Crítica de la impaciencia revolucionaria

456 25 9MB

Spanish Pages [99] Year 2008

Report DMCA / Copyright

DOWNLOAD FILE

Polecaj historie

Crítica de la impaciencia revolucionaria

Citation preview

Veinte años dcspués~e~1~~@i:~(jt~;.4;~~:/\·¡ que inauguró una.largaf~~~i~~)f~~~ª1;:· ción conservadoraenºcc~Cle~f~~;\.~~· pena leer este libro de ;~?~i~l1~~~~l( su importancia como'ipartyde;l~/;\~ sión po lítico- fil OSÓflc(1.9ueJ)if~~~.~1 aquellos hechos, sino t(1l.1lbié~J?~;~"~~ tinencia para la actualcu1t~r~.p?lfl::,; la izquierda. Estaobraes,~~~~eC't~,J\ tica más devastadora queha;f~~5~~ más un marxista revolucio1Jar~~;¡\~ doctrinas, las tácticas y losllléto~,91¡ nizativos anarquistas; .pero~§ una señal de alerta pata los sindicatos marxistas qü~~~~~).~ por consideraciones de opottll~iJ. tica o por la táctica realista(l~i~~P.a: «oportunismo» acaba sien.do.~!· inoportuno; el «tacticismo»,fgW'0'A¿/ brerismo; y el «realismo»,jlllS~¡)~l~l~ pico. Esta edición españ()la~?1!~~~j;··. más, la transcripción d~ulJ()gel célebres diálogos radiofó~i~()s ro dos por Theodor W. Adorno Gehlen, diálogos que ejersler mensa influencia sobre el moví tudiantil alemán del 68 Y9~~s~.~ dos a un agudo comentario cfÍfl capítulo 6 de la obra de1--IaticH·¡. ~¡';T""'~""""'~;"I!:'''''''f'~'·'\';''''-''-·.3 Gehlen busca incansable­ mente en la etnografía, en la historiografía, en las ciencias sodales, en la psicología social, pruebas de que los impulsos del hombre instintualmente disminuido está necesitado de «conformación», de que esos impulsos requieren «encarrilamiento», de que deben dege­ nerar y crecer sin heno, imprevisiblemente, si los poderes supraindi­ viduales no los contienen con un orden disciplinante, etc. Sólo para " Mantenemos normalmente el término alemán, imposible de traducir -da, das sus connotaciones- sin ofender la sensibilidad del idioma castellano. Zacbt significa, por lo pronto, «disciplina»; pero también es usado en el sentido, más biológico, de «cría selectiva de ejemplares». Una traducción de Zuchtbilder que no quisiera traicionar todas esas connotaciones tendría que rezar sobre poco más o menos así: «Ideales de disciplina y crianza selectiva». (N. del l.) 2. Ihid., primera edición, pp. 447 Y ss., especialmente pp. 465 Y s. 3. Ihid., octava edición (1966), pp. 381 Y ss., especialmente pp. 404.

LA DESESTABILIZACIÓN DE LAS

INSTITUCIONES

89

acabar advirtiendo al lector con giros siempre nuevos, pero de idén­ tico sentido: [pobres de vosotros si toleráis que alguien «desestabi­ lice» vuestras instituciones! Literalmente: si das instituciones sal­ tan por los aires o son sacudidas» lo que acontece «siempre en catás­ trofes históricas, en revoluciones o derrumbamientos de los Estados o de los órdenes sociales o de culturas enteras», entonces «el efecto inmediato es una tal desestabilización de las personas mismas, que las sume en una inseguridad profunda: la desorientación alcanza a los centros morales y espirituales porque también aquí la certidumbre de lo evidente ha sido arrasada»," En la segunda gran obra de Gehlen, Urmensch und Spdtkultur (Hombre primitivo y cultura tardía) (1956), los pasos más impor­ tantes referidos a este asunto dicen como sigue: Cuando decae la disciplina orientada al opus operatum del tra­ bajador especializado y de las corporaciones profesionales, de los juristas, de los científicos, de los funcionarios, de los gobiernos y de las iglesias, cuando lo ideológico y lo humanitario se independizan y minan desde el exterior a esas formaciones, la cultura ha sucum­ bido."

0, polemizando con la interpretación utilitarista del derecho de Van Jehring: La teoría de jehring es peligrosa, era un lujo que podía permi­ tirse aquella época de validez incuestionada del derecho. Pero a la desestabilización de las instituciones puede seguir fácilmente la reso­ lución de proponerse otros fines. Por 10 general, cuando se trata de mantener las instituciones absolutamente por encima del caos de las opiniones, las teorías utilitaristas sobre las instituciones son dañinas, sencillamente porque dejan abierta la cuestión de quién está autorizado para expresar los fines de la sociedad,"

o

también, para que no haya equívoco posible:

4. A. Gehlen, Antbropologiscbe Forschung (La investigación antropológi­ ca), rde 138, Reinbeck-Hamburg, 1961, p. 72. 5. A. GeWen, Urmenscb und Sptitkultul' (Hombre primitivo y cultura tal" día), Bonn, 1956, p. 27. 6. Ibid., p. 74.

90

CRÍTICA DE LA IMPACIENCIA REVOLUCIONARIA

Se trata de formas firmes y también inhibitorias, continentes, experimentadas durante siglos y milenios, de formas tales como el derecho, la propiedad, la familia monógama, la división del trabajo, de formas que con muchas dificultades han conseguido tener a raya a nuestros impulsos e inclinaciones y que los han disciplina­ do (!) para que estuvieran a la altura de las elevadas exigencias, exclusivistas y selectivas, que podemos llamar cultura. Esas institu­ ciones están expuestas a tantos riesgos como el hombre mismo, y se destruyen rápidamente. El cultivo de nuestros instintos y de nuestras inclinaciones tiene que consolidarse, defenderse, promover­ se desde fuera por ellas, y si desaparecen los puntos de apoyo que ellas representan, entonces nos volvemos primitivos rápidamente, entonces el hombre regresa a su naturaleza y vuelve a la inseguridad constitutiva y a la disposición degenerativa de su impulsividad? Está claro: estamos en las antípodas de la nueva izquierda; en la sociología contemporánea no hay, hasta la fecha, ninguna defensa tan elocuente del mantenimiento de las estructuras autoritarias, E invertir las advertencias de este conservadurismo con la consigna: « ¡Adelante! ¡Desestabilicemos las instituciones!» parece tentador para un movimiento contestatario de la situación social dominante en Occidente y bien nutrido de estudiantes de sociología que se con­ sideran radicales de izquierda. Queda, empero, por ver si 1