Como La Guerra Fria Transformo La Filosofia De La Ciencia

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George A. Reisch

Cómo la Guerra Fría transformó la filosofía de la ciencia

Hacia las heladas laderas de la lógica

Universidad Nacional de Quilmes Editorial Berna], 2009

F ilo s o fía y c ie n c ia

C olección dirigida p or Pablo L orenzan o

CDD 501

Reisch, G eorge A. C óm o la Guerra Fría transform ó la filosofía de la cien cia . hacia las heladas laderas de la lógica. - la ed. - B e r n a l: Universidad N acional de Q uilines, 2009. 480 p. , 23x15 cm. - (Filosofía y ciencia) Traducido por: D aniel Blanco

ISBN 978-987-558-178-4 1 Filosofía de 1a C iencias

I. Blanco, Daniel,

irad. II. T ítu lo

T ítu lo original;. Ilüto lite O M Wnr Irnnsformrit PI¡i¡om/t/ij n f Science. To the ¡ty Slujm a f 1j >¡¡¡c © Publísher by Syndicate o f the prest o f the University o f Cam bridge, New York, 2005

T radu cción: Daniel Blanco Revisión: Pablo Lorenzano

© Universidad N acional de Quilines, 2009 Roque Sáenz Peña 3 5 2 , (B 1876 B X D ) Bernal Provincia de Buenos Aires h tip Y /www.unq.edu.ar | ed ilorial@ un q.ed u .ar

IS B N : 9 7 8 -9 8 7 -5 5 8 -1 7 8 -4 Diseño de tapa: H ernán M oriese

Q ueda h echo el depósito que m arca la ley 11.7 23

índice

Prefacio y re co n o cim ie n to s...............

...................................................................... 1]

1. U na introducción al em pirism o lógico y al movimiento de Unidad de la Ciencia en ¡a G uerra Fría

.

..........................................................21

2. O tto N euralh, Charles Morris, Rudolf Carnap y Philipp Frank: filósofos de la ciencia con inclinaciones p o lítica s.............................................. 49 3. La filosofía de la ciencia de izquierda en los Estados Unidos y la recep ción del em pirism o lógico en la ciudad de Nueva York

.

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. . ,8J

4. “¿C on den ado de an tem an o al fracaso'’*''John Dewey sobre el reduccionism o, los valores y la Enriclopedia Inlemacitmnl

di lr¡ Ciencia Unificada.

.

...

................................

. . . .

109

5. Filosofía d e la ciencia roja: Blum berg, MalisofT, Somerville

y la temprana Philosophy o f Science

...........................................................................

125

6. El panoram a desde la izquierda; el em pirismo lógico y los filósofos rad icales....................................................................................................

149

7. El p an oram a desde la extrem a izquierda: el em pirism o lógico y los filósofos com unistas

........................................................................................... 169

8. La desilusión de p osgu erra, el antiintelectualismo y el d ebate acerca de los v a lo re s.............................................................................................. 183 9. El ataque de H orace Kallen a la Unidad

dc la Ciencia

.................................... 205

10. Totalitarism o sigiloso, escolasticism o sigiloso: N eurath, Frank y las inquietudes en to rn o a la s e m á n tic a .......... 1 1.

.

La cru z a d a n e u r a th ia n a d e F ra n k , C ie n c ia , ilu stra c ió n y v alo res

.

.2 3 3 .251

12. “U n cam p o muy fértil para la investigación” El anticolectivism o y el anticom unism o en la cultura popular y a c a d é m ic a ......................... 13. Las investigaciones anticom unistas, losju ram en tos de lealtad y el enojo de Sidney H o o k .......................................................

,

.

.311

14. Program as rivales para la filosofía de la ciencia de p o s g u e r r a ........................ 33 9 15. C elebrando la libertad. El declive profesional de Philipp Frank y del m ovim iento de U nidad de la C iencia..................................... 3 6 7 16. La marginalización de Charles M o r r i s .......................

.

.395

17. Valores, axiom as y las heladas laderas de la l ó g i c a ................................................411 18. Profesionalismo, pod er y lo que podría h abersid o. Referencias bibliográficas .

.............

. . . . .

. . . .437 ,

.459

En el m edio del siglo xx, cada acción presupone e involucra Ja adopción de una acúiud fren ie a la em presa soviética. Raymond A ron, til opio fie lo¿‘ inlektcluales (1955)

Prefacio y reconocimientos

U n o s p o co s días d esp u és d e finalizar los capítu los de este libro, tuve la o p o rtu n id a d d e v er p o r televisión un d o cu m en tal a c e rc a de la te o ría d e cu erd as, u n o de los ú ltim os en foq u es p o r m ed io del cual los físicos p ro c u ­ ran d a r c o n u n a te o ría u n ificad a d e la n aturaleza. El p ro g ra m a ex p lica b a q u e, al c o n sid e ra r a las p artícu las sub atóm icas c o m o lazos o p edazos de c u e rd a , en lu g a r de p u n to s sin dim ensión o cam p os de fuerza sim étrico s, los físicos han d a d o c o n nuevas posibilidades p ara lo g ra r una c o n e x ió n m a te m á tica e n tre las fu erzas de la n aturaleza. A lgunos piensan q u e la la rg a m e n te b u scad a u n ificació n de la relatividad g e n e ra l y ln m ecá n ica cu á n tica p ro n to e sta rá a la vista. P ara algu ien que acab ab a de escribir un libro a c e rc a del m ovim ien to de U n id ad d e la C ien cia de las décadas de 1930 y 394 0 , este d o cu m en ta! reb osab a d e im p o rtan cia. M e im agino que si los filósofos que lid eraro n este m o vim ien to - O t t o N eu rath , R udolf C arnap , Philipp Frank y C harles M o rris- estuvieran vivos hoy y se sentaran con m igo fre n te a mi televisor, q u ed arían fascin ad os. El avan ce d e la cien cia los h ub iera im p resion ad o, p e ro tam b ién lo h abrían h e ch o los esfuerzos de la televisión pública p o r p op ularizar a la física co n te m p o rá n e a y a su ím petu u nificacionista. Su m ovim ien to de U n id ad d e la C ien cia e ra, en p arte, un esfuerzo p o r h a ce r ju sta m e n te eso. P o r o tro lad o, si fu eran a volver a la vida, estos filósofos bien p od rían sentirse d ecep cio n ad o s. P orq u e a d iferen cia de la televisión pública, la disciplina de la filosofía de la cien cia que con trib u yeron a cultivar en los Estados U nid os ya n o tien e a la unidad de la ciencia e n tre sus in tereses y cu estion es cen trales. D espués de todo, especialm en te d u ran te las d écad as p osm od ern as de 1 9 8 0 y 1 9 9 0 , u n o de los con cep tos m ás aplaudidos en las h u m an id ad es fue la desunidad La unidad llegó a significar, e n tre otras [!

algu n o en la visión de K allen resp ecto de q u e el em pirism o lógico estaba listo y a d isp osición p a ra co n trib u ir al avance det fascism o y del totalitaris­ m o. S e-hab ía p e rtu rb a d o aú n m ás a causa de q u e K allen h a b ía le íd o algu­ nos de los escrito s d e N eu rath y había m anifestado en reacció n a ellos q u e N eu rath sim p lem en te q u ería legislar reform as term inológicas y reg lam en ­ tar a la c ie n c ia tod a. El p royecto de N eu rath era tan to m ás p erspicaz c o m o e sen cialm en te d e m o crá tico en su m éto d o , aunque Kallen no p u d o ver, y p osib lem en te escogió no ver, que esto era así. D esde al m enos dos flancos, p o r lo U n to , N eu rath se sintió alienado y cada vez co n m enos p o d e r para guiar al m o vim ien to del cual era líder. E n el m edio de estas dos estresantes diputas, m u rió rep en tin am en te de u n a apoplejía en d iciem b re de 1945.

El movimiento de Unidad de la Ciencia en la Guerra Fría Dada la fatiga de la g u erra, el im p acto y la tristeza p o r la m u erte de N euratli y algunas sorp resas consiguientes (tales co m o e! h e ch o de que N eu rath n o había asegu rad o con trato s oficiales con sus au tores de la en ciclo p e d ia ), no fu e sino h asta 1 9 4 7 que el m ovim iento y la Encyclopedia co m en zaro n a m overse. E sta vez fue Philipp Frank , el íntim o am igo d e N eu rath y el filó­ sofo de la cie n cia cuya posición y estilo más arm onizaba con la suya p rop ia, quien se u n ió al liderazgo al con trib uir al re s ta b le c im ie n to del Instituto p ara la U n id a d de la C iencia en los Estados U nid os, el m ism o que N eu rath había m a n te n id o en H olan d a e In glaterra. Al tiem po que F ran k en señ a­ b a física y filosofía de la cien cia en H arvard, él y M orris h acían circu lar e n tre sus colegas los planes p ara reestab lecer el instituto en B oston . Con Fran k in icialm en te al tim ón, el nuevo instituto d escen traría y distribuiría el lid erazgo del m ovim ien to en tre una lista cam b iante (o cíclica) de fun­ cio n ario s .17 E sto , se esperaba, ayudaría a evitar averías catastróficas en el lid erazgo en el fu tu ro y con trib u iría a traer nuevos y m ás jóv en es talentos a! m o vim ien to. P a ra ese e n to n c e s , M orris estab a viajando y escrib ien d o c o m o un R o ck efeller fellow. P o r lo tan to, tuvo acceso a subvenciones para fu n cio n a­ rios a quien es con trib uyó a persuad ir para que apoyen al m ovim ien to y a su n u ev o instituto. El instituto p atrocin aría a la Encyclopedia, organ izaría

17 M em orando de la editorial de !a Universidad de Chicago, 13 de septiem bre de 1946, uci'i', caja S46, carpeta 4. Reportando conversaciones entre Morris y la editorial, et m em o nota que, con posterioridad a la muerte de Neuralli, los "planes del movimiento consisten en descentralizar la organización" a través de In creación del Instituto, el cua! “probablem ente será en cab e z a d o p o rC a n ia p " Fue Philipp Frank, sin embargo, quien llevó adelante el esfuer­ zo por estab lecer el Instituto y quien se transformó en su presidente

fu tu ros con gresos p ara la unid ad d e la cien cia y ab o rd aría n u evos p roy ec­ tos. Fran k , en p articu lar, estaba ansioso p o r p ro m o cio n a l'la investigación en sociología de la cien cia y en p ro d u cir un d iccio n ario de térm in o s cien ­ tíficos. T am b ién organ izó un c o n cu rso de ensayos p ara ayudar a p o p u lari­ zar al instituto y p ara a tra e r estudiantes al redi!. In cluso así, el instituto n o p ro sp eró . Se d ieron p rob lem as c o n el lide­ razgo de Fran k y, m ás relevante, la m ism a idea del instituto y su m isión n eu rath ian a p a re c ió h ab er p é r f id o p op ularidad e n tre im p o rtan tes filóso­ fos (in clu yen do a Feigl y R e ich e n b a ch ), quienes b uscaron un perfil más técn ico y m en os p úb lico p ara la filosofía dé-la ciencia. M ientras que F ran k lu ch ab a p o r eq uilib rar la agen d a m ás p op u lar del in sd tuto c o n la ag en d a m ás p rofesional de sus colegas, la m ayor p arte de ios p royectos del institu­ to se q u ed aro n en el cam in o. El co n cu rso de ensayos fue un em b arazo so fracaso, n o se log ró p rog reso alguno hacia el avance de la so cio lo g ía d e la cien cia y la fin an ciación de R ock efeller p ara el instituto d u ró so lo hasta 1 9 5 5 . El instituto tam p o co aceleró ni p rom ovió a la Encyclopedia, la cual siguió ad elan te c o n dificultad, a h om b ros de M orris y C arn ap , h asta que en 1 9 7 0 a p a re cie ra la últim a de sus veinte m onografías. U n a razó n cen tral p o r la que el instituto y el m ovim ien to fracasaro n en p ro sp e ra r en los p rim eros años d e la d écad a de 1950 fue que un represivo “clim a de m ied o ” m acartista avanzó p o r los escen ario s p o lítico , p o p u lar e in telectu al n orteam erican o s. El clim a fue tan inhospitalario y p rofesio­ n alm en te peligroso que los líderes del m ovim iento, co n la e x c e p c ió n de Fran k , co m o verem os lu ego, efectivam ente d ecid iero n n o invertir sus e n e r­ gías y sus carreras en la tarea de revitalizar al m ovim ien to de U n id ad d e la C iencia. En retrospectiva, las semillas de este cam b io p ud ieron se r d e te c ­ tadas a com ien zos de la d écad a d e 193 0 , cu an d o algunos de los in te le ctu a ­ les n o rteam erican o s q u e exaltab an al m arxism o y que viajaran a la U n ió n Soviética p ara ver de p rim era m an o los frutos de la revolu ción , c o m e n z a ­ ron a m atizar sus con vicciones y esperanzas. A m ediados de la d é ca d a de 193 0 , los disidentes eran todavía p ocos y el m ovim iento de U n id ad de la C ien cia era de todos m odos ad m irad o p o r los intelectuales y filósofos de izquierda de la nación. Aun así, en el tran scu rso de esta d écad a, las dudas y las p reo cu p acio n es co n tin u ab an acu m u lán d o se. C on el m uy a d m ira ­ do Trotsky en el exilio, la p roliferación de ru m o res de desastres co le c ti­ vos y co n Stalin persiguiendo d esfach atad am en te a sus rivales en p ro c e ­ sos ju d iciales con fines propagandísticos, la escen a estaba dispuesta p ara un cam b io d ram ático en las p ercep cion es de la izquierda in telectu al dc Rusia P ara m u chos, esto o cu rrió en 1939 co n las noticias del p a cto d e no agresión e n tre H itlcry Stalin. La gran y g loriosa R evolución, co n clu y ero n m u ch o s, h abía sido secuestrada p o r Stalin y una b and a de m ato n es co n

el objetivo de so m e te r al m u n d o a su d ictad u ra. M eses d esp u és, H itle r invadió P olon ia y H o ra ce K allen tildaría d e “to talitario ” al m o v im ien to d e U n id ad de la C iencia de su am ig o N eu rath . N o todos los h om b res de izquierda se con virtieron al an tiestalin ism o y al an tico m u n ism o . A quellos q u e lo h iciero n , sin e m b a rg o , m u ch as veces se en fad aro n y fu ero n agresivos co n aquellos que, creían , a cau sa d e o b c e ­ c a c ió n , estup idez, o falta de p atriotism o , p e rm a n e c ie ro n ligad os a los soviéticos. El fu ro r con el que Sidney H o o k atacó a los “sim p atizan tes d el co m u n ism o ”’ y c o n e) q u e Iíallen a ta có a la ciencia u n ificad a tildán d ola d e "to talitaria’’ p ro n to se vio eq u ip arad o p o r el inflexible a n tico m u n ism o que J . E d g ard H oo ver, el s e n a d o rjo s e p h M cC arthy y oLros an tico m u n istas profesionales d esem p eñ aro n en el ám b ito público. C o m en zan d o a fines de la d écad a de 1 9 4 0 , atacaro n a los in telectu ales, a los p olú ico s y a los c ie n ­ tíficos q u e creían que estaban co m p ro m etid os de u n a u o tra m a n e ra co n el espionaje soviético. N o existió un m e ro paralelism o e n tre las cru zad as an ú com u n istas d e M cC arth y y el

kbi ,

p o r un lado, y la ag en d a “an tito tali-

ta ria ” de H ook, Iíallen y o tro s intelectu ales. Las políticas estatales y fed e­ rales y las leyes destinadas a co m b atir al com u n ism o a fe c ta ro n a casi lodas las p rin cip ales universidades en las q u e se p racticab a la investigación e h iciero n p rácticam en te im posible, sin un g en u in o riesgo p a ra el p restigio p rofesional y social, m ostrarse recep tivo con el m arxism o y el socialism o d e n tro o fu era del aula. De estas y otras m an eras, una cultu ra intelectual y política q u e en p rim e­ ra in stan cia, d u ran te la d é ca d a de 1 9 3 0 , recib iera calu ro sa m e n te al m ovi­ m ien to de U nid ad de la C ien cia, se volvió en su co n tra y así con trib u y ó a g aran tizar q ue, a p esar de los esfuerzos d e Frank, no re c o b ra ra n u n ca más el ím p etu origina] en el m unclo de p osgu erra. Varios facto res y p resion es se u n ieron para lo g rar este resultado. U n o fue el h e ch o de q u e la cien cia u n ificad a e ra un objetivo p op u lar. Tal objetivo no era exclu sivo del em p i­ rism o lóg ico . A lguna versión de la tesis de la unid ad de la cien cia fue c o m ­ p artid a p o r m arxistas de todas las franjas, c o n el resu ltad o d e que el tem a y su objetivo p rá ctico term in aran siend o m ás “rosad os” d u ra n te la G u erra F ría que lo q u e lo fu ero n en las d écadas an teriores. O tro fa c to r c o n c ie r n e a la p rofesionalización y al objetivo de cultivar prob lem as y m é to d o s c e n ­ trales q u e d efin irían, legitim arían y preservarían un lu gar p ara la filosofía de la cien cia en la cu ltu ra acad ém ica de la G u erra Fría. En te r c e r lu gar, te n e m o s el am p lio rech azo del “colectivism o" p o r p arte d e in telectu ales

* L a ex p re sió n "fellON -travelers" utilizada a q u í re fie re a q u ie n e s adh ieren a una organi­ zación particular (principal, pero n o exclusivamente, a! com unism o), sin p erten ecer n ella. V enim os com o "simpatizantes del comunismo" [N. del T ]

re p re se n ta n te s de las disciplinas y la celeb ració n del “individualism o” y la lib ertad en te o ría p olítica y social. Los valores y m étodos del m o vim ien to de U n id a d d e la C ien cia sim p lem en te q u ed aro n desfasados d e la m ezcla de tem as an ticom u nistas, anticolectivistas y anticientificistas que d o m in a ­ ro n a los E stad os U nid os d e la G u erra Fría. En las m uchas universidades q u e re q u e ría n que los p rofeso res firm aran ju ram en to s de lealtad p atrió ti­ ca, el an tico m u n ism o n o e ra m e ra m e n te una m o d a o un actitu d , sin o más b ien u n a ca ra cte rística oficial de la vida y trabajo institucionales. U n a razó n p o r la que los efecto s del an tico m u m sm o en la filosofía d e la c ie n c ia y en otras disciplinas p erm an ecieran siend o p o co claro s es que los m ecan ism o s sociales e in stitu cion ales e n ju e g o difícilm ente p u e d a n ser co n sid erad o s nobles o ad m irab les. Es fácil d efen d er la in teg rid ad p erso ­ nal d e m u ch o s d e los filósofos tratad os aquí, p ero no es fácil d e fe n d e r la c o n d u c ta d e la profesión a ca d é m ica y filosófica co m o un tod o d u ra n te los años del m acartism o . Los esfuerzos de la

aaup

y de la a p a ' en d e fe n d e r a

los filósofos atacad o s y ech ad o s d e sus trabajos p o r los an ticom u nistas fu e­ ro n d ébiles (M cC u m b er, 1 9 9 6 y 2 0 0 1 ). C o m o un todo, la a c a d e m ia y la alta e d u ca ció n se co m p ro m e tie ro n en algo así c o m o una o rg ía de c o n fo r­ m ism o p atrió tico que o fen d ería aun a partidarios casuales de la c o rre c c ió n p o lítica de fines del siglo x x : Los profesores y adm inistradores ignoraron los ideales d eterm ina­ dos p or su llam ado e invalidaron las libertades civiles de sus colegas y em pleados en nom bre de valores supuestam ente más elevados tales co m o la lealtad institucional y la seguridad nacional. En retrosp ec­ tiva, es fácil acusar a esta gente de hipocresía [ ...] pero la m ayoría de los h om b resy mujeres que participaron de, o consintieron en , la expulsión de sus controversíales colegas fo hicieron porque sin cera­ m en te creyeron que lo que estaban haciendo estaba a favor de los intereses de la nación. Fue el patriotism o, y no la conveniencia, lo que sustentó la disposición de la com unidad académ ica para co la­ b o rar con el m acartism o [ .] C uando, a fines de la d écada de 1950, las audiencias y las destituciones (en ¡os colegios y las universidades) dism inuyeron, no lo h icieron porque encontraran resistencia sino p orq u e ya no eran necesarios. T o d o estaba tranquilo en el frente acad ém ico (Sch reck er, 1986, pp. 340-341)

Siglas de la Am erican Associalion o f University Professors (Asociación N orteam ericana de Profesores Universitarios) y de la Am erican Phüosophical Associalion (Asociación Filosó­ fica N orteam ericana), [N, d e lT ]

L o s p o co s a cad ém ico s que p e rm a n e ce n con vida p ara re c o rd a r estos tras­ torn o s n o lo h acen muy a m en u d o , ni con p lacer. A ju z g a r p o r los in for­ m es y m em o rias secundarios (tales c o m o la d e Sidney H oo k , 1 9 8 7 }, m u ch a s h erid as n u n c a san aron y las cu en tas aún se estaban saldando en ia d écad a d e 1 9 9 0 A quellos en la profesión q u e tuvieron con versacion es a co m ie n ­ zos d e la d écad a d e 1 9 5 0 con ag en tes dei

fbi

a ce rc a del p atriotism o de

cie rto s filósofos -in clu y en d o a C arn ap , Frank , W illiam M alisoff y A lb ert B lu m b e rg - p ro b ab lem en te esp erab an que estas con versacion es p e rm a n e ­ cie ra n sin h acerse públicas .18 Fin alm en te, u n o d e los descubrim ientos recientes más destacados acerca de la vida intelectual de la G u erraF ría es que no todas las presiones del anticom u n ism o fueron negativas, represivas y prohibitivas. Para co m p lem en tar el estudio vanguardista de S ch recker sobre el anticom unism o n orteam eri­ can o , F ran cés S ton or Saunders ha exp lorad o las recom pensas positivas del antiestalinism o con los intelectuales y artistas que participaron en el larga­ m e n te vigente C ongreso p ara la L ibertad Cultural. Esta institución de la “G u erra Fría cultu ral” fue proseguida con jun tam en te p o r un p uñ ad o de influyentes eruditos n orteam ericanos y eu rop eos (incluyendo, p o r ejem plo, a Sidney H oo k ) y exp ertos en inteligencia m ilitar del gobierno de los Estados U nid os. C o m b inan d o los cerebros de Sidney Hook, Daniel B u rn h am y otros intelectuales antiestalinistas con la fuerza financiera de la

c ía

y de im p ortan ­

tes organ izaciones filantrópicas, los organizadores de este con greso patroci­ n aron gen ero sam en te al liberalismo anticom unista a través de toda E u rop a y Asia en fo rm a de publicaciones, con gresos y exposiciones.

Hacia las heladas laderas de la lógica L os cap ítu los siguientes exam in an con ju n tam en te c ó m o , a la luz de estas n u m erosas p resion es y circu n stan cias, el em pirism o lógico ad o p tó la fo rm a p rofesion al ap olítica y técn ica que h abía abrazado al final de la d écad a d e 195 0 . El p rin cip al even to en esta tran sform ación fue el fen ecim ien to d el m o vim ien to de U nid ad de la C ien cia. L o que sobrevivió a la G u erra F ría fu e el em p irism o lógico sin el m ovim ien to de U n id ad de la C ien cia de N eu rath , un em p irism o lógico despojado de los puntos de c o n ta cto que h ab ía co m en zad o a cultivar en los Estados U nid os con los cien tíficos, el p ú b lico y co n otros m ovim ientos liberales y progresistas. P ara fines de la d é ca d a d e 1 9 5 0 , verem os más ad elan te, las figuras p rom in en tes en el

,B Los archivos de! ns¡ sobre estas investigaciones fueron requeridos a través de la Ley de Libertad d e la Inform ación.

ám b ito de ia filosofía de la c ien cia típ icam en te d istan ciaron a la disciplina de las cu estion es norm ativas de la ética y la p olítica utilizando arg u m en ­ tos y sup osiciones que habían sido desafiadas p o r N eu rath , Fran k , M orris, Dewey y o tro s en la d é ca d a de 1 9 3 0 . E n la d é ca d a d e 1 9 6 0 y los añ os pos­ terio res, sin em b arg o , estos filósofos o bien estaban m u erto s o bien ca re ­ cían de in flu encia o d e estudiantes dispuestos a p o rta r sus a n to rch a s p ara el fu tu ro d e la p rofesión . Es en este p u n to en la historia del em p irism o ló g ico q u e fas céleb res discusiones de K uhn y Q u ine n ecesitan ser recon sid erad as y re co n te x tu a lizadas. E ste lib ro n o asum e esta tarea, p ero sí sugiere algunos p arám etro s g en erales. Muy b revem en te, sugiere que estas críticas se h iciero n posi­ bles e incisivas solo p o rq u e el em p irism o lóg ico había tom ad o el re cie n ­ te ru m b o. Kuhn se quejó de que “la im agen de la cien cia" del em p irism o lóg ico “que a h o ra p oseem os" (K u h n , 1 9 6 2 , vol. 1) e ra u n a caricatu ra id ea­ lizada que n o re c o n o c ía las co n exio n es vitales de la cien cia c o n la p ráctica en el lab o rato rio y c o n las dinám icas psicológicas y sociológicas en el sen o d e las co m u n id ad es científicas. P e ro Kuhn p asó p o r ah o o tal vez n o se dio cu e n ta del h e c h o d e que el p ro g ram a q u e critica ra a fines d e la d é ca ­ da d e 1 9 5 0 h abía m inim izado h acía p o co tiem p o los in tereses de M orris, N eu rath y F ran k resp ecto de las co n exio n es de la cien cia con la vida social, h istórica y e c o n ó m ic a y sus esperanzas de q u e estos tópicos p rosp erarían en tre las p reo cu p acio n es cen trales d e Ja disciplina. C o m o su giere un an á­ lisis recien te, la cé le b re influencia de Kuhn no se d eb e a algún d escub ri­ m ien to de co n e x io n e s e n tre la cien cia, la socied ad y la historia que n o fu eran vistas p o r los em piristas lógicos. En lu gar de ello, se p od ría d e cir q u e el éxito de L a estructura de las revoluciones científicas se debió a la clase de relación q u e postuló en tre la cien cia y la socied ad , la cual c o n cu e rd a co n las innovaciones de la G uerra Fría resp ecto del p atrocin io fed eral de la cien cia y la investigación m ilitar (Fu ller, 2 0 0 0 ) . Q uine estaba en lo cierto en que una distinción en tre los en un ciad os analíticos y sintéticos era crucial para m an ten er la m ad u ra co n cep ció n d e teoría del em pirism o lógico (articulada en C arnap , 1939 y 1956, p o r ejem ­ plo) co m o una estru ctu ra form al unida a la exp erien cia p o r m ed io de p ro ­ posiciones sintéticas. Sin esto, al d ecir de Q uine, la estructura colapsa en una red m etafórica cuyos hilos son lodos, más o m enos, analíticos y sintéticos (Q u in e, 1 9 5 1 ) P ero la critica de Q uíne resp ecto de q u e esta distinción está viciada a causa de que no puede ser especificada form alm ente sin m overse en círculos, asum iendo que una especificación fundacional no circu lar es la única clase ad ecu ada de especificación. Una alternativa, al p arecer, yace en los enfoques pragm áticos del tipo fom en tado, una vez más, p o r Dewey, M onis, N eurath y, especialm ente para el tiem po de la critica de Q u ine,

p o r Fran k , q uien estaba p o r ese en ton ces p ro m o cio n an d o al p ragm atism o (esp ecíficam en te, al o p erad o n alism o de B rid gm an) c o m o u n a linguafranca p ara la filosofía de la cien cia. C o m o co m en tó H ow ard Siein al re c o rd a r un in tercam bio que observó e n tre C am ap y Q uine, la filosofía d e la cien cia bajo la influencia d e Q u ine se m o stró más interesada en la crítica de la d o ctrin a y m en os involucrada co n las h erram ientas cread o ras (len gu ajes d e diseño, en el caso de C arn ap ) cuyo valor h a d e ser ju zgad o al m en o s p arcialm en te, si no p rin cip alm en te, p o r su utilidad p ragm ática (Stein, 1 9 9 2 ) .iy Sin em b ar­ go, ineficaces o d esaten did os, los esfuerzos de F ran k y M orris, a su p rop ia m an era, p ro m o c io n a ro n u n a síntesis del p ragm atism o y la filosofía an alítica m u ch o an tes d e las tentativas recientes.

El plan del libro Los capítu los que siguen están dispuestos de m a n e ra a p ro x im a d a m e n te cro n o ló g ica d e m o d o de c re a r un a rc o narrativo que d escrib a el su rg im ien ­ to y la caída del m o vim ien to d e U nid ad de la C iencia e n los E stad os U n id os. Para estab lecer un trasfo n d o para la afirm ación que fuerzas p olíticas c o n ­ tribuyeron a c o n d u c ir su caíd a, los p rim eros capítu los d o c u m e n ta n la vita­ lidad p olítica e id eo ló g ica del m ovim iento en E u ro p a y, p rin cip a lm e n te , en los Estados U nid os. El capítu lo 2 p resenta a los p rin cip ales p ro p o n e n ­ tes y organ izad o res del m ovim ien to de U nidad de la C ien cia (N eu rath , C arnap , F ran k y M orris) ju n to a algunos aspectos p olítico s d e sus c a rre ­ ras y obras. El cap ítu lo 3 exam in a la escen a filosófica de izq u ierd a en la d écad a de 1 9 3 0 que es e x p lo ra d a en los capítu los sub siguien tes. T am b ién describe la calu ro sa re ce p ció n y vigorosa co lab o ració n e n tre el m o vim ien ­ to d e N eu rath y los influyentes filósofos e in telectu ales q u e estaban trab a­ ja n d o en Nueva York a m ed iad os de la d écad a de 1 9 3 0 . T o m a n d o c o m o base la co rre sp o n d e n c ia ern re C arn ap , M orris, N eu rath , N agel, Dewey y otros en los últim os añ os de la d écad a de 1930, los cap ítu los 3 y 4 sugieren que los p rim eros años de ¡a nueva International Encyclopedia fue u n a c o rta , p ero aun así d o ra d a , e ra p ara el m ovim iento, u n a é p o c a c u a n d o el p rag­ m atism o n o rte a m e ric a n o y el em pirism o lógico c o la b o ra ro n y p ro c u ra ro n con ju n tam en te p ro m o v e r objetivos liberales y progresistas p ara la cu ltu ra occiden tal. C o m o Dewey lo exp resa en su p rim era c o n trib u ció n p ara la Encyclopedia d e N eu rath , la unidad de la cien cia e ra u n a clase d e “p ro b le­ ma social” que am b os grup os estaban em p eñ ad o s en resolver.

1:1 l’.inl uii rcciieiu o d élo s c íe n o s d f la Guerra Fría sobre la filosofía académ ica que inves­ tiga en deialle esas consi-cuencias liiista Q uine y su influencia, véase M cC um ber (2 0 0 1 ).

L os capítulos 5 , 6 y 7 con tin ú an el exam en de la escen a filosófica d e izquierda en los E stad os U n id os en las décadas de 1 9 3 0 y 194 0 . El cap ítu lo 5 e xam in a a algunos filósofos radicales, p rincipalm ente a A lbert B lu m b erg y W illiam Malisoff, cuyas carreras se entrelazaron co n la del em p irism o lógi­ co , m ien tras que los capítulos 6 y 7 exp loran las regiones de la izquierda d e aquella escen a, d esd e los intelectuales radicales que escrib ieron p ara el Science é f Society hasta los filósofos abiertam ente com unistas que p o r lejos su p eraron a todos estos filósofos en sus com prom isos c o n el m aterialism o dialéctico y el P artid o C om unista. M ientras que esos tres capítulos p u ed en ser leídos p o r arriba o incluso salteados p o r lectores que están m ás in tere­ sados en la historia cen tral del m ovim iento de U nid ad d e la C ien cia, ellos d o cu m en tan las cercan as relaciones, en algunos casos casi colegiales, del m ovim ien to co n los intelectuales marxistas radicales quienes, n o im p orta cu an to criticaran a los m étodos del em pirism o lógico, co m p artían su devo­ ción p o r la unidad e n tre las ciencias. E n algunos casos, tales c o m o los de M alisoffy del filósofo b ritán ico M aurice C o rn fo rth , esas figuras reap arecen en capítulos p osteriores p ara ser rechazados y criticados de diverso m o d o p o r filósofos de la cien cia profesionales en la d écad a de 1950. El capítu lo 8 p resenta el clim a intelectual gen eral de la G u erra Fn'a y Jas raíces de ese clim a en las conversiones antiestalinistas de socialistas m arxistas que alguna vez ap reciaran p rofundam ente a la U nión Soviética. T am b ién exam in a el em erg e n te am iintelectualism o en la cultu ra de la G u erra Fría, basado en p arte en el crecien te rechazo al enfoque científico co m p artid o p o r el em pirism o lóg ico y ei pragm atism o p ara la com p ren sión de los valo­ res. E ste d eb ate sob re los valores, el cual se repite a través de la narrativa cen tral, divide a los intelectuales de acu erd o a sí creían que la cien cia y sus m éto d o s pueden o n o pued en resp on d er (o con trib uir a resp on d er) cues­ tiones vinculadas c o n valores éticos, sociales y políticos. El c a p ítu lo 9 re to rn a al in te rio r del m o vim ien to d e U n id ad d e la C ien cia p ara m o stra r c ó m o un ex h om b re de izquierda dirigió gran p a rte d c su ira y re n c o r a M oscú d irectam en te h a cia N eu rath y a su m o vim ien to de" U n id ad d e la C ien cia. L a d en u n cia de H o ra ce K allen, a través de la cual tildara de “to talitario’’ al p roy ecto , es exp lo rad a p ara co n trib u ir a ex p lica r tan to la rep u tació n de “co m u n ista” que even tu alm en te recib ió el movi­ m ien to , c o m o la eventual m argin alización de N eu rath c o m o un filósofo d ad o al au toritarism o tan to en hábito co m o en d octrin a. L u eg o , los cap ítu ­ los 10 y 11 h acen un segu im ien to de un cism a de p o sg u erra en tre N eu rath y Philipp Fran k , p o r un lad o, y la m ayoría d c sus colegas em piristas lógi­ co s, p o r el o tro . El p rim ero exp lo ra la crítica de N eu rath a Ja co n ce p ció n sem án tica d e la verdad d e C arn ap (y de Tarski) y e x p o n e esa crítica a las esp eran zas d e N eu rath d e q u e la filosofía d e Ja cien cia y eJ m o v im ien lo d e

U n id ad d e la C ien cia co n trib u irían a reform as cultu rales y ed u cacio n ales in volu crad as e n la reco n stru cció n d e E u ro p a en tiem pos p osteriores a la g u e rra . É l seg u n d o d o cu m en ta la alianza de N eu rath co n T rárik , s"u crítica co m p artid a a u n a filosofía d e la cie n cia excesiv am en te form al y “acad ém i­ c a ”, y el esfu erzo d e tod a su vida, p o r parte de Fran k , en p ro m o c io n a r en los E stad os U nid os u n a filosofía d e la ciencia q u e sirviera c o m o p u e n te en la e d u cació n su p erio r e n tre la cien cia y las h um anidades. Los últim os capítulos siguen a M orris, C arnap y especialm ente a F ran k en sus diversos esfuerzos p ara revitalizar al m ovim iento de U nid ad de la C iencia lu ego d e la gu erra y exp loran varias de las m an eras en que las pre­ siones anticom unistas se les opusieron. Esas presiones pueden ser agrupadas en tres clases o niveles que son descritos en los capítulos 12 y 13. El p rim er nivel es el anticolectivism o en la teo ría social y e co n ó m ica (ilustrado aquí p o r los in m en sam en te populares escritos de Friedrich H ayek ); el segundo es el an ticom u n ism o en la cultura p op u lar y en las ciudades universitarias nor­ team erican as; y el tercero consiste en cam pañas personales específicam en­ te dirigidas a esos filósofos. El capítulo 13 está d edicado a exam in ar có m o M orris, C arn ap y Frank e xp erim en taro n de m odos diferentes esas presiones en la fo rm a d e ju ra m e n to s de lealtad, investigaciones anticom unistas lleva­ das ad elan te p o r el

fbi

y acusaciones y querellas p o r p arte de colegas.

C o n tra este telón de fo n d o de presiones y peligros an ticom u n istas, el cap ítu lo 14 d escrib e una lu ch a p o r la d om in an cia e n tre tres faccion es en c o m p e te n cia p ara c o n fo rm a r el co n ten id o y el estilo de la filosofía de la cien cia d e p osgu erra. Estas incluían a Frank, co n su nuevo Instituto para la U nid ad de la C ien cia, a R eich en b ach , Feigl y otros, q ue, co n ju n tam en te, ten d ieron a o p o n erse a los planes y proyectos d e F ran k a favor de tóp icos m ás técn ico s y p ro to co lo s profesionales; y a C. W est C h u rch m a n , quien su ced ió a M alisoff c o m o ed ito r de Philosophy o f Science. C o m o se m uestra en el cap ítu lo 15, F ran k even tu alm en le p erd ió esta lu ch a. Sus esfuerzos p o r llevar ad elan te su nuevo Instituto para la U n id ad de la C ien cia fu eron obstaculizados p o r con flictos Con sus colegas, la p érd id a de fin an ciam ien to y el declive de su p rop io prestigio co m o filósofo. L u eg o , el capítu lo 16 exa m in a u n a p érd id a de in flu encia análoga p o r p a n e de C harles M orris y su m o vim ien to q u e tom aban distancia de la filosofía de la cien cia técn ica p ara a c e rc a rse a la cien cia social y al estudio de los valores. C on Frank , M orris y N eurath m ayorm ente fuera de la escena, el capítulo 17 son d ea los desarrollos y circunstancias que p rovocaron la m u e n e defini­ tiva del m ovim iento de U nidad de la Ciencia y de sus objetivos y am biciones d en tro de la filosofía de la ciencia profesional. Estos incluyeron la disolución oficial del instituto de Frank , el nuevo planeam iento de la A sociación de Filosofía de la C iencia y las con exion es fraguadas en ire el em pirism o lógico

y la investigación m ilitar d e p atrocin io gu b ern am en tal personificadas p o r la co rp o ració n

r a n d .*

M ientras que algunos em piristas lógicos ap rov ech aro n

estas oportunidades de investigación, el capítulo m u estra que u n con sen so m ás o m en os oficial em ergió e n tre los líderes de la profesión: cuestion es de ética, de la sociedad y la política quedaban oficialm ente afuera d e las fro n ­ teras de la filosofía de la ciencia profesional. A p esar de esta d em arcació n , sin em b arg o, el capítulo sugiere que la m ad u ra visión axiom ática del co n o ci­ m ien to (o de fas teorías) p o r p arte del em pirism o lógico m u estra una afini­ dad c o n las dicotom ías de la G u erra F r ía -c o m o eran en tend idas p o r Sidney H oo k , p o r e je m p lo -e n tre valores e ideologías “absolutas" e irreconciliables. El em pirism o lógico de la G uerra F ría no tom ó partido en estas batallas polí­ ticas, p ero aco rd ó (en cierto m o d o ) en que existían parcialidades irreco n ci­ liables de en tre las que se debía escoger. El capítulo 18 concluye con el exam en de varias cuestiones involucradas en la transform ación d c la filosofía de la ciencia descritas aquí y q u e m ere­ cen un estudio o escrutinio adicional. Las cuestiones con textúales incluyen el surgim iento de la universidad de posguerra y el declive co n co m íta m e d c los "intelectuales públicos” no afiliados. Cuestiones más técnicas incluyen el interés con tem p o rán eo en la “desunión de la ciencia", la división con ven cio­ nal en tre la filosofía analítica y la continental y la m an era en la que los obje­ tivos y valores del m ovim iento de U nidad de la Ciencia d ebieron ser vistos co m o d irectam ente opuestos al “absolutism o" que guió a las políticas de la G uerra Fría y a la profesionalización d c la filosofía de la ciencia. Es lcg íü m o p ensar que si la historia hubiese tom ado un n im b o diferen te, y si el movi­ m ien to de U nidad de la C iencia y sus partidarios no hubieran sido m argin a­ dos co m o efectivam ente lo fu eron, los argum entos en torn o a esta despoli­ tización general se hubieran con vertid o al m enos en m enos representativos de la disciplina co m o un tod o, si no m enos contundentes.

*

A crónim od e Research and Developmcnl (Investigación y Desarrollo), grupo de espur­

ios formado originalm ente para asistir a las fu e ro s armadas estadounidenses. [N det T ,]

Otto Neurath, Charles Morris, Rudolf Carnap y Philipp Frank: filósofos de la ciencia con inclinaciones políticas

Los p ro p io s em p iristas lóg ico s señ alaro n q u e el em p irism o ló g ico y el m ovim ien to d e U n id ad de la C ien cia con tab an n o so lo c o n am b icion es in telectu ales (o estricta m e n te e p istem o ló g icas), sin o tam b ién sociales, cu ltu rales y -to m a d a s en sen tid o a m p lio - políticas. E n su au tob iografía, C a rn a p escrib ió : "T o d o s n o so tro s en el C írcu lo [d e V ien a] estábam os fu e rte m e n te in teresad o s en el p ro g re so p olítico y social L a m ayoría de n o so tro s, in clu id o yo m ism o, éram os socialistas” (1 9 6 3 a , p. 2 3 ) . A dem ás, p ara la m ay o ría, sus políticas o perspectivas socialistas estab an co n ectad as a sus p royectos filosóficos de varias m an eras. Si el m an ifiesto del C írcu lo de V ien a, Wtssenschaftliche Wdtauffassung, escrito p o r C arn ap , N eu rath y H an s H a h n en 1 9 2 9 , hubiera sido trad u cid o y p u b licad o en los Estados U nid os c o n a n terio rid ad , la perspectiva socialista y p rog resista del em piris­ m o ló g ico p o d ría h a b e r sido m ejo r co n o cid a p o r los filósofos d e la cien cia n o rte a m e rica n o s. El m anifiesto b osquejaba una am plia estética m o d ern is­ ta q u e co n e cta b a las tareas de elim in ar la m etafísica, re fo rm a r la filosofía y u n ificar a las ciencias: El esfuerzo es aunar y arm o n izar los logros de los investigadores individuales en los distintos ámbitos de la cien cia. De esa aspi­ ració n se sigue et énfasis en el trabajo colectiva-, de allí tam bién ta a ce n tu a ció n de lo aprehensible intersubjetivam ente; de allí surge la búsqueda de un sistema de fórm ulas neutral, de un sim bolism o liberado de la escoria de los lenguajes h istóricam en te d ad o s; y

de allí tam b ién , la búsqueda de un sistem a total d e co n cep to s. Se p ersiguen la lim pieza y la claridad, rech azan d o las distancias oscu ras y las profu nd idad es inescrutables. E n ia ciencia n o hay "'p ro fu n d id ad es", hay superficie en todas partes: todo lo e x p e ri­ m e n t a r e fo rm a una red com p licad a n o siem p re apreh ensible en su totalid ad , sino que a m enudo solo co m p ren sib le p o r p artes. T o d o es accesib le al h om bre y el h om bre es ia m edida de todas las cosas (N e u ra th , C arn ap y H ahn, 1 9 29, p. 3 0 6 ).*

De m an era sim ilar, P ro m e te o y P rotágoras estab an u nid os en o tro s movi­ m ien tos cu ltu rales q u e C arn ap , N eurath y H ah n cre ía n que ten ían afini­ dad c o n el em p irism o lógico. C o m o estos o tro s p roy ecto s, la p erspectiva cien tífica del m u n d o “cu m p le u n a d em an d a c o n te m p o rá n e a ”' [...] ten em os que d ar form a a herram ientas intelectuales para la vida diaria, p ara la vida diaria del académ ico, p ero tam bién para la vida diaria de todos aquellos que de alguna m an era colaboran con la estru cturación con scien te de la vida. La vitalidad visible en los esfuerzos p o r u n a reestructuración racional del o rd en social y eco­ n óm ico atraviesa tam bién at movimiento de la con cep ció n científica del m undo (ibid., p. 305).

E xisten m ás q u e m e ro s p aralelos en tre esta m eta de la cien cia u n ificad a y los m ovim ientos p ara la socialización eco n ó m ica , la refo rm a e d u cacio n al, la in iern acio n alizació n y la "u n ificación de la h u m an id ad ”. C o m p artían un “vínculo in te rn o " que se cruzaba en la idea d e que las ciencias, libres de m etafísica y fo rtalecid as teó rica y p rácticam en te a través de las co n exio n es unifteadoras que existían e n tre ellas, serían una h erram ien ta m ás efectiva en esta tran sfo rm ació n racion al y deliberada del m u n d o (ibid.) Esta es la razó n p o r la cual cu a n d o N eu rath , C arn ap y F ran k y o tro s tra­ je r o n al em p irism o ló g ico y al m ovim iento d e U nid ad de la C ien cia a tos Estados U n id os, d e lib erad am en te trajeron c o n ellos m ás que u n p roy ecto especializado y lim itad o a la filosofía. Sus p royectos filosóficos diferían y tam bién to h acían los valores políticos con los que cad a u n o estab a co m ­ p ro m etid o o las im p licacion es políticas que se derivaban de ellos. P ero una in sp ección de las d iferen tes co n cep cio n es de N eu rath , F ran k , C arn ap y M orris de c ó m o la filosofía de la cien cia (realizad a a d ecu ad am en te y Las referencias al M anifiesto que aparecen en este capítulo siguen a la versión en español: Neurath, O ., R. Carnap y H. Mafin (20 02 ), 'L a concepción científica del m undo: el Círculo de V iena”, Reda, vol. 9, N" 18, Buenos Aires, ju n io , pp. 105-149, irad. P ablo Lorenrano. [N. d e lT .)

h ab ién d o sele d a d o el lu g a r que m e re ce en la vida m o d e rn a ) p od ría c o n ­ trib u ir a m e jo ra r al m u n d o revela, n o ob stan te, una unidad gen eral res­ p e cto d e sus esperanzas y am b icion es.

Otto Neurath (1882-1945): filosofía y política L u e g o de la d é ca d a de 1 9 3 0 , la rep u tación filosófica de O tto N eu rath sufrió a cau sa d e varias circunstancias. F u e ra de su p oca habilidad para e x p re ­ sar id eas c o n clarid ad y u n a fu erte y agresiva person alidad que n o era ni v e n erad a ni vilipendiada p o r sus colegas, las co n cep cio n es de la cien cia y el c o n o c im ie n to de N eu rath de algún m odo se hubieran e n co n tra d o más a gu sto en la d é ca d a p osm od ern a de 1990 que en la de 1950 y los com ien zos d e la de 1 9 6 0 c u a n d o el em p irism o lógico - e n tan to q u e p ro g ram a form al, especializado y n o p o lítico - d o m in ab a a la filosofía de la ciencia. Es que N eu ra th e ra receloso y crítico del form alism o y su p ro g ram a estaba ab ier­ ta m en te c o m p e n e tra d o c o n el com p ro m iso tan to co n la p ráctica científi­ ca c o m o co n la vida p olítica y social. En este sentid o, la voz de N eu rath y sus am b icio n es estaban en tensión co n las de C arn ap - u n a tensión q u e a veces fue p rod u ctiva y en otras op ortu n id ad es (co m o se discute en el capí­ tulo 1 0 ) resu ltó frustran te y d esalen tadora para ambos. A lred ed o r de una d écad a después de la m u erte de su am igo N eu rath , C arn ap re c o rd ó sus m u ch o s d ebates y el “énfasis” reg u lar de N eu rath “en la c o n exió n en tre n u estra actividad filosófica y los grand es p rocesos históricos q u e suceden en el m u n d o ” y sus “m ayorm ente in teresan tes y estim ulantes ch arlas” ace r­ c a d e p rob lem as sociales y sus co n exio n es co n el em p irism o lógico (1 9 6 3 a , p. 2 3 ) . C o m o un filósofo crítico de las idealizaciones sistem áticas y d em asiado form ales de las teorías científicas, la visión de N eurath se p resen ta m ejo r c o m o u n a co lecció n de temas, m ás o m enos in terco n ectad o s, q u e d o cu ­ m en ta b a su cru zad a de toda una vida c o n tra la m etafísica y los diversos d eb ates y disputas que llevó ad elante.

HoUsino de significado N eu rath sostuvo una teoría holística del significado de acu erd o a la cual las p alabras y los en u n ciad os ob tien en su significado en virtud de c o n e x io ­ nes c o n otras palabras y en un ciad os. El lenguaje no d ebe s e r con sid erad o c o m o exten d ién d o se e im buyéndose de significado d esd e algún m u n d o real cxtralin g ü ístico . C o m o lo e x p re só d u ran te los d ebates en to m o a los en u n ciad o s de p ro to co lo del C írcu lo de Viena:

Los enunciados son siem pre com p arad os c o n en un ciad os, c i m a m ente n o con alguna “realidad", ni.con “cosas”. Si se construye un en un ciad o, ha de ser co n fro n tad o con la totalidad de los en u n cia­ dos existentes. Si co n cu erd a con ellos, se les u ne; si no co n cu erd a, se le llama “falso" y es rechazad o; o el com piejo de en un ciad os de la ciencia existente es m odificado de m odo que el nuevo en un cia­ d o pueda ser in corporad o; siendo la últim a decisión m ayorm ente tom ada con vacilación. No p ued e h aber ningún o tro co n ce p to de “verdad” para la ciencia (N eu rath, 1931b, p. 5 3 ).

In d e p e n d ie n te m e n te de si N eu rath tom ó al a c u e rd o en se m á n tica c o m o si fuese la esen cia de la verdad cien tífica, o solo c o m o u n in d ica d o r de la verdad cien tífica, o, co m o dijo T h o m as U ebel al d e fe n d e r a N eu ralh , c o m o u n a ap ro xim ació n totalm en te in d ep en d ien te a u n a teoría p ráctica de aceptación de o racio n es (U eb el, 2 0 0 4 ), es seg u ro que N eu rath se esfor­ zó p o r evitar un co m p ro m iso c o n , o incluso un discurso h ip o té tic o a c e rc a d e, u n a m etafísica realista de circu n stan cias o en tidad es extralin gü ísticas qu e de algún m o d o eran cap tu rad as p o r el lenguaje.

Pluralismo contra absolutismo Más tard e en su c a rre ra , N eu rath puso especial énfasis en el p luralism o c o m o un an tíd o to al “absolutism o" En gen eral, a causa de que cre ía n e rr ó ­ n e a m e n te q u e las teorías científicas nos revelan d eterm in ad as realidades' m etafísicas, los absolutistas su p on ían que los co n ce p to s, los en u n ciad o s y las teorías científicas poseen significados singulares, susceptibles de ser especificados c o n exliaustividad. A p rop iad am en te, los pluralistas se abs­ ten ían de un realism o que p ro m etiera un co n o cim ien to a c e rc a de algún ú n ico m u n d o ab so lu tam en te especificable y - a la luz del h olism o de sig­ n ifica d o - en ten d ían que una p alabra o en u n ciad o ten ía significados plu­ rales y am biguos, d ep en d ien d o de quién estaba u san do el len gu aje y de cuáles eran los significados y los hilos sem ánticos q u e se ten ían e n m en te d e n tro de ese lenguaje.

“Empirismo” confra “sistematización ” P ara N eu rath , los em piristas en ten d ían que, en vista del pluralism o, el lenguaje científico g en eralm en te se resiste a ser en cajad o n e ta m e n te en un sistem a o m o d elo lógico. Sin e m b arg o , la posición d e N eu rath era sutil ya que adm itía reg u larm en te (c o m o cualq uier ob serv ad o r de una teoría científica d ebe h acer) qué p an es del lenguaje cien tífico p ued en

s e r sistem atizad os p rod u ctiv a y leg ítim am en te. Su p lu ralism o , c o n to d o , ad vertía q u e tales sistem atizacion es n o e ra n exclusivas ni a u to le g itim a d o ­ ras. Las m ism as áreas de la cien cia p o d rían ser sistem atizadas d e fo rm as susian tivam ente d iferen tes d e m o d o q u e, p o r ejem p lo, c o n e c ta r a n o in co r­ p o ra ra n co n ce p to s d e otras p artes d e la cien cia y tu vieran , c o m o resu lta­ d o , d ife re n te validez en la p rá c tic a . A d em ás, tales sistem atizacion es n u n ca e ra n exh austivas a !o larg o de las cien cias. N eu rath e x h o rtó a los filósofos cuyos talen to s yacían en el análisis o en la co n stru cció n d e sistem atizacio­ nes (c o m o C arn ap ) a que en el m u n d o d e la cien cia p e rm a n e c ie ra n solo “islas d e sistem atización ”1 d esco n ectad as de otras y ro d ead as p o r la fluida am b ig ü ed ad d el granel de n uestros lenguajes ord in arios e in clu so d e los len gu ajes cien tíficos especializados.

Enciclopedismo Las sosp ech as d e N eurath p ara c o n la “sistem atización ” d ire c ta m e n te p re ­ sen tan a su m o d elo “en ciclo p é d ico " d e la cien cia u n ificad a - u n m o d elo q u e o p o n ía al “pirainidism o" que to m a a u n a cien cia u n ificad a fu tu ra c o m o un o rd e n a m ie n to o je ra rq u ía exh austiva y sistem ática d e las disciplinas cien tíficas. O bviam ente, al estar d ev o tam en te co m p ro m e tid o en su m en te co n el p ro y e cto de p rod u cir una en ciclo p ed ia real de las cien cias, el p lu ra­ lism o de N eu raih devino en últim a in stan cia en tal p ro y ecto : Si rechazam os la anticipación racionalista del sistem a d e las cien ­ cias, si rechazam os la n oción de un sistem a filosófico q ue legisle p a ra las ciencias, ¿cuál es la co o rd in ació n m áxim a de las ciencias que p erm an ece posible? La ú nica respuesta que se p u ed e o fre c e r p o r a h o ra es: una en cicloped ia de las ciencias (N eu rath , 1937, p p . 1 7 6 -1 7 7 ).

T al e n cic lo p e d ia no exclu iría las sistem atizacion es futuras y las o rg an iza­ cio n es d e las diversas disciplinas, p e ro su historicidad y su ca p a cid a d para e v o lu c io n a r y cam b iar (en futuras ed icio n es y volúm enes añ ad id o s) evi­ taban p rov ech osam en te la sup osición de que la m eta d e la c ie n c ia en el fu tu ro in m ed iato es una cien cia final, definitiva y verd ad era, m u c h o m en os u n a que co rresp o n d a, co m o el realista m etafísico y el ab solutista p o d rían su p o n e r, a un m undo ú n ico y verd ad ero .

1 Neurath a Carnap, 25 de septiem bre de 1943,

a s i* k c

102-55-03.

Decisionismo contra “seudorracionalisino ” T o d o s estos te m a s con trib u yeron a d a r sen tid o a la crítica d e N eu rath det “seu d o rracio n alism o ”. E n lo que p e rm a n e ce co m o u n o de sus escritos más co n tu n d en tes, un tem p ran o ensayo de 1 9 1 3 - “Los tro tam u n d os perdidos de D esearles y el m otivo a u x ilia r"- N eu rath arg u m en ta q u e el p ro g reso en la cien cia req u iere d e decisiones libres, la n ecesidad de las cuales es típ icam en ­ te o cu lta d a p o r el absolutism o y la fe ilusoria en fu n dam entos epistém icos. M ientras que D escartes creía que solo e n casos especiales (c o m o en el caso de e n co n tra rn o s p erd idos en un bosqu e) d eb em os actu ar exclusivam en te sob re c o n o c im ie n to provisional e in cierto (o indistinto y co n fu so ), N eurath sostenía que esa es nuesL ra co n d ició n ep istém ica regular. E ra solo una p resu n ció n filosófica la que llevó a D escartes y a sus seguidores a su p on er que en p rin cip io ia razón sigue disponible p ara analizar cu alq u ier situ a ció n p ro b lem ática, d e te rm in a r y clasificar resultados y así relevarnos de nuestras responsabilidades en la tom a decisiones. E n cam b io, insistía N eu rath , debe­ m os vivir co n la am b igü ed ad pluralista de n u estro lenguaje y, p ara el movi­ m ien to d e U nid ad de la C iencia, co n eleccion es con tinu as y sin fin acerca de d ó n d e y có m o c o n e c ta r y unificar a las ciencias. T al vez es este a sp ecto decisionista d e la c o n ce p ció n de N eu rath lo que le da m ay o r sen tid o a su p royecto co m o un p roy ecto h istórico y e xisten d al El fu tu ro de la cien cia d e p en d e de aquellos que eligen p articip ar en ella y utilizan sus fru to s, n o solo p orq u e hay o tro s que se o p o n e n a la cien cia y la elim in arían si p u d ieran , sino tam bién p orq u e n o existe n in g u n a fuerza o p rin cip io e x tra h u m a n o que g aran tice su fu tu ro y h aga que se despliegue c o m o algún espejo ideal de la realidad. El c o n o cim ien to cien tífico es u n a h e rra m ie n ta que los h u m an o s crean en ú ltim a instancia para su p rop io uso y c o m o tal es c o n ce b id o ap ro p iad am en te co m o p arte de u n a em p re ­ sa social y colectiv a -u n “m o v im ie n to "- que la vuelve tan c o m p ro m etid a social y p o líticam en te c o m o lo están otras instituciones cread as y sosteni­ das de m a n e ra activa p o r los seres h um anos.

Las actividades políticas de Neurath y su reputación L a en tra d a de N eu rath en la política n o fue p rim ariam en te a través d e su filosofía o de su m ovim ien to de U nid ad de la C ien cia. P o r lo g en eral, vivió y trab ajó fu e ra de la acad em ia y estuvo in volu crad o d irectam en te e n p ro ­ yectos sociales o e co n ó m ico s. E n h e n a d o co m o un eco n o m ista p olítico en Berlín a los pies de E d u ard M cyer, N eu rath en señ ó p o r solo u nos pocos añ os an tes d e e m b a rca rse en io q i¡e se con vertiría en una serie de p ro ­ yectos adm inistrativos y políticos. T rab ajó p ara la oficin a de e c o n o m ía de

g u e rra e n el g o b ie rn o au stríaco y, en 1 9 1 9 , co m o p residen te de la O ficina d e E co n o m ía C en tral en el e fím ero go b iern o socialista d e Bavaria, in ten ­ ta n d o im p le m e n ta r u n a e c o n o m ía basada n o tan to en divisas c o m o en el tru eq u e. L u e g o d e s e r c o n d e n a d o p o r traición p o r el go b iern o subsiguien­ te, N eu rath cu m p lió una c o r ta c o n d e n a y re to rn ó a V iena p ara volverse activo en ía p olítica co m u n al vien esa .2 P a ra 1 9 2 3 , el in terés d e vida d e N eu rath en la ico n o g ra fía visual lo llevó a fu n d a r su M useo E c o n ó m ic o y Social en V iena, d o n d e él y sus asis­ ten tes (in clu y en d o a M arie R eid em eisier, J o s e f F ran k -a r q u ite c to y herm an o de P h ilip p F r a n k -y el d ise ñ a d o r gráfico G erd A rn tz) d esarrollaron el sistem a isotip o . Este len gu aje (S istem a In tern acio n al de E d u ca ció n Ilu strad a T ip o g rá fic a ) fue d ise ñ a d o p rim ariam en te p a ra exh ib icio n es p ú b licas y p a ra c o m u n ic a r u n m á x im o d e in fo rm a ció n e c o n ó m ic a y d e m o g rá fica (a ad ultos, e x tra n je ro s , e in clu so a an alfab etos) u san d o el m ín im o de texto . N eu rath p ersig u ió estos p royectos socialistas y p op u ­ listas m ien tras p articip ab a en los p rim ero s años del C írcu lo d e V iena, en tiem p os c u a n d o este e ra lid erad o p o r M oritz Schlick (S tad ler, 2 0 0 1 , p p . 1 9 5 -1 9 8 ). A caiisa del am p lio ra n g o d e intereses y habilidades de N eu rath , es posible e n co n tra rlo en d iferen tes sitios en los orígen es del m o dernism o del siglo x x . D ictó co n feren cias en el Dessau B au hau s (G alison, 1 9 9 0 ; D ah m s, 2 0 0 4 ) , trabajó en el C o n g reso Belga de A rq u itectu ra M oderna In tern acio n al de C ornelius Van E e ste re n (Faludi, 1 9 8 9 ) y fue enlistado p or M oscú p ara ayu d ar a p re p a ra r la p ro p ag an d a relacion ad a co n el p rim er Plan Q uinquenal (C hislett, 1 9 9 2 ) N eu rath estuvo en M oscú en feb rero de 1 9 3 4 c u a n d o el régim en de Dollfuss llegó al p o d er en V iena a la vez q ue lo co n so lid ara p ro n tam en te al a ta c a r a sus en em igos in tern os. L a E rn st Mach V erein ,* la o rgan izació n d e libre p ensam ien to que ad o p tara el Círculo a m o d o d e u n a clase de fo ro e d u cacio n al público, fue ce rra d a p o r in ter­ m ed io de un sum ario (a p esar d e las protestas form ales de Schlick) bajo el c a rg o d e que estaba aliada c o n el P artid o Social D em o crático (S tadler, 2 0 0 1 , p. 3 4 7 ). P ro n to , las au to rid ad es revolvieron los archivos de las ofici­ nas d e N eu rad i, p rob ab lem en te, c o m o exp licara m ás tard e M arie N eu rath , a causa de que O tto había sido d en u n ciad o p o r a d h e rir al com u n ism o. L u eg o , ella telegrafió a N eu rath p ara que n o reto rn ara a V iena y am bos co m e n z a ro n la siguiente fase d e sus vidas en L a Haya, d o n d e (casi previen­ d o tal resu ltad o ) N eu rath h ab ía establecido su F u n d ación In tern acio n al

2 Para m fonnación biográfica sob re Neurath, véase Cartwright el aL (1996, parte 1), Neurath (1973, cap. 1) y Statller (2 0 0 i). En alemán en «I original, Léase "Sociedad Em st M acli”. [N. del T .J

p a ra la E d u cació n Visual el añ o an terio r. E n el sen o d e esta F u n d a ció n , N eu rath instaló el Instituto p ara la U n id ad d e la C ien cia, d esd e el cual guió al n acien te m ovim ien to d e U n id ad d e la C ien cia y co n tin u ó su c a rre ­ ra c o m o e x p e rto en exp o sicio n es y m useos (N eu rath , 1 9 7 3 , pp. 6 2 -6 3 ). Se sostuvo a sí m ism o c o n u n a serie de p royectos q u e in volu craro n un c o n tra ­ to de trabajo p ara el g o b iern o m e x ica n o , p ara la E n ciclo p ed ia d e P in tu ra de C o m p to n y p a r a la A sociación N acion al de T u bercu losis. A un q ue N eu rath fue selectivo en cu an to a los elem en tos d e la d o ctrin a m arxista q u e a ce p tó y los q u e n o , u n o no necesita m irar m uy lejos en sus escritos para ver su orien tació n izquierdista global R e g u larm en te c o n tri­ buyó c o n escritos a D er Kampf, el p ortavoz de los D em ó cratas Socialistas au stríacos y escribió ensayos tales co m o “L a vida p erson al y la lu ch a de ciases", en el cual el objetivo de u n ificar a las ciencias ten ía un sign ificad o tan to científico c o m o rev olu cio n ario. El “m ancism o”, escrib ió, es “el p o r­ tad o r d e ia actitu d cien tífica” y “el p ro letariad o es el p o rta d o r ele la cien cia sin m etafísica” (N eu rath , 192 8 , p. 2 9 7 ). U na cien cia u nificad a q u e e x c lu ­ yera a la m etafísica d esarm aría así a la religión oscurantista y a las c re e n ­ cias seudocientíficas a ce rc a del m u n d o y a ce rc a de la sociedad y o to rg a ría p od eres al p roletariad o : “C u an to m ejo r reco n o zca el p ro le ta ria d o las rela­ cion es de in gen iería social de n u estro o rd en y e x a m in e sus p rop ias o p o r­ tunidades, más exito sam en te p o d ra p e le a r -’.3 El interés de N eu ratli en el m arxism o tam p oco era un s e cre to para los observadores del m ovim ien to de U nidad de la C iencia. En 1 9 3 7 , p o r ejem p lo, M orris in fo rm ó a N eu rath que algunos m iem bros del G ru p o de Discusión de L ógica de la C iencia de M orris, en la Universidad d e C h icag o, habían cu estion ad o el uso de la palabra "in tern acio n al" en el título d e la nueva en ciclop ed ia q u e Morris p rob ab lem en te estaba p ub licitan d o e n tre sus colegas. M orris n o tó q u e había varias razones p ara la o b jeció n , u n a de las cuales c o n ce rn ía a las ‘‘im plicancias políLicas” relacion ad as co n la pala­ b ra "que no gustaban a algunas person as” 4 De h ech o , la p alabra “in tern a­ cio n al” ab un d aba en el discurso de izquierda. L a evolución del com u n is­ m o fue (y p e rm a n e ce sien d o) d ad a a c o n o c e r p o r “In tern acio n ales” (tales c o m o la T e rc e ra de Stalin y la esperada “C u arta In tern acio n al” d e Trotsky) q u e vinculaba a los partid os com unistas nacionales c o n co m u n id ad es cola­ b orad oras; la "In tern acio n al C om u n ista” (o “C o m in tcrn ”) d irigía activi­ d ades festivas d esde M oscú; m ientras que la firm a p ublicitaria oficial del

3 Neuratli (1928, p. 2 9 6 ). Pitra un análisis adicional del m aj-m m o de N euratli, véase Cartwriglu rt ni. (1 9 9 6 ). ■* Morris a Neurath, 17 de abril de 1937, iMMr, caja 1, carpeta 16; Morris a N euratli, 2Q y 22 de ju n io de 1937, USMI\ caja I, carpeta 16.

P a rtid o C om u nista era la “In te rn a tio n a l Pub lish ers”. El títu lo del fam o ­ so h im n o socialista es L'hitem acionale. E n el ám b ito d e la U n iv ersid ad d e C h ica g o , que dos años an tes h ab ía e x p e rim e n ta d o in vesd g acio n es an tico m u n istas form ales y am p liam en te publicitadas, las “im p licación es p o líticas” d el v o cab lo “in tern acio n al", h ab rían ven id o a la m e n te c o n facilid ad .5 N eu rath d esestim ó ia p re o c u p a c ió n de M orris a rg u m e n ta n d o q u e la p a la b ra n o ten ía significado p olítico algu n o en este caso . S im p le m e n te c aracterizab a la p atern id ad literaria de la nueva en ciclop ed ia. O ficialm en te, el p ro y e cto n o tuvo ningun a o rie n ta c ió n política. Su literatu ra p ro m o c io ­ n al, u su alm en te escrita p o r M orris y ed itad a y a p ro b a d a p o r N e u ra th , d e cla ra b a q u e sus m etas y las h e rra m ie n ta s d e la lógica y la lin gü ística p ara la u n ificació n d e las ciencias estaban libres de ideologías. U n fo lleto p ro ­ m o cio n a l p a re c e h acerse e c o d e la con versación e n tre M orris y N eu rath : H an sido invitados co lab o rad o res de varias nacionalidades: solo ha sido considerada su co m p eten cia personal, o los beneficios que pudieran llegar a o bten erse d c u na variedad de puntos de vista culturales (sus convicciones o ideologías políticas de los países de los que provienen no han en trad o en consideración, puesto que la

Encyclopedia es una em presa científica y no p olítica). Cada colabo­ rador, p or supuesto, será el ú nico responsable de las ideas que el in ¡sitio exp rese.6

In d e p e n d ie n te m e n te de si estas señales en favor d e la im p arcialid ad y del n o p artid ism o estaban destin adas a a p acig u ar a los crítico s c o m o aq uellos co n los cuales se e n co n tró M orris, o p osiblem ente p ara satisfacer la p ro ­ bable in sistencia d c C arnap en que la en ciclo p ed ia d istin gu iera oficial­ m e n te e n tre filosofía y p olítica, n o d eb em o s co n clu ir que M orris, N eu rath y C a rn ap creían g en u in am en te que su p ro y ecto en ciclo p é d ico n o te n ía c o n e x ió n algu n a co n sus visiones socialistas individuales y co m p artid as. E n p rim e r lu gar, esta p olítica d escrib e un n eutralism o a c e rc a d e la selecció n de “colab orad ores" y sostien e q u e tales co lab o rad o res eran reclu ­ tad os sin referen cia a su in clin ación p olítica. Sin em b arg o , n ad a d e esto im p ed iría q u e los colab orad ores tuvieran sólidas visiones políticas, e n cuyo caso (c o m o d e cla ra la siguiente o ra ció n ) aquellas visiones 110 d eb erían s e r to m ad as c o m o representaiivas de los dem ás. E sc es el sen tid o p rim a rio en el cu al la en ciclo p ed ia era una “em p resa científica y no p o lítica”. En segu n ­ d o lu g ar, n o d eb eríam os leer en la distinción d c Morris n u estro p ro p io

•^Esuis investigaciones en la Universidad de Chicago son descritas en el capítulo 15. '*Folleto prom ocional, ucpj \ caja 347, carpeta 2.

e n te n d im ie n to c o n te m p o rá n e o del trab ajo té cn ico ap olítico en filosofía (d e a c u e rd o al cu al c a d a ensayo o co n trib u ció n n o h aría re fe re n cia a, ni estaría re la c io n a d o c o ñ , p rob lem as o tóp icos cultu rales, p olíticos o so cia­ les) au n q u e solo sea p o rq u e todavía n o h ab ía n acid o el m o d o d e filosofar p ro p io d e la p o sgu erra. L a clase de p artid ism o que M orris y, más p rob ab lem en te, la ed itorial d e la U n iv ersid ad d e C h icag o q u erían evitar e r a m ás bien aquella del lipo q u e H e rb e rt Feigl quiso elu dir c u a n d o en 1 9 3 6 invitó a N eu rath a to m a r­ se un d escan so de su trabajo en la e n ciclo p e d ia en C h icago y v e n ir a la U niversidad d e low a d e Feigl a d ar u n a ch a rla y a p articip ar en u n a discu­ sión d e m esa red o n d a. De h e ch o , Feigl instó a N eu rath a ser “tan p olítica­ m e n te n eu tral c o m o fuese posible’’. P ero au n en el corazó n de los Estad os U n id o s, Feigl n o instó a N eu rath a q u e fin giera n o p oseer in clin acio n es m arxistas, sino m ás bien a q u e volviera acep tab les a su p rop ia p e rs o n a y a su p ro y e cto p a ra u n a au d ien cia que, al p a re c e r, p o d ía verse fácilm en te in tim id ad a p o r p olíticas revolu cionarias. Feigl insistió en que el m arxism o d e b e ría in clu irse en la p resen tación “solo de u n m o d o e d u lc o ra d o ” ' Esta es tam b ién la fo rm a en la q u e a p a re ce el m arxism o en la literatu ra p ro ­ m o cio n al de la en ciclop ed ia. N o era sob re p olítica revolu cion aria en n in ­ gún sen tid o d irecto , sino que d ire cta m e n te era acerca de m etas y p re o c u ­ p acio n es (c o m o la m o d ern id ad , la e d u cació n y el lugar de la cien cia en la s o cied ad ) q u e estaban in eq u ívo cam en te ligadas al p rogresism o liberal y social, L o s objetivos de la en ciclo p ed ia, co n tin u ab a el folleto, e ra n ayu d ar a la c ie n c ia a “realizar ad ecu ad am en te su rol ed u cacio n al en el m u n d o m o d e rn o ", ap u n talar “las im plicancias ed u cacio n ales gen erales del m ovi­ m ien to d e U n id ad de la C ien cia" y “a lcan zar a aquellas p erson as de q uie­ nes d e p e n d e el fu tu ro de la cie n cia ".8 F u e ra d e h asta q u é p u n to M orris, N eu rath y Feigl esp erab an m in im i­ z ar la re p u ta ció n p olítica del m ovim ien to de U nid ad de la C ien cia y de su p ró x im a e n ciclo p ed ia, verem os en los capítu los subsiguientes q u e había p o cas dudas resp ecto de las cred en ciales socialistas y progresistas del p ro ­ yecto . A los socialistas les sim patizaba la m eta d e u nificar a las cien cias p re­ cisa m e n te a cau sa de q u e la cien cia e ra am p liam en te co n sid erad a c o m o " Feigl a Neurath, 19 de septiembre tic J936, on n, Feigl invitó a Neuraih a dar una clase y luego a participar de una discusión en mesa redonda: T u rcrslen n Srhl/tge irh 'Sociología Em pí­ rica’ (mlerdgt.r) v or—(¿olípoliiisch vwgVtfJisL ‘neulruV u án *)fv r letzictr,enlwetUr 'Ejicyclopediu'akr 'He. üstadíst¡rfi,\ [En alemán en el original. Léase “Com o prim ero recom iendo ‘Sociología Em pírica1 (u o tra) ([la política puede ser ‘neutral'!) como últim o'E nciclopedia’ o ‘Pie. Estadística' N. riel

T ], D ebajo, en la misma caita, Feigl instó a Neunuh a presentar al marxismo “ nurinvrizvrJtnter F ftm (Sie kafjieren HoeJt7)m [En alemán en el original con una errata: vcrzuchener en lujjur de v ersu ch en er Léase: “sólo en la forma más tentativa (com prende, ¿no?)\ N. del T .]. 8 Lanzam iento de imprenta, uepr, caja 347, carpeta 2.

u n a h e rra m ie n ta p a ra p lan ear, c r e a r y m an ejar estru ctu ras e co n ó m icas y sociales d esead as de la vida m o d e rn a . M uchos se ace rca b a n p restam en te al m o v im ien to co n un espíritu p olítico similar. Y si los objetivos del folle­ to p ro m o cio n a l d e M orris fue p re se n ta r la nueva e n ciclo p ed ia al p úb lico c o m o u n fo ro p ara in telectu ales apolíticos, aquellos se vieron frustrad os ráp id am en te, C u an d o en ago sto de 1 9 3 8 , la revista Time in fo rm ó so b re la p u b licación de las dos p rim eras m o n o grafías de ia e n ciclo p ed ia, señ aló sin fan farria ni m ayores énfasis que el “difícil de m an ejar y e n au ge N e u ra th ” q u e lid erab a el p royecto de la nueva en ciclop ed ia ten ía “fu ertes in clin a­ cio n es socialistas e n p olítica ”.3 Aun a com ien zos de la d écad a de 1 9 4 0 , los días m ás oscu ros del m ovi­ m ien to y d e la en ciclo p ed ia, N eu rath n u n ca p erd ió su fe en que a ü'avés de la cien cia y de la planificación e co n ó m ica y social, el m u n d o m a d u ra ­ ría hasta e sta r listo para su tran sform ación . Reforzó su rep u tació n c o m o d efen so r de la planificación a gran escala co n su ensayo “P lan eam ien to in te rn a cio n a l p ara la libertad" de 1 9 4 2 , al arg ü ir que la paz d u ra d e ra solo estaría asegu rad a p or la instalación (le m an co m u n id ad es e co n ó m icas sup erp u estas e n tod a E u ro p a (N eu rath , 1 9 42) A dem ás, se unió a la ju n ta ed itorial de! New Commonweallh Quartetiy, un p eriód ico d ed icad o a la re o r­ gan ización planificada de la E iiro p a de posguerra. E n el ú ltim o a ñ o de su vida, escrib ió aru'culos p a ra el Jo u rn a l o f Educaban sosten ien d o q u e el plan de estudios d e A lem ania (c o m o así tam bién el de tod a E u r o p a ) n ecesita­ ba ser re e stru ctu ra d o (en m odos científicos y an tim etafísicos) p ara ayudar a p reven ir cu alq u ier futuro p ara el fascism o. C o n J A. Lam verys, p ro feso r en e d u cació n en la U niversidad de L on d res, publicó tam bién u n a serie de artículos titulados “Los libros de te x to nazis y el fu tu ro ” y “L a R ep ú b lica de P latón y la ed u cació n alem an a" que atacaba esp ecíficam en te ai idealism o p latón ico y a las fuentes tan to filosóficas co m o psicológicas del nazism o. N o es s o rp re n d e n te que el d ebate resu ltan te que se d iera en el p erió d ico e n tre los clasicistas y los p rofeso res fuera tan e n é rg ic o ,10 N eu rath tildaba de "totah taris ia” al p laton ism o tan to a cau sa del estilo d e vida re g im e n ta d o en la R ep ú b lica ideal de P latón , c o m o p o r razones q u e p ro v en ían d irectam en te de la filosofía de la cien cia de N eu rath . P ara N eu rath , u n a co n ce p ció n p ro p ia m e n te científica del m u n d o se ab stien e del realism o on to ló g ico y clesaliem a de ese m o d o el sacrificio de la felici­ d ad p ro p ia de los individuos, de la de otros y de la h u m an id ad en n o m ­ b re de ag en tes o causas o n to ló g ica m e n te “m ás elevadas” o su p erio res. N eu rath trab ajó durante los últim os años de su vida en un m an u scrito que

11 Time, 1 tle agosto de 1938, página desconocida. M’ Ncuratli (1945a), Neurath y Lauwerys (1944 y 1945)

d etallab a la historia de la p e rse cu ció n . Se apoyó en sus e x p e rie n cia s c o m o refu g iad o , en la m atan za q u e o b servó d u ran te las dos g u erras m u n d iales y en esta n o ció n de que eq uivocadas ideas m etafísicas al m en o s fav o recían a tales tragedias, si n o yacían en las raíces d e éstas .11 En la m en te d e N eu rath , estos p royectos políticos coin cid ían c o n su tra­ bajo en el m ovim ien to de U n id ad d e la C ien cia. E sp ecialm en te c u a n d o la ed itorial d e la U niversidad de C h icag o se m ostraba im p acien te a cau sa d e que n o estaban a p arecien d o nuevas m onografías, M orris se p re g u n tó si el fo co d e in terés d e N eu ralh se estaba deslizado h acia o tro sitio. N eu rath p u ed e h ab erse d istan ciad o de la en ciclo p ed ia, p e ro no de los objetivos del m o vim ien to, el cual estaba bien p rep arad o p ara p ro v e e r Lina cosm ovisión científica a la E u ro p a reconstituida. “C o m o usted sabe”, le aseg u ró a M on is en 1 9 4 2 , "n o ceso de con seg u ir cosas y pienso que ten d rem os m u ch o que h a ce r p o r E u ro p a después de esta g u e rra ”.13 Esto con trib u ye a e x p lica r la d ecisión de N euralh de p e rm a n e c e r en In g laterra y tam b ién su d eci­ sión (fu e rte m e n te resistida p o r M orris y C arn ap ) de p ub licar el Jo u rn a l o f Unified Science c o n Basil-Blackwell y no con la editorial de la U niversidad de C h icag o, c o m o d eseaban C arnap y M orris. Y, co m o se discute en el capí­ tulo 10, la visión de N eu rath de un m ovim iento co m p ro m e tid o p o lítica y cu ltu ralm en ie tam bién respaldaba sus quejas a c e rc a d e la ob ra d e C arn ap en el ám b ito sem án tico. En algún sentid o, N eu ralh q u ería que la en ciclop ed ia ju g a ra un d esta­ cad o rol sim b ólico y m eto d o ló g ico en p rom ocion al' u n a Wissenschrtjüiche W eltauffassungde p osgu erra. En u n a op ortu n id ad , d u ran te la g u e rra , sugi­ rió a M orris y a C a m a p que los futuros volúm enes d eb erían s e r re e s tru c ­ tu rad os en un m o d o más inform al y m en os didáctico- D eb erían in clu ir n o solo tratam ien to s m o n o gráficos p o r p arte d c p articu lares, sin o tam ­ bién d iálogos e m re científicos y filósofos a c e rc a de asuntos im p o rtan tes. Estos diálogos harían las veces del p u n to m eto d o lóg ico q u e N eu rath sentía cad a ve!z más que'sus colegas se estaban p erd ien d o (o q u e al m en o s esLab a n fallando en en fatizar lo suficiente en sus escrito s): en un m u n d o sin

fu n d am en to s epistém icos, las decisiones científicas y las accio n es basadas en ellas d eben e m e rg e r de la discusión y e l d eb ate públicos, de la a rg u ­ m en tació n que lleva al acu erd o y a la acció n co ord in ad a. Los cam in os d e acció n han d c ser colectivos, hechos coop erativ am en te y no (c o m o se haría d e s d e un realism o in gen u o ) tlescubiertos c o m o si h ub iera solo una solu ­

ción óp tim a y singular a cualq uier p rob lem a esp ecífico. En este sen tid o,

11 Véase Reisch (2003b). El sentir d c Ncuratli sobre la metafísica y la persecución se discuten en el capítulo 10. !- Neurnlii a Morris, 17 de ju lio dc 1942, a s i’ k c 102-56-04,

p o te n cia lm e n le vio a la e n ciclo p e d ia c o m o n ad a m en os que u n m ic ro co s ­ m os ed u ca cio n a l p ara el m an ejo y el uso del co n o cim ien to cien tífico en la vida m o d e rn a . “Ya ven ", exp licab a N eu rath a M orris y a C a rn a p , “p ien ­ so q u e d eb eríam o s p resen tarn o s a n o so tro s mismos c o m o sien d o cap aces d e o rg an izar esta o rq u estació n c u a n d o se le p ide a la g e n te q u e ap oye la o rq u estació n en la vida social".,s D esafo rtu n ad am en te, las esp eran zas de N eu rath de p o sicio n ar al m ovim iento d e U nid ad de la C ien cia en la esce­ na m u n dial de p o sg u erra -c o m o un a c to r p ro tag ó n ico y c o m o e je m p la rse vieron tru n cad as p o r su súbita m u e rte a fines de 1 9 4 5 .

Charles Morris (1901-1975): signos, símbolos y diplomacia L a p erson alid ad intelectual y p olítica de M orris en los años previos a la G u erra F ría estuvo dom inada p o r su fe dew eyana en la cien cia co rn o u n a h e rra m ie n ta p o d ero sa y efectiva p a ra m o d elar la vida m o d e rn a . A un q ue m ás tard e d esarrollaría un amplio h u m an ism o in tern acion al b asad o en sus in tereses en el budism o, en la investigación de W illiam S held on so b re tipos d e c u e rp o s (som aLotipos) y en sus propias aspiraciones c o m o un investi­ g a d o r e m p íric o sob re la “ciencia del h o m b re ”, la ag en d a de M orris en la d écad a de 1 9 3 0 consistió principalm ente en dos tareas: la in te g ra ció n del p rag m atism o y del empirismo lóg ico d e n tro de una teoría g en eral d e los signos (o "sem ió tica") y la defensa de la cie n cia y de la filosofía cien tífi­ ca d e sus en em ig o s provenientes ta n to del in terior c o m o del e x te rio r d e la e s ce n a in telectu al n orteam ericana (M orris, 1937; Petrilli, 199 2 ; R eisch , 1 9 9 5 y 2 0 0 1 b ). M orris siem p re había querido p ro m o c io n a r el liderazgo d e la filoso­ fía en el c re c im ie n to y direccionamienLO d e la cultura m o d ern a. D espués de re c ib ir su título doctoral a los pies de C eo rg e H e rb e rt M ead en la U n iv ersid ad de C h icag o y después d e o c u p a r un puesLo c o m o titu lar en la U niversidad de R ice en Houston p o r seis años, volvió al d e p a rta m e n to de C h ica g o en 1931 Morris estaba ju stificad am en te nervioso a c e rc a de su re to rn o a su alma m ateryi que acep tó la o ferta del d ep a rta m e n to d eb id o a las ren u n cias ofrecidas porla totalidad d e los facu liativosjerarq u izad os en filosofía .1-1 Las renuncias taparon u n a serie de disputas e n tre el d e p a r­

13 N euratli a Carnap y a Morris, I8d e noviem bre de 1944, rMP. Neuratli utilizó el vocablo ■ orquestación' después que lo adoptara de los argum entos de Kallen contra el m ovim iento de Unidad de la Cieiicia. tratados en et capítulo 9. 14 M orris estaba inquieto por el riesgo de ser p ercibido com o un oportunista. Explicó "las bases para la decisión'- de aceptarla oferta de Chicago en una c a n a que envió a sus amigos y colegas (M o n is a varios, 30 de mano de 1931, cmi’).

ta m e n to y el p resid en te d e la u niv ersid ad , R o b e rt M aynard H u tch in s . H u tch in s estaba an sioso p o r h a c e r de esta la m ejo r universidad del m u n d o . P e ro n o e r a u n a d m ira d o r del d e p a rta m e n to d e filosofía d e C h ica g o . C o m o su b uen am ig o M ortim er A dier, a quien c o n o ció cu an d o era d e ca n o d e leyes en Yale y A d ler estaba c o m p le ta n d o su d o cto ra d o en p sico lo g ía en C o lu m b ia, H u tch in s d esd eñ ab a al p ragm atism o y a lod o lo cie n tífico que p u e d a h a b e r en la Filosofía. P ersu ad id o p o r los n u m erosos y persuasivos serm o n es d e A d ler d e q u e la clave p a ra la refo rm a cultu ra! y e d u c a cio n a l yacía p rim ariam en te en las páginas de la Sum m ade Santo T o m ás, H u tch in s le d io trabajo a A dler e n C h icag o. Sin em b arg o , el d ep artam en to s o sp e ch a ­ ba d e las cap acid ad es de A d ler y estab a en fad ad o p o r su agen d a (y la de H u tch in s) e n pos d e la re m o d e la ció n del d ep artam en to bajo lín eas tom is­ tas y fu rio so desp ués de e n terarse de q u e el salario de A d ler e ra a p ro x i­ m a d a m e n te el triple d e lo que ellos esp erab an q u e fuera. El p re s id e n te J . H . T u fts re n u n ció en 1 9 3 0 y p ro n to fue seguido p o r M ead, E. A. B u rtt y A rth u r M urphy (A sh m o re, 1 9 8 0 , pp, 8 5 -8 7 ). M orris n u n ca co n v en ció a H u tch in s de que ad m irara a la c ie n c ia , al p rag m atism o y ai m ovim ien to d e U n id ad de la C iencia. P e ro fue p ersisten ­ te Al p o c o tiem p o d e volver a C h icag o , le p rop u so a H u tch ins u n a e m p re ­ sa d iseñ ada p ara reestab lecer a la filosofía en su ap rop iad o “papel d irectivo en la vida h u m a n a ” T en ía en m e n te un in s tit u t o - “algo sim ilar al In stitu to B ritá n ico de Filosofía, p e ro c e n tra d o e n la U niversidad de C h ica g o ”.15 Sus ofertas p a ra un eventual p a tro cin a d o r, exten d id as en 193 2 , m u estran su o p tim ism o , su con fian za en el p ragm atism o deweyano y algu n a envidia in stitu cio n al: T e n em o s aquí un gran instituto oriental, respaldado por millones. Me gustaría ver que los problem as del presente y del futuro sean lom ados Lan seriam ente co m o tom am os a los problem as del pasa­ do. N o sé cu án to p u e d e h a c e r s e para dar a la inteligencia un rol directivo en la vida hum ana, p ero nunca lo sabrem os hasta que lo intentem os [....] N ecesitam os u na nueva m entalidad para los nue­ vos tiem pos; lo que necesitam os ah ora son ingenieros de ideas tan drásticas co m o nuestras p rácticas.’ 15

E n su p ro p u e sta a H u ich in s, esp ecificó q u e el in stitu to re q u e riría de u s$ 5 0 .0 0 0 p o r añ o y que ap oyaría la investigación p o r p arte de eru d itos en filosofía visitantes y de la facu ltad - “L ógica, ética, análisis c a teg o rial,

15 M orris, cu una eari .1 genérica para reunir fondos, 7 de m a n o de 1932, cmi-.

,c Morris a Richard Riggs D.iy, 25 de abril (le 1932, CMI\

co s m o lo g ía , filosofía de las ciencias, axiología, estética, filosofía social, [y] m e to d o lo g ía " - c o m o así tam b ién o fre ce ría con feren cias públicas sob re tóp icos tales c o m o “el fu tu ro d e la d e m o cra cia , form as filosóficas d e vida, h é tica d e las diversas p rofesiones, la división del trabajo p rofesional, el m u n d o físico y el m u n d o de la so cie d a d ”.17 L a ta re a g en eral del instituto consistía en resp o n d er a la situación m u n ­ dial, c o s a q u e M orris h ab ía visto (al m en o s) desde su tesis d o cto ra l a través d e len tes sp en glerian o s. De acu e rd o a S pen gler y a su influyente Decline of the West, las cultu ras exp erim en tan p atron es cíclicos de c re c im ie n to y d e c a d e n c ia . El actual declive de O ccid e n te , cre ía M orris, estaba cau sad o p o r su c a re n c ia d e un m a rco com p reh en siv o y útil c o n el cual o rg an izar la riq u eza d e la nueva in form ación científica p rod u cid a d u ran te este p e río ­ d o d e “d rástico y d o m in an te cam b io [c u ltu ra l]”. A nticipan d o los p eligros de la so b reesp ecializació n q u e m e n cio n a ría más tarde en su p ro sp ecto de la e n cic lo p e d ia , exp licab a a H u tch ins que “la elab o ració n del co n o cim ie n ­ to es n e ce s a rio p ara la co n sid eració n p ru d en te de los objetivos [cu ltu ra ­ les y s o c ia le s ], p e ro el solo in cre m e n to dc c o n o cim ien to

n o es suficien ­

te” El in stitu to h aría lo q u e fu era n ecesario: organizaría y alen taría a los especialistas p a ra e x p lo ra r posibilidades p ara “la vasta síntesis in telectu al” y así c o n trib u iría a p re p a ra r “u n a nueva é p o ca cultural en O c c id e n te ” Si se d e scu id a ra esta o p ortu n id ad y n o se co n ced iera a la filosofía u n a o p o r­ tu nid ad d e p ro v eer u n a “visión” cultural co h e re n te y “un m o d o de vida”, O c cid e n te p e rm a n e c e ría en “el fo n d o de la ola cultu ral”. ls H u tch in s siguió sin co n v en cerse. P ero en ap ro xim ad am en te dos añ os, c u a n d o M orris hizo c o n ta cto co n sus futuros colegas en el m ovim ien to ele U n id ad d c la C ien cia, casi co n certeza tendría que h ab er visto a su p ro ­ yecto c o m o u n a realización parcial de sus planes p olíu cos e in telectu a­ les. P ro b a b le m e n te inspirado p o r la ob ra de C arnap relativa a la sintaxis lógica, M orris se volcó d esd e su co n tin u o trabajo en teorías de la m ente(M orris, 1 9 3 2 ) y su o b ra sob re su p rofeso r G eorge H erb ert M ead (M orris, 1 9 3 4 a ) a a rtic u la r una teoría técn ica de los signos y los sím bolos. M orris p ro c u ró g en eralizar el p ro g ra m a sin táctico de C arn ap y tra ta r n o solo a los sign ificad os (sin tácticos) form ales de los signos, sino tam bién a los sig­ n ificados em p íricos (o sem án ticos) y p rácticos y éticos (p rag m ático s) de aquellos. B u scan d o co n tin u a m e n te co n stru ir puentes y re co n cilia r p un tos d e vistas filosóficos (y cultu rales) en oposición (“síntesis” es tal vez el term i­ n o sustantivo m ás frecu en te en los escritos filosóficos de M orris) el p ro g ra ­ m a d e M orris incluía a la sintaxis, a la sem án tica y a la p ragm ática bajo la

11 M onis, propuesta “Instiuite o f Philosophy’', 1 t!e marzo ción científica del mundo

sirve a la vida y Ui vida la acoge (N eurath et ai 1929, pp. 3 17-318). M orris a co rd a b a p len am en te c o n que el fu tu ro de la filosofía yacía en ta d ire c ció n de la cie n cia y en que el fu tu ro d e la socied ad yacía en la

d ire c ció n del socialism o d e m o crá tico cien tíficam en te in form ad o. E n su Pragnialism an d the Crisis of Democracy, p o r ejem p lo, criticó al “capitalism o irre stricto ". E s d em asiad o individualista y no está “o rien tad o y co n ceb id o social y m o ra lm e n te ” (M orris, 1 9 3 4 b , p. 2 0 ) c o m o d ebería estarlo un sistem a e c o n ó m ic o .

“El significado cultural de la ciencia” de Morris A p esar de la tem ática política d e su co n ten id o , el folleto d e M orris era re la tiv a m e n te p o c o agresivo y c o m e d id o . L o m ism o p u ed e d ecirse de sus escrito s iniciales para el m o vim ien to de U nidad de la C iencia, En un artícu lo que p u b licara en Erkenntnis, p o r ejem plo. M orris d elib erad am en te evitó d iscu tir lo q u e vio co m o “el significado social de la unión d e las fu er­ zas cien tíficas” en la vida co n te m p o rá n e a a causa d e que Philipp F ran k le h ab ía ad vertid o que el p eriód ico estab a siendo exam in ad o p o r au torid ad es nazis y tai vez estaba -p re d ijo c o rre c ta m e n te F r a n k - p o r ser su p rim id o .22 T al vez p o r esta y otras razones sim ilares, p o co después de que re to rn a ra del P rim e r C o n g re so In tern acio n al p ara la U nid ad de la C ien cia en París, el en tu siasm o d e M orris a ce rc a d e la “im p ortan cia cultural de la cien cia" se d e jó ver en una ch arla que d io en la Universidad de M innesota (Reisch,

2 0 0 1 b ). M orris co m e n z ó p o r c o n e c ta r el e m p eo ram ien to de la crisis p olítica en E u ro p a con las crecien tes in certid u m b res en filosofía, arte, p olítica, ética y cie n cia social. E n m ed io de esta con fu sión in telectu al, exp licab a, la cien cia estab a bajo ataq u e' en E u ro p a, p o r fascistas y totaliLaristas y en los Estados U n id o s d o n d e , en palabras de E ric T em p le Bell, había un “resen tim ien ­ to c o n tra tod o lo que fuera racio n al y cien tífico” Así, M orris se dispuso a d e fe n d e r a la cien cia co n tra estos violentos ataques, En resu m en , la c o n ­ fe re n c ia es el m anifiesto de M orris p a ra el cientificism o. U n a razó n p o r la cual M orris n u n ca publicó “La significancia cultural d e la c ie n c ia ” es que este p resen ta un relato más resuelto d e los conflic­ tos y la p olítica que dirigían a la filosofía acad ém ica cu an d o se lo co m p ara c o n sus escritos ya publicados, siem p re libres de polém ica y de tinte ed u ca­ d o . P o r ejem p lo , las afables líneas de “p ragm atism o” que p resen tara en su fo lleto “P ragm atism and the Crisis o f D em ocracy" da lugar a lo que llama u n a “p elea de fam ilia” entre Dewey, p o r un lad o y los colegas de M orris en

n M orris recuerda esta conversación con Frank en Morris a Neuralh, 15 de noviembre de 1934, o n n , El artículo en cuestión era Morris (1935) l-jim iiln is fue publicada desde 1930 a 1939, a u n q u e su vida en la Alemania nazi con el editor Félix Meiner finalizara luego de 1938. El últim o volum en fue publicado en H olanda con Van Stockum & Z0011.

C h icag o, C h a m e r P e rry y Frank K night, p o r el o tro . L a disputa in volu cra un d e sa cu e rd o fu n dam ental resp ecto de la n atu raleza de la cien cia y d e la resp etabilid ad Filosófica del cientificism o. T am b ién c o n e c ta m ás d elibe­ ra d am en te la re a cció n an ticien tífica a lre d e d o r del m u n d o co n la p olítica in telectu al de la U niversidad de C h icag o . M orris insinuó que H itch in s y A dler, q uien es estaban en tre los más d estacad o s rep resen tan tes del m ovi­ m ien to n eotom isca d e las d écad as d e 1 9 3 0 y d e 1 9 4 0 ,23 exh ib ían la m ism a ten d en cia filosófica y em ocional en su ven eración a A ristóteles y T om ás q ue in du jo a los segu idores de MussoHni y H itler. L a aserció n ce n tra l de M orris fue que la sign ifican cia cultu ral d e la c ie n cia (y a fortiori, del cientificism o en filosofía, arte y é tica ) rad icab a en el p o d e r de la cien cia p ara c re a r valores sociales y civiles. Esa es la razón p o r la cual la cien cia tenía que ser d efen did a. La pregunta de mayor trascendencia am e la ciencia de hoy es si ha de ser convertida simplemente en un instrum ento y un sirviente de las nuevas icndencias nacionalista1!, o si la ciencia y el hábito mental científico han d eju g aru n papel creativo m ayor a sí mismos al proveer la mentalidad del futuro (Reisch, 2 0 0 J b)

A p artir d e la ad o p ció n de la cien cia y de su d efensa c o n tra el totalita­ rism o fascista, el m ovim iento d e U n id ad de ia C ien cia co n trib u iría así a resp ald ar a la d e m o cra cia en el fu tu ro. AJ m ism o tiem p o, el m ovim ien to se d ed icaría a la tarea que asignara a la “filosofía" en sus p rop u estas an te rio ­ res p ara un in stitu to de filosofía en la U niversidad de C h icag o . A p artir del m o n taje y la in terp retació n de la in form ación científica d esde d iferen tes especialidades en un tod o más u n ificad o, la socied ad p od ría alcan zar u n a nueva síntesis cultural e intelectual p a ra reem p lazar la tu rb u len cia y des­ u n ió n de la p resen te ép o ca intelectual. D esde este p u n to d e vista, la c a rre ­ ra d e M orris a m ediados de la d écad a de 1 9 3 0 tuvo una c o h e re n cia re m a r­ cable e n tre sus co m p o n en tes p erson ales, filosóficos y p olíticos: d u ran te los m ism os años que M orris ayudó a sus nuevos colegas a em ig rar d esde n acio n es en fas cuales no eran m ás bienvenidos o ya n o se e n co n tra b a n a salvo, cre ía que estaba facilitando su p articip ació n en la co o p e ra c ió n in te­ lectual in tern acion al que podría, al fina!, alcan zar una clase d e salvación p ara tod a la cu ltu ra occidental.

^Además de Adler y Hntcliins, otros miembros prominentes def movimiento ncotonustn fueron Jaeques Mariutin, Etienne Wilson, Kart Banh y, podría decirse, Henri Hcif'son y Ptcrre Duhem,

Otto N e m lli. Charles M onis. Rudoll Carnap y Philipp Fnnk

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Descontento d e Morris con el movimiento de Unidad de la Ciencia A unque M orris siem p re presionó a sus colegas para h a c e r del m ovim iento de U n id ad d e la C ien cia u na entidad am plia y ecu m én ica, p e rm a n e ció c o m o un leal co la b o ra d o r de quien adm inistraba la en ciclop edia hasta sus días fina­ les en la d écad a de 196 0 , m u ch o después de que otros in tegran tes del movi­ m iento se hub ieran volcado a la inactividad. A un así, M orris, el alguna vez d iplom ático que en ten d ía que las tensiones y desacuerdos p o d rían co existir cod o a c o d o con la colab oración unificada, com en zó a alen tar a sus colegas a p o n e r un énfasis cultural más deweyano sobre los valores sociales y cultu ­ rales en su trabajo de p arte del m ovim iento. En el m ed io de la organ ización del C o n g reso In tern acion al que ten d ría lugar en H arvard en 1939, M orris expuso en el fo ro d e U nid ad de la C iencia de Syniheseque el m ovim iento esta­ ba p erd ien d o su potencial para tran sform ar y mejora»' a la cultura. P o r p e r­ m an ecer d em asiad o estrech am en te ligado a las ciencias n a u m le s y al estar fracasando en p rosegu ir la búsqueda del pragm atism o n o rteam erican o p ara in tegrar “los estudios socio-hum anísticos con el más am plio c u e ip o de co n o ci­ m iento y p ro ced im ien to científicos”, el m ovim iento estaba d esap ro vech an d o op ortu n id ad es históricas. L uego de h ab er ensalzadoel potencial de la cien cia para c re a r valores culturales en su disertación en M innesota, M orris estaba evid en tem en te con stern ad o de ver a sus colegas rezagarse y d esaten d er asun­ tos que c o n ce rn ía n a la ciencia social y a los valores. M orris creía que sin el liderazgo q u e el m ovim iento podría proveer, “las fuerzas culturales creativas" nunca p od rían g an ar en fortaleza y prestigio desde u n a alianza co n la ciencia natural. En lu gar d e ello, estas fuerzas p erm an ecerían con ten id as en una era científica restringida que equivocadam ente con sid erara a los estudios de “la m en te, el valor, el arte y el com p ortam ien to m oral" c o m o n ecesariam en te no científicos {M orris, 1938a, p. 2 8 ). Morris insistía en q u e ciertam en te este no era el caso. L es record ab a a sus colegas que su teoría sem iótica tripartita de los signos proveía acceso a lo restringidam em e técn ico c o m o así tam bién a los am plios significados culturales en un lenguaje científico. Tal vez en p ro cu ra de lid erar con el ejem p lo, M orris e x p lo ró aquellas m ism as áreas q u e reco m en d ab a al m ovim ien to que alen tara. A d em ás de su trab ajo en a rte y d iseñ o, tam bién se a d e n tró v alie n te m e n te en la filo­ sofía de la relig ión d esd e d o n d e p ro c u ró te n d e r un p u e n te e n tre la c ie n ­ cia em p íric a y et p en sam ien to religioso. H izo esto a p e la n d o a la teo ría de la con stitu ció n d e W illiam Sheldon q u e p ro p o n ía y afirm ab a la verifica­ ción e m p íric a d e c o rrelacio n es e n tre la co n fig u ració n física de un indi­ viduo (o “s o m a lo tip o ”, c o m o lo llam aba S h eld o n ) y su te m p e ra m e n to o p erson alid ad g en eral. E n su libro Palhs of Life: Preface to a Wórltt Religión (1 9 4 2 ), M orris c o n e c tó la taxo n o m ía de tos tem p eram en to s de S held on

co n perspectivas religiosas tradicionales. Así c o m o la “filosofía del c o ra z ó n ” de M o n is (d escrita en su “P ragm atism and the Crisis o f D e m o cra cy ") fue u n a síntesis selectiva del m arxism o, él tom ism o y el fascism o, M orris re c o ­ m en d ab a en Pahts o f Life q u e los seres hum anos cultiven c o n sc ie n te m e n te un tipo de p erson alid ad o tem p eram en to que sintetizara y b a la n c e a ra las principales caracte rística s de todos los tem p eram en to s d o m in an tes. Así, M orris esbozó n ad a m e n o s q u e u n a nueva religión m undial (u n a o rie n ta ­ ción co sm oló gica d e n tro del m u n d o y la socied ad ) que M orris d e n o m in ó p o sterio rm en te M aitreya, el p ró x im o profeta fu tu ro del budism o. N o so rp ren d e q u e la in cu rsión idiosincráiica d e M orris e n la religión y en la teoría de la p erson alid ad n o fuera muy p o p u lar e n tre sus colegas em piristas lógicos. N eu rath se había escandalizado p o r el lib ro y n o e n c o n ­ tró n ada e n él c o n lo cual p ud iera estar de acu erd o .'^ C arn ap p e rm a n e c ió colah orativo y com p ren sivo co n esta y otras in vestigaciones sub siguien tes de M orris -lo s dos fu ero n siem p re buenos a m ig o s - p e ro no se in volu cró c o n los escritos d e M orris sob re religión o con las teorías de S h eld on en ningún sentid o sustantivo. L a incursión de M orris en la religión y e n la teo­ ría de valores no fue lo ú n ico q u e causó su ap artam ien to y m argin alizació n d e la p rofesión d u ra n te las d écad as de 1 9 5 0 y 1 9 6 0 . Signs, L anguage, and Behavior (1 9 4 6 b ), la ob ra té cn ica de sem iótica de M orris, sufrió u n a p o b re acogid a y p ara los p rim ero s añ os de la d écad a de ] 9 5 0 su o b ra se había tor­ n ad o p rim ariam en te e m p írica y descriptiva. Se u n ió a las filas de m u ch o s teólogos, sociólog os, p sicólogos y hum anistas al p ro m o c io n a r u n a nueva "cien cia del h o m b re ” in iercu liu ral an te las lensiones políticas y cultu rales de la G u erra Fría. C o n fond os provistos p o r varios añ os p o r la F u n d ació n R ock efeller, M orris se d e d ic ó a estudios basados e n cu estion arios d e estu­ diantes universitarios en C h in a, India, E u rop a y los Estados U nid os. Así, 1as esp ecu lacion es sh eld on ian as de M orris ace rca d c los “cam in o s d e la vida” se con virtieron en estud ios em p íricos a ce rc a de lo que a h o ra se d en o m i­ nan “estilos de vida” y fu eron pensados co m o u n a co n trib u ció n a la plani­ ficación in telig en te y d elib erad a de la vida cultural del fu tu ro. Sin em b ar­ g o , Morris n o ab a n d o n ó las ideas de Sheld on , dado q u e siem p re buscó co rrelacio n es e n tre los valores y p referen cias in dicados p o r los acusados y sus som aioiipos sh eld o n ian o s .a5 L a investigación d e p o sg u erra de M orris,

Neuralh expresó su escepticism o acerca de tas tipologías d c Sheldon pnni las confi­ guraciones corporales y las peniunalidades en Neurath a M orris, 28 de diciem bre de 19-12, c: mi'. Neurath era escéptico rio sólo para con Sheldon, sino también para con ta apelación de Morris a Speng ler contra quien Neurath había publicado anteriorm ente mía enfática crítica (N eurath, 1921) ‘£ ’ Las investigaciones de posguerra por parte de M o n is relacionadas con los valores se encuentran ejem plificadas en Morris (1948b , 1951 y 19S6).

p o r lo ta n to , p erm an eció sien d o tan to científica co m o cu ltu ral, del m ism o m o d o q u e lo fu era en la d é ca d a de 193 0 . E n una de sus p rop u estas, indi­ cab a q u e u n a razó n p ara visitar las “grandes culturas" de In d ia, C h in a y Rusia e r a facilitar “el in tercam b io in tern acion al d e ideas e ideales y de este m o d o co n trib u ir a c re a r las ideas y los ideales ap rop iad os p ara el m u n d o c o n tem p o rán e o ”.26 R u d o lf Carnap

(1891-1970): lógica y humanistno

\

De los tres líd eres originales del m ovim iento de U nidad de la C iencia, C arn ap fu e quien puso m ás énfasis en el tem a d e la d e m a rca ció n en tre filosofía y política: L a lógica, incluyendo la lógica aplicada y !a teoría de) co n ocim ien to , el análisis del lenguaje y la m etodología de la ciencia, son, cotilo la cien cia misma, ncutraics respecto de los objetivos p rácticos, independientem enu: de que sean objetivos morales para el individuo u objetivos políticos para la sociedad (Carnap, 1963a, p. 23)

Su visión d e la filosofía c o m o una em p resa n eutral resp ecto de la política d evin o, en tiem p os de p o sgu erra, en una cuestión cen tral p ara la rep u ta­ ció n del em p irism o lógico c o m o u n p rog ram a estrictam en te filosófico. C arn ap tam b ién dio apoyo a esta perspectiva c o n su p rop io ejem plo. Su e n o rm e o b ra (sus escritos tem p ran os en filosofía del esp acio y del tiem p o, su p roy ecto construcüvista en el Logische Aufbau derWelt, el p ro g ram a sintác­ tico d e The Logical Syntax o f L anguage y sus escritos m ad u ros e n sem án tica y ló g ica inductiva) fue u n a proyección de m u ch o de lo que llegó a c o n ta r c o m o filosofía de la cien cia profesional. C am ap tam bién o fre ció los infor­ m es más respetables y específicos d e lo que la "unidad de la cie n cia ” o la “cie n cia u nificada" p od rían significar p ara los científicos y los filósofos. Así, C arn ap n o solo ayudó a N eu rath y a Morris en la organ ización del movi­ m ie n to de U n id ad de la C ien cia, sino que tam bién asegu ró q u e ju n to a los an u n cio s p rogram áticos del m ovim ienlo quedaban pendientes los m odelos específicos de có m o los lenguajes científicos p od rían ser (o llegar a ser) vin culad os e n tre sí, o d e c ó m o los p roced im ien to s científicos (tales co m o la in d u cció n ) p o d rían ser form ulados com o h erram ien tas g en éricas a ser utilizadas p o r todas las disciplinas científicas. A través de estos escritos, sin e m b a rg o , hay muy p ocas elab oracion es sobre la relevancia p olítica o social

2(i Morris a W alter S. Rogers, Instituto de Asuntos Mundiales Contem poráneos, Nueva York. 21 de m a n o de 1943,

gm

Morris

no

volvió a Rusia.

del em p irism o lógico o de la unidad de la cien cia, a la vez que ab u n d an los re co rd a to rio s de q u e la p olítica y la filosofía son em p resas estricta m e n ­ te d iferen tes. C o n to d o , c o m o verem os en el cap ítu lo 13, C arn ap e ra u n h um an ista c o m p ro m e tid o y m u ch as veces activo que usaba su rep u tació n in telectu al p ara el avance de causas políticas y sociales o p a ra asistir a individuos que él cre ía que p od rían beneficiarse de sus esfu erzos. V arios factores c o n tri­ buyen a e lu cid ar el insólito activism o d e C a m a p a favor del n eu tralism o . U n o es su co n tin u o d eb ate con N eu rath a c e rc a d e la relev an cia p olítica del em p irism o lóg ico y la inflexible perspectiva de N eu rath d e que estas dos cu estion es no p u ed en s e r legítim am en te separadas. A un q ue C arn ap hizo n o ta r que en “con versacion es privadas” llegó a un “c o n ta c to m ás c e r ­ can o c o n las ideas de N eu rath ” a c e rc a del m arxism o y las relacio n es e n tre el em p irism o lóg ico y los "gran des p ro ceso s h istó rico s” del m u n d o (1 9 6 3 a , pp. 2 3 -2 4 ), su a veces torm en tosa am istad intelectu al (c o m o se d iscu te en el cap ítu lo 10) m ás bien llevó a que C a m a p d efen d iera las im p ortan tes dis­ tin cion es p rog ram áticas tales co m o a la q u e aludim os e n tre la filosofía y la política. Si n o lo h ub iera h ech o , p u ed e h ab er razo n ad o , N eu rath eventualm en te las h ub iera d escartad o y las hubiera h e c h o a un lado. O tro facto r in volu cra asuntos e xp lo rad o s p o r David H oilin ger, a sab er, que la n eutralid ad p o líú ca de la filosofía p articip a en “la m eta ideal de u n a h erm an d ad universal de honestos in d ag ad o res distanciados d e la religión y del sectarism o étn ico " (1 9 9 6 ,p . 15) Esta m eta ideal consiste en u n a re a c ­ ción al antisem itism o, el cual d esem p eñ ó un papel n o m e n o r en la d eci­ sión p o r p arte de varios em piristas lógicos d e em ig rar a los E stados U nidos. C o m o verem os m ás ad elante, los en red os d e C a m a p co n las c o n trove rsias relacion ad as con los ju ra m e n to s d e lealtad m acartistas en la U niversidad de C alifornia lo e n co n tra ro n d efen d ien d o un p a re c e r sim ilar al so sten er que solo factores de índole acad ém ico d eb erían estar in volu crad os en cuestiones de profesionalism o académ ico. El n eutralism o de C arn ap tam bién p u ed e ser en ten d id o - y c a lifica d o sob re la base de su m ad u ra división en to rn o al estudio del len gu aje en sin­ taxis, sem án tica y p ragm ática. El análisis sin táctico y form al, c o n c e rn ie n te solo a los sím bolos y a sus reglas internas de co m b in ació n , p u ed e llevarse a cab o in d ep en d ien tem en te del análisis sem án tico , el cual ad em ás to m a en con sid eración las relacion es de los significados e n tre los sím bolos y el m u n do extrasim b ólico. De este m o d o , tan to la sintaxis co m o la sem án tica p ueden ser em p ren d id as abstrayéndose del estudio “p ra g m á tico ” el cual involucra adem ás a los individuos que utilizan el lenguaje p a ra varios p ro ­

pósitos, in clu yen d o fines sociales o ético s ,27 C u an d o C a m a p in tro d u jo su P rin cip io d e T o le ra n cia -s u p olítica de q u e “todos son libres de u sar el len ­ guaje m ás ap ro p ia d o p ara sus p rop ósitos" (1 9 6 3 a , p. 1 8 ) siem p re y c u a n ­ d o el len gu aje sea in tern am en te c o h e r e n te - escrib ió: "en la ló g ica, n o hay m o ral" (C a rn a p , 1 9 3 7 c , p. 5 2 ). L a ob servación de C a m a p era que e n la cre a ció n o análisis de los len­ guajes n o hay p roh ib icion es válidas a priori T o d o vale. P e ro ia au sen cia de p ro h ib icio n es no im plica que el análisis filosófico técn ico se realice sin te n e r en cu e n ta valores y m etas que en ú ld m a instancia son p ragm ático s. Esta ob servación se to rn a más clara que n u n ca en la tardía fo rm u lación de los “m arco s d e len gu aje” p o r p arte de C a m a p d e a cu e rd o a la cual las cues­ tiones filosóficas internas al m a rco -s u sintaxis y su s e m á n tic a - difieren d e las cu estion es extern as y pragm áticas en relación al m a rco y de su utilidad p a ra lo g ra r los objetivos personales (C arn ap , 1 9 5 0 ) Si u n o se in volu cra en p royectos d e sintáctica o sem ántica que son , e n el sentido carn ap ian o , inde­ p en d ien tes d e la m oral o de la política, d e cu alq u ier m a n e ra , tales involucram íen to s igu alm en te no están ab solutam ente libres de tod o co m p ro m iso m o ral o p rag m ático , d ad o que u n o ha esco gid o ese m a r c o y p articip a así - c o m o N eu rath insistió c o n C a rn a p - del “p ro ceso h istó rico " (cu alq u iera q u e sea e s te ) q u e puso a disposición ese m a rco . Es d ecir, algu n as e leccio ­ nes y d ecision es son a la vez constitutivas d e la p ráctica person al ( “¿estudia­ ré fen o m en o lo g ía o filosofía de la b iología?”) e incluso están d eterm in ad as p o r p reo cu p acio n es, intereses y creen cias extrafilosóficas, C arnap m ism o re c o n o c ió esto en el p refacio de su Aitjbau d o n d e las p reo cu p acio n es polí­ ticas e ideológicas son (m o m en tán eam en te) expulsadas de la filosofía sob re la base de u n a distinción en tre lajustificación de u n a tesis (d en tro de algún m a rco ) y cu estion es de sociología, historia y psicología: Toda tesis científica tiene que fundamentarse racionalmente: pero esto no significa que la filosofía tenga que alcanzarse racionalmente mediante el uso del entendimiento. La actitud fundamental y la orientación de los intereses no nacen de una deliberación intelec­ tual, sino que están condicionados por el sentimiento, el instinto, la disposición, y las condiciones de la vida de cada uno. Esto no vale solo para la filosofía, sino también para las ciencias más racionales: la física y las matemáticas, Pero lo decisivo es [ ...] fundamentar una Lesis (C am ap, 1969, p. xvii).'

27 C am ap (1939, p. 146) Véase también C am ap (1942, p. !1). S e sigue la versión en español: Camap, R. (1 9 8 8 ), Isi tom lrurción ¡ógirjidri mmirlu. (rad. L. Mués de Selirenk. M éxico, Fondo de Cnhura Económ ica. [N. del T ]

L a fo rm u lació n d e C a rn a p re c o n o c e ' que la filosofía p ra c tic a de la cie n cia p u ed e estar c o n e c ta d a d e este m o d o c o n cu estion es de so ciolog ía, historia y p sicología. M ás ad elan te en el Aufbau, C a m a p exp lica c o n d eta­ lle algu n as d e estas c o n e x io n e s c o m o las vio en su p ró p io caso. N o tó que la nueva filosofía d e la cien cia involucraba u n a actitu d y un sen tim ien to co m p a rtid o p o r o tro s m ovim ientos y “form as d e vida". El espíritu co lecti­ vo de la nueva filosofía, c o m o lo d escrib iera C a m a p , co n e cta b a a la filoso­ fía d c la cien cia c o n

o tra s

áreas de la vida m o d e rn a y tam b ién con trib u ía

a re sp o n d e r a aquellas "n ecesid ad es del c o ra z ó n ” (Bedürfnisse des Gemüts)* que, d esd e L otze, e ra n vistas co m o la ju stificació n de la m etafísica extracientífica. E n el n uevo y m o d e rn o p roy ecto , sugería C arn ap , estas n ecesi­ dades en cu e n tra n alg u n a satisfacción en “la clarid ad de los co n ce p to s, la p recisión d e los m éto d o s, la in tegrid ad de las asercio n es y los logros a tra­ vés de la c o o p e ra c ió n , a la cual se sub ordin a el individuo”.‘,iB C arn ap n o estaba o b ligad o a h a ce r estos co m en tario s, ni los hizo a la ligera. H ab ía p en sad o d u ra n te m u ch o tiem p o a c e rc a d c estas reales au n ­ q u e oscuras relacio n es e n tre las necesidades y las cap acid ad es in telectu a­ les y e m o cio n ales. V arios añ os an tes, p o r ejem p lo, en c a rta a B ertran d Russell, lo felicitó p o r su pacifism o y su socialism o ab iertos al estab lecer la p reg u n ta, ¿Es m era co in cid en cia qtic la gente que logra ¡a m ayor claridad en el área más abstracta de la lógica m atem ática es tam bién aquella que se o p o n e, clara y enérgicam en te, a la lim itación del espíritu h um ano p or m edio de la con m oción y el m enoscabo en el á rea de las relaciones huinaiias!’',ifl

C laram en te, C arnap n o p ensaba que esta c o in cid e n cia fu e ra u n a m era co in cid en cia, p e ro ta m p o co d aba con una causa sub yacente para ella que resu ltara evid en te. El nuevo en foq u e en filosofía, c o m o lo d escrib ió en el Aujbaii, re c o n o c ía q u e el in telecto está in cru stad o en c o n te x to s socia­ les y em o cio n ales m ás am p lios y p o co co n o cid o s. El e n fo q u e consiste en

* En ¡(lemán en el original. [N. del T .] Carnap (1 9 6 9 ). Aquí, la traducción « d e Gabriel (2004, p. 11), donde la frase “coopera­ ción, a la cual el individuo se subordina a sí mismo" enfatiza los ideales colectivos que imbuían n Carnnp, sugiere Gabriel, desde sus experiencias de !¡i niñez en el joven m ovim iento alemán [Se sigue aq u í a ía versión en español citada. N, del T ,] ** Carnap a Russell, 29 de ju lio de 1922, a s i * RC 102-Ü8-3I. Para más acerca de las tem ­ pranas relaciones, tanto personales com o intelectuales, de C am ap con Russell, véase Reck (200-1). Para una mirada ré d em e ul activismo político de Russell, véase Russell (20(JÜ).

“d e m a n d a [r] claridad e n tod o sitio, p ero re c o n o c e [r] q u e !a fáb rica de ia vida n u n c a p u ed e ser c o m p re n d id a del todo". Tal vez esta es la razón p o r hi q u e la con fian za d e C arn ap en q u e ia filosofía cien tífica p ro sp era­ ría, esto es, q u e esta “actitu d " cien tífica “triunfaría en el fu tu ro ”, e ra u n a cuestión d e “f e ” (ibid., p. xviii). M orris y N eu rath n o estuvieron siem p re solos cu an d o se entusiasm a­ b an con la im p o rtan cia p olítica y social de la cien cia y su m o vim ien to en la d écad a d e 1 9 3 0 . C o m o co n se cu e n cia del P rim er C o n g reso In tern acio n al y m ien tras en señ ab a en H arv ard antes de ir a la U niversidad de C h icago, C arn ap fu e en trevistado en u n a em isión radial p o r el geó lo g o de H arv ard , Kirtley M ath er. A un q ue lu ego, en la d écad a d e 195 0 , M ath er d even d ría en u n o de los líd eres de los in telectu ales radicales del país, fu e C arn ap quien co n d u jo su discusión a c e rc a de la lóg ica y la claridad de p en sam ien to en u n a d ire cció n ab iertam en te política: M ath er1 A mi p a recer, m ucho del pensam iento confuso se debe al fracaso en ver lo inadecuado de los datos desde los cuales, con dem asiada frecu encia, se extraen conclusiones de largo alcance. C arnap: Sí, no cabe duda de que en la vida diaria esta im p ortante [ .. . ] condición para el pensam iento lógico con frecu encia se ve descuidada. Los hom bres esperan un futuro que satisfará sus espe­ ranzas y deseos, aun cu and o tales expectativas están basadas inad e­ cuadam ente en hechos observados. De) mismo m odo, engañados p or sus deseos, los hom bres cucnm n con que el co m p o rtam ien to ajeno coincidiría con sus propias necesidades. Es de este m odo que debem os exp licar la co n d u cta de diferentes naciones, razas y clases sociqles, puesto que, desafortunadam ente, su co n d u cta está con trolad a m ayorm ente p o r pasiones en lugar de la reflexión sobre los h ech o s de la psicología y de las ciencias sociales. Sus expectativas, fundam entadas inadecuadam ente, son seguidas regularm ente p or la d ecepción an te la co n d u cta de otros grupos: p ero los fracasos de sus esperanzas, en lugar de llevarlos a la co rrecció n de sus p re­ suposiciones erróneas, se tornan frecuentem ente en una infantil rep rob ación de grupos opuestos en el nom bre de la m oralidad (C arn ap , 1936a)

P o r su p u esto, la claridad de p en sam ien to y el en ten d im ien to de la psico­ logía h u m an a n o im p lican u n a agen d a p olítica particu lar. E n este sentid o, una vez m ás, el p roy ecto de C arn ap era n o p olítico. P e ro estos c o m e n ta ­ rios m u estran que C a m a p estriba p reo cu p ad o p o r los p o ten ciales efectos sociales y p olú icos de su ob ra filosófica. Así, creía que si los ciu d ad an os

y sus líderes n o fu eran “en gañ ad o s p o r sus d eseo s", si estuvieran m ejo r in form ad os a c e rc a d e los fu n d am en to s cien tíficos d etrás de sus supues­ tos a c e rc a d e otras p erson as (o c a re cie ra n de los m ism os) y si fu eran más cap aces d e co m u n icarse e n tre sí, la co o p e ra ció n p acífica e n tre sociedad es y n acio n es p o d ría con segu irse con m ayor sencillez. A un q ue en el p roy ecto de C arn ap la lógica y la filosofía de la cie n cia p u ed en p e rm a n e c e r inde­ pen d ien tes d e la p olítica, la p olítica no es in d ep en d ien te d e la lóg ica y d e la filosofía d e la ciencia. En este y otros casos, especialm en te d u ra n te la G u erra F ría y c o m o se discute en el cap ítu lo 13, C arn ap n o esco n d ió su o rien tació n políti­ ca de izquierda. En 193 9 , aco rd ó ser sign atario del nuevo C om ité p ara la L ibertad C ultural o rgan izad o p o r Sidney H ook. Este c o m ité (y un gru p o p aralelo d om in ad o p o r los editores de la Partisan Revietu, llam ad o L iga p ara la L ib ertad Cultural y el Socialism o) a tacó a los in telectu ales com u n istas p o r segu ir servilm ente los ráp id am en te cam b ian tes d ictad os del P artid o C om u n ista .30 P ara este m o m en to , p o co desp ués del p acto H itler-Stalin, las distinciones p op u lares en el ám bito de la izquierda e n tre el fascism o y el socialism o soviético habían co m en zad o a disolverse' el m an ifiesto d e la Partisan Review co m p arab a at estalinism o y al fascism o ( “A la d eificación d e H itler y Mussolini [estos in telectu ales] co n trap u siero n la d eificación d e Stalin”, C oon ey, 1 9 8 6 , p. 1 4 3 ), m ien tras que el m an ifiesto de H oo k , en térm inos más g en erales, puso c o m o blanco al “totalitarism o” y a la “idea totalitaria” en varias form as: Bajo etiquetas y colores variables, pero con un odio invarianic p o r ta libertad de pensam iento, la idea totalitaria ya está entronizada en Alemania, Italia. Rusia, Jap ón y España [ ..,] A través de p ropaganda

311Específicam ente, am bos grupos se pusieron com o Illanco a loa escritores c intelectuales en h Liga de Escritores Americano!;, una organización fundad» en 1935 a partir del Congreso de Escritores Internacionales que estuviera patrocinado p or el Partido Com unista y que fue diseñado para prom over et estalinismo en el público norteam ericano com o parle de las más amplias estrategias del “frem e popular" del partido. Más alarm ante para H ook fue el co n tra! de Moscú (y la aquiescencia de los intelectuales) sobre el contenido m ismo de los escritos. En particular, el radicalismo tenía que ser atenuado; “el punto de vista marxista rsprcípfo debe en gran parte desaparecer" (Coone)’, 1986, p. 81) Para ¡os intelectuales de la Partisan lluview, su desarrollo amenazaba su visión de un renacim iento liierario ío cialista en los Estados Uni­ dos, conducido por auténtica literatura norteam ericana y germinas novelas “proletarias”. De cutre las aproxim adamente 120 personas que firm aron el m anifiesto de Hook y que estaban vinculadas con la filosofía o con la filosofía de la ciencia, se cuentan, adem ás de Carnap y a Hook, n jo lin Dewey, Arthur Bentley, Percy Bridgman, E. A. Buril, C. Watts C nnningham , Jrwin Edman, jesse Ho!m es, Orase Kallen, Artlmr Lovejoy, H A. O v em ree t, Ralph Bni'ion Perry, George Sabine y el sociólogo Louis Wirtli, Para m u revisión porm enorizada de las personas que firm aron el m anifiesto de la Liga, véase Folsom (1994)

subsidiada, a través de agentes energéticos, a través de la presión política, los estados totalitarios tienen éxito en infectar a otros países con sus falsas doctrinas, en intimidar a los artistas y eruditos independientes yen diseminar el pánico entre los intelectuales [...] En miedo o desesperación, se apresuran en exaltar un tipo de servi­ dumbre intelectual sobre otra

J En lugar de resistir y denunciar

todo intento de encorsetamiento de la mente humana, glorifican, bajo lemas y nombres engañosos, el c o lo ro el corte de una camisa de fuerza en tugar de otra (Hook, 1987, p. 272). D esd e el p u n to d e vistad e C a m a p , el m an ifiesto se alin eab a c o n su p rop ia disyunción oficial e n tre la actividad in telectu al y la p olítica. Sin em b arg o , ei q u e p restara apoyo a las causas c a d a vez m ás virulentas y antisoviéticas de H oo k fue un gesto fran cam en te p olítico . C o m o se Lrata en el cap ítu lo 13, esta n o sería la ú ltim a vez que C arn ap se vio co m p ro m e tid o en cu estion es políticas a causa de Sidney H ook. A un q ue sí fu e la últim a vez q u e H o o k y C arn ap estarían del m ism o lado en las cu estion es p olíticas involucradas.

Philipp Frank (1884-1966): unidad de la filosofía de la ciencia Si las circu n stan cias hubieran sido ap en as d iferen tes, Philipp F ra n k hoy p o d ría g o z a r de la reputación q u e en realid ad m e re ce c o m o u n a figura cen tral e n la h istoria d e la filosofía d e la cien cia del siglo x x . Sin e m b a rg o , p o r al m en o s dos razones, Frank no estuvo en el fo co de la p rofesió n p o r m u c h o tiem p o . P rim ero, p erm an eció en E u ro p a hasta el o to ñ o de 1 9 3 8 y n o se u n ió a N eu rath , C arnap y M orris cu a n d o lan zaron la nueva en ci­ clo p ed ia y el m ovim iento en los E stad os U nidos. A pesar d e ello, Frank fu e u n o d e los coorigin adores del e m p irism o ló g ico . A ntes d e que el más fam oso c írcu lo al re d e d o r de M oritz S ch lick c o m e n z a ra a fo rm a rse después d e q u e Schlick llegara a la Universidad d e Viena en 192 2 , F ran k , N eu rath y H ah n se reu n ían regularm en te (y p o r varios añ os) en los cafés d e V iena, d u ran te las tard es de los días ju eves p ara c o m p a rtir sus críticas de la filo­ sofía y sus visiones de una “« ¡a p r o x im a c ió n ” reform ista "e n tre la filosofía y la cie n c ia " (F ran k , 1949b , p. 1 ). De este m o d o , Fran k , NeuraLh y H ah n fo rm a ro n lo que los historiadores en la actu alid ad d en o m in an c o m o el “p rim e r C írcu lo de Viena" (H aller, 1 9 9 1 ). O irá razón p ara el relativo an o ­ n im ato d e Fran k es que hizo un m ay or esfu erzo en relación al que h iciero n otro s a favor del movim iento de U n id ad de la C ien cia c u a n d o este esta­ ba m u rien d o . A unque Frank es re c o rd a d o c o m o un p ro feso r in sp irad o r y algu n os d e sus escriios y ediciones c o n tin u a ro n atray en d o le cto re s, cabe

d e cir - p o r razones q u e son profundizadas e n los capítulos su b sig u ien tesq ue F ran k y su legad o se h u n d ieron c o n el b a rc o .31 F ra n k fue fo rm a d o fo rm a lm e n te en m a te m á tica y física en las u n i­ versid ad es de V ien a y G ó ttín gen y estu d ió bajo los fisico m a te m á tico s Ludw ig B o ltzm an n , Félix K lein y David H ilbert. Su devoción a la m a te m á ­ tica y a la física igu alab a a su in terés p o r los escrito s d e M ach, P o in c a r é y D u h em -in te r e s e s q u e im p u lsaron las d iscu sion es de F ran k c o n N eu rath y H a h n h asta 1 9 1 2 . Ese a ñ o , F ran k d ejó V ien a p a ra o c u p a r el puesLO que su am ig o A lb ert E instein d ejara v a ca n te en la U niversidad d e P ra g a (S tad ler, 2 0 0 1 , p. 6 3 1 ). F ran k e n to n ce s se m u d ó al In stitu to d e F ísica T e ó r ic a d e P rag a d o n d e trabajó hasta su em ig ració n a los E stad o s U n id o s en el o to ñ o d e 193 8 . Sin e m b a rg o , F ra n k n o se lib eró d el lazo del C írcu lo d e V ien a d u ra n te los años que Sch lick lo d irigió. V isitaba con fr e c u e n c ia a sus co leg as en V ien a y en 1 9 2 9 o rg an izó el influyente c o n g re s o s o b re la “E p iste m o lo g ía d e las cien cias e x a c ta s" L lev ad a a ca b o bajo el au sp icio de la S o cied ad Física A lem an a en P rag a, F ra n k se ap ro v ech ó d e su p u esto c o m o p resid en te local p ara tra ta r c o n p rio rid ad una Tagesordnuug p a tro ­ c in ad a c o n ju n ta m e n te p o r la S ocied ad E rn s t M ach y p o r la S o c ie d a d p ara la Filosofía E m p írica, co n base en B e rlín , de R e ich e n b a ch (F ra n k , 1 9 4 9 b , p. 4 0 ) Las m em o rias de Fran k de esta sesión in tro d u cen una de las nietas d om in an tes de su ca rre ra e n te ra : la u n id ad de la cien cia y la filosofía. Los físicos y m atem ático s d e 1;¡ Sociedad Física A lem an a p ara la cual Fran k , C a m a p , Feig l, R eich en b ach , NeuraLh y H ah n p ro n u n ciaro n sus d ia ria s “no gu staban p articu larm en te de la idea de c o m b in a r este serio e n cu e n ­ tro cien tífico c o n u n a cosa estúpida c o m o la filosofTa’' (Fran k , 1 9 4 9 b , p. 4 0 ). P ara ellos, sugirió Frank , la filosofía con sistía en unos cu an tos p a re c e ­ res kantian os q u e p o co ten ían que ver con la teoría o la p ráctica cien tífi­ cas. A u n q u e estos físicos so p o rtaro n estas charlas en silencio h asta el final, F ran k se sintió an im ad o cu an d o , co n p o sterio rid ad , recib iera “u n a gran can tid ad d e cartas de p arte d e cien tíficos q u e exp resab an su g ran satisfac­ ción c o n q u e se h u b iera realizado un in ten to para log rar u n a c o h e re n te c o n ce p ció n del m u n d o sin co n tra d iccio n e s e n tre la cien cia y la filosofía” ( ibiíL, p p . 4 0 , 4 1 ; S tadler, 2 0 0 1 , p. 3 4 1 ) . A d em ás de p ro m o v e r un e n te n d im ie n to d e las íntim as c o n e x io n e s e n tre la cien cia y la filosofía, Frank tam bién instó a q u e la cien cia y la

31 El físico Cuy Eniety recuerda con cariño las clases de ÍI.I nk y me señaló que Jc re my Bern stein , escritor sobre temas científicos, se vio m ilitad o a dedicar su libro (19íS7) a Frank. En alem án en el original. Léase: "orden ilel ilín“ [N. del T ]

filosofía sean en ten d id as con ju n tam en te com o em presas ad ecu ad am en te históricas y sociales. F ran k a co rd ó c o n D uhem y P oin caré en que la cien cia d ifícilm ente con sistía en un ensam ble-de h ech os observados o e xp erim en ­ tados - c o m o sosten ía la influyente caricatu ra m ach ian a que F ran k p ro cu ­ rab a c o rr e g ir y c o n tra rr e s ta r - ya q u e la cien cia req u iere n ecesariam en te d e estru ctu ras c o n cep tu ales o “co n v en cio n cs” que sirvan para o rg an izar y d a r sen tid o a h ech o s em p íricos particulares (Fran k , 1949b , pp. 7 -1 6 ). A cau sa d e que las d iferen tes con ven cio n es podrían en sí mismas suscribir a d iferen tes clases d e p roy ecto s científicos y a que su ad o p ció n n u n ca esta­ ba d ictad a estricta m e n te p o r los h ech os em píricos disponibles, Frank vio al c u rso h istó rico d e la cien cia - d e h ech o , a su m ism o c a rá c te r con cep tu al en cu alq u ier m o m e n to p a rticu la r- c o m o estand o p arcialm en te d eterm i­ n ad o p o r las ele ccio n e s q u e realizan los científicos. E n especial p ara F ran k y p a ra N eu rath , el p rog reso y la co n d u cció n d e la cien cia ten ían que s e r en tend idos c o m o si estuvieran entrelazados no solo c o n "los g ran d es p rocesos históricos que suceden en el m u n d o ”, sino tam b ién co n los valores, hábitos y patron es dc vida q u e ro d ean y sostienen a la vida. J u n to c o n los h ech os observados o cread os e xp erim en talm en te, el c o n te x to social y los valores de un científico con trib uyen a d e te rm in a r sus e leccio n es in telectu ales c o m o así también la d irecció n p re p o n d e ra n te de la cien cia en la so cied ad . Así, y de m an era natural, F ran k fue con d u cid o a un n ú m e ro d e asun tos y actividades en la escen a intelectual n o rteam eri­ c an a, lo cual ayuda a e x p lica r su entusiasm o p o r el m ovim ien to d e U nid ad d e la C ien cia. Estos incluyen a la sociología de la cien cia, a la ed u cació n en cien cia, a la n ecesid ad de com b atir la excesiva csp ecialización en las cien ­ cias, a la b re c h a e n tre la cien cia y las hum anidades (in clu yen do a la filoso­ fía de la cie n cia ) y - e l tem a que podría decirse que a ctu ó co m o m otivad or para F ran k a lo larg o d e su carrera en los Estados U n id o s - a la necesidad d e que los hum anistas c o m o así tam bién los científicos en tien d an m e jo r el papel de los valores tan to en la ciencia co m o en el discurso social y polí­ tico. C o m o se verá en el capítu lo 11, Frank fue un m iem b ro solitario del m ovim ien to de U n id ad de la Ciencia, y asistía c o n regularidad a los c o n ­ gresos an uales que ten ían lu gar en Nueva York sobre “C ien cia, filosofía, religión y sus relacion es con el m odo de vicia d e m o crá tico " Estos co n g re ­ sos, q u e co m e n z a ra n e n 1940 y que fueron organizados origin alm en te p o r el rab í Louis Finkelstein y el Sem inario T eoló gico ju d ío en Nueva York, fu eron una ca ra cte rística com ú n del paisaje intelectu al n o rteam erican o en tiem p os de p o sg u e rra (B cu u ler, 1 9 9 7 ). Para Fran k , en tan to que auton o m b rad o e m b ajad o r de la filosofía d c la ciencia, aquellos con gresos fue­ ron un fo ro ideal en el cual pudo foijar co n exio n es intelectuales c o n una am plia co lecció n de intelectuales y desen m ascarar d e m an era sostenida

a los estereotip os pop ulares del "positivism o”, c o m o si fu e ra u n a cien cia n eu tral en cu an to a valores y e n to rn o al “relativism o" (p o p u la rm e n te asociado c o n la teo ría d e la relatividad de E in ste in ), que circu lab an e n tre m u ch o s in telectu ales en los añ os p osteriores a la d é ca d a de 1 9 3 0 (y que aún circu lan h oy). F ran k c o n c e n tró su aten ció n c o n tra la visión que sos­ tiene que la cien cia se p osicio n a a d ecu ad am en te sep arad a-d e la cu ltu ra, la historia, ta p olítica y de todas las cosas h um an ísticas; e instó a u n estu­ d io m ás d etallad o de todos estos factores, de su im p o rta n cia m u tu a y de las co n exio n es e n tre ellos.

La agenda sociopolítica del movimiento de Unidad de la Ciencia En base a estas breves d escrip cion es de los p roy ecto s d e N eu rath , M orris, C arnap y Fran k , se p u ed e ver c ó m o su colab o ració n en el m o vim ien to de U nidad d e la C ien cia se vio facilitada p o r las am plias áreas d e c o in cid e n cia e n tre ellos, a p esar de sus d iferen cias en otras cu estion es y d e sus o casio n a­ les discusiones. Incluso an tes de que se e n co n tra ra n p o r p rim e ra vez, en 1 9 3 4 , M orris, p o r u n lad o y N eu rath , F ran k y C arn ap , p o r el o L r o , ya c o m ­ p artían la visión de u n a nueva filosofía científica que ten d ría el p o d e r de re fo rm a r a la filosofía y (a través de la unificación y el c o m b a te a la sobreespecialización) a la cien cia m ism a. A su vez, la socied ad y la cu ltu ra o c c i­ dentales p od rían b eneficiarse d e los frutos de u n a c o n ce p ció n científica del m u n d o que p ro m etía la lib eración del an acro n ism o y d e las creen cias ep istem o lóg icam en te corru p tas, y que utilizaría a la cie n cia p a ra lo g ra r un m u n d o más estable, m ás pacífico y m ás tolerable. C o n fo rm e p rosp erab a d u ran te la últim a m itad d e la d écad a d e 193 0 , su m ovim ien to de U nid ad de la C iencia consistió en un in ten to de p ro m o v er estas posibilidades fren ­ te a o tro s intelectuales y ciud adan os ed ucados in teresad os y d e c o n trib u ir a realizarlas p rom oviend o la co o p eració n y el d iálogo en L ie especialistas en diferen tes cam p os de la ciencia. Si estos esbozos de los p ro y ecto s de sus líderes ayudan a estab lecer que el m ovim ien to que d irigían fue tan políti­ co c o m o im electu al y científico, en to n ces d eb ería h a b e r m en os dudas de que esto fue así a la luz d e las form as en las que el m ovim ien to fu e recib i­ do en el e n to rn o intelectual, altam en te politizado, de la ciu d ad de Nueva Y ork en la d écad a d e 1 9 3 0 .

La filosofía de la ciencia de izquierda en los Estados Unidos y la recepción del empirismo lógico en la ciudad de Nueva York

Q u e c ie rta filosofía de la cien cia p ro c u ra ra in volu crarse e n cu e stio n e s d e política y refo rm a social p rog resista n o e ra algo privativo d el C írcu lo d e V ien a ni del m ovim ien to de U n id ad d e la C ien cia en E u ro p a . A n tes d e, y sim u ltán eam en te co n , la em ig ració n del m ovim ien to a los E stad o s U nid os e n la d é ca d a de 193 0 , varios gru p os y d iferen tes faccio n es d e filósofos - t a n to locales co m o exiliados de E u r o p a - fu ero n d etrás d e p ro g ra m a s p rogresistas y reform istas que p ro c u ra ra n , c o m o c é le b re m e n te escrib iera M arx, n o solo e n te n d e r al m u n d o , sin o cam b iarlo. El p ro p ó sito de este capítu lo y d e los sigu ientes tres es e x a m in a r el p a n o ra m a d e la filosofía radical en la d é ca d a de 1 9 3 0 e n los E stad o s U n id os, c o n Ja finalidad tanto de e n te n d e r el m o d o en el q u e el em p iris­ m o ló g ico y el m ovim iento de U n id ad de la C ien cia fu ero n recib id o s en ese país, c o m o de estab lecer un c o n te x to p ara c o m p re n d e r c ó m o los p ro ­ yectos de ten d en cia de izquierda {tales c o m o el m o vim ien to d e U n id a d de la C ien cia) a la p ostre llegarían a ser rech azad o s, lu ego d e la g u e rra , p o r el sistem a acad ém ico establecido, el cual se había m ovido h a cia la d e re ­ ch a p olítica .1 E n p articu lar, a causa d e q u e d u ran te la d é ca d a d e 1 9 3 0 un e x tre m o de este e scen ario se caracterizab a p o r la p re s e n c ia d e filósofos q u e p ro clam ab an orgullosa y agresivam en te el c a rá c te r c o m u n ista de la clase de filosofía que p racticaban y a cau sa d e q u e tod o lo c o m u n ista vino

1

CHras iililes revisiones de la lupiicrda im eleciual norteam ericana del siglo xx incluyen

aA arcm (1 9 6 1 ) y Diggins (1992).

rs 11

a se r a b iertam en te p ersegu ido en la socied ad n o rteam erican a d u ran te la d é ca d a d e 195 0 , esta revisión con trib u irá a id entificar una p arte d e la carg a p o lítica q u e m á s tard e recayó en «1 m o vim ien to d e U nidad d e la C ien cia ya sea p o r aso ciación o p o r p roxim id ad .

Una revisión de la izquierda filosófica de la década de 1930 E n co n tra s te co n la política de la d e re c h a en la era d c la d ep resió n , q u e era de tin te aislacionista, de libre m e rc a d o capitalista, an tisocialista y teo ­ ló g ica m e n te con servad ora, la izq uierda filosófica de la d écad a de 1 9 3 0 estab a in co n fu n d ib lem en te u n id a p o r valores y creen cias que e ra n in te r­ n acio n alistas y n o aislacionistas, liberales (cu an d o n o socialistas), científicistas y ateas, m o d ern as y, sobre tod o, antifascistas. Sin em b argo, n o resu l­ ta s o rp re n d e n te que aun aquellos q u e ad h irieron a los mismos co n ce p to s o lem as p od rían im p u gn ar los significados q u e eran propios d c éstos. L a exp resió n "re fo rm a p rogresista" m uy p ro b ab lem en te significaría dos cla­ ses d e cosas d iferen tes si era p red icad a p o r un d em ó crata liberal o si era p ro n u n c ia d a p o r un m iem bro del P artid o C om unista. Para exp licar algunas de estas diferencias, los filósofos de izquierda y las revistas apoyadas p o r ellos (o que apoyaban a ellos) pueden ser distinguidos de a c u e rd o c o n tres ejes o variables: p rim ero, su grado de sim patía política co n M oscú y el P artid o Com unista oficial d c los Estados U nidos; segu n d o, la m ed id a en que veían a la filosofía c o m o una p aite integral de su o rien ­ tación y objetivos políticos; y, tercero , la profun d idad d e su com p ro m iso ya sea c o n el m a r a s m o co m o una cien cia em p írica de la sociedad o con algu­ na versión del m aterialism o dialéctico, con un n ú cleo m etafísico marxisuilenm ista. U n a vez superpuestas estas varias con sid eracion es, cu atro grupos más o m en os diferentes p arecen dividir a este terren o filosófico y político. M oviéndonos d esde la izquierda m o d erad a a ta izquierda extrem a, estos grup os son llam ados aquí la izquierda liberal pragm ática, la izquierda socia­ lista, 1a izquierda acad ém ica radical y la izquierda com unista radical. C o m o m u estran este capítu lo y el siguiente, el em pirism o lógico y el m ovim ien to de U n id ad de la C iencia fueron calu rosam en te recibidos p o r m u chos en los p rim ero s d os grup os, p ero fu eron criticad os p o r la izquierda acad ém ica radical y au n m ás firm em en te rech azados p o r la izquierda com unista.

La izquierda liberal pragmática E n p rim e r lugar, y en el sitio más c e rc a n o a¡ c e n tro político, e n co n tra m o s a los p ragm atistas liberales, d e m o crá tico s y sim patizantes del socialism o

en ia ciu d ad de N ueva York, la m ayoría de los cuales d escend ían in telectu ah n en te de M orris C o h é n , de Jo h n Dewey o d e am bos. D ebido a su lon­ gevidad y actividad ex tra o rd in a n a s, Dewey m ism o p e rte n e ce a este g ru p o . O tras figuras influyentes son el estudiante de Dewey, Sidney IíoóK ; el d e C o h é n , E rn e s t N agel; y H o race Kallen, quien fuera estud iante de W illiam Jam es. Estos filósofos fu ero n los líderes del ala filosófica del fam oso g ru p o co n o c id o c o m o los “In telectu ales de N ueva Y ork" y, c o m o se discute más ad elan te en este cap ítu lo , recib ieron c o n m u chas expectativas a N eu rath , a C a rn a p y a o tro s em piristas lógicos c u a n d o e m ig raro n a los Estad os U nid os, o , en el caso de N eu rath , cu an d o visitara la ciu d ad de N ueva York. E n p arte, esta calu ro sa recep ción reflejaba un com p ro m iso co m p artid o co n el cien tificism o. A m bos grupos ad o p taro n a la cien cia c o m o el ep í­ tom e del c o n o c im ie n to y co m o una h erram ien ta -m u y p ro b ab lem en te la ú nica d isp o n ib le - p ara ilum inar al público (y a ciertos in telectu ales mal in fo rm a d o s ), p a ra m e jo ra r la vida m o d ern a y para p ro te g e r a la cie n cia y a la m o d e rn id a d de aquellos que las destruirían o las elim in arían . En este g ru p o , el g ra d o d e com p ro m iso con el m arxism o variaba. M uchos de los que se sin tiero n sedu cid os p or él a com ien zos de la d écad a de 193 0 , luego se volvieron recelo so s de los marxistas, cu an d o n o de! m arxism o m ism o. A p esar d e estas d iferen cias, sin em b arg o, este gru p o co m p artía el c o m p ro ­ m iso c o n la filosofía c o m o una actividad in dep end ien te, crítica y autosuste n tad o ra, y c o n la cien cia y la im p ortancia de la cien cia para u n a socied ad más am p lia. C o n trib u yeron con revistas filosóficas, tales co m o el Jo urnal o f Philosophy, la nueva Philosophy of Science fundada p o r W illiam M alisoff en 1 9 3 4 y la n ueva InternalionalEncyclopedia del m ovim ien to de U nid ad de la C iencia y d e tan to en tanLo lo h icieron co n revistas más d ecid id am en te p olíticas, tales c o m o la Partisan Reviejo y la Science & Society.

L a izquierda socialista En segu n d o lu gar, y m ás a la izquierda, se en cu en tran varios filósofos que ad m irab an al em p irism o lógico y al m ovim iento de U nid ad d e la C ien cia al m en os tan to p o r sus contribuciones p oten ciales al radicalism o de izquier­ da c o m o p o r sus innovaciones en epistem ología y filosofía. Estos filósofos, en g en eral, estaban (d e algún m odo) más co m p ro m etid o s con el m arxis­ m o y a b o rd a ro n tem as centrales de este (tales c o m o la lucha de clases y la p lan ificación social y econ óm ica), p o r co n sid erar que se tratab a de tem as de cru cial in cu m b e n cia para cualq uier filosofía de la cien cia que se p re­ cie de a d e cu a d a . Los ejemplos incluyen a W illiam C ru c n , quien elogió al e m p irism o ló g ico al presentarlo a los lecto res de la Partisan Review, y a Jo h n Som erville, q u ien escribió para Philosophy of Science de MalisoíT A m bos

p ro m o c io n a ro n c o n entusiasm o al m o vim ien to c o m o u n a h e rra m ie n ta tan to p a ra fo m e n ta r la teoría m a rx ista .com o p ara c ritica r y u n ificar (y así fo rta le ce r) a los intelectuales en su b ú sq u ed a de un m u n d o m ás socialista e in tem acio n alista.

L a izquierda académ ica radical Si la Partisan Revieiü y Philosophy o f Science fu ero n plataform as p ara los filó­ sofos q u e estaban (resp ectivam en te) m ás o m en os co m p ro m etid o s c o n el m arxism o , la revista Science & Society fue u n a p lataform a p a ra m arxistas co m p ro m etid o s con la filosofía y la c ien cia. Fu e fu n dad o en N ueva Y ork en 1 9 3 6 p o r un g ru p o in tern acio n al d e in telectu ales, m u ch o s d e ellos filósofos, q uien es con form ab an un te rc e r gru p o, todavía m ás alejad o a la izquierda re sp e cto de los dos p rim eros. Sus fu n dad ores y e d ito res incluían a A lbert B lu m b erg, estudiante de M oritz Schlick, a V. J . McGill y a M arg aret S ch lau ch en los Estados U nidos; a j . D. B c rn a l, L a n c e lo t H og b en y jo se p h N eedhaiti en G ran B retañ a; y al g en etista n o rte a m e rica n o H. J . M uller, quien e n to n ce s trabajaba en la URSS. Estos cien tíficos, filósofos e histo­ riad ores estab an más convencidos de la verdad básica d e la teo ría m arxista que sus co leg as izquierdistas m en os p artid ario s y co n cib iero n a su nueva revista c o m o u n a h erram ien ta p ara con vertirlos. Aquellos que estén inse­ guros a c e rc a del p rog ram a social del m arxism o, escrib iero n , “e n c o n tra ­ rán resp u esta a sus dudas a través de su p articip ació n en este p erió d ico ". T am b ién esp erab an que Science & Society se e x ten d iera m ás allá de la aca­ d em ia, p o r lo q u e esta revista “so licita[b a] la c o o p e ra ció n activa d e todos aquellos in teresad o s en su p rog reso [del m a rx ism o ]’’.* L os filósofos situados en torno a Science & Sodeiy acord ab an en que la ciencia era u n a h erram ienta potencial y p od erosa para el p rog reso social y en que la unificación de las ciencias era un em p ren d im ien to loable, si no necesario. P e ro insistieron en que estos objetivos fueran de la m an o con una política socialista y una metafísica del m aterialism o dialéctico. P o r lo tanto, m u ch o s n o podían sop ortar el rech azo de la metafísica p o r p arte del em pirism o lógico y el subsiguiente d esm erecim ien to de uno de los debates m etafisicos m ás celebrados de la izquierda radical - l a defensa d e L en in del m aterialism o c o n tra el (alegado) idealism o de M a c h -c o m o un seu d op roblem a vacu o y sólo útil al d erro ch e de tiem po. Al respecto, Science (¡f Society se unió a otras revistas y m onografías de investigación altam ente críticas del em pirism o lógico y del movimiento de U nid ad de la Ciencia. Estas inclu­ yen al volum en de Philosophyfor the Future, ed itado p o r V j . McGrll, Marvin 11Editorial sin firm ar, Srir.nct & Satii-ty, vol. 1, 1936, pp. i-i¡.

F arb er y R oy W o o d Sellare, a la revista de M ax E astm an, The New Masses, y a la d e M ax H o rk h eim er, Zátschifl f ü r Sozialforschung. Estos p royectos ten ían agendas d iferen tes a c e rc a d e cuál sería la m ejo r fo rm a de e n te n d e r a la teo­ ría m arxista y al m aterialism o dialéctico, p e ro com p artían un d ob le c o m ­ prom iso c o n el m arxism o y con el análisis filosófico - u n doble co m p ro m i­ so que resultaría, esperaban , en m ejores articulaciones futuras de la teoría m arxista, articu lacion es que a la vez fu eran más sólidas, más con vin cen tes y m ás efectivas e n la practica. C om o los ed itores de Science & Society expli­ caro n en su p rim er editorial, veían al “m arxism o co m o un m ovim ien to de p en sam ien to d inám ico en c ie rn o d esarrollo al cual m u ch as'm en tes d eb en con trib u ir” 3 En este gi-upo, el m arxism o n o era un cu e rp o sagrad o de d o c­ trina, sino más bien un p rogram a teó rico p ro m eted o r q u e aún debía ser p len am en te d esarrollad o y aplicado a la vida m o d e rn a .4

La izquierda comunista Esta p arcialid ad p resen ta al gru p o d e filósofos que se e n c u e n tra e n la izquierda m ás e x tre m a -aq u ello s que escrib ían y ed itaban la revista The Communist. Estos filósofos lem atizaron críticas sim ilares al em p irism o lógi­ co y ai m o vim ien to d e U nid ad de la C ien cia, p e ro se d isd n gu ían a sí m is­ m os p o r la insistencia en q u e el m arxism o y su ag en d a social n o re q u e ría n de n in g u n a in te rp re ta ció n creativa d e p arte d e ios in telectu ales. El ilum inism o m arxista está a disposición en los escrito s e in te rp re ta cio n e s d e M arx, E n g els y L en in A dem ás, el co m p ro m iso am b ivalen te de la izq uierda filosófica rad ical co n el análisis filosófico y c o n la m etafísica m aterialista se vio co lap sad o en este gru p o ya que n o re c o n o c ía d istin ción im p o rta n ­ te algu n a e n tre la p ráctica filosófica y la vida del P artid o C o m u n ista. Estos filósofos cre ía n q u e el p artid o m ism o e ra la fusión viviente y o x ig e n a n te de la te o ría y la p rá c tic a d en tro de la cual e ra n en ten d id as e im p lem en tadas las c o n c e p c io n e s m arxistas-leninistas a c e rc a de la lu ch a de clases y la evolución de la socied ad y la naturaleza. A p esar de estas diferencias, hay varios ejem p los d e co n tin u id ad o de superposición e n tre estos grupos. Los ed itores de la Partisan fíevieiv, Philipp Rahv y W illiam Philipps, escribieron un artícu lo p ara el segu n d o n ú m ero de Science ú f Sociely, m ientras que V. J M cCill oscilaba e n tre el seg u n d o y el te rce r g ru p o tan to p o r su crítica al em p irism o ló g ico p o r su in d ep en d en cia p olítica y m etafísica, c o m o p o r su llam ad o a una co o p e ra ció n m ás e strech a

5 Ibid., p. i. 4 Véase Sclirtícker ( L986) para nna valoración similnr, apenas agnóstica» de ta ind epen­ dencia dt; Scieticv & Society de la influencia partidista.

e n tre el m ovim ien to de U n id ad de la C iencia y los filósofos más c o m p ro m e­ tidos c o n ct m arxism o. C onviene d ejar a otras figuras fuera d e esta cataloga­ ción a causa de q u e sus carreras flu ctu aron en torn o (o c e rc a ) d e estos gru­ pos en d iferen tes m o m en to s. A lb ert B lu m b erg fue un tem p ran o im pulsor filosófico del em p irism o ló g ico q u e ayudó a fundar Science & Soáeiy, aban­ d o n ó su vida universitaria p ara trab ajar co n el P artid o C om u n ista co m o ad m in istrad o r y p rofeso r, y fin alm en te re to rn ó a la filosofía acad ém ica c o m o p ro feso r en R u tgers. W illiam M alisoff escribió libros y artícu lo s filo­ sóficos, erigió su profesión a p a rtir de la fundación de la revista Philosophy o f Science y d e la tem p ran a P hilosoph y o f S cien ce A ssociation [A sociación de Filosofía d e la C ien cia] y se reu n ió en secreto co n agentes de la

kgb

que

estaban in teresad os tan to en su id on eid ad en el ám bito científico c o m o en sus co n ta cto s p olíticos radicales. A pesar de esto, los casos d e B lu m b erg y MallisolT apoyan esta ta xo n o m ía cuatrip artita de la izquierda filosófica. C on segu rid ad , en p arte p o r razones legales, p ero tam bién a causa de q u e estas faccio n es eran vistas c o m o consistentes y excluyen tes, ni B lu m b erg ni M alisoff co m b in aro n abiertamente sus actividades políticas e intelectuales.

La Partisan Review, Trotsky y la emergencia del antiestalinismo M ientras que esL e p a n o ra m a p rovee de una orien tació n a p ro xim ad a así c o m o tam b ién d e un c o n te x to p a ra e x a m in a r la c a rre ra p olítica del em p i­ rism o lóg ico , fracasa n ece sa ria m e n te en ca p tu ra r la d in ám ica y a veces tu m u ltu o sa historia d e la izq uierda intelectu al -u n a historia m a rca d a p o r alianzas cam b ian tes e n tre los in telectu ales, cam bios ab ru ptos en el ám bito p olítico en M oscú y p o r las d esp edazad as ilusiones a ce rc a de Stalin y los p roy ecto s soviéticos. A lgu nos d e estos cam b ios y even tos serán n ecesaria­ m e n te in tro d u cid o s e n los cap ítu los subsiguientes. U n o , sin em b arg o , es básico p a ra trazar un perfil d e la izquierda in telectu al: el exilio y p ersecu ­ ció n del rev o lu cio n ario soviético L e ó n Trotsky P a ra !a m ay oría de los in telectu ales progresistas de izq uierda, Trotsky e ra im p o rta n te p orq u e la U n ió n Soviética era im p o rtan te. En el am an e­ c e r de la calam id ad y la trag ed ia d e la P rim era G u erra M undial, los evenlo s d e o c tu b re d e 1 9 1 7 fu ero n cautivadores y en igm áticos. Es así que la

rev olu ció n q u e cam b ió una socied ad m ay orm en te rural y agraria en una socied ad co m u n ista m o d e rn a p a re cía desafiar la p re d icc ió n 'm a rx is ta de que el co m u n ism o p o d ría levantarse sólo c o m o co n secu en cia del colap so d el cap italism o. Si la h istoria h u b iese tom ad o un atajo, m u ch o s habrían su p u esto q u e este h ab ría sido e n co n tra d o p o r los in telectu ales b olch e­ viques, d e q u ien es n in g u n o fu e m ás e x tra o rd in a rio q u e T rotsk y. Max

E astm an lo d escrib ió e n 1 9 2 5 c o m o un “gen io" co n una “su p erio r g ra n d e ­ za rev olu cio n aria m o ral e in telectu al” (citado en Diggins, 1 9 9 2 , p. 1 2 2 ). C o m o J o h n P atrick Diggins leyó la situación: Si los intelectuales rusos pudieron crear una revolución en un país d e cultura agrícola, ¿qué p o d ría deten er a los intelectuales norte­ am erican o s de h a ce rla mism a cosa en una sociedad industrializada? P ara la izquierda n orteam erican a, abatida y desprovista de p od er p o r la g u erra, el logro sensacional de Lenin fue la segunda venida de M arx (ib id ., p. 107)

D u ran te las d écad as d e 1 9 2 0 y 1 9 3 0 , los intelectuales n o rteam erican o s estaban en lo m e jo r d e su ju e g o . La Revolución bolchevique m o stró cuán cru cia lm e n tc im p ortan tes eran el co n ocim ien to , la teoría, las ideas y los m éto d o s en el cu rso d c la h istoria m undial. Im portaban tan to c o m o - y en algunos casos p osib lem en te m ás q u e - la política estatal, los ejércitos y las arm as. C o m o c o n se c u e n c ia , la vida intelectual en Nueva York en la d éca­ da de 1 9 3 0 estaba tan p olitizada q u e, de acu erd o con el crítico de cin e e in telectu al R o b e rt W arshow , virtualm ente toda la vitalidad intelectual derivaba de una m an era o de otra del Partido Comunista. Si al m en os de algún m o d o n o estabas d entro de la amplia órbita del partido, entonces probablem ente esta­ bas en la oposición, lo cual significa que mucho de iu pensam iento y energía tenía que ser desviado a m antenerte en !a oposición.*’

Las p rin cip ales figuras en !a escen a que recu erd a W arshow fu ero n los así llam ados In telectu ales de N ueva Y ork, un influyente g ru p o de filósofos (tales c o m o Dewey, H o o k , N agel, K allen, Meyer Schapiro y M ax E a s tm a n ), críticos literarios y escrito res (tales c o m o Lionel Trilling, E d m u n d W h ite, Granville H icks, Ja m e s T . Farell y J o h n Dos Passos) cuyas c a r r e r a s -c o m o la de N eu rath e n E u r o p a - eran a veces tan políticas c o m o in telectu ales y acad ém icas. L o s escrito res b u scaron el activismo p o lítico a través de o rg an izacio n es tales co m o el Club de Jo h n Reed y la L iga d e E scritores A m erican os, p a tro c in a d o p o r el P artid o Comunista. Los filósofos de N ueva Y ork en algu n os casos trasp asaron totalm ente las fron teras y se ad en tra­ ro n en actividades p olíticas y com en tario s de izquierda. A com ien zos de la d é ca d a de 1 9 3 0 , Sidney H oo k , p o r ejem plo, contribuyó a fu n d ar el efí­ m e ro P artid o d e T rab ajad o res N orteam erican os (cuya m isión fue cultivar 5 Cumvinilrny, diciem bre de 19-17, Citado en Hook (1987, p. 136)

lina c o n tra p a rte n o rteam erican a local al m ovim ien to b olch eviq u e). Dewey, el m aestro de H o o k , h abía red actad o p reviam en te un in form e d e ap ro b a ­ ció n d e los d esarrollos revolu cionarios (en esp ecial en e d u c a ció n ) e n un relato d e sus viajes a Rusia (Dewey, 1 9 2 9 ). L a a p ro b a ció n d e Dewey n o sor­ p re n d ió a n ad ie, d a d o su gran in terés en las causas rad icales y progresistas. E n la d écad a d e 1 8 9 0 , an tes y d u ran te su p resid en cia en el d ep artam en lo d e filosofía en la Universidad de C h icag o , Dewey estableció su in flu yen te E scu ela de L a b o ra to rio , cuyas clases se d ab an e n el fam oso a sen tam ien to d e J a n e A dd am s (la así llam ada H ull Housé) y m ás tard e co n fesó q u e los d ebates c o n A ddam s a ce rc a de c ó m o in te rp re ta r y re sp o n d e r a la violen­ ta h u elg a P ullm an de C h icago (q u e tuvo lu g ar n o lejos de Dewey, en la zona su r de C h ica g o ) dispararon revisiones fu n d am en tales en su e n te n ­ d im ien to h eg elian o de la dialéctica social (M en an d , 2 0 0 1 , pp. 3 0 6 -3 1 4 ). M ax E astm an , q uien fuera estudiante de Dewey, to m ó un cam in o sim ilar. E n se ñ ó filosofía en la U niversidad d e C olum bia, ed itó la revista d e izquier­ da M assesy se con virtió en un afiliado al p artid o en p arte gracias a su am is­ tad c o n Trotsky (Diggins, 1992, p. 1 21) E sta co n tin u id ad e influencia m u tu a d e la vida in telectu al y p olítica fue reflejada en la Partisan Revieiv. Llevada ad elan te p o r in telectu ales jó v e n e s y m ay o rm en te ju d ío s, la Partisan Revieiu ap reciab a el cosm op olitism o y el in tern acion alism o, desp reciaba al fascism o en A lem an ia, E sp añ a, e Italia y p rom ov ía u n a visión de la vida m o d e rn a re p le ta de valores literarios. L a revista e n c o n tr ó tam bién un aliado, si vale la p alab ra, en el m o vim ien to de U nidad d e la C ien cia en lo referido a su ad o p ció n d e u n a o rien tació n cie n ­ tífica del m u n d o , específicam en te cien tífica-m arxista. La Partisan Revieju fue, co m o deja claro su subtítulo de la d écad a d e 1 9 3 0 , “U n a p ub licación trim estral d e literatu ra y m arxism o", q u e o frecía a sus lectores, c o m o en fa­ tizó un h isto riad o r, u n a perspectiva u nificad a que resp on d ía sim u ltán ea­ m en te a sus objetivos literarios, cu ltu rales y p olítico s .6 L a izq uierda intelectu al y sus revistas p restaro n especial a te n ció n a Trotsky y a su grave situación L u eg o d e la m u e rte de L enin en 1 9 2 4 , las lu d ias e n tre los bolcheviques fu eron m ay o rm en te gan ad as p o r jo s é Stalin, quien con so lid ó su p o d e r m ediante la p ersecu ció n de sus rivales. Trotsky fue exiliado en 1 9 2 9 y pasó el resto d e su vida m ovién dose p o r tod a E u ro p a y, fin alm en te, llegó a M éxico al tiem po que él y sus m u chos segu id ores pla­ neaban su “C u arta In tern acio n al ”.7 L a segu n d a venida de Trotsky, cre ía n " Cooncy {19 86 , p. 62) Sobre la muy impugnada historia de la P m iéa n íteviaiiy su(s) relación (es) o ficial(es) con el Parddo Com unista, véase Atiron (¡9 6 1 , esp. pp. 297-303). 1 Un relato útil de los años de Trotsky en el exilio puede encontrarse en Feferm an (1 9 9 3), una biografía del guardaespaldas y alguna vez asistente de Trotsky, el filósofo (can van H eijenoorl.

él y sus d efen so res, d evolvería a la revolución tan to la in tegrid ad d e los talen tos in telectu ales d e Trotsky, c o m o tam b ién los ideales socialistas y h um anitarios p isotead os p o r la d ictad u ra d e Stalin. E n especial pa ra la izquierda filosófica, el caso d e T rotsky salió al c e n tro de la escen a después de los así llam ados Ju icio s de M oscú d e 1 9 3 6 y 1937 d uran te los cuales Stalin d en u n ció y acusó a Trotsky y a casi todos sus revo­ lucionarios de octu b re* de varias clases d e traición. Los p rocesos ju diciales llevaron a exilios, ejecucion es y en carcelam ien tos a lo larg o y a lo a n ch o de tod a la sociedad intelectu al soviética y fu eron im posibles de ig n o rar en la ciudad d e Nueva Y ork. P ero las respuestas obtenidas al re s p e d o n o fue­ ron uniform es. A lgunos acep taro n los dictados de M oscú y vieron a Trotsky co m o un villano con trarrevo lu cion ario que se m erecía la c o n d e n a y el exilio. O tros se m antuvieron agnósticos y se refugiaron en la dificultad de sep arar los h ech os de los ru m o res d u ran te esos tiem pos tan cam b iantes. O tros plan­ tearon el p rob lem a d e si los nobles fines socialistas tal vez p o d rían ju stificar los despreciables m ed ios de Stalin. O tros incluso n o acep tab an excusas o racionalizaciones p ara la co n d u cta de Stalin y co n clu ían q u e sim p lem ente se trataba de un d ictad o r egoísta y despiadado que h abía traicion ad o a la revolución. M ientras que esta y otras co n m ocion es p ara la izquierda (tales com o el p acto de n o agresión nazi-soviético de 1 9 39) llevaron a algunos inte­ lectuales a retirarse totalm en te de los com p rom isos p olíticos, otros vieron a estos eventos c o m o un llam ado a las arm as, disgustándose y volviéndose agresivos. U n o de sus líderes fue Sidney H ook. Siendo alguien que n u n ca retro ced ía fren te a un d esafío o an te lu ch a alguna, H o o k o rg an izó u n a cam p añ a publicitaria p a ra d e fe n d e r a Trotsky de los ca rg o s c o n los q u e lo había en fren tad o Stalin. E n co n se cu e n cia , ayudó a p ersu ad ir a Dewey de que solo u n a figura d e su estatu ra (la de Dewey) p o d ría investigar los cargos y exp ed ir una d ecla ració n p ública sobre ellos de m a n e ra creíb le y c o n autoridad, De esta m a n e ra , en abril d e 1 9 3 7 , Dewey y la C om isión Dewey, co m o fue c o n o cid a , viajaron a C o yo acán , en la ciudad d e M éxico , d o n d e el fam oso m u ralista D iego Rivera y su esposa Frida K ah lo h ab ían o fre cid o refugio a Trotsky y a su e n to rn o . Dewey y los otros en trevistaro n a T rotsk y y con clu yeron cla ra m e n te q u e los cargo s de Moscú c o n tra él n o ten ían sustento algu n o. Trotsky, segú n e xp licaro n en su inform e oficial, h ab ía sido in crim inad o in ju stam en te. El e n re d o y el asesin ato d e Trotsky en 1 9 4 0 co n trib u y ero n a solidificar los cismas y faccio n es d e !a izquierda. L as revistas The Neo) Inlem ationaly Fourth International d e fen d iero n a Trotsky y a su in flu en cia en el trabajo

* Referenctn si la m í denom¡)V8. B Estas afiliaciones son dadas en KaenipfTcrt (1937a), en las carias de M alísoíTal N m Yotk TTiHrjyen sus inscripciones de pniem es. ‘ Errata del nuior En realidad el nom bre de la compañía e.s United Laboratories, Inc. Más adelante, en este misino capítulo, Reisch transcribe* d nom bre du la firma correctam ente. (N. d elT ] '"Bmin-tnixtcrf, en el original. Expresión con la que se denom ina a un grupo de cinco aca­ démicos q ue aconsejaron a Rooseveli desde comienzos de la década de 1030. [N del T .] Malisoff a N eurath, 14 d e ju lio de 1937, o n n ,

A la luz d e las p rim eras publicaciones de Malisoff, estaba d estin ado a in teresarse p o r el m ovim ien to de U nidad de la Ciencia y p o r la filosofía de la cien cia. C u riosam ente, su libro A-Calendar 0/ Doubls and Faüks (1 9 3 0 ) c o n ­ tiene reflexiones personales sob re la historia evolutiva de los seres h u m a­ nos y sob re el fu tu ro de la cu ltu ra y el con ocim ien to hum anos. C rítico, p ero m u chas veces indisciplinado en su pensam iento y en sus escritos, M alisoff lu ch ó p o r que la investigación científica in crem en tara la esperanza d e vida h um ana. C om o sugieren sus ocasionales fascinaciones co n tem áticas vagas o seudocienu'ficas (c o m o cu a n d o planteó “para la investigación” la p regu n ­ ta “¿C ó m o se relacion a la voluntad co n el tiem po?", 1930, p. 1 9 0 ), M alisoff no e ra un filósofo d e la cien cia si hem os de basam os en los estándares que p ro n to establecería el em pirism o lógico. Aun así, era un científico capaz, un in ven tor p o seed o r de patentes y un intelectual que leyó am p liam en te tanto literatu ra vinculada con la ciencia, co m o así tam bién con la filosofía y el arte. Adem ás, estaba bien fam iliarizado co n el terren o intelectual del cual se n u trió el em p irism o lógico. En este libro, alude a M ach, a la lógica de Russell y W h itehead , a Leorías psicológicas de tod o tipo y a los debates en tre el m ecan ism o y el vitalismo. Criticó a la teología com o un “p antan o de m ala observación, especulación primitiva y pura superstición” (ibid., p. 2 7 7 ) y así lo hizo sin su cum bir a un positivismo ingenuo que sostuviera que la cien cia em p írica constituía un sencillo cam in o a la certeza epistcm ica 10 C o m o a c o r­ darían la m ayoría de los em piristas lógicos, creyó que la ciencia estaba “co m ­ p letam en te enraizada en supuestos filosóficos” y que estaba a d ecu ad am en te “sujeta a la crítica filosófica” (p. 14 8 ). Sin em b arg o, el interés d e Malisoff en la unidad y clasificación de las cien­ cias co n ectab a sus proyectos con los de N eu rath de m an era más d irecta. “U n a de de las n ecesidades más urgentes de la actualidad”, escribió Malisoff, “es el alejam ien to de la sobreespecializnción y es este factor el que ü end e a agru­ p ar a las ciencias” (p. 2 4 9 ). A unque las ciencias estaban divididas de acu erd o co n con ven ciones, explicaba Malisoff, su m ateria ele estudio es una n aturale­ za unificada (pp. 2 4 9 ,2 5 3 ) . Malisoff se quejaba de que el n ú m ero de cientí­ ficos q u e ero con scien te esto e ra dem asiado p eq u eñ o, a la vez que se quejaba de ia rivalidad e n tre las diferentes áreas de especialización y de la “ten den cia a fo rm ar p a n e de clanes que h ace que un cierto tipo de m atem áticos vean a un físico o a un quím ico c o m o un aficionado errático ” (p. 2 6 2 ). D espués de to d o , los cien tíficos n ecesitaban trab ajar ju n to s si la cien cia iba a s e r u sada c o m o u n a h erram ien ta p ara cam b iar ef m undo. M alisoff e x h o rtó a sus lecto res a que resp eten “los esfuerzos" de la cien cia “en la re co n stru cció n in telectu al del m u n d o ” (p. 2 6 3 ) y el “valor de la cien cia en

"'V éa se, p or ejem p lo, M jü s o IT (1930, p. 272)

la re c o n s tru cc ió n , o c o n stru cció n , de un m undo realizable” (p. 2 9 0 ). C o m o N eu rath y o tro s e n el m ovim iento de U nid ad de la C iencia, Malisoff era un d e fe n so r d e la p lanificación racion al a escala n acional. “N ecesitam os seria­ m e n te u n C o n g reso d e E strategia p ara la localización de las industrias" (p . 2 9 7 ) , e xp licab a, p a ra h a ce r q u e el tran sporte de bienes y d e las p erso ­ nas sea m ás racio n al e eficiente. E scrito un añ o después de que N eu ralh , C a rn a p y H ah n p ub licaran su m anifiesto, Wissenschaftlkke Wdtauffassung, el C alendar d e M alisoff incluye m u chos de los mismos tem as m odernistas c o m o su llam ad o a la c o o p e ra ció n en tre las ciencias. Malisoff incluso anti­ cip ó el ra z o n a m ie n to de N eurath de que la ciencia unificada e ra n ecesaria p o rq u e d a d o q u e “ningún h o m b re aislado p uede c o n o c e r todo de siquie­ ra u n a in d u stria, los h om b res d eberán u nirse ".11 A m ed id a que la unidad c re c ie r a , p o r lo tan to , la cien cia estaría m ejo r cap acitad a para estud iar y p a ra servir a la vida en loda su com plejidad social e intelectual.

Malisoffy el movimiento de Unidad de la Ciencia El C alendar o f Doubts and Faüh de Malisoff y su siguiente libro, Mecí ihe Sciences ( 1 9 3 2 ) , lo estab lecieron co m o un popularizador de la cien cia y de su u n id ad . A un q ue n o está claro cu án d o y qué supo M alisoff de N eu rath , estuvo m u y ansioso p o r e n tra r en c o m a c to con él. M orris p rom ovió su e n c u e n tro . L e dijo a N eu rath que se co n tacte con M alisoffen p arle p o rq u e M alisoff, quien p o r e n to n ce s estaba h acien do planes p ara “con siitu ir una Organización de Filosofía de la Ciencia estadounidense", era cen tral p ara la filosofía de la cie n cia n o rteam erican a, “El terreno está muy fértil p ara tales cosas en este p aís”, le dijo orgu llosam en ie Morris a N e u ra th .ia E n verdad, M alisoff no era un filósofo "em in en te", explicaba M orris en o irá carta, p ero sería un im p o rtan te c o n ta cto a ap rov ech ar por p arte de N eu rath . C o m o e d ito r de “n u estra nueva Philosophy of Science", ten dría una lista más útil de p o ten ciales su scrip to res a la nueva enciclop edia .13 M alisoff estuvo e n ca n ta d o de recibir la carta de N eu rath R esp on dió: H e estado q uerien do com unicarm e con usted por m u ch o tiem po. Los ru m ores del plan para un encuentro internacional en París

11 Jbi/L, p. 3 0 3 . N eurath escribió que “puesto que el llevarla lotaiidad del conocim iento de una ép o ca dem anda un gran núm ero de personas, es em en d ib lc q u e n través de una serie de sucesivas asim ilaciones y rechazos se form e, en resum en, 1111a m anera de pensar u n ifo rm e... Los poderes de una generación entera de eruditos son ap en as suficientes para p ercib ir todas las co nsecu en cias de una única teoría" (Neuraih, 1936b, p, 157) ,lf M on is a N eurath, 25 de tiiayo d e 1935, o n n . Morris a N eurath, 16 de marco de 1935, usw r, caja 1, carpeta 15.

dedicado a la gloria de la filosofía de la ciencia m e llegaron indi* rectam en te a través de Feigl, M orrjs y Carnap. ¿Se m e perm itirá co o p e ra r con lo m ejor de mi capacidad?

A un q ue tal vez fuera m eram en te accid ental, la ca rta de M alisoff está co n d i­ m en tad a co n térm inos que insinúan sus ten den cias de izquierda. En la carta aludida, repitió la fam osa m áxim a socialista “de cada u n o c o n fo rm e a sus habilidades; p ara cada u n o co n fo rm e a sus necesidad es”.* C u an d o describió su lista d e suscriptores p ara el p eriód ico, M alisoff exp licó que los 700su scrip tores, ya fu eran individuos particulares o bibliotecas, n o reflejan el n ú m ero de “los m u chos 'sim patizantes’, es d ecir, ¡a g en te que n o p ued e p agar o que escatim ará el d in ero p ara la suscripción ”. Philosophy o f Science, insinuó, era u n a revista con un considerable atractivo p roletario. Al tiem p o que term inab a su p rim era c a ria a N eu rath , M alisoff p lan teó el tem a d e la p olítica com u n ista y, en p articu lar, las p ro p en sio n es y los víaje s d e N eu rath : A propósito de personalidades, me lo han descrito co m o “una m en te brillante, un destacado genio de la organización, com unista, sociólogo, científico, positivista, m arxista, etc.". Es probable que en agosto vaya a ios Congresos Fisiológicos en Leningrado y Moscú. ¿C óm o puedo h acer para en co n trarlo aun en el caso que n o pueda ir a París? ¿Estará yendo a Rusia?14

M alisoff n o dijo a quién eslaba citan d o , ni N eu rath p reg u n tó al resp ecto . N eu rath resp on d ió invitando a MalisoíTal c o n g re so de París y m o d ificó su perfil a través de una am istosa lección so b re gestión lingüística al m ejo r estilo N eu rath : 1. No tenemos una definición precisa de “Brillante". 2. “M ente” es un térm ino sospechoso, pero admisible en un sentido amplio. 3. No fui ni soy m iem bro del Partido Comunista. 4. “Marxista" no es en general un térm ino intersubjetivo debido a que este térm ino es usado p or los propios adherentes de diferentes grupos marxistas. No sé si en este m om ento alguno de esos grupos me nom bra de esc modo. 5. “Positivista” solo en el sentido más amplio, m ejor “científico” en un sentido especial, corno un propagador del "Nuevo Cientificismo" o del "Empirismo Científico" (com o Morris denom ina a esta tenden-

Expresión de Marx. [N. del T .]

14 M alisoff a Neuraih, 22 de m ayo de 1935,

onn.

cía ). C om o una persona así reducida espero en co n trarlo en agosto. N o iré a la U nión Soviética durante este añ o .15

O ficialm en te, N e u ra th n o e ra ni co m u n ista ni “positivista", si ta! c o sa im pli­ ca alguna clase d e fu n d am en tism o ep istém ico. A u n q u e se “hizo m ás p e q u e ­ ñ o ” a los ojos d e M alisoff, n o negó la d escrip ció n que M alisoff h icie ra d e el c o m o un c o m p a ñ e ro intelectual d e izquierda o , d e p e n d ie n d o d e la d efi­ n ició n , c o m o u n m arxista. N eurath tom ó total ventaja del entusiasm o d e Malisoff. En la últim a m itad de la d écad a de 193 0 , Malisoff presentó artículos y revisiones de libros suge­ ridos p o r N eu rath y a cord ó dedicar algunas p ocas páginas e n cad a n ú m ero al “Simposio d e la cien cia unificada” p resentan do noticias y arü'culos corto s co n cern ien tes al m ovim iento .16 Con tod o, Malisoff n o fue tan g en ero so con un simple d esco n o cid o . El y Neurath se e n co n tra ro n so cialm en te en N ueva York y al p a re c e r disfrutaron de su m utua com p añ ía. N eu rath reg u larm en ­ te enviaba sus saludos a la familia de M alisoffy a sus "in teligen tes n iños”, e invitó a M alisoff a unirse al Comité A sesor de la nueva Encyclopedia. M orris y N eurath tam bién discutieron pedirle a Malisoff que escrib iera u n a m o n o g ra­ fía para el volum en 3 d e la Enciclopedia (q ue n u n ca se c o n c r e tó ) ,17 El p rim o d e N eu rath , quien escrib ía so b re tem as d e c ie n c ia en el New York Times, W ald em ar Kaem pffert, tam b ién ayudó a la am istad e n tre M alisoff y N eu rath . Malisoff ap ortó co n m u ch as revisiones d e lib ros y a rtí­ culos p ara el d iario durante las décad as d e 1930 y 1 9 4 0 y p a re c e h a b e r teni­ d o am istad p erson al e intelectual co n K aem pffert. E n 1 9 3 7 , M alisoff escri­ bió u n a c a rta al Neiu York Times tom an d o posición a favor de la p osición de K aem pfTert en u n d ebate sobre los m éritos d e la o rg an izació n en la cien ­ cia. M alisoff d efen d ió “la cooperación de tas cien cias, a veces llam ad a ‘uni­ dad d e las c ie n c ia s"’ y la defendió c o n tra tos crítico s q u e razo n ab an invá­ lid am en te q u e “tod a organización d eb e s e r re g im en tació n p o rq u e a veces lo es”. E n cam b io , “la organización, a p ro p iad am en te c o n ce b id a , es unidad en la varied ad y n o la nebulosa de la re g im en tació n ”. M alisoff a p eló a su fam osa m e tá fo ra bioquím ica para la unidad de la cien cia y la co o rd in a ció n d e d iferen tes á reas d e la ciencia: “S im p lem en te p ien sen en n u estro s p ro ­ pios c u e rp o s c o m o u n a ejeraplificación. ¡Q ué e x tra ñ o que estu d ian tes d e tales m aravillas d e la organización d eban h ab lar e n su c o n tr a !”18

15

Neurath a M alisoff. 5 de junio de 1935, onn N curaili a M alisoff, 18 de enero de 1936; 8 de marzo y 25 de ju n io de 1937, on n. Véase también M orris a Malisoff, 28 de julio de 1937, c m i *. 17 N eurath a M alisoff. 16 de enero, 3 d e ju n io , 25 de ju n to d e 1937; 24 de mayo de 1938, o n n ; M orris a N eurath. 4 de agosto de 1938. u s m p , caja 1, carpeta 17 18 M alisoff a l ed itor. N ao Vori 'lima, 28 de abril de 1937

M eses m ás ta rd e , K a e m p ffe ri re s e ñ ó fa v o ra b le m e n te el lib ro d e M alisoff titulad o The Span o f Life (1 9 3 7 ) , en el cual el a m o r a rg u m e n ta ­ ba a fav or de la o rg a n iz a ció n cien tífica y de la co o p e ra ció n en pos del objetivo d e e x te n d e r la vida h u m an a. K aem p ffert enfatizó q u e el p lan d e M alisoff “¡m p a cta ría e n la a te n ció n social" y req u ería que los cien tíficos fu esen co n scie n te s d e las “circu n stan cias sociales" d e su in vestig ació n , “p a ra p en sar social y filo só ficam en te ”.19 K aem p ffert y M alisoff a p a re n te ­ m e n te estab an d e a c u e r d o n o so lo a c e rc a d e la im p o rtan cia d e un am p lio p e n sa m ie n to social d e p arte d e los científicos, sino tam bién a c e rc a del a fe cto q u e c o m p a rtía n p ara c o n N eu rath . “K aem p ffert m e ha estad o c o n ­ tan d o a c e rc a d e u ste d ”, le escrib ió M alisoff a N eu ralh en H olan d a. “T o d o s n o so tro s d eseam o s q u e u sted esté aq uí p e rm a n e n te m e n te ” 20

Philosophy of Science versus Erkenntnis L a alianza y la cam arad ería en tre Malisoff y el m ovim iento de U nid ad d e la C ien cia n o estaban libres de rivalidad y com p eten cia. La m ayor p a n e de ello c o n ce rn ía al plan de N eurath, Carnap y Morris de rescatar Erkenntnis y lle­ varla a la editorial de la U niversidad de Chicago bajo el n om b re de Journal o f Unified Science. H a d a 1 9 3 8 , N eurath no le había dicho a MalisoíTacerca de esos planes, planes que M alisoff no habría recibido co n m u cho agrado. L a nueva revista com p etiría co n Philosophy ofSáencey probablem ente sería com erciali­ zada u san do la lista de suscriptores que Malisoff había estado gustoso en c o m ­ partir co n N eurath p ara la com ercialización de la Encyclopedia?' El asunto salió a la luz cu an d o N euralh le escribió para p regu n tarle p o r qué un artícu lo suyo, que h acía tiem po había sido enviado a Malisoff, tod a­ vía no h abía a p a re cid o .22 M alisoffle exp licó que había estado h ab lan d o co n C arn ap , que en ese e n to n ces estaba llevando adelante esfuerzos para asegu­ ra r inversiones in dep end ien tes para la nueva revista y que había sabido que el m ovim iento “iba a te n c r u n órgan o p rop io publicado p o r la editorial d c la U niversidad d e C h icag o”. P o r lo tan to, M alisoff puso al artículo de N eu rath a la esp era, a p aren tem en te im aginando que N eurath q u erría q u e el artícu ­ lo fuese publicado en la nueva revista del m ovim iento. “A sum í la im presión de que su g ru p o estaba actu an d o co m o u n a unidad ”.23

'■'KacmpITeri (1937a) M alisoff a Neurath, 31 de mayo de 1938,

onn.

21 M alisoff a Neurath, 22 de inayo de 1935,

onn.

53M alisofTa Neuratli, S I dc mayo de 1938,

onn.

MalisofT le dijo a Neurath que no tenía una lista de suscrtplores pero q »e le pediría u n a a su ed itor pai'H enviarla a Neurath 22 Neuralh a MalisofT, 24 d e mayo de 1938, o n n . El artículo en cuestión era N tu iatli (1938a),

M alisoff y los em piristas lógicos n u n ca estrech aro n lazos e n tre sí c o m ­ p le ta m e n te . E n p arte, los em piristas lógicos no estaban có m o d o s co n el c o n tro l «editorial de Malisoff. E n u n a ocasión , cu a n d o C arn ap le pidió fond os a W a rre n W eaver de la F u n d a c ió n R ock efeller p ara ayu d ar a resu­ c ita r Erkenntnis, W eaver re c o m e n d ó que el m ovim ien to de U nid ad de la C ien cia fusionara Erkenntnis c o n Philosophy of Science. C arn ap sostuvo que esto n o se ría aceptab le: Malisoff q u erría el con trol y “n osotro s q u erem os, p o r sup uesto, ser in d ep en d ien tes ".24 A ños más tard e, Philipp F ran k c o n ­ tribuyó a a c la ra rla s circu n stan cias a las que aludía C arnap : M alisoff “sufría d e n u m ero so s y grand es com p lejos e inhibiciones que lo volvían tem eroso fren te a cu alq u ier co o p e ra c ió n " 25 Si M alisoff estaba resistiendo a la c o o p e ra ció n ap lazan d o la publica­ ció n del artícu lo de N eu rath , N eu rath p ro n to ap lacó la situ ación . Le dijo a M alisoff q u e el d estin o de Erkenntnis no ten ía n ada que v er c o n las rela­ cio n es e n tre el m ovim ien to de U n id ad de la C ien cia y Philosophy o f Science en p articu lar, p orq u e varías revistas (in clu yen do a Sdentia, Themia, Analysis y Synthese) habían aco rd ad o p u b licar las com u n icacio n es del m ovim ien ­ to. In d ep en d ien tem en te de cu ál fuera el destino de Erkenntnis, estim u­ ló a M alisoff d icién d o le, “¡n u estro agradable rin cón en su revista d eb ería p e rm a n e c e r!". U na sem an a m ás tarde le escribió n uev am en te y le pidió (a M alisoff) un esbozo b iográfico y bibliográfico personal. N eu ratli había c o n clu id o recien tem en te n eg ociacion es p ara e n tre g a r Erkenntnis a la edi­ torial h olan d esa Van Stockum & Zoon y ah o ra p ro m etía a MalisoíT que arreg laría u n a reseña d e su o b ra, Meet the Sciences, en el nuevo Jo urnal o f Unified Science, una vez que estuviera en m arch a.2B M alisoff p ub licó el artí­ cu lo de N eu rath “El en ciclop ed ism o co m o un objetivo p ed ag óg ico: un en fo q u e d a n é s” (1 9 3 8 ) en Philosophy o f Science, más tard e ese m ism o añ o.

Malisoff, el comunismo soviético y la KCB Ai igual q u e Blum berg, M alisoff e ra p olíticam en te activo. M ie m o s que B lu m b erg trabajó ab iertam en te en el

c p u s a ,*

M alisoff tuvo con versacion es

y e n cu e n tro s secretos co n espías soviéticos. E n tre las co m u n icacio n es inter­ c e p ta d a s e n tre Moscú y las oficinas del P artid o C om u nista de los Estados U n id o s (con ocid as co m o los d o cu m en to s de V en o n a, h ech o s públicos en

w Carnap a Weaver, fechada en "1938, Chicago", LVS.Mr , caja 1, carpeta 4. d e noviembre de 19‘I7, c u p . ''f' N eur.nli a MalisoíT, 9 18 d e jm iiu de 1938, o n n . Para más sobre la historia del rescate de ICrkennlnisy el Jou rn al o f Unified Sátmr¿, véase Reiscli (1995) y Suidler {2001, p. 60 ). Sigla en inglésde Partido Comunista de los Estados Uii¡dosdeNorteainéricíi(CuiiiiTum isi

25 Frank n Morris, ‘2 8

y

Parly o f tlie United Stales o f Am erica) [N .d e lT .]

1 9 9 5 ) se e n cu e n tra n nueve m ensajes que h a ce n re fe re n cia a M alisoff bajo los n om b res clave d e T a le n t y H en ry (o- G en ry). (D ad o q u e n o tod as las in tercep cio n es de V en o n a fu ero n d ecod ificad as co n é x ito y. d a d o que n o tod os los m ensajes e n tre M oscú y los E stad os U nid os fu ero n in te rce p ta d o s, estos m ensajes, casi c o n segu rid ad, n o ago tan las co m u n icacio n es soviéti­ cas q u e involucraban a M alisoff ) Fech ad o s e n tre 1 9 4 3 y 1 9 4 4 , los m en sa­ je s d icen algo , si bien b asado en o p in ion es, d e las actividades d e M alisoff y d e su im p o rtan cia p ara sus c o n ta cto s soviéticos. U n m en saje in form a a M oscú q u e M alisoff se había e n c o n tra d o co n su c o n ta cto luego de h ab er estado en ferm o p o r tres sem an as. M alisoff in for­ m ó q u e m ien tras p ad ecía su e n ferm ed ad h abía sido visitado p o r u n re p re ­ sen tan te de la ju n ta de Salud d e N ueva York que estaba in teresad o en la “o b ra " de Malisoff. M alisoff n o e n ten d ió ni esta m otivación ni la n atu rale­ za d e este e n cu e n tro . E n el d o cu m e n to de V en o n a, una n ota c o n e c ta esta d eco d ificación con o tra que in form a que, en el m es sigu iente, el n o m b re d e có d ig o op erativo “A n tó n ” c a n c e ló su e n cu e n tro co n M alisoff p o rq u e estaba “bajo vigilancia p o r p arte d e dos op ositores ”.27 Si el m ensaje p re te n ­ día d e c ir q u e M alisoff (y no A n tó n ) estaban bajo vigilancia, p ro b a b le m e n ­ te sea c o rre cto . M alisoff estaba sien d o investigado p o r el f b i .-*1 “A n tó n " era L eon id Kvasnikov, asignado a Nueva York p o r la in telig en ­ cia e x tra n je ra soviética p ara c o o rd in a r a los espías que b uscaban in fo rm a­ ción relacion ad as c o n arm as n u cleares (R om erstein y B rein d el, 2 0 0 0 , p. 2 0 0 ) . A dem ás ele esto, Kvasnikov, un cap acitad o in g en iero q u ím ico , re ci­ bió el re co n o cim ie n to de ser el p rim ero que atrajo la a te n ció n de la in te­ ligen cia soviética en 1940 sobre el h e ch o de que científicos n o rte a m e ri­ can o s y britán icos, so sp ech o sam en te, habían cesad o de p u b licar artícu lo s so b re el uranio. In gresó a Nuéva Y ork bajo p ro tecció n d ip lo m ática y p ara 1 9 4 8 había sido elevado a la cu m b re de la in teligencia cien tífica d e ta

kcb

(H ayn es y K tehr, 1 9 9 9 , p. 3 9 2 ). De acu erd o co n los d o cu m en to s d e V en o n a, A ntón se e n c o n tró co n MalisofTen unas veinte ocasion es d u ran te 1943 (ibid., p. 2 9 1 ). E ste h e c h o y las p orcion es de in form ación en co n trad as en las d ecodificacion es sugieren que M alisoff e ra de g en u in o in terés para Kvasnikov, m uy p ro b ab lem en te a causa de la exp erien cia de M alisoff en in gen iería quím ica y de sus c o n ­ tactos en la cien cia y la industria. U n d o cu m en to co n e cta a M alisoff co n

27 Nueva York a Moscú, 30 de noviembre de 1944. Venona N° 1680. Esin y algunas de las oirás transcripciones (le V enona citadas aquí 5011 de dom inio público y fueron puestas a disposición p a r a su consulta medíam e internet por e l f u i . 28 Al m om ento de la realización de este escrito, los archivos del m i sobre MalisofT todavía debían ser hechos públicos bajo un pedido realizado por el autor bajo la Ley de Libertad de Inform ación.

tejem an ejes e n la U niversidad de C h icag o , d o n d e su lab o rato rio m etalú rg i­ c o , el sitio d e la cre a ció n p o r p arte de E n rico Ferm i d e la p rim e ra p ila a tó ­ m ica, h abría sido un fo co d e natural in terés para los soviéticos. In fo rm a q u e M alisoíf fue ta p a z de re c o m e n d a r a “gen te con fiab le” p ara u n p u esto en la “U niversidad de C h ica g o ” y se p resen tó a solicitar p erm iso e in stru ccio n es p a ra q u e M alisoíf se e n co n tra ra co n alguien (d e q uien n o se d an m ay o res esp ecificacio n es) en relación c o n su p oten cial re c o m e n d a c ió n .2!) El c o m e n ta rio d c Fran k de q u e M alisoff a veces e ra un c o la b o ra d o r difícil y te m p eram en tal e n cu e n tra algo de apoyo en estos m en sajes d e co dificados. M alisoff se en ojó c o n sus co n ta cto s cu an d o re ch a z a ro n su p ed i­ d o d e fo n d os c o n los que au m en taría la cap acid ad industrial d e su firm a, U nited L a b o ra to rie s, Inc. M alisoff crey ó h a b e r sido de g ran v alo r p a ra sus c o n ta cto s, a u n q u e ellos, a cam b io, n o co m p artirían su fo rtu n a (o la d e M oscú) c o n él. M alisoff am en azó c o n que seria “im posible e s p e ra r m u c h a ayuda d e p a rte de é l” en el fu tu ro (ibid., p. 2 9 0 ), P u esto q u e los d o c u m e n ­ tos públicos de V en o n a que h acen referen cia a M alisoff se e x tie n d e n solo e n tre 1 9 4 3 y 1 9 4 4 , n o es posible d e te rm in a r si M alisoff ro m p ió sus rela­ cio n es c o n los soviéticos d u ran te la disputa. Sin e m b a rg o , au n q u e n o lo h iciera, sus relacio n es no d u raro n m u c h o tiem po. M alisoff m u rió re p e n ti­ n am en te d e un ataq u e al co razó n en noviem bre d e 1 9 4 7 .

El perfil público de Malisoff N o hay ev id en cia d e que los em piristas lógicos o los filó so fos d e N ueva Y ork su p ieran d e la relación de M alisoff c o n los soviéticos. D écad as d es­ pués, Sidney H o o k reco rd ó a “un cie rto Dr. W. M ." c o m o u n estalin ista o rd in a rio (p a ra H oo k , d esp reciab le) q u e elogiaba in g e n u a m e n te a la investigación b iom cd ica rusa (H o o k , 1 9 8 7 , pp. 2 1 9 -2 2 0 ). P o c o d esp u és de la m u e rte d e M alisoff, un o b itu ario en dos partes p u b licad o en Philosophy o f Science y e scrito p o r Philipp F ran k y C. W est C h u rc h m a n (q u ien su ce­ dió a M alisoff c o m o editor d e la rev ista), lo elogiaron c o m o u n cien tífico y filósofo p ro g resista. P ro c u ró p op u larizar a la cie n cia “c o m o u n a p a rte del e s p e c tro total d e la actividad h u m a n a que ab arcab a tam b ién la activi­ dad so cial, p o lítica, religiosa y artística" Según Fran k , M alisoff fu n d ó su revista p a ra lu c h a r co n tra “la esp ecialización y la o casio n a) so b reesp ecialización del c ien tífico m ed io” y p ara c r e a r un cam ino d e d iá lo g o e n tre los filósofos y los científicos, así c o m o tam b ién “un can al" p a ra q u e los c ie n ­ tíficos h ab len al público e d u c a d o . A m bos elogiaron a M alisoff c o m o un p rog resista valien te en tre co leg as m ás conservadores. C h u rc h m a n escrib ió 29 Nuev.1 Yoi'k a M oscú, 2 de agosto de 1943, Venona N‘ 1276.

que te n ía u n “plan b ien p en sad o para su filosofía y el im p acto d e su p en ­ sa m ie n to so b re l o s co n serv ad o res en e l m u n d o filosófico no p o d ría evi­ ta r te n e r efecto s fru ctífero s". F ran k és'C i'ib ró q u e “t o m ó la iniciativa q u e h ab ía sid o e s p e ra d a p o r larg o tiem p o, aq u ella q u e ningún o tro cie n tífico se h ab ía atrev id o a to m a r” (F ran k y C h u rch m a n , 1 9 4 8 , pp. 1-2). L a p olítica de M alisoff tam bién se to rn ó claram en te visible en sus escri­ tos publicados. E n “U na cien cia d e la g en te, p o r p arte de la g en te y p ara la g e n te ”, un ensayo q u e MalisolTleyó p rim eram en te en un en cu e n tro de la A sociación N o rteam erican a para el Avance de la Ciencia en sep tiem b re de 1 9 4 4 , ap eló a su m etáfora de la sociedad c o m o un organism o in tegrad o para ex p lica r la clase d e d em o cracia p o r la que abogaba. “L a democracia más eleva­ da solo ha de buscarse en una extrema integración orgánica de la sociedad. ” E sta inte­ gració n d eb ería s e r realizada in tencion ada, d eliberada y científicam en te: Para la realización de la d em ocracia necesitam os una econ om ía del pueblo com p leta, o una econ om ía au tocorrectiva, planeada, plausible, que cubra todos los bienes de la existencia desde el más co n cre to al m enos tangible, desde los alim entos a los ideales (M alisofr, 19 4 6a, p. 168)

P a ra ese fin, los científicos ten ían u n a "responsabilidad m o ral” de ir más allá del m ero nivel de la popularización, el cual es ya lo suficientem en te significativo y term inar la obra de com unicación con la g en te, al o frecer lina ciencia para la gente que I) p ropor­ cio n ará una definición adecuada de d em ocracia, 2) proporcion ará una justificación adecuada de esta, 3) explicará y pronosticará las co n d icio n es de sus crecien tes realizaciones y 4 ) fortalecerá nuestro an helo p o r esto (ibid., pp. 167-168)

E n el paraíso d em ocrático im aginado p o r Malisofr, una versión peculiarm en te biológica del lem a socialista familiar sonara cierto: “de cada órgano co n fo rm e a su habilidad; y a cad a órgan o con form e a sus necesidades” (ibid., p. 169).* M alisoff tam bién escribió editoriales en Philosophy o f Science a ce rc a de cu estion es específicas. D u ran te el d ebate de p osgu erra sob re si las n u e­ vas tecnologías atóm icas d eberían estar bajo el co n tro l civil o el m ilitar, M alisoff dio su o p in ión a través d e una lección sem án tica acerca d e la c h a r­ la p o p u lar de los “secretos atóm ico s” -s e cre to s que, debido a H iroshim a y Nagasaki, m u chos creían que los Estados U nidos n o d eb erían revelar ni a los A lu s ió n a la ya ntcnctonacla cita d e Marx. [N . d e l T ]

soviéticos ni a ningún otro. MalisofT señaló que los co m en tad o res y los polí­ ticos típ icam en te fracasaban en distinguir si los “secretos" en cuestión eran m e ra m e n te recetas em píricas para h acer bom bas o si rep resen tab an c o n o ­ cim ien to gen u in o de leyes científicas relacionadas c o n el n ú cleo atóm ico . “D igo que n o h em os descub ierto ta! ley. N o hem os arran cad o tal s ecreto de la n atu raleza... De h ech o , estam os totalm ente d escon certad o s p o r los secre­ tos n u cleares, en el segu nd o sen tid o del vocablo 's e cre to ’ " Para o b te n e r gen u inos secreto s d e la naturaleza, explicaba Malisoíf, sería necesaria una investigación in tern acion al organizada: “T ra e r a la existen cia y co m p letar la revelación del así llam ado se cre to atóm ico d em an d ará el p o d e r in telec­ tual organ izad o y com b in ad o de tod o el nuevo ‘m u n d o -ú n ico’" (Malisoff, 1 94 6 b , p. 2) El izq uierdism o d e M alisoff y su fuerte sentido del sarcasm o se hicie­ ro n claro s en las reseñas de libros que escribió p ara Philosophy of Science. E n J 9 4 5 , c riticó a los ensayos reu n idos en The Science o f M an in Che World Crisis p o r a g ru p a r ju n to s al co m u n ism o y al fascism o nazi bajo el e p íteto de "to talitario s". En esta o b ra, M alisoff escribía que es alarm ante inform ar que la “crisis m undial” p erm an ece sin ana­ lizar y dondequiera que se to ca el tem a uno puede en co n trar el viejo y buen verso de C oebbels, esto es, la am enaza del com unism o, disfrazada, p o r supuesto, co m o un análogo mortal (¿?) al fascismo (MalisofT, 1 945, p. 22S ).

En ] 9 4 7 cu estio n ó las cred en ciales y las m otivaciones d e una d e las c a m p a ­ ñas d e los filósofos de Nueva Y ork c o n tra el n eotom ism o, el C o n g reso sob re el E sp íritu C ien tífico y la Fe D em o crática, o rgan izad a p o r Dewey, H o ra ce Kallen y je r o m e N alhanson d e la Sociedad de Cultura E tica (H o o k , 19S 7, p. 3 4 7 ).30 R eseñ an d o las actas d e este co n g reso , M alisoff señ aló su an tico ­ m u n ism o y elevó p regu n tas a c e rc a de la fu en te de sus fond os: Los colaboradores co m o un lodo tienen claros anieceden tes liberales, aunque un par ha defendido las serias restricciones de las libertades de minorías no populares. U na cosa que el presente revisor no ha logrado en contrar: nadie lia dado un plan de cóm o educar a los educadores y prevenir su prostitución en pos de intereses creados. Esto sería un terrible acto de desconsideración (MalisofT, 1947a, p. 104)

311 Para más sobre la Sociedad de CulU iraÉücnysu relación con la vida filosófica de Nueva Yoilt, véase H ollinger (1996).

F re cu e n te m e n te , M alisoff d escon fiab a d e los p rofesores y d e los e d u c a d o ­ res. P o r un lado, tratab a co n d esd én a aquellos que se atem o rizab an d e Ja id eolog ía y d e la p olítica. A cerca d e The Source o f H um an Good, d e H en ry W iem an , p o r ejem p lo, se quejó d e q u e "n o discutía ningún asu n to c o n c r e to y u n o ob tien e la im p resión d e q u e el a u to r n o tiene una p osición definitiva resp ecto d e los urgen tes p rob lem as d e la sociedad o que estos n o le in te­ resan ” (Malisoff, 1947e, p. 1 7 3 ). P o r el o tro lado, se m ostraba en d e sa cu e r­ d o c o n m u chos que asum ían u n a p ostu ra política: a ce rc a de M odem M a n is Obsolete, d e N orm an Cousin, p o r ejem p lo, escribió: "¿P o r q u é h o m b res c o m o Cousin no tien en el valor de d e cir q u e ‘el capitalism o es o b s o le to ’? ” (M alisoff, 1947b , p. 1 7 1 ). A cerca d e Setena andFreedom, de Lyrnan Bryson, c o m e n tó q u e “el a u to r o bien n o ha leído a M arx en absoluto o lo hizo co n sus ojos bien ce rra d o s ” (M alisoff, 1 9 4 7 c , p. 1 7 1 ). Sin e m b arg o , las palabras d e M alisoff fu eron aún más pun zan tes cu an d o sintió que los au to res critica­ ban in justam en te ciertos aspectos d e la vida o la cu ltu ra in telectu al soviéti­ cas. El ataq ue a Lysenko p o r p arte de J o h n B ak er en su libro Science a n d the Ptanned State estaba “viciado y e ra in telectu alm en te d esh o n esto ”: D onde otros ven organización, el au to r ve "regim entación ". El au to r no se desvive p o r p ro d u cir u n a m ejor organización, sino p or destruirla antes de que realm ente com ien ce a p resen tar éxitos. “L a libre em presa” tiene a sus portavoces oficiales, incluso en la ciencia (Malisoff, 1947d , pp. 171-172).

P ara Malisoff, “la libre em p resa” e ra p aten tem en te nociva. U n lib ro que M alisoff e n co n tró m aravilloso fue Soviet Philosophy (1 9 4 6 ) d e J o h n Som erville. “¡D ate prisa, con sig u e este lib ro !” Este lib ro es un “d e b e r”, escrib ió, p o rq u e (co n astu cia) Som erville m o stró lo q u e e ra “esen cial en el m ed io de las casi d em en te distorsiones q u e este tem a de la filosofía soviética ha recib id o de p a rte d e en em igos p rofesio n ales d e la U RSS”. P arte del logro de Som erville, se entusiasm aba Malisoff, fue anali­ zar “el m iserable térm in o ‘totalitarism o’ ” (Malisoff, 1947f, p. 1 7 2 ) que se asim ilaba al com u n ism o, al fascism o y al socialism o y que llegaría a d o m i­ n a r el p en sam ien to y el discurso p olítico de la G uerra Fría.

John Somerville (1905-1994) J o h n Som erville es u n a figura con ectiva cen tral en la filosofía de ia cien cia d e izquierda. Para su izquierda poh'dca, p o r ejem plo, constituyó un testigo d efen so r d e Blum berg en sus p rocesos relacion ad os c o n la ley Sm ith en un

tiem p o e n que la d efen sa p úb lica d e un co m u n ista c o n o c id o era to m ad a casi siem p re c o m o u n a con fesión del p ro p io rad icalism o (B elfrag e, 1 9 7 3 , p. 2 5 0 ) C o n to d o , y a d iferen cia de B lu m b e rg y M alisoff, S om ervilie ap oyó a la U n ió n Soviética d esd e d e n tro d e la acad em ia. E n s e ñ ó filosofía e n la U niversidad d e H u n te r y, c o m o Dewey, W illiam G ru en y o tro s , resp ald ó al m o vim ien to de U nid ad de la C ien cia y a la id ea d e q u e la u n ificación d e las cien cias n aturales y sociales p erm itiría a la so cied ad “d arse c u e n ta d e los b eneficios del co n tro l in telig en te d e sus p rop ias fu erzas" (Som ervilie, 19 3 6 , p . 2 9 7 ) . E n 193 6 , en el artículo “Las ideas sociales del C o n g reso In tern acio n al del WienerKreis*", Som eiville in form ó sob re el p rim e r C o n g reso In tern acio n al del m o vim ien to de U nid ad de la C ien cia c eleb rad o en P arís el añ o a n te ­ rio r. Su in fo rm e n o solo re p o rta b a sus ob servacion es en el co n g re s o , sino tam bién su co rre sp o n d e n cia c o n N eu rath . In m e d ia ta m e n te d esp ués clel c o n g re so , escrib ió a N eu rath p ara sab er del estado d e las cien cias socia­ l e s y d e lo s p rob lem as sociales d e n tro del m ovim ien to. (N e u r a L h , escrib ió

Som ervilie, fue una de la s pocas figuras q u e “m ás o m e n o s m e n cio n a b a e l cam p o d e los p rob lem as sociales", ibid.) N eu rath le a seg u ró a Som ervilie q u e el m o v im ien to n o esco n d ía an tip atía algu n a p a ra c o n las ciencias sociales. E ra solo q ue, en esta etap a p re m a tu ra , “el n ú m e ro de cien tíficos es m uy p e q u e ñ o p ara esas discusiones especiales". E n g e n e ra l, exp licab a N eu rath , el em p irism o lógico e ra neutral resp ecto d e las d istin cio n es c o n ­ ven cion ales e n tre la ciencia social y la natural: "P od em o s h ab lar p o r m ed io de n u estro s in stru m en tos lógicos a c e rc a de todos los p ro b le m a s” 31 Som eiville se con tagió del optim ism o de N eurath y sugirió que los inte­ reses d om in an tes del con greso en epistem ología y en las ciencias naturales, así c o m o tam bién el énfasis en la física del p ró xim o S egu n d o C on greso, eran solo prelim inares para la futura con sid eración d e asuntos sociales y de la cien cia social. En lugar de re ch a z a r al m ovim iento p o r n o a d o p tar sus p reo cu p acio n es sociales de m an era explícita, Som ervilie se p osicionó a sí m ism o c o m o un anim ador. C o m o Dewey, estaba p re o cu p a d o p orq u e la ciencia social n orteam erican a se estaba to m a n d o excesivam en te positivista e ign oran te de su relevancia social. N eu rath y su m ovim ien to, esp erab a, c o n ­ tribuirían a c o rre g ir esto. Así, escribió, “es a le n ta d o rv e r en estos tiempos un m ovim iento filosófico fresco y vital que al m en os es con scien te de sus obli­ gaciones sociales” (ibid, p. 3 0 0 )

Más tard e, Som ervilie asistió al Segundo

C ongreso In tern acion al en C o p en h agu e y leyó artículos q u e tratab an tan to acerca de la biología com o de las ciencias sociales (Stadler, 2 0 0 1 , p. 3 7 6 ).

En alem án en el original. Léase "C írculo fie V iena” [N. del T .]

31 Neurath a Som eiville. 8 de noviembre de 1935,

onn.

El lib ro q u e MalisoíT halagó, Soviet Philosophy (Som erville, 1 9 4 6 ), fue una de las m ayores ob ras de Somerville. U n o s p o co s meses antes de su publica­ ción , lo d efen d ió e n Philosophy of Scienced ei c re cie n te n ú m ero de crítico s de la U n ió n Soviética y del m arxism o en la cultu ra intelectual de p o sgu erra. “N oventa y c in c o p o r cien to de los m iedos y recelos expresados p o r los escri­ tores n o rte a m e rica n o s en relación con este lem a son totalm ente injustifi­ cad o s”, exp licó . Esos m iedos y recelos son artefactos de “superficialidades y distorsiones d e la p ren sa sensacionalista" o d e una lógica y retórica e rró ­ neas (Som erville, 194 5 , p. 2 3 ). Somerville estaba en posición de c o n o c e r del tem a, e xp licó , p orq u e hablaba ruso y había p asad o casi dos años en la URSS investigando para su libro acerca de la filosofía soviética. S om erville resp o n d ió a la crítica de K allen, H oo k y otros de que la c ie n ­ cia soviética estab a privada de libertad a causa del m aterialism o d ialécti­ c o , en ta n to q u e la filosofía oficial de la U n ió n Soviética era p ercib id a de m a n e ra c re c ie n te p o r los intelectuales de O ccid en te co m o lina cam isa de fu erza totalizad ora. T al cosa no es v erd ad , exp licab a Somerville. “Los p rin ­ cipios d e la d ialéctica n o son co n sid erad o s c o m o a prioñ o co m o d ogm as in m u tab les, sino c o m o una gu ía para la a c ció n , co m o hipótesis de trab a­ j o que recap itu lan la ten d en cia de las ob servacion es científicas". L a teo ría d ialéctica n o es un sustituto del m éto d o cien tífico, sino que en realid ad con stitu ye u n a te o ría de segu nd o o rd en del m é to d o científico y c o m o tal n o está e n p osición de ser un s e ñ o r feudal q u e co n tro le a la cien cia. Así, co n clu ía , el m aterialism o d ialéctico n o p o d ría “d ictar a los científicos las co n clu sio n es a las q u e d eben arrib ar" M an o a m an o c o n ia d efen sa de Som erville del m aterialism o d ialéctico estab a su ap oyo para la unidad de la ciencia, E n ten d id o ap rop iad am en ­ te, el m aterialism o d ialéctico era una h e rra m ie n ta al servicio de la cien cia un ificad a. O frecía “am plias hipótesis d e trab ajo que iban más allá d e cu al­ q u ie r c a m p o d e especialización y que subrayaba lo que tenían en co m ú n las d iferen tes esp ecialid ad es” {ibid., pp. 2 5 , 2 6 ) Su m eta era “V incular a las esp ecialid ad es e n tre sí y vincular a la cien cia co n scien te y fru ctíferam en te, en vez d e h a ce rlo in co n scien te y c a ó tica m e n te , co n todo el cam p o d e los p ro b lem as sociales" (p. 2 6 ). T am b ién era una h erram ien ta indispensable para el p lan eam ien to social. De h e ch o , el p lan eam ien to soviético, ex p lica ­ ba S om erville, “n o ha retard ad o ni ha d esalen tad o a ¡a ciencia, sino que ha in cre m e n ta d o g ran d em en te su exten sión y su a lc a n c e ” (p. 29) Som erville fue un verdad ero apologista para la m ayoría de las cosas sovié­ ticas, au n fren te al episodio de Lysenko. C on tod o, su principal objetivo en 1945 n o era con vertir a sus lectores sino d efen d er una clase de realism o político e n filosofía. C reía que era im p ortan te exam in ar cuidadosam ente a la filosofía soviética, aunque solo fuera p orq u e constituía una p arte de la

cultu ra soviética. “N o es n ecesario e star de acu erd o co n el sistem a soviético”, exp licab a, “p ero es muy n ecesario co o p erar co n él, llegar a un acu e rd o en u n espíritu am istoso,-com o en el caso d e los británicos o los ch in os”. S ob re tod o, la filosofía soviética y la n o rteam erican a com p artían un resp eto p o r la cien cia que p o d ría h a c e r “tina con trib u ción muy p od erosa” p ara co n seg u ir “la paz y la arm o n ía en el m u n d o que todos d eseam os” (ibid., p. 2 9 )

Rautenstrauchj Schrickel y el planeamiento B lu m b erg, M alisoff y Som erville n o estaban solos en su sim p atía p o r el socialism o y el com u n ism o soviético. El con ju n to de ideas y causas que a d o p ta ro n -ta le s c o m o la n ecesidad d e unificar a las ciencias, su uso en la p lan ificación social y e c o n ó m ic a y ei d eb er d c los filósofos y cien tíficos a la h o ra d e c o n trib u ir a resolver prob lem as so cia le s- ap a re ce n m uy a m e n u ­ d o en Philosophy o f Science, en tiem p os que esta estaba bajo Malisoff. H G. S ch rick el, p o r ejem p lo, d efen d ió que “el filosofar social" es cien tífico bajo el crite rio q u e, p rim e ro , el filósofo social p ro cu ra ser “objetivo” y e star libre d c “p reju icios y pred isp osiciones p erson ales'1. Segundo, el filósofo social co n sid era críticam en te a la cien cia para hacer de ella u na m ejo r h erram ien ­ ta p ara realizar “algún plan de vida social que posibilitara un disfrute más g ran d e y m ás am p lio de los valores h u m an o s” (Schrickel, 1 9 4 3 , p. ‘2 1 2 ). Para S ch rick el, el en em igo del ad m irab le filósofo social era la sob reespecialización y la d esu nión de las ciencias: [N uestro conocim iento de las relaciones humanas] en lugar d c estar unificado y de ser integral, se encuentra dividido en cuerpos de co n ocim ien to más o m enos aislados; y [ ...] no se presta fácilmente a la aplicación en ningún esfuerzo por entender com pletam ente los problem as sociales del présenle y sus relaciones ( ib itL , pp. 203-209).

O tro o b stácu lo fue la infam e d ico to m ía e n tre los valores y los h ech o s. T a n to los científicos co m o los filósofos, reco m en d ab a, d eb erían “re c o n o ­ c e r la n atu raleza n ecesariam en te coop erativa d c un co n o cim ien to p ro g re ­ sista de los valores y h ech os sociales” (ibid., p. 2 12 ). D os a ñ o s d esp u és, W a lte r R a u tcn s tn u ich , de la U n iv ersid ad de C olu m b ia, escrib ió el artícu lo "¿Q ué es la planificación cien tífica?”. C o m o Malisoff, R au ten strau ch p rom ovió e n los Estados U nidos el p lan eam ien ­ to social y e c o n ó m ic o a gran escala y su tarea fue bosqu ejar c ó m o fun­ cio n a ría el p ro ce so . En esen cia, el p lan eam ien to req u ería “in s L a la r un m a rco de relacion es en tre los p ro ceso s de civilización que p oseen u n a alta

prob ab ilid ad de lo g ra r satisfacciones sociales óp tim as” (R a u te n s tra u c h , 1 9 4 5 , p. 8 ) . Al tiem p o que R au ten strau ch d aba los p o rm e n o re s d e sus p rop u estas, n o d u d ó en escrib ir ed itoriales a c e rc a de las p re o c u p a c io n e s sociales y políticas. A rg u m en tó a favor de la ad m in istración d e los recu rso s n atu rales ( “la base sob re la q u e d escansa tod o n u estro b ien estar m ate ria l") y a g reg ó que su p reo cu p ació n m anifestaba un patriotism o g en u in o , op u es­ to “al m ero flam ear d e b and eras y otras cerem o n ias de c a r á c te r sim ilar” (ibid., p. 1 1 ). Al e x p lica r que d iferen tes planes eco n ó m ico s p u e d e n te n e r p o d ero so s e intensos efectos sociales, instó a q u e los fu tu ros p lan ificad o ­ res im iten algunos aspectos d e la civilización ch in a (a la cual él e n c o n tra b a ad m irab lem en te p rogresista) y eviten a aquellos que h istó rica m e n te die­ ro n d em asiad o p o d e r a los reaccio n ario s sociales, tales c o m o los e n e m i­ gos ro m an os d e G alileo. En el p resen te, escribía R au ten strau ch , este p ro ­ b lem a to m ó la fo rm a del C o m ité d e Actividades A n tin orL eam erican as de M artin Dies. Varios años an tes de que M cCarthy asum iera la voz d el anLicom u n ism o , Dies realizó u n a cru zad a p ara e rra d ic a r ideas "subversivas” (in clu yen d o "creen cias p rofan as” tales co m o “la d isem in ación del c o m u ­ n ism o”) R au ten strau ch dijo a los lectores de Philosophy o f Science q u e esto e ra rid ícu lo (ibid., pp. 17, 18 ).

Una década de Philosophy of Science Bajo Malisoff, Philosophy o f Science fue una revista intelectu al c o n u n a u n á­ nim e voz de izquierda. Malisoff, Som ervilie, R au ten strau ch y S ch rick el se p osicio n aron de m o d o similar vis-á-vis co n el p lan eam ien to social y e c o n ó ­ m ico del com u n ism o, la im p ortan cia de la unidad de ia cien cia y los m ates del fascism o. C riticaron a los filósofos que evitaban in volu crarse c o n los asuntos sociales tan to co m o criticaro n a los políticos y a las in stitu cio n es que ocu ltab an la visión socialista y progresista para los Estad os U n id os y el m u n d o q u e co m p artían e n tre sí. Ambas agen d as fu eron d estacad as en el ed itorial de M alisoff d e 1 9 4 4 que celebraba el d écim o an iversario del p eriód ico. Entusiasm ado p o r la in m in en te d erro ta de la A lem an ia nazi, M alisoff d escrib ió la revista c o m o n ada m en os que un esfuerzo b élico p ro ­ gresista c o n tra el fascismo: [La revista] com enzó a publicarse en 1934 cuando el fascismo ale­ mán ya estaba al control y estaba com enzando su abuso sistem ático de la ciencia y la filosofía. M uchos de nosotros habíamos esp erad o

En francés en el original. [N. del T .]

co n tin u ar en sus páginas una lucha co n tra ta crecien te ola de oscu­ rantism o y sus poco amistosos conciliadores.

Al igual q u e D ew eyy M orris, MalisoíT co n sid eró a la lu ch a m ilitar c o n tra el fascism o c o m o una p arte d e u n a lu ch a cultural p o r la su p erviven cia d e la cie n cia . C o n resp ecto a esto , v alo ró la unión de fuerzas c o n el em p iris­ m o lóg ico : “fuim os afo rtu n ad os e n la ad ición d e distinguidos refu g iad o s a n u estro c írc u lo ” (M alisoff, 1 9 4 4 , p. 1 ). C o n tod o, los em piristas lóg ico s n o se u n ieron a este c írcu lo c o n las m an os vacías. Im p lícitam en te, el ed itorial de M alisoff p a re c ía r e c o n o c e r sus elevados criterios in telectu ales. M alisoff ad m itió q u e en el cu rso d e diez añ os se había lo g rad o m u c h o p ro g reso h acia la m e jo ra d e la “cali­ dad de nuestros artícu lo s", m u ch o s d e los cuales eran “in n e c e sa ria m e n te difíciles, confusos y co m p licad o s, in clu so en las ocasio n es en las que los au to res con tab an con u n a co n sid erab le cap acid ad d e re fle x ió n ” (ibid., p. 2 ) C om p artien d o la re c o m e n d a c ió n d e N eurath d e que el len gu aje e n la cie n cia (y e n la filosofía de la cie n cia ) p e rm a n e c ie ra a rra ig a d o al len g u aje co tid ian o (su “je rg a universal” d e! fisicalism o) ,S2 MalisoíT in stó a q uien es fu eran a con trib u ir a la revista a q u e realicen un verd adero esfuerzo p o r h acer que sus ensayos sean directos, simples, claros y p o r evitar las expresiones sob recargad as de términos provincianos d e ciertas escuetas de filosofía que sobre­ viven a la inm ediata aniquilación a manos de un h ech o o teoría sensatos por la instalación de las barreras de un “lenguaje secreto ". Es casi imposible ed itar un articu lo lleno de tales palabras y ex p re ­ siones engañosas. El artículo n o debería ser escrito de ese m o d o en p rim er lugar (ibid.).

T am b ién hizo alusión en d ire cció n de las p roh ib iciones d e la e ra sin tác­ tica de C arnap co n tra las se u d o d e d a ra cio n e s corru p tas q u e solo p a re ce n te n e r con tenid o cogn itivo (p o r ejem p lo , C arnap , 1 9 3 5 ). A lgu nos artícu lo s q u e había recibido, se la m en tab a MalisoíT, eran “sim p lem en te casi in co m ­ p ren sib les”. “F recu en tem en te, el e d ito r se ha visto fo rzad o a d e cir a los even tu ales autores: ‘N o sé si está en lo c o rre cto o no. N o p u e d o e n te n d e r lo que está diciendo’” (M alisoff, 1 9 4 4 , p. 2 ) . T al vez la prin cip al razó n p a ra le e r el ed ito rial d e M aliso ff c o m o u n te s ta m e n to a su c o la b o ra c ió n c o n los em p iristas lóg ico s s e a su a rg u ­ m e n ta c ió n central d e q u e la revista m e re cía ser !a a tra c c ió n p rin cip a l w V ía se , por ejemplo, Neuraili (1941).

d e u n a c o m u n id a d d e d ic a d a a u n ifica r a las cien cias y, s u c e siv a m e n te , at m u n d o : El editor no se cansa de repetir que para seguir al compás de las duras victorias ganadas en el presente, debemos hacer de Philosophy of SdencemisTuo un modelo de democracia y una influencia integradora y dinámica para establecer una concordia universal entra las ciencias. Entonces y solo entonces, podemos esperar la emergencia de una suprema ciencia de la concordia en un mundo sin guerras (ibid.). Del m ism o m o d o en q u e lo en fatizara B lu m b erg en su d iscu rso radial an tin azi, M alisoff n o tó que el en em ig o n o estaba sólo en el e x tra n je ro . L a revista tam b ién e n fre n tó la op osición d e p arte d el “fascism o d o m ésti­ c o ”, c o m o lo evidencian las “co m u n icacio n es de plum as p o n zo ñ o sas” que M alisoff h ab ía recib id o desde varios rin co n es de “las legiones d e la irr a ­ cio n alid ad ". In d e p e n d ie n te m e n te de que se e n co n tra ra e n tre te n id o , en fa­ d a d o c¡ reflexivo resp ecto de sus co n versacion es secretas c o n los ag en tes soviéticos, a M alisoff le p a re c ió ex tra o rd in a rio que “¡Pfiilosophy o f Science fu era tildad o de ro jo !” (p . 1).

Epílogo; Hook contra Somerville M alisoff n o vivió p ara v er

el

g rad o en que la política an tico m u n ista afectó

a su p e rió d ico y a algunos de sus colegas. Philipp Fran k y R u d olf C arn ap , cuyo “S o b re la n atu raleza d e los p rob lem as filosóficos” (C arn ap , 1 9 3 4 a ) fu era el p rim e r ensayo de

la

revista, fu eron investigados p o r el

fu i

com o

p o ten ciales subversivos. W alter R au ten strau ch se gan ó un lu g a r estigm ati­ za d o en el “M anual p a ra n o rte a m e rica n o s” del sen ad o (U . S. S en ate, 1 9 5 6 ) en u n a lista de a lre d e d o r d e cien “típicos p atro cin ad o res de o rg an izacio ­ nes del fre n te [co m u n ista ] ”.33 M alisoff, sin em b arg o , sí p resen ció la disputa e n tre J o h n Som erville c o n Sidney H o o k y F red a Kirchwey, ed ito ra d u ran te la d é ca d a d e 1 9 4 0 de T/ieN ation, en el cual H oo k criLÍcó d u ram en te a Som eiville y a su o b ra Soviet Philosophy. H o o k d escrib ió al lib ro co m o una ap ología del “c a rá c te r p a rtid a rio de la filosofía y de la cie n c ia ” (H o o k , 194 7 ,

p.

1 8 9 ) en la U n ió n

Soviética y d escrib ió p erso n alm en te a Som erville c o m o un in telectu al de calid ad in ferio r cuyo ap recio p o r el com u n ism o lo llevó a e rro re s lógicos y

u El senado imprimió 75.000 de estos m anuales en 1956 para su distribución a lo largo y a lo an ch o d e Icm Estados Unidos.

fácticos. S om ervilie lu ch ó p o r d efen d erse d e H o o k en u n a fo rm a que ilus­ tra cu án d ificu ltosa se to rn aría p ro n to la vida en el m u n d o de p o sg u e rra p ara los Filósofos e in telectu ales d e izquierda. P rim ero , Som ervilie escribió una carta a The Nailon exp lican d o que su lib ro n o b u scab a d e fe n d e r ni c o n d e n a r a la filosofía soviética. Su m eta era d estacar las d iferen cias e n tre la filosofía soviética y la o ccid en tal y así co n ­ trib u ir al e n ten d im ien to in telectu al in tern acion al. Kirchwey im p rim ió la c a rta de Som ervilie p ero , p ara sorp resa de Som ervilie, lo hizo c o n m u ch o trabajo d e ed ició n de p o r m edio, Los intentos de Som ervilie p o r refu tar las afirm acion es d e H o o k se vieron reducidos, si n o im pedidos, e n u n a form a q u e ju g ó a favor d e las acusaciones que m anifestara H ook. A dem ás, p oste­ rio rm en te, K irchw ey le p erm itió resp on d er a H oo k y ic d io a lre d e d o r d e un c in cu e n ta p o r cie n to m ás d e espacio q u e la extensión de la carta (aco rtad a) de Som ervilie H o o k sostuvo su ataq u e vigorosam ente, escrib ien d o que el libro de Som ervilie era “una pieza de ap ologética de m ala calid ad ” llena de “en gañ os traficad os p o r sim patizantes del Partido Com unista ”.3"1Somervilie no ten ía evid en cia d irecta de que H o o k tenía algo que ver co n Ja ed ición de su carta, p e ro seg u ram en te gu ard ab a sus sospechas al resp ecto. V iénd ose a ta ca d o p o r H oo k p o r segu nd a vez, Som ervilie estaba c o m ­ p ren sib lem en te fu rioso y p ro n to se tornó in créd u lo al ver que Kirchwey se reh u sab a a im p rim ir m aterial adicional en el in tercam b io . E n to n ces Som ervilie se volvió h acia M alisoff, quien im prim ió su versión del ata­ q u e y alg u n as reflexion es ad icion ales relacion ad as co n su im p ortan cia en Philosophy o f Science. U n o de los aspectos m ás notables d e la versión de Som ervilie es que fu era dirigida a futuros h istoriadores q u e estud iaran “la historia cu ltu ral de nuestros días” P arecía co n scien te de que si estaba en lo cie rto a c e rc a d e lo que H oo k y Kirchwey le habían h e ch o , e n to n ce s ver­ d a d e ra m e n te n o p o d ría desactivar su ataque. Solo en el fu tu ro , sugirió, después d e q u e la h is L e r ia an ticom u n ista y antisoviética del m o m e n to se con virtiera en una curiosid ad h istórica, el ataq ue de H ook sería visto co m o la c o n tra d icc ió n que en realid ad era: un ejem plo de in tim id ación , si n o d e cen su ra, en m a sca ra d o d etrás d e la defensa de la libertad de investigación, o, c o m o lo exp re sa Som ervilie, “un nítido con traste e n tre u n a p om p osa d eclaració n de p rin cip io m oral y un verdad ero em p o b recim ien to p rácti­ c o " (S om ervilie, 1 9 4 7 , p. S 4 5 ). Som ervilie aludió al d añ o que el ataque de H ook p od ría h a c e r a su “p restig io p ro fe sio n a l". P ero su prin cip al p re o c u p a c ió n fue el h e ch o que las relacio n es soviético-n orteam erican as con tin u aran en un espiral

M La carta de Somervilie y la respuesta de Hook a ella aparecen en The Naliun, 19 de mayo de 1947, pp. 555-556.

d escen d en te. El en te n d im ie n to in te rn a cio n a l, tem ía, se estab a to m a n d o im p osib le a causa d e que el d iálo g o in telectu al h on esto y libre d e prejui­ cios se estaba to rn an d o im p osib le .1 El verdadero insulto [del ataque de H ook y The Nalion] es el que se le propina al público, el cual tard e o tem p ran o deberá ver el h ech o (aunque lo haga p o r el cam in o más difícil, co m o lo hice yo) que los criterios que todavía se asumen que están presentes, en realidad se han desvanecido. Si no p od em o s d ar p o r sentada la honestidad ele­ m ental, ¿qué podem os d ar p o r sentado cu and o traíam os de ap licar los resultados de !a seria investigación profesional a un problem a del mas im portante interés público?

Som erville fue testigo de un fe n ó m e n o que se lo m a ría ca ra c te rístic o d e las cam p añ as de p o sg u erra c o n tra el com u n ism o o los in telectu ales rad ica­ les: la tran sfo rm ació n de las d iferen cias intelectuales a ce rc a d e la cu ltu ra y la p o lítica soviéticas en d iferen cias d e lealtad nacional p ercib id as sólida­ m e n te . Som erville n o p arecía del tod o seg u ro de qué h a ce r con esta falta d e “h on estid ad e lem en tal” y b u en a volun tad , que es p arcialm en te la razón p o r la q u e o freció su versión c o m o “daLO s” para la in te rp re ta ció n futura (ib id , p. 3 4 5 ) . P ero estaba segu ro d e q u e a la luz de las ten siones e n tre los su p erp o d eres de p osgu erra y d e la nueva realidad del a rm a m e n to n u clear, este d ete rio ro d e los criterios y del discurso literalm en te p o d ría p o n e r en riesgo tod o aquello que es d ign o d e p reocu p ación Vivimos en Liempos en los que debem os recordarnos a nosotros misinos a cada hora del día que cad a parte del conocim iento social capaz de fortalecer las oportunidades de p azdeb e h acer su parte, De o tro m odo, no habrá mundo alguno que nos quede para estudiar, ni filósofo alguno para exp licar su deceso {ibicl., p. 3 4 7 ).

Som erville, p o r supuesto, resultó estar equivocado. El m u n d o p e rm a n e ­ ció y las antipatías de la G uerra Fría p ara con todo lo soviético y lo “tota­ litario” even tu alm en te pasó, Som erville m ism o sobrevivió y con trib u y ó a esta b le ce r y m a n te n e r el estudio filosófico del m arxism o c o m o un área de especialtzación en los Estados U nidos. P e ro ni la clase de co m p ro m iso social de la profesión Loda que algu n a vez p rom oviera, ni el m ovim ien to d e U n id ad de la C ien cia que alen tara en la d écad a de 1 9 3 0 sobrevivieron a la G u erra Fría.

El panoram a desde la izquierda: el empirismo lógico y los filósofos radicales

D u ran te la d écad a d e 1950, en el p u n to álgido de la así llam ad a h isteria c o n tra e! co m u n ism o, la lógica de la acusación y d c la p e rse cu ció n de los an d com u n istas era com p licad a y sutil. C on resp ecto a la ese n cia p o lítica, la lógica era binaría. C o m o p resup on ía la fam osa p reg u n ta d el s e n a d o r M cC arthy - “¿Es un m iem b ro del P artid o C om unista en la actu alid ad o lo ha sido en algún m o m e n to ? "- al m o m en to del in terro g ato rio , u n o o bien era leat a los Estados U nid os o bien n o lo era. Sin em b arg o , c o n re s p e cto a las ap arien cias extern as, se creía q u e en la m ayoría d e las ocasion es ios in di­ cad o res d e la esencia política estaban disim ulados u ocu ltos. P ara los c o m u ­ nistas d e n tro del p artid o, uno podía ser un com u n ista p ú b lico, c o m o en el caso d e los can d id atos en u n a elecció n o d c los fu n cio n arios partidistas, o bien trab ajar de m a n e ra en cu b ierta en la clandestinidad del p artid o . A lb ert B lu m b erg, p o r ejem p lo, reco rrió am bos ám bitos en d iferen tes m o m en to s de su c a rre ra . F u e ra del partido, los investigadores an ticoniu nisias se pusie­ ron co m o blanco a los “simpatizantes del com u n ism o” que ap oyaron o inclu­ so p articip aro n en causas com unistas, p ero que a la vez se abstuvieron de unirse oficialm en te al p artid o. Ellos tam bién p od rían estar sien d o m ás bien reservados resp ecto de sus m otivaciones y actividades. A lgunos resp aldab an ab iertam en te a M oscú o a alguna o L ra fo rm a de com u n ism o , m ien tras q u e otros se c re ía que ocu ltaban su ap oyo o lo disim ulaban c o m o u n resp ald o a causas o instituciones gen erales, populistas o incluso pro n o rte a m e ric a ­ nas. Las organ izacio n es o eventos co n o cid o s co m o "fren tes com u n istas" prom ovían ab iertam en te la paz, las artes o la ju sticia social y e c o n ó m ic a , a la vez q u e p rom ovían los intereses d e M oscú en la G u erra F ría a través del reclu tam ien to d e m iem bros del p artid o o de la fo rm ación de espías. W illiam ( muI

M alisoff y J o h n Som erville eran típicos sim patizantes del co m u n ism o , pues­ to q u e d efen d ieron la p olítica y la cultu ra .soviética en tan to q u e individuos p articu lares y rio c o m o m iem b ros riel p artid o. D ado el ton o de algu n os d e los ed itoriales de M alisoff e n Pkilosophy of Science, es p rob ab le q u e algunas de las cartas que pub licara en su ed itorial de 1944, que a su tiem p o fu eran tildadas d e rojas y “ofensivas”, p ro p iciaran que se acusara a su revista d e p e rte n e c e r al “fren te co m u n ista" (Malisoff, 1 9 4 4 ). P u esto que los in d icad o res d e la lealtad política de alguien p o d rían e sta r b ien ocu ltos o disim ulados, a m en u d o la habilidad d e un investiga­ d o r a n tico m u n ista yacía en el escru tin io de un sujeto a p artir d e pistas q u e rev elaran su v erd ad era relació n c o n el com u n ism o o c o n su p artid o . A qu í, m u ch as veces co b ró p ro tag o n ism o u n a lógica de asociación y p ro xim id ad , En caso q u e e l f b i ob servara a un sujeto asistiendo a fiestas, e n cu e n tro s , o co m u n icá n d o se telefó n icam en te o p o r co rresp o n d en cia c o n u n c o m u ­ nista o u n sim patizante del co m u n ism o bien co n o cid o , o si o b servara q u e sus c re e n cia s o d eclaracio n es públicas a ce rc a de la p olítica siem p re se ali­ n e a ra n y c o n co rd a ra n con las d e M oscú, los investigadores e n co n tra ría n co n firm ad as sus sospechas y co n tin u arían buscando pistas m ás d irectas e in crim in ad o ras. En el clim a resu ltan te, un individuo o in stitu ción cuyos escrito s o creen cias fu eran m e ra m e n te similares en algunos asp ecto s a los d e co n o cid o s com u n istas o q u e ap oyaran p ú b licam ente a cé le b re s c o m u ­ nistas e n debates o diálogos universitarios era un can d id ato m ás c la ra m e n ­ te d estin ad o a la investigación que quienes evitaran c o m p le ta m e n te tales co m p a re c e n cia s y asociacion es. C u a n d o la G u e rra F ría c o m e n z ó a fines de la d écad a d e 1 9 4 0 , el m ovi­ m ie n to d e U nid ad de la C ien cia estaba listo p ara ser o b jeto d e s o sp e ch a e in vestigación, M alisoff y B lu m b erg , au n q u e no eran sus líd eres p rin cip a ­ les, ya estab an sien d o investigados p o r el FBI. C o m o se d iscu te e n el c a p í­ tu lo 13, p ro n to un ru m o r s itu a ría el n o m b re de Philipp F ran k y lu e g o el d e R u d o lf C arn ap e n el e s crito rio de J . E d g ar H o o v er. A d em ás, el e m p i­ rism o ló g ico y el m o v im ien to d e U n id ad de la C ien cia h ab ían sido invo­ lu cra d o s p ú b licam en te e n varios tipos de d ebates p úb licos c o n in te le c ­ tu ales m o d e ra d a m e n te socialistas (tales c o m o los in te le ctu a le s d e Nueva Y o rk ), así c o m o tam b ién c o n h o m b re s d e izq uierda m ás agresivos que e scrib ie ra n p a ra revistas tales c o m o Science & Socieíy (d iscu tid o en este c a p ítu lo ) y p ara la revista oficial del p artid o, The Communist ( d i s c u t i ó en el s ig u ie n te ). C on p ocas e x c e p c io n e s , verem o s m ás ad e la n te , este d eb ate e ra te n d e n cio so . D ada esta ló g ica an tico n iu n ista de a so ciació n y p ro x i­ m id ad , h u b iera sido te m e ra rio p a ra cu alq u ier in telectu al p asar d em asia­ d o tie m p o h ab lan d o p ú b lica m e n te c o n q u ien es d e fe n d ía n a b ie rta m e n ­ te al co m u n ism o en los EsLados U n id os de las sutiles d isu n cio n es d e la

m etafísica, la u n ifica ció n de las cien cias o de las im p licacio n es p olíticas del le n g u a je fisicalista. H o o k y o tro s ex h om b res de izq u ierd a em itie­ ro n c o n fre cu e n cia sen d as d e n u n cias c o n tra com u n istas y estalinistas en la izq u ierd a in telectu al, m ie n tra s q u e la m ayoría d e Jos em p irisras lógi­ c o s n o re sp o n d ió a estas críticas. Philipp Fran k , sin e m b a rg o , sí lo hizo, c o m o v erem o s en el cap ítu lo 15. Y c u a n d o F ran k re sp o n d ió , c o m o m u es­ tran este cap ítu lo y el sig u ien te, n o estab a eq u iv ocad o e n su b ray ar q u e h ab ía p u n to s d e a c u e rd o sustantivos e n tre el m o vim ien to d e U n id ad de la C ien cia y los filósofos de la cie n cia en la e x tre m a izq u ierd a, tal c o m o p ro m o v e r la u nid ad de la c ie n c ia , así c o m o tam bién p u n tos d e d e sa c u e r­ d o , tal c o m o el valo r de la m etafísica y el m aterialism o d ia lé ctico .

Lenin contra Mach Casi todas las críticas al em p irism o lógico y al m ovim iento d e U n id ad d e la C ien cia p o r p arte de la izq uierda filosófica extrem a llevaban la im p ro n ta d e los an terio res ataq ues d e V ladim ir I. Lenin a E rn st M ach. E n su influ­ yen te lib ro, Materialismo y empiriocriticismo, publicado p o r p rim era vez en 1 9 0 8 , L en in estableció los p relim in ares para el ataque al em p irism o lóg ico al a ta c a r a M ach y a los m arxistas rusos y eu rop eos q u e p ro cu ra b a n sinteti­ zar al m arxism o co n el p en sam ien to m ach ian o a cu alq u ier costo. T o m a n d o al fen om en alism o de M ach co m o u n a tesis m etafísica, L en in veía a M ach c o m o p o c o más q u e un agen Le d c la filosofía regresiva y re a ccio n a ria que reciclab a el idealism o subjetivo de Bcrkcley: N inguna evasiva, ningún sofisma (una multitud de los cuales todavía tenem os que en fren tar [en este lib io )) puede cam biar el h ech o claro e indisputable de que la doctrina de Ernst Mach respecto de que las cosas son com plejos de sensaciones no es más que idealismo subjetivo y u na simple reiteración del pensam iento de Berkcley. Si los cuerpos son “com plejos de sensaciones", co m o dice M ach, o “com binaciones de sensaciones", co m o decía Bcrkeley, en ton ces, inevitablem ente, el m undo en tero no es sino 1111 idea. Partiendo de tal premisa es imposible arribar a la existencia de otras personas adem ás de u n o mism o: se trata del solipsísmo inás puro (L en in , 19Q8, p. 3 4 ).

P ara L en in y sus segu id o res, este con ju n to d c perspectivas m etafísicas era h e ré tico p o r al m en os tres razones. Violaba la observación (y fam o so eslo­ g an ) d c M arx resp ecto de que el propósito d e la filosofía no era m eram en te

e stu d ia r el m u n d o sin o c a m b ia rlo .1 A u n q u e un id ealism o c o n sis te n te p o d ría p a re c e r un cam in o d e m e n o r op osición para este Fin, L e n in insis­ tió e n q u e el m arxism o era in sep arab le del realism o o n to ló g ico . A m en o s q ue el c o n o c im ie n to cien tífico ilu m in ara o reflejara de algu n a m a n e ra un m u n d o m aterial objetivo y de e xisten cia in d ep en d ien te, c re ía L e n in , tal c o n o c im ie n to n o p o d ría ser utilizado c o m o una h e rra m ie n ta p a ra la acció n social colectiva. S egu n d o, el solipsism o ob viam ente am en azab a a los ideales de la solidaridad social e n tre los p roletarios que estab an listos p ara ca m b ia r y h e re d a r el m u n d o a n te el p re d ich o colapso del cap italism o. T e rc e ro , la m etafísica idealista au xiliab a a los en em igo s del m arxism o . Las filosofías idealistas y n o m aterialistas eclip saban las tareas rev olu cio n arias disponibles en lo social y en lo e co n ó m ico . L en in co n v en ció a m u chos de que el m aterialism o m arxista e ra el a u to ­ m ático v e n c e d o r an te sus en em igos idealistas y opositores. Sólo el m arxis­ m o e ra co n scie n te de las con d icion es socio eco n ó m icas d e tod a la crítica y de la filosofía -c o n d ic io n e s q u e p erm itían a los rnarxistas d esestim ar la critica an tim arxista. L en in exp licó , p o r ejem p lo, que, a p esar d e la p o p u ­ laridad del sen tir m ach ian o y del “em p irio criticism o " (el cu al, p a ra L e n in , incluía a todas las form as del positivism o y el co n v en cio n alism o ), la filosofía recien Le es tan partidista co m o lo era la filosofía de h ace d os mil años. Aunque estén disimulados p o r una charlatanería de térm inos seudocruditos o p or un no partidismo deficiente, los p artidos en disputa básicam ente son e! materialismo y el idealismo. El últim o es m eram ente una sutil y refinada form a de fideísm o, el cual se posiciona arm ado hasta los dientes, com anda vastas organi­ zaciones y continúa ejerciendo sin cesar una influencia sob re las masas, aprovechándose de la más leve vacilación del p ensam iento filosófico. El papel objetivo de clase del em piriocriticism o consiste exclusivam ente en rendir un fiel servicio a los fideísias en su lucha co n tra el materialism o en general y e l materialismo histórico en p articu lar (ibid., pp. 434-435)

El ataq u e d e L en in al em p iriocriticism o se p od ía m over con facilidad e n tre cu estion es a c e rc a de sus ideas, sus m éto d o s y su integridad, p o r un lado y las d iferen tes cuestiones a ce rc a del estatu s s o cio e co n ó m ico , in tereses y preju icios de filósofos que p od rían cu e stio n a r o criticar su lógica o sus fu n d am en to s. De este m od o, e n las m an os d e d octrin arios, el m arxism o

1 La úliiinn de la i tesis (le Marx sobre Feiierbacli dice: "Los filósofos no han lieclio más que in u rfjíelarric diversos modos el miindo, pero de lo que se umn es de Irims/nrmitrin .

p o d ría volverse autojusiificativo e in cu estio n ab lem en te v erd ad ero : sus c rí­ ticos e ra n sim p lem en te "fideístas” que n o p od ían d arse cu e n ta d e q u e eran títeres d e nn sistem a s o c io e c o n ó m ic o co n d e n a d o al fracaso . P a ra los m a r­ xistes c rítico s, m en o s d o ctrin ario s, c o m o era el caso d e Sidney H o o k , esta p erspectiva e ra co m p resib lem en te e xasp eran te y con trib u y ó a e sta b le ce r el fu n d am en to d e la rep resen tació n p o p u lar de la G u erra Frfa segú n la cual los co m u n istas eran p o co m ás que títeres, p erson as a q u ien es se les h ab ía “lavado el c e r e b r o ” o ro b o ts m ecán ico s q u e p arecían in te le c tu a lm e n tc inflexibles e in cap aces de c ritica r a M arx o a M oscú.

El ataque de Horkheimer y Marcuse En 193 5 , lu eg o de h u ir d e F ra n k fu rty d e u n a breve estadía en G enova, M ax H o rk h e im e r y su Instituto para la Investigación Social fu eron bienvenidos en la U niversidad de C o lom b ia, en el b arrio de M orningside H eigh ts d e M an h attan . Allí, H o rk h e im e r p ub licó su Zeitschrifl J ü r Socialforschung, en el cual p re sta m e n te p u b licó su p ro p io ensayo “El últim o ataq u e a la m e tafí­ sica” ( 1 9 3 7 ) . E n sí m ism o, el ensayo con stitu ía un vigoroso ataq u e al em p i­ rism o ló g ico , lo cu al su giere cuán p ro fu n d am en te sen tía H o rk h e im e r el agu ijón del re ch a z o de la m etafísica p o r p arte del em p irism o lógico y su p osición re s p e cto d e que ú n icam en te la cien cia e m p írica p rovee de in for­ m ación g en u in a so b re el m u n d o . Si esto fuera c ie n o , el p ro y ecto in telec­ tual de H o rk h e im e r, la T e o ría C ritica, no ten d ría p lataform a algu n a so b re la cual erigirse y em itir sus análisis objetivos y crítico s de Lodos los asp ec­ tos d e la vida m o d e r n a -e le la cien cia así co m o tam bién d e la e c o n o m ía , la p olítica y la socied ad C u an d o a m ed iad os y a finales de la d écad a de 1 9 3 0 , se e x te n d ió la crítica de ia m etafísica p o r p arte del em p irism o lóg ico y los m ism os em piristas lógicos fu eran elogiados en N ueva Y ork c o m o nuevos c im p o rtan tes em ig ran tes intelectu ales, H o rk h eim er y su asociad o H e rb e rt M arcuse c o n tra a ta c a r o n .8 H o rk h e im e r re c o n o c ía q u e a h o ra el em p irism o ló g ico se habfa “esta­ b lecid o a sí m ism o c o m o la escu ela m ás e n te ra m e n te an L im etaftsica”, en p a rte p o rq u e ap elaba al en tusiasm o d e la izquierda c o n la crítica a la m etafísica y a las con fu sio n es del fascism o. P ero el em p irism o lógico e ra en este sen tid o un frau d e, “p o rq u e en su form a actu al, esta filosofía esLá fu e rte m e n te u n id a a la m etafísica p o r el o rd en estab lecid o” (H o rk h e im e r, 1 9 3 7 , p. 1 4 0 ) En p rim e r lu gar, H o rk h eim er arg u m en tó que los em piristas

‘' P a r a un inform e e x te n d id o de fos debaLes em re las represen can les de la T eo ría C m icn y el em pirism o lógico y el pragmatismo, véase Duhms (19 94 ).

lógicos n o podían aleg ar in d e p e n d e n cia política, p orq u e estab an (y L en in h ab ría estad o d e a c u e rd o c o n ello ) inevitablem ente atrap ad o s en u n a red d e in tereses sociales y e c o n ó m ic o s q u e los sustentaban y a los q u e, p o r lo ta n to , e ra n in cap aces d e c ritic a r c o n efectividad. El p ro b lem a del em p irism o ló g ico era su em pirism o. Al insistir en q u e el c o n o c im ie n to g en u in o sólo p rov en ía de la cien cia em p írica y al p ro m o ­ ver a la cien cia u n ificad a (la cual H o rk h eim er, co m o o tro s c rítico s, to m a ­ ro n e rró n e a m e n te c o m o u n a clase de física universal: “la fo rm a c o rr e c ta d e c o n o cim ie n to [p ara el em p irism o lógico] es idéntica a la física", ibid., p. 1 4 6 ) el em p irism o ló g ico c a re c ía de la creatividad y de la im ag in ació n q u e se re q u e ría para u n a refo rm a g en u in a. C o m o lo exp resó H o rk h e im e r: Nuevas formas de ser, especialm ente aquellas que surgen de la actividad histórica del h om b re yacen más allá de las teorías empírislas. Los pensam ientos que no son simplem ente transferidos desde el patrón de con cien cia pred om in an te, sino que em ergen de los objetivos y d eterm in acion es del individuo [ ...] no p erten ecen al dom inio de la cien cia (ibid., p. 144)

El em p irism o , p ara H o rk h e im e r, red u cía a la cien cia y a l a filosofía a m eros cron istas o retratistas d e la sup erficie sensible de un m u n d o injusto: Si la ciencia co m o un tod o sigue el liderazgo de! em pirism o y el intelecto ren u ncia a su insistente y confiada investigación del com plicado abanico de observaciones con el fin de d escubrir más ace rca del m undo que incluso nuestra bienintencionada prensa cotid ian a, estará participando pasivamente en el m antenim iento de la injusticia universal (ibid., p. 151).

P ara H o rk h eim er, el em p irism o n u n ca p od ría s e r radical, ni aun reform is­ ta, d eb id o a que n o cu en ta c o n m edios e x tra ñ e n tíficos p ara c ritic a r a las ob servacion es científicas y m u ch o m en os a las periodísticas. O tro e r r o r fu n d am en tal, de acu erd o c o n H ork h eim er, e r a el d escu id o del subjetivism o h u m an o y d e “la relación [d e tod o c o n o c im ie n to ] co n un sujeto co g n o sce n te " p o r p arte del em p irism o lógico (ibid., p. 1 4 2 ) . “El em p irism o rech aza la n o ció n de sujeto in toto" (ibid., p. 1 4 9 ), escrib ió, y co n trib u y e a m a n te n e r la ilusión de que la “racion alidad técn ica" o cien ­ tífica ag o ta o p erson ifica la racion alid ad h u m an a. R ecu rrien d o a la distin­ ción k an tian a e n tre razón (V em unfi) y el co n ce p to más lim itad o de e n te n ­ d im ie n to (Verstand), H o rk h e im e r insistió en que la subjetividad h u m an a p roveía de recu rsos racion ales co n ectad o s, p e ro tam bién e x c e d e n te s, a los

d e la cien cia .3 M ientras q u e el em p irism o lógico “red u ce al su jeto p en san ­ te al rol d e en u n ciad os de p ro to co lo que lo subsum en bajo p rop osicion es g en erales y d e d u ce n otros en u n ciad o s a p artir de ellos" (ibid .), Ia teoría crítica sosten ía que los sujetos p ensantes p od ían ser m ás q u e m ero s c ie n ­ tíficos y así con sigue legitim ar el p o d e r p a ra “criticar las fo rm as c o n ce p ­ tuales y el p a tró n estructural d e la cien cia”, p ara criticar a “u n a ram a de la c ie n c ia té c n ic a d esde el e x te rio r” o p ara co n v e n ce r a “un especialista" de q u e el cu rso de la cien cia req u iere de “d irección y sign ificad o" d esd e un p u n to d e vista global e h istó rico (ibid., p. 1 4 5 ). H o r k h e im e r fue im p lacab le en su ataq u e. C itó g e n e ro s a m e n te a N eu rath , C arn ap y Russell y (m en o s ab u n d an tem en te) a Sch lick y H ans H a h n p ara arg u m en tar que, c o n la e x ce p ció n de algunas cu estion es cien ­ tíficas técn icas, estos filósofos n o tenían n ad a c o rre c to que d e c ir a c e rc a del c o n o c im ie n to , la co n cien cia, la historia, la p olítica y el papel de la c ie n cia en la sociedad . Los rid icu lizó p o r tratar de “d isp o n er de tod os los p rob lem as c o n el fin de realizar... dudosas p urificacion es de] len gu aje", p o r in te n ta r aislar a la ep istem o log ía de los p rob lem as de la h istoria y la so cio lo g ía y, u n ién d o se a la c rítica d e Dewey, p o r p re te n d e r h ab er log rad o “lib erarse de los ju icios de valor ( Werlfreiheit) ” (pp. 1 5 5 , 1 5 9 ,1 6 4 ) . D os añ o s m ás tarde, H e rb e rt M arcuse publicó u n a acu sació n sim ilar en su revisión de las p rim eras y escasas m o n o grafías d e la International Encyclopedia. E scrib ien d o en la revista del in stitu to, M arcu se in fo rm ó q u e las m onografías de N eu rath , C arnap , M on is, V ícto r L enzen y otros ilu strab an vividam ente c ó m o la aten ció n del positivism o en los h ech os d ad o s lo cegab an resp ecto de algu n a posible disposición altern ativa de los h ech o s: “Q u e las ‘posibilidades reales’ y su realización p e rte n e c e n a la realid ad [Wirklichkeit] es u n a verdad que se p ierd en los positivistas actu a­ les” (M arcu se, 193 9 , p. 2 2 9 ) A nticipan d o su p o p u lar crÍLica d e la “unidim en sio n alid ad ” en su El hombre unidimensional (1 9 6 4 ), M arcu se reg añ ó a estos cien tíficos unificados p o r p re sta r aten ció n sólo al ám b ito u n id im en ­ sional del “H e c h o ” y p o r ig n o ra r el espacio bidim ensiona! del “H e c h o ” y el “S e r” y las múltiples posibilidades que la T eo ría C rítica re c o n o c ía en esc e sp a cio .4

’ Véase Carus (2004) para un lúcido informe de esa disúnción. * “Sie bewegen sich nictu in der Zweidímensionalitái von W e sc n und T a la c h e , ivdche der e igcm lich e O n der WalirheU isi, sondern n u rin der EindimerisíonuliiáL d erT aisn ch en " {Marcu.sc, 1939, p. 231) [En alemán en el original. Léase: “No se mueven en la bidim ensionnlidad de la esencia y el hecho, en la qu e está el auténtico lugar de ta verdad, sino solo en tn unidim enstonalidad de los hechos'1. N. del T.]

Lewis Feuer (P-2002) Apenas u n o s añ os después de los ataques d e H o rk h eim er y M arcuse, varias d e sus críticas fu eron con certad as p o r Lewis F e u e r, uno d e los m ás fu ertes críticos n o rteam erican o s del em pirism o lógico. C o m o E m e s t Nagel y Sidney H ook, F e u e r fue estudiante de M orris C ohén (sien d o unos veinte años m ayor que é ¡) en la Universidad d c la Nueva York. L u eg o recib ió un d o c to ra d o de H arvard en 1 9 3 5 y regresó para e n se ñ a re n el City College. Allí trabajó e n ca ­ recid am en te para liberar a la filosofía v erd ad eram en te revolucionaria d e ios erro res que vio m ero d ean d o en el em pirism o lógico. El a rtícu lo d e F e u e r d e 1941 “El d esarrollo del em pirism o ló g ico ", en Science & Society, fue p recip itad o p o r la ap arició n d e la co lecció n d e en sa­ yos de F ran k , Between Physics and Philosophy ( 1 9 4 1 ) . A la luz de la breve d es­ estim ación q u e L en in h iciera de F ran k p o r co n sid erarlo un “k an tian o ” (L e n in , 1 9 0 8 , p. 1 9 0 ), F e u e r tom ó al libro de F ran k c o m o u na señal de q u e el sen tir m a ch ia n o n o solo había sobrevivido sino que había p ro sp e ra d o lu ego del ataq u e de L en in . H a “m ad u rad o e n su bien c o n o cid a varian te, el em p irism o lóg ico " y ha logrado “respetabilidad acad ém ica en las univer­ sidades n o rte a m e rica n a s” (F eu er, 194 1 , p. 2 2 2 ). Después de tod o, F ran k h abía estad o en señ an d o en H arvard d esd e 1939. F e u e r ad m irab a algunos aspectos del em p irism o lógico. E n cu a n to al n uevo libro de Frnnk, le agrad ó su llam ado al com p ro m iso y a la c o o p e ­ ració n e n tre los m arxistas y los em piristas lógicos y el “exce le n te uso [p o r p arte de Fran k ] del m é to d o del m aterialism o h istó rico ”. T am b ién n o tó co n cierta ad m iración el trabajo adm inistrativo d c N euralh en Bavaria a favor del socialism o (ibid,, pp, 2 2 3 , 2 2 4 , 2 2 8 -2 2 9 ). Aun así, en m ayor m ed i­ d a n o estaba de acu erd o con el em p irism o lógico. P rim ero, F e u e r a tacó la visión p o p u lar de que el em pirism o lógico e ra p olíticam ente n eu tral. A p u n tan d o a C arn ap , Schlick, R eichen b ach y N eu rath , se burló de varias d e sus afirm acion es resp ecto de que “las fo rm u lacion es [del em p irism o lóg ico ] son solam en te las de la lógica de la cien cia": D e h e ch o [ . ..) sus doctrinas distintivas no son el produ cto de un análisis desapasionado dc la p ráctica cien tífica. Más bien d eb e­ rían ser con sid erad as co m o exp resio n es ideológicas, la ideología de un g ru p o de eruditos burgueses viviendo bajo con dicion es h istóricas únicas, la expresión de su h u m o r y ansiedades cam ­ b iantes (p . 2 2 2 ).

In clu so p eo r, argüía, p orq u e todas las p reten sio n es del em pirism o lóg ico a ce rc a de p erm an ecer apartados de la p olítica, en realidad lo posicionaban

en el lad o equivocado d e la batalla rev olu cio n aria. Su énfasis en el len gu aje y la lóg ica y su d esp recio p o r las disputas m etafísicas fu n cio n ab an c o m o u n a d istra cció n , si n o la n egación , del im p o rtan tísim o “m u n d o d e las re la ­ cion es sociales". M arx co n o cía todo a c e rc a d e esta clase d e m an io b ras eva­ sivas p o r p a rle d e los intelectuales, exp licab a F e u e r. M arx solía hablar del econom ista burgués que solo podía ver relacio­ nes eco n óm icas a través de la brum a del "fetichism o d e los artículos de co n su m o ” y de quien perdió de vista al m undo de tas relaciones sociales. De m an era similar, el em pirista burgués, p reo cu p ad o con su lengu aje, llega por una clase de aflicción ocupacional a elevar sus sím bolos en un sustituto autosuficicnle para el m undo. Su ideo­ logía refleja su aislamiento social; su teoría, sep arad a de la p ráctica, deviene en una esfera teórica au tón om a (p. 2 2 4 ).

D on d e H o rk h e im e r se quejaba de que in evitab lem en te to d o em p irista ló g ico e ra un an alista del status quo, F e u e r se q uejab a d e q u e aquél d eb e d e sco n e cta rse p o r com p leto del m u n do: Los lím ites de su empirismo son dictados incon scientem en te p o r los estrech o s confines de sus propias actividades, p o r la retirad a de la p articip ación científica activa y de la con fron tación con los hechos. El “em pirista’’ desea rechazar un m undo que n o pueda m anipular a voluntad, co m o liace con sus símbolos (p. 2 2 4 ).

A m en o s que acep taran el m arxism o, creía F e u e r, los em piristas lógicos p e rm a n e c e ría n im potentes para evadir las prision es del solipsism o, del id ealism o y del len gu aje que ellos m ism os han co n stru id o p ara sí. In cluso los esfu erzos, p o r lo demás loables, de N eu rath p o rp la n ific a ry ad m in istrar una e c o n o m ía socializada en Bavaria, escribió F e u e r, h ab ría estad o c o n d e ­ n ado al fracaso a causa de este escapisia "fetich ism o de p ro p o sicio n e s ” 5 U n a ñ o m ás ta rd e , Feuer atacó o tra vez. E scrib ien d o u n a vez más en Science & Society, a ta có al empirismo lóg ico p o r su co n ce p ció n no cogn itiva de las p ro p o sicio n es éticas. Com o lo fue p ara Dewey, el b lan co de F e u e r fue la p re s e n ta c ió n de A. j . Ayer en L anguage, T m th and Logic ( 1 9 3 6 ) y,

s Feu er escribió: "el escrito de NY-uraih [sobre transform ar una econ om ía de guerra en 1111a e co n o m ía de trueque típica de ¿pocas de paz (N eurath, 1919) J disfrutó de 1111 gran ¿ s ilo e n tr e ¡os socialdcinócnuas para quienes las interm inables discusiones J e la Com isión de Socialización constituían 1111 sustituto adecuadu para ¡u toma (le medidas individuales y practicas. El fetichism o de las proposiciones es 1111 achaque reform ista de larga data" (Feuer, 1941, p. 2 2 8 )

d ejaba d e p en sar e n los ru m o res de vandalismo detrás de los p ro ceso s co n fines p rop agan d ísticos d e Stalin, en las d epu racion es y en los d esastres de la colectivización forzad a, F e u e r d e fe n d ió la teoría d e M arx d e u ñ a d ictad u ra posrevolucionaria del p roletariad o sobre la base de que m an iob ras d icta to ­ riales a veces estaban justificadas p o r los fines a los que co n trib u irían . Con torpeza, in ten tó alcan zar a la In glaterra crom w elliana p ara re c h a z a r “u n a rep resen tació n e x tre m a de la U n ió n Soviética” que Dewey y o tro s habían h e ch o a m ed id a que su antiestalinism o crecía en los últim os años. “Las rela­ cion es sociales que están fundadas históricam ente a través de m ed ios d icta­ toriales", se disculpaba F e u e r, "n o están destinados irrevo cab lem en te a una su p erestru ctu ra d ictato rial” (F eu er, 1942, p. 2 6 5 ). C o m o m u ch o s o tro s rad icales filosóficos, sin em b arg o , F e u e r even tu al­ m e n te se m ovió a la d e re c h a política. P e ro lo hizo con m u c h a p o sterio ri­ dad a la así llam ad a vieja izquierda de las d écad as de 1 9 2 0 y 1 9 3 0 q u e ya h ab ía in iciad o su s ep aració n del com u n ism o y de Stalin. D u ran te las d é c a ­ das de 1 9 5 0 y 1 9 6 0 , F e u e r apoyó a la nueva izquierda c o n fo rm a d a p o r los m ovim ien tos estud iantiles en la U niversidad de C aliforn ia e n B erk eley, d o n d e en señ ó d esd e 1 9 5 7 hasta 1 9 6 6 . C o n tin ú o escrib ien d o a c e rc a det m arxism o y d e la filosofía social, así co m o tam bién a c e rc a de su esp ecia­ lidad, Spinoza. E n 1 9 6 0 , re co rd a b a N athan G lazer, F e u e r d efen d ió a los activistas estud iantiles q u e se habían m anifestado c o n tra el C o m ité de Actividades A n tin o n e a m c ric a n a s en San F ran cisco (G lazer, 1 9 6 9 ). A m ed iad os d e la d é ca d a de 196 0 , sin em b arg o, F e u e r se h ab ía vu elto altam en te c rítico del m ovim ien to estudiantil. Los m ovim ien tos estud ianti­ les a lre d e d o r del m u n d o , argüyó ah o ra en su p o p u la r libro The Conflicl o f Generations ( 1 9 6 9 ) , eran m ejo r en tend idos co m o revueltas g en eracio n ales freu d ian as (p rop ias de laju v e n tu d ) c o n tra sus p adres -rev u eltas q u e esta­ b an , ad em ás, c o n d e n a d a s a d e g e n e ra r en la irracio n alid ad y la violencia. D ad o que F e u e r se sintió c a d a vez más aislado en Berkeley, él y su esposa K athryn, una especialista en literatu ra rusa, a ce p ta ro n las ofertas q u e les llegaron d esd e la U niversidad d e T o ro n to , d o n d e F e u e r se u n ió al d e p a rta ­ m e n to de sociología (véase F e u e r, 196 9 , p. 4 9 7 , n. 8 5 ) En las d écad as sub­ siguientes, y en p arte d eb id o a ta rep u tació n de The Conjlict o f Generations, F e u e r fue a d o p tad o p o r los intelectuales de d e re c h a y p o r los estud iantes crítico s de la izq uierda a ca d é m ica de p o sg u erra .6

c F euer escribió que la criLÍcade la cultura norteamericana por parte de tos académicos y, principalm ente, por parle (le profesores ingleses, “es un consenso petulante, no exam inado y 110 cuestionado que desecha al disenso com o si fuera una intrusión poco sofisticada’ (citado cu Sullivan, 2000).

a d icio n alm en ie, el a rtíc u lo “F ilosofía y siniaxis ló g ica” de C arn ap (1 9 3 5 ) . F e u e r rech azó los arg u m en to s a fav or del no cognitivism o y de u n a re p re ­ s e n ta c ió n lib re d e valores d e las teo rías científicas, esgrim ien d o que el em p irism o ló g ico e ra en sí m ism o u n a exp resión h istórica de los intereses de clase. L o s m iem b ros del C írcu lo d e Viena, escribió, p e rte n e cía n a una “clase a c a d é m ica " q u e lu eg o d e la P rim era G u erra M undial “se esforzó en p reservar su estatus social a p a rtir de la insistencia en lo irrelevan te que e ra su ‘c ie n c ia ’ para las cu estion es sociales” (F eu er, 1 9 4 2 , p. 2 5 2 ) . A un q ue, N eu rath , C arn ap y H ah n en su m anifiesto Wissmschaflliche Weltaujfassvng (1 9 2 9 ) h abían sostenid o esp ecíficam en te la relevancia d e la nueva filosofía de la cien cia para los m ovim ien tos sociales m o d ern o s, F e u e r insistió, p o r el co n tra rio , en que el m o vim ien to estaba feliz e in ten cio n alm en te aislado d e la verd ad era lu ch a id eológica: El em pirism o lógico tam bién tiene una tendencia a h a cer que ia lógica formal sirva co m o una ideología. Se persigne un fetichism o de rigor, una “fe en la lógica form al” [ .. .] La lógica pura servía co m o una clase de fachada adicional para los conflictos internos en la m entalidad acad ém ica. El “m étodo crítico”. así em p leado, es un dispositivo para garan tizar que, cualquiera sea el problem a, el filósofo al final no fuera a tom ar partido alguno (Feu er, 1942, p. 25 4 , n, 3 5 ).

A los ojos d e F e u e r, la m ayoría d e los em piristas lógicos eran d efen sores de una falsa co n cie n cia : “El em p irista n o intenta p e n e tra r m ás allá d el nivel de una 'co n cien cia falsa’. T o m a a los en u n ciad os ideológicos en la fo rm a en la que son p ro n u n ciad as e n el nivel co n scien te y m u estra que n o tienen sen­ tido" (F eu er, 194 1 , p. 2 5 3 ) D esde u n a perspectiva m arxtsta, sin em b arg o , la tarea ap ro p iad a para la filosofía es “ir m u ch o más allá”. A lu d ien d o táci­ tam ente a las críticas de H o rk h eim er y M arcuse y p osiblem ente tam bién al arg u m en to d e Dewey resp ecto de que los en un ciad os q u e p o r lo d em ás no tienen sen tid o ap u n tan a las “co n d icio n escu ltu rales” q ue las n u tre n , F eu er elogió a los m arxistas q u e em p lean los "m étod os sociológ ico s” y científicos para e n co n tra r el significado g en u in o (típ icam en te a c e rc a de “p referen ­ cias y rep resion es de clase") de los en u n ciad os que el em p irism o lógico d esaúende p o r con sid erarlas vacuas (ibid., pp 253*254), Una ra z ó n p o r la que F eu er atacó en este ensayo de m an era tan franca al empirismo lógico y a otras ap roxim aciones n o marxistas a ta ética fue su propia devoción ai m arxism o y, p arecería, a M oscú. Estos p rim eros ensayos exhiben u n a incuestionable consideración co n los escritos de M arx y Engels y una defensa de la U nión Soviética, En una ép o ca en la cual ningún lecto r

Margaret Schlauch (1898-1986) L a crítica d e F e u e r resp ecto d e q u é el em p irism o ló g ico e ra u n escap e del m u n d o social fue secu n d ad a y d esarro llad a p o r M arg aret S ch lau ch , q u ien en señ ab a literatu ra m edieval e n la Universidad de N ueva York, C u an d o M orton W h ite y A lb ert W oh lstetter in sp eccion aro n al m o v im ien to d e la sem án tica g en eral y p o p u lar p a ra los lecto res d e la Partisan Revieru, e n co n ­ traron q u e d e n tro d e este cam p o d o m in ad o p o r eru d itos de segu n d a y ter­ c e ra categ o ría, los v erd ad ero s “am igos de la sem án tica” eran los em piristas lógicos del m o vim ien to de U nidad de ía C iencia (W o h lstetter y W h ite, 3 9 3 9 ). U n o s tres añ os d espués, S ch lau ch dio a e n te n d e r q u e p o d ría ser así al revisar el ca m p o d e la sem án tica en Science & Society, p e ro so lo si la sem án tica e ra un p roy ecto op o sito r q ue p rego n a (co m o an u n ciab a su títu­ lo) a la "sem án tica c o m o una evasión so cial” S ch lauch exp licó q u e u no de los libros más populares en el m ovim ien ­ to de la sem án tica g en eral, Science am l Scmity (1 9 3 3 ) de Alfred Korzybski, se p ro p o n ía e x p o n e r todas n uestras en ferm edad es sociales e individua­ les (tales co m o el crim en , la e n ferm ed ad m ental y la p ob reza) a la lógica d eso rien tad o ™ em b eb id a de n u estro len gu aje ordin ario. P e ro el p ro y ec­ to de Korzybski estaba destin ado a fracasar, a los ojos de S ch lau ch , p o r­ que n o p restaba aten ció n a las im portantísim as dinám icas d e la lu ch a de clases. Solo raram ente y, en tonces, de un m od o superficial, indica la im portancia básica de los conflictos de clase y la rivalidad de ¡os imperios. Solo se realizan las más vagas ind icaciones co n respecto a concretos des­ ajustes errad ¡cables en el m undo objetivo, tales com o la distribución desigual del ingreso, la exportación del capital para los desam parados países “subdesarrol lados”, la co m p eten cia del com ercio internacional y crisis recurrentes y períodos d e desem pleo, que son las cansas de la inseguridad que lleva a enferm edades psicológicas. El exorcism o parece más sen cillo cuando estos problem as s o n tratados c o m o pri­ m ariam ente lingüísticos (Sch lau ch , 1942, p. 321).

The Tyranny o f Words de Stuart C hase y otros éxitos de ven ta rep ro d u cían este e rro r, exp licab a Sch lauch , al co n fu n d ir los efectos lingüísticos c o n sus causas sociales y n o lingüísticas. E n relación con los estereotip os raciales, p o r ejem p lo, C hase p arece que ni siquiera considera que las cau stis de [los estereotipos cargados de em oción ] y ... Ia necesidad, po r lo tanto, d e algo más que terapia lingüística para

so lu cio n a r una situ ación qu e involu cra el in terés de clases, la n atu ­ raleza del E stado, la exp lo tació n y un legado d c m ied o d e p arte de los g o b e rn a n te s h e red ad o desde los clías d e la esclavitud (ib id ,, p.

325). En tan to q u e c o n c ie rn e a las en ferm ed ad es d e la so cied ad , la terap ia de sem án tica lin gü ística e ra un bálsam o oscurantista, A ojos de S ch lau ch , al em p irism o ló g ico n o le fu e m e jo r. C o n tin u a n d o con la acu sació n d e F e u e r de que el em p irism o lógico su cu m b ió a un feti­ ch ism o de p rop o sicio n es, d en u n ció al p ro g ra m a de C a rn a p d e sintaxis lógica p o r so ste n e r que “las p osicion es filosóficas tales c o m o el id ealism o y el n atu ralism o n o " eran “a c e rc a del m u n d o , sino solo a c e rc a d el uso d e las p alab ras” (p. 3 2 9 ) Aun cu an d o ¡os em piristas lógicos h ab ían h e ch o co n trib u cio n e s al análisis del len g u aje, es difícil elu d ir la co n vic­ ció n de q u e ellos tam bién han exag erad o en gran m an era su valor terap éu tico , y su en fo q u e , co m o el d e los sem anticistas, p u ed e ser usado c o m o una vía d c escape del in terés activo en el m u n d o e x te r­ n o qu e p resion a d iariam ente para o c u p a r nu estra ate n ció n co n los p ro b lem as más u rg en tes.7

Sin e m b a rg o , si C arn ap h ab ía provisto u n a “vía d e e sca p e ” p o ten cial del m u n d o y d c la lu ch a d e clases, S ch lauch reservó su p rin cip al c rítica p ara el físico de H arv ard y filósofo de la cien cia, P ercy B rid g m an . B rid gm an , acu só , fo ijó la ru ta de escap e, paso a paso, al Liempo q u e c re a b a u n a id eo­ logía o p o sito ra e individualista. El o p e ra cio n a lism o de B rid gm an sosten ía que el sign ificad o d e un c o n c e p to con siste en el con ju n to de p ro ced im ien to s u o p e ra c io n e s bajo el cual el c o n c e p to es em p lead o en la prácLica científica. P ara la cien cia n atu ral, su g ería S ch lau ch , el o p eracio n aíism o tien e é x ito ai o f re c e r an áli­ sis p rag m ático s plausibles d c c o n ce p to s científicos claves. P e ro c u a n d o es ap licad o a los co n cep to s sociales y éticos, el o p eracio n aíism o lleva al desas­ tre id eo ló g ico . “La búsqueda de significado social a través d e las o p e ra c io ­ nes cu lm in a e n un esp acio en b lan co ”, escrib ió , a cau sa de q u e los ideales y m etas colectivos no p u ed en e n c o n tr a r alb ergu e en u n a te o ría sem án tica cuyo fo co es "el individuo (c o m o B rid gm an lo c o n c ib e )”.

7Schlancli (1942, p.330). Aquí Schlauch refería a sus lecioresa las criticas de V .J. McGili en sti artículo “El positivismo lógico y la unidad dc ta ciencia" (McGill, 1937), descritas en el capítulo 7.

U n m arxista podría señ alar

que el en fo q u e de B ridgm an está

fu n d a m en talm en te equivocado, pu esto q u e p ro p o n e u n a profund a división e n tre su individuo intelig en te y la sociedad . Los p o n e co m o si estuvieran e n op osición en tre sí en lugar de verlos co m o estan do e n una ín tim a relación d ialéctica (pp. 3 2 8 , 3 2 9 ).

E l o p eracio n alism o d e B rid gm an fue re a ccio n a rio p o rq u e am en azab a co n eclip sar los asp ectos dialécticos p ro p iam en te colectivos del sign ificad o en la vida p rog resista y m o d ern a. E n 1 9 4 2 , cu a n d o Sch lauch publicó su crítica , su op tim ism o resp ecto de q u e ei colecd v ism o p revalecería en d esm ed ro del individualism o de B rid gm an n o e r a ni in gen u o ni singular L os E stad os U n id os estaban ofi­ c ialm en te aliados co n la U n ió n Soviética en la batalla c o m r a la A lem an ia nazi y, d esd e esa perspectiva, S ch lauch to m ó a la sem án tica de B rid g m an c o m o algo “a n ticu a d o ”: E n los po cos años que pasaron desde q u e el lib ro [d e B rid g m an ] fu era escrito , sin em barg o , su m ensaje e n te r o podría verse co m o an ticu ad o p o r m uch os de los que alguna v e z se sin tiero n im presio­ nados p o r él. U n esfuerzo co n ju n to en un esp eran zad o y en ú ltim a instan cia constru ctivo esfuerzo bélico está volviendo habitu al al p en­ sa m ien to co lectiv o para m uchos qu e an terio rm en te se m antenían co n sc ie n te m e n te aislados, co m o su p u estam en te hacía el individuo in telig en te de Bridgm an (p. 329).

Sus lecto res ta m p o c o h ab rían p ensado q u e su triu n fan te llam ad o final a que la sem án tica u n iera fuerzas con la filosofía social y fo rta le cie ra los vínculos e n tre la filosofía acad ém ica, el m aterialism o y el p ro g reso social, estaba fu era d e lu gar: P o d em o s e sta r seg u ro s d e q u e la a u té n tica in v estig ación [en el á m b ito d e la se m á n tica ] será h e c h a p o r p erso n a s pu estas en a c c ió n p o r u n a filo so fía so cial m ás g e n e ro s a qu e c u a lq u ie ra q u e fu era m a n ife sta d a p o r los e sc rito re s a ctu a le s so b re el lem a . T a l e stu d io d e b e s e r h e c h o [ . . . ] p o r a q u e llo s q u e n o están q u e rie n ­ d o esca p a rse de la realid ad d e los p ro b le m a s no-verbnle^. D eb e ser h e c h o p o r estu d ia n tes qu e a ce p te n la e x iste n c ia de n u e stro m u n d o m a te ria l, co n to d o lo qu e hay en él q u e a h o ra nos resu l­ ta d e sa g ra d a b le ; y qu e están d isp u esto s a fu sio n a r la te o ría y la p rá c tica e n e s fu e r io s realistas e n p o s d e su m ejo ra . P ara tales e stu d ia n te s, la tra d ic ió n p o p u lar d e la se m á n tica se co n v ertirá

en un instrumento d e p ro g reso so cial en lu g ar de una té c n ic a de evasión so cia l (p . 3 3 0 )

Al igual que F e u e r, S ch lauch p erm an eció crítica de la p olíú ca del em pilism o lógico y radical a lo largo de la d écada de 1940. En 194 7 , sum ó a Charles M on is a su p an teó n d e semanticistas opositores en su reseña de Signs, Language, andBehavioren la revista NewMasses. A Schlauch no le gustó el libro a causa de que Morris n o había h ech o caso de su llam ado (o del d e nadie m ás) a cultivar la sem án tica en una dirección m arxista. C o m o sucediera con otros críticos d e Signs, Language, and Behavior, el conductism o Ic resultó espe­ cialm ente desagradable. “L ad escrip ció n ” de Morris “de los elem en tos lógicos abstractos de! discurso está en teram en te basada en la con d u cta con dicion ada de un animal en un lab oratorio ap ren dien do a localizar com ida". Este reduccionism o resulta com p letam en te “insatisfactorio para un científico m arxista” que re co n o ce los diferentes “niveles de los fenóm enos con los cuales lidia el discurso científico: el físiccnquímico, el psico-biológico y (p ara el estudio de los seres hum anos) el socio-histórico” (Schlauch, 1947, p. 17) El d esaire d e S ch lau ch p u ed e p a re ce r fu era de tugar. L ejos de con sti­ tu ir un p ro y ecto elim inativo y red u ccion ista, exp licab a M orris, la sem ióti­ ca era u n a h erram ien ta p ara relacio n ar, co m p arar y p osiblem ente u n ificar d iferen te “m aterial q u e h abía sido a b o rd ad o aislad am en te” p o r científicos en diversos cam p os. Estos incluían a los lenguajes de la cien cia n atu ral, a la cien cia b iológ ica, a los “estudios hum anísticos” y a la p sicología. “El sen ­ tido en el que la sem iótica m ism a es una fase en la u nificación del c o n o ­ cim ien to d eb ería ser evid en te p ara tod o lo a n te rio r” Esto, asum ía, “no n ecesitab a de elab o ració n alg u n a” (M orris, 1 946b , p. 2 2 5 ). P o r su p uesto, la suposición d e M orris estaba equivocada. Schlauch ilustra có m o tos in te­ lectu ales d e izq uierda p od rían h ab er com p artid o el objetivo de M orris de u n ificar a las cien cias en p arte p o r m or de la refo rm a social p rog resista, au n q u e solo p od ría to le ra r u n p ro g ram a teó rico , a saber, el m arxism o, co n el cual trab ajar en pos d e la unificación. P ara S ch lau ch , un b uen científi­ co e ra un “cien tífico m arxista”, para quien este d om in io d e investigación “so cio -h istó rico ” era fu n d am en tal. A d iferen cia de F eu er, Schlauch n un ca se volcó h acia la d e re c h a ni ren u n ció a su rad icalism o p olítico. En 195 1 , d uran te el p u n to más álgi­ do del m acartism o y del m ied o a tod o lo rojo que cu n d ía en los Estados U nid os, utilizó su añ o sabático c o m o u n a op ortun id ad p ara ab an d o n ar esc país y c o m e n z a r u n a c a rre ra c o m o m cdievalista en la E u ro p a orien tal c o n ­ tro lad a p o r los soviéticos. En lu gar de reg resar a Nueva Y ork, se estab leció en P olon ia, a d o n d e h abían huido su h erm an a y el esposo de su h e rm a ­ n a; L eop old In fcld , co leg a y c o a u to r de Einstein, luego de su d e p o rta ció n

d esd e C an ad á (S ch reck er, 1 9 8 6 , pp. 2 9 4 -2 9 5 ). Sch lauch ráp id a m e n te se estab leció c o m o u n a m edievalísta a lta m e n te resp etada en la U n iv ersid ad A dam M ickiewicz en Poznán y más tard e su llegada fue celeb rad a c o m o un “e n o rm e paso ad elan te en los estudios d e la In glaterra m ed ieval” en P o lo n ia (Fisiak, 1 9 8 4 , p . 1).

Maurice Cornforth (1909-1980) Estas críticas al em p irism o lóg ico y al m o vim ien to d c U nidad d c la C ien cia p o r p a rte d e H o rk h eim er, M arcu se, F e u e r y Sch lauch a finales de la d é ca ­ d a de 1 9 3 0 y com ien zos de la de 1 9 4 0 se reiterarían años desp ués e n los escritos del filósofo b ritán ico M au rice C o rn fo rth . Cornforth fue estu d ian te de C . D. B ro ad en el Trini ty C ollege en C am bridge y su b secu en tem en te se m ovió en círcu los com u n istas b ritán icos co m o d efen sor de ta filosofía del m aterialism o d ialéctico y co m o c rítico del em pirism o lógico, A C o rn fo rth le fue asignado el tó p ico del em pirism o lógico en el volu­ m en Philosophy f o r the Future: The Quest o f M odem Malerialism. P u esto que este volum en ap areció en 1 9 4 9 ,ju s to en el m o m en to en que in vestigacio­ nes an ticom u nistas en la U niversidad d e W ashington im ponían u n fatídi­ co am b ien te p ara el radicalism o filosófico acad ém ico , el volum en p u ed e leerse en nuestros días co m o un c a n to de cisne de la filosofía rad ical.8 A dem ás de C o rn fo rth , en Lie los q u e con trib u yeron a este te x to se c u e n ­ tan el m atem ático Dirk Struik, L eop old Infeld, el filósofo Danés H. J Pos, J . D. B e m a l y los ed itores del volum en, Roy W ord S ellan , V J . M cCilt y Marvin F arb er. Su objetivo colectivo era trazar un futuro para el m ateria­ lismo filosófico. C u rio sam en te, sin em b arg o , los editores re c o n o c ie ro n la “e n o rm e influencia" del m aterialism o d ialéctico, p ero no in clu yeron un ensayo d ed icad o a este. Fu e, exp licab an , “algo para lam en tar p o r p a rte de los ed itores q u e un artícu lo sob re el tem a no pudiera ser co n seg u id o a tie m p o ” p ara la p ub licación . Si, c o m o p o d ría sugerir esta n egativa, los ed itores esco giero n n o incluir tal ensayo, no lo h icieron con el fin d e disi­ m u lar sus sim patías co n el socialism o y sus valores econ óm icos iguali tarios, Aquellas sim patías estaban a la vista. A cau sa de q u e el m a te ria lism o m o d e rn o re c o n o c e q u e los v a lo re s c u ltu ra le s d e b e n , e n g e n e ra l, e sp e ra r el m a n te n im ie n to de las n e cc V.

a En algún momento previo a 1968, un borrador dc este volumen en la Biblioteca ctc la Universidad de Chicago advertía a los lectores subsecuentes con un escrito marginal: “N- B.: Este autor es un materialista dialéctico, aparentemente un marxistu”.

sidades vitales, favorece formas de organización social que liberan las fuerzas productivas de la econom ía, de modo que los hombres, viviendo con algo de ocio y- dignidad, pueden expresar su genio y sus inclinaciones artísticas e intelectuales. Demanda una sociedad que organice la producción total para el máximo beneficio de todos sus miembros (Sellars, McGill y Farbcr, 1949, pp. viii-ix). Estos valores req u erían de un fu n d a m e n to m ás sustancial q u e el "n a tu ra ­ lism o" d efen d id o p o r Dewey, H o o k y N agel en su cam p añ a c o n tra el n eoto m ism o . Su naturalism o, exp licab an los ed ito res, con sistía p rin cip a lm e n ­ te e n críticas y rechazos a o tro s p ro g ram as “m ás q u e en algú n p rin cip io positivo p ro p io del cosm os” U n a filosofía m aterialista articu lad a d e m a n e ­ ra a p ro p ia d a verteb raría u n a re p re s e n ta ció n c o n cre ta del m u n d o - “u n a visión sin ó p tica del h om b re y del universo im plícita en las cien cias en su e sta d o de d esarrollo actual" (Sellars et aL, 194 9 , pp. ix-x). C o rn fo rth co m en zó su reseñ a del em p irism o lógico c o n un re c u e n to im p arcial y g en ero so de su d esarrollo h istórico d en tro de la trad ició n em pirista y su cu lm in ación p ráctica en el m o vim ien to de U n id ad de la C ien cia. P e ro c u a n d o con sid eró si el em p irism o lógico “sirve a los in tereses del av an ce del co n o cim ien to cien tífico y d el p ro g reso social”, C o rn fo rth des­ crib ió un d esastre p rog ram áü co. S igu iend o a L en in , hizo una acu sació n d icie n d o que el rech azo del tem a del idealism o-realism o im p ed ía q u e los em p iristas lógicos ofrecieran algún in fo rm e d e la objetividad c ien tífica y los situ ab a “en el m ism o cam p o d e los viejos em piristas, los idealistas subje­ tivos, au n q u e ellos no adm iten que estén rech azan d o tam bién al id ealism o su b jetivo” (C o rn fo rth , 1949, p. 5 0 6 ) . L a p rop u esta d e C a rn a p , p o r ejem ­ p lo, d e q u e tan to los lenguajes fisicalistas c o m o fenom enalistas son viables p a ra ia re co n stru cció n de la cien cia, n o e ra aceptab le p ara C o rn fo rth . “Ia d ife re n c ia enLre d ecir que u n a cosa es ‘un com p lejo d e átom os' y d e c ir que es ‘ un co m p lejo de datos sen soriales’ es m eram en te u n a d iferen cia en la e le c c ió n del len gu aje”. Con C arn ap , sosten ía, “cada p u n to esen cial h a sido C o n ced id o a las filas del idealism o subjetivo" (ibid., p. 5 0 7 ). C o rn fo rth tam bién se h ab ía u n id o a S ch lau ch en el ataq u e a Signs, Language, and Behavior de M orris,y y reiteró los cargos c o n tra el em piris­ m o ló g ico presentados p o r S ch lau ch , F e u e r y H orkh eim er. Estos incluían

IJ En ese libro. Morris incentivó a r.u proyecto «¡miélico en parte sobre la base de que la solisticación semiótica podría contribuir “a proteger al individuo contra In explotación de sí misino por pane de otros" (Morris, 1946b, p. 240) Comfoi lh.sin embaído, hizo la acusación de que Morris había provisto herramientas para el enemigo. Las técnicas y terminologías semiótica'! podrían también serusatias p or'los poderosos intereses antagonistas al progreso" c o n el fin de "engañar y mentira la gente" (Cornforth, 1949, p. 520).

la ob jeción d e que el em p irism o lógico ni proveía ni p ersegu ía lina teoría positiva del c o n o cim ie n to que an clara al pensam iento científico e n “los rea­ les fu n d am en to s sociales y m ateriales del proceso del pensamltrnLu q u e es exp resad o en el len gu aje” (p. 5 0 7 ); el c arg o d e q u e se rehusaba a re c o n o c e r las posibilidades tran sform ad oras de la ciencia p o r fijar su aten ció n en los h ech os em p íricos y en los datos sensoriales (p. 5 1 4 ); y la aserción de que una cien cia unificada m ad u ra, c o m o la co n ceb ían Carnap y N eu rath , era m era­ m en te u n a red lingüística, un sistem a in terco n ectad o de en u n ciad os que no n ecesitan h acer c o n ta cto algu n o con las realidades m ateriales (p. 5 1 0 ). P a ra fines de la d é ca d a de 1 9 4 0 , C a rn a p había a d o p ta d o la te o ría sem án tica c o m o el estud io de las relacion es e n tre el len gu aje y el m u n d o e x te rn o . P ero C o rn fo rth e n co n tró a este p ro y ecto igu alm en te p ro b lem áti­ c o . T a n to las p o r e n to n ce s recien tes co n ce p cio n e s sobre las teo rías cien tí­ ficas d e C arn ap c o m o de R eich en b ach , según las cuales las teorías ten ían significado em p írico siem p re q u e los en u n ciad os elem en tales d erivad os de los e n u n ciad o s teó rico s p u d ieran ser con trastad o s, h acían au n m ás c o n c e ­ sion es al id ealism o subjetivo. P ara C o rn fo rth , tod a la sofisticación técn ica d e C a rn a p y R eich en b ach ap enas exced ía al p ro n u n ciam ien to casi m ístico d e A n h iir E d d in g to n , de que d etrás de tas visibles y “su g eren tes lectu ras e in d icacio n es sim ilares” involucradas en la cien cia de la b o rato rio , “algo d e sco n o cid o está h a cie n d o n o sabem os que - a eso es a lo q u e equivale n u estra te o ría ” 10 La sem án tica n o p o d ía salvar al em p irism o lóg ico de la irresp on sabili­ dad y del p erju icio p olítico, co n clu ía C o rn fo rth , p orq u e su énfasis en el lenguaje le im p ed irían de m a n e ra p erp etu a co m p ro m e te rse co n las c o n ­ d icio n es sociales y m ateriales del m u n d o . P o r sup uesto, tales c o n d ic io ­ nes se e x te n d ía n tam b ién tan to p o r las vidas de los teórico s de la cien cia corn o p o r la de sus exp erim en tad o res. Las ob servacion es singulares en u n a vara m é trica o de trazas en una cám ara de niebla son posibles, insistía C o rn fo rth , p o r co n d icio n es del e n to rn o y circu n stan cias en la vida social, e c o n ó m ic a y p olítica Los in tentos del em p irism o lógico d e in te rp re ta r la cie n cia a través d e un análisis del lenguaje n iega el h ech o q u e la cien cia es u n a “actividad social". El m aterialism o, p o r el o tro lad o, “ve” a p ro p ia ­ d a m en te “a los d atos observacionales de la cien cia c o m o o b ten id o s en el cu rso d e la lucha d e los h om b res para e n te n d e r y llegar a d o m in a r a las fuerzas n atu rales y sociales” (C o rn fo rth , 1 9 4 9 , p. 5 1 7 ). D e h e c h o , C o m fo n h casi hizo, en sus p rop ios térm inos, u n a d efen sa del em p irism o lógico c o n tra sus acusaciones. P orq u e ad m itió que, fu era

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C o tn fo n h (1 9 4 9 , pp. 5 1 3 -5 1 4 ). C o m fo rili cita a q u í a The Nntnn of iht Physieat Worltl

ite E tltlin g io n .

d e h a ce r útiles co n trib u cio n es al “estudio dei lenguaje y los signos” y "a la lóg ica form al y m a te m á tica ” (ibid., p. 5 2 0 ), el em p irism o ló g ico estaba p re p a ra d o p ara h a ce r sustantivas con trib ucion es a la cien cia F.n especial a la luz de la excesiva especialización y del aislam iento de los lenguajes científicos, escrib ió, “los em p iristas lógicos están sin dudas en lo c o rre c to al sub rayar la im p o rtan cia del estu d io lógico de este len gu aje [d e la cien ­ c ia ] ”. Es im p o rtan te n o so lo para la co m p ren sió n filosófica de la cien cia y para su tras­

cen d e n cia para n o so tros en la actualidad, sino tam b ién para el d esarrollo de la cie n c ia m ism a, puesto que las d ificultades teóricas ap a recen y estas p u ed en s e r vistas c o m o estando asociadas p recisa­ m e n te co n el uso del in stru m en to del lenguaje (p. 5 1 7 ).

Sin e m b arg o , si el em p irism o lóg ico estaba p rep arad o p ara co m p ro m e te rs e co n la p ráctica cien tífica ya n o p arecería estar in cap acitad o p o r el idealis­ m o subjetivo, c o m o acu sab a C o rn fo rth . P od ría ab o rd ar las realid ad es socia­ les y e co n ó m icas así c o m o tam b ién podrían h acerlo o tras cien cias. P e ro C o rn fo rth n o siguió esta lín ea de razonam iento al volver, u n a y o tr a vez, a u n a rep resen tació n del em p irism o lógico en la que se lo m u estra atrap ad o p o r “los grilletes del p u n to de vista em pirista tradicional", in cap az d e ver a la ciencia c o m o algo m ás que “un recu rso p ara referirse a los d atos obseivacionates y de o rg an izar exp ectativas de datos observacionales fu tu ro s” (pp. 5 1 8 ,5 1 7 ) y así atad o p a ra siem p re al status ipjapresodnlisia.

La crítica desde la izquierda Desde la Rusia de L e n in , la N ueva Y ork de H ork h eim er, F e u e r y S ch lauch y la In g la te rra de C o rn fo rth , el em p irism o lógico y su m o v im ien to d e Unidad d e la C ien cia fu ero n vistos co m o un p ar de p roy ecto s c o n e cta d o s que co m a n d a b a n la a te n ció n de la izquierda intelectu al y filosófica, Sin em b arg o, tan p o d ero so s, creativos e iconoclastas c o m o eran estos p ro ­ yectos y en tan to se m an tu vieran unidos a la izquierda rad ical en la p ro ­ m oción del ideal de u n a c ie n c ia unificada y el rech azo a op ios p op u lares tales c o m o la teolo gía y la su p erstició n , eran vistos co n sisten tem en te co m o defectuosos a causa d e u n a cascad a de errores disparados p o r su negativa a adherir al realism o m etafísico (o , específicam ente, at m aterialism o dialécti­ co) P rim e ro , p u esto que n o acep tab an el realism o m etafísico, n o p od rían proveer d e un re c u e n to acep tab le de la objetividad cien tífica. A dem ás, su form alism o y la exclusiva a te n ció n a la lógica y al lenguaje los privaron de

la cap acid ad p ara situ ar y p ara c ritica r al c o n o c im ie n to cie n tífico en sus c o n te x to s s o cio eco n ó m ico s. Ni p o d rían p ro v eer de u n a teo ría positiva del d escu b rim ien to q u e em b eb ía a las ideas científicas, u n a vez m ás, en estos co n te x to s. AI m ism o tiem p o, c o m o enfatizara H o rk h eim er, p ro m o v iero n un re tra to in co m p leto y p o co fav o reced o r de los seres h u m an o s c o m o m eros m an ip ulad ores d e sím bolos y calcu lad o res racion ales q u e, d esd e u n a p erspectiva rad ical, c a re c ía n del p o d e r y de la im ag in ación p a ra re h a ­ c e r de nuevo al m u n d o . F u e ra d e C o rn fo rth , que escrib ió algo m ás tard e, lo que p a re cía más exasp eran te p ara estos crítico s a fines de la d é ca d a d e 1 9 3 0 y com ien zos de la de 1 9 4 0 , e ra la p op u larid ad del em p irism o ló g ico y del m ovim ien to de U nid ad de la C iencia, E sto se debía a q u e los a rg u m e n ­ tos antim etafísicos en el em p irism o lógico y en el m ovim ien to a m en azab an (cu an d o m en os) a l a m etafísica del m aterialism o d ialéctico ad o p ta d o p o r la m ayoría de los filósofos radicales. En parte, esta crítica fue com p artid a p o r ou'os filósofos de izquierda más m o d erad o s que aun así adm iraban al em pirism o lógico y al m ovim ien to d e U nidad d e la Ciencia o apelaban a la coop eración en tre ellos y los filósofos y críticos m arxistas. J o h n Somerville y William G ruen ap elaron a tales co la­ boraciones, m ientras que Morris y en especial Dewey (co m o se d iscutió en el capítulo 4) contribuyeron a la International Encyclopedia d e N eu rath con el fin de infundir un am plio enfoque social y p ragm ático al significado y al v alo ren el p rog ram a del m ovim iento. Sin co m p artir o, al m en os, sin d e p e n ­ d e r de las ortod oxias marxistas acerca de la lucha de clases o del m ateria­ lismo dialéctico, estos críticos se u n ieron a H ork h eim er, S ch lauch , F e u e r y Cornforth en c re e r que los intereses del em pirism o lógico en el análisis lógi­ co y lingüístico eran dem asiado limitados c o m o p a ra d efen d er a la ciencia de sus en em igos de m an era efectiva y c o m o para p rom ov er a la cien cia al destacado papel creativo, social y cultural que m erecía d esem p eñ ar Sin e m b a rg o , al tiem p o que esta critica d esd e la izq u ierd a to m ab a form a, o tra critica m ás radical fue em itida de p arte de filósofos q u e e xp lí­ citam en te se identificaban a sí m ism os y a su o b ra c o m o “co m u n istas”. Desde este p u n to de vista, que se exp lo ra en el p ró xim o cap ítu lo , c ie rto asunto im p o rtan te co m p artid o p o r el em p irism o lógico y sus crítico s de izquierda e n tra en escen a, esto es, una distintiva co n ce p ció n in telectu al de la filosofía (o lógica de la cien cia). Los filósofos d e la izquierda rad ical pued en h ab er a tacad o de diverso m o d o que los em piristas lógicos n o c o m ­ p ren d ieran el leguaje, los valores o la sustancia de la controversia realism oidealism o. P e ro n o cre ía n , co m o sí lo hacían esLos Filósofos co m u n istas, que los em piristas lógicos y sus partidarios n o co m p re n d ie ra n d e m a n e ra fu n dam ental el ob jeto y la función de la filosofía m ism a.

El panorama desde la extrem a izquierda: el empirismo lógico y los filósofos comunistas

El g ru p o d e filósofos m ás rad icales q u e observara y criticara al em p irism o ló g ico y al m ovim iento de U n id ad d e lá C iencia p ro p u g n ab a al m arxism o c o m o u n a teo ría verd ad era y exh au stiva del m u n d o a la vez.que c o m o un fu n d a m e n to p ara la política del P artid o Com unista. Los ed ito res d e The Communisl n o reco n o cían división legítim a alguna e n tre la te o ría in telec­ tual y la p ráctica revolu cionaria, Su subtítulo era “U na revista d e la teo­ ría y la p rá ctica del m arxism o-len in ism o publicada m en su alm en te p o r el P a rtid o C om u nista de los Estad os U n id os” El q u e el e d ito r en je f e del p erió d ico a fines de la d écad a d e ] 9 3 0 y a com ien zos de la d e 1 9 4 0 , E arl Bro w d er, fu era a su vez la cabeza del p artid o , simboliza esta id en tid ad e n tre lo in telectu al y lo p artid ario. B roivd er fue asisúdo p o r V J .J e r o m e , quien op erab a d e n tro del p arti­ d o c o m o una clase d e com isario* cultu ral e in telectu al.1J e r o m e y el c rítico literario Philip C árter escrib ieron ju n to s acerca de la filosofía y de la cien cia p ara The Communisty to h icieron de u n m o d o que los d iferen ciab a de o tro s g ru p o s d e la izquierda filosófica d e las décad as de 1930 y J 9 4 0 . P a ra ellos, la relació n y la p rioridad e n tre la filosofía y la política, según era e n ten d id a

* En la Unión Soviética, el comisario (“cominissar") era un rango gubernamental, [N. del T.] 1Jerom e, cuyo verdadero nombre era Isaac jerome Romaine, más tarde fue nombrado por Elin Kazan (en su testimonio oficial contra el así llamado Los Diez de Hollywood [deno­ minación con laque se conoció a un grupo de cineastas acusados de pertenecer y defender al comunismo. N. d el.T ]) como un contacto clave entre Hollywood y el Partido Comunista. Más larde, Jerome fue hecho prisionero bajo la ley aiuicomumstíi Sinidi (Fast, 1990. p. 272; Folsom, 199-1, p- 297)

p o r el resto , estaba invertida. R eco rd em o s que incluso p ara p erson as clara­ m e n te posicionadas en la izquierda, tales co m o J o h n Sotnerville, M arg aret S ch lau ch , el jo v en Lcwia F e u e r, M au ricc C o rn fo rth y p o d ría d ecirse que p a ra L enin m ism o -q u ie n e s c o n certeza co n sid erab an , al m en os, q u e sus p ro p io s p ron u n ciam ien tos filosóficos estaban tan apuntalados p o r d eter­ m in an tes eco n ó m ico s c o m o los de sus blancos filosóficos-, la crítica filo­ sófica e ra u n a h erram ien ta in d ep en d ien te que u n o p od ía usar lib rem en ­ te y co n confianza para transitar el m u n d o de la teoría y la p ráctica. Para J e r o m e C árter y B row der, sin em b arg o , la filosofía y la filosofía de la cien ­ c ia n o tenían u n a posición p rioritaria c in dep en d ien te en los asuntos inte­ lectu ales. En lu gar de usar a la filosofía para articular, refin ar y p op u larizar los p rin cip ios del m aterialism o d ialéctico (co m o los editores de Science & Socielyse co m p ro m etiero n a h a ce r en su nuevo p erió d ico ), Je r o m e , C árter y B ro w d er tom aro n los escritos fundam entales de M arx, Engels y L en in c o m o n o rm as absolutas p o r m ed io d e las cuales habrían de s e r m ed id as la ad ecu ació n y el valor de la filosofía y de la filosofía de la cien cia.

La filosofía es el partido U n o d e los arg u m en to s de M au rice C o rn fo rth c o n tra el em p irism o lógi­ c o con trib u y e a p re sen tar una característica distintiva de la filosofía p ra c ­ ticad a en The Communist. Al final d e su ensayo en Philosophy fo r the Fulure, escribió: Todos los filósofos que trabajan en las universidades operan en fábricas de ideas que van hacia el mundo y juegan un papel bas­ tante independiente de las intenciones de sus creadores. Las ideas propagadas en la discusión y en los escritos de los empiristas lógicos ciertamente no ayudan a que la gente se forme una representación científica del mundo y del lugar y de las posibilidades del hombre en él o a entender cómo puede ser utilizada la ciencia al servicio del hombre común. Puro esta misma negatividad académica, este misino fracaso en presentar una filosofía de la ciencia comprensi­ ble para el hombre común, significa que el camino queda abierto para el engaño de la gente por parte de ilusiones sobrenaturales, idealistas y anticienü'ficas. Si los filósofos de la ciencia sostienen que a la ciencia no le concierne otra cosa que no sean las lecturas dirigidas, el hombre común acordará [...] con que en ial caso la ciencia no nos dice mucho. Es vano que los filósofos finjan que están combatiendo enérgicamente al idealismo y al irracionalismo y a lo

so b ren a tu ral co m o m etafísica sin senticíb, cu and o n o tien en nada q u e p o n er en su lu g ar y cu and o com baten tan en érg icam en te al m aterialism o cie n tífico qu e constituye la única alternativa práctica (C o rn fo rth , 1949, pp. 5 1 9 -5 2 0 ).

C o rn fo rth d em an d ab a q u e el em p irism o lógico fuese u n a filosofía de la c ie n cia n o solo c o h e re n te , sino tam bién com p ren sible y p op ular. P ara el filósofo rev olu cio n ario, la ta rc a n o era solo co m p re n d e r a la cien cia o al c o n o c im ie n to de m an era a d e cu a d a , sino p roveer, ad em ás, las h erram ien ­ tas in telectu ales ap rop iad as p ara “el h om b re co m ú n ", co m p ro m e tid o en las realid ad es d e la vida so cial. U n a vez que los em piristas lógicos hub ieran d esalen tad o las p reten sio n es de la sup erstición, de la religión y de la filo­ sofía in fru ctu o sa, se in q u ietab a C orn forth , ¿qué p roveerían para “p o n e r en su lu g ar”? L a ú n ica "altern ativ a p ráctica" que C o rn fo rth p od ía ver era algu n a clase d e “m aterialism o cien tífico” L a observación de C o rn fo rth da a en ten d er una característica com ú n de tod a la filosofía de la cien cia de izquierda en los tiem pos previos a la gue­ rra: la co n ce p ció n d e que la crítica d e ideas reaccionarias o ilegítimas n o era suficiente. L a sociedad req u ería adem ás de una perspectiva o con cep ció n del m u n d o que de alguna m a n e ra sustituya efectivam ente lo que se había p erd ido. E n el caso de Dewey, Nagel y H ook, p o r ejem plo, el reem plazo p ro p u esto fue el '‘n atu ralism o” Los empiristas lógicos del C írculo de Viena p rop u sieron su Wissenschaflliche Weltauffassung, el cual M orris com p lem en tó y exp an d ió en su “em p irism o científico” estructurado sem ióticam enie. Más h acia la izquierda, los filósofos que escribieran para Science & Soáeiya en Philosophy fo r the Futura de Sellars propusieron versiones del m aterialism o, d ialéctico o de o tro tipo. Al e x tre m o de la izquierda, sin em b arg o, Brow der, J e r ó m e y C á rte r resp on d ieron las d em andas de Cornforth de un m odo algo d iferen te: el “h om b re c o m ú n " d ebería ser provisto no solo de u n a teoría o d e una perspectiva teórica sob re el m undo, sino de una form a de vida defi­ nida p o r varias p rácticas, instituciones y otras personificaciones de esa teo­ ría, Esa form a de vida era el P artid o Comunista. P ara estos filósofos co m u n istas, el p artid o p roveería de todas las h e rra ­ m ien tas in telectu ales, de las perspectivas y d e las creen cias requeridas p o r las masas. U n a n o ta re c u a d ra d a en el n ú m ero de 1939 d e The Cvmmimisl, ciiab a a B ro w d er a la h o ra de h a c e r esta observación: La m ayor co n trib u ció n de todas, que ha sido otorgada a las masas po r p a n e de la teo ría m arxista-leninista es d P artido. El Partido C om u nista es la teoría organizada, personificada e n las crecien tes d ecen as y ciem os d e m iles de hom bres y m ujeres que preservan y

transm iten la exp erien cia y la sabiduría d e g e n era cio n es pasadas, en riq u ecién d o la po r la e x p e rien cia det p resen te, transm itiénd ola a m asas m ás am plias, proveyendo d e ese m od o la ilu m in ación , la guía y el liderazgo qu e organizará la victoria para las m asas en su larga lucha co n tra las fuerzas d e la oscurid ad y la op osición (vol.

18, p. 169). Je r o m e o freció un arg u m en to sim ilar en varios n ú m eros an terio res. El p artid o se con virtió en el crisol d e la teoría m arxista en la Rusia rev olu cio­ naría, exp licab a, cu a n d o “el c o n te n id o rev olu cio n ario de M arx y Engels fue restau rad o y d esarrollad o sólo allí d o n d e el bolchevism o llegó a ser un p artid o en la h istó rica separación con el m en ch ev ism o" (Je ro m e , 1 9 3 8 , p. 9 0 ). D on d e el m en ch evism o req u ería un d eb ate p arlam en tario y un an á­ lisis c o m o p ro leg ó m en o s de la gradual refo rm a socialista, el b olchevism o p rescin dió de la n ecesidad de un análisis in telectu al in d ep en d ien te y fusio­ n ó a la teoría c o n la p ráctica e n la acció n revolu cionaria. El resu ltad o , a m en u d o en ten d id o in su ficientem ente, exp licab a J e r o m e , fue “la n atu ra­ leza de la filosofía del p artid o”. "Im p lícito en el m arxism o está e! p artid o de van gu ard ia del p ro letariad o ” (ilncL)

Trotsky: el hereje La crítica co m u n ista al em pirism o lógico está c o n cc ia d a con su crítica al p ragm atism o. En tas páginas de The Communisí, la crítica del p ragm atism o, a su vez, es inseparable del en ard ecim ien to c o n tra Dewey, H ook y otros, causado p o r su d efen sa de L eón Trotsky. C onsid érese p o r ejem p lo la rese­ ña de Philip C á rte r de Logic: A Tíieory o f Inquhy de Dewey. P rim eram en te, C árter c riticó a Dewey en térm inos filosóficos que resultan fam iliares p ara la izquierda filosófica. Se queja de que el p ragm atism o de Dewey n o es lo suficien tem en te cord ial con el realism o m etafísico y de este m o d o eclip­ sa su visión d c “u n a corresp on d en cia en tre el c o n o cim ien to y la realid ad ” que es “alcan zad a progresivam ente a través del p rog reso m aterialista dia­ léctico de la cien cia". Para Dewey, las p rop osicion es son “m eros m ed ios para un fin”, de m o d o que “la verdad, que el m arxism o ha m o strad o que es una reflexión de la realidad, queda al m argen del cu ad ro ". Así, e! lib ro de Dewey “se tam b alea con tin u am en te en el b o rd e del subjetivism o” (C á rte r, 3939b , pp. 1 6 4 ,1 6 5 ) . C erca del final de su reseña, C árter h acía n o ta r que este p ro b lem a filo­ sófico c re a b a un p rob lem a social. En p articu lar, era un ob stácu lo p a ra la p lanificación social. Explicaba q u e esto se d eb ía a. que el p ragm atism o de

Dewey (así c o m o tam b ién el de W illiam Ja m e s ) celeb rab a un p lu ralism o a través del cu al "se ab ren todas las p u ertas del universo, o d e la posibilid ad h u m a n a , de m o d o q u e se habilita la e n tra d a a los e x c é n tric o s e in clu so a los fascistas y a los segu id ores de T rotsk y p a ra d esb aratar c u a lq u ie r plan d e u nificación p a ra el p ro g reso so cial” (ibid., p. 1 6 8 ), A u n q u e el resen ti­ m ien to c o n tra Trotsky p a re c e filtrarse a través de la reseñ a, u n a vez q u e C á rte r m e n cio n a ra a Trotsky, se d esp lazó a un ataq u e ad h o m in em -n o c o n ­ tra T rotsk y, sino c o n tra Dewey: U n liberal de nuestros días qu e eleva acu sacion es injustas co n tra la U n ió n Soviética y brinda auxilio a sus en em ig os n o pu ede co n tin u a r sien d o caracterizad o co m o un lib era!. El h o m b re qu e en 1928 elog ió calu ro sam en te a la U nión Soviética, diez años más tarde se u n ió a la rid icu la “co m isión " d eT rotsk y , un g ru p o de ho m bres qu e an u n cian p ú b lica m en te su fren ética en em istad con la U nión So viética, a la cual p ro p o n en ju z g a r “i m parcial m en te” ( ib id .) .

L a d efen sa d e T rotsk y p o r p arte de Dewey fue “el gran e r r o r de su c a r r e r a ” y estuvo d irectam en te causada p o r su in ad ecu ad a filosofía q u e d e .m a n e ra im placable relativiza y vuelve subjetiva a la verdad y duda c o n tin u a m e n te en realizar u n a a cció n revolucionaria escru p u lo sa)'d iscip lin ad a. El p ragm atis­ m o d e Dewey “no p ued e acep tar, p o r su p rop ia n aturaleza, las c o n s e c u e n ­ cias d e la im p lacab le y visionaria lu ch a p o r la d em o cracia y el so cialism o ” (p. 1 6 9 ). C á rte r p arecía sugerir que los ju icio s de M oscú y los resu ltan tes exilios y e jecu cio n es de los en em igo s de Sialin fu eron m eras c o n se c u e n ­ cias de esa lu ch a noble y visionaria. Dewey fue atacad o también p o r J e r o m e en una reseñ a del artíc u lo d e T h e d d o re B ram eld , “L a ed u cación n o rte a m e rica n a y la lu ch a de clases”, que a p a re c ie ra en el prim er n ú m ero d e Science & Society (Je ro m e , 1 9 3 7 ) J e r o m e d esestim ó al artículo de B ram eld p o r estar e n te ra m e n te c o r r o m ­ pido p o r el pragm atism o dew eyano, u n a acusación que llevó a B ram eld a rep licar (en u n a carta al e d ito r) que los co m en tario s d e J e r o m e tal vez no eran m uy objetivos, a la luz del h e ch o que el “p ro feso r Dewey n o es p o p u la re n estos días en el sen o del P artid o C om u nista". B ram eld , q u e era igu alm en te d evoto de Dewey y del com u n ism o (y había p u b licad o re c ie n ­ tem en te su libro A l'hilnsophic Approach to Cotnmunism) , trató d e d istan ciar al d eb ate de T rotsk y y de acercarlo al sen tir d e Dewey. B ram eld sostuvo que la o b ra de Dewey, en especial su “en foq u e fre cu en tem en te d ialéctico " de los p rob lem as, fue una valiosa h erram ien ta p ara la filosofía m arxista progresista. A causa de que los m éto d o s de Dewey eran ap ro p iad o s para p resen tar al m arxism o a una au d ien cia acad ém ica que fre cu e n te m e n te

te n ía u n p reju icio “c o n tra to d o lo m arxista", tam bién fu ero n un re cu rso p a ra el fre n te p o p u la r antifascista, cuyo éx ito "d ep en d e del p rin cip io d e q u e, a p esar d é la s d iferen cias básicas e n tré liberales y m arxistas, p u ed en esta r lo su ficien tem en te d e a cu e rd o co m o para U'abajar c o n ju n ta m e n te en un p ro g ra m a efectivo c o n tra el fascism o y a favor de la d e m o c ra c ia ” (B ra m e ld , 1 9 3 8 , p. 3 8 1 ). J e r o m e n o ten d ría n ad a que ver co n los com prom isos d e B ram eld . L os m éto d o s p ragm áticos para co m b atir al fascismo no constituían u naju stificación p ara el p ragm atism o filosófico. Respondió que no existía u n a posición in term ed ia acep tab le e n tre el pragm atism o y el m aterialism o d ialéctico y que cad a filósofo c o m p ro m etid o c o n el m arxism o debía “d estetar al p rag­ m atista d e su filosofía y grad u alm en te. . ganarlo para la filosofía m aterialista dialéctica co n el fin de h a ce r de él un buen colega en la lu ch a p o r ia paz y la d e m o cra cia ".2 L os pragm atistas allegados a la revolución tendrían que d ejar su p ragm atism o e n la p u erta. Dewey, p o r supuesto, no fue invúado.

E l examen de Jerom e de Science & Society H u b o un fo rm ato típ ico p ara la crítica filosófica en The Covuminist, que ilustra el d elicad o trab ajo q u e d esem p eñ aro n Brow der, J e r o m e y C á rte r c o m o crítico s in telectu ales. P o r un lad o, tenían que so sten er la o rto d o x ia id e o ló g ica e in telectu al. P o r el o tro , tenían que cultivar la solid arid ad y evitar o fe n d e r a in telectu ales q ue, heridos p o r su crú ica, se p o d rían ap ar­ ta r del p artid o. A m e n u d o , J e r o m e y C árter atravesaban d e lad o a lad o a sus blancos en el c u e rp o d e sus artícu lo s, p ero lu ego m o d erab an su ton o y se volvían m ás co n ciliad o res y colegiales a m edida que se a c e rc a b a n a las d e claracio n es finales. Los h erejes eran rep ren d idos y lu ego alen tad o s cáli­ d a m e n te a q u e persigan las verdad es m arxista-leninistas de un m o d o más agresivo en sus fu tu ros escritos, E sta actividad b alan cead a o cu p ó el lu gar más d estacad o en u n a e x te n ­ sa reseñ a (h e ch a p o r J e r o m e ) que ap areciera en dos p artes e n las pági­ nas d e la nueva revista m arxista, Science & Society (Je ro m e , 1 9 3 7 ; 1 9 38) Je r o m e e x a m in ó los n ú m eros del p rim er añ o y d eclaró que los resultados eran m ixtos. C u an d o tra L ó a los ensayos en to rn o a l a filosofía y ia sem án ­ tica, elog ió ab iertam en te a algu n os artículos (in clu yen do el d e M arg aret S ch lau ch , “La base social d e la lingüística”, y el d e Dirk Struik, “E n cu an ­ to a las m atem áticas”) , p e ro m an ifestó un lim itado asen tim ien to p o r el de V. J

M cGill, “U n a evalu ación del positivism o lógico" M cG ill, q u e había 2Jeroine respondió a la enría de Brameld en 77ir Communisi^ ]g pp 382-384,

c o n o c id o a N eu rath p erso n alm en te en la recep ció n de N ueva Y ork des­ crita p o r N agel, escrib ió a c e rc a d el em pirism o lógico en dos o p o rtu n id a­ d es d u ra n te el p rim e r añ o de la nueva revista. A un q ue J e r o m e citó sólo al p rim e r artícu lo , d e te ctó que M cG ill, a d iferen cia de sus colegas Schlauch y F e u e r y a p esar de su clara c rílica al em p irism o lóg ico , se sen tía atraíd o, n o ob stan te esto, h acia el m ovim ien to de N eurath. En su p rim er a rtículo, p o r ejem plo, McGill n otó que “el positivismo lógi­ co está u sualm ente en op osición c o n el m aterialism o d ialéctico en varios asp ectos” (McGill, 1936, p, 7 7 ). J u n to con Schlauch y F e u e r, describió al p roy ecto co m o si este se h ub iera ap artad o de la lu ch a de clases sociales para acercarse a “u na torre de sím bolos" (ib id , p. 7 8 ). P e ro esto n o significaba, enfatizó, que los em piristas lógicos fueran “filósofos reaccio n arios. Todavía n o se habían volcado h acia la religión, co m o sí lo habían h ech o m uchas otras escuelas, ni habían ofrecido sus servicios a la oposición; y la mayoría de ellos e ran liberales e incluso algunos manifestaban ser m arxistas d e algún tip o” (McGill, 1937, p. 7 7 ). T en ien d o en m ente a N eurath co m o un empirista lógico m arxista “de algún tipo”, McGill se alegraba d c ver al m arxism o co m o un am plio p rog ram a progresista que e xced ía p o r lejos a las inquie­ tudes relacionadas con la o rto d o xia metafísica. A la luz de la obra Logical Syntax o f Language de C arnap y el Principio de T oleran cia, agregó, “la fase más nueva del positivismo lógico es, hasta el m om en to, casi tan realista com o pud iera d esear un m arxista” (McGill, 1936, p. 77) Para el cu arto n ú m ero de Science & Society, McGill fue aun más optimista resp ecto de las relaciones en tre el m arxism o y el em pirism o lógico. En “El positivismo lógico y la unidad de la ciencia" (McGill, 1 9 3 7 ), hizo un llamado ab ierto a la co o p eració n : “Los m arxistas también están com p rom etid os con la unificación d e la cien cia”, ap u n tó y sugirió que la U nión Soviética proba­ b lem en te sería u n terren o p ro b ad am en te natural para el m ovim iento. Allí, “la com u n icació n en tre los teóricos, los planificadores, los laboratorios, las fábricas y las escuelas debería in crem entarse en o rm em en te y . . . la alienación de los trabajadores m anuales y los intelectuales, tan peijudicial para la uni­ dad d e la ciencia, d ebería ser resueltam ente com batida" (ib id , pp. 552-553) U n a vez más, McGill utilizó al “extrao rd in ario" libro de C arnap , The Logical Syntax o f Language, para h a c e r u n a defensa de la colab oración organizada in volu cran do no solo al positivismo lógico y al m arxism o, sino también a los científicos activos. Refiriéndose al p róxim o Q uinto C ongreso Internacional a llevarse a cabo en H arvard, McGill escribió: S e m e o cu rre que pu ed e h a b e r una especial ventaja en adm itir a realistas y m aterialistas m arxistas en la discusión det C o n g reso para la U nidad d c la C ien cia. C ualquier principio de toleran cia que los

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ad m ita, tam bién adm itiría a ios cien tífico s q u e trabajan d u ro y qu e n o están form ados en filosofía y q u e son ig n o ran tes, en particular, d e d o ctrin as refinad as tales co m o el positivism o y el idealism o, d octrin as q u e la investigación cien tífica n o p a re ce su g erir o a len ta r p o r sí m ism a (p. 5 6 1 ).

McGill to m ó al P rin cip io de T o le ra n c ia de C a rn a p c o m o a u n a g ra n tien­ da cap az d e alb e rg a r n o solo a ¡os m arxistas ju n io c o n los em p iristas lógi­ cos, sino tam b ién a los filósofos ju n to c o n los científicos en actividad , en una acció n co m ú n . P ara j e r o m e , tod a esta ad m iración m o strab a sim p lem en te que McGill n o e n te n d ía d e lo que estaba h ablan do. Ju stificó el in terés y la solid aridad de McGill, “la obvia m itigación del ataq u e d e M cG ill", a rg u m en tan d o que sim p lem en te fracasó en em p re n d e r “un análisis a d ecu ad o del fu n d am en ­ to de clases del positivismo lógico". Si esta base fu era clarificada, las im p licacion es sociales y los peligros de esta ten d en cia filosófica serían extraíd as m ás explícitam ente. La etiq u eta de confusión m etafísica [del em pirism o lógico] se verá exp u esta co m o la adorn ada pobreza de la filosofía burguesa. Las preten sion es h ech as por su in term ed io serían expuestas co m o la logística racionalizndora d e un o rd en social q u e h ace tiem p o qu e perd ió su razón de se r (Jero m e, 1937, p. 1 15 1 ).

La fu tu ra co n v erg en cia prevista p o r McGill e n tre el em p irism o ló g ico y el m aterialism o d ialéctico e ra tan inim aginable p ara Je r o m e c o m o u n a c o n ­ vergen cia e n tre el m arxism o y el p ragm atism o de Dewey. Sin em b arg o , para toda su crítica a McGill y a o tro s ,Je ro m e d eb ía h acer son ar la n ota ad ecu ad a de colab oración e n tre Science & Sociely y el parti­ do. Sabía, después de tod o, que el “d esafortu n ad o silen cio" d e la nueva revista sob re la p rob lem ática de la h erejía de Trotsky sugería q u e aquel n o e ra sino “ó rg an o de facció n " trotskisia (Je ro m e , 1 9 3 8 , p. 8 8 ) . N o obs­ tan te, llam ó a los ed itores (McGill in clu ido) a p e rm a n e c e r Heles al leni­ nism o m arxista. Los instó esp ecialm en te a p e rm a n e c e r vigilantes co n tra los an tiestalinistas trotskistas q u e al m o m e n to estaban ascen d ien d o en las casas de estudio superiores y universidades (d o n d e “se les da un lugar a im p ostores c o m o Sidney H oo k d esde d o n d e en señ an el ‘m arxism o ’" (Je ro m e , 1 9 3 7 , p, 1 1 4 7 )) . De h ech o , Science & Society “tenía su ta rca para h acer", co n clu ía J e r o m e al final de su reseñ a. P o r esa razó n , a p esar de sus falencias, m e re cía “el apoyo más p len o del P artid o C om unista y de todos los p rogresistas" (Je ro m e , 193 8 , p. 9 0 ).

La unidad de la ciencia en The Communist E l resen tim ien to d e J e r o m e con los “d eb ilitad ores y d isto rsio n ad o res” del m arxism o y c o n los “acad ém ico s seu d om arxistas" (Je ro m e , 1 9 3 7 , pp. 1 1 4 6 , 11 4 7 ) arm o n izab a c o n la crítica de su p e rió d ico al sistem a ed u cativo d e los Estados U n id o s. “L as escu elas y el fren te del p u eb lo", d e R ich a rd F ran k , dio p o r se n ta d o q u e las escu elas públicas en los E stad os U n id o s o p erab an a través del "entrenamiento dr. eficientes y dóciles esclavos asalariado^’ y, así, a través d e “la p e rp e tu a c ió n d el cap italism o” (F ran k , 1 9 3 7 , p. 4 5 3 ) . E ra c ie r­ to, ad m itía F ran k , q u e las casas d e estudio su p erio res y las universidades estaban m en o s e n d eu d a c o n la “m aq u in aría estatal” del cap italism o. A un así,sie m p re q u e el m arxism o-len in ism o fu era o cu ltad o a los estu d ian tes, el sistem a e d u c a cio n a l p o d ría p ro d u cir, c o m o m u ch o , “un c ín ic o o un refo r­ m ista inútil en lu g a r de un rev o lu cio n ario " {ibid., pp. 4 4 4 -4 4 5 ). P ara re m e d ia r esta situación, F r a n k -q u ie n n o debe ser c o n fu n d id o co n Philipp F r a n k - p ro p u so cam b ios en ed u cació n q u e fu ero n b astan te c o n ­ tem plativos p a ra co n el m ovim ien to de U n id ad de la C ien cia. U tilizan d o a rg u m e n to s y o b servacion es sim ilares a algunas de las N eu rath , F ran k a p eló a alg o p a re c id o a un m ovim iento p aralelo en casas d e estu d io sup e­ rio res y universidades: E l e n tre n a m ie n to cien tífico es ofrecid o co m o una m ateria prim a en ¡as escuelas su p eriores, pero de acu erd o con la ausente planifica­ ció n g e n e ra l del capitalism o, ningún esfuerzo se h ace para ocu p arse del eq u ilib rad o avance intelectu al de los estudiantes. L os tem as son o frec id o s al azar de m odo que sean elegid os a d iscreción p o r parte del estu d ian te. Así, aun en los institutos su p eriores es casi im posible ad q u irir u n a perspectiva g en u in am en te cien tífica (p. 4 4 4 ).

N eu rath h u b iera'estad o de acu erd o . U n a “perspectiva g en u in am en te c ie n ­ tífica” sería u n a q u e en fatizara las unidades, las in terco n exio n es y la co m p a­ tibilidad p rá c tic a e n tre d iferen tes áreas de estudio. “U n a visión del m u n d o es en ú ltim a in stan cia un todo con sisten te”, escribió N eu rath en su tem p ra­ n o ensayo m arxista "L a vida p erson al y la lu ch a d e clases" (1 9 2 8 , p. 2 9 7 ) . El m arxism o o fre c ía “u n a clase de esqu eleto sólido que servía c o m o ap oyo [p ara] un p o d e ro s o c u e r p o de p en sam ien to ”, a d iferen cia de la vida in te­ lectu al b u rg u esa, exp licab a N eu rath , que se in tro d u ce e n cam p o s d esco ­ n ectad os c o n m é to d o s y p resup osiciones co n trad icto rio s: H oy em ite so nd eos en todas d ireccion es, p ro ced ien d o aq u í de un m od o an tro p o só fico , allá h acien d o m atem áticas, a q u í h acien d o

psicología, allá persigu ien d o la idea d c destin o, aq u í d e un m od o té cn ico , allá en u n o ocultista. La riqueza de los p o rm e n o res científicu a y a ito es m an ten id a unida p o r un en fo q u e u n itario y en un cie rto sen tid o se d eja lib rad o al azar el que un h o m b re p ien se acerca de algunas fo rm a cio n es lingüísticas en ch in o o acerca d e un texto legal m edieval, a cerca de tas abejas africanas o acerca de (as co n d icio n es del viento en el P olo N o rte { ib id ., pp. 2 9 4 -2 9 5 ).

N eu rath se unió a R ich ard F ran k y a los ed itores de The Communisl en ap o ­ yar a la cie n cia unificada c o m o una m eta co n ju n tam en te p olítica e in te­ lectu al. C o m p artía - c o m o lo exp resó J e r o m e - “una in ten ció n co n scie n te d e tran sfo rm ar a la cien cia en un in stru m en to para re m o d e ta r a la so cie­ d a d ” (je ro m e , 1 9 3 8 , p. 9 1 ) P ero N eu rath se detuvo bien p ron to en su confianza en el m aterialism o d ialéctico. P o r un lad o, N eu rath y el m ovim iento de U nidad de la C ien cia distinguían un en foq u e o acik u d científica hacia el m undo d e teorías especí­ ficas y detalladas a ce rc a del m u n d o utilizadas para e xp licar y p re d e cir even­ tos. L a ciencia unificada era la tarea d e un enfoque y de una actitud científi­ ca h acia el m u n d o , u n a Wissmschaftlidie Wcltauffassung, que en sí m ism a no e ra un cu erp o a rticu lad o d e doctrin a cienufica, ni m u ch o m en os m etafísica. P ara los verdaderos creyen tes, adem ás, el m aterialism o dialéctico e ra c o n ­ sid erad o co m o una teo ría verdad era y com p leta del m u n d o , ju stam en te de la clase que las críticas seudorracionalistas de Neurath n egaran con sisten te­ m en te que estuviera disponible para nosotros. Con todo, u n o n u n ca d etec­ taría un escepticism o de este tipo en las páginas de The Communisl, d on d e los escritos m arxistas-leninistas y las alegadas leyes del m aterialism o d ialéc­ tico eran con sid erad os con regularidad con confianza seud orracion alista, c u a n d o no con sob recogim ien to .

E l materialismo dialéctico Existen tres leyes del m aterialism o dialéctico. A pesar de ser vagas y cuali­ tativas, estas leyes e ran am p liam en te consideradas por los m arxistas co m o u n a base para eí en ten d im ien to , la exp licación y la predicción d e la estru c­ tu ra y la evolución d e la sociedad natural y hum ana. O riginalm ente articu ­ ladas p o r Mane y Engels y desarrolladas posteriorm ente p o r L en in , Plejánov y otros teóricos, las tres leyes fueron resum idas p or Jo h n Som erville en el Dictionary o f Philosophy d e D agobert R uñes. Ellas son: 1) la “ley de in terp en e­ tración , unidad y co n tien d a de opuestos”, 2 ) la “ley de la tra n s fo rm a c ió n de la cantid ad en calidad y viceversa” y 3 ) la “ley de la n e g a c ió n de la n e g a c ió n "

(R u ñ es, 1 9 6 0 , p. 7 9 ). C o n tra el lienzo m etafísico que rep resen ta al m undo c o m o m ateria o m aterial en con stan te m ovim iento, la p rim era ley d escrib e a las cosas m ateriales existentes c o m o com p u esta de opuestos, cuyas tm iin n rs las m an tien e co n tin u am en te en flujo y m ovim iento. L a segu nd a ab ord a las p rop ied ad es cualitativas d e las cosas o los sistemas q u e em erg en al tiem po q u e au m en tan su com plejidad en un sentido cuantitativo. L a te rc e ra refiere a la in term in able secu en cia dialéctica a través de la cual los cam b ios cuanti­ tativos y cualitativos p rod u cen nuevas “síntesis” o tases de d esarro llo que, a su vez, están sujetas a la oposición y a un desarrollo d ialéctico adicional. E n las págin as de The Communist, estas leyes son dadas p o r sen L ad o. P o r ejem p lo , C á rte r re c o m e n d a b a el libro The Marxist Philosophy and the Sciences, d e J . B. S. H ald an e, c o m o u n libro elem en tal en el m aterialism o d ialéctico té cn ico : La d eclaració n d e p rin cipios, la nnidad de la teoría y la p ráctica, el m aterialism o y el m aterialism o d iatéclico co n sus tres leyes, siguen muy ap egad am en te al relato de E ngels y d eb ería m o stra rse espe­ cialm en te útil a los cien tífico s qu e están h acien d o sus prim eros a cercam ien to s al m arxism o (C árter, 1939a, p. 572)

Las tres leyes tam bién eran tratad as co m o el fu n d am en to de la unidad d e las cien cias y co m o u n a h e rra m ie n ta p ara co n trib u ir a efectivizar esa unid ad en la p ráctica. En el libro que estaba siendo reseñ ad o , H ald ane m ism o escribió: Estoy co n ven cid o d e qu e el m arxism o pru eba se r del valor más g ran d e en el estudio d el d esarrollo de la cien cia y de la relación de las d iferen tes cien cias en tres sí, particularm ente la relació n de la qu ím ica co n la física y d e la biología co n la qu ím ica. Y e s p ar­ ticu larm en te útil en aqu ellas ram as de la cien cia que están ellas m ism as involucradas co n el cam b io , p o r ejem p lo , en la teoría de la evolu ción (ib id ., p. 5 7 3 ).

C árter acord ab a con , y suscribía al relato de, H aldane ace rca de c ó m o “recien­ tes logros en m atem ática, astron om ía, física, quím ica, biología, psicología y sociología ejemplifican y plasm an estos principios" del m arxism o (p. 5 72) P o r el o tro lad o, C á rte r criticó a la obra A Philosophyfor M odem M a n del filósofo b ritán ico R Levy c o m o un catálo g o de erro res re fe re n te s al m ate­ rialism o d ialéctico. En p articu lar, Levy fracasó en a p re c ia r a p ro p iad am en ­ te c ó m o las leyes de la d ialéctica unifican y relacio n an a las ciencias en tre sí. C á rte r exp licab a que Levy fracasab a en

d escrib ir de m an era lo su ficien tem en te co n cre ta la in teracció n d ialéctica e sp ecífica en tre las cien cias particu lares. E sto se d eb e en parte a su casi exclusiva p reocu p ación po r el pasaje de la cantid ad a la calidad [esto es, la seg u nd a ley] y sil n egació n d e las otras dos leyes d e la d ialéctica (C árter, 1938, p. 6 6 8 ).

Levy a b a n d o n ó el s e n tir de la o rto d o x ia p o rq u e estaba demasiado em p eñ a­ d o en elu cid ar la unidad de las ciencias. A rgüyó que la segu n d a ley de la dialéctica ten ía p rio rid ad resp ecto de las d em ás y que p oseía en sí m ism a u n a base u n ificad o ra a la cual aquéllas (en algún sen tid o) se red u cían . C á rte r d esap ro b ó esto y se m o stró con fiad o en que Engels y L en in p en sa­ rían del m ism q m o d o : En su esfuerzo po r fusionar en una ley el pasaje de la can tid ad a la calidad, la in terp en etració n de opuestos y la n egació n d e la n e g a ­ ció n , Levy h a d ebilitad o y distorsion ado a los últim os dos principios y ha co n fin ad o su acción a u n a ú n ica fase, a la cu al erró n ea m en te d en om in a "la observación d ialéctica"

Cada observación es una

observación d ialéctica. Cada fase del m ovim iento es una unidad de opuestos. E ste p rin cip io es tan viejo co m o H erá clito (siglo vi a.C .) y es una p en a q u e Levy no haga uso p len o d e este. E ng els y L enin exp u siero n el p rin cip io de un m odo muy claro (ibid., p. 6 7 0 ).

P a ra C á rte r, estas leyes con ten ían n ad a m en os que la sabiduría de la h u m a­ nidad y n o h abía q u e ju g a r con ellas. A un así, al final de su reseñ a, C á rte r e x te n d ió a Levy u n a alen tad o ra m an o de c a m arad ería tran satlán tica: “Es altam en te p rob ab le q u e la ten d en cia actual h acia e¡ m aterialism o d ialécti­ c o p o r p arte de distinguidos científicos británicos (y n o rteam erican o s) c o n ­ tinuará y que los d efectos teóricos serán resueltos en el p ro ce so " (ibid.). O tra creen cia co m ú n m en te aceptad a p o r los materialistas dialécticos e ra que estas leyes p rom etían una teoría del descub rim iento, esto es, un recu en ­ to del origen de las ideas científicas. La crítica d e F eu er y de Sch lauch al em pirism o lógico se m ovía en esta d irección , en la m edida que lo critica­ ban p o r ign orar la susceptibilidad de incrustación que d ene la investigación científica en las realidades sociales y econ óm icas que form an y guían a la investigación. En su revisión de H ald ane, C árter se quejó de que el libro era “dem asiado c o rlo ” específicam ente a causa de que H aldane no explicaba co n suficiente detalle c ó m o las leyes de la dialéctica in form an y guían al des­ cub rim ien to científico. Si H aldane se hubiera tom ad o el tiem po de exp licar estas dinám icas, "estos principios [d e la dialéctica] habrían em ergid o co m o factores internos e integrales, co m o constantes e inevitables cop artícip es de

todo el p ro ceso " (p. 5 7 3 ) . D em asiado a m en u d o , observó C á rte r en o tro sitio, “el p ro ceso vivo d e la investigación, la exp erim en tació n y el d escub ri­ m ien to ” fue to m a d o c o m o u n cierto “m ilagro" in explicable o c o m o la ob ra de un “g e n io ” in escru table (C árter, 1939b , p. 1 6 3 ). P e ro M a rx h abía aclara­ do en sus tesis so b re Feu erb ach “la d ep en d en cia del co n o cim ie n to teó rico de la actividad p ráctica de los hom bres, incluyendo p o r supuesto la actividad econ óm ica y p olítica" {ibid., p. 1 6 5 ). P o r lo tan to , q u ed ab a c o m o responsa­ bilidad de los filósofos el redefinir nuestro en ten d im ien to d e las leyes d e la dialéctica c o m o h erram ien tas que nos auxilien en la co m p ren sió n y en el avance del c u rso de la ciencia.

E l panorama de la izquierda y la reputación del movimiento de U nidad de la Ciencia Dado q u e los filósofos del partido que escrib ían p a ra The Communist y sus cam arad as m e n o s d octrin arios que escribían p a ra Science & ’ Society m irab an igu alm en te a Materialismo y empiriocriticismo d e L en in e n b usca d e g u ía en cuestiones ep istem o lóg icas, metafísicas y cien tíficas, sus críticas al em p i­ rismo ló g ico y al m ovim iento de U nidad de la C ien cia co n ta b a n co n una similitud p ro p ia d e u n aire de familia. C on to d o , existen im p o rtan tes dife­ rencias. H a b la n d o en térm inos gen erales, S ch lau ch , F e u e r y C o rn fo rth (quienes critica ro n al em pirism o lógico y al m o v im ie n to ), así c o m o tam ­ bién, M cGill, Som erville y Gruen (quienes fu ero n m u c h o m ás c o n d e s ce n ­ d ien tes), estab an com p ro m etid os co n el m arxism o y c o n ideas m arxistas a causa d e que los en co n traro n in telectu al y p o lítica m e n te satisfactorios. Sin em b arg o , p a ra J e r o m e y C árter, estas ideas eran m ás q u e m e ra m e n te satisfactorias. T e n ía n u n a sagrada e in cu estio n ab le virtud q u e, u n id a con la idea d e q u e la vida del partido era una clase de p erson alización de la filosofía a p ro p ia d a , atentaba a la crítica antiestalinista de que los in telec­ tuales com u n istas h abían vendido su lib ertad in telectu al. Más im p o rta n te , estas semblanzas de la izq uierda filosófica h iciero n las veces de c o n te x to p a ra la com prensión de c ó m o el m o vim ien to d e U nid ad de la C ien cia y sus líderes podrían llegar a ser vistos p o r varios colegas y autoridades c o m o izquierdistas peligrosos (si es que n o estaban p ro cu ­ rando activ am en te im p ortar el co m u n ism o a los E stad os U n id o s ). C o m o m uestran este cap ítu lo y los anteriores, el em p irism o ló g ico y el m ovim ien ­ to o cu p aro n ap roxim ad am en te u n a p osición in term ed ia (o tal vez d e cen ­ tro) en el e s p e c tro de la izquierda. En fu en tes tales c o m o The New York Timesy P artisanR evieu 1fueron elogiados c o m o aliados del socialism o. Más a la izq uierda, sin em b argo, la m ayoría de los escrito res q u e con trib u y eron

a Science & Society a le n ta ro n su reform a, m ien tras que los filósofos d e The Communisl in staro n a q u e fuesen d esechad os c o m o reaccio n ario s y b u rgu e­ ses. En el c u a d ro c o m p le to d e la vida filosófica d e izqmei d a an terío r y c o n ­ te m p o rán ea a la g u e rra , el em pirism o lóg ico y el m o vim ien to d e U n id ad de la C ien cia estaban e n el ce n tro del m arco . Sin e m b a rg o , y c o m o m u estran los capítu los subsiguientes, el m o d e­ rado izquierdism o del em p irism o lógico y del m ovim ien io a finales de la d écad a de 1 9 3 0 se volvió, relativam ente h ab lan d o , m ás e x tre m o d u ran te la G u erra F ría . A sí c o m o las culturas in telectu ales, p op u lares y políticas se m ovieron a la d e r e c h a en los años y d écad as p osteriores a la S egu n d a G u erra M undial, aq uellos individuos o p royectos que p e rm a n e cie ro n en la izquierda ten ían c a d a vez m en os vecinos, p arecían p osicionarse m ás c e r c a de aquellos q u e p ob lab an la extrem a izquierda y así se volvían blancos más visibles p a ra la crítica y la sospecha. E n algu n os casos, F ran k M orris, N eu rath y C arn ap d e h e c h o to m aro n , o habían L o m a d o , p osicio n es, en lo intelectual así c o m o tam b ién en cuestiones p op u lares, q u e fu eron c o m ­ partidas con los filósofos radicales y com unistas de las d écad as de 1 9 3 0 y com ien zos d e 1 9 4 0 . F u e ra d e su devoción p o r ta causa que buscab a unifi­ c a r a las cien cias, p o r ejem p lo , N eurath y F ran k co m p artían la co n ce p ció n de que el em p irism o ló g ico era d em asiado ab stracto , form al y “acad ém i­ c o ”, ju sta m e n te lo m ism o que habían argü id o F e u e r, S ch lau ch , C o rn fo rth y otros. Fran k , ad em ás, efectivam ente se p uso d e a c u e rd o c o n la e x tre m a izquierda c u a n d o p lan eó h a ce r del nuevo In stitu to p ara la U n id ad d c la C ien cia un p a tro c in a d o r de la investigación colectiv a y c o o rd in a d a en sociología de la c ie n cia. C o m o si fuera u n a resp uesta a los llaniados de McGill, Sofnerville y al suyo p rop io a la c o l a b o r a c i ó n e n tre los m aterialis­ tas dialécticos y los em piristas lógicos, las am b icio n es sociológicas de F ran k sen cillam en te p a re c ie ro n d i s e ñ a d a s p ara u n ir a los estudios de la cien cia abstractos y “a c a d é m ico s ” del em pirism o lóg ico c o n la investigación alle­ gada al m arxism o resp ecto de las con d icion es sociales en ¡as cu ales trab a­ jab an los cien tíficos y de los efectos de aquellas co n d icio n es en la cien cia misma. L a co stu m b re de C arnap de ap oyar a la causa de los trab ajad ores y a la paz in tern acio n al en las páginas del Daily W'orke.r, ju n to co n otras circu n stan cias, con trib u y en a exp licar c ó m o N eu rath y el m o vim ien to de U nidad de la C ien cia, a p esar de sus cred en ciales am ito tali La ris tas y am im etafísicas, de tod as m an eras llegarían a ad q u irir, a finales de la d écad a de 1 9 5 0 , la re p u ta ció n d e “com unistas"

La desilusión de posguerra, el antiintelectualismo y el debate acerca de los valores

L a to leran cia de la cu ltu ra n orteam ericana p ara con los com unistas y los "sim p atizan tes del com unism o" flu ctu ó d ebid o tan to a circu n stan cias d om ésticas c o m o internacionales. El com u n ism o resultaba am p liam en te acep tab le d u ran te los prim eros años de la d écad a de 1 9 3 0 , cu an d o proyec­ tos fed erales tales co m o el

w i *a*

estaban b enefician do a m u ch o s y cu an d o

la G ran D ep resión cuestionaba vividamente (in clin ánd ose h acia la nega­ tiva) la viabilidad del capitalismo. T am b ién era posible ser un com unista d u ran te la segu nd a m itad de la d écada d e 1930 (cu an d o la m ayoría de los em piristas lógicos llegó a los Estados U n id o s), p orq u e M oscú y el P artid o C om u n ista se exten d ieron hacia organizaciones liberales y progresistas para fo rm ar u n "fren te p o p u lar” unido co n tra el nazism o y el fascismo, D u ran te los últim os años de la guerra, los Estados U nidos y la U n ió n Soviética eran aliados oficiales y, de este modo, era la crítica al com u n ism o, y no el co m u ­ nism o en sí, la que p od ía ser considerada co m o an tipatriótica. Sin e m b a rg o , siem p re detrás de la escen a, y llen and o los h u ecos en tre estos in terlud ios, se encuentran los eventos y circu n stan cias que ero sio n a­ ron la p op u larid ad y aceptabilidad del com u n ism o e n tre los in telectu a­ les y el p ú b lico en gen eral. Comenzando con la suba al p o d e r de Stalin a fines d e la d écad a de 192 0 , el núm ero de p erson as que fue p erd ien d o el resp eto y a sea p o r el Partido Comunista o p o r el com u n ism o co m o idea se fu e in cre m e n ta n d o . Para los m uchos in telectu ales que eran devoLos de León T rotsk y, la persecución de este y otros en em igos y rivales realizada

* Siglas de la “Adminisinidón pitra d Progreso del Trabajo", u» proyocia de empico federal estadounidense creado ¡i mediados de ta déciulu de 1930. [N, del T,J

p o r p arte d e Stalin fue Jo su ficien tem en te irritan te (in clu so sin te n e r en cu en ta los insu ltantes p ro ceso s co n fines p rop agan d ísticos c o n los cuales M oscú in qu irió a O ccid e n te p a ra fingir que la con so lid ació n de Stalin en el p o d e r era altruista y ju stificab le). Igu alm en te perju dicial fue la debaele de las refo rm as agrarias soviéticas a com ien zos de la d é ca d a de 1930 (co n o cid as c o m o “planes q uin q u en ales") q u e llevaron a u n a h a m b ru n a y m u erte g en eralizad a e n tre los cam p esin os soviéticos. Las noticias d e estas cuestiones a veces viajaban d esp acio y m u ch as veces eran pasadas p o r alto p o r los fieles c o m o p ro p ag an d a capitalista o fascista. P a ra los v erd ad ero s creyen tes, la U R S S se estaba e n co n tra n d o co n ob stácu los p red ecib les en su cam in o a un fu tu ro u tóp ico . P ara otros, la evidencia co m en zó a su m ar­ se resp ecto d e q u e Stalin, el com u n ism o m arxista o am bos no e ra n ni lo que p ro clam ab an ser ni lo que la m ayoría d e los in telectu ales de izq uierda habrían querido que fueran, P ara m u ch o s, el m ay or golpe a su fe llegó en agosto de 1 9 3 9 con las noticias del p acto d e n o agresión e n tre Stalin y H itle r. Si había una plata­ fo rm a política en co m ú n d en tro d e la izquierda p olítica, era su op osición al fascismo. Incluso con dudas y p reo cu p acio n es a c e rc a de las m otivaciones de Stalin, m u ch o s co n tin u aro n ap oyan d o a Rusia c o m o un valioso bastión co n tra la d isem inación del fascism o en E u rop a. P o r lo tan to , p ara m u ch o s era im pensable q u e Stalin h iciera tan en o rm e co n ce sió n a H itler A un q ue los h istoriadores co n te m p o rá n e o s aún d eb aten la exten sió n de su im p acto (la m em bresía p artid aria, p o r ejem p lo, no declinó p recip itad a e in m ed ia­ tam en te), la literatu ra co n te m p o rá n e a , tales co m o los testim onios de seis prom inen Les intelectuales en e l libro The God TkatFailed (C rossm an, 1 9 4 9 ), m uestra que p ara m u ch o s fue un decisivo p u n to de inflexión. The God Thai Failedco m en zab a co n un ensayo d e A rth u r K oestler en el cual utilizaba la m etáfora de una cu erd a floja: En nin gún m o m e n to y en n in g ú n país los revo lu cion arios h an sido más asesinados y red u cid os a la esclavitud q u e en la R usia soviética. Para alguien qu e p o r siete años e n co n tró excu sas para cad a estu ­ pidez y crim en co m etid o b ajo la ban d era m arxista, el esp ectácu lo de eslos actos d ialéctico s de au to en g añ o del tip o de cu erd a flo ja, d esem peñad os p o r ho m bres de bu en a voluntad e in telig en cia , es más d esco razo n ad o r q u e las barbarid ades co m etid as p o r los espíritus ing en u os. H ab ien d o exp erim en tad o las casi ilim itad as posibilid ades de las acro b acias m entales so bre aq u ella cu erd a flo ja desplegadas en la co n c ie n c ia person al, sé de cu án to estira m ie n to req u iere el ro m p im ien to d e esa cu erd a elástica (K o estler, 1949, pp. 7 1-72).

E l q u ieb re definitivo d e K oestler n o su ced ió lu ego d e su e n ca rc e la m ie n ­ to en la E sp a ñ a d e F ra n c o , ni lu ego de q u e am igos c e rc a n o s en el p artid o su frieran acu sacio n es p a ra noicas y sin base algu n a d e s e r espías d e H id e r E n cam b io , tuvo lu gar “el d ía en que la esvástica fue izada e n el a e ro p u e r­ to de M oscú e n h o n o r a la llegad a de R ib b en tro p y la b an d a d e la A rm ad a R oja lo c ó Horst WessellLied.' Ese fue el final” (ibid., p p . 6 7 , 7 2 , 7 4 ) . A lgunos de los in telectu ales de N ueva York e x p e rim e n ta ro n su p ro p ia “crisis de ru p tu ra " m ás te m p ra n a m e n te , e n p arte p o r ser ob servad ores c e rc a n o s del P artid o C om u nista y d e los soviéticos.

La conversión de Sidney Hook A com ien zos d c la d é ca d a d e 1 9 3 0 , Sidney H oo k estaba e n tre los d efen so­ res y exp o sito res líd eres del socialism o m arxista y su re p u ta ció n se e n co n ­ trab a aseg u rad a p o r su libro Toioards the JJnderstandingof K a rlM a rx (1 9 3 3 ) U n a e lo c u e n te in stan tán ea d el m arxism o d e m ediados de d é ca d a en H ook, Dewey y o tro s es la co le cció n The M ea n in g o f Marx, a Symposium (Russell a a i, 1 9 3 4 ), p u b licad o al añ o sigu iente. D irigido p rin cip alm en te a estudian­ tes y p ro feso res, el lib ro p resen ta un sim posio en el cual H o o k d efen dió a p asio n ad am en te al m arxism o de sus crítico s. Elogió al m arxism o p o r su am p litud y p o r m o strarse resp etu o so de la “cultura d e u n a so cied ad " co m o un “to d o viviente” (e n ibiil., p. 5 6 ) . E ra ad ecu ad am en te n am ralista y cien­ tífico, filo só ficam en te an ii-« prioriy p olíticam ente p ro g resista y socialista. “Este breve esbozo del significado de M arx", agregaba H o o k , "p re te n d e ser solo u n a in tro d u c c ió n ., no p u ed e in d icar la riqueza de ideas que contie­ n en [sus escrito s] ni revelar la p ersp ectiva que el en foq u e m arxista abre a la c u ltu ra ” (en ibid., p. 8 1 ) A p e sa r del en tu siasm o d e H o o k p ara co n el m arxism o, su op osición al co m u n ism o h abía co m en zad o . Su p rin cip al p reo cu p ació n era el Partido C o m u n ista y Stalin, q u ien , creía, h abía com enzado a tergiversar, m alcn ten d e r o sim p lem en te a b a n d o n a r sus responsabilidades c o m o el p ortaestan ­ d arte de la socied ad socialista. E n lu g ar de rep resen tar a las masas socia­ listas, se q uejab a, el p artid o se había to rn a d o intim idante y cap rich o so . La d écad a d e 1 9 3 0 fue testigo de la “sustitución de la d icta d u ra del proleta­ ria d o p o r la dictadura Adpartido” (en ibid., p. 80). Dewey, B e rtr a n d R ussell y M orris Cohén re s p o n d ie r o n a H ook, cad a u n o de ellos escrib ien d o e n relació n al tem a, “P o r qué no soy un

‘ E n alemán en el original. L c a se ‘ Canción de Horsi Weuell*, el himno del partido mzi. [N. del T. ]

c o m u n ista1'. M ayo rm en te estuvieron de a c u e rd o c o n la crítica d e H o o k al lid erazgo del p artid o soviético, p ero fu ero n más crítico s y recelosos del m arxism o rev olu cio n ario de lo que H oo k estab a dispuesto a p erm itir. Los tres, y e n especial C o h én , rech azaron la p ostu ra m arxista d e que el cam b io p rosocialista d eb ía s e r violento y revolu cion ario. “El p ro g ram a de la gu e­ rra civil", escrib ió C o h é n , “bien p ued e tra e r m ás miserias q u e aquellas que los com u n istas b uscan rem o v er’’ (en ibid., p. 9 2 ). T am b ién rech azaro n el p a re c e r de q u e el fu tu ro de los Estados U n id os e ra inevitab lem ente socia­ lista. N eg aro n q u e el com u n ism o y el Fascismo fu eran las únicas altern ati­ vas disponibles y cu estio n aro n la im posibilidad de la reform a liberal y no rev olu cio n aria del capitalism o (ibid., pp. 8 5 , 8 9 ,1 0 0 ) . P ara H oo k , sin em b arg o , las alternativas p od ían s e r d escartad as p ara m o strar que el co m u n ism o era más o m en os inevitable. El fascismo e ra cla­ ram en te n ocivo; el capitalism o era “d e rro ch a d o r y d estructivo" N o había, p o r Jo tan to , n in gú n bien p ráctico en h a ce r hincapié en los p rob lem as de “la posición c o m u n ista”' Es la ausencia de un programa y de un camino de acción alternativos que sean realistas lo que hace de la crítica de la posición comunista -justificada como pueda parecer estar desde una posición ideal abstracta- irrelevante para la apremiante tarea de combatir el capi­ talismo, el fascismo y la guerra (en ibid, pp. 104, 105). A causa d e que el lid erazgo com u n ista en M oscú h ab ía p rob ad o ser e n sí m ism o “irrelev an ie” para esas “ap rem ian tes tareas", H oo k llam ó a que un nuevo lid erazgo n o rte a m e ric a n o m u estre el cam in o , d e m an era efectiva y sin c o rru p c ió n , h a cia un futuro m arxista: Me parece que solo el comunismo puede salvar a! inundo de sus males sociales; me parece evidente que lioy ni el Partido Comunista oficial ni cualquiera de sus organizaciones subsidiarias pueden ser considerados com o partidos marxistas, ya sea críticos o revoluciona­ rios. Por lo tamo, la conclusión es clara: ahora ha llegado ti mámenlo de construir un nuevo partido revolucionario m los Estados Unidos y una nueva internacional revolucionaria (en ibid., p. 144). El “nuevo p artid o rev olu cio n ario” que H oo k ten ía en m e n te era el efím e­ ro P artid o N o rte a m e ric a n o de los T rab ajad o res, cuya plataform a había ayudado a esb o zar al m o m e n to de su fu n d ación , a fines de 1933. En esa é p o ca , H oo k e ra d e h e ch o un radical socialista, p ero en lo sucesivo ya no acataría las ó rd e n e s de M oscú o de] P artid o Com unista.

E n u nos p o co s añ os, el rad icalism o de H ook se vio e n o rm e m e n te e ro ­ sion ad o p o r lo sju icio s d e M oscú de 1 9 3 6 y 1937. D ebido a la d eterm in a­ ció n d e la Com isión Dewey d e q u e los cargos d e M oscú c o n tra Trotsky eran in fu nd ados, H o o k estab a co n stern ad o de que estas noticias n o fue­ ran recibidas p o r la g en te d e la izq uierda c o m o una p ru eb a d e la caída d e M oscú en la c o rru p c ió n y la d esh on estid ad , co m o “u n a crítica m o rtal a la p reten sió n de la U n ió n Soviética de que había d esarrollad o una cultu­ ra libre, d e m o crá tica y socialista” (H o o k , 1987, p. 2 3 4 ). E n lu gar de esto, c o m o escrib iera H o o k en su au tob iografía, m u chos de sus colegas inte­ lectu ales de re p e n te p a re c ie ro n ser ciegos, estúpidos o h ip ó critas a causa d e que no p od ían ad m itir que su D ios, o sus rep resen tan tes en la U nión Soviética, habían fracasad o: L a m ayoría de los que ratificaron apasionad limen te los veredictos de losjuicios eran secularistas que estaban habituados a burlarse de los mitos y de las supersticiones de las religiones tradicionales. Sin em b argo, cu and o les tocó evaluar los evemos en la Unión Soviética, la voluntad de c r e e r - ta l vez sería más exacto denom inarla la volun­ tad de ilu sion arse- prevaleció sobre los hechos establecidos y el análisis racional (ibid., p. 241)

L o sju icio s, escrib ió H o o k , fu ero n “un punto de inflexión decisivo en mi p ro p io d esarrollo p olítico e in telectu al" (p. 2 1 8 ) Para fines de la d écad a de 1 9 3 0 , sus ard ien tes d efensas del m arxism o se habían vuelto ard ien tes acu sacion es c o n tra aquellos q u e fracasaron en d e n u n cia r a Stalin, M oscú o al P artid o C om u nista. Y a lo largo de las décad as de 1 9 4 0 , 1 9 5 0 y 1 9 6 0 , H oo k p e rm a n e c ió c o m o un influyente antiestalinista que n o solo d en u n ­ ciaba a sus en em igo s (locales y rusos) en sus escritos, sin o que tam b ién o rgan izó co n feren cias y o rgan izacio n es d edicadas a cu estion es cultu rales pro n o rteam erican as y antisoviéticas. Estas incluyeron a su C om ité p o r la L ib ertad de la C u ltu ra (p a ra el cual enlistó a C arn ap en 1 9 3 9 ) y los d u ra­ d eros C on gresos p o r la L ib ertad de la C ultura, con vocad os in icíalm en te en Berlín en 1 9 5 0 y q u e cre c ie ra n c o n fuerza d uran te la d écad a de 1960 c o m o u n o de los pilares principales de la vida intelectual de la G u erra Fría en E u ro p a y Asia .1 H o o k fue p rem iad o con !a M edalla de la L ib ertad de Estados U nidos p o r p arte del p resid en te Ronald Reagan en 1983.

! Para más acurca de los Congreso* por In Libertad de la Cultura y su disimulado patro­ cinio por parle de la C í a , véase ei capitulo 15-

Desilusión y dualismo en el mundo intelectual de posguerra P osiblem ente, de e n tre los p rim ero s intelectuales d e izq u ierd a, H o o k era ú n ico en lo que se refiere tan to a la velocidad co n la q u e g iró b ru sca m e n ­ te h acia la d e re ch a c o m o en la am plitud del a rc o que sep ara a su radicalis­ m o de ju ven tu d del an tico m u n ism o de su m ad u rez. O tro s in telectu ales se m ovieron más le n ta m e n te o, inseguros de sí m ism os, se volvieron escép ti­ cos si n o agn ósticos a c e rc a de la política en g en eral. E ra un tiem p o c o n ­ fuso y co n fu n d en te p ara los intelectuales. R u tin ariam en te, ju n to c o n The God ThatFailed, libros y artículos subrayaban tem as tales c o m o la in certid u m b re, el d esen can to y la desilusión respecLo de SLalin o del socialism o m ism o. Witness, la au tob iografía de W hittaker C h am b ers que fue líd e r en ventas en Estados U nid os d u ran te 195 2 , con tab a co n m in u cio so d etalle el viaje de au tob úsqu ed a de C h am b ers desde su p apel c o m o a g en te com u n is­ ta en cu b ierto al d e un d e la to r an ú co m u n ista y testigo p o r la fiscalía c o n tra A lger Hiss, oficial del D ep artam en to de Estado. A fines d e la d écad a de 1 9 4 0 y com ien zos d e la de 195 0 , la “desilusión” estaba en el a ire .2 D u ran te 1 9 4 7 , la serie “E l.fu tu ro del socialism o” d om in ab a a la Partisan Review c o n artícu lo s cuya au to ría p e rte n e cía a H o o k , A rth u r K oestler, G eorge Orwell y otros. L a nota editorial que p resen tab a la nueva serie sos­ ten ía q u e "la perspectiva socialista e n te ra ” había sid o p u esta en d u d a p o r la historia m undial d esd e 1 9 1 7 Las clases trabajadoras en A lem an ia e Italia fracasaron en c o m p re n d e r al socialism o y una e x te n d id a con fu sión p e r­ m an ecía sob re la d istin ción e n tre et socialism o g en u in o y “su perversión estalinista". A h o ra que Sialin había cread o “un sistem a totalitario con un d inam ism o p rop io que reg u lab a el d esarrollo del p e n sam ien to socialista y de tos m ovim ientos socialistas d em o crático s", la izq u ierd a estaba en “un estado de d eso rien tación intelectu al e im p oten cia p o lítica ”.3 U n añ o más tard e, el ed ito r Philipp Rahv escribió a c e rc a de los grados variables de “desilusión” que habían exp erim en tad o los escrito res y filó­ sofos de izquierda y el h e c h o de que m u chos h om b res q u e an tigu am en te p erten ecían a ta izquierda se estaban m oviendo a la op osición c o n s e j a d o ­ ra. Su ed itorial, “Desilusión y respuestas p arciales”, con sistió, en p arte, en a Duran te In Cuerra Fría, emergió un género de literatura que examinaba el (igualmente anterior) encamo emocional, psicológico ysendorreligiosodel comunismo o del marxismo. Además de 77ie God *¡UtilFailwl, este género incluía al libro Appmls o f Comtnvnistn (Almond, 1954), los artículos descritos más adelante concernientes a la “desilusión* de ex simpati­ zantes y el tratamiento clásico del llamamiento totalitario» que aparece en The Tnu lldiever de Eric Hofíer (1951). La posición de que los comunistas eran inadaptados y necesitados emocionalmcnte era común y se arraigó en el diagnóstico de ia “susceptibilidad neurótica" (Herberg, 1954, p, 11). 3 Nota del editor, Partisan /fevícir, 14, Í947*p.23.

p alab ras d e án im o p a ra aquellos q u e m an ten ían la fe: "L a p ersp ectiv a de un socialism o d e m o crá tico , esto es, d e u n a eco n o m ía p lan ificad a y socia­ lizada, co m b in a d a co n la m ás p len a lib ertad cultural y p o lítica, n o h a sido a n u lad a en sen tid o algu n o p o r Jos even tos históricos" D e h e c h o , todavía e ra "la ú n ica p erspectiva p osib le”, e xp licab a Rahv, “en un m u n d o d o m i­ n ad o p o r el totalitarism o soviético, p o r un lad o, y p o r el cap italism o n o r­ te a m e rica n o , p o r el o tro " (R ah v, 1 9 4 8 , p . 5 2 1 ). L a d ico to m ía q u e d escrib ía R ah v llegaría a ser el e sq u e le to c o n c e p ­ tual p a ra la cu ltu ra d e la G u erra F ría d u ra n te las d écad as sub sig u ien tes. C o m p a ra d a c o n la d é ca d a d e 1 9 3 0 , c u a n d o el e sp ectro , d e la izq u ierd a a la d e re c h a , estaba p o b lad o d e u n a diversidad de socialistas, c o m u n is­ tas, lib ertario s y capitalistas, la G u erra F ría tenía p o co in te ré s en m atices y d iferen cias sutiles. P ara fines d e la d é c a d a de 1 9 4 0 , even tos tales c o m o la d rástica m e d id a soviética en C h ecoslovaq u ia y la o p e ra c ió n “p u e n te a é re o ’’* e n B erlín h abían e sp o le a d o so sp ech as m utuas e n tre W ash in gto n y M oscú y e stru ctu ra ro n el e s ce n a rio p olítico in tern acio n al en térm in o s m an iq u eo s: p o r un lado, la d e m o c ra c ia capitalista n o rte a m e ric a n a y, p o r el o tro , el “totalitarism o " en Lodas sus form as, al cual aq u élla se op u so. Al tiem p o q u e M alisoff y S om erville elevaban sus quejas e n Philosophy o f Science, p ro g ram as y sistem as p o lítico s tan diversos c o m o el fascism o italia­ n o y el co m u n ism o soviético eran ru tin ariam en te ag ru p ad o s ju n to s bajo “totalitarism o ”. Sin e m b a rg o , más relevante fue que esta oposición dualista e n tre la d e m o cra cia n o rte a m e rica n a y el co m u n ism o soviético e ra cu a lq u ie r cosa e x c e p to a cad ém ica o teórica. Los m ied os de una g u erra n u c le a r a g re g a ­ ban u rg en cia al d eb ate y reforzaban la d ico to m ía simplista e n tre d e m o c ra ­ cia y totalitarism o . Puesto que la G u erra Fría podría volverse u n a g u e rra ab ierta en cu alq u ier m o m e n to y con vertirse con facilidad en el co n flicto más d estructivo de la historia, se d em an d ab a lealtad y p atrio tism o , casi c o m o si las inseguridades y p re o c u p a c io n e s personales se vieran m itigadas p o r la sen sación de q u e vecinos, c o m p a ñ e ro s de trabajo y am ig os estab an u n án im em en te unidos c o n tra el co m u n ism o . Aquellos q u e o b jetab an los dualism os simplistas que estaban sob re la m esa eran vistos c o n re c e lo . “L a acL u a l satisfacción del a u io acicalam iern o del socialista n o co m u n ista tien e

un anillo falso”, b ro m eab a un colu m n ista (Davis, ] 9 5 2 , p. 2 0 , n .) . O tro distinguía a la d écad a d e 1 9 3 0 del clim a de p osgu erra y se d iscu lp ab a p o r el actual desd én p o r las sutilezas del in telectu alism o. “L a n ecesid ad irre­ vocable d e to m ar una posición en un co n flicto de dos m u n d o s y fo rm as

* Operación iniciada en 1948 por los listados Unidos y oiras naciones con el fin de apro­ visionar a Berlín occidental luego del bloqueo ruso tle esta. [N, del T.]

de vida hostiles n u n ca fue tan ap rem ian te e ineludible c o m o lo es a h o r a ” (C h am b erlin , 1 9 5 0 , p. 2 0 ).

Diagnósticos de los intelectuales A m e d id a q u e este esce n a rio p olítico m an iq u eo to m ab a fo rm a a fin ales d e la d é c a d a d e 1 9 4 0 , un tem a p o p u la r afectab a a los p rop ios in te le c tu a ­ les. L o s títulos c o n ce rn ie n te s a “Los in te le ctu a le s” o “La in te le c tu a lid a d ”* que a p a re c ie ra n en la Partisan Review, en Conimentary, en The N atio ny en Neiü L eader fu e ro n o bien crítico s d e los in telectu ales de izq u ierd a (en los p erió d ico s co n se rv a d o re s) o a u to c rítico s y excesiv am en te in tro s p e c ­ tivos** (e n la p ren sa de izq u ierd a). L a p rin cip al p re g u n ta a re s p o n d e r, d e a c u e rd o c o n los colu m n istas y ensayistas, e ra : en la d é ca d a d e 1 9 3 0 , Stalin y M oscú e ra n vistos p o r los in te le ctu a le s c o m o p re c u rso re s de u to p ía . P e ro p ara fines d e la d é ca d a d c 1 9 4 0 , la m ayoría había lleg ad o a v e r sus v e rd a d e ro s c o lo re s m alvados. E n to n c e s, ¿ có m o p o d rían h a b e r e stad o tan n o to ria m e n te eq uivocados lo m e jo r y lo m ás b rillan te de los E stad o s U n id os? Las p rim e ra s ex p lica cio n e s llegaron d e b o ca d e los p rim e ro s c o n v e r­ sos. A rth u r K oestler p ub licó "L a in telectu alid ad " e n la Partisan Review en 1 9 4 4 , u n o s seis a ñ o s d esp ués d c que a b a n d o n a ra el P artid o C o m u n ista. R e fle x io n ó sob re el sign ificad o de la "in te le ctu a lid a d ” y so b re su p apel en la so cie d a d d esd e el llu in in ism o h asta su a g o n ía actu al. U n a d e las afirm acio n es de K o estler fue que los in telectu ales de la d écad a d e 1 9 3 0 y c o m ie n z o s d e la de 1 9 4 0 ca re c ía n de c o m p ro m iso c o n algunas de las clases so ciales e n a sce n so y así p e rd ie ro n la habilidad, d e d e s a rro lla r la ta re a trad icio n al d c la in telectu alid ad en c u a n to a la fo rm a ció n de la o p in ió n p ú b lica. La rev olu ció n h abía fracasad o h a cía tiem p o, d e ja n d o a la in telectu alid ad sin b rú jula y em p a n ta n a d a en una clase de n eu rosis freu d ian a: U n a intelectualidad privada del apoyo de una alianza con u n a ctasc en ascenso debe tornarse co n tra sí misma y desarrollar aquella atm ósfera d e invernadero, ese clima d e onanism o e incesto intelec­ tual, que lo caracterizó durante la últim a d écada (K oestler, 1944, p. 27 5 )

El vocablo "intttligentsúi que utiliza el autor refiere a una «lite intelectual creadora de opinión. V enim os com o "intelectualidad' [N. del T ]

“Navet-gmtnif en el original, expresión relativa a la auiorrefereneialidad. IN. del T .]

Al m a rg e n de los cu estio n am ien to s acerca del m érito de la su g eren cia de K oestler, su to n o y len gu aje ilustra su virulencia e in dignación an te u n a izq uieid a iulj rtiisigentc. O tro g é n e ro de ensayos a c e rc a de los intelectuales fue el ensayo ap o ­ lo g ético . M artin G ard n er (q uien más tarde ed itaría el lib ro de C arn ap , 1 9 6 6 ) co n fesó en New Leader q u e e ra u n sim patizante del co m u n ism o que en su ju v en tu d socialista se vio fru strad o p o r la “larga y vigorosa op osición al c o m u n ism o ” p o r p arte de H. G. Wells. A hora, sin em b arg o, G ard n er elogiaba a W ells c o m o un h é ro e n o reco n o cid o que con trib uyó a a co m p a­ ñ ar a “la ráp id am en te c re cie n te desilusión del liberalism o n o rte a m e rica n o para c o n el m ito soviético”' Existe una tend encia en tre los recientem ente desilusionados com u­ nistas y sim patizantes del com unism o a racionalizar su p eríod o de dom inación p o r la mística soviética. L os escuchas d ecir que no fue sino hasta estos últimos años que la conducta de Rusia nos ha forzado a re c o n o ce r su corru p ción y tiranía [

] Pienso que existe

una lectura más honesta. Están aquellos que vieron más claram ente que n osotros y nosotros no los escucham os (G ardner, 1950a, pp.

20, 21). M ientras que m u ch o s in telectu ales de izquierda altern ativam ente lam ie­ ron sus heridas y se a ta ca ro n a sí m ism os d esde d en tro, otros los atacaron desde afu era, lil cien tífico a tó m ico Edward C ond on se quejaba de que los in telectu ales e n los Estados U nid os no “m ostraran ni el m ism o prestigio social ni la re m u n e ra c ió n " que gozaban en E u ro p a. En especial a h o ra , los científicos estaban su frien d o de “la histeria de lealtad p rop ia de la p osgue­ rra” q u e los co lo c a ro n bajo in m ed iata sospecha de p asar los así llam ados secreto s ató m ico s a los países com u n istas (bajo el m od elo p op u lar d eju liu s y Ethel R o sen b erg ) El resu ltad o fue nada m en os que “la abreviación de la libertad cien tífica e n este país" (C o n d on , 1 9 5 0 , p. 2 6 7 ). L e o n a rd E n gel, un colu m n ista d e Tke Nalion que defendió a C ond on c u a n d o fu era “acu ­ sado de sim patías co m u n istas”, ex p re só la ad verten cia para los científicos de m an era tan clara c o m o pudo en el iíluIo d e sus colu m n as: “A dverten cia a todos los cien tífico s” (E n g el, 1 9 4 7 ) y “Miedo en nuestros lab o rato rio s” (E n g el, 1 9 4 8 ) “Si el ata q u e c o n tra C ond on tiene éx ito ”, razo n ab a E n g el, “ningún cien tífico civil estará a salvo" (Engel, 1947, p p . 117, 1 1 9 ), Si los científicos y los in telectu ales no eran considerados am enazas a la seguriclad, eran con sid erad os tornos. Incluso Neiu Leader, que reg u lar­ m en te p ub licab a artícu lo s escritos p o r intelectuales, em itió u n o titulado, “¿Q uién escu ch a a los in telectu ales?". El escrito r W allace M artin Davis se

burlaba de las “eq u iv ocacio n es del p asado p o r p arte d e los in telectu ales, q u e iban desde lo có m ico a lo m e ra m e n te ab su rd o " y co n gu sto re p re n ­ d ió a “los in telectu ales” p o r m e re ce rse e n te ra m e n te lo q u e les su ced ió . S ugería que a causa de que las realid ad es políticas del m u n d o llegaron a ser “m u ch o más com p lejas, sutiles e im p re d e cib le s... d e lo q u e el (los) intelectu al (es) h a b ía (n ) im ag in ad o", d eb erían desistir, retirarse de la polí­ tica y d esarrollar su p ericia en d om in ios p eq u eñ os y técn ico s d o n d e esta p o d ría ser confiable: A los intelectuales que lloran p or sus bienes perdidos, lo único que puedo d e cire s esto: es tu co m p eten cia para hablar, y no tu libertad para hablar, lo que debería estar ocu pán dote. Los con sum id ores no te harán callar, pero no tenem os por q ué prestarte aten ción alguna. Su tostadora quem ó mi tostada, caballero, y haría bien en co n ce n ­ trarse en el d epartam ento de ingeniería y m antenerse alejado d c las liquidaciones de con gresos en W aldorf

“Los econ om istas, científicos p olíticos, ed u cad o res, p sicólo gos, so ciólog os, e h isto riad o res’’ solo han p rod u cid o un “cem en terio d e ideas m u e rta s” y un registro de la p olítica roja sim bolizada p o r el C o n g re s o W a ld o rf (discuti­ d o en el capítu lo 1 3 ). Ya nadie e scu ch a a los in telectu ales, c o n clu ía Davis, a causa de que p erd ieron el legítim o “reclam o de lid erazg o ” en la cu ltu ra an ticom u n ista de p osgu erra (Davis, 1 9 5 2 , pp. 2 0 , 2 1 ).

Intimidación y confrontación públicas Davis a ta có am p liam en te a “los in telectu ales" O tros escrito res y ed itores pusieron c o m o b lanco a individuos particulares. P ocos objetivos tuvieron un perfil m ás alto que A lb ert Einstein - o fueron m ás fáciles d e c riticar, dados sus sentim ien tos y sus p roclam acion es pacifistas en la d écad a de 1950. En u n a reseña de su au tob iografía, Out q f My Later Years, J im Cork, rayó en u n schadm fieude al m ed itar sob re su gran rep u tació n in telectu al ah o ra en declive: “L o que es p articu larm en te d esalen tad o r, p a ra los am i­ gos de la libertad intelectual d e cu alq u ier sitio, es la 'm e su ra d a ' actitud de Einstein h acia Rusia”. El libro con ten ía “críticas aisladas a los m éto d o s au toritarios de Rusia en lo relativo a la e d u cació n ” y otros ab usos, p e ro e¡ libro e ra “co m p en sad o p o r e! co m p leto silencio en c u a n to a la e n o r ­ m e m agnitud de sus principales crím en es c o n tra el b ien estar m aterial, la Así en el original. En alemán, Schfulenfnruik. Léase, "deleite m alicioso'. |N. tlel J ]

d ign id ad y la lib ertad d e m illones". P a ra Cork, “los así llam ad os en igm as y p arad ojas d e la relatividad ein sten ian a n o eran n ada c o m p a ra d o s co n la p ro fu n d a p arad oja de la re tic e n c ia de E instein e n este p u n to ”. N o p o d ía sino la m e n ta r que el libro d e E in stein “d ejara la ineludible im p resión de te n e r u n a actitu d p ro soviética” (C o rk , 1 9 5 0 , p. 2 0 ). B e rtra n d Russell fue o tro b lan co fre cu e n te . A com ien zos d e la d é ca d a d e 1 9 5 0 , a lre d e d o r d e u n a d é ca d a después d e su despido del City C o llege, fue o b jeto del en ojo de m u ch o s p o r sus frecu en tes cartas a los ed ito res de revistas y diarios d e n u n cia n d o la co n fo rm id ad in telectu al y a la his­ teria an tico m u n ista y m acartista en los Estados U nidos. P a ra The Nalion, p o r ejem p lo (y en apoyo a los co m e n ta rio s públicos de Einstein c o n tra el m a c a rtis m o ), escrib ió: Estoy asom brado de q ue en los Estados Unidos no exista m ayor objeción a la inquisición p o r p arte del nuevo Santo O ficio resp ecto de las vidas y las opiniones de los ciudadanos n orteam ericanos y de em in entes extran jeros [. .] De algún m odo, es irónico que en los Estados Unidos, que una vez fu era considerada com o la tierra de la libertad, la voz más reson an te a favor de la libertad debió venir de p arte d e un alem án (1 9 5 3 , en Russell, 2 0 0 2 , p. 175).

Pocos ed ito res p u d iero n to le ra r el h e ch o q u e Russell c ritica ra agresivam en te a ciu d ad an os tan to d e la U RSS c o m o de los Estados U n id os d u ra n ­ te la G u erra Fría y n o eligiera, sen cillam en te, un lado u o tro d e! co n flic­ to. A dem ás, q u e e xp resara sus críticas c o n estilo e in telig en cia, lo hizo un b lanco in clu so más te n ta d o r p a ra la d e re c h a con servad ora y p a ra la p e r­ secu ció n del com u n ism o. C o m o es ilu strad o p o r el in te rca m b io e n tre J o h n Som erville y Sidney H ook en The Nalion (d escrito en el cap ítu lo 3 ), tos p eriód icos y las revistas usaban su au torid ad ed itorial p ara p o n e r en escena con flictos o p ara inti­ m id ar a individuos en ám b itos públicos. Russell advirtió q u e es extrem ad am en te difícil o b ten er la aceptación de cartas p o r p arte de la m ayoría de los diarios n orteam ericanos con excep ció n de los que debo con sid erar intolerablem ente pro Rusia. Y cu an ­ d o sí tengo éxito en ser publicado en los Estados Unidos, q ued o exp uesto a distorsiones editoriales sin mi consentim iento o sin mi con ocim ien to.

En u n a o p o r t u n i d a d , Russell e n c o n tr ó q u e un artículo q u e h ab ía enviado a la revista Look ap areció c o n e] título cam b iad o de m odo que q u ed ara más

p ro v o cativ o , d e "¿Q ué es lo q u e está m al en las relacion es a n g lo -n o rteam erica n a s?” a “¿Q u é es lo que está m al c o n los n o rteam erican o s?" (R ussell, 2 0 0 2 , p. 1 7 4 ) . E n o tra o casión , los e d ito res d e N eurtm dnr, í n fsd ad os c o n los co m e n ta rio s de Russell so b re los Estados U nidos, exig iero n q u e cla­ rifique su posición. Russell les envió u n a d eclaración q u e im p rim iero n ju n t o a su p rop io reb ate, d e a p ro x im a d a m e n te e! doble de e x te n sió n S osten ían q u e los co m en tario s d e Russell “n o sirven (sirvieron) a la causa d e la lib ertad y la paz sino a la cau sa del K rem lin" (Russell et a l, 1 9 5 2 , p. 4 ) . C la ra m e n te , el dualism o op erativ o del d eb ate de la G u erra F ría estaba e n a c c ió n : quien n o elog iara a los E stad os U nid os, d ebía ser un servid or del co m u n ism o soviético. D estacad o s in telectu ales tales c o m o E instein y Russell eran b lan co s osten sib les d e n tro d e la izq uierda antiestalinista. P ero h abía m u ch o s d e d o n d e elegir. E n e n e ro de 1 9 5 3 , los ed itores de New Leader a rm a ro n un a rtíc u lo t íL u la d o “Los p artid arios de clem en cia para R o sen b erg co m e n ta n el an tisem itism o ro jo ”. Sus objetivos fu ero n trein ta y cin co de los cien to s d e figuras públicas q u e u n a sem an a atrás habían firm ad o una d ecla ra ció n q u e a p a re c ie ra en la p ub licación co m u n ista Daily Workeren ap oyo al p edi­ d o d e cle m e n cia p ara Julius y E th el R o sen b erg .4 P uesto que u n re c la m o co m ú n p o r p a rte de los p artid arios d e R o sen b erg fue que estab an sien d o p ersegu id o s afan osa e in ju stam en te p o r su con d ición de ju d ío s, los edi­ tores a p ro v e ch a ro n la o p o rtu n id ad p a ra e x p o n e r lo que sosp ech ab an era u n a d o b le m o ral E n el alb or d e lo sju icio s p atrocin ad o s p o r el K rem lin en P ra g a q u e ten ían c o m o objetivo a d o c to re s ju d ío s, in telectu ales y fu n cio­ n arios del p artid o, ¿co n d en arían p ú b licam en te estos trein ta y c in c o n o rte ­ a m e rica n o s , sup u estam en te p rosov iéü cos, al antisem itism o soviético? El a rtíc u lo n o invitaba am ab lem en te a estas figuras a q u e h icieran su d escarg o . E n lu gar de ello, en viaron a c a d a vino de ellos un teleg ram a q u e rezaba: Noten su apoyo al pedido de clem encia para Rosenberg. En el nom ­ bre de los derechos hum anos les pedim os que liagan una flanea con d en a similar al antisemitismo del juicio en Praga y de la em i­ n ente ejecución de d octores ju d ío s soviéticos. P o r favor telegrafíen p rotestas de hasta cien palabras (“L os partidarios de clem encia para Rosenberg com entan el antisemitismo rojo", 1953, p. 4). 1 E n tre los veinte “académ icos” que se vinieron a estos escritores y artistas que prestaron sus nom bres a la causa estaban Carnap y M orris, Véase “El clam or de 'salven a los R osenberg' se extien d e en el inundo del arte, la cien cia y los círculos literarios”, en el Daily Wm/ier del M de en ero de 1953. En el caso de Carnap, su apoyo p ú blicon los Rosenberg prom ovió que el m i lo investigara, com o se (Usenle en e ! capítulo 13.

P o s te rio rm e n te , im p rim ieron las respuestas que recib ieron j u n to c o n su p ro p io c o m e n ta rio . A lgunas fu ero n com p lem en tad as p o r c o n d e n a r losjui­ cios. A q u ellos q u e n o lo s_con d en aro n ab iertam en te fu ero n satirizados y criticad o s, in clu yen d o a H arlow Shapley de H arvard , R o b e n M oras L o v elt de la U n iv ersid ad de C h icag o y al rev eren d o W illard U phaus. A Einstein, en esta o ca sió n , le fu e b ien , a causa d e que rep ro b ó lo sju icio s. E n tan to , los ed ito res re u n ie ro n los n om b res de aquellos que n o h abían resp on d i­ d o d e n tro d e los seis días, p u b lican d o sus d iecio ch o n om b res (in clu yen d o al bien c o n o c id o p erson aje d e izquierda N elson A lgren y al can tan te Paul R o b eso n ) bajo el titular e n n egritas de “Sin resp uesta” (“L o s p artid arios de cle m e n cia p ara R o sen b erg.

”, 1 9 5 3 , p. 4)

El redescubrimiento de los valores y e! Congreso sobre Ciencia, Filosofía y Religión U n in telectu al q u e sostuvo tod a u n a c a rre ra escrib ien do ataq ues d esp reo ­ cu p ad o s y p arciales sob re los in telectu ales de izquierda fue el p o eta y p ro ­ fesor de W ellcsley, P eter V iereck. Su libro m ejo r co n o cid o , The Shame and Gloty o f the Inlellectuals (1 9 5 3 ) , com en zab a c o n cin co palabras - “El redescu b rim ien to de los v a lo re s "- q ue señalaban tan to el declive del socialism o cien tífico en los E stad os U nid os c o m o las alegadas con fu siones y traspiés de los a n te rio rm e n te influyentes in telectu ales que alguna vez lo p rom ovie­ ron. V iereck y o tro s creían que los intelectuales de izquierda d e la d écad a de 1 9 3 0 garan tizab an su m argin alización p o r ad o p tar a Ja cien cia o a nn n aturalism o cien tífico q u e sostuviera los m éto d o s científicos, el m arxism o o algún o tr o , c o m o la m ejo r h erram ien ta p ara en te n d e r a la so cied ad , a la historia y a las relacion es in tern acion ales. M o rtim e r A d ler y R o b ert M. H utchins habían arg u m en tad o algo sim i­ lar al p ro m o v e r el n eotom ism o en la d écad a de 1930. En pos de! in fam e discurso d e A d ler, “Dios y los profesores", en el p rim er C o n g reso sob re C ien cia, Filosofía y Religión ( c c f r ) en 1 9 4 0 , el

ccfr

co n tin ú o siendo un

foro d o n d e se articu laro n los d ebates sob re los valores y esta crítica del cientificism o. Casi todas las figuras p rom in en tes de las h um an id ad es p ar­ ticip aro n en algún m o m en to u o tro del

ccfr,

siendo las e x ce p cio n e s m ás

n otab les las de Dewey, H oo k y Kallen, quienes erigieron un co n g reso rival, el C o n g reso sob re los M étodos en C iencia y Filosofía, para o p o n e rse al n eo to m ism o y, co m en tab a luego H ook, al antisem itism o q u e sen tía que había d e te cta d o en el

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(H o o k , 198 7 , p. 3 3 7 ).

C o m o verem os m ás adelante, con ju n tam en te con el debate a c e rc a d e la ciencia y los valores, el con greso lidió específicam ente con las p roblem áticas

en to rn o a los roles de los in telectu ales e n la vida cultural y p olítica. C o m o exp licaro n los ed itores Finkelstein, Lym an Bryson y R o b ert M a d v e r e n una de las prim eras actas publicadas d e este co n g reso , el co n g reso estaba bajo el ataq u e de "colegas especialistas en diferentes cam p os" q u e instaban a la especialización intelectual y a la ru p tu ra d e com p rom isos p ara c o n las cuestion es de] m u n do. C reían q u e “los asuntos de las relacion es h u m anas d eb erían ser dejados en m anos de profesionales, especialistas y h o m b re s de E stad o " (Bryson, Finkelstein y M aclver, 194 7 , p. v). D esde el o tro lad o, fue a tacad o p o r quietism o y p o r fracasar en con trib u ir a “la p reservación d e la paz, el en ten d im ien to m utuo y la co o p eració n en tre los h om b res" (ibid.) U n o d e los activistas prin cip ales fue Paul Schilpp de la U niversidad de N orth w estern , ed itor original d e la serie The Library o f L iv in g Philosophers. En el o ctavo e n cu e n tro , d u ran te el c o n g re so en 1 9 4 7 , d e d ica d o al tem a “¿C ó m o p u ed e co n trib u ir la e ru d ició n al alivio de las tensiones in te rn a cio ­ n ales?”, Schlípp dio u n a alocu ció n so b re “la tarea d e la filosofía en u n a era d e crisis”. El clich é de que la h u m an id ad está “en una e n cru c ija d a ” ya no c o rr ía m ás, escrib ió Schilpp. E n lu gar d e ello, “está al b ord e del A b ism o” L a an iqu ilación n u clear p arecía inevitable. ‘Y a n o p od em os h ab lar en tér­ m in o d e g en eracio n es o aun d e d écad as, sino -p r o b a b le m e n te - sólo de m e n o s añ os q u e los q u e señalan d os dígitos” antes que las p rin cip ales ciu­ dades se con viertan en H iroshim as y N agasakis. P o r lo lan to, S ch ilp p esta­ ba ex a sp e ra d o p o rq u e “los líderes de la iglesia, de la cien cia y de las univer­ sidades insistían, en gen eral, en co n tin u a r a ctu an d o co m o si n ad a h ub iera su ced id o. En realid ad , sí hablam os a c e rc a de 'L a E ra A tó m ic a ’, p e r o ., no estam os haciendo n a d a ” (Schilpp, 1 9 4 8 , p. 3 0 0 ). P o r un lad o, Schilpp exp licab a este quietism o ap elan d o a las p erso n a­ lidades involucradas y a “la im posibilidad p ráctica de sacar al ‘e ru d ito ’ de su ru tin a eru d ita. L a causa de su co n stan te actitu d d e h acerse p a ra atrás a la h o ra d e la acció n p arece e sta r en la n atu raleza m ism a d e la eru d i­ c ió n ”. T am b ién la atribuyó a la disposición d e un país que estab a ca m in o al m acartism o y a la histeria an ticom u nista: [El erudito] rehuye hablar en público sobre “cuestiones co n tro ­ vertidas". Y, p o r esia misma razón, no resulta efectivo. En su ciega devoción a la erudición ha perdido su devoción a ta causa de la hum a­ nidad. Aunque en realidad pueda no estar “jugan do mientras R om a arde", con bastante probabilidad estará contando comillas mientras' la bom ba atóm ica lo borra de la existencia (ibid., p, 301).

A p esar de las presiones sociales p ara evitar la controversia, Schilpp instó a sus colegas intelectuales presentes en el co n g reso a que m an tu viesen su

c o m p ro m iso d e dos m an eras. L a p rim e ra e ra la co n trib u c ió n al en te n d i­ m ien to d e otras cu ltu ras y “el e n ten d im ien to d e la n atu raleza h u m a n a ” c o m o es co n ce b id a en n acio n es fo rán eas. L a o tra re c o rd a b a la p o p u lari­ dad origin al del em p irism o ló g ico e n tre los in telectu ales p ro g resistas d e la d é ca d a d e 193 0 . "L a su p rem a n ecesid ad d e esta h o ra es la c o n sid e ra c ió n reflexiva", escrib ía Sch ilpp (p. 3 0 2 ). Aquí, en el auxilio tanto de los líderes com o de las masas de personas para que aprendan a pensar clara, honesta, lógica y consistentem ente

y a la luz de hechos que pueden establecerse yace con certeza una de las principales larcas de la filosofía en esta crisis hum ana (p. 3 0 4 ).

En el

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, S ch ilp p se m o stró aliad o al em p irism o ló g ico y al m o v im ien to

de U n id ad d e la C ien cia ya q u e estos habían p rom ov id o estos objetivos y valores d esd e m ed iad os de l a d écad a de 1930. R ep id ó los co m e n ta rio s d e C arn ap en su en trevista radial c o n m otivo del trice n te n a rio d e H arv ard y co n tin u ó c o n el in terés d e M orris en los estudios p en sad o s p a ra elev ar el e n te n d im ie n to in te rc u ltu ra l. D e n tro d e los dos años, P hilip p F ra n k (q uien asistió re g u la rm e n te a los e n cu e n tro s del

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e x p e d iría su p ro p io lla­

m ad o al “positivism o activo" c o m o p resid en te del nuevo In stitu to p a ra la U n id ad d e la C ien cia. AI c ie rre de su ch arla, S ch ilp p p a re c ía sab er que su llam ad o al activis­ m o n o iba a ser persuasivo. Fin alizó c o n “la n ota fra n c a m e n te pesim ista re q u e rid a p o r el te m a ” y citó la acu sació n de A rth u r L ovejo y c o n tra los in telectu ales h um anistas: “En vista del d eso rd en que el h o m b re ha h e c h o d e su p lan eta, la vestim en ta a d e cu a d a p a ra los hum anistas es un h á b ito ”. N o im p o rta lo co n v in cen te q u e fu era esta observación, escrib ió S ch ilp p , los filósofos d eb erían ig n o rarla. Si la filosofía iba a co n trib u ir a re d u c ir las ten siones in tern acio n ales, req u eriría más que penitencia p o r el pasado; necesitará de una resolución decidida hoy y m añana para h a ce r aquellas cosas que las exigencias d e la situación mundial presente requieren y d em andan de n osotros co m o filósofos y p ensadores. ¿Som os lo suficientem ente h om bres y pensadores co m o para acep tar este desafío? (p. 3 1 0 ).

Los valores y la crítica al cientificismo U n a razón p o r la que S ch ilpp e ra pesim ista sob re un activism o filosófi­ c o cien tíficam en te in fo rm ad o era q u e un a rg u m en to (o u n a fam ilia de

arg u m e n to s) con vin cen te c o n tra el cientificism o fue bien a rticu la d o e n el ccfr

: sostenía q u e el cientificism o pasó p o r alto no solo la im p o rta n cia de

los valores, sino q u e tam bién hizo lo p rop io

cotí

las resueltas y a m en tid o

irracio n ales fuerzas que m e ro d e a n en e! in terior de la n atu raleza h u m a­ na. L a h istoria recien te, y en p a rticu la r la Segunda G u erra M u nd ial, h an rev elad o que ta n atu raleza h u m an a es un p o d er o ag en cia q u e yace m ás allá del a lcan ce det en te n d im ie n to científico. V arios en la au d ien cia d e S ch ilp p e n el

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le to m aro n la p alab ra y

ad h iriero n a este p u n to de vista. P aul K ecskem eli, am igo y estu d ian te de M orris, co m p artió la alarm a d e Schilpp en cu an to a u n a g u erra in m in en te. P e ro c u e stio n ó el que la filosofía f u e r a u n a h erram ien ta ap ro p ia d a para e n te n d e r y co n tro la r los im pulsos destructivos de la h u m an id ad : Mientras que su principal preocupación está depositada en la determinación de la conducta por la decisión razonada, meditada, responsable y libre, el filósofo no puede pasar por alto hasta qué punto la acción humana está determinada por cosas tales com o el instinto o el miedo o la coacción o la convención o la rutina. L a cie n cia social y Ja ley in te rn a cio n a l, n o la filosofía, sosten ía, serían los m ejo res cam in os p ara a p ro x im a rse a una de las cuestiones ap rem ian tes q u e d irigían el d eb ate sob re los valores: la cuestión de “c ó m o ei agen te h u m a n o ad o p ta sus fines” (K ecsk em eti, 1 9 4 8 , p. 3 2 3 ). O tro s su girieron q u e ni la filosofía ni la ciencia p o d rían d a r sen tid o a los asun tos del m u n d o . David B au m g ard t, p resen tad o c o m o “c o n su lto r en filosofía, d e la B ib lioteca del C o n g reso ", habló c o n tra los m itos del Jlu m in ism o - “que, p o r p erm itir el ap lo m o y la reflexión fresca y sob ria -para o b te n e r la d e lan tera, tod os los con flictos in tern acion ales y de clases p o d rían ser su p erad os satisfacto riam en te”- y criticó a los in telectu ales p o r fracasar en “p restar p lena co n sid e ra ció n a las fortalezas d e las em o cio n e s en cam p o s de p en sam ien to d o n d e las em o cio n es leg ítim am en te ten ían q u e d e se m p e ñ a r un papel p ro ta g ó n ico " (B au m gard t, 194 8 , p. 3 6 6 ). De m a n e ra sim ilar, Ralph Flew elling p en só que era obvio q u e la cie n cia y el m aterialism o eran culp ables de n u e stro “cada vez más p ro fu n d o e n re d o en el d e sc o n te n to ”' Las desventajas lian surgido mayormente de la erección del cono­ cimiento científico en un fin todo suficiente, para el descrédito de las fuerzas artísticas, institucionales y espirituales necesarias para la plenitud del hombre (Flewelling, 1948, p. S73).

Flew elling y estos o tro s sostenían q u e la realidad com p leta y objetiva d e los seres h u m a n o s in volu crab a más de lo que cu alq u ier ap ro xim ació n cien tí­ fica p o d r ía c o m p re n d e r.

Anticientificismo popular Esta discusión d e que la cien cia y los m éto d o s científicos e ra n in cap aces d e e n te n d e r o p re d e cir L e m a s relacion ad os con la sociedad, la historia y la polí­ tica se vin culó c o n la c rítica más p o p u la r d e los in telectu ales d e izquierda y sus variados y exag erad o s entusiasm os científicos y m arxistas de los pri­ m ero s añ os. El m ism o añ o en el q u e habló Schilpp, Ja m e s S ch lesin ger J r . h abía escrito e n Partisan Review que el liberalism o ilum inista e r a im p o ten ­ te c o n tra “las fuerzas oscuras y ocu ltas a lavista q u e y a ce n en la n atu raleza h u m an a" que a h o ra se h abían visto exp u estas p o r la g u e rra y el h olocau s­ to. L os liberales c o m e tie ro n u n e r r o r al h ab er “p rescin d id o d e los m itos cristian os del p ecad o y la c o n d en ació n y al h ab er c re íd o que el h o m b re c o n d efectos p o d ría ser red im id o n o p o rje s ú s en la cruz, sino p o r el b en e­ v o len te desenvolvim iento d e la h isto ria” Y esto p orq u e la h istoria n o se h abía d esen v u elto b en ev olen tem en te. R ep iq uetean do en nuestras n atu ­ ralezas oscui-as y siniestras, exp licab a S chlesinger, "los h o m b res p rácticos, c o m o H itler, Staün , [y] M ussolini, h iciero n de !a d ep ravación u n a fo rm a de vida” (S ch lesin ger, 1 9 4 7 , p. 2 S 5 ). A u n q u e el m o v im ie n to de U n id a d de la C ie n cia n o estab a a la vista d e S ch le sin g e r, n o n e ce sita b a e s ta rlo El “re d e s cu b rim ie n to d e los valo­ re s ” y d e las fu erzas o scu ras e in e scru ta b le s que m otivab an a los seres h u m a n o s se o p o n ía r o tu n d a m e n te al o p tim ism o p r o m e te a n o q u e N e u ra th , C a m a p y H ah n d e sc rib ie ro n en su m an ifiesto, Wissenschaftliche W eltauffassung. En su a p ro x im a c ió n e m p íric a , cie n tífica y m o d e r n a al m u n d o , e x p lic a r o n , se persiguen ta limpieza y la claridad, rechazando las distancias oscuras y las profundidades inescrutables. En la ciencia no hay “pro­ fundidades"; hay superficie en todas p a ríes [ .] T o d o es accesible al h om b re y el hom bre es la medida de todas las cosas (N eurath el

e

L a unificación no

im plica red u cción alguna de ta co m p eten cia o del pluralismo, sino que sólo significa un p rogram a para el

a h r e c l o in t e r n o dk

íJiS c i e n c i a s . L a U nificación de la física (co m o fue desarrollada

en las últimas décadas) n o implica una única form alización. P o r lo tanto, el i>l u k a i .ism o siem pre hace las veces de un principio p ro g ram ático .111

Un m es más tard e, le re co rd ó a K allen: Estoy muy interesado en el problem a del “Pluralism o" desde hace años, o m ejor, desde hace décadas -p ien so que sería muy b uen o si pudiéram os p ublicar un artículo suyo sobre este tem a en el Jou rn al

o f United Sciences c o m o un ap énd ice a la sinopsis de su ex p o sició n en Cam bridge.

N eu rath previo un diálogo o discusión pública que sería p articu larm en ­ te efectivo, p uesto que “p od ríam os elim inar d e a n te [m a n o ] tod o m alen ­ ten d id o y p ub licar n uestras verdaderas variantes (n o c re o q u e ten gam o s divergencias) de u n a idea co m ú n ”.13 C u an d o K allen estaba ten ien d o difi­ cultades para e n c o n tra r un lu gar p ara publicar su p rim era crítica (K allen, 1 9 4 0 ), N eu rath le o freció ayuda p ara e n co n tra r u n a revista e u ro p e a que p ud iera p ub licarlo .1-1

'“ Neurath a Kallen, 2 5 de enero de 1 9 S 9 ,jk m c . 11 Neurath a Kallen, 7 de julio de 1939, jkmc. ^Neurath a Kallen, 2 3 de diciembre de 1 9 3 !),jk m c . 13 Neurath a Kallen, 9 de enero de 1940, jkmc. (Esta carta está fechada el “9 de enero de 19S9" por Neurath, pero es claro que data de 1940, a juzgar por su contenido y por la respuesta de Kallen a ella, que data del 6 de febrero de 1940.) 14 Kallen a Neurath, 2 de noviembre de 1939; Neurath a Kallen, 9 de enero de 1940 (" 1 9 3 9 “) , j k m c .

La respuesta final de Neurath Sin e m b a rg o , p a ra la é p o c a en la que N eu rath escrib ió su resp u esta d efin i­ tiva, se h ab ía d ad o c u e n ta de q u e él y Kallen estaban en u n p u n to m u e rto . N eu rath se rin d ió y, en su resp uesta Final, señ aló q u e c o n sid e ra b a finaliza­ d o al d eb ate. ‘‘A estas alturas, n o in ten taré a cla ra r algunas re p re se n ta cio n e s erró n e a s d e mis o p in io n es” (N eu ratli, 1946a, p. 5 2 6 ) . Su título fue "S olo co m e n ta rio s, n o u n a co n te sta ció n ” E sto es, st N eu rath n o p od ía h a ce rse c o m p re n d e r a K allen, había algu n os p un tos que p re fe ría q u e q u ed asen en el registro p a ra b en eficio de sus lectores. P rim e ro , n e g ó q u e h u b iera un “c a m b io ” en su p o s ició n , d esd e el m o n ism o h a cia el pluralism o, c o m o había su g erid o K allen. C itó aq u í a su artícu lo a n te rio r, “Los tro tam u n d o s p erd id o s d e D escartes y el m otivo au xiliar” ( 1 9 1 3 ) , p a ra m o strar que siem p re h ab ía a d h e rid o al p luralism o. T am b ién citó a o tro s artícu lo s que había escrito a c e rc a d e las “b re ch a s" y “abism os” q u e p e rm a n e c e rá n en cu alq u ier c ie n c ia u n ificad a y en la nueva Encyclopedia, en la cu al, había escrito, “n o pide a los co la b o ra d o re s que se sujeten a un p ro g ra m a c o m ú n ”. “L o q u e H o ra ce d ice a c e rc a de ad ap tar­ se a un sistem a y a sus postulados es ju sta m e n te lo c o n tra rio de lo que yo estoy d icie n d o en los artículos citad os a n te rio rm e n te ” (N e u ra th , 1 9 4 6 a , pp. 5 2 7 , 5 2 8 ) . 15 N eu rath tam b ién reg resó al lem a de la co m id a d e pavo ca lie n te , que ah o ra e n c o n tr ó in co m p ren sib le en la perspectiva de Kallen. P o r un lad o, Kallen h ab ía escrito q u e este e n cu e n tro in volu craría u n a “b u en a ca m a ­ rad ería" y “un libre in tercam b io de algunas dietas, d ialectos y tem as de so b rem esa1' (así c o m o tam bién “un acu e rd o en d e sa c o rd a r”) . P o r el o tro lad o, Kallen insistió en que m u ch o s de los sen tim ien tos y cre e n cia s bási­ cas de c a d a invitado p erm an ecerían sin s e r exp resad o s h a cia los d em ás. L a p o r m o m e n to s dubitativa g ram ática inglesa de N eu rath dio un g iro al so rp ren d erse de que Kallen p u d iera im ag in ar a la g e n te co m u n icá n d o se sin utilizar algu n a clase d e lenguaje có m p artid o : Apenas puedo creer que piense que la genie sí podría discutir con otras personas sin utilizar frases, que no son “susceptibles de ser conectadas” [entre sí, dentro dc unajerga compartida]. La comunicación está basada en esta conectabilidad que es todo lo que Carnap, Frank, [Richard von] Mises, yo mismo y otros estamos pidiendo. Con seguridad no puede inferirse a partir de las

15 Neurath se citó a sí mismo dc "El fisicalismo radical y el m undo real" (N euraih, 1934) y “Cicncias individuales, cien cia unificada, seudorracionalism o" ( N euralh, 1936c).

exp resiones de mis escritos que esto está repleto de peligros totali­ tarios, co m o piensa H orace (N eu rath, 1946a, p. 5 2 8 ).

N eu rath n o p o d ría h a b e r e la b o ra d o o debatido m ás estos p u n to s a u n q u e lo hubiese q u e rid o así, d eb id o a que m u rió de un re p e n tin o a taq u e c e re b rovascular e n d icie m b re d e 1 9 4 5 , p rob ab lem en te días desp ués d e en viar su “c o m e n ta rio ” a Iíallen.

El comentario de Kallen K allen recib ió el “c o m e n ta rio " de N eu rath y lu ego p resen tó el suyo: “U n c o m e n ta rio al c o m e n ta rio ”. P ersigu ió a N eu rath , casi c o m o si n o estuvie­ ra dispuesto a te rm in a r el d eb ate, y c o m o in citán d o le a q u e le resp o n d ie­ ra p a ra d efen d erse. P o r ejem p lo, esgrim ió con elo cu e n cia u n a a p a re n te c o n c e s i ó n - “L e d eb o a [N eu rath ] el retiro d e la ob servación d e que él ha cam b iad o de u n a base m on ista a una pluralista. C on pesar, a c u e rd o c o n él en que n o lo ha h e c h o ”—en o tra rep etición de la aserció n origin al: Sin em b argo, n o acord aré que no lo lia h echo por la razón de que ha sido siem p re más pluralista de lo que pense [sino que] lo haré p or la razón de que siem pre ha sido más monista de lo que pensé. Su co m en tario subraya este m onism o suyo.

Iíallen sugería q u e N eu rath sólo hablaba de pluralism o. P e ro en la p rá cti­ ca, n o lo ad op tab a. “L as diversidades que O tto defiende claram en te n o son diversidades rad icales, diversidades ab inilio, [y] cualitativas” U sa n d o tér­ m inos y referen cias q u e n o p o d rían h ab er sido más provocativas e n 1 9 4 5 , Iíallen sostuvo c o n m alestar que el pluralism o de N eurath e xco m u lgaría a los en un ciad os no fisicalistas co m o un tod o de la com u n id ad de proposiciones significativas: que serían una co m u n id ad tai co m o los ju d ío s son a los arios en la an trop o lo g ía nazi, Esta es la razón p o r la que los ed itores de la en ciclo p ed ia de la cien cia unificada de O tto difícilm ente podrían e n c o n tra r acep tab le co m o con trib uyen tes a un n eokantiano, un h egeliano, un berkeleyano, un exp erto en fen om en ología o un existcncialisLa co m o tales. N inguno de ellos p odría estar co o rd in ad o co m o O tto piensa [ . . .] que los científicos d eberían estar coord in ad os (K allen, 1 9 4 6 a , pp. 5 2 8 -5 2 9 ).

Si N e u r a th h u b ie r a v isto e sta s p a la b ra s d e K allen a n te s d e su m u e r t e , al m e n o s le h a b r ía p r o v o c a d o u n a u m e n to en su p re sió n a r te r ia l, si n o es q u e h a b r ía p r e c i p i t a d o el a ta q u e c e r e b r o v a s c u la r q u e lo m a tó .

El obituario de Kallen y algunas ironías finales C u a n d o K a lle n s u p o q u e N e u r a th h a b ía m u e r t o , r á p id a m e n te lo e lo g ió c o m o u n c o l e g a c r u z a d o e n p o s d e la lib e rta d e p is té m ic a y so cial. E s c rib ió q u e N e u r a th fu e 1111 veterano cam arad a de la lucha p o r la libertad de cuyo coraje sacrificial atestiguaría incluso el menos dispuesto a h acerlo. Por supuesto, tuvo sus intolerancias y sus repudios -¿q u ién no los ha ten id o ?-, p ero las doctrinas y las disciplinas que excom u lgó eran aquellas cuya exp eriencia lo habían llevado a con sid erar com o en em igas de los hom bres libres en una sociedad libre, co m o supers­ ticiones empleadas p o r poderes maliciosos para d egradar y m atar de h am b re al cu erp o y al alm a de la hum anidad {K allen, 1946a, pp. 5 2 9 -5 3 0 ). Si r e p e n ti n a m e n t e la c ru z a d a d e N e u r a th re s u ltó tan a c e p ta b le y tan a d m i­ ra b le p a ra K a lie n , ¿ p o r q u é la h a b ía a ta c a d o tan v ig o r o s a m e n te ? U n a p ista es q u e K a lle n d istin g u ía e n tr e la filosoíTa d e la c ie n c ia d e N e u r a th p o r un la d o y su s (s u p u e s to s ) a s p e c to s to ta lita rio s p o r el o tr o , c a r a c te r ís tic a s d ife ­ re n te s d el c a r á c t e r y d e la p e rs o n a lid a d d e N euraLh,

Testigos de mis propias diferencias con O tto sabían que yo atacaba estas [intolerantes] propensiones suyas, p ero que en el ataque no podía evitar testificar el impulso hum anitario y profético en pos de la justicia que las sostenían. L a carrera entera de N eurath atestigua esta disposición {ibid., p. 5 3 0 ). L a s in e x p u g n a b le s "ju sticias” d e N e u r a th , c r e ía K a lle n , lo lle v a ro n a s e r i n t o le r a n t e (r e s p e c to d e la m e ta física , p o r e je m p lo ) e n u n a fo r m a q u e K alle n c r e í a q u e só lo p o d r ía s e r u n tiro p o r la c u la ta y v o lv e rse , ellas m is­ m a s , to ta lita ria s y d e s tr u c to ra s d e la lib e rta d . C o m o e r a d e e s p e r a r , K allen c r e í a q u e N e u r a th m ism o h a b ría e sta d o d e a c u e r d o c o n él r e s p e c to d e e s to , y u tilizó c o m o e v id e n cia la d e s c rip c ió n d e la ú ltim a c a r ta q u e re c ib ió d e N e u r a th . N eu raL h firm ó , c o m o casi s ie m p re h a c ía , c o n su fir m a a u to ­ r r e t r a t o - e l d ib u jo d e un e le fa n te . E n e ste c a s o , el e le fa n te

sostenía en el aire u na p lu m a de pavo real co n su tro m p a, y se en co n ­ traba apoyado co n tra un cactu s que ten ía casi su m ism o tam añ o. Las im plicaciones involucran u n a iro n ía q u e el m ás so crático de los socráticos n o p od ría igualar (p. 5 3 3 ).

K allen sugirió que N eu rath sab ía q u e sus a rg u m e n to s lo h ab ían llevado iró n ic a m e n te a las espinas del totalitarism o .

Kallen y la idea norteamericana P o r su p u esto, la v e rd a d e ra iro n ía del d eb ate K allen-N eu rath es b astan te d iferen te y m u ch o m ás,seria. C o m o d e te cta ra n N eu rath y M o n is, el p ro p io extrem ism o y d ogm atism o d e Kallen a c e rc a d e la lib ertad y del p luralis­ m o in telectu al ap u n tan a Kallen, n o a N eu rath , c o m o el a g e n te de c o n tro l totalitario sob re la cien cia. Es q u e Kallen insistió en que la c i e n c i a - y p ro ­ b ab lem en te tam b ién la filosofía de la c i e n c i a - s í a d o p tab a, im p len ien tab a y p rom ov ía las d octrin as pluralistas q u e Kallen sostenía. Estos pluralism os p resen tab an n ada m en os que la “id ea n o rte a m e ric a ­ na" que K allen d efen d ió en sus o tro s escritos. E n tan to que o p u esta a la m etáfo ra p o p u lar del “crisol” n o rte a m e rica n o , la “id ea n o rte a m e ric a n a ” de Kallen era en fáticam en te pluralista y h a cía alusión a u n a variad a m ues­ tra d e los barrios étn ico s d e la ciu d ad de Nueva York: [U ]n a orquestación de distintas diversidades en cu anto a exp resio­ nes -region ales, locales, religiosas, étnicas, csLéticas, industriales, deportivas y políticas- cada una desarrollándose libre y distintiva­ m ente en su propio enclave, y de alguna m anera entrelazadas con las demás, como sugiriendo, o incluso simbolizando, la dinám ica del todo. Cada una es un reservorio cultural desde d on d e fluye su propia singularidad de expresión para unirse en el con ju nto inter­ cultural co n creto que constituye la cultura d c los Estados Unidos (Kallen, 1956, p. 98).

Del m ism o m odo en que la idea n o rteam erican a era una “orq u estació n " de d iferen cias radicales, igu alm en te la cien cia unificada, a rg u m en tab a K allen, d ebería ser u n a o rqu estación p aralela de diferentes p roy ecto s cien ­ tíficos. Sin em b argo, para e n te n d e r las objeciones de Kallen al p ro g ra m a de N eu rath , el punto crucial es que esta idea n o rteam erican a d eb e ser p roclam ad a reg u larm en te y en voz alta y adem ás debe ser ren ovada d esde todos los sectores:

C o m o un plan para las relaciones hum anas en la em p resa hum ana, [la idea] recib e algo así co m o u na restauración a su estado original a p artir de las exp resiones d e poetas, hom bres de E stad o, d ram a­ turgos y h om b res d e letras. U n a secu en cia d e tales renovaciones ensam bla a la Biblia del pueblo de Israel [ .. ] De! m ism o m odo, u n a secu en cia elegida bien puede ensam blar u n a Biblia n orteam e­ rican a. Su libro del Génesis sería p o r supuesto la D eclaración de la In d ep en d en cia, que es adem ás el relato más sim ple, más claro, más com p ren sib le, aunque tam bién el más breve de la idea n o rte­ a m erican a (ibid., p. 87)

K allen d e m a n d a b a que cad a institución p articip ara de esta p ro c la m a c ió n d e la id ea n o rte a m e ric a n a . Esta es la razón p o r la que e n c o n tr ó tan a m e­ n a z a d o r y ofensivo at m ovim ien to de U n id ad de la C ien cia de N eu rath . L o a ta c ó tan im p lacab lem en te p o rq u e, p ara él, los ideales y m etas del m ovi­ m ien to am en azab an c o n tra sto rn a r a aquellos a los que atrib u ía lo “n o r­ te a m e rica n o ” m ism o. A sí e n te n d id o , el ataq u e de Kallen q u ed a c o m o un p re c u rs o r d e lo que estab a p o rv e n ir , n o solo p ara el m ovim iento de U nid ad d e la C ien cia, sino p a ra los a ca d é m ico s d e izquierda q u e fu eron investigados o p erseg u id o s d u ran te la G u erra Fría, L os m iem b ros oficiales de! P artid o C o m u n ista, sim patizantes n o oficiales del com u n ism o o in d ep en d ien tes q u e p ro m o ­ vieron ideas socialistas fu eron perseguidos d e variadas form as o rech aza­ dos p ro fesio n al y socialm en te a causa de q u e su p u estam en te p rom ov ían ideas o accio n es q u e eran subversivas para el sistem a p olítico de los E stad os U n id os y p a ra sus valores culturales. El in te rc a m b io e n tre K allen , N eu rath y M orris a p a r e c ió im p re s o d u ra n te el m ism o a ñ o en q u e las p rin cip ales investigaciones a n tico m u ­ nistas co m e n z a b a n en la U niversidad de W ash in gto n . C o n las investiga­ cio n es an tico m u n istas y las con trov ersias re s p e cto de los ju ra m e n to s de lealtad d isem in án d o se en to d o el escen ario n o rte a m e ric a n o de e d u ca ció n s u p e rio r d u ra n te el fin d e !a d é ca d a de 1 9 4 0 y co m ien zos d e la d é c a d a d e 1 9 5 0 , y c o n el “totalitarism o " sien d o típ icam en te igu alad o ta n to co n el co m u n ism o c o m o con el fascism o en la op in ión púb lica, es difícil im a­ g in a r que el ataq u e d e Kallen al m en os no su g iriera a aq uellos filósofos, cien tíficos y estu d ian tes d o cto rales que segu ían el d eb ate, q u e el m ovi­ m ie n to d e U n id ad d e la C ien cia estaba id eo ló g icam en te m u e rto . L a iro­ n ía que Kallen d escrib ió en la fig u ra de N eu rath del elefan te re c o s tá n ­ d ose en u n ca ctu s es así u n a vez m ás e m p eq u eñ ecid a p o r la iro n ía co n la cual M orris, u n o s o n c e años desp ués de su in tercam b io , re sp o n d ió a los cu esiio n am io n io s de Kallen a c e rc a de la an to lo g ía co n los escrito s de

N eu rath . C o m o si K allen n o supiera d e (o n o tuviera n ad a q u e v e r c o n ) ella, M o rris le in fo rm ó q u e N eu rath y su m o vim ien to eran vistos c o m o “co m u n istas” (véase ca p ítu lo 1 3 ). Fu e K allen, sin e m b a rg o ; q u ien h ab ía p olitizado d e este m o d o a ia crítica del m ovim ien to añ os an tes c u a n d o .eclipsó las v erd ad eras p regu n tas a c e rc a de có m o los id eales del m o v im ien ­ to d e U n id ad de la C ien cia h abrían d e s e r im p lem en tad o s en la p rá c tic a con p aralelism os h ip erb ó lico s y alarm istas e n tre (p o r ejem p lo ) el fisicalism o y la “a n tro p o lo g ía nazi".

La denuncia de Kallen V arios añ os d esp u és, en 1 9 5 3 , cu an d o el m acarú sm o estaba en su p u n to más álgid o, Kallen e x p e rim e n tó algo de lo que N eu rath p u ed e h a b e r sen ­ tido d u ran te su in tercam b io . La revista an ticon iu n ista Am erican M erany publicó u n o de m u ch o s artículos q u e describían có m o los com u n istas se habían in filtrad o en las instituciones n orteam erican as tales c o m o el go b ier­ no y las iglesias. E sta vez, el artícu lo fue “El com u n ism o y las casas de estu­ dios su p erio res" y fu e escrito p o r el izquierdista con v ertid o en in fo rm a n te J . B. Mattbews. Este a u to r advertía q u e “en [su] esfuerzo p o r c o r r o m p e r a los p ro feso res d e la ju v en tu d , los agentes del K rem lin h an sido m a rca d a ­ m en te exitosos, en especial e n tre los p rofesores de n uestros in stitu tos d e e d u cació n su p erio res y las universidades" (M atihews, 1 9 5 3 , p. 11 1 ) En un e x te n so y lab erín tico artícu lo , Matihews ensayó acu sacio n es a c e r­ c a d e las cre d e n cia le s rosas y “m o ralm en te d esin teg rad o ras” de p ro m in e n ­ tes a cad ém ico s. A tacó al p ro g ram a ed u cacio n al p rogresista d e j o h n Dewey (a causa d e q u e su vacío m o ral es la "o p o rtu n id a d ‘del co m u n ism o ”) , a los p rofesores q u e escrib iero n a R oosevelt p o r in term ed io de Earl B ro w d er (e n to n ce s e n ca rce la d o en. A tlan ta p o r cargo s d e p eiju río c o n ce rn ie n te s a una investigación relativa a la n aturalización d e su esposa, q uien n acie­ ra en R u sia), a los “p rim ero s diez" profesores (d e e n tre “c e rc a d e tres mil q u in ien to s”) q u e se sabía que h abían co lab o rad o co n las o rgan izacio n es del fre n te com u n ista, a los p resid en tes d e instituciones ed ucativas sup e­ riores q u e p a tro c in a ro n al c o n g re so W ald orf, a los acad ém ico s que apoya­ ron al C o m ité N o rte a m e rica n o para 1a P ro te cció n de los E x tra n je ro s y a otras org an izacio n es d e avanzada ya sea acad ém icas o in telectu ales (tales co m o la A sociación N o rte a m e ric a n a d e T rab ajad ores C ien tífico s), a cien ­ tíficos ( “m u c h o n icn o s fam iliares" que Klaus Fu chs y H arry G old ) que p rob ab lem en te en viaron secreto s atóm ico s a los soviéticos y, fin alm en te, al p resid en te de la U niversidad d e C h icag o , R o b e rt M aynard H u tch in s, quien (so sp e ch o sa m e n te ) c riticara a las in vestigaciones an ticon u in istas

en la e d u c a c ió n s u p e rio r. T o d o esto fu e p relim in ar a ia p re se n ta ció n d e u n a acu sa ció n d e los d efen so res de la “lib ertad a c a d é m ica ” q u e, soste­ n ía M atthew s, e ra n los m ism os crip to co m u n istas q u e to m an p artid o en el C o n cilio N acio n al d e las A ries, C ien cias y P rofesio n es y e n la U n ió n N o rte a m e ric a n a p o r las L ib e rta d e s Civiles

(a c lu ).

D o n d e q u ie ra que p u d iera p en sar a c e rc a d e ellos, M a tth e w s m e n cio ­ n a b a sus n o m b res. H arlow Shapley, K irtley M ath er y D irk Struik a p a re ­ c ie ro n varias veces {a q u í y en otros artícu lo s q u e escrib iera M atthew s). A cercán d o se todavía m ás al m ovim iento d e U nid ad d e la C ien cia, Matthews m e n c io n ó a W illiam M alisoff (c o m o un co n trib u y en te a los libros de te x to com u n istas q u e se utilizaban en las in stitu ciones educativas s u p e rio re s ), a A b rah am Edel y a R u d olf C arn ap (m en cion ad os co m o “dos d e los p rin cip a­ les co la b o ra d o re s”) y E . C. T o lm a n y R a lp h G erard (a quienes e n una o p o r­ tu nid ad M orris los p ro p u so p a ra que escrib ieran p a ra la Encyclopedia). M ien tras q u e M illón K on vitz, p ro fe s o r de re la c io n e s la b o ra le s en C o rn e ll, le d ab a un vistazo al larg o y re so n a n te a rtícu lo , se s o rp re n d ió de v e r q u e M atthew s h ab ía m e n cio n a d o a m iem b ros del C o m ité d e L ib ertad A ca d é m ic a de la

a clu

y a s u co n sejo asesor. Konvitz estab a e n ese co m i­

té ju n to a su b uen am ig o Kallen. Los dos se c o n o c ía n d esd e h a cía varios añ o s, p ro b a b le m e n te d esd e la ép o ca en lá que Konvitz estu d iab a filosofía e n la U n iv ersid ad d e N ueva Y ork . En el a rtícu lo d e M atthew s, K alien se llevó la p e o r p arte; era u n o de los “o c h o p rofeso res [q u e estab an ] e n tre los p rin cip a le s cien c o la b o ra d o re s a c a d é m ico s del a p a ra to det fre n te c o m u n ista en los E stad os U n id o s" (M atthew s, 1 9 5 3 , p. 1 41) A larm ad o , Konvitz le escrib ió a su am igo: ¿Has visto el núm ero de abril d e

am ek.

a !K/lCUi.

u sm v ,

c a ja 2, c a r p e t a 14.

' * N e u r a t li a M o rris, 7 d e e n e r o d e 19 4 2 , u s M r , c a ja 2, c a r p e t a 14

Al tiem p o que d iscu tían a c e r c a d e la sem án tica en 1 9 4 3 , a u m e n ta ­ b a la p resió n p ara q u e N e u ra th en viara u n a m o n o g rafía c o m p le ta d e la Encyclopedia a la ed ito rial d e la U n iv e rs íd a d d e C h icag o. U n o s m e se s a n tes, y p a ra p e rsu a d ir a la ed ito rial de que n o su sp en d iera el p ro y e c to , N e u ra th h ab ía p ro m e tid o que las m o n o g rafías estarían lle g a n d o p ro n to . A u n q u e alen tó a o tro s , tales c o m o a P hilip p Fran k , p a ra que fin alizaran sus m o n o g rafías rá p id a m e n te , la ú n ica m o n o g rafía q u e N e u ra th p u d o en viar fue la suya p ro p ia. H a b ie n d o d ejad o atrás su m a n u scrito p re lim i­ n a r c u a n d o huyó d e H o la n d a , N eu rath ap re su ra d a m e n te lo re e s c rib ió y se lo en vió a M orris en C h ica g o , M orris a p re su ró su p aso a la im p re n ­ ta, y C a rn a p , e n to n c e s en S an ta F e , se en fad ó a! d arse c u e n ta - d e m a s ia ­ d o ta rd e c o m o p a ra in flu ir en el re s u lta d o - de que n o te n d ría la o p o r ­ tu nid ad d e revisarla. A un p e o r, C arn ap e n c o n tró que la m o n o g ra fía no h ab ía sido bien escrita y q u e estab a p o co organ izad a. P o r lo ta n to , re n u n ­ ció a su papel c o m o e d ito r p a ra esta m o n o g rafía p articu lar al p e d ir a la im p re n ta q u e se a g re g a ra u n a p e q u e ñ a e x e n c ió n d e resp o n sab ilid ad factu al d e n tro de la c u b ie rta d e tap a: "D eb ido a circu n sta n cia s e s p e c ia ­ les, R u d o lf C arn ap n o c o m p a rte la resp on sab ilid ad ed ito rial en c u a n to a esta m o n o g ra fía ”. C u a n d o N e u ra th s u p o d e e s to , se p uso fu rio so . L o vio c o m o un in su lto p erso n al c in te le c tu a l q u e n o estab a sin re la ció n c o n sus a n te ­ rio res d iscu sion es a c e r c a de la s e m á n tic a . C reía q u e la e x e n c ió n d e re s ­ p o n sab ilid ad , tra n s fo rm a b a en p ú b lica su d isp uta d e e n tre c a s a y a n u n ­ cia b a a los le c to re s d c la Encyclopedia q u e O tto N eu rath y sus id eas n o L e n ía n los m érito s d e la a te n c ió n e d ito ria l del e m in e n te filósofo R u d o lf

¿ a r n a p . C a rn a p n e g ó q u e esta e x e n c ió n fu era alg o m ás q u e u n a re s ­ p u e sta re sp o n sa b le y p ro fe sio n a l a la situ a c ió n , p e ro N e u ra th n o se c o n v e n c ió de ello Su c o rr e s p o n d e n c ia c o m e n z ó así a h u n d irse en u n a c ié n a g a d e a c u s a c io n e s y m alo s se n tim ie n to s q u e , a la luz d e la r e p e n ­ tin a m u e rte d e N e u ra th , fin a lm e n te p re d o m in ó p o r so b re su am ista d d e to d a u n a vida. Estas últim as y fru stran tes cartas en el in te rca m b io ep isto la r e n tre C arn ap y N eu rath revelan esp ecialm en te los m ied os e in seg u rid ad es de N eu rath c o n ce rn ie n te s a su papel y su rep u tació n en la filosofía d e la c ie n ­ cia. En una o casión , N eu rath volvió a c o n ta r có m o tan to S ch lick c o m o Feigl se habían n e g a d o a re c o n o c e rlo “c o m o un m iem b ro d e su co m u n i­ d a d ” A nticip án d ose a su p o ste rio r rep u tació n de, an te lo d o , el “o rg an iza­ d o r infatigable” (Jo erg en sen , 1 9 5 1 , p, 4 3 ) del em p irism o lóg ico , y n o c o m o una de sus lu m in arias, c o m e n tó , “mis am igos y p o ten ciales am igos n o m e co n sid eran c o m o m uy im p o rta n te d cn iro de su círcu lo - c o n e x c e p c ió n de las ocasion es en las que a c tú o c o m o u n a especie d e ad m in istrad o r...

Muy b ien. D ejém oslos”.28 “P ien so q u e yo, h asta c ie rto p u n to , soy u n o d e los p ilares de este m o vim ien to, n o soto su ‘p ro m o to r1 c o m o a veces gustan d e calificarm e algu n as p erso n as’’.29 N e u ra th se n tía q u e , ín te le c tu a lm e n te , estab a s ie n d o ig n o ra d o . P o r e je m p lo , el m o d e lo d e e x p lica c ió n n o m o ló g ico -d ed u ctiv o d e H em p el (e n el cual los explanando son d ed u cid os ló g ica m e n te a p a rtir d e leyes g e n e ra le s ) te n ía m atices d eterm in istas y m ecan icistas q u e e r r ó n e a m e n ­ te su g e ría n u n a clase d e p red ictib ilid ad lap lacian a “a la a n tig u a ” a c e r ­ c a d e los even tos h istó rico s: “T o m a a H e m p e l”, le e x p lica b a N e u ra th a C a rn a p , quien está escrib iend o sobre las leyes de la historia, etc., y que cita u n m etafísico de punta a punta co m o su elección a la h o ra de discu­ tir problem as. L u e g o conti núa explicando este enfoque a la antigua. P e ro ni siquiera m encion a el hecho de que existe otra o p in ió n tam bién acerca de ta im predictibilidad en p r in c ip io .30

H em p el c o n o c ía la posición d e N eu rath a ce rc a del p luralism o y la im p re­ dictibilidad, ya que habían d iscutid o al resp ecto p erso n alm en te. N eu rath n o acu só a H em p el de ig n o r a r d elib erad am en te sus co n trib u cio n e s at d eb ate. Más b ien , “lo q u e p ienso es que H em p el h ab ien d o l e í d o mis artí­ culos, y e s c u c h a d o mis a rg u m e n to s, no r e c o r d ó estas ob servacion es en lo sucesivo, l’ O R Q U E SON EX TR A Ñ A S PARA É l ”

31

Esta es una d e las razon es p o r las que N eu rath en fatizó el tem a d e la im p red ictib ilidad en la m o n o g rafía que C arnap halló tan objetable. C o m o le dijo a M orris ju s to luego d e enviarle su m an u scrito p a ra que sea dis­ p u esto p ara su p u b licació n , “m u ch o s de nuestros ‘j óvenes,’ c o m o H em p el, Zilsel, e tc ., n o son lo su ficien tem en te conscientes de la im p o rtan cia de los ASUNTOS QUE NO SON PR ED EC IB LE S ".32

28 N e u r a th a C a r n a p , 2 2 d e s e p tie m b r e d e 194 5, o n n . N e u ra th n o e n v ió e sta c a n a a C a m a p ( m a r c a n d o “ n o e n v ia d a " e n e ll a ) , a u n q u e s í p r e s e n tó su c o n t e n id o r e f o n n u la d o y m e n c io n ó el t r a ta m ie n t o p e r s o n a l q u e S c h lic k h izo d e el e n N e u r a th a C a r n a p , 24 d e s e p ­ t ie m b r e d e 1 9 45, o n n 29 N e u r a t h a C a m a p , 14 d e s e p t ie m b r e d e 1945, ONN. M N e u r a t h a C a r n a p , 16 d e j u n i o d e 1 945,

a sp rc

102-55-11, P r o b a b le m e n te , e ste "m e ta -

fTsico” e s M a u r ic c M a n d e lb a u m , a q u ie n H e m p e l cita en la n o ta 1 d e H e m p e l (1 9 4 2 ).

1

Sl N e u r a th a C a r n a p , 16 d e j u n i o d e 1 945, a si kc 102-55-11 32 N e u r a th a M o r ris, 6 d e n o v ie m b r e d e 1943, cmi>. P a r a m á s a c e r c a d e lo s a r g u m e n to s d e im p r e d e c ib iü d a d J e N e u r a th y d e s u s r e la c io n e s c o n la (itosoíTn d e la s c ie n c ia s so c ia le s d e H e m p e l, v é a se R e isc h (2 0 0 1 a )

de sum a im p o rtan cia. El em p irism o ló g ico fu n cio n a c o m o un e lem en to de actitu d re a lm e n te cien tífica, d e d em o cratizació n , etc. P o d ría m o s h a c e r algo [ ..] L a p op u larizació n y la h u m anización del em p irism o ló g ico p a re ­ c e se r im p o rta n te ”.22 R ean u d ar los C o n g resos In tern acio n ales p a ra la U n id ad de la C ien cia lu eg o de la g u e rra e r a im p o rta n te p a ra N eu rath p o r la m ism a r a íó n . Sugiriendo que el p rim e r co n g reso de p osgu erra tuviera lu gar en H olan d a, escrib ió: “im ag in en a estas p erso n as h am b rien tas d e n oticias, h am b rien ­ tas d e civilización. Si solo u nas p ocas p erson as n os visitaran d esd e los E stad os U nid os, p o d ría ser u n sím bolo de un n uevo b ien estar m undial c ien tífico ".23

La respuesta

de

Carnap

C on ah ín co , C arn ap in ten tó d arle sentido a las ob jecio n es d e N eu rath a la sem án tica. N egó que la teo ría de la verdad de Tarski in v o cara certeza ep istem o lóg ica algu n a o req u iriera dei realism o cien tífico y a rg u m en tó , ad em ás de esto, que cu alq u ier teoría m e re ce la o p o rtu n id ad d e p ro b a r su tem p le en el m e rca d o de las ¡d eas. Al p a re c e r, resu ltó m ás fru stran te para C arn ap la fo rm a en la que los arg u m en to s de N eu rath red u cían las distin­ cion es e n tre la sintaxis, la sem án tica y la p ragm ática que sosten ía c o m o un esq u eleto de cu alq u ier teoría del lenguaje com p leta. A n te las quejas de N eu rath sob re que la sem án tica ten ía p o co que ver c o n el “e m p irism o ”, p o r ejem p lo, C arn ap resp on d ió , “estoy en co m p leto a c u e rd o co n tu des­ crip ció n del procedimiento científico. D ebería clasificar esto c o m o p e rte n e ­ cien te a la m eto d o lo g ía de la cien cia. No veo qué tien e que ver esto c o n la se m án tica ”.2'1 A ojos de C arn ap , los dos estaban m era m e n te en fatizan d o d iferentes aspectos de la cien cia, cad a uno de los cuales e ra p len tam en te legítim o, y m e re cía ser estudiado. En u n a o p o rtu n id ad , C arn ap sugirió que su disputa n o c o n ce rn ía a “u n a d iferen cia de o p in ió n ” sin o a u n a dife­ ren cia “de énfasis": aquellos a q uien es N eu rath había d iag n o sticad o co n la “en ferm ed ad de la sistem atización "25 enfatizan la im portancia de la tarea de la sistematización en la ciencia; tú, por otro lado, enfatizas el h ech o de que los enunciados

22 N euraih a Morris, 7 de en ero de 1942,

u s m i *,

caja 2, carpeta 14.

M N e u rn ili a C a r n a p y M o rr is, 18 d e n o v ie m b re d e 1944 ,

2< C am ap a Neurath. 4 de febrero de 1944, Asr K NcunttJi a Carnap, 1 de abril de 1944,

a sp rc

kc

c m i ".

I02-5¡W)4.

102-5S-08.

aceptados por los científicos en un tiempo dado no forman un sistema bien conectado y señalas tos peligros involucrados al pasar por alto-este hecho. Creo que tienes razón en ambas cosas. T o d o lo q u e req u ería la situ ación e ra m ayor toleran cia: la gente de uno c!e los lados que ve [en la ciencia] el torbellino de. material más turbulento en lodo su colorido y vaguedad y aquellos del otro lado que querrían ver bonitos esquemas estructurales no [deberían] polemizar [sic] entre sí sino más bien recon ocer que el trabajo de ambos es necesario para la ciencia .26 H ab ien d o m an ten id o d e m a n e ra tan en érg ica su p ro p ia to leran cia a c e rc a d e d iferen tes clases de ap ro x im a cio n e s intelectuales, C a rn a p se esforzó en p e rm a n e c e r p acien te c o n la in to leran cia de N eu rath y su "ab su rd a" p ostu ra retó rica: “H ab lan d o e n serio , c r e o que sería m ejo r q u e ab an d o n es a largo plazo tu co stu m b re d e tild ar a la g e n te de em piristas y m etaílsico s an tim etaffsicos c u a n d o tú n o c o m p a rte s su op in ión . P rim e ro , esto es ab su rd o; y seg u n d o , n o co n trib u y e a h a c e r fru ctífera la d iscusión ”.27 D e h e c h o , la discusión e n tre C arn ap y N eu rath se estab a to rn a n d o c a d a vez m en o s fru ctífera a la luz del en ojo de N eu rath y de su sensa­ ció n d e m alestar p ro v o ca d a p o r to sucedido resp ecto d e su m o n o g ra fía , Fmtndations o f ike Social Sciences (N eu rath , 1 9 4 4 ).

La m onografía de Neurath A u n q u e C a rn a p h izo tu g a r a las p rin cip ales o b serv acio n es d e N eu ralh a c e rc a de la n a tu raleza d e la c ie n c ia , n u n ca a c e p tó las a firm a cio n e s d c N eu rath d e q u e la s e m á n tic a p o d ía te n e r efecto s re a c c io n a rio s q u e se o p o n d ría n a las a sp ira cio n e s so ciales y cultu rales del m o v im ien to . P u esto que esta e ra la p rin cip al a rre m e tid a c o n tra de las o b je c io n e s d e N e u ra th , y el asp ecto d e ellas p o r el q u e m ás se p re o c u p ó , la p o s tu ra ríg id a de C a rn a p alim e n tó el c r e c ie n ie m ie d o de N eu rath d e q u e esta b a p e rd ie n ­ d o in flu en cia y p restig io e n tre sus co leg as (a h o ra ) n o rte a m e ric a n o s . E sc m ied o , a su vez, p asó a p rim e r p la n o cu an d o la d isp u ta e n tr e C a rn a p y N eu ralh so b re la se m á n iie a se tran sfo rm ó en u n a d isp u ta a c e rc a d e la m o n o g ra fía d e N e u ra lh .

86 Carnap a N eurath, 4 de febrero ile 1944, asi ’ kc 102-55-04.

17 IbiiL

y c o tid ia n o . L u e g o d e in stalarse en In g laterra, N eu rath s o n re ía d e satis­ fa c c ió n al d e scrib ir a_ C a rn a p , M orris y a. a y o s los h ábitos y a c titu d e s cie n tífica s, an tim etafísicas y pluralistas que observaba e n sus n u ev os veci­ nos in gleses. E n las m ism as cartas en las q u e acusaba a la s e m á n tic a de C a rn a p d e s e r ab solutista y n o em p irista, se m aravillaba d e c ó m o sus n u e ­ vos am ig o s evitab an los o b stácu los m etafísicos c o n total n a tu ra lid a d , o al m e n o s m ás p re s ta m e n te q u e la m ayoría de los e u ro p e o s (in clu y e n d o , p o r su p u esto , a los n azis): Es e xtra o rd in a rio escu ch a r a la g en te com ún de aquí, có m o evi­ tan el alarde y la e xa g e ració n en las cuestiones cotidianas. R e u n í algunas “exp resio n es", p o r ejem plo, los jefes de bom beros exp li­ ca n d o a la g en te a ce rca de có m o deberían o b te n er una sensación d e segu ridad que fuera resgu ard ad a p o r los vecinos, e tc., y lu eg o e xp lican d o lo que se n ecesitab a p ara a ctu ar “ráp id am en te”, p ara estar “calm ad o s” y p ara te n e r un “sentido com ú n co n ven cio n al". M e gusta este tipo d e h ábito m ucho más que el co n tin en tal, con “las m ás altas responsabilidades", “la com u n id ad n acion al”, “el sacrificio p ro p io ”, “la o b ed ien cía“, “la su bordinación ”, etc., d on d e ap a recen "ideales etern os" en toda ocasión que les des la o p o rtu ­ nidad de ab rir la b oca. L a form a d e vida b ritánica es agradable, el hábito de co m p ro ­ miso, el n o c re e r en dem asiados argum entos, el sentido com ú n habitual, en lugar de p rincipios desm esurados a p artir de los cuales u n o trata de d ed u cir detalles con cretos - e n vano, p or su p u esto.19

Estas e ra n p erson as q u e ten ían el espíritu de N eu rath : p restigiaban a la felicid ad c o m o un objetivo p rin cip al en la vida, preferían el sen tid o co m ú n antes q u e a los arg u m en to s y prin cip ios form ales, y evitaban el len gu aje n o c ien tífico y m etafísico. U n a vez in stalad o en In g la te rra , N eu rath sum ó al m o v im ien to a la e m p re s a d e p ro m o v e r un b ien estar m u n dial. R eu n ió a la j u n t a ed itorial del World Commomoealth Quarterly b ritán ico y p u b licó en esa revista un artíc u lo en el q u e su actitu d pluralista to m ó una vez m ás el c e n tr o de la e scen a En su "P lan eam ien to in tern acion al p ara la lib ertad ”, N eu rath a rg u ­ m e n tó q u e el p la n eam ien to social y e c o n ó m ic o n o n ecesita c u lm in a r en la serv id u m b re, c o m o p ro n to a rg u m en taría Hayek ( 1 9 4 4 )

L a ta re a p ara

los p lan ificad o res e in gen ieros sociales de p osgu erra, exp licab a N eu rath , e ra fo rm u la r p lanes que m a x im ice n la felicidad h u m an a (N eu rath , 1 9 4 2 , lrada“ (M orris, 1948b , p. 1 5 1 ). Aquellos que tem en a la “servid u m b re” y rech azan totalm en te a la p lanificación , escribía M orris al alu d ir a H ayek, “fracasa e n distinguir e n tre la clase de p lanificación que lleva a la socied ad c e rra d a , d e la clase [ . . . ] que em erg e en u n a socied ad ab ierta" (ibid., p. 1 5 2 )

The Open Self apelaba a la planificación social inte­

gral q u e a p e sa r d e to d o todavía “no ten dría ningún diseño in tegral para el fu tu ro ”: La planificación p ara la libertad se op on e diam etral m ente a ia planificación p ara una sociedad cerrad a. D onde esta planificará co n tro la r las agencias de com u n icación , el sum inistro de com ida y las fuentes d e ansiedad de m odo de p ro d u cir almas tem erosas, con form istas y estrechas, la sociedad abierta planificará e xten d er el co n o cim ien to y las capacidades y medios de subsistencia de m od o que cad a m iem bro de la sociedad llegue al límite de sus aptitudes co m o un em p ren d ed o r móvil, au tó n om o y espontáneo. P o rq u e las p erson as de una sociedad cerrad a son instrum entos a ser usados p ara g an ar p od er; porque las personas de la socie­ dad ab ierta son fines y los agentes sociales son medios para el cre cim ie n to personal. [...] Su planificación es la preparación de las co n d icio n es sociales que nutren y sustentan a la creatividad individual (pp . 1 5 3 -1 5 4 ).

T a n to la cie n cia c o m o u n a bien desarrollad a “ciencia del h o m b re ” eran partes im p o rtan tes de la pérspectiva de M orris. L a com unidad de cien tí­ ficos n o sería so lo un ejem p lar para la sociedad abierta. “Los m éto d o s de

cen tro por el añ o académ ico. L a serie d e coloquios se titulaba “Competencia por la m ente de los hom bres” y tam o P opper com o Morris hablaron acerca de “Los atractivos d e l liberalism o’ (Centro para el Estudio Avanzado en los Ciencias de la Conducía, circular, 27 de marzo de 1954, c m p ) .

la cie n cia serán ellos m ism os m é to d o s p o r los cuales la socied ad ab ierta m e jo re y en m ien d e a sus in stitu ciones existen tes” (p . 1 5 4 ). A cau sa de q u e el p ro g ra m a d e M orris se baso en tem áticas p rop ias del m o vim ien to d e U n id ad d e la C ien cia -e s p e c ífic a m e n te , el u so de la c ie n c ia p a ra el e n riq u e c im ie n to h u m a n o , el p ap el d e los cien tíficos c o m o ejem p lares p arciales e n u n m u n d o m ás g ra n d e , m ás in te rn a cio ­ nal y m ás u n ificad o , y la clase d e m a n e jo d e lib erad o , au n q u e no lim ita­ d o d e a n te m a n o , d e las p osib ilid ad es del fu tu ro q u e N eu rath o p u so a la visión to talitaria de K allen re s p e cto d e la c ie n c ia u n ific a d a -, los b em oles d e su p re s e n ta c ió n co n trib u y en a se ñ a la r las d ificu ltad es q u e e n fre n tó el m o v im ien to en esos añ o s. A los o jo s d e m u ch o s in telectu ales d e p os­ g u e rr a q u e h ab ían re c h a z a d o al cien tificism o y d ecid id o que la cie n cia n o era cap az de ilu m in ar, y m u c h o m e n o s de c o n trib u ir a c o n tro la r , el cu rso de la h istoria y las m u ch as veces d estructivas fuerzas q u e co n d u ce n las accio n e s h u m an as, The Open Sel/ d e M orris fácilm en te p o d ría h a b e r p a re c id o in c o h e re n te A p elab a a u n a so cie d a d que fu era a la

p lanifi­

cad a y lib re, a la vez cien tífica y so lícita co n los valores h u m an o s. Si, c o m o escrib iera M orris, “la cie n c ia p ro v eo un m é to d o d e sta c a d o p a ra c o n tro ­ la r los ó rg an o s d e la so cied ad a b ie rta ” (ibid .), m u ch o s d e m a n d a ría n de su lib ro la resp u esta a la p re g u n ta q u e K allen fo rm u la ra a la c o n ce p ció n d e N eu rath de la c ie n c ia u n ificad a: ¿qu é tan d iferen te es esto del c o n ­ trol totalitario piram id al?

M edidas preventivas y una sensación de alerta F u e ra de la resisten cia pública d e M orris c o n tra el "clim a de m ie d o ” anticom u n ista d é la d é ca d a de 1 9 5 0 , hay evid en cia de que c re ía que necesita­ ba d efen d erse él m ism o a título p erso n al. Su estu d ian te y am ig o de tod a la vida, H ow ard P arson s, p ued e h a b e r im pulsado a M orris a re fle x io n a rso b re su p rop ia situ ación . E n 1 9 4 8 , P arson s estaba e n señ an d o en la U niversidad de T en n esse e, trab ajan d o en n o m b re del P artid o P rogresista en la cam p a­ ña de W allace, y d an d o q u e h ab lar a cau sa de su ten d en cia de izquierda y de sus in tereses e n el m aterialism o d ialéctico . D escribió sus p rob lem as a M orris: Estoy co n tan d o con ser co n tratad o nuevam ente aquí, a m enos que ¡ossen tim ientos anti-W allacese torn en d em asiad ocan d en tes. Ya lie sido severam ente censurado en dos oportunidades -u n a vez por el decano de hum anidades y lina vez p or el presidente del co n sejo p o r h a ce r saber ciertos h echos y convicciones -¡a u n q u e pienso que incluso he p ecad o de cauteloso en clases! A hora escu cho a la Legión

N orteam erican a llam ándom e com unista y al legislador estatal pla­ n ean d o una investigación.,1!

U n o s p o co s añ os más tard e, o tro s p ro b lem as estu d ian tiles s e g u ra m e n ­ te estim u laro n a M orris a p e n s a r so b re su p ro p ia situ ació n . E scrib ió u n a d e cla ra ció n ju r a d a en n o m b re d e H a r o ld jo s if , q u ien h ab ía sid o estu ­ d ian te y asisten te d e M orris y q u e p o s te rio rm e n te se d e se m p e ñ a ra c o m o d ip lo m á tico del g o b ie rn o . A p a re n te m e n te , J o s if e n c o n tr ó algú n p ro b le ­ m a p o lítico y le solicitó ayuda a M orris. M orris escrib ió “a q u ien c o rr e s ­ p o n d a " q u e j o s i f e ra un “estu d ian te y asisten te c a p a c ita d o , in te lig e n te , co o p e ra tiv o y resp o n sab le” R e s p e c to de los c u e stio n a m ie n to s re la c io n a ­ dos c o n el c o m u n ism o , nunca hubo en sus pensam ientos o en sus actitudes el m ínim o ras­ tro de algo que pudiera ser considerado pro com unista en algún sentido. En verdad, com o yo la veo, su personalidad me p arece diam etralm ente opuesta a la m entalidad totalitaria com unista.

M orris dio a e n te n d e r q u e esa e ra la razón p o r la que se puso “m uy c o n ­ ten to cu an d o Qosif] in gresó al servicio d ip lo m ático , p o rq u e p a re c ía ser e x a cta m e n te la clase de p erson a que necesitaban los E stad os U nid os en ese ám b ito" Concluyó la d eclaració n ju ra d a esp eran d o que a J o s if “se le p erm itirá co n tin ü a r su ca rre ra sin in terru p cio n es”. L u eg o , los p ensam ien tos de M orris se volvieron hacia sí m ism o. E n el m argen d e esta ca rta (d e una carilla de exte n sió n ), escribió: Tal vez pueda ser relevante d eclarar que yo me he opuesto a la acti­ tud totalitaria [... ] en mi libro Putlu o f Life [,. .] Mi últim a obra, The

Open Seif, es una defensa de la dem ocracia n orteam erican a co n tra las fuerías que !a amenazan tanto desde adentro co m o desde el e x te rio r.13

-A unque ni Paths o f Life (1 9 4 2 ) ni The Open Self p od rían h a b e r sido re c o ­ n ocidos co m o un m anifiesto an ticom u nista, M orris c laram en te deseab a ser visto co m o un an titotalitario y creyó p ru d en te co n tin u ar el in fo rm e de este m odo. 111Parsons a Morris, 26 de abril de 19-18, CMi'. 13 Monis a “quien corresponda", 6 de mayo de 1953, CMr. Morris señaló que estaba siendo "'atacado personalmente en un libro por el comunista inglés Maurice Comforih” El libro de Cornforth y su probable papel en ayudar a establecer la reputación política del movimiento de Unidad de la Ciencia son examinados en el capítulo 15.

L a rep u tació n del m ovim iento de U nid ad d e la C ien cia c o m o ro sa o “co m u n ista ” p ro b ab lem en te fu e una razón p o r la que M orris se sintió vul­ n erab le E n 195 7 , M orris recib ió una ca rta de H o race K allen. S o rp ren d en te c o m o p u e d e h ab er p arecid o , d ado q u e K allen h ab ía a ta ca d o a N eu rath y al m o vim ien to de U nid ad de la C ien cia de m a n e ra tan e n é rg ic a unos añ os atrás (c o m o se discutió en el cap ítu lo 9 ) , Kallen ah o ra solicitaba que M orris lo ay u d ara a organ izar la trad u cción al inglés y la p ub licación d e los escritos d e N e u ra th . L a viuda de O tto, M arie, resp ald ó el plan, p e ro estab a p re o cu ­ p ad a p o rq u e en el clim a an tícom u n ista de los E stad os U n id o s p u d iera ser n e ce s a rio h a c e r u n a edición selectiva de las trad u ccio n es. “E lla tem e", le dijo K allen a M orris, “que esto cu lm in e c o n g en te acu san d o a O tto d e ser co m u n ista ’’.14 C o m o d e costu m b re, M orris estuvo d e a c u e rd o con am bas p artes. Estuvo de a c u e rd o c o n Kallen e n q u e no h ab ía razó n algu n a para ce n s u ra r los escritos de O tto, p ero tam bién tuvo en cu e n ta las p re o cu p a cio ­ nes d e M arie: “C o m p arto la sensación de p re ca u ció n d e M arie”, resp on d ió a K allen . “M e he en co n tra d o co n g en te q u e piensa q u e O tto , y en verdad tod o el p ro g ram a de la cien cia u nificad a, es co m u n ista ”.15 El co m e n ta rio de M orris es una pistola h u m ean te en tan to u n o n ecesite es ta b le c e r algu­ na in flu en cia causal e n tre el a n tico m u n ism o de la G u e rra F ría y el declive p ro fesio n al del m ovim iento de U n id ad d e la C ien cia. Si in clu so algunas p erso n as en el cam p o creían sin ce ra m e n te que “O tto , y e n verdad tod o el p ro g ra m a de la cien cia u n ificad a”, e ra n “com u n istas”, m u ch o s de los qu e alg u n a vez habían p articip ad o en el m ovim ien to d u ra n te la d écad a de 1 9 3 0 h ab rían atem p erad o su en tusiasm o, si n o cam b iad o co m p le ta m e n te su o rie n ta c ió n profesional. Después de to d o , era bien c o n o c id o q u e los vín cu lo s con organ izaciones o c o n individuos so sp ech o sam en te rosas que p o d ría n d e sp e rta re ! in terés de los in vestigad ores an ricom u n istas n o n e ce ­ sitab an ser sustanciales. C o m o lo e xp licab a u n-ed itorial en The Nalion, al d e fe n d e r a algunos de los sospechosos de M cC arthy, "es su ficien te que en un m o m e n to u otro dirigieran grup os q u e fu eran su b secu en tem en te c o n ­ sid e ra d o s subversivos o que sus n om b res a p a re c ie ra n e n los m em b retes d e a lg u n a c a rta ju n to co n otros q u e se p en sab a que eran co m u n istas ”.16 Casi tod os los n om b res de los filósofos de la c ie n c ia líderes d e la p o sg u e rra ap a­ re c ía n en u n a op ortun id ad en los m e m b re te s de cartas del m ovim ien to de U n id a d de la Ciencia ju n to con "O tto N eu rath ". M o rris m ism o ni c o n tin u ó d e m a n e ra p rov ocativa, ni a b a n d o n ó al m o v im ie n to durante la G u erra Fría. C o n C a rn a p , co n d u jo la ú ltim a de las

Rallen a Morris, 24 de septiembre de 1957, j k m 15 Morris a Kallen, 8 de octubre de 1957, J k m c . ,G TheNtiíion, 25 de marzo de 1950, p. 261

c

:.

m o n o grafías q u e N eu rath h abía com ision ad o p a ra su p ub licación en las d écad as d e 1 9 5 0 y 1 9 6 0 . P ero no c o n c e n tró las fu erzas de sus colegas p ara reavivar a la Encyclopedia y d elegó en Philipp F ra n k la ta r e a d e p o n e r ¿ fun­ c io n a r el In stitu to p ara la U nid ad de la C ien cia de p osgu erra. E n p arte, esto se d eb ió seg u ra m e n te a la terrib le re ce p ció n de la o b ra d e M orris Signs, Language, a n d Behavior (1 9 4 6 ) y a su p ro p io alejam ien to p rofesion al d e la filosofía d e la cien cia y p o sterio r a c e rc a m ie n to a las ciencias socia­ les (c o m o se d iscu te en el capítu lo 1 6 ). P ro b a b le m e n te tam bién se debió a los h ech o s q u e estaban detrás de o tro ru m o r q u e M orris seg u ram en te es cu ch ó a co m ien zo s de la d écad a de 1 9 5 0 : C arn ap y F ran k estaban siendo investigados p o r p a rte de rep resen tan tes del

fbl

c o m o p oten ciales agen ­

tes com u n istas-

Las investigaciones

d el FBI

a Frank

y

Carnap

A un q ue F ra n k n o e ra ni com u n ista ni un sim p atizan te de M oscú o del m aterialism o d ialéctico , sí se los to m ó en serio c o m o realidades políticas e in telectu ales y, c o m o M orris, instó a la co lab o ració n y a la co o p eració n e n tre el m o vim ien to y los in telectu ales m arxistas. C o m o se m u estra en el cap ítu lo 11, F ran k co n tin u ó ab o rd an d o tem as id eológicos en sus escritos a m ed id a que la G u erra F ría com en zab a. In d ep en d ien tem en te d e si esto se d ebió o n o a la in d iferen cia d e F ran k resp ecto de tópicos "con tro verti­ d o s”, u n ru m o r llegó al escrito rio d e j . E d g a r H o o v e r en el verano de 195 2 . H o o v e r lo e n c o n tr ó lo su ficien tem en te p re o c u p a n te y escribió al p residen ­ te de segu rid ad n acio n al del P e n tá g o n o que se ha h cch o un alegato cuyo encabezado sostiene que un individuo [esto es, Frank] llegó a los Estados Unidos con el propósito de orga­ nizar las actividades de alto nivel del Partido Com unista. Se hace co n star que la fuente no puede ser evaluada p o r su confiabilidad y que no se h ace ninguna indicación de la fecha de la visita del sujeto a los Estados U n id os.17

P o ste rio rm e n te , y sigu iend o tas p rácticas usuales, H o o v er dio in stru ccio­ nes a sus ag en tes de q u e busquen indicios en los archivos de la agen cia en los q u e en el m a rc o d e otras investigaciones se h iciera m en ción a Philipp

17Hoover al Pentágono, 13 de agosto de 1952. Estay las siguientes citas de la correspon­ dencia e informes del k ih fueron tomadas de los archivos del f u i relnrionadoscon Frank y con Caniap, obtenidos por el autor bajo la Ley de Requerimientos de Libertad de Información.

F ran k . P ro n to su p iero n que F ran k ya h abía sido a p u n ta d o c o m o a u to r de u n a b iografía d e Einstein (1 9 4 7 ) q u e fu era reseñ ad a fa v o ra b le m e n te en el p e rió d ico com u n ista Daily Wotiter.18 L u e g o , H o o v er d io in stru ccio n e s a la O ficina R eg ion al de W ash in g to n d e q u e exam in e los reg is tro s del Servici'o de In m ig ración

y

N atu ralización

(s in ),

a través d e los cu a le s se e n te ró

de q u e F ra n k estab a e n se ñ a n d o en H arvard. Esta o ficin a , p o s te rio rm e n ­ te, envió esta in fo rm ació n a la O ficin a Regional d e B o s to n , j u n to con la novedad de q u e F ran k e r a m e n c io n a d o en el arch ivo d e W illiam M alisoff c o m o un p a rticip a n te e n las discusiones in telectu ales q u e M alisoffllevara ad elan te en su d e p a rta m e n to d e N ueva Y ork .19 P u esto q u e M alisoff e ra un c o n o cid o co n fid e n te de la k gu , fácilm en te p od ría h a b e r p a re c id o q u e este aleg ato a c e rc a d e F ra n k e ra cierto . E n la oficin a de B o sto n , co n tin u ab a acu m u lán d o se in fo rm a c ió n sospe­ ch o sa a c e rc a d e Fran k . D esd e sus p rop ios archivos, los a g e n te s averigu a­ ron que era co le g a y am ig o del a stró n o m o d e H arv ard , H arlo w Shapley, a q uien el co m u n ista d ev en id o en in fo rm an te, L o u is B u d e n z (alg u n a vez d ire c to r del Daily Worker), h ab ía señalad o c o m o u n “c o m u n ista e n cu ­ b ierto". U n e x a m e n del c o rre o d e Shapley revela q u e F ra n k y Shapley habían in tercam b iad o co rre sp o n d e n c ia y que F ran k fu e a e s cu ch a r h ab lar a Shapley en el e n c u e n tro de 1 9 4 5 del C oncilio de M assach u setts sob re la C am a ra d e ría S oviéiico-N o rteam erican a. O tro in fo rm a n te d escrib ió a F ran k c o m o un m iem b ro de los Jó v en es P rogresistas d e M assachussets. L o s jó v e n e s P rog resistas, c o m o la C am arad ería S o v iético -N o rteam erican a, ten ían la rep u tació n de ser u n gru p o de vanguardia fu n d a d o y co n tro la d o s e cretam en te p o r M oscú .20 D atos p articu lares ob ten id os p o r el

s in

ab ord ab an la p re g u n ta form u ­

lada en el aleg ato origin al, ¿cu án d o en tró Fran k a los E sta d o s U n id os? De a cu e rd o c o n Jos d atos del

s ik

, in gresó p rim eram en te c o m o tu rista e n 1 9 3 8

y tuego o tr a vez c o n u n a visa de inm igración que ob tu v o en C u b a en agos­ to de 193 9 . P e ro u n a resp uesta d iferen te - y m u c h o m ás a la r m a n te - a la p reg u n ta alu did a llegó d e la O ficina C orporativa d e H a rv a rd , cuyos s e cre ­ tarios fu ero n in te rro g a d o s p o r los agentes a ce rc a d e F r a n k y d e sus an te­ ced en tes c o m o em p lead o . De acu e rd o con ellos, F ra n k estab a re c o rrie n ­ do el país e n tre 1 9 3 2 y 1 9 3 8 m ien tras daba charlas e n “a p ro x im a d a m e n te

20 universidades y casas d e estudios superiores (n o id en tificad as) en los 18 Este archivo cita ni Daily W tnitertlel de marzo de ) ÍM7, página 11, pero 110 especifica a cuál de las varias ediciones locales se refiere, 19 Nueva York a Hoover, 31 de agosto de 1953. Fiank probablemente se encontró con el grupo de MalisofTcuando estaba en Nueva York en ocasión del Congreso sobre Ciencia, Filosofía y Religión, a cuyos encuentros anuales asistió regularmente. Véase Frank (1950), -’1 B o sto n a H o o v er, 14 d e abril de 1953.

E stad os U n id o s ”.21 Sí el alegato a c e rc a d e F ran k fu e ra c ierto , este d escu ­ b rim ien to revelaba el modus op em n did e F ran k : m ien tras que d ab a charlas osten sib lem en te so b re física y filosofía, en realidad estaba h a cie n d o c o n ­ tacto s y o rg an izan d o “actividades d e alto nivel del P artid o C o m u n ista ” a lre d e d o r del país. H o o v er estaba casi con ven cid o. In fo rm ó al d ire c to r d e la

c ía

q u e Fran k

h abía estad o aso ciad o c o n un co n o c id o subversivo (MalisoíF) y c o n u n sos­ p e ch a d o d e s e r subversivo (Shapley) y q u e p articip ó en co n o cid o s grup os com u n istas d e vanguardia. H ab ién d osele p resen tad o in form ación c o n tra ­ d icto ria a c e rc a de los datos de la em ig ració n d e F ran k , H o o v e r a p a re n te ­ m en te cre ía más en la alegación q u e en la evid en cia p ro v en ien te del sin E n lu gar d e p o n e r a sus agen tes a c o rr o b o r a r la in form ación q u e obtuvie­ ro n en H aiv ard , solicitó que reg resen a los registros del

s in

y, m ien tras

estaban en esto, “d eterm in en , si es posible, la exten sión de la resid en cia del sujeto en L a H ab an a, C uba", A h o ra, F ran k e ra o b jeto de u n a investi­ g ación oficial "relacio n ad a con la segu rid ad ”.22 E n unas tres sem anas, esta im agen de sospecha resp ecto de Fran k co m en ­ zó a deshacerse, Los agentes de B oston averiguaron q u e los datos in form a­ dos p o r H arvard eran in correctos y que Frank había estado en el país solo desde 1 9 3 8 .23 A dem ás, las entrevistas con los colegas de F ran k y co n ex com unistas n o llevaron a ningiin lado. Aquellos que co n o cían a Frank esta­ ban seguros d e que él n o sentía entusiasm o alguno p o r el co m u n ism o o p o r Moscú. L os co n tacto s secretos d e la oficina de Boston d en tro d e las célu­ las com unistas e n H arvard y en el

m it

n un ca habían escu ch ad o de e l . De

acu erd o con la lógica popular del an ticom u nism o, sin em b arg o, la ausencia de evidencia era en sí misma fu ertem en te sugestiva. L os agentes de Boston sim plem ente en ten d iero n que Frank estaba ocu ltan d o sus actividades y tra­ bajando cland estin am en te en el p artid o, sin que los m iem bros oficiales del partido fueran conscientes de ello. P o r lo tanto, lo que necesitaban era infor­ m ación acerca d e la vida de Frank y de sus actividades en P raga an teriores a su em igración y antes d e que Frank lograr a ensam blar la cu b ierta (cual­ quiera que fu era) bajo la cual pudiera estar actu an d o en los Estados Unidos. E sto los llevó a o rgan izar interrogatorios en B oston y B loo m in gio n , Indiana, con individuos que habían con ocido a Frank en E u r o p a *1 U n a vez m ás, los in terro gatorios de B oston n o llevaron a n ad a. A un q ue un in fo rm a n te tom ó a F ran k c o m o un in telectu al “a to lo n d ra d o ” q u e

Ibitl

^ Hoover a la crA, 8 de mayo de 1953. 21 Boston a Hoover, 28 de mayo de 1953Boston a Hoover, 18 de agosto de 1953.

bien p o d ría ser un com u n ista, a cau sa d e q u e “e s ju d ío y d e q u e los ju d ío s p o seen u n a c la ra in clin ació n h a cia el c o m u n is m o ”, la o ficin a d e B o sto n se m o stró m e n o s so rp ren d id a c o n esta calu m n ia q u e c o n eJ h e c h o d e q u e F ran k fu era un aso cia d o d e M alisoff. P o r esta ra z ó n , al m e n o s , in staro n a H o o v e r a q u e d iera in stru ccio n es a la oficin a d e N u e v a Y ork p a ra q u e u n a vez m ás p ersig a a las fu en tes ch e co slo v a ca s d isp o n ib les en N ueva Y ork. L as en trevistas d e In d ian áp olis ta m p o c o c la rific a ro n la s itu a ció n . S olo un in fo rm a n te c o n o c ía a F ra n k d e los añ o s e n los q u e estuvo en P ra g a y sostuvo q u e Fran k e ra “m a r c a d a m e n te a n tin a z i". P o r esta ra z ó n , s u g ería, F ran k "p osib lem en te p o d ría h a b e rse u n id o a] c o m u n is m o en la lu ch a c o n tra el n azism o ”, au n q u e n o te n ía c o n o c im ie n to alg u n o d e q u e así s u c e d ie ra .25

La red de los empiristas lógicos E n los p rim ero s m eses de 1 9 5 4 , las in vestigaciones d e F ra n k co n tin u a ro n d esacelerán d o se. En B o sto n , o tro s in form an tes co m u n ista s m an ifestaban n o te n e r c o n o c im ie n to algu n o d e F ran k e in clu so m ás co le g a s in form ab an q u e era u n “an tico m u n ista”. U n o d esestim ó to ta lm e n te el in terés del

fbi

en

Frank . P ara este p u n to tard ío e n su vida - F r a n k te n ía p o r e n to n c e s se te n ta a ñ o s - e ra m e ra m e n te “un viejo p arlan ch ín que de n in g u n a m a n e ra p u e d e se r co n sid erad o p eligroso p a ra la segu rid ad de los E sta d o s U n id o s ".26 P ara abril d e 1 9 5 4 , casi dos años d espués d e q u e H o o v e r re c ib ie ra el alegato origin al, la investigación de F ran k estaba ce rra d a . A u n q u e la investigación fracasó en c o n e c ta r a F ra n k c o n ag en tes c o m u ­ nistas activos, sí reveló su c o n e x ió n c o n o tro s filó so fos cuyas p ostu ras y escrito s d esp ertaro n el in terés del

f b i.

El in fo rm a n te d e In d ian áp o lis q u e

h abía c o n o c id o a F ran k en P rag a m e n cio n ó que F ra n k estaba p o r e n to n ce s en c o n ta c to c o n R u d o lf C arn ap . L os ag en tes a p u n ta ro n su n o m b re , sup ie­ ro n del p a ra d e ro d e C arn ap , y lu ego in fo rm a ro n a H o o v e r que C a rn a p e ra p ro fe s o r d e la U niversidad de C h ica g o y a h o r a lo e ra en el In stitu to p ara E stu d io s A vanzados en P rin ce to n , N u c v a je rs e y .27 H o o v e r d io in stru c­ cio n es a la c e rc a n a oficin a reg ion al d e N ew ark p a r a q u e se p re p a re p ara in te rro g a r a C arn ap resp ecto de Fran k . Sin e m b a rg o , n o p o d ía n sim ple­ m e n te a p ro x im a rse a C arn ap d e m o d o d ire c to y a b ie rto , p o rq u e si este era p a rte d e la sup uesta red co m u n ista d e F ra n k , la in vestigación se vería ** Desconocido a Boston, 15 (le octubre 1953; Boston a Hoover, Ü2 de octubre de 1953; Indianápolis a Hoover, 15 de enero ele 1954. 8,1 Archivo resumen de Boston, 19 de febrero de 1954; desconocido o Boston, 19 de enero de 1954; Boston a Hoover, 1 de enero de 1954. In d ia n á p o lis a H o o v er, 15 d e e n e r o d e 1954

co m p ro m e tid a . L os agen tes p rim ero ten ían q u e investigar a C arn ap y ave­ rig u a r si él m ism o era com u n ista. L o s agen tes de Newark co n firm aro n que C arnap estaba viviendo en P rin ceto n y cotejaro n sus d atos co n la policía local y u n a entidad cred iticia d e m o d o de saber si ten ía fam a d e ser com u n ista o de ser un agitad or. A par­ tir d e esas fuentes, n o en co n traro n n ada que fuera in crim inatorio, p ero sí d ieron co n el n om b re de C arnap en un ejem p lar de un p eriód ico local de N u evajerscy, el EveningPress. Ju n to con m u chos otros intelectuales, C arnap se d eclaró a sí m ism o a favor d e la clem en cia para Julius y Ethel R osenberg. Segu idam ente d e las d eclaracion es h echas p o r otros, C arnap publicó la suya p rop ia: “Siento que la severidad de la sen ten cia está fuera de p rop orcio n es al m o m en to de relacion arla co n el d año que posiblem ente p od rían h ab er g e n e ra d o ".28 Bajo la m etafísica m aniquea del anticom unism o de la G u erra Fría, u n com en tario público de este calibre, que exp resaba sim patía co n los R osen b erg, con tab a c o m o evidencia d e que C arnap p od ría d e h ech o ser un com u n ista activo. L a oficina de Newark instó a H oover a que h iciera que !a oficin a de W ashington buscara en sus catálogos “R u d o lf C arn ap ” y a q u e se m anifiesten sobre si todavía deseaban in terrogarlo resp ecto de Frank. P a re ce ría que sospecharon (acertad am en te) que C arn ap estaba p o r c o n ­ vertirse en el ob jeto de u n a investigación in d ep end ien te.

La investigación en tom o a Camap “L a au torización p ara in te rro g a r a R u d olf C arn ap en relació n co n el e n c a ­ b ezad o [esto es, Fran k ] es d en eg ad a”, resp on d ió H o o v e r .29 Sin e m b arg o , n o se tratab a solo d e q u e el apoyo de C arn ap a los R o sen b erg g e n e ra ra sos­ p ech as. U n o de los oficiales d e alio ra n g o de H o o v er en el d ep a rta m e n to tam bién había recib id o, a p aren tem en te de m an era sim u ltán ea, un in form e a c e rc a d e C arn ap de p a rte d e la L eg ió n N o rte a m e ric a n a .30 El in fo rm e, que

Citado en Ncrork a Hoover, 9 de marzo de l'J54, Los Rosenberg fueron cleclroculados en junio de 1953 en la prisión de Sing Sing. Carnap no estaba solo en sostener esta postura. Unos 10.000 manifestantes se reunieron en la Union Square en la ciudad de Nueva York el día de la ejecución (Klingaman, 1996, p. 325) 35 Hoover a Newark» 7 de abril de 1954. w El oficial era A. H. Belmoni, cuyo nombre se sitúa en el tercer lugar (de catorce posibles) en la lisia de mía de circulares en la oficina de Hoover La lista parece medir la proximidad a Hoover misino, pues el nombre que encabezaba la lisia era Tolson, presumi­ blemente Clyde Tolson, conocido por haberse mantenido inseparable de Hoover durante la ocupación de su cargo en el kui. Respecto de la práctica de la Legión Norteamericana cíe enviar los nombres de supuestos comunistas a los investigadores y a los administradores de las universidades, véase Schrecker (1986, p. 68).

ya había p asado tan to p o r el C om ité de Actividades A n tin o rteam erican ás c o m o p o r el S u b co m ité del V n a rln sob re .Seguridad In tern a, lisiaba die­ c io c h o casos (in clu y en d o la d e claració n en to rn o a R o sen b erg ) en tos que el n o m b re de C arn ap a p a re c ía o bien apoyando p ú b licam en te a, o c o m o un p a tro c in a d o r oficial d e , causas, organ izacion es o p erson as d e izquier­ da. El in fo rm e d ejab a b ien en cla ro q u e diez de estas firm as a p areciero n en el co m u n ista Daily Worker.si El

fbi

d e te rm in ó q u e estas cu estion es ya estaban registradas en los

d irecto rio s de otras d e sus investigaciones. (R u tin ariam en te, los Agentes le ech ab an un vistazo al Daily Workerzn busca de los n om b res de aquellos que fu ero n m e n cio n a d o s c o m o estan d o en c o n exió n c o n las causas co m u ­ nistas.) C on to d o , el in form e de la L eg ió n N o rteam erican a puso a C arnap en el c é n tro de la e scen a y los guió para que pudieran s eleccio n ar in form a­ ción ad icio n al - y m ás p re o c u p a n te - d e sus archivos acer-ca de él. L a in ter­ c ep ció n del c o rr e o d e M alisoff e n años an teriores, p o r ejem p lo, reveló que C arn ap e ra u n o d e los co rresp o n sales de Malisoff. T am b ién averigu aron q u e u n a c ircu la r del d ep a rta m e n to de E stad o de 1 9 3 9 incluía el n o m b re de C arn ap en u n a lista d e in form an tes an ón im os de “algunos agen tes vin­ culad os co n el co m u n ism o en varios países del m u n d o ”. C arn ap d e h e ch o vivió en P rag a d esd e 1931 hasta 1 9 3 5 , y su n om b re fue p ro p o rcio n a d o p o r este in fo rm an te c o n una d irecció n en P rag a .32 Al m o m e n to del in icio de la investigación, varias oficinas d e la nación estaban in volu crad as. T ales oficinas incluían a la d e H o o v e r así c o m o tam bién a las oficin as reg ion ales de W ashington

dc,

New ark, C h icag o e

Indianápolis. A d em ás, p u esto que C arnap recién había asum ido u n pues­ to en la

u cla

, el co n tro l integral de la investigación fue co n ce d id o a la

oficin a de L os Á ngeles. E n casi todas estas oficinas, el 16 d e sep tiem b re de 1 9 5 4 p od ría h a b e r sido d en o m in ad o co m o el Día de R u d olf C arn ap en el f b i.

E n u n a ráfaga de circu lares, los agentes de a lre d e d o r d e tod o el país

co m p a rtie ro n in fo rm a ció n que con tin u ó con stru yen d o u n a im agen de C arnap q u e lo asem ejab a a un p oten cial subversivo p olítico. L a oficin a de Newark le escrib ió a H o o v er (enviando copias carb ón icas a C h icago y a Los Á ngeles) en vián d ole cie rta in form ación adicional a c e rc a de la e n fe rm e ­ dad de C a rn a p d u ran te su estadía en el instituto; la oficin a de N ueva York in form ó que C arn ap fue visto con H arlow Shapley (en u n a cen a de u n a

, l h u a c a Jenner, 19 dc octubre de 1953. 52 Hoover a Newark, 7 de abril de 1954, Este asunto del departamento de Estado es men­

cionado en algún otro sitio en el archivo de Camap fechado en 1919. No está claro cuál está equivocado. Este asunto no produjo como respuesta mucha inquietud cu la investigación sobre Camap, muy probablemente porque ta contabilidad del informante era más bien dudosa.

fiesta); y la oficin a de C h icago an u n ció que C a m a p h ab ía d o n a d o cin co d ólares al c o m ité d e d efensa d e l m atem ático D irk Struik del

m it

lu eg o de

q u e Struik fu era en cau sad o e n 1951 bajo la L e y M cC arran , de tinte an ti­ com u n ista. C h icag o tam bién d o c u m e n tó el resp ald o de C arn ap a W allace y al P artid o P rogresista en la e lecció n d e 1 9 4 8 .33 L a lista en p osesión del

fbi

d e las actividad es y causas que C arn ap

apoyó c re c ía m ás y m ás a m ed id a que estas circu lares iban y ven ían p o r tod o el país. C o m en zan d o en 194 9 , el n o m b re 1d e C arn ap a p a re ció en dos d eclaracio n es públicas en n o m b re de la A so ciació n In te rn a cio n a l de T rab ajad o res (c o m o un sign atario d e un escrito anticus curias y d e u n a carta ab ierta a T h o m as Dewey, g o b e rn a d o r del estad o de N ueva Y ork, d o n d e la A sociación In tern acio n al d e T rab ajad o res estaba sien d o ju zg a­ d a ). A p areció dos veces en el Daily Wmkery una vez en el New York Herald Tribune c o n tra la L ey M cC arran , q u e e ra an tico m u n ista. C arn ap tam bién apoyó al C om ité N o rteam erican o p ara la P ro te c c ió n de los N acid os en el E x tra n je ro en el Daily Workery firm ó un teleg ram a ab ierto al m in istro de ju sticia en apoyo a los d ep o rtad os. C arnap tam b ién ap eló al re c o n o ­ cim ien to oficial de la República P o p u lar C h in a y p restó su n o m b re en cin co op o rtu n id ad es en apoyo de la C ru zad a N o rte a m e rica n a p o r la Paz. R efirién dose a ella p o r p arte de los an ticom u nistas c o m o la “paz ofensiva" de M oscú (su p u estam en te designada p ara facilitar la tom a del p o d e r p o r p arte d e los soviéticos p o r m ed io del ad o rm e cim ie n to de los n o rte a m e ri­ canos m ed ian te el p acifism o), la cru zad a consistió de varios co n g reso s y cam p añ as de red acció n de cartas en apoyo a la p az in tern acio n al, el des­ arm e, el tratam ien to no m ilitar de las tensiones en C o rea, así c o m o tam ­ bién los d e re ch o s d e libertad d e exp resión d e los ciud adan os q u e estaban deseosos d e p ro m o v e r estas causas. Con el fin de o b te n e r el testiiíionio que p u d ieran n ecesitar e n caso que d ecid ieran p ro c e s a r a C arnap , los agen tes in te rro g a ro n a sus am igos, co le­ gas y vecinos en C h icag o, P rin ceto n y Los Á ngeles. D u ran te el v eran o y el o to ñ o de 3 9 5 4 , los agen tes hicieron a lre d e d o r de diez visitas a P rin c e to n .34 P reg u n tan d o resp ecto de si algo sobre “el su jeto ” sugería una "actividad com u n ista", averigu aron que C arn ap era un fam oso, d ed icad o y e ste re o ­ tipado intelectu al ( “m uy p o co p ráctico , e x c é n tric o y muy ab so rb id o p o r su ob jeto de estu d io”), que a m en u d o trabajaba en su c am a d eb id o a q u e

M Newark a Hoover, 24 de noviembre y 16 de s e p t i e m b r e de 1954; Chicago a Hoover, 16 de septiembre de 1954. Eli latín en el original. Expresión que refiere a una persona ciruda por ui> tribunal como mediador. [N. det T.] 34 Los imerrogaioriosen el archivo de Carnap están fechadas en el 17 de mayo, 10 y 25 de junio, 3 y 28 de agosto, 8 de septiembre, 27 de octubre, 8, 9 y 30 de noviembre de 1954.

p ad ecía un d o lo r d e espald a c ró n ic o . N in g u n o re p o rtó “a lg o q u e in dica­ ra q u e el sujeto fu e ra u n sim p atizan te com u n ista d e algún tip o ”. U n o q u e sostuvo h a b e r c o n o c id o a C a m a p p rim e ra m e n te en P rag a a co m ien zo s d e Ja d écad a de 1 9 3 0 dijo “el sujeto está ‘9 9 % in teresad o en tem as escolásti­ cos y tien e p o co o n in g ú n in terés en algún tipo de p o lítica ”’. Sin em b ar­ go, dadas las m u ch as causas q u e C arn ap respaldó e n las p ágin as del Daily Worker, esa d e cla ra ció n p u e d e h a b e r p arecid o co m p le ta m e n te falsa y tal vez d elib erad am en te en g añ o sa. E n sep tiem b re, u n ag en te d e la oficin a de C h icag o en trevistó a dos in form an tes, m uy p ro b ab lem en te p rofesores de la U niversidad de C h icago. A m bos a d h iriero n a u n a im ag en sob resalien te de C arn ap . U n o dijo q u e e ra “un in trov ertid o que n o e ra bien co n o cid o p o r n in g u n a p e rso n a d en ­ tro de los círcu lo s u niversitarios” y o tro dijo que “p a re c ía estar co m p le ta ­ m e n te en vu elto en su ap titu d c o m o p r o fe s o r [ ..] y m u y ra ra m e n te se salía de sus h ábitos d e estu d io ”.35 V arios m eses después, los ag en tes de C h icag o in te rro g a ro n en el d e p a rta m e n to d e policía de C h icag o a dos p ro p ieta­ rios a quien es C arn ap y su esposa les habían alquilado d e p a rta m e n to s , y a la en tid ad cred iticia de C h icag o , d o n d e C arn ap ten ía u n a c u e n ta . E n L os A ngeles, los agen tes co n firm a ro n la llegad a d e C arn ap a la u n iversidad , a p artir d e la investigación d e los recib os d c sueldo y d e los in te rro g a to rio s a los em p lead os d el p e rso n a l .36

Cierre det caso P ara la prim avera d e 195 5 , el

fb i

n o tenía ningun a p ru eb a d c que C arn ap

estuviera co m p ro m e tid o en alguna actividad política subversiva. C on to d o , su arch ivo se lee en algunos sitios c o m o u n a investigación so b re evidencia circu n stan cial in crim in aioria. C o m o el estereotip o del agen te s e cre to co m u ­ nista p o p u larizad o e n la literatu ra y en las películas, C a rn a p e ra m isteriosa­ m en te reservado y a m en u d o d e sco n o cid o p o raq u ello s que lo ro d e a b a n . Al m ism o tiem po, fue m an ifiestam en te co n e cta d o c o n M alisoff y gru p os sos­ p ech ad o s. E n su arch ivo del

sin

de 194 1 , C arnap d e cla ró que p e rte n e cía a

o n ce organ izacio n es, tres de las cuales llegaron a ser a m p liam en te co n sid e­ radas c o m o grup os d e van gu ard ia com unistas. T ales o rg an izacio n es eran la U n ió n de C o n su m id ores, la A sociación N o rteam erican a d e T rab ajad o res C ientíficos y el C om ité de L ib ertad es Civiles de C h icag o . C o m o si se p re­ g u n tara si esta ú ltim a p o d ría ser la principal vía p o r la cual este m isterioso

I n fo r m e Resumen de Newark, 3 de junio de 1955. ^ Informe de Chicago. 29 de jimio de 1955. Los Angeles a Hoover, 14 de octubre de 1954.

eru d ito con trib u ía con sus habilidades a la p róxim a revolu ción, la oficin a de N ew ark señ aló q ue, d e a cu erd o c o n un-inform an te confiable, este-últim o gru p o p u b licó “un gran n ú m ero d e folletos y libros” en apoyo d el P artid o C om u n ista y en “d efen sa d e todos los gru p os rad icales ”.37 A fo rtu n ad am en te p ara C arn ap , la oficin a d e L o s A ngeles n o se con ven ­ c ió p o r la e v id en cia circu n stan cial existen te. E sp ecíficam en te, le d ijeron a H o o v er q u e n o h ab ía “actividad alguna p o r p arte d e

carnap

q u e am eritara

su in clu sió n e n el D irectorio de S egu rid ad ".38 E l “D irectorio de S egu rid ad " e ra el su ce so r d e la “Lista d e D eten ción en C ustodia” de H oo ver sob re indi­ viduos so sp ech o so s a c e rc a d e quien es, en palabras d e H oover: existe inform ación disponible que indica que si se perm itiera su p resen cia en este país en tiem pos de guerra o de em ergencia nacio­ nal, esta sería peligrosa para la paz pública y para la seguridad del g obiern o d e ios Estados Unidos (H oover, citado en Klingaman, 1 9 9 6, p. 1 8 2 ).

E sto es, la oficin a d e L os Á ngeles n o p en sab a que C arnap d eb ería estar e n tre aquellos q u e d eb ieran ser arrestad os o d etenid os in m ed iatam en te si co m e n z a ra la T e r c e r a G u erra M undial o una revolu ción com u n ista. Casi tres años d esp ués de que la investigación en to rn o a F ran k co m e n z a ra , el caso de C arn ap tam b ién h abía cu lm in ad o en un callejón sin salida. N o había evid en cia sólida de que C arn ap fu era un subversivo activo y n o había n in g u n a b u e n a razó n p ara in terro g arlo . Sin em b arg o , su arch ivo p e rm a ­ n e c e r ía en los estan tes d el f b i y su n o m b re p e rm a n e c e ría tam b ién en los catálo g o s del f b i d o n d e los agen tes p od rían a cu d ir a revisar en el cu rso d e fu tu ras investigaciones. En e fecto , C arn ap y F ran k eran bien c o n o cid o s p o r el f b i y estaban sien d o observados.

Los juram entos de lealtad y el enojo de Hook C arn ap fue el líd e r del m ovim ien to d e U nid ad d e la C ien cia q u e e x p e ri­ m e n tó d e m a n e ra m ás d irecta las tres clases de escru tin io an tico m u n is­ tas m e n cio n a d a s al co m ie n z o del cap ítu lo an terio r. P o co antes de q u e el fbi

c o m e n z a ra a te n e r in terés en él, se vio in volu crad o in d irectam en te e n

las co n tro v ersias en to rn o a los ju ra m e n to s d e lealtad en la U niversidad d e C a lifo rn ia . Del m ism o m o d o en q u e M orris p ro te s tó fre n te a los

37 Informe Resumen de Newark, 3 de junio de 1955. 3a Los Á n g eics a H o o v er, 2 0 dq ju n i o d e 1955.

req u erim ien to s d e estos ju ra m e n to s e n la U niversidad d e Illinois, C a m a p p ro te stó fre n te a los d e la U niversidad de C aliforn ia al re c h a z a r el pues­ to de p ro fe so r visitante F lin t en la

ucla

así c o m o tam b ién al rech azar dos

invitaciones p ara d icta r con feren cias en Berkeley. Se m o stró e sp ecialm en te disgustado a cau sa de q u e su am igo, el psicólogo R ich ard T o lm an , estaba e n tre q u ien es fu ero n ech ad o s de sus trabajos (au n q u e p o ste rio rm e n te la m ayoría fu e re c o n ira ta d a ) sob re la base de q u e se reh u saran a firm ar los ju ra m e n to s , C arn ap escrib ió al presidente de Berkeley, C h arles S p rou l, q u e sus d ecision es en cad a caso fu eron e x p r e s io n e s d e s o lid a rid a d c o n ios c o le g a s d e sp e d id o s, y d e p ro te sta c o n t r a las v io la c io n e s d e l p rin c ip io de q u e la e r u d ic ió n , el ta le n to p a r a e n s e ñ a r y la in te g r id a d d e carácLer d e b e r ía n s e r lo s ú n ic o s c r ite r io s b a jo lo s c u a le s se ju z g u e la a p titu d d e u n h o m b r e p a ra u n

puesto a c a d é m ic o .311

El inusual uso p o r p a rte de C arn ap de la am b igu a frase “in tegrid ad de c a rá c te r" -q u e es un g u iñ o al estereotip o com ú n d e los com u n istas c o m o p sico ló g icam en te inestables y susceptibles a la m an ip u lación y al c o n t r o l sugiere u n a e le c ció n d e palabras claram en te estratégica al dirigirse a un p o d ero so p resid en te u niversitario de esta m an era (en cuyo sistem a eventu atn ien te d eseab a e n se ñ a r). P orq u e cu an d o C arn ap escrib ió a c e rc a d e este tem a al p resid en te del d ep artam en to de filosofía en Berkeley, W illiam D en nes, n o se hizo m en ció n a la frase, y d esde el p u n to de vista lógico tam ­ p o co p o d ría h ab erse h e c h o m en ción a ella: “m e o p o n g o en p rin cip io a la idea de q u e algu n a co n sid eració n que no fu era a cad ém ica p u d iera utili­ zarse p a ra calificar a un h om b re co m o apto o no ap to p ara la e n señ an za” Sin em b arg o , C a rn a p ad m itió fren te a D ennes q ue, si hub iese estad o circu n stan cialin en te su jeto a las presiones de la situ ación , él tam bién h ab ría sacrificad o sus p rin cip ios y firm ado el ju ra m e n to “bajo p ro testa c o n el fin d e p ro te g e r m i m ed io de subsistencia ”,411 Así, C arn ap se u nió a C h arles O sgood, el co le g a d e M orris, al h acer la ob servación de que m u ch as veces los p rofeso res n o p o d ían darse el lujo de sosten er sus p rin cip io so de seg u ir a su c o n cie n cia e n estos volátiles tem as d e los ju ra m e n to s d e lealtad. Fin alm en te, c u a tro añ os más tard e, C arnap resolvió en señ ar e n la

u cla

,

d o n d e su ce d e ría a H an s R eich en b ach , quien había fallecido el añ o a n te ­ rio r R e ich e n b a ch , tam bién un alem án nativo, no pasó m o m en to s fáciles en C aliforn ia d u ra n te la gu erra. El y su familia fu ero n clasificados c o m o

M Camap a Robert Gordon Sproul, 22 de octubre de 1950,

a sp kc

■,0 C a rn a p a W illiam D e n n e s, 12 d e o ctu b re d e 195 0,

0 8 5 -2 9 -0 2 .

a s i * hc

085-29-11.

extran jero s en em igo s y sujetos a estrictos toques d e q u ed a y a restriccio n es a la h o ra d e viajar .41 S egu ram en te, C arn ap co n sid eró la co n tro v ersia sob re lo s ju ra m e m o s d e lealtad del E stad o cu an d o to m ó la d ecisión d e a c e p ta r el o frecim ien to . P o sterio rm en te a 195 2 , el requisito d e ju ra m e n ta r h abía sido su spen d ido. C on tod o, C arn ap escrib ió a sus am igos y colegas que “la situación p olítica allá n o se ye m uy bien e in sp ira p o c a con fian za. P o r o tro lad o, raí n o m b ra m ie n to p resu m ib lem en te n o lia d a d o c o n n in g u n a o p o ­ sición d e ese nivel ”.42

El ataque de Hook a Camap Es difícil d e c r e e r q u e C arn ap n o estuviera al ta n to d e que esta b a sien ­ d o in vestigad o p o r el

kb ¡

c u a n d o escrib ió esta c a rta a sus am igos. Casi

c o n segu rid ad u n o o más de sus vecinos o co leg as a q u ien es in te rro g ó el r a í se lo h ab rían d ich o. En cu a lq u ie r ca so , C a rn a p n o d e s c o n o c ía la p olítica del an tico m u n ism o . C o n o cía de p rim era m a n o q u e algu n os en la p rofesió n filo só fica no se p re o c u p a b a n ni p o r su p olítica ni p o r su c o n d u c ta p o lítica. Sin e m b arg o , K allen a ta c ó al p ro g ra m a d e C a rn a p en su d e n u n cia d e la “u nid ad de la c ie n c ia " c o m o un p ro y ecto to talitario . Diez añ os m ás tard e, en 1 9 4 9 , p o c o d esp ués d e p re s ta r su n o m b re en apoyo del p ró x im o C o n g reso C u ltu ra! y C ien tífico p ara la Paz M u nd ial, C arn ap ab rió su c o r r e o para e n c o n tra rs e a s í m ism o sien d o investigado p o r S idn ey H oo k . C o n o cid o c o m o el con greso W ald o rf d eb id o al h otel de M an h au an en el que tuvo lu gar, el co n g reso fue o rgan izad o p rin cip alm en te p o r H arlow Shapley. N o es so rp ren d en te que Shapley y sus co -organ izad o res n o invi­ taran a h ablar a H ook. H ook n o solo estaba fuera d e tugar al a m e d re n ta r a los p artid arios incondicionales en u n a co n fe re n cia d ed icad a a la causa de la paz y el d esarm e, sino que su apoyo a las investigaciones a n tico m u nistas te h abría g an ad o pocos am igos e n tre los in telectu ales reu n id o s p ara p ro m o v er la paz m u n dial .43 L u e g o d c q u e se le n e g a ra su solicitu d de h ablar en el c o n g re so , H oo k decidió q u e el c o n g re so era un fren te co m u ­ nista -m e r a m e n te “o tro am bicioso even to p rop ag an d ístico p a ra fo m en ­ tar la causa soviética” (H ook, 198 7 , p. 3 8 2 ) - y lu ego o rq u estó un ataq u e. Envió cartas al New York Times y a diversas revistas d en u n cian d o al co n g re ­ so corno un fre n te y polem izó d uran te sem an as con Shapley y co n sus asis­

41 Reiclienbach a Morris, 24 de mayo de 1942,

c m i*

* C a m a p a “A m ig os", 6 d e m arzo de 195 4, CMI’.

45Ejemplos relevantes de los escritos de Hook, incluyen a Hook 1953, 1954.

tentes en la o rg an izació n en u n esfu erzo p o r sum arse al p ro g ra m a .44 E n un m o m en to , d u ra n te el co n g re s o , H oo k , en co m p a ñ ía d e u n re p o rte ro q ue estaba e n re p re s e n ta ció n de u n p erió d ico , s o rp re n d ió a Shapley en su h ab itación del h otel p a ra en tre g a rle d o cu m en to s que su p u estam en te p rob ab an q u e S hap ley le h ab ía m en tid o y que in m e re cid a m e n te lo h abía exclu id o de p a rticip a r c o m o u n o de los o rad o res. Esta b atalla e n tre H o o k y Shapley ap en as estaba c o m e n z a n d o cu a n d o H oo k supo que C arn ap d io su apoyo a! co n g reso . H o o k e n to n ce s se sen tó en su m áq u ina d e escrib ir y le escribió u n a carta a C arn ap . C u a n d o C arn ap la leyó, subrayó algu n as partes: Estim ado C a m a p : Acabo de en terarm e de labios del d o cto r Ja c o b de la Voz de los Estados U nidos que su n om bre ha sido citado (presum ib lem en te en el e xtran jero ) co m o un p atrocin ad o r del p róxim o C o n p rrso Cultural y C ientífico para la Paz Mundial. Espero que esio no sea cierto . Si usted realm en te se ha en ro lad o co m o un p atro cin a d o r, confío en que n o está al tanto de quienes son los verd aderos aus­ piciantes del co n greso . Esiá siendo llevado adelante p or personas y a las personas co m o n slcd . [ . .. ] Estoy adjuntando algo de m ate­ rial que le ruego en carecid am en te que lea con su m o cu id ado. Mi exp eriencia en este co n g reso es concluyente.

A dem ás de Subrayar gran p a rte de la carta, C arn ap escrib ió *'?!’’ e n el m a r­ gen al lado de la frase de H o o k "liquidarlo a usted y a las p erso n as c o m o u sled ”. Si estaba a la rm a d o y co n stern ad o a c e rc a de p o r q u é los o rg an iza­ d ores del co n g re so q u errían “liq uid ar” a sus p atro cin ad o res, c o m o sostenía H oo k , C arn ap al m en os no tenía ninguna d ud a d e que H oo k estaba a ctu a n ­ d o c o m o un ag itad o r y que estaba h ablan do en serio. A d ju n tó u n a sepa­ rata de u n a re c ie n te ch a rla an tico m u n ista que había d ad o e n D artm o u th en el cual H o o k sostenía q u e “la id eolog ía com u n ista, c o m o la id eo lo g ía nazi, p e ro p o r d iferen tes razo n es, Lorna im p erioso que aq uellos q u e ab ra­ zan esta id eología se e m b arq u en en un p ro g ram a de c o n flicto y co n q u is­ ta m u n d ial” (H o o k , 1 9 4 9 ). A un q ue en la d écad a de 1 9 3 0 h ab ía sosten id o que los soviéticos bajo Stalin habían ab d icad o re c ie n te m e n te d e sus obli­ gacion es m arxistas de m u rir y so sten er al socialism o, H o o k a h o ra acusaba que “incluso an tes d e la revolu ción rusa de o ctu b re d e 1 9 1 7 , el rég im en

^ Véase, por ejemplo, el intercambio entre Hook y la cclitoia Predn Kirclnvey en "Repercu sio n cs de W ald o rf" en Tto fsbtiíon, 3 0 d e ab ril He 1949» pp- 51 1 -5 1 2 *

soviético h a estado en un estad o de g u e rra n o d eclarad a c o n tra o c c id e n te ” (ibid .). A ju z g a r p o r su subrayado del texto , C a m a p leyó la s ep arata e n te ra y su p o (o re c o r d ó ) q u e H o o k co n sid erab a a todos los in telectu ales c o m o sold ad o s d e in fan tería e n su ép ica y co n tin u a g u e rra e n tre los soviéticos q u e o d iab an a la lib ertad y el o c c id e n te que la am aba. C arn ap n o fue el ú n ico sign atario del co n g reso al q u e H o o k instó a q u e vea la luz an tico m u n ista y a q u e retirara su n o m b re. H o o k tam b ién le escrib ió a E instein, a T h o m as M ann y a R ex Tugw ell, Al m en os en el caso d e C a m a p , H o o k sintió que la “ed u cació n p olítica” que estaba d a n d o a C arn ap n o e r a sólo p o líticam en te co rre cta , sino q u e estaba d e n tro del m ay or in terés p erso n al d e C arn ap : P u ed o e n ten d er muy bien có m o es que gente honesta puede estar e n d esacuerdo con la política exterio r norteam ericana tanto ah ora co m o en 1940. P ero , ¿qué habría pensado usted de alguien que en 1 9 4 0 prestara su n om bre a la ¿ínn^G erm ano-G orteam ericana que p o r en to n ces estaban h acien do alboroio a favor de la paz? La gente h ará ¡a misma inferencia a cerca de usted si p atrocin a o con tinú a co m o p atrocin ante del co n greso W aldorf. Si quiere h ace r cam pañ a p o r la paz no hay necesidad de que se asocie con afen tes de un p o d e r extran jero : puede h acerlo independientem ente. Este asunto no es u na cosa co rrien te, com o usted bien sabrá p o r cosas q ue se desarrollarán en tos próxim os días. Cualquiera que co n tin ú e co m o p atro cin ad o r al m om ento en que la línea oficial del partido com ien ce a hablar sin tapujos en el congreso, quedará m arcad o de p o r vida co m o un cautivo o un simpatizante del Partirlo C om u nista. U sted n o es un com unista ni tam poco es una persona ingenua desde el p u n to de vista político. P erd on e p or escribirle de m od o tan enfático. Es una m edida del respeto que le tengo a usted y a su tarea de toda la vida. Hay errores ‘ v e rro rrs. Este puede ser absolutam ente fatal si no es rectificado.

Le saluda atentam en te, Sidney Hook'16

En alemán en el original. Léase "Asociación" Se traía de una organización estadouni­ dense pronazi. [N, del T.J 4-1 Hook a Camap, 20 de marzo de 1949, en Shapiro (1995, pp. 128-129). Los subrayados de Carnap están preservados en su copia de la cana, a si > kc 088-38-10.

Las referen cias al e x te rm in io y a la fatalid ad q u e a p a re ce n en esta c a rta d e c o n te n id o tan e n c o n a d o no estaban allí m e ra m e n te p a ra p ro d u cir u n a rep ercu sió n . H o o k y o tro s anticom unistas ru tin ariam en te ad vertían a los in telectu ales sim p atizan tes del p artid o com u n ista de las d ep u racio n es soviéticas y d e la p rob ab ilid ad de que (c o m o W illiam H en ry C h am b erlin lo e x p re s a ) “serían p restam en te liquidados si tuvieran que vivir bajo los reg ím en es c o m u n istas a los cuales gustaban d efen d er" (C h am b erlin , 1 9 5 5 , p. 2 0 ) . T a m p o c o estarían m u ch o más segu ros en los E stad os U n id o s. D ado el te m o r gen eralizad o de una in m in en te g u e rra e n tre este país y los soviéticos (ejem p lificad o p o r la referen cia de H oo k a la B u n d G erm an o N o rte a m e ric a n a , a lre d e d o r de 1 9 4 0 ), el inciso d e la Ley M cC arran t que hablaba de la c o n stru c ció n de cam p os de c o n ce n tra c ió n , la “lista de d eten ­ ción en cu sto d ia" de H o o v er y los in tercam b io s em o cio n ales y a veces vio­ lentos re la cio n a d o s c o n el com u n ism o q u e tuvieron lu gar en los e n cu e n ­ tros y reu n io n es p olíticas, H oo k le dio a C arn ap u n a ju sta ad verten cia d e que su p olítica p o d ría , si n o lo había h e ch o ya, p o n erlo en u n a posición de grave riesgo. H oo k n o m an tu vo esta ju sta adverten cia en privado. U n o s pocos días después, C arn ap recib ió una carta de Cari H em p el, a quien H oo k le había p ed id o ayuda p ara p resion ar a C arnap de que red rara su n om b re. H em p el le resp on d ió a H o o k d icien do que era escép tico resp ecto del optim ism o de C am ap en relación c o n la garantía de relaciones pacíficas c o n los soviéticos y su “p ostu ra op tim ista y de largo alcance co n cern ien te a las posibilidades futuras”. C on tod o, H em p el le dijo a H ook que a C arnap d eb ería perm itírse­ le lo m ar sus propias decisiones. Adem ás, el con greso con tod a probabilidad no era “un asu n to que fu era a ten er destacadas con secu en cias políticas " 16 C a rn a p s e g u ra m e n te se e n c o n tr ó co m p la c id o p o r el resp ald o de H em p el. P e ro , al m en os en retrospectiva, ese respaldo ten ía d ob le filo. Dos elem en tos d e las cartas de H em pel y d e H ook ilustran c ó m o la histeria anti­ co m u n ista p o p u la r dio fo rm a a sus co n cep cio n es a c e rc a de C arn ap y d e su política. P rim e ro , H em p el con tin u ó el uso de H o o k de u n len gu aje e x tre ­ m a d a m e n te am en azan te. L e escribió a H oo k d icien d o q u e “cie rta m e n te esp ero q u e u n a actitu d favorable hacia [el c o n g re s o ], o incluso h acia el p atro cin io d e esLe, n o lo estigm atizaría d e p o r vida c o m o un créd u lo o un caudvo p o lítico , sino co m o un traid or a la causa de los Estados U n id o s”. H em p el envió a C arn ap una copia de esta carta, en la q u e había trazad o un círcu lo a lre d e d o r de la palabra “traid o r” y lu ego hizo n o ta r que “este térm in o n o fu e realm en te em p lead o p o r H o o k ”.47 E sto es, H em p el esp ecí­

16 Hempel a Camap, 23 de mano de 1949. “I7 WiiL

a s i’ k c

102-^6-03.

ficam en te in trod u jo el co n ce p to d e traición . Ni desestim ó las afirm acion es de H oo k resp ecto d e q u e el p atrocin io del co n g re s o p o d ría ser tan p eligro­ so -s o lo m inim izó esta posibilidad. S eg u n d o , tan to H o o k c o m o H em p el aludían al estereo tip o p o p u lar de los agen tes com u n istas c o m o au tó m a­ tas ro b ó tico s e irreflexivos que estaban sien d o c o n tro lad o s se cre ta m e n ­ te d esde el e x te rio r. A H oo k le p reo cu p ab a q u e C arn ap p u d iera ser visto c o m o un “cau tivo” del P artid o C om u nista, m ien tras q u e H em p el d efen d ió a C arn ap d e esa p ercep ció n : “P u ed o asegu rarle u n a co sa”, le dijo a H oo k , “a saber, que el n o está bajo la influencia de p erson a siniestra alg u n a ".'18 A un q ue ni H oo k ni H em p el cre ía n que C arn ap fu era un tra id o r o un co m u n ista ro botizado, estas caracterizacio n es estereotip ad as d e los c o m u ­ nistas, ro n d an d o en to rn o a su in tercam b io ep isto lar, solo p o d ría h aber­ se añ ad id o a las p reo cu p acio n es de C arn ap q u e, de h ech o , H o o k p od ría estar en lo cie rto y que C arnap p osiblem ente estaba sellan d o su rep u ta­ ción c o m o un radical. U nos veinte añ os m ás tard e, C arn ap reco rd ab a el ep isodio c o m o difi­ cultoso. "A lgunos de mis buen os am igos", le dijo a C cd ric B elfrage, p o r en to n ce s invesdgando p ara su libro (B elfrage, 1 9 7 3 ) , “h iciero n p od ero so s esfuerzos p a ra p ersuad irm e de q u e retirase mi n o m b re ”.411 P e ro C arn ap estaba orgu lloso de h aberse resistido a H oo k , a quien te resp on d ió cal­ m ad a y en érg icam en te. R esp ecto de la queja d e H oo k de que no se le había p erm itid o h ablar en el co n g reso , C arnap señaló que “nadie tien e el ‘d e r e c h o ’ de que se le asigne un tiem p o en el p ro g ram a [de un co n g re ­ s o ] ”, R esp ecto de la adhesión d e C arn ap , exp licó : “Di mi n o m b re p orq u e m e e n cu e n tro en total acu erd o c o n ia d eclaració n de Shapley en cu an ­ to al p rop ósito de este co n g re so ”, que era p rom ov er el d iálogo so b re la paz y el d esarm e en tre las su p erp oten cias.3'* E n un sen tid o, la d efen sa de C arn ap reco rd ab a al racionalism o ético que h abía esbozado d u ra n te su transm isión radial co n Kirtlcy M ath er unos tre ce años antes. Sostuvo que el p en sam ien to científico exp lícito con stitu ía u n a h erram ien ta p ara c o n ­ trib u ir a aseg u rar q u e las expectativas a ce rc a de otros pueb los y naciones fu eran c o h e re n te s y estuvieran bien fundadas en la in form ación científica

4,1 Hempel a Hook, 23 t i c mano de 1949, a s i ' r c 102-46-06. En respuesta a Belfrage, Carnap escribió: “Todavía me siento orgulloso de liabcr dado mi nombre como un patrocinante para el congreso para la paz en 1949. Vmás cuando algunos buenos amigos míos hicieron poderosos esfuerzos para persuadirme de que retira­ se mi nombre. Por supuesto, todas estábamos a favor de la paz, pero se tornó sospechoso, cuando se hizo un esfuerzo que parecía apuntar directamente en la línea del desarme y de una coexistencia pacífica genuina. lis triste observar cómo la marea vuelve una vez más en el presente” Citado de la correspondencia enviada por parle de Carnap, Carnap a Belfrage, 23 de noviembre de 19G8, ASI’ RC 027-23-51 MCarnap a Hook, 24 de marzo de 1949, a s p r c 0S8-S8-13.

disponible. E sto, a sú vez, ayudaría a evitar “re p ro c h e s in fan tiles de p a rte d e gru p os o p ositores en n o m b re d e la m o ra lid a d ". A h o ra C a rn a p p arecía o b servar que tales re p ro c h e s infantiles y “e x a g e ra c io n e s " co n fu n d en tes a c e rc a d e la g e o p o lítica se h abían co n v ertid o en la n o rm a en el d iscurso d e la G u erra F ría. C o n tin u ab a: Considero co m o g ro seram en te exag erad a a la im ag en q ue se ofre­ ce del com u n ism o en los Estados U n id os p o r p arte de la prensa (incluyendo a m uchos artículos en el N m Leader) y p o r p arte del d epartam ento de Estado, según la cual constituye u n a "seria am e­ naza a la d e m o cracia” Las exag eracio n es g ro seras m e resultan antipáticas y estas son peligrosas p orqu e obran c o n tra la paz y el m ejor en tendim iento.

Al reh u sarse a q u itar su n o m b re c o m o p a t r o c in a d o r —a u n c u a n d o ad m itie­ ra q u e “p od ría s e r ‘p ru d e n te ’ h acerlo así p o r el m o m e n to ”- , C a rn a p dio un testim on io n o solo a fav or de la paz y el d iá lo g o , sin o tam b ién - c o m o lo h ab ía h e ch o N eu rath en su reseñ a d e The Road to Serfdom d e H a y e k - a favor d e “ta b u e n a vo lu n tad y la c o o p e ra c ió n " en lu g a r d e la d escon fian za in tern acio n al y la ad o p ció n d e u n a p o stu ra agresiva: Puesto que n uestro gobiern o está reh u sand o p e rsisten tem en te la extensión de la buena voluntad y !a co o p eració n p ara co n el o tro lado, doy la bienvenida a la reunión de cien tífico s y artistas en un intento p o r levantar la C ortina de H ierro (qu e está cau sada principatínente p or nuestras am enazas m ilitares) y p o r m o stra r hacia el o tro respeto y buena voluntad.

F in alm en te, C a m a p se o c u p ó del g ran "clim a d e m i e d o ” q u e h abía em p a­ ñ ad o d e este m o d o a la vida n o rte a m e ric a n a : Su propia p red icción de que mi reputación se v ería calum niada de m odo indeleble co m o con secu en cia de mi p a tro c in io de este co n greso m uestra que en este país el m iedo y la in tim id ació n están o p eran d o a un nivel que hasta ah o ra n o tie n e p reced en tes. Lo mismo se m uestra en o tros h ech o s, p o r eje m p lo , la Universidad de C hicago ju stam en te está bajo investigación p o r u n co m ité de actividades antisediciosas de ta legislatura de I l l i n o i s .51

ri1 IbiiL La respuesta .

vamos a publicar m ayorm ente aquellos trabajos que son de interés a los científicos en diferentes campos. Sobre todo, nos gustaría p u b li­ ca r trabajos que estimulen a los científicos de diferentes cam p o s a una cooperación m utua. Esto significa, en particular, la co o p eració n en tre las ciencias, las ciencias sociales y las hum anidades.29

P e ro F ran k tuvo dificultades en d a r c o n tales trabajos p o r p a rte d e sus c o le­ gas e n la ju n ta del instituto. “E n el caso de nuestros Proceedmgs, n o tod o está b ien ”, escrib ió en u n a op o rtu n id ad Frank a N agel. El p re s id e n te de la acad em ia, R alph B u rh o e , exp licó el p ro b lem a a F ran k , q u e a h o ra se lo tran sm itía a N agel. “C o m o usted sabe, d esd e el co m ien zo h a h a b id o cierta co n trap o sició n e n tre las in ten cio n es d e la A cad em ia y la de alg u n o s m iem ­ bros d e n u e s tx a ju n ta ”: En el p rim er n úm ero [d e las “Contribuciones"] se ha d ado q u e un gran n ú m e ro de m iem bros de la A cadem ia sienten que n o p u ed en o b te n e r de él tanto co m o desearían. P articularm ente, los artícu lo s del s e ñ o r Bergm ann y del señ o r H em pcl involucran una te rm in o ­ logía q u e no es fam iliar para el científico prom edio.

Fran k t r a t ó d e p e r s u a d i r a N agel d e q u e la s p u b l i c a c i o n e s d e l in stilU L O n e c e s i t a b a n s e r c o n f e c c i o n a d a s de m o d o q u e s a t is f a g a n e s t a s e x p e c t a t i ­ v a s d e la a a a s :

V eo que se está dando una sensación generalizada que debe ser torna­ da en consideración. Es particularmente necesario que el p rim er a ñ o co n ten g a suficiente material que esté en la línea de lo que la A cad em ia espera d e nuestros Proceedings. [ ..] [Ellos] están particularm ente inte­ resados en la integración de los diferentes campos. [ ...] Me di cu en ta de que desean que la Academia hiciera algo en esta dirección y q u e este d eseo se vuelve cada vez más y más fuerte.30

P ara su fr u s tra c ió n , sin em b arg o , los colegas de F ran k p a re cía n m á s incli­ nados a o f re c e rle solo artícu lo s filosóficos técnicos que “n o e n c a ja n en el p ro g ra m a d e la A cad em ia ”31 y así eran más ap rop iad os p ara Synthese. A m e d id a q u e se a c e rc a b a n los ven cim ien to s de los p lazos p a ra el n ú m e ro de 1 9 5 2 , Fran k estaba ro gan d o de h e ch o tan to a M o rris c o m o a

Frank a Morris, 5 de octubre de 1951, C M r w Frank a Nagel, 5 de febrero de 1952, CMP.

»' JbiiL

N agel p o r artícu lo s. Ya h abía solicitad o a M orris q u e “nos p rov eyera d e tales artícu lo s, ya sea q u e fu eran escritos p o r u sted m isino o p o r alg u n o de sus co la b o ra d o re s",311 cu an d o le envió la m ism a solicitud a N agel: L a cosa más urgente parece ser en co n trar un n ú m ero de, diga­ m os, cin co o seis artículos que podríam os im prim ir en nuestros

Proceedings en la dirección que fuera prevista p o r la Academ ia. [...] Me p istaría que lo considere y vea si usted podría h acer una sugerencia respecto de quiénes podríam os obLcner tales artículos en el futuro ce rca n o .53

El p ro b lem a n o estuvo co n fin ad o a los m iem b ros de la ju n ta d e Fran k . El in ten to del instituto d e llegar al p úb lico y a los estudiantes c o n sus c o n ­ cursos de ensayos ta m p o co cu lm in ó bien. El p rim e r co n cu rso obtuvo solo v ein ticin co p resen tacio n es (las cuales “n o eran m uy buen as”, le dijo F ran k a W arren W eaver) y el segu nd o fue g an ad o p o r el am ig o d e N e u ra th , el b iólog o Jo se p h W o o d g e r (q uien h abía escrito u n a m o n o g rafía p ara la Encyclopedia) .S4 El in stitu to estab a o ficia lm e n te c o n e c ta d o c o n la

a a a s

a través d e su

C o m ité so b re la U n id a d de la C ien cia. D esd e la p ersp ectiv a d el c o m i­ té, las cosas n o e stab an y en d o b ien p a ra el in stitu to al a p ro x im a rs e a su t e r c e r a ñ o d e e x is te n c ia

E n un e n c u e n tr o , F ra n k , B u r h o e , B . F .

S k in n er y S tan ley S tev en s 110 p u d ie ro n lo g ra r reso lv er los v arios p r o ­ b lem as y re c la m o s q u e h ab ían su rg id o . S u m án d o se al re c la m o d e q u e los a rtícu lo s que F ra n k estab a p u b lica n d o en las “C o n trib u c io n e s ” n o e ra n accesib les p a ra los n o-esp ecialistas, la a c a d e m ia n o estab a c o n ­ fo rm e c o n q u e la se rie se estu v iera v e n d ie n d o m al. C u lp ó al in stitu to p o r la n atu ra le z a “d isp ersa q u e vio en los n ú m e ro s [q u e ] h a b ía p u e s ­ to o b stácu lo s al a u m e n to de la c irc u la c ió n ”. A d em ás, S tevens la m e n tó el “fo rm a to m ás b ien p o c o e s tim u la n te d e los Proceedings” y r e c o m e n ­ d ó q u e la serie tu viera “un e d ito r c o n u n a p o lítica fu e rte y c la r a y u n a m a n o m e d ia n a m e n te lib re" c o m o así tam b ién un p re su p u e sto . P u e sto q u e F ra n k n o c o n ta b a c o n m u ch o s a rtíc u lo s c o n los cu ales tra b a ja r, 3i Frank a Morris, 5 de octubre de 1951, o í r . Esta solicitud fue muy probablem ente lo que llevó a que el artículo de Laura Thom pson, la estudiante de Morris, apareciera en las “C ontribuciones" M Frank a Nagel, 5 de febrero de 1952, cm p . M "D iario de WW”, 27 de octubre de 1 9 5 ] , k a c k f 1.100, caja 35, carpeta 284. Los tópicos del ensayo eran "El divorcio entre la ciencia y la filosofía: sus orígenes históricos, su base lógica y las propuestas para su term inación" y “La lógica m atem ática como una herram ienta de análisis: sus usos y logros en la ciencia y en la filosofía" (inform e de Frank a la noviem bre de 1956, k a c r f 1.100, caja 35, carpeta 285).

r f ,

13 de

re c o m e n d ó q u e el in stitu to p a g a ra a a u to re s c o n el fin d e “o b te n e r b u e n o s a rtíc u lo s ".35 En g e n e ra l, el co m ité sen tía q u e el instituto d e F ran k ten ía u n a crisis d e id en ü d ad . Si sus p u b licacio n es h abían de ser p rin cip alm en te “p op u ­ lares” (e n u n sen tid o que in clu yera “el con su m o p o r cien tíficos en otras áreas”), m u ch as o tras revistas y p eriód icos ya h abían satu rad o este m er­ cad o y el in stitu to p a re c e ría red u n d an te. P o r o tro lad o , la a a a s p od ría p o n erse p re fe re n te m e n te d etrás del instituto si fu era a p u b licar “artículos p rim arios y / o secu n d ario s que p rovengan d e disciplinas in telectu ales o de las disciplinas cien tíficas” que estaban relacion ad as p o r añ a d id u ra co n la p ro m o ció n de u n a “filosofía in tegral de la cien cia del c o n o c im ie n to ”. En tal caso , sin e m b a rg o , el c o m ité reg resó al asunto de las relacio n es e n tre el instituto d e F ran k y el Philosophy o f Science á c C h u rch m a n , U n a vez m ás, las m an iob ras d e F ra n k p arecían prescin dib les: tal vez, su g ería Stevens, "la g en te de la u n id ad de la cien cia [p o d ría] re u n iry u n ificarsu p ro p ia e stru c­ tu ra org an ízacio n al” y c o m b in a r sus o p eracio n es c o n Philosophy o f Science. El com ité c e rró su e n c u e n tro sin h ab er a co rd ad o sobre “un p ro g ra m a para el fu tu ro de las ‘C o n trib u cio n es al análisis y síntesis del c o n o c im ie n to ’”. E! p ro g ram a q u e d ó c o m o un "asu n to in co n clu so" hasta q u e, c o m o verem os en el cap ítu lo 15, la a c a d e m ia esco g ió un nuevo p e rió d ico , Daedalus, p ara p ro m o v e r su in terés en la unidad de Ea c ien cia.3fi C on greso s a l “estilo B oston “ U n a te n u e luz e n este o scu ro p a n o ra m a p a ra e¡ in stitu to de F ra n k fue un co n g re s o que tuvo lu g a r en B o sto n , en d icie m b re d e 1 9 5 3 , d el cual surgió el vo lu m en d e en sayos The Validation o f Scientific Theories (F ra n k , 1 9 5 7 ). P o r e n to n c e s , F ra n k p e rm a n e c ió c o m o m ie m b ro del C o m ité G u b e rn a m e n ta l d e la A so cia ció n de Filo so fía de la C ie n c ia y c o n tri­ buyó a o rg a n iz a r el c o n g re s o en c o n ju n ció n co n la a a a s y la flam an te F u n d a c ió n N a cio n a l d e la C ien cia. F ran k e n cab ezó el vo lu m en c o n un ensayo p ro g ra m á tic o q u e p re se n ta b a los tem as de la u n id ad d e !a cien ­ cia, los roles d e la c ie n c ia en la so cied ad y tos fa cto re s so cio ló g ico s que afectan a la a c e p ta c ió n de teorías. L e sig u iero n los en sayos d e R ich ard R u d n e r ( 1 9 5 7 ) y H. B a rrin g to n M o o re ( 1 9 5 7 ) tratan d o , re sp ectiv am en te, los lem as d e los v alo res y la p o lítica e n el ra z o n a m ie n to c ie n tífic o . L u e g o , los ensayos d ed icad o s al o p e ra cio n a lism o p lan tearo n p reg u n tas a c e rc a d e

33 Academia Norteamericana de Artes y Ciencias, Comilé sobre la Unidad de la Ciencia, acta del encuentro, 16 de diciembre d e!952, cmi’% IbitL

q u é teorías y c o n c e p to s p e rte n e cía n leg ítim am en te a u n a c ie n c ia u n ifica­ d a -p r e g u n ta s q u e se v o lvieron m ás esp ecíficas en las s e cc io n e s te rc e ra y c u a rta del lib ro d e d ic a d a s a f psicoanálisis y al c o n c e p to d e "o rg a n is m o " e n b iolog ía. L a q u in ta y ú ltim a secció n , “L a cie n c ia c o m o u n fe n ó m e n o so cial e h istó ric o ”, p re s e n ta b a artícu lo s d e dos h isto riad o res d e la cie n ­ c ia (K oyré y G u e rla c ), u n p sicó lo g o (Edw in B o e in g ) y del filósofo d e la física R o b e rt C o h é n . M ien tras q u e la m ay o ría d e estos tem as reflejab an los in te re se s d e F ran k , el c o n g re s o d e 1 9 5 3 re p re se n ta b a m ás p le n a m e n te a la a g e n d a d e F ra n k que el ya p u b lica d o volum en Validation. “L a v alid ació n d e las teorías cien tíficas” e r a el te m a d et sim posio p rin cip al del 2 7 de d iciem b re. L o s tem as subsiguientes in clu ían “El arte y la cie n cia ”, “D esarrollos re cie n ­ tes en filosofía d e la p sico lo g ía ”, “La historia y la filosofía d e la cie n c ia " y el tem a que clau su rab a ei sim p osio, “C ien cia y e d u ca ció n g e n e ra l”. Estos tem as, y el h e c h o d e q u e los artículos de Validation tam bién fu eran publi­ cad o s en la revisLa p o p u la r Scientijic Monthly, su g ieren que el m o vim ien ­ to bajo F ran k h ab ía c o m e n z a d o a re cu p e ra r su avan ce y h abía e n c o n tra ­ d o tan to una au d ien cia p o p u la r co m o una eru d ita p ara su a p ro x im a ció n in terd iscip lin aria y h u m an ística a la com p ren sión d e la cien cia. Sin e m b a rg o , a p esar del éxito del que estaba g o zan d o F ra n k co n el co n g reso de 1 9 5 3 , hay evid en cia de q u e otros líderes de la profesión n o con sid erab an que su p ro y e cto fu era co m p letam en te rep resen tativ o de sus m etas y m éto d o s. P u ed e s e r soto coin cid en cia que H e rb e rt Feigl y H an s R e ich e n b a ch n o co n trib u y eran con artículos al vo lu m en Validation. P e ro está claro que n o estab an to talm en te satisfechos c o n el in stitu io, su m isión o c o n el lid erazgo d e F ran k . D eseaban c o n d u cir con gresos p rofesionales d e m a n e ra algo d ife re n te , c o m o Feigl lo resum ió en u n a ca rta que escri­ b iera a F ran k en 1 9 5 1 : C om o hem os aco rd a d o en nuestra breve conversación, sería muy deseable org an izar un en cu en tro para nuestro instituto sobre temas vi neniados a la lógica de la ciencia durante los últimos días de agosto o d urante sep tiem b re, d urante una o dos sem anas de discusiones intensivas p ero inform ales; de un grupo bien seleccion ad o, prefe­ riblem ente de n o más de una d ocena de participantes (y que no fuera ab ierto al p ú b lico ). Este tipo de con greso ha sido una ¡dea larg am en te ap reciad a p o r Reichenbach y yo mismo.

Feig l p ro v ey ó u n a lisia d e seis posibles tóp icos: las lóg icas altern ativas y su a p lica c ió n , la ló g ica m o d a l y la cau salid ad , el em p irism o y el co n v e n cio n a ­ lism o, los tipos altern ativ o s d e análisis y re c o n s m ic c ió n , con firn lab ilid ad

y sig n ificad o , y em p irism o realista c o n tra positivism o fe n o m e n a lista . L a esp e ra n z a p erso n al de FeigI e r a d e d ic a r el co n g re s o e n te r o a un tem a, "la in d u cc ió n y la p ro b ab ilid ad ". L u e g o proveyó u n a lista d e vein tin u ev e n o m b re s d e los cu ales p o d ría n e sco g e rse u n a d o c e n a de d isertan tes, la m ay o ría d e los cuales e ra n co n so lid ad o s filósofos. C la ra m e n te , FeigI no veía c o n a g ra d o a te n u a r el sitio d e reu n ió n c o n lu ces m e n o re s a m en o s q u e h u b ie ra “unos p o co s jó v e n e s eru d ito s altamente p ro m e te d o re s (o in clu so estu d ian tes d e p o s g ra d o )* q u e p u d ieran c o n trib u ir p a ra c o n se ­ g u ir “un v e rd a d e ro e n c u e n tr o d e c e re b ro s o [ . . . ] d e d elib e ra ció n p ro ­ fu n d a p a ra lleg ar a co n clu sio n es en los tem as im p licad os”. A u n q u e n o m e n c io n a n o m b res, FeigI re c o r d ó a F ran k que algu n as de las co m b in a ­ cion es d e las p erson alid ad es in v o lu crad as p o d rían ser d e to n a n te s d e p ro ­ b lem as y q u e sus h abilid ades d e lid erazg o h ab rían d e e s ta r b ien afiladas. FeigI e scrib ió que “bajo el lid erazg o d e un p resid en te p sic o ló g ica m e n te intuitivo y afab le, m u ch as d e las d ificultades re la c io n a d a s c o n cu e stio ­ nes d e p erso n alid ad p o d rá n s e r su p erad as y así el e n c u e n tr o p o d rá ser un é x ito g e n u in o " S7 Dos características sob resalen de la c a n a de Feigl. L a p rim e ra es que FeigI ya h ab ía co n ceb id o y p lan ead o este con greso p ara el in stitu to. F u era de tal vez in te n ta r “p ersu ad ir a la F u n d ación R ock efeller (o a algu n a o tra fu n d a ció n )" de que p atro cin ara la co n feren cia, F ran k fue d ejad o c o n p o co q u é h a c e r fu era de firm ar a u to m áticam en te las d ecision es vinculadas a los planes de Feigl. Feigl, q u e h abía discutido el co n g re s o cla ra m e n te y co n cie rto d etalle co n C arn ap , H em p el y N agel, proveyó a F ran k de sus c ro n o gram as p a ra el v erano. “B u e n o , estas son mis su g eren cias", con clu y ó Feigl. P e ro e ra n más que sim ples su g eren cias. “M uchos de n o so tro s tien en un real in terés" en “realizar este p lan ”, escribió al tiem p o que en viab a cop ias ca rb ó n ica s a M orris, N agel y Q uine. El co n g reso tuvo lu g ar en ju n io de 1 9 5 2 , en la ciud ad de Nueva Y ork , bajo el título de “D iscusiones so b re dife­ ren tes teo rías d e la in d u cc ió n ”.33 Si el p ap el d e Frank en la planificación del c o n g re so fue p eq u eñ o , tam ­ bién lo fu e el so lap am iem o e n tre el co n g reso y la m isión y las m etas del instituto. L o s tem as p rop u esto s p o r Feigl eran técn icos, y m uy p ro b ab le­ m en te n o term in arían llevando a publicaciones q u e p ud ieran ayu d ar a que Fran k satisficiera a sus p atro cin ad o res en la acad em ia. Ni fue ta m p o c o el tipo d e co n g re s o que Feigl y R eich en b ach “ap reciab an " p e d a g ó g ica m e n te , ni d e n tro ni fu era de la p rofesión. Solo p o d rían ser invitados estud iantes g rad u ad o s avanzados y estaría c e rra d o p ara el p ú b lico g en eral.

37 Feigl a Frank, 4 d e junio de 1951,

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cm p.

A lred ed o r d e dos años más tard e, este in tercam bio en tre Feigl y F ran k se rep itió. Esta vez, Feigl in form ó a F ran k de los planes que había h e ch o p ara un co n g reso "o ccid en tal” realizar en Berkeley, d uran te 1 9 5 3 . U n a vez m ás, Feigl escribió que n o se con su ltara a Frank sino que le in form en q u e "Brunswik, R eichen b ach y yo h em os estado h acien do p rep aracion es in ten ­ sivas”. Iba a h ab er un “con greso p úb lico (al estilo d e B o sto n )”, p ero estaría p reced id o “p o r un con greso restrin gid o (al estilo de un ‘taller de trab ajo ’) de unos 10 días d e duración". Los tem as fu eron fijados: in d u cción , Funda­ m en tos d e la física y fundam entos m eto d o lóg ico s d e la psicología. A un q ue F ran k había ofrecido algo de fin an d am ien to a partir del instituto, Feigl y R eich en b ach ya estaban en n egociacion es co n la Fu n dación N acion al d e la C ien cia y con laF u n d ació n Ford . T o d o lo que le quedaba p o r h a ce r a Fran k , sugería Feigl, era averiguar sobre las posibilidades d e fin an ciación con la F u n d ación C am egie en el caso q ue fracasaran las otras alternativas, A ju z g a r p o r el énfasis de Feigl y p o r las palabras q u e escogió, a Frank ni siquiera se le pidió esta tarea: podría ser igualm ente h ech a p o r “usted o cu alq u ier o tro de n u estro gru p o o p o r am igos de n u estro g ru p o ".89

Desfasado L o s p rob lem as con el instituto d e F ran k y la m an era en la_fuai Feigl y R e ich e n b a ch m an tu vieron d istan cia p rofesion al favorece la in te rp re ta ­ ción d e que Fran k se estaba q u ed an d o , a pasos acelerad os, desfasad o de su p rofesió n . Esto no significa asu m ir q u e el tipo de con g reso s privados, técn icos, y co n stru cto res de la disciplina que “ap reciab an " Feigl y o tro s exclu y era o im pidiera que F ran k p u siera en fu n cio n am ien to su in stitu to co n m ay o r é x ito . Ni significa asu m ir q u e u n a disciplina in telectu al d eb a e leg ir d esarrollar para sí o bien un n ú cleo profesional y técn ico o bien un p ro g ram a más accesible, público y so cialm en tc relevante. S im p lem en te, la cuestión era que el instituto y el m ovim ien to de U nid ad de la C ien cia p od rían h a b e r tenido é x ito en la d é ca d a de 1 9 5 0 solo en el caso en q u e los filósofos más d estacados e influyentes hub ieran escogid o ap oyarlo y p arti­ c ip a r e n él. P ero eso n o estaba su ced ien d o. Al m en os en p arte, en op in ión de los capítu los subsiguientes, esto se d eb ió a la m an era en la q u e F ra n k y su instituto desafiaron la atm ósfera d o m in an te y las ten den cias d e la cu l­ tura d e la G uerra Fría; un cam in o q u e n o siguieron los p royectos d e Feigi y R eich en b ach . P o r ejem plo, en un tiem p o en el q u e los o rgan izad o res de los con g reso s in tern acion ales a m en u d o en co n trab an dificultoso aseg u rar MFeigl a Frank, 7 de febrero de 1953,

cm k

visas o p erm isos d e segu rid ad p ara los in telectu ales ex tra n je ro s, en esp e­ cial los q u e m o strab an ten d en cias d e izq uierda, F ran k d eseab a p a tro c in a r p ro g ram as d e ih tercam b io in tern acion al. E n u n tiem p o e n el q u e la revis­ ta Science & Sociely e ra el ep íto m e del rad icalism o en los cam p o s u niversi­ tario s, F ra n k in stab a a sus colegas a a c e p ta r la investigación so b re las rela­ cio n es e n tre la c ie n cia y la socied ad , y, c o m o vim os a n te rio rm e n te , e sco g ió re im p rim ir un ensayo acerca del m aterialism o d ialéctico soviético en su co n trib u c ió n ai volum en de Paul Schilpp so b re C arn ap . En un tiem p o en el q u e las c re e n cia s y actividades p olíticas p o d ían llevar a ru m o res, y tales ru m o re s p o d ían llevar a investigaciones d e p arte del fb i, F ran k p a re c e n o h a b e r a d o p ta d o el “sentido de p ru d e n cia ”, co m o lo e x p re sa ra M orris, d e m a n d a d o p o r el “clim a de m ied o " re in a n te a co m ien zo s de la d é ca d a d e 1950. Al ser in terro g ad o s p o r agen tes q u e estaban realizan d o averigu acio­ nes en to r n o a la p olítica d e Fran k , sus co leg as y am igos o bien a p re n d ie ­ ro n o bien se les hizo ver vividam ente que este sen tid o d e p ru d e n cia e ra n e ce sa rio . P a ra los intelectuales q u e estaban desfasados de este m o d o res­ p e cto d e la a tm ó sfera y ten den cias d e la G u erra F ría, la vida rá p id am en te p o d ría vol verse dificultosa y d esag rad ab le.

Celebrando la libertad. El declive profesional de Philipp Frank y del movimiento de Unidad de la Ciencia

En 1 9 5 2 , el instituto de F ran k p a tro c in ó u n coloq u io a c e rc a d e “L a cien cia y la c o n d u c ta h um ana" El a n u n cio q u e difundiera F ran k al resp ecto sugie­ r e q u e el en cu e n tro p ro b ab lem en te fue p ensado para suscitar el acalo rad o y estru en d o so d ebate resp ecto de los valores. Especificaba q u e el gru po estará com puesto en su gran mayoría por aquellos interesa­ dos en la ciencia y en la lógica d e la ciencia y que por lo tanto estarán inclinados a acep tar la hipótesis de trabajo de que los méLodos de la ciencia eventualm ente p ued en se r adaptados a cualquier parte de la naturaleza, incluyendo la naturaleza hum ana.

C la ra m e n te , Fran k no q u ería q u e el sem in ario se tran sform ara en un foro p a ra los críticos del cientificism o y to m ó sus recau dos para evitar q u e tal c o s a su ced iera. “El d esacu erd o co n tal p resu p osició n ”, sostenía el an u n cio , “p u e d e s e r p resentad o m ás p ro v e ch o sa m e n te en o tro sitio ”.1 F r a n k se m o strab a d e safian te c o n los n eotom istas, los a n tico m u n istas y los crítico s del cien tificism o q u e exaltab an los valores h u m a n o s a u n nivel tal que los situ ab an fu e ra del a lcan ce d e la cien cia e m p íric a L as n ie ta s q u e p ersegu ía c o n su in stitu to , su ca m p a ñ a p a ra r e f o r m a r y s a c a r d e la oscuridad al C o n g re s o so b re C ien cia, Filo so fía y R elig ió n , sus p ro p u e sta s p ara la e d u c a c ió n d e la cien cia y su c o n tin u o in terés en 1 Instituto para la Unidad de la Ciencia, anuncio de Seminario General. 1952,

cmp.

d isc u tir el m ate ria lism o d ia lé ctic o ev itaro n q u e se u n iera al c o r o p a trió ­ tico q u e c e le b r a b a la tra s ce n d e n c ia d e los valo res sociales d e los E stad o s U n id o s o d e O c c id e n te so b re los d e los soviéticos y p o r e n c im a d el m e r o c o n o c im ie n to c ie n tífic o y e m p íric o . F ra n k estab a fu e ra d e s in to n ía c o n m u c h o s d e sus co leg as en filo so fía d e la c ie n c ia , y, c o m o vim os, m u c h o s d e sus am ig o s y co le g a s re s p o n d ie ro n a p reg u n tas so b re él q u e les h icie ­ ra n a g e n te s del

fbi

a c o m ien zo s de la d é c a d a de 1 9 5 0 . A m e d id a q u e la

d é ca d a avan zab a, la su erte de F ra n k n o m e jo ró . Vio c ó m o o tro s re c ib ía n fin a n cia m ie n to q u e él y su in stitu to ya n o re c ib ía n , vio c ó m o su se rie d e Contribuciones e r a reem p lazad a p o r D aedalus (revista so b re la c u a l n o e je rc ía el c o n tro l e d ito ria l), y e r a a ta c a d o , c u a n d o n o acu sad o d e c o m u ­ n ista, p ú b lica m e n te , en las p ágin as d e Philosophy o f Science.

El declive del Instituto para la Unidad de la Ciencia de Frank El d esafio de Frank fue u n o d e los varios asun tos que o c a s io n a ro n el d eclive del in stitu to. E n el a sp e cto fin a n cie ro , Fran k y el in stitu to d eja­ ron d e g o z a r del fav or de la F u n d a ció n R ock efeller. Su subsidio d e tres añ os fue ren o v ad o en 1 9 5 2 p o r un s e g u n d o p erío d o de tres a ñ o s , p e ro esta seg u n d a sub ven ción fue la últim a, N in gú n fin an ciam ien to a d icio n al de p a rte d e R o ck e fe lle r estaría p ró x im o a o to rg a rse , m ay o rm en te p o rq u e los a d m in istrad o res de la F u n d ació n cre ía n que Frank y otros “h o m b re s m ay ores” estaban c o n tro la n d o al m o vim ien to a la vez q u e fra ca s a n d o en re c lu ta r a g en te nueva,'- El in stitu to m an tu vo (o c o p a tro c in ó ) varios c o n g re so s “n a cio n a le s ",3 p ero realizó p o cos o nulos p rog resos h a cia sus otras m etas.

. * Informe del fideicomisario de la Fundación Rockefeller, 18 de enero de 1952, k a c kk 1.100, caja 35, carpeta 281. Entre el puñado de funcionarios que supervisaban el patrocinio de Frank, surgieron severas evaluaciones respecto de aquellos involucrados en el movimien» lo: “los directores involucrados son veteranos en el programa de unidad de la ciencia. [»...] [Brunswiky Feigl] ya han pasado la fase de aportes originales y sobresalientes. .] Por algún tiempo se han estado reiieravulo a sí mismos, con prejuicios y confiímdo que poseen las res­ puestas, o al menos que cuentan con la mejor línea de solución para los problemas que les interesan. ] Rcichenbach y Feigl tienden a ser monologutsias, y muestran, un tanto en demasía, condescendencia hacia losjóvenes" {[Fuente desconocida] a WW, 9 de diciembre de 1951, k a c hk 1,100, caja 35, carpeta 284) 3 Los congresos fueron: en abril de 1950, en Boston: “Cuestiones actuales en la filosofía de las ciencias’1; en mayo de 1951, en Boston: “La lógica y la sociología de la ciencia"; en junto de 1952, en Nueva York: "Discusiones acerca de diferentes teorías de la inducción"; en junio de 1953, en Berkeley; "Congreso acerca de los fundamentos de la física y de la psicología"; en diciembre de 1953, en Boston: “Congreso acerca de la validación de las teorías científicas"; y en mayo de 1956, en Cambridge, MassachusscLs: “La ciencia y la visión moderna del mundo".

A d em ás, e xiste evid en cia de que F ra n k n o estab a calificad o p a ra el lide­ razgo del in stitu to y del m ovim iento. E n fe b re r o d e 1 9 5 2 , p o r ejem p lo , p o c o d esp u és d e que F ran k a n u n ciara el o to rg a m ie n to del seg u n d o subsi­ dio d u ra n te los sigu ientes tres añ os, H e r b e r t Feigl le escrib ió p a ra d iscu tir el tem a del co n g re s o que estaba p la n e a n d o y lo re p re n d ió p o r el m o d o en que estaba llevando ad elan te las cosas: Sugiero que discuta los proyectos d el instituto de m odo de lograr un a cu e rd o con toda la com isión d irectiv a. R ecu erd o que algunos de sus m iem bros exp resaron sus reseiv as co n respecto al valor del co n cu rso de ensayos con prem ios. E n cu alq u ier caso, seria alta­ m en te deseable que nuestros planes p a ra los p róxim os tres años se realicen de una m anera co m p le ta m e n te cooperativa.'4

A unque tal vez el c o m e n ta rio de Feig l n o d e b ía e sta r aislado de su p rop ia vin d icación de lid erazgo en la o r g a n iz a ció n d e co n g reso s in d ep en d ien ­ tem en te del instituto de Fran k , o tro s ta m b ié n n o taro n q u e F ran k a v e c e s no co n se g u ía s e r un co leg a ejem p lar. E n varias o p o rtu n id ad es, C arn ap , H o ra ce Iíallen, M arie N eu rath y jo s e f , el h e r m a n o d e F ran k , lo criticaro n c o m o p o c o con fiab le o “d ilato rio ”.5 El en tusiasm o d e F ran k era g e n u in o , p e r o m u ch o s de sus p royectos avan zaron p o co m ás allá de su p la n ific a c ió n y de la c o n fe cció n d el pro­ yecto respectivo. E n u n a fech a tan ta r d ía c o m o 1 9 5 2 , F ran k se refirió a su iniciativa para la so ciolog ía d e la c ie n c i a c o m o si se tra ta ra de u n a idea em b rio n aria: "D eb eríam os ir c o n c r e ta n d o el p ro y e cto sob re la ‘sociología ■ de la c ie n c ia ’", le escrib ió en u n a o p o r tu n i d a d a N agel. “T al vez podría dirigirse u n a vez m ás al p ro feso r M e rto n s o b re este p articu lar. A dem ás, yo d eb ería in ten tar p o n e r m e en c o n ta c to c o n alg u n o s sociólog os" D os m eses m ás tard e, Frank le escribió a M orris in fo r m á n d o le que “vam os a co m en zar p ro n to " c o n el p ro y ecto sob re s o c io lo g ía . In c lu s o e n to n ce s F ra n k p arecía in d eciso , al tiem po que le solicitab a a M o rris q u e “h aga algunas sugeren ­ cias p ara p royectos alteraativ os’’.(i

4 Feigl a Frank, 7 de febrero de 1952, c m p . 5 Carnap a Morris, 18 de enero de 1956, c m p ; Kallen a Morris, 7 de mayo y 19 de octubre de i 937, jk m c . Marie Neurath informó a Morris que Jo se f Frank “también se queja de los silencios de Plúlipp” (Marie Netirailt a Morris, 15 de mayo de 1958, c m p ) En una oportu­ nidad, Frank se excusó de no escribirle a O tio N eurath p or más de nn año: "Me parece casi increíble que no le escribiera por tanto tiem po. He dado en mi escritorio con Lres cartas dirigida hacia usted que alguna vez había com enzado a escribir, pero que 110 continué por una u otra razón” (Frank a Neurath. 12 de feb rero de 1942, o n n ) c Frank a Nagel, 5 de febrero de 1952; Frank a Morris, 29 de abril de 1952, c m i \

El d iccio n ario op eracio n al d e térm in o s científicos p ro p u esto p o r Frank e n c o n tr ó u n d estin o sim ilar. D iscutió el p ro y ecto c o n su a g e n te d el p a tro ­ cin io d e la F u n d a ció n R ock efeller, C h ad b o u rn e G ilpatric, e n el e n cu e n ­ tro de 1 9 5 2 d el

c cfr

en la ciudad d e N ueva York. F ran k h ab ía en listad o

al h isto riad o r KarI D eu tsch del

m it

p a ra q u e fuese el co e d ito r, y al tiem ­

p o q u e los tres ch arlab an , G ilpatric tuvo la im p resión de q u e el p ro y ecto estab a avan zan do: "E n te n d í de usted y d e D eu tsch ", re c o rd a ría m ás tard e, “q u e estab a b astan te c e rc a de u n a fo rm u lación satisfactoria d e al m en os unos p o co s térm in o s seleccion ad o s". P e ro m ás tard e, cu an d o F ra n k discu­ tió el p ro y ecto e n la fu n d ación c o n W arren W eaver, d escrib ió las cosas de u n m o d o d iferen te. C u an d o G ilpatric supo lo q u e F ran k le h ab ía d ich o a W eaver, n o se sintió m uy com p lacid o : Había entendido que estaba preparado para presentar definiciones operacionales com pactas y ejemplares, lo cual n o es en sentido alguno lo mismo que “un pequeño ensayo" para cada térm ino clave en el cual se discutirían los principios para encontrar las definiciones operadonales. Tam bién debo h acer notar nuestra decepción respecto de su intención de com enzar con términos tan generales, vagos y ambiguos co m o los que se ofrecen al final de su lista de 300 conceptos básicos,7

E n u n m e m o ra n d o a W arren W eaver, G ilpatric criticó n o solo al p ro y ecto de F ran k y D eu tsch en to rn o al d iccio n ario , sino al m ism o Frank : El valor de su p ropu esta d epen de en p arte de cóm o serán publi­ cados y de có m o circularán las definiciones. D esafortunadam ente, Frank n o d ice nada sob re esto. C om o están las cosas, la propuesta es confusa y con seguridad no fue analizada deten id am en te. Estaría re co m e n d an d o un voto co n tra la ayuda de

rk.

C o m p a ra d o co n D eu stch , c o n quien G ilpatric estab a m uy im p resio n ad o , G ilpatric le h ab ía p e rd id o el resp eto p rofesional a F ran k c laram en te: Me gustaría h a c e r n otar aquí que Kart Deustch tiene un extrao rd i­ nario y am plio co n ocim ien to de los con cep tos científicos, se exp resa a sí m ism o co n claridad , y p odría estar calificado para p lan ear y llevar a cab o un d iccio n ario co m o el que ha sido propuesto. La co lab o ració n d e Frank resultaría desventajosa.8

7 C¡lpairic a Frank, l de diciembre de 1952, r a C h f 1 .100, caja 35, carpeta 279. fl Cilpairic a Weaver, 5 de noviembre de 1952, h a c 1.100, caja 35, carpeta 279.

Anticientifícismo y anticomunismo entre los filósofos de la ciencia M ien tras que' F ran k y su in stitu to co m en zaro n a p e rd e r el fav or de la F u n d ació n R o ck efeller, un c re c ie n te n ú m ero de sus co leg as en filosofía - f u e r a de Kallen y H o o k , q uien es se les h abían ad elan tad o d u ra n te la d é ca ­ d a d e 1 9 4 0 - co m e n z a ro n a h a c e r pública c ierta sim patía c o n algu n os d e los tem as an ticom u nistas d o m in an tes y con las posturas de la vida in telectu al d e la G u erra Fría. H ab ía dos posiciones pop ulares c o n re s p e cto a las cues­ tiones d e si la cien cia (o la filosofía científica) debía tra ta r tem as relacio­ n ad o s c o n los valores -p o lític o s , sociales o é tic o s - así c o m o tam b ién , eventu alm en te, c o n resp ecto a c ó m o d ebería h acerlo. L a p rim era ab ogab a p or la ru p tu ra d e co m p ro m iso s y sostenía q ue la filosofía d e la c ie n c ia d ebería m an ten erse at m argen de tales debates. L a segunda sostenía q u e la filosofía d e fa cie n cia al m en o s d eb ía ap oyar la co n cep ció n d e q u e la m o ral ab solu ­ ta y los valores sociales existen , si n o tam bién la co n ce p ció n p artid aria de q u e los de O ccid e n te son claram en te sup eriores a los d e los soviéticos. A com ien zos d e la d écad a d e 195 0 , E rn est Nagel y M artin G a rd n cr se o cu p a­ ro n d e estos tem as y p u siero n d e m anifiesto am bas posturas. E n un ob itu ario a Félix K aufm an, E rn est Nagel se refirió al “agu d o asu n to d e si las cu estion es co n cern ien tes a los valores m o rales individua­ les y públicos son susceptibles de ser resueltos cien tífica y ob jetivam ente". N agel apoyó la posición d e K anfm m an, la cual estaba su tilm en te c e rc a de la de Frank : si nuestras “reglas de ap licación ” de los térm in o s m o rales son cxp licitad as, exp licab a N agel, en ton ces “las cuestiones m o rales son tansusceptibles d e ser d ecid idas objetivam ente co m o lo son n uestras cuestio­ nes relativas a la física y la b iología” (N agel, 1950, p. 4 6 7 ) Sin e m b arg o , c u a n d o se tratab a de la política y del p rob lem a d e la paz y la estabilidad in tern acio n ales, N agel era escép tico de que la ciencia o la filosofía tuvie­ ran algu n a relevancia. En la reseñ a a un libro escrito p o r Lewis M um ford, en el cual insistía en q u e d ebem os "a p re n d e ra p articip ar de una p e rd u ­ rab le com u n ió n universal con la hum anidad toda”, N agel escribió en el antiestalinista Neio Leader que: Es e x tre m a d a m e n te dudoso que tal reo rien tació n p o r p arte de cad a se r h u m a n o constituya o no una con d ición n ecesaria p ara Ja d esap arició n de las guerras frías y de las g u erras ab iertas que [M u m fo rd ] d esea tan fervientem ente S egu ram en te hay funda­ m en tos respetables p ara c re e r que este objetivo p od ría ser reali­ zado d e n tro del m a rco de las actuales organ izaciones p olíticas de los h o m b res y so b re la base de los ideales m orales actuales.

N agel n o a c e p tó la p o stu ra u tó p ica d e M u m fo rd p o rq u e la h istoria n o Jo apoyaba. C on respecto a las sugerencias clel señ o r M um ford co n cern ien tes al establecim iento de las íntimas organ izaciones vecinales, o de gru pos de trabajo p úblico, o de simpatizantes del com u n ism o internacio­ nal, hay p oca evidencia q ue m uestre que tales dispositivos hayan con trib uido significativam ente en el pasado a la creació n de una com u n id ad m undial, o de que sin una reorganización fundam ental en lo eco n ó m ico y en lo político tam o en un nivel nacional co m o en uno internacional tengan probabilidad de lograrlo en el futuro (N agel, 1 9 51, p. 2 2 ).

Nagel estuvo de a cu e rd o c o n K aufm an y o tro s (in clu yen d o a Fran k , M orris y Dewey) en q u e la c ie n c ia y ta filosofía d e la c ie n c ia p o d rían e c h a r luz sob re los valores y cuestion es relacion ad as a c e rc a d e la c o n d u cta h u m an a. P ero c o n resp ecto a la G uerra Fría, estaba resig n ad o al quietism o y a ro m ­ p er com p ro m isos. S olo la reestru ctu ració n p olítica y e c o n ó m ic a , y n o los recursos que p u d ieran s e r ofrecidos p o r la filosofía, p o d rían llev arad elan te una “co m u n id ad m u n d ial” o re d u c irla s ten siones in tern acion ales. M artin G at'dner siguió a H ook y a Iíallen m ás c e rc a n a m e n te q u e Nagel. C u an d o reseñ ab a libros en el Afau Leader, instó a los filósofos de la cien ­ cia a re to m a r la cau sa del a m ico m u n ism o y n o e m p re n d e r la re tirad a fren te a p ostu ra política alguna. A G ard n er le ag rad ó The Rise o f Scientijic Philosophy de R eich e n b ach (1 9 5 1 ) p o r su co n te n id o técn ico . P e ro , criticó que "el libro e xh ib e u n a d ebilidad" cu an d o trata cu estion es éticas y p olí­ ticas. "R eich en b ach arg u m en ta que las leyes m o rales n o p u ed en s e r c o n ­ sideradas v erd ad eras o falsas puesLo que son exp resio n es del d eseo y d e las directivas p erson ales p ara la co n d u cta de o tro s. ‘L a cien cia nos d ice lo que es, no lo que d eb ería se r’” El tratam ien to d e la ética p o r p a n e d e R eichen b ach “no m e p a re ce q u e afecte a los fu n d am en to s”, se quejab a G ard n er, al tiem p o q u e p ro cu rab a in citar a R eich en b ach a a d o p ta r una posición m ás p artid aria: “C u an d o una sociedad d e m o c rá tic a está e n c o n ­ flicto co n u n a socied ad fascista”, escribió con suspicacia, “u n o se p reg u n ta có m o arb itraría R eich en b ach en tal d isp uta” (G a rd n e r, 195 1 , p. 2 3 ) . G ard n er ex p re só reservas similares a c e rc a de Rslativity: A Ricker Tntlh, de Frank (1 9 5 0 ). En una reseña titulada “Relatividad: aju ar de bodas o caja de P an d o ra", dio el visto bueno a las d istin ciones de F ran k e n tre la teoría de la relatividad en física y las n ocion es vagas a c e rc a de la relativi­ dad cu ltu ral, y a c o rd ó c o n que la p rim era “n o lleva, co m o tos crítico s de la ciencia sugieren tan a m en u d o , a una n egación de los valores p olíticos y

m orales”. C on tod o, G ard n er d ed icó la m itad d e su reseñ a en articu lar, sino en b uscar, p reo cu p acio n es a ce rc a de las im plicaciones políticas del libro. "E n el nivel e n el que está escrito este lib ro”, escribió, “es difícil e n c o n tra r áreas en las que exista d esacu erd o ”. P e ro ese n o es el nivel en el q u e G ard n er estaba in teresad o : “hay cuestiones m ás profundas que Fran k n o to c a ”. U na co sa es re c o n o ce r que la ciencia n u n ca nos lleva

a la

verdad

definitiva y una muy diferente es n egar que el térm ino “verdad definitiva” sí tiene significado. N uestro con ocim ien to del cen tro d e la T ie rra [p ara usar u no de los ejem plos de Frank] puede alterarse co n fo rm e avanza la investigación, p ero esto no significa que la naturaleza del ce n tro de la Tierr a esté cam biando co n tin u am en te. Los m iem bros del Círculo de Viena tienen el inquietante h ábito de hablar co m o si el cosm os n o tuviera estructura definitiva alguna, o m ás p recisam en te, co m o si n o tuviera senúdo d ecir que la tien e (G ardn er, 1950b , p. 2 6 ).

D esafo rtu n ad am en te, y c o m o su ced iera c o n la ob ra d e R e ic h e n b a ch , el libro d e F ra n k e ra “p o c o su stan cioso" o “silen cioso” a c e rc a d e “cu estion es c o n ce rn ie n te s al relativism o m ctaíísico y é tico q u e todavía n os in vad e”. P o r su p u esto, F ra n k h ab ría estad o en fáticam en te en d e sa cu e rd o , p o rq u e su libro e ra p recisam en te un tra ta m ie n to del relativism o é tic o q u e p ro c u ra -1 ba m o stra r cu án v erd ad eram en te com p licad as eran la m ay oría de las aser­ cion es éticas y cu á n to n ecesitab an s e r con textu alizad as. P e ro a G a rd n e r n o le g u staro n estas sutiles co m p lica cio n e s h e rm e n é u tica s. H ab ía u n a “e stru ctu ra definitiva” del cosm os. A ju z g a r p o r 1a p reg u n ta que le hizo a R e ich e n b a ch , esta e stru ctu ra n o solo era física y sem án tica, sino tam b ién m oral y g eo p o lítica. G a rd n e r e n c o n tró “in q u ietan te" q u e en sus escritos estos filósofos de la cie n cia n o resp etaran tod a esa estru ctu ra.

El Congreso para la libertad-de la Cultura M ien tras que las reseñ as de libros d e G a rd n e r estim ulaban a los filósofos d e la cie n cia a que resp eten la m o ral p o p u la r y los im perativos valorativos del a n tico m u n ism o d e la G u erra F ría , el C o n g reso p a ra la L ib ertad d e la C u ltu ra m u estra c ó m o estos im p erativos satu raro n a la m ás am p lia cu ltu ­ ra in telectu al d e las d écad as d e 1 9 5 0 y 1 9 6 0 . El co n g reso estab a o rg an iza­ d o p o r un g ru p o de líd eres de in telectu ales y oficiales d el g o b ie rn o d e los E stad os U nid os y d e E u ro p a que estaban u nid os e n tre sí p o r sus an tipatías c o n el totalitarism o y co n la U n ió n Soviética. Este g ru p o in clu ía a H oo k ,

A rth u r K oestler, Ignazio Silote, Melvin Lasky, Ja m e s B u rn h a m , Dwight M acD on ald (ed ito r de la Pentisan R evim ) , A rth u r S ch lesin ger J r . , N icolás N ab ok ev (el h erm an o del novelista) y a los e x p e rto s en in teligen cia m ilitar M ichael Jo sselso n y T o m B rad en . C o m o lo d escrib e Fran cés S au n d ers, la sem illa d e su co la b o ra ció n fue la p rotesta p ú b lica de H o o k en el C o n g reso W a ld o rf e n 1 9 4 9 .9 P a ra H o o k y M ichael Jo sselso n , un an tisoviético exilia­ d o de E sto n ia, el C o n g reso W ald o rf e ra p a rte de u n a agresiva cam p añ a p ro p ag an d ista soviética que resu ltó ser a larm an tem en te efectiva en p er­ su ad ir a los in telectu ales de q u e los soviéticos p ro cu rab an la p az y n o la d o m in ació n m undial totalitaria. El p atro cin io de C arn ap h abía ayudado a c o n v e n c e r a H o o k d e que incluso los filósofos más p ro m in en tes estaban ciegos fre n te al h e c h o de que las ten siones e n tre la d e m o cra cia o c c id e n ­ tal y el co m u n ism o soviético eran cuestion es de blanco o n e g ro , del bien y del m al y d e que todas las causas soviéticas -in c lu s o la causa de la "p az”m erecían u n a resisten cia férrea. Si los soviéticos estaban p o r m an ip u lar los p en sam ien tos y las lealtades de los intelectuales en los E stad os U nid os, razon ab an H o o k y los o tro s líderes del co n g reso , estab lecerían u n nuevo fo ro p ara c o n tra rre s ta r a la p ro p ag an d a soviética y p a ra p ro m o v e r la liber­ tad in telectu al y el individualism o en E u ro p a -p re fe rib le m e n te tan c e rc a de la U n ió n Soviética c o m o fu e ra posible Josselson ten ía las c o n e x io n e s gu b ern am en tales n ecesarias p ara c o n cre ta rlo . El p rim e r C o n g re s o p a ra la L ib e rta d d e la C u ltu ra tuvo lu g a r en B erlín un a ñ o d esp u és d el C o n g re s o W ald o rf. P o s te rio rm e n te , los c o n ­ greso s tu vieron una p erio d icid ad an ual e in v o lu craro n exh ib icio n es artís­ ticas y d eb ates in telectu ales a lo larg o d e to d a E u ro p a , así c o m o tam ­ b ién revistas in telectu ales, in clu yen d o Preuves en F ra n c ia , E ncoun ter en In g la te rra y D erM o n a l en A lem an ia. P ara m ed iad o s d e la d é ca d a d e 1 9 5 0 , escrib e S au n d ers, la piolífica actividad del co n greso [ ...] lo había convertido en una característica ap rem ian te de la vida cultural occiden tal. Desde las plataform as de sus con feren cias y sem inarios, y a lo largo de las páginas de sus bien inform adas revistas, intelectuales, artistas, escritores, poetas e historiadores adquirieron una audiencia para sus co n cep cio n es que ninguna o tra organización -c o n excep ció n del C o m in fo rm *- p odría lograr (Saunders 1 999, p. 3 4 0 ).

Véase Sannders 1999, en especial el capítulo 3. Hook evernualmente tuvo una diferencia con el congreso y solo fue protagonista importante en sus primeros años. Acrónimo, en ruso, tic Oficina de Información sobre el Comunismo Internacional, que perduró alrededor de una década, [N, del T.)

Saun d ers c o m p a ra el c o n g re s o c o n la C o m in form , Ja ag e n cia d e p ro p a­ gan d a soviética, p o rq u e en 1 9 6 7 los periodistas n o rte a m e rica n o s c o m e n ­ zaron a e x p o n e rla s co n exío ríés'd él co n g reso co n !a

c ía

y c o n fu n d acion es

n o rteam erican as privadas {ibid., p. 3 8 2 ). P uesto que el c o n g re so se op u so p rin cip alm en te al c o n tro l d e la vida cultural e in telectu al soviética p o r p arte de M oscú, estas rev elacio n es de que et co n g reso estab a sim étrica y s e cretam en te fin an ciad o p o r la

c ía

y estas fundaciones red u jero n g ra n d e ­

m en te su cred ib ilid ad . P a ra los m u ch o s in telectu ales y artistas que disfru­ taban de los viajes a las c o n feren cias eu rop eas y de estip en d ios o salarios para p ro d u cirla s p u b licacio n es de los con gresos, las revelaciones fu ero n o bien im p actan tes (p a ra aq uellos que n o estaban al tan to ) o bien altam en ­ te em b arazosas. A d em ás, las revelaciones se sum aron al c re c ie n te en o jo y d esconfianza en el g o b ie rn o estadoun iden se e n tre los in telectu ales y los estudiantes p o r la g u e rr a d e V ietnam .

Daedalus y la nueva unidad de la ciencia El C o n g re so p a ra la L ib e rta d d e la C u ltu ra se o p o n ía al m o v im ien to de U n id a d d e la C ie n cia y al in stitu to d e F ran k tan to c o n c e p tu a l c o m o in stitu cio n alm en te. C o n c e p tu a lm e n te , el c o n g re so fue re ce p tiv o al a ta ­ q u e d e K allen al m o v im ien to al tiem p o que a d o p tab a los h e rm a n a d o s tem as de la lib ertad y la c ie n c ia . En ia p rim era c o n v o c a to ria en B erlín , u n o de los c in c o d e b a te s fue titu lad o "C ien cia y to talitarism o ". U n c o n ­ greso so b re “C ie n cia y lib ertad " tuvo lu gar en H am b u rg o tres añ os d es­ pués. In s titu c io n a lm e n te , el co n g re s o estaba vin cu lad o c o n el in stitu to d e F ran k a través de la F u n d a c ió n R o ck efcller, la cual fin an ció p ro y ecto s relacio n ad o s c o n los c o n g re s o s , tales c o m o la revista de M ich aet P olan yi, Science a n d Freedom. In a u g u ra d o y bautizad o co n ese n o m b re lu eg o del c o n g re so de H a m b u rg o , este p a tro c in io inicial d e la revista fu e provis­ to p o r la F u n d a c ió n R o ck e fc lle r y la F u n d ación F arfield - l a “F u n d a ció n D escab ellad a", p a ra los afiliad os c o n o c id o s - que s e c r e ta m e n te o to rg ó fo n d os d e la

c ía

p a ra et c o n g re s o (S au n d ers, 1 9 9 9 , pp. 7 7 , 2 1 4 , 5 5 7 ) . L a

F u n d ació n R o ck e fe lle r tam b ién proveyó al c o n g re so del u so d e su e le g a n ­ te lu g ar de re tiro ita lia n o , Villa S erb cllo n i. Con el ap oyo d e un eq u ip o d e c in c u e n ta y tres p e rs o n a s, la villa era co m o “un re tiro in fo rm al p a ra los m iem b ro s m ás e m in e n te s [d el co n g re so ] - u n tipo de ra n c h o p ara fu n cio n ario s d o n d e la p rim e r a línea en Ja K td lu rk a m p f p o d ría re c u p e r a r sus e n e rg ía s” ( ibid., p. 3 4 6 ) . * En alemán en el original. Léase: “lucha cultura]" [N. del T.]

A lgunos d e los fu n cio n arios d e la F u n d ació n R o ck efeller q u e apoya­ ban al c o n g re so fu ero n tam bién quienes h ab ían ap oyad o in icialm en te al instituto d e F ran k , p e ro que lu ego p e rd ie ro n in terés en él. El je fe d e su división d e h u m an id ad es en la d écad a d e 1 9 5 0 fue C h arles Fah s, un vete­ ra n o d e la o rg an izació n p rc d e c e so ra d e la

c ía ,

la o s s (O ficin a d e Servicios

E stratég ico s). Su asistente fue el c o n ta cto d e Fran k , C h ad b o u rn e G ilpatric, quien e r a un v e te ra n o tan to d e la o s s c o m o de la c í a F ah s y G ilpatric eran “los p rin cip ales en laces c o n el C o n g reso p ara la L ib ertad d e la C u ltura, y responsables del o to rg a m ie n to de im p o rtan tes subsidios p o r p arle d e R o ck efeller” p ara este (S aun ders, 1 9 9 9 , p. 1 4 5 ). En el c o n te x to d e su fin an ciam ien to R o ck efeller, el co n tra ste e n tre el fracaso dé Fran k y el éxito d el co n g re so y d e sus p u b licacion es resul­ ta d ram ático . E n ju n io d e 196 5 , la Villa S erb ellon i fue el sitio d e un c o n ­ greso-sem inario titulado “Las co n d icio n es del o rd e n m u n d ial”, q u e fue co p a tro c in a d o p o r la A cad em ia N o rte a m e rica n a de A rtes y C iencias y la revista Daedalus, u n o de cuyos fu n d ad ores fu e ra u n jo v e n co le g a d e Frank en H arvard y e n el instituto, G erald H olton Daedalus estaba tam b ién e n tre los p erió d ico s que el con greso apoyó a co m ien zo s de la d écad a d e 1 9 6 0 al ad qu irir re g u la rm e n te copias de cad a n u m e ro {5 0 0 , en este caso ) c o n fon­ dos d e la

c ía

p a ra lu eg o distribuirlas a lre d e d o r del m u n d o .10

Daedalus e m erg ió de e n tre las fru stracion es m ism as co n las que lu ch ó Frank c u a n d o ed itó su Contiibuciones para el análisis y síntesis del conocimien­ to para la acad em ia. L a acad em ia d eseab a p u b licar u n a revista c o n un títu­ lo m en os c o m p ro m e te d o r que el de Proceedings o f the Academy of Arls and Sciences y q u e p ro m o cio n aría m ejo r el d iálogo in ierd isciplin ario e n tre los especialistas en d iferen tes cam pos. El resu ltad o , que F ran k con trib uyó a foijar, fue el lan zam ien to de Daedalus e n m ayo d e 1 9 5 5 .11 En algunos sen­ tidos, el n uevo p erió d ico señaló el fin de Ja p ersecu ció n de las m etas que el instituto de F ran k rep resen tab a. P rim ero , c o m o hizo cla ro W a ltcr M uir W hitehill, su ed ito r, “Daedalus n o p re te n d e la p o p u larizació n ” (W hitchill, 1955,

p. 5 ) ,

H o lto n p ro n to sucedió a W hitehill c o m o ed itor y ex p licó que

Daedalus existía p ara a y u d a ra que “eru d itos d estacad os en tod os los ca m ­ pos” se co m u n iq u en y pongan “aten ció n u n a vez m ás en lo q u e nos h ace o nos d eb ería h a c e r m iem bros de una co m u n id a d ” (H o lto n , 1 9 5 8 , p. 4 ). C o m o fu e ra , el p erió d ico esp ecíficam en te n o in te n ta ría c o n e c ta r a la com u n id ad co n el público: 1,1 Otras revistas apoyadas a finales de la década de 1950 y comienzos de la de 1960 incluyen a la Pnrlisun ¡letrina, al New ¡Mider, a la Kenyon ¡itvini' y Ü Jo u rn a l o f lite Hiilm y v f Itlais (Saunders. 1999, pp. 333, 336, 338). 11 Frnnk fue un m iem bro de un “com ité especial' que asistió ni comiLé de publicaciones de la academ ia en la planificación de la nueva revista (W hitehül, 1955, p. 4)

Aquí, el especialista puede presentar un aspecto de sil campo [ .] a especialistas en otros campos, que solo demandarán del autor que su informe no se vea eclipsado por concesiones inapropiadas para con su audiencia. La influencia de Daeilolus en la sociedad más amplia, en el público en general, estará determinada enteramente por su "impacto en estos grupos más pequeños (Holton, 1958, p. 4). L a acad em ia y su nueva revista todavía sostenían las n ietas d e llevar ad e­ lante el c o n o c im ie n to y de ilu m in ar a la socied ad , p e ro esto ú ltim o sería solo c o m o u n p ro d u c to c o la te ra l de su p re o cu p a ció n p rim aria relacio n a­ da c o n la c o m u n ica c ió n e n tre especialistas. E n segu n d o lu g ar, Daeclalus p ro m o v ió c o n ce p cio n e s so b re la U nid ad de la C ien cia y las re lacio n es e n tre la cien cia y las h u m an id ad es que esta­ ban más c e rc a d e la c o n c e p c ió n de la c ie n cia lib ertaria d e Iíalien q u e de la co n ce p ció n colectivista y co o rd in a d a d e F ran k (y de N e u ra th ). T re s añ os desp ués de su p rim e ra a p a rició n , la revista p ub licó trab ajos de un sim p o­ sio q u e d u ró solo u n d ía y que se h iciera en h o n o r a F ran k y a Briclgm an en ocasión de su p aso a re tiro d e H arv ard . F ran k leyó u n a p o n e n c ia , “La cien cia c o n te m p o rá n e a y la visión del m u n d o c o n te m p o rá n e a ” (1 9 5 8 ) , y volvió a tratar los tem as d e su libro Relalivily: A Richer Trulh. A tacó una visión inductivista y p o p u la r d e la c ien cia, “c o m o el p ro d u c to d e u n a abs­ tracció n de n u estra rica y p len a e x p e rie n c ia ” (F ran k 1 9 5 8 , p. 5 9 ) , y en fati­ zó la creatividad y la im ag in ació n cien tíficas (tales c o m o las d e E in stein ). T am b ién volvió a tem atizar su ap elació n a la sem án tica p ra g m á tica y operacion al co m o u n a h e rra m ie n ta para c o m p re n d e r a la cien cia y p a ra e x p o ­ n e r a las p op u larizacio n es sim plistas a c e rc a de los significados cu ltu rales o p olíticos que su p u estam en te la cien cia revela (in d u ctiv am en te) en la n aturaleza. En un artícu lo en el que citab a a escrito res tan diversos c o m o A rchib ald M acLeish y W itig cn stein , y a la Biblia, F ran k instaba a q u e la cien cia sea re c o n o c id a c o m o u n a em p resa h um anista y creativa, no e n te ­ ram en te aislada del a rte y la poesía. L a c ie n cia , p o r lo ta n to , no m erecía su rep u tació n vigen te de d istam e, a lta m e n te especializada e in cap az de a b o rd ar p regu n tas a ce rc a s d e “n u estro m o d o de vida”: Otros autores, viendo a la ciencia com o una abstracción desliumanizada, concluyen que la ciencia no puede L e n e r influencia alguna sobre la filosofía com o una visión del mundo que deter­ mina nuestro modo de vida. Evidentemente, esta guía debería ser dejada com pletam ente a fuentes irracionales de) conocimiento, por ejemplo a la religión, la metafísica e, implícitamente, a la filosofía política ( ibid).

F ran k e n co n tra b a in exp licab le y cu ltu ralm en te p eligroso q u e la cie n cia y la filosofía estuviesen tan especializadas, co m p arü m en tad as y aisladas de cu estio n es vinculadas a la so cied ad y a Iti pulítica. El físico R o b ert O p p e n h e im e r resp on d ió al artícu lo de F ran k y n o c o m ­ p a rtió sus lam en tos resp ecto d e la esp eciaiizad ó n . La esp ecialización era d e to d o lo q u e se tratab a la cien cia, exp licó O p p e n h e im e r O freció u n a im agen d e la cien cia sim ilar a la de K uhn, de acu e rd o c o n la cual las cie n ­ cias m ad u ran a m ed id a que se to m a n lo su ficien tem en te especializadas c o m o p a ra e x p e rim e n ta r e in te ra ctu a r c o n la naturaleza en fo rm as distin­ tas e individuales, form as que con stitu yen "u n m u n d o ap arte" d e las d e las o tras cien cias (O p p e n h e im e r, 1 9 5 8 , p. 6 9 ). L a c h a rla de O p p e n h e im e r tam bién se h ico e co del ataq u e de Iíallen al m o v im ien to de U nid ad d e la C ien cia de vinos diez añ os atrás. L a especialización , después de tod o, es u n a clase de pluralism o. O p p e n h e im e r estaba del lad o d e este p luralism o, p e ro re c o n o c ía que m u chos se vieron intim i­ d ad o s p o r el ráp id o c re c im ie n to y la p roliferación de d iferen tes áreas del c o n o c im ie n to cien tífico. C o n tod o, sugirió q u e p u ed e q u ed ar u n a co n fo r­ table “u n id ad de c u ltu ra ” q u e m an tu viera ju n ta s tan to a las cien cias c o m o a las h u m an id ad es. En tal caso , esta u n id ad , p ien so, solo p u ed e estar basada en u na clase de estru c­ tu ra d iferen te de la q ue la m ayoría de n osotro s tien e en m en te c u a n d o h ab lam o s de la unidad de la cien cia. P ienso q ue no p u ed e ser una unidad a rq u ite ctó n ica , en la cu al hay u na cám ara ce n tra l a la cu al llevan todas las d em ás, la cám ara cen tral que es d ep o sitaría d el co n o c im ie n to co m ú n d el m u n d o . P ien so que n o p u ed e te n e r la c o h e re n c ia arq u itectó n ica de u na je ra rq u ía

( ibid.,

p .

7 5 ) .

A u n q u e gen eralizad a c o m o p a ra a b a rc a r tan to a la cien cia c o m o a las h u m an id ad es, la “c á m a ra ce n tra l" d e O p p e n h e im e r es la im agen de la c ie n ­ cia to talitaria en la cual los p lan ificad ores cen trales realizan a n te p ro y e c­ tos q u e h an d e ser im p u estos d o n d e d e o tro m o d o en co n tra ría m o s libres p en sam ien to s y actividades d e aquellos q u e se en cu e n tra n en tram p ad os en el sistem a. Al m ism o tiem p o que tom ab a p osición del lad o de Kallen en su resp u esta al trab ajo de F ran k , O p p e n h e im e r utilizó la m ism a m e tá ­ fora q u e N eu rath y K allen usaron al d eb atir las posibilidades expresivas y com u n icativas del len gu aje fisicalista, escribió: Podem os estar todos en una cen a. N osotros mismos, y en tre unos y otro s p or nuestra conversación, podem os cre a r, no una arquitectura

de alcan ce global, sino una inm ensa e intrincada red de familiari­ dad, clarificaciones y entendim iento ( ibid., p. 7 6 ).

A quellos q u e se e n cu e n tra n d e sco n certad o s p o r la esp ecializació n y el c re c im ie n to del c o n o c im ie n to , sugería O p p e n h e im e r, p o d rían todavía e n c o n tra r co n su e lo en esta nueva clase de u nid ad, no arq u ite ctó n ica , y no im puesta d esd e afu era. N o tod os los trab ajos del co n g reso se h icieron e c o d e la p ostura del co n o cim ie n to lib ertaria y an ú arq u iiectó n ica de K allen. L as p resen tacio ­ nes de B rid g m an , M orris y H ow ard M u m fo rd jo n es estu vieron de acu e rd o co n la posibilidad de d iálogo , o incluso d e co lab o ració n activa, e n tre las ciencias y las'h u m an id ad es. Los vínculos teóricos y c o n ce p tu a le s incluso p od rían s e r forjad os e n áreas im probables del c o n o c im ie n to y la cultu ra. B rid gm an a p e ló a Ja investigación en el c e re b ro , gu iad o p o r in tuicion es a ce rc a del a rte y d e la e x p e rie n cia a rtística, m ien tras q u e M orris p rom ovió u n a “nueva síntesis" del c o n o c im ie n to basado en la re la ció n de “com p lem en taried ad ". H o lto n , sin em b arg o , p areció p referir la nueva im agen de u nid ad d e O p p e n h e im e r y lo citó cu a n d o introdujo los ensayos. “P u ed e q u e exista u n a esp eran za real p ara alcanzar un en te n d im ie n to c o m ú n ” e n tre las cien cias y las artes, p ero n o p o r la im posición d,e un nuevo sistema proveniente desde afuera para reem plazar a los sistemas unificados del m u n d o que hem os p erd id o. Más bien, el cam ino a la m eta es p recisam en ­ te a través de discusiones tales co m o estas. C o m o d ice R o b en O p p en h eim er: "N osotros mismos, y en tre unos y otros p o r nuestra co n v ersa ció n ..." (H olton , 1958, p. 4)

Incluso las co n trib u cio n es de B rid gm an, M orris y j o n e s , su gería H o lto n , en ú ltim a in stan cia ap u n tan en la m ism a d irecció n , h a c ia esta circu n stan ­ cia básica del “p e n sa m ie n to m o d e rn o ”' En los últim os tres artículos, P. W Bridgm an, C h arles M orris y Howard Miimfond Jo n e s miran al futuro. Rechazan la opin ión , sos­ tenida p o r un cierto n úm ero de influyentes disertantes, d e que las ciencias y las hum anidades están en un conflicto perjudicial. P ero también albergan poca esperanza de descubrir algún plan m aestro que haga que nuestras p reocu paciones individuales en cajen en un p atrón . Y esto com p en dia tanto el triunfo del p en sam ien to m oder­ n o así c o m o tam bién su desesperanza. U na síntesis a gran escala n o es posible ni d e n tro de la persona individual ni e n tre los varios

campos de conocimiento. Pero como consecuencia, se necesita más que nunca el reconocimiento de cuán pequeña es la porción propia det mundo, ver desde la estrecha plataforma propia a la investigación de otros con interés y simpatía, y reestabfecer así una comunidad informada sobre el reconocimiento de que lo que nos mantiene juntos es principalmente, y tal vez solamente, la integri­ dad de nuestras preocupaciones individuales (ibid., p. 6) Del m ism o m o d o en q u e Kallen había co n clu id o q u e el v erd ad ero signi­ ficad o d e la unidad n o era “nada m ás que el co n g re s o de la pluralid ad d e las cien cias p o r la defensa unificad a de sus lib ertades singulares c o n tra los en em igo s totalitarios e n c o m ú n " (K allen, 1 9 4 0 , p. 8 3 ) , este n iim e ro de Daedalus con firm ó que el c o n o cim ien to c o n te m p o rá n e o e ra p articu lar, pluralista y que n o estaba al servicio de un “plan m a e s tro ” im p u esto d esd e afu era ,12 K allen h ab ría a co rd ad o felizm ente que la versión de D aedalus de la unidad d e la cien cia d ifícilm ente e ra “totalitaria”.

Cuestionamientos acerca del movimiento de Unidad de la Ciencia N o hay evid en cia d irecta d e que la Fu n d ació n R o ck efeller d iera p o r fina­ lizado su fin an ciam ien to del instituto de F ran k solo o p rim ariam en te p o r razones políticas. H ab ía p rob lem as adm inistrativos reales co n el lideraz­ go de Fran k , co m o se m e n cio n ó an te rio rm e n te , y h abía p re o cu p a cio n e s gen u inas de que el m ovim ien to n o estaba h acien d o c o n ta cto con los cien tí­ ficos involucrados en investigaciones v erd ad eram en te fron terizas en áreas tales c o m o la biofísica y la b ioq u ím ica .13 Ni hay evid en cia de q u e los fun­ cion arios d e Frank sup ieran que F ran k estaba, o estaría, bajo la investiga­ ció n del fb i P e ro sí hay evidencia de lo que n o d e b e ría ser s o rp re n d e n te dadas las exigen cias co rrien tes de la vida in telectu al de la G u erra F ría : los fu n cionarios de la fu n dación que evalu aron al m ovim iento d e U n id ad d e la C ien cia y al p roy ecto que fin an ciab an, o que co n sid erab an fin an ciar, tuvieron en cu en ta el fa cto r político. P o co después d e que finalizara la g u e rra , c u a n d o M orris y F ran k esta­ ban p lan ean d o ace rca rse a la fu n d ación para o b te n e r ayuda p ara re c o n s ­ tru ir el instituto de N eu rath , M orrris les envió una ca rta d escrib ien d o u n a

!í Para oiro temprano ensayo en Daetlalui que celebra los temas del individualismo y la “no-ortodoxia” tamo en la ciencia como en el arle de gobernar, véase Haskins (1956). 15 Informe sobre ~Pliilip|> Frank y el movimiento d e Unidad d e la Ciencia” por WFL, 19 d e mayo de 1950, r a c 1.100, caja 35, carpeta 284.

p ro p u esta q u e h ab ía h e ch o a la

U N ESC O ,

del H o m b re ". M orris p ro p u so q u e la

p ara u n “In stitu to p a ra el E stu d io

u n esc o

“asu m a un p ro ta g o n ism o

cen tral en la c o o rd in a c ió n y en e! p ro g reso de n u estro c o n o c im ie n to del h o m b re ” y que p rovea un fo ro q u e “p u d iera ser el c e n tr o d e in te g ra c ió n de varias a p ro xim acio n es cien tíficas at h o m b re, y un lu g a r d e e n c u e n tr o p ara los cien tíficos y los h u m an istas”. M orris pasó u n a c o p ia d e su ca rta a la F u n d ació n R o ck efeller p o rq u e, c o m o escrib ió c o n lápiz e n el m a r­ gen su p erio r, se tra ta b a d e u n a ca rta que “in dicaba la p o te n cia lid a d del Instituto para la U n id ad de la C ie n cia ”. Más tard e, en algunos secto res, la

unesco

iba a ser vista c o m o so sp ech o ­

sam en te rosa. H u tch ings lo señaló c o m o uno de los tóp icos co n tro v erd d o s que el m acartism o estaba con virtien d o en tabú (H u tch in s, 1 9 5 4 , p. 2 7 ) In d ep en d ien tem en te de si poseía o no tal rep u tación en 1 9 4 7 , M orris enfa­ tizó en su p rop u esta q u e la cien cia del h om b re unificada que p ro m o v ía esta­ ba del lad o c o rre c to de la divisoria de aguas de la G u erra F ría: esta nueva ciencia in tegrad a “n o restrin ge, sino que más bien e n riq u e ce la libertad individual y cultural del h o m b re ".1,1 Sin em b argo, al m en os un fu n cio n ario de la fu n dación n o estaba segu ro. M ientras que la c a rta d e M orris circu la­ ba p o r la fu n dación acu m u lan d o firmas y breves co m en tario s, u n o escrib ió, “suen a bien, solo esp ero q u e n o exista un tenue m atiz rosa en esto ". El instituto de Frank no p od ría h ab er parecido excesivam ente ro sa p ara la Fu n dación Rockefcller, d ad o que lo patrocin ó d uran te seis años. P e ro este y otros com en tarios sugieren q u e había reservas resp ecto d e la política del proyecLo d e Frank. U n fu n cio n ario hizo circular un rep orte de Lies páginas que casualm ente cavilaba sob re cuestiones que le surgieron a raíz d el m ovim ien ­ to de U nidad de la C ien cia y de sus actividades. “L a palabra m ás estrem ecedora en el vocabulario del C írcu lo de V iena es 'u n id ad ’”. El e s crito r W illiam F L oom is fue presta y d irectam en te a la pregunta que fo rm u lara Iíallen en 1939, y otra vez en 1945. "F ran cam en te’', escribió L oom is, "m e p reg u n to ¿qué significa?” Su respuesta n o fue la de Kallen. Pero al tiem p o que exp lo rab a en su m em oran d o un p a r d e diferentes significados para “u nid ad" que podría im aginar, lo llevó a p lan tear la p regu n ta “si los m u ch ach o s de V iena habían identificado aisladam ente algún significado para su ataq ue ‘u n ificad o ’" al p rob lem a. U n o de los lecto res del inform e estuvo de acu e rd o co n las dudas y la falta de confianza ex p re sa d a en la pregunta. “A v eces m e gu staría saber más ace rca de qué es lo q u e p reten d e log rar el m ovim iento de U n id ad de la C ien cia”, escribió co n lápiz en la p rim era página .15

14 Morris a Mayoux, Í8 de noviembre de 1 9 4 7 , r a c rk I 1 0 0 , cíija 35, carpeta 281.

15 Jnfomie sobre "Philipp Frank y el movimiento de Unidad de la Ciencia*’, de WFL, 19 de mayo de 1 9 5 0 , íía c 1 .1 0 0 , caja 35, carpeta 2 8 4 . ^

L a im p op u larid ad d e Fran k en la fu n d ación , p a re ce ría , e ra p a rte de u n a sosp ech a m ás g ran d e resp ecto d e lo q u e "los m u ch a ch o s d e V ien a” estaban tra m a n d o . En u n a o casió n , F ra n k a c la ró a W eaver, j e f e d e la División de C ien cias N atu rales de la F u n d ació n , la relev an cia cu ltu ral y política del em p irism o lóg ico . L a m isión del instituto in clu ía el p a tro ci­ n io de co n g reso s in tern acio n ales en filosofía de la cien cia, p o rq u e (c o m o W eaver lo h ab ía reg istrad o ) “es p olíticam en te im p o rtan te ap oyar activida­ des que p on en énfasis en filosofías em p íricas y p ragm áticas, p u esto q u e el fascism o y el co m u n ism o d e p en d en esen cialm en te d e d o ctrin a s m e ta ­ físicas”. A un q ue n o dijo p o r qué, W eaver señ aló a sus colegas q u e h abía e n co n tra d o al a rg u m e n to “m uy ten u e y p o c o c o n v in ce n te ”-16 E n cu al­ q u ier caso , los co leg as de W eaver en la División d e H u m an id ad es, Fah s y G ilpatric, ya estab an p atro cin an d o los en cu en tro s in tern acio n ales del C o n g reso para la L ib ertad de ia Cultura. Estos e n cu e n tro s , a d iferen cia d e los que p rop u so F ran k , n o fu eron p ensados p ara co m b atir al totalita­ rism o c o n el em p irism o , el p ragm atism o o algu n a o tra clase d e filosofía científica que p u d iera escin d ir sus raíces m etafísicas. E n cam b io , en fre n ­ taro n los valores absolutos de o ccid e n te c o n tra los de los soviéticos y p ro ­ c u ra ro n influir en los in telectu ales e u ro p eo s in d ep en d ien tes (a quienes los o rg an izad o res del co n g re s o llam aron “neutralistas”) antes de que caye­ ran víctim as del h ech izo de la p ro p ag an d a soviética E n otras p alabras, en el m a rco de u n a c o n tin u a g u e rra de valores y p ro p ag an d a, F ran k p ro p u ­ so in tro d u cir las h erram ien tas del in telecto y del análisis ep istem o ló g ico reflexivo. P o r lo tan to , tal vez es m en os so rp ren d en te q u e F ran k llegara a ser visto c o m o un in tru so en los círcu los de la fu n dación

La Unidad de la Ciencia como lina temática comunista C o m p a ra d o c o n el C o n g re so p ara la L ibertad d e la C u ltu ra, el. instituto de F ran k y sus p ro y ecto s ten ían cred en ciales an ti totalitarias débiles. E s l o n o fue solo p o rq u e el co n g reso estaba d ed icad o al an tico m u n ism o , sino p o rq u e la m eta de la u nificación de las ciencias se fu e aso cian d o cad a vez m ás con el rad icalism o d e p osgu erra. L o s filósofos rad icales y c o m u ­ nistas n o a c e p ta ro n este objetivo c o n más fu erza d e la que tuvieran e n la d é ca d a d e 1 9 3 0 . P e ro el to n o d e sus voces p ued e h ab er p a re cid o m ás alto en la d écad a de 1 9 5 0 , p orq u e m u ch o s o tro s in telectu ales que en algu n a o p o rtu n id ad resp ald aro n a la u nid ad de la cien cia (y ai m ovim ien to de U n id ad d e la C ie n cia d e N eu rath ) se m ovieron h acia la d e re c h a p olítica, lfl "Diario de WVV, inanes 27 de septiembre de 1951"

kac

I.lOO, caja 35, carpeta 285.

ab sten ién d o se to talm en te d e co m p ro m iso s p olíticos, o no suscribieran m i s J a u n ificación de las ciencias, a causa de Jas-im p licacion es “totalita­ rias" q u e p a re cía p oseer. En la d écad a de 1 9 3 0 , M au rice C o rn fo rth estuvo e n tre los m u ch o s filó­ sofos d e izq uierda q u e fu e b ienvenid o p o r el m ovim iento d e la unidad d e la cie n cia . E n u n a o p o rtu n id ad , H e r b e n Feigl le re c o rd ó a N eu rath que invitara a C o rn fo rth al p rim e r C o n g reso In tern acio n al .17 P a ra 1 9 5 0 , sin e m b arg o , c u a n d o C o rn fo rth publicó su libro TnDefense o f Philosophy against Posíivism and Pragmatism ( 1 9 5 0 ) , cu alq u ier sen tid o de m isión co m p a rtid o p o r los filósofos m arxistas y los filósofos de la cien cia más d estacad os se vio n o ta b le m e n te red u cid o . En su nuevo lib ro, así c o m o tam bién en su en sa­ yo en Philosophy fo r theFuture, C o rn fo rth asum ió que el em p irism o lóg ico era an tip ro g resista. C u an d o rep asó las quejas de L en in p ara co n el positi­ vism o, acu só a M orris, Fran k , C arn ap , R eich en b ach y Schlick de s e r idea­ listas subjetivos y de p ro m o v e r u n a p erspectiva excesivam en te form alista que e r a “ajen a al d esarrollo d e la cien cia co m o c o n o cim ie n to v erd ad ero del m u n d o e x te r n o ’’ is C on to d o , y a ojos d e C o rn fo rth , un em pirista lógico recib ió un tra­ ta m ie n to d ife re n te y m u c h o m ás am igable. En u n a s e cc ió n titu lad a “S em án tica y so ciolog ía", C o rn fo rth aplaudió exten sam en te a la vilipen­ diada m o n o g ra fía d e NeuraLh para la Encyclopedia (N e u rath , 1 9 4 4 ): N eurath ataca con vehem encia los intentos p o r describir y explicar eventos históricos en térm inos de abstracciones de alto orden. P or ejem plo, dice, los casos de guerras y conquistas a m enudo son descri­ tas p o r los historiadores ignorantes de la sem ántica en términos tales co m o estos: "Forzada p or su misión histórica, la nación com enzó a am pliar su cultura". Aquí, dice, hay tres abstracciones que carecen p oco m enos de significado. El relato co rrecto de tal evento, sostiene N eurath, sen a más bien com o sigue: "U n grupo hum ano m ató a otro y destruyó sus edificios y sus libros” (Cornforth, 1950, p. 123).

L a c rític a d e N eu rath “p arece ju stific a d a ”, escrib ió C o rn fo rth , p o rq u e las a b straccio n es que rech azab a son "ab straccion es idealistas em p lead as p o r h isto riad o res re a ccio n a rio s’’, y su fisicalismo atin ad am en te to m ó p ar­ tido p o r el m aterialism o siem p re en p ro c u ra de evitar ab straccio n es y

17 Feigl a Neurath, 11 de diciembre de 1934, o n n . 18 Cornforth (1950, p. 18) Para algunos ejemplos de la crítica de Morris por parte de Cornforth, véase pp. 225, 235; de Frank, pp. 141-143; de Carnap, p, J7; de Reichenbach, p. 75; de Schlick, pp. 13-14.

“reem plazarlas p o r d eclaracio n es trilladas a c e rc a d e a ccio n es [p articu lares] de h o m b re p articu lares” {ibid., p. 1 2 4 ). A un q ue N eu rath p o r m o m en to s fue dem asiad o lejos en su rech azo a las ab straccio n es, se q uejab a C o rn fo rth ,19 se distinguió cla ra m e n te de o tro s em piristas lógicos. A C o rn fo rth le p a re ­ cía que N eu rath estaba en el ca m in o c o rr e c to . U n a razón p o r la q u e C o rn fo rth ad m irab a a N eu rath fue q u e c o m p a r­ tían un co m p ro m iso c o n la u n ificación d e las ciencias. L a u nid ad fo rta­ lecería sus p od eres ep istém icos y tecn o ló g ico s c o m o h e rra m ie n ta s p ara m o d ern izar y m e jo ra r al m u n d o . U n a cien cia unificada sería “un arm a del ilum inism o y del p ro g re so m aterial” (p. 1 5 5 ). O tro s em p iristas lógicos, y de m a n e ra d estacada, C arn ap , se h ab ían vuelto en c o n tra de estas causas, sostenía C o m fo rth , y habían b u scad o refugio en los estud ios fo rm ales del len gu aje. P o r el o tro lad o, C o rn fo rth estuvo de a cu e rd o c o n N eu rath en que el socialism o m arxista y la unid ad de la cien cia estaban ín tim am en te relacion ad os. N eu rath , p o r ejem p lo , en una op o rtu n id ad d escrib ió a la “cien cia b urguesa” (N eu rath , 1 9 2 8 , p. 2 9 6 ) c o m o d esco o rd in ad a y c a re n ­ te de u n a visión global; La form ación ele pensam iento burguesa es indefinida [.

] p ro ce­

diendo aquí de una m an era antroposófica, allí m atem atizando, aquí psicologizando, aüí persiguiendo la idea de destino, aquí de un m o d o técnico, allá de u n o o cu lista . La salud de los p o r m e n o r e s científicos ya no es sostenida p or una aproxim ación unitaria, y en un cierto sentido es dejado librado al azar si un h om bre piensa acerca de algunas form aciones lingüísticas en chino o acerca de un texto legal medieval, acerca de escarabajos africanos o ace rca de las condiciones del viento en el Polo N orte (ibid., pp. 294-2 9 5 ).

N eu rath esperaba que el m ovim ien to de U nid ad de la C ien cia rem ed iara esta con d ición al alen tar a los científicos a que co lab o raran a través d e las disciplinas y a que lo h icieran co lectiv am en te p ara p lanificar el fu tu ro de la cien cia. En un ensayo que p rom ov ía su p roy ecto de en ciclo p ed ia, re c o ­ m en d ó “serios esfuerzos de organ izació n ". “Esta nueva en ciclo p ed ia tien e q u e in d u cir a que sus co lab o rad o res estén de acu erd o e n tre sí c o n el fin d e im p eler la unidad d e la fo rm a de sus con trib u cion es tan to c o m o sea

'" L a sociolog ía tle N eu rath , so ste n ía C o n ifo n h , estab a im p osib ilitad a d e "d e c ir p o r qu é su ce d e n tales guerras» q u é g u erra s e r a n ju s ta s y cu á les injustas, có m o las g u e rra s resultan d e term in a d a s p o r facto res e c o n ó m ic o s e in tereses d e clases, y qu e p a r le d e las varias insti­ tu cio n e s h u m a n a s ju e g a n un papel en ellas" ( C o r n fb n h , 1950, p. ] 2 4 ) . N ótese q u e n o hay razón obvia alg un a p o r la q u e la so c io lo g ía d e N eu rath sería in capaz d e tra ta r los “fa cto re s e c o n ó m ic o s c in tereses d e cla se s'’ si es a llí a d o n d e lleva la in d ag ación e m p íric a so cio ló g ica .

posible" (1 9 3 6 a , p. 1 4 1 ) . E sto c re a ría , esp erab a, un “m a r c o ” e n el cual “los cien tíficos, au n q u e trab ajen en d iferen tes cam p o s cien tíficos y e n d ife re n ­ tes países, p u ed an co n tod o c o o p e ra r tan exito sam en te d e n tro d e la cie n ­ cia u n ificad a c o m o c u a n d o los científicos c o o p e ra n d e n tro d e la física o d e la b iología". "L a m áxim a c o o p e ra c ió n ”, se en fervorizaba N eu rath e n o tra o casió n , “¡ese es el p ro g ra m a !" (N e u ra th , 1 9 3 8 b , pp. 2 3 , 2 4 ) En su n uevo lib ro, C o rn fo rth tam b ién ap laud ió a la u n id ad d e la cien ­ cia c o m o un an tíd o to p ara ia h ip eresp ecialización y p ara la “c ie n c ia b u r­ guesa" en la cual algunas ram as de la cien cia [se están ] d esarrollan d o de un modo, u nilateral m ien tras que otras quedan rezagadas. La cien cia está llam ada a resp o n d er ju stam en te sob re aquellos p rob lem as p arti­ cu lares en los cuales están interesados los m on opolios capitalistas, los cuales n o son en m o d o alguno lo m ism o que co n te sta r los p rob lem as q ue están estrech am en te vinculados con el d esarrollo Futuro d e la cien cia y con los intereses del pueblo (C o rn fo rth , 1 9 5 0 , p. 2 4 5 ).

“L a v e rd a d e ra u n id ad d e la c ie n c ia ”, e x p lica b a C o r n f o r t h /p o d r í a s e r lo g rad a p or medio de! avance organizado en la investigación en lodos los cam pos de la ciencia de acuerdo con una m eta práctica individual, la ampliación del conocim iento al servicio del pueblo ( i b i i, p. 1 5 6 ).

N eu rath h ab ría estad o am p liam en te de a c u e r d o c o n C o rn fo rth en su dis­ cusión hasta aq uí. Su m ovim ien to de U n id ad d e la C ien cia n u n ca d eb ería p e rd e r d e vista las m etas p rácticas, tales c o m o el ilu m m ism o y la m ejo ra d e la vida h u m an a. Q u ed ab a, p o r su p u esto, una d iferen cia ab ru m a d o ra e n tr e los p ro g ra ­ m as de C o rn fo rth y los d e N eu rath . C o rn fo rth estab a c o m p ro m e tid o co n el m aterialism o d ialéctico c o m o u n a clase de su p ra cie n cia q u e gu iaría el d esarro llo d e la u n id ad d e la cien cia. E sta “m e ta p rá ctica ú n ic a ” d e lo g ra r u n a cien cia u nificad a q u e sirviera a la g en te se ría "im p le m e n ta d a p o r un ú n ico m é to d o c ie n tífico , el m é to d o del m aterialism o d ia lé ctico " ( ibid.). Ni N eu rath ni F ran k a cep tab an al m aterialism o d ialéctico , y m u c h o m en os c o m o un sistem a d e p rin cip ios cen tral p a ra el m o vim ien to d e U n id ad de la C ien cia. P e ro esta d iferen cia p areció p e rd e rs e cu a n d o la u n id ad de la c ie n cia en el discurso p o p u la r e in telectu al c o m e n z ó a p o n erse a la p ar d el c o n tro l totalitario sobre la cien cia.

N agel re se ñ ó el libro d e C o rn fo rth y su cin tam en te d e se ch ó a la m ay or p a rte d e este c o m o u n a m ala rep resen tació n y un non sequituraí servicio d e la p ro p a g a n d a com u n ista. C on tod o, N agel se u>mó eí trab ajo d e h a c e r u n a ob servación p articu lar: P ero hay u na característica del libro que es tal vez más im p órtam e que su incom petencia filosófica general; a sab er, la presuposición exp lícita de que [a ciencia florece m ejor bajo regim cntación. El señ o r C orn forth en cu en tra que el desarrollo de la ciencia “burgue­ sa”, co m o la del capitalism o, es anárquica y d escoordinada, y q ue sus Leonas “distorsionan esencialm ente a la vez que mistifican nuestras co n cep cio n es del m undo y de las relaciones y actividades hum anas" (p . 2 4 7 ). Y cree que justam en te co m o la produ cción capitalista inevitablem ente debe ser reem plazada por la produ cción socialista, así tam bién la ciencia burguesa debe ser sucedida p o r una ciencia unificada y planificada (N agel, 1952, p. 6 5 0 ).

L u eg o , N agel citó la d escrip ció n de C o rn fo rth de “la v erd ad era unidad de la c ie n c ia ” (ofrecid a an te rio rm e n te ) y dio p o r sen tad o que la “cien cia u n ificad a y planificada" sería im posible d e lo g ra r sin d estru ir a la cien cia m ism a tam b ién . “Si el s e ñ o r C o rn fo n h tien e su m o d alid ad ”, co n clu y ó al final de su reseñ a, “las co n d icio n es bajo las cuales la cien cia m o d e rn a p u e­ d en co n trib u ir al b ien estar h u m an o y a la dignidad h u m an a p u ed en des­ a p a re c e r de la faz d e la tie rra ” ( ibid.). E n un sen tid o, p a re c e ría , Kallen había gan ad o su d eb ate co n N eu rath . L a p rem isa d e Kallen d e q u e la cien cia era esen cialm en te lib ertaria, y su aserció n de q u e cu alq u ier in te n to p o r c o o rd in a r u o rg an izar a las ciencias e n tre sí las d añ aría, eran com p artid as a h o ra p o r la reseñ a de N agel, del m ism o m o d o c o m o fu ero n co m p artid as p o r el ensayo de O p p e n h e im e r y el ed itorial d e H o lto n e n Daedalus. N eu rath ya no e r a cap az d e o fre c e r su o p in ió n , p ero h ab ría estado en lo cie rto si d e cía que al m ism o tiem p o en q u e él h ab ía p e rd id o su d eb ate, la p rofesió n había p erd id o algo tam ­ bién. H abía p erd id o el a p re c io p o r la posibilidad de que la cien cia (y, a su tiem p o , la so cied ad ) p u d iera b en eficiarse de una cierta clase de planifica­ ción colectiv a y d e m o c rá tic a e n tre y a través de las disciplinas que n o era ni p rescrip ia p o r, ni se esp erab a que se co n fo rm a ra a, algu n a teo ría p re­ via de ia cien cia, d e la socied ad o de la historia. L a d ico to m ía d e Kallen -a l so sten er que la cie n cia e ra o bien libre y b uen a o bien co n tro la d a y c o r r u p ta - e n m u ch o s sentid os no d ejab a lugar p ara el cam in o in term e­ dio de N eu rath , del m ism o m o d o en q u e el discurso p olítico p o p u lar no p erm itía u n a p osición in term ed ia e n tre la d e m o c ra c ia y el totalitarism o.

L a n o ció n d e N eu rath d e u n a c ie n cia unificada d e m o crá tica y libre, c o m o el socialism o n o-com u n ista, e ra sosp ech o sa, si no irre co n o cib le , en u n a G u erra F ría e stru ctu ra d a p o r alternativas rígidas y excluyen tes.

E l ataque de Kegley L a d écad a d e 1 9 5 0 fue lúgubre p ara Frank . L a d écad a c o m e n z ó c o n gran ­ d es esperanzas p ara el nuevo in stitu to, p e ro estas fueron obstaculizadas p o r los p rob lem as del instituto, su investigación p o r p arte de! fu i , su p érd id a de ñ n a n cia m ie n to de la F u n d ació n R o ck efeller, y la c eleb ració n de la lib ertad in telectu al q u e arrojó u n a so sp ech o sa luz ro sa sob re sus m etas y valores y las del m o vim ien to d e U n id ad d e Ja C iencia de N eu rath . L a fo rm a en la q u e el m ovim ien to e n tró en colisión con estas exaltacio n es d e la libertad in telectu al y del individualism o es tal vez la razón p o r la q u e algunos filó­ sofos d ecid iero n h ab lar y “m e n c io n a r n om b res" de filósofos cuya o b ra y c re e n cia s p a re c ía n e sta r fu era d e lu gar U n in fo rm an te co n el que h ab lara el f b i en su investigación de Fran k estaba lo su ficien tem en te fam iliarizado con el em p irism o ló g ico y c o n su h istoria c o m o p ara d iscutir el cau d al p olítico in tern o de éste. El in fo rm an ­ te q u e d esm ereció a F ran k c o m o un “viejo h ab lad or” lo d escrib ió c o m o “un e x p o n e n te del em p irism o ló g ico ” que en sus días d e ju v en tu d estu ­ vo “bajo la in flu encia de ta id eo lo g ía m arxista”, al m en os p arcialm en te, a cau sa de q u e era un ju d ío que había tenido que h u ir de su tierra natal. P e ro Fran k m ás tarde m o d eró su izquierdism o, dijo el in form an te, y n u n ca fue tan “izquierdista o rad ical” c o m o otro em pirista lóg ico que era “un m iem b ro a n te rio r de un breve rég im en com unista en M u nich, A lem an ia, en 1 9 1 9 ”. El in fo rm an te p arecía h ab er olvidado el n o m b re , p ero solo p o d ría h a b e r sido O tto N eu rath . P ara este in fo rm an te, la filosofía de la cien cia del tipo que F ran k r e p re ­ sen tab a d eb ía ser elim in ad a p o r el bien de la p rofesión. C onsid éren se sus o b servacion es finales, c o m o fu eron registradas p o r los ag en tes d el f b i : “B ajo co n sid e ra c ió n a d icio n a l” de F ran k , se lee en el r e p o r te , el

in fo rm an te había llegado a la conclusión de que mientras que las concepciones intelectuales del sujeto [léase, de Frank] podrían ser petjudiciales en su efecto sobre la erudición norteamericana, en realidad las con­ cepciones personales [las del informante] se referían a ta filosofía académica más que a la ideología política (29 (le abril de 1954, Informe compendio de Boston).

A un q ue la ob servación o la trascrip ció n resultan críp ticas, el in fo rm a n te sin d u d as distinguió el in terés del f b i en F ran k com o un subversivo polí­ tico d e sus p rop ias p re o cu p a cio n e s a c e rc a del papel de F ran k en la p ro fe­ sión. "N o p od ría s e r co n sid erad o p eligro so para la segu rid ad d e los E stad os U n id o s”, p ero e ra d e h e ch o p eiju d icial p a ra la “eru d ició n n o rte a m e ric a ­ n a ” y la “filosofía aca d é m ica ”. E n 195 4 , esta p u d iera h ab er sido u n a op in ión aislada a c e rc a d e F ran k o p u ed e h ab er sido p arte de u n a crítica m ás am p liam en te c o m p a rtid a de sus p roy ecto s y d e sus m etas. C o m o sea, e n 195 9 , se to rn ó p úb lica u n a c rí­ tica sim ilar. E se a ñ o , C harles W . K egley a tacó a F ran k e n u n a reseñ a de un libro que fue pub licad a e n Philosophy o f Science. El ensayo d e Kegley "R eflexion es a c e rc a de la filosofía d e la cien cia de Philipp F ran k " es una reseñ a e n a rd e cid a y airad a del libro de Fran k , Philosophy o f Science: The Link Between Science a n d Philosophy (1 9 5 7 ) Kegley sostuvo que F ran k estaba gran ­ d e m e n te con fu n d id o a c e rc a d e! asu n to d e la acep tación te ó rica , y d iagn os­ ticó esta con fu sión a p artir de la aserció n d e que F ran k se había con verti­ d o re c ie n te m e n te al n eo to m ism o . S olo u n o s pocos añ os d esp u és d e que con trib u y era a c r e a r Daedalus, el cual se op o n ía a los sistem as arq u ite ctó ­ n ico s d e p en sam ien to , F ran k esta b a a h o ra siend o señ alad o en la p rin cip al revista de su p rofesió n c o m o u n esclavo del tom ism o. F ra n k m en cio n a a A quino varias veces en su libro y le atrib u ye p ersp i­ cacias ep istem ológicas básicas q u e bien p od rían ser atribuidas a m u ch o s otros. L ejos de estar “en d eu d a c o n A q u in o", co m o acusa K egley (1 9 5 9 , p. 3 9 ) , F ran k casi co n certeza alu d e a A quino debido a q u e estab a larga­ m e n te co m p ro m e tid o , c o m o vim os en el capítu lo 11 , en un in te n to inin­ terru m p id o d e p ersu ad ir a los n eotom istas de q u e no tenían n ada que te m e r y m u ch o p o r a p re n d e r a p a rtir del en ten d im ien to de la filosofía de la cien cia (e incluso d e ciertas p artes d e la filosofía d e A q u in o ). D e h e ch o , F ra n k aludió favorable y co rté s m e n te a m u chas d ireccio n es in telectu ales. C o m en zan d o con algunos p relim in ares ep istem ológicos, e x a m in ó asp ec­ tos de la historia de la física y el tó p ico de la elecció n de teorías, y, al final, insistió una vez más co n la so cio lo g ía de la cien cia y co n las fo rm as p o r las cuales los factores sociales y cultu rales pued en influenciar el razo n am ien to y la co n d u cta de los científicos. L ejos de tratarse d e un tratad o tom ista, el lib ro, c o m o d eclara su subtítulo, es el in ten to de Frank - q u e resu ltaría ser el u ltim o - de llevar a su profesión h acia aquellas áreas fron terizas e n tre la c ien cia y las h um anid ades que él con sid erab a las m ás im p ortan tes. K egley estaba al tan to de la estrategia de Frank, ya q u e co m e n z ó su reseñ a describ iend o el c re cim ie n to profesional de la filosofía de la c ie n ­ cia. “H a ce escasam en te c in c o añ os había solo dos o tres libros q u e p od rían

h a b e r servid o c o m o libros d e te x to e n un cu rso tal", e s crib ió K egiey. “A h o ra , u n p ro fe so r d eb e e s co g e r d e e n tre al m en o s c in c o m ás. U n o p o r a ñ o n o es u n a tasa d esp reciab le” { i b i d p . 3 5 ) . K egiey c la ra m e n te ap oyó to d o este cre c im ie n to , p ero no así la c o n ce p ció n d e F ra n k a c e rc a d e a d o n ­ d e d e b e ría llevar tal crecim ien to . E sp ecíficam en te, ob jetó la id ea d e F ran k d e q u e las teorías científicas son esco gid as - e n p arte, y c u a n d o la e le c ció n teó rica está s u b d e te rm in a d a - p o r razo n es p rácticas y so ciales, tales c o m o la “o rie n ta ció n de la co n d u cta h u m a n a ” que o frecen (ibid .). K egiey c re ía q u e esta c o n ce p ció n p eligro sam en te traslada al científico que escoge entre teorías la responsabilidad de realizar simultáneamente un juicio factual y uno de valor, particu­ larmente: que una cierta teoría tendrá de hecho precisamente tales y tales resultados en la conducta humana, y además que estos eran los resultados que los científicos deberían intentar producir. A qu í, K egiey asignó a F ran k dos o p in ion es que n o era n p o p u lares d u ra n te la G u erra Fría: p rim e ro , en relació n c o n la p lanificación social y e c o n ó m i­ c a , re p re s e n tó la s u g eren cia de F ran k d e q u e la p lan ificación resp on sab le es in clu so posible, c o m o que “es posible p re d e cir co tid ia n a m e n te los resul­ tados que p ro d u cirá una teoría d a d a ”. S eg u n d o , en re la ció n co n el d eb ate d e los valores y la p o p u la r d ico to m ía e n tre h ech os cien tíficos y cu ltu rales y valores m o rales, K egiey criticó a F ran k p o r asum ir “una resp u esta positiva a u n a d e nuestras p regu n tas más a rd ie n te m e n te debatidas d e la actu alid ad , e n tié n d a se ,