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EER
GEWEER
EE
Eladio Dieste (1917-2000)
El Sefor de los
ladrillos Lészlé Erdélyi
IENTRAS LOS uruguayos ven con cierta indiferencia las Construcciones en cerimica armada de Eladio Dieste, los extranjeros vienen —Cual modernos peregrinos— a visitarlas desde Asia, Europa, Norte y Sudamérica, para admirarlas con devocién casi religiosa. Mientras su obra es ocultada y demolida en forma progresiva, como sucede en el caso del Montevideo Shopping Center, en el 2004 fueron
publicados en Estados Unidos y en Italia dos libros Iujosos sobre sus realizaciones, por editoriales de arguitectura de primera
linea gue han publicado a Le Corbusier, Frank Lloyd Wright, Frank Gehry, Aldo Rossi,
o
Louis
Sullivan,
es
decir,
gue
Vicente del Amo
Dieste ha pasado a integrar el selecto club de los m4s grandes arguitectos del mundo. Algo raro estd sucediendo.
Siguiendo la linea de los niimeros especiales de El Pais Cultural, y en particular el dedicado a Joaguin Torres-Gat-
cia (No. 736), el Especial Dieste convocé a figuras importantes del mundo, en este caso arguitectos e ingenieros allende fronteras. Para muchos de estos extranjeros esa genialidad desborda lo meramente técnico y alcanza rasgos metafisicos. Para el
decano de arguitectura del MIT de Massachusetts, Stanford Anderson, la Iglesia
de Durazno es uno de los logros argui-
tecténicos ms
perfectos de la segunda
mitad del siglo XX
a nivel mundial, y la
compara con la Iglesia de Ronchamp, obra emblemética de Le Corbusier. Otros, también
desde
el Primer Mundo,
insisten en sefialar cémo la filosofia de Dieste deberia ser una guia para sus propios compatriotas sobre cémo operar en un mundo de oportunidades desparejas, dejando de mirar a ese Primer Mundo y confiando en los recursos intelectuales y materiales propios. Por ultimo, hay guien afirma gue la carrera de Dieste ofrece un modelo para la innovacién aplicable a cualguier disciplina. Estas piginas ofrecen aportes desde tres continentes. ë
Stanford Anderson 7| Carlos Clemente '“| Rema Pedreschi *| Susana lorre "* Edward Allen *| Graciela Silvestri “| Olmpia Torres *| Mamoru Kawaguchi * Thomas Herzog "| Silvia Arango “*| Mercedes Daguerre *| Su obra en Europa *
9? / EL
PAIS
CULTURAL
/ N” 768
`
La iglesia de Durazno
Santuario Oo presbiterio
Logro arguitectonico a nivel mundial Stanford Anderson (desde Cambridge, Massachusetts) A OBRA MENOS caracteristica de Dieste es también el logro arguitecténico mas sutil de su carrera: la Iglesia de San Pedro en la ciudad de Durazno. La construcciën con placa plegada alli utilizada es casi vnica en ingenieria; en realidad, es tnica en-
tre los grandes edificios del mundo. Las paredes laterales de la nave central tienen méAs de 30 metros de largo. El visitante, se pregunta cémo puede ser gue no haya columnas para sostenerlas. O cémo puede ser gue haya una fuente de luz continua entre las paredes y el techo de la nave. ja respuesta es gue las paredes laterales y los planos doblados del techo son vigas gue abarcan el largo de la iglesia!
SIN ESFUERZD NI FATIGA. Ubicar elementos
estructurales en la direccién longitudinal del espacio es en si mismo contraintuitivo,
pero si uno estira su propia intuicién, hay
gue examinar el corte transversal de la
implica un aspecto
importante
Nave
y menos
obvio de su obra. Précticamente todos sus edificios tienen el m4s simple de los planos rectangulares: en el ms importante de
sus edificios, la Iglesia de San Pedro, es incluso un rectingulo obtuso, poco promisorio. Donde las paredes son curvas, Superficies reguladas, se ven limitadas por un rectingulo real o implicito. A excepciën de su casa, lo gue destaca a sus edificios no es el plano. Tampoco sus exterio-
res son muy elaborados. El rasgo revelador en los edificios de Dieste est en el corte, y es a través de él gue logra sus innovaciones en materia de espacio, luz y
estructura. A pesar de la excelencia de la estructura y la construccién, en Dieste un edificio ofrece poco como objeto y mucho como espacio articulado para la vida.
DISCIPLINA Y CORAJE. Las innovaciones de Dieste en la estructura también implicaron
innovaciones excepcionales en la construcciën: encofrado mêévil, técnicas de pretensado simples, rapidez de construccién, y demds. Pero lo mis evidente en la Iglesia de lo. La impresiën general es de una perfec-
fuerza bruta. jObserven la delgadez de estas paredes-techo/vigas! La pared de la nave central —una viga levemente inclina-
nomfa del pensamiento de su creador. Es-
unas 10 pulgadas de espesor, dando una proporcién de 1:30. Las placas principales del techo, son atin m4s asombrosas: de poco més de 3 pulgadas de espesor, tambiën abarcan més de 30 metros. La proporcién entre espesor y amplitud abarcadora es aproximadamente de 1:400. Mientras la amplitud impresionante de las paredes de la nave central y la independencia del te-
recto entre si, aangue el encastre, como en otras partes, es perfecto en sus transicio-
Dieste no resolvié el problema por la
da— es una combinacién de ladrillo y cemento, de casi ocho metros de altura y
cho son visibles para el espectador, la del-
gadez extraordinaria de estas paredes y te-
cho no gueda expuesta directamente a la
visiën. Sin embargo, estas tensas superficies de ladrillo comunican un sentido claro de una economia de medios gue es mucho m4s gue una mera cuestiën material. Otra vez agui Dieste ha ejecutado una “danza sin esfuerzo ni fatiga”. Como él mismo explica: “Las virtudes resistentes de las estructuras gue buscamos dependen, pues, de su forma, por medio de ella son estables, no por torpe acumulacidn de materia, y nada hay mds noble y elegante desde un punto de vista intelectual gue esto: resistir por la forma”. En Dieste, la resistencia a través de la forma fue una cuestiën de espacio abarcador. La centralidad de este hecho evidente 30 julio 2004
cién tal gue evidencia la precisiën y eco-
nuestra filosoffa de la vida o nuestra re-
Atlintida, Dieste habia logrado este ideal antes de los dictados del Segundo Concilio Vaticano. Era un hombre religioso: puede encontrarse un crucifijo en la pared de su estudio. Pero sus preocupaciones no estaban enmarcadas por la
esa iniguidad prodwjo en el hombre son los gue explican la locura destructiva gue se ha extendido por el mundo”. Muy preocupado por las injusticias sufridas por la mayoria de la poblacién mun-
los trabajadores o los desposeidos.
LIBROS 1963
1987
1997
logrado obras arguitecténicas, aungue odiaba autodenominarse arguitecto.
ARMONIAS INEKPLICABLES. Dieste era algo més gue ingeniero y arguitecto;
era
DIESTE
Eladio Dieste. Juan Pablo Bonta. AA, UBA Buenos Aires.
Al
Eladio Dieste. La estructura ceramica. Universidad de Los Andes y University of Miami.
to Contemporary Architecture: Eladio Dieste, de Remo Pedreschi. Londres, Thomas Telford. 2001
2003
esta posicién
los
general,
propia edificacién. Al reconocer gue los llamados a la simplicidad por lo comin implican una simplificacién injustificada y due los Hamados a la habilidad econémica implican meramente el dinero y su movimiento, Dieste promovié una causa mucho més amplia: “Lo gue hagamos debe tener algo gue podriamos lamar economia césmica, estar de acuerdo con el orden profundo
Ed
del mundo,
y sêlo
entonces podrd
tener
£sa autoridad gue tanto nos sorprende frente a las grandes obras del pasado”.
asaar
Mientras gue agui Dieste se refiere a las deberiamos
ver
su
idea
de
Fladio Dieste: Form und Konstruktion, de Rainer Barthel. Munich. Technische Universitat Miinchen.
estructuras,
Fladio Dieste 1917-2000, editado por Mercedes Daguerre.
cémo debiera operar su pafs dentro de un mundo de oportunidades desparejas, y c6mo los bienes genuinos deben alcanzar e una distribucién eguitativa.
“economia césmica” en términos de ese “orden profundo del mundo”. Las armo-
nfas inexplicables de la Iglesia de San Pe-
dro son los cimientos de su economia cés-
mica, pero también son su comprensiën de
Flecta/Mondadori. Milên. 2004
abrazar
te, y fueron dirigidos no sélo hacia el hogar de la humanidad sino para nuestra
Fladio Dieste: 1943-1996. Dos voldmenes, de Antonio Jiménez Torrecillas.
2000 The Engineer's Contribution
al arte, al cuidado
esfuerzos del propio Dieste fueron conducidos a la vez como ciencia y cComo ar-
Sevilla.
sostengo, en uno de los logros arguitecténi-
bia y estaba dispuesto a reconocer gue habia
SOBRE
“Es es-
de la salud: a hacer de la tierra, de nuesos campos y nuestras ciudades, de veras el hogar del hombre. Entendido asi el desarrollo es bueno y deseable”.
Consejeria de Obras Piiblicas y Transportes.
miento como en la ejecucién se consagré,
cos mas perfectos de la segunda mitad del siglo XX, anivel mundial. Esto Dieste lo sa-
nologfa y Subdesarrollo”, sostuvo:
fuerzo bien gastado, todo aguel gue lleve al hombre a ser mds feliz, a ser mds hombre. Por eso estd bien gastado el esfuerzo
Fscala. Bogotê. Colombia.
cién vy, ademds, inmecesario decirlo, de al-
espiritual, su refinamiento tanto en el pensa-
dial, y comprometido con el mantenimien-
to del bienestar en pafses como el suyo, gue estaban sacudidos tanto por las limitaciones locales como por los dafios de las actividades del desarrollo intermacional, Dieste no perdié de vista las metas més altas de la humanidad. En su ensayo “Tec-
dedicado a la ciencia,
durante el proceso de disefio y construc-
bafiles hébiles y devotos hacia su trabajo. En los comienzos de su carrera, Dieste se discipliné con coraje a si mismo, a su cliente y a sus colaboradores, para conseguir en la iglesia de Atléntida una obra audaz gue iba mucho mas alld del programa inicial, lo cual establecié a Dieste como una fuerza en la arguitectura. A su vez, la iglesia de Durazno, Con su energfa tanto intelectual comMO
zos de los hervores de indignacién gue
En
sentido mdAs general. La suya era una preocupaciën por la humanidad, expresada tanto en términos politicos como humanistas. Escribié: “Creo gue lograriamos un amplio acuerdo si pusiëramos como fin compartible la plenitud y felicidad del hombre; fin al gue ciertamente dariamos distintos fundamentos segiin
detalles. En la unién de la nave central, las
nes. [ograr semejante perfecciën exige una planificacién profundamente informada por parte del disefiador, pero nunca serd lograda sin colaboradores excelentes
ligiën”. Después de apuntar gue “no es
satisfactorio lo gue vemos”, continda: “La revolucidn industrial (..) se hizo con tal dosis de iniguidad gue los coleta-
Iglesia o incluso por la religiën en un
ta precisiën puede ser seguida hasta los naves laterales y el santuario, no hay dos de estas superficies gue estén en #ngulo
-. Nave lateral
central
un hombre con profundas preocupaciones éticas y amplios intereses intelectuales. En sus dos iglesias buscé unificar la congregacidën, el sacerdote y la liturgia para el bienestar de la gente, en especial
San Pedro es el exguisito trabajo en ladri-
iglesia de San Pedro.
Nave
lateral
Eladio Dieste, Innovation in Structural Art, editado por Stanford Anderson. Princeton Architectural Press. New York.
Investigaciën: Sabina Arig6n
|
(Stanford Anderson es editor del reciente libro de Princeton Architectural Press, Eladio Dieste: Innovations in Structural Art. Este texto forma parte de otro mds extenso publicado en dicho libro. Trad. E.E.G.)
3/
EL
PAIS
CULTURAL
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Una basilica sin columnas Conmocion
S.A. N 1967, EL TECHO original de
Victor D. Rodriguez
madera de San Pedro de Durazno ardié y sélo se pensaba
(desde Durazno)
en su reemplazo. La iglesia esta ubicada en el costado sur de la plaza prin-
S1 AUN HOY la obra de Dieste resulta un desafio para mentes
cipal de la ciudad, y presenta sélo una fa-
chada hacia la plaza. La fachada posee elementos roménicos y renacentistas. Sobrevivié al incendio y fue incorporada al disefio nuevo. F] plano de la iglesia antigua era una basilica simple de tres naves con naves la-
entrenadas, resulta comprensible
gue cuando la iglesia de Durazno tomé forma, los habitantes locales miraran con recelo la invencién.
Fue tal el impacto visual pa-' ra la época ague “muchos feli-
terales més bajas més allé de una hilera de colummas. $i la intencién de reconstruir se hubiera limitado a un techo a prueba de incendio, no se habrian producido mayores consecuencias arguitectênicas. Sin embargo, guerian reconstruir todo lo gue estaba mas allé del pêrtico, y Dieste aproveché al
greses dejaron de coneurrir durante un tiempo a la iglesia por temor a gue el techo se les vi-
niera abajo” cuenta el Padre Juan
por el sitio rectangular en medio del blo-
gue. El disefio de Dieste tiene un plano engafiosamente simple. Es un rectingulo gue santuario constituido por cinco lados de un oet4gono levemente irregular. La seccién transversal de la nave central tambiën
venir cada tanto tiempo, a lo gue Dieste le contestaba, 'sacaso Ud. cree gue yo no sé con gué personal estoy trabajan-
gue continia hacia la altura del santuario,
en una elevacién gue parece no tener limites. Como todas las demd4s superficies, el techo es todo de ladrillos, formado por lat-
gas placas dobladas gue integran un techo
bajo a dos aguas. El final de ese techo bajo en el sur suministra un fuerte punto focal central y una linea de sombra aguda contra la luz del santuario. Las amplias
placas del techo estin estabilizadas lateralmente por placas horizontales gue se extienden mds all de las paredes de la na-
Vicente del Amo
basilica; sin embargo no hay columnas ni
del techo de esta nave, albergando una am-
71
venfa a Durazno cada guince dias, y recwerdo gue el Padre Silva le decia gue cémo iba a
es simple; sin embargo, éste es el primer paso para lograr una organizacién espacial sorprendente. Una vez més el corte es de
plia ventana al norte gue aporta luz solar directa gue baja sobre la pared sur desprovista de ventanas. El techo de la nave central es un complemento fuerte de las paredes poderosas,
de
zar, lo gue llevé muchas idas y venidas. Al final se formé una comisiën de notables duraznenses, asiduos al templo. “Dieste
Hacia el sur, la nave central sigue hasta un
rio, Estas paredes se alzan bien por encima
Villanueva
gué tipo de obra se iba a reali-
no sugiere una direccionalidad definida.”
pilares —notablemente nada— gue separe la nave central de las naves laterales. Como las naves laterales sumadas son mas anchas gue la nave central y comparativamente bajas, la nave central logra una direccionalidad horizontal vigorosa. Las altas paredes laterales de la nave central se inclinan hacia adentro de tal modo gue el ancho a nivel del techo es sélo alrededor de la mitad de la altura de la nave, y la altura aparente se intensifica. Las direccionalidades horizontal y vertical obtenidas con las paredes laterales inclinadas de la nave central son asi mas enfaticas, y Tesuenan de significacién simbélica al volcarse sin fisuras en los muros del santua-
Pedro
afios, gue trabajaba junto al Padre Silva cuando se inaugurê la nueva iglesia. Tras el incendio del mes de mayo de 1976 habia Hegado el turno de determinar
mAximo esta oportunidad. Cualguier nuevo diseiio estaba limitado
San Pedro de Durazno mirando hacia el pdrtico
ve, actuando como vigas horizontales. Y de pronto, la sorpresa: hay una delgada faja continua de luz entre la parte superior de la pared de la nave y el techo, gue brinda una suave iluminacién en toda la igle-
cundario, pero de importancia vital para Crear un sentido de unidad entre los congresales y los oficiantes religiosos, de acuerdo con las convicciones religiosas de Dieste.
sia, sin competir con la luz focal sobre el
Oueda una sorpresa final. Al darnos
altar. La faja horizontal de las ventanas del
vuelta para partir, vemos la tercera, y la tinica otra fuente de luz a través de una
triforio hace algo mas gue admitir la Juz.
En este edificio gue recuerda tanto la arte-
abertura gue es un four de force de alba-
sania como la tecténica sélida, la imposibilidad aparente de esa fuente de luz deja
fileria en ladrillo. La fachada antigua gue enfrenta a la plaza contiene amplias ventanas ojivales gue dan una luz. generosa al alto pêrtico. En la nueva pared interna del pêrtico (la pared trasera de la nave), Dieste suspende sobre delgadas varillas de acero cinco “anillos” concéntricos de ladrillo en un hex4gono irregu-
al espectador con la conviccién de due agui, en esta iglesia, el propio mundo de lo material ha sido superado. Debido a esta ingeniosa estructura, la
nave central es, después de todo, una fuerza direccional poderosa donde las formas, la tecténica y la luz tienen una coherencia total, centrando sutilmente la atenciën sobre la parte mis sagrada de la iglesia. La continuidad espacial de 1a nave central y de las naves laterales son un fenémeno se-
lar, creando una ventana alta gue saca su
1uz de la fachada. También agui la belle-
za de la luz y la improbabilidad del fen6meno material desaffan cualguier intento de comprensiën. e
do?'” Los insumos —en su ma-
yoria ladrillos— y gran parte de la mano de obra eran de Durazno. El Padre Villanueva recuerda gue el capataz de la obra era “un italiane chiguito, fortackêén, un capataz extraordinario, brillante y muy #rabajador”. Sobre la obra en si, el clérigo disentia sobre las bondades de la edificaciën. “Yo le decia a Dieste gue para mi el iemplo era el lugar donde se reunfa la comunidad para alabar a Dios, un lu-
gar agradable, lindo; pero la tansformacidn de la iglesia dejaba un panorama osEUro Y MOR6fono”.
El
maestro
jubilado
Pedro
Ltaif también tiene frescos en su
memoria aguellos episodios. “La obra de Dieste tuvo mucha resistencia en la poblaciën, se trataba de un disefio totalmente nuevo, y el pueblo estaba acos-
tumbrado a la iglesia tradicional, la de toda la vida. Todavia
hoy hay guienes objetan este frabajo, al igual gue el Cristo de Claudio Silveira Silva”. ee 30 julie 2004
EL
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CULTURAL
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Vilamaijé, Miemeyer, y Santo Tomas
La justa medida del alma su funcionamiento
Graciela Silvestri
Las iglesias de Dieste resumen esta concepciën técnicoespacial. La Iglesia de Atléntida evoca a la Iglesia de Ron-
ARIANO ARANA definié el mundo de la ar-
champ (Le Corbusier) en la entrada de la luz a través de pe-
guitectura uruguaya de entreguerras como el de una modernidad sin vanguardia, abierta a
guefios huecos cerrados con vidrios de colores, aungue el recurso produce otros efectos sobre las tramas ondulantes de ladrillo. En Durazno el lucernario se construyé con marcos de ladrillo: si se hubiera elegido el hormigén, comenta Dieste, la cualidad de la luz serfa muy distinta, “mds muer-
muiltiples voces, sin raices ni abolengo. Eso la
distinguié de sus vecinos rioplatenses, y all se formé Eladio Dieste. .
El nombre clave para comprender este fenêmeno es el
ta y fria”. La materia define la luz.
del inclasificable Julio Vilamajé, el tinico arguitecto uruguayo gue Dieste menciona. Su sélida formacién académica le permitié manejar programas complejos e introducir con soltura nuevos principios de organizacién del espacio, sin perder coherencia ni renunciar al valor tecténico de los muros. Pero Vilamajé no era un revolucionario; su forma de pensar adherfa al cardcter reformista de la sociedad uruguaya, donde no se imponen modelos hegemdénicos ni se afirman ma-
EL PROBLEMA DE LA PROPORGION. Si bien hay otros paralelismos entre Aflintida y Ronchamp, para concluir con el ter-
cer aspecto cabe sefialar la insistencia de Dieste en la pro-
nifiestos excluyentes, caracterfstica gue continué cuando se
dejaron de lado los “historicismos” arguitecténicos y se afirmaron los valores del “movimiento moderno”. Aungue no parecen existir elementos ostensibles gue relacionen la obra de Vilamajé con la de Dieste, el valor de los
muros, la importancia de la construccién, y la pasién por la belleza permanecen en el ingeniero gue inicia su carrera independiente en la década del 50. En sus obras destaca, so-
bre todo, un cardcter realista gue puede adscribirse a la tra-
Bdveda cdscara autoportante, Agroindustria Massaro,
diciën uruguaya de lo nuevo. Entendiendo realismo como
Canelones, Uruguay (1978)
voluntad de componer en cada caso, mediante este arte, li-
bertad con necesidad. Tanto la obra de Vilamajé como la de Dieste son la prueba de gue el realismo no esté refiido con
mido este punto tal como se lo interpreta en el campo argui-
el cardcter poëtico de las mejores producciones. Cabe comparar la obra de Dieste con la de dos excelentes y cercanos maestros: Oscar Niemeyer y Amancio Wi-
espectador, a guien la arguitectura debe ser capaz de producir vivencias sorpresivas y disfmiles. Ello se lograba fomen-
1liams. El mundo de la arguitectura latinoamericana en los “50 esté definido por las formas ondulantes de la brazilian way y por las controladas invenciones del argentino Williams, gue parecen ofrecer nuevos caminos sin alejarse de
la severidad de la arguitectura portefia. Pero Dieste no tolera a Niemeyer e ignora a Williams, aungue la apariencia de sus productos, y no sélo la cronologfa, los vincula. La diferencia no radica sélo en la voluntad sublime y monumental
tecténico rioplatense, donde es fundamental la vivencia del
tando un creciente desinterés por el conocimiento referido a
1a construcciën, los detalles y las texturas; el arguitecto manejaba muros, pisos y cubiertas como ejercicio geométrico. En este juicio pueden caber Oscar Niemeyer y Amancio Wi1liams, gue comparten las formas de hacer y pensar la argui-
tectura de Le Corbusier, en especial el modelo de arguitec-
to para guien la idea, presentada en un. dibujo sintético,
constituye el germen del gue nacen todas las posibilidades
gue caracteriza la obra de sus vecinos, tan ajena a la sensi-
de la obra. En el caso portefio abrird un modo de hacer ar-
bilidad uruguaya, sino también en el mismo proceso creativo. Para Dieste no se trataba de inventar formas originales per se; debfan ser formas diferentes a las gue imponia el ca-
duitectura gue caracterizarê a la “Escuela de Buenos Aires”,
con originalidades formales sin materia determinada.
No es el caso de Dieste. Basta recordar su opcién por el
pitalismo tardio, aungue realizables en este mundo.
ladrillo en lugar del cemento armado. Al rechazar este ma-
EL ESPACIO Y EL LADRILLO. E1 debate internacional en ar-
nismo, asf como también de la construcciën cortiente en el Rio de la Plata, erigida o revestida con cemento. Pero sobre todo se aleja de una manera de pensar el material y su rela-
terial, Dieste se separa de una de las Hpicas vias del moder-
guitectura lo ocupan, por entonces, tres temas: la biisgueda de una relaciën entre tradicién local y lenguaje moderno, el concepto de espacio, y las nuevas geometrias. En
cuanto al primero, cabe recordar la experiencia inicial de Dieste en la construccién de las bévedas “catalanas” de la casa Berlingieri junto a Bonet, guien habiendo trabajado en el estudio de Le Corbusier, conocia la btisgueda de ins-
piracién en las reservas populares por las cuales el suizo intentaba revitalizar la experiencia de los veinte. Dieste,
cién con la forma. El material debia condicionar el proceso creativo. “La forma de puesta en obra del ladrillo” escribe Dieste “lleva al protagonismo de las diversas superficies (.). El espacio, cuya elaboracién y construcciën es el fin de la arguitectura, se limita y define con formas, colores, texturas, y el heckho de gue la técnica lleve al predominio de la
evocaba la amada geograffa de la patria de sus ancestros. Asi sucede en pafses de inmigrantes.
superficie tiende a producir espacios mds ricos, mas sinfênicos podriamos decir, gue los elementales de los primeros pasos de la arguitectura actual”. El espacio del gue habla Dieste es distinto del espacio gue fluye indeterminado, caracteristico de las modemidades vecinas: se liga con los valores de lo material, ese gue impone los lfmites construidos. E1 ladrillo pasaba a tener, entonces, una apariencia tecténica gue evocaba una suerte de
La segunda cuestiën es la concepcién del espacio como clave para definir la arguitectura. Jorge F. Liernur ha resu-
Pero no es una operacién nostélgica: al sustraer al ladrillo de
es-
tructurales, aungue no existian en la tradiciën uruguaya.
La critica de los “80 guiso leer en esta actitud de Dieste una suerte de recuperaciën de motivos propios. En reali-
dad sus elecciones son ms libres y afectivas: la béveda le
30 julio 2004
de
demo, una suerte de extrafiamiento.
(desde Buenos Aires)
entonces, partiré de la béveda para sus invenciones
tradicional, invirtiendo la imagen
compresiën gue éste transmitia, produce un efecto bien mo-
Vicente del Amo
—
——
m—eere
A/
tejido en sus tramas variadas, rompiendo con la tradicién.
porcién, algo gue se vincula no sélo con su educacién como ingeniero, sino también con el mundo de las artes plésticas uruguayas. Se conoce el valor gue Joaguin Torres-Garcia otorgaba a la forma como producto significativo de operaciones proporcionales. F1 artista més cercano a Dieste fue cl escultor Eduardo Yepes, yerno de Torres-Garcia, a guien encargé el Cristo de Atl#ntida. En él trabajaron juntos desde los inicios de la obra, analizando el programa simbélico en relacién con el espacio interior de la iglesia. “Sus convexidades” comenta Yepes, “son una respuesta al techo ondulado gue (la) cubre, y esta consustanciaciën entre escultura y arguitectura llega a tal punto gue, en la nueva iglesia planeada por Dieste en Malvin, el Cristo serd otro, en lo formal y en lo simb6lico”. En las obras de Yepes se vive la tensiën entre la cualidad material de lo lleno —gue resguarda
la huella de la mano— en relacién al vacjo o “espacio” gue
lo horada y lo tensa, el “espacio de la vida”. Todos, Tormres-Garcfa, Dieste y Yepes, aspiraban a lograr 1a sustancia gue la modernizacién parecia hurtarles a su obra. No sorprende, en consecuencia, gue Dieste haya podi-
do hilvanar su pensamiento catélico —por entonces radicalmente tomista— con este mundo de vanguardias agnésticas. Los tres buscaban, mediante la forma, la manera moderna
de aludir a la belleza. Es en Santo Tomés donde Dieste afirma su concepcién de la belleza, alejada de cualguier versin de Vart pour Vart. Concepcién gue parte del sentido comtin, y se despliega en la apariencia sensible: en ella resplandece la forma gue se identifica con el bien y la belleza. Esta beleza posee tres caracterfsticas: la integridad o perfeccién, la proporcién justa o armonia, y la claridad gue permite gue
sea percibida por la razén. Asf, todos los seres humanos estarian Hamados a comprenderla.
LAS COSAS MODESTAS. Dieste nunca dejé de ser un ingenie-
ro. No abdicé de la razén, ni temié enfrentarse con el mun-
do: éste resulté el alimento de sus formas. La invenciën fue
su Camino, y es de los pocos gue no eludié economia y téCnica con el fécil y romantico trimite de considerarlas devoradoras del corazén. Aungue tampoco diluyd a la técnica en la repeticiën mecénica, ni en las promesas del high tech de entonces. No transité las vfas del genio gue, con un solo golpe de l4piz, impone la imagen futura, ni del gue se retira del
mundo para no contaminarse. Dieste fue un realista, aungue realismo no implica pragmatismo ni cinismo: la belleza, limpia y clara, puede emerger en una simple nave industrial. Sélo hay gue tomar todo —parece decir Dieste— con el cuidado gue las cosas del e mundo, atin las méis modestas, merecen. (Graciela Silvestri es arguitecta argentina, docente universitaria en Argentina y Cambridge, Reino Unido, y autora de varios libros)
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PAIS
CULTURAL
/ N* 1769
Gon Olimpia Torres
“Eladio era timido” de contarlos. De Paris no le gustaba casi nada. De Nueva York menos.
L4szlé Erdeélyi A ARTISTA
PLASTICA
LOS DIESTE MACHISTAS. “Un dia le dije:
Olimpia
'me tendrias gue admitir como admiradora para escuchar tus charlas”. Era fascinante escucharlo cuando explicaba esos viajes, y yo le insistia, yo tengo gue escuchar
Torres (n. 1910), hija del pintor Joaguin Torres-Garcia, tuvo un vinculo intenso con Eladio Dieste. Su esposo, el escultor Eduardo Yepes (19091978), tambiën.
todo eso, asi gue no te hagas el vivo, no seas machista Conmigo'. Es gue la familia Dieste, el padre de Ela-
“La Iglesia de Atléntida fue como un hijo tambiën para nosotros, un hijo gue fue naciendo poco a poco. Porgue si habia gue
dio y varios Hos, eran terriblemente machis-
tas. Se reunian entre ellos, pero las mujeres
Hevar ladrillos, el venia a buscamos a casa a
; no iban. Enrigue Dieste, gue era escritor y
Nicolds $cafiezzo
mi esposo y a mi, y nos llevaba a traer ladri-
los. Cuando empezaron las ondulaciones en las paredes, él nos llevaba y nos mostra-
ba lo la de
esos avances. Todo el tiempo. Compartié suyo como un verdadero amigo, porgue amistad es algo mas fuerte gue la relaciën hermanos. Eladio no hablaba mucho, é] mostraba. Y
se notaba enseguida cuando estaba contento por algo gue habia hecho. Lo vimos cada vez gue nos 1levé a ver Aflintida en construceién, hasta gue estuvo terminada. Cada ladrillo lo puso él, vigilê todo, casi todo el
dia estaba allf. Y cémo lo guerian los obreTOS, era emocionante ver la comunicaciën gue tenian. Si algo estaba mal, jpum!, al suelo, y a empezar de nucvo. Eladio tenia gran admiracién por la construccién de la Edad Media, por cémo se hicieron las catedrales, donde cada uno llevaba su piedra y la ponia allf. El guerfa hacer eso, ladrillo por ladrillo. F]1 asunto es gue, cuando comenzaron las obras, la gente del pueblo decia 'es un arguitecto loco el gue est haciendo esto', y ahi
Yepes?” Ahi guedaban entonces esos santi-
tos espantosos.
Gaudi y decfan 'el arguitecto loco'. No en-
Yepes, fue la amisEladio lo evaba a ver sus esculfuras. lo gue hicieron las de Yepes de Aflin-
tendian nada de esa ermocién, gue es la misma de Eladio. Luego, generaciones posteriores méis evolucionadas e inteligentes le dieron auge a Gaudi.
tida? Era de oro, dorado a la hoja. Habjamos traido el oro con una amiga desde Paris, y hoja por hoja dejamos toda la escultura en
veces lo criticaba. Decia 'sefior Gaudi, Uid. ahi se eguivocé'. Yo decia 'pero por dué se
El era muy amigo de tad més grande gue tuvo. ver sus obras, Yepes a Eran entrafiables. Sabe monjitas con la escultura
Y a pesar de admirar a Gaudi, Eladio a
oro. Y esas mujeres jla barnizaron encima! Lo descubri un dfa visitando la iglesia con
unas amigas espafiolas. Tenia un brillo falso,
hacfa Gaudi? Lo agarraba a usted, le ponia
Al final Eladio acabé por hablar con Lisa
propio del bamiz. Ahi mismo llamé indignada a la madre superiora, guien me explicé
el yeso encima, le sacaba un molde, y des-
de sus obras. Los hijos de Eladio dicen gue vo integré a Lisa a los Dieste intelecfuales. Lo dicen
gue como brillaba demasiado habian deeidido bamnizarla. Yo estaba muda, no me salian
las palabras. ',Oué le pasa?' me pregunté la monjita. “jOue ustedes taparon el oro puro gue tenia el Cristo!” Ahi se armdé flor de revuelo, se guerian morir las monjitas. “Ay, lo gue es no saber' dijo una monjita, y yo le
pués hacia una escultura asf, tal cual est usted ahora. Asf son todas las esculturas gue hay en la Sagrada Familia, hasta la Virgen y el Nifio. Yo conoci a uno gue fue modelo de Gaudi. Acostumbrado a otros artistas, le di-
te 'higame un galponcito'. Y mire lo gue hi-
contesté:
'No, lo gue es ser burro'. Estaba
jo al maestro catalin, “me desnudo?” Y Gaudi le contesté no, guédese asi', y a continuacién pim, pim, pim, le eché el yeso. A Fladio le encantaban ciertos sitios de
zo. Una vez estaba el hombre ahi parado, y
indienada, me enojé muchisimo. Esteban, el
Espafia. Buscaba la arguitectura mas rudi-
fior con plata gue gueria un galpén para po-
me dice 'digame la verdad, seiiora, ja usted le gusta?'. Y le contesté gue si, gue me gustaba, gue creia gue era una cosa extraordinaria. “Ya verd gue con el tiempo todo el mun-
do se dard cuenta gue es algo increible”. ORO CON BARNIZ. “Eladio le pidié a Yepes un cruciffjo para la Iglesia, pero las monjas no lo guisieron poner al principio. Lo sacaron aparte, a un corredor con un soporte. Yo les dije a las monjitas “Uds. estêin mal, jno ven gue es una obra de arte, ademds de ser una obra religiosa?” Para ellas era horrible. Ahora tengo entendido gue eso cambië. iSabe lo gue le pasaba a Eladio? Era tmido. Entonces, si él hacia una iglesia, y venfan los patrocinadores y le decjan 'péngame este santito acd, y este otro gue lo guiere mi mamd allé', él les hacia caso, en lugar de imponerse y decir “Ouiero una cosa de
Gorda, para mi la situacién era dificil porgue su mujer guedaba apartada. Ella cuidaba a los nifios, preparaba la merienda. Y yo realmente no sabfa si ir, porgue ella no hablaba. Era una persona muy interesante.
le habia ocurrido eso, sélo a Gaudi. Fue muy
der escuchar misa sin tener gue ir a Aflêntida. Bien cerguita de su casa. Le dijo a Dies-
Un dia Eladio lo afirmé delante mio y le dije, “partiste la vida en dos, y te gucdaste con un solo lado, gue no sé si es el bueno o el malo. Pero te guedaste con uno. j Y el otro? iLo desechaste?” Se guedé parado, duro, y dijo 'ino, yo mooo!” “ST le dije, 'porgue las mujeres somos la mitad de la vida. Sin mujeres no hay hombres, sin hombres no hay mujeres. jOué caramba! Pero eran asi. iY la mujer de él? Doce hijos, y apartada. Para mi era muy dificil. Cuando ibamos casi todos los domingos en verano a su casa de Punta
éguivocé?' 'Porgue puso una cosa y..”. A Eladio le molestaba sobre todo gue Gaudi no hubiera tenido un escultor. ;Sabe lo gue
guedé como 'el arguitecto loco". A nadie se resistido en el pueblo. E1 promotor fie un se-
era rica, aristécrata— miraban la obra de
poeta, no admitia mujeres en sus reuniones.
hijo de Eladio, me calmé diciendo
'no te
preocupes, eso se evapora, mientras el oro gueda'. Claro, pero van a pasar siglos.
Mi madre (Manolita Pia) le reprochaba a Eladio gue no era un artista. Pero yo le decfa “hi estis eguivocada, no sabes lo gue es un artista”. “,Cémo gue no voy a saber?” dijo. 'No, no sabes'” le contesté. Cuando la Ievé a ver la Iglesia de Atlintida y paré el auto adelante, me dijo *eso no es una fachada.”.
Le pregunté, 'gue le pondrias? junos santitos?”, y contesté 'no sé', y guedé muda. Eso si, los muros ondulados la fascinaron. “Me desconciertan' dijo.
ellos. Yo los guiero mucho a todos, a Eladio,
al Ho Enrigue, pero eran tetriblemente machistas, hijos de gallegos, venidos de Galicia. Y aristêeratas. Se creian superiores. Las mujeres no. Entonces, cuando estaban todos juntos en casa de Fladio, yo me metia ahi, y
escuchaba. Creo gue la tinica mujer gue pudo entrar en el mundo de su arte fui yo”. @
mentaria, sencilla. Esas cosas hechas por la misma gente. El decia gue podia conseguir todo en base al ladrillo. Yo le decia *ipero la piedra?” Y contestaba gue no. 'El ladrillo es hecho por el hombre'. 'E] muro tambiën'
le contestaba,
y lo embromaba:
“Estis mal, Eladio, porgue la catedral de Notre Dame est hecha en piedra'. `No, no, yo no la habria hecho asf”, dijo. El ha-
bria construido Notre Dame de ladrillo. Le gustaba mucho el gético, sobre todo el francés.
Chartres
le fasciné,
ELADIO
DIESTE
- FECHAS
CLAVE
1917 Nace en Artigas, Uruguay 1943
Foresa de la Facultad de Ingenieria de Montevideo
1954
Funda la empresa Dieste & Montafiez S.A
1960
Construye la lglesia de Atlantida
y tambiën
Notre Dame, aungue decia gue la habia es-
1971
lglesia de San Pedro, Durazno
tropeado el Renacimiento. Se sentia muy espafiol. Insistia con las cosas chiguitas, el medioevo. Por eso él
1976
"La Gaviota", Salto
tado sobre muros ondulantes desconcierta. Te rompe los esguemas. Gaudi hizo cosas asf, y Eladio lo admiraba. Posefa una emocién parecida a la de Gaudi. Mi madre siem-
tiene esa cosa artesanal, de cosa pensada.
1978
Agroindustria Massaro, Canelones
Para él una iglesia habfa due hacerla dentro del pueblo. Era un arguitecto gue pen-
1985
Montevideo Shopping Center
Yepes', gue era lo gue él gueria. `Eres muy
pre contaba gue cuando se comenzé a cons-
cuando estaba en plan de amigo si hablaba
1996
Conjunto de obras en Fspafia
blando para esas cosas' le decfa yo, “por gué ese santito horrible en lugar de algo de
truir la Sagrada Familia, los catalanes en general y su familia —Ia familia de mi madre
mucho,
2000
Fallece en Montevideo
LA IMPRONTA DE GAUDI. “Es gue algo mon-
saba,
gue
hablaba
teorizaba
poco, mucho,
es
cierto,
sobre
todo
pero de
sus viajes. Tenia una manera muy especial
30 julie 2004
6/
EL
PAIS
CULTURAL
/ N" 768
1/
EL
PAIS
CULTURAL
/ N" 768
Un innovador de estructuras
Transar cuando no hay mas remedio ACIONALISTA y poeta. Pensador profundo e integro. Un adalid de la justicia social. Un constructor con sentido prêctico. Un ingeniero y arguitecto. Esto no es sin embargo el total de Eladio Dieste. Su idea y su obra estan tan unidas, de un nivel a otro, gue ya
no es adecuado enfocarlas deductiva o inductivamente. Conviene comenzar por los ejemplos, porgue guiz4s esa sea la tinica forma de llegar a la densidad en gue se apoya la superestructura del pensamiento y el ser de Dieste. El uruguayo virtualmente inventé la construccién en ceréimica armada y se hizo el maestro de ella. La produccién de su firma de ingenierfa y construccién, Dieste & Montafiez, es considerable. La mayor parte de esa obra fue construida para propésitos tan humildes como los depsitos, la produccién fabril y las instalaciones para deportes menores. Fueron hechas bajo los limites financieros gue esos encarsos suponen, pero Dieste trascendié tales restricciones.
largas bévedas,
damentales de estructura gue é] desarrollé a partir de la cerimica armada. Dio el nombre de Gausas a un sistema de bévedas de doble Curvatura, gue estd bien ejemplificado por una f4brica de TEM en Montevideo (196062, con una luz de 43 metros), la planta empaguetadora de citricos en Salto (1971-72,
con 46.5 metros) y el depêsito de la Administracién Nacional de Puertos en Montevi-
(1976-80).
Estas
unidas
en fila. Cada
una
tiene una escala considerable. Un 4rea cubierta, de nueve mil metros cuadrados, re-
guiere solamente 24 columnas. La zona de entrada a Massaro aumenta el interés y el dramatismo de los voladiZos. Este dramatismo de forma y luz se acrecienta por lo delgado del espesor de las
bévedas.
Parece
correcto,
entonces,
gue la frase “liviano como un ladrillo”, segtin titula Juan Martin Piaggio su libro Leggero como un mattone: La architetture de Eladio Dieste, haya sido inventada para su obra. LA IGLESIA DE ATLANTIDA. Dieste construyé algunas obras de superior y exitosa ambicién arguitecténica, empleando sus innovaciones estructurales. Este es otro signo de la compleja integracién de pensamiento y obra de Dieste, de gue era un arguitecto tanto como
ELEGANCGIA Y EGONOMIA. Casi todas las obras de Dieste emplean uno de los dos tipos fun-
Massaro
un ingeniero:
sus mayores
logros arguitecténicos no esperaron a la evolucién de sus innovaciones técnicas. Dos de sus mas notables obras arguitectênicas, la iglesia de Aflintida (1958-60)
y
Su propia casa (1961-63) fueron realizadas tempranamente y suponian ya algunos pasos en el progreso de su programa técnico. Atlantida es una pegueiia Zona de trabajadores agricolas y manuales. Los donantes de la iglesia guerfan sélo poco més gue una estructura utilitaria. Como hombre religio-
deo (1977-79, con 50 metros). Con una luz
SO, pero aun m4s como hombre de convic-
tan amplia, el ascenso proporcional de la béveda debe ser peguefio. Dieste dio una solucién elegante y econémica a ese problema. La firma Citricos Caputto es un ejemplo de béveda de doble Curvatura discontinua. La cubierta consiste en una sucesién de bandas, cuya seccién en forma de “$” proporciona, con economia de recursos, la resistencia necesaria para soportar los esfuerzos. La parte alta de cada “$” coincide con la parte baja del siguiente, de modo gue entre ambas se produce una generosa abertura (lucernario) gue proporciona una excelente Calidad y distribucién de la luz natural en el espacio interior. Cada seccién transversal de
ciones sociales, Dieste transformo el encargo en otro distinto, al gue, dandole la generosidad de su propio tiempo, convirtié en un sitio de culto e inspiracién para esa comunidad y para guienes lo visiten. Los muros de la iglesia son una serie de conoides, gue formando una superficie curva se elevan desde una linea recta en el piso a una serie de profundas curvas sinusoidales en la parte superior del muro. E1 techo es
la béveda es una curva catenaria gue, bajo la
carga del peso propio, asegura fuerzas de compresién dentro de la béveda. En los silos horizontales para depésito de granos, como el de Young (1976-78, con 30 metros de luz), la altura es una ven-
taja y en cambio la iluminacién es perjudicial. En tales términos, Dieste utilizé bé-
vedas de doble curvatura continua. Un reciente
silo
en
Nueva
Palmira
(1996-97)
tiene una luz de 45 metros y una capacidad de 75.500 toneladas. De indole utilitaria, los silos son sin embargo impresionantes por su escala y Su apariencia visual. 30 julio 2004
una
béveda
continua
de
doble
curvatura,
calculada de tal forma gue las curvas del techo y de la pared se encuentran entre sf, notablemente, en cierto nivel. Esta etapa de Dieste es todavia un momento temprano en su desarrollo de la béveda de doble curvatura y es radicalmente innovadora en la relacién entre techo y muro. La entrada a la iglesia se hace por la fachada norte, gue es la direccién del sol. Sin embargo, debe considerarse antes la entrada
simboélica a la iglesia, gue subraya el compromiso de Dieste con la ceremonia, con el rito del bautismo y con el movimiento en la iglesia. Antes de la fachada y a la izguierda hay una simple y pegueiia estructura en ladrillo, gue alberga a una escalera, la gue desciende hasta un baptisterio subterrdneo, con una claraboya de énix. Tras esta entrada sacramental a la iglesia, un pasillo con-
presentaban problemas gue é1 podia encarar con inventiva, para beneficio de otros. Esa es la economia césmica de Dieste y puede ser aplicada no sélo para comprender la organizacién y la produccién de grandes empresas del hemisferio Norte sino para criticar sus deficiencias. Era realista respecto a los limites de lo gue su pais podia conseguir, pero era optimista y progresista respecto a lo gue el pais podia alcanzar, en produccién pero especialmente en términos de cultura y de igualdad social. En el homenaje a su to, el poeta Rafael Dieste, subrayé sus intensas y compartidas preocupaciones: la epistemologia cientifica y la poesfa. Leo esto con gratificacién, porgue he guedado impresionado con las sensatas continuidades gue me parecié reconocer en Dieste, desde el peso de un ladrillo hasta los elementos de un discurso teërico y
;
funden en el espacio. Un anillo de peguefias aberturas en la béveda del techo agrega iluminacién al altar. En su residencia familiar, por otra parte, Dieste construyé una casa con pato para su vasta familia en una altura junto al Rio de la Plata, en el barrio mon-
LAS LEYES DE LA FISICA. Es la calidad integral del pensamiento y la obra de Dieste lo gue le destaca como maestro en el arte estructural y como arguitecto. Sigue siendo cierto gue su formacién fue la de un ingeniero. Los largos voladizos de sus bévedas o la condicién md4gica del volado en cuatro direcciones en la Gaviota de Salto, nos
conducen a la maravilla. Pero Dieste advirtié: “yo tambiédn obedezco a las leyes de la fisica”. La observacién no fue una mera expresién de modestia. A Dieste le encantaba la teorfa, como lo demuestra su guerida cita de la expresién de un maestro Suyo cuando fue enfrentado a la duda sobre la teoria. “Te6rico, teërico, jel teërico gue fracasa en la realidad es porgue no es lo bastante tedrico!”. Dieste innové en estructura
precisamente
porgue
no
acepté
los limites de la practica existente y de las reglas ya codificadas. Partié de las leyes de la mecd4nica, combin4dndolas con su in-
cisiva comprensién de sus problemas y potencialidades. De all surgié su inventiva estructural y después la necesidad del
términos filoséficos. Dieste demostré gue un material humilde, gue habia sido fundamental desde viejas épocas de la construccién, podia ser la oportunidad para la
oculta, la albafiileria de los muros estd cu-
artistica. Su esfuerzo elevé su prepia vida y Su produccién, la de sus compafieros trabajadores, y la de guienes experimentan su obra. Aparte del interés intrinseco de ese
innovacién
bierta con estuco y la forma y el espacio han sido esculpidos por el arguitecto con independencia de las exigencias estructurales. En su capacidad para construir edificios con forma, espacio, luz, material y estructura para soportar peso, sin comprometer a nin-
fenémeno,
prdctica,
econdmica, .social y
la carrera de Dieste ofrece un
de esos factores, Dieste no tiene un
modelo para la innovacién. E1 suyo es un logro gue alienta a todo disefiador, a todo constructor, ya sea gue emplee materiales
igual entre arguitectos o ingenieros. Es la apelacién a los principios lo gue se conserva hoy como la mas importante leccién de Dieste, y no sélo en sus amplios
ticipar un potencial sin precedentes en practicamente toda situacién. @ (trad. HAT)
guno
y técnicas nuevas o tradicionales, para an-
— Tipos de ladrillo hueco
Construccidn y capas de una boveda
filos6fico. Un indice significativo de la po-
ben la dominante luz del norte, pero la di-
tevideano de Punta Gorda. Como le era Caracteristico, Dieste unié las realidades prêcticas del hogar con sus mayores ambiciones. Aguellas son las realidades de acomodar a su extensa familia, las restricciones impuestas por el sitio, el comPromiso con un material no dominado y el sistema estructural. Todo ello se hace integral con una simple pero elocuente organizacién del espacio, el flujo de la luz natural segtin las estaciones y las sutilezas de la escala y del detalle. Dieste es otra vez el arguitecto.
conden. La estructura gue resiste a la gravedad y al viento, y la forma y espacio arguitecténicos son una sola cosa. Comp4rese esto con la iglesia de Le Corbusier en Ronchamp, donde la estructura del techo est
lglesia de Atdntida en construccién, 1960
invento en la construcciën. Al final, se unieron las leyes de la fisica y la simple apreciacién sobre el ladrillo. Entre los principios de Dieste es fundamental su preocupacién con las superficies. No sélo evité los sistemas de cuadros rectilineos sino las formas curvadas bidimensionales, como
los arcos
y las costillas.
Las
mtiltiples lineas catenarias de las bévedas de doble curvatura giran en el espacio. La simple curvatura de las bévedas autoportantes puede ser descrita en dos dimensiones,
pero es su extensiën en las superficies catenarias y su economia en las vigas lo gue las hace efectivas. La evidencia estd all. El cCompromiso de Dieste con estructuras efectivas de superficie ha sido tan lograda gue nos inclinamos a ver sus vastas y delgadas bévedas como linea o como borde. Mas allé de su compromiso fundamental con la integridad estructural y con la técnica correcta, Dieste insistié en gue algo mas era necesario y exigible. Sus estructuras de superficie son también un compromiso con la importancia de la forma, no sélo en térmi-
nos estructurales. Ingresé al reino de la arguitectura y la vio como un arte. El detalle y la perfeccién de la obra de albafileria en la iglesia de San Pedro de Durazno no son fines en si mismos sino la comprensién de lo gue era necesario para gue ese espacio alCanzara su elocuencia.
UNA VISION POLITICA. Para gue Dieste fuera eficaz dentro de las restricciones del
Uruguay de postguerra, le era necesaria una estrategia. No adapté por nostalgia o sentimiento hacia el ladrillo lo aprendido sobre el disefio de hormigén armado. La produccién de materiales de cerdmica era una industria apropiada para el Uruguay. Dieste decidié cémo utilizar con eficacia tales materiales desde un enfogue estructural. Asimismo ideë y practicé, con su propia empresa de construccién, cémo edificar con economia y rapidez. El vasto territorio cubierto por las bévedas de Dieste atestigua su competitividad. A la unidad de construccién, de ingenierfa y de arguitectura podemos agregar la sabiduria de cémo trabajar eficaz y prdcticamente, pero también social y Culturalmente. Politicamente,
Dieste
encara las reali-
dades de la situacién en los paises subdesarrollados, reconociendo las restricciones
pero criticando asimismo los excesos de lo gue se toma como positivo en las naciones desarrolladas. La suya es una caracterizacién humana del desarrollo. Tuvo el coraje de hablar de “la plenitud y felicidad del hombre” como objetivo. En su concepto
sicién epistemolégica es la visién de los argumentos teleol6gicos, como lo hace Dieste: “No es fdcil tener la imagen clara del fin pero si de los principios gue han de informarlo. Por eso es un error radical lo de gue “el fin justifica los medios'. No sabemos cudl es el fin; sabemos a gué deberd ser fiel y no lo serd si en la accién traicionamos esos principios gue han de darle forma. No podemos, pues, posponer para la ciudad futura la belleza y la dignidad gue tanto necesitamos para resistir el rigor de la vida; no podemos posponerlos como principio, aundue podamos tener due transigir en la prdctica; hay gue transigir cuando no hay mds remedio y buscando siempre lograrlos”. Esa cita puede inaugurar nuestra consideracién sobre lo gue aun podemos aprender de Dieste. Aparentemente comparto con él una herencia intelectual gue desconfia del determinismo histérico y de ideas tales como el espiritu de los tiempos. Las teleologfas, sean de perdicién o de ingenuo opti-
portland con malla electrosoldada (acero
de construccién)
ET, Ticholo
@
Armadura
en las
juntas entre los ladrillos
@
Piezas de cerdmica, ladrillo o ticholo
D
Molde de madera (encofrado)
mismo, son desvios. También Dieste llegé a
vivir en circunstancias diferentes a las del alto modernismo. Pero ni el “alto modernismo” ni el “posmodernismo” son fenémenos monoliticos. Hay mucha complejidad en cada momento histérico. Para tomar sélo el tema de la racionalidad. No todo el modernismo fue practicado racionalmente y, lo gue es m4s importante, sus mejores obras, inclu-
yendo aguellas de Dieste gue procuraban una intencién racional, no seguian algtin vacjo racionalismo lineal. Una racionalidad sutil es no sélo posible sino deseable. Para volver a Dieste: comencemos con los prinCipios apropiados al material gue tenemos, sean las leyes de la fisica o los compromisos de la justicia social, y trabajemos entonces con diligencia y sutileza en los muchos niveles del problema.
del desarrollo, los pafses subdesarrollados
pueden llegar a tener ciertas ventajas. Tal argumentacién no es ingenua. El reconoce gue las Areas significativas de la investigaCcién sélo pueden ser emprendidas por fuertes sistemas econémicos. Sin embargo, esto es coherente con su preocupacién por enfocar problemas dentro de cada situacién. Su momento y su sitio también
(@)cobertura de cemento
12 cm
Agroindustrias
bévedas son capaces de actuar como vigas. Las bévedas pueden prolongarse en largos voladizos. El espacio principal de trabajo en Massaro se compone de cinco
duce bajo la iglesia y asciende hasta otro sitio, justo debajo de la entrada principal. Desde este punto de llegada se abre una vista a la planta simple y abierta de la iglesia, con sus complejas y fuertes superficies pero con una f&cil continuidad desde la nave al santuario, desde el publico al sacerdote. Dieste ya proponia agui una relacién directa, antes de gue ésta fuera proclamada por el Segundo Concilio Vaticano. En la iglesia la Iuz es suave. Desde la entrada no hay una aparente fuente de luz y sin embargo los muros estin bafiados por una luz reflejada dentro de la nave. Hay asimismo un evidente resplandor en las bévedas. Estos dos fenémenos de la luz son provocados, respectivamente, por ventanas en el reverso de los muros y por una serie de placas de cerimica armada dejando espacios entre si, gue se cubren con delgadas hojas de alabastro en la faChada sobre la entrada. La separacién con una linea de luz acusa la independencia estructural entre el muro de fachada y la béveda del techo. Todas estas fuentes reci-
LO GONCRETO Y LO TRASGENDENTE. Excepto por las necesarias barras de refuerzo y la leChada, las construcciones de Dieste nada es-
Boveda Gausa Depoésito de ANP Fabrica de TEM Cemento
ET
Acero
“y
IE —IrIlk Aire
Ventana
1
(desde Cambridge, Massachusetts)
El otro tipo caracteristico de béveda de Dieste es la béveda autoportante, utilizada en dramaticas y variadas formas en las
Archivo Dieste
Stanford Anderson
ladrillo Acero
30 julio 2004
8 / EL PAIS
CULTURAL
/ N 768
Fe en su propia capacidad
De lo matemdatico a lo eféreo
da por la indole de las superficies
Mamoru Kawaguchi
curvas, gue el hombre puede comprender intuitivamente por su experiencia diaria con la resistencia considerable de las conchas marinas, a pesar de su delgadez. Un alto conocimiento matematico es necesario, sin embargo, para poseer
(desde Tokio) N 1988 LA revista de ingenierfia Obra Publi-
Edward Allen
ca,
(desde Boston)
de
Barcelona,
pu-
blicé una edicién espe-
tructural
como
Sinchez
un pleno conocimiento de la teorfa
cial, El Diseito en Ingenieria
EN TODO EL periodo de posguerra Dieste no fue el inico en utilizar el ladrillo en este sentido. Sanchez del Rio de Pisén disefié y construyd en Espafia novedosas estructuras armadas con tejuelas. Torroja, tambiën ingeniero es-
de las bêévedas. Se hace evidente gue no sélo Dieste ha dominado la
Civil, gue presentaba las innova-
ciones de famosos ingenieros sobre estructuras ses del mundo. cial no era sélo obras; estaba
y Dieste,
construyd varias iglesias con bêvedas de ladrillo, asi como también toes para tangues de agua. Sin embargo hay dos aspectos bien definidos gue separan a Dieste del resto. Una es su inigualable utilizacién de la mamposteria
teorfa de las bévedas sino due tam-
en diversos paliEsa edicién espeuna colecciën de planificada con
biën ha captado la esencia de su estêtica, mas allé del alcance de las
teorfas, y ha desarrollado sus pro-
competencia, escrita en castella-
no y en inglés, y allf cada uno de esos ingenieros explicaba personalmente sus filosofias del disefio y daba su descripcién de cada
proyecto. La muestra incluia mis obras y las de Eladio Dieste, del Uruguay. Por una coincidencia, las péginas de Dieste comenzaban inmediatamente después de
sometida a flexién, como es el caso de
las ménsulas de bévedas de cafién coTrido, tangues bajo presiën hidrostêtica `—y placas plegadas. Lo otro es el poder
y la poesia gue emana de su arguitectura. La cabeza de Dieste parecja moverse sin esfuerzo de lo matemdtico a Jo etéreo, de lo mec#inico a lo filos6fico. Concibié todos sus esfuerzos como un todo perfecto, sin separar nunca lo técnico de lo artfstico. En sus iglesias estructura, forma y espacio son un todo: no hay elementos agregados en el interior para definir o esculpir espacio. Alcanza con comparar las igtesias de Durazno o Aflfntida con cualguiera de las iglesias del mucho mas famoso Torroja, para comprender de inmediato gue Dieste era un auténtico genio, como ingeniero y como arguitecio. ee
| S 2 s
mi articulo y asf, cuando recibi
la edicién especial, las fotos de su obra atraparon mi mirada. En
ese momento guedé encantado con las superficies curvas, como de elegante danza, en las bévedas
de
ladrillo,
$ endeble y frêgil. Sin embargo, es lo S bastante fuerte si es comprimido, y
Dieste encontré la forma de conver-
Bovedas gausas discontinuas, Depdsito Julio Herrera y Obes, Puerto de Montevideo, Uruguay (1979)
tir al ladrillo en excelente material de estructura al reforzar su tensiën. Es probable gue haya aprendido mu-
aparentemente
ingrêvidas. Recuerdo haber pensado gue esa era, sin duda, una estructura de ladrillo diseiiada por un genio. Mi carrera de ingenieria estructural tiene ya més de cuarenta afios. Me he vincu-
importantes criterios para estructuras bue-
cho de sus talentosos antecesores espaiioles
nas e inmovadoras, Esos criterios son la ra-
como Antoni Gaudi, Eduardo Torroja y Fé-
y la
lix Candela, pero todas sus obras fueron obtenidas con la base de su juicio original y
edificios,
Mi razén para admirar las obras de
dentro y fuera de Japén. Entre ellos estin los estadios cerrados para la Olimpiada de Tokio en 1964, el Palacio de Deportes Sant Jordi para la Olimpiada de Barcelona
Eladio Dieste es el alto nivel con el due cumple los mencionados criterios. Sus
de su natural sentido de la belleza. Pero guizés el principal encanto de Dieste, lo importante gue debemos apren-
lado
al
disefio
de
numerosos
en 1992, el estadio cerrado de Singapur y otros. En el disefio de esas construcciones
(Edward Allen, miembro del MIT, Massachusetts, es una autoridad mundial en tecnologias constructivas).
pias formas estructurales, gue fueron racionales y estéticamente excelentes. Utilizé mayormente el ladrillo y la mano de obra local porgue ambas cosas son baratas en su pais. No sélo esto fue esencial para la economia de los edificios sino también muy eficaz para la expreSiën de una estética local. En la modema ingenieria estructural nadie entiende al ladrillo como un material estructural confiable, ya gue es
he tratado siempre de producir estructuras creativas de calidad. Y la experiencia de tales tareas me permitié conocer algunos
cionalidad,
la estética,
la economia
originalidad.
obras estructurales pueden ser caracterizadas como
“bévedas
de ladrillo”. Para
realizar ese tipo de estructura el disefiador debe poseer nocimiento las bévedas basa en una
ante todo un alto nivel de cosobre la estitica. La teorfa de en la tecnologfa estructural se racionalidad estêtica, aporta-
der de él, es su total despreocupaciën sobre si era o no observado por el mundo o si estaba acorde con su época. La actitud visible en su obra es la de avanzar en su
vida sin hacer un despliegue excéntrico, teniendo simplemente fe en la capacidad propia.
@
Sobre la felicidad humana erréneamente como la produccién de un
Remo Pedreschi (desde Edimburgo)
disefiador obstinado y caprichoso. Un examen més cercano revela aue la verdad es lo opuesto. Los edificios fueron concebi-
LAS PRIMERAS IMPRESIONES de la obra de Fladio Dieste pueden conducir a
dos y disefiados por tn modesto ingeniero gue buscaba lo gue describié como “eco-
error. Al visitar la Iglesia de Cristo Obrero de Atlintida uno gueda fascinado por su belleza, por la manipulacién de la luz, el espacio, la superficie y la forma. La obra
nomia césmica”, estar en acuerdo profundo con el orden del mundo. Dieste creia gue la arguitectura y la tecnologia eran in-
de
tura era crear espacios humanos, gue la tecnologia debia ser usada para permitir el cumplimiento del potencial de la humani-
Dieste,
sin
embargo,
es
mucho
ms
profunda gue simplemente la construcciën
de espacios bellos. La apariencia de estructuras hasta cierto punto improbables tales como techos doblados o paredes omdulantes de ladrillo podrian ser tomadas 30
julio 2004
separables, gue el propésito de la ardguitec-
dad, y gue los materiales debian
ser usa-
dos teniendo en cuenta su esencia y significado cultural.
Como un joven gue viajaba por Europa del Norte guedé desalentado al ver las condiciones de vida apretujadas y pobres de las clases obreras en las ciudades in-
dustriales.
Sintié
gue
los trabajadores
agricolas del Uruguay rural, aungue teëricamente menos acomodados gue sus eguivalentes del mundo desarrollado, Ilevaban
miran al mundo desarrollado en busca de soluciones a sus problemas; a menudo la tecnologfa gue es ofrecida ha sido desarrollada como respuesta a contextos distintos y puede no ser adecuada, Dieste
creia gue Uruguay, aungue carecia de vigor econémico, tenfa los recursos intelectuales para enfrentar su propio desa-
vidas mejores. Crefa gue el desarrollo eco-
rrollo y no siempre
debia volverse
némico a cualguier costo, medido por los fndices convencionales tales como el Pro-
mundo desarrollado problemas.
para
resolver
al sus ë
ducto Bruto Interno, no era un fin valioso
en sf mismo si no aumentaba la felicidad humana. Regresé a Uruguay con una perspectiva nueva. Muchos pafses en desarrollo
(REMO PEDRESCHI es decano de la Facultad de Arguitectura de la Universidad de Edimburgo, y autor de un libro monogrdfico sobre Dieste)
9/
EL
PAIS
CULTURAL
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Idas y venidas historiogrêficas
Su fortuna critica Mercedes Daguerre
La curva catenaria
(desde Mildn)
La cadena sostenida
desgastado e inerte. Para los italianos “América Latina” es personificada indistintamente
A RECIENTE publicaciën de ia Obra Completa de Eladio Dieste
Bardi,
Niemeyer,
Ultimamente, la obra de Dieste ha adgui-
est sometida a fuerzas de traccién.
rido nuevos significados en cl desarrollo de las experimentaciones neo orgénicas, potenciadas por el uso de la computadora y por la
en ltalia bajo el titulo Eladio Dieste 1917-2000, evidencia el
afirmaciën de algunas corrientes infiuencia-
interés gue esta figura excepcional, y al
das por la fenomenologia heideggeriana y
mismo tiempo marginal respecto al circui-
por las teorizaciones de Merleau-Ponty, las
to de la critica internacional, provoca en el
cuales identifican en la construccién la cla-
piblico europeo. Dicho libro, ademas de ubicarlo en términos culturales, y jerargui-
La misma curva invertida
zZar su produccién, traza la “fortuna criti-
con las fuerzas gue
ca” del ingeniero uruguayo, es decir, eX-
actuan sobre ella.
plica cémo ha sido visto por los criticos de arguitectura en diferentes etapas de las tl-
en Lina Bo
Dieste, Williams, Testa o Barragdn.
por ambas manos
ve para una refundacién de la disciplina. En la #ltima década la critica ha utilizado insistentemente el concepto de fectinica, subrayando la importancia de la estructura, del detalle, de la textura y de la luz como ele-
timas cuatro décadas.
mentos vélidos para definir una “poëtica de
PRIMERAS MIRADAS. Ya a partir de los afios “60 algunas revistas especializadas demostraban curiosidad por la iglesia de Aflêntida,
la valorizaciéën de lo artesanal, y las implicaciones corporales y sensoriales de la experiencia arguitecténica, junto al intento de concebir la arguitectura en una dimensiën mas alld de lo cultural, han creado las condiciones para gue la obra de Dieste tenga un lugar en los principales circuitos editoriales. Un buen ejemplo de esta tendencia es el li-
la construccién”. La expresividad material, Los ladrillos se apoyan entre si, y mantienen la forma.
pero el primer proyecto editorial surge con el
libro monogrdfico gue Juan Pablo Bonta le dedica en 1963 titulado Eladio Dieste. La edicién formaba parte de la coleccién gue el Instituto de Arte Americano e Investigaciones Estéticas de Buenos Aires dedicaba a los arguitectos contemporéneos gue habian contribuido a consolidar y renovar el corpus de la arguitectura modema. E1 trabajo de Bonta era una lectura guiada a través de los mismos escritos de Dieste, donde la unidad téc-
Influeneia de la forma en la estructura
bro de K. Frampton, Studies in Tectonic Culture (1995). '
nica y formal se ve nitida cn la simplicidad de sus soluciones constructivas; el suyo era
Lo!
un método pragmético anclado en la tradi-
esduema interpretativo serd reutilizado con
nuevos regionalismos. Desde entonces los términos austeridad, simplicidad y tecnologia pobre son cualidades identificadas con
presiën de la “auténtica” tradiciën rioplatense y, en consecuencia, como paradigma
para el resto del continente. Ya cerrando la década, en su libro Arguitectura Latinoa-
OTRAS VERTIENTES. En forma paralela al
El cambio en la forma aumenta la inercia, es decir la resistencia a la deformabilidad.
distintos matices por la critica, la obra cons-
tituye la fuente primaria de inspiracién, el lugar due multiplica las posibilidades de expresiën formal en cuanto “experiencia vital”. El uso del ladrillo no es visto, entonces, COMmo Una exigencia técnica sino como una elecciën coherente con las posibilidades de un pafs alejado del desarrollo industrial. De este modo su obra aparece como exX-
Hoja doblada se mantiene
Fuente: Dieste & Montafiez, Gonzalo Larrambebere, Walter Vilche.
cién popular, en el cual la intuiciën sustituia a la reflexién teërica. Para esta mirada, cuyo
Hoja plana se cae
la arguitectura de Dieste, lo cual deja en evi-
dencia su impostacién ideolégica. Asi durante los afios “80, cuando los Seminarios de Arguitectura Latinoamericana dictan la nueva lfinea conservacionista empefiada en definir una “identidad nacional”', la obra de
Dieste se tifie de “color local”. Este discurso relativiza las diferencias, buscando la unidad continental a través de un forzado registro de rasgos homogéneos de figuras significativas de la arguitectura, cuyas pro-
ca, cuya tensiën anmenta o disminuye segiin las circunstancias politico-culturales, la
critica europea demuestra una atraccién esporidica hacia la obra de Dieste. Para Europa la produccién del ingeniero uruguayo no es mis gue un descubrimiento casi fortuito, motivado por la exi-
gencia de encontrar novedades gue alimenten la insaciable industria cultural. Las obras de Dieste realizadas en Espafia durante los afios “90 demuestran la atencién gue la madre patria le reserva, asegurindole popularidad internacional a su trabajo. Cabe aclarar gue los numerosos arti-
ducciones pierden individualidad y son SO-
culos gue aparecen en distintas revistas es-
metidas a rigidos parimetros de andlisis. La gran patria latinoamericana busca “apropiarse” de estas arguitecturas. Esté el caso de Marina Waisman y C.
pecializadas no son inmunes a los cliché difundidos en las publicaciones anteriores.
do expresién de un parimetro muy moderno: la concepciën del espacio. Los afios “70 reafirman la alianza entre historia y proyec-
Naselli, autores del libro 10 Arguitectos latinoamericanos (Sevilla, 1989), guienes
una biisgueda compulsiva de alternativas a la crisis lingiifstica de la arguitectura contempordnea. Mis allé de la atraccién euro-
to, permitiendo la manifestaciéën de nuevas orientacjones influenciadas por el tecnolo-
de una nueva via para la arguitectura del continente, todo en el marco de un proyecto Cultural muy preciso gue busca crear y consolidar la identidad de la regiën.
céntrica por lo “ex6tico”, ligado a la no-
ENPERIMENTOS
América del Sur estd obsesionada por la
tivaciën muy concreta: identificar un “fenémeno” del cual absorber potencialidad
construcciën de una identidad arguitectêni-
cultural, para nutrir y renovar un debate
mericana (1969), F. Bullrich dedica a Dieste algunas piginas del capitulo sobre Uru-
guay. En este caso su produccién, huëérfana de un pasado precolombino pero marcada por el fenémeno inmigratorio, termina sien-
gismo y por la norteamericanizaciën del de-
bate cultural. Ello promueve la evoluciën técnica del habitat local, lo cual define un “estilo propio” de América Latina. Estas teorizaciones discuten posibles alternativas
al International
Style, buscando
presentan la obra de Dieste como ejemplo
NEO-ORGANICOS.
Micntras
El “estereotipo” latinoamericano” invade también
el campo
académico,
generando
cién de “centro” y “periferia” ya superada por la globalizacién, sorprende gue en el caso italiano el interés por la cultura arguitecténica de América Latina tiene una mo-
debate sudamericano y europeo se ha desarrollado una lfnea atenta a las innovaciones constructivas del trabajo de Dieste. Estos estudios resultan protegidos de lo ideolégico inmediato por la presunta neutralidad de la técnica, como se ve claro en el enfogue del libro escocés de Remo Pedreschi The Engineer's Contribution to Contemporary Architecture: Eladio Dieste (2000). En este campo también se coloca el ensayo de M. Chiorino de la re-
ciente Obra Completa publicada en Italia, donde se ilustran los antecedentes de las invenciones técnicas de Dieste, explicando su especifica contribuciën al arte de construir en ladrillo. A su vez, es necesario notar gue en las
dltimas dos décadas ha surgido un filén in-
terpretativo renovador en la historiografia de la arguitectura y la urbanistica lafinoamericana. Dicho enfogue, tambiën desarrollado por Graciela Silvestri en este vo-
himen italiano, abandona la perspectiva celebrativa para analizar las condiciones de producciën de la obra de Dieste en el debate arguitecténico rioplatense. Este nuevo cuadro de referencias permite comprender una poëtica gue es fruto de una sa-
bia y eguilibrada seleccién de sus elementos constitutivos, sin guitar mérito alguno a la creatividad y particularidad del maestro uruguayo.
@
(Mercedes Daguerre es una arguitecta argentina radicada en Jtalia desde hace varias décadas, docente, e integrante del staff editorial de la revista Casabella). 30 julio ZOO4
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El futuro de su obra en Europa
Entusiasmo, admiracién y problemas con doble curvatura, due reguieren mu-
Juana Libedinsky
chos cortes de ladrillos. La conclusiën llega a dos estructuras gue se estin construyendo, una en Matera y otra no lejos de Verona. “Respecto a la industrializaciën, los
(desde Alcald de Henares)
OLLAMAN “E1 Sefior de los ladrillos”. Y en este pueblito medieval espafiol, cuna de Cervantes, Patrimonio de la Humanidad y pujante complejo universitario, el arguitecto uruguayo Eladio Dieste es tan pero tan popular gue hay mas pedidos de casa-
resultados no han sido muy
truir ulteriores cosas, en las cuales la in-
* dustrializaciën se pierde por el camino, pero el ladrillo gueda”, dice Piaggio.
mientos en una de sus iglesias gue en la magnifica catedral. “Tema gue despierta algo de celo en el clero, por $upuesto”,
LA ECONOMIA EN DISCUSION. Sobre por gué no funciona Dieste en el primer
confiesa con una sonrisa Carlos Clemente,
mundo
Afios atris Clemente vio aue la tinica manera de construir los 54 templos gue la nueva diécesis de Alcald necesitaba, con
poguisimo dinero, pero sin renunciar al aspecto estético, era usar las técnicas deTEE
sarrolladas por Dieste. Asi fue como Alca14 de Henares se cubri6, parafraseëndo al abad Suger, de un “rojo manto de igle-
Parroguia Madre del Rosario, Mejorada del Campo, Madrid (1996)
sias”, dice el arguitecto italo uruguayo
res, Javier Cimadevila también explora la
Juan Martin Piaggio, en referencia a los 1adrillos con los gue Dieste las construyd. Clemente, director del vicerrectorado de infraestructura de la Universidad de Alcalé, y cuyo estudio ha recuperado gran
cerémica armada, construyendo un gimna-
sio con paredes “onduladas” de ladrillo ar-
mado, directamente derivadas de las pare-
des de la iglesia de Aflantida. Pero la acogida mis calurosa ocurrié
parte de los edificios histêricos de la zona,
asegura gue extrafia sus dias junto al arguitecto uruguayo. Empezando por los paseos en auto en los gue Dieste no paraba de recitar a Manrigue o al autor espafiol por cuyas tierras estuvieran pasando, en algtin arrangue de melancolia, porgue “era impresionantemente culto, sabia mucho mds de Espafia gue cualguiera de nosotros”, recuerda. Evidentemente el interés y conocimiento de Dieste por Espafia fue retribuido en una medida considerable: “Hoy no existe facultad de arguitectura 0 ingenieria en toda Espafia donde no se ensefie su obra. Se multiplican las tesis de doctorado de alumnos sobre su trabajo, asi como publicaciones de profesores. Y en cuanto a edificios, los constructores nos han comentado cémo hay una auténtica lluvia de obras en las gue se ve la influencia de ejemplos
son,
Antonio
Jiménez
To-
asi como de un libro de 300 piginas sobre
su obra. Para Jiménez Torrecillas, todo el astnto Dieste y Andalucia es una “cues-
tidn de cercanla. En Andalucia es tan cla-
ra la relacién con América Latina gue la mirada se dirige naturalmente hacia ese horizconte. Lo sentimos mds cercano gue el del norte de Europa”. Ademés estê la “peregrinaciën” de arguitectos catalanes, jévenes y viejos, gue Clemente recibe cada afto por el tema Dieste.
Sin embargo, fuera de Espafia, el fen6-
y
gue de manera
sea a profesionales como a constructores o
en Madrid
totalmente independiente utiliza la cerêmica armada en varios edificios como la Biblioteca en Villanueva de la Cafiada o Centro Cultural en Villa del Prado). “Realmente diciendo cosas nuevas sobre Dieste, empujando las formas —si no la
teorla— un poco adelante”, dice Piaggio, gue esté finalizando una investigaciën sobre la industrializacién de las técnicas de Dieste con fondos de la Unién Europea. A su vez en La Coruiia, tierra con la cual Dieste tenia fuertes vinculos familia30 julio 2004
AI,
meno no contintia. “No hay explicaciones racionales de ello: cada vez gue he tenido ocasiën de mostrar las obras de Dieste en Europa, el piiblico ha guedado boguiabierto yjadeante de emociën, y esto se aplica ya
Dieste”, asegura Clemente.
Algunos
en Andalucia.
mrecillas —codirector de la revista de arguitectura local gue publicaba obras de Dieste— fue el responsable de la serie de conferencias gue dio el maestro uruguayo,
a estudiantes”, seflala Piaggio.
HONROSAS
EMCEPCIONES. La pasiën gue
desata Dieste en medios académicos recluté figuras de primerfsimo nivel. En Escocia, por ejemplo, el decano de la Facul-
tad de Arguitectura de Edimburgo, Remo
Pedreschi, es el autor de un fascinante li-
bro sobre Dieste; en Oporto, Portugal, se
realizé la parte preliminar de la investigacién de Piaggio (cuyo coautor es Vicente
Sarrablo). Y en Alemania, pafis donde vi-
via una hija de Dieste, entre sus fans se encuentra Thomas Herzog, decano de la Fa-
cultad de Arguitectura de la Universidad Técnica de Munich y una de las grandes estrellas de la arguitectura internacional. AT tambiéën ha escrito sobre é] el ingeniero Jos Tomlow, profesor de la Universidad de Ciencias Aplicadas de Zitta/Gêrlitz; y
Rainer Barthel, profesor de la Universidad Técnica de Munich, organizé una exposi-
cién sobre Dieste en su ciudad, y publicé un libro al respecto. En cuanto a Italia, Piaggio confiesa gue el interés gue pueda existir sélo se explica porgue él mismo ha empujado la cuestiën,
bien apoyado por la asociacién italiana de productores de ladrillos, con conferencias,
con estudiantes en sus clases del Politécnico de Mildn, y ahora con un par de obras. “En otras culturas, atin cuando hay tradiciën de construir con ladrillo —pienso en el norte de Europa—gue vo sepa el interés nunca ha salido de una conferencia de vez en cuando”, sefala. Suponiendo gue parte de la desconfian-
za gue el mundo de la construccién pare-
cfa tenerle a esas técnicas fuese debido a 1a gran cantidad de mano de obra gue parecen necesitar, y gue si se lograra simplificar el proceso constructivo se podria
conseguir una cuota de mercado, en 1998, junto con Vicente Sarrablo, Piaggio empe-
z6 a armar una investigaciën sobre la posible industrializaciën de las obras de
Dieste, gue ahora esté Hegando a su fin. Esta investigaciën parecié lo suficientemente
sensata como
para ser financiada
por la Comisién Europea (ISO-Brick proyecto CRAFT-1999-70420). La investigaciën se ha ocupado, hasta ahora, solamen-
te de bévedas cilindricas, y no de formas
Vicente del Amo
el primero gue intenté “importar” a Dieste hacia Europa.
aledaftos, el taller CH-OS,
alentadores,
pero hemos notado, pese a todo, gue los gue ven esas estructuras guedan admira. dos, y ya tenemos contactos para cons-
hay
varias
opiniones.
"Rainer
Barthel, Rainer Graefe (profesor de la Universidad de Innsbruck) y vo muchas veres discutimos sobre este tema” confiesa el alemên Jos Tomlow. “Creo gue un aspecto importante es el clima, gue en las ciudades europeas probablemente sea menos compatible con las formas de las obras de Dieste, sobre todo por el tema de la nieve”.
Ademis, algunos criticos ven a la cantidad de tiempo gue se necesita para las estructuras de Dieste como algo negativo. “Es verdad gue Dieste se basd en la existencia de mano de obra barata, algo gue no necesariamente es asf en Europa” comenta Tomlow. “De cualguier manera no creo gue las teorias gue dicen gue ese tipo de estructuras no son posibles por los altos honorarios sean historicamente consistentes. La construcciën reguiere de mucho dinero por muchas razones, y sêlo tomar a la mano de obra como criterio es no ver mds alld de las propias narices”.
Algo similar opina Jiménez Torrecillas: “En el norte de Europa hay un exceso de todo y se proyecia desde el exceso. Andalucfa, en cambio, es una regidn histêricamente pobre por lo gue se valora especialmente la utilizaciën de recursos gue hace Dieste. Porgue él sélo usaba lo gue tenia a su alcance. Fue capaz de generar un milién de metros cuadrados de construccidn porgue ganaba los concursos presentando una solucidn no sêlo estéticamente emocionante sino la mds barata”.
Clemente va un paso mas allé: asegura gue por la economia de recursos gue genera la obra de Dieste, debido al disefio estructural muy optimizado, su costo es de hasta un 60 por ciento menor gue el eguivalente en otras formas de construcciën. Por eso sus seguidores lo ven como un sistema de futuro, afirma Tomlow. “Yo creo gue hay un campo enorme para este tipo de estructuras, por ejemplo para reducir la preponderancia del acero como material de construceidn”. “Hoy en dia China es el mayor productor y consumidor de acero del mundo y los precios son muy altos. Serta interesante desarrollar estructuras en béveda a gran €s-
TM
/ EL
PAIS
CULTURAL
cala para renovar con sentido ecolégico la tecnologia de construccidn china contempordnea, aungue dudo gue la firma de Dieste en la actualidad sea lo suficientemente fuerte en términos econdmicos para encarar un provecto visionario de esa dimensin”, agrega.
blemdtico, porgue ésta gueda obsoleta en seguida. Para el momento en gue se estd terminando el edificio, cualguier programa informdtico de climatizaciën centralizada instalado ya es viejo, aparecié un vidrio mds aislante u otro sistema mds eficiente de
ALGUNOS PROBLEMAS. Sin embargo, no es
tenja tma concepciën innovadora en el sentido gue la tenia Gaudi, y asi logré la verdadera cuadratura del circulo: “Jnnovacidn estructural y estéfica pero con materiales muy duraderos propios de la arguitectura y no importados de la aerondutica o de técnicas aeroespaciales gue luego tHenen un pésimo resultado”. Tomlow sefiala otros puntos de contacto entre Dieste y el gran cataldn: “Creo gue Dieste estaba muy cercano al pensamiento de Gaudf sobre todo en su sabiduria esotérica. No digo esto en un sentido mIfstico, sino en el sentido gue estaba mds alld de la comunicaciën normal". Tenian tambiën en co-
gue las construcciones
de Dieste,
atin en
Espafia, hayan estado exentas de problemas. El caso més triste es el de un conjunto de 30 pérgolas y tres conos gue armaban un camino cubierto para los estudian-
tes entre distintos puntos del campus de la Universidad
de Alcald,
gue
agucdé
nada
mas gue en nueve pérgolas. “Fue a causa de problemas de financiacidn y, sobre todo, de entendimiento con las ingenierfas espafiolas, gue no fueron capaces de adaptar a las normativas y condiciones europeas la tecnologfa avanzada de Dieste”, sefiala Clemente. El proyecto, interrumpido por afios, a fin de 2003 fue retomado y se le dio a la firma Dieste & Montafiez de Uruguay la responsabilidad completa de sacarlo adelante. Pero no es gue estos problemas hayan tomado por sorpresa a Clemente. Justamente, decidié gue las iglesias de Dieste en Alcald no fueran proyectos radicalmente nuevos sino la versiën completa de proyectos inacabados en Uruguay, por temor a la mezcla con normativas europeas. “Con Dieste lo pensamos mucho, hicimos bocetos de iglestas nuevas y finalmente decidimos incidir en bocetos inacabados fundamentalmente por la desconfianza gue tentamos en nuestra capacidad de poder iniciar modelos distintos con ingenieros, constructores y albafiiles europeos. Dieste dijo gue era mucho mas sencillo llevar a Espafia a su gente para due
adapten a la normativa europea wna cuestién va iniciada gue empezar con un despliegue de 15 o 20 iglesias nuevas”, sefia-
la Clemente. Entonces, por ejemplo, se tomé la iglesia uruguaya de Malvin gue en América
habia guedado sélo en el tramo del presbiterio, vy se reproyecté entera. Lo mismo
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min
una sensibilidad por la naturaleza,
la
forma orgdnica, y la religién. Yo estuve involucrado en la reconstruccién de la ermita Santuari de Montserrat, edificio disefiado por el colaborador de Gaudi Josep-Maria Pujol, y gue guedé sin terminar en 1930. Creo gue compartia con Dieste una actitud similar hacia el experimento. Por una parte le gustaba, pero también se sentla moralmente obligado a hacer las cosas a su manera, mds alld de los factores econdmicos; y su punto de vista estaba inspirado por la fe cristiana, a partir de la cual desarrollé una
linea de trabajo muy clara y honesta”. Respecto al “otro bando”, a los arguitectos gue innovan a través de materiales importados de otras disciplinas, Clemente no duda en enumerar los problemas gue su visién conlleva al ponerla en prêctica. Por
ejemplo, sefiala al Centro de Arte Contem-
comenzado en Montevideo, y finalizado
LE.
obtenciën de energfa”, resume. Segtin Clemente, en este asunto Dieste
DOS HECHOS SIMULTANEOS sobre la obra de Dieste Haman poderosamente la atencién. En la capital del Uruguay, el Montevideo Shopping Center continia ocultando y demoliendo en forma pro-
en Cambridge, Massachusetts. El libro compila los aportes de dicho simposio. En el volumen destaca un extenso easayo de Anderson, cuya capacidad para
expresar en forma simple io complejo resulta en una lectura enriguecedora. El ensayo de Edward Allen sobre Dieste y
gresiva las estructuras diestianas originales gue datan de 1984-85. Las ampliacio-
Guastavino también es una pieza memo-
nes de gue ha sido objeto este pujante centro comercial han sido realizadas, en
pudo ser reproducido en este miimero es-
rable por su simpleza y profundidad; no
general, en base a métodos mds tradicionales de construcciën. Prueba de ello son
pecial de El Pais Cultural por razones de espacio, pero serd publicado en breve. Otros aportes del libro son “Eladio Dies-
las Gltimas obras realizadas en el sector
te as structural artist” de John Ochsen-
del edificio principal gue da a la avenida
dorf, “Technology and Innovation in the
Luis Alberto de Herrera. Hace unos diez afios, un alto directivo de ese Shopping
chi y Gonzalo Larrambebere.
le comenté a este cronista gue “las cascaritas” de Dieste eran un método gue sirvié en su momento, pero due ahora cambiarfan
por
constructivos
sistemas
“mds
work of Eladio Dieste” de Remoe PedresLa fotograffa a color merece ua renglén aparte. El eguipo de au, bajo la batuta de Yushibiro Asada y Jun Hashimoto, trabajé en Umguay
en octubre det 2002, logrando un nivel de registro
soli-
dos”. Lo tradicional, entonces, se traga a la vanguaftdia. Una auténtica metdfora
gue por momentos guita el
aliento. Los dos elementos clave en las construcciones de Dieste, el gigantismo en lo macro, y la textura orgê-
del verdadero Uruguay. En el mundo, por el con-
trario, crece la enforia “Dieste”, A principios del
nica del ladrilio en to mi-
2004 la prestigiosa editorial
cro, dialogan en las imdge-
nes con armonia musical. E1 libro de Electa/Mon-
italiana Electa/ Mondadori publicé Eladio Dieste
dadori tuvo otra génesis. Su
1917-2060, una lujosa edi-
ciën en italiano cubriendo casi toda la obra del maestro uruguayo a un costo de 100 euros. No hay obra de Dieste en Ttalia. A su vez, en junio 2004, la tambiën
porineo de Alvaro Siza, “en el cual se debié cambiarle, en sêlo una década de existencia, tres veces la fackada flotante de granito porgue no sirve”; el Guggenheim de Bilbao gue “ya luce como un avion desvencijado y hubo gue rehacer el edificio porgue las chapas de titanio traidas de
renombrada Princeton Az-
la aerondutica no resistieron”; y el Centro
Structural Art,
Pompidou
curadora, la argustecta y docente del Instituto Universitario de Venecia Mercedes Daguerre, siempre se habia sentido moiesta por la “superficialidad con gue los autores
europeos
ha-
chitectural Press de Estados
bian tratado la obra de
Unidos
publicé
Dieste”, afirmo. Invitada a
Dieste,
lnnmovation
Eladio in
integrar el stalf editorial de
a
la prestigiosa revista Casabella, cubrié el tema en la
también
“cuya versiën actual no tiene
todo lujo, alte precio, y en
exterior,
nada gue ver con la gue pensaron Foster y
inglés, ilustrado con impac-
gue agui se agregd. Respecto a la iglesia gue agui luce tan si-
Piano, dado gue lo twvieron gue desmontar y volver a armar completamente”. Para Thomas Herzog, lo gue logré Dies-
tantes fotos a todo color realizadas por un eguipo de fotégrafos de la revista japonesa atu, una de las mAs prestigiosas del mundo de la arguitectura. Tampoco hay obra de Dieste ni en Estados Unidos, ni en Japon. En el libro norteamericano, el papel jugado por su editor Stanford Anderson, decano de Arguitectura del MIT, Massachusetts, es paradigmatico. A instancias
viajé a Montevideo y propuso a Electa la realizacién del libro monogrifico.
de su colega Edward
Allen, guien le
Dieste: Peripezie Storiografiche”, sigue
mostré fotos de la obra de Dieste, y del artista Batuz, viajé en 1998 a Uruguay para conocer su obra. Fue apoyado en su visita por el entonces Ministro Lucio C4-
ciela Silvestri, y cierra con un excelente ensayo sobre los antecedentes de Dieste,
gue la iglesia San Pedro de Durazgo Uruguay.
AlH
no
tiene
fachada
en
milar a la de Aflintida, jamés hay due cometer la gaffe de preguntar a Clemente si es una copia: “No planteamos hacerla como un clon o reproduccién, $ino como nuestro
homenaje a Dieste, del Obispado de Alcald y mio, y punto de referencia de Uruguay en Espafia. Tomamos la famosa iglesia suya de Atldntida por ser la obra mds conocida de él en Uruguay”, aclara contundente.
te es inigualable, pero tambiën habla de la
importancia de guién est4, literalmente “con las manos en la masa”, mdAs allê de los principios de su forma de construir: “Dieste le mostré al mundo gue no es el material sino la competencia del constructor y su sensibilidad las razones del progreso en la arguitectura moderna.”, dice la estrella alemana. “EI ensefiaba a través de su trabajo vy no-
MATERIALES NOBLES. Sobre porgué eligié a
sotros, los jévenes arguitectos de la década
Dieste, Clemente sigue pensando lo mismo hoy gue en el momento de su “importacién”: “Creemos gue la técnica de la cerdmica armada es el fufuro para la arguitec-
del setenta, entendimos su mensaje: tengan la mente abierta para poder crear estructuras y sistemas de construccién ab origine. Las formas de construccidn no deberian ser
revista,
mis
tarde
Este libro se integra a una colecciën de Blecta dedicada a los grandes arguitectos, entre los cuales estin Louis Henry Sullivan, Aldo Rossi, Frank Lloyd Wright, Le Corbusier, Frank Gehry o Luis Barragén. Es un club selecto, gue
define tendencias. El volumen abre con un texto de Mercedes Daguerre, “Eladio con “Una biografia uruguaiana” de Gra-
gue —previo paso por un encuentro en Cadenabbia, Lago di Como— todas esas
“Nascita e radici di un'arte di costruire in laterizio”, de Mario Alberto Chiorino. Hay fotografia original de Alejandro Leveratto, pero tambiën del myy buen fotégrafo Vicente del Amo. cuya obra ya ilustré el volumen de Jiménez de Tormecillas en 1997. Ambos libros son distribuidos en
voluntades convergieron en un simposio
Montevideo por Libreria Graffiti
ceres, por Batuz y su Socidté Imaginaire,
tura europea, en vez de la corriente interma-
establecidas por el arguitecto primero sino
Mariano Arana y su entorno, la gente de la firma Dieste & Montfiez, y el propio
cionalista de edificios de vidrio de la city. Esos edificios son como coches, con los tiltimos gritos de la tecnologia electrénica en las instalaciones y en los cuales el confort no se busca a través de la arguitectura sing a través de la tecnologia. Y esto es muy pro-
desarrolladas de acuerdo a la l6gica de la fécnica”, concluye Herzog. @
Eladio Dieste, guien lo recibid en su casa de Punta Gorda. Tal fue el entusiasmo
(Juana Libedinsky fue corresponsal de EI Pais Cultural en Nueva York, y ahora cubre Europa desde Madrid)
misma
o
30 julio 2004
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Deleite y sorpresa
Silvia Arango (desde Bogotd)
ACE UNOS dias en Medellin, Colombia, visité con un arduitecto amigo, Marco. Aurelio Montes, los edificios de apartamentos gue él habfa hecho en los uiltimos veinte afios. Varios de ellos estaban coronados por bévedas de ladrillo. Cuando le pregunté cémo las hacfa, me contest6 orgulloso “me ensefië a hacerlas el maestro
Susana Torre
Alejandro Leveratto
(desde Nueva York)
Dieste ”. En su Caso, no era una met4fora.
El habfa conocido a Eladio Dieste y ha-
n
bfan hablado, apasionados,
sobre los pro-
cedimientos gue los obreros deben seguir para construir bévedas bien hechas, hermosas y sin goteras. Uno se imagina gue en Colombia, el pais del ladrillo, Eladio Dieste no tendria mucho gue ensefiar. Todo lo contrario. En un pais donde la tradicién del ladrillo conforma el paisaje fundamental, los arguitectos han desarrollado una sensibilidad aguzada para reconocer cundo hay una verdadera novedad en el tratamiento de este material; lo pucden apreciar mas gue ninguno. Por eso los co-
lombianos guardan hacia Eladio Dieste una mezcla de carifio y agradecimiento, una €specie de complicidad. Dieste partfa de una légica constructiva, realista y artesanal, para terminar en formas insospechadas y sorpresivas due levaban el material a sus limites. Este es un procedimiento ético: sélo cuando se
asumen plenamente las €ircunstancias de una realidad se puede ser auténticamente
Creativo. En una especie de cruzada contra la co-
la La Gaviota, ex estaciën de servicio Barbieri y Leggire, Salto (1976). El cuadrado de cemento en base es un agregade posterior, no cumple funciën estruciural alguna
procede de la sabiduria constructiva, de la
enigmatica condiciën de sostenerse desafiando la fuerza de gravedad. Coherencia entre el arguitecto y Su obra, coherencia entre el ingeniero y su construcciën, coherencia entre el maestro
y el obrero. No es frecuente encontrar tanta integridad. En lo personal, recuerdo dos anécdotas
con Eladio Dieste. La primera fue en Bo-
got, cuando nos dio una de sus magnifi-
cas conferencias en la Sociedad de Argui-
tectos. Una vez calmados los aplausos dijo: “recuerden gue yo sélo soy un ingeniero y no les puedo decir nada a ustedes, los arguitectos”. Y la respuesta due recibi6é fue: “no vuelva a decir eso. Usted es un arguitecto. Y de los nuestros”. 1a segunda fue en Montreal, en un
Congreso de la UIA (Uniën Internacional
de Arguitectos) cuando un grupo de arguitectos latinoamericanos intentaban guardar alguna homogeneidad. A todos nos habian dado 20 minutos en una de las seis 0 siete sesiones paralelas, alternando con europeos, asidtHicos y africanos. Dieste no
tuvo ni siguiera los 20 minutos, porgue el conferencista anterior se habia alargado y,
para no entorpecer, mostré
le contesté Ramén noamericanos?” “jgue si nos conviene? !Claro gue nos conviene!” exagerar,
recordando
la ova-
ciën final, al decir gue los cientos de arguitectos de todo el mundo gue oyeron a Eladio Dieste en aguella ocasién, consideraron gue el Congreso de la UIA habia va-
lido la pena por esa conferencia adicional, e gue nadie esperaba.
A REMO Pedreschi, Mamoru Kawaguchi, Susana Torre. Edward Allen, Mercedes Daguerre, Graciela Silvestri, Silvia Arango y Roberto Femdndez por responder en tiempo, a pesar de la brevedad de los plazos, y por adaptarse al estilo de un suplemento gue deke ser accesible a todo el piblico. A Tessa Ingersoll por lograr gue un libro viajara desde China a Uruguay en tiempo récord. A la gente de Electa por los contactos en lralia. A Carlos Clemente y Vicente del Amo por el libre uso de las imdgenes, y por
Ingrd Tempel (ars)
SECRETARIA: Susana Yaguinta
del Gruoo Metro
desde el comienzo. A Esteban Dieste por la infinita
paciencia, a Gonzalo Larrambebere por el esfuerzo y los aportes esclarecedores, a Eduardo Dieste y Walter Vilche por su disponibilidad, vy en especial a Sabina Arigén por su prafesionalismo reeopilando informaciën, consiguiendo nuevos colaboradores, y
los contactos para nuestra corresponsal en Fspafia.
Lk Ere
DISEND:
A Stanford Anderson por su pasiën contagiosa hacia el maestro Dieste, gue emociona a cualauier uruguavo, y por el aliento gue dio a este proyecto
realizando pertinentes observaciones.
CULTURAL
intermacional
vidad, la imaginaciën y las contri-
buciones originales pueden ser producidas en cualguier parte del mundo y no son prerrogativa de los paf-
ses mas avanzados. Pero mental recordar due sus espacios fueron producto ceso ereador después de
es fundaformas y del “prohaber dia-
logado de una manera
viva y Sin
compromisos en la €abeza del arguitecto” segtin sus propias palabras. Nunca olvidaré el deleite sorprendido de mis estudiantes en la universidad de Yale al darse cuenta gue el corte transversal de la iglesia de Afléntida coincidfa con el diagrama de fuerzas actuando sobre la estructura, revelando la légica y eco-
@
sia al atardecer, y aumentar asi ese placer intelectual reciéën adguirido con la experiencia indescriptible e inefable de la serenidad de su espao cio en la penumbra! (La autora es arguitecta argentina
radicada en Estados Unidos, docente, y esid escribiendo la primera historia crftica de la arguitectura y el urbanismo en Iberoamérica, junfo a Geoffrey Fox)
LE.
DEPARTAMENTO DE DISERO: EDITOR
EL. EATS
arguitecténico
nomia de esas curvas aparentemente extravagantes. jOué no hubiese dado para transportarlos a esa igle-
Agradecimientos
CORRESPONSALES: Eva E. Gandolfo (Buenos Aires) Alfredo Fressia (San Pablo)
ginacién tecnolégica, no importa a
gué costo se obtenga. La ideologia
al reconocimiento de gue la creati-
sus proyectos
conferencia, jesto nos conviene a los lati-
creo
CuyOS
tructuras, abre un espacio en el dis-
en 5 minutos. Los organizadores se sintieron mal y le propusieron dar una conferencia magistral de dos horas, al dia siguiente, en un horario adicional. Antes de aceptar, Eladio Dieste le pregunté a Ramén Gutiërrez: “Ramdn, me proponen dar una
No
intermacionalmente,
proyectos apuestan fundamentalmente a la representaciën de la ima-
curso
COORDINACION: Homero Alsina Thevenel Rosario Peyrou
otro ingeniero-arguitecto muy celebrado
de Dieste, materializada en sus es-
lumna, Dieste sabfa gue el ladrillo se la
juega en el muro. jY cémo conocia la magia del muro! Horadadas o Sinuosas, SUS superficies de ladrillo potencian la luz de los atardeceres, e incitan al tacto. La calmada sensualidad gue emana de los muros de esta arguitectura gue parece inverosimil
LA OBRA DE Dieste es muy diferente de la de Santiago Calatrava,
Fsle es un suplemento del diario EL PAIS,
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