t a i n d e m n i z a c i ó n , E N M I E N D A VI En toda c a u s a criminal, el a c u s a d o gozará del d e r e c h o de ser j u z g a d o r á p i d a m e n t e y en público por un j u r a d o imparcial del distrito y Estado e n q u e el delito s e h a y a c o m e t i d o . Distrito q u e d e b e r á h a b e r sido d e t e r m i n a d o p r e v i a m e n t e por la ley; así c o m o d e q u e s e le h a g a s a b e r la naturaleza y c a u s a d e la acusación, d e q u e s e le caree c o n los t e s t i g o s q u e d e p o n g a n e n s u contra, de q u e s e o b l i g u e a c o m p a r e c e r a los t e s t i g o s q u e l e ' f a v o r e z c a n y d e contar c o n la a y u d a d e u n a b o g a d o que lo d e f i e n d a .

Presupuestos democráticos ¿Qué busca una sociedad política? "El g r a n principio d e a u t o c o n s e r v a c i ó n ; la t r a s c e n d e n t a l l e y d e la

E N M I E N D A VII

naturaleza y del D i o s d e é s t a , q u e declara q u e la s e g u r i d a d y la felicidad de la s o c i e d a d s o n los fines a q u e aspiraft t o d a s la i n s t i t u c i o n e s políticas y a las c u a l e s t o d a s e s t a s I n s t i t u c i o n e s d e b e n sacrificarse".

El d e r e c h o a q u e s e v e n t i l e n ante un j u r a d o los juicios d e d e r e c h o consuetudinario e n quo el valor q u e se discuta e x c e d a de v e i n t e dólares será garantizado, y n i n g ú n h e c h o de q u e haya c o n o c i d o un jurado será objeto de n u e v o e x a m e n en tribunal a l g v n o d e los Estados Unidos, c o m o no s e a con arreglo a las n o r m a s del d e r e c h o ponsuetudinario.

(Madison, p, 1 0 9 ) .

Lo que hace a urta república M a d i s o n c o n s i d e r a q u e e n la historia s é h a d a d o el n o m b r e de i-epúbiica a s i s t e o i a s de g o b i e r n o q u e n o ío e r a n : p o d e m o s definir u n a república o,; al m e n o s , dar e s t e n o m b r e , a u n g o b i e r n o q u e deriva todos s u s p o d e r e s d i r e c t a o i n d i r e c t a m e n t e da l a g r a n - m a s a d e l p u e blo y q u e s e adíninistra por p e r s o n a s q u e c o n s e r v a n s u s cargos a v o l u n t a d d e aquél, d u r a n t e u n p e r í o d o l i m i t a d o o m i e n t r a s o b s e r v e n b u e n a conducta". La e x c e p c i ó n al p e r í o d o l i m i t a d o d e t i e m p o s e r í a el " d e p a r t a m e n t o j y d i c i a l " p o r q u e e s t o s " d e b e n Conservar s u s p u e s t o s de a c u e r d o con. él. e s t a b l e s i s t e m a d s la t e n e n c i a , m i e n t r a s s e a b u e n a s u c o n d u c t a " (p. . 8 4 - 5 ) .

ENMIENDA VIII N o s e exigirán fianzas e x c e s i v a s , ni s e i m p o n d r á n m u l t a s e x c e s i vas, ni s e infligirán p e n a s c r u e l e s y d e s u s a d a s . ENMIENDA r x N o por el h e c h o de q u e la C o n s t i t u c i ó n e n u m e r a ciertos d e r e c h o s ha de e n t e n d e r s e q u e n i e g a o m e n o s p r e c i a otros q u e r e t i e n e el pueblo, ENMIENDA X Los p o d e r e s qvie la Constitución n o d e l e g a a los Estados U n i d o s ni

¿ Q u é e s uri^bü^n g o b i e r n o ?

prohibe a los E s t a d o s q u e d a n r e s e r v a d o s a los Estados r e s p e c t i v a -

"TJn b u e n grp|iéfíio i m p l i c a d o s cosas: primero, f i d e l i d a d a s u o b jeto, q u e e s la f&tíeíaad- del p u e b l o ; s e g u n d o , u n c o n o c i m i e n t o d e los m e d i o s q u e péWÜltsn a l c a n z a r m e j ó r e s e objeto." (p. 1 5 3 ) .

m e n t e o al pueblo. Fuente; Programas de Información Internacional del Departamento de Estado da EE,

¿Somos

UU.

dé autogobe;niamos?

Tener o n¿i'-t^^|i'runa b u e n a c o n s t i t u c i ó n , n o s dioe 'Hamilton, r e s p o n d e a la " i m p p í t a n t e c u e s t i ó n r e l a t i v a a si las s o c i e d a d e s h u m a n a s s o n Capaces o n ó d e e s t a b l e c e r u n b u e n gobierno, v a l i é n d o s e d e la

U.S, State Department's International Information Program. http://visinfo.statB.oov/espanol/cQnstes.htm

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Derecho Conslitucional

C a r l o s M o n o M o l i n a B. M a r i o A l f o n s o Aivai ez M. F e n i a i u t o P e l á e z A.Luis A l f o n s o B o t e r o C h .

"Entre las dificultades con que tropezó la convención, una de las más importantes residía en combinar ia estabilidad y ia energía e n ei gobierno, con el respeto inviolable que s e d e b e a la libertad y al sistsiTia r e p u b l i c a n o " ,

reflexión... o si están por siempre desiínadas a fundar en el accidente o la fuei-za su.s constituciones políticas" (p. 21). Madison pareciera tener e o aiente la nrúsma pregunta cuando añrrna que la constitución que han redactado está de acuerdo "con esa honrosa determinación que anima a todos los partidarios de la libertad a asentar todos nuestros experimentos políticos sobre la base de la capacidad del género humano para gobernárse" (p. 83), 'Así como hay un grado de depravación en el género humano que requiere cierta dosis de vigilancia y desconfianza, también existen otras cualidades en la naturaleza del hombre que justifican cierto grado de estimación y confianza, El gobierno republicano presupone la existencia de estas cualidade,s en mayor proporción que cualquier otro, SI las descripciones que han trazado algunos de nuestros conciudadanos al impulso del celo político fueran versiones fieles de la naturaleza humana, deduciríamos que los hombres carecen de la virtud necesaria para gobernarse, y que sólo las cadenas del despotismo pueden evitar el que s e destruyan y devoren unos a otros" (p. 148). La seguridad, a largo plazo, cuenta más q u e la libertad Hamilton, argumentando a favor de la unión de todos los Estados, señala que, sin ella, habría tensiones e invasiones o amenazas de invasión entre Estados vecinos, como ocurre e n todas partes del mundo, y se sentiría la necesidad de contar con ejércitos permanentes y con poderes ejecutivos fortalecidos ("sus constituciones evolucionarían progresivamente hacia la monarquía"),

"La energía en el gobierno es u n e l e m e n t o esencial para conseguir esa seguridad contra los peligros externos e internos y esa pronta y saludable ejecución de las leyes, que integran la defmición rnisma del buen gobierno", "La estabilidad en el gobierno e s esencial pai'a la reputación del país y para los beneficios que acompañan a ésta, así como para lograr esa tranquilidad y confianza en ios ánimos del pueblo, que s e cuentan entre los principales b i e n e s de la sociedad civil",

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"El genio de la libertad republicana parece exigir rio sólo que todo el poder proceda del pueblo, sino que aquellos a los que se e n c o m i e n de se hallen b ^ o la d e p e n d e n c i a del pueblo, m e d i a n t e la corta duración de lós períodos para los que s e a n nombrados; y que inclusive durante e s o s b r e v e s términos, la confianza del pueblo no descanse en pocas, sino e n n u m e r o s a s manos". "Por el contrario, la estabilidad hace necesario q u e las m a n o s que ejercen el poder lo c o n s e r v e n durante cierto t i e m p o mientras la energía del gobierno requiere no sólo cierta duración del podar, sino que éste sea ejercido por una sola mano" (Madison, pp, 77-8).

"La seguridad contra los peligros externos es el más poderoso impulsor de la cofiducta nacional y, pasando ei tiempo, hasta el amor a la libertad acaba por ceder a sus dictados. I.a destrucción violenta de las vidas y propiedades, inherente a la guerra, el esfuerzo continuo y la alarma que acompaña a un estado de constante peligro, obligarán a las naciones más apegadas a la libertad a buscar ¡a seguridad y el descanso en instituciones que tienden a destruir sus derechos civiles y políticos. Para estar más seguras, acaban por estar dispuestas a correr el riesgo de ser m e n o s libros" (Hamilton, p. 27), El gran reto: combinar libertad con estabilidad y energía en el gobierno

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General

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"En el último período, en diciembre de 1 8 0 1 , M l l i a m Marbury, Dennis Raiíisay, Robert Townsend Hooe, y William Harper, a través de su a b o g a d o , . , solicitaron d e la C o n e que requiriera a J a m e s Madíson, Secretario de Estado de iOs Estados-Unidos, para que justificara por qué no debiera expedirse un m a n d a m i e n t o ordenándole que remitiera a aquéllos sus respectivos nombramientos como jueces de paz del Distrito de Columbia.,, El 2 4 de febrero, el Magistrado Presidente expresó la siguiente opinión del Tribunal: D e acuerdo con el orden, en que ei Tribunal ha analizado e s t e caso, s e h a n suscitado y resuelto las s i g u i e n t e s cuestiones: Primera. ¿Tiene el d e m a n d a n t e derecho al nombramiento que solicita? Segunda, Si tiene e s e derecho y el m i s m o ha sido violado, ¿le otorgan las leyes del país un remedio? Tercera, Si así es, ¿el remedio consistiría en u n mandamiento que haya de expedir e s t e Tribunal? (Eft cuanto a la primera cuestión),,, hay que entender que el Sr, Marbury había sido designado para el cargo desde que s u nombraiTüento fue firmado por el Presidente y sellado por el (antiguo) Secretario de Estado; y como la ley que crea el cargo confiera el derecho a desempeñarlo durante cinco años, con independencia del Poder Ejecutivo, el nombramiento n o puede ser revocado.,, (y),., por tanto, la retención de éste es u n acto que la Corte estima no sólo n o autorizado por la ley, sino además lesivo de un derecho legalmente adquirido.., (En cuanto a la s e g u n d a c u e s t i ó n ) , . , ia esencia misma de la libertad civil consiste e n el derecho que tiene cualquier individuo dé demandar la protección de las l e y e s siempre que sufra un perjuicio,,. Una de las primeras obligaciones del Estado es proveer esa protección ,,. El Gobierno de los Estados Unidos ha sido enfáticamente calificado como un gobierno de leyes y no de hombres, Y dejaría cierta-

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e s a

Carlos

Mario Molina B. Mario A l f o n s o Á l v a r e z M. P o r n a n d o P e l á e j A.LiUs A l f o n s o B o t e r o Ch.

menee de merecer tan alto apelativo si las leyes no previesen remedios ante la lesión de derechos adquiridos. Si esta circunstancia s e diera e n la jurisprudencia de nuestro país h a b r í a de justificarse por las peculiares características del caso. Nos corresponde entonces indagar si hay en este caso algún ingrediente que lo exima de investigaciones jurídicas o prive a la parte perjudicada de u n remedio (egaL,, ¿Acaso el acco de reniitir o retener el n o m bramiento deba ser considerado como de naturaleza estrictamente política, de competencia exclusiva del Poder ^jectitivo, para cuya realización nuestra Constitución deposite e n éste una entera confianza, y si se produce un perjuicio el ciudadano que lo padezca quede privado de reparación? No cabe cuestionar que s e puedan dar casos así, pero no hay por qué aceptar que siennpre que recaiga un deber sobre alguno de las grandes departamentos del Gobierno e s t e m o s ante uno de ellos... ... el problema de cuándo la legalidad de un acto realizado por el responsable de un departamento puede o no ser examinada por un tribunal de justicia dependerá siempre de la naturaleza del propio acto... ... la conclusión... es que, cuando los responsables de los departamentos son agentes políticos o de confianza de! Ejecutivo, limitándose a ejecutar la voluntad del Presidente, o, en general, actuando en casos en los que el Ejecutivo dispone constitucional o legalmente de un ámbito de discrecionalidad, nada p u e d e estar más claro que estos actos son sólo políticamente fiscalízables. Pero cuando la ley establece un deber específico y existen dersciios individuales que dependen del cumplimiento de ese deber está igualmente claro que el ciudadano que s e considere perjudicado tiene el derecho de apelar a las leyes de su país en busca de una reparación,.. (En cuanto a ¡a tercera cuestión)... depende de, primero, la naturaleza de la resolución que se solicita, y, segundo, de la jurisdicción de esta tribunal. La naturaleza de lo resolución,,, Es verdad que el mandarrüenio (mandamus) que ahora se solicita no tiene por objeto la realización de un acto expresamente contenido en la ley. Éste consiste en la entrega de un nombramiento, sobre la cual las leyes del Congreso guardan

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Derecho ConstitudonsI Oenoral

•silancio, (Pero) esta peculiaridad no afecta a la solución del caso. Ya se ha concluido que el demandante tiene, en relación con ese nombramiento, un derecho adquirido del que el í^ecutlvo no puede privarle,.. La ley del Congreso, ciertamente, no ordena al Secretario de Estado que lo envíe, pero si el nombramiento se pone en sus,manos es para que lo reciba quien tiene derecho a él, y aquél no pueda retenerlo más legalmente que si lo hiciera cualquier otra persona,., Éste es, por tanto, un caso claro en el que procede el nriandatfüento,,, y sólo queda por dilucidar,,, si puede ser expedido por este tribunal. La ley que establece los tribunales de los Estados Unidos habilita a la Corte Suprema para "dirigir mandamientos, en los casos en que proceda de acuerdo con los principios y costumjDres del Derecho, a cualquier tribunal nombrado, o a personas que ocupen un cargo, bajo la autoridad de los Estados Unidos". El Secretario de Estado, siendo una persona que ostenta un cargo bajo la autoridad de los Estados Unidos, se encuentra nítidamente incluido en la letra de la descripción legal, y si esta Tribunal no está legitimado para dirigirle una mandamiento ha de ser porque [a ley es inconstitucional y, en tal sentido, absolutamente incapaz de conferir ía autoridad y asignar los deberes que sus palabras pretenden conferir y asignar, respectivamente, La Constitución deposita la totalidad del poder judicial en una Corte Suprema y en tantos tribunales inferiores como el Congreso ordene establecer a lo largo del tiempo,.. A la hora de distribuir este poder se afirma que "la Corte Suprema poseerá jurisdicción origiriaria en todos los casos que afoctan a embajadores, otros dignatarios públicos y cónsules, y en los que algún Estado sea parte. En todos los demás, la Corte Suprema ejercerá jurisdicción dé apelación". Se ha sostenido durante el juicio que como la atribución constitucional de jurisdicción, a la Corte Suprema y a las inferiores, es general, Y la cláusula'que asigna la jurisdicción originaria a la primera no contiene términos negativos o restrictivos, el legislador mantendría la facultad de asignar dicha jurisdicción a la Corte en otros casos además de los ya especificados en el artículo de referencia, siempre que esos casos pertenezcan al Poder judicial de'ios Estados Unidos,

— se?.

Carlos Mario Molina B. Mario Alfonso Álvare?. M. F e r n a n d o P e l á e i A.l.uls Alfonso Botero Oh.

(Pero) Si se hubiera pretendido dejar a la discreción del legislador él reparto de la jurisdicción entre la Corte Suprema y ios tribunales inferiores habría sido sin duda innecesario ir más allá de definir e! Poder Judicial y los tribunales en los que éste habría de depositarse. La parte restante del artículo sería superflua, carente de sentido, si tal fuera la interpretación procedente... ... No es posible presumir que una cláusula constitucional haya querido dejarse sin efecto; esa interpretación resulta, por tanto, inadmisible salvo que las mismas palabras del texto la requieran... ... Entonces, para que este tribunal pueda expedir un mandamiento tífibe demostrarse que se está ejerciendo jurisdicción de apelación... ... La característica esencial ds la jurisdicción de apelación es que revisa y corrige los procedimientos de una Causa previamente creada, no crea ¡a causa. Por ello, aunque cabe dirigir un mandamiento a los tribunales, cuando éste se dirige a un funcionario público para que haga entrega de un documento es realmente corno si se planteara una acción originaria para obtenerlo, y, én este sentido, parece pertenecer a este tipo de jurisdicción y no a la de apelación. No siendo necesario tampoco, en un caso como ésts, habilitar a la Corte para ejercer su jurisdicción de apelación. Por tanto, la autoridad atribuida a la Corte Suprema, por la ley que establece los tribunales de justicia sn los Estados Unidos, para dirigir mandamientos a funcionarios públicos, no parece ser reconocida por la Constitución, y se hace necesario indagar si es posible ejercer una jurisdicción así conferida. La cuestión acerca de si una ley contraria a la ConsUtución puede convertirse en derecho aplicable en el país es de un gran interés para los Estados Unidos, pero, afortunadamente, su gradó de complejidad no alcanza la medida de ese interés. Para resolverla sólo parece necesario reconocer determinados principios que se suponen bien arraigados. Que el pueblo tiene un derecho originario a establecer, en aras a su futuro gobierno, aquellos principios que mejor conduzcan a su felicidad es la base sobre la que se erige el edificio americano en su totalidad. El ejercitiio de éste derecho originario comporta un e.sfuerzo muy grande, que no puede, ni debe, repetirse con frecuencia, De

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Derecho Cotistitucional ü e h s r a l

ahí que los principios así establecidos se reputen fundamentales. Y como la autoridad de la que proceden es suprema, y rara vez se exterioriza, están destinados a ser permanentes. Esta voluntad originaria y suprema organiza el Gobierno, y distribuye funciones entre los diversos departamentos. Puede detenerse aquí, o bien establecer, además, ciertos límites que no pueden ser franqueados por esos departamentos. Ei Gobierno dé los Estados Unidos pertenece a esta segunda categoría, I.as funciones del Poder legislativo están definidas y limitadas, y para que esos limites no se confundan u olviden la Constitución es escrita, ¿Qué sentido tendría limitar a los poderes, y cuál que se haya hecho por escrito, si luego las ¡imitaciones pueden ser ignoradas en cualquier momento por aquellos a quienes se pretenda constreñir?.., Resulta demasiado evidente como para ser cuestionado que, o bien la Constitución se impone sobre cualquier disposición legislativa Í J U S le ,sea contraria, o bien el legislador puede cambiar la Constitucióft mediante una ley ordinaria. Entre estas alternativas no hay término medio. O la Constitución es una norma superior y suprema, inalterable por medios ordinarios, o se encuentra al mismo nivel que las leyes ordinarias, y, como cualesquiera de ellas, puede modificarse cuando al legislador le plazca. Si la primara altsrnaúva es verdadera, entonces una disposición legislativa contraria a la Constitución no es derecho; si lo es la segunda, entonces las Constituciones escritas son absurdos Intentos por parte del pueblo de limitar un poder por su propia naturaleza ilimitable. Ciertamente, aquéllos que han elaborado constituciones escritas las consideran como el derecho fundamental y supremo de la nación, y, en consecuencia, la teoría propia de cualquier Estado de este tipo ha de ser la de que las normas del legislativo contrarias a la Coristitución son nulas. Esta teoría está esencialmente vinculada a la idea de Constitución escrita y, por ello, el tribunal ha de considerarla como uno de los principios fundamentales de nuestra sociedad. Y, consecuentemente, no puede perderse de vista en ei ulterior tratamiento del presente caso.

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Carlos Maiio Mollne S. Mario Aifonso Álvarai M. Kevtianrto Peléez A.Luis Alfonso Botaro Ch

Dorecho Constitucior^al General

Si una ley contraria a la Constitución e s nuia, ¿vincula a los íríbunales y les obliga a darle efectos a pesar de su invalidez? O, en otra.s palabras, a u n q u e no sea derecho, ¿constituye una regla tan operativa coiTio si fuera propiamente una ley? Esto .supondría arrumbar e n la práctica lo que se estableció en la teoría y parece, a primera vista, demasiado absurdo como para insistir en ello. La cuestión, sin e m bargo, va a ser objeto de un análisis más detenido,

Constitución de los Estados Unidos proporcionan argumentos adicionales a favor de tal rechazo.

No cabe duda de que e s competencia y deber tlel Poder Judicial decir qué es derecho, Aquellos que aplican la norma a los casos concretos tienen, necesariamente, que explicare interpretar esa norma. Si dos leyes entran en conflicto, son los tribunales los que deben pronunciarse sobre la eficacia de cada una de ellas. Así, si una ley se opone a la Constitución, sí tanto la ley como la Constitución son de aplicación a un determinado caso, de modo que el tribunal ha de resolver ese caso conforme a la ley, desechando la Constitución, o conforme a la Constitución, desechando la ley, el tribunal tendrá que determinar cuál de las dos normas e n conflicto rige el caso. Esto forma parte de la esencia misma de la tarea de juzgar... Por tanto, aquellos que discuten el principio de que la Constitución debe ser considerada, por los tribunales, como la norma suprema, tienen necesariamente que admitir que éstos han de cerrar s u s ojos ante la Constitución y mirar sólo a la ley. Esta doctrina subvertiría los fundamentos mismos de toda Constitución escrita. Supondría afirmar que una ley enteramente nula de acuerdo con los principios y la teoría de nuestro Gobierno, es, sin embargo, en la práctica, completamente obligatoria. Supondría afirmar que si el legislativo hace lo que está e x p r e s a m e n t e prohibido, la ley resultante de ello sería e n realidad, a pesar de la expresa prohibición, eficaz. Se sstaria atribuyendü al legislativo una omnipotencia real y práctica, al mismo tiempo que s e profesa restringir s u s competencias dentro de estrechos límites. Sería tanto como establecer los límites y declarar a la vez que s e pueden saltar a placer El hecho ds que así quedaría reducido a la nada lo que hemos considerado el mayor avance en el terreno de las instituciones políticas, una Constitución escrita, debería sor suficiente en América, donde las Constitucione.s escritas han sido vistas con tanta reverencia, para rechazar esta tesis, Pero, además, las propias expresiones de la - - 370.

El Poder judicial d e los Estados Unidos alcanza a todos los casos que surjan al amparo de la Constitución, ¿Pudo, acaso, haber sido intención de los que confirieron tal poder la de que al ejercerlo no debería tomarse e n cuenta el propio contenido d e la Constitución? ¿Que un caso que surja al amparo de la Constitución debería resolverse sin que ella m i s m a sea examinada? Esto es demasiado extravagante para que p u e d a sostenerse. En algunos casos, por tanto, los j u e c e s deben indagar el contenido de la Constitución,., ,,, (Por ejemplo) e n ella s e proclama que "no podráíi gravarse con ningún impuesto o carga los artículos que se exporten d e s d e cualquiera de los Estados", Supongamos que s e impone una tasa sobre la exportación del algodón, o del tabaco, o de la harina, y s e ejerce una acción judicial para recuperar lo pagado. ¿ D e b e recaer u n pronunciamiento judicial e n tal caso? ¿ D e b e n los j u e c e s cenrar los ojos a la Constitución y mirar sólo a la ley?. La Constitución proclama que "no podrá aprobarse ninguna ley penal que imponga una condena individual o que s e a retroactiva", Si, a pesar de ello, una ley como é s t a s s e aprobase, y se procede contra alguien de conformidad con la misma, ¿debería el tribunal condenar a muerte a pereonas a las que la Constitución s e h a propuesto proteger? "Nadie podrá ser condenado por traición - d i c e la Constitución- si no es sobre la base del testimonio prestado por al m e n o s dos testigos en relación con el m i s m o hecho, o de una confesión pública realizada' ante el tribunal", En este caso, el lenguaje de la Constitución se dirige especialmente a los órganos judiciales, Ella prescribe, directamente para éstos, una regla de prueba de la que no se pueden apartar. Si el legislador modificara la regla e n cuestión, estableciendo que u n solo t e s t i g o o una confesión fuera del tribunal f u e s e n suficientes para imponer la condena, ¿debería la norma constitucional ceder frente a la ley? De estos textos, y d e otros m u c h o s que s e podrían seleccionar, s e ried uce que los redactores de la Constitución contemplaron a ésta como una norma vinculante tanto para los jueces como para el legislador,,.

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Carlos Mario Molina B, Mario A l f o n s o

Alvaraz M.

Farnando

Peléez

A X u l s Alfonso Botero Ch.

... ¿Por qué motivo juraría ei juez desempeñar sus funciones de conformidad con la Constitución do los Estados Unidos sí luego ella no fuese una norma üárrtada a disciplinar efectivamente su actividad, si hubiera de permanecer cerrada y no pudiese ser exarr^inada por él? Si éste fuera el estado real de las cosas sería algo peor que una solemne burla... ... Por otra parte, tampoco uarecB de valor el hecho de que la Constitución al declarar cuál será la ley suprema del país se mencione a si misma en primer lugar, y de que al referirse a las leyes de los Estados Unidos, no lo haga en general, sino atribuyendo sólo esa condición a las que se elaboren de acuerdo con ella. De modo que los propios términos de la Constitución de los Estados Unidos confirman y refuerzan el principio, que'se supone inherente a todas las Constituciones escritas, de que una ley contraria a la Constitución es nula, y do que los tribunales, como los demás poderes, están vinculados a la misma. La petición del demandante debe sér rechazada. Fuente-. M a r b u r y V. Madison (1. Cranch, l 3 7 , 1803).

Selección y traducción de extractos de la sentaiicia, para "Materiales de Derecho Constitucional" a cai~go de J. M. Vidal.

l a ,REVOI:üció^ f b ^ í e s a

•Mi}.••'..iV'' •".Í-T."

Los representantes del pueblo ffancés, coñstituidos en Asamblea nacional, considerando que la ignorancia, el olvido o ei menosprecio de ¡os derechos del hombre s o n las únicas causas de las calamidades públicas y de la corrupción de los gobiernos, han resuelto exponer, e n una declaración solemne, los derechos natuíáles, inalienables y sagrados del hombre, a fin de qué esta declaración, constantefhems presente para todos lós rniembros del cuerpo social, les recuefds sií-y cesar sus derechos y sus deberes; a fiñ de que los actos del poder legislativo y del poder ejecutivo, al poder c o t e j a r e a cada instante con la finalidad de toda institución política, sean más respetados y para que las reclamaciones de lo.s ciudadanos, en adelante fundadas en principios simples e indiscutibles, redunden siempre en beneficio del mantenimiento de la Constitución y d s la felicidad de todos. En consecuencia, la Asarnblea nacional reconoce y declara, en presencia del áer Supremo y b^jo sus auspicios, los sigujemes derechos del hombre y.del ciudadano: Artícuio primero,- Los hombres nacen y perrñaneoen libres e iguales en derechos. Las distinciones sociales sólo puedeñ fundarse en la utilidad común. Artículo 2." La finalidad de toda asociación política es la conservación de los derechos naturáleis e imprescriptibles del hombre, Tales derechos son la libenad, la propiedad, lo seguridad y la resistencia a la . opresión. Artículo 3.- Él principio de toda soberanía, reside esencialmente en la Nación. Ningún cuerpo, ningún Individuo, pueden ejercer una autoridad que no emane expresamente de ella. Artículo 4,- La libertad consiste en poder hacer todo aquello que no perjudique a otro; por eso, el ejercicio de los derechos naturales de cada hombre no tiene otros línnites que los que garantizan a los de-

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C a r l o s M a r i o M o l i n a B. M a r i o A l f o n s o

Alvares

M, F e r n a n d o P e l á a z

A.I.ula

Alfonso Botero Ch.

m á s nrüembros de la sociedad el g o c e de e s t o s m i s m o s dorschos. Tales límites sólo p u e d e n ser d e t e r m i n a d o s por la ley, Artículo 5 , - La ley sólo tiene d e r e c h o a prohibir los actos perjudiciales para la sociedad. Nada q u e no e s t é prohibido por la !ey p u e d o ser impedido, y nadie p u e d e s e r c o n s t r e ñ i d o a hacer algo q u e é s t a no ordene, Artículo 6.- La ley e s la e x p r e s i ó n de la v o l u n t a d general. Todos los c i u d a d a n o s t i e n e n d e r e c h o a contribuir a s u elaboración, p e r s o n a l m e n t e o por m e d i o d e s u s representantes., D e b e ser la m i s m a para todos, ya s e a q u e proteja o q u e s a n c i o n e . C o m o todos los ciudadanos son i g u a l e s a n t e ella, todos s o n i g u a l m e n t e adnoisibles s n toda dignidad, cargo o e m p l e o públicos, s e g ú n s u s c a p a c i d a d e s y sin otra distinción q u e la d e s u s virtudes y s u s talentos. Artículo 7.- N i n g ú n hombre p u e d e ser acusado, arrestado o d e t e nido, c o m o n o s e a e n los c a s o s d e t e r m i n a d o s por la ley y con arreglo a las formas q u e é s t a h a prescrito, Q u i e n e s soliciten, cursen, e j e c u t e n o hagan ejecutar ó r d e n e s arbitrarias d e b e r á n s e r castigados; pero codo c i u d a d a n o c o n v o c a d o o aprehendido e n virtud d e la ley d e b e o b e d e cer de i n m e d i a t o ; e s culpable si o p o n e r e s i s t e n c i a . Artículo 8 . - La ley sólo debe e s t a b l e c e r p e n a s estricta y e v i d e n t e m e n t e necesarias, y nadie p u e d e s e r c a s t i g a d o s i n o e n virtud de una ley e s t a b l e c i d a y promulgada con anterioridad al delito, y aplicada legalmente, Artículo 9," Puesto que todo hombre s e p r e s u m e i n o c e n t e m i e n tras no s e a declarado culpable, si s e j u z g a i n d i s p e n s a b l e detenerlo, todo rigor q u e no s e a necesario para apoderarse de s u persona d e b e ser s e v e r a m e n t e reprinnido por la ley.

D e r e c h o Constitudónal General

Artículo 1 2 . - La garantía d e los d e r e c h o s del h o m b r e y del ciudadano n e c e s i t a d e u n a f u e r z a pública; por lo tanto, e s t a f u e r z a h a sido instituida e n b e n e f i c i o d e todos, y no para el p r o v e c h o particular de aquéllos a q u i e n e s h a sido e n c o m e n d a d a . Articulo 13." Para el m a n t e n i m i e n t o de la fuerza pública y para los g a s t o s de adnoinistración r e s u l t a i n d i s p e n s a b l e u n a contribución c o m ü n ; é s t a d e b e r e p a r t i e s e e q u i t a t i v a m e n t e entre los ciudadanos, proporcionalmente a s u capacidad, Artículo 1 4 , - Los c i u d a d a n o s t i e n e n el d e r e c h o d e comprobar, por sí m i s m o s o a través d e s u s r e p r e s e n t a n t e s , la n e c e s i d a d d e la contribución pública, d e aceptarla l i b r e m e n t e , d e vigilar s u e m p l e o y de d e t e r m i n a r s u prorrata, s u b a s e , s u recatidáción y s u duración. Artículo 1 5 L a s o c i e d a d t i e n e d e r e c h o a pedir c u e n t a s d e s u g e s tión a codo a g e n t e público. Artículo 1 6 , - Tbda s o c i e d a d e n la cual n o e s t é e s t a b l e c i d a la g a rantía d e los d e r e c h o s ni d e t e r m i n a d a la s e p a r a c i ó n d e los p o d e r e s carece d e Constitución, Artículo : 7,- S i e n d o la p r o p i e d a d un d e r e c h o Inviolable y sagrado, n a d i e p u e d e ser privado d e ella, salvo c u a n d o la n e c e s i d a d p ú b l i ca, l e g a l m e n t e comprobada, lo e x ^ a d e m o d o e v i d e n t e , y a condición d e u n a j u s t a y previa i n d e m n i z a c i ó n . Fuente:

Presidencia de 1¿ República ftanoesa ht:tp;/AwVV/,fftYS¿e.ft'/eSB

Artículo lO," N a d i e d e b e ser i n c o m o d a d o por s u s opiniones, inclusive religiosas, a condición de que s u m a n i f e s t a c i ó n no perturbe el orden público e s t a b l e c i d o por la ley. Artículo t i . - La libre c o m u n i c a c i ó n de p e n s a m i e n t o s y d e opinion e s Gs uno de los d e r e c h o s m á s preciosos del hombre; e n c o n s e c u e n cia, codo ciudadano p u e d e hablar, escribir e imprimir libremente, a t r u e q u e de responder d e l abuso de e s t a libertad e n ios c a s o s deterríiin a d o s por la ley.



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sisea

Libro primero Capítulo VI D e l pacto social S u p o n g a m o s que los h o m b r e s hayan llegado a u n punto t a l q u e los obstáculos que dañan a s u conservación en el estado de la naturaleza, s u p e r e n por s u resistañcia las fuerzas q u e cada individuo p u e d e e m p l e a r para m a n t e n e r s e e n e s t e estado. En tal casó s u prjmitivb e s tado no p u e d e durar m á s tienipo, y perecería el g é n e r ó h u m a n o si no variase s u m o d o de existir. Mas c o m o los h o m b r e s no p u e d e n crear por sí solos n u e v a s f u e r zas, sino unir y dirigir las q u e y a existen, sotó les queda u n m e d i o para conservarse, Y; consiste e n formar por agregación una s u m a de fuerzas capaz d e v e n c e r la resistencia, p o n e r e n m o v i m i e n t o e s t a s fuerzas por m e d i o d e iÍn solo móvil y hacerlas obrar dé acuerdo. Esta s u m a de fuerzas solo p u e d e nacer del concursó de m u c h a s separadas; pero c ó m o la fuerza y la libertad de cada individuó s o n los principales i h s t h j m e n t o s dé s u conservación, ¿qué m e d i o encontrará para obligarías, s'm peijudioarse y sin olvidar los cuidados q u e s e d e b e a sí m i s m o ? ¿á^á dificultad, reducida a mi objetó, p u e d e expresarse e n e s t o s térnünos; "Encontrar u n a forma de asociación capaz de d e fender y proteger con toda la fuerza c o m ú n la persona y b i e n e s de cada uno de lSs-^poiados, pero de modo q u é cada uno de estos, uñiénd o s e a toddS;'s'í>lc)'Bbedezca a sí m i s m o , y q u e d e tan libre c o m o a n tes". Este es-'-élfjirofelerrta f u n d a m e n t a l , cuya solución s s e n c u e n t r a e n el contrato ¿ocíalí;' Las cláü¿y,l|í;;dB e s t e contrato e s t á n determinadas por la naturaleza del acto dé'tEi^'suéhe q u e la m e n o r modificación las haría v a n a s y

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Carlos Mano Molina B. Mjrio Alfonso Alvare?. M, Feraando P«lára A.Uiis Manso

I>ereího Constitucional General

Balero Ch,

1 de ningún efecto, de modo quo aun cuando quizás nunca han sido expresadas formalmente, en todas partas son las mismas, en todas GStán tácitamente admitidas y reconocidas, hasta que, por la violación del pacto social, recobre cada cual sus primitivos derechos y su natural libenad, perdiendo ia libertad convencional por la cual renunciara a aquella, Todas estas cláusulas bien entendidas se reducen a una sola, a saber; \a e n ^ e n a c i ó n total de cada asociado con todos sus derechos hecha a favor del común; porque e n primer lugar, dándose cada uno e n todas sus partas, la condición es la m i s m a para todos; siendo la condición igual para todos, nadie tiene interés en hacerla onerosa a los demás. A más de esto, haciendo cada cual la enajenación sin reservarse nada, la unión es tan perfecta como puede serlo, sin que ningún socio pueda reclamar; pues si quedasen algunos derechos a los particulares, como no existiría un superior común que p u d i e s e fallar entre ellos y el público, siendo cada uno su propio juez en algún punto, bien pronto pretendería serlo en todos; subsistiría el es.tado de la naturaleza, y la asociación llegaría a ser precisamente tiránica o inútil. En fin, dándose cada cual a todos, no s e da a nadie en particular; y como no hay socio alguno sobre quien no se adquiera el mismo derecho que uno le cede sobre sí, s e gana en este cambio el equivalente de todo lo que uno pierde, y una fuerza mayor para conservar lo que uno tiene. Si quitamos pues del pacto social lo que no es de su esencia, veremos que se reduce a estos términos: cada uno de nosotros pone en común su persona y todo su poder b ^ o la suprema dirección dé la voluntad general; recibiendo también a cada miembro como parte indivisible del todo. En e\ mismo momento, e n v e z de la persona particular de cada conu'atante, este acto de asociación produce un cuerpo moral y colectivo, c o m p u e s t o de tantos miembros como voces tiene la asamblea; cuyo cuerpo recibe del m i s m o acto su unidad, su ser común, su vida y su voluntad, Ésta persona pública que de este modo e s un producto de la unión de todas las otras, tomaba antiguamente el nombre de Civitas, y ahora el de República o de cuerpo político, al cual sus

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mieiTibros llaman estado cuando es pasivo, soberano cuando es activo, y potencia comparándole con sus semejantes. Por lo que mira a los asociados, toman colectivamente el nombre de pueblo y en particular se llaman ciudadanos, como partícipes de la autoridad soberana, y súbditos, como sometidos a las leyes del Estado, ?ero estas v o ces s e confunden a menucio y se toma la una por la otra; basta que s e p a m o s distinguirlas cuando so usan en toda su precisión. FUENTE ; De Wikisource, la biblioteca libro

Titulo d e l

Autor Ji (gSdejul

Libre Primero Capítulo V n Del s o b e r a n o Por esta fórmula s e v e q u e el acto de asociación encierra una obligación recíproca del público para con los particulares, y que cada individuo, contratando, por decirlo así, c o n s i g o m i s m o e s t á obligado bajo dos respectos, a saber; c o m o m i e m b r o del soberano hacia los particulares, y c o m o m i e m b r o del Estado hacia el soberano. Sin q u e pueda tener aquí aplicación la m á x i m a del derecho civil de que nadie está obligado a cumplir lo q u e s e ha prometido a sí rhismo; p u e s hay m u c h a diferencia entre obligarse uno hacia sí nnismo y obligarse h a cia un todo del cual u n o forma parte. También d e b e advertirse que la deliberación pública, que p u e d e obligar a todos los súbdltos hacia el soberano, a c a u s a d e los diversos r e s p e c t o s bajo los cuales cada uno de ellos e s considerado, no puede, por la razón contraria, obligar al soberano hacia sí m i s m o , y que por c o n s i g u i e n t e e s contra la naturaleza del cuerpo político que el soberano s e i m p o n g a una ley q u e no p u e d a infringir. No pudiendo ser considerado sino bajo un solo y único respecto, está e n el c a s o d e u n particular que Contrata c o n s i g o mismo: por lo tanto sa v e claramente que no hay ni p u e d e haber n i n g u n a e s p e c i e de ley fundamental obligatoria para el cuerpo del pueblo, ni aún el m i s m o contrato social, NO quiei-e decir e s t o que s e m e j a n t e cuerpo político n o s e p u e d a obligar hacia otro diferente e n aquellas cosas que n o d e r o g a n el contrato; p u e s con respecto al extranjero, n o e s m á s q u e u h ser simple, un individuo, Pero el cuerpo político o el soberano, c o m o q u e reciben s u ser de la santidad del contrato, j a m á s p u e d e n obligarse ni a u n c o n respecto a

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C a r l o s M a r i o Molina B. M a r i o A l f o n s o Á l v a r e z M F e r n a n d a P e l á e z A.Luis A l f o n s o B o t e r o Cli.

ütro, a cosa alguna que derogue este primitivo acto, como sería e n a jenar alguna porción de si' m i s m o o s o m e t e r s e a otro soberano. Violar el acto en virtud del cual existe sería aiionadavse; y la nada no produce ningún efecto. D e s d e el instante e n que e s t a mucl^edumbre s e halla reunida en un cuerpo, no es posible agraviar a uno de sus miembros sin atacar e) cuerpo, ni mucho m e n o s agraviar a é s t e sin que los miembros s e resientan. De este modo el deber y el interés obligan por igual a las dos partes contratantes a ayudarse mutuamente', y los hombres m i s m o s deben procurar reunir bajo e s t e doble aspecto todas las v e n t e a s que produce.

Derecho Constitucional General

gará a ello por todo el cuerpo; lo que no significa nada más sino que se le obligará a ser libre; pues ésta y no otra es -la condición por la cual, e n t r e g á n d o s e cada ciudadano a su patria, se libra de toda dependencia personal; condición q u e produce el artificio y- el j u e g o de !a máquina política, y que e s la Unica q u e legitima las obligaciones civiles; las cuales sin esto, serían absurdas, tiránicas y sujetas a los más e n o r m e s abusos, FUENTE : De Wikisource, la biblioteca libro

Componiéndose pues el soberano de particulares, no tiene ni puede tener algún interés contrario al de éstos; por consiguiente, el poder soberano no tiene necesidad de ofrecer garantías a los súbditos, porque es imposible que el cuerpo quiera perjudicar a sus miembros, y más adelante v e r e m o s que tampoco p u e d e dañar a nadie en particular. El soberano, en el mero h e c h o de existir, es siempre todo lo que d e b e ser. Mas no puede decirse lo nrismo de los súbditos con respecto al soberano, a quien, no obstante el interés común, nadie respondería de los e m p e ñ o s contraídos por aquellos, si no encontrase los m e d i o s de estar seguro de su fidelidad. En efecto, puede cada individuo, como hombre, tener una voluntad particular contraria o diferente de la voluntad gerieral que c o m o ciudadano tiene; su interés particular p u e d e hablarle m u y a! r e v é s del interés común; su existencia aislada y naturalmente i n d e p e n d i e n t e puede hacerle mirar lo que d e b e a la causa pública como una contribución gratuita, cuya pérdida s e n a m e n o s perjudicial a los d e m á s de lo q u e le es onerosa su prestación; y considerando la persona moral q u e constituye el estado c o m o u n e n t e de razón, por lo m i s m o que no es un hombre, disfrutaría así de los derechos de ciudadano sin cumplir con los d e b e r e s de súbdito; injusticia, que si progresase, causaría la ruina del cuerpo político, A fin pues de que el pacto social no sea un formulario inútil, encierra tácitamente la obligación, única que p u e d e dar fuerEa a las demás, de que al que r e h u s e o b e d e c e r a la voluntad general, s é le obli-



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Libro S e g u n a o Capítulo I La soberanía e s i n a l i e n a b l e La primera y m á s importanté c o n s e c u e n c i a de los principios h a s ta aquí establecidos es q u e solo la voluntad general p u e d e dirigir las fuerzas del Estado s e g ú n el fin de s u institución, que e s el bien común; p u e s si la oposición de los i n t e r e s e s particulares ha h e c h o necesario el establecimiento de las sociedades, la conformidad de e s t o s m i s m o s intereses le ha h e c h o posible, Lo que hay de c o m ú n entre e s t o s diferentes i n t e r e s e s e s lo q u e forma el vínculo social; y si rio h u b i e s e alg ú n punto en el que todós los i ñ t e r e s e s e s t u v i e s e n conformes, n i n g u na sociedad podría existir: l u e g o lá sociedad d e b e ser gobernada únic a m e n t e c o n f o r m e a e s t e interés común. Digo s e g ú n esto, q u e n o s i e n d o la soberanía rñas que el ejercicio de la voluntad general n u n c a s e p u e d e e n h e n a r ; y que el soberano, que es u n e n t e colectivo, solo p u e d e estar representado por sí m i s m o : el poder bien p u e d e transmitirse, pero la voluntad no. En efecto, si bien n o e s imposible que una voluntad particular c o n v e n g a e n algún punto con la voluntad general, lo e s a lo m e n o s que esta conformidad s e a duradera y constante; p u e s la voluntad particular s e inclina por s u naturaleza a l o s privilegios, y la voluntad g e neral a la igualdad. Todavía e s rnás imposible tefier u n a garantía de esta conformidad, aun c u a n d o h u b i e s e de durar siempre; ni sería e s t o un efecto del arte, sino de la casualidad. Bien puede decir el Soberano; a c t u a l m e n t e ciuiero lo q u e tal hombre quiere o a lo f n e n o s lo que dice querer; pero n o p u e d e decir: lo que este hombre querrá mañana, y o también lo querré; p u e s e s m u y absurdo que la voluntad s e esclavice

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••w C a r l o s Morlo Molina B, M a r i o A l f o n s o A l v a r e s M. F e r n a n d o P s i á e z A.Luia A l f o n s o B o t e r o Ch.

para lo venidero y no d e p e n d e de ninguna voluntad el consentir en alguna cosa contraria al bien del mismo ser que quiere. Luego si el pueblo promete s i m p l e m e n t e obedecer, por e s t e m i s m o acto se disuelva Y pierde su calidad de pueblo; apenas hay un señor, ya nO hay soberano, y d e s d e luego se halla destruido el cuerpo político. No es esto decir que las órdenes de los j e f e s no puedan pasar por voluntades generales mientras que el soberano, libre de oponerse a ellas, no lo hace. En e s t e caso el silencio universal hace presumir el consentimiento del pueblo. Pero esto ya s e explicará con mayor detención, FUENTE : De Wikisource, la biblioteca libre.

Libro S e g u n d o Capítulo II La soberanía e s indivisible Por la m i s m a razón que la soberanía no s e p u e d e e n h e n a r , t a m poco se puede dividir; p u e s o la voluntad es general, o no lo es; o e s la voluntad de todo el pueblo, o tan solo la de una parte. Én el primer caso, la declaración de esta voluntad e s un acto de soberanía, y hace ley; e n el s e g u n d o , no e s niás que u n a voluntad particular, o u n acto de magistratura y cuando más u n decreto. Mas no pudiendo nuestros políticos dividir la soberanía e n su principio, la dividen e n s u otáeto: divídenla e n fuerza y e n voluntad, e n poder legislativo y e n poder ejecutivo; e n derecho de impuestos, de Justicia y de guerra, e n administración interior y en poder de tratar con el extranjero; t a n pronto u n e n todas estas partes, c o m o las s e p a ran, H a c e n del soberano un ser quimérico, formado de diversas partes reunidas, lo m i s m o que si formasen un hombre con varios cuerpos, de los Cuales el uno t u v i e s e ojos, el otro brazos, el otro pies, y nada más. Se cuenta que los charlatanes del Japón despedazan un niz'io en presencia de los espectadoras, y airojando d e s p u é s en el aire todos s u s nüembros el uno d e s p u é s del otro, hacen caer el ni,ño vivo y unido enteramente. Como .estos s o n a c o i t a diferencia los j u e g o s de manos de nuestros políticos; d e s p u é s de haber desmembrado el cuerpo social, u n e n sus piezas s i n .que s e sepa cómo, por medio de u n prestigio digno de una feria. Proviene este error de no haberse h e c h o una noción exacta de la autoridad soberana, y de haber considerado como partes de esta autoridad lo que solo era una derivación de ella. Por ejemplo, se han

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C a r l o s M a r i o MoMna D. M a r i o A l f o n s o Á i v a r e z M. F s r n a n d o Peláoz A.I.uis A l f o n í o B o t e r o C h .

mirado el acto de declarar la guerra y el de hacer la paz c o m o actos do soberaiiía; lo ^ue no e s así, p u e s cada u n o de e s t o s actos no e s una ley, sino una aplicación de ella; es u n acto particular q u e aplica el caso de la ley, c o m o s e verá c l a r a m e n t e cuando s e fije la idea a n e x a a e s t a palabra. S i g u i e n d o d e la m i s m a m a n e r a las d e m á s divisiones, hallaríamos que se engaita q u i e n crea ver dividida la soberanía; q u e los d e r e c h o s q u e considera s e r p a n e s de e s t a soberanía le e s t á n del todo subordinados, y q u e son s o l a m e n t e e j e c u t o r e s d e v o l u n t a d e s s u p r e m a s , q u e por n e c e s i d a d han de existir c o n anterioridad a ellos. No e s fácil decir c u á n t a oscuridad e s t a falta de e x a c t i t u d ha producido en las d e c i s i o n e s de los autores en materias de d e r e c h o político, c u a n d o han querido j u z g a r los d e r e c h o s r e s p e c t i v o s de los r e y e s y de los p u e b l o s s e g ú n los principios q u e habían establecido. Cualquiera p u e d e ver, e n los capítulos III y IV del libro primero de Grocio c u a n t o e s t é sabio y s u traductor Barbeirac s e e n r e d a n y s e e m b a r a z a n con s u s s o f i s m a s , por t e m o r d e hablar d e m a s i a d o o de no decir lo bastante s e g ú n s u s miras, y d e chocar c o n los i n t e r e s e s q u e hatóan d e conciliar (Srocio, refugiado e n Francia, d e s c o n t e n t o de su patria y con á n i m o de hacer la corte a Luis XJII, a q u i e n dedicó el libro, no perdona m e d i o para despojar a los p u e b l o s de todos s u s d e r e c h o s y para revestir con ellos a los r e y e s con toda la habilidad posible. Lo m i s m o hubiera querido hacer Barbeirac, q u e dedicaba s u traducción a Jorge I, rey de Inglaterra, Pero d e s g r a c i a d a m e n t e la'expulsión de Jacobo II, que él llama abdlcacióri, le obligó a s e r reservado, a buscar r e f u g i o s y a tergiversar, para q u e n ó s e d e d u j e s e de su obra q u e Guillermo era u n usurpador. Sí e s t o s dos escritores h u b i e s e n adoptado los v e r d a d e ros principios, todas las dificultades h u b i e r a n d e s a p a r e c i d o y no s e les podría tachar de i n c o n s e c u e n t e s ; pero hubieran dicho s i m p l e m e n t e la verdad s i n adular m á s q u e al pueblo. La verdad e m p e r o ho g u í a a la forturta, y el pueblo n o da e m b a j a d a s , ni obispados, ni p e n s i o n e s . PUENTE : De Wikisourcé, la biblioteca libre.

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Autor

Jft

Libró S e g u n d o Capitulo III ¿ P u e d e errar la v o l u n t a d g e n e r a l ? D e lo dicho s e infiere q u e la v o l u n t a d geiieral s i e m p r e e s recta, y s i e m p r e s e dirige a la utilidad pública; p e r o d e aquí íio s e s i g u e q u e las d e l i b e r a c i o n e s del p u e b l o t e n g a n s i e m p r e la fnistna rectitud. Querem o s s i e m p r e n u e s t r a felicidad p e r o a v e c e s n o s a b e m o s conocerla; el pueblo n o p u e d e s e r corrompido, rnas s e le e n g a ñ a a m e n u d o , y solo e n t o n c e s p a r e c e q u e r e r lo malo, Hay m u c h a diferencia e n t r e la v o l u n t a d d e todos y la voluntad general: é s t a sólo mira al interés c o m ú n ; la Qti'a mira al interés privado, y no e s m á s q u e u n a s u m a d e v o l u n t a d e s particulares, pero q u í t e n s e d e e s t a s m i s m a s v o l u n t a d e s él ftíiás y el m e n o s , q u e s e d e s t r u y e n m u t u a m e n t e , y quedará por s u m a d e las diferencias la voluntad general. Si, c u a n d o e l p u e b l o s u f i c i e n t e m e n t e i n f o r m a d o delibera, no tuv i e s e n los c i u d a d a n o s n i n g u n a c o m u n i c a c i ó n e n t r e sí, del gran n ú m e ro de p e q u e ñ a s diferencias resultaría s i e m p r e la v o l u n t a d general, y la deliberación sería s i e m p r e b u e n a . Pero c u a n d o s e f o r m a n facciones y a s o c i a c i o n e s parciales a e x p e n s a s d e la g r a n d e , la voluntad d e cada asociación s e h a c e gerieral cort r e s p e c t o a s u s m i e m b r o s , y particular c o n r e s p e c t o al Estado; s e p u e d e decir e n t o n c e s q u e ya n o hay tantos v o t o s c o m o h o m b r e s , s i n o tantos c o m o a s o c i a c i o n e s . Las diferencias s o n e n m e n o r n ú m e r o , y dan u n r e s u l t a d o m e n o s general, Flnalfíiente, c u a n d o u n a d e e s t a s a s o c i a c i o n e s e s t a n g r a n d e q u e supera a todas las d e m á s , ya n o t e n e m o s por r e s u l t a d o u n a s u m a d e p e q u e ñ a s diferencias, s i n o u n a diferencia única; ya n£> hay e n t o n c e s voluntad g e n e ral y el parecer q u e p r e v a l e c e n o e s ya m á s q u e u n parecer particulan

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C a r l o s Mfliio Moline B, M a r i o A J f o n s o Á I r a r a z M. F e r n a n d o P s i á e z A,Luis A l f o n s o B o t e r o Ch.

Conviene pues para obtener la expresión de la voluntad general, que no liaya ninguna sociedad parcial en ei Estado, y que cada ciudadano opine s e g ú n él solo piensa, Ésta fue la única y sublime institución del gran Licurgo, Y en el caso de que haya sociedades parciales, conviene multiplicar su número y prevenir su desigualdad, como hicieron Solón, Numa y Servio. Éstas son las únicas procauciones capaces de hacer que la voluntad general sea siempre ilustrada, y que el pueblo no se e n g a ñ e .

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niENTE : De Wlkliource, la biblioteca libre.

Libro S e g u n d o Capítulo IV Límites del poder soberano Si el Estado no e s m á s que u n a p e r s o n a moral, cuya vida consiste en la unión de sus miembros, y si s u cuidado más importante e s el de su propia conservación, n e c e s i t a una fuerza universal y compulsiva para m o v e r y disponer todas las partes del m o d o más c o n v e n i e n t e al todo así como la naturaleza da a cada hombre u n poder absoluto sobre todos s u s miembros, así t a m b i é n el pacto social da al cuerpo p o lítico un poder absoluto sobre todos los suyos; y a e s t e m i s m o poder, dirigido por la voluntad general s e le da, como t e n g o dicho, el n o m bre de soberanía. Pero a más de la persona pública, h e m o s de considerar a ios particulares que la componen, cuya vida y libertad s o n ñaturalmente ind e p e n d i e n t e s de aquella. Trátase pues de distinguir bien los dereclios respectivos dé los ciudadanos y los del soberano, y los d e b e r e s que los primeros h a ñ de cumplir e n calidad de súbditos, del derecho natural de que han de disfrutar e n calidad de hombres. Se confiesa generalmente que la parte de poder, de b i e n e s y de libertad que cada cual eftajena por el pacto social es s o l a m e n t e aquella cuyo uso importa al común; pero e s preciso confesar t a m b i é n que solo el soberano puede juzgar e s t a importancia, Todos los servicios que un ciudadano p u e d e prestar al Estado s e los deba luego que el soberano s e los pide; pero éste, por su parte, no pueda imponer a los súbditos n i n g u n a carga inútil al común; ni aun puede querer esto, pues e n el imperio de la'razón, del m i s m o m o d o que en el imperio de la naturaleza, nada s e hace sin motivo.

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D e r e c h o Cortstltucional Osneral

Carlos Mario Molina B. Mario Alfonso Álvaroz M. Fernando Peláen A.Luis Alfonso Botero CU.

Las promesas que nos u n e n al cuerpo social solo son obligatorias porque s o n mutuas; y son de tal naturaleza que cumpUéndolaS/ no podemos trabajar para los demás sin que t r a b ^ e m o s también para nosotros mismos. ¿Porqué razón la voluntad general es siempre recta, y por (íué quieren todos c o n s t a n t e m e n t e la dicha de cada uno de ellos, sino porque no hay nadie que deje de apropiarse esta palabra cada uno y que no pienso en sí mismo votando por todos? Lo que prueba q u e la igualdad de derechos y la noción de justicia que esta igualdad produce derivan ds la preferencia que cada cual s é da, y por consiguiente de la naturaleza del honnbre; que la voluntad, general, para ser verdaderamente tal, debe serlo en su objeto del mismo modo que en su esencia; qua debe salir de todos para aplicarse a todos, y que pierde su rectitud natural cuando se indina a algún objeto individual y deterniinado, porque entonces, juzgando ¡o qua nos es ajeno, no t e n e m o s ningún principio de equidad que nos guíe. En efecto, luego que se trata de un hecho particular sobre un punco, que no ha sido determinado por una convención general y anterior, el asunto s e hace contenciosn: es un prpceso en el cual los particulares interesados son una de las partes, y'el público la otra, y en el cual no veo ni la ley que s e ha de seguir, ni al juez que debe pronunciar, Sería hasta ridículo querer atenerse efitonces a una expresa decisión de la voluntad general, que solo puede ser la determinación de una de las partes, y que por consiguiente no e s con respecto a la otra más que una voluntad ajena, particular, llevada en'esta ocasión hasta la injusticia y Sujeta a error. As! pues, de La m i s m a manera que una voluntad particular no puede representar la voluntad general, ésta muda a su vez de naturaleza, teniendo un objeto particular, y tampoco puede como general pronunciar ni sobre un hombre, ni sobre un hecho. Cuando, por ejemplo, el pueblo de Atenas nombraba o deponía sus jefes, concedía honores al uno, imponía penas al otro, y por una multitud de decretos particulares ejercía indistintamente todos los actos del gobierno, e n t o n c e s el pueblo n o lanía y a voluntad g e n e ral propiamente dicha, ya no obraba como soberano, sino como magistrado. Esto parecerá contrario a las ideas comunes; pero es preciso darme tiempo para exponer las niías. De aquí resulta que lo que generaliza la voluntad rto es tanto el número de votos, como el interés común que los une; pues en esta

institución cada cual s e s o m e t e precisamente a las coridiciones que él ii-npone a los demás; unión admirable del interés y de la justicia, que da a las deliberaciones cothunes u n caráóter ds equldaü, que s e desvanece en la discusión de todo asuntó particular, a falta de un interés común que una e identifique la regla del juez corl la de la parte. De cualquier modo que s e suba al principio, s e encuentra siempre la misma conclusión, a saber, que el pacto social establece s m r s los ciudadanos tal igualdad, que todos s e obligan bajo unas misinas óoftdiciones y d o b e n disfrutar de u n o s tnisinos detechos, así es que, según la naturaleza del pacto, todo acto de soberanía, esto es, todo acto aliténtico de la voluntad general, obliga o favorece igualrnente a todos los ciudadanos; de modo, q u e el soberano solo conoce el cuerpo de la nación sin distinguir a ninguno dé los (^ue la componen, Que cosa es pues con propiedad u n acto d& soberanía. No es una c o n v e n ción del superior con el inferior, sino una convención del cuerpo con cada uno de sus miembros; convención legítiiíia, porque tiene por base el contrato social; equitativa, porque e s c o m ú ñ a todos; útil, porque solo tiene por objeto el bien general, y sólida, .porque tiene las garantías de la fuerza pública y del supreino poder. Mientras que los súbditos s e sqjetan tan solo a estas convenciones, no obedecen a nadie m,ás que a s u propia voluntad; y preguntar hasta dónde alcanzan los derechos respectivos del soberano y de los ciudadanos, es preguntar hasta qué punto p u e d e n éstos obligarse consigo mismos, cada uno hacia todos, y todos hacia cada uno de ellos. S e g ú n esto e s e v i d e n t e que el poder soberano, por más absoluto, sagrado e inviolable que sea, ño traspasa ni puede traspasar los límites de las convenciones generales, y que todo hombre p u e d e disponer libremente de los bienes y d e la libertad que estas convenciones le han dejado; de m o d o que el soberano no tiene facultad para gravar a un súbdito más que a otro, porque, haciéndose e n t o n c e s el asunto particular, su poder ya no es competente, Una vez admitidas estas distinciones, e s £añ falso que e n el contrato social haya alguna renuncia verdadera por p a n e de los particulares, que su situación, pór efecto de este contrato, e s preferible en realidad a lo que era antes, y que en lugar dá una enajenación no han hecho más que un cambio venteyoso de un modo de vivir inciertó y precario con otro mejor y más seguro, de la independencia natural

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e;

Cíirlus Mario Molina B, Mario Alfonso Alvaret M. Ternandci Peláo?. A.l.uls Alfonso Bolero Ch.

con la libertad, de! poder de dañar a otro con su propia seguridad, y de su fuerza, que otros podían superar, con un derecho que la unión social hace invencible. Su misma vida, que han consagrado a! Estado, está protegida continuamente por éste; y cuando la exponen en defensa de la patria, ¿qué otra coaa hacen sino devolverle lo que han recibido de ella? ¿Qué otra cosa hacen, que no hubiesen hecho con más frecuencia y con más peligro en el estado de la naturaleza, en el oua! entregados a combates Inevitables, habrían de defender con peligro de la vida lo que les sirve para,conservarla? Todos deben combatir por la patria en caso de necesidad, e s cierto; mas también de este modo nadie ha de combatir por sí. ¿No se gana mucho en correr, para conservar nuestra seguridad, una parte de los riesgos, que deberíamos correr para conservarnos a nosotros mismos, luego que la perdiésemos?

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; De WTikisourca, la biblioteca libre.

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Libro Tercero Capítulo IV La democracia El que hace la ley sabe mejor que nadie de qué manera se ha de ejecutar e interpretar, Parece pues que no se puede encontrar una constitución mejor que aquella, s n que el poder ejecutivo está unido al legislativo: pero esto m i s m o haca que este gobierno sea insuficiente bajo ciertos respectos, porque las cosas que han de estar separadas no lo e.stán, y el príncipe y el soberano, siendo una sola persona, no forman, por decirlo así, más que u n gobierno sin gobierno. No conviene que el que hace las leyes las ejecute ni que el cuerpo del pueblo separe su atención de las miras generales para fyarla e n objetos particulares. Nada m á s peligroso que la influencia de los intereses particulares e n los negocios públicos; y el abuso que sl gobierno puede hacer de las'ieyes es un mal menor que la corrupción del legislador, consecuencia indispensable de las miras particulares, Alterándose entonces el Estado e n su sustancia, toda reforma llega a ser imposible. Un pueblo tan perfecto que no abusase j a m á s del gobierno, tampoco abusaría de la independencia; u n pueblo que siempre gobernase bien, no tendría necesidad de ser gobernado. Tomando el término -en todo el rigor de la acepción, j a m á s ha existido una verdadera democracia ni es posible que j a m á s exista, Es contrario al orden natural que gobierne la mayoría, y que la minoría sea gobernada. No se p u e d e concebir que esté el pueblo continuam e n t e reunido para dedicarse a los negocios públicos, y se ve fácilm e n t e que no puede establecer comisiones a este fin, sin variar la forma de la administración.

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Csritw Mariu Molina B, Mafio Alfonso Alvarei M. Fornando l'eléez A.Luls Alfonso Botero Ch.

En efecto, creo poder asentar el principio de que, cuando !as diferentes funciones entre muchos tribunales, los m e n o s numerosos adquieren tarde o temprano la mayor autoridad, aun cuando no hubiese Otra causa que la facilidad de despachar los negocios, la cuai les conduce naturalmente a ello,

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Por otra parte, icuámas cosas, todas difíciles de reunir, no supone este gobierno! Primeramente, un Estado muy pequeño, para que s e pueda juntar eí pueblo sin dificultad, y pueda cada ciudadano conocer fácilmente a los demás; en s e g u n d o lugar, una m u y grande sencillez de costumbres, a fin de evitar la multitud de negocios y las discusiones espinosas; luego d e s p u é s mucha igualdad, en los rangos y enÍlas fortunas, pues sin esto no puede subsistir largo tiempo la igualdad en los derechos Tú en la autoridad; finalmente, poco o ningún ¡lyo, porque el lujo o es efecto de las riquezas o las hace necesarias; corrompe a la vez al rico y al pobre, al uno por la posesión, al otro por la codicia; v e n d e la patria a la molicie y a la vanidad, y priva al Estado de todos sus ciudadanos para siyetarlos los unos a los otros, y todos a la opinión, Por esta razón un célebre autor ha designado la virtud por principio a toda república, pues sin ella no p u e d e n subsistir todas estas condiciones; pero, por no haber hecho las distinciones necesarias, este hombre de talento ha escrito a menudo sin exactitud, y a v e c e s sin claridad, y no ha visto que siendo la autoridad soberana en todas partes la misma, debe regir el m i s m o principio e n todo Estado bien constituido, si bien es cierto que con mayor.o menor extensión s e g ú n fuere la forma del gobierno.

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Libro Tercero 'Capítulo XV Los diputados o representantes t a n pronto como el servicio público deja de ser la principal Ocupación de los ciudadanos, y que éstos quieren servir coíi s u bolsa antes que con su persona, s e encuentra ya el Estado m u y cerca de su ruina. ¿Es preciso ir a la guerra? Págarftmpas y s e quedan ert casa. ¿Es preciso ir al consejo? Nombran diputadas y se quedan e n casa. A fuerxa de pereza y de dinero, t i e n e n e n fin soldados para esclavizar la patria y representantes para venderla. El bullicio del comercio y de las artes, la interesada codicia de la ganancia, la molicie y el amor a las comodidades son las causas de que se m u d e n en dinero los servicios personales. S e cede una parte del provecho para aumentarle libremente. Dad dinero, y bien pronto tendréis cadenas. La palabra hacienda e s utia palabra de esclavos, que no se conoce e n los Estados libres, En estos, los ciudadanos lo hacen codo con s u s brazos y nada con dinero; lejos de pagar para exinriirsa de sus deberes, pagarían para desempeñarlos por sí mismos, Estoy bien lejos de seguir las ideas comunes; creo que los servicios corporales son m e n o s contrarios a la libertad que las contribuciones.

Añádase a esto q u e no hay gobierno tan expuesto a' las guerras civiles y a las agitaciones interiores como el democrático o popular, porque no hay ninguno que tienda con tanto ímpetu y con tanta frecuencia a mudar da forma, ni que exija más vigilancia y valor para ser rtianteñido en la suya. Én esta constitución es donde el ciudadano debe armarse de mayor fuerza y constancia, y repetir todos los días de su vida en el fondo de su corazón lo que decía un virtuoso palatino en la dieta de Polonia: Malo p e r i c u l o s a m l i b e r t a t e m q u a m q u i e t u m ssrvitium,

Cuanto mejor constituido e s t á u n Estado, tanta m á s preferencia tienen e n el espíritu de los ciudadanos los negocios públicos que los privados. Y hay también m e n o s ñegócios de ésta clase, porque como la s u m a de (a dicha c o m ú n proporciona una porción más considerable a la de cada individuo, no debe buscar tanta en los cuidados particulares. Én un Estado bien arreglado cada cual corre a las asambleas; bajo un mal gobierno, nadie quiere dar un paso para ir a ellas, porque

Si existiese un pueblo de dioses, sin duda se gobernaría democráHcamente, Un gobierno tan perfecto no conviene a los hombres, FUENTE: De Wlkisource, la biblioteca libro.

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ESSi

C a r l o s Mai'ici M o l i n a B, M a r i o A l f o n s o Á l v a r e i W. (•'emantio P e l á e z A . U i l s A l f o n s o B o t e r o t h .

nadie toma interés e n lo que s e hace, p u e s s e prevé q u e la voluntad general no será la q u e d o m i n e , y en fin porque los cuidados d o m é s t i cos o c u p a n toda la atención, Las b u e n a s l e y e s h a c e n dictar otras m e jores, las malas s o n s e g u i d a s de otras peores. En el m o m e n t o e n que, hablando d e los n e g o c i o s del Estado, diga alguno, ¿ q u é m e importa?, s e ha de contar que el Estado e s t á perdido. La tibieza del amor a la patria, la activida'ci del interés privado, la i n m e n s i d a d de los Estados, las conquistas, el a b u s o del g o b i e r n o han h e c h o imaginar el m e d i o de los diputados o r e p r e s e n t a n t e s del p u e b l o en las a.-sannbleas de la nación. Esto e s lo q u e e n a l g u n o s países s e a t r e v e n a llamar tercer-Estado o bien Estado llano, De e s t e m o d o el interés^ particular de dos clases ocupa el primero y s e g u n d o puesto, y el i n t e r é s público el tercero. La soberanía no p u e d e ser representada, por ¡a nnisma razón por la que no p u e d e s e r enajenada: c o n s i s t e e n la voluntad general, y la voluntad no s e representa, porque o e s ella m i s m a o e s otra; e n esto no hay medio. L u e g o los diputados del pueblo rio s o n ni p u e d e n ser sus r e p r e s e n t a n t e s : s o n tan solo s u s comisarios, y n o p u e d e n determinar nada d e f i n i t i v a m e n t e . Toda ley que el p u e b l o e n persona no haya ratificado e s nula, y ni aun p u e d e llamarse ley. El p u e b l o i n g l é s cree s e r libre, y se engaña; porque tan solo lo e s durante la elección de los m i e m b r o s del Parlamento, y l u e g o q u e é s t o s e s t á n elegidos, ya es e s clavo, ya no e s nada. El u s o que hace de s u libertad e n los cortos m o m e n t o s e n q u e la p o s e e m e r e c e por cierto q u e la pierda. La idea d e r e p r e s e n t a n t e s e s m o d e r n a , y s e deriva del gobierno feudal, de e s t e gobierno inicuo y absurdo, en el q u e s e halla degradada la e s p e c i e h u m a n a y d e s h o n r a d o el dictado de hombre, En las repúblicas antiguas y aun e n las monarquías j a m á s tuvo el p u e b l o rep r e s e n t a n t e s ; e s t a palabra era desconocida. Es cosa m u y particular q u e e n Roma, e n d o n d e los tribunos eran tan sagrados, no s e haya ni tan solo i m a g i n a d o q u e p u d i e s e n usurpar las f u n c i o n e s del pueblo, y que e n m e d i o d e una m u c h e d u m b r e tan n u m e r o s a no hayan i n t e n t a do j a m á s hacer pasar de propia autoridad un solo plebiscito. Sin e m bargo, p u e d e j u z g a r s e de la c o n f u s i ó n q u e causaba a v e c e s la multitud, por lo q u e s u c e d i ó e n t i e m p o de los Gracos, e n el cual una parte de los c i u d a d a n o s daba s u v o t o d e s d e los tejados.

Darscho Constitucional Gsneral

En donde el d e r e c h o y la libertad lo s o n todo, para n a d a hay inc o n v e n i e n t e s , En e s t e sabio pueblo, todo e s t a b a e n s u j u s t a medida; dejaba h a c e r a s u s lictores lo q u e rio s e hubieran atrevido a h a c e r s u s tribunos; no temía q u e los lictores q u i s i e s e n representarle. Con todo, para explicar de qué m o d o los tribunos le r e p r e s e n t a b a n a v e c e s , b a s ta concebir d e q u é m o d o el g o b i e r n o r e p r e s e n t a al soberano. N o s i e n do la ley Otra cosa m á s q u e la declaración d e la v o l u n t a d general, claro e s t á q u e e n c u a n t o al p o d e r legislativo el p u e b l o n o p u e d e s e r representado; pero p u e d e y d e b e serlo e n c u a n t o al p o d e r ejecutivo, q u e n o e s m á s q u e la f u e r z a aplicada a la ley. Esto h a c e c o n o c e r q u e e x a m i n a n d o bien las cosas, s e encontraría q u e s o n m u y p o c a s las naciones q u e t i e n e n leyes, S e a lo q u e fuere, e s m u y cierto q u e n o t e n i e n do los tribunos n i n g u n a parte del poder ejécutivo, n u n c a pudieron representar al pueblo r o m a n o por los d e r e c h o s de s u s cargos, s i n o s o l a m e n t e u s u r p a n d o los del s e n a d o . Entre los Griegos, todo lo q u e el p u e b l o t e n í a q u e hacer, lo hacía por sí m i s m o ; y así c o n t i n u a m e n t e s e hallaba reunido e n las plazas. Verdad e s q u e vivían en uíi clima templado, n o t e n í a n codicia, los e s c l a v o s trabaijaban por ellos, y s u principal n e g o c i o era s u libertad. No t e n i e n d o las m i s m a s v e n t a j a s , ¿ c ó m o s e p u e d a n c o n s e r v a r los m i s m o s d e r e c h o s ? Vuestros c l i m a s m á s rigurosos, os originan m á s n e c e s i d a d e s ; durante s e i s m e s e s del a ñ o n o podéis perrhanecer e n la plaza pública; v u e s t r a s l e n g u a s sordas n o s e dejan oír al aire libre; os dedicáis m á s a v u e s t r a s g a n a n c i a s q u e a v u e s t r a i i b e n a d , y t e m é i s m u c h o m e n o s la esclavitud q u e la miseria. ¿Pues q u e la libertad s o l o s e m a n t i e n e con el apoyo de la esclavitud? P u e d e ser. Los d o s e x c e s o s s e tocan. Todo lo q u e n o e s t á e n el orden de la naturaleza t i e n e s u s i n c o n v e n i e n t e s , y la s o c i e d a d civil m u c h o más. Hay ciertas s i t u a c i o n e s desgraciadas, en las q u e n o s e p u e d e conservar la-libertad s i n o a e x p e n s a s d e la de los d e m á s , y e n las q u e el ciudadano n o . p u e d e s e r e n t e r a m e n t e libre sin q u e el esclavo sea sumamente'-ésclavo. 1^1 era la situación de España, Vosotros, p u e blos modernos; é s v e r d a d q u e no t e n é i s esclavos, pero lo sois v o s o tros m i s m o s ; pagáis s u libertad con la vuestra. Por m á s q u e alabéis e s t a prefarerici.a,.YO e n c u e n t r o e n ella m á s cobardía q u e h u m a n i d a d . No e n t i e n d o por e s t o q u e haya d e haber esclavos, ni q u e s e a l e g í -

t i m o el derecho-de esclavitud, s u p u e s t o q u e he probado lo contrario:

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C a r l o s M a r i o M o l i n a B. M a r i o A l f o n s o Á l v a r e z M. F e r n a n d o Peláe?. A.Liiis A l f o n s o B o t e r o Cl>.

indicó tan solo los nnotivos por que los pueblos modernos, que se creen libres, tienen representantes, y hago ver por qué razón los pueblos antiguos n o los tenían. D e todos modos, en el instante en que un pueblo nombra representantes, ya no as libre; deja de existir. Examinado todo perfectannente, no veo. que sea posible ya al soberano conservar entre nosotros el ejercicio de s u s derechos, si el Éstado no es muy p e q u e ñ o , Pero en e s t e casó, ¿será sojuzgado fácilm e n t e ? No por cierto. Más adelante haré v e r de qué suerte s e p u e d e reunir el poder exterior de un pueblo grande con la cómoda policía y el buen orden de un p e q u e ñ o Estado. PUENTE ; De Wikisource, la biblioteca libre, gg.'itflrion

moderno.html

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P--

Capítulo tercero El estado de derecho

U n a v e z a n a l i z a d o el E s t a d o e n t o d o el s e n t i d o de la palabra, y d e n t r o d e u n c o n t e x t o histórico-teórido s u e n c u a d r a m i e n t o constifucional, e s n e c e s a r i o p a s a r r e v i s t a s o b r e los q u e significa dicho Estado e n los tiempos modernos, s u interpretación y s u composición. La R e v o l u c i ó n F r a n c e s a d e 1789.tr^jo c o n s i g o u n a e x p r e s i ó n n u e v a q u e s e utiliza para r e e m p l a z a r l o q u e a l g u n o s l l a m a n e l a n t i g u o r é g i m e n . p o l í t i c o ; s e trata del E s t a d o d e D e r e c h o q u e s e i m p u s o a n t e eVEstádo a b s o l u t o , d e s p ó t i c o y r e p r e s e n t a d o o c o n f u n d i d o c o n la p e r s o n a q u e .lo dirigía'"®. Esta n u e v a e x p r e s i ó n identifica e n riiiestros días e l E s t a d o m o d e r n o , el cual g u a r d a t o d a s las características históricas d e la q u e s e c o n o c e c o m o organización soda] de un aglomerado. Pero l o sociál.-no e s la s o l a característica d e e s t a o r g a n i z a ción; lo político sjg;ue t e n i e n d o v i g e n c i a e i m p o r t a n c i a e n el n u e v o Estado a s í cój^p la t u v o e n e l a n t i g u o , Es decir, q u e e l n u e v o Estado s e traduc^.tpdavía e n las r e l a c i o n e s m ú l t i p l e s q u e n e c e s a r i a m e n t e s e e s f ^ l e c e n e n t r e g o b e r n a n t e s y g o b e r n a d o s . Los 109 La teoría del Estádb de Derecho tiene origen en los escritos de filósofos franceses de riiitad-del sijio XVIII, pero se perfecciona en Alemania a mitad del siglo XK.

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C a r l o s M a r i o Molina B, M i r l o A l f o n s o Á I v s r e i M. F e r n a n d o P e l á e z A.Luis A l f o n s o B o t e r o C h .

Derecho Constitucional General

primeros, s i e m p r e identificados con los d e s e o s de dirigir, controlar y mandar; los s e g u n d o s , m á s c o n o c i d o s por s u s d e s e o s d e o b e d e c e r , dejarse dirigir y q u e r e r q u e otros d e c i d a n por ellos.

ejercer las c o m p e t e n c i a s q u e s e otorgan; a d e m á s , con u n estricto control del poder q u e s e o t o r g a para lograr e l i m i n a r t o d o a b u s o q u e s e p r e s e n t e e n el ejercicio d e las atribuciones conferidas, Generalmente, los gobernados d e la nueva generación han e s t a b l e c i d o límites para q u e los g o b e r n a n t e s n o p u e d a n a b u s a r d e s u s d e r e c h o s , los c u a l e s e s t á n b i e n identificados e n s u t e x t o fundamental.

Si a l g u n o s p i e n s a n q u e los g o b e r n a n t e s s o n privilegiados y los g o b e r n a d o s d e s f a v o r e c i d o s , e s t a identificación, si ello s e podía h a c e r a n t i g u a m e n t e , hoy e n día e s m a s difícil d e sostener. H o y e n día gobernar n o e s c o s a fácil,. A n t e todo los g o b e r n a n t e s m o d e r n o s a d q u i e r e n p o d e r c o m o antes, pero a s u m e n al m i s m o t i e m p o algo q u e n o a s u m í a n a n t e r i o r m e n t e ; una g r a n r e s p o n s a b i l i d a d a n t e s u s s e m e j a n t e s . Los g o b e r n a n t e s d e h o y é n día e s t á n e n m a r c a d o s d e n t r o del E s t a d o d e D e r e c h o q u e e x i g e q u e c a d a acto q u e e m a n a d e l g o b e r n a n t e t e n g a o r i g e n e n u n a d i s p o s i c i ó n legal p r e e x i s t e n t e , c r e a d a -T' u n a gran mayoría d e p e r s o n a s q u e c o m p o n e n la s o c i e d a d , • jlección, su rol y s u s f u n c i o n e s , así c o m o la r e s p o n s a b i l i d a d d e s u s actos, e s t á n e n m a r c a d o s g e n e r a l m e n t e por un t e x t o escrito c o n o c i d o y a c e p t a do por la gran mayoría. La función d e g o b e r n a r implica, e n n u e s t r o s días, atribucion e s d e orden político y administrativo. El primero d e s i g n a la f u n ción d e g o b e r n a r una s o c i e d a d e n el s e n t i d o e x t e n s o d e la palabra (mandar, dirigir y decidir) y t a m b i é n , d e f o r m a restringida, d e s i g n a la función e j e c u t i v a para d i f e r e n c i a d a de la legislativa y judicial, lo q u e significa s i m p l e m e n t e e j e c u t a r las d e c i s i o n e s tom a d a s por el legislativo. En s e g u n d o lugar, los g o b e r n a d o s d e n u e s t r a é p o c a n o son los m a l t r a t a d o s y h u m i l l a d o s d e t i e m p o s atrás. El Estado d e D e r e c h o implica q u e la o b e d i e n c i a d e los asociados s e a justificada por u n a b u e n a administración. Los q u e o b e d e c e n hoy en día h a n decidido libremente asociarse a una reglas de juego que les p e r m i t e n votar l a s d i s p o s i c i o n e s y l o s g o b e r n a n t e s q u e ellos d e s e a n , c o n d i s p o s i c i o n e s claras y p r e c i s a s d e c ó m o s e v a n a

El Éstadó d e D e r e c h o s e d e f i n e e n t o n c e s c o m o e l ejercicio racionalizado y limitado d e p o d e n Es decir, u n E s t a d o q u e traza l í m i t e s a los g o b e r n a n t a s y g o b e r n a d o s , q u e o r g a n i z a p r e v i a m e n t e las c o m p e t e n c i a s e n los p o d e r e s públicos, q u e p r e s c r i b e correctivos para c u a n d o las n o r m a s y a n o s o n m á s v i g e n t e s o s o n m a l utilizadas, q u e p r o t e g e l a l e g a l i d a d del actuar p o l í t i c o administrativo, q u e s a n c i o n a las faltas d e r e s p o n s a b i l i d a d y q u e b u s c a garantizar el r e s p e t o d e los D e r e c h o s F u n d a m e n t a l e s d e los individuos pOr e n c i m a d e t o d a s las d e m á s n o r m a s , y q u e pers i g u e al ñ n u n a relación m á s a r m ó n i c a e n t r e los d i r i g e n t e s y la s o c i e d a d que-.eUos dirigen. D e n t r o d e la n o c i ó n del E s t a d o d e D e r e c h o e n c o n t r a m o s e n t o n c e s ciertos i n t e r r o g a n t e s q u e n e c e s i t a m o s r e s o l v e r para poder, al fin, c o n o c e r t o d o s los e l e m e n t o s q u e c o m p o n e n la d e f i n i c i ó n q u e a c a b a m o s d e e x p o n e r . Primera c u e s t i ó n , d e o r d e n jurídico, a r e s o l v e r e s la b a s e jurídica del Estado d e D e r e c h o . A p a r e c e e n t o n c e s n e c e s a r i o e l e s t u d i o d e la Constitución q u e e s l o q u e c o m p o r t a u n a serie d e principios y d e r e c h o s d e los i n d i v i d u o s al lado d e u n a s e p a r a c i ó n d e p o d e r e s o r g a n i z a d o s i d e n t i f i c a d o s p o r f u n c i o n e s y límites. En se£fu.ni^Q...jugar, t a m b i é n d e o r d e n jurídico, s e r á n e c e s a r i o r e s p o n d e r a-la,cuestión d e la o r g a n i z a c i ó n d e l a s r e l a c i o n e s e n tre las instit]i,GÍp.nes g o b e r n a n t e s que. s o n las q u e interpretan y dan explicació,^,al t e x t o constitucional, m á s c l a r a m e n t e a^la e s tructura d e gpííierno.

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Derecho Constitudona) General

C a r l o s M a r i o M o l i n a D. M a r i o A l f o n s o Á l v o r e z M. F e r n a n d o P e l á e s A.Luis A l f o n s o B o t e r o Ch.

U n a v e z r e s u e l t o s e s t o s d o s i n t e r r o g a n t e s d e orden jurídico, s e r á n e c e s a r i o a b o r d a r otras d o s c u e s t i o n e s d e o r d e n p o l í ú c o . D e u n lado, e l rol atribuido por la C o n s t i t u c i ó n a los g o b e r n a d o s f r e n t e al p o d e r d e l o s d i r i g e n t e s , p u e s t o q u e e s t o s ú l t i m o s n o e j e r c e n f u n c i o n e s s i n o d e m a n e r a t e m p o r a l por un p e r í o d o p r e establecido Y dentro d e u n marco constitucional deterniinado. D e esta forma será necesario conocer c ó m o los gobernados inf l u y e n n o s o l a m e n t e e n la r e p a r t i c i ó n y a t r i b u c i ó n d e c o m p e t e n cias s i n o t a m b i é n e n s u m o d i f i c a c i ó n y e l i m i n a c i ó n . Es n e c e s a r i o s a b e r c ó m o el E s t a d o m o d e r n o c o n c i b e la t r a n s i c i ó n d e l p o d e r e n t r e los d i r i g e n t e s y dirigidos.

A s í la C o n s t i t u c i ó n s e i d e n t i f i c a t a n t o c o n el E s t a d o , c o m o c o n el D e r e c h o . La C o n s t i t u c i ó n c o n s a g r a l a m a n i f e s t a c i ó n d e l a V o l u n t a d Política"®, l o q u e s i g n i f i c a "en c o n t r a s t e c o n s i m p l e s normas, una magnitud del Ser como origen d e u n Deber-ser" q u e c o n d u c e a las finalidades del E s t a d o d e D e r e c h o q u e q u i e r e q u e los g o b e r n a n t e s n o e j e r z a n m á s e l p o d e r eri f u n c i ó n d e las c u a l i d a d e s p r o p i a s d e la p e r s o n a , s i n o e n f u n c i ó n d e u n a a t r i b u c i ó n o i n v e s t i d u r a a c o r d a d a d i r e c t a o i n d i r e c t a m e n t e p o r la m a y o r í a d e los a s o c i a d o s . L a C o n s t i t u c i ó n s e h a c o n v e r t i d o e n l a e n c a r n a c i ó n nriisma d e l E s t a d o ; d e ella s u r g e n e n n u e s t r o s d í a s el p r i n c i p i o y e l fin d e l E s t a d o ; t o d o r é g i m e n político, e s t a b l e o no, dictatorial o d e m o c r á t i c o , b u s c a la j u s t i f i c a c i ó n c o n s t i t u c i o nal para e x t e r i o r i z a r la e x i s t e n c i a del E s t a d o .

D e otro lado, y por último, s e r á n e c e s a r i o r e s p o n d e r a la c u e s tión política d e l l u g a r q u e o c u p a la i n f l u e n c i a d e las i d e o l o g í a s s o b r e el f u n c i o n a m i e n t o del E s t a d o . Es m e n e s t e r a n a l i z a r c ó m o s e d e f i n e el r é g i m e n político y s u a d o p c i ó n , p u e s d e ello d e p e n d e el f u n c i o n a m i e n t o d e la s o c i e d a d o r g a n i z a d a r a c i o n a l m e n t e .

A p a r t e d e e s t a i d e n t i d a d política, la C o n s t i t u c i ó n s e i d e n t i f i ca j u r í d i c a m e n t e c o n el D e r e c h o e n c u a n t o e s la f u e n t e d e l o r d e n j u r í d i c o e s t a b l e c i d o por el E s t a d o . D e ella e m a n a t o d a r e g l a j u r í dica q u e c o n f i e r e u n a f u e r z a l e g í t i m a a t o d a a c t u a c i ó n d e l o s gobernantes o gobernados.

C u a t r o s e c c i o n e s a p a r e c e n e n t o n c e s n e c e s a r i a s para e x p l i car m e j o r lo q u e e s el E s t a d o d e D e r e c h o : la C o n s t i t u c i ó n , la e s tructura d e G o b i e r n o , la p a r t i c i p a c i ó n d e los g o b e r n a d o s e n el ejercicio del p o d e r d e los d i r i g e n t e s , y la c l a s i f i c a c i ó n d e los r e g í m e n e s políticos.

Para a b o r d a r m e j o r e l s i g n i f i c a d o d e l a C o n s t i t u c i ó n , v e r e m o s , e n priiTier lugar, la n o c i ó n d e C o n s t i t u c i ó n ; e n s e g u n d o lugar, s u c o n t e n i d o ; e n t e r c e r lugar, s u m o d i f i c a c i ó n ; y ^ ^ ú l t i m o lugar, s u control.

3 . 1 , LA C O N S T I T U C I Ó N Es la C o n s t i t u c i ó n la m e j o r m a n e r a d e i d e n t i f i c a r el E s t a d o d e D e r e c h o p u e s t o q u e a q u é l l a e x p r e s a c l a r a m e n t e q u e los g o b e r n a n t e s y g o b e r n a d o s e s t á n s o m e t i d o s al r e s p e t o del D e r e c h o Positivo. A m b o s e s t á n o b l i g a d o s a r e s p e t a r el d e r e c h o q u e ellos m i s m o s c r e a r o n c o n e l fin d e vivir d e f o r m a a r m o n i o s a e n u n a s o c i e d a d pacífica. E s t o s u p o n e la e x i s t e n c i a d e u n a j e r a r q u í a d e n o r m a s b i e n precisa, c o n u n a clara s e p a r a c i ó n d e p o d e r e s , u n a declaración d é D e r e c h o s Fundamentales o individuales y una autoridad judicial a u t ó n o m a e i n d e p e n d i e n t e , —

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3.1.1.

• 'Jjít • M

La noción de Constitución

A d o p t a d a por e l p u e b l o o s u s r e p r e s e n t a n t e s , l a C o n s t i t u c i ó n d e un.iíl^eblo s e p r e s e n t a casi s i e m p r e d e f o r m a e s c r i t a y s o l e m n e . Se.;CÍ?noce c o m o la C o n s t i t u c i ó n d e u n E s t a d o , la Carta F u n d a m e n t a l q u e l e d a o r i g e n al m i s m o o q u e f u n d a m e n t a s u s b a s e s rnás ¿^óMas. S e l e n i e g a a s í e l n o m b r e d e C o n s t i t u c i ó n a otro tipo d e l i t o s f u n d a m e n t a l e s c o m o a q u e l q u e e n D e r e c h o l i o Cari Scli'mift,'Teí)n'a de Ja Constítudán; Pag.34 —

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Atíamet Editorial- Madrid 3 Ed.



C a r l o s M a r i u M o l i n a B. M a r i o AJÍbnso Á l v a r e z M. F e r i i i i n d o P a l í s z A.Luis A l f o n s o B o t e r o Ch.

Intérnacional da origen a la constitución de una organización d e Éstadós y q u e se identifica con el n o m b r e d e tratado- fundación, S e laabla t a m b i é n d e E s t a t u t o s d e u n a sociedad cuando s u s reglas f u n d a m e n t a l e s crean o m o d i f i c a n s u s t a n c i a l m e n t é la actividad a la q u e s e c o n s a g r a n s u s asociados, Por ello c u a n d o s e habla d e Constitución g e n e r a l m e n t e s e asocia al Estado y, e n a l g u n o s casos, c o m o el colombiano, s e utiliza la palabra Constitución Política para identificar d e m a n e r a ciara q u e s e trata d e Constitución del Estado, Sin e m b a r g o , e s t a última asociación, sí t u v o s u explicación y justificación en el sigla XVIII c u a n d o tuvo s u o r i g e n ' " y e n el siglo XIX c u a n d o tuvo su auge. H o y e n día e s e tipo d e fórmulas n o s o n b i e n v e n i d a s e n D e r e c h o Constitucional p u e s t o q u e h a c e m á s d e un siglo s e s a b e q u e una Constitución n o e s s o l a m e n t e un pacto político f u n d a m e n t a l , sino t a m b i é n u n pacto social y económico. Una Constitución, c o m o lo e x p r e s a Cari S c h m m i t t , d e b e c o n tener no s o l a m e n t e el acuerdo d e los Hombres políticos, sino t a m bién la a c e p t a c i ó n d e la mayoría d e s u s asociados que quieren vivir bajo dicho Estatuto, c o n u n m í n i m o d e recursos e c o n ó m i c o s para darle e f e c t i v a aplicación. S e dice e n t o n c e s q u e la Constitución d e t e r m i n a el Estatuto del Estado. Para explicar mejor ésta afirmación v e r e m o s cuál e s s u v e r d a d e r a definición y s u s posibles formas. '

Definición

G e n e r a l m e n t e , c o m o lo remarca Jellinek, la Constitución s e d e f i n e c o m o el conjunto de regias jurídicas relativas a la d é s i g 11: Si hablamos da una Constitución en sentiüo formal con» la americana de 1787 ü la francesa de 1701, Porque si hablamos en sentido material podríamos Irnos muchas más atrás con la Carta Magna Inglesa da 1215 o Biii of Rigtbs de 1628-1689 , Declaración Atftericana de Independencia 1776 o los artículos de la Confederación de 1777,

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D o r o c h ó Cot^.ííituclofial G e n e r a l

nación d e los g o b e r n a n t e s , así corno la organización y ejercicio del poder político d e n t r o del Estado. D e s u t e x t o s e p u e d e e x traer f á c i l m e n t e c u á l e s son las i n s t i t u c i o n e s q u e h a n s i d o creadas, división del poder, principios y m e c a n i s m o s d e Gobierno, así cotnb los d e r e c h o s y d e b e r e s d e los g o b e r n a d o s y g o b e r n a n t e s . Si ños ateñemOs a la definición d e Haiis Keisen"^, la Constit u c i ó n s e d e f i n e c o m o u n a Ley, urla g r a n LSy Funtíamefitaí colocada e n lo más alto d e la pirámide jurídica q u é detei-mina el D e recho Constitucional Positivo del Estado. Por ello ciertos p a í s e s c o m o el a l e m á n la califican d e Ley Funáametital del Estado, D i cha Ley e s superior a las d e m á s y s u creación c o m o s u r e f o r m a reviste u n a f o r m a y u n p r o c e d i t m e n t ó diferente al d e las l e y e s ordinarias; de allí el apelativo d e Ley Fundamental, Carta Constitucional, Pacto, L a w of t h e Land o N o r m a P u n d a r n e í i t a l . D i c h a Norma p u e d e t e n e r diversas c o n n o t a c i o n e s d e acuerdo c o n el s e n t i d o q u e s e le quiera dar. 3,1.2,

Constitución en sentido fortAal y Constitución en sentido material

En s e n t i d o formal u orgánico, la Constitución, c o m o v e n i m o s de explicarlo,, s e identifica primero q u e todo c o m o e! texto escrito, en la mayoría, d e s u s casos, q u e a d o p t a ese calificativo y q u e c o n s t i t u y e ur^.conjunto d e n o r m a s q u e organizan los p o d e r e s públicos y plasman ciertos d e r e c h o s individuales e n s u articulado. 112 Si seguimos los linsamientos exactos del pensador austríaco, la Constitución d&be mirarse desde uíi punto de vista lógico-jurídico, es decii-, cómo Norma Fundamental en la cus! está fundamentado el orden jurídico constítuidd. 'De forma hipotética esta norma no está detern^inada por ninguna otra norma superior de Derecho Positivo. Su función sería de fundamehtártpdb orden positivo que emane de la voluntad primigéiiea del ConsiitiiVénte, casi siempre producto de una revolución que no tiehe en cuenta M&gfuna otra disposición o procedimiento de refbrma, Pero también dééSeüá punto de vista Jurídico-posicivo se le da una categoría inferior á rá'5 M a r i o Molina B, M a r i o Alfonso

2,

Á l v a r e z M. F e r n a / i d o P e l á e z A.Luis AJfon.^o R o t e r o C h .

La permanencia o el período presidencial

"Es un principio general de la naturaleza humana que el interés de un hombre en lo que p o s e s guarda relación con la fyeza o incertidumbre de sus derechos;- que siente m e n o s apego por aquello que tiene en virtud de uñ título temporal o precario, que por lo que disfruta conforme a un título duradero y cierto... La observación no es menos aplicable a un privilegio, honor o encargo políticos... La conclusión que debemos desprender de ellas es que el individuo que haga las veces de primer magistrado, sabiendo que en breve plazo deberá dejar su puesto, no tendrá en éste el interés suficiente para aventurarse a incurrir e n críticas o dificultades de importancia por causa de la forma independiente en que haga uso de sus poderes, o debido a que desafíe la mala voluntad de una p a n e importante de la sociedad o inclusive de la facción que predomine en el cuerpo legislativo" (p. 134), 3.

Derecho Constitucional General

Próveer adecuadamente a su sostenimiento

"... si no se atiende este aspecto debidamente, la separación del departamento ejecutivo y de legislativo será puramente nominal y engañosa. Si la legislatura dispone de facultades discrecionales por lo que haca al sueldo y emolumentos de! primer magistrado, podría volverlo tan obsecuente a su voluntad como le placiera hacerlo. En la mayoría de los Casos, estaría en sus manos dominarlo por hambre, o temario con sus dádivas, a fin de que renunciara sin restricciones a su criterio propio, cediendo ante las inclinaciones del legislativo... Existen hofnbres a quienes no es posible hacer abandonar sus obligaciones ni Creándoles dificultades ni ganándoselos con halagos; pero virtud tan austera únicamente es producto de muy pocos suelos, y, como ra^la general, se encontrará que el derecho sobre el sustento de un horfibre equivale a un poder sobre su voluntad". "... no es fácil alabar demasiado la cuidadosa atención que ha consagrado a esta material la Constitución propuesta. En ella se dispone que el presidente de los Estados U:iidos recibirá por sus servicios, en fechas determinadas, una remuneración que no podrá ser aumentada ni disiTümüda durante el periodo para el cual haya sido electo; y no recibirá durante esa período ningún otro emolumento de los Estados Unidos, ni dé ninguno de éstos'. Es imposible concebir disposición alguna que fuera más de desear qué ésta" (p. 189-90).

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TETUM-.RAR.-TÍCI

4.

Poderes suficientes, el veto presidencial

"... el derecho que le asiste de devolver todos ¡os proyectos, acompañados de sus objeciones, con la consecuencia de cjue en esa forma impedirá que s e conviertan en leyes, a menos de que sean confirmados posteriormente por las dos terceras partes de cada una de las ramas que integran el cuerpo legislativo",

r

Razón principal. "Con anterioridad se ha señalado y subrayado la tendencia del departamento legislativo a inmiscuirse en loa derechos y a absorber los poderes de los otros departamentos; t a m b i é n se h a comentado ¡a insuficiencia d e una simple demarcación sobre el papel de los límites de cada cual, y s e ha sacado la consecuencia de que es necesario dotarlos de armas constitucionales para que s e defiendan... D e estos claros e innegables principios deriva la conveniencia del veto de! Ejecutivo, ya sea absoluto o limitado.., Cáreciendo dicho poder de uno u otro, estará absolutamente incapacitado para defenderse..., podría ser despojado gradualmente de sus facultades..., los poderes legislativo y ejecutivo en poco tiempo se encontrarían reunidos eft las misma manos". Razón suplementaria. "... proporciona una garantía m á s contra la expedición de leyes indebidas. Con ella (la potestad del veto) se establece un saludable freno al cuerpo legislativo destinado a proteger a la comunidad contra los efectos del espíritu de partido, de la precipitación o de.cualquier impulso perjudicial al bien público, que ocasionalmente domine a ia/mayorfa de esa entidad.,. Mientras m á s veces sea objeto de deliberación una m e d i d a y mayor la diversidad de situaciones de las^ personas encargadas de estudiada, menor será el peligro de los errores...". , Primera objeción contra el veto. ¿Acaso un solo hombre es más virtuoso y sabio ¿jú^'un conjunto de hombres? "La utilidad (del veto) no depende de la presunción de que el Ejecutivo s e a superior en sabiduría o virtud, sind' que descansa e n la suposición de que la legislatura no será infalible; de que el amOr al poder la arrastrará e n ocasiones...; de que el espíritu de partido falseará sus deliberaciones a veces; dé que bajo el irtiperio, de impresiones p a s t e r a s puede precipitarse a aprobar medidasl que^.ella m i s m a reprobaría al reflexionar más detenidamente",

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C a r l o s M a r i o M o l i n a B. Morlo A l f o n s o Á l v a n w M. F e r n a n d o P e l é e z A.l.uis A l f o n s o B o t e r o C h .

Derecho ConsUlucional Genere!

S e g u n d a objeción contra el v e t o . El poder de d e t e n e r leyes inc o n v e n i e n t e s e s tamJDién poder de d e t e n e r l e y e s útiles. "El daño que es concebible que resulte de rechazar unas cuantas leyes c o n v e n i e n tes, estará a m p l i a m e n t e c o m p e n s a d o por la ventaja de impedir un gran n ú m e r o de leyes malas", (p. 190-3).

El poder judicial

Un e j e c u t i v o limitado "... s e elegirá para un período de cuatro años; y ha de ser reelegible tantas v e c e s como el pueblo de los Estados Unidos lo considere digno de su confianza" (p. 165), tendrá la facultad de devolver los proyectos de ley aprobados por las dos ramas de la legislatura para q u e s e a n estudiados de nuevo; y los proyectos devueltos se convertirán en ley si, al ser reconsiderados, resultan aprobados por los dos tercios de a m b a s cámaras" (p, 166), ",,. será el c o m a n d a n t e en j e f e del ejército y de la marina de los Estados Unidos..,", pero no puede declarar la guerra, ni reclutar ejércitos y flotas, ni expedir reglas para gobernarlos, "todo lo cual pertenecerá a la legislatura" (p, 167-8). "Estará facultado para s u s p e n d e r la ejecución de las s e n t e n c i a s y para conceder indultos por delitos en contra de los Estados Unidos, e x c e p t o e n los casos de acusación por responsabilidades oficiales" (p. 167). "Estará facultado para.., s u s p e n d e r s u s s e s i o n e s (las de la legislatura)... e n el caso de que las cámai'as difieran e n cuanto al tiempo de suspensión" (p. 167), "El Presidente estará capacitado para celebrar tratados, con el consejo y c o n s e n t i m i e n t o del Senado, m e d i a n t e el voto favorable de las dos terceras partes de los s e n a d o r e s presentes" (p. 169). "El Presidente propondrá y, con el consejo y c o n s e n t i m i e n t o del Senado, nombrará a los embayadorss y otros ministros públicos, a los j u e c e s de la S u p r e m a Corte y e n general a todos los funcionarios de los Estados Unidos que establezca la ley y cuya d e s i g n a c i ó n no provea la Constitución e n otra forma" {p, 171).

Un ejecutivo responsable "El Presidente de los Estados Unidos podrá ser acusado, procesado y, si f u e r e convicto de traici