Capitalismo patologico
 9788412327205

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La pandemia del covid-19 ha acelerado la crisis estructural del sistema capitalista como modo de reproducción social, que tuy.o un punto culminante en la forma de crisis financiera del 2008. Desde entonces, la quiebra del sistema capitalista se ha ido manifestando ininterrumpidamente como la verdadera pandemia: desempleo masivo, empobrecimiento de la población proletarizada, guerras, migraciones, crisis sanitarias, degradación de la democracia hacia el totalitarismo securitario, crisis climática y de la biosfera, etc. Las supuestas soluciones (financieras, tecnológicas, administrativas) ofrecidas por los diferentes gobiernos son sólo una huida hacia delante en la reproducción ampliada de las condiciones de crisis. El multimillonario Plan de Rescate de la UE es un buen ejemplo. [...]

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Corsino Vela

PRIMERA EDICIÓN Febrero 202 I AUTOR Corsino Vela

Capitalismo

TÍTULO patológico

PRÓLOGO Charles Reeve IMAGEN de PORTADA Matthew Henry CONCEPCIÓN GRÁFICA Y MAQUETACIÓN Cristina Martínez Miñana

ISBN 978-84-123-2720-5 Depósito Legal LG D00I04-202I

capitalis patológi Corsino Vela

Donostia / San Sebastián 111gllnll'[email protected] www.kaxihla.com

prólogo deCharles Reeve

En memoria de f esús Femández Naves. Mientras se preparaba para enviar a impre11taeste ensayo,tuvo lugarel faUecimie11to de fesús. No es cuestión de emrar aquí en lo mucho que fesús/Tx.uso/Naves significa para mi; baste decir que sin su compromiso vital y militante, sin su afecto y su complicidad110 me habríasido posibleco11cebir un escrito como éste.

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prólogo

El capitalismo es un modo de producción histórico con una dinámica inestable y desequilibrada, cuya regulación provisoria fundamental tiene lugar en y por períodos de crisis y hundimiento, pues es en estos mismos momentos cuando la clase capitalista puede superar las propias condiciones del advenimiento de dichas crisis. De esta manera, se prepara para "crisismás generalesy profundas, al tiempo que reducelos mediospara prevenirlas".1 La consiguiente reestructuración desencadena procesos de desestabilización y desorganización económica y social y permite que el capitalismo se recupere en la producción de beneficios. El período que estamos atravesando es singular en el sentido de que la urgencia de esta "reestructuración" ha sido activada por una violenta crisis pandémica mundial, resultado en sí misma de la aceleración de la crisis ecológica provocada por la explotación exponencial de combustibles fósiles y la destrucción de los ya frágiles equilibrios ecológicos. Esta convergencia entre crisis económica, crisis ecológica y crisis sanitaria introduce elementos nuevos e impredecibles en la reestructuración clásica del modelo capitalista, en la medida en que se nos presentan nuevos límites con consecuencias sociales y económicas desconocidas e impredecibles. Marx, K. y Engels. F. El Manifiesto Comunista(1848), cap. 1.•Burgueses y Proletarios•.

( MaximilienRubel.en su trabajosobre Marx,considerabaesta fraseromo una "'simesismagistral de la tmrio marxiana de fa crisis...OnNres dt Karl Mar%.EconomieI, BibJiothC'Que de la Pléiade.•Notes et Variantes•. p.1577. Paris. 1963. f

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El texto de Corsino Velaes un análisis bastante exhaustivo de este proceso de "reestructuración", de su relación con la crisis pandémica y de los nuevos límites que plantea para el equilibrio ecológico global. Las crisis introducen así agudas crisis políticas y sociales, en las que los enfrentamientos de clase adoptan formas ideológicas violentas, y donde las formas de conciencia o falsa conciencia de la época se buscan en la confusión y a menudo en el enfrentamiento, desde el populismo hasta las teorías de la conspiración. La crisis pandémica y sus consecuencias, las políticas de los Estados que surgen como reacción, evidentemente, también pesan sobre estos aspectos ideológicos. En su texto, Corsino Vela, tras recordar que "la sorpresa y el miedo no explican por si mismos la pasividad social", sino que esta pasividad es ante todo fruto del "desgaste de las formas de contestación" del pasado, retoma sobre las

formas actuales de la conciencia social. Corsino observa que "los límites políticos del antifascismo han quedado patentes una vez más ante la emergencia de la pandemia en la crisis estructural capitalista. Incluso dando pie a teorías de la conspiración en las que un manojo de plutócratas han provocado una pandemia para desplegar sus tecnologías de control total sobre la humanidad, como si esos mismos plutócratas, cuyas empresas marcan la pauta del desarrollo tecnológico, no contaran ya con una aceptación universal de la sociedad del control mediante el mercado de todo tipo de dispositivos de captación, transmisión y gestión de datos por medio de los sistemas electrónicos de comunicación". Pero también subraya que el hecho de que "los estados nacionales del capitalismo transnacional aprovechen la expansión del covid-19 para poner en marcha un ensayo general de gestión de masas sin precedentes, no significa necesariamen-

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te que sean los causantes de la pandemia. De todos modos, eso queda en un segundo plano si tenemos en cuenta que la adopción de medidas autoritarias de control social de los estados democráticos están en consonancia con las tendencias del totalitarismo democrático del capitalismo en crisis."

Me gustaría insistir en esta breve reflexión sobre la cuestión de las teorías de la conspiración, que ahora están adquiriendo una dimensión ineludible en el debate político y en el juicio de las reacciones populares a las orientaciones de las políticas oficiales. Navegando sobre el advenimiento de la pandemia y sus devastadoras consecuencias sociales y económicas, el miedo y el rechazo al pensamiento conspirativo vienen, en cierto modo, a reemplazar la obsesión por el "peligro populista" en el discurso democrático dominante. El "complotismo" y el "populismo" se plantean ahora como pensamientos que atacan los cimientos del sistema representativo, presentado, por supuesto, como el horizonte insuperable de la política contemporánea. Evidentemente, la sorprendente, aunque predecible tentativa de "golpe" del 6 de enero de 2021, llevada a cabo por grupos sometidos a los designios del psicópata de la Casa Blanca, ha devuelto una dimensión política a la cuestión del pensamiento conspirativo. Pensamiento que, según los defensores del actual orden mundial, se basa en la negación de la "realidad establecida por la ciencia". Según estas teorías, "la verdad real" no es lo que se debe creer; las mentiras se habrían convertido en algo dominante entre las autoridades políticas, mediáticas y científicas. El poder real residiría en entidades ocultas, invisibles y secretas, en un contrapoder manipulador. Habría que remontarse a la Edad Media y a las corrientes antijudaicas del cristianismo, para encontrar una

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filiación al pensamiento conspirativo. Aún así, esto significaría quedarse a mitad de camino, porque el propio pensamiento religioso es obviamente la fuente primaria de la conspiración. Y, en particular, en las religiones monoteístas donde una entidad invisible, omnipresente y dominante posee el poder real y manipula a los seres humanos, determinando su destino. Más tarde, una vez que las relaciones sociales capitalistas se hicieron dominantes, el pensamiento conspirativo encontró un terreno fértil para arraigarse y desarrollarse. En un mundo en el que el hombre está desposeído de su propio destino, alienado de sí mismo y de su actividad, el poder está, por definición, fuera de control, incluso oculto, dentro de una apariencia de igualdad formal que esconde la desigualdad económica y social real. El mundo capitalista es un terreno fértil para la paranoia y su funcionamiento no puede sino reforzar el pensamiento conspirativo que sitúa la "verdad real" en otro lugar, fuera del mundo de las relaciones sociales. Ciertamente, este enfoque de la cuestión de la conspiración no conviene a los defensores del modo de producción capitalista. Algunos llegan a detectar en pensadores como Marx esquemas conspirativos. De forma simplista, aproximan al Marx que reivindicaba "la crítica radical de todo lo que existe" con "la conspiracióncontemporánea[que]toma la forma de una duda crítica,cuestionando el poder político y la autoridad de los expertos".2 Y, sin duda, pondrían en la picota las contundentes páginas de Dios y el Estado de Bakunin, en las que desarrolla la crítica al "principio de autoridad", estableciendo vínculos entre el poder, la religión y la ciencia. Cierto es que estos partidarios de la verdad científica, que se ha convertido en verdad política y en Evalllouz,·croire á la science ou pasest devenu une question éminemment politiqU