Conciencia y Mundo

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Conciencia y Mundo

CRISTOBAL HOLZAPFEL

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UNIVERSO*» NACIONAL

ANDRES BELLO

© CONCIENCIA Y MUNDO Reg. Propiedad Intelectual N° 86.776 © CRISTOBAL HOLZAPFEL ISBN. 956 - 7247 - 06 - 4 EDICION: Dirección de Extensión e Investigación Universidad Nacional Andrés Bello Av. República 252 PRODUCCION E IMPRESION Imprenta PUBLICOPRA PORTADA: Detalle de "The soothsayer's recompense" (1913) Giorgio de Chirico (Museo de Arte de Philadelphia) DISEÑO DE PORTADA: Pedro Garrido Primera Edición: 1.000 ejemplares . IMPRESO EN CHILE / PRINTED IN CHILE

AGRADECIMIENTOS Agradezco muygentilmente aFONDECYT por su valioso apoyo para la realización de este libro, fruto del Proyecto 803/89. Asimismo agradezco con particular énfa­ sis a Héctor Torres, actualmente Licenciado en Filosofía, por su aporte, colaboración y partici­ pación como Ayudante Tesista en el mencionado Proyecto EL AUTOR

Palabras Iniciales

E

n el mundo de la literatura, existen los escritores y los "profesores de literatura". Los segundos saben mucho de la creación, de su historia, de las técnicas y, probablemente, conocen más de autores y obras literarias que los escritores. Ellos, quizás menos preparados, sin embargo son capaces de crear su propia obra. Ni uno ni otro es más: son distintos y es preciso reconocer a cada uno en lo suyo. La diferencia no los desmerece, sino sólo los ubica en otra posición, les reconoce una función diferente en la sociedad. Algo parecido pasa en "filósofos". Por cierto, los segundos son más escasos, pues debe añadirse al conocimiento y el estudio, una capacidad reflexiva y una creatividad para cuyo desarrollo no basta con el simple esfuerzo, por sistemático que sea. Uno enseña filosofía y el otro la hace. Es el caso del doctor Cristóbal Holzapfel, quien, no se contenta con enseñar, sino pone su esfuerzo en "hacer filosofía". Sus reflexiones lo han conducido a mirar— desde su sitio de instalación contemporáneo con los

conocimientos adquiridos en una rigurosa preparación— al hombre y su inserción en el mundo, en relación con Dios y con la totalidad (inmensidad) del universo. A partir de ello, entonces, ha formulado su pensamiento, una manera de comprender esas realidades y avanzar en el crecimiento humano. N o soy un experto y, por lo tanto no estoy calificado para emitir juicios especializados sobre la obra del doctor Holzapfel. Pero, indudable­ mente, quienes hemos leído sus textos o escuchado sus exposiciones, no podemos sino sentirnos convocados, a seguir pensando, a seguir apren­ diendo, a seguir buscando respuestas a las que nadie puede atribuir certeza o carácter definitivo, ahondando en direcciones coherentes, justamente cuando las relativizaciones extremas se baten con la soberbia de ciertos dogmas alzados a partir de una falta de reflexión sobre la trascendencia. El doctor Holzapfel, profesor de nuestra Universidad, nos invita a profundizar en lo que es la gran búsqueda de los finales del siglo XX: la certeza de la incerteza, la conciencia de la crisis, la trascendencia más allá de las técnicas, de las especializaciones y de la física. El "más allá de la física" (metafísica) es una demanda dramática en un mundo que parece haber sacralizado la posesión material y optado por valorar lo que "se tiene" más que lo que "se es". Esta tensión de fin de siglo tiene múltiples manifestaciones de que, como tal vez pocas veces en la historia, los seres humanos tenemos tan generalizada conciencia de estar viviendo en crisis, en situaciones extremas de término y nacimiento. Muchos son los signos de ello, a lo cual contribuyen, evidentemente, los procesos de mundialización en el campo de las comunicaciones. En los últimos veinte años, la ciencia y el racionalismo han debido abrirse a nuevos descubrimientos sobre el pasado de la humanidad y sobre las potencialidades del hombre, que ponen en cuestión muchos de los parámetros hasta ahora aceptados como indubitados. Pocos pueden discutir hoy que existe una enorme área de conocimientos y de capacidades que nos son completamente desconocidas, pero que pese a ello se revelan.

Hay mundos que están ocultos. Esfuerzos como el que el doctor Holzpafel plasma en este libro, contribuyen a indagar en ellos y son una convocatoria para que todos nosotros vayamos abriendo nuestra mente a una nueva respuesta que, tal vez, no es sino la más vieja de todas, la que nos unirá con la trascendencia. En el umbral del siglo XXI, cuando la modernidad avanza triunfante en el país con un sesgo materialista, cuando el consumismo es la medida del valor de las personas y lo más fácil es dejarse llevar por las olas que avanzan revestidas de soberbia y autoendiosamiento, esta obra filosófica es una contribución a restablecer la esperanza de asumir la trascendencia como algo válido y de comprender muchas de esas verdades que hoy todavía están ocultas. La Universidad Nacional ANDRES BELLO, en su búsqueda de la excelencia y su profundo respeto por el pluralismo, entrega este libro, uniéndolo a muchos otros esfuerzos que se hacen en las universidades chilenas, en los centros de reflexión intelectual y en los ámbitos alternati­ vos, para así colaborar en la concreción de una forma más humana de relacionarnos con el mundo y entre nosotros.

Jaim e Hales Dib Decano Facultad de Ciencias Jurídicas y Hum anidades.

limites heí alma no lograrás encontrarlas, aunque recorras tobos íos caminos; tan Ijonha es sn razón '1 ¡paráclito (fragmento 71)

Indice

PROLOGO

13

HOMBRE Y UNIVERSO (ANTROPOLOGIA)

17

Proyección ilimitable Programaciones ilimitables

19 33

Abismo existencial

43

HOMBRE Y VALOR (ETICA)

51

oo

Fundamentación Axiológica —Conciencia y Autenticidad—

53

Propuesta Etica —Autenticidad y Valores—

71

Sabiduría Etica

89

EPILOGO

99

NOTAS

107

BIBLIOGRAFIA

117

Prólogo

I

nnumerables palabras se han dicho y seguirán diciendo acerca del hombre. Hay concepciones antropológicas, éticas y religiosas que calan hondo en su ser. Pero, ya sea que nos dejemos conducir por un pensamiento filosófico o nos dejemos llevar por una obra literaria, acabamos siempre por reconocer al final que no sabemos de él, que no sabemos qué y quién en definitiva es él. que además somos nosotros mismos. Este escrito arranca de lo que podemos llamar ‘misterio de la esencia humana5, mas como ya se vio en la Cosmología Filosófica Ser y Universo*, el misterio del hombre es una manifestación más —por cierto, la que especialmente nos incumbe— del misterio universal. Si tomamos conciencia y “conciencia cósmica” de lo que somos y siempre hemos sido, hay que decir primero que somos cuerpo y mente, que vivimos en un entorno reducido, en un paisaje que nos rodea, en una familia de la que provenimos o que hemos formado, en una finca en el campo, o en una casa, en una calle de una ciudad, de un país sobre el planeta Tierra que, rotando, “hace” día y noche, y Obra del autor, citada más adelante en nota 1.

13

girando junto con otros planetas alrededor del sol, “hace” primavera, verano, otoño e invierno, sistema solar que por su parte pertenece a la vía láctea con la que seguimos girando en tomo a su eje y con cuya galaxia se supone que iríamos además en dirección de otra galaxia: Andrómeda, que también estaría en movimiento. (Todo ello parece como un movimiento de discos concéntricos, similar a la representación astronómica aristotélica). En medio de ese inmenso movimiento nos preguntamos ¿qué somos? y ¿por qué somos?, y en todo el universo no encontramos respuesta. Con la mirada del primitivo y aún del hombre sabio antiguo nos percatamos de lo más poderoso en nuestro entorno cósmico: el sol, que nos da luz, calor y vida. En él suponemos la causa de lo que somos —por de pronto de la vida— , pero como ese sol es una estrella más en el firmamento, suponemos también que la causa de nuestro ser está en las estrellas. (Sobre esta base, la astrología pretende descifrar el significado que tendrían los astros para cada cual al momento de nacer y de ahí hasta la muerte). En lo más poderoso tendría que estar —en términos cósmicos— la causa de la plenitud del ser. (Así, la palabra griega áp%r| significa tanto dominio como origen, causa y principio). La percepción de aquello poderoso la podemos centrar finalmente en la luz y suponer que es la clave que habría que descifrar, aquella que sería tal vez TiocpoDOÍcx, la E7U