Combustible: ¿Qué es lo que hace funcionar al narcisista?

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Combustible: ¿Qué es lo que hace funcionar al narcisista?

Table of contents :
Introducción
¿Qué es nuestro combustible?
¿Cómo obtenemos combustible?
¿Qué es lo que queremos?
¿Cuáles son las fuentes de combustible?
Proximidad de la fuente
Formas de entrega de combustible
Puntos de valor de la proximidad de la fuente
Puntos de valor de las formas de entrega de combustible
¿Para qué nos sirve el combustible?
¿Por qué no parar?
La pérdida de la prisión
Combustible interrumpido
Conclusión

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COMBUSTIBLE ¿Qué es lo que hace funcionar al narcisista?

H G TUDOR

Todos los derechos reservados Copyright 2015

Combustible H G Tudor Todos los derechos reservados. Ninguna parte de este libro puede ser reproducida, almacenada en un sistema de recuperación, o transmitida en cualquier forma o por cualquier medio, electrónico, mecánico, fotocopia, grabación u otro tipo, sin el permiso escrito del editor. Título original en inglés: Fuel Traducción al español: Lourdes Briones Camelo

Publicado por Insight Books

Dedicatoria A todos los aparatos. Qué continúen siendo eficientes y productivos siempre. Qué viva la aspiradora.

Quisiera agradecer a Lourdes Briones por su excelente y minucioso trabajo para la traducción de este libro. ( )Muchas gracias por su paciencia y esfuerzo.

Introducción Soy un narcisista y deseo proporcionarte información sobre la cosa por la que existimos. El Santo Grial de nuestra razón de ser. El núcleo central de nuestra existencia. Esta información te será muy valiosa porque en ninguna otra parte encontrarás este conocimiento sobre el comportamiento de alguien como yo. Puede que te resulte incómodo leer algunas partes de este libro. No te pido ninguna disculpa por esto (ya estarás acostumbrada). Yo no envuelvo lo que escribo en eufemismo ni eludo decirte con precisión por qué mi especie y yo actuamos como actuamos. Necesitas que se te dé esta información de manera directa para que te sea más fácil de comprender, aunque te deje atónita. Puede que estés consciente de que estás en una relación con un narcisista. Si este es el caso, leer este libro es un buen paso para aprender sobre lo que está detrás de su comportamiento. Adquirir este conocimiento no sólo te permitirá encontrar sentido a las cosas que te desconcertaban antes, sino que también te dará la oportunidad de tomar medidas para protegerte. Hay maneras para lidiar y tratar con el narcisista en tu vida. O tal vez todavía no te has dado cuenta de que estás bailando con un narcisista. Quizá diste con este libro por recomendación, o la presentación del libro te intrigó, o simplemente te atrajo la cubierta. Sin embargo, debo pensar que es probable que te encuentres en una relación, ya sea familiar, íntima, de amistad o de trabajo, con alguien cuyo comportamiento es incomprensible para ti. Utilizas tu lógica para determinar por qué esta o estas personas actúan de la manera que lo hacen. Abordas todo asunto de manera racional y, consecuentemente, te quedas perplejo o perpleja ante el comportamiento que estás presenciando. Es normal. Pese a que somos metódicos y calculadores, los narcisistas no operamos con el mismo sistema de valores que tú. No residimos en el mismo mundo que tú; nosotros creamos un mundo diferente donde somos nosotros los que gobernamos y creamos las reglas. La aplicación del pensamiento racional no te ayudará a resolver el problema al que te enfrentas. Leer este libro, y mis otros libros, te dará la visión que necesitas para poder comprender a qué te estás enfrentando. Armada con este conocimiento, podrás tomar la decisión y la acción apropiadas. He escuchado muchas preguntas de queja. ¿Por qué son tan encantadores un día y tan horribles al siguiente? ¿Por qué presumen y buscan halagos con

tanta frecuencia? ¿Por qué parecen estar en guerra con el mundo entero, siempre provocando discusiones y buscando a las personas? ¿Cómo puede alguien vivir así? ¿No se dan cuenta que no es una manera agradable de vivir? Seguramente deben preguntarse por qué pierden amigos, puestos de trabajo y no se les invita a eventos sociales. ¿Por qué se comportan de esa manera? La respuesta se reduce a una sola palabra: combustible. Se trata única y exclusivamente de combustible. Combustible es lo que debemos obtener y la razón de nuestro extraño comportamiento, del que eres testigo y te afecta, a menudo a un costo terrible para ti. La persona con la que te has enredado es con toda probabilidad un narcisista y necesita combustible como tú necesitas el aire que respiras. Si lees y comprendes lo que este combustible es y el papel que desempeña en nuestras vidas, comenzarás a comprender por qué esta persona actúa como actúa y lo que tú puedes hacer al respecto. ¿Qué es combustible? Si consideras la palabra en su más estricto sentido, el combustible es todo material que libera calor o energía al ser quemado. Dicha energía puede utilizarse como energía térmica o mecánica. El más viejo y obvio de los combustibles es la madera. La combustión de la madera se produjo hace alrededor de 2 millones años. Desde entonces los humanos hemos encontrado y desarrollado otros tipos de combustibles. Madera, turba y estiércol fueron todos quemados. Los chinos utilizaron el carbón en la antigüedad, pero no fue hasta que los ingleses desarrollaron la máquina a vapor que se le utilizó ampliamente como fuente de energía. El carbón impulsó barcos y locomotoras, y su gas se utilizó para alumbrar las calles. Después de eso, el carbón fue utilizado para generar electricidad. Se han utilizado también combustibles gaseosos tales como el hidrógeno y el propano. Combustibles líquidos, tales como el diésel, el queroseno y la gasolina, han revolucionado el transporte y creado mucha riqueza. También se han desarrollado los biocombustibles y los combustibles nucleares que pueden ser 'quemados' por fisión o fusión para crear energía nuclear. La comida es un combustible; todo ser humano la necesita para vivir. La necesidad de combustible está presente en todos lados. El mundo exige cada vez más combustible, e industrias enteras surgen con el propósito ya sea de extraer los combustibles ya existentes, de mejorar la eficiencia de estos, o de desarrollar nuevos combustibles. El combustible es fundamental para la

existencia de la humanidad. Sin este nos moriríamos de hambre, pasaríamos frío y perderíamos una gran variedad de comodidades, entretenimientos, servicios y productos básicos que tenemos gracias, en gran parte, al suministro de combustible. De la misma manera que la humanidad necesita combustibles para su existencia, mi especie necesita combustible para su supervivencia. Sin este combustible no podríamos sobrevivir. Tú necesitas aire para respirar, nosotros necesitamos nuestro combustible para existir y prosperar. Por supuesto, no estoy hablando de comida, carbón o gasolina. Me refiero a otro tipo de combustible que necesitamos todos los días y que es primordial para nuestra supervivencia. No puedo hacer suficiente énfasis en esto. Entender lo que es nuestro combustible, cómo lo obtenemos, y por qué lo necesitamos en cantidades tan voraces es entender mejor al narcisista. Conocer también cuál es el papel que tú desempeñas en el suministro de este combustible te permitirá entender por qué le resultas tan atractiva al narcisista y lo que puedes hacer para cambiar esto. También te explicaré cuáles son nuestros métodos para extraer combustible, por qué actuamos de cierta manera cuando lo necesitamos, y cómo nuestra demanda de combustible afecta a los que nos rodean. Todo esto te ayudará a comprender cómo un narcisista funciona y vive su vida. Por sobre todas las cosas, los narcisistas nos regimos por una sola cosa: nuestra necesidad de combustible.

¿Qué es nuestro combustible? Existe el concepto de suministro narcisista. Sospecho que ya habrás escuchado esta frase. Se considera que el suministro narcisista es un tipo de admiración, apoyo interpersonal o sustento que un individuo extrae de su medio ambiente, y que es esencial para su autoestima. Entiendo que alguien llamado Otto Fenichel desarrolló este concepto, que parece ser la forma técnica en que se considera el concepto de combustible. Yo prefiero llamarlo combustible no sólo porque esta palabra describe de manera más apropiada el efecto que esto tiene en mí y la función que desempeña en mi vida, sino también porque la palabra es más breve y fácil de escribir. Como empezarás a darte cuenta, el ahorrar energía es muy importante para mí.

La gente lee la frase 'suministro narcisista' y sé que automáticamente pondrá una etiqueta negativa a esta porque ha visto la palabra 'narcisista', que inmediatamente evoca connotaciones de egoísmo, creencia de tener todo el derecho del mundo, soberbia y falta de cuidado hacia los demás. Sustituyendo la frase ‘suministro narcisista’ con la palabra 'combustible' creamos un enfoque menos negativo para comprender qué es lo que nuestra especie tanto necesita y, de hecho, qué es lo que tú también necesitas. Sí, tú también necesitas combustible. Verás, si yo sugiriera que tú necesitas suministro narcisista, me imagino que muchos sacudirían la cabeza y negarían esto. "Yo no soy narcisista, –te oigo protestar– ¿por qué necesitaría suministro narcisista?" Entiendo tu reticencia a verte relacionado con todo lo que se refiere a mi especie y a mí y, por lo tanto, sugiero que usemos la palabra combustible en lugar de suministro narcisista. El combustible tiene una connotación más positiva y nos hace sentir mejor a todos. En los párrafos que siguen, trataré de explicar en mayor detalle los tipos de combustible que mi especie y yo requerimos. Por el momento, sigamos con la idea de que tú también necesitas combustible. Necesitas que personas te provean amor, alabanza y aprobación. Te gusta que alguien te diga cosas como: "Me gusta tu peinado" "Estuvo muy bien la presentación que diste ayer" "Ese coche nuevo que compraste es fantástico" "Me gusta mucho tu bolso, ¿dónde puedo conseguir uno así?" "Creo que te ocupaste muy bien de ese cliente irritado". "Siempre me impresiona la seguridad y tranquilidad con las que haces frente a una situación difícil." “Estoy planeando un viaje a Tailandia y me preguntaba si me podrías ayudar, tú que sabes tanto sobre Tailandia" Estarás de acuerdo que todos estos comentarios resultan agradables para cualquier persona y que el destinatario se sentirá mejor consigo mismo al escucharlos. Eso es combustible. El combustible que todo el mundo necesita y consume. Tú y yo somos similares en ese sentido.

Donde diferimos es en el hecho de que mi especie y yo necesitamos grandes cantidades de este combustible. De hecho, obtener combustible es nuestra única preocupación en la vida. Nuestro deseo de recibirlo es insaciable. Como persona normal, tú no sientes la necesidad de recibir grandes cantidades de combustible. De hecho, sé que si recibieras un suministro contante de combustible durante un largo periodo de tiempo te sentirías incómodo o incómoda. Esto me parece muy raro, pero sé que tú y yo somos seres muy diferentes. Los de mi especie necesitamos este combustible a menudo y repetidamente. No podemos estar mucho tiempo sin él, y cuando digo mucho tiempo, me refiero a horas. Tú, por tu lado, tienes tal autosuficiencia que eres capaz, como toda persona normal, de aguantar un período considerable (varios días, semanas o incluso más) sin tener que recibirlo. Intermitentes y pequeñas cantidades de combustible son enteramente satisfactorias para ti y recibirlo es un proceso pasivo. Tú no sales en su búsqueda. Te es agradable cuando lo recibes, pero no sientes el deseo primordial de recibirlo. Nosotros, por el contrario, no sólo debemos recibirlo, sino que también debemos salir a buscarlo, cazarlo, cultivarlo y cosecharlo. Otra diferencia entre nosotros es el método que aplicamos para la obtención de este combustible. Como una persona normal, tú no buscas provocar el suministro de este combustible, sino que simplemente se produce como una feliz consecuencia de haber hecho algo meritorio o algo para complacerte a ti mismo, y que los demás notaron. Fuiste al salón de belleza para que te arreglaran el pelo, de manera que sales de allí sintiéndote elegante y atractiva. Lo hiciste para ti misma, no para impresionar a nadie. Es un efecto secundario agradable que otros noten tu nuevo peinado y te hagan cumplidos. Trabajaste duro para que la presentación que debes dar sea clara, útil y bien recibida. Estás obligada a hacerlo en virtud de tu trabajo o tus estudios. Quieres asegurarte que todo salga bien para afirmar tu autoestima y evitar defraudar a otros con una mala presentación. Como una persona normal, no piensas, «debo hacer una gran presentación para que todos aplaudan y me digan lo maravilloso que soy». Así es cómo los de mi especie y yo miraríamos la situación. Te compraste un coche nuevo porque necesitabas uno y decidiste

premiarte. Tienes un bolso que está de moda por razones similares. Otros notan esto y te hacen comentarios admirativos. Esos comentarios te hacen sentir bien pero no hiciste nada para extraerlos. Muchas veces ni siquiera tienes necesidad de tener posesiones materiales caras porque obtienes una sensación de bienestar de otras cosas, como dedicar parte de tu tiempo a otros, o dar de ti. La alabanza que recibiste por haber lidiado bien con un cliente insatisfecho es un agradable efecto secundario de haber demostrado tu talento para las relaciones interpersonales y llevar a cabo bien tu trabajo. Por lo tanto, el combustible que tú obtienes es una consecuencia de algunas cosas que haces. Para nosotros, la cosecha de combustible es nuestra única razón de hacer las cosas. Yo compro un automóvil nuevo porque quiero: 1. que los demás vean lo bien que me va financieramente y me admiren; 2. que reconozcan el gran vehículo que es y me admiren por poseerlo; 3. que sientan envidia de mi propiedad porque mi coche es mejor que el de ellos; 4. demostrar que, por ser dueño de un coche superior, yo soy superior a ellos. Todo esto genera combustible para mí. Lo que debes notar es que yo obtengo combustible de muchas más maneras que tú, y que mi combustible se basa en reacciones tanto positivas como negativas. Yo trabajo aplicadamente para obtener esas reacciones; tú no lo haces. En consecuencia, si bien es verdad que a nosotros dos nos gusta recibir combustible, tú, de lejos, lo necesitas menos que yo. Además, tú no lo buscas de la misma manera que yo, ni lo extraes como yo lo hago. Mientras Herr Fenichel afirmó que el suministro narcisista se obtiene del medio ambiente, yo considero que el combustible que extraigo es más específico con respecto a de dónde lo extraigo. Yo obtengo mi combustible de la respuesta emocional de los que me rodean. La calidad del combustible varía dependiendo del tipo de respuesta emocional y de la proximidad de los que me la proveen. Entraré en más detalle sobre esto en un capítulo posterior. Cualquier tipo de respuesta emocional nos proporciona combustible. La reacción emocional puede ir desde la adoración, felicidad o placer, hasta el

odio, el enojo, la tristeza o la frustración. Hay algunos que se refieren a mi especie como vampiros emocionales. La descripción es totalmente adecuada. Nos alimentamos de tus respuestas emocionales y, por lo tanto, es imperativo para nosotros provocar siempre una respuesta emocional en ti. Cuanto mayor sea la intensidad de esa respuesta emocional, mayor será la intensidad del combustible que recibimos. Incluso saber que tendrás una reacción emocional, aunque no podamos verla, nos provee combustible. Consideramos toda energía emocional como nuestro sustento y la chupamos de donde podemos. La falta de emoción nos causa preocupación y hace que eventualmente nos desapeguemos y busquemos nuevas fuentes de energía emocional. Hay quienes sugieren que mi especie obtiene combustible de ciertos objetos inanimados como, por ejemplo, símbolos de estatus social. El costoso vehículo, el traje sastre y la casa grande, todo esto, al parecer, nos proporciona combustible. Es cierto que codiciamos estas cosas ya que van de acuerdo con nuestro sentido de merecerlo y tener derecho a todo. Estos objetos también nos permiten mostrar al resto del mundo nuestro éxito y nuestros logros. Anhelamos tener esa imagen de éxito material. Sin embargo, no es el Rolex, el Ipad Mac o el teléfono celular con un diamante incrustado lo que deseamos en sí sino las reacciones que estos objetos crean en otros. Quienes nos ven pasar conduciendo un Bentley convertible invariablemente se paran y nos miran fijamente con la boca abierta. Esa reacción a nuestro prestigio nos proporciona combustible. Las miradas de admiración que atraemos cuando atravesamos la oficina caminando en un excelente traje sastre nos proporcionan combustible. Los elogios que recibimos por nuestro estilo de zapatos, por la casa de campo que tenemos y la fiesta extravagante que dimos son combustible para nosotros. Los objetos inanimados son plataformas para obtener nuestro combustible. Porque si bien algunos se maravillan con nuestra elección de automóvil, otros muestran celos y envidia. Esas reacciones nos proporcionan combustible también. No nos fijamos en el comentario hiriente que acompaña una mirada verde de envidia. Las palabras se evaporan. Es la emoción contenida en esas palabras y esa mirada verde lo que queremos. Nos has notado y has reaccionado a nuestra presencia. Oscar Wilde lo expresó muy bien, “Sólo hay una cosa en el mundo peor que estar en boca de los demás, y es no estar en boca de nadie.” Nuestra dependencia y fascinación por el objeto inanimado no se limita a

lo que puede considerarse como objetos inanimados tradicionales. El objeto inanimado que más utilizamos es una persona. Eres tú. ¿Cómo podemos considerar a una persona como un objeto inanimado? De la misma manera que las palabras en un comentario hiriente se disipan porque nos concentramos en la emoción, la identidad de aquellos que nos proporcionan combustible se desvanece también cuando saboreamos el combustible que podemos extraer de ellos. A aquellos de ustedes que seducimos y encerramos en nuestro mundo para poder extraer combustible a fondo, los consideramos como simples aparatos. No vemos a la persona. No reconocemos su identidad. Lo que vemos en una máquina que tiene un propósito y solo uno: el suministro de combustible para nosotros. Fuiste escogido o escogida porque sabemos que nos proporcionarás el combustible más potente y exquisito. Te escogimos por tu constancia, tu fiabilidad y el volumen de combustible que dejas correr. Apretamos los botones y tu provees. Esa es la sencilla razón por la que nos relacionamos contigo. Para nosotros, no hay diferencia entre tú y la lavadora de ropa, la de platos o el reproductor blueray. Oprimimos botones y tú nos abasteces. El suministro de combustible va más allá de cualquier consideración sobre quién eres tú. Tus características son incorporadas a nosotros y te conviertes en una parte de nosotros. Como la sangre que circula en nuestro cuerpo, tú eres el combustible que nos mantiene vivos. Eres una parte integral de nuestra existencia. Ya no te vemos como una persona separada y distinta, sino como una parte de nuestro sistema. Podrías compararlo a un coche a control remoto. El coche no tiene ninguna energía a menos que esté dotado de baterías. Una vez que se han colocado las baterías, el coche puede funcionar. El movimiento del coche drena las baterías, las cuales deben ser recargadas o reemplazadas. De la misma manera, nosotros consideramos que tú estás encajada a nosotros puesto que eres una pila de combustible. Estás allí para darnos energía. La energía emocional que tú produces nos proporciona el combustible que nos impulsa. Cuando la energía empieza a decaer tenemos que recargarla. Nosotros debemos encontrar distintas maneras para hacer que derrames esta energía emocional. Si no lo haces, entonces debemos hacerte a un lado, aunque nunca te olvidamos por completo, y reemplazarte por otro aparato más eficiente. Nuestro combustible es reacción emocional. Todas las personas con las que interactuamos nos lo proporcionan, pero el mejor combustible, y el más

potente, nos lo proporcionan aquellos que están más cercanos a nosotros. Alguien como tú.

¿Cómo obtenemos combustible? La imagen, cuidadosamente construida, que mostramos a ti y al mundo está diseñada para hacer dos cosas. La primera es cosechar combustible. La segunda es mantener escondida, con la ayuda necesaria del combustible, la bestia oscura que merodea dentro de nosotros. Entraré en más detalle sobre esto en la sección sobre por qué necesitamos el combustible. Comencemos por abordar el primer punto. Mostrando al mundo cuán magníficos y brillantes somos, cuán encantadores, afectuosos, interesantes y divertidos somos, esperamos que el mundo nos reconozca y nos proporcione nuestro combustible. Es por esto que, cuando nos encontramos por primera vez, solo ves a una persona encantadora, agradable y atenta. Sólo mostramos este lado positivo de nosotros mismos, la ilusión que hemos creado, porque si permitiésemos que la bestia en nuestro interior fuera vista, tú no te relacionarías con nosotros y no nos darías combustible. Por consiguiente, nos mostramos casi angelicales, montados en un unicornio yendo hacia la ciudad a galope sobre un arco iris. Irradiamos alegría, emoción y éxito. Mostramos interés, cariño, y preocupación por ti, y parecemos ser la persona de tus sueños. Toda esta ilusión, cuidadosamente construida, está diseñada para hacer que nos des combustible. Si un narcisista te ha atrapado, piensa en cómo comenzó la relación, cómo te sedujo y te fue embarcando en la época dorada. Recuerda cómo durante esas primeras semanas todo se pasó de maravilla. A continuación, voy a describir este proceso de seducción, que será similar al que tú viviste con tu narcisista y, en negritas, voy a describir cómo cada paso que dio el narcisista le proporcionó combustible. La interacción inicial se habrá producido inesperadamente. Tal vez haya sido un supuesto desconocido en un bar (aunque sabíamos todo sobre ti de antemano), un conocido de hace mucho tiempo, alguien de tu adolescencia, o un colega. Te habremos abordado de manera inesperada, pero eso no te molestará porque lo hacemos para declarar un supuesto interés por ti, que tenemos desde hace mucho tiempo, pero que jamás nos atrevimos a

expresarte. (Tu sorpresa, placer e interés por nosotros). Te hacemos piropos repetidos, te escuchamos atentamente y hacemos muchas preguntas sobre ti. (Tu placer por ser el centro de atención es palpable, reaccionas con gusto a nuestros halagos, nos das las gracias por estos y nos elogias por nuestra atención). Hablamos de nuestro éxito, algunas personas nos reconocen y nos saludan con gusto mientras estamos contigo, mostramos seguridad de empleo y ornamentos que indican éxito material. (Muestras evidente placer en estar sentado o sentada con una persona popular, nos felicitas por nuestro éxito, haces preguntas sobre nuestros logros, y nos das toda tu atención al hacerlo). Estamos en contacto contigo frecuentemente por teléfono, mensajes de texto y en persona. (Siempre contestas el teléfono y respondes en seguida a nuestro mensaje indicando que somos importantes para ti; siempre te complace vernos). Te damos regalos y te llevamos a lugares excitantes y lujosos. (Nos agradeces por nuestra generosidad y expresas placer; nuestra esplendidez te maravilla). Te tocamos repetidamente, te abrazamos y besamos. (Respondes de manera similar dándonos atención táctil, y elogias nuestra naturaleza íntima y calurosa). Pasamos mucho tiempo contigo. (Nos invitas a hacerlo indicando lo importante que somos para ti). Te presentamos en nuestro círculo social. (Tú haces lo mismo y tus amigos comentan cuán maravillosos somos y lo bien que te tratamos). Te explicamos nuestros planes para el futuro, en los cuales ya estás incluida. (Expresas tu placer y satisfacción con esto, cuán maravillosos somos y cuán afortunada te sientes por tenernos en tu vida). Te halagamos excesivamente, incluso cuando no lo has merecido.

(Te sientes complacida y muestras tu deleite hacia nosotros. Te sientes obligada a halagarnos también). Te hacemos favores y te ayudamos a hacer tus deberes cotidianos. (Siempre nos agradeces y comentas cuán maravillosos somos por hacer estas cosas. Piensas de qué manera puedes devolvernos el favor y así nos convertimos en el centro de tu atención.) Todo lo descrito aquí es considerado como una acción positiva de nuestra parte. Casi todos (excepto los que presten atención a las señales de alarma) agradecerían ser tratados de esta manera y responderían como lo he descrito anteriormente. Aquí puedes ver cómo todas las cosas que los de mi especie dicen y hacen no tienen nada que ver con estar interesados en ti. Los regalos, los halagos y el apoyo los hacemos únicamente para provocar una reacción positiva en ti. Al igual que conduzco un nuevo y reluciente Mercedes Benz de gama alta para que la gente me apunte con el dedo y me mire con admiración, hago todas estas cosas descritas arriba para provocar una respuesta positiva en ti. Es algo que hacemos con todo el mundo, ya sea un amante, miembro de la familia, amigo o colega. Mostramos esta maravillosa ilusión para ser admirados y queridos por todos los que entran en contacto con ella. El resultado es combustible. Si este combustible no se nos da voluntariamente, entonces lo exigimos y lo extraemos a la fuerza de los que nos rodean. No reconocemos límites, por lo que procedemos como mejor nos parece para cosechar este combustible. Es posible cosechar combustible positivo forzando una respuesta de tu parte; por ejemplo, si te preguntamos qué opinas de nuestros zapatos nuevos y tú nos respondes que te gustan. Tú no hubieras comentado nada sobre nuestros zapatos si no hubiésemos atraído tu atención a ellos. Sin embargo, más a menudo, la reacción es de naturaleza negativa si nosotros la extorsionamos. Puede que te sorprenda saber que el combustible negativo nos resulta más edificante y estimulante que el combustible positivo. La razón de esto es que las personas siempre quieren que otros sean agradables con ellas y, por lo tanto, la reacción positiva que genera el ser agradable no es realmente muy difícil de obtener; se da fácilmente. La reacción que surge del comportamiento diseñado para crear una respuesta negativa no es siempre

evidente. La mayoría de las personas normales tratan de mantener, y mantienen, su ira bajo control, ocultan su malestar, manejan su frustración. Las personas normales van a tratar de resolver la situación a través de la conversación y sugerencia, prefieren prestar atención al comportamiento de la otra persona (es decir, nosotros) para decidir cuál es la mejor respuesta. Son personas empáticas y, por lo tanto, se centran en otros, no en ellos mismos. Es solamente después de ser sometidas a un comportamiento constante de provocación que se puede extraer su respuesta emocional negativa. Es solamente después de un período de insultos salvajes que empiezan a llorar o a salirse de sus casillas. La intensidad de estas respuestas emocionales es tal que el combustible que generan es inmenso, y es por eso que preferimos las respuestas emocionales negativas a las positivas. Por supuesto, con el tiempo, la reacción emocional viene cada vez más rápidamente y es por eso que nosotros debemos aumentar su intensidad y extraerlas de diferentes fuentes puesto que la ley de los rendimientos decrecientes se aplica a nuestro suministro de combustible. Tú pensarás que esto es muy desagradable y una manera horrible de vivir la vida. Para nosotros es un hecho. Es la forma en que obtenemos nuestro combustible; generar una respuesta emocional de los que nos rodean. En este punto será instructivo comparar un día típico para ti con un día típico para nosotros para ver cómo nuestra conducta se orienta hacia la obtención de combustible. Esto se basa en la suposición de que tú y yo vivimos juntos, tenemos una relación establecida y la época dorada ya ha quedado atrás hace mucho tiempo. Insertaré la abreviación CP, para combustible positivo, y CN, para combustible negativo, después de cada situación donde se genere combustible para ti, en el primer ejemplo, o para mí, en el segundo ejemplo. Te despiertas y me abrazas mientras permanezco en la cama dormido. Pasas tus dedos por mi cabello y luego te levantas. Bajas a prepararme el desayuno. Me das los buenos días cuando me ves bajar y me preguntas si dormí bien. Me siento a la mesa y leo el periódico mientras tú me sirves el desayuno y me preguntas cuáles son mis planes en el trabajo. Me pides que recoja la ropa de la tintorería, pero yo te respondo que no puedo hacerlo porque tengo un compromiso después del trabajo. No te digo nada sobre este compromiso y

mi respuesta te irrita un poco. Tú aceptas ir a recoger la ropa de la tintorería. Te dejo que limpies los platos del desayuno y subo de nuevo para arreglarme. Te doy un beso en la mejilla (CP) antes de salir para el trabajo. Tú me deseas un buen día y sacudes tu brazo en señal de despedida mientras entro en el coche y salgo. Tú seleccionas la carne para la cena y dejas que se descongele antes de prepararte para ir a trabajar. Pones orden al desorden que dejé en el baño y mueves la cabeza porque he dejado de nuevo una toalla húmeda sobre la cama. Sobre tu lado. Sales para el trabajo y a tu llegada uno de tus colegas te hace un cumplido sobre la fragancia que llevas (CP). Empiezas a trabajar y en tu correo recibes una tarjeta de agradecimiento de un cliente satisfecho (CP). Trabajas en un proyecto toda la mañana y me envías un par de mensajes de texto preguntando cómo estoy y con qué vino me gustaría acompañar la cena. No respondo. Una amiga que había ido a la cafetería te ha traído un café; se ha acordado de tu tipo favorito de café (CP). Te encuentras con otra amiga para el almuerzo. Ella está teniendo algunos problemas en su casa y tú la escuchas y le das algunos consejos constructivos. El almuerzo es interrumpido por tres llamadas telefónicas mías. No contestas porque no quieres interrumpir a tu amiga. Ella te agradece por el apoyo que le das (CP) antes de despedirse. Me llamas y yo me muestro enojado contigo por no responder a mis llamadas telefónicas. Me pides disculpas e intentas hablar de la cena, pero te cuelgo. Me llamas dos veces, pero no contesto. Envías tres mensajes de texto repitiendo tus disculpas y preguntando qué quiero para el postre. No respondo. Regresas al trabajo y tu jefe te agradece por el informe que le entregaste la semana pasada y que le fue de mucha utilidad (CP). Te pregunta si quieres ir a tomar algo después del trabajo a modo de agradecimiento, pero tú rechazas la invitación explicando que ya tienes planes. Continúas con tu trabajo y recibes la llamada de otra amiga y hacen arreglos para salir el fin de semana. Me llamas otra vez, pero la llamada va directamente a mi buzón de voz. Vuelves a casa y preparas la cena. Me llamas dos veces tratando de averiguar a qué hora estaré en casa para la cena, pero yo no contesto. Continúas preparando la comida y la mantienes caliente mientras esperas que llegue. Yo llego poco antes de las 9 pm. Me preguntas amablemente dónde he

estado y me explicas que has tratado varias veces de ponerte en contacto conmigo para saber a qué hora la cena tenía que estar lista. Yo reacciono con irritación, luego ira, y provoco una discusión. Estás cansada y te enojas. Te dejo sin tocar la cena y me encierro en mi estudio. Después de un tiempo te tranquilizas y vienes a hablar conmigo en un gesto de reconciliación. Yo no cedo y provoco otra discusión. Sales del estudio y vuelves a bajar. Comes y ves la televisión, limpias la cocina y planchas mi camisa para el día siguiente. Te acuestas en la cama y esperas a que yo lo haga también y duerma a tu lado. Escuchas que cierro la puerta de la habitación para invitados y te das cuenta que he decidido dormir allí. Te volteas, tratas de contener las lágrimas e intentas dormir. Como verás, en este ejemplo recibiste combustible en seis ocasiones. En ninguna de estas ocasiones buscaste recibirlo y sólo en una yo te lo di. Ahora, compara esto con lo que pasa durante mi día. He escogido un día bastante estándar, y no uno donde actúo como poseído para adquirir combustible. Sin embargo, sugiero que te abroches el cinturón de seguridad. Me abrazas (CP) mientras pretendo dormir, de manera que no respondo a tu gesto afectivo (CN). Espero a que te levantes y te vayas para mirar mi teléfono celular. Hay varios mensajes de un blanco potencial con la que he empezado a coquetear (CP). Le envío una respuesta y recibo su respuesta instantáneamente (CP). Bajo a desayunar, tú me das los buenos días y me preguntas si dormí bien (CP). Me quejo que las almohadas que compraste recientemente son demasiado suaves y tú aceptas ir a comprar unas más duras para mí (CP). Me preguntas cuáles son mis planes en el trabajo (CP). Me pides que recoja la ropa de la tintorería después del trabajo, pero te respondo que no puedo hacerlo porque ya tengo un compromiso (CP). Puedo ver que mi negativa y el hecho de que no te digo qué es ese compromiso que tengo te han irritado (CN). Tú aceptas recoger la ropa y limpias la mesa y los platos del desayuno (CP). Subo, vuelvo a mirar mi celular y encuentro otro mensaje de la nueva perspectiva (CP). Consulto mi correo electrónico y encuentro un mensaje de agradecimiento por un negocio que he concluido (CP) y otro que me informa que mi facturación es la más alta de todo lo que va del año (CP). Anexo esta

gráfica a un nuevo correo electrónico que envío a uno de mis rivales con un mensaje presumiendo mi logro (CN). Me visto y admiro mi aspecto en el espejo. Tomo una fotografía y la envío a la nueva perspectiva quien inmediatamente me responde con un comentario halagador (CP). (Ni siquiera he salido de la casa y ya he cosechado combustible en quince situaciones distintas) He dejado el baño hecho un desastre y he colocado deliberadamente una toalla húmeda sobre la cama, sobre tu lado, porque sé que esto te irrita (CN). Bajo y te doy un beso de despedida; opto por dártelo en la mejilla, y no en la boca, porque elijo hacerlo así (Combustible positivo en esta ocasión porque no reaccionaste negativamente al hecho que decidí besarte en la mejilla en lugar de la boca). Subo en mi coche y llamo a un amigo para ponernos de acuerdo para ir a tomar algo durante la semana. Paso los primeros diez minutos de la conversación contándole lo bien que me está yendo en el trabajo y mi amigo responde con elogios (CP). Repetidamente bloqueo sus intentos de darme sus noticias. Su frustración es evidente en su respuesta (CN). Me detengo en un semáforo en rojo y noto que el joven en el auto de al lado admira mi coche y me muestra el pulgar en aprobación (CP). Rebaso varios coches (CP) y le corto el camino a un conductor. Lo veo gesticular enojado desde su coche menos caro y le respondo riéndome de él (CN). Al llegar a la oficina, mi secretaria tiene una taza de té lista para mí (CP). Durante el día, concluyo un nuevo acuerdo que causa el elogio de mi jefe (CP) y hago circular algunas mentiras acerca de uno de mis rivales a quien escucho protestar más tarde sin tener idea de dónde provienen dichas mentiras (CN). Una secretaria, a quien no había visto nunca antes, me sonríe (CP). Me detengo y charlo con ella un rato; ella coquetea claramente conmigo (CP). Le llamo la atención a un empleado junior por una pequeñez y lo dejo cabizbajo (CN). Recibo dos mensajes de tu parte a propósito de la cena, pero los ignoro porque sé que esto te hará sentir mal (CN) y le envío unos mensajes coquetos a la nueva perspectiva (CP). Dejo una buena carga de trabajo en el escritorio de una empleada júnior. Ella comienza a quejarse, pero yo la pongo en su lugar (CN). Voy al gimnasio a mediodía y recibo varias miradas admirativas de hombres y mujeres mientras me entreno (CP). Regreso a la oficina y le comento a un colega que se ve muy fuera de forma y

lo dejo echando humo porque me alejo sin darle la oportunidad de responder a mi comentario (CN). Te llamo por teléfono tres veces y no contestas así que te dejo un mensaje desagradable en tu mensajería (CN). Tú me regresas la llamada y yo descargo brutalmente mi enfado sobre ti por no contestar a mis llamadas, mientras tú me pides disculpas (CN), y luego te cuelgo (CN). Me llamas dos veces, pero ignoro tus llamadas (CN) y también ignoro tus mensajes de texto (CN). Hago circular un email de felicitación que recibí de un cliente y recibo varias respuestas de reconocimiento por mi logro (CP). Me procuro un poco de dinero de la caja de la oficina para pagar mis copas esa noche a pesar de que mi cita no tiene nada que ver con el trabajo. La mirada que me da mi secretaria mientras me entrega el efectivo confirma que ella sabe esto, pero también sabe que más le vale no decir nada (CP). Tú me llamas por teléfono y yo corto la llamada de inmediato (CN). Voy a un bar después del trabajo y, mientras espero a una amiga, me pongo a hablar con la chica del bar. Ella responde a mis propuestas y me da su número de teléfono (CP). Me siento a coquetear con mi amiga (CP), a quien le cuento durante toda la cita lo difícil que es mi vida contigo a pesar de todas las cosas que hago por ti y lo mal que me tratas. Ella me escucha con entusiasmo y me muestra simpatía (CP). Me propone que nos veamos la semana próxima y yo acepto (CP). Me llamas dos veces, pero no contesto deliberadamente (CN). Tomo un taxi para la casa y en el camino le llamo a un empleado júnior y le pido que vaya a la oficina y que lleve mi coche a mi casa a pesar de que él está ocupado con su familia (CN). Yo acuso al taxista de haber tomado la ruta equivocada y provoco una discusión para no pagarle la tarifa completa y tomo los datos de su licencia (CN). Entro en la casa y me preguntas educadamente dónde he estado. Considero esto como un ataque innecesario, por lo que provoco una discusión (CN). Me instalo en el estudio y me pongo a coquetear en línea (CP). Vienes a verme para suavizar las cosas entre nosotros, pero yo provoco otra discusión que te hace llorar (CN). Sigo con mis travesuras en línea y me inscribo en un sitio de citas para castigarte por discutir conmigo CP). Oigo que vas a acostarte y me decido a ver algunos vídeos pornográficos y subo el volumen esperando que escuches (CN). Finalmente me dirijo ruidosamente a la habitación de los invitados para que sepas que he decidido

dormir allí y no contigo (CN). En total hubo cincuenta y cuatro diferentes situaciones donde yo coseché combustible, de diferentes tipos, algunos positivos, otros negativos, y de diferentes fuentes. Este es un ejemplo de un día típico donde, a decir verdad, ni siquiera me estaba esmerando mucho en obtener combustible. Gracias a este ejemplo puedes ver que necesito recibir combustible frecuentemente. En muchos casos, las cosas se dieron como deben darse: se me proporcionó combustible cuando otros hicieron cosas para mí o me admiraron. En otros casos, yo tuve que extraer combustible ya sea coqueteando, buscando halagos o denigrando a otros. Notarás que el combustible debe correr durante todo el transcurso de mi día. No es que pueda cosechar una buena cantidad de este en una sola inyección y pasarme el resto del día sin más combustible. Necesito tener repetidos suministros de combustible durante todo el día. Observarás también cuánto de este combustible está basado en cómo las personas responden a mí, pero también cómo yo imagino que responden a algunas de las cosas que hago o no hago. Saber cómo reaccionarás a ciertas cosas, porque yo te he condicionado de esa manera, me dará combustible también. Cuando me enfrento a una crítica (cuando me preguntas dónde he estado) reacciono provocando una discusión. No hago esto sólo para obtener combustible, lo hago también porque me permite mantener mi superioridad ante un cuestionamiento innecesario de alguien que no tiene el rango para hacerlo. Durante todo mi día tengo que obtener combustible, y este es un ejemplo de cómo lo hago. Como puedes ver, todo esto es muy diferente a tus acciones normales. Hay miles de formas de obtener combustible (afortunadamente) y nosotros las conocemos y utilizamos a todas con maestría. Naturalmente, la frecuencia con la que podemos cosechar combustible de la gente varía y, por lo tanto, necesitamos una amplia variedad de dramatis personae. También notarás que he obtenido combustible de casi todas las personas con las que he interactuado, sin importar cuán breve o intrascendente fue esta interacción. Interactuar con alguien y no extraer algún tipo de combustible es una oportunidad desperdiciada para mí, y siempre estoy planeando e ideando formas de adquirir combustible. Siempre debe haber una reacción, ya sea positiva o negativa.

Pasado un tiempo en nuestra relación, extraeré casi exclusivamente combustible negativo de ti (excepto en las ocasiones en las que me digno a darte un destello de la época dorada) puesto que, incluso si estás intentando ser agradable conmigo y hacer cosas para mí, todo esto me irritará y me hará provocar tu enojo, llanto, malestar, y todas esas emociones negativas que me proporcionan un mayor nivel de combustible. Esto es por dos razones fundamentales. 1. La familiaridad engendra desprecio. Cuanto más tiempo estoy contigo, menos potente me resulta tu combustible positivo, ya que he estado expuesto repetidamente a este. Por lo tanto, tengo que cambiar al combustible negativo, más prometedor, con las desagradables consecuencias que esto tiene para ti. 2. Con el tiempo, puedes comenzar a ver a través de mi construcción y, por lo tanto, tengo que trabajar más duro para mantener todo bajo control. Te explico más sobre esta construcción en un capítulo posterior. Para mantener la ilusión de mi magnificencia y genio, tengo que azotarte para extraer combustible y mantener mi poder y control. Esta es la manera en que obtengo combustible. Todos los de mi especie actuamos de manera muy similar y siempre seguimos el mismo patrón: 1. Seducción al principio para obtener combustible positivo y hacer que la caída durante la devaluación sea mucho más grande y genere combustible más potente; 2. Devaluación para producir combustible negativo. El envilecimiento de mi comportamiento está diseñado para hacer el tercer elemento más potente; 3. Ocasional regreso a la época dorada con el fin de obtener más combustible positivo y levantarte muy alto para luego dejarte caer muy bajo una vez más; 4. Te descartamos, pero únicamente para poder aspirarte de nuevo. Esto proporciona un combustible extremadamente potente cuando funciona; 5. Una vez que hemos logrado que regreses a nosotros, la devaluación comienza de nuevo. Todo este comportamiento de jala y empuja y todo este carrusel están

diseñados para proveerme combustible a través de tus reacciones emocionales. También nos permiten contrastar emociones y, de esta manera, obtener un combustible de mejor calidad. Esta es la manera en que obtenemos nuestro combustible.

¿Qué es lo que queremos? ¿Qué quiere el narcisista? ¿Qué quiero yo? ¿Qué quieren los miembros de mi especie, sea hombre, mujer, transexual, un padre, una madre, un hermano, un amante, un jefe o un vecino? Queremos una cosa y una cosa solamente: combustible. No solo queremos combustible, lo necesitamos. Es en lo primero que pensamos cuando nos despertamos y lo último que pasa por nuestras mentes cuando nos gana el sueño. El combustible nos define. El combustible nos impulsa. El combustible es todo para nosotros. Debemos obtenerlo frecuentemente, y es por eso que tratamos de extraerlo de una multitud de fuentes. Las formas en que lo extraemos son diversas, fascinantes en su ingenio y horribles en su brutalidad. El combustible puede dividirse en dos categorías: combustible positivo, que da vigor a nuestro ego, y combustible negativo, que se produce cuando lastimamos a otros. Cada día logramos extraer combustible haciendo que nos ames, nos admires y nos adores. Haciendo que elogies nuestro genio, te maravilles ante nuestra superioridad y nuestra magnificencia sobrehumana, como la de un dios. Haciendo que nos anheles y centres toda tu atención en nosotros. Buscando tu lástima. Haciéndonos la víctima. Mintiendo. Mintiendo. Y otra vez mintiendo. Inventando excusas. Usándote, explotándote y drenándote. Tomando tu dinero y tus posesiones. Aislándote y asustándote. Haciéndote correr y brincar a nuestro alrededor, haciéndote ir y venir para complacernos. Comparándote con otros, creando ansiedad en ti, y haciéndote caminar sobre cáscaras de huevo. Prometiéndote el mundo entero, la luna después y revelándote el paraíso. Cambiando las reglas que nunca se aplican. Poniendo siempre la barra más alto y cambiando las metas constantemente. Devaluándote, burlándome de ti e insultándote. Haciéndote asumir la culpa y sentirte culpable. Haciéndote gritar, llorar y sollozar. Hiriéndote y haciéndote sufrir. Confundiéndote y desconcertándote. Empujándote y jalándote y empujándote y jalándote. Levantándote y dejándote caer. Amarrándote a nosotros y absorbiéndote en

nuestro mundo. Haciéndote falsas promesas y disculpas vacías. Existiendo. El combustible significa todo para nosotros. Todo el mundo que nos rodea es una fuente de combustible. Nosotros vemos a cada persona que entra en nuestra esfera de influencia como un aparato cuyo único propósito es dispensar combustible para nosotros. Aquellos a los que atrapamos en una relación íntima nos proporcionan el combustible más potente y delicioso que nos hace sentir poderosos y omnipotentes. Este combustible nos hace sentir como los dioses que sabemos que somos. Tenemos derecho a este combustible. Es nuestro por derecho y nada debe interponerse en nuestro camino cuando vamos por él. El combustible que conseguimos nunca es suficiente; siempre hay espacio para más. Siempre hay espacio para otro cumplido que masajee nuestros egos, o para un comentario mordaz dirigido hacia ti, para hacer valer nuestra superioridad sobre ti. Nuestro tanque de combustible nunca está lleno, y nunca se derrama ya que se vuelve más grande y más grande para dar cabida a la creciente necesidad de combustible. ¿Por qué lo necesitamos? Lo necesitamos para mantener a la bestia bajo control. Esa criatura cobarde que aguarda cautelosamente la oportunidad para herirnos y lastimarnos, y que sólo podemos mantener encerrada en su prisión a través de la obtención de combustible. Esta bestia siempre está tratando de recordarnos lo que somos, nuestros defectos y debilidades, para poder escaparse y causar estragos. No quiero darle a esta bestia mucha atención puesto que incluso el hecho de escribir este párrafo causa una sensación de angustia en mí. Pero es su existencia lo que impulsa nuestra búsqueda de combustible. Sé que voy a tener que lidiar con esta bestia para poder darte más información sobre ella, pero lo dejaré para más tarde. Por ahora, permíteme darte una idea sobre cómo, en este momento, he organizado mi mundo de manera que tenga varios aparatos de abastecimiento de combustible disponibles, y pueda tener así un grado de confort en mi vida sabiendo que no habrá una repentina carestía de combustible. Tengo una novia que se llama Kim. No vivimos juntos, pero ella pasa la mayor parte de su tiempo en mi casa. Hemos estado juntos desde hace unos cuantos meses. Kim me parece interesante todavía y, por lo tanto, aún no la he sometido a devaluación. ¿Podría ser ella quien me pueda dar la salvación que busco? Por ahora, Kim me prodiga sus alabanzas y aprecio porque todavía la tengo en el paraíso que he fabricado con mucho

cuidado. Claramente ella está disfrutando de su estancia en él. (En caso de que te estés preguntando, ella no sabe nada de este libro, o de cualquiera de mis publicaciones, puesto que no sabe lo que soy en realidad, igual que muchos). Kim es una mujer inteligente y elegante. Se interesa por la actualidad mundial, lee un buen periódico, le gusta leer libros y tiene un interés particular en el legado de las potencias europeas en sus antiguas colonias. Es culta y estimulante, pero el hecho de que seguido me pide mi opinión sobre una variedad de temas, refuerza mi importancia y superioridad. Kim pone mucha atención a su apariencia porque quiere lucir lo mejor que puede para mí y la reacción de los demás al verla, tanto hombres como mujeres, me da un sentimiento de orgullo, porque ella está en mi brazo. Esto también refuerza mi superioridad innata porque ella está conmigo y no con ellos. Kim organiza cenas en mi casa de ciudad porque considera que la vista desde el comedor es mejor que la de su casa. Esto es algo con lo que sus amigos están de acuerdo cuando visitan mi casa, lo que aumenta mi satisfacción por tener dicho panorama desde mi comedor. Kim y yo hablamos con frecuencia, pero no estamos en la etapa donde tengo que bombardearla con mensajes de texto y llamadas telefónicas. Más bien la he condicionado a llamarme a primera hora de la mañana (cuando no estamos juntos) para que comience nuestro régimen cotidiano de comunicaciones frecuentes. No recuerdo cuándo fue la última vez que yo le llamé a ella. Ahora es siempre ella la que me llama, y eso es lo que me propuse conseguir. Kim me brinda un fuerte suministro de combustible positivo con su admiración y adoración hacia mí. Vamos a ver cuánto tiempo dura esto. Actualmente estoy coqueteando, aunque en un grado bastante bajo, con una chica llamada Samantha. De vez en cuando me veo con ella para tomar una copa, e intercambiamos mensajes con frecuencia. He logrado condicionarla de modo que, incluso si no le respondo durante un tiempo, ella seguirá enviándome mensajes. Sus mensajes nunca me cuestionan o sermonean, más bien son mensajes de elogio que buscan sonsacar uno de mis comentarios encantadores que la derriten. Samantha parece haber comprendido que no va a conseguir nada presionándome, y estoy contento con esto. La colección de mensajes que me envía me proporciona toques ocasionales y encantadores de combustible durante todo el día. Si Kim llega a

decepcionarme (y creo que así será porque, hasta ahora, todas lo han hecho), entonces Samantha la va a reemplazar como objeto de mi afecto, con la esperanza de que ella, finalmente, podrá darme lo que otras no han podido darme hasta ahora. Por el momento, Samantha es una buena surtidora de combustible. Es fiable y, lo mejor de todo, fácil. Por consiguiente, no tengo que hacer mucho esfuerzo para recibir combustible de ella. En el reverso de la moneda está Andrea, quien me defraudó y luego se atrevió a alejarse de mí. En estos momentos estoy llevando a cabo una campaña que le enseñe que no puede hacer eso. Yo soy el que toma las decisiones e impone las reglas, y ella tiene que cumplir con estas. Andrea me da asco y me irrita con su voz chillona y sus brazos flacos. Estoy utilizando varias cuentas de correo electrónico falsas para bombardearla con mensajes durante todo el día y toda la noche. Ella ya ha cambiado su cuenta de correo personal dos veces, pero no sabe que tengo un lugarteniente en su campo que me mantiene informado de los cambios en su dirección de correo electrónico y su número de teléfono móvil. Hay un par de admiradores míos que se encargan de enviarle correos personales y detestables, que en gran parte giran alrededor de su trastorno alimenticio, el cual, claramente, ha resurgido. Yo le ayudé con esto cuando estábamos juntos. Me cercioré de que ella comiera correctamente y con frecuencia para que tuviera un peso saludable y una silueta atractiva. Le bloqueaba la entrada al baño después de una comida para que no tratara de inducirse el vómito. La mantuve cerca de mí para mostrarle cómo alguien podía cuidar de ella. Por supuesto ella me defraudó, y mi ira ante su ineptitud para proporcionar los niveles de combustible que exijo y necesito me llevó a someterla a un período de devaluación despiadada e infame denigración. Ella se aferró a mí, pero después recibió ayuda de su tía, quien estaba preocupada no solo por su gran pérdida de peso, sino también por su estado de ánimo, y es así que trató de escaparse de mí, con la ayuda de su tía querida. Andrea me da asco ahora y me pregunto qué es lo que vi en ella. Me recrimino por haber sido tan débil como para pensar que podía ayudarla. Andrea es un caso perdido, no se le puede ayudar. Es una egoísta que prefiere estar delgada y enferma a seguir dándome lo que necesito. Yo la ayudé una y otra vez, y ella me paga tratando de escaparse de mí. Bien, pues no va a salirse con la suya. Esta campaña de correos electrónicos no amainará; seguirá recordándole la horrible persona que es y de cómo todos

sabemos esto. No tengo ningún interés en volver con ella; Andrea es una persona demasiado débil para estar asociada con alguien tan poderoso como yo. Mis asistentes me muestran las respuestas ocasionales que ella ha escrito a modo de respuesta. En realidad, Andrea debería ignorarlos a todos si supiera lo que es mejor para ella, pero no lo sabe y además piensa que es más inteligente que yo, y siempre quiere tener la última palabra. Sus respuestas histéricas no le sirven de nada, lo único que hacen es darme combustible y mostrarme que todavía resido profundo dentro de su mente. Tengo dos fuentes de combustible en el trabajo en forma de Eric y Angela. Ambos están bajo mi supervisión y deseosos de obtener una promoción. Por supuesto, solo una persona puede obtener una promoción y esto genera una lucha a muerte entre estos dos. La promoción está, por supuesto, entre mis manos y ellos lo saben. Es por esto que ambos tratan siempre de granjearse mi favor, lo que me proporciona combustible intermitente en el trabajo. Suma a todo esto a Tom, a quien supongo que muchos llamarían mi mejor amigo, aunque yo prefiero describirlo como el mejor proveedor no íntimo de combustible. Tom me adora y, si no fuera por el hecho de que está casado y tiene dos hijos, yo diría que está enamorado de mí. Lo conozco desde hace mucho tiempo y estoy satisfecho de haberlo conservado cerca de mí. De vez en cuando Tom me irrita y entonces tengo que denigrarlo y recordarle cuál es su lugar. Eso es hacer lo correcto. Hay períodos en que debo dejarle de hablar, someterlo a mi silencio, y entonces él entiende que hay claramente algo que hizo mal. Tom es leal y siempre busca maneras de complacerme. Es por esto que lo conservo, porque también tiene sus usos. Siempre hace lo que le pido, nunca se queja de la tarea. Si le digo que Kim es la persona más maravillosa del mundo, él estará de acuerdo conmigo y sacará una lista de razones que respalden lo que yo digo. Si, al día siguiente, le digo que detesto a Kim, que es una cabrona, Tom estará de acuerdo y sacará veinte razones para corroborar mi posición sin jamás cuestionar el cambio repentino en mis afectos. Él sabe mejor que nadie cómo las personas me han defraudado repetidamente y cómo deben ser castigadas por sus transgresiones. Nunca he tenido necesidad de aplastar a Tom porque, aunque él me ha decepcionado en ocasiones, siempre regresa como un cachorro labrador alimentado por una bebida energética, muy motivado a complacerme

a pesar de las humillaciones crueles y mordaces a las que le he sometido. Es un sirviente leal que me brinda combustible, tanto positivo como negativo. Puesto que no va a ir a ningún lado, lo redimo de la eliminación. Por consiguiente, mis asuntos están estructurados de la siguiente manera: 1. Kim. Relación íntima. Me provee combustible positivo potente. 2. Samantha. Coqueteo. Me provee combustible positivo. En reserva para cuando Kim caiga en desgracia. 3. Andrea. Fuente de combustible negativo. La que debe ser destruida. 4. Eric y Angela. Fuentes de combustible positivo en el trabajo. 5. Tom. Fuente de combustible positivo y negativo. Señor “Puedescontar-conmigo”. Un verdadero aparato. Ahora añade a todo esto la aspersión de combustible que obtengo cuando denigro a mis súbditos (camareros, choferes de estacionamiento, los profesionales principiantes en la oficina y así sucesivamente), o cuando atraigo todas las miradas admirativas dondequiera que voy, o la pizca de combustible que recibo cuando los que quieren hacer negocios conmigo cantan mis alabanzas, o el ocasional chorro de combustible cuando extiendo uno de mis tentáculos y aspiro a una víctima del pasado. Como puedes ver, tengo muchas y variadas maneras de adquirir mi tan preciado combustible. No es fácil mantener todas estas redes, y pienso en cuando era más joven y mi modo de hacer las cosas era algo más caótico. En aquel entonces tenía siempre relaciones que pronto me resultaban tediosas. Yo perdía rápidamente interés en la otra persona y me dedicaba entonces a denigrarla por haberme defraudado. Pasaba mi tiempo barriendo bares en busca de nuevas fuentes de combustible para intentar mantener el hambre a raya. A menudo era laborioso identificar nuevas perspectivas y engancharlas. Pero pronto perfeccioné mi arte y, a medida que mi prestigio y estatus fueron creciendo, me resultó cada vez más fácil seducir. La necesidad de la víctima de aferrarse a mí se hizo también más intensa. Me convertí en el gran partido. El premio que no deseaban perder. Me cercioraba de obtener mi combustible, pero lo hacía de una manera más casual y, en consecuencia, a veces vacilaba violentamente entre el combustible positivo y el negativo. Además, a menudo extraía mi combustible de toda una serie de fuentes sin tomar en cuenta la calidad del combustible que recibía. Aprendí mis lecciones de esas primeras incursiones

en la adquisición de combustible y, desde entonces, he tratado de crear una infraestructura que se adapte a mis necesidades más fácilmente. Sin embargo, no importa cuán estructurada y planificada mi extracción sea, la búsqueda de combustible nunca desaparecerá. Siempre habrá más combustible a extraer, ya sea atrayendo una mirada admirativa o arremetiendo contra los que siempre llegan a ofenderme. Te será difícil comprender cómo la necesidad de obtener este combustible nos preocupa. Es como una comezón persistente que no desaparece no importa cuánto te rasques. Tú ves el mundo de manera diferente a nosotros y obtienes tu combustible ayudando a las personas, cuidando de ellas. Has sido creada diferente y tus conexiones mentales y emocionales son distintas a las nuestras. No sé si la obtención de tu combustible te obsesiona tanto como a nosotros. De hecho, no me interesa saberlo. Todo lo que sé es que yo debo siempre idear nuevos métodos de obtención de combustible, encontrar nuevas fuentes, buscar maneras para extraer más y más eficazmente de fuentes existentes, o de los que creyeron haberse escapado de mí, y construir constantemente líneas para un futuro suministro. Es una operación gigantesca que siempre involucrará a muchas personas para que sirvan de aparatos. Esta operación gigantesca engendra a su vez una necesidad más grande de energía y combustible. No es algo que queramos hacer, es algo que debemos hacer si queremos sobrevivir. Hay, sin embargo, una manera de hacer este proceso mucho más simple; un método para obtener este combustible reduciendo el número de aparatos de los que dependemos. El Santo Grial del suministro de combustible es una persona codependiente. Encontrar una persona codependiente equivale a encontrar un pozo enorme de petróleo en el desierto, o una gran veta de oro o hacer un descubrimiento científico y encontrar una nueva forma de energía. Obtener nuestro combustible casi exclusivamente de una sola fuente es uno de nuestros más grandes deseos. Reduce la necesidad de encontrar nuevas fuentes y elimina la incertidumbre que se presenta con otras fuentes que pueden secarse o perder fuerza, lo que nos obliga a tomar medidas (y a usar energía) para asegurarnos de que tendremos nuestro combustible. El codependiente hace posible todo esto. Es por eso que son muy apreciados por los de mi especie; lograr atrapar un codependiente es ganarse el gordo de la lotería.

¿Cuáles son las fuentes de combustible? Hemos establecido que lo único que mi especie y yo queremos es combustible. También te he dado una idea de cómo yo extraigo mi combustible a través de los ejemplos anteriores sobre un día típico en mi vida y la estructura de mis redes de suministro actuales. Pero, ¿qué pasa con el narcisista en tu vida? ¿Cómo obtiene él o ella su combustible? ¿Cómo ve él o ella a sus diversas fuentes? ¿A quiénes utiliza como fuentes además de ti? Esto puede incluir a personas que compiten contigo y con las que, muy probablemente, tu narcisista te esté triangulando, por lo que, sin duda, vale la pena tratar de establecer quiénes son estas otras fuentes. En los párrafos anteriores, he dado muchos ejemplos de cómo se obtiene combustible, pero ¿qué hace que un combustible sea más débil o más potente que otro? Saber esto te dará una buena ventaja para lidiar con tu narcisista. Al saber qué es lo que él o ella está buscando, puedes actuar de manera más apropiada, saber lo que debes evitar hacer o lo que probablemente va a suceder. Puede que te resulte interesante el hecho de que no todo el combustible es igual, no se siente igual. La persona que lo suministra y cómo lo suministra son aspectos muy importantes que juegan un rol primordial en nuestro comportamiento. La potencia del combustible tiene una graduación y, por lo tanto, se le puede categorizar. Naturalmente, lo que deseamos es obtener el mejor combustible, tan frecuente como sea posible y del menor número de fuentes posible. Es por esto que nos encanta atrapar a una persona empática y asegurarnos de tenerla siempre a la mano. Aún mejor es atrapar a un codependiente, que representa el estándar de platino de la fuente de combustible. Nuestra necesidad de gastar nuestra energía de la manera más eficiente posible nos lleva a buscar fuentes que nos provean con el combustible más potente y delicioso. Nosotros nos consideramos como seres que tienen derecho a todo y, por lo tanto, no vemos por qué tenemos que extenuarnos para alcanzar nuestros objetivos. Esto se aplica sobre todo a la adquisición de combustible. Tiene perfecto sentido. Si nos drenamos buscando combustible,

cuando lo encontramos vamos a necesitar aún más combustible para poder llenarnos de nuevo del poder, invulnerabilidad y superioridad que este nos da. La alternativa a esto es que nos reconciliemos con lo que tenemos y nos conformemos con un combustible de menor calidad que nos dé una sensación de poder y de omnipotencia de menor grado y por un período de tiempo más corto. Conformarnos con esto no nos es posible porque significa que tendremos menos poder para mantener a la bestia cobarde bajo control. Por consiguiente, tenemos que obtener nuestro combustible con eficiencia. Como ya lo mencioné anteriormente, lo que queremos es obtener la mayor cantidad posible de combustible, del menor número de fuentes posible (preferiblemente de casi una sola), y del tipo más placentero y más vigorizante. ¿Cómo determinamos quién nos proporciona el mejor combustible posible? Hay una lógica para hacer esto. Puede que pienses que los seres de mi especie son ilógicos puesto que nuestro comportamiento parece nacer del caos y siempre dejamos una secuela de destrucción donde quiera que vamos. Pero, cuando se trata de extraer combustible, somos metódicos. Contamos con una estrategia que actualizamos a diario. Todos los días, evaluamos y monitoreamos para cerciorarnos de obtener el mejor combustible posible, de la manera más rápida posible y de la fuente más fiable. Realizamos este ejercicio con mucha disciplina. Estamos obligados a hacerlo porque no queremos contemplar lo que podría suceder si no lográramos obtener combustible eficientemente. Echamos el ojo a nuestros aparatos potenciales, calculamos cómo estos pueden entrar en nuestra esfera de influencia, cómo podemos hacernos de ellos, la frecuencia con la que nos proveerán combustible y durante cuánto tiempo es probable que lo hagan. Calculamos todo esto. ¿Te has preguntado ya por qué nunca tenemos mucho tiempo para ti? Ahora lo sabes. Estamos demasiado ocupados planeando y maquinando cómo llevar a cabo nuestra campaña para obtener combustible. Si de hecho nos sentáramos a escribir en un cuaderno nuestros pensamientos para extraer combustible, apuesto que te irías para atrás, desconcertado o desconcertada, por lo organizados, efectivos y exactos que somos al respecto. Somos un instrumento diseñado para extraer combustible. El efecto cualitativo del combustible que buscamos depende de dos factores. La proximidad de la fuente y la forma en la que se entrega el

combustible. Primero te explicaré sobre la proximidad de la fuente, yendo de la más lejana (la más débil) a la más cercana (la más fuerte). Hay grados de calidad del combustible que depende del tipo de aparato que nos lo provee. Esto es algo que tenemos que tener en cuenta en nuestras deliberaciones cuando estamos decidiendo si debemos gastar energía en un objetivo y, si decidimos que debemos hacerlo, tenemos que considerar cuánta energía debemos gastar. Naturalmente, no vamos a gastar mucha energía cuando se trata de los tipos más débiles de proveedores según la escala de la proximidad de la fuente. No vamos a salir a buscarlos y gastar energía en ellos, sino que vamos a dejar que tales proveedores se presenten espontáneamente. Por el contrario, cuando se trata de los proveedores más altos en la escala de proximidad, estamos dispuestos a invertir grandes cantidades de energía. Echemos un vistazo a esta escala y luego explicaré un poco las distintas categorías, yendo en orden ascendente.

Proximidad de la fuente Desconocidos remotos Desconocidos Súbditos Conocidos Colegas Amigos del círculo externo Amigos del círculo íntimo Familia Compañeros íntimos Antiguos compañeros íntimos devaluados Antiguos compañeros íntimos aspirados ¿Qué significa cada una de estas categorías? Extraños remotos son personas que no conocemos y no estamos físicamente cercanos a ellos. Un ejemplo clásico sería alguien que no conocemos pero que nos envía una solicitud para que lo aceptemos como

contacto en Facebook. Estos extraños nos han brindado cierta atención al enviarnos dicha petición, lo que constituye una pequeña dosis de combustible para nosotros. Seguramente tú no reaccionarías ante esto, y probablemente no responderías a la petición. Nosotros si lo hacemos. Obtenemos combustible de esto y nos relacionamos inmediatamente con estos extraños si intuimos que podemos extraer más combustible de este nuevo "amigo". Esto puede explicar parte de la fascinación que el narcisista tiene por los medios de comunicación social. Facebook constituye una plataforma de provisión de combustible. Puesto que los desconocidos remotos son personas que no conocemos y que no están en el mismo espacio físico que nosotros, invariablemente nuestra interacción será a través de medios electrónicos. Los desconocidos son personas que no conocemos pero que están cercanos a nosotros en el espacio físico. Puede ser, por ejemplo, alguien caminando por la acera hacia nosotros, o en una multitud, o parado junto a nosotros en un concierto, o en un bar. Siempre hay cabida para que estas personas interactúen con nosotros de una manera positiva o negativa. Los súbditos son aquellas personas que no conocemos pero que tienen la tarea de hacer algo para nosotros por ser un proveedor de servicio. Esto incluye taxistas, camareros, empleados de banco, conductores de servicios de entrega, de transportes públicos, operativos de centros de servicio al cliente, etc. Tampoco conocemos a estas personas, pero están en una categoría más alta que la de los desconocidos porque tienen una obligación hacia nosotros, están obligados a responder a nuestra pregunta, o ejecutar nuestro depósito, o servirnos una comida. Esta obligación significa que son inferiores a nosotros desde el principio y, por lo tanto, nuestra interacción con ellos tiene más potencial para producir más combustible que la interacción con un desconocido. Puedo imaginar que esta distinción te parecerá extraña porque ya me he topado con miradas perplejas en el pasado cuando he explicado esto a la gente. Cualquiera que sea tu reacción, esta distinción y el efecto que surge de él, es real. Los conocidos son personas que nos conocen, pero sólo de vista o de nombre. Puede que tengan una obligación hacia nosotros, por ejemplo, el barman que vemos dos veces por semana sabe nuestro nombre y nos recuerda, pero no sabe más que eso. Lo más importante es el hecho de que saben quiénes somos. Nosotros no nos preocupamos por recordar quiénes son

ellos porque no tienen importancia para nosotros, excepto por su capacidad de proporcionarnos combustible. Pero ellos, puesto que nos conocen, están interesados en nosotros y esto aumenta la potencia de su combustible. Los colegas nos conocen, interactúan con nosotros, e invariablemente tendrán una obligación hacia nosotros. Ellos sabrán más sobre nosotros que las personas de las categorías anteriores a causa de su frecuente interacción con nosotros, lo que significa que tienen una mayor apreciación de nuestras capacidades, y que su combustible es de un grado más alto que el de los que pertenecen a las categorías precedentes. Amigos del círculo externo. Estas personas saben más acerca de nuestras vidas que los colegas. Tienen una obligación hacia nosotros por interacción social. Los vemos razonablemente con frecuencia, aunque los miembros de esta clase pueden cambiar a menudo también. El grado de interacción que tienen con nosotros, combinado con su conocimiento y apreciación de nosotros, aumenta su potencial de producción de combustible. Amigos del círculo íntimo. Este grupo está constituido de amigos de largo tiempo que nos ven más a menudo y muchas veces nos han revelado información acerca de ellos. Es muy probable que les hayamos lavado el cerebro con nuestras manipulaciones y que hayan sido programados para permanecer de nuestro lado y admirarnos. La familia es la siguiente categoría. Son invariablemente relaciones de mucho tiempo, interactúan con nosotros con frecuencia y saben mucho sobre nosotros. Tienen una obligación emocional hacia nosotros, que suele causar su perdición porque nos dan su lealtad ciega incluso cuando no deberían hacerlo. Compañeros íntimos. La gente con la que tenemos relaciones, nos casamos, posiblemente tenemos hijos y compartimos un hogar. Nos conocen en detalle (o por lo menos conocen parte de nosotros en detalle), interactúan con nosotros todos los días, e invierten gran parte de sus vidas en nosotros a través de los vínculos que nos unen. Antiguos compañeros íntimos devaluados. Estos son los desechados de nuestras relaciones anteriores y en contra de los cuales nos hemos vuelto. Llevamos a cabo un programa de devaluación contra estas personas a pesar

de que ya no estamos juntos. Antiguos compañeros íntimos aspirados. Estas son las personas que hemos hecho a un lado y denigrado, y que vuelven a nosotros después de que hemos logrado aspirarlos. Estas personas se encuentran en la cima del árbol cuando se trata de la proximidad de la fuente. Toma un momento para reflexionar sobre el narcisista en tu vida. Si estás leyendo esto, probablemente te encuentras en una de las cuatro categorías principales (tal vez perteneces a dos al mismo tiempo si ha habido incesto. Sucede). Piensa también en todas las otras personas que sabes que han estado involucradas en el caos y la carnicería del narcisista. ¿A qué categorías pertenecen? La manera en que el narcisista las trata y se relaciona con ellas es acorde a su rango. La proximidad de la fuente no es lo único que entra en consideración a la hora de decidir de dónde obtendremos el mejor tipo de combustible. También tomamos en cuenta la forma de entrega del combustible. A continuación, enumero, en orden ascendente, las distintas formas de entrega de combustible, y luego doy una breve explicación de cada una para que puedas entenderlas mejor.

Formas de entrega de combustible Conciencia Respuesta neutra Reconocimiento Gestos de amor Palabras de amor Gestos de atención Palabras de atención Gestos de admiración Palabras de admiración Gestos de enojo Palabras de enojo

Gestos de llanto Palabras de llanto ¿Qué significan estas categorías? Conciencia significa que sabemos que tú estarás pensando en nosotros de alguna manera. No habrá nada que nos diga que en verdad lo estás haciendo, pero conocemos los efectos que nuestra conducta manipuladora tiene en ti, y cómo está diseñada para hacerte pensar en nosotros incluso cuando no estamos cerca de ti. La omnipresencia puede provocar diferentes formas de entrega de combustible, pero la más común es conciencia. Sabemos, por la aplicación repetida de estas técnicas de manipulación, que tú estarás pensando en nosotros de alguna manera y esta conciencia nos da combustible. La respuesta neutra es cuando tú nos comunicas algo y lo haces de una manera que no es ni buena ni mala. Cuando hablo de buena, me refiero a una reacción de admiración o amor, o algo similar. Malo significa enojo o llanto, o algo parecido. Naturalmente, una reacción buena o mala es lo que deseamos y, por lo tanto, sería una buena reacción para nosotros. Una respuesta neutra tiene cierto valor, aunque limitado, porque has interactuado con nosotros. Reconocimiento es cuando nos has reconocido y reaccionado a nosotros, y, lo más importante, has dicho nuestro nombre. Puede que solo hayas dicho "Hola H G", pero el que hayas dicho mi nombre significa que me conoces, me has aceptado y reconoces el valor de decir mi nombre. Esto es de uso para mí, aunque se encuentre en el extremo inferior de la escala. Gestos de amor. Esta categoría incluye cosas como un beso, o un abrazo, agarrarse de la mano o hacer el amor. Te puede sorprender ver estos gestos tan bajo en la escala. Esto es porque nosotros no consideramos el amor como el método más eficaz de conseguir el combustible más potente. Sí, tiene su valor, pero está por debajo de otros tipos de métodos de entrega positivos y negativos. Si esta fuera una lista de categorías del combustible de una persona empática, entonces esta manera de entrega estaría en la parte superior de la lista, pero, en nuestro mundo, está mucho más abajo. La razón de esto es que no nos gusta la intimidad física. La utilizamos durante la fase de seducción porque sabemos que tú, como persona empática, la consideras

como una parte muy importante de una relación. Siendo los camaleones que somos, nos adaptamos para darte lo que tú deseas con el fin de atraerte hacia nosotros. Hacemos esto para poder recibir un mejor tipo de combustible a su debido tiempo. No nos gusta el contacto físico que tú asocias con este tipo de intimidad, y hacer el amor, uno de tus preferidos, nos causa horror una vez que la relación se ha establecido. Utilizamos estos gestos para atraerte y luego dejamos de usarlos con el fin de obtener una respuesta de tu parte que se encuentre más alto en la escala de las formas de entrega. También los utilizamos cuando queremos aspirarte nuevamente. Palabras de amor. Esta categoría es evidente. Tal vez hayas notado que la categoría de palabras siempre tiene un rango superior a la de gestos en esta escala. Esto es simplemente porque valoramos más las palabras que los gestos, porque son mucho más fáciles de utilizar y requieren mucho menos energía. Otra razón es que las personas empáticas son muy expresivas, especialmente mediante palabras. Te gusta escribir cartas de amor, poesía y dejar notas describiendo tus sentimientos por nosotros. También te gusta decirnos lo que sientes por nosotros y, puesto que sabemos que las palabras son importantes para ti (igual que son importantes para nosotros), las palabras siempre tendrán un rango superior a los gestos en todas las categorías. Gestos de atención. Esto es hacer algo para nosotros, ya sea prepararnos la cena, lavarnos la ropa, o comprarnos una camisa nueva. Nos gusta que corras detrás de nosotros porque esto subraya nuestra importancia y confirma nuestro sentido de tener derecho a todo. Si haces cosas para nosotros, esto representa gestos de atención. Nota cómo preferimos que nos prepares una taza de té a tomarnos de la mano. ¿Tú preferirías la taza de té? Nunca. Esto te da una buena idea de cómo somos. Palabras de atención. Esto equivale a estar preparado o preparada a hacer cosas para nosotros, y nos muestra que nos estás prestando atención. "¿Cómo estás?" "¿Estás suficientemente abrigado?" "¿Has comido suficientemente?" "Te ves cansado, ¿por qué no vas a hacer una siesta?" Estos son ejemplos de las palabras de atención que tendrías con nosotros.

Pones tu atención en nosotros al tomar en cuenta nuestras necesidades y nuestro bienestar. Es así como debe de ser, puesto que tenemos todo el derecho a esto. Gestos de admiración. Avanzamos hacia la mitad superior de esta lista donde comienzan a llegar las cosas que realmente nos importan. Nota cómo la admiración ocupa un puesto más alto que el amor. Haz una nota mental de esto. Un gesto de admiración puede incluir una mirada de aprecio, un silbido de alago, aplausos, quedarte parada con la boca y los ojos abiertos, que nos eches porras o nos muestres tu pulgar para arriba en aprobación. ¿Tú valorarías más un pulgar de aprobación que hacer el amor? ¿No? Nosotros sí. Palabras de admiración. Esta forma de entrega es darnos el tipo de cosas que realmente nos hacen funcionar. Palabras de admiración, ñam ñam, qué deleite. Dánoslas, y dánoslas a menudo y abundantemente, tal como las necesitamos. "El informe es excelente; has hecho un muy buen trabajo." "Me encanta tu nuevo peinado; te va muy bien." "Ese coche nuevo tuyo es magnífico." "Me parece que lo que dices sobre las relaciones raciales en este país es fascinante." "Los resultados trimestrales son sensacionales." Nos encanta escuchar palabras de admiración porque la gente las escoge (la gente escoge más las palabras que los gestos, que son más sutiles). También nos encantan porque hay la posibilidad de tener un efecto de ampliación, es decir, que otros escuchen lo que se nos estás diciendo y, por una mentalidad de rebaño, se unan al elogio y la admiración. Con la categoría de gestos de enojo llegamos a las cuatro categorías superiores. Como te darás cuenta, estas cuatro categorías superiores consisten en respuestas negativas. Enojo y lágrimas. Estas son las reacciones que más apreciamos porque subrayan cuán poderosos somos. Es relativamente fácil hacer que alguien sea agradable, especialmente las personas empáticas, porque es la manera en que están programadas. Quieren ser agradables, amables y buenas personas. Hacer que una persona empática se deje llevar por emociones negativas, a través de gestos y palabras, lo que es contrario a

su credo, es demostrar que tenemos un poder puro y absoluto sobre ellas. Esto aumenta nuestro sentido de importancia, de poder, omnipotencia y superioridad. Los gestos de enojo incluyen fruncir el ceño, caminar dando zapatazos, insultarnos con tus dedos, agitar el puño, o dar un portazo. Incluyen frustración y disgusto, una persona echando humo o fulminándonos con la mirada. No necesitan ser gritos de ira; cualquier forma de negatividad que se encuentre en el espectro del enojo entra en esta categoría. Es una buena forma de entrega para nosotros. Las palabras de enojo hablan por sí mismas. Nos encanta cuando el lenguaje grosero vierte de tu boca en el momento que pierdes los nervios con nosotros. Somos importantes porque te estás enfocando en nosotros y porque sabemos que te hemos afectado profundamente para que llegues a hacer esto. Puede que estés aparentemente tranquila, pero tus palabras son brutales y mordaces. Esto también funciona para nosotros. Gestos de llanto. Cuando te vemos triste y miserable estamos en nuestra mejor forma. Tú prefieres estar contenta y alegre, y tratas de mantenerte así poniendo tu mejor cara. Si logramos acabar con todo esto, entonces nuestro poder es admirable. Cuando tus lágrimas comienzan a fluir, nuestro maravilloso combustible también comienza a hacerlo. Palabras de llanto. Si te afectamos al punto que tú nos dices cuán triste y angustiada te sientes, entonces ganamos la lotería. Esta reacción negativa está en la cima del árbol y nos indica que hemos entrado en las profundidades de tu alma y te hemos lastimado. Estas son las clasificaciones de la proximidad de la fuente y de la forma de entrega; dos ingredientes clave para nosotros en la extracción de combustible. Cuando se combinan estos dos ingredientes, algo mágico sucede; el combustible surge. Así, si estamos en una sala de chat de Internet y alguien nos envía un mensaje preguntándonos nuestra edad, sexo y ubicación, tenemos un desconocido remoto proporcionando una respuesta neutra. Es solo una pequeña cantidad de combustible, pero es combustible. Si esto ocurre varias veces en una hora, el efecto se multiplica. Ahora consideremos este escenario: 1. Estamos en el estudio hablando con desconocidos en Internet.

(Desconocido remoto x respuesta neutra desplazándose hacia reconocimiento) 2. Un mensaje de texto llega de un amigo preguntando cómo estamos. (Amigo del círculo externo x palabras de atención) 3. El teléfono fijo suena y es un amigo que llama para conversar y nos felicita por un negocio que hicimos recientemente, que mencionamos en nuestra conversación con él. (Amigo del círculo externo x palabras de admiración) 4. Tú subes al estudio y nos dices que la cena está lista. (Compañero íntimo x gesto de atención) 5. Permanecemos en el estudio para que sigas gritando que bajemos a cenar hasta que subas de nuevo, nos reproches nuestra falta y nos expreses tu descontento. (Compañero íntimo x palabras y gestos de enojo) Esto se da quizá en el transcurso de una hora solamente. ¿Ves cuánto combustible ha sido creado durante este período de tiempo? Puede que te parezca bastante combustible, pero, para nosotros, es solo un poco, pues siempre necesitamos más. Piensa por un momento en un día típico de tu narcisista. Haz una lista de las personas con las que él o ella interactúa y el método de interacción; después calcula todos los diferentes múltiplos de combustible generado. Esto es poco más de un día y a ti te parecerá bastante combustible, sin embargo, para nosotros, no es suficiente. Podrás ver en las listas que la forma más potente de combustible se presenta con un antiguo compañero íntimo (aspirado) que nos dirige palabras de llanto. Esta es la ex novia que admite, llorando a cántaros por el teléfono, que me echa de menos. Esto me da una buena descarga de combustible. Por desgracia, no puedo hacer que eso suceda todo el tiempo. Por esta razón tengo que tener otras fuentes de combustible. Naturalmente, yo siempre deseo tener una combinación de los mejores tipos de combustible, combinando los rangos más altos tanto en la proximidad de la fuente como en la forma de entrega. Y mucho mejor para mí si estos dos ingredientes se encuentran en un solo individuo, en lugar de muchos individuos dispersos.

¿Quién va a estar allí todo el tiempo y ocupará los rangos más altos en la escala de la proximidad de la fuente y proveerá palabras y gestos de llanto esencialmente? Sí, lo has adivinado, es el codependiente. Es por esto que valoramos al codependiente más que a todos los otros proveedores de combustible, porque el codependiente nos garantiza un suministro de combustible de calidad superior, con regularidad, y de alguien que probablemente no nos va a dejar a menos que nosotros lo hagamos primero. Como puedes ver, mi especie dedica tiempo para reflexionar sobre los distintos grados de combustible que buscamos. Debemos asegurarnos de tener siempre un proveedor principal a nuestra disposición que suministre este combustible con regularidad. Seleccionamos a nuestra pareja en función de su grado de emotividad. Este individuo, si logramos seducirlo, va a ser una persona empática y, por lo tanto, garantizará un suministro de combustible de excelente calidad. Lo ideal será que podamos triangular a esta persona con una perspectiva, que también será una persona empática. No siempre será así, pero esta es la situación deseada. Una vez que esta fuente principal de suministro es puesta en marcha, amplificada y reforzada a través de triangulación con otra persona, pondremos en marcha fuentes de combustible menores a las que siempre podamos recurrir. Estos son los miembros de la familia, colegas y amigos del círculo íntimo, quienes estarán organizados de manera que tengamos la certeza (o lo más cercano a esta) que estarán a nuestra disposición cuando necesitemos extraer combustible de ellos. Después de esto, chuparemos el combustible de donde nos sea posible entre las fuentes inferiores como conocidos, súbditos y desconocidos. Todos son útiles y proporcionan combustible adicional durante el curso de nuestro día. Para darte una idea de cuánto combustible extraemos, voy a atribuir un valor a cada categoría de la proximidad de la fuente y de la forma de entrega.

Puntos de valor de la proximidad de la fuente Desconocidos remotos - Uno Desconocidos - Dos Súbditos - Tres Conocidos - Cuatro

Colegas - Cinco Amigos del círculo externo - Seis Amigos del círculo íntimo - Siete Familia - Ocho Compañeros íntimos - Nueve Antiguos compañeros íntimos devaluados - Diez Antiguos compañeros íntimos aspirados - Quince He atribuido quince puntos a los antiguos compañeros íntimos aspirados en virtud de la enorme potencia que estas personas proveen. Sin duda estarás comenzando a comprender ahora por qué tratamos tanto de aspirarte y atraparte de nuevo en nuestras garras. La sensación edificante y estimulante que nos provee incluso una respuesta de conciencia de un antiguo compañero íntimo aspirado es increíble. A continuación, asignamos los puntos a las formas de entrega.

Puntos de valor de las formas de entrega de combustible Conciencia - Uno Respuesta neutra - Dos Reconocimiento - Tres Gestos de amor - Cuatro Palabras de amor - Cinco Gestos de atención - Seis Palabras de atención - Siete Gestos de admiración - Ocho Palabras de admiración - Nueve Gestos de enojo - Diez Palabras de enojo - Once Gestos de llanto - Doce Palabras de llanto - Trece De esta manera, cuando logramos aspirarte como nuestro compañero íntimo y

tú expresas, con lágrimas en los ojos, tu alivio porque te hemos permitido regresar a nuestra vida, obtenemos 195 puntos de combustible. Esto es el equivalente de casi 49 desconocidos proporcionándonos una respuesta neutra en línea. Poderoso, ¿no? Estoy atribuyendo un valor en puntos para que tú puedas calcular y medir lo que tu narcisista está ganando de sus actividades e interacciones. También te ayudará a entender dónde están las mejores ganancias para él o ella, y así tú podrás hacer tus propios planes. Esta información te ayudará a comprender mejor cómo actúa el narcisista en tu vida y por qué. Para demostrarte cuánto combustible se puede obtener generalmente en un día ordinario (y también cuánto combustible necesitamos obtener), tomemos el ejemplo anterior de un día típico mío. Esta vez, en lugar de indicar si el combustible es positivo o negativo, voy a indicar los multiplicadores pertinentes y el total de puntos de cada dosis de combustible. Primero indico los puntos de la proximidad de la fuente y después los de la forma de entrega. Me abrazas (compañero íntimo 9 x gesto de amor 4 = 36) mientras pretendo dormir (9 x 2 = 18). Espero a que te levantes y te vayas para mirar mi teléfono celular. Hay varios mensajes de un blanco potencial con la que he empezado a coquetear (4 x 9 = 36). Le envío una respuesta y me responde instantáneamente (4 x 9 = 36). Bajo a desayunar, tú me das los buenos días y me preguntas si dormí bien (9 x 7 = 56). Me quejo que las almohadas que has comprado recientemente son demasiado suaves y tú aceptas ir a comprar unas más duras para mí (9 x 7 = 56). Me preguntas cuáles son mis planes en el trabajo (9 x 7 = 56). Me pides que recoja la ropa de la tintorería después del trabajo, pero te respondo que no puedo hacerlo porque ya tengo un compromiso (9 x 7 = 56). Puedo ver que mi negativa y el hecho de que no te digo qué es ese compromiso que tengo te han irritado (9 x 10 = 90). Tú aceptas recoger la ropa y limpias la mesa y los platos del desayuno (9 x 7 = 56). Subo, vuelvo a mirar mi celular y encuentro otro mensaje de la nueva perspectiva (4 x 9 = 36). Consulto mi correo electrónico y encuentro un mensaje de agradecimiento por un negocio que he concluido (5 x 9 = 45) y otro que me informa que mi facturación es la más alta de todo lo que va del

año (5 x 9 = 45). Anexo esta gráfica a un nuevo correo electrónico que envío a uno de mis rivales con un mensaje presumiendo mi logro (5 x 1 = 5). Me visto y admiro mi aspecto en el espejo. Tomo una fotografía y la envío a la nueva perspectiva quien inmediatamente me responde con un comentario halagador (4 x 9 = 36). (Ni siquiera he salido de la casa y ya he cosechado 663 puntos de combustible). He dejado el baño hecho un desastre y he colocado deliberadamente una toalla húmeda sobre la cama, de tu lado, porque sé que esto te irrita (9 x 1 = 9). Bajo y te doy un beso de despedida; opto por dártelo en la mejilla, y no en la boca, porque elijo hacerlo así (9 x 4 = 36). Subo en mi coche y llamo a un amigo para ponernos de acuerdo para ir a tomar algo en el transcurso de la semana. Paso los primeros diez minutos de la conversación contándole lo bien que me está yendo en el trabajo y mi amigo responde con elogios (6 x 9 = 54). Repetidamente bloqueo sus intentos de darme sus noticias. Su frustración es evidente en su respuesta (6 x 10 = 60). Me detengo en un semáforo en rojo y noto que el joven en el auto de al lado admira mi coche y me muestra el pulgar en aprobación (2 x 8 = 16). Rebaso a varios coches (2 x 1 = 2) y le corto el camino a un conductor. Lo veo gesticular enojado desde su coche menos caro y le respondo riéndome de él (2 x 10 = 20). Al llegar a la oficina, mi secretaria tiene una taza de té lista para mí (5 x 6 = 30). Durante el día, concluyo un nuevo acuerdo que causa el elogio de mi jefe (4 x 8 = 32), hago circular algunas mentiras acerca de uno de mis rivales a quien escucho quejarse más tarde sin tener idea de dónde provienen dichas mentiras (5 x 11 = 55). Una secretaria, a quien no había visto nunca antes, me sonríe (2 x 6 = 12). Me detengo y charlo con ella un rato; ella coquetea claramente conmigo (2 x 8 = 16). Le llamo la atención a un empleado júnior por una pequeñez y lo dejo cabizbajo (5 x 10 = 50). Recibo dos mensajes de tu parte a propósito de la cena, pero los ignoro porque sé que esto te hará sentir mal (9 x 1 = 9), y le envío unos mensajes coquetos a la nueva perspectiva (4 x 9 = 36). Dejo una buena carga de trabajo en el escritorio de una empleada júnior. Ella comienza a quejarse, pero yo la pongo en su lugar (5 x 10 = 50). Voy al gimnasio a mediodía y recibo varias miradas admirativas de hombres y mujeres mientras me entreno (2 x 8 = 16). Regreso a la oficina y le comento a un colega que se ve muy fuera de forma, y lo dejo

echando humo porque me alejo sin darle la oportunidad de responder a mi comentario (5 x 10 = 50). Te llamo por teléfono tres veces y no contestas así que te dejo un mensaje desagradable en tu mensajería (9 x 1 = 9). Tú me regresas la llamada y yo descargo brutalmente mi enfado sobre ti por no contestar a mis llamadas mientras tú me pides disculpas (9 x 13 = 117), y luego te cuelgo (9 x 1 = 9). Me llamas dos veces, pero ignoro tus llamadas (9 x 1 = 9) y también ignoro tus mensajes de texto (9 x 1 = 9). Hago circular un email de felicitación que recibí de un cliente y recibo varias respuestas de reconocimiento por mi logro (5 x 9 = 45). Me procuro un poco de dinero de la caja de la oficina para pagar mis copas esa noche a pesar de que mi cita no tiene nada que ver con el trabajo. La mirada que me da mi secretaria mientras me entrega el efectivo confirma que ella sabe esto, pero también sabe que más le vale no decir nada (5 x 1 = 5). Tú me llamas por teléfono y yo corto la llamada de inmediato (9 x 1 = 9). Voy a un bar después del trabajo y, mientras espero a una amiga, me pongo a hablar con la chica del bar. Ella responde a mis propuestas y me da su número de teléfono (3 x 8 = 24). Me siento a coquetear con mi amiga (7 x 9 = 63), a quien le cuento durante toda la cita lo difícil que es mi vida contigo a pesar de todas las cosas que hago por ti y lo mal que me tratas. Ella me escucha con entusiasmo y me muestra simpatía (7 x 9 = 63). Me propone que nos veamos la semana próxima y yo acepto (7 x 7 = 49). Me llamas dos veces, pero no te contesto deliberadamente (9 x 1 = 9). Tomo un taxi para la casa y en el camino le llamo a un empleado júnior y le pido que vaya a la oficina y que lleve mi coche a mi casa, a pesar de que él está ocupado con su familia (5 x 7 = 35). Yo acuso al taxista de haber tomado la ruta equivocada y provoco una discusión para no pagarle la tarifa completa, y tomo los datos de su licencia (3 x 10 = 30). Entro en la casa y me preguntas educadamente dónde he estado. Considero esto como un ataque innecesario, por lo que provoco una discusión (9 x 10 = 90). Me instalo en el estudio y me pongo a coquetear en línea (1 x 9 = 9). Vienes a verme para suavizar las cosas entre nosotros, pero yo provoco otra discusión que te hace llorar (9 x 12 = 108). Sigo con mis travesuras en línea y me inscribo en un sitio de citas para castigarte por discutir conmigo (1 x 1 = 1). Oigo que vas a acostarte y me decido a ver algunos vídeos pornográficos y subo el volumen esperando que escuches (9 x 1 = 9). Finalmente me dirijo

ruidosamente a la habitación de los invitados para que sepas que he decidido dormir allí en lugar de dormir contigo (9 x 1 = 9). En total obtengo 1927 puntos de combustible. Sustancial, ¿no crees? Vale la pena destacar algunos puntos de este ejercicio. 1. Observa cuán insidiosa es nuestra cosecha de combustible. Obtenemos combustible cuando sabemos que algo que hacemos hará que una persona se enoje, o se moleste, o nos admire incluso cuando no vemos su reacción. El saber que esto va a pasar es suficiente para obtener combustible. 2. Observa cómo los puntos de combustible se disparan cuando somos testigos de una reacción, y cómo las reacciones negativas cuentan más que las positivas. 3. Eres una persona empática y, por lo tanto, puedes ver muy bien el punto de vista de otra persona y ponerte en su lugar. Imagina, si este fuera un día tuyo, ¿cómo te sentirías después de comportarte de esa manera con el fin de obtener combustible? ¿Eufórico y poderoso? Sospecho que no. Sin duda, mucho de esto te resulta superficial y egoísta. Además, para personas como tú, esta constante cacería y abrasión les resultaría extenuante y desgastante. No es así para nosotros. Cada vez que obtenemos combustible las llamas en nuestro interior se encienden con más brillo y nos sentimos poderosos y omnipotentes. Observa en cuántas situaciones diferentes hemos conseguido extraer combustible, de diferentes tipos y con diferentes personas, lo que debe darte una buena idea de cuán dedicados debemos estar a la obtención de combustible. Esto fue solo un día. Cuando despertamos a la mañana siguiente, el tanque está vacío y todo debe comenzar de nuevo. Así es nuestra existencia; una búsqueda cotidiana de combustible. Me imagino que a menudo has observado al narcisista en tu vida y te has preguntado por qué está en guerra con el mundo. ¿Por qué tiene que provocar una pelea o una discusión sobre la más pequeña infracción o por una tontería insignificante? Ahora tienes la respuesta; se trata de obtener combustible. 4. Verás que es el compañero íntimo quien nos proporciona la mayor

parte del combustible. No solo obtenemos combustible en grandes cantidades cuando estamos contigo, especialmente cuando te hacemos hablar de manera negativa, por ejemplo, con insultos, o diciéndonos lo disgustada que estás, sino que también cosechamos cantidades residuales de ti durante todo el día porque, puesto que estamos en una relación, sabemos que te pondrás en contacto con nosotros (o al menos intentarás hacerlo) varias veces ya sea por teléfono, mensaje de texto o correo electrónico. Por esta razón, es raro que los miembros de nuestra especie estemos solteros. Necesitamos un compañero íntimo que sea el pilar de nuestro suministro de combustible. Sí, cambiamos de compañero íntimo, y lo hacemos con frecuencia, pero siempre necesitamos tener a alguien en ese papel. Ahora que ves los diferentes grados del tipo de combustible que podemos obtener, podrás comprender mejor el comportamiento de tu narcisista. Si, por ejemplo, él o ella es una mariposa social, entonces extraerá una buena cantidad de combustible de sus interacciones con la gente a través de la admiración y el coqueteo. Esto puede dar como resultado que no necesite obtener tanto combustible de ti (aunque siempre va a necesitar obtener algo de combustible de ti, de otra manera, ¿por qué estar contigo?). Por consiguiente, si tu narcisista no está interactuando contigo tanto como podría hacerlo es porque está cosechando combustible de otras fuentes. El más extrovertido de nosotros va a revolotear de una organización social a otra para extraer combustible de nuevas fuentes vírgenes. La calidad de ese combustible avanzará con el tiempo, a medida que los desconocidos se vuelven conocidos, que luego se convierten en amigos del círculo externo. Estas personas quedarán deslumbradas por nuestro encanto y genio, y sus palabras y gestos de admiración nos proporcionarán mucho combustible. Con el tiempo, como toda gente normal, estas personas se acostumbrarán a nosotros y, por lo tanto, su admiración será menor y menos frecuente. Esto es parcialmente compensado por el aumento de los puntos en el índice de proximidad de las fuentes, pasando de 2 puntos (desconocidos) a 4 (conocidos) y a 6 (amigos del círculo externo). Sin embargo, al final, cuando las personas se convierten en amigos del círculo externo (en raras ocasiones incluso amigos del círculo íntimo), recibiremos su admiración solo cada cierto tiempo. Es entonces que nos vemos obligados a tomar una

decisión: permanecer en el grupo y tratar de aumentar la forma de entrega del combustible causando discusiones y malestar, lo que podremos hacer solo durante algún tiempo antes de que nos echen fuera de la organización social, o dejar dicha organización e ir a buscar un nuevo grupo de admiradores. Esta necesidad de adquirir combustible, el más potente posible, causa caos en algunas áreas de nuestras vidas. Hacemos y rompemos amistades fácilmente debido a la necesidad de extraer el mejor tipo de combustible que viene con gestos y palabras negativas, lo que nos cuesta la amistad. Pero eso no nos importa. No estamos programados para preocuparnos por los sentimientos de los demás, por cómo podrían sentirse a causa de la manera en que les tratamos. Nosotros tenemos derecho a hacer lo que queremos, y lo tenemos porque debemos obtener combustible. Puede que el narcisista en tu vida cambie de trabajo con frecuencia y parezca tener un enfoque caótico con respecto al empleo. Parte de esto surge de nuestro sentido de tener derecho a todo, y de nuestra manera arbitraria de tratar a los demás, pero esencialmente se reduce a la necesidad de obtener combustible. La constante necesidad de obtener combustible, y de una variedad negativa, significa que mi especie tendrá una conducta que no entra en el comportamiento regular, y la consecuencia de esto es que tenemos que cambiar de trabajo. Además, o alternativamente, la audiencia que alguna vez nos admiraba, se ha acostumbrado a nosotros y, por lo tanto, no nos proporciona la admiración que anhelamos, y por eso debemos dejarlos y buscar nuevos admiradores. Es por esto que operamos a través de un patrón de seducción y devaluación. Cuando seducimos a una persona, ya sea como amigo, colega de trabajo de confianza, o pareja, primero extraemos combustible abundantemente de los gestos y palabras de amor, atención y admiración que nuestro nuevo recluta nos da sin reservas. Como en cualquier relación normal, el factor novedad disminuye. En una relación estándar, la dinámica se calma y la relación se vuelve estable y durable, basada en la comprensión y el respeto (sé esto porque he escuchado a otros decir esto muchas veces). En nuestras relaciones, la disminución del factor novedad significa menos combustible. Es entonces que hacemos una de estas dos cosas: o buscamos nuevas relaciones (lo que nos cuesta energía adicional), o, más probablemente, cambiamos de rumbo y decidimos que, puesto que debemos

provocar reacciones en ti, mejor provocar reacciones negativas. Esto significa mayor combustible para nosotros y nos permite castigarte por no haber podido mantener la provisión de reacciones positivas. Así comienza la devaluación. Nuestro cambio de comportamiento también sirve para confundirte de manera que permanezcas a nuestro lado tratando de arreglar las cosas entre nosotros, lo que hará que vuelvas a darnos reacciones positivas. Estas reacciones nos gustan, pero ya hemos probado y disfrutado el combustible que nos dan tus reacciones negativas y, por lo tanto, queremos más. Nos volvemos glotones. Queremos que nos admires, nos ames y nos llenes de atenciones, pero también queremos provocar ira y malestar en ti. Es por esto que te echamos en el ciclo de centrifugado, de jala y empuja, de arriba y abajo, de amabilidad y maldad. Todo es producto de nuestra necesidad de extraer combustible. Tal vez estés con un narcisista que se queda en casa todo el día, que no desea gastar energía en cazar combustible de otras fuentes, o puede ser, por razón de enfermedad, que él o ella no puede salir a otro lugar. Las nuevas tecnologías de comunicación le permitirán obtener combustible durante todo el día, aunque será un combustible en el extremo inferior del espectro. En tal caso, es muy probable que, en cuanto abras la puerta después de un duro día de trabajo, tu narcisista te agreda con el fin de provocar ya sea tu enojo o tus lágrimas. Estará muy hambriento y ávido de combustible después de haber pasado todo el día con bocadillos de combustible. Ahora quiere un filete de res grande y suculento, y tú eres ese filete. No puede aceptar admiración, atención y amor en ese momento puesto que esas reacciones, incluso si provienen de su compañero íntimo, no son suficientes para él o ella. Necesita perforar el tanque para que el combustible de calidad superior se derrame, y lo perfora discutiendo contigo, frustrándote y haciéndote enojar. En consecuencia, te recomiendo que, utilizando la información que te he dado aquí sobre cómo obtenemos nuestro combustible y cómo lo clasificamos, dediques algún tiempo a observar cómo tu narcisista cosecha combustible, y que anotes los puntos. Empezarás a ver emerger ciertos patrones. Si tu narcisista te deja en paz, entonces está extrayendo su combustible de otras partes. ¿Decide él o ella de repente que quiere asistir a un evento familiar? Ponte el casco porque está buscando causar una explosión y cosechar una gran cantidad de combustible. ¿Estás con un

narcisista que se queda en casa todo el día? Tendrás atardeceres llenos de pleitos. Trazando el esquema de la naturaleza del suministro que obtiene tu narcisista, y asignando los puntos, podrás tener una idea de lo que él o ella va a tratar de hacer. Puede que no sea agradable pero, si sabes lo que se asoma en el horizonte, podrás tomar medidas para lidiar con esto. Podrás, por ejemplo, decidir ausentarte, lo que obligará a tu narcisista a obtener combustible de otra manera, no a expensas tuyas. Tal vez te des cuenta que es mejor darle admiración constantemente (aunque te resulte algo extraño hacerlo sobre todo si han estado juntos mucho tiempo) porque esto puede hacer que el narcisista pare de buscar combustible negativo o, por lo menos, que lo busque con menos frecuencia. En resumen, entender y observar cuáles son nuestras fuentes de combustible te permitirá comprender mucho mejor nuestro comportamiento, muchas veces carente de lógica para ti, nuestros motivos, y te permitirá, así, tomar decisiones para mitigar los efectos de nuestra conducta y proteger tu propio bienestar y el de los que te rodean.

¿Para qué nos sirve el combustible? Ahora entiendes qué es nuestro combustible, de dónde lo obtenemos y los métodos con los que lo hacemos. Entiendes que es fundamental para nuestra existencia y que lo necesitamos abundantemente y a diario. A continuación, te explicaré cuál es la función de dicho combustible, es decir, para qué nos sirve. Supongo que piensas, debido a las formas de entrega que he descrito anteriormente, que el suministro de combustible debe hacernos sentir amados, atendidos o admirados. Te equivocas. Esos son sentimientos que tú proporcionas. Cuando nos abrazas y nos dices que nos amas, estás mostrando que tú sientes amor. Nosotros no lo sentimos. Cuando lavas nuestra ropa, cocinas para nosotros y limpias nuestra casa, no nos haces sentir atendidos, más bien eso es lo que tú estás haciendo. Cuando nos dices lo brillantes que somos en nuestro trabajo o nos miras con aprecio cuando te mostramos el nuevo reloj que hemos comprado, no sentimos admiración; eso es lo que tú sientes y estás dando. Cuando estás frustrada o gritas, nosotros no nos sentimos mal por haberte hecho sentir de esa manera. No sentimos la

necesidad ni de entender cómo te sientes, ni de tratar de hacerte sentir mejor haciendo desaparecer tu rabia. Tus lágrimas nos muestran que estás triste o molesta, pero no vamos a tratar de hacerlas parar consolándote. Todas tus reacciones, ya sea por medio de gestos o palabras, nos hacen sentir una sola cosa: poder. Dentro de nosotros hay una sola llama que siempre arde. No es muy brillante y emite poco calor, pero está ahí. Es como un piloto que siempre está presente, listo para avivarse a través del suministro de combustible. Cuando nos proporcionas combustible, esa llama crece, se vuelve más brillante y el calor que desprende aumenta. La llama se convierte en una fogata, que luego se convierte en una caldera. Con la adición de más combustible, la caldera se convierte en un incendio y luego en un infierno. Las llamas abrasadoras bailan y giran mientras chorros de fuego se disparan alrededor, cada vez más altos, ardiendo con mayor intensidad, y el aire tiembla con la bruma del calor. Cuanto mayor es este fuego, mayor es el poder que sentimos que tenemos. Surge a través de nosotros, nos edifica y vigoriza. Este fuego nos da poder. ¿Por qué es tan importante para nosotros el poder? Porque sentirnos poderosos nos permite hacer lo que queramos, cuando queramos y como queramos. Esto afirma nuestra creencia de tener derecho a todo. Además, mediante la creación de este poder, nos equipamos con las herramientas que nos permitan ampliar nuestro encanto, atraer nuevas víctimas, hacer valer nuestra superioridad y tener control sobre ti. El poder nos permite tiranizar, subyugar y continuar con todas nuestras maquinaciones que mantienen a las personas en sus lugares como aparatos nuestros. Es un ciclo sin remordimientos. Necesitamos nuestro combustible para sentirnos poderosos. Y sentirnos poderosos nos permite tener los medios para mantenerte, a ti y a otros, bajo nuestro control, como proveedores de combustible. Así es cómo nos diferenciamos de ti. De mis experiencias y de lo que he leído sobre tu especie, para ustedes es importante comportarse de una manera amorosa y generosa porque esto les da una sensación de propósito y bienestar. Confías en tu esencia bondadosa y la de otras personas. Sí, también te cansas, te molestas y te enojas, pero estas son respuestas completamente normales si se te está privando de sueño, o sometiendo a comentarios hirientes y a estrés. Nuestras reacciones no son iguales a las tuyas. Todas nuestras respuestas están diseñadas para obtener el suministro de

combustible. Tú haces algo por alguien porque te hace sentir bien el cuidar de otra persona. Obtienes algo, ya sea autoestima, o "una sensación de paz interior" por ayudar a alguien que está en necesidad, o dar algo de ti a otra persona. Esto podría ser dedicarte a criar a un niño, cuidar a un pariente enfermo, ser voluntario para una asociación de beneficencia, ser docente en una escuela especial, o algo por el estilo. Todos estos actos generan una recompensa para ti en términos de autoestima y sentirte bien contigo misma. Nosotros no podemos hacer eso. No es para lo que estamos programados. Volviendo al ejemplo que di anteriormente de un día típico tuyo y uno mío, el número de situaciones en las que tú cosechaste combustible de tu interacción con otras personas era muy inferior al mío. Si a esto agregamos la matriz de puntos de combustible, la diferencia es enorme. Para seguir explicándote para qué nos sirve el combustible y por qué lo necesitamos, vamos a revisar ese día. En esta ocasión, no voy a contar los puntos del combustible negativo que obtengo, solo voy a contar los puntos del combustible positivo. Esto sería el resultado. Me abrazas (compañero íntimo 9 x gesto de amor 4 = 36) mientras pretendo dormir (9 x 2 = 18). Espero a que te levantes y te vayas para mirar mi teléfono celular. Hay varios mensajes de un blanco potencial con la que he empezado a coquetear (4 x 9 = 36). Le envío una respuesta y me responde instantáneamente (4 x 9 = 36). Bajo a desayunar, tú me das los buenos días y me preguntas si dormí bien (9 x 7 = 56). Me quejo que las almohadas que has comprado recientemente son demasiado suaves y tú aceptas ir a comprar unas más duras para mí (9 x 7 = 56). Me preguntas cuáles son mis planes en el trabajo (9 x 7 = 56). Me pides que recoja la ropa de la tintorería después del trabajo, pero te respondo que no puedo hacerlo porque ya tengo un compromiso (9 x 7 = 56). Puedo ver que mi negativa y el hecho de que no te digo qué es ese compromiso que tengo te han irritado (9 x 10 = 90). Tú aceptas recoger la ropa y limpias la mesa y los platos del desayuno (9 x 7 = 56). Subo, vuelvo a mirar mi celular y encuentro otro mensaje de la nueva perspectiva (4 x 9 = 36). Consulto mi correo electrónico y encuentro un mensaje de agradecimiento por un negocio que he concluido (5 x 9 = 45) y otro que me informa que mi facturación es la más alta de todo lo que va del año (5 x 9 = 45). Anexo esta gráfica a un nuevo correo electrónico que envío

a uno de mis rivales con un mensaje presumiendo mi logro (5 x 1 = 5). Me visto y admiro mi aspecto en el espejo. Tomo una fotografía y la envío a la nueva perspectiva quien inmediatamente me responde con un comentario halagador (4 x 9 = 36). (Ni siquiera he salido de la casa y ya he cosechado 663 puntos de combustible). He dejado el baño hecho un desastre y he colocado deliberadamente una toalla húmeda sobre la cama porque sé que esto te irrita (9 x 1 = 9). Bajo y te doy un beso de despedida; opto por dártelo en la mejilla, y no en la boca, porque elijo hacerlo así (9 x 4 = 36). Subo en mi coche y llamo a un amigo para ponernos de acuerdo para ir a tomar algo en el transcurso de la semana. Paso los primeros diez minutos de la conversación contándole lo bien que me está yendo en el trabajo y mi amigo responde con elogios (6 x 9 = 54). Repetidamente bloqueo sus intentos de darme sus noticias. Su frustración es evidente en su respuesta. (6 x 10 = 60). Me detengo en un semáforo en rojo y noto que el joven en el auto de al lado admira mi coche y me muestra el pulgar en aprobación (2 x 8 = 16). Rebaso a varios coches en el camino a la oficina (2 x 1 = 2) y le corto el camino a un conductor. Lo veo gesticulan enojado desde su coche menos caro y le respondo riéndome de él (2 x 10 = 20). Al llegar a la oficina, mi secretaria tiene una taza de té lista para mí (5 x 6 = 30). Durante el día, concluyo un nuevo acuerdo que causa el elogio de mi jefe (4 x 8 = 32), hago circular algunas mentiras acerca de uno de mis rivales a quien escucho quejarse más tarde sobre esto sin tener idea de dónde provienen dichas mentiras (5 x 11 = 55). Una secretaria, a quien no había visto nunca antes, me sonríe (2 x 6 = 12). Me detengo y charlo con ella un rato; ella coquetea claramente conmigo (2 x 8 = 16). Le llamo la atención a un empleado júnior por una pequeñez y lo dejo cabizbajo (5 x 10 = 50). Recibo dos mensajes de tu parte a propósito de la cena pero los ignoro porque sé que esto te hará sentir mal (9 x 1 = 9), y le envío unos mensajes coquetos a la nueva perspectiva (4 x 9 = 36). Dejo una buena carga de trabajo en el escritorio de una empleada júnior. Ella comienza a quejarse, pero yo la pongo en su lugar (5 x 10 = 50). Voy al gimnasio a mediodía y recibo varias miradas admirativas de hombres y mujeres mientras me entreno (2 x 8 = 16). Regreso a la oficina y le comento a un colega que se ve muy fuera de forma, y lo dejo

echando humo porque me alejo sin darle la oportunidad de responder a mi comentario (5 x 10 = 50). Te llamo por teléfono tres veces y no contestas así que te dejo un mensaje desagradable en tu mensajería (9 x 1 = 9). Tú me regresas la llamada y yo descargo brutalmente mi enfado sobre ti por no contestar a mis llamadas mientras tú me pides disculpas (9 x 13 = 117), y luego te cuelgo (9 x 1 = 9). Me llamas dos veces, pero ignoro tus llamadas (9 x 1 = 9) y también ignoro tus mensajes de texto (9 x 1 = 9). Hago circular un email de felicitación que recibí de un cliente y recibo varias respuestas de reconocimiento por mi logro (5 x 9 = 45). Me procuro un poco de dinero de la caja de la oficina para pagar mis copas esa noche a pesar de que mi cita no tiene nada que ver con el trabajo. La mirada que me da mi secretaria mientras me entrega el efectivo confirma que ella sabe esto, pero también sabe que más le vale no decir nada (5 x 1 = 5). Tú me llamas por teléfono y yo corto la llamada de inmediato (9 x 1 = 9). Voy a un bar después del trabajo y, mientras espero a una amiga, me pongo a hablar con la chica del bar. Ella responde a mis propuestas y me da su número de teléfono (3 x 8 = 24). Me siento a coquetear con mi amiga (7 x 9 = 63), a quien le cuento durante toda la cita lo difícil que es mi vida contigo a pesar de todas las cosas que hago por ti y lo mal que me tratas. Ella me escucha con entusiasmo y me muestra simpatía (7 x 9 = 63). Me propone que nos veamos la semana próxima y yo acepto (7 x 7 = 49). Me llamas dos veces, pero no te contesto deliberadamente (9 x 1 = 9). Tomo un taxi para la casa y en el camino le llamo a un empleado junior y le pido que vaya a la oficina y que lleve mi coche a mi casa, a pesar de que él está ocupado con su familia (5 x 7 = 35). Yo acuso al taxista de haber tomado la ruta equivocada y provoco una discusión para no pagarle la tarifa completa, y tomo los datos de su licencia (3 x 10 = 30). Entro en la casa y me preguntas educadamente dónde he estado. Considero esto como un ataque innecesario, por lo que provoco una discusión (9 x 10 = 90). Me instalo en el estudio y me pongo a coquetear en línea (1 x 9 = 9). Vienes a verme para suavizar las cosas entre nosotros, pero yo provoco otra discusión que te hace llorar (9 x 12 = 108). Sigo con mis travesuras en línea y me inscribo en un sitio de citas para castigarte por discutir conmigo (1 x 1 = 1). Oigo que vas a acostarte y me decido a ver algunos vídeos pornográficos y subo el volumen esperando que escuches (9 x 1 = 9). Finalmente me dirijo

ruidosamente a la habitación de los invitados para que sepas que he decidido dormir allí y no contigo (9 x 1 = 9). En el ejemplo anterior, había acumulado un total de 1927 puntos de combustible. Esta vez el total se reduce a 1030 puntos de combustible; casi la mitad. Puede que pienses que esto es mejor, ya que he eliminado las respuestas negativas y aun así he logrado extraer combustible. Pero el nivel de combustible que he extraído no es suficiente para darme el poder que necesito y deseo. Puede que entonces me sugieras reducir este déficit extrayendo más combustible positivo, obteniendo más atención, más amor y admiración. Sospecho que tu razonamiento será que, si cubrimos el déficit obteniendo más combustible positivo, no lastimaremos tanto a otros. Ahora quiero que vuelvas al ejemplo anterior e identifiques los momentos donde yo hago algo positivo, algo que sería considerado como beneficioso para otra persona, u otras personas. ¿Qué concluyes? 1. El intercambio de mensajes de texto con la perspectiva potencial. Sin duda mis textos recubiertos de azúcar le habrán encantado, pero sólo lo hice para recibir mensajes similares de su parte. No creo que tú, como persona empática, consideres esto como generoso. 2. Decir lo bien que me está yendo en el trabajo. Puede que no se considere negativo en sí, pero ciertamente no lo dije para hacer sentir mejor a alguien consigo mismo. Es un comportamiento fanfarrón. 3. Concluir un nuevo negocio. Esto podría generar ingresos adicionales para la empresa, pero esto no me interesa. Lo que me interesa mucho más es lo bien que esto me hace lucir ante los demás. 4. El coqueteo con la nueva secretaria, en internet y en el bar con la amiga. De nuevo, sin duda todas ellas se sintieron bien por mi comportamiento, pero este no era mi objetivo. Mi objetivo era conseguir que me hicieran cumplidos y que me admiraran y me prestaran atención. 5. El correo electrónico de felicitación de un cliente. Lo mismo, no puede ser negativo, pero está diseñado exclusivamente para presumir y hacer que la gente hable de mi logro. La única ocasión en todo el día donde hago algo para otra persona es cuando

te doy un beso, y nota que lo hago sólo en la mejilla, y no en la boca, porque tengo la intención de herirte. En esta ocasión, tú no reaccionaste y te contentaste con esta demostración de afecto de mi parte. En todo el día, solo hice una cosa por otra persona. Todo lo demás es de carácter negativo o, cuando es positivo, es para presumir, o para obtener una reacción positiva de otros hacia mí. No me interesa si la otra persona se siente bien consigo misma porque he coqueteado con ella. Además, también podrías cuestionar el hecho de que estoy coqueteando con otras estando en una relación. Por consiguiente, si me pides que elimine el combustible negativo, protestaré por la deficiencia que esto produce. Si me sugieres que coseche más combustible a través de acciones positivas, se presentan dos problemas: 1. ¿Quieres que extraiga estas reacciones positivas presumiendo, vanagloriándome, coqueteando y haciendo algo sólo porque sé que me dará una reacción positiva? 2. El día del ejemplo me mantuve bastante ocupado. ¿De dónde más podría haber extraído combustible positivo? Posiblemente sugerirás que pase la noche contigo y coseche varios gestos y palabras de amor, atención y admiración de un multiplicador de nueve en lugar de hacerlo con un siete, o un dos, o un uno, como en el ejemplo. Por supuesto esto presupone que tú proporciones dichos gestos y palabras a gran escala teniendo en cuenta que hemos estado juntos algún tiempo y que tu capacidad de suministrar combustible positivo ha disminuido. También significa que tengo que gastar energía adicional para tratar de hacerte dar este combustible positivo. La alternativa que sugieres no funcionará porque no podré cosechar suficiente combustible, lo que reducirá mi poder. Esto, a su vez, me dejará con menos medios y menos capacidad para manipular a las personas que me rodean, resultando en una potencial pérdida de control y una subsecuente reducción adicional de combustible. Esto no lo puedo permitir. Es mucho, mucho más fácil para mí provocar una discusión contigo y hacer que el nivel de combustible suba rápidamente y me impregne con el poder. ¿Ahora ves por qué lo hacemos? Este escenario y explicación deben también mostrarte por qué no

cambiamos nuestro comportamiento y nos volvemos más generosos y cariñosos. Por supuesto, volvernos más cariñosos podría generar algo de combustible positivo para nosotros; por ejemplo, si te cuidamos cuando estás enfermo o enferma y tú nos agradeces diciéndonos lo mucho que nos amas. En este caso obtendremos combustible positivo de 9 x 5=45 puntos. No es muy potente, pero tampoco es débil. El problema con esto es que tenemos que gastar energía en cuidarte y esto significa que los 45 puntos que podrían ser recogidos se ven reducidos a la mitad o incluso a una cuarta parte. ¿Por qué haríamos todo esto por unos míseros puntos cuando podríamos estar con nuestra amante diciéndonos lo geniales que somos en el trabajo (9 x 9 y sin reducción de gasto de energía)? Otra posibilidad es quedarnos en casa contigo y reprenderte por estar enferma para que tú te enojes y nos digas cuán egoístas e indiferentes somos (9 x 13 y ni siquiera hemos tenido que dar un paso fuera de la casa). Tú cuidas a alguien que está enfermo y te complace ver su gratitud hacia ti por tus cuidados. No hay puntos de empatía. No haces las cosas para obtener combustible y, al hacerlas, no buscas el mejor tipo de combustible de empatía. Lo haces por el bien del acto en sí. Sí, te sientes satisfecho o satisfecha contigo mismo o misma, pero eso es solo una consecuencia de lo que haces. No necesitas hacerlo para definirte o para obtener poder, lo haces porque quieres y crees en ese tipo de actos. Nosotros no podemos darnos ese lujo. Si pasáramos nuestro tiempo llevando a cabo actos empáticos (no podemos sentir empatía pero te hemos visto hacer estos actos, así que sabemos cómo imitar a tu especie y pretender tener empatía), el combustible que sacaríamos sería débil, en el extremo inferior de la escala, y además estaría diluido por la energía que gastaríamos en hacer dichos actos. Por lo tanto, no solamente no tenemos comportamientos empáticos porque no somos naturalmente empáticos (nada empáticos de hecho), sino también porque no tiene sentido para nosotros tenerlos. Es un acto perdido. No obtenemos suficiente, o nada de combustible, y por lo tanto nos quita poder. Si nuestro poder se ve reducido, no podemos mantener nuestra superioridad, somos incapaces de manipular y controlar a otros. Nuestra propia existencia comienza a desmoronarse. El combustible es igual a poder, el poder es igual a control, el control es igual a combustible. Y así gira y gira la rueda. Necesitamos combustible para

crear poder, el cual, a su vez, nos proporciona los dispositivos con los cuales podemos mantener todo bajo control y, en consecuencia, obtener más combustible. Es un ciclo perfecto al que estamos dedicados por completo. Hay otra respuesta a la pregunta de para qué nos sirve obtener combustible. El combustible nos permite, a través de la obtención de poder, mantener en pie nuestra construcción. La construcción es lo que creamos con el fin de demostrar al mundo cuán geniales y magníficos somos. Para crearla, seleccionamos varios rasgos de carácter y atributos de las personas que nos rodean, y nos apropiamos de ellos. Tomamos pedazos, fragmentos y astillas de muchas personas. Una astilla del intelecto del académico con el que nos reunimos, el fragmento del logro deportista de nuestro amigo de la secundaria que ahora es un deportista profesional, o un pedazo de la belleza de la señora que vive enfrente de nuestra casa, la que siempre está muy bien vestida y ataviada. Hurtamos un fragmento del talento cómico de un colega de trabajo que regularmente hace reír a la gente a carcajadas. Una raya del éxito de él, un pedazo del conocimiento de ella, varias secciones de la valentía de ese bombero, un segmento de la excelencia artística de nuestro primo, un elemento de estilo de otra persona. Reunimos todas estas piezas constituyentes y con ellas erigimos la construcción. Debemos fabricar esta construcción porque, sin ella, no podríamos sobrevivir en este mundo cruel y áspero. Podrías considerarla como una máscara, o un manto, o una torre. Elige la imagen que mejor te parezca. Lo importante es saber que esta construcción tiene un doble propósito: encarcelar a la bestia que acecha en nuestro interior (te daré más información sobre esta bestia posteriormente), y mostrar al mundo cuán talentosos y maravillosos somos, que es lo que realmente creemos ser. La construcción nos permite encantar y seducir, lo que a su vez nos permite encontrar nuevas víctimas de las que podemos extraer más combustible. Podemos mostrar nuestro genio con el fin de forzar y extorsionar a otros para que nos den combustible. Yo tengo consciencia de lo que hago y de por qué lo hago gracias a la fuerza de mi intelecto y a las observaciones de los buenos doctores que me están tratando, el doctor E y la doctora O. La construcción no solo debe ser erigida, sino que también debe

mantenerse. Lo único que puede mantener sus millares de componentes en su lugar, juntos e intactos, es tener poder. La única manera de tener suficiente poder para hacerlo es tener suficiente combustible. Si no tenemos combustible, perderemos poder y correremos el riesgo de que el edificio se venga abajo. Nosotros no podemos permitir que esto suceda porque significaría nuestra destrucción. Piensa por un momento en un rascacielos. Los materiales utilizados en su construcción son pesados y cuantiosos. Colocar dichos materiales en su lugar toma grandes cantidades de tiempo, dinero y energía. De la misma manera, toma grandes cantidades de combustible crear el poder que se requiere para erigir nuestra construcción. Una vez construido, el rascacielos requiere mucho mantenimiento. Su integridad estructural debe verificarse con regularidad, y los daños deben repararse. Las paredes y el techo deben permanecer impermeables al viento y la lluvia que siempre tratan de encontrar una manera de filtrarse en él. Se deben limpiar las ventanas, pulir el mármol, barrer los suelos, aspirar las alfombras. Las instalaciones eléctricas, y los tubos y conductos necesitan constante mantenimiento. Para que el rascacielos permanezca intacto, se deben invertir grandes cantidades de tiempo, dinero y energía. Del mismo modo, para que nuestra construcción se mantenga en pie y no se desmorone, debemos invertir grandes cantidades de poder, que sólo el combustible genera. Necesitamos poder para erigir la construcción. Necesitamos poder para mantener la construcción. Necesitamos poder para que la construcción pueda mantener nuestro esplendor. Necesitamos poder para que la construcción pueda encarcelar a la bestia. Todo este poder necesita combustible, combustible y más combustible. Es para esto que el combustible nos sirve. Nos da poder, y el poder nos permite construir y mantener la construcción. La construcción mantiene a la bestia alejada y nos permite proyectar al mundo la imagen que queremos que tengan de nosotros para poder seducir a más gente y extraer más combustible de ellos. Y así vamos, dando círculos, sin fin. Es para esto que el combustible nos sirve. Es por esta razón que necesitamos tanto. Es por esta razón que no podemos pasar nuestro tiempo

haciendo actos de atención o generosidad hacia los demás. Hacer esto no generaría el combustible que necesitamos. Es por esta razón que estamos obligados a seducirte, a ti y a otros, para que nos suministren combustible tanto positivo como negativo. Esto es lo que debemos hacer cada día, sin interrupción ni descanso. No hay ni fin, ni resultado final. La extracción de combustible es lo que necesitamos para que el poder pueda mantener la construcción y, haciendo esto, poder preservar nuestra existencia.

¿Por qué no parar? Esta puede ser la pregunta que te estés haciendo ahora en tu mente. Entiendes lo que nuestro combustible es, cuánto lo necesitamos y por qué tenemos que comportarnos de la manera que lo hacemos para cosechar el máximo que nos sea posible y mantener así nuestro poder. Sin embargo, puede que pienses que esto solo sirve para perpetuar algo que no es realmente bueno para nosotros mismos. He oído esta reflexión en varias ocasiones. ¿Por qué sigues adherido a una forma de vida que te tiene atrapado en este ciclo sin fin? ¿Por qué te entregas y te haces esclavo de esto? ¿Por qué seguir haciéndolo? ¿Por qué no simplemente parar y buscar una forma diferente de existir? Sí, muchas personas me han hecho estas preguntas varias veces, desde terapeutas perplejos hasta familiares frustrados y amantes desconcertadas. ¿Qué es lo que nos impide poner fin a este modo de operar y de vivir? Explicaré. El primer punto a considerar es que somos adictos a este modo de hacer y vivir. Somos tan adictos a esto como un alcohólico lo es al alcohol, o el drogadicto a su droga, o la persona que pasa todas las tardes en el gimnasio porque es adicta al ejercicio, o el obeso que bebe litros de gaseosas todos los días. Es una cuestión de adicción. Me encanta sentirme poderoso. Me encanta ser superior. Me encanta que la gente me admire. Me encanta tener control sobre las personas para que se comporten de la manera que yo quiero que lo hagan. Me encanta ser capaz de manipularlas para que hagan mi voluntad. Me encanta ser capaz de hacer que una persona se sienta extasiada, miserable, aterrorizada y angustiada. Me encanta ser un Dios. Mucha gente normal disfrutaría sentirse así de poderoso. Sé que tú no lo disfrutarías porque lo más probable es que seas una persona empática, y estar obsesionada por el poder y sus efectos no es algo que te

interese. De hecho, por lo que he observado, estás por completo en el lado opuesto del poder. Sin embargo, dejándote a un lado por un momento, muchas personas normales disfrutarían ejercer el poder de la manera que yo lo hago. Estoy seguro de que puedes pensar en algunos ejemplos, personas que has conocido, o conoces, quienes, una vez que se les ha dado un poco de poder, anhelan tener más. Una vez que han probado estar en una posición de poder y ven lo que se puede lograr teniéndolo, querrán tener más, o seguir teniéndolo. Lord Acton lo puso sabiamente: "El poder tiende a corromper y el poder absoluto corrompe absolutamente". Algunos ejemplos. El maestro que es capaz de retener a una clase entera después de la escuela debido a la conducta de sólo un alumno. El empleado ascendido que hace que sus antiguos colegas hagan ahora todo el trabajo sucio. La persona a la que han puesto a cargo de asignar las entradas para un evento especial y que decide dar a sus amigos entradas para asistir y privar de estas a algunos miembros de larga duración de la sociedad para la cual el evento ha sido organizado. Hay muchos ejemplos de personas a las que se les da poder, aunque sea a un nivel bajo, que rápidamente disfrutan el hecho de tener este poder en sus manos. ¿Sabiendo esto, imagina cómo se siente cuando rebosas poder todos los días? Imagina lo que se siente cuando puedes hacer que alguien se enamore de ti, te preste dinero, cante tus alabanzas, quiera vivir contigo, prepare tus comidas, atienda a todos tus quehaceres domésticos y se dedique a hacerte feliz. Imagina el poder que sientes cuando haces que alguien renuncie a todos sus amigos por ti, o que rechace a su familia para complacerte. Imagina el poder que ejerces cuando logras afectar las emociones y la cordura de alguien, cuando eres capaz de controlarlos y tenerlos a tu entera disposición. Imagina tener el poder de hacer lo que te venga en gana sin ninguna preocupación por cualquier repercusión o consecuencia. Piensa en lo que se siente saber que eres especial y que estás por encima de los demás; que es por esto que se te ha bendecido con estas habilidades. Reto a cualquiera que se considere normal a ejercer tal poder y no verse afectado por este. Una vez que lo tengan, se aferrarán a él y lucharán para conservarlo. ¿Por qué mi especie y yo debiéramos ser diferentes? La naturaleza del poder que tenemos es tal que es completamente adictivo. No puedo recordar ningún periodo de mi vida donde no haya sido

capaz de manipular a la gente. Por supuesto, como todos estos tipos de habilidades que se desarrollan, todo comenzó con la más pequeña de las influencias. Yo podía hacer que mi hermana hiciera todo lo que yo quisiera cuando era más joven. A los ojos de algunos, yo no podía hacer nada mal; les hacía creer todo lo que yo les decía. Fui progresando y descubrí que podía volver amigo contra amigo. Era capaz de mentir, engañar y robar con impunidad, tomar todo lo que quería, echarles la culpa a otros, y mantener una cortina de humo de engaño de manera que nunca tenía que rendir cuentas. Aprendí de los mejores, de aquellos que me transmitieron este conocimiento sobre cómo uno puede controlar a otra persona para que te den lo que quieres. Muchas personas son muy fáciles de controlar; carecen de la fibra para resistir a nuestro encanto. Estas personas quieren creer en el cuento de hadas. Están convencidas de que habrá un final feliz, un “felices para siempre” y, como consecuencia, se vuelven vulnerables al poder de sugestión y manipulación. Mi poder creció a medida que fui creciendo, y comprendí que, mientras yo tuviera este poder, iba a estar a salvo. No podía tocarme. Podía mantenerla a raya. He crecido y evolucionado con poder en mis manos y nunca podría renunciar a esa sensación. Debo tenerlo. No conozco otra manera y, ¿por qué debería contemplar otra manera cuando esta me funciona siempre muy bien? Sí, es interminable, pero funciona. Busco combustible, obtengo combustible y ejerzo el poder. Es una ecuación sencilla. Durante una de mis interacciones con los que me tratan, el doctor E y la doctora O, hemos tocado el tema de por qué no dejo de hacer lo que hago. El doctor E comenzó la conversación, y fue algo así. –Vamos a hablar un poco más sobre lo que tú llamas combustible. –Por supuesto –le respondí. –Hemos hablado largamente sobre la manera en que obtienes este combustible y hemos pasado un par de sesiones determinando por qué necesitas este combustible. Debo añadir que no creo que hayamos terminado con estos temas. –Por supuesto que usted no va a creer que hayamos terminado con estos

temas, doctor, puesto que está cobrando tan bien sus honorarios por hora ¿verdad? –respondí y sonreí. El doctor E ignoró mi comentario y siguió. –Continuaremos hablando de la cuestión del combustible y el papel que desempeña en tu vida, pero hoy me gustaría que me digas si crees que alguna vez podrás contemplar la idea de dejar de extraer combustible. –No, no podré –contesté inmediatamente. –¿Qué? ¿Ni siquiera podrías contemplar la idea? –No, quiero decir que puedo hablar con usted sobre la idea, si eso es lo que quiere usted hacer, pero no puedo contemplar seriamente el dejar de extraer combustible. –¿Por qué no? –continuó. –Es lo único que conozco. El doctor E asintió con la cabeza e hizo una nota. –¿Qué pasa si te dijera que hay otra manera de vivir? ¿Qué pensarías de eso? –¿Otra manera además de extraer combustible? –aclaré. Él asintió con la cabeza. Reflexioné por un momento. –Le diría que no me interesa. –¿Por qué? –Porque esto es todo lo que conozco. –En efecto, pero dime por qué no estarías interesado en un método diferente. –No me interesaría porque no sería tan eficaz como lo que hago ahora. –¿Cómo sabes eso si no has probado un método alternativo? –presionó el doctor E. –El método que uso tiene que ser el más eficaz. Si no fuera así, no lo estaría utilizando. Yo siempre adopto la mejor manera de hacer algo. –¿En verdad siempre es así? –preguntó el doctor E. Asentí con la cabeza. –Entiendo tu punto de vista, pero digamos, puramente como ejemplo, que hay realmente una manera diferente y mejor de vivir tu vida que no implica la necesidad de extraer combustible. Acepta por el momento que esa mejor manera existe. ¿Estarías dispuesto a probarla, teniendo en cuenta que acabas

de admitir que siempre adoptas la mejor manera de hacer las cosas? Dudé. No debí haber dicho que siempre adopto la mejor manera. Decirlo me había obligado a aceptar la mejor manera incluso si esta contradecía mi postura. –Podría querer probarla, pero no podría adoptarla. El doctor E hizo una pausa y me miró. –¿Acabo de escucharte decir que hay algo que no podrías hacer? Asentí con la cabeza. –¿Por qué? –preguntó. –Ya tengo un método. Que funciona. Me proporciona combustible y es así como sobrevivo. Incluso si yo le creyera que hay un método mejor, y de hecho no lo hago, pero estoy dispuesto a aceptar su ejemplo –el doctor E asintió en aprobación por mi rara concesión–, no podría adoptarlo porque he pasado demasiado tiempo funcionando en la manera en que lo hago. Su nuevo método probablemente me hará gastar mi energía y no quiero eso. Sé lo que me funciona y voy a seguir haciéndolo. El doctor E garabateaba en su cuaderno mientras yo esperaba su respuesta. –¿Qué dirías si sugiero que eres adicto al combustible? –¿Adicto? –repetí. –Sí, adicto. Verás, sugiero que tienes un comportamiento compulsivo que busca estimular el sistema de recompensa en tu cerebro a pesar de las consecuencias nocivas que esto tiene. Considero que tu comportamiento exhibe una adicción porque los estímulos, que es el combustible, se refuerzan y son gratificantes. –Continúe –dije interesado en lo que el doctor E tenía que decir. –Extraes combustible y este comportamiento es crónico y compulsivo porque lo buscas repetida y frecuentemente. También es gratificante puesto que consideras al combustible como algo deseable. Tomemos por ejemplo alguien que es adicto a la cocaína. Este estímulo se considera gratificante porque el usuario se siente eufórico y superior cuando la consume, y busca este efecto de recompensa consumiéndola repetidamente. Tú buscas combustible constantemente y percibes una recompensa que surge al obtenerlo, es decir, el poder que sientes que me has descrito en otras

ocasiones. –No puedo estar en desacuerdo con eso, aunque me gustaría poder estarlo – respondí. El doctor E escribió otra nota en su cuaderno. –Exhibes los signos clásicos de una adicción. Tienes poco control sobre tu comportamiento de extraer combustible. Le harías lo que fuera a cualquier persona con tal de obtenerlo. Conseguirlo te preocupa. Cuando hablamos de un día típico tuyo, casi cada una de tus acciones que describiste en este día giraba en torno a la obtención de combustible. Por último, continúas extrayendo combustible a pesar de las consecuencias nocivas que esto tiene: relaciones perdidas, amistades rotas, personas lesionadas emocionalmente por tu búsqueda de combustible, entre otras cosas. –Ya veo –le respondí–. Entonces estoy en el mismo grupo que los heroinómanos, los borrachos, adictos al sexo, adictos a las compras y los adolescentes a su Xbox. ¿Es eso, doctor? –En esencia, sí, es eso. Todos los que son adictos, en todas esas categorías, activan su sistema de recompensa a través de su comportamiento compulsivo ya sea, por ejemplo, bebiendo o teniendo una actividad sexual. –Así que me está sugiriendo que soy adicto al combustible –comencé. –Sugiero que eres adicto al poder que te da el combustible –me interrumpió el doctor E. –Muy bien, entonces, ¿está usted sugiriendo que el ser adicto a este poder que me da el extraer combustible es la razón por la cual no podría tolerar otra manera de vivir? El doctor E hizo otra nota y podría jurar que una sonrisa comenzó a formarse en sus labios, pero pronto la hizo desaparecer. –Correcto. Tu adicción es tan intensa que rige todos tus pensamientos y comportamientos. Tú adicción a este poder está tan arraigada en ti que ni harás, ni considerarás hacer otra cosa. Me dio gusto saber que el doctor E había tomado tal interés en mí y su atención fue gratificante. Sin embargo, me moría de ganas de provocarlo puesto que yo estaba de acuerdo con lo que estaba sugiriendo y no quería que pensara que había ganado una ventaja sobre mí.

–Yo podría parar si quisiera, pero elijo no hacerlo –le dije. –¿Así que crees que puedes elegir? –Por supuesto que puedo elegir. Yo siempre puedo elegir. Como le he dicho antes doctor, yo tomo las decisiones. Yo hago las cosas. A mí nadie me hace nada. –Sí, ya me lo has dicho. Entonces, ¿crees que podrías dejar de buscar combustible si quisieras? –Por supuesto. –Interesante. Entonces voy a sugerir que no puedes parar y que no puedes elegir un método diferente. Excelente, el doctor tenía ganas de debatir conmigo, y yo había logrado exasperarlo un poco. Eso era lo que quería. Poco me importaba estar mintiendo ahora. Quería causar su irritación y frustración para obtener algo de combustible de él. Si has prestado atención a lo que te he explicado anteriormente, y ahora sigues esta interacción con el doctor aplicando el sistema de puntos de combustible, sin duda te habrás percatado de que estoy tratando de generar un gesto o palabras de enojo del doctor E. ¿Dónde se encontraría un terapeuta en la escala de proximidad de la fuente? Es una especie de súbdito porque proporciona un servicio, pero la naturaleza íntima de la discusión con él le hace tener un rango más alto. No es un compañero íntimo porque no tenemos esa clase de vínculo. No es un colega porque no hay esa dinámica del ambiente de trabajo. Yo clasificaría al buen doctor E como un amigo del círculo externo con el potencial para convertirse en un amigo del círculo íntimo. Así que, después de todo, el doctor E tiene un rango decente dentro de la escala de proximidad de la fuente. No necesito repetir el resto de esta sesión con el doctor E que continuó con mis argumentos para contradecir su hipótesis (a pesar de que esta tenía sentido para mí) puramente para tratar de extraer algo de combustible del doctor. En esa ocasión, él mantuvo la calma en sus palabras y, por lo tanto, mi combustible fue una combinación de palabras de atención y gestos de enojo (volteó los ojos y suspiró en irritación un par de veces). Sin embargo, además del combustible que extraje durante esa sesión, también aprendí que tengo una adicción al poder. Lo acepto. No estoy dispuesto a tratar esa adicción ya que tiene un propósito demasiado importante para mí. Donde no

estoy de acuerdo con el doctor E es que, en su opinión, mi adicción causa ganancias a corto plazo con consecuencias deletéreas a largo plazo. Le expliqué que yo no veía ningún inconveniente a largo plazo, pues no me enfermaré del hígado como un alcohólico, ni del corazón como un cocainómano. El doctor E indicó que el inconveniente era la incapacidad de formar relaciones profundas, productivas y duraderas con personas en todos los niveles de mi vida. Añadió que otra desventaja es el caos frecuente que hay en mi vida y el impacto que tengo en los que me rodean, desde colegas y amigos hasta miembros de mi familia y parejas. Empezó a mencionar otras desventajas que vio de mi adicción al poder y mi búsqueda incesante de combustible, pero yo ya no lo escuchaba en ese momento porque su largo discurso me resultaba aburrido y monótono. Solo me limitaba a repetirle que no había ningún inconveniente a largo plazo para mí, que nada de lo que había mencionado afectaba mi salud física o mental, y que ninguna de las consecuencias que mencionó sobre mis relaciones con los demás me importaba. No me importa en lo absoluto. Por lo tanto, no hay ningún inconveniente. Intentó hacerme ver una alternativa, pero no me convenció. Por consiguiente, una parte de la respuesta a la pregunta de por qué no dejo de buscar combustible y poder es que no puedo hacerlo porque soy adicto a este. La segunda parte de esta respuesta es que no estoy dispuesto a hacerlo precisamente por las consecuencias que esto tendría si lo hiciera. No estoy dispuesto en lo absoluto a sufrir esas consecuencias, que son las siguientes: 1. Perdería poder; 2. Perdería prestigio y posición; 3. Mi superioridad sería puesta en duda; 4. Perdería el control sobre otras personas; 5. La construcción comenzaría a desmoronarse; 6. La pérdida de la construcción conllevaría a la pérdida de las herramientas y mecanismos que me permiten extraer combustible; 7. La prisión de la bestia se averiaría. Creo que puedes entender de qué manera las seis primeras consecuencias me afectarían. Es la última consecuencia de la que me gustaría escribir con más detalle ahora.

La pérdida de la prisión Este capítulo trata en más detalle mi temor absoluto de perder la construcción y, por lo tanto, la prisión que contiene a la bestia, si dejo de extraer combustible y pierdo poder. He tratado este punto con la doctora O en muchas sesiones, y, gracias a esto, soy capaz de expresar mi preocupación en cuanto a lo que sucedería si la construcción perdiera su efecto encarcelador. Hace mucho tiempo arrojé a lo que me refiero como la bestia en la prisión que es la construcción. Como un albañil febril, me puse a construir una prisión que mantuviera a la bestia fuera de mi vista, mis oídos y mi mente. Igual que un albañil que pone un ladrillo, agrega cemento y luego otro ladrillo, yo construí esta prisión con los fragmentos que recolectaba de las personas que me rodeaban, como ya he explicado antes. Todos estos fragmentos se mantenían juntos y en su lugar gracias a mi poder. Mientras tuviera combustible, tendría el poder que mantuviera la prisión intacta. Lo puedes comparar a tener suficiente carbón disponible para generar la electricidad que alimenta a una cerca eléctrica que evita que los delincuentes se escapen. Si no hay más carbón, no hay corriente eléctrica y los delincuentes pueden escalar la cerca y escapar. Yo construí esta prisión hace mucho tiempo. Al principio era rudimentaria; había huecos a través de los cuales la bestia me susurraba o gritaba. Su horrible voz surgía para recordarme todas esas cosas que prefería no ser. En ocasiones, una de sus garras desgarraba la construcción. La garra daba arañazos, agitándose en el extremo de un brazo descarnado, tratando de echar abajo otras partes de la prisión. Se convirtió en una batalla constante. La bestia intentaba derribar lo que yo había creado, mientras yo trataba de reparar desesperadamente el daño y parchear los hoyos que ella había hecho. Algunos días la bestia echaba abajo secciones enteras de la construcción y me recordaba lo que yo prefería ignorar. Sus terribles ojos demacrados me miraban, y yo trataba de dirigir mi mirada lejos de la suya. Desesperadamente buscaba combustible para restablecer el poder y pegar con cemento los fragmentos y secciones destruidas. Fustigaba a los que estaban a mi alrededor, exigiendo sus reacciones para que el combustible fluyera nuevamente y yo pudiera descansar, tan sólo por un momento, jadeando y con el corazón palpitando fuertemente.

Con el tiempo, a medida que observaba la manera en que tú y tu especie se comportaban y yo aprendía e imitaba, comencé a perfeccionar mis habilidades. Repitiendo, logré desarrollar mi capacidad de seducción para que más gente cayera bajo mi hechizo. Me volví más hábil para extraer el combustible positivo que fluía del amor, la atención y la admiración de estas personas. Amigos, colegas, conocidos y amantes, todos se convirtieron en objetos de mi influencia. Cuanto más ejercitaba esta habilidad creciente, más fuerte se volvía y el combustible fluía más libre y rápidamente. Esto me permitió agrandar la construcción y agregar secciones más atractivas y fragmentos fascinantes. Mi alcance creció a medida que buscaba nuevas víctimas para seducir. Las encontraba en bares, en el trabajo, en la infancia y en las redes sociales a las que estaba conectado. También perfeccioné rápidamente mi habilidad en el arte oscuro de la devaluación y me di cuenta de cuán potente era el combustible que extraía cuando denigraba a alguien y la sometía a mis crueles humillaciones y malos tratos. El combustible siguió fluyendo y mi poder aumentó de manera que la construcción se volvió más fuerte, más alta y magnífica. “Constrúyela y vendrán a ti”. Y así fue. Este edificio deslumbrante se levantó como un faro hacia el cual los buenos y empáticos venían, deseosos de formar parte del mundo seductor que la construcción les prometía. Con cada conquista se agregaba otra capa a la creación y su resplandor crecía. Cuanto mayor era la opulencia de la construcción, mayores eran también las demandas que se presentaban para mantenerla en pie. La maravillosa creación comenzó a tomar vida propia, y a requerir más y más poder para mantenerse intacta. Así, la caza de combustible se hizo más urgente e intensa. En las profundas entrañas de la construcción se encontraba la bestia achicada. Sentí que había logrado intimidarla y subyugarla hasta cierto grado. El espesor de las paredes de la construcción fue amortiguando sus aullidos llenos de dolor, hasta que ya no los escuché. Ya no podía perforar agujeros y sus furiosos desgarrones parecían disminuir. Pero no soy tonto, sé que todavía está allí, acechando. No siempre escucho sus protestas, reprobaciones, amonestaciones y palabras sardónicas, pero sé que todavía las emite y que estas retumban dentro de su calabozo. Sólo tomaría una tregua en mi búsqueda de combustible para que el poder bajara y la bestia atacara de

nuevo y rasgara rabiosamente los segmentos de mi construcción para liberarse, brotar a la superficie y herirme con una uña amarillenta antes de hacer estallar la construcción por completo. ¿Qué es esta bestia? He llegado a comprender que es lo que no quiero ni contemplar ni afrontar. Es la manifestación de todas mis debilidades. Las debilidades que me dieron aquellos que debieron haber sido más sabios y hecho más para evitar que se acumularan. El miedo y la debilidad son comida y bebida para la bestia. La doctora O me ha hecho comprender que todo el mundo tiene una de estas bestias parasitarias en su interior, pero solo a los que son como yo nos atormenta a tal grado que elegimos confinarla en la construcción. No podemos enfrentarnos a ella. Si yo lo hiciera, me consumiría y dejaría de existir de la manera que quiero existir. Para prevenir que esta bestia cobarde rija mi vida y me obligue a vivir su horrible existencia, decidí crear la construcción. Esta fue mi manera de defenderme contra aquello que representa lo peor de mí y las cosas que no quiero recordar. Cada debilidad, fracaso, decepción, falla, fragilidad, desaliento, mancha y defecto está contenido dentro de esta bestia. Es el amo de mi imperfección y permitirle ver la luz del día es permitirle al mundo ver todos esos defectos. No debo permitir que esto suceda. Jamás. Confinándola en mi construcción, puedo ser lo que quiero que el mundo vea. Popular, fuerte, exitoso y conquistador de todo. Eso es lo que el mundo quiere de mí. Eso es lo que el mundo admira y desea. Por consiguiente, esta es la segunda razón por la cual no puedo dejar de hacer lo que hago. Si dejo de extraer combustible, pierdo poder. Si pierdo poder, la construcción se desmorona y la bestia se escapa. Si esa cosa logra romper los muros de su prisión, yo dejo de existir. Dejo de existir porque la bestia me agarrará y me arrastrará hacia el abismo, y me quedaré allí, relegado en el olvido, erradicado. Sin duda le temes a la muerte, sin embargo, me puedo imaginar que, como persona empática, crees que tu legado durará de alguna forma. Los testimonios de tus buenas obras, los niños que has criado y las impresiones que has dejado en otras personas. Cuando te hayas marchado de este mundo mortal, habrá recordatorios de tus buenas obras. Seguirás viviendo. Yo debo lograr lo mismo. Mi superioridad y genio serán reconocidos y seguirán siendo alabados una vez que la fría mano de la muerte me haya

llevado. Mis logros y mi nombre deben vivir a través de la magnificencia que he creado a mi alrededor, a través de mis triunfos y mi éxito. Si la bestia se escapa de sus confines, no sólo me arrastrará hacia el abismo sino también erradicará todo lo que he logrado alcanzar. Mi marca en el mundo será borrada tan fácilmente como una mota de polvo sobre una mesa de roble lisa. Me habré ido y seré olvidado por completo. Es este temor de aniquilamiento y eliminación a manos de la bestia que me obliga a mantenerla encarcelada. Esa cosa nunca debe escaparse y destruirme. Es por eso que debo mantener intacta la prisión y, para hacer esto, debo tener poder, y, para tener poder, debo obtener combustible, un montón de potente y delicioso combustible. No puedo parar de hacer lo que hago porque hacerlo sería mi destrucción.

Combustible interrumpido Ahora sabes qué es lo que mi especie y yo tememos que suceda si la prisión que hemos construido comienza a desmoronarse. Nuestra aniquilación total. Ahora sabes también por qué siempre debemos extraer combustible y lo que ocurriría si no lo hacemos. ¿Cómo reaccionamos entonces cuando notamos que una fuente de combustible está empezando a secarse o se vuelve menos potente? Primero veamos qué sucede cuando notamos que podemos perder una fuente de suministro en su totalidad. Esto puede suceder por motivos relacionados a nuestro comportamiento, es decir, la persona ha sido sometida a malos tratos, sabe lo que somos, y ya no desea continuar su relación con nosotros. Esta persona decide entonces no tener ningún contacto con nosotros, esa temida arma que se utiliza en nuestra contra. La pérdida de la fuente puede deberse también a motivos ajenos a nuestro comportamiento. La persona, por ejemplo, puede irse de nuestro grupo social, cambiar de trabajo o mudarse. ¿Cómo reaccionamos a esta pérdida de la fuente? Lo primero que tomamos en cuenta es el rango que la persona tiene en la escala de la proximidad de la fuente. Para ahorrarte tener que volver a la página donde está la escala, te la doy de nuevo más abajo y añado a esta mis

observaciones en cuanto a la probabilidad de que dejemos que esta persona se vaya. La naturaleza de la partida de la persona es también un factor que tomamos en cuenta. Si es por motivos ajenos a nosotros, nos daremos cuenta de que es poco lo que podemos hacer al respecto y no gastaremos energía tratando de cambiar la situación. Si, por el contrario, el individuo ha tomado la decisión conscientemente de alejarse de nuestra esfera de influencia, esto constituirá una afrenta a nuestra superioridad que no podremos tolerar salvo en las situaciones más insignificantes e inconsecuentes.

Proximidad de la fuente Desconocidos remotos Desconocidos Súbditos Conocidos Colega Amigos del círculo externo Amigos del círculo íntimo Familia Compañero íntimo Antiguos compañeros íntimos devaluados Antiguos compañeros íntimos aspirados

Pérdida por motivos ajenos a nosotros Liberación Liberación Liberación Liberación Bajo Bajo Medio Medio Alto

Pérdida por decisión deliberada de la fuente Liberación Liberación Liberación Bajo Bajo Medio Medio Medio Alto

Alto

Alto

Alto

Alto

Liberación significa que lo más probable es que no hagamos nada por retener al individuo. Bajo significa que trataremos de retener al individuo de alguna manera,

pero utilizando métodos que nos cuesten poca energía. Así, por ejemplo, si un amigo del círculo externo se va a vivir a otra ciudad como consecuencia de un nuevo empleo, querremos mantener cierto contacto con él, pero no vamos a hacer un gran esfuerzo para hacerlo. La razón de esto es que el esfuerzo para mantener el contacto físico con él sería mayor que los beneficios. En lugar de esto, trataremos de obtener combustible poniéndonos en contacto con el individuo a través de mensajes de texto, medios sociales y teléfono, en vez de tratar de verlo cara a cara. Medio significa que trataremos de mantener un mayor grado de contacto con la persona, es decir, un contacto cara a cara. Alto significa que haremos todo lo posible para mantener el contacto con la persona. Salvo para aquellos de mi especie que son de naturaleza más maligna, este intento por conservar el contacto con la fuente terminará después de un período de tiempo si la inversión de la energía no da rédito. No podemos tolerar el cese de combustible por mucho tiempo y, si no tenemos otras fuentes cercanas, no podemos permitir que el cese dure mucho más que algunos días sin encontrar una fuente alternativa. También se debe tomar en cuenta la forma de entrega del combustible, puesto que, si tenemos una fuente de bajo rango en la escala de proximidad, pero que proporciona una forma de entrega de alto rango, entonces bien podríamos decidir aumentar nuestros esfuerzos para retener a dicha fuente. Por ejemplo, si hay un conocido al que podemos llamar por teléfono de vez en cuando para provocarlo y obtener una respuesta de enojo de su parte, trataremos de conservarlo como fuente de combustible, incluso si su partida es por motivos ajenos a nosotros. El rango superior de la forma de entrega del combustible significa que, en lugar de liberarlos, consideramos que vale la pena retenerlos y pasarán del rango liberación al de bajo. Nosotros debemos tener este enfoque estructurado para evaluar el combustible potencial que podemos obtener o perder y la energía que debemos gastar. Como ves, excepto por aquellas fuentes que tienen un rango bajo y que no producen más que unos cuantos puntos de combustible, nuestra primera reacción es tratar de conservar la fuente de combustible aplicando niveles de esfuerzo bajos, medios o altos. Preferimos hacer esto a tener que buscar nuevas fuentes de combustible. También preferimos tratar de conservar nuestras fuentes de combustible porque, si estas deciden deliberadamente

salir de nuestra esfera de influencia y que nosotros logramos aspirarlas, su rango aumenta. Así, si tenemos un amigo del círculo externo que decidió que ya no quería tener contacto con nosotros y logramos aspirarlo nuevamente y hacer que exprese su aprecio y admiración por nosotros una vez más a través de nuestra manipulación, entonces el efecto es como si hubiésemos recibido combustible a través de las palabras de admiración de un amigo del círculo íntimo. Es más placentero. Como puedes ver en la escala, lograr aspirar a un compañero íntimo es el mejor rango de proximidad que se puede alcanzar. Si regresan pidiéndonos disculpas con lágrimas en los ojos por haber intentado dejarnos, entonces hemos extraído el más potente de los combustibles. Si la retención de la fuente que se nos va resulta problemática, entonces trataremos de aumentar el suministro de combustible de las fuentes que todavía nos quedan. A menudo, esto hace que cosechemos tipos más negativos de combustible de dichas fuentes con el fin de aumentar el suministro; lo que tiene consecuencias para los que nos rodean. No nos importa en lo absoluto lo que piensen de nosotros estas personas cuando las provocamos y hostigamos; lo único que nos importa es aumentar la calidad del combustible. En algunos casos, este aumento en la calidad del combustible de las fuentes disponibles significa que la sustitución de la fuente perdida puede no ser necesaria o puede ser postergada. Si nos enfrentamos a una situación donde: 1. La retención de la fuente es problemática; 2. La retención requiere un gasto de energía mayor que los beneficios y, por lo tanto, no vale la pena llevarla a cabo; 3. El intento de retención está tomando demasiado tiempo o consumiendo demasiada energía; y/o 4. El intento de incrementar el suministro existente no ha funcionado o no está en un nivel aceptable, Entonces intentaremos remplazar a la fuente de combustible perdida. Es necesario señalar aquí que es extremadamente raro que nosotros tengamos una sola fuente de combustible. El riesgo es demasiado grande. Incluso si hemos logrado atrapar a un compañero íntimo codependiente que regularmente nos suministra combustible a través de palabras de enojo y de llanto, depender exclusivamente de esta persona sería insensato. Si esa fuente

para repentinamente su suministro, por poco probable que esto pueda ser, nos quedamos sin nada y tendríamos que salir en desbandada para encontrar rápidamente otras fuentes. Para protegernos de tan horrendo escenario, es necesario tener otras fuentes de combustible de diferentes rangos. La rapidez con la que vamos a sustituir a la fuente perdida depende de los siguientes factores: 1. La calidad del suministro que dicha fuente nos ha dado. Si se trata de un rango bajo de combustible, estaremos menos dispuestos a hacer una sustitución inmediata. Si, por ejemplo, es un colega que perdemos, nos conseguiremos otro colega con relativa facilidad, seduciéndolo para que entre en nuestro círculo de influencia. 2. El período de tiempo que ha durado el cese del suministro. Si se trata de una fuente de combustible de bajo rango, entonces es menos urgente reemplazarla puesto que la pérdida de esa persona en la matriz general de nuestro suministro representa un pequeño porcentaje de este. Si la persona proporcionaba combustible de alto rango, entonces su pérdida no puede ser tolerada por mucho tiempo y debemos remplazarla rápidamente. Es por esto que, a menudo, cuando descartamos a un compañero íntimo, verás que ya tenemos otro, casi inmediatamente, que remplace al que hemos descartado. Por consiguiente, si vemos que vamos a perder una fuente de combustible (y recuerda que todos los días estamos monitoreando con bastante atención nuestro suministro de combustible), tratamos de retenerla, o elevar las otras fuentes que tenemos disponibles, o reemplazar la fuente perdida con una nueva. Si no va a haber una pérdida de la fuente, pero va a haber una probable reducción en la calidad del combustible que nos ha suministrado hasta ese momento, entonces adoptamos otro enfoque. Nuestra reacción inicial será mejorarla siguiendo este patrón: 1. Cuando hemos seducido a alguien y recibido combustible en gran parte positivo de ese individuo, pero que, debido al paso del tiempo y de nuestra tendencia innata a aburrirnos de la gente, la potencia de dicho combustible positivo ha disminuido, pasaremos a la devaluación de dicho individuo. Esto inmediatamente provoca una

reacción y el combustible será más potente, 2. Cuando nos dedicamos a devaluarte pero que, debido a factores tales como enfermedad, fatiga o una toma de conciencia de tu parte de lo que te estamos haciendo, tus reacciones emocionales disminuyen o se suavizan, entonces vamos a: a. Descartarte. Esto servirá para darte una buena sacudida y hacer que intentes volver con nosotros y nos suministres tanto combustible positivo (puesto que vas a hacer y decir cosas agradables y atentas para tratar de volver con nosotros), como negativo (cuando expreses rabia y tristeza por la manera en que te hemos tratado). El descarte actúa como un tiro en el brazo y el resultado es un mejor suministro de combustible de tu parte. b. Mostrarte un pedazo de paraíso, aunque solo por un momento. Esto hará que tu suministro de combustible positivo se fortalezca expresando admiración, amor y atención. Incluso puede evocar llanto de gratitud y alivio. Una vez que logramos esto, podemos volver a la devaluación para generar emoción negativa nueva y fresca. 3. Si te hemos descartado, entonces buscaremos aspirarte. Esto produce, como ya he explicado antes, una respuesta muy potente del individuo aspirado. La aplicación de estas técnicas en el momento adecuado nos permitirá mejorar la calidad de nuestro suministro y resolver el problema con relativa facilidad. En ciertos casos, puede que te resistas a darnos la respuesta emocional que requerimos, y podemos ver que obligarte a dárnosla nos tomará demasiada energía. Si la calidad de tu suministro ha disminuido porque te lo has propuesto, entonces es probable que, después de haberte presionado durante un breve tiempo, obtengamos combustible de otras partes. De nuevo, necesitamos tener en cuenta el tipo de combustible que se nos está proporcionando para decidir cuánto tiempo esperar antes de hacer esto. También nos enfrentamos con la ley de los rendimientos decrecientes. Cuando tenemos una relación de larga duración con alguien, pasamos de la idealización a la devaluación, al descarte, y luego aspiramos al individuo para

comenzar el ciclo nuevamente. Es similar al cambio de velocidades en un coche. Si nos acercamos a una pendiente, tenemos que cambiar a una velocidad más baja para poder subir la pendiente sin dificultad. Si vemos que la calidad de nuestro combustible está disminuyendo, cambiamos de enfoque para revitalizarlo. Por supuesto, una vez que hemos recorrido este ciclo, por ejemplo, por tercera vez con el mismo individuo, la potencia disminuye. Lo mismo sucede cuando tratamos de exprimir una fuente que se está agotando. En estos casos, descartamos a la fuente y esperamos bastante tiempo para que esta pueda recargar su combustible antes de volver a visitarla. Es por esta razón que tu narcisista puede desecharte y no mostrar ningún interés en ti. Él o ella habrá evaluado la situación (y créeme que siempre hay una evaluación minuciosa de nuestra parte porque la cuestión del combustible no es tratada con ligereza en lo absoluto) y decidido que, por el momento, hay poco que ganar de la relación contigo, y que es mejor invertir su energía en otra fuente de combustible. Sin embargo, nunca te olvidamos puesto que sabemos que, con el transcurso del tiempo, repondrás tus niveles de potencia y de combustible. Es entonces que regresamos para aspirarte y empezar el proceso nuevamente. El comprender cómo reaccionamos cuando hay una interrupción o disminución en el suministro de combustible te permitirá anticipar nuestras reacciones. Si sabes que otras fuentes de combustible abandonan nuestra esfera de influencia, puedes saber que tú y otras fuentes van a tener un paseo más abrupto con nosotros, y que luego nuevas fuentes entrarán en juego. También podrás determinar qué tipo de combustible has estado proporcionando a tu narcisista, quiénes son las otras fuentes de combustible, y cómo él o ella puede reaccionar si decides distanciarte. Es muy importante que entiendas la manera en que respondemos ante cualquier amenaza a nuestro suministro de combustible. Es muy probable que, puesto que estás leyendo este libro, seas la fuente primaria de un narcisista. Si tratas de escapar de él o ella, y eliminar así su principal fuente de combustible, puedes anticipar una reacción furiosa de su parte. Si disminuyes la calidad de tu combustible, puedes estar segura que tu narcisista tratará de poner remedio a esto extorsionando más combustible de ti, llevándote a través del ciclo habitual para obligarte a ceder a sus demandas de combustible. Si sabes lo que puede suceder, podrás protegerte mucho mejor y

proteger a los que son importantes en tu vida. También podrás determinar si te enfrentas a un intento para retenerte que durará un largo período de tiempo, o si solo habrá un mínimo esfuerzo de su parte en un período de tiempo mucho más corto. Esto te permitirá movilizar tus propios recursos para afrontar la situación como se vaya presentando. Entender cómo reaccionamos ante la posible pérdida de nuestro combustible, o la degradación de su calidad, es clave para poder lidiar con nuestra especie.

Conclusión El combustible es nuestra savia, nuestra sangre, nuestra vida. Hay miles de maneras de obtener combustible de una gran variedad de fuentes. Cada tipo de combustible es de naturaleza positiva o negativa. El efecto del combustible varía y puede ir desde darnos una pizca de energía, a pegarnos con la fuerza de un relámpago, produciendo inmensas cantidades de poder. Siempre ansiamos obtenerlo y nuestra cacería de combustible nunca acaba. Establecemos nuestras redes de suministro, les damos mantenimiento y nos cerciorarnos de que nos estén proporcionando combustible con frecuencia y eficiencia. De la misma manera que un técnico opera la red nacional de electricidad de un país, nosotros monitoreamos nuestros suministros anticipando las necesidades y reaccionando en consecuencia. Observamos si hay una reducción de la calidad de nuestro combustible y adoptamos medidas para remediar la situación. Si nos enfrentamos a la pérdida de una fuente, debemos tomar las medidas necesarias. Te he explicado lo que es nuestro combustible y cómo lo obtenemos. También he explicado que lo necesitamos para mantener nuestra construcción de manera que podamos seducir al mundo, se nos proporcione más combustible, y podamos mantener a la bestia encarcelada. Nuestro combustible es fundamental para nuestra existencia y cualquier alteración en su suministro resultará en una respuesta rápida y feroz de nuestra parte. De la misma manera que un país debe proteger sus suministros de gas, agua y electricidad, nosotros debemos estar vigilantes de cualquier intento de interrupción en nuestro suministro de combustible. Es por esto que siempre estamos sospechando, evaluando y viendo cuál será nuestra próxima jugada. Constantemente estamos tramando y maquinando para garantizar que nuestro

suministro de combustible permanezca intacto y también mejore en calidad. Siempre estamos pensando de qué manera podemos obtener un mejor combustible, más potente y de una fuente más fiable. Necesitamos saber dónde podemos encontrarlo en las cantidades que requerimos para mantener nuestro nivel de poder. Se trata de una empresa a tiempo completo y quizá te des cuenta ahora de que no podemos ser de otra manera puesto que estamos estructurados y programados así. No podemos contenernos. Nuestra adicción al combustible y al poder que este nos da nos tiene en sus garras. Tampoco podemos contenernos por temor a desatar a la bestia y consignarnos a nosotros mismos al olvido. La magnitud de estas tareas significa que no tenemos tiempo para ti y tu vida. Estamos demasiado ocupados atendiendo a nuestras necesidades de combustible. Así que la próxima vez que nos veas observando la pantalla de la bomba de gasolina mientras llenamos los tanques de nuestros coches, no creas que estamos vigilando el precio de esta; estamos calculando cuánto combustible vamos a extraer durante el curso del día, de dónde vamos a extraerlo, en qué cantidades y concentraciones. Sobre todo, estaremos pensando en nuestro aparato número uno y cómo garantizar su obediente eficiencia. Estaremos pensando sobre qué botones vamos a apretar y la reacción que esto generará. Estaremos pensando en nuestro suministro de combustible que tú nos das. Gracias por leer Combustible.