Debate En Torno Al Aborto

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Debate en torno al aborto Veinte preguntas para debatir sin crispación sobre el aborto

Benjamín Forcano Javier Elzo Federico Mayo r Taragoza Nuria Terribas Juan Masiá

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Desclée De Brouwer

2014, Benjamín Forcano Javier Elzo Federico Mayor Zaragoza Nuria Terribas Juan Masiá

índice

EDITORIAL DESCLÉE DE BROU!(/ER, s.4..,2014 C/ Henao, 6 - 48009 BILBAO www. edesclee.com

Prólogo

in [email protected]

Debate en torno al aborto

EditorialDesclee @EdDesclee

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lmpresct en España - Printed in Spain ISBN: 978-84 -330 -2697 -2 Depósito Lrcgal : Bl-8 6 -20L 4 Impresión: RGM, S.A. - Bilbao

1. Debate sin crispación. . .

9 17 19

.

2.

Pluralidad de valoraciones y mínimo consenso ético

3.

La cuestión científica

23

.

25

4. La implicación en la acogida de la vida 5. La cuestión de la verdad 6. La cuestión de las iglesias y el estado

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7.

La tradición moral tiene historia

3l

8.

Comienzo de la vida individual. ¿Pregunta científica?

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9,

Comienzo de la vida individual. ¿Genética o embriología?

33 35

.

43

10. Comienzo de la vida personal. Perspectiva filosófica

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11. Comienzo de la vida personal. Perspectiva ética.

49

12. Comienzo de la vida individual. Perspectiva jurídica

53

13.

57

El sí irresponsable al aborto

14. Embarazo tras violación

63

DEBATE EN TORNO AL ABORTO 15. El llamado

aborto eugenésico

16. El llamado aborto terapéutico. 17. La ley

6s 69

y la conciencia en el estado democrático

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y modificación de las legislaciones

73

18. Evolución

19. La prevención del aborto

Prólogo

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20. Ayudas a las personas implicadas, antes o después del aborto Reseña biográfica

83 87

De ingenuos nos trata rán. Y podemos serlo. Pero los cinco que participamos en este debate sobre el aborto, sostenemos que es posible un consenso básico sobre un tema que' por ser hu* mano, puede suscitar una solución universal, dejando a un lado aspectos secundarios o poco relevantes.

Condiciones para un consenso básico pero el logro de este consenso requiere algunas condiciones fundamentales: que todos estamos afavor de la vida, con actitud indubitable frente a esre derecho primero, que todos debemos exigir para nosotros y respetar en los demás' 1.

Admitir

2. Considerar que no hay cuestión alguna en la que no recibamos del pasado presupuestos que condicionan nuestro iuicio y solución. El aborto es una de estas cuestiones que marca especialmente nuestros sentimientos y pronunciamientos' Y es lo que explica la posición exacerbada de unos y otros' a favor o en contra.

DEBATE EN TORNO AL ABORTO

PRÓLOGO

3. Resulta igualmente claro que ninguna cuestión humana debe darse como absolutamente resuelta. Sobre lo humano caminamos siempre, muchas veces a tientas, y no podemos sentenciar haber conseguido la verdad plena de la realidad investigada. Pero aun así, nos domina la predisposición a defender nuestra posición y rechazar la contraria. Lo cual ciega, hace inútil el diálogo e impide añadir avances a nuevos enfoques y

Señalamos la importancia de este primer punto y aducimos argumentos que fundamentan nuestra posición, por las conclusiones que de ellas se derivan.

soluciones del tema.

Por tanto, y de ello estamos convencidos, no se puede conseguir con posturas sectarias (por ideología religiosa, precientífica, política, etc.) un consenso válido para todos. A pesar de todo, sostenemos que este consenso:

o

o

o

Es posible si se hace con sinceridad, rigor y humildad, única manera de no absolutizar la propia postura y abrirse a la contraria, como signo del noble y recíproco deseo de conseguir la verdad. En consecuencia, pensamos que, si todos estamos por el derecho a la vida, debemos analizar si lo que defendemos es el derecho a la vida de un sujeto humano concreto y si esa defensa la aplicamos igualmente a unos y a otros, a los que han de nacer y a los nacidos. Finalmente, y es parte de nuestro planteamiento, pensamos que el embrión es un proceso parcial, variable y constituyente, sin que alcance antes de las ocho semanas -que es cuando alcanza la categoría de feto-, el rango de proceso constituido, el propio de un sujeto humano. El proceso. embrionario no es un proceso autónomo y autosuficiente, que se origina y queda constituido como sujeto humano en el primer momento tras la unión de los gametos, del que deri_ va todo el desarrollo posterior.

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r No escatimamos

bajar a las cuestiones concretas' pero dejando abierta la cuestión primera: ¿Se puede mantener con seguridad que, en el proceso gestador de la vida humana, existe una vida individualizada -un sujeto humano- desde el primer instante de la constitución del cigoto: unión de los gametos masculino y femenino? Nosotros pensamos que no y es lo que exponemos, una hipótesis que no se puede igno-

rar ni menospreciar.

La base para un consenso El consenso no nace de un vacío o de un falso apriorismo, ,'Los pueblos reafirman su fe en los desino del hecho de que rechos fundamenrales del hombre, en la dignidad y valor de la persona humana y en la igualdad de hombres y mujeres" (Declaración (Jniuersal de los Derechos Humanos, Preámbulo),

El imperativo de hacer el bien o rechazar el mal tiene su asiento en la persona. Y, dado que todos somos personas' nos corresponde actuar unidos como tale, en valores, criterios y actitudes vinculantes para todos. El bien se halla inscrito en la realidad que relacionamos y desciframos y no podemos inventar esa realidad a nuestro gusto, sino que, haciendo uso de nuestra razón y responsabilidad, asumimos la herencia histórico-cultural que la preserva y transmite, de unas y otras partes (de unas y otras filosofías, de unas y otras religiones, de unos y otros códigos) y comprobamos cómo en todos los pueblos descubrimos 11

DEBATE EN TORNO AL ABORTO un hilo que sostiene, teje y entrega esa "dignidad y valor de la persona y los derechos que de ella derivan". No podemos establecer como fundamento del bien o del mal la pura voluntad del que manda: "Esto es así porque lo mando yo", "Esto está probibido porqwe Ia autoridad lo prohíbe", o "Esto es bueno porque la autoridad lo manda". El bien o el mal no lo funda la voluntad de nadie, preexiste en la realidad misma la cual, debidamente conocida, dicta, sugiere o exige investigar para determinar un obrar correcto. Para las Naciones Unidas es innegable la unidad de la fami-

lia humana, hecho que incluye el respeto total a la persona humana, el carácter inalienable de la libert ad, la dignidad básica de todos los humanos y la interdependencia de todos con todos. Esto significa que:

o

.

o o

Todo ser humano debe recibir un trato humano, pues todo ser humano, dotado de razón y de conciencia, está obligado a act:uaf de forma realmente humana, ahacer el bien y evitar el mal. Todos, individuos y Estado, estamos obligados a respetar esa dignidad y garantizar su rutela. La persona ha de ser siempre sujeto de derecho y fin, no medio u objeto de comerci aljzación. Nada ni nadie está más allá del bien y del mal. Este obrar queda esculpido en la llamada Regla de oro: ,,No hagas a los demás lo que no quieras para ti". O "Haz a los demás lo qwe qwieras que te hagan a ti". De esta norma universal derivan estas otras Respeta la uida. Practica la justicia. Sé honrado y ueraz. Ama y respetd a los otros.

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óloco

La pluralidad de pueblos y culturas no anula la base de un consenso universal Cada pueblo tiene su territorio, su historia y su cultura' Factores que confieren a cada cual una diferencia. Pero las diferencias no afectana lo sustantivo y esencial, que es propio de todos: su categoría de personas. Dicha categoúa nos hace idóneos para conocernos y tratarnos como tales.

Por eso, ho¡ en el intercambio globalizado de unos pueblos con otros, reaparece como nunca esta identidad que nos aproxima y hace posible dejar aislamientos y enfrentamientos del pasado, relativizar normas o costumbres obsoleta s y avanzaf juntos sobre vínculos éticos comunes: valores, principios, criterios y actitudes.

La convive ncia, ya a nivel teórico, reposa sobre principios aprobados enla Declaración [Jniuersal de los Derechos Hwmanos. En ella, cuenta como base la dignidad humana universal, patrimonio sagrado de cada uno y de todos. Y a ella pertenecen las normas indicadas, que posibilitan un consenso ético universal. Ciertamente, esos Derechos no son reconocidos ni están implantados en muchas partes de la tierra' pero son ya una gwía y una metd, tnos ideales o propuestas qlue deben atraigar en todos como exigencia e imperativo ético. La ideolog ización hecha con rales derechos desde el primer Mundo, como si la mera proclamación de los mismos bastara para su efectivo reconocimiento, no anula su base y consistencia, que se apoya en la intrínseca dignidad de la persona humana. Esa dignidad surge en parte del subsuelo y espíritu europeo y se encuentra también en la identidad cultural de otros pueblos y religiones. coincidencia ésta que establece una base común, de validez universal, que hace posible el reconocimiento, el respeto, la cooperación y orras peculiaridades de la identidad de cada pueblo. T3

DEBATE EN TORNO AL ABORTO

PRÓLO GO

El que la dimensión profunda de Europa haya sido tragada en buena parte por el neoliberalismo económico y burgués, que sanciona laprimacía de la economíay la ley del más fuerte, no fundamenta la renuncia a un intercambio positivo de civilizaciones, que converge sobre la dignidad universal de la persona y crece con profundo arraigo en Europa. La mode¡nidad ha supuesto una vuelta al antropocentrismo, al ser humano como sujeto de libertad, justicia y solidaridad. En todo caso, saludando con gozo el policentrismo cultural hoy en auge, pienso que el cristianismo de Occidente, fiel a sus componentes más originarios, puede actuar junto con las otras religiones como soporte de los Derechos F{umanos y causa y modelo productivos para la paz mundial.

respecto a este tema, unas palabras acertadas: "La vida desde su concepción ha de ser salvaguardada con el máximo cuidado" (GS, 51). Pero el texto fue puesto con toda deliberación para dejar claro que sobre el "cuándo" se da la concepción de una vida humana, la Iglesia no tiene palabra o respuesta propia' por ser algo que pertenece a las ciencias humanas.

Convivencia socio-política democrática y papel regulador ético del Estado En un Estado democrático, ninguna instancia civil o religiosa puede atribuirse el poder legislativo, como si dimanas e de sí misma al margen de la realidad personal de los ciudadanos. La ética debe determinarse en cada tiempo mediando la racional y

responsable participación de los ciudadanos, pues la raz6n con todo el abanico de sus recursos investigat_ivos es la que, por tratarse de la dignidad humana y de sus derechos, nos habilit a para llegar a ellos, explorarlos, entenderlos, valorarlos y acordarlos democráticamente.

No vale salir aquí diciendo que los católicos tenemos. una ética distinta que nos diferencia de la ética común. La Iglesia católica ha defendido siempre -y es de loar- la vida del prenacido. Pero, antes de llegar a las valoraciones, hay que señalar el contorno preciso de esa realidad. El concilio Vaticano II ruvo,

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El Nuevo Testamento no aborda este tema y sobre él la Iglesia no tiene autoridad para resolverlo como si de una verdad de fe se tratara. El concilio, al trataf el tema de la cultufa, reconoció la autonomía e inviolabilidad del saber humano, dejando superada la posición anterior de sostener que la Iglesia católica tiene autor idad para interpretar como nadie las verdades incluso de la ética natural.

La lección histórica debiera servir para distinguir entre lo que es la fe y lo que son los conceptos o representaciones que la misma Iglesia uttliza como vehículo para su conocimiento y explicación. Una cosa es la explicaciín cultural del momento y otra la uerdad de la realidad,nrtnca formulada definitivamente. Muchos católicos han defendido -y siguen haciéndolo- con especial énfasis el derecho ala vida del prenacido, pero el énfasis se ha convertido en exceso al haberlo hecho "desde el primer instante de la fecundación", lo cual no deja de ser una teoría discutida y discutible, no un dogma'

Por lo mismo, aunque en el tema del aborto intervengan instancias civiles y religiosas, en este caso desde instancias científico-éticas se recorre un camino común, compartible por todos. Sin negar validez a los credos religiosos, podemos de esta manera convivir acordando entre todos lo mejor y 1o más ético para cualquiera de los problemas que se planteen a toda Comunidad civil. 15

DEBATE EN TORNO AL ABORTO Y en el principio y centro de todo la conciencia de la persona El contorno vitaly las circunstancias de cada uno son irreemplazables a la hora de tomar decisiones éticas. Y es de desear que

en situaciones de duda o conflicto el ciudadano encuentre en la legislación pautas que le ayuden a resolverlas lo más positivamente.

Debate en torno al aborto

El poder legislativo debe salvaguardar al máximo los derechos de unos y de otros. Y se dan situaciones que requieren tratamien-

to sapiencial exquisito para no imponer valoraciones infundadas o cargas injustas. Quizás no sea posible un acuerdo completo, pero ttatándose de temas tan humanos y comprometedores, hay que apurar hasta el extremo el mayor consenso posible.

No se puede, legalmente hablando, establecer como obligación lo que en parecer de muchos y bien formados ciudadanos no aparece suficientemente claro y probado. En tales casos, que haya libertad y que quede la decisión a cargo de la propia persona, porque la responsabilidad es suya en última instancia y nadie sino ella responde de sus propios actos. Hablo de situaciones en que, con razones suficientes, se prueba que no se da lesión o transgresión de un derecho ajeno.

Dentro del grupo, Juan Masiá asume el papel de plantear provisionalmente las preguntas, pero no lo hará en forma de entrevista a contertulios, sino sumándose también al diálogo sobre las respuestas. Todo el grupo participante agradece la oportunidad de mantener esta conversación desde nuestra común preocupación por la ética y nuestro deseo de fomentar un debate sereno sobre cuestiones éticas en la sociedad plural y democrática de nuestro país.

Digamos que debe existir el empeño por conseguir y promulgar normas objetivas lo más 1'ustas, de modo que al ciudadano le resulte normal el cumplimiento de ellas.

"Pero puede ocurrir -y en esto cito literalmente la doctrina del concilio Vaticano II, que expresa la norma católica- que no poccts ueces la conciencia yerrd por ignorancia inuencible, sin que por eso pierda su dignidad" (Gatdium et Spes, 16).

dicho sujeto procede así después de haberse preocupado por la verdad y el bien. Se supone que

Beniamín Forcano

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J. MnsIÁ: La primera pregunra es: ¿Es posible, y cómo, debatir sin crispación sobre el aborto?

B. FonceNo: Debería ser posible hacerlo en un estado democrático y aconfesional. Pero el tema del aborto es un tema complejo, que requiere una mirada atenta a todos sus aspectos. Se tenga una u otra interpretación, vamos a movernos dentro de una pluralidad de valoraciones. Todos coincidimos en que somos libres para una u otra, y que nadie puede imponer la suya a los demás.

J. Etzo: Me sumo a esta propuesta de mirar todos los aspectos del tema. Por ejemplo, es obvio criticar el contraste entre ciertas sensibilidades hacia la persona no nacida y la insensibilidad y falta de respeto a los miles y millones de vidas que, a diario, vienen sacrificadas en el altar de la guerra, de la explotación, de la miseria, de la injusticia y esto en grados de aka crueldad y complicidad.

Meyon Ztxncozl: A mí me parece importante insistir desde el comienzo en lo de no imponer. Las decisiones, en cualquier F.

caso, deben ser adoptadas después de un concienzudo análisis y de haber recabado consejos por parte de las personas más cualificadas en los distintos temas. De este modo se evitarían medidas ejecutivas o directrices legislativas erróneamente adoptadas por manifiesta incompetencia, lo que es especialmente grave cuando su aplicación puede producir efecros irreversibles ("ética del tiempo"). Consulten, déjense asesorar en temas en los que debe prevalecer el rigor científico. Y, sobre todo, no pretendan obligar 19

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DEBATE SIN CRISPAcIÓN

a nadie a que se comporte en cuestiones tan esenciales en virtud de criterios deformados por el partidismo, el miedo o el dogma-

acercamiento y puntos de convergencia. De este modo, la distancia entre la realidad social y las acciones políticas es cada vez mayor y crea más desafección en la ciudadanía.

tismo.

J. MesrÁ: Es lamentable que, cada vez que se reaviva el debate político sobre este tema, se polaricen las opiniones en dos extremismos por razones ideológicas, partidistas o religiosas. Tendríamos que evitarlo.

N. TEnnIs¡s: Estoy de acuerdo con Juan en que este es un tema en el que se hace muy difícil pretender que sean escuchados planteamientos que no sean del todo o nada "pro life" o "pro choice" sin matices, por voluntad expresa de los grupos dominantes, religiosos o por ideología política, a quienes no interesa el terreno'del debate sereno y con argumentos. Esta polarizaciín, sin embargo, no responde a la realidad social ni a la pluralidad de visiones sobre el tema que tiene la ciudadanía, que muchas veces no se identifica en esta cuestión con el patrón que marque

tal trascendencia social y sobre las personas debería practicarse mucho más una democracia deliberativa, trasladando el debate a los ciudadanos, escuchando su opinión y legislando honestamente en base a esa mayoría social, a la que se debe todo gobierno que dice ser "aconfesional", desde una ética cívica válida para todos. su ideología política o su creencia. En temas de

Sin embargo, ese no es el cauce que suele utilizarse, ni en este

tema ni en tantos otros de fundamental trascendencia social como el sistema educativo o sanitario . La partidocracia que suele imperar en nuestra inmadura democracia, hace que el gobierno en el poder tenga como único objetivo cambiar todas las leyes del anterior, sin tener en cuenta el interés común de la sociedad y coadyuvando a mantener posturas enfrentadas en lugar de 20

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J. MesrÁ: Segunda pregunta: ¿Se puede conjugar la pluralidad de valoraciones y el mínimo común denominador ético? B. FonceNo: Más que se puede, yo diría que se debe lograr en un

estado democrático y aconfesional. Debería conjugarse la pluralidad de opiniones con un acuerdo básico común. A mí no me parece imposible un acuerdo común en puntos éticos de valor universal. El primero: considerar básico el derecho de todo ser humano ala vida. Pero defender el derecho a la vida no se identifica con la defensa del proceso embrionario, desde su comienzo, ni siquiera en pasos posteriores de su ciclo intrauterino.

N. T¡nnlsas: Desde luego, se puede y es obligación hacerlo, puesto que no pueden imponerse criterios desde una ética de máximos que no son compartidos por la mayoría social. Menos aún legislar en base a estos criterios. Si el mínimo común denominador ético es la consideración de la vida como "derecho fundamental", que debe ser protegido y respetado, pero que admite excepciones, estaremos en terreno compartido por una gran mayoría. Si queremos llevar ese derecho a la categoría de "absoluto" e inquebrantable, sin excepción, sin atender a posibles conflictos de valores o intereses que pueden ponderarse al valor vida, seguramente nos enfrentaremos a una parte importante de la sociedad que no comparte esa consideración. Si además ese valor absoluto a la vida se lo damos al embrión humano desde su primer estadicl de fusión de gametos, no admitiendo valoración distinta según su fase de desarrollo, estamos muy lejos de ese común denominador ético válido para todos. 23

DEBATE EN TORNO AL ABORTO

A partir de ese mínimo común, hay un amplio terreno para el debate y la concreción en cómo formular esas excepciones, con qué garantías, en base a la consideración de otros derechos' Sin perder de vista que en última instancia estamos hablando de una decisión que debe ser tomada siempre de modo personal e íntimo y en conciencia de cada uno.

1

5 J. MesrÁ: La tercera pregunta es precisamente sobre esta cuestión científica. ¿Es una cuestión científica la relación entre el comienzo de la vida y el aborto? B. Fonc¡.No: Es una cuestión abierta, científicamente hablando, en el sentido de que unos ponen un ser humano constituido desde el comienzo y otros no lo ponen hasta las ocho semanas, justo cuando el embrión pasa a ser feto. Todos apostamos por la vida, ¿pero cuándo esa vida comienza a ser un individuo? "Todo individuo tiene derecho a la vida", proclama la Declaración Universal de los Derechos Flumanos (Art. 3). Y todo individuo tiene el deber de respetar ese derecho. Y, sobre este derecho-deber, reposa la posibilidad, el hecho y el futuro de la convivencia humana. Sin embargo, no goza al parecer de esta evidencia 1o que constituye el proceso embrionario del prenacido: ¿se puede afrlmar con seguridad que ese proceso es desde el inicio un individuo humano? La cuestión es esa: cuándo el embrión comienza a ser un individuo. No aparece claro que la interrupción del proceso del embrión -desde el comienzo o en grados posteriores- sea sin más una intervención (interrupción) sobre una actividad meramente orgánica maternal. La cuestión se plantea porque, si no se paraliza el proceso, éste acabaría con un hijo que no se pensó o no se desea o puede representar ciertos inconvenientes o complicaciones. Es entonces cuando, frente a ese límite, surge la pregunta: ¿se puede impedir el proceso del embrión por determinados motivos o dentro de un plazo determinado? Es cierto que los motivos para impedirlo no van a convencer si se supone que el embrión es un individuo; y la

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LA CUESTIÓN CIgNTÍTTC¡.

solución de los plazos tampoco, si se lo da como existente desde el principio. Resulta, por tanto, crucial averiguar si el proceso del embriónvaría en su desarrollo, admite establecer dentro de él un antes y un después, un antes en que no es individuo y un después en que lo es.

N. TEnnIs.{s: Es cierto que la ciencia no tiene la última palabra en la valoración moral del embrión, pero sí entiendo esencial escuchar sus argumentos. La información de la que disponemos hoy sobre el proceso embrionario nada tiene que ver con la de hace 30 años y los datos que nos aporta el conocimiento médico deben ser incorporados en el argumentario y el debate de la valoración moral. Así, para mí es esencial atender a la consideración de que deben darse cuatro elementos biológicos básicos para poder hablar de "vida humana personal", como

J. MesrÁ: Quisiera precisar que esta cuestión no la podemos responder prescindiendo de la ciencia; pero tampoco se resuelve exclusivamente con los datos de la ciencia. Ni sin ella, ni solo con ella. Porque no se trata del comienzo de la vida en general, sino de la realidad que llamamos una nueva vida individual y personal. F. Mevon: A este respecto, he recordado con frecuencia el día en que, a finales del año 1.981,Ia Academia Pontificia, donde se me invitaba a menudo en relación a la prevención de la subnormalidad infantil, el Papa Juan Pablo II pidió disculpas por haber condenado a Galileo Galilei en cuestiones, como la astronomía, en las que, dijo, "la Iglesia no es competente". Cada uno a lo suyo. El Profesor Ochoa que, junto a otros premios Nobel, se hallaba presente en el acto, manifestó su gran satisfacción por la declaración del Papa. Pues eso: cada uno a lo suyo. He escrito en varias ocasiones que cuando he visto a los parlamentarios -en el Europarlamento, en España- debatir y votar sobre temas como el cambio climático, las células madre, las "vacas locas", la capa de ozono, la energía nuclear... he pensado que era indebido y peligroso, porque había una notoria carencia conceptual y etan criterios económicos los que normalmente prevalecían. Los científicos deben hallarse siempre dispuestos a expresar su consejo parahacer frente a un desaf ío...y, sobre todo, para prevenirlo. Asesores y vigías. Junto al poder. Nunca subordinados a é1.

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son: que el embrión goce de una constitución genética correcta, que sus condiciones de implantación uterina permitan hablar de individuación, que exista una estructura morfológica completa, con especial importancia del sistema neurológico, y que se haya iniciado la producción y circulación de elementos fisiológicos madre-hijo que serán constitutivos y esenciales de éste. Estos elementos se alcanzan en un tiempo determinado del desarrollo embrionario y no están antes de ese momento, ni siquiera de forma potencial. En coherencia, si entendemos que hasta alcanzar esos elementos no hay "vida humana personal", o "individuo" como apunta B. FonceNo, cabe marcar ahí un punto de inflexión en la valoración moral de las acciones que pretendan interrumpir ese proceso, y de los tiempos en los que se planteen esas acciones.

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DEBATE EN TORNO AL ABORTO

LA IMPLIC¡.CTÓN EN LA ACOGIDA DE LA VII)A

las que nos sobran y tantas otras las que nos {altan y debieran acompañarnos dándonos confianza y pazt ¿Cuántos son hijos del respeto, de la compenetración y del acogimiento amoroso ylo de la improvisación, de la pasión incontrolada, del egoísmo, de la coacción o de la prepotencia? Hablar de vida prenacida implica a todos, más allá de los procesos embrionarios, en la tarea de preparar, cultivar y promover las condiciones que disponen al futuro sujeto humano, antes, durante y después de nacer.

raíz el concepto de paternidad y maternidad. Guste o no, sc comparta o no, los hijos son hijos del deseo de tenerlos, las parejas organizan su vida sexual y reproductiva y la reproducción ha dejado de ser un hecho solo natural, y es controlado, esencialmente por la mujer. El embarazo) en condiciones normales, es algo escogido y buscado. Ésta es una de las revoluciones sociales más profundas y con consecuencias permanentes e irreversibles de los últimos siglos, salvo en contadas excepciones de comunidades que no lo aceptan. Dada esa realidad, el embarazo no deseado, no planificado, es el que plantea el debate más profundo sobre el aborto, pues agrupa más del90% de la casuística en España.

N. T¡nnteAS: Estoy de acuerdo en que lo realmente

trascendente para el futuro individuo es aquello que recibe y que le permite desarrollarse de forma integral como persona a partir de su nacimiento. Es lo que realmente le "determinará" como persona el resto de su vida, y por ello es trascendente el entorno que debe acoger esa nueva vida -padre, madre, sociedad-. Un país o territorio defensor a ultranza de la vida del no nacido, sea cual sea el contexto en el que deba darse acogida a ese nuevo ser, sin poner las condiciones adecuadas para que ese futuro individuo pueda crecer y desarrollarse en condiciones humanas mínimamente adecuadas, sería muy poco respetuoso con la dignidad de la persona, aunque mucho con la "vida" biológicamente entendida. Por ello considero fundamental que en el conflicto de valores que supone toda interrupción de un embarazo, sean cuales sean

las condiciones y circunstancias de esa gestación que no quiere llevarse adelante (económicas, sociales, de salud de la madre o el feto, etc.), éstas no pueden menospreciarse, sino que deben ser tenidas en cuenta por la trascendencia que luego podrán tener en la vida de ese futuro ser.

Por ello, no podemos dejar de tener en cuenta el "entorno" de acogida de ese nuevo ser, cuando ese entorno es hostil, su futura existencia no es deseada ni planificada,y quizás ni siquiera es asumible. ¿Debe el Estado imponer, contra la voluntad de sus progenitores, el nacimiento de todo ser concebido, sean cuales sean las condiciones y contexto del que va a ser su cobijo? Seguramente, muchos nacidos de embarazos no deseados, en contextos muy diversos, son personas completamente felices y han podido desarrollarse plenamente como individuos... pero qurzás otro grupo no despreciable no ha tenido la misma suerte y su "entorno" no ha sido nada propicio, generando indignidad y cuestionándose st raz6n de vivir.

Desde la generalizaciín del uso de medios anticonceptivos, a partir de los años 60 del siglo pasado, se ha modificado de

La cuestión es, ¿qué grado de importancia damos a la implicación personal, familiar y social en la acogida del nuevo ser, frente al valor "vida en proyecto"?, y ¿qué acciones, prestaciones, ayudas y soporte público se da a esas personas a las que se les impone llevar adelante un embarazo que no se ven capaces de asumir? Para mí, se trata de ponderar el valor vida a otros

30

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DEBATE EN TORNO AL ABORTO valores que son también relevantes, y se trata de exigir coherencia a aquellos con responsabilidades públicas que, defendiendo la vida como algo sagrado, no ponen los medios para que esas vidas tengan un nivel de dignidad aceptable.

tr

J J. MesIÁ: Vayamos a la cuestión de la verdad. Hay quienes

in-

sisten, al debatir estas cuestiones, en un monopolio del tema por parte de las iglesias ¿Estamos ante una cuestión religiosa? B. FonceNo: La verdad nos puede y se nos impone a todos. Es bueno que surja el debate y se expliciten las posturas con sus diversos argumentos. Es en laluz y en el diálogo donde se hace patente la Íragrhdad o consistencia de cada una de ellas. Porque en el asunto del aborto, aparte razones, hay prejuicios y apriorismos. La democracia real se ejercita en el cotidiano compromiso por la verdad, pudiendo exponer, argumentar y contrastar. La verdad no la posee nadie en exclusiva, sino que ella como sinónimo de realidad "nos puede y se nos impone a todos". La cuestión está en que, cuando de realidad se trata, nos acercamos a ella más para cubrirla con el manto de nuestra ideología que para verla en su propia realidad. ¿Cuál es, pues, la verdad real del aborto? Muchos estamos convencidos de que, en este punto, puede haber un acuerdo racional, científico y ético prepolíticos, porque la puerta de que disponemos para entrar en esa "realidad" es común a todos, y no es otra que la de la ciencia, de la filosofía y de la ética. Puerta que vale también para los que se profesan creyentes. La fe, del tipo que sea, no sirve aquí para aclarar el problema del aborto. "No está en el ámbito del Magisterio de la Iglesia el resolver el problema del momento preciso después del cual nos encontramos frente a un ser humano en el pleno sentido de la palabra" (Bernhard HAntNG) autor de la famosa obra La ley de Cristo, y acaso el más reconocido moralista de la Iglesia católica). 32

-r.t

DEBATE EN TORNO AL ABORTO

N. Tpnnlees: Entiendo que no

se

trata de un monopolio de las

iglesias, aunque buena parte de los argumentos que se esgrimen surgen de la creencia de que la vida es un don que nos viene de Dios y sobre el que no podemos interferir, ni en su inicio ni en su fin, sin distinción de procesos biológicos. Pero esos argumentos no son válidos para muchas personas que, manifestándose no creyentes, no están de acuerdo tampoco

con el aborto. El valor de la vida humana es algo tan culturalmente arraigado que, más allá de la creencia, muchas personas no aceptan que pueda interrumpirse una vida en formación simplemente por elección o preferencia de la mujer embarazada. En cambio, buena parte de estas personas, entre ellas muchos profesionales sanitarios, probablemente se posicionan distinto cuando.ese aborto se plantea por una causa médica grave que afecta al feto o a la madre, estando dispuestos avalorar el conflicto de intereses.

No así desde la postura oficial de la Iglesia catílica, en que el aborto es condenado y no admite excepción, sean cuales sean las circunstancias concurrentes.

Aun así, en el debate público suele identificarse la postura contraria al aborto como aquella fundamentada en la creencia religiosa y eso dificulta el debate y entrar en los matices y distinciones.

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0 J. MesrÁ: Esto nos lleva a la pregunta por la relación entre las iglesias y el estado: ¿Pueden participar, y cómo o con qué condiciones,las iglesias en el debate público sobre el aborto? B. FonceNo: Por lo que se refiere a la postura de los creyentes católicos, no vale salir aquí diciendo que los católicos tenemos una ética distinta que nos diferencia de la ética común. La Iglesia católica ha defendido siempre -y es de loar- la vida del prenacido. Pero, antes de llegar a las valoraciones, hay que señalar el contorno preciso de esa realidad. El concilio Vaticano II tuvo, respecto a este tema, unas palabras acertadas, como he comentado en el prólogo. J. MesrÁ: Yo subrayaría que las iglesias, como otros grupos sociales de opinión, tienen derecho a y deber de participar con su aportación al debate público, con la condición de no imponer, sino proponer, su opinión y sin que las razones aducidas para mantenerla sean de índole ideológica, política o religiosa. Un diputado/a creyente podrá mantener su convicción en favor de la vida naciente y, a la vez, apoyff una legislación que despenalice en determinados supuestos las opciones autónomas de la madre acerca de la interrupción de su embarazo. Este diputado/a, ffioralmente responsable y religiosamente creyente, puede mantener la convicción de que no es justificable (ni por ética ni por fe) una determinada interrupción del emba razo y actuar en su vida de acuerdo con dicha convicción. Pero, al mismo tiempo, puede apoyar una ley que no penaliza el aborto en determinados supuestos. Este diputado/a no confunde el ámbito de lo penal con 35

DEBATE EN TORNO AL ABORTO el de lo moral y lo religioso; asimismo, su obispo no le impondrá en nombre de la moral o la religión 1o que debe votar. La cúpula

jerárquica de la iglesia española ha incurrido a menudo en los años recientes en esta equivocación, empeorándola al no tener en cuenta las distinciones entre ley y conciencia, o entre delito y pecado. El derecho de las asociaciones religiosas a proponer su parecer con libertad de expresión debe distinguirse de la imposición que no respeta la laicidad del Estado.

N. T¡nnts¡s: coincido

plenamente con el análisis que hace J. Masiá. La iglesia, como institución de los hombres y formada por ciudadanos con criterio y valores, debe poder participar en ese debate, pero sabiendo siempre cuál es su sitio. Aportando su visión, respetuosa con las otras discrepantes, y nunca pretendiendo imponer, en un contexto de sociedad moralmente plural.

1I J. MesrÁ: A veces se habla muy en general sobre "la postura religiosa" o "la postura de las iglesias" ante el tema del aborto. Pero estas posturas, ¿no tienen una historia? ¿Qué decir de la variedad y evolución de esas tomas de posición a lo largo de la historia y cómo revisarlas hoy día?

En la cuestión del aborto, como en muchas otras, es fundamental tener clara la distinción entre el plano moral y de la conciencia personal -a la que sí puede apelar la iglesia frente a sus creyentes-, del plano legislativo y regulador de la convivencia social, que atañe únicamente a las autoridades políticas, que se deben a una ciudadanía plural, creyente y no creyente.

B. Fonc,cNo: La lección histórica debiera servir para distinguir entre lo que es la fe y lo que son los conceptos o representaciones que la misma Iglesia utiliza como vehículo para su conocimiento y explicación. Una cosa es la explicación cubural del momento y otra la verdad de la realidad, nunca formulada definitivamente. Nadie hoy queda perturbado en su fe porque la tierra gire alrededor del sol (cosa que al científico Galileo no se le permitía afirmar en nombre de la fe), ni porque no acepte la visión de una cosmología antigua, o acepte la teoría de la evolución de las especies. La verdad la vamos desvelando a través de los nuevos conocimientos que van surgiendo en la historia. Entonces, queda resuelta una primera dificultad: los católicos, al tratar del aborto, deben asumir como parte del anuncio evangélico las verdades científicamente avaladas, aun cuando luego puedan incrementar o reforzar la estima de la vida desde otras perspectivas o motivaciones. La ciencia y la fe están "una y otra al servicio de la única verdad", "vuestros senderos son los nuestros" (Mensaje del concilio a los hombres del pensamiento y de la ciencia). Cuando no hay convergencia en ese servicio es porque la ciencia es falsa es falsa la fe. Muchos católicos han defendido -y siguen haciénclolo- con especial énfasis el derecho a la vida del prenacido, pero el énfasis se ha convertido en exceso al haberlo hecho "dcsdc erl

36

37

En cuanto a la intervención del Magisterio y las autoridades públicas eclesiásticas, coincido plenamente también en que deberían abstenerse de intervenir cuando ese debate traspasa la esfera social y asciende a la esfera política para formular leyes o establecer pautas. No le corresponde y no tiene legitimidad para querer imponer su posición, puesto que esas autoridades eclesiales, además, no son elegidas por el pueblo creyente y por tanto no pueden arrogarse una representatividad que no les ha sido otorgada para intervenir en cuestiones de tal calado social, sea cual sea la ideología de las mayorías parlamentarias en el poder.

DEBATE EN TORNO AL ABORTO

primer instante de la fecundación", lo cual no deja de ser una teoría discutida y discutible, no un dogma. De hecho, siempre existieron en la tradición cristiana teorías diferentes (teoría de la animación sucesiua defendida por Sto. Tomás y teoría de la animación simultánea, defendida por San Alberto Magno) sobre el momento de constitución de la vida humana. Pero la teología postridentina a la hora de resolver los problemas de la moral práctica ha partido siempre de la animación inmediata. N. Trnnts,AS: Creo que uno de los mayores problemas de nuestra Iglesia actual es que no avanza en sus planteamientos conforme a los nuevos conocimientos de la ciencia y la biología, muy especialmente en el ámbito de la salud sexual y reproductiva' Una de las características principales de la bioética es que debe estar dispuesta a la revisión de sus argumentos cuando cambian las circunstancias o el contexto, por tanto sus respuestas son provisionales. En el mismo sentido, entiendo que la Iglesia debería revisar sus criterios. En pleno siglo XXI no podemos sostener aún la defensa de la vida desde la concepción "como si fuese una persona" cuando la ciencia nos ha demostrado que en ese primer punto del proceso la variabilidad y vulnerabilidad de esas células humanas es tal, que cuestionan totalmente tal afirmación. Sería obligación de la Iglesia, que es de todos sus creyentes, revisar sus planteamientos avanzando con el conocimiento y dando respuesta a tantas personas de buena fe, creyentes convencidos, que no entienden tal inmovilismo y cerraz6n, al seguir condenando toda intervención del hombre en el proceso reproductivo humano.

38

t-.

B J. MesrÁ: Volviendo a profundizar más en el tema del comienzo de la vida, ¿Cómo vemos la pregunta científica sobre el comienzo de la vida humana individual? B. Fonc,cNo: Sobre el estatuto del embrión, quisiera empezar por

preguntar: ¿cuál es la verdad real del aborto? Se trata simplemente de saber cuándo, en el desarrollo evolutivo del embrión, hay una vida humana. Podríamos resumir las posiciones respecto a esta cuestión en dos: las teorías dntiguas y más clásicas que afirman que el embrión es vida humana desde el principio, por la simple fusión de los gametos; y las teorías más modernas qlue afirman que el embrión no es propiamente individuo humano hasta después de algunas semanas.

J.Etzo: No

soy quién parava\orar el tema de las ocho semanas.

"si la individualidad

nota irrenunciable de la sustantividad, el embrión antes de su constitución como sustantividad, pasa por una organizactón constituyente, pero no tiene sustantividad propia sino que es parte de la sustantividad de la madre y, por lo tanto, no es sujeto humano" obviamente ahí no hay aborto de un sujeto humano. Sin embargo algunas leyes de plazos hablan de periodos más prolongados en los que sí cabría hablar de abortos, lo que exige una reflexión casi "ad casum". Es lo que afirmaba B. FonceNo, con cuyas ideas, de nuevo estoy básicamente de acuerdo. Con algún interrogante como, en el caso de embarazo como consecuencia de una violación, escribes que "Por supwesto, la finalización del embarazo en el plazo preuio a las ocho semdnds, de acuerdo con la hiSi como afirmas,

39

es

DEBATE EN TORNO AL ABORTO pótesis científica sostenida, no sería en este caso pregunta es, ¿y después de las ocho semanas?

COMIENZoDELAVIDAINDIVIDUAL.¿PREGUNTACIENTI}.ICA?

inmoral"' Mi

límites legales con J. MesrÁ: Me parece importante no confundir fases del pfoceso biológico. si una ley regula, como límite para la experimentación con preembriones (aún no implantados en el útero), catofce días tras la fecundación, no pretende definir científicamente el comienzo de una vida humana individual a parrir del día siguiente; solo estima que, para proteger los bienes jurídicos en cuestión, conviene fijar un límite. si una ley permite el aborto hasta la semana catorce, tampoco pretende definir científicamente elcomienzo de una nueva vida, ni iustificar moralmente esas interrupciones del embarazo; delimita legalmente un áreaprotectora de los bienes jurídicos en cuestión. La ley trata puntualmente lo que es científicamente un proceso continuo; pero no sanciona mordlment¿ la cuestión.

la "pregunta científica" sobre el comienzo de la vida humana individual, yo creo que sí hay

N.

TERptsA.s: Si nos centramos en

datos suficientes para entender que esa vida humana no existe en la fecundación, ni en el primef momento de la implantación, sino -tal como afr,rmaba antes- cuando se dan las condiciones mínimas indispensables para que pueda existir un individuo completo y con vida autónoma y relacional tras su nacimiento. Esas condiciones no existen antes de la semana décima de desarrollo embrionario, décimo segunda de gestación, tras diagnóstico de

que se dé en ese plazo, o condene moralmente el aborto más allá del mismo, sino que marca un límite necesario para ordenar esa

práctica, concretando a partir de qué momento el bien jurídico a proteger (vida del nasciturus) alcanza un estatus distinto que requiere distintas garantías. El legislador español, ya en su regulación en materia de aborto de 1985, y la jurisprudencia constitucional posterior que ha interpretado las leyes, considera que la vida del no nacido es un bien jurídico a proteger, pero Je for-u gradual según tiempo de desarrollo. Considera que el no nacido no es aún titular del derecho fundamental a la vida' como derecho constitucional, aunque es una realidad biológica humana a la que se debe protección. Así, no castiga de igual forma el aborto que no cumple los requisitos legales (sigue siendo delito), con los ataques alavidahumana del ya nacido. Del mismo modo, regula las condiciones y requisitos con los que podrá intervenirse en reproducción asistida, en diagnóstico prenatal y preimplantacional, etc. Por tanto, la pregunta científica yo cfeo que tiene clara respuesta, que sirve de fundamento legal' Otra cuestión es que la respuesta de la ciencia no sea aceptada como base del argumento moral pafa una ética de máximos, que entiende que esos puntos de inflexión en el proceso embrionario no son determinantes y que la protección al embrión debe ser total desde su concepción.

embatazo. Precisamente, atendiendo a esos "datos científicos", la mayoría de las legislaciones de nuestro entorno europeo toman las 12 semanas como período o límite legal para una regulación del aborto a demanda. Eso no quiere decir, tal como afirmaJ. MestÁ, que la ley otorgue legitimidad moral a esa interrupción siempre 40

41

o J J. MesIÁ: Concretizando más, ¿Nos centramos absolutamente

en la genética o tenemos en cuenta la embriología? ¿Es cuestión de determinar un momento o de considerar un proceso?

B. FonceNo: La segunda de las dos clases de teorías a que me he referido antes se opone a las que podríamos llamar preformacionistas, precisamente porque deja a un lado una visión más bien mecanicista u organicista de la biología. Y es que' como escribe el catedrático Diego Gracia: "En biología aún no se ha producido la revolución de pensamiento que se produjo a propósito de la física". Para esta teoríar los enfoques reduccionistas de la genética o de la embriología han quedado hoy superados por el enfoque de la biología molecular, la cual integra uno y otro para determinar el momento constitutivo de la individuación humana. Desde este nuevo enfoque se afirma que el genoma no es sustancia al modo aristotélico, no es sujeto humano. Se habla más bien de una nueva sustantividad humana al modo de una estructura clausurada, integrada por el genoma y otras estructuras celulares. El genoma se considera un sistema abierto que,

para ser operativo, necesita ser activado por otros factores: "La mentalidad clásica, que sobrevalora el genoma como esencia del ser vivo, de tal manera que todo 1o demás sería mero despliegue de las virtualidades allí contenidas, es la responsable de que la investigación biológica se haya concentrado de modo casi obsesivo en la genética, y haya postergado de modo característico el estudio del desarrollo, es decir, la embriología. Este estado de cosas no ha venido a resolverlo más que la biología molecular. La biología molecular ha llevado a su máximo esplendor el desa43

DEBATE EN TORNO AL ABORTO

COMIENZO DE LA VIDA INDIVIDUAL, ¿GENÉTICA O EMBRIOLOGÍA?

rrollo de la genética, en forma de genética molecular. Pero, a la vez,ha permitido comprender que el desarrollo de las moléculas vivas no depende sólo de los genes" (Diego Gracia, Ética de los confines de la uida,III, p. 106). El aserto clásico de que "todo

más de veinte horas para la fecundación y dos semanas hasta completarse la anidación del preembrión. Es cierto que no se puede considerar al feto mefa parte del cuerpo materno, ni realidad parásita. Pero la interacción embrio-materna de la tercera a la octava semana es decisiva pan la constitución de la vida naciente: a medida que se aproxima el tercer mes del embarazo aumenta la exigencia de ayudarle para llegar a término. Las circunstancias excepcionales deberán ser sopesadas seriamente; tendrán menos peso al aproximarse el umbral de la novena semana de gestación. En vez de hablar de protección de la vida en general, tendremos presente la distinción entre materia viva de la especie humana (el blastocisto anres de la anidación) y una vida humana individual (el feto, más allá de la octava semana)'

está en los genes" es verdad sólo en parte y se hizo en detrimento

de los factores morfológicos y espaciales, tan importantes en el desarrollo del embrión. Sin estos factores, los genes quedarían sin efecto. Los genes tienen capacidad para formar determinados órganos, pero no si no hay inducción, lo cual viene a demostrar que el embrión actíta como un gran campo de f:uerzas, en el que cada parte es un momento que está codeterminado por otros y a Iavez los codetermina. Se entiende pues que, desde este enfoque, el embrión requiera tiempo y espacio para la maduración de su sistema neuroendocrino y que no se halle constituido desde el

que, para el desarrollo y la ética del embrión, la información ex-

N. TEnnIs,{s: En parte ya respondí a esta cuestión en la pregunta anterior, y estaría esencialmente de acuerdo con B. FoncaNo y con J. MasrÁ, si bien la determinación entre la semana octava y la décima, el paso de embrión a feto' está en discusión, pues

tragenética es tan importante como la información genética, que ella es también constirutiva de la sustantividad humana y que la constitución de esa sustantividad no se da antes de Ia organización (organogénesis) primaria e incluso secundaria del embrión,

durante esas dos semanas pueden estar pendientes aún de finalización algunos procesos de la organogénesis, en especial en lo que al sistema neurológico se refiere, y Que permite la vida relacional del futuro individuo, para mí trascendental'

la octava semana. Quiere esto decir que, si la

Más allá de la importancia del conocimiento genético en determinadas cuestiones ligadas a enfermedades cromosómicas, el reduccionismo genético como criterio para considefar constituido el individuo ha pasado a la historia. Incluso más allá del proceso intrauterino, ya en la vida humana del nacido, la influencia del entorno es tanto o más crucial que la genética en el desarrollo pleno de esa futura persona.

primer momento como realidad sustantiva. Los genes no son una miniatura de persond. La biología molecular deja bien claro

es decir, hasta

individualidad es nota irrenunciable de la sustantividad, el embrión antes de su constitución como sustantividad pasa por una organización constituyente, pero no tiene sustantividad propia, sino que es parte de la sustantividad de la madre y, por lo tanto, no es sujeto humano. J. MestÁ: No hay que entender la embriología de modo mecanicista. La concepción no es un momento mecánico (conectar un enchufe), sino un proceso vital (formarse y crecer un viviente):

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10 J. MesIÁ: Supuestos esos datos científicos, ¿cuál es la perspectiva filosófica sobre la persona? B. Fonc¡No: La conclusión clara parece ser que la sustantividad es la única que permite que el feto -fase posterior al embrión de las ocho semanas- contenga todas las potencialidades posteriores. Dichas potencialidades sólo pueden brotar de una realidad constituida. Cito de nuevo al profesor D. Gracia: "Trabaios como los de Byme y Alonso Bedate hacen pensar que el cuándo (de la constitución individual) debe acontecer en tomo a la octava semana del desarrollo, es decir, en el tránsito entre la fase embrionaria y la fetal. En cuyo caso habría que decir que el embrión no tiene en el rigor de los términos el estatuto ontológico propio de un ser humano, porque carece de suficiencia constitucional y de sustantividad, en tanto que el feto sí lo tiene. Entonces sí tendríamos un individuo humano estricto, y a partir de ese momento las acciones sobre el medio sí tendrían cafáctef causal, no

antes" (Diego Gracia, Ibídem, pp. 130-131). Queda claro de esta manera que quien siga esta teoría puede sostener razonablemente que la interrupción del embrión antes de la octava semana no puede ser considerada como atentado contra la vida humana, ni pueden considerarse abortivos aquellos métodos anticonceptivos que impiden el desarrollo embrionario antes de esa fecha. Esto es lo que, por 1o menos, defienden no pocos científicos de primer orden (Diego Gracia, A. García-Bellido, Alonso Bedate, J. M. Genis-Gálv ez, etc). Esta hipótesis, suficientemente demostrada, permite, a quien se apoya en ella, defender como no atentatorias contra la vida y como respetuosas de la vida aquellas acciones 47 t-_

DEBATE EN TORNO AL ABORTO

que se producen en el proceso constituyente del embrión antes de constituirse en feto, es decir, en estructura clausura da. La teoría expuesta modifica notablemente muchos puntos de vista y establece un punto de partida común para entendernos, para orientar la conciencia de los ciudadanos ) pana fijar el momento del derecho a la vida del prenacido y para legislar con un mínimo de inteligencia, consenso y obligatoriedad para todos.

N. Trnnlees: Entiendo que la perspectiva filosófica, del mismo modo que la jurídica se fundamenra en los daros científicos, debería también tomarlos en cuenta. Así, debería definir el estatuto ontológico del embrión humano proponiendo como consenso común aquella configuración que definen autores ya citados y que defendía también un pionero de la bioética como fue el Dr. Francesc Abel (médico y teólogo moral): hasta que no se alcanza suficiencia constitucional y sustantividad no podemos hablar de "vida humana personal". La filosofía debería quedarse en ese plano, y dejar para la ética individual o de colectivos la valoración moral de los actos relacionados con la intervención sobre el embrión, antes y después de ese momento.

48

11 J. MestÁ: ¿Y cuál es la perspectiva ética? B. FonceNo: Todo depende de la consistencia de la hipótesis anterior, que nos marca como decisivo el paso del embrión a feto, que poseería las propiedades que lo constituyen como persona. El feto incluiría el derecho a la vida, que sería individual y universal, y cuyo reconocimiento y respeto sería, en principio, vinculante para todos. Como he repetido, esto clarifica la cuestión de no mezclar durante el proceso embrionario, y en el supuesto de darse una interrupción del embarazo,lo que sería una acción anticonceptiva y no propiamente abortiva. La acción humana, que va acompañada siempre de una cualificación ética, adquiere un grado de valor específico, cuando se trata y se logra aplicar a algo que es sujeto de vida humana o que no alcanza ese rango. J. MestÁ: Ante todo, deberíamos presuponer una actitud básica de respetar de por sy'el proceso de concebir iniciado en la fecundación, acoger la vida naciente desde el comienzo del proceso, favorecer el desarrollo saludable del proceso de gestación de cara al nacimiento y protegerlo, haciendo todo lo posible para que no se malogre, paÍa que no se interrumpa el proceso, ni accidentadamente, ni intencionadamente de modo injustificado. Esta acogida y protección debe llevarse a cabo de modo responsable. Pero esta postura en favor de la acogida de la vida no significa que esa vida sea absolutamente intocable. La acogida ha de ser responsable y podrán presentarse casos conflictivos que justifiquen moralmente la interrupción de ese proceso. Si no se va a poder asumir la responsabilidad de acoger, dar aluz y criar esa 49

DEBATE EN TORNO AL ABORTO

CoMIENZo DE LA VIDA PERSoNAL. PERSPECTIVA ÉTICA

nueva vida, hay que prevenirlo a tiempo mediante los oportunos fecufsos anticonceptivos o interceptivos. Habrá casos límite en los que pueda darse incluso la obligación (no el derecho) de interrumpir en sus primeras fases el proceso antes de que sea demasiado tarde. Ejemplos de estos casos de conflicto de valores

flexión filosófica parte de un consenso mínimo, a paftir de éste la moralidad individual o de colecrivos debe permirir tomar posición que guíe su actuación ética en conciencia.La ética personal se forja a partir de la biografía de cada uno, su educación en valores y mediante la formación de la conciencia individual. Ese es el último reducto al que uno debe pedir explicaciones y dárselas a sí mismo en su actuar cotidiano. La colectividad o grupo al que pertenecemos nos da elementos de valoración ética en base a los valores de ese grupo, pero no puede sustituir o anular los propios. El ciudadano debe aspirar a configurar su ética autónoma, postconvencional (más allá de la moral del grupo a pesar de que pueda coincidir con éste). Si esto debería ser así en todos los actos humanos, no debe ser distinto en el ámbito del aborto, cuya decisión debe ser individual y personal, en conciencia de la mujer embarazada, ponderando su conflicto interno.

serían: cuando la continuación de ese proceso entra en conflicto con la salud de la madre, el bienestar básico de la familia, o el bien mismo de la criatura en vía hacia el nacimiento. En estos conflictos, alahora de sopesar los valores en juego y jetarquizarlos, el criterio del reconocimiento y respeto a la persona deberá presidir la deliberación. Cuando, como consecuencia de esta deliberación, se haya de tomar la decisión de interrumpir el proceso, esta decisión corresponderá aIa gestante y deberá realizatse,

no arbitrariamente, sino responsablemente y en conciencia. Finalmente, estas decisiones de interrupción del proceso deberían tener en cuenta el momento de evolución en que se encuentra esa vida en esas fases anteriores al nacimiento. Esa vida sería menos intocable en las primerísimas fases y el umbral de intocabilidad, en principio, no deber ía estar más alIá del paso de embrión a feto en torno a la novena semana. Pasado este umbral, si se presentan razones serias que obliguen a una interrupción del proceso' no deberá llevarse a cabo como un pretendido derecho de la gestante, sino por razón de una justificación grave a causa de los conflictos de valores que plantearíala continuación del proceso hacia el nacimiento. Cuanto más avanzado sea el estado de ese proceso, se exigirán razones más serias para interrumpirlo.

N.

Bajo este punto de vista, la norma o la regulación no puede integrar en ella una determinada ética de máximos que responda a ideología de partido o creencia. Debe integrar una ética mínima válida para todas las opcioneS, I á partir de ella establecer el marco jurídico que no obliga a nada, pero da opciones bajo determinadas condiciones o requisitos. En la regulación del aborto, ese mínimo ético común sería el ya mencionado: el que regula la protección de la vida humana en gestación a partir de determinado punto de desarrollo en que ha adquirido suficiencia y sustantividad para llegar a ser persona, contemplando antes de ese momento la posibilidad de interrumpir el proceso, como opción libre y personal, en conciencia, de la mujer gestante.

TEnnlsA.s: Cuando entramos en el terreno de la ética, que in-

troduce valoración moral a los actos de las personas' es cuando el respeto por las distintas opciones debe ser exigido, evitando el dogmatismo y la imposición, en uno u otro sentido. Si la re.50

51

12 J. MasIÁ: ¿Y cuál es la perspecriva jurídica? Concretamente, ¿coinciden o se distinguen el mal ético y el delito? B. FonceNo: Yo pienso que donde no hay mal ético -algo que niega o contradice el bien del ser humano- no hay delito ¡ si no hay

delito, no hay pena. Las llamadas leyes penales, que no te obligan en conciencia, pero que te obligarían a cumplir la pena si las quebrantas y te pillan, me parece un invento hecho para no sucumbir ante la montaña artificial y agobiante de innumerables leyes.

Las leyes, si responden de verdad al bien de la persona y de la convivencia humana, incluyen, expresan y ftatan de garantizar ese bien, en el grado que sea y, por lo mismo, son siempre obligatorias, no meramente penales. La transgresión de ese bien es variable, puede resultar inevitable en caso de conflicto con otros bienes y no tiene por qué ser clasificada necesariamente como delito.

J. MestÁ: No hay que confundir despenalización legal con justificación moral. si una legislación despenalizadora del aborto en determinados supuestos pretende, entre otras cosas, evitar abortos clandestinos, eso no significa justificar moralmente esas interrupciones. No hay responsabilidad ante la le¡ sino ante la conciencia. Ni las leyes penalizan ctanto está mal, ni la despenalización de algo lo sanciona como bueno. No constituir delito no significa estar moralmente justificado. Ni que algo esté moralmente mal justifica tipificarlo como delito. Defendiendo la vida y evitando fomentar abortos, se puede asentir a ciertas despenalizaciones, para evitar abortos clandestino o la estigm atización social de abortantes. 53

DEBATE EN TORNO AL ABORTO

coMrENZo DE LA vrDA pERSoNAL. pERSpECTtve yunÍotce

J. MestÁ. La ley no legitima morales sino que es el instrumento gafafite de derechos básicos y regulador de la convivencia social, para evitar la anatquía y el caos. A partir de aquí, el legislador tiene una fesponsabilidad en hacer leyes válidas pafa toda la sociedad, moralmente plural, y le es exigible respetar una ética mínima consensuada

cusión y debate por cuanto la cobertura pública pretende evitar la inequidad, de forma que las mujeres más vulnerables no queden fuera de esa opción por un tema económico o de recursos.

N.

TsnnIsA.s: Totalmente de acuerdo con

universalmente, que en sociedades democráticas parte del reconocimiento de los Derechos Humanos. La éttca de máximos es responsabilidad individual de cada sujeto frente a su código moral y su conciencia.

por otro lado, el legislador tiene el deber de minimizar

las

consecuencias negativas de situaciones que se dan en la sociedad y cuyo marco legal no refleia adecuadamente. Este es el caso del

aborto y su realidad en España, anres de la modificación legal de 2010, suponiendo la vigente norma una respuesta jurídica a una situaciónya presente y tolerada en nuestra sociedad. Ahora bien, el hecho de que la ley regule las condiciones y requisitos en los que se admite la interrupción del embarazo no debería suponer el reconocer un "derecho al aborto". l]na cosa es regular la aceptación de una práctica, como marco excepcional frente al principio general de protección de la vida del no nacido, y otra es pretender legitimar a través de esta norma un derecho exigible. sin embargo, vemos que la forma y contenido de la ley española actual sí legitiman ese derecho por cuanto configuran la prestación del aborto como una prestación pública que el Estado debe gafantizar. No es ese el modelo adoptado en otros países, en los que está despenalizado el aborto bajo una ley de plazos, pero como una opción personal e individual a cargo de la embatazaday sin compromiso "público", salvo casos de vulnerabilidad social manifiesta. El aborto se configura, pues, como una opción tolerada, pero no como un derecho exigible. Este punto genera dis54

Lo que sí creo que debe quedar claro y todos estaremos

de

acuerdo es que desde la ética no podemos hablar de un *derecho a abortar" como derecho moral -no jurídico-, cuando ese derecho supone un mal moral como es interrumpir la vida del no nacido, valor moral y ético a defender y proteger.

13 J. MeuÁ: ¿En qué casos nos parecería irresponsable o injusto el sí al aborto? B. FonceNo: Ante el conflicto de situaciones concretas, creo que conviene pensar sobre lo que ocurre cuando sobreviene inesperadamente el embarazo no deseado y sobre el sí a1 aborto sin suficientes razones. En el plano ideal, una relación sexual masculino/ femenina debiera ser, cuando se da de hecho, una expresión de amor libre y responsable, consciente de que puede ser portadora de vida humana y que tal particularidad no puede dejarse al azar o improvisación. La cuestión del aborto resultaría superflua si en toda relación se aplicara una base suficiente de conocimiento y responsabilidad. La estadística tan numerosa de abortos en la adolescencia y juventud indica que se procede con inconsciencia, como si nada se supiera del sentido y consecuencias que puede acarrear una relación sexual de ese tipo. Es, pues, el gran fallo: desconocimiento, improvisación, irresponsabilidad. Recaer en esta laguna, en un mundo tan abierto informática y educativamente, demuestra que 1o que estamos haciendo no aporta la claridad, responsabilidad y eficacia necesarias para la juventud sobre este punto. En el plano real de cada día, nos encontramos con ese hecho iterativo y estremecedor: muchos jóvenes no calcu-

lan las consecuencias de lo que hacen; luego, cuando ya no hay remedio, les asalta el miedo de una maternidad y paternidad no programadas ni deseadas y sufren el trauma de cómo liberarse de ellas mediante el aborto. En semejante situación, es cuando el entorno cultural y, sobre todo, familiar, resulta decisivo: ¿Aborto sí o aborto no? 57 t_

DEBATE EN TORNO AL ABORTO Sobre el sí al aborto sin razones, diría lo siguiente: Hay quien

duda: frnalizar el embarazo mediante el aborto resulta, cualesquiera que fueren sus circunstancias, moralmente correc-

no

1o

to.

¿Razones?

1. Porque la mujer es dueña de su cuerpo y puede decidir libremente. No hace sino aplicar el derecho que le asiste afi,nalizar el embarazo.

2. Porque el embarazo llega en un momento en que la pareja no se considera en condiciones económicas ni psicológicas para afrontar la crianza y educación del hijo.

3. Porque el embarazo sobreviene improvisadamente, sin programación. Puede entonces finalizarse por no adecuarse a los planes y voluntad de los padres. 4. Porque la legislación de diversos países permite el aborto hasta después de las 14 semanas e incluso más allá de las 20. En estas situaciones, se parte del supuesto de que el embrión no es una realidad nueva, con repercusiones morales para quienes lo generan. Se descarta entrar en ese plano de consideraciones y se decide haciendo prevalecer la propia voluntad y programa de vida al margen de la realidad embrionaria.

Considero un síntoma grave de inconsciencia y ligereza qlue una pareja pueda sostener esta actitud de cerrar los ojos a los efectos de una acción propia, como la del embrión. Esa realidad deriva de una acción común, es lo que es y nadie puede anularla en su significado. Es ineludible preguntarse: ¿Se puede determinar científicamente si esa realidad es y constituye una vida humana? ¿Cuándo?

sr- sÍ IRRSSpoNSABLE AL ABoRTo semanas. Tan sólo, por tanto, antes de ese tiempo, el recurso al aborto dejaría de ser un atentado contra la vida. Pasado ese tiempo, el recurso al aborto en las cuatro situaciones indicadas generaría un conflicto entre la conciencia personal y el respeto a una vida ya constituida.

N. TEnnIees: Creo que responder a esa pregunta requiere plantear la cuestión distinguiendo dos conrextos bien distintos: la interrupción del embarazo cuando no concurre causa médica que afecta al feto o a la madre sino que se dan otro tipo de circunstancias personales, sociales o económicas, y la interrupción en contextos de patología, que abordaremos en preguntas posteriores.

Centrándome en el primer contexto) y que en España se introdujo en la ley tras la última modificación en 2010, se rrara de casos en los que no se requiere acreditar ni alegar la concurrencia de condiciones específicas, sino simple demanda de la embarazada exigiendo que se respete al plazo establecido. Sin embargo, el hecho de no pedir explicaciones no supone que no concurran condicionantes para la embarazada que la llevan a pedir el aborto, de modo que aun sin explicitarse, también se da de un modo u otro conflicto de valores e intereses. Se confrontan la vida del no nacido con la autonomía personal de la mujer, y se hace difícil pronunciarse en términos generales de "irresponsabilidad o injusticia", obviando la especificidad de cada posible situación.

La hipótesis científica, que yo he expuesto, señala como segura la presencia de una vida humana después de las ocho

Desde una ética de máximos, como es la moral católica, se condena esas interrupciones de embarazo por entender que la vida del no nacido es un valor moral que está por encima de cualquier otro conflicto o interés de la embarazaday que ésta no dispone de libertad para decidir continuar o no su embarazo, ya que esa libertad encuentra su límite en la protección del no na*

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DEBATE EN TORNO AL ABORTO

EL SI IRRESPONSABLE AL ABORTO

cido que no puede proteger su propia vida. Tiene el deber moral de seguir adelante dado que debe asumir la responsabilidad de sus propios actos, tras una relación sexual de la que se ha derivado una nueva vida en camino. Parala moral católica todos los casos son "irresponsables e injustos" para el no nacido.

Lo que sí me parece indiscutible es que en ese conflicto de valores no puede imponerse un criterio más allá del que la voluntad de la embarazada y su conciencia bien formada determinen.

Una ética de mínimos partiría de ponderar esa libertad personal versus vida del no nacido, aceptando la prevalencia de la decisión de la mujer si estamos en una fase incipiente de esa vida intrauterina y no existe aún "vida humana personal" a proteger, sin imponer un criterio o valoración unívoca de injusticia e irresponsabilidad por categorías generales (por ejemplo, todo aborto a demanda es inaceptable), como pretenden algunos grupos. Desde

mi punto de vista, como creyente, entiendo que debe

hacerse todo lo posible para continuar la gestación hasta el nacimiento, si bien valorando que hasta alcanzar esas 8-10 semanas no existe suficiencia y sustantividad del nuevo ser, por lo que

En este debate, no compartiría del todo la visión de B. FoncANo respecto a la irresponsabilidad de nuestros jóvenes en el ejercicio de su sexualidad, como si el aborto fuese sólo una cuestión que afectase a este colectivo. Si nos remitimos a las cifras estadísticas (Informe sobre IVE del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad - 2013), resulta que es el13,67oA de los abortos practicados en España en el año 2011 el que corresponde a menores de hasta 19 años, y el porcentaje más elevado (52,44%) se da entre mujeres de 20 a 34 añ,os, más que adultas y se supone que responsables de su sexualidad. Otros factores, más allá de la adolescencia, están influyendo en la práctica del aborto mucho más de lo deseable.

plantear la interrupción del proceso podría ser legítimo en un contexto de conflicto de valores. Soy consciente de que pueden darse múltiples factores que implican ese conflicto, que una reflexión ética rigurosa debe tener en cuenta, y puedo admitir el aborto en determinados casos de conflicto irresoluble, pero no me atrevería ahacer un listado de situaciones o contextos en los que se deba hablar de irresponsabilidad o injusticia.

No podemos olvidar que la vida del feto y del futuro

bebé

depende de que la mujer y su entorno se vean capacitados para asumirlo responsablemente y que éticamente no puede aceptarse

tampoco la violencia de imponer un embarazo contra la voluntad de la gestante, del mismo modo que, desde la perspectiva de la vivencia de la mujer, me parecería del todo reprobable obligar a abortar contra la decisión de la embarazada. 60

61

14 J. MesrÁ: ¿Qué decir del embarazo tras una violación?

B. FonceNo: Embarazo como consecuencia de wna uiolaciín. Cuando el embarazo ha sido efecto de una violación -embarazo contra naturam- no efecto de un acto libre, responsable y amoroso. La mujer no está obligada a asumir una maternidad que se le impone coactiva e injustamente. Ni la naturaleza, ni las leyes humanas, ni Dios puede exigir que una mujer se someta contra su voluntad a un proceso que violenta su ser más íntimo y le reporta consecuencias que jamás ella propició libremente. Por supuesto, la frnalización del embarazo en el plazo previo a las ocho semanas, de acuerdo con la hipótesis científica sostenida, no sería en este caso inmoral.

N. Tsnnlses:

trata de un supuesto en el que la dignidad de la mujer violada se ha visto gravemente afectada por una agresión brutal en su integridad. Esta situación de violencia física y psicológica, a mi entender, hace que no sea exigible ala mujer el sacrificio de llevar adelante una gestación fruto de tal agresión, y que el simple hecho sea suficiente) tras diagnostica r el embarazo, para entender legítimo el aborto. Se

En cuanto al plazo, dado que tras la agresión sexual, el embarazo en curso es fácil de verificar, probablemente ni siquiera cabría esperar a las 8 semanas paraintercumpir, minimizando el efecto sobre la mujer, procurando no agravar más aún las secuelas de la violación con un aborto tardío y minimizando también la afectación al feto.

63

15 J. MesrÁ: ¿Qué decir del llamado aborto eugenésico?

B. FonceNo: Cuando la vida en gestación viene marcada por malformaciones -aborto eugenésico- q.ue van a impedir que el feto nazca bien y con salud, impidiéndole el desarrollo de una vida normal y haciendo recaer en los padres cargas que no necesariamente deben asumir. Se trata de casos en que \a natutaleza biológica se muestra aberrante, en grado mayor o menor' que comportan muchas y graves dificultades para el feto, los padres y la sociedad. La pregunta casi sobraría en el caso de fetos con deformacione s (ariencefalia, por ejemplo) que impidieran cualquier expresión de vida humana. Esos fetos carccerían de los elementos esenciales para una constitución humana y, Por lo mismo, no serían humanos. Si tales anormalidades pueden conocerse a tiempo, antes de nacer, podrían evitarse sin dificultad moral, interviniendo antes de las ocho semanas.

Lo que pienso, sobre sobre el tema del "supuesto de malformación fetal" para la interrupción uoluntaria del embarazo,Io digo desde mi larga trayectoria bioquímica. El derecho humano a la vida digna es el derecho supremo. Y no evitar el sufrimiento que comporta una existencia que no reúne los mínimos requisitos biológicos es propio de la obcecación y de una F. M¡.voR:

interpretación temerosa y obtusa de la religión. Cuando se indica que "hay que proteger a los vulnerables", estamos todos de acuerdo. Pero en este caso son ya "vulnerados" y, además, de fclrma irreversible. La impresión que me produjo visitar en L956 una institución madrileña donde se atendía a niños afectos de profundas 65

I)F.BATE EN TORNO

AI

ABORTO

y permdnentes alteraciones mentales y físicas fue tal que pensé es-

pecializarme en la patología molecular perinatal, para poder así evitar enfermedades genéticas o adquiridas que cursan con gran deterioro neuronal. Y puse en marcha el CIAMYC (Centro de Investigaciones de Alteraciones Moleculares y Cromosómicas) en la Facultad de Farmacia de la Universidad de Granada en L967, donde se originó el Plan Nacional de la Subnormalidad Infantil que, con la colaboración de neonatólogos y pediatras, ha permitido evitar enfermedades metabólicas de manifestación posnatal a muchos miles de personas desde entonces. La Dra. Magdalena Ugarte inició en este contexto las pruebas de diagnóstico precoz y hoy sigue dirigiendo, en la Universidad Autónoma de Madrid, el CEDEMC (Centro de Diagnóstico de Enfermedades Moleculares). Por otro lado, la Dra. Martínez Frías se hizo cargo de las dismorfologías, dirigiendo el ECEMC (Estudio Colaborativo Español de Malformaciones Congénitas) y el CIAC (Centro de Investigaciones de Anomalías Congénitas), del Instituto de Salud Carlos IIL

J. MesrÁ: Cuando se habla a propósito del tema de las malformaciones, habría que evitar confundir la interrupción del embarazo por malformaciones y la discriminación de personas discapacitadas. Es ambiguo hablar de malformaciones en general, equiparando casos, desde un simple estrechamiento del conducto esofágico en un síndrome de Down hasta una anencefalia. Tampoco es coherente penalizar la interrupción del embarazo en supuestos seriamente graves, alavez que se recorta el apoyo con la ley de dependencia a la crianza, sanidad y educación de esa vida discapacitada. Ni se puedelanzar la acusación de antivida a quienes optaron dolorosamente por un mal menor en situación de conflicto, ni es necesariamente provida la postura que impone por motivaciones ideológicas la opción contraria. 66

EI, LLAMADo ABoRTO EUGENÉSICO

Un feto anencefálico carece del mínimo neurológico-estructural como soporte para formar una persona, desde respirar autónomamente hasta capacitarse para actos estrictamente humanos. Si hay razones para no interrumpir su alumbramiento, no será por considerarlo realidad humana personal. Su aborto no es comparable a matar un ser humano. Un feto con una malformación incompatible con la vida extrauterina (por ejemplo, agenesia renal irremediable), tampoco sobrevivirá. En cambio, es delicado el caso de fetos con patolo gía grave incurable, solo con solución paliativa. El Dr. Francesc Abel, con doble perspectiva de obstetra y teólogo moral, concluía: "Ante tal diagnóstico prenatal, muchos progenitores solicitan interrumpir la gestación, acogiéndose al tercer supuesto de la ley... Aunque objetivamente cueste asentir, debemos respetar a quienes se encuentran en esta situación y sus decisiones" (Diagnóstico prenLtta/, Instituto Borja de Bioética,2001, 3-26). Evitando discriminar por discapacidad,la sociedad deberá fomentar el apoyo a la dependencia en todas las fases de la vida. Sin hacerlo, no tendría credibilidad el legislador que intentase suprimir dicho tercer supuesto.

N. T¡nnlses: El primer elemento a destacar es que, a diferencia del aborto a demanda o por violación, en la malformación fetal el embarazo sí ha sido deseado y se produce una afectación psicológica muy importante en la madre y pareja, cuando saben que ese hijo deseado se desarrolla con problemas. Es exigible un gran rigor y tacto en los profesionales que intervienen en diagnóstico prenatal, en el planteamiento del problema a las parejas con honestidad y sin sesgos o preconcepciones.

En segundo lugar, entiendo que la dificultad de admitir ese supuesto estriba en dos factores. El primero es el de tiempo diagnóstico, pues en muchas ocasiones, la problemática que presenta

67

DEBATE EN TORNO AL ABORTO el feto se diagnostica mucho más allá de la semana 8-10, y por tanto un posible aborto plantea mayor dificultad moral cuanto más cercano está el feto al tiempo de viabilidad fetal (22-24 semanas). Por otro lado, establecer categorías de malformaciones o enfermedades y niveles de gravedad de las mismas, no es fácil y requerirían actvalizaciones constantes dado que la medicina avanza rápidamente aportando nuevas soluciones a problemas o patologías que antes no las tenían. Si se tomase el criterio únicamente médico para elaborar ese listado, señalando cuáles son aceptables para abortar y cuáles no, probablemente estaríamos siendo injustos al no ponderar también el contexto familiar que debe acoger esa discapacidad o malformación.

Por otro lado, coincido plenamente con mis contertulios que no'puede censurarse o condenarse a la gestante o pareja que deciden interrumpir un embarazo de feto con afectación importante, aunque no incompatible con la vida, si no se ven capaces de llevarle adelante y si no tienen garantizada la aylda y apoyo público para sobrellevar esa discapacidad, del tipo que sea. Entiendo que acusarles de discriminación no es justo puesto que no puede exigirse determinado nivel de sacrificio a las personas.

De todos modos, el aborto mal llamado "eugenésico" -entiendo que no hay una voluntad selectiva sino una incapacidad de asumir la dificultad y el sufrimiento- supone un porcentaje mínimo de los abortos que se practican. Si tomamos de nuevo las cifras estadísticas en España en 201\, únicamente eI2,75"A fueron debidos a anomalía fetaly de éstos, sólo el 0,30oA a patología incompatible con la vida. Así, el problema de fondo del aborto no son estos casos reducidos, sino el grupo mayoritario de interrupción del embarazo por causas no médicas. 68

16 J. MesrÁ: ¿Qué decir del llamado aborto terapéutico?

B. Fonc,cNo: Cuando el embarazo no se puede proseguir con éxito hasta que el feto pueda ser viable y entonces esperar hasta lograr ese objetivo daría lugar a la muerte del hijo y también de la madre. Es el caso del aborto terapéwtico o aborto indirecto: al no poder salvar las dos vidas, es un deber moral salvar, por lo menos, la vida de la madre. Sería injusto no intervenir permitiendo que murieran el feto y la madre. El feto no puede sobrevivir debido ala situación misma, y entonces hay que salvar por lo menos la vida de la madre. Es de sentido común. La ciencia establecerá luego cuándo y en qué condiciones (feto muerto, em-

barazo ectópico, cardiopatía grave de la madre...) se presentan estas situaciones, incompatibles con la salvación de las dos vidas.

N. Tnnnlses: Reiteraría en este punto lo dicho en el anterior, por cuanto estamos ante casos de embarazo deseado, pero que el mismo proceso biológico de la gestación supone riesgo grave parala vida de la madre (por ejemplo, madre gestante a quien se le diagnostica un cáncer avanzado, siendo el embarazo incompatible con el tratamiento). Igualmente se plantea aquí la cuestión del tiempo de la interrupción, pues esa situación de riesgo materno puede presentarse en momentos diversos, incluso muy avanzada la gestación, más allá de las 24 semanas de viabilidad fetal. En este supuesto debería intentarse, mediante un parto prematuro, salvar la vida de madre e hijo, a ser posible. Las cifras nos indican que estos casos son más frecuentes que el aborto por patología del feto, pues alcanzaron el 7,30y" de los 69

DEBATE EN TORNO AL ABORTO

abortos en España en20\1. Probablemente esta cifra habrá aumentado en los últimos años (no disponemos de ese dato en años anteriores para poder comparar), dado que también ha aumentado la edad media de las gestantes y por tanto las complicaciones sobre su salud derivadas de un embarazo tardío.

17 J. MesrÁ: ¿Qué limitaciones tiene un estado democrático ala hora de legislar sobre cuestiones con implicaciones morales? B. FonceNo: Un Estado democrático tiene competencia para legislar moralmente. En un Estado democrático, ninguna instancia civil o religiosa puede atribuirse el poder legislativo, como si dimanase de sí misma al margen de la realidad personal de los ciudadanos . La ética debe determinarse en cada tiempo mediando la racional y responsable participación de los ciudadanos, pues la razón con todo el abanico de sus recursos investigativos es la que, por tratarse de la dignidad humana y de sus derechos, nos habilita para llegar a ellos, explorarlos, entenderlos, valorarlos y acordarlos democráticamente. Por lo mismo, aunque en el tema del aborto intervengan instancias civiles y religiosas, en este caso desde instancias científico-éticas se recorre un camino comtin, compartible por todos. Sin negar validez a los credos religiosos, podemos de esta manera convivir acordando entre todos lo mejor y lo más ético para cualquiera de los problemas que se planteen a toda Comunidad civil. J. MesrÁ: Me parece importante distinguir bien y no mezclar sin matices las perspectivas jurídicas, morales y religiosas. Hay que

distinguir los planos jurídico, ético y religioso. El fiscal imputa delitos y solicita penalizaciones. La conciencia moral acusa en el foro interno, provocando remordimiento por el mal moral, aunque no constituya delito. La conciencia religiosa interpela para reconocer el mal y creer en el perdón. Pero hay creyentes con una idea equivocada de pecado como delito; hay también instancias 70

71

DEBATE EN TORNO AL ABORTO eclesiásticas que confunden pecado con delito y perturban la autonomía de las legislaturas, imponiendo a la sociedad una idea de delito como pecado. Tomás de Aquino precisaba: ni todo lo moralmente reprobable es delictivo, ni la despenalizaciín implica un juicio moral positivo.

1B J. MesIÁ: ¿Con qué criterios deberíamos considerar la evolución y meiora de las legislaciones?

B. Fonc,cNo: Las leyes promulgadas pueden perfeccionarse. La competencia legislativa de la Sociedad y del Estado no significa que siempre exprese en sus leyes el contenido perfecto de la Moral. Pueden consensuarse normas democráticamente que' por circunstancias y razones varias, exijan un perfeccionamiento posterior y haya ciudadanos que' con todo derecho, así lo demanden. En este sentido, cuestionamos ciertos aspectos de lo que pudiera ser una ley. En principio y de un modo general, consideramos un despropósito aprobar que las adolescentes puedan abortar por voluntad propia después de cumplir los 16 años, sin un conocimiento y diálogo adecuado con los padres. Decir que pueden hacerlo, resulta irreal, pues no hay muchacha alguna que en asuntos importantes de la vida y, más en éste, decida por sí misma al margen del contorno familiar y del sentir de los padres. Su personalidad no está prepar ada y necesita recibir luz y apoyo de los padres en primer lugar y de quienes con conocimiento y experiencia puedan orientarle. No hablamos de casos particulares donde los padres, con abuso de autoridad, pretendan imponer su voluntad coactivamente. Ahí mayormente, la decisión le corresponde a la muchacha sabiéndose en contra de la posición de sus padres. IFray pareias y mujeres que' en variedad de circunstancias, deciden abortar fuera del plazo lícito (pasadas las ocho semanas/ I eue, de acuerdo con lo expuesto' obrarían en contra de una norma moral. Sin embargo, puede admitirse su obrar como correcto si, de acuerdo con |a moral tradicional, están si-

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-1 /.7

DEBATE EN TORNO AL ABORTO

guiendo su propia conciencia, que es la norma moral inmediata, a la que tienen que obedecer. Tal obrar puede estar equivocado y ser opuesto a la norma objetiva, pero en tales casos cabe suponer la buena fe, uno hace lo que cree que tiene que hacer, pero con ignorancia subjetiva y, por 1o mismo, sin culpa. por otra parte, y políticamente hablando, puede darse una ley que, sin ser moralmente correcta, lo sea políticamente por evitar un mal mayor; en conflicto de valores, se opta por permitirla -no declararla delito- y que no sea penalizada. En consecuencia, aun para estos casos, rechazamos la penalización del aborto, pues el aborto realizado sería por seguir el dictado (equivocado, pero sin mala fe) de la propia conciencia y puede que evitar un mal mayor (evitar el mal de los abortos clandestinos). J. Erzo: Es un punto clave cuando dices que '.Hay parejas y mu-

jeres que, en variedad de circunstancias, deciden abortar fuera del plazo lícito (pasadas las ocho semanas/ y que, de acuerdo con lo expuesto, obrarían en contra de una norma moral. Sin embargo, puede admitirse su obrar como correcto si, de acuerdo con la moral tradicional, están siguiendo su propia conciencia, que es la norma moral inmediata, a la que tienen que obedecer. Tal obrar puede estar equivocado y ser opuesto a la norma objetiva, pero en tales casos cabe suponer la buena fe, uno hace lo que cree que tiene que hacer, pero con ignorancia subjetiva y, por lo mismo, sin culpa". Estoy de acuerdo contigo: seguir su propia conciencia (que se ha intentado formar correctamente) es el criterio máximo de comportamiento ético. Pero a menudo somos más comprensivos con determinados comportamientos que,.objetivamente" (con muchos entrecomillados) cabe denominar de inmorales (por ejemplo el aborto pasadas las dos semanas) pero frente a otros la sociedad es infinitamente más laxa: la pena de muerte, y la tortura habitual en las comisarías y cuarteles, por ejemplo. 74

r,voluclóN

Y MoDIFICACIÓN DE LAS LEGISLACIoNES

N. TpnnIe¡s: Creo que sería un ejercicio de democracia madura, que no es la que se da en España, que el legislador fuese capaz de revisar esas normas de gran trascendencia social, cuando ve-

rifica que la realidad va por otro camino distinto, o que el espíritu de la ley no alcanza a cumplirse. La mejora de la norma pasa por evaluar su aplicación correcta) analizat sus defectos o errores, y corregirla buscando siempre su efectividad y buenos resultados.

Cuando se analizan realidades como las que ha vivido España durante 25 años, teniendo en vigor una ley despenalizadora del aborto que ha propiciado durante años un fraude de ley conocido y manifiesto, puesto que amparaba bajo una ley de indicaciones más del90"A de abortos sin indicación alguna, nos damos cuenta de lo defectuosa de esa democracia. No se trataba de una cuestión ya ideológica o de partido sino de oportunismo político, puesto que derechas e izquierdas, que se han alternado en el gobierno, han tolerado esa situación sin interesar a nadie abordarla hasta 2OlO.IJnavez adecuada la norma a la realidad que se da en la sociedad española, en lugar de intentar corregir aquellas cuestiones que sean mejorables, se pretende dar de nuevo un giro de 360" con una clara involución. ¿Qué decir de la norma actual? ¿Con qué criterios mejorarla?

Evidentemente hay aspectos de mejora, partiendo por ejemplo de los datos que nos da la estadística, reflejo de la práctica real.

Un primer punto esencial a revisar sería a mi entender el plazo establecido para la práctica del aborto a demanda. 14 semanas de gestación es mucho tiempo, mucho más allá de las 8-10 que plante ábamos en este texto como punto de inflexión en el desarrollo embrionario. ¿Por qué debe darse tanto margen' cuando el embarazo hoy es de diagnóstico muy precoz y cuanto antes 75

DEBATE EN TORNO AL ABORTO

EVOLUCIÓN Y MODIFICACIÓN DE LAS LEGISLACIONES

se interrumpa menos lesivo es para la mujer y para el embrión? Punto a revisar si tomamos en cuenta de nuevo la estadística que nos dice que el 65% de los abortos en20I't se practicaron antes de la semana 8" y el 24"A entre la 9" y la 12", es decir, casi el 90"A antes de la semana 12.Blrresto, probablemente son los que responden a causa médica por malformación fetal o riesgo para la madre, dado que requieren mayor tiempo diagnóstico.

Con todo ello, sería deseable que un gobierno responsable analizase esos datos y actuase aplicando aspectos de modificación y mejora de la ley, con agilidad y eficacia. Lejos de ello, se pretende deshacer el camino recorrido y volver a los ancestros.

En cuanto a las menores y los argumentos de B. FoRcaNo, ya indiqué antes que las cifras no secundan esas valoraciones pues el porcentaje de menores de 18 años que optan por el aborto es bajo y ha ido disminuyendo en los últimos años. Parece que poco a poco, las campañas informativas, las acciones de formación en salud sexual y reproductiva y el acceso a los métodos anticonceptivos .han ido dando sus frutos. Habría que ver cuántos de esos abortos se han dado sin el soporte familiar adecuado, dato del que no disponemos, pero seguramentehabríaterreno parala mejora de ese aspecto, con soporte del ámbito de servicios sociales y un abordaje correcto de la demanda de aborto en menores.

Mejorable sería también la regulación de la objeción de conciencia de los profesionales, que genera debate y discusión de los límites y forma de ejercerla. Se introdujo en la norma sin un debate sereno y pactado con los implicados y ese déficit se traduce en su aplicación práctica. Por último , habría que analizar también aspectos de la ley que afectan a la equidad de acceso, puesto que los datos dan claras diferencias entre comunidades autónomas, gue no se justifican sólo por un mayor índice de población en esos rerritorios sino seguramente también por la dificultad de acceso al aborto, con pocas o ineficaces estructuras sanitarias que 1o hagan posible. 76

19 J. MesrÁ: ¿Cómo cooperar a la prevención del aborto? B. Fonc¡No: Lo más importante, hacer innecesario el aborto. Son muchas, ciertamente, las causas que pueden provocar el aborto.

Pero, en una sociedad abierta y pluralista como la nuestra' que goza de información suficiente y de múltiples instancias educativas, no se entiende la magnitud que el aborto reviste en edades juveniles. Seguramente, son muchos los factores que inhiben en unos y en otros una tarea informativa y educativa obligatoria y a tiempo. Conocer esos factores y combatirlos sería la manera más efrcaz de hacer desaparecer el aborto. Ahí, la sociedad entera (familia, escuela, medios, administración política...) tienen, creemos, la responsabilidad mayor.

J. Erzo: Estoy plenamente de acuerdo contigo cuando apelas a la siempre compleja pero irrenunciable tesis del mal menor. Esta tesis es aplicable, en mi opinión, a la interrupción de embarazos de mujeres, en determinados supuestos, después de las L0 semanas de gestación, con algunas precauciones:

.

En ningún caso debe tratarse de un derecho al aborto. Este punto conceptualmente hablando me parece clave. Otra cosa es que el derecho recoja el aborto (gratuito y médicamen-

te asistido) a personas (madres y padres del "nasciturus") como resultado de una decisión adoptada. A este respecto añadfuía: que normalmente (excluyo violaciones por ejemplo) el hombre debe ser informado y formar parte de la decisión de abortar. Si hubiera discrepancia duradera entre el padre y la madre, debe primar la opinión de la madre. 79

DEBATE EN TORNO AL ABORTO

o

En el caso de adolescente de 16 años, los padres deben estar informados antes de proceder al aborto. Si hubiera conflicto paterno-materno filial, la adolescente debería informar de su decisión a los órganos médicos "ad hoc", a tiempo.

¡.

Tnnntnas: Veo de nuevo vuestra insistencia en el tema del alcar:'ce del aborto en los menores, y ya expuse antes que debemos

contextualizarlo en la realidad de las cifras. Se ha hecho mucha ¿smagogia con el tema del aborto adolescente, pero el problema -/s importante está en ese casi 53oA de abortos entre mujeres de 20 a 34 años.

Aun así, también a las adolescentes quisiera referirme pues énfasis en la información a los padres me parece importante .1 pefo sin perder de vista que España desde el año 2002 hizo una apuesta por reconocer la figura del "menor

maduro" en decisio-

nes sanitarias. Así la

Ley 4112002 de derechos del paciente legi¡it¡a al mayor de 16 años para la toma de decisiones en salud, algunas de las cuales pueden ser de tanta o más trascendencia qrre el aborto (por eiemplo, rechazar un tratamiento eficaz con riesgo vital para el menor), y pafa las que se le reconoce madu,.7 suficiente. En coherencia, aceptando que toda decisión de un m¿nor debería ser tomada a ser posible en el consenso familiar y con todo el apoyo y soporte, no podemos tampoco sacralizar gl aborto en tanto que único ámbito para el que no le considera¡¡0s capaz y que requiere el beneplácito familiar. Pensemos que .r la menor de 1,6 o más años quien deberá llevar adelante ese ,¡barazo y su decisión no puede condicionarse a una avtonización paterna o materna.

LA pREVENcTóN DEL ABoRTo acciones formativas, a ser posible no únicamente en el contexto

de la prevención del embarazo y enfermedades de transmisión sexual, sino también en un ejercicio responsable de la sexualidad vinculada a las relaciones afectivas y no únicamente por placer o por descubrir nuevas experiencias. Creo que hemos avanzado en los últimos años pero falta mucho aún por hacer, especialmente en el contexto familiar que parece haber claudicado de esa responsabilidad, dejándola en manos del Estado, del sistema sanitario o educativo.

En el contexto de ese 537o de mujeres que abortan siendo ya adultas y supuestamente responsables, cabe analizar datos socio-culturales, que nos darán algo de luz sobre el tema. El 35"A de estas mujeres están inactivas -sin trabajo o cursando estudios y por tanto sin ingresos económicos-; otro dato relevante es que el 46'A de las mujeres que abortan ya tienen uno o dos hijos, por lo que parece que asumir otro menor a cargo puede suponer una dificultad insalvable para esa mujer o unidad familiar. En cuanto al nivel cultural, el22% tienen solo estudios de primaria pero el 60"A tiene estudios de secundaria, bachillerato, formación profesional o equivalente. Por tanto, un grupo muy destacado se da en mujeres con un nivel formativo medio, a las que sería exigible el conocimiento suficiente de control de su propia sexualidad y actuación responsable. Estos datos, de los que disponemos solamente desde 2011 -no en años anteriores en que no se hacía este vaciado estadístico-, deberían llevar a los responsables políticos y a toda la sociedad a preguntarse ¿qué está fallando?

Respecto a cómo cooperar a la prevención del aborto, en el ggÉtexto de las menores, claramente apostando más y mejor por

Por último también es de interés revisar si hablamos de mujeres de nacionalidad española o extranjeras, pues los aspectos culturales pueden ser de gran influencia. En algunos países la

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DEBATF] F-N TORNO AI, ABORTO medida anticonceptiva predominante es el aborto; cuando estas mujeres vienen a España no modifican esa pauta, a pesar de tener a su alcance medios anticonceptivos. Así, las cifras nos dicen que del total de abortos practicados en 2011, eI39"/" corresponde a ciudadanas extranjeras, de las cuales el 10"A de nacionalidad europea y el restante 29o/o de otros continentes, predominando América del Sur con el21'A. Con todo ello, ¿cómo cooperar a la prevención y conseguir bajar esas cifras en mujeres ya adultas? Se me ocurren muchas posibles acciones, aun cuando requieren recursos. Una posible sería la creación de estructuras desde la atención primaria, mucho más específicas y activas en la atención a la salud sexual y reproductiva, informar-rdo y haciendo seguimiento de las mujeres, en especial las más vulnerables o con mayores dificultades sociales, culturales y sanitarias. Otra debería ser la facilitación de los medios anticonceptivos; paradójicamente el aborto es gratuito y los anticonceptivos tienen un coste para la usuaria, cosa que parece Lrn contrasentido. La lista de posible acciones y recursos podría ser larga... ¿Por qué no se aborda esta cuestión? Entiendo que si hubiese voluntad política real, y no sólo "de cartel", de rebajar las cifras de aborto en España hace años que se habrían emprendido actuaciones eficaces, igual que han hecho otros países de nuestro entorno donde sus índices son menores. Imagino que es mucho más barato asumir el coste de 118.000 abortos (cifra total 2011), que no financiar políticas reales de mejora de la salud sexualy reproductiva de las muieres y financiar públicamente el uso de anticonceptivos.

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20 J. MestÁ: ¿Cómo ayudar o acompañar a las personas implicadas antes y después de un aborto?

B. FonceNo: Ante todo, aposrar por la vida de todos. Hago un canto a la vida y me sumo a todos aquellos que, de mil maneras, la defienden, la liberan y la protegen cuando de vidas humanas reales se trata. No obstante, me parece absurdo y contradictorio -y por eso lo denuncio- el hecho de que personas, sectores, movimientos y muchas instancias civiles salgan a defender con intransigencia una vida embrionaria y no adopten actitudes con parecido ardor y urgencia respecto a los miles y millones de vidas que, a diario, vienen sacrificadas en el altar de la guerra, de la explotación, de la miseria, de la injusticia y esto en grados de alta crueldad y complicidad.

J.F.tzo: Además de la educación sexual a la que haces referencia y que te puedo asegurar que es prácticamente inexistente (se confunde educación sexual con técnicas para sexo seguro) es fundamental reflexionar sobre el papel de la maternidad y paternidad en la sociedad actual. (Te adjunro un texto de Julia Kristeva donde aborda este tema. Me permito dirigirte al punto 3. Les nouveaux acteurs de l'humanisme: les femmes, les méres, des adolescents).

Una sociedad que no se reproduce (la media de hijos por mujer en edad fértil en España es del orden de 1,4) el niño debiera ser un bien preciado. Y no lo es en absoluto. Es el gran olvidado de la sociedad donde el dinero es el dios. De ahí la necesidad de proteger, financieramente también, a las madres en general. Y en 83

DEBATE EN TORNO AL ABORTO

AYUDAS A LAS PERSONAS IMPLICADAS

particular a las madres solteras que, en muchos, muchísismos casos, desean dar aluz el niño que llevan en su vientre. Y estos recursos y esta sensibilidad son escasos. Por decirlo de forma lapidaria, que considero exacta hoy en España, "el derecho de la mujer a decidir sobre su cuerpo (aborto incluido), tiene un

más aún lo que en sí ya implica someterse a un aborto. Más aún

predicamento superior, en los medios de comunicación, en las opiniones sociales, en los artículos de prensa (también en los serios) que el derecho del nasciturus a nacer, ya constituido persona humana".

N. Tnnnte,{s: Creo que es un compromiso de toda la sociedad y de los poderes públicos prestar ese apoyo, sea cual sea la decisión tomada. En un tiempo previo a la decisión, mediante la ayuda a la reflexión y ponderaci6n de todos los valores en juego. Esa ayuda, sin embargo, debe ser honesta y sin sesgos que pretendan condicionar la decisión última a las preferencias morales de quien da esa ayuda o apoyo. Es la mujer, en última instancia contando con toda la información de lo que implica tanto llevar adelante ese embarazo si requiere ayuda, o interrumpirlo (exposición del proceso), quien debe decidir en conciencia.

La mujer que, tras ese proceso de deliberación moral, decide interrumpir su embarazo, sean unos u otros los condicionantes, no necesita condenas morales sino soporte psicológico y afectivo, tanto de las personas de su entorno más próximo como de los profesionales del sistema que vayan a intervenir. No es una decisión banal ni menor, no se trata de una solución técnica a un "fallo técnico", sino que supone un menoscabo profundo a la integridad física y psicológica de la mujer a pesar de que sea por decisión propia.

en la mujer creyente, a la que decidirse por el aborto le habrá supuesto un conflicto moral mayor. Las posibles secuelas emocionales y psicológicas para la mujer, posteriores al aborto, también requerirán atención adecuada para minimizar sus efectos. A menudo, mujeres que han abortado, buscan luego resarcir su conciencia con un nuevo embatazo, sin responder realmente a una maternidad planificada y responsable, y seguramente no es esa la mejor forma de redimirse. J. MestÁ: En el episodio evangélico de un adulterio denunciado (Juan, 8), la acusación pretendíalapidar a muerre a una mujer,

tratando el pecado como delito. Jesús no la condena, ni la justifrca a la ligera. La despide deseándole que no vuelva a encontrarse en semejante situación. Ni condenación ni complicidad, sino comprensión y misericordia. Rech azo al mal y acogida a quien, al cometerlo, se convierte en su propia víctima. Como decía Juan Pablo II, en cada aborto hay dos víctimas: el feto y la madre. Jesús enseñó y practicó el criterio del profeta Oseas: "Compasión quiero, más que sacrificios" (Oseas 6,6;Mateo 9, 13 y 12,7).

Es exigible que estén a su disposición los dispositivos necesarios, humanos y técnicos, para facilitar ese trance sin agravar 84

8.5

Reseña biográfica

JueN MnsrÁ Crevnr,

SJ.

Juan Masiá clavel, jesuira, profesor de Bioética en la universidad sophia (Tokyo). Ex-Director de la cátedra de Bioética de la universidad P. comillas (Madrid). Enrre sus publicaciones en español: El animal uwlnerable (1997), Bioética y Antropología (1998), Moral de interrogaciones (2000), Tertwlias de Bioética (2005), Bioética y Religión (2008), Viuir en la frontera (2009), Cuidar la uida (2012).

BnN¡eun FonceNo Beniamín Forcano, teólogo moralista, director por trece años de la revista Misión Abierta, miembro de la Directiva de Éxodo, confundador de la Asociación de Teólogos Juan XXIII; profesor de Teología Moral por más de 25 años en diversos centros. Entre sus numerosos libros: El sweño de los pobres, Nueua Ética Sexual, El Euangelio como Horizonte (3 vol.), Bernhard Hdring: su obra y personalidad, Homenaje a pedro Casaldáliga, Por qué el terrorismo, Con la libertad del Euangelio: temas de nwestro tiempo, El Papa Francisco, etc. 87

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DEBATE EN TORNO AL ABORTO

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Núria Terribas, jurista especializada en bioética. Coordinadora y docente del Máster Universitario en Bioética (URL) y de distintas actividades docentes de postgrado en bioética de la URL. Directora de la revista Bioética 8¿ Debat (1,995-2008). Miembro del Comité de Bioética de Cataluña y del Comité Nacional de Bioética de Andorra. Miembro y asesora legal de Comités de Ética Asistencial de diversas instituciones sanitarias en Cataluña. Miembro del Comité de Etica de Investigación Clínica del Centro del Centre de Medicina Regenerativa de Barcelona (CMRB), y presidenta del Comité Ético de la Red de Bancos de Tumores de Cataluña. Autora de numerosos artículos y capítulos de monografías sobre temas de bioética y derecho y ponente en congresos nacionales e internacionales en estas temáticas.

Federico Mayor Zaragoza (Barcelona, 1.934) científico y político español. En 1963 accede a la cátedra de Bioquímica de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Granada.En 1968 fue nombrado Rector de la institución, y en 1972, Presidente de la del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, CSIC. En 1.974, Subsecretario de Educación y Ciencia, Presidente de la Comisión Gestora de Investigación Científica y Técnica y Director del Centro de Biología Molecular "Severo Ochoa", centro mixto del CSIC y la Universidad Autónoma de Madrid.

En 1978-81 fue nombrado Director General Adjunto de la UNESCO y en 1.987 elegido Director General (1987-1999).

Ministro

y Ciencia en 1981.-82. Desde el año 2000 es Presidente de la Fundación Cultura dePaz. Fue

de Educaci6n

Jevmn Erzo Javier Elzo, cursó licenciatura en Sociología y en Ciencias Morales y Religiosas en la Universidad de Lovaina. Doctor en Sociología por la Universidad de Deusto y profesor en ella durante 30 años. Director de la Escuela Universitaria de Trabaio Social de San Sebastián, primer investigador pana España del "European Values Study" (2000-2008).

Investigador Social, preferentemente en las áreas de "Sistemas de Valores y de la Religión como fenómeno socio-cultural", "sociología de la Juventud", "Epidemiología y Sociología de la Drogadicción" y "sociología de la familia". En su bibliografía, figuran libros, artículos y ponencias en Congresos científicos. Trabaja actualmente en el estudio de la religión en la sociedad y, en particular, del catolicismo. También en cuestiones relacionadas con la convivencia en Euskadi. 88

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En camino hacia la {i,.rJ.ii{r,r*'r [.{ t &f¡!.;'.r.

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Alimento del deseo infinito

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Palabras de án¡mo para los jóvenes

Anselm Grün

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Francesc Grané

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l5Bl{ : g¡ZE-13¿-::o-:686-6 ¿Estás buscando

tu propio camino? ¿No quieres limitarte

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a ser una copia de otras personas? sin embargo, en la búsqueda de tu propio yo, ¿te sientes también a veces i

nseg u ro?

¿Ouién soy yo realmente? ¿Cómo encuentro mi lugar en la vida? Necesitas personas que te comprendan y te den apoyo, que n0 te hagan perder la seguridad con su propia inseguridad, sino que estén a tu lado yte transmitan firmeza. La

fe no pretende prescribirte un camino por el que debes

avanzar, sino que más bien te muestra que eres una persona única y que puedes imprimirtu huella totalmente personal en este mundo. Anselm Grün te ofrece en este libro respuestas

a preguntas que s0n importantes para ti: familia, amistad, autoconciencia, libertad.

.

.

Alimento del deseo infinito es un texto de grandes ideas, un libro de referencia. Es una antropología de la finitud, un baño de realismo extraordinario y rompe muchos tópicos sobre la vida espiritual, llega a ver racionalmente que existe una fuerza de Dios que actúa. El libro expresa de forma muy sencilla y clara

elcorazón de la antropología cristiana:la única forma de aquietar este deseo infinito es el infinito. Si el deseo es infinito, no hay nada finito que lo pueda aquietar. Para Francesc Grané la Eucaristía es este alimento del deseo infinito en una doble dimensión: lo que vitaliza y da fuerza, y ro que lo aquieta. Situviera que regalar a un amigo agnóstico un libro que tratara de la Eucaristía Ie regalaría este, una propuesta muy lúcida e interesante. Francesc Torralba, Dr. en Filosofía y Teología Era necesario que se escribiera Alimento del deseo infinito,y que se escribiera así, como lo ha hecho Francesc Grané. Es un libro que os consolará, no en el sentido puramente emocional, sino que aquietará vuestra inquietud. Este libro

abre los ojos de la razón y hasta llega a abrir los ojos del corazón. partimos de un convite humilde y acabamos en el misterio. Grané utiliza un lenguaje

cotidiano y místico, pues el misterio es el trasfondo de la vida cotidiana. vamos por la vida ansiosos, estresados, viendo las cosas sin saber dónde situarlas, y este libro, nos sitúa ante el mundo, ante las cosas y su Misterio. Josep Maria Rovira Belloso, Teólogo

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Huellas con futuro en algunos signos de nuestro tiempo

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La creación es un dinamismo vivo que, según los creyentes cristianos,

tiene su origen y sigue animado por una Presencia que llamamos Dios. Bien podemos hablar de creación continuada que alcanza su plenitud en la encarnación de la Palabra que, gracias al Espíritu, sigue hablando en todos los seres humanos y en todos los acontecimientos de nuestra

Teología Popular (ll)

historia. Luego es posible vislumbrar esa Presencia de vida en los signos

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o características deltiempo. Esta convicción es la clave para leer este libro que, solo a modo de ejemplo, trae algunos temas de actualidad en

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nuestro presente.

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ilimtos 28. La Iglesia y los derethos human.os, José M. Clastillo zg. María Magdalena. Siglo I al XXI. De pecadora an'epentida d ,:losa Historia de la recepción de una fi,gura bíblica, kégis Burnet

t,olilclofi 1os

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3o. La alcoba del silencio, José Fernández Moratiel -Escuela del Silcncio (Ed.)3t.Judas y el Evangelio deJesús. EIJudas de laJb y el Iscariote de Ia h.istorin, Tc¡tn

Director: Manuel Guerrero

'Wright

la yif,a. Cosas de niños, ancianos y presos, (z^ ed.) Ramón Buxarrais. 2.LaJeminidad en una nueua edad de Ia humanidad, Monique Hebrard. r.Leer

3.

Callejón con salid.a. Perspectivas de Ia .iuuentud actual,

6.

Rosa de Diego y Lydia Yázquez8. Boll¡as de Anís. ReJlexiones de una maestra, Isabel Agüera Espejo-Saavedra. 9.Delírio póstilÍlo de un Papa y otros relatos de clerecía, Carlos Muñiz Romero. ro. Memoñas de una maestra, Isabcl Agüera Espejo-Saavedra. rr. La Congregacíón de "Los Luises" de Madríd. Apuntes para la historia de una Congrrgotión Mariana Uniuersitaria de Madrid, Carlos Lopez Pego, sj. rz. El Evangeli¡ ilel Centuríón. Un apócrifo, Federico Blanco Jover T.Taedium Jbminae,

con

Jondo, r4.La miraria del manirpú, Blanca Sarasua

satrimoniales, Rosa Corazón 16. El Concilio l/aticano III. Cómo Io imaginan 77 tístianos, (Ed') Joaquim 5,6mis r7. Voluer a Ia vida. Prácthas para conectar de nueuo nuestras vidas, nue-stro mundo, (Ed') Joaquim Q,6mis rS. Nulidades

la autoestima perdida, Aquilino Polaino-Lorente 19. Conuertir Ia Mente en nuestra aliada, Sákyong Mipham Rírnpoche 20. Otro gallo le úfitard. Refranes, dichos y expresiones de oúgen bíhlto, Nluna rB.

En busca

¡J¿

Calduch-Bena$es zr.La wdicalidafl del Zen,

(:'

ed.) Rafael Redondo Barba zz. Euyopa a traús de sus ideas, (z' ed.) Sonia Reverter Bañón 23. palabras para hablar con Dios. Los salmos, Jaime Garralda 24. Et disj.az f,¿ rarnaudl, José M. Castillo (2" ed.) José Femández Moratiel 26. Éticd d.e la sexualídad' Diálogos para e-ducar en eI amor, Enrique Bonete (Ed-) zj. Aromas del zett, Rafa Redondo Barba 25. Desde el sílencio,

qué saluación? Claves para entender el cambio religioso, Errriqut'

Carlo Clerico Medina

36. La sabiduría de uiuir, (:' ed.) José María Toro 37. Descubrir Ia granileza de la vida. Una uía de ascenso a la madurez pet'sonal,

Miranilo al -futuro con oios de muier, Nekane Laluzinka.

lo humano y Io divino, del person.aje a la persona. Nuevas entrevistas Luis Esteban Larra Lomas Dios al

y

Martínez Lozano 31. Morir en sábado ¿Tiene sentiilo la muerte ile un niño?, 35. Zen, Ia experiencia del Ser, Il.afael Redondo Barba

Cattas

t3. De

32. ¿Qué Dios

33. Dios está en la cárcel, Jairne Garralda

kafael Redondo.

a Valerio Y otros escritos, (Edición revisada y aumentada)' Ramón Buxarrais' S.El círulo f,s la creación. Los animales a Ia luz ile la Biblia, John Eaton.

4.

dc Jesús.

(2" ed.) Alfonso López Quintás Dirigir espiritualmente. Con San Benito y la Biblia, (2" ed.) Anselm Grün, 38. Friedrich Asslánden 39. Recuperar aJesús. Una mirada transpersonal,

(¡" ed.) Enrique Martínez

Lozano

Matilde de Torres Villagrá la nada, kafael Redondo lJarba

4o. Detrás de Ia apariencl¿,

4r. El

esplendor de

42. De-senterrar

y uiuir

eI Euangelio,

Jaime Garralda

43. Descdnser. Descansar para set l)ropuesta-c

para líberarnos del secuestro tlel

descanso,

José María Toro 44. Quiéreme libre, déjame ser Lo masculíno,

Ifía experiencíal, Tomeu Barceló y. Tbología popular (III). El .final ile Jesús y nuestro futuro, José M. Castillo 54-

La p-sicoterapia integratiua en acción, Richard G. Erskine y Janet P. Moursund

al aborto.Veinfe pregwúas para debatir sín crispación sobre eI aborto, Benjamin Forcano,Javier Elzo, Federico Mayor Zaragoza, Nuria

55. Debate en torno

Terribas, Juan Masiá