LA FORMACION El acento de la, formación ,
BASICA DEL INGENIERO debe ponerse en laS materias
básicas
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Hace~ast 50 aftos,en el patio de la Facultad vieja, un grupo de profesores discutía si la Universidad debía formar ingenieros "pr ác t í.c os" 'o ingenieros con, ,sólida' base teórica. Entre ellos ~staba Don Eduardo Garcia de Z6filg~, que, seguramente impacientado por los prev í.s Lb Le s argumentos del partido de' los prácticos, exclamó: "-Teórico, te6rico! El teórico que fracasa en 'la realidad es porque no es suficientement~ te6rico"~ Como muchas veces suc ed e, a- una vívida 'frase como la de Don Eduardo, que ,pone en claro la esencia de un problema, pueden hac6rcele objeciones, pero estas, lejos de negarla; ponen más de manifiesto la 'gran raz6n que la sustenta. ' Habría que decir, por e j emp Lo', que s íem pre fracasamos frente a lareaiidad, que la teoría~ herramienta finita frente a algo de complejidad infinita, será siempre insuficiente y la comprensi6n ~ue 'de ella podamos alcanzar inevitablemente tosCa e incompleta; pero esto solo vuelve más patente, que, para comprenderla mejor, para verIa mejor, no hay otro instrumento que lo que llamamos teoria: el uso de nuestra mente animada por la intuici6n y controlada por la experiencia y el rigor racional. No existe la práctica como m~todo de acci6n cerrado en si mismo e independiente del a' teoría, toda praetic a supon e .un a teoría; 1o que puede sucedei es que esa te~ría se haya olvidado ,y se piense, teorizando, que ..10 que, hacemos es pura práctica. Por todo esto solo tiene sentido una formaci6n que d6 al1ngenierouna sólida ,base' te6rica, teoría que debe, desde luego, incluir la '~xperiencia,elcultiYo,de la intuici6n y la. práctica da disefio y construcci6n. Lo anterior val~ para cualquier soCiedad, desarrollada ono; pero eS de vida o muerte en una sociedad insuficientemente organizada como la nuestra. Un medio de .gran desarrolló puede darse el' lujo dé formar ingenieros solo hábiles en el uso de 'rutinas, nosotros no: el desarrollo consiste en la eficientia dé' los lazos que ligan a l'Os integrantes de la sociedad y el proceso para alcanzarlo debe apoyarse en una estructura productiva basada a su vez en la seriedad t6cnica pero en una t6cnica enraizada en la sociedad ~uea la vez la.necesita y la sustenta. Por esto no pueden resolverse nuestro problemas con el simple t~aslado. de la t6cnica elaborada en los países ceótrales.Ese traslado es impo~ible porque es muy distinta la situación, hist6ric~ y las aptitudes desarrolladas en el cuerpo social, entre estos paises y los.' nuestros; el pretender lo lleva siempre a un penoso ftacaso. Nb hay más remedio que tepensarlo todo, y~ sea para digerir lo que no tenemos m's ~emedio que adaptar, ya sea que un mirar destiudo de la realidad nos haya llevado a soluciones in6ditas. Inevitablemente, e~tonces, nos veremos obligados a alguna forma de creación tecnológica y para esto necesitamos 's6lidos fundamentos, no m1m6tica velocidad en la resolución de los detalles .' Es entonces ~~idente, que el acento' de la forma~i6n del ingeniero debe pon.rse en las materias básicas y básicas de r
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aplicación, Un ingeniero es, fundamentalmente, un físico que aplica la física a la realidad y nuestra situación hace que esa definición general sea especialmente verdadera para nosotros. Todo 10 que antecede nos parece que no será, objetado pero conviene que precisemos el carácter de esa formación. Creemos que el acento debe ponerse en 10 conceptual y buscarse el desarrollo de la intuición del fenomeno físico; el desarrollo algorítmico debe ser instrumental. Pondremos un ejemplo de nuestra práct1ca docente: al plantear up prolbema de mecánica racional es más fructífero discutir previamente la naturaleza del movimiento, el sent1do de las fuerzas en los vínculos, etc. En general es posible alcanzar un vis~ón cualitativa del movimiento casi sin escribir ninguna fórmula. Esta apreciacjón cualitativa del movimiento y de las reacciones vinculares genera una gran economía en la resoluL1ón misma del problema que puede hacerse con menos ecuaciones y con mayor seguridad, y, además, despierta en el estudiante la intuición física que le sera una ayuda indispensable, no solo en los problemas profesionales sino en los de investigación. En los problemas de mecánica y de resistencia de materiales la int· ición es directa,en los de mecánica de los fluidos y de termodinámica, y sobre todo en los de electricidad la intuición no es tan directa, la misma materia que estudiamos nos lleva a un tratamiento más abstracto, pero entonces puede y debe desarrollarse una especie de intuición de segundo grado cuya esencia es la misma que la antes reseñada: generar en la mente aptitud para relacionar los distintos datos de una disciplina o de un problema, mediante esa aptitud llamada intuición, de la que no tenemos aún una clara explicación psicológjca. Volviendo a nuestro ejem~lo es usual que se piense que la apt'tud para "ver" el comportamiento mecánico de un ~istema es un don personal difícilmente transmisible. Es posible que algunos puedan tenerlo más que otros, pero es un hecho de experiencia que las aptitudes estan más igualitariamente repart1das de 10 que se piensa, y, además, como es algo necesario, se impone el cult1varlo y más se impondría cuanto más difícil fuera conseguirlo. Es obvio que todo lo que se "vea" debe ser rigurosamente controlado por el re onamiento lógico. Un complemenLo 1mp0rtante de la formación en el aula es la lectura de parte de las obras de los clásicos de la ciencia. A nadie se le ocur e, en literatura, que la lectura del mejor manual sustituye a la lectura del QU1jote, pero en ciencia la lectura de los clásicos es menos fác1l que en literatura, 10 que lleva a que casi no se haga, perdiéndose el enriquecimiento que significa ver pensar a una gran cabeza. Nada puede sustituir a la lectura de páginas de Galileo o Newton, de Saint Venant o Castigliano. Y, para term1nar, pensamos que debe haber una relación continua entre la parte básica y de aplicación de la carrera, no que constituyan, como suele suceder, compartimientos estancos de una formación que debe ser unitaria. No solo ganaría la riqueza de la formación sino que el progreso de cada dominio de intereses se vería vitalizado. ELADIO DIESTE. Ingeniero Civil, recibido en Montevideo en 1943. Ampliamente conocido por su obra en estructuras.
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