Ajedrez Logico: Jugada A Jugada [Paperback ed.]
 8480196076, 9788480196079

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COLECCIÓN CAISSA

AJEDREZ �

ESTRATEGICO CÓMO DOMINAR EL JUEGO CERRADO

Edmar Mednis Gran Maestro Internacional

EDITORIAL PAIDOTRIBO

Quedan rigurosamente prohibidas, sin la autorización escrita de los titulares del "copyright", bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reproducción parcial o total de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático, y la distribución de ejemplares de ella mediante alquiler o préstamo públicos. Título original de la obra: Strategic chess, Mastering the c/osed game Traducción: Antonio Gude Revisión técnica: Yago Gallach Diseño cubierta: David Carretero

© 2004, Edmar Mednis Editorial Paidotribo Consejo de Ciento, 245 bis, 1 o 1" 08011 Barcelona Tel. 93 323 33 11 - Fax. 93 453 50 33 http: //www.paidotribo.com/ E-mail:[email protected] Primera edición: ISBN: 84-8019-607-6 Fotocomposición: Editor Service, S.L. Diagonal, 299 - 08013 Barcelona Impreso en España por A & M Grafic

A Mi/ton y Marilyn Finkelstein

"

INDICE

9

Prólogo

GAMBITO BENKO

Partida 1

Dlugy - Alburt, Campeonato de EEUU, 1 990 .. ..........

13

DEFENSA BENONI

Partida 2

Alburt - D. Gurevich, Campeonato de EEUU, 1 989..

18

DEFENSA BOGOINDIA

Partida 3

Polugaievsky - Korchnoi, Match de 1 977 (12") ............

23

APERTURA CATALANA

Partida 4

Andersson - Miralles, Cannes, 1989 ..............................

31

Partida 5

Korchnoi - Petrosian, Match d e 1 977 (33)

38

Partida 6

Polugaievsky - Korchnoi, Match de 1 977 (83) ........ ......

45

Partida 7

Mednis - Franzen, Copenhague, 1 989.............. .............

51

••••••••••••••••• • • .

DEFENSA HOLANDESA

Partida 8

Farago - Kristiansen, Copenhague, 1989 .......... .. ..........

58

6

AJEDREZ ESTRATÉGICO

APERTURA INGLESA

Partida 9

Mednis - l. Ivanov, Brighton, 198 3 . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . .

65

Partida 10

Korchnoi - Petrosian, Match de 1977 ( 5•) .. . . . . . . . .. . . .

74

Partida 11

Mednis - Lehmann, Berlín, 1 983 . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . .. . . .

83

.

.

. .

.

DEFENSA GRüNFELD

Partida 12

Polugaievsky - Korchnoi, Match de 1 977 ( 10" ) ...........

91

Partida 1 3

Martz - Chellstorp, Houston, 197 4. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

100

DEFENSA INDIA DE REY

Partida 14

Cramling - Halk, Metz, 1989 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . .

106

Partida 15

Karpov - Kasparov, Nueva York, 1 990 (19•) . . . . . . . . . . . . . . . .

1 15

DEFENSA NIMZOINDIA

Partida 16

Gligoric - Kaplan, Los Á ngeles, 1974 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

124

Partida 17

Pliester - Mednis, Amsterdam, 1 986 . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . .

13 1

GAMBITO DE DAMA REHUSADO VARIANTE BOTVINNIK

Partida 18

Murey - Mednis, Amsterdam, 1 986 ...... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

139

VARIANTE MERANO

Partida 19

Korchnoi - Polugaievsky, Match de 1 977 (3 ") . . . . . . . . . . . .

1 47

Partida 20

Rogoff - Mednis, Campeonato de EEUU de 1978 . . . . .

159

.

.

ÍNDICE

7

DEFENSA ÜRTODOXA, VARIANTE TARTAKOWER

Partida 21

Seirawan - Karpov, Bruselas, 1 988 ................................

166

DEFENSA SEMI-TARRASCH

Partida 22

Petrosian - Korchnoi, Match de 1977 (6") ....................

178

DEFENSA ESLAVA

Partida 23

H. Olafsson - Mednis, Reykjavik, 1 982 ........................

188

DEFENSA TARRASCH

Partida 24

Quinteros - Christiansen, Cleveland, 1975 ..................

198

Partida 25

Mednis - Padevsky, Kragujevac, 1 977 .................. . . .......

207

Partida 26

Vadasz - Nunn, Budapest, 1978 .................. ...................

213

DEFENSA INDIA DE DAMA

Partida 27

Petrosian - Korchnoi, Match de 1977 (12") ..................

221

Partida 28

Polugaievsky - Korchnoi, Match de 1 977 (2a) ..............

230

Partida 29

Petrosian - Korchnoi, Match de 1 977 (8") ....................

241

Hodgson - Mednis, Stavanger, 1 98911 990.....................

252

ATAQUE TORRE

Partida 30

PRÓLOGO

A la pregunta " ¿Quién gana más partidas de torneo?", la respuesta co­ rrecta es: "El jugador que sabe lo que está pasando en el tablero." Esto signi­ fica que si conoce usted bien el tema estratégico de su apertura, si sabe cómo aplicarlo en el medio j uego y, llegado el caso, sabe también cómo emplear sus conocimientos del final temático resultante, entonces no hay duda de que tendrá éxito como jugador de torneo. Los jugadores ansiosos por mej orar sus resultados prácticos me han di­ cho en numerosas ocasiones que su necesidad prioritaria es un libro que les oriente desde la misma variante de apertura hasta el medio juego y, even­ tualmente, incluso hasta el posible final que se deriva del planteamiento. De otro modo, siempre pueden quedar fuera "de libro", en el sentido de que su oponente de turno puede pasar en la apertura de la línea principal a otra lí­ nea o bien la línea teórica simplemente finaliza y ellos comienzan a tamba­ learse. Este libro está pensado para satisfacer esa necesidad. Su estructura está formada por partidas completas de importantes jugadores. En primer lugar, describo, hasta donde alcanzan mis conocimientos, los temas estratégi­ cos más importantes de la apertura y, a continuación, trato ·de comentar de qué modo el tema ejerce su influencia en todas las fases de la partida. Éste no es un libro de partidas perfectas. Aunque las partidas perfectas existen, constituyen una porción mínima del total de partidas que se juegan y, por lo tanto, no reflejan la vida real. Es un hecho que en la realidad se co­ meten errores y, en consecuencia, es importante aprender a minimizar la fre­ cuencia con que los cometemos, así como también aprender a explotar los que pueda cometer nuestro oponente. Centrarnos en los temas estratégicos es la principal herramienta para conseguir ambos objetivos. Los criterios que hemos seguido para seleccionar las partidas concretas han sido los siguientes: 1) La partida debería ser instructiva, en cuanto a que en ella se tomaron buenas y malas decisiones. 2) Debería haber trabajado anteriormente con la partida, de forma que ese trabaj o me permitiera una reflexión más profunda y correcta acerca de lo

10

AJEDREZ ESTRATÉGICO

que realmente sucedió. Por definición, esto significa que mis propias par­ tidas, así como otras previamente analizadas, contarían con mi preferen­ cia. Cada vez que trabaj as sobre una partida, aprendes más acerca de ella. En algunos casos, esto se traduce en que estás obligado a modificar algu­ nas conclusiones anteriores, como consecuencia inevitable de la búsque­ da de la verdad en la ciencia del ajedrez. 3) Debido a que en la vida real algunas partidas finalizan de hecho en plena apertura, mientras que en otras las acciones decisivas se producen en el medio juego o en el final, ese tipo de planteamiento podrá encontrarse aquí. Una decisión mucho más importante ha sido qué tipo de aperturas y de variantes incluir. El universo de las partidas cerradas es amplio, profundo y variado. Mi decisión se ha basado en la cantidad y en el valor de ayuda que podría aportar al lector. El principio rector ha sido seleccionar partidas de­ sequilibradas, pero estratégicamente claras. Por consiguiente, he evitado aperturas como la línea principal de la Variante Botvinnik, en el Gambito de Dama Rehusado (1 d4 d5 2 c4 e6 3 tllc3 tllf6 4 tllf3 c6 5 i.. g5 dxc4 6 e4 b5 7 eS h6 8 i.h4 g5 9 tllxg5 ) , debido a que es "excesivamente táctica", y también decidí minimizar la inclusión de partidas con la Defensa Ortodoxa en el Gambito de Dama Rehusado (demasiado sencilla) , o con el Gambito Ben­ ko y la Defensa B enoni (por demasiado sofisticadas), etc. El mismo principio se ha aplicado a las variantes específicas elegidas. ·Así, en la Defensa India de Rey he optado por la Variante Clásica y, por ejemplo, la partida 14 ilustra la importancia estratégica del cambio dxe5 , mientras que la partida 1 5 muestra las ventajas y los inconvenientes del im­ portante avance d5. Las variantes seleccionadas son importantes desde un punto de vista puramente estratégico. Me refiero a los elementos estructura­ les de una posición, antes que a las posibilidades tácticas concretas. Hay un elemento particular en el libro que puede parecer sorprendente a algunos lectores: un buen número de partidas se encaminan rápidamente por una senda no convencional, antes de llegar a una posición de apertura bien conocida. Eso sucede porque la técnica del orden de jugadas juega un papel muy importante en la escena profesional del ajedrez. El jugador pro­ fesional usa esa técnica para asegurarse que alcanzará la variante de apertu­ ra que desea, a la vez que trata de impedir que su oponente haga lo propio. Debido, precisamente, a la importancia que ha adquirido en los torneos ac­ tuales el orden de jugadas, le dedico una considerable atención al tema. ¿De qué le serviría conocer perfectamente una variante, si sus oponentes, gracias a un sofisticado orden de jugadas, le impiden que se llegue a la variante en cuestión?

PRÓLOGO

11

Debo aclarar e n relación con este libro que las referencias d e aperturas consultadas en el mismo eran actuales a finales de 1 991 . Por favor, tomen nota de que baj o la denominación genérica del Gambi­ to de Dama Rehusado se engloban un total de seis aperturas. Algún material de este libro ya ha sido publicado antes, pero en todos los casos ha sido ampliado y adaptado a las necesidades temáticas de la obra, es decir, juego desequilibrado que da lugar a aperturas estratégicamente cla­ ras. En general, en la preparación de este libro se han utilizado las fuentes habituales, a saber: conocimientos personales, contactos, libros de aj edrez y revistas técnicas (las más significativas) . Cuando procede, se acreditan algu­ nas aportaciones de forma inequívoca en el texto. Para asegurarme de que autor y lector sintonizan, en cuanto a la inter­ pretación de los distintos signos convencionales empleados para calificar las jugadas en ajedrez, se siguen las generalmente aceptadas: =

!! ? ?? !? ?!

=

=

=

=

buena jugada j ugada muy fuerte, fantástica j ugada mala o floja j ugada pésima, grave error j ugada interesante, emprendedora jugada dudosa, por razones teóricas o prácticas

Considerando que la presencia de algunos errores resulta inevitable en todo libro, el autor asume su responsabilidad en los que hayan podido ca­ meterse aquí. Agradezco de antemano las observaciones al respecto por parte de los lectores. Como siempre, mi más profunda gratitud a mi maravillosa rubia, mi es­ posa Baiba, no sólo por teclear todo el manuscrito, sino por su constante apoyo físico y moral en la empresa. Edmar Mednis Nueva York

GAMBITO BENKO Partida

1

Blancas: Maxim Dlugy Negras: Lev Alburt Campeonato Cerrado de EEVU, Jacksonville, Florida, 1990 Match {33 partida)

1 d4 'Llf6 2 c4 eS dS 3 bS Esta j ugada es la que convierte la Defensa Benoni en Gambito Benko. Se trata de una apertura relativamente nueva, cuyo origen sitúo en 1967, cuando el GM Pal Benko -su verdadero creador'- comenzó a jugarla con gran éxito. La clave inmediata de la jugada es evidente: las negras quieren minar el apoyo del peón d incluso a costa de un peón. 4 cxbS a6 Éste es el punto de partida normal del Gambito Benko. Podemos expre­ sar los objetivos generales de cada bando como sigue: •



Las negras emplearán las columnas a y b para presionar sobre el flanco de dama de las blancas. Por definición, eso significa que se trata de un plan estratégico a largo plazo. Las blancas tratarán de consolidar su ventaj a de un peón.

Un ejemplo temático del juego, tras 5 bxa6 g6, es: 6 'Ll c3 � xa6 7 'Ll f3 �g7 8 g3 d6 9 � g2 'Llbd7 10 0-0 0-0 11 � f4 'ili'b6 12 .l:.b1 'i!Vb7 13 .U e1 ¡(fb8, donde las negras tienen buena compensación por el peón entregado (GM Wilder). 5 f3!? (D) Una idea relativamente nueva, que responde a un plan estratégico muy claro: las blancas j ugarán e2-e4, reforzando d5 y formando un fuerte centro. •••

'El gambito Benko fue analizado en la extinta URSS y llamado Gambito Volga, después que Opocensky en la década de 1930, y más tarde Bronstein y Keres a finales de 1940 lo empleasen con éxito. Sin embargo, fue Pal Benko quien en la década de 1960, publicase sus primeros análi­ sis sobre esta apertura y más tarde, en 1973 redactase el libro The Benko Gambit. (N. del R. T.)

14

AJEDREZ ESTRATÉGICO

8

Diagrama 1

7 6 5 4 3 2

a

b

e

d

e

g

h

La ventaja espacial de las blancas se deriva de que su peón de d5 está si­ tuado en el campo negro. Con 3 . . . b5 las negras han minado el apoyo de c4, por lo que las blancas han decidido crear este otro apoyo. Por otra parte, al ser el peón e uno de los peones centrales, una vez avanzado pondría de re­ lieve la superioridad de las blancas en el centro, cuyo plan es muy directo (incluso podría decirse que "excesivamente simple"), pero se basa en funda­ dos principios estratégicos. Dado que la estrategia de las negras en el flanco de dama puede considerarse simple y directa, en general la mejor respuesta a este tipo de estrategia es emprender acciones directas en el centro. S g6 Encaminándose a una forma tradicional del Gambito Benko. Las dos al­ ternativas básicas son: 1) 5 . . . axb5 ! ? Las negras recuperan el peón de inmediato, pero pierden un va­ lioso tiempo y, sobre todo, se olvidan del contenido de esta apertura. El cas­ tigo pudo verse en la partida M. Gurevich - A. Miles (Interzonal de Manila (1990): 6 e4 'iia5+ 7 i.. d2 b4 8 é2Ja3 ! i.. a6? ! (las negras no pueden permitirse esta pérdida de tiempo adicional; lo correcto es 8 . . . d6) 9 ébc4 'iic7 10 é2Jh3 d6 11 a3 ! i.. xc4 12 i..xc4 bxa3 13 .l:!.xa3 l:txa3 14 bxa3 g6 15 'iia4+ é2Jbd7 16 'ii'a8+ 'iib8 17 'Yi'xb8+ é2Jxb8 18 We2 i.. g7 19 I:tbl . Las blancas dominan el flanco de dama y el peón a es terrorífico. Las negras se rindieron después de 19 . . . 0-0 20 :b7 l::tc8 21 a4 ébe8 22 �xe7 ébc7 23 i.a5 é2Jba6 24 l:.d7. 2) 5 . . . e6. Las negras vuelven a hostigar el centro blanco, sin prestar atención a la prioridad básica de completar su propio desarrollo. Considero que las blancas pueden conservar la ventaja de la apertura después de 6 e4 exd5 7 e5 �e7 8 �e2 ébg8 9 ébc3 i.b7 10 tt:lh3. Por ejemplo, 10 . . . c4 1 1 i.. e3 ! axb5 12 0-0-0 ! 'ifxe5 13 f4! 'W/e7 1 4 :t.xd5 ! Dlugy - Alburt, Campeo­ nato de EEUU de 1 991 .

GAMBITO B ENKO

15

.i.g7 6 e4 Las negras aceleran su desarrollo del flanco de rey, sin perder tiempo en jugar 6 . . . d6. En tal caso, las blancas podrían proteger su flanco de dama, completando el desarrollo, con 7 li:Ja3 ! !i..g7 8 li:Je2 li:Jbd7 9 tt:l c3 ! 0-0 10 1i.e2 li:Je8 1 1 0-0 y manteniendo una ventaj a normal de apertura. 7 li:Ja3! D isponiéndose a retomar en b5, al tiempo que rehabilita la casilla c3 pa­ ra el caballo de rey. 7 0-0 No hay razón para que las negras puedan esperar tener éxito con la pre­ matura 7 . . . e6? ! , jugada en la partida Dlugy - Alburt, Open de Nueva York, 1990. En esa partida, las blancas se autobloquearon con 8 d6? y acabaron perdiendo. Más tarde, el GM Dlugy recomendó 8 dxe6 fxe6 9 !i..e3 ! d6, cuan­ do las negras, además de contar con un peón menos, tienen numerosas debi­ lidades. Por supuesto, la normal 7 . . . d6 traspone a la nota incluida tras la sexta j ugada negra. li:Je2! 8 liJeS 9 li:Jc3 li:Jd6? Una vez más, la normal 9 . . . d6 traspone a la posición antes mencionada. La textual tiene escasas posibilidades de éxito, porque las blancas cuentan con un centro superior, emplazamientos armónicos de caballos y ninguna debilidad. El error de las negras radica en que, en lugar de optar por una es­ trategia a largo plazo sólida y contrastada, prefieren embarcarse en un j uego a corto plazo que implica riesgos tácticos. fi..e 3! 10 Sencillo, lógico y fuerte. Las blancas desarrollan su alfil dama a una bue­ na casilla central, desde donde ataca al peón c. Dado que 10 . . . li:Jb7 sería absurdo y que lO . . . 'iVb6 1 1 lZ:Ja4 'i\Y a5+ 12 i.d2 W/c7 13 b6 es sencillamente malo, las negras deben proseguir con su idea. axb5 10 �xc5 li:Jb7 11 i.. d 4 12 Las blancas controlan el centro y cuentan con un superior desarrollo de piezas (tres activas contra dos menos activas), así como con un peón de ven­ taja. En tales circunstancias, es lógico suponer que las negras no pueden plantear sorpresas desagradables. Por ejemplo, 12 . . . b4? se refuta con 13 i.. xg7 rJiJxg7 14 �d4+, seguido de 15 'i\Yxb4. u eS ii.xd4 dxe6 13 'i\Yxd4 14 li:Jc6

16

AJEDREZ ESTRATÉGICO

8

Diagrama 2

7 6 5 4 3 2

a

b

c

d

e

g

h

Las negras esperan ganar pieza con 15 . . . b4, una vez que las blancas re­ tiren su dama; sin embargo, observen las características de la posición: las blancas tienen más espacio, mej or centro, desarrollo activo y dos peones de ventaj a, mientras que el flanco de rey de las negras carece de la protección adecuada en las casillas de ese color, en el flanco de dama el alfil sigue sin desarrollar y el caballo de b7 está mal desarrollado. En estas condiciones, di­ fícilmente puede sorprender que las blancas dispongan de un golpe táctico devastador. �xe7 e7! 15 �d2 16 b4 17 tLldS li'cS �el! 18 Debido a las deficiencias negras antes enumeradas, las blancas se dispo­ nen a la ejecución. 'W/a7 18 19 'iYxa2 tLlbS .ic4! 20 Las blancas han transformado su ventaj a material en otra gigantesca en cuanto a despliegue de piezas. Si ahora 20 . . . b3, las blancas explotarían las debilidades contrarias en sus casillas negras, con 21 tLlbc7 lta7 22 liJf6+ Wg7 23 tLlce8+ \t>h8 24 'iWh6. 20 'W/aS � g7 tLlbc7 21 Después de 21 . . . l:[a7, las blancas dan mate con 22 'i'h6, seguido de 23 lbf6. 22 lbxa8 'i'xa8 liJxb4 23 fi/a7

GAMBITO BENKO

17

étJd5 24 f5 �c3+ 'it>h6 25 'ii e 3+! 26 Con calidad y peón de ventaja, las blancas simplifican para entrar en un final ganado. Este procedimiento siempre es el más efectivo para dominar una partida ganada. En el final que sigue, las blancas ejecutan a la perfec­ ción el doble objetivo de impedir contrajuego y seguir simplificando me­ diante el cambio de piezas. �xe3+ 26 ltJxe3 27 fxe4 fxe4 28 l2Jd6 �d5 ltJeS 29 l:[fi! 30 .l:r.e8 'Ot>d2 i.a6 31 l:U6! lte6 32 lhe6 dxe6 33 34 i.. a8 'Ot>g5 'iiif6 35 l:tc5 36 i.. b5 b3 l2Jd7 37 'it>c3 'it>e7 ltJg4+ 38 i.. e 2 39 r1c7 l2Jb5+ i.. c6 40 i.. xb5 41 �xb5 l2Je5 'it>d6 42 �xd7 1t.xd7+ 43 44 l2Jxd7 Las negras se rinden El final de reyes y peones después de 44 . . . 'it>xd7 45 'it>d4 es elemental.

DEFENSA BENONI Partida

2

Blancas: Lev Alburt Negras: Dmitri Gurevich Campeonato Cerrado de EEUU, Long Beach, California, 1989

lllf6 d4 1 e6 c4 2 Actualmente, una amplia mayoría de expertos en la Benoni evitan el or­ den clásico de j ugadas de la Benoni "pura", 2 . . . eS 3 dS e6, porque no les gusta jugar contra la variante más aguda, 4 lllc3 exd5 5 cxd5 d6 6 e4 g6 7 f4 !J.g7 8 iJ.bS+. En consecuencia, comienzan con 2 . . e6, y sólo después de 3 g3 ó 3 lllf3 siguen con 3 . . . cS. Si las blancas j uegan 3 lllc3, a menudo las ne­ gras se desvían hacia la Defensa Nimzoindia, con 3 . . . i.b4. eS 3 g3 d5 4 Produciendo la característica formación de peones de la Benoni. Las blancas, por supuesto, pueden evitarla j ugando 4 lllf3 , en cuyo caso lo más probable es que la apertura derive hacia una Inglesa. 4 exd5 d6 cxd5 5 Ya podemos distinguir las características estratégicas de la Benoni. Las negras han aceptado una formación central desequilibrada, al cambiar su peón e por el peón e contrario. Como consecuencia de ello, la influencia de las negras sobre el centro ha disminuido. En la situación de doble filo resul­ tante se barajan los siguientes temas estratégicos: .





El objetivo prioritario de las blancas consiste en movilizar su peón e (es decir, el peón central extra), preparando un oportuno avance a e4 y eS. El segundo objetivo de las blancas es presionar sobre el peón d ne­ gro. Las negras deben crear contraj uego en el flanco de dama, porque es en ese sector donde cuentan con mayoría de peones. Por otra parte, deben tratar de impedir que las blancas lleven a cabo el proyectado avance

D EFENSA BENONI

]9

central. Hay que observar que, en la práctica, resulta muy difícil lograr ambos objetivos. 6 7 8

lDc3 ltJf3 i.g2

9

0-0

g6 i..g 7 0-0

8

Diagrama 3

7 6 5 4 3 2

a

b

e

d

e

g

h

Hay dos temas esenciales en relación con la variante en que las blancas fianchettan su alfil de rey: 1) El alfil de rey blanco apunta a las importantes casillas centrales e4 y dS . Por consiguiente, el avance e2-e4 puede ser realizado fácilmente, a la vez que se impide que las negras se apoderen del punto e4. Por otro lado, una vez que las blancas hayan situado su peón en e4, el avance ulterior a eS es más fácil de lograr, toda vez que el alfil de g2 protege al peón de dS. 2) Si las blancas realizan el avance de peones e4, f4, eS, la posición del rey puede debilitarse. La presencia del alfil en g2 ayuda a proteger su rey. ltJa6 9 Una de las dos variantes principales para las negras. El caballo se situará en c7 para apoyar el avance . . . bS, o bien se dirigirá a eS , previo avance . . . c4. Por otra parte, desde cualquiera de esos emplazamientos (a6, c7, eS) el caba­ llo no interfiere con el desarrollo del alfil de dama. Las principales alternati­ vas son: a) 9 . . . ltJbd7. Desde esta casilla el caballo controla el importante punto eS, pero bloquea el desarrollo del alfil de dama. Esto significa que el caballo tendrá que volver a jugar, bien a b6 o a eS, según la variante.

20

AJEDREZ ESTRATÉG ICO

b) 9 . . . a6. Prepara 10 . . . b5. Las blancas, por supuesto, lo impedirán con 10 a4. Entonces, la única casilla a la que las negras podrán desarrollar su ca­ ballo de dama es d7. e) 9 . . . l:re8. La tentativa negra de apoderarse de e4 es fácilmente rechazada con 10 tt:ld2; sin embargo, la torre de rey negra está bien situada en e8 pa­ ra dificultar Jos avances centrales de peón en la columna. Después de la textual, en la mayoría de las líneas, las blancas prosiguen con 10 tt:ld2, desde donde el caballo se dirige a c4, para presionar sobre d6, al tiempo que permite apoyar un eventual avance e4-e5. h3!? 10 Esta j ugada de modesta apariencia apunta, en realidad, a un sofisticado objetivo estratégico. En la Benoni, g4 es una casilla importante para las ne­ gras en la que, según el caso, pueden situar en ella el alfil de dama o el caba­ llo de rey. Esto se acentúa una vez que las blancas hayan realizado el avance e4, cuando . . . i.g4 suele resultar una clavada efectiva. 10 i.d7?! Cuando se j ugó la partida, este movimiento estaba recomendado por la teoría; sin embargo, si las negras hubiesen tenido en cuenta Jos temas estra­ tégicos de la Benoni, difícilmente podrían haber optado por este desarrollo. En d7, el alfil dama está descolocado (por ejemplo, deja al peón d6 sin de­ fensa). Era preferible 10 . . . tt:lc7, sacando al caballo de la banda y preparan­ do el avance en el flanco de dama . . . b5. También era jugable 10 . . . l:e8, que dificultaría el avance del peón e blanco. 11 e4! �c8!? Siguiendo ciegamente, de nuevo, las recomendaciones de "la teoría". Tampoco daba resultado 11 . . . c4, porque permite 12 .i.f4 con ganancia de tiempo. La mejor j ugada es 1 1 . . . lle8, prestando la necesaria atención al centro. Los problemas de la textual son tres: 1) la dama queda mal situada; 2) el punto vulnerable de la posición negra (el peón d6) se hace aún más vulnera­ ble, y 3) las negras emplean un valioso tiempo para no conseguir nada. 12 �f4!! La refutación estratégica del juego negro. En una partida anterior se ha­ bía jugado 12 Wh2 l:ie8 13 l:ie1 c4, con buen contrajuego para las negras des­ pués de 14 eS? ! dxe5 15 tt:lxe5 i.f5 1 6 i.g5 tt:lb4, Marovic- Planinc, Amster­ dam, 1973, como también sería el caso tras 14 .if4 tt:lc5 (análisis) . E n las posiciones estratégicas que requieren máxima rapidez y energía, un tiempo puede significar la diferencia entre conseguir el propio objetivo estratégico o no conseguir nada. Al no gastar un tiempo en 12 Wh2, las blancas logran su objetivo de desplegar una poderosa iniciativa en el cen­ tro.

D EFENSA BENONI

21

12 �xh3?! A mis ojos esta j ugada viene a ser una especie de rendición psicológica. Las negras asumen que su j uego precedente ha sido refutado y deciden que deben embarcarse en "complicaciones". No obstante, había que proteger el peón de d6 con 12 . . . tDe8. Cierto que después de 13 'ít'h2 las negras tienen a sus piezas menores situadas pasiva y torpemente, pero al menos no han en­ tregado el centro. Después de la j ugada textual, la posición negra puede considerarse prác­ ticamente desesperada. El GM Gurevich figura entre uno de los mayores expertos en la Benoni, pero en esta partida se diría que estuviese jugando otra apertura. No he colocado signos de interrogación a las j ugadas negras porque en sí mismas no son tan malas. El problema es que las negras no han prestado atención a los requerimientos estratégicos de la Benoni, de modo que sus decisiones han sido erróneas. Para ser jugable, la Benoni requiere una absoluta perfección por parte de las negras. De no ser así, la posición negra pronto puede volverse desesperada. �xd6 �xg2 13 �xg2 14 l:te8 l:.el 15 Diagrama 4

a

b

c

d

e

g

h

Los peones blancos d y e, que no tienen oposición, le conceden al primer jugador una gran superioridad central, suficiente para sofocar el j uego ne­ gro. La única debilidad de las blancas es el ausente peón h, pero las negras no están en condiciones de hacer nada para explotarla, porque no pueden alcanzar al rey blanco. 'it'd7?! 15

22

AJ EDREZ ESTRATÉGICO

Las negras no pueden rechazar el asalto blanco sin la ayuda de su caballo de dama. Por lo tanto, tenían que haber intentado 15 . . . c4, para seguir con 16 . . . éZJcS. éZJg4 eS! 16 l:f.ad8 17 éZJe4 Obviamente, si 17 . . . éZJxe5? 18 éZJxe5 i.xe5? 19 i.. x e5 l:f.xe5 falla por 20 éZJf6+. �el b6 18 e6! 19 En posiciones estratégicamente abrumadoras, a menudo existe una se­ cuencia táctica resolutiva. Las blancas disponen de una posición así debido a su dominante centro y a que cuentan con fuerzas activas perfectamente de­ sarrolladas. El avance del peón e gana de forma forzada. Si las negras rehú­ san tornar el peón, con 19 . . . �b7, las blancas ganan así: 20 exf7+ 'i/xf7 21 éZJfg5 \\ff5 22 f3 éZJe5 23 éZJe6 :es 24 g4 �f7 25 éZJ4g5. 19 fxe6 lhe6 dxe6 20 Después de 20 . . . 'i/xe6, la victoria blanca es directa: 21 éZJfg5 'iif5 22 'ilb3+ 'it>h8 23 tt:if7+. Corno podernos comprobar, a lo largo de la partida las negras han jugado con con la desventaja de no contar con su caballo de dama. éZJxt2 21 éZJfgS! Obviamente, 21 . . . l:6e8 se refuta con 22 1!Vb3+. Con la textual, las negras esperan conseguir algunas posibilidades, en caso de 22 �xf2 ? ! i.d4+, segui­ do de 23 . . . l:xd6. 'i'b3!! 22 Corno ya dije un poco antes, en posiciones muy superiores a menudo existe un golpe táctico demoledor. La textual es exactamente eso. 22 tt:ixe4 'ii'xd6 l:txe4 23 :d1! �d4 24 24 . . . 1!Vxd1 permite el mate ahogado después de 25 'ii'x e6+ � h8 27 tt:if7+ 'it>g8 27 tt:ih6+ h8 28 'iYg8+ l:f.xg8 29 tt:if7++. tt:ixe6 25 Las negras se rinden. Después de 25 . . . 'it>h8 26 éZJxd8 'ii'x d8 27 'ilf7 1!Va8 28 �h2!, no existe de­ fensa razonable contra 29 l:f.e8+.

DEFENSA BOGOINDIA Partida

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Blancas: Lev Polugaievsky Negras: Viktor Korchnoi Evian (Francia), 1977, Semifinales de Candidatos, Match (12a partida)

d4 1 e6 c4 .ib4+ 2 Este j aque en la segunda j ugada es adoptado normalmente por maestros que buscan una estrategia a medio plazo. Si las negras siguen con 2 . . . lLif6, entonces se llegará, por transposición de j ugadas, a una Defensa Nimzoindia o a una B ogoindia. Si sigue un temprano . . .f5 , entonces nos encontraremos en territorio más inexplorado. En cualquier caso, la elección es siempre de las negras. Lo que es evidente es que, en el caso de la textual, las negras es­ tán listas para desprenderse de su alfil de rey. Que sea a cambio del alfil de dama o del caballo de dama, ésa ya es elección de las blancas. i.d2 3 Esta jugada y 3 lL:id2 caracterizan la B ogoindia. 3 lL:ic3 lLif6 conducen a la Nimzoindia. Naturalmente, tanto a 3 lL:ic3 como a 3 lL:id2, las negras pueden optar por una especie de Holandesa, con 3 . . f5. 'W/e7 3 lL:ic6 4 g3 lL:if3 5 lLif6 Por transposición de jugadas, se ha producido una posición conocida de la Defensa B ogoindia. El orden normal de movimientos es 1 d4 éDf6 2 c4 e6 3 lLif3 .ib4+ 4 .id2 'J/i/e7 5 g3 ébc6. La Bogoindia recibe su nombre del gran maestro ruso-germano Efim Bogolj ubov, que introduj o la apertura en el aje­ drez internacional de los años veinte. Este planteamiento puede considerarse una apertura hermana de la Nimzoindia: las negras desarrollan su alfil de rey por b4 y se disponen a completar su desarrollo del flanco de rey con el enro­ que; sin embargo, la Bogoindia es menos "amenazadora" para las blancas, puesto que no deben preocuparse por el problema de los peones doblados. .

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AJED REZ ESTRATÉGICO

En general, se considera que la Bogoindia es una apertura igualadora para las negras: cambian una pieza menor, completan el desarrollo de su flanco de rey con un rápido enroque, no se crean ninguna debilidad y se con­ tentan con un centro sólido, aunque inferior, con la característica formación de peones en d6 y eS. El objetivo de las blancas es utilizar su moderada superioridad central como base para actuar en el flanco izquierdo del tablero, es decir, las colum­ nas a y d. En este momento las blancas deben elegir entre desprenderse de su alfil de dama o su caballo de dama por el alfil de rey enemigo. Históricamente, el plan habitual de las blancas es consentir el cambio de su alfil de dama. La lí­ nea principal discurre así: 6 i.g2 i.xd2+ ! (las negras deben acelerar este cambio, ya que si 6 . . . 0-0? ! 7 0-0 i.xd2, las blancas pueden j ugar 8 �xd2, se­ guido del activo desarrollo del caballo dama por c3) 7 l2Jbxd2 (obligado, porque tras 7 'ií'xd2? l2Je4 8 ¡vc2 1i'b4+ las blancas deben j ugar 9 'iii>fl , si no quieren perder un peón) 7 d6 8 0-0 0-0 9 e4 eS 10 dS liJb8. Gracias a su pe­ ón de dS, las blancas disponen de mayor espacio en el centro y flanco de da­ ma, y pueden conseguir mayor espacio adicional con 11 b4; sin embargo, tie­ nen el inconveniente del caballo de dama, mal situado en d2. La posición de las negras es sólida, y cuentan con el alfil "correcto" para su formación cen­ tral de peones, porque el alfil de dama no está enjaulado por sus propios pe­ ones. Nótese que, a diferencia de la Defensa India de Rey, las negras no se han quedado con un alfil de rey pasivo. Este factor dice mucho en cuanto al contenido estratégico de la Bogoindia. La conclusión general es que la posi­ ción, después de 10 . l2Jb8, le concede a las negras excelentes perspectivas de igualar, sin riesgo excesivo de ser aplastadas. 6 l2Jc3 . . .

. .

DiagramaS

a

b

c

d

e

g

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D EFENSA BOGOINDIA

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La textual es cada vez más popular. Las ideas estratégicas subyacentes son éstas: El caballo de dama asume una posición activa, encargándose de controlar e4. Por consiguiente, las negras no tendrán más elección que jugar . . . ..txc3 a corto plazo. • Con el alfil de dama blanco activamente situado en c3, las negras no po­ drán ejecutar sus avances temáticos en el centro . . . d6 y . . . eS, ya que eso sencillamente incrementaría el radio de acción del alfil de dama. • Por consiguiente, las negras tendrán que apresurarse a cambiar el alfil de dama blanco con . . . lbe4. El resultado de tal maniobra, tras el cambio de dos pares de piezas menores, será equilibrado, aunque las dos piezas lige­ ras restantes de las blancas quedarán bien situadas. • La pequeña superioridad central de las blancas, así como sus bien situadas piezas, les concederán una modesta aunque agradable iniciativa en el flan­ co de dama, con muy escaso riesgo de perder. •

�xc3 6 En conjunción con el siguiente movimiento, éste es el plan temático de las negras. Las negras pueden, sin embargo, modificar por completo el carác­ ter de la posición jugando 6 . . . dS, lo que daría lugar a posiciones más carac­ terísticas de la Variante Ragozin, en el Gambito de Dama Rehusado (1 d4 dS 2 c4 e6 3 lLlc3 lLlf6 4 lLlf3 i.b4). Lo mejor para las blancas, entonces, es 7 cxdS exdS 8 i.g2, con la ventaja normal de apertura. En esta posición, el ca­ ballo de dama negro de c6 no está bien situado, debido a que dificulta una protección más fluida del peón d. lbe4 i.xc3 7 :el 8 d6 Más o menos equivalente es la inmediata 8 . . 0-0, para seguir con . . . d6 y . . . lbxc3; sin embargo, no han tenido éxito tentativas recientes en búsqueda de complicaciones, con 8 . . lbb4? ! Por ejemplo: 9 'ii'a4 aS 10 i.g2 0-0 11 lbd2! tllxc3 12 bxc3 ! lt::Jc6 13 eS ! dS 14 cxd6 cxd6 1S �b1 , Tukmakov - Be­ liavsky, Campeonato de la URSS de 1 987. Las blancas disponen de fuerte presión contra el debilitado flanco de dama negro, con una importante pre­ sencia central y, por lo tanto, clara ventaja. Dado que 8 . . . tllb 4? ! difícilmen­ te encaj a con las ideas estratégicas de la Bogoindia, no puede sorprender que resulte insatisfactoria. dS tllxc3 9 lt::Jd S?! lbc3 10 Inferior, por supuesto, es 10 . . . exdS? 1 1 cxdS, cuando las blancas obtie­ nen muy fuerte presión a lo largo de la semiabierta columna c. No obstante, la textual tiene el inconveniente de condenar al caballo, ya que tiene poco .

.

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AJEDREZ ESTRATÉGICO

futuro, tanto en como desde d8. El paso del tiempo nos ha enseñado que lo correcto es 10 . . . lt:Jb8; con la plausible continuación 1 1 � g2 eS 12 0-0 0-0 13 lDd2 t2Jd7 14 b4 fS, Vyzmanavin - A. Petrosian, Moscú, 1989. Su ventaja es­ pacial en el flanco de dama les concede a las blancas una pequeña iniciativa después de 1S c5 ! (15 . .. dxc5? 16 'iWb3 ! 'it>h8 17 bxcS tt:Jxc5 18 �a3 b6 1 9 tDb3 conduce a amplia ventaja blanca) , pero con 15 . . . e 4 las negras consi­ guen suficientes posibilidades en el centro para mantener su desventaja re­ ducida a la mínima expresión. La secuencia anterior muestra muy bien el potencial de ambos bandos: las blancas se expansionan en el flanco de da­ ma, donde cuentan con mayor espacio, mientras que las negras tratan de aprovechar su mayor influencia sobre la columna e. 0-0 �g2 11 dxe6?! U Las blancas permiten, innecesariamente, que el caballo negro se reinte­ gre a la lucha. Lo temático es 12 0-0, y después de 12 . . . eS, 13 b4 ! Debido a la penosa situación del caballo, en toda esta variante les esperan a las negras tiempos difíciles. tDxe6! u Korchnoi sólo necesitaba dos tablas para asegurarse la victoria en el match, de modo que está satisfecho con la textual, que carece de debilidades. En situaciones en las que se necesita ganar, también sería satisfactoria 12 . . . fxe6. Al cambiar voluntariamente un peón de la quinta fila por otro de la tercera fila, las blancas han dejado escapar su ventaj a de apertura. 13 0-0 .td7 8

Diagrama 6

7 6 5 4 3 2

1 a

b

e

d

e

g

h

La naturaleza de la posición es ahora diferente de las que antes conside­ rábamos, cuando el peón d blanco se encontraba situado en campo contra-

DEFENSA BOGO INDIA

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rio. Las negras han completado el desarrollo de sus piezas menores y no tie­ nen debilidades estructurales. Las blancas, con todo, siguen teniendo una pe­ queña ventaja, debido a que el peón de c4 les concede el control de la im­ portante casilla d5. El GM Keene sugiere ahora 14 ll:ld4, como la mejor for­ ma de conservar esa miniventaja. ll:lh4 14 .tc6 ll:lf5 'ii'f6 15 ll:le3 16 �xg2 �xg2 17 En esta temprana posición de medio juego, las negras se encontraban con notoria ventaj a de tiempo (habían invertido 40 minutos, mientras que las blancas habían consumido ya 72 minutos, siendo el ritmo de juego de 40 juga­ das en dos horas y media), mientras que las blancas contaban con la mínima ventaj a posicional comentada. Además de que el peón blanco de c4 controla más espacio que el negro de d6, la torre de dama blanca es más activa que la negra y el caballo blanco puede situarse, al menos temporalmente, en d5. No obstante, la posición negra es confortable y está libre de debilidades, así que no hay razón por la que no puedan conseguir las deseadas tablas. 17 �feS ll:ld5 18 'iVg6 19 'ii'b 1 Las perspectivas de ganar este final son mínimas. Si las blancas quieren j ugar a ganar, lo adecuado es 19 :e3. c6 19 �x g6 hxg6 20 ll:le3 21 En la j ugada 1 9 las negras tomaron las siguientes decisiones: 1 ) no les im­ portaba quedar con un peón doblado en g6, ya que ese peón ayudaría a im­ pedir que el caballo blanco se situase en f5, y 2) j ugar . . . c6, porque la posi­ ción del caballo en d5 era demasiado restrictiva como para tolerarla. Este final puede evaluarse teóricamente como ligeramente favorable a las blancas, porque el peón d negro es ahora "débil"; sin embargo, las blan­ cas no pueden atacarlo fácilmente, mientras que las negras pueden de­ fenderlo bastante bien. Por consiguiente, en la práctica las perspectivas ga­ nadoras de las blancas son ínfimas. 21 ll:lc5! a5 .l:.d1 22 Asegurando el activo emplazamiento del caballo por algún tiempo. Obviamente, 23 .l:.xd6? se refutaría con 23 . . . ll:le4. lled8 l:ta3 23 ll:lc2 'it>f8 24 h4 l:.a6 25

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AJEDREZ ESTRATÉGICO

lle8! tLlel 26 'it>e7! 'it>f3 27 l::t e 3+ tl:le6 28 I!.aa8 29 b3 Con maniobras precisas, las negras han protegido su peón d, sin permitir que las blancas progresen en cualquier otro sector. No queda ya ni rastro de la ventaja blanca. Korchnoi propuso tablas en este momento, algo, por su­ puesto, lógico y justificado pero Polugaievsky, que necesitaba ganar, las re­ chazó, tras un momento de reflexión. Esa decisión pronto tuvo un efecto dramático sobre el transcurso de la partida. tl:ld3 .Uad8 30 Wd7 tl:lb2 31 32 Wc7 tl:la4 tl:lc3 33 8

Diagrama 7

7 6 5 4 3 2

a

b

e

d

e

g

h

Hasta aquí las negras se habían defendido bien. Con la sencilla 33 tl:lc5 las blancas se habrían quedado completamente desarmadas y sin posi­ bilidades de emprender nada constructivo. Es posible, sin embargo, que el ego de Korchnoi se sintiese insultado por el rechazo de las tablas y, teniendo en cuenta que seguía disponiendo de una amplia ventaja de tiempo (le res­ taban 30 minutos y sólo 10 a Polugaievsky), decidiese castigar la insolencia de su rival, agrediéndolo con ... 33 g5? Esta seudoactividad tiene como consecuencia inmediata que las blancas someterán el flanco de rey enemigo a un férreo control, a la vez que queda vulnerable el peón negro de g5. Siempre resulta peligroso permitir que . . .

D EFENSA BOGOINDIA

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nuestras emociones se impongan a nuestra mente a la hora de tomar deci­ siones ante el tablero. 34 hS fS f4 4! 3S g 36 .l:ted3 liJeS 37 :d4 t2Jd7 38 t2Je4! liJeS+ '.ii>g2 39 l2Jf7 El ignominioso desenlace de las "acciones" negras. La alternativa 39 . .. t2Jxg4? empeoraría las cosas después de 40 li:Jxd6, ya que 40 . . . l:txe2? perde­ ría en el acto por 41 'it>f3. t3 40 :tes Wf2 bS 41 Los resultados del avance 33 . . . g5? son ya transparentes: no sólo g5 es una permanente debilidad, sino que, además, el caballo blanco ha consegui­ do una fantástica posición en e4. La textual, última jugada de la sesión, es una tentativa arriesgada por lograr alguna actividad en el flanco de dama. Después de 10 minutos de reflexión, las blancas sellaron su jugada secreta . . . 42 :ct?! Impreciso. La correcta redisposición de torres es 42 .:.4d2, seguido de .l:tc2, manteniendo de esta forma protegido al peón e. Aún más fuerte es 42 a3!, como indicó el GM Keene. Las blancas impiden el bloqueo del flanco de dama, a base de . . . b4, y se reservan la posibilidad de doblar torres en la columna c. Las negras no pueden permitirse jugar 42 .. . bxc4?!, pues, tras 43 bxc4, las blancas doblarían torres en la columna b, lo que resultaría decisivo. G bM a4? 43 Una jugada incomprensible, tras los análisis del aplazamiento. Al cerrar voluntariamente el flanco de dama, las blancas renuncian a sus posibilidades en el sector. Ahora la tarea de las negras es más fácil, puesto que deben limi­ tarse a resistir en el centro y el flanco de rey. 43 l:tde8! Naturalmente, las negras no están dispuestas a colaborar con las blancas, abriendo el flanco de dama con 43 . . . bxa3? Al doblar torres en la columna e crean contrajuego por la presión sobre el peón e blanco. .:.se6 :cdl 44 4S l!ld2 l:[e7! La posición blanca parece muy buena, pero las negras pueden proteger sus peones vulnerables de d6 y g5 con cierta comodidad. Después de 21 mi­ nutos de reflexión, las blancas no vieron forma de progresar y entraron en un final de tablas de peones.

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AJ EDREZ ESTRATÉGICO

46 47 48 49 50

Tablas.

tZ:ixd6 l:txd6 �xe2 �xe2 'it>d2

tZ:ixd6 lbe2+ l:Ixe2+ �xd6 eS

APERTURA CATALANA Partida

4

Blancas: Ulf Andersson Negras: Gilles Miralles Torneo Internacional de Cannes (Francia), 1989

c4 1 ét:Jf6 2 ét:Jf3 e6 3 dS g3 � e7 � g2 4 5 0-0 0-0 d4 6 Mediante una transposición de jugadas habitual, se ha alcanzado una po­ sición de la variante principal en la Apertura Catalana. El orden usual es 1 d4 ét:Jf6 2 c4 e6 3 g3 d5 4 �g2 il.e7 5 ét:Jf3 0-0 6 0-0. Muchos grandes maestros, incluido el autor, prefieren emplear el orden de jugadas de la partida, por­ que es más fácil igualar para las negras con 4 .. . dxc4, si el peón d blanco ya ha sido avanzado (por ejemplo: 1 d4 tZ:lf6 2 c4 e6 3 g3 d5 4 �g2 dxc4) que si no ha sido avanzado (1 c4 ét:Jf6 2 ét:Jf3 e6 3 g3 d5 4 �g2). Véase la partida 7 para ilustrar el último caso. En la Apertura Catalana, las blancas tienen un enfoque completamente distinto del que se aplica en las variantes típicas del Gambito de Dama Rehusado. En esta apertura las blancas movilizan primero sus piezas del flanco de dama, para ejercer presión sobre d5 y el flanco de dama negro. En la Catalana, las blancas primero completan un desarrollo relativamente mo­ desto de sus efectivos en el flanco de rey. La pieza menor clave es el alfil de rey blanco, que desde su posición de fianchetto mantiene bajo vigilancia las casillas e4 y b7. Según la variante que las negras elij an, el alfil apoyará el avance e2-e4, o bien presionará sobre d5 o apuntará al flanco de dama ne­ gro. A veces, ejercerá dos de estas funciones. D ado que la Catalana es menos agresiva al comienzo que la mayoría de las líneas del Gambito de Dama Rehusado, desde un punto de vista pura-

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AJEDREZ ESTRATÉG ICO

mente teórico, debería resultar más fácil para las negras igualar contra la Catalana que contra el Gambito de Dama. Pero lo cierto es que en la reali­ dad no es así. La Catalana es una apertura correcta, lógica y sofisticada, y a menos que las negras entiendan por completo las posiciones que de ella se derivan, pronto pueden encontrarse en una situación difícil. Si las blancas no j uegan un temprano avance d4, las posiciones resultan­ tes pueden considerarse integrantes de la Apertura Réti. Un esquema, por ej emplo, a base de 6 b3, 7 .ib2, 8 e3, 9 'iVe2, 10 d3, etc. , es una Réti. 6 dxc4 Esta captura diferida tuvo, durante mucho tiempo, la reputación de ser excesivamente pasiva, pero su honorabilidad fue restablecida por el cam­ peón del mundo Anatoli Karpov en los años setenta. Karpov demostró que las negras, con un gradual pero activo desarrollo de las piezas del flanco de dama, están muy cerca de conseguir una cómoda igualdad. El razonamiento es que el tiempo que las blancas empleen en recuperar el peón podrá utili­ zarse por las negras para conseguir su propósito. La alternativa, actualmente menos popular, es sostener el centro con 6 . . . tt:Jbd7 y 7 . . . c6, seguido del desarrollo del alfil dama, 8 . . . b6 y 9 . .. .ib7(a6). De este importante enfoque teórico nos ocuparemos al estudiar la partida 6. �c2 7 Las blancas recuperarán el peón de la forma estratégicamente más direc­ ta. Alternativas más ambiciosas son: 1) 7 tt:Ja3, después de lo cual las negras juegan 7 . . . .ixa3 8 bxa3 .id7 ! , con idea de responder a 9 liJeS con 9 . . . .ic6 ! , y 2) 7 liJeS, siendo la réplica correcta 7 . . . tt:Jc6 ! En ambos casos, las negras tienen posibilidades equivalentes en posiciones desequilibradas. La textual es la jugada más frecuente y la mejor de las blancas. 7 a6 8 �xc4 Las blancas pueden impedir . . . bS con 8 a4, pero en la última década este avance ha desaparecido prácticamente de los torneos magistrales. Hay dos razones para ello: 1) El debilitamiento permanente de la importante casilla b4. 2) Existe la impresión generalizada de que . . . bS puede conducir a un ligero, pero permanente, debilitamiento del flanco de dama negro. 8 9

�c2

bS i.b7 (D)

É ste es el punto de partida de la considerada línea principal. Los temas estratégicos son muy claros:

A PERTU RA CATALANA

8

33

Diagrama S

7 6 5 4 3 2

a

b

e

d

e

g

h

1 ) Las negras deben tratar de liberar su flanco de dama mediante . . . cS. Si pueden conseguirlo sin coste alguno, lograrán una total igualdad. De otro modo, la superioridad central de las blancas dejará a las negras restringi­ das para el resto de la partida. 2) El objetivo principal de las blancas es precisamente evitar la liberación negra con la ruptura . . . cS. Dado que, a menudo, no puede conseguirse, las blancas deben asegurarse de que disponen de otras herramientas. Para tratar de mantener la ventaj a de apertura, las blancas deberán apuntar a los siguientes objetivos: Aprovechar la debilidad de eS, situando en ese punto un caballo. Construir una considerable superioridad central, con el avance e4. • Explotar el debilitamiento del flanco de dama negro (derivado de . . . bS) con la oportuna ruptura a4. • Presionar sobre c7, creando una batería de dama + torre sobre la co­ lumna c. • Debilitar el flanco de dama negro mediante el cambio de alfiles de casi­ llas blancas, en cuyo caso a menudo resulta crítica la casilla c6. Las blan­ cas procurarán dominarla situando allí un caballo o una pieza mayor. •



Naturalmente, las blancas no llegarán a ninguna parte si no desarrollan sus fuerzas del flanco de dama. Por consiguiente, su primera prioridad es desarrollar el alfil dama. Las opciones son: 1) 1 0 .if4. Las blancas se desarrollan ganando tiempo, al apuntar al peón c. Antes que las evidentes 10 . . . éiJdS ó 10 . . . �d6, la mejor réplica de las ne­ gras es 10 . . . tt:lc6 11 Jild1 j¡c8.

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AJ E D R EZ ESTRATÉG ICO

2) 10 �d2. Una idea sofisticada, introducida por el GM holandés Sosonko. Las blancas proyectan inmovilizar el peón e enemigo con la clavada i.aS. La respuesta más fiable de las negras es 10 . . . .te4, y tras 1 1 �el o bien la retirada 11 . . . .ib7, o bien el desarrollo 1 1 . . . t2Jbd7. 3) 10 .tg5 . Véase la presente partida. .tgs 10 Debido a que el alfil de dama es su pieza ligera menos útil (porque, por ejemplo, no contribuye a alcanzar los objetivos antes enumerados) , las blan­ cas se disponen a desprenderse de él, lo que les ayudará a luchar por las ca­ sillas e4 y cS . lLlbd7 10 A diferencia de la variante 10 i.d2, aquí no da resultado 1 0 �e4? ! , por 1 1 �el �c8 1 2 lLlbd2 ..tb7 1 3 e4! h6 1 4 �xf6 �xf6 1 S �c2, Mednis - K. B urger, Brighton, 1983. Las blancas han conseguido dominar los puntos e4 y eS con una sustancial ventaja. i.xf6 11 Esta inmediata captura dificulta a las negras el avance . . eS, ya que tanto a 11 �xf6? ! como a 1 1 gxf6 las blancas replican con 12 tLlgS ! , seguido de 13 .ixb7 y 14 �c6, bloqueando el peón c. Por otra parte, a la jugada de desarrollo 1 1 lLlbd2 puede contestarse con 1 1 eS ! ? , y no está claro que las blancas puedan conseguir ventaj a con 12 �xf6 gxf6, ni tampoco después de 12 . . . i.xf6 13 dxcS l:c8. lLlxf6 11 12 t2Jbd2 :es lLlb3 13 Continúa la lucha en torno a la crucial casilla cS. Las negras pueden tra­ tar de liberarse de esa presión con 13 eS ! ? , con la posible continuación 14 dxcS aS 15 a4 �e4 16 'iWc3 b4 17 'ii'e3 ..tdS, Andersson - Petursson, Reggio Emilia, 1989/1990. Las blancas deben quedar un poco mejor tras el desarro­ llo de la partida, 18 l:.fd1 fic7 19 t2Jfd4 ..txg2 20 �xg2 ..txcS 21 �acl , porque sus piezas son más activas y el peón a negro es vulnerable. En la partida que comentamos las negras eligen un camino menos comprometido, y se toman su tiempo para realizar el avance . . . cS. 13 ..te4 �c3 14 ltJdS lLlb4 �d2 15 La inmediata 15 . . . eS 16 lLlxcS i.xcS 17 dxcS �xcS conduce a un final ventajoso para las blancas después de 18 l:lacl :xc1 19 l:txc1 lLlf6 20 'ii'x d8 l'lxd8 21 tLleS ! �xg2 22 'it>xg2, Larsen - Tal, Naestved, 1 98S. Las tres piezas restantes de las blancas están mej or situadas que las negras y, además, los peones negros del flanco de dama son más vulnerables que Jos blancos. 0 0 .

.

0 0 .

0 0 .

o o .

0 0 0

APERT U R A CATALANA

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Creo, sin embargo, que las negras pueden mejorar la línea anterior, ju­ gando antes 15 . . . �b4 ! , y sólo después de 16 'ii'd 1 , 16 . c5 , como sucedió en la partida Dlugy - De Firmian, Open de Nueva York, 1985. Debido a que las torres blancas ya no están conectadas, las negras tienen excelentes posi­ bilidades de conseguir una total igualdad. i.dS ll.fcl 16 'i'd1 aS? 17 Un instructivo error estratégico. Las negras debilitan aún más su tierno flanco de dama, lo que basta para causar a su posición un daño irreparable. Las negras deberían recordar que su objetivo es liberarse con el avance . . . c5. Era, por lo tanto, imperativo 17 . . . .ixb3 ! 18 'ir'xb3 c5 ! (GM Kouatly), porque después de 19 dxc5 las negras disponen de 1 9 . . . l;lxc5 (20 'i'xb4?? l::tx c1 +), reduciendo la ventaja blanca a su mínima expresión. a4 a3 18 � eS �c6 19 20 �b7!! .

.

Diagrama 9

a

b

e

d

e

g

h

Después de la partida, el GM Andersson me dijo que le gustaba mucho esta jugada y que luego resultó ser aún más fuerte de lo que él imaginaba. La idea es paralizar el flanco de dama negro, manteniendo, al mismo tiem­ po, bajo control la casilla c5 . Las blancas han alcanzado plenamente su obje­ tivo estratégico, mientras que las negras han fracasado en la realización del suyo. Aun así, las blancas, por supuesto, deben transformar su éxito en algo tangible, es decir, conseguir alguna ventaj a material. Como suele suceder en la Catalana, también aquí las perspectivas de las blancas no están relaciona­ das con el rey negro, sino con el flanco de dama.

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AJEDREZ ESTRATÉG I CO

'i'd7 20 :bs e3 21 �eS tt::l c5 22 tt::l d2! 23 El alfil de dama negro es la pieza clave que sostiene las casillas blancas de su bando en el centro y en el flanco de dama. Por consiguiente, es un te­ ma estratégico para las blancas cambiar su menos activo alfil de rey por el alfil de dama contrario. 23 l:.d8 24 b4! Las blancas prosiguen con un plan estratégico magistral. Si las negras evitan el cambio, entonces la presión blanca sobre la columna e resultará in­ soportable. Si las negras cambian, las piezas blancas conseguirán casillas pa­ ra infiltrarse en el debilitado flanco de dama enemigo. Las negras optan por el segundo de estos males. axb3 24 llb6 25 tt::ldxb3 .!:txd5 i.xd5 26 27 a4! Continuando, de forma coherente, el plan iniciado en la jugada 24. Las blancas quieren cambiar su peón a por el b negro, ya que eso les permitirá concentrar sus esfuerzos sobre el peón e negro. Obsérvese la transparencia del plan de las blancas: al impedir . . eS, han convertido el peón e enemigo en un peón retrasado. Mediante la apertura del flanco de dama han incremen­ tado la vulnerabilidad del peón c. El mínimo objetivo material de las blan­ cas es capturar ese peón a cambio de nada. bxa4 27 .l:r.a6 tt::lxa4 28 'i'c2 29 Entra en acción la batería dama + torre sobre la columna c. La apertura del flanco de dama le ha dado a las blancas puntos de invasión y una presión tremendamente fuerte sobre el peón c. Las apuestas pueden cifrarse, más o menos, en un 99 % a favor de que las blancas acabarán capturándolo. En consecuencia, las negras deberían perderlo de la manera más "favorable" a sus intereses. Según Andersson, la única esperanza de las negras es permitir la captura del peón, de forma tal que implique desembocar en un final. En­ tonces, las posibilidades de tablas de las negras radican en el hecho de que todos los peones restantes se encuentren en el mismo flanco. Aun así, la con­ figuración de peones es muy favorable a las blancas (5 contra 4). Estos fina­ les se pierden casi invariablemente en la vida real, aunque de salida no estén perdidos en un 100 % , desde un punto de vista teórico. La razón es que la la­ bor defensiva es tan pesada y la necesidad de perfección tan absoluta que, si .

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el bando fuerte j uega bien, el débil no puede sostener la posición y acaba su­ cumbiendo. 29 i.d6? ! A partir de aquí, la torre de rey no podrá participar en la defensa del flanco de dama. Era mejor, por lo tanto, 29 . . . lid8. tt:lc3! 30 tt:lb4 l:t g5 �e2 31 l:txa6! 32 Una estrategia bien conocida: mediante el cambio de la torre que defien­ de el flanco de dama, las acciones de la otra torre blanca tendrán efectos de­ cisivos en el sector. Las negras, por ejemplo, no pueden responder con 32 . . . 'ii'x a6?, porque las blancas ganan de inmediato después de 33 �xa6 tt:lxa6 34 .l:lal . Una continuación podría ser 34 . . . tt:l b8 35 .l:.a8 c6 36 ll:lc5 ! , o bien 34 . . . tt:lb4 35 ll:l e4, seguido de 36 ll:lxd6 y 37 .l:i.a8+. Obsérvese cómo ya en estas va­ riantes el ala de dama negra echa de menos a su veleidosa torre. 32 tt:lxa6 tt:le4 lld5 33 :tal tt:lb8 34 En caso de 34 . . . tt:l b4, resulta decisivo 35 'ii'c4. l:I. g5 tt:lc3 35 tt:le4 ltd5 36 li g5 tt:lc3 37 'i!Vc4! 38 Diagrama 10

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El objetivo de las blancas es dominar por completo el flanco de dama. Todas sus piezas están ahora situadas allí, mientras que las negras no pue­ den contar con su torre en la defensa del sector. Las blancas no tienen por qué precipitarse en concentrar sus efectivos sobre el peón e, que caerá en

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AJEDREZ ESTRATÉG ICO

cualquier caso como fruta madura. La amenaza inmediata de las blancas es 39 �a7. 38 '!!Vb7 39 l:rb1! La amenaza ahora es 40 'Llc5 'iWc8 41 'Ll5e4, seguido de 42 'Llxd6. Las dis­ persas fuerzas negras no son enemigo para el concentrado ejército blanco. 39 '!!Vc6 liJd7 40 lZ:lcS El final también estaría cerca después de 40 . . . '!!Ve 8. Por ejemplo: 41 \\Wa4! 'Llc6 42 liJ5e4 l:ra5 43 'Llxd6 cxd6 44 \\Wxc6 ! , etc. 'iWxd7 liJxd7! 41 42 liJ e4 Las negras se rinden. Una vez que la torre se mueva, la jugada ejecutora es 43 liJxd6.

Partida

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Blancas: Viktor Korchnoi Ne gras: Tigran Petrosian Il Ciocco (Italia), 1977, Candidatos, Cuartos de Final (33 partida)

c4 e6 1 2 dS g3 'Llf6 3 i.g2 liJf3 i.. e7 4 S d4 El j uego está a punto de alcanzar (mediante una trasposición ..-le jugadas) la posición de la variante principal. El orden de j ugadas "puro" de la Catala­ na habría sido 1 d4 liJf6 2 c4 e6 3 g3 d5 4 .1g2 i.. e7 5 liJf3. Después de la nor­ mal 5 . . . 0-0 6 0-0 se habría llegado a la línea principal. Véase la partida an­ terior; sin embargo . . . dxc4?! S Rara vez j ugado, y con razón. Si las negras quieren elegir una de las de­ fensas abiertas (es decir, las que implican el cambio . . . dxc4) en la Catalana,

APERTURA CATALANA

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entonces deberían tomar el peón en la cuarta jugada o en la sexta (como en la partida 4). Tomando en la cuarta jugada (después de 1 d4 tt:Jf6 2 c4 e6 3 g3 d5 4 .tg2), las negras buscan un rápido desarrollo en el flanco de dama. Por ejemplo: 5 'i'a4+ tt:Jbd7 6 '1Wxc4 a6, proyectando un rápido . . . b5 y, quizá, . .. cS. La captura en la sexta jugada significa que las blancas ya han enrocado y aún no han comenzado a movilizar sus fuerzas del flanco de dama. Si las negras capturan en la quinta jugada, mezclan ambos sistemas. Comparada con la variante que se indica, después de la cuarta jugada negra, el desarro­ llo del alfil de rey negro a e7 no aporta nada al j uego ulterior en el flanco de dama, de modo que las negras se encuentran con un tiempo menos.Por otra parte, después de la textual, las blancas pueden mej orar sobre 6 0-0, que no es obligatoria, iniciando la movilización en el flanco de dama o en el centro un tiempo antes. 6 tt:Je3! También es buena 6 'i'a4+, pero la textual jugada de desarrollo es más fuerte, porque las blancas pueden recuperar el peón e en condiciones más favorables. Por ejemplo: 6 . . . tt:Jc6 7 'i'a4, o bien 6 .. . tt:Jbd7 7 tt:Jd2 ! tt:Jb6 8 tt:Jxc4 tt:Jxc4 9 'ifa4+, y en ambos casos l a superior influencia central y su po­ deroso alfil de rey les conceden clara ventaja a las blancas. 6 0-0 7 tt:Je5! Al recuperar el peón e con el caballo de rey, las blancas abren la diagonal para su alfil de rey. 7 eS Con esta agresión al centro, las negras tratan de explotar el hecho de que las blancas no hayan enrocado. En general, un enfoque así es temático, pero aquí los resultados son descorazonadores. Por consiguiente, valdría la pena intentar 7 . . . tt:Jc6 ! ? , idea análoga al mismo desarrollo en la línea principal (5 . .. 0-0 6 0-0 dxc4 7 tt:Je5 tt:Jc6 ! ) . dxe5! 8 'ifxdl+ Conduce a un incómodo final, lo mismo que 8 .. . i.xc5 9 'i'xd8+ .l:.xd8 10 tt:Jxc4 tt:Jc6 11 0-0, trasponiendo a la partida Filip - Unzicker, Olimpiada de Niza de 1974. Por otro lado, también es desagradable el medio juego deriva­ do de 8 . . . 'Wic7 9 tt:Jxc4. Por ejemplo: 1) 9 . . . 'i!Vxc5 10 b3 ! ; 2 ) 9 . .. i.xc5 1 0 0-0 ! , cuando 10 .. . �xf2+? 1 1 lixf2 'i'xc4 se refuta con 12 .l:txf6 ! ! gxf6 13 �h6 tt:Jc6 14 e3 ! .l:td8 15 'i!Vh5 eS 16 tt:Je4 'ife6 17 1i'h4, y las negras se rindieron, Ivkov - Robatsch, Vinkovci, 1968. En estas dos variantes, las blancas, gracias a su fantástico alfil de rey, dis­ ponen de una intensa presión contra el flanco de rey negro. 9 tt:Jxdl

AJED REZ ESTRATÉGICO

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É sta es una posición que se presta a valoraciones erróneas, por parte de aquellos que no están familiarizados con el potencial de la Apertura Catala­ na. Debido a que las blancas aún no han enrocado y a que su caballo de dama está mal desarrollado, se diría que las negras están perfectamente, al menos en cuanto a desarrollo se refiere. Por otra parte, la formación de peones es, en esencia, simétrica. Pero, pese a todo, cualquier apariencia de igualdad es en­ gañosa. Lo que importa es que el alfil de rey blanco machaca el flanco de da­ ma enemigo, en particular b7, haciendo muy difícil para las negras completar su desarrollo en ese flanco. Las blancas, por lo tanto, tienen una clara ventaja y lo mejor a que pueden aspirar las negras es a conseguir una ardua igualdad, avanzada la variante. Los temas estratégicos son: Las blancas tratarán de poner cerco al flanco de dama enemigo. Su ar­ ma inmediata es el alfil de rey, al que pueden sumarse los dos caballos y, más adelante, el alfil de dama y las torres. • Las negras deben tratar de desarrollar su flanco de dama. Hay que neutralizar, al menos parcialmente, la acción del alfil de rey blanco pa­ ra que esto sea posible. •

l2Jbd7?! 9 Esto no puede ser correcto, ya que permite al alfil de rey blanco seguir siendo dueño y señor de la gran diagonal. Para mitigar su fuerza, hay que desarrollar el caballo de dama por c6. Lo correcto es 9 . . �xc5, contra lo cual las blancas disponen de dos caminos para retener una agradable ventaj a: .

1 ) 1 0 0-0 tLlc6 1 1 l2Jxc4 �d7 12 �e3 i.. e7 (12 . . . tLld4 se contesta con 13 tLlc3) 13 l2Jc3 l:tac8 (un poco mejor es 13 . . . ltfd8 14 .l:lacl , con una duradera ventaja blanca) 14 .l:tad1 .láfd8 15 �f4 �e8 16 l2Jd6 �xd6 17 �xd6, Sher-

APERTU RA CATALANA

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bakov - G avriliuk, URSS, 1 988. Los activos alfiles, en posición abierta, le conceden a las blancas una muy fuerte iniciativa. 2) 1 0 tZ::lxc4 tZ::l c6 11 0-0 .td7 12 tZ::l c3 (12 i.. e 3 traspone a la partida anterior) 12 . . . .l:.ad8 13 i..f4 b6 14 l:tfd1, F. Olafsson - Donner, Amsterdam, 1976. La actividad de piezas de las blancas es muy superior a la de las negras, lo que se traduce en clara ventaj a de las primeras. tt:Jxc5 tZ::lxc4 10 t2Jc3! 11 Con las jugadas más sencillas, las blancas están colocando a las negras en una posición casi crítica. Debido a que el alfil de rey controla las casillas cla­ ve e4, d5 y b7, las dificultades de las negras para completar su desarrollo quedan manifiestas. Su única posibilidad es 11 . . . �d8, para poder seguir con 12 . . . tt:Jd5. 11 i.. d 7?! Después de esta jugada rutinaria, la posición negra se vuelve crítica. Los 28 minutos que Petrosian invirtió en este movimiento ponen de relieve su insa­ tisfacción con lo que él mismo había conseguido. Si las negras tuvieran ahora tiempo para jugar 12 . . . l:tac8 y 13 . . . b6, sus problemas habrían terminado. tt:Ja5! U ¡ No hay suerte ! Obsérvese que el tiempo ahorrado en no enrocar le ha bastado a las blancas para crear una tremenda presión contra el flanco de dama negro. Puesto que no hay una forma satisfactoria de proteger el peón b (12 . . . :tab8 13 i.. f4; 12 . . . �c8 13 0-0, con la inevitable b4 a continuación), tras 18 minutos de reflexión, las negras decidieron buscar su suerte en las "complicaciones". tt:Jd5 u exd5 tt:Jxd5 13 .l:.ac8 i.. xd5 14 Más en el espíritu de "creer en milagros" estaría 14 . . . .th3 ! ? , cuando la mejor respuesta blanca probablemente sea 15 tt:Jc4. 15 0-0! Es muy posible que el peón b no sea verdaderamente venenoso y que 15 tt:Jxb7 sea una buena jugada; sin embargo, después de 15 . . . i.. h 3 ! , las negras mantienen al rey blanco en el centro, consiguiendo posibilidades prácticas de contraj uego. Pero las blancas ya han ganado un buen peón y no hay por qué ser codicioso. La textual es buena para consolidar y, por lo tanto, es el enfoque práctico más acertado. b6 15 tt:Jc4 .ie6 16 16 . . . i..h 3 "obligaría" a la torre blanca a situarse donde quiere: 17 lldl . .l:tfd8 tt:Je3 17

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AJED REZ ESTRATÉGICO

hS

.:d1 b3

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Las negras están un poco adelantadas en desarrollo, pero apenas hay du­ da de que las blancas no tendrán problemas para completar el suyo, mante­ niendo el peón extra. La textual parece la forma evidente de desarrollar el alfil de dama, por lo que no está clara la razón que pudo tener Korchnoi pa­ ra invertir 24 minutos en ella. El conocimiento retrospectivo de la partida nos permite suponer que comenzaba a tener dificultades para encontrar las j ugadas correctas. 19 .igS f4 20 i.f6 .l:tb1 21 .ih3 Las negras no pueden emprender nada significativo. Han avanzado uno de sus peones del flanco de rey, quizá esperando que se produzca allí un mi­ lagro. 22 .ib2 .Ue8 'it>f2 23 .ixb2 24 .l:txb2 g6 .Ubd2 25 .l:tc7 Las blancas han culminado su consolidación y mantienen el valioso peón de ventaja. Por otra parte, las negras no tienen debilidades estructurales y, por lo tanto, su única desventaj a es el peón de menos. Con todo, no hay ra­ zón alguna para que ganar esta posición sea tarea difícil para un gran maes­ tro de primera fila: lo único que se requiere es una técnica apropiada. Para ganar un final ganado, buena técnica significa seguir estos principios:

A PERTU RA CATALANA

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Diseñar y seguir un plan claro. No permitir contrajuego al adversario. • Evitar complicaciones poco claras o innecesarias. • Ser prudente. • No apresurarse nunca: ni con respecto al tiempo ni con respecto al número de j ugadas. • Conservar la ventaj a material. • Cuando se posee ventaj a material, tratar de simplificar mediante cambios de piezas . • Encaminar el j uego a las posiciones básicas conocidas como teóricamente ganadoras. •



Sin embargo, más o menos a estas alturas de la partida, el GM Korchnoi parece olvidar que tiene un peón de ventaja. Creo que lo más sencillo ahora es 26 ..if3 , con idea de seguir con 27 liJdS. ébe4+ 26 ébc4 27 :xe4 ..1xe4 :d8+ 28 El comienzo de un plan absolutamente erróneo. Lo sencillo y correcto era 28 .l:td4 ! , y si 28 . . . .l:.ee7, 29 e4, movilizando el peón extra. 28 'it>h7 29 l:lb8?! Al buscar un ataque contra el rey negro, las blancas descolocan una to­ rre. En efecto, las blancas juegan en busca de complicaciones, cuando debe­ rían trabaj ar para imponer su ventaja material. Por consiguiente, lo preciso es 29 :8d4! El hecho de que el rey negro esté en h7 o g8 no tiene importanci a . 29 :4e7 30 lbe3 '>t>g7! Las negras adoptan una flexible formación defensiva, a la espera de acontecimientos. Ahora 31 ébd5 ? ! es inocua, a causa de 31 . . . .l:.ed7 32 lbxc7 l:i:xd 1 , cuando su activa torre le concede excelente contrajuego a las negras. Por ejemplo: 33 l:tb7 ? ! :d2! 34 Itxa7 ..tg4. 31 l:i:dd8?! Las blancas siguen construyendo castillos en el aire, cuando lo que la po­ sición requiere es cuidado y atención . Había tiempo de sobra para deshacer lo andado y volver sobre sus pasos con 31 J:tbd8 ! , amenazando 32 liJdS. 31 .te6 32 la g8+ Es mejor 32 l:td2. �f6 32 h3?? 33

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Echando por tierra la victoria. En lugar de anular todo posible contra­ j uego a las negras, cambiando un par de torres con 32 l:rge8! l:f.ed7 34 :bd8, Korchnoi sigue con su idea fij a de atacar al rey negro. Con la textual "entre­ ga" un peón, pero se olvida de que las bien situadas piezas negras también pueden crear amenazas. 33 �c3! Poniendo punto final al sueño blanco. La proyectada 34 g4? falla por 34 . . . hxg4 35 hxg4 (35 4Jxg4+? i.xg4 36 hxg4 � c2) 35 . . . l%xe3 ! 36 'it>xe3 (no es mejor 36 g5+ Wf5 37 Wxe3 �xb3+) 36 .. . i.xg4+, seguido de 37 . . . :!xe2 cuando, si alguien está mejor, ese alguien son las negras. Entretanto, amena­ zan 34 . . . i.xb3. Tratándose del gran j ugador que es, Korchnoi aprieta los dientes y busca la igualdad. f¡xe8 Ube8! 34 .l:.xe8 3S :es! Con las amenazas 36 . . . :as , ganando el peón, y 36 ... i.. x h3, capturando el peón indefenso. Las blancas sólo pueden parar una de las amenazas. 36 �as g4 37 fS gxfS 38 gxfS 38 gxh5? ! Wg7 ! sólo favorecería los intereses de las negras. 38 i.x� 39 tl:lxfS Tablas.

A PERTURA CATALANA

Partida

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Blancas: Lev Polugaievsky Negras: Viktor Korchnoi Evian (Francia), 1977, Candidatos, Semifinales (8a partida)

1 d4 lt'lf6 c4 2 e6 3 .ib4+ g3 El GM Korchnoi es el responsable de haber conseguido el respeto inter­ nacional para este j aque. La clave de la j ugada es que las blancas no dispo­ nen de una respuesta "perfecta". Si juegan 4 lt'lc3, la apertura se ha converti­ do en una Nimzoindia, en la que las blancas han elegido la Variante Roma­ nishin (4 g3) . Por supuesto, si las blancas estuviesen interesadas en que así fuese, no habrían jugado 3 g3, sino 3 tl:lc3 . Si las blancas optan por 4 lt'ld2, entonces el peón d queda desprotegido y las negras consiguen excelente juego en el centro con la temática 4 . . . cS. De acuerdo con la teoría vigente, las blancas no pueden esperar, en tal caso, nin­ guna ventaj a de apertura. La "Variante Korchnoi", 3 . . . .ib4+, es una importante alternativa a la normal 3 . . . d5, y es otra de las razones por la que muchos adeptos de la Ca­ talana evitan un temprano d4. Véanse las partidas anteriores números 4 y 5, y la que sigue, n° 7. 4 i.d2 El debate anterior ha dej ado claro que esta j ugada es la única con la que los j ugadores de la Catalana pueden esperar conseguir ventaj a de apertura. Las negras pueden, por supuesto, responder con la rutinaria 4 . . . .ixd2+ cuando, tras 5 'f:Wxd2, la apertura traspone a una j ugable, aunque pasiva, va­ riante de la Bogoindia. Pero ese tipo de acción privaría a las negras de de­ mostrar el sofisticado contenido del orden de jugadas elegido. Por consi­ guiente: 4 .te7!

AJEDREZ ESTRATÉGICO

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d5 i.. g2 5 0-0 tt:Jf3 6 0-0 7 Ha llegado el momento de evaluar la tercera y cuarta jugadas negras. Es­ tamos exactamente en la misma posición de la partida 4, después de la sexta jugada blanca, excepto que en lugar de estar en el el alfil de dama blanco se encuentra en d2. Por consiguiente, puede decirse que las blancas han ganado un tiempo de desarrollo, pero ¿es realmente un tiempo? Tener el alfil en d2 en fase tan temprana puede resultar un inconveniente para las blancas. Para empezar, la posibilidad de fianchettar el alfil por b2 ya no existe, la casilla d2 se le ha quitado al caballo de dama y, por último (aunque esto es menos im­ portante), una vez que la dama se ha movido a b3 o c2, el peón e queda in­ defenso y las posibilidades de j ugar sobre la columna d son menores. Por otro lado, es muy probable que el alfil de dama tenga que volver a jugar más o menos pronto. 7 c6 La variante cerrada es la única continuación prometedora para las ne­ gras, y la posibilidad de entrar en esta variante en condiciones favorables es el único objetivo subyacente en la maniobra . . . �b4+, . . . i.e7. Las negras no deben jugar 7 . . . dxc4? ! , ya que, después de 8 �c2 a6 9 �xc4 �b7, quedan con un tiempo de menos en relación con la variante 10 i.d2, indicada en las notas a la cuarta partida, tras la novena jugada negra. 8 �c2 El mejor y habitual lugar para la dama en la catalana cerrada: el peón e queda protegido, de paso que se apoya el importante avance e4. Ya sabemos que en la Variante Cerrada normal (3 . . . d5 4 i.g2 iJ.. e7 5 tt:Jf3 0-0 6 0-0 c6) , el desarrollo de la dama por b3 (es decir, 7 �b3) es menos efectivo, debido a que no se potencia el avance central e4, consiguiendo escasa compensación a cambio; sin embargo, en este caso 8 'i!Yb3 tiene un significativo fundamento estratégico: el mal situado alfil de dama puede cambiarse por el negro, vía b4, lo que permitirá incrementar el control de las blancas sobre las casillas negras. Por consiguiente, 8 �b3 es una buena alternativa a la normal 8 'ii'c2. 8 tt:Jbd7 (D) Los respectivos temas estratégicos en la Variante Cerrada son: •



Las negras necesitan completar rápidamente el desarrollo de su alfil de dama con . . . b6 y . . . i.b7(a6). Puesto que las blancas disponen de una li­ gera superioridad en el centro, las negras sólo pueden aspirar a conseguir la igualdad, neutralizando esa superioridad mediante la ruptura . . . cS. Las blancas deberían consolidar su superioridad central, preparando el avance e2-e4. Este avance permitirá, al mismo tiempo, ampliar el radio de acción de su alfil de rey.

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b3 9 Las blancas protegen el peón e y se disponen a continuar con su plan típico, 10 l2Jc3 y 11 e4; sin embargo, y como pronto se verá, dadas las cir­ cunstancias de la variante Korchnoi, ese plan es difícil de realizar. Por lo tanto, quizá sea mejor para las blancas trasponer a la "vieja variante " ..tf4 (3 . . . d5 4 $.g2 i.. e 7 5 lLlf3 0-0 6 0-0 c6 7 �c2 lLlbd7 8 ..tf4) , con 9 i.f4. El propio Korchnoi ( ¡ esta vez desde el lado blanco ! ) así lo hizo contra el GM Murray Chandler, en el torneo de Hastings de 198811 989, manteniendo una ligera ventaj a después de 9 . . . tiJhS 10 i.. c l ! f5 11 b3 l2Jdf6 12 e3 .td7 13 i.. a 3 ! �xa3 1 4 tLlxa3 , gracias al control de las casillas negras y a un su­ perior alfil. 9 b6 .l!d1 10 Los objetivos de la textual son tratar de inhibir un temprano . . . eS de las negras y potenciar el avance e2-e4. A la inmediata 10 l2Jc3, las negras pue­ den responder 10 . . . .i.a6 ! , con una molesta presión sobre el peón c. 10 i.a6! Después de la pasiva 10 . . . ..tb7, las blancas pueden jugar 1 1 tLlc3, consi­ guiendo una ventaj a normal tanto con la línea habitual l l . . . l:t c8 12 e4 dxe4 13 l2Jxe4, como con la interesante 13 l2Je5 ! ? c5 14 .i.f4, como se j ugó en la partida Palatnik - Rashkovsky, Palma de Mallorca, 1 989. En la variante Cerrada normal, el emplazamiento temático del caballo de dama blanco es como sigue: si las negras j uegan . . . �b7, las blancas res­ ponden l2Jc3, mientras que si las negras eligen . . . .ta6, entonces las blancas juegan la flexible l2Jbd2. Por supuesto, esto no es posible aquí y, por lo tanto, la tarea de las blancas es más difícil. a4 11

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AJEDREZ ESTRATÉGICO

Con la razonable idea de seguir avanzando, 12 aS, en respuesta a 11 . . .l:r.c8? ! ; sin embargo, en esencia constituye una pérdida de tiempo. Sólo con 1 1 i. f4, seguido de 12 tt:Jbd2 y, si es posible, 13 e4, pueden las blancas aspirar a conseguir una pequeña ventaja. 11 tt:Je4 Jugable, pero con este movimiento las negras parecen olvidar que están j ugando la Catalana. Mejor y temático es 11 . . . eS ! , con lo que l as negras consiguen una cómoda igualdad después de 12 tt:Ja3 i. b7 ! 13 Wt'b2 �c8 14 .l:tac1 tt:Je4 l S ..te1 ..tf6, Yusupov - Jaritonov, Campeonato de la URSS de 1 988. .U eS 12 i.f4 13 tt:Jbd2 Completando finalmente un armónico desarrollo de las piezas menores del flanco de dama. En este momento, esperaba que un gran luchador como Korchnoi continuase con 13 . . . fS ! ? , en consecuencia con su 1 1 " j ugada; sin embargo, su modesta j ugada también es temática y correcta. 13 tt:Jxd2 14 l:txd2 gS?! Esto, en cambio, resulta inconsistente. Lo que las negras no se han permi­ tido en su jugada anterior (conquistar espacio en el flanco de rey, mediante avances de peón), lo hacen ahora en peores condiciones. Dado que las ne­ gras han cambiado su pieza más activa en el flanco de rey, sus posibilidades de éxito en el sector han disminuido considerablemente. Más en el espíritu de la variante Cerrada estaría la prudente 14 . . . tt:Jf6, y si 1S tt:JeS, la ruptura temática 1S . . . eS ! ? , cuando las posibilidades de igualar de las negras son muy buenas. fS 15 li.e3 l:r.ddl! ..tf6 16 .l:tacl 17 Por último, las blancas han llevado a cabo el total desarrollo de sus pie­ zas y pueden mirar confiadas al futuro. Han conservado su inicial superiori­ dad y presión en el centro, la importante casilla eS es una debilidad perma­ nente y el peón g negro tampoco está seguro. Las blancas no tienen debili­ dades ni problemas. Su ventaj a es clara. 17 h6?! Este avance es contraproducente, porque las negras se han creado una nueva debilidad fundamental: el peón h. Era imperativo para las negras comprender que sus fuerzas están descoordinadas y que su prioridad abso­ luta es mejorar la coordinación de piezas. Lo correcto, por lo tanto, es 17 . . . lH7 ! , y en caso de 1 8 �f2, 1 8 . . . l:tg7. 18 'i!Vd2! .

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Apuntando al peón g. Las blancas tienen ahora tres piezas dirigidas con­ tra él, con el peón h en un segundo plano. É sta era 1a última ocasión de que disponían las negras para jugar 18 . llf7. En cambio, empeoran su situación con 18 Jt g7? Protege el peón h6 y abre paso a su torre de f8 para que actúe en la co­ lumna, pero el punto neurálgico es g5 y las blancas explotarán de inmediato este factor. 19 h4! ! Desde una consideración puramente estratégica, minar el peón g es evi­ dente; sin embargo, la fuerza de la j ugada textual (su plausibilidad incluso) está en función de una evaluación correcta de la posición varias j ugadas des­ pués. Retrospectivamente, esa evaluación puede parecer fácil, pero en la realidad la situación es mucho más incierta, porque también la posición del rey blanco se ha debilitado de forma considerable. U U!? La única respuesta que puede inquietar tras el avance 19 h4! ! En reali­ dad, precipita el deterioro de la posición negra, pero al mismo tiempo ofrece algunas posibilidades de contraj uego. Tras la rutinaria 19 . . . g4, las blancas responden 19 tt:Je1 y a continuación "trabaj an" a placer las debilidades del campo enemigo. Por ejemplo: 20 . Wh7 21 tt:Jd3, seguido de 22 tt:Jf4, etc. 20 g4 gxf4 tt:Jxe5 tt:Jes 21 22 dxe5! 'ifxh4 23 cxd5! cxd5 . .

. .

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Obligado, ya que 23 . . . exd5 ? se refuta con 24 l:txc6 ! Después de la tex­ tual, un análisis estático puede sugerir que las negras están en buena situa­ ción: igualdad material, peones e y f blancos doblados, peón pasado en la columna h y su dama próxima al entorno del rey blanco; sin embargo, el análisis dinámico muestra un cuadro radicalmente distinto: las blancas tie­ nen excelentes perspectivas de penetración sobre la columna e en la posi­ ción enemiga, y un oportuno avance f5 permitirá aniquilar el centro negro. Por otra parte, aunque el rey blanco está considerablemente "ventilado" , e n realidad n o s e encuentra expuesto, porque las negras n o tienen modo al­ guno de prestar ayuda adicional a su dama en un eventual ataque. i.xc8 l:txc8! 24 La alternativa 24 . . . .l:lxc8 permitiría la inmediata ruptura 25 f5 ! ? , cuando a 25 . . . i.xe5 ? sería mortal 26 fxe6, pero 25 . . . exf5 no es tan clara (26 i.xd5+ 'it>h8 27 i.f4 't!Ve7; 26 �xd5+ 'it>h8 27 e6 i.xe2) . Las blancas, por su­ puesto, no tienen necesidad alguna de apresurarse y pueden mejorar su po­ sición con 25 .l:r.cl ! Si luego 25 . . . Iíf8 26 l:íc7 traspondría la partida. Otras posibilidades serían: 25 . . . l:i.xc1+ ? ! 26 �xcl i.xe2? 27 �c8+ Wf7 28 f5 ! le concede a las blancas un ataque decisivo; 25 . . . �d8 es necesaria, aunque las blancas conservan una amplia ventaj a después de 26 ltxc8 i.xc8 27 �c2, o de 26 . . . �xc8 27 f5 ! Iícl! 25 g3 'fic7 i.a6? 26 Permitir a las blancas capturar en a7 con ganancia de tiempo debe ser desesperado. Para bien o para mal, había que arriesgarse con la consistente 26 . . . h5 ! El juego entonces podría derivar por senderos muy complicados, siendo una posible continuación 27 fxg3 �xg3 28 b4! h4 29 i.f2 �g4 30 ¡ve3 h3 31 'iVxh3 �xf4 32 .ig3 ! �e3+ 33 'it>h2. Las blancas no sólo amenazan 34 l:txc8 ! , sino que sus piezas dominan además el tablero, haciendo que las po­ sibilidades negras de supervivencia sean prácticamente nulas. fx g3 �xg3 27 l:i.xa7 28 .teS 'it>h8 29 b4! 29 . . . h5 obtiene la misma respuesta. i.t2! 30 (D ) 30 ¡vg4 O bien 30 . . . 'iWxf4 3 1 �xf4 llxf4 32 l:ía8 .l::I.c4 33 ..i xb6, y los peones pasa­ dos y unidos ganan. hS 31 :c7 lt g8 �e3 32 32 . . . i.h6 se para con 33 ¡vd3 ! i.g7 34 �f3, etc. �fS �f3! 33 Tampoco hay perspectivas después de 33 . . . �xf3 34 exf3 . • • •

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d4 34 �h4! �g 6 .igS 35 �d3 36 Las negras se rinden. El final, después de 36 . . . 'ii'x d3 37 exd3, es desesperado, lo mismo que el medio j uego derivado de 36 . . . �e8 37 i.c6 'iff8 38 'iVg6.

Partida

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Blancas: Edmar Mednis Ne gras: Josef Franzen Torneo Internacional de Copenhague de 1989

e6 1 c4 dS 2 g3 dxc4 � g2 3 Esta captura normalmente se produce tras la inserción de 3 . . . ttJf6 4 ttJf3. No hay diferencia básica entre estas alternativas.

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'it'a4+ 4 l2Jbd7 Lo usual y lo mejor. Las alternativas son un tanto inferiores. Por ejemplo, la sólida 4 . . . c6 es demasiado pasiva, puesto que el peón e tendrá que jugar­ se a eS si se quiere conseguir suficiente influencia sobre el centro. Con una evaluación superficial puede parecer atractiva 4 . . . ..1d7 S 'iVxc4 ..tc6, pero carece de futuro a largo plazo, después de 6 l2Jf3, porque en c6 el alfil queda mal situado, le quita su casilla natural al caballo de dama y bloquea el paso a su peón c. 5 'ifxc4 c5 l2Jf3 l2Jgf6 6 É sta es la posición normal en el complejo catalán, cuando las blancas aún no han movido su peón d y las negras han jugado un temprano . . . dxc4. El orden de j ugadas normal es 1 c4 l2Jf6 2 g3 e6 3 i.g2 dS 4 l2Jf3 dxc4 S ¡va4+ l2Jbd7 6 'iVxc4 cS. Los temas estratégicos son:

La absoluta prioridad de las negras es desarrollar gradualmente su flanco de dama, puesto que sus peones e y e les conceden una buena influencia sobre el centro. Cuando se haya completado el desarrollo del flanco de da­ ma, las negras pueden esperar una cómoda igualdad. • Las blancas deben intentar obstaculizar el desarrollo enemigo en el flanco de dama. La dama y el alfil de rey son las piezas clave en esa misión. Si se consigue que el desarrollo de las negras se retrase, las blancas podrán abrir ventajosamente la posición en su favor. •

a6 0-0 7 Esta j ugada típica no es tan efectiva como parece a primera vista, porque las blancas pueden dificultar el inmediato plan de las negras. Más frecuente en la práctica magistral es 7 . . . b6, con idea de responder a 8 l2Jd4 con 8 . . . lbeS, cuando el final resultante de 9 l2Jc6 l2Jxc4 1 0 l2Jxd8 ltJdS es perfecta­ mente satisfactorio para las negras. Creo que el mejor método con que cuentan las blancas para mantener la ventaj a de apertura es 8 ltJgS ! .l:tb8 9 l2Jc3, y ahora, por ejemplo, 9 . . . i.b7 10 d4! i.xg2 1 1 ..t>xg2 ¡vc8 12 dxcS i.xcS 13 ..tf4 i.e7 ! 14 'ii'x c8+ l:rxc8 1S ltJbS, con presión en el final, Smyslov Averkin, URSS, 1 979. ¡vb3! 8 (D) Impide tanto 8 . . . bS? como 8 . . . b6?, a causa de 9 l2Jd4 l:.b8 1 0 l2Jc6. Las negras deben pensar en el desarrollo de su flanco de dama, si quieren conse­ guir igualar. Otro problema es que las blancas, al no haber realizado un tem­ prano avance d4, no le han concedido a las negras ningún objetivo de con­ trajuego en el centro. ¿ Qué deben hacer las negras? 8 .i.e7? ! •••

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El plan de juego rutinario que se inicia con este movimiento no resuelve el problema. Después de la partida, el maestro internacional Franzen me di­ jo que creía que el mejor plan era 8 . . . l:la7, seguido de 9 . . b6. La idea es ra­ zonable, pero la pobre situación de la torre de dama no facilita a las negras el camino hacia la igualdad. Creo que el plan más efectivo es 8 . . . i.d6, se­ guido de 9 . . �b8, pero las blancas siguen manteniendo la iniciativa. 9 d3! De este modo, las blancas mantienen sus peones centrales retrasados, a la vez que propician el desarrollo sin permitir contrajuego, ejerciendo pre­ sión sobre el flanco de dama. 9 0-0 a4 10 Con el objetivo de contener al flanco de dama negro. Las blancas impi­ den 10 . . . b5, amenazando de paso 1 1 aS, que bloquearía las acciones negras en ese ala. Con todo, las negras siguen teniendo que darle prioridad al desa­ rrollo de sus piezas en ese sector. Por consiguiente, lo mejor parece 10 tZ'ld5, con idea de 1 1 . . b6, o bien 10 . . . i.. d 6, para seguir con 1 1 . . llb8. 10 eS?! Las negras quieren j ugar 1 1 . . . llb8 sin temor a ser molestadas con 12 .if4, pero el debilitamiento de d5, además de la pérdida de un tiempo ( ¡ el peón e ha invertido dos movimientos en llegar a eS ! ) no pueden dejar de pa­ sarles factura. Incluso en posiciones inferiores es mucho mejor dej arse guiar por los temas estratégicos de la posición, antes que incurrir voluntariamente en nuevos problemas. tZ'lbd2! 11 Mucho más en el espíritu de la Catalana sin d4 que la rutinaria 1 1 tZ'lc3. En c3 el caballo de dama está "muy bien" situado, pero no contribuye a que .

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las blancas consigan nada concreto. En cambio, desde c4 el caballo podrá atacar el peón e , "tocando" las importantes casillas b6 y d6, y asegurando la efectividad del avance a4-a5. Dado que las blancas tienen la intención de mantener la posición cerrada, el tiempo adicional que se requiere para que el caballo llegue a la casilla ideal c4 es una buena inversión. 11 .td6 U ltlc4 i.. c7 13 aS Una construcción perfecta de esquema catalán para las blancas. El flanco de dama negro está paralizado y este bando también tiene debilidades en el centro, mientras que las piezas blancas están perfecta y activamente dis­ puestas. Lo único que necesitan las blancas para explotar estas ventajas es una adecuada apertura de líneas. 13 nes 14 .td2 Estuve considerando 14 ltlg5 (que amenaza 15 ltlxf7) , pero después de, por ejemplo, 14 . . . Wl/e7, no vi una continuación clara. Por consiguiente, deci­ dí completar primero el desarrollo de mis piezas menores. Las blancas se en­ cuentran ahora listas para la acción. Si las negras no hacen nada activo, las blancas proyectan romper en el flanco de dama, con 15 'i'a3 y 16 b4. Con es­ te plan se conseguirá que el peón b negro pronto resulte indefendible. 14 ltlbS?! El caballo es reconducido, destino c6, pero esta maniobra se encuentra con una refutación táctica. Tampoco es recomendable 14 . . . e4? ! , porque después de 15 dxe4 ltlxe4 16 i.. e 3, seguido de 17 l:.fd 1 , la apertura de líneas sólo puede favorecer al bando mejor desarrollado, es decir, obviamente las blancas. Las negras tenían que contentarse con 14 . . . l:.b8 ó 14 . . . ltlf8. 15 ltl gS! 8

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Con la principal amenaza 1 6 étJxf7 ! ( 1 6 . . . Wxf7 1 7 ltJxe5+ f6 36 lif8++, mientras que 33 . . . h5 se refuta con 34 lk8+ Wh7 35 l11c6 'i'a3 36 e4! , seguido de 37 i.g8+. Así pues, las negras deciden retroceder con su alfil. n �ffi Con esta j ugada las negras ofrecieron tablas. No hay nada inusual en este hecho. Lo inusual fue que, tras la partida, Franzen se excusó por haberlo he-

APERTU RA CATALANA

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cho, explicando que en el momento de proponer las tablas se había dado cuenta de que estaba perdido. hS! 34 gS Abre la posición del rey, pero las blancas amenazaban 35 l:t c8+ i.xc8 36 ibc8+ 'it>h7 37 i.g8+ �h8 38 i.fl+ �h7 39 i.g6++. i.xg6 hxg6 35 e4 36 Otra j ugada que responde al lema "la seguridad primero". Por supuesto, la inmediata 36 l:tc8+ �g7 37 �g8+ conduce al mismo resultado que en la partida. Después de la textual, las negras siguen completamente indefensas. 36 a4 37 � g7 l:tc8+ 38 l:tg8+ Las negras se rinden. Después de 38 . . . Wf6 39 l:rc6+, las negras pierden primero su alfil y lue­ go el rey.

DEFENSA HOLANDESA Partida

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Blancas: Ivan Farago Negras: Jens Kristiansen Torneo Internacional de Copenhague, 1989

f5 d4 1 Esta posición es el punto de partida característico de la Defensa Holan­ desa. Tras más de medio siglo de lucha por la supervivencia en la dureza de la competición internacional, a finales de los ochenta la Holandesa ha recu­ perado buena parte de su prestigio. Los principales paladines de su renaci­ miento han sido varios jóvenes grandes maestros y maestros internacionales soviéticos, así como también el GM inglés Nigel Short y el GM danés Lars Bo Hansen. Teniendo en cuenta que las aperturas más populares han sido sometidas a un intenso análisis teórico, tiene sentido para los enérgicos grandes maestros de la joven generación buscar otros mundos que conquis­ tar, a fin de poder superar a su colegas decanos en el desarrollo de las aper­ turas actuales. Los temas estratégicos capitales de la Defensa Holandesa son: El principal interés de las negras es controlar el punto e4. Con el peón de f5 que ataca de salida esa casilla, las negras mantienen en cartera la posibili­ dad de lanzar un ataque en el flanco de rey, con un ulterior avance . . .f4. La primera j ugada negra tiene, sin embargo, dos serios inconvenientes: no contribuye al desarrollo y debilita la posición de su rey. Por otro lado, el peón de f5 bloquea el desarrollo del alfil de dama en su diagonal de origen, lo que hace que este alfil sea un firme candidato al papel de alfil "malo", en­ cerrado por sus propios peones. Las perspectivas de las blancas se sitúan en el flanco de dama, desarrollan­ do la presión característica de las aperturas que se inician con 1 d4. Además, un oportuno avance e4 puede activar el alfil de rey ftanchettado, que presiona­ rá sobre el flanco de dama enemigo y puede, eventualmente, preparar un ata­ que contra el flanco de rey negro, que se encuentra un tanto debilitado.

DEFENSA HOLANDESA

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Sería ridículo que las blancas pretendiesen refutar de inmediato la aper­ tura negra. Sin embargo, una perceptiva apreciación de sus inconvenientes puede situar a las blancas en condiciones de obtener, contra esta defensa, una mayor ventaj a a largo plazo que contra otras aperturas de más alta fia­ bi lidad. Por los párrafos anteriores habrá comprendido el lector que yo no inclu­ yo la Holandesa en la lista de aperturas que pueden reputarse como perfec­ tas al lOO % . Sin embargo, tiene sus aspectos positivos y las blancas deben es­ tar bien preparadas para afrontarlos, es decir, que no puede subestimarse la Holandesa, sino que debe optarse siempre por el mejor j uego disponible. tLlf6 c4 2 3 t2Jc3 Un momento instructivo. Las blancas eligen una continuación poco usual, porque temen que el maestro internacional danés Kristiansen (todo un experto en la Holandesa) se encuentre bien preparado contra las líneas que comienzan con 3 g3. No hay duda de que eso sea cierto, pero no lo es menos que las blancas mantienen una ventaj a estratégica mayor de lo habi­ tual con 3 g3 . Como he dicho antes, es imperativo que las blancas realicen las mej ores jugadas contra la Holandesa, y el mejor esquema para combatir­ la es el fianchetto del alfil de rey, comenzando con 3 g3 o 3 t2Jf3, seguido de 4 g3. Hay tres excelentes razones para que el fianchetto del alfil de rey sea lo mejor para las blancas: 1) el alfil controla la importante casilla e4; 2) el alfil mantiene en su línea de acción al flanco de dama enemigo; 3) el alfil puede ayudar a realizar la ulterior ruptura e4. 3 e6 4 �b4 8

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Esta posición muestra ahora algunas características de la Defensa Nim­ zoindia. En realidad, el desarrollo del flanco de dama es idéntico. La única diferencia se encuentra en el flanco de rey, donde el peón negro se encuen­ tra en f5 y no en su casilla originaria de f7. Las negras ejercen, por tanto, un mayor control del punto e4, aunque a costa de un tiempo de desarrollo, y tienen ligeramente debilitado su flanco de rey. Sobre una base estrictamente objetiva, los pros y los contras posiblemente se neutralicen, pero sigo pen­ sando que en la realidad esta apertura es más fácil de manej ar para un ex­ perto en la Holandesa que para un jugador con blancas que no conozca el sistema en profundidad. 5 g3 A menos que uno sea el campeón del mundo Gari Kasparov, es probable que esta posición sea más fácil de jugar sin peones doblados que con ellos. En consecuencia, se insinúan como alternativas 5 �b3 y 5 i.d2. También es interesante la rápida movilización del flanco de dama con 5 i.g5. Un buen ejemplo con esta j ugada lo tenemos en la partida Nogueiras - Naumkin, Moscú, 1 990: 5 . . 0-0 6 e3 i.xc3+ 7 bxc3 d6 8 i.d3 Wke8 9 'i!Vc2 'i!VhS 10 h3 tbc6 11 0-0-0 ! 'iff7 12 tt:'ld2 l?Je7 13 g4, cuando las blancas tienen algo de ven­ taj a, debido a sus posibilidades de ataque en el flanco de rey. 5 0-0 i.g2 d6 6 i..xc3 0-0 7 8 bxc3 El racimo central de peones c3-c4-d4 suele producirse en aperturas del peón de dama, y donde con más frecuencia puede verse es en la Defensa Nimzoindia y en la India de Dama. Sus características son las siguientes: .

1) Los aspectos positivos son que los peones c4 y d4 controlan casillas cen­ trales clave, y el peón de c3 le presta un excelente apoyo al de d4. El cen­ tro blanco se ha reforzado, puesto que el peón de b2 se ha convertido en el peón de c3. 2) Hay dos inconvenientes: el peón de c4 constituye una debilidad crónica, por­ que no puede protegerse con ningún otro peón, y el de a2 ha quedado aisla­ do. Este último factor puede convertirse en un serio problema en el final. En la mayoría de los casos, ventajas e inconvenientes tienden a equili­ brarse y no suelen afectar la evaluación de las distintas posiciones. En casi todos los casos, la posición resultante es muy desequilibrada, y el juego, di­ námico. Hay, generalmente, dos maneras correctas para manejar esta forma­ ción de peones por parte de las blancas: 1) dej ar los peones c4 y d4 tal cual están; 2) apuntar a un oportuno avance eS, desprendiéndose del peón dobla­ do y abriendo la posición para los alfiles blancos. Veremos un excelente ejemplo de este plan en la nota a la 9a jugada negra.

D EFENSA H OLAN D ESA

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La Enciclopedia de Aperturas, tomo A (de 1 979), menciona un viejo aná­ lisis del ex campeón mundial Max Euwe, quien ahora sugiere 8 . . . �e8, afir­ mando que las negras han igualado el juego. Eso me parece más que opti­ mista, porque la superioridad central de las blancas y el potencial de la pare­ ja de alfiles debería bastar para mantener la ventaj a normal de apertura. 8 �e4 Una jugada temática y buena: las negras activan su caballo, situándolo en e4 con ganancia de tiempo. �c2 �c6 9 Con algunas trasposiciones, hemos llegado a una posición de la partida Kasparov - Karpov, Campeonato Mundial de 1 98S ( 1 93 partida), en la que Karpov podía haber alcanzado esta posición de haber jugado 9 . . . d6, en lu­ gar de la torpe 9 . . . �aS ? ! El curso real de la partida fue: 1 d4 �f6 2 c4 e6 3 �c3 �b4 4 �f3 �e4 S �c2 fS 6 g3 �c6 7 i.g2 0-0 8 0-0 i.xc3 9 bxc3 �aS ? ! 10 eS d 6 1 1 c4! ! b6? ! 1 2 �d2! �xd2 1 3 �xd2, con una amplia ventaj a de las blancas, sin contrapartida alguna. En lugar de la tímida 11 . b6? ! , Kasparov sugiere la natural 1 1 . . . dxcS, cuando después de 12 i.a3 ó 12 .!:ld1 , las blan­ cas cuentan con una "desagradable presión", pero al menos las negras tie­ nen un peón para compensarlas de sus preocupaciones. 10 dS? . .

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Una forma deficiente de j ugar los peones centrales por parte de un fuer­ te gran maestro. Los peones doblados fijos constituirán ahora una debilidad estructural permanente y, además, las blancas han entregado la casilla eS sin obtener nada a cambio. El número de veces en que este avance es promete­ dor es muy, muy escaso.

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AJEDREZ ESTRATÉGICO

Si las blancas quieren j ugar de forma agresiva, 10 eS ! , a lo Kasparov, es lo que procede. También son razonables 10 Jta3, 10 l:!.d1 y 10 tt:ld2. 10 tt:laS ctJd4 11 'i'f6! U dxe6 Peor es 12 ..txe4? ! fxe4 13 'i!Vxe4 eS 14 tt:lf3 � fS, cuando las negras recuperarán su peón con una ventaj a sustancial. �xe6 u �xfS 13 tt:lxfS i.xe4 .l:.ae8 14 'i'xfS �xfS 15 'i!Vd3 'i'cS 16 La desventaja inherente al mazo de peones c3-c4-d4 (magnificada por el erróneo avance 1 0 dS?) es ahora evidente. Cuando las negras capturen en c4 el material estará igualado, pero las blancas quedarán con la desventaj a de los peones aislados a y c. 17 �b1?! En mi opinión, esta j ugada demuestra que las blancas subestiman a su oponente, al aferrarse a un insignificante peón doblado, a costa de una muy mala situación de la torre de dama. Era preciso optar por la j ugada de desa­ rrollo 17 i.e3, con sólo una ligera desventaja de las blancas (Kristiansen). 17 b6 �b4 18 'i'hS! �e3 tt:lc6 19 tt:leS �a4?! 20 21 'it'dS+ �h8 l:!.fS'?! l:r.e1 22 8

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Las negras se preocupan demasiado por la clavada de su caballo y dej an escapar buena parte de su ventaj a. Como señaló más tarde Kristiansen, lo correcto era 22 . . . a5 ! , impidiendo que la torre blanca consiga contrajuego sobre la columna a. No había que preocuparse por la amenaza 23 f4? , pues­ to que en realidad constituiría un grave error: 23 . . . 'ifh3 ! 24 fxe5 l::tx e5 25 �d2? (25 'ifg2 conduce a un final perdido) 25 . . . .Uh5 y las negras dan mate. Obsérvese lo inoperante que resulta la torre dama de blanca en relación con estos acontecimientos. "'W g2 tt:l g4 23 Ahora, en caso de 23 . . . a5, las blancas tendrían tiempo para jugar 24 h3 , seguido, quizá, de 25 f4 o 25 c5 . l1xa7 tt:lxe3 24 La ambiciosa 24 . . . lhe3 ? no da resultado, debido a 25 fxe3 h6 26 h4 tt:lxe3 27 'i'e4 ! (Kristiansen) . 1i' g5 fxe3 25 'ife4! 26 Especulando con la debilidad de la última fila, gracias a la activa situación de la torre de dama, las blancas consiguen evitar la inmediata infiltración de las piezas mayores negras. La desventaja blanca es ahora muy pequeña. 26 .Ufe5 27 'iff4! 'W/e7 llfl 28 'it>g8 'Wif3 h6 29 :as 30 Aunque un mero recuento aritmético señale que las blancas tienen dos peones de ventaja, su pésima estructura de peones revela que son ellas quie­ nes deben luchar por las tablas. El camino indicado es cambiar un par de to­ rres, ya que de esa forma se elimina del tablero una poderosa pieza atacante. 30 .Uxa8 'i.Vxa8+ 31 'it>h7 l:.xe3 "!Wf3! 32 'Wif5+ 'it>g8 33 'W/d5+ 34 Después de 34 'ifc8+ 'ife8 35 'W/xe8+, las blancas trasponen a la nota si­ guiente. En lugar de 35 'ifxe8, parece peligroso 35 �xc7? ! , pero resulta que las blancas pueden sobrevivir, tanto después de 35 . . . laxe2 36 'ifxb6 'ife4 37 .Uf2, como de 36 . . . flxa2 37 'W/d4. 34 'if e6 (D) .Uf3?? 35 Apurado de tiempo y, sin duda, molesto por haber "tirado" la ventaj a de jugar con las piezas blancas contra un oponente teóricamente inferior, Fara­ go dej a colgando su peón e. Era necesario 35 'ifxe6+ .Uxe6 36 'it>f2, cuando

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después de 36 . . . l:Ie4, aunque las negras tienen ventaja, con una adecuada defensa, las blancas podrían resistir. l:rxe2 35 l:txe6 'i'xe6+ 36 'iÍffl l:te4 37 Itt2 :xc4 38 Itc2 39 d5 l:td2 40 Itxc3 Las blancas se rinden. Las blancas j ugaron rápidamente 41 l:rxd5 y se rindieron en el acto, en vista de 41 . . . :c1 + 42 'iÍte2 �c2+, cuando tanto el final de torres (después de 43 'it>f3 :xa2), como el de peones (después de 43 :d2 l:rxd2+) son desespe­ rados.

APERTURA INGLESA Partida

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Blancas: Edmar Mednis Negras: Igor Ivanov Torneo Internacional de Brighton (Inglaterra), I983

1 c4 Aquí tenemos la Apertura Inglesa . . . ¿ Verdadero o falso? La respuesta correcta es que ambas cosas son ciertas, que es otra forma de decir: "depen­ de". Más o menos la mitad de las veces el juego traspondrá a cualquier otra apertura, sobre todo a aperturas del peón de dama, pero también se pueden producir numerosas Rétis e incluso aperturas de peón de rey. En realidad, en buen número de casos que una variante se considere Inglesa, Réti o una apertura de peón de dama no pasa de ser una cuestión histórica o puramen­ te convencional. Como principio orientador, podemos decir que si las blan­ cas retrasan el avance d4 o si, una vez realizado, las negras lo capturan y las blancas no pueden retomar de peón, entonces la variante debe considerarse integrante como Inglesa, antes que cualquier apertura de peón de dama. Obviamente, para ser una Inglesa las blancas tienen que haber jugado pron­ to c4. Lo que dej a claro el primer movimiento de las blancas es que enfocarán el j uego, al menos al comienzo, sobre el flanco de dama. A diferencia de 1 d4, que también controla eS, 1 c4 sólo se centra sobre el lado izquierdo del tablero, atacando las casillas dS y bS , apuntando al desarrollo del caballo de dama por c3 y al de la dama sobre la diagonal dl -a4. 1 tl:lf6 Normal, flexible y buena. Las negras difieren la decisión definitiva en cuanto a elección de apertura y planteo, e invitan a las blancas a trasponer a aperturas del peón de dama con 2 d4. La respuesta más temática e independiente de las negras es 1 eS, acer­ ca de la cual puede decirse que "lo que las blancas no se han permitido ha­ cer en su primera j ugada, lo hacen las negras" . Es un hecho que muchos . . .

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AJ EDREZ ESTRATÉGICO

grandes maestros consideran esta variante una Siciliana con colores inverti­ dos (volveré a comentar esta cuestión un poco más adelante). Dado que ta­ les grandes maestros son reticentes a jugar una Siciliana, incluso con un tiempo más, también "impiden " jugar 1 . eS, iniciando el juego con 1 tt::'l f3, y sólo después de 1 . . . 'Ll f6 o 1 . . eS, entran en previsibles líneas de la Inglesa, con 2 c4. 2 g3 Lo más habitual es la inmediata 2 tt::'l c3 (véase partida 10). En conexión con 1 c4, 2 'Z:lc3 es absolutamente perfecta en el plano teórico. A pesar de eso, hay razones prácticas por las cuales muchos grandes maestros (incluido yo mismo) la postergan. En primer lugar, las negras pueden responder 2 . . . e6, "amenazando" 3 . . . dS. Esto dej a a las blancas con la única elección entre aceptar que el juego derive a un Gambito de Dama o una Nimzoindia con 3 d4, un Gambito de Dama con 3 'Llf3 dS 4 d4, o bien optar por la caótica Va­ riante Mikenas de la Inglesa, con 3 e4. Por otra parte, después de 2 . . eS las negras pueden realizar una semicla­ vada del caballo dama con . . . i.b4, ya sea después de 3 g3 �b4, ya de 3 tt::'lf3 'Z:lc6 4 g3 i.b4 (véase partida 10). A mí tampoco me gusta permitirlo. 2 eS dS ..tg2 3 De nuevo, el plan más ambicioso: las negras abren la posición, asegu­ rándose un activo desarrollo de piezas, si bien al coste estratégico de su pe­ ón d central por el peón semicentral e de las blancas. Obsérvese que en es­ te caso también se produce un enfoque paralelo con el tratamiento de la S iciliana. Gracias a las oportunidades que ofrece de obtener un juego acti­ vo y dinámico, esta variante es actualmente muy popular entre los grandes maestros. Las negras pueden elegir también un camino más temático para realizar . . . dS, jugando antes 3 . . . c6. Creo que en tal caso la única forma que tienen las blancas de conseguir ventaja es abriendo la posición con 4 d4. Después de 4 . . . exd4 S �xd4 dS 6 cxdS, las negras o bien asumen un peón central ais­ lado (con 6 . . . cxdS) , o bien algún tipo de inferioridad en el centro, después de 6 . . . ébxdS. Por supuesto, las negras pueden jugar también 3 . . . lt:Jc6, con lo que pueden conseguir las posiciones de la partida 10, o bien 3 . . . d6, con el objetivo prioritario de lograr formaciones de la India de Rey, después de . . . g6, . . . ..tg7, etc. Evidentemente, esos bienvenidos seguidores de la India de Rey harían bien con abrir el j uego con 1 . . . 'Z:lf6, 2 . . . g6, 3 i.. g 7, etc. (Véa­ se partida 1 1 . ) cxdS 4 li:JxdS éi:Jc3 S 'Z:lb6 Prácticamente, la única jugada que se realiza actualmente. S . . c6 es de­ masiado pasiva, S . . .ie6 permite a las blancas abrir favorablemente la posi. .

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APERTURA INGLESA

ción (después de 6 li:Jf3 li:Jc6 7 0-0 �e7 8 d4! ) , mientras que S refuerza el centro blanco sin conseguir nada a cambio. li:Jf3 6 li:Jc6 0-0 7 1i.e7 8

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lt:Jxc3 6 bxc3

Diagrama 24

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h

Ha llegado la hora de examinar en profundidad la posición. La más im­ portante clave estratégica es comprender que se ha producido una imagen especular de la viej a Variante del Dragón en la Defensa Siciliana (1 e4 eS 2 li:Jf3 d6 3 d4 cxd4 4 li:Jxd4 lt:Jf6 S li:Jc3 g6 6 .ie2 i.. g7 7 0-0 lt:Jc6 8 li:Jb3), si las blancas prosiguen ahora con 8 d3. La diferencia es, por supuesto, que las blancas tienen un tiempo de ventaj a sobre las negras en la Siciliana, y ésta es una diferencia esencial. Después de todo, ¿cuál es la diferencia entre blancas y negras al comienzo de la partida, si no es que les corresponde jugar a las blancas? Por lo tanto, también en esta posición tienen las blancas la ventaja normal de apertura. Debido a este importante factor, no tengo la impresión de estar jugando la Defensa Siciliana, puesto que en tal caso lo primero en que debo pensar es en cómo conseguir igualar el j uego. No obstante, la comprensión de que la posición que reflej a el diagrama 24 es una Siciliana Dragón invertida es crucial para entender los temas es­ tratégicos que baraj an ambos bandos: •

El terreno de juego temático de las blancas es, en las primeras acciones, el flanco de dama. La columna semiabierta e es la vía tradicional de presión, siendo eS la casilla débil clave del flanco de dama negro. El alfil de rey blanco es un elemento vital para ejercer presión sobre el flanco de dama contrario, y atacar el flanco de dama negro significa que también se vuelve vulnerable el peón de e5, mediante ataque de un alfil en b2 y el avance del peón b a b5. Si las negras se limitan a ofrecer una defensa pasiva del peón

AJEDREZ ESTRATÉG I CO

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e5 o de la casilla c5, entonces las blancas pueden abrir la posición con d4, especulando con los movimientos restringidos de las piezas negras. • Las negras necesitan utilizar su presencia en el centro, derivada de tener el único peón central primario (e5). En general, esto significa que las posibi­ lidades de ataque negras se encuentran en el flanco de rey. No obstante, el ataque es difícil de llevar a cabo, porque realizar el avance temático . . . f5 crea dificultades a la protección del peón e5, así como también implica la creación de debilidades sobre la diagonal a2-g8. Esto es muy distinto aquí de la Siciliana, donde el avance f4 es una normal y fuerte jugada de ataque. Por consiguiente, la principal utilización del peón e5 es como soporte del salto . . . tt'ld4, y restricción del avance blanco d4. En caso de negligencia por parte de las blancas, el avance . . . e4 puede resultar muy fuerte. d3 8 Tradicional, temático y bueno. Esta posición se produciría también si las blancas juegan d3 antes. Por ejemplo: 1 c4 e5 2 tt'l c3 tt'lf6 3 tt'lf3 éZJc6 4 d3 d5 (4 . . . .ib4 5 i.d2) 5 cxd5 tt'lxd5 6 g3, etc. De cualquier modo, la textual no es obligatoria en este momento, de ahí que se haya prestado considerable atención, durante los dos últimos años, a diferir este avance a favor de una rápida acción en el flanco de dama. Como se verá, los temas estratégicos comentados en relación con el diagrama 24, siguen vigentes. Lo que sucede es que las blancas adelantan sus planes en una j ugada. Las líneas más importantes son entonces: 8 a3 0-0 (8 . . . a5 pro­ bablemente sea j ugable, pero un debilitamiento voluntario del flanco de da­ ma es poco atractivo a ojos de muchos grandes maestros; en la partida Med­ nis - Kozul, Palma de Mallorca, 1989, las blancas mantuvieron una pequeña ventaj a después de 9 d3 0-0 10 i.e3 �e8 11 .l:tcl .i.f8 12 tt'lb5 a4 13 .i.xb6 cxb6 14 tt'lc3 tt'ld4 15 tt'ld2 b5 16 e3) 9 b4 i.e6 10 �b1 ! f6 11 d3, y ahora: 1) 1 1 . . . �e8 ? ! 12 éZJd2 ! 'iVf7 13 tt'lb3 ! .:.ab8 14 �c2 l:tfd8? ! 15 i.xc6 ! bxc6 16 tt'la5 'iYe8 1 7 .i.d2! f5 18 .í:lfc1 .í:ld6 19 b5 ! , con posición ganada para las blancas, lvanchuk - Timman, Tilburg, 1 990. Las blancas devastan el flanco de dama de las negras, antes de que éstas puedan emprender acciones en el flanco de rey. 2) 1 1 . . . éZJd4 12 éZJd2 tt'ld5 13 .i.b2 éZJxc3 14 i.xc3 c6 15 �xd4 'ifxd4 16 tt'lb3 �d7 17 tt'lc5 ..txc5 18 bxc5 .id5 19 �c2 :n 20 .l:tb4 l:í:d8 21 .:.fb1, Azmaj ­ parashvili - Aseiev, URSS, 1 990. L a presión sobre b7 les concede a las blancas una pequeña ventaja. 0-0 8 .ie6 9 a3 También aquí pueden las negras impedir la siguiente j ugada blanca, con 9 . . a5, pero no creo que el debilitamiento merezca la pena. Un ejemplo: 1 0 .

APERTURA INGLESA

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i.e3 fS (lO . . . l:f. e8 traspone a la partida Mednis - Kozul, antes citada) 1 1 lD a4! 'it>h8 12 tZ:lxb6 cxb6 13 'iVb3 l:f.a6, Mednis - J. Begovac, Sombor, 1974. Ahora j ugué la inmediata 14 llfd 1 , después de lo cual las negras podían res­ ponder 14 . . . .teS. En su lugar, 14 l:tacl lo habría impedido, dej ando a las ne­ gras con un conj unto de debilidades sin compensación alguna. b4 aS 10 Creo que ésta es la variante crítica: antes que sufrir en silencio una des­ ventaj a espacial en el flanco de dama, las negras también crean algún debili­ tamiento en el campo blanco. Las principales alternativas son: 1) 10 . . . fS ? ! 11 i..b2 i.f6 12 tZ:ld2 ! li'e8 ? ! 13 lD b3 l:!.d8 14 tZ:lcS i.c8 lS tZ:lbS ! , Djindjihashvili - J. Donaldson, Open d e EEUU de 1988. Las negras están indefensas ante la doble amenaza 16 tZ:lxc7 y 16 i.xc6, seguido de 17 tZ:lxa7. 2) 10 . . . tZ:ld4 11 i.b2 tZ:lxf3+ 12 i.xf3 c6 13 l:f.cl f6 14 �c2 'iWe8 IS tZ:le4, C. Hansen - Hübner, Wijk aan Zee, 1988. Su iniciativa en el flanco de dama les concede a las blancas una pequeña, aunque duradera ventaja. tZ:ld4

bS

11 8

Diagrama 25

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Las negras explotan el incompleto desarrollo blanco en el flanco de da­ ma para embarcarse en un juego táctico. Ahora no es buena 12 tZ:lxeS? , por 12 . . . i.f6 13 tZ:lc4 (13 f4? pierde por 13 . . . tZ:lb3) 13 . . . lD xc4 14 dxc4 �xc4. También es insatisfactoria 12 tZ:lxd4? ! exd4 13 tZ:la4 i.dS 14 t2'lxb6 cxb6 1S a4 i.xg2 16 'it>xg2 'iWdS+ 17 � g1 .teS (Romanishin) , cuando la ventaj a espacial de las negras en el centro les concede una pequeña ventaja. Entretanto, las negras preparan una doble incursión en b3. ¿ Qué pueden hacer las blancas?

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AJEDREZ ESTRATÉG I CO

12 .ib2! ? Novedad teórica en el momento de jugarse esta partida. No estaba segu­ ro de cómo reaccionar al agresivo plan de las negras en sus jugadas 10 y 1 1 , y, por l o tanto decidí que n o podía ser malo desarrollar m i alfil d e dama por una buena casilla. Esto es cierto. No obstante, muchas partidas y análisis posteriores demostraron que las blancas sólo podían conseguir cierta venta­ ja con 12 tLld2. Las negras no pueden responder, en tal caso, con la natural 12 . . . tLld5?, porque perderían pieza después de 13 i.xd5 ! .ixd5 14 e3. Lo mejor parece 12 . . . c6, limitando el radio de acción del alfil de rey blanco. Entonces las blancas pueden seguir con 13 a4 o 13 bxc6 bxc6 (13 . . . l2Jxc6 14 libl) 14 i.b2 ! , amenazando 15 e3, y en todos los casos las negras no han conseguido la igualdad. 12 tLlb3 Sólo esta jugada es la correcta. Inferiores son tanto 12 . . . f6? ! 13 tLld2 ! (y las negras tienen, en efecto, un tiempo de menos en relación con la va­ riante 12 tLld2) , como 12 . . . �b3? ! 13 �el , cuando 13 . . . tLlc2 14 libl f6 15 tLld2 dej a a las piezas negras atascadas, o bien 13 . . . .id5 14 tLlxd4 i.xg2 15 lLle6 ! (Adorj án) doblando peones negros en la columna e (15 . . . �d6 16 lLlxc7 ! ) . f6 .l::t b 1 13 tLlxd2?! 14 tLld2 Un instructivo error estratégico: las negras tratan de atenuar la iniciativa blanca en el ala de dama cambiando dos pares de piezas menores, una idea que, en última instancia, no da resultado porque las oportunidades temáticas de las blancas en el flanco de dama se mantienen. El correcto plan de las negras puede descubrirse volviendo sobre sus pa­ sos en esta variante, tal y como se comentó después de la 7a jugada negra: las perspectivas del segundo bando hay que buscarlas en un activo desarrollo de piezas, en conj unción con la presencia central del peón eS. Por consi­ guiente, las negras necesitan conservar sus piezas, jugando, en lugar de la textual, 14 . . . tLlc5 ! Después de 1 5 a4 l:tc8 ! 16 'ii'c2 c6! 17 bxc6 bxc6 18 i.a3 tLld5 ! , el activo desarrollo de sus piezas y una buena influencia central les concedieron a las negras una sólida igualdad, Mednis - Geenan, Metz, 1 989. 15 'iVxd2 l2Jc4 tLlxb2 'iVcl 16 17 'i'xb2 ltb8 a4 18 Para las blancas siguen en pie los temas estratégicos inherentes a la aper­ tura: deberán utilizar el alfil fi.anchettado y la semiabierta columna e para presionar sobre los peones negros del flanco de dama. A las blancas les ayu­ da su peón avanzado y protegido de b5, mientras que las negras pueden te­ ner dificultades con su peón a. Por lo tanto, el plan defensivo más s�guro pa-

APERTURA INGLESA

7l

ra las negras es 1 8 . . . b6, protegiendo todas las debilidades, excepto el peón e, que se convierte así en un peón retrasado. Las blancas conservan una agradable ventaj a, pero la tarea de ganar el peón e sigue siendo formidable. 18 'i!Vd4? ! Pero las negras optan por una j ugada activa, lanzando su dama dentro del campo blanco. Pero la dama no tiene piezas que la apoyen y la posición blanca no tiene debilidades, por lo que su actividad está condenada al fraca­ so. Las blancas, por su parte, se disponen a plantear la presión temática so­ bre la columna c. 19 lifd8 �c2! lDe4 20 l:rbc8 20 . . . f5? se refuta con 21 'i'xc7. l2::J d 2! 21 c6 Este debilitamiento no puede evitarse, ya que, por ejemplo, 21 . . . i.. d 5? se contesta con 22 i.. h 3, y 21 . . . b6? pierde por 22 ..ib7 l:lb8 23 o/ixc7 .td6 24 �c6 Wixa4 25 QJe4! 'i'a3 26 .l:ta1 'i1ib4 27 :fb1 'ir'd4 28 e3 ! 'i' xd3 29 l:!. d l , ga­ nando pieza. bxc6 22 bxc6 23 l:.b7 �b4 l:tcl 24 eS?! Las negras continúan j ugando con excesivo optimismo. É sta era su últi­ ma posibilidad para desprenderse de las debilidades del flanco de dama, con 24 . . . �xd2 ! 25 'iVxd2 'i*'xa4 26 'ifc3 eS ! 27 l:ral 'i' d4 28 'i*'xa5 c4. No obstan­ te, la activa disposición de sus piezas y, en especial, su control de la séptima fila les conceden a las blancas una clara iniciativa. Pero las negras se habrían desembarazado, al menos, de sus problemas estructurales y deberían poder defenderse contra el ataque blanco después de, por ejemplo, 29 dxc4 i.. xc4 30 h4 ! lDc4! 25 Diagrama 26 7 6 5 4 3 2

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AJ EDREZ ESTRATÉG I CO

Encerrando al alfil de rey negro en una caj a hermética. Aunque es cierto que el alfil está idealmente situado para proteger a sus peones de a5 y c5, no sirve para ninguna otra cosa en el tablero. La posición negra no es envidia­ ble, pues si, por ejemplo, a 25 . . . .txc4? ! , sigue 26 dxc4 ! , dej a a las negras in­ defensas en las casillas claras. Probablemente lo mej or sea 25 . . . �b8 26 :la7 ltd7, aunque la ventaj a blanca es importante después de 27 lla6. 25 h5?! Las negras no están en condiciones de permitirse este importante debili­ tamiento de su flanco de rey. La refutación es expeditiva. .te4! 26 Con la "sencilla" amenaza 27 e3, cazando la dama. Dado que ahora 26 . . . .txc4 27 dxc4 dejaría el flanco de rey hecho jirones, la dama tiene que pro­ curarse una retirada ignominiosa. :tf8 26 �d8 e3 27 'tlfe2 28 .t g4 Después de 28 . . . h4, lo más sencillo probablemente sea 29 .ig6 .tf7 30 llxf7 ! liíxf7 3 1 'i!Vh5. 29 i..f3 ! El peón d no tiene ahora importancia. Lo que cuenta es el debilitado enroque negro. 29 .t� �xd3 30 'tW� 'i!Vg6 l:rdl! ! 31 El caballo está envenenado: 31 . . . �xc4? 32 .l:ldd7 Vi'g4 (32 . .laf7 33 I:txf7 1Wxf7 34 l:txf7 Wxf7 35 'i!Vb7+) 33 �xg4 hxg4 34 :xg7+ Wh8 35 lth7+ 'it>g8 36 l:tbg7++. :lcd8 .l:Idd7 32 .l:lxg7+! 33 Las negras esperaban salvarse por medios tácticos, después de 33 'iVd5+ ?! 'iii h 7 38 l::t x d8? l:xd8 35 'iVxd8 'i!Vb1 + 36 Wg2 Vie4+, seguido de 37 . . . �xb7. La textual, sin embargo, fuerza una posición estratégicamente gana­ da. Wixg7 33 Wxg7 llxg7+ 34 �xh5 35 Desde un punto de vista estrictamente material, las negras están bien, ya que dos torres equivalen a dama y un peón. Pero posicionalmente todo j ue­ ga a favor de las blancas: su rey está completamente seguro, mientras que el negro está expuesto; la dama tiene gran movilidad, mientras que las torres negras no son en absoluto activas; el ágil caballo es muy superior al petrifi­ cado alfil negro; el peón e negro está obstaculizado, mientras que las blancas . .

A PE RTU R A INGLESA

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cuentan con una mayoría de 4 peones contra 2 en el flanco de rey, con la particularidad de que el peón h es, además, un peón pasado. El método ganador de las blancas consiste en utilizar el equipo dama + caballo, en conjunción con la prudencial movilización de los peones del tlan­ co de rey, para infiltrarse en la posición enemiga. Esto conducirá a la captu­ ra de material decisivo o del rey negro. La estrategia de las blancas tiene que conducir al éxito porque las negras no pueden prevenir sus incursiones, ni tampoco generar contrajuego alguno. 35 ltd3 'i!Vg4+ 36 Wh6 El rey está inseguro en esta casilla y debería retroceder inmediatamente a h8. h4 37 �dd8 �f5 38 Más efectiva era la inmediata 38 h5 ! .l:tg8 39 'iVe6 ! (39 . l:tdf8 40 é2Jxe5), pero mi principal preocupación era superar el control de tiempo en la juga­ da 40, sin dej ar escapar ninguna de mis ventaj as. W g7 38 Wh8 h5 39 W g2 40 i.c3 'ifc2 41 i.b4 ..ic3 'iff5 42 l:tf7 43 h6 'ii' e 6! :df8 44 é2Jd6 45 Las negras se rinden. . .

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Diagrama 27

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AJED REZ ESTRATÉG I CO

La partida fue aplazada, debiendo realizar las blancas la j ugada secreta, y las negras abandonaron, sin reanudar el juego. Las principales variantes son: 45 . . . .l:.h7 (45 . . . .l:.c7 46 tLle4) 46 tLlf5 ! ..tb4 47 'it>fl ! ..tc3 (las negras se en­ cuentran en Zugzwang; así, 47 . . . 'IJ.c7 pierde por 48 lt:le7 ! Wh7 49 'i!Vf5+ 'it>h8 50 tLlg6+, y si las negras entregan su peón pasado con 47 . . . c4, las blancas, muy agradecidas, lo capturan con 48 'fi'xc4, y siguen la escabechina) 48 'ii' d6 Wg8 (48 . . . :hf7 49 tLlh4 ! 'it>g8 50 tLlg6 .ll e 8 51 'i!Vd5, etc.) 49 tLle7+ 'it>f7 50 'i!Vd5+ 'it>e8 51 tLlg8 ! .ll hf7 52 'i!Va8+ 'it>d7 53 'i!Vxf8 ! 'IJ.xf8 54 h7, y las blancas ganan. Aunque éste puede parecer un largo y complicado camino, en la rea­ lidad la situación es más bien simple: las blancas procuran ampliar su domi­ nio de la posición hasta que aparezca una solución táctica forzada. Esta partida ganó el premio a La Mejor Partida del torneo.

Partida

1 ({))

Blancas: Viktor Korchnoi Negras: Tigran Petrosian Il Ciocco (Italia), 1 977, Candidatos, Cuartos de Final (5• partida)

lLlf6 c4 1 tLlc3 eS 2 tLlc6 3 tt:Jf3 4 g3 Con mucho, la variante más popular y significativa de la complej a Va­ riante Cuatro Caballos en la Inglesa: el alfil de rey de fianchetto vigilará las casillas centrales clave e4 y d5, además de presionar sobre el flanco de dama negro. Las primeras variantes teóricas ( 4 d4 exd4 5 lt:lxd4 ..ib4 6 �g5, así co­ mo 4 e4) han quedado obsoletas desde hace mucho tiempo, ya que es bien sabido que los enfoques brutales no tienen éxito en la posicionalmente sofis­ ticada Apertura Inglesa. Si las blancas quieren desviarse de la textual, en­ tonces pueden pensar en las alternativas 4 a3, 4 d3 y 4 e3. Todas ellas pueden calificarse de no comprometidas, pero estratégicamente lógicas. 4 i.b4

APERTURA I NGLESA

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Durante los últimos 25 años ésta ha sido la respuesta favorita de las ne­ gras. La razón es que da lugar a posiciones complicadas y estratégicamente desequilibradas, aunque ninguno de los dos bandos se balancea al borde del precipicio. Así, ambos contrincantes obtienen posiciones con buenas posibi­ lidades ganadoras, sin que eso implique el riesgo de perder. La textual signi­ fica el comienzo de un plan coherente de desarrollo y apoyo central. En pri­ mer lugar, las negras enrocarán rápidamente y seguirán con . . . �e8, ponien­ do en acción la torre de rey en el centro, para un eventual apoyo del peón e si éste se avanza a e4. En segundo lugar, el alfil de rey está dispuesto a cam­ biarse por el caballo, a fin de reducir el control sobre d5 de las blancas, así como para infligirles peones doblados. Las blancas, por su parte, tratarán de utilizar la fuerza latente de su pareja de alfiles y comenzar a minar el peón e negro, cuando, como de costumbre, se haya situado en e4. La principal alternativa a 4 . . . �b4 es 4 . . . d5, lo que, por trasposición de jugadas, revertiría a la partida 9. S tiJdS!?

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Diagrama 28

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Cuando se jugó la partida, esta jugada era relativamente desconocida, pero desde entonces ha estado ganando adeptos sin descanso. El concepto subyacente en esta jugada es interesante: las blancas están de acuerdo en j u­ gar una Inglesa desequilibrada, pero sin el problema estructural permanen­ te de los peones doblados en la columna c. Aunque mover dos veces la mis­ ma pieza en la apertura va contra los principios teóricos que guían la prime­ ra fase del j uego, la naturaleza cerrada y de juego lento de la variante permi­ ten este "lujo".

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AJED REZ ESTRATÉGICO

La principal línea histórica de la variante es S i. g2 0-0 6 0-0, cuando las negras juegan bien la inmediata 6 . . . e4 7 ct:.\gS .ixc3 8 bxc3 1:[e8, bien la pre­ paratoria 6 . . . l:te8. i.c5 5 A pesar de las apariencias, el alfil no tendrá buenas perspectivas a lo largo de la diagonal g1 -a7. Sin embargo, las negras deben experimentar un senti­ miento frustrante por el hecho de no ver un camino hacia la igualdad contra una j ugada de caballo de aspecto tan "aficionado". Consideremos las siguien­ tes alternativas: 1) Las negras buscan la simetría con S . . . tt:.lxdS 6 cxdS tt:.ld4. Sin embargo, después de 7 ct:.\xd4 exd4 8 'ii'c2 ! , las blancas se quedan con el alfil de rey más útil, presión contra el flanco de dama negro y, por consiguiente, con una ventaja normal de apertura. Un ejemplo: 8 . . . W/e7 9 .ig2 .icS 10 0-0 0-0 1 1 e3 .ib6 12 a4 dxe3 13 dxe3 aS 14 .id2, Korchnoi - Karpov, 1 978, Campeonato del Mundo (27" partida). 2) Las negras tratan de refutar el salto con S . . . e4, desplazando el caballo blanco a la banda: 6 ct:.\h4. Pero no hay forma de evitar que las blancas conserven una pequeña ventaj a. Por ejemplo: 6 . . 0-0 7 .ig2 l:te8 8 0-0 ..teS 9 d3 ! exd3 10 'ii'x d3 tt:.leS 11 'flfc2 c6 12 .ie3 ! cxdS 13 .txcS d6 14 .id4 dxc4 1S l:!.fd1 'ii'e 7 16 tt:.lf3 ct:.\c6 17 'ifxc4 �xe2 18 'i!Vxe2 l:txe2 1 9 .ixf6 gxf6 20 b3, Ree - Ligterink, Amsterdam, 1988. Las blancas recuperarán el pe­ ón, quedando con una superior estructura de peones. 3) Las negras apuntalan el alfil en b4 con S . . . aS , ya que después de 6 tt:.lxb4 axb4 dispondrían de presión sobre la columna a . Pero cuando el caballo blanco no se encuentra en c3, el hecho de que el alfil negro siga en b4 tiene poca importancia. Con la j ugada de desarrollo 6 i. g2, tras­ poniendo a la partida Miles - Adams, Palma de Mallorca, 1 989, las blancas tienen todos los motivos para creer que podrán conservar la ventaj a de la primera jugada, y el curso de la partida así lo confirmó: 6 . . . 0-0 7 0-0 l:te8 8 b3 d6 9 i. b2 i. g4 10 d3 .icS 1 1 h3 .ihS 12 e3 ! tt:.lxdS 13 cxdS tt:.lb4 14 g4 i.g6, cuando tanto la j ugada de la partida, 1S e4, co­ mo la alternativa 1S d4 exd4 16 tt:.lxd4 le conceden a las blancas una apreciable ventaj a espacial. d3! 6 Me gusta esta j ugada porque la amenaza 7 .igS fuerza la pérdida de tiempo 6 . . . h6, como en la partida, o bien 6 . . . ct:.\xdS 7 cxdS , cuando las blancas vuelven a disfrutar de ventaj a de espacio, presión sobre el flanco de dama y un alfil de rey más activo. Por supuesto, el desarrollo 6 i. g2 0-0 7 0-0 también es bueno, y las blan­ cas quedan un poco mejor después de 7 . . . ct:.\xdS 8 cxdS ctJd4 9 ct:.\e1 d6 10 e3 tt:.lf5 11 ct:.\c2 .td7 12 b3, seguido de 13 i. b2, Eingorn - Zeshkovsky, Moscú, 1 98S. .

APERTURA INGLESA

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6 h6 7 .tg2 d6 0-0 8 0-0 e3 9 Asumiendo el control de la casilla d4 y preparándose para realizar preci­ samente el avance d4. La respuesta de las negras tiene por objeto crear una retirada para el alfil, además de impedir que las blancas ganen más espacio en el flanco de dama. aS 9 10 tt:Jc3! Una aguda y sofisticada retirada: el caballo ha cumplido su misión en d5 y las blancas no quieren facilitar la tarea defensiva a su rival, permitiéndole que lo cambien en el momento oportuno. Al regresar a c3, el caballo contro­ la importantes casillas centrales y queda bien situado en relación con los po­ tenciales avances blancos b4 y/o d4. Es el momento de pasar revista a los aspectos puramente estratégicos de la posición. La pequeña ventaj a blanca resulta de los siguientes factores:

1) Las blancas tienen perspectivas mucho mejores de controlar d5 que las negras de controlar d4. 2) El alfil de rey blanco tiene mucho mayor potencial que su homónimo negro. 3) El j uego temático de las blancas en el flanco de dama es inevitable, mien­ tras que no está claro qué pueden conseguir las negras en el de rey. 10 1J.. a 7 a3 11 tt:Jh7 El motivo de esta retirada de torpe aspecto es permitir la ruptura . . .f5. Sin embargo, la idea no es particularmente prometedora, ya que las negras carecen de un plan adecuado. Más fructífero me parece 11 . . . .te6 ( aprove­ chando 6 . . . h6), seguido de 12 . . . �d7. También en la siguiente jugada pare­ ce e6 mejor lugar para el emplazamiento del alfil de dama. 'it>h1 u i.g4 �c2 13 fS tiJbS! 'iid 7?! 14 Mejor es 14 . . . ..tb6, cuando las blancas pueden elegir entre 15 i.d2 (seguido de 16 b4) y 15 b3 (seguido de 16 i.b2 y un oportuno d4). tt:Jxa7 15 .l:txa7 l:laa8 b3 16 17 tt:Jg1! (D) Con un j uego poco convencional, pero excelente en todos los aspectos (de hecho, Petrosian, el maniobrero, podría perfectamente haber sido aquí el conductor de las blancas) , Korchnoi ha conseguido una clara ventaja de la apertura. Comparemos la situación de cada bando: •••

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AJEDREZ ESTRATÉG ICO

Diagrama 29

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a) Para las blancas: Tienen la parej a de alfiles en una posición que pronto se abrirá. Tendrán juego en el flanco de dama, tras la inminente b4. • El alfil de rey blanco dispone de una maravillosa diagonal. • Cuentan con el potencial avance d4 en el centro. •



b) Para las negras: • • •

Su caballo de rey está pasivamente situado. La situación de su alfil de dama en g4 es más comprometida que fuerte. Sus posibilidades de ataque en el flanco de rey son nebulosas. Avanzar cualquiera de los peones e o f crea debilidades, por lo que las negras son reticentes a avanzarlos.

ItaeS 17 Esta rutinaria jugada no mej ora la posición de las negras. Puesto que es evidente que las blancas comenzarán el j uego en el ala de dama con b4, la torre de dama negra debería permanecer en su casilla inicial para proteger la columna a. Un plan útil sería reactivar el caballo de rey, con 17 . . éDgS y 1 8 . . . éDe6. .i.d2 é2Jf6 18 f3!? 19 El GM Korchnoi es uno de los grandes luchadores de todos los tiempos, siendo uno de sus rasgos característicos que, en posiciones estratégicamente claras, a menudo elige jugadas no convencionales, o trata de desequilibrar la posición de forma tan radical que su adversario de turno se encuentra en un verdadero dilema. É ste es uno de esos casos. Las blancas aligeran volunta.

APERTURA INGLESA

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riamente su formación de peones del enroque, cegando al alfil de rey en su maravillosa diagonal. ¿Qué consiguen a cambio las blancas? Expulsan al al­ fil de dama contrario hacia el borde del tablero y luego situarán su alfil en h3 para presionar sobre el peón f5 . Pero, objetivamente hablando, parece un escaso botín. La sólida, temática y convencional 1 9 b4 ! es perfecta y no implica riesgo alguno. Desp11és de 19 . . . axb4 20 axb4, las blancas no tienen por qué temer 20 . . . e4. Activan su alfil de dama con 21 .tc3 , obligando a las negras a preo­ cuparse por la seguridad de su peón avanzado. Después de 21 . . . d5 22 cxd5 tt::J x d5 (o bien 22 . . . 'iVxd5 23 �xf6 .l:.xf6 24 dxe4 fxe4 25 �ab 1 , amenazando 26 b5) 23 dxe4 fxe4 24 b5 dej a a las negras llenas de debilidades, mientras que si 21 . . . tt::J e 5, después de 22 �xe5 l:txe5 23 .Ua7 �c6 24 d4 .ll e7 25 b5 �b6 26 'iVa2, las blancas despliegan a placer su iniciativa en el flanco de dama. 19 .ihS b4 20 b6 .t h3 i.. f7 21 tZ:le2 axb4?! 22 ¿Por qué entregar la columna a a las blancas? Más temático es el ataque, con 22 . . . g5 , o la defensa, con 22 . . . �a8. tZ:le7 axb4 23 .l:rd8 24 bS A 24 . . . :as, las blancas pueden responder con 25 .:la6. Más prometedor parece 24 . . :es, que protege el peón e y amenaza 25 . . . c6, o la violenta 24 . . . g5. 25 d4? ! En principio, es correcto abrir la posición para los alfiles blancos, pero en este momento la debilidad resultante del peón e permite a las negras crear un significativo contrajuego. La posición 25 l:a7! mantendría una sustancial ventaja (25 . . . d5 26 .ib4 j¡fe8 27 e4! ) . 25 e6! �xe6 bxe6 26 .U eS J:¡acl 27 dxe5 28 dxeS i.. b 4! 29 (D ) É ste es el momento crítico de la partida. Las negras disponen de tres continuaciones razonables: .

• • •

1) 29 . . . �b7 30 i.. x e7 .Uxc4 (30 . . . �xe7 31 �b3 también es ligeramente fa­ vorable a las blancas) 31 i.. xf8 ! J:txc2 32 .:.xc2 Wxf8 33 .txf5, con pequeña ventaj a blanca. 2) 29 . . . .l:.fe8 30 i.. x e7 J:lxe7 31 .txf5 .Ucc7 (Marj anovic), cuando no está cla­ ro que las blancas puedan aferrarse al peón.

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AJEDREZ ESTRATÉG I CO

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3) 29 . . . lL!fd5 ! ? 30 cxd5 'ifxc2 31 :xc2 .l:.xc2 32 i.. xe7, considerada una línea poco clara por el GM Marjanovic. 29 lL!ed5?? Aun en apuros de tiempo, las negras quieren mejorar la última variante, pero omiten un detalle clave. i.xf8 lL!xe3 30 lL!xfl 'i'c3 31 ..ib4! 32 El revoltoso alfil blanco recobra la libertad, mientras que el caballo negro queda atrapado. Las negras, por tanto, perderán pieza. 32 i.h5 e4 33 l:.xfl 'iWxc4 ..ig2 34 A largo plazo, un final con pieza de menos y contra un gran maestro del máximo nivel tiene que resultar desesperado. Aunque teóricamente no es mejor, en los apuros de tiempo recíprocos propiciaría más posibilidades en­ gañosas 34 . . . i&.f7. ltxc4 �xc4 35 lL!d5 36 $.. e 7 lL!xf4 lLif4! 37 e3 38 gxf4 En posiciones perdidas todas las ideas tácticas suelen fallar. Por ejemplo: 38 . . . exf3 39 i.xf3 �xf4?? 40 .id5+. e2 .l:.e1 39 l:txf4 40 'iit g 1 'iitf2 41 g5

APERTURA INGLESA

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La partida se aplazó aquí, correspondiéndole a las blancas realizar la ju­ gada secreta. Las negras sólo tienen dos peones por la pieza, lo que es insufi­ ciente a menos que intervengan factores extraordinarios, lo que no es aquí el caso. 42 ..td6 .tld4 43 .i. c7 b5 ..t t7 44 J:.xe2 l!b2 ..tc4 45 46 .tes !:Ldl 8

Diagrama 31

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Aunque es evidente que las negras no tienen. compensación suficiente por la pieza, los dos peones resultan muy efectivos para ofrecer una buena resistencia. Es decir que, para ganar, las blancas deberán atacar los peones del flanco de rey, pero ganarlos no es nada fácil. Por ejemplo: la amenaza di­ recta 47 .th3 no conduce a ninguna parte, pues seguiría 47 . Wf7! , y 48 .i.xf5?? falla por 48 :ds. Lo que se necesita es un plan más sutil. f4! ! 47 Como principio general, las blancas n o deberían cambiar peones. Sin em­ bargo, aquí está justificado por la apremiante necesidad que tienen de abrir el juego, a fin de hacer valer su alfil extra en un ataque al flanco de rey. La textual y 49 h4! consiguen este propósito. A las blancas les favorece el deta­ lle de que su alfil de ventaj a es precisamente el que cubre la casilla de coro­ nación del peón h. Por lo tanto, no debe preocuparles demasiado tener que desprenderse de su peón f. t7 47 48 ..tf3 :ds 49 h4! .

. . .

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AJEDREZ ESTRATÉGICO

El minado del flanco de rey negro prosigue. Ahora, después de 49 gxh4, el seguro peón f sería el ganador, mientras que después de 49 . gxf4, sería el peón h el que resultaría decisivo. Por consiguiente, lo mejor que pue­ den hacer las negras es procurarse un peón pasado protegido. 49 g4 'iii> 50 �c6 g6 .txb5 51 El juego de peones de las blancas ha conseguido dislocar la formación negra en el flanco de rey, además de asegurar que el peón f esté a cubierto. En consecuencia, ahora las blancas pueden proceder a activar su torre. Con la textual se consigue, llevándose por delante un peón. 51 �xb5 l:td2+ 52 .:xb5 'it>e3 53 Las blancas no pueden proteger el peón h con 53 'iii>g 3, porque las negras pueden j aquear al rey: 53 . . . l%d3+ 54 Wg2 :d2+, etc. 53 .i.:rh2 Wh5 :b6+ 54 llf6! 55 La técnica ganadora correcta consiste en utilizar la pieza extra para con­ seguir nuevas ventaj as. La textual permite convertir el peón f en pasado, es decir, una ventaj a esencial. Un j uego menos ambicioso podría no bastar pa­ ra ganar. Por ejemplo: 55 .tg7 �h3+ 56 �f2 �f3+ 57 'it>g2 li g3+ ! ! , etc. O bien 55 .if6 :h3+ 56 �e2 l1f3 . 55 .:h3+ No hay perspectivas en el avance 55 . . . g3: 56 Wf3 g2 57 lhf5+ 'it>g6 58 l:U6+ Wh5 59 'iii>f2, etc. �f2 j¡h2+ 56 � e3 57 El rey blanco no puede permanecer en su flanco con 57 'iii>g3, debido a que las negras disponen de un tema de ahogado: 57 . . . .l:t h3+ 58 'it>g2 l:Ig3+ ! ! En cualquier caso, es lógico activar el rey para que pueda apoyar el avance de su peón f. 57 l:th3+ � d4 58 :h1 De nuevo es prematuro 58 . . . g3. Seguiría 59 � e3 �xh4 60 'it>f3 ! h5 61 l!g6 g2+ 62 'iii>f2 ! , ganando. lhf5+ 'iii>xh4 59 60 h5 ltf6 61 :g6! Situando la torre detrás del peón negro avanzado, a la vez que se abre paso al propio peón pasado. . . .

. .

APERTURA I N G LESA

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61 l:tfl 'it>e4 62 1:.e1+ 63 �dS 'it>h3 fS! 64 ¡ Los peones pasados deben avanzarse! 64 h4 f6 65 1:.fl 'it>e6 66 g3 f7 67 g2 El truco de ahogado, 67 . . . �xf7 68 'it>xf7 g2 69 'it>e6?? gl 'i!V! 70 1:.xgl , aho­ gado, se contrarresta con 69 �d4. 68 �f6 El activo rey blanco asegura la victoria. Las negras dan algunos j aques antes de rendirse. 68 1:re1+ 'it>dS l::t d 1+ 69 70 'iió> e 4 1:.e1+ 'it>d3 71 Las negras abandonan.

Partida

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Blancas: Edmar Mednis Negras: Heinz Lehmann Torneo Internacional de Berlín, 1983

lLlf6 c4 1 2 g6 g3 Si las negras quieren jugar la Defensa India de Rey, el orden de jugadas empleado en esta partida es el óptimo: plantean el flexible fianchetto de rey y, en el "peor" de los casos, pueden acabar jugando una India de Rey en la que las blancas han elegido la variante en la que también desarrollan el alfil de rey por fianchetto.

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AJEDREZ ESTRATÉGICO

3 � g2 i. g7 0-0 lZ:\f3 4 d6 0-0 5 Con esto, las negras se significan como seguidoras de la India de Rey. Los de la Grünfeld habrían jugado S . . . dS, mientras que aquellos que bus­ can la máxima seguridad optarían por S . . . c6, seguido de 6 . . . dS. eS 6 lZ:\c3 Remarcando el interés por seguir la línea principal de la India de Rey. Los partidarios de la Variante Yugoslava jugarían la simétrica 6 . . . eS , cuan­ do la única posibilidad con que cuentan las blancas para lograr ventaj a es romper la simetría con 7 d4, trasponiendo a una genuina apertura de peón de dama. 7 d3 Las blancas están decididas a mantenerse dentro de los cauces de l a Apertura Inglesa. É sta era la última posibilidad de trasponer a l a variante principal de la India de Rey con 7 d4. 7 lZ:\c6 La j ugada habitual que puede considerarse perfecta en todos los senti­ dos. Las negras desarrollan su flanco de dama, empezando por la mejor casi­ lla para el caballo, con lo que además obtienen el control de d4. Preceder la textual de 7 . . . eS significaría debilitar de forma permanente la casilla dS, y no hay razón alguna para que las negras hagan esa concesión en fase tan temprana de la partida. Es importante observar que a esta posición puede llegarse de muchas formas lógicas. El verdadero orden "inglés" de jugadas es: 1 c4 eS 2 lZ:\c3 lZ:\c6 3 g3 g6 4 i.. g2 i.g7 S d3 d6 6 lZ:\f3 lZ:lf6 7 0-0 0-0 ltbl 8 Diagrama 32

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APERTURA INGLESA

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Esta j ugada bosqueja ya los respectivos temas estratégicos, a saber: Las blancas, como de costumbre en la Inglesa, atacarán en el flanco de da­ ma. La textual es la forma más directa de iniciar las acciones con 9 b4. Una vez más, el alfil de rey jugará un papel importante en la presión contra las importantes casillas d5, c6 y b7. Por consiguiente, podemos extraer un principio general: debe preservarse este alfil y evitar que las negras lo cambien por su alfil de dama. • Las perspectivas de las negras se encuentran en el flanco de rey, lo que es característico de las formaciones de la India de Rey. Por lo tanto, las ne­ gras deberían preparar el avance . . . f5 y seguir, en el momento oportuno, con . . . e4 o . . .f4. Por otra parte, el control de d4 a menudo les ofrece a las negras la posibilidad de optar por un j uego de piezas, dirigido contra e2 (caballo de dama) o f2 (alfil de rey). •

aS 8 Este momentáneo freno al avance b4 de las blancas ha sido el enfoque más popular de las negras en la última década. Su ventaja es que, tras el cambio en b4, las negras controlarán la columna a, si bien no tienen garanti­ zado su control permanente, y son a menudo las blancas quienes finalmente se apoderan de la columna. Por otra parte, el avance del peón a significa que la importante casilla b6 puede convertirse en una eventual debilidad. En mi opinión, las ventajas e inconvenientes de intercalar 8 . . . aS 9 a3 se equilibran unas con otros. Por lo tanto, las negras tampoco quedan mal si optan de inmediato por alguna de estas respetables alternativas: 8 . . . h6, 8 . . . l:te8, 8 . . . l2Jd4, 8 . . . i. f5, 8 . . . .td7. 9 h6 a3 Creo que ésta es la más flexible y mej or jugada de las negras. De esta for­ ma se aseguran que el alfil de dama pueda desarrollarse por e6, desde donde ayudará a proteger d5, para apuntar luego al flanco de rey. Por otro lado, pa­ ra un potencial ataque en el flanco de rey es útil controlar la casilla g5. Entre las alternativas jugables se halla 9 . . l2Jd4, con la que las negras tratan de aliviar la defensa, cambiando su caballo de dama, y 9 . lle8, con lo que buscan la simplificación mediante el avance 10 . . . e4. 10 b4 axb4 .ie6 axb4 11 l2Je7 b5 12 Aquí 12 . . . l2Jd4? ! es inferior, ya que después de 13 tt:id2 ! las blancas amenazan b7, y si, por ejemplo, 13 . . . �c8, entonces 14 e3, desplazando el caballo a f5, donde interfiere con su alfil de dama. .tb2 13 .

. .

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AJEDREZ ESTRATÉGICO

Completando el desarrollo de las piezas menores y preparándose para disputar la columna a con :al . Además, con el alfil de dama "tocando" eS, le resultará más difícil a las negras la ruptura . . . dS. Estratégicamente inferior es 13 i.d2, porque el alfil tiene pocas perspectivas en la diagonal cl-h6, ade­ más de quitarle la casilla d2 al caballo de rey. 13 �d7 La única forma consistente que tienen las negras para movilizar sus pie­ zas de cara a un ataque en el flanco de rey. La alternativa 13 . . . '1i'c8 les crea­ ría problemas para defender la columna a después de 14 �al ! lha1 1S 'ifxal �h3 16 �xh3 ! 'ii'xh3 17 li'a7, forzando la retirada 17 . �eS, cuando, tras 1 8 eS ! , la iniciativa blanca e n e l flanco d e dama y d e centro s e hace tangible, mientras que las negras aún no han iniciado su j uego en el flanco de rey. Según la teoría establecida, las negras pueden igualar con el reagrupa­ miento 13 . . . tbd7. Pero en mi opinión es muy probable que esas expectati­ vas no lleguen a cumplirse, porque las negras van a jugar a remolque de las blancas. Una instructiva interpretación de la estrategia blanca podemos ver­ la en el curso de la partida Andersson - Gulko, Interzonal de Biel de 1976: 14 tbd2 c6 1S lia1 Wic7 16 'i!kc2 ti:JfS 17 �fcl ! tbf6?! 18 �d1 'ii'd 7? ! 19 l:!.xa8! lixa8 20 l:tal 'ifc8 21 !:txa8 Wixa8 22 Wia4! 'ii'x a4 23 tt:J xa4 .td7 24 ti:Jb6 .i.e8 2S bxc6 bxc6 26 ti:Jb3, y las blancas acabaron penetrando en el flanco de da­ ma, ganando en la j ugada 32. 14 ti:Jd2! . .

Diagrama 33 7 6 5 4 3 2

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Esto fue una importante novedad teórica cuando se jugó esta partida. En lugar de la insípida 14 ltel , que permite a las negras cubrir tranquilamente su debilidad de b7, con la textual las blancas obligan a tomar una decisión desagradable. Por ejemplo:

A PERTURA ING LESA

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1) Después de 14 . . . c6? ! , sigue 15 tLla4 ! y la debilidad de b6 se pone de ma­ nifiesto. Podría seguir: 15 . . . tLic8 16 bxc6 bxc6 17 eS ! �h3 18 tZ:ic4 ! , con clara ventaj a blanca. 2) Después de 14 . . . llfb8? ! 15 l::t a l ! , los problemas de la:> negras sobre la co­ lumna a y, en general, en el flanco de dama, permanecen, y el traslado de flanco de su torre de rey reduce a la mínima expresión sus perspectivas de ataque en el ala de rey. La justificación táctica de la textual consiste en un sacrificio de calidad a largo plazo, estrictamente estratégico. 14 .ih3?! El maestro internacional alemán está siendo ingenuo o atrevido. Des­ pués de la partida me dijo que esperaba el sacrificio que va a producirse, pe­ ro que de cualquier forma quería jugar la textual. Con todo, la decisión es errónea. Para llegar a la conclusión correcta, las negras deberían recordar que sus posibilidades se encuentran en el flanco de rey. Por lo tanto, la única j ugada correcta es 14 . . . ltab8 ! El curso temático de la partida Mednis - Za­ pata, Amsterdam, 1986, fue: 15 .l:.el �h3 16 �hl tLlg4 17 .l:.al f5 18 tLidS g5 , cuando tras la pérdida de tiempo 19 .Ua7? ! siguió 1 9 . . . tLic8 ! 20 �a2 c6, y las negras consiguieron una pequeña ventaja, que el GM colombiano convirtió en victoria en la j ugada 36, tras un eficaz ataque en el flanco de rey. En lugar de 19 l1a7? ! , lo correcto es 19 tLixe7+ Vdkxe7 20 e3 ! (GM Murey), cuando el juego en el flanco de rey puede ser obstaculizado y las blancas pueden restablecer su presión en el flanco de dama con 21 l:ta7. En tal caso, las blancas consiguen una pequeña, pero duradera ventaj a. .ixfl �xb7! 15 'ii'xfl 16 Naturalmente, puesto que 16 i.xa8 i.xe2 no conduce a nada para las blancas. ¿ Qué tienen las blancas por el material sacrificado? En primer lugar, es importante reconocer que, puesto que las blancas han logrado un muy buen peón por la calidad, sólo tienen de desventaja aproximadamente medio peón. Como compensación obtienen:

1 ) Un poderoso alfil de rey, mientras que el mej or alfil enemigo ya ha desa­ parecido del tablero. Esto reduce las posibilidades potenciales de que las negras puedan emprender un ataque en el flanco de rey. 2) Las blancas tienen la pareja de alfiles, con buenas perspectivas para am­ . bos si la posición se abre. La única forma de que las negras puedan explo­ tar su torre extra es en posiciones abiertas. 3) Las importantes debilidades de a6, c6 y d5 les conceden a las blancas ex­ celentes posibilidades de infiltrarse en el flanco de dama enemigo, la es­ cena natural, por otra parte, para las actividades del primer jugador.

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AJEDREZ ESTRATÉGICO

4) Las piezas menores blancas pueden desplegar un buen j uego en esta posi­ ción congestionada, mientras que las negras no tendrán fácil la moviliza­ ción de sus torres, como acertadamente señaló el GM Robert Byme. 5) En general, las oportunidades de las blancas son claras, mientras que las perspectivas de las negras son difíciles de realizar. En consecuencia, pue­ de decirse que, a pesar de su pequeño sacrificio material, las blancas han incurrido en un riesgo ínfimo. lla7 16 Manteniendo el control de la columna a, aunque a costa de una fea posi­ ción de la torre. Después de la pasiva 16 . . . .:tab8, las blancas pueden, por su­ puesto, retirarse a g2, o bien jugar 17 �g2!?, cuando 17 . . . .:tfd8 se contesta con 18 i.. a3, mientras que 17 . . . lbh5 permite la activa centralización 18 ltJd5 ! i.. g2 17 En las circunstancias actuales, no era prometedora 17 'i!Vg2, ya que des­ pués de 17 . . . ltd8, las negras siguen con . . . d5, y la dama blanca quedaría mal situada. d5 17 Parece atractiva, si bien cede la casilla c5, con lo que las negras facilitan la invasión de su flanco de dama por parte de las fuerzas blancas. El GM Byrne considera que la mejor apuesta de las negras es un ataque en el flanco de rey, a base de 17 . . . ltJh7, 18 . . . lbg5, 19 . . . lbe6 y . . . f5. Otro plan razonable se inicia con la inmediata 17 . . . c6 ! ? , puesto que las negras no tienen por qué temer 18 b6 .U.a6 19 c5 dxc5 20 ltJc4 ltJed5 ! Claro que las blancas pueden continuar con 18 lbb3, o incluso con 18 bxc6 ltJxc6 19 ltJde4, buscan­ do el control de d5. 'i!Vcl! d4 18 Reabriendo la diagonal h1-a8, lo que sólo puede favorecer los intereses de las blancas. Por lo tanto, también 18 . . . dxc4 19 ltJxc4 mejoraría la coordi­ nación de las piezas blancas. Sin embargo, la tentativa de mantener el peón en d5 parece infructuosa. Por ejemplo, si 18 . . . JifaS, las blancas juegan 1 9 �c2, seguido de 2 0 'i!Vb3. ltJce4 ltJxe4 19 ltJf5 ltJxe4 20 'it'c8 21 ltJc5 . . . (D) ltJa6 22 Las blancas se disponen a intensificar la presión en el flanco de dama, con la maniobra i.. a3, .U.al y ii.c5, por lo que la posición negra se encuentra ya a un paso del precipicio. Por ejemplo: 22 . . . z:td8? 23 i.. a3 i.. f8? pierde por 24 i.. xf8 .U.xf8 25 t!Va3 ! , seguido de 26 �c5. La tentativa de bloqueo 22 . . . c5? ! también falla, por 23 .Ual �d8 24 .Ua4! i.. f8 25 'ii a l, cuando las blancas amenazan tanto 26 b6 como 26 ltJxc5.

A PERTURA INGLESA

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Diagrama 34

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Con esos amenazadores nubarrones, las negras deben olvidarse de toda consideración materialista y devolver la calidad inmediatamente, con 22 . . . .litxa6 ! 23 bxa6 'iVxa6, aunque, por supuesto, las blancas mantienen una clara ventaja después de 24 i.a3 J¡d8 25 .ic5. c6? ! 22 i.a3 23 .l:ld8 24 i.c5 Quizá sea aún más fuerte 24 tLlb4 cxb5 25 tLlc6 ! 24 cxb5? ! Al omitir la j ugada intermedia d e las blancas, e n la j ugada 26, las negras no sólo pierden la calidad, sino que quedan con un importante peón de me­ nos. Era imperativo 24 . . . .l:txa6 25 bxa6 �xa6, aunque la presión blanca en el flanco de dama, tras 26 l:lal ! �c8 27 'ir'a3 ! , resulta casi decisiva. 25 .ixa7 'ii'xa6 .:al! 26 En fase tan avanzada de la lucha sigue vigente el tema estratégico clave de las blancas, es decir, la dominación del flanco de dama, que ahora resulta tan fuerte que la dama negra no tiene casilla para proteger el peón b. 26 ¡ve6 cxb5 tLld6 27 b6 28 La última tarea de las blancas es bastante clara y fácil de llevar a cabo: coronar el peón b. e4 28 �eS 29 1:.bl 'i'b2 30 'i'd7 i.xe4! 31

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AJEDREZ ESTRATÉG I CO

Las blancas pueden ganar una pieza limpia con 31 b7 tt:Jxb7 32 'iVxb7 :el + 33 i.fl �c7 34 \1Wa8+ Wh7 35 i.b8, pero me parecía más simple ganar la calidad, conservando una posición dominante. tt::Jxe4 31 b7 tt:Jd6 32 tt:Jxc8 bxcS'iV+ 33 JI. eS �h7 34 'iVe6 'ili'b7 35 'iVa2 'iVe4 36 37 l:rbS Las negras se rinden El dominio que las blancas ejercen en el flanco de dama es tan absoluto que también ganan el caballo. Por ejemplo: 37 . . . 'iVa6 38 'iie 8, o bien 37 . . . tt:Ja7 38 'iVb7.

DEFENSA GRÜNFELD Partida

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Blancas: Lev Polugaievsky Negras: Viktor Korchnoi Evian (Francia), 1977, Candidatos, Semifinales (lOa partida)

d4 é2Jf6 1 c4 2 g6 l2Jc3 3 d5 La última jugada negra plantea la Defensa Grünfeld que recibe su nom­ bre del gran maestro austríaco Ernst Grünfeld, quien en 1 922 introdujo esta defensa en el ajedrez internacional. Creo que es la más desequilibrante (y, por tanto, la más arriesgada) de todas las defensas contra 1 d4. Las negras no sólo permiten que su peón central básico d sea cambiado por el peón e de las blancas, quedando en consecuencia en inferioridad central, sino que, ade­ más, permiten que las blancas prosigan sin riesgo alguno, con la j ugada natu­ ral e4, estableciendo así una enorme superioridad en el centro. ¿Por qué las negras se embarcan en una empresa aparentemente suici­ da? Porque esperan que la creación de un contraj uego efectivo les permita contener y aun aniquilar el centro blanco. Si las negras no tienen éxito en ese objetivo, el centro blanco las ahogará de por vida. La Grünfeld sólo le conviene a j ugadores excelsos en el arte de crear contraj uego activo. Si a us­ ted no le gusta el contraataque, asumiendo problemas a largo plazo, no debe j ugar la Grünfeld. cxd5 4 La Variante del Cambio, como se llama a esta sencilla captura, es el me­ dio estratégico más directo con que cuentan las blancas para tratar de de­ mostrar las deficiencias inherentes de la Grünfeld. En el período que siguió a la Segunda Guerra Mundial, esta variante se consideraba demasiado inge­ nua como para tratar de conseguir ventaja con ella. Actualmente es, con mu­ cho, el método más popular contra la Grünfeld. 4 l2Jxd5

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AJ E D R EZ ESTRATÉGICO

lbxc3 e4 5 Sólo así, aunque parece que refuerza todavía más el centro blanco, si­ tuando su peón b en la columna c. Tres importantes razones explican por qué la textual es la única jugada correcta:

1) De este modo se ahorra un tiempo para iniciar el contraj uego. 2) En caso de retirada a b6 o f6, el caballo blanco de c3 sería más activo que el negro que retrocede. 3) En posiciones de inferioridad central es importante que el bando inferior cambie al menos una de sus piezas menores. De no ser así, la presencia de cuatro piezas menores en ese sector del tablero puede originar dificultad de movimientos ya que, por definición, una posición central inferior signi­ fica que el espacio de ese bando es restringido. eS bxc3 6 B

Diagrama 35

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d

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h

Éste es el punto de partida básico en la complej a Variante del Cambio. Las negras pueden jugar primero la "flexible" 6 . . . Ji.g7, pero entonces todas las lí­ neas de esta variante requieren que se juegue . . . c5 en el turno siguiente. Ya han quedado definidos los temas estratégicos para cada bando. Las blancas deben salvaguardar su centro superior, lo que sólo será posi­ ble si su desarrollo es correcto y eficaz. La materialización de la superiori­ dad central será el objetivo prioritario del medio juego, siendo el centro y el flanco de rey el presumible teatro de la acción. Las negras deben generar contraj uego sobre el centro blanco y cuanto antes, mej or. Su principal objetivo es el peón d, siendo el peón e el segundo objetivo en algunas variantes. 7 Ji.c4

DEFENSA GRÜNFELD

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En conjunción con 8 CDe2, éste se consideraba el único desarrollo correc­ to para las blancas en la época en que se disputó el match: el alfil de rey se si­ túa inmediatamente en una diagonal activa y el caballo puede participar en la defensa del peón d, ya que será inmune a la clavada del alfil de dama con­ trario. El método sigue vigente, pero constituye lo que ahora se llama la An­ tigua Variante del Cambio. En los últimos diez años se ha estado fraguando la Moderna Variante del Cambio, que propugna el desarrollo del caballo por f3. Aunque de este modo el caballo está sujeto a una posible clavada con . . . i.g4, la posición más activa del caballo, comparada con el desarrollo por e2, resulta un contrapeso suficiente. A comienzos de los noventa ambas va­ riantes eran teóricamente j ugables y populares en la práctica. 7 � g7 tDe2 8 0-0 CDc6 0-0 9 10 i.e3 El desarrollo inicial de las blancas se ha completado con éxito. Ahora corresponde a las negras decidir cómo deben seguir atacando el centro enemigo. En la segunda mitad de los años sesenta, el GM Robert J. Fischer hizo mucho por popularizar el siguiente método para incrementar la presión sobre d4: 1 0 . . . "i/c7 1 1 :el l:t d8. No obstante, las variantes más po­ pulares son, con diferencia, aquellas relacionadas con un temprano desarro­ llo del alfil de dama por g4. Por ejemplo: 10 . . . cxd4 1 1 cxd4 i.g4 12 f3 tDaS, o bien la inmediata 10 . . . i.g4 1 1 f3 tDaS. El GM Korchnoi, de forma carac­ terística en él, elige un plan todavía más ambicioso. 10 lDaS 11 �d3 b6 Las negras planean presionar sobre el peón e con 12 . . . i.b7, al tiempo que atacan al peón d. Hay dos razones por las que se abstienen del cambio central . . . cxd4: 1) el dominio central de las blancas se acentúa una vez que el peón e de la quinta fila se cambia por el peón blanco de la tercera fila; 2) la torre de dama blanca tendría buenas perspectivas de acción sobre la co­ lumna c. Con todo, y como en ajedrez no se consigue nada si no es a cambio de algo, mantener la tensión central expone a las negras a estos inconve­ nientes: 1) su peón e puede perderse (como sucede en la partida), y 2) las blancas tienen la opción del avance d5, ya que la torre de al no quedará ata­ cada por el alfil de rey negro. 12 :ct! Las blancas mejoran tanto el potencial ofensivo como la situación defen­ siva de su torre de dama. En este momento, el peón e estaba parcialmente envenenado, ya que después de 12 dxc5 ? ! bxc5 13 i.xc5 W/c7 14 i.d4 eS 15 i.e3, las negras obtienen excelente compensación por el peón perdido, bien con 15 . . . l:td8, bien con la inmediata 15 . . . ltJc4.

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AJ EDREZ ESTRATÉGICO

e6?! u Las negras sólo piensan en sus propios planes y se ven ahora sorprendi­ das por una captura "elemental". Pretendían continuar con . . . i.b7, sin ser molestadas por d5, ya que después de 12 . . . i. b7 13 d5 ! c4 14 .i.b1 e6 15 dxe6 fxe6 16 \I!Vxd8 �fxd8 17 tt:Jd4, las blancas quedaron con una pequeña ventaj a en la partida Knaak - Smejkal, Halle, 1 974. Las negras también pue­ den cambiar antes en d4 (12 . . . cxd4 13 cxd4), y seguir luego 13 . . . e6 con ga­ rantías, aunque las blancas retienen la típica ventaja de apertura. dxc5! 13 El GM Polugaievsky necesitó 54 minutos para realizar esta correcta cap­ tura, mientras que un buen programa de j uego le hubiera ahorrado su tiem­ po, sin pararse a pensar dónde podrían las negras conseguir algún tipo de in­ tangible compensación. A diferencia de la situación comentada una jugada antes, 13 . . . dxc5 14 �xc5 es claramente ventajoso para las blancas, ya que el ataque a la torre de rey gana un tiempo, sumado a otro valioso tiempo de desarrollo por las jugadas intercaladas .:tc1 (blancas) y . . . e6 (negras). 13 \I!Vc7 axb6 cxb6 14 15 c4! Dado que el objetivo de las blancas en la Variante del Cambio es cons­ truir y proteger un fuerte centro, lo último que deben permitir es que las ne­ gras las sometan a una camisa de fuerza en el mismo centro y el flanco de dama, como, por ej emplo, después de 15 �b1 ?! l2Jc4! Con la textual, las blan­ cas conservan su centro claramente superior, y si las negras quieren recupe­ rar el perdido/sacrificado peón e, tendrán que soportar una fea clavada so­ bre la columna c. ..ta6 15 Este tratamiento directo no da muy buen resultado. Más prometedor es un j uego puramente estratégico, asumiendo el peón de menos, con 15 . . . l2Jb7 ! ? , seguido de . . . l2Jc5, como sugirió el GM Keene. La torre de dama ne­ gra dispone entonces de una buena presión sobre la columna a, y resultará difícil para las blancas, en las condiciones habituales de torneo, descubrir el mejor desarrollo de sus efectivos para tratar de capitalizar su peón extra. l2Jxc4 l2Jd4! 16 Tras 62 minutos de reflexión, las negras deciden ser valientes, aunque ésa difícilmente era su intención cuando jugaron 12 . . e6? ! Lo cierto es que las alternativas distan de ser satisfactorias. Por ejemplo: después de 16 . . . :td8, las blancas sellan todas las amenazas potenciales con 17 l2Jb5 ! 'ilfd7 1 8 i.c2, mientras que 16 . . . i.xd4 17 .i.xd4 .l:tfd8 se encuentra con la jugada interme­ dia 18 i.f6. .i:.fc8 'ilfe2 17 a4! 18 .

DEFENSA G R Ü NFELD

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Un nuevo peligro ha aparecido para las negras: la amenaza 19 t2Jb5 rom­ pería la comunicación entre el alfil de dama y el caballo, conduciendo a la inevitable pérdida de éste. Por lo tanto, el caballo blanco debe ser eliminado del tablero . . . 18 iL xd4 19 il.xd4 . . . aunque eso, sin embargo, sigue dej ando vigente la clavada sobre la co­ lumna c. Por otro lado, el flanco de rey negro queda debilitado de forma permanente por la desaparición del alfil de rey. 19 eS 20 .tal! Prematuro es 20 ..txe5? 'ii'x e5 21 ..txc4, ya que después de 21 . . . i.b7 ! el ataque doble a los peones a y e restablece el equilibrio material. Las blancas no tienen necesidad de precipitar los acontecimientos, ya que las negras se encuentran bastante trabadas. 20 bS Tratando de eliminar los peones del flanco de dama e introduciendo, de paso, la torre de rey en juego, como única esperanza de las negras. axbS 21 .ixbS 22 h4? ! Las blancas, por supuesto, quieren doblar torres e n la columna e , pero l a inmediata 22 l:lc2? ! s e para con 22 . . . 'ii' a 5 ! , cuando tras 23 iLxc4 �xc4 24 lhc4 :xc4 25 'ii'x c4, la jugada 25 . . . 'ii' x al ! restablece la igualdad material, explotando la debilidad de la primera fila. Por consiguiente, es muy lógico que las blancas den "aire" a su rey. La cuestión es ¿qué deberían jugar las blancas: 22 h3 o 22 h4? Me parece que en demasiados casos de la práctica magistral se j uega la "activa" h4 (o

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AJEDREZ ESTRATÉGICO

h5, cuando se trata de las negras). A menos que haya perspectivas muy cla­ ras de ataque relacionadas con la continuación h5, el peón de h4 ( . . . h5) pue­ de convertirse fácilmente en una molesta debilidad en el medio j uego. Eso es también lo que sucede en esta partida. Con la segura 22 h3 ! las negras ha­ brían tenido dificultades mucho mayores para hacer tablas en la partida. 22 J:.a6! Las negras proyectan cerrar la columna e con 23 . . . l:lc6. Las blancas, por tanto, deben apresurarse a ganar algo. j,e8 23 :bl! 24 �xe5 Las blancas podrían tratar de emprender un ataque con 24 h5, pero sería fácilmente neutralizado con 24 . . . Ik6. Con la textual las blancas ganan "un buen peón" , aunque en virtud de la precisa defensa negra (propiciada por el hecho de que todos los peones estén en el mismo flanco (tendrán que recon­ ciliarse con ellas mismas para aceptar las tablas, tras cincuenta j ugadas de dura lucha. �xe5 24 J:.ac6 ..ixc4 25 .la6c7 26 �d5 i.c6! 27 'i'e3 Aunque es generalmente cierto que cuando te encuentras con material de menos debes tratar de cambiar peones y no piezas, la situación es, a me­ nudo, muy diferente cuando todos los peones restantes se encuentran en el mismo sector. Por ejemplo: en este caso específico, el único final teórica­ mente ganado es el de rey + 1 peón. Todos los demás: de alfiles, de damas o de torres son tablas. El gran valor del peón extra, en este tipo de posición del medio juego, es que el peón puede emplearse como medio de ataque. Por consiguiente, a las negras les interesa cambiar suficientes piezas para produ­ cir un final de una sola pieza por bando. Dado que en este momento el alfil blanco es mucho más activo que el negro, es lógico que las negras traten de cambiar primero este alfil. 28 �xd5 �bdl 29 l:txd5 'i'f6 'it'g3 30 Ahora resulta evidente que la debilidad del peón h condiciona el campo blanco. l:tc4! 30 f3 31 J:.cl l:tlc2 32 l:tddl �h2 �a6 33 El GM Keene llama la atención sobre la posible 33 . . . %18c5, con idea de seguir . . . J:.h5, lo que también subraya lo inadecuado del avance 22 h4? !

DEFENSA GRÜNFELD

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�f2 34 Esta propuesta de cambio de torres permite acercar a las negras a un fi­ nal de tablas teóricas, pero como las piezas mayores blancas están modesta­ mente situadas, es difícil encontrar un plan activo. 34 lhf2 'i'xf2 35 'ii'f6 'i!Vg3 :es 36 Las negras amenazan ahora atacar el expuesto peón h, con 37 . . . llh5. Dado que 37 .UdS es peligroso, debido a 37 . . . l:t cl ! , amenazando 38 . . . 'i!Va l , las blancas no tienen nada mej or que permitir e l final d e torres y peones. 37 .Ud6 'ifeS! .l:.xeS 'i!VxeS 38 l::t dS 39 l:r.e6

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Diagrama 37

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Los finales de .l:.+4 peones contra 1:[+3 peones, todos en el mismo flanco, y en un tipo de posición "normal" suelen ser de tablas teóricas. Mientras que el bando defensor no incurra en una situación pasiva, en la que '>t>+ l:t +peo­ nes dominen el tablero, las tablas son relativamente fáciles de lograr. No hay razón por la que Korchnoi no deba sentirse aquí seguro. hS 40 Avanzar el peón h conducirá al inevitable (y, para las negras, deseable) cambio. Por otra parte, si las blancas activan inmediatamente su rey, las ne­ gras adoptan una firme formación defensiva de peones, con 40 . . . h5 ! Por consiguiente, la mejor posibilidad práctica de las blancas es 40 g4! , seguido de 41 'it>g3.

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AJEDREZ ESTRATÉG I CO

40 � g7 :a6 41 �g3 Las negras se contentan con mantener el statu quo. Decididamente, no quieren consentir la creación de peones aislados, capturando en hS. l:ta4 f4 42 .l:b4 �f3 43 l:ta4 :es 44 Aquí se aplazó la partida y las blancas sellaron su siguiente j ugada. El GM Polugaievsky se había reconciliado con la posibilidad de las tablas y, al reanudarse el j uego, disputó el resto de la partida prácticamente a ritmo de Blitz. El GM Korchnoi, sin embargo, se tomó su tiempo para asegurarse de que no se le escapaba nada. .S:a3+ l:tdS 45 46 'it>g4 Las blancas pueden intentar 46 'it>e2 l:ta2+ 47 l:td2 l:taS 48 eS ! ? , pero las negras tienen una posición segura después de 48 . . . gxhS 49 .Ud7 'it>g6 50 l:td6+ 'it>g7. .S:a2 46 l:th2! 47 g3 hxg6 48 La presión sobre el peón h significa que este cambio es necesario para activar la torre. Pero lo cierto es que el cambio sitúa a las negras un paso más cerca de las tablas. hxg6 48 l:te2 l:td7 49 eS 50 Debido a que su peón extra es el peón e, antes que el h, las blancas tie­ nen alguna posibilidad, y las negras deben mantenerse alerta para que su ul­ terior avance no les perjudique. l:te3 so 'it>f8 51 'it>h4 l:td8+ 'it> g7 52 53 l:ta3! :es 54 g4 La alternativa 54 e6 fxe6 55 l:txe6 simplifica aún más el final, convirtién­ dolo en '1t>+2 peones contra 'it>+peón. 54 l:ta4 'it> gS 55 l:taS! (D ) El plan defensivo más simple: las negras impiden el avance 56 fS, debido a 56 . . . l:txeS ! (véase jugada 71). Nada significativo sucede en las próximas dieciséis jugadas, con las blancas moviendo rápidamente arriba y abaj o, y las negras haciendo lo propio, pero a un ritmo más pausado.

D EFENSA GRÜNFELD

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:e7 .:tbS 56 J:!.d7 �aS 57 58 �f8 'it>h4 �d4 l:f.bS 59 60 .l:!.aS .:e4 .l:l.bS ne3 61 We7 62 �g3 63 �f8! � h4 .:as lld3 64 l:tbS l!d7 65 .l:tcS l:ia7 66 'i;; g7 .l:ta6 67 l:tbS 68 l:taS l:f.b4 69 .:teS l:tbS 70 'it' gS fS 71 Ahora se ha completado el círculo y las blancas plantean el examen final. 71 �xeS f6+ .:xeS 72 73 �f4 fxeS+ 74 'it'xeS gxfS Tablas. Las negras conservan la oposición después de 75 �xf5 �f7 76 'it>g5 �g7! y, por lo tanto, tablas seguras.

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AJEDREZ ESTRATÉG ICO

Partida

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Blancas: William Martz Negras: Craig Chellstorp Torneo Internacional de Houston, 1974

tt:Jf6 1 d4 2 c4 g6 d5 lt:Jc3 3 tt:Jf3 4 Una flexible y perfecta j ugada de desarrollo. Después de la temática 4 . . . .i.g7, las blancas pueden elegir entre la Moderna Variante del Cambio (con 5 cxd5), el Sistema Ruso, con 5 �b3 (llamado generalmente Variante Smys­ lov. N del T), así como otras líneas menos populares. 4 .i.g7 i.f4 5 Las blancas optan por la Variante Clásica, así llamada porque en los pri­ meros años de la Grünfeld era la línea de juego más popular. Su lógica es impecable: las blancas presionarán sobre el flanco de dama negro, con el al­ fil apuntando a c7 y la torre de dama se situará en la columna c. No obstan­ te, las posibilidades de las blancas de conseguir ventaj a de apertura no son, hoy en día, muy elevadas. La razón es que el contrajuego negro normalmen­ te consigue eliminar la superioridad blanca en el centro. 0-0 5 Las negras han completado su desarrollo en el flanco de rey, antes de ini­ ciar acciones centrales. No tienen que preocuparse por perder el peón e des­ pués de 6 cxd5? ! lt:Jxd5 7 lt:Jxd5 'it'xd5 8 i.. xc7, porque a cambio consiguen un importante adelanto en desarrollo después de la normal 8 . lt:Jc6 y, por tan­ to, mejores perspectivas. Por ejemplo: 9 e3 i.f5 10 i.e2 ltac8 1 1 i.g3 1Wa5+ 12 'it'd2 li:Jb4 13 0-0 l:tc2, Anikaev - T. Georgadze, URSS, 1 973. La inmediata 5 . eS también es totalmente satisfactoria, como demostró Gari Kasparov en la primera partida de su match por el Campeonato Mun­ dial de 1 986, contra Anatoli Karpov. 6 .:.ct Recientemente, esta jugada, que antes constituía la línea principal, ha si­ do reemplazada por la más flexible 6 e3, y la razón es que hemos aprendido . .

. .

DEFENSA G RÜNFELD

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que las blancas no pueden hacer nada sin proteger el peón de d4 y desarro­ llar su flanco de dama, mientras que el temprano desarrollo de la torre de dama no impide el contrajuego enemigo ni crea amenazas inmediatas. 8

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Las negras tienen aquí un problema práctico: ¿cómo responder a la tem­ prana movilización de las piezas blancas del ala de dama? ¿Deberían explo­ tar la indefensión del peón blanco de c4, capturándolo? ¿Deberían empren­ der un inmediato contraj uego con 6 . . . eS? ¿ Es una buena alternativa 6 . . . c6, asegurando el centro y cerrando la columna e? Creo que la clave para tomar las decisiones correctas es recordar el tema general de la Defensa Grünfeld. Las negras deben atacar el centro blanco, sobre todo presionando el peón d4, mientras que las blancas necesitan proteger su superior centro. 6 c6? ! La respuesta más segura y, según la teoría, perfectamente j ugable. Por lo tanto, mi calificación de j ugada "dudosa" no se basa en consideraciones teó­ ricas, sino en factores relacionados con el estilo y la experiencia, es decir, consideraciones personales. Si la única defensa de un j ugador es la Grün­ feld, se supone que está familiarizado con los diversos métodos temáticos de aplicar presión al centro blanco y, por lo tanto, se sentirá incómodo con una protección pasiva de su propio centro. No obstante, si usted cuenta con va­ rias defensas a 1 d4, entre ellas y de forma particular la Eslava, entonces la textual es excelente. En tal caso, simplemente está usted apuntalando su ca­ sa de la forma habitual. Los practicantes de la Eslava reconocerán la posi­ ción resultante como una Semi-Eslava, en la que las negras se han decanta­ do por el fianchetto de su alfil de rey, manteniendo la diagonal abierta para el alfil de dama.

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AJED REZ ESTRATÉG I CO

Sin embargo, es mi convencida opinión que los jugadores de la Grünfeld deberían optar por 6 . . . dxc4 o quizá, mejor aún por 6 . . . c5. El juego carac­ terístico en cada una de estas líneas es: 1) 6 . . . dxc4 7 e3 �e6 8 lt:Jg5 �d5 9 e4 h6 1 0 exd5 hxg5 11 �xg5 lt:Jxd5 12 �xc4 lt:Jb6 13 �b3 lt:Jc6 14 d5 lt:Jd4 15 0-0 �d7, con posibilidades aproxi­ madamente igualadas, Rogers - Ftacnik, Biel, 1984. 2) 6 . . . c5 7 dxc5 .i.e6 8 e3 lt:Jc6 9 �e2 CZJe4 10 0-0 CZJxc3 1 1 bxc3 dxc4 12 lt:Jg5 �d7 13 .i.xc4 liJaS 14 .td5 J:tc8 15 ·�d3 e6 16 .i.f3 e5 17 �g3 l:txc5 18 J:tfd l J:tc7, Farago - W. Schmidt, Polanica Zdroj , 1981. El famoso centro de las blancas ha desaparecido y las negras han conseguido una total igualdad. 'it'aS e3 7 El plan más activo de las negras, planteando una clavada, con cierta pre­ sión en el flanco de dama. La teoría también valora mucho 7 . . . �g4, para desprenderse del "mal" alfil, después de 8 h3 i.xf3 9 'iVxf3, protegiendo a renglón seguido el centro con 9 . . . e6. Sin embargo, sospecho, una vez más, que los impacientes j ugadores de la Grünfeld deben sentirse incómodos con las sólidas, pero pasivas, posiciones resultantes en esta línea. 8 �b3 Aplicando presión sobre d5 y b7, aunque la dama queda aquí expuesta a una acción de contraj uego. La más modesta 8 'iVd2 ! , saliendo de la clavada y abriendo la posibilidad 9 cxd5, parece más adecuada para conseguir una pe­ queña ventaj a de apertura. 8 dxc4? Esta jugada y la continuación inmediata muestran el grave peligro que su­ pone mezclar temas estratégicos. Aquí, las negras primero aseguran el domi­ nio del punto central d5 jugando la pasiva y defensiva 6 . . . c6; luego, dos mo­ vimientos después, renuncian a su concepción estratégica entregándolo. No es que el concepto . . . dxc4 sea tan malo, como una forma de ganar tiempos en desarrollo, pero su ejecución requiere más paciencia y desarrollo prepa­ ratorio. Por consiguiente, las negras deberían jugar antes 8 . . . lt:Jbd7! A con­ tinuación las negras " amenazan" 9 . . . dxc4 10 i.xc4 lt:Jb6, y prevenirlo con 9 cxd5 permite a las negras un desarrollo equilibrado, con 9 . . . CZJxd5 1 0 �g3 lt:J7b6, seguido de 1 1 . . . .i.e6, con posibilidades igualadas. Como forma de conservar cierta ventaja después de 8 . . . C2Jbd7 ! , el GM Korchnoi introdujo (en su partida contra Martz, Chicago, 1982) la elegante jugada de espera 9 h3, y después de 9 . . . dxc4 10 �xc4 lZJb6, continuó con 1 1 �c7 ! lZJe8 12 �e5 lt:Jxc4 13 �xc4 .i.e6 14 'i!Ve2. Entonces, en lugar de la continuación de la par­ tida, 14 . . . lZJd6 ? ! 15 i.xg7 ..1c4 1 6 �c2 �xg7 17 CZJe5 ..1e6 1 8 0-0, con peque­ ña ventaj a blanca debido a su fuerte centro, el GM Hort recomienda 14 . . . �xe5 15 lZJxe5 C2Jf6 ! 16 0-0 c5, cuando, con la eliminación de la ventaj a cen­ tral de las blancas, las negras han podido alcanzar una total igualdad.

D EFENSA G RÜNFELD

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�xc4 9 bS? É sta era, naturalmente, la continuación vinculada a la anterior jugada de las negras: expulsar el alfil de su dominante diagonal y seguir con 10 .ie6. Aquí deben observarse las deficiencias inherentes a una búsqueda de con­ traj uego no temática. Las negras se crean nuevas debilidades ( c6, b5) , mien­ tras el flanco de dama sigue sin desarrollarse. Por lo tanto, el castigo es rápi­ do y severo. Si las negras hubiesen visto lo que iba a pasar, se habrían atrincherado con 9 . . . e6. Ahora es demasiado tarde para jugar 9 . . tZ:lbd7? ! , debido a que con 10 tZ:lgS e6 11 i.. xe6 fxe6 12 tZ:\xe6 ! las blancas consiguen una clara ventaja. 10 �xf7+ ! ! laxf7 . . .

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Diagrama 40

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Las negras esperaban 11 tZ:leS? ! , que podría neutralizarse con 1 1 e6. Pero las blancas prosiguen con una sutileza que pone de manifiesto todas las debilidades de la posición negra. 11 .i.xb8! .l:.xb8 12 e6 tZ:leS ¡yb6 13 tZ:\xc6 14 'i!�Yxb8 tZ:lxb8 15 .:.b7 ¡yxbS! 16 ¡vas Las jugadas precedentes han sido más o menos forzadas para ambos bandos. La orgía ha terminado y un balance de los daños muestra que con torre y tres peones por dos alfiles las blancas tienen una clara ventaj a mate­ rial. Debido a que cuentan con una configuración de peones compacta y un buen desarrollo de piezas, tan pronto como enroquen las blancas pueden es­ perar conseguir una posición ganada. . . .

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AJEDREZ ESTRATÉGICO

.l::!.xb2! 16 De lejos, la mej or posibilidad práctica, ya que recuperan el peón y acti­ van la torre. Era desesperado 16 . . . j,d7?! 17 b3 j,c6 18 Wig5 ! , como se j ugó en la partida Navarovsky - Sehlstedt, Reykjavik, 1 957, que las blancas gana­ ron en la jugada 26. 17 'iVd8+? ! Las blancas s e anotan u n punto con la brillante idea que subyace d e este j aque. Sin embargo, no es la mejor jugada. Lo que sucede aquí es que come­ ten un error muy común: j ugar al ataque con algunas piezas y no con todas. Más fuerte era 17 l2Ja4 ! , cuando 17 . . . .l:!.b1 ? pierde ante 18 0-0 ! l:txc1 1 9 'ti d8+, seguido d e 20 Uxcl. Por l o tanto, era necesario 17 . . . .l:tb7, pero la ventaj a blanca, después de 1 8 0-0 �d7 19 l2Jc5, está muy cerca de resultar decisiva. 17 18 l2Je4 La clave de la j ugada anterior, que plantea numerosas amenazas: 1 9 tt:'lg5++, 1 9 tt:'ld6+ y 19 l!c7+. Sin embargo, ¿no puede resultar u n problema el rey blanco sin enrocar? Los dos jaques siguientes son evidentes y forza­ dos. 18 'i'b4+ 19 'it>fl j_a6+ 20 'it>g1 8

Diagrama 41

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h

Las blancas han salido de los j aques, renovando todas sus amenazas. ¿ Qué harán ahora las negras? 20 gS?

DEFENSA GRÜ NFELD

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He aquí la respuesta: las negras permiten la combinación que sigue y un rápido desenlace. También 20 . . . t2Je8? conducía a una rápida derrota: 21 t2Jg5+ �f8 22 t2Jxe6+ \t>t7 23 :c7+ ! ! 'it>xe6 (23 . . . t2Jxc7?? 24 ttJg5++) 24 "ilfxe8+ �f5 25 l:[f7+ Wg5 26 'i!Vd8+ � h5 27 g4+ ! Wxg4 28 l!tf4+ 'it>h5 29 �h4++ (análisis del GM Robert Byrne). Existía, sin embargo, una defensa: 20 . . . �f8 ! ! En la partida Kluger Molnar, Hungría 1 955, las negras incluso consiguieron un buen contraj uego. l:[c7+ W g6 21 22 l:[xg7+! Wxg7 'iWxf6+ 23 ..tgs Wh8 'ii'xg5+ 24 �eS+ 25 'it>g8 h4 26 Las negras se rinden. Las blancas amenazan un ataque de mate con 27 !th3 y 28 .l:.g3+. La ten­ tativa de pararlo con 26 . . . :b1+ 27 Wh2 l:[xh1 + 28 Wxh1 �b1 + 29 'it>h2 'ii'x a2 deja a las negras con tres peones menos, después de 30 'iWb8+ 'it>g7 3 1 ¡fxa7+.

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Blancas: Pia Cramling Negras: Aldo Halk Torneo Internacional de Metz (Francia), 1989

d4 1 g6 i. g7 e4 2 Al elegir el orden de j ugadas de la Defensa Moderna, las negras mues­ tran su inclinación a convertir la apertura de carácter cerrado en otra semia­ bierta, como la Pire o la citada Moderna. Esto sería lo que se produciría si las blancas jugasen ahora 3 lt:Jc3 o 3 lt:Jf3. Su respuesta, sin embargo, demues­ tra claramente que prefieren permanecer dentro de un sistema cerrado, más o menos convencional. Tal y como se menciona, el nombre de Defensa Mo­ derna se aplica a sistemas en los que las negras fianchettan su alfil de rey, re­ trasando la j l!gada' . . . lt:Jf6. Si las blancas no j uegan c4, la apertura tendrá un carácter semiabierto. Si las blancas j uegan c4, entonces la apertura pasa a in­ tegrar el complejo de aperturas cerradas. d6 c4 3 lt:Jc3 4 tZ:ld7 Las blancas han elegido la Variante Averbaj contra la Defensa Moderna, y las negras responden con lo que se considera el método más correcto para permanecer dentro de ese complejo defensivo. El camino que antes se pre­ fería, 4 . . . eS, se ha archivado, en virtud de 5 dxe5 ! dxe5 6 �xd8+ Wxd8 7 f4! , con lo que las blancas consiguen una presión muy molesta contra e l rey ne­ gro en el centro. En lugar de la textual, las negras pueden trasponer de inmediato a la In­ dia de Rey, con 4 . . . tZ:lf6. Las blancas, sin embargo, disponen de buen núme­ ro de opciones acerca de cómo enfocar el juego. Por ejemplo: la Variante Sa­ misch (5 f3) , la Variante Averbaj (5 Sle2 y 6 i.. g5), o la Variante Clásica (5 tZ:lf3) . 5 eS

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Este avance no tiene defecto alguno, ya que tras 6 dxe5 dxe5 , las su­ perioridad de las blancas en el centro ha disminuido (puesto que han cam­ biado un peón de la cuarta fila por otro de la sexta) , sin conseguir nada a cambio. lbgf6 i.e2 6 Por fin, se ha alcanzado, por trasposición, la Defensa India de Rey. 7 �o �o 8

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Tras algunas importantes inversiones de movimientos, se ha llegado a la línea más posicional de la Variante Clásica. El orden normal de jugadas (y el que tendrá que buscar en los libros de aperturas, como referencia) es: 1 d4 lbf6 2 c4 g6 3 lbc3 i.. g7 4 e4 d6 5 lbf3 0-0 6 i.e2 eS 7 0-0 lbbd7. Es importan­ te comprender que el orden de jugadas empleado en esta partida es un huésped frecuente de Jos torneos internacionales. Tiene dos ventaj as esen­ ciales: 1) se elimina cierto número de variantes contra la India de Rey, y 2) las negras no tienen que preocuparse por defender el final ligeramente infe­ rior que se produce tras 7 dxe5 dxe5 8 'iVxd8 l:[xd8 9 �g5, sino que se asegu­ ran llegar a un medio juego característico de la India de Rey. Por supuesto, estas ventajas no se consiguen sin ceder nada a cambio: las negras se arries­ gan a entrar en la Defensa Pire, o en las variantes semiabiertas de la Defen­ sa Moderna y, por lo tanto, tienen que estar preparadas también para j ugar esos esquemas. Es hora de detenernos en las características de la Defensa India de Rey. La estructura básica de peones se produce después de la cuarta jugada ne­ gra en la línea principal (1 d4 lbf6 2 c4 g6 3 lbc3 i..g 7 4 e4 d6).

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La India de Rey, en una comparación simplista, puede considerarse una hermana más modesta y paciente de la Grünfeld. Detengámos en estas ca­ racterísticas: Las negras permiten que las blancas construyan un fuerte centro (peones en c4, d4 y e4), pero con 4 . . . d6 impiden cualquier proyecto de incursión en su campo. • En la primera fase de la apertura, las negras mantienen la posición cerra­ da, de modo que corren menos riesgos de ser arrinconadas que en la Grünfeld. • El contrajuego habitual de las negras también es sobre la casilla d4. El pri­ mer paso suele ser con uno de los avances . . . eS o . . . eS. Sabemos por expe­ riencia que el avance . . . eS es más efectivo en la mayoría de los casos, por­ que sitúa en la quinta fila un auténtico peón central. •

Volvamos a la posición que se produce antes de la 7• jugada negra, en el orden normal de jugadas, es decir, con el caballo de dama todavía en b8. Ahora las negras disponen de tres opciones: 1) 7 . . exd4 entrega el centro y no se considera correcta al lOO % ; 2) 7 . tt::l c6 plantea una presión temática sobre d4. Se conoce como Variante Mar del Plata (le han salido muchas "no­ vias " a esta popular variante, introducida por el GM Svetozar Gligoric en el torneo de Mar del Plata de 1953, y especialmente preparada para su partida contra Najdorf; la denominación que prevalece, al menos en el mundo hispa­ no, es Variante Yugoslava; sin embargo, lo justo sería que se llamase Variante Gligoric, N del T) , y se trata de una variante de alto riesgo, que ha recupera­ do buena parte de su antigua popularidad; 3) 7 . tt::l b d7, conocida como Va.

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riante Posicional, y que ha sido una de las armas principales en la India de Rey, desde la Segunda Guerra Mundial. La Variante Posicional debe su popularidad a su innata flexibilidad. Aun­ que el caballo de dama parece que ignora d4, pronto puede aplicarse pre­ sión sobre esa casilla, mediante la maniobra . . . c6, . . . exd4, . . . �b6, . . . lt:lg4. Las negras también pueden emprender contraj uego sobre e4, a base de . . . exd4, . . . l:!e8 y . . . liJeS. Los temas estratégicos esenciales de esta variante son: 1) Las negras deben crear contrajuego sobre d4 o e4, según la elección blan­ ca de subvariante. Si las blancas mantienen el centro cerrado, con el avan­ ce dS, las negras pueden tratar de minar el peón d con . . . c6 y/o atacar la base e4, con . . . fS. En todos los casos, las maniobras negras deben ser ex­ tremadamente precisas y sofisticadas, porque si sus acciones de contra­ j uego no tienen éxito, la superioridad central de las blancas dejará muy restringida su posición. 2) Las blancas necesitan impedir que las negras creen un contraj uego efecti­ vo contra d4 y/o e4. Si lo consiguen, su centro superior les permitirá ejer­ cer una fuerte presión contra la posición negra. Aquellas posiciones en las que las blancas deciden eliminar la tensión central, jugando dS, o cam­ biando dxeS (con . . . dxeS como respuesta negra) disponen los respectivos campos de acción de este modo: las blancas tendrán el suyo en el flanco de dama; las negras, en el flanco de rey. �c2 8 La textual y 8 ..1e3 se han vuelto cada vez más populares en los noventa. Antes, la línea casi exclusiva era 8 lite1 , y después de 8 . . . c6, 9 ..tfl , con idea de impedir todo contrajuego sobre e4. 8 'i!Vc2 es una forma más flexible de conseguir el mismo objetivo, dado que la dama protege e4, manteniendo en cartera la posibilidad de que la to­ rre de rey se sitúe en d1 para proteger d4 y presionar sobre la columna d. 8 aS?! Una instructiva imprecisión (o quizá un error) de apertura. La jugada constituye un método habitual para asegurar al caballo de dama una posi­ ción estable en cS. Sin embargo, la realización de esta maniobra debe ser más precisa, porque implica un compromiso estructural permanente: el de­ bilitamiento del flanco de dama. Aunque en este momento sólo parece debi­ litarse bS, las consecuencias a largo plazo son peores, porque si las negras proyectan jugar . . . c6 para cubrir la casilla dS , entonces d6 y b6 quedarían debilitadas de forma permanente, y también resulta vulnerable la casilla cS. El orden correcto de j ugadas es 8 . . . c6 9 l:!d1 'i!Ve7. Si, entonces, 1 0 l:!b l , sigue 10 . . . aS, que parece perfectamente jugable, como e n l a partida J. Lau­ tier - V. Hort, Olimpiada de Novi Sad, 1990.

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dxe5! 9 Una decisión que no debe tomarse a la ligera, dado que con la recaptura de peón 9 . dxeS se evapora la superioridad central de las blancas (recor­ demos que se trata del cambio de un peón en cuarta fila por otro en sexta). Aquí el cambio es efectivo porque las blancas pueden comenzar a explotar las debilidades negras en el flanco de dama, según la nota anterior. Conviene observar, sin embargo, que si las negras, en lugar de haber ju­ gado 8 . . aS? ! hubiesen optado por 8 . . c6, entonces 9 dxeS dxeS no sería efectivo para las blancas, porque no hubieran conseguido nada a cambio de reforzar el centro negro. A menudo, tales cambios inmotivados se convier­ ten en un bumerán , porque sobre una base estratégica la casilla d4 de las blancas puede resultar vulnerable, mientras que dS queda, por parte de las negras, controlada para siempre. 9 dxe5 No hay elección, ya que 9 . ltJxeS ? ! dej aría a las blancas con un centro superior, mientras que las negras quedarían con una debilidad permanente en bS, que puede resultar vulnerable ante el ulterior avance eS, cuando las blancas hayan situado una torre en la columna d. Después de la textual, surge otra deficiencia a largo plazo en la posición negra: se ha bloqueado la diagonal del alfil de rey. En circunstancias norma­ les, este problema puede ser resuelto de forma inmediata, pero aquí consti­ tuye otro lastre para las negras. c6 �e3 10 Lamentablemente, las negras no tienen otro remedio que proteger la ca­ silla dS de este modo. Si, por ejemplo, sigue 10 . . . Wi/ e7? ! , después de 11 liJdS ! ltJxdS? ! 12 cxdS, el peón e negro quedaría indefenso. 11 :adl I:te8?! Según Cramling, ésta es una nueva imprecisión. Dado que las negras de­ ben retirar, en cualquier caso, la dama de la columna d (la amenaza blanca es 12 ltJxeS), deberían hacerlo inmediatamente con 1 1 . . . Wi/e7. Después de la textual, las blancas pueden ejercer un control absoluto de las casillas oscu­ ras en el flanco de dama (b6, eS, d6). 'W/e7 ltJa4! 12 (D ) liJd2! 13 Amenazando 14 eS, seguido de 1S ltJc4, cuando las blancas tendrían el claro objetivo de situar un caballo en d6, o incluso ganar el peón a. Obsérve­ se que en este tipo de posiciones no hay aspectos positivos en el avance 8 aS ? ! , sólo negativos. 13 liJffl De otro modo, las negras no podrían desarrollar su flanco de dama, pero ahora el alfil de dama de blanco se infiltra, vía eS, en la vulnerable casilla d6. De nuevo salen a relucir los problemas inherentes al avance 8 . . aS? ! , por.

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que si el peón a se encontrase en su casilla inicial, entonces las negras podrí­ an j ugar 13 . . . b6, seguido de 14 . . . i.b7. Wl/e7 .tes 14 1S lZ:Jf3! Amenazando con que, una vez situado el alfil en d6, quedará perdido el peón e. Esto obliga a las negras a desactivar, de nuevo, una pieza, esta vez el caballo de rey. lZ:J6d7 1S 16 Wild8 i.d6 eS 17 Wilf6 :;¡fe1! 18 Las negras se encuentran en tal atolladero que no pueden mejorar de ningún modo su posición. En consecuencia, las blancas aplican la bien cono­ cida estratagema, formulada por primera vez por el ex campeón mundial Mijail Botvinnik, a saber: en situaciones en las que el bando defensor no puede mejorar su posición, el bando fuerte debería realizar algunas jugadas de espera, al acecho de un nuevo debilitamiento por parte del bando infe­ rior. Esto da un resultado inmediato. 18 hS? ! Debilita la importante casilla g5. Si 1 8 . lZ:Je6, entonces 1 9 t'Ll b6! , como sucede una jugada más tarde. Lo mejor que pueden hacer las negras es 18 . . . h6, seguido de 1 9 . . t'Llh7 y 20 . lZ:JgS, aunque su posición sigue siendo está­ tica. t'Lle6 h4! 19 Si las negras no hacen nada, las blancas continuarán con 20 i. c4 y 21 t'Llg5, pero la textual permite el truco táctico que sigue. t'Llxb6 t'Llb6! 20 . .

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Wl/e7 ..ixe5 21 22 ctJd7? i.xg7 Este ejemplo de craso materialismo lleva las negras a una situación des­ esperada, pues su flanco de rey resultará ahora indefendible. Había que to­ mar el alfil de dama blanco, cuando tras 23 cxb6 1as ventajas blancas resulta­ rían evidentes: el peón extra (aunque doblado), superior centro y desarrollo, y debilitado flanco de rey de las negras. Con todo, las posibilidades negras serían infinitamente mejores que en la partida, porque contarían con cierto margen de especulación. En la partida, sencillamente no podrán hacer nada. 23 ..ic3 ctJdxc5 ..tn ttJg7 24 25 'i'd2! 8

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Las blancas se disponen a aprovechar de inmediato las debilidades cró­ nicas del enroque negro, con 26 �h6, seguido de 27 ctJgS. Las negras lo impi­ den a corto plazo, pero a costa de una nueva pérdida de tiempo. 25 Wh7 26 �g8 lLlg5+ 27 Jtc4 .ie6 28 ctJxe6 ctJcxe6 �f8 29 ¡¡h6 a4! 30 Tras impedir cualquier tipo de contrajuego en el flanco de dama, las blancas se disponen a irrumpir con sus torres sobre la columna d, empezan­ do por 31 :d7. Las negras no pueden impedirlo con 30 . . . l:tad8?, debido a 31 lhd8, cuando 31 . . . lixd8 pierde, por 32 i.xe6, y 31 . . . lLlxd8 se refuta con 32 'iVxg6.

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Por consiguiente, las negras deciden arroj ar al viento un peón en el flan­ co de dama, como una forma azarosa de continuar la partida. El juego, hasta la jugada 40, tuvo lugar en mutuos apuros de tiempo. En tales circunstancias, la única posibilidad práctica de las blancas es conservar lo que han consegui­ do, hasta superar el control de tiempo. b5 30 axb5 cxb5 31 i.xb5 .laec8 32 j¿f6 33 Inmediatamente decisivo era 33 i.d7 ! , seguido de 34 i.xe6. 33 �c7 �b4 llcl 34 .laac8 i.tl 35 .l:f.xc7 36 .l:.xc7 .l:f.d1 l:.c8 37 37 . . . 'iVxe4? ? pierde al instante, por 38 .lild8+ ! 'iVe3 liJeS 38 'iVb3 39 i.c3 .laa1 40 Indudablemente, es más fuerte 40 .:r.d7 ! 40 a4 jLe2 .:.ds 41 c¡th2 42 Como era habitual en la década de los noventa, el j uego durante la se­ gunda sesión continúa a la velocidad de 20 j ugadas/hora. La posición blanca está teóricamente ganada: un buen peón extra, centro superior y posibilida­ des de ataque contra el flanco de rey negro. No obstante, y como ya sabe­ mos, el problema de las posiciones ganadas es que hay que convertirlas en un punto entero. El enfoque de las blancas resulta muy instructivo: se toman su tiempo en cada j ugada, impiden cualquier asomo de contrajuego y pro­ gresan de forma lenta pero segura. ltJ8g7 42 'it>h7 43 g3 f5 44 'ii'f3 ltJxf5 exf5 45 'iVb6 'iVe4 46 47 l:.f8 'it>g2 llti lttl 48 'ii'xa4 49 (D) Ahora las blancas tienen dos peones de ventaj a, siguen contando con la parej a de alfiles en una posición abierta y el flanco de rey negro permanece debilitado. Cramling prosigue de forma eficaz, como se debe jugar para ga. . .

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nar una posición ganada: reforzando la suya, a la vez que neutralizando las oportunidades del contrario. 49 ttJed4 50 �d8 �a6! 51 .l:íe7 �c4 52 �aS+ i.dl \tt h3 Wi/a7 53 54 �d5! Centralizando de nuevo la dama, tras la incursión de captura 49 'i!Vxa4. 54 'i!Va6 'iti>g2 55 Wiif6 56 �b3 .l:íe2 Wgl �eS 57 'i!Vxt7 58 'iVf7+ ltJe2+ 59 i.xf7 Wg2 60 .l:íe7 60 . . . llf8 61 i.a2! ltJexg3 se para con 62 .l:íel ! i.a2 61 J:c7 61 . . . ltJxc3 62 bxc3 .l:íe2 falla por 63 i.bl (63 . . . étJe3+ 64 Wf3). 62 i.f6 ltJexg3 �el! 63 Por supuesto, 63 fxg3 étJe3+ 64 Wgl también gana fácilmente, pero la tex­ tual es todavía más fuerte, dado que el aventurado caballo de g3 sigue "cap­ turable" , mientras que las blancas maquinan un ataque de mate. 63 .l:íc2 64 lle8 g5 65 hxg5 Las negras se rinden. Si 65 . . . h4, llega el desenlace con 66 i.f7 ltJg7 67 g6+ Wh6 68 �h8++.

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Partida

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Blancas: Anatoli Karpov Negras: Gari Kasparov Nueva York, 1 990 Campeonato del Mundo ( 1 9a partida)

d4 1 tt:lf6 2 c4 g6 tt:lc3 3 .i.g7 e4 4 d6 tt:lf3 5 0-0 eS 6 i.e2 El GM Kasparov debe utilizar el orden normal de jugadas en la India de Rey, puesto que contra la línea principal o Variante Clásica pretende jugar la Variante Mar del Plata (7 . . . lt:Jc6). Por otra parte, existe escaso riesgo de que Karpov se decida a entrar en el final derivado de 7 dxeS, porque sus po­ sibilidades de ganar, contra un jugador del calibre de Kasparov, serían míni­ mas. En un match por el Campeonato del Mundo el aspirante debe jugar a ganar con las piezas blancas. Esto no significa que deba incurrir en riesgos estúpidos, pero sí que debe plantear a su oponente continuos retos. El bien conocido y ligeramente superior final que se produce después de 7 dxeS dxeS 8 'Vi'xd8 1:1xd8 9 i.gS no puede considerarse un reto para Kasparov. 7 i.e3 Antes de este match, Karpov había jugado únicamente 7 0-0. Lo más probable es que evitase esta continuación a causa de los sobresalientes re­ sultados obtenidos por Kasparov con 7 . . . lbc6. Es posible que el equipo de Karpov no hubiese encontrado ningún fallo en el arsenal de Kasparov al j u­ gar la Variante Mar del Plata. La textual caracteriza la Variante Gligoric, que recibe su nombre del GM yugoslavo Svetozar Gligoric quien, con sus éxitos, la introdujo al máximo ni­ vel a comienzos de los años sesenta. Se trata de una variante flexible y ambi­ gua. La primera clave es que el intento de refutarla con 7 . . . tt:lg4 se neutra­ liza con 8 .1 g5. En ; ealidad, estas j ugadas forman una línea importante de la

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Gligoric, pero j ugable para ambos bandos. Las ideas estratégicas contenidas en 7 .ie3 son de dos caras: 1) Las blancas mantienen en el aire la cuestión relativa al emplazamiento de su rey: enroque corto, largo, o en el centro (como en esta partida). 2) En caso de . . . exd4, las blancas tienen la posibilidad de retomar de alfil. En cierto sentido, la Variante Gligoric plantea un reto a las negras, acerca de cómo deberían jugar para "refutarla", porque en varios momentos las ne­ gras pueden jugar . . . tt:Jg4, atacando el alfil de dama blanco. ¿Cuándo es re­ comendable hacerlo y cuándo es una seria pérdida de tiempo? Estas consideraciones hacen que la Variante Gligoric sea poco conve­ niente para Karpov. Su talento único sobresale en la comprensión de varian­ tes estratégicamente claras, con mayor profundidad y con mayor sofistica­ ción que nadie. De modo que la ambigua Variante Gligoric no propicia la expansión de ese talento. 7 c6 La viabilidad de la variante queda ilustrada por el hecho de que aún des­ pués de treinta años de j ugarse en la alta competición, la teoría sigue sin pro­ nunciarse acerca de cuál es la respuesta más efectiva de las negras. Sólo en es­ te match, se empleó un método diferente en cada una de las cinco partidas en que se planteó. En la tercera, las negras jugaron 7 . . . 'W/e7; en la quinta y sépti­ ma, 7 . . . tt:Ja6 8 0-0 c6 y 7 . . . tt:Ja6 8 0-0 tt:Jg4, respectivamente; en la undécima, Kasparov prefirió la inmediata 7 . . . exd4, mientras que aquí optó por 7 . . . c6. La razón inmediata de la textual es cubrir la casilla d5, un concepto sofisti­ cado que al realizarse mantiene abiertas todas las demás opciones. Tenemos aquí una variante en la que ambos bandos juegan como el ratón y el gato: a la flexibilidad/ambigüedad de las blancas oponen las negras las mismas armas. d5 8 8

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La réplica más fundada. Las alternativas son: 1 ) 8 dxeS dxe5 9 'iVxd8 �xd8 10 ltJxeS �e8 1 1 f4 liJbd7 ! 12 liJxd7 tLlxe4 ! , con final igualado (GM Azmajparashvili). 2) 8 0-0, cuando 8 . . . tLla6 traspone a la 5" partida del match. 8 . . . exd4 9 liJxd4, que podría trasponer a la 1 1 a partida y 8 . . . exd4 9 i.xd4, que se considera le concede a las negras excelentes perspectivas de igualdad, tanto después de 9 . . ¡ve7, como de 9 . . . � e8. 3) 8 'iVd2, cuando después de 8 . . . liJbd7 9 0-0 l:.e8, u 8 . . . .:es, las blancas deben jugar dS, y la situación de la dama en d2 estorba la posible redispo­ sición del alfil de dama o el caballo de rey. .

Al cerrar el centro las blancas impiden . . . exd4, se aseguran una conside­ rable ventaj a espacial y plantean la confrontación estratégica más temática de la India de Rey. Debido a su ventaj a de espacio en el flanco de dama, las perspectivas de l as blancas se encuentran en ese sector: a) Si las negras j uegan . . . cxd5, entonces tras cxd5, la primera posibilidad de incursión para las blancas es a través de l a columna e, siendo d6 y c7 los puntos vulnerables que deben atacar. b) Si las negras cierran la columna e con . . . eS, las blancas deberán preparar la apertura de la columna b mediante la ruptura b4. El contrajuego temático de las negras se inicia con el avance . . .fS. Según la reacción de las blancas a ese avance, decidirán: a) Seguir avanzando con . . .f4. b) Seguir presionando sobre e4, con . . . tLlf6, tratando de forzar el cambio exfS, cuando tras . . . gxfS, las negras incrementarán su influencia sobre el centro. e) Cambiar . . .fxe4 cuando las blancas deban retomar en e4 de peón f y las negras puedan explotar la abierta f. Este último enfoque es el que requie­ re calibrar con mayor precisión el momento oportuno. 8 ltJ g4 Creo que esto es más efectivo que 8 . . . cxd5 9 cxd5, porque las blancas dispondrían de un claro objetivo estratégico en la columna c. Las negras no tienen prisa en cambiar peones en dS. M antener abierta esa posibilidad difi­ culta a las blancas la formulación de un plan claro. Por su parte, las blancas tampoco deben dejarse tentar por un prematuro dxc6, ya que después de . . . bxc6 las blancas habrían perdido su control de dS. f6! 9 i.gS Es importante obligar a las blancas a tomar una pronta decisión en cuan­ to a la diagonal en que se situará el alfil de dama. Cuando lo hagan, las ne-

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gras se dispondrán a explotar ese factor. La evidente 9 . . . �b6? ! es ineficaz, ya que después de 10 0-0 'iVxb2? ! 11 li:Ja4 �a3 12 .icl 'iWb4 13 .id2 'iWa3 14 :b1 ! , la dama negra se encuentra en serias dificultades. 10 �h4 Ralentiza el plan negro de jugar . . . fS, pero a costa de situar pasivamente el alfil. Las blancas tendrán que invertir tiempo para resituarlo. Las retira­ das 10 .tc1 y 10 i.d2 permiten la inmediata 10 . . . fS ! ? A partir de la textual, ambos bandos deberán mostrar un gran refinamiento en sus maniobras, si quieren obtener lo mejor de sus respectivas posiciones. 10 li:Ja6! Esta flexible j ugada de desarrol lo constituye, al parecer, una novedad. Las negras quieren apurar su desarrol l o tanto como les sea posible antes de emprender acciones definitivas. Otro tratamiento normal de la posición es 10 . . hS, pero las blancas aún no han enrocado en el flanco de rey, de modo que parece imprudente debilitar la posición del propio rey. li:Jd2 li:Jh6 11 12 a3 Debido a que las negras han evitado jugar . . . cxdS, el plan más efectivo para las blancas, contra el flanco de dama enemigo, no es fácil de captar. La textual prepara la expansión en ese flanco, con b4, pero una preparación más eficaz sería 12 :bl . Las blancas evitan que, en este último caso, las ne­ gras puedan jugar . . . cxdS, cuando la torre estaría mejor situada en el. Esa suposición, sin embargo, me parece un tanto ingenua, dado que las negras rehúsan continuamente tomar en dS. u CZJn t3 13 No parece que la consecuente 13 b4 tenga nada malo. Las blancas prepa­ ran, en cambio, la voluntaria retirada del alfil de dama, que tiene el inconve­ niente de permitir que el flanco de rey negro se movilice rápidamente. El GM Karpov debe haberse sentido incómodo en la ambigua Gligoric, al me­ nos en esta partida, puesto que en las partidas posteriores del match optó por la Variante Samisch. .th6 13 i.t2 f5 14 'iWc2 15 Ha dado comienzo el juego temático de las negras en el flanco de rey, pe­ ro las blancas siguen contando con todas sus opciones. De nuevo, no tiene nada malo la temática 1S b4 (1S . . . 'iWgS 16 g3) . Las blancas podrían también enrocar, ya que después de 1S . . . 'iWgS 16 li:Jb3 eS 17 liJaS ! (GM Seirawan), las piezas menores blancas del flanco de dama están situadas de forma más efectiva que las negras del flanco de rey. 15 .td7! .

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Completando e l desarrollo d e sus piezas menores, antes que precipitarse con 1S . . . �gS, que no conduce a nada tras 1 6 g3 . Las negras muestran un perfecto conocimiento de los principios clásicos, y también acreditan poseer el nivel requerido de paciencia. Está jugando el campeón del mundo en su plena madurez, aunque sólo tenga 27 años. b4 eS 16 Con el peón b finalmente movilizado, las blancas amenazaban 17 dxc6 bxc6 18 eS , con serios problemas para el centro negro. Por lo tanto, las ne­ gras ponen freno a esa posibilidad, cerrando la casilla cS. Obviamente, 17 bxcS ? ! lt:JxcS 18 ..ixcS ? ! dxcS es malo para las blancas, que habrían debilita­ do sus casillas negras, mientras que el caballo de rey negro obtiene una fan­ tástica casilla de bloqueo en d6. Por otra parte, las blancas lograrían un peón pasado y protegido, pero que sólo resultaría valioso en un final, y antes las blancas tienen que navegar muchas millas en un arduo medio j uego, si quie­ ren llegar a ese puerto del final. 17 b6 .l:.íbl li:Jfl 18 Diagrama 48

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Disponiéndose a presionar sobre fS con 1 9 li:Je3. Después de 2S minutos de reflexión, el campeón del mundo halla una réplica a la altura de las circonstancias. 18 ..if4! ! La idea es que después de 1 9 lt:Je3 ? ! 'i!VgS 20 li:Jcd 1 , las negras pueden ju­ gar 20 . . . j,xe3 21 lt:Jxe3 f4, así que las blancas deciden expulsar al molesto alfil, pero a costa de un importante debilitamiento en su flanco de rey. ..ih6 19 g3

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h4 20 De otro modo, seguiría . . . lZ:ig5 , cebándose en las casillas f3 y h3, lo que puede resultar desagradable. Después de la textual, las negras se ocupan de trasladar su inútil caballo del ala de dama al de rey, con intención de situarlo en f6 y presionar sobre el peón e blanco. 20 lZ:ic7 21 g4?! Demasiado de lo mismo. Tras haber avanzado sus peones en el centro y flanco de dama, las blancas hacen ahora lo propio en el flanco de rey. Este avance debilita varias casillas y, considerando que el flanco de rey es el cam­ po de acción de las negras, hay que calificarlo de optimista. Como sugirió el GM Polugaievsky, lo correcto era 21 i.d3 ! , seguido de 22 lZ:ih2, manteniendo todas las casillas blancas bajo control. En tal caso, la delicada posición resul­ tante ofrecería posibilidades igualadas. 21 fxg4! i.f4! fxg4 22 Naturalmente, las negras no van a permitir que entierren vivo a su alfil con 23 g5. En f4 el alfil está seguro y es activo, una rara oportunidad para el alfil de rey en posiciones en las que las blancas han cerrado el centro con d5. lZ:ie3 lZ:ie8 23 24 lZ:icd1 h6! Impidiendo un eventual avance g5, por parte de las blancas, así como para disponer de la respuesta temática . . . g5 al avance h5, previniendo la apertura de líneas contra el propio rey. Pero, por supuesto, la casilla f5 irá a poder de las blancas después de la secuencia h5/ . . . g5, así que difícilmente podemos considerarla una j ugada obvia. Tras una reflexión de 22 minutos, el GM Kas­ parov logra desvelar la verdad última de la situación en el flanco de rey. h5 � �! Una formación de peones de este tipo (e5, g5, h6) es, normalmente, muy mala para las negras, porque su alfil de rey queda encerrado por los peones propios. Pero la situación aquí es tan diferente como la noche del día, por­ que el alfil de rey de f4 se encuentra seguro y fuera de su cadena de peones y es, en realidad, el mejor alfil del tablero. Por supuesto, esto está muy claro retrospectivamente, pero es más difícil de percibir cuando la lucha ante el tablero y el reloj están en marcha. lag1 26 El proyectado ataque en el flanco de dama se encuentra en punto muer­ to, y ahora las blancas se disponen a poner su rey a cubierto en su flanco. Entretanto, las negras utilizarán su tiempo para incrementar la presión so­ bre g4, así como para mejorar la posición de la dama y los caballos. 26 lZ:if6 �eS .l::t g2 27

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28 liJdS! Dado que en f7 el caballo, obviamente, no tiene perspectivas, se dirige a b7 para estar en su sitio si se abren líneas en el flanco de dama. 'it>gl 29 liJb7 \ii>h l? 30 8

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Las blancas parecen despreciar las posibilidades negras en el flanco de dama. Uno de los principios esenciales de la estrategia en el medio j uego es que si el bando que tiene ventaj a en un sector del tablero no se dispone a consolidarla, el oponente a menudo puede hacer que se cambien las tornas en ese sector, mediante una apropiada acción de contrajuego. Eso es lo que sucede aquí. Si las blancas hubiesen comprendido la seriedad de la situación, se habrían apresurado a mantener el flanco de dama tan cerrado como les fuese posi­ ble. Después de 30 b5 ! a6 31 a4 axb5 32 axb5 , el GM Azmajparashvili consi­ dera la posición equilibrada, mientras que el GM W. Watson califica la posi­ ción blanca de "muy incómoda" después de 32 . . . lla3. Parece bastante pre­ ciso afirmar que, después de 32 . . . i:ta3, las negras tienen, al menos, alguna ventaja: el alfil de f4 y el caballo de f6 son maravillosamente activos, y la úni­ ca columna abierta está bajo su control. 30 cxb4! a5! axb4 31 El minado de la antes superior formación blanca en el flanco de dama se ha completado. Las blancas no pueden permitirse 32 bxa5? bxa5 , ya que las negras tendrían entonces un peón pasado en la columna a, mientras que el peón extra de las blancas (el peón e) está superbloqueado.

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AJ E DR EZ ESTRATÉGICO

..txfS CbfS 32 exfS 33 Las blancas apenas tenían otra elección que concederse algún espacio con el cambio precedente, pero sólo puede considerarse favorable para las negras, puesto que su peón pasado y protegido es el peón central e y eso es mucho más fuerte en el medio juego que peón f blanco, también pasado y protegido, pero fuertemente bloqueado. axb4 33 liJeS!! lbb4 34 B uscando la dominación de las casillas centrales. Con el peón e blanco totalmente bloqueado, el peón b negro resulta irrelevante para los intereses mayores de las negras: alcanzar al rey blanco. Después de la tácticamente correcta, pero estratégicamente defectuosa, 34 . . . CbxdS? , las blancas j uegan 3S lib2, seguido de 36 �f3, y sus piezas vuel­ ven a cobrar vida. En tal caso, las posibilidades blancas serían más o menos equivalentes a las de las negras. lLlce4 .l:r.xb6 35 J:.e6 36 La torre sólo está bien aquí a primera vista, porque se echará de menos para la protección de su flanco de dama. Sin embargo, es difícil dar un buen consej o. Por ejemplo: 36 ..tf3 Cbxf2+ 37 l2lxf2 'iVcS 38 .l::t b l l:Ia3 le daría a las negras una fuerte iniciativa. 36 ..tgl .!:Ia3 es poco estimulante para las blan­ cas. Después de 36 �el, las negras pueden jugar tanto 36 . . . �eS 37 .!:lbS �d4, como recuperar, quizá, el peón, con 36 . . . tbxdS. 36 'iVb7 �el lial 37 B uena, pero seguramente era mejor 37 . . . I:ta3 ! , sobre todo teniendo en cuenta los graves apuros de tiempo de las blancas. Uno de los puntos a su fa­ vor es que la aparentemente lógica 38 i.d3? ! (38 l2lc3? 'iVb4 ! ) dej a a las blancas indefensas después de 38 . . . �a7 ! , amenazando 39 . . . �d4. Las blan­ cas necesitan, por tanto, jugar la inmediata 38 eS ! para ganar algún tiempo a efectos de remodelar su formación defensiva, y se trata de un movimiento difícil de j ugar con apuros de tiempo. �f3 38 �e3 39 Tablas. (O) ¡ Qué inesperado desenlace ! Al realizar su jugada, el GM Kasparov ofre­ ció tablas, que Karpov, con sólo dos minutos para su última jugada, aceptó rápidamente. En este momento, Kasparov seguía teniendo diez minutos en su reloj . Hay que reconocer que es un objetivo muy difícil de cumplir reali­ zar precisas evaluaciones de posiciones desequilibradas en el momento álgi­ do de la batalla. El GM Kasparov comentó después que sólo en el post-mor-

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tem con Karpov comenzó a darse cuenta de lo mala que era la posición blan­ ca. La siguiente j ugada de las blancas, 40 �b2, es forzada, pero entonces las negras pueden decidir cómo continuar el juego. En este momento hay buen número de jugadas razonables, entre ellas 40 . . . 'ii'xb2, 40 . . . 'W/a7 y 40 . . . '1!!V a 8. De estas tres, la mejor es 40 . . . �a8 ! , amenazando 41 . . . 'il'a4. Entonces 41 �c2? ! se replica con 41 . . . �b8. La única defensa es 41 'W/a2 ! , aunque des­ pués de 41 . . . l2Jfe4 42 'iiix a8 l:txa8 43 i.b2 �b1 , las blancas siguen encon­ trándose baj o una fuerte presión. Es difícil mostrar una victoria forzada, pe­ ro está claro que todos los problemas están en el lado blanco. La partida constituye una perfecta demostración, a cargo del Campeón del Mundo, acerca de cómo manejar la India de Rey cuando las blancas han cerrado el centro con un temprano avance dS en 1� Variante Clásica. La úni­ ca j ugada "imperfecta" de las negras fue la oferta de tablas. Con todo, desde el punto de vista deportivo del match (Kasparov tenía un punto de ventaja), su decisión estuvo plenamente justificada en el aspecto práctico.

DEFENSA NIMZOINDIA Partida

Jl6

Blancas: Svetozar Gligoric Negras: Julio Kaplan Torneo Internacional de Los Angeles, 1974

d4 tt:Jf6 1 2 e6 c4 �b4 tt:Jc3 3 Con la última jugada negra se ha conformado la Defensa Nimzoindia, creada por el genial GM Aaron Nimzovich, quien en la década de los veinte sacó a la luz todo el potencial de esta defensa. Aunque a primera vista la Nimzoindia parece una defensa táctica (la clavada del caballo de dama blanco y los intentos de explotarla con . . . tt:Je4, . . . eS, . . . ¡vaS), Nimzovich le aportó los suficientes argumentos estratégicos para que el sistema tuviese una larga vida en la práctica magistral. Su enfoque esencial consistía en combinar el control del punto e4, mediante el fianchetto del alfil de dama, con el juego contra los peones doblados blancos de la columna c. La moderna competi­ ción magistral ha añadido un elemento dinámico a la concepción original de Nimzovich: aprovechando la activa situación del alfil de rey, las negras pue­ den iniciar un activo contraj uego en el centro, a base de . . . eS, . . . dS o ambos. e3 4 Esta jugada, introducida por Akiba Rubinstein, ha sido la respuesta más consistente de las blancas durante los últimos setenta años. Las blancas ig­ noran la clavada y la "amenaza" de doblar sus peones, dándole preferencia a la protección del peón d4, de paso que preparan el desarrollo de su flanco de rey. La Variante Rubinstein ha resistido la prueba del tiempo y yo estoy convencido de que seguirá resistiéndolo. La jugada de Capablanca, 4 'i'c2, previniendo el doblaje de peones a costa de un tiempo de desarrollo y la desprotección de d4, ha tenido buenos y ma­ los tiempos y a comienzos de los noventa vuelve a estar en boga. Otras im­ portantes alternativas a la cuarta jugada blanca son 4 a3, 4 �gS, 4 liJf3 y 4 f3. 4 b6

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El inmediato fianchetto era la idea original de Nimzovich. Sus ventaj as estratégicas son evidentes y reales: el alfil de dama dispondrá de una exce­ lente diagonal, controlando e4 y alcanzando el flanco de rey enemigo. A pe­ sar de ello, también tiene dos pequeñas desventaj as, que fueron las causan­ tes de la pérdida de popularidad de la variante: 1 ) Al descartar una temprana agresión al centro con los peones e o d, puede que las negras caigan en una desagradable inferioridad centraL 2) Debido a que las blancas no se han definido aún en cuanto al desarrollo concreto de su flanco de rey, pueden optar por aquel que consideren más eficaz para oponerse al ftanchetto contrario. Hay que observar, sin embar­ go, que la idea de fianchettar el alfil de dama es de alto nivel. Pero sucede que normalmente las negras pueden quedar mej or en variantes en las que primero enrocan y luego luchan por el centro con . . . eS o . . . dS, o ambas, y sólo después optan por el fianchetto. La j ugada más flexible en los noventa es 4 . . . 0-0, puesto que las negras no deben emprender nada significativo en el centro con el rey en su casilla inicial. Para aquellos que prefieran el inmediato contrajuego sobre el centro, 4 . . . eS es una j ugada impecable, que comentaremos en la partida 17. Resumamos los temas estratégicos tras 4 . . . b6: 1 ) Las negras fianchettarán su alfil de dama para controlar e4. Si las negras no consiguen controlar e4, sin obtener alguna compensación a cambio, quedarán claramente peor. 2) Las blancas quieren explotar su natural superioridad en el centro, y al mismo tiempo procurarán neutralizar la efectividad del alfil de dama ne­ gro sobre la gran diagonal h1-a8. 5

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De la misma forma que en su j ugada anterior, las blancas siguen ignoran­ do la clavada, en favor del desarrollo de piezas. La textual es una jugada co­ rrecta, pero si las blancas quieren hacerle la vida difícil a las negras, deberían jugar 5 tt:Je2 ! , con idea de que, tras 5 . . . �b7 6 a3, las negras se enfrentarán a una desagradable decisión. Si 6 . . . .i.xc3+, entonces después de 7 tt:Jxc3, las blancas cuentan con la parej a de alfiles en una posición cómoda. Si 6 . . . $.. e 7, entonces tras 7 d5, las blancas disfrutan de una cómoda ventaja de es­ pacio. Las negras, por tanto, deberían responder 5 . . . .i.a6, pero en tal caso esta­ rán jugando en base a motivos tácticos, antes que en base a la estrategia co­ rrecta de la Nimzoindia. El resultado es que tanto después de 6 tbg3 como de 6 a3 pueden esperar las blancas una mayor ventaj a que en las demás líneas principales. Por supuesto, la diferencia no es grande, pero el maestro moder­ no no quiere realizar voluntariamente concesiones de ningún tipo. S .i.b7 0-0 6 tt:Jf3 La forma actual de j ugar la variante. Las negras combinan el fianchetto de su alfil de dama con la dinámica de un temprano j uego en el centro. El enfoque original de Nimzovich (empleado también con éxito por Bobby Fischer) era explotar inmediatamente el control de e4, jugando 6 . . . tt:Je4. Esto da resultado tras la insípida 7 'ii'c2? ! , cuando sigue 7 . . . f5 ! 8 0-0 .i.xc3 9 bxc3 0-0. Sin embargo, las blancas pueden j ugar mejor, con 7 0-0! , cuando tanto 7 . . . tbxc3 8 bxc3 i.xc3 9 J:¡b1 , como 7 . . . �xc3 8 bxc3 tt:Jxc3 9 't!Vc2 (9 . . . �xf3 10 gxf3 V&'g5+ 11 �hl V&'h5 12 1Ig1 ! ) le conceden a las blancas de­ masiada compensación por el material sacrificado. Y de otro modo, las ne­ gras tienen un importante tiempo de retraso en relación con las posibles va­ riantes tras 7 'it'c2? ! Por lo tanto, no es de extrañar que las blancas puedan asegurarse una firme ventaja de apertura. eS! 0-0 7 .i.d2 8 Las blancas no pueden esperar conseguir ventaj a si no responden al enérgico juego contrario. Mientras que su primera jugada de desarrollo con­ tra la Nimzoindia (4 e3) era perfecta y la segunda (5 ..td3) absolutamente correcta, la textual es excesivamente modesta. El inconveniente de combi­ nar un temprano fianchetto de alfil de dama con . . . c5 es que el alfil negro de b4 puede quedarse en el limbo, encerrado por sus propios peones. Para ex­ plotar este factor, las blancas deben jugar 8 tt:Ja4 ! . A la amenaza 9 a3, las ne­ gras deben responder 8 . . . exd4, y después de 9 exd4 las negras deben ma­ niobrar con precisión para lograr una eventual igualdad. Actualmente se considera 9 . . �e8 lo más prometedor para las negras, para permitir la reti­ rada del alfil a f8 al ser atacado con 10 a3. 8 d6 .

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Preparando el desarrollo a d7 del caballo de dama, sin cerrar la gran dia­ gonal blanca, lo que es perfectamente acorde con el espíritu de Nimzovich. Según la teoría, las negras también pueden igualar con el enfoque "más mo­ derno", 8 . cxd4 9 exd4 d5. a3 9 .ixc3 i.xc3 10 tt:le4! .txe4 11 No hay razón por la que un cambio como éste pueda reportar ventaj a al­ guna. Las esperanzas de las blancas radican en su pequeña superioridad central y en el par de alfiles. Por consiguiente, sólo tiene sentido 1 1 .tel . No obstante, el control que las negras ejercen sobre e4 les concede un equilibrio dinámico. Por ejemplo: 1 1 . . . tt:ld7 12 tt:ld2 f5 13 �c2 tt:lxd2 14 i.xd2 'iVh4, Donner - Spassky, Beverwijk, 1 967. 11 .ixe4 u tt:ld2 .ib7! .

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En lugar de la textual, en la partida Gligoric - Smyslov, La Habana, 1 967, las negras jugaron 12 . . . ..tg6 y consiguieron una aproximada igualdad, des­ pués de 13 dxc5 dxc5 14 l\Vf3 tt:Jd7. Quizás el GM Gligoric había preparado una mejora para las blancas. En cualquier caso, la j ugada del maestro internacional Kaplan es más ló­ gica y mejor. ¿Por qué debería el alfil abandonar de forma voluntaria la te­ mática gran diagonal? Con la textual l as negras han conseguido una igualdad dinámica, puesto que su activo alfil compensa su ligera inferioridad central. En la siguiente fase, las blancas no asumen esta igualdad o bien no quieren creer que exista y, como consecuencia, su posición comienza a deteriorarse gradualmente.

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�g4 13 Esta jugada no es buena porque, sencillamente, no se dan las condiciones para un ataque eficaz al rey negro. Tampoco sirve 13 dxc5 (con idea de 13 . . . dxc5 ? ! 14 �g4), por 13 . . . �g5 ! 14 éZ:Jf3 �xc5. Más acorde con el espíritu de la posición es 13 �e2, seguido de la expansión en el flanco de dama con 14 b4. 13 f5 Vfl e7 14 �g3 :re1 15 Con la dama blanca en g3, más lógica es 15 .:.ae l . 15 éZ:Jd7 f3 .l:r.ae8 16 Movilizando sus efectivos en el centro/flanco de rey, donde residen las posibilidades de las negras, que están jugando en consonancia con el tema de la posición. 17 .:.ad1 La torre no tiene futuro aquí. Es mejor la inmediata 17 e4. 17 eS! d5? ! 18 Estratégicamente dudosa, ya que las negras tienen excelentes perspecti­ vas de minar el soporte del peón y, corno veremos, también es tácticamente errónea. La correcta era la modesta 18 dxe5 , con una ligera ventaja negra después de 18 . . . dxe5 . 18 b5! 19 cxb5? Esto conduce a una posición estratégicamente perdida. Sólo con 1 9 e4! había alguna esperanza de oponer una defensa eficaz. 19 .i.xd5 e4 20 .i.e6! Omitido por las blancas al realizar sus j ugadas 18 y 19. De este modo, las negras impiden tllc4, dej ando a las blancas sin compensación por su inferior formación de peones, piezas mal colocadas y falta de un contrajuego funda­ do. Las negras, por otra parte, cuentan con el centro de peones y excelentes perspectivas de un ataque al flanco de rey. El juego de Ka plan continúa siendo ejemplar y no tengo mejoras que su­ gerir para las blancas. b3 21 f4! �f2 �f6 22 23 .i.a5 La inmediata 23 éZ:lc4 le cuesta a las blancas un peón tras 23 . . . i.xc4 24 bxc4 tll b 6. La textual impide . . . éZ:Jb6 y restablece el plan con éZ:lc4. Las negras inmediatamente lo obstaculizan, ganando tiempo al atacar el peón b. 23 �f7

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La estructura de peones en el flanco de rey es ahora característica de las posiciones de ataque derivadas de la India de Rey, con la importante dife­ rencia de que las negras no tienen el inconveniente de un alfil de rey blo­ queado por sus peones. A pesar de tener casi una hora de ventaj a en el reloj , las blancas n o consiguen hallar un plan que neutralice e l ataque enemigo. 25 'ii'e2 g4! 'Dc4 26 �h5! Pese a los inminentes apuros de tiempo, las negras evalúan correctamen­ te que su ataque debe resultar decisivo. Las blancas no pueden movilizar sus descoordinadas piezas de forma eficaz para una defensa a largo plazo, así que optan por buscar contrajuego con su caballo para concederse algunas posibilidades prácticas. flh6 'Dxd6 27 h3 28 gxh3! hxg2 'Dxe8 29 Con la amenaza 30 . . . 'i�Vh2+ 31 'iií>f2 g111W++, y si 30 'iiif2, 30 . . . �h4+ tam­ bién conduce al mate. Por lo tanto, las blancas están obligadas a entregar la dama, lo que, de todos modos, sólo contiene el ataque por breve tiempo. 'ii'x g2+ 30 z¡g6 lib2 31 También falla 3 1 'Dc7, por la decisiva 31 . . . �h3! 31 �h3 �xg6+ ¡vxg6+ 32 'lithl 33

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O bien 33 �h2 'i!Vg3+ 34 �hl 'iVxf3+ 35 �gl 'ii' g3+ 36 'it>hl 'it>f8 ! , amena­ zando tanto 37 . . . �xe8 como 37 . . . f3. A estas alturas el único interrogante era ver si las negras serían capaces de superar el control de tiempo en la ju­ gada 40. 'iYxeS 33 �f8 .l:! g l+ 34 'i'h5 l!h2 35 lDf6 .:o 36 h2. Las negras se rindieron. 2) Kasparov - Dorfman: 30 . . . i.e5 31 l:tc5 ! l:!.xc5 32 i.xc5 ! tt:l c6 33 'iVd3+ 'lt>c8 34 l:tdl tt:lb8 35 .Ucl ! 'i'a4 36 i.d6+ tt:lc6 37 i.xe5 l::t d 8 38 'iVb1 ! lld5 39 'iVb8+ Wd7 40 'iVc7+ 'lt>e8 41 'iVxc6+ 'iVxc6 42 l:txc6 l:txe5 43 .!:l.c8+. Las negras se rindieron. La evaluación del diagrama 59 permanece tal cual, tras las partidas men­ cionadas: las blancas pueden esperar una ventaj a normal de apertura. Sin embargo, vale la pena precisar que cada bando debe jugar perfecto, pues un simple traspiés significa el desastre inmediato.

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h6 5 Con el principal propósito de evitar las incontrolables variantes que re­ sultan de S . . . dxc4. Las negras prefieren moverse en una situación pura­ mente estratégica en la que, sin embargo, tendrán el inconveniente de la da­ ma mal situada. De todos modos, el "complicador" pertinaz puede seguir buscando el ca­ os con 6 �h4 dxc4 7 e4 gS 8 �g3. No obstante, tanto con 8 . .1 b4 como con 8 . bS, las negras obtienen posiciones estratégicamente consideradas más claras que las que resultan de S . . . dxc4. Por otra parte, las negras pueden es­ perar posibilidades más o menos igualadas. 'ik'xf6 6 ..txf6 .

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Es instructivo comparar esta posición con otra "hermana" que se produce en una variante de la Defensa Ortodoxa: 1 d4 dS 2 c4 e6 3 tt:lc3 tt:lf6 4 tt:lf3 Jl.e7 S ..tgS 0-0 6 e3 h6 7 .txf6 Jl.xf6. En este caso, las negras han retomado en f6 con el alfil de rey, dejándolo bien situado y ahorrando un tiempo de desa­ rrollo, al omitir un temprano . . . c6 en beneficio del útil enroque. El tiempo ahorrado le permite a las negras realizar el avance temático . . . eS en algunas variantes. Tanto desde el punto de vista de la experiencia, como en base a consideraciones teóricas, las perspectivas de las negras de conseguir una có­ moda igualdad son muy importantes en la variante que aquí comentamos. En el diagrama la tarea de las negras es bastante más dura. No sólo la da­ ma negra está sujeta a un potencial ataque del caballo blanco en e4 o de un peón en eS, sino que además la mala situación de la dama en f6 ha costado un tiempo de desarrollo. No obstante, la posición de las negras dista de ser desagradable: su punto dS está bien protegido y no tienen debilidades fun­ damentales.

GAMBITO DE DAMA REHUSADO, VA RIANTE BOTVINNIK

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La estrategia temática para ambos bandos requiere las siguientes consi­ deraciones: 1) Las negras necesitan completar el desarrollo de su flanco de rey, situando su alfil en una buena casilla y enrocando a continuación. Tendrán que li­ berar su restringida posición, apuntando a los temáticos avances centrales . . . eS ó . . . eS. Lo normal es que esto requiera como preparación . . . dxc4, o si las blancas han jugado e4, quizá . . . dxe4. Con la posición abierta, las ne­ gras deberán buscar oportunidades de j uego activo para sus alfiles. 2) Las blancas tratarán de demostrar que tienen una forma superior de Or­ todoxa. El método más común es realizar el avance e4. Una idea es efec­ tuarlo lo antes posible, y otra, después de enrocar. Este avance aumentará la superioridad espacial en el centro. Los j ugadores "sólidos" enrocarán corto, mientras que los más aventureros pueden preferir enrocar largo. 'i!Vc2 7 La textual inicia el plan más ambicioso y está considerado por la Enci­ clopedia de Aperturas (tomo D, revisado) como la continuación más fuerte de las blancas. El primer jugador proyecta 8 e4 y, tras el cambio 8 . . . dxe4, retomará con la dama. La inmediata 7 e4? ! dxe4 8 tbxe4 es incómoda para las blancas tras 8 . . . i.b4+. Históricamente, el método más frecuente de las blancas ha sido 7 e3 , pa­ ra seguir con 8 j¡d3 y 9 0-0. Otras buenas j ugadas son 7 �b3, 7 g3 y 7 a3. 7 ctJd7 Las negras se desarrollan, impidiendo de paso 8 cxdS exdS 9 tbxdS. Más ambiciosa es 7 . . . dxc4 8 e3 bS , aunque no recomiendo la posición negra después de 9 a4. Las blancas recuperan el peón y las negras quedan con debilidades en su flanco de dama. Por ejemplo: 9 . . . i.b7 10 axbS cxbS 11 ctJxbS .ib4+ 12 tbc3 0-0 13 i.e2 ctJd7 14 0-0 .l:r.fd8 1S ctJd2 eS 16 i.f3 ! .txf3 17 tbxf3, Stohl - Sveshnikov, Leningrado, 1 984. e4 dxe4 8 'it'xe4 9 Las necesidades de las negras a corto plazo son retirar la dama de su inestable situación y desarrollar su alfil de rey. Los dos planes más habitua­ les han sido 9 . . . �d8 y 9 . . . .id6, pero ninguno de ellos me inspira confian­ za. El primero supone una pérdida sustancial de tiempo, mientras que la po­ sición del alfil en d6 puede dar lugar a un doble de caballo en e4. No obstan­ te, 9 . . . i.d6, j ugada con cuidado, es plausible, siendo la línea principal 10 i.d3 eS 11 dS tbeS 12 tbxeS .ixeS 13 0-0 'iVf4! 14 �xf4 i.xf4 1S :ad 1 , y aho­ ra, en lugar de 1S . . . 0-0? ! 16 :r.fe1 ! , con clara ventaja blanca porque las ne­ gras tienen serios problemas para completar su desarrollo del flanco de da­ ma, G. Agzamov - Gorelov, URSS, 1982, lo correcto es 1S . . . i.eS 16 :fe1 .ixc3 ! 17 bxc3 i.d7! 18 dxe6 i.xe6 1 9 .ifS We7 20 l:.dS :ac8 21 f4, con una pequeña ventaj a de las blancas (según el GM Sveshnikov) .

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AJ EDREZ ESTRATÉGICO

�b4!? 9 Jugada de acuerdo con el tema estratégico subrayado tras la sexta jugada negra: el alfil se desarrolla a una casilla que tiene más ventaj as que desven­ taj as (el caballo de dama blanco queda clavado, un eventual . . . .ixc3 puede infligir molestos peones doblados a las blancas). A continuación la dama puede retirarse a e7, evacuando f6, que es una buena casilla para el caballo. .id3 10 Las blancas impiden el enroque negro. Es de considerar la alternativa 1 0 1Ic1 , aunque en este momento n o está claro que e l mejor emplazamiento pa­ ra la torre de dama sea la columna c. En la partida Vaiser - Lukacs, Berlín Este, 1982, las negras se equivocaron con 10 . . . c5? y quedaron mal después de 11 d5 tt:Jb6 12 .id3 g6 13 0-0 0-0 14 d6 ! .ixc3 15 �xc3 l:td8 16 �e3 ! tt:J a4 17 .:a3 tt:Jxb2 18 .ie2 1:txd6 19 'i!Vxc5 l::t c6 20 �b5 a6 21 'ii' b3 .td7 22 �xb7. Por supuesto, el plan más consistente de las negras es 10 . . . 'Wie7. Si las blancas tratan entonces de forzar el cambio del alfil con 11 a3, las negras pue­ den jugar tanto 11 . . . .ixc3+ 12 .laxc3 c5 ! , cuando estarían cerca de la igual­ dad, como 11 . . . .id6, porque en esta posición la j ugada :c1 probablemente haya sido una pérdida de tiempo. En consecuencia, la normal 11 .id3 es me­ jor cuando las negras pueden jugar la inmediata 11 . . . c5, o bien primero 1 1 . . . tt:Jf6 12 'i!ke2 y ahora 12 . . . c5 ! En cualquier caso, las negras deberían poder igualar en el momento oportuno. En la partida Plisecki - Lukjanov, Moscú, 1 982, no supieron salir de una posición restringida tras 12 . . 0-0 13 0-0 b6? ! 14 tt:Je4! .tb7 15 ttJxf6+ 'ifxf6 16 c5 ! , con clara ventaja de las blancas. 10 �e7 11 0-0 Naturalmente, con 1 1 l:r.cl las blancas podrían trasponer a la línea ante­ rior, pero debe quedar claro que, en esta posición, una j ugada como l:i.acl no puede ser un empleo útil del tiempo de juego. tt:Jf6 11 .

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Diagrama 62

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G A M B ITO DE DA MA REHUSADO, VA RIANTE BOTYINNIK

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u 'iWh4 La posición negra es demasiado correcta para que una jugada activa co­ mo ésta sea eficaz. Después de la partida, el GM Murey sugirió, como posi­ ble mejora, 12 'iWe1 ! ? , pero tras 12 . . . eS 13 a3 i.. aS 14 dxcS i.xc3 1S 11Vxc3 ¡vxcS, las blancas tienen una valiosa mayoría de peones en el flanco de da­ ma. La posición negra, sin embargo, es lo bastante libre como para poder de­ fenderse también en el flanco de dama. L a ventaj a blanca es pequeña. Por ejemplo: 16 b4 'iWc7 1 7 eS 0-0 18 bS nd8, seguido de 1 9 . . i.. d 7. u �! Como ya hemos comentado antes, en posiciones de este tipo las negras deben liberarse con alguno de los avances . . . eS o . . . cS . Dado que el primero no es realizable, debe optarse por el segundo. lbe4 13 Obviamente, aquí 13 dxcS? conduce a peones "empantanados" para las blancas después de 13 . . . �xc3. cxd4 13 lbxd4 14 0-0 Las negras han completado con éxito la fase inicia l de sus planes temáti­ cos: el alfil de rey y la dama han sido reagrupados, el rey se ha puesto a cu­ bierto con el enroque, y la superioridad central blanca se ha neutralizado con . . . eS y . . . cxd4. Ahora las negras están listas para iniciar un juego activo sobre la columna d, con 1S . . . gd8. Las blancas deciden , por tanto, buscar ventaja en el final. lbxf6+ 'ili'xf6 15 'i!Yxf6 16 gxf6 17 .:fd1 Las blancas confían en su ventaj a en desarrollo y en la mayoría del flan­ co de dama. Por otro lado, la mayoría negra del flanco de rey está un tanto devaluada, debido a los peones doblados. Con todo, las negras tienen todos los motivos para esperar conseguir una eventual igualdad, aunque para ello tengan que impedir que las piezas blancas se activen, a la vez que completan el desarrollo de su flanco de dama. Las negras deben entender que su objetivo básico en la variante que se produce tras S . . . h6 6 i.xf6 �xf6 es conseguir una igualdad real. Sólo des­ pués de haberla conseguido pueden las negras disponer de posibilidades de victoria. f5! 17 Controlando e4 y liberando f6 para el alfil de rey. .l:td8 18 l:tacl ..te7! 19 �e2 De otro modo, 20 eS puede resultar molesto. Ahora, en cambio, las negras tendrían la cómoda respuesta 20 . . . i.. f6 21 lbbS i.d7 22 lbd6 i.c6 23 b4 a6. .

1 46

AJ EDREZ ESTRATÉGICO

b6 tt:Jb3 20 Las negras tratan de desarrollar su alfil de dama, a la vez que contienen a los peones blancos del flanco de dama. Están a punto de igualar. i.xd8 litxd8+ 21 litb8 �t3 22 .l:ídl 23 Tampoco se consigue nada con 23 tt:Jd4 ..tf6 24 tt:Jc6 �b7. 23 i.. f6 24 liJd4 ..tb7! 8

Diagrama 63

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Las negras han completado con éxito el desarrollo de su flanco de dama. Las blancas no pueden jugar la evidente 25 i..xb7?, porque después de 25 . . . �xb7 perderán el peón b (26 b3 ?? l:rd7). :f.d8 25 b3 Sería una estupidez jugar 25 . . . i.. x d4? ! 26 �xd4 i.xf3 27 gxf3, ya que la activa torre blanca y la mayoría del ala de dama compensan sobradamente las debilidades del flanco de rey. Después de la textual, es peligroso para las blancas 26 tt:Jb5? ! , por 26 . . . i.xf3 27 �xd8+ i.xd8 28 gxf3, debido a que los peones f doblados pueden resultar vulnerables. Por consiguiente, las blancas fuerzan un final de alfiles de distinto color. ..ílxb7 26 Tablas. Después de 26 . . . l:txd4 27 .l:!xd4 i.xd4, ningún bando tiene la menor po­ sibilidad de ganar.

GAMBITO DE DAMA REHUSADO, VARIANTE MERANO Partida

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Blancas: Viktor Korchnoi Negras: Lev Polugaievsky Evian (Francia), 1977, Candidatos, Ma tch de Semifinales (3• partida)

c4 lDf6 1 t2Jc3 e6 2 t¿)f3 d5 3 4 c6 d4 Se ha llegado a la misma posición que en la partida anterior, y por el mis­ mo camino de un inusual orden de jugadas. Aquí las blancas se toman en se­ rio la amenaza a su peón e y lo protegen de la forma más directa posible. e3 5 Aunque a primera vista la textual parece privar a las blancas de una posi­ ble ventaj a de apertura (puesto que ahora su alfil de dama no podrá presio­ nar sobre el centro negro), existe un factor de contrapeso en esta posición. Aunque la posición central de las negras es sólida tras 4 . . . c6, quedarán res­ tringidas si no consiguen liberarse con . . . c5 o eS. De estos avances, el más fácil de conseguir es . . . cS. Pero puesto que las negras han j ugado ya . . . c6, un ulterior . . . eS significaría que las negras han invertido dos tiempos para Ile­ gar a esa casilla. Un tiempo es importante en una apertura normal y, por lo tanto, las blancas pueden esperar conseguir ventaj a con S e3, siempre y cuando entiendan los temas que guían las posiciones resultantes. Sin embar­ go, como las blancas tienen encerrado su alfil de dama, para conseguir ven­ taj a necesitarán un mayor nivel de percepción que en las posiciones en las que el alfil de dama es activamente desarrollado. 5 l2Jbd7 A menos que las negras prosigan ahora con la " ortodoxa" e insípida 6 . . . 1J... e 7, la apertura pasa a llamarse Variante Merano. El nombre procede . . .

1 48

AJEDREZ ESTRATÉG ICO

de una ciudad italiana en la que se celebró un torneo internacional en 1 924. La partida Grünfeld - Rubinstein continuó: 6 i.d3 dxc4 7 i.xc4 bS 8 .id3 a6 9 0-0 eS 10 a4 b4 11 tt::l e 4 i.b7 12 tt::l e d2 i.e7 13 't!Ve2 0-0, con j uego igua­ lado. Dado que el concepto era creativo, revolucionario y correcto, el GM Rubinstein merecía que su nombre hubiese sido asociado con esta apertu­ ra. El único "salto" a la fama de Merano se produjo en 198 1 , por haber aco­ gido el match por el Campeonato del Mundo entre Anatoli Karpov y Vik­ tor Korchnoi. La Variante Merano se encuentra a menudo en las partidas del GM Po­ lugaievsky, tanto con blancas como con negras, y también, aunque con me­ nor frecuencia, en las de Korchnoi, de modo que ambos son reconocidos ex­ pertos en este planteamiento. 6 ..td3 Con diferencia, el plan más activo de las blancas, desde la primera parti­ da, antes mencionada. Su concepto no puede ser más simple: seguir con 7 O­ O y 8 e4, abriendo la posición y planteando una fuerte presión sobre el cen­ tro negro. No se ha encontrado ningún método rutinario que conceda a las negras perspectivas de igualar. Por ejemplo: 6 . . . J.. d 6 7 0-0 0-0 8 e4 dxc4 9 �xc4 eS 10 .igS h6 1 1 .ih4 fdie7 12 .l:te1 tt::lb6 13 ..tb3 i.g4 14 h3 i.xf3 1S �xf3 tt::l bd7 (1S . . . exd4? 16 eS ! ) 16 dS, cuando las blancas cuentan con una apreciable ventaj a espacial, la parej a de alfiles y un activo desarrollo de pie­ zas. En los noventa muy pocos j ugadores mostraron interés en defender la dama negra en este tipo de posiciones. Después de 6 J.. d 3, sin embargo, las negras también pueden jugar acti­ vamente, empleando la idea de Rubinstein que, por supuesto, sigue consi­ derándose la "razón de ser" de la Variante Merano. Por consiguiente, aque­ Uos que prefieran un comienzo más lento, más estratégico, deben optar por los sistemas con 6 'ii'c2 (véase partida 20). Por otro lado, está muy claro que las blancas no deben jugar 6 cxd5? ! , porque después de 6 . . . exdS se encon­ trarían en una línea inferior de la Variante del Cambio, en la que la influen­ cia de las negras se ha reforzado, mientras que las blancas se quedan con un alfil de dama inferior. dxc4 6 b5 (D) .ixc4 7 Desde el punto de vista de los fundamentos, las negras están eligiendo una ruta muy arriesgada, asumiendo debilidades en el flanco de dama y en­ tregándole a las blancas el centro. Pero este avance se realiza para conseguir posibilidades dinámicas de contrajuego y se basa en la circunstancia de que, al retomar en c4, el alfil de rey habrá invertido dos tiempos (en el Gambito de Dama Aceptado el alfil de rey toma en c4 en su solo tiempo, desde fl) . Las negras esperan poder utilizar ese tiempo adicional para lograr suficiente contrajuego.

GAMB ITO DE DAM A REH USADO, VARIANTE M ERANO

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Aunque algunos aspectos específicos difieren en cada subvariante, los te­ mas estratégicos más importantes para cada bando son invariables: 1) Las negras deben realizar un rápido avance . . . eS, tanto para luchar contra el centro blanco como para desprenderse del vulnerable peón retrasado c. 2) Las blancas tienen dos opciones fundamentales: movilizar su centro lo más rápidamente posible, j ugando e4, o tratar de retrasar el avance libe­ rador de las negras . . . cS. i.d3 8 Habitual, temático y, además, lo mejor. Las blancas refuerzan la casilla e4, propiciando el avance e4, así como la situación del alfil en e4 tras la se­ cuencia tbe4 tbxe4, etc. Por otra parte, el alfil está bien situado, una vez que las negras enroquen, para amenazar el flanco de rey contrario. Periódicamente, sin embargo, las blancas han estado prefiriendo dos reti­ radas alternativas a la textual:

1) 8 .te2, para no impedir la actividad directa sobre la columna d, ya que después de . . . eS, dxcS, . . . tbxcS, el alfil no está atacado. Con todo, la pasi­ vidad inherente a esta j ugada le permite a las negras conseguir la igual­ dad sin mayores dificultades. Un ejemplo: 8 . . . a6 9 e4 b4 10 eS bxc3 1 1 exf6 tbxf6 1 2 bxc3 Sl.d6 13 0-0 0-0 14 tbeS Wlic7 1S �f3 i.b7 (= ) Commons - Mednis, Houston, 1 974. 2) 8 Sl.b3, manteniendo la presión sobre el punto e6. Pero si las negras tienen el suficiente cuidado para prevenir ataques sobre esa casilla, entonces las piezas blancas no quedarán situadas de forma armónica. Por ejemplo: 8 . . . b4 9 tbe2 Sl.b7 10 0-0 �d6 1 1 tbf4 0-0 12 tbgS lLldS ! 13 tbe4 il.e7 14 tbd3 il.a6 ! 1S lite1 �b6 16 �c2 i.xd3 17 'i!Vxd3 eS , con igualdad, Petrosian - Pomar, Palma de Mallorca, 1 968. ,

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AJEDREZ ESTRATÉGICO

�b7 8 La jugada más frecuente aquí es 8. . . . a6, porque dej a protegido el peón bS, lo que le permite a las negras jugar un inmediato . . . cS. Las dos líneas principales son: 9 e4 eS 10 dS, y 10 eS cxd4 11 tt:JxbS . En ambos casos, el jue­ go es dinámico e incierto. En los últimos cinco años 8 . . . a6 ha vuelto a po­ nerse de moda. Sigue quedando pendiente una gran cantidad de trabajo analítico para llegar a una conclusión definitiva acerca de los méritos relati­ vos de las variantes anteriores, y de la jugada 8 . . . a6 en particular. Sin embargo, la deficiencia estratégica inherente a estas variantes, para las negras, radica en que se están embarcando en un juego agresivo de peo­ nes, antes de completar su desarrollo. Para mitigar el problema, a mediados de los sesenta, el gran maestro danés Bent Larsen reintrodujo en la práctica magistral la jugada de desarrollo del texto. El alfil de dama queda bien si­ tuado en la diagonal h1-a8, en especial para vigilar la casilla e4. Una vez más, el plan liberador de las negras consiste en jugar . . . eS, y en este caso la seguridad del peón b se consigue avanzándolo a b4, donde, aunque no está tan seguro como en bS (después de 8 . . . a6), al menos las negras tienen ya como compensación a su alfil de dama en b7. Durante unos veinte años, la Variante Larsen ha sido el método preferido por las negras en la Variante Merano, pero últimamente comparte las preferencias con 8 . . . a6. 9 0-0 Naturalmente, la jugada más peligrosa para las negras es la inmediata 9 e4. La contestación pasa por 9 . . b4 10 tt:Ja4 eS, siendo clave la posición resultan­ te de 11 eS tt:JdS. Las negras amenazan ahora la captura en d4, lo que obliga a las blancas a tomar en eS, bien con el peón o con el caballo. Pero eso no les re­ porta gran cosa, porq ue las negras recuperan el peón acelerando su desarro­ llo. Por lo tanto, durante la última década la jugada "normal" de las blancas ha sido 12 0-0. No obstante, en los tres últimos años, tras la evidente 12 . . . cxd4, se ha estado experimentando con el sacrificio de peón 13 tt:Jxd4 (en lugar de la anterior jugada teórica, 13 l:te1). El juego se hace extremadamente complica­ do después de 13 . . . tt:JxeS 14 �bS+ tt:Jd7 1S :e1 l:tc8 16 'i!VhS g6 17 �e2, o 17 �eS. Personalmente, tengo la impresión de que las negras podrán demostrar que pueden salir de las complicaciones con una igualdad aproximada. La textual refleja una sofisticada concepción estratégica: puesto que el enroque corto es una j ugada deseable para las blancas en todas las variantes derivadas de 6 �d3, lo realizan de inmediato, para efectuar el avance 10 e4 en condiciones más favorables. Si, por ejemplo, 9 . . i.d6?, 10 e4 ! , amena­ zando ganar pieza con 11 eS. O bien 9 . . . �e7? ! 10 e4 b4 11 tt:Ja4 eS 12 eS ti:JdS 13 tt:JxcS, porque, una vez que las negras retomen en eS , se encontrarán con un tiempo menos que tras la normal 9 e4 b4 10 tt:Ja4 eS 11 eS ti:JdS 12 tt:JxcS. También es inconsistente 9 . . a6, ya que, en el mejor de los casos, las negras estarán trasponiendo a la variante 8 . . . a6. .

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GAMBITO D E DA MA REHUSADO, VARIANTE MERANO

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9 b4 La única j ugada que tiene sentido después de 8 . . . .ib7. Las negras impi­ den 10 e4, desplazando el caballo de dama blanco a esa casilla, pues 10 tt:Ja4 eS 1 1 dxcS '@'aS debe conducir a una rápida igualdad. 10 tt:Je4 8

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La amen aza del avance e4 ha quedado atrás y el núcleo de la lucha gira ahora en torno al avance . . . eS de las negras, que deben tratar de realizarlo en condiciones satisfactorias. No pueden permitirse jugar de inmediato 1 0 . . . eS?, dado que tras 1 1 tt:Jxf6+ ! gxf6 ( 1 1 . . . tt:Jxf6? pierde tras 12 i.bS+ ttJd7 13 ttJeS, y a 11 . . . ¡yxf6? ! es muy fuerte 12 tDeS ! ) 12 e4 cxd4 13 ttJxd4 .teS 14 .i.bS �c8 1S i.e3 .ixe4 16 �g4 i.dS 17 �fe1 , las blancas tienen un violento ataque, Peshina - B agirov, URSS, 1979. 10 i.e7 En los primeros años de la variante, 10 . . . ttJxe4 11 .ixe4 ii.e7 se conside­ ró una línea igualadora, hasta que en la partida Portisch - Polugaievsky, Por­ toroz (desempate), 1 973, las blancas demostraron que 12 tDd2! 0-0 13 b3 ! era claramente favorable a sus intereses, debido a que la permanencia del alfil de rey en la diagonal h1 -a8 impide la necesaria ruptura . . . eS a las negras. El segundo jugador tampoco puede trasponer a la línea principal, jugando 1 1 . . . tDf6, y a que después d e 1 2 i.c2! la dama puede formar batería con s u alfil en una sola j ugada: 12 . . . 1i.e7 13 e4 0-0 14 eS tt:J d7 1S 'i!Vd3 g6 16 .th6 l1.e8 17 'ir'e4, Chernin - Borkowski, Polanica Zdroj , 1 988, con fuerte ataque de las blancas. ttJxf6+ 11 En conjunción con la siguiente j ugada, el único plan consistente de las blancas. La teoría también respalda la idea de iniciar un j uego inmediato en

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AJED R EZ ESTRATÉGICO

el flanco de dama con 1 1 a3. Sin embargo, en la partida Fucak - Mednis, Cannes, 1 988, las negras pudieron demostrar que en esencia constituye una pérdida de tiempo: 1 1 . . . 0-0 ! 12 ébxf6+ ébxf6 13 axb4 �xb4 14 e4 h6 1 5 'i!Ve2 c5 ! 16 e5 ébd7 17 �e4 'i!Vb6 18 lld1 l::rfd8, con absoluta igualdad. ébxf6 11 U 0-0 e4 Tiene poco sentido la indecisa 12 . . . �c8? ! , como se jugó en la partida Korchnoi - Polugaievsky, Ma tch de 1977 (5") , cuando, en lugar de la inocua 13 'li'a4, es fuerte 13 a3 ! , amenazando ganar un peón con 14 axb4, y si 13 . . . bxa3, 14 b4 ! (Korchnoi) plantearía serios problemas a las negras en el flanco de dama. Por ejemplo: 14 . . . i.. xb4 15 �a4 ! eS 13 ¿Por qué no? Las blancas no pueden jugar con éxito esta posición sin ga­ nar espacio en el centro y liberar la casilla e4 para su alfil. La clave inmedia­ ta de la textual es que la atractiva centralización 13 . . . ébd5 ? ! da mal resulta­ do tras 14 'i4Vc2 ! Veamos: 1) 14 . . . h6 15 �e2 ! , con la horrible amenaza 16 'il'e4, cuando la respuesta 16 . . . g6 dej a colgando el peón h6. 2) 14 . . . g6 15 �h6 1:le8, y las negras no tienen compensación por sus serias debilidades en las casillas negras. Puede seguir, por ejemplo, 16 l:tacl ó 16 ébd2, y 17 tbe4 ó 17 ébb3. Las blancas no pueden esperar conseguir ventaja, sin hacer nada. Por ejemplo: 13 'iWc2 h6 14 �e3 l:tc8 15 l::rfd1 c5 16 dxc5 ébg4? 17 i.d4 e5 18 h3 exd4 19 hxg4 l:r.xc5 20 �d2 a5 21 l::r. a cl , Korchnoi - Polugaievsky, Ma tch de 1 977 (7"), y ahora 21 . . . .l:xc1 22 l::r.x c1 ..tc8 hubiera sido satisfactorio para las negras. ébd7 13 �c2 14 Una jugada normal. Sin embargo, desde la partida Polugaievsky - Mednis, Interzona! de Riga de 1979, se considera la línea crucial 14 J.. e4! ? Después de la partida, Polugaievsky me dijo que había descubierto la jugada mientras se preparaba para su ma tch contra Korchnoi de 1977 y que le había sorprendido que Korchnoi no la hubiese utilizado. Así que yo resulté ser el conejillo de in­ dias. Después de la razonable 14 . . . �b6 (al proteger a su alfil de dama, las ne­ gras se disponen a j ugar 15 . . . c5), las blancas mostraron su excelente idea tác­ tica jugando 15 �g5, puesto que la obvia 15 ... �xg5 permite 16 �xh7+! �xh7 17 tbxg5+ 'it>g6 (17 . . . �g8?? 18 �h5 es desesperado) 18 'ii'g4. Decidí confiar en Polugaievsky. Ulteriores análisis míos y del maestro internacional Dobosz demostraron que el ataque blanco es ciertamente muy peligroso, pero que con la defensa precisa, 18 . . . f5 ! 19 'il'g3 c5 ! , las negras sólo quedan ligeramen­ te inferiores tras 20 ébxe6+ Wf7 21 ébxf8 .l;txf8 22 dxc5 tbxc5. En cualquier caso, deben permitirlo, puesto que mi "segura" 15 . . . :fe8? ! 16 1i.. xe7 l:txe7 conduce a debilidades crónicas en el flanco de dama, después

GAMBITO DE DAMA R E H U S A D O, VARIANTE MERAN O

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de 17 �c2 h6 1 8 a3 ! b3 19 ¡vc3. Como no quería ser sentenciado a perpetui­ dad en la columna e, decidí romper con 19 . c5 ! ? 20 .txb7 ili'xb7, y conseguí igualar tras 21 dxc5 l:!.c8 22 �b4 ! lLlxc5 23 .:ac1 'iic6 24 .l:Ic3 ? ! '!J,.ec7 25 l:rfcl 'iid 5 26 'i'b5 lLle4 ! , debido a que si 27 �xd5? ! , las negras disponen de la ju­ gada intermedia 27 . . . lLlxc3 (28 'it'd2 lLle2+ ) . Sin embargo, al día siguiente Polugaievsky me demostró que, en lugar de 24 :c3? ! , con la correcta 24 '!J,.c4! :ec7 25 .l:.fc1 �d5 26 'i!Vb5 , las blancas mantienen una clara ventaja, puesto que las negras no están en la onda táctica de la partida. 14 h6 15 i.h7+ .

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Una maniobra bien conocida: primero, las blancas apartan al rey negro de la protección de su torre y el peón f y sólo después se sitúa el alfil de rey en la activa casilla e4. Por supuesto, aquí 15 'ife2? ! es inofensivo, ya que des­ pués de la temática 15 . . . c5, el alfil de d ama negro cubre e4. 15 'it>hS 16 i.e4 �b6 17 c5 i.e3 A pesar de los intensos esfuerzos de las blancas, las negras han consegui­ do finalmente realizar su temático avance liberador, y deberían estar a pun­ to de lograr la igualdad. Sin embargo, y como pronto se verá, siguen flotan­ do en el aire algunos "trucos". �xc5? 18 dxc5 Polugaievsky retomó de inmediato, demostrando estar bien familiariza­ do con la teoría de aperturas, pero . . . ¡ la teoría está equivocada ! En este análisis (ECO, tomo D, revisado en 1 987) Korchnoi indica como correcta 18

1 54

AJEDREZ ESTRATÉG I CO

. . . i.. xe4 19 'i&'xe4 tt::l xc5, con sólo una ligera ventaj a blanca después de 20 �c4. La captura más precisa, sin embargo, es 18 . . . tt::lxc5 ! , como señaló el gran maestro Robert Byrne. De esa forma, las negras quedan bien, tanto después de 19 i.. xb7 �xb7 20 �xc5 �fc8, como de 19 i.xc5 �xe4. llad1! 19 Diagrama 67 7 6 5 4 3 2

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La refutación. En la primera edición (1976) de la ECO (tomo D) apare­ cen las variantes 19 i.xb7 'i!Vxb7 20 .i.xc5 l:tfc8, con igualdad, y 19 �xc5 i.xe4 20 i.xb6 i.xc2 21 kc7 l:lfc8 22 .id6 a5, con ligera ventaj a negra, Polu­ gaievsky - Larsen, Interzonal de Palma de Mallorca de 1 970. El autor del análisis es el propio Korchnoi. Obviamente, como parte de su preparación para este match, repasó la teoría conocida, en busca de caminos dinámicos que mej orasen las perspectivas blancas. En su búsqueda de la verdad, había descubierto la textual. Polugaievsky "confió" en el libro y lo pagó caro. 19 ..txe3 Después de 34 minutos de reflexión, las negras eligen lo mejor dentro de lo malo. Las alternativas son: 1) 19 . . . .l:tad8? 20 11xd7 ! i.xe4 21 ¡vxc5 ! , ganando pieza (una de las claves de la jugada 15 de las blancas). 2) 1 9 . . . .l:tfd8? 20 �xd7 .i.xe4 21 .l:txd8, ganando pieza. 3) 19 . . . i.xe4? ! 20 'ii'xe4 l:.ad8 (20 . . . .i.xe3 21 �xd7 .i.c5 22 �xf7! y las blancas ganan un peón: otra de las claves de su lY jugada) 21 i.g5 ! ! f6 (21 . . . hxg5? 22 tt::lxg5, y las blancas dan mate: la tercera clave de 15 i.h7+) 22 .ih4 ! , y las blancas tienen una posición demoledora. Por ejemplo: 22 . . . g5? ! se refuta con 23 �g6 gxh4 24 �xh6+ 'íÍi'g8 25 'tWg6+ �h8 26 .!:[del ! , amena­ zando 27 lle4, y 22 . . . tt::lxe5? falla por la simple 23 tt::lxe5 �xd1 24 tt::lg 6+.

GAMBITO DE DAMA R E H U SADO. VA R IANTE M E RAN O

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l:txd7 20 .l:!.ac8 Una vez más, si 20 . . . .txe4? ! 21 �xe4 �eS , sigue 22 :xm �xb7 Uxc2 21 La mejor posibilidad de las negras es entrar en un final, dado que el me­ dio juego que resulta de 21 . . . 'iVxb7? ! 22 ¡vb1 ! es desesperado, porque el rey negro es muy vulnerable al ataque coordinado de las cuatro piezas blane as. l!xb6 lbf2! 22 :xf2 23 .txb6 .txf2 'iiifl 24 25 �xf2 La escabechina previa ha conducido al final básico de .t+lZ'l contra B:+c0,. Las blancas tienen la ventaj a material de, aproximadamente, medio peón, y la ventaj a dinámica de contar con más piezas. De todos modos, si desapare­ cen los peones del flanco de dama, la posición es de claras tablas. Aquí, sin embargo, las blancas tienen buenas posibilidades de ganar un peón en el flanco de dama y, en consecuencia, excelentes perspectivas de victoria. La tarea, no obstante, es muy difícil y se complica en parte por la potencial debilidad del peón blanco aislado de eS. La ejecución del gran maes­ tro Korchnoi, con la requerida combinación de estrategia profunda y táctica precisa, es tan ejemplar que estoy inclinado a creer que el final está teórica­ mente ganado. ltc8 25 lt:Jd4 I1cl 26 Peor es 26 . . . ll cS? ! 27 lt:Jc6 aS 28 We3. El mejor triunfo de las negras es una torre activa. 27 lZ'lb3! 8

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Desde aquí el caballo controla muchas casillas importantes (al , el , eS, etc.), con lo que se reduce la actividad de la torre. Ilhl 27 h3 'iii> 28 g8 a3! ! 29 U n concepto muy perceptivo y preciso. Normalmente, l o último que deben hacer las blancas es cambiar peones en el flanco de dama, ya que eso reduce sus posibilidades de ganar peones en ese sector. Pero en esta si­ tuación concreta, la vulnerabilidad de los peones blancos en el ala de da­ ma ata sus piezas, impidiéndoles emprender operaciones activas. Por con­ siguiente, Korchnoi reduce su vulnerabilidad cambiando, de hecho, los peones b. bxa3 29 �f8 bxa3 30 a4 31 Para ganar, las blancas necesitan capturar el peón a negro, conservando el suyo de la misma columna, además de impedir todo contrajuego potencial en el centro y flanco de rey. Eso es muy fácil de decir, pero las dificultades técnicas para realizarlo son bastante más difíciles. Lo que está claro es que para ganar el peón a negro el rey blanco debe dirigirse al flanco de dama. Menos claro resulta dónde debe situarse el peón a blanco. Tras 40 minutos de reflexión, Korchnoi decide avanzarlo a la quinta fila. �eS 31 �d7 aS 32 �c7 We2 33 �d2 !lO 34 �e2 l:[hl 35 36 !In �d2 l:rel 37 �c3 El rey negro ha alcanzado una óptima posición defensiva, y mover los peones sólo conduce a debilitarlos. Por lo tanto, la torre negra cumple con la obligación de jugar. ltJcS l:!.al 38 Ilel 39 �b4 �b5 �b8 40 41 �a6 La partida se aplazó aquí, correspondiéndole a Korchnoi realizar la j uga­ da secreta (la textual). Después de 15 minutos de reflexión, decidió lanzarse directamente a por el peón a. Si el análisis casero demostrase que aún no era tiempo de hacerlo, el rey siempre puede regresar a b5. Es decir, que lo importante es mantener abiertas las opciones, y no emplear excesivo tiempo en la jugada secreta.

G A M B ITO DE DAM A REHUSADO, VARIANTE MERANO

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La j ugada más fuerte para las blancas era 41 'it>c6 ! , j ugando en ambos sectores del tablero. Si entonces 41 . . . 'it>c8, las blancas disponen de 42 é2Jb7 ! . 41 h5?! Facilita considerablemente las cosas. Por lo visto, el equipo de Polu­ gaievsky había invertido la mayor parte de su tiempo en analizar 41 'it>c6, y por tanto, las negras no estaban preparadas para 41 Wa6. La jugada textual no tiene nada que ver con los requerimientos de la posición. Era imperativo 41 . . . �el ! , ya que entonces 42 é2Jb7 I:Ie1 43 é2Jd6 f5 ! 44 exf6 gxf6 45 �f3 eS conduce a una posición en la que, en relación con la partida, las negras tie­ nen un tiempo de ventaja, lo que les concede posibilidades de tablas. Por consiguiente, lo mejor que pueden hacer las blancas es volver sobre sus pa­ sos con 42 'it>b5 ! 42 ..tf3! Puesto que el peón e es tabú (42 . . . �xe5?? 43 é2Jd7+ ), las blancas tienen tiempo para reconducir su caballo. 42 h4 lle3 l2Je4! 43 44 f6 lll d 6! Más o menos equivalente es 44 . . . l:txe5 45 l2Jxf7 l::t e l , cuando 46 lll d 8 ! , seguido por 47 lL:Ic6+ gana el peón a e n condiciones parecidas a l a partida. 45 exf6 gxf6 46 lL:IbS eS 47 e4 l2Jxa7 'it>c7 48 ..tg4 La única posibilidad de mantener viva la partida. Después de 48 �g3 ? ! 49 lL:IbS, seguido de 50 �b6 y el avance del peón a, las negras pronto claudicarían. lL:Ib5+ 49 �c6 Wc5 l2Jd4+ 50 lll f5 J:.a3 51 'it>b4 é2Jxh4 52 �xa5 53 'it>b6 54 lll fS (D) El forzado juego precedente ha seguido uno de los principales guiones para ganar un final ganado: mientras el bando débil debe preocuparse por los problemas en un sector, el bando fuerte consigue superioridad decisiva en el otro. La ventaj a material de las blancas se ha incrementado a 1 ,5 peo­ nes, aproximadamente, y el peón h es un poderoso peón pasado. Lo único que se requiere para ganar es prestar la debida atención al peón e negro. Korchnoi controla por completo la posición y juega el resto de la partida con mucha rapidez. �eS 54 •••

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� c6 ! �c3 55 De nada servía 55 . . . e3 56 tLlg3 f5 57 �f3 f4? ? ! 58 tLle2. 'ittd2 56 tLlg3 57 � d6 ! 'tt> e 1 O bien 57 . . . We3 58 lLlh5, seguido de 59 tLlxf6. Tampoco ofrece perspecti­ vas 57 . . . e3 , cuando las negras no tienen continuación, tras la réplica blanca 58 h4! , seguido de 59 �f3, etc. e3 lLlhS 58 lLlxf6 :as 59 e2 tLle4 60 �f3! 61 Protegiendo el peón g. El peón e no se escapará, ya que 61 . . . �d1 pier­ de por 62 tLlc3+, y 61 . . . �fl , por 62 tLlg3+. Entretanto, las blancas amenazan 62 tLlg3, capturando el peón. Las negras dan un par de jaques y admiten la derrota. �a6+ 61 �es :aS+ 62 �b4 63 Las negras se rinden.

GAMB ITO DE DA MA REHUSA DO, VARIANTE MERANO

Partida

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2(0)

Blancas: Kenneth Rogoff Negras: Edmar Mednis Campeonato de EEUU de 1978

lb f6 1 c4 lbc3 2 e6 3 lbf3 dS 4 d4 c6 e3 5 tt:'lbd7 'iYc2 6 La textual es la principal alternativa blanca a 6 i.d3. Las blancas evitan las complicaciones que a menudo se derivan de �d3, en favor de elegir su propio momento y forma de conseguir ventaja en la apertura. En muchas variantes de la Defensa Ortodoxa, la dama blanca está bien situada en c2, ya que protege la casilla e4, está lista para presionar sobre la columna e y per­ mite el emplazamiento de una torre en d l , ¡además del enroque largo ! Lo que le concede una personalidad independiente a esta variante es que las blancas deciden que su dama, en una fase tan temprana, debe situarse en c2. A principios de los noventa, 6 'iYc2 consiguió igualar, más o menos, en popularidad a 6 .i.d3. Por ejemplo, el Informator no 5 1 , al publicar las parti­ das teóricamente más importantes de los cinco primeros meses de 1991 , se­ leccionó siete partidas con 6 'iYc2 y seis con 6 i.d3. La flexibilidad caracterís­ tica de 6 'iYc2 es su mayor atractivo. Por otro lado, la tentativa negra de in­ mediato contraj uego, con 6 . . . dxc4?! 7 �xc4 b5 8 �d3 �b7, da mal resulta­ do tras 9 e4 b4 10 l2Ja4 .l:tc8 11 i.e3 ! , debido a que se encuentran con un tiempo por detrás de las variantes posibles después de 6 �d3. En la partida Zaichik - Bronstein, Tbilisi 1980, las blancas consiguieron una ventaj a deci­ siva tras 11 . . lbg4 12 i. g5 'iYa5 13 0-0 eS 14 .l:tacl h6 15 �h4 g5 16 �g3 h5 17 h4! gxh4 18 �xh4 �c6 19 tt:'lxc5 tt:'lxc5 20 dxc5 �d7 21 c6! Uxc6 22 'iYxc6 ! �xc6 23 .l:txc6. i.d6 6 Con el alfil de dama blanco encerrado por el peón e, no hay razón por la que su contraparte no pueda disfrutar de este activo emplazamiento. El alfil de rey negro no sólo amenaza al rey blanco, caso de que éste enroque corto, .

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sino lo que es más importante desde el punto de vista estratégico: contribu­ ye a realizar el avance liberador . . . eS. b3 7 8

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Con mucho, el esquema estratégicamente más fundado para las blancas. En caso de . . . dxc4, las blancas retomarán con el peón b, reforzando su cen­ tro. El pequeño inconveniente de esta concepción es que las blancas se re­ trasan un tiempo en el desarrollo de su flanco de rey. Numerosas tentativas se han llevado a cabo para conseguir ventaja de apertura, acelerando el desarrollo del flanco de rey, empezando con 7 i.e2 0-0 8 0-0. Sin embargo, las negras consiguieron igualar con la radical 8 . . . eS 9 cxdS cxdS 10 dxeS tt:'lxeS 1 1 .:td1 ll'lxf3+ 12 i.xf3 �c7 ! 13 h3 i.h2+ 14 'it> h1 i.eS 1S i.d2 i.e6, Karpov - Kasparov, Linares, 1991, o también con el plan más reciente 8 . . . dxc4 9 i.xc4 �e7 10 h3 cS ! ? 11 dxcS i.xc5 12 e4 .id6 13 ll'ld4 liJeS 14 i.b3 i.d7, Karpov - Anand, semifinales de Candidatos de 1 991 (6") , o aun 13 tt:'lbS liJeS 14 tt:'lxeS i.xeS 1S f4 �cS+ 16 'it>h2 i.d7 ! , Korchnoi ­ Timman, semifinales de Candidatos de 1 991 (6"). Las blancas también disponen de dos tratamientos más radicales para capitalizar 6 �c2: 1) El inmediato avance central 7 e4, con intención de consolidar un centro superior después de 7 . . . dxe4 8 tt:'lxe4 tt:'lxe4 9 'iWxe4. En mi opinión, las negras tienen un camino más fácil hacia la igualdad, con la simétrica 7 . . . eS ! Por ejemplo: 8 cxdS cxdS 9 exdS exd4 10 tt:'lxd4 0-0 1 1 i.e2 tt:'lb6, Kar­ pov - Kasparov, Match por el Campeonato del Mundo de 1984-1985 (33" partida). 2) Enroque largo, con 7 ..td2 0-0 8 0-0-0. Las perspectivas blancas de un ata­ que en el flanco de rey no deben subestimarse. Por consiguiente, lo mejor

GAMBITO DE DAMA R E H USADO, VARIANTE MERANO

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que pueden hacer las negras es emprender un inmediato contraj uego con 8 . . . eS ! , con la posible continuación 9 cxdS exdS 10 �b1 c4 1 1 ..icl a6 ! 12 g4 ! tt:lb6 13 h3 �e8 14 i.g2 ..tb4, con posibilidades igualadas. Taimanov ­ B otvinnik, Match por el Campeonato de la URSS de 1 9S3. 7 0-0 i.e2 dxc4 8 El contraj uego de las negras en el centro en esta subvariante debe partir de . . . eS. Dado que la inmediata 8 . . . eS permite un peón d aislado tras 9 cxdS tt:lxdS (o bien 9 . . . cxdS 1 O tt:lbS i.. b4+ 1 1 i.d2 i.. x d2+ 12 tt:lxd2 e4 13 llc1 , con ventaja blanca, Knezevic - Velikov, Atenas 1 981 ) 10 tt:lxdS cxdS 1 1 dxeS tt:lxeS 12 ..ib2 ! ..ib4+ 13 Wfl ! tt:lxf3 14 .ixf3 i.e6 1S �d3 i.. e7 16 W e2 ! 'iVaS 17 .l:.hc1 , con una agradable ventaj a de las blancas, Portisch - Hübner, Bruselas, 1986. Preceder el avance con el cambio del peón d elimina la desventaja. Por supuesto, a costa de algo (el centro blanco se refuerza) , pero de todos modos creo que la posición negra es más fácil de j ugar después de la textual. 9 bxc4 eS 10 0-0 .UeS! La torre negra se moviliza para apoyar el avance . . . e4, o bien para con­ trolar la columna e tras un eventual cambio de peones en d4. ( . . . exd4, exd4 ). La inmediata 10 . . . exd4 11 exd4 resultaría favorable a las blancas, porque aún no han fianchettado su alfil de dama (por ejemplo, con 8 i.b2) y, en con­ secuencia, disponen de la posible clavada i.. gS. En cualquier caso, la textual es una j ugada de espera de alto nivel, sin inconvenientes de ningún tipo. Por supuesto, los dos posibles planes ( . . . exd4, . . . e4) son completamente distintos uno del otro. La idea del primero es conseguir un activo juego de piezas para compensar el centro superior de las blancas (es evidente que tras . . . exd4 las blancas retomarán con el peón e). Por otra parte, . . . e4 es un plan estratégico a largo plazo: al situarse en el campo blanco, el peón e será utilizado por las negras como baluarte, para movilizar sus piezas en un ata­ que contra el flanco de rey blanco. 11 a4 La clave de esta jugada y la siguiente es plantear presión sobre el flanco de dama, en espera de la "inevitable" . . . e4. La jugada más habitual es 11 i.b2. (Esta posición a menudo se produce como resultado de un temprano fianchetto del alfil de dama.) Las negras dis­ ponen entonces de las dos elecciones, antes bosquej adas: 1) 11 . . . exd4 12 exd4 tt:lf8 13 l:tad1 .tg4 14 tt:leS i.xe2 1S tt:lxe2 ¡¡¡c7. En la partida Ligterink - Ree, Wijk aan Zee, 198S, las. blancas sacrificaron un peón con 16 eS .txeS 17 dxeS tt:lg4 18 tt:lg3 tt:lxeS, y probablemente consi­ guieron suficiente compensación después de 19 ctJfS f6 20 ctJd6.

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AJEDREZ ESTRATÉG ICO

2) 11 . . e4 12 tbd2 'iWe7, cuando 13 l:.fe1 tbf8 14 f3 exf3 15 �xf3 tbg4 16 tbfl ¡yh4 ! 17 g3 'iVg5 le concedió a las negras al menos la igualdad, Taimanov ­ Barbero, Montpellier, 1 986. Sin embargo, una preparación más lógica pa­ ra j ugar f3 es 13 lhe l . Aunque confusa, considero que esta posición enca­ ja en el dictamen "equilibrio dinámico", como evaluación correcta. .

También es posible 11 .:.d1 , pero las negras no tienen problemas después de 1 1 . . . 1We7 ! 12 h3 e4 13 tbd2 tbf8 14 tbfl , Knezevic - Mednis, Kragujevac, 1 977, cuando los jugadores acordaron unas tablas "estratégicas". 11 'iWe7 Con este movimiento las negras indican que apuestan por el avance . . . e4. Las blancas no pueden impedirlo, con 12 dxe5 ? ! , ya que después de 12 . . . tbxe5 no tendrían compensación por los peones aislados a y c. 12 �bl e4 13 t2Jd2 tbf8 f3 14 Diagrama 71

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El puesto avanzado de las negras debe liquidarse, porque de no ser así puede servir de plataforma a un fuerte ataque contra el enroque. El cambio de peones que resulta después de la textual plantea los si­ guientes temas estratégicos de carácter dinámico: 1) Las blancas deben tratar de movilizar su masa de peones centrales (sólo las blancas tendrán peones en las columnas d y e) para impedir que las piezas negras puedan presionar sobre los distintos puntos débiles de su posición (a4, b4, e3, g4). 2) Las negras deben contener el avance de los peones d y e al unísono, al tiempo que procurarán poner de relieve los puntos débiles de la posición

GAMBITO DE DAMA REHUSADO, VA R IANTE MERANO

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blanca. Estos dos factores deben ser combinados con cuidado, paciencia y vigilancia, esperando las oportunidades que la posición les brinde. 14 exf3 tt:Jxf3 15 c5! Como ya se ha mencionado antes, debe impedirse que la fuerte masa de peones centrales blancos pueda realizar un avance ininterrumpido. Con la tensión que introduce l a jugada textual, las negras establecen un equilibrio dinámico. Incluso si ahora jugasen las blancas e4, . . . cxd4 destruiría la cohe­ rencia del centro blanco. Por otra parte, el avance 16 dS entregaría a las ne­ gras el total control de la importante casilla eS y dej aría el peón e blanco co­ mo un peón retrasado. 16 i.d3 ttJg6 Wh1 17 a6! Con sus j ugadas 16-19 las negras, tranquilamente, pero siguiendo los te­ mas de la variante, completan su desarrollo y se disponen a afrontar las ac­ ciones del medio j uego. 1s ..td2 :bs a5 19 Esta j ugada no tiene nada malo, pero si las blancas quieren j ugar ttJdS , deberían hacerlo inmediatamente: 19 tt::l dS ! ? ttJxdS 20 cxdS ..tg4 ! , con posibi­ lidades igualadas. ..t d7! 19 Es deficiente, en cambio, 19 . . . � e6? ! , porque con 20 tt::l e 4! ttJxe4 21 ..txe4, las blancas consiguen una importante presión sobre ambos flancos. 20 tt:Jd5?! Las blancas tienen en mente un interesante plan, pero las negras pueden neutralizarlo con éxito y entonces las debilidades blancas tendrán su peso específico en la lucha. Las blancas no pueden j ugar 20 tt::lg S? , debido a 20 . . . ..txh2 ! (21 W xh2 ttJg4+) . Lo mejor que pueden hacer las blancas es mante­ ner el equilibrio dinámico con jugadas como 20 l2Ja4 o 20 :be l . 20 ttJxd5 cxd5 cxd4 21 22 exd4 Todo conforme al plan de las blancas. En cualquier caso, era malo 22 tt:Jxd4? , porque las negras ganan un peón después de 22 . . . �eS 23 é2Jf3 �xdS, ya que 24 i.c4 �hS 2S �d3 (2S ..txf7+? W xt7 26 ttJgS+ 'it>g8 27 �c4+ .ie6) se contesta con 2S . . . ..te6 ! 22 .S: e eS! 23 �b3 f6! ( D) Las blancas esperaban que el peón d y las líneas abiertas les concederían una fuerte presión sobre la posición negra, pero con sus dos últimas j ugadas

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las negras han destruido cualquier tipo de juego significativo con que pudie­ sen contar las blancas. 24 .tb4?! El alfil no tiene buenas perspectivas aquí, porque con su cambio las blan­ cas sólo acentuarían sus debilidades de peones. Tampoco consiguen nada las blancas con 24 l:.bel ? ! 'i!Vd8 25 'i!Vbl .te8 ! 26 i.f5 :c4 ! , ya que son las negras las que consiguen buenas casillas para sus piezas. Los análisis post mortem demostraron que la mejor j ugada de las blancas es la defensiva 24 �bcl ! , aunque las posibilidades d e las negras siguen siendo superiores, y a que las blancas no tienen una compensación real por sus peones doblados y aislados en la columna d. 24 lt:lf4! Las negras ocupan las casillas que las blancas han abandonado. 'i!Vf8 25 .l:Uel 26 i.c4 'it>h8! Impidiendo cualquier tipo de posibilidad táctica a lo largo de la diagonal a2-g8. Si ahora 27 �xd6 'i1Vxd6 28 'i!Vb4, las negras comienzan a trabaj ar el peón d blanco, con 28 . . . 'ilexb4 29 .l:lxb4 l:.d8! Por ejemplo: 30 .l:le7 i..b 5 ! 31 �xb5 t2Jxd5. 27 'ii'f7 ! .td2 Las blancas descartan el cambio de su alfil de dama, pero ahora la dama negra encuentra una buena posición en el flanco de rey. Con cuatro piezas negras apuntando al rey enemigo, la conclusión es que las negras tienen una ventaja significativa. Obsérvese cómo las negras han sido capaces de combi­ nar la prevención del tema estratégico blanco (utilizar su superioridad cen-

GAMBITO DE DAMA REHUSADO, VA R I ANTE MERA NO

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tral), con la realización de sus propios objetivos, es decir, la explotación de las debilidades blancas en ambos flancos. �hS Il.bcl 28 29 l:.e4? Al tratar de expulsar al molesto caballo, las blancas omiten un golpe tác­ tico. La tentativa de reforzar la protección de la casilla vulnerable g2 con 29 l:lc2? se refuta con 29 . . . tbxdS ! 30 kxdS l::txc2 31 kf7 'llVfS 32 tbh4 �f2. El desastre inmediato sólo podía prevenirse con 29 kxf4 kxf4 30 l:tc2, aunque el futuro de las blancas es sombrío después de 30 . . . �g4. 29 tbxg2!

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El caballo está bastante seguro y ha capturado un peón importante. Por supuesto, 30 �xg2 pierde por 30 . . . �g6+, mientras que 30 l:.g1 permite, por ejemplo, 30 . . . ll xc4 31 'iWxc4 �xf3. kd3? 30 Las blancas se rindieron. Al no encontrar ninguna respuesta satisfactoria, las blancas cometieron este grave error y se rindieron, sin esperar la respuesta 30 . . . I;txc1 + 31 i.xc1 �xf3.

GAMBITO DE DAMA REHUSADO, DEFENSA ORTODOXA , VARIANTE TARTAKOWER

Partida 2 1 Blancas: Yasser Seirawan Negras: Anatoli Karpov Torneo Internacional SWIFT, Bruselas 1988

tL'lf6 t¿)f3 1 e6 2 c4 d5 tL'lc3 3 d4 4 Se ha producido la misma posición que en las partidas 18-20, y de nuevo con un orden de j ugadas diferente a la secuencia típica del Gambito de D a­ ma (1 d4, 2 c4, 3 tL'lc3, 4 tL'lf3), así como también diferente de las partidas an­ teriores. Esta vez la transposición pasó de una Réti al Gambito de Dama. En lugar de 4 . . . c6 (como en las partidas 1 8-20), las negras juegan ahora la ha­ bitual . . . i.e7 4 Con mucho, la continuación más sólida de las negras que conduce a di­ versas variantes de la Defensa Ortodoxa. Las negras desarrollan su alfil de rey a un modesto aunque impecable emplazamiento, y se disponen a conti­ nuar con el enroque, lo que completará el desarrollo de su flanco de rey, po­ niendo a cubierto al monarca. Sólo tras haber dado estos dos importantes pasos, se preocuparán las negras por sus asuntos en el flanco de dama. Otras alternativas válidas, además de 4 . . . c6, son 4 . . . tL'lbd7, 4 . . . �b4 (llamada Variante Ragozin, y que es una especie de cruce entre la Defensa Nimzoindia y el Gambito de Dama Rehusado), y 4 . . . cS. En este último ca­ so, se plantea la Defensa Tarrasch, si después de 5 cxd5, las negras respon­ den 5 . . . exd5 (véanse partidas 24-26) , mientras que si las negras prefieren 5 . . . ll:lxd5, la apertura se llama Defensa Semi-Tarrasch (véase partida 22) . � g5 5

GAMB ITO DE DAMA REHUSAD O, DEFENSA O RTODOXA

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La j ugada más frecuente de las blancas, desde los comienzos de la De­ fensa Ortodoxa hasta nuestros días. Las blancas completan el desarrollo de sus piezas menores del flanco de dama, aplicando presión sobre el peón de dS. No es que sean tan ingenuas que piensen que van a capturar el peón dS así como así, entre otras cosas porque las negras siempre pueden defenderlo con . . . c6. No, S .tg5 es una j ugada preventiva de alto nivel. Como ya se ha comentado en las partidas 1 8/20, en el Gambito de Dama Rehusado las po­ sibilidades negras de conseguir la igualdad en el centro se basan en un ata­ que al superior centro blanco, con la ruptura temática . . . eS, o, más habitual­ mente aún, . . . cS. Obsérvese que, tras el avance . . . eS , la vulnerabilidad del peón negro d5 se incrementa de forma considerable, como consecuencia de la seudoclavada del éiJf6. La textual se ha considerado siempre la j ugada más fuerte de las blancas. También son buenas S cxd5 exdS 6 i.gS (Variante del Cambio) , y S ..tf4. El alfil de dama blanco está bien desarrollado en f4, en lo que se refiere a mante­ ner a raya el flanco de dama enemigo, pero las negras pueden (y, de hecho, de­ berían) j ugar con relativa comodidad después de un temprano . . . cS. La popu­ laridad de S .tf4 ha oscilado durante décadas, y en los noventa está, de nuevo, en declive. Lo que sucede es que, sencillamente, no puede ganarle a S .tgS. 5 h6 En la mayoría de las variantes de la Defensa Ortodoxa, es útil para las negras intercalar las j ugadas . . . h6, .th4. Hay tres razones para ello: 1) las ne­ gras protegen la importante casilla gS; 2) no tienen que preocuparse por un eventual ataque al peón h7, después de la batería blanca �c2+.td3; 3) con el alfil de dama blanco en h4, las negras pueden estar seguras de que, con la oportuna . . . éiJe4, el alfil de dama blanco tendrá que cambiarse.

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AJEDREZ ESTRATÉGICO

Dado que no hay desventaj as teóricas ni prácticas en insertar . . . h6, .1i.h4, las negras generalmente optan por esta maniobra. Lo que ha cambiado, no obstante, es el momento exacto en que se realiza el avance . . . h6. Hace no más de diez años, las negras solían avanzar su peón h en su sexta jugada, es decir, tras 5 . . . 0-0 6 e3. En los últimos tiempos, un número abrumador de grandes maestros lo juega inmediatamente. La razón es que el avance no tiene inconvenientes y mantiene la máxima flexibilidad en cuanto a ulteriores decisiones. 6 .1Lh4 La respuesta normal y temática. Pero la escena del ajedrez internacional es extensa, variada y rica. Por consiguiente, no es extraño que también se ha­ ya visto 6 .1Lxf6, que se juega esporádicamente. El principal inconveniente estratégico de esa jugada es que no inflige a las negras ningún tipo de pro­ blema estructural. Cierto que gana un tiempo en desarrollo, en un sistema de apertura básicamente cerrado, pero el verdadero meollo del asunto es que no hay forma de conseguir ventaj a con esa ganancia de tiempo, porque la tentativa directa de explotarlo (tras 6 .1Lxf6 i.xf6), mediante 7 e4 dxe4 8 ct:Jxe4, permite un efectivo contrajuego de las negras después de 8 . . . ct:Jc6 ! , que fuerza l a continuación 9 ltJxf6+ �xf6, cuando n o hay manera d e que las blancas preserven su superioridad en el centro. Por ejemplo: 10 'iid2 ..td7 1 1 'iie 3 0-0-0 12 i.e2 l:the8 13 0-0 �b8. Ahora s e amenaza 1 4 . . . e5, y si 1 4 ct:Je5 ltJxe5 15 dxe5 �g5, con absoluta igualdad, acordándose tablas en la partida Vladimirov - Jolmov, Leningrado, 1 967. 6 0-0 e3 7 Esta posición es el punto de partida para buen número de variantes en la Defensa Ortodoxa del Gambito de Dama Rehusado. Una comparación del desarrollo de ambos bandos nos permite la siguiente evaluación: las blancas, como consecuencia de tener su peón e seguro en la cuarta fila, ejercen más influencia sobre el centro y sus tres piezas menores desarrolladas presionan sobre importantes casillas centrales. El desarrollo del flanco de rey blanco se ha retrasado, pero dado el carácter cerrado de la posición, su rey no corre un peligro inmediato. Por su parte, las negras (como antes se ha dicho) han completado su desarrollo del flanco de rey, e incluso han enrocado. Por otra parte, su bastión central de d5 es sólido. El plan a corto plazo de las blancas es claro: quieren completar el desa­ rrollo de su flanco de rey. ¿ Cómo deben afrontar la lucha las negras? Tienen dos enfoques razonables: 1) La maniobra liberadora de Lasker, 7 . . . ct:Je4. La posición negra está un tanto restringida, por supuesto, y la técnica pa­ ra liberar posiciones restringidas se basa en el cambio de piezas. La secuen-

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cia más habitual en este caso es 8 i.xe7 W/xe7 9 cxd5 tt::l xc3 10 bxc3 exd5 . Sin embargo, los cambios precedentes han reforzado el centro blanco, ya que su peón b se ha convertido en un peón c. Esto permite a las blancas obtener una ligera ventaja, como sigue: 11 'ii'b 3 ! l:!.d8 12 c4! dxc4 13 i.xc4 tt::lc6 14 i.e2. Aunque las negras cambien o no las damas, las blancas enrocarán corto y su superioridad central les permitirá disfrutar de la característica pequeña ventaj a al comienzo del medio juego. 2) La j ugada clásica 7 . . , tt::l b d7. Después de la continuación habitual 8 l:tcl c6 9 �d3 dxc4 10 �xc4, las negras buscarán contraj uego con 10 . . . b5 ! ? 11 i.d3 a6, disponiéndose a ata­ car el centro blanco con . . . cS. Por ejemplo: 12 0-0 c5. Una vez más, la des­ ventaj a negra es la normal de apertura. En este momento la alternativa más popular, desde hace casi setenta años, es la Variante Tartakower: 7 b6 Si echamos un vistazo a la posición negra después de la séptima j ugada blanca, es fácil percibir que el único problema estratégico de las negras es la falta de líneas para su alfil de dama. El peón e negro encierra a su alfil y, a menos que las blancas jueguen voluntariamente cxd5, permitiendo a las ne­ gras retomar con el peón e, el alfil permanecerá largo tiempo encerrado. Durante el torneo de Londres de 1 922, el gran maestro franco-polaco Dr. Savielly G. Tartakower tuvo la idea de resolver el problema del alfil de da­ ma, fianchettándolo de forma inmediata. Así fue como jugó la textual en su partida contra J. R. Capablanca. La idea de las negras es de una desarmante simplicidad y completamen­ te correcta: seguirán con la lógica 8 . . . �b7 y el que se suponía permanente problema del alfil de dama ¡ ha quedado resuelto de inmediato! Desde el momento de su presentación magistral en sociedad, la Variante Tartakower ha sido el método más popular de defender la Ortodoxa. Todos los campeo­ nes del mundo recientes la han empleado con éxito, llámense Boris Spassky, Robert J. Fischer, Anatoli Karpov o Gari Kasparov. La atracción práctica de la variante es que combina la corrección estratégica con una posición dese­ quilibrada. Esto significa que las negras no sólo tienen excelentes perspecti­ vas de igualar, sino también que si las blancas no juegan con absoluta co­ rrección, pueden quedarse con la peor parte. �e2 8 Esta j ugada de tan modesta apariencia puede contener una buena dosis de veneno, como pronto veremos. Hay tres alternativas independientes: 1) 8 cxd5, con idea de cerrar la diagonal del alfil de dama negro, antes de que llegue a b7. Durante unos cuarenta años, éste ha sido el comienzo de

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la línea principal en la Variante Tartakower: 8 . . . lt:lxd5 9 i.. x e7 Vdl/xe7 10 lt:lxd5 exd5 1 1 .S:c1 i.. e 6, y las negras seguirán con ... c5. Aunque las blancas tienen posibilidades de conseguir una pequeña ventaja, se considera que las posiciones resultantes no plantean especiales dificultades a las negras, y de ahí que se vean con frecuencia en la práctica magistral. 2) 8 l:rcl i.. b7 9 i.. d 3 (o 9 i.. e 2) permite a las negras conseguir sus objetivos de apertura tras 9 . . . dxc4! 10 .ixc4 lt:lbd7 11 0-0 c5 ! y una presumible igualdad a plazo no muy lej ano: 12 'ii'e2 a6 13 a4 cxd4 14 exd4 (14 lt:lxd4 lt:lc5 15 l:.fd1 'it'e8 16 i.. g3 lt:lfe4 también es una posición igualada) 14 . . . lt:lh5 ! 1 5 i.. x e7 "i/xe7 1 6 d5 lt:lf4 1 7 �e3 't!Vf6 1 8 lt:le4 'iWf5 1 9 lt:lg3 �f6 20 lt:le4 �f5. Tablas, Kasparov - Karpov, Match por el Campeonato del Mun­ do de 1984-1 985 (343 partida) . 3) 8 .id3 i.b7 9 0-0 también es demasiado rutinaria para oponerse al plan de las negras. Después de 9 . . . lt:lbd7 10 �e2 c5, las negras han cumplido sus obj etivos y se encuentran cerca de conseguir la igualdad. Por ejemplo: 1 1 l:tfd1 lt:le4! 12 i.. g3 cxd4 13 lt:lxd4 lt:lxg3 14 hxg3 lt:lf6, l. Novikov - S. Lputian, Campeonato de la URSS de 1984. Aquí es lícito preguntar: ¿por qué no la inmediata 8 i..xf6 i.xf6 9 cxd5 ? De hecho, ése era el orden habitual de j ugadas, siendo su inventor el gran maestro Viktor Korchnoi. Sin embargo, ese orden de j ugadas le concede a las negras la flexibilidad de desarrollar el alfil de dama por e6. Para impedir­ lo, la práctica moderna reciente consiste en esperar a que el alfil de dama se fianchette, antes de capturar. i..b7 8 i..xf6 i.xf6 9 cxdS 10 Actualmente se considera fuera de cuestión retomar aquí con el alfil de dama, 10 . . . i..x d5 ? ! , ya que eso concedería a las blancas una enorme su­ perioridad en el centro. La edición revisada de la Enciclopedia de Aperturas (tomo D) ni siquiera incluye un solo ejemplo con esa captura. 10 exdS ( D) Éste es el punto de partida básico del refinado "método Korchnoi". Al di­ ferir la captura 1Lxf6, las blancas han perdido un tiempo en relación con la posible 6 .ixf6. Lo que han ganado, a cambio, es que, como consecuencia de 7 . . . b6, las negras han debilitado su casilla c6 y las blancas esperan poder apro­ vecharlo. Por otro lado, las blancas han entregado la ventaja del par de alfiles, lo que no les preocupa porque la buena disposición de su cadena de peones significa que no hay nada vulnerable en su posición susceptible de ser ataca­ do por los alfiles enemigos. Por otra parte, el caballo de rey blanco puede ma­ niobrarse de tal forma que ataque el peón d negro, lo que en conjunción con el ataque de otras piezas (caballo de dama, alfil de rey y dama) obligará a las

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negras a jugar . . . c6. Las blancas dirigirán entonces la presión contra este vul­ nerable peón, o bien abrirán el centro con el avance e4. Los temas estratégicos principales en la posición que se produce tras 10 . . . exdS son los siguientes: Las blancas tratarán de obligar a las negras a jugar . . . c6, creando así un punto vulnerable, de paso que se reduce la actividad del alfil de dama. Las blancas disponen a continuación de dos enfoques radicalmente distintos: 1) Apuntar directamente a c6 mediante el ataque de piezas, y minarlo en el momento oportuno con bS, cuando las negras no puedan responder . . . cS. Si las blancas consiguen cambiar su peón b por el e contrario, entonces el peón d aislado de las negras se convertirá en una debilidad insostenible. 2) Con el alfil de dama situado pasivamente en b7, las blancas podrán, tras la debida preparación, romper en el centro con el avance e4, momento en el que podrán explotar su centro superior, desplegando una activa presión de piezas sobre todo el tablero. Las negras tienen dos necesidades apremiantes: 1) Impedir que las blancas ejecuten de forma eficaz cualquiera de los dos planes anteriores. 2) Tratar de abrir la posición para sus dos alfiles, mediante un oportuno avance . . . cS. 11 b4 De lejos, el plan más ambicioso de las blancas, que se propone fij ar el peón negro en c7, jugando bS. Por otra parte, las blancas pretenden minimizar los efectos del avance . . . eS , cambiando su peón b por el e contrario. No obstan-

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AJED REZ ESTRATÉG I CO

te, y dado que el desarrollo blanco no se ha completado, las negras pueden emprender un activo contrajuego. También es normal y buena 1 1 0-0, con lo que las blancas difieren toda acción en el flanco de dama hasta que su rey no esté seguro. Las respuestas más habituales de las negras son: 1) 11 . . . Wi/ e7, impidiendo b4, pero restán­ dole una defensa a su peón dS, factor que las blancas pueden explotar con 12 Wil b3 ! , y 2) 1 1 . . . l:f.e8, que contribuye a luchar por las casillas e4 y eS. El curso temático de la partida puede ser: 12 b4 c6 13 'ií'b3 'ií' d6 14 a4 l1J d7 1S aS (1S bS puede contestarse con 1S . . . eS ! ) 1S . . . .l:.ad8 16 axb6 axb6 17 l:f. a7 't!Vb8 18 .:. a2! bS 19 lDe1 i.e7 20 lDd3 i.d6 21 g3 lDb6 22 �f3 i.c8 23 J:fa1 �fS 24 ltJcS l1Jc4 2S l1J e2, P. Nikolic - Short, Interzonal de Manila de 1 990. Las blancas tienen una pequeña pero duradera ventaja, porque la posición fij a de peones es más favorable para sus caballos que para los alfiles negros. 11 eS Debe impedirse el dominio de la casilla c6 con 12 bS. Los dos métodos aceptados son la textual y 1 1 . . . c6. La idea de la textual es clara y buena: las negras aprovechan que el caballo de dama contrario está indefenso para re­ alizar este avance temático. La cuestión, sin embargo, no tiene que ver con la táctica, sino que plantea una cuestión que tendrá consecuencias estratégicas a largo plazo. Como pronto veremos, las negras quedarán con el peón d ais­ lado. El peón podrá defenderse, pero no permitirá posibilidades de contra­ juego. El resultado es que los buenos defensores del bando negro obtendrán excelentes perspectivas de tablas, pero apenas mínimas de ganar. Este tipo de situación no resulta atractiva para todos los grandes maestros. Por otra parte, j ugadores técnicamente menos cualificados podrán fácilmente encon­ trarse en una situación defensiva muy molesta. Por consiguiente, la alternativa 11 . . . c6 va encontrando más adeptos, siendo su principal abanderado el gran maestro inglés Nigel Short. Las ne­ gras no tienen que preocuparse por la inmediata 12 bS , a causa de 12 . . . eS ! , una réplica totalmente satisfactoria. E l concepto d e las negras e s impedir un efectivo bS y el avance central e4, a la vez que buscar sus propias oportuni­ dades de contrajuego en cualquier sector. Una partida modelo es la que ju­ garon Karpov y Short en Amsterdam 1 991: 12 0-0 :es 13 'ifib3 aS ! ? 14 a3 (de nuevo, si 14 bS, las negras quedan bien con 14 . . . eS) 14 . . . l1J d7 1 S bS eS ! (la única jugada estratégicamente correcta) 16 ltJxdS �xd4! 17 l:f. ad1 ltJ eS ! 18 ltJ xeS i.xdS 19 l1Jc4 WilgS 20 g3 'ilffS ! 21 l:f.fe1 'ilie4! 22 f3 Wixe3+ 23 'ilixe3 J:rxe3 24 l1J xe3 i.xe3+ 2S W fl i.d4. Las negras tienen total compensación por la pequeña desventaj a material, y la partida finalizó en tablas después de 26 llxd4 cxd4 27 l:!. d1 l:f.c8 28 l:f.xd4 ltcS 29 f4 'ittf8 30 .1 d3 W e7. bxc5 12 bxc5 13 l:f.b1

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Esta posición, interesantísima desde el punto de vista estratégico, fue am­ pliamente explorada en el Campeonato Mundial de 198411 985, con Karpov y Kasparov j ugándola con ambos colores. Las blancas tienen perspectivas en la columna b y contra el peón central aislado. Las negras tienen posibilidades contra el desnudo flanco de dama contrario, en particular contra el peón a. La única alternativa lógica es 13 �b3, una novedad preparada por el gran mestro Seirawan, que vale la pena ensayar. Tal y como él mismo cuenta la historia, en su revista Inside Chess, media hora de reflexión ante el tablero le convenció de que después de 13 . . . �c6 14 dxcS, las negras disponían de 14 . . . �aS ! , con igualdad tras 15 l:lc1 tZ:ld7 16 tZ:ld4 tt:Jxc5 17 tt:Jxc6 tt:J xb3 1 8 tZ:lxaS tt:Jxcl . 13 'iVaS!? Este método temático de contrajuego es, cuando se realiza oportuna­ mente, el plan más prometedor para las negras. Cuando se j ugó esta partida se consideraba inferior, pero ahora sabemos que no es así. La pasiva 13 . . . .tc6 era la jugada "fiable" del match de 1 984/1985, así co­ mo también para la "teoría oficial" (es decir, la ECO revisada) que la consi­ dera la mejor y las posiciones resultantes como igualadas. Por ejemplo: 14 0-0 tt:Jd7 15 �bS 'VJi/c7 16 'iWc2 .l:[fc8 17 .l:[fc1 ..txb5 18 tZ:lxbS 'i!Vc6 19 dxcS tt:Jxc5, Kasparov - Karpov, Match de 1 98411985 (42" partida). Con todo, el hecho de que las negras tengan que arrastrarse en persecución de las tablas es por sí solo bastante desagradable y justifica que los grandes maestros ha­ yan perdido su confianza en ella. 0-0 14 Una novedad en este momento. La 40• partida Kasparov - Karpov, Match de 1 984-1 985, siguió así: 14 'ifd2 cxd4 15 tZ:lxd4 �xd4 16 exd4 ..tc6 17 tZ:lbS

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'iVd8 18 0-0, con una pequeña ventaja para las blancas, debido a su superior al­ fil, piezas más activas y "mejor" peón central aislado. Sin embargo, en la parti­ da Yusupov - Beliavsky, Linares, 1988, las negras mej oraron sobre la partida citada, consiguiendo una disposición más activa de piezas: 16 . . . �a6! (en lu­ gar de 16 . . . �c6) 17 tt'l b5 'iV d8 18 0-0 li:'Jc6! 19 llfd1 'ikf6 20 �f3 .:. ab8 ! 21 a4 �fd8 22 'i!Vc3 i.. c8 23 l:.bcl a6 24 'iVxc6 'iVxc6 25 l:!.xc6 axb5 26 axb5. Tablas. 14 cxd4 li:'Jxd4 15 li:'lc6! Es absolutamente necesario que las negras presionen a su contraparte en el fl anco de dama. Ahora las blancas no consiguen nada con 16 :xb7 li:'l xd4 17 exd4 'i!Vxc3, con total igualdad. li:'JdbS 16 Las blancas tratan de mantener la posición tan complicada como sea po­ sible. Al comentar esta partida, el gran maestro Seirawan señaló la importante alternativa 16 li:'J xd5 �xd5 17 �f3 'i!Vxa2! 18 li:'l xc6 �xc6 19 �xc6 l:r. ad8 20 't!Wh5, "y las blancas tienen la más pequeña de las ventaj as." Esta conclusión pudo someterse a prueba en la partida Seirawan - Beliavsky, Barcelona, 1 989, donde las b lancas decidieron j ugar 20 �f3 (en lugar de 20 'ifh5) . Des­ pués de 20 . . . l:r. d6! 21 g3 a5 22 l:r. fd1 I:tfd8 23 'it>g2 :xd1 24 l:r.xd1 �xd1 25 'iV xd1 'ilfe6 26 �a4? ! g5 ! , cuando cualquier ventaj a que pueda existir corres­ ponde a las negras, que se impusieron en 83 movimientos. En Jugar de la descentralizadora 26 �a4? ! , 26 'ilfd5 mantiene una completa igualdad. 16 li:'le7 Seguramente, la mejor j ugada: las negras protegen su peón y dej an su pa­ reja de alfiles en el tablero para acciones futuras. Inferior es 16 . . . �xc3? ! 1 7 li:'lxc3 'ilfxc3 18 �xb7 d4, debido a 1 9 llb3 'if a5 2 0 �f3 l:!ac8 21 i.xc6 � xc6 22 'iVxd4 (22 . . . 'iix a2 23 .l:tb7) , cuando la posición activa y segura de las blancas va a convertir el peón a negro más en una debilidad que en una fuerza. Es­ toy por completo de acuerdo con Seirawan en la evaluación de esta posi­ ción, en el sentido de que le concede más posibilidades a las blancas. 17 'ifa4! Puesto que las negras tienen una dama activa, lo lógico es cambiarla y tratar de explotar la vulnerabilidad del peón d en el final. Las negras deben cambiar, ya que si 17 . . . �xc3? 18 li:'J xc3 'ifxc3 19 llxb7, quedarían con un tiempo de desventaj a en relación con la variante anterior. 17 'ifxa4 li:'Jxa4 18 Una posición que parece superior para las blancas. Ahora bien, discernir cuán superior es requeriría una importante cantidad de análisis. Las piezas blancas parecen estar activamente situadas, pero no de la forma idónea para amenazar los dos puntos potencialmente vulnerables de la posición negra, a

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saber: los peones a y d. Por otra parte, los alfiles negros cuentan con buenas diagonales. El objetivo de las negras debería ser desprenderse del peón ais­ lado, pero, naturalmente, esto es mucho más fácil de decir que de hacer. 18 �c6 .l:rfc8 lbcS 19 l:.fcl 20 �xbS! Despej ando el camino para el avance del peón d. �xbS 21 8

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11c7?! 21 A punto de realizar su plan, las negras, sorprendentemente se enfrían y optan por una jugada puramente defensiva, con todas las tribulaciones que eso supone. Un mes más tarde, en la partida Timman - Karpov, Amsterdam 1 988, el gran maestro Karpov demostró la forma correcta de j ugar: 21 . . . d4! 22 lbd7 (22 e4 .ig5) 22 . . . dxe3 23 lb xf6+ gxf6 24 fxe3 llab8 25 �a4 W g7 ! 26 �xb8 .l:r xcl + 27 Wf2 't:.. c 7, tablas. Al impedir la incursión de la torre blanca en sépti­ ma, las negras han protegido su posición en ambos flancos. Dado que los peones doblados negros no son más vulnerables que los blancos e y g, y que el caballo negro equivale al alfil blanco en actividad potencial, la posición está absolutamente igualada. ..tc3 lbd7! 22 i.aS �b3 23 Ji.xc7 llxc7 24 La herencia de la "prudente" 21 . . . fl c7? ! es que las blancas han quedado con la torre activa, mientras que las negras tienen el peón débil d.

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25 g3?! Seirawan califica a esta j ugada de "pérdida de tiempo". Ciertamente, la centralización del rey (25 'it>fl , etc.) situaría a las blancas con un tiempo de ventaj a en relación con el curso de la partida. 25 l':lcS?! Las negras también pierden tiempo. Mej or es 25 . . . �d6, seguido de . . . f6, . . Wf7 y . . . 'it>e6 (Seirawan ) , aunque con una duradera y cómoda venta­ ja blanca. l:.aS 26 i.a6 Obligado, ya que 26 . . . l: d8? pierde por 27 l:tb7 ! l:txd7 28 i.b5. .td6 27 llb7 28 i.b5! Las blancas han conseguido exactamente el tipo de final al que querían llegar desde la posición después de 13 �b1 : piezas activas, j uego contra el peón d5 aislado y ningún problema. La textual prepara el traslado del alfil a b3 para atacar el peón d. 28 a5 29 .ta4 g6? El error que debería haber acarreado la derrota, y una nueva demostra­ ción de lo desagradable que es la posición para las negras tras su desafortu­ nada 21 . . . �c7 ? ! Aquí no hay grandes j ugadas y sí muchas malas. El gran maestro Seirawan ha demostrado que las blancas ganan después de 30 tt:lf6+ 'it>f8 (30 ... �g7? ? permite 31 tt:le8+; sin embargo, y como admitió el propio Seirawan, simplemente no se le había ocurrido, en la posición antes de la ju­ gada 29 de las negras, que el tt:ld7 pudiese llegar a e8, y por tanto no se detu­ vo en la secuencia que empieza con 30 tt:l f6+) 31 l:t d7 .tb4 32 tt:lxd5 tt:l xd5 33 11xd5. Las blancas han ganado un valioso peón y, con torres sobre el tablero, no hay razón por la que, con buena técnica, no pueda convertirse en victoria la ventaj a material. Vale la pena añadir que, con alfiles de color opuesto y un peón normal de ventaja, la pieza mayor que más le conviene al bando fuerte es la torre, antes que la dama. El gran maestro Seirawan considera que la mejor posibilidad defensiva para las negras pasa por activar la torre con 29 .l:tc8. 'i2i>g7 30 i.b3?! a4 31 Con esta jugada no se daña la posición. Sin embargo, las blancas podrían haber obtenido de inmediato el final característico comentado en la nota tras la 34• j ugada negra, con la sencilla 31 tt:lb6 11 b8 (única) 32 i.xd5 ! lixb7 (obligada) 33 i.xb7. 31 .tb4 tt:le5 32 l:lcS 33 llb5 .:tcl+ .

. . .

GAMBITO DE DAMA REHUSA DO, DEFENSA ORTO DOXA

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'it>g2 34 Ahora, en caso de 34 . . . .l:!.c5 ? ! es fuerte 35 ltJd7 ! Entretanto, las blancas amenazan con capturar el peón d, así como la secuencia 35 ltJd3 !lbl 36 ltJxb4 .l:!.xb3 37 tt:'lc6, con "un final de caballos ganado" (Seirawan). Así pues, las negras no tienen nada mej or que la continuación de la partida. 34 i.. c3

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El gran maestro Seirawan se disponía a jugar la siguiente secuencia: 35 ltJd3 libl 36 .lab7 ! tt:'lc8 (36 . . . .tb4? ? 37 i.c2) 37 .ixd5 l:Ixb7 38 il.xb7. Lo más probable es que esta posición sea de tablas teóricas, pero para conse­ guirlas las negras tendrían que sufrir mucho. Sin embargo, antes de jugarla, las blancas decidieron seguir la aceptada y buena costumbre de repetir j uga­ das antes de superar el control, en la jugada 40, pero . . . .l:1b7 35 .ib4 .ic3 l:rb5 36 .l:1b7? 37 É sta era la última posibilidad de jugar 37 tt:'ld3 ! . 37 .tb4 .l:1b5 38 Triste necesidad. Aquí 38 ltJ d3 no conduce a nada después de 38 . . . l:rc3 ! ltJ 39 xb4 l:rxb3. .ic3 38 Tablas. Por supuesto, a requerimiento de las negras.

GAMBITO DE DAMA REHUSADO, DEFENSA SEMI-TARRASCH Partida

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Blancas: Tigran Petrosian Negras: Viktor Korchnoi Il Ciocco (Italia), 1977, Candidatos, Match de Semifinales (6" partida)

'bf6 d4 1 dS 'bf3 2 e6 c4 3 eS 'bc3 4 El método temático para discutir la supremacía al centro blanco es jugar . . . eS, o, más frecuentemente aún, . . . cS . En esta partida las negras "consi­ guen " realizar el avance . . . eS en la cuarta j ugada. Sin embargo, el Gambito de D ama es una apertura demasiado fuerte para permitir a las negras un ca­ mino tan fácil hacia la igualdad. 5 cxdS De lejos, la continuación crítica. Las negras disponen de tres respuestas y todas ellas tienen claras deficiencias. Las blancas, por supuesto, pueden bus­ car una posición simétrica, siempre con una jugada por delante, con 5 e3 'bc6 6 a3. No obstante, ese enfoque les concede muchas menos perspectivas de conseguir ventaj a que la textual. 5 'bxdS La alternativa S . . . exdS conduce a la Defensa Tarrasch, en la que las ne­ gras asumen su peón d aislado, confiando que la presencia de su fuerte peón central constituya compensación suficiente (véanse partidas 24-26) . L a apertura que s e produce después d e S . . . 'bxdS s e llama Defensa Se­ mi-Tarrasch porque, de forma similar a la Tarrasch, las negras juegan un temprano avance . . eS, pero se desvían de la Tarrasch pura, retomando en dS con el caballo. La ventaj a de este enfoque es evidente: las negras evitan quedarse con un peón central aislado. Sin embargo, también es clara la des­ ventaja: las negras ejercerán menos influencia sobre el centro que en la Ta.

G AMBITO DE DAMA REHUSADO, D EFENSA SEMI-TARRASCH

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rrasch. Por otra parte, las negras no sólo tendrán deficiencias en el centro, si­ no que no se ve qué compensación obtienen a cambio. Por consiguiente, en los últimos años, la Semi-Tarrasch ha estado perdiendo popularidad en la es­ cena internacional. Los grandes maestros que buscan un método sólido de juego, dentro del Gambito de Dama Rehusado, se inclinan cada vez más por variantes de la Defensa Ortodoxa, antes que por la Semi-Tarrasch. La De­ fensa Ortodoxa le concede a las negras un mayor control del centro y no menos posibilidades ganadoras que la Semi-Tarrasch . En aras de la información, debo decir que 5 . . . cxd4 es "jugable". No obs­ tante, las posiciones resultantes de 6 'i'xd4 lt:J xd5 7 e4 (o bien 6 . . . exd5 7 e4! ) no hacen particularmente felices a las negras, de modo que no hay ra­ zón por las que este bando debiera optar por ellas. 6 e4

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¿Por qué no? Las negras han permitido que las blancas construyan, sin coste alguno, un poderoso centro de peones, y no hay razón teórica alguna por la que las blancas no deberían hacerlo. Sin embargo, este plan temático nunca ha tenido la popularidad que, en mi opinión, merece. Creo que hay dos razones para ello: una, puramente ajedrecística, y otra de "procedimien­ to" . La razón ajedrecística es que el j uego de las blancas debe ser extrema­ damente preciso y enérgico, para explotar la fuerza del peón d aislado. Por lo visto, muchos jugadores no se sienten cómodos al enfrentarse a situacio­ nes tan exigentes. Las dos principales alternativas, que suelen aparecer en el escenario in­ ternacional, son las que siguen:

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AJEDREZ ESTRATÉG ICO

1) 6 e3, siendo la secuencia más habitual: 6 . . . tt:lc6 7 i.d3 cxd4 8 exd4 i. e7 9 0-0 0-0. Se trata de una posición de lo más rutinario, con peón d aislado en la cuarta fila y todas las piezas menores aún sobre el tablero. Esto incre­ menta la flexibilidad del juego blanco y, al mismo tiempo, disminuye el riesgo inherente a las variantes con 6 e4, ya que las negras no tendrán una mayoría de peones en el flanco de dama. 2) 6 g3, cuando la posición temática se produce después de 6 . . . tt:l c6 7 i.g2 il.. e7 8 0-0 0-0. Las blancas pueden elegir, entonces, jugar contra el peón d aislado, creándolo mediante 9 tt:lxd5 exd5, o pueden optar por cons­ truir un centro superior, con 9 e4. Una vez más, estos dos enfoques son bien entendidos por los jugadores asiduos de los sistemas cerrados de apertura. La razón de "procedimiento" a que he aludido tiene que ver con el orden de jugadas. En lo que se refiere a las variantes derivadas de 6 e3, un 50% de las posiciones pueden resultar de la Variante Panov de la Defensa Caro­ Kann: 1 e4 c6 2 d4 d5 3 exd5 cxd5 4 c4 tt:lf6 5 tt:l c3 e6 6 tt:lf3 i.. e7 7 cxd5 tt:l xd5 8 il.. d 3 tt:l c6 9 0-0 0-0. Por ejemplo, partida Adams - Seirawan, Wijk aan Zee, 199 1 . Por otra parte, un número importante procede, por trasposición, de la Apertura Inglesa, cuando las negras han jugado un temprano . . eS y las blancas e3. Por ejemplo: 1 c4 tt:lf6 2 tt:lf3 eS 3 tt:lc3 e6 4 e3 tt:lc6 5 d4 d5 6 cxd5 tt:l xd5 7 i.. d 3 cxd4 8 exd4 ii. e7 9 0-0 0-0, l. Ivanov - Dlugy, National Open, 1 989. La posición de la línea principal, después de 6 g3, resulta en la mayoría de los casos de un orden de j ugadas distinto al "oficial". En realidad, la for­ ma más habitual de llegar a la posición después de la octava jugada, y tras 9 tt:lxd5 exd5, es cuando las blancas juegan un temprano g3 y, sólo más tarde, d4. Un ejemplo característico es: 1 tt:lf3 eS 2 c4 tt:lf6 3 tt:lc3 e6 4 g3 d5 5 cxd5 tt:l xd5 6 i.g2 tLlc6 7 0-0 i. e7 8 tt:lxd5 exd5 9 d4 0-0, Sirotanovic - Ruban, Be­ la Crkva, 1989. tLlxc3 6 La única jugada correcta. Aunque refuerza el centro blanco, al convertir el peón b en e, las ventajas resultan más significativas: las negras no pierden tiempo en la retirada y el cambio de piezas menores reduce el efecto restric­ tivo del superior centro blanco. cxd4 bxc3 7 De nuevo, con el objetivo temático de cambiar piezas menores, es decir, los alfiles de casillas negras. Cualquier otra posibilidad es inferior. Por ejem­ plo: 7 . . . i.. e7 ! ? 8 i.c4 0-0 9 0-0 tt:l d7 10 'ii'e 2 'W/c7 1 1 lld 1 a6 12 a4 b6 13 d5, y las negras no tienen compensación por la inmensa superioridad central de las blancas, Gligoric - Sánchez, lnterzonal de Estocolmo de 1952. cxd4 8 i.b4+ .

GAMB ITO DE DAMA REH USADO, DEFENSA SEMI-TARRASCH

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En este momento, las negras disponían de una elección válida. Pueden jugar antes 8 . . . ttJc6, y después de 9 i.c4, la táctica 9 . . . b5. Bobby Fischer igualó fácilmente con esta jugada en el Match por el Campeonato del Mun­ do de 1 972 (9" partida) , contra Boris Spassky: 10 .id3 i.b4+ 11 i.d2 �xd2+ 12 'i'xd2 a6 13 a4 0-0 ! , ya que 14 axb5 se contesta con 14 . . . ttJ xd4. Es obligatorio para las blancas que en esta posición puedan movilizar su peón d. Por consiguiente, en lugar de la j ugada de autobloqueo 10 .id3, lo correcto es 10 i.e2! A continuación, las blancas conservan una temática y agradable ventaj a de apertura, siendo un excelente ejemplo la partida A. Yusupov - Z. Ribli, Candidatos, Montpellier, 1 985: 10 . . . i.b4+ 1 1 i.d2 'i'a5 12 d5 ! exd5 13 exd5 ttJe7 14 0-0 i.xd2 15 ttJxd2 0-0 16 l2l b3 �d8 17 .tf3 l2lf5 1 8 .la cl ttJ d6 1 9 'i'd4. Las blancas disfrutan de una amplia ventaja de espacio, y su peón d es mucho más peligroso q ue el peón extra negro del flanco de dama. .td2 �xd2+ 9 10 'i'xd2 0-0 8

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La estructura de peones en el centro se ha clarificado, cambiándose dos pares de piezas menores. Lo que usted ve ahora en el diagrama es aquello con lo que tendrán que trabaj ar ambos bandos. É ste es el punto de partida de la variante más crítica y temática en la pura Defensa Semi-Tarrasch. Los principales temas estratégicos para cada bando son los siguientes: Las blancas tratarán de realizar el efectivo avance del peón d a d5, donde quedará incrustado en el campo negro y se habrá convertido en un peón pa­ sado, además de un problema para las negras (o eso esperan las blancas), debido a la amenaza que plantea su promoción y a que, entretanto, dificulta la coordinación de las fuerzas negras.

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AJEDREZ ESTRATÉGICO

A la sombra del peón d5, las blancas movilizarán sus torres en las colum­ nas centrales d y e. Tratarán de explotar su ventaj a espacial para lanzar un ataque al flanco de rey enemigo. Debido a que el flanco de rey negro carece de piezas menores que colaboren en la defensa, las posibilidades de que el ataque blanco tenga éxito son considerables. Las negras tienen que actuar para satisfacer dos objetivos: 1) Hacer que el peón pasado blanco sea lo más inocuo posible, reforzando, al mismo tiempo, al máximo la seguridad de su rey. 2) Movilizar su mayoría de peones en el flanco de dama, para crear un útil peón pasado. Las posibilidades de que esto suceda sólo parecen reales en el final, pero antes deberán sobrevivir al medio juego. En una partida práctica la situación es, con mucho, favorable al j ugador con blancas que conozca los temas. Aun cuando una imprecisión por parte de las blancas puede hacer que se diluya su ventaj a, una imprecisión por parte de las negras puede conducir a la catástrofe inmediata. 11 i-c4 De lejos, el mej or emplazamiento para el alfil, ya que desde ahí apoya el avance temático d5. Entre las alternativas, 1 1 ii. d3? ! es inferior, porque in­ terfiere con el avance del peón d, mientras que 1 1 .ie2 es excesivamente modesta y podría bloquear, más adelante, el control de la columna e. 11 li:'Jc6 La jugada normal, con el caballo desarrollado por su "mejor" casilla, de paso que presiona sobre el peón de d4. Sin embargo, también tiene sus in­ convenientes: el inevitable avance blanco d4-d5 ganará un tiempo por el ataque al caballo, y éste difícilmente podrá colaborar en la defensa de su rey. En mi opinión, el desarrollo alternativo 1 1 . . . li:'J d7 12 0-0 lZ'lf6 encaj a mejor con los requerimientos de la posición negra. Un importante ejemplo es la partida Yusupov - Eslon, España, 1981 : 13 l:tfe1 b6 14 a4 i. b7 15 i.d3 llc8 16 aS filc7 17 axb6 axb6 18 �ac1 filb8 1 9 l:t b1 fil aS. La ventaja espacial de las blancas significa que han conservado su pequeña ventaj a de apertura, pero la efectiva presión negra sobre e4 dificulta a las blancas la materialización de su ventaja. 12 0-0 b6 El fianchetto del alfil de dama está considerado de siempre el plan más fundado de las negras. Las dos alternativas más respetables son: 1) 12 . . . 'iVd6, con idea de presionar sobre el peón d a base de . . . l:t d8. Con todo, de este modo la posición de las negras en el flanco de rey se vuelve aún más vulnerable. En la partida Browne - H. Olafsson, Reykjavik, 1980, las blancas obtuvieron un ataque muy fuerte, tras la enérgica continua­ ción 13 l:t ad1 :d8 14 l:tfe1 i.d7 15 d5 ! exd5 16 exd5 lZ'l e7 17 lZ'l g5 ! .

GAMBITO DE DAMA REHUSADO, D EFENSA SEMI-TARRASCH

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2) 12 . . . tjj e 7 redispone el caballo en previsión del inminente avance d5 . Sus inconvenientes son la pérdida de tiempo y un caballo pasivo. En la parti­ da Seirawan - Korchnoi, Skelleftea, 1 989, las blancas explotaron hábil­ mente estos factores, consiguiendo una agradable ventaj a de esta forma: 13 a4 b6 14 a5 .ib7 15 kd3 bxa5 16 ¡{fb 1 .l:! b8 17 l:txa5 tjjc6 18 .Uab5 .ta8 19 d5 ! l:!.fel! 13 Como antes se ha dicho, el j uego blanco debe ser decidido, tratando de combinar el avance del peón con planes de ataque contra el rey enemigo. Por consiguiente, otros planes relacionados con l:ifd1 y .l:.ac1 son, por definición, menos apremiantes. Por ejemplo: 13 l:tfd1 tjj a5 14 �d3 i.b7 15 �e3 � c8 16 l:tacl 'J/Iie7 17 .l:!xc8 .:. xc8 18 licl l:t xcl+ 19 �xc1, con igualdad, acordándose tablas. A. Zaitsev - L. Polugaievsky, Campeonato de la URSS de 1 968/1969. 13 .tb7 14 .l:Iadl

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Las blancas han movilizado sus fuerzas de forma efectiva para realizar el avance d5. Dado que no puede impedirse, la única elección de las negras es decidir cómo se prepararán contra dicho avance. Los dos caminos principa­ les son: 1) 14 . . . tjj e 7 (véase la partida). 2) 14 . . . ILc8. Las negras amenazan un ataque descubierto sobre el alfil, y se disponen a controlar la columna c. Después de la evidente 1 5 d5, las ne­ gras deben tomar, de nuevo, una decisión fundamental para su futuro:

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AJED REZ ESTRATÉGICO

a) 1S . . . tt:l aS 16 i.d3 'iVd6 (16 . . . exdS? 17 eS ! conduce a un ataque devas­ tador de las blancas, como se demostró, por primera vez, en la partida L. Polugaievsky - M. Tal, Campeonato de la URSS de 1969) 17 dxe6 �xe6? ! (el mal menor es 17 . . . fxe6, cuando las blancas sólo pueden ju­ gar contra la debilidad e6 con 18 i.bS ! , o bien optar por el ataque con 18 eS ! file7 19 tt:lgS, como señaló el GM Dojoian) 18 t"Lld4 'tieS 19 tt:lfS, Y. Dojoian - S. Webb, Campeonato de Europa por equipos de 1 989. Las blancas tienen un ataque muy fuerte, con los inminentes avances f4 y eS. b) 1S . . . exdS 16 i.xdS 'tic7 17 eS ! (también es fuerte 17 'i'gS ! h6 1 8 'ii'g4 lafd8 19 h3 tt:le7 20 tt:l d4, Swoboda - Plank, Viena, 1 98S) 17 . . . tt:le7, y ahora, en lugar de la insípida 18 i.xb7? ! 'ifxb7, con igualdad, J. Noguei­ ras - M. Tal, Bruselas, 1 988, el gran maestro Tal indica 18 �b3 ! i.xf3 (si 18 . . . llcd8, 19 'i'd6! ! ) 19 gxf3 c;i¡lb8 20 'ti'd6, o incluso 20 'ili'd7, en cual­ quier caso con fuerte iniciativa de las blancas. tt:le7 14 Con la perceptiva idea de bloquear el avance del peón d. Pero el activo desarrollo de sus piezas y la debilidad de la casilla c6 le permiten a las blan­ cas actuar con energía para mantener una clara ventaja. exd5 d5! 15 tt:lf5 exdS 16 Hasta ahora la partida ha seguido el curso de la que disputaron W. Uhl­ mann y V. Korchnoi en Rovinj/Zagreb 1 970, donde después de 17 �d3? ! t"Ll d6, las negras consiguieron una igualdad aproximada. Sin embargo, el lúci­ do pensamiento del GM Petrosian lo convence de que 17 i.d3 ? ! no sólo es una jugada pasiva, sino también ilógica. ¿Por qué tendría el alfil que bloque­ ar a sus dos piezas mayores que apoyan el avance del peón pasado? tt:le5! 17 Las torres blancas, la dama, el alfil y el peón d están armónicamente si­ tuados para desplegar actividad en el centro y, por lo tanto, es correcto acti­ var también el caballo, con lo que ahora se amenaza 18 d6 (por supuesto, la inmediata 17 d6? permitiría 17 . . . i..x f3). Ahora, y como tan a menudo suce­ de, la lógica estrategia de las blancas se ve culminada con una brillante se­ cuencia táctica. 17 t"Lld6 18 i.xc6? t"Llc6!! Esta captura conduce a una posición insostenible. Las negras tenían que optar, por tanto, por una de las siguientes posibilidades:

1) Un medio juego incómodo, tras 18 . . . �f6 19 i.b3. 2) Un final incómodo, después de 1 8 . . . tt:lxc4 1 9 tt:lxd8 tt:l xd2 20 tt:lxb7 Itab8! (20 . . . tt:lc4? 21 d6 ! ) 21 tt:l aS ! bxaS 22 laxd2. Si tengo que evaluar esta posi-

GAMBITO DE DAMA REHUSADO, D EFENSA SEMI-TARRASCH

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ción, diría que las blancas tienen un 50% de posibilidades de ganar, y 0 % d e perder, e s decir, l a situación práctica ideal. t'Llxe4 dxe6 19 'ii' f 4! 20 La tentativa de ganar brillantemente con 20 �xd8?? � axd8 21 !txd8 l::!.f8 ! 23 .l:.dl b5 ! 24 l::!.x d8 22 c7 conduce a una lamentable derrota, tras 22 lid8 t'Ll b6 (GM Marj anovic). 20 t'Lld6 A costa de un par de tiempos, las negras consiguen, de esta forma, impe­ dir el temprano viaj e del peón e a la séptima fila, como sucedería en otros casos. Por ejemplo: 20 . . . Vj'f6 21 'i\Yxc4 1I ac8 22 c7 ! 'W/e7 lixd6 21 22 g3 Las consecuencias del j uego precedente son: las blancas cuentan con un poderoso peón pasado y avanzado, sus torres controlan las columnas centra­ les y la dama está activamente situada. El único triunfo de las negras, su ma­ yoría en el flanco de dama, no tiene mucha significación, dado que sus pie­ zas mayores no pueden apoyar ninguna movilización activa en dicho flanco, ya que deben concentrarse en detener al peón e y proteger a su rey. Las blancas ejercen un control absoluto de la posición, y el gran maes­ tro Petrosian es el hombre idóneo para finalizar la tarea. Cada una de sus j ugadas o bien aumenta su ventaja, o bien refuerza la seguridad de su posi­ ción. Las blancas no tienen por qué precipitarse. Lo que importa es preve­ nir el potencial contraj uego enemigo, de paso que se avanza en la direc­ ción correcta. h6 22 . _ .

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La textual crea un debilitamiento casi imperceptible, pero real en el flan­ co de rey negro, porque ahora el peón g blanco podrá ser empleado como un ariete para abrir líneas en el sector. Por otro lado, es evidente que las ne­ gras no pueden hacer nada sin darle aire a su rey, pues de otro modo estaría continuamente amenazado de mates en la última fila. Tampoco encontrarían alivio en la continuación 22 . . . �ad8 23 l:txd8 �xd8, pues el cambio de un par de torres incrementa la fuerza del peón c. 'iWe5! 23 Con esta jugada y la siguiente, las blancas centralizan magníficamente su dama. Si ahora 23 . . . l:t ae8, las blancas ganan fácilmente con 24 �xe8 .l:Ixe8 (24 . . . 'ii'x d6 25 'i'd7 ! aún es más fácil) 25 .:.xe8+ 'iii> h7 26 .: ed8. Podría se­ guir: 26 . . . Wle7 27 :dl Wi/c7 28 :sd6 ! b5 29 l:t cl ! �xd6 30 c7. 23 l:tac8 24 �d5! c;t>h7 Las negras esperan acontecimientos, ya que 24 . . . ltfd8 pierde por 25 �d7 ! . l:re4 25 �g8 a6 26 �g2 b5 27 h4 28 g4! Con dama y torres en posiciones centrales dominantes y su rey fuera de la primera fila, el gran maestro Petrosian inicia el ataque decisivo contra el punto vulnerable h6. 28 �h7 �h8 l:f.e2 29 hS 30 gS Las negras deben mantener su flanco de rey tan cerrado como les sea po­ sible. Después de 30 . . . hxg5? ! 31 hxg5, la abierta columna h resulta decisiva. .:d2! 31 El doblaje de torres no sólo asegura el control de la columna d, sino que al estar las torres mutuamente protegidas, la dama tiene las manos libres pa­ ra atacar al peón h negro. Esto obligará al avance . . . g6, lo que se traduce en otro debilitamiento en la posición del rey negro, y las blancas podrán explo­ tar esta nueva debilidad. Paso a paso, el GM Petrosian aprieta el nudo en torno a la garganta del rey negro. l:tfe8 31 32 g6 33 �2d5! Al cerrar la diagonal que va desde c6 hasta su rey, las blancas amenazan con ganar de inmediato tanto con 34 .l:. d7 como con 34 'iWf6+. Así, la torre de rey negra debe retroceder, para proteger el peón f. 33 .:rs

G A M B ITO DE DAM A REH USADO. D EFENSA SEMI-TARRASCH

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:r6! 34 Esta casilla se ha convertido en puerto franco para la torre y ahora la imparable amenaza blanca es 35 l:: d 7. 34 Wile7 �d7 �eS 35 l:!.x g6! 36 8

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Un broche táctico, con el que se destruye la frágil cobertura del rey ne­ gro. Si ahora 36 . . . fxg6, 37 �c3+ conduce al mate en g7. En apuros de tiem­ po, el GM Korchnoi permite un mate todavía más simple. 36 �es �xh5++ 37

GAMBITO DE DAMA REHUSADO, DEFENSA ESLAVA Partida

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Blancas: Heigi Olafsson Negras: Edmar Mednis Torneo Internacional de Reykjavik (Islandia), 1982

tZ:lf3 tZ:lf6 1 c4 2 El orden de j ugadas de las blancas es un método preventivo popular, que utilizan muchos grandes maestros a los que les gusta j ugar un rápido c4, es decir, una secuencia tipo Apertura Inglesa. No obstante, estos grandes maes­ tros evitan la inmediata 1 c4 porque no quieren enfrentarse a 1 . . . eS, que puede considerarse una forma de Defensa Siciliana invertida, con una juga­ da extra para las blancas. Puesto que esos maestros no tienen interés en ju­ gar una Siciliana "mejorada", evitan 1 . . . eS, anticipándose con 1 tZ:l f3, y sólo a la siguiente jugada avanzan dos casillas el peón c. 2 c6 Una invitación a entrar en la Defensa Eslava, que quedaría planteada después de 3 d4 dS. Contra otras terceras jugadas blancas, las negras jugarían también 3 . . . dS, y entonces decidirían si jugar su alfil de dama a fS o a g4. Por ejemplo: 3 g3 dS 4 b3 i.fS (o bien 4 . . . i.g4). Debido a que las negras han evitado un temprano . . . e6, tienen la opción de desarrollar su alfil de da­ ma por su diagonal de origen. d4 d5 (D) 3 Por trasposición de jugadas, se ha alcanzado la estructura básica de la Es­ lava. La secuencia "normal" de j ugadas hubiera sido 1 d4 dS 2 c4 c6 3 tZ:l f3 lLlf6. En este caso, las blancas podrían haber jugado 3 tZ:lc3. Por regla gene­ ral, cuando las blancas quieren entrar en la Variante del Cambio, suelen ju­ gar 3 tZ:lc3, lo mismo que aquellos jugadores que se sienten más a gusto en la Variante Merano (3 tZ:l c3 tZ:lf6 4 e3) que en las líneas principales de la Eslava. Por supuesto, estas "ventaj as" no se obtienen a cambio de nada, porque las

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negras disponen de la aguda variante que comienza con 3 , , eS. En conse­ cuencia, aquellos que no tienen inconveniente en j ugar las variantes caracte­ rísticas de la Eslava prefieren desarrollar antes el caballo de rey, tt:Jf3. Echemos un breve vistazo al diagrama 84, que muestra perfectamente las ventaj as de las negras en comparación con las variantes de la Defensa Ortodoxa. Las negras han protegido su punto d5 con el pe6n e, dejando abierta la diagonal c8-h3 para el desarrollo sin obstáculos de su alfil de da­ ma, que constituye el problema temático del desarrollo negro en la Ortodo­ xa. Sin embargo, como siempre, esa ventaj a también se consigue a cambio de inconvenientes. Una pequeña desventaj a es, por ejemplo, que la ruptura temática en el centro, . . . eS, tendrá que realizarse a costa de un nuevo tiem­ po, puesto que las negras ya han jugado . , .c6. Un segundo y más importante problema se pondrá de relieve tras la siguiente j ugada blanca. En el diagra­ ma 84 se percibe a simple vista una significativa característica de la Eslava: su natural solidez. No sólo han reforzado las negras su peón de d5 , sino que aun en el caso de que decidan cambiar ese peón por el de c4, la casilla d5 se­ guirá siendo muy fuerte. En este sentido, la Eslava nos recuerda a la Defen­ sa Caro-Kann, contra 1 e4, y por esa razón, a menudo me he referido, en mis conferencias, a la Eslava y la Caro-Kann como " aperturas hermanas" . 4 tt:Jc3 Este rutinario desarrollo de caballo es, de lejos, el enfoque más con­ sistente de las blancas. Hay otras dos importantes alternativas de alto nivel, y una tercera mediocre: 1 ) 4 cxd5 cxd5 5 tt:Jc3 plantea la Variante del Cambio, que en otros tiempos era predilecta del gran maestro Tigran Petrosian. Entre los jugadores ac­ tuales de clase mundial, uno de sus principales paladines es el gran maes-

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AJED REZ ESTRATÉGICO

tro Yasser Seirawan. A pesar de que la posición resultante es simétrica, en una apertura cerrada el jugador inquieto tiene excelentes posibilidades de explotar la ventaj a de la primera jugada. La línea principal se produce después de 5 . . . tt:Jc6 6 i.f4 i.. f5 7 e3 e6. En la partida Seirawan - Van der Wiel, Wijk aan Zee, 1991 , por ejemplo, las blancas consiguieron ventaj a tras 8 '!!!Vb3 ..lt b4 9 ..lt b5 0-0 10 0-0 i.xc3 1 1 '!!!Vxc3 li:J e4? (mejor e s 1 1 . . . .:C c8) 12 �a3 ! 'i'b6 13 ..lt xc6 'i!Vxc6 (peor es 1 3 . . . bxc6? 14 tt:Je5 ! , cuando el peón e negro es débil) 14 tt:Je5 ! 'i'b5 15 f3 , y las blancas tienen ventaj a en el centro y controlarán la columna c. 2) 4 e3 protege el peón e e impide las líneas principales que llevan a la po­ tencial Variante Merano, después de 4 . . . e6 5 tt:J c3 tt:Jbd7. Las negras, sin embargo, tienen la posibilidad de mantenerse dentro de la Eslava con la impecable 4 . . . i.f5. Las perspectivas blancas de conseguir aquí ventaj a d e apertura son mínimas. 3) 4 .ig5 parece mej or de lo que es. Debido a que (a diferencia de la Orto­ doxa) en este caso el caballo no queda clavado, las negras pueden, como mínimo, igualar con 4 . . . dxc4. La posición, después de 4 tt:Jc3, muestra el mayor inconveniente de la Es­ lava. Las negras han mantenido abierta la diagonal del alfil de dama, pero ¿cómo deben desarrollar su alfil de rey? Ahora 4 . . . e6 traspondría a las va­ riantes Botvinnik o Merano, mientras que 4 . . . g6 conduce a una versión pa­ siva de la Defensa Grünfeld, a menudo llamada Semi-Grünfeld o Semi-Es­ lava. (Véase el debate teórico, en conexión con la 13" partida.) El problema específico de las negras es que la "deseable" jugada 4 . . . .if5 ? ! no da buen resultado, a causa de 5 cxd5 ! cxd5 (5 . . . tt:Jxd5 ? ! entrega el centro a las blancas) 6 �b3, y las negras tendrán que asumir una abyecta re­ tirada, 6 . . . ..lt c8, puesto que 6 . . . b6? se refuta con 7 e4! dxe4 8 tt:J e5 e6 9 ..tb5+ tt:Jfd7 10 g4 i.g6 1 1 h4! h5 12 li:Jxg6, seguido de 13 'i'xe6+. 4 dxc4 Las negras, por tanto, son obligadas a entregar el centro, lo que aparente­ mente entra en contradicción con el concepto básico de la Defensa Eslava, 2 . . . c6. Con todo, la captura tiene un brillante aspecto, pues no será fácil, en absoluto, para las blancas recuperar el peón. Los dos caminos normales para conseguirlo distan de ser convincentes: 1 ) 5 e4 es un puro gambito, de dudosa corrección. Después de 5 . . . b5 6 e5 tt:J d5 7 a4 e6 8 axb5 (8 tt:Jg5 h6 9 tt:Jge4 b4) 8 . . . tt:Jxc3 9 bxc3 cxb5 10 tt:Jg5 i.b7, las blancas, como mucho, tienen compensación por el peón entregado. 2) 5 e3 b5 6 a4 b4 ! conduce a las siguientes opciones para las blancas: a) 7 tt:J a2 e6 ! 8 ..lt xc4 .i.b7 9 0-0 .ie7 10 'iVe2 0-0 11 .l:l: d1 a5 12 i.d2 tt:J bd7 ha permitido a las blancas recuperar el peón, pero a costa de un mal si-

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tuado caballo de dama. Las negras pronto realizarán el avance temáti­ co . . eS, con una cómoda igualdad. Reshevsky - Smyslov, Match EEUU - URSS de 1 945. b) 7 tt::lb 1 .1i. a6 8 'i/c2 b3 ! 9 'iVd1 e6 lO tt::l b d2 �d5 , Adorj án - Torre, In ter­ zonal de Toluca de 1 982, es otro gambito de valor incierto. .

Hay que decir que, al menos en un 95 % de los casos, en los torneos inter­ nacionales las blancas entran en la línea principal con . . . a4 5 De esta forma se impide . . . b5, disponiéndose las blancas a recuperar su peón. Pero, por supuesto, la necesidad de la j ugada textual daña el juego blanco al menos en dos aspectos: se ha perdido un tiempo de desarrollo y el flanco de dama (en particular, la casilla b4) ha quedado debilitado de forma permanente. Son estos factores los que tienden a compensar a las negras por haber tenido que entregar el centro. Por consiguiente, la Defensa Eslava mantiene su reputación de ser un arma perfectamente satisfactoria para las negras, desde que tuvo su apogeo, durante los matchs de 1 935 y 1937 por el Campeonato Mundial, entre Alexander Alekhine y Max Euwe. Dado que en este momento las blancas no plantean ninguna amenaza es­ pecífica, las negras disponen de elección en cuanto a cómo proseguir con su desarrollo. Históricamente, las tres variantes más significativas para las ne­ gras parten de 5 . . . tt::l a6, 5 . . . i.g4 y 5 . . . i.f5. Las dos primeras han gozado de períodos de popularidad, pero actualmente se encuentran en declive. El problema de 5 . . . tt::l a 6 y 5 . . . i.g4 es que dependen más de trucos tácticos que de un sólido fundamento estratégico. Por tanto, queda 5 . . . i.f5 como la jugada que da paso a la línea principal para las negras. 5 i.f5 8

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Una jugada perfecta desde todos los ángulos: el alfil ataca la casilla cen­ tral e4, a la vez que "toca" puntos importantes del vulnerable flanco de dama blanco. La textual es el fundamento sobre el que se basa la corrección de la Defensa Eslava. Si las variantes que, a partir de aquí, puedan producirse re­ sultan ser inferiores para las negras, entonces eso significará que la Defensa Eslava no es jugable. Pero mi sopesado pronóstico es que eso no sucederá. En el juego que va a producirse, los temas estratégicos para ambos ban­ dos quedan ya perfectamente delimitados. Son éstos: 1) Las blancas deberán, antes que nada, tratar de recuperar el peón de c4. B ien en conj unción con esa idea o, como suele suceder, después de haber­ la realizado, deberán tratar de conseguir superioridad en el centro con el avance e4. Conseguido un centro superior, éste podrá utilizarse como pla­ taforma de lanzamiento contra la posición enemiga. Las áreas de juego más habituales son el flanco de rey negro o la columna d. 2) Las negras deberán completar su desarrollo, de forma sólida y precisa. Tratarán de dificultar el avance e4 a las blancas, o al menos impedir que lo realicen sin coste alguno. Como siempre, en las posiciones del Gambito de Dama Rehusado, las negras deben tratar de minar el centro blanco con una de las rupturas . . . eS o . . . eS. Si la posición se abre, las negras bus­ carán contrajuego sobre los puntos vulnerables de la posición blanca que, en la mayoría de los casos, están localizados entre las columnas a y d. En el juego inmediato la casilla clave para ambos bandos es e4. e3 6 La más sencilla de las dos opciones en la línea principal. La otra es 6 liJeS, con la idea lógica de acelerar el objetivo de apertura de las blancas, ju­ gando 7 f3 para seguir con 8 e4 y 9 i.. xc4. Como consecuencia de algunos im­ presionantes éxitos del gran maestro Anatoli Karpov, esta variante ha vuel­ to a ponerse de moda en los últimos cinco años. El juego de las negras debe ser a la vez preciso y resuelto, pues de otro modo pueden ser aplastadas por el empuje del centro blanco. En tal caso, la línea temática principal para am­ bos bandos es: 6 . . . e6 7 f3 i.. b 4! 8 e4 i.. xe4 ! 9 fxe4 ltJxe4 10 i.d2 'i'xd4 1 1 ltJxe4 'i!Vxe4+ 1 2 'i!Ve2 i.xd2+ 1 3 Wxd2 '*1YdS+ 1 4 Wc2 lD a6 1S ltJxc4 (D). Aunque las negras tienen tres buenos peones por la pieza y el rey blanco parece inseguro, el GM Karpov demostró que el camino hacia la igualdad no es fácil para las negras. La opinión actual es que lo mejor para las negras es combinar el desarrollo con la seguridad, como queda ilustrado por la si­ guiente partida: 1S . . . 0-0-0 16 'ilieS f6 17 'i!Ve3 W b8! 18 i.e2 eS ! , Tukmakov ­ Solozhenkin, Alemania, 1991, o bien 18 W b3 eS ! , Novikov - Bareiev, Campe­ onato de la URSS de 1 990. En ninguna de las dos partidas pudieron las blancas conseguir ventaja alguna. 6 e6

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�b4 i.xc4 7 ¡Sólo así! Recuérdese que las negras deben obstaculizar el avance e4 de las blancas. Mediante la amenaza al caballo de dama (el protector natural de tal avance), las negras sirven a su propósito de apertura. 0-0 0-0 8 Normal y bueno. No obstante, últimamente un buen número de expertos en la Eslava se han decantado por el orden de jugadas que comienza con 8 . . . lbbd7. En la mayoría de los casos, no hay diferencia. Sin embargo, si las blancas j uegan un temprano éZ'lh4 y el alfil de dama negro se retira a g6, en­ tonces será potencialmente peligroso para las blancas capturar en g6, por­ que las negras conservan la opción de enrocar largo, y la apertura de la co­ lumna h (tras . . . hxg6) les daría posibilidades de ataque contra el rey blanco. tbh4 9 Una idea que se ha generalizado en la última década. Las blancas quie­ ren realizar un rápido avance e4, facilitando que el peón f apoye ese avance, así como cambiar el caballo de rey por el alfil de dama contrario. Con todo, la idea de j ugar e4 no es un fin en sí mismo, sino un trampolín para explotar la superioridad central con objetivos concretos. Por consiguiente, siempre que las negras consigan algo a cambio por "permitir" el avance e4, se man­ tendrá el carácter dinámico de la Eslava. Hay que añadir que a menudo las blancas j uegan 9 'iVb3 , y sólo después 10 tbh4. El método habitual de realizar el avance e4 era 9 'i'e2 lbbd7 10 e4, sien­ do la respuesta más correcta de las negras 10 . . �g6 1 1 .i. d3 .thS ! , momento en que las negras amenazan 12 . . . eS, que las blancas pueden impedir con 12 i.f4 y las negras replicar con 12 . . . liteS, replanteando la "amenaza". Las blancas, por tanto, deberían j ugar 13 eS. En la partida Spassky - Mednis, Vie­ na (IBM), 1 986, las blancas ofrecieron "amablemente" tablas, que yo acepté, .

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AJEDREZ ESTRATÉGICO

lo que no es ninguna sorpresa. Después de la partida, Spassky dijo que des­ pués de 13 . . . tLl d5 no tenia mucha confianza en la teórica 14 tLl xd5 , y que había estado pensando en jugar 14 ..td2. Nuestros análisis demostraron que después de 14 . . . c5 ! 15 tLlxd5 �xd2, las negras están bien . Por consiguiente, la línea principal sigue siendo 14 tLl xd5 cxd5 ! 15 h3 a6 16 g4, y la ventaj a espacial de las blancas debería concederles una pequeña ventaj a, E. Magerramov9- V. B agirov, B akú, 1986. � g4 La respuesta habitual de las negras es la inmediata 9 . . . �g6. La idea que subyace en la textual es debilitar un tanto el flanco de rey de las blancas, an­ tes de acceder a la retirada temática. Si las blancas juegan perfectamente, poco importa que las negras hayan optado por 9 . . ..i g6 o por el método de esta partida. Sin embargo, en caso de que el j uego sea "imperfecto ", las posi­ bilidades de éxito de las negras son mayores con el debilitamiento del flanco de rey contrario. En esta partida el concepto de las negras triunfa en toda la línea. En cualquier caso, los únicos inconvenientes de la textual son que las blancas ganan espacio en el flanco de rey y la posibilidad de realizar e4 con una j ugada de antelación. Sin embargo, según mi propia estimación, las posi­ bilidades de perder de las negras no son mayores con 9 . . . �g4 que con 9 . . . �g6, por lo que la relación entre la posible victoria/derrota de las negras si­ gue siendo atractiva. En los dos últimos años se ha demostrado que, después de 9 tLlh4, las blancas no están amenazando realmente con tomar en f5, pues, por ejemplo, tras 9 . . . tLl bd7 10 tLlxf5 exf5, el peón de f5 presiona poderosamente sobre la casilla e4. En consecuencia, las blancas están jugando ahora 10 f3 , y después de 10 . . . �g6, las posiciones que se originan son similares a las que se pro­ ducen tras la inmediata 9 . . . �g6. i.hS f3 10 �g6 11 g4 tLl g2 u La idea que late en esta j ugada es interesante: las blancas proyectan ju­ gar e4 para encerrar al alfil dama negro. Por tanto, ¿para qué cambiar su "buen" caballo por un "mal" alfil? Por otra parte, el caballo tiene mejores perspectivas en otros puntos, como, por ejemplo, f4 o e3. De todas formas, la sólida Eslava no puede superarse así como así. En pri­ mer lugar, la retirada del caballo cuesta tiempo y, en segundo lugar, el alfil de dama dista de estar muerto y puede ser reconducido de forma efectiva. Según la teoría actual, la con�inuación más fuerte para las blancas es 12 e4 tLl bd7 13 g5 tLl e8 14 tLl xg6 hxg6 15 ..i e3 tLl d6 16 i.e2 ! , a fin de combinar la ventaj a de espacio con la fuerza potencial de la parej a de alfiles. En la parti­ da Polugaievsky - Torre, Biel, 1 989, las negras perdieron tiempo ahora con 16 . . . i.. a5, y las blancas pudieron incrementar su ventaj a con 17 �h1 W/ie7 .

GAMB ITO DE DA M A REHUSADO. DEFENSA ESLAVA

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1 8 l:tbl .:fd8 19 b4 ! El gran maestro Polugaievsky recomienda, como una mejora para el juego negro, la inmediata 1 6 'ife7 ! ? , con lo que las blancas sólo quedan ligeramente mejor. 12 ctJdS! El caballo de rey debe ser reciclado, antes de que las blancas lo impidan con 13 e4. Ahora que el caballo ha dej ado la casilla f6, el alfil de dama puede regresar a la vida con . . f6 y . i.. f7. 13 'ifb3 aS! . . .

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Impreciso es 1 3 . . . 'ife7? ! , porque después de 14 aS ! el flanco de dama negro quedaría encorsetado. e4 14 Las negras consiguen muy buen contraj uego después de la activa jugada textual. En su monografía sobre la Eslava, el gran maestro Mark Taimanov recomienda 14 i.. d 2, con el comentario "con ventaj a blanca." Sin embargo, tras la j ugada de desarrollo 14 . . . tt:::l d 7, no tengo ninguna duda acerca de la solidez de la posición negra. Como mucho, la ventaja blanca, de existir, es mínima. La posición que surge tras 14 . tt:::l d7 es característica de la Defen­ sa Eslava: las negras están bien desarrolladas, no tienen problemas funda­ mentales a corto plazo y conservan perspectivas de contraj uego en su momento. tt:::l b 6 14 t2Jxc4 i.e3 15 'i!Vxc4 ¡ve7! 16 Aún no está claro si el caballo de dama negro tendrá más futuro en a6 o en d7. Por consiguiente, las negras difieren esa decisión, dándole prioridad a .

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AJED REZ ESTRATÉG I CO

la reconducción de su alfil de dama, que no tiene futuro en g6, pero sí puede tenerlo y bueno en f7. 17 h4?! El gran maestro Olafsson sobrevalora sus posibilidades de ataque. Dado que por el momento la posición negra es sólida y correcta, no hay razón pa­ ra esperar tener éxito con ataques a la bayoneta. Los efectos de la textual son que las blancas pierden dos tiempos y debilitan la posición de su rey. Lo único que se "ha conseguido" es obligar al alfil contrario a situarse donde, de todos modos, pensaba hacerlo. Amplios análisis posteriores a la partida revelaron que lo correcto es 17 g5 ! (tratando de obstaculizar . f6), con equilibrio dinámico tras 17 ctJd7. Las negras pueden, entonces, seguir con 18 . . . f6 y retomar con el caballo, después de 19 gxf6. f6! 17 Ji.f'l hS 18 eS h6 19 20 �e2? ! Abrir el juego favorecería a las negras, porque son las blancas las que tienen debilidades fundamentales en su posición. Era preciso jugar 20 d5 g6 21 ctJa2 ! . Entonces, tras 21 i.d6 22 :lfd1 ttJa6, la ventaj a negra sería pe­ queña. exd4! 20 Ji.xd4 21 Quizá las blancas habían omitido que la jugada intermedia 21 hxg7? se refutaba con 21 . . . l:d8. 21 :ds 22 j¿e3 El medio juego que se ha producido es muy incómodo para las blancas, porque las piezas negras comienzan a amasar las casillas débiles. Por consi­ guiente, requieren investigación las posibilidades de las blancas en el final resultante tras 22 Ji.b6 ii.c5+ 23 ii.xc5 'i' xc5+ 24 'i'e3 'ii'x e3+ 25 ttJxe3 g6 26 :.ad1 ttJa6. De todos modos, los agujeros de b3, b4 y c5 siguen torturando a las blancas y no existe una continuación. Por ejemplo: 27 f4 i.b3 28 .l:ixd8+ Itxd8 29 g5 fxg5 30 fxg5 lZJc5 31 lZJg4 tbe6, cuando el peón g blanco se pierde sin compensación. 22 g6 23 t2Jd7 ..tf4 É ste es un camino más provechoso que 23 . . . lZJa6, porque el caballo no sólo puede llegar a c5, sino que también puede resultar útil en las casillas b6 y e5. La tentativa de interferir en la disposición de las piezas negras, con 24 i.. c7 ll.e8 25 i.g3 le crea dificultades al peón h, después de 25 . . . 'iYf8. 24 lZJe3 lZJeS 0 0

0 0 .

0 0 0

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En la Eslava las mejores oportunidades de contraj uego para las negras resultan de esta posición, en la que las blancas han avanzado sus peones a, e, d y los del flanco de rey, lo que les ha dej ado numerosas debilidades sin nada evidente a cambio. 'ii' c5 25 i.g3 La amenaza inmediata es 26 . . . i.c4, y las blancas reaccionan sin prestar atención a sus debilidades fundamentales en el flanco de rey. La mejor posi­ bilidad defensiva de las blancas probablemente sea 26 Whl , cuando las ne­ gras pueden optar por 26 . . . �xc3. o bien por 26 . . . lZ:ld3 , en ambos casos con una ventaja casi decisiva. i.f2? 26 8

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.l:td2! 26 Explotando la debilidad de f3, el tipo de situación que esperaban las ne­ gras al optar por la secuencia 9 . . . i.g4 10 f3 �h5 1 1 g4 .tg6. Dado que 27 'i!Vxd2 'Llxf3+ es, a todas luces, perdedor, las blancas intentan una última po­ sibilidad de ataque a la desesperada. 'iVd6! 'Lled5 27 Las negras quieren ganar material, sin ceder nada a cambio. Ahora 28 'i!Ve3 cxd5 deja a las blancas con una pieza menos (29 f4 'Llc4) y su posición hecha trizas. Puesto que las negras tienen una posición ganadora, me parece que las blancas obtendrían inmerecidas posibilidades de pescar en río revuelto tras 27 . . . .l:lxe2 28 'Ll xf6+ Wh8 29 'Llxe2. i.xc3 28 i.h4 'Llxf6+ Wh8 29 Las blancas se rindieron.

GAMBITO DE DAMA REHUSADO, DEFENSA TARRASCH Partida

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Blancas: Miguel Quinteros Ne gras: Larry Christiansen Torneo Internacional de Cleveland, 1975

llif6 d4 1 e6 c4 2 dS 3 g3 llif3 4 Por el momento nos encontramos en una Apertura Catalana, y si las ne­ gras j uegan 4 . . . dxc4 o 4 . . . il.. e 7, seguiría siendo una Catalana. Sin embar­ go, las negras optan por un enfoque estratégico absolutamente distinto . . . 4 eS Antes que prepararse a defender cuidadosamente d5, como en la Varian­ te Cerrada de la Catalana, o hacer que las blancas pierdan su tiempo para recuperar el peón tras . . . dxc4, las negras asaltan el centro enemigo. En este momento hay más peones negros en el centro que blancos. Por supuesto, se­ ría demasiado bueno para ser cierto que las negras pudieran conseguir esto sin correr ningún riesgo a cambio. 5 cxdS La única forma de afrontar las ambiciones negras. Si ahora 5 . . . llixd5, la apertura seguramente traspondrá a una de las variantes de la Semi-Ta­ rrasch. Las blancas pueden entrar en la Semi-Tarrasch jugando 6 llic3 , o bien pueden concederse una mayor flexibilidad, difiriendo el inmediato de­ sarrollo del caballo de dama, en favor de 6 il.. g2 y 7 0-0. 5 exdS (D) De esta forma las negras establecen la formación central de peones ca­ racterística de la Defensa Tarrasch, en el Gambito de Dama Rehusado. El orden normal de j ugadas para llegar a esta posición es: 1 d4 d5 2 c4 e6 3 llif3 c5 4 cxd5 exd5 5 g3 llif6. A propósito de órdenes de jugadas, el oficial de la Defensa Tarrasch (al menos tal cual aparece en muchos libros de referencia

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y monografías sobre aperturas) es 1 d4 d5 2 c4 e6 3 tt:Jc3 eS 4 cxd5 exd5 5 'Z:lf3 tt:Jc6. En este caso, 6 g3 plantea la Variante Rubinstein, que ha sido con­

siderado el método más efectivo de las blancas contra la Tarrasch durante más de setenta años. Obsérvese que si, en esta partida, las blancas continúan ahora con 6 tL:lc3 y las negras responden la habitual 6 . . . tt:Jc6, tendríamos la posición normal de la Variante Rubinstein. En esta partida las blancas retra­ san tt:Jc3 hasta no haber completado el desarrollo de su flanco de rey, algo que sucede a menudo en el ajedrez magistral, cuando se produce por traspo­ sición la Defensa Tarrasch, si las blancas no han j ugado un temprano tt:Jc3 . No hay inconveniente alguno en diferir tt:Jc3 en este caso, y la ventaja es que las blancas ganan en flexibilidad, si las negras se decantan por alguna otra cosa que no sea el juego de la línea principal. ¿Cuál es la esencia de la Defensa Tarrasch, es decir, su característica for­ mación de peones? Como puede verse, las negras tienen mayor presencia central: el peón d blanco puede cambiarse por el e ne gro, cuando el peón ne­ gro de d5 controlará más puntos importantes de la cuarta fila que el peón e blanco, desde la segunda o tercera fila. Pero el peón d negro será un peón aislado y el alfil fianchettado de las blancas está situado de forma ideal para presionar sobre él. Los temas estratégicos generales de la Defensa Tarrasch son éstos: 1) Las blancas ej ercerán una fuerte presión con sus piezas sobre el punto d5, para mantener las piezas negras atadas a su defensa. 2) Las negras tratarán de utilizar la influencia central de su peón d para des­ plegar un activo juego de piezas menores contra la posición blanca. El "inventor" de la Defensa Tarrasch fue el Dr. Siegbert Tarrasch (1 8621934) , el famoso gran maestro alemán, autor y teórico de ajedrez. Siempre

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AJEDREZ ESTRATÉG ICO

muy radical en sus preferencias y fobias, se dice que el Dr. Tarrasch consi­ deraba su defensa como el único método correcto contra el Gambito de D ama. Se le cita, asegurando que había dicho: "El futuro decidirá quién tie­ ne razón: si el mundo o yo". En realidad, puede considerarse que ambos te­ nían razón. La Defensa Tarrasch es perfectamente j ugable, aunque también hay muchas otras defensas válidas contra el Gambito de Dama, y ninguna de ellas conduce a una fácil igualdad para las negras. Entre los recientes campeones del mundo, B oris Spassky solía emplear la Tarrasch como su principal defensa en los años sesenta, y Gari Kasparov también la ha j uga­ do con éxito a principios de los ochenta, si bien algunas experiencias insa­ tisfactorias le hicieron cambiar de rumbo a raíz de su match contra Karpov de 1 984/1 985. lLlc6 i.g2 6 i.. e 7 0-0 7 Aunque puede parecer que las negras se arriesgan a perder un tiempo con . . . i.e7 (debido a que el cambio dxc5 de las blancas puede obligarlo a j u­ gar de nuevo, retomando en eS) , las negras no disponen de nada mejor. Por ejemplo: 7 . . i.. e 6 8 lLlc3 h6 9 b3 l:.c8 1 0 ..ib2 cxd4 l l lLlxd4 lLlxd4 12 'i' xd4 �eS 13 ¡va4+ l:.c6 14 e4! d4 15 liJdS, con una amplia ventaja blanca, G. Gar­ cía - M.Chandler, Yurmala, 1 983. Las negras, por tanto, deben procurar completar el desarrollo de su flan­ co de rey. lLlc3 0-0 8 Ahora se ha alcanzado la posición característica de la línea principal. Durante más de treinta años, éste ha sido el punto de partida de la Defensa Tarrasch en el ajedrez internacional. Continúa siéndolo y espero que tam­ bién lo sea en un previsible futuro. La razón no puede ser más clara: ambos bandos han completado con eficiencia el desarrollo de su respectivo flanco de rey y se disponen a afrontar el juego dinámico que va a producirse. Debi­ do a que las negras han ej ecutado a la perfección su esquema, las blancas no pueden dormirse en los laureles, de modo que deben presionar de inmedia­ to sobre el peón d5. Sólo hay dos formas de hacerlo: con el cambio 9 dxc5 de esta partida, y con 9 .i.g5, como se jugó en las partidas 25 y 26. dxcS 9 (D ) Un plan transparente: las blancas exponen al peón d negro, convirtiéndo­ lo en aislado y pronto se dispondrán a atacarlo. Por otra parte, la textual es efectiva, puesto que, al retomar con 9 . . . i.. xc5 , las negras perderán un tiem­ po, en relación con 6 dxc5 o 7 dxc5. Las negras tienen ahora la posibilidad de elegir entre dos respuestas absolutamente distintas, aunque es posible que de un valor equivalente: .

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1 ) 9 . . . d4, un gambito puro, que es la continuación elegida en la partida.

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2) 9 . . . �xc5, la respuesta evidente, cuando, tras 1 0 J.g5, las negras tienen dos alternativas: a) 10 . . . J.e6 1 1 J.xf6 �xf6 12 lbxd5 'iWxb2 13 lbc7 l:.ad8 14 �el \il'xc1 15 .l:.axc1 �b6 16 l2Jxe6 fxe6 17 .l:.c4 h6 18 h4, L. B. Hansen - R. Antonio, Olimpiada de Novi Sad de 1 990. Aunque, según la teoría, estos finales sólo son ligeramente superiores para las blancas, en la vida real la debi­ lidad de e6 le plantea a las negras importantes problemas prácticos. b) 10 . . . d4 1 1 �xf6 'iWxf6 12 l2Jd5 'iWd8 1 3 l2Jd2 J.h3 14 �xh3 'iWxd5 15 'iWb3 ! ? , lvanchuk - Marj anovic, Erevan, 1 989. El final es ligeramente ventaj oso para las blancas después de 15 . . . \il'xb3 16 lbxb3 J.b6 17 .l::fdl . En consecuencia, el gran maestro Marj anovic prefirió las compli­ caciones del medio juego, con 15 . . . 'i!Vh5 16 'i!Vxb7 lbe5 17 'iWe4 .l:!.ae8 1 8 Wg2, aunque éstas sólo eran u n poco favorables a las blancas. No obs­ tante, a mis ojos, la alternativa b es mucho más atractiva, desde un pun­ to de vista práctico, que la alternativa a . 9 d4 Este sacrificio de peón sigue la interpretación que el Dr. Tarrasch "ha­ cía" de su propia defensa. A cambio del peón las negras consiguen espacio en el centro, presión sobre la posición blanca, y obligan a las blancas a des­ colocar su caballo de dama. No obstante, esta variante ha quedado actual­ mente postergada en la alta competición. Es cierto que las negras no consi­ guen una total compénsación por su peón y, por consiguiente, eso les permi­ te a las blancas retener una peq ueña ventaj a de apertura. Pero también es cierto que en las líneas derivadas de 9 . i.xc5 las blancas consiguen igual­ mente una pequeña ventaja. Por lo tanto, sobre una base de evaluación pu­ ramente "numérica" , ambas líneas de j uego deberían ser igualmente popu. .

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lares. No obstante, la falta de popularidad de 9 . d4 puede explicarse por el enfoque con que los grandes maestros actuales preparan sus aperturas. De­ bido a que la compensación de las negras no es del todo suficiente, existe el temor de que, en caso de realizar una j ugada inferior, no quede compensa­ ción alguna y el peón haya desaparecido. Por el contrario, en una posición evaluada como ligeramente inferior, una j ugada "inferior" sólo se traducirá, por regla general, en que la desventaj a posicional se incrementa, sin que eso represente un daño permanente. Por consiguiente, en el juego práctico es más "seguro" jugar 9 . ..ltxc5 que 9 . d4, porque el riesgo de sufrir un se­ vero castigo, tras una eventual jugada inferior, es menos considerable. La situación, sin embargo, sólo se aplica estrictamente a los 200 - 500 me­ jores ajedrecistas del mundo. Todos los demás encontrarán que el gambito les ofrece excelentes posibilidades de éxito, sin que ello implique aumentar el riesgo de perder. Los jugadores que no temen encontrarse con un peón de menos, si tienen la iniciativa, se sentirán muy cómodos jugando con negras. Los temas estratégicos después de 9 . . d4 son bastante claros: . .

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1) Las blancas necesitan aferrarse al peón extra, completar el desarrollo de sus piezas a las casillas más activas posibles, impedir que las negras pene­ tren en su posición con sus piezas y también que alivien la presión me­ diante cambios. 2) Las negras pretenden utilizar el peón d avanzado para restringir la posi­ ción contraria, amparando una activa disposición de piezas a su sombra. El campo de batalla natural de las negras es el flanco de rey. Por otra par­ te, conviene que las negras asuman que podrían tener que jugar toda la partida con el peón de menos sacrificado. 10 tt:la4 El caballo se sitúa en una incómoda posición en la banda, pero es preciso proteger el peón de cS. Después de 10 tt:lb5 ? ! .ixc5 , las blancas deberían sentirse satisfechas si consiguen igualar. 10 .if5 Una casilla perfecta: el alfil "toca" el flanco de rey, el de dama, y las casi­ llas centrales clave d3 y e4. 11 a3? ! Durante mucho tiempo la teoría dio s u beneplácito a esta sencilla forma de proteger el peón: las blancas planean jugar 12 b4 y asegurar así su ventaj a material. Con todo, hay u n a ingenuidad implícita e n subestimar la fuerza de las perspectivas negras. El buen juego de apertura requiere un buen desarro­ llo. Puesto que las negras han conquistado mayor espacio en el centro, las blancas deben desarrollar sus restantes piezas rápida y activamente. La única vía correcta es, por tanto, 11 �f4! .te4 ( 1 1 . . . tt:le4? ! 12 b4! tt:lxb4 13 tt:lxd4) 12 llcl ! 'iVdS 13 'ti'b3 ! , dejando a las negras ante las siguientes alternativas:

G A M B ITO DE DAMA REH USADO, DEFENSA TARRASCH

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1) El medio j uego que resulta de 13 . . . �h5? ! requiere una precisión absolu­ ta por parte de las blancas. No obstante, después de 14 h3 ! ..ítd5 15 'i!lVxb7 tLle4 16 g4 ! , las blancas pueden salvaguardar su ventaja material como si­ gue: 16 . . . 'iWg6 17 tLlxd4 ! l:tfe8 18 tLlf5 h5 1 9 f3 hxg4 20 fxg4 .l:tad8 21 :cd 1 , Peterson - Koblentz, URSS, 1964. Los tres peones d e ventaj a son suficien­ tes para ganar, si las blancas j uegan con la precaución mínima necesaria. 2) El final que se produce después de 13 . . . 'iVxb3 14 axb3 .l:tad8. La compen­ sación de las negras no es total, pero la ventaj a material blanca ha queda­ do un tanto devaluada por el hecho de tener un peón doblado. Aun con el mejor j uego blanco, por ejemplo tras 15 tt::le 1 ! .txg2 16 'iitxg2 ! tLld7 17 tLld3 �c8 1 8 .l:[fd1 b5 ! 19 cxb6 axb6, la ventaj a blanca es pequeña (Kaspa­ rov) . 11 ..íte4 Las negras sitúan su alfil de dama como el más activo de los alfiles de ca­ sillas blancas, preparándose para activar su dama. 12 'ii'd 5 b4 tLlb2 b6! 13 8

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Excelente j uego: las negras minan la influencia blanca sobre la casilla d6 y abren la columna a para presionar sobre el flanco de dama enemigo. El

gran maestro Christiansen sólo tenía 18 años cuando jugó esta partida, pero poseía ya un excepcional instinto par a el ataque en posiciones desequilibra­ das. Como Kasparov, Christiansen nunca se ha preocupado por jugar con un peón de menos. Su mente se sitúa en objetivos superiores: por ejemplo, el rey. axb6 cxb6 14 i.d2? ! 15

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AJEDREZ ESTRATÉGICO

Demasiado pasivo. Lo correcto era la activa 15 i.f4, uno de cuyos alicientes es que previene, además, la siguiente j ugada negra. 15 tLle5! 16 CLle1 i.xg2 .l::f.fd8! tLlxg2 17 Las negras cuentan ya con una compensación más que suficiente por el peón: ejercen un fuerte control del centro y disfrutan de excelentes perspec­ tivas de ataque contra el flanco de rey blanco, seriamente debilitado como consecuencia del cambio del alfil de rey. Por otra parte, la única carta de las blancas (la mayoría de peones en el flanco de dama) ha quedado inmoviliza­ da. La posición de las blancas es tan pasiva que difícilmente pueden em­ prender nada constructivo. En tales situaciones las malas j ugadas surgen por sí solas. 'iVd7 CLlf4 18 CLlfd3? 19 El gran maestro Christiansen considera la textual como el error decisivo, porque el caballo de rey no podrá ahora proteger eficazmente el flanco de rey, mientras que el caballo de b2 sigue siendo un mero espectador de la contienda. En su opinión, la inmediata 19 f3 es l a mejor j ugada blanca, aun­ que las negras conservarían ventaj a tras 19 . . b5 ! y la potencial . . . CLlc4. 19 tLlg6! Por supuesto, las blancas darían la bienvenida a cualquier cambio de pie­ zas, mientras que las negras, por el contrario, necesitan conservar la mayor cantidad de material atacante posible. CLld5 f3 20 'iVb3?! 21 Las blancas no aprecian el peligro del inminente ataque contrario. La presencia de la dama era necesaria en el flanco de rey, antes que en el de da­ ma. Por consiguiente, las blancas deberían jugar, en este momento, 21 .l:tf2, o bien 21 CLlf2, seguido de 22 CLlbd3. 21 h5! El comienzo del ataque temático contra el debilitado flanco de rey blan­ co. Las blancas ni siquiera se aproximan a una defensa satisfactoria, y yo du­ do realmente de que exista. 'Ot>h1 'iVe6 22 �ae1 h4 23 h3! 24 g4 5 25 g Las blancas impiden 25 . . . .th4, pero también el caballo negro puede aprovechar magníficamente esa casilla. Por otro lado, el peón g se ha con­ vertido ahora una debilidad crónica. CLlh4! 25 .

GA M B ITO DE DA MA REH USADO. DEFENSA TA RRASCH

26 27

205

tt:lg2! 'i'f5

.Ufl

l:.a1

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Diagrama 92

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Mientras que las blancas deben limitarse a restringir en lo posible los in­ mediatos daños, las negras incrementan la presión. Dado que 28 f4 'i'e4 no puede considerarse jugable, las blancas deciden entregar el peón g. Su alivio, no obstante, sólo es momentáneo. tt:le1 28 tt:lde3 29 'i'd3 'i�Vxg5 El peón sacrificado veinte jugadas atrás ha sido recuperado y el control sobre la posición blanca se mantiene. No hay defensa en la línea 30 tt:lxg2 hxg2+ 31 'Vt>g1 , debido a 31 . . . i.d6 ! , que amenaza 32 . . . i.xh2+ ! , y 32 �xe3 también se refuta con 32 . . . �xh2+ ! (33 'Vt>xh2 dxe3) . Las blancas, por tanto, tratan de reintroducir su caballo de dama en la lucha, pero es un esfuerzo poco significativo y demasiado tardío. 30 'i'e4 �h4! tt:lbd3 31 La alternativa 31 'i'xh4 i.. xh4 conduce a la pérdida de calidad para las blancas. Lo que sucede tras la textual tampoco es mejor. 31 'i'xe4! 32 fxe4 'Llxe1 tt:lxe1 33 O bien 33 .:txel �h4, o aun 33 �xel tt:lc2. 33 tt:lc4 34 i.f4 Otra posibilidad es 34 tt:lf3 tt:lxd2 35 tt:lxd2 .ixb4.

206

AJEDREZ ESTRATÉGICO

34 i.xb4 La presión sobre la columna a, como consecuencia de la perspicaz 13 . . . b6 ! , ha ganado un peón y lo peor aún está por venir. .i.c3! 35 lt:Jc2 d3! 36 l:[gl 8

Diagrama 93

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Propiciando la entrada en acción de la torre de rey. En cualquier caso, ahora es forzado 37 exd3, pues cualquier otra tentativa táctica de las blancas se vuelve contra ellas como un bumerang. 37 d2 .l:tf3?! 38 l:.d3 :xd3 39 tt:lb2 exd3 Las blancas se rindieron. Después de 40 lt:Je3 .id4 41 lt:Jdl i.xg1 42 lt:Jxb2 i.d4 43 lt:Jdl I!.xa3 44 .ixd2 I!.al , las blancas no sólo pierden el caballo, sino que también reciben mate. Las negras ganaron porque entendían perfecta­ mente los temas estratégicos de la posición tras 9 . . d4, mientras que las blancas pasaron por alto aquellos objetivos a los que debían haber apuntado. .

GAMB ITO DE DAM A REHUSADO, DEFENSA TARRASCH

Partida

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25

Blancas: Edmar Mednis Negras: Nikola Padevsky Torneo Internacional de Kragujevac (Yugoslavia), 1 977

c4 1 eS ltJf3 ltJf6 2 ltJc3 3 La partida ha comenzado como la Variante Simétrica de la Apertura Inglesa, y las negras pueden continuar con ese espíritu con 3 . . . ltJc6. También pueden romper la simetría con 3 . . d5, con 3 . . g6, o con . . . 3 e6 Otra respuesta perfectamente jugable, sin que ello suponga tener que poner todas las cartas boca arriba. 4 g3 Las blancas también mantienen abiertas sus opciones. Si j ugasen de in­ mediato 4 d4, las negras podrían optar por seguir en la Apertura Inglesa, con 4 . . . cxd4 5 CZ)xd4 ltJc6, o 5 . . . .tb4, o bien entrar en el complejo Tarrasch/Se­ mi-Tarrasch, con 4 . . . d5. 4 dS Las negras comunican que están satisfechas con trasponer al Gambito de D ama Rehusado, aunque todavía no se pronuncian en cuanto a qué varian­ te prefieren. La principal alternativa independiente aquí es 4 . . . b6, que da­ ría lugar a la Variante del Erizo dentro de la Apertura Inglesa. cxdS 5 Es preciso que las blancas clarifiquen la situación en el centro. Después de 5 il.. g 2? ! , es molesta 5 . . . d4, y después de 5 d4? ! cxd4 6 ltJxd4 (6 'iVxd4 ltJc6) 6 . . . eS 7 ltJf3 d4, la situación tampoco es agradable para las blancas. 5 �� De modo que se ha planteado la Defensa Tarrasch, y ambos bandos se encaminarán hacia la variante principal. d4 ltJc6 6 �g2 il.e7 7 0-0 0-0 8 .tgs 9 .

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AJED REZ ESTRATÉGICO

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Esta continuación ha ido ganando popularidad gradualmente, y en la ac­ tualidad es, con diferencia, la opción preferida de las blancas. La lógica sub­ yacente en la jugada es impecable: las blancas desarrollan su alfil de dama a una casilla activa y la presión sobre d5 refuerza la inminente captura dxc5. Los temas estratégicos en este momento son evidentes: 1 ) Las blancas amenazan 10 dxc5, con ánimo de ganar el peón d5. Los si­ guientes planes de las blancas dependerán de cómo reaccionen las negras a esta amenaza. 2) Las negras deben hacer algo respecto a la amenaza mencionada y los di­ versos conceptos comprenden contraj uego, protección directa, protección indirecta y prevención directa. Los temas estratégicos dependen del enfoque y la continuación concreta que elijan las negras. Sin embargo, las negras nunca deberían olvidar la base sobre la que se funda la Defensa Tarrasch: conseguir un activo juego de piezas, como compensación por el peón d aislado (o por el sacrificado peón e) . Entre las distintas respuestas de las negras, las más significativas son: 1) Tentativa de contrajuego: a) 9 . . . h6? ! 10 � xf6 i.xf6 11 dxc5 d4 (o bien 11 . . . �e6 12 'i!Vd2 éba5 13 Itadl ébc4 14 'iVcl l:tc8 15 b4, y las blancas tienen un sólido peón de ventaj a [Kasparov] ) 12 'De4 �e7 13 'i!t'd3, Vilela - Braga, La Habana, 1 984. Las blancas tienen un peón de ventaja. b) 9 . . . �g4? ! 10 dxc5 d4 1 1 �xf6 ! (en la partida Bokor - Ostojic, Debre­ cen, 1967, las negras no consiguieron suficiente compensación por el peón después de 11 'ba4 �d7 12 a3 h6 13 .if4; no obstante, 11 �xf6!

GAMB ITO DE DAM A REHUSADO. DEFENSA TARRASCH

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es preferible para las blancas, porque se cambia una pieza, se consi­ guen buenas casillas y el caballo de dama no queda atascado en a4) 1 1 . . . �xf6, y ahora tanto 12 lLlbS como 1 2 l2Je4 son claramente favora­ bles a las blancas. e) 9 . . . �fS ? ! (véase la continuación de la partida). 2) Protección directa, con 9 . . . i.e6. Esta línea tiene una buena reputación teórica, pero tal y como se comen­ tó en la partida 24, tras la 9• jugada blanca, después de la secuencia de juego normal, 10 dxcS �xcS 11 i.xf6 \\Vxf6 12 lLlxdS �xb2 13 l2Jc7 l1ad8 14 1\Vcl , tanto las posibilidades teóricas como prácticas están del lado de las blancas. 3) Protección indirecta, con 9 . . . b6. Las negras no pierden un peón después de 10 dxcS bxcS 11 i.xf6 ..ixf6 12 lLlxdS, porque lo recuperan con 12 . . . ..ixb2. En la partida Sveshnikov - Fili­ penko, URSS, 1978, las blancas consiguieron ventaj a después de 13 l:tb1 :tb8 14 l2Jd2 i.a6 1S l2Je4 'i!VaS 16 'i'c2, debido a la vulnerabilidad del peón e negro. 4) Prevención directa. a) 9 . . . c4 parece razonable, aunque el hecho de afloj ar la presión sobre d4 le permite a las blancas ganar influencia sobre el centro, mientras que la estructura central de peones negros permanece vulnerable. En la actualidad se considera que el mejor método de las blancas es 10 lLleS ! .te6 1 1 l2Jxc6 ! bxc6 12 b3 �aS 13 .l2Ja4 nfd8 14 e3. Si ahora 14 . . . l:!.ac8, las negras quedan con serias debilidades de peones después de 1 S ..ixf6 gxf6 (1S . . . ..ixf6 16 lLlcS ! ) 16 bxc4 dxc4 17 �c2, Yusupov ­ Lputian, URSS, 1979. La alternativa 14 . . . eS le permite a las blancas desplegar un fuerte ataque en el flanco de rey, con 1S .ixf6 gxf6 1 6 dxcS ..ixcS 17 'i!VhS, Polugaievsky - Pfleger, Olimpiada de B uenos Ai­ res de 1978. b) 9 ... cxd4, véase la partida 26. ..tf5?! 9 Después de la partida el gran maestro búlgaro me dijo que había jugado la textual algunas veces, "hacía algún tiempo" . El problema relacionado con esta jugada es que carece de una fundada base estratégica. Las blancas ame­ nazan el peón de dS y las negras, en lugar de prestarle atención, desarrollan su alfil de dama a una casilla rutinaria. El único sentido concreto de la juga­ da es que después de 10 dxcS? ! d4 1 1 l2Ja4, el alfil de dama negro queda me­ jor situado que el blanco, que, en lugar de gS, debería estar situado en f4. Obsérvese que, por trasposición de jugadas, hemos entrado en la variante 9

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AJEDREZ ESTRATÉG I CO

dxc5 d4 10 l2Ja4 .if5 partida 24 cuando la única jugada correcta es 1 1 i.f4! , e n lugar d e 1 1 a3 ? ! (como s e jugó), o d e cualquier otra jugada. .l:tcl! 10 8

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Al incrementar la presión sobre eS y disponerse a defender el peón e, una vez capturado con dxc5, las blancas cuestionan seriamente la salida 9 . . . i.f5. Las negras deben cambiar sus planes y jugar 10 . . . c4, cuando las blan­ cas pueden conseguir una cómoda ventaj a tras 1 1 l2Je5 ! llc8 12 i.xf6 .ixf6 13 f4. h6? 10 La jugada invariablemente teórica, pero el concepto negro de la posición resultante es sencillamente erróneo, y lo es porque las negras no se han mo­ lestado en explorar las diferencias que existen entre la posición actual y la que se produce en la línea de gambito 9 dxc5 d4 10 l2Ja4 i..f5. .ixf6 .ixf6 11 d4 dxcS 12 13 éDbS Aquí puede decirse que ha habido un cambio esencial entre esta posición y la que se produce después de 9 dxc5 d4 10 l2Ja4 .if5, en la que el caballo de dama blanco quedaba pasivamente situado en el borde del tablero, mientras que aquí tiene una magnífica situación en b5, amenazando d4 a la vez que es­ tá dispuesto a situarse en la maravillosa casilla d6. Por otra parte, las negras han invertido todo un tiempo en j ugar 10 . . . h6?, para "obligar" a las blancas a tener esta alegría. En el mejor de los casos, las negras no tienen compensación por el peón, y deben tener mucho cuidado para que las cosas no empeoren. 13 .ie4 La primera clave obvia es que la activa 13 . . . d3 se para, sencillamente, con 14 é2Jd6. La textual es una tentativa de mejora sobre 13 . . . 'iYd7, como se

GAMBITO DE DAMA R E H U S ADO, DEFENSA TARRASCH

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j ugó en la partida Donner - Padevsky, Beverwijk, 1968. E n e s a partida las negras consiguieron un j uego satisfactorio después de 14 lbd6 �e6 15 a3 aS 16 lbe1 a4 17 lbd3 �b3 18 ¡vd2 i.. e7 19 lbc4 !!ad8 20 lba5 éLlxa5 21 'i!Vxa5 ..ig5 22 f4 �f6. Sin embargo, no es difícil sugerir mej oras para las blancas. Por ejemplo: 15 �a4! !Iab8 16 lbe1 ..i g4 17 !k2, que llevó a una significativa ventaja de las blancas en la partida E. Lundin - H. Westerinen, Oslo, 197 1 , como también 1 6 b 3 �d5 17 l:.fel, Najdorf - Yanofsky, Groninga, 1 946. Lo mejor, con todo, probablemente sea 14 'Ylia4 ! , como en esta partida. Los temas estratégicos han quedado clarificados y son los siguientes: 1) Las blancas quieren que el peón d negro avanzado resulte inofensivo. La mejor forma de conseguirlo es activar las piezas. El .sueño de las blancas es capturar el peón d. Sin embargo, el cambio del peón e por el d en con­ diciones favorables puede resultar suficiente para mantener una ventaja significa tiva. 2) Las negras necesitan utilizar el espacio central, derivado del hecho de que su peón d se encuentre en campo blanco, para aplicar una fuerte presión sobre la posición blanca. El primer paso en esta dirección es explotar la semiabierta columna e. Obsérvese que las negras no pueden conseguir nada, en este último p unto, si las blancas j uegan correctamente. 14 Wi'a4! Estuve considerando la evidente 14 éLld6 ..id5 15 lbxb7 �b8 16 lbd6 'i!Vxb2 17 l:r. c2, y llegué a la conclusión de que también era favorable para las blancas. Sin embargo, no quise ceder en el absoluto control de la posición. La textual tiene múltiples ventaj as: la dama queda activamente situada, se hace posible !!fd 1 , y también lbd6, seguido de b4. 14 ¡ve7 llfe1! 15 8

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AJEDREZ ESTRATÉGICO

Una sencilla jugada de tremenda fuerza. No sólo protege al valioso peón e , sino que además las blancas amenazan 16 ti:Jd6 i.d5 17 e4 ! , forzando el deseable cambio 17 . . . dxe3 18 .l:f.xe3 . El gran maestro Padevsky es, por naturaleza, un jugador rápido, pero el tiempo que invirtió en su jugada anterior y en la siguiente (mientras fumaba sin parar) me convenció de que se había dado cuenta de que tenía proble­ mas. a6 15 Tras una larga "pensada", las negras optan por un farol, es decir, que si 16 ti:Jbxd4?? ti:Jxd4 17 ti:Jxd4 �xg2 1 8 Wxg2 (18 lLlf5 'i!Ve4) 18 . . . 'i!Ve4+, ganando pieza. Desde un punto de vista temático, sin embargo, la textual empuja al caballo a donde quiere ir. Aunque las negras no tienen buenas jugadas, las mejores dentro de las malas probablemente sean 15 . . . lHd8,ó 15 . . . �d5. il.dS ti:Jd6! 16 ti:Jxd4!! 17 Las blancas, por supuesto, podrían asegurarse una amplía ventaj a con 17 e4! , con una excelente posición y peón de más. Sin embargo, y debido a la ar­ moniosa disposición de sus piezas, las blancas disponen de una posibilidad táctica aún más fuerte. No importa cómo respondan las negras: después de la textual las blancas se aseguran, al menos, una ventaj a de dos peones. Esta j ugada marca la culminación del objetivo estratégico de las blancas: la elimi­ nación del peón d negro . . . ¡y sin coste alguno ! 17 il.xg2 Después de la captura 17 . . . ti:Jxd4, las blancas ganan como sigue: 18 .ixdS tt:Jxe2+ 19 Wfl lt:lxcl 20 ktxe7 �xe7 21 ti:Jxf7 ! .llxf7 (21 . . . il.xcS 22 'tWc4) 22 'i!Vc4. "VWe6 ti:J4f5 18 �xg2 19 g6 En las posiciones perdidas la única esperanza es el contraj uego. Pierde, de forma rutinaria, 19 . . . �xb2 20 .l:lb1 �c3 21 .l::. e c1 .i.f6 22 .:xb7, y ahora, por ejemplo, 22 . . . ti:Jd8 23 .:b6 'i!Vxe2 24 c6. 'it>g7 lt:lxh6+ 20 lt:l g4 �xb2 21 l:r.b1! 22 La ventaj a material de las blancas es más que suficiente para ganar y, por lo tanto, es importante mantener activas las fuerzas. La pasiva 22 .l:tc2? ! per­ mite 22 . . . i.d4 ! , con algunas posibilidades prácticas de resistencia para las negras. 22 i.d4 23 l:hb7 .ixcS Después de 23 . . . 'ii'd 5+ 24 e4 'i!VxcS, resulta decisivo 25 'fJ.c7. il.xd6 "VWxc6 24

G A M B ITO DE DAMA REHUSADO, D EFENSA TARRASCH

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Wif3 25 Las negras se rindieron. Con dos peones menos y sin compensación alguna, las negras afrontan importantes debilidades en su flanco de rey.

Partida

2�

Blancas: Laszlo Vadasz Negras: John Nunn Torneo Internacional de Budapest, 1978

éZ:lf3 dS 1 c4 2 El orden de jugadas de las blancas impide la "Siciliana invertida", que se produciría después de 1 c4 eS, pero la tentativa de plantear una variante In­ glesa/Catalana no dej a de tener sus riesgos. En otras palabras, para que las

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AJEDREZ ESTRATÉGICO

blancas jueguen este orden de movimientos, deben estar preparadas para afrontar la ambiciosa 2 . d4. Con un juego perfecto, las blancas pueden re­ tener una pequeña ventaja, pero si no es así, pronto acusarán la inferioridad espacial. e6 2 eS 3 g3 ..tg2 tt:Jc6 4 tt:Jf6 0-0 5 También es factible aquí 5 . . . d4. Sin embargo, por entonces la Defensa Tarrasch formaba parte del repertorio del gran maestro Nunn, de modo que le satisfacía continuar con su desarrollo clásico. Las blancas deciden ahora cambiar la apertura Réti/Catalana y convertirla en un Gambito de Dama Rehusado. exdS cxdS 6 d4 Ji.e7 7 O-O tt:Jc3 8 cxd4 ..tgs 9 tt:Jxd4 10 .

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Ésta es, en la actualidad, la línea verdaderamente principal de la Defensa Tarrasch, y espero que siga siéndolo durante muchos años. Las negras han impedido la captura dxc5, anticipándose en el cambio de peones centrales. La captura blanca 10 L'Llxd4 interfiere con la presión de la dama sobre d5 y hace al caballo vulnerable al ataque. Estos factores le conceden a las negras tiempo suficiente para proteger su peón aislado. Por otra parte, el caballo de rey blanco se ha activado, a la vez que se ha abierto la gran diagonal blanca.

GAMBITO DE DAMA R E H USADO, DEFENSA TA RRASCH

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En general, hay buenas perspectivas de que se produzca un juego interesan­ te y dinámico. h6 10 La textual forma parte de la concepción moderna. La expulsión del alfil de dama le concede mayor seguridad al peón d, sin coste adicional. Si acaso, el único coste que tiene este tratamiento es, como antes se ha dicho, la acti­ vación del caballo de rey blanco, tras el cambio 9 . . . cxd4. No tiene mucho sentido para las blancas j ugar 11 i.xf6, porque después de 11 . . . i.xf6 12 tt:lb3 d4 13 tt:le4 i.e7, el espacio conquistado por el peón d compensa su con­ dición de aislado. La referencia capital aquí es la partida Seirawan - Kaspa­ rov, Niksic, 1983: 14 .l:.cl 'iWb6 15 tt:lec5 l:[d8 16 Ilc4 i.xc5 17 tt:lxc5 �xb2 18 '!Wc2 �xc2 19 .l:Ixc2 .l:.b8, cuando las blancas deberían haber recuperado su peón, con 20 tt:lxb7, y posibilidades igualadas (Kasparov) . L a tentativa d e contrajuego inmediato, 1 0 . . . �b6 n o es muy satisfactoria, debido a 11 tt:lxc6 ! bxc6 12 tt:la4! ..Wa5 13 �c2 ii.e6 14 .:fc1 l:tac8 15 i2Jc5 ! i.xc5 16 '/Wxc5 '/Wxc5 17 l:bc5 tt:le4 18 i.xe4 dxe4 19 'iii>f l , Polugaievsky - Jasin, Cam­ peonato de la URSS de 1 961. Las debilidades estructurales de los peones ne­ gros (peones a y e aislados) le conceden a las blancas una agradable ventaja en el final. Compárese esta secuencia con la continuación de la partida. il.e3 11 1 1 i.. f4 no es mala, pero la textual es mejor. El principio clave aquí es que en el juego contra el peón d aislado es importante mantener bajo un estricto control la casilla situada delante del peón, de forma que éste no pueda avan­ zar. 11 i.e3 contribuye a ejercer ese control, mientras que 11 il.f4, no. Después de la jugada del texto tenemos una posición clásica con un peón d aislado. En tales posiciones, los temas estratégicos que se baraj an son los siguientes: 1 ) Las blancas necesitan encontrar el modo de incrementar la presión sobre d5. A tal fin, habrá que desarrollar la dama y situar al menos una torre en la columna d. 2) Las negras necesitan crear un activo juego de piezas menores, ejerciendo presión sobre la columna e semiabierta. Las posibilidades de ataque de las negras se encuentran en el flanco de rey. 11 l:e8 Se ha requerido un largo período experimental para llegar a la conclu­ sión de que la textual es la mejor jugada de las negras: la torre queda perfec­ tamente situada en la columna e y no tiene ningún defecto situarla de inme­ diato en e8. D ado que las blancas aún no han definido el tipo de despliegue que piensan realizar, sería prematuro para las negras el desarrollo de su alfil de dama. Así, por ejemplo, 1 1 . . . i.g4 permite a las blancas conseguir venta­ ja del siguiente modo: 12 �a4! lll a5 13 :ad1 tt:lc4 14 ..tc1 �c8 15 'i'b5 ! tt:lb6

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AJEDREZ ESTRATÉGICO

16 j_f4 i.h3 (16 . . . litd8 ? ! 17 .:.c1 ! es muy fuerte para las blancas, Kasparov ­ Palatnik, URSS, 1 981) 17 'i'd3 i.xg2 18 �xg2 (Kasparov). Como puede ver­ se, las piezas negras están atadas a la defensa del peón d, antes que listas pa­ ra participar en un j uego activo. A pesar de una extensa e intensa investigación, tanto teórica como prác­ tica, la teoría está lejos de haber resuelto la cuestión de cuál es ahora la me­ jor jugada blanca. Todas las jugadas que siguen tienen sus adeptos: 12 a3, 12 tt::l b 3, 12 Itcl , 12 �c2, 12 'ii'b 3 y 12 'it'a4. Con respecto a esta última, debo de­ cir que la mejor respuesta de las negras es 12 . . . i.d7. Con esto basta para convencerse de que la flexible 11 . . . .l:te8 sea la mejor j ugada y la universal­ mente preferida. Por otra parte, puesto que dista de estar claro el mejor plan que deben adoptar las blancas para j ugar contra el peón d aislado en gene­ ral, he elegido como partida ilustrativa el método alternativo de manejar posiciones con peón d aislado. bxc6 tt:Jxc6 U Diagrama 99

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A primera vista, la j ugada blanca 12 tt::lxc6 puede parecer deficiente, por­ que con el cambio desaparece el peón aislado, reforzando el centro de las negras. Sin embargo, este método está reconocido como una buena forma de luchar contra las posiciones con peón d aislado. Que sea efectiva o no en una posición concreta depende, por supuesto, de las características específi­ cas de la posición. Ya hemos visto que daba buen resultado contra 10 . . . 'iVb6, en cuyo caso las blancas tenían la significativa ventaj a de que tras 1 1 tt::l xc6 bxc6 12 tt::l a4 ganaba un tiempo importante. Los temas estratégicos ahora son: 1) Para las blancas el nuevo objetivo de ataque es el peón c. Para lograr el éxi­ to, al menos una de las torres deberá situarse en la columna e, y para que el

GAMBITO DE DAMA REH USADO, DEFENSA TARRASCH

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peón e siga siendo vulnerable es crucial controlar la casilla delantera, es de­ cir, cS. Por consiguiente, las blancas tratarán de situar en esa casilla su caba­ llo o su alfil de dama. Véase, una vez más, la secuencia de juego tras lO . . 'ir'b6. 2) Para las negras, el objetivo general se mantiene invariable: buscar posibi­ lidades de ataque en el flanco de rey, combinándolo con la presión sobre la columna e. De sus piezas menores, el alfil de rey resulta muy útil en la defensa directa de su rey. Por lo tanto, una forma de debilitar el entorno del rey blanco es cambiar el alfil de g2. .

'ilia4!? 13 Una interesante maniobra: las blancas quieren situar su dama en c2, sin permitir . . . eS, como sucedería si juegan de inmediato 13 'iVc2 cS. Después de la textual, sin embargo, el peón de c6 queda atacado y 13 . . . eS? pierde por 14 ltJxdS ! Lamentablemente, la textual tiene el inconveniente de que le con­ cede al alfil de dama negro un tiempo de desarrollo, aunque éste sea a la modesta casilla d7. Para evaluar los méritos de la j ugada 12 ltJxc6 resultan fundamentales las dos alternativas lógicas a la textual que siguen:

1) 13 i.d4. La partida Y. Razuvaiev - J. Nunn, Londres, 1 983, tuvo un intere­ sante desarrollo: 13 . . . ltJh7 ! ? 14 ltJa4 ltJgS 1S l:Icl lZ:le6! 16 l:txc6 (16 i.e3 ! ?) 16 . . . i.d7 17 1tcl ltJxd4 18 'iVxd4 i.. f6 1 9 'iVd1 .l:[b8 20 b3 i.. xa4 21 bxa4 d4, cuando el seguro peón de d4 constituye una total compensación por el peón doblado extra de las blancas. 2) 13 ltJa4 �aS (la ECO D, revisada, califica la posición que se produce des­ pués de 13 . . . .id7 14 'iVc2 'i!Vc8 1S 1tfd1 i.h3 de igualada; esto parece cuestionable, dado que las negras tienen un tiempo menos que en nuestra continuación de la partida, y las blancas pueden explotarlo de inmediato con 16 1tacl ) 14 :t.c1 i.. g4 1S b3 �a6, con igualdad, N. Kelecevic - G. Ma­ kropoulos, Pernik, 1981. Como mej ora para las blancas, tiene sentido la inmediata 14 b3, para poder responder a 14 . . . i.g4 con 1S h3 . .id7 13 'ifc2 'iVcS 14 l:Ifd1 .ih3 15 La j ugada anterior de las negras preparaba la activación del alfil de da­ ma, pero ¿dónde quieren las negras que esté la dama blanca, al j ugar . . . i.h3? Durante la partida, el GM Nunn consideró la j ugada intermedia 1S . . . i.fS, con idea de que, tras 16 'iVa4, la casilla a4 no está disponible para el caballo, siguiendo entonces con 16 . . . i.h3. Obviamente, 17 i.xh3 ? ! 'iVxh3 18 'iVxc6? es malo, debido a 18 . . . ltJg4.

218

AJEDREZ ESTRATÉG I CO

En lugar de 16 . . . ..1h3 , el GM Kasparov (en la ECO D) considera que la mejor línea para las negras es 16 . . . 'iVb7 17 �d4 l:!.ed8, y califica de " igual" a esta posición. No obstante, me parece que, después de 18 l:tacl ó 18 l:!.d2, las blancas siguen conservando alguna ventaja. ..th1? 16 Un instructivo error estratégico. A menudo se utiliza este método para conservar el alfil fianchettado, si el alfil ejerce una valiosa actividad a lo l ar­ go de la diagonal h1-a8. Pero ése no es el caso aquí, porque la captura 12 tt::l xc6 ha reforzado el peón d5, dej ando al alfil de rey con muy poco que ha­ cer sobre la gran diagonal. Incluso desde el punto de vista defensivo juega un modesto papel, resultando que el alfil de dama negro es una pieza ata­ cante más fuerte que el alfil de rey blanco como pieza defensora. Si las blan­ cas quieren conservar el alfil de rey, el método adecuado era 16 ..1f3, y des­ pués de 16 . . . i.g4, 17 .ihl . En tal caso, las blancas tendrían, como mínimo, un tiempo de ventaja en relación con la partida. El plan correcto de las blancas era el que respondía a los requerimientos estratégicos de la posición, a saber: presionar sobre el peón e y dominar la importante casilla cS . Por consiguente, la j ugada precisa era 16 tt::l a4! , a la que el GM Nunn pensaba responder 16 . . . 'iVe6, evaluando la posición resul­ tante como ligeramente superior para las blancas. 16 tt:lg4! Sin dej ar escapar la oportunidad que se le brinda, Nunn explota el po­ tencial de las piezas negras, con energía y una maravillosa táctica creativa. Como pronto se verá, un importante motivo táctico es la debilidad de la pri­ mera fila, como consecuencia de la fuerza del alfil de dama en h3. 'iVe6 � d2 17 l:tad8! i.. e 1 18 Con esta j ugada las negras se aseguran el máximo efecto para el ataque que van a llevar a cabo. Primero movilizan todos sus efectivos. La inmediata 18 . . . 'iVf6 (amenazando 19 . . tt:ie3) puede pararse con 19 'iVd3, seguido de 20 'i*'f3, con una aproximada igualdad. 19 e4! Las blancas emprenden, correctamente, alguna actividad, pues de otro mo­ do se arriesgan a ser enterradas en vida. Por ejemplo: 19 �g2? ! i..xg2 20 'itó>xg2 d4, cuando las negras tendrían una muy fuerte presión sobre la columna e. 19 'iVf6! (D) Planteando una amenaza táctica que las blancas omiten. Era preciso ju­ gar 20 i.. g2! , cuando las blancas sólo estarían un poco peor. 20 exdS? ¿Acaso pensaban realmente las blancas que su rival había dej ando col­ gando tan valioso peón central? tt:ie3!! 20 .

GAMBITO DE DAMA REH USADO, D EFENSA TA R RASCH

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Diagrama 100

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El duro despertar. El caballo es tabú (21 fxe3?? 'iifl ++ ) , como conse­ cuencia de la 16a j ugada blanca, de modo que las negras ganan calidad a cambio de un peón. 'iVa4 lbxdl 21 .:.xdl 22 cxdS lbxdS 23 'ii e 6 En el plano material las blancas no están acabadas, con un peón por la calidad y una sólida formación de peones. Si pudieran consolidar la posición de su rey, sus posibilidades de tablas serían excelentes. En consecuencia, las negras deben explotar agresivamente su iniciativa, y la ejecución, por parte del GM Nunn, de esta fase del juego es ejemplar. 24 ..taS?! 24 lbc7? pierde inmediatamente, por 24 . . . 'il'e2. A 24 lbf4 resulta fuerte 24 . . . 'i!Vg4. Quizá la mejor posibilidad defensiva sea 24 lbxe7+ 'fixe7 25 ..tc3. 24 .teS! 25 1i'c2 Por supuesto, 25 �xd8? permitiría mate después de 25 . . . 't!Vel + ! , mientras que 25 't!Vc4? se contesta con 25 . . . i.xf2+ ! 26 Wxf2 .:. xd5 ! , cuando cualquier captura en d5 se castiga con 27 . . . 't!Ve3++. 25 ..tb6! lbxb6 26 Una vez m ás, si el alfil de dama no cubre la casilla el (por ejemplo, después de 26 ..txb6?), las negras dan mate, empezando por 26 . . . 'i!Vel +. Después de 26 ..tc3, la prosaica 26 . . . �e2 ! significa la definitiva bajada del telón. 26 �fS! ! Un nuevo golpe táctico, que explota el motivo del mate en la primera fila.

220

AJ ED REZ ESTRATÉG ICO

l:rxd8 27 La última tentativa. Si ahora las negras jugasen la descuidada 27 'i/xc2??, entonces ganarían las blancas tras 28 l:txe8+ 'it> h7 29 �e4+. .l:!.xd8 27 Las blancas se rindieron. Diagrama 101

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La posición final merece ciertamente un diagrama. La única forma de impedir el desastre inmediato es 28 'iWcl 'i'xa5 29 ctJc4, pero después de 29 . . . l:lc8 30 b3 'ii'x a2, la posición blanca es desesperada.

DEFENSA INDIA DE DAMA Partida

27

Blancas: Ti gran Petrosian Ne gras: Viktor Korchnoi IL Ciocco (Italia), ! 977, Candidatos, Match de Cuartos de Final (123)

d4 1 lt:lf6 2 c4 e6 lt:lf3 3 El gran maestro Petrosian iba perdiendo por un punto y ésta debía ser la última partida. De modo que para nivelar el match tenía que ganarla. Pese a todo, permanece fiel a su repertorio, evitando la más aguda 3 lt:lc3, porque no le gusta j ugar contra la Nimzoindia. 3 b6 Diagrama 102

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El GM Korchnoi opta por la Defensa India de Dama. Otras buenas al­ ternativas son la Bogo india (3 . . . j,b4+ ), el Gambito de Dama Rehusado (3 . . d5), y la invitación a entrar en la Defensa Benoni, con 3 . . . cS . .

222

AJEDREZ ESTRATÉG I CO

El objetivo principal de la India de D ama es el mismo que en la Nimzoin­ dia: el control de e4. El concepto también es el mismo: presión de piezas, an­ tes que el avance central . . . dS, del Gambito de Dama. Las negras buscarán ejercer influencia sobre el centro, pero sin las tendencias simétricas de la De­ fensa Ortodoxa, en el Gambito de Dama Rehusado. De esa forma esperan incrementar sus posibilidades de jugar a ganar, y confían en que, al evitar de­ ficiencias estructurales, el riesgo de perder también quede minimizado. Los temas estratégicos generales para ambos bandos son: 1) Las blancas tratarán de asumir el control de e4. Si consiguen realizar el avance e4, sin concesiones a las negras, podrán esperar una sustancial su­ perioridad en el centro, porque le habrán quitado a sus rivales el tema bá­ sico de la India de Dama. En segundo lugar, las blancas tratarán de res­ ponder a la ruptura . . . eS con el avance dS, lo que les concedería una abru­ madora ventaja espacial, cegando de paso al alfil de dama negro. 2) Las negras tienen dos necesidades prioritarias: a) Ejercer el control de e4 todo el tiempo que sea razonable. b) Atacar el superior centro blanco tan pronto como puedan hacerlo con garantías. En el diagrama 102 podemos ver que las blancas han si­ tuado ya dos peones en la cuarta fila, mientras que las negras no tie­ nen ninguno en la quinta. Para ejercer una suficiente influencia sobre el centro, las negras tendrán que situar al menos un peón en la quinta fila. En la mayoría de los casos, el avance temático es . . . eS, mientras que en algunas variantes se requieren los avances . . . eS y . . . dS , y en unos pocos, sólo . . . dS. e3 4 El inicio de lo que llamo "línea tranquila" y, desde hace mucho, parte del repertorio del gran maestro Petrosian. Es un sistema nada comprometedor y, sin embargo, muy eficaz. Las blancas completarán el desarrollo de su flan­ co de rey con i.d3 y 0-0, y luego procederán a desarrollar el de dama. Dado que las blancas proyectan fianchettar su alfil de dama, no puede decirse que la textual encierre a esta pieza. Una vez completado el desarrollo, las blan­ cas esperan que su ventaj a en el centro les conceda cierta iniciativa en el medio juego. Por otra parte, puesto que los alfiles blancos (uno en d3, el otro en b2) apuntan en dirección al flanco de rey negro, es en este sector donde radican las oportunidades de las blancas en la mayoría de los casos. Otras jugadas correctas son 4 a3 , 4 tbc3 ( "arriesgándose" a entrar en la Nimzoindia, con 4 . . . i.b4), 4 i.gS, 4 i.f4 y 4 g3, que es la más popular, y que podremos ver en las partidas 28 y 29. 4 i.b7 5 i.d3

DEFENSA INDIA DE DAMA

223

Las negras cuentan aquí con varias opciones correctas. Por ejemplo: pue­ den imitar a las blancas, jugando primero S . . . JJ.. e 7, o pueden realizar de in­ mediato uno de los dos avances temáticos en el centro (S . . . eS, S . . . dS) . Hay una cuarta posibilidad, más dinámica y desafiante, y difícilmente po­ drá sorprender que el gran luchador opte por ella. Por cierto, también apa­ rece en las partidas de Petrosian con negras. 5 i.b4+!? Este j aque tiene buen número de cosas a su favor. Al desarrollarse con jaque, las negras ganan tiempo para un rápido enroque y también refuerzan indirectamente su control de e4. Por otra parte, obliga a las blancas a olvidar toda esperanza de plantear un juego directo. La excepcional fuerza del gran maestro Petrosian siempre se ha basado en su profunda comprensión de las posiciones estratégicas, y ahora tiene que sopesar un buen número de consi­ deraciones dinámicas, en lugar de poder elegir la mejor forma de encami­ narse en la dirección conocida. Aunque las blancas disponen de tres formas de responder al j aque, sólo una tiene significación independiente para la India de Dama. Las otras dos son: 1) 6 l2Jc3 traspone a la Defensa Nimzoindia y es precisamente la variante de la partida 16. 2) 6 i.d2 es correcta, pero inofensiva. Después de 6 . . . i.xd2+ 7 �xd2 (o bien 7 l2Jbxd2 d6 8 0-0 l2Jbd7 9 11r'c2 0-0 10 ltad 1 'i!Ve7, con igualdad apro­ ximada, Samisch - Alekhine, Dresde, 1926; no sirve de mucho 1 1 e4, debido a 11 . . . eS, cuando las negras tienen una buena posición de la Bogoindia) 7 . . . d6 8 l2Jc3 li'lbd7 9 'ii'c2 0-0 10 0-0 W/e7 11 l2Jg5 (tampoco conduce a nada ahora 11 e4 eS 12 dS, después de 12 . . . aS, seguido de 13 . . . liJeS) 11 . . . h6 12 l2Jge4 eS ! (Voronkov), las negras ejercen suficiente influencia sobre el centro, tienen un desarrollo impecable y posibilidades igualadas. l2Jbd2 6 eS! ? La única continuación coherente con S . . . i.b4+. Después d e l a rutinaria 6 . . . 0-0 7 0-0, las negras están jugando una posición normal en la que el alfil de b4 se arriesga a quedar descolocado. Todavía tiene menor base estratégi­ ca 6 . . . l2Je4? ! , porque tras 7 0-0 fS 8 'iVc2 i.xd2 9 li'lxd2 'ii'h4 10 f3 l2Jxd2 1 1 JJ..x d2 0-0 1 2 b4! , T. Petrosian - M. Taimanov, Campeonato de l a URSS de 19S 1 , las blancas, sin coste alguno, han ganando un sustancial espacio en el centro y flanco de dama. Sumado a dos alfiles potencialmente activos, esto le concede a las blancas una clara ventaja estratégica. Compárese esta posi­ ción con otra similar de la Defensa Nimzoindia: 1 d4 l2Jf6 2 c4 e6 3 l2Jc3 i.b4 4 e3 b6 S i.d3 i.b7 6 l2Jf3 l2Je4 7 'ii'c2 fS 8 0-0 i.xc3 9 bxc3 0-0 10 l2Jd2 'ii'h4 1 1 f3 l2Jxd2 12 i.xd2. Aquí las blancas tienen el inconveniente de tener peo-

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AJEDREZ ESTRATÉGICO

nes doblados en la columna e y, como consecuencia de ello, también el peón a aislado. Las negras, en consecuencia, han alcanzado la total igualdad. (V é­ ase la partida 16, para un debate adicional.) dxe5 7 Esta sencilla captura supone una importante decisión, pues las blan­ cas reducen su superioridad en el centro. Si las negras retoman con el alfil, el peón d blanco se habrá cambiado por el e negro. Si las negras retoman con el peón b, entonces el peón d se habrá cambiado por el b negro. Para que un cambio así resulte efectivo, las blancas deben obtener compensación en al­ guna parte. Creo que una mejor continuación para las blancas es 7 a3 ! i.xd2+ 8 i.xd2. Las negras no pueden, en este caso, aprovechar la pérdida de tiempo de las blancas. Por ejemplo, 8 . . . tt:Je4? ! se contesta con 9 i.xe4! .txe4 10 i.c3, forzando la desagradable 10 . . . f6 (pues 1 0 . . . 0-0? ! permitiría 11 dxcS bxcS 12 'i!Vd6 ! ) , cuando las blancas consiguen una fuerte iniciativa después de 11 tt:Jd2! i.g6 12 dxcS bxcS 13 h4! hS 14 ¡vf3 tt:Jc6 1S tt:Je4 Wi/e7 16 ¡[d 1 0-0 17 tt:Jd6, A. Petrosian - A. Chernin, Palma de Mallorca, 1 989. Por consiguiente, las negras deben contentarse con un desarrollo normal, pero modesto. Por ejemplo: 8 . . . d6 9 .tc3 tt:Jbd7 10 0-0 0-0. Después de 1 1 tt:Jd2 cxd4 12 i.xd4 (12 exd4? ! dS permite a las negras una rápida igualdad) 12 . . . tt:JcS (ahora, después de 12 . . . dS? ! 13 cxdS, los alfiles blancos resultarán terroríficos con­ tra el enroque enemigo) 13 i.c2 eS 14 �c3 aS 1S f3 W/c7 16 .l:tcl �fd8 17 'i'e1, L. Portisch - V Andersson, Turín, 1 982, las blancas disponen de mayor espa­ cio y el potencial de los dos alfiles y, por tanto, tienen una pequeña ventaja. i.xeS 7

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Diagrama 103

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D EFENSA INDIA DE DAMA

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Obligado, ya que después de 7 . . . bxcS ? ! 8 0-0, seguido de 9 lt:Jb3 , el alfil de rey negro quedaría en el limbo de los justos. Sin embargo, en posiciones en las que el alfil de rey se ha desarrollado por e7, la captura de peón b es una alternativa válida. El diagrama 103 muestra una situación estratégica en equilibrio dinámi­ co. Por el momento, las tres piezas menores negras están desarrolladas de forma más activa que las correspondientes blancas. Por otra parte, sólo las blancas tienen un peón central en la cuarta fila, y una vez que completen el desarrollo de su alfil de dama, con a3, b4 (o b3) y i.b2, dispondrán de venta­ ja espacial y buen desarrollo de piezas menores. Además, los alfiles queda­ rán bien dispuestos, apuntando al flanco de rey negro. Las anteriores consideraciones permiten llegar a los temas estratégicos capitales: 1) Las blancas quieren desarrollar rápidamente su alfil de dama para neu­ tralizar el potencial de las piezas menores negras. Debido a que las piezas ligeras negras están dirigidas contra su flanco de rey, las blancas deben asegurarse de que no lleguen a conseguir perspectivas de ataque. 2) Las negras deben tratar de e¡¡:plotar sus activas piezas menores, creando pre­ sión contra el flanco de rey blanco. Si no consiguen aprovechar su pequeño potencial para desarrollar la iniciativa, pueden llegar a encontrarse incómo­ das, una vez que las blancas completen el desarrollo de sus piezas menores. 8 0-0? ! La jugada "mecánica" del texto demuestra que las blancas no han apre­ ciado la sutileza de 6 . . . eS ! ? y que, por lo visto, esperaban la respuesta ruti­ naria 8 . . . 0-0, cuando por inversión de jugadas se habría producido la posi­ ble posición, tras la rutinaria 6 . . . 0-0, 7 0-0 eS 8 dxcS �xcS. El enroque inmediato no sólo atenta contra la absoluta prioridad de las blancas de desarrollar su alfil de dama, sino que también hace vulnerable al rey blanco. El orden de j ugadas más sensible para las blancas es, en mi opi­ nión: 8 a3 aS (8 . . . lt:Jc6 9 b4) 9 b3 lt:Jc6 10 .ib2, y sólo después de 10 . 0-0, 11 0-0. El tipo de posición que deberían buscar las blancas puede inspirarse en el patrón de la "vieja" partida siguiente : 8 'tWc2 0-0 9 0-0 lt:Jc6 10 a3 l:tc8 11 b4 i.. e7 12 i.. b2 h6 1 3 'tWb3 ! Wl/c7 14 h3 d6 1S l:tac1 , V. Smyslov - W. Unzicker, B aden-Baden, 1 9S7. Las blancas tienen seguro su flanco de rey, además de un mayor espacio y dos alfiles sobre diagonales abiertas y, por tanto, una ventaj a normal de apertura. 8 tt:Jc6! En conjunción con su siguiente j ugada, el gran maestro Korchnoi exhibe una nueva y fundada ejecución del tema estratégico de las negras: maximi­ zar el activo desarrollo de piezas para crear amenazas sobre el rey blanco. Al descartar el rutinario enroque, las negras no sólo ahorran un tiempo, sino .

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AJEDREZ ESTRATÉGICO

que además hacen posible la participación del peón h y la torre de rey en el ataque. Por otro lado, puesto que las piezas blancas están más dispuestas pa­ ra amenazar el flanco de rey negro, éste se halla perfectamente seguro en el centro. Vale la pena observar que aunque Korchnoi sólo necesitaba unas tablas, todo el tiempo optó por el plan que mej or convenía a la posición. Como se verá, la mayor parte del tiempo ese plan requería el juego más agudo y, por tanto, el más peligroso. �c7! 9 a3 b3 10 Tras 25 minutos de reflexión, las blancas se abstienen de j ugar la activa 10 b4, porque después de 10 . . . .td6 1 1 i.b2 a5 ! , las negras logran el control permanente de la importante casilla c5. Por otra parte, si las blancas buscan los cambios, con 11 l2Je4? l2Jxe4 12 i.xe4, con 12 . . . f5 ! 13 i.d3 l2Je5 ! su j uego quedaría atascado. De todos modos, aún con la más segura del texto, el gran maestro Korchnoi pone en marcha un poderoso ataque. 10 lDeS! ttJxeS?! 11 Las blancas subestiman la iniciativa contraria. La prudente 1 1 i.e2 era la jugada correcta. �xeS 11 i.d6! l:a2 u Obligando a las blancas a debilitar su enroque, y en conexión con la si­ guiente jugada, la textual permite a las negras una efectiva redisposición de sus piezas, de forma que ninguna interfiera con las demás. Resulta muy ins­ tructivo el hecho de que hasta este momento Korchnoi había empleado 50 minutos (el ritmo de juego era de 40 jugadas en 2 horas y media) para deci­ dir su plan de j uego a corto plazo. Una vez tomada la decisión principal (ata­ car el enroque blanco), jugó la siguiente fase con inusitada rapidez. La clara ventaj a que tiene j ugar de acuerdo con el tema estratégico de la posición es que el flujo de las j ugadas se mentaliza mucho más rápidamente. 'ifcS 13 g3 e4?! 14 Normalmente, el gran maestro Petrosian es un consumado defensor, con una destreza innata para detectar la menor brizna de peligro a miles de kiló­ metros. Pero en esta partida su antena no funcionó como de costumbre. Aun­ que el obj etivo de cerrar la gran diagonal de casillas blancas tiene, natural­ mente, sentido, la textual no es la forma más conveniente de hacerlo, debido a los importantes inconvenientes que supone: el peón e será ahora vulnerable para el alfil de dama negro, se despeja el acceso al punto f2 y la casilla clave d4 queda debilitada de forma permanente. En un día normal, el GM Petro­ sian habría elegido instintivamente la correcta 14 i.e2 ! , seguida de 15 i.f3.

D EFENSA INDIA DE DAMA

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Diagrama 104

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h5! 14 fii/ c7 b4 15 h4 16 l:lel hxg3 l¿jfl 17 a5! hxg3 18 Obsérvese lo bien que las negras están jugando a todo lo largo y ancho del tablero. Una vez debilitado el flanco de rey blanco, proceden a debilitar el de dama. Dado que el desarrollo de las blancas es torpe y pasivo, las ne­ gras no tienen que preocuparse por la situación de su rey en el centro. Aun­ que las blancas necesitan ganar, están limitadas a una situación defensiva, sin que puedan apreciarse perspectivas ganadoras de ningún tipo. É se es el sino que pueden sufrir aquellos que optan por un cambio central desventa­ joso (en este caso, 7 dxc5), sin apreciar los temas estratégicos que implica. 19 .:b2 La única forma de proteger b4, aunque a costa de entregar la columna a. La alternativa, 1 9 b5, difícilmente puede tomarse en consideración, puesto que dejaría la casilla eS bajo el total dominio de las negras, convirtiéndose el peón e blanco en vulnerable, en tanto que peón retrasado. 19 axb4 20 axb4 .tes A medio camino de la primera sesión, las negras pueden mirar confiadas al futuro, porque su posición es excelente y, además, tienen una importante ventaja de tiempo (1 hora 7 minutos, contra 1 hora 31 minutos de las blancas). .:.al J:tc2 21 'i'b8 'ii'e2 22 La dama se dirige a la casilla a8, desde donde colaborará en el control de la columna a y en la presión sobre el peón de e4. La posición blanca es ya lo

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AJED REZ ESTRATÉGICO

bastante inferior como para esperar que pronto surj an las dificultades. Por ejemplo: 23 tt:id2? se refuta con 23 . . . i.xg3 ! , y 23 i.b2? es mala, a causa de 23 . . . i.xb2 24 .l:txb2 litxel 2S 'it'xel �eS ! 26 'ife2 ébg4 ! , seguido de 27 . . . 'ii'h S (GM Marj anovic) . 23 �g2? ! Situándose voluntariamente a tiro de una fea clavada, por lo que la textual no puede considerarse recomendable. El plan defensivo más resistente parece 23 i.d2, cuando 23 . . . :xel 24 i.xel \1Wa8 no conduce a nada, tras 2S .l:ta2. Por consiguiente, las negras deberían mantener la presión con 23 . . . .l:ta3. 23 'it'a8 .t!.a4! ébd2 24 '>tf8 b5 25 8

Diagrama 105

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La excelente jugada 24 de las negras ha conseguido paralizar Jos peones blancos del flanco de dama, dominando, al mismo tiempo, cS. Las negras controlan igualmente las dos columnas abiertas y presionan sobre el peón e. Aunque no necesitasen ganar, las blancas tienen que jugar. Por lo tanto, la cuestión práctica es ¿qué jugar ahora? La textual, j ugada tras nueve minutos de reflexión, viene a significar algo así como "paso". tt:if3 26 i.d6 tt:igS 27 No se trata de una j ugada de ataque, sino defensiva: protege el peón e4, sin bloquear al alfil dama, como sucedía cuando el caballo se encontraba en d2. Por supuesto, los calzoncillos con 27 eS ?? serían autodestructivos, tanto después de 27 . . . .txeS, como de 27 . . . i.xf3+ 28 'iVxf3 :h2+. 27 i.c5 28 �e7 .tb2 i.a3! .l:.ccl 29

DEFENSA I N D I A DE DAMA

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El cambio de los alfiles de casillas negras incrementará el control de Korchnoi sobre esas casillas. En cuanto a los alfiles de casillas blancas, resul­ ta más que evidente la superioridad del alfil negro. 30 ¡[al i.. xb2 'ií'xb2 31 .l:.xal 32 lhal Después de 32 'i'xal , las negras podían asegurarse la victoria en el match con 32 . . . �xal 33 l;lxal l:ta8, con un final ligeramente superior y sin riesgo alguno. Con la textual las negras conservan un medio juego superior, en el que tienen las siguientes ventaj as: control de las casillas negras, mejor alfil y buenas posibilidades de ataque contra el rey blanco. El GM Korchnoi se en­ contraba, además, en buena situación de cara al reloj , pues le quedaban 30 minutos, por unos 10 del GM Petrosian. 32 'ir'b8 33 �d4?! En esta inútil jugada las blancas invirtieron ocho de sus diez minutos, de modo que a partir de ahora se encuentran en graves apuros de tiempo. Las blancas no disponen de ningún plan constructivo, pero 33 'i!Va3+ d6 34 f4 era una mej or apuesta. eS! 33 'i!V c3 34 Naturalmente, las blancas tienen que retirar la dama, pues si 34 'i!\Yxb6??, sigue 34 . . . i.xe4+, mientras que si 34 'iVe3 , después de 34 . . . lih2+ ! 35 Wgl 'i!Vh8 36 'i!Vf3 l:!.h5 ! 37 l:!.a7 'iVb8 ! su posición sería insostenible. 34 �hS 35 'i'b4+ d6 36 'ifd2 Al provocar . . . d6, las blancas se conceden la posibilidad de clavar el alfil con la eventual penetración ¡[a7. 36 g6 Una j ugada muy molesta en apuros de tiempo. Las negras sobreprotegen su torre y obligan a las blancas a encontrar una jugada que no empeore la si­ tuación. i.. e 2? 37 La "estrategia" negra consigue sus frutos. A efectos de tablas, la mejor esperanza es 37 ¡[hl . Con intenciones "ganadoras", tienen cierto sentido 37 .l:.a2 o 37 ¡[dl . t2Jxe4 37 Gracias. i..xe4+ t2Jxe4 38 .tb7 f3 39 l:!.h7 40 g4 Tablas.

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AJEDREZ ESTRATÉGICO

Diagrama 106

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Las blancas tienen un peón menos en una posición lamentable perdida. Sin embargo, puesto que las negras sólo necesitaban el empate para pasar a semifinales de Candidatos, una oferta de tablas no sólo es la forma caballe­ rosa de conseguirlo, sino también la más práctica.

Partida

28

Blancas: Lev Polugaievsky Negras: Viktor Korchnoi Evian (Francia), 1 977, Candidatos, Match de Semifinales (2")

t:Llf6 d4 1 c4 e6 2 b6 t:Llf3 3 4 (D ) g3 La variante más popular y fundada para las blancas. Primero, tratarán de neutralizar el alfil de dama negro con el contrafianchetto de su homónimo, y luego buscarán la forma de iniciar la lucha en torno a la casilla clave e4. En algún momento el cambio de alfiles podría redundar en beneficio de las blancas, ya que de esa forma reducirían el control de las negras sobre e4. Por otro lado, el alfil de rey de fianchetto puede apoyar indirectamente los posi­ bles avances d5 y e4. .. .

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4 i.b7 Evidente, normal, lógica, perfecta . Y sin embargo en los últimos años se ha hecho popular el excéntrico desarrollo del alfil de dama negro por a6, como sucede en la partida 29. i. g2 5 JJ.. e 7 Debido a que la India de Dama es una apertura conservadora, la modes­ ta jugada textual, preparando el enroque, es la elección habitual de las ne­ gras. Sin embargo, también es j ugable y está siendo jugada, S . . . i.b4+, de forma similar a la partida 27. Ahora, a diferencia de esa partida, la mejor ju­ gada blanca es 6 1J.. d 2, y después de 6 . . . i.xd2+ 7 'iYxd2! 0-0 8 tt:Jc3 d6 9 'i'c2! eS 10 0-0 cxd4 1 1 tt:J xd4 i.. xg2 12 �xg2 'i!ic8 1 3 b3 tt:Jc6 14 .l:!fd l , L. Portisch ­ U. Andersson, Indonesia, 1 983, su superioridad espacial y un desarrollo más activo les conceden a las blancas una pequeña ventaja. Las negras no están lo bastante desarrolladas como para permitirse rea­ lizar alguno de los dos avances siguientes: . .

1) S . . . dS? ! 6 0-0 i.e7 7 tt:Jc3 0-0 8 tt:JeS ! conduce a una variante de la Cata­ lana favorable a las blancas, porque ahora el alfil blanco fianchettado es superior a su tocayo. 2) S . . . eS? ! se enfrenta a problemas tácticos después de 6 dS ! exdS 7 tt:Jh4, porque las blancas retomarán en dS con ventaja. Por ejemplo: 7 . . . bS ! ? 8 cxdS d6 9 0-0 g6 10 a4 b4 1 1 tt:Jd2 ii.g7 12 tt:Jc4 i.a6 13 'i'c2 0-0 1 4 aS i.xc4 1S 'it'xc4 tt:Jbd7 16 tt:Jf3 �e8 17 tt:Jd2 'i/e7 1 8 e4, l. Novikov - V. Gavrikov, Lvov, 1987, cuando las negras no tienen compensación por las debilidades de sus casillas blancas en el flanco de dama, ni tampoco por la superiori­ dad central enemiga. La ventaj a blanca es aquí mayor que en las líneas principales de la India de Dama. 6

0-0

232

AJEDREZ ESTRATÉGICO

Debido a que la variante en que nos encontramos es estrictamente estra­ tégica, lenta, un temprano enroque por ambas partes se considera el plan más flexible e incuestionable. Las blancas pueden tratar de agudizar el j uego con la inmediata 6 tt:lc3, de modo que tras 6 . . . 0-0 7 'it'c2, la amenaza es 8 e4. Las complicaciones que resultan después de 7 . . . eS ! 8 d5 exd5 9 tt:lg5 proba­ blemente conduzcan a posibilidades dinámicas equilibradas, por ejemplo tras 9 . . . h6 ! 10 tt:lxd5 i.xd5, si capturan las blancas con el alfil o el peón c. Por supuesto, las blancas pueden dejar de lado las complicaciones antes mencionadas, respondiendo a 6 . . . 0-0 con 7 0-0. Las negras también pueden evitarlas con la inmediata 6 . . . tt:le4, cuando 7 'i!Vc2 tt:lxc3 8 'ti'xc3 traspondría a esta partida, y 7 i.d2 a la variante comentada tras la octava jugada. 6 0-0 tt:l c3 7 Esta jugada normal de desarrollo ayuda a preparar los potenciales avan­ ces d5 y e4. Las blancas tienen aquí una alternativa extremadamente aguda, 7 d5 ! ?, llamada Variante Pomar, por el gran maestro español Arturo Pomar. La clave táctica es abrir la diagonal del alfil de rey blanco, respondiendo a 7 . . . exd5 con 8 tt:l h4. Polugaievsky resucitó con éxito esta variante, en su match contra Korchnoi, B uenos Aires, 1 980. Si el juego de las negras es im­ preciso, las blancas pueden desplegar una iniciativa muy peligrosa. Sin em­ bargo, por ahora la posición negra no tiene ningún defecto y el paso del tiempo ha permitido descubrir numerosos recursos defensivos. El siguiente método, por ejemplo, tiene la mejor reputación: 8 . . . c6 9 cxd5 cxd5 ! 10 tt:lc3 tt:la6 1 1 tt:lf5 tt:lc7 12 i.f4 �e8! 13 i.d6 i.f8 14 'iib3 i.c6 15 i.xf8 l:txf8 16 li:ad1 li:e8 17 �fel ll:e5, con igualdad, acordándose tablas en la partida O. Romanishin - Y. Razuvaiev, Yurmala, 1 987. tt:l e4 7 8

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La textual constituye el método generalmente aceptado para impedir que las blancas acentúen su influencia sobre el centro. La respuesta 8 d5 ? ! es

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inefectiva, porque las blancas deberán asumir un par de peones doblados tras 8 . . . tt:l xc3 9 bxc3. Una vez más, la directa 7 . . . dS traspone a una Catala­ na incómoda para las negras, después de 8 liJ eS ! , a la que ya me referí antes. El otro avance central, 7 . . . eS? ! , es todavía peor, porque 8 dS ! priva a las ne­ gras de todos sus objetivos en la India de Dama, a la vez que garantiza a las blancas una amplia ventaj a central y espacial. tlfc2 8 La continuación clásica en la línea principal: la dama controla e4 e impide la creación de peones doblados en la columna c. No obstante, contiene una pequeña deficiencia estratégica, ya que tras la esperada 8 . . . tt:lxc3 9 't!Vxc3, el punto e4 sigue estando en manos de las negras y, por otro lado, como c3 es una casilla inestable para la dama, requerirá un tiempo redisponerla. Por estas razones, en los últimos quince años han ido adquiriendo una buena reputación las otras dos continuaciones: 1) 8 tt:l xe4 i.. x e4 9 tt:l e1 ..i xg2 10 tt::lx g2, con lo que se ha anulado el control de las negras sobre e4, pero a costa de permitir el cambio de dos pares de piezas menores. Esto significa que la superioridad central de las blancas se ha visto reducida. Con todo, las perspectivas blancas de mantener una ventaj a duradera no deben subestimarse. (En mi libro De la apertura al fi­ nal se explica esta variante en profundidad.) Las negras deben actuar de forma decidida contra el centro blanco. Un posible modelo es la partida U. Andersson - L. Polugaievsky, Haninge, 1 990: 10 . . . dS ! 11 1!Va4 eS ! 12 i.. e 3 cxd4 13 i.. x d4 dxc4 14 'it'xc4 'ii'c 8 1S l:ac1 tt::la 6 16 'Llf4, cuando, en lu­ gar de 16 . . . 'i!Vxc4 17 l:t xc4 (que permitió a las blancas ganar este final, li­ geramente superior), el gran maestro Polugaievsky recomienda la más ac­ tiva 16 . . . l:ld8 ! 17 .te3 'iWb7 ! , con una aproximada igualdad. 2) 8 �d2 parece paradójica, pero no lo es. En realidad, ambas capturas de las negras dan mal resultado: a) 8 . . . tt:lxc3 9 ..i xc3 y el desarrollo de las blancas se activa considerablemente, mientras que las negras siguen sin resolver la cuestión de cómo incorporar al j uego su caballo de dama; b) 8 . . . tt:l xd2 ? ! 9 'i!Vxd2, con lo que las negras han perdido el control de e4, fa­ cilitando, también en este caso, el desarrollo de las blancas. La obtención de la parej a de alfiles no es compensación válida, porque en la situación resultante los alfiles dispondrán de un escaso radio de acción. La concepción correcta para las negras es aprovechar la situación pasiva del i.. d 2 para emprender un juego activo en el centro. Un método bien con­ siderado es 8 . . . i.. f6! 9 �el eS ! 10 dS exdS 1 1 cxdS tt:l xd2 12 tt:l xd2 d6 13 tt::ld e4 i.. e S ! 14 'i!Vd2 .ít a6! 1S l:t fe1 g6, J. Brenninkmeijer - J. Van der Wiel, Holanda, 1991. Aquí la posición es lo bastante abierta, de modo que los alfi­ les negros constituyen una buena compensación por el mayor espacio y su­ perioridad central de las blancas.

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AJEDREZ ESTRATÉG ICO

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lt:Jxc3 'ii'xc3 9 (D) Para aquellos que no están familiarizados con esta variante, vale la pena señalar que la j ugada táctica 9 tt:J g5? ? falla por 9 . . . tt:Jxe2+ 10 'it>h l .txg2+. Ni tampoco es prometedor el refuerzo del centro con 9 bxc3 ? ! , porque en este caso los peones doblados son un inconveniente más que una ventaj a. Después de 9 . . . tt:Jc6 ! 10 lt:Jd2 tt:Ja5 ! 1 1 i.xb7 tt:Jxb7 12 e4 c6, seguido de 13 . . . d5, las negras han conseguido una absoluta igualdad (GM Matanovic). Los temas estratégicos y necesidades de cada bando ya han quedado y son los siguientes: 8

1) La primera exigencia blanca es desarrollar su alfil de dama para, a conti­ nuación, tratar de incrementar su ventaja de espacio en el centro, con los avances e4 y/o d5. En muchos casos se precisará el apoyo de las torres, siendo su emplazamiento más frecuente en dl (torre de dama) y e l (torre de rey). Sin embargo, y teniendo en cuenta que la superioridad central existente se encuentra en el lado izquierdo del tablero, si se pretende abrir líneas en el flanco de dama, entonces la disposición idónea es: torre de da­ ma en el , torre de rey en dl . La escena de acción más probable para las blancas será la columna d, am­ pliando la presión a todo el flanco de dama. 2) La primera necesidad de las negras es decidir qué peón utilizarán para contener el centro: el e, el d o el f. Si las negras j uegan . eS ó . . . d5 , el tea­ tro de sus acciones será el centro y flanco de dama, mientras que en caso de . . . f5 , sus perspectivas se encontrarán en el flanco de rey. Una vez to­ mada esta decisión, deben tratar de desarrollar su caballo de dama lo más rápidamente posible. .

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DEFENSA I N D I A DE DAMA

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La textual constituye el enfoque más desequilibrante de las negras. Con este avance refuerzan la protección de e4 y permiten la activa situación del alfil de rey en f6. Sus desventajas también están claras: el desarrollo del ca­ ballo de dama (y, por tanto, de la torre de dama) se ha retrasado, y se ha cre­ do una potencial debilidad en e6. Hay dos alternativas estratégicamente más seguras:

1) 9 . . . ..ie4, que prepara la continuación . . . d5, cuando el alfil de dama ne­ gro queda fuera de la cadena de peones, como sería el caso de realizarse 9 d5? ! . Si las blancas esperan conseguir alguna ventaja, deberán ejercer una agresiva presión sobre la columna e : 10 ..tf4 ! c6 11 .l:!.fd1 d5 12 cxd5 'il'xd5 13 llie1 i.xg2 14 llixg2 .l:tc8 15 tt:ie3 �d8 16 tt:ic4 llid7 17 e4 b5, co­ mo en la partida J. Smejkal - J. Ambroz, Campeonato de Checoslovaquia de 1 978, cuando, en lugar de la pasiva 18 tt:id2? ! , las blancas podían haber conservado una pequeña ventaja con 18 llie5 ! . 2) 9 . . eS es e l método más respetado para las negras, s i l o que se pretende es luchar por las tablas. En los que parecen incontables enfrentamientos entre los grandes maestros Andersson y Karpov, ése ha sido el resultado. Por supuesto, no todo el mundo puede manej ar posiciones ligeramente inferiores con la destreza de Anatoli Karpov. Un ejemplo característico de su meticuloso estilo lo tenemos en la partida U. Andersson - A. Kar­ pov, Londres, 1982: 10 �dl d6 11 b3 ..t f6 12 i.b2 Wilc7 13 'ii'd 2 .l:!.d8 14 dxc5 dxc5 15 'il'f4 tt:ia6 16 'i/ixc7 llixc7 17 .ixf6 gxf6 1 8 llid2 .ixg2 1 9 Wxg2 'it>f8 20 tt:ie4 'it>e7 21 tt:ic3 tt:ia6 22 :xd8 .l:!.xd8 23 !id 1 ! .l:tg8 ! (el debilitado flan­ co de rey negro puede resultar un problema en un final de caballos, pero conservando las torres se corta la actividad potencial del rey blanco) 24 �f3 h5 25 e3 tt:ib4 26 h4. Tablas. . . .

.

b3 10 Sencillo y bueno. Sin embargo, las negras tienen problemas más urgentes que resolver tras la inmediata 10 d5 ! ?, con idea de que si 10 . . . exd5, 11 tt:iel . E n l a partida J. Timman - J. Ehlvest, Linares, 1991, las blancas obtuvieron una clara ventaj a después de 11 . . . d4 12 '1Wxd4 .ixg2 13 llixg2 .l:.f7 14 i.e3 tt:ic6 15 �d5 i.f6 16 l:abl ! tt:ie7 17 'ii'd 3 d6 18 l:tfd1 �eS 19 b4. Las negras tienen debilidades permanentes en d5, e6, f5 y ninguna compensación a cambio. En lugar de 13 . . . l:f7, Timman sugiere 13 . . . llic6 y 13 . . . �h8 como posibles mejoras, pero no veo que estas alternativas puedan mitigar los pro­ blemas estructurales de la posición negra. Creo que las negras deben asumir q ue sus objetivos en la India de Dama deben ser modestos. Por lo tanto, la continuación defensiva 10 . . . ..tf6 1 1 Wilc2 tt:ia6 1 2 .l:.d1 Wile7 1 3 tbd4 tt:ic5 tiene más sentido. En la partida N. Kro­ gius - R. Jolmov, Campeonato de la URSS, 1 965, las negras estuvieron muy cerca de igualar tras 14 i.e3 ..i xd4! ? 15 i.xd4 d6 16 b4 llid7. La idea es ce-

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AJED R EZ ESTRATÉG ICO

rrar el centro con 17 . . . eS, cuando la pequeña superioridad espacial de las blancas tendrá poca significación práctica. .tf6 10 lZ:Jc6 11 ..1 b2 Este inmediato desarrollo del caballo de dama es posible gracias a fac­ tores tácticos, porque la aparentemente peligrosa 12 liJeS se combate con 12 . . . lZ:Jxd4 ! 13 �xd4 ..1xg2 14 �xg2 d6, con un final más o menos igualado después de 1S �e3 dxeS 16 .txeS ..txeS 17 �xeS iY'd6 18 �xd6 cxd6, J. H. Donner - M. Euwe, Holanda 1 9S4. Sin embargo, desde una perspectiva es­ tratégica de mayor alcance, la textual tiene el inconveniente de que boquea la diagonal del alfil de dama. Por esa razón es por lo que, con el paso del tiempo, el gran maestro Korchnoi ha preferido la más modesta 11 . . . d6 12 .:tad1 �c8 13 �d2 lZ:Jd7. En la ECO E (revisada), el gran maestro Ehlvest evalúa la posición, tras 1 4 tt'le1 .ixg2 1S tt'lxg2 .l:.f7, J. Timman - V. Korchnoi, Londres, 1 984, como igualada. Me parece, no obstante, que la superioridad central de las blancas tiene su importancia. Una posible mej ora en la disposición de las piezas ne­ gras es 12 . . . 'W/e7 (en Jugar de 12 . . . 'ii'c8) , como se j ugó en la partida V. Tukmakov - P. Nikolic, Reggio Emilia, 1 987/1988. Puesto que las posibilida­ des de las negras están en el flanco de rey, el emplazamiento de la dama en e7 parece más conveniente. U �ad1 Con su torre de dama bien situada en la columna d, las blancas desclava­ rán el peón d4 con 13 �c2 ó 13 '1:Wd2 y se dispondrán a realizar el avance dS. Las negras necesitan, por tanto, encontrar la forma de neutralizarlo, lo que sugiere que su caballo de dama tendrá que volver a j ugar. 12 lZ:Je7 Las negras apartan su caballo del ataque de dS y se preparan para recon­ ducido a g6, anticipándose al previsible juego en el flanco de rey. Sin embargo, menos de un año después, en la partida A. Miles -V. Korch­ noi, Wijk aan Zee, 1978, las negras optaron por una redisposición del caballo más flexible: 12 . . . . iVe7 ! 13 'iVd2 (a 13 'W/c2 también se contesta con 13 . . . lZ:Jd8) 1 3 . . tt'ld8 ! , con idea de que el caballo puede elegir entre situarse en el centro (e6) o en el flanco de rey (f7) . Esto resultó ser importante después de 14 dS? ! ..1xb2 1S 'ir'xb2 d6! 16 dxe6 tt'lxe6, con una pequeña ventaj a negra. En lugar de 14 dS? ! , lo correcto es 14 tt'le1 ..1xg2 1S tt'lxg2, con una ventaj a quizá mínima para las blancas. lZ:Je1 13 D ado que son las negras las que tienen el mejor alfil de casillas blancas, resulta ventajoso cambiarlo. 13 ..1xg2 14 tt'lxg2 g5! (D) .

D EFENSA INDIA DE DAMA

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Necesaria y buena. Las negras se disponen a emprender contrajuego en el flanco de rey, a la vez que impiden al caballo blanco situarse en la atracti­ va casilla f4. Si las negras no hacen nada, las blancas pronto j ugarán e4, lo que pondrá de manifiesto, sin riesgo alguno, su sustancial ventaj a en espacio. Los temas estratégicos del inminente medio juego son los siguientes: 1) Las blancas tratarán de realizar un rápido e4, con el obj etivo de arrollar a las negras en las columnas d y e. Además, cualquier apertura de la posi­ ción le concedería a las blancas buenas perspectivas de ataque contra el debilitado flanco de rey enemigo. 2) Las negras deben disponerse a contrarrestar las acciones centrales de las blancas, operando sobre la columna f. Esto significa, en la práctica, el avance . . . f4, previamente preparado con . . . lbg6. Si las blancas difieren su juego en el centro, las negras podrían jugar . . . eS, tras la maniobra . lbg6, . . . "ii/e 7 y . d6. . .

. .

'ifc2 15 Este método directo y activo de preparar e4 es el mejor. El enfoque al­ ternativo es prepararlo con 15 f3, como se j ugó en la partida V. Pire - M. Eu­ we, Olimpiada de Amsterdam de 1954: 15 'ii' d2 lbg6 1 6 f3 'ile7 17 e4 fxe4 18 fxe4 1J.. g 7. Las negras sólo entonces pueden utilizar la columna f para cam­ biar torres. La sustancial reducción de material minimiza la importancia de la superioridad central de las blancas, permitiéndole a las negras aproximar­ se a la igualdad. lb g6 15 f4! e4 16

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AJEDREZ ESTRATÉG ICO

La respuesta más combativa, temática y correcta. Tras la miedosa 16 . . . fxe4? ! , la única "compensación" de las negras por su inferioridad en el cen­ tro es un flanco de rey debilitado. Con la textual, sin embargo, las negras ga­ nan espacio en el flanco de rey, lo que sí constituye una compensación real por el centro blanco. Además, el caballo blanco carece por el momento de perspectivas de ataque. Por otra parte, pronto quedará claro que el impo­ nente centro de las blancas no es tan temible como parece, porque les resul­ tará difícil avanzar los dos peones e y d a la quinta fila. i.. g7 17 eS 'it'e4 18 Esta jugada no es mala en sí misma, pero retrospectivamente considera­ da significa el inicio de un juego confuso. Puesto que a las blancas les resul­ tará muy difícil realizar el avance d5, sin el cual su alfil de dama quedará en­ cerrado, lo lógico es buscarle a esta pieza un mejor acomodo. En consecuen­ cia, soy partidario de la sugerencia del gran maestro Keene, 18 �a3 ! , cuando las blancas tendrían una pequeña ventaja, en razón de su mayor espacio. Después de 18 . . . lH7, las blancas pueden proseguir según la nota que sigue. 18 'ilie7! 19 .:d3?! Las blancas cuentan con una posición atractiva, visualmente hablando, pero carecen de un método que les permita progresar. Por ejemplo, 19 d5? ! es contraproducente después de 1 9 . . . exd5 20 V&'xd5+ V&'f7, cuando la debili­ dad del peón e significa que lo mejor que pueden hacer las blancas es cam­ biar este peón por el d negro, de lo que no resultará ningún tipo de ventaja. En cuanto al futuro inmediato, cualquiera de los dos planes siguientes me parecen temáticos: 1) Salvaguardar el flanco de rey con 19 f3, seguido de 20 g4. 2) Situar el caballo en un lugar útil, con 19 lLle1 y 20 l2Jd3. En su momento, las blancas pueden preparar el avance d5. En lugar de ello, sin embargo, el GM Polugaievsky se embarca en una serie de oscuras maniobras de torres, que resultarán ser una pérdida de tiempo. 19 �ad8 20 .:re1?! Dado que esto no impide la respuesta de las negras, habría ganado un tiempo la inmediata 20 l:tfd l . 20 dS! 21 V&'xd6 exd6 l:tedl?! ( D) 22 Aunque la inmediata 23 V&'xe6+? dej aría encerrada a la torre tras 23 . . . V&'xe6 24 .Uxe6 l2Je5 ! 25 l:.d1 g2 32 c;i¡>xf8 33 J:txf8+ .

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La torre negra ha penetrado en la posición blanca y los peones del flanco de rey crearán un cerco en torno al monarca blanco. El gran maestro Korch­ noi simplemente aplasta a su oponente. 34 d5 .td6 35 ..tc3 .S: el 36 I! c2 .td2 f4 a4 37 h3 38 f3+ 'itn 39 hS 40 hxg4 hxg4 Las blancas se rindieron. La partida se aplazó aquí, tras la jugada 40 de ·las negras, pero las blancas se rindieron, sin reanudar el juego. La jugada secreta fue 41 'iile l, cuando 41 .teS ! mantiene a las blancas completamente atenazadas: 42 .te3 :e2+ 43 Wfl ..txe3 44 �xe3 lhe3 45 fxe3 'iile 7 ! es un final de peones perdido; 42 Wdl �a2 43 �el i.xf2 44 �bl llxd2 45 llxd2 g3 y el peón g corona. Si, en lugar de ello, 41 l:td4, el gran ma­ estro Robert Byrne señala la convincente variante que sigue: 41 . . . l:tb2 42 ..tel l:bb3 43 lhg4 .:tbl 44 l:te4 ..tb4 45 l:le6 'ii;f7 46 l:le3 �g6 47 :le6+ 'iti>f5 48 lie3 lixe 1 + 49 l:í:xel ..txel 50 �xel 'it>e4 5 1 Wd2 'it>d4, con un final de pe­ ones fácilmente ganado. . . .

Partida 29 Blancas: Tigran Petrosian Negras: Viktor Korchnoi JI Ciocco (Italia), 1 977, Candidatos, Match de Cuartos de Final (8a)

1 2 3 4

d4 c4 Qjf3 g3

tZ::lf6 e6 b6 i.a6

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Si no supiera nada acerca de la teoría de esta apertura (o si, por ejemplo, fuese un extraterrestre) , y viese a un j ugador flojo realizar la jugada textual, sacudiría la cabeza y murmuraría algo así como "no sabe nada sobre la India de D ama, ni sobre ajedrez". Después de todo, ¿no sabe todo el mundo que el alfil de dama debe desarrollarse por b7? Es cierto que 4 . . . i.b7 es una ju­ gada perfecta por donde se la mire y, sin embargo, la de apariencia extrava­ gante 4 . . . i.a6 se ha convertido, en las últimas décadas, en una alternativa válida a la línea principal. Considere, por ejemplo, la siguiente evidencia anecdótica: el último Informator aparecido mientras escribo este libro (n° 5 1 ) contiene nueve partidas con 4 . . . ..tb7 y otras nueve con 4 . . . i.a6. El pa­ dre de la variante, el GM Aaron Nimzovich, estaría orgulloso de saber que, cincuenta años después de su muerte, su criatura ha conseguido una total respetabilidad. El concepto que subyace en la textual es fácil de entender, pero su ej ecu­ ción es lo bastante difícil como para que los grandes maestros necesitaran mucho tiempo para convencerse de la eficacia del concepto. La profunda concepción de Nimzovich radica en que 5 e3? ! es inferior ya que, como con­ secuencia de 4 g3, las blancas no pueden permitirse desarrollar su alfil de rey por e2 o d3. De modo que las blancas deben optar por una forma menos natural de proteger el peón c4, lo que conducirá a la torpe situación de algu­ na pieza. Sin embargo, no es fácil explotar esa mala colocación de pieza y puede suceder que sean las negras quienes realmente se queden con una pieza mal situada (a saber, el alfil de a6) . Como conclusión general, diremos que 4 . . . i.a6 sólo es adecuada para j ugadores muy fuertes, mientras que 4 . . i.b7 puede dar resultado tanto a j ugadores "fuertes" como "débiles" . Los temas estratégicos generales de l a Variante Nimzovich son los si­ guientes. El enfoque de las blancas tiene dos aspectos: .

D EFENSA I N D I A DE DAMA

243

1) Proteger c4 de la forma menos negativa posible. 2) Explotar el hecho de que el alfil de dama enemigo está ausente de la gran diagonal hl -a8, es decir, que no controla las casilla e4 ni dS . Dado que una de las piezas blancas quedará mal situada como conse­ cuencia de la defensa de c4, las negras deben tratar de explotar esta circun­ tancia. Como las blancas pueden optar por diferentes métodos, más vale que las negras se familiaricen con las variantes más significativas. Sigue un repaso a las principales opciones de las blancas: 1) S �a4 fue, durante más de 40 años, la principal respuesta de las blancas, porque la dama no sólo protege el peón, sino que también ejerce presión sobre el flanco de dama contrario. Sin embargo, en los últimos 1S años, también se ha puesto de manifiesto su lado negativo: la dama, además de que dej a de apoyar el avance d5, queda expuesta al ataque. En la actuali­ dad, algunos grandes maestros de elite, entre ellos Maxim Dlugy, la inclu­ yen en su repertorio. Las negras disponen de dos enfoques plausibles: a) S . . . eS 6 .i.g2 ..tb7 ! 7 dxcS (ahora 7 d5? pierde, sencillamente, un peón) 7 . . . bxcS (también es bueno 7 . .i.xcS) 8 tZ:lc3 JJ.. e7 9 0-0 0-0 10 l:td1 d6 11 JJ.. f4 'iVb6, con una aproximada igualdad, A. Karpov - L. Polu­ gaievsky, B iel, 1 990. b) S . . . c6 6 tZ:lc3 bS ! ? 7 cxbS cxbS 8 tLlxbS �b6 9 tZ:lc3 .i.b4 10 .i.d2 (devol­ ver el peón con 10 ..tg2 tbc6 11 0-0 ..txc3 12 bxc3 ..txe2 13 l:te1 puede ofrecer a las blancas una ventaj a mínima) 10 . . . 0-0 1 1 JJ.. g2 tbc6 1 2 l:tb1 l:tab8 13 a3 ..txc3 14 ..txc3 l:tfc8 1S �c2 tZ:l e7 ! 16 0-0 tZ:ledS 17 l:tfc1 'iVb3 ! 18 'iVxb3 l:txb3 19 éZ:ld2 tt::l xc3 20 l:txc3, tablas. G. Kuzmin - E. Mednis, lnterzonal de Riga, 1 979. Las negras recuperan el peón sacrifi­ cado y disfrutan de una total igualdad. . .

2) S 'iVc2 también renuncia al apoyo de dS, y las negras igualan después de S . . . eS ! 6 ..tg2 tZ:lc6 7 dxcS bxcS, u 8 . . . i.xcS. 3) S �b3 dej a mal situada la dama por una razón diferente: S . . . tLlc6 ! 6 tLlbd2 dS ! 7 'iVa4 ..tb7 8 cxdS exdS 9 JJ.. g2 ¡vd7 1 0 0-0 JJ.. d 6, con igualdad. Huzman - A. Mij alchishin, Lvov, 1988. El caballo de dama blanco está mal situado, lo mismo que la dama, mientras que las negras tienen una ac­ tiva disposición de piezas para compensar la pequeña debilidad de la casi­ lla c6. 4) S tLlbd2 rompe también la comunicación entre la dama y el posible avan­ ce dS, y permite a las negras conseguir la igualdad con S . . . i.b7 ! 6 iLg2 cS. S) S b3 (véase la continuación de la partida) . 5 b3

244

AJEDREZ ESTRATÉGICO

El método más sencillo y el preferido por las blancas en la última déca­ da, no porque no tenga sus inconvenientes, sino porque tiene menos que las otras defensas. En este momento las blancas no tienen piezas mal situadas y, por tanto, S . . . c5? ! falla por 6 d5. S i.b4+ Este jaque forma parte de la sofisticada idea de 4 . . . i.a6. Sin embargo, los métodos blancos se han refinado y, en el estado actual de la teoría, pue­ den esperar conseguir una ventaj a normal de apertura. Esto ha hecho que las negras hayan comenzado a explorar las posibilidades agresivas derivadas de las complicaciones 5 . . . d5 6 i.g2 dxc4 ! ? 7 liJeS .tb4+ 8 'iti>fl ctJfd7. Sólo nos encontramos al comienzo de esta investigación, pero creo que después de 9 lLlxc4 (9 i.xa8 lLlxe5 da lugar a un juego confuso) , las blancas conserva­ rán una ventaj a de apertura, debido a su centro superior. .td2 6 Obligado, ya que 6 CLlbd2? i.c3 7 ltb1 .tb7 ! dej a a las piezas blancas ata­ das, que deben afrontar las amenazas negras 8 . . . i.xd4 y 8 . . . .ie4. La ten­ tativa de salir del paso con 8 .tb2 resultó un fiasco en la partida K. Shirazi J. Benjamín, Campeonato de EEUU de 1984: 8 . . . CLle4! 9 .l:tg1 'ikf6 ! 10 i.cl ctJc6 11 e3 ctJb4! (12 a3 lLla2, seguido de 13 . . . lLlxcl). 6 i.e7! -

Diagrama 114

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Esta retirada constituye la clave del j aque: obligar al alfil de dama blanco a situarse en la mala casilla d2, quitándosela al caballo de dama y donde queda en una mala diagonal y, además, interfiere con la disposición general de las piezas blancas. Para las acciones inminentes en el centro, el alfil de da­ ma blanco está mejor situado en la gran diagonal y, en particular, en la impe­ cable casilla b2.

DEFENSA INDIA DE DAMA

245

Las negras, por supuesto, pueden jugar 6 . . . �xd2+, pero después de 7 �xd2! c6 8 �g2 d5 9 0-0 0-0 (9 . . . dxc4 10 l2Je5) 10 'ii'b4 tLle4 1 1 �c1 , A. Kar­ pov - N. Short, Amsterdam, 1 988, las blancas tienen una agradable ventaja, debido a los siguientes factores: centro superior, alfil potencialmente más ac­ tivo, presión sobre el flanco de dama negro y debilidades en las casillas ne­ gras contrarias. Por otra parte, las blancas no tienen ninguna pieza mal situa­ da y, en consecuencia, las negras no han logrado su objetivo con 4 . . . ..ia6. Los temas estratégicos, a partir del diagrama 1 14, son los siguientes: 1 ) Las blancas necesitan asegurarse de que su alfil de dama y su caballo de dama queden correctamente desarrollados. Por otro lado, las blancas tie­ nen que anticiparse a una posible trasposición de las negras a una Aper­ tura Catalana. Dado que el avance temático central en la Catalana cerra­ da es e4, las blancas tienen que realizarlo tras la adecuada preparación. 2) Las negras deben tratar de explotar el torpe emplazamiento del alfil de dama blanco en d2, y la forma más efectiva de hacerlo es trasponer a la Catalana cerrada, con . . . c6 y . . . d5. 7 tt::l c3 Esta jugada normal parece mejor de lo que en realidad es. El problema radica en la pobre cordinación tt::lc3/i.d2 en la Apertura Catalana, Variante Cerrada. Naturalmente, el análisis retrospectivo ha servido de gran ayuda para poder sacar esa conclusión. Una gran cantidad de partidas magistrales ha demostrado que lo mejor que pueden hacer las blancas es contentarse con ofrecer una formación normal contra la Catalana Cerrada. Lo mej or, por consiguiente, es 7 ..ig2 c6 8 ..ic3 ! d5 9 tt::lb d2 tt::l b d7 10 0-0 0-0 11 .l:te1 eS 12 e4! . En comparación con el esquema habitual de la Catalana Cerrada, el alfil de dama blanco se encuentra en c3 (y no en b2), mientras que su homó­ nimo negro se encuentra en a6 (no en b7) . Aunque el alfil de c3 está un poco mal situado, el hecho de que el alfil de dama negro no controle e4 tiene ma­ yor importancia. Por consiguiente, las blancas pueden tratar de conseguir una ventaj a normal de apertura, sea cual sea la forma en que capturen las negras: 1) 12 . . . dxe4 13 tt::lx e4 i.b7 (o bien 13 . . . t2Jxe4 14 .:lxe4 ..ib7 15 .l:te3) 14 l2Jed2, G. Kasparov - V lvanchuk, Tilburg, 1989; 2) 12 . . . dxc4 13 l2Jxc4 ..ib7 14 �d3 ! , A. Karpov - A. Jalifman, Reykj avik, 1991, Copa del Mundo. 7 d5?! La supuesta amenaza 8 e4 no es tal, pero el debilitamiento de la estructura de peones negros en el flanco de dama es permanente. Aunque también es ju­ gable la flexible 7 . . . 0-0, creo que la jugada más temática es 7 . . . c6! , prepa­ rando 8 . . . d5. Por ejemplo: 8 i.g2 d5, cuando las blancas no tienen una forma satisfactoria de proteger c4 (9 l2Je5 tt::lfd7! ) . Por otra parte, después de 8 e4, las negras responden 8 . . . d5 ! , y a 9 e5, 9 . . . l2Je4. Según la teoría vigente, las posi­ ciones de la línea principal que resultan después de 10 ..id3 tt::lxc3 11 ..txc3 eS 12 dxc5 bxc5 ofrecen posibilidades equivalentes a ambos bandos.

246

AJEDREZ ESTRATÉG ICO

cxd5 exd5 8 La recaptura central es correcta, pero el resultado es una debilitada ca­ dena de peones en el flanco de dama. Por lo tanto, 8 'Dxd5 9 i.g2 (9 e4! ? también es un plan que merece tenerse en consideración) 9 . . 'Dd7 puede constituir un camino cómodo para las negras. El inconveniente temático de ese plan es que alfil y caballo de dama blancos quedarían muy bien dispues­ tos para esa configuración central. i.g2 O· O 9 10 0-0 'Dbd7 'DeS! 11 . . .

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Debido a la amenaza 12 'Dc6, la respuesta negra es forzada, y las blancas se encontrarán entonces en un caso de estructura central favorable, ya co­ mentado en la partida 2 1 , porque el alfil de rey blanco ejerce una fuerte pre­ sión sobre el peón d negro. 11 i.b7 �(4 u .l:.eS l:tcl 13 l¿jf8 Las negras se preparan para contestar a 14 'Db5 con 14 'De6, pero ahora las blancas podrán llevar a cabo el mismo cambio favorable de piezas menores que en la partida 21. 14 i.g5! 'De6 15 �xf6 i.xf6 e3 16 Se ha producido el mismo tipo de posición que con el "método Korch­ noi" contra la Variante Tartakower del Gambito de Dama Rehusado (véase partida 21). . . .

DEFENSA INDIA DE DAMA

247

Las negras tienen una formación de peones ligeramente debilitada en el flanco de dama y una estructura central de peones nula. Las blancas trata­ rán de debilitar aún más el flanco de dama contrario, mediante el avance de peones en ese flanco, y también procurarán realizar el avance central e4 en el momento oportuno. Debido a la naturaleza cerrada de la cadena de peo­ nes, la parej a de alfiles negros carece de actividad y, en general, las negras no disponen de contrajuego significativo. Lo único que pueden hacer las negras es, en esencia, contener a los peones blancos. Las blancas disponen de una posición ventajosa de tipo maniobrero, y aunque las negras tienen incuestionables posibilidades de resistir, apenas pueden aspirar a nada más. Sin duda el gran maestro Petrosian se sentía aquí a sus anchas, porque además, con su brillante victoria en la sexta parti­ da del match (véase partida 22) había nivelado el marcador, y en la presente partida se encontraba con una cómoda ventaj a. 16 c6 Ahora y en el futuro, el gran maestro Korchnoi, de forma poco habitual en él, opta por un tratamiento pasivo, por así decirlo, "curándose en salud". La alternativa es la búsqueda de contraj uego con 16 . . . eS ! ? , como se jugó en la partida L. Portisch - G. Sosonko, Tilburg, 1984. Las blancas retuvieron una pequeña ventaj a después de 17 l:re1 t'iJc7 18 f4 iJ.. e 7 1 9 t'iJe2 .if8 20 'i'd2, pero, según el gran maestro Portisch, si las negras hubiesen continuado acti­ vamente con 20 . . . aS ! (en lugar de 20 . . . étJe6? ! ) , habrían tenido buenas po­ sibilidades de obtener un razonable contrajuego. 'i'd6 17 t'iJ d3 :el l:tad8 18 La tentativa de contrajuego con 18 . . . eS? ! no da resultado, a causa de 19 dxcS bxcS 20 étJa4 �ac8 21 e4! , con los siguientes análisis del gran maestro Marjanovic: 1) 21 . . . �d4? ! 22 exdS ..txdS 23 t'iJdxcS ! iJ.. xg2 24 tZ:lxe6 lhcl 2S 'iWxcl .ic6 26 tZ:lxd4 .Uxel + 27 'i!Vxe1 'ii'x d4 28 tZ:lc3, y las blancas tienen un buen peón de ventaj a. 2) 21 . . . dxe4 22 t'iJdxcS 'iWxd1 23 l:texd1 t'iJxcS 24 tZ:lxcS �gS (24 . . . iJ.. a8 2S tZ:lxe4) 2S �c4 i.a8 26 h4, seguido de 27 tZ:lxe4. Las blancas tienen, de nue­ vo, un peón extra, aunque las negras cuentan con algunas posibilidades de tablas en el final de torres + alfiles de distinto color, después de 27 . . . iJ.. x e4. 19 20 21 22

b4! a4 'i'b3 .:.edl

.Ue7 lldd7 . .l:td8 .l:f.ed7

248

AJEDREZ ESTRATÉG I CO

Las blancas han ganado espacio adicional en el flanco de dama, mientras que las negras se reafirman en su idea de que lo mej or es mantener el statu quo. El gran maestro Petrosian trata de conseguir una disposición ideal de piezas para realizar los potenciales avances de peón a5/b5/e4. La situación en cuanto al tiempo consumido es: las blancas han empleado un poco más de hora y media (el control es de 40 jugadas en 2 horas y media), mientras que las negras han utilizado ya dos horas. étJe2 23 g6 :e7 24 étJef4 25 �d2 i.g5 8

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26 étJxe6 fxe6 Un nuevo e inevitable debilitamiento en la formación de pones negros. Peor es 26 . . . �xe6? debido a 27 b5 ! , seguido de 28 bxc6, cuando el peón d aislado de las negras sería indefendible. Después de la textual, 27 b5 se para­ ría satisfactoriamente con 27 . . c5. Por consiguiente, las blancas doblan to­ rres primero en la columna e y tratarán de lanzar un ataque directo al peón e con el avance b5. Las blancas siguen disfrutando de una agradable, aunque moderada ventaja, exenta de riesgos. 27 l:.de2 .:deS W g7 i.h3 28 29 étJf4 l:te8 Después de 29 . . ii.xf4? ! 30 exf4, las negras tienen debilidades crónicas en las casillas negras y su peón e se hace extremadamente vulnerable. l:f.e3 30 i.e8 El gran maestro Korchnoi gastó siete minutos en esta jugada y ahora só­ lo le quedaban tres para sus últimas diez j ugadas. Aunque al GM Petrosian todavía le quedaban veinte minutos, invirtió la mitad de su tiempo en las dos .

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DEFENSA INDIA DE DAMA

249

j ugadas siguientes, que condujeron a una simple recolocación de caballo. La posición negra, aunque restringida, no está sujeta a peligrosos ataques y, por lo tanto, hay pocas posibilidades de que Korchnoi cometa un grave error. En el caso de las blancas, las posibilidades de que cometan un error burdo son absolutamente nulas. ll:ld3 31 �d7 ll:le5 32 .Uec8 Con sofisticadas maniobras, el GM Petrosian ha incrementado la pre­ sión. Sin embargo, para conseguir algo duradero, las blancas deberán rom­ per con b5 ó e4. La obvia preparación para e4 es la prudente 33 .l:.lc2. Pese a todo, tras cinco minutos de reflexión, las blancas optaron por . . . 33 e4?? El ex campeón mundial ha decidido que llegó el momento de actuar. La justificación táctica de la textual es que 33 . . . dxe4? no es jugable, debido a 34 ll:lxd7, seguido de 35 i.xe6, ganando calidad. Sin embargo . . . 33 i.xcl Las blancas habían omitido que con el avance abrían la diagonal del alfil enemigo. Lo que tendrá terribles consecuencias, no sólo físicas, sino también psicológicas. dxe4? 34 .l:txcl No hay duda de que las negras estarían saltando de alegría al capturar en el, pero en su siguiente j ugada devuelven parte de lo conseguido. Lo correc­ to era la prudente 34 . . . i.e8, amenazando tanto 35 . . eS como 35 . . . dxe4. ll:lxd7 �xd7 35 Después de 35 . . . .l:.xd7 36 i.xe6 'i'xd4, las blancas recuperan su material con 37 �e3 ! , restableciendo la igualdad. Por ejemplo: 37 . . . �xe3 38 fxe3 :dc7 39 i.xc8 l:xc8 40 .:Ixe4. .

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AJEDREZ ESTRATÉG I CO

'iYxd4 36 .txe6 Ahora, tras la evidente 37 �xc8 (o antes 38 l:l.dl ) 37 . . . l:l.xc8 38 lld1 , se­ guido de 39 l:td7+ y 40 �xa7, las blancas habrían restablecido el equilibrio material y posicional. Sin embargo . . . l:te4?? 37 Mucho peor que 33 e4? ? É sta puede excusarse con la atenuante de ce­ guera momentánea, pero la textual es culpable de lesa negligencia. 'iia l+ 37 Gracias, muchas gracias. J:tf8 38 'it>g2 Suficiente para ganar, pero era bastante mejor 38 . . . l:l.e8 ! , ya que 39 l:rxe4 1Ide7, seguido de 40 . . 'iYf6, deja a las blancas con una clavada insolu­ ble. Jle7 l:txe4 39 40 ..td5! Salvando el control en el último instante, pero la posición sigue estando perdida. l:txe4 40 �f6 .txe4 41 :es 42 �e2 bxa5 43 aS La j ugada secreta. La posición blanca es desesperada: calidad de menos en posición inferior, sin posibilidades de pescar en río revuelto. eS 44 bxa5 45 �e4 l:teS �d4 46 ..tdS l:te2 �b3 47 48 �h6 �b7+ l:txf2+ �f7 49 Las negras tenían este sacrificio in mente al realizar sus jugadas 46 y 47, pues de otro modo no habrían permitido la incursión de la dama blanca. Con la textual las negras fuerzan un final de peones, con uno de ventaj a. Aunque este final sólo se gana por un tiempo, se trata de un tiempo "claro", que puede calcularse de antemano. Ni siquiera me sorprendería que todo hubiera sido calculado ya durante el aplazamiento. �xf2 �xd5+ (D) 50 No hay forma de que las blancas puedan evitar el cambio de damas. Si 51 'it>gl ' 51 . . '1Wd4; 51 c.t>fl 'iYf5 ; 5 1 c.t>h3 �f5+. �xf3+ '1Wf3 51 'it'xf3 52 c.t>g5 'it>g4 53 c.t>e4 �h3 'it>d5 54 .

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D EFENSA INDIA DE DA M A

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�xh2! 55 g4 � g3 'iit x c5 56 'it> f4 57 g5 Las blancas se rindieron. La conclusión será: 58 �c6 � xg5 59 'it> b7 h5 60 � xa7 h4 61 �b8 h3 62 a6 h2 63 a7 hl ¡v.

ATAQUE TORRE Partida 3(0)

Blancas: Julian Hodgson Negras: Edmar Mednis Torneo Internacional de Stavanger (Noruega), 198911990

d4 lLJf6 1 e6 2 �g5 El gran maestro Hodgson ha desarrollado un repertorio dinámico, ba­ sado en un rápido �g5 en la apertura. Así, después de 1 d4 lLJf6, puede j u­ gar la inmediata 2 �g5 (como aquí) , o bien 2 lLJf3 e6 3 �g5 . Esta partida fue la de las 10 de la mañana en un día con doble ronda, así que no permi­ tió mucha preparación específica. Hoj eando rápidamente el lnformator 47, me intrigó la partida n° 88, J. Hodgson l. Rogers, Wijk aan Zee II, 1989, pues el esquema negro me pareció igualmente viable tanto después de 2 ..ig5 e6 como de 2 lLJ f3 e6 3 �g5. El método del GM Rogers parecía combinar la corrección estratégica con una posición desequilibrada, es de­ cir, una mezcla atractiva para una partida de la quinta ronda, en la que mi oponente tenía medio punto más. Pero pronto habría de pagar mi acrítica credulidad . . . e4 3 h6 'ii'xf6 4 i.xf6 5 l¿jf3 Una importante posición del Ataque Torre, que normalmente se produce con el orden de jugadas 1 d4 lLJf6 2 l2lf3 e6 3 ..i g5 h6 4 �xf6 'iVxf6 5 e4. Las blancas tienen una doble ventaja: en desarrollo y en dominio del centro, mientras que las negras sólo cuentan, como compensación, con la fuerza latente de la pareja de alfiles. Una interesante lucha a la vista. Retrocedamos unas jugadas para detenernos en el punto de partida bási­ co del Ataque Torre: 1 d4 l2lf6 2 l2lf3 e6 3 �g5. (D) Esta apertura recibe su nombre del gran maestro mej icano Carlos Torre, que la popularizó en los años veinte. Puede considerarse una tentativa de -

ATAQU E TORRE

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mejorar el Sistema Colle ( 1 d4 ll:lf6 2 ll:l f3 e6 3 e3). En ambos casos, las blan­ cas buscan un rápido desarrollo al amparo de un centro estabilizado, segui­ do de ataque contra el flanco de rey negro. En el Colle las blancas normal­ mente tienen el inconveniente de un alfil de dama inactivo. En el Torre el al­ fil de dama se desarrolla rápidamente a una posición activa. Las negras tie­ nen tres planteamientos básicos, a saber: 1) Un desarrollo sólido y sin pretensiones, con 3 . . . d5 ó 3 . . . i.e7. 2) Contrajuego en el flanco de dama, partiendo de 3 . . . cS . 3) Obligar de inmediato al alfil blanco a definir sus intenciones, con 3 . . . h6. É ste es, con diferencia, el plan más ambicioso para las negras, en la espe­ ranza de que el temprano desarrollo del alfil de dama blanco pueda eti­ quetarse de "prematuro" . Las blancas tienen dos alternativas: a) 4 i.h4, a lo que puede seguir 4 . . . g5 5 i.. g3 ll:l e4. La posición resultante, después de 6 ll:lbd2 ll:lxg3 7 hxg3 i.g7 se considera muy cómoda para las negras. El esquema de las blancas es demasiado modesto para poder ex­ plotar las ligeras debilidades del flanco de rey negro. Por otra parte, en ese sector han ganado espacio las negras con su avance del peón g, pero se enrocarán en el flanco de dama y buscarán oportunidades para actuar con su pareja de alfiles. Esta variante está desapareciendo en la práctica del repertorio de las blancas. b) 4 i.xf6 'i!Yxf6 5 e4 es el tratamiento moderno de esta variante fundamen­ tal del Ataque Torre. Volvamos al juego de la partida.

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AJEDREZ ESTRATÉG I CO

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Los temas estratégicos son: 1) Las blancas deben tratar de explotar su ventaj a en desarrollo, su centro superior y la incómoda situación de la dama negra, para lanzar un ataque. 2) Las negras deben tratar de acelerar al máximo su desarrollo y luego neu­ tralizar, al menos parcialmente, la ventaj a central de las blancas. El objeti­ vo general de las negras es alcanzar un medio juego satisfactorio, en el que su parej a de alfiles se haga notar. En las próximas jugadas las blancas logran brillantemente sus objetivos, mientras que las negras fracasan. S d6 Aquí y en la jugada siguiente, es una buena alternativa . . . g6, seguido de . . . i.g7. Pero yo me contentaba con seguir los análisis del GM Rogers. tt:ld7 tt:lc3 6 7 c6 'iVd2 8 0-0-0 eS? A la textual se le concede un signo de admiración, y la posición, después de esta jugada, se evalúa como igual, según el GM Rogers en Informator no 47, partida 88, pero la j ugada es todo lo errónea que puede ser, puesto que las negras abren la posición, antes de completar su desarrollo. El método co­ rrecto de realizar este deseable avance es primero enrocando, como demos­ traron las negras en la partida de la novena y última ronda, J. Hodgson B. Carlier: 8 . . . i.e7 ! 9 �b1 e5 10 h4 tt:lb6 (pero no 10 . . . tt:lf8?, porque las blan­ cas de nuevo pueden jugar 11 dxe5 ! dxe5 12 tt:lb5 ! ) 11 a4! �g4 12 a5 i.xf3 13 gxf3 exd4 ! 14 �xd4 �xd4 15 lixd4 tt:ld7. Creo que en este caso las negras es­ tán muy cerca de conseguir la absoluta igualdad. 9 dxeS! -

ATAQUE TO RRE

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La refutación estratégica. El superior desarrollo de las blancas permite un golpe táctico, si las negras retoman de forma "temática". En la partida Hodgson - Rogers las blancas jugaron 9 h4, criticada por Rogers, que sugirió 9 'it>bl , con igualdad. dxeS?? 9 Por un instante consideré la posibilidad de que las blancas jugasen 1 0 ll:lb5 , pero la descarté, por no parecerme peligrosa. Ahora podemos ver cla­ ramente que la poco atractiva 9 . . . ll:Jxe5 es obligada, cuando las blancas si­ guen incrementando su ventaja central y en desarrollo, con 10 ll:Jd4! . 10 ll:lbS!! 8

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La "refutación" táctica 10 . . . cxb5 pierde tras 1 1 i.xb5 'ife6 (u 1 1 'il'f4) 12 ll:Jxe5 'ii'x e5 13 i.xd7+ We7 14 i.xc8. 10 Wd8 No sólo no puede aceptarse el sacrificio, sino que no hay forma satisfac­ toria de rehusarlo. Más tarde encontré un precedente a esta partida: J. Klin­ ger - D. King, Lucerna, 1989: 10 . . . l:Ib8 11 ll:Jxa7 ll:Jc5 12 ll:Jxc8 llxc8 13 b4 'il'e6 14 bxc5 .txc5 15 �c3 il.d6 1 6 il.c4 'file? 17 .1Ixd6 �xd6 18 lid1 'file? 19 �xe5 ¡vxe5 20 ll:Jxe5 0-0 21 l:rd7, y las negras se rindieron. 11 �c3? Con esta jugada natural, las blancas pasan de una victoria forzada a no tener nada. Después de la partida, el gran maestro King nos mostró que la secuencia ganadora requiere interpolar el jaque en aS: 11 'i!Va5+ b6 12 'il'c3, porque l a debilidad de c6 resulta decisiva. Una continuación similar a la par­ tida, 12 . . . cxb5 13 i.. x b5 i.d6 perdería, por la sencilla 14 'ifc6. Hodgson des­ cartó el j aque, porque le preocupaba 12 . . . a6. Sólo después descubrió una refutación similar: 13 ll:ld6 ! .txd6 14 'ifxc6. . . .

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AJEDREZ ESTRATÉGICO

11

cxb5!

Forzada y buena. 12 i.d6 i.xb5 13 .l:l.xd6! ? Las blancas realizaron rápidamente esta captura, pero omitieron la juga­ da 14 de las negras. Sin embargo, las negras podían defenderse contra 13 lld2 con 13 . . . lle8 14 kthd1 l:e6. 13 'iWxd6 'il/c7 14 .l:l.d1 'i!í'b3? 15 La larga reflexión que precedió a esta j ugada me dijo que las blancas ya no se encontraban felices con su posición. En lugar de la textual, lo correcto es 15 �xe5, después de lo cual no veo nada mejor que 15 . . . 'ifxe5 (15 . . . f6 16 �e6 deja al rey negro muy expuesto en el centro) 1 6 lDxe5 r¡¡¡e 7 17 i.xd7 i.xd7 18 lbxd7 .:hd8. Las blancas tienen entonces dos peones por la calidad (una pequeña ventaja material), pero la posición negra es saludable y pues­ to que los peones extra de las blancas se encuentran cada uno en un flanco, no tienen perspectivas de conseguir dos peones pasados y unidos. Evalué el final como igualado, y no hubiera tenido inconveniente en aceptarlo como consecuencia de la sorprendente 10 lD b5 ! ! . 15 �f8! Mi plan inicial era obligar al alfil blanco a declarar sus intenciones des­ pués de 15 . . . a6, ya que consideraba favorable a mis intereses la simplifica­ ción 16 i.xd7 ..ixd7 17 'ifxf7. Pero entonces me di cuenta de que las blancas podían j ugar 16 ¡vxf7 ! axb5 17 'ifxg7 .l:te8 18 'i!ff6+ 'f4.e7 19 'i!ff8+, con jaque perpetuo. A estas alturas ya no me contentaba con unas tablas. l2Jh4 16 Esta directa tentativa no debería llevar a ninguna parte. Más perspicaz es 16 ..ixd7 ! .i.xd7 17 lDxe5, como sugirió el gran maestro Yuri Averbaj . Des­ pués de 17 . . . �xe5 18 'ifxb7 'Wic7 19 'ifxa8+ � e7 20 �d5 i.e6, las posibili­ dades de ataque de las negras, propiciadas por su pieza extra, pesan más que los tres peones blancos, pero el material está igualado y las posibilidades blancas de tablas son razonables. 16 a6 Vislumbrando el sacrificio de calidad que va a producirse. Me parecía que el desarrollo del flanco de dama era la principal prioridad de las negras. Era reticente a jugar 16 . . . g6, porque pensaba que las blancas podrían ex­ plotar las debilidades de mi flanco de rey, empezando por 17 �e3, aunque ahora considero que 17 . . . 'i!Vb6 18 li'xh6 W c7 ! es una continuación más que satisfactoria para las negras. lle8 'ii'a 3 17 axb5! ? 18 lDf5

ATAQUE TORRE

�xa8 liJd6 'i!Va3

19 20 21

257

g6 Jiit e 6

8

Diagrama 122

7 6 5 4 3 2

a

b

c

d

e

g

h

Las blancas deben mantener la presión, ya que 21 liJxf7+? 'i;e7 22 liJxh6 :ia6 atrapa la dama blanca. 21 'i'c6! Cediéndole al rey la casilla de escape c7, al tiempo que protege b5 y d5. Por otra parte, caso de que el caballo de d6 se mueva, quedaría atacado el peón e blanco. �a6 .l:!d5 22 c6) 27 . . . .l:td6 ! , y en todos los casos la pieza de las negras es más valiosa que los peones blancos. � bM Con la liberación de su dama, las negras hacen patente su ventaja. Sin embargo, tenía un obstáculo práctico, consecuencia de mi reflexión anterior, y ahora me quedaban menos de cuatro minutos para mis últimas 16 jugadas, mientras que a Hodgson todavía le quedaba una hora. 'i�Vxb4 'i'fl+ 25

258

AJ EDREZ ESTRATÉG I CO

�xf2 �d1 26 'ii' cS ébd6 27 'lt>b8 ébbS+ 28 :b6! �b3 29 Vale la pena provocar el debilitamiento 30 a4. �c6 a4 30 31 Wb1 'iVc4 �xc4 32 'iWxc4 ébc3 �c6 33 ébdS 34 Diagrama 123

4 3 2

a

b

c

d

e

g

h

Con esta jugada las blancas ofrecieron tablas. Puesto que sólo tienen dos peones por mi pieza, era fácil rehusar la oferta. Sin embargo, ahora era me­ jor responder con 34 . . ébc5 ! . .:.d6 34 ébcS 3S �e6 36 aS ébxe4 37 l:tc6 ébb6 38 d6 g4 tZ'le7?! 46 Este precipitado movimiento facilita considerablemente la tarea de l as negras. La j ugada correcta era 46 .l:th7. 46 lZ'ld8! ..txg4 47 l:tg7 lZ'lg8 48 .ie6! Esto conduce a un interesante final, que tiene importancia teórica. Mi evaluación era que después de 48 . . . h5 49 tZ'lf6 (49 . . . .i.f3? 50 l:d7+ 'it>e6 5 1 :xd8 �xf6 5 2 .l:.f8+ ) , las blancas aún tendrían que conseguir e l cambio de los peones h, pero con piezas mejor situadas que en la partida. La idea de la textual es explotar la momentánea descolocación de las piezas blancas, para aplicar una presión decisiva sobre el peón c2. tZ'lxh6 .l:thS 49 l:tg6 �c7 so .Uxh4 tZ'lg4 51 8

Diagrama 124

7 6 5 4 3 2

a

b

e

d

e

g

h

Debido a que las blancas han jugado muy rápido, la última jugada negra fue la secreta, al final de la primera sesión. La partida tenía que reanudarse a las 9:30 de la noche (la sesión de j uego de la sexta ronda era de 4 a 8). Está claro que la doble amenaza (mate con 52 . . Uhl y 52 . . . Uxg4) fuerza la res­ puesta de las blancas. Pero ¿cómo seguir entonces? lZ'lf2 ..tfS!! 52 En los breves momentos que nos quedaron entre la quinta y la sexta ron­ da, había estado mirando la "evidente" 52 . . . lah2, pero tras 53 laf6 no se ve.

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AJ EDREZ ESTRATÉG I CO

ía una forma clara de progresar. Una vez que las blancas pueden consolidar su posición con b3 y liJd3, no está claro al lOO% que las negras deban ganar, porque la formación de peones blancos es muy compacta. Por supuesto, las negras podrían seguir jugando a ganar, hora tras hora, pero eso no les garan­ tizará el éxito final. Sólo poco después de reanudarse el juego se me ocurrió la jugada tex­ tual. En realidad, se trata de la última fase en la ejecución del plan iniciado en la jugada 48: primero el alfil se sitúa en la diagonal clave, y sólo a conti­ nuación buscará la torre su posición ideal. .l:1 g3? 53 Esta jugada rutinaria es desesperada. La única posibilidad que había vis­ to era la paradójica 53 laf6 ! laf4 54 liJe4 ! . Por consiguiente, en lugar de 53 . . . l:tf4, había estado considerando jugar 53 . . . �h7, pero finalmente decidí j u­ gar la de la partida. liJc6! 53 liJd3?! 54 Pierde de inmediato, pero no hay defensa satisfactoria contra las amena­ zas 54 . . . liJb4, 54 . . . liJd4 y 54 . . . lah2. Por ejemplo: 54 b3 lah2 55 liJd3 (55 l:H3 i.xc2+) 55 . . . liJd4, etc. 54 i..x d3! 55 cxd3 Forzado, porque 55 laxd3 pierde ante 55 . . . .l:!hl + 56 Wa2 liJb4+. Los peo­ nes dislocados son la consecuencia de que las blancas se encuentren inde­ fensas ante el activo juego de piezas de las negras. 55 liJb4! lah2! 'it>cl 56 l:c2+ d4 57 l:d2 58 'it>bl l:xd4 b3 59 l:d3 'it>b2 60 l:t g4 liJc6 61 l:h3 Wc2 62 63 Wb2 liJaS 64 Wa3 Inicialmente no pude comprender la jugada blanca. ¿Qué podían hacer después de 64 . . . .l:.xb3+ 65 Wa4 b6? Pero examinando la situación descubrí una trama diabólica: 66 .:tg7+ Wb8 67 l:[g8+ Wb7 68 :i.g7+ Wa6 69 .l:!.a7+ ! ! Wxa7. Ahogado. Por lo tanto . . . 64 liJxb3 65 'it>b4 b6! Las blancas se rindieron.